Em movimento nacional-popular: Gino Germani y el peronismo
 9789874151285

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Samuel Amaral

EL MOVIMIENTO NACIONAL-POPULAR Gino Germani y el peronismo

344117 EDU NTR EF _ _ _ _,...

EDITORIAL DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE TRES DE FEBRERO

Coordinadora editotial María Inés Linares

Coordinador adjunto Néstor Ferioli

Directora de diset7o edito1ialy gráfico Marina Rainis

Diagramación Valeria Torres

Corrección Diana Trujillo

Coordinación Gráfica Marcelo Tealdi

En recuerdo de Adriana Amara! 1957-2010

Amara!, Samuel Eduardo El movirrúento nacional-popular: Gino Germani y el peronismo / Samuel Eduardo Amaral.-1a ed.- Sáenz Peña: Universidad Nacional de Tres de Febrero, 2018. 312 p.; 23 x 15 cm. ISBN 978-987-4151-28-5

1. Historia Argentina. 2. Historia Política Argentina. I. Título. CDD 320.982

© de los autores, 2018. © de esta edición, UNTREF (Universidad Nacional de Tres de Febrero) para EDUNTREF (Editorial

de la Universidad Nacional de Tres de Febrero). Reservados todos los derechos de esta edición para Eduntref (UNTREF), Mosconi 2736, Sáenz Peña, Provincia de Buenos Aires. www:untref.edu.ar Primera edición mayo de 2018. Hecho el depósito que marca la ley 11.723. Queda rigurosamente prohibida cualquier forma de reproducción total o parcial de esta obra sin el permiso escrito de los titulares de los derechos de explotación. Impreso en la Argentina.

Contenido

Prefacio ..... ....... .. .................... ..... .... ....................... ... ......................... ............ ...... ... ..... 11 Introducción .............................................................................................................. 13 Parte I El descubrimiento

Capítulo 1 Del fascismo al peronismo: la experiencia de la libertad ......................... 23 Capítulo 2 El movimiento nacional-popular: el intercambio Germani-Lipset ....... 51 Capítulo 3 El movimiento nacional-popular: ecos de Gramsci ................................. 81 Capítulo 4 Del peronismo al fascismo: participación, movilización, desmovilización ............................................................................................. 105 Parte II El contexto

Capítulo 5 Democracia, totalitarismo, autoritarismo ................................................. 139 Parte III El análisis

Capítulo 6 El peronismo en la historia argentina ....................................................... 181 Capítulo 7 Los orígenes del peronismo ........................................................................ 211 Capítulo 8 La clasificación del peronismo ................................................................... 229

Capítulo 9 El significado del peronismo ...................................................................... 249

Prefacio

Conclusi6n .......................................................................................................... ····· 265 Apéndice: conceptos y categorías políticas .. .. ..... .. ... ....... ................................... 27 5 Referencias .................................................................... ••····· •······ ••••••••••••· •••••••••••••· ··• 299 Reconocimientos ..................................................................................................... 311 Índice onomástico .................................................................................................. 313

¿Qué es el peronismo? Esa pregunta irrumpió en los medios políticos tras los acontecimientos de octubre de 1945, se la hizo Stalin al recién designado embajador argentino ocho años más tarde y aún hoy historiadores, politólogos y sociólogos tratan de responderla. El movimiento nacional-popttlar reconstruye la historia de un esfuerzo intelectual: el de Gino Germani por comprender el peronismo, un fenómeno político y social que desafiaba su imaginación pero no necesariamente la de sus contemporáneos, en su mayoría contentos con aplicar categorías ya establecidas, como dictadura, totalitarismo, fascismo. Su aporte al estudio del peronismo ha sido clave y ha estado en el centro del debate sobre sus orígenes, al que todavía se hacen contribuciones, distantes de su enfoque y metodología, pero siempre referidas de algún modo a sus ideas. El peronismo no fue el tema central de las investigaciones de Germani, enfocadas en las consecuencias de los cambios económicos y sociales ocurridos en las sociedades occidentales desde algún momento de los siglos XVIII o XIX o, para decirlo en sus términos, las consecuencias sociales de la modernización: la secularización, la movilización, la marginalidad. Sin embargo, su interés por la supervivencia de la democracia frente a las amenazas existentes en su seno, presente a lo largo de su trayectoria académica, lo hizo volver una y otra vez sobre ese fenómeno político y social. Por la diversidad de los intereses de Germani, centrados en el presente y en el futuro más que en el pasado, el resultado de su trabajo acerca del tema no siempre fue preciso y ordenado, pero sí pujante e imaginativo. Creó una nueva categoría de orden político para el peronismo, la que sirve de título a este libro, pero también adoptó otras y trató de entenderlo desde una perspectiva amplia, sin encerrarse en los límites de un país o de una disciplina. [11]

El 111ovimie11to 11acional-pop11lar

El movimiento nacional-popular estudia en la Parte I el proceso que llevó a Germani a excluir al peronismo de la categoría "fascismo" y a encontrar una nueva categoría de orden político que lo comprendiera, como también el posible origen de los conceptos que utilizó para definirla y la evolución de su visión del fascismo, ya diferenciado del peronismo; en la Parte II, el contexto del descubrimiento de esa nueva categoría y la contribución de Germani a la definición de un orden político no democrático ni totalitario; y en la Parte III, el análisis que llevó a cabo acerca del lugar del peronismo en la historia argentina, de los orígenes del peronismo, de su clasificación como tipo de orden político y de su significado. El movimiento nacional-popular es también, por lo tanto, además de un estudio de la evolución de una interpretación del peronismo, el estudio del surgimiento de una nueva categoría de orden político, el autoritarismo; del contexto intelectual en el que surgió y del uso que Germani hizo de ella. Versiones previas de los capítulos de la Parte I fueron publicadas en revistas especializadas, en tanto que los de las partes II y III fueron escritos para este libro. Por ese motivo, como la investigación y la redacción tuvieron lugar a lo largo de varios años y no quise alterar demasiado los textos ya conocidos, hay ciertas repeticiones de temas y de información en algunos capítulos, también debidas, en el caso de los de la Parte III, a una diferente perspectiva de análisis. En las páginas que siguen estudio las contribuciones de Germani, publicadas en castellano, portugués, francés, inglés e italiano entre 1955 y 1978. De algunos artículos o capítulos de libros hay versiones en dos o tres idiomas; de otros, solo en uno. Las citas de sus obras en castellano han sido tomadas del original; no hay aquí citas textuales del libro que publicó en portugués ni de sus artículos en francés; y las de sus obras en italiano e inglés han sido traducidas por mí. Las remisiones a capítulos que se hacen en las notas son, a menos que se indique lo contrario, a los de este libro; y las hechas a notas, a otras del mismo capítulo. Como siempre sucede, este libro es producto de la colaboración de muchas personas a quienes agradezco en los reconocimientos que están al final. Soy, no obstante, el único responsable de su contenido.

Introducción

El peronismo es un perdurable fenómeno político y también un persistente objeto de debate académico. Su duración como fenómeno político se debe, sin duda, a que su creador y líder, Perón, abandonó las prácticas autoritarias de los años de sus primeros gobiernos por otras pluralistas adquiridas durante sus años en el exilio, reorganizando a su hueste, a principios de la década del setenta, como un partido integrado al orden político democrático. 1 Su duración como fenómeno académico se debe, también sin duda, a la originalidad y a los matices de la primera interpretación, debida a Gino Germani, a quien le sirvió el peronismo a lo largo de su vida académica para reflexionar sobre las bases sociales del autoritarismo y de la democracia y, en definitiva, sobre la posibilidad de esta en la sociedad de masas. Para Germani, el peronismo fue un objeto de estudio pero también una experiencia de vida. 2 Por eso, es necesario comenzar con un breve resumen de su vida. Nacido en Roma en 1911, llegó a la Argentina cuando tenía 23 años, después de ciertos tropiezos con el gobierno fascista que lo habían llevado durante algunos meses a la cárcel. Tres años después de su arribo a Buenos Aires comenzó a estudiar filosofía en la Universidad de Buenos Aires. Terminó sus estudios en 1944, pero desde tres años antes había comenzado su especialización en el área que más le había interesado mediante su colaboración

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2

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Amara[ (2004). La referencia completa de las obras citadas se encuentra en la sección _Re(e,rencias, al final del libro, donde están ordenadas por autor y por año de publicac1on. S~bre la relación entre la experiencia de vida de Germani y sus objetos de estudio, vease Kahl (1976), 23-41; Horowitz (1991), 41-47; Allub (1998); y Ana Alejandra Germani (2008). [13)

El 111ovimie11to 11acio11al-pop11lar

con el Instituto de Sociología. 3 Ese instituto era dirigido por Ricardo Levene, un famoso historiador argentino, hijo de un modesto inmigrante italiano. Allí tomó contacto con libros y revistas de sociólogos franceses y norteamericanos con los que, por sí mismo, se formó en la que fue su profesión. 4 Colaboró con ese instituto hasta 1945 cuando, seguramente movido por la necesidad de ganarse el sustento y por el clima imperante en la universidad, dejó la vida universitaria. Eso no significó el abandono de sus estudios sociológicos, ya que en los años siguientes, mientras obtenía ingresos mediante una productiva labor editorial y actividades que luego prefirió no recordar (comentarios de sueños de supuestas lectoras en una revista femenina), dio clases en el Colegio Libre de Estudios Superiores, una institución privada de estudios parauniversitarios, y publicó los primeros artículos académicos que indicaban su interés por explicar los cambios sociales y políticos que estaba experimentando la Argentina. 5 En julio de 1955, dos meses antes de la caída de Perón, publicó el libro que le dio inmediata fama en el mundo académico, Estructura social de la Argentina: análisis estadístico, que era el primer estudio inspirado por la sociología empírica norteamericana que se publicaba en el país. 6 Esa fama y los vínculos forjados en los años anteriores le valieron que un mes después de la caída de Perón fuese nombrado profesor de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, la misma donde había estudiado y que había abandonado hada diez años. Desde el año siguiente puso todo su empeño en la reorientación de las actividades del Instituto de Sociología, de cuya dirección se había hecho cargo, y en la creación de una carrera, que también dirigió, con el fin de producir sociólogos empíricos tales como él se había formado a sí mismo. A partir de entonces entró en contacto directo, mediante una visita que realizó entre fines de 1956 y comienzos de 1957 a los departamentos de Sociología de las principales universidades norteamericanas, con quienes cultivaban el mismo tipo de sociología que él admiraba y practicaba 3

Sobre las actividades del Instituto de Sociología y la participación de Germani en ellas, véase Neiburg (1998), 187-193; González Bollo (1999); y Blanco (2006), 52-61. 4 Allub (1998), 733; sobre la formación de Germani, véase Neiburg (1998), 185-204; sobre Germani y la sociología de su época, véase Blanco (2006). 5 El primer artículo de Germani sobre los cambios económicos y sociales en la Argentina en Germani (1952); las actividades de Germani entre 1945 y 1955, en Blanco (2006), 84-104. 6 Germani (1955). [14]

Introducción

y con las nuevas líneas de investigación que hasta entonces él había seguido los li~ros encontrados en la Facultad de Filosofía y Letras y a traves de los libros y las revistas académicas que posiblemente él mismo adquiriese durante sus años lejos de la universidad. La actividad de Germani, totalmente dedicada a la vida académica, le dio una considerable fama internacional, pero no le ahorró conflictos con los estudi~ntes de izquierda que dominaban la vida universitaria, quienes repu~ab:n su vincu~ación con las fundaciones norteamericanas que contnbman a financiar sus investigaciones empíricas, muy distantes de la sociología marxista preferida por ellos. Así fue como debió abandonar la dirección de la carrera que había creado y visitar con más frecuencia las universidades norteamericanas, hasta que una de las más prestigiosas, Harvard, le ofreció un puesto. Pero ser profesor permanente allí no era lo mismo que ser un visitante frecuente: la vida aca~émica era demasiado pacífica y demasiado organizada para quien venia de las luchas y el desorden de las universidades argentinas. En Harvard sintió nostalgia del clima que lo había rodeado durante su desarrollo intelectual y en el que había florecido su capacidad creativa: "en Buenos Aires, cuando me iba a dormir" -le dijo, palabras más, palabras menos, a uno de sus colegas norteamericanos- "sabía que había veinte personas ansiosas por saber lo que les diría al día siguiente". En Har~ard. todo es_taba hecho y nadie esperaba más que sus clases y sus p~blicac10nes, s1 conservaba el entusiasmo suficiente para hacerlas. Ciertamente, lo conservó y su producción académica no disminuyó. Ya antes de dejar la Argentina, el peronismo había cesado de ser uno de los principales motivos de sus investigaciones. Era la sociedad de su momento lo que atraía su interés: la estratificación la movilidad las consecuencias de la secularización. Lejos de la A;gentina y del peronismo, fueron el fascismo y la posibilidad de la democracia en la sociedad de masas los temas que atrajeron su interés. Incómodo en Harvard, buscó nuevos horizontes: no los encontró en la Argentina, pero sí en Italia. A principios de los años setenta su patria adoptiva estaba demasiado convulsionada por el resurgimiento de Perón como un actor clave en la escena política y, sobre todo, por la violencia de las orga~zaciones guerrilleras, cuyos integrantes eran principalmente los estudiantes de las universidades, en las que enseñaban -en la de Buenos Aires, al menos- sus antiguos alumnos, algunos todavía marxistas, otros ya peronistas, casi todos gramscianos. Ese clima poco propicio lo hizo volver los ojos hacia su patria original, donde encontró el apoyo y la

por

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Introducción

El 111ovimie11to 11acio11al-pop11lar

amistad de Renzo De Felice, quien, a su vez, halló en Germani ideas que lo marcaron profundamente, tal como lo reconoció en Le interpretazioni delfascismo. 7 Sin abandonar completamente Harvard, en 1974 comenzó a enseñar en la Universita degli Studi di Napoli. Tras cuarenta años de ausencia, volvió a vivir en Roma y allí murió, cinco años más tarde. 8 Durante sus años en Estados Unidos y en Italia la atención de Germani no pudo alejarse demasiado del peronismo por obra de sus críticos en la Argentina y de los nuevos aportes de sociólogos y politólogos norteamericanos. Su último libro, Authoritarianism, fascism, and nationalpopulism, publicado en Estados Unidos en 1978, que es con algunos cambios el texto deAutoritarismo,fascismo e classi sociali, publicado en Italia tres años antes, contiene su última aproximación al tema que lo mantiene vivo en las publicaciones académicas y en las aulas de las universidades argentinas. 9 Desde 1993, un instituto de investigaciones sociales de la Universidad de Buenos Aires lleva su nombre: un reconocimiento que no tuvo en vida pero que, sin duda, merece por el papel clave que jugó en el desarrollo de las ciencias sociales y en la vida académica argentina. 10 La obra de Gino Germani ha sido tema de muchos estudios. Ante todo se debe destacar la biografía escrita por su hija Ana Alejandra, publicada en castellano en 2004 y en inglés, más extensa, en 2008. 11 Basada en los papeles de su padre y en entrevistas con colegas y discípulos, ofrece la mejor aproximación a las peripecias de su vida y a los desafíos y dilemas enfrentados durante su trayectoria académica. El aporte de Germani a los estudios de sociología en la Argentina, su labor institucional y el análisis de su obra en el contexto de la sociología

7

En la edición de 1983 de su obra, De Felice expresó su reconocimiento a quienes en la última década habían influido sobre su visión del fascismo: Gino Germani y George L. Mosse. Cf De Felice (2012), 3. 8 El resumen de la vida de Germani está basado en Ana Alejandra Germani (2004) y (2008). 9 Germani (1975) y (1978). Una comparación del contenido de esos dos libros en Germani (2003), 297-302. 10 Sobre el Instituto de Investigaciones Gino Germani, véase http:/ /iigg.sociales. uba.ar/historia/. 11 Ana Alejandra Germani (2004) y (2008). Hasta entonces solo se contaba con un capítulo de Kahl (1976), 23-68, y otro de Neiburg (1998), 183-214. Irving Louis Horowitz recuerda sobre su relación con Germani desde fines de los años cincuenta en Horowitz (2000); y José Luis de Imaz describe su carácter y la manera de encarar sus actividades académicas en Imaz (1977), 125-133. [16]

de su época son tratados en los estudios de Carlos Arbeláez, Alejandro Blanco, José Mauricio Domingues y María Maneiro, y Alberto Noé. 12 La contribución teórica de Germani es el tema del libro de Joseph Kahl en cuanto a la modernización y del de Mauro Giardiello en cuanto a la marginalidad, como también el de un breve pero incisivo comentario de N~rberto Bobbio. 13 Más recientemente, las preocupaciones de Germaru acerca de la fragilidad de la democracia y las consecuencias políticas de la secularización han sido motivo de las reflexiones de Pasquale Serra. 14 La contribución de Germani al estudio del peronismo es presentada por Federico Neiburg en un capítulo de su libro, pero se detiene en la primera interpretación, de 19 56, sin seguir la evolución de ella en su obra posterior. 15 Las distintas maneras en que Germani se aproximó al estudio del peronismo a lo largo de tres décadas es el tema que trata este libro. Desde ''Algunas repercusiones sociales de los cambios económicos en la Argentina (1940-1950)", artículo publicado en 1952, hasta "Democrazia e autoritarismo nella societa moderna", publicado póstumamente en 1980, Germani exploró distintos aspectos del peronismo, tratando de explicar sus orígenes y su significado y de clasificarlo dentro de diferentes categorías, algunas existentes y otras creadas o reelaboradas por él. ~l proceso de descubrimiento de una nueva categoría para el peron1smo es reconstruido en los cuatro capítulos de la Parte I. El ?eronismo era una manifestación del fascismo: esa fue la primera interpretación de Germani. La publicó a mediados de 1956 en un artíc~lo_ titul,~do "La in~egración de las masas a la vida política y el totalitarismo . El perorusmo era, por lo tanto, una manifestación del tot~litarismo, pero también, como argumentaba allí, una experiencia de libertad. El capítulo 1 estudia en qué sentido lo era. Aunque en su artículo de 1956 Germani presentaba al peronismo como una manifestación del fascismo, su análisis resaltaba las diferencias entre esos dos fenómenos políticos: el fascismo y el peronismo

12

Arbe(~ez (2011);_ Blanc_o \2006); Domingues y Maneiro (2004); Noé (2005).Véase tambten el estudio prelimmar de Blanco a Germani (2006) y los estudios incluidos en Jorrat y Sautu (1992) y Germani (2010). 13 Kahl (1976); Giardiello (2011); Bobbio (1985). 14 Serra (2012), (2013) y (2016). 15 Neiburg (1998), 183-214.

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El t11ovit11ie11to 11acio11al-pop11lar

no eran iguales. Se advertía así su insatisfacción con la categoría más general en la que, por falta de otra, debió ubicar al peronismo. Muy pronto, tras su viaje a Estados Unidos, comenzó una exploración que lo llevó a la identificación de una nueva categoría para los fenómenos políticos que no eran democráticos ni totalitarios. La búsqueda de una nueva categoría y sus resultados se estudian en el capítulo 2. Las palabras utilizadas para designar a la nueva categoría, "nacional-popular", parecen remitir a la obra de Gramsci publicada en Italia inmediatamente después del fin de la Segunda Guerra Mundial a instancias de la dirección del Partido Comunista. El capítulo 3 examina la posibilidad de que ella haya tenido un eco en la interpretación de Germani del peronismo y explora otras influencias. Después de su traslado a Estados Unidos, Germani comenzó a prestar más atención al fascismo y, aunque mantuvo el marco general que había elaborado entre fines de los años cuarenta y mediados de los cincuenta, introdujo algunas precisiones acerca del fenómeno. Cuando su insatisfacción con la vida académica norteamericana lo llevó a mirar hacia Italia, su interpretación del fascismo encontró alli una recepción quizás inesperada en Renzo De Felice. El capítulo 4 examina cómo pasó Germani del análisis del peronismo al del fascismo y la evolución de su visión acerca de este. El contexto en el que Germani elaboró una nueva categoría para clasificar al peronismo es examinado en la Parte II. La insatisfacción con las categorías "democracia" y "totalitarismo" como los dos únicos tipos posibles de orden político comenzó a manifestarse a mediados de la década del cincuenta. Varios filósofos, sociólogos y politólogos comenzaron una búsqueda, que se extendió durante las dos décadas siguientes, de una categoría que sirviera para clasificar los órdenes políticos que no eran asimilables a esos modelos. Perón y el peronismo fueron mencionados ocasionalmente por quienes participaron de ella, pero en el caso de Germani fueron el hilo conductor de su reflexión. La elaboración teórica de Germani en el contexto de esa búsqueda se estudia en el capítulo 5. El análisis de la evolución de la visión de Germani acerca del peronismo es efectuado en la Parte III. A lo largo de sus publicaciones, Germani se ocupó de diferentes maneras del peronismo: su lugar en la historia argentina, sus orígenes, su clasificación como fenómeno político y su significado. Los tres últimos aspectos aparecían en su interpretación inicial, publicada en 19 56, y el primero, en su libro de [18)

Introducción

1962, pero todos sufrieron modificaciones posteriormente, algunas por su propia insatisfacción, otras por controversias con sus críticos. Germani llevó a cabo dos periodizaciones de la historia argentina para enmarcar sus análisis sociológicos. En ellas utilizó sucesivamente dos criterios diferentes: la participación y la movilización. En una va~iante d~ la segunda periodización, sin abandonar el criterio principal, mtrodu¡o otro, la desmovilización. El lugar del peronismo en esos esquemas no varió demasiado, pero el capítulo 6 revela cuál era la interpretación subyacente de la historia argentina. Los orígenes del peronismo fueron explicados por Germani en. su artículo de 1956 por la anomia de los migrantes recién llegados a la sociedad industrial desde la sociedad tradicional, transformados en una masa en disponibilidad. Esa interpretación fue muy discutida, pero él, a pesar de los matices que introdujo, nunca la desechó completamente. La evolución de su visión de ese problema se trata en el capítulo 7. Además de buscar una nueva categoría para clasificar al peronismo como fenómeno político, Germani estuvo atento a las utilizadas en las ciencias sociales. Por ese motivo, cuando comenzó a generalizarse el uso de "populismo", la adoptó con sus propios matices. La difusión de ese concepto, cómo llegó Germani a él y cómo lo utilizó se estudian en el capítulo 8. El significado del peronismo fue la interpretación más elaborada de Germani pero la que menos atención atrajo y a la que menos atención le prestó él mismo. En su artículo de 19 56 lo presentaba como una experiencia de libertad. No insistió posteriormente con esa visión ni la desar~~lló, per~ e~a fue se~ura~ente el motivo de la revisión que emprendio en sus ult1mas publicaciones. La evolución de la interpretación de Germani del significado del peronismo se considera en el capítulo 9. El objetivo de este libro es explorar desde diversas perspectivas el ap~rt~ que Ger~ani hizo a lo largo de casi tres décadas de trabajo acadermco al estudio del peronismo como fenómeno social y político. El título, El movimiento nacional-popu!at; destaca un momento de su reflexión, el más original, pero otros momentos podrían haber dado lugar a títulos no menos representativos de sus preocupaciones: el líder Y la ~asa, la experiencia de la libertad, democracia y autoritarismo, t~ovilización y disponibilidad. Todos ellos reflejan su interés por un ttpo de relación entre gobernantes y gobernados cuya amenaza a los fundamentos de la democracia representativa lo desveló hasta su última contribución académica.

[19]

Parte I

El descubrimiento

Capítulo 1 Del fascismo al peronismo: la experiencia de la libertad

Las primeras interpretaciones del peronismo fueron políticas, tanto las que lo tomaban como la manifestación de una enfermedad que consumía el cuerpo político argentino o las que trataban de ubicarlo en alguna etapa de la revolución proletaria. Las primeras se limitaban a identificarlo con el fascismo; las segundas, como las de Victorio Codovilla, Jorge Abelardo Ramos, Eduardo Astesano o Rodolfo Puiggrós, fueron muy influyentes, pero estaban dentro del marco de la tradición intelectual y de la acción política marxista. 1 Germani, por el contrario, dialogaba con la ciencia social de su tiempo y su análisis no estaba orientado hacia la acción política (propia, al menos), aun cuando se notase su preferencia por la "democracia representativa de participación total". 2 La contribución inicial de Germani fue un artículo, "La integración de las masas a la vida política y el totalitarismo", escrito inmediatamente después de la caída de Perón y publicado a mediados de 1956. 3 De Ípola ha destacado la notable capacidad de Germani de analizar, en medio de las pasiones que encendían el país y a las que él mismo no era ajeno, el peronismo como fenómeno político y social desde una perspectiva académica. 4 Ese artículo fue luego recogido 'como el noveno capítulo de su obra más importante, en términos de su difusión local al menos, que fue el libro publicado en 1962 con el título de Políticay sociedad en una época de transición, cuyo subtítulo, De la 1

Codovilla (1946); Ramos (1949); Astesano (1953); Puiggrós (1955). Sobre las interpretaciones del peronismo, véase De Ípola (1989) y Plotkin (1991). 2 Durruty (1969), 35. 3 Sobre el origen del artículo, véase la sección "La primera interpretación y sus críticas", del capítulo 7. 4 De Ípola (1989), 335. [23]

El movimiento nacio11al-pop11lar

sociedad tradicional a la sociedad de masas, mostraba el marco más general dentro del cual Germani ubicaba el peronismo. 5 El libro reproduce sin cambios el texto del artículo de 1956, pero una llamada en el título del capítulo remite a una nota agregada que refuerza su inclusión dentro del marco interpretativo general. Germani advierte al lector que el artículo "constituye un análisis de un movimiento 'nacional popular' típico: el peronismo" y que se trata del "punto de partida de las formulaciones de carácter más general que se han expuesto en la primera parte del libro". 6 De este modo, el peronismo pasa a ser un caso de un problema general (los movimientos nacional-populares y su papel en el tránsito de la sociedad tradicional a la sociedad de masas) y no un problema en sí mismo. Quizás este desplazamiento de la atención a que incita esa nota se deba a que la interpretación incluida en ese capítulo no había sido criticada hasta entonces y no lo sería hasta nueve años después de la publicación de Políticay sociedad .. En el lapso que había transcurrido entre la publicación del artículo y la del libro, el peronismo había resurgido, pero la atención de Germani estaba en otra parte. Ese artículo de Germani ha sido la piedra angular de todos los debates posteriores sobre los orígenes del peronismo y debiera serlo, aunque hasta ahora lo ha sido en muchísimo menor medida, del debate sobre el significado del peronismo. En lo que sigue se examinan estos dos aspectos de ese influyente artículo de Germani: por un lado, se presta atención al debate sobre los orígenes del peronismo; por otro, a su contribución al desentrañamiento del significado del peronismo. Finalmente, se observa cómo el mismo Germani, en el mismo artículo, deja de lado los aspectos más fructíferos de su análisis para retroceder a una interpretación del peronismo todavía novedosa en su momento, pero sin consecuencias para explicar su supervivencia. Su explicación, sin embargo, sigue siendo la clave para interpretar el peronismo no en un momento particular sino como un fenómeno histórico. El d.ebate sobre los orígenes el.el peronismo

Gino Germani está en los orígenes de la constitución del peronismo como campo de estudios académicos. Su contribución inicial fue leída y releída en diferentes contextos, que llevaron a enfatizar distintos

Del fascismo al peronismo: la experiencia de la libertad

aspectos de su herencia. El mismo Germani, llevado por los debates, privilegió uno de esos aspectos, el que explica la relación entre clase obrera y peronismo, apartándose de otros que él sugirió antes que nadie. Germani explicó el surgimiento del peronismo como la manifestación local de una crisis global, que era la crisis de la modernización. El paso de la sociedad tradicional a la sociedad de masas producía en quienes lo daban un corte con sus raíces, con su marco cultural, que les producía una situación de anomia, es decir, de ausencia de un marco normativo. Esas masas desplazadas se tornaban entonces, desde una perspectiva política y social, en masas en disponibilidad, ya que losantiguos mecanismos de movilización (entendida, en uno de los sentidos en que Germani usa esta palabra, como organización) de la sociedad que se estaba modernizando no alcanzaban para integrar a estos grupos sometidos a un rápido proceso de cambio. En la Argentina, la crisis de las exportaciones agropecuarias y la aceleración del proceso de industrialización sustitutiva durante la década del treinta produjeron desempleo en las zonas rnrales y mayor empleo en las zonas urbanas, lo que generó migraciones desde el interior, de la sociedad tradicional, con sus normas, actitudes e instituciones fijadas por la costumbre, hacia Buenos Aires, a la sociedad de masas, con otras normas, actitudes e instituciones. De manera súbita, entonces, habría aparecido en Buenos Aires un sector social que no tenía conexión con la sociedad modernizada y al que las instituciones de la sociedad modernizada no tenían capacidad de movilizar. A pesar de que sus críticos posteriores solo vieron en Germani una expresión del funcionalismo por entonces en boga en las ciencias sociales, en este y en otro aspecto crucial, como la caracterización de las preferencias políticas de la clase obrera, Gertnani estaba influenciado por el marxismo. No por Marx mismo, pero sí por el marxismo que antes de migrar a la Argentina quizás él había conocido en Italia, donde había tenido alguna actividad política, y por el marxismo que existía en la Argentina, corporizado en los partidos Socialista y Comunista, que recogían los legados de la II Internacional y de la Internacional Comunista, respectivamente. 7 Para estos partidos, como para todo el marxismo de entonces -con muy escasas y políticamente aún intras7

5

Germani (1956) y (1962). 6 Germani (1962), 233.

[24]

L_a, información q~e sobre la actividad política de Germani en Italia da su hija y b_10$rafa ~o penrute determinar cuánto influyó en su formación el legado del socialismo italiano. Cf. Ana Alejandra Germani (2004), 21-41.

(25]

Del fascismo al pero,úsmo: la experiencia de la libertad

El movimiento 11acio11al-pop11lar

cendentes excepciones-, la clase obrera debía organizarse en los partidos de clase, es decir, los partidos socialistas y comunistas. 8 Aunque Germani lo ponga en un lenguaje menos dogmático, ni la dirección del Partido Comunista ni él concebían que la clase obrera pudiera ser organizada o movilizada por un partido burgués. El peronismo era, por lo tanto, desde ese punto de vista, una aberración. Tanto Germani como la dirección del Partido Comunista debieron hacer esfuerzos teóricos para explicarla. Los de la dirección comunista fueron menores: primero negó la condición de obreros de los seguidores del peronismo, pero, cuando se hizo obvio (entre octubre de 1945 y febrero de 1946) que quienes seguían a Perón eran efectivamente obreros, pasó a explicar la aberración por la falta de conciencia de clase de esos nuevos obreros, que habían migrado recientemente. El Partido Comunista no usaba el lenguaje sociológico de Germani, pero en ambos casos el origen del problema era el mismo (era necesario explicar por qué la clase obrera no era movilizada por el partido de clase) y la explicación era la misma (la migración reciente había producido obreros sin conciencia de clase para el partido y anómicos para Germani). Debe notarse que entre la explicación de la dirección comunista y la de Germani hubo alrededor de diez años de distancia. 9 La explicación del partido fue expuesta por su "líder", Victoria Codovilla, en una conferencia realizada en diciembre de 1945, mientras que la de Germani fue publicada en su artículo de 1956. 10 Esos dos aspectos, la esencia revolucionaria de la clase obrera (que debía manifestarse en su adhesión a los partidos de clase) y la necesidad de explicar por qué algunos obreros (muchos, en verdad) se conducían de una manera aberrante, eran un problema para ambos: político, para Codovilla; sociológico, para Germani. La crítica posterior, especialmente la de Murmis y Portantiero, cuestionó la interpretación de Germani (y del Partido Comunista) en cuanto a la importancia de los migrantes internos recientes en el surgimiento del peronismo. 11 La lectura de Gramsci, formado en la 8

Una excepción al énfasis en el papel del partido de clase dentro de la tradición marxista es Astesano (1953). 9 Germani ya había señalado la esperada correlación entre ideología política y clase social antes de la publicación de su artículo de 1956 y lo haría después. Cf. Germani (1955), 247 y ss.; y Germani (1957). Este último artículo fue incluido como capítulo 4 en Germani (1962). 10 Codovilla (1946). 11 Murmis y Portantiero (1971 ). [26]

escuela marxista italiana iniciada por Antonio Labriola y continuada por Rodolfo Mondolfo, quizás haya revelado a esos antiguos militantes de los partidos de clase que la clase obrera no era esencialmente revolucionaria. Consecuentemente, no tenía por qué considerarse una aberración que la clase obrera hubiese apoyado al peronismo. En su artículo de 1971, Murmis y Portantiero muestran, por un lado, los factores económico-sociales estructurales de la década del treinta que habían conducido al surgimiento del peronismo y, por otro, que la diferenciación entre obreros nuevos y obreros viejos era mucho menos clara de lo que a Codovilla y a Germani les hubiese gustado que fuera. Esos factores estructurales, que pueden resumirse para aquellos autores en crecimiento sin redistribución, proveen racionalidad a la conducta de l~s viejos obreros, que, al encontrarse con un redistribuidor (con algwen que desde el estado satisfacía sus demandas de redistribución del ingreso), lo siguieron. Tanto en la explicación de Germani como en la de Murmis y Portantiero hay un actor que, por omisión, parece tener un papel crucial en el proceso de movilización o de redistribución, pero que ninguno de ellos se atreve a identificar y, mucho menos, a explorar. En las dos explicaciones, la clase obrera responde racionalmente (sea por la falta de normas de los obreros nuevos de Germani o por la experiencia de lucha de los obreros viejos de Murmis y Portantiero) a un estímulo externo, ya que en ninguno de los dos casos la clase obrera se organiza o moviliza autónomamente. Pero ni Germani ni Murmis y Portantiero tienen ya sea el deseo o los instrumentos teóricos para dar cuenta de ese factor externo a la clase obrera que la había movilizado u organizado. Ese factor externo, aludido, pero apenas mencionado, no era otro que Perón. 12 Su ausencia en la explicación de los orígenes del peronismo se prolongaría por un tiempo, ya que aquellos sociólogos, fuesen marxistas-leninistas, funcionalistas o gramscianos, poco podían hacer con un individuo ¿Cómo explicar en términos sociológicos el papel clave que Perón había jugado en ese proceso? Ni Germani ni Murmis y Portantiero ni otros que siguieron sus pasos y participaron del debate (reavivado por las contribuciones de Peter Smith, el mismo Germani, Tulio Halperin Donghi y Eldon Kenworthy entre 1972 y 1975) inten-

12

~a ausencia de Perón en el análisis de Murmis y Portantiero fue señalada por De Ipola (1983), 128.

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Del fascismo al pemnismo: la experiencia de la libertad

El movimiento nacional-popular

taron dar cuenta del papel de Perón en el surgimiento del peronismo. 13 Resulta paradójico que en el estudio del surgimiento de un fenómeno político y social que se identifica con el nombre de una persona no se prestase atención al papel que ella jugó en el proceso, pero así fue: el debate se centró en la identificación de las fuerzas sociales, migrantes rurales o no, obreros nuevos o no. Fue con las contribuciones de Félix Luna y Robert Potash, primero, y luego con las de Ciria, Waldmann, De Ípola y Torre, que Perón comenzó a ocupar un lugar en la narración académica de los orígenes del peronismo, como poco antes lo había ocupado en la crónica periodística de la revista Primera Plana, que desde julio de 1965 publicó una "Historia del Peronismo". 14 Este debate ha sido de gran importancia tanto para el desarrollo de las ciencias sociales en la Argentina como para la comprensión del peronismo, pero hay todavía muchos aspectos cuya indagación puede revelar nuevas dimensiones de ese fenómeno. Tanto Germani como sus críticos se centraron en el papel de la clase obrera en el surgimiento del peronismo, pero la clase obrera no fue sino uno de los varios actores cruciales de la hora. No cabe duda de que la clase obrera fue el actor clave el 17 de octubre de 1945 (aunque tampoco la hay de que nuevos estudios podrían matizar la afirmación). Más difícil ha sido determinar qué significó esa intervención en la política nacional y quién exactamente la produjo. Torre ha enfatizado el papel de la clase obrera organizada por los viejos sindicalistas y ha mostrado también el conflicto entre Perón y los sindicalistas autónomos, con el triunfo del primero, en los meses siguientes a su victoria electoral del 24 de febrero de 1946. 15 Pero quienes participaron de ese debate no hicieron el mismo esfuerzo para identificar a otros actores clave de esa victoria: las fuerzas que apoyaron a Perón fuera de la zona industrializada donde se concentraba la clase obrera. 16 No era necesario un análisis para advertir que a Perón le había ido bien también "en algunas de las provincias más tradicionales del interior, donde el voto tiende a seguir

lealtades personales y regionales más que líneas de clase". 17 La fórmula Perón-Quijano obtuvo el 52,4% del voto total, pero los porcentajes por distrito fueron los siguientes: Capital Federal, el 53%; Buenos Aires, el 54,9%; Catamarca, el 55,2%; Córdoba, el 42,5%; Corrientes, el 36,4%; Entre Ríos, el 47,6%;Jujuy, el 67,5%; La Rioja, el 52,2%; Mendoza, el 52%; Salta, el 62%; San Juan, el 33,5%; San Luis, el 46,1 %; Santa Fe, el 55,8%; Santiago del Estero, el 51,5%; y Tucumán, el 70,6%. 18 ¿Quiénes le dieron el triunfo a Perón en Catamarca, Jujuy, La Rioja, Salta, Santa Fe, Santiago del Estero y Tucumán, donde había poca o ninguna traza de industrialización? Es posible que, influidos por el origen marxista de la pregunta original del debate, quienes participaron en él hayan dado por sentado que en la sociedad tradicional (según Germani) o feudal (según el Partido Comunista) Perón podía manipular los mecanismos h~bituales de las lealtades políticas mediante la atracción de punteros y ¡efes locales, tanto de origen radical como conservador. Aunque desde esa perspectiva el triunfo de Perón en zonas no industrializadas no requiera la explicación de ninguna aberración (como lo era que los obreros no siguieran a sus partidos de clase), la pregunta aquí formulada solo ha sido contestada de manera parcial. 19 El debate sobre los orígenes del peronismo derivó casi exclusivamente hacia la cuestión del papel de los migrantes internos, de los obreros nuevos y viejos, y de los sindicatos, pero el tema está lejos de haberse agotado. Todavía queda mucho por explicar acerca del papel de Perón como actor político más allá (cronológicamente hablando) del proceso estudiado por Luna, en El 45, y por Torre, en La viqa g~ardia ,s~ndicaly Perón, au1;que Ciria y Waldmann, desde una perspectiva s1stemat1ca, y tanto De Ipola como Sigal y Verón, desde el punto de 17 1a

13

Smith (1972) y (1974); Germani (1973); Halperin Donghi (1975); y Kenworthy (1975), todos ellos incluidos en Mora y Araujo y Llorente (1980). 14 Luna (1969); Potash (1969); Ciria (1971) y (1983); Waldmann (1974); De Ípola (1982); Torre (1989); "Historia del peronismo", Pri1JJera Plana, 15 de junio de 1965, Nº 136 en adelante. 15 Torre (1990). 16 Canton (1968), vol. 1, 132 y ss. [28]

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Kenworthy (1973), 21. L . , d os porcenta¡es estar.i toma os _de Amara! (2018), Tablas 1 y 2 de cada distrito. Los de Catamarca, Ju¡uy, San Lws, Tucumán y el total son el resultado de la suma d~ (os obteni~os por todas las listas que apoyaron a Perón, aunque por llevar distmtos candidatos a electores de presidente y vicepresidente sus votos no se sumaban. Lloren te (~ 977) y Gon~ález Esteves (1980) fueron los primeros en estudiar el voto p_eromsta ~uera del atea metropolitana de Buenos Aires Oa provincia de Buenos Aires el pnmero y la de Córdoba el segundo). Los trabajos de Mackinnon (1_996) y (2~03) y los recopilados por Macor y Tcach (2003) y (2013) y por Melon Pirro y ~wroga (2006) apo~tan nuevas perspectivas al estudio del surgimiento del perorusmo, pero no analizan los resultados electorales. Estos se analizan en Amaral (2018).

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El moviv1ie11to 11acio11alpop11!ar

Del fascismo al peronismo: la experiencia de la libertad

vista discursivo, hayan hecho también contribuciones importantes. 20 De la misma manera, todavía queda mucho por explicar acerca de la conformación del peronismo (es decir, el proceso que siguió a la victoria electoral), no ya en el área metropolitana, sino en todo el país, que era, después de todo, su ámbito de acción. Pero los argumentos de este debate, en los términos en que fue planteado, solo alcanzan para explicar los orígenes del peronismo y nada dicen acerca de la supervivencia del peronismo. Si esta podía no ser una cuestión demasiado perceptible en el momento en que Germani escribió su primera contribución, poco después de la caída de Perón, pronto, tanto por la resistencia peronista como por el voto en blanco en las elecciones de julio de 1957, se tornó algo mucho más visible, pero no por eso más estudiado. 21 En efecto, no se ha planteado un debate similar al de los orígenes del peronismo en torno de la supervivencia del peronismo, dando por sentado que ella no se produciría (a mediados de los cincuenta) o que era inevitable (desde principios de los sesenta en adelante). Las contribuciones de Torcuato S. Di Tella, de mediados de los sesenta, plantean el problema de la integración de la clase obrera (no del peronismo) a la vida política tras la caída del gobierno de Perón. Di Tella ve dos alternativas: la formación de un partido de clase basado en los sindicatos o el mantenimiento de la coalición nacional-popular. Aunque la primera le parecía más probable (en el momento en que escribía el desafío de Vandor a Perón había alcanzado su punto más extremo), no especifica en qué medida una u otra implicaban la supervivencia del peronismo ni, por supuesto, del liderazgo de Perón. 22 Como lo muestra la misma contribución de Germani, en el momento en que la escribió se creía que el peronismo había muerto. ¿Cómo es posible que haya sobrevivido al exilio de su líder y al programa de desperonización del decreto 4.161? Nada de lo que se debatió acerca de sus orígenes explica esa supervivencia. Que los obreros que estuvieron en la Plaza de Mayo el 17 de octubre de 1945 o los que votaron el 24 de febrero de 1946 fuesen viejos o nuevos, movilizados o no, nada se explica acerca del comportamiento de los pe- .

ronist~s después de la caída de Perón. El origen y la supervivencia del perorus~o son dos problemas distintos. Aun cuando pueda buscarse en el ?rigen elementos que contribuyeron a la supervivencia, ellos no son ci~rtam~nte los qu~ han sido motivo del debate. Para explicar la s~pervi~en~ia del perorusmo es necesario prestar atención no al origen sino al significado del peronismo.

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El significado del peronismo: libertad

~~r obvio ~ue parezca: n~ es lo ~smo el o~igen de un fenómeno político y socia_l que su_ sigruficado. Aunque indudablemente el origen pue~e tener mflue~cia en el significado, no tiene por qué agotarlo. En el origen d~l p~ro~smo pueden haber participado los obreros, viejos o nuevos, sindicalizados o no, y otros sectores sociales como los industriales ansiosos de protección o los habitantes de ár~as rurales organizados por las maquinarias políticas tradicionales, y hasta el mismo Perón, ~ero esas c~ndiciones iniciales fueron modificadas por la acción del gobierno, del líder y de las masas en años posteriores de manera tal q~e el legado de Perón a su caída, diez años después del momento de onge~: era ~uc?o más complejo que entonces. Es necesario prestar ate~c1on al s1grufi_cado del peronismo para explicar su supervivencia: 1~ue _era el perorusmo para los obreros y para los no obreros que se ide~tificab~n con ~erón? ¿Qué era Perón para ellos? ¿Por qué seguir a ~n líder caido y exilado? Y aun antes de su caída, ¿por qué seguir a un líder que había basado su atractivo en la redistribución (si creemos a Murmis y Portantiero) cuando, como sucedió a partir de 19 50, ya poco le quedaba para redistribuir? 24 En su artículo de 1956 Germani se ocupa, directa o indirectam~nte, de ~:rías de esas pre?untas. En primer lugar, como ya se ha s~nal~~o, s1tua el caso argentino en el proceso más amplio de moderruzacion que, en el mundo occidental al menos, había comenzado en 23

Luna (1969); Torre (1990); Ciria (1971); Waldmann (1974); De Ípola (1982); Sigal y Verón (1985).

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Una excepción es Amaral y Plotkin (1993), que explica la supervivencia del peronismo desde 1955 hasta 1973 desde la perspectiva de Perón como actor político. 22 Di Tella (1964), 68 y 109; y Di Tella (1965b), 422. [30]

Ni en_ las interpretaciones contemporáneas ni en las contribuciones académicas pos~enores, comenzando por la de Germani, se han diferenciado claramente los ~stmtos co:11Pº1:en~es del peronismo co1:10 fenómeno social y político: líder, go~lerno,_ part1do, sindicatos, masas, mov1m1ento. En este libro se usan los términos pero1:1smd' o "fenómeno peronista" para dar cuenta de todos esos aspectos y sus articulaciones.

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