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Spanish Pages [56]
A
MARQUES DE SAN FRANCISCO C. de de
las
la Hibloiia
Reales Academias Española,
y de Bellas Artes de San Fernando
UN BIBLIÓFILO EN EL SANTO OFICIO
MÉXICO librería de PEDRO ROBREDO Esquina del Reloj y Santa Teresa
MCMXX
ito
MARGUES DE C. de de
la
las
Hiáloria
m^ FRANCISCO ;
Reares Academias Española,
y de Bellas Artes de San Fernando
UN..Bibliófilo
EN
^ SANTO OFICIO
MÉXICO LIBRERÍA DE PEDRO ROBREDO Esquina del Reloj y Santa Teresa
MCMXX
A
DON PEDRO ROBREDO
25196Í5
A
mediados del
^^ ele
la
los siguientes
las cárceles
de
Ciudad de México, Melchor Pérez
Inquisición de la
Soto; y del proceso
mamos
XVll, fué a parar a
siglo
que
formó
le
el
apuntes acerca de
temido Tribunal la
to-
vida de tan des-
conocido como infortunado arquitecto.
En
Cholula, histórica ciudad, se meció su cuna, humil-
de por un
lado,
de Tuy en
Galicia, era hijo
pues su padre Juan Pérez de Soto, natural
de simples labradores, llamados
Simón Pérez y Dominga de terno,
con
Soto; pero
por
supuesto que
ciertas pretensiones,
el
costado ma-
Ana de
León,
mujer legítima de Juan, tuvo por padres a Sebastián de Espinosa, «hidalgo y conquistador» de Cholula, y a Elvira de
León, natural de Guatemala.
nos so,
viejos, sin
Pero todos
ellos
eran
cristia-
haber tenido en su ascendencia ningún «pre-
penitenciado o condenado por
Melchor por los años de
1
606,
si
el
Santo Oficio». Nació
atendemos a que en
I
655
declaraba tener cuarenta y nuev^e años de edad; fué bautiza-
do en Cholula, y
allí
pasó sus primeros años. Ignoramos [
5
]
la
fecha en que sus padres se trasladaron a rreinato, pero
mundo
Capital del Vi-
la
debe haber sido poco después de venido
nuestro Melchor, porque éste fué confirmado en
xico por el Arzobispo Fray García Guerra, prelado que lleció to
en 1612- Por cierto que
lo
apadrinó en
el
al
Méfa-
Sacramen"
Sebastián Zamorano, «un gran arquitecto que hubo en esta
Ciudad», pues debe saberse que tanto Juan Pérez de Soto
como
su cuñado, Diego
León, ejercían bir
en
el arte
las escuelas
López
Morillo,
hermano de Ana de
de Vitruvio. Aprendió a
leer y escri-
que tenían en México Francisco Clavijo y
Juan García Becerril, y aunque empezó a estudiar gramática, al
poco tiempo
quien nio,
le
en
Florida,
la
enseñó su 1
628, con
abandonó, por asociarse con su padre, oficio
de arquitecto. Contrajo matrimo-
doña Leonor de Montoya,
natural de la
y tuvieron ambos varios hijos, pero fallecieron todos
de corta edad.
En 640 murió 1
su padre, y tres años
más tarde
«hizo via-
Conde de Salvatierra, Virrey que fué deste Reino, le mandó que aprestase, dándole treinta hombres de quienes fué Cabo y
je
a la California,
al
despacho de una
fragata,
que
el
Capitán, y otras comisiones del servicio de Su Majestad; y fué en
compañía del Almirante don Pedro Porter Casanate;
y dentro de
cho Virrey
tres
le
meses volvió a
de Ulúa y reconociese
de
allí
a
mes y medio,
viaje a las
esta dicha Ciudad,
envió luego a que viese el
daño que
la
y
el
di-
fuerza de San Juan
tenía
un
lienzo della; y
volvió a esta dicha Ciudad, e hizo
minas de Tétela, con un cuñado suyo, y después
se volvió». (1)
Don Pedro sar
de
tas ciencias (i) ortografía
Porter Casanate era
ser caballero
hombre
que por aquel entonces mal
Aunque
erudito, y a pe-
de Santiago, aficionado decidido a se avenían
cier-
con
conservárnoslas mismas palabras del proceso, hacemos uso de
moderna, para mayor claridad.
[6]
la la
ortodoxia. Cultivaba «la astrología judiciaria», y
chor Pérez de Soto no era lerdo, halló en discípulo,
y
le
De
regreso en México, tuvo nuestro
arquitecto otros maestros en el «arte
de
Astrología»,
la
que fueron nada menos que dos
llama,
un excelente
enseñó a trazar horóscopos y demás princi-
pios de dicha ciencia.
él la
él
como Mel-
de Castro, agustino, que
le
frailes:
prestaba libros sobre
la
como Felipe
materia,
y Diego Rodríguez, mercedario, catedrático de Matemáticas en la Real y Pontificia Universidad y maestro de Geometría y Aritmética. Compañeros suyos en «levantar figuras» eran
don
Julián
mero
de Espinosa, un
sastre
tal
Jarava, Fulano Saboyano, pri-
y después lego de Santo Domingo, y el doctor ir a la casa de Pérez de Soto por
Bonilla. Este galeno solía las
noches, terminadas las visitas a sus enfermos, y juntos
consultaban
Corpus de
I
las estrellas,
acerca de dichos pacientes. Por
649, tanto Pérez de Soto,
como Espinosa y
compañeros, «hicieron un tema para ver
si
vendría
otros
flotad.
Es probable que Juan Pérez de Soto, por razón de su cio,
tuviera algunos libros de arquitectura, pero su
de que pudo sionado
allegar
bibliófilo, al
medios para
ello, se
hijo,
ofi-
des
convirtió en apa-
grado de que su mujer decía que «todo
su ajuar lo tenía en libros». Según testimonio de Andrés Díaz, sobrestante de Catedral,
que
lo
conocía hacía treinta
años, Melchor «trataba de la geometría, arquitectura y de las
muchas cosas, de que tenía muchos libros»; y cuenta que compró muchos volúmenes a Antonio Calderón y otros libreros de México. Pero como gran parte de las armas, y otras
obras que adquirió estaban en
latín,
y
él
no conocía esta
len-
gua, tuvo que buscar quien se las tradujese, y gastó en ello
bastante
Un
suma de mulato
dinero.
libre,
llamado Gaspar Rivero Vasconcelos,
fué discípulo de Julián de Espinosa, quien le proporcionó
para que los copiara, varios cuadternos que trataban de «as-
[7]
minas, hurtos y otras co-
trología, elevar figuras, descubrir
y cuando tuvo que marcharse a Campeche, dejó a guar-
sas»;
dar todos sus papeles a Melchor Pérez de Soto, quien a
la
sazón vivía «al hospital de Nuestra Señora, en
la
Comedia»
(1)
Arco de San Agustín.
del
la calle
en una casa apellidada «del barco», en
A su
de
la calle
regreso de Campeche, Ri-
vero Vasconcelos pidió sus papeles, pero Soto aseguró haberlos perdido, y poco tiempo después, el 3 de noviembre de 1650, aquél fué preso por la Inquisición, por astrólogo.
Vivía en bles, natural
gua
latina;
misma casa que Melchor, Nicolás de Ro-
la
de Valladolid de Michoacán, versado en
y de
la len-
que
éste se valió nuestro bibliófilo para
le
tradujera al castellano varias obras de Astrología, entre otras, las
de Alí
Tomás Buderio y Claudio
Aherenjel,
contró otro traductor en
el
estudiante de Filosofía en virtió al
romance
Ptolomeo
(2),
las
Darioto.
Bachiller José Benítez el
de
la
Colegio de los Jesuítas, quien
obras de Guido Bonato, Ornar
y Pedro
EnCruz,
Tiberino,
y hasta trescientos cua*
Ciruelo (3),
dernos de Astrología. Nicolás de Andrade, que tenía una escuela «en
del Hospital de Nuestra Señora», y Leo-
la calle
nardo de Salazar, que moraba cerca del Convento de San Francisco, también La
(1)
de
casa de
le
tradujeron varias obras de Astrología;
Comedias
lindaba, por
uno de
(González Obregón, "México Viejo", Cap.
Jesús.
"Ptolomaei de
(2)
sus costados,
XXXIV,
judiciis astrologicis", lib. iv gr. et lat.
con
el
Hospital
"El Primer Teatro") Basileae,
1553. in-4.
(Brunet).
Apostolesmata Astrologiae Christianae. Nuper edita a Magistro Retro Ci-
(3)
ruelo Darocensi: super
porum:
&
de
genituris
duabus tantum judiciarum
sorum astrologarum. (Al s.
et
in
fin):
eál:
&
de mutationib: tem-
variis eledlionibus fal-
Astrologie ergo christiane opus iudiciarius cuadri partitus.
alma Complutensi achademia opera
calcographi
Fol.
hoc
centiloquium: a magistro Petro Ciruelo recensi editum: expletum
pressum rii
partib:
hoim. Reiedlis omino interrogationib:
artificiosissimi:
anno
et
est:
atque im-
impensis Arnaldi guillelmi Broca-
christiane salutis 1521, die 12 mensis Octobris.--
—
)
pero todas Soto
al P.
ellas,
antes de estudiarlas, las llevaba Pérez de
Francisco Javier de Faria, del Colegio de San Pe-
dro y San Pablo, y pedíale su aprobación para la
rueda,
— declara —
,
que
trae el
leerlas.
Venerable Beda
«En
(1) al fi-
nal de sus obras, están escritas unas letras griegas, y por
no entenderlas, fué
Rector de
P.
al
cho Colegio de San Pablo, llamado para que
la
Compañía, de
el P.
habiéndole preguntado a dónde estaban fueron a
selo,
dicho
la librería
y mirando
libro,
Horacio Caroche,
explicara qué querían decir dichas
le
di-
escritas,
de dicho Colegio, y en
letras,
y
y dicho ella halló
las letras, le dijo su significado, lo
cual escribió».
Según Robles, Melchor Pérez de Soto era de «vivo genio y nada se
«de
le
terrible condición»; pero, a pesar
materia de ser Cristiano,
no
le
ganaba
perimentar se juzgaba
(I)
ni
no
"Opera
—
de sus
aficiones,
San Pedro», «y no era su intento sino
se había
omnia"'.
«en
para usar sus propias palabras
era cierta o no
si
in-
pasaba por alto», y Benítez lo calificaba
la astrología,
de creer
Basileae. Joannis
[f>]
y
lo
que por
infalible.»
Heruagium 1563.
(
InvCíitario
exella
—
II
ARGO sería
¥ *-*
enumerar todos
Pérez de Soto interrogó a
las estrellas
ros acontecimientos- Citaremos los
biendo en
En
lo
en que Melchor
los casos
más
acerca de futu-
notables, transcri-
posible sus propias declaraciones.
en que
cierta ocasión
faltó
un
plato de plata en
casa de una señora, ésta acudió a Pérez de Soto, quien ase-
guró que se hallaría
e!
tivamente se encontró
Un
objeto robado cerca de agua, y efec al
lado de una
día, se hallaba el librero
tinaja.
Antonio Calderón, en su
tienda de la calle de San Agustín, queriendo adivinar quién saldría electo Provincial
do acertó a pasar por le
de
allí
la
Orden de San Francisco, cuan
Pérez de Soto, amigo suyo, y éste
prestó eficaz ayuda. «Tenía echadas en un sombrero,
dice llido
—
,
de
diversas cédulas, escrito en cada una el los
que parece podían
nombre y ape-
ser provinciales,
un muchacho, hermano suyo, metiera
la
y hacía que
mano en
brero y sacase una de dichas cédulas, para ver
el
somnombre
el
del que salía». Pérez de Soto, «reduciendo el discurso a pre [10]
.
.
ceptos de astrología, vio que, por ser
una del
la
día, el sol
estaba en la nona casa con Marte, y que era casa de Reli-
gión la dicha nona casa, y que, por estar
Marte aficionado a armas, sería salir
el
a Antonio Calderón: que
.
si
ella
y
Provincial que había de
hombre bermejo y aficionado a armas, y
jo ...
en
el sol
(lo)
así
di-
entre los religiosos había
algún bermejo y aficionado a armas, saldría por Provincial;
era
su
y sucedió que
que entre
así,
le dijo el
dicho Antonio Calderón que
los religiosos
había un religioso, que era
llamado Fray Fulano de Lima,
tío,
Provincial que
ha de
salir!», lo
bueno, tendrá primero
ciere,
él;
pero que
si
malo y
si
nació en signo malo, tendrá priniero
y
En todo
albedrío».
el
caso.
elegir el
noviembre de Por
I
Fray Alonso de Lima
pensalibre
salió electo
Xochimilco
el
28 de
648.
religioso franciscano, estando
saldría Provincial go, el fraile
en casa de Pedro de Egú
Pérez de Soto, para preguntarle quién
en aquella ocasión.
apuntó
el
A petición delastrólo
día y la hora de la elección en
y de regreso en su
casa,
Melchor «levantó
el
signo que salió por
el
elegido tenía que parecerse a una cabra, en
demás
el
Pascua de Navidad de 1654, Fray Juan de Ubi-
la
ren, envió a llamar a
las
pare-
le
bueno, y podrá elegir por su
Provincial, en el capítulo celebrado en
pel,
que
podrá sobrevenir
el
embargo
sin
le
miento malo y después
lia,
uno nace en signo
pensamiento bueno,
el
.
libre
pueden apartarse de aquel
albedrío de los hombres, que
pensamiento, o a sentir en
el
cual dijo con duda, porque
en semejantes pronosticaciones, respecto del
la tiene
de que
cual era bermejo y
el
a arm.as, y éste respondió: «Pues ese será
aficionado
el
figura,
un pay según
ascendente, que fué Capricornio», el rostro
y «en
partes». El religioso se dio por aludido, «porque,
aunque era grueso, de cabra, y se alzó
tenía las piernas delgadas, a semejanza el
hábito y mostró. [
11
]
.
.
.
las piernas
y
los
que eran también delgados, y
brazos,
la
a la de cabra»; pero insistió en que se
nombre
cara era semejante
le dijese
del futuro Provincial, pues había
tos para el puesto,
también
el
muchos candida-
y suponemos, más o nienos caprifor-
mes. Escritos en un papel los nombi"es de los
frailes
que
tenían mayores probabilidades de éxito, llevólo Melchor a su casa, «y por la regla
del libro del Venerable
hizo juicio por
das
de
letras
día que se hace
por
de
la
Astrología, to-
número, y
los
las letras del
que reina en aquel
se hace suma de todo, y sacados que quedan, se va a buscar a dicha rueda
el juicio,
los
número que
trata
al fin
por que comenzaba y
los días del planeta,
y
la luna,
los treinta
Beda en que
nombre y
el
nombre; y juntando
las del
días
y rueda pitagórica, que está
en grado superior o
inferior,
y
según esto se juzga; y entonces juzgó que de todos doce,
el
el
sale, si está
dicho Fray Juan de Ubilla y Fray Juan de
que podían dejó.
mo
.
.
.
salir,
Sicilia
eran los dos
por estar iguales; y visto que eran iguales,
sus nombres, y
tomó sus
apellidos,
y hizo
discurso por ellos, y salió en la parte superior
Fray Juan de escrito;
y
Sicilia».
Comunicó
tiene cuidado
el
el
el
nies-
dicho
resultado a Ubilla por
de advertir que dicho
fraile
dio por su trabajo, y que él no lo hubiera aceptado,
nada si
le
se lo
ofreciera.
Acerca de nacimientos de personas, muchas veces fué consultado, pero solamente acertó dos o tres veces. «Levantó figura a
Juan
de esta Ciudad,
Vital, secular organista
cual (le) dio. ... el
año y día de su nacimiento.
biéndola levantado, halló en
la figura,
en
la
...
el
y ha-
primera casa,
al
planeta Venus, y yéndola a buscar en los Aforismos de Enri»
co Ransobio, halló que decía que sería
el tal
naciente orga-
nista, lo cual (le) hizo admiración. ... y así lo dijo al dicho
Juan
Vital,
que
se admiró, diciéndole éste
parecía que hablaba con
diablo».
el
[
12]
que dicho autor
Levantaba tannbién
figuras
en
Arzobispos y Virreyes, y predijo
entradas públicas de
las
muerte de don Juan de
la
Mañozca. En cuanto a hurtos, declaró que las figuras las lelas Efemérides de David Origano. «El funda-
vantaba por
mento que se forme a
la
halla,
para decir donde estará
hora en que se hizo,
o ígneo, o ácueo, y por
la
el hurto,
es con-
signo es terrestre, aéreo,
si el
séptima casa se saca
la
fisonomía
del ladrón».
Con ocasión de drieras
en
el
estar
Colegio de
la
«haciendo unas ventanas de
Compañía de
y San Pablo», algunos padres y legos solían él,
vi-
Jesús en San Pedro ir
a charlar con
después de comer, y varias veces
le
pidieron que les
rayas de las manos, lo cual
él
hacía por seguir
la
que
te-
yese
las
broma. Pero a un
lego,
llamado Angelo,
le advirtió
le-
nía una raya que significaba casamiento, y años despés su-
po por un padre de
la
jesuíta
que
el tal
lego había sido despedido
Compañía y que había contraído matrimonio. Sus
nocimientos en esta materia los aprendió de un manoescrito» que
le
; y
volúmenes en anaqueles, y baúles, y
los
como ejemplo de
en lugar de conservar
los
guardaba su dueño en arcones ésto,
citaremos «una caja de
vara y cuarto de largo, aforrada en vaqueta de pelo», y «una
petaca de dos tercias de largo y una de alto», que se men[
1-]
Clonan en
inventario; lo
el
que hace sospechar que Pérez de
Soto deseaba ocultarlos a las miradas de sus vecinos. Abar-
caba tan copiosa
librería todas las facultades
notable excepción de
la
y ciencias, con
jurisprudencia, y figuraban en ella
obras hoy rarísimas o desconocidas, cuyo solo
De
tremecerse de emoción a los bibliófilos. llana poseía las obras
más importantes,
título
hace es
literatura caste
entre
ellas:
T)eleitar
aprovechando de Tirso de Molina; los Proverbios de Séneca y Santillana,
Guzmán
Mateo Alemán; la
de Alfarache y la Ortografía Castellana
la Calatea
y
el Viaje del
de
Parnaso de Cervantes;
Vida del Buscón de Quevedo; las Coplas de Jorge Manri-
que; El Discreto de Lorenzo Gracián; la T)iana de
La Araucana de
yor;
del Dios
Ercilla; la Estafeta
Montema-
Momo de
Salas Barbadillo; al Arcipreste de Talavera; todas las obras
de Góngora; co
el
Conde Lucanor de don Juan Manuel;
domado de Pedro de Oña; y
Muchos
libros
las Coplas
de caballerías figuraban
el
allí
también: Filidón
de Ideria; el Caballero Palmerino; Palmerín de Inglaterra; ballero Platir,
Grecia
y
Amadís de Caula,
Florisel de Niquea.
Lisbarte de Grecia,
El Ca-
Belianís de
Tampoco faltaba La Divina
del Dante (1) ni Os Ludadas de
Arau-
de Juan de Mena.
Comedia
Camoens. Naturalmente po-
seía
Melchor Pérez de Soto numerosas obras sobre arquitec-
tura
y ciencias auxiliares, como (
cia,
1
)
Con
los
la
Arquitectura
de Vitrubio
(2);
comentarios de Cristóbal Landino y Alejandro Vellutello. Vene-
Marchiosessa, 1564. (Inventario). (2)
M.
Vitrvvio Pollion
De
Architeílvra, dividido en diez libros, traduzidos
del Latin en Castellano por Migue! de
Vrrea Architedlto, y sacado en su perfection la S. C. R. M. del Rey (Escudo RealJ Con Privile-
por luán Gracian impressor vezino de Alcalá. Dirigido a
Don gio.
Phelippe Segundo deíle nombre, nuestro Señor.
Impresso en Alcalá de Henares por luán Gracian.
Año M.D.LXXXII.
Fol.
primera y por vanas circunstancias la más interesante traducción española, aunque no la mis correcta, de la obra del célebre arquitecto romano, y va adornada de 136 grabados toscos e imperfectos, pero útiles hasta para conocer el estado del arte de grabar en aquella época. El vocabulario final explica muchas palabras griegas o romanas
"Es
la
o no usadas
ya en
castellano. (Catalina García).
las
Medidas del Romano de Sagredo, (l)que era
de
los arquitectos del Renacimiento español; la Carpintería
de
de Diego López de Arenas,
blanco,
lo
(2)
en
biblia
la
cual se
la
inspiraban todos los constructores de techos y artesonados
en
(1)
das museguir las los la
XVÍI; los Diez
el siglo
del
||
Romano
chas piceas o figuras
II
formado-
nes
||
hedificios antiguos.
II
II
Medidas
o Vi-
muy
||
Año
||
necessarias a los
Basas Co-
d' las
nuevamente im-
truuio
i|
1549. (.1/
|!
Año
/i..'):
Fue impressa ||
presas e añadi-
!¡
officiales
!|
que quieren otras piceas
||
de
presente obra en
la
Ayala. Acabóse en
mes
el
de 1549.
La portada
4to.
||
lunas Capiteles y
||
imperial ciudad de Toledo: en casa de Juan de
de Diziembre
de León Bap-
de Arquitectura
libros
representa la de un gran edificio, y en el hueco eílá impreso
en rojo y negro. El texto es un diálogo cuyos interlocutores son un familiar Iglesia de Toledo, llamado Tanipeso. y un pintor que se llama Piral do.
el título
de
la
En
Dedicatoria dice
la
Y
"
Fonseca:
autor
el
Arzobispo de Toledo, don Alfonso de
al
coHsiíierasse (iiiny iüustre señor) la niucluj
como yo
tiago
y haze
Salamanca y
en
lo q.
se espera q.
Siicado de las obras
Toledo: he
en ellos ha hecho en Sanhará en esta su diócesis de antiguos q. en la sciencia de
y
inclinación que V. S. tiene a edificios:
los
d'
se largamente escritneron este hrene dialogo: en el ql tratan las medidas q. han de saber los oficiales q. quieren imitar y contrahazer los edificios romanos; por falta de los qles. han cometido y cada día cometen muchos errores de disproporcion y fealdad en la formación de las basas y capitales y piteas q. labran para los tales
architectnra
.
"
edificios
Breve compendio
(2)
de Alarifes,
||
con
cosas tocantes a
Patriarcha Oficio, y la
II
|i
la
leometria,
la
San
loseph
||
Acalde Alarife en
Ciudad de
de
||
Sevilla.
la
coneivsion
!|
||
ji
Carde
pintería
'¡\
la
de
||
lo
blanco,
y pvntas del compás.
||
Dedicado
por Diego López de Arenas Maeálro el,
de
natural
(Viñefa de
¡a
y tratado
||
Regla de Nicolás Tartaglia,
la
Villa
||
||
||
y
otras
Glorioso
al
del dicho
de Marchena, y vezino de
huida a Eg-ipto).
Impreso en Sevilla por Luis Eátupiñán, en la calle de
las
\\
Con
Palmas.
Privilegio. ||
Año
de
1633. 4to.
Muchos
dibujos intercalados en
hermano de Sebastián de Arteaga,
el texto,
y retrato del autor, por Arteaga,
célebre pintor de la época colonial en México.
"Libro enteramente práctico, escrito con un tecnicismo y vocabulat io que hace difícil su inteligencia. Es uno de los ;/;,/< elocuentes testimonios de la larga dominación de los procedimientos de la cons-
sai generis,
trucción
Mudejar
en nuestro suelo". (Menéndez Pelayo).
fu.]
tista
Tratado de ensayar plata y oro
el
(1):
de Jerónimo Bece-
Tabla de reducciones de Monedas, de Felipe de Echago-
rra; la
más por
yen, vecino de México; y muchísimas
gineta y la esgrima estaban representadas dezas de
Espada de Luis Pacheco
la
de Manzanas; des
Suárez de Peralta teca: el
diez
M.
(2) Libro
sayador
II
al
muy
de
de enfrena-
II
||
mientos de
Moneda de To-
la
(ijítor
grabado en madera). En Toledo
M. D.
LXX
de
Gineta,
la
(.4/ y///).' ||
Fué impresso
la
Año
||
gmeta
el texto
{Mencndez Fehryo).
1582. ||
Por Eugenio Mancanas, en-
ledo por su Magestad.
||
de En-
este libro
.
Italiano.
.
.
.",
y
la 3''
partes: la .
1",
que
||
trata
Reglas
(3)
de
la
d?
Cavallería
la
.
.
.
.del
los cuales
obra.
prouecho que
se
.
Brida, y
y doctrinarlos. Impreso en
Ciudad de Baeca, en
antigua
.
la
manera y orden de herrar diferencias de frenos, para remedio
"... .de las
los caballos
"
de
2' " ... .de la
."; la
de dificultades de las bocas de los canallos
y naturaleza de
de
de Guzmán. 1570.
||
23 grabados en madera, todos
tiene
Año
frenamiento de cauailos
están firmados por el grabador, cuya cifra parece convenir al autor
El texto comprende tres signe del bien enfrenar
(Retrato ¡id
Por Francisco de Guzmán.
en Toledo, en casa de Francisco
Intercalados en
4to.
Carrillo; el Tratado
Señor Juan Fernández de Espinosa, tesorero
iluálre
y de su Consejo de Hacienda.
dala casa de
aquella biblio-
de León Pinelo, y sus Confirmaciones
la
de arquitetílura de León Baptista Alberti, traducidos del
libros
en romance: dirigidos
general de S.
Gran-
y Brida, del mexicano Juan
También figuraban en
(4).
Epítome de
Los
(1)
las
Enfrenamientos
(2); los
Reales; las Antiguas Minas de España,
latín
por
La
Reglas de Caballería de Flórez de Benavi-
las
el Libro de la Gineta
y
(3);
el estilo.
casa
de Juan
para la
Baptista
conocer
la
complexión
muy
noble, y
de
Montoya.
muy
leal
Año
y
de
MDLXVllI. Con
4to.
láminas que representan vanas formas de bocados.
Tractado de Cavallería de
(4)
¡a
Gineta y Brida: en
muchos
primores, así de las señales de los caballos,
y
y
talles:
có.-no se
como en
menester, para que un caballo ande
4to.
[
l'O
]
Sevilla,
sillas,
y
que en cada
bien enfrenada; y otros avisos
y primos, tocantes y urgentes a esle exercicio. -
cual se contienen
condiciones colores
ha de hazer un hombre de a caballo de ambas
turas que ha de tener, y maneras para enfrenar, y los frenos
1580.
la
las
muy
las possilla
son
principales
en casa de Fernando Díaz.
del Chocolate,
de Juan de Barrios y
Moreno de Vargas. En cuanto a
edición mexicana de 1537;
celebradas en
el
de Morga;
denas;
la
el
Túmulo
Irrjperial
de Enrico Martínez;
quias funerales de Felipe II la
hechas por
el
Crónicas
de Cár-
el
Tratado breve de
Padilla, Grijaiva,
pro-
y
Exe'
las
Santo Oficio, de Ri-
de Arias de Villalobos;
Obediencia a Felipe IV,
de Dávila
Re-
el
los Sucesos de Fili-
el Sitio, naturaleza
los Triunfos de nuestra Santa Fe, del P.
sal.
560;
Ciudad de México, de Diego Cisneros;
la
vera Flórez;
1
secretos de los Indios,
y
los Problemas
de Fray A.gustín Farfán;
piedades de
la
honras fúnebres de Carlos V,
las
Grandeza Mexicana, de Balbuena;
Medicina,
refe-
de la gran Ciu-
Convento de San Francisco en
pertorio de los tiempos,
pinas,
impresos en, o
sólo citaremos: la Escala
de San Juan Clímaco, quizá
Espiritual para llegar al Cielo,
dad de México, relación de
libros
que
rentes a México, tenía tantos
Nobleza de España, de
la
Pérez de Rivas; y
las
Torquemada y Reme-
Poseía también las obras de Copárnico y Eucíides; una
de sonetos intitulados fin/^meyoi^euse pour
serie
les
bons
esprits,
y hasta libros en holandés y alemán. Las obras de astrología eran legión, y naturalmente
las
que con mayor empeño se confiscaron. En cambio, todas «las estampas, trazas
de arquitectura, mapas y papeles que
a esto miran» quedaron en poder de doña Leonor de
Mon
toya.
"Vn
Entre sus manuscritos figuraban los siguientes: cuaderno intitulado tratado de los vidrios
minies",
los
rayos de la vista
transparentes con que vemos, de
traducción del
latín,
y "Poema
j;
de
Marco Antonio trágico
\i
la biblioteca
suponerse.
!a
y de
de Do-
heroico de la
entrada del enemigo en la mar del Sur, rota de D. Ro. de
fuerza de Acapulco, por el Alférez Ambrosio
Como debe
la luz
Gómez de
Mendoza j; la
Cerda".
formación del inventario de
de Pérez de Soto, fué obra de varios
días,
y
mientras se iba llevando a cabo, sucedieron varios inciden[L'l
]
tes
en
la
causa del arquitecto. El
I
5
de enero,
su domicilio las llaves que se le encontraron preso, y
con
ellas abrieron
de extrajeron más gió a
libros;
y
una caja y un el
escritorio
suma de cincuenta
pesos,
la
la cárcel,
suma que con
juntar la desgraciada señora hasta el 3
zo siguiente.
•-^-'
[
de donle exi-
doña Leonor de Montoya
pudo
cuando fué
25 del mes siguiente, se
para los gastos de su esposo en ficultad
se llevaron a
]
di-
de mar-
V nr'AN
* tos
luego
como se aprehendió
a
Melchor Pérez de Soto,
se leyeron en las principales iglesias
de
la
Inquisición, citando a todos los
declar en su causa; y al efecto, del 5
sentaron ante
el
al
I
de México edic-
que tuvieran que
2 de marzo, se pre-
Santo Oficio: Andrés Díaz, sobrestante de
Catedral; el Br. Antonio Calderón Benavides, librero; Nico las
Ponce, «batihoja de panecillos^»: y María de Espinosa y
María de Vargas, costureras; quienes aportaron testimonios
de varios hechos,
mos
relatado.
los
Con
más importantes de
los cuales
anterioridad, durante los
ya he-
meses de enero
y febrero, compareció Melchor Pérez de Soto varias veces ante los Inquisidores.
«no había faltado a nos de manera que sas
En las
él lo
su primera declaración expuso
obligaciones de cristiano, a lo
pudiera haber advertido en
de Nuestra Santa Fe Católica, que en
fesaba por
muy gran
pecador»; y que
si
lo
demás
que
me
las co-
se con-
había hecho traducir
del latín libros de astrología. astronomía y aritmética, había sido «por tocar tanto a la ciencia de arquitectura que profe
[23]
saba,
con deseo de perfeccionarse más en
En cuanto
tecto». te:
«Siempre
al trazo
ha parecido que
le
que es cesa natural que
res,
le
lo siguien-
lícita,
por parecerle
signo que prevalece cuando uno
el
infunde, de los cuatro elementos, los cuatro
según
humo-
calidad del signo, y que esto le parece que
la
puede infundir en que
libre albedrío
que en
de arqui-
arte
hacer dichos juicios de
el
nacimientos prelaturos y hurtos es cosa
nace
el
de horóscopos, declaró
la
inclinación del sujeto, pero no en el
tiene,
porque siempre podrá usar
las tres potencias
del; por-
que Dios nuestro señor tiene dadas
a los hombres, conviene a saber, memoria, entendimiento
voluntad, no
esta y
en
ellas las
han de obrar libremente».
subsecuentes audiencias, exponía Pérez
de Soto con toda claridad cuanto se ser causa
de su
prisión,
le
ocurría que pudiese
y en cada una de
tado que «recorriese su memoria», pues
prendía sin causa. El protestaba que
si
de
ser
maestro mayor de
la
las casas reales, se le
Santo Oficio no
había errado, había
la
«Con ocasión
Santa Iglesia Catedral,
han recrecido algunos enemigos,
particularmente en los del
chaba que debía su
obra de
amones-
ellas fué el
sido sin su voluntad, y prometía la enmienda.
y de
y
parece que puedan dominar ni violentar los
que
astros, sino
En
le
mesmo
prisión. Pedía,
arte»,
y a estos sospe-
pues, que se
le
despa-
chase su causa lo más pronto posible, «atendiendo así a su honra, en cio
la
que padece, como en
la falta
que hace
al servi-
de Su Magestad, cuyos reales gajes está tirando como
criado suyo». Expuso, además, no sólo que se estaba per-
judicando en
alto grado,
porque podían despojarlo de su
cargo de maestro mayor, sino también que tenía «dada palabra
al
Virrey de acabar las cuatro bóvedas de
la Iglesia
Catedral (1) dentro de dos años», y que no podría cumplir
y perdería
«mucho
el
Rey en
ello».
(1) Las del crucero.
[24]
Hubo un nal
de
una de
incidente, en
muestra cuan grande era la Inquisición.
estas audiencias,
respeto que inspiraba
el
que de-
el
Tribu-
El 16 de enero, se avisó a los Inquisi
dores que don Pedro de
la
Cadena, Secretario del Virrey,
pedía audiencia para transmitir un mensaje de Su Excelencia.
Fué introducido en
estilo, silla
el
acto,
y hechas
las
pero conservando sus armas, tomó
y expuso que
el
Virrey
lo
mandaba
de
cortesías
asiento en una
al
Tribunal para
informarle que Pérez de Soto era «maestro mayor de
las
casas reales», y que «estaba asentado en los
li-
bros reales y tiraba salario de Su Magestad»; pero que
al
obras de
las
saber que dicho maestro había sido aprehendido por
el
Santo
Oficio y secuestrados sus libros y papeles. Su Excelencia,
«como
tan celoso», se apresuraba a remitir «un libro de Cor-
nelia Tácito
y
la
estampa de una nao», que se habían encon-
trado en la recámara de Melchor, para que se agregasen a los bienes confiscados.
mo
Pedro de
la
El Tribunal, por conducto del mis-
Cadena, envió
las
Duque de Alburquerque.
[
2r,
]
más cumplidas
gracias al
VI INTERMINABLES *
Soto en
la
soledad de su celda. Privado de
su pasión favorita,
menos
parecían las horas a Melchor Pérez de lectura,
la
vagaban sus pensamientos, echando de
sus estudios de astrólogo y sus ocupaciones de ar-
quitecto. Quizá, por las noches, buscaría los astros, a través
de
las rejas
de su
prisión,
para que
le
revelaran
el
motivo
de su cruel encarcelamiento. Más de una vez, seguramente, maldijo su mala
estrella.
Para distraer su abatido ánimo, ideó cerse con
cómo,
la
un
libro,
y
al
la
manera de ha-
efecto logró captarse, no
buena voluntad del ayudante de
ciano llamado Celenque, que solía
sabemos
cárceles,
un an-
acompañar al Alcaide en
sus visitas a los presos, sobre todo a la hora de repartirles los alimentos.
Según declaró más tarde dicho Ayudante,
al
principio se resistió a obsequiar los deseos del encarcelado; pero un día,
que
salió a oír
acordó de
las reiteradas
lástima de
él.
misa en
la Iglesia
Mayor, se
súplicas de Pérez de Soto y tuvo
Preguntó a un cantero, que trabajaba en
la
obra de Catedral, en dónde vivía
en seguida a
rigió
maestro mayor, y se
él
di-
doña Leonor de Montoya. Esta
visitar a
señora entabló conversación con Celenque, procurando
in-
de su esposo, y diciendo que seguramente había sido por la cantidad de libros que tenía, y no debido a heregía alguna. El único resultado de la en dagar
el
motivo de
trevista fué
un
libro,
que doña Leonor envió a su marido, junto con
palabras de consuelo y aliento.
La obra que
se le proporcionó fué el Arte
nimo deCeballos que
prisión
la
le trasmitió,
además,
quienes «le besaban
Real de Jeró-
impresa en Toledo en 1623; y Celen-
(I),
el
recado de su mujer y de su
manos y
las
encomendaban
lo
hija,
a Dios,
y rezaban muchas oraciones, y andaban muchas estaciones» por
él.
Animóse Pérez de Soto
a escribir a su mujer.
confesó después, «cuando entró en
Según
halló en ella
la cárcel,
y desliándole, halló una pluma y unos aly cogió dichos algodones y los echó en una cascara de naranja y los mojó y les echó algún carbón mo-
un
de
lío
trapos,
godones en
Arrancó una hoja en blanco del
lido».
con
la
carta
él;
improvisada
que era a
la
tinta,
En
el
mentos para
que el
se refieren
IIII
de
las
Reyes y
y romance dirigida a
la
Lege (E. de a )
et
del
Monasterio de
M.DC.XXIIl. En Toledo. ledo,
en casa de
Diego
los
la
el
Licenciado Gerónimo de Zevallos Regidor
el
vaneo y assiento de
Descalzos Franciscos de
A coáta
reducidas a trescientos
las materias,
Católica Magestad del Rey, don Felipe
Españas, no reconociente superior en lo tem-
las
Rege. Por
Imperial Ciudad de Toledo, en
Patrón
Príncipes, y de sus vasa-
obligaciones de cada uno con los principales docu-
N. S. Monarca y Emperador de
poral.
su esposa la siguiente
escribió a
buen gobierno, con una tabla de
aforismos de latín
de Ceballos, y
vez su testamento:
(1) Arte Real para el buen gobierno de los llos.
libro
de su autor.
{.\¡
Rodríguez, Impressor del
M.DC.XXIIl. -4to.
•-'"
[
]
los caualleros,
la
fw): Con
Rey
y único
dicha ciudad. Privilegio.
nueátro
señor.
Año
En To-
Año
da
.
.
^rz^
,]u¡^^ ,?4^-
•
-^
f--'
^fri; "^^v
"3ÍSÜÍ Carta de Melchor Pérez de Soto
a su mujer.
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I
^4^.^r4n.LC^^^s-:l^ li^^/^y^
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•
-f-*?
^
lamiMi
Dibujo que envió Melchor Pérez de Soto
a los alarifes
de
I
i'iiiiwmii^iii»
la
Catedral.
niMiiiii
1'
i
|.
.vi:
No
se
conformó Melchor Pérez de Soto con
su mujer, sino que, la
preocupado como estaba con
escribir a la
obra de
Catedral, y temeroso de que ésta se demorase, debido a
su ausencia, envió sus instrucciones, por escrito, a los alarifes
de
la fábrica,
de
la
junto con un dibujo de
la
«sotabanca encima
cornisa» de la torre, con indicación de las medidas y
clase
de piedra con que había de
muy
borroso, pero
labrarse. El escrito está
hemos logrado
descifrarlo
y es como
sigue:
«Háse de empezar la sotabanca encima de la cornisa, en el vivo del friso, y conforme aquí detrás se verá: la sotabanca vara y media o más, lo que tuvieren tres piedras en alto, una de media vara, sin labor, cuadrada, y la segunda sobre el imoscapo, siguiendo la tercera en el imoscapo y labrando con el bocelón; y ésta ha de ser de chiluca sillar, el bocelón de una cuarta, por ser alto, y el imoscapo de tres y
cuartas;
el
zócalo media vara y más.
don Fernando, para que lo vea Hernando de Ulloa y Rodrigo. Consúltenlo bien y me enten«Este papel se dé a
derán».
El
don Fernando a quien alude era don Fernando
tamirano, y
la
obra de que se trata
(cuya construcción se empezó en
1
de
la
65
1 ,
Al-
la torre oriental,
bajo la dirección de
Juan Lozano, «ingeniero mayor de este reino»), según se
desprende del siguiente párrafo de Guijo. «Martes (24 de marzo de la tarde,
bajaron
la
1
654), a las cuatro horas
campana grande llamada doña
del campanario antiguo de la Catedral, tos cuarenta quintales; bajáronla sobre
hizo de madera,
el
de
María,
que pesó cuatrocien-
un
castillejo
cual vino rodando desde lo alto
que
se
donde
estaba pendiente por unas gruesas planchas, hasta hacer des
canso en
el suelo;
y luego,
el
día siguiente de la Encarnación,
teniéndola puesta sobre un lecho capaz de encina, a fuerza •
[
:5- ]
de sogas y mucha gente, y rodando sobre vigas acostadas en el suelo, la metieron y pusieron al pie de la to-
de
tiros
rre
nueva de dicha Catedral, que cae sobre
grario;
y luego,
el
la capilla
del Sa-
día siguiente, bajaron la otra mediana, y
antes ocho dias, habían bajado cinco pequeñas y otra yor, tas
que llaman
la
Ronca, y servían en
en forma; a todo
lo
cual asistió por su persona
de Alburquerque, Virrey de tado se acabase
el
el
el
y quien ha
esta ciudad,
ma-
campanario pues-
duque solici-
primer cuerpo del campanario nuevo,
para poner dichas campanas, y llamó maestros para que
cada uno hiciese trazas para bajar dichas campanas y las,
habiéndolas hecho los siguientes:
Rodríguez, astrólogo
(1),
hombre romano; y Melchor
Navarro; un
maestro
el
mercedario; Murillo
hasta
Domingo de Ramos, 29 de
acabado
él,
del religioso,
desde
I
O de marzo
que, después de haber-
pasó a
oficios divinos,
los
el
ma-
instrumentos de made-
el edificar los
ra para el efecto, y en su fábrica estuvo
se
capitán
Pérez, maestro
yor de Catedral. Vistos sus modelos, cuadró
y luego puso por obra
Fr.
(2); el
subir-
Diego
la
obra y vio subir,
con general clamor de campanas porque no sucediese desdicha campana, y
gracia, la
de ocupar, y
le
la
acompañaron
dejó en
el
hueco que debía
los cabildos eclesiásticos
y se-
culares y real audiencia; y luego, a las cinco de la tarde, su-
bieron
la otra
mediana que
sirve a la
campanas
a las oraciones, tocaron las
mo
de
mayordo-
de estas campanas, don Fernando Altamirano,
sorero de
rio,
dichas. Ei'a
fábrica y que hacía la paga de la obra de la Cate-
la
dral y la
queda, y Lunes Santo,
la real caja
de
(1)
De
(2)
Diego López Murillo,
quien,
como hemos
según se desprende de
aceptación en México.
la
te-
esta ciudad». dicho, fué discípulo Pérez de Soto.
tío
carta
carnal de
Melchor Pérez ds Soto y
de
su mujer, fué arquitecto de bastante
éste a
Su obra mis importante
de Regina en 1655.
[33]
fué la reforma
su contra-
que hizo a
la iglesia
Y estas campanas que no logró llegaron a ser, tanto
como
la
ver colocadas en su
astrología,
sitio,
una obsesión para
Melchor Pérez de Soto, quien, desde su calabozo, escuchaba sus voces triste y emocionado, y hasta llegó a apuntar en
papel los toques que daban,
como
lo
un
prueba esta nota agre-
gada a su causa:
«^A las cuatro
a México
de la mañana, a dos de marzo, estaba ver-
Can mayor; me
pereció hacia el Sur. Cerca del dia de Ceniza, tocaron a parto. Víspera de la víspera del Ángel 27, tocaron a parto. A dos de marzo, alas cuatro tical
el
de la mañana, tocaron a parto. Este mesmo dia martes, alas 9 de la noche, repicaron en todas partes mucho, o fue China, o aviso de España. El domingo 7, a las 7, después d.e la oración, repicaron en todas partes, y prima en la Catedral, y después doblaron».
Escritas la carta a su mujer y las instrucciones para los alarifes, ocurriósele te .... »
ponerlas «sobre un paño de chocola-
«entre los platos» de su comida, para que
los recogiese
cuando
Celenque, viese los papeles y los hiciese llegar
manos
del Al-
caide, y éste los entregó al Inquisidor Estrada, quien
ordenó
a sus respectivos destinos; pero cayeron en
que se agregaran a
Hay
alguna confusión en este proceso, en cuanto a los
medios de que peles,
la causa.
se valió
Melchor Pérez para
pues en una audiencia posterior, declaró que escribió
las instrucciones
triquera» en
«con un poco de lápiz que tenía en su
una hoja del
lenque, según supone
—
,
libro;
le
que
le
— el viejo
y que alguien,-
echó por
y unos algodones mojados en
sión,
escribir los pa-
la
tinta, así
aconsejaba escribiese a su mujer
fal-
Ce-
ventana dos plumas
como un el
papel, en
motivo de su
pri-
y otro papel en blanco para hacerlo. Debió sospechar
Celenque que fuese descubierto, pues un día
le
echó por
la
misma bro y
ventana, otro papel, diciéndole que destruyese
el
recado de escribir que
le
los toques
él
hizo la tinta
de campanas. Salta a
cuando
esta versión es la verdadera,
se
la vista
examinan
los
que
pape-
agregados a su causa, pues se nota desde luego que
les
carta a su
mujer está
obreros con
lápiz,
con
escrita
li-
había proporcionado. Mel-
chor sólo quemó un pedazo de papel y con
con que apuntó
el
tinta, las
la
instrucciones a los
y los toques de campanas, con
tinta
hecha
con papel quemado. Si llegó
tá claro,
a comunicarse o no con su esposa, tampoco es-
pues mientras
llevase recados
de
el
ella,
Alcaide sospechaba que Celenque
y Eugenio de Saravia, Secretario del
Santo Oficio afirmaba que doña Leonor de Montoya había ido a buscarlo a su casa para informarse de su marido, dicién-
dole que temía que estuviese enfermo, pues
do pedir con urgencia un poco de haber
escrito
más
carta
que
la
salvia;
le
había manda-
Melchor negaba
interceptada por
Alcaide,
el
y aseguraba no haber tenido necesidad alguna de Pero
la
Melchor Pérez de Soto, queda desvanecida,
que
consultar
al
la
de Cárceles del Santo
Oficio,
cómo proporcionó
ro una plum.a y algodones mojados en
efectivamente por el libro,
cuando
el
la ventanilla
tinta,
prisione-
al
echándoselos»
de su celda; y cómo
aprovechando una ocasión que se
le
le entre-
presentó,
Alcaide Diego de Ahnonacir, por «estar jugando
a los naipes en su cuarto»,
le
dio las llaves de las cárceles, y
ordenóle que fuese solo a recoger los platos de
de
el
Celenque y que obra en el Nación. En él confiesa el Ayudante
se instruyó contra el propio
Archivo General de
gó
salvia.
confusión que hay en esta parte del proceso de
los presos.
Por medio, pues, de Celenque,
sí
caba Pérez de Soto con su mujer; y cierta vez,
la
se
le
comida comuni-
envió do-
ña Leonor, con dicho Ayudante, «una caja de conserva y siete rosquetillas*, pero Celenque al fin de cuentas no las [
:'>5
]
entregó
al prisionero,
ya fuera por escrúpulo o por imposi
bilidad de hacerlo, y después de comerse tres rosquetillas,
devolvió las cuatro restantes, así
como
la
conserva a doña
Leonor, por conducto de una comadre suya, llamada Teresa
de San Juan.
:;.;]
vil
IT'L
*^
1
6 de marzo declaró Pérez de Soto que, seis años an-
tes,
había consultado a don Francisco de Estrada»
acerca del estudio de ciertos libros de astrología, y que
el
Inquisidor lo había autorizado para hacerlo, siempre que no
«comunicase con concesión, pues,
nada
le servía el
trada, quien
nadie>>; si
pero no
satisfizo
al
arquitecto
tal
no podía comunicarlo con nadie, para
estudio de dicha materia, e insistió con Es-
amplió su permiso para que «lo comunicase
con personas doctas, y no con mujeres
ni otras
personas
poco sabidoraj». Si el cel,
28 de
febrex"o se hallaba «solo
como para perder
cautiverio a
el juicio»,
medida que pasaba
y
afligido
mucho más el
le
en su
cár-
pesaba su
tiempo; y algunos días
después empezó a desvariar, como se desprende de
la si-
más que confusa declaración, rendida en 6 de marzo: «Que habrá dos años que don Sabiniano, que no se guiente
1
acuerda del sobre nombre, que actualmente es Gobernador
de China,
llegó a esta Ciudad, [
cuando iba al dicho gobierno,
'>7
]
25ii)(>;>
y
le
pidió unos libros de fortificaciones, y de escuadrón
y
le
dio ....
un poco de
de su brazo, para que también
oro,
la
.
.
muñeca
una manilla,
....
pequeño encuadernado, que
dio un librito
le
y una medida de
hiciese fabricar
le
.
al
principio del estaban unas letras impresas, que no decían
nada, pero separadas unas de otras, y las oraciones que se
contenían en dicho
de dichas
para que hiciese poner en dicha manilla,
letras,
por de dentro en tras;
y
.
.
parte que tocaba a
la
lo ejecutó
.
una
tífice,
tro,
.
que
del oro
por
de
resultó
con
sortija
la
mano
que es amatiste,
y
siniestra,
mano de un platero .... y ... hizo por mano del mesmo ar' mesmas letras puestas por de den.
dedo índice de
el
puso una piedra que
le
dio su mujer,
la cual exhibe y demuestra .... y dicha
piedra de dicho anillo
la
dio a su mujer María de Espinosa,
mujer soltera....
la cual
éste Santo Oficio;
.
la
.
.
ha entendido que
y ayer
tarde
Jj
noche,
está presa
le dijo la
dicha
de Espinosa que su mujer sabía el secreto de dicha piedra;
dicha
María de Espinosa y
jeron muchas espíritus,
En
cosas;
j;
de
otras mujeres ....
que no sabe
que representaban vista
le-
la manilla,
las
le
dichas
la carne,
que ha traído desde dicho tiempo en
la
ría
comenzaba cada una por una
librito,
la
si
hablaron
le
j;
en
Ma-
y que le di-
eran ángeles o eran mujeres o
voz de las mujeres".
y puesto que el maestro con demasiada melancolía, con algu-
esta declaración,
mayor parecía
«estar
na lesión en
imaginativa», opinaron los Inquisidores que
la
convenía darle un compañero de cárcel, y consideraron
como más
a propósito para
el caso,
mestizo, pue se hallaba preso en la sele el acuerdo,
a un
tal
Diego Cedillo»
número
Notificó-
2.
diciéndole que iba a tener un compañero,
«para que
alivie
su melancolía y tenga su divertimiento,
con
puede
tratar
de
el
la
cual
de diferentes cosas, como no sea
causa de su prisión ni de su negocio, ni de
pasado con
el
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