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Spanish Pages [114] Year 2017
SEDUCIENDO MIS SUEÑOS Viviana Lizana Urbina
2017 ©Viviana Lizana Urbina Todos los derechos reservados
Dedicatoria De las oscuras noches de insomnio han nacido luces entre las sombras, unas blancas otras perladas, rosas y del color pastel que pueda llegar a su imaginación. Cada una de ellas es un sueño distinto, pero sobrevuela siempre sobre el amor. Mis poemas van dedicados a todo aquel que guste de las letras y que por esas casualidades del destino cruzó su camino con el mío, a mi familia y especialmente dirigido al amor magnífico que surca mi ser y se quedó sentado en un lugar de mi corazón. Agradezco la bondad de quien ha ayudado a que este poemario sea un libro, el escritor y buen amigo Lucas Claudín Di Fidio, quien se encargó de la edición.
Índice Necesario eres Carta de amor Coincidencias del destino Mi regreso Calce perfecto Danza pendiente Atardecer opacado por la realidad Reencuentro Si le ves Amor verdadero En mi pensamiento ¿Quién puede silenciar la voz de la tormenta? La nieve en mi rostro Los únicos testigos el río y la luz de la luna Lo que me hace disfrutar Manantial de colores Capturando Ataduras Sueños e ilusiones Cuando nace el amor Al filo de la locura Tú, mi amor y pasión Tras ese horizonte Cuando cierro mis ojos Despertar con tu ausencia Las llamas del destino ¡Obsérvame! El tiempo lo dirá Mi mayor anhelo Sostenme Mi primer pensamiento del día Cruce de caminos Su ausencia Precipicio Sólo con la mirada Por mis poros Así amo Melodía de tu ausencia La última letra Amarle Pensando y sintiendo Lluvia ¿Duermes? Luz de mi alma
De un adiós Comienzo de algo más Quisiera Amarte con los ojos del alma Con tu silencio Como si el mañana no fuese a llegar Por ahora sólo mírame Detrás de la ventana Ven No sé si es realidad No demore Tú, la gravedad que me sostiene Siempre lo he sabido Hoy, seamos tormenta Mi sueño de amor eres tú Te rescataré Pensándote Estás advertido La calidez del sol en Otoño Y seguí Buscando respuesta Lo prometo Entre cigarrillos y cabernet Este insomnio Viendo cómo ha pasado Es sólo parte de la vida No habrá deuda ¡Qué sorpresa! Al oír tu risa De recordarte a que no me recuerdes Fragilidad Busca en ti Sólo escucha y haz lo que digo 19 de Noviembre Para que sepas Mi último café amargo Ni tan loca Sólo soy… A paso firme Notas Tela que cosí para ti Dichosa siesta Anulación Libro roto Contradicciones Aquí seguiré Cuatro elementos, tú y yo
A la espera de la quietud Quieto Sin inhibición Sólo en mí Pintura inconclusa Soy sólo yo Ultrajando al tiempo No soy lo que ves Cede tan sólo por un momento
Necesario eres Allí estás detenido en el tiempo, se te ha congelado en el instante perfecto. Tus suspiros se han apagado, no hay indicio de vida. Caminar al paraíso es lo que se espera, si no emprendes vuelo de regreso, ¿cómo ha de suceder ese viaje? Anhelos de tu luz es lo que se ha creado, como las plantas necesitan los rayos del sol para su vida, como los peces necesitan el agua o cómo indispensable es el oxígeno para respirar; esa es la sensación que provocas si tú faltas. La rosa necesita de ese sol para poder abrir todos sus pétalos, el aroma que guarda es elixir para quien lo perciba. El pez necesita del agua para poder nadar a sus anchas, para alimentarse en ella y descubrir la riqueza que allí se guarda. Tan necesario eres que se detiene la vida si tú no estás, así como te congelaste en ese instante, así se detuvo el respirar, tú eres su oxígeno, necesita de tu soplo para poder continuar. Mira al cielo, cambiarán ya los colores en el horizonte, pronto todo se cubrirá de negro y sólo tu luz iluminará su noche.
Carta de amor Recordado amor: Tanto tiempo ha pasado, aún recuerdo esos días de verano en que paseábamos tomados de la mano por aquel parque. He recorrido aquel lugar desde donde mirábamos de noche la ciudad totalmente iluminada, parecía que el firmamento hubiese bajado a la tierra con tantas luces titilando en la lejanía, las que se hacían uno solo con el verdadero cielo. Aún siento tu aroma en mi piel, ese que quedó después de amarnos como dos locos enamorados en aquel auto, los vidrios empañados, nuestros cuerpos empapados en sudor, tus labios recorriendo mis caminos que te llevaron a mis cimas y al centro de nuestro encuentro, luego tus vaivenes hicieron que juntos llegáramos al cielo. Amor, sé que ya no estás en esta vida, el destino te arrebató de mi lado. Esta carta la enterraré bajo el árbol donde nos besamos por primera vez, esto con la esperanza que nos reencontremos en otra vida. Tuya hasta la eternidad.
Coincidencias del destino En un cruce de caminos, coincidencias del destino, intercambio de palabras, miradas que traspasan hasta el alma. Suspiros coincidentes en espacios infinitos. Encuentros inesperados que provocan explosión en el firmamento con el destello que se genera al encontrarse esas miradas, el cielo ya no es oscuro en la noche, está cubierto por la luminosidad del reguero de estrellas que ha dejado. Desde ese momento ya no hay vuelta atrás, el fuego está encendido, sólo lo mantendrán permaneciendo juntos por el camino.
Mi regreso Estoy cansada de tanto andar, la soledad me agobia y por más que miro al horizonte, no veo que apareces. Dices que estás para mí, que donde te busque te he de encontrar, alzo la vista al cielo por si te observo y no se ven tus alas desplegadas en un hermoso vuelo, no vienes al gritar tu nombre. Debieras estar en algún lugar de los que hemos recorrido, pero no estás amor, ¡no estás! Busco tus huellas en esa playa, la arena húmeda ha sido barrida por la muerte de esas olas. Amor de mi vida ansío tus abrazos, tus suaves besos y tus dulces caricias. Déjame mirarte a los ojos y veme a los míos, estos por donde buscaste mi esencia haciendo que se uniera a la tuya. Lo he decidido, no me quedaré esperando, regresaré a ti como me lo has pedido, sólo quédate quieto amor, ante tus ojos cerrados he de aparecer, en un dulce y apasionado beso me entregaré a ti para nunca más dejarte, pues en tus brazos me siento segura y así deseo estar, tú deseas protegerme con tu amor y yo lo he de aceptar.
Calce perfecto Blanco es el sentimiento que se crea alrededor, transparente como los cristales que destellan ilusión, mágico como la alondra que su rojo pecho dejó al clavarse con la espina de una roja rosa. Dulces momentos son los que genera esa conexión que les une majestuosamente. Son tan afines, que se acoplan perfectamente, parecen haber sido creados con la medida perfecta para adherirse uno al otro. Su calce es tan justo que van llenándose los vacíos recíprocamente, encajando como si fuesen partes de un rompecabezas el que ahora está armado completamente. Sus caminos al cruzarse, formaron un punto de encuentro que extendieron como líneas paralelas, avanzando paso a paso a la par rozándose constantemente. Ese contacto les mantiene seguros, felices y con un amor que los apega a cada paso, el que les hace no querer separarse aunque pasen por grandes baches. Es tal la unión que se ha forjado que necesitan entregarse al amor en cualquier instante, juntos se incendian, si tocan un iceberg lo derriten por completo… Se amarán hasta que el destino separe sus caminos. Mientras se mantienen unidos en un roce de labios delicado y dulce o en un beso de fuego y pasión.
Danza pendiente Centro de la tierra. Fuego ardiente, interior con espasmos por la idea de tenerse. Danza pendiente, de caderas a tope, en vaivenes constantes es el deseo que sienten. Manos inquietas recorriendo las cimas que en dos se yerguen, en ellas se posa un lobo hambriento y trata de devorar lo que a su boca provoca deleite. En ellas se adentra y succiona con vehemencia, pareciera aspirar hasta el polvo de la tierra. Mientras, el vaivén se acelera y las caderas siguen el compás, que las tiene adheridas a la piel que las humedece. Latidos sobresaltados, gemidos al unísono, instinto y pasión es lo que los envuelve. Irracionalidad extrema, no importa la hora ni lugar, se privilegia el gusto de poseerse.
Atardecer opacado por la realidad Frío en el ambiente, brisa que golpeaba por doquier, los árboles cimbrando estaban al compás, cabellos revolotearon desprendieron el aroma de la esencia de juventud. Manos temblorosas, latidos agitados, colores en el mar que nunca más han de encontrar. Cielo siempre grisáceo, sonidos inolvidables del agua al reventar en aquellas rocas. Sol, aunque ausente, escondido en esa cortina de gasa, resplandecía en los cristales que lo presenciaban, lo mínimo fue dulzura encubierta, más no podría haber. Se establecieron esos tonos en el atardecer y se perpetuaron en el ayer. Ahora en la memoria, aparecen más vivos y relucientes, pues no se esfumaron con tanto viento que por la piel ha pasado, todo revive con fuerza, mas la lejanía de los cristales, se acerca en el espacio a través de los recuerdos memorados. ¡Recuerdos que cobran vida! Tonos grises y celestes opacados por la oscuridad de un cielo en penumbras les quedó grabado cuando pillaron ese sol inexistente en el ocaso, no así en sus corazones, donde lo dibujaron sobre la línea del horizonte, emanando una tibieza que aún les acompaña. En ese acantilado, parados impávidos uno al lado del otro; con aroma a sal, aroma a mar, aroma a sentimientos prohibidos (los que debieron quedar en el olvido) agua enardecida, olas alzadas, viento que derrumba, cielo encapotado, ocaso teñido de oscuridad, corazones que palpitaban agitados por un amor que jamás se habría de delatar. Ese fue el atardecer opacado por la realidad.
Reencuentro Después de esa puesta de sol pasaron muchos años, ambos hicieron distintos recorridos hasta hoy, casados con hijos, pero cada vez que vieron el mar el recuerdo de aquel atardecer era instantáneo. Hoy se reencontrarán, antes, ya se han dicho que jamás superaron el amor prohibido que surgió hace tanto tiempo. Al aparecer en su puerta, el fuego se apoderó de ellos y se hundieron en un apasionado beso que es el comienzo del resto de sus vidas. Ya no hay regreso, el amor que se han tenido y que acaban de confesarse, venció toda la adversidad del tiempo, la distancia y la sangre.
Si le ves En la majestuosidad de la noche, te izas en el horizonte sobre ese sereno mar, símbolo de amores y pasiones eternas, pues eres la silente que observa, fiel testigo de los amantes que eligen un rincón de la noche para adorarse. Como si fuera poca tu luz, te reflejas en la inmensidad de esas aguas, danzando al son de la melodía de las suaves olas. Tú que todo lo ves, observa en esta tierra, dónde está aquel que cautivó su corazón, quién se ha oculto en tus confines, dejándole en su reemplazo, la Soledad. Si le ves en tus horas insomnes, dale brillo especial, así al mirar el cielo estrellado verá una señal, la cual, seguro ha de seguir. Con el agobio y melancolía que alberga sus días, desea arrancarlos y vivir. Luna inmaculada, ten piedad de ese corazón acongojado, si no hay más remedio, muestra entre tu fulgor, luz de esperanza de alguna nueva ilusión, así la pena se irá a ese mar en el que te reflejas y será esparcida en espuma llegando a la orilla de la playa, expulsada por las olas, así al amanecer, con el sol naciente, cuando haga su saludo con su tibieza, recogerá de esa arena toda la pena que ahí varó y con eso, el corazón le seguirá latiendo con fervor, pues el nuevo día le traerá el olvido y el nuevo amor.
Amor verdadero Es ese sentimiento sublime que te conduce a amar, querer sin esperar nada a cambio, amar sin importar la reciprocidad, es sólo dar y tratar que a quien ames, esté bien, sin problemas, aliviarle la vida lo más posible y si eso requiere que no estés a su lado, aceptas lo que necesite. Le mirarás desde la otra vera cómo vive, respira, sueña, imaginarás sus anhelos y en tu interior, soñarás que puedes ver cómo los hace realidad contigo. El Amor verdadero es quien se apodera de todo el sentir, el que le arrebata la tranquilidad al día, quien se instala en los pensamientos noche y día, quien al escucharle provoca que se alborote el ser completamente. El que pese a no estar al lado, es capaz (con sólo pensarlo) invadir con sensaciones exquisitas desde la punta del cabello hasta llegar a los confines del universo interno. Es quien se deja libre para que viva y si desea regresar, es porque también ama. De lo contrario se le deja ir hacia donde encuentre lo que complete sus ilusiones, añoranzas y le atenúe sus temores. Amor verdadero es ese que se vive y se respira, es el que se desea tener toda la vida.
En mi pensamiento En mis labios te grabaste sin rozarlos, mi piel la tatuaste con tus besos sólo con imaginarlos en ella. Mi cuerpo lo has estremecido con sólo pensar que lo acaricias. Siento mi cabello entre tus dedos mientras me acercas a ti, sin estar presente siento el calor de tu cuerpo y el mío ante eso, se enciende de deseo… Mis manos dibujan en el aire tu silueta para que mi vista se deleite con ella. ¿Será posible que tú dibujes la mía para que la acaricies con tu mirada enardecida? Divago al fragor de una copa de alcohol y siento cómo bebo la miel que existe de palmo a palmo en tu cuerpo. No quiero que te diluyas en el aire, quiero que perdures en mis sentidos y que los hagas desfallecer ante tu más mínimo suspiro.
¿Quién puede silenciar la voz de la tormenta? En el pecho tiene clavado el amor que se apoderó de su ser, sus palabras le envolvieron con la dulzura y la transparencia con las que un día se acercó. Tiempos hermosos vivieron juntos, momentos inolvidables que se grabaron en el corazón, instantes perfectos sintiendo en sus pieles el calor mientras les acariciaba el sol. Tormenta es la que se produce en su interior al sentirle cerca y no poder gritar el amor que se le desborda de la piel. Es una lluvia de sensaciones de ese querer, de deseo y mucho más al verle pasar, pero todo se descontrola con fuertes vientos huracanados en su pecho, al ver cómo ese ser que tanto ama, se aleja cada vez más, no por falta de amor, es por el mismo huracán que le lleva en otra dirección. Crueldad del destino mantenerlos en ese vendaval, llenos de ilusiones sin esperanzas; es un amor que se siente desde las entrañas, pero se limita a ser en cada uno prohibido para el otro. Tempestad queda en sus corazones, nublándoseles la razón, la desesperación de no tenerse, les deja sin control. En medio de tanto desconcierto provocado por la naturaleza, en el centro de esa tremenda tormenta aunque vayan en direcciones contrarias, aunque la corriente los arrastre a distintas orillas, aunque el viento cruel les deje caer como hojas secas, ¿QUIÉN PUEDE SILENCIAR LA VOZ DE LA TORMENTA? sus voces se gritan a ciencia cierta, pese a la imposibilidad de estar juntos, que se amarán así se destruya la tierra entera.
La nieve en mi rostro Entre tus brazos la vi, estabas feliz de encontrarla, mientras caía la nieve en mi rostro, sentía helarse mi sangre, no sé si fue de dolor por verte o por el frío de esa mojada. Recuerdo sentí que el mundo se paralizaba en ese instante y una daga se clavaba en mi alma. Seguí mi camino y pasé junto a ti, no te percataste de mi presencia, estabas tan absorto y embelesado que hasta al mirarte fijo, no lo notaste. Caminé sin sentido, no sé cuánto rato pasó, pero se me hizo muy tarde, pues ya no había autos por la calle. Llegué a casa a llorarte… me serví una copa de whisky, lo bebí lentamente, mientras pasaba una y otra vez la imagen en mi mente. Analicé tus tardanzas y las mentiras que me decías, ¡para más claro, echarle agua! El amor por mí se te acabó, ya no valía la pena llorar. Me bebí la media botella que quedaba y en cada copa fui ahogando el dolor hasta que el corazón se durmió. A la mañana siguiente, fue como renacer, me di cuenta que el dolor ya no estaba, el orgullo herido sí, pero un favor me habías hecho, pues de amor no se muere y lo mío era sólo costumbre de tenerte. Ahora que camino nuevamente por esta calle de la mano de mi gran amor, te doy gracias, lo que hiciste, fue lo mejor.
Los únicos testigos el río y la luz de la luna En la espesura del bosque se fraguó el encuentro, los dos amantes se citaron en el claro junto al río, Darío iluminado por los rayos de luna, su atuendo normal pantalón y camisa. Sentado en la roca mirando hacia los árboles, siempre atento a los sonidos para ver si Clara aparecía, hasta que lo hizo. Hermosa estaba con vestido y pelo suelto, todo se mecía al compás del movimiento de sus caderas al andar. Se paró rápido a encontrarla y la tomó sutilmente con una mano le alzó el rostro y con la otra la tomó de la espalda y la estrechó contra su cuerpo mientras la besaba, un beso que comenzó suave y tierno hasta que sus lenguas se aferraron y se entrelazaron para degustarse con frenesí. Inevitable fue la erección de los pezones ardientes y la dureza en el pantalón. Poco a poco comenzó el paseo de las manos, le levantó el vestido mientras que con la otra mano le palpaba las curvas delanteras, la ropa comenzaba a estorbar. Clara estremecida de placer se dejó llevar por el ardiente momento y le desabrochó el pantalón bajándoselo y dejando toda la piel desnuda. Lo que deseaba quedó expuesto al frescor del viento y mientras, Darío le quitaba el vestido suavemente jalando desde sus hombros hasta abajo. Luego, comenzó el sembradío de besos, caricias y humedad mutuos. Le besó desde los ojos hasta las sombras y se concentró en el rededor de sus cimas que las humedecía y succionaba como para beber su néctar, como lo hace la abeja a la flor y luego se deslizó humedeciendo la tersura hasta la grieta anhela, de allí la recorrió completa para reconocer la geografía y se posó a beber del agua del manantial de Clara, en el instante se escuchaba el canto de la ninfa en entonados gemidos y le alzó las extensiones depositándolas en sus hombros para sumergirse en el centro del manantial, lo que hizo una y otra vez, el éxtasis del acto lo hacía entonar la misma melodía, hasta que el canto se escuchó en todo el bosque y le derramara de su propio néctar en las aguas agitadas. Vino el letargo y los invadió, el agua se aquietó, dejándolos allí abrazados. Los únicos testigos el río y la luz de la luna que acariciaba sus cuerpos.
Lo que me hace disfrutar Disfruto de vivir, de sentir, de ver, de amar, de todo cuanto provoque una sensación en mi ser. Ver el mar, cómo se mecen las olas con su suave vaivén o si está embravecido, ver Cómo se elevan en cimas impetuosas, como reclamando al cielo por el viento que las remece. Mirar el cielo cuando no hay quien lo cubra y se muestra desnudo para acrecentar mi placer de verle, ver el atardecer con los colores mixtos y arrebolados, parecen pinceladas de oleo en un lienzo gigante, o apreciar el amanecer en el desierto, esos colores sí impresionan, desde la misma árida tierra con su ocre y sube al cielo en anaranjados, violáceos plomos y más… Disfruto de aromas que inundan mis sentidos, de esos que se apoderan del ambiente, flor de la vid, jazmín, rosas, un café humeante, el aroma del chocolate, todos ellos se conectan con mi esencia, la hacen estremecer y elevar a estados de éxtasis. Hay un aroma que no conozco y me fascina, el cómo huele la piel después de untarla en canela y miel, a qué sabe esa mezcla… imaginarlo ya causa sensaciones intensas en mí. Seguro hay mucho más que he de disfrutar, pero se guarda en lo inconfesable… en lo que me hace sucumbir y liberarme.
Manantial de colores Como un manantial de agua cristalina que brota con fuerza desde la profundidad es como aparecen las letras que se han de dibujar en el papel blanco que las espera ansioso para que lo adornen con su calidez. En diversos colores se han de plasmar, reflejando la intensidad de su existencia, letras rojas que indican la pasión que existe por ese gran amor, que se dibuja en las grietas del corazón… Anaranjadas serán las que señalan el fuego que impulsa las ilusiones y anhelos de vivir Día a día los instantes perfectos, junto a quien aparece en el día como suave brisa y que por las noches es la luz que entra por la ventana, llegando a acariciar el rostro, dejando un esbozo de su beso en los labios. De rosa y violeta será la ternura que se recibe en detalles, cada letra es aroma de una rosa que engalana la vista al aparecer. Las tristezas serán teñidas de amarillos y ocres, como hojas que cumplen su ciclo de vida y que viajan con el viento para caer al suelo y ser pisoteadas. Verdes han de ser las que se plasman después de haber visto germinar las semillas que se Sembraron con delicadeza y han sido cuidadas con dedicación y paciencia hasta que brotaron, transformándose en firmes enredaderas. Blancas serán las que conecten sensaciones y emociones. Así es como la fluidez de esas aguas emanadas quedarán teñidas por múltiples colores, quedando transformadas en una obra que podrá deslumbrar a quien le vea.
Capturando La furia de esas olas rompiendo en esa roca impulsadas por el viento que arrecia desde el horizonte hacia la costa, es lo que con astucia captura el ojo visionario, ese que anhela la ira del imponente mar, quien aunque con ideas inquietantes es sensible a lo real, se opone a las normas y batalla contra el mundo derrocando las ideas fundamentales de la generalidad. Melodías exquisitas es la que gusta de escuchar, sutileza y rebeldía se contraponen en su hablar. De belleza desconocida, un magnetismo sin igual, reflejado en el agua inquieta que en inmensa ola se deja arrastrar, llamando a quien le vea quedarse impávido al verle así su espuma desplegar.
Ataduras Hablas de cadenas, cuando sólo amor hay, no existen ataduras, el verdadero amor se da libre, sin condiciones, sin reglas, sólo entregarse para brindarse compañía, comprensión, caricias y también satisfacer la pasión de dos cuerpos. Deseas ser pirata, recogiendo cuanto tesoro te encuentres en el mar, teniendo a la sirena que con su canto te pudo embelesar.
Sueños e ilusiones Conciencia dormida, historias tejidas en playas, en bosques, cabaña y cama con sábanas rojas humedecidas. Sensaciones diversas, tristezas que desbordan en gotas rodadas en mejilla. Pecho agitado, sudor frío al apoderarse el temor de los suspiros; Sonrisa en los labios, semblante distendido, relajo y felicidad lo que se ha sentido. Piel erizada, cuerpo agitado, humedad emanada, placer y éxtasis alcanzado en el sueño con ese amor allí correspondido. Revisando el tejido, los puntos parejos o si alguno se ha ido. El que está más perfecto da ilusiones alimentando de dicha al espíritu. Paseando en la playa, se avistan las huellas y adentrándose en el bosque buscan cobijo, la cama es la hierba y las hojas que cayeron mecidas, el techo es el cielo que será el único testigo de hacer realidad lo que sólo en sueños ha sido vivido.
Cuando nace el amor El amor nace cuando menos se espera, en el día es el pensamiento constante, se apersona imaginariamente delante... Es el oasis en el desierto, es tierra añorada para el navegante, es el sol después de la nevada, el amanecer al cabo del desvelo. Así surge, inesperadamente y cuando más se necesita. Al palparlo, la vida cobra un gran sentido y no es porque no se tenga por qué vivir... ¡No! no es eso, es porque el cuerpo, la mente y el alma se sienten, al fin, completos...
Al filo de la locura Las ansias de tenerte piel con piel me conducen a la locura de querer poseerte en cualquier rincón. No importa el lugar donde te encuentres. Sólo sé que haré que sucumbas ante la pasión que te entrego. Así sea deba esperar hasta el último hálito de vida, haré realidad el deseo de que encalles en mis arenas. Anhelo que tu barco se hunda en mi mojada arena y dejarlo allí para sentir el poder de tu armadura. Soportaré la eterna espera, así cuando aparezcas, la lujuria se desatará y me izaré de estas arenas, convirtiéndome en cuerpo de mujer para lograr que tu fascinante anatomía sacie el vendaval de emociones, sensaciones y desenfreno al haberme soñado toda tu vida.
Tú, mi amor y pasión El amor que nos desborda se saciará en esta alcoba. Las caricias encienden la llama que las palabras hacen silentes. Labios ardientes que se abrazan entre lenguas mojadas y besos que fueron ausentes. Manos despojan las ropas, la desnudez de nuestra piel exuda aromas a chocolate y a miel. Mi boca se pasea por tu pecho, los gemidos se apagan con los besos, tus caricias se van a mi quebrada, la pasión se apodera de nuestros cuerpos. Tus labios en las copas al no saciar tu sed, te posas directo en mi vertiente y estremeces mi vientre. Tu dedo en mi boca me calla para que el mundo no se entere. Tu centro se mece entre mis piernas, el desenfreno y el éxtasis es fuego que no quema, envuelve al amor arraigándolo con fuerza. La adversidad sucumbirá, así el mundo nos haga la guerra.
Tras ese horizonte Acaricia la piel suavemente, refresca el ser despojando pensamientos que entorpecen la paz en la mente. Cautiva con cada roce las curvas simulando arropar el alma que padece de amor ausente. La mirada perdida en el azul y sereno mar, divaga entre imágenes de sueños, anhelos e ilusiones. La brisa mece el sentido, mientras desenreda los tormentos. El sol calienta la piel derritiendo los recuerdos de las letras dibujadas en ardientes encuentros. Remembranzas de besos tibios dibujados en las líneas de su molde, el alfarero dio forma con agua y arcilla a ese cuerpo que sobrevive a la vida vacía que habita desde que ese amor se oculta tras ese horizonte. En el espejo reflejada está la sensual figura que cobija los restos de un amor ausente.
Cuando cierro mis ojos Cuando cierro los ojos es para dormir, Si agito los párpados es para espantar una lágrima o un mal presagio. A veces es para sentir la música vibrar en mi interior, transportándome a la fantasía que ella me inspira. Si los cierro sólo por cerrarlos, es para pensar en ti y es cuando más siento tu presencia. Aunque no te vea se dibuja tu figura en mi mente, siento que me hablas despacio, sereno y dándome esa paz que sólo tú me sabes dar. En otras ocasiones, es lo contrario, me susurras al oído y me haces estremecer. Esos son los instantes perfectos que se vislumbran en la oscuridad de mis ojos, alcanzando los estados de éxtasis que me provoca el amarte. Sólo puedo decir que con los ojos cerrados sólo puedo imaginarte, pero si los abro, podré vivir amándote.
Despertar con tu ausencia Despierto del sueño profundo, sudor empapa mi cuerpo, añorando hurgar bajo tu nombre, las grietas de ocultos deseos. Pecho agitado, fuego acelera cada latido, roce de piel ausente, se deslizan por surcos de labios, mis yemas de saliva humedecida rodean mis cimas erguidas. Caricias se dibujan en vientre, se estremece de lujuria incipiente, descendiendo al monte que te alberga cuando tu lengua se hace presente, saciando tu sed del agua que te ofrece sólo mi vertiente. A tu falta acometen los dedos descubriendo placer y desenfreno, la humedad que antes había, ahora es un río de éxtasis por el clímax. Este fuego que me descontrola es sofocado a tu llegada a nuestra alcoba, tu boca abarca la piel aspirando el aroma y bebiendo el sabor que te apasiona.
Las llamas del destino Impulsada por el fuego que se desata en mis entrañas, camino sin prisa hacia donde nace la alborada. Los colores que vislumbro son de belleza inmaculada, reflejan lo que siente mi alma enamorada. Tenerte como te tengo es el premio por los tormentos, de la mano caminamos venciendo desencuentros. Tu amor es ilusión, fortaleza es lo que siento; en la vida ya te tengo Yo soy tuya, Tú eres mío Corre mi sangre, hierve mi cuerpo… Los deseos de tenernos saciando la pasión y los anhelos, son mis latidos en cada momento. Te amo vida mía… El cielo es el testigo, el amor que nos ha unido es producto de las llamas del destino.
¡Obsérvame! ¡Ey! Sí, obsérvame. Aquí estoy… Dispuesta para ti. ¿Deseas hacerlo? Acércate, tómame en tus manos. ¡Ven! No te detengas… Así, sigue adelante, con sutileza. ¡Despacio! Ya te siento, me agrada el roce de tus manos sobre mí, pero deseo más, quiero que me leas… Eso, así… Comienza aquí, donde estoy deleitándome en este paraje, quiero que te sumerjas en mi mundo, para verte parado al lado de este árbol. Léeme con calma, letra a letra hazlas tuyas, me gusta sentir como me miras… Si logras concentrarte en lo que represento, vivirás la magia que hay en mí. Te conduciré hacia el final de este cuento y prometo que no te habrás de arrepentir.
El tiempo lo dirá Un suspiro, cada segundo, nace del pecho como los latidos Al abrir los ojos al alba, rozas la frente con sutileza, es presagio que aún estás, tus dos piedras preciosas me iluminan, entonas dulces melodías, le das el tono a los días. Como rocío de la mañana humedeces la sonrisa de mi fas el susurro de tu aliento, que posas en mis cabellos, enterneces las sensaciones y doblegas mi voluntad. La dicha alberga con los detalles cada milímetro de mi existencia, Cada letra que a mis ojos llega, Es una rosa a deshojar. Deseo hacerlo lentamente, sin que el viento las desprenda, así el instante es más perfecto, me impregnaré más de tu esencia. Que sólo llegue una brisa para que el instante no sea fugaz, así te quedes arropando mi vida, no quiero prescindir de tu presencia más. El ahora es seguro, el mañana no lo sabemos Lo que depare el futuro sólo el tiempo lo dirá.
Mi mayor anhelo Luz de su mirar necesito en mis noches, que la hoja de sus labios sea traída a los míos por el viento. En el día miro al cielo y busco en nubes su silueta, son mis ansias de verle, porque sólo en sueño nos tenemos. Aunque así como es, el amor es tan cierto, Amo desde mis entrañas a ese hombre que está lejos. Respondiendo a la duda de cuál es mi mayor anhelo, diré que amarle como le amo hasta el último momento, así sea a su lado o a distancia sintiendo su voz y sus latidos en el viento.
Sostenme Manto celeste cubriéndome, sin visillos que entorpezcan el roce dorado en mi terciopelo. Sostenme sutilmente, con tus manos, desde el delicado tallo. Acaricia mis pétalos, despójame de ellos con tus delicados dedos. El susurro de la brisa te impregna de mi olor intenso, envolviendo tus sentidos y tu voluntad provocando que mi hermosura se apodere de tus anhelos.
Mi primer pensamiento del día Miles de cosas podrán surcar mis cielos internos, imágenes vividas, imágenes creadas en mis sueños, las situaciones pendientes, lo que dejé de hacer y debo ya terminar, pero todo esto carece de importancia cuando viene a la mente lo que realmente mi corazón siente. Lo que provoca evocarte, es inexplicable, colmas todas esas sensaciones más ocultas que causan la mayor satisfacción en todo mi ser. La sangre que fluye por mi cuerpo adquiere una temperatura que acalora los sentidos, se abalanzan los anhelos de sentir tus labios sobre los míos, imagino que apareces y tus dedos acarician mi rostro suavemente. Si pudiera explicar claramente lo que ocurre cuando apareces en mi pensamiento, tal vez diría que mi día se vislumbra completo, pues saber que tengo el amor de quien yo tanto quiero, es una bendición. Pero falta mucho por decir con todo esto… Antes de abrir mis ojos al amanecer, recuerdo el último roce de nuestra piel, el último sonido que emitieron tus labios sobre mi cuerpo, esa especie de gemido acallado con apasionados besos. Creo que hay tanto que involucra la activación de mi cerebro, Él envía impulsos eléctricos que yerguen todo mi ser, las cimas y el camino sinuoso de las curvas de mi geografía que recorrieron sutilmente la yema de tus dedos o se eriza la piel por memorar el instante en que tu brisa acarició mi cuello. Quisiera continuar, ya que mi primer pensamiento del día es la sublimación de todo lo que por ti yo siento.
Cruce de caminos En ese cruce de caminos, donde dos seres coincidieron, seguro iniciaron el día sin prever lo que el destino les deparaba para avanzado el tiempo. Es increíble como la vida cambia a partir de un instante, el cual, si tan sólo se hubiese atrasado uno en salir de sus comienzos, la historia no sería la misma. Es así, como a partir de la intersección de sus miradas, que no fueron para nada comunes (pues se dio una vez y regresaron por más) a diario se buscaban sin hablar, se fueron conociendo con sólo observarse, así se cautivaron pues veían en el otro la profundidad del sentir. El magnetismo que se fue acrecentando con el tiempo, fue dando paso a que se apoderara de ellos un sentimiento. No era fácil lo que estaban viviendo, pues a pesar de los encuentros, no se daban cuenta que ambos lo estaban sintiendo. Pero llegó el día en que se rasgó ese silencio, fue él quien dio atisbos de que algo estaba ocurriendo. Desde entonces, sí pueden decir que el amor a primera vista como tal, no lo vivieron, pero sí, desde que la vida los puso de frente, el amor se apoderó de ellos sin saberlo.
Su ausencia Ese brillo es el que dibujo en mi mente, su ausencia me provoca un vacío permanente. Evoco su aroma y el sonido de las olas, la frialdad de sus aguas y la corriente que me llama, abrazándome con sus cimas que se elevan circundando mis caderas, emoción me embarga, pues sentirlo en mi piel es un deseo que impera ante tanto tiempo de su ausencia. Tanta distancia hay entre nosotros que por más que le ansíe, no podré sentir ni su brisa en mis cabellos, cuando me empaparía de sus aguas y me dejaría sucumbir al envolverme con sus arenas. Espera por mí, Mar, no te privaré más de hacerme sentir.
Precipicio Parada frente a este impresionante precipicio, observando la inmensidad del abismante paraíso que encierra tu presencia, me diluyo entre el aire y el calor que irradia tu piel. Esos entonados acordes que se oyen a lo lejos, me inducen a imaginar que me alzas de las manos invitándome a bailar. Y es allí, donde los pies se abstienen de arrojarme al profundo acantilado que hay en mi pensar. Con nuestros dedos entrelazados nos deslizamos como hojas que el viento ha echado a volar. La suavidad del movimiento va llevando nuestros cuerpos a disfrutar de la delicada unión que se da al llevar el ritmo con la suave brisa que peina los cabellos, envolviéndonos en los aromas de nuestro cuerpos, mezcla de miel, limón, chocolate, canela y café. Dulce es el resultado de tal desprendimiento de sabores con el toque de acidez justa para lograr el equilibrio. Es así, como con sólo aparecer en mis pupilas, el mundo se detiene para contemplarte y absorber de ti cada segundo del dichoso momento, llenándome de la más sensual y melodiosa fantasía. Lo que deparen los instantes sucesivos, te lo dejo a ti. Sólo debes avisarme para posesionarme nuevamente del mismo precipicio.
Sólo con la mirada Apareciste en mis sueños al fin, cuando las esperanzas estaban pérdidas, renací en tus ojos, ellos traspasaron la realidad todo cuanto te pertenece, recorrieron pues el amor te ha proclamado dueño de este cuerpo imperfecto que sólo tiene tu amor por destino. Y al amor nos entregamos, nos bebimos el mundo con la mirada, desapareció el cielo y el infierno en el acto. El amor fecundó todo y lo convirtió en paraíso. De lecho fue el manantial sereno, una suave brisa la melodía que arrulló nuestros gemidos. Nuestra piel fue el abrigo de fervientes latidos, nuestras manos hicieron el eco de nuestros deseos contenidos. Y sin mediar palabras nos amamos sólo con la mirada. Y al despuntar el alba yacía la lumbrera iluminada Con sus destellos mis párpados abrí y me envolví con tu aroma que dejaste impregnado en las sábanas.
Por mis poros Anclada en el puerto de este amor, Inmersa en el rugir de las olas, La frescura se apodera de mis infiernos, los lleva al punto de la pureza, ya pensamientos extraños no tengo… Sólo hay quietud en la larga espera. La claridad ha tocado mi alma, mi tez se vuelve morena, la calidez que envuelve mi vientre, es la locura que desata pertenecerte. En estas aguas que viajan en el tiempo, surcando arenas y aires, las mismas que acarician la tersura de mi ser y lo leen absorbiendo hasta la última sal que exudé. Esa que brotó de los poros de mi piel de tanto ardor que en ella provocaste, ahora esparcida en la inmensidad del mar, a tus orillas han de llegar. La desnudez de tus pies caminando en el quebrar de las olas, calzará una parte de mí. Me adheriré a tu piel y te recordaré lo que en ti aquellos días causé.
Así amo Con lo mejor de mí es que amo… Con mi verdad, esa que muestra la mujer que vive su otoño como si estuviese aún en primavera, con la esperanza de ver la belleza de los colores cada día de mi existencia, alucinando con el aroma de las flores, la hierba y escuchar la melodía de la vida en el viento, en las aves, y en aguas en calma o torrentosas. Con mi experiencia, esa que se forjó con el correr del tiempo, la que me transformó en fortaleza, me quitó los miedos a vivir y me dio las ganas de sentir, la que fue dejando en el olvido la inocencia y me fue llenando de pasión. Amo con total sutileza, como tibio rayo de sol tras la cristalera posándose sobre la piel, pétalos de rosas que surcan los pliegues haciéndolos estremecer, suspiros mecen cabellos, áridos labios son saciados con agua de rosas que emanan de mi vertiente. Mientras exista sangre fluyendo por mis venas, amaré de la misma manera… Ya lo sabes, esto es lo que tengo para darte.
Melodía de tu ausencia El instante en que el viento arrasó con las hojas, fue presagio de su partida. Inesperadamente, me quedé con las manos vacías, no estaba la piel que se adhirió al sentimiento, no estaban los versos que acompañaban mis momentos… Nostalgia de la ausencia era la caricia que rozaba mis cabellos, no hubo más susurro de la melodía dulce que sonaba en mi despertar, no había brillo en los cristales al reflejarlos en el espejo. Sólo quedó el árbol con sus ramas vacías, esperando el tiempo de renacer… Hoy salió el sol, el cielo está celeste en mis ojos, para quien alce la mirada ve solo nubes y siente el frío que traspasa sus huesos mas en mí, está el corazón en primavera, comienzan a brotar las hojas en la desnudez de mi alma, el campo está cubierto por la delgada capa de fina hierba, se siente suave brisa que susurra nuevos bríos, ya el otoño se ha ido, el invierno pasó sin sentirlo… Tu calidez se posó en mí y no permitiré que la quites. Ha girado el viento a mi favor, vuelves a mí, de donde jamás debiste partir. Abrazaré cada segundo para rescatar el tiempo que restó vida en mí.
La última letra Exprimiré hasta la última letra de tu tinta esta noche, así sea a hurtadillas, pero me cobijaré en las sombras para estar allí, en los últimos minutos en que tus párpados estén abiertos, para poder obtener eso que en la soledad tu corazón esconde. Otearé cada movimiento que hagas con la pluma, sigilosamente me posaré a tu lado, mi suavidad no la sentirás, yo me deleitaré con recibir tu aroma, mientras que tú, sólo te ocuparás de darme lo que deseo, veré cómo fluye la belleza, esa con que me deleitas. No escribes para mí, pero hago mía cada una de las palabras que creas, pues la intensidad de tu esencia es tal, que emboba mis sentidos y me haces perder la cordura. Es como cuando me hablas al oído, se dibujan en mi piel las letras y las siento como sutiles caricias que me cubren por completo o como cuando siento tu risa y provocas cosquillas en el pecho que se expanden rápidamente por todo mi cuerpo. Agudizaré mi oído para poder sentir tus latidos, estaré muy cerca pero sin rozarte siquiera, no quiero interrumpir el mágico instante… Cómo deseo ver la expresión de tu rostro mientras tus manos dibujan sobre unas gastadas hojas. Sí, quiero que sea en un papel amarillento, esos que guardan historias que ya se han borrado por el paso del tiempo, pero que si los pones a contraluz, algún vestigio de aquello resurge, así rasgaré en el tiempo las letras que exudabas antes de conocerte. ¡Prepárate! ya te he avisado. Ahora descansa,
la noche es larga y hoy, mi tiempo será tuyo.
Amarle Sentada en el borde de este río, no puedo evitar pensar el significado del amor en mí, este sentimiento corre por todo mi cuerpo, lo llevo en la sangre que fluye dando vida a cada instante de mis días… Amor es este sentimiento que me mantiene alerta, es la necesidad de saberle y sentirle, es procurarle su bienestar, así sea desapareciendo para no molestarle… Cómo deseo que la vida le dé la felicidad que necesita, ahuyente sus dolores y le permitan amar libremente de nuevo. Cómo quisiera que entendiera que amar es tan irracional, que no puede esperar que la cordura se apodere de lo que se vive o se siente. Cómo quisiera poder correr a sus brazos y no soltarle jamás… Amarle así sin esperanzas es sólo sentir y no poder hacer nada más que soñarle. Dejaré que el agua del río fluya, de a poco retomará su cauce, así conforme el agua llegue al mar, la vida se equilibrará y podré disfrutar nuevamente de la vista del mar sin tener que añorarle.
Pensando y sintiendo Sin brisa alguna que mueva la hierba y menos mis cabellos. Hasta el agua está quieta, puedo posar en ella mis pensamientos, no se irán a ningún lugar, sólo se refrescarán un momento, no temo que se sumerjan sólo llevan ilusiones, esperanzas y sin miedos… Ya no hay lugar para pesares, tampoco tengo tiempo para ellos. Cada instante se me va como agua entre los dedos, ahora sólo deseo disfrutar de todo cuanto veo, admiro, siento, vivo y sueño. Si lo deseo, podré volar como los pajarillos a ras del espejo, siempre viéndome en el reflejo del cristal, bañándome con el brillo de lo que proyecto, esto es alegría de la libertad que me da el poder emprender el nuevo vuelo, el destino aún no lo sé, lo definiré en el momento. Los pensamientos vienen y van Libres de mi razonamiento, En cambio estoy presa del amor que feliz, llevo dentro.
Lluvia La lluvia llega a mí a lavar las lágrimas derramadas. No hay cómo hacer para desentrañar el dolor que carga mi alma, el agua hará lo que tus manos no hacen con mi cara. Sólo con rozarme con la yema de tus dedos bastaría para calmar mi tormento, enjugar mis lágrimas con un beso ya sería un sueño… Por ahora déjame soñar que en tus labios me pierdo, mis manos pasean por ti para grabarte y luego te moldearé cuando mis ojos ya estén abiertos… Susurra a mi oído con la dulzura que hay en ti, no me hables con la frialdad que te ha dejado el hielo que has interpuesto. Al despertar, quiero sentir sosiego… Tu amor lo viviré igual, aunque te niegues a reconocerlo.
¿Duermes? ¿Duermes? Me quedaré aquí en el silencio, en medio de ese que te acompaña cuando no estoy contigo. El que resuena en tu corazón y hace que divagues en tantas cosas. El que es culpable de tu estado de ausencia en mis días. Siento tu respiración pausada, pero tus párpados están apretados, deseo rozar suavemente tu frente para destensar tu rostro. Si pudiera, me adentraría en tu mente para ver qué es lo que te oprime de tal manera, de paso me quedaría en tu sueño y te sorprendería recostándome a tu lado… Sí, donde debiera estar para mantener nuestros cuerpos tibios evitando así el despiadado frío. Apoyaría mi mejilla en tu espalda, te abrazaría en acople perfecto… No me contentaría con sólo eso, creo que mis manos no se detendrían y se produciría una manifestación continua de caricias y te aseguro que mis labios harían lo que tanto ansío, buscar tus labios y se acunarían en ellos. De ahí en adelante, dependería de ti vida mía… Seguro que ahora ya no duermes…
Luz de mi alma Es extraño, no pensé llegar tan rápido al punto donde todo comienza. Camino sin lo importante en el alma, me hace falta una luz, esa que sólo el amor puede dar. En la penumbra sé que existe su presencia, la siento, aunque está muy débil su fuerza. Intenta apagarse, pero necesito de su claridad para continuar… Atisbaba el ocaso de esta quimera, mas ¡no desistiré! Sálvame de la penumbra que envolvió mi vida, no dejes que la frialdad del viento que te acompaña apague por completo la flama de la vela que encontré en tu mampara. Me permití sacarla, pues sé que la dejabas para mí en contra de la razón. También te niegas a extinguirla. Si tan sólo dejaras que pase tiempo para potenciar la fuerza de la tenue llama… Por mi parte he dejado cuanta brisa fuera que por mi lado pasara, así evito apagarla. ¡Dime! Si soy capaz de descifrar hasta lo imposible, solo guiada por el amor ¿No merezco que me ayudes a fortalecer la luz de mi alma?
De un adiós Tú estás tan callado, que duele mi alma pues te has ido antes de desaparecer de mi lado… Deseo grabar cada instante de este adiós. Está tan hermoso este atardecer y está tan cálido, pese al frío que existe en tu presencia. La que antes era una dulce y cálida voz que me estremecía con cualquier cosa que dijera, en este momento prefiero que siga muda, los últimos días cada palabra que me has dirigido ha sido tan fría, que llegó como daga a mi corazón produciendo una herida cada vez más profunda. Aprieto tu mano y me miras con la profundidad de tus ojos, veo en ellos ese amor que existe entre los dos, te sonrío y nos detenemos en la orilla, donde mueren las olas, donde toda esa inmensidad que existe delante se diluye y se transforma en espuma que acaricia nuestros pies… Increíble, ha sido mágico el instante es como si esa agua ha lavado nuestros miedos y te has dado cuenta que no hay por qué distanciarnos… Me abrazas y me aferro con toda mi fuerza a tu espalda, mi oído queda en tu pecho y siento cómo se agita con nuestro reencuentro. Escucho nuevamente una melodía en tu voz con el fuego envuelto en un te amo.
Comienzo de algo más En aquella línea que divide el cielo del mar, se entiende que es símbolo del fin e inicio de algo más, como cuando se acaba una taza de té y vez su fondo oscuro o el concho de leche chocolatada, que guarda toda su concentración al final, o si se acaba algo realmente importante, te quedas con la sensación que estabas disfrutando la mejor parte y de repente, ya se ha acabado. Desde ese punto, miras hacia atrás, tal como si estuvieses en un barco mar adentro y miras a la playa, ves que todo lo que has vivido, está allá en la orilla, en tierra firme. Mientras, sabes que ese barco te debe llevar a puerto para poder continuar con la normalidad de la vida. Por el contrario, en lo que acabó, comienzas algo nuevo, lo que terminó se queda en ti en ese rincón de los recuerdos. Algunos al ser evocados te sacarán más de una sonrisa, mientras que otros, formarán una herida. Pero lo bueno es que todo se acomoda con el tiempo, esos dolores dejarán de dañar y se convertirán en experiencias de vida. Al avanzar en tu vida, te llenas de nueva luz que te da esperanzas e ilusiones, como lo muestra el sol con esa luminosidad que le da al cielo. Esta sensación me da el ocaso.
Quisiera Quisiera que vieras un refugio en mi mirada, La dibujaré en el cielo para abrazarte con ella en la distancia. Le pediré al viento que envuelva mis palabras, las lleve hacia ti para que sientas mi llamada… Las caricias que te guardo las enviaré en la madrugada así al salir por tu puerta la brisa rozará delicadamente tus labios, tus mejillas, tus manos y se depositará en tu alma. Sabrás que han sido las yemas de mis dedos las que te han tocado pues sentirás el calor de mi piel enamorada. Deseo que sientas como acuno mis labios en los tuyos mezclando la humedad de su interior, como cuando la lluvia cae al lago. Así, vivirás un beso delicioso de mis labios. Quisiera que pensaras en mí con ilusión y esperanzas, que desearas verme a tu lado al amanecer abrazada a tu cuerpo sobre las sábanas arrugadas. Quisiera que mis ojos te dieran la luz en la oscuridad y te entregaran la respuesta que busca hoy tu alma.
Amarte con los ojos del alma Despertemos al amor, me han dicho y les aseguro que estoy con mis ojos del alma muy despiertos, viviéndolo. Sólo sé amar, lo hago inmensamente, no importa vivirlo desde este punto, donde se me está ajeno el sentir su piel, sus besos, sus caricias, pero los vivo intensamente con sólo desearlos. Cada mañana está en mi pensamiento y se instala como sonrisa en mi rostro. En el correr del día lo siento tan presente, su voz es la dulce melodía que mantiene a mi corazón en suave danza. Los latidos se aceleran dependiendo de cómo lo recuerde. En ocasiones, viene la melancolía y sólo añoro su abrazo para recostarme en su pecho y sentir el envolvente calor de su cuerpo, ese con el que tantas veces hemos sido apresados en la pasión de nuestro fuego, ese que se alimenta día a día. No hace falta vernos para amarnos y poseernos. Lo seguiré manteniendo vivo aquí en mi pecho y gozaré de este bello amor hasta el último momento en que mis ojos se cierren y esa será la hora de vivirlo eternamente.
Con tu silencio Gris está este cielo, parece un manto sofocante... Me ahoga... Me lanzo al precipicio la angustia me desborda... Voy en caída libre. Por mi mente pasa todo cuanto he vivido, hay imágenes borrosas en las que tú me sostienes la mano, te adivino, sabes bien que te he dibujado en mi mente o el aire ha hecho de lienzo para pintarte, tu contextura la completan tus palabras, esass que guardo con celo en mi pecho. Amarte ha sido la más hermosa locura, pues te pertenezco aunque nunca me tocaste, te entregué mi alma y la alié con la tuya, formaron un amor que traspasó el tiempo y la distancia. Hoy estás en silencio y desgarras mi alma. Sigo cayendo y no toco el fondo, mi cuerpo se gira en el aire, veo la luminosidad que se aleja a velocidad impresionante, me desespero y grito tu nombre... Parado estás en la orilla, por más que tratas no alcanzas mi mano, tu llanto de desespero cae como lluvia en mi rostro, resbala entre mis labios, no es salado, es muy dulce como tu voz, lo bebo y todo se detiene. Abro los ojos y despierto en mi lecho, mis manos están aferradas a las sábanas, mi cara está mojada y mi almohada conserva las lágrimas.
Como si el mañana no fuese a llegar No quiero desperdiciar el tiempo, nada me asegura lo que pueda ocurrir luego. Admiro cada imagen que pasa por mis ojos, disfruto con la melodía que me da el viento al golpear las hojas, me deleito con los colores amarillos y ocres de este otoño e incluso gozo de helar mi rostro con el frío. Escucho todo cuanto se dice, pero por sobre todo, deseo escuchar tu voz, esa que suena como dulce melodía, que repica como eco en mi alma cuando no estás. No me niegues la dicha de tu presencia, no escondas tus palabras en el hueco de la incertidumbre, no diluyas en el viento lo que existe, vivamos como si mañana no fuese a llegar, nada nos da la certeza de que algo exista… Al no sentir tu presencia, el tiempo parece pasar sin remedio y se escapa como lo hace el viento entre mis cabellos. Deseo detenerlo para esperar por ti, me niego a no disfrutar de la caricia de tu vida en la mía, no soporto la ausencia infinita. Detenla, arrúllame entre letras y deja que nuestro amor se revista del fuego que se apodera de nosotros, cada vez que nos pensamos… La vida sin ti, no es tal, déjame amarte como si el mañana no fuese a llegar.
Por ahora sólo mírame Aquí me preparo para ti, el agua ha refrescado mi cuerpo, la espuma con aroma a pétalos de rosas y esencia de chocolate, se ha adherido a mi piel. La humedad de mi cuerpo ya casi se ha ido, sólo queda arreglar mi cabello para que tus dedos se deslicen con facilidad cuando desees llegar a sostener delicadamente mi cabeza para posarte sobre mis labios, o bien, inclines la tuya para pasearte por mi cuello… ¡Sí, eso es exquisito! Allí puedo sentir tu cálido aliento, mi piel se eriza y despiertas todos mis sentidos. He untado mi cuerpo con la loción que despierta tu fuego, esa que cuando paso por tu lado, sin ser vista, me adivinas y me buscas hasta encontrarme. Sé que mi aroma te enloquece… Igual que sé, que ahora me observas… ¡Qué iluso eres! tu aroma, ese que eleva mis anhelos de tenerte, es tan conocido por mí, que aunque no hayas abierto aún esa puerta, sé que me observas por el cerrojo. Estás expectante, deseoso, y yo, gozo con la idea de lo que pasará cuando te decidas a abrirla. Por ahora sólo mírame y embriágate de mi presencia y retuércete de las ganas que tu piel tiene de mí.
Detrás de la ventana Atrás de esta ventana es que me escondo al mañana, no he de pensar en nada, sólo deseo entregar lo que hoy a mi alma sobrepasa… No es sólo una palabra la que encierra tanto sentir, es más que ese Amor que habita en ti. Un huracán de emociones me envuelve a cada segundo, me has visto, paso del llanto a la risa, del éxtasis de vivirte al dolor de no verte, sueños e ilusiones se concentran y agolpan en mi mente, provocando que mi corazón se descontrole y alucine con tenerte. Amarte es más que disfrutar entre tus brazos, el amor que siento lo vivo a cada trazo, no hay tiempo ni distancia que me separe de tu lado. Mi cuerpo está tatuado con tu nombre en este loco corazón. También hay aromas que se han impregnado en mi piel que me recuerdan a tus caricias y a tus besos; puede ser el delicioso café, una fruta o la miel, podría ser un mate cargado disfrutado mientras te leo observando el atardecer. De tantas maneras te vivo que mi vida se vuelve un torbellino, pues en cada segundo siento cómo se eriza mi piel. Soy tan tuya y tú eres tan mío, que en mis adentros vibro y sonrío. Cuando abra la ventana, le daré la cara a ese mañana, espero que continúes ahí donde te observo, te abrazo, te beso y te vivo, porque tú eres el dueño de todo cuanto soy y siento.
Ven Te diluyes en la oscuridad, Abro mis ojos tratando de rescatarte de esa negrura que te separa de mí, ven aquí estoy, no te escondas, no te niegues a lo que sientes. Mi piel te espera deseosa de ser recorrida por la yema de tus dedos… Ven, no demores, mi fragancia a jazmín te hará alucinar, la tersura de mi piel provocará que no desees otra, que no sea ésta. La curvatura de mi cuerpo se adaptará perfectamente a la tuya, mi humedad se equilibrará con el sudor de tu piel. ¡Oh! Mis latidos se aceleran sólo con la idea de verte… Y mis labios ya están entreabiertos para que te poses en ellos. Si llegas a pasar esa puerta, te aseguro no te arrepentirás. Pues este corazón que es sólo tuyo, te hará tocar el cielo cuando de mis labios escuches tu nombre.
No sé si es realidad El dulzor de tu piel cautiva todos mis sentidos, me envuelves en tus manos y me vuelvo agua entre tus dedos, esos besos ardientes que sólo de tus labios he recibido, son los causantes de tanta imaginación… No sé si es realidad o fantasía pero vivo cada momento que paso contigo, así cuando apareces como letras o me susurras al oído, inmediatamente siento cómo posas tus dedos en mi piel. No sé si tú logras sentir algo de esto, me encantaría tener un atisbo de esa información. Pero cómo saberlo si no sé qué es lo que sucede contigo. Anhelo que mis vivencias fueran parte de lo que ansía tu corazón. Así pasa si te veo de día o de noche, pero te aseguro que es en las noches cuando más mío eres. ¿Quieres saber por qué? ¡Simple! De tanto esperarte, los deseos de tenerte imperan, tengo urgencia de que acometas con acción y ante tu ausencia recurro a mi hábiles compañeras que se encargan de recorrer cada centímetro de mi cuerpo, la agitación es tan grande que la almohada acalla mis gemidos, una danza que surge desde mi interior enciende sucesivamente el fragor que enarbola mis sentidos y mi excitación, el mundo desaparece y estamos al fin tú y yo. Una danza sensual lleva el ritmo de nuestras caderas, haciendo que nos volvamos uno cada vez más, el lecho desaparece y estamos posados entre algodones, estrellas titilantes y luna avergonzada que se esconde detrás de la cortina del nubarrón, son los testigos silentes de nuestra unión. Estallan relámpagos, se va iluminando el cielo y caemos desfallecidos nuevamente en el colchón. Nos quedamos quietos, yo recostada en tu pecho, sintiendo el fuerte latido de tu corazón. Así es como me duermo feliz entre tus brazos y a la mañana siguiente esbozo una sonrisa,
pues fuiste mío, solamente en mis sueños y en mi imaginación. Así es como esperaré nuevamente llegue la noche, muchas cosas diremos, tú me escucharás reír mientras recuerdo todo y tú ignorarás cuál es la razón.
No demore En el silencio se sienta la espera, tan paciente y plácida al rasgar la calidez de la tarde con el frío anochecer, oteando en el final del oleaje o hacia el ocaso, por si ha olvidado el camino de regreso. Golpeada por la melodía de las olas que en ella se rompen, cubriéndola de fría salinidad... Con la brisa se perfuma de agua marina, con el frío va perdiendo color, se recubre la piel con los últimos tonos tibios que deja el sol. No demore, la oscuridad ya no tarda en apagar su resplandor...
Tú, la gravedad que me sostiene En el limbo de mis emociones, donde la incertidumbre se apodera de mí. En la cima de mis anhelos, aquellos que guardo para vivirlos sólo contigo. En la perdición de mi razón, amarte es la más bella locura. En lo oscuro de mis secretos, mis deseos desbordan de pasión. En lo efímero que es el tiempo, el tenerte es un espejismo, un oasis en el desierto, una estrella fugaz en el firmamento… En lo insoportable que es no verte cuando sólo encuentro la luz en tu mirada y deseo que mis ojos sean el refugio de tu alma. En la imposibilidad de besar tus labios, los que dibujo en los míos, para llenar el vacío que deja la ausencia de tus besos. En la desolación que siento sin el roce de tu piel, en la desnudez de mi alma al sentir la tuya tan lejana... Es nuestro amor el imán que nos mantiene unidos, la fortaleza que nos hace sostenernos, pues tú eres la gravedad que me sostiene y yo soy la tuya. Avancemos cogidos de los anhelos y sueños hacia un futuro donde nos sintamos en la más amplia libertad de amarnos y vivirnos.
Siempre lo he sabido Seguridad de ti, jugué con fuego y definitivamente, me he quemado… Fingir ¡no! jamás harías eso… Te llevo tatuado con sangre en cada vena, amarte es un hecho. Sin embargo, te negaste a intentarlo y huiste por temor a sufrir. Extraña decisión, vivir sin amor para no salir herido, provocando así, un socavamiento en nuestras vidas. Mírame a los ojos y verás tu reflejo, te invadirá el gran amor que te tengo, tu alma recobrará su luz, mientras que la mía volverá a la vida, estar sin ti ha sido vivir sin el amor de mi vida… Acércate y te abrazaré con todo este amor que guardo, nos curaremos las heridas que erosionaron nuestras vidas… Acepta que caminemos cogidos de la mano por esta playa, lo haremos al morir las olas… Cada vez que el agua llegue a nuestros pies, se llevará nuestros dolores consigo, cuando nos haya liberado por completo, comenzaremos a dejar nuestras huellas en la arena y eso será signo que ya estamos listos para seguir nuestra vida juntos. Espero tu respuesta porque sé, que aunque te niegues, los latidos de tu corazón dicen mi nombre… mientras que el mío cada uno de sus latidos, es un gemido porque no estás conmigo.
Hoy, seamos tormenta Toma mi mano con sutileza, mi piel está anhelando la tuya, ya no habrá quien detenga esta tormenta que desataremos bajo la luna, nublaremos sus ojos para que nos deje a oscuras, así sólo la intuición y el deseo serán quienes guíen nuestras manos, de tantos suspiros se levantará el viento, con los gemidos estallarán los truenos y nuestra humedad será la que se convierta en lluvia. Vivamos todo en esta noche, mañana saldrá el sol y se llevará nuestra locura, esa que se ha apoderado de nuestra mente dejando que sólo actúe nuestra carne. Disfrutemos de amarnos sin conciencia, hoy no hay más que tú y yo bajo la noche, olvidemos nuestra historia y construyamos nuestra nueva vida, pero desde ahora, la caminaremos juntos.
Mi sueño de amor eres tú En mis sueños me rescatas de la prisión de mis tormentos, me llevas a volar sobre nubes de algodón, me abrigas con el calor que emana de tu ser, producido por el fragor de la llama del amor. Extiendes tu mano para alzarme y adentrarme en la odisea de un bello viaje. Así comienza el paseo misterioso, elevándonos a la inmensidad del cielo. Entre tus brazos todo es perfecto, mirándonos a los ojos, esos que acarician mi alma sin tocarla, los que iluminan las noches de desvelos, susurras en mi oído las palabras que sólo tú me has dicho. Me abrazas por la espalda, yo miro al frente, tú respiras en mi cuello, inundándome de ese calor que provocas con tus besos. Así es como recorremos el paraíso de mis sueños sintiendo que nuestro amor, es más posible que sólo vivirlo en las fantasías de los sueños.
Te rescataré Absorto en tu mundo, estás inmerso en tus pensamientos. Mirando a través del cristal acaricias aquel tazón con café, tal como lo hacías con mi mano, inhalas ese aroma como buscando un olor de antaño. ¿En qué momento te perdiste y se le puso un alto a tu mente? Te anclaste al pasado y ya no hay futuro ni presente. Cómo deseo que lo que recuerdes sea aquella bella tarde, en la que, después de toda una vida, nos reencontramos… La magia comenzó cuando te vi a la distancia. Me detuve y subiste en el auto… Mi corazón te absorbió a través de tu mirada. Un hola normal, como si nos hubiésemos visto un momento antes. Las ganas locas de abalanzarme a tus brazos para abrazarte y besarte me estremecieron. Guardé la compostura y conduje por aquella calle, después de tanto andar, no contuve mi emoción y sostuve tu mano, la apretaba para sentir que eras real y no estaba soñando. Al fin me pude detener, más que rápido te besé, tenía hambre de tus labios, traté de retener, en mi ser, cada uno de tus movimientos. Un torbellino se formó consumiéndonos de emoción y pasión. Desapareció el mundo alrededor y la calidez de la tarde nos envolvió entre sus brazos. Besé el centro de tu amor, mientras me dibujabas con tus manos. El sonido de mi voz la grabé en tus labios, mientras te besaba… ¡Tantas veces te dije ”mi amor”! Ya lo había callado demasiado. No quería dejarte partir, fue muy poco el tiempo a tu lado. Ahora sólo deseo poder volver a vivir el amor entre tus brazos. Te seduciré en cuanto te bebas ese café, no quiero que ese vapor difumine tu vista, quiero llenarte de mí,
así, tal vez, tu piel no se resista.
Pensándote Toma mi cuerpo con la sutileza de esa pluma, aspira mi aroma en la primera rosa que observen hoy tus ojos, mi piel responderá a la suavidad de tu ternura, la que se siente en la curvatura de las letras. Acércame a tus labios me posaré en ellos, sentirás mi beso tibio en la brisa que te roza, escucharás mis gemidos en el suspiro de tu alma y la contractura de mi cuerpo se moldeará al tuyo, lo palparás al rozar el aire que te ronda… Ahora eres tú quien debe alzarme, deseo con ese suave roce mientras me dibujas toquemos juntos el cielo.
Estás advertido Amanece y la dulzura de tu voz viene a mi mente, la sensación de tus últimos besos y la suavidad de tu piel, embriagan mis sentidos… Tu aroma aún está impregnado en mí y esa mirada me persigue incitando a buscarte, pues no he de dejar morir estas ganas locas que tengo de tenerte. Amarte es magia que circunda, es luz en la negrura de mis noches, es nostalgia en la soledad, es brisa al despertar, es tormenta en medio de mi mar, es el ancla que se aferró en mi profundidad, es la sal de mis aguas, eres huella imborrable en mi andar… Hoy, las ganas de vivirte son tan intensas que necesito un café para despertar del embobamiento en que me tienes. Si no logro hacerlo, te aviso, que estaré en tu puerta antes que lo pienses…
La calidez del sol en Otoño Hoy, un frío día de otoño, todo amaneció cubierto de escarcha, la que congeló hasta el más cálido corazón. Ha llegado el imponente sol a entibiar las almas con las suaves caricias de sus rayos… Así es como el amor aparece en cada ser a diluir las tristezas, a eliminar la soledad, a desterrar la melancolía de la ausencia, a endulzar los labios con besos anhelados, a erizar la piel con sólo una mirada, a convertir una vida de penumbras en días llenos de ilusiones y esperanzas. Cuando aparece el amor todo alrededor cambia, pues la felicidad que se siente, es tan sublime, que se irradia.
Y seguí Con la fortaleza que me dio la duda, levanté mis pies y caminé con sigilo, con el amor como baluarte y los recuerdos como los hilos que me cosieron a la vida, permitieron no sucumbir cuando te habías ido. Entre los árboles me refugié, guardaban tu esencia y tu aroma, el sonido de las hojas evocaban las melodías que tus cuerdas entonaban estremeciendo hasta la luna. Así he proseguido en este limbo de emociones. No pretendas verme desfallecer, he vencido al desamor y hoy gozo de un amor incomparable, mi amor propio.
Buscando respuesta Deseo extender mis brazos hasta donde tú estás. Necesito abrazarte posándome en tu pecho, lentamente alzar la mirada y ver si en tus ojos encuentro respuesta… Quiero ver a través de ellos si hay calidez al juntar nuestras almas… Sentir si se extingue por un gélido soplido o la llama se inflama con un intenso y desbordante fuego. Si es así, lo que seguirá será hundirme en tus brazos, mientras tus labios y los míos se unirán con pasión las caricias del alma se volverán una danza, que provocará que el deseo se manifieste en la piel, mientras su humedad se volverá único néctar, ¡el más delicioso! Ese, que pueda aplacar la sed de amarnos.
Lo prometo Permíteme llegar hasta tu lado… ¡No te preocupes! No estropearé tu descanso. No deseo inquietar tu silencio, sólo déjame unirme a él. Tal vez si lo hago, logre llegar a lo que estás pensando… Deseo descubrir qué es lo que inquieta a tu alma, la razón de tus frías mañanas, la pérdida de la dulzura en tu voz. Tal vez, me anime a esculcar en tu armario, lo haría con cautela, para ver dónde has dejado guardada tu sonrisa. No provocaré, ni el más mínimo desorden. Si es posible, veré qué hay sobre tu cama, tal vez allí esté escondida la cuerda de tu guitarra, la culpable que ya no toques dulces melodías, esass con las que hacías que bailaran nuestras almas… Acercaré mis labios a los tuyos, te aseguro que no los rozaré, sólo deseo posarme sobre el aire que los acaricia, así, la sensación de besarte será una eterna luz encendida, un beso dibujado sin inmutar tus sueños siquiera, en cambio, yo estaré a punto de tocar el cielo, pero me lo impediré, para no hacer que el brillo de las estrellas, de tanto titilar, te despierten. Nada provocará tu desvelo. Al contrario, vigilaré que sólo tengas bellos sueños. Si aparecen sombras, con el fulgor de mi amor, las difuminaré y las convertiré en tenues caricias en tu pelo. Si de verdad encuentro respuestas bajo tu almohada y logro saber cómo devolver la alegría a tu vida y si por casualidad la dicha es la misma que la mía, ya no me quedaré más en silencio, mis ojos se prenderán como dos hogueras. Así, ya no tendrás más un gélido amanecer. Acercaré mis manos para acariciar tu pelo y tú comenzarás a hacer sonar tu guitarra y al fin nuestras almas bailarán como dos fieras que han sido liberadas, encontrarán el ritmo perfecto dando paso al más bello vals que jamás se haya visto.
¡Ah! No te preocupes, luego de tanto bailar, llegará el letargo de nuestros cuerpo, pero ya tu cama nunca más estará fría. Eso, lo prometo.
Entre cigarrillos y cabernet Te dibujé en el vapor de un café, lo bebí saboreando tus besos. Ahora que el tiempo ha pasado, me queda llenarme de niebla el corazón, mientras mis labios sorben, uno a uno, un sin fin de cigarrillos. Te imagino sentado frente a mí, hurgando con mi pie bajo la mesa, deslizándolo con sutileza, desde tu rodilla hasta el centro de la arboleda. Circundando lo que en mis sueños visité, acariciando lentamente la firmeza. En mi mano una copa del elixir del amor, aguas claras que emanaron, alguna vez, de nuestros encuentros. Aunque ahora sólo sabe a cabernet, en mis labios siento cómo me refrescaba la humedad de tus besos. Me pregunto ahora ¿dónde regalarás el perfume de tu piel? En mi lengua conservo el delicioso sabor del chocolate aquél con que unté una tarde todo tu cuerpo. Así, continúo divagando entre cigarrillos y copas de vino, embriagando mi alma para no sentir el dolor, ahora que ya no estás conmigo. En este instante, me beberé el último sorbo y apagaré esta historia en el último cigarrillo.
Este insomnio A esta hora es cuando más ansío tus manos. Las imagino cálidas recorriendo cada línea de mi texto, Se detienen en las letras más profundas para leerlas reiteradas veces, Circundan las líneas redondas, como para dilatar la lectura… Y lo logras. Con tantas veces que las rodeas con la yema de los dedos se te graban bien en la mente, tu corazón se deleita con el poema que he dejado para que goces al leerlo. Las hojas de mi libro, de tanto que circundas en cada renglón, se van humedeciendo, tendré que dejarlas sobre el escritorio para que continúes leyendo.
Viendo cómo ha pasado Se escurre, gota a gota, la vida sobre mí, formando una cascada. Llevándose cada instante que ha pasado, cada palabra salida de mis labios se las llevó ganándoselas al viento. Las que se salvaron volaron con la brisa llegando a quienes, en su momento, decidí hablar. Podrá el agua llevarse todo a su paso, pero no me arrebatará cada imagen que mis ojos vieron, lo que mis oídos escucharon se quedó grabado… y si me preguntan por lo que sentí en cada paso, eso se quedó dibujado en mi ser; como si un cincel sobre roca esculpiera. Se me va pasando el tiempo, me deja sin tantos momentos que vivir. Aunque me lleve la corriente de un río, aunque el mar me arrebate a la orilla de la playa, lo vivido, mis recuerdos, ésos son sólo míos. Así sea, que la mente se diluya, aunque las ideas se vuelvan confusas, los guardaré, aunque no recuerde que en mí están.
Es sólo parte de la vida En medio de tormentas que avasallan a las almas que han renacido de las cenizas, golpeadas por ventarrones que destruyen todo a su paso, o derribadas por olas inmensas al estar observando el horizonte desprevenidas… Náufragos en alta mar, sin tierra firme a la vista… Caída libre sin viento que resista y sin paracaídas. Fuego en un bosque milenario, sin una gota de agua para combatirlo. Destrozo de porcelana sin pegamento para reparar daños, tinta derramada en un fino mantel blanco, imposible de desmanchar… Es lo que observo desde un punto a ras de suelo, veo cómo todos son atacados por diferentes flancos y yo, que les amo, nada puedo hacer para impedir que la vida así siga. Espero que vuelva a amanecer con un tibio sol que dé suaves caricias de luz y claro color a las pieles que están grisáceas por la frialdad de tanta desdicha.
No habrá deuda Espérame bajo el farol encendido, allí en la esquina cubierta de niebla, tal vez no vea tu figura, pero sabré que estás por tu aroma a primavera... Las horas pasarán tan lentamente, impaciente estarás y yo sedienta, tendrás que quitarme toda la sed con tus besos con sabor a tu esencia, esa que logró aparcar en mi corazón, aferrándose hasta en mis arañadas paredes. Sé que he tardado más de lo esperado, pero pagaré tus angustias como más lo anhelas. Sólo un poco más de tiempo... Apareceré ante ti, antes que amanezca.
¡Qué sorpresa! Quisiera poder llegar dentro de lo que hay en el interior de la mujer en el espejo… Desconozco lo que siente, ya no es quien era desde que dejé de verle, era frágil y soñadora, romántica en extremo. Pero ahora, veo una frialdad aterradora en la mirada. Detrás de ese maquillaje que la hace lucir hermosa, ojos cautivantes y profundos, se atisba aún un destello de quién fue… ¿Qué pudo pasar en su vida para quitarle el brillo en su mirada? ¿Será que quiso más de lo que realmente podía alcanzar? ¡No! Jamás le importó lo material, esto debe ser mucho más importante como para que parezca que le han arrebatado el alma. Me acercaré un poco más… No puede verme, no soy materia… Así está bien, desde aquí puedo mirar a través de sus ojos… No me equivoco, allí dentro, todavía queda luz que necesita energía para refulgir… Esto lo ha hecho el amar tanto y no saber detener su entrega… Se dio por completo y no dejó nada para ella, ama y se le ha ido la vida amando de esa manera. Me acercaré un poco más… ¡Oh! ¿Qué pasa? ¡Me consume con sus ojos! ¡Me veo! Era yo la mujer en el espejo…
Al oír tu risa Estremezco al oír el sonido de ese canto anhelado en los días en que el silencio me circunda. Esa melodía contagiosa que resuena en mi oído es un beso a mi alma que se siente agradecida. No se callen más las notas que embelesan mis sentidos, no inunden las arenas el oasis de mi vida. No deseo que las gaviotas se diluyan en el aire, las quiero siempre ver rozando las aguas espumosas y al reventar las olas. Escuchar el mar en una caracola, violines en el río o sinfonía en mi lecho mientras susurras mil palabras en mi mente, al son de las caricias dibujadas en la piel rozada por la sutileza de la tela que envuelve mi desnudez, mientras espero ansiosa ser bañada por tus besos.
De recordarte a que no me recuerdes En esta madrugada, donde el silencio hace eco en mí, evoco el aroma de la hierba, esa que tanto placer te ha dado, es como caminar por la tarde, recibiendo brisa fresca en verano, o mojar los pies en el río mientras se enfría tu cuerpo. De repente apareces, mensaje inesperado, ha sido como encontrarte en mi ventana, un rayo de luna iluminando todo a su paso… Me bebo un café y ahora te veo, allí sentado dibujando nuevos sueños, donde ya no soy parte de ellos, me dejaste atrás en un café de otra mesa…
Fragilidad Colgantes cristalinos penden de tu vida, burbujas atrapadas en un mismo camino… Coincidieron en su aparición y no se sabe hasta qué momento se mantendrán allí… ¡Muerte inminente! El tiempo acecha, el calor o un sólo movimiento bastará para que dejen su espacio en ti… Así es cómo los sentimientos, si no se adhieren fuertemente, se esfuman y dejan un hueco en el corazón, hiriendo la existencia, pero no es como la desaparición de esas gotas, rasguñan en lo más profundo del alma, dejan huellas que muchas veces, ni el tiempo es capaz de borrar…
Busca en ti Siente el sonido inexistente del eco que hay en la soledad de la habitación… Cierra tus ojos al mundo para buscar dentro tuyo la compañía que sí necesitas… Allí encontrarás lo más importante para continuar avanzando un paso más. Verás que cada pisada tuya es tan importante en la tierra como lo es el sol en el universo y el agua en el planeta. En cada instante generas tanta belleza y luz a tu alrededor, que eres imprescindible para el caminar de quien siempre te espera. Hay tanto tesoro en el cofre donde escondes tus pensamientos y emociones, que cuando lo abres, tan sólo una vez y cierras de prisa, se escapan como aroma del rosal que trepa por muros de piedra. Es así como llegas a mí, provocando mi atención, incitando a que te busque y descubra cómo es esa flor escondida. Me abduces a lugares de ensueño, donde estás con tus brazos abiertos, te veo y corro hacia ti, me estrechas con este amor que crece en ti y en mí, en el silencio y sin medida.
Sólo escucha y haz lo que digo No hables, quédate quieto. Hoy deseo ser yo quien exprese con hechos lo que está viviendo. Hoy, no levantes la mirada, déjate guiar por lo que le pido a tu alma. Haz como si no existiera nada más que mis palabras. Hoy, no hay materia entre nosotros que nos separe o nos una, sólo está el sentimiento, este que habita sin invitación ni aviso, el que nos mantiene unidos. Sí, deja tus ojos cerrados, tus manos quietas sobre tu regazo, sólo respira y siente mi perfume. Deseo que sientas hasta en el último rincón de tu ser todo lo que soy a través de lo que provoque mi voz… Así está bien… Déjate transportar por mis palabras a aquel lugar donde este amor que te ofrezco tiene un mañana. Imagina que estamos frente al mar, No existe nada más que tú y yo alrededor. Caminamos descalzos en la arena tomados de la mano… Me sonríes, te sonrío y observamos lo que nuestros pies han dejado hacia atrás. Son las huellas de nuestra vida. Antes estabas solo, hoy avanzamos a la par. Miramos ahora juntos el horizonte, son los mismos colores que apreciamos al final, es la misma línea que separa el ancho mar del cielo. Comprende lo que digo, ahora estamos juntos en el mismo camino, unidos por una bello amor que compartimos. Muy bien, así está bien, tus ojos bien cerrados, pero ahora levántate… Extiende tus brazos y abrázame, no me sueltes, no digas nada. ¡Sólo bésame!
19 de Noviembre Se ha abierto una herida, de esas que siempre duelen pero con el tiempo te acostumbras a llevarlas y ya no sientes dolor, pues de tanto padecer, te acostumbras a portar. Ahora hay fuego en ella, arde, pero no sangra. Le tocó aseo con suero, de manos mágicas, para que continúe sanando. Sólo el tiempo y el cuidado de no lastimar la misma zona, hará que no quede cicatriz.
Para que sepas Acaricia mi rostro el cálido viento, aviva cada sentido y en mi corazón, hoy los latidos gritan tu nombre... Camino entre espinas y llevo en mis manos lágrimas escritas, dolores pintados y en mi piel un amor tatuado. Cada línea se talló tan profundo, que traspasa hasta mis huesos. La tinta con la que se ha dibujado se filtró en el río que corre por mis venas. Así vivo, recorrida por ese sentimiento poderoso que hoy estalla dentro de mí. Hoy, sé que amar es caminar por valles y pedregales, hoy prefiero clavar miles de espinas en mi cuerpo a vivir sin este maravilloso sentir. Solo vivo un segundo a la vez, en cada uno de ellos veo un maravilloso cielo, en el susurro del viento escucho tu voz, en el aire dibujo tus besos y tu sonrisa... En la soledad de la noche... Puedes imaginar lo que ocurre, pues te tengo sólo para mí.
Mi último café amargo A esta hora, el café me sabe más amargo. Hoy creí que al fin desaparecería la niebla de mi camino, el calor del sol evaporaría la humedad excesiva que impedía verte al final de la calle. Pensé y sentí que existía una puerta para entrar a tu dimensión… Pero, basta de sueños, esos quedan para el momento de dormir. Con los párpados abiertos y los sentidos muy despiertos, hay sólo una realidad y es beberme este café amargo de esta noche. Mañana, seguro que al acompañarlo con tortilla con miel, me sabrá deliciosamente dulce.
Ni tan loca Humedecida por la lluvia de tus recuerdos y las lágrimas de verte a lo lejos. Es que la cordura me ha azotado, la realidad es que sólo puedo palpar tu cuerpo en un plano, tus besos están en el sabor en mi boca, pero al palparlos mi mano se encuentra con vacío y no con tus labios. Tengo marcadas tus caricias en mi piel, sé que las sentí mientras recorrí tus líneas con mis dedos, tu aroma me embriaga y emociona, pero ¿dónde lo conseguí? ¡Me estoy volviendo loca! Dime que es mentira, Dime que el amor no traspasa límites… Dime que tus labios no han conocido la forma de mi locura… Dime que no has vivido lo mismo que te imaginas… Dime que tu piel no suda al sentir que te abrazo con mi piel desnuda. Dime que estoy cuerda, sólo que el amor es una locura.
Sólo soy… Quisiera ser la luna para alumbrar tu vereda, incluso sería capaz de pelearme con las nubes para posarme en tu ventana y lograr acariciarte con ella. En días de tormenta ser la lluvia, que se escurre por tu frente, caer en tus labios y así, tener el sabor de tus besos. Cuando amanece y asoma el sol, ser el primer rayo que se cuela por tus párpados, regalarte sutil calidez llegando a entibiar tu alma. Pero, por más que desee ser todo eso y más, sólo soy quien escribe lo que la realidad le impide ser.
A paso firme Hoy, es la noche que he anhelado desde hace tiempo, dejo atados mi orgullo y mis temores. Me visto de la claridad de lo que siento, me perfumo con ilusión y calzo seguridad en mis pasos… Hoy, aventuro a llegar y no encontrarte, pues es probable que ya no desees darme luz de tu mirada… Es ahora, nada me asegura que exista un mañana, prefiero arriesgar a no intentarlo, aunque me des en mi cara con desengaño. Sé que caminaré en el fuego para llegar a ti, mas no me importa. Más daño hay al resignarme y vivir guardando el amor en un reducido espacio. Caminaré a paso firme, deseo llegar cuando tus párpados aún estén atentos, cuando tus instintos estén completamente relajados. Quiero avivar tus reflejos, eso será un gran desafío, una muestra si existe amor en nuestro abrazo. No te imaginas cúanto necesito ser tu fortaleza, que puedas ver a través de mis ojos, te reflejes en ellos, pues ni el tiempo ha dejado que salgas de mí. Lamento decir, que no ofrezco más de lo que soy, eso es todo lo que tengo, pero te aseguro que encierro un amor que va más allá de lo jamás pensado.
Notas Me dedicaré a vivir amándote… Continuaré buscando tu aroma en el aire, peinaré tu cabello con mi aliento, abrazaré la mañana con mi sonrisa al dibujar la tuya en el espejo. Te miraré pasar desde el umbral de mi puerta. Mientras, la mínima calidez de tu presencia va secando el rocío que cubrió mis cristales. Tú, dedícate a ser feliz, así me regalarás a diario, sin darte cuenta, tu sonrisa.
Tela que cosí para ti Hoy te contaré lo que veo en ilusiones guardadas. Hoy te abriré las ansias que he cosido a la tela que algún día, espera ser estrenada. Verán el sol nuestros ojos, reflejados en un mar con vivas aguas, nada de quietud en ellas, pero sí una playa extensa donde la arena espera ser pisada por nuestras pieles mojadas. Ya no esperaré ver tu sonrisa dibujada, la provocaré con unas esquivas caricias mientras corremos salpicándonos de agua… Te escucharé decir mi nombre mientras jugueteamos y nos tentamos a amarnos de improviso. Las gaviotas otearán cómo se hace vapor la marea al ser impactada por el calor de nuestra pasión desatada. Ahora, vuelvo a guardar todo en mis silencios hasta que el tiempo a favor nos dé la posibilidad de sentir esas gotas de agua salada en nuestras pieles curtidas y muy enamoradas.
Dichosa siesta Hoy al fin vi tu sonrisa, la vi mientras avanzabas hacia mí… Abriste tus brazos y sentí cómo el mundo se detuvo, todo se quedó paralizado. Mientras, viví lo que había soñado desde hace tanto tiempo, tu abrazo… Sí, me estrechaste con una fuerza que sentí cada parte de mi cuerpo hacerse una con tu piel. Escuché la melodía de tu corazón en mi oído. Me hice tuya y fuiste mío en ese acto. Hoy, supe lo que se siente hacernos el amor sin más que sentir tu abrazo. Y todo lo viví, tan sólo, soñando. Ahora deseo volver a dormirme para poder sentir tus labios.
Anulación En las sombras, a hurtadillas… Lejos del halo de la luna, donde todo es penumbra, allí me esconderé.. Cuando el sol brille en tus pupilas, estaré tras el horizonte, para no eclipsar tu luz. Si mis formas dañan tu presencia, seré invisible para ti. Dejaré de ser brisa que acaricia, vertiente saciadora, silencio que susurra, oxígeno del fuego. Sólo seré nada en tu existencia, una anulación que atesora en su abismo los intrínsecos sentires de lo que es mi corazón.
Libro roto Debía mantenerlo intacto y no supe hacerlo, sus hojas se quebrajaron, hasta manchas de café tenían… Es que lo dejé expuesto y el viento que entró de refilón, volcó el cuenco… Pensé que sosteniéndolo en mis manos nada pasaría, pero tarde me di cuenta, que mi piel le ajaba las esquinas… En sus líneas alberga letras para alimentar almas sedientas de poesía… Duele verlo roto, quise ser su atril y él sólo desea estar tranquilo en la repisa. Él descansa ya lejos de mi torpeza, dejaré que el tiempo aminore sus estrías.
Contradicciones ¿Cómo hacer algo que no deseo hacer? Y cómo hacer lo que deseo desde mis entrañas y no puedo… Sé lo que debe hacerse… Pero mi corazón no me permite hacerlo.
Aquí seguiré Estaré aquí, en el sosiego de la hierba, aunque el viento arrecie, permaneceré en mi sitio, pues, si la raíz está tan aferrada no será fácil arrancarla. Si deseas puedes reposar en ella, o bien, seguir tu paseo por el valle, mientras yo, aquí seguiré en el remanso de mi eterna tarde.
Cuatro elementos, tú y yo Abrazada y apresada entre velos, brumas y sueños. Aferrada a la suavidad de la tela mientras la niebla sostiene mi alma y las esperanzas permanecen dormidas hasta que me envuelvas con la tersura de tus gráciles manos y me liberes de este silencio. Arrobada por tu insinuación me encaminaré hacia tu desierto, habitaré bajo cada grano de arena que cubre tu tiempo, seré agua e hidrataré hasta los confines de tu universo… Lograremos que al fin salga vida de la esterilidad del suelo… Mientras seguiré aquí, entre espesuras y tules soñando con ser agua para tu tierra y aire para avivar el fuego, en las frías noches de tu desierto.
A la espera de la quietud Casi logré llegar al remanso. Faltaban, tan sólo, unos pasos más... Aunque fuesen días o semanas, pero ya iba en camino recto hacia el ansiado sosiego. Ya los pies se habían acostumbrado a caminar descalzos, los rasguños eran como caricias del avanzar, pues valía la pena tenerlos si me conducían allí. Incluso me adapté a los días fríos de penumbras muertas, sin otro calor más que el de los recuerdos. Esos que fueron gritos y fluir en las venas antes de ser condena. Los silencios ya eran principio y final, abismos llenos de ellos, ya no había espacio para oxígeno. Pero ahí se abrió un ápice en las sombras, se coló el brillo tenue de sus luceros, me atisbaron con recelo... Y reventó el cielo en tormenta, con los rayos electrizó todos mis reflejos, dejando abierta cada llaga que la soledad había zurcido con clavos a sangre fría... Heme aquí... Hoy naufrago entre su mirada y esperanzas marchitas.
Quieto Quédate así, quieto, no me sueltes de tus brazos. Me quedo aquí, en tu pecho, sintiendo como se cuela tu aliento dulce en mi cabello. Quédate así, no hablemos, escuchemos cómo hacen eco nuestras almas al amarse a escondidas de nuestros cuerpos. En ti me quedo. No me liberes. El amor es libre, ha decidido insistir en seguir latiendo.
Sin inhibición Hoy me despojo de inhibiciones, no haré nada de lo que tú desees. Hoy, yo seré quien conduzca las intenciones. Destruiré cada muro alzado por tu tormento. No esperes que el cielo o el infierno me detengan. ¡No! Hoy mi rebeldía asume la responsabilidad, no esperes razón sobre locura, ni destellos de lucidez que detengan mi ataque. Sí, será un ataque a sangre ardiente, un ataque de deseos impertinentes que arrebatarán tus fortalezas. Puedes descansar mientras…
Sólo en mí Un todo en el fluir, comienzo y fin de esa palabra que reina cada espacio que se respira. Aire necesario para dar vida… Luz de sol naciente y la tenue, de anocheceres… Agua viva que sacia sed eterna y humecta piel quebrajada y rasguñada por el tiempo y las caídas. Pensamientos latentes se alimentan de su existencia, deseos nacen de sentimiento que impera. Espejos en espesa noche idean imágenes de hechos de ensueño, paseos en atardeceres con sol en los ojos, entrelazados dedos de manos ausentes, dulzura en los labios de besos al aire, roces en piel de espejismos añorados. Tanto es para terminar encerrado sólo en mi corazón. No hay más hábitat para este amor.
Pintura inconclusa Dibujando en el aire, delineando detalles así… Me quedé prendida a tus ojos, me bebí tu aroma mientras tus labios se alimentaban de mis besos. Mi piel se acomodó a tus circunstancias mientras acogías mis anhelos con ansias. Aún siento el vibrar de mis deseos, el alza de la inquietud en mis tensiones reviviendo tu paseo por las cordilleras desnevadas. Se remueven, incesantemente, los abismos de mi alma al evocar las caricias de tu aliento mientras tus ojos recorrían los pasos que separaban mis labios de nuestro acople perfecto. “Obra realizada en el lienzo de mi alma, esperando ser concluida por el pincel en su mano, con los colores que sólo él sabrá poner.”
Soy sólo yo Soy lo que sientes mientras lees, soy quien crees que soy... Mujer normal, con sensibilidad que aflora al ver el primer claro del día, la que deja que su alma dibuje letras llenas de amor y melancolía. La que ama sin condición, transgrediendo límites entre el tiempo y el infierno, sin miras de un futuro, sólo viviendo el segundo en el torrente que circunda entre espíritu y carne viva. Soy la que ahoga llantos buscando encontrar una chispa que saque su risa, así espanta penas, así quebranta la impotencia de saber de esas murallas levantadas por la vida. Amante de los silencios, del crepúsculo que se traga los colores del cielo entero, adora el claro y oscuro y el murmullo de la brisa. La que se entrega al amor en ausencia de la piel que añora, que dibuja besos en los labios y humedece su cuerpo con el rocío de madrugadas que se marchitan. La que goza, en noches de verano, bajo claro de luna en el agua fría. Soy ésta que dijo amarte y lo sigue haciendo, aunque la realidad se oponga el resto de vida.
Ultrajando al tiempo Desgrano segundo a segundo los suspiros al viento. Guiños que desperdician acuarelas blanquecinas, quitan vida a mis párpados ansiosos. Paralizo el suicidio de la luz en el horizonte... ¡No me envíes al encierro de la noche! Dame lluvia de colores con fragancias dulces, quita la sal de mis respiros, dilata el último rayo de sol hasta que las estrellas cubran mi sombra... No entregues mi alma a la penumbra, la zozobra inquieta mis paredes mudas. Efímero eres. Te rasguñaré con mis afilados instintos, no dejaré que pases en vano. En tus pasos te llevas contigo polvo de mis zapatos, más no las huellas: cofres de mis instantes muertos.
No soy lo que ves ¿Así me ves? Entre gotas de agua, nubes y aire… ¿Me ves etérea y fría? Debes saber que esa, no soy yo… Yo soy calidez del primer rayo de sol de tu alborada. Soy aroma a café, pan tostado y las primeras letras que leas. Soy el agua que resbala por tu piel, soy la espuma de jabón o la de crema de afeitar de las mañanas… Soy un roce en tus labios, tu cuello, en tu pecho, en tu ombligo y puedes seguir avanzando. Soy la loción que usas, tu vestimenta y calzado. Soy todo esto y mucho más porque me quedé adherida a tu ser desde que tú me habitas.
Cede tan sólo por un momento Hoy siento la premura de estar a milímetros de tu aliento. Deseo que desnudes mi mirada y entibies mis sentidos… Necesito que tu aroma sea abrazado por mis suspiros. Que mi agitado palpitar te incite a acercar tu oído. En un descuido deslices esos pétalos que te adornan hacia mis cúspides y te adueñes de ellas. Déjame beber de tu sudor, así gota a gota serás mío. Sáciame de esta sed de ti. Aprisióname hacia tu hombría, déjame sentir cómo despierta tu cuerpo Acoplemos nuestros movimientos al compás de la melodía de nuestro fuego. Calcinemos estas ansias de amarnos hasta los huesos. ¡No lo niegues! Mis deseos son los tuyos como tuyo es el amor que ha florecido desde hace tiempo. Cede tan sólo para vivir este momento.
Table of Contents Necesario eres Carta de amor Coincidencias del destino Mi regreso Calce perfecto Danza pendiente Atardecer opacado por la realidad Reencuentro Si le ves Amor verdadero En mi pensamiento ¿Quién puede silenciar la voz de la tormenta? La nieve en mi rostro Los únicos testigos el río y la luz de la luna Lo que me hace disfrutar Manantial de colores Capturando Ataduras Sueños e ilusiones Cuando nace el amor Al filo de la locura Tú, mi amor y pasión Tras ese horizonte Cuando cierro mis ojos Despertar con tu ausencia Las llamas del destino ¡Obsérvame! El tiempo lo dirá Mi mayor anhelo Sostenme Mi primer pensamiento del día Cruce de caminos Su ausencia Precipicio Sólo con la mirada Por mis poros Así amo Melodía de tu ausencia La última letra Amarle Pensando y sintiendo Lluvia ¿Duermes? Luz de mi alma
De un adiós Comienzo de algo más Quisiera Amarte con los ojos del alma Con tu silencio Como si el mañana no fuese a llegar Por ahora sólo mírame Detrás de la ventana Ven No sé si es realidad No demore Tú, la gravedad que me sostiene Siempre lo he sabido Hoy, seamos tormenta Mi sueño de amor eres tú Te rescataré Pensándote Estás advertido La calidez del sol en Otoño Y seguí Buscando respuesta Lo prometo Entre cigarrillos y cabernet Este insomnio Viendo cómo ha pasado Es sólo parte de la vida No habrá deuda ¡Qué sorpresa! Al oír tu risa De recordarte a que no me recuerdes Fragilidad Busca en ti Sólo escucha y haz lo que digo 19 de Noviembre Para que sepas Mi último café amargo Ni tan loca Sólo soy… A paso firme Notas Tela que cosí para ti Dichosa siesta Anulación Libro roto Contradicciones Aquí seguiré Cuatro elementos, tú y yo
A la espera de la quietud Quieto Sin inhibición Sólo en mí Pintura inconclusa Soy sólo yo Ultrajando al tiempo No soy lo que ves Cede tan sólo por un momento