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Spanish Pages 345 [352] Year 1981
PENSADORES Y TEMAS DE HOY
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WSTORIA DEL MARJUSMO - El marxismo en tiempos de Marx -
El marxismo en la época de la Segunda Internacional
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El marxismo en la época de la Tercera Internacional
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El marxismo hoy
Dirigida por ERIC f HOBSBAWM, GEORGES HAUPT, FRANZ MAREK, ERNESTO RAGIONIERI, VITTORIO STRADA, CORRADO VIVANTI
HISTORIA DEL MARXISMO (6) EL MARXISMO EN LA EPOCA DE LA SEGUNDA INTERNACIONAL (4)
Título original: STORIA DEL MARXISMO Traducción dirigida por Josep M. ª Colomer Traductor del presente volumen: Máximo Loizu
l.• edición: octubre, 1981 La presente edición es propiedad de Editorial Bruguera, S. A. Camps y Fabrés, 5. Barcelona (España) Edición original: © Giulio Einaudi Editare, s.p.a., Torino - 1978 Traducción: © Editorial Bruguera, S. A. - 1981 Diseño de cubierta: Soulé-Spagnuolo
Printed in Spain ISBN 84-02-08299-8 (lomo VI)/ ISBN 84-02-06651-8 (obra completa) Depósito legal: B. 30.974 - 1979 (tomo VI) Impreso en los Talleres GrAficos de Editorial Brugucra, S . A. Carretera Nacional 152, km 21,650. Parets del Valles (Barcelona) - 1981
Indice
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EL MARXISMO EN LA EPOCA DE LA SEGUNDA INTERNACNONAL ( 4) ANDREW ARATO
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La antinomia del marxismo clásico: marxismo y filosofía 1. El materialismo como concepción general del mundo: Engels, Plejánov y Lenin ..• 2. El materialismo histórico: Labriola y Kautsky 3. «Crítica» y ética: Kant y Marx 4. El destino de la dialéctica en la socialdemocracia 5. Sorel y las antinomias del pensamiento marxiano 6. Un dualismo insuprimible ANDRÁS HEGEDVS
99 La cuestión agraria 102 l. Marx y la cue.;tión agraria y campesina 108 2. El programa agrarip del socialismo Y. la I In-
ternacional
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3. Intentos de revisión del programa agrario 4. Polémicas acerca de la «imposibilidad de supervivencia» de la pequeña y mediana propiedad
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5. El marxismo y la cuestión agraria en Europa
campesina oriental
REN~ GALLJSSOT
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Nación y nacionalidad en los debates del movimiento obrero 135 1. La cuestión nacional: una laguna en el análisi,:,
marxista
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150 158 166
175 178 189
209 222
2. Bajo el horizonte de 1848: naciones históricas y
pueblos sin historia 3. La excepción irlandesa y la lección de la I Internacional 4. «Capitalcentrismo» y falta de · conclusión en los estudios acerca de la nacionalidad 5. El estatalismo nacional Y. la p1·imera teorización de Kautsky 6. La II Internacional bajo la pesadilla del nacionalismo 7. Nacionalismo y liberación nacional: de Rosa Luxemburg a James Connolly 8. El compromiso austríaco y el debate en Rusia ( 1898-1905) 9. Otto Bauer y el desarrollo cultural nacional 10. Centralismo revolucionario y derecho a la autodeterminación, o autonomía nacional y democracia FRANCO ANDRBUCCI
245 La cuestión colonial y el imperialismo 248 l. La cuestión colonial, los pueblos oprimidos Y. el
262 273
«derrumbe» del capitalismo 2. Política mundial y capitalismo fin de siecle 3. El imperialismo
MADELEINE RÉBERIOUX
287 El debate sobre la guerra 289 l. Los fundamentos teóricos 295 2. Un cuerpo teórico en desarrollo: de 1848 a la 303 307 313 318
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I Internacional 3. «El verdadero y único partido de la paz» 4. Antagonismos económicos y militarismo 5. En el cambio de siglo: Weltpolitik y guerras de ultramar 6. Stuttgart: la última unanimidad de la Interna• cional 7. ¿Qué guerra? 8. Guerra a la guerra 9. ¿Guerra o revolución? 10. El fracaso de la Internacional
El marxismo en la época de la Segunda Internacional ( 4)
ANDREW ARATO
La antinomia del marxismo clásico: marxismo y filosofía
El campo de la relación entre «marxismo y filosofía», estructurado por antinomias, es un espectro de alternativas, muchas de las cuales son, asimismo, internamente antinómicas. Tal espectro abarca desde una filosofía de la historia (o incluso una ontología) determinista, que enlaza con el materialismo y con el pensamiento positivo clásico del siglo xvn1, y desde una más reciente, más escéptica y metodológica devoción por la «ciencia», que enlaza con el «neopositivismo», hasta dos variedades de neokantismo, basadas respectivamente en la primacía de lo práctico y en la primacía de lo teórico, y hasta una posición oscilante entre el historicismo de las Geisteswissenchaften y el irracionalismo de la Lebensphilosophie. La importancia de esta extensión no es meramente documental, pues su antinomia crucial, la antinomia entre necesidad y libertad, remite a todo un conjunto de problemas serios, y no resueltos, de la teoría social marxiana, que sigue siendo nuestro único punto de partida, tanto para una filosofía de la historia al servicio de una práctica de emancipación, como para una teoría genuinamente crítica de las formaciones sociales contemporáneas. De ahí que intente describir el campo antinómico desde Plejánov hasta Sorel, pasando de la necesidad objetiva a la voluntad, del determinismo cientifista a una autodeterminación mitológicamente concebida. Me propongo mostrar que en la era de la II Internacional no hay ningún intento de consumar un matri11
monio entre marxismo y filosofía que escape de las fatales dualidades que marcan el problema en cada uno de sus aspectos. Al completar la descripción del espectro, intentaré igualmente señalar la fuente de la antinomia en la teoría social del marxismo clásico, que ha sido al mismo tiempo . la motivación oculta tras las heterogéneas estrategias filosóficas y el secreto de 8U fracaso. Puesto que mi análisis ha de abordar la filosofía de la praxis del período siguiente de la 'listoria del marxismo, he de admitir que esta filosofía, pese a la agudeza autocrítica con que ha afrontado las antinomias del pensamiento burgués y del socialista, no ha logrado «superar» la contradicción más profunda. l. El materialismo como concepción general del mundo: Engels, Plejánov y Lenin
El materialismo marxista como concepción omnicomprensiva del mundo nace de las obras de Friedrich Engels. A él se debe la síntesis habitualmente designada corno materialismo dialéctico, que constituyó una fuente central para el pensamiento filosófico de la socialdemocracia alemana y, en mayor medida aún, para el marxismo soviético, bastante más monolítica. El alcance de la influencia de Engels ha sido descrito a rnenudo, 1 sobre todo después de Lukács; la dimensión objetivista y cientifista de tal influencia ha sido criticada con razón por la mayor parte de los teóricos neomarxistas. En la versión de la teoría de la historia elaborada por Marx y Engels y conocida como materialismo histórico se han señalado recientemente las raíces del «positivismo» engell. G. LtcHTHEJM, Marxism. A historica/ and critica/ st11dy, Nueva York, 1962, pp. 234 y ss. [trad. cast., El marxismo. U11 estudio histcínco _)' . crítico, Barcelona, 1971, pp. 273 y ss.] y H. J. STEINBERG , Soz1a/Js11111s 1111d deutsche Sozlafdemokratie. Zur Jdeo/ogie der Partei i·or dem J. We/tkrieg, Hannover, 1969 2, pp, 43 y ss.
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siano (las raíces teóricas, no culturales o sociales). 2 Naturalmente, la historiografía antimarxista (o no marxista) ha puesto frecuentemente de manifiesto la naturaleza determinista de la teoría marxista en su generalidad. De todos modos, esta crítica general (y muchas veces superficial) ha sido refutada precisamente por Lukács, que fue capaz en buena medida de reconstruir la teoría marxista, en particular la critica última de la economía política -pero también el materialismo histórico--, en tomo a una serie de conceptos que representaban una poderosa crítica de cualquier objetivismo y cientifismo.:1 El descubrimiento de la antropología filosófica (los Manuscritos de 1844) del joven Marx y de la sistemática conexión de los conceptos antropológicos con los conceptos de la economía política (Grundrisse) confirma la exactitud histórica de ia interpretación de Lukács. Recientemente, Jü_rgen Habermas y Albrecht Wellrner han podido avanzar más allá de esta interpretación y encontrar un filón positivo en textos juveniles corno La Ideología Alemana: la reducción de la interacción simbólica al trabajo, que podía convertirse en una teoría reduccionista del materialismo histórico. 4 Cualesquiera que sean los méritos de este argurnento, 5 la gradual disolución del concepto de alienación política (un concepto presentado en La cuestión judía, en la Crítica de la filosofía hegeliana del Estado y en La Ideología Alemana) en el concepto de trabajo alienado fue el primer y más significativo indicio del surgimiento de una teoría que finalmente fijó la política, la conciencia, etc., en una inmensa sobreestructura 2. Por otras versiones entiendo la teoría no determinista, no lineal, no continua y no evolutiva de las formaciones sociales, que se encuentra sobre todo en los Grundrisse. 3. Cf. AR.no, Lukdc's Theory o/ Rei/ication, en "Telas", 1971. 4. J. HABERMAS, Knowledge a11d human i11terests, Boston, 1968, p. 28 y ss. y todo el capítulo 11; A. WELLMER, Critica/ theory o/ society, Nueva York, 1971, pp. 70 Y ss. 5. Tanto Habermas como Wellmer son criticados precisamente por la excesiva identificación de la teoría social de Marx: con su dimensión positivista. Su lectura de los Grundrisse y de El Capital es de hecho inaceptable.
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cuyo movimiento seguía pasivamente (aunque no sin convulsiones) el desarrollo antagónico de las fuerzas y las relaciones de producción. 6 Tal crítica de Marx aparece confirmada en primer lugar por la autocomprensión (o autoincomprensión) del Marx maduro (compárense los distintos prólogos a las obras más tardías) y sin duda por los términos del desarrollo engelsiano del marxismo, que parte de dicha autointerpretación. De todos modos, es innegable que Engels añadió a esta · teoría algunos elementos deterministas y reduccionistas ·de su propia cosecha. Su famosa modificación del determinismo económico a través de una teoría de las causas o influencias recíprocas 7 muestra su interpretación mecánica de la teoría de la base y de la sobreestructura en términos de causa-efecto. Aun restableciendo el famoso pasaje de Marx de El 18 de Brumaría, en el que aparece una interpretación de la base completamente diferente -o sea, no causal y ni siquiera interactiva-, como marco de posibilidades objetivadas y objetivas dentro de cuyos límites los hombres hacen su propia historia,8 Engels se siente impulsado a reducir la acción humana al efecto, en última instancia pasivo, de fuerzas objetivas.º De cualquier modo, para ser justos con él, a diferencia de muchos de sus seguidores socialdemócratas (-y en particular estalinistas), Engels restringía su interpretación totalmente determinista a la «prehistoria», al «reino de la necesidad», a la historia humana anterior al socialismo, antes de la construcción consciente de la historia 6. Cf. K. MARX, Contribución a la critica de la economía política, México, 1966, pp. 7-8. . 7. Cf. la carta de Engels a J. Bloch y a C. Schmidt del 21 de septiembre Y del 27 de octubre de 1890, en K. MARX y F . ENGELS, Obras escogidas, Moscú, 1974, vol. 3, pp. 514-521. 8. Hemos de reconocer que muchas de las afirmaciones reduccionistas ?el ~ism