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Spanish Pages [206]
NICOLÁS
BERDIAEFF
EL C R I S T I A N I S M O Y EL P R O B L E M A D E L C O M U N I S M O
ESPASA-CALPE A R G E N T IN A , S. A. - Bs. As.
EL CRISTIA N ISM O Y
EL
PROBLEMA DEL COMUNISMO
Edición digital de @elteologo Septiembre de 2015
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NICOLÁS BERDIAEFF
EL CRISTIANISMO Y EL PROBLEMA DEL COMUNISMO
E SP A SA -C A L P E A R G E N T IN A , S. A. B U E N O S A IR E S
EL M A R X I S M O
Los jóvenes emigrados rusos no conocen más que u n a cosa del marxismo, y es la sig u ien te: que éste engendró las atrocidades de la revolución comunista, la propaganda antirreligiosa y la persecución de la Iglesia. La ju v en tu d que se quedó en Rusia desco noce igualm ente el marxismo, porque es imposible conocer lo que se impone a la fuerza. A ntaño cono cíamos mal la ortodoxia porque nos la im ponían “ des de a rrib a ” , como pasa ahora con la teoría m arxista. Hemos empezado a conocerla ta n sólo desde que es pérseguida. Pero es indispensable profundizar el marxismo, com prender por qué inspira a las masas y por qué engendró el odio a la religión y a la Iglesia, No h ay jam ás que rep resentar al adversario bajo u n prism a demasiado ingenuo y elemental. Esto nos empequeñece en la lucha. E l marxismo es un fenó meno m uy serio en el curso de la historia de la hum a nidad, y el comunismo ruso tiene sus razones p ro fu n das. Los m arxistas son a menudo groseros y obtusos, pero Carlos M arx era u n pensador genial y fino del tipo clásico. E l marxismo originario está ya anticua do y no corresponde ni a la realidad social contem poránea ni al nivel de los conocimientos científicos
y filosóficos. E l m anifiesto com unista fué redactado por M arx y Bngels en 1847. Max funda sus opinio nes sobre el p rim er desarrollo del capitalism o en I n glaterra, pero desde su m uerte el desarrollo económi co de E u ro p a alcanzó un grado que éste no pudo p re ver ni sospechar. La “ socialdemocracia” tuvo que hacer a la teoría de M arx toda suerte de rectificacio nes. E n cuanto al com unista ruso, surge en u n me dio histórico diferente desconocido p ara M arx: en un nuevo mundo de O rien te; y por consiguiente trocó el marxismo en algo completamente distinto, no respe tando más que su espíritu esencialmente an tirre li gioso. E l marxismo pretende ser u n a concepción un i versal, integral, que responde a todas las cuestiones prim ordiales y da u n sentido a la vida. E s a la vez una política, una moral, u n a ciencia y u n a filosofía. Es una nueva religión que pretende reem plazar al cristianismo. Los verdaderos m arxistas son, según ellos, fervientes dogmáticos; no son ni escépticos ni críticos, tienen u n a confesión y un sistema dogmático. E l dogmatismo que niega la libertad del espíri tu es el más terrible, el más extrem ista, el más faná tico. E l cristianism o no cree que se pueda alcanzar el reino de Dios sin el concurso de la libertad hum ana, sin el asentim iento del hombre, sin un renacim iento interior y espiritual. E l marxismo cree que el orden social perfecto, “ el reino de Dios sobre la tie r r a ” , puede obtenerse no sólo sin Dios, pero sin la libertad hum ana, por la aplicación del dogma m arxista a la vida. Su dogmatismo tiene dos fuentes: la una, de vida: la realidad social de E uropa de mediados del siglo X IX ; la otra, teórica: la filosofía idealista ale mana. M arx, nacido de Fichte y de Hégel, era un
liegeliano de izquierda; él y su principal discípulo, Engels, pretendieron realizar prácticam ente lo que los idealistas alemanes afirm aban en teoría. Fichte ense ñaba que el sujeto, el “ y o ” , crea al mundo. Pero eso no era más que u n a abstracción teórica. M arx y E n gels exigen efectivam ente que el sujeto cree al m un do, que someta a la naturaleza, pero ese sujeto lo p er sonificaron en el “ p ro letariad o ” . Hégel enseña que lo real es racional, y entiende que en el origen de la realidad se encuentra la razón, que el pensamiento es el ser. M arx transform ó su idea: p ara él, la realidad debe volverse racional, pero hay que poseerla, hay que volverla a crear. Según Hégel, el ser no se reduce a la idea que se desarrolla según la ley dialéctica procediendo por la tesis, la antítesis y la síntesis. La vida universal no es más que la demostración, el desarrollo de la idea, del pen samiento. La dialéctica es una expresión griega que significaba prim itivam ente el arte del diálogo, de la controversia. E sta palabra se puede aplicar a la ló gica, al proceso del pensamiento. Hégel entendía por dialéctica la evolución del pensamiento desarrollán dose a través de las contradicciones cjue van surgien do, y si Hégel enseñó el desarrollo dialéctico del m un do es únicam ente porque le atrib u ía como origen la idea y el pensamiento. La dialéctica se aplica tan sólo al pensamiento, a la idea, al espíritu. Pero M arx afirm ó que en la base de la realidad del ser no resi dían ni el pensamiento ni la idea, pero sí la m ateria, el proceso m aterial. Y quiso ad ap tar a él la dialéc tica y obtuvo, en definitiva, el materialism o dialéc tico. M arx y Engels enseñaban que la realidad m ate rial y racional e insensata se desarrolla según la ley dialéctica por la contradicción. De modo que lo que
ne es propiedad más que de la lógica del pensam ien to, del movimiento de ideas, lo aplicaron a la m ateria, al proceso m aterial. E l materialism o dialéctico, inep to e inadm isible conjunto de palabras, significa la revelación del pensamiento de la razón y del sentido en la m ateria inerte resultantes de u n choque de áto mos accidental e irracional. M arx permaneció fiel a la idea de Hégel relativ a a lo racional de lo real, pero la invirtió. Consideraba que en la m ateria despro vista del pensamiento de la razón, de sentido y espí ritu , se m anifiestan la razón, el pensamiento y el sentido. E l desarrollo dialéctico constituye siempre u n a de m ostración del sentido y de la razón. Pero ¿cómo de m ostrarlos en la m ateria inerte? M arx quería d errib ar el idealismo de Hégel y creía, gracias a su m aterialismo, alcanzar m ayor a ltu ra cien tífica y filosófica. Pero no lo conseguía definitiva mente más que haciendo p enetrar el idealismo o el panlogismo de Hégel hasta lo más hondo de la m a teria. Creía ingenuam ente en la razón de la m ateria y del proceso m aterial en el sentido en que éste se des envuelve. Pero el materialism o, considerando la m a teria cual choque de átomos, no puede adaptarse a la dialéctica. E n este choque no pueden revelarse jamás ni el sentido ni la razón. La m ateria, por su n a turaleza, es pasiva, inerte, incapaz de desarrollo crea dor; sólo el espíritu es activo. De modo que los marxistas unieron ingenuam ente la actividad a la m ateria, y la pasividad al espíritu. M arx p restaba poco interés a las cuestiones filosó ficas generales; no se interesaba sino en la realidad soeial, y he ahí que en esa realidad, en cuya base