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Spanish Pages [289] Year 1999
LA INTERPRETACIÓN DE LOS CUANTIFICADORES. ASPECTOS SINTÁCTICOS Y SEMÁNTICOS
HELENA LÓPEZ PALMA
LA INTERPRETACIÓN DE LOS CUANTIFICADORES. ASPECTOS SINTÁCTICOS Y SEMÁNTICOS
Visor Libros 1999
A mis padres «No existe otra espiral que el bramido del tiempo.» JULIO LLAMAZARES
Colección Gramática del Español, nº 4 DIRIGIDA POR IGNACIO BOSQUE
© Helena López Palma © Visor Libros, S. L. Isaac Peral, 18 28015 Madrid ISBN: Depósito Legal: MImpreso en España
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Sumario
I.
EL CONCEPTO DE CUANTIFICACIÓN ...................................................... 1. ¿Qué es cuantificar? ........................................................................ 2. Átomos .......................................................................................... 3. Fórmulas ........................................................................................ 4. Acerca de cómo componer enunciados moleculares ........................ 4.1. La composición por modificación del predicado..................... 4.2. La composición por extensión de los individuos del sujeto. Sobre el concepto de elemento variable, su rango y su cuantificación ........................................................................................ 5. Sobre cómo representar el rango de la variable................................ 5.1. La cuantificación restringida ................................................... 5.2. La cuantificación no restringida .............................................. 5.3. ¿Cómo expresamos el restrictor en el lenguaje ordinario?........ 6. La estructura cuantificada y sus elementos ...................................... 7. El cuantificador............................................................................... 7.1. Clases de cuantificadores......................................................... 7.1.1. La categoría gramatical a la que pertenecen.................. 7.1.2. Clases semánticas de cuantificadores ............................ 8. Enunciados con varios operadores................................................... 9. El ámbito ........................................................................................ 9.1. El tipo Todas las puertas están abiertas. La acepción de «territorio» y la relación (operador, variable) ..................................... 9.1.1. La cadena (operador, variable) ...................................... 9.1.2. La representación prenexa ............................................ 9.1.2.1. La construcción tripartita ............................... 9.1.2.2. La construcción bipartita................................ 9.1.3. La representación in situ .............................................. 9.2. El tipo Todas las puertas se abren con alguna llave. La acepción de «jerarquía» y la relación entre distintos cuantificadores ....................................................................................... 9.2.1. Ámbito relativo y ámbito absoluto ...............................
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9.3. El tipo Todas las puertas se abren con su propia llave. El concepto de ámbito con cuantificadores y pronombres ...................... 9.4. La acepción de «territorio» en el que se legitiman los elementos de una cadena sintáctica (operador, variable)..................... Y BALANCE. ALGUNAS TEORÍAS SINTÁCTICAS Y SEMÁNTICAS SOBRE EL ÁMBITO DE LOS CUANTIFICADORES ............................................
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II. REPASO
1. Introducción: la cuantificación en el lenguaje natural ..................... 2. La representación sintáctica del ámbito........................................... 2.1. La teoría de la cuantificación en el modelo de Principios y Parámetros.................................................................................. 2.1.1. La Forma Lógica .......................................................... 2.1.2. La regla Ascenso del Sintagma Cuantificado. El tipo Cecilia ha tocado todas las escalas ....................................... 2.1.3. El ámbito relativo como jerarquía de operadores en la Forma Lógica. El tipo Alguna lámina de papel de aluminio cubre todas las sardinas ............................................ 2.1.4. La definición sintáctica de ámbito, de operador y de variable ............................................................................ 2.1.5. Condiciones y principios que regulan la formación de las construcciones cuantificadas en la forma lógica. ...... 2.1.6. Tipología de formas lógicas .......................................... 2.1.7. La representación de la ambigüedad de ámbito como una secuencia de cuantificadores que se rigen en la forma lógica...................................................................... 2.1.8. Resumen ...................................................................... 2.1.9. El ámbito relativo de los cuantificadores como la interacción entre los miembros de cadenas (operador, variable). El tipo Todo el mundo quiere a alguien .................. 2.1.10.Resumen...................................................................... 2.2. El modelo minimista. El tipo Algún camarero atendía todas las mesas ...................................................................................... 2.2.1. Discusión ..................................................................... 2.2.2. Resumen ...................................................................... 3. La representación semántica del ámbito en las estructuras cuantificadas del lenguaje natural................................................................ 3.1. Introducción........................................................................... 3.2. La estructura semántica tripartita............................................ 3.2.1. Los operadores no selectivos. El tipo ¿Qué le estás haciendo al asno?............................................................... 3.2.2. Los indefinidos son cuantificadores. El tipo El rey y una niña.............................................................................. 3.2.3. Los indefinidos son variables libres. El tipo Hay un mosquito en mi habitación................................................... 3.2.4. Los elementos de la estructura tripartita ....................... 3.2.5. ¿Cómo se construye la forma lógica tripartita? El tipo Si un restaurante es bueno, siempre está lleno .............................. 3.2.6. El cierre existencial de los indefinidos .......................... 3.2.7. Resumen ......................................................................
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3.3. La relación entre la división de la oración gramatical en sujeto y predicado, y la división semántica tripartita de las oraciones cuantificadas ........................................................................... 3.3.1. Los determinantes indefinidos son ambiguos: pueden introducir variables o ser cuantificadores ...................... 3.3.2. Los predicados del tipo Ahora estoy aquí / Tú tienes los ojos negros y la posición preverbal o postverbal del sujeto............................................................................... 3.3.3. Acerca de dónde debe afijarse el operador existencial tácito............................................................................... 3.3.3.1. La construcción del tipo Todos los violoncelistas han tocado algunas partitas .............................. 3.3.4. Resumen ......................................................................
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III. FACTORES QUE INFLUYEN EN EL ÁMBITO DE LOS CUANTIFICADORES ...... 1. Introducción .................................................................................. 2. Algunos problemas de la regla ascenso del sintagma nominal cuantificado............................................................................................ 3. Factores que influyen en el ámbito de los sintagmas mominales cuantificados ................................................................................... 4. La estructura léxica de los predicados y el ámbito de los sintagmas nominales cuantificados en contextos de cuantificación simple ....... 5. Algunos entornos que seleccionan la interpretación de ámbito extenso .... 5.1. El complemento predicativo ................................................... 5.2. Las construcciones con verbos causativos o de percepción ...... 6. Los predicados nominales de valoración.......................................... 6.1. Algunos hechos distribucionales.............................................. 6.2. Una diferencia de ámbito del sintagma nominal cuantificado ...... 6.3. Las características del argumento seleccionado por el predicado .... 6.3.1. El adjetivo no es un atributo del sintagma nominal cuantificado postverbal ni del sintagma nominal cuantificado no concordado................................................. 6.3.2. El sintagma nominal cuantificado es un argumento interno ............................................................................ 6.3.3. El papel temático del argumento interno de los predicados valorativo ............................................................ 6.4. Resumen.................................................................................
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IV. EL ÁMBITO DE LOS SINTAGMAS INTERROGATIVOS .................................. 1. Introducción .................................................................................. 2. La categoría del sintagma interrogativo ........................................... 2.1. El sintagma interrogativo es un operador................................ 2.1.1. El paralelismo entre la cadena sintáctica (sintagma interrogativo, huella) y la estructura (operador, variable) de la lógica ........................................................................ 2.1.2. El sintagma interrogativo ocupa una posición no argumental propia de los operadores.................................... 2.1.3. La palabra interrogativa tiene un significado léxico no variable .........................................................................
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2.1.4. Los pronombres coindizados con un sintagma interrogativo se interpretan como variables ligadas.................. 2.1.5. El ámbito del sintagma interrogativo interactúa con el ámbito de otros operadores .......................................... 2.1.6. Los sintagmas interrogativos no desplazados también ocupan una posición no argumental en la forma lógica, propia de los operadores............................................... 2.1.7. El influjo de los elementos que forman la cadena-QU en el ámbito ................................................................. 2.1.8. Resumen ...................................................................... 2.2. El sintagma interrogativo no es un operador............................ 2.2.1. Los sintagmas interrogativos no tienen fuerza cuantificativa ............................................................................ 2.2.2. Los sintagmas interrogativos forman la misma clase de palabras que los indefinidos .......................................... 2.3. Resumen................................................................................. 3. La configuración del sintagma interrogativo.................................... 3.1. El ámbito de legitimación del operador de modalidad ............ 3.1.1. Clases de predicados que legitiman preguntas .............. 3.1.2. Límites del movimiento del sintagma interrogativo ......... 3.1.3. Islas .............................................................................. 3.2. Quién ..................................................................................... 3.3. Cuántos ................................................................................... 4. Conclusiones ................................................................................. V. EL ÁMBITO DE CIERTOS SINTAGMAS INTERROGATIVOS QUE SELECCIONAN UNA VARIABLE COMPLEJA ..................................................................... 1. Introducción ................................................................................... 2. Los datos......................................................................................... 2.1. La interrogación simple con más de un sintagma interrogativo expreso frente a la interrogación múltiple con un solo sintagma interrogativo ..................................................................... 2.2. La interpretación de ciertas variables con función de adjunto....... 2.2.1. La interpretación subordinada o coordinada de los adjuntos ........................................................................... 2.2.2. La interrogación múltiple de predicaciones secundarias 2.2.3. La interrogación de distintos tipos de variables argumentales. ...................................................................... 2.2.4. Resumen ...................................................................... 2.3. Las variables simples y las variables complejas......................... 2.3.1. El concepto de variable. La constricción sobre la cuantificación vacua............................................................. 2.3.2. La variable compleja. Algunas pruebas. ........................ 2.3.2.1. Superiorioridad. ............................................. 2.3.2.2. Dependencia .................................................. 2.4. La categoría de la variable compleja ........................................ 2.5. La posición sintáctica de la variable ........................................ 3. La absorción de operadores múltiples en la forma lógica. la descomposición de la huella en rasgos ........................................................
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3.1. La absorción de operadores múltiples en la forma lógica......... 3.2. La descomposición de la huella en rasgos................................ 3.3. Nuestra propuesta sobre la variable compleja .......................... 4. La estructura del operador simple-variable compleja .......................
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BIBLIOGRAFÍA ..............................................................................................
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Prefacio El estudio de las unidades léxicas y gramaticales que significan número, cantidad, medición, series, fragmentos, y el modo preciso o indefinido de su expresión o de la valoración de su expresión, y de las clases de relaciones que se hallan lexicalizadas o pueden ser representadas en español, así como de la cuantificación en general, no ha sido abordado de modo unitario en la gramática del español , sino que estas unidades léxicas o gramaticales aparecen descritas en paradigmas cruzados y con frecuencia solapados1. Es posible que el lector interesado en informarse sobre qué cosa sea la cuantificación en español se haya sentido abrumado en su tarea de averiguar qué son estas piezas léxicas o qué puede hacer con ellas en esta lengua natural que no se pueda hacer en otros lenguajes más especializados como el de las matemáticas o el de la lógica. Pronto habrá descubierto, quizá con desaliento, que el paradigma de las unidades que expresan cantidad se halla escindido en múltiples categorías (pronombres, adjetivos, adverbios), dado que es una práctica común a muchas gramáticas la descripción de los cuantitativos en categorías cruzadas, por lo que para comprender sus propiedades habrá precisado consultar tanto el subapartado de los pronombres determinativos, como el subapartado de los adjetivos determinativos o el de los adverbios de cantidad. Es posible, por tanto, que termine por creer más sencillo estudiar esta cuestión en un libro de lógica o en uno de matemáticas que en una gramática del español, a pesar de que ni en los unos ni en la otra llegará a encontrar explicación alguna sobre esta cuestión más que la que él mismo haya deducido tras sus laboriosas consultas. La fragmentación en el tratamiento de los cuantitativos muestra uno de los rasgos que más los caracteriza, y evidencia que la cuantificación no es un fenómeno unitario sino que entraña una cierta complejidad en cuanto al número de factores que intervienen en ella, pues los cuantificadores son una clase léxica de palabras en cu1 Los estudios de Salvador Fernández Ramírez (1951) constituyen una excepción. Por otro lado, la explicación de los mecanismos interpretativos y formales que intervienen en la especificidad ha suscitado un interés y un debate continuado en nuestra tradición gramatical muy fructífero y profundo en sus hallazgos (E. Alarcos, A. Alonso, R. Lapesa o F. Lázaro).
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yo funcionamiento se distinguen varias operaciones semánticas, tales como la clasificación, la individualización, la restricción o la identificación de las entidades que vamos a contar o medir —realizadas mediante las categorías gramaticales del género, del número, del determinante o del pronombre— y sucede, en ocasiones, que lo que se describe como una propiedad de los cuantificadores es en realidad una propiedad de una de las categorías que intervienen en el proceso de la cuantificación. Esta pluralidad de factores explica que hasta una época relativamente reciente no se haya podido construir una teoría gramatical unitaria sobre la cuantificación. En efecto, a pesar de la importancia que se había atribuido a los cuantificadores en la deducción natural ya desde la silogística de Aristóteles, las primeras teorías formalizadas sobre la cuantificación no fueron realizadas hasta el siglo XIX en el campo de la lógica, y además, su difusión fue lenta debido en gran manera a la dificultad de la notación empleada. Además, también explica que sea más sencillo elaborar esta teoría usando un enfoque multidisciplinar, lo cual dificultaba la tarea de nuestros gramáticos que carecían de los recientes hallazgos y de los modelos lógicos sobre el mundo físico con los que contamos en la actualidad. La aplicación de los instrumentos de la lógica formal a los estudios gramaticales de la cuantificación ha permitido simplificar considerablemente la explicación. Pero como consecuencia se han introducido términos técnicos de la lógica en el vocabulario de la gramática, y viceversa, lo cual puede fácilmente ocasionar errores o imprecisiones o desplazamientos en el uso correcto de las unidades. Para evitar este problema comenzaremos delimitando el uso que haremos a lo largo de este libro de algunos de los conceptos ajenos a la terminología gramatical habitual y que o bien han sido adaptados de la lógica o han sido acuñados recientemente por los gramáticos para nombrar algún hallazgo. Esta monografía es una versión, en ocasiones considerablemente ampliada y modificada, de algunas partes de mi tesis de doctorado La cuantificación en español, que fue defendida en 1990 en la Universidad Complutense de Madrid. Deseo dar las gracias a su director, el doctor Ignacio Bosque por las múltiples ideas que de forma incansable ha aportado a mi trabajo, así como por mostrarme diversas maneras de unir la creatividad, el ingenio y el rigor en la investigación gramatical. Agradezco también a José María Brucart, Violeta Demonte, Joaquín Garrido, Juan Carlos Moreno y Jaime Sarabia, que actuaron como 16
miembros del tribunal, sus importantes observaciones y sugerencias, que han contribuido de forma crucial a mi ulterior desarrollo como investigador, y que he intentado incorporar en esta monografía. Ninguna de las personas citadas es en absoluto responsable de cualquier error o interpretación equivocada que pudiera contener este texto.
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Listado de abreviaturas
descubrir. La lectura de dicto describe un evento en el que el juez ha descubierto un hecho que se interpreta como la RESPUESTA, mientras que en la lectura de re, el juez ha hallado la identidad de un dato, lo cual le permite construir la RESPUESTA. El sintagma interrogativo puede cotejar su rasgo [+Qu] en complementantes lejanos, lo que sucede cuando la pregunta se incrusta recursivamente en varios niveles. En este caso el sintagma interrogativo puede ser atraído por cualquiera de los verbos intermedios. Si el verbo selecciona un complementante [+Qu] será posible obtener tanto la construcción de dicto (verbo>Qu) como la de re (Qu>verbo). Si el verbo selecciona un complementante [-Qu] solo podremos obtener la lectura de re. Veamos un ejemplo: imaginemos que incrustamos la ora226
ción (40) consecutivamente a los verbos saber, que selecciona un complemento [±Qu], y creer, que selecciona un complemento [-Qu]: (42) El juez ha descubierto quién ha robado el manuscrito. (43) a. El ladrón cree [3 (-Qu) que el periodista sabe [2 (±Qu) que el juez ha descubierto [1 (±Qu) quién ha robado el manuscrito b. El ladrón cree que el periodista sabe quién ha descubierto el juez que ha robado el manuscrito. c. *El ladrón cree quién sabe el periodista que ha descubierto el juez que ha robado el manuscrito. d. ¿Quién cree el ladrón que el periodista sabe que el juez ha descubierto que ha robado el manuscrito?
quién puede moverse al complementante2, seleccionado por saber (43a), o al complementante de la oración principal (43d), pero no puede colocarse en el complementante seleccionado por creer porque este tiene el rasgo [-Qu] y quién no cumpliría el criterio-Qu (43c). En (43b) quién tiene ámbito reducido respecto de saber (saber>quién) y ámbito extenso respecto de descubrir (quién>descubrir). Como sucedía en la oración (41) comentada anteriormente, en la lectura saber>quién, el periodista tiene un conocimiento de re sobre alguien. En (43d) el ladrón tiene una creencia sobre alguien. Pero a su vez, también obtenemos la interpretación de re de quién con respecto de los verbos saber y descubrir. Esto implica que la relación de quién con estos verbos se realiza a través de la posición de la huella intermedia. Es decir, descubrir se relaciona con la huella-Qu intermedia h’, y tiene por tanto, ámbito reducido respecto de quién (h’ > descubrir), y saber se relaciona con la huella-Qu intermedia h’’ y se interpreta con el ámbito h’’ > saber, según se representa en el siguiente esquema: (44) quiéni ... cree ... [ h’’’i ... sabe ... [ h’’i ... ha descubierto ...[ h’i ... ha robado el manuscrito]]]
En resumen, el sintagma interrogativo puede cotejar su rasgo inherente en cualquiera de los complementantes intermedios o puede ser atraído al complementante de la oración principal, que se convierte entonces en una oración interrogativa directa. Esta propiedad de los sintagmas interrogativos tiene las siguientes consecuencias: 1) La posición superficial del sintagma interrogativo denota su ámbito de interpretación, y cuando se desplaza lejos de su oración puede adquirir nuevos vínculos con otros elementos de ámbito dentro de su alcance. 227
2) Si el sintagma interrogativo se mueve lejos de su oración es posible que la modalidad interrogativa de la oración a la que pertenece se pierda: (45) a. María sospecha quién ha comprado el teatro. (cree saber) b. ¿Quién sospecha María que ha comprado el teatro? c.*¿Quién sospecha María si ha comprado el teatro? d. ¿Quién no sabe María si ha comprado el teatro? (desconoce)
En (45a) quién coteja su rasgo [+Qu] en el complementante seleccionado por sospechar, que admite como complemento oraciones interrogativas indirectas parciales, pero rechaza las totales introducidas por si, como se aprecia en (45c). En (45b) el pronombre interrogativo quién coteja su rasgo [+Qu] en el complementante de la oración principal, que se interpreta entonces como una oración interrogativa directa, y la oración subordinada al verbo sospechar pierde la modalidad interrogativa, pues se introduce mediante que enunciativo. Como puede observar el lector, la oración (45c) es agramatical, pues en ella se mantiene la modalidad interrogativa en la oración subordinada a sospechar, que se construye como una oración interrogativa indirecta total introducida por si. Por el contrario, en la oración (45d) quién coteja su rasgo [+Qu] en el complementante de la oración principal, pero la oración subordinada a no saber puede estar introducida por si. Estos ejemplos parecen mostrar que en realidad, si se mantiene la modalidad interrogativa, se están haciendo dos preguntas: una parcial y una total. Ello explica que en ocasiones la subordinada con si pueda ser una isla para la extracción 195, lo cual podría estar relacionado con la posibilidad de que se puedan o no construir respuestas de listas que emparejen la pregunta parcial con la pregunta total. Esto explicaría la agramaticalidad de (45c) frente a la gramaticalidad de (45d). La oración (45d), pero no (45c), permite construir una respuesta exhaustiva, en donde se emparejan las preguntas: (46) a. *María sospecha quién ha comprado el teatro y quién no ha comprado el teatro. b. María no sabe quién ha comprado el teatro y quién no ha comprado el teatro. 195
Según Torrego (1984) esto depende del verbo: preguntarse no permite que el sintagma interrogativo salga de una isla-si: *Quién se pregunta Juan si habrá salido.
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Puede ocurrir que el verbo subordinante no sea capaz de legitimar un sintagma interrogativo sino que seleccione obligatoriamente una interrogativa completa introducida mediante si: (47) a. *Dudo quién podrá hacerlo. b. Dudo si podrá hacerlo.
Sin embargo, es posible legitimar este sintagma interrogativo en un predicado más alto, como se comprueba en la siguiente oración que es gramatical: (48) ¿Quién dudas si podrá hacerlo?
El lector puede observar que la pregunta (48) parte de la oración (49a) (que es su presuposición), pero no de la oración (49b): (49) a. Juan duda si alguien podrá o no podrá hacerlo. b. Juan duda que alguien pueda hacerlo.
Mientras que en (49a) se presupone la existencia del sujeto, en (49b) el sujeto se interpreta como nadie. De esto se sigue que en la pregunta (48) se emparejan dos preguntas relacionadas con dudar: (a) la duda sobre la identidad de quién, legitimado por el operador de modalidad interrogativa de la oración principal y (b) la duda sobre si este individuo podrá o no podrá hacer algo. 3) Las huellas intermedias del sintagma interrogativo lo habilitan para contraer relaciones de ámbito con otros operadores. Además de las lecturas de dicto y de re observadas anteriormente, pueden aparecer otras: (50) a. ¿Qué escala cree el director que pueden afinar todas las trompas? (qué escala>cree>todas las trompas) b. ¿Qué escala cree el director que todas las trompas pueden afinar? (todas las trompas>qué escala>cree)
En (50a), qué escala tiene ámbito extenso respecto de cree y de todas las trompas en la lectura que admite la paráfrasis «en opinión del director, ¿qué escala pueden afinar todas las trompas juntas?». La lectura de re se obtiene directamente entre el sintagma interrogativo en el complementante principal y cree. (51) Qué escala2 [cree ... [ h2’ que [todas las trompas1 [ pueden afinar h1 h2]
En (50b) todas las trompas tiene ámbito extenso respecto de qué escala y admite la paráfrasis «¿Qué escala pueden afinar todas las 229
trompas por separado, aunque no pueden hacerlo cuando tocan juntas?». Dado que qué escala se construye con una interpretación de re con relación a cree, todas las trompas se construirá también fuera del ámbito de cree. 3.1.3. Islas El sintagma interrogativo no puede cotejar su rasgo [+Qu] en otro complementante superior al de su oración ni tomar ámbito lejos de ésta, ni siquiera llegar a formarse si el constituyente que queremos interrogar está incluido en una isla sintáctica. Por ejemplo, en la oración He encontrado a la persona que atestiguará contra Juan no podemos interrogar contra Juan, que está incluido en una oración de relativo que complementa al sintagma nominal la persona, y construir una oración interrogativa indirecta parcial como *¿Contra quién has encontrado a la persona que atestigüe h?. La razón que se ha dado para explicar la agramaticalidad de esta última oración es que un sintagma nominal complejo como la persona que atestigüe contra Juan es un dominio opaco y ninguna regla de la gramática puede vincular parcialmente a uno de los elementos incluidos en el mismo con otro elemento exterior. En el caso de la interrogación, un constituyente incluido en este entorno no puede extraerse mediante una regla de movimiento como las que forman las preguntas. A este tipo de dominios sintácticamente opacos se les llama ISLAS SINTÁCTICAS. Además del sintagma nominal complejo, también son islas sintácticas los sujetos oracionales. Así, en una oración como Que María no hable con Jorge no implica que no lo quiera no se puede preguntar la identidad del complemento preposicional de hable, como se muestra en (52): (52) *¿Con quién no implica que no lo quiera que María no hable h?
Igualmente, los adjuntos son entornos sintácticamente opacos. Por ejemplo, en la oración Juan se marchó sin hablar con Pedro o en Lo despidieron por firmar el documento, los adjuntos sin hablar con Pedro y por firmar el documento son islas y por lo tanto, ni en la primera oración podemos interrogar con Pedro ni en la segunda podemos preguntar qué es lo que firmó la persona a la que despidieron, como se ilustra en (53a) y en (53b) respectivamente: (53) a.*¿Con quién se marchó Juan sin hablar h? b.*¿Qué lo despidieron por firmar h?
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La agramaticalidad de las oraciones en las que se extraen constituyentes fuera de islas sintácticas se ha explicado como una propiedad de las categorías vacías, pues se cree que en dichos entornos los elementos nulos que se forman al interrogar un constituyente no son legítimos 196. Se han diferenciado dos tipos de islas sintácticas (Cinque 1990): (a) las islas fuertes, que impiden para todos los casos que uno de sus constituyentes pueda extraerse, como sucede con el sintagma nominal complejo, el sujeto oracional o los adjuntos; y (b) las islas débiles, que son entornos selectivos y pueden ser o no ser islas dependiendo de ciertos parámetros. Dentro de este grupo se encuentran (i) las oraciones interrogativas totales con el verbo en subjuntivo o en infinitivo, (ii) las oraciones interrogativas parciales, que pueden ser fuertes o débiles dependiendo de las distintas lenguas, y (iii) la negación, que puede también actuar como una isla para ciertos cuantificadores, como cuánto o cómo, en cuyo caso impide que se forme la pregunta. Por ejemplo en una oración como Juan no está dormido, no podemos interrogar dormido mediante cómo, según se observa en la interrogativa directa agramatical *¿Cómo no está Juan?, ni tampoco es posible interrogar el complemento de cantidad en una oración como Juan no pesa 80 kilos con la pregunta *¿Cuántos kilos no pesa Juan?. En este apartado tan solo se verán las islas factivas y las islas de foco. 1) LAS ISLAS FACTIVAS. Los predicados factivos 197 pueden impedir que se interrogue un sintagma incluido en su complemento oracional. Por ejemplo, en una oración como María está harta de que Luis le tome el pelo, el predicado factivo estar harta selecciona un complemento con el verbo en subjuntivo cuyo sujeto no parece poder extra196 Existen dos teorías que se basan en los requisitos que deben cumplir las categorías vacías para explicar los hechos conocidos como islas sintácticas. En una de ellas, se propone que una categoría vacía es legítima cuando está propiamente regida, según se recoge en el principio de las categorías vacías y si se extrae un constituyente de una isla, la huella no puede ser propiamente regida (véase la nota 183, y la nota 231). Otra explicación es la teoría de la minimidad relativizada (Rizzi 1990a) que se basa en la interacción entre los elementos de dos o más cadenas. En esta teoría, la agramaticalidad de las islas se ha formulado como una condición de minimidad entre los elementos de dichas cadenas, según la cual la presencia de un operador intermedio que sea potencialmente capaz de ligar una huella impide que un constituyente se extraiga de una isla. Los autores que han desarrollado esta explicación son Rizzi (1990a), y Aoun y Li (1993c), quienes la aplican para explicar el ámbito relativo de los cuantificadores, según se ha visto muy brevemente en el apartado 2.1.7 de este capítulo. 197 Kiparsky, C y P. Kiparsky (1971).
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erse, según se observa en (54) y por lo tanto, el complemento del adjetivo factivo que Luis le tome el pelo es una isla sintáctica: (54) *¿Quién está harta María de que le tome el pelo?
No obstante, estos predicados no son islas absolutas, pues existen ciertos entornos que permiten la extracción de alguno de sus constituyentes. Así, cuando el verbo del complemento oracional de un predicado factivo permite la alternancia entre infinitivo e indicativo, o entre infinitivo y subjuntivo, o entre subjuntivo e indicativo, este argumento no siempre impide la interrogación de uno de sus constituyentes y por ello, esta clase de entornos son islas débiles. A continuación ilustraremos algunas de estas alternancias: a) La alternancia infinitivo/ indicativo. Si el predicado factivo selecciona un complemento con el verbo en infinitivo como en la oración Temo haber despertado a los vecinos o con el verbo en indicativo como Me temo que he despertado a los vecinos, se puede interrogar el objeto de la oración complementaria los vecinos cuando el verbo aparece en infinitivo, como se observa en (55a), pero no cuando el verbo está en subjuntivo, según se muestra en (55b): (55) a. ¿A quién temes haber despertado? b. *¿A quién te temes que has despertado?
b) La alternancia infinitivo/ subjuntivo. Cuando el verbo subordinado puede construirse en infinitivo o en subjuntivo, como ocurre con el objeto oracional del verbo factivo lamentar en la oración Mi abuelo lamenta que hayan desaparecido tres personas, es posible interrogar un constituyente de la oración subordinada seleccionada por el predicado factivo (56): (56) ¿Quiénes lamenta mi abuelo que hayan desaparecido?
En (56) el sujeto tres personas de hayan desaparecido se ha extraído de la oración objetiva y se construye como el interrogativo quiénes que legitima el rasgo [+Qu] en el complementante de la oración principal. Por lo tanto, esta oración completiva no es una isla sintáctica. Sin embargo, el verbo subordinado no es el único factor que influye en la posibilidad de extracción, pues los rasgos del pronombre interrogativo también son importantes. Así, mientras que se puede interrogar la identidad de tres personas mediante quiénes, no es posible preguntar la cantidad con «cuántos N»:*¿Cuántas personas lamenta mi 232
abuelo que hayan desaparecido?. De esta forma, en una oración con un predicado factivo que seleccione un complemento oracional con el verbo opcionalmente en infinitivo o en subjuntivo, este complemento oracional será una isla sintáctica si el sintagma interrogativo incluye cuántos. c) La alternancia subjuntivo /indicativo y foco. Cuando el verbo del complemento del predicado factivo puede alternar entre la construcción con el verbo en infinitivo o en subjuntivo, como en (57a) y (57b): (57) a. Mi abuelo se queja de que María le dé patadas en la mesa. (FOCO: «no de esto, sino de aquello») b. Mi abuelo se queja de que María le da patadas. («protesta, por alguna razón»)
en la que además, la construcción con subjuntivo parece asociarse a la interpretación de foco del complemento, el subjuntivo, a diferencia de lo que vimos en (56), parece impedir la extracción y la construcción funciona como una isla (58a). Por el contrario si el verbo subordinado está en indicativo, la oración parece más aceptable (58b): (58) a. *¿Quién se queja mi abuelo de que le dé patadas? b. ¿Quién se queja mi abuelo de que le da patadas?
2) FOCO. Un elemento focalizado es un entorno opaco para la extracción. Las siguientes palabras actúan como focalizadores: sólo, incluso, ni siquiera, hasta, también. La focalización del sintagma interrogativo impide que este pueda ser atraído a una cláusula superior. Por ejemplo, en la oración Juan no recuerda quién es su madre es posible subir quién al complementante superior y construir una interrogativa directa como ¿Quién no recuerda Juan que es su madre?, pero si focalizamos quién con ni siquiera, como en (59a), no podemos extraerlo de su oración que es una isla (59b) (59) a. Juan no recuerda ni siquiera quién es su madre. b. *¿Ni siquiera quién recuerda Juan que es su madre?
El mismo contraste se observa en los siguientes pares de oraciones. La oración Juan sabe quién lo traicionará puede construirse como una interrogativa directa, porque la completiva de sabe no es una isla: ¿Quién sabe Juan que lo traicionará?. Sin embargo, si focalizamos quién mediante incluso, la oración subordinada se transforma en una isla: (60) a. Juan sabe incluso quién lo traicionará. b. *¿Incluso quién sabe Juan que lo traicionará?
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La focalización de cualquier otro elemento en la oración superior también impide el movimiento largo del sintagma interrogativo lejos de su oración. Por ejemplo, dada la oración Juan sabe que el gobierno comprará el teatro de la ópera podemos preguntar la identidad del sujeto de comprará y construir una interrogativa indirecta (61a) o directa (61b): (61) a. Juan sabe quién comprará el teatro. b. ¿Quién sabe Juan que comprará el teatro?
El pronombre interrogativo quién que es sujeto del verbo comprará de la completiva puede legitimar su rasgo [+Qu] en el sintagma complementante de la oración incrustada (61a) o en el complementante de la oración principal (61b). Sin embargo, si focalizamos algún elemento de la oración principal, quién no puede extraerse de la oración subordinada. Así, en la oración (62a) hemos focalizado el verbo mediante el adverbio solo, y como se observa en (62b) este pronombre interrogativo no puede subir al complementante de la oración principal: (62) a. Juan sólo sabe quién comprará el teatro. b. *¿Quién [FOCOsólo sabe] Juan que comprará el teatro?
Tampoco puede extraerse el pronombre interrogativo si focalizamos el sujeto de la oración principal hasta Juan, tanto si este ocupa una posición preverbal, como en *¿Quién [hasta Juan] sospecha que comprará el teatro? como postverbal, como en *¿Quién sospecha [hasta Juan] que comprará el teatro?. 3.2. Quién Quién 198 es un operador interrogativo escueto y es susceptible de 198 Quién procede del latín quem, que es un pronombre relativo con la forma del acusativo singular genérico de qui. En opinión de Salvador Fernández Ramírez (1987: pág. 214, nota 476) en los orígenes (C. M. Cid) es más frecuente qui con valor de persona hasta el siglo XIV. El plural quienes aparece posteriormente en el siglo XVI. Roca Pons (1973: pág. 197) nos hace notar la semejanza que existe entre los indefinidos y los interrogativos. Observa nuestro gramático que con frecuencia, la misma pieza léxica se emplea para los indefinidos y para los interrogativos en varias lenguas, como por ejemplo quis (en latín), o τις (en griego); por su parte, Coyaud (1983) nos da ejemplos en otras lenguas; así shéi (en chino) significa «alguien» o «quién» cuando la entonación de la oración es interrogativa, dare (en japonés) significa «quién» pero si se combina con la partícular interrogativa, como en dare ka, significa «alguien»; o el interrogativo aparece
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descomponerse léxicamente en los siguientes elementos: (a) la marca de interrogación, (b) un cuantificador existencial y (c) la variable de este cuantificador y su restricción, con el rasgo [+humano]. Estos elementos pueden articularse en la siguiente estructura: (63) [SQu (interrogador)qué [SCu(variable) una [SN persona]
Cada uno de estos rasgos se legitima en una posición distinta. A continuación comprobaremos esta estructura con el sujeto en construcciones como: (64) a. ¿Quién ha venido? b. ¿Quién ha telefoneado?
en las que veremos el ámbito de legitimación de la variable interrogada (el indefinido), que hemos denominado el ámbito del operador de interrogación, y el ámbito de legitimación de la variable del cuantificador existencial ([persona]). Empezaremos por este último. El ámbito de legitimación de la variable del interrogador, representada por el rasgo inherente «persona» y que es introducida por el rasgo del indefinido «una», es el dominio incluido en el sintagma verbal en donde el sujeto recibe su papel temático. Simbolizamos este ámbito mediante «A3». La variable del indefinido (x es una persona) es legitimada por el verbo venir, o telefonear, que le asigna el papel temático correspondiente al sujeto, el cual, según la propuesta del sujeto interno al sintagma verbal, recibe papel temático en el interior del sintagma verbal 200. Representamos el ámbito en donde el verbo legitima temáticamente a la variable del interrogador «una persona», que simbolizamos con el indefinido «alguien», en el siguiente esquema: (65) [SV [SCu una persona] [SV V ]] 201 como un componente del indefinido, que se combina con uno (qualcuno en italiano, quelqu’un, en francés) o con otro (aliquis en latín, alguien, en español). 199 Representaremos estos ámbitos en una estructura con una flexión articulada. Asumimos también que el caso influye en la interpretación de los cuantificadores (Mahahan 1990, Bittner 1994) 200 Larson (1988), Koopman y Sportiche (1991) y muchos otros. 201 El marcado temático podría hacerse a través de un mecanismo como el propuesto por Larson (1988), o Koopman y Sportiche (1991), según el cual la predicación se escinde en ramificaciones binarias en las que el verbo marca temáticamente a cada uno de sus argumentos individualmente. Sin embargo, para nuetra argumentación no precisamos de una estructura tan detallada.
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En (65) el verbo legitima temáticamente la variable «persona», que denota el rango de individuos que introduce el indefinido «una». El ámbito de legitimación del interrogador, que simbolizamos como «A2», es el territorio de legitimación de las variables interrogadas. Para decidir qué elementos pertenecen al rango del las variables interrogadas utilizaremos la prueba de las respuestas. Por ejemplo, el conjunto de las respuestas que admite una pregunta como ¿Quién ha venido?, que sería el rango de la variable interrogada, son: (66) a. Ha venido María. b. Han venido María ... y Jorge. c. María y Jorge. d. No ha venido nadie. e. Puede haber venido cualquiera.
Es decir, ¿Quién ha venido? admite una respuesta específica (66a, 66b, 66c), modal (66e) y negativa (66d). Por lo tanto, el ámbito del interrogador deberá incluir las categorías funcionales de la flexión en donde se cotejen los rasgos «especificidad», «modalidad» o «negación», para lo que necesitará estar en una posición que las incluya a todas ellas. Además, el lector habrá observado que ¿Quién ha venido? no es compatible con respuestas que incluyan un sujeto indefinido, como alguien, tanto en posición postverbal como en posición preverbal: (67) a. Ha venido alguien. b. Alguien ha venido.
Ello se debe a que alguien es la presuposición de la pregunta en la que se pide información sobre la identidad de estas personas, y quizá por esta misma razón, tampoco ¿Quién ha venido?, ni ¿Quién ha telefoneado? admiten una respuesta cuantitativa, imprecisa o vaga (muchas), o precisa (dos), como (68) a. Han venido muchas personas / dos personas. b. Han telefoneado muchas personas /dos personas.
que sin embargo serían respuestas adecuadas para el interrogativo cuántos, que carece de esta presuposición existencial. Además, en la respuesta, la posición no marcada del sujeto es la posición de foco, por lo que (69a), (69b) o (69c) serían respuestas posibles, pero (69d) o (69e) no lo serían, pues en estas últimas respuestas, es el predicado el que ocupa la posición de foco, mientras que el sujeto es la presuposición, y no tiene sentido preguntar por la identidad de alguien a quien ya conocemos: 236
(69) a. Ha venido María. b. María. c. No ha venido nadie. d. María no ha venido. e. Nadie ha venido.
De la prueba de las respuestas que acabamos de aplicar se deduce que para determinar cuál es el ámbito del interrogador debemos tener en cuenta lo siguiente: 1) El conjunto exhaustivo o completo o total de las respuestas es el rango de la variable interrogada. 2) La categoría funcional de la flexión en donde se cotejen estas respuestas es el ámbito de legitimación del interrogador. 3) Los elementos presupuestos no son respuestas válidas, y esto incluye tanto a la presuposición léxica (Ha venido alguien), como a la presuposición por construcción, que es la que resulta de colocar el sujeto (u otro elemento) en posición de tema. 4) Los elementos que forman el conjunto exhaustivo de las respuestas válidas ocupan la posición de foco. Por tanto, es la posición de foco el lugar desde el que se extrae el sintagma interrogativo y en el que queda una huella 202. En el caso del sujeto, este se extraería de su posición interna al sintagma verbal en la que ya ha cotejado su caso 203. Obsérvese sin embargo que si queremos que el ámbito del interrogador incluya las categorías funcionales que legitiman todas las posibles respuestas, no podemos reducir este ámbito al de la posición de foco, pues como ya hemos visto en la prueba de las respuestas, el sujeto no solo debe cotejar su caso estructural, sino también otras categorías como la negación. Así, aunque en la respuesta (69) nadie permanezca dentro del sintagma verbal, este cuantificador es legitimado por la negación, por lo que en la Forma Lógica, dicho cuantificador precisa cotejar su rasgo con el núcleo del sintagma negación (Bosque 1994). 202
Heles Contreras (1991), Zagona (1988), Zubizarreta (1994). En español, el sujeto no precisa salir del sintagma verbal para cotejar el caso (H. Contreras 1991). Algo semejante sucede con la interpretación específica el sujeto. Se ha dicho que existen posiciones de la flexión que legitiman la especificidad (Mahajan 1990, Koopman y Sportiche 1991, Ritter 1995). Obsérvese que a pesar de que la posición preverbal favorece esta interpretación, no es indispensable que el sujeto se mueva a esta posición para tener dicha lectura, sino que un sujeto incluido en el sintagma verbal puede tener una interpretación específica. 203
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Si el foco, que es el que aporta la información nueva, no señala el ámbito sintáctico del interrogador ¿cuál es, pues, la posición estructural que demarca el ámbito del interrogador? Se ha argüido que el sintagma interrogativo no se mueve directamente al sintagma complementante, sino que pasa primero por el especificador del sintagma flexivo de su oración (A. Gross y R. Bok-Bennema 1985). Algunas de las pruebas aducidas son: 1) Solo hay una posición preverbal, y si la ocupa el sintagma interrogativo, ningún otro elemento puede aparecer: (70) a. *Luis ha preguntado quién nunca vendería el teatro. b. *Luis ha preguntado a quién María ha telefoneado.
2) Otros elementos [+Qu] que no son operadores de interrogación no impiden que aparezca el sujeto, o cualquier otro elemento destacado en la primera posición: (71) a. Luis duda si María vendrá en autobús. b. Luis duda si vendrá en autobús María.
3) Tampoco precisan ocupar esta posición los relativos [-Qu], dado que estos elementos no son operadores (72) a. No hemos visto una pelota con la que entrenan todos los jugadores. (AMBIGUA: ADMITE TODOS>UNA) b. No hemos visto una pelota con la que todos los jugadores entrenan. («todos juntos con una sola»: PELOTA>TODOS)
Así, aunque no sea necesario que el sujeto se mueva en la estructura superficial fuera del sintagma verbal para cotejar el caso nominativo, o el significado negativo de nadie, o el significado modal de cualquiera, si queremos representar que lo que se interroga son estas categorías, morfológicamente incluidas en la flexión, debemos colocar el operador de interrogación en una posición jerárquicamente superior a todas ellas. En resumen, el sintagma interrogativo pasa por el especificador del sintagma flexivo antes de moverse al sintagma complementante para cumplir el criterio-Qu. Esta posición delimita el ámbito del operador de interrogación, que incluye a todas las categorías funcionales (concordancia, negación, modalidad, etc...) que legitiman las posibles respuestas. En el siguiente esquema resumimos la configuración del interrogativo escueto quién con función de sujeto y el ámbito de legitimación de los elementos que lo forman: (73) [Scomp (A1)Quiéni [+Qu] [SF (A2) hi… [SV(A3) hi… V… ]]]
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El verbo legitima el papel temático del sujeto, que en la posición interna al sintagma verbal recibe también caso nominativo. El sintagma verbal es pues el ámbito de legitimación temática y de caso del sujeto quién. El ámbito del interrogador (A2) es el sintagma flexivo, que incluye todas las categorías que legitiman el conjunto de todas las respuestas posibles y que son el rango de la variable del interrogador. Por último, el interrogativo escueto quién se mueve al especificador del sintagma complementante que es el ámbito (A1) en el que verifica la modalidad interrogativa. 3.3. Cuántos Cuántos 204 es un determinante interrogativo en cuyo lexema se pueden identificar los siguientes rasgos de significado: un elemento interrogador, que representamos mediante el símbolo «qué», un determinante cuantitativo que simbolizamos con «tantos» y que es el elemento interrogado por «qué», y un nombre que denota la restricción de la variable cuantificada por «tantos». Este significado se podría esquematizar en la siguiente representación semántica informal: (74) [interrogador qué [variable tantos [restricción x es N]]]
y la estructura sintáctica de un sintagma interrogativo como cuántas personas, en la que se representen estos rasgos de significado podría ser (75) [SQu qué [SCu tantas [SN e personas]]] 205 204 Cuántos proviene del pronombre relativo latino quantus, que procede de quam, al que se le añade el sufijo -to. A su vez, quam es una forma emparentada con el relativo qui. Según Cuervo (1953), cuán no es apócope de cuánto (a diferencia de lo que se propone en muchas gramáticas), sino que ambas formas representan dos palabras con distinta distribución: quam, y quantus, quantum, quanto, lo cual se puede observar en el siguiente contraste: quam paucos («cuán poco», o también «qué poco»), frente a quanto magis («cuánto más»). Es decir, cuán se combina con adjetivos en forma positiva, mientras que cuántos es compatible con el comparativo:
(i) Cuán poco/ *Cuánto poco. (ii) *Cuán menos/ Cuánto menos. 205 El proceso que derivase «qué tantas e personas» en ¿cuántas personas? podría ser el siguiente: el cuantificador «tantas» liga la variable individual representada por la categoría vacía «e», que es el sujeto semántico del nombre personas que actúa como la restricción de la variable. Posteriormente, «tantas» se incorpora al núcleo del sintagma de interrogación y se afija al elemento abstracto «qué»:
(i) [SQu qué tantasi [SCu hi [SN e personas]]]
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La variable del interrogador es un fragmento de un argumento, ya que es un cuantificador (tantas) y no un sintagma nominal cuantificado (tantas personas), como lo demuestra que se pueda interrogar simultáneamente el cuantificador y el sintagma nominal: ¿cuántas qué? (76) [interrogador1 qué [variable1-Cu tantas [v[interrogador2 qué [variable2 e N]] ]]
Por tanto, la variable (tantos) no se legitima en una posición temática. Esta posición corresponde a la restricción, es decir, al sintagma nominal («e personas»). La variable con significado cuantitativo (tantos) se legitima en la categoría funcional en la que se coteje el caso inherente partitivo o aquella que permita la interpretación inespecífica de los indefinidos 206, y de este modo, la variable del interrogador actúa de manera semejante a como lo haría un término de polaridad cuantitativa, lo cual parece ser confirmado mediante la prueba de las respuestas posibles que son compatibles con una oración que incluya un sintagma interrogativo con cuántos. Por ejemplo la siguiente pregunta: (77) ¿Cuántas personas han venido?
no admite una respuesta de constituyentes con un cuantificador existencial o universal: alguien, unas personas, ciertas personas, la mayoría de las personas, cualquiera de las personas, cada una de las personas, toda persona, sino que solo es compatible con respuestas que incluyan un sujeto de interpretación cuantitativa: todas (en plural), algunas personas, muchas, cuatro, casi cincuenta, solo treinta y cinco... Por tanto, el ámbito de la variable interrogada (A2) es el especificador de la categoría funcional en la que se legitime el caso inherente partitivo 207 . Esta es la posición desde donde se extrae el sintagma interrogativo hasta el especificador del sintagma complementante, que es el ámbito de legitimación del operador de modalidad (A1). La posición jerárquicamente más alta del interrogador en el especificador del sintagma complementante (A1) explica que tales sintagmas (todos, muchos...) admitan interpretaciones específicas (es decir, colectivas) o distributivas (Todos/ muchos... han leído un libro), a pesar de rechazar cuantificadores que fuercen tales lecturas. 206 Esto explica que en algunas lenguas (catalán o francés) se pueda mover sólo el Qu, en cuyo caso puede quedar un clítico con caso partitivo en posición de núcleo funcional en el que se legitime este caso inherente (Combien as-tu lu de livres?). 207 Al igual que hemos visto que sucedía con quién, no precisa salir del sintagma verbal.
240
4. CONCLUSIONES Las conclusiones de este capítulo son las siguientes: (1) La estructura gramatical de la cadena sintáctica (SQu, huella) no tiene la forma operador de interrogación - variable, pues la variable es el elemento interrogado y no puede identificarse con la huella sintáctica, y el sintagma interrogativo puede incorporar el operador y la variable como rasgos léxicos inherentes. (2) Muchas de las propiedades de interpretación atribuidas al ámbito del sintagma interrogativo se deben a las propiedades de su variable. (3) La cadena semántica precisa ser reconstruida y cada uno de sus elementos debe ser gramaticalmente legitimado. La legitimación de estos elemenentos sucede en distintos ámbitos: (a) el ámbito de legitimación de la variable; (b) el ámbito de legitimación del operador de interrogación; (c) el ámbito de legitimación del operador de modalidad. Por tanto, las propiedades de ámbito del sintagma interrogativo surgen como resultado del ámbito de legitimación de sus elementos.
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V. EL ÁMBITO DE CIERTOS SINTAGMAS INTERROGATIVOS QUE SELECCIONAN UNA VARIABLE COMPLEJA
1. INTRODUCCIÓN En este capítulo vamos a estudiar las propiedades de ámbito de cierto tipo de construcciones que contienen dos o más sintagmas interrogativos y que aparentemente son estructuras con interrogación parcial múltiple. Se trata de oraciones muy frecuentes en todos los registros del idioma, como ¿Quién absorbe a quién?, ¿Cuál alcanza a cuál? o ¿Qué sostiene qué?, en las que se preguntan clases de relaciones. Así, por ejemplo, la primera pregunta admite respuestas individuales como «Estos jugadores absorben al entrenador», pero también respuestas de listas de parejas como «María absorbe a su madre, Javier absorbe a Elvira, el Banco de Bilbao absorbe al Banco de Vizcaya…», o respuestas distributivas («Cada uno absorbe a todos los demás») o recíprocas («Todos se absorben los unos a los otros»), entre otras. Conviene no confundir estas oraciones con preguntas del tipo ¿Quién sostiene qué? que admiten como respuesta una lista de elementos emparejados, que es únicamente un tipo de relación. A lo largo del capítulo intentaremos demostrar que estas construcciones interrogativas parciales contienen en realidad un solo sintagma interrogativo (SQu) que está formado por los siguientes elementos semánticos: (a) un operador de interrogación, al que llamaremos también INTERROGADOR, que aparece escindido, y que como hemos visto en el capítulo anterior, no hay que identificar con el operador 243
de modalidad interrogativa, pues ambos seleccionan argumentos (o variables) de distinto tipo y se legitiman en ámbitos gramaticales diferentes 208; y (b) una variable compleja cuyo rango es un conjunto de relaciones, que es el argumento seleccionado por el interrogador 209. Para ello comenzaremos con los siguientes datos, que contienen los interrogativos escuetos quién y qué, los cuales, según estudiamos en el párrafo 3.2 del capítulo IV para quién, amalgaman en un solo significante el interrogador y su variable, que en el caso de quién es un indefinido con significado de «persona» («qué una persona») y en el caso de qué es un indefinido neutro que aquí se interpreta como un «evento» («qué algo»): (1) a. ¿Quién ha interrumpido a quién? b.*¿A quién ha interrumpido quién? (2) a. ¿Quién ha interrumpido en qué a quién? b. ¿En qué ha interrumpido quién a quién? c.*¿A quién ha interrumpido en qué quién? (3) a. ¿Quién ha interrumpido qué? b. ¿Qué ha interrumpido quién?
Las oraciones (1a), (1b), (2a), (2b) y (2c) contienen un solo interrogador semántico que selecciona una variable compleja de relación y por tanto, son casos de interrogación simple, mientras que las oraciones (3a) y (3b) son construcciones que contienen dos interrogadores, cada uno de los cuales selecciona una variable simple y por tanto, son oraciones con interrogación múltiple. Creemos que de las propiedades de estas oraciones se sigue lo siguiente: 1) Las variables complejas muestran efectos de superioridad. Se ha observado que en español no existe efecto de superioridad en la estructura superficial en construcciones con interrogación múltiple 210. Así, en oraciones con el sujeto y el objeto interrogado, no solo puede moverse el sujeto, como en ¿Quién ha visto qué?, sino que la cons208
Capítulo IV, párrafo 3. Del mismo modo que hicimos en el capítulo IV, párrafo 1.3., aquí también asumimos la teoría semántica de las particiones de Higginbotham (1993a) según la cual la respuesta denota aquellas relaciones compatibles con un estado de cosas. Así, el rango de la variable interrogada son las respuestas compatibles con el interrogador. 210 Jaeggli (1991). 209
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trucción con el objeto directo desplazado es también gramatical (¿Qué ha visto quién?), pues cualquiera de ellos puede moverse en la estructura superficial. No obstante, esto no parece indicar que entre el sujeto y el objeto no exista superioridad en español, pues como ha demostrado Jaeggli (1991) este efecto se manifiesta en el nivel de la Forma Lógica: (4) a. ¿A quién ha visto todo el mundo? b. ¿Quién ha visto a todo el mundo?
La oración (4a) es ambigua y los operadores pueden interpretarse con dos alcances distintos. En una lectura, a quién tiene mayor ámbito relativo que el cuantificador de generalización todo el mundo, mientras que en la otra el interrogativo está fuera del alcance de todo el mundo. Por el contrario, (4b) no es ambigua pues todo el mundo no alcanza a quién que se interpreta con ámbito máximo. Emplearemos este hecho como prueba para diferenciar construcciones con operadores de interrogación múltiples que seleccionan variables simples en donde no actúa el efecto de superioridad en la estructura superficial como (3a) o (3b), de las construcciones con interrogación simple que actúan sobre variables complejas de relaciones en las que sí actúa el efecto de superioridad como se comprueba en las oraciones (1b), (2c), que son agramaticales en la interpretación no marcada, pronunciadas sin una entonación contrastiva. 2) La variable tiene como rango un conjunto de relaciones (acumulativas 211 –En total, cuatro jueces interrogaron a cinco sospechosos–, distributivas o reflexivas), que son las respuestas compatibles y que constituyen el ámbito de legitimación del interrogador, según hemos visto en el capítulo 4. 3) Para cualquiera que sea el tipo de relación, los elementos relacionados tienen la misma configuración, que es el ámbito de legitimación de la variable compleja. Esta configuración no depende del marcador específico de cada tipo de relación (distributivo, recíproco, reflexivo o acumulativo). Aquí exploraremos la idea del sintagma 211 B. Partee (1975) denomina a la lectura acumulativa «total-total»: «(A total of ) three women gave birth to (a total of ) five children»); B. Schein (1986) alude a tal lectura como «suma de plurales»: «600 Dutch firms have 5000 American computers»; otros autores que tratan casos semejantes son R. Scha (1981), C. Roberts (1990), M. Krifka (1990, 1991).
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voz 212 como una proyección que permite formar una variable compleja con los argumentos seleccionados por el predicado. 4) El cierre de la variable de relación tiene los siguientes efectos: en primer lugar, el marcador de relación se hace expreso. Por ejemplo, en (5a) la relación es distributiva, lo cual se manifiesta en el constituyente «cada uno e» que incluye el cuantificador distributivo cada, mientras que en (5b) es recíproca, y esta relación está marcada por el constituyente «unos a otros» (5) a. ¿A quién ha interrumpido [cada uno e]? b. ¿Quiénes se han interrumpido [unos a otros]?
En segundo lugar, el efecto de superioridad persiste, lo cual se manifiesta en la ausencia de ambigüedad entre un sintagma interrogativo con función de sujeto y un sintagma nominal cuantificado ([SQuSujecto Cu]), frente a la ambigüedad de un sintagma interrogativo objeto y un sintagma nominal cuantificado sujeto ([SQuObjecto Cu]). Esto se observa en la oración (6) (6) ¿Quién1 ha visto [e1 a todo el mundo]? 213
según hemos visto en el ejemplo (4b), (6) no es gramatical en la lectura de ámbito extenso de a todo el mundo y no admite una respuesta como «Alguien distinto ha visto a cada una de las personas», si no se construye la pregunta en la voz pasiva «¿Por quién ha sido visto todo el mundo?» y la única respuesta que es compatible con la pregunta (6) es una respuesta individual singular como «Juan ha visto a todo el mundo» o también plural, como «Ángeles y María han visto a todo el mundo». En este capítulo propondremos una configuración para el sintagma interrogativo que selecciona variables de relación según la cual la presencia múltiple del elemento interrogativo es un hecho de concordancia, por lo que todos estos elementos no expresan operadores de 212 Zubizarreta (1987), propone que se es un operador intransitivizador; es decir, una función que reduce los argumentos de un verbo. También Hornstein trata la voz verbal como un operador, y Rivero (1990) estudia la voz verbal como una proyección sintáctica en las lenguas balcánicas. 213 Chierchia (1992) interpreta la imposibilidad de la lectura con el ámbito todo > quién (María ha visto a Manuel y Carmen ha visto a Jaime...) como un hecho de ligamiento cruzado: si construimos todo con ámbito extenso, este cuantificador cruza la huella-Qu en la forma lógica:
(i) *Quién1 [todo2 [h1 ha visto h2]].
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interrogación, sino morfemas de concordancia. Contrastaremos esta propuesta con la teoría de la absorción (Higginbotham y May 1981) y con la teoría de la huella compleja (Sloan 1991, Chierchia 1993). Estructuramos la argumentación del siguiente modo: En el apartado 2 presentaremos los datos a favor de la estructura operador simplevariable compleja. En el apartado 3 contrastaremos nuestra hipótesis de un único operador de interrogación escindido con la hipótesis de la absorción de operadores interrogativos múltiples (Higginbotham y May 1981) y compararemos nuestra variable compleja con propuestas de huellas descompuestas en rasgos (Sloan 1991, Chierchia 1993). Por último, en el apartado 4, propondremos una estructura para el operador interrogativo escindido y la variable de relación. 2. LOS DATOS 2.1. La interrogación simple con más de un sintagma interrogativo expreso frente a la interrogación múltiple con un solo sintagma interrogativo Los sintagmas interrogativos se han considerado cruciales para el estudio de las estructuras con operadores en las lenguas naturales, debido en gran medida a la riqueza y a la variedad de datos que existen en las lenguas del mundo. Sin embargo, es fácil encontrar hechos en los que las propiedades que motivaron tal interés son dudosas. Por ejemplo, en ocasiones no parece justificado analizar el sintagma interrogativo como un operador, es decir, como un elemento que ocupa una posición no argumental en la estructura superficial o en la forma lógica y de este modo hace explícito el ámbito o alcance sintáctico del operador que encabeza la cadena (operador, variable). Así, en la oración, ¿Por qué crees tú qué?, el interrogativo neutro qué se interpreta como una marca de interrogación y no como un operador, pues carece de variable a la que ligar, dado que sustituye a toda una oración interrogativa. Tampoco es siempre fiable el papel del sintagma interrogativo en la identificación de una cadena (operador, variable). En algunos casos esta función no es transparente, pues la presencia manifiesta de un sintagma interrogativo, o de más de uno, en una oración simple no es una marca inequívoca de interrogación simple o múltiple en español. Por ejemplo, la pregunta ¿Cómo quiere Juan a María? es compatible con una respuesta doble para cómo (Juan quie247
re desesperadamente a María muerta de risa), en la que se da información sobre una predicación secundaria del sujeto (desesperadamente) y otra predicación secundaria del objeto (muerta de risa). Volveremos a este tipo de oraciones en el apartado 2.2.2. De ahí que para determinar si en una oración simple existe interrogación múltiple, en la que se distinguen al menos dos cadenas (interrogador, variable interrogada), y cuál es la relación entre las cadenas, debamos tener en cuenta al menos los siguientes factores 214: 1) La presencia de un sintagma interrogativo o más de uno, y las propiedades de su estructura, lo cual en parte está determinado, como vimos en el capítulo IV, por el próximo factor. 2) Las características de la variable interrogada. En primer lugar, la categoría de la variable no es en absoluto homogénea, pues la variable interrogada puede ser un sintagma determinante, o un sintagma cuantificador (existencial como quién, o cardinal como cuántos) 215 . Por otro lado, son muy frecuentes los fenómenos de amalgama, y la variable puede estar incorporada en el operador 216. Otro aspecto crucial es la relación sintáctica que existe entre las variables interrogadas. 3) Las construcciones con interrogación múltiple se interpretan de modos distintos 217, y según los estudios de Sag (1976), Williams (1977) o Hirschbühler (1981), dos sintagmas interrogativos o más de dos pueden no solo interpretarse como una relación entre los elementos de los conjuntos que denotan las restricciones de las variables interrogadas, sino también como estructuras coordinadas o subordinadas. Por ejemplo, las siguientes preguntas múltiples se interpretan como preguntas simples coordinadas: (7) a. ¿Qué has hecho, cuándo, para qué y cómo? b. ¿Quién lo ha hecho y por qué razón? c. ¿Quién se ha ido y a dónde? 214
Se ha discutido extensamente sobre qué elementos de una estructura (interrogador, variable) -el operador, las huellas intermedias del operador en posiciónA', la variable, las huellas intermedias del sintagma nominal en posición-A- influyen en el ámbito relativo de los operadores (véase May 1985, o Aoun y Li 1989 entre otros). 215 Véase el cap IV, la nota 178. 216 Véase 3.2, en el capítulo IV, para un análisis del cuantificador escueto quién. 217 Sag (1976), Williams (1977), Hirschbühler (1981).
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Al parecer, para que dos o más sintagmas interrogativos se interpreten como una relación estos sintagmas deben ser argumentos del verbo. A continuación nos centraremos en el último de los aspectos; es decir, en la naturaleza sintáctica de la variable, dado que la segunda de las cuestiones ha sido ya abordada en el capítulo IV y la primera nos resultará más sencillo estudiarla posteriormente. 2.2. La interpretación de ciertas variables con función de adjunto Es un hecho conocido que la distinción entre argumento y adjunto en la variable es pertinente para el ámbito de un sintagma interrogativo 218. A continuación veremos algunos casos con sintagmas interrogativos múltiples en los que tal distinción afecta a su interacción de ámbito. 2.2.1. La interpretación subordinada o coordinada de los adjuntos La interrogación múltiple de dos o más adjuntos puede interpretarse como una construcción subordinada o coordinada. Veámoslo comparando las siguientes oraciones: (8) a. ¿Por qué ha matado dónde quién a quién? b. ¿Dónde ha matado quién a quién? c. ¿Quién ha matado a quién dónde?
En (8a) por qué construye su ámbito como un elemento dependiente de un verbo epistémico subordinante, que podría estar representado por un verbo con el significado de «creer», «opinar» o «pensar». Por qué parece interpretarse como un sintagma interrogativo extraoracional orientado al oyente, es decir, a la persona interpelada, que es quien 218 Este hecho ha sido explicado de muy diversos modos: Por ejemplo, como un efecto de superioridad, como una condición sobre los dominios de extracción, que impide la extracción fuera de los sujetos y de los adjuntos (Huang 1982), como una condición sobre las categorías vacías, o una condición sobre constituyentes que son islas sintácticas para la extracción (sobre esta cuestión véase Cinque 1991).
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sostiene una opinión o tiene una creencia sobre los hechos descritos en la oración incrustada, y esta interpretación de la oración (8a) podría ser expresada mediante la siguiente paráfrasis: «¿Por qué crees tú qué?». Por qué no parece poder relacionarse en este contexto con ningún sintagma interrogativo de la oración incrustada, ni con los argumentos (quién, a quién), ni con el adjunto locativo (dónde), sino con toda la oración interrogada, en este caso, por el interrogativo neutro qué, que sustituye a toda la oración subordinada sustantiva: (9) a. ¿Por qué crees (tú) quién ha matado a quién? b. ¿Por qué crees (tú) dónde ha matado quién a quién? c. ¿Por qué crees (tú) qué?
Así, las oraciones (9a) y (9b) no son gramaticales si el sintagma interrogativo causal, por qué, se interpreta emparejado con cualquier sintagma interrogativo de la oración incrustada, pero sí son aceptables si por qué se relaciona con tú, el sujeto de crees, y es entonces compatible con respuestas que expresen las razones o causas que justifican las creencias de este sujeto y no las razones que han motivado al asesino. Es decir, en la oración (8a) por qué tiene las siguientes propiedades: En primer lugar, es seleccionado por un operador epistémico que podría ser representado por un verbo como creer (Hintikka 1976), lo que explica su distribución en una posición necesariamente inicial, o extrapuesta, al final de la oración (10): (10) ¿Quién crees (tú) que ha matado a quién por qué?
En segundo lugar, el interrogativo neutro qué, incluido en el sintagma complementante de la oración subordinada, es un marcador de subordinación interrogativa, semejante a la conjunción si. Está subcategorizado por el sintagma interrogativo por qué y copia la modalidad interrogativa de este sintagma interrogativo. Es difícil imaginar que sea extraído de la oración subordinada interrogativa porque en realidad, la sustituye. Por tanto, si no es extraído de la oración subordinada, no se genera por movimiento y tampoco liga una huella. En la oración (8b), los tres sintagmas interrogativos se interrelacionan, y es posible una lectura de parejas como «Alfredo ha matado a Marisa en la ducha, Berta ha matado a Luis en las escaleras…». Sin embargo, las propiedades de ámbito relativo de esta oración no se discutirán aquí. Por otro lado, a diferencia de (8b), en (8c) la extraposición de dónde al final de la oración fuerza la interpretación coordinada: 250
(11) ¿Quién ha matado a quién y dónde?
Así, en las construcciones como (8c) se ha elidido el sintagma verbal, y para poder interpretarlas necesitaremos recuperar y reconstruir el material elidido en el nivel de la forma lógica, de un modo similar a como se muestra en (12): (12) ¿Quién [SV ha matado e a quién] y dónde [SV ha matado quién a quién]?
Para explicar la asimetría entre la lectura interdependiente (8b) y la lectura coordinada (8c), es preciso formalizar este hecho distribucional: para que un adjunto pueda relacionarse con otros elementos portadores de ámbito en la oración, el adjunto debe estar en posición inicial. 2.2.2. La interrogación múltiple de predicaciones secundarias Casi todos los casos de interrogación múltiple estudiados, así como las posibles relaciones que se pueden establecer entre los sintagmas interrogativos, tratan de sintagmas que son argumentos o adjuntos, y no se ha analizado cómo pueden relacionarse las preguntas múltiples de predicaciones secundarias que incidan sobre distintos argumentos de la misma oración. En este apartado esbozaremos esta cuestión y para ello, vamos empezar con el caso más simple de interrogación múltiple de predicaciones secundarias. Observe el lector la siguiente oración, cuyo contenido le resultará muy familiar por poco que vea la televisión: (13) Juan1 quiere desesperadamente1 a María2 muerta2.
En la oración (13) marcamos con superíndices el vínculo entre el sujeto y su predicación secundaria 219 y así representamos que desesperadamente es una predicación secundaria descriptiva del sujeto Juan, y muerta es una predicación secundaria resultativa del objeto María 220. Esta oración admite una paráfrasis como «Juan quiere de forma desesperada que María esté muerta», y es así como la vamos a interpretar en lo que sigue. En esta perífrasis observamos que el modo de relacionarse la predicación secundaria con cada uno de los argu219 220
De igual modo que lo hace Williams (1980, 1984). Véanse las referencias citadas en V. Demonte (1991).
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mentos no es igual. Supongamos que el lector es un telespectador crítico que quiere cuestionarlo todo y en concreto, nuestras predicaciones secundarias. Lo primero que llamará su atención es que no puede interrogar solo una de estas predicaciones secundarias: (14) a. *¿Cómo quiere e Juan a María muerta? b. ?¿Cómo quiere desesperadamente Juan a María e?
aunque en este caso, parece más aceptable la interrogación del complemento predicativo del objeto (14b) que la del sujeto (14a) 221. Si la curiosidad del lector persiste lo siguiente que intentará es preguntar las dos predicaciones secundarias a la vez. ¿Cómo lo hará? El lector tiene dos opciones: La primera es usar un solo interrogador cómo y colocarlo al principio de la oración, y asumir que sólo con un cómo está interrogando las dos predicaciones 222. En la segunda utilizará dos interrogadores cómo 223 y al hacerlo, tendrá que dejar uno de ellos in situ, como es habitual en toda oración interrogativa con dos o más sintagmas interrogativos en español. Así, nos podemos imaginar las siguientes posibilidades: (15) a. ¿Cómo1 quiere quién1 a quién2 cómo2? b. ¿Cómo1 quiere cómo2 quién1 a quién2? c. ¿Cómo1-2 quiere quién1 a quién2?
En (15a) ambos cómo se interpretan como una coordinación, con elisión y reconstrucción en la Forma Lógica, y esta oración admite la 221 Sin embargo, si la oración contienen un solo complemento predicativo, aunque la relación de la predicación secundaria con su sujeto semántico sea distinta en cada caso, cualquiera de los dos complementos predicativos puede interrogarse con cómo:
(i) a. Juan quiere desesperadamente a María b. ¿Cómo quiere e Juan a María c. Juan quiere a María muerta d. ¿Cómo quiere Juan a María e? 222 Esta opción sería un tanto irregular en el sentido de que el que responde da más información, aparentemente, que el que la solicita con la pregunta, sin embargo, sería preciso estudiar con un corpus de datos más amplio estas construcciones para ver sus propiedades. 223 Uno de estos interrogadores podría sustituirse igualmente por de qué modo o un sintagma semejante. Según las encuestas que hemos hecho a través de nuestros informantes del S.I.A.I.N., esta estrategia se emplea cuando, por el motivo que sea, es crucial para el hablante conocer el contenido de ambas predicaciones.
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paráfrasis «¿Cómo y de qué modo quiere quién a quién?». En (15b) la predicación secundaria del objeto interrogada (como2) queda in situ detrás del verbo. En (15c) se puede asumir que un solo cómo interroga las dos predicaciones y así, (15c) admite la respuesta Desesperadamente y muerta, según la cual los sintagmas interrogativos idénticos se absorben en la estructura superficial. Un aspecto crucial es que parece descartado otro orden de elementos interrogativos que escinda la secuencia «quién a quién» (16), aunque esto sí parece posible con un cómo absorbido in situ (17): (16) *¿Cómo1 quiere quién1 cómo2 a quién2? (17) ¿Quién1 quiere cómo1-2 a quién2?
De estos datos se sigue: (a) «quién a quién» forman un constituyente al que puede adjuntarse cómo, y esta sería la posición del sintagma interrogativo cómo en (17). (b) Cómo puede permanecer in situ cuando interroga una predicación secundaria. 2.2.3. La interrogación de distintos tipos de variables argumentales Cuando interrogamos dos o más argumentos observamos que la relación argumental de las variables sintácticas también es un factor importante. Por ejemplo, el efecto de superioridad no sucede con todo objeto. Aquí distinguimos dos tipos de objetos conforme a este criterio: (a) Los objetos que forman parte de la estructura argumental seleccionada por el predicado. Estos producen efectos de superioridad (1). (b) Los objetos asociados a la predicación, como los que se ejemplifican a través del objeto qué en las oraciones (3a, b), que contienen un verbo aspectual como interrumpir. Tales objetos, por el contrario, no producen efectos de superioridad. Cuando hablemos de variable compleja con operador de interrogación simple nos referiremos a la formada con los objetos del primer tipo. Los de la segunda clase los consideraremos casos de interrogación multiple. Repetimos los ejemplos (1)-(3) para facilitar su lectura: (1) a. ¿Quién ha interrumpido a quién? b.*¿A quién ha interrumpido quién? (2) a. ¿Quién ha interrumpido en qué a quién? b. ¿En qué ha interrumpido quién a quién? c.*¿A quién ha interrumpido en qué quién?
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(3) a. ¿Quién ha interrumpido qué? b. ¿Qué ha interrumpido quién?
Todos estos ejemplos son solo una mínima parte que muestra el influjo de las variables en la estructura de las oraciones interrogativas simples con sintagmas interrogativos múltiples. 2.2.4. Resumen 1) Ciertos adjuntos interrogados se interpretan extraoracionalmente, lo que ocurre con los que expresan relaciones causales (por qué), y ello implica que no forman parte de la cláusula predicativa. 2) La ausencia de un sintagma interrogativo no implica que no haya interrogación múltiple, pues un solo sintagma interrogativo puede cerrar de forma no selectiva más de una variable. Es el caso de cómo, que cierra variables de predicaciones secundarias. 3) La presencia de más de un sintagma interrogativo explícito no implica que haya interrogación múltiple, pues uno de dos interrogadores, o quizá más, podría ser expletivo cuando las variables están unidas y aparece el efecto de superioridad. 4) El efecto de superioridad solo sucede con los objetos que forman parte de la red temática del predicado, pero no con objetos vinculados a la predicación. El concepto de variable compleja se aplicará únicamente a los del primer tipo. 2.3. Las variables simples y las variables complejas 2.3.1. El concepto de variable. La constricción sobre la cuantificación vacua Hay distintas definiciones que nos pueden ayudar a delimitar qué entendemos por el concepto VARIABLE. Para ello, seguiremos fundamentalmente los trabajos de Ferrater Mora (1979), M. Garrido (1983), Safir (1984), May (1985), Chomsky (1988) y Williams (1994). Según Ferrater Mora, se pueden distinguir tres ideas de variable: la idea matemática, la idea lógica y la idea gramatical. Para la matemática, una variable es una categoría que «ocupa el lugar de una cantidad o número indeterminados», mientras que para la lógica, una variable es «un símbolo cuyo significado no es determinado» y se 254
diferencia de la constante porque ésta se refiere siempre a la misma entidad. Russell y Whitehead distinguen tres tipos de variables: En primer lugar, están las variables cuyos valores son argumentos individuales, las cuales se representan con las últimas letras minúsculas del alfabeto latino «w, x, y, z». Este tipo de variable ocupa una posición de argumento seleccionado por una función o predicado, como, por ejemplo, en la fórmula «(x)Px», que podría ejemplificarse con «Para todo x, x es igual a sí mismo». Tales variables fueron introducidas en el capítulo primero. En segundo lugar se encuentran las variables cuyos valores son predicados, o también relaciones, y se simbolizan mediante letras latinas mayúsculas «P, R, S, …». Esta clase de variables es la que más nos afecta en el presente capítulo. Sin embargo, no desarrollaremos el concepto lógico de las variables de relación, sino su expresión gramatical. Por último, están las variables cuyos valores son clases, las cuales se simbolizan mediante las letras griegas minúsculas «α, β, γ, …, φ, ψ, θ, ϕ, …», o también mediante la letra latina «x» con un acen^ 224 , por ejemplo, «la clase de los homínidos». to circunflejo: «x» En gramática, el concepto de variable que hemos venido empleando en esta monografía se basa en las variables lógicas del primer tipo («x, y…») 225. En opinión de Safir (1984), el concepto semántico que un hablante tiene del término variable es el de un elemento pronominal de significado indeterminado que adquiere su valor de entre los elementos de un conjunto que es el rango de la variable. Esta noción intuitiva de la palabra variable ha sido caracterizada de muy distintos modos, según el modelo gramatical empleado. Por ejemplo, la gramática generativa nos da diferentes caracterizaciones sintácticas del término variable. Así, la Teoría de la Huella la clasifica como una expresión referencial, y para ello se basa en las propiedades semánticas y sintácticas de las huellas del movimiento de los sintagmas interrogativos. Pero también se ha caracterizado como un tipo de anáfora, en la teoría del ligamiento generalizado (Aoun 1986) 226, pues una huella es una categoría vacía que ocupa una posición argumental y que está localmente ligada por un operador 224
No siempre se diferencia entre las variables de relaciones y las variables de clases. Por ejemplo, en los Principia Mathematica se emplean para simbolizar las funciones las letras «φ, ψ, θ, ϕ, F, G, f, g …» 225 Véase el capítulo I, y el capítulo II, en la sección 2. 226 Una anáfora con su antecedente en una posición no argumental, frente a las anáforas de los pronombres reflexivos, que tienen su antecedente en posición argumental.
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en una posición no argumental, que es el que le da el valor a la variable. Además, no hay que olvidar que, como nos indica Safir, una variable sintáctica (o una anáfora ligada-A’) es un subconjunto de la clase de las variables semánticas (o elementos pronominales de significado indeterminado), pues toda variable sintáctica es una variable semántica, pero toda variable semántica no es una variable sintáctica. En este capítulo, ampliaremos este concepto sintáctico de variable de forma que dé cabida al criterio que consideramos crucial para la caracterización de una cadena (operador, variable), que es el CRITERIO DE LEGITIMACIÓN de los elementos que la componen. Según el criterio de legitimación de la variable, distinguiremos los siguientes tipos: (a) la variable como posición semántica en donde el verbo o el predicado legitima el papel temático de la variable que es su argumento. (b) La variable como posición sintáctica en la que legitima su caso estructural. (c) La variable como un constituyente compuesto de variables individuales que ya han legitimado su papel semántico y su caso estructural y sobre el que actúa un operador que relaciona las variables individuales. Estos tres conceptos de variable se verán con mayor amplitud en la sección 4. En el apartado que sigue a continuación exploraremos la última noción de variable compleja. En resumen: en el presente capítulo utilizaremos el siguiente concepto de variable: (a) Una variable es una categoría vacía que ocupa una posición argumental (temática, o con caso) y que está localmente ligada por un operador en posición no argumental que es el que le da el valor. (b) El operador y su variable forman una cadena (operador, variable) en la que la coda es una posición temática. (c) Cada uno de los elementos de esta cadena deben ser legitimados. (d) La condición que prohibe la cuantificación vacua impide que dos operadores liguen una sola variable 228. (e) La variable de las construcciones que estudia227 Estas dos clases también se distinguen en Hornstein (1995), según vimos en el cap. II, sección 2. 228 Según esta condición o principio, todo operador debe ligar una variable. Los ejemplos que nos da Chomsky (1992: pág. 438) son:
(i) *Who John saw Bill? *(«¿Quién Juan ha visto a Pedro?») el operador Who («quién») no tiene ninguna variable que ligar. (ii) *Every some person left (Todo el mundo alguna persona se ha marchado) dos cuantificadores: «todo el mundo» y «alguna persona», ligan una sola variable en la forma lógica, que es el sujeto de «se ha marchado.
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mos en este capítulo no es una posición semántica (en el sentido de que los elementos que componen la variable ya tienen papel semántico), sino una posición sintáctica, aunque carece de caso. Es una variable de relación, y se compone de posiciones temáticas con caso. Por tanto, la constricción sobre la cuantificación vacua predice que hay un solo operador. Los elementos Qu múltiples no representan varios operadores, y la reiteración es un hecho de concordancia. Así, no hay equivalencia unívoca entre elementos Qu y operadores. 2.3.2. La variable compleja. Algunas pruebas Como hemos dicho, la variable compleja es una variable sintáctica pero sin caso, y en oraciones como (1) o (2) está compuesta por el sujeto y el objeto. Antes de abordar la posición en la que se forma, veremos algunos entornos que muestran la unión entre ambos constituyente, y aduciremos pruebas basadas en el efecto de superioridad y la dependencia del objeto respecto del sujeto. 2.3.2.1. Superiorioridad El efecto de superioridad fue observado por primera vez por Chomsky (1973) para el inglés y describe un fenómeno estructural Kratzer (1989) aplica también esta condición para explicar los casos de ligado no selectivo y la define aproximadamente del siguiente modo: (iii) Para todo cuantificador Cu, debe haber una variable x tal que Cu liga cualquier instancia de x tanto en la cláusula restrictiva como en la matriz. Esto explica los contrastes en las siguientes oraciones condicionales: (iv) a. *Cuando María sabe francés, lo sabe bien. b. Cuando una marroquí sabe francés, lo sabe bien La Forma Lógica de estas oraciones es: (v) *[operador Siempre [restrictor saber (María, francés)] [saber bien (María, francés)] En esta forma lógica, el operador siempre no liga ninguna variable, ni en la restricción ni en la matriz o ámbito nuclear. (vi) [operador SiempreX [Marroquí (x) & saber (x, francés)] [saber bien (x, francés)] En esta forma lógica el operador liga una variable tanto en la restricción como en el ámbito nuclear y por tanto cumple la condición que prohibe la cuantificación vacua, y la representación está bien formada.
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de las oraciones con interrogación múltiple según el cual, en construcciones interrogativas parciales con dos o más sintagmas interrogativos, se mueve en la estructura superficial el sintagma interrogativo que es superior, es decir, que tiene una posición jerárquicamente superior. Por ejemplo, en oraciones del inglés con el sujeto y el objeto interrogado, solo se mueve el sujeto, que manda al objeto y por tanto es superior a este, y el objeto permanece in situ. (18) a. Whoi hi bought what? (¿Quién ha comprado qué?) b. *Whatj did who buy hj (¿Qué ha comprado quién?)
Como el lector habrá observado al leer la traducción de estos ejemplos del inglés, en español no existe efecto de superioridad entre los sintagmas interrogativos con función de sujeto y de objeto 229. Chomsky (1973) explicó esta asimetría como una condición que actúa sobre las reglas según la cual, si una regla de movimiento puede aplicarse potencialmente a dos expresiones, y una de ellas es superior a la otra, esta regla de movimiento solo afectará a la expresión supe229
Tampoco muestran efecto de superioridad el alemán ni, según Rudin (1988) el polaco o el ruso, aunque sí el búlgaro. En rumano, búlgaro, polaco o ruso todos los sintagmas interrogativos se mueven en la estructura superficial, aunque, en opinión de Rudin, solo uno de estos sintagmas ocupa la posición del sintagma complementante, mientras que los restantes se adjuntan al sintagma flexivo: (i) a. Was2 (quéAcusativo) hat (ha) wer1 (quién Nominativo) h2 gekauft (comprado)? b. Wer1 (quién) hat (ha) h2 was2 (qué) gekauft (comprado)? el polaco no muestra efectos de superioridad y el sujeto o el objeto interrogado puede predecer al otro: (ii) a. Kto2 (quién nominativo ) co1 (quéacusativo ) h2 robit (hizo) h1 ? b. Co1 (qué acusativo) kto2 (quién nom) h2 robit (hizo) h1 ? El búlgaro, por el contrario, aunque mueve todos los sintagmas interrogativos al comienzo de la oración, sí muestra efectos de superioridad: (iii) a. Koj (quién) kogo (a quién) vizda (vee) b.*Kogo koj vizda También en húngaro se mueven todos los sintagmas interrogativos en la estructura superficial (Kiss 1991: pág. 117), aunque el orden izquierda-derecha muestra su ámbito relativo (iv) a. ‘Ki2 (quién) ‘mit1 (quéacusativo) javasolt (propuso) e2 e1? b. ‘Mit1 (quéacusativo) ‘ki2 (quién) javasolt (propuso) e2 e1? así, tanto la oración «¿Quién propuso qué?», como la oración «¿Qué propuso quién?» son gramaticales.
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rior. Una expresión A es superior a otra expresión B si A manda-c a B, o también, si toda categoría que domina A también domina B, pero toda categoría que domina B no domina A: (19) Condición de superioridad: ninguna regla puede mover Y hasta X (o puede ser aplicada a los elementos X, Y) en la estructura: «...X… [α … Z … -WYV …] …» en donde la regla puede aplicarse tanto a Z como a Y, y Z es superior a Y.
Al principio, esta condición se empleó para explicar la asimetría entre el sujeto y el objeto en la extracción. Luego Huang (1982a) también lo aplicó para explicar la asimetría entre adjuntos y argumentos 230. En lenguas que solo admiten que un sintagma interrogativo se mueva en la estructura superficial, y en oraciones que incluyan adjuntos y argumentos interrogados, es el adjunto el que debe moverse en la estructura superficial mientras que el argumento permanece in situ: (20) a. ¿Por qué has comprado qué b. *¿Qué has comprado por qué? c. ¿Cómo has arreglado qué coche? d. *¿Qué coche has arreglado cómo?
En estas oraciones, que contienen sintagmas interrogativos con función de adjunto (por qué, cómo) y sintagmas interrogativos con función de objeto directo (qué, qué coche), la oración en la que el adjunto permanece in situ y se mueve el objeto directo en la estructura superficial es agramatical. El efecto de superioridad, que muestran las oraciones (18a) y (18b), se ha intentado derivar posteriormente a partir de distintas versiones del Principio de las Ca230 Se distingue entre dos tipos de superioridad: (a) La superioridad común, o estandar (entre el sujeto y el objeto, como en inglés «Who saw what /*What did who see?»), que produce efectos claramente agramaticales, y que se explica mediante el Principio de las Categorías Vacías (Chomsky 1973) y (b) La superioridad pura (Pesetsky 1982, Lasnik y Saito 1982), que es marginal pero no agramatical, y no puede explicarse como una infracción del Principio de las Categorías Vacías porque la huella está regida por un núcleo léxico (regida-L). Este segundo grupo incluye las siguientes construcciones:
(i) a. ¿A quién has visto disparar contra quién? b.?? ¿Contra quién has visto disparar a quién? (ii) a. ¿A quién has pedido hacer qué b. ?? ¿Qué has pedido hacer a quién?
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tegorías Vacías 231. Nosotros aplicaremos para el par (18a) (18b) la versión formulada en Chomsky (1981), y en Lasnik y Saito (1984) basada en el principio de las catgorías vacías 232: (21) PRINCIPIO DE LAS CATEGORÍAS VACÍAS: una huella, que es una categoría vacía no pronominal, debe estar regida apropiadamente.
el concepto de RECCIÓN (Chomsky 1986b):
APROPIADA
se define del siguiente modo
(22) A rige apropiadamente B solo si (a) A está coindizada con B, y A es el antecedente de B (rección por antecedente), y (b) A es una categoría nuclear que marca temáticamente B, y A y B son hermanos (rección temática).
Como ya sabemos, los sintagmas interrogativos in situ se mueven en la Forma Lógica y se adjuntan al sintagma interrogativo que ha sido desplazado en la estructura superficial hasta el especificador del sintagma complementante, que es una posición no argumental que caracteriza a los operadores, según vimos en el capítulo IV. Así, las formas lógicas de las oraciones (18a) y (18b) son (23a) y (23b) respectivamente: 231
Entre estas versiones se pueden distinguir las siguientes:
(i) La huella debe estar regida por su antecedente o por un núcleo y el efecto de superioridad se explica como el fracaso en la rección por antecedente de la categoría vacía (Aoun, Hornstein y Sportiche 1981, Chosmky 1981, Huang 1982a, Lasnik y Saito 1984, 1992). (ii) Minimidad entre cadenas: Así, Chomsky (1986b) Rizzi (1991), explican los efectos de superioridad como una relación de minimidad entre cadenas (operador, variable), y Aoun et al. (1987) también aplican el criterio de Minimidad en el ámbito relativo de las cadenas (operador, variable). (iii) Conectividad: Kayne (1983) y Longobardi (1985) analizan este fenómeno como un caso de conectividad. (iv) La estructura de las sendas: Pesetsky (1982) y May (1985) explican los efectos de superioridad en la Forma Lógica mediante la condición de la inclusión del sendero, que formaliza el hecho estructural según el cual las sendas, o senderos que resultan de formar cadenas (operador, variable) en la sintaxis y en la Forma Lógica no pueden cruzarse sino que deben estar incrustadas las unas dentro de las otras. 232
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Véase V. Demonte 1989, pág. 122 y siguientes.
(23) a. [SC [Especificador what (qué)1 [Especificador who (quién)2]][C +Qu] [SF huella2 bought (ha comprado) huella1] b. [SC [Especificador who (quién)2 [Especificador what (qué)1][C +Qu] [SF huella2 bought (ha comprado) huella1]
En (23a), el sintagma interrogativo in situ what (qué) se ha movido en la forma lógica para adjuntarse al interrogativo desplazado en la estructura superficial who (quién), que ocupa la posición del especificador de un sintagma complementante cuyo núcleo tiene el rasgo de modalidad interrogativa que hemos simbolizado como «[+Qu]». Según vimos en el capítulo IV, en esta estructura de adjunción, podemos obtener una lectura de lista de parejas. Esta forma lógica está bien formada o construida, ya que ambas huellas están propiamente regidas. La huella del sujeto (huella2), está propiamente regida, pues está ligada por su antecedente, que es el sintagma interrogativo o también el operador semántico en posición no argumental. La huella del objeto (huella1) también está propiamente regida, ya que el verbo bought (compró) la rige. Sin embargo, en la forma lógica de la oración (18b), (23b), el sujeto no está propiamente regido, pues no está regido por el núcleo verbal, ni tampoco está regido por su antecedente, y el operador semántico no alcanza a ligarlo porque desde su posición de adjunto a what, este elemento interviene entre who y su huella, y de este modo impide que el interrogativo escueto who rija a la huella del sujeto (huella2), que no está propiamente regida. En las formas lógicas (24a) y (24b) de las oraciones (20a) y (20b), respectivamente, se muestra por qué la oración (20b) en la que el adjunto por qué permanece in situ es agramatical. Según la explicación clásica, los adjuntos no son marcados por el verbo, pues no son argumentos suyos, y por tanto, un adjunto necesita, para estar propiamente regido, estar regido por antecedente, o estar ligado por su operador semántico en posición no argumental. Esto solo se cumple cuando el adjunto se mueve en la estructura superficial, como en (20a) y por ello, únicamente la forma lógica (24a) está bien construida y representa una interpretación adecuada: (24) a. [SC [Especificador qué1 [Especificador por qué2]] [C +Qu] [SF has comprado huella1 huella2] b. [SC [Especificador por qué2 [Especificador qué1 ] [C +Qu] [SF has comprado huella1 huella2]
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Como ya hemos dicho, se ha observado que en español no existen el efecto de superioridad entre el sujeto y el objeto (Jaeggli 1991), aunque la superioridad sí se manifiesta en la Forma Lógica 233: 233 Jaeggli explica este hecho mediante la versión conjuntiva del principio de las categorías vacías, según la cual una huella debe estar regida por su antecedente en posición-A’ (rección por antecedente) y por una categoría nuclear que la marca temáticamente (rección temática), en cuyo caso se dice que esta categoría vacía está regida apropiadamente y cumple el principio de las categorías vacías. Por ejemplo, en el movimiento de los sintagmas interrogativos en oraciones con interrogación múltiple del inglés, se observa una asimetría entre el sujeto y el objeto en construcciones como Who saw what / *What did who see?. En esta lengua, la huella-Qu del sujeto no está regida por el núcleo de la flexión, lo que explica los efectos de superioridad según los cuales, en la estructura superficial debe moverse el sujeto o sintagma superior. Así, la representación en la Forma Lógica de la oración agramatical *What did who see?, después de que hemos adjuntado el sujeto-Qu (who) al especificador del sintagma complementante, ocupado por el sintagma interrogativo del objeto what, que se ha movido ya en la estructura superficial es:
(i) [SC [Whoi whatj ]j C0 [SF hi Flexión saw hj ] ] La huella de who está regida por su antecedente, pero no está regida por el núcleo de la Flexión, por lo que no cumple el PCV conjunto. Por el contrario, en la oración ¿Qué vio quién? del español, la huella-Qu del sujeto quién está regida por el núcleo verbal porque la secuencia verbo+Flexión ha subido al núcleo de la posición complementante, de forma que su núcleo rige la huella del sujeto. Por tanto, la sustitución de expletivos no excluye ¿Qué vio quién?: (ii) a. [SC[ quiéni quéj ]j [C vio] [SF pro Flex [SV [SV [V e] hj ] hi ] b. [SC[ quiéni quéj ]j [ C vio ] [SF hi Flex [SV [V e] hj ] En (iib), el sujeto expletivo, proi, ha sido sustituido por la huella, hi , pero el verbo vio rige esta huella. Sin embargo, el español y el inglés se comportan de modo semejante cuando en posición de objeto directo tenemos un sintagma nominal cuantificado en vez de un sintagma interrogativo in situ. Así, en español, la huella del sujeto que queda después de adjuntar el SCu sujeto en la Forma Lógica está regida por el cuantificador, pero no está regida por el núcleo del verbo, por lo que el Principio de las Categorías Vacías no se cumple en este nivel en contrucciones con interrogación y cuantificación. Esto explica la ausencia de ambigüedad en la oración ¿Quién vio a todos los estudiantes?: (iii) a. [SC Quiéni [vio [SF todos los estudiantesj [SF pro Flexión [SV [SV [V e ] hj ] hi ] b. [SCS Quiéni [vio [SF todos los estudiantesj [SF hi Flexión [SV [SV [V e ] hj ] ] Después de la sustitución de expletivos (Chomsky 1986a), la huella en la posición de sujeto, «hi», no está regida por vio ya que la adjunción del SCu al sintagma fle-
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(3) a. ¿Quién ha interrumpido qué? b. ¿Qué ha interrumpido h quién?
Además, el efecto de superioridad también aparece en la estructura superficial, en casos de movimiento de sintagmas interrogativos, cuando los sintagmas interrogativos sujeto y objeto forman una variable compleja: (1) a. ¿Quién ha interrumpido a quién? b. *¿A quién ha interrumpido quién?
2.3.2.2. Dependencia Observa Williams (1994) que en lenguas que muestran los efectos de superioridad estándar entre el sujeto y el objeto en la estructura superficial, el sintagma interrogativo objeto in situ depende para su interpretación del argumento superior. En español, el sintagma interrogativo objeto in situ depende del significado del sintagma interrogativo superior solo cuando los dos forman una variable compleja. Esta dependencia ocurre incluso cuando hay un tercer operador, ya sea un sintagma interrogativo o un verbo epistémico, en el ámbito de la variable compleja interrogada. Este operador, que de otro modo podría relacionarse individualmente con cualquiera de los sintagmas interrogativos, debe relacionarse con el sintagma interrogativo de la variable compleja. Por ello, si el sintagma interrogativo objeto y un tercer operador son interdependientes, el sintagma interrogativo sujeto no puede ser independiente. A continuación, veremos construcciones que incluyen un tercer operador de la siguiente clase: (a) un sintagma interrogativo objeto que forma parte del predicado, (b) sintagmas interrogativos adjuntos locativos y modales, (c) un verbo epistémico. 1) Un objeto Qu que forma parte del predicado. Observemos de nuevo (2a): (2a) ¿Quién ha interrumpido en qué a quién?
Quién y a quién forman una estructura (operador, variable) compleja. Ambos muestran efectos de superioridad, y el objeto no puede cruzar el sujeto: xivo lo bloquea. Para impedir que esto ocurra el SCu se adjunta en la Forma Lógica al SV, lo cual produce la lectura con ámbito reducido del cuantificador: (iv) [SC Quiéni [vio [SF hi Flexión [SV todos los estudiantesj [SV [V e ] hj ] ]
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(25) *¿A quién ha interrumpido en qué quién? 234
El sintagma preposicional en qué forma parte de la estructura aspectual del verbo, y a diferencia de a quién, no forma un constituyente con el sujeto. Por ello, como era de esperar, quién y en qué no producen efectos de superioridad: (26) ¿En qué ha interrumpido quién a quién?
Veamos ahora las relaciones de interdependencia interpretativa en (2a). A quién y en qué son dependientes, pues el sintagma preposicional depende del objeto directo a quién, y su significado es compatible con el de una oración en la que de forma no ambigua se exprese esta dependencia interpretativa: (27) ¿Quién interrumpe a quiéni en todo lo que proi hace?
en (27), el sujeto de la relativa coindizado con a quién fuerza la interpretación dependiente del sintagma preposicional. En (2a) a quién depende informativamente de quién, y admite una respuesta de lista de parejas: (28) Puerto ha interrumpido a Teresa y Teresa ha interrumpido a su hermana, a Rocío y a Puerto.
De forma indirecta, también quién y en qué se relacionan, y esto nos da la siguiente posible respuesta de listas emparejadas compatible con la pregunta (2a): (29) Puerto ha interrumpido a Teresa en su conferencia y Teresa ha interrumpido a su hermana en la ducha.
2) Sintagmas interrogativos adjuntos locativos y modales. No es posible una interpretación en la que el sujeto sea independiente y el objeto y el adjunto inicial formen listas de parejas, pues el objeto siempre depende del sujeto al margen de la relación que pueda existir entre los argumentos y el adjunto. Así, en la siguiente oración, no se obtiene una lectura de lista de parejas en la que se combine indiscriminadamente cualquiera de estos elementos: (30) ¿Dónde ha maquillado quién a quién? 234 No consideramos casos con entonación contrastiva, en los que si es posible la posición inicial de a quién:
(i) ¿A QUIÉN ha interrumpido quién en qué?
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(30) no admite una interpretación como (31), en la que el sujeto es independiente, y el objeto directo y dónde se emparejan: (31) Carmen ha maquillado a María en su habitación, a Marta en la sala y a Teresa en la biblioteca.
A quién es siempre dependiente del sujeto, al margen de la relación de los argumentos con el locativo. (32) a. ¿Cómo quiere quién a quién? b. ¿Cómo se quieren quién a quién?
En (32a), cómo puede depender del sujeto, del objeto o de ambos, mientras que en (32b) solo puede haber un cómo que incide sobre el sujeto (María y Jaime se quieren apasionadamente muertos). Igual que en el caso anterior, a quién siempre depende del sujeto. 3) Construcciones con verbos epistémicos. En las siguientes oraciones se observa que tanto el sujeto como el objeto pueden ser atraídos por un verbo epistémico: (33) a. ¿Quién crees tú que h ha delatado a quién? b. ¿A quién crees tú que ha delatado quién h?
En (33a), el sujeto Qu del verbo incrustado ha sido atraído por el verbo epistémico crees, y admite tanto una respuesta de lista de parejas como una respuesta individual: (34) a. Creo que María ha delatado a Jaime, Pepita a Juan... y Marisa y Carmen se han delatado la una a la otra. b. Creo que María ha delatado a Jaime.
En (33b) el objeto ha subido al especificador del sintagma complementante principal, por lo que en este caso, solo es posible la respuesta individual: (35) Creo que a Jaime lo ha delatado María.
Sin embargo, el objeto Qu no puede depender semánticamente del sujeto Qu del verbo epistémico: (36) a. ¿Quién1 crees tú que sabe quién que h1 ha delatado a quién2? b. Quién1 crees tú a quién2 sabe quién3 que h1 ha delatado h2?
En (36a), quién1 es atraído por crees, y quién2 depende de quién1. En (36b) quién1 es atraído por crees, mientras que a quién2 es atraído por sabe, pero no depende de quién3, sujeto de saber, sino de quién1. 265
4) Ambos argumentos pueden flotar juntos. Esto se observa en (37b), en donde el sujeto y el complemento regido se han extrapuesto. Por el contrario, un argumento (quién) y un adjunto (por qué) no forman constituyente y deben ser coordinados para poder flotar (38): (37) a. ¿Quién ha declarado contra quién? b. ¿Ha declarado [quién contra quién]? (38) a. ¿Por qué ha declarado quién? b.*¿Ha declarado quién por qué? c. ¿Ha declarado quién y por qué?
En resumen, la variable interrogada objeto de nuestro estudio es compleja. Está formada por el sujeto y el objeto, es decir, por variables individuales definidas como posiciones temáticas y posiciones con caso estructural. La presencia de efectos de superioridad y la interdependencia del objeto y del sujeto muestran la unión de estos argumentos. 2.4. La categoría de la variable compleja ¿Cuál es la naturaleza categorial de la variable compleja? Hasta ahora hemos visto que esta variable compleja se caracteriza por lo siguiente: (a) Es una posición sintáctica construida. (b) Los elementos que la integran tienen caso y papel temático 235. Por ello, estos elementos deben poder relacionar las posiciones con caso estructural, externas al sintagma verbal que se asigna en el especificador de los sintagmas de concordancia del sujeto y del objeto, con la posición temática interna al sintagma verbal. Dejamos la cuestión de cómo se enlazan ambas posiciones para más adelante. (c) La variable compleja se satura mediante las distintas relaciones que pueden contraer el sujeto y el objeto, como lo demuestra la prueba de las distintas respuestas que constituyen el rango de esta variable. Por tanto, se podría decir que lo que se interroga es la relación, y que la variable compleja es una variable de relación, que debe concordar con la voz 235
También hemos visto que solo los objetos que forman parte de la estructura argumental del verbo, pero no los objetos asociados a la predicación, pueden formar una variable compleja con el sujeto.
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verbal si queremos que permita tanto las respuestas independientes como las respuestas distributivas, reflexivas o recíprocas. Por ello creemos que los sintagmas nominales de la estructura argumental suben al especificador del sintagma voz, tanto en la voz reflexiva como en la activa. 2.5. La posición sintáctica de la variable La variable de relación se forma en el especificador del sintagma voz, tanto para la voz activa como para la voz reflexiva. Ello es así por las siguientes razones: a) En esta posición puede concordar con la voz verbal, sin marca expresa para la activa y marcada por el clítico se en la reflexiva. De este modo podemos obtener tanto las respuestas independientes (singulares y plurales) como las respuestas distributivas, las reflexivas o las recíprocas. Por tanto, parece que es necesario que los sintagmas interrogativos sujeto y objeto se muevan desde su posición temática al especificador del sintagma voz, en donde forman una variable compleja. b) Esto explica por qué los efectos de superioridad solo se muestran en algunos objetos en español. Sucede con los objetos que son parte de la estructura argumental del predicado, que son los que forman un constituyente con el sujeto cuando se mueven al especificador del sintagma voz, frente a los objetos que son parte de la estructura predicativa, que no ocupan esta posición. 3. LA ABSORCIÓN DE OPERADORES MÚLTIPLES EN LA FORMA LÓGICA. LA DESCOMPOSICIÓN DE LA HUELLA EN RASGOS Existen dos propuestas que podrían explicar estas construcciones con un operador de interrogación y una variable compleja. Se trata de la teoría de la absorción de operadores múltiples en la Forma Lógica formulada por Higginbothan y May (1981) y May (1985), y de las teorías de la descomposición de la huella del sintagma interrogativo en rasgos de Sloan (1991) y de Chierchia (1992). Creemos que tales teorías no pueden representar adecuadamente las propiedades cruciales de las construcciones que estamos estudiando y a continuación vamos a ver por qué. 267
3.1. La absorción de operadores múltiples en la forma lógica La absorción es un proceso de la Forma Lógica que se aplica a representaciones con dos o más operadores del mismo tipo en las que se simplifica el elemento común a estos. Así, los operadores repetidos, que son expletivos e innecesarios para la interpretación, pueden ser eliminados. Una de las consecuencias del proceso de absorción es que las variables que comparten el mismo operador que ha sido simplificado se relacionan y se interpretan como listas de parejas de elementos. Por ejemplo, la absorción se emplea para derivar las representaciones en la Forma Lógica de oraciones con cuantificación múltiple con dos operadores del mismo tipo como las construcciones en (39): (39) a. Alguien ha dicho algo. b. Aquí nadie quiere a nadie. c. ¿Qué piloto que le disparó alcanzó a qué MIG que lo perseguía?
En (39a) hay dos cuantificadores existenciales, alguien y algo y pueden reducirse a un solo operador existencial en la Forma Lógica. En (39b) los dos cuantificadores negativos se pueden reducir a un solo operador de negación y en (39c) los dos sintagmas interrogativos qué piloto… y qué MIG… pueden simplificarse y absorberse en una estructura con un solo operador de interrogación, lo que nos permite obtener una respuesta de lista de pilotos y aviones MIG emparejados. Así, la operación de la absorción convierte una secuencia de un número n de operadores del mismo tipo en un solo operador n-ario, y puede formularse del siguiente modo: (40) Opx Opy [... x ... y ...] → Opx, y [ ... x ... y ...] 236 236 Higginbotham y May (1981), May (1985) aplican también la absorción a estructuras cuantificadas n-arias en las que los operadores no son del mismo tipo. De este modo explican el ligado cruzado en la paradoja de Bach y Peters (1968):
(i) a. Todo piloto que le disparó alcanzó a algún MIG que lo perseguía. b. ¿Qué piloto que le disparó alcanzó a qué MIG que lo perseguía? c. ¿Qué piloto que le disparó alcanzó a algún MIG que lo perseguía? d. ¿Qué MIG que lo perseguRa alcanzó a todo piloto que le disparó? En el modelo de May (1977), (ia) admite dos formas lógicas: (ii) a. [todo ... le2 ... ]1 [ algún ... lo1 ... ]2 [e1 alcanzó a e2 ] b. [algún ... lo1 ... ]2 [todo ... le2 ... ]1 [e1 alcanzó a e2 ] según este sistema, no se puede construir una Forma Lógica en la que los dos pronombres que se interpretan como variables ligadas están mandados-c por el cuanti-
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Curiosamente, hay ocasiones en las que sucede el fenómeno opuesto al de la absorción o simplificación de operadores del mismo tipo, pues o bien no hay operadores o bien están marcados defectivamente, como es el caso que ha sido tantas veces observado de las llamadas VARIABLES LIBRES, como por ejemplo Pro te llaman por teléfono o La buena música reconcilia e con uno mismo, que se interpretan respectivamente como «Alguien te llama por teléfono» y «La buena música reconcilia a todo el mundo consigo mismo» 237, de modo que la presencia o la ausencia de operadores no puede servirnos como criterio para determinar la naturaleza de la estructura cuantificada. Las construcciones más conocidas que ejemplifican estos hechos son: a) Las oraciones con ligado no selectivo de los indefinidos (Lewis 1975, Heim 1982, Pesetsky 1989. Véase también Rizzi 1982, Authier 1989, Hernanz 1990, V. Demonte 1989 para el ligado no selectivo de los argumentos nulos en las lenguas romances): (41) a. Si un campesino tiene un asno, siempre le pega. b. Si un campesino tiene un asno, a veces le pega.
b) El cierre existencial. Los indefinidos con interpretación existencial son ligados por un operador existencial abstracto (Heim 1982) (42) Un magistrado tiene un asno.
c) Las construcciones distributivas seleccionan dos argumentos y sin embargo, están marcadas por un solo operador. Este puede ser o bien el cuantificador distributivo cada, que precede el sintagma nominal que es el dominio de la distribución (43a) o el numeral distributivo sendos, delante del sintagma nominal que es el rango de la relación (función) distributiva (43b) (Bosque 1992): ficador que los liga. En (iia), algún no manda-c a le, y en (iib) todo no manda-c a lo. La regla de absorción forma un cuantificador binario, SNC1,2, en el que los dos operadores se mandan-c mutuamente, por lo que los pronombres incluidos en las oraciones de relativo de la restricción de los cuantificadores son mandados-c por cualquiera de ellos y pueden ser ligados: (iii) [SNC1,2 [ todo ... le ...]1 [algún ... lo ...]2 ] [ O ... e1 ... e2 ... ] 237
Véase V. Demonte (1989: pág. 212), quien discute el estudio de Authier (1989) sobre los objetos nulos que se analizan como variables libres y se interpretan con significado «arbitrario» o «general»: por ejemplo, en «La buena música reconcilia e con uno mismo» se interpreta el objeto nulo como una variable universalmente cuantificada y equivale a «Para todo x, tal que x es una persona, la buena música reconcilia a x con x».
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(43) a. Cada N1 (de SNpl) ... SN2 b. SNpl1 ... sendos N2 (44) a. Cada oveja vino con una de sus parejas. b. Todas las ovejas vinieron con sendas parejas. c.*Cada oveja vino con sendas parejas.
No obstante, el procedimiento de absorción de operadores múltiples en la Forma Lógica no explica las construcciones interrogativas que estamos estudiando y las razones se pueden resumir del siguiente modo: En primer lugar a diferencia de las estructuras con variables existenciales libres múltiples, la construcción tiene una sola variable compleja, por lo que hay también un solo operador. En segundo lugar la reiteración de elementos Qu distingue a esta variable compleja de las variables biargumentales distributivas. Estas últimas son funciones y sus elementos se asocian a través de la predicación. Así, en el sintagma nominal la pareja de cada oveja, que admite la construcción con el determinante posesivo -su pareja-, las parejas son funciones de las ovejas. Por el contrario en las variables complejas se forman distintos tipos de relaciones y es la relación lo que se pregunta mediante un único operador de interrogación. La respuesta consiste, entonces, en enumerar la lista de relaciones posibles entre los argumentos, que pueden ser asociados del siguiente modo: a) Uno a uno: ¿quién ha interrumpido a quién? b) Muchos entre muchos. En este caso pueden darse las siguientes interpretaciones: i) Distributiva: A Quién ha interrumpido cada juez? (distribución exhaustiva) ii) Acumulativa: ¿A quién han interrumpido todos los jueces? (DISTRIBUCIÓN NO EXHAUSTIVA; DENOTA UN REPARTO DESIGUAL). Por último la estructura de adjunción formada por la regla de absorción no predice una jerarquía incorrecta. Sin embargo, no da cuenta de que la reiteración de elementos «Qu» es un hecho de concordancia. 3.2. La descomposición de la huella en rasgos La propuesta de la variable compleja ha sido defendida por varios autores. En este apartado veremos los modelos de Sloan (1991) y de Chierchia (1992), en los que se descompone el sintagma interrogativo en rasgos, y la ambigüedad de construcciones del tipo ¿A quién 270
quiere todo el mundo? se explica como resultado de la interacción entre el ámbito del cuantificador y los rasgos de la huella del sintagma interrogativo. Kelly Sloan (1991) explica la ambigüedad de la oración inglesa Who did everybody see? («¿A Quién ha visto todo el mundo?») del siguiente modo. Propone que el cuantificador escueto interrogativo quién está compuesto de los siguientes rasgos léxicos: un operador de interrogación (OpQu) y un pronombre anafórico nulo (proQu ). (45) [ OpQu [ proQu ] ]
El operador de interrogación determina el ámbito absoluto del sintagma interrogativo mientras que el pronombre anafórico indica el ámbito relativo. El pronombre anafórico puede ser arrastrado por el operador de interrogación o puede permanecer in situ. En el segundo caso, el cuantificador todo el mundo manda-c proQu, y todo el mundo se interpreta con ámbito extenso (46b): (46) a. [SC A Quién proQu [SF todo el mundo ha visto h] ] b. [SC A Quién [SF todo el mundo ha visto h proQu] ]
Por su parte, Gennaro Chierchia (1992) explica la interpretación de ámbito extenso del cuantificador universal everyone, en la oración inglesa Who does everyone like? («¿A Quién quiere todo el mundo?») del siguiente modo. Descompone ha huella del sintagma interrogativo en dos tipos de índices: un índice funcional y un índice argumento. Los dos índices están configurados en una estructura de adjunción, y ello le permite explicar la dependencia del Qu respecto del cuantificador universal no como un hecho de ámbito, sino como una función: (47) [ SNi [SNi h ] [SNj e ]].
El índice funcional (i) es una huella-Qu, mientras que el índice argumento (j) es un pronombre ligado por un cuantificador. Algunas pruebas a favor de este análisis son: (a) a diferencia de la huella, el índice argumento no forma una cadena con su antecedente, ya que no comparte con el antecedente un papel temático. Más bien, el índice argumento recibe un papel temático independiente de adjunto (de forma semejante a su madre de las formas lógicas inversamente encadenadas la madre de quién; (b) el índice argumento (j) está ligado por el sintagma nominal cuantificado, lo que es un prueba a favor de que los índices argumento son elementos pronominales de algún tipo. La re271
presentación propuesta por este autor puede esquematizarse del siguiente modo: (48) [SCA quiéni [SF todo el mundoj [SV quiere [SNi [SNi h] [SNj e]]]]
3.3. Nuestra propuesta sobre la variable compleja No podemos considerarlo un caso de absorción de operadores múltiples en la Forma Lógica ya que tenemos una sola variable compleja y por tanto, un solo operador interrogativo, según la constricción sobre la cuantificación vacua. Esta variable no es una huella compleja por lo siguiente: (a) No es una variable compuesta de rasgos sino de dos argumentos, y cada uno tiene un papel temático independiente. (b) Aunque forman un constituyente complejo no pierden su independencia, por lo que estos elementos no son una función. Esto explica que sea posible la respuesta individual no dependiente, así como la disparidad en los análisis 238. (c) Este constituyente complejo es una posición sintáctica, y no es una posición argumental, dado que los argumentos que lo integran ya tienen papel temático. 4. LA ESTRUCTURA DEL OPERADOR SIMPLE- VARIABLE COMPLEJA Proponemos la siguiente estructura informal: (49) [SC [SF … [Svoz SQu [ voz] [SV …]]]
Los elementos de la cadena (operador, variable) del sintagma interrogativo in-situ son: 1) El operador de interrogación. Hay un solo operador de interrogación que representamos mediante el elemento abstracto qué, de manera que el SQu estaría compuesto de los siguientes elementos: (50) [SQu [Qu qué] [operador de relación [variable n-aria x, …, y]]]
238 May (1985) considera que de las dos interpretaciones (la respuesta de lista de parejas: María quiere a Juan, Carmen quiere a Jaime ..., y la respuesta funcional: María quiere a su abuela) la lectura funcional es una abreviatura de la lectura relacional de lista de parejas. Para Chierchia (1992) la respuesta funcional es la interpretación básica, de la que puede derivarse la lectura de lista de parejas.
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El operador de interrogación aparece duplicado en la estructura superficial con cada sintagma interrogativo, como sucede con los términos de polaridad y la reiteración del elemento Qu es un hecho de concordancia. 2) El operador de relación selecciona como argumento la variable n-aria y forma una variable compleja. Después, la marca abstracta de interrogación, qué, satura esta variable compleja. 3) El rango de esta variable compleja es las posibles respuestas. Al saturar la variable mediante una respuesta se hace explícito el marcador, por lo que el rango de la variable compleja podría estar representado por uno de estos marcadores. La pregunta (1a) (¿Quién ha interrumpido a quién?) permite las siguientes respuestas: a) Respuestas independientes, que pueden ser singulares o plurales: i) singular: María ha interrumpido a Teresa. ii) plural: María y Rocío han interrumpido a Teresa y Puerto. b) Respuestas dependientes: i) lista de parejas: María ha interrumpido a Teresa, Carmen ha interrumpido a Jaime... ii) respuesta distributiva (functional): Cada uno a interrumpido a su madre. iii) respuesta reflexiva: María se ha interrumpido a sí misma. iv) respuesta recíproca: María y Teresa se han interrumpido la una a la otra. Esto nos indica la naturaleza de esta variable compleja. Esta variable se caracteriza por ser una posición sintáctica, ocupada por los dos sintagmas interrogativos que forman un solo constituyente, como lo demuestran los siguientes hechos: (a) hay dependencia semántica entre sus componentes; (b) los sintagmas interrogativos muestran efectos de superioridad (*A quién ha interrumpido quién, o focalizado: Ha interrumpido quién a quién/ *a quién quién, /*el otro a uno) 4) La variable del operador de relación tiene una estructura «[uno Prep uno] de SN»: (51) Operador de relación [variable n-aria [x1 [uno] de SN] [y2 [uno] de SN]]
El operador de relación compara la identidad de las variables simples. El sintagma nominal es el restrictor que denota el rango de estas variables, y aparece en el especificador del sintagma de concordancia del sujeto y en el especificador del sintagma de concordancia del objeto como pro o como una expresión referencial. Los siguientes procesos 273
permiten construir las respuestas que se obtienen en preguntas como ¿Quién ha interrumpido a quién? a partir de la estructura (42): En primer lugar, el verbo asigna papel temático a sus argumentos. Se podría pensar que los sintagmas interrogativos se forman en la configuración de asignación temática siguiente (52) [SV qué alguien [V’ V qué alguien] ]
pero entonces sólo se interrogaría la identidad de los argumentos, no la relación. Luego el verbo sube al núcleo del sintagma voz, (y opcionalmente, del sintagma negación), de los sintagmas de concordancia del sujeto y del objeto, y del sintagma tiempo. Los dos argumentos suben juntos al especificador del sintagma voz. El operador interrogativo qué no interroga la voz verbal dado que no admite la pasiva. Sólo interroga la identidad de los argumentos y su relación. El operador de interrogación se aplica sucesivamente a los siguientes elementos: a) Primero se interroga la restricción, y el operador de relación compara la identidad de estos sintagmas nominales. Una prueba de ello es que no existen: (53) a.*¿Quién/ (cuál) de los marineros? b.*Alguien (uno) de los marineros.
b) Si la restricción es igual, entonces el operador de relación compara la identidad de los elementos que comparten el mismo rango. Si es igual, obtenemos una construcción reflexiva, y si es distinta, una recíproca. La identidad de la restricción puede entonces interrogarse y el clítico se aparece en el núcleo del sintagma voz: (54) ¿Quiénes se han interrumpido a sí mismos/ (cada) uno al otro?
c) Si la restricción es distinta el elemento Qu se copia en cada uno de los argumentos. d) El argumento superior y también el inferior, pueden hacer explícitos otros tipos de relaciones concordando sucesivamente con los núcleos de los siguientes sintagmas funcionales: con el sintagma negación, o con el sintagma foco (en singular o en plural): (55) ¿A quién no ha interrumpido nadie? (56) a. ¿A quién ha interrumpido María? b. María ha interrumpido a Teresa. c. Los manifestantes han interrumpido a los excursionistas.
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