La crisis del desarrollo argentino : de la frustración al crecimiento vigoroso
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HC 175 P73 1986

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LIBRERIA ''EL ATENEO'' EDITORIAL

IUEIOS AIRES · LIMA · RIO DE JANEIRO · CARACAS · MEXICO IARCELOI ,. MADRID· IOGOTA Original from Digitized by THE UNIVERSl1Y OF TEXAS

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Todos 101 derechoe r..ervadoa. Este llbro no puede reproducirae, total o parclalmente, por ningun .,,.todo graf ico, electr6nlco o mecanlco, lncluyendo 101 alstemas de fotocopla, reglstro magnetof6nico o de alimentaci6n de datos, sin expreso consentlmiento del editor. Oueda hecho el dep6sito que establece la ley N° 11.723. ~ 1986 ··EL ATENEO" Pedro Garcia S.A. Librerla, Editorial e lnmoblllarla, Florida 340, Buenos Aires . Fundada en 1912 por don Pedro Garcra.

ISBN 950-02-6293-2 IMPRESO EN LA ARGENTINA



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INDICE Nora de la editorial. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Nola prelin1inar................................ . Capitulo primero. UNA VISION DE CONJUNTO. . . Capitulo segundo. EL DESEQUILIBRIO DINAMICO INTERNO Y LA CRISIS DE ACUMULACION. . .

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I. Desequilibrio e inflaci6n . 1. El desequilibrio y las innovaciones tecnologicas. 2. La apropiacion de/ fruto de/ progre-

so tecnico. 3. La retencion de/ fruto. 4. Los estratos favorecidos f uera de las e111presas. S. Las dos variables de la in/lacion. 6. El poder redistributivo y la autoridad 111onetaria. 1. La espiral inflacionaria. 8. La presion redistributiva y la inflacion. 9. La influencia de/ ciclo internacional. 10. El plan antiinflacionario argentino. II. Los graves errores de la politica econ6mica. 1. Medidas que acentuan el desequilibrio interno. 2. Efectos de la inflacion repri111ida. 3. Medidas erroneas de/ Banco Central. 4. /neficiencia publica y privada. Ill. La trasformaci6n del modo de acumulaci6n. 1. Los estratos favorecidos y la dina111ica de/ siste111a. 2. El se11tido de la trasfor111acion. 3. La acu111ulacio11 e11 las e111presas y fuera de el/as. 4. Las decisiones politicos de la rrasforn,acion. S. Otros aspectos de la trasfor111acion.

Capitulo tercero. LA TENDENCIA AL DESEQUI-

LIBRIO EXTERIOR. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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1. La Argentina periferica. 2. Los centros y la industrializaOriginal from

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ci611 periferico. 3. Los expurtociunes industrioles de lo periferio y lo reocci6n de /us ce111rus. 4. lo111e11tobles incu111pre11siu11es en estos 111utociu11es. 5. lo sustituci6n de i111purtociu11es es u11 esfuerw cumbinodu. 6. El pope/ de las 1ros11ociunoles. 1. lo pu//tico cumerciol i111ernociunol. 8. lo prutecci611 y el operturismu. 9. El operturis111u orgentinu.

Capitulo cuarto. LAS RELACIONES CON LOS CENTROS... ..... . ............ . ..........

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I. Las vicisi1udes de) centro dinamico principal. I. El centru dinamicu y sus desburdes inflociunorius. 2. lo succi6n de /us recursus interirociunoles. 3. lo deudo externo y las respunsobilidodes convergentes. 4. Lo deudo, el potr6n oro y los derechos especioles de giro (DEG). II. Las ideas de los centros y las ins1i1uciones de Breuon Woods. I. lo creoci6n de/ Fonda y de/ Banco. 2. Los octividodes de/ Fonda. 3. Los criticos al Fonda . 4. Oposici6n a uno uni6n de pogos. lll . La dependencia. I. lo hegemonio de/ centru dinamico principal. 2. Dependencio y desorrollo. 3. Convergencio en lo politico econ6mico inlernocionol.

Capitulo quinto. LA CRISIS DE LAS IDEAS . . . . . . . .

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I. Mi posici6n doctrinorio. 2. Los mutociones de lo eslructuro de lo sociedod y los neoclasicos. 3. El esquemo centroperiferio. 4. lo tendencio al deterioro de los terminos de/ intercombio. 5. Los controdicciones te6ricos de los centros. 6. Lo propensi6n a engul/ir las teurfos de los centros. 1. Los controdicciones de lo tecnico. 8. Los relociones de poder en el intercombio. 9. Lo crisis de/ sociolismu cuncreto. IO. Soluciones y /eyes de/ mercodo.

Capitulo sexto. REFLEXIONES FINALES.... ..... I . Mutociones estructuroles y persistencio de un modo onocr6nicu de ocumuloci6n. 2. Acumuloci6n y fuerzo de trobojo. 3. Un nuevo modu de ocumuloci6n. 4. Empleo Y. ocumuloci6n. 5. lo coporticipoci6n de/ Estodu en el desorro//o. 6. Lo crisis de los centros. 7. lo etico de lo opropioci6n, lo redistribuci6n y el desorrollo.

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NOTA DE LA EDITORIAL

El doctor Raul Prebisch escribio esta obra entre fines de 1985 y principios de 1986. En las horas previas a su deceso, acaecido el 29 de abril de este ultimo allo, habla comenzado la revision final de/ manuscrito. No tenla la intencion de llevar a cabo una revision muy profunda, pues ya habla corregido varias versiones anteriores,· m6s bien le interesaba aclarar unos pocos p6rrafos. Lamentablemente, no le Jue posible terminar su labor. Editorial ''El Ateneo'' publica la obra ta/ como el autor la dejo, convencida de que cualquier modificacion que se le hubiera hecho con el fin de mejorar algunos detalles implicarfa el serio riesgo de alterar su contenido.

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Mlentras estoy sentado a la mesa de trabajo de mi padre, recordando las cosas simples que a el le gustaban -conversar, disfrutar de la buena mesa y bromear- no puedo olvidar lo que mas amaba, la Argentina, su tierra. Este amor a su pals lo proyecto hacia America latina, y este mismo amor lo llevo a formula, su vision de una America latina economicamente desarro/lada, integrada, democratica y con justicia social. Deseo que tanto los esiudiosos de su obra como sus dis• clpulos aprendamos como el a disfrutar la vida, trabajando por el progreso de la Argentina, de America latina, asl como de/ resto de/ mundo. En memoria de mi padre espero que este libro, su ultimo esfuerzo, inspire a los argentinos, ayudandoles a cerrar las heridas de/ pasado, para construir una mejor Argentina. Estos fueron sus deseos cuando resolvio regresar para ayudar a su pals. Raul Prebisch (hijo) Santiago de Chile, S de mayo de 1986 •

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NOTA PRELIMINAR

He dialogado frecuentemente en el pais sobre la frustraci6n del desarrollo argentino y, asf mismo, en mis viajes al extranjero, en donde nose alcanza a comprender las razones de nuestra postraci6n econ6mica y zozobra politica. Presento ahora el contenido de esos dialogos tratando de ordenarlos met6dicamente, sin sacrificar su sentido, y depurandolos de elementos circunstanciales. Agrego tambien el dialogo que suelo tener conmigo mismo, sobre todo para esclarecer o enriquecer ideas que surgieron en el curso de las conversaciones. · En estos dialogos procuro penetrar en las raices estructurales de esta crisis argentina que nos ha frustrado durante largos aftos. Creo demostrar que, a medida que penetraba y se difundia la tecnica, ocurrieron grandes mutaciones en la estructura de la sociedad en todo el ambito del capitalismo. Y, a pesar de ello, seguimos con el mismo modo de apropiaci6n del fruto de esa tecnica y acumulaci6n de capital reproductivo. Ese modo ha sido superado por los acontecimientos, y, si nos negamos a reconocer esta verdad esencial, no seremos capaces de atacar a fondo la inflaci6n, que en nuestros ·tiempos es de indole estructural. Afirmo tambien que la misma crisis estructural se presenta en los centros. Sus constcuencias adversas agravan las falias de nuestro propio desarrollo debido a la condi-

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ci6n periferica que continua prevaleciendo y que no hemos sabido aun eliminar como hubiese sido posible. No creo en modo alguno que se trate de la decadencia del capitalismo como sistema global. Se trata, mas bien, de un anacronismo de las ideas sobre las cuales se sustenta y que van a la zaga de los grandes carnbios que se ban operado en la estructura de la sociedad y en la composici6n del poder. Se impone trasformar el modo de apropiaci6n y acumulaci6n (junto con otras trasformaciones) a fin de que la tecnica pueda cumplir su papel de difundir el bienestar humano como ha demostrado poder cumplirlo, aunque en dimensi6n muy limitada si se le compara con la creencia primigenia en la expansi6n indefinida del capitalismo en el ambito planetario. Mis ideas son fundamentalmente diferentes de las teorias que surgieron en la segunda rnitad del siglo XIX, pero que ban retornado con fuerte impulso. Mas estoy dispuesto a la controversia, por dura que fuere. Subrayo, asi mismo, en mis conversacianes, la importancia decisiva del juego del mercado. Pero las leyes del mercado no son capaces de resolver problemas estructurales ni atacar las contradicciones de la tecnica. El Estado tiene que hacerlo compartiendo con la iniciativa individual la responsabilidad del desarrollo, si bien su hipertrofia debilita su aptitud de ejercer esta responsabilidad. Pero no caigamos en lamentables confusiones. Donde se ha prescindido de esas leyes, y se ha renunciado a la libertad econ6rnica, se decide en la cuspide del Estado lo que ha de producirse y consurnirse con grave desmedro de la productividad y muy serias consecuencias politicas. Hay tambien una crisis evidente en el socialismo concreto. Ademas, exarnino en estos dialogos los muchos y variados errores que hemos cometido en la Argentina. Pero escapo a la comprensible tentaci6n de mencionar personas. No es ese mi o\,jetivo, sino esclarecer su significaci6n a fin de prevenir el riesgo de recaer en ellos o en otros semejantes. 14 Digitized by

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Por lo demas, creo que el dilatado y muy dificil empefto de superar la crisis nos obligara a desplegar un gran esfuerzo para ponernos de acuerdo sobre puntos fundamentales. En medio siglo de penosas vicisitudes, nos hemos acostumbrado a exaltar diferencias personales antes que procurar entendimientos primordiales. Es claro que, en estos tiempos de gran efervescencia, surgen aspiraciones politicas que dan vuelo a la pugna personal y al juego de facciones en desmedro de aquel esencial entendimiento. Me abstengopeliberadamente de participar en ello. Sin embargo, tengo a veces la impresi6n de que se , me atribuye esta suerte de aspiraciones, manifiestamente incompatibles con mi avanzada edad. Pero no voy a rehuir la polemica en un piano estrictamente intelectual. Antes bien, la deseo con vehemencia para contribuir a la dilucidaci6n de problemas y al escogimiento de soluciones concretas. Estoy decidido a hacerlo mientras siga disponiendo de la energia que se me ha concedido generosamente, no obstante mis escasos merecimientos. Tengo fe inconmovible en el pais argentino. Me sorprende y admira la sensatez que esta demostrando la opini6n popular frente a grandes problemas, cuando se sabe explicarlos. Sepan hacerlo los hombres politicos. Y sepamos nosotros cooperar con ellos en la cabal comprensi6n de nuestros problemas. No hay nada abstracto o esoterico en el desarrollo. Y si parece lo contrario, es por la prevalencia de dogmas o la gravitaci6n de intereses. He procurado evitarlo en el curso de estas conversaciones y estoy dispuesto a seguir haciendolo como deber indeclinable.

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CAPITULO PRIMERO UNA VISION DE CONJUNTO P: Quisieramos queen estas conversaciones usted nos explicara a/go que esta en la mente de todos los argentinos. ;,Por que este pals de considerable potencial productivo ha demostrado tan debil dinamismo? ;,Por que ha retrocedido, en verdad, y por que su desarrollo, torpe y conflictivo, estaba 1/egando recientemente al borde de una hiperinflacion? Acaso fuera conveniente para orientar las preguntas que usted nos anticipara escuetamente la orientacion de su pensamiento. ;,Por que ha pasado todo esto? R: Son preguntas que se me formulan con frecuencia, tan to aqui, en el pals, como en mis viajes al exterior. Es un caso patetico de frustraci6n que intriga y desconcierta a propios y extrai\os. Hemos quedado a la zaga de otros paises comparables, a la zaga de nuestro gran potencial de desarrollo. Seguimos en la periferia de la economia mundial, cuando hubieramos podido salir de eHa. jPareceria que nuestros esfuerzos se han dirigido a mantener nuestra condici6n periferica! Pues bien, si ustedes me piden adelantar un concepto para desenvolverlo despues, diria lo siguiente: estamos presenciando cambios tecnol6gicos de enorme trascendencia en el sistema global de! capitalismo, cambios que extienden la frontera de! adelanto tecnol6gico como venia aconteDigitized by

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ciendo desde la revoluci6n industrial de la segunda mitad de! sig]o XVIII . Sucede, sin embargo, que el pensamicnto econ6mico no ha sabido responder, todavia, a las consecuencias de estos carnbios. Scguimos como si nada hubiesc pa;ado. Seguimos adhiriendo a las teorias convencionalcs elaboradas en los centros hace mas de un sig)o, mientras el pensarniento en otros campos cientificos ha evolucionado con gran celeridad. El caso de nuestro pais es muy lamentable, pues han vuelto teorias que creiamos superadas por los acontecimientos, y, lo que es peor, que han guiado la praxis del desarrollo argentino con consecuencias desastrosas. Son teorias que, por un inconcebible prurito de asepsia doctrinaria, prescinden de la estructura de la sociedad y de las grandes mutaciones queen ella ocurren a medida que se desenvuelve y penetra el progreso tecnico, mutacioncs que van acompai\adas de grandes cambios en la estructura de poder. No podriamos comprender los fen6menos econ6micos, sociales, politicos y culturales que han venido acaeciendo si no examinamos la significaci6n y profundidad de estas mutaciones. No hemos sabido responder a ellas y hemos cometido graves errores al enfrentarlas en el curso del medio sig]o que ha trascurrido desde la gran depresi6n mundial; tambien hemos tenido algunos aciertos, pero han prevalecido los errores.

P: El pois vuelve a emprender el proceso de democratizacion, aleccionado por duras experiencias. ;, Como ve usted estas aspiraciones tan manifiestas ahora en la rea/idad argentina frente a la frustraci6n de/ desarrol/o? R: Esta pregunta de ustedes coincide con una persistente preocupaci6n mia. No me parece que en el analisis politico se ha dado suficiente importancia a esas mutaciones que la penetraci6n y difusi6n de la tecnica han traido consigo en la estructura de la sociedad. Su incidencia sobre la distribuci6n de! ingreso y la acumulaci6n de capital me parece de profunda significaci6n y, si no se obra energica y 18 Original from

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eficazmente sobre estos fen6menos, no lograremos imprimir vigor al desarrollo, impulsar la equidad social y lograr la plena autonomia del desarrollo, sin comprometer su estabilidad politica. El pals no puede volver al pasado. Tiene que emprer:der mas bien la trasfor1naci6n de la economia. Sin ello el proceso de democratizaci6n, por hondas que sean nuestras convicciones despues de tiempos aciagos, podria tropezar con muy serios obstaculos. P: En sus escritos de los ultimas allos, usted ha comentado no solamente las mutaciones en la estructura de la sociedad sino tambien las contradicciones de la tecnica, que en los paises de la perijeria sue/en tener gran importancia. tC6mo se presentan en el caso argentino? R: Efectivamente, st>n muy importantes y estan estrechamente vinculadas a esas mutaciones estructurales. Me preocupa cabalmente comenzar mencionandoles una de las grandes contradicciones que en nuestro pais ha tenido efectos adversos al desarrollo. Pero veamos primero el caso general que se presenta en la dinamica del capitalismo. En el desarrollo capitalista ha habido un aumento persistente de la productividad, como todos sabemos. Ello exige ineludiblemente aumentar la acumulaci6n de capital. tanto en bienes fisicos como en formaci6n humana e investigaci6n tecnol6gica. Sucede, sin embargo, que las tecnicas que elevan la productividad no solo se manifiestan en acrecentar la cuantia de los mismos bienes, sino que responden en mas y en mas al cambio y diversificaci6n incesante de bienes y servicios. Y se desen-·· vuelven tambien, y en forma espectacular, las tecnicas que promueven la demanda irreprimib.le de esos bienes y servicios diversificados. P: ilmpugna usted estefenomeno por sus implicaciones

culturales? R: Ello es importantf, pero no es el fen6meno que queria explicarles, sino la contradicci6n que lleva implicita. En efecto, la propensi6n a la demanda de bienes y servicios •

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P: Si lo hemos in1erpre1ado correc1amen1e, se explicario en uiii.ma mslancia por lo desigual distri ·ion social de/ jruw def progreso tecnico anles que por di\-ersifta1ci6n. ,Es asi el jenomeno? R · En ,·er.L..f, las innoYaciones 1ecnicas que di,·cr£iii can [o.; oienes ,- senicios respoodeo primordialmeme a esa demanda de los es:raros favorecidos. Sin embargo , una mejor disuibucion del iogroo, si bien atenuaria los dos dese-q , •.• rios menciooados., d iotcmo y d enemo, no los di-minaria com plelament e. La d:i"·ersificacioo pareceria

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una consecuencia ineludible del aumento de productividad, esto es, del progreso tecnico. Si la mayor productividad se manifestase en los mismos bienes, la demanda terminaria por saturarse: no tendria sentido consumir esos bienes mas alla de cierto limite.

P: Sin embargo, la demanda de bienes elementales, no diversificados, en los estratos inferiores de la sociedad estti muy lejos de saturarse. 1,No seria incorrecto interpretar que la tendencia al desequilibrio solo proviene de los estratos favorecidos? R: Tienen ustedes ra1•.:.n, pero solo e1. parte, Asi como los estratos favorecidos imitan las formas de consumo de los centros, los estratos de mas abajo tienden, a su vez, a imitar ems formas de consumo, aunque no con la misma intensidad, conforme mejoran sus ingre~os . Tengan ustedes un poco de paciencia mientras voy desplegando ordenadamente mi argumentaci6n. Me he referido anteriormente a las mutaciones estructurales y a los cambios en la composici6n del poder. Si el fruto de la creciente producti vidad de) sistema se capta principalmente por los estratos favorecidos, se debe en gran parte a su poder econ6mico y social, esto es, a su posici6n estructural. Pero no se trata de un fen6meno estatico. Por el contrario, a medida que tales mutaciones se operan en virtud de la penetraci6n de la tecnica, se va desenvolviendo el poder sindical y politico de la fuerza de trabajo que trata de participar, de mas en mas, en el fruto del progreso tecnico. Sin embargo, el aumento de) gasto privado y social que asi consigue la fuerza de trabajo no se realiza a expensas del gasto privilegiado de lus estratos favorecidos, sino que se superpone a ese gasto privilegiado. Agreguen ustedes a ello el acrecentamiento del gas•o civil y militar del Estado y comprenderan por que el ritmo del gasto tiende a sobrepasar el ritmo de la acumulaci6n reproducti va (olvidaba decirles que en el gasto incluyo las inversiones no reproductivas). Para expresarlo en forma esquematica: la acumulaci6n

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capitalista surge principalmente de la desigualdad social en la distribuci6n del fruto del progreso tecnico. Se trata de un problema fundamentalmente estructural; y cuando en el avance del proceso de democratizaci6n, es decir, de satisfacer las legitimas aspiraciones a mayor gasto de la fuerza de trabajo, se va tratando de corregir esa desigualdad, comienzan los trastornos inflacionarios de! sistema. Se impone en todas partes la equidad social. Pero i,C6mo conseguirla sin debilitar la dinamica del sistema? Es lo que trataremos de examinar en su oportunidad. Respondo ahora a la pregunta de ustedes sobre si los estratos favorecidos tenian la responsabilidad del desequilibrio. La tienen, sin duda, en cuanto a que Ia tendencia a Ia diversificaci6n se inicia en ellos. Sin embargo, la redistribuci6n del ingreso y Ios gastos del Estado acentuan esa tendencia. Explicase por esto ultimo que economistas liberales, adeptos a las teorias neoclasicas, atribuyan a Ia fuerza de trabajo y al Estado la responsabilidad de una pugna distributiva que conduce fatalmente a la inflaci6n. Visi6n muy parcial y prejuiciada que se niega a reconocer que el poder redistributivo de la fuerza de trabajo y del Estado se contrapone a la apropiaci6n de gran parte del fruto de la creciente productivi'dad por los estratos favorecidos, y debilita el poder de acumulaci6n. Estos economistas se niegan a reconocer este hecho porque creen que el juego de las leyes del mercado lleva por si solo, en un regimen de libre competencia, a la difusi6n social del fruto de Ia creciente productividad del sistema. No es asi, terminantemente, y tratare de demostrarlo mas adelante en estas conversaciones. S6lo ai'ladire ahora que es necesario dilucidar la interdependencia entre inflaci6n y desarrollo, penetrando en factores estructurales que suelen olvidarse. P: Usted ha mencionado tambien los errores que han agravado esas tendencias al desequilibrio inferno y externo y el /reno al desarrollo proveniente de todo ello. 1,Podria mencionar los principales? R: Mencionar, simplemente, a fin de no desordenar es-

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tas conversaciones. Al consumo privilegiado de los estratos favorecidos suelen agregarse los desbordes del populismo. Debo manifestar que yo no rechazo al populismo en cuanto procura corregir ciertas injusticias sociales. No esta en ello el error sino en la f orma en que ha pretendido corregir esas injusticias mediante expedientes que convergen ineludiblemente en el agravamiento de una inflaci6n resultante del doble desequilibrio mencionado. lgualmente graves por sus consecuencias f ueron las medidas que se tomaron para reprimir la inflaci6n, o para eliminarla mediante el autoritarismo del Estado o el monetarismo. El pendulo argentino ha oscilado en verdad entre el populismo y estas medidas contraproducentes. Se sacrifica el consumo popular para restablecer la dinamica del sistema y la sociedad privilegiada de consumo. En cuanto al desequilibrio exterior, el error mas importante se cometi6 cuando se sigui6, por inercia, con medidas sustitutivas de la importaci6n, cuando las condiciones internacionales se volvieron favorables a la exportaci6n de manufacturas. Tardamos mucho tiempo en hacerlo. Lamentablemente, demoramos la acci6n del Estado en el progreso tecnico de la agricultura, en perjuicio de las exportaciones agricolas, maltratadas algunas veces. Y si bien estimulamos timidamente esas exportaciones de manufacturas, lo hicimos sin persistencia y continuidad, y abandonando la sustituci6n, cuando debimos haberla continuado, combinandola con la promoci6n de exportaciones. Incurrimos, despues, en tiempos mas recientes, en un aperturismo comercial y financiero que result6 ser funesto, asi como en la irresponsabilidad del endeudamiento exterior. Con todo ello, se ha sofocado el desarrollo.

P: ,No cree usted que debiera mencionar la evasion de capita/es entre los graves errores? R: La evasi6n es en gran parte una consecuencia de la inflaci6n y de las medidas que se tomaron para reprimirla. Todo ello ha resquebrajado la confianza y ha alentado el crecimiento patol6gico del capital financiero en desmedro 23

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del capital reproductivo. Tales medidas permitieron al capital financiero pescar abundantemente ert rio revuelto·. con ganancias espurias que alimentaron extraordinariamente la sociedad privilegiada de consumo . No voy a extenderme mas en este asunto. Solo quiero aiiadir que hay errores que hubieramos podido evitar con un mejor discernimiento tecnico, con una apreciaci6n mas correcta de la realidad y un mejor sentido de contenci6n. Pero hay otros que resultan de la vulnerabilidad exterior inherente a nuestra condici6n periferica. Mirando hacia atras en mi larga existencia, recuerdo c6mo tuvimos que improvisar frente a las graves visicitudes de los centros: la gran depresiun mundial, la guerra, las dificultades de la posguerra, los largos aiios de prosperidad que terminan en la mitad de los aiios setenta, las consecuencias de la inflaci6n de Estados Unidos que desborda al resto del mundo gracias al poder de creaci6n de d6lares como moneda internacional y llevan despues a una succi6n de recursos del resto del mundo con elevaci6n extraordinaria de las tasas de interes, a lo cual se agrega el deterioro de los terminos del intercambio. Hemos tenido y seguido teniendo que improvisar; cuando nos abstuvimos de improvisar para no equivocarnos, svfrimos, a veces, las consecuencias de una excesiva prudencia que lleva al inmovilismo. No todo es, pues, cuesti6n de estructuras. Hay otros paises que han tenido los mismos fen6menos estructurales y, sin embargo, han venido desarrollandose, con notable vigor en algunos casos. Hay que distinguir entre estructuras y hombres que no han sabido responder a sus exigencias. Debido a estos desequilibrios inflacionarios a que tiende el sistema en su evoluci6n, se presenta un verdadero circulo vicioso en la Argentina. Nuestro precario desarrollo, con tan adversos efectos sobre la acumulaci6n, acentua las tendencias inflacionarias y estas, a su vez, influyen adversamente sobre la acumulaci6n.

P: En fin, por lo que usted nos viene explicando hemos

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crecido poco y ma/. Las consecuencias son muy serias. lQue es lo que mas le preocupa en este sentido? R: Muchos son los problemas que me preocupan. Pero acaso lo que ha venido gravitando mucho en mi animo desde tiempo atras y que ahora se vuelve mas intenso es el caracter excluyente y conflictivo de nuestro desarrollo. Consideren ustedes que la acumulaci6n de capital reproductivo es el elemento esencial en la dinamica del sistema, pues es lo que multiplica el empleo, la productividad y el ingreso global. La acumulaci6n ha sido insuficiente en la Ar$entina por los desequilibrios y errores que he mencionado y, debido a ello, ban quedado estratos socialmente relegados, de vida muy precaria. Esto es, de suyo, muy serio e intolerable. Pero no es todo. Me preocupa sobremanera la escasa incorporaci6n al sistema de las nuevas generaciones, la ineptitud que viene demostrando el sistema para retener los individuos mas dinamicos de estas nuevas generaciones, los que estan destinados a influir fuertemente en la vida econ6mica, cultural y politica. Me he preocupado desde tiempo atras de este fen6meno en escritos premonitorios de la CEPAL. El pais ha venido, ademas, desangrandose por la emigraci6n de valiosos elementos. La apertura del sistema politico es de importancia decisiva para evitar estos males. Pero no basta. Solo el vigor del desarrollo nos permitira incorporar plenamente al sistema esos individuos dinamicos. De ahi el sentido socialmente profundo de la acumulaci6n de capital: como medio y no como fin en si mismo.

P: ;,Que consecuencias podra tener este fenomeno que

tanto le preocupa sobre el proceso de democratizacion argentino? R: Muy serias. Reflexionen ustedes en que esos individuos dinamicos cuyo horizonte social se estrecha, cuando no se cierra, terminaran por impugnar los grandes males del sistema y adoptaran cualquier ideologia de violencia incompatible con el proceso de democratizaci6n. Creo que la experiencia argentina es muy aleccionadora.

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P: Usted pone el acento especialmenfe en esfe fenomeno de desequilibrio dinamico inferno que debilifa el rifmo de acumulacion de capital, y sosfiene que esfe desequilibrio es general en la evolucion de/ capitalismo, o sea que concierne tambien a los centros. ,Que imporfancia fiene all£ el desequilibrio dinamico inferno? R: No vacilo en decirles que tiene enorme importancia. El deficit de! presupuesto de los Estados Unidos es, a mi juicio, una clara expresi6n de ta! desequilibrio. Es una expresi6n de la crisis de! sistema.

P : Usted ha sostenido, sin embargo, que ese desequilibrio conduce f afalmente a la in/lacion, y en los Estados Unidos, sin embargo, la inflacion se ha reducido a muy bajas proporciones. , Como conciliar esfe hecho con su fesis? R: No quisiera adelantarme a lo que habre de explicar despues. Solo quisiera decirles que tambien hubieramos podido frenar la inflaci6n en la Argentina si nos hubiera sido posible crear moneda internacional, primero, y, despues, atraer recursos liquidos de! resto de! mundo elevando desenfrenadamente las tasas de interes. Pero eso solo pueden hacerlo los mas fuertes, o mas bien dicho, el mas fuerte, porque los otros centros, para reducir la inflaci6n provocada por el desequilibrio dinarnico interno se han visto forzados a caer en el monetarismo, provocando el desempleo, pues carecen de otras formas de atacar la inflaci6n dentro de! sistema. Es, en verdad, una manifestaci6n · de la crisis del capitalismo. Y nose animan a seguir una politica expansiva porque temen que haria recrudecer la inflaci6n. Se trata de una crisis de! sistema y de una crisis de las ideas que apuntalan el sistema.

P: ,Significa usted entonces que nos enconframos en el umbra/ de una decadencia de/ capitalismo? R: De ninguna manera. Un sistema que esta demostrando semejante capacidad de innovaci6n tecnol6gica no podria estar en decadencia. El problema es otro. El capitaDigitized by

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lismo no ha sabido a(m responder con nuevas ideas y nuevas formas de acci6n a los nuevos problemas que la evoluci6n de la tecnica ha traido consigo en la estructura de la sociedad y tambien a las grandes contradicciones de la tecnica, de las cuales he mencionado una muy importante en la Argentina.

P: 1, Y si no sabe responder a esos desaffos, no entrarfa en decadencia? R: Desde luego. Pero no hay por que suponer que no pueda hacerlo. Las crisis suelen engendrar cambios fundamentales en las formas de pensar. Esta crisis los esta incubando posiblemente. P: 1,C6mo ve entonces el caso argentino? R: En verdad, las consecuencias adversas de la crisis de los centros repercuten intensamente sobre nosotros. Nuestra crisis es mucho mas pronunciada que en los centros debido a nuestra condici6n periferica y a nuestros errores, seg(m mencionamos al comenzar. Comenzamos siendo periferia en el desarrollo hist6rico del capitalismo por cuanto, en nuestro papel de productores primarios para los centros, habiamos quedado al margen de la industrializaci6n de estos, debido fundamentalmente a la misma indole de su dinamica. De ahi el retardo de nuestra propia industrializaci6n en un ambito de fragmentaci6n econ6mica e inferioridad tecnica y econ6mica de toda la periferia. Esto configura la hegemonia de los centros sobre la periferia, especialmente del centro dinamico principal de! capitalismo. En nuestra condici6n periferica se ha dado aquella seria contradicci6n ademas de otras. Pero no debieramos esperar que vengan nuevas ideas de los centros para imitarlas aqui, en la periferia argentina. Es urgente hacerlo pensando por nosotros mismos, en nuestro pais, que ha emprendido por fin un proceso de democratizaci6n que se volvi6 a interrumpir desgraciadamente en 1976. Proceso muy dificil y que sera mucho mas a(m si no damos esas respuestas.

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P: Nos interesa mucho lo que usted acaba de decir. Esperamos que estas conversaciones no tengan un caracter simplemente teorico y que se dialogue tambien sabre soluciones. R: Es lo que me propongo hacer. Pero considero que sin una interpretaci6n te6rica de nuestro desarrollo, de la frustraci6n de nuestro desarrollo, no podremos llegar a discurrir soluciones valederas . Y esa interpretaci6n te6rica tendremos que realizarla dentro del contexto de la crisis global del capitalismo. P: Muy poco nos ha dicho usted sabre el/o hasta ahora; suponemos que por razones de metodo. Pero, i,nO podria usted anticiparnos una orientacion, coma lo ha hecho en otros aspectos? R: Tratare de hacerlo en terminos esquematicos. Reflexionen ustedes en que el capitalismo contemporaneo es muy diferente del capitalismo preterito. No ha habido, por supuesto, un cambio brusco, sino una trasformaci6n progresiva, acelerada por la gran depresi6n mundial. La diferencia fundamental radica, a mi juicio, en que, en el capitalismo preterito, la fuerza de trabajo estaba sometida pasivamente a las !eyes del mercado y el Estado era prescindente en la distribuci6n del ingreso, esto es, del fruto de! progreso tecnico. Por el contrario, en el capitalismo contemporaneo, la fuerza de trabajo ha dejado de ser pasiva, ha alcanzado en algunos casos un poder considerable y el Estado ha dejado de ser prescindente y despliega una intervenci6n muy intensa en materia de distribuci6n, ademas de gran crecimiento de otros gastos. Pero todo ello ha llevado al desequilibrio dinamico y a la crisis, que es muy intensa en nuestro pais. Crisis inflacionaria de! sistema, como he tratado de anticiparlo muy recientemente.

P : i. Y coma ve usted a la perijeria latinoamericana yespecialmente a la perijeria argentina en el capitalismo contemporaneo? R: Pues tambien ha dejado de ser pasiva. Al lograr la

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aptitud de exportar manufacturas, la periferia ha comenzado, muy modestamente, a tener influencia dinainica sobre los centros. Estos, sin embargo, han reaccionado negativamente, sobre todo durante esta crisis signada por el desempleo. Nos recomendaron anteriormente exportar manufacturas en vez de sustituir importaciones, y ahora que estamos aprendiendo a hacerlo, ponen toda suerte de trabas a la entrada de nuestros bienes industriales. Me preocupan los problemas que se plantean y creo que hay que encontrar nuevas f6rmulas de intercambio entre centros y periferia que permitan obtener las ventajas reciprocas del intercambio con el consiguiente acrecentamiento de la productividad. Pero estas nuevas f6rmulas tardan en llegar.

P: iA que atribuye usted esta tardanza? I\: A actitudes muy arraigadas. Los centros solo se han interesado en el desarrollo de la periferia en la for1na y medida en que responda a sus propios intereses econ6micos, politicos y estrategicos. ~o podrlamos reprochar a ningun pais que persiga sus propios intereses, s6lo que ahora, por ese papel dinamico que la periferia podrla desempei\ar en el desarrollo de la economia internacional, se presentan oportunidades de nuevas f6rmulas de interes convergente, esto es, que respondan al interes del desarrollo de los centros ya la vez de la periferia. La periferia pasarla entonces del papel apendicular que le ha tocado en el desarrollo hist6rico del capitalismo, a un papel de desarrollo integral. P: , Y como conseguir que los centros cambien fundamentalmente de criterio? R: Como ustedes saben, la CEPAL, con las ideas que expres6 desde sus primeros tiempos, ha gravitado poderosamente en el movimiento hacia un nuevo orden econ6mico internacional. Digo esto porque desde entonces ha pasado mucha agua bajo los puentes y no es posible continuar repitiendo lo mismo. Pienso que los paises latinoamericanos, en conjunci6n sobre todo con otros paises con los que existan comunes denominadores, podrlan contribuir efiOriginal from

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cazmente, tambien en este campo, a la renovaci6n de las ideas, a fin de eliminar las tendencias al desequilibrio exterior en el desarrollo periferico.

P: 1,Considera usted que esas nuevas formulas podrlin contribuir asi mismo a atacar la tendencia al desequilibrio interno, al cual usted atribuye considerable importancia tan to en los centros como en la periferia y especialmente en la periferia argentina? R: En cierto sentido, si. Pero el desequilibrio interno, que conlleva un ritmo de empleo y desarrollo inferior al que podria conseguirse, no podria-enfrentarse mediante una confrontaci6n de poderes que acentue el conflicto distributivo y la inflaci6n, sino con formulas de consenso socio-politico que disciplinen macroecon6micamente la distribuci6n y la acumulaci6n reproductiva. No podria retrocederse al capitalismo preterito cuando ·dominaban los estratos favorecidos en la captaci6n de! fruto del progreso tecnico. De ahi la necesidad ineludible de! consenso. P: 1,No considera usted que esa disciplina de acumulacion terminaria socavando la libertad economica? R: La pregunta que me acaban de formular me lleva a definir claramente mi posici6n desde ahora, a fin de evitar equivocos. Estoy persuadido de que la iniciativa individual en un regimen de libre concurrencia es esencial e insustituible en el desarrollo. El incentivo econ6mico tiene en ello gran importancia, tanto en lo que concierne a los empresarios como a la fuerza de trabajo; el juego de incentivos en un ambiente de libertad econ6mica promueve la productividad y la eficacia del desarrollo. Sin embargo, la libertad econ6mica no resuelve ni podria resolver los grandes problemas que el avance tecnico trae consigo. Las leyes del mercado han demostrado ser impotentes frente al problema de la acumulaci6n reproductiva y de la distribuci6n social del ingreso. Los adeptos a las teorias neoclasicas, que han vuelto a difundirlas, no reconocen, no quieren recono30 Digitized by

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cer, que se trata de problemas estructurales y que las mutaciones de poder traen un debilitamiento en el ritmo de acumulaci6n que trastorna seriamente el sistema. No me cabe duda de que, dadas una cierta acumulaci6n y una cierta distribuci6n del ingreso, las !eyes del mercado tienen eficacia en la asignaci6n de recursos. Pero estan muy lejos de promover la acumulaci6n de capital indispensable para emplear, _con creciente productividad, las grandes masas humanas, que desenvuelven sus actividades con muy baja productividad y exiguos ingresos, que estan desocupadas o precariamente ocupadas; y muy lejos tambien de lograr la equidad distributiva que postulan las teorias neoclasicas. Las !eyes del mercado no resuelven ni estos ni otros problemas emergentes de aquellas mutaciones estructurales de la sociedad conforme penetra el progreso de la tecnica y tambien frente a las contradicciones que ella trae aparejadas.

P: ;,Considera usted que ello pudiera favorecer al otro sistema, al que se enfrenta con el capitalismo? R: Ello habria podido suceder, como parecia posible en tiempos como los de la gran depresi6n. Pero es muy poco probable ahora que el socialismo concreto esta pasando tambien por una crisis profunda. Pero esto no significa que la crisis del capitalismo, si no se la ataca eficazmente para evitar su expansi6n planetaria, no lleve a la erupci6n de utopias que, lejos de corregir las fallas del sistema, malogren sus grandes posibilidades dinamicas.

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CAPITULO SEGUNDO

EL DESEQUILIBRIO DINAMICO INTERNO Y LA CRISIS DE ACUMULACION

I. DESEQUILIBRIO E INFLACION 1. El desequilibrio y las innovaciones tecnologicas

P: Usted ha sostenido en la primera conversacion que la inflacion es consecuencia de una tendencia al desequilibrio entre el ritmo de/ gasto y el de la inversion reproductiva de capital. R: Efectivamente. Se trata de una inflaci6n de signo social, diferente de la de otros tiempos, cuando este fen6meno era simplemente monetario; la de ahora proviene de las mutaciones estructurales que acontecen en el seno de la sociedad. La inflaci6n monetaria representaba una violaci6n de reglas del juego, a las cuales se habia llegado tras larga experiencia, y se corregia asi mismo con medidas monetarias. La inflaci6n social, por el contrario, escapa a esas medidas, que resultan contraproducentes. P: iEn que consiste este desequilibrio entre el gasto y la inversion reproductiva? R: Ante todo, conviene recordar la significaci6n de las inversiones de capital reproductivo. Son inversiones que tienen la virtud de multiplicar el empleo, la productividad Yel ingreso global de la economi:i. No asi otras formas de

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inversi6n que son mas bien de consumo, sea privado o publico, y que incluyo en el concepto generico de gasto. Para que aumente persistentemente el empleo, se necesita elevar la acumulaci6n de capital. El ritmo de empleo y de productividad depende del ritmo de acumulaci6n y, a su vez, este ultimo depende de la proporci6n de la productividad que se dedica a la acumulaci6n y se invierte reproductivamente. Tai es la secuencia dinamica en el desarrollo. Debo aclarar que cuando me refiero a inversiones repro• ductivas, ademas de las que se traducen en bienes fisicos, abarco la formaci6n de capacidad tecnica y la investigaci6n y adaptaci6n tecnol6gicas. Las inversiones en bienes flsicos permiten que las innovaciones tecnol6gicas penetren de mas en mas en la estructura de la sociedad, elevando la productividad de todos, desde los que estaban empleados con alta productividad hasta los que estaban trabajando con baja productividad. La insuficiente acumulaci6n explica, sobre todo, que en el fondo de la estructura social, con mayor o menor amplitud segun el grado de desarrollo, queden capas rezagadas con exiguos ingresos.

P: Decfa usted que el ritmo de crecimiento def gasto tiende a sobrepasar al de la acumulaci6n. Sin embargo, el objetivo final def acrecentamiento de la producci6n es au men tar cada vez mas el gasto, consumir mas. 1,No es asi? R: Tienen ustedes raz6n. Pero el problema no esta en el consumo en si mismo, sino en su desproporci6n con las inversiones reproductivas. Vean ustedes el caso muy simple y obvio de la produc• ci6n de granos. Su fin ultimo es el consumo. Pero si se quiere aumentar la producci6n habra tambien que reservar la cantidad de semilla para la siembra. Es un asunto de proporciones. Si se consume mas semilla de lo que corres· ponde, se resiente el ritmo de la producci6n. La evoluci6n de la tecnica lleva a cambiar y diversificar persistentemente los bienes y servicios manufacturados, ademas de acrecentar la cuantia de los que ya se producian. 34 Digitized by

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Si no hubiera diversificaci6n y aumentara la cuantia de los mismos bienes, se llegaria a una saturaci6n del consumo, como dije en otra conversaci6n. Terminaria desapareciendo el incentivo para producir mas. Pero no es eso solamente. El notable avance de las tecnicas de difusi6n masiva estimula continuamente la demanda de estos bienes y servicios cada vez mas diversificados. No es extrai'lo, pues, que el gasto en tales bienes y servicios tienda a crecer mas que el ahorro requerido por la acumulaci6n de capital.

P: Usted se ha referido a los bienes manufacturados. 1,Por que excluye los productos agrfcolas? R: Porque la diversificaci6n no se da en tales bienes, salvo en forma muy restringida. En consecuencia, el aumento de productividad tiende a la saturaci6n de la demanda, salvo en el caso especial de los estratos inferiores que consumen pocos alimentos debido a su indigencia. El aumento de sus ingresos trae generalmente una elevaci6n en el consumo. Pero este no es el caso general. P : /,Esta serfa la explicaci6n principal de la tendencia al deterioro en los productos agrfcolas? R: Efectivamente es asi. Pero no es este el momento de detenerse en ello. P: De lo que usted dice se desprende que la distribuci6n de/ ingreso influye en la diversijicaci6n. Los estratos inferiores no tendrfan ingresos suficientes para diversijicar, ni tampoco para acrecentar sus gastos en la forma que usted ha mencionado. 1,Estarfa usted de acuerdo con ello? R: De completo acuerdo . Creo haberles dicho anteriormente que los estratos favorecidos en la distribuci6n impulsan las innovaciones que diversifican bienes y servicios. P: i, C6mo se explica este fen6meno de desigualdad? /. Se trata de dijerencias de aptitudes? R: Es obvio que estas diferencias tienen gran influencia

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en la distribuci6n. A mi juicio, sin embargo, se trata de un fen6meno fundamentalmente estructural . .I

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2. La apropiacion del fruto del progreso tecnico

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P: En ia presentacion general de/ desarrollo argentino, usted se ha referido insistentemente a la importancia que tiene la apropiacion de gran parte de/ fruto de/ progreso tecnico por tales estratos f avorecidos, cuya demanda estimula la diversificacion de bienes y servicios, lo cual contribuye notablemente al de.~equilibrio dindmico interno, desequilibrio que, a su vez, contribuye a la inf/acion. ;,Podrfa usted explicarnos como se origina ese f enomeno de apropiacion para dilucidar despues esos otros aspectos de/ problema? R: Repito que se trata de un fen6meno estructural que ocurre en el ambito de las empresas y fuera de ellas. En las empresas, se origina el fen6meno del excedente debido al poder econ6mico de quienes tienen en sus manos los medios productivos; cuando parte de la fuerza de trabajo de las empresas comparte esta apropia"'i6n -me refiero a la fuerza de trabajo que posee las crecientes calificaciones exigidas por el progreso tecnico, calificaciones en las que influye considerablemente su poder social- ocurren las dos formas de captar primariamente una parte considerable del fruto del progreso tecnico. Esto, por un lado; por otro, la demanda de servicios fuera del ambito de las empresas tiende asi mismo a elevar las remuneraciones de quienen los prestan y en ello influye asi mismo el poder social, o sea los medios econ6micos para adquirir las calificaciones necesarias. Comenzaremos por el ambito de las empresas. P: Nos intriga mucho su concepto de/ excedente, pues las teorlas neocldsicas parecerlan prescindir de este concepto. ;,Podrla usted explicarlo? R: Efectivamerte. Para esas teorias no existe el exce36 Digitized by

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dente, sino la ganancia de las empresas que la concurrencia entre ellas va elin:inando; esta es una de las fallas funda- • mentales. Decia que es un fen6meno estructural que se · explica por la heterogeneidad de la estructura de la sociedad: grandes diferencias en la tenencia de los medios productivos, esto es, de poder econ6mico, grandes diferencias de productividad, grandes diferencias de califica• c1ones. Una economia en desarrollo se mueve por la continua incorporaci6n de nuevas tecnicas a las actividades econ6micas. Pero esta incorporaci6n no afecta simultaneamente ni con celeridad a toda la estructura productiva, sino mediante capas tecnicas que se van superponiendo, con la eliminaci6n gradual y a veces muy lenta de las inferiores. Sucede que al incorporarse una capa tecnica mas avanzada gracias a la acumulaci6n de capital, solo una parte de la fuerza de trabajo que se emplea en dicha capa eleva sus remuneraciones correlativamente a la mayor productividad: aquella parte de la fyerza de trabajo que dispone de las variadas y crecientes calificaciones ~xigidas por el progreso tecnico, desde dirigentes hacia abajo. Pero el resto de la fuerza de . . trabajo que se emplea.en las capas tecnicas avanzadas y no dispone de tales calificaciones no participa en la misma forma debido a la competencia de quienes estan en capas tecnicas inferiores, con men or productividad y men ores ingresos, y al incremento de la fuerza de trabajo sin califi• cac1ones. '

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P: Usted esta suponiendo el juego fibre de las /eyes de/ mercado. iNo es asf?

R: Justamente. Hay que considerar, por un lado, la disponibilidad de capital invertible, que es lo que determina la demanda de fuerza de trabajo por los empresarios, y, por otro, la oferta de fuerza de trabajo. La relaci6n entre demanda y oferta determina en el mercado la remuneraci6n de la fuerza de trabajo. Al ser relativamente escasa la fuerza de trabajo con calificaciones, logra participar en el aumento de la productividad cuando compiten las empreOrigina~ ~ m

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sas para obtener sus servicios. No asi el resto de la fuerza de trabajo debido a su relativa abundancia. P: 1,Es de suponer que esta disparidad se irti corrigiend() hasta que el capital sea suficiente para absorber toda la fuerza de trabajo, especialmente la de capas tecnicas inferiores? R: Pudo haberse pensado en eso durante el capitalismo preterito. Alguna vez me he referido a la eutanasia del excedente, cuando la acumulaci6n de capital es tan intensa que la fuerza de trabajo adquiere espontaneamente la aptitud de participar plenamente en el incremento de la productividad. Pero tengan ustedes en cuenta aquella tentaci6n creciente al consumo que desciende desde los grupos superiores, donde hay gran consumo de bienes y servicios diversificados, hasta los grupos mas bajos por su gran apetencia insatisfecha de bienes y servicios elementales. Agreguen ustedes a esto el capital, que requiere, sobre todo en la periferia, el alto ritmo de crecimiento de la poblaci6n y el ataque a ciertas consecuencias de la tecnica, sobre todo en materia eco16gica, que exigen aumentar la cuantia de capital por unidad de producto. De ahi la tendencia a que la acumulaci6n de capital no resulte suficiente para emplear con creciente productividad a los grupos sociales que quedan en el fondo del sistema, aun en los centros avanzados. P: Usted sostiene que el excedente es aquella parte de la productividad que, a pesar de/ fibre juego de las /eyes de/ mercado, nose trasfiere a una·parte mas o menos grande de la fuerza de trabajo y queda en manos de los propietarios de /os medios productivos. Si el/o es asf,1, no cree usted que la competencia entre empresas irti disolviendo el excedente y difundiendolo socialmente mediante el descenso de /os precios, como se desprenderfa de las teorfas neocltisicas? R: Muy correcta esta pregunta que yo me he planteado muchas veces en otros tiempos. Ese razonamiento se inspi-

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ra en el caso de la empresa individual. Pero no cuando se trata del conjunto de empresas . •



3. La retenci6n del fruto

P: ,Pero por que el todo no va a representar la suma de las partes? R: Porque hay algo que ustedes no incluyen en la suma. Veimoslo. Cuando una empresa individual, movida por el incentivo de ganancias resultante del aumento de procfuctividad, acrecienta su producci6n, aumenta el empleo y los ingresos que paga a la fuerza de trabajo. Pero la demanda proveniente de estos ingresos se diluye en el mercado y no se dirige perceptiblemente a los bienes de la empresa de que se trata, de manera que la mayor oferta provoca la baja de los precios. Pero cuando se trata del conjunto de empresas que aumentan el empleo y la producci6n, los mayores ingresos que pagan a la fuerza de trabajo traen consigo un aumento general de la demanda contrario al efecto de la mayor oferta sob re los precios. P: Se advierte el sentido de su razonamiento, pero nose comprende de/ todo. La demanda surge de los ingresos que pagan las empresas a la fue17.a de trabajo. Usted dice que el excedente es parte de/ incremento de productividad que no se trasfiere a el/a. Si esto .es asf, no habrfa demanda suficiente para absorber aquella parte de/ incremento que nose ha traducido en ingresos. ,Como despejar esta duda? R: La pregunta es muy pertinente y paso a responderla. La duda se justificaria plenamente si el empleo fuera siempre el mismo. Pero estaIBl>S en presencia de un fen6meno dinamico y no estatico. Si la cuantia de ingresos pagados a la fuerza de trabajo fuera siempre la misma, no habria demanda suficiente para absorber el incremento de productividad que no se ha pagado a la fuerza de trabajo. No se trata, sin embargo, de un fen6meno estatico. Tengan ustedes en cuenta, ante todo, que el proceso productivo es creciente y demora tiempo, desde la etapa de la 39

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producci6n primaria, hasta la venta de los bienes terminados en el mercado. La demanda de estos bienes terminados no sale de los ingresos que se han pagado en su propio proceso productivo, sino del proceso productivo de los bienes que saldran mas adelante al mercado. En el curso creciente de la producci6n tales ingresos son superiores a los que se han pagado para producir los bienes terminados presentes y que forman parte de su costo de producci6n. Observen ustedes atentamente este fen6meno. En un determinado periodo en que afloran los bienes terminados, hay una serie de procesos productivos en curso en los cuales las empresas pagan ingresos superiores a los ingresos que habian pagado anteriormente en el proceso productivo de los bienes finales que ahora salen al mercado. Hay, pues, en juego dos variables muy significativas. Por un !ado, el incremento de la demanda que surge de un incremento de ingresos provenientes de procesos productivos en curso que van a terminar en el futuro; y por otro !ado, el incremento de productividad que llevan en si los bienes finales al terminar el proceso correspondiente. P: Decia usted que el incremento de demanda, segun usled lo ha explicado, permite a las empresas absorber el incremento de productividad sin que desciendan los precios. iQue sucede pues en las empresas? R: Pues que el conjunto de las empresas obtiene un excedente por sobre los ingresos que forma parte de! costo de producci6n de los bienes terminados que salen al mercado . Al mismo tiempo, recuperan el dinero de los ingresos correspondientes a ese costo de producci6n. Tengan ustedes en mente el concepto de las dos variables que es importante para comprender la inflaci6n. P: iEl excedente representa entonces la ganancia de las empresas? R: En el conjunto de la economia representa la ganancia, mas el interes de! capital, mas la renta de! suelo que se pagan con el excedente. En consecuencia, es masque la ga-

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nancia, pero no veo inconveniente en que, en una primera aproximaci6n, se identifique el excedente con la ganancia.

P: ;,Podrfa usted darnos su interpretaci6n de este fen6meno? R: Les ruego esperar un momenta, porque antes debo explicarles lo que he llamado estratos favorecidos. Hay distintos estratos favorecidos. Ademas de los que se apropian del excedente en virtud de tener los medias productivos, y el personal calificado de las empresas en cuyas remun.eraciones influyen las aptitudes, existen los que se basan en el poder social. No basta que un individuo tenga aptitud para adquirir las caJificaciones que exige el progreso tecnico: es necesario que haya tenido los medias econ6micos que le permitan formar su capacidad tecnica. Existen grandes diferencias en este poder social, lo cual no significa que no haya individuos que, aun sin poder social, logren elevarse sobre los otros. Pues bien, se trata de un caso de demanda y oferta, como creo haberles explicado a su tiempo: demanda creciente por las empresas de gente calificada a medida que avanza la tecnica, y disponibilidad de quienes tienen esas calificaciones en todos los niveles. En este caso suelen ser eficaces las !eyes del mercado, sobre todo cuando mas se eleva la escala de calificaciones hasta los dirigentes empresariales. 4. Los estratos favorecidos fuera de las empresas

P : ;, Y ,que ocurre fuera de las empresas? R: A eso iba, precisamente. Podriamos considerar dos grandes categorias: la actividad privada y el Estado. Veamos la primera. Cuanto mas aumentan el excedente y los ingresos del personal calificado a que he hecho referenda, mas crece su demanda de servicios calificados fuera de las empresas. Y alli se repite el mismo fen6meno de oferta y demanda, coma en el caso anterior. En cuanto al Estado, tambien requiere crecientes calificaciones en su personal, pero en la determinaci6n de las reDigitized by

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muneraciones las !eyes del mercado no actuan directamen• :e, como todos sabemos. Lo que acabo de decir corresponde principalmente a la :lemanda de los estratos favorecidos. Se dirige tambien a los edificios de las empresas y a la demanda de vivienda de los estratos favorecidos. He aqui otra forma de apropiaci6n del fruto del progreso tecnico por los propietarios del suelo, que s6lo en parte corresponde al esfuerzo individual. Hay una estrecha interdependencia entre todas estas for• mas de demanda. Pero el origen de ellas esta en el incre• mento de productividad de las empresas que tiende a di• fundirse en la forma que he dicho. La demanda que asi se desvia fuera de las empresas vuelve a estas en forma de bienes y servicios. Retorna al origen de donde emergi6.

P : Fuera de las empresas hay tambien progreso tecnico. ;,Ocurre tambien a/If el fen6meno de/ excedente? R: Hay progreso tecnico, pero no excedente. Un medico, por ejemplo, tiene su instrumental cada vez mas complejo -un medio productivo si asi quisieran10s Uamarlo- que contribuye a elevar la calidad de sus servicios, juntamente con sus calificaciones, pero el fruto del progreso tecnico lo recoge el mismo como profesional independiente. Para que esto pueda cumplirse, sin embargo, se necesita el impulso dinamico proveniente del excedende y de los ingresos de los estratos favorecidos en el ambito de las empresas. 5. Las dos variables de la inflacion

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P: Hay a/go que no esta muy c/aro. Usted habla, por /ado, de/ incremento de demanda que ha de absorber el incremento de productividad. Por otro /ado, dice que parte de esta demanda se desvfa hacia los servicios fuera de/ timbito de las empresas. ;, C6mo obtiene la equiva/encia entre el incremento de la demanda y el de la productividad?

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R: No pcidria contestar esta pregunta sin referirme al ciclo. El ciclo es, en verdad, la forma de crecer de la economia capitalista. En la fase ascendente, el ritmo del incremento de la demanda tiende a sobrepasar el de la productividad y los precios tienden a subir, de tal suerte que, ademas de! excedente propiamente dicho, las empresas obtienen un suplemento inflacionario, por decirlo asi. Es cierto que la autoridad monetaria podrla frenar el alza de los precios restringiendo el credito y forzando a las empresas a absorber el aumento de! ingreso de la fuerza de•trabajo con el excedente. Los efectos sobre la acumulaci6n de capital y el aumento de! empleo seria:n adversos. De ahi que a la autoridad monetaria no le es dado resistir la presi6n empresarial: lo mas que puede hacer es moderar la expansi6n, pero no reprimir la fase ascendente de! ciclo. Conste que me estoy refiriendo a un ciclo aut6nomo, no influido por factores exteriores que, sin embargo, tiene gran importancia. Pero por razones metodol6gicas prescindo de ellos por el momento. P: 1,Como termina la Jase ascendente? 1,Se debe necesariamente a la intervencion de la autoridad monetaria? R: Sostengo que el ciclo aut6nomo no puede desenvolverse indefinidamente, porque el mismo ciclo genera la reversi6n de! movimiento. Pero tambien puede provocar estos efectos la politica restrictiva de la autoridad monetaria si considera que los precios suben demasiado y hay claras manifestaciones de desequilibrio exterior debido principalmente al incremento de las importaciones. La restricci6n trae dos efectos principales: la reducci6n del exceeldia es consecuencia de una insana predica ideol6gica. i,C6mo atacar las consecuencias de la injusticia social de grandes masas que permanecen al margen del desarrollo, de la existencia precaria de elementos dinamicos que el sistema es incapaz de absorber, mientras se desenvuelve con celeridad la sociedad privilegiada de consumo en nuestros paises? i. Vamos a atacar estos graves problemas con el solo juego de las !eyes del mercado como se cree entre nosotros y se predica desde afuera? Hay en todo esto una responsabilidad com(m y es muy grande la parte que nos corresponde. De ahi la necesidad de una trasformaci6n, de un consenso econ6mico y social, de una convergencia de medidas en el campo internacional. Nunca ha sido mas necesario que ahora convencernos primero de la necesidad de nuestra propia trasformaci6n. A todos nos interesa el vigor econ6mico de los Estados Unidos y el establecimento de nuevas relaciones de convivencia. Esta en juego el poder expansivo de la tecnologia, su fantastica capacidad de bienestar humapo, que se encuentra seriamente frenada. Esta en juego la promesa no cumplida de una expansi6n indefinida del capitalismo, de un capitalisrrio trasformado, que penetre con creciente profundidad en las capas sociales postergadas. Tarda en llegar. 148 Di

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CAPITULO QUINTO LA CRISIS DE LAS IDEAS 1. Mi posicion doctrinaria P: A medida que se desenvolvfan estas conversaciones se nos ocurri6 mas de una vez preguntarle cual es su afiliaci6n doctrinaria. ;,Podrfa decfrnosla? R: Tratare de contestarles y para que vayan ustedes orient{mdose Jes manifestare enfaticamente que no soy un adepto del liberalismo neoclasico, ni del keynesianismo, ni de Ia doctrina marxista. Hay en todos ellos valiosos elementos. Pero considero que esas teorias estan lejos de la realidad del capitalismo contemporaneo. No me refiero solamente a la realidad de la periferia latinoamericana, sino a Ios mismos centros capitalistas. Frente a esta reiterada comprobaci6n, he tratado de realizar un esfuerzo propio de interpretaci6n de Jos hechos que pueda dilucidar mejor nuestros problemas y llevarnos a soluciones acertadas. No se vea en esto arrogancia intelectual, sino respuesta a los fen6menos tan serios y complicados que me ha tocado vivir en mi dilatada existencia. Es un esfuerzo de muy larga data. En los afios veinte, como joven estudiante, primero, y profesor despues de la Universidad de Buenos Aires, yo era un neoclasico ferviente. Me seducian las teorias seg(m las cuales el libre juego de las Ieyes econ6micas tendia a llevar al sistema econ6mico a Digitized by

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un equilibrio general. La demostraci6n matematica era convincente, ademas de ser elegante y lleg6 a ser en mi un dogma indiscutible. P: 1,Como empezo usted a liberarse de/ neoclasicismo? R: En la gran depresi6n mundial de los ai'los treinta. Fue un verdadero desastre en la Argentina, si bien desde los Estados Unidos se nos decla que la recuperaci6n estaba a la vuelta de la esquina. Terminamos por fin de convencernos que habia que apartarse de las ideas convencionales. Asi empez6 el impulso decisivo a la industrializaci6n y hubo que tomar medidas de emergencia que permitieran al pais recuperar su crecimiento y lograr un ritmo superior al de nuestras exportaciones. Los centros impugnaron la industrializaci6n, el protei;cionismo, y la sustituci6n de importaciones. Esta experiencia de los primeros ai'los de la crisis tuvo profunda influencia en mi, pero no acertaba a llegar a una satisfactoria dilucidaci6n de los hechos y su significaci6n te6rica Asi fue desenvolviendose en mi la idea de que ni el esquema preterito de la divisi6n internacional del trabajo ni el regimen del patron oro, por su rigidez y la vulnerabilidad que representaba para nosotros, eran caminos que debiamos seguir sin discernimiento. Asi pues, cuando en 1934 me toc6 la tarea de participar en los proyectos de reforma del sistema bancario, que estaba desquiciado -menos que ahora, por cierto- pude acercarme mas estrechamente a la realidad. Y cuando enseguida se me confi6 la dificil responsabilidad de organizar el Banco Central y ser su primer director ejecutivo, me di cabal cuenta de la necesidad de abrir nuevos caminos, siempre inspirados en la necesidad de hacer frente a las vicisitudes exteriores y a poderosas tendencias inflacionarias internas que, afortunadamente, no consiguieron prevalecer. P: 1,Pudo usted pensar en esos tiempos en nuevas interpretaciones? 150 Digitized by

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R: Confieso que no. Apenas atisbarlas. La tarea practica era abrumadora, no s6lo en cuanto al Banco Central, sino a nuestra respons·abilidad de aconsejar al Gobierno. Fue, en fin de cuentas, una experiencia muy aleccionadora que, lamentablemente, no pude continuar. P: ,Que le impidio hacerlo? R: Pues, sencillamente, porque se me elimin6 de! Banco a fines de 1943 sin que se me dieran razones. Volvi entonces de Ueno a mi catedra universitaria y no quise realizar tareas profesionales para dedicarme a pensar en esa experiencia. Reduje mi nivel de vida y pase unos cinco ai'los de reflexi6n te6rica. · Entonces llegue a la conclusi6n de que las teorias de los centros adolecian de aquel falso sentido de universalidad que mencione anteriotmente. Y concebi el esquema centro-periferia que despues fui elaborando en la CEPAL, a la cual me incorpore cuando tambien se me excluy6 de mi catedra universitaria. Nunca supe las razones de mi infortunio. Ai'los despues, a comienzos de los ai'los cincuenta, cuando me encontraba a cargo de la CEP AL en Santiago de Chile, recibi un mensaje muy significativo. Se reconocia la injusticia, el grave error que conmigo se habia cometido y se me sugeria volver a Buenos Aires con la promesa de restablecerme inmediatamente en mi catedra universitaria. P: ,Cua/ Jue su contestacion? R: Que mis heridas se habian cicatrizado. Pero habia tornado otro camino en mi vida al servicio internacional, en una tarea que estaba realizando con gran entusiasmo y convicci6n. Si el gobierno argentino necesitaba alguna vez mi colaboraci6n, lo mismo que otros gobiernos latinoamericanos, estaba a su disposici6n como Director de la CEPAL.

La CEP AL fue para mi un cam po muy fertil en que tuve el privilegio de disponer de gran libertad intelectual y-de tener la colaboraci6n estrecha de hombres j6venes, de talento, que fueron para mi fuente de gran estimulo. 151 Digitized by

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P: Conocemos gran parte de lo que usted escribio, hasta su crftica al capitalismo periferico. ;,Mantiene usted las ideas de ese trabajo?

R: Han pasado varios aftos desde su publicaci6n y he seguido pensando, s6lo que a veces temo que mis afios aumenten con mas celeridad. P: ;,Cua/ Jue el avance mas importante en su capitalismo periferico? R: Pues el haberme librado totalmente de las teorias del equilibrio general. Habia un resabio muy fuerte en mi, por cuanto seguia creyendo que la competencia iria trasfiriendo gradualmente a toda la sociedad el fruto de! progreso tecnico. No es asi, sin-embargo. Y lo lamento francamente, puesto que si asi fuera, serian muy simples los problemas de! desarrollo . Subsistia en mi, en efecto, la creencia de que las fuerzas del mercado llevaban a distribuir los frutos del desarrollo de acuerdo con la aportaci6n de los diferentes individuos al proceso productivo, excepto en el caso de la renta del suelo. Si esto no se cumplia en la Argentina, se debia sobre todo al proteccionismo desmesurado, y a la concentraci6n de la tierra. Pero despues me convenci de que el problema era mucho mas profundo. Y asi, con el andar del tiempo y despues de mucha reflexi6n, llegue a la teoria de! excedente econ6mico que significa una negaci6n palmaria de esa tesis neoclasica de la distribuci6n. Sin embargo, independientemente de las interpretaciones te6ricas, los hechos han llevado, tanto en los centros como en la periferia, a poner en practica medidas redistributivas de! ingreso que se apartaban de los preceptos neoclasicos. En nuestra periferia latinoamericana, aun en los paises que habian crecido con mas vigor, nose habia dado ese fen6meno redistributivo en virtud de las leyes del mercado. Decidi entonces, vuelto de UNCTAD a fines de los aftos sesenta, profundizar el examen de la estructura de la sociedad y de sus mutaciones. Asi llegue al concepto de excedente y de la apropiaci6n de gran parte de! fruto del 152 Digitized by

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progreso tecnico por los estratos favorecidos, a lo cual atribuyo gran importancia. Tratare de aclarar lo mas posible mi pensamiento para abrir el paso a la comprensi6n de mis escritos mas recientes, especialmente el presentado hace poco tiempo a una reuni6n de expertos de la CEP AL1 . Pero dejemos de )ado, momentaneamente, los problemas argentinos. Les prometo volver a ellos. 2. Las mutaciones de la estructura de la sociedad y los neoclasicos

Pues bien, la raz6n fundamental por la que las teorias convencionales no representan la realidad es que prescinden de la estructura de la sociedad, de las mutaciones que en ella se operan a medida que se desenvuelve la tecnica y de las contradicciones de esta ultima. No hay, no puede haber; una teoria del desarrollo que igriore la estructura y los diversos elementos econ6micos, tecnol6gicos, sociales, politicos y culturales que forman parte de la realidad. Estan lejos de reconocerlo los adeptos de esas teorias, llevados probablemente por consideraciones de asepsia doctrinaria, y por eso cometen muy graves errores. P: A la luz de lo que nos ha explicado anteriormente, i cual serfa la conclusi6n mas importante de su analisis

estructural? R: Les diria que es el fen6meno del excedente, que se aparta completamente del concepto del equilibrio neoclasico segun el cual, como dije hace un momento, el sistema -librado a sus propias )eyes- sin intervencionismo alguno, tiende a una posici6n de equilibrio en que la retribuci6n de todos los factores productivos (excepto la renta de la tierra) corresponde a su respectiva aportaci6n a la productividad. • La periferia latinoamericana en la crisis global def capitalismo, Revista de la CEPAL. N° 26. Agosto de 1985.

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Yo he manifestado reiteradamente que el fruto de la creciente productividad solo se trasmite en parte a la fuerza de trabajo, y que lo que no pasa a esta ultima, lejos de difundirse socialmente por el descenso de los precios, queda en las empresas, pues del mismo proceso productivo surge un aumento general de demanda que impide el descenso de los precios.

P: All[ se presenta el Juego de las dos variables que usted nos mencionaba anteriormente. R: Es asi. Por un lado, el incremento de demanda, por otro lado, el incremento de productividad. Y ademas, la conducta de la autoridad monetaria. P: Pero esto no aparece claramente en su Capitalismo Periferico. R: Tienen ustedes raz6n. Alli hay una explicaci6n confusa hasta que di con el concepto de las dos variables. Si captan bien esta explicaci6n, quisiera subrayarles la significaci6n que ello tiene para comprender el problema fundamental de la distribuci6n del ingreso y el de las relaciones entre los centros y los paises perifericos. Sigamos, pues, en el campo estructural. Este fen6meno de la apropiaci6n del excedente desemboca, fatalmente, en la pugna distributiva, y la pugna lleva a la inflaci6n, como he tratado de demostrarlo precedentemente. P: , Y como afrontan este problema los neoclasicos? R: Pues atribuyen la inflaci6n a la violaci6n de las leyes del mercado por la fuerza de trabajo y por el Estado. Para ellos no se daba este tipo de inflaci6n cuando no habia poder redistributivo, esto es, cuando la fuerza de trabajo se sometia a la demanda y oferta en el juego de las !eyes del mercado y el Estado era prescindente en la distribuci6n. No nfegan, por supuesto, la inflaci6n de otra indole, cuando el sistema se desvia de sus propias !eyes del juego. 154 Original from

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P: Ahora comprendemos mejor la significacion def monetarismo y le rogamos abundar mas sobre esto. R: Bien. Esta perfectamente dentro de la 16gica de las concepciones neoclasicas. Hay que doblegar el poder sindical y desmantelar el Estado hasta que la fuerza de trabajo se someta a las !eyes del mercado y el ajuste de las remuneraciones traiga consigo el pleno restablecimiento de la ganancia empresarial -yo diria del excedente- y del potencial de acumulaci6n que ello trae c-onsigo. Pero no se menciona, por supuesto, el restablecimiento de la sociedad privilegiada de consumo gracias al excedente. Quiero recordar que, a pesar del gran costo econ6mico y social de esta politica, dista mucho de atacar los factores estructurales de la inflaci6n y la tendencia del sistema al desequilibrio entre el ritmo de gasto y el de las inversiones reproductivas.

P: i, Y si la autoridad monetaria interviniese a tiempo, cuando aparecen los primeros sfntomas de desequilibrio? R: Si, puede hacerlo tambien por una politica restrictiva que obligue a las empresas a absorber el aumento de remuneraciones a expensas del excedente, como creo haberles explicado. Con lo cual se resiente el ritmo de acumulaci6n Y de empleo, hasta que, como en el caso anterior, se compriman las remuneraciones de la fuerza de trabajo y se recupere el excedente. Con lo cual comienza un nuevo ciclo redistributivo que tiende a un nuevo desequilibrio dinamico. P: Nos ofrece usted materia de reflexi6n. Mientras tanto, serfa deseable que comente por que el proceso de captaci6n def excedente, que trae tan importantes consecuencias internas, tambien influye en las relaciones entre los centros Y los poises perifericos, como usted mencion6 anteriormente.

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3. El esquema centro-periferia R: Mas que influir, determina, en ultima instancia, el esquema centro-periferia. Abordaremos ahora este asunto. Recuerden ustedes que al no difundirse socialmente el fruto de! progreso tecnico de los centros, por el descenso de los precios, en la medida en que no suben los ingresos, la periferia queda al margen de la industrializaci6n en su papel apendicular de proveedora de bienes primarios. De esta manera, va acentuandose la superioridad econ6mica y tecnol6gica de los centros, lo que impide la industrializaci6n de la periferia sin la protecci6n del Estado; una protecci6n razonable, desde luego. Pues bien, la teoria neoclasica se ha opuesto a la protecci6n, hasta que los paises perifericos, como ya explique, tuvieron que verselas solos en las crisis de los centros. Pero ciertos economistas neoclasicos no cejaron en su empei'i.o y propusieron la devaluaci6n de la moneda en vez de la protecci6n.

P: Pero, 1,que encuentra de malo en ello? R: La devaluaci6n se justifica para acompaftar externamente a la inflaci6n interna. Pero es muy mala como instrumento de protecci6n. Pues, si bien es cierto que estimula momentaneamente la sustituci6n de importaciones y alienta las exportaciones industriales, tiene efectos adversos sobre los ingresos derivados de las exportaciones primarias que no necesitaban un estimulo semejante. Consecuencia: bajan sus precios deteriorando sus terminos de intercambio. P: 1,No podria evitarse este efecto con un impuesto a las exportaciones de tales bienes? R: Es lo que suelen proponer ciertos adeptos neoclasicos con lo cual incurren en flagrante contradicci6n, pues ello comporta una intervenci6n de! Estado en el sistema de precios similar a la protecci6n.

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P: ;,Por que decfa usted que esos eslfmulos que la devaluacion trae consigo eran momentaneos? R: Por una raz6n muy sencilla: cuando la fuerza de trabajo tiene el poder de resarcirse de la subida de precios provocada por la devaluaci6n, el estimulo va decreciendo hasta desaparecer. Y tiene que sobrevenir una nueva devaluaci6n. 0 sea que se altera todo el sistema de precios para lograr efectos que pudieron haberse logrado obrando solamente sobre la parte de las importaciones que se desea sustituir y las exportaciones que se desea alentar, o sea, una porci6n relativamente pequei'ia del producto. P: ;,Es esta su explicacion de la tendencia al deterioro de los terminos de/ intercambio? R: Es un aspecto del problema. Yo presente este razonamiento en los primeros tiempos de la CEP AL para demostrar que la protecci6n, dentro de ciertos limites, impedia el deterioro de precios de las exportaciones competitivas provocado por la baja de salarios resultantes de la devaluaci6n. Demostraba que la protecci6n era econ6mica toda vez que el aumento de precios que provocaba en las actividades protegidas era inferior al quebranto en los precios de las exportaciones, o a la elevaci6n de costos en algunas actividades exportadoras de oferta inelastica. La protecci6n contribuia a desviar hacia la producci6n industrial interna recursos productivos que, de otra manera, se invertirian en acrecentar las exportaciones haciendo bajar sus precios. El caso principal del deterioro es de otra indole.

4. La tendencia al deterioro de los terminos del intercambio P: ;,Por que no explica usted este caso? R: Me complace su invitaci6n, pues se trata de un asun-

to que ha sido y suele seguir siendo de gral} controversia. Me dan ustedes la oportunidad de exponer nuevamente nuestras teorias. 157 Digitized by

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Los economistas de los centros nos han recomendado siempre promover el desarrollo mediante el progreso tecnico de las actividades primarias, especialmente la agricultura, en vez de violar las !eyes del mercado -el esquema preterito- en la protecci6n de la industria. Nuestro razonamiento fue muy simple. El aumento de productividad trae generalmente fuerza de trabajo redundante. Esta es una experiencia universal. Si esta mayor disponibilidad de fuerza de trabajo se emplea en acrecentar las exportaciones y si no aumenta en forma correspondiente la demanda exterior, sobreviene el deterioro, y el fruto del progreso tecnico se trasfiere al exterior en parte o mas a(m en todo, seg(m los casos. P: Sin embargo, el descenso de los precios podrfa estimular el comercio exterior. ;,No tiene en mente esta posibilidad? R: Si, la hemos tenido siempre en mente. Pero sucede que en los productos agrlcolas la baja de los precios puede anular rapidamente el efecto de la mayor cantidad exportada. En consecuencia, a la industria y las actividades que con ella se desenvuelven corresponde el papel de atenuar el deterioro de los terminos del intercambio. Especifique en otro lugar que entre productos agrlcolas la diversificaci6n es muy limitada. El consumo tiende, pues, a saturarse.

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P: ;,Dirfa usted que el deterioro es tambien un fen6me- 1a no estructural? l1I R: No tengan ustedes la menor duda. Recuerden el pa- 1 pel dinamico que desempei'la la diversificaci6n de bienes y liI servicios. No puede haber saturaci6n de la demanda de tt1 bienes industriales, porque la tecnologia inventa constantemente bienes y servicios que desplazan la demanda hacia I arriba. En cambio, en la producci6n agricola, la diversifi- ~ caci6n es muy limitada si se la compara con la industria y b los servicios. El consumo tiende, entonces, a saturarse. ~ Asi pues, son muy grandes las posibilidades de deterioro " 158 Digitized by

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cuando aumenta fuertemente la productividad, salvo aquellos productos agrlcolas de gran demanda mundial, lo cual depende principalmente del ritmo de desarrollo del resto del mundo. P: De lo que usted dice parecerfa desprenderse que los centros tambien estan expuestos al deterioro. R: Claro que si. En los Estados Unidos, la tendencia es manifiesta. Y de mucho tiempo atras toman medidas para paliar sus efectos o contrarrestarlos. Limitan en una u otra , forma la producci6n de granos para contener el deterioro. Algo parecido sucede en la Comunidad Econ6mica Europea. Y lo que es peor, cuando esas medidas alientan demasiado la producci6n, no vacilan en liquidar los sobrantes en el mercado internacional a precios bajos sin importarles las consecuencias sobre la periferia.

P: i. Como explicar entonces que hayan atacado tanto las teorfas def deterioro de la CEPAL? R: Hay varias razones . Algunos detractores nos han atribuido la tesis de que los productos agrlcolas estaban condenados fatalmente al deterioro, lo cual jamas hemos sostenido. En otros casos se han realizado investigaciones para demostrar queen el pasado no ha habido un deterioro sistematico. Tampoco ello significaria negar la tendencia. Esta tendencia no ocurre cuando los bienes gozan de una demanda mundial muy elevada y las tierras son limitadas. Pero, asi mismo, si las innovaciones tecnol6gicas aumentan intensamente la productividad, ocurre dicha tendencia al deterioro. En otros casos, la protecci6n ha desviado recursos hacia la industria, como dije antes. En fin, seria interesante examinar cada caso particular y no cei\irse al simple analisis macroecon6mico. Hay, ademas, una raz6n politica. Silos centros reconocieran francamente este fen6meno en sus relaciones con la periferia, habrian perdido un argumento importante para oponerse a la insistencia periferica sobre la necesidad de una acci6n internacional para enfrentar este problema. 159 Digitized by

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S. Las contradicciones teoricas de los centros

En otros terrninos, los centros invocan las !eyes del rnercado internacional y la no interferencia en ellas, pero las olvidan cuando se trata del propio deterioro. Hay que cornprender rnejor la significaci6n de las teorias elaboradas en los centros. P: i,Por que generaliza usted en esta forma? R: Porque hace tiernpo que he llegado a esta conclu-

si6n, tanto en lo que concierne al piano internacional corno a los fen6rnenos internos. Y aun a riesgo de repetirrne voy a insistir sobre ello. Cornencernos por el intercarnbio. Recuerdan ustedes la insistencia de los econornistas de los centros en la defensa de la tesis de la divisi6n internacional del trabajo. Han irnpugnado sisternaticarnente la protecci6n industrial de la periferia. Nos han recornendado y siguen recornendando el liberalisrno econ6rnico y ahora los Estados Unidos quieren extenderlo a los bienes que estan lanzando al rnundo las industrias tecnol6gicarnente avanzadas y los servicios que las innovaciones tecnol6gicas estan asi rnisrno revolucionando. P: i,C6mo se concilia esta actitud con las tendencias proteccionistas que parecerian acentuarse en ese pais? R: No solo en ese pais, sino tarnbien en los paises europeos y el Jap6n. Es que ello, sirnplernente, no se concilia. Hay una rnanifiesta contradicci6n de actitudes. Ya he tratado de explicarlo al referirrne a la vulnerabilidad del excedente de los centros frente a la cornpetencia periferica. Creo que el problerna no se resuelve con la apelaci6n a las !eyes del rnercado. No hubierarnos podido iniciar y desarrollar la industrializaci6n en la periferia bajo el irnperio de las !eyes del rnercado. Como no creo que puedan resol_ver su problerna los centros, invocando rnecanicarnente tales !eyes. Insisto en la necesidad de nuevas f6rrnulas, de f6rrnulas reguladoras para aprovechar las ventajas reciprocas del intercarnbio. 160 Digitized by

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P: i Como es ¥JSib/e que los centros con su gran pujan-

za intelectual no hayan reconocido estas contradicciones? R: Reflexionen ustedes en que las teorias econ6micas no se propagan y sobreviven solamente por su valor cientifico (en la medida en que lo tengan), sino porque responden a poderosos intereses. Hay, ademas, un fen6mcno de inercia intelectual. Les he manifestado, en otra oportunidad, que las teorias del equilibrio general tenian un gran rigor 16gico expresado con gran despliegue matematico. Pero ignoraron el excedente al prescindir de la estructura de la sociedad.

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P: Sin embargo, no podrla explicarse que grandes uni-

versidades y centros de reputacion cient[fica no hubiesen avanzado en este campo como lo hicieron en otros. i Como responde usted a esta contradiccion? R: Muchas veces me he planteado este asunto. A la heterodoxia de la CEPAL, por ejemplo, la ban tratado con una arrogancia academica que, en algunos casos, ha llegado al desden. Nos citan frecuentemente fuera de contexto o de segunda o tercera mano. Cuando en los Estados Unidos vieron el peligro que nuestras ideas representaban para sus verdades consagradas y no lograron la fusi6n de la CEPAL con los servicios similares de la OEA, emprendieron en los aftos cincuenta una acci6n sistematica para contrarrestarnos y eligieron a Santiago de Chile sede de la CEPAL, para desenvolver su campafta, que se extendi6 a toda la America Latina, mediante el envio gratuito de profesores o el otorgamiento generoso de becas. La base de lanzamiento f ue el neoclasicismo; el liberalismo econ6mico en la Argentina y otros paises no ha sido de generaci6n espontanea. Hay un joven investigador chileno, que por cierto no pertenece a la CEPAL, que esta realizando una investigaci6n reveladora acerca de esto y sobre .la base de documentos fehacientes. •

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P: 1, Usted se refiere solamente a las relaciones con la America Latina? R: No, por cierto. El asunto es mucho mas importante. Ustedes no ignoran, seguramente, la gravitaci6n de intereses muy fuertes en el financiamiento de las universidades de los Estados Unidos; admirables, sin embargo, por su contribuci6n al progreso cientifico que, por cierto, no se ha extendido a los fen6menos del desarrollo. En verdad, la promoci6n academica suele depender, en gran parte, de no desviarse a temas que puedan poner en tela de juicio ciertas verdades consagradas que apuntalan el sistema. En microeconomia hay contribuciones importantes, pero no en macroeconomia. Por ejemplo, cuando los investigadores se dedican a refinamientos matematicos de las teorias del equilibrio general, no creo que puedan avanzar en el esclarecimiento de la crisis del capitalismo. A un profesor de economia, que habia obtenido recientemente el premio Nobel en virtud de esos refinamientos matematicos, le preguntaron su opini6n acerca de la inflaci6n. Y contest6 paladinamente: jNo me ocupo de problemas concretos ! P: 1,/nterpreta usted de esta manera que no hayan visto el fen6meno de/ excedente, al cual le atribuye usted tanta importancia? R: Posiblemente. Quiero aclararles que no atribuyo a los grandes neoclasicos de la segunda mitad del siglo XIX influencia de intereses. He tenido en mis comienzos gran admiraci6n por Vilfredo Pareto y sus teorias del equilibria general. Admiraba a Pareto por el rigor con que exponia sus razonamientos y la elegancia matematica de su presentaci6n del equilibrio. Sin embargo, por algo Pareto abandon6 despues la teoria del equilibrio y construy6 en la ultima etapa de su vida el imporiente edificio de su Sociologia General. Acaso la clave de este cambio se encuentra en esta declaraci6n que le oy6 Francois Perroux en un homenaje al gran maestro en Lausanne, cuando se discutia acerca del 162 Digitized by

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equilibrio general. i "Yeo la realidad, pero no puedo captarla" !'. Se impone pues elaborar una teoria de! desequilibrio de! sistema. Ella, aparte de sus propios meritos, habra de conducir a la soluci6n fundamental de la crisis, asi en los centros como en la periferia. P: 1,C6mo ve usted entonces la significaci6n presente de las teorias def equilibria general 1,Que /es recomienda a los economistas argentinos? R: Me parece que hay que seguirlas cultivando, pero con un gran sentido critico. Hay que enfrentarlas con los fen6menos reales, segun espero hacerlo oportunamente en estas conversaciones. Son teorias elaboradas en la segunda mitad de! siglo XIX las que, como el marxismo, deben examinarse a la luz tambien de aquellos tiempos. Sin duda que unas y otras contienen elementos cientificos de gran valor. 6. La propension a engullir las teorias de los centros P: Usted declar6 anteriormente que no era ni neoclasico, ni marxista, ni keynesiano. Nos ha hob/ado solamente de los primeros. ,.;Acaso piensa excluir a los otros? R: Todo lo conrrario. Creo que la contribuci6n de Marx ha sido sumamente importante. Ha destacado la influencia de Iv:. cambios en la estructura productiva derivados de la evoluci6n de la tecnica sobre lo que el llamaba la superestructura, esto es la estructura del poder, las ideologias, etc. La teoria cardinal de la plusvalia se basa, en gran parte, en conceptos de un gran clasico, D. Ricardo. Esta teoria fue severamente atacada por los neoclasicos de la se1 In thorough studies in other countries and in France on general equilibrium, I ha ve often repeated and appropriated two afirmations which have been far too little reflected upon. One is by Vilfredo Pareto at a celebration in his honour : I saw the concrete aspect and was unable to get through to it. The other is by Oskar Morgenstern , to whom we owe so much and who has been so unfairly treated: There is no road leading from L. Walras to reality. F. Perroux . Peregrinations of on economist and the choice of his route, Banca Nazionalc del Lavoro, Quarterly Re view. N° 133, June 1982, pp. 147-162.

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gunda mitad del siglo XIX, entre ellos Pareto, que sostuvieron la inconsistencia 16gica de la teoria de la plusvalia. Creyeron haberla destruido en sus cimientos, pero no sospecharon la enorme trascendencia politica que tendria la plusvalia. P: ;,No cree usted que su teoria def excedente esta expuesta a una critica similar? R: Lo estoy esperando. No ha llegado a mi hasta ahora. Ni al fondo de la teoria ni a mi afirmaci6n de que el fruto de la creciente productividad del sistema no corresponde a ningun grupo social; o sea que la soluci6n del problema del excedente no podria ser de indole cientifica, sino estrictamente etica. P: Usted nos esta dando mucho material para seguir pensando. Tonto porque afirma que no es keynesiario cuando hace algunos decenios escribio su lntroducci6n a Keynes. R: Lo hice por razones didacticas, cuando me ocupaba exclusivamente de mi catedra, y por la enorme gravitaci6n que estaba adquiriendo el pensamiento de Keynes. Keynes seil.al6 una tendencia al desequilibrio entre el ahorro y el consumo, de signo inverso a la que atribuyo al capitalismo contemporaneo. Acaso no pudo ver el impulso considerable que alcanzaria la propensi6n al consumo, en desmedro del ahorro y la inversi6n debido a las innovaciones tecnol6gicas que. tanto he comentado. Considero que la gran contribuci6n de Keynes fue recomendar una politica expansiva; basada en gastos e inversiones del Estado para combatir la gran depresi6n . Mirandolo ahora a la distancia creo que su gran talento literario, el vigor y elegancia de su prosa, han prevalecido en algunos casos sobre su rigor cientifico. P: Bueno, usted se ha explayado acerca de lo que no es, pero se abstiene de expresarnos su propia definicion. 1,Por que no nos ayuda a definirlo? 164

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R: No me exijan ustedes que me bautice a mi mismo. No es por lo demas algo que me preocupe. Al discurrir con ustedes, en cambio, me ha preocupado convencerlos de ciertas conclusiones. He llegado a ellas despues de muchos ai\os de contacto estrecho con la realidad y de Jargas reflexiones. Estare equivocado o no, pero no estoy improvisando Jigeramente. Creo, ademas, haberme emancipado de dogmas consagrados. No voy a negar el valor del pensamiento de los centros en materia de desarrollo. Seria una jactancia intelectualmente inadmisible. Pero examinen ustedes ese pensamiento con gran sentido critico y no vacilen en emprender su propio camino, por grandes que sean los obstaculos que encuentren a su paso. Reaccionen ustedes contra esa propensi6n nuestra, esa propensi6n latinoamericana a engullir sin reservas las teorias de los centros, como dice mi colaborador en la Revista de la CEPAL, Adolfo Gurrieri. En otros terminos, ejerciten ustedes siempre su capacidad de discernimiento critico y analicen la realidad tanto en la periferia como en las relaciones con los centros. La falta de sentido critico nos ha llevado en tiempos no muy Jejanos al aperturismo, tanto en materia comercial como financiera. En todos estos casos, ha habido tambien la gravitaci6n de intereses. Hemos procedido como si los centros se abrieran incondicionalmente a nuestras exportaciones, como si la economia internacional fuera un paradigma. Ni lo es ni lo ha sido. En materia financiera, hemos desechado tambien las ensei\anzas de nuestra propia experiencia. Hemos creido que la banca privada internacional, .como ella misma nos sugeria, seria un factor eficiente de asignaci6n de recursos del mercado de eurod6lares. Estan a la vista los resultados. P : Usted ha explicado la crisis periferica como parte de un fenomeno universal. Se ha ocupado, asi mismo, de la crisis de las relaciones entre los centros, especialmente el centro dinamico principal. y la periferia, dedicando particular atencion a la Argentina. Y tambien nos ha interpreta-

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do lo que podria llamarse la crisis def dolor que tan adversamente afecta a todo el mundo, tanto a los Estados Unidos como a los otros centros ya los poises perifericos. Todo ello nos lleva a preguntarle: ;,no estamos en presencia de una decadencia def capitalismo? R: No es esa mi interpretaci6n. Un sistema que ha demostrado, y sigue demostrando, una enorme capacidad de innovaciones tecnol6gicas, que ha probado su aptitud de bienestar humano de un modo inconcebible algunos decenios atras en esos grandes centros, no podria estar en decadencia. Esta en crisis, pero no en decadencia. La decadencia esta en las teorias, tanto las que exaltan al capitalismo como las que impugnan el sistema. Son teorias de la segunda mitad del siglo XIX. Me he referido con frecuencia a las primeras, a su gran brillo cientifico; las teorias segun las cuales el sistema, en un regimen de libre concurrencia, sin ninguna suerte de intervenciones, tiende a un equilibrio general, a una dinamica espontanea e insustituible, tanto en la producci6n como en la distribuci6n. No cabe en ellas distinci6n entre centros y periferia, sino en orden al tiempo. En otros campos del conocimiento cientifico ha habido un adelanto te6rico fantastico. No asi en la teoria econ6mica. Mas aun, ha surgido en estos ultimos ai'10s, yen todas partes, un reconocimiento de la gran significaci6n de la iniciativa empresarial con lo cual estoy de acuerdo, reconocimiento que lleva con frecuencia a economistas y hombres politicos a sostener que el Estado tiene que ser subsidiario o prescindente, con lo cual, despues de haberme oido ustedes, no podria estar de acuerdo . Yo estoy preconizando una trasformaci6n del sistema en donde se combine la iniciativa empresarial y la libertad econ6mica de los individuos con la regulaci6n macroecon6mica del Estado, en la cual la disciplina de acumulaci6n es la clave esencial. El Estado como coparticipe del desarrollo. 7. Las contradicciones de Ia tecnica

Reflexionen ustedes en que el adelanto tecnol6gico ha 166 Digitized by

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traido consigo contradicciones que no cabe resolver en cl juego de las !eyes del mercado que tanto exaltan las teorias neoclasicas. Son contradicciones muy serias y penurbadoras. Voy a mcncionar las principales. La creciente productividad es el resultado de continuas innovaciones tecnol6gicas, pero lo mismo succde con la diversificaci6n del consumo y las innovaciones que alientan y propagan las nuevas formas de consumo. Hay aqui una gran contradicci6n que termina frenando la expansi6n capitalista y la eficacia de las !eyes del mercado. Se presenta tambien una contradicci6n entre el incentivo de ganancia de las empresas y la defensa del medio ambiente. Nadie niega el dai\o ecol6gico que el adelanto tecnico trae consigo. i,Creen ustedes que esto puede resolverse con las !eyes del mercado? No olvidemos el elevado crecimiento dcmografico, especialmente en la periferia, si bien es moderado en la Argentina. Los adelantos cientificos y tecnol6gicos que defienden y prolongan la vida humana, frente a todo lo positivo que significan para el individuo, han traido consigo un ritmo tan alto de crecimiento de la poblaci6n que es un freno rnuy fuerte al desarrollo. Por supuesto que tampoco se resuelven estos problemas por las !eyes de! mercado. Recuerdo a proposito un dialogo que tuve en una reuni6n de la CEPAL con un teologo distinguido. Monsenor, le dije, Dios nos ha ordenado crecer y multiplicarnos. i,Pero no cree usted que ha dejado a los hombres la determinaci6n del ritmo? P: Usted menciono hace un momento el daflo ecologi-

co. Y alguna vez dijo que las /eyes de/ mercado no pudieron resolver, en el caso de/ petroleo, el problema creado por la explotacion irresponsable de un recurso natural ago-

table. Sin embargo, el a/za de los precios pareceria haberla resuelto.

R: Ante todo, el alza de precios no fue obra de las !eyes del rnercado sino de los paises productores. No obstante que se trataba de un recurso agotable, el incentivo de gaDigitized by

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nancia de las empresas llev6 a explotarlo tan intensamente que en largos afios se deterioraron los terminos de! intercambio en contra de los productores. Se desenvolvieron tecnicas que estimularon el consumo y se abus6 de! consumo debido a los bajos precios. Fue necesaria la crisis de! petr6leo para que se reacc_ionara. Y no estoy seguro de que este problema no vuelva a presentarse. 8. Las relaciones de poder en el intercambio

P: Usted se ha referido, as£ mismo, a la crisis de las relaciones entre los centros y la periferia. 1,Atribuye usted tambien esta crisis a los cambios estructura/es de la sociedad, o mas bien a las tendencias monop6licas u o/igop6/icas de las trasnacionales? R: Vayamos por partes para no complicar este otro problema. Reflexionen ustedes en que el desequilibrio interno de! sistema tiene su origen, en ultima instancia, en el proceso de apropiaci6n de! fruto de! progreso tecnico. Asi tambien, en este proceso en los centros radica la tendencia al desequilibrio externo de la periferia, que ha sido tan manifiesto en el desarrollo argentino. El concepto periferia tiene su origen en este proceso que nos ha dejado al margen de la industrializaci6n por la misma dinamica de los centros. En el juego de las !eyes de! mercado en el piano internacional, no podria corregirse este problema. Vean ustedes, tambien aqui, la influencia de las relaciones de poder. El poder de los centros se articul6 hist6ricamente al de los grupos dominantes de nuestro pais para mantener aquellas formas preteritas de intercambio que ustedes conocen. Pero no fue el cambio en estas relaciones lo que trajo consigo la industrializaci6n, sino la ruptura de este regimen de divisi6n internacional de! trabajo, 'sobre todo en la gran depresi6n mundial. Era muy pequefio el poder de nuestros paises, econ6micamente fragmentados y bajo la hegemonia de los centros, para acometer resueltamente la industrializaci6n. l~Q

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La industriatizaci6n fue ventajosa para la periferia y solo signific6 un cambio en la composici6n de las importaciones que no perjudic6 a los centros. Gracias a la asimilaci6n de tecnicas menos avanzadas, tanto nosotros como otros paises perifericos hemos adquirido condiciones competitivas en algunas exportaciones industriales. Sin embargo, los centros, si bien siguen proclamando su adhesi6n a las !eyes del mercado, no vacilan en proteger las industrias que experimentan esa competencia. Y, contrariamente a lo que sucedia en aquellos otros tiempos, cuando los intereses dominantes de los centros favorecian el fibre cambio, no disponemos de poder comparable al de los centros para enfrentar su proteccionismo: nuestro poder es realmente muy pequei\o. Esta actitud de los centros los perjudica, pues pierden o cercenan las ventajas comparativas y perjudican, asi mismo, a la periferia. En uno y otro caso, ello contribuye, jun tamente con el desequilibrio interno, a menoscabar el ritmo de la productividad, y por consiguiente, el ritmo de desarrollo . P: ;, Que hacer entonces? R: Dadas las enormes diferencias de poder no nos queda otro camino que un esfuerzo esclarecido y persistente de persuasi6n. Acaso les sorprenda que quien ha luchado en largos ai\os en UNCT AD sin lograr cambios fundamen tales siga preconizando esa actitud. Pero no veo otra posibilidad. Por lo demas, los hechos han cambiado. Yes de esperar que esta crisis del capitalismo provoque tambien grandes cambios en el pensamiento econ6mico. En lo que concierne a nuestras relaciones con los centros, por primera vez en el desarrollo capitalista, la periferia, hasta ahora pasiva, podria tener una influencia dinamica cada vez mayor sobre los centros. Acaso esta crisis lleve a comprenderlo.

P: ;,No podrfa la periferia aprovechar el considerable potencial de compra que tiene para negociar conjuntamente, f ortoleciendo asf su poder? Digitized by

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R: Por mas que lo fortalezca en esa forma, lo cual seria tarea sumamente dificil, el poder de los centros continuaria siendo enorme frente a este desafio. Es de gran importancia saber medir las fuerzas y no quedar expuestos a retrocesos desastrosos. Yo creo que en esta materia, como en lo que ataf'le al desequilibrio interno, hay que llegar a un consenso. Acaso con esfuerzo pertinaz podremos conseguirlo, encontrando f6rmulas para regular la competencia. P: Dijo usted al comienzo que habfa que ir por partes. Ahora toca la parte de los monopolios y oligopolios internacionales. i, Que papel !es atribuye en esta crisis de las relaciones con los centros? R: Todavia tienen influencia, aunque menor que en otros tiempos. Recuerdan ustedes aquella famosa tesis de Lenin, a comienzos de este siglo, que extendia al piano internacional las tendencias monop6licas del capitalismo. Sin duda que las trasnacionales han aquirido un poder considerable, una notoria capacidad de innovaci6n tecnol6gica. Pero hay una competencia muy intensa entre ellas, tanto en estas innovaciones como en su aprovechamiento planetario. Por cierto que contribuyen a la crisis por la incesante diversificaci6n de bienes y servicios que tales innovaciones traen consigo, asi en la demanda interna como en la internacional, pero no tanto por combinaciones restrictivas de la competencia. Son otros los problemas que nos traen las trasnacionales. 9. La crisis del socialismo concreto

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P: Usted afirm6 que habfa tambien una crisis en el socialismo concreto. 1,C6mo lo explica? 1,Es antiloga a la crisis de/ capitalismo? R: Es tambien una crisis muy seria que preocupa a sus dirigentes, como es notorio. Se manifiesta aparentemente esta crisis en una productividad inferior a la de los grandes centros industriales. Ello se debe fundamentalmente a la 170

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centralizaci6n de las decisiones econ6micas en la cuspide del Estado, asi como a la ausencia de incentivos a la productividad. Quienes estan en la cuspide determinan lo que se ha de producir y consumir y las tecnologias que se han de emplear. La tenencia de los medios productivos en manos del Estado ha conducido a una centralizaci6n que sof oca la libertad de las empresas. Estas reciben instrucciones desde arriba y carecen de incentivos para producir mas y mejor. Mal podria haber iniciativa empresarial si no existe competencia entre las empresas. Por lo demas, los consumidores tienen que aceptar lo que estas producen sin el esfuerzo de ampliar mercados. Carecen tambien de libertad econ6mica. En fin, no hay libertad econ6mica en el sentido capitalista. No solo me refiero a la iniciativa empresarial sino tambien a la de la fuerza de trabajo. Acabo de leer un trabajo de un economista socialista en que se sen.ala que las remuneraciones de los mas calificados son muy bajas y han desalentado la productividad. 1 Creo que en esto las leyes del mercado han resultado eficaces. Por otro lado, la tenencia de los medios productivos en manos del Estado permite al socialismo regular la acumulaci6n. Pero los resultados de esa acumulaci6n son inferiores a los del capitalismo y se expresan en menor productividad. Por supuesto, no estoy diciendo nada nuevo . He mencionado anteriormente que en los af!.os sesenta un economista sovietico de mucha notoriedad recomend6 el juego del mercado y la autonomia de las empresas. Pero sobrevinieron formidables resistencias que impidieron realizar esta gran reforma. P: 1,Cual Jue la fndole de esos obstaculos? R: Hubo resistencias ideol6gicas, resistencias de quienes tienen el poder de decision y resistencias politicas. 1 Oleg Bogomolov, Disrribution according to labour input under socialism: solved and unsolved problems , trabajo presentado a la Conferencia sobre Politicas de I ngreso de la Asociaci6n Econ6mica Internacional (Mexico. 2-6 de Septiem bre de 1985).

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La resistencia de quienes estan en la cuspide es muy comprensible. Nadie quiere perder el poder que tiene, sobre todo cuando es muy grande. Algunas vez, no hace muchos aftos, pregunte a un dirigente socialista si su pais se encaminaria hacia la gesti6n aut6noma de las empresas. Me dijo que esa era su franca opini6n personal, pero que las resistencias burocraticas eran muy fuertes. Finalmente, la oposici6n politica. El poder de la cuspide no es solo econ6mico, sino que va aparejado a un poder politico incontrastable. La carrera de los f uncionarios de las empresas, de todo el personal, depende de su adhesi6n al sistema. Y esta se cuida escrupulosamente. Y aun donde se ha establecido la gesti6n aut6noma, la elecci6n de dirigentes de las empresas nose hace sin previa consulta al 6rgano politico.

P: Frente a estas resistencias, icomo ve usted las posibilidades de cambio en los poises socia/istas? R: Se atribuye a Gorbachev el designio de trasformar cl funcionamiento de la economia sovietica, designio que tambien tenia Andropov de quien Gorbachev estuvo muy cerca. Por todo lo que nos llega, el actual dirigente quiere sacudir la rutina y elevar la productividad. La poblaci6n sovietica quiere consumir mas y mejor. Y si a ello se agrega la competencia de armamentos con los Estados Unidos, se impone la necesidad ineludible de aumentar la productividad. De ahi la convicci6n de que es necesario un esfuerzo supremo para conseguirlo. Habra que seguir con gran atenci6n el curso de los acontecimientos. P : Se dice con frecuencia que ello significara pasar de/ socialismo a un capitalismo semejante al de los centros. i Que cree usted? R: No lo creo en forma alguna. Asi como considero que el capitalismo tiene que trasformarse para recuperar su gran fuerza expansiva, considero que el socialismo tiene tambien que trasformarse para conseguir su dinamismo. El mismo designio en dos sistemas diferentes. El socialismo 172 Digitized by

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puede alcanzar un alto grado de libertad econ6mica sin abandonar la tenencia colectiva de los medios de producci6n que, como dije antes, permite al Estado regular la acumulaci6n. Me parece tambie.n equivocado interpretar los cambios importantes que estan introduciendose en la China como un retorno al capitalismo. Estan dando autonomia a las empresas y ofreciendo incentivos, tanto a la industria como a la agricultura, en donde los resultados han sido muy alentadores. Pude comprobarlo en una visita reciente a ese pais. Sin duda que hay poderosos obstaculos en la burocracia veterana, que iran desapareciendo a medida que se abran paso las nuevas generaciones. P: t: Que consecuencias politicas tendrla, a su juicio, la trasformacion de/ sistema socialista? R: Muy serias. Piensen ustedes en esto. Si los dirigentes de empresa logran autonomia de decisiones y se inspiran de mas en mas en el mercado, esos dirigentes, sobre todo los que han tenido exito, pretenderan tambien influir en las decisiones politicas. Y asi tambien en cuanto atane a la fuerza de trabajo, si es que sus remuneraciones se establecen conforme a sus calificaciones de acuerdo con las !eyes del mercado. Dicho en otra forma, la liberalizaci6n de la economia terminara abriendo paso a una creciente democratizaci6n, empleando esta palabra en nuestro sentido.

IO. Soluciones y leyes del mercado P: Estas consideraciones que acaba de hacernos nos lievan nuevamente al problema argentino. Usted 'nos ha hablado de la necesidad de regu/acion de/ Estado. Pero el Estado ha cometido tantos desaciertos, ha intervenido tan arbitrariamente en la economfa que el concepto.de regu/aci6n se ha degradado y se tiende mtis bien a simplificar la accion de/ Estado. t:Podrfa usted ilustrarnos acerca de este asunto de tanta signijicacion? t:Encuentra usted compatibilidad entre la accion reguladora de/ Estado, de fndole

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macroecon6mica,y el aliento de la iniciativa empresarial en el libre juego de/ mercado? R: No solamente hay . plena compatibilidad, sino tambien una provechosa influencia reciproca cntre mercado y regulaci6n. Recuerden ustedes que hay una regulaci6n monetaria que ha funcionado relativamente bicn en otros ticmpos, en los del capitalismo preterito, y que ahora resulta impotente frente a la inflaci6n. Es una regulaci6n macroecon6mica que establece ciertas condiciones generales, impersonales, dentro de las cuales los individuos toman sus decisiones con toda libertad en el juego de las )eyes del mercado. Asi tambien sera la regulaci6n macroecon6mica del ritmo de acumulaci6n. Y tendria que combinarse con la regulaci6n monetaria que entonces volveria a ser eficaz. Imaginense ustedes la significaci6n que tendria para la actividad econ6mica si la elevaci6n del ritmo de inversiones productivas acrecentara la demanda de las empresas, del empleo, la producci6n y el comercio. Tanto los dirigentes como los tecnicos y la fuerza de trabajo en general verian dilatarse su horizonte vital, y todo ello rcforzaria el potencial de acumulaci6n reproductiva. El quc el Estado influya sobre el ritmo de inversiones no significa que intervenga en las decisiones individuales de invertir. Yen cuanto al consumo, la parte del ingreso que quede disponiblc para el consumo, despues de elevar el ritmo de inversiones, se emplearia en la forma que cada individuo crea conveniente de acuerdo con la oferta libre de las empresas en el mercado.

P: En sus viejos tiempos en la CEPAL, usted introdujo, sin embargo, la idea de planificaci6n de/ desarro/lo, ,Sigue pensando en e/lo? R: Desde luego, pero adaptando mis ideas a los cambios que han ocurrido y tienen que ocurrir en Ia rcalidad. Comencemos por la acumulaci6n. Creo haber demostrado que su ritmo no puede qucdar librado a las fucrzas del mercado ya la pugna distributiva. Ticne que regularse. Pe174 Digitized by

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ro i,COn que critcrio'? De acuerdo con los objetivos econ6micos y socialcs quc se dctermincn por consenso sociopolitico, como creo habcr explicado. Esos objetivos tienen que cuantificarsc y la cuantificaci6n llcva necesariamente a un plan. Hacc algunos dlas lei un cxcclcntc analisis surgido en cl sector privado argcntino accrca de las posibles necesidades . cncrgeticas hacia cl afto 2000. Para satisfacer estos requerirnientos, cl Estado ticnc quc planificar y dar los incentivos para atracr la invcrsi6n privada y publica al cumplimiento de estos objctivos. En fin, sc rcquiercn planes y proyccciones que fijen objetivos a la polltica agricola e industrial y a la armoniosa relaci6n entrc cstas dos actividadcs. Es cuesti6n de incentivos y acci6n tecnica dcl Estado, que no puedc improvisarse sino dcterminarsc racionalmcntc. Lo mismo en materia de comcrcio exterior. P: Se menciona con frecuencia que el Japon no hap/anificado y sin embargo ha tenido una tasa estupenda de acumulacion y desarrol/o. 1,Como explica usted esto? R: Tratasc de uno de los tantos mitos que andan circulando. El Jap6n no ha tenido un plan formal, sino claros objetivos de dcsarrollo y de investigaci6n tecnol6gica, bajo la egida del Estado. Hay una estrecha cooperaci6n entre este y la iniciativa privada que se ha traducido en programas de acci6n muy cficaces. En fin, este asunto requiere una mas amplia discusi6n que sobrepasaria el marco de cstas conversaciones. De todos modos, hay que rcflexionar con seriedad sobre estos problcmas acerca de los cuales existe una lamentable confusi6n. En lo que a mi concierne, cuando subrayo la importancia de la iniciativa empresarial y de la competencia en el juego del mercado suele clasificarseme de ortodoxo, como adepto al liberalismo econ6mico cuando no a las ideas de Friedman y Von Hayek, que he criticado duramente. Y cuando preconizo la regulaci6n macroecon6mica del Estado, se disciernen en mi tendencias socializantes, Digitized by

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cuando no marxistas. Y no solo en nuestro pais, sino tambien en los centros, principalmente en los Estados Unidos. P: Recordamos en efecto algunas criticas que se le dirigieron al/[ acerca de sus ideas en materia de inte,:cambio y sustitucion. ,Que nos dice usted sobre ello? R: Creo haberles explicado en otras conversaciones los graves errores que revelan esas criticas, realizadas frecuentemente sobre la base de un conocimiento de segunda o tercera mano de mis ideas. Como dije anteriormente, ha habido y sigue habiendo un cierto desden hacia el pensamiento periferico. Tenemos que hacer un gran esfuerzo para hacernos comprender, un dialogo sostenido para convencer o dejarnos convencer. Puede ser que la crisis presente aliente este dialogo, por ahora fugaz e intrascendente. P: A la luz de lo que viene diciendo, usted plantea a los economistas la necesidad de una verdadera renovacion en las ideas y en las f ormas de accion. Serla interesante que se extendiera mas acerca de ello. R: No diria solo a los economistas, sino tambien a los hombres politicos que estan buscando nuevas soluciones. No tienen que moverse en pianos diferentes, sino dialogar estrechamente. Y no hay que referirse solamente a los economistas, sino tambien a los soci6logos y polit6logos. Unos y otros trabajan generalmente dentro de compartimientos estancos. El desarrollo no es solamente un fen6meno econ6mico, sino tambien politico, social y cultural, elementos estos que tienen que integrarse te6ricamente en procura de uria definici6n correcta de la politica de desarrollo de nuestros paises. P: ,Considera usted que esta crisis de las ideas se manifiesta tambien en nuestro pals? R: . l,Por que suponer que nos hemos excluido? Por el contrario, se manifiesta agudamente entre nosotros, pro. pensos como estamos a la imitaci6n, no s6lo de las formas · de existencia de los centros, sino de ideas acerca del · de176 Digitized by

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sarrollo y el movimiento pendular de estas ideas. Los esfuerzos de originalidad de pensamiento han sido escasos y epis6dicos en nuestros paises. Y seguimos recogiendo de los centros, y no siempre con seriedad, ideas que alli tambien estan en crisis. P: i. Quiere usted significar que la periferia tiene que e/aborar sus propias teorlas def desarrollo diferentes de las teorfas de los centros? R: A veces se han interpretado asi mis escritos, sobre to-

do en los centros. Muy lejos de ello. La teoria del desarrollo tiene que ser una y abarcar a la vez los centros y la periferia y sus grandes diferencias funcionales. Pero las teorias elaboradas en los centros adolecen, en verdad, de una caracteristica pretensi6n de universalidad e ignoran a la periferia.

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CAPITULO SEXTO

REFLEXIONES FINALES 1. Mutaclones estructurales y penlstencia de un modo anacronlco de acumulaci6n

P: Usted nos ha explicado el desarrollo argentino dentro de/ contexto global de/ capitalismo y de la crisis por la. que atraviesa y se ha referido a nuestra condicion periferica ya los rasgos espec(ficos que la caracterizan, as[ como a los graves errores que hemos cometido. Y nose ha limitado a explicar teoricamente nuestrosfenomenos, sino que ha discurrido, as[ mismo, acerca de soluciones concretas. Y ahora que hemos 1/egado al termino de nuestras conversaciones, quisieramos que, con una vision de conjunto, usted nos presente las soluciones concretas que considera fundamenta/es e ineludibles, si es que el pals ha de emprender el camino para salir adelante y conseguir un vigoroso desarrol/o. 1, Cua/es son, a su Juicio, las trasformaciones mas importantes que tendrlamos que acometer para 1/egar a este objetivo? R: Tratare · de complacerlos; pero es indispensable comprender antes la crisis del desarrollo argentino. Han ocurrido grandes mutaciones en la estructura de la sociedad que acompaftan a la evoluci6n y difusi6n de la tecnica y sus contradicciones. Pero seguimos con el mismo modo de acumulaci6n basado en el excedente y demas Digitized by

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ingresos de los estratos favorecidos, como si el capitalismo de hoy fuera el mismo de ayer, como si nada hubiese pasado. P: Pero sin el restablecimiento de/ excedente y de esos ingresos, el sistema no puede volver a andar, salvo que se trasforme el modo de acumulacion y, desde luego, el de apropiacion de los jrutos de/ desarrollo, 1,no es as£? R: Exacto, puesto que el empei\o de! monetarismo de restablecer la dinamica de! excedente no significa una correcci6n perdurable, a pesar de un ingente costo econ6mico y social. P: Usted se ha rejerido tambien a las contradicciones de la tecnica. 1, Como las inserta en esta sfntesis que le hemos solicitado? R: Voy a ello. Hay una gran contradicci6n entre el aumento de la productividad, que es la fuente y a la vez el resultado de la acumulaci6n, y las innovaciones tecnol6gicas que diversifican incesantemente los bienes y servicios y difunden la demanda de ellos con gran celeridad. Y, como ustedes saben, la diversificaci6n estimula, principalmente, el gasto de los estratos favorecidos, en desmedro de la acumulaci6n y; al mismo tiempo, sobre todo en los estratos favorecidos, se eleva en forma impresionante el ritmo de crecimiento de la poblaci6n, que requiere una mayor acumulaci6n de capital. Fallas muy serias de! sistema, puesto que la acumulaci6n es lo unico que puede elevar persistentemente el ingreso de los estratos no favorecidos: lo que he llamado la distribuci6n dinamica de! ingreso. Otra contradicci6n, cada vez mas manifiesta, acontece tambien entre el incremento de productividad y el dai\o ecol6gico. Para prevenir o corregir este dai\o se necesita mas acumulaci6n. Recordemos que el modo de acumulaci6n se basa esencialmente en la apropiaci6n de gran parte de! fruto de! adelanto tecnico por los estratos sociales favorecidos. Y ello exige, ineludiblemente, dada la indole de! sistema -subra180 Digitized by

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yo- que una considerable parte de la fuerza de trabajo no pueda elevar sus ingresos correlativamente al incremento de productividad. Creo haberles demostrado que la acumulaci6n de capital se asienta fundamentalmente sobre tal desigualdad en la distribuci6n del fruto del adelanto tecnico. 0 sea que de la tecnica requiere que haya una fuerza de trabajo que acepte pasivamente las !eyes del mercado y carezca de poder sindical y politico. Tai era el capitalismo preterito, en el que el Estado era, asi mismo, prescindente en la distribuci6n. Y cuando en el capitalismo contemporaneo se trata de corregir la desigualdad mas alla de lo que permiten las leyes del mercado, el sistema entra en crisis. La crisis se caracteriza por la tendencia del ritmo del gasto a crecer con mas celeridad que el de la productividad en el curso de la pugna distributiva, y al ocurrir esto se resiente el ritmo de acumulaci6n. Al gasto privilegiado de los estratos favorecidos se superpone el gasto privado y social de la fuerza de trabajo y el gasto civil y militar del Estado. Se desenvuelve asi una tendencia al desequilibrio dinamico intenso que desemboca en la inflaci6n. Para atacar la inflaci6n se recurre al monetarismo. En ultima instancia, el monetarismo tiene el efecto -segun sus adherentes- de provocar un desempleo tan intenso como fuere necesario para que la fuerza de trabajo acepte la reducci6n de sus remuneraciones reales. Sin ello no podria acrecentarse el excedente y la acumulaci6n. Tai es la 16gica del sistema. Una 16gica ciertamente maligna. Otro de los efectos del monetarismo consiste precisamente en trasladar el costo sobre la fuerza de trabajo, asi como el costo del deterioro interior o exterior de los terminos del intercambio. El modo vigente de acumulaci6n exige que todo ello recaiga sobre la fuerza de trabajo.

P : Usted ha manifestado, tambien, que la periferia latinoamericana esta dejando de ser pasiva al exportar manufacturas y podria tener influencia creciente en la dinamica de los centros en favor de su productividad y tambien de la nuestra.

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R: Asi es, efectivamente. Pero la capacidad receptiva de los centros esta demostrando ser limitada y hay que combinar el empeno exportador con la sustituci6n de importaciones provenientes de tales centros. La sustituci6n requiere, a su vez, combinar el esfuerzo con otros paises, principalmente latinoamericanos, a fin de ampliar los mercados nacionales y conseguir la mayor eficiencia posible. Todo esto requiere tambien innovar, crear nuevas f6rmulas. Y mucho me temo que las preocupaciones inmediatas de los gobiernos, que sin duda son muy justificadas, desvian la atenci6n de esta necesidad de innovar. Mas aim, no suele hablarse, ahora, en nuestro pais, de la sustituci6n de importaciones: el pendulo ha ido al otro extremo. Desde hace un cuarto de siglo vengo diciendo que hay que salir de la asimetria de la industrializaci6n: hay que industrializarse hacia adentro y hacia afuera, y avanzar en esta forma en una estructura productiva cada vez mas avanzada tecnicamente. Y para terminar, los centros es tan reaccionando con una politica restrictiva de las importaciones perifericas. Fen6meno que tiene cierto parecido en el ambito interno. La fuerza de trabajo ha dejado de ser pasiva y el Estado ya no es prescindente y el sistema reacciona con el monetarismo. Y asi como en el ambito interno se impone un nuevo modo de acumulaci6n que elimine la tendencia al desequilibrio dinamico, en las relaciones con los centros y dentro de la misma periferia se imponen nuevos modos de intercambio que vayan eliminando la tendencia periferica al desequilibrio exterior.

P: Usted sostiene que la dintimica def sistema se basa en la desigualdad social. 1,No considera un tanto extrema esta afirmaci6n? R: Recuerden ustedes que el incremento de productividad tiende a concentrarse en los estratos sociales favorecidos, en tanto que las remuneraciones de gran parte de la fuerza de trabajo no mejoran correlativamente con la productividad. Lo que asi deja de trasferirse acrecienta el ex182 Digitized by

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cedente de las empresas y los ingresos crecientes de la fuerza de trabajo favorecida, asi en las empresas como fuera de ellas. Les recuerdo este concepto fundamental porque la acumulaci6n surge cabalmente de esa desigualdad social, que se explica por el poder econ6mico y social de tales estratos, aparte de diferencias individuales de aptitudes y dinamica. Y cuando cambia la estructura de! poder y la fuerza de trabajo adquiere capacidad redistributiva, se resiente a la larga la dinamica de! sistema y el desenlace es la inflaci6n social. P: Tan pronto como se habla de acumulaci6n de capital surge a la mente de muchos la imagen de los gruposfavorecidos: mas acumulaci6n y mas riqueza para esos grupos. ;,C6mo aceptar esta idea, podria argiiirse, cuando hay tanlas necesidades insatisfechas no solo en los estratos inferiores, sino en los estratos medios de la sociedad? R: Creo que hay un gran fondo de verdad en lo que ustedes acaban de decir. Porque esa es, precisamente, la esencia misma de! modo vigente . Sohre esto se basa la dinamica de acumulaci6n. Tambien !es.he explicado que, dado ese modo de acumulaci6n sobrepasado por las mutaciones de! sistema, se recurre a un monetarismo contraproducente para hacer frente a la crisis de! sistema, cuya eficacia depende de! grado de desempleo que provoca hasta que la fuerza de trabajo acepte el desmedro de sus remuneraciones. Y aqui llego a la pregunta de ustedes. Para que el sistema, ta! como funciona, recupere su dinamica , es necesario Que la compresi6n de las remuneraciones permita de nuevo recuperar el excedente y su capacidad de acumulaci6n. Y tambien el restablecimiento de la sociedad privilegiada de consumo. De ahi mi impugnaci6n terminante de! modo vigente de acumulaci6n. 2. Acumulacion y fuerza de trabajo

P: ;,Quiere decir, entonces, que el salario ha terminado 183 Digitized by

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siendo la variable de ajuste en la polftica antiinflacionaria? R: No !es quepa la menor duda. Ha sido la variable de ajuste de tantos anos de frustraci6n de! desarrollo argentino. Sin embargo, el reconocimiento pleno de esta verdad no significa caer en la forma viciosa de corregir ese desmedro de remuneraciones con su aumento inflacionario. Seria muy grave repetir el pasado desastroso que nos habia llevado al borde de la hiperinflaci6n.

P: 1,Pero no reconoce usted la injusticia de este desenlace? R: Plenamente, pero el reconocerla, como he venido diciendo desde tiempo atras, no significa tener que repetir el pasado. La injusticia es manifiesta; los salarios no solo son la variable de ajuste de la recuperaci6n de! excedente y el gasto privilegiado, sino tambien de las elevadisimas tasas de interes y de las ganancias espurias que la inflaci6n ha traido consigo, asi como de la hipertrofia de! Estado. No veo otra forma de evitar estas consecuencias regresivas que comenzar por la reactivaci6n de la economia. La reactivaci6n permitira agrandar el excedente de las empresas y mejorar las remuneraciones sin consecuencias inflacionarias. P: 1,C6mo salir entonces de este dilema? R: Vuelvo al caso argentino. Creo haberles manifestado en anteriores conversaciones que la (mica forma de iniciar la soluci6n no inflacionaria de! problema de las remuneraciones es destinar una cierta proporci6n de! excedente y de su crecimiento a elevarlas. Muy lejos estoy decreer que ello seria una soluci6n definitiva. Seria apenas el comienzo de la soluci6n definitiva que debiera abarcar a toda la fuerza de trabajo mediante el estimulo a la inversi6n y el desaliento progresivo al gasto, especialmente en los estratos favorecidos. Creo haberme extendido ya sobre este asunto y no quisiera ahora incurrir en repeticiones. S61o quisiera agregar que el temor a la espiral no se justifica, puesto que la elevaci6n moderada de precios no conduciria a la realimentaci6n de Ia inflaci6n por el alza de las remuneraciones. No 184 Digitized by

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veo por que no debieramos innovar en la Argentina, teniendo en cuenta que la inflaci6n habia llegado aqui a alturas insoportables. Comprendo el temor que despierta una politica expansiva, pero el retardarla demasiado puede lievar a consecuencias muy serias y a comprometer el esfuerzo que se ha emprendido. P : i,C6mo explica usted esa resistencia? R: No me sorprende, porque no solamente se presenta esta actitud en nuestro pais, sino en centros importantes que, a pesar de tener un gran superavit externo, son renuentes a seguir una politica expansiva de la economia. Son victimas de la crisis del sistema; temen, no sin raz6n, que la expansi6n vuelva a hacer subir los precios por sobre las tasas relativamente moderadas a que habian caido a raiz de una politica antiinflacionaria. Los precios subirian no obstante el mejor aprovechamiento de la capacidad productiva y el descenso consiguiente de los costos. Pero se teme que el alza de precios estimule el de las remuneraciones y, desde luego, lleve nuevamente a la espiral inflacionaria que tanto ha costado comprimir. 3. Un nuevo modo de acumulacion P: Volviendo al concepto de gasto, i, no habrfa otra posibilidad de acrecentar la acumulacion dado la vigencia de/ modo actual? R: A mi juicio no la hay. Es ineludible trasformar el modo de acumulaci6n para dar al desarrollo el gran impulso que podria adquirir gracias al adelanto de la tecnica. Voy a volver a exponerles en forma muy simple la esencia del nuevo modo de acumulaci6n. Por un lado, las empresas tienen que elevar la proporci6n del excedente que dedican a la acumulaci6n. Y por otro, la fuerza de trabajo en general tiene tambien que dedicar a este objetivo una parte de sus ingresos: se establecera un impuesto progresivo al gasto dejando libre la parte que se destina a la inversi6n reproductiva. Tai es el fondo de ese asunto, si bien caben Digitized by

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o\t~rentes modalidades de aplicaci6n. Lo fundamental es (\U.e se eleve el ritmo de la acumulaci6n y que la fuerza de trabajo acumule por si y para si. Me refiero a la vasta gama de la fuerza de trabajo, desde los dirigentes hasta los trabajadores no calificados, siempre que hubiesen mejorado sus remuneraciones gracias, en gran parte, a las consecuencias dinamicas de la mayor acumulaci6n.

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P: t:Que efectos concretos cree usted que podrfan conseguirse mediante el mayor ritmo de acumulacion? R: Efectos de enorme importancia, recalco esta expresi6n. Sin un esfuerzo intenso y sostenido de acumulaci6n en bienes fisicos, formaci6n humana y adaptaci6n e investigaci6n tecnol6gica, el pals no podra alcanzar el vigoroso crecimiento que su potencial le permite. Mayor acumulaci6n, mayor y mejor empleo con creciente productividad, tanto en lo que atafte al crecimiento de la fuerza de trabajo como a la que esta desempleada o empleada con baja productividad y generalmente con escasos espurios ingresos. En este ultimo concepto no solo me refiero a quienes tienen empleo parcial o deficiente o a los que tienen empleo inferior a sus capacidades, sino tambien al personal redundante no solo en el Estado, sino en la actividad privada. Hay quienes preconizan la soluci6n de estos problemas eliminando inmediatamente a los redundantes. i, Y c6mo incorporarlos a la actividad productiva sin elevar el ritmo de acumulaci6n? Comprendan ustedes que en mi esto se ha vuelto casi obsesivo y no podria omitir mi gran preocupaci6n por las nuevas generaciones que se encuentran seriamente restringidas en su horizonte vital. Sin acumulaci6n no podran resolverse estos graves problemas. P: En realidad usted esta refiriendose a /os estratos sociales menos favorecidos. Pero, t:que ventaja tendrfa la Juen.a de trabajo de los estratos favorecidos, o sea, de la que rea/iza, segun sus disponibilidades, gran parte de/ esfuen.o de acumulacion?

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R: Una ventaja innegable, pues se ensancharia el ambito de sus actividades por la incorporaci6n de nuevas tecnicas y el mejoramiento de las que se emplean ahora, lo cual elevaria la demanda de fuerza de trabajo calificada, mejorando asi sus remuneraciones en virtud de las !eyes del mercado que en esto serlan de real eficacia. Y esto daria mas impulso a su propia acumulaci6n. Esto constituiria un fuerte incentivo al aumento de la productividad. Pero no seria suficiente para lograr este objetivo en el resto de la . fuerza de trabajo de las empresas: habria que hacerlo dando al personal una participaci6n en las ganancias, como parte integrante del nuevo modo de acumulaci6n. P: 1,No lo ha propuesto usted como medida de emergencia en vez de aumentos inflacionarios de remuneraciones? R: Asi es, efectivamente. Mientras se examinan soluciones fundamentales como las que propongo discutir. Mas aim, recuerden ustedes que tambien he sugerido que una parte del incremento de ingresos que asi se !ogre se destine a la acumulaci6n.

5. La coparticlpacion del Estado en el desarrollo P: 1,No teme usted que lo que propone en cuanto al modo de acumulacion y al comercio exterior sea considerado como nuevas formas de intervencion que perturban y desalientan la acJividad privada? R: Es muy posible que asi sea, pues es lamentable la confusi6n que hay a este respecto. Aunque los cambios semanticos no resuelven los problemas, yo prefiero no hablar de intervenci6n, porque las intervenciones del Estado en nuestro pais han tenido generalmente muy serias consecuencias, seg(m hemos visto en el curso de estas conversaciones. Prefiero hablar de la coparticipaci6n de! Estado en el desarrollo, lo cual requiere delimitar claramente los respectivos campos de accionar. Las !eyes del mercado han probado no ser capaces de contener la excesiva propensi6n al consumo de los estratos favorecidos, principalDigitized by

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mente, y el Estado tiene que tomar medidas impersonales que alienten la inversi6n reproductiva y desalienten el consumo a fin de elevar el ritmo de acumulaci6n. Pero no tiene por que prescribir d6nde y c6mo se ha de invertir el capital; hay que dejarlo a la iniciativa de las empresas ya la decisi6n de los consumidores. De lo contrario, el Estado deberia determinarlo desde arriba y ya sabemos Jo que esto significa econ6mica y pollticamente. P: Esta coparticipacion de/ Estado en el desarrollo traerti necesariamente cambios muy importantes en la estructura productiva. Hay quienes preconizan, tambien aquf, la accion de/ Estado. Usted se ha referido a ello en anteriores conversaciones. ;, Cree que serla suficiente la redistribucion de/ ingreso que usted postu/a? No estarla de masque vo/viera a pronunciarse sobre ello. R: Considero que la redistribuci6n del ingreso seria suficiente para cambiar la composici6n de la demanda y, por tanto, la estructura productiva. Pero si hubiera casos en que las empresas no respondieran, habria que estimularlas a hacerlo. P: ;,No se darla esto en el comercio exterior? R: Ahi la acci6n del Estado tiene que disipar o corregir la tendencia al desequilibrio, aplicando racionalmente los instrumentos que tiene a su disposici6n. Pero discrepo en absoluto con quienes quisieran convertir al Estado en importador y exportador. Lo esencial es que el Estado establezca las condiciones que lleven a la iniciativa de las empresas a cumplir los objetivos que se persiguen y que asegure el juego de la competencia. P: Se dirfa que estti preconizando un liberalismo anacronico. i,Que responde usted? R: Pues estoy tratando de exaltar lo mucho de positivo que tiene el liberalismo, no s6lo desde el punto de vista econ6mico, sino par-a volver a una unidad filos6fica primigenia con el liberalismo politico. Para conseguir este y Digitized by

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otros objetivos es ineludible la coparticipaci6n del Estado en el desarrollo. Y estoy consci~nte de que al insistir en ello no faltaran quienes me acusen de socializante. Por lo demas, van a sostener estos ultimos que el Estado no tiene que tomar medidas de preservaci6n ecol6gica a fin de prevenir o corregir, segun los casos, las consecuencias depredatorias de empresas que, guiadas por su interes de ganancia, contaminan el aire o el agua o desperdician flagrantemente recursos naturales agotables. Es evidente que las leyes del mercado. no van a resolver estos problemas. Por consiguiente, el Estado tiene un papel importantisimo en el desarrollo, tanto en la acumulaci6n como en el intercambio exterior y en la ecologla, como en materia tecno16gica, sin oscurecer, desde luego, otras formas de acci6n. Y cuanto mas se empefle en intel,'Venir innecesariamente en el juego de la iniciativa de productores y consumidores, tanto menos apto resultara el Estado por su pesadez burocratica para desempeflar esas funciones de coparticipaci6n en el desarrollo. P: 1,Esta coparticipacion de/ Estado no debiera 1/evarse en algunos casos a la empresa publica? R: No vacilo en contestar afirmativamente su pregunta y creo haberme ocupado de estos puntos en anteriores conversaciones. Considero que en la Argentina ha habido un estatismo extravagante que hay que eliminar. Es necesario definir en que campos se necesita la empresa publica y establecer sus condiciones de buen desempeflo. Pero cuidemonos de atribuir todos los males del sistema al Estado. Creo haberme ocupado tambien del mal funcionamiento de la empresa privada, comenzando por el mecanismo bancario. El precario funcionamiento de la empresa publica es parte de la perversi6n general del sistema, en la cual la inflaci6n ha tenido gran influencia, sin excluir otros elementos desquiciadores. P: Suele mencionarse entre nosotros la tesis segun la cual poises en que han operado sin trabas las /eyes de/ merDigitized by

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cado, como los de/ sudeste asidtico, por ejemplo, han alcanzado muy elevadas tasas de crecimiento. i,Cudl es su opinion? R: SI, efectivamente, se ha difundido este mito por razones claramente ideol6gicas. Les he mencionado anteriormente el mito del Jap6n. Y lo mismo sucede en Corea del Sur y Taiwan donde el Estado ha sido un coparticipe tenaz y eficiente en el desarrollo 1 .

6. La crisis de los centros P: Usted se ha referido a la crisis de los centros que tanto influye sobre la crisis argentina. i,No hay a/gun sfntoma que permita suponer que esta crisis se encamina a su solucion? R: Quisiera ver algun sintoma, pero no lo encuentro. Los Estados Unidos son victimas de su propio poderfo, de su enorme poderio, y se encuentran en un serio atolladero. A todos nos interesa que salgan de el en la mejor forma posible. Conviene que reitere algunas de mis explicaciones para comprender mejor las dificultades argentinas. La presi6n inflacionaria se venla acentuando en ese pals desde mediados de los ai'los sesenta. El acrecentamiento del gasto privado y social y del gasto publico, civil y militar, ban llevado al incremento de la demanda a superar inflacionariamente el incremento de la productividad, y la inflaci6n ha desbordado hacia afuera, gracias a la creaci6n de d6lares. Esta ha sido la primera etapa; la segunda es la presente. Como la inflaci6n interna alcanzara dimensiones preocupantes, se esperaba generalmente que un pals que siempre nos habia recomendado la ortodoxia fiscal la pusiera en practica a fin de corregir el deficit del presupuesto con aumentos de impuestos y reducciones de gastos; pero en vez de ello se decidi6 elevar fuertemente las tasas de interes atrayendo ahorro interno y externo para cubrir en esta forma el desequilibrio fiscal. 1 veasc cl Bullttin dcl Institute of Development Studies de la Universidad de Sussex, Vol. IV, N' 2, Abril de 1986, dedicado a este tema.

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Este libro se termin6 de imprimir el dial9de junio de 1986 en los talleres de Grafica Yanina, Republica Argentina 2686, Valentin Alsina, Pcia. Buenos Aires, Argentina. Esta edici6n consta de 5.000 ejemplares

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