El Espiritismo En La Argentina

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COSME MARIÑO

EDITORIAL CONSTANCIA

PENSE - Pensamento Social Espírita

EL

ESPIRITISMO

EN

LA

ARGENTINA



EDIÇÃO DIGITAL: PENSE - Pensamento Social Espírita www.viasantos.com/pense - Junho de 2012

PENSE - Pensamento Social Espírita

COSME

MARIÑO

El Espiritismo en la Argentina



IW/'I'OUIAI. "CONS'I'ANCIA" ,,.,.••••0

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PENSE - Pensamento Social Espírita

Queda hecho el depósito que marca la Le y N9 11.723.

Printed in Argentine Impreso en la República Argentina

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PREFACIO

E STAnentenueva edición del ((Espiritismo en la Argentina", del emiespírita Cosme Mariño, reviste sumo interés, en cuanto al proceso de los acontecimientos que dieron lugar desde la inicial del Espiritismo en la Argentina. Por considerar que es una obra que no debe permanecer m.ás tiempo agotada, dado el historial del movimiento del Espiritismo que recauda, el cual ha de "inte1·esar siempre a todo militante espírita. Esta es la razón fundamental por la cual se ha estimado de interés lanzar una nueva edición a fin de que la colectividad espírita pueda imponerse de su contenido, que después de todo, ella constituye una verdadera reliquia. Con ello, no dudamos que se ha de recibir con agrado, po1· llenar una sentida necesidad histó1·ica. Luego de estas consideraciones, conviene recordar que la figum de Mariño, desde que se iniciara en la causa espirita el año 1879 afiMndose en «Constancia" después de algunas experiencias iniciales realizadas en la ciudad de Dolores, Provincia de Buenos Aires, donde se hallaba también, entre otras distinguidas personalidades de entonces, el entusiasta luchador de la causa ingeniero Rafael Hernández. Mariño entonces, ya era una figura respetable que honraba a la Patria, po1· motivos de bien social, que le merecieron honores por la Municipalidad de Buenos Aires, a la vez que otros aspectos que lo distinguieron. Dado el empuje que le caracterizara en el nuevo ideal que abra~ara, su personalidad fue adquiriendo cada vez 1nayor prestigio, así rll' los pioneros aue le brindaban todo su entusiasmo al ideal, co?no ¡mr los atraídos por el empuje que iba to1nando el Espiritismo, nflri1 111cfose paso, 110 obstante la tenaz resistencia que ofrecía la opoICiátt. Y en esto estaba Mm·iiio siempre presente. Si hubo un homllrl' ow• sr• cmuwwó sin dobleces, por entero a la causa, no importando los .~acrificws. ese 1/0ml>re fue Mariño. Su nombre y prestigio t bró má.'l r1/lti rk /m; jrontr•ras para convertirse en internacional. Constt q1u• t'u esto 1111 r' 111!/l'nllllns. 1 J to e prcsar tJilt' no r•s posible llistoriar al Espiritismo for1 lo tJrU nUno a~n Cosme Mari11o, y ca/Je .'U'Iialar que

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EL ESPIRJTISMO

clecir comienza, el año 1869, con la llegada a la ciudad porteiía del Ilustre español Justo de Espada experimentado en los fenómenos su.pranormales de tanta 1·esonancia mundial entonces. En la obm pues que nos ocupa podrá verse el interés despertado por el Espiritismo en aquella memomble hora. Podrá verse w;imismo, el hacerse y rehacerse de los cent1·os que se constituían Jlor divergencias de interpretación, hasta afirmarse con la fundación rlr• la Sociedad ''CONST ANClA" sellando con ello las divergencias . Desde entonces presenta el Espiritismo en la Argentina un interr•sante panorama de lucha donde Mariño figura a la cabeza de tan (lforloso movimiento ya en cuanto a las existosas polémicas con la.s tloumáticas oposiciones, como en todo lo concerniente a la campaña rlr•f Espiritismo. Leer el "Espiritismo en la Argentina", es ilustrarse de todo r 11' admirable dinamismo que honra a los líderes y mediums que lucllaron por él. La pluma de Mariño selló el historial del Espititismo t1 la Argentina, por lo que debemos felicitarnos por la hermosa. fl t 11 ición que le guiara a hilvana1· el proceso de tan histótico y brilltlllf(' acontecimiento. Cabe expresar ahora que Mariño configuTó el alma del Espirien la A1·gentina, así lo estimaTon los que lucharon a su vera us1 lo ha de estimar la historia del EspiTitismo, cuando juzgue a 1/0ni.bres. Basten estas pocas referencias históricas del proceso del Espit ~mo en la Argentina, pam darse una cabal idea de su importancia, la necesidad de que todo idealista se imponga de ello y del valor los llombres y los dotados que lo sostuviemn y diemn brillante y duralJle brillo a la causa espíTita.

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CARLOS LUIS CHIESA Presidente de la Asociación Espiritista "Constancia"

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El Espiritismo en la Argentina PRIMERA PARTE 1870 - 1892

Cumplimos con la promesa que hicimos de dar a conocer la historia del espiritismo en la Argentina. No nos proponemos hacer una crónica detallada y bien comprobada de todos los hechos q1,1e se relacionan con la marcha y progreso del espiritismo, porque para esto necesitaríamos hacer un trabajominucioso, para lo cual no tenemos el tiempo y la salud suficientes, porque las pocas fuerzas que nos van quedando las necesitamos para emplearlas en las diarias y múltiples atenciones que nos exige el puesto que ocupamos dentro de las filas del espiritismo. Nuestro trabajo, pues, se limitará a referir impresiones que conservamos de los hechos más salientes del espiritismo en la Argentina y de los que hemos sido actores, o que conocemos por haber oído a testigos oculares de ellos. Por consiguiente, muchos hechos y acontecimientos se nos escaparán porque aun cuando, felizmente, conservamos la memoria del pasado mucho más lúcida que la de la época presente, como sucede a casi todos los que se hallan en el último período de su existencia; sin embargo, no es difícil que tergiversemos algún acontecimiento, lo recordemos mal, referente al orden cronológico o hayamos sido mal informados, pero de todas maneras, estamos seguros de no equivos n•unidas en ella, tan fa1 lo rnndl' ¡H opil 1tos r¡m• l los espiritistas sinceros y de rectitud probada que n l('ltido muehas ocasiones de comprobar su eficacia, y además, 01 1111 h, c·ou I'Sia particularidad: que la mayoría no ~on tales mcdiums «'Kplol¡¡dorcs del nombre del apóstol y de la causa espiritista. I'IIPS hil'JL aun cuando esto es verdad, no considero una razón c'ciiH luy«'nll' pNmitir que se atrofie en los mediums una mediumnidacl qtu• Ps natural lo mismo que las otras medimunidades. Lo único qtu• dPIH• hat·crse es desenmascarar a los impostores, a los mercader!'~, a todos t·uantos engañan al pueblo con comunicaciones que la 1n.•yoria ele las veces no son sino simples influencias de espíritus al !'asados, que lo único que se proponen es hacer vivir a los pseudos Jnl'diums con la explotación de la mediumnidad. Debemos, pues, no ciPs('ansar hasta conseguir que estas prácticas perjudiciales a 1la causa, 11i•sa¡H1rezcan; pero, para esto, necesitamos de tiempo, de mucho 1iPm po, y de no menos vigilancia, porque estos abusos provienen t•xC'Iusívamente del atraso moral de la humanidad que puebla este mundo. Si echamos una mirada a los otros sistemas e instituciones soda les, preguntamos: ¿cuáles son los que se libran de la explotación de los pillos y de los ignorantes? ¿Hay algún apostolado que sl' halle exento de mantener en su seno lobos disfrazados de corderos'? Luego, pues, ¿por qué el espiritismo había de ser una excepción, si aun todavía, 1a falta de evolución intelectual y moral se nota en todas partes donde se extiende la mirada? ¿Acaso las otras mediumnidades están exentas de trucs? ¿No se han comprobado muchas vel'l'S que ciertos prestidigitadores han hecho de mediums para embauC"ar a las gentes y que hay mediums fraudulentos? Por todas estas razones nosotros creemos que no está suficientemente fundada la oposición que se hace por algunos espiritistas a t•sta clase de mediumnidad. Si los abusos que se cometen a la sombra del espiritismo le merman en consideración y prestigio a la causa, no nos alarmemos tanto, pensando que este hecho es una consecuencia necesaria de ·l a ignorancia que reina en los pueblos sobre el verdadero significado de la doctrina espírita. Por otra parte, los hechos, hechos quedan, y no se discuten. Estoy citando hechos Y. lo haré un rato más, para dejar plenamente comprobada mi fe racional en la mediumnidad curativa, cuando se tienen mediums de verdad, honestos y que obran bajo una dirección sabia, experimentada. Ya he referido un hecho que comprueba plenamente la eficacia de la mcdiumnidad curativa, de cual puedo dar yo pleno testimonio. de la mediumnidad curativa, de lo cual puedo dar yo pleno testimonio. Voy ahora a referir otro hecho acaecido en mi familia, de la misma fnclolc, que Tiene a ratificar lo ya manifestado y justifica mi convicción sobre estos admirables fenómenos. El caso es el siguiente: Al regresar un día, de mis ocupaciones habituales, mi esposa me recibe, toda alarmada, diciéndome que nuestro hijo Edmundo, a la sazón de cuatro años de edad, estaba gravemente enfermo de un ataque fulminante a la cabeza. Había estado el doctor Baigorri, a quien ~;lno

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lu•, Al t·llllar t'll el aposento y verlo, noté que estaba como muerto; no ¡;e 11olaha n•s¡urat'iéln alguna. En estas circunstancias, le dije a mi ttllllt'l' no lt• :tfliJas, para Dios no hay nada imposible; voy a casa

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"" do11a .Juanita para pedirle que venga conmigo. Así lo hice y al 1.1lo Pslahn dIIestaba por su negligencia, él alegaba el cansancio que le produda el trabajo rudo de estar trabajando el día entero con los cigarrillos, "sin poder, -añadía- ayudar a mi madre y hemanas, pues lo que gano es bien poco". Yo entonces medité la forma más apropiada para arrancarlo a la banqueta, tratando de evitar que la nueva posición que se le creara no diera el pésimo resultado de la confitería. Supe que se vendía la Imprenta y Encuadernación denominada "La Rápida" que estaba situada frente a la antigua Legislación de la Provincia, hoy asiento del Concejo Deliberante, en la calle Perú. Me pareció aceptable el precio que pedían e inmediatamente la compré con la librería, maquinaria, tipos, y demás enseres. Coloqué a Castilla al frente de la casa, pero yo me reservé la parte administrativa, pues yo conocía un poco este comercio de imprenta. !~o sóiJ tuve en vista, al comprar esta casa, el sacar a Castilla del oficio de cigarrero, sino también tener una imprenta propia para imprimir la CoNSTANCIA y más tarde convertir aquella en una Casa editora de obras espiritistas. Al principio, todo iba bien. La imprenta y encuadernación se costeaba perfectamente, y yo, todas las tardes, después de cerrado el Banco de la Provincia, permanecía en el negocio o me ocupaba de las compras de los útiles necesarios. El regente que tenía no era competente para los trabajos comer ciales; carecía de toda noción de gusto estético y los trabajos resultaban muy deslucidos, y a veces muy mal hechos. Con tal motivo se inutilizaron algunos trabajos importantes, sufriendo grandes uérdidas. Por otra parte, Castilla fiaba a todo el mundo y con ese motivo tenía la casa mucha clientela que no pagaba. No había forma de convencer a Castilla. El seguía arruinando el negocio con su modo de hacer clientela. Sin embargo, yo estaba contento, porque todas las noches, después de cerrado el negocio, salia con él e íbamos a mi casa a comer y de alli a la Sociedad "Constancia". Fue la época de más labor y por lo tanto de mayor desarrollo de la mediumnidad de Castilla, como lo hemos de ver más adelante. Mientras tanto, el Tenedor de libros, ('Oil

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única pariente con quien vivía. Le insinuamos la idea de darle algún dinero para el regreso. El, con la mayor naturalidad nos dijo que si era esa nuestra voluntad, no rechazaría el obsequio, pero que él, sólo deseaba llevar para el viaje unos cuantos dólares. La suscripción superó en libras esterlinas a lo que él había pretendido, pues al recibir el dinero, no sabía como agradecernos; se veía la gran alegría que sentía, pues al mismo tiempo nos hizo saber por la intérprete que ese dinero lo recibía para hacerle un regalo a su hermana. Estudiando el carácter y costumbres de este célebre medium, tenemos que reconocer en él, una docilidad e ingenuidad propias más bien de un niño que de un hombre de aspecto hermoso, enérgico y decidido. El no aceptaba ninguna invitación para salir de la casa y tratar de conocer lo más importante de nuestra ciudad. A todo eso se negaba: se le veía casi todo el día en la puerta de calle mirando pasar a la concurrencia y chupando caramelos; en esto sí, era exigente. Así como salió de la casa esa noche, obedeciendo como un perro fiel a la invitación que le hicieran los Sres. Marsan y Cerradas, personas que él no conocía, así también era dócil para toda insinuación que se le hiciera por la señora de Crousse o por nosotros; él con todo estaba conforme, teniendo caramelos a su disposición y de vez en cuando solicitando se le satisficiere algún capricho de niño, sobre todo en las comidas. Un día me dice que desea retratarse. Yo lo llevo a la fotografía de Witcomb, vestido él correctamente, de frac y corbata blanca, pues era presumido como una niña. Como antes de ir a la fotografía me había hecho decir por la intérprete que tenía muchos deseos de comer langostas, de regreso de la fotografía llegamos al almacén de la Buena Medida y allí le compré media docena de tarros de langosta. Al tomar el paquete lo oprimió contra su pecho con una alegría tan efusiva y sana que parecía, más bien, una madre que estrechara a su hijo después de un largo tiempo de desaparecido. En cuanto estuvimos de regreso, dio sus instrucciones de cómo quería que le condinwntasen la langosta, al uso norteamericano. ~~sil' es el medium Enrique Slade que tanta resonancia tuvo entoncl'S t•ntrc los hombres de ciencia que estudiaron su mediumnid ul.

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EL ESPIRITISMO

grandes facultades que hoy exteriorizan para que el espiritismo se divulgue con más rapidez. MARIA A. DE ROLLAND

En julio de 1888, después de un tiempo que lo necesitó para ocuparse de sus in1et·eses, vuelve el ingeniero Hernández a la lid en defensa y propaganda del espiritismo, eligiendo por centro la ciudad de La Plata, donde estaba radicado y era a la sazón, Senador a la Legislatura de la provincia de Buenos Aires. Funda una Sociedad espiritista con el 1í1 ulo "Luz del Alma", teniendo por secretario de la misma, al primer Secretario que tuvo a su fundación la Sociedad "Constancia", el señor Agustín Rolland. Como en su oportunidad, no nos hemos ocupado de este aprel'iacto espiritista; lo haremos ahora. El Sr. Rolland y su señora María A. De Rolland, pertenecían a la Sociedad que fundó en P arís Allan Kardec, y dicha señora, era mrdium de materializaciones y una notable vidente. Don Agustín fue uno de los secretarios de Allan Kardec y posteriormente, cuando se fundó la "Constancia" , el profesor Scarnichia lo buscó para que con su sCJiora formara parte de la referida Sociedad, siendo nombrado St•t·rctario General, puesto que desempeñó con toda asiduidad e inl