Estudios sobre personajes y hechos de la historia venezolana

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•í^l^i?^IS?jfctá This book is due at the LOUIS R. WILSON LIBRARY on the last date stamped under "Date Due." If not on hold it may be renewed by bringing it to the library.

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University of North Carolina at Chapel

Hill

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http://archive.org/details/estudiossobreperOOarca

PEDRO

M.

ARCAYA

ESTUDIOS SOBRE PERSONAJES Y HECHOS DE LA HISTORIA VENEZOLANA

f-C PEDRO

M.

ARCAYA

ESTU DIOS SOBRE

PERSONAJES

Y

HECHOS

DE LA HISTORIA VENEZOLANA POR EL DOCTOR

PEDRO MANUEL ARCAYA DE LA ACADEMIA NACIONAL DE LA HISTORIA

.eN®v.

CARACAS Tipografía "Cosmos' 1911



ACC

Library, Univ. of

North Carolinm

No me

nada valen,

sé que

por vcni¿a

A. J.

La

la

República.»

la

conducta de Alonso Gil á

la

cabeza

compañía que mandaba en este batallón debió ser notable pues días después recibió el siguiente oficio que original tenemos á la vista "República de Colombia. "bertadordel Perú.

— Cuartel



Ausiliar Li-

Ejército

jeneral

en

Guamanga

á

"19 de diciembre de 1824-14. "Al Capitán déla 2- compañía del Batallón «Ca'racas^)-

Alonso

G;i.

"Atendiendo

á

los

tr.éritos

servicios de V. y

y

"á su distinguida comportación en la batalla de

"CUCtiO que ha dado "en nombre de 5. E. "bierno de

"Teniente

la

la el

libertad

la

Perú, he venido

LIBERTADOR

República en

Coronel con

al

concederle

antigüedad del

"corriente.

86

Ni h-

y el

del

Go-

grado de nueve del

ALOXSO GIL

"Este oficio servirá á V. de título en forma, mien-

que aprobado su ascenso por

'tras

'"premo,

le

espide

el

Gobierno Su-

correspondiente despacho.

el

"Dios guardo á V.

"ANT?

J.

DE SUCRE.

"AGUSTÍN GERALDINO. "Srio.

"Anotado en elE.M.

J.

"El Corl. Jefe,

"FRCO.

Bolívar

de 1825

le

OCONOR

(?)»

la Paz el 27 de agosto Ayacucho y el mismo día lo Orden de Libertadores de

concedió en

medalla de

la

B.

nombró miembro de

la

Venezuela.

Santa

Cruz

lo

Bolívar por decreto

condecoró

tiembre de 1826 "para que gullo por

"heroica "tirla

á

la

(la

parte

que

lleno

medalla de

la el

de un

V-

de se-

noble or-

ha cabido en empresa tan

le

independencia del Perú), pueda trasmi-

sus descendientes

"recompensa

con

expedido en Lima

como un testimonio de

á sus virtudes.»

Causará extrañeza

é

quienes hayan recorrido las co-

lecciones de documentos de Blanco-Azpurúa y O'Leary 87

PEDEO M. AKCAYA

que haya sido ascendido Alonso Gil por su conducía en Ayacucho y no conste asi en la nómina que figura en la página 454 del tomo IX de la primera colección citada y en

la

página 592, tomo XXII de O'Leary

pero cesará esa extrañeza

indicados en

al fijarse

que

ascensos

los

dicha nómina fueron los primeros que

accfdó Sucre á

los

principales Jefes del

Ejército y

algunos oficiales que sin duda combatirían ta

;

pero

agrega

que

"nes las noticias de

pasarse

"al

divisio-

los señores Oficiales

"que se han distinguido se concederían

su vis-

á

por las

y

tropa

promo"ciones á que fuesen acreedores." En estas promociones posteriores quedó comprendida la de Gi pues no deja duda el documento auténtico que arrilas

ba inseríamos. Pero él



ocurrió y creemos que no solo

sino también cuanto á los

cuanto á

demás que obtuvieron

ascensos análogos, que efecto, a{

robar los

creto de

con

el

quedaron virtualmente sin Congreso de Colombia se limitó á primeros que concedió Sucre en su De-

porque

el

premios. Las demás

promociones

carácter de provisorias por este Jefe,

hechas

como

la

quedaron olvidadas Amortiguado el entusiasmo de los primeros días nadie volvió á mencionar los héroes de Ayacucho. Se iniciaba la épode

Gil,

ca de las rivalidades y rencillas intestinas.

Lo

cierto es

que en 1827 en lugar

del

grado de

Teniente Coronel que había querido darle Sucre, tenía en Caracas Alonso Gil

mandante graduado"

del

el

de "Capitán

Batallón

bertador, por despacho otorgado

primer Co-

«Junín». El Li-

en esa

Capital

el

ALOXSÜ GIL

26 de enero de dicho año

Comandante vivo y En 1830

el

General Páez

«Primer Comandante

En 1836 Luego,

el

lo

ascendió á «Segundo

efectivo.» le

dio

efectivo» del

falleció en

el

empleo de

mismo

Coro Alonso

Batallón.

Gil.

olvido!

CORO,

—^-^^^^--^

1906.

LOS CACIQUES DE CORO

LOS CACIQUES DE CORO

Sabido es que conservaron

como

españolas de

las leyes

honor

de

título

el

Indias

de Cacique,

que con preferencia se dabaá los Jefes de las parcialidades indígenas que ocupaban estos países al tiempo de

la

conquista y á sus descendientes.

Las tribus caquetías que poblaban las regiones

que hoy es Estado Falcón, reconocían como caudillo á Manaure, Manaore ó Manabre, que de

de

lo

estos diversos

modos

escriben su

nombre

los his-

toriadores primitivos.

Parece que su autoridad no era heredada sino

que

la

debía á su fama

que

indios

sanar

de hechicero,

á su voluntad podía hacer

creyendo los

que

lloviese,

enfermedades y efectuar toda suerte de mila-

gros.

De cualquier modo que bernaba con

él,

como fué

tan fácil á

Conocidos detalles son traído en lujosa

sea, lo cierto es

Ampies los

de

que go-

Por eso, entendido

señor absoluto. la

la

fundación de Coro. fastuosa visita, que

hamaca por escogido número de sus

subditos y portando valiosos obsequios, hizo Indio al conquistador español. 93

el

Jefe

::

PP:T)P,0

Sobre

el

particular

trofas del poeta cronista

M.

AllCAVA

son

curiosas algunas es-

Juan de Castellanos.

Después de referir que Ampies vino á Coro con ayuda de un indio principal, señor de fiureburebo (hoy Jurijurebo) en Paraguaná, que después de bautizado

se

llamó

D.

Fernando García, con

el

cual

había Ampies entrado en tratos por haberle devuelto

sus

hijos,

habían

Ampies como á D.

y herinana que unos españoles y llevado á Curazao donde residía dueño de esa isla, dice, con relación

mujer

robado

Fernando García y

la india

Doña Teresa:

"Estos trajeron al cristiano bando Al indio que Manaure se llamaba, El cual sobre caciques tuvo mando y toda la comarca subyectaba Y hízolo venir el Don Fernando A cuanto nuestra gente deseaba Fue Manaure varón de gran momento, De claro y de sagaz entendimiento. Tuvo con españoles obras blandas, Palabras bien medidas y ordenadas En todas sus conquistas y demandas Temblaban del las gentes alteradas Hacíase llevar en unas andas Con chapas de oro bien aderezadas, Y el amistad y paz después de hecha :

:

La tuvo con Usaba de

cristianos

muy estrecha.

real magnificencia,

Sin se le conocer parecer vario, A sanos y á subyectos á dolencia Siempre les proveyó lo necesario De tal manera, que sin advertencia Se hizo poco á poco tributario Pero jamás disgusto ni molestia Pudieron perturbarle su modestia. Nunca vido virtud (jue no loase, :

:

Q4

LOS CACIQUES DE COKO

Ni pecado que no

Jamás palabra

lo corrigiese

;

dio que la quebrase,

Ni cosa prometió que no cumpliese en cualquier lugar que se hallase Ninguno le pidió que no le diese En su mirar, hablar y en su manera. Representaba bien aquello que era.

:

Y

;

Ampies, Tiendo persona tan urbana. En medio de tan rudo barbarismo, Pióle noticia de la fe cristiana, Siendo bien instruido por él mismo Y después recibió de buena gana El agua del santísimo bautismo Llamóse P. Martín y después desto Baptizó de su casa todo el resto. Demás de la muger, hijas y hijos, Se baptizaron todos los vasallos Que tenia por granjas y cortijos

;

:

;

Corrieron españoles los caballos Por más solemnizar los regocijos El Pon Martín holgaba de mirallos, Admirado, suspenso y espantado Pe ver irracional tan bien mandado. Fue siempre del Ampies amigo caro Satisfaciendo bien sus voluntades, Pe todos clementísimo reparo Y socorro de sus necesidades No supo de sus bienes ser avaro Ni maculó jamás las amistades Fue ílel en palabras y en el hecho libre de maldad siempre su pecho.» ;

:

;

;

Y

Menos conocida tocó

blicado

el

era la suerte

que en

lo

sucesivo

Pero los documentos que ha pu-

á Manaure.

moderno

editor

español

de

la

Historia

Conquista por Oviedo y Baños, dan luz en esta materia. En efecto, allí se ve que Ambrosio

de

la

Alfínger despojó

á

Manaure de varias 95

canoas de

PEDRO

ARCAYA

M.

SU propiedad y las mandó á vender al pueblo de AAaracaibo y luego prendió al Cacique, el cual tan

pronto como recobró

dose gran cantidad de en

ticulados la

libertad se alzó, retirándose

la

montañas con muchos de

á las

pesquisa

el

lleván-

hechos fueron ar-

de testigos para alemanes en la residencia Tolosa les tomó Pérez de

interrogatorio

contra

que por comisión

los suyos,

oro. Estos

los

real

en 1545. ¿

A cogió

Adonde creer el

fué á parar

Padre Jacinto

Llanos que corren entre la

el

cacique Caquetío ?

que un siglo después

las noticias

Carvajal, llegaría hasta los

Sineruco y

el

leyenda situaba una laguna

de «Caranaca.»

re-

el

Meta, donde

misteriosa

llamada

"Está circundada y fortalecida esta

"laguna (dice Carvajal en su libro «Descubrimiento

una bellicossissima nación de habita, a los quales nombran caque-

"del Río Apure»)

"yndios que

la

de

"tíos y los naturales

"los

mismos

de los llanos

yndios,

Ay

le

tradiciones

llaman tiaos á

que aquestos

"proceden de una inmensidad de indios que se re"tiraron de la ciudad de Coro a la venida primera de "los

españoles a las conquistas de estas partes. El

este retiro a tan crecido nú"mero de jentes se llamava el gran Manavre, cuya "memoria vive por estas partes muy fresca. Passo

"cacique que indujo á

"en prosecución de su retiro por los llanos de Apure, "assi por esta

como por

"ser tanta

soberanía de aqueste cacique y tan

"cid©

el

la

la

otra

vanda

del,

adonde por

gentío suio, e visto yo cerros hechos a

cre-

manos

"de sus yndios, para yr haciendo noche por los llanos 96

LOS CACIQUES DE CORO

Apure, que para caminar de día

"de

Y

"ombros sus yndios en guandos "pressumir ''ñorean

que son

cargavan a

me

es fácil

yndios caquetíos los que se-

celebrada

la

le

assi

como riquissima laguna

''Caranaca, para cuyo hallazgo de señorío

de

tan opu-

salieron de la ciudad y provincia de Coro, "adonde ay opiniones que dejo ocultos este gran "cacique ó emperador de aquella tierra toda y gran "Manaure grandiosísimos tesoros." Decíase que en

"lento

la

laguna de Caranaca habían arrojado los

montones de oro y

así se ve

Dorado, deformada,

Mas no

la

que era

que recogió

Manaure

es imposible que

el

la

indios

leyenda del

Padre Carvajal.

llegase hasta las

regiones del Meta ya que desde Coro hasta allá es-

taban esparcidas las tribus caquetías y ya que aún sobre las que moraban fuera de los límites del hoy Estado Falcón parece haber alcanzado nuestro cacique sino efectivo dominio,

Pero

si



respeto é influencias.

es indudable que

de las comarcas corianas,

Manaure

quejasen algunos deudos suyos. Lo cierto es que ya en la segunda siglo

16

como primer

figuró

se ausentó

es posible que

cacique,

en

ellas

mitad con

del

título

despachado por

el

caquetíos de

provincia de Coro, un indio llamado

la

Don Sancho de Le nito

Uriacoa.

sucedió

Don Luis

Gobierno español, de los pueblos

en

el

cacicazgo su hijo primogé-

quien

Caguallo,

1635, por no tener hijos,

Don Juan Martínez Manaure. mogénito, llamado también 97

después abdicó, en

en favor de su hermano

A

éste siguió su pri-

don Juan Martínez Ma-

PEDRO

M.

AECAYA

naure, á quien, á su vez, heredó

Juan por

Cacicazgo, ante

el

e desparraman en pequeños grupos Y nos parece columbrar el alma nacional, extraña luetas feroces de

entidad psicológica, aún no estudiada, con su faz lu-

minosa vuelta sos

que miran

al al

sol

del

ideal y

sus lados tenebro-

insondable abisnio de

la

CORO, 106

barbarie1906.

Imperialismo Norte-americano

IMPERIALISMO KORTE-AMERICAN O

Grande alarma han causado

las publicaciones del

periódico americano The Sun, en las que se advierte

que ya las miradas de los hombres de Estado de ia Gran Nación Anglo-americana comienzan á dirigirse considerándolos como

hacia estos pueblos, propicio para

el

que informan su

política exterior.

Reviste pues, capital importancia

esas tendencias tiene

lidad

pueblos

la

campo

desarrollo de las nuevas tendencias

hondas

raíces en

el

el

de

averiguación

la

y

estudio de si

en

rea-

seno de aquellos

idea de engrandecimientos territoriales,

capaz de poner

en peligro

existencia de las na-

la

cionalidades latino-americanas,

A tículo, lo

ese

nos

análisis

concretaremos en este ar-

tomando como base de nuestras apreciaciones

que encontramos expuesto por eminentes pensacuyas ideas, por la autoridad de

dores del Norte,

sus propagandistas,

y

el

frecuencia con que se expresan

la

entusiasmo con que

debemos admitir que son sas pobladoras de

la

Federación Anglo-sajona.

Pocas previsiones confirmadas

como

las

por

los

acoge, por fuerza que privan en las ma-

se las las

han

de estadista

hechos

que en V^enezuela formuló 109

quedado

tan espléndidamente el

ilustrado Doc-

PEDRO

31.

AKCAYA

tor Ricardo Becerra con ocasión de la guerra hispano-

americana. Cuando

muchos cerebros desprovis-

en

tos de sólidas nociones históricas y solo saturados de añejos y ya ridículos odios contra España, halla-

ba

fácil

acogida

dos iban

de que los Estados Uni-

especie

la

arriesgar

á

la

vida de sus marinos y sol-

dados, y principalmente á gastar sus dineros, en una guerra con España para libertar á cubanos y tagalos, pueblos en toda época despreciados por los

sajones y cuando, por admitir esa absurda especie, se

le

daba absolución

á las

más

flagrantes viola-

ciones de todas las reglas constitutivas del

moderno

derecho de gentes, cometidas abiertamente por

americanos

al

declarar aquella guerra, fué

los

entonces

cuando la autorizada palabra del Doctor Becerra se dejó oír, denunciando los propósitos de los Estados Unidos como muy apartados de encaminarse á la independencia de las colonias españolas tituirse ellos

en

el

dominio de

meses han trascurrido y

la

ditigidos á sus-

y

esas tierras. Pocos

ocupación militar de Cuba

y Puerto Rico y los fusilamientos en Filipinas, donde los indígenas combaten al extranjero invasor é incendian las ciudades de su suelo para librarse de ajeno yugo, como antaño hiciéronlo Sagunto y Numancia, todo esto ha venido á demostrar cuan en lo cierto estaba Becerra y cuan lejos de la verdad andaban los que suponían en Mac-Kinley el caballero andante de estos tiempos, presto á pelear por la libertad

Y

de pueblos extranjeros.

ahora, triunfantes de España los Estados Uni-

dos, fuertes

en

la

por

el

apoyo moral de

confianza que les inspira lia

la

la

Inglaterra y

potencia de sus

niPEEIALISMO NORTE-AMERICANO

máquinas de guerra y forman

el

oro de sus arcas, no

el

miras de expansión

misterio de sus

objetivo de su política

hacen

que

territorial

Y no

internacional.

ocultan que esa expansión habrá de efectuarse á costa

de las nacionalidades latinas de este continente.

Es esta ya una doctrina que tiene su nombre unos y expansión para otros que •

imperialismo para

;

más

tiene sus apóstoles reclutados entre las

sonalidades

alta^ per-

de aquel país; que cuenta con partida-

convencidos entre los cuales figuran en primer

rios

término

Mr.

Mac-Kinley y sus compañeros de Goque tiene adversarios que la

bierno. Naturalmente

oposición á im-

rechazan rudamente, los cuales en

tomado como palabra de

perialismo, han

de

americanismo.

Pero

cierto

lo

los imperialistas cuentan con

la

Cada día ganan terreno en

ción.

orden

parece

ser que

mayoría de la

la

la

Na-

conciencia

po-

pular.

Oigamos la

los expositores del Imperialismo ó

expansión,

palmente

de

cuyas las

ideas

las

dos Revistas:

tomamos The Forum

de

princi-

y The

North American Review, en que colaboran los más reputados publicistas yankees, casi todos profesores de las Universidades de

sonalidades de

viso

.

mayor renombre ó

en otros

órdenes

per-

de aquella

sociedad.

Siempre han tas

tenido

cuidado los propagandis-

de doctrinas políticas entre los pueblos sajones,

de apoyarse en las tradiciones del pasado, sea para

de

demostrar que sus las

que han

opiniones son

venido

el

practicándose de 111

desarrollo

antiguo,

PEDRO

sea

comprobar

para

AP.CAYA

ir.

que

logas á las supuestas de

en

circunstancias aná-

actualidad,

los

hombres

venerados del pasado habrían obrado en el sentido de las doctrinas nuevas, por más que en su tiempo hubiesen procedido de distinta manera. Es esto lo que hace Mr. Charles Kendall Adams, Presidente de la

Universidad de Visconsin, en

el

número de marzo

último de The Formn, con un artículo titulado Colonies

and other Dependoncies,

siguientes

del cual

párrafos: "Nuestra

"la historia

traducimos los

historia

nacional

es

de nuestra expansión. Es probable que

"Washington jamás pensase en la posibilidad de que "obtuviésemos tierras al Oeste del Missisipí. Cierta"mente que ninguna disposición se insertó en la "Constitución que se relacionase

"nuevos dominios. Pero "política de

"Basta

á pesar

el

manejo de

expansión desde los comienzos del

enumeración de

la

con

de esto, iniciamos

las diversas

la

siglo.

adquisiciones

"con sus respectivas fechas, para demostrar que esta "política

no ha sido

"ó cual

período ó partido.

"en 1803, "xión

la

característica accidental de tal

la

La

compra de Luisiana

adquisición de Florida en 1819,

de Texas en 1845,

la

la

ane-

adquisición de Oregón

"en 1846, las de California y Nueva México en 1848, "ia compra Gadsden en 1853, lo de Alaska en 1867;

"han sido hechos por "cado

la fijeza

los cuales

"bién se ha aumentado en

"para

el

El cial

que

que se hizo autor

no solo se ha indipolítica, sinotam-

de nuestra conducta

la

los

del doble el territorio

como una

ley providen-

Estados Unidos á

dominar otros

cree en

lleva á

más

Constitución."

algo

112

IMPBUIALISMO NORTE-AMERICANO

pueblos para bien de

deque

americana que nadie

A

humanidad.

la

principio fundamental

es

en

ha intervenido,

en buena

cuencia,

pueblos

metérseles, contesta así: ''da

Ya

la

for-

impedir á los Esta-

que no deseen sodijo Guizot, que "nahistoria que la lógica",

lógica

la

cuya

cuya conse-

y

el

aferramiento

espantajo de los hombres de Estado de es-

''son el

'^casas dotes intelectuales.

"se

lo

hay que atormente más

"y también es cierto que

en

principio

lógica, sería

dos Unidos gobernar

objeción

democracia

puede ser obligado á sujetar-

se contra su voluntad á un gobierno

mación no

la

la

toma una

frase ó

Desde

máxima

"ción primitiva para aplicarla

el

momento en que

fuera de su significa-

como perpetuo

control

"de todos los asuntos corrientes, se cae en un sisíe-

"ma de "tarán

inerte doctrinarismo.

el

Pocos americanos obje-

principio general de que los gobiernos

deri-

"van su justo poder del consentimiento de los go"bernados, pero

hemos impuesto un gobierno

"negros é indios, sin tomarnos

el

"su consentimiento. Pudiéramos

á los

trabajo de pedirles

más

y decir "que las mujeres del país son gobernadas por leyes ir

lejos

"para las cuales no se ha tomado su parecer."

Admira Mr. Adams la organización colonial inglesa y desea que los Estados Unidos la imiten, y fundándose en el ejemplo de la misma Inglaterra y el de la antigua Roma, combate la idea de que la expansión territorial pueda ser causa de debilitación de la potencia americana. No duda que los Estados Unidos lograrán apropiarse los perfectos métodos de administración de los ingleses, pues dice que el 113

PEDRO

M.

americano no

pueblo

AKOATA

podría

que

admitir

exista

ningún probiema político ó social cuya solución le sea imposible. Termina este artículo con los siguientes párrafos: "Es

incuestionablemente

querer del

el

"pueblo que debemos guardar y apropiarnos lo que "hemos tomado. Esta política está de acuerdo con la

medio de repetidas aneel Pacífico. En los siGrande Océano del Oeste quizá

"inflexibilidad del destino. Por

"xiones

hemos avanzado

"glos venideros "llegará á

Este.

"el del

el

ser tan

A

hacia

importante comercialmente

avanzar más aún

nos impele

como la

"interrumpida tendencia del país. Dejar de coger

"que

la

no lo

fortuna del estricto derecho de guerra nos ha

"dado, sería

detener

la

gran corriente

de

histórica la

mejor de

"las oportunidades y confesarnos inhábiles

La su-

engrandecimiento, desperdiciar

"nuestro

"pervivencia de los mejor dotados parece ser una ley

"de "lo

naciones

las

como de

ha advertido Mr. Kidd,

los individuos. la

Conforme

zona templada está ya

"ocupada. Los prodigiosos descubrimientos con que "la ciencia

ha hecho adelantar recientemente

las

ma-

"nufacturas y los medios de trasporte están obligan-

"do á un movimiento hacia los trópicos, "historia

tal

como

la

no recuerda otro mayor."

"¿No tomará el pueblo de los Estados Unidos parmovimiento universal? Y si participa de

"te en ese "él

dejará sin protección sus intereses distantes?

"es dificultoso predecir

Y

la

No

solución de estas cuestio-

movimiento no es imperialismo sino sim"plemente la aplicación de los métodos del gobierno "republicano á gentes que jamás han conocido otro

"nes.

este

114



IMPERIALISMO KORTE- AMERICANO

"sistema que

En

anarquía,

la

misma

la

la

rapacidad y

crueldad."

la

Forum

entrega de The

el

Profesor

Rovve, de la Universidad de Pensilvania, publica

L. S.

un artículo bajo el mote: Influence of the war in our pablic Ufe. Encuentra que las consecuencias de extremo la guerra con España han sido por todo beneficiosas para

la

vida pública de Norte América,

por cuanto han desarrollado un intenso sentimiento

que pone á

de nacionalismo,

la

República en capa-

antiguo se venía trabajando para inspirar

al

que de pueblo

americano

el

mundo,

cidad de ejecutar grandes empresas.

pero que

deseo de poder é influencias en

el

guerra última es

la

despertar con fuerza celente política

que ha logrado hacerlo

la

irresistible,

de

ello el lo

visto

halla ex-

cual

así se apartará la

de su patria de las mezquindades

más

para asumir responsabilidades

por

lo

porque opina que

autor,

el

Dice

internas

altas,

elevándose

nivel de la moralidad cívica, á

semejanza

que ha sucedido en Inglaterra, que es por el

pueblo

"en que

para los americanos.

"en un

Inglaterra y

lento pero incesante proceso los

Estados Unidos han de-

"sempeñado y seguirán desempeñando "importante "anarquía,

:

la

la

sustitución

instabilidad y

del el

"tras adquisiciones territoriales 'centuria,

las

lo

El úl-

termina este escritor, representa una

timo conflicto, de las etapas

ideal

la

papel

desgobierno.

durante

declaraciones de 1823

"tablecimiento de

el

orden social

la

más á la

Nuespresente

y 1865, el esen la India,

influencia inglesa

"China y Egipto, no son sino períodos de un gran "movimiento un movimiento que nos llevará inevi115

PEDRO

América fue

"conflicto

ARCA YA

á nuevas responsabilidades en

''tablemente ''de la

M.

latina.

—Visto

incontenible

los asuntos

bajo ebte aspecto

como

guerra

la

e!

escla-

vista."

Efectivamente, para quien haya estudiado atenta-

demo-

mente

el

cracia

norte-americana, es manifiesto que sus idea-

les

desenvolvimiento histórico de

han sido

los

mismos

que ambas naciones son carácter Cierto

se

es

pueblo inglés, como

del

de

la

misma

la

raza cuyo

ha conservado fundamentalmente igual. que en la administración pública inglesa

existe

una mucho mayor suma de moralidad que

en

americana, pero ésto se explica por

la

antigua serie de tradiciones respetables sólida base de

los

mente,

menos

á

lo

gobiernos el

ingleses.

poder

más más

la

y Pero realla

judicial

de

los

Estados Unidos tiende cada vez más á igualarse gran modelo inglés.

Por

lo

bres, religión, leyes, jurisprudencia, todo se

Y

en Norte América á Inglaterra. iguales sus defectos entre los

primera línea despreciar

de

las

cuales

color

como

el

en

sajón, que les hace

razas inferiores á las

principalmente

extranjeras,

(indios y negros)

y

mestizas,

se cuenta á las poblaciones

Sur América. que forma

las razas

asemeja

también son

así

cuales descuella

inmenso orgullo

y considerar

suyas, todas las

el

al

demás, idioma, costum-

Ese mismo orgullo y fondo del carácter de

la

entre

de Centro y religiosidad

las razas sajo-

nas (sus enemigos dicen que es hipocresía), les han hecho concebir como una misión de lo alto, la de

subyugar éstas que juzgan razas 116

inferiores.

IMPERIALISMO NORTE-AMERICANO

Y como el

deseo del

también lucro,

aguijonea

vemos que

á

sajone-i

los

consideracio-

á las

nes morales y místicas, se unen en extraño conjunto otras de puro interés propio. Así se advierte por ejemplo en berlain,

na la

la

el

célebre Ministro inglés Mr.

Cham-

que ora proclama como una necesidad huma-

alianza de los

grande obra de

pueblos que hablan

inglés,

la civilización tropical (artículo

blicado en Scribner's

Magazine, de

New York

^/z

puy

la

Revue des Revaes, de París, en diciembre último), ora indica como una útil operación mercantil la ocupación de todas las tierras que puedan acapararse, sosteniendo la teoría de que el Comercio sigue al pabellón [the trade follows the flag), según leemos en los discursos que en estos últimos meses ha pronunciado en reuniones de negociantes de los grandes centros comerciales de Inglaterra y los cuales ha publicado The Times de Londres. Esto

observador

¡mparcial á penpueden ser las consideraciones de mere interés, y no las místicas de destino providencial, las que mueven á los sajones á sus guerras de conquista, pues se advierte cómo han sido sar

que

inclira

más

al

bien

de inicuas y atroces todas esas guerras, hasta las más Sudán, cuyos ho-

recientes, entre ellas la inglesa del

rrores son indignos de

moderna, se-

la civilización

gún

los describe

cito

de Kitchener, Mr. Ernest N. Bennet en

con vivos colores

el

Oficial del ejér-

porary Reuiew, de Londres, en enero sin

que se haya logrado desvirtuar sus

saciones.

Y

la

Contem-

de este año, terribles acu-

respecto á los Estados Unidos, se conoce 117

TEDEO

muy jas,

ARCA YA

51.

bien su despiadada conducta con los

destruidos sistemáticamente,

tales procederes han sublevado

pieles ro-

extremo de que

al

hu-

los sentimientos

manitarios de algunos raros pensadores americanos,

tomo

Mr, Francis

ticular en

cuanto á

la

el

Leupp, que escribe sobre

E.

número de diciembre

del

iniciada colonización de Filipinas,

cepto que de

ella

han formado

se

demostrado elocuentemente con que sostienen.

el

par-

Forum. En el

con-

los tagalos, está

encarnizada guerra

la

Pero ya sea por sincera creencia en una misión divina de civilización, ya sea por interesados cálculos,

que

cierto es

lo

hoy de

Estados Unidos se vanaglorian

los

estar llamados á

subyugar estos pueblos

la-

La idea es popular entre los yankees y ya en las inserciones anteriores hemos visto cómo se la

tinos.

expresa sin ambajes. Continuemos

con otras

citas.

En The North American Review, de marzo, encontramos un curioso artículo del ex-senador W. A. Peffer, en que ahogándose por

anexión

la

de Filipinas, se

sientan principios que son por todo extremo sugestivos.

Este

articulista

todo ve

en

la

profundamente

es

mano de Dios y

religioso,

se regocija de que

pueblo americano sea creyente.

"Somos,

dice, un una Pro"videncia Suprema, que en sus designios y cuando lo el

"pueblo cristiano, que cree en

la

"juzga oportuno, impulsa

mundo

"La "es

"en "la

historia,

mirada

al

desde

la

rememoración

el

desenvolvimiento

evangelizacíón

de

de

la

existencia de

las

del

carácter

tierra.

118

hacia

adelante.

punto de vista, obras de Jehová

este

Las

humano y naciones

y

IMPERL^LISMO NORTE-AMEBICANO

"los individuos, decía recientemente un fervoroso clé-

y es de acuerdo Estados ünique los "con esta teoría que creemos "dos están llamados á una obra grande. A los Jutienen aquí abajo su misión,

'*rigo,

"díos les tocó abolir "encia en un

"Yo soy

el

"á mí

"

idolatría,

la

Dios y

la

cre-

Señor tu Dios, no tendrás otros dioses sino Los Griegos enseñaron el mundo á pensar

"y hablar con elocuencia, y "práctico

establecer

deber de obedecer su Ley.

el

el

Romanos

los

sistema del derecho.

hicieron

¿Sería demasiado

"agregar queá los Anglo-americanos les está encar-

"gada

la

obra de

esparcir

el

Evangelio

"ternidad entre los hombres, poblar

de

la tierra

la

fra-

y

go-

Es digno de leerse uno de los argumentos que emplea este escritor para convencer á sus "bernarla?"

lectores

de

la

de

necesidad

anexar las Filipinas.

"Los Portorriqueños no estaban alzados contra Es-

"paña sino

al contrario,

"nos pidieron ayuda "ni

demandaron

"tas.

ni

satisfechos de su gobierno; no

reclamaron nuestra simpatías

auxilios para multitudes

¿ Por qué, pues,

hambrien-

ya que tomamos esa

isla

no

"habríamos de tomar la de Luzón? Y si tomamos "la de Luzón por qué no hacer lo mismo con otra "y otras hasta relevar á España de toda responsa"bilidad de soberanía

en esa porción del mundo?".

La consecuencia en lógica sas, es

que

se

extricta,

de tales

premi-

cometió una iniquidad con España

arrebatarle sin pretextos á Puerto Rico y que esa iniquidad no podría servir de antecedente para arre-

al

batarle también ley

de

su libertad

á

Dios, descubierta por 119

los filipinos. Pero la

Mr. Peffer, justifica

PBDEO

todo ésto y

en

lo

ARO AYA

M.

que otros ven una

injusticia, él

encuentra un sólido argumento para otras mayores.

Deduzca ahora cada quien

que su

lo

in-

criterio le

dique acerca de esta pregunta que se hace Mr. Peffer

"Los Indios han dejado

:

de

Cabe que

ser.

"guien imagine que pudiera haber sido de

'do? ¿Y no es esa

"más

historia de la

la

dando paso

débiles

á los

otro

al-

molos

civilización:

más

fuertes,

la

su-

"pervivencia de los rnás aptos?"

Verdad

es

que

eminentes estadistas

algunos

yankees combaten esas exrañas ¡deas de conquista

que andan mezcladas con ensueños místicos, pero nada pueden contra el torrente invasor. En la misma North American Review, ha

publicado Mr.

Carnegie, sesudos artículos con

mus

el título

tomamos

versas Imperlalismus, de los que

"Esos

siguientes párrafos:

pueblos

Andrevv

de Americanis-

(los

los

filipinos)

"aman sus hogares

y su país, sus mujeres y sus ponen "hijos al igual de nosotros y en ellos "sus complacencias Tienen nuestros mismos sen"timientos, sin excluir

"que

los

"sos los

el

de

la

dignidad

mismos

los clamores de las

"y americanas en

la

madres

por

unos defendiendo

otros invadiendo ageno suelo!

"patria y los

filipinas

desesperación de su dolor

"los hijos que perecen, caídos los

"embargo, los invasores han sido enviados "los

nacional,

hace combatir hasta perecer. Ah! también

Y allá

que creen que su "deber" es apoderarse de

la

sin

per las

"Filipinas en

nombre de

"tera deidad!

cuan extrañas cosas se ejecutan á veces

"en tu

nombre

la civilización,

!"

120

¡Deber! aus-

IMPERIALISMO NORTE- AMERICANO

estas voces generosas, inspiradas por los

Pero

más

percibidas

mismos

entre

la

grita del

artículos de Mr.

guiente cita que protestante,

"hechos

humanitarios, pasan desa-

sentimientos

altos

ni

De esos

Imperialismo.

Carnegie

tomamos

trae de las palabras

la

si-

de un Obispo

Doane: "Nada puede variar los cambiar la situación, ni hacer retroceder Mr.

movimiento avanzante de la voluntad de Dios, "que tiende á la final sustitución de la civilización, "la libertad y la religión de los pueblos que hablan "el inglés en lugar del viejo dominio de las razas "latinas y de la Religión Romana. Dios ha esco"gido al pueblo Americano para ser el instrumento "de su querer en un movimiento más trascendental "que el de la Reforma en Inglaterra, la libertad de "Italia y la unidad germana. Sometidos á El con "la serena confianza de la fe que sabe esperar, de"bemos ahora ponernos á la altura de nuestros de"el

"beres actuales."

En fiarpefs Magazine de diciembre, Bushnell

Hart considera

risible la

Profesor

el

de que

especie

sea ahora únicamente que los Estados Unidos ten-

gan

colonias, pues arguye que í^iempre las

nido bajo

el

nombre de

territorios,

de su historia. Opina, sin

desde

embargo,

el

han tecomienzo

que como

las

nuevas adquisiciones están distantes, se hace neceformación de un Departamento Colonial esque gobierne estas dependencias bajo principios oligárquicos. Porque también ha sido materia ampliamente discutida entre los yankees, si los

saria

la

pecial,

pueblos conquistados á España (y naturalmente los 121

PEDRO

que en

ARCAYA

M.

sucesivo puedan conquistarse á

lo

otras na-

ciones) habrán de gozar de ios dereclios de

la

ciuda-

americana. Óigase sobre ésto al profesor J. Me. Master, de la Universidad de Pensilvania, en The Fomm, de diciembre bajo el artículo que trae mote: Annexation and universal saffrage, del cual

danía

B.

son dignas de

retenerse

expresivas

las siguientes

Congre-

frases: "El suelo extranjero adquirido por el

"so es una propiedad y no una parte de los Estados

"Unidos {property not part of the ünites States), esos de, y no bajo la Cons-

"territorios se hallan fuera

"titución {are without

"Por tanto,

al

darles

and not under

the Constitution)

Congreso un gobierno, está

el

la especie que mejor Soberano Cuerpo Legislativo, sea atendien-

"en libertad de establecerlo de "plazca

al

"do á los principios del self government, sea desetotal ó parcialmente, pues no hay la me-

"chándolos

"nor obligación de garantizar

ni

aún un sufragio

res-

de los nuevos territorios

"tringido á los habitantes

"que adquiramos." El

Estados

Hon

Charles Denby^ antiguo Ministro de los

Unidos en

China,

en

el

mismo

número

de The Forum, enfáticamente dice: "es nuestro deber "intervenir en

todo

"que haya intereses

También las

nuevas

lo

que ocurra

en

el

exterior en

nuestros de por medio."

los poetas

han cantado

el

himno de

ideas.

En "Mac

Clure's

Magazine" de febrero,

yard Kipling, publica un

Marís Barden, en

que

poema

trata de

titulado

transfigurar

tica del Imperialismo, presentándola

122

Mr RudThe white la

como un

polísacri-

I5IPEIIIALISM0 NOETE-AMEIIICAXO

que deben hacer los

ficio

sus

tranquilidad y

mente por

el

feriores, á

civilizar las

por

pues, una

in-

dirigiéndolas

acertadamente.

la

que se predica

que cuando Pedro

mitaño, y los que después

la

é

llamados ellos

Sólo

Media, se andaban

su

están

cuales

nueva cruzada

entre los sajones.

en

sajones, de

de oirás razas atrasadas

bien

obligación moral,

Es

pueblos

riquezas, trabajando abnegada-

por

Europa

la

mano, predicando

el

Er-

imitaron en plena Edad

le

guerra

la

descalzos, vestido de harapos,

con

el crucifijo

Santa, viajaban

sosteniéndose de

las

limosnas públicas, y los Reyes y Magnates que se iban á Palestina se llamaban San Luis de Francia y Godofredo de Bullón,

al

sajona sus predicadores, la

Biblia

paso que en esta cruzada si

en

la

una mano portan

protestante en que han descubierto

cepto de las conquistas territoriales, en el

de su contabilidad mercantil para

libro

cálculo de sus gastos

A

imitación

el

pre-

otra llevan

la

el

exacto

y ganancias.

de las viejas

doctrinas del dere-

cho divino de los reyes, sostienen estos demócratas la teoría

A

del derecho divino de su raza.

dicionales principios de justicia cional, sustituyen otros en

de

la

que predomina

de los propios intereses, aún á costa de dencia de los

los tra-

ley internael

la

cuidado indepen-

demás pueblos.

¿ Llegarán á verse realizados

esos

sueños de

universal dominación ?

¿Perecerán estas nacionalidades latinas, cuya lenta

formación fué

el

resultado de tantos esfuerzos, desde

aquellos de los conquistadores españoles, que á costa 123

PEDRO

M.

ARCA YA

de brillantísimas proezas implantaron en estas rras los principios cardinales de la

ropea, hasta los

tie-

civilización eu-

que realizaron nuestros

libertado-

res con las expléndidas manifestaciones de su genio

y los infinitos heroísmos de su corazón en epopeya magna, no superada en los anales de ninguna otra raza ? El peligro es evidente

para

la

vida de estos pue-

blos.

Y

en

profunda degeneración, conjunto raro de inca-

la

se

comprende su mayor gravedad

al

pensar

pacidad y de desorden á que hemos llegado en la mayor parte de las naciones ibero-americanas. En

medio de

este desbarajuste corren riesgo de extin-

guirse todas

con

ellas

la

las

energías

del carácter

independencia

cuya única salvación

sería

de estas el

nacional y Repúblicas,

respeto que pudiera

inspirarla incontrastable virilidad de sus hijos. ¿

Podremos regenerarnos resolviéndonos á ser serios, como lo son ya hoy Chile y la

pueblos

Argentina? El problema es arduo. El porvenir se presenta oscuro é indescifrable, y quedaría expuesta á error toda previsión actual.

CORO,

1899.

Mñm

sie

n ñm iiies

ne

ii

Goiooío

Apiitacioiies sotos las clases sociales de la Colonia

Don Ricardo Becerra en su Vida de Ki-

Dice randa,

próxima

que

romper sus estrechos mol-

á

des y darse á su elección otros más conformes con del tiempo y sus necesidades, apareció el espíritu al

comienzo del siglo XIX

la

sociedad venezolana,

siendo por entonces "sus principales elementos cons"titutivos, la

"lajada,

de

"te parte

superposición

las tres razas

de su

inmenso

"el trabajo esclavo; "ria,

en

lo

por dicha bien re-

territorio:

una propiedad

pero ya floreciente,

"agraria en formación,

"reunida en pocas

legal,

que poblaban escasamen-

manos y sostenida en gran caudal

si

bien

parte por

de riqueza pecua-

general mal organizada; un comercio

le-

contrabando y por las mu"chas restricciones á que estaba sujeto; ciases ar-

"gal empobrecido por

"tesanas

el

muy atrasadas; una

"más propiedades que "tumbres en

el

aristocracia colonial con

blasones; fuertes y sanas cos-

hogar de

la

familia ciudadana; cierto

"bienestar natural bastante generalizado; y en pun"to á desarrollo de "los caracteres,

las inteligencias y

tanta

formación de

audacia, energía y luces

en

"unos pocos, como ignorancia é inercia en el ma"yor número; de todo lo cual resultaba una oligar127

PEDRO M ARCAYA

"quía apta para

impulsar,

dirigir' é

pero

difícil

de

"transformarse con inmediatos buenos resultados en

"una democracia regularmente ordenada. Cuando so"nó la hora de la lucha, aquellos elementos y las in"dicaciones siempre importantes de la naturaleza "física, señalaron á cada idea su acantonamiento y "sus soldados. La revolución, cuya iniciativa fué obra

muy

"de unas pocas pero

firmes cabezas, cundió de

"preferencia en las ciudades y villas

más importan-

excepción hecha de las de Maracaibo y Coro, y "fué secundada por los hombres más distinguidos

"tes,

"y pudientes de las

diversas

"cultores, propietarios,

capas sociales, agri-

jurisconsultos, médicos,

lite-

ganosa de gloLa "ria; muchos artesanos y algunos proletarios, "tradicionista ó colonial, aparte el elemento español

"ratos,

una juventud

llena de bríos y

"radicaba su mayor fuerza en las clases rurales

"humildes, acostumbradas á ver en

el

más

Rey ó en su

"representante á su natural defensor contra

los an-

"tiguos encomenderos convertidos en opulentos ha-

mantúvose tenaz en sus bravias llanuépoca en que el heroísmo semibárbaro, "fruto natural de esas regiones, una vez encarnado "cendados,

"ras, hasta la

"en

la

persona de Páez, logró

ganar para

la

causa

la fuerza y simpatías de aquella de"mocracia indómita y agreste."

"independiente

Más

adelante el mismo autor discriminando las la decidida afección de los córlanos por

causas de el

ra

Rey, expone que es en

mucho

el

probable que

sentimiento de

Caracas que apunta

el

la

la

determina-

emulación con

Oidor Heredia en sus 128

Memo-

CLASES SOCIALES DE LA COLONIA

""hecho procedía de **y

pero que "el una causa superior más general

la revolución de Venezuela,

fias sobre

comprensiva que

de simples rivalidades luga-

la

mismo, á la preferente La América tuvo tam**bién su época feudal, acaso más áspera y dura que *'la de Europa, y el recuerdo desús violencias y des-

*'reña5 y es acreedora, por lo "^

consideración de

historia.

ia

""manes perduraba en

el

pueblo y particularmente en-

acostumbrados á guarecerse contra amparo del Rey, cuando las clases ilustra-

"tre los Indígenas

"ellos al

^'das y pudientes

de

la

Colonia, herederas de los an-

"tiguos usufructuarios de ese régimen, hablaron de

"romper con España y proclamaron la Independen"cia. Naturalmente, una causa que amenazaba en apa"riencia privar á los humildes de aquella protec"ción y sólo les ofrecía en cambio abstracciones ^'mentales incomprensibles para su inteligencia, debió

"suscitar en

las

masas sentimientos

"desconfianza ó cuando menos

de

de aversión,

"así sucedió, en efecto, sólo que, mientras en

unas

la inercia y la indolencia, en Maracaibo, Pasto, Santa Marta en Coro, como

"partes "otras "etc,

Y

indiferencia.

prevalecieron

descontento degeneró en una franca hosti-

el

que sus

"lidad,

"hasta

la

autores llevaron durante

más obstinada

la

lucha

resistencia.»

Estas explicaciones del señor Becerra acerca de la

hostilidad popular contra

la

causa

patriota,

han

corrido con fortuna inspirando otras tesis que en

mismo orden de

ideas

el

han desarrollado algunos pen-

sadores patrios. Así

el

muy

ilustrado Dr. L. Vallenilla Lanz, en su 129

PEDRO

31.

ARCA YA

estudio La Evolución Democrática, publicado en «El

Cojo Ilustrado» del

1*?

de novlenbre de 1.905

nos

fuerte y poderosa oligarquía» constituida por «los nobles» de Caracas, agregando. «Y no era

habla «de

la

"únicamente Caracas

el

asiento de aquella aristocracia:

"en cada una de las capitales

de Provincia y de las "ciudades cabeceras de Partido capitulares, como Bar"celona, Barquisimeto, Coro,

"Guanare, Mérida, Trujillo

San

Calabozo,

Valencia

Felipe,

y hasta en

etc.

"algunas villas importantes, existían grupos de no-

formando "una oligarquía opresora y tiránica, cuyo poder es"tuvo siempre en pugna con los agentes enviados de "bles con iguales ó peores exclusivismos,

"España," y concluye que «en todo el proceso " cativo de la Revolución no debe verse sino

"de los "nobles" hacia "lucha por "atrás "

la

por

las

justifiel

odio

autoridades españolas,

la

dominación entablada de mucho tiempo aquella

clase

social,

poderosa y

ab-

servente.»

Otros escritores, partiendo de tesis,

para ellos indudable,

de

poderosa "aristocracia" colonial

que

ejercía sobre las

hallar en la

Colonia

la

misma hipó-

existencia

y

de

la

de esa

opresión

masas populares, han querido la

raíz

de los partidos

cos en que después se dividió

tando que

la

la

la

políti-

República, asen-

lucha entre ^amarillos» y «godos» fué

de «pobres» y «ricos,» de la "plebe" con "las clases elevadas." Pudiera suceder que estas últimas conclusiones, por referirse ya á cuestiones políticas que

hace mucho tiempo más que sereno juicio

hasta no terés,

130

eran de candente inhistórico,

sean

la

ex-

CLASES SOCIALES DE LA COLONIA

presión

de afecciones

Pero

sectarias.

rismo político ha podido

influir

si

secta-

el

en los escritores á

que este párrafo se refiere, creemos que su opinión es digna de tomarse en cuenta porque patentiza las consecuencias, evidentementa falsas, que pueden deducirse

de

de Becerra demostrando así su

tesis

la

inexactitud y porque dejan ver cómo y aún más que las afecciones de partido de que dejamos hecha mención,

muchos

en

influye

espíritus

el

recuerdo de

la

historia romana, haciendo vislumbrar al través de sus

brumas

figuras imaginarias en lugar de las reales de

nuestra historia.

Examinaremos en verdad

lo

de

estudio hasta dónde es

este

"aristocracia colonial," que tan pode-

la

rosa se cree que era en los albores de cia,

do

analizando colonial.

la

Independen-

evolución de las clases en

la

En

otro trabajo quizás nos

perío-

el

ocuparemos

en los orígenes de los partidos políticos de

la

Re-

qué influencia pudo tener en enemiga que se dice de "los pobres"

pública, para averiguar

su formación

la

hacia "los ricos, de los hijos de los «plebeyos» cia los hijos

de los «nobles» de

Para comenzar y bles" eran en su casi regía en la Colonia

el

como aquí

mos examinar previamente en España.

Había

allá

las

ha-

Colonia.

estos llamados "no-

totalidad de

derecho de

la

la

origen español

madre

Patria,

y debe-

distinciones sociales

"nobles" y "plebeyos," deno-

minados estos últimos "pecheros" y también "gentes del estado llano."

La

más

efectiva

clases era que los

de las

pecheros, 131

distinciones

de estas

como su nombre

lo in-

FEDIÍO M.

dica,

estaban sujetos

no tributaban

á

los nobles.

ÁRCAYA

un impuesto especial

Tampoco

éstos,

que

á diferen-

cia de aquellos, podían ser encarcelados por deudas no provenientes de fraude ó delito. Tenían los nobles derecho de usar los escudos de armas de sus familias grabándolos en sus sellos y en las puer-

Cuando

muerque se patentizase la calidad del reo, privilegio que á nosotros nos parecerá incongruente, pero que era de importancia para aquellos viriles hidalgos, que aún en el trance supremo tenían carácter entero para reclamar lo que creían de su derecho. Así, cuando á tas de sus casas.

te

la

ejecución

debía

Don Rodrigo Calderón lipe

IV, tanto

exigió

condenaban

los

de

efectuarse

lo

mandó

él

estando ya en

ejecutar

á

modo

el

Rey Fe-

el

patíbulo,

que en el modo de darle muerte se observaran las solemnidades acostumbradas con los de su clase, que quedó proverbial la frase 'Tan orgulloso como Don Rodrigo en la horca." Dividíase

la

nobleza española en

el

siglo

XVI en

dos grandes categorías: la primera era la alta aristocracia, que comprendía los grandes de España, títulos y magnates; por su naturaleza misma limitada á un grupo relativamente corto de ciertas casas

de antigua raigambre, como eran Rojas,

Sandoval, Manrique,

las

de Mendoza,

Fonseca y otras; y

la

segunda era la de los simples hidalgos, casta numerosísima en la Península, como que aún desde la Edad Media villas enteras las habitaban exclusiva-

mente familias hidalgas y toda

la

población de las

al

cabo, en

tres

132

el

sigio XVIII,

provincias vascas se

CLASES SOCIALES DE LA COLONIA

como

consideró en globo

en

la

perteneciente á esta

cual se confundían también las

cla>íe

ramas segundo-

nas, no tituladas, de la alta aristocracia.

Subdividíanse á su vez

dos categorías

:

las

gentes plebeyas en

cristianos viejos y

descendientes de

moros ó judíos conversos.

h

la

conquista de Venezuela no concurrió nin-

gún individuo de la alta aristocracia española y casi lo mismo puede decirse del resto de la América. Pero junto con hombres del estado llano se abalanzaron á estas conquistas multitud

de hidalgos de

Extremadura, provincias

Vascas y An-

las Castillas,

dalucía.

vo

Puede decirse que

Mundo

el

sometimiento del Nue-

de ellos; bastará mencionar á

fué obra

Cortés y Pizarro.

En suma,

los

hidalgos eran

la

guerrera

clase

que tan tenaz lucha sostuviera contra

los

Moros y

cuyas últimas y más decisivas energías se emplearon en la conquista Americana. La

alta

nobleza españolacuyos antepasados cons-

los siglos medios una dominante y poderosa, perdió desde los tiempos de Carlos V y Felipe 11 su importancia po-

tituyeron verdaderamente en aristocracia

lítica,

pero conservó

los altos cargos de

frecuentemente salían de su seno en

Palacio y

los siglos

y XVII los primeros ministros déla Monarquía, el conde-duque de Olivares y otros.

Los hidalgos, á diferencia de

los

acabamos de hacer mención, eran por tes pobres. Del

modo

XVI

como

grandes de que lo

general gen-

de vivir muchos de ellos nos 133

PECno

AlíCAYA

M.

queda inmortal descripción en la historia de Don Quique era de ios "de lanza en astillero, adarga an-

jote

rocín

"íigua,

"algo

Una

flaco y galgo corredor.

más vaca que

olla

más

carnero, salpicón las

de

noches,

"duelos y quebrantos los sábados consumían las tres partes de su hacienda." En pobres villorrios vivían

soñando aventuras y grandezas.

Y cuenta

que Don Quijote podía figurar entre los

propia y algunas parcelas de tierra poseía. ¡Feliz se habría considerado el ricos de su clase,

porque casa

mismo

Cervantes, también

tener

escaso haber de su héroe!

el

Muchos

vinieron á

la

hidalgo aventurero, con

conquista americana, de

estos hidalgos pobres de fortuna, ricos de ánimo, de espíritu

aventurero, clara inteligencia,

voluntad te-

naz, crueles los más, generosos algunos,

con una

alta

noción de

su propia

pero todos

dignidad

é

im-

buidos en los sentimientos caballerescos de los ro-

mances y novelas de su época.

Formaron ellos el tronco de la "nobleza" colonial; ya aquí no eran propiamente los privilegios de su

nacimiento los que los

directora,

constituyeron

en

clase

como conquistadores

sino sus servicios

y primeros pobladores de estas tierras, de modo que al igual de ellos estaban en estos países los indivi-

duos

del

estado llano de de

sus méritos se hicieron

la

Madre

patria

que por

notables aquí. Por ejemplo^

muchacho guardador

de

puercos en España que habiendo pasado á estas

In-

Sebastián

de Benalcazar,

dias en servicio de algún caballero, demostró tanta 134

CLASES SOCIALES DE LA COLONIA

más en-

capacidad y valor que al cabo fué uno délos cumbrados caudillos de la Conquista y como currió á

la

tal

con-

fundación del Nuevo Reino de Granada.

Los

Reyes declararon hidalgos á los conquisaunque los más lo eran por su nacimiento como hemos visto, era natural que siendo comunes sus peligros con los que no lo eran, todos en el tadores, pues

Nuevo Mundo quedaran igualados.

(1)

Teniendo en cuenta estos antecedentes, figurémonos la Sociedad venezolana á mediados del siglo XVI. Perfectamente delineadas estaban tres castas

:

mar

la

una dominante, que entonces

opresora,

la



se podía

entre sí por las leyes dictadas en su favor

meros pobladores;

la

como

pri-

de los indios, aún numerosos,

sujetos á todos los caprichos de los blancos los habían repartido en Encomiendas,

gros, todavía pocos, importados del clavos, palabra

lla-

de los blancos españoles igualados

que resume todo

lo

y

la

África

que sé

de los ne-

como

es-

que pudiéramos

decir acerca de su opresión.

Pero

si

entonces era homogénea cada una

de

(l) "Para honrar, dice la ley VI, título VI, libro IV de la " Recopilación de Indias, las personas, hijos y descendientes

" legítimos de los que se obligaren á hacer población y la " hubieren acabado y cumplido su asiento, los hacemos hijos" dalgo de solar conocido " Aunque esta ley solo favorecía á los jefesó Caudillos de la Conquista, la

sus disposiciones, de

modo que

costumbre amplió

en las informaciones de nobleza

de los criollos venezolanos se hacía comunmente mérito de descender el postulante de los conquistadores y primeros pobladores de estas tierras,,

como prueba de 135

calidad.

FEDUO

las tres

veamos

castas

AEGAYA

M.

diferenc¡?ciones que

las

evolución social fue introduciendo en

Comenzcindo por

casta dominadora,

la

blancos, pronto se distinguieron éstos entre



el

la

la

ellas.

grado de riquezas ó influencia logradas en

de los

según el

país.

Por otra parte, como algunos habían venido casados

de España y otros se enlazaban con mujeres de raza española, de las colonias vecinas, conservóse en

muchas

familias descendientes de los conquistado-

europea pura. Sus hijas casaban con nuevos individuos venidos de España que, ora por res,

la

raza

hemos

ser allá de los hidalgos que

con empleos importantes á

llegar

en

cierta significación

tían

matrimonio (2)

en

esas

Con motivo de

manuscrita, de

la

se forjó la leyenda de

y

la

Venezuela por

que ios

perdidos

que habían venido de España fugitivos por lo

Oviedo.

decía

leyenda. Los conquistadores,

en su

mayor

parte hidalgos

todos los de su casta en

la

Nada

de las é

que aunque Patria,

familias

insignificantes

sus delitos, supo-

más

como decimos en

Madre

entrar por

segunda parte, Oviedo y Baños,

ascendientes

"nobles" de Caracas eran hombres

niéndose que así

al

mancomunaban

se

desaparición de

de

por

colonia, inves-

país

el

familias,

la tlístoria

visto, (2) ora

la

falso el

pobres,

que esa

texto, eran

como

casi

pertenecían á viejí-

simas y muy conocidas familias y así lo dice el propio Oviedo y Baños en la primera parte, publicada, de su Historia, respecto de muchos de ellos. En cuanto á los españoles que vinieron después y enlazándose con las hijas y nietas de los fueron los inmediatos ascendientes, en línea

conquitadores

recta masculina, de los "nobles"

están llenos los archivos

de

venezolanos del siglo XVIII, proba'

documentos auténticos,

torios da que casi todos procedían de

hidalgos de

la

Península.

136

la

misma cepa de

los

PEDRO

con

sus

seguían

ellas,

por mujeres

M.

resultaban

ARCAYA

aunque

hijos,

de los

provenir

sólo yá primeros

pobladores, sosteniendo los privilegios á estos con-

por

cedidos

los

tradiciones de

Reyes,

la familia,

continuaban

y

las

viejas

cuidando de conservar sus ge-

nealogías para demostrar en todo tiempo que eran de la

raza de los fundadores de

nos vastagos de nobleza

ó

sea

los

el

la

Colonia. Estos ya leja-

conquistadores constituían

mantuanismo

de fines del siglo XVIIl y principios del siglo XIX. ro

esa casta no

era

la

colonial venezolano

una aristocracia

Pe-

política,

ni

mucho menos un grupo exclusivamente gobernante. Ni aún en los siglos XVI y XVII en que de hecho gobernaban al país los conquistadores y sus descendientes, hubo en las poblaciones venezolanas ^5/a¿/o de hijosdalgo, como existia en algunos ciuda-

des españolas, en las cuales los

formando corporación

«nobles,» eran verdaderamente una

aristocracia

municipal, con especiales privilegios corporativos en el

manejo de

los intereses locales.

Nuestras ciuda-

des eran, politicamente, behetrías^ voz árabe que entre otras

pañol

la

acepciones tiene en

el

lenguage legal

de «lugar sin cuerpo de nobleza».

hizo constar

el

Así

eslo

propio Cabildo de Caracas en su acta

22 de setiembre de 1692, al negarse á cumplir dos Reales Cédulas expedidas á favor del cubano Don Manuel de Urbina, mandando que se le guardasen en

del

Caracas especiales excenciones

(3)

Libros Capitulares.

como noble que era.

Archivo de

Caracas.

137

la

(3)

Municipalidad de

CLASES SOCIALES DE LA COLONIA

Ciertamente que las leyes de

Indias daban á los

descendientes de los conquistadores

derecho de

el

preferidos para ciertos cargos Municipales

ser

pero no

lo

gozaron exclusivamente

cipios del siglo XVIII.

recho que

duos estado

sólo

se trataba de un de-

por

existir,

la

indivi-

ausencia

de hijosdalgo, ninguna corporación que

natural que con el

Como

correspondía alegarlo á

particulares, sin

sostuviese para

con

le

colectividad de

la

la

mayor

(4)

sino hasta prin-

los nobles,

del lo

era

afluencia de españoles y las otras clases socia-

ascenso constante de

les del país,

ya desde mediados del siglo XVIII no

se tuviera en cuenta ninguna preferencia to indicado.

En cuanto

al

respec-

á las otras distinciones

en-

nobles y plebeyos, de las leyes españolas, la más importante que era la de no pechar los primeros,

tre

había dejado de ser aquí por virtud del especial sis-

tema de tributos en la Colonia. Fué, pues, entrado el siglo XVllI cuando los «nobles>, á quienes en lo político, poco ó nada venía distinguiéndolos ya de la clase de los blancos del estado llano en que luego nos ocuparemos y que veían á muchos pardos en holgada situación económica y por tanto gozando de

cierta

importancia

relativa,

para patentizar que constituían

la

perior en establecer distinciones de

que apenas servían para disfrazar (4)

lo

II.

Recopilación de las leyes de

la

se afanaron

clase

social

su-

mera apariencia verdad de que ya

indias. Libro

V. Títu-

Ley V. Que para alcaldes ordinarios se tenga considera-

ción á los descendientes de los descubridores, pacificadores y

pobladores.

138

PEmiO M AKCAYA

era complétala igualdad legal (y casi lograda en

he-

el

cho) entre nobles y blancos del estado llano y que entre éstos y las demás castas libres eran indecisas y fáciles

de franquear

Esas distinciones que

las fronteras.

se quiso establecer consistían en

uso, por parte de

el

prendas del vestir á que creían

los nobles, de ciertas

tener derecho exclusivo por una errada interpretación

españolas, cuyo objeto (ab-

de las leyes suntuarias

surdo como

el

den proteger

al

de casi todas

leyes que preten-

las

individuo de las consecuencias de sus

propios actos) no había sido sino premunir á las gen-

En particular creían

tes de ciertos excesos del lujo.

los

nobles que sólo

mantos.

De

(5)

alli

sus

el

mujeres

adjetivo

lenguaje corriente sustituyó

el

podían

vestir

mantuano que en

de noble.

Y

Las leyes suntuarias españolas que regían hasta

(5)

el

en verdad,

muy

XIX están contenidas en el título Xlll ("De los trajes y vestidos y uso de los muebles y alhajas") del libro VI de la Novísima Recopilación. Sus prohibiciones alcanzaban así entrado

á nobles

el

siglo

como

á plebeyos pero tanto en la

en las Colonias

el

su objeto era que

vulgo las

las

clases

interpretó sociales se

Madre

en

el

Patria

como

sentido de que

diferenciaran en los

cuando en realidad era que nadie malgastara sus dineros en cosas de lujo, ot)jeto á la verdad también absurdo y sólo explicable por las erradas nociones económicas que entonces privaban. De esta equivocada explicación de las miras de aquellas leyes nació la creencia de que los "nobles" tenían derecho á vestir de otro m®do que los "pecheros." En Venezuela, sin embargo, no comenzó á pretenderse tal derecho sino muy entrado el siglo XVIII. En efecto, en la misma acta antes citada,

vestidos,

Caracas de fines del siglo XVII, se lee que entonacostambraban semejantes distinciones, usando entre

del Cabildo de

ces no se

otras cosas, dice

el

acta, "quitasoles los

139

negros lo mismo que

CLASES SOCIALES DE LA COLONIA

en

la

el

instinto popular, porque

el

una

era

anduvo acertado como ya aquella no no constituía una nobleza en

sustitución del adjetivo

siempre

aristocracia,

sentido histórico de

palabra, no era

la

tivamente gobernante que en

el

el

tiempo de

grupo efecla

conquis-

y hasta el siglo XVII habían formado sus antepasados sino una burguesía^ en la acepción moderna de

ta

una

este vocablo,

Io5 blancos." Por eso

para designar

clase

cuyas

social

creemos que

el

distinciones

vocablo "mantuanismo"

clase cuyas mujeres pretendían

la

exclusivo á usar "mantos," proviene del

tener derecho

siglo XVIIl y no de

"mantuanos" eran, generalmente, de pura es completamente errónea la ex' plicación moderna, según la cual el término "mantuano" procedía del siglo XVI y que se aplicaba entonces solamente á las indias nobles, que se supone usaban "mantos" y con quienes se cree que debieron de casar los conquistadores y así lia" marse "'mantuanos" á sus descendientes. Nada de esto último los anteriores. Los

raza europea, de

es

cierto.

Por

modo que

lo

demás, .aunque

aplicó para designar toda

sólo

los exaltados entre

la

palabra "mantuano''

casta de los llamados

la

ellos

pleiteaban

se

nobles,

por tan absurdos

motivos y eso más por satisfacer pasiones del momento contra determinadas personas que por espíritu de casta. Por otra parte tales pretensiones les

diferencias en los

á

fueron reconocidas á los

Siempre

las

vestidos nunca

'"mantuanos" que

autoridades superiores de

las alegaban.

Colonia y la Real rechazaban como absurdas la

Audiencia de 5anto Domingo las y hasta las ridiculizaban. Por ejemplo, el Gobernador Ricardos dispuso, como hemos leído en un expediente sobre un asunto de esta especie, en el Archivo del Registro Principal de Caracas (Pleito de A\aría del Giran, con

que

el

el

Cabildo

verdugo

prendas que se

Carmen de Mora, viuda de

Coro, sobre

saliese cierto día

vestido de toda gala las

de

por

calidad de las

calles

sus hijos)

de Caracas,

y portando "peluca," que era una de que sólo los "nobles" podían usar.

creía

140

PEDKO

M.

ARCAYA

efectivas con las otras del país venían siendo de he-

cho cada vez menos significativas, pero algunos de

cuyos miembros, aferrados en patentizar diferencias

que

borrando, querían mantenerlas

tiempo iba

el

en

siquiera

los vestidos,

cuando

sus ascendientes

época en que verdaderamente gobernaban

en

la

no

las

Quedando

habían reclamado.

cidas las pretensiones de distinción que para

duos, claro

es que

debía recaer

la

burla de las

la

fuerza

por

recerían

otras clases

misma de

«no-

indivi-

más que

sobre ellas

redu-

la

fundar algunos de sus

querían asi

bleza,»

país,

el

á eso

odio

el

y desapa-

abandonánaún aquellos cuyos

las cosas,

dolas desde fines del siglo XVllI

padres las sostuvieron antes. Era yn

muy tenue

el

hilo

psicológico de que pendían tales sentimientos de distinción de clases, de

perlo

el

empuje de

iniciadores de tos de los

la

modo que

las

fácilmente debía rom-

nuevas ideas. Por eso, entre los

Independencia pudieron figurar tan-

llamados mantuanos, partidarios de

ideas democráticas de

las

Revolución Francesa y la de Norte América. Vallenilla Lanz, aplicando lo que dice

Taine

sobre

la

la

de los nobles franceses,

psicología

piensa que las ideas democráticas de nuestros man-

tuanos quedaron en

el

«piso superior.»

Más

acertado

nos parece decir que los principios de legalismo republicano quedaban en el «piso superior,» en las regiones superficiales

del

espíritu,

no sólo

en los

«nobles» sino en todos los habitantes del país, ocu-

pando

el

fondo inconsciente, ora

reditarias al

sometimiento

órala necesidad

de

la

las

tendencias he-

absoluto á un

caudillo,

actividad tumultuosa de los 141

CLASES SOCIALES DE LA COLOXIA

campamentos, ora algo como vaga nostalgia de la vilibre nómade; por lo cual, á la postre, en vez de la República soñada debía imponerse la monocracia No creemos que en ese fondo

da

en

psíquico,

la

roca primitiva, entrasen

de raza en

repulsiones

grupo

el

porque éstas nunca existieron en ñol. la

Basta recordar

la

provinieron

el

facilidad del

blanca con las otras

raza

como veremos,

del

instintivas

de los «nobles»

país,

las castas

espa-

carácter

cruzamiento de de

cual

lo

meztizas, cosa

que no ha ocurrido donde as preocupaciones de raza han pasado á ser como instintos poderosos, por 1

la India y aún en cierto modo en Norte Verdaderamente los prejuicios de colores que en los hombres de origen español han

ejemplo, en xAmérica.

son los

estado en

el

piso

superior del espíritu,

fácilmente

desalojables por otros sentimientos.

Veamos de

la

en detalle

el

proceso de transformación

clase c(»nquistadora del siglo XVI, en

la

bur-

guesía «mantuana> de fines del siglo XVIII y principios del XIX.

En España de

la

la

misma

transformó

lenta-

clase hidalga, que era

nuestros conquistadores, se

mente en la clase media, confundiéndose paulatinamente con los descendientes de los antiguos pecheros,

levantados en

el

comercio, las industrias,

de modo que ya á principios del siglo XIX la nobleza no era en España la clase numerosísima que vimos en el siglo XVÍ dividida en dos categorías; no abrazaba la

agricultura ó las

profesiones liberales,

142

PEDRO

yá de hecho sino

M.

ARCAYA

primera de éstas: los

la

grandes

del Reino y títulos.

La

causa

de

transformación

esta

estaba

en

que habiendo sido los hidalgos, como vimos, á manera de los soldados de un gran ejército cuyos jefes fueron en la Edad-Media los ricos-hombres, las condiciones respectivas debían necesariamente variar cuando variaron las circunstancias que las originaron.

Los

en grandes de

ricos-hombres, convertidos

España, pudieron continuar formando ticos,

constituyendo una «nobleza»

leyes que vinculaban

tunas.

cuerpos polí-

al

abrigo de las

en sus familias grandes for-

Los mayorazgos, haciendo estable

dad en favor de posición

la

propie-

familia é impidiéndole su libre dis-

la

individuo, fueron la causa de que pudie-

al

ran los descendientes de los Ricos

Edad Media, guardar

alto

hombres de

la

rango en los siglos XVI,

XVII y XVIll porque así lograron mantener y sobre esa base acrecentar las riquezas adquiridas por sus abuelos los Jefes feudales en sus guerras de conquista. Coincide preservar el

origen de los mayorazgos, destinados á

el

las fortunas

término de

la

de las familias nobles, con

guerra contra los Moros, fuente de

periódicacual en los siglos medios sacaban mente grandes proventos los Señores del feudalismo español. Parece que hubieran comprendido que sólo la pérdida de su rango podía salvarlos de la preservación de las fortunas ya obtenidas porque la

lograr otras

En

efecto

en

aunque

lo

sucesivo habría de serles

los

difícil.

mayorazgos comenzaron á es143

CLASES

tablecerse en

el

SOCIÁLÍ'.S

siglo

institución sino desde así

DE LA COLOXIA

XIV no el

floreció

propiamente

la

comienzo del siglo XVI. Sólo

pudieron seguir siendo ricos los nobles españoles,

hombres indolentes y ostentosos, que no sólo por orgullo sino también por incapacidad eran impoEsto lo demostentes para el trabajo y la industria. tró la experiencia cuando en el siglo XIX, abolidas las vinculaciones, desaparecieron en España fortunas colosales ca:no la del Duque de Osuna, Don Mariano Tellez Girón, á cuyas

manos habían venido

á

parar los bienes antes vinculados en varias casas de la

vieja nobleza.

A

ejemplo, pues, de los grandes

la

clase hidal-

Madre Patria conservarse como guardando la memoria de sus antepasa-

ga, queriendo en la tal

clase,

dos y su posición social, se afanó en la creación de innumerables mayorazgos. Mas siendo pobres sus individuos y no pudiendo disponer ningún padre de familia según

el

equitativo derecho español, sino

una cuota parte de su fortuna, por constituir la

legítima

la

inmensa mayoría de

los hidalgos eran de escasísimo valor

blar Jovellanos la

de

ociosidad y

los el

«muy

"que desdeñan, como para "no pueden seguir.» No ción social

y así podía ha-

cortos que mantienen

orgullo un gran

"gos pobres, tan perdidos para

les barreras

de

resto

de todos los hijos, fácilmente se com-

prende que los mayorazgos de

"en

el

número de

hidal-

las profesiones útiles

las carreras ilustres

que

los salvaron, pues, tan débi-

de que fueran arrastrados en

cuyo producto fué

siglo XIX.

144

la

la

evolu-

«clase media»

del

PEDRO

M.

AECAYA

Y si esto pasó en la Madre Patria, donde innúmeras familias hidalgas trataron de afirmar para su posteridad la posición que lograban, inmovilizándola, puede decirse, con los mayorazgos, ¿cómo no había de ser

mas

en Venezuela,

más

rápida,

de

evolución

radical, la

conquistadores

los hidalgos

del

XVI á los «burgueses» de cuando eran en la colonia casi desconocidos mayorazgos? fines

siglo

del

siglo

XVÍll, los

En gozaba

efecto

muy pocos

Quizás uno que

existían.

familia de Bolívar y algunos pocos

la

mas en

llamado de los Cornieles en Trujillo y uno que otro en el resto del país, esos eran todos los maCaracas,

el

yorazgos que se fundaron en Venezuela durante

En Coro ninguno hubo. Había aquí

Colonia.

culaciones, pero distintas de los

dencias

mas

la

otras vin-

mayorazgos y de ten-

bien igualitarias: se dejaba un terreno de

gran extensión, propio para

en Vínculo de

la

familia del

la

cría,

constituyéndosele

fundador; esto

es,

que

todos sus descendientes tuvieran derecho

de esta-

blecerse en aquel terreno y disfrutarlo

comuni-

en

dad perpetua, sin que ninguno pudiera renunciar ja

más

ese

derecho, ni venderlo á

También una vinculación de durante

la

mente servían á gozarlas, por

muy usada

de las Capellanías, cuyo obSacerdocio pero que indirecta-

colonia fué

jeto era favorecer el

extraños. (6) familia

la

á los individuos que tenían derecho llamamiento del fundador, para cur-

De esta clase eran los Vínculos de Curaidebo y Cuie) mujacoa en Paraguaná, Curiniagua en la Serranía, Yuquique en Casicure y algún otro.

145

CLASES SOCIALES DE LA COLOXIA

sar estudios universitarios aún la

distintos de los

ción

que se hacía

en favor de

de

los clérigos

familia del instituyente, asegurando

al

de

una funda-

carrera sacerdotal. La Capellanía era

la

agraciado una

pequeña renta con los réditos ó censos de determinada cantidad de dinero, que á este efecto separaba el fundador de su patrimonio, con la obligación para el clérigo de celebrar cierto número de misas por el alma de aquel ó de las personas por él indicadas. Los clérigos favorecidos gozaban de la capellanía desde que tomaban menores órdenes, y mientras se ordenaban de Presbíteros hacían celebrar por otros las misas instituidas, quedándoles un pequeño beneficio; asi, pues, en las familias cuyos antepasados habían establecido capellanías, los mozos que querían cursar estudios se tonsuraban y aún recibían las primeras órdenes; gozaban así como clérigos las pequeñas por

rentas, tan

común que apenas

lo

canzaban para su pobre vida estudiantil, de pellanías que les tocaban, y

las ca-

abandonando después

hábito talar dejaban éstas á otros parientes. Los seguían, sin embargo,

la

al-

el

más

carrera del sacerdocio y en-

tonces era para toda su vida

beneficio.

el

Fuera, pues, de esas escasas vinculaciones, todos los bienes de la

familia

se partían

los hijos, siendo entonces tan

facultad de

los padres

por igual entre

limitada

como hoy

la

de mejorar por testamento

algún hijo con perjuicio de los otros.

Las reglas de entre

1®5

tar fueron

hijos y

división igual de las herencias

la la

privación

ideadas en

Francia 146

de

la libertad

de tes-

precisamente

para

PEDRO

destruir de raíz

M.

ARCAYA

nobleza de aquel

la

país,

En¡'-

colo-

la

nia venezolana siempre rigieron leyes análogas,

que sus efectos igualitarios fuesen dos,

como

los

mayorazgos, no

en

la

Madre

Partía,

por

porque su

sin

contrabalanceala

de

institución

establecimiento

prohibieran las leyes á los habitantes de

lo

colonia^

la

sino porque fundarlos no entró en sus costumbres,

Y en

la

para que no

naturaleza

la

arriendos, pudiera

á

quienes en

la

Se comprende que

país.

tierra

futuro

humana podía

previsión

una renta segura con sólo que arrendaran si

no

querían cultivar por

lo

nezuela, en



mismos.

de

dose en

No podía pues,

si

pensar

ni

entonces

valer

el

terreno

¿Pero en Ve-

Calcúlese cuan poco las

tierras,

tenién-

que hoy mismo son baratísimas.

cuenta de

escasez

alcanzar,

época colonial, como podían fundarse

la

mayorazgos de segura renta? debían

suficiente

fundador aseguraba de ese modo lo gozasen, por lo menos

el

lo

hasta donde

del

razón

y altos y seguros sus dejarse un fundo agrícola en ma-

en Europa, escasa yorazgo, porque

había

entrara

misma

puede aún ser de otro modo dada la

población

venezolana.

ninguna persona de sentido común en

fundar mayorazgos

la

Dedúzcase podía

presuponiendo

al-

guna renta derivada de arrendamientos de tierras incultas por extensas que fuesen; y tampoco nadie que tuviera buen criterio podía pensar que fuera tan estable

petuo las

como para cimentar mayorazgo

el

la

fundación de algún per-

valor de las

plantadas de cacao, que era

cultivadas, ni el

fruto

más

aún

valio-

so y que por serlo de árboles de larga vida pudiera 147

;

CLASE3 SOCIALES DE LA COLOXIA

que representaban un valor algo

decirse el

que tuviera práctica de

Todo

fijo.

cosas del país debía sa-

las

ber que esas haciendas no pueden subsistir sin una atención constante para combatir leza tropical

en

la

cual

volverá adueñarse ae

que

roba

le

el

la

las

la

selva

exuberante natu-

lucha

humano.

trabajo

La partición igual, ordenada por bienes hereditarios y

sus

produjeron

siempre por

escasas parcelas de terreno

la

ley,

de los

mayorazgos,

ausencia de

la

naturales consecuencias, y de

allí

mantuanos apenas pocos individuos fuesen «ricos,» aún en la limitada acep-

que en

clase délos

la

que

ción

relativa

país.

Quienes lean

á

la

palabra podía

concesión de tierras ó algún otro papel época, pueden imaginarse

lo

el

de aquella

contrario viendo lar-

gos nombres retumbantes, nombres

como

darse en

superficialmente algún título de

«de corrientes

un personaje de El Emigrado de Bourget por ejemplo: Don Juan Damián Pérez de Medina, Doña Mariana Montero del Barco y Sade aire^

diría

Don Pedro Perozo de Cervantes, en Coro Don Juan Pérez de las Llamozas, Don Cristóbal Vázquez de Montiel, en Caracas, y como esos ejemplos enunciados alazar, eran altisonantes los nomlinas Ortiz,

Don

bres

Felipe Rodríguez de la Madriz y Noriega,

casi

todos que se leen

en papeles viejos,

de

los Capitanes, Regidores, Alcaldes, &, de la colonia

Sugieren

la

idea de que quienes

hombres poderosos, «magnates,»

los llevaban

eran

dueños de gran-

des riquezas, y vistos al través de los recuerdos de la historia romana aparecen ante los espíritus imÍ48

TEDRO

presionables algo

M.

ARCAYA

como

así

representantes en

los

época colonial de los Apios Claudios y Servios Sulpicios de la vieja Roma.

la

Pero también á algún espíritu irónico podrían recordarle esos nombres,

de

Gonzalera,

la

el

Don Gonzalo González

de Pereda y quizás estaría

más

en

lo cierto.

Mas, prescindiendo de nombres,

los

la

verdad

ideas que sugieran

las

es que

entre

aquellos se-

magnates ni ricos sino un muy esque por condiciones especiales de su laboriosidad ó por circunstancias determinadas lograban acumular haberes relativamente importantes. La clase «mantuana» en globo estaba muy lejos de ser

ñores no eran caso número,

tan rica el

como

siglo XVIll

cien mil

se cree.

De

ella

en Coro apenas hubo en

un individuo cuyo capital excediera de

pesos,

incluyendo haciendas, rebaños,

ca-

demás propiedades de toda especie, llamado Don Juan de la Colina. En Caracas que era ía ca-

sas y

pital y

donde

las

mayores riquezas se

habían jun-

tado ¿cuántos de aquellos «nobles» eran millonarios?

De seguro que ninguno

lo era,

calculándose sus pro-

piedades á los precios venales de

la

época.

Puede hacer ilusión á algunos la enumeración de capitalistas que hace Don José Domingo

grandes

Díaz entre

los

iniciadores de

zolana, admirándole

que

tales

la

Revolución vene-

hombres

prohijaran

aquel movimiento. Mas, de ser cierta toda esa rique-

punto que requiere investigarse, no puede decirse que un corto número de individuos acaudalados en

za,

149

CLASES SOCIALES DE LA COLONIA

una clase numerosa, cuyos otros miembros

eran po-

convirtiera en potentada toda esa clase.

bres,

Esta pobreza de

la

ces «miseria» general

era,

como en

res á la emancipación)

mismo que

clase «noble» lo

de todas las del país, (que no

por

demás, enton-

otras épocas posterio-

por las condicio-

explica

se

lo

nes económicas de una comarca de escasa población, sin caminos y á la sazón sin comercio casi con el exterior. Ni en la época en que los conquistadores tuvieron bajo mano, para que trabajaran en su beneficio, á los indios de las Encomiendas pudieron crear riquezas en Venezuela, porque no había elementos para ello.

En

suma,

dalados de

acomodados ó acau-

«nobles»

los

Colonia, salvo una que otra excepción

la

en familias de Caracas, eran

propietarios rurales cu-

ya riqueza consistía en algunas casas mal amuebladas en to,

capital de su Provincia

la

Trujillo,

épocas del

(Coro,

Barquisime-

donde residían en ciertas especialmente cuando ejercían alaño, Mérida,

etc.)

gún cargo Municipal, extensas tierras agrícolas, inmayor parte y en medio de las cuales

cultas en su

tenían

algún fundo de

esclavos

para

su

cacao

labor,

ó

grandes

caña, con algunos

sabanas de

cría

numerosos en los Llanos, partes del país. En Coro, por

donde pastaban rebaños, escasos en las otras ejemplo, casi ninguno

llegó á

poseer

ni

mil reses

vacunas. Esas propiedades agrícolas ó pecuarias las tenían por lo

do

réditos ó

común gravadas con censos

perpetuos á 150

hipotecas, paganlos

conventos y

PEDRO

fundaciones de

bancos de

AROAYA



capellanías que eran

pequeños

los

época.

la

Para vigilar por

mismos



explotación de

la

sus fundos, generalmente residían en

de

poco se diferenciaba

ellos.

Su vida

de los propietarios ru-

la

de hoy.

rales

Por otra parte,

medio

el

sus efectos psicológicos y fisiolópesar de que entre las gentes

produjo

clada,

obrando sobre

tropical

de raza blanca no mez-

aquellas gentes, que eran

gicos enervantes, á

más

de ascendencia europea las fluencia tropical

y

han sido

resistentes á

la

in-

oriundas de España

las

La abulia con sus naturales consecuen-

Portugal.

de decaimiento y abandono no era rara entre aquellos hombres, y así, ya desde el siglo XVII se cias

vio

ruina

la

que esa misma haciendo de producción

y

la

influencia

aquella

casta

como

extraordinario

ron cias

misma

raza

por fenómeno de

Verdad es medio

degenerativa del

materia

apta

los

surgiese un

en

Bolívar;

en Ribas, Bermúdez,

de su

conquistadores

oscuridad.

para

la

de anormalidades psicológicas, pudo ser

causa de que de su seno

sivo,

de

descendientes

familias

á

terminar en

en

Montilla y

con menor atávico,

él

genio

tan

grado exce-

muchos

otros

intensidad, revivie-

dormidas

las

conquistadores del

siglo

XVI

tenden;

ahora

hablaban de Independencia y Libertad porque eran las ideas reinantes, pero el fondo psíquico permanecía

el

mismo, esto es

nes violentas,

el

la

necesidad de las sensacio-

placer de las batallas, la satisfacción

de innatos anhelos de

gloria 151

y

poderlo,

CLASES SOCIALES DE LA COLONIA

la mayoría de la clase que estudiamos más componían hombres de caracteres tímidos y encogidos, verdad que no desconocerá en cada localidad quien haya manoseado los papeles viejos de los archivos, donde leyendo testamentos, escri-

Pero

bien

la

turas de contratos, particiones de bienes, pleitos, se

aprende á conocer se

tratara.

la

como

gente de antaño, casi

la

Todo

que tenga

el

el

hábito del es-

tudio de archivos encuentra exactísima Taine, que refiriéndose á

si

la

frase

de

de fines del

los franceses

antiguo régimen y comienzos de la revolución que estudió en los documentos mismos de la época, dice que á veces en

silencio de los Depósitos don-

el

de estaban acumulados esos documentos,

le

entraban

deseos de hablar á los muertos cuyos nombres leía, de tal manera se le representaba claramente su modo de

vivir y

de pensar.

Las «encomiendas» de indios fueron patrimonio

de

los

y sus descendientes

conquistadores

principios del siglo

bien suplían

la

falta

XVIII. Pudiera parecer

de

grandes

hasta

que éstas

mayorazgos, dan-

de los conquistadores poderío y riquezas permanentes. Pero en primer término con-

do

á

las familias

tra esa conclusión

hay

el

hecho de que

das no eran hereditarias sino por dos ó tres vidas, esto

es,

padres á hijos por dos ó tres

demás ron

lo

las

«encomiendas»

que en México y

que se trasmitían de generaciones.

de Venezuela el

encomenderos de 152

Por

lo

nunca fue-

Perú, es decir de gran-

des comunidades indígenas, sino de pos. Así los

encomiencuando mas

las

vitalicias y

pequeños gruAjaguas

ios dirajaras y

PEDRO

M.

ARCA YA

XVIII, apenas teuno un corto número de indios bajo su gobierno. Creemos que lo mismo ocurría en las demás localidades de Venezuela, pues los únicos pueblos numerosos eran los de Misiones. Es un estudio que está por hacerse el de las Encomiendas

de Coro, de principios del siglo nían, cada

aquella época, pero indudablemente se llegará á

de

tantes

que

de

conclusión

la

como para

nunca

fueron

impor-

tan

convertir en poderosos á quienes

gozaban.

las

Como vinieron

antes dijimos, las funciones Municipales

con los blancos

XVIII, junto

gados

al

mantuanos ó nobles sino

llamados de «sangre limpia.»

mantuanos y blancos

tre

siglo

europeos, recién

lle-

á la de

mas ordinariamente

del estado llano,»

los «blancos

del

que no pertenecían á

país, otros criollos

clase de los

la

mediados

desde

á compartirlas

— Esta

llanos,

en-

distinción

ha pasado desaper-

cibida á los escritores que se han

De

cuestiones.

allí

ocupado en estas que no se den cuenta de como

existencia de esta clase

la

de blancos del

que

llano» con prerrogativas

casi

los

«estado

igualaban á

mantuanos, fue un correctivo del exclusivismo que de otro modo habría existido entre

los

blancos

las

clases de

la colonia.

Homogéneas

eran, ya

cada una

lo

vimos,

en

psro eso poco duró.

A

raíz

misma de

XVI

siglo

el

de las tres castas: blanca, negra é la

india,

conquista

comenzaron á nacer

los mestizos^

hijos de los con-

quistadores con las

indias de

tierra.

ni

la

No

fueron,

con mucho, frecuentes en Venezuela, como 153



en

CLASES SOCIALES DE LA COLOXTA

de

otras partes

América,

la

aquellos con estas,

estaban

bres indias venezolanas

como

matrimonios

los

de

se explica porque las po-

lo cual

muy

lejos

de ser

de México, Centro América y

las princesas

el

matrimonio fué grande el númestizos nacidos. Algunos los educa-

Perú. Pero fuera de

mero de los ban sus padres consigo, como si fueran hijos legítimos, dándoles su apellido, de modo que cuando salían con

buenas cualidades, talento ó valor guerrero,

se incorporaban á

clase de los conquistadores.

la

figuraron en las últimas guerras del siglo

como

tizos

del

nacidos durante en

país los

el

Así

XVi mes-

Ruiz Vallejo, Fajardo y otros, primeros años de establecidos

Barrio, los

De modo que en suma blancos puros ninguna dife-

españoles.

entre esos mestizos y los

rencia legal ni aún social había, porque

de ser hijos naturales poco debía de

la

circunstancia

influir

en

el

con-

cepto de sus contemporáneos, cuando en España, por la

las

misma

época, los bastardos, numerosos en todas

casas de

la

bros de esta y

como

la

como puede

«Historia de la Casa de Lara»

años del siglo XVI

el

núcleo de

la

á la

por Salazar.

incorporados

en

casta conquista-

Los más de

dora, fueron poco frecuentes.

maron

genea-

verse por ejemplo

Pero estos casos de mestizos los últimos

como miem-

tales figuraban hasta en las

logías de las familias,

en

eran contados

nobleza,

ellos for-

clase de los blancos del

es-

tado llano, pues con sus familias se enlazaban los eu-

ropeos del

niendo

al

mismo estado país

en

la

Madre

después de efectuada

no podían gozar de

las

prerrogativas 154

Patria, la

que

vi-

conquista

de primeros

rSDliO

Por

pobladores.

T-I.

AIICAYA

demás en

lo

los

pueblos de indí-

genas, ya reducidos y civilizados, en algunas familias^ capitanes y caciques que tenían

es decir las de sus

matrimonio, ora los

relativa importancia, contraían

descendientes

de

primeros

los

ropeos venidos después, de

formación de

ora eu-

proceso de

el

mestiza continuó durante los

casta

la

mestizos,

modo que

sig'os XVll y XVIIl.

Las leyes y tivo de blancos raza

costumbres daban

las á

califica-

el

todos esos mestizos en

blanca sólo estaba mezclada

con

la

que

la

indígena.

Asi es frecuente hallar en los archivos, justificativos

en

que se prueba que se era

mengana

blanco y de

mo)

y se pedía, acordándola

ratoria de

estar

el

hijo de fulano de tal

india (aún al

no siéndose

Magistrado,

la

legíti-

decla-

promovente «en posesión de es-

tado de blanco.»-

Por

lo

constituían

demás no

sólo eran los mestizos

los

clase «blanca l!ana^>, sino también

la

chas familias de pura

que

mu-

raza blanca, provenientes de

europeos pecheros venidos con sus mujeres posteriormente á

la

conquista y de los isleños canarios laal país en gran número. Aún

bradores, que arribaban

familias descendientes délos primeros conquistadores

y pobladores

campos,

pero

que, por

residir

habían dejado de figurar en

los «nobles-^

de

la

en

apartados

e!

grupo de

respectiva ciudad cabeza de parti-

do, quedaban englobados en esta clase de

los blan-

cos llanos.

para casi todos los

Estos últimos eran hábiles

empleos de

la

colonia y para 155

el

sacerdocio,

la

abo-

CLASE? SOCIALES DE LA COLONIA

gacía y

demás

Todo

carreras liberales.

iban ganando en importancia perdíalo

tuana" y

y

otra

al

que

lo

la

cabo ya á principios del siglo confundían.

se

casi

Ahora bien, "blancos de

ellos

"manXIX una

clase

por un

si

lado

sangre limpia"

se

vagas

y

"nobleza" por ser ya

la

de

clase

con

confundía

confusas

los

comunes, por otra parte se confundía con

teras

demás

pueblo, por ser así

clases del

la

las fron-

mismo

las

inde-

cisos los límites entre ellas.

hemos

descendía

de

que bastaba probar que se europeos por algún ramo, aunque visto

confesara, declarándolo

teresado, la

como blanco de sangre

considerado

Para ser limpia ya

que

por

expresamente, costados

otros

el

mismo

descendía

in-

de

Lo único que debía probar era no raza africana por ningún ascendiente.

raza india.

tener de

Ahora

la

bien,

como

la

prueba se hacía por testigos,

fácilmente se hallaban quienes declararan que

mulata, por

ejemplo, era

encontrará en cada

minar papeles

pueblo

el

como

A

se

las

abuela

viejos.

De todo esto se deduce que no eran salvables

la

Casos auténticos que se ponga á exa-

india.

diferencias

de

castas en

la

tan

in-

colonia

cree.

primera

infranqueable

vista

parece que

había un valladar

pardos y blancos, porque siguiéndose por los nombres se cree que eran estos últimos los puros descendientes de los Europeos, entre

pero no hay razón para creer en esa distinción absoluta 156

PEDRO M ARO AYA

cuando se recuerde

el

establecido,

que

era

esto

es

una denominación

punto

hemos dejado

que

de blanco

calificativo

el

que abarcaba

legal

también

mestizos.

á los

La

temeraria que las leyes

exclusión injusta y

de los que descendían

hacían de los pardos, esto

es,

de negros, ora en mezcla

con

para

dios,

venía

ríficas,

que

facilidad con

la

color oscuro que

e!

india

su correctivo en las

tener

á

mediante

bres,

blancos ó

con

in-

honocostum-

los cargos públicos y las carreras

se

aunque en realidad

que se comprobaba era por sangre

tenía lo

por

fuera

la

africana.

Corregían también aquella dureza las gracias y dis-

pensas especiales que los pardos de alguna signidel Monarca español, cuando las demasiado evidentes de su naciimpedían el socorrido expediente de los

obtenían

ficación

circunstancias

miento

les

de mestizaje indígena.

justificativos

De llevando

se conservaban de raza pura,

los indios sólo el

de

calificativo

las

ciudades

se

si

habían

confundíanse

con estos

maban

los

entre

algunos

tales,

pueblos de raigambre autóctona.

esclavos y

negros

libres.

con

Volviendo en

con negros for-

si

pardos.

á

los

libertos,

lo'

Los descendientes los

sino á

de

los

últimos,

raza africana, se

pardos.

á los indios,

muchas partes

común

diciéndose de éstos

como generalmente no eran de pura confundían

los

mezclado con blancos

últimos,

Negros no se llamaban por los

en

Los que habitaban

del

debemos observar que

país no 157

se

guardaban ya

CLASES SOCIALES DE LA COLONIA

en

siglo

el

XVIII

gentes de otras

que prohibían á

leyes

las

castas

las

establecerse en los pueblos

modo que ya confundidas las casno eran indios puros muchos de los habitande esos pueblos, cuyas condiciones por lo de

de aquellos, de tas tes

más variaban según las circunstancias de las No es exacta, en cuanto á que sea

loca-

lidades.

cable á todos los

que de

tura

en mira

los

pueblos indígenas,

ellos

hace Baralt,

de su

provincia

:

el

pin-

cual tuvo sin

duda

Maracaibo.

Coro mejoraron grandemente bajo los restos

esto es

lonial,

mera época de

el

Los

de

régimen co-

que sobrevivieron

emigraciones ocurridas

persecuciones y

apli-

la triste

en

á

la

las

pri-

conquista.

la

Lucha de clases propiamente entre nobles, blancos del estado llano y pardos, nunca la hubo durante la

colonia.

Pudiera

creer

lo

contrario

quien

re-

cuerde los ridículos pleitos de fines del siglo XVIII

sobre prohibición de uso de mantos, discusiones sobre derecho á llevar

Iglesias y otras

esterillas á las

necedades que se hallan en

los archivos, pero leyen-

esos mismos procesos al cabo se advierte que muchos de los litigios que en la apariencia eran de

do

«mantuanos» contra «pardos», no eran en el fondo de y «blancos.» No teniendo pues conciencia los pardos de la injusticia que se cometía con darles

un

especial

calificativo

que

los constituía en

clase

porque las ideas de la igualdad natural de hombres, proclamadas por los filósofos fran-

inferior,

los

no habían penetrado hasta ellos, claro es que la condición en que nacían como un hecho natural, sobre cuya injusticia no entraban á raciocinar. Los que de algún modo se elevaban no traceses,

aceptaban

taban de combatir gal,

la

iniquidad de

la

diferencia

le-

que procuraban individualmente incorpomediante justificativos subrepticios ó por

sino

rarse,

dispensas compradas, á

la

clase de los «blancos del

No ha sucedido

estado llano.»

así en los países en

donde ha habido verdadera lucha de beyos de lograrla

;

Roma

combatieron por la igualdad hasta no buscaban sus miembros, aisladamente,

incoporarse á

la

casta patricia.

La lucha de clases habría

después

de

la

estallado formidable

Independencia, cuando las

igualdad se expandieron por todas partes, tiguas castas

perpetuar

Los ple-

clases.

la

ideas de si

las

an-

mantuana y blanca hubieran querido la de pardos. Ya

distinción entre ellas y

conscientes éstos entonces del ultraje que aquella clasificación, habría habido 161

implicaba

sangrientas

ri-

CLASES SOCIALF.S DE LA COLONIA

se evitaron

porque preci-

igualdad las

proclamaron

validades colectivas. Pero

samente

de

ideas

las

movimiento separatista partidarios del Rey

los «blancos», iniciadores del

de

y los

quedaron

ellos

que

fueron

arrollados en

el

torrente de

Indepen-

la

dencia.

En la Colección de Blanco y Azpurúa figura un documento en el cual el Cabildo de Caracas en 1796 protestaba contra el comportamiento de ciertos empleados españoles que protegían á los mulatos y pardos. Pero no vemos en todo eso ni en los actos posteriores sobre gracias que la influencia de aquellos

em-

pleados logró obtener en pro de los pardos, sino validad

ocasional,

por móviles

sin

ri-

duda persona-

lísimos, entre personages del Cabildo y los funcionarios españoles á quienes ellos acusaban.

Como

empleados habían informado á España, y verdad, que ninguna diferencia importante ya

entre

las

castas

coloniales,

por hacer aparecer como falsos rivales

españoles, escribían

al

los

del

esos

era

la

existía

Cabildo,

informantes á sus

Rey pintando con

vi-

vos y exageradísimos colores una distinción que ya iba esfumándose. De seguro que si los funcionarios españoles hubieran informado en otro sentido, los del Cabildo habrían dicho

No el

lo contrario.

es extraño pues que

Cabildo,

aristocráticas,

cabo de pocos años no tenía tales ideas apareciera promoviendo la Revolución

que

en

al

realidad

en 1810.

La indecisión de las clases populares por

de

la

.Independencia en su

inicio,

162

la

idea

no dependió en mo-

PEDRO

M.

AUCAYA

do alguno de odio ó desconfianza hacia ios «mantuanos» propagandistas del movimiento, sino de las ideas religiosas

cuyas

blo, en

mandades y

muy

extendidas entonces eu

El nombre del Rey, nimbado de mitos y leyendas,

cofradías devotas.

lejano personaje

del

pue-

el

innumerables her-

prosperaban

filas

figuraba en las oraciones, pues en los templos se diri-

gían preces á Dios por su salud.

A las almas

sencillas

debía de parecer sacrilegio atentar contra su autoridad.

Para destruir esa influencia era menester mover

do

espíritu de las

ru-

el

masas y no podían hacer ésto

las

¡deas abstractas sino las afecciones vivas.

Era menester que se removiese por

fondo psíquico, para que, de

Y

volviesen los ojos las masas

la raza,

dillo,

representante

al

precisamente

dujo

la

Cacique

del

al Jefe, al

el

Cau-

precolombino que

primeros Caudillos

los

guerra

los instintos

pro-

guerra estuvieron en las filas realistas. Bas-

ta

nombrar

él

iban

que

la

despiertos

á

las

Boves para comprender que detrás de no por amor al realismo

multitudes,

representaba

Cuando en populares

el

sino

bando

como

su

por

Páez, claro

es

decidirían por la Independencia,

esta idea

por

sino

prestigio

personal.

patriota aparecieron Caudillos

amor

á

masas se

que

las

no

por afecto por

los Jefes

que

la

pro-

clamaban. El

ejemplo de

blo de Coro á

según

él

hacia los

tuvo

muy

la

Becerra, la resistencia del pue-

idea de la Independencia, explicada

la desconfianza de «los humildes» «magnates» que lanzaron tal idea, esmal escojido porque precisamente en

por

163

CLARES SOCIALES DE LA COLONIA

Coro en nada, materialmente en nada, influyó ningún rencor de clases, para la casi unánime resolución en la

de sostener

Provincia

nóse esa decisión por rlanos

la

cause del

Origi-

rivalidad general de los có-

la

Caracas, donde se

contra

Rey.

había iniciado

el

movimiento separatista y especialmente contribuyó sentimientos realistas la iná mantener vivos los religiosas, por la

de las ideas

fluencia

asociación

de conceptos que se había formado entre los nombres de Dios y

el

Rey.

Ya para 1821 se había formado en la Provincia un partido patriota, que aunque corto en comparación del realista, componíanlo hombres decididos. En la lucha tenaz que luego hubo entre ambos bandos cada quien se decidió según sus sentimientos, convicciones ó aún conveniencias personalísimas sin que en nadie influyeran prejuicios de

clases.

La mayor parte de los llamados "mantuanos"

guieron dier®n

la

causa española suelo nativo

el

muchos pardos.

;

y por pero lo

hasta

ella

mismo

si-

per-

hicieron

En

cambio el partido republicano lo encabezaban un grupo de "mantuanos" (parientes cercanos délos que figuraban en la causa realista)

y

de "pardos,"

unidos bajo

En

única denominación de patriotas.

la

los

común y pueblos de

si fué unánime hasta lo último y verdaderamente heroica la fidelidad al Rey, más no era por aversión hacia los "mantuanos" pues precisamente

indios

los

más de

éstos estaban en las

La conducta de lla

emergencia

los

se

pueblos

explica por 164

mismas

filas del

indígenas en la

Rey.

aque-

misma causa

ge-

PEDRO M. AE.CAYA

neral anotada, esto

la

es,

de las

fuerza

Influyó también la leyenda de

giosas.

su antecesor Manaure con

los

ideas

reli-

alianza de

la

conquistadores

es-

penalidades y opresión de los primeros tiempos de la conquista, ignorando que

Olvidadas las

pañoles.

Manaure, perseguido por Alfinger, había tenido que

romper

la

alianza é irse lejos, sólo sabían los indios

de fines del siglo XVIII y principios del XIX lo que sus Curas Doctrineros y Protectores blancos les decían, que la sumisión de sus antepasados al Monarca español

había sido obra de un pacto libremente

contratado y fielmente cumplido, cuya fé debían ellos

guardar en recuerdo gran Manaure

el

de

su Cacique leyendario,

el

cual

«.Tamas palabra dio que la quebrase «Ni cosa prometió que no cumpliese»

como

decía

el

cronista poeta Castellanos.

Tocada

así

hábilmente por los españoles la fibra de la lealtad en esta raza caquetía, cuya sinceridad é hidalguía eran proberviales,

de

todos

los

vibró intensamente y los indios pueblos de Coro, especialmente los de

Paraguaná, pelearon

renombre de

leales

hasta morir

para perpetuar

de sus mayores.

CORO, 1908.

-'^®^--^g)^-

el

í !



:

FEDERACIOH Y DEMOCRACIA EN VENEZUELA Ctonisrencia leída en el

el

Liceo de Ciencias Políticas de Caracas

13 de marzo da 1910

Señor Ministro de Instrucción Pública: Señores Rector y Vicerrector de la Universidad

Damas y

caballeros:

Señores Miembros del Liceo:

Grande honor me habéis discernido, jóvenes que componéis el Liceo de Ciencias Poéticas, al darme sitio entre

campo de

vuestros socios honorarios, ilustres en

Foro. Profundamente os

comprendo que sólo

He que

á

elegido para

lo

el

en las lides de!

las ciencias jurídicas y

agadezco, porque

bien

movido.

la

benevolencia os ha

la

presente conferencia un tema

primera vista parece extraño

tudios de esta Corporación, pues

al

género de es-

me propongo

exa-

han equivalido á luchas de clases sociales las contiendas de nuestros Partidos históricos, especialmente la Guerra federal. Pero á poco advertiréis que cuestiones como ésta y todas las demás que tengan por objeto investigar los móviles de las conmociones políticas del País no deben seros indiminar

5i

ferentes.

En

efecto,

para formaros

cabal

concepto

de

nuestro medio social, para penetrar las causas pro-

fundas que determinan su estado y poder luego, como legisladores ó

como

políticos,

169

tener noción

precisa

PEDRO

necesidades

de SUS conveniencias, debéis estudiar

ARCA YA

M.

y sentimientos,

venezolana conforme á

historia

la

modernos métodos, que son de riguroso análisis y de serena observación de los hechos, no de entusiasmos ni de afecciones ni antipatías personales. Es los

como debéis prepararos

así

á vuestra misión de

hom-

bres públicos del porvenir á que estáis llamados por naturaleza

la

misma

de vuestros estudios.

donde se cursa convicción de que el papel del

Hora es ya de que en el

derecho penetre

la

hombre versado en

las aulas

las ciencias políticas

no debe

li-

mitarse á las meras funciones profesionales del abo-

gado que

litiga

en

Tribunales,

los

ni

del

Juez que

en ellos dicta sentencias, sino que debe afanarse

en

donde se ventilan los altos problemas que interesan á la vida pública de la Nación,

llevar á las regiones

palabra

la

de

su ciencia, pues, como sociólogo,

corresponde mostrar cuál es de esos problemas

niente tarla

ó dificultarla los

nes ha

resultado

gremio ios

Patria,

esplendor

el

países

y

Como humilde leeros

fiesta,

te

y

de cuyas

facili-

agitacio-

nuestra historia.

os

poseéis,

haréis

un

y devolveréis á nuestro

importancia que en todos

cultos goza.

estudios he escrito á

la

le

más conve-

cómo pueden

trama de

la

la

y

factores

de esta convicción

Si

gran servicio á

solución

la

la

después

contribución á la

cual será la nota

de

la

esta

pobre conferencia vibrante

del

clase de que paso

tedio

pensador, Doctor Díaz Rodríguez, orgullo 170

en esta

palabra del eminen-

de

la

:

FEDEBACIÓÍT Y DEMOCRACIA EN VENEZUELA

me

Patria y gloria de las letras castellanas, que precedido en esta Tribuna.

ha

*

modesto Doctor Lisandro Alla Gue-

interesante «Historia de zuela», citando

Guzmán

dio

en

estas el

Congreso de

3nde han sacado que ga

amor esta

'

palabra

pueblo

el

á la Federación

cuando

significa.

que

de otros

'

palabras

nos

Esta

dijimos

revolución necesita bandera, ya

no quiso bautizar federal, invo|n el nombre de ^sa idea, porque si los contrai

de Valencia

;ran

dicho Federación, nosotros

Centralismo la

verdad

!"

el

señor Guzmán.

El

la Guerra Es asunto decidido por la crítica histórica que aquella Revolución no podía tener por móvil verdadero el ideal abstracto de nnplantar instituciones federalistas que ninguna razón de amar tenían los que se alzaron. Acordes

de los antecedentes de

demuestra.

en esta conclusión están Alvarado en su libro

do y

el

profundo

sociólogo Doctor José Gil

cita-

For-

su reciente y monumental «Historia Constitucional de Veuezuela.> (1) toul en

(l)

A

la

conferencia en

misma conclusión había llegado el

el

autor de esta

estudio «La Federación en Venezuela,» publi-

cado en El Semanario de Coro, Núm. 23, 171

del 17 de junio de 1899.

PEDRO

M.

ARCAYA

de sus conveniencias, necesidades debéis estudiar

hiistoria

la

y sentimientos,

venezolana conforme á

modernos métodos, que son de riguroso

los

análisis,

^^^®?}'\*^

y de serena observación de los he
(1) toul en

(l)

A

la

conferencia en

misma conclusión había llegado el

el

autor de esta

estudio «La Federación en Venezuela,» publi-

cado en El Semanario de Coro, Núm. 23, del 17 de junio de 1899. 171

PEDRO

^mbo5

Pero

ción caracteres

á

la

expresada Revolu-

tendencias que no creemos

y

Bien comprendemos todo

y respetabilidad de

el

que peso

opiniones emitidas por es-

las

mas como

tos ilustres maestros,

convicción

ARCATA

atribuyen

realmente tuviera.

tra

31

es profunda nues-

en los puntos en que de ellos

nos

apartamos, nos atrevemos á exponer nuestras ideas 5('bre

el

particular.

Dice

Fortoul:

Gil

"caudillo militar Falcón

"mánal

disfrazar con un

que el Guz-

"La verdad es

(2)

y

propagandista

el

civil

nombre cualquiera sus am-

"biciones personales no comprendieron por los años

"de 1858 y 1859 la enorme influencia que ese solo "nombre de Federación iba á ejercer en los destinos "del

pueblo venezolano.

El

"transforma radicalmente en "iu'ulta

hasta

"política de

"dera de

cerebro de

la

se

gente

su signifcaación puramente

perder

autonomía

término Federación el

local

todo género de

para convertirse en ban-

reivindicaciones democrá-

y en tendencia á una definitiva igualación de "todas las clases sociales." Y más adelante agrega: (3) "ticas

"iQuién sabe qué odios se despertaron en tantas al"tas almas incultas, qué

deseos de venganzas, qué

"recuerdos de injusticias de iniquidales! ¿La liber"tad política? tlabía sido privilegio del amo, del doc"tor, del

"tanto

hacendado.

como

la

La

Patria?

idea

confusa, casi

de los llaneros de Páez en

"emancipación, en todo caso

la

la

época de

idea de Patria apenas

"se distinguía del hecho de poseer tierra. Propietario (2)

Hiátoria Constitucional de

(3)

Op.

cit.

Tomo

2,

pág. 381.

172

Venezuela

Tomo

2,

pág. 399.

¥KDERACTÜN Y DEMOCRACIA EN VENEZUELA

"y oligarca eran casi

sinónimos para

el

peón. De

"todas las teorías políticas leídas por algunos en pe-

más en

"riódicos, oídas por los

"nes,

la

"era "ser

credo de los pobres, de los oprimidos, de los

el

"despreciados por "gro igual

al

color de su

el

blanco,

pobre

el

Tratábase

"rico! "luta, la

de

igualdad social,

Alvarado condensa "lucha fue en "

ración

cial

en

del

pobre

igua

al

." ,

.

mismas

las

estima

cuestión so-

la

proletariado

calor de aquella contienda

modo

al

pesar

á

de los

Pero

al

cuestión social

directores él,

del

que fuera

admitir que existió en-

acepta,

aunque sólo en

conclusiones de algunos escritores vene-

zolanos de

la

generación joven, que adscritos

to del Partido Liberal

tiempo de

fede-

como surgida espontánea-

de carácter político.

parte, las

la

(4)

movimiento, que sólo intentaron, según tal

así: "La

ideas

democracia y

la

guerra federal

y en cierto

tonces

ne-

abso-

Fortoul

Gil

el

rico, el

asunto de forma."

la

¡Por fin

piel.

realizar la igualdad

por

realidad

En verdad

mente

masa anónima

la

igualación de clases. Este debía

igualdad ó

la

rápidas conversacio-

única que podía entrar en

criollo

las ideas del

y enamorados

al

al cul-

mismo

radicalismo francés, que tiene

sus visos y matices de socialismo, se afanan en juntar aquel culto á estas ideas, suponiendo piraron lla

á

que

ellas ins-

Partido Liberal y así sostienen que aquecuestión se agitó en la guerra federal, pero no al

pesar, cerno cree Gil

(4)

Alvarado.

Fortoul,

Historia de

la

173

del

Partido

mismo

Guerra Federal, pág. 536.

ARCAYA

PJfiDRü M.

esto es, de sus directores y representantes, sino cons-

cientemente suscitada por

el

grupo

liberal,

empeña-

do siempre en el mejoramiento y exaltación del proletariado. Según ellos, la lucha de los partidos oligarca y liberal representó desde su origen una contienda entre las clases elevadas y fo del erudito escritor

su Historia

(5)

la

plebe.

por Gil Fortoul insinúa así de

la

párra-

tal teoría:

Liberal no es otra cosa que

"La aparición del Partido "la continuación

Un

VallenlUa Lanz, publicado en

lucha social

empeñada desde

"la Independencia, la manifestación principalmente

de

"ese gran desequilibrio entre las razas pobladoras de

"nuestro territorio, cuya íntima fusión no se ha veri"ficado "ción,

sino por los medios violentos de

porque no de otro modo han podido romperse

"las vallas

que

"opuesto á

la

los

poderosos prejuicios de clases han

evolución igualitaria."

Así pues,

la

trama de nuestra historia

sería el desarrollo de (5)

revolu-

la

una lucha de

política

du-

clases, sorda

"Historia Constitucional de Venezuela."

Tomo

2,

pág.

178 en nota. No nos parece que Vallenilla Lanz, sociólogo niano, pueda tener religión partidaria que influya en sus cios

(como tampoco, naturalmente,

tienen

la

Gil

Fortoul

taijuini

Alvarado) y así nos lo hace ver su artículo "La Evolución Federalista" publicado en El Cojo Ilustrado del 15 de noviembre de 1909. Pero hemos insertado Fortoul, porque aparece

el

párrafo suyo que

condensando

timos acerca de lucha de clases en

las

publica Gil

opiniones que comba-

génesis de nuestros Par.

la

tidos políticos criterio, que quizás resulte, en el libro que pre-

para

habrá

Vallenilla él

Lanz,

hecho de

tinto al de odios

los

modificado por

innumerables

el

estudio que sin duda

factores, de carácter dis-

de castas, que influyeron en

aquellas agrupaciones.

174

la

formación de

FEDERACIÓN Y DEMOCRACIA

rante la

con

patente

colonia,

la

la

desde

ya

iniciación de

la

francamente

Independencia Nacional,

guerra

VENEZUELA.

EIí

formación del Partido Liberal civil

transformada con

declarada

y en

cruenta

revolución federal.

la

Desde este punto de vista nuestras contiendas de liequivaldrían, en cierto modo, á las de plebeyos y patricios de la vieja Roma y aún

berales y oligarcas

proletariado y dernos pueblos europeos

á las del

No juzgamos

así

capitalismo de los

el

nosotros

mo-

evolución política

la

venezolana. Ya en un estudio especial que publica-

mos en la pamos en llegamos á

Revista

Mes

las clases la

Literario,

de Coro, nos ocu-

durante

sociales

la

conclusión de que no hubo

colonia y en aquella

época odios colectivos de castas, sino qne en cada

una se formaban, ocasionalmente, grupos rivales, cuya enemistad habría podido degenerar en sangrientas contiendas, á

no impedirlo

el

freno

de

las

severas leyes penales españolas.

En cuanto ta

á los orígenes del Partido Liberal bas-

recordar los nombres de

siguieron representándolo,

quienes

como

sus

lo iniciaron

y

directores

y propagandistas, para comprender que era una agrupación puramente política, compuesta de hombres de todas las clases,

unidos, no por

de carácter social sino por

el

simpatías ni odios

deseo de conquistar

Poder y de lanzar de sus alturas á quienes cían; á éstos calificaban úq oligarcas

el

lo ejer-

no en el sentido deque constituyesen un grupo quefue^e ni aún que pretendiese ser aristocrático; sino en el de que eran unos pocos, que se habían adueñado del poder y no 175

PEDRO

querían abandonarlo.

ran con derecho á

miento el

No

atribuían que se creye-

les

de su naci-

ejercerlo por razón

sus riquezas, sino que

de

ni

ARCAYA

M.

favoritismo de Páez. Léase

detenían por

lo

prensa oposicionista

la

de aquella época y se verá que es leyenda, forjada posteriormente, la de que hubiera lucha de clases sociales en

tanto tiempo empleado, sueldos,

los

si

negocios

al

políticas y aún blanco ó negro, tenía

meramente

las cuestiones

diremos personalísimas

(si

si

X,

N. gozaba de tres ó cuatro

banqueros A. y

amparo

del

hacían

B.

pingües

que se ven-

favor oficial)

tilaban en aquellos periódicos.

mismo Don Antonio Leocadio Guzmán, el más genuino representante de nuestro

El

fundador y

después

liberalismo criollo, combatió

"Ya que se tiende á suponer, escribía

él

esa

leyenda:

en 1869 que

el

"Partido Liberal era sólo compuesto de individuos del

"pueblo: tres cuartas partes de "bre

"beral."

altas así:

"y en

lo

que

de mantuanismo pertenecían á

Y enumerando

clases

en

que formaban

el

ese

"Un partido que presidió

lleva el

la

li-

escrito

las

mismo grupo,

el ilustre

nom-

comunión

se expresa

Martín Tovar

figuraban tantos hombres connotados y "aún ilustres ¿ no éramos sino un club de faccio-

que

"sos ? La gravedad y moderación que tanto re"comiendan á nuestro clero no permit'an que él "formase una sociedad, pero es evidente y notorio "que dos terceras partes de las Dignidades ecle"siásticas

y Venerables Párrocos pertenecían

al

Par-

"tido Liberal. Los Suárez Aguado, los Cspinoza, Díaz,

"Ravelo, Osío,

el

Iltmo.

Pérez 176

de Velasco,

Rivero,

FEDERACIÓIs Y DEMOCRACIA KN VENEZUELA

"Guzmán,

Pereira, Betancourt, Aguinagalde,

y

como

"éstos, esclarecidos y prominentes ministros del Señor,

"como nuestro

actual y dignísimo Prelado el virtuoso "y patriota Guevara, dos terceras partes por lo menos

respetable

"del

clero nacional."

"Tampoco formaban sociedad Libertadores

""tres

"Ejército de

la

Patria,

"elevadas pertenecía "la

al

especial los ilus-

dignos sucesores

sus

y

en

el

que casi entero en sus clases Gran Partido Liberal. Desde

primera espada desenvainada en América en de-

"fensa de

la

libertad,

"dido

Rodríguez

"reció

tan justamente

"tador, véase la "ros,

que en

"Mejías,

ella

lista

desde Toro,

el honrado y desprendesde Marino que me-

eminente

el

Beluche, Castelli,

título

de Liber-

aquellos hombres precla-

de

se encontrará

Valero,

Briceño,

"Cala,

del

el

á Carabaño, Olivares,

Borras,

Conde, Monzón,

desgraciado

Rodríguez^

"Castañeda, Veroes, los tres Jiménez, Austria, Gue"vara, los Garcés, Parejo, Acevedo, Morales, Carrillo,

"Carmona, "cia,

"y

el

valiente Gar-

Hernández, Pulido, Renden, Bustillos, Zárraga,

como

"tido

ellos bastarían á ennoblecer cualquier Par-

los

"Ibarra, "

Lugo, 'Núñez, Vallenilla,

dos honradísimos y patriotas Ayala, los Salom, Blanco, Lara, Silva, los Mo-

Montilla,

nagas y otros muchos que en

el

momento no pueden

"estar todos en la memoria."

"la

"En lo civil recuérdese con justicia y exactitud inmensa lista de hombres eminentes que nos per-

"tenecieron. (6)

"

(6)

Antonio Leocadio Gazmán. Datos Históricos

páginas 265

á 267.

177

Tomo

2

PEDRO

De modo que

nosotros diéramos importan-

si

concepto de clases sociales en

cia al

Venezuela,

estaríamos

tomó

Partido que

nombre de

el

taban los

ver en

Liberal

luego que

una comusu seno es-

en

el

existido: la nobleza

que han

quiera

sangre,

Generales y en

y los viejos

clero

consecuencia pudiéramos también creer que Partido, la

el

elementos que caracterizan tales agrupa-

ciones donde la

historia de

la

para

autorizados

nión aristocrática, desde

de

ARCAYA

M.

de Páez,

el

democracia, de

llamado Oligarca, era

el

el

de

Pero no incurriremos

plebe.

la

otro

el

tal error, sino que sostenemos, apoyados en todos los hechos que así lo demuestran, que ninguno de los dos Partidos era en sus hombres ni

nosotros en

en sus

que

el

ideales

timientos

más

intereses

ni

pasiones de las

más demócrata

ni

En Venezuela jamás

otro.

más

aristócrata

sen-

lian existido

colectivos

clases, sino

de

grupos de individualidades,

salidas de

diversas capas y unidas ocasionalmente.

Así pues, ni

mantuanos,

militares, ni

ni

cléri-

gos, ni proletarios obedecían á sugestiones de clases

para incorporarse oligarca, a!

quien

uno ú otro bando,

á

liberal

ú

delinearse ellos en nuestra historia. Cada

obraba según sus simpatías ó intereses per-

sonalisimos.

Causa de falsas ideas !a

memoria

agitaron en

la

este

á

época

de

la

formación de

dos.^xpIiquémoslas. Aplicando

economistas liberales ley

de 10 de

abril

respecto ha sido

cuestiones económicas

de las

otorgó á

de 1834 178

la

las

los

ideas

que se los Parti-

de

venezolanos

los la

libertad de contratar,

FEDERACIÓN Y DEMOCRACIA EN VENEZUELA

de

modo que

pudieran gravar sus

bienes en segu-

sus obligaciones y estipular bases para su remate en caso de falta de pago, como así mismo ridad de

que pudieran imprevisivas

pactar intereses ad libitiim. Gentes comprometieron sus fincas para obte-

ner numerario. Malbaratáronlo

sus cálculos respecto de

las

ó saliéronles fallidos

empresas en que

lo in-

Reclamaron los acreedores y para pagarse hacían rematar, conforme los pactos celebrados, los

virtieron.

inmuebles que hubiera

de garantía. Clamaban en-

les servían

como si ella les mandado comprometer imprudentemente sus

tonces contra

la

ley los ejecutados,

propiedades ó manejar sin tino los fondos que obtuvieron.

De aquella

agitación sacó proveclio

oposicionista para captarse

las

el

Partido

voluntades de los

propietarios rematados, haciendo propaganda

contra

Aunque, en verdad, en las filas de uno y otro bando siguieron siempre figurando ejecutantes y ejecutados, porque eran en cada caso diversos y la ley.

complejos los móviles de

la

determinación de

in-

hay que suponer que los deudores se adhirieron en mayoría al Partido Liberal porque cuando Monagas llamó después sus hombres corporarse

al

y de

á ellos,

apresuráronse á revocar la ley de abril promulgar otra legislación inspirada en la mira proteger al deudor, creyendo así mejorar la

poder, á

condición de

los que, teniendo

meter, se hallaren á préstamo.

cente esa

que han

en

la

bienes que compro-

necesidad de tomar dinero

Pero naturalmente resultó, contraprodu-

legislación,

rest-ingido

como sucede con todas la

libertad

179

las

económica, porque

PEDRO

dificultándose

de

el

empeoró

crédito

á quienes

aquellos

ARCAYA

M.

han

rales y paulatinamente dose en nuestro derecho

venido

la

libe-

introducién-

muchos de

civil

antaño repudiados, de

pios,

Al cabo

mismos Gobiernos

comprendieron los

así lo

condición

la

se quería proteger.

los princi-

ley de abril. Sin

em-

con olvido de esta evolución del derecho ve-

bargo,

nezolano, hablase aún con frecuencia

de aquella ley

como

protectora del capital y de las agitaciones que su aplicación produjo como de una contienda entre el capital y el

trabajo.

oligarcas constituían rales el

De ahí el

la

especie de que

los

partido de los ricos y los libe-

de los pobres, atribuyéndose á estos últimos

ciertas tendencias socialistas, cosa que habría dejado

atónitos á

Don Antonio Leocadio Guzmán, Don Felipe demás fundadores del Partido Liberal

Larrazábal y los

que nada entendían ni querían saber del socialismo. El está en que al suponer una lucha, al estilo

error

socialista, entre el capital la ley

de el

nante,

cuando

capital la

no es sino

trabajo, por virtud de

los

el

la

falsa impresión

dinero contante y so-

verdad es que también constituían

capitales las fincas que

manera que

el

se argumenta bajo

abril,

de que

y

se

daban en hipoteca, por

rozamientos que aquella ley originó

eran entre dos especies de capitalistas (debemos decir

pequeños

tros

capitalistas,

porque aquellos ricos nues-

como pobres habrían

figurado en

más prósperos

países) esto es, entre los que tenían sus haberes re-

presentados en dinero que habían dado á préstamo y quienes los tenían representados en casas y predios rurales que hipotecaron. En aquella contienda 180

FEDERACIÓN Y DEMO' RACIA

E>T

VENEZUELA

no eran pártelos peones, los braceros, la clase obrera. Si pues no hubo lucha de clases en la génesis de los Partidos ni en las posteriores contiendas suyas del 46, 48 y 49, menos aún podían relas otras guerras civiles

esas rivalidades en

sultar

que se sucedieron durante el Gobierno de los Monagas, promovidas por círculos fusionistas, hasta la que encabezó Julián Castro

Revolución

en

1858.

Triunfante ésta y convertida en Gobierno, sólo podrían

tomarse como alzamientos colectivos del proletariado los el

movimientos revolucionarios

origen de

modo que

de clases, de

bres que representasen

alarmase

clase

la

al

división

poder los hom-

tendencia aristocrática se

Mas como no

popular.

resultaría inexplicable

guerra

volver

al la

en

federalistas, si

hubiera habido

partidos

los

hubo-

tal,

que de pronto fuera causa de

una rivalidad hasta entonces

manifes-

no

tada.

Pudiera decirse que en decretado

la

el

intermedio se había

libertad de los esclavos y argüirse

incorporación de ellos

al

partido federal daba á

carácter de lucha de castas.

Así habría sido,

la

que

la

guerra

en

si

la

Revolución hubieran formado mayoría ó siquiera hubieran representado contingente de alguna consideración los

antiguos

bierno

libertos y si en hubieran figurado todos

de los

antiguos dueños

el

ó

Partido la

más de

sucedió.

rios

de siervos eran del Partido Liberal

se ha afirmado

cuérdese

lo

los

los

expropieta;

otra cosa

pero sin ningún fundamento.

que arriba

Go-

parte

de esclavos, pero nada de

eso

Quizás

del

mayor

dejamos dicho acerca 181

Rede

PEDRO

las agitaciones

M.

ARCAYA

que produjo

de 10 de abril

ley

la

pe 1834 y que por ellas se incorporaron á aquel Partido gran número de propietarios rurales. Ahora decir hacendado en aquella época era decir dueño de esclavos. Habíalos también, ciertamente, y muchos, en el Partido Oligarca, pero la misma identidad de situación de los bandos á este respecto impidió, sin duda, que los agitadores de uno

bien

:

y otro hicieran bandera de la emancipación de los esclavos, artículo que no figuró en el Programa del Partido Liberal. Años después de haber ocupado esta agrupación

el

poder se

ellos por la voluntad

decretó

la

libertad de

Monagas, acon-

de

personal

sejado y fortalecido por su Ministro Planas. lizado ya aquel acto trascendental,

su

Rea-

era tan evidente

que nadie, en ninguno de los dos parse atrevió á alzar la voz en su contra.

justicia,

tidos,

Por otra parte,

número de

el

los

esclavos pro-

piamente dichos, era ya escaso cuando Monagas los y ellos viejos en su mayor parte. Más eran y jóvenes los manumisos, pero bien sabían éstos que solo á temporal servidumbre pudieren haber estado libertó

porque la psicología fondo la misma del resto de la clase proletaria, aunque los revolucionarios trataron de que ellos se alzaran en masa, sólo obtuvieron que se pusieran en armas los que estaban adscritos

sujetos. Por todas estas causas y

de los libertos era en

á Caudillos

que los llevaron á

seguían por miedo ó

go temor de que clavizarlos.

el

Otros

el

afecto,

la

guerra y á quienes el va-

no movidos por

Gobierno pudiera volver á espor idéntico afecto ó miedo al 182

FEDERACIÓN Y DEMOCRACIA EN VENEZUELA

caudillo de su aldea entraban

á servir en las filas del

Gobierno. Así pues, los alzamientos de los libertos,

no tuvieron en que después se

la

Revolución Federal ha atribuido

les

aportaron contingente apreciable;

importancia

la

á

ni

sus ejércitos

hu-

á ellos se

si

limitado aquella Revolución no habría pasado

biera

de un insignificante guerrilleo, que sin ruido y poco tiempo habría quedado vencido.

en

En cuanto al resto de la casta negra cuya mayor parte era ya libre desde mucho antes de 1854, ninguna solidaridad existía entre

de

las otras

ella

Los negros, como

ción de los libertos.

razas, se dividieron

y

las

la

frac-

gentes

entre los dos par-

tidos contendores, por

las

causas locales que á uno

ú otro los inclinaban.

Por

lo

demás, ya hacía tiem-

po, esto es desde la fundación el

de

color

la

no

piel

las

dos clases que se pueden

tra

masa

social

y

observan en todas pediente.

Forman

las las la

de

influía en

la la

República, que

determinar en nues-

que conforme están hoy se épocas de nuestra vida inde-

una

los jornaleros,

los

peones

y los conuqueros que labran

personalmente

para sacar su diaria y rústica

subsistencia; he

nuestro

proletariado,

parte infeliz coriana

nes

la

;

de

repartición

la

la tierra

aquí

clase de los reclutables,

como expresivamente

dicen en

la

la tierra

no sólo son negros, indios ó mulatos quieforman;

allí

están también los blancos que

se hallan en idéntica situación económica; ya desde el

siglo XVII existían

conquistadores,

de

descendientes

como una rama

la familia del Barrio,

auténticos

residente en

de

Coro

que eran pobres de solem183

PEDRO

nidad. La otra clase se

ARCAYA

M.

desde

extiende

pequeño

el

escribiente de las oficinas públicas y dependiente de comercio, por cortos que sean

industrial, el

el

sus sueldos, hasta

los

más

altos funcionarios

cos propietarios; figuran en

ella

y ritodas las personas,

cualesquiera que

sean su origen y su color, que ora por tener bienes de fortuna, cortos ó cuantiosos, ya

sean heredados ó adquiridos,

ora

por

posición

la

ó por distinguirse en cualquier sentido, en

oficial

trabajo ó por

puramente

el

aunque sea con una distinción

talento,

relativa

y

sobresalen

local,

algo

;

esta es

laclase de los no reclatables, condición que en

paración con

la

de los peones reclutables

tuye en bloque distinto, aunque en ra

pactos,

penda lento,

del

grupos,

siempre

pero

punto ds vista

ni

en

subdividírsela

de

la

de

dinero,

nunca desde

el

el

el

raras

la

com-

consti-

hecho pudieveces

com-

exclusivamente desde

y

el

notabilidad personal, ora dela

posición

oficial

ó

del ta-

punto de vista del nacimiento

del color.

siempre

ha sido

salir en Venezuela de la dejamos descrita, mediante cualquier esfuerzo individual que de siquiera la exigua notabilidad que para lograrlo basta. «Como viste saco ya no lo recluían» es frase que acaso habréis oído al peón humilde con relación á algún antiguo com-

Fácil

clase proletaria que

pañero

y

si

en

ella

os

fijasteis

os habrá enseñado

más que un

largo discurso, porque deja ver cual es

la injusticia

capital

con el

cuál

honda

que pesa sobre

resignación

la

la

sufre

esfuerzo que hasta para penetrar á 184

parte infeliz

y cuan débil la

otra clase,

EN VENEZUELA

FEDELI.VCIÓIn y BEAIOÜllACIA

la

de «!o5 no recliitab!es.> Vestir saco no es ser Doc-

tor, ni Bachiller ta,

ó General; no es ser rico ni aristócra-

es distinguirse

aunque sea muy medianamente. comprende que nuestro prole-

Desde luego se

compone de

tariado se

las gentes

solo dato nos demuestra

surgido

guno

ni

que

de

de

la

más exigua

país donde tan poco abunda. Este

en un

iniciativa

la

imposibilidad de que haya

llegue á surgir

movimiento

al-

mientras

no cambie sus condiciones y las de nuestro medio social. Menester será que varíen las circunstancias económicas del país en el sentido de que sea mayor la colectivo de

este

proletariado,

concurrencia por aumento en

la

oferta del trabajo,

bra para todo ten así

que

que hoy soque quiera labrarla y que se dificullos esfuerzos individuales de los infelices.

sea por algunos pocos acaparada

la tierra,

el

Será menester además que aumenten su capacidad mental

y su energía para que al advertir, como sucede hoy europeos, la inutilidad de los ahín-

á los proletarios

mejoramiento personal de cada uno, tengan comprensión y voluntad suficientes para cos aislados por

el

intentar esfuerzos colectivos.

Pero

si

examinamos más en concreto

la

cuestión

que nos ocupa y nos fijamos en los primeros alzamientos de la Guerra Federal, ocurridos en las selvas y llanos de Portuguesa, Barinas y Apure, en 1858, que por haber sido acaudillados por oscuros guerri-

han dado lugar á que se suponga que eran movimientos inspirados por la cuestión social, veremos que se explican más fácilmente como una simlleros

ple regresión á la vida

nómade 185

primitiva.

PKDEü

ARCAYA

hablando

Precisamente

esas comarcas, decían

chinos en

M.

lo

de

los

de

Misiones de su

Informe que sobre las

el

cargo evacuaron en 1745.

aborígenes

siguiente los Padres Capu-

(7)

"Los indios que ha habido y hay en

territorio

el

"de esta Provincia y en sus dilatados Llanos, fuera "de los primeros que se poblaron al principio de la

son

"conquista ''

"falsa ni

de

clase de

la

sin conocimiento

peciidum,

verdadera

los

de

que viven more

Dios

adoración

ni

subordinación á justicia.

ni

No

"tienen estos indios pueblo alguno en su gentilidad,

"sino es Rancherías ó Aduares y éstos de poca gente. " Son muy flojos, perezosos y haraganes, muy

"que salieron del vientre

fieras de los monmisma conformidad de sus madres No tienen

"luz de

conocimiento de ley alguna,

la libertad como Andan desnudos y en

"amantes de *'tes.

"ni

eterno,

lo

aún de

"teólogo

si

lo

fe sino es

la

gran fuerza que

sa y á costa de infinita

daba su

les

fe religio-

destreza pudieron los frailes

misioneros reducir aquellas gentes

nos rudimentos de

para

enseñán-

"

"dolos primero á ser racionales la

modo

experimentara); no hay

"persuadirlos y reducirlos á

Sólo por

increíble á todo

natural (que se hace

la

no

ni

las

la

é inculcarles algu-

Transformar de una

civilización.

á otra generación su alma hereditaria no era posible los

instintos

inquieto, (7)

en

nómades quedaron el

;

con sueño

fondo de su espíritu y para que de-

Corre publicado

tomo primero de

latentes,

los

en las páginas 388 y siguientes de

"Documentos para

bertador."

186

la

vida pública del Li"

FEDERACIÓN Y DEMOCRACIA SN VENEZUJELA

íinitivamente sedurmiesen hubiera sido menester que siguiera resonando

quiero

ció,

decir

sugestiva voz que los adorme-

la

que iiubiera seguido dándoseles la Pero cesó bruscamen>

enseñanza religiosa iniciada. te

con

la

guerra de

Independencia,

la

bastado para hacerlas retrogradar

al

la

cual habría

puro salvajismo

severa disciplina que desde 1815 se estableció

si la

en los ejércitos contendores no hubiera logrado mantener

el

orden. Pero

la

regresión vino pronunciándose

después paulatinamente y al cabo resurgió el salvaje, más peligroso que en la época colonial, porque la

sangre castellana y

se habían mezclado á le

ra

africana que en sus venas

la

la

de sus antepasados indígenas

comunicaban coraje y osadía y he allí en la llanuá los nómades, á los rebaños humanos de los

aduares!

Incendian, porque tienen

ganados que

los

porque á su

civilización

la

vista

llevó

se remueven en

sos de innúmeras generaciones fin,

la

nostalgia an-

de las grandes extensiones desiertas, matan

cestral

á

la

pradera,

ellos los

impul-

cazadores y al sueltos en aquella reviviscencia de la tribu todos de

ios instintos depredatorios y destructores debía surgir el

hombre

carnicero, vecino

del

caníbal de las pri-

meras edades, Espinosa, de quien nos dice Alvarado que "saciaba su venganza antes de la in"molación con el tormento y después con la expia"ción

;

ora

"trado, ora

clavaba en lo

"ora obligaba

aspaba al

hijo

la

pared un cuerpo ya even-

con estacas

de

la

sobre

el

suelo,

víctima porque velase

"cadáver á bailar de continuo en torno de éste," (8)

Alvarado. Ob.

cit.

pág. 84.

187

el

(8)

PEDEO

Y

M.

AECAYA

naturalmente apareció también Al lado de Espinosa

cero.

tor

mohán,

el

Encaramábase á

llamaba Tiburcio.

el

muestra

lo

«Vida de Zamora.>

en su

Villanueva

nos

hechi-

el

Doc-

(9)

Se

los pulpitos de

lanzaba feroces profecías de exterminio

las iglesias y

y muerte.

Ahora bien en el cerebro del salvaje que evidentemente había vuelto á aparecer en los Llanos era imposible que germinasen ideas no sólo del :

orden complejísimo que envuelve ración en su recto

de las menos

sentido, pero ni

social

vocablo Fede-

aún del género

complicadas, pero que contienen re-

presentaciones mentales variadas lación

el

supone movían

como

de igua-

las

que

destrucción de privilegios,

y

se

á las turbas acaudilladas por Espi-

nosa, Alvarez y Jesús Agachado.

Bástanos recordar

observaciones de Herberí

las

Spencer (10) acerca del hombre primitivo considerado bajo su aspecto físico, emocional é intelectual.

"Su conciencia ^*en

difiere

de

la

del

hombre

civilizado

cuanto se compone principalmente de represen-

^'taciones,

"asociados

de sensaciones y de sentimientos simples directamente con las sensaciones y en

"que contiene menos

sentimientos

que

impliquen

"representaciones de consecuencias mediatas

Go-

"bernados por emociones despóticas que ¿e supian"tan, en lugar de seguir la determinación de un "consejo (9)

(10)

de emociones en donde todas desempeñen

Villanueva. "Vida de Zamora," 244.

Spencer. "Datos de

española bajo

el

nombre

la

Sociología" Cap.

"El universo Social."

188

11.

Tomo

Traducción 2,

pág. 49-

FEDERACIÓJí Y DEMOCRACIA EN YEXEZUELA

"su papel,

hombre primitivo sigue una conduc-

el

"ta explosiva,

con

"sino "el

está familiarizado

que

entran

en

experiencia,

dicho

se

hechos particulares

campo

estrecho

Como no

caótica.

los

su

de

que no tiene concepción alguna de

"está

los

hechos

Una verdad general implica algún ele"mento común de muchas verdades particulares, im"plica por tanto una correspondencia más extensa "generales.

"y

más heterogénea una

"implica

de las verdades

representación

"reúne necesariamente "variadas en

"Le

falta

de

particulares^

que

puesto

más numerosas y más

ideas

¡dea general."

imaginación constructiva.

como

"encuéntrase "vive

la

superior

es natural en

todo

Esta laguna

que

espíritu

percepciones simples, que se contenta de

concretas y que es incapaz de ideas abstracque tal es en suma el espíritu del hombre pri-

"ideas "tas,

"

"mitivo

En

tal

estado no caben en

respecto de organización ni

sentimientos que

sión,

la

mente humana,

política ó social,

los

muy

mas

sencillos de

la

ideas

sumi-

por afecto ó miedo á un Caudillo cualquiera.

Por lo demás aquellos movimientos de los Llanos no se hicieron en son de Revolución nacional. Sus cabecillas no tenían imaginación para idearla. Se alzaban inconscientemente por volver á la vida nóm.ade y así robaban y depredaban. Después que la Revolución Liberal estalló extendió por toda

porque en lugares

la

formalmente

en Coro y se

República^ entraron á sus

lucha ellos con

las

venían á quedar, por 189

la

filas,

autoridades de sus fuerza

misma de

los

PEDRO

incorporados á

sucesos,

AKCAYA

M.

la

revuelta

No

general.

los

movió odiosidad especial hacia el bando oligarca cuando se alzaron, bien que luego, por consecuencia de la guerra, tomaron eran aversión á los godos. Partidas semejantes se formaron años después en esos mismos Llanos y se incorporaron á «los azules»

porque de

la

Revolución contra

representado por

tal

mán

después

ellos constituían entonces,

abril,

Blanco

el

27

Gobierno del General Guz-

el

sus restos se agregaron á

y

del

orden gubernamenfacción

la

de Salazar. El

verdadero carácter de

la

Revolución Federal

debe buscarse en los movimientos organizados que tuvieron lugar en Coro y

en

No eran á salvajismo, como

pública en 1859.

plosión

del

rior

encabezara

plo,

las

tropas

el

la Reuna exaño ante-

Centro de

decir verdad

que

los

el

Espinosa en los Llanos; por ejem-

con Zamora^

que salieron de Coro

arrastradas por su

prestigio y

el

de Falcón, estaban

constituidas por

exelentes elementos populares, aun-

que á

la

la

postre

desorganización de

hizo la

la

duración de

larga

las guerrillas

la guerra y después de Copié,

muchas

que estas retrocedieran, en

República, á una condición parecida á

dencia

federalista

que proclamaban,

por

cual nadie

era

la

Eran

tico poderoso, dicarlo,

sí las

versarios se

capaz

sentía

de

agitaciones

que caído

que oyendo

de los

Tampoco representaban

grupos de Espinosa.

fuerzo.

partes de la

del

las

idea

la

ningún esun partido polí-

hacer

de

mando

aspiraba á reivin-

declamaciones de

sus ad-

profundamente herido y se 190

ten-

abstracta

creía

FEDERACIÓN Y DEMOCRACIA EN VENEZUELA

perseguido de muerte, que teniendo en su seno militares prestigiosos que

grandes fuer-

representaban

zas efectivas y numerosos é importantes elementos civiles,

fácil empresa la de derribar sus adun Partido en fin, que tenía el con-

juzgaba

versarios, de

vencimiento de constituir de

los

magnánimos, de

la

los

porción de los buenos,

generosos en

la

Na-

y juzgaba que era guerra santa, que por su propio triunfo emprendiera. Pero en

ción venezolana la

su aversión á los contrarios, á los godos, no entraba

como

factor

la

antipatía

de castas

ni

colores.

Tan

odiados eran por los federales «los godos» negros

como los blancos. No podía ser de

otro

modo

porque los

inicia-

dores y primeros propagandistas de la Revolución distaban mucho de pertenecer á \a parte infeliz que arriba

Falcón

describimos.

Zamora,

y

Casi

eran

todos,

comenzando por y hombres Tómese por ejem-

propietarios

de significación política y social. la lista de los federales que firmaron

plo

el

pronun-

1859 y nombres de muchos de aquellos mantuanos cuyo compañerismo tanto ufanaba á D. Antonio Leocadio Guzmán. Esos iniciadores y primeros

ciamiento se

de Caracas

de

1'-^

de agosto de

verán los

propagandistas fueron, en verdad, perdiendo su importancia la

las

filas

revolucionarias á medida que

guerra se prolongaba y surgían nuevos Caudillos

locales,

do

en

el

pero

el

mismo

partidarios

adversaria

:

del ;

espíritu de la Revolución siguió sien-

guerra á «los godos,»

Gobierno, á

no á ricos

ni

la

ésto

gente mala

es,

á los

por ser

á blancos en general. Sólo

191

PEDRO M ARC>VYA

que

concepto de godo

el

lleros federales

transformábase

primitivo^

de

medida que

á

rctrogadaban

en ellos

malos seres fantásticos que

los

los guerri-

hombre

nivel del

al

vaga ¡dea

en

la

los

antepasados

nómades columbraban, medrosos, en la selva. (11) Mas por lo mismo que era tan vago ese concepto pavoroso, iuiposible resulta que se concretara, como Gil Furtoul, en

cree

las

ideas de «hacendado» ni de

«blanco.»

Aparece contradictoria

hipótesis de

la

que

la

una lucha de clases, con hecho de que al cabo de triunfar el Partido que el se cree que encarnaba las aspiraciones colectivas del proletariado quedara éste tanto ó más oprimido que antes. Escritores ap .sionados suprimirían la difiFederación

representara

cultad con negar (11)

el

hecho apuntado á pesar de su

Parece indudable que los guerrilleros federales á que

el texto consideraban á los soldados que los combatían y á los cuales veían conformados del mismo modo que ellos, como simples agentes de los verdaderos godos, los bravos, especie de ogros que en su concepto moraban en in" cógnitas comarcas. De allí la frase godos de uña en el rabo,

nos referimos en

tan frecuentemente usada en los repitió la

el

Causa

General

campamentos

Guzmán Blanco

federales y que

en su libro "En defensa de

Liberal," página 192- ¿Sería que las creencias de los

guerrilleros entraban

un curioso fenómeno

por

de sugestión

colectiva á formar parte del siibstratiim de las inteligencias su"

pcriores que estaban en contacto con ellos? ¿Sería éste los

notadas por

la

conciencia

cerebrales? ¿Habría

en

uno de

casos que dice A\ax. Nordau de sugestiones sufridas sin ser

la

teto

una

pero



percibidas por los centros

persistencia

influencia que tuvo, después de

"godo" en nuestra

de aquellas sugestiones la

historia política?

192

guerra federal,

el

epí

FEDERACIÓN Y DEMOCRACIA EN VENEZUELA

evidencia, pero Gil Fortoul,

respetuoso á

verdad

la

no lo contradice sino que quiere explicarlo diciendo que "los evangelistas del régimen federativo, tan "convencidos como ó

"niencia

"territorial

"en

el

de

conve-

la

de una oligarquía

ellos,

cuanto

les

fué posible para retro-

Federación á su esencia de teoría política,

"bautizando con "tradecir

adversarios

para

ó militar ó intelectual, hicieron después

Gobierno

"traer la

sus

ventaja,

el

"jándola del

ella

la

no con-

constitución para

programa de su partido, pero concepto

de lucha armada

"durante los años

despo-

de igualación de clases que

predominó

en

pueblo."

"el

No vemos nosotros cesos determinados sión evidentemente

así la

marcha de

por aquella guerra.

mayor

quedó sometida

los

La

su-

opre-

á que, después del triunfo

no fue por obra de reacción antidemocrática meditada por

federal,

de

directores

los

la

la

clase

proletaria,

Revolución victoriosa,

sultado necesario del régimen que

misma

larga

En

guerra se impuso

efecto,

como ya

al

sino re-

por virtud de

la

país.

dijimos, los elementos de

y social que dirigían Revolución en sus comienzos fueron después, en

antigua significación política la

su mayor parte, suplantados por lograron llas

hacerse

régulos de

surgidas en casi todo

el

los

Caudillos que

las partidas ó guerri-

País desde principios

de 1860.

Los más de estos Caudillos provenían ciertamente de la clase proletaria, pero como no fue sino de Partidos la lucha, ninguna solidaridad existía 193

PEDRO

entre

por el

el

Jtf.

AECAYA

y su clase originaria de la cual salían hecho mismo de encumbrarse. No era con

ellos

«proletariado,» con «los pobres,» en general é in-

determinadamente con quienes podían creerse solidarizados aquellos hombres cuya mente no se alimen-

taba sino de percepciones simples.

Era con

el

grupo

de individuos, sus compadres y parciales que constituían su «prestigio» con el que se sentían ligados.

A

el

guerra

la

absoluto que

lograron

al

triunfar

Federación, pero esa protección era en cambio de

que siguieran sumisos á

mando

ejercicio del

por consecuencia de la

cada uno de aquellos

estos individuos protegería

Caudillos en

nuevas

que á

contiendas, siempre

conviniera; cosa

burda en

la

análoga

forma, á

la

en

el

así

al Jefe,

él,,

fondo, aunque

más

protección que los señores

Edad Media otorgaban á sus vasaverdaderamente una nueva opresión que pesaba y

feudales de llos

su voz, prontos para volver

á

la

Y

sobre los humildes.

adheridos

al

en cuanto á los proletarios

Partido oligarca,

mejor

dicho á

los

Caudillos que figuraron en ese bando y aún respecto

de los proletarios que combatieron en

las filas fede-

que pertenecían á la comunión de algún rival del que obtuvo el mando de la resCaudillo pectiva localidad, no había ya el valladar de tradirales pero

ciones legalistas siquiera exiguas, que el

desbordamiento de

la

voluntad

contuvieran

omnímoda y

prichosa

de los régulos

esfuerzo

se comprende que debía de ser

triunfadores, y sin

sobre los

adversarios humildes, sobre las pobres gentes sin

amparo de relaciones

ni influencias

194

ca-

mayor

sobre quienes

el

más

FEDERACIÓN Y DEMOCRACIA EN VENEZUELA

gravitara

peso

el

de su ojeriza,

menos extenso

tras

fuera

más

temible mien-

radio de su acción.

el

Después Guzmán Blanco, refrenando, mediante constitución de una fuerle é incontrastable monocracia central, al caudillaje feudal que la definitiva

surgió de los

Guerra

la

de los cinco años,

régulos locales fueran

estuvieron tan expuestos

hizo

más mesurados y á

multo de

arbitrario,

aquella

con

morijerado

la

no

duras persecuciones los

humildes que no fuesen partidarios suyos. reclutamiento

que

así

arraigado en

Pero

el

largo tu-

el

guerra no volvió á ser

siquiera

de las

milicias

reorganización

Gobiernos de Gual y Tovar existieron en el País y que en mucho amparaban á los pobres, siquiera haciendo fijo el tiempo de su servicio, al paso que después ocurrieron frecuentes casos de que hasta

los

estar algunos infelices hasta

tido

diez años en los cuar-

En suma, triunfante definitivamente

teles.

Liberal siguió

dos clases

:

más

visible

redutables y no

la

el

Par-

distinción de las

recltitables,

que arriba

explicamos. (12) (12)

He aquí

Mensaje del

descrita en breves y expresivos rasgos, en

Primer Magistrado de

la

el

Nación, señor General

Juan Vicente Gómez, al Congreso de 1909, la situación del País, (por lo que respecta á lo que decimos en el párrafo anotado del texto,) tal como la encontró nuestro Supremo Magistrado al iniciar su Gobierno, al cabo de medio siglo de triunfante la Causa Federal. "El tributo de sangre y de servicio "militar no puede corresponderle á una sola clase social é im"ponérsele á ésta por fuerza y capricho en una democracia sin "falsearla á beneficio de otra clase privilegiada. Apelo á vuestra "humanidad y á vuestro sentimiento del deber republicano, al 195

PEDRO

De ese

3Í.

AECAYA

forzosa consecuencia de una

resultado,

larguísima guerra, nadie en particular puede ser responsable, ni hombres ni grupos del partido triunfante

del vencido y

ni

pables, liberales

todos en conjunto



por

oligarcas,

y

la

cul-

vehemencia de

sus pasiones y la estrechez de sus miras. Pero en ¿no son la imprevisión y la impulsivilidad

verdad,

rasgos

del carácter nacional ?

hereditarios

Creemos haber dejado ya demostrada tesis:

que

teres ni

Guerra

ni

por sus antecedentes

por sus resultados Federal

como una

puede

inconmovible

la

demostrados, esta

Bueno es

cipios teóricos

nunca tuvie-

criterio preciso.

estables

En prin-

no discrepaban y tampoco encarnarivales.

Se odiaron y combatieron por la

dejar afir-

cimientos

ban opuestos intereses de clases les inspiró

la

de los hechos

consecuencia: que

ningún

los diferenció

considerarse

base

ron nuestros partidos históricos ni

nuestra

por sus carac-

lucha del proletariado ve-

nezolano por su emancipación.

mada, sobre

ni

el

fanatismo que

arraigada creencia de cada uno en

propia bondad y en

la

maldad

del adversario.

la

Léanse

Guzmán y de Serrano, por para el uno los liy se verá que berales eran los mansos, los benignos y los oligarlos

opuestos escritos de

ejemplo,

cas '

los

crueles

y

lo

impetrar de vosotros una ley que corrija

"esclavitud mantenida por

"pecho de *

inverso para

las

la

la

otro. Especial-

odiosa forma de

práctica del reclutamiento, á des_

la

Constitución y

que, al conciliaria doctrina con pueblosuderecho ylafé en la efecprincipios proclamados en nuestros Códigos."

costumbres, devuelva

tividad de los

el

al

196

FEDERACIÓN Y DEMOí-EACIA

Í^N

VENEZUELA

mente esa convicción de que

el

Partido

presentó en nuestra historia

la

tendencia de

Liberal

re-

la tole-

magnanimidad, que es lo mismo en el fondo que afirmar que en él se encarnó el Espíritu del Bien y que el Partido Oligarca representó el Espíritu del Mal, tan arraigada estuvo, aún en liberales rancia y

la

ilustrados,

que después seriamente

expusieron en

la

'ibros de historia por vía de filosófica explicación

Es en

y no en la hipótesis de una lucha de clases, en lo que basaron siempre los viejos liberales «puritanos» la disesa «oposición de tendencias»-

tinción de los Partidos. (13)

¡Cuan ardientes fanatismos no generarían en las épocas de lucha tales convicciones, tan propias para satisfacer los espíritus incultos de los Jefes que en

uno y otro bando movían las masas porque apenas son una leve transformación de la vieja creencia de todas las primitivas colectividades humanas en la inspiración y la

aun

más

(13)

En

los

efecto:

representantes decir, la

de los

el

del

Buen

Espíritu, para todos

sus

crueles!

muy

de las

distinto es

tradiciones

el

criterio

de los verdaderos

del liberalismo

criollo,

es

viejos "puritanos" al de los escritores jóvenes,

escuela "radical

política militante en

dió

protección justificadora del Dios de

es

actos,

de

la

tribu, esto

socialista" que habiendo

alguna de

las

figurado en

la

agrupaciones en que se divi-

Partido Liberal, han querido amoldar á sus ideas

la

his-

toria de este Partido suponiéndole ideales análogos á los de la

escuela de sus afecciones é

en esta conferencia,

la

imaginando, como dejamos dicho

teoría de la lucha del

su emancipación en Venezuela.

197

proletariado por

PEDRO

ARCAYA

31.

Pero por lo mismo que sólo por fanatismo y apasionamiento se peleaba, porque esos bandos no representaban opuestos intereses permanentes que á la postre los hubieran obligado á convivir fuera del

campo de

lucha armada, combatiéronse en crudas

la

exterminadoras.

guerras

Menos vigoroso

el

oligarca

primero y pudo Guzmán Blanco proclamar alborozado su total destrucción no habría su-

pereció

el

;

cedido

si

realmente encarnara

aquel círculo los in-

tereses colectivos de las clases superiores. Pero luego, por lógico resultado

comunes que

intereses

de

la

misma

carencia

representar, dividióse

el

de Par-

tido Liberal en tantas fracciones personalistas cuan-

Caudillos

tos

la

quirir en la

realidad

el

perduró entre

ráfagas destructo-

de leyendas, que soplan de todos los

humana

la

lisis

las

á la vieja historia del Partido

Afortunadamente, señores, las ras

expresión

fracciones liberales, con frecuencia enemigas

unas de otras, el culto de que arrancaban.

de

la

sentido de Secta ó Religión

porque sólo de común

Liberal,

así

significación concreta

evocando, de grupo organizado, para ad-

que seguía

varias

Dejó

prestigiosos.

«Partido Liberal» de tener

y de

inteligencia

crítica,

impiden

ámbitos

en nuestra época de aná-

que renazcan

los viejos

fanatismos y con ellos las discordias del pasado. Felicitémonos de que así sea, para que unidos todos los

venezolanos tengamos como supremo objetivo de

nuestros

de

la

comunes esfuerzos

Patria'

198

la

gloria y la grandeza

UN LIBRO ARGENTINO



U]Sr

En

LIBRO ARGENTINO

los últimos días del

marzo, nuestro

próximo pasado mes de

honorable amigo

el

Doctor

Arturo

Ayala, que oyó nuestra conferencia sobre «Federación y

Democracia en Venezuela», leída por nosotros en

el

Liceo de Ciencias Políticas, á mediados del

mismo mes

y conocía nuestro estudio «José Antonio

Páez», pu-

blicado en El Cojo Ilustrado del

de enero de 1908,

1*?

nos dijo que era notable la coincidencia de varias de nuestras observaciones, relativas á Venezuela, con las que acerca de

años de

Argentina, en los primeros

la

su vida independiente,

traía

un

libro

pu-

blicado en aquel país y del cual poseía un ejemplar el

único llegado á Venezuela. Despertada así nuestra

curiosidad,

pedímosle que

nos

plar; á ello accedió gustoso

vinimos á conocer

la

obra

:

facilitara ese

ejem-

Doctor Ayala y así «La Anarquía Argentina el

Caudillismo. Estudio

psicológico de los orígeaño XXIX por Lucas Ayarragaray», publicado en Buenos Aires fCasa de Félix Lajoane y C'^ Editores, 143 Calle Perú)* en 1904,

y

el

nes nacionales hasta

Con intenso

el

interés

funda satisfacción conocer nosotros

habíamos llegado

hemos

nos ha la

á

leído este libro. Pro-

causado ver

obra del

pensador

conclusiones 201

muy

cómo, sin argentino,

parecidas á

PEDRO

las

suyas

en nuestros

política venezolana.

Y

AKCAYA

M.

estudios sobre

evolución

la

ambos tenemos

es porque

los

mismos maestros: Spencer yTaine; porque son muy los medios sociales que hemos analizado, y porque, para verlos bien, nos hemos quitado semejantes

de los ojos del

entendimiento las telarañas de las

reminiscencias clásicas. Nada en efecto que

ponga minar

á incurrir la

ex-

conceptos que exa-

en falsísimos

evolución de estos países «mestizos», pro-

curando amoldarla á

la

Eoma

de

ó de las modernas

sociedades europeas. Diferentes

los

por fuerza debió resultar en

América

«alma»

más

distinta

de

la

especiales aspectos de

la

factores étnicos,

europea y por la

latina

una

consiguiente

vida social. Partiendo

este postulado, basta recordar

los datos

de

desbordan-

que patentizan la singularidad déla psiquis latino americana y observar sus varios matices en cada una de las Repúblicas criollas y entonces, en el cuadro que se pinte al escribir algún capítulo de la historia

tes

de estos países, aparecerán figuras que tendrán vida que sentirán con la misma alma que cuando eran personas de carne y hueso y hablarán su propio idioma; no los incognoscibles retratos que diseñan los pintores clásicos, esto es, los que escriben

la historia

por los métodos viejos, queriendo insuflará los personajes

de

nuestros

anales

almas

«romanas»

ó

«francesas» ó «yankees» y poniéndolos á discurrir, ora con el criterio de los «plebeyos» ó «los patricios» de

Roma, ora con

el

de los «paisanos» ó «bur-

gueses» ó «nobles» de Francia, ya con ralistas» norte americanos,

202

lo

cual

el

de los «fede-

proviene de que

UN LIBRO AROEXTlXO

para los escritores á quienes inspira

magistralmente

sico», tan

espíritn «clÁ-

el

descrito por

cosmopolitas é iguales en todos del

«noble», en

latino hasta lonial,

el

desde

mantuano venezolano de

el

junto con

el

«tipos»,

los tiempos,

cual engloban

lord inglés y

no

Taine,

hay «almas» nacionales, sino imaginarios el

la

tipo

el

patricio

época co-

aristócrata fran-

el

el y el «plebeyo» y allí meten desde las gentes que se iban al Monte Aventino en Roma hasta

cés;

los

> Por con-

siguiente

procedimiento

el

simple; para

es

"de destino basta cambiar violentamente *"

el

cambiar personal

político."

En nuestra conferencia ya varias veces citada, el resorte íntimo del alma de los «Caud¡llos> que guerrearon en cada uno de los dos bandos históricos venezolanos «godo» y «liberal,» la fibra sensible que los hacía capaces, en ocasiones, de actos verdaderamente heroicos por el triunfo de su res-

digimos que

el concepto simplista y primitivo, propio para satisfacer y conmover su espíritu incul-

pectivo partido, era

to,

más los caracteres de un sentimiento mísque de una ¡dea meditada, de que combatían por «Buena Causa,» de que el bando propio era el de por tener

tico la

«los buenos» y

contrario

el

de «los malos.» Móvil

parecido halló Ayarragaray

al

estudiar

el

de los Caudillos

mano del

argentinos: el

"el

exagerado ó heroico;

lo

jefe

megaló-

deber!'

no respondía

"La sensibilidad de los partidos "sino á

psicología

la

concepto

de

los

grupos, era

"procedimientos y

en

el

el

ideas. La

hombre dirigente, hombre bravio en acción

regular y

no tenía misión. El gobierno, cualquiera fuera, "que era «un tirano,» el adversarlo un «fac-

"pacífica

"cioso.» El día de "rizos para

"campal y "radical

sufragio,

concurrir la

y tendía á

álosbande-

citaba

se

atrio

como

á

una batalla

de todo partido era siempre

acción

"En realidad

al

«hacer

los

rasa

de

tiempos eran 213

lo

existente.»

trágicos y he-

PJíDRü M.

"roico

el

AROAYA

carácter de la actividad cívica;

deesefon-

do común

de iiábitos y de prejuicios, el caudillo "y las facciones tomaban su temperamento y unos

"

"y otros indistintamente se imponían empresas en

"armonía con

genio turbulento de

el

"Lanzados en "tían

«no reservar

"la Provincia,s>

el

la

vida»

lucha prome-

para salvar «el honor de

de

descansar antes

ni

la política."

torbellino de la

«libertar

á

"Buenos Aires de la tiranía ominosa y bárbara." "Cada caudillo tiene una «regeneración» que "cumplir y una «causa santa» que hacer triunfar." "El General Soler, unos de los tantos militares "holgazanes, que vivaqueaban en la política, ¿no fe"chaba sus proclamas grotescas en «En el Campo "de

la

Libertad,»

como

"pronto

les

en

Artigas

aseguraba á

"ficación» y aquél quitarla

el

el

sus

de «la

Puri-

paisanos que

yugo, jurando salvarlos «ó

"perecer con ellos?"

"Y López de Santa Fe, Andresito de Corrientes, Facundo y Ramírez, toda la banda milita"rista que calza botas y arrastra sable, formulan "declaraciones enfáticas, y cometen abusos y atro" pellos, mas que por instintos de montoneros, por"que imaginan con su jacobinismo indígena que

"Ibarra,

"restablecerán

"y

«el

concluirán

reinado de

con «los

la

felicidad pública»

usurpadores

y

tiranos,>

"monstruos que deshonran la humanidad." "El Cabildo de Buenos Aires felicitó á Artigas "por haber contribuido á libertar la ciudad de «la "tiranía ominosa y bárbara de la Asamblea General "Constituyente." 214

!

UN LIBRO ARGENTINO

"El

mismo

Bustos, tan apático y de imagina-

como

"ción tan corta,

jefe de

una

liga'

de goberna-

hace autorizar por su dócil

"dores, se

tropas con

"para levantar

"las libertades de

propósito de obtener

el

Provincia

la

"tegerálos pueblos oprimidos! "Alvarez Thomas,

Legislatura,

de Córdova y

XV, subleva su tropa tam-

el

"bién para proteger á Buenos Aires contra "del que

pro-

"

la

tiranía

avasallaba,"

la

"Y López y Ramírez la invaden «para Congreso !"

libertarla

"del Directorio y del

"Aun Rivadavia y sus

escapan á de

andantes, se imponían los

caudillos

libertad y

no

cruzados que como campeones

misión de

''esta

"la

amigos,

"gobiernos y los partidos, gracias al CDncepto épico en el país, por la violencia soberana

"difundido

"En efecto, propónense después del golpe contra Las "Meras salvarlas Provincias de sus caudillos." "En

síntesis,

no

se conciben

ninguno

"estados civiles y situaciones políticas, "dioo y fines pacíficos y regulares, como

"des de una "nera

están

al

modalida-

social ordenada, sino á

existencia

de entidades lejanas,

"que sólo

de los

como me-

promesas ó

alcance de

los

ma-

premios,

varones fuertes

"capaces de empresas extraordinarias."

"En "lifera á

la

rudimentaria mentalidad del caudillo pro-

menudo

"pontáneo de

la

la

idea

única,

"lejos de encontrar vallas ó

"de

como una

como un

Fruto es-

simplicidad de su espíritu;

selva

tropical en

215

la

cua\

contrapesos, se expantierra virgen

para

PEDRO

M.

AECAYA

"ahogar toda otra germinación intelectual y moral, "capaz de neutralizar sus ciegos impulsos.»

"Escucha desde luego, para proceder,

tumul-

el

"to interior y violento de sus instintos y de sus fa-

"natismos de iluminado. Y como cree en

camino

e!

"único y en la causa única, cree lógicamente en la "causa santa; fuera de las filas que acaudilla no

"hay salud.» Al lado del fe

en

historia

lo

movido por

admirablemente el Generaj por el «liberalismo» has-

caracterizó

combatiendo

caer

la

en nuestra

Zamora^ fanático

Ezequiel ta

«Caudillo andante»,

«^santidad» de su causa, tipo que

la

«bandera

amarilla»;

quienes reviven

el

bravamente, al

lado de los

romancero y

pinta Ayarragaray, en

historia

la

envuelto

en su

personajes en leyendas,

las

nos

argentina, deriva-

dos de ciertas influencias hereditarias hispanas, otros como Bustos y Estanislao López, en cuyo carácter «en lo más hondo de sus sentimientos» se encuentran

«como núcleos primordiales

las truhanerías del

picaro.»

"Ya sabéis

que este fue

"lances equívocos

y

las

que

él

solo dio

tema

"resca que tuvo su auge en

"habilidades

el

la

á

en El Gran Tacaño

"Es

aventurero, que urde 216

ios é in-

península en cierla

siglo

y en

á

menudas

literatura pica-

XVIi

de pilludo se trasuntan

arillo, el

difundido tipo cas-

piraterías

"delicadas, tan generalizado en "ta época,

el

escrúpulos, dado

"tellano del arbitrista sin

el

en

y cuyas Laza-

el

mismo Sancho.

diariamente

celadas y

UN LIBRO ARGENTINO

"aguza

el

ingenio para vivir del azar, escapando al

"trabajo metódico. "El picaro miente impávido,

cuando de

guiado por un

"de inferiores,

fino

instinto y

"maliciosa y vulgar ductilidad, adquirida en

"de aventuras á través "trigasde

la

política ó

Este personaje

es

historia venezolana por

Llamárnosle aquí

cia.

esto

Don

es,

la

campamento, de

la

una vida

las

in-

vagancia desclasificada."

también comunísimo en razón de

«hombre

han

ricos y poderosos,

abuelo

del

de

men-

poderosos ó

saca provecho y es cortesano de

"tira

la

muerJo,

la

misma heren-

la

vivo.»

Muchos, ya

como su

¡lustre

Blas de Santillana, «ennoblecidos»

Gil

gozando de

todas las consideraciones y

respetos sociales.

EL PRESTIGIO Examinada otra cuestión

la

la

psicología del caudillo mismo, es

naturaleza

en las masas. En Venezuela,

del

influjo

que ejerce

como digimos en nues-

llamamos /?/*^5que en nuestra terminología política tiene significados tan venezolanos, que cuando se hatro estudio sobre Páez, ese influjo lo

tigio,

vocablo

bla por ejemplo, del prestigio del

lugar Cual, esa palabra

"individuos que en

el

quiere

General

decir

:

«el

Tal en

el

grupo de

lugar cual siguen las inspiracio-

"nes y son los partidarios del General Tal.» Es que el término prestigio ha designado entre nosotros así el influjo ejercido el

como, más materializado su sentido,

grupo de hombres sobre

el

217

cual se ejerce, y también

PEDRO

al

M.

ARCA YA

mismo que lo goza: el General tal es un Aún en su primera acepción, como digimos aquel estudio, significa en Venezuela algo más

rltífe

prestigio.

en

hondo y singular de loque

pudiera pensarse

al leer

en los diccionarios su definición; es porque se trata

un fenómeno psicológico especial

de

cual,

al

á

de otra voz que !o explique mejor, hésele dado

falta

en nuestro país ese nombre de

cuan poderoso ha sido

comoPáez

tóricos

mostramos

p/'^ el godismo que con la misma mentalidad

poniéndolas

en

masas que eran

por

arbitrariedad

encarnaba al

el

el

la

interpre-

hechos que ha predominado

de los

mítica

nuestras

inspirados

peto

de los régulos

de sub contrarios dedujo, con

primitiva tación

abrigo

al

Mal,

la

los

secta de

amarillos, la tiranía,

los

de

la

y del peculado y que el «godismo» Bien en sus manifestaciones del res-

derecho,

la

buena godismo que hasta

honradez

y

la

fe.

la guerra Fué por eso que el un epíteto injurioso, rechazado por aquellos á quienes, atribuyéndoles que arrancaban

federal se consideró

del

antiguo partido

do

por

sus

realista, les

adversarios, vino

había sido aplicaá

círculos privados, en «conciliábulos»

ser,

siquiera

en

como han sido

siempre los de todas las sectas perseguidas, un calificativo

aceptado por los «antiamarillos» como sím237

TIN

LIBRO ARGENTINO

bolo de un culto misterioso, frente

He

rillismo.

ahí

que se

Quintero,» «los

«la

impenitentes» á

Guzmán Blanco

refería

De ese

«residuo oligarca,»

el

pavorosa de Ángel

amasombra

al oficial del

carácter

del

en sus documentos. «godismo» resultó que su

rasgo fundamental fuese «el odio

oligarca»,

pre-

el

juicio contra los «amarillos,» inculpándolos de ser los

causantes de los males de

fondo

el

al

De

dos».

viejo

que

allí

el

bre

la

espíritu

«godismo»

como

gruente é inaceptable para todo

cosa análoga en

la Patria,

«odio amarillo» contra los

que

estrechez del medio

el

sea

tan

liberalismo

quiera

y de

amarillo

por

elevarse allí

«goincon-

so-

también que

el

horror "godo" hacia los "amarillos" aunque afortu-

nadamente no traducido, como tampoco según

mos

el

vi-

de éstos hacia aquellos, en aversión á perso-

nas de carne y hueso, pues á tal desequilibrio mental no ha podido conducirnos el fanatismo, sí haya contribuido^ poderosamente al mantenimiento de ridículos prejuicios y animosidades políticas tienen razón de fica

tores

conclusión

de

los

ser y

especialmente á

la

que no

antifilosó-

de que los "amarillos" son los au-

males sufridos por

la

Patria.

Esta

conclusión y su corolario de que era menester que los "amarillos" fuesen destruidos sino hasta como "núcleo social" siquiera

como

partido político poderoso fue

"godismo", que precisamente por eso no es doctrina política "conservadora" y puede aunarse aún con teorías radicales. Mas es absurdo todo eso para el impasible observador de la evolución política del país, porque la

razón íntima de ser del

238

PaDRO

5i

sonríe ante

é!

de que

rillos"

libertad y

la

su

el

AKCAY.i.

ingenua pretensión de los "ama-

bando encarnó

del progreso,

antifilosófica aserción

pues

ií.

debe

Causa de

la

rechazar también

la

la

"goda" que dejamos expuesta,

como

"liberalismo amarillo" y sus hechos

"godismo" y

el

mentalidad estrecha y la acometividad impulsiva de la mayoría de los hombres de uno y otro partido, obedecían á causas remotas suyos,

ios

la

de que ellos en particular no eran responsables. La

posteridad será indulgente para los delitos

pasionales de guerra

civil

viamiento

nuestros partidos, aún para

porque esta no

de cualidades que no son en

bajas ni despreciables sino

nobles porque son

la

más

de

el

produjo sino

la

el

el

bien, en cierto

la

des-

fondo,

modo,

abnegación aunque mal enten-

dida de las multitudes

sacrificándose por los Cau-

de sus afecciones y el valor verdaderamente heroico con que se juega la vida en nuestras estéridillos

les contiendas.

Las generaciones venideras reserva-

rán su severidad para los actos de fría crueldad y para los de codicia y fraude de quienes de ellos, in-

dividualmente se hayan hecho reos.

Quien como

el

que esto escribe juzga incongruen-

como el "godismo" y por tanto deseable que no revivan en partidos organizates así el" amarillismo"

dos, no es porque sienta "horror" de ninguna especie

hacia ninguno de

los dos,

sino

por

el

miento de que no habiendo representado trinas políticas sino fanatismos primitivos,

ganización á ningún resultado 239

útil

convenciellos doc-

su reor-

conduciría.

UN LIBRO ARGENTINO

FALSAS TESIS embargo en

Sin

el

años algunos

estos últimos

escritores que no quieren

reconocer

la

verdad de que

no ha sido sino

liberalismo amarillo

'horror á los godos", esto es

so á entes imaginarios

ni

el

secta del

la

horror supersticio-

quieren someterse á

la tra-

dición «puritana», forma atenuada de aquella supers-

de que

tición,

ha

liberalismo

el

sido

encarnación del «Espíritu de

te la

lucha con

el

de

¡a

«Intransigencia», se han

la

do en que represente

las aspiraciones

riado» queriendo asi que equivalga ó por

lo

menos

simplemen-

tolerancia»

a!

el

del

en

empeña«proleta-

«socialismo»

radicalismo socialista francés de

nuestros días. Esta tesis es históricamente por completo falsa

como

lo

hemos demostrado en

rencia de que hicimos mención

al

la

Confe-

comienzo de este

estudio.

También aunque no con tanto aparato ni puque «godismo» equivale á «legalismo». Verdad es que durante los gobiernos llamados «godos» hasta 1846 se observablicidad, se ha sostenido por otros

ron

mucho más

las

prácticas

legales

que en

gobiernos «liberales» subsiguientes, pero bía á que aún quedaba en

el

ello se

los

de-

país un gran fondo co-

mún

de tradiciones de orden y á que los «godos* tuvieron la ventaja de que su Caudillo Páez fuera

más

dirigible, hasta entonces, en

galidad que

ron

el

«los liberales».

el

sentido de

la le-

Monagas que luego aceptaPor lo demás en uno y otro par-

Caudillo

¿40

PEDRO M ARCA YA

tido había

un corto grupo

personalistas listas

"legalista"

que era una mi-

comparación de los respectivos elementos

noría en

de cada bando.

El error de los lega-

fue haberse dividido por necias cuestiones de

en lugar de

colores

formar un grupo compacto; así

trataron de hacerlo en 1858, pero las desconfianzas y prejuicios de "godismo" y "amarillismo" los separaron.

El

grupo

legalista

del partido amarillo

no pudo^

volver á tener ninguna importancia posterior habien-

do quedado sus elementos como Renden, Urrutia y completamente supeditados por el Caudillaje militar que hasta 1870 encarnó y dirigió al amarillismo y por la Jefatura central que después de 1870 asumió Guzmán Blanco. otros

El grupo legalista de los "godos" resistió algo más á las tendencias personalistas de la mayoría de su bando y de allí los admirables gobiernos de Gual y Tovar, de agosto del 59 hasta agosto de 1861, en los cuales predominó la honradez administrativa y el régimen impersonal de la ley escrita; hasta donde podía sostenerse en medio de una

Desgraciadamente los directores

cruda guerra

civil.

de

en esos gobiernos no pudieron sus-

política

la

traerse á la superstición que

á los

nar con

hemos

visto del

"horror

amarillos" pues debieron empeñarse en termila

diplomacia y no con el rigor la revolución que Pero al cabo el grupo legalista de los

éstos hacían.

godos fue derribado por pió

color

los personalistas

entronizándose

la

dictadura

de su pro-^

Paez— Rojas..

Desde ese momento no se ve en que se diferenciasen. 241

UN LIBRO ARG ENTUMO

á "legalismo" ni

respecto

godos de Por

ninguna otra cosa los

á

los amarillos.

demáí> aun en

lo

primitivo grupo legalista

el

de los "godos" sino en todos los individuos de esa fra-

muchos de

ción sí en

tuvo auge una exageración

ellos,

del concepto del derecho, hija también de

mentalidad

criolla.

absoluta de

la ley,

derecho

positivo

Era

la

la

creencia en

simplista

la

eficacia

en las sanciones y las penas del

como

correctivo de

no sólo para el castigo de también para disciplinar

los delitos la

la

Sociedad,

comunes, sino

vida social en todas sus

manifestaciones. De

allí que uno de los conceptos godismo fuese el de política fundada en la severidad de la ley. En el fondo de todo eso había un concepto quijotesco, por irreal del derecho.

primitivos del

No

se tenía en cuenta

realidad viviente sino

la

abstracto del delito, de

la

el

tipo

ó del quebran-

infracción

tamiento de la regla, en cualquier orden del derecho,

como

penal

así

del

sele

á la infracción

tiéndose

del

político,

suponiéndo-

igual entidad y malicia y par-

postulado de que debía ser castigable

del

en Venezuela del

mismo modo que

otro país y en todos los tiempos.

lo sería

Nada más

en todo lógico,

basándose en tales premisas que la aplicación inexorable da la ley que ad hoc se forjaba. Este criterio, hijo legítimo del espíritu clásico es

sumamente

peli-

groso en nacionalidades incipientes. Error

imponer,

es

la

verdad

debe ser orgánico en conciencia

que

pretender

cuande

colectiva.

las

Al

el

es

derecho se

pueda

que para ser eficaz

sociedades y constituir su olvidar esta verdad es

242

PEDRO

fácil

incurrir en

A ROA Y A.

M.

crasos errores, generadores

mentables consecuencias, como

castigaba de

los

de su

grave el

Tenían en mientes

sico del delito de conspiración,

gurárselo por ejemplo,

un

tal

legista

tipo clá-

el

como podía

luego

«la

ataca

la

existencia

espada de

la

misma

ley» debe

fi-

«por de-

inglés:

conspirador es uno de los mayores

el

minales, porque tado»,

y el más en casos como

muerte

inexorable aplicación

del Coronel Paría.

finición»

la-

primeros años de nuestra Re-

conspiradores de los

que

de

en que incurrie-

venezolanos con aquella ley sobre

rron los ^ Estas

de

en

la

ardientes historia

Sólo

dad

podía

española

riñas,

en Mérida entre

y

ser

á

rencillas

de

sus ciudades. sangrientas

todo

alucinarlo

la

de

freno

el

poco que se ahon-

colonia, se hallan en todas la

severa

penali-

que degeneraran en aún esto se logró evitar bandos de Gavidias y Serra_

impedir ni

los

das.

Tales gérmenes anárquicos debían en nuestra

vida

republicana

ser

importantes factores de las

han asolado al país. Un Don Jerónimo Tinoco que á la sazón llegó Coro mandado por el Capitán General para in-

guerras civiles que

á

formarle

acerca del

Carbonell

vió

á

sin

decitlo

estado político del partido, en-

relaciones

claramente,

tendenciosas,

sugería

la

en

sospecha

que, (evi-

dentemente infundada) de que el alzamiento de los negros podía haber sido el aborto, por la precipitación

do en

por parte de José Caridad y José Leonarde ellos y su casta, de un plan

beneficio

339

DISCURSO DE RECEPCIÓN

más

trama vendría

cuya

para

vasto,

á

Coro

el

mejicano Martínez y en que quizás estuvieran los mismos que fueron víctimas de la insurrección, y cuyo director sería el Dr. Chirino, quien, confiado en José

Caridad,

La Guaira pero que

por

el

á

Coro

protección

que

era

suyo en

siempre

lo

hubiese

de

revolucionaria»

á última hora obrar

prescindiendo

y

que

llevar y traer

correspondencia

africano, queriendo

cuenta propia,

entonces del

Leonardo á que éste se lanzó (9). Tales sospechas alarmaron extraordinariamente

Dr. Chirino,

á

la

como agente

empleado

la

dada

había dispensado, posible

le

hubiera

incitado

á José

guerra de castas en

la

Real

Audiencia.

Mandó

á

Coro como Juez

concepto de Tinoco la misma muerte (que é! ejecución) de José Caridad González, sin habérsele tomado declaración, hacía sospechar que pudiera haber existido algún interés en que no testificase para que no revelase secretos de que estuviera en posesión. Por lo demás, si fue injusto Tinoco en sugerir sospechas de planes que realmente no había, sí fue perspicaz en advertir que en el grupo que rodeaba al Dr. Chirino, germinaban ya simpatías y afectos á las nuevas ideas. En efecto, andando los años, el partido republicano de Coro, que aunque escaso existió allá durante la guerra de la Independencia y de 1821 á 1823 sostuvo cruda guerra contra el bando realista, lo encabezaron precisamente los más cercanos deudos del Dr. Chirino (ya fallecido desde principios del siglo XIX) á saber: sus sobri(9)

En

llamaba

nos y yernos Don ürbina (el mismo

Mariano

de

que

á del

trajo

Arcaya y Don Manuel de Coro en 1795, como dejo

dicho en el texto, la noticia alzamiento de los negros), su sobrino el Dr. José María de Tellería (hijo de Don José, el asesinado en ese alzamiento), sus cuñados (del Dr. Chirino) Don fienrique y Don Jacobo Garcés, los Garcés Manzanos hijos de Don fienrique, los Gil Garcés, también sobrinos por afinidad del Dr. Chirino y los Alánzanos, deudos suyos.

340

PEDRO M ARCAYA

para que en lugar de Ramírez

Delegado

se avocara

Leonardo

conocimiento de

el

y sus cómplices,

al

Alto Tribunal, Licenciado

aquel

Valderrama quien, provisto de cultades,

Coro á

á

llegó

Pero

1795.

la

Don Juan Esteban más amplias fa-

las

principios

misma,

ella

virtud dispuso que

loangos

causa de José

la

Oidor Honorario de

de octubre de

Real Audiencia resolvió luego cono-

cer directamente,

José Leonardo

Valderrain,

y

los

En

proceso.

del

fueran trasladados principales de

tal

á

Caracas

los

negros

que habían sido llevados á Puerto

Cabe-

y que viniesen también á la capital Don Mariano Ramírez Valderrain, Don Francisco Jacot y llo

Don José Zavala. De los tres últimos re recabaron más minuciosos informes, pero ni Jacot ni Za-

los

vala pudieron

chas

afirmar nada respecto de las sospe-

que Tinoco había

Más

rino.

Caridad

mar su

bien

sugerido contra

el

Dr. Chi-

Zavala dijo que ni aún contra José

tenía ningún

participación

dato preciso en

la

como para

revuelta.

afir-

Jacot expuso

que no

creía que hubiera habido complicidad de los hacendados de Curimagua en ningún plan revolucionario, pero sí imprudencia, que les costó la vida por haber provocado la insurrección de sus esclavos,

con haber hablado delante de ellos acerca de sas

que ocurrían en Francia,

las co-

del alzamiento de los

negros de Haití y de la guerra íranco-española. En esto si estaba en lo cierto el señor Jacot y así mis-

mo

lo apreció

el

Fiscal de la Real Audiencia.

El interrogatorio

de José Leonardo fue larguí341

«

k

DISCUESO BE RECEPCIÓN

simo,

durando varios

tró

procesado ser

el

Demos-

consecutivos.

días

un hombre

de

astuto,

fácil

comprensión natural y adoptó, sin consejo de naporque el desgraciado careció de patrocinandie, plan de defensa hábil^ haciendo ver que su te, un no era sino

proyecto

congregar

ocurrir pacíficamente

á

gunas

los

injusticias

que

saciones

de

oían

les

para

queja contra al-

amos,

contra

negros

los

Coro, en

referir

conver-

las

Gobierno

el

espa-

ñol y especialmente pedir que cesasen los abusos de los Recaudadores en el cobro de las alcabalas;

que

fueron otros de

tiendo los

nión

que

pacífica

y que ya

mándose

en

;

creía

él,

fácil

Paraguaná

de

que en

to-

tomarla,

se

para que

la

y no á los franceses, de quienes nada

gobernaran, sabía

propuso

como

reu-

la

un alzamiento

proyectaba en

indios

los

come-

que,

los

degenerar

hicieron

estado

ese

ciudad

la

llamara á

él

negros

los

asesinatos,

natural

adoptado

era,

que

sistema,

este

negara también haber tenido ninguna comunicación

con

Caridad

-losé

que jamás le

lo

habrían

de servir sus

siendo tantas

las

autos de que

él

y

obedecido,

de

íoangos que aún

que de

más

los

Por

y

lo

fue la

el

excusas

Jefe,

al

habían

pobre

reo,

obraban en

por todos reconocido

insurrección.

estaban en

protestó

demás de nada

pruebas legales que

Algunos

Puerto

de los por-

Cabello,

sido embarcados en bajeles

también traídos examinados detenidamente por la

guerra españoles, fueron

racas

en efecto,

González, y

había tratado.

Audiencia. 342

á

CaReal

ARCAYA

PEDTÍO M.

definitivamente

sentenció

Ella

de diciembre de

diez

Comienza

seis.