Disputaciones Metafísicas XVI-XXIII [3]


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Spanish Pages 806 Year 1961

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Table of contents :
Portada......Page 1
Disputación XVI: Resumen......Page 6
Secc. I: Si todos los accidentes ejercen una verdadera causalidad formal y sobre qué efecto......Page 8
Secc. II: Si toda forma accidental es educida de la potencia del sujeto......Page 28
Disputación XVII: Resumen......Page 44
Disp. XVII: La causa eficiente en general......Page 46
Secc. I: Nocion de causa eficiente......Page 47
Secc. II: Clases de causa eficiente......Page 52
Disputación XVIII: Resumen......Page 76
Disp. XVIII: La causa eficiente próxima, su causalidad y requisitos que necesita para causar......Page 80
Secc. I: Si las cosas creadas producen algo verdaderamente......Page 81
Secc. II: Cuál es el principio en cuya virtud una sustancia creada produce a otra......Page 94
Secc. III: Cuál es el principio en cuya virtud de las sustancias creadas producen a los accidentes......Page 134
Secc. IV: Accidentes que pueden ser principios de operación......Page 154
Secc. V: Si los solos accidentes, sin el concurso de las formas sustanciales, producen otros accidentes......Page 163
Secc. VI: Si el accidente es un mero instrumento en la producción de otro accidente......Page 168
Secc. VII: Si la causa eficiente, para poder obrar, debe ser realmente distinta del sujeto que recibe su acción......Page 171
Secc.VIII: Si la causa eficiente, para poder obrar, debe estar unida simultáneamente o aproximada al paciente......Page 217
Secc. IX: Si la causa eficiente exige, para obrar, un sujeto pasivo desemejante a ella, y en qué proporción......Page 262
Secc. X: Si la acción constituye la razón propia de la causación o causalidad de la causa eficiente......Page 290
Secc. XI: Si la causa eficiente, al obrar, corrompe o destruye algo y en qué sentido......Page 298
Disputación XIX: Resumen......Page 308
Secc. I: Si entre las causas eficientes creadas hay algunas que obran necesariamente; naturaleza de esa necesidad......Page 312
Secc. II: Si entre las causas eficientes existen algunas que obran sin necesidad y con libertad......Page 325
Secc. III: Si entre las causas eficientes puede haber alguna que obre libremente, si la primera causa obra por necesidad; y, en general, si la libertad de la acción exige que sean libres todas las causas que en ella influyen, o basta con que lo sea una......Page 343
Secc. IV: Posibilidad de armonizar la libertad o contingencia de acción de la causa segunda, sin que obste el concurso de la primera; y, consiguientemente, en qué sentido es verdad que causa libre es aquella que, puestas todas las condiciones exigidas para la operación, puede obrar o abstenerse de hacerlo......Page 356
Secc. V: ¿En qué facultad radica formalmente la libertad de la causa creada?......Page 367
Secc. VI: Modalidad de la determinación de la causa libre por el juicio de la razón......Page 386
Secc. VII: Cuál es la raíz y el origen del defecto de la causa libre......Page 398
Secc. VIII: Para qué actos existe indiferencia en la causa libre......Page 405
Secc. IX: Si hay libertad en la causa mientras opera en acto......Page 419
Secc. X: Si la contingencia de los efectos del universo procede de la libertad de las causas eficientes, o puede darse sin ella......Page 424
Secc. XI: Si hay alguna razón verdadera para incluir el hado entre las causas eficientes del universo......Page 432
Secc. XII: ¿Deben contarse entre las causas eficientes el azar y la fortuna?......Page 441
Disputación XX: Resumen......Page 450
Disp. XX: La primera causa eficiente y su primera acción, que es la creación......Page 452
Secc. I: Posibilidad de saber por razón natural si la creación de algunos entes es posible, y también si es necesaria; o, lo que es igual, si un ente en cuanto ente puede depender esencialmente, en su efectuación, de otro ente......Page 453
Secc. II: Si para crear se requiere una fuerza activa infinita; y, por tanto, si conviene a Dios de tal manera que no puede comunicarse a la criatura......Page 473
Secc. III: Si puede darse un instrumento de la creación......Page 502
Secc. IV: Si la creación es, en la criatura, algo realmente distinto de ella......Page 510
Secc. V: Si pertenece al concepto de creación la novedad del ser......Page 534
Disputación XXI: Resumen......Page 548
Secc. I: Si puede demostrarse por razón natural que los entes creados siempre dependen, en su ser, del influjo actual de la causa primera......Page 550
Secc. II: Qué acción es la conservación, y como se distingue de la creación......Page 563
Secc. III: Si todas las cosas dependen de un solo Dios en su conservación......Page 572
Disputación XXII: Resumen......Page 592
Secc. I: Si puede demostrarse suficientemente por razón natural que Dios obra de manera esencial e inmediata en las acciones de todas las criaturas......Page 594
Secc. II: Si el concurso de la causa primera con la segunda es algo a manera de principio o acción......Page 613
Secc. III: En qué relación está el concurso divino con la acción de la causa segunda y con el sujeto de dicha acción......Page 652
Secc. IV: Cómo presta Dios su concusro a las causas segundas......Page 659
Secc. V: Si las causas segundas dependen esencialmente, en su obrar, solo de la causa primera o también de otras......Page 681
Disputación XXIII: Resumen......Page 694
Secc. I: ¿Es el fin una verdadera causa final?......Page 698
Secc. II: Clases de fin......Page 706
Secc. III: Efectos que produce la causa final......Page 717
Secc. IV: Qué es o en qué consiste la razón de causación o causalidad de la causa final......Page 733
Secc. V: Cuál es en el fin la razón próxima de ejercer su causalidad final......Page 746
Secc. VI: Qué cosas pueden ejercer la causalidad final......Page 756
Secc. VII: Si el ser conocido constituye para el fin una condición necesaria para poder ejercer su causalidad final......Page 771
Secc. VIII: Si el fin mueve según su ser real o según su ser conocido......Page 780
Secc. IX: ¿Se da causalidad final en las acciones y efectos divinos?......Page 788
Secc. X: Si en las acciones de los agentes naturales e irracionales existe verdadera causalidad final......Page 796
Índice de las disputaciones contenidas en este Tomo III......Page 806
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Disputaciones Metafísicas XVI-XXIII [3]

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FRANCISCO SUAREZ

DISPUTACIONES METAFISICAS III DISP. XVI-XXIII

BIBLIOTECA HISPÁNICA DE FILOSOFÍA

BIBLIOTECA HISPANICA DE FILOSOFIA D ir ig id a p o r

III

ANGEL GONZALEZ ALVAREZ

FRANCISCO SUÁREZ

DISPUTACIONES METAFISICAS VOLUMEN III

EDICIÓN Y TRADUCCIÓN DE

SERGIO

RÁBADE

ROMEO

SALVADOR CABALLERO SÁNCHEZ Y

ANTONIO PU IGCERV ER ZANÓN

BIBLIO TECA

H ISPA N ICA

DE

FILOSOFIA

© Editorial Gredos, Madrid, 1961

N.° Rgtr.o 2090-60 Depósito Legal: M. 2016-1960

Gráficas Cóndor, S. A. — Aviador Lindbergh, 5. — Madrid-2

1311-61

DISPUTACION XVI LA CAUSA FORMAL ACCIDENTAL

RESUMEN Estudiada la forma sustancial, es lógico que se trate ahora de la accidental, considerando: I. II.

L a causalidad ejercida por los accidentes ( Sec. 1). L a educción de la potencia del sujeto (Sec. 2).

SECCIÓN

I

Planteada la cuestión (I), comienza rechazando la opinión de Auréolo, que niega la causalidad formal de los accidentes (2). Hace la oportuna división de los accidentes (3) para demostrar que los accidentes que tienen una entidad realmente distinta de la sustancia ejercen verdadera causalidad formal (4-5), cau­ salidad que explica (6), rechazando los argumentos de Auréolo (7-9), llegando a la afirmación de que el efecto formal propio de la forma accidental es el com­ puesto accidental (10-11), porque del accidente y el sujeto no resulta un uno ’’per se” (12-14). No hay razón de asignar otros efectos formales (15-20). Afir­ ma luego que también los modos — accidentes que no tienen entidad realmente distinta del sujeto— ejercen cierta causalidad (21) con caracteres propios de ellos (22-23). Concluye, finalmente, que las formas adyacentes o que son mera denominación extrínseca no ejercen verdadera causalidad formal (24). s ec c ió n

II

En cuanto a la educción, es evidente que las denominaciones extrínsecas no se educen de la potencia del sujeto (2). RespecurUe los accidentes absolutos, afirma que todos los que se producen por transmutación se educen de la po­ tencia del sujeto (3-4). Lo mismo hay que mantener respecto de las cualidades intencionales (5-8) y de las cualidades sobrenaturales (10-12), deduciendo luego algunas conclusiones de la doctrina expuesta y aplicándola a los modos (13-16). Pone fin a la disputación con una referencia a las formas accidentales (17-18).

DISPUTACION XVI LA CAUSA FORMAL ACCIDENTAL

M u ch as de las cosas explicadas a p ro p ó sito d e las form as sustanciales son aplicables a las accid en tales; en efecto, convienen d e algún m odo en el con­ cep to general y tie n e n según él m u chas cosas com unes q u e n o es m e n ester re p e tir aquí. E n definitiva, p u e s, explicarem os cóm o conviene esta causalidad a los accidentes y si tien en , seg ú n d ic h a ra z ó n , algo p ecu liar. S E C C IO N

P R IM E R A

S i todos lo s accidentes ejerc en dna verdadera causalidad formal ,

y sobre

qué efecto

1. E l m otivo de d u d a está en q u e el accidente n i es causa form al d e su sujeto n i del c o m p u esto ; p o r consiguiente n o posee efecto a lg u n o ; luego ta m ­ poco posee u n a causalidad v erd ad era y esencial. E sta ú ltim a consecuencia es evidente, puesto q u e la causa y el efecto son c o rrelativ o s; la p rim e ra , a su vez, está clara p o r la suficiente en u m eració n d e las p a rte s ; el an tec ed en te e n cu a n to a su p rim e ra p a rte se p ru e b a por ser la sustancia el sujeto del accidente y p o r­ q u e el accidente n o p u ed e ser la causa form al de la sustancia. Y en c u a n to a su segunda p a rte se p ru e b a , p o rq u e si el accidente fuese la causa fo rm al del com puesto, dicho co m puesto sería u n u n o per se, p o rq u e d e u n a causa p ro p ia y esencial re su lta u n efecto p ro p io y esen cial; m as el com puesto de accid en te y sujeto n o es u n u n o per se; luego.

DISPUTATIO XVI DE FORMALI CAUSA ACCIDENTALI

Multa quae de substantialibus formis dic­ ta sunt, accidentalibus applicari possunt; conveniunt enim aliquo modo in ea communi ratione et secundum earn multa habent communia, quae hic repetere non oportebit. Tandem ergo explicabimus quomodo haec causalitas accidentibus conveniat, et an secundum earn rationem aliquid habeant singulare. SECTIO PRIMA U t r u m o m n ia CAUSAI.ITATEM

a c c id e n t ia v e r a m e x e r c e a n t

FORMALEM, ET EFFECTUM

CIRCA

QUEM

1. Ratio dubitandi est quia accidens ñe­ que est causa formalis sui subiecti nec com-

positi; ergo nullum effectum habet; ergo neque veram ac per se causalitatem. Haec ultima consequentia est evidens, quia causa et effectus correlativa sunt; prima vero con­ stat a sufficienti partium enumeratione ; an­ tecedens autem quoad priorem partem probarur, quia subiectum accidentis est sub­ stantia; non potest autem accidens esse cau­ sa formalis substantiae. Quoad posteriorem vero partem probatur, quia si accidens esset formalis causa compositi, tale compositum esset per se unum, quia ex causa propria et per se consurgit proprius ac per se ef­ fectus; sed compositum ex accidente et subiecto non est per se unum; ergo.

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Disputaciones metafísicas

2. Refutación de la opinión de Auréolo.— R especto de este problem a p u e ­ d e traerse a colación la o pinión de A uréolo citada p o r C apréolo, In II, dist. 18, q . 1, q u ie n afirm a que n in g ú n accidente posee la e n tid ad p ro p ia de la form a m ed ian te la cual m odifica form alm ente al sujeto, sino que es la actuación m is­ m a. M as apenas p u ede e n ten d e rse q u é es lo q u e quiso d ecir, a no ser q u e, p o r v en tu ra, haya en te n d id o q u e n in g ú n accidente es algo realm ente distinto d e la e n tid a d de la sustancia, sino q u e es ú n icam en te u n m odo, cosa que está en co ntradicción y disonancia con las verdades d e la fe p o r m uchos conceptos. ¿P u es q u ié n sería capaz de com prender q u e los accidentes estén separados en ¡a E ucaristía y q u e p erm an ezcan sin la e n tid a d d e la sustancia, y que no posean e n tid a d alguna p ro p ia, realm en te d istin ta d e la e n tid a d de la sustancia? ¿C óm o, ig u alm en te, p u e d e en te n d e rse d eb id am en te to d a la do ctrin a q u e defiende la fe so b re las cualidades infusas, si éstas n o tie n e n sus entidades propias, distintas d e la e n tid a d n a tu ra l d e la sustancia? A dem ás, esa opinión está en contra de la experiencia cuanto p u e d e estarlo u n a realid ad física; p ues ¿quién hay q u e viendo q u e el aire está ah o ra ilum inado y desp u és q u ed a p rivado de la lu z n o p ercib a casi con los ojos q u e la luz es u n a e n tid ad d istin ta de la sustancia del a ire? Y no q u ie ro h a b la r d e otros p u n to s q u e hem os de exponer en sus lugares propios acerca de la can tid ad , d e la cualidad, etc. P o r otra p arte, esa opinión en tal sen tid o n o se apoya en argum ento alg u n o p ro b ab le, p u es ¿p o r q u é va a estar e n contradicción con la naturaleza del accidente el poseer u n a en tid a d p ro p ia d istin ta de la sustancia y n a tu ralm en te dep en d ie n te d e ella? N o o b stan ­ te , acaso n o haya sido ésta la intención de dicho a u to r, sino que el accidente, b ie n se tra te de una realid ad d istin ta del sujeto, bien n o, no se distingue en realid ad de la actuación o de la inhesión e n el su jeto ; en efecto, todos los a r­ gum entos q u e c ita C apréolo e n aquel pasaje parece q u e se dirigen a esto. D e acuerdo con este se n tid o no se excluye q u e el accidénte p u ed a ser verdadera y p ro p iam en te u n a fo rm a ; sin em b arg o n o explica bien la causalidad form al de la m ism a. T a m b ié n en este sentido es peligrosa ta l sentencia, según lo hace n o ­ ta r allí C a p réo lo ; en efecto, si la inform ación o — lo que es lo m ism o— la in ­ hesión del accidente n o es en la realidad d istin ta de él, n o es posible co m p ren ­ d e r cóm o se p u eda conservar el accidente sin su actual inhesión, cosa q u e nos 2. Aureoli opinio reiicitur.— Circa hanc quaestionem referri potest opinio Aureoli apud Capreolum, In II ,’ dist. 18, q. 1, dicentis nullum accidens habere propriam entitatem formae, per quam formaliter afficiat subiectum, sed esse ipsam actuationem. Quod vix intelligitur quid sigmficet, nisi fortasse intellexit nullum accidens esse rem distinctam realiter ab entitate'substantiae, sed rnodum tantum, quod multis modis repugnaf et dissonai veritatibus fidei. Quis enim intelligat accidentia in Eucharistia separari, et manere sine entitate substantiae, et quod non habeant propriam aliquant entitatem di» stinctam realiter ab entitate substantiae? Item, quomodo potest recte intelligi tota doctrina quam fides docet de qualitatibus infusis, si illae non habent proprias entitates distinctas ab entitate naturali substan­ tiae? Est praeterea illa sententia contra experientiam quantum res physica esse potest; quis enim videns aerem illuminari mine et postea amittere lumen, non fere videat ocu-

lis lumen esse entitatem quamdam distinctam a substantia aeris? Omitto alia quae de quantitate, qualitate, etc., suis locis dicemus. Praeterea, illa sententia in eo sensu nulla rationi probabili nititur; cur enim répugnât rationi accidentis quod habeat entitatem propriam distinctam a substantia et naturaliter pendentem ab illa? Fortasse tarnen non fuit hic sensus illius auctotis, sed quod accidens, sive sit res distincta a subiecto sive non, in re non distinguatur ab actuations seu inhaerentia in subiecto; omnia enim ar­ gumenta quae ibi refert Capreolus ad hoc tendere videntur. Iuxta quem sensum non excludit quin accidens esse possit vere ac proprie forma, male tarnen explicat forma­ lem causalitatcm eius. Estque etiam in hoc sensu periculosa sententia, ut ibi notât Ca­ preolus; nam si informatio vel (quod idem est) inhaerentia accidentis non est in re di­ stincta ab ilio, intelligi non potest quomodo accidens sine sua actuali inhaerentia con-

Disputación X V I.— Sección I

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enseña la fe q u e se da en la E ucaristía. P o r o tra p a r t e , si lo s argum entos que allí cita C apréolo fuesen de algún peso, p ro b arían lo m is m o re s p e c to de la for­ an a sustancial y de su in fo rm ac ió n ; efectivam ente, to d o s in s is t e n principalm ente en esto, en averiguar e n q u é consiste dicha in fo rm a c ió n , s i e s q u e es algo dis­ tin to del acídente, a ver si es algo relativo o a b so lu to y o tr a s cosas semejantes, cuestiones co rrien tes en la inform ación sustancial y e n c u a lq u ie r o tra unión. . 3. • Múltiple división de los accidentes.— A sí, p u e s , p a r a d a r solución al pro b lem a plan tead o , hay q u e d istin g u ir diversas clases d e a c c id e n te s. En efecto, h ay unos accidentes q u e m odifican p ro p ia e in trín s e c a m e n te la realid ad a la que se dice q u e ad v ien e n ; otros q u e son sólo d e n o m in a c ió n e x trín s e c a , como la ac­ ció n respecto del agente y el h áb ito o el tra je re s p e c to d e l h o m b re vestido. A su vez, d e la p rim e ra clase de accidentes h a y a lg u n o s q u e tienen entidad p ro p ia y realid ad d istin ta ta n to de la sustancia co m o d e la s o tra s entidades ac­ cidentales. O tro s, en cam bio, son únicam ente cie rto s m o d o s u n id o s a otras en­ tidades, los cuales a veces se identifican rea lm e n te c o n la su s ta n c ia , como por ejem plo la presencia lo c a l; m ientras q u e a veces se id e n tif ic a n con otros acci­ d en tes, com o le sucede a la figura respecto de la c a n tid a d y a la relación de se­ m ejanza — si es q u e se tra ta de u n m odo d istin to — c o n la b la n c u ra .

Las entidades accidentales tienen verdadera causación formal 4. Así, pu es, afirm o en p rim e r lu g a r: los a c c id e n te s q u e tienen entidad p ro p ia d istin ta d e la sustancia ejercen una ca u sa lid a d fo rm a l p ro p ia y verda­ dera. N o es q u e afirm e que este concepto les c o n v ie n e u n ív o c a m e n te , pues en esto ten d rán características idénticas a las q u e tie n e la ra z ó n d e ser o la de existencia m ism a ; en efecto, siendo la form a la q u e c o n fie re el ser, si el ser que dicha form a confiere n o es ser un ív o cam en te, esa fo rm a n o será unívoca­ m en te causa form al. S in em bargo, igual que el a c c id e n te , a u n q u e sea ente p o r analogía, con todo es e n te con v erd ad y p ro p ie d a d y n o m etafóricam ente, po­ seyendo u n ser real verdadero y p ropio, del m ism o m o d o el accid en te que con­ fiere tal ser es v erd ad era y p ro p iam en te causa fo rm a l, a u n q u e n o lo sea unívo­ cam ente. A dem ás la sustancia está v erd ad eram en te e n p o te n c ia pasiva y recep-

servetur, quod tamen in Eucharistia fieri docet fides. Praeterea, si argumenta quae ibi refert Capreolus essent alicuius momenti, idem probarent in forma substantial! et in­ formatone eius ; omnes enim in hoc potis­ sime insistunt, ut inquirant quid sit fila informano, si est aliquid distinctum ab ac­ cidente, an sit respectivum vel absolutum, et alia huiusmodi auae in substantiali informatione et in qualibet unione vulgaria sunt. 3. ' Multiplex accidentium divisto.— Ut ergo quaestionem propositam expediamus, distinguenda sunt varia genera accidentium. Quaedam enim sunt quae proprie et intrinsece afficiunt rem cui accidere dicuntur; alia, quae solum extrinsece denominant, ut actio respectu agentis et habitus seu vestimentum respectu hominis vestiti. Priora rursus accidentia, quaedam sunt habentia propriam entitatem et realitatem distinctam tana a substantia quam ab aliis entitatibus accidentalibus. Alia .vero sunt tantum quidam modi affixi aliis entitatibus, qui interdum

realiter sunt idem cum substantia, ut verbi gratia, praesentia localis, interdum vero sunt idem cum aliis accidentibus, ut figura cum quantitate, et relatio similitudinis (si est mo­ dus distinctus) cum albedine. Accidentales entitates vere causant formaliter 4. Dico ergo primo : accidentia quae propriam habent entitatem distinctam a sub­ stantia, propriam ac veram exercent causalitatem formalem. Non assero hanc rationem eis univoce convenire; in hoc enim eadem ratio erit quae de ratione entis aut de ipso esse; nam, cum forma sit quae dat esse, si esse quod dat talis forma noD est univoce es'se, talis forma non erit univoce cau­ sa formalis. Tamen, sicut accidens, quamvis analogice sit ens, nihilominus vere ac pro­ prie est ens et non metaphorice, verumque ac proprium esse reale habet, ita accidens quod dat tale esse est vere ac proprie causa formalis, etsi non sit univoce talis. Praeter­ ea, substantia vere est in potentia passiva

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Disputaciones metafísicas

tiva respecto d e dichos a c c id e n te s; p o r tan to , e n sen tid o co n trario , los acci­ d e n te s m ism os son los p ro p io s actos q u e actualizan y q u e vienen a llenar esa cap acid ad recep tiv a estando in h e re n te s en ella y siendo sustentados p o r ella; lu eg o son form as con p ro p ie d a d y tie n e n u n a causalidad form al p ro p ia. E ste es el se n tid o d e todos los filósofos y teólogos, q u ienes llam an a estos accidentes causas form ales. E n apoyo d e ello está tam b ién la d iv in a teología al llam ar a la justicia in h e re n te causa fo rm al de n u e stra justificación. F in a lm e n te , estos ac­ cidentes son causa de sus p ro p io s e fecto s; y n o son extrínsecos, sino q u e son in trín seco s, p u e sto q u e p o r sí m ism os co n stitu y en in trín secam en te sus efectos. P o r ta n to no p u e d e su ceder n i p o r divina p o ten cia q u e tales efectos se p ro ­ d u zcan sin sem ejantes causas, com o p o r ejem plo el q u e lo blanco se p roduzca sin la blancura. A sí, p u e s, siendo evidente q u e estos accidentes n o son causas m ateriales, es m enester q u e sean causas form ales, ya q u e fu era d e estas dos no existe n in g ú n o tro género d e causa intrínseca. 5. D e aq u í cabe in fe rir q u e aquellos c u a tro elem entos q u e se explicaron antes en la causa form al sustancial se e n c u e n tra n tam b ién proporcionalm ente en esta causa form al accidental, a saber, el p rin c ip io fo rm al y pró x im o de cau­ sación, la condición necesaria, la . causalidad y el efecto. E n este género el p rin ­ cipio tan to p rin c ip a l com o p ró x im o es la e n tid a d m ism a d e d ic h a form a, apta p o r su n atu raleza p a ra in fo rm a r de tal su e rte ; la cu al a p titu d n o consiste en algo realm en te d istin to de la en tid a d d e dicha fo rm a, sino q u e es su diferencia in trín seca y esencial, p u e sto q u e a ello está esencial y p rim ariam en te ordenada p o r su natu raleza, al igual q u e se d ijo de la fo rm a sustancial. Ig u alm en te, p o r ser esa a p titu d ab so lu tam en te inseparable d e dicha en tid a d incluso p o r po ten ­ cia divina, lo cual constituye u n indicio d e q u e n o se tra ta d e u n m odo real­ m e n te distinto. A dem ás, p o rq u e si la a p titu d p a ra in fo rm a r fuese u n a especie d e poten cia re alm en te d istin ta d e la form a accidental, se tra ta ría d e u n acci­ d e n te , respecto del cual h ab ría q u e p re g u n ta rse d e nuevo a v er si m odifica p o r sí m ism o, cosa q u e no p o d ría neg arse si n o q u erem o s in c u rrir en u n proceso al in fin ito ; n i p u ed e en co n trarse o tra ra z ó n alguna, d e p o r q u é d ic h a ap titu d

et receptiva talium accidentium; ergo e con­ verso accidentia ipsa sunt proprii actus ac­ tuantes et quasi replentes illam capacitatem receptivam eique inhaerent et ab ea sustentantur ; ergo sunt proprie formae propriamque causalitatem formalem exercent. Atque ita sentirmi omnes philosophi et theologi, qui haec accidentia causas forma­ les vocant. Favetque divina theologia, dum iustitiam inhaerentem vocat causam forma­ lem nostrae iustificationis i. Denique haec accidentia sunt causae suorum propriorum effectuum, et non extrinsecae, sed intrinsecae, quia per se ipsa intrinsece constituunt suos effectus. Unde fieri non potest per di­ vinato potentiam ut tales effectus fiant sine talibus causis, ut album, verbi gratia, sine albedine. Cum ergo constet haec accidentia non esse causas materiales, necesse est ut sint causae formales; nullum erum est aliud genus causae intrinsecae praeter haec duo. 5. Hinc colligere licet quatuor ilia quae in causa formali substantial! supra declarara. 1 Conc. Trid., sess. 6, c. 7.

sunt, eadem proportione reperiti in hac for­ mali causa accidentali, nimirum, formale principium ac proximum causanti, conditionem necessariam, causalitatem et effec­ tual. Principium, tam principale quam proximum, in hoc genere, est ipsa entitas talis formae natura sua anta ad sic informandum, quae aptitudo non est aliquid in, re distinction ab entitate talis formae, sed est intrinseca et essentialis differentia eius, nam ad hoc est per se primo ex natura sua in­ soluta, sicut de forma substantiali dictum est Item, quia illa aptitudo omnino est inseparabilis a tali entitate, edam per divinam potentiam, quod est signum non esse modum ex natura rei distinctum. Praeterea, quia si aptitudo ad informandum esset qua­ si potentia quaedam ex natura rei distincta a forma accidentali, illa esset quoddam accidens; de quo rursus interrogandum est an per se afficiat; quod negari non poterit nisi velimus in infinitum procedere; nec poterit reddi alia ratio, cur illa aptitudo proxime

Disputación XVI.—Sección / '

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sea p ró x im a m e n te causa d e m odificación, o sea la ra z ó n pró x im a d e m o d ificar, si n o es p o rq u e está in trín secam en te o rd en ad a a ello p o r su n a tu ra le z a ; m a s e sto mism o es lo q u e con to d a verdad se afirm a resp ecto de la p ro p ia e n tid a d a c c id e n ta l; luego e n ella hem os de deten e rn o s y afirm ar q u e ella m ism a p o r sí fes a p ta p a ra ejercer esta causalidad. P o r lo q u e atañ e a la co n d ició n asim ism o n e cesaria p a ra causar, n ad a peculiar se ofrece q u e d ecir a q u í fu e ra de lo q u e ya se d ijo a p ro p ó sito d e la form a su stan cial; efectivam ente, sólo p u e d e r e q u e ­ rir s e com o c o n d ició n necesaria la pro x im id ad e indistancia, p u e s la ex isten cia n o es p ro p ia m e n te u n a condición, según se explicó allí m ism o.

Explicación de dicha causalidad 6.. P o r lo q u e a la causalidad se refiere, hay q u e filosofar ig u a lm e n te d e l m ism o m o d o ; en efecto, n o p u e d e negarse q u e se tr a ta de algo re a lm e n te d is­ tin to d e Ja fo rm a y del sujeto, p u e sto q u e D ios p u e d e conservar la e n tid a d to ta l d e la fo rm a accidental y d e l sujeto sin q u e el accidente ejerza su cau salid ad fo r­ m a l so b re el su je to ; y esto re su lta ab so lu tam en te in co m p re n sib le si la c a u sa li­ d a d a c tu a l n o es algo d istin to de la form a q u e la causa y del sujeto q u e la re c ib e , ya q u e la separación e n la realid ad es señal evid en te d e d istin c ió n re a l, seg ú n an tes se dem o stró . M e q u e d a p o r a ñ ad ir todavía q u e tal ca u sa lid a d n o es algo d istin to de la u n ió n o inhesión actual del accid en te e n su su jeto , se g ú n se afirm ó resp ecto d e la fo rm a sustancial, p u e s existe la m ism a ra z ó n p ro p o r­ cional. 7. Solución a los argumentos de Auréolo.— M a s se im p o n e a q u í re s p o n d e r b re v e m e n te a los arg u m en to s de A uréolo. E s el p rim e ro q u e o esa in fo rm a c ió n es algo ab so lu to o re la tiv o ; si es absoluto, será, en consecuencia, sep arab le d e la fo rm a p o r la p o te n c ia ab so lu ta de D io s, d e tal su e rte q u e eso a b so lu to p e r­ m an ez ca e n el su jeto sin la fo rm a, p u e sto q u e D io s p u e d e sep arar c u a lq u ie r a b so lu to d e o tra cosa. E m p e ro si es relativo, el estar in fo rm ad o , com o p o r e je m ­ plo e l e sta r blanco, será, co n secu en tem en te, algo relativ o . S eg u n d o , p o rq u e si es algo d istin to d e la fo rm a, ¿a q u é p red icam en to p e rte n e c e ? P e rte n e c e rá so b re to d o al p red icam en to d e la a c ció n ; m as esto n o p u e d e afirm arse, p o rq u e , d e

afficiat vel sit proxima ratio afficiendi, nisi quia ad hoc est intrinsece ex natura sua instituta; sed hoc ipsum verissime dicitur de ipsa entitate accidentali; ergo in ilia sistendum est et dicendum ipsam per seipsam esse aptam ad hanc causalitatem praestandam. De conditione item necessaria ad causandum nihil peculiare hie dicendum occurrit, praeter ea quae dicta sunt de forma substantial! ; sola enim propinquitas et indistaritia requiri potest ut conditio necessa­ ria, existentia enim proprie non est condi­ tio, ut ibidem dedaratum est.

modo potest nisi actualis causalitas sit aliquid distinctum a forma causante et sub­ iecto recipiente, nam separatio in re est signum evidens distinctionis in re, u t supra ostensum est. Addo vero ulterius huiusmodi causalitatem non esse aliud ab actuali unio­ ne vel inhaerentia accidentis in subiecto, sicut dictum est de forma substantiali ; est enim eadem ratio proportionalis. 7. Aureoli argumenta enodantur.— Opor­ tet tarnen hic breviter satisfacere argumentis Aureoli. Primum est, quia vel illa infor­ mano est .quid absolutum vel respectivum; si absolutum, ergo separabile a forma per Explicatur dicta causalitas potentiam Dei absolutam, ita ut tale abso­ 6. De causalitate item eodem modo phi- lutum maneat in subiecto sine forma, quia losophandum est; negari enim non potest Deus potest separare quodeumque absolu­ quin sit aliquid ex natura rei distinctum a tum ab alio. Si vero relativum, ergo esse forma et a subiecto, quandoquidem potest informatum, ut, verbi grana, esse album, est Deus conservare totam entitatem formae ac- relativum. Secundo, nam si est quid distinc­ tum a forma, cuiusnam praedicamenti est? eidentalis et subiecti absque eo quod accidens exerceat suam -causalitatem forma- Maxime enim erit de praedicamento actionis; hoc autem dici non potest, quia alias lem drea subiectum; quod intelligi nullo

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Disputaciones metafísicas

lo contrario, la causalidad d e la form a no sería causalidad form al, sino eficiente. T e rc e ro , si la actuación d e la form a es algo d istin to , d ado q u e ella actualiza p rin cip alm en te al sujeto, p re g u n to a v er si lo actualiza p o r sí m ism a o m ediante u n a cosa d is tin ta ; si lo h ace m ed ian te algo d istin to , entram os en u n proceso al in fin ito ; si lo hace p o r sí m ism a, sería m ejo r, en consecuencia, d etenerse en la form a m ism a. A estos arg u m en to s se re d u c e n todos los q u e p one allí C ap ré o lo con to d a a m p litu d , excepción hecha d e los q u e c o rresp o n d en a la d is­ tin c ió n de la can tid ad resp ecto d e la sustancia, d e los q u e nos ocuparem os en su d e b id o lugar. 8. A ellos, em pero, resp o n d e C apréolo d a n d o p o r su p u esta la distinción real e n tre la esencia y la existencia y afirm ando q u e la actuación d e la form a es algo distin to d e la fo rm a ; p e ro q u e n o se tra ta de u n accidente d istin to , sino q u e es el ser d e la fo rm a m ism a, el cu al q u e d a red u cid o a la especie d e la fo rm a , de la q u e dim ana. E m p e ro lo q u e da p o r su p u esto n o es necesario en el p ro b le m a p re se n te , n i p u e d e re s u lta r satisfactorio en su sentencia, si se expresa consecuentem ente, ya q u e im p lica contradicción el q u e la actuación esté sepa­ ra d a de la fo rm a in fo rm a n te ; ahora bien, d e acu erd o con su sentencia, D ios e n la h u m a n id a d d e C risto separa d e la form a in fo rm an te su existencia, y con la m ism a razó n p o d ría h acer o tro ta n to en la form a accidental. N i es convin­ cen te la resp u esta que allí in sin ú a, a sab er, q u e D ios n o p u e d e separar d e la fo rm a su existencia propia, si n o la suple m ed ian te u n a existencia d istin ta . C on­ cedam os q u e e sto sea a sí; c o n to d o , esa existencia d istin ta, m ed ian te la cual su p le D ios la existencia p ro p ia de la form a, n o es u n efecto form al d e la form a. A dem ás, a u n separada e im p ed id a esa existencia p ro p ia, perm an ece la inform a­ ción p ro p ia ; lu eg o es algo d istin to de la existencia. C onsecuentem ente, h ab ría q u e afirm ar sin d u d a en d ic h a sentencia q u e esa acción n o perten ece al ser d e la existencia, sino al ser d e la esencia d el com puesto to tal, y q u e es algo a n te rio r al ser m ism o de la existencia, seg ú n se echa de ver e n la h u m a n id a d d e C risto, en la cual, de acu erd o con esta sentencia, sólo existió el ser p ro p io de la esencia y, n o o b sta n te , se dio e n ella la actuación Dxopia d e l alm a, d e la q u e se vio p riv a d a el alm a en la m u e rte d e C risto , siendo así q u e n o fu e p ri­ vada n u evam ente de ser alg u n o de la existencia. Y la can tid ad en la E ucaristía

causalitas formae non esset formalis, sed effidens. Tertio, quia si actuatio formae est quid distinctum, cum ipsamet maxime actuet subiectum, inquire an actuet per seipsam vel per aliquid 'aliud; si per aliud, procedetur in infinitum; si per seipsam, ergo satius fuerit stare in ipsa forma. Et ad haec argumenta reducuntur omnia quae ibi latissime Capreolus refert, praeter ea quae pertinent ad distinctionem quantitatis a substantia, quae suo loco tractabimus. 8. Ad haec autem respondet Capreolus supponendo distinctionem realem inter 'esse et essentiam et dicendo actuationem formae esse aliquid distinctum a forma; illud autem non esse aliud accidens, sed esse ipsius formae, quod reducitur ad speciem formae, a qua Suit. Sed id quod supponit non est necessarium in praesenti, neque satisfacere potest in eius sententia, si consequenter Ioquatur; nam implicat contradictionem separari actuationem illam a forma informante; at vero iuxta illius sententiam Deus se-

parat esse a forma informante in Christi humanitate, et eadem ratione posset idem facere in forma accidentali. Nec satisfacit responsio quam ibi insinuai, scilicet, Deum non posse separare esse proprium a forma, nisi ¿lud suppleat per aliquod esse alienum. Esto enim hoc ita sit, nihilominus illud esse alienum, per quod Deus supplet esse pro­ prium, non est effectus formalis formae. Item, separato et impedito esse proprio, manet informatio propria; ergo est aliquid distinctum ab esse. Et ita esset sine dubio dicendum consequenter in illa sententia, ac­ tionem illam non pertinere ad esse existentiae, sed ad esse essentiae totius compositi, esseque aliquid prius ipso esse existentiae, ut patet in Christi humanitate, in qua, iuxta illam sententiam, solum fuit esse essentiae proprium, et tarnen in illa fuit propria ac­ tuatio animae, qua privata fuit anima in Christi morte, cum tarnen non fuerit privata denuo aliquo esse existentiae. Et quantitas in Eucharistia privatur sua actione et non

Disputación X V I.— Sección 1 .

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está p rivada de su acción y n o lo está d e su e x isten cia. P o r consiguiente estos argum entos h an d e resolverse prescindiendo d e la c u e s tió n d e la distinción en­ tr e , la esencia y la existencia. 9. A sí, p u es, p o r lo q u e se refiere al prim ero h a y q u e d e c ir que esta infor­ m ación o actuación es algo absoluto q u e incluye e se n c ia lm e n te una relación , trascendental. M a s es algo absoluto n o com o u n a e n tid a d re a lm e n te distinta de la en tid a d de la form a, sino com o u n m odo re a lm e n te d is tin to , im plicando con■tradicción desde este p u n to d e vista el q u e tal m o d o se co n serv e sin la forma m ism a, au n q u e n o suceda lo contrario. In clu y e ad e m á s d ic h o m odo la relación trascendental d e la u n ió n actual con el sujeto, im p lic a n d o contradicción por este capítulo la perm anencia d e dich o m odo en la re a lid a d sin q u e perm anezca ese sujeto m odificado e inform ado p o r tal accidente. N i e s algo n u e v o o raro el que u n m odo absoluto incluya esencialm ente u n a relació n tra sc e n d e n ta l, sino que es algo m u y frecuente y com ún a m uchas en tid ad es, s o b re to d o si son imperfectas e incom pletas. N i se sigue tam poco de a q u í q u e las denom inaciones derivadas de las form as absolutas sean relativas, com o b lan co , o e sta r blanco y otras se, m e ja n te s; en efecto, estas denom inaciones n o se to m a n — p o r así decirlo— de las uniones, sino d e las form as q u e están u n id as, y las fo rm as son absolutas. AI segundo argum ento se resp o n d e d eb id am en te d ic ie n d o q u e este m odo de in­ form ación queda red u c id o al pred icam en to d e la fo rm a accidental, por ser u n m odo en, cierta m an era com pletivo de su ser, al ig u a l q u e la subsistencia es a , su m anera com pletiva del ser d e la sustancia. S i a lg u n o dijese que estas cau­ salidades se re d u c e n a los pred icam en to s de la acció n o d e la pasión, no en cu an to acciones, sino en cu an to causalidades esp ecíficam en te distintas, acaso no se equivocaría m u c h o ; m as esto lo exam inarem os a l tra ta r del núm ero sufi­ ciente de p red icam en to s. A l tercer arg u m en to re s p o n d o q u e la actuación no actúa p ropiam ente al su jeto , sino q u e u n e la fo rm a al sujeto, y m ediante esta form a es’ actuado el su je to ; al igual q u e tam poco es la acción la que propia­ m en te obra, sino q u e u n e la causa agente al e fecto e n su género. Por tanto, d el m ism o m odo q u e la acción en el grad o en q u e p ro ced e del agente no se realiza m ediante o tra acción, sino p o r sí m ism a, ig u alm en te esa actuación en el grado en q u e actúa o m odifica al sujeto, n o lo m odifica m ed ian te otra realidad,

sua existentia. Illa ergo argumenta solvencia sunt abstrahendo ab ¡Ha quaestione de distinctione essentiae et existentiae. 9. Ad primum ergo dicendum est hanc informationem vel acfuationem esse quid absolutum, includens essentialiter transcendentalem respectum. Est autem quid absolutum non ut entitas realiter distincta ab entitate formae, sed ut modus ex natura rei distinctus, et ex hac parte implicat contradictionem conservan talem modum sine ipsa forma, licet non e converso. Indudit praeterea 'modus ille transcendentalem re­ spectum actualis unionis ad subiectum, et ex hac parte implicat contradictionem ma­ nere in rerum natura modum ilium, quin subiectum maneat affectum et informatimi tali accidente. Ñeque est novum aut singu­ lare modum absoiutum includere essentia­ liter trancendentalem respectum, sed est valde frequens et commune multis entitatibus, praesertim imperfectis et incompletis. Ñeque inde etiam sequitur denominationes sumptas a formis absolutis esse respectivas,

ut album aut esse album et similes; nam hae denominationes non sumuntur ab unionibus (ut sic dicano), sed a formis unitisi formae autem absolute sunt. Ad secundum, recte dicitur hunc modum informationis re­ duci ad praedicamentum formae accidentalis; quia est modus complens quodammodo esse eius, sicut subsistentia suo modo com­ piei esse substantiae. Si quis vero diceret has causalitates revocan ad praedicamenta actionis vel passionis, non ut acciones, sed ut causalitates specie distinctas, fonasse non admodum erraret; id vero examinabimus tramando de sufficientia praedicamentorum. Ad tertium respondeo actuationem proprie non actuare subiectum, sed unire formam subiecto, per quam formam subiectum actuatur; sicut actio proprie non agit, sed coniungit causam agentem effettui in suo genere. Unde, sicut actio, eo modo quo est ab agente, non est per aliam actionem, sed per seipsam, ita illa actuado, eo modo quo acmat vel atdngit subiectum, non per aliud,

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Disputaciones metafísicas

sino p o r sí m ism a. N i p o r lo q u e a esto se refiere, son iguales las características d e la form a, p u esto q u e la form a en su e n tid a d precisiva n o incluye esencial­ m en te la relación trascen d en tal de la u n ió n actual, a la q u e sin em bargo in ­ cluye dicha actuación.

Explicación del efecto de esta forma 10. P o r lo q u e atañ e al cu arto , al efecto co ncretam ente, h ay que a firm a r q u e el efecto p ro p io d e esta form a es sólo el co m puesto accidental, p o r se r él lo q u e p rim a ria e in m ed iatam en te resu lta d e l accidente en cu an to inform a al su jeto , y ser él solo lo q u e in trín secam en te y a su m odo d ep en d e esencialm ente d e d ich a fo rm a ; p o r ta n to éste es el efecto p ro p io y ú n ic o d e ta l form a. A de­ m ás, el efecto d e esta fo rm a n o p u ed e ser el sujeto m ism o, p o r ser u n a su sta n ­ cia, la cual d e suyo es a n te rio r al accid e n te ; p o r consiguiente, es m en ester q u e sea el com puesto, ya q u e n o h a y n in g u n a o tra cosa q u e p u e d a serlo. Se p o d rá d e c ir q u e hay u n m ed io e n tre estas cosas, a sab er, el q u e el sujeto sea m o d i­ ficado p o r la form a accidental, p o r ejem plo, q u e eí efecto d e la b lan cu ra sea p onerse blanco el sujeto, p o r así decirlo, o e sta r blanco, q u e es lo m ism o; y e sto es algo d istin to d el com puesto to tal de sujeto y b lan cu ra, ya que expresa ú n icam en te el efecto q u e se d a en el sujeto com o consecuencia d e la b la n c u ra ; p o r consiguiente este es el efecto form al de la form a accidental, y n o to d o el com puesto. R esp o n d o q u e el q u e la b lan cu ra convierta al sujeto en blanco y el c o n stitu ir ju n ta m e n te con él u n com puesto accidental d eterm in ad o son absolu­ ta m e n te lo m ism o, sin q u e haya m ás d iferen cia q u e el m odo d e significación, seg ú n es claro p o r lo s térm in o s m ism os y p o r lo q u e se dijo a n terio rm en te res­ p e c to de la form a sustancial. Sólo hay q u e ad v e rtir q u e el com puesto acciden­ tal, a u n q u e en el género d e la causa form al sea efecto d e la sola form a acci­ d e n ta l, con to d o , en ab so lu to no resu lta d e la fo rm a sola, sino al m ism o tiem po y p rin c ip a lm e n te del sujeto m ism o. A caece p o r e so que dicho efecto p u ede ser significado o b ie n p recisivam ente en cu a n to es causado p o r la fo rm a, y en este se n tid o decim os que el efecto de la b la n c u ra es hacer blanco al su je to ; o b ie n ab solutam ente, e n cu an to d e ese sujeto d eterm in ad o y de esa form a resu lta esto b lan co , y d e e sta suerte se dice q u e el co m p u esto accidental es u n efecto de la fo rm a accidental.

sed per seipsam atringit. Neq,ue quoad hoc est eadem ratio de ipsa forma, quia forma in sua praecisa enlátate non iqcludit essentialiter transcendentalem respectum actualis unionis, quem tamen includit illa actuario.

cam, seu esse album, quod idem est; hoc autem quid disrinctum est a toto composito ex subiecto et albedine, nam dicit tantum effectum relictum ab albedine in subiecto; hic ergo est effectus formalis formae accidentalis, et non totum compositum. Respon­ Declaratur effectus huius jormae deo albedinem reddere subiectum album et 10. De quarto, scilicet, de effectu, dicen- cum ilio constimere tale compositum acci­ dum est proprium effectum huius formae dentale, idem omnino esse solumque in esse solum compositum accidéntale, nam il- modo significandi differre, ut constat ex :plud est quod primo et immediate consurgit sis terminis et ex superius dictis de forma ex accidente informante subiectum, et illud substantiali. Solum est advertendum acci­ solum est quod intrinsece et suo modo es- dentale compositum, licet in genere causae sentialiter pendet a tali forma; ergo hic est formalis sit effectus solius formae acciden­ ta li, absolute tamen non consurgere ex sola proprius et unicus effectus talis formae. Deinde effectus huius formae non potest es-, forma, sed simul et maxime ex ipso subiec­ se subiectum ipsum, cum sit substantia, to. Quo fit ut ille effectus significati possit quae ex se est prior accidente; ergo oportet vel praecise ut causatur a forma, et sic diut sit compositum, quia nihil est aliud quod cìmus effectum albedinis esse reddere album esse possit. Dicetur fortasse ínter haec dari subiectum; vel absolute, u t ex tali subiecto médium, scilicet subiectum esse affectum et forma consurgit hoc album, et hoc modo accidentali forma, ut, verbi gratia, effectum dicitur compositum accidentale esse effec­ albedinis esse subiectum - albere, ut sic di- tus formae accidentalis.

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Disputación X V I.— Sección ■I

11. Solución del motivo de duda.— N i co n stitu y e u n obstáculo el m otivo d e d u d a expuesto al p rin c ip io ; en efecto, h ay e q u iv o cid ad en aq u el té rm in o esencialmente c u an d o se le aplica al efecto en c u a n to es efecto o en c u a n to es u n solo c o m p u esto ; pues a u n q u e el co m puesto a ccid en tal n o sea esencialm ente u n o en la razó n d e ser, sino sólo accidentalm ente, e n la ra z ó n d e efecto e s esen­ cialm ente efecto d e la form a acc id e n ta l; efectivam ente se tra ta d e relaciones y razones form ales diversas, y p o r eso n o h a y in conveniente alguno en q u e aquel com puesto q u e n o es u n o esencial sino accid en talm en te en cu a n to ta l, sea u n efecto esencial d e la form a accid en tal; y a q u e tal c o m p u esto , sea cual sea, exige d e p o r sí esencialm ente d ich a form a, en cu an to es ta l com puesto d ete rm in a d o , siendo p o r tan to causado esencialm ente p o r ella en su género.

Por qué no resulta un uno «per se» del accidente y del sujeto 12. Se refuta el argumento de algunos.— M a s, a fin d e d e se n tra ñ a r esto desd e sus raíces, p u e d e p re g u n ta rse p o r q u é no re s u lta u n e n te u n o per se d e la fo rm a accidental y d el sujeto, dado q u e dich a fo rm a se u n e con tal sujeto v e r­ d ad era y re alm en te p o r sí m ism a. P ien san m uchos q u e la ra z ó n está en q u e la form a accidental supone e n el sujeto alg ú n ser d e . existencia, y q u e ella con.fiere tam b ién su ser d e existencia p ro p io y p e c u lia r; y d e u n doble ser d e exis­ tencia no. p u ed e re s u lta r com puesto u n u n o per se, sino ú n icam en te per accidens. Así opina’ S oncinas, lib. V II Metaph., q . 5 ; y lo in d ica E n riq u e , Ouodl. X , q. 8, donde dice que si el accidente n o poseyera en el sujeto su p ro p io ser, sino que tu v iera sólo el ser del sujeto, de n in g ú n m odo c o m p o n d rían u n e n te u n o per accidens, sino per se. E sta es la razón, seg ú n refiere allí m ism o, de q u e algunos de los q u e d e fen d ían m uchas form as sustanciales esencialm ente ordenadas e n el m ism o com puesto,, p a ra d e ja r a salvo el q u e de ellas resú lta b a u n u n o per se, dijeran q u e las p rim e ra s form as n o co n ferían el ser al e sta r actualm ente u n id as con la ú ltim a form a. M a s a ú n , tam b ién C apréolo, í n III, d ist. 17, q. 1, concl. 2, juzga probable q u e p u e d e acontecer n a tu ra lm e n te alg u n a vez q u e la fo rm a sus­ tancial confiera el ser d e la esencia sin d a r el ser d e la existencia, apoyándose en cierto testim onio d e S anto T o m ás en el opúsculo De natura materiae, c. 8,

11. Soìvitur ratio dubitarteli.— Nec ratio dubitatali in principio posita aliquid obstat; est enim aequivocatio in termino ilio per se dum ad effectum ut est effectus vel ut est unum compositum applicatur; ipsum enim accidentale compositum, licet in ratione entis non sit per se unum, sed per accidens, in ratione effectus est per se effectus formae accidentalis ; sunt enim hae diversae habitudines et rationes formales, et ideo nil vetat illud compositum quod non est per se unum, sed per accidens, auatenus tale est, esse effectum per se accidentalis for­ mae; nam illud compositum, qualecumque sit, per se et essentialiter requirit illam for­ marti, quatenus tale compositum est, unde ab illa per se causatur in suo genere. Ex accidente et subiecto cur non fiat unum per se 12. Ratio aliquorum impróbatur.— Sed, ut hoc radicitus explicetur, quaeri potest cur ex forma accidentali et subiecto non consurgat ens per se unum, quandoquidem talis forma per seipsam vere ac realiter uni-

tur tali subiecto. Multi existimant rationem esse quia forma accidentalis supponit in subiecto aliquod esse existentiae; et praeterea ipsa confert suum proprium ac pe­ culiare esse existentiae; ex duplici autem esse existentiae non potest unum per se componi, sed tantum per accidens. Ita Sonc., VII Metaph., q. 5; et indicat Hen­ ne., Quodl. X, q. 8, ubi ait quod si acci­ dens non haberet suum proprium esse in subiecto, sed soluto esse subiecti, nullo mo­ do componeret unum ens per accidens, sed per se. Unde, ut ibidem refert, nonnulli etiam ex his qui ponebant plures formas substantiales per se ordinatas in eodem composito, ut salvarent ex illis consurgere unum per se, dicebant priores formas non dare esse quando actu sunt coniunctae ultimae formae. Irnmo etiam Capreol., In III, dist. 17, q. I, concl. 2, existimat probabile fieri aliouando posse naturaliter ut forma substantialis det esse essentiae et non det es­ se existentiae, prooter quoddam testimonium D. Thomae, in Opusculo De natura mate­ riae, c. 8, cum tarnen probabilius sit illud

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siendo así q u e es m ás p ro b a b le q u e dicho o p ú scu lo n o sea d e S an to T om ás. C abe a ñ ad ir q u e n o h a n faltad o tom istas q u e ju zg aro n p ro b ab le q u e los acci­ d e n te s n o poseyeran u n a ex istencia p ro p ia d istin ta de la existencia de la sustancia, y seg ú n la sentencia de éstos — si es verd ad ero el p rin cip io a d m itid o — se sigue q u e d el accidente y la su stan cia resu lta u n u n o per se, p u es d e las realidades q u e tie n e n u n a existencia ab so lu tam en te y per se u n a se afirm a con razó n q u e poseen u n id a d per se, ya que la u n id a d sigue al ente y el e n te recibe el n o m b re del ser. N o o b stan te, todas estas afirm aciones están fu n d ad as y d an p o r su p u esta la d istin ­ ció n real e n tre la existencia y la esencia, la cu al no so tro s juzgam os q u e es im ­ po sib le refiriéndose a la esencia a c tu a l; y a ú n q u e fuese po sib le o v erd ad era, sin em bargo n o es necesaria p a ra resolver la cu estió n p resen te. E n efecto, cual sea la esencia, ta l es ta m b ié n la e x isten cia; por, ta n to , igual q u e la esencia p u ed e ser u n a, bien p o r e n tid a d sim ple, b ie n p o r com posición, o tro ta n to pasa con la existencia m ism a. A sí, p u e s, si se afirm a q u e sólo co n stitu y en u n u n o per se aquellas cosas q u e tienen u n a existencia sim ple y n o com puesta, el principio es falso y se h a aceptado sin fu n d am en to . M a s si se' tra ta de u n ser con u n id ad d e com posición, en este caso, a u n q u e sea v e rd a d q u e la fo rm a accidental con­ fiere su p ro p io ser, c o n tin ú a el m ism o p ro b lem a d e p o r q u é d e ese ser co n creto y d e l ser del sujeto n o re s u lta com puesto u n ser único q u e sea verdadera y p ro p iam en te u n u n o per se. 13. Argumento eficaz de la conclusión.— C ab e resp o n d er en otro sentido q u e la form a accidental p resu p o n e u n ser sustancial com pleto y perfecto y q u e, p o r tan to , del ser d e d ic h a form a y del ser d el sujeto n o p u e d e com ponerse u n ser u n o per se. E ste arg u m en to es d e g ra n valor p o r lo q u e se refiere a los accidentes q u e tien en p o r sujeto u n a sustancia com pleta. S in em bargo, p u esto q u e opinam os q u e la ca n tid a d in h iere e n la m ate ria p rim a con la q u e no cons­ titu y e u n u n o per se, sino per accidens, h a y q u e añ ad ir, en consecuencia, que la form a accidental, p o r el h echo m ism o de ordenarse a u n sujeto d o tad o d e u n ser d e d istin to o rd e n o pred icam en to y n o ordenarse a c o n stitu ir o com ­ p le ta r dich o se r en ese o rd e n o p red icam en to , n o co nstituye con él u n uno per se, sino per accidens, p u e sto q u e lo q u e es u n u n o per se d eb e ser d e u n

opusculum non esse D. Thomae. Adde non defuisse thomistas qui probabile putaverint accidentia non habere proprium esse distinctum ab esse substantiae, iuxta' quorum sententiam (si verum est principium positum) sequitur ex accidente et substantia fieri unum per se, nam quae habent idem esse omnino ac per se unum, merito dicentur habere unitatem per se, cum unum sequatur ens et ens ab esse dicatur. Verumtamen haec omnia fundantur et supponunt distinctionem realem inter esse et essentiam, quam nos existimamus non esse possibilem, loquendo de essentia actuali; et quamvis es­ set possibilis aut vera, non est tarnen ne­ cessaria ad praesentem quaestionem definiendam. Nam, qualis est essentia, tale est etiam esse; unde sicut essentia potest esse una, ve! per entitatem simplicem vel per compositionem, ita etiam ipsum esse. Si ergo dicantùr illa tantum constituere unum per se. quae habent unum esse simplex et non compositum, falsum est illud principium et sine fondamento sumptum. Si vero

sermo sit de uno esse per compositionem, sic quamvis verum sit formam accidentalem dare suum proprium esse, eadem quaestio manet, cur ex tali esse et esse subiecti non componatur unum esse quod vere ac pro­ prie sit per se unum. 13. Ratio .efficax conclusions.— Aliter ergo responded potest formam accidenta­ lem supponere compietemi ac perfectum es­ se substantiale, et ideo ex esse talis formae et subiecti non componi unum esse per se. Quae ratio est optima, quantum ad accidentia quae subiectantur in substan­ tia completa. Tamen, quia opinamur quantitatem inhaerere in materia prima, cum qua non facit unum per se, sed per ac­ cidens, ideo addendum est formam acci­ dentalem, hoc ipso quod natura sua respirai subiectum habens esse alterius ordinis et praedicamenti et non ordinatur ad constituendum vel complendum illud esse in ilio ordine et praedicamento, non constituere cum ilio nnnm per, se, sed per accidena, quia quod est per se unum debet esse unius

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solo ord en y p red icam en to . Y p o r este m otivo n o p u e d e constituirse u n uno

per se con la m ate ria y la cantidad, p o rq u e , a u n q u e la m ateria posea u n ser sustancial incom pleto, con to d o no está ordenada a la can tid ad com o al acto cón el que h aya d e com pletarse dich o ser. Y de ig u al m an era n o re s u lta un u n o per se con el alm a y su s potencias, sino u n u n o per accidens, p o rq u e , a u n ­ que el alm a po sea tam bién u n ser incom pleto, sin em bargo n o está o rdenada a co n stitu ir u n ser com pleto c o n sus pro p ied ad es, las cuales son de u n orden in ferio r, sino q u e se o rd e n a esencial y p rim a ria m e n te a la m ateria, com o p o ­ tencia del m ism o o rden. P o r tan to , igual q u e decíam os an tes q u e la razó n de­ bid o a la cual d e ¡a m ateria y d e la fo rm a resu lta u n u n o per se n o es o tra sino la p ro p o rció n y relación m u tu a que g u a rd a n d e n tro d e l m ism o género, así, por el contrario, la ra z ó n d eb id o a la cual n o se co nstituye u n u n o per se d e la sustancia y del accidente n o es o tra m ás q u e el n o te n e r dich a p ro p o rció n , sino o tra m u y d istin ta, ya q u e, p o r m ás q u e la sustancia sea capaz d el accidente, ' sin em bargo n o está esencialm ente o rd en ad a a dich o acto, según se explicó ta m b ié n a n te s; y , p o r el c o n trario , el accidente m ism o es u n acto de tal n a­ turaleza, que n o se ordena a com pletar la sustancia en su género, sino a p e r­ feccionarla en o tro género. 14. P o r esto se llega ta m b ién a co m p ren d er q u e esta u n id ad y su n a tu ra . leza h an de ten erse en cu en ta n o sólo p o r lo que re sp e c ta al ser d e la ex isten ­ cia, sino tam bién al ser de la esencia, sea cu alq u iera la clase de distin ció n q u e h aya e n tré ello s; m ás aú n , p rim ariam en te se e n c u e n tra n en la esencia en cu a n to tal, y en la existencia p o r ra z ó n de ella. E fectivam ente, con la m ateria y la form a sustancial se constituye u n a esencia verd ad eram en te u n a p o r dich o m o­ tivo, y p o r eso el ser de la m ism a es u n o v erd ad era y esen cialm en te; e n cam ­ bio, con la form a accidental y con e l sujeto sustancial n o se constituye una esencia ú n ica y, consecuentem ente, tam poco resu lta d e ellos u n ser uno per se. E m pero, p o r m ás q u e se afirm e q u e la form a accid en tal com pone ú n icam en te u n u n o per accidens, con todo lo co m p o n e m ed ian te u n a u n ió n v erd ad era y física, ya que tratam o s d e la form a accidental p ro p ia , la cu al inhiere in trín se ­ cam ente en su su je to ; y, p o r lo m ism o, según decíam os antes al tra ta r d e la unidad, esta u n id a d , au n q u e en com paración con la u n id a d per se sea u n id a d

ordinis et praedicamenti. Atque hac ratione ex materia et quantitate non fit unum per se, quia, licet materia habeat incompletum esse substantiale, non tamen ordinatur ad quantitatem ut' ad actum quo illud esse complendum est. Et similiter ex anima et potentiis suis non resultat unum per se, sed per accidens, quia, licet anima habeat etiam esse •incompletum, non tamen ordi­ natur ad complendum unum esse cum proprietatibus suis, quae sunt inferioris ordinis, sed per se primo ordinatur ad matqriam, ut ad potentiam eiusdem ordinis: Itaque, sicut supra dicebamus rationem ob quam ex materia et forma fit per se unum non esse aliam nisi mutuam proportionem ‘ et habitudinem quam intra idem genus habent, ita, e contrario, ratio ob quam ex accidente et substantia non fit per se unum non est alia nisi quia non habent illam proportionem, sed aliam longe diversam, quia, licet substantia sit capax accidentis, non tamen est per.se ordinata ad talem actum, ut supra etiam declaratum est; et, e con-

verso, accidens ipsum est talis actus ut non ordinetur ad complendam substantiam in suo genere, sed ad perficiendam illam in alio genere. 14. Ex quo etiam intelligitur hanc unitatem et rationem eius non solum in esse existentiae, sed etiam in esse essentiae (qualitercumque haec distinguantur) considerandam esse; immo, per prius in essentia ut sic, et ratione eius in existentia reperiri. Ex materia enim et forma substantiali vere fit una essentia propter dictam causam, et ideo esse illius est vere ac per se unum; ex forma autem accidentali et substantiali subiecto non fit una essentia, et ideo ncque unum esse per se ex illis resultat. Quam­ quam vero forma accidentalis dicatur componere unum tantum per accidens, nihilominus per veram ac physicam unionem il­ lud componit; agimus enim de accidentali forma propria, quae intrinsece suo subiecto inhaeret; et ideo, ut supra disputando de unitate dicebamus, haec unitas, licet compararione unitatis per se analogice sit uni-

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Disputaciones metafísicas

analógicam ente, no ob stan te n o es u n id a d sólo p o r m etáfora, sino p o rq u e v e r­ dadera e in trín secam en te p artic ip a algo de la n atu raleza d e la u n id a d , en lo que su p era en g ra n m an era a los entes per accidens, a los q u e se llam a tales •;ólo en aten c ió n a la agregación o coordinación, ya q u e no to d o com puesto per accidens tiene el m ism o grad o d e u n id ad , seg ú n dijim os allí m ism o. D e esta snerte se h a dado satisfacción com pleta al m otivo de d u d a p ro p u e s to ; p o rq u e , a u n q u e esta form a co nstituya u n u n o per accidens, sin em bargo, p o r ser u n u n o tal q u e im plica alguna u n id a d física y re a l, p u e d e , p o r lo m ism o, com po­ nerlo m ed ian te causalidad form al p ro p ia y ésencial, p ro p o rcio n ad a a ta l co m ­ puesto.

Análisis de otros efectos de esta forma accidental 15. E m p ero q u e d a e n p ie o tra objeción co n tra la p a rte exclusiva de la conclusión p o r el h echo d e q u e n o es sólo e l com puesto, sino ta m b ién el su ­ jeto m ism o del accidente el q u e p arece ser efecto del accidente q u e le inform a y, co nsecuentem ente, p arece q u e este efecto p rocede d e la causalidad form al J e la fo rm a accidental. Se p ru e b a la afirm ación, p o rq u e el sujeto de u n acci­ d e n te d e p en d e del accidente m ism o e n el s e r; ah o ra b ien , n o dep en d e m ás q u e en el género d e la causa fo rm a l; luego. L a m ayor es evidente en el com puesto, el cual d ep en d e d e la disposición ú ltim a, y es m ás clara a ú n en la m ateria, la c u a l no p u e d e existir sin su can tid ad , y e n el alm a, q u e no p u e d e existir sin sus potencias. A dem ás, am én de estos efectos positivos, p u e d e esta form a te n e r n n efecto fo rm al p rivativo q u e consiste en la elim inación d e la form a c o n tra ­ ria, p ues el calor fo rm alm en te expulsa al frío , y así en otros casos. A sim ism o, n n accidente p arece q u e p u e d e ser causa fo rm a l de o tro accidente, com o p o r ejem plo se dice q u e la c a n tid ad es la ra z ó n d e e x istir en u n lu g a r, siendo así q u e existir en u n lu g a r es u n accidente d is tin to de la can tid ad m is m a ;, y del m ism o m odo se dice, p o r ejem plo, q u e el objeto, b ie n p o r sí m ism o, b ie n m e ­ d ian te la especie, es la causa fo rm al del acto de v isió n ; es m ás, d e la m ism a potencia visiva se dice q u e en cierto m o d o es la causa form al d e su visión, p ues D ios n o p u ede p ro d u c ir la visión o u n vid en te sin p o ten cia visiva o sin

qas, non tamen est unitas solum per metaphoram, sed quia vere et intrinsece parti­ cipât aliquam rationem unitatis, in quo mul­ timi excedit entia per accidens, quae per solam aggregationem aut coordinationem taiia dicuntur; non enim omne compositum per accidens aeque unum est* ut ibidem dirimus. Atque ita omnino satisfactum est cationi dubitando propositae ; nam, licet haec forma constituât unum per accidens, tamen quia illud tale est ut aliquam unitatem phyjicam et realem includat, ideo potest illud componere per causalitatem formaient propriara ac' per se, tali composito proportiooatam. Examinantur élit effectus huius formas accidentalis : 15. Sed superest altera obiectio contra exclusivam partent conclusicnis, quia non solum compositum, sed etiam ipsum subfeçtum accidentis videtur esse effectus ac­ cidentis informantes ipsum, et consequenter edam hune effectum provenire ex causali-

tate formali formae accidentalis. Assumptum probatur, quia subiectum accidentis pendei in esse ab ipsomet accidente, et nonnisi in genere causae formalis; ergo. Maior patet in composito, quod pender ab ultima dis­ posinone; et clarius in materia, quae non potest esse sine sua quantitate; et in anima, quae esse non potest sine suis potentiis. Praeterea, ultra hos effectus positivos ha­ bere potest haec forma effectum formalem privativum, qui consist« in abiectione for­ mae contrariae; calor enim formaliter expellit frtgus, et sic de aliis. Deinde, unum accidens videtur posse esse causa formalis alterius accidentis, ut quantitas dicitur esse ratio essendi in loco, cum tamen esse in loco sit accidens distinctum ab ipsa quantitate; et similiter obiectum vel per seipsum vel per speciem dicitur esse causa formalis ac­ tus visionis, verbi gratia; immo ipsa potentia visiva dicitur aliquo modo esse cau­ sa formalis suae visionis; ideo enim non potest Deus facere visionem aut videntem sine potentia visiva aut sine concursu tabs

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el concurso d e . ta l p o tencia, p recisam en te p o rq u e e n ello in terv ien e u n a causa­ lid a d form al a la q u e D ios n o p u ed e suplir. . 16: A la objeción p rin c ip a l se re s p o n d e . q u e , en general y h ab lan d o con rig o r, n o es n ecesario q u e el sujeto d e p e n d a d e sem ejante form a accid en tal, se­ g ú n se echa d e ver en la lu z re sp e c to d el aire y en o tro s casos sem ejantes derivados de algo extrínseco. P o r ta n to , au n q u e tra tá n d o se d e algunas form as se d é d e ría d ependencia d e l sujeto resp ecto de ellas, con todo, h a b la n d o con p ro p ied ad , la f o r m a ' accidental en c u a n to tal n o incluye en su causalidad la d ependencia d e l sujeto resp ecto d e ella m ism a. Q u e d a a ú n p o r a ñ a d ir q u e el sujeto n o d ep en d e jam ás d el accidente com o d e su p ro p ia causa fo rm al, p u n to en q u e p arecen estar d e acuerdo to d o s los a u to re s ; p o rq u e , si el com puesto sustancial dep en d e de sus accidentes' propios, casi todos re d u c e n esa d e p e n d e n ­ cia al género de la causa m aterial, a la q u e lla m a n causalidad dispositiva, te. n ie n á o lugar e sto sobre to d o en la disposición q u e p re p a ra y adapta al s u je tt' P o rq u e aquella q u e es concom itante y com o conservadora del sujeto n o p u ede tener" razón de causa dispositiva, n i m u ch o m enos d e fo rm al, p u esto q u e sn ■p o n e en absoluto el ser d el sujeto y d im an a d e él o se justifica p o r ra z ó n de é l; y p o r eso se dice con ra z ó n q u e estos accidentes conservan el ser d e l sií jeto n o com o causas a priori, sino a posteriori com o pro p ied ad es concom itantes de tal sujeto, cosa q u e p u e d e afirm arse con v erd ad d e to d o s los accidentes in ­ trínsecos. E fectivam ente, las características son casi id én ticas en todos ellos, exis­ tiendo ú n icam en te diferencias en esto, en q u e algunos son en absoluto conse­ cuencia del sujeto, m ien tras q u e otros se p re su p o n e n en o rd en d e natu raleza, n o p o rq u e ten g an .alg u n a causalidad especial adem ás de su inform ación, sino p o r estar exigidos p o r p a rte de la m a te ria y decirse d e ellos, p o r esto m ism o, q u e se reducen según d ich a razón a la causa m aterial. 17. Cómo un accidente elimina del sujeto a otro accidente.— P o r lo que atañ e a la p rim e ra confirm ación, opinan algunos q u e u n accidente elim ina efi­ cientem ente de u n sujeto a su co n trario , m as n o fo rm alm en te. E m p ero , a u n q u e esto sea verdad resp ecto d e la form a accidental q u e está e n el agente, en rela­ ción con la ex p u lsió n d e la form a c o n traria q u e h a b ía e n el paciente, c o n todo.

potentiae, quia intervenir ibi causalitas formalis quam Deus supplere non potest. 16. Ad principalem obiectionem respondetur non es.se in universum ac per se loquendo necessarium ut subiectum ab huius modi forma accidentali pendeat, ut con­ stat in lumine respectu aeris, et similibus quae ab. estrinseco veniunt. Quapropter, etiamsi respectu aliquarum formarum interveniat aliqua dependentia subiecti ab ipsis, nihilominus, per se loquendo, forma accidentalis ut sic in sua causalitate non includit dependentiam subiecti ab ipsa. Addo delu­ de subiectum nunquam pendere ab acciden­ te ut a propria causa formali, in quo omnes auctores convenire videntur ; nam si composiaim substantiale dependet a propriis accidentibus, fere omnes revocant illam de­ pendentiam ad genus causae materialis, quam vocant causalitatem dispositivam; et maxime hoc habet locum in disposinone praeparante et .aptante subiectum. Nam illa quae est concomitans. quasi conservans sub­ iectum, non potest habere rationem causae

dispositivae, nedum formalis, cum absolute supponat esse subiecti et ab ipso manet vel ratione illius debeatur; et ideo haec acci­ dentia merito dicuntur conservare esse sub­ iecti, non a priori ut causae, sed a poste­ riori ut proprietates concomitantes tale sub­ iectum, quod de intrinsecis omnibus acddentibus vere dici potest. Est enim fere eadem ratio in omnibus illis, solumque poiest esse differentia in hoc, quod quaedam simpliciter consequuntur, alia ordine natu­ rae supponuntur, non quia speciaiem cau­ salitatem habeant praeter suam informationem sed quia ex parte materiae requiruntur, et ideo secundum earn rationem dicuntur ad materialem causam revocati. 17. Accidens quomodo a subiecto cxpellat accidens.— Ad primam confirmationem quidam opinantur accidens effective expellere a subiecto suum contrarium et non formaliter. Sed, licet hoc sit veruni de forma accidentali quae est in agente, respectu ex:-' pulsionis formae contrariae quae erat in passo, tamen de forma quae recipitur in

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esto n o p u e d e ser v erd ad respecto d e la form a q u e se recibe e n el paciente n i, en general, respecto d e las form as contrarias, en cuanto en relación al m ism o sujeto una e stá p o r sí m ism a en repu g n acia con o tra y la expulsa, ya que n in ­ g u n a form a expulsa eficientem ente a otra realizan d o la expulsión d irectam en te y p o r sí m ism a, puesto q u e , com o dicen, n in g ú n agente o b ra te n ien d o por fin u n m a l; n i h a y acción alguna q u e tenga p o r fin esencialm ente la corrupción, sino q u e esencialm ente p ro d u c e alguna realid ad positiva, d e la q u e se sigue la privación d e o tra . M as la form a accidental q u e e stá en el p acie n te n o se causa eficientem ente a sí m ism a n i a n in g u n a o tra fo rm a m ed ian te la cual expulse a su c o n tra ria ; p o r consiguiente n o ejerce eficiencia alguna e n o rd e n a dicha ex­ pulsión, sino q u e expulsa la form a co n traria sólo m ed ian te la inform ación del su jeto , p o r el h echo d e q u e tienen e n tre sí rep u g n an cia fo rm al n atu ral respecto d e l m ism o sujeto. Así, p u e s, respecto del arg u m en to , concedo q u e la expulsión d e una form a contraria p e rten ece al efecto fo rm al d e la form a accidental, m as no de cu alq u iera, sino d e la q u e tien e c o n trario . Y esto n o está en co n trad ic­ ción con la conclusión p ro p u esta, n o sólo p o rq u e debe enten d é rsela aplicada al efecto positivo y p ro p io q u e es causado p o r la fo rm a esencial y prim aria­ m e n te , sino ta m b ién p o rq u e la expresión exclusiva n o excluye los hechos con­ c o m itan tes; y esta ex p u lsió n de u n a form a c o n tra ria de ta l m an era acom paña al efecto positivo d e tal form a, q u e se sigue c o n necesidad n a tu ra l en v irtu d de esa m ism a causalidad fo rm al p o r la que la fo rm a m odifica al sujeto y en tra en la com posición del com puesto. 18. Un accidente no causa formalmente ningún otro accidente distinto de si .— A la segunda confirm ación se responde q u e , con p ro p ied ad , nin g u n a fo r­ m a accidental causa fo rm alm en te o tro accidente d istin to d e sí y de su u n ió n con el sujeto, p u e sto q u e u n a form a n o causa fo rm alm en te o tra form a. P o r eso, si u n accidente está in trín secam en te u n id o a o tro , o será deb id o a la natu ral re ­ sultancia d e l u n o resp ecto del o tro , cosa q u e pertenece a la eficiencia, o a la su b o rd in ació n necesaria, p o r la cual el uno es .ra z ó n de re c ib ir al o tro , cosa q u e perten ece al género de la causa m aterial. D e esta suerte, pu es, se dice de la ca n tid a d q u e es la ra z ó n de e sta r circu n scrip tiv am en te e n u n lu g ar de los dos m odos dichos, p o rq u e n o sólo es la ra z ó n a la q u e d eb e la sustancia

passo, et in universum de formis contrariis quatenus respectu eiusdem subiecti una per seipsam repugnat alteri et expeilit illam, illud non potest esse verum, quia nulla for­ ma expeilit effective aliam, dirette et per se efficiendo expulsionem, quia (ut aiunt) nullum agens intendens ad malum operatur; neque est ulla actio quae per se tendat ad corruptionem, sed per se facit aliquid positivum ex quo sequitur privatio alterius. At vero forma accidentalis quae est in pas­ so non causai effettive seipsam neque aliquam aliam formam per quam suum contrarium expellat; nullam ergo efficientiam exercet ad illam expulsionem, sed solum in­ formando subiectum expeilit contrariano for­ mam, eo quod inter se habent formalem repugnantiam naturalem respectu eiusdem subiecti. Ad argumentum ergo concedo ex­ pulsionem formae contrariae pertinere ad effectum formalem formae accidentalis, non omnis, sed eius quae habet contrarium. Ne­ que hoc repugnat conclusioni positae, tum quia illa intclligenda est de effectu positivo

et proprio, qui per se primo causamr a for­ ma; tum etiam quia dictio exclusiva non excludit concomitantia ; haec autem expulsio formae contrariae ita comitatur positi­ vum effectum talis formae ut naturali neces­ sitate consequatur ex vi' eiusdem causalitatis formalis qua forma afficit subiectum et componit compositum. 18. Accidens nullum aliud accidens a se distinctum causai formaliter.— Ad alteram confirmationem respondetur nullam iormam accidentalem proprie causare formaliter aliud accidens distinctum a se et a sua unione cum subiecto, quia una forma non causai formaliter aliam formam. Unde, si unum accidens est intrinsece connexum alteri, erit aut propter naturalem resultantiam unius ab alio, quae ad efficientiam pertinet, aut propter Subordinationen! necessariam qua unum est ratio recipiendi aliud, quod per­ tinet ad genus causae materiali Sic ergo quantitas dicitur esse ratio essendi in loco circumscriptive, utroque ex dictis modis; nam et est ratio per quam substantia cor-

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co rp ó rea el ser capaz d e tal m odo d e estar en lu g a r, sino que ta m b ié n de e lla se'.deriva n a tu ra lm e n te e l estar e n alg ú n lu g ar d el m o d o dicho. Y el ob­ jeto, si se co m p ara con la potencia, e n cu an to influye e n ella la especie, o en cuanto co n cu rre al acto m ed ian te la especie, n o tien e condición d e causa form al, sino d e causa eficiente, com o es m anifiesto d e p o r s í; m as si se lo considera en cu an to es térm in o y en cu an to especifica al acto, en to n ce s no •ejerce n inguna causalidad p ro p ia, sino la sim ple condición d e térm in o , la que algunos red u cen a la causa formal, y la califican d e extrínseca, p u n to d e que ya nos ocupam os a n te s; ahora, em pero, sólo tra ta m o s de la causa p ro p ia in ­ form ante. F in alm en te, la p o ten cia vital n o es en m o d o alg u n o causa form al de su acto, sino q u e es causa activa y re c e p tiv a ; m as en o rd e n a la co n stitu ció n del sujeto y la ra z ó n d e viviente actual, es decir, d e su jeto cognoscente o am ante, o algo sim ilar, p u ede afirm arse que e n cierto m odo c o n cu rre fo rm alm en te, p u e s­ to q u e , aunque sem ejante vida actual ten g a su consum ación form al m ed ian te el acto segundo, con todo incluye ta m b ié n al p rim e ro , al q u e el seg u n d o su'p o n e de suyo y esen cialm en te; y acaso ésta sea la ra z ó n d e q u e sea im posible él q u e alguno vea sin la p o ten cia visiva y sin su ejercicio, cuestión de q u e nos ocupam os en o tra parte. 19.- De un solo accidente sólo se da un efecto formal.— P o r qué puede

haber varias formas accidentales en un mismo sujeto, y no sólo varias formas sustanciales.— D e todo esto se infiere, finalm ente, q u e el efecto form al d e esta form a accidental sólo p u e d e ser u n o , y se infiere tam b ié n , p o r el c o n trario , que a este efecto fo rm al sólo p u ed e c o n c u rrir u n a sola causa form al. Y en esto hay cierta sem ejanza e n tre la form a accidental y la sustancial, y h ay ta m b ié n al­ guna diferencia o desem ejanza. E n efecto, se d iferen cian e n q u e las fo rm as sus­ tanciales no p u e d e n u n irse esencial n i accid en talm en te en el m ism o sujeto, m ien ­ tras q u e varias form as accidentales p u e d e n u n irse d e am bos m odos e n el m ism o su jeto ; puesto q u e , al no co n stitu ir u n u n o per se n i conferir el ser e n abso­ lu to , sino sólo de u n m o d o relativo, n o h a y con trad icció n en q u e esta d a s e de seres se m u ltip liq u en en e l m ism o su jeto , b ie n d e u n a m a n e ra com pletam ente a c d d e n ta l, es d ecir, sin n in g u n a relación e n tre sí, com o cu an d o algo b la n c o se

porea est capax talis modi essendi in loco, et ad illam naturaliter consequitur esse ali­ cubi dicto modo. Obiectum autem, si comparetur ad poientiam, quatenus in earn in­ fluii speciem vel quatenus mediante specie concurrit ad actum, non habet rationem causae formalis, sed effectivae, ut per se constat; si vero consideretur ut terminat et specificat actum, sic nullam propriam causalitatem exercet, sed puram rationem ter­ mini, quam aliqui revocami ad causam for­ malem, et 'extrinsecam eam vocant, de quo iam supra diximus; nunc varo solum agimus de propria causa informante. Denlque potentia vitalis nullo modo est causa for­ malis sui actus, sed attiva et receptiva; ad constituecdum autem subiectum in ratione actualiter viventis, id est, cognoscentis vel amantis, aut quid simile, dici potest concurrere aliqua ex parte formaliter, quia licet huiusmodi actualis vita consummetur for­ maliter per actum secundum, tarnen etiam includit primum, quem secundus per se ac essentialiter supponit; et fonasse hac ra-

tionc non potest fieri u t videat quis sine potentia visiva et usu eius, de quo alias. 19. Cnius accidentis unicus tantum effectus formalis.— Cur plures accidentales formae possint esse in eodem subiecto, non autem plures substantiates.— Ex quibus om­ nibus tandem infertur effectum formalem huiusmodi accidentalis formae unieum tan­ tum esse, atque etiam e converso ad huius­ modi effectum formalem unicam formalem causam posse concurrere. In quo est similitudo aliqua inter formam accidentalem er substantialenret aliqua differentia aut dissimilitudo. Differunt enim quia substantiales formae nec per se nec per accidens coniungi possunt naturaliter in eodem sub­ iecto, plures vero formae accidentales utroque modo possunt simul esse in eodem subiecto; quia cum non constituant per se unum nec dent esse simpliciter sed secun­ dum quid, non repugnat huiusmodi esse multiplican in eodem subiecto, vel omnino per accidens, id est, sine ulla habitudine inter se, ut cum album fit musicum, vel

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Disputaciones metafísicas

convierte en m ú sico , o b ie n en cierto m o d o de m anera esencial, puesto q u e el u n o se su b o rd in a al o tro , com o lo hace la potencia al acto, o el acto p rim e ro al segundo, y de e ste m o d o lo cu an to es colorado y el o jo es vidente. R e su lta con esto q u e , según el p rim e r m odo, p u e d e n m u ltip licarse e n u n m ism o sujeto los accidentes q u e difieran al m enos específica o genéricam ente, llegando h asta u n n ú m ero q u e n o po see lím ite alguno d e te rm in a d o ; pu es, a u n q u e n o p u e d a n ser infinitos p o r la ra z ó n general de q u e es co n trad icto rio q u e exista u n in fin ito actual, y a u n q u e q u izá tam p o co p o r defecto d e los agentes n a tu rales p u ed an estas form as m u ltip licarse m ás allá de u n lím ite d eterm in ad o , ta n to en u n m ism o su ­ jeto com o e n sujetos d istin to s, sin em bargo, en cuanto d e p en d e del sujeto y de las m ism as form as accidentales, n o p u e d e señalarse en esto lím ite alguno, n i hay m ayor rep u g n an cia en u n a m ultiplicación m ayor de estas form as q u e e n u n a m en o r, p u e sto q u e en estas entidades q u e se hallan en relación accidental, esta circunstancia nada tien e q u e ver con su rep u g n an cia, a no ser que in te rv e n ­ ga alguna co n traried ad u oposición especial p o r o tro concepto.' L o co n tra­ rio acaece en las q u e se su b o rd in an esencialm ente, p u e sto q u e, p o r el h echo .m ism o de g u a rd a r e n tre sí subordinación, es esencialm ente necesario q u e exista en ellas u n a e n tid ad p rim e ra y u n a ú ltim a y, consecuentem ente, si hay algu­ nas in term ed ias, es m e n ester q u e tenga-a u n n ú m e ro d e term in ad o , p o r la m is­ m a razó n p o r la q u e lo probam os a n te s resp ecto d e los predicados esenciales. 20. L a sem ejanza e n tre la form a accidental y la sustancial consiste en q u e, igual q u e el com puesto sustancial se co n stitu y e con u n a fo rm a ú nica, de la m is­ m a m an era tam b ién el co m puesto accidental, en cuanto es u n o a su m odo y p e r­ tenece a u n a sola especie, se constituye únicam ente p o r u n a sola form a acci­ dental, p u e sto q u e m ed ian te la su b o rd in ació n de género y d iferencia no se rea­ liza la m u ltip licació n d e fo rm as, n i siq u iera en las accid en tales; y d e m u ch as form as accidentales d e diversas especies n o se co nstituye p ro p ia e in m ed iata­ m ente u n ser único, sino sólo aten d ien d o a la u n id a d d el sujeto, el cual cons­ titu y e m ú ltip les com posiciones con las diversas form as. C abe o b je ta r: a veces u n a sola form a re s u lta d e la u n ió n y p ro p o rc ió n d e m u ch as, p o r ejem plo u n a m ezcla p ro p o rcio n ad a, la salud, la h erm o su ra, y acaso u n h á b ito único. M i resp u esta es q u e o estas unid ad es n o son propias, o re su lta n d e cierta un ió n

aliquo modo per se, quia unum subordinatur alteri, ut potentia ad actum, vel actus primus ad secundum, auomodo quantum èst coloratum et oculus videns. Quo fit ut priori modo possint accidentia saltern specie aut genere differentia in eodem subiecto mul­ tiplicari in quovis numero sine ullo certo termino: quamvis enim infinita esse non possint ex generali ratione quod repugnat infinitum in acni dari, et licet fonasse etiam ex defectu agentium naturalium non possint hae formae ultra certum aliquem terminummultiplicari, tarn in eodem quam in diversis subiectis, tamen, quantum est ex parte sufeiecti et ex parte ipsarum formarum accidentalium, milus potest in hoc assignari terminus, ñeque est maior repugnantia in maiori. multitudine harum formarum quam in minori, quia in his quae per accidens se habent, nihil hoc refert ad repugnantiam eorum, nisi aliunde specialis contrarietas aut oppositio intercedan Secus vero est in his quae per se ordinata sunt, nam hoc ipso quod habent inter se ordinem, per se ne-

cesse est dari in eis primum et ultimum, et consequenter, si quae sunt media, necesse est ut sint in certo numero eadem ratione qua id supra probatum est de praedicatis essentialibus. 20. Similitudo autem inter accidentaient et substantialem formam consistât in hoc quod, sicut substantiate comnositum unica forma constituitur, ita etiam accidentate compositum, quatenus suo modo unum est et unius speciei, per unicam tantum formam accidentalem constituimr, quia per subordinationem generis et differentiae non fit multiplicatio formarum, etiam in accidentalibus; ex multis autem .formis accidentalibus diversarum specierum non fit unum proprie ac immediate, sed tantum ratione unius subiecti, quod cum variis formis multiplicem facit compositionem. Dices : interdiim una forma consurgit ex coniunctione et proportione plurium, ut temperamentum, sanitas, pulchritudo et fonasse unus habitus. Respondeo has imitates vel non esse proprìas vel ccnsurgere ex aliqua unione ta-

Disputación X V I.— Sección I __________ ._______________________________ 25 d e dichas fo rm as e n tre sí, y cual sea esta u n ió n , ta l será d ich a u n id a d ; y b a ja este concepto esa form a p e rte n e c e ú n icam en te a u n a especie to tal, p o r m ás q u e re su lte d e la fu sió n d e m u ch as fo rm as parciales. T o d a v ía cabría investigar aq u í si p u e d e n dos form as su stanciales d e la m ism a especie co lab o rar en la p ro d u c ­ ción de u n m ism o efecto fo rm a l; p e ro esta c u e stió n ya se tra tó con an te rio ri­ d ad en se n tid o general al e stu d ia r el p rin c ip io d e in d iv id u ació n . Y añadim os todavía q u e , a u n q u e tales form as se en co n trasen u n id a s en el m ism o sujeto, n o co n c u rriría n al m ism o efecto fo rm al, sino q u e cada u n a co nferiría su efecto ín teg ro d is tin to d el de la o tra , seg ú n se d e sp re n d e fá cilm en te d e lo dicho.

S i los modos accidentales poseen actividad causal y de qué clase 2I-. E n segundo lu g a r, h ay q u e afirm ar q u e los accid en tes q u e n o poseen u n a . e n tid ad p ro p ia d is tin ta de los otros ejercen c ie rta m e n te u n a cau salid ad fo r­ m al, a u n q u e d e u n m o d o d istin to d e l d e las o tra s fo rm as accidentales. L a p ri­ m era p a rte se p ru e b a , en p rim e r lu g a r, p o r in d u c c ió n , p u e s la figura es la fo r­ m a dé la re a lid a d figurada, siendo éste el se n tid o en el q u e A ristóteles, bajo d istinción, a la c u a rta especie d e c u alid ad la llam a fo rm a o figura, y sin em ­ bargo, la figura n o es u n a realid ad , sino ú n ic a m e n te u n m o d o d istin to . A sim is­ m o el sitio y el d o n d e, o sea la presen cia local, m odifican form alm en te al su­ je to ,, razón p o r la cual confieren al h o m b re , p o r ejem p lo , la den o m in ació n de sedente, o estante, o p re s e n te ; sin em b arg o , se tra ta ta m b ié n d e m odos y no d e entidades distin tas. O tro ta n to c a b ría d ecir d e l a . m u ta c ió n pasiva d e u n a cosa. A dem ás, p o d ría darse com o ra z ó n el q u e estos accidentes m odifican p o r sí m ism os verd ad era y rea lm e n te a los sujetos e n los q u e están y c o n los q u e com ponen u n solo com puesto accidental, el cual, en cu an to dotado d e tales ca­ racterísticas, d e p e n d e in trín secam en te d e ellos com o d e acto p ro p io c o n stitu tiv o , m ien tras que los accidentes m ism os d e p e n d e n d e sus sujetos com o d e causas m ateriales; p o r consiguiente ejercen so b re sus sujetos causalidad form al. 22. Se p ru e b a la seg u n d a p a rte d e la afirm ación p o r el h echo de q u e , al n o ser realid ad es d istin ta s, sino ú n icam en te m o dos, estos accidentes n o m o d i­ fican sus sujetos m ed ian te alg ú n m o d o d e u n ió n re a lm e n te d istin to d e ellos m is-

lmm formarvin inter se, et qualis fuerit haec unio, talis erit illa unitas; et sub ea ratione iila forma tantum est unius speciei totalis, etiamsi ex pluribus partialibus ccalescat. Incnùri- etìam hic posset an ad eumdem effectum formalem possint convenire simul duae formae accidentales eiusdem spe­ ciei; sed haec quaestio disputata est supra in communi tractando de principio individuationis. Et deinde addimus quod, licet taies formae coniungercntur in eodem subiscto, non concurrerent ad eumdem effectum for­ malem, sed unaquaeque conferret suum in­ tegrum effectum ciistinctum ab alia, ut ex dictis facile constat.

litatis sub distinctions nominat formata seu figuram, et tarnen figura non est res, sed modus tantum distinctus. Item, situs et Ubi seu praesentia localis formaliter afficiunt subiectum, unde hominem, verbi gratia, de­ nominato sedentem, aut stantem, vel praesentem ; tarnen sunt etiam modi et non entitates distinctae. Idem dici potest de pas­ siva rei mutations. Deinde reddi potest ra­ tio, quia haec accidentia per sese afficiunt vere et in re ipsa subiecta in quibus sunt et cum eis componunt unum accidentale compositum; quod quatenus tale est, intrinsece pendet ab eis ut a proprio actu constituente; ipsaque accidentia pendent a suis subiectis ut a materialibus causis; ergo ipsa Accidentales modi an et qualìter causent 21. Secundo dicendum est accidenti quae exercent causalitatem formalem circa sua subiecta. non haber.t propriam entiiatem distinctam 22. Secunda pars assertions declarator, ab aliis exercere quidem causalitatem for­ malem, diverso tarnen modo quam aliae for­ nam haec accidentia, curn non sito res di­ stinctae, sed modi tantum, non afficiunt mae accidentales. Prior pars probatur primo subiecta mediante aliquo modo unionis ab inductione, nam. figura forma est rei figuraipsis distincto ex natura rei per quem eis tae, et ita Aristoteles quartam speciem qua-

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Disputaciones metafísicas

m os y m ed ian te el cual se im án, sino q u e se u n e n in m ed iatam en te p o r sí m is­ m o s, según la d o ctrin a ex p u e sta a p ro p ó sito d e la distin ció n m odal y de la n a ­ tu ra le z a d el m odo. R e su lta d e a q u í q u e en estas form as m odales la m ism a causa fo rm al n o se distin g u e d e su causalidad actu a l, puesto q u e la causalidad d e la fo rm a , com o d ije m u chas veces, no es algo d istin to de la u n ió n actual d e la fo rm a con el su je to ; lu e g o d o n d e n o se d istin g u e la u n ió n de la form a, tam ­ p o co se p o d rá d istin g u ir la causalidad. U n in d icio de esto lo tenem os tam b ién e n q u e estas form as m odales n i por potencia absoluta d e D ios p u e d e n p e rm a ­ n e c e r en la realid ad si n o causan a c tu a lm en te sus e fe c to s; p u e s la sesión n o p u ed e p erm an ecer sin co n stitu ir a alguien en sedente, e tc .; y esto q u ed ó dem o strad o resp ecto de los m odos con u n se n tid o general e n las páginas an ­ terio re s, a sab er, que n o p u e d e n conservarse separados d e las realidades a las q u e m odifican; y n o p u e d e n estar unidos c o n ellas si n o las m odifican form al­ m e n te ; p o r consiguiente n o p u ed en existir actu a lm en te si no ejercen su cau ­ salid ad actu a lm e n te ; así, p u e s, esto es señal d e q u e su causalidad actual n o es d is tin ta d e ellos m ism os, sino q u e está in trín seca y esencialm ente incluida en sus naturalezas. P o r ta n to , e n esto está la d iferen cia e n tre dichos m odos y las otras form as p ro p ias, m ie n tra s q u e e n las restan te s características tien en u n a sem ejanza proporcional. 23. Objeción contra las afirmaciones anteriores.— Solución.— R especto d e estos m odos sólo p u e d e p lan tearse u n a d u d a , q u e consiste en q u e d e la afirm a­ c ió n a n terio r se ded u ce q u e el m odo de u n ió n o de in h esió n d e la en tid a d accidental es u n a form a re alm en te d istin ta d e la form a in h e re n te , p o r ejem plo d e la b la n c u ra ; em pero esto parece ab su rd o , y a q u e , d e lo c o n trario , cuantas veces se tra te d e u n a fo rm a q u e sea u n a re a lid a d d istin ta de la m ateria, será m en ester h a c e r in te rv e n ir dos form as y q u e se u n a n , a fin d e q u e p u e d a b ro ta r el efecto fo rm al. Se sigue adem ás q u e la g eneración es u n a form a d e la m ateria d istin ta re alm en te de la fo rm a q u e es in tro d u c id a p o r la g en eració n ; y otro ta n to sucederá e n la alteració n y en cu alq u ier m utació n , g u ard ad a la p roporción d eb id a. Se resp o n d e, e n p rim e r lu g ar, q u e a u n q u e se conceda to d o esto, en la re a lid a d n o existe ab su rd o alguno, con ta l q u e se evite la equivocidad en las p a lab ras; p u e sto q u e estas form as n o sólo son de d istin ta n aturaleza, sino

uniantur, sed seipsis immediate coniunguntur, iuxta doctrinam supra traditam de di­ stinctions modali et de natura modi. Unde fit in his formis modalibus causami ipsam formaient non distingui a sua causaìitate attuali, quia causalitas formae, u t saepe dixi, non est aliud ab unione attuali formae ad subiectum; ergo ubi non distinguitur unio a forma, nec causalitas distingui poterit. Cuius etiam signum est quia huiusmodi formae modales non possunt manere in re­ rum natura nisi acni causantes suos effec­ tif, etiam per potentiam Dei absolutam; non enim potest manere sessio nisi consti­ tuât sedentem, etc.; quod in universum de' modis est in superioribus demonstration!, scilicet, conservati non posse sepaxatos a rebus quas modificanti non possunt autem eis esse coniuncti quin eas afficiant formaliter; non possunt ergo actu esse quin actu causent; signum est igitur actualem causalitatem eorum non esse distinctam ab ipsis, sed intrinsece et essentialiter in eorum ra-

tionibus includi. In hoc ergo est differentia inter hos modos et alias proprias formas, in reliquis vero omnibus proportionaliter conveniunt. 23. Obiectio contra supra dicta.— Dissolvitur.— Solum potest circa hos modos dubitari, quia ex praedicta assertione sequitur modum unionis seu inhaerentiae entitatis accidentalis esse formam ex natura rei distinctam a forma inhaerente, verbi gra­ tia, ab albedine; hoc autem videtur absurdum, alias, quotiescumque forma est res distincta a materia, erit necessarium ut duae formae interveniant et coniungantur ut effectus formalis possit consurgere. Deinde sequitur generationem esse formam materiae ex natura rei distinctam a forma quae per generationem introducitur ; et idem erit de alteratione et quavis mutatlone, servata proportione. Respondetur imprimis, quamvis haec omnia concedantur, in re nihil esse absurdi, si vocum aequivocatio tollatur; nam hae formae et sunt diversarum ratio-

Disputación XVI.—Sección l

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q u e se ord en an a efectos d istin to s; p o r lo cual n ad a tien e d e ab su rd o el q u e en u n a m ism a realid ad se m u ltip liq u e n y el que u n m ism o m odo, q u e es m edio e n o rd e n a u n fin, sea fo rm a im p erfe cta respecto d e l su jeto , o q u e e l m ism o m odo d e inform ación, q u e , e n cu a n to derivado d e la fo rm a, co n stitu y e la causalidad d e é sta , e n c u a n to la u n e y la m odifica, sea u n a especie d e fo rm a de lá m ism a. Y to d av ía añ ad o , p a ra ex p resarnos m ejo r y c o n m ás p ro p ie d a d , q u e en él ám bito d e l ser h ay algunos m odos q u e n o co n stitu y en especies p ro p ias, sino q u e se re d u c e n a las especies o pred icam en to s d e las otras realid ad es o form as, ya q u e son ú n icam en te com o condiciones exigidas, o causalidades in ­ trínsecas d e ella s; estos m odos n o poseen la n a tu ra le z a p ro p ia de fo rm a , sino que conservan la razó n p ro p ia de m odos sustanciales y accidentales. P o r este m otivo tam poco se p u ed e d e c ir d e la u n ió n del alm a racional, p o r ejem plo, q u e sea u n a form a, p u e sto q u e n o p u ede calificársela d e sustancial n i d e accidental. Igualm ente tam poco se p u e d e decir q u e es form a la u n ió n d e la h u m a n id a d con el V erbo n i la subsistencia p ro p ia, según dem ostrarem os luego. A sí p u e s, en este sentido tam poco se p u ed e d ecir de la inhesión accidental q u e sea u n a fo rm a n i, h ablando con rig o r, u n accidente d istin to , sino u n m odo d el accidente. P o r con­ sig u ien te la conclusión p ro p u e sta h a d e aplicarse a los p rim ero s accid e n te s; efectivam ente ellos son los únicos, p ro p ia y ab so lu tam en te hab lan d o , q u e m e ­ re c e n llam arse accidentes o form as accidentales. F in a lm e n te p u e d e afirm arse q u e m ed ian te dicho arg u m e n to q u eda d eb id am en te p ro b a d o q u e estos m o d o s, ha­ blan d o en general, p artic ip a n de la causalidad fo rm a l im p erfe cta y po seen otro m odo pecu liar d e m odificar, q u e perten ece a la causa form al.

Las formas extrínsecamente adyacentes o denominantes no causan nada 24. A firm o e n terc e r lu g a r : los accidentes im p ro p io s, los cuales ú n ic a m e n ­ te confieren u n a denom inación ex trín sec a o son adyacentes, n o e jercen u n a v erd ad era causalidad fo rm al, sino q u e p artic ip a n sólo del n o m b re de é sta según cierta pro p o rció n . Se p ru e b a p o r in d u cció n , p u e sto q u e la acción n o es una form a d el agente, ya q u e n i lo m odifica n i le confiere ser alg u n o , n i co m pone con él algo verd ad eram en te u n o . O tro ta n to acontece con la visión, p o r ejem -

num et ad diversos effectus ordinantur; quare nihil est absurdi quod in eadem re multiplicentur et quod idem modus qui est via ad terminum sit forma imperfecta respectu subiecd, vel quod idem modus informationis, qui, ut est a forma, est causalitas eius, ut illam unit et affidt, sit aliqualis forma eius. Addo vero deinde, u t melius et proprius loquamur, quosdam esse modos qui in latitudine ends non constituunt suas proprias species, sed reducumur ad species vel praedicamenta aliarum rerum vel formarum, quia solum sunt tàmquam conditiones requisitae vel causalitates earum intrinsecae, et hi modi non habent propriam ratìonem formae, sed retinent propriam radonem modorum substantialium et accidentalium. Et hac radone neque unio animae rarionalis, verbi gratia, dici potest forma, quia nec 3ubstandalis neque acddentalis dici posset. Item neque unio humanitatis ad Verbum nec propria subsistentia vere did potest for­ ma, ut infra ostendemus. Sic ergo neque inhaerenda acddentalis formae dici potest

forma neque accidens distinclum, si pro­ prie loquamur, sed modus accidends. Conclusio ergo posita intelligenda est de prioribus accidentìbus; illa enim tantum, pro­ prie et absolute loquendo, acddentìa seu for­ mae accidentales dicenda sunt. Denique did potest argumento ilio recte ostendi hos mo­ dos, in universum loquendo, imperfectam causalitatem formalem pardeipare, habereque alium peculiarem afficiendi modum, ad causam formalem pertinentem. Extrínsecas adiacentes formae aut denomi­ nantes nil causant 24. Dico tertìo : accidenda impropria, quae solum extrinsecus denominant aut adiacent, non exercent veram causalitatem for­ malem, sed solum secundum quamdam propordonem denominadonem eius participant. Probatur induedone, nam aedo non est for­ ma agentìs, quia non affidt illud nec dat illi aliquod esse, neque cum ilio componit aliquid vere unum. Idem est de visione,

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Disputaciones metafísicas

p ío , resp ecto del objeto al q u e denom ina v is to ; ¿q u ién , en efecto, se atrevería a decir q u e la visión es u n a form a de Ja re a lid a d vista? L o m ism o sucede con la ro p a resp ecto del h o m b re vestido, y con la superficie c irc u n d a n te y co n tin e n ­ te respecto d e la re a lid a d contenida, y así en todos los casos sem ejantes. L a ra z ó n de to d o s ellos e stá en que n o confieren ser real alguno a las realidades q u e reciben d e a h í deno m in ació n ex trín se c a ; p o r tan to , n o se tra ta de v erdade­ ra s form as reales, p u e sto q u e la fo rm a es la q u e da el ser. A dem ás p o rq u e to ­ dos estos accidentes n o poseen v erd ad era y re a l u n ió n c o n las realidades a las q u e d en om inan, m ie n tra s q u e la form a n o - causa si n o es m ed ian te la u n ió n , b ie n sea d istin ta de la fo rm a , bien n o lo se a ; p u es si n o se da un ió n física, no h ay com puesto v erd ad eram en te u n o ; y .d o n d e n o existe u n a com posición pro­ p ia , d e la q u e resu lte u n com puesto q u e sea u n o con cierta u n id a d física, n o p u e d e h a b e r una causalidad form al v erd a d e ra y física. F in a lm e n te , la causalidad form al y la m aterial son cuasi correlativas, ya q u e se co rresp o n d en m u tu a m e n te ; ah o ra b ien , en las realid ad es q u e re c ib e n ex trín secam en te denom inación d e otras n o tiene lu g a r una v erd a d e ra causalidad m ate ria l, n i p u ed e tam poco decirse del agente q u e sea causa m a te ria l de la acción, pasando lo m ism o con los otros ele­ m e n to s; p o r consiguiente tam poco las realid ad es que confieren extrínsecam ente u n a denom inación d e esta suerte son v erdaderas form as. T en em o s tam b ién u n in d icio d e esto en q u e D ios es d enom inado ag en te o creador en v irtu d de una acción o relación q u e se da en la c ria tu ra , y , sin em bargo, nadie se atrevería a d ecir q u e tal acción se com para con D ios com o u n a fo rm a verdadera de éste. Y si a estas realidades se las p riv a d e u n a v erd ad era y física causalidad form al, n ad a p u e d e q u e d a r en ellas p o r lo q u e p u e d a n llam arse d e alg ú n m odo, form as extrínsecas, si no es cie rta p ro p o rció n q u e consiste en q u e tales realidades ex­ p re sa n ciertas relaciones a aquellas otras realidades a las que denom inan, en las cuales relaciones se p o rta n a m odo de té rm in o o acto últim o , pareciendo, p o r lo m ism o, q u e confieren su denom inación al m o d o d e form as. Y así q u e d a ex­ p licad a y confirm ada la conclusión resp ecto d e sus dos m iem bros. E n q u é sen­ tid o se dice que con stitu y en verd ad eram en te algunos de los p red icam en to s de accidentes o algunas d e sus especies h a b rá d e explicarse luego, c u an d o n o s ocu­ pem os d e cada u n a d e las razones p re d ic a m e n ta le s; igualm ente explicarem os en

verbi gratia, respectu obietti quod visum denominai; quis enim dicat visionem esse formam rei visae? Idem est de indumento respectu hominis vestiti, et de superficie circumdante ac continente respectu rei contentae, et de omnibus sitnilibus. Quorum omnium ratio est quia haec omnia nuilum esse reale conferunt dlis rebus quas extrinsece decominant; ergo non sunt verae'formae reales, cum forma sit quae dat esse. Item, quia haec omnia non habent veram et realem unionem ad res quas denominane forma autem non causat nisi media unione, sive sit distincta a forma sive non: seclusa enim unione physica, non est composipjm vere unum; ubi autem non est propria compositio ex qua resultet compositum quod sit unum aliqua physica unitate, non potest in­ tercedere vera et physica causalitas formalis. Tandem causalitas formalis et materi2lis sunt quasi correlativae, nam sib; invtcem corresnondent; sed in his rebus quae extrinsece denominantur ab aliis, non inter­ cede vera causalitas materialis; ncque enim

agens dici potest causa materialis actionis, et sic de aliis; ergo ñeque tes sic denomi­ nantes extrinsece sunt verse formae. Cuius edam signum est quod Deus denominane: agens ve! creator ab actione vel relatione quae est in creatura, et tarnen nemo dixerit talem actionem comparar! ad Deum ut ve­ ram formata eius. Seclusa autem ab his rebus causalitate formali vera ac physica, nihil in eis relinqui potest ob quod vocentur aliquo modo extrinsecae formae, nisi proportio aliqua, quae in hoc consistit quod huiusmodi res dicuni aliquas habitudines ad alias res qua3 denominami, in quibus se gerunt ad modum ultimi termini vel actus et ideo denominare videntur ad modum formarum. Atque ita explicata manet et con­ firmata conclusio quoad utramque partem. Quomodo autem haec vere dìcantur consfituere aliqua praedicamenta accidentium vel aliquas species eorum, declarandum erit in­ fra, cimi de singulis rationibus praedicamentalibns disseramus ; qi'omodo item in his denominationibus soleant quaedam enfia ra-

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Disputación XVI.—Sección II

su disputación p ro p ia e n q u é s e n tid o , suelen fu n d arse e n estas denom inaciones algunos entes d e ra z ó n ; p o r ta n to , no q u ed a ya n in g u n a dificultad q u e tra ta r aq u í ' respecto d e este p u n to .

SECCION

II

Si toda forma ACCIDENTAL E3 educida d e la potencia del su jeto .1 . D e todas las c u e stio n e s q u e hem os tra ta d o sobre la form a sustancial, sólo nos q u e d a ésta re f e re n te a la fo rm a accidental, la cual exige u n tra ta m ie n to especial; e n efecto, si se c o n sid e ra aten tam en te lo q u e hem os dicho en la sec­ ción an terio r, allí h e m o s d e ja d o in clu id o todo lo q u e p ertenece al co n cep to de form a física, m ie n tra s q u e lo q u e p e rten ece al co ncepto d e form a m etafísica p u e ­ de tom arse de la se c c ió n ú ltim a de la d isp u tació n p reced en te, ya q u e en su últim a p arte hem os d e m o s tra d o que los géneros y diferencias se dan e n los a c ­ cidentes con la m ism a ra z ó n y proporción.

Se explica el sentido de la cuestión, separando los puntos ciertos de los inciertos 2.

Las denominaciones extrínsecas no se educen de la potencia del sujeto.—

A sí, p u es, para sep arar lo s p u n to s ciertos de los in cierto s e n el p ro b lem a p re ­ sente, .h a y que re c o rd a r a q u e lla división trim em b re p ro p u e sta en la sección p re ­ c e d e n te : entidad p ro p ia d e la fo rm a accidental, m o d o a c cid en tal y accidente que c o n siste 'ú n ic a m e n te e n u n a d en o m in ació n extrínseca. P o r lo q u e respecta a este tercer' m iem bro, n a d a es m e n e s te r d ecir, ya q u e es cierto q u e todos estos p re d i­ cados q u e son d en o m in a c ió n extrínseca d e otras realidades n o se e d u c e n de la p o ten cia de las re a lid a d e s q u e re c ib e n de ellos la denom inación extrínseca, p u esto que no existen en e lla s com o en su sujeto n i d e p e n d e n de ellas en a b ­ soluto, com o pasa con el v e stid o resp ecto del h o m b re y la superficie c o n tin en te resp ecto de la realid ad c o n te n id a ; o, si d ep en d en , n o es ciertam en te e n el g é ­ nero d e la causa m ate ria l, sin o o en el de la eficiente, com o es el caso d e la acción respecto del a g en te , o e n el d e la causa objetiva, com o pasa con la visión respecto del objeto. K ay , p u e s, q u e a d v e rtir q u e la realid ad q u e sirve d e d en o ­ m inación extrínseca a o tra tie n e q u e e sta r siem pre in trín secam en te e n alg u n a otra realid ad , ya q u e o es u n a su sta n c ia , y entonces está e n s í, o es una e n tid a d o

tionis fundari in propria disputatione dicemus; et ideo nulla superest circa hoc difficultas hoc loco tractanda. SECTIO II U t ru m o m n is fo r m a a c c id e n t a l is EDUCATOR DE' I OTENTIA SUBIECTI

1. Ex .ómnibus quaestiouibus quas de forma substantial! tractavimus, sola haec su­ perest circa accidentales! formam, quae peculiarem dedarationem reqvurat; nam, si atiente considerantur quae ¡n superiori sectione dicta 'sunt, ibi comprehcndimus om­ nia quae ad rationem physicae formae spectant; quae vero pertinent ad rationem for­ mae tnethaphysicae, ex sectione ultima praecedentis disputationis sumi possunt. Nam in ultima eius parte ostendimus genera et differentias eadem ratione et proportione in accidentibus reperiri. Sensus quaestionis explicatur, certa ab incertis separando 2. Bcnominationes extrínsecas non educitntur de potentia subiecti.— Igitur, ut in

praesemi dubitatione separemus certa ab incertis, supponenda est trimembris ilia divisio praecedenti sectione proposita de entitate propria formae accidentalis, de modo accidentali et de accidente solum extrinsecus denominante. Et de hoc quidem tertio mem­ bro nihil dicere oportet, nam certum est haec omnia praedicata quae extrinsecus alia denominant non educi de potentia earum rerum quae ab eis denominantur extrinse­ cus, cum in iilis non sint ut in subiecto et ab eis vel simpliciter non pendeant, ut indumentum ab homine et superficies continens a re contenta; vel si pendent, non est in genere causae materialis, sed vel efficientis, ut actio ab agente, vel obiectivae, ut visio ab obiecto. Est igitur advertendum semper earn rem quae extrinsecus aliam de­ nominai esse intrinsece in aliqua alia re, nam vel est substantia aliqua, et illa est in se, vel est entitas aut modus accidentalis, et sic necessc est esse intrinsece in aliquo

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Disputaciones metafísicas

m o d o accidenta], y en este caso es fuerza q u e esté in trín secam en te en algún sujeto p o r el cu al sea su sten tad a. P o r eso, cuando se p ro d u ce de n uevo alguna re a lid a d q u e sirve de d en o m in ación extrínseca a o tra, su m odo de producción o d e ed ucción n o h a d e ser considerado p o r resp ecto de la realidad q u e resu lta ex trín secam en te d enom inada, sino p o r respecto d e aquella realid ad o sujeto del q u e se deriva la denom inación. P o r tan to , si e sa realid ad es u n a sustancia, en ella te n d rá lu g a r la p ro d u cció n d el to d o y la. ed ucción d e la fo rm a, al igual q u e sucede e n las otras su stan cias; m as si se tra ta d e u n a form a o m odo acci­ d e n ta l, te n d rá las m ism as características q u e tie n e n los otros accidentes. 3. Diversos modos de producción de las formas accidentales.— C onviene, a su vez, d is tin g u ir dos m o d o s según los cuales suelen p ro d u c irse los acciden­ tes, a saber, o esencialm ente m ediante u n a acción p ro p ia , o p o r resultancia. A dem ás, e n tre las form as accidentales h ay algunas q u e son de- o rd e n n atu ral, m ie n tra s q u e otras son d e o rd e n so b renatural, com o la gracia, el «lum en gloriae», y o tras sem ejantes. L a m ism a distin ció n p u e d e aplicarse a los m odos acciden­ tales, y a q u e algunos son n atu ra le s, com o la figura d e la tie rra o el « d o n d e» ; otros son so b renaturales, com o el m odo d e ex istir d el cu erp o d e C risto en la E ucaristía. Y podem os a ñ a d ir a q u í u n terc e r m iem b ro , ya q u e d e algunos m o­ dos se dice q u e n o son n a tu ra le s n i so brenaturales, sino artificiales, el cu al m iem ­ b ro n o tiene p ro p iam en te lu g a r e n tre las form as o en tid ad es accidentales, p u e sto q u e n o h ay n in g u n a q u e sea hecha p ro p iam en te m ed ian te el a rte , si n o es por v e n tu ra en cu a n to el a rte ay uda a la n atu raleza, com o sucede con la salud, o en cu an to los agentes activos son aplicados m e d ia n te el arte a los sujetos pasi­ vos, com o, p o r ejem plo, si el qro es p ro d u cid o p o r a rte de alquim ia, m odo según el cu al son pro d u cid o s otros m ixtos, p o r ejem plo los licores, etc. Y todas estas form as no son p ro p iam en te artificiales, si n o es acaso p o r cierta denom inación ex trín sec a; p ues in trín secam en te son form as físicas y n atu rales, n o sólo acciden­ tales, sino q u e a veces p u e d e n ser ta m b ién su stanciales y d e la m ism a naturaleza q u e las que se p ro d u cen n a tu ralm en te. P o r ta n to , el q u e la aplicación de los agentes y d e los sujetos pasivos se realice m ed ian te procedim iento artificial no constituye obstáculo p a ra q u e sean pro d u cid as p o r verdadera educción. P o r con­ siguiente las form as artificiales propias son ú n icam en te m odos, ya q u e todas con-

subiecto a quo sustentetur. Unde quando de novo fit quaelibet res quae aliam extrinsece denominat, modus productionis aut eductionis eius non est considerandus respectu reí extrinsecus denomínatae, sed respecru illius reí vel subiecti a quo est de­ nominado. Unde, si illa res sit substantia, in ea erit productio totius et eductio formae, sicut in aliis substantiis; si autem fuerit forma aut modus accidentalis, erit eadem ratio de his quae de caeteris accidentibus. 3. Varii modi quibus fiunt accidentales formae.— Rursus distinguere oportet duplieem modum quo accidentia fieri solent, sci­ licet aut per se per propriam actionem, aut per resultantiam. Item, inter formas acci­ dentales, quaedam sunt naturalis ordinis, qnaedam vero sunt ordinis supernaturalis, ut gratia, lumen gloriae et similes. Et ea­ dem distinctio adhiberi potest de modis accidentalibus, nafn quidam sunt naturales, ut figura terrae vel Ubi; alii sunt supematurales, ut modus existendi corporis Christi in

Encharistia. Et addere hie possumus tertium membrum, nam quidam modi dicuntur esse non naturales nec supernaturales, sed arti­ ficiales, quod membrum non habet locum in propriis formis seu entitatibus accidentalibus, quia nulla est quae per artem proprie fiat, nisi fortasse vel quatenus ars adiuvat naturam, ut in sanitate, vel quatenus per artem applicantur activa passivis, ut si aurum fit per artem alchimiae, et hoc modo fiunt alia mixta, ut liquores, etc. Quae for­ mae omnes non sunt artificiales proprie, nisi fortasse per quamdam denominationem extrinsecam; intrinsece enim sunt formae physicae ac naturales, non solum accidenta­ les, sed interdum etiam substantiales esse pos sunt et eiusdem rationis cum iis quae naturaliter fiunt. Unde, quod applicatior agentium et patientium per artem fiat, nil obstat quominus per veram eductionevn fiant. Propriae ergo artificiales formae tantum sunt quidem modi, omnes enim in

Disputación X V I.— Sección II

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sisten en alguna fig u ra; puesto q u e la capacidad eficiente h u m an a, que p u e d e ser regida o. dirigida p o r el a rte , n o se p u e d e ex ten d e r m ás allá, p u n to cuya justificación verem os lu e g o ; y cu alq u ier clase de figura es sólo u n m odo d e te r­ m inado de u n a cosa cu anta, com o es de p o r sí evidente. 4. Los accidentes naturales que se producen por transmutación se educen dé la potencia del sujeto.— A sí, pues, de todo esto d educim os u n a sola cosa cierta, a saber, q u e las form as accidentales d e orden n a tu ra l q u e se p ro d u cen m ediante u n a acción p ro p ia y m ed ian te u n a tra n sm u tació n p ro p ia del su jeto , se educen de la potencia del sujeto, ya que en ellas co n cu rren m anifiestam ente todos los elem entos q u e pued en ser necesarios para la educción de la p o ten cia d e la m ateria, cosa q u e se d em o strará a fortiori p o r lo q u e vam os a decir. E n cam bio, otros m uchos p u n to s q u e irem os reco rrien d o u n o a u n o y resolviendo con brevedad, son dudosos e inciertos.

Duda a propósito de las cualidades intencionales

, 5., Sentencia de algunos.—

S e d u d a , e n p rim e r lu g a r, si algunas cualidades, las cuales son naturales, en cu a n to n a tu ra l se contrapone a so b ren atu ral, m as se las llama intencionales, soliendo distin g u irlas p o r esta razó n d e las cualidades absolutam ente naturales y físicas, com o es el caso de las especies intencionales y casos - parecidos, se d u d a -—rep ito — si sem ejantes cualidades se educen d e la potencia del sujeto. E n efecto, algunos lo niegan, co m o S oncinas, lib. V II Métaph., q. 3, opinión que siguen E gidio, In II Sent., d ist. 13, q. 2 ; i om ás de A rgentina, a. 8 ; el C artu jan o , q . 1, q u ie n aplica esto m ism o a ia luz q u e se pro d u ce en el aire o en otro cu erp o diáfano, q u e es lo m ism o q u e enseñó ta m ­ b ié n el H álense, lib. V II Metaph., texto 13. E l fu n d am en to de éstos consiste en que tales form as se p ro d u cen in stan tán eam en te y sin resistencia y por la e li­ m inación de su contrario, y, consecuentem ente, sin tran sm u tació n de la m a te ria ; se les llam a, por eso, form as in m ateriales; luego n o se e d u cen de la potencia de la m ateria. Se confirm a, por p ro d u cirse estas cualidades n o sólo en los c u e r­ pos elem entales, sino tam bién en los celestes; m as de la potencia d el cielo no p u ede educirse form a alguna, p o rq u e de lo contrario el cielo sería m udable y recibiría im presiones q u e le son extrañas.

figura aliqua consìstimi; quia virtus effectiva humana, quae arte regi aut dirigí potest, non potest amplius extendi, cuius rationem infra videbimus ; figura autem quaelibet solum est modus quidam rei quantae, ut per se constat. 4. Accidentia naturalia quae per transmutationem fiunt, ex subiecti potentia educuntur.— Ex his ergo omnibus unum tan­ tum certum, nimirum accidentales formas naturalis ordinis quae per propriam actio­ nem propriamque subiecti transmutationem fiunt educi de potentia subiecti; nam in his manifeste concurrunt cmnia quae ad eductionem de potentia materiae necessaria esse possunt, quod a fortiori ex dicendis constabir. Alia vero multa dubia sunt et incerta, quae sigillatim attingemus et breviter expediemus. Dubium de quaìitaiìbus intentianalibus 5. Sentendo aliquorum.— Primum dubiuin est an qualitates quaedam quae na­ turales sunt, prout naturale a supernaturali

distinguitur (vocantur autem intentionales, et ea ratione a qualitatibus omnino naturalibus et physicis distingui soient, ut sunt species intentionales et similes), dubium (inquam) est an huiusmodi qualitates educantur de potentia subiecti. Aliqui enim hoc negant, ut Soncin., VII Metaph., q, 8; quam opinionem sequuntur, In II Sent., Aegid., dist., 13, q. 2; Thomas de Argent., a. 8; Carthus., q. 1, qui hoc extendit ad lumen quod in aere vel alio corpore diaphano ab extrínseco producitur; quod edam docuit Alens., VII Metaph., text. 13. Fundamentum eorum est quia hae formae fiunt in instanti et sine resistenza et abiectione contrarii, et consequenter sine transmutatione materiae; et ideo appellantur formae sine materia; ergo non educuntur de poten­ tia materiae. Et confirmatur, quia hae qua­ litates non solum fiunt in corporibus elementaribus, sed etiam in caelestibus ; at vero nulla forma educi potest de potentia caeli, alias caelum esset alterabile et reciperet pe­ regrinas impressiones.

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Disputaciones metafísicas

6. Solución de la duda .— Sin embargo, esta sentencia no se apoya en nin gima razón sólida, y por eso hay que afirmar que todos estos accidentes se educen de la potencia de los sujetos en que se reciben. Así lo defiende Ricar­ do, In II, dist. 13, a. 2, q. 1 ; y Herveo, disí. 18, q. 1, a. 2, y en el Q uodl. VTI, q. 20. Y se prueba, porque estas cualidades son producidas por agentes natura­ les; luego no se producen de la nada; luego no se producen de un sujeto pre­ supuesto que concurre mediante su tuerza natural en el género de causa ma­ terial al ser y a la producción de ‘ dichas form as; luego son verdaderamente educidas de la potencia del sujeto, pues todas las otras condiciones que se re­ quieren para la educción han sido inventadas libremente sin razón alguna. En efecto, ¿por qué va a impedir !a educción el que la forma accidental se pro­ duzca instantáneamente? Pues también la forma sustancial se produce instantá­ neamente; de aquí, por tanto, sólo se sigue que puede .darse educción instantá­ nea y sucesiva, igual que pasa con la mutación. N i tiene nada que ver el que para la educción de la forma sustancial preceda una alteración sucesiva previa, ya que, según demostré antes, la naturaleza de la educción no consiste en una relación a la alteración precedente, sino en el modo intrínseco y en la causali­ dad propia de tal acción. Por tanto, por lo que a este punto atañe, es accidental que preceda una alteración previa en orden a eliminar la forma contraria. Ade­ más, se afirma también gratuitamente que sea necesario para la educción el que la forma tenga contrario, puesto que esto no se requiere para una acción real y para una mutación de un sujeto presupuesto, la cual mutación concurra al ser y producción de la cualidad ■ misma en el género de causa material. Se explica también en la luz, la cual no tiene contrario, puesto que la iluminación es una acción de tal naturaleza que por ella no se produce esencial y prima­ riamente la forma de luz, sino lo iluminado; por tanto es una especie de gene­ ración accidental, puesto que en este caso concurren los tres principios de ge­ neración idénticos en todos los predicamentos, si se guarda la debida propor­ ción, según testimonio de Aristóteles en el lib. X II de la M etafísica. Ahora bien, toda generación mediante la cual se hace o se coproduce una forma, es educción de esa misma forma, ya que, en otro caso, no sería posible señalar ningún con­ cepto determinado de educción; por consiguiente la luz se educe verdadera6. Dubii enodatio.— Sed haec sententia nulla firma ratione nititur, et ideo dicendum est huiusmodi accidentia omnia educi de potentia subiectorum in quibus recipiuntur. Ita tenet Richard., In II, dist. 13, a. 2, q. 1 ; et Hervaeus., dist 18, q. 1, a. 2, et Quodl. VII, q. 20. Et probatur, quia hae qualitates fiunt ab agentibus naturalibus ; ergo non fiunt ex nihilo; ergo nor. fiunt ex praesupposito subiecto concurrente per suam namralem vim in genere causae materialis ad esse et fieri talium formarum ; ergo vere educuntut de potentia subiecti. Omnes enim aliae conditiones quae ad eductionem requiruntur sunt voluntarie confictae absque ulla ratione. Nam, quod forma accidentalis in instanti fiat, quid impedit eductionem? Nam etiam substantialis forma in instanti fit; so­ lum ergo inde sequitur dari posse eductio­ nem instantan'-am et successivam, sicut et mutationem. Nec refer! quod ad eductionem substantialis formae praecedat successiva alterano praevia, nam, ut supra ostendi, ra­

tio eductionis non consistit in habitudine ad praecedentem alterationem, sed in intrinseco modo et causalitate talis actionis. Unde quoad hoc per accidens est quod praevia alterarlo praecedat propter abiiciendam for­ mala contrariane Deinde gratis etiam dicitur esse necessarium ad eductionem quod forma habeat contrarium, cum hoc neces­ sarium non sit ad realem actionem et mu­ tationem ex praesupposito subiecto, quae in genere causae materialis concurrat ad esse et fieri ipsius qualintis. Et declaratur praeterea in firmine, quod contrarium non habet, nam illuminano talis est actio ut per earn non per se primo fiat forma luminis, sed illuminatum; unde ilia est quaedam acci­ dentalis generano, nam ibi concurrunt tria generationis principia quae in omnibus praedicamentis eadem sunt, proportione ser­ vata, teste Aristotele, X II Metaph. Omnls amena generano per quam fit seu comproducitur forma est eductio eiusdem formae, alioqui nulla certa ratio eductionis assignari

Disputación X V I.— Sección II

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m ente de la p o ten cia del sujeto, y el m ism o a rg u m en to vale respecto de las otras cualidades intencionales. ' 7. F in alm en te, cuando se dice q u e estas cualidades se p ro d u cen en el su­ jeto sin tran sm u tació n d el sujeto, cabe en te n d e r e sto de dos m aneras. L a p ri­ m era, absoluta y sim plem ente sin m u tació n alguna real, y este sentido es falso; pues al re cib ir realm en te algo y red u cirse d e la p o ten cia al acto, es preciso que cam bien d e algún m odo realm ente, esto es, q u e pasen de la carencia de algún ser a su posesión. H a y o tro m o d o de en te n d e rlo aplicando la tran sm u ­ tación co rru p tiv a , o sea aquella en q u e se da la p é rd id a d e alguna perfección o disposición p ro p ia y c o n n a tu ra l; y e n este se n tid o se dice con v e rd a d de estas form as q u e se p ro d u c e n en el sujeto sin tra n sm u ta c ió n d e éste. A hora bien, tal tran sm u tació n n ada tiene q u e v er con la edu cció n , cuyo concepto sólo se relaciona con la elim inación d e otra fo rm a cuando y en cu a n to es necesaria para la in tro d u cció n d e u n a d istin ta. M as si se p u ed e realizar la ind u cció n de u n a form a -sin c o rru p ció n o elim inación d e o tra , p a ra la educción no será necesaria tal tran sm u tació n , sino q u e bastará u n a m utación perfectiva. Y se explica de ésta m anera, p o rq u e en estos casos se d a v erd ad era in d u cció n de la form a en el sujeto, m as n o ind u cció n d e u n a fo rm a q u e sobrevenga de fu era — p o r va­ lerm e de las palabras de A ristóteles— , e sto es, n o se tra ta d e la m era unión de. una form a p re e x iste n te ; p o r consiguiente se da v erd ad era educción d e una form a, lá cual estaba co n ten id a en la p o ten cia n a tu ra l del sujeto y no p o d ía pro­ ducirse de o tra m anera. 8. Qué mutación está en contradicción con el cielo, y cuál no.— C o n esto q u e d a respondido al fu n d a m e n to de la sentencia c o n traria. P o r lo q u e respecta a la confirm ación, se niega q u e estas form as n o p u e d a n educirse de la potencia del cielo, ya q u e en la poten cia d e éste están co n ten id as ta n to ellas com o las m utaciones m ediante las cuales son p ro d u cid as n a tu ra lm e n te . N i está en contra­ dicción con el cielo cualquier m utación perfectiva o p ro d u ctiv a, sino sólo aq u e­ lla q u e dispone d e algún m odo para la co rru p ció n , o la q u e desencaja u n a rea­ lidad del estado co nnatural q u e le es debido. Y si el n o m b re de alteració n se extiende a la m utación in stan tán ea y p erfectiva, en to n ce s n o rep u g n a q u e se dé alteración en el cielo. Sin em bargo, d e acuerdo c o n el uso h ab itu al d e h ab lar.

poterit; ergo lumen vere educitur de potentia subiecti, et eadem ratio de aliis qualitatibus intentionalibus. 7. Tandem, curri dicuntur hae qualitates fieri in subiecto sine transmutatione subiecti, duobus modis idintelligi potest: primo, ab­ solute et simDliciter sine ulla mutatione rea­ li, et hic sensus est falsus; nam cum realiter aliouid recipiant et de potentia in ac­ tum reducantur, necesse est aliquo modo mutari realiter, id est, transire ex carentia alicuius esse ad habendum :llud. Alio modo intelligi potest de transmutatione corruptiva seu amissiva alicuius propriae et connaturalis perfectionis vel dispositionis ; et hoc modo vere dicuntur hae formae fieri in sub­ iecto sine transmutatione eius; sed talis transmutatio est impertinens ad eductionem, cuius ratio non consistit in abiectione alterius formae, nisi quando et quantum neces­ saria est ad inductionem alterius. Si autem possit fieri inductio formae sine corruptione vel abiectione alterius, non erit neces­ saria talis transmutatio ad eductionem, sed

sufficiet mutatio perfectiva. Quod declaratur in hunc modum, nam ibi est vera inductio formae in subiectum et non est inductio for­ mae advenientis de foris (ut Aristotelis ver­ bis utar), id est, non est mera unio praeexistentis formae; ergo est vera eductio for­ mae quae in naturali potentia subiecti continebatur et aliter fieri non poterai. 8. Ouae mutatio caelo repugnet, quae non.— Atque ex his responsum est ad fundamentum contrariae sententiae. Ad confirmationem autem negatur non posse has for­ mas educi de potentia caeli, nam in poten­ tia eius continentur tam ipsae, quam mutationes per quas naturaliter fiunt. Nec caelo repugnat omnis mutatio perfectiva aut productiva, sed illa tantum quae aliquo modo disponit ad corruptionem seu quae extrahit rem a connaturali statu sibi debito. Quod si nomen alterationis ad instantaneam et perfectivam mutadonem extendatur, sic non repugnat caelum alterari; usitato tamen mo­ re loquendi alterado non dicitur nisi suc3

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Disputaciones metafísicas

n o se d a el n o m b re d e alteración si n o es a la m utación sucesiva que tien d e a u n a cu alid ad p a rtie n d o de su contraria, y en este sentido se dice que el cielo es in a lte ra b le ; m as en ten d id o así el n o m b re d e alteración, la educción d e una cualidad tiene m ayor extensión q u e la alteración. Y lo q u e es m ás aún, añado q u e n o sólo estas cualidades corporales, sino tam bién las espirituales q u e se p ro d u c e n m ediante u n a acción p ro p ia d e m o d o n a tu ra l, se edu cen de la po ten ­ cia del sujeto, en el cual y d el cual se h acen. E sto, en efecto, es lo q u e pasa con el e n ten d im ien to agente, q u e n o crea las especies inteligibles, sino q u e las educe de la potencia d el en ten d im ien to posible, en cuya poten cia n atu ral están contenidas, y de la q u e d e p e n d e n e n .s u p roducción y en su s e r; p o r tan to , son educidas de ella al acto m ed ian te el p o d e r del entendim iento agente. Y p o r el m ism o m otivo los actos vitales, tan to d el en ten d im ien to com o de la v oluntad, n o sólo en los h o m b res sino tam b ién en los ángeles,- se p ro d u cen p o r educción, ya q u e antes estab an contenidos n o sólo en la potencia activa, sino tam bién en la receptiva de sus potencias propias, d e las que d e p en d en n atu ralm en te en su p ro d u cció n y en su ser. E sto s son, p u e s, los únicos elem entos que p ertenecen al co n cep to de la edu cció n , según explicarem os m ás am pliam ente en la d u d a si­ guiente.

Duda a propósito de las cualidades sobrenaturales 9. Parecer de algunos y su fundamento.— P uede d u d arse, en segundo lu­ gar, si tam b ién las form as so b renaturales, de las q u e dicen los teólogos que son esencialm ente infusas, se educen de la potencia del sujeto en el q u e son pro­ ducidas. A lgunos lo niegan en absoluto, p u esto que para estas form as no existe en el sujeto poten cia n a tu ra l; p o r tan to , n o p u ed en educirse de él. Y se con­ firm a, p u esto que nada se educe sino d e d onde está co n ten id o ; m as el alm a, p o r ejem plo, n o contiene, en m odo alguno la gracia en su sustan cia; luego no p u ede ser educida de ella. Y esta m ism a razó n vale para todas las cualidades sem ejantes. F in alm en te, éste es el m otivo de q u e algunos teólogos afirm en que la gracia y form as sem ejantes son c read as; otros, que son concreadas; y todos están de acuerdo al m enos e n afirm ar q u e son infundidas, de suerte que se dé a en te n d e r que advienen extrínsecam ente, p e ro n o son educidas. E m pero, au n q u e cessiva mutatio quae ad unam qualitatem tendit ex contraria, et hoc modo dicitur cae­ lum inalterabile; sic autem sumpto altera­ tions nomine, latius patet eductio qualitatis quam alteratio. Quin potius addo non solum has qualitares corporales, sed enam spiri­ tuales quae per propriam actionem fiunt modo naturali educi de potentia subiecti in quo et ex quo fiunt. Sic emm intellectus agens non creai species intelligibiles, sed educit eas de potentia intellectus possibilis, in cuius naturali potentia continentur et ab ea pendent in fieri et in esse; unde ex ea educuntur in actum per virtutem intellectus agentis. Et eadem ratione actus vitales tarn intellectus quam voluntatis, et in hominibus et in angelis, fiunt per eductionem; nam antea continebantur in potentia non tantum activa, sed etiam receptiva suarum potentiarum, a quibus naturaliter pendent in fieri et in esse;- haec autem solum sunt de ratione

eductionis, ut amplius in sequenti dubitatione confirmabimus. Dubium de qualitatibus supematuralibus 9. Aliquorum placitum el eorum fundamentum.— Secundo, dubitari potest an formae etiam supernaturales, quae a theologis dicuntur per se infusae, educantur de po­ tentia subiecti in quo fiunt. Quidam abso­ lute negant >, quia ad has formas non est in subiecto naturalis potentia, ergo non pos­ sum inde educi. Et confirmatur, nam nihil educitur nisi unde continetur; anima autem, exempli causa, nullo modo continet gratiam in sua substantia; ergo non potest inde educi. Et eadem ratio est de omnibus qua­ litatibus similibus. Tandem hac ratione aliqui theologi dicunt gratiarr. et similes for­ mas creari, alii concreari; omnes vero dicunt saltern infundi, ut extrinsecus advenire, non vero educi significent. Sed quamvis verum sit

1 Fonseca, lib. V Metaph., c. 1, q. 4; Conimbricens., lib. I Phys., c. 9, q. 12.

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sea verdad q u e la p ro d u cció n d e estas cualidades n o es u n a ed ucción n a tu ra l, se­ gún d em u estra n los arg u m en to s expuestos, con todo juzg o q u e n o reb asa los lím i'te s de la educción de la form a de la potencia d el sujeto, sino q u e m ás bien, igual que hay u n as cualidades de o rd e n n atu ral y otras de orden so b ren atu ral y am bas son v erdaderas cualidades, del m ism o m o d o en la educción d e la fo r­ m a accidental, h ay algunos casos q u e son del o rd e n n a tu ra l y otros d e l sobre­ n a tu ra l, pero en unos y otros se tra ta d e v erd ad era educción. 10. Explicación de la duda.:— P o r tan to , h ay q u e a firm a r sim plem ente que estas cualidades se p ro d u c e n p o r educción de la poten cia del sujeto, y así se expresan com únm ente los teólogos, sobre todo los m ás m odernos, c u a n d o tra ­ ta n d e la gracia y de la p ro d u cció n de los sacram entos, según hice n o ta r e n el I y I I I tom o d e la I I I p a rte . Y se p ru e b a con to d o s los arg u m en to s p ro p u esto s en la p rim e ra d u d a , ya q u e en estas form as tie n e n lugar todas las condiciones ie q u e rid a s para la educción y cu alq u ier clase de dep en d en cia, de cau salid ad y m o d o de realización. L a diferencia consiste ú n icam en te en q u e el sujeto n o con­ c u rre a. estas form as m ed ian te su p o ten cia n a tu ra l, q u e es u n a co n d ició n que re q u ie re n dichos au to res en el sujeto p a ra que se p u e d a d ecir q u e la fo rm a se educe de la potencia de él, cosa, sin em bargo, q u e n o p ru e b a n ; en co n secu en ­ cia, parece que añadieron esa condición ú n icam en te en ord en a ex clu ir estas form as, igual q u e p u e d e cu alquiera in v e n ta r o a ñ a d ir o tra condición d istin ta para excluir otras form as, y no h a b rá m anera d e establecer n ada e n firm e, si n o se determ ina u n co ncepto de ed ucción basado e n u n a razón gen eral y sóli­ da. A sí, pues, a u n q u e aquella condición sea n ecesaria p a ra la ed ucción n a tu ra l, n o lo es, sin em bargo, p a ra la ed ucción en te n d id a en absoluto, bajo la cual q u eda com prendida la educción so b ren atu ral, p a ra la q u e no se re q u ie re por p a rte del sujeto potencia n a tu ra l recep tiv a, sino q u e b asta la potencia o b e d ie n ­ cial.' E n efecto, ¿por q u é , igual que se d an cualidades n atu ra le s y so b re n a tu ra ­ les, intelecciones n atu rales y sobrenaturales, pro d u ccio n es n atu rales y sobrenarales, no se va a d a r ta m b ién u n a educción so b re n a tu ra l de u n su jeto p re su ­ puesto que sea d istin ta d e la n a tu ra l, ta n to p o r p a rte del p rincipio activo com o del pasivo, a u n q u e coincidan en el m o d o general d e educción? Se p ru e b a , fi­ nalm ente,- p o r esta razó n , p o rq u e la educción de la fo rm a se d istin g u e inm e-

productionem harum qualitatum non esse naturalem eductionem, ut argumenta facta probant, non tarnen censeo esse extra latitudinem eductionis formae de potentia subiecti, sed potius, sicut qualitas quaedam est naturalis ordinis,. alia supernaturalis, utraque tarnen est vera qualitas, ita ilia eductio for­ mae accidentalis, alia est naturalis ordinis, alia supernaturalis; utraque tarnen est vera eductio. ■10. Dubii explicatio.— Quapropter sim­ pliciter dicendum erit has qualitates fieri per eductionem de potentia subiecti, atque ita communiter loquuntur theologi, praesertim recentiores, tractantes de gratia et de effectione sacramentorum, ut notavi in I et III tom. III partis. Et probatur omnibus rationibus factis in priori dubitatione, nam omnes conditiones ad eductionem requisitae et omnis dependentia, causalitas ac modus effectionis in his formis reperiuntur. Solum est discrimen quia ad has formas non concurrit subiectum per naturalem potentiam, quam conditionem dicti auctores requirunt

in subiecto ut forma dicatur de illius poten­ tia educi; quod tarnen non probant; undo solum videtur illa conditio adiecta ad has formas excludendas, quomodo potest unusquisque aliam conditionem excogitare et adiungere ut alias formas excludat; et ita nihil erit firmum nisi aliqua ratio eductionis c>: generali aliqua et firma ratione stabiliatur. Ilia ergo conditio, quamvis sit necessaria ad eductionem naturalem, non vero ad educ­ tionem simpliciter, sub qua eductio super­ naturalis continetur, ad quam non requiritur ex parte subiecti potentia naturalis re­ ceptiva, sed obedientalis sufficit. Cur enim, sicut datur qualitas naturalis et super­ naturalis, ei intellectio naturalis et super­ naturalis, et effectio naturalis et superna­ turalis, ex praesupposito subiecto non dabitur edam eductio supernaturalis distincta a naturali, tarn ex parte principi! aerivi quam passivi, licet in generali modo educ­ tionis conveniant? Et declaratur tandem hac ratione, nam eductio formae immediate et

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Disputaciones metafísicas

diata y adecuadam ente de la creación de la form a en las cosas q u e se p ro d u cen m ed ian te u n a acción p ro p ia, y a que los filósofos llegaron al conocim iento de la educción de la fo rm a precisam ente p o r esto, p o rq u e se d iero n cuenta d e que las form as n o eran p ro d u c id a s p o r c reació n ; luego d an p o r supuesto que toda form a q u e se p ro d u ce m ed ian te una acción p ro p ia y n o es creada se ed u ce de la potencia del sujeto. Y tien en razón, p u e sto q u e lo que se crea, se hace de la nada, esto es, sin sujeto alguno y sin concurso d e causa m aterial, m ien tras q u e ser educido n o consiste m ás q u e en ser p ro d u cid o de u n sujeto con el re ­ ferido concurso y d ependencia e n la pro d u cció n y en el ser. 11. P u e d e n re sp o n d e r q u e la creación exige que se h aga sin n in g ú n suje­ to, o al m enos sin n in g u n a potencia n a tu ra l del sujeto, pero q u e no va contra el concepto de creación en cu an to tal el q u e la p ro d u cció n o realización d e la form a se h aga a p a rtir d e u n sujeto sólo según la 'p o te n c ia obediencial. E m ­ pero esto contradice al concepto d e creación ta l com o lo conciben y explican todos los doctores, a saber, q u e sea u n a p ro d u cció n de u n ente de la n a d a ; ya que la form a que d e cualquier m anera se pro d u ce de u n sujeto presu p u esto no p u ede decirse con verdad que se haga de la nada. P or eso Santo T o m ás y todos ¡os otros llegan a la conclusión de que la creación p ro p ia tiene siem pre por térm in o u n a re a lid a d su b sisten te, p u e sto q u e la fo rm a in h e re n te , p o r de­ pen d er de u n sujeto e n su producción y en su ser, no p u ede ser térm in o de creación. A dem ás, la acción m ed ian te la cual se p ro d u c e esa form a — bien sea educida de la potencia n atu ra l, bien de la potencia obediencial del sujeto— no tiene p o r térm ino esencial y p rim ariam en te a la fo rm a m ism a en sí, sino al com ­ puesto, o sea a lo q u e está inform ado por tal fo rm a en cuanto ta l; por. consi­ g u ien te, igual que lo q u e esencial y p rim ariam en te se p ro d u ce p o r la acción con la que se p ro d u c e el calor no es el calor m ism o sino lo caliente, m ien tras que el calor es p ro d u cid o c o n ju n tam en te o co p ro d u cid o , d el m ism o m odo lo que esencial y p rim ariam en te se p ro d u ce p o r la acción con la q u e se p ro d u ce la gracia n o es la gracia sino lo ag raciado; y esa acción, en cu an to tiene p o r té r­ m ino lo do tad o d e gracia, n o p u e d e ser creación, ya q u e la creación es la p ro ­ d ucción de la e n tid a d to ta l que existe en el térm in o p rim a rio d e tal acció n ; y m ed ian te dicha acción n o se pro d u ce la en tid a d to tal d el com puesto dotado de gracia, sino q u e solam ente es com pletado en el ser d e a g raciad o ; en conse-

adaequate condistinguitur a cren lume formae in his quae per propriam actionem fiunt; mde namque philosophi in cognitionem cductionis formae pervenerunt, quia intellexerunt formas non fieri per creationem; ergo supponimi omnem formam quae per propriam actionem fit et non creatur, educi de potentia subiecti. Et quidem merito, nam quod creatur fit ex nihilo, id est, ex nullo subiecto et absque concursu causae materia­ lise educi autem nihil aliud est quam fieri ex subiecto cum praedicto concursu et dependentia in fieri et in esse. 11. Sed respondere possunt creationem requirere ut sit ex nullo subiecto, vel saltern ex nulla potentia naturalis subiecti, non vero esse contra rationem creationis, ut sic, pro­ ducilo aut effectio formae ex subiecto secun­ dum potentiam tantum obedientialem. Sed hoc repugnat rationi creationis prout_ ab omnibus doctoribus concipitur et exponitur, nimirum quod sit producilo entis ex nihilo; nam forma quae fit ex praesupposito sub­

iecto quacumque ratione non potest vere dici fieri ex nihilo. Unde D. Thomas et omnes coiligunt creationem propriam sem­ per terminari ad rem subsistentem, quia forma inhaerens, cum ex subiecto pendeat in fieri et in esse, non potest terminare crea­ tionem. Praeterea, actio per quam fit talis forma (sive educatur ex potentia naturali, sive obedientiali subiecti) non terminatur per se primo ad ipsam formam in se, sed ad compositum scu informatun tali forma ut sic; ergo sicut quod per se primo fit per actionem qua fit calor non est ipse calor, sed calidum, calor autem confit seu comproducitur, ita quod per se primo fu per actionem qua fit gratia non est gratia, sed gratum; illa autem actio, prout termi­ natur ad gratum, non potest esse creatio, quia creatio est productio totius entitatis quae est in termino primario talis actionis; per illam autem actionem non fit tota entitas compositi grati, sed solum completur in esse grati; ergo ncque ilia actio, prout

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cuencia, tam poco aquella .acción, en cu a n to por ella es coproducida la gracia, puede tener razón de creación; y éste es el m otivo de q u e n o se cree n in g u n a form a que d e p en d a del sujeto en su p ro d u cció n , p u e sto q u e n o es p ro d u cid a esencial y p rim ariam en te, sino q u e es coproducida sin creación m ed ian te la ac ción con que se p ro d u ce el sujeto. F in alm en te, se explica esto desde u n p u n to de vista opuesto, ya q u e, cu an d o tal form a deja d e ser, n o se aniquila, p u esto que sólo cesa c o n ju n tam en te — p o r así decirlo— con la cesación del com puesto, el cual no es red u c id o a la nada. 12. Los accidentes sobrenaturales no son creados ni concreados.— Se ex­ plica ' una afirmación de San Agustín.— A sí, pu es, con esto q u eda suficiente1m ente dem ostrado, según m i opinión, q u e n o se d a creación' de estas cu alid a­ des sobrenaturales, si se p ro d u c e n con dependencia d el sujeto, aunque ésta te n ­ ga -lugar m ediante u n a p o ten cia receptiva o b ediencial; y de aq u í se concluye todavía con m ás claridad q u e n o se p u e d e decir q u e sean concreadas, hab lan d o con rig o r, en v irtu d de tal acción. E n efecto, aun q u e a veces se p ro d u zcan ju n ­ tam ente con la creación del sujeto y se afirm e de ellas entonces que son con­ creadas, esto, sin em bargo, les es accidental y les conviene sólo p o r d e n o m in a­ ción extrínseca; h ablando, em pero, en rig o r y en v irtu d de la p ro p ia acción ■mediante la cual son p ro d u cid as en el sujeto, no p u e d e n ser concreadas, puesto que. se dice de u n a form a q u e es concreada cuando el com puesto to ta l que consta d é dicha form a es creado ju n tam en te por la acción p o r la que es p ro d u ­ cida ella m ism a; m as el com puesto q u e consta d e sem ejante form a n o es crea­ do m ediante tal acción, p u esto que no es pro d u cid o absoluta y sim plem ente en cuanto ente, sino sólo en cu an to es tal com puesto c o n c re to ; luego no es p ro ­ du cid o de la n ad a, sino d e u n sujeto p re su p u e sto ; luego tam poco p u e d e d e­ cirse de estas cualidades q u e sean concreadas, a. n o ser q u e en sentido la to se tom e el nom bre de creación com o sinónim o de c u a lq u ie r realización o p ro d u c ­ ción tem poral. A sí, pu es, si estos accidentes n i son creados, n i son concreados', sólo queda que sean educidos, p o rq u e, com o dije, la educción está en oposición inm ediata con la creación d e la form a y constituye co n ella u n a división ade­ cuada. N i hace al caso el q u e a la pro d u cció n de estas form as se le llam e in fu ­ sió n ; pues sólo se le llam a d e esta su e rte para d a r a e n ten d e r que pro v ien en de una causa extrínseca y su p erio r y q u e no se ad q u ie re n m ediante u n a v irtu d

per illam comproducitur gratia, potest ha­ bere rationem creationis; hac enim de cau­ sa nulla forma pendens a subiecto in fieri creatur, quia non per se primo fit, sed confit per actionem qua producitur compo­ situm absque creatione. Quod tandem a contrario declarator, quia quando talis for­ ma desino non annihilatur, quia solum condesinit (ut ita dicam) ad desitionem com­ positi, quod non annihilatur. 12. Accidentia supematuralia non creantur nec concreantur.— Augustini dictum exponitur.— Ex his ergo satis (ut opinor) convincitur non creari has qualitates supernaturales, dutn fiunt dependenter a subiec­ to, etiamsi sit per potentiam receptivam obedientialem; et inde aperti us concluditur non posse dici concreari, per se loquendo et ex vi talis actionis. Nam, licet interdum fiant simnl cum creatione subiteti et tune concreari dicantur, tarnen id est per accidens et solum per extrinsecum denominationem ; loquendo tarnen per se et ex vi pro-

priae actionis per quam fiunt in subiecto, non possunt concreari; quia tune forma concreari dicitur quando per actionem qua ipsa comproducitur creatur totum compositum quod ex tali forma constat; sed compositum quod ex huiusmodi forma constat non creatur per illam actionem, quia non fit absolute et simpliciter in quantum ens, sed solum in quantum tale compositum; unde non fit ex nihilo, sed ex praesupposito subiecto; ergo ñeque huiusmodi qualitates possunt dici concreari, nisi late surname nomen creationis pro quacumque effectione seu temporali productione. Si ergo haec ac­ cidentia nec creantur nec concreantur, restat ut educantur; nam (ut dixi) eductio proxime opponitur creationi formae et adacquate, contra illam dividitur. Nec refert quod pro­ ducilo harum qualitatum vocetur infusio; solum enim ita vocata est ad significandum provenire ab extrínseca et superiori causa et non acquiri per intrinsecam virtutem et actionem, sicut soient acquisiti habitus com-

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y acción in trín seca, tal com o suele llegarse a la posesión de los hábitos ad q u i­ ridos. M as esa infusión n o se realiza sin d ep en d en cia del sujeto en su p ro d u c ­ ció n y en su ser, n i h a d e concebírsela tam poco com o la infusión d el agua en u n vaso, sino com o la in fu sió n de la lu z en 'el aire, no q u ed an d o , consecuente­ m en te, tal infusión fu era del ám bito de la educción. D e esta suerte se ha d ad o resp u esta satisfactoria a los m otivos de la sentencia c o n traria y se h a explicado el m odo d e h a b la r d e los teólogos. N i hay obstáculo en conceder q u e la gracia está con ten id a en la p o ten cia obediencial d el alm a, ya q u e estar contenido en u n a potencia obediencial n o es m ás q u e lo, q u e d ijo S an A g u s tín : poder tener la fe es propio de la naturaleza de los hombres. P o r eso se dice tam bién con to d a razón q u e la gracia se educe de la p o ten cia obediencial del alm a, puesto q u e n o es ap ta p o r su n atu raleza p a ra ser p ro d u cid a p o r sí, sino con d e p e n ­ d en cia del alm a o d e o tra n atu raleza q u e posea u n a capacidad sem ejante.

Corolarios de la doctrina anteñor 13. P o r lo dicho se co m p ren d e, en p rim e r lu g ar, q u e u n a form a accidental p ro d u cid a en u n sujeto so b ren atu ralm en te sólo en cu an to al m odo, m as no en c u a n to al térm in o , con m u c h a m ás razó n es p ro d u cid a p o r educción q u e n o p o r creación. T en em o s ejem plos en la poten cia visiva re stitu id a a u n ciego p o r in terv en ció n divina, y en la salud q u e se o b tien e m ilagrosam ente sin o rd e n o disposición de las causas natu rales. E n efecto, a u n q u e el m odo de realizarse sea so b re n a tu ra l, sin em b arg o la form a q u e se p ro d u c e es n a tu ra l, y se recibe en el sujeto según su poten cia y capacidad n a tu ra l, d ep en d ie n d o de él en su ser y en su p ro d u cció n , in clu so atendiendo al m o d o concreto com o se p ro d u c e ; en efecto, esa acción, a u n q u e sea m ilagrosa en cu an to a los otros elem entos, a te n d ien d o a la d ep en d en cia del sujeto se p ro d u c e d e u n m odo n atu ral y es p o r fo m ism o u n a verdadera educción. P o r tan to , p u e d e aplicarse esto a la educción d e la form a sustancial c u an d o sucede que p o r p a rte del agente se realiza d e u n m o d o m ilagroso m ediante u n a tran sm u tació n sú b ita y e x trao rd in aria, com o c u an ­ d o C risto convirtió el agua en v in o ; efectivam ente, aquel m odo m ilagroso no excluyó la verdadera razó n de educción p o r la causa dicha. L o m ism o h ab ría q u e decir de la acción p o r la que D ios resucitase y diese vida al cadáver d e un

terminum, multo magis fieri oer eductionem et non per creationem. Exempla sunt de potentia visiva quae caeco divinitus restituitur, et de sanitate quae miraculose fit abs­ que ordine vel dispositione naturalium causarum. In his enim, licet modus agendi sit supernaturalis, tamen forma quae fit naturalis est et in subiecto recipitur secundum potentiam et capacitatem naturalem et ab ilio pender in esse et in fieri, etiam prout tali modo fit, nam illa actio, etiamsi quoad alia sit miraculosa, quoad dependentiam vero a subiecto fit modo connaturali, et ideo vera est eductio. Unde hoc extendi potest ad eductionem formae substantialis, quando ex parte agentis contingit fieri miraculoso modo per subitam et extraordmariam transmutationem, ut cum Chrbtus convertit Corollaria e superiori doctrina aquam in vinum; nam file modus miracu13. Ex dictis intelligitur, primo, formam iosus non exclusit veram rationem eductio­ accidentalem supernatural iter factam in sub­ nis, prooter causam dictam. Idemque esset iecto quoad modum tantum et non quoad de actione qua Deus excitaret et vivificarci

parari. Non fit autem illa infusio sine dependentia a subiecto in fieri et in esse; neque enim cogitanda est sicut infusio aquae in vas, see sicut infusio luminis in aerem; et ideo talis infusio non est extra latitudinem eductionis. Atque ita satisfactum est motivis contrariae sententiae et explicatus modus loquendi theologorum. Nec est in­ conveniens concedere gratiam contineri in potentia obedientiali animae; nam contineri in obedientiali potentia nihil aliud est quam quod Augustinus dixit: Posse habere fidem, naturae est hominum. Et ideo optime etiam dicitur gratia ex potentia obedientiali animae educi, quia non est nata per se fieri, sed dependenter ab anima vel alia natura habente similem capacitatem.

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caballo o d e n a león, puesto q u e d ich a acción se realizaría tam b ién m ed ian te educción,, com o se p ru eb a p o r el m ism o argum ento. ' 14. Se infiere, en segundo lugar, d e lo dicho q u e to d a form a accidental propia, s i . se hace m ediante u n a acción p ro p ia y d e m o d o connatural aten d ien ­ do a su térm ino, se educe siem pre d e la potencia d e l sujeto. E sto es evidente por lo dicho. E n p rim e r lu g a r, p o r in ducción, p u e sto que así se realiza ta n to la form a so brenatural com o la n a tu ra l; p o r tan to así se realiza cualquier form a. E n segundo lu g ar p o r la razón, p u esto q u e to d a form a accidental p o r su na. tm aleza depende d el sujeto com o de causa m aterial en su pro d u cció n y en su ser, y esto es lo único q u e se req u iere para la edu cció n , según se dem ostró. P o r eso dije si se hace de modo natural atendiendo a su término; p u e sto que si D ios produjese . u n accidente fuera de to d o suieto (y lo p u ed e hacer igual que p u ede conservarlo), ese accidente n o sería p ro d u cid o p o r educción, sino por creación, pues sería p ro d u cid o a m odo de realidad su b sisten te sin d ependencia de causa m aterial, siendo así p ro d u cid o de la n a d a ; sin em bargo, ese m o d o de producción no p u ed e ser connatural a u n a form a accidental, igual q u e n o p u ed e serle connatural existir fuera de su sujeto. 15. D ije tam b ién si se hace mediante una acción propia, para ex clu ir las form as accidentales q u e se concrean o generan ju n ta m e n te con sus sujetos, las cuales, bien atendiendo a la realidad m ism a, bien al m enos al m odo d e h ab lar, m erecen especial consideración. E n efecto, de dos m odos p u ed e suceder q u e una form a accidental sea coproducida m ediante la p ro d u cció n del suieto. El p rim ero es p o r la sola concom itancia en la d uración, roas p o r u n a acción com ­ pletam ente distin ta d e la acción p o r la q u e se p ro d u ce el sujeto, sin q u e la una resulte n atu ralm en te de la otra, del m odo que se dice q u e la gracia fue concreada con los ángeles o la lu z con el aire, si es q u e recibe la lu z en el m ism o instante en que es cread o ; en estos casos la acción p ro d u c tiv a de la form a ac­ cidental en cuanto a la realidad m ism a es una v erd ad era educción com pleta­ m ente idéntica p o r n atu raleza con aquella q u e se realiza p o steriorm ente en el tiem po, s e rá n a fortiori es evidente p o r lo dicho a n tes sobre la educción d e la form a sustancial. A su vez, en cuanto al m odo d e h a b la r, recibe o tra d en o ­ m inación extrínseca a causa d e la concom itancia de las acciones, según se ex-

cadaver equi aut leonis, nam t!!a aedo etiam fieret per eductionem, ut eadrm ratio probat. 14. Secundo collisirur ex dictis oranera pronriam fotmam accidentalem, si per propriam actionem fiat et modo connaturali quoad tcrminum, educi semper de porcntia subiecti. Hoc patet ex dictis. Primo inductione, quia tam supernàturalis quam naturalis forma ita fìr; erra quaelìbet. Secundo ratione, quia omnis forma accidentalis a l ­ tura sua pendei in fieri et :n esse a subiecto ut a materiali causa; et hoc tantum requiritur ad eductionem. ut ostensum est. Et ideo disi si connaturali modo fiat quoad terminum; nam si Deus produceret accidens extra otnne subiectum (aeaue enirr. id potest facete sicut conservare illud), tale accidens non fieret per eductionem, sed per creationeni; fieret enim ad modum rei subsistentis, sine deoendentia a materiali causa, ataue ita ex nibilo; tamen file modus productionis non potest esse connaturaiis formae ac-

cidentali, sicut non potest illi esse connatu­ rale esse extra subiectum. 15. Dixi etiam si per propnam actionem fiat, ut exduderem formas accidentales quae concreantur vel congenerantur cult, suis subiectis, de quibus, vel quoad rem ipsam vel. saltern quoad modum loquendi, peculiaris est ratio. Duobus enim modis contingit ac­ cidentalem formano comproduci per subiecti productionem. Primus est per sclam concomitantiam in duratione, tamen per propriam actionem omnino diversam ab actione qua producitur subiectum, absque naturali resultantia unius ab alia, quo modo dicitur concreata gratia angelis, vel lumen aeri, si in eodem instanti in quo creatur, illuminetur, et tunc actio productiva formae acci­ dentalis quoad rem ipsam vera est eductio omnino eiusdem rationis cum illa quae fit posterius tempore, ut a fortiori constat ex dictis supra de eductione formae substan­ t i a l . Ouoad modum autem loquendi accipit aliato denominationem extrinsecam, propter concomitantiam actionum, ut decla-

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plicó. E l segundo m o d o d e coproducción d e la form a accidental en un sujeto se d ebe a la resultancia n a tu ra l, cual es la q u e existe e n tre u n a p ro p ied ad in ­ trínseca y la form a sustancial o la esencia. Y en este caso se dice con m ás p ro ­ p ied ad q u e la form a accidental es copro d u cid a con' la p ro d u cció n d e su su je to ; e igual q u e aquella co p roducción no se realiza sin cie rta actividad de la esen­ cia sobre su p ro p ied ad , d el m ism o m odo n o se p ro d u c e sin q u e se dé cier­ ta ed ucción de esa m ism a p ro p ied ad de la potencia d el sujeto en que se re ­ cibe, ya q u e dicha actividad, considerada precisivam ente com o d istin ta de la producción d e la sustancia m ism a, d ep en d e esencialm ente del sujeto en el gé­ nero de causa m aterial. M as, igual q u e 'a esa actividad n o se la juzga com o una acción p ro p ia y esencial p o r ser p o r su n atu raleza u n a consecuencia y resu ltad o d el té rm in o de la o tra acción, siendo éste el m odo p ro p io y co nnatural d e tal actividad, d el m ism o m odo n o se juzga q u e se tra te d e u n a educción p ro p ia , p u esto q u e p o r educción considerada e n absoluto entendem os u n a acción que se ordena esencial y p rim a ria m e n te a p ro d u c ir algo d e u n sujeto p re su p u e sto ; y esta diferencia tien e m ás que ver con el m odo d e h a b la r q u e con la realidad m ism a, según co n stará m ás m anifiestam ente p o r lo q u e luego se d irá sobre la causa eficiente. 16. Cualquier modo accidental de cualquier clase es educido de la potencia del sujeto.— E n te rc e r lu g ar, se ded u ce d e lo dicho q u e todo m odo accidental, ya sea n a tu ra l, ya so b ren atu ral, de igual m o d o q u e p artic ip a d e la n atu raleza de la form a, d e la m ism a m an era debe p ro d u c irse p o r educción, sobre to d o si se hace m ed ian te u n a acción p ro p iam en te tal. E sto , h ab lan d o en general, es evi­ d en te, ya q u e dicho m o d o depende esencialm ente d el sujeto e n su producción y en su ser, hasta ta l p u n to q u e n i p o r p o ten cia ab so lu ta de D ios p u ede p ro ­ d u cirse fu era del su jeto , dato en que ■rebasa los lím ites d e la e n tid a d acciden­ tal, según se d em o stró antes, de lo q u e re su lta q u e n u n c a p u ed e p ro d u cirse m ediante u n a creación p ro p ia ; p o r ta n to , si es p ro d u cid o p o r sí, es m en ester que sea p ro d u cid o a m odo d e educción. E sto es m anifiesto sobre to d o en el pred icam en to «donde», el cual consiste e n u n m odo accidental y al que se o r­ d ena esencialm ente el m ovim iento local, según se d esp ren d e d e la d o c trin a co­ m ú n en el Iib. I d e la Física; m as com o ese m ovim iento es p ro d u c id o p o r u n

ratum est. Secundus modus comproductionis formae accidentalis subiecto est propter naturalem resultantiam, qualis est inter proprietatem intrinsecam et substantialem for­ mant seu essentiam. Et tunc proprius dicitur forma accidentalis comproduci ad productionem sui subiecti; sicut autem ilia comproductio non fit sine aliquali activitate essentiae in proprietatem suam, ita non fit sine aliquali eductione eiusdem proprietatis a potentia subiecti in quo recipitur, quia ilia activitas praecise considerata ut condistincta a productione ipsius substantiae, essentialiter pendei a subiecto in genere causae materialis. At vero, sicut ilia activitas non censetur propria et per se actio, quia na­ tura sua consequitur et résultat a termino alterius actionis, et hic est modus proprius et connaturalis talis activitatis, ita illa non censetur propria eductio, quia per eductionem absolute dictam intelligimus actionem quae per se primo tendit ad agendum aliquid ex praesupposito subiecto; quae etiam

differentia magis ad modum loquendi quam ad rem spectat, ut apertius constabit ex in­ fra dicendis de causa efficienti. 16. Quivis modus accidentalis cuiusvis conditionis educitur de potentia subiecti.— Tertio colligitur ex dictis omnem modum accidentalem, sive naturalem sive supernaturalem, sicut participat rationem formae, ita fieri per eductionem, maxime si per propriam actionem fìat. Hoc patet in genere loquendo, quia talis modus essentialiter pen­ dei in fieri et in esse a subiecto, adeo ut nec per potentiam Dei absolutam possit extra subiectum fieri, in quo excedit acci­ dentalem entitatem, ut supra ostensum est, quo fit ut nunquam possit fieri per propriam creationem; quare, si per se fit, per modum eductionis fieri necesse est. Et hoc maxime patet in praedicamento Ubi, quod consistit in modo quodam accidentali, et ad illud est per se motus localis, ut constat ex communi dottrina in I Phps.; illa autem motio, cum ab agente naturali fiat, per mo-

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agente n atu ral, se realiza p o r m odo de educción, ya q u e es p ro d u cid o d e u n sujeto presu p u esto y con dependencia intrínseca de é l; m as hem os d ic h o antes que estos m odos p articip an im perfectam ente de la n atu raleza de la fo rm a, y, p o r tanto, tam b ién p a rticip an im perfectam ente de la n a tu raleza de la educción, no ciertam ente desde el p u n to de vista de la d ep en d en cia d e la m ateria, la cual m ás bien es la m ayor que p u ed e darse, sino p o r p a rte d e la realidad educida, la cual es una form a im perfecta. D e a q u í se p u ed e in ferir q u e d e aquéllos m o­ dos que no po seen la razón propia de form a n o se d ice, si no es m u y im p ro ­ piam ente, que p u e d e n ser edu cid o s; p o r ejem plo, n o será ta n propio afirm ar del m ovim iento local que se educe de la potencia del sujeto, com o afirm arlo de su térm ino, ya q u e el m ovim iento n o es p ro p iam en te u n a form a del sujeto, sino el cam ino p a ra la form a. P o r eso p ro p iam en te n o es e d u cid o , sino q u e es la educción m ism a; m as d e igual m anera q u e no se p ro d u c e p ro p iam en te la ac­ ción, tam poco se educe la educción, a no ser q u e se diga hablando e n sentido lato que se educe p o r sí m ism a, al igual q u e se dice q u e la acción se p ro d u ce p o r s í m ism a. Y éste es el juicio que se ha de d a r d e los m odos accidentales, los cuales no son producidos de por sí, sino que re su lta n u n a vez p u esto s o tro s; de este tipo son las relaciones que resu lta n u n a vez establecidos el fu n d a m e n to y el térm ino, si es q u e suponem os q u e tales relaciones son m odos realm en te distintos de su fu n d a m e n to ; efectivam ente, d el m ism o m o d o q u e son pro­ ducidas, se p ro d u cen con dependencia d el sujeto, y en este sentido son educi­ das de la potencia d e é ste ; sin em bargo, p o r no ser hechas m ediante u n a ac­ ción propia, sino p o r ser ú n icam en te u n resu ltad o , p o r eso p ro p iam en te n o se tra ta de una educción, sino q u e valiéndose de su n o m b re p ro p io , debe llam ár­ sele resultancia.

Solución de la duda a propósito de las formas artificiales 17. C on esto, finalm ente, se llega a la solución d e u n a d u d a c o rrie n te a propósito de las form as artificiales: a v e r si se e d u cen de la potencia del sujeto. E n efecto, algunos lo niegan en absoluto, puesto q u e el sujeto de estas form as no está en potencia n a tu ra l-p a ra ellas, sino en p o ten cia obediencial resp ecto del arte hum ano. E m pero este arg u m en to apenas es óbice, p u esto que ya se d e ­ m ostró que una form a se educe verdaderam ente d e la potencia obediencial. E n

dum eductionis fit, nam ex praesupposito subiecto et cum intrinseca dependentia ab ilio efficitur. Diximus autem supra lios modos imperfecte participate rationem iormae, et ideo imperfecte etiam participant ratio­ nem eductionis, non quidem ex parte dependentiae materiae, quae potius est maxi­ ma, sed ex parte rei eductae, quae est im­ perfecta forma. Ex quo licet colligere illos modos qui non induunt propriam rationem formarumj nonnisi impropriissime dici posse educi; ut, verbi gratia, motus localis non tam proprie dicetur educi de potentia sub­ iteti sicut terminus eius, quia motus non est propria forma subiecti, sed via ad formam. Et ideo non proprie educitur, sed est ipsa eductio. At vero, sicut actio non pro­ prie fit, ita neque eductio educitur, nisi lato modo loquendo dicatur seipsa educi, sicut actio dicitur seipsa fieri. Atque idem fere iudicium est de modis accidentalibus, qui

non per se fiunt, sed resultant positis aliis ; quales sunt relationes resultantes positis fun­ damento et termino, si supponamus huiusmodi relationes esse modos ex natura rei distinctos a suo fundamento; nani eo modo quo fiunt, dependenter a subiecto fiunt, at­ que ita educuntur de potentia eius; tamen, quia non per propriam actionem fiunt, sed solum resultant, ideo non est illa proprie eductio, sed proprio nomine appellatur resuitantia. Expeditur dubium de jormis artifìcialibus 17. Denique hinc expeditur frequens du­ bium de formis artifìcialibus, an educantur de potentia subiecti. Quidam enim absolute negant, quia subiectum harum formarum non est in potentia naturali ad illas, sed obediential: respectu artis humanae. Haec tamen ratio parum obstat, quia iam ostensum est vere educi formato de potentia

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segundo lu g a r, p o rq u e esa potencia obediencial no reb asa los lím ites d e la potencia n a tu ra l, esto es, d e la q u e p u e d e ser red u cid a al acto p o r u n agente d e ord en n a tu ra l, ya se tra te d e u n acto n a tu ra lm e n te d eb id o á dicha p o tencia, ya no. P o r' eso, cu an d o el h o m b re realiza u n a form a de este tip o , la p ro d u ce realm en te m ed ian te su v irtu d m otiva n a tu ra l, a u n q u e n o la m uéva por su vo­ lu n ta d y la dirija p o r arte. P o r eso acontece q u e a veces u n a form a o figura sem ejante son p ro d u cid as casualm ente o en v irtu d del concurso d e m uchas cau­ sas p o r u n agente n a tu ra l. T e rc e ro , p o rq u e , en o tro caso, en e l m ovim iento d e u n a p ied ra arro jad a p o r e l h o m b re hacia a rrib a , el «donde» q u e tiene por té r­ m ino no se ed u ciría d e la potencia d e l su je to , ya q u e ta m b ié n de la p ied ra se p u ed e d ecir q u e está ú n icam en te en poten cia obediencial resp ecto d e dicho m o­ v im ie n to ; m ás a ú n , en cie rto m odo se tra ta d e u n a poten cia m en o r, p o r ser violento d ic h o m o v im ep to ; em pero el consiguiente es falso, p u esto q u e el en ­ friam ien to del agua, a u n q u e sea violento, se realiza p o r ed u c c ió n ; así, pues, a u n ­ q u e esté en co ntradicción con la form a, h a y capacidad n a tu ra l p o r p arte d e la m a te ria ; y esto es lo q u e sucede en la p ie d ra respecto del m ovim iento hacia arrib a . Y el que tal m o v im ien to le sea im p reso p o r u n agente lib re o n a tu ra !, n ad a tien e q u e ver con la educción. 18. P o r eso otros defienden en ab so lu to q u e las form as artificiales se e d u ­ c e n d e la p o ten cia d el sujeto p o r las razones dichas. M i o p in ió n , en cam bio, e s q u e d e estas form as se d eb e d a r el m ism o juicio q u e se h a d a d o de los o tro s m odos que se p ro d u c e n p o r resultancia. E n efecto, estas form as artificiales sólo son ciertos m odos accidentales, según antes se dijo, y n o hay u n a acción física qUe se ord en e esencialm ente a ella s; p u e s a u n q u e la in ten ció n d el artífice las ten g a p o r fin esencial y dirija, p o r esto, d e tal m o d o su acción m ed ian te el a r t e q u e lleg u e a in fu n d ir la fo rm a p re te n d id a , c o n to d o , la acción m ism a m e ­ d ia n te la c u a l realiza su in ten ció n n o tiene a dicha form a p o r té rm in o esencial e in m ed iato , sino alg ú n o tro m odo d el q u e dich a form a resu lta. E n efecto, es­ ta s form as se p ro d u c e n siem p re m ed ian te m o vim iento local, el cu al tiene p o r té rm in o próxim o u n «donde», y d e él re su lta n las diversas figuras d e los ob­ jetos artificiales, b ie n p o r corte y división d e p a rte s, b ie n p o r com posición y disp o sició n o rd en ad a d e ellas, y p o r eso e n la realización de estas form as n o se d a educción p ro p ia , sino sólo la q u e p u e d e h a b e r en u n a resu ltan c ia n a tu ra l.

obcdientiali. Secundo, quia ilia potentia obedientialis non _est extra latituainem potentiae naturalis, id est, quae ab agente ordinis naturalis reduci potest in actum, 6tve tabs actus sit naturaliter debitus tali potentiae sive non. Unde, quando homo efficit talem formam, revera efficit illam per virtutem motivam naturalem; quamvis earn moveat per voluntatem et dirigat per artem, Quare interdum contingit simiiem formam vel figu­ rarti ab agente naturali fieri casu seu ex concursu plurium causarum. Tertio, quia alias in motu Iapidis sursum proiecti ab homine, Ubi ad quod terminatur non educeretur de potentia subiecti,_ quia etiam la­ pis dici potest esse tantum in potentia obedientiali respectu talis motus ; _immo quodammodo est minor illa potentia, quia mo­ tus ille violentus est; consequens autem est falsum, quia frigefactio aquae, etiamsi sit violenta, fit per eductionem; quamvis enim repugnet formae, ex parte materne est na­ turalis capacitasi sic autem est in lapide

respectu motus sursum. Quod autem ille motus imprimatur ab agente libero vel na­ turali nil refert ad eductionem. 18. Quapropter alii absolute docent for­ mas artificiales educi de potentia subiecti propter rationes dictas. Ego vero censeo idem esse iudicium de his fotmis quod de aliis modis qui per resultantkm fiunt; nam hae formae artificiales solum sunt modi qui­ dam accidentales, ut supra dictum est, et ad illas non est per se actio pbysica ; quam­ vis enim intendo artificis ad illas per se tendat, et ideo tali modo dirlgat per artem actionem suam, ut formam intentam indu­ ca!, tamen actio ipsa, per quam exsequitur intentionem suam, non terminatur per se et immediate ad talem formam, sed ad aliquem aiium modum ex quo talis forma re­ sultar. Semper enim hae formae fiunt per motionem Iocalem, quae proxime terminatur ad Ubi, et inde resultant varile figurae artefactorum, vel per incisionem et divisionem partium, vel per compositìonem et ordina-

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M as deduzco d e a q u í q u e esto n o es característico d e dichas form as p o r e l he­ cho d e se r p ro d u cid as p o r arte , sino q u e es co m ú n a todas las figuras, a u n q u e sean p roducidas p o r u n a acción m eram en te n a tu ra l; e n efecto, siem pre son p ro ­ ducidas p o r sola resultancia o d e la p ro d u cció n , o d el enrarecim iento, o d e la condensación y situación d e la cantidad.

turn situm earum, et ideo in effectione harum formarum non est propria eductio, sed qualis in naturali resultantia esse potest. Hinc vero colligo hoc non esse proprium harum' formarum eo quod per artem fiant,

sed commune est omnibus figuris, etiamsi per actionem mere naturalem efficiantur; semper enim fiunt per solam resultantiam, vel ad productionem vel ad rarefactionem, densationem aut Situationen! quantitatis.

DISPUTACION XVII LA CAUSA EFICIENTE EN GENERAL

RESUMEN Comienza con una introducción que encuadra la disputación en el tratado .general de las causas y propone las dos partes que abarcará el desarrollo de la misma: 1. Concepto de causa eficiente (Sec. 1). II. Clases de causa eficiente (Sec. 2). SECCIÓN

I

Propuesta y explicada la definición de Aristóteles (1), limita su sentido a la causa eficiente (2), excluyendo con especial cuidado la causa final (3). Expone cómo conviene, dicha definición a la causa primera y a la segunda (4), y cierra la sección rechazando la acusación de los que censuran dicha definición por creer que con ella se incurre en el defecto de incluir lo definido en la defini­ ción (5-6) SECCIÓN

ii

Dada la multitud, de causas a las que aplicamos el calificativo de eficientes, se impone la división de éstas (1). La primera es en causa esencial —de la que depende verdaderamente, el efecto— , y causa accidental, ya por parte de la causa misma, ya por parte del efecto (2). Resuelta una duda sobre la atribución de la causalidad al. supuesto (3), considera en especial la causa accidental por parte del efecto (4), y discute si las condiciones pueden considerarse como causas ac­ cidentales (5). La segunda división es en causa física y causa moral (6). La cuarta división, extensamente expuesta, es en causa principal y causa instrumen­ tal, de las que nos ofrece hasta cuatro definiciones y explicaciones (7-15), para acabar proponiendo su propia doctrina sobre los dos miembros de esta divi­ sión (15-18), y concretamente sobre el sentido en que se afirma que el instru­ mento obra en virtud del agente principal (19). Añade aún otras dos divisiones de la causa eficiente: en primera y segunda (20), y en unívoca y equívoca (21). Termina la disputación considerando las dos clases de instrumento que pue­ den darse: unido y separado (22).

DISPUTACION XVII LA CAUSA EFICIENTE EN GENERAL

Después del estudio de las causas material y form al, que son intrínsecas, corresponde hablar de las causas extrínsecas, que son la final y la eficiente; y aunque entre éstas se tenga a la final por primera y más noble, sin embargo la causalidad de la causa eficiente no es más conocida, y por ello se comen­ zará por el estudio de ésta. Em pero no es necesario preguntarse si existe esta causa, ya porque esto quedó suficientemente probado antes al tratar del número de las causas; ya también porque no hay nada más evidente y notorio por la experiencia; en efecto, las transmutaciones y generaciones de que tenemos ex­ periencia no pueden realizarse si no es por obra de algún eficiente que sea la causa de la transmutación y del efecto; pues nada puede hacerse pasar a sí mismo del no ser al ser. Así, pues, dando por supuesto que existe en la rea­ lidad este género de causa, hay que ver cuál es su concepto y en qué consiste su causalidad, y cuáles son los requisitos para que pueda causar. M as, puesto que en este género hay muchas especies y modos de causas, por ello comen­ zaremos por explicar en general en qué consiste esta causa y cuántos miembros se contienen bajo ella, y qué es lo que todos tienen de común. Luego nos ocu­ paremos de cada una de las especies de causas eficientes y de cada uno de los diversos modos de causar propios de las mismas, en la medida en que veamos que es conveniente para una explicación completa de esta materia. DISPUTATICI XVII .

De

causa e f f ic ie n t i in

com muni

Post considerationem materialis et formalis causae, quae intrinsecae sunt, dicendum sequitur de causis exirinsecis, quae sunt finalis et efficiens; inter quas, licet finalis censeatur prior et nobilior, tarnen effidentis causalitas est nobis notior, et ideo de illa dicendum prius est. Non est autem necessarium quaerere an haec causa sit, tura quia hoc satis probatum est supra, rractando de numero causarum, turn etiam quia nihil est evidentius et notius experientia; nam transmutationes et generationes quas experimur fieri non possunt nisi ab aliquo efficienti,

quod sit causa et transmutationis et effectus; nihil enim potest seipsum de non esse ad esse transferre. Supposito igitur in rerum natura hoc genere causae, videndum est quid sit et in quo consistât causalitas eius, et quid requirat ut causare valeat. Quia vero in hoc genere muîtae sunt causarum species ac modi, ideo prius in communi declarabimus quid sit haec causa et quoi membra sub se contineat, quidque omnibus illis com­ mune sit. Postea vero de singulis causarum efficientium speciebus et variis earum causandi modis sigillatim disseremus, quantum pro huius materiae complementc expedire censebimus.

D isputaciones m etafísicas

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S E C C IO N N

o c ió n

de

P R IM E R A

cau sa

e f ic ie n t e

1. D efinición de A ristóteles .— C uál es el género en ella .— Aristóteles en el lib. V de la M etafísica, c. 2, y en el li’o. II de la F ísica, c. 3, define la causa eficiente en general diciendo que es aquello de donde proviene el Pri­ m er principio del cam bio o de la quietud. Esta definición necesita de prolijas interpretaciones y aclaraciones a fin de que pueda reducirse a su verdadero sen­ tido, de manera que comprenda a cualquier causa eficiente y explique la cau­ salidad propia de la misma. Porque, en primer lugar, parece que en ella no hay nada que se ponga en el lugar de! género, ya que esa partícula de donde, que es la única que pone Aristóteles, no sólo se usa impropiamente en el lugar del género, sino que también es muy equívoca; pues también del tiempo y del lu­ gar se puede afirmar que es aquello de donde proviene el movimenío. Por eso, parece que en el lugar del género hay que sobreentender principio esencial; y para no incurrir en falacia diciendo que la causa eficiente es un principio esen­ cial de donde procede el primer principio del movimiento, habrá que decir que la causa eficiente es un principio esencial del .que primariamente proviene o par el que se produce la mutación; y de esta suerte resulta que la descrip­ ción de Aristóteles contiene virtualmente este género mediante el cual puede definirse la causa eficiente. 2. M odo de adaptarla a lo definido solo .— M as entonces surge una segun­ da dificultad, ya que esta definición así explicada conviene igualmente a otras causas, pues la materia en su género es principio esencial del movimiento y de la quietud. N i basta con que se diga que queda excluida mediante aquella par­ tícula prim ariam ente, porque, aunque mediante esa partícula pudiera excluirse la causa formal — pues en realidad ésta no es principio primero del movimien­ to, sino que es más bien su término, razón por la que decíamos en las páginas anteriores que la forma no es propiamente causa de la generación, sino de la SECTIO PRIMA Q u id causa e f f i c i e n s s it

1. D ejinitio Aristotelica .— Q uod in ea genus. — Aristoteles, V Metaph., c. 2, et II Phys., c. 3, causam efficientem in com­ muni definit dicens esse id unde prim um p rincipium est m utationis aut quietis. Quae definitio multa interpretatione et additione indiget ut ad verum sensum reducatur, ita ut omnem causam efficientem comprehendat et eius propriam causalitatem declaret. Nam imprimis nihil in ea esse videtur quod loco generis constituntur, 'nam ilia particula unde, quam solam Aristoteles ponit, et im­ proprie ponitur loco.generis et valdè aequi­ voca est; nam et tempus et locus dici potest esse id unde incipit motus. Quare subintelligendura videtur loco generis principium p er se; ne autem videatur commini nugatio dicendo causam efficientem esse principium per se unde est primum principium motus, dicendum erit causam efficientem esse prin­ cipium per se a quo primo est aut fit mutatio; atque ita fit ut descriptio Aristotelis

virtute contineat hoc genus per quod potest causa efficiens definiri. 2. Qualiter ad solum definitum adaptetur. — Sed tunc oritur secunda difficuitas, quia definitio sic exposita edam convenit aliis causis, nam materia in suo genere est principium per se mutationis et quietis. Nec satis est si dicatur excludi per illam particulam prim o, quia, licet per illam particulam possit excludi causa formalis (nam revera illa non est primum principium mutationis, sed potius est terminus eius, propter quod dicebamus in superioribus formam non esse proprie causam generationis, sed rei genitae), tamen causa materialis non excluditur per illam particulam, quia in suo genere aeque primo concurrit ad mutationem cum causa efficienti, et ideo etiam illa est prin­ cipium per se unde primo incipit mutatio. Dicet fonasse aliquis, quamvis respectu alicuius effectionis materia simul causet muta­ tionem cum efficienti, tamen, absolute com­ parando causam materialem et efficientem, hanc esse priorem, quia opportet ut ipsa materia prius fiat quam causet. Sed hoc

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cosa engendrada— sin em bargo, la causa m aterial n o q u e d a excluida p o r esa partícula, p u esto q u e en su género co n cu rre con la m ism a prim acía a la m u­ tación juntam ente con la causa eficiente, y, por ta n to , ta m b ién ella es p rin ci­ pio esencial de d o n d e prim ariam en te se origina la m utació n . A caso d irá alguno que, aunque re sp e c to d e alguna p ro d u cció n la m a te ria ejerza su causalidad en tina m utación al m ism o tiem p o que la causa eficiente, n o o b stan te, com p aran d o en absoluto la causa m aterial con la causa eficiente, d is fru ta ésta de p rio rid a d , puesto q u e es necesario q u e la m ateria m ism a sea p ro d u c id a antes d e q u e cause. M as esto nada tien e q u e v er con la cu estió n p re se n te , ya q u e esa preced en cia es rem o ta y se refiere a o tra acción de la q u e A ristóteles n o hizo m ención, ni nos consta suficientem ente si la conoció; p o r tan to vien e a re su lta r algo com o ac­ cidental respecto del concurso de la m a te ria y d e la causa eficiente p a ra una m utación n atu ral. A sí, pu es, esto no b a sta para ex clu ir la causalidad d e la m a­ teria, p o rq u e, en o tro caso, tam b ién q u e d a ría excluida la causa eficiente seg u n ­ d a p o r n o ser absolutam ente la p rim e ra respecto d e la p ro ducción, ya q u e es necesario que ella m ism a sea p ro d u c id a p rim ero . P u e d e n , p u e s, afirm arse dos c o sa s: ' la una es q u e , a u n q u e según la realid ad la m u ta c ió n n atu ral p ro c e d a al m ism o tiem po de la causa eficiente y d e la m aterial, n o ob stan te, según la ra ­ zón, es anterior el influjo de la causa eficiente que el d e la m ate ria l; de donde, si nos expresam os según las razones precisas y form ales, la pasión p ro ced e de la acción y no al revés, siendo, p o r lo m ism o, v erd ad era y p ro p ia esta expresión cau sal: porque obra el asente, recibe la materia. E n cam bio, n o sería p ro p io afirm ar lo co n tra rio : q u e obra el agente p o rq u e recibe la m ateria. D e esta suer­ te, pu es, se dice q u e el eficiente es p rim e ro en la ra z ó n d e causar c o m p arán ­ dolo con la m ateria. Se dice, adem ás, q u e la m ateria q u ed a excluida p o r a q u e ­ lla p artícu la de donde. E n efecto, en rigor significa u n a relación a u n p rin cip io extrínseco; pues la m ateria es causa d e la m utación p o rq u e la recibe in trín se ­ cam ente en sí m ism a y en sí la su s te n ta ; e n cam bio el agente es p rin cip io de la acción 9 m utación sólo p o rq u e de él se origina y p o rq u e a él dice esencial relación com o a p rincipio extrínseco del q u e d e p e n d e ; y esta razó n y relación p ro p ia q u eda explicada m ediante aquella p a rtícu la de donde, la cual es e q u i­ valente a la partícula por el que, que se atrib u y e con p ro p ie d a d a la causa efi­ ciente, puesto que el principio m aterial es m ás bien aq u e l del que. P or eso, en o rd e n a u n a m ayor claridad, se podría d ecir q u e la causa eficiente es u n p rin ­ cipio esencial extrínseco por el q u e se realiza p rim ariam en te la m utación.

nihil ad praesens refert, quia illa antecessio contrario vero non proprie dicetur agens est remota et respectu alterius actionis, cuius agere quia materia recipit. Sic igitur dicitur Aristoteles non meminit, nec satis constat efficiens esse primum in ratione causandi an illam cognoverit. Unde est quasi per ac- comparatione materiae. Deinde dicitur macidens respectu concursus materiae et effi- teriam excludi per illam particulam linde. cientis ad naturalem mutationcm. Non ergo Nam in rigore significai habitudinem ad id satis est ad excludendam causalitatem principium extrinsecum ; materia enim est materiae, alias etiam causa secunda effìciens causa mutationis quia illam in se intrinexcluderetur, quia non est prima simpliciter sece recipit et in se sustentât; agens vero respectu effectionis, cum necesse sit illam est principium actionis seu mutationis so­ lum quia ab iHo manat et ad illud dicit prius effici. Duo' ergo dici possum: unum essentialem habitudinem, ut ad principium est quod, licet secundum rem naturalis rau- extrinsecum a quo pendei; et haec propria tatio simul sit a causa efficienti et materiali, ratio et habitudo deciaratur per illam par­ tamen secundum rationem prior est influxus ticulam unde, quae aequivalet particulae a causae efficientis quam materialis, unde, se­ quo, quae proprie tribuitur efficienti; nam cundum praecisas rationes formales loquen- materiale principium potius est ex quo. Un­ do, passio est ab actione et non e converso, de, maìoris claritatis gratia, dici posset cau­ ideoque vera est ac propria haec causalis sa efficiens esse principium per se extrin­ 'ocutio, quia agens agii, materia recipit. H secum a quo primo est mutatio.

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Disputaciones metafísicas

3. Modo de excluir de ella el fin.— M as entonces se presen ta u n a tercera d ificu ltad , p u e sto que la definición así explicada m ás bien conviene a la causa final q u e a la eficiente; e n efecto, el fin es u n principio esencial y extrínseco, y con p rio rid a d sobre el eficiente en el cau sar; p o rq u e el eficiente n o obra si no es m ovido p o r el fin, soliendo, p o r eso, llam arse a la causa final p rim era e n tre to d a s las causas. M as, p o r ser m uy oscuro el influjo de la causa final, sobre todo respecto de la m u tació n física y real, p o r eso se afirm a en pocas palabras q u e , a u n q u e la causa final sea p rim era en el o rd en de la intención, sin em b ar­ go, en la ejecución la causa p rim era es la eficiente; m ás aún, q u e ella sola es la q u e influye o m ueve esencial y extrínsecam ente en realidad. Y éste es el m odo com o se h a d e en ten d e r la definición antes dicha, cosa q u e explica suficiente­ m e n te la p artíc u la de donde o por el que. P u es el fin es u n p rin cip io o u n a cau sa p o r ra z ó n de la cual se realiza, o a la cual se ordena u n a m u ta c ió n ; sin em bargo n o se le llam a con propiedad p rincipio p o r el q u e, o d e donde p ri­ m ariam en te p ro ced e u n a acción, sino q u e esto se afirm a con to d a pro p ied ad de la causa eficiente. 4. S i esa definición conviene a la primera causa y a la segunda.— M as su rg e inm ediatam ente la c u arta d ificultad p o r el hecho de que esa definición n o abarca todas las causas eficientes. P ues p o r u n a parte parece convenir ú n i­ c am e n te a la causa p rim e ra , p o r ser ella la única de donde prim ariam ente se orig in a to d a m utación, o conviene a lo sum o a la causa principal, pero no a la in stru m e n ta l o a la fa c u lta d , q u e es el p rincipio próxim o de acción, ya q u e el in stru m e n to no obra si n o es m ovido, es d ecir, en v irtu d de u n agente an­ te rio r, y p o r eso n o p u e d e decirse que el in stru m en to es aquello de donde p ri­ m aria m e n te p rocede u n m ovim iento. M as p o r o tra parte parece q u e esa defini­ ción n o conviene a la p rim e ra causa eficiente según su eficiencia p rim e ra y p rin ­ cipalísim a, que es la q u e se realiza p o r la creación, p o r n o ser la creación una m utación. A la p rim e ra p arte hay que re sp o n d er que la expresión de donde primariamente se origina el movimiento no hay q u e en ten d e rla del p rim er p rin ­ cipio en absoluto, esto es, d e u n p rin cip io com pletam ente in dependiente y q u e n o tenga n in g u n a causa an terio r, ya q u e , d e lo contrario, según concluye el a rg u m en to , únicam ente convendría la definición al m o tor o eficiente p rim e ro ; sino que. hay que e n te n d e rla del p rim e r p rin cip io e n u n orden determ inado o-

3. Quomodo db illa finis excludatur.— 4. Primae causae et secuncbs an illa deSed cune occurrit tertia difficultas, quia de- finitio conveniat.— At vero occurrit statini finitio sic declnrata potius convenit causae quarta difficultas, quia illa definitio noe finali quam efficienti; est 'enim finis prin- complectitur omnem causam efficientem. cipium per se et extrinsecum et est prius Hic enim videtur convenire soli causae pri­ in causando quam efficiens; nam efficiens mae, quia sola illa est unde primo incipit non agit nisi motum a fine, et ideo causa omnis mutatio, vel ad summum convenit finalis solet dici prima inter omnes causas. causae principali, non vero instrumental! vel Sed quia influxus causae finalis valde obs- facultati, quae est proximutn principium curus est, maxime respectu physicae et rea- agendi, nam instrumentum non agit nisi seu in virtute prioris agentis, et ideo lis mutationis, ideo breviter dicitur etsi or­ motum potest dici instrumentum esse id unde dine intentionis causa finalis piior sit, tamen non primo est motus. Aliunde autem videtur illa in exsecutione efficientem causam esse pri­ definitio non convenire primae causae effi­ m ari; immo illam solano esse quae per se cienti secundum primam ac potìssimam efet extrinsece rcaliter influit seu movet. Et ficientiam eius, quae est per creationem, hoc modo intellig'enda est praedicta defini- quia creatio non est mutatio. Ad priorem tio, quod illa particula unde vel a quo salis partem dicendum est illam particulam unde declarat. Est enim finis principium vel cau­ primo incipit motus non esse intelligendana sa propter quam fit vel in quam tendit mu­ de primo principio simpliciter, id est omtano, non tamen proprie dicitur principium nino independemi et quod nullam habet a quo vel unde primo manat actio, sed hoc priorem causam, alioqui, ut argumentum propriissime dicitur de causa efficienti. concludit, tantum primo motori seu efficien-

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en u n genero de causa. P o r eso se dice q u e la causa segunda es p rin c ip io p ri­ m ero d e donde p ro ced e el m ovim iento, p o rq u e en el g én ero d e causa próxim a de ella se origina p rim a ria m e n te el m ovim iento, y en este sentido p o n e A ris­ tóteles el ejem plo d el pad re respecto del hijo. A lgunos, em p ero , juzgan con Ale­ jandro de A frodisia q u e p o r esa p a rtíc u la q u ed an excluidas las causas in s tru ­ m entales, p o rq u e n o son causas p ro p iam en te. M as, p u esto q u e A ristóteles se vale del ejem plo de una causa consiliante, la cual p arece todavía m ás im p ro p ia y llega a la conclusión universal de q u e la definición conviene a todo eficiente o a todo el que causa una tran sm u tació n , parece q u e m ás bien hay q u e afirm ar que q u ed an co m p ren d id o s todos los m odos de causas eficientes, según lo hizo n o tar E scoto, y q u e cada causa tiene en su orden ¡a ra z ó n d e p rincipio d e l que p rim ariam en te se orig in a u n a acción, bien com o d e ■p rin c ip io p rin cip al, bien com o de in stru m en tal, bien com o de perfectivo y ejecutivo, b ie n com o d e p e r­ suasivo o colaborador. P o r tan to , esa p artíc u la primariamente sólo se añ ad ió o para excluir las causas co m pletam ente accidentales q u e n o influyen e n m odo a lg u n o .c o n p ro p ied ad en la acción, o para expresar el m odo d e causar propio de la causa eficiente y p a ra d istin g u irla de la m aterial y fo rm al, las cuales no son p rim era s del m ism o m odo q u e la eficiente, según se explicó antes. R esp ecto de la segunda p arte, si nos fijam os en el pensam iento d e A ristóteles, parece cier­ tam ente que sólo definió la causa eficiente natura!, la cual o b ra siem pre m e­ diante el m ovim iento o m u ta c ió n ; en efecto, en el lib . II d e la Física, A ristó­ teles tratab a únicam ente de las causas n a tu ra le s, y, sin em bargo, en el lib. V de la Metafísica no añadió ab so lu tam en te n ad a a la definición o a la d o c trin a sobre la causa eficiente. E m p e ro en am bos lugares dejó e n te n d e r q u e, g u ard ad a la debida proporción, la definición podía ex tenderse a to d a causa eficiente. P o r eso, al po n er ejem plos, d ijo : Verbi gracia el que da un consejo, y el padre

respecto del hijo, y, en una palabra, aquello que produce respecto de lo que es producido, y aquello que inmuta respecto de lo que es inmutado. S i, p u e s, en lu g ar de la p alabra mutación o quietud, ponem os la p a la b ra acción, la d e­ finición com prenderá todas las causas eficientes, incluso la p rim e ra en cu an to creadora, p o rq u e, según verem os luego, ta m b ién la creación es u n a acción, a u n ­ que n o sea una m utación.

ti definitio conveniret; sed intelligendam esse de primo principio in tali ordine aut genere causandi. Unde causa secunda dicitur primum principium unde est motus, quia in genere causae proximae ab illa pri­ mo oritur motus, et ita Aristoteles ponit cxemplum in patre respecru fini. Aliqui vero existimant cura Alexandro Aphrodisaeo per dlam particulam excludi causas instrumentales, quia non sunt proprie causae. Sed, cum Aristoteles ponat exemplum in causa consi­ liante, quae videtur magis impropria, et universaliter concludat omni efficienti vel transmutanti convenire definitionem, potius dicendum videtur omnes modos causarum efficientium comprehendisse, ut Scotus. notavit, et unamquamque causam in suo ordine habere rationem principii a quo primum est aedo, vel ut a principali principio, vel ut ab instrumental!, vel ut a perficiente et exseauente, vel ut a consulente aut adiuvante. Ilia ergo particula primo solum addata est vel ad excludendas causas omnino per accidens, quae nullo modo proprie infiuunt

in actionem, vel ad denotandum proprium modum causandi efficientis causae et distinguendam illam a materiali et formali, quae non ita sunt primae sicut efficiens, ut supra declaratum est. Ad posteriorem partem, si Aristotelis mentem inspiciamus, videtur quidem solum definivisse causam efficientem naturalem, quae semper agit per motum vel mutationem; in II enim Phys. tantum de causis naturalibus Aristoteles disputabat, et tarnen in V Metaph. nihil omnino addidit aut definitioni aut doctrinae de causa effi­ cienti. Utroque tarnen loco insinuavit, ser­ vata proportione, posse definitionem exten­ di ad cmnem efficientem causam. Unde, ponens exempia, dixit: Ut is qui consulit, et pater filii, et uno nomine id quod effidt, eius quod fit, et quod immutai, eius quod immutatur. Si ergo loco illius vocis mutationis vel quietis ponamus vocem actionis, comprehendet definitio omnem efficientem causam, edam primam ut creantem, quia, ut infra videbimus, etiam creatio actio est, quamvis non sit mutatio.

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5. Cómo no está incluido en ella lo definido.— S urge, em pero, d e aq u í o tra dificultad, p o rq u e p a re c e q u e de este m odo lo definido se incluye de algún m o d o en la definición; p u es causa eficiente será, según la explicación dada, u n p rin c ip io esencial p o r el q u e prim ariam en te se orig in a u n a acció n ; m as es ig u alm en te oscuro en q u é consiste la acció n ; m ás a ú n , es casi lo m ism o y ne­ cesita la m ism a explicación, ya que acción y p ro d u cció n son lo m ism o ; por eso la denom inación de eficiente o de agente se a trib u y e p o r causa de la acción; p o r ta n to , definir el eficiente p o r la acción es explicar lo m ism o p o r lo m ism o, o u n a cosa oscura p o r o tra m ás oscura. A ñádase tam b ién q u e la causa h a de definirse p o r el efecto, p u e sto q u e son correlativos, m as la acción n o es el efec­ to d e la causa eficiente, sino, com o luego d iré , la razón de causar. Sin em ­ b arg o , hay q u e afirm ar q u e , com parándose la acción con el .agente a m odo de u n a fo rm a, n o es ilegítim a la explicación de la n atu raleza del agente p o r el o r­ d e n a la a c ció n ; m as A ristóteles se valió de la p alab ra mutación, p o rq u e nos es m ás conocida, para q u e m ed ian te ella lleguem os a co m p re n d e r en cualquier re a lid a d la em anación o d ep en d en cia respecto d e aquel p rin cip io d el que recibe el ser. P o r eso, a u n q u e la ra z ó n p ro p ia de la acción y su distin ció n respecto d e l agente y d e l efecto sea, com o lu eg o v erem os, m ás oscura, sin em bargo, p o r e l m om ento b asta e n te n d e r p o r acción la em anación o d ep en d en cia del efec­ to re sp e c to de s u causa ex trín sec a, de la q u e recibe el se r; en efecto, expresán­ dose d e este m o d o en se n tid o confuso y general, es clarísim o q u e en el efecto se d a u n a d ependencia o em anación resp ecto d e su p rin cip io , sea cual sea el concepto d e esa depen d en cia o em anación. 6 . P o r ta n to , a u n q u e la acción n o sea u n efecto d e l agente, sin em bargo, p o r s e r vía hacia el efecto, o d ep en d en cia del efecto resp ecto d el agente, queda suficientem ente com p ren d id o o explicado el efecto en la acción m ism a. P ues ¡o m ism o da d e c ir que la causa eficiente es el p rin c ip io p rim e ro d e d o n d e pro­ cede u n a acción, q u e decir q u e es d e donde p rocede el efecto m ediante la acción, o sea q u e es u n p rin c ip io del q u e b ro ta o dep en d e el efecto m ediante la la acción. E n esto se d e ja en te n d e r tam b ién p erfectam en te la diferencia en tre esta causa y las o tras, p u es la m ateria y la fo rm a , h ab lan d o en rig o r, n o causan m ed ian te la acción, sino m ed ian te la u n ió n fo rm al e in trín se c a ; el fin, a su vez,

5. Qualiter in ilia non sit inclusum de- nis et distinctio eius ab agente et ab effectu obscurior sit, ut postea videbimus, in prae]in iiu m .— Nasdtur vero inde alia difficultas, quia videtur hoc modo dcfmitum poni quodammodo in definitione; ei it enim cau­ sa efficiens, iuxta expositionem datam, principium per se a quo primo est actio; aeque autem obscurum est quid sit actio; immo fere est idem et eadem expositione indiget, nam actio et effectio idem sunt; unde effi­ ciens vel agens ab actione dicitur; definire erec efficiens per actionem est idem per idem vel obscurum per obscunus declarare. Adde causam per effectum definiendam es­ se, cum sint correlativa; actionem autem non esse effectum causae efficientis, sed rationem causandi, ut infra dicam. Dicendum tamen est, cum actio comparetur ad agens per modum formae, non male rationem agentis per ordinem ad actionem dedarari; at Aristoteles usus est nomine mutationis, auia noois est notion, ut per illam inteUigamus in unaquaaue re emanationem seu deDendentiam ab illo principio a quo esse recipit. Unde, quamvis propria ratio actio-

senti tamen satis est per actionem intelligere emanationem ac dependentiam effectus a sua causa extrínseca a qua esse redpit: nam hoc modo, confuse et generatim loquendo, notissimum est darf in effectu dependentiam seu emanationem a suo prin­ cipio, quidquid ilia dependentia vel emanatio sit. 6. Quocirca, quamvis actio non sit effectus agentis, tamen, quia est via ad effectum seu dependentia effectus ab agente, satis in ipsa actione comprehenditur vel indicator effectus. Perinde enim est dicere efficientem causam esse primum principium unde est actio ac dicere unde est effectus, media ac­ tione, seu esse principium a quo effectus profluit seu pendet per actionem. In quo recte etiam significant differentia inter hanc causam et alias, nam materia et forma, per se loquendo, non causant media actione, sed per formalem et intrinsecam unionem; finis vero solum causat per metaphoricam mo-

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en cu a n to es fin, sólo causa m ed ian te u n a m oción m e ta fó ric a ; e n cam bio el efi­ ciente causa m ed ian te una acción p ro p ia q u e de él procede. Y en esto q u e d a tam b ién incluido e l q u e esta causa no confiere al e fecto su ser p ro p rio , fo rm al, sino o tro que em ana d e él m ediante la acción, en lo cual se diferencia d e ¡a causa form al y m aterial p o r causar éstas su efecto d ándole su propia e n tid a d , llam ándoselas, p o r lo m ism o, causas in trín se c a s; en cam bio, la causa eficiente es extrínseca, es d ecir, n o com unica al efecto su ser p ro p io y — p o r así d e c irlo — in d iv id u al, sino o tro q u e b ro ta y em ana realm ente d e dicha causa m ed ian te la acción." Q uedan, p u e s, suficientem ente claras, p o r lo dich o , ta n to la definición de A ristóteles com o la realidad m ism a, a saber, en q u é consiste la causa eficiente y en q u é se d istin g u e de los otros géneros de causa, cosas todas q u e se com ­ p re n d e rá n m ás exactam ente al explicar cada uno d e los re q u isito s q u e concu­ rre n e n esta causalidad y son necesarios p a ra ella.

SECCION

II

C l a s e s de causa efic ie n te 1. P o r ser tan am plio el ám bito d e l n o m b re d e causa eficiente, y p o r atri­ b uirse a m uchas cosas con sum a im p ro p ied ad y en v irtu d d e cierta analogía im perfecta, m ien tras q u e a o tras, a u n q u e se atrib u y a con p ro p ied ad , se hace, Sin em bargo, según diversos m odos d e causar, p o r to d o ello, antes de avanzar m ás, en necesario d a r de antem ano las diversas divisiones de esta causa, para cuya inteligencia es preciso te n e r an te los ojos la definición d a d a a n te rio rm e n te ; pues la d iferencia en las causas su rg irá d el d iv erso m odo e n que p a rticip en de ella.

Causa eficiente esencial y accidental 2. Diversos modos de causas accidentales.— A sí, p u e s, p u ed e establecerse la p rim e ra división d e la causa eficiente en esencial y accidental, la cu al fue expuesta p o r A ristóteles en los lugares citados. C ausa esencial es aquella d e la que d ep en d e d irectam en te el efecto según el ser p ro p io q u e tiene en cuanto es efecto, del m ism o m odo q u e dijo A ristóteles q u e el e statu ario era causa de

SECTIO II tionem, quatenus finis est; at efficiens cauQ uotuplex sit causa efficiens sat per propriam actionem ab ilio dimanantem. Et in hoc etiam inciuditur hanc 1. Quoniam hoc nomen causae efficients causam non dare effettui suum ac proprium . latissime patet et impropriissime ac per imformale esse, sed aliud ab eo manans media perfectam quamdam analogiam multis rebus actione, in quo differt haec causa a formali tribuitur, aliis vero, licet tribuatur proprie, et materiali, quod hae causant suum effec- tarnen secundum varios causandi modos, tum dando illi suam propriam entitatem, et ideo, pnusquam ulterius procedamus, necesideo causae intrinsecae appellantur; causa se est varias huius causae divisiones praemit ■ tere, ad quas intelligendas opus est prae vero efficiens est. extrinseca, id est, non oculis habere definitionem datam ; nam iuxta communicans effettui suum proprium et diversum modum participandi illam erit (ut ita dicam) individuimi esse, sed aliud differentia in causis. realiter profluens et manans a tali causa Causa per se efficiens et per accidens media actione. Ex his ergo satis constat tum 2. Vani modi causarum per accidens.-— definitio Aristotelis, turn res ipsa, quid, vi­ delicet, causa efficiens sit, et in quo ab aliis Prima ergo divisio causae efficientis con­ stimi potest in per se et per accidens, quam generibus causarum distinguatur; quae om­ tradidit Aristoteles in citatis locis. Causa per nia exactius intelligentur declarando singula se est illa a qua directe pendet effectus se­ quae ad hanc causalitatem concurrunt ac cundum illud proprium esse quod habet in necessaria sunt. quantum effectus est, quo modo (ait Aris-

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la e sta tu a ; y p o r ser ésta la única causa p ropiam ente y en absoluto, a ella sola estará dedicada toda la disputación siguiente. E n cam bio la causa accidental, al n o ser verdadera causa, sino ser llam ada así debido a cierta relación, sem e­ janza o u n ió n con la causa, no p u ede ser definida con facilidad en u n a sola d escripción com ún, sino q u e es explicada de diversos m odos. E n efecto, a ve­ ces se habla d e causa accidental por p a rte d e la causa, m ien tras q u e a veces se habla de ella p o r p a rte d el efecto. P o r p a rte d e la causa se dice q u e causa accid en talm en te aquello q u e está accidentalm ente un id o al p rin cip io esencial de causación, cosa que p u e d e ser a veces el sujeto m ism o d e la fo rm a, la cual es el principio de la acció n ; en este sentido se dice del agua q u e calienta acci­ d entalm ente p o r acaecerle al agua estar caliente y , en consecuencia, calentar. De esté modo — dice A ristóteles— Policleto es la causa de la estatua. A veces, em pero, hay o tra form a distinta un id a accidentalm ente con o tra en el m ism o sujeto, digo accidentalm ente p o r lo q u e se refiere a la capacidad de o b rar, p res­ cindiendo de si están unidas necesariam ente p o r otro concepto. E n este sentido el m úsico escribe accidentalm ente, y lo blanco calienta, etc. Y añ ad e A ristóteles q u e este segundo m odo es m ás im propio, o sea m ás rem o to q u e el p rim ero , ya que la fo rm a concom itante no contribuye absolutam ente n ada al efecto de la o tra ; m ientras q u e el sujeto de la form a, p o r sostener a l m enos en sí la for­ m a m ism a, parece que co ntribuye en algo. A ñade, adem ás, q u e p u e d e n seña­ larse estas causas accidentales tanto en particu lar com o en general, es d ecir, en la especie o e n el género, p o r ejem plo: esto blanco, o, lo blanco caliente. Igual­ m en te pueden ser explicadas en sentido sim ple o com puesto, p o r e jem p lo : el músico edifica, o el 'músico Policleto edifica. M as estas cosas p erte n e c e n m ás bien al m odo d e p redicación q u e al de causación, y, p o r ser accidentales, p u e­ den m ultiplicarse hasta el infinito según los diversos m odos d e concebir y de hablar. 3. Se responde a una duda.— Sólo podría d u d a r alguien, d ad o q u e las acciones pertenecen esencialm ente a los supuestos, p o r q u é dice A ristóteles q u e la acción se atrib u y e accidentalm ente al supuesto de la form a. C om ienzo por responder q u e la acción proviene esencialm ente d el su p u esto en cuanto está m odificado por u n a form a determ inada, pero q u e no p rocede necesariam ente d e él considerado en sí m ism o, y que en este sentido es lo caliente q u ie n ca-

toteles) statuarius est causa statuae; et quia haec sola est proprie et simpliciter causa, fere de sola illa futura est tota disputatio sequens. Causa autem per acddens, cum „non sit vera causa, sed per quamdam babitudinem vel similitudinem aut coniunctionem cum causa sic appelletur, non potest commode una communi descriptione definiri, sed variis modis dicitur. Aliquando enim dicitur causa per acddens ex parte cau­ sae, aliquando vero ex parte effectus. Ex parte causae id dicitur per -cddens causare quod per acddens coniunctum est prindpio per se causandi, quod interdum est ipsum subiectum formae, quae est principium agendi; et hoc modo aqua dicitur calefacere per acddens, quia accidit aquae quod sit calida et consequenter quod calefadat. Et hoc modo (ait Aristot.) Pelycletus est causa statuae. Interdum vero est alia forma per acddens alteri coniuncta in eodem subiecto, per acddens (inquam) quod attinet ad vim efficiendi, quidquid sit an alia ratione necessario coniungantur. Et hoc modo mu-

sicus per acddens scribit, et album calefacit, etc. Addit vero Aristoteles hunc poste­ riorem modum esse magis improprium seu magis remotum quam priorem, quia forma concomitans nihil omnino concert ad effectum alterius, subiectum autem formae, cum saltern ipsam formara in se sustineat, aliquid conferre videtur. Addit praeterea posse has causas per accidens, tam in particular! quam in communi, id est, in specie seu genere, assegnati, ut hoc àlbum, aut album càlefacit. Item posse simpliciter vel composite explicari, ut musicus aedificat, vel Polycletus musicus aedificat. Sed haec magis pertinent ad modum praedicandi quam causandi, et cum sint per accidens, in infinitum possum multipficari iuxta varios modos concipiendi et loquendi. 3. Dubio satisfit.— Solum potest quis dubitare, cum actiones per se sint suppositorum, cur dicat Aristoteles actionem per accidens tribui supposito formae. Respondeo primum actionem per se esse a supposito quatenus affectum est tali forma, non vero

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lienta esencialm ente y n o el agua. A dem ás añado to d av ía q u e la acción es atri­ b u id a accid en talm en te al su p u esto c u an d o la cap acid ad d e o b ra r está tam b ién accidentalm ente e n él, com o en el ejem plo dicho, y a q u e en este caso en el. su p u e sto m ism o despojado d e todo n o se contiene en m o d o alguno la capa­ c id a d d e o b rar, h a sta tal p u n to q u e la acción se u n e con él co m pletam ente per accidens. M as si la capacidad d e o b ra r está esencialm ente e n el su p u esto , a u n ­ q u e se considere al su p u esto m ism o desprovisto d e to d o , no será llam ado causa accidental de la acción, sino esencial, y de esta su e rte juzgo q u e se tra ta de causas esenciales e n estos casos: el sol ilumina, el fuego calienta, de acu erd o con el cuarto m o d o d e p red icació n esencial, tom ado d el lib. I de los Analíticos Segundos, c. 4, p o r co n ten e r el fuego rad ical y v irtu a lm e n te la razón p ro p ia de d a r calor. Se o b je ta rá : luego tam b ién es esencial: el hombre hace la estatua, cosa q u e está e n c o n tra d e A ristóteles. A lgunos re sp o n d e n q u e ésa n o es u n a proposición esencial, p o rq u e n o es necesaria, sino c o n tin g en te. P ero esto n ad a tiene q u e ver con la causalidad esencial, o, lo q u e es lo m ism o, con el c u arto m odo d e p red icació n esencial, p u esto q u e tam poco estas proposiciones son ne­ cesarias: el músico canta, lo cálido calienta, y, sin em bargo, son esenciales se­ gún el c u arto m odo. P o r ta n to , en lo q u e a la causalidad atañe,- yo juzgo q u e son esenciales é s ta s : el animal se mueve, el hombre razona, habla, e tc .; m ien ­ tras q u e creo q u e aquella o tra : el hombre hace una estatua es m ás b ie n acci­ d en tal, p o rq u e a u n q u e ese a rte n o p u e d a estar m ás q u e en el h o m b re (p res­ cindo d e las inteligencias), sin em bargo, es absolutam ente accidental al h o m b re , d e d o nde resu lta q u e el h o m b re considerado en ab so lu to n o incluye tal a rte , a no ser e n u n a p o te n c ia m u y rem ota. 4. Cuál es la causa accidental por parte del efecto.— S uelen ta m b ié n se­ ñalarse a veces causas accidentales p o r p a rte del efecto, esto es, p o r p a rte de aquello q u e adviene al efecto esencial, y d e este m o d o la m ism a causa esencial de algún efecto es causa accidental de aquello que está u n id o con el efecto esen­ cial, de la m anera q u e el m ovim iento es causa d el calo r, com o lo cálido causa de lo n eg ro . E n este sentido se dice ta m b ién q u e las cosas q u e suceden p o r azar o fo rtu itam en te tie n e n causa accidental, com o el q u e u n o q u e está cavando e n cu en tre u n tesoro. M a s en este género d e causas accidentales h ay q u e a d v e r­ tir, en p rim e r lu g ar, q u e se le llam a accidental al efecto algunas veces respecto

necessario secundum se, et ita calidum per se calefacit, non vero aqua. Addo vero dein­ de tunc actionem per accidens tribui sup­ posi» quando vis agendi per accidens edam illi inest, ut in esemplo die», quia tunc in ipso supposi» nude sumpto nullo modo continetur vis agendi, et ita omnino per ac­ cidens illi coniungitur actio. At vero si vis agendi per se insit supposi», edam si Sup­ positum ipsum nude proferatur, non dicetur causa per accidens sed per se actionis, et ita censeo has esse per se: sol illum inat, ignis calefacit, iuxta quartum modum di­ cendo per se, ex I Poster., c. 4, quia ignis radicaliter et yirtute indudit propriam rationem calefaciendi. Dices: ergo haec est per se : hom o fa d t statuam , quod est contra Aristotelem. Respondent aliqui illam propositionem non esse per se, quia non est ne­ cessaria, sed contingens. At hoc nihil refert ad causalitatem per se seu (quod idem est) ad quartum modum dicendi per se; nam edam hae proposidones non sunt necessariae: M usicus canit, calidum calefacit, et

tamen sunt per se quarto modo. Unde quod ad causalitatem attinet, ego censeo has esse per se: animai se m ovet, hom o iatiocinatur, loquitur, etc.; illa vero: hom o facit statuam magis est per accidens, quia etsi ars illa non possit esse nisi in domine (intelligentias omitto), tamen simpliciter accidit homini, unde homo simpliciter dictus non indudit artem illam nisi in potentia valde remota. 4. Causa per accidens ex parte effectus, quae.— Solet edam interdum assignari cau­ sa per accidens ex Darte effectus, id est, respectu eius quod accidit effettui per se, atque hoc modo ipsamet causa per se alicuius effectus est causa per accidens eius quod coniungitur effettui per se, quomodo motus est causa caloris aut calidum causa nigri. Hòc edam modo ea quae casu vel fortuito eveniunt dicuntur habere causam per accidens, ut quod fodiens quis inveniat thesaurum. Est autem in hoc genere causarum per accidens advertendum primo, interdum effectum appellari per accidens respectu concursus aliquarum causarum,

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d el concurso d e ciertas causas, p o r m ás q u e , su p u esto dicho concurso, ese efec­ to se siga esencialm ente d e tal c a u sa ; com o, p o r ejem plo, el q u e , al caer u n a p ie d ra , suceda q u e P e d ro cam ine p o r allí es acc id e n ta l; sin em bargo, supuesto ese concurso, el q u e la p ie d ra le hiera con su fuerza y le p ro d u zca una herida d e term in ad a, es ya u n efecto q u e d im ana esencialm ente de la fuerza activa con­ creta d e la p ie d ra , y p o r eso n o se d irá en este caso q u e la p ie d ra es causa ac­ cidental d e dicho efecto, sino q u e lo es resp ecto de aquel co ncurso o in clu so respecto d e la in ten ció n de qu ien m ovió la pied ra. M a s de los efectos acciden­ tales en este sentido nos ocuparem os lu e g o m ás extensam ente al tratar d e la casualidad y del azar. H a y q u e ad v e rtir adem ás q u e c u an d o se llam a accidental a u n efecto p o r el h ech o de estar u n id o a u n efecto esencial, p u e d e llam ársele accidental d e dos m aneras. L a u n a , sólo p o r relación a la in ten ció n del a g e n te ; la o tra, p o r relación tam b ién con la acción m ism a y con la conexión d e u n efecto con otro. A contece, efectivam ente, q u e u n efecto n o sólo cae fu era de la in ten ció n del ag ente, sino q u e tam poco está vinculado en m odo alguno a su acción, com o p o r ejem plo, el q u e u n o q u e está cavando la tie rra encu en tre u n tesoro. Y en estos casos se tra ta con to d a p ro p ie d a d de causas y efectos acci­ dentales. A veces, en cam bio, u n efecto está p o r su n atu raleza vinculado con otro, a u n q u e caiga fu e ra de la in ten ció n d el ag en te , com o p o r ejem plo, la co­ rru p c ió n d e una cosa está n ecesariam ente u n id a en v irtu d de la naturaleza con la generación de o tra, estando, sin em bargo, fu era d e la intención del agente n a tu ra l, y p o r esta razó n suele llam arse el efecto accidental, a u n q u e n o tan p ro p iam en te y en absoluto com o en el caso an te rio r, ya q u e , en cuanto está necesariam ente v in culado, en cierto m o d o es esencial. L a señal de esto la te ­ nem os en q u e respecto de él p u e d e darse ciencia y dem ostración. M ás aú n , p o r cuanto la privación d e u n a form a c o n traria viene a ser com o u n m edio nece­ sario en el género de la disposición p a ra la in tro d u cció n d e o tra form a, p u ed e decirse q u e dicho efecto n o está com p letam en te fu era de la in ten ció n del agen­ te ; puesto que, a u n q u e no se lo p re te n d a en sí m ism o, cae sin em bargo en cierto m o d o d en tro de la intención deb id o al fin p rin cip al, y, p o r tan to , en lo que a la cuestión p re se n te atañe, a sem ejantes efectos n o los contam os entre los q u e provienen d e u n a causa accidental. P o r eso, todos los q u e son d e este

qu2mvis, supposito ilio concursu, talis effecrus per sé manet a tali causa; ut, verbi gratia, quod cadente lapide contingat Petrurn illac incedere, accidentaiium est; tamen, supposito ilio concursu, quod lapis sua vi percutiat et tale vulnus ef/iciat, effectus est per se proveniens a tali vi activa lapidis, et ideo tunc non dicetur lapis causa per accidens illius effectus, nisi respectu illius concursus vel edam respectu intentionis moventis. Sed de his effectibus hoc modo per accidens dicemus inferius plura, tractando de casu et fortuna. Rursus est advertendum, quando effectus dicitur per accidens, eo quod coniungitur effectui per se, dupliciter dici posse per accidens. Uno modo, respec­ tu solius intentionis agentis; alio modo, edam respectu ipsius actionis et connexionis unius effectus cum alio. Otntingit enim unum effectum non solum esse praeter intentionem agentis, sed edam nullo modo esse connexum cum aedone eius, ut quod fodiens terram inveniat thesaurum. Et tunc

est propriissime causa et effectus per acci­ dens. Interdum vero anus effectus ex natura rei est connexus cum alio, quamvis sit prae­ ter intentionem agentis, ut verbi gratia, corruptio unius ex natura rei necessario coniuncta est cum generadone alterius, est ta­ rnen praeter intendonem agentis naturalis, et hac tadone solet edam dici effectus per accidens, non tarnen ita proprie et simpli­ citer sicut prior; nam, quatenus est neces­ sario connexus, est aliquo modo per se. Cuius signum est quod de ilio esse potest scienda et demonstratio. Immo, quatenus in genere dispositionis privatio formae contrariae est quasi medium nteessarium ad introducendam aliam formam, dici potest ille effectus non esse omnino praeter inrenrionem agentis; quia, licet non sit propter se intentus, est tarnen aliquo modo intentus propter principalem finem, et ideo, quod ad praesens attinet, non computamus huiusmodi effectus inter eos qui sunt a causa per accidens. Unde omnes qui huiusmodi sunt

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tipo, o consisten m ás b ie n en u n a figura de p red icació n q u e en u n tip o d e cau­ salidad, com o cuando se d ic e : el médico sana al músico, clase a la q u e p e rte ­ necen casi todos los ejem plos ad u cid o s en el p rim e r m ie m b ro ; o se red u cen ciertam ente a la casualidad y al azar, de que nos ocuparem os luego. 5. Si son causas accidentales las condiciones requeridas para obrar.— A de­ m ás de estos dos m odos suelen co n tarse ta m b ién e n tre las causas accidentales ciertas condiciones necesarias p a ra o b ra r, las cuales n o influyen esencialm ente en el efecto o acción, así p o r ejem plo, la co n tigüidad del agente con el paciente, la supresión d e algún im p ed im en to , y cualquier o tra sem ejante, la cual suele llam arse condición sine qua non. S in em bargo, a u n q u e ésta sea accidental res­ pecto de la causalidad p ro p ia y d ire c ta , no o b sta n te , en cuanto a la necesidad física y en cu an to p u ed e ser objeto d e ciencia, es en cierto m odo esencial, y p o r eso se ha de tra ta r especialm ente m ás abajo d e estas condiciones necesa­ riam ente exigidas. A dvierto ú n icam en te q u e, p u e sto que esta condición sine qua non conviene con el p rin cip io esencial de la acción en que es necesariam ente exigida, a veces n o es fácil d iscern ir d e cuál d e los dos m odos c o n c u rre a la acción una disposición o p ro p ied ad , a saber, si com o p rin cip io esencial o sólo com o condición sine qua non. P or eso a veces p u e d e esto conocerse acudiendo a una razón general o al m odo d e tal p ro p ied ad , igual q u e nos dam os c u en ta fácilm ente de q u e la con tig ü id ad es solam ente u n a condición p o r co n sistir única­ m ente en u n a relación o m odo de presencia, cosas q u e no son activas en v irtu d de su género, y del m ism o m odo concluim os q u e la figura o la den sid ad n o son principios esenciales d e las acciones, sino que son a lo m ás condiciones exigi­ das para algunas acciones o para la rap id ez y m o d alid ad de las m ism as. A ve­ ces, em pero, esto es m ás oscuro y h ay q u e averiguarlo acudiendo a alguna ra­ zón especial de aquella realid ad q u e está en litig io , según acaece e n la vulgar cuestión de si el conocim iento del objeto es sólo condición necesaria p a ra q u e el apetito pro d u zca su m ovim iento, o si es ta m b ié n p rin cip io esencial coprod u c to r; pues resu lta difícil decidirse p o r m otivos ciertos en favor de cualquiera de am bas partes, d ebiendo valernos, p o r tan to , de c o n jetu ras especiales tom adas de la propia m ateria. N o ob stan te, h ay q u e h a c e r a q u í dos observaciones ge-

vel consistunt magis in figura praedicationis quam in causalitate, ut cum dicitur: medicus sanai m usicum , cuiustnodi fere sunt omnia extmpla posita in priori membro, vei certe reducuntur ad casum et fortunam, de quibus infra. 5. _ Conditiones requisitae ad agendum , an sini causae per accidens .— Praeter hos duos modes solent etiam inter causas per accidens numerari conditiones quaedam necessariae ad agendum, quae per se non influunt in effectum vel actionem, ut est propinquitas agentis ad passum, ablatio alicuius impedimenti et quaelibet alia similis, quae vocari solet conditio sine qua non. Verumtamen haec, licet sit per accidens respectu propriae et directae causalitatis, ta­ rnen quoad physicam necessitatem et quatenus sub scientiam cadere potest, est quodammodo per se, et ideo de his conditionibus necessario requisitis peculiariter inferius dicendum erit. Solum adverto, quoniam huiusmodi conditio sine qua non cum prin­ cipio per se actionis in eo ccnvenit quod est ex necessitate requisita, interdum non

esse facile ad discernendum utxo modo aliqua dispositio seu proprietas rei concurrat ad actionem, an, scilicet, ut principium per se, an solum ut conditio sine qua non. Et ideo aliquando id cognosci potest ex generali ratione s.ut modo talis proprietatis, ut facile intelligimus propinquitatem esse tantum conditionem, quia solum est aut relatio aut modus praesentiae, quae ex suo genere non sunt activa, et eodem modo ratiocinamur figuram aut densitatem non esse principia per se actionum, sed ad summum esse con­ ditiones requisites ad aliquas actiones vel ad velocitatem et modum earum. Aliquando vero id est obscurius et ex speciali aliqua ratione eius rei de qua est quaestio id venandum est, ut accidit in illa vulgari quaestione an cognitio obiecti sit solum conditio necessaria ut appetitus efficiat suum motum, vel sit etiam principium per se coefficiens; vix enim potest ex certa ratione alterutra pars definiri, et ideo peculiaribus coniecturis ex propria materia sumptis ulendum est. Duo tamen hie generatim advertenda occurrunt. Unum est, quandocumque experimen-

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n erales. L a u n a es q u e , siem pre q u e nos consta p o r ex periencia q u e una pro­ p ie d a d es necesaria p a ra la acción y n o p u ed e explicarse p o r o tro concepto la ra z ó n suficiente de esa necesidad, si n o es acudiendo a la causalidad propia y esencial, en este caso no hay que acudir a la condición sitie qua non, sino que esto es indicio suficiente de una causalidad eficiente esencia!; y hay u n ejem plo m agnífico d e esto en la necesidad de la especie im p resa para v er, necesidad q u e no se descubre en m odo alguno como suficiente si no se d a p o r supuesta la eficiencia esencial, y, p o r tanto, no se afirm ará legítim am ente q u e se tra ta de u n a condición sine qua non. E m pero en los casos en que sin eficiencia esen­ cial se p u ede d a r razón suficiente de la n ecesidad de tal condición, se llegara a co m prender con facilidad que se tra ta únicam en te de una condición sine qua non, sobre todo si se d escu b re p o r otro concepto en la causa u n a fuerza dis­ tin ta suficientem ente p ro p o rcio n ad a para q u e se la p u ed a pensar com o suficien­ te p a ra influir en la acción, y acaso e sto es lo q u e sucede en el referido ejem ­ p lo d el conocim iento re q u e rid o para el apetito elícito, d el q u e nos ocuparem os en o tra p arte. Baste con esto acerca d e la p rim e ra división.

L a causa física y la causa moral 6. Qué se entiende por el nombre de causa física.— De qué causa moral tratamos aquí.— Doble modo de obrar de la causa física.—- E n segundo lugar, p u e d e dividirse la causa eficiente e n 'fís ic a y m oral. P o r causa física no se en ­ tie n d e en este lugar la causa corporal o n a tu ra l q u e o bra m ed ian te el m ovi­ m ien to corpóreo y m aterial, sino q u e se la e n tien d e m ás universalm ente como la causa que influye v erd ad era y realm ente en el e fecto ; p o rq u e , igual que de­ cíam os m ás arrib a que «naturaleza» quiere significar a veces c u a lq u ie r esencia, d el m ism o m odo se le llam a alguna vez influjo físico a aquel q u e se produce m ed ian te una verdadera causalidad real, p ro p ia y esencial, y de este m odo tam ­ b ié n D ios al crear es causa física, y el ángel m ien tras p ro d u ce un movimiento., b ie n en el cielo, bien ta m b ié n en sí m ism o, y el en ten d im ien to m ientras p ro ­ d u ce la intelección, y la v o lu n tad la volición, y así en los dem ás casos. A su vez, se p u ed e llam ar a la causa m oralm ente eficiente de dos m a n eras: pues se llam a algunas veces causa m oral sólo p o r el h echo de o b rar lib rem en te, v en

to constat aliquant proprietatem esse necessariam ad actionem et aliunde non potest sufficiens ratio illius necessitatis reddi, nisi ex propria et per se causalitate, tunc non esse confugiendum ad conditionem sine qua non, sed illud esse sufficiens signum alicuius efficientiae per se; cuius optimum exemplum est in necessitate speciei impressae ad videndum, quae nulla sufficiens intelligi potest nisi posita effidentia per se, et ideo r.on recte dicetur illa esse conditio sine qua non. At vero, quando sine ,efficientia per se reddi potest sufficiens ratio necessitatis talis conditionis, facile intelligi poterit ¡llam tantum esse conditionem sine qua non, maxime si aliunde est in causa alia virtus satis proportionata ut intelligaW esse sufficiens ad influendam actionem, et fortasse ita contingit in dicto exemplo de cognitione ad appetitami elicitum requisita, de quo alias; et hactenus de prima divi­ sione.

Causa physica et moralis

6. Quid Ine nomine causae physìcae.— Causa moralis qnae in proposito.— Duplex modus attendi causae physìcae.— Sccundo, dividi p o te s t causa efficiens in physicam et m o ra le m . Causa physica hoc locc non sumitur p rò cau sa c o rp o ra li seu naturali agen­ te p e r m o tu m corporeum et m a te ria le m , sed universalius sumitur p rò causa vere ac realiter influente in effectum; mm, sicut dicebamus su p erb ia n a tu ra m interdum signi­ ficare q u a m e u m q u e essentiam, ita influxus physicus aliauando vocatur ille qui fit per veram causalitatem realem, propriam ac per se, et hoc modo et Deus est causa physica dum creat, et angelus dum efficit motum, Vel in caelo vel etiam in seipso, et intellectus dum efficit intellectionem, r 1 voluntas volitionem. et sic de caeteris. Causa vero moraliter efficiens dupliciter dici potest. Aliquando enim dicitur causa moralis solum

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este sentido la causa m oral n o se distin g u e co m pletam ente d e la causa física en te n d id a en su acepción general, tal com o la h em os explicado, sino q u e se d istin g u e de la causa física q u e o bra n atu ral y n ecesariam en te; efectivam ente cuando la v o lu n tad am a lib rem en te, en este sentido es causa verdadera y física de su am or, al q u e , sin em bargo, causa m oral o lib rem en te. E n otro se n tid o se en tien d e la causa m o ral com o absolutam ente d istin ta de la física, y se llam a así aquella causa q u e n o p ro d u ce de suyo v erdaderam ente, m as se p o rta m o ralm en ­ te de tal m anera que le es im p u tab le el efecto; de este m odo se le llam a causa m oral al que aconseja, al q u e suplica, o al que, p u d ie n d o y debiendo, n o im ­ p ide. N osotros tom am os la causa m oral en este segundo sentido, de suerte que se llam e causa física a la q u e p roduce v erdaderam ente, y m oral a la q u e p ro ­ d uce sólo im p u tativ am en te. D e aquí resu lta que, considerando esto en u n pla­ no físico o m etafísico, esta división q u ed a red u cid a a la p rim e ra en q u e se dividía la causa e n esencial y accidental. P uesto q u e la causa que p ro d u c e en verdad físicam ente sólo p u e d e ser la causa esen cial; en cam bio la causa que p ro d u ce sólo m o ral o im p u tativ am en te, considerada d e m odo físico, no es m ás que causa accidental, puesto q u e no influye esencial y verdaderam ente. P o r eso se tra ta siem pre o de u n a causa que n o im pide, a u n q u e p u e d a y d e b a h a­ cerlo, o de una causa q u e aplica la causa esencial, o q u e la estim ula, b ie n con el consejo, bien con ruegos, bien a m odo de m é rito , e in clu so algunas veces m ediante el m ovim iento local, com o cuando uno aplica el fuego a u n a casa. P orque, aunque sea la causa física esencial de aq u e l m ovim iento de c o m b u s­ tión, sin em bargo, es sólo causa accidental. M as a esta causalidad, q u e es ac­ cidental en el plan o físico, se la re p u ta com o esencial en el plan o m oral e im ­ putativo. Así, p u es, respecto de la causa m oral e n te n d id a de este m odo, n ad a nos queda que d ecir, p o rq u e, en cuanto es físicam ente accidental, no es objeto d e ciencia; y en cuanto es esencial en el plano m oral, su consideración co­ rresponde a l a . ciencia m oral, no a la m etafísica. A . su vez la causa física y v er­ dadera puede te n e r u n doble m odo de acción, a saber, n a tu ra l o lib rem en te, es d ecir, necesaria o contingentem ente, y de estos dos m odos de acción nos ocu­ parem os luego, p u esto que p ertenecen sobre todo a la explicación ya de las perfecciones y n aturalezas de las diversas causas, ya tam b ién de la serie y cone-

quia libere efficit, et hoc modo causa moralis non omnino condistinguitur a physica generatim sumpta, ut a nobis explicata est, sed distinguetur a physica naturaliter ac ne­ cessario agente; sic enim voluntas dum li­ bere amat, vera et physica causa est sui amoris, quem tarnen moraliter seu libere efficit. Alio vero modo sumitur causa mo­ ralis ut distinguitur omnino a physica, et dicitur de illa causa quae per se non vere efficit, moraliter tarnen ita se gerit ut ei imputetur effectus ; quomodo causa consulens, aut rogans, aut non impediens cum possit ac debeat, dicitur causa moralis. Atque hoc posteriori modo nunc sumimus mo­ ralem causam, ita ut causa physica dicatur quae vere efficit, moralis, quae tantum im­ putative. Quo fit ut, physice seu metaphysice haec considerando, divisio haec revocetur ad priorem de causa per se et per accidcns; nam causa vere effìciens physice solum dicitur de causa per se; causa auteni quae moraliter tantum seu imputative cau­ sar, physice considerata, tantum est causa

per accidens, cum per se ac vere non in­ fluât. Unde semper est aut causa non im­ pediens, cum possit ac debeat, aut causa appiicans causam per se vel inducens illam, sive per consilium, sive per preces, sive per modum meriti, sive interdum etiam per lo­ calem matum, ut cum quis applicai ignem domui; nam, licet sit causa rer se physica illius motus combustionis, tarnen solum est causa per accidens. Haec vero causalitas, quae physice est per accidens, moraliter et imputative reputatur per se. De causa ergo morali hoc modo sumpta, nihil amplius a nobis dicendum est, quia, quatenus _est per accidens physice, non cadit sub scientiam; quatenus vero est per se in genere moris ad scientiam moralem spectat eius considerano, non ad metaphysicam. Causa autem physica ac vera duplicem potest ha­ bere agendi modum, scilicet, vel naturaliter vel libere, seu necessario vel contingenter, et de lus duobus modis agendi dicemus inferius, quia maxime pertinent ad explicandas turn perfectiones et naturas diversarum

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Disputaciones metafísicas

xión de los efectos d el u n iv erso y del m odo d e influir o de c o n c u rrir la causa p rim e ra con las causas se g u n d a s; p o r lo q u e atañe a la m o ralid ad propia de los actos lib re s en cu a n to son lib res, su e stu d io n o co rresponde a la presente ciencia, sino a la filosofía m oral, o m ejor a la teología divina.

Primera explicación sobre la causa principal e instrumental 7. E n tercer lu g ar, la v erd ad era y p ro p ia causa eficiente se divide en p rin ­ cip al e in stru m en tal, siendo el uso d e estas palab ras m u y am biguo y equívoco, razón p o r la cual h a b rá q u e explicar d ilig en tem en te su significación. Suele lla­ m arse causa prin cip al a aquella a la q u e p ro p ia y absolutam ente se atrib u y e la acción. M a s esta descripción n o explica suficientem ente el c o n cep to ; en p ri­ m e r lugar, p o rq u e la fo rm a d e u n a cosa, com o el alm a, p o r ejem plo, es en cierto m odo causa, y no es in stru m e n ta l, com o es e v id en te; luego si esta d iv i­ sión es adecuada, está c o n ten id a en la causa p rin cip al, y, sin em brago, la acción n o se le a trib u y e con p ro p ied ad , p o rq u e el alm a, según dijo A ristóteles, p ro ­ p iam en te n o h ila ; luego esa descripción no conviene a to d a causa principal. H a y , p u e s, según explica el arg u m e n to expuesto, u n a causa p rin cip al q u e opera, y o tra q u e es el p rin cip io p rin c ip a l de la operación, a las que suele llam arse causa prin­ cipal ut quod y ut quo; y la d escripción hecha conviene a lo m ás a la prim era causa, pero n o a la seg unda. Y lo q u e es m ás, cabe o b jetar todavía q u e la des­ cripción hecha n o conviene a to d a causa ut quod, sino q u e conviene sólo a la causa próxim a y p a rtic u la r, m as n o a la u niversal y p rim era . P u es, com o se echará de ver luego, la causa eficiente p rin c ip a l se divide en p rim e ra y segunda, es d ecir, en próxim a y universal, y las dos son causa p rin c ip a l; m ejor, es m ás p rin c ip a l la p rim e ra q u e la segunda, y sin em bargo el efecto n o se le atribuye absoluta y p ro p iam en te a la p rim era , sino a la se g u n d a ; p ues c u an d o el h o m ­ b re cam ina, v e, o en tien d e, n o se dice q u e D ios cam ina, ve o en tien d e, a u n q u e ten g a en esos m ovim ientos u n a influencia m ás p rin c ip a l q u e el hom bre. P ero e sta objeción n o nos p o n e en m u ch o a p rieto , p o rq u e en realidad los efectos de. las causas segundas p u e d e n atrib u irse a la p rim e ra con verd ad y p ro p ied ad , ya q u e ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el incremento.

causarum, tum etiam seriem et connexionem effectuum universi et modum influendi seu concurrendi primae causae cum secundis; de moralitate autem quae actibus liberis convenit, quatenus liberi sunt, non spectat considerano ad praesentem scientiam, sed ad moralem philosophiam vel potius ad divinam theologiam.

descriptio non convenit Omni causae prin­ cipali. Haec enim causa principalis, ut ratio facta declarat, alia est quae operatur, alla quae est principium principale operandi, quae solent dici causa principalis ut quod et u t quo; descriptio autem data convenit ad summum priori causae, non vero posteriori. Immo ulterius obiici potest quod non ran­ ni causae u t quod conveniat illa descriptio, De causa principali et instrumentali prima sed soli causae proximae et particulari, non expositio vero universali et primae. Ut enim inferius 7. Tertio dividitur causa efficiens vera constabit, causa efficiens principalis in priac propria in principalem et instrumenta­ mam et secundam seu proximam et univerlem, quorum verborum usus solet esse valde salem dividitur, et utraque est causa prin­ ambiguus et aequivocus, quare diligenter ex- cipalis; immo principiaiior est prima quam secunda, et tamen simpliciter et proprie non plicanda est eorum significano. Causa princlpalis dici solet ea cui proprie et simpli­ attribuitur effectus primae, sed secundae; citer attribuitur actio. Verum haec descrip- cum enim homo ambulai, videt aut intelligit, tio non satis rem declarat; primo quidem, non dicitur Deus ambulare, ■videre aut inquia forma rei, ut anima, verbi grana, est telligere, quamvis principalius efficiat motus aliquo modo causa, et non instrumentalis, illos quam homo. Sed haec obiectio non ut constat; ergo, si divisio illa est adacquata, multum urget, nam revera possunt effectus continetur sub causa principali, et tarnen illi causarum secundarum proprie et vere attri­ proprie non tribuitur actio, quia anima, ut buì primae, quia neque qui fìa n ta t est aliAristoteles dixit, proprie non net; ergo illa quid, neque q ui rigat, sed qui increm entum

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P o r eso, a u n q u e sea la tie rra la q u e germ ina y e rb a verdegueante, sin em b a rg o se atribuye a D ios el producir heno para las bestias y yerba para la servidum­ bre del hombre, y el fo rm ar el fe to en el ú te ro y, finalm ente, e l realizar todas nu estras o b ras, seg ú n expondrem os luego m ás am pliam ente. L u e g o el q u e las denom inaciones de v er, etc., n o se a trib u y a n a D ios, es porque n o están tom adas de la p u ra eficiencia, sino m ás bien d e la inform ación y recepción del m ovim iento o acto realizado. E fectivam ente, n o se dice que ve el q u e de c u a l­ q u ie r m anera p ro d u c e la visión, sino el que d e tal suerte la produce, q u e q u e ­ da inform ado p o r ella ; m ás aún, esta denom inación se tom a p rincipalm ente d e esta segunda relación, h asta tal p u n to q u e si p udiese perm anecer sin la eficien­ cia, o al m enos sin la eficiencia p rin cip al, h ab ría bastante para tal denom inación. E n consecuencia, n o hay d u d a de q u e a to d a causa principal que opera « u t q u o d » p u e d e a trib u írsele con v erd ad y p ro p ie d a d el e fecto atendiendo únicam ente a la p u ra eficiencia. 8. Si la denominación absoluta de agente es atribuible al instrumento.— M ay o r dificultad se ofrece p o r el h ech o de no p arecer que esto sea p ro p io de la causa p rin cip al, ya q u e a veces se atrib u y e a la instrum ental, com o se ve en los ejem plos teológicos. E n efecto, se dice que el h om bre consagra, absuelve, etc., a u n q u e sólo haga esto in s tru m e n ta lm e n te ; y en las cosas físicas se dice d el se­ m en q u e dispone propiam ente la m ate ria y q u e m ediante esa disposición p ro ­ duce la generación. El m otivo parece estar en q u e tal denom inación se a tr i­ buye p ropiam ente al su puesto que o pera, y, p o r tan to , si acaece que el in s tru ­ m en to es u n su p u esto q u e opera p o r sí de alg ú n m odo, puede tam b ién a tri­ b u írsele la acción. E n efecto, si se dice del agua propia y absolutam ente q u e p ro d u ce calor, a u n q u e sea sólo com o causa per accidens, sólo por el h echo d e ser el supuesto que su sten ta el p rin cip io p ro d u c to r d e calor, ¿qué tien e de ex­ tra ñ o el que se atrib u y a la acción al h om bre o a otro supuesto, p o r m ás q u e posea únicam ente capacidad in stru m en tal de operación? M as a esto cabe d ecir q u e esta denom inación n u n ca se atrib u y e a la causa, a no ser en v irtu d d e al­ g u n a principalidad — valga la expresión— q u e poséa en tal operación; p o r e jem ­ p lo , se atribuye al h o m b re el consagrar o el absolver, etc., po rq u e en la rea li­ zación de las acciones e n e m a s m ed ian te las cuales se ob tien en esos efectos, o p e dat, D eus. Unde, licet terra germinet herbam virentem, Deo tarnen tribuitur quod producat faenum ium entis et ■herbant servii tuti hom inum , et quod formet faetum in utero, ac denique quod omnia opera nostra : operetur, ut inferius latius dicemus. Quod ergo illae denominationes videndi, etc., non tribuantur Deo, ideo est quia non sunt desumptae ex pura efficientia, sed magis ex information et receptione motus aut actus effecti. Non enim dicitur videre qui utcumque facit visionem, sed qui ita facit ut ea informetur; immo ab hac posteriori habitudine praecipue sumitur ilia denominatio, adeo ut si illa manere posset sine efficientia, vel saltern sine efficientia principali, ad illam denominationem sufficeret. Igitur non est dubium quin effectus quoad puram effidentiam omni prindpali causae operanti ut quod vere ac proprie attribuì possit. 8. A gentis absoluta denom inano an instru m en to tribuatur. — Maiorem difficultatem ingerir quia non videtur hoc proprium causae principalis, nam interdirai attribui-

tur instrumentali, ut patet exemplis theologicis; homo enim dicitur consecrare, absolvere, etc., quamvis solum instrumentaliter hoc faciat; et in physicis semen dicitur proprie disponere materiam et mediante illa disposition generationem efficere. Et ratio esse videtur quia ilia denominatio proprie tribuitur supposto operanti, et ideo, si contingat instrumentum esse suppostone aliquo modo per se operans, illi edam potest attribuì actio. Etenim, si aqua proprie et simpliciter dicitur calefaccre, etiamsi tantum sit causa per accidens, solum quia est suppostom sustentans prindpium calefaciendi, quid minim quod homini vel alteri suppo­ sto tribuatur actio, etiamsi solam vim in­ strumentalem operandi habeat? Sed ad hoc dici potest hanc denominationem nunquara attribuì causae nisi ratione alicuius principalitatis (ut sic dicam) quam in tali opera­ tio n habet; ut homini atttibuitur quod consecret vel absolvat, etc., quia in exercendis actionibus externis per quas ¡Ili ef­ fectus fiunt operatur ut causa principalis et

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Disputaciones metafísicas

ra com o causa principal y p o r realizarlas com o d u eñ o de sus acciones. D el se­ m e n , en cam bio, no se dice q u e genere p ro p iam en te, n i tam poco q u e organice o disponga propiam ente la m ateria, a no ser en cuanto m ediante su propia v ir­ tu d p u ed e realizar algo previo, en lo que se p o rta com o agente principal. F in al­ m en te, del agua no se dice que calienta esencialm ente, sino accidentalm ente, n o teniendo, p o r tanto, n ad a que ver con la cuestión, ya q u e a q u í tratam os de la a trib u ció n esencial. Y esa m is m a . denom inación accidental tiene su fu n d a­ m e n to en el hecho de q u e el agua se p o rta com o o p eran te p rin cip al en la ra ­ z ó n de su b sisten te y de su sten tan te del p rin cip io p ro d u c to r de calor. A sí, pues, h ab lan d o e n absoluto, es propio d e la causa p rin c ip a l el q u e se le atribuya la acción y el efecto. E sto p o d ría acom odarse pro p o rcio n alm en te al agente «quod» y al principio de obrar «quo», a aquél en cuanto operante, a éste en cu an to ra z ó n prin cip al del operar. P u ed e añadirse todavía q u e se denom ina en abso­ lu to causa prin cip al a la causa o p eran te «ut q u o d » , m ien tras q u e al principio se le denom ina sólo red u ctiv a y relativam ente. B asta, p o r lo m ism o, que se le a p liq u e tam bién de igual m odo la descripción. E n este sentido, p u e s, es defen­ d ib le aquella definición, a u n q u e en ella n o se explica la razón p ro p ia en v irtud d e la cual se le atribuye el efecto absolutam ente a la causa prin cip al, siendo asi q u e en esto parece consistir p recisam ente la ra z ó n p ro p ia d e la causa principal.

Segundo modo 9. E n otro sentido suele llam arse causa p rin c ip a l a la que influye en el efecto con su v irtu d p ro p ia ; o de o tra m anera, a la que influye con v irtu d suficiente, es d ecir, a la q u e es suficiente con el concurso debido p a ra pro d u cir el efecto. S in em bargo, n o parece q u e q u ed e explicada suficientem ente de n in ­ g u n o de estos m odos la razó n p ro p ia y adecuada de esta causa. P o rq u e el influir con v irtu d propia en el efecto n o sólo conviene a la causa principal, sino ta m b ién a la in stru m en tal, sobre todo en los in stru m e n to s natu rales, dejando a p a rte los otros. Pues el calor n a tu ra l, que es el in stru m e n to p a ra convertir el alim ento en sustancia del q u e se alim enta, tiene fuerza n a tu ra l e in n ata para esa acción, y de igual m an era el calor del fuego, si es el in stru m en to n a tu quia illa eadem operatur ut dominus suarum actionum. Semen autem non dicitur proprie generare, nec edam proprie organizare aut disponere materiam nisi in quantum propria virtute potest aliquid praevium efficere, in quo se gerit ut agens principale. Denique aqua non dicitur per se caleftcere, sed per accidens, et ideo non est ad rem, quia hic agimus de attribuitone per se. Et illa eadem denominano per accidens fundamentum ha­ bet in eo quod aqua in ratione subsistentis et sustentatis principium calefaciendi se gerit ut principale operans. Sic igitur, sim­ pliciter loquendo, proprium est principalis causae quod ei tribuantur actio et effectus. Et posset hoc cum proportione accommodari agenti quod et principio agendi quo, illi ut operanti, huic ut principali rationi operandi. Et addi etiam potest causam principalem absolute dici de causa operante ut quod, de principio autem n orinisi reductive et secundum quid; ideoque satis esse ut

illi eodem modo accommodetur descriptio. In hunc ergo modum sustineri potest illa definitio, quamvis in ea non explicetur pro­ pria ratio ob quam causae principali sim­ pliciter tribuitur effectus, cum tarnen in eo consistere videatur propria ratio causae prin­ cipalis, Secundus modus 9. Aliter ergo dici solet causa principa­ lis illa quae propria virtute induit in effectum; vel aliter, quae sufficienti virtute influit, seu quae cum concursu sibi debito sufficiens est ad producendum effectum. Nullo tarnen ex his modis videtur sufficienter declarari propria et adacquata ratio hu­ ms causae. Nam propria virtute influere in effectum non soium principali causae convenit, sed etiam instrumentali, praesertim in naturalibus instrumentis, quidquid sit de aliis. Calor enim naturalis, qui est instru­ mentum ad convertendum alimentimi in

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ra l p a ra la in tro d u cció n d e la fo rm a sustancial d e l fuego, posee u n a v irtu d p ro p ia e in trín seca para tal acción in stru m en tal. E n efecto, n i p u e d e obrar sin capacidad p ro porcionada, n i la posee com o algo extrínseco o ad v e n tic io ; luego la posee com o in n ata y propia. Y si se dice que posee ciertam en te la capacidad, pero q u e es in stru m e n ta l, esto es precisam ente lo que investiga­ m os, a saber, q u é es lo q u e le falta p a ra la ra z ó n de p rincipio p rin cip al, d ado q u e se d em ostró q u e o peraba p o r v irtu d p ro p ia ; y tam poco p arece ne­ cesario lo que se añadía en segundo lu g a r a pro p ó sito de la v irtu d suficien­ te. P rim eram en te, p o rq u e igual que el calor solo no basta para in tro d u c ir la form a de fuego, del m ism o m odo tam poco b asta la sola form a sin ca. lo r; luego, p o r la m ism a razó n , la form a no será p rin cip io suficiente. A dem ás, p o rq u e la causa p rin c ip a l h a de ser u lterio rm en te dividida en total y parcial, y am bas se d istin g u en de la in s tru m e n ta l; m as la causa parcial n o o p e ra con v irtu d suficiente; lu eg o n o es legítim o q u e se la distin g a de la in stru m en tal p o r esto. A sim ism o, cu an d o se dice q u e la capacidad d e la causa prin cip al d e b e ser suficiente, o se e n tien d e la suficiencia e n cualquier género u ord en de causa eficiente, y esto es falso ; de lo contrario n in g u n a causa segunda sería p rin cip al, po rq u e n in g u n a es absolutam ente suficiente; m ás aún, n i la causa p rim era cu an d o concurriese con la segunda ob raría com o causa p rin cip al, ya q u e en estos casos no opera com o suficiente p o r sí sola. E m p e ro si se e n tien d e la suficiencia en su género determ inado, ta m b ién la causa in stru m e n ta l es suficiente en su o rd e n ; luego ■la razón p ro p ia de causa p rin c ip a l no q u ed a suficientem ente explicada p o r esto. F in alm en te, lo q u e se añade a p ropósito del concurso debido, en nada contribuye a la explicación, ya p o rq u e la necesidad d el concurso no conviene a to d a causa p rin cip al, sino sólo a la seg u n d a; ya tam b ién p o rq u e el concurso n o se debe ú n icam en te a la causa prin cip al, sino ta m b ié n a la in s tru m e n ta l; en efecto, al calor se le debe el concurso p a ra calentar y para p ro d u c ir el fuego, si es q u e el calor es suficiente; por consiguiente n o p arece explicarse bastan te p o r n in g u n o de estos m odos la razón d e causa p rin c ip a l, n i d istinguirse d e la ' in stru m en tal.

substantiam aliti, naturalem et innatam vim habet ad ülam actionem, et similiter calor ignis, si est naturale instrumentum .ad introducendam iormam substantiatem ignis, propriam et insitam virtutem habet ad illam actionem instrumentarían!. Ñeque enim sine virtute proportionata agere potest, ñeque illam habet extrinsecam aut adventitiam ; ergo innatam et propriam. Quod si dicatur habere quidem virtutem, esse tamen instru­ mentarían), hoc est quod inquirimus, nempe quid illi desit ad rationem principalis principii, cum ostensum sit propria virtute ope­ rati; ñeque enim necessarium videtur quod secundo loco . adiiciebatur de virtute suffi­ cienti. Primo quidem, quia sicut solus calor non sufficit ad introducendam formam ignis, ita ñeque sola forma sine calore; ergo eadem ratione forma non erit principium sufficiens. Deinde, quia causa principalis dividenda est ulterius in totalem et partialem, et utraque distinguitur ab instrumentali ; causa autem partialis non operami virtute sufficienti; ergo non recte io hoc separa­ tor ab instrumentali. Praeterea, cum virtus

causae principalis dicitur debere esse sufficiens, aut intelligitur de sufficientia in Om­ ni genere aut ordine causae efficienti^, et hoc est falsum, alias nulla causa secunda esset principalis, quia nulla est absolute sufficiens; immo nec causa prima, quando concurreret cum secunda, ageret ut causa prin­ cipalis, quia tunc non operatur ut per se sola sufficiens. Si vero intelligatur de suf­ ficientia in suo genere, etiam causa instrumentalis est in suo ordine sufficiens; ergo per hoc non satis dedaratur propria ratio causae principalis. Denique, quod additur de concursu debito, nihil amplius rem declarat, tum quia necessitas concursus non conventi omni causae principali, sed tan­ tum secundae, tum etiam quia concursus non tantum debetur causae principali, sed etiam instrumentariae ; calori enim debetur concursus et ad calefaciendum et ad producendum ignem, si sit sufficiens calor; nullo ergo ex his modis videtur satis declarari ratio causae principalis et ab instrumentaria distingui.

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Disputaciones metafísicas Tercer modo

10. P o r esto p u e d e h ab er o tro m odo d e ex p re sa rse : q u e la causa p rin c i­ p al es aquella que pró x im am en te y p o r p ro p io influjo influye en el efecto o en la form a constitutiva d el efecto. E sta sentencia se explica m ejo r poniendo al m ism o tiem p o el concepto de causa in stru m e n ta l y la diferencia entre am bas. E fectivam ente, causa in stru m en tal será aquella que m ediante su acción n o ac­ tú a inm ediatam ente en el efecto o- form a, sino en algo previo, d e lo q u e dicha form a re su lta sin q u e sea afectada pró x im am en te y en sí p o r el in stru m en to . D e a q u í re su lta q u e to d a causa in stru m e n ta l es p rin c ip a l resp ecto de algún efecto, a saber, d e aq u el e n q u e influye p ró x im am en te y p o r sí; en cam bio es in stru m e n ta l respecto d e aquel o tro que de él resu lta. Se explica con ejem plos, p rim era m en te en las cosas artificiales, p u es u n a sierra, p o r ejem plo, es in s tru ­ m en to para realizar u n d eterm in ad o objeto artificial, y este in stru m e n to sólo re a ­ liza próxim am ente la operación de cortar, im p u lsan d o y rem oviendo de su lu ­ gar las p a rte s interm edias, y respecto de este efecto está m ás b ie n en relación d e causa p rin c ip a l; d e a q u í, em pero, b ro ta la form a artificial, respecto d e la cual se le com para .como causa in stru m e n ta l, p o rq u e n o actúa inm ediatam ente con su p ro p ia acción e n ella, sino que re su lta del p rim e r efecto. A dem ás, en las cosas n atu rales el calor del fuego es in stru m e n to p a ra la form a de fuego, p o rq u e actúa in m ediatam ente en el calor resp ecto del cual se p o rta com o causa p rin c ip a !; d e aquí a su vez surge la form a sustancial, sobre la q u e no actúa in m ediatam ente, seg ú n la sentencia pro b ab le de E scoto y d e otros. F in a lm e n te , e n las cosas sobrenaturales, de acuerdo con la o pinión d el P alu d an o , C apréolo y otros, se llam a a los sacram entos in stru m e n to s de la gracia p o rq u e no ejercen su influencia en. ella, sino en algo previo p a ra la m ism a. P o r eso este m odo de expresarse se p u ed e a trib u ir no sin razón a los au to res citados en los eiem plos segundo y tercero, a los q u e parece apoyar b a sta n te S anto T o m á s, I, q. 4 5, a. 5, al decir q u e la causa segunda in stru m en tal n o p a rtic ip a d e la acción d e la cau ­ sa su perior, a n o ser e n cuanto, m ed ian te algo q u e le es p ro p io , o p era disp o ­ sitivam ente en ord en al efecto d el agente p rin c ip a l. Y p u ed e darse com o razón el que el concurso d el in s tru m e n to siem pre es im perfecto, y q u e , p o r lo m is-

Tertius modus

lis; inde vero résultat forma artificialis, ad quam comparatur ut instrumentalis cau­ 10. Propter haec potest esse alius dicen- sa quia illam non attingit immediate propria di modus, causam principalem earn esse actione, sed solum résultat ex priori effectu. quae proxime et per proprium influxum in­ Deinde in naturalibus calor ignis est instrufluii in effectum seu in formam constituen- mentum ad formam ignis, quia immediate tem effectum. Ouae sententia melius decla- attingit calorem respectu cuius se habet ut ratur adiungendo simul rationed instrumen- causa principalis; inde vero résultat forma talis causae et utriusque differentiam. Cau­ substantialis, quam immediate non attingit, sa enim instrumentalis erit ilia quae sua iuxta probabilem sententiam Scoti et alioactione non attingit immediate effectum rum. Denique in supemawalibus, iuxta seu formam, sed aliquid praevium 'ex quo Paludani, Capreoli et aliorum opinionem, talis forma resultai quam proxime et in se sacramenta dicuntur instrumenta gratiae instrumentum non attingit. Unde fit ut orn­ quia non ipsam, sed aliquid praevium ad áis causa instrumentalis sit principalis re- ipsam attingunt. Unde non immerito hic spectu alicuius effectus, illi.is, nimirum, modus dicendi tribui potest his auctoribus quem proxime et per se attingit ; instrumen­ in secundo et tertio exemplo citatïs, quibus talis vero sit respectu alterius, qui inde re­ non parum favere videtur D. Thomas, I, sultai. Exemplis declaratur primo in arti- q. 45, a. 5, dicens quod causa secunda ficialibus, nam serra, verbi gratia, est in­ instrumentalis non participât acuonem cau­ strumentum ad tale artificium faciendum, sae superioris nisi in quantum per aliquid quod instrumentum proxime solum effi- sibi proprium dispositive operatur ad efcii inclsionem, impellendo et loco moven­ fectum principalis agentis. Et ratio reddi do partes intermedias, et ad hunc effec­ potest quia concursus instrumenti semper est imperfcctus, et ideo non pertinct ad iptual potius comparator ut causa principa-

Disputación X V II.— Sección II

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m o, no le co rresponde el influir inm ediatam ente e n la inducción de la form a respecto de la cual es in stru m en to , sino que le c o rresp o n d e únicam ente p re p a ­ rarla por vía de eficiencia. C o nsiguientem ente, p o r el co n trario , toda causa que influye inm ediatam ente en la form a será causa p rin c ip a l y n o in stru m en tal. 11. Los instrumentos influyen en la forma pretendida por el agente prin­ cipal.— E m pero esta sentencia no es adm isible, p o rq u e , e n prim er lu g a r, es falso que la causa in stru m en tal en cu an to in stru m e n ta l no alcance n u n c a inm e­ diatam ente y en sí m ism a la form a p re te n d id a p o r el agente principal, p u n to que -se hace evidente, en p rim e r lu g ar, partien d o d e u n a inducción co n traria. E n efecto, en las cosas sobrenaturales los sacram entos son in stru m en to s p a ra la producción de la gracia, actu a n d o in m ed iatam en te e n ella, y del m ism o m odo Jesucristo, m ediante las acciones d e su h u m an id ad , p ro d u cía inm ediatam ente obras sobrenaturales, sobre las q u e se hab ló am pliam ente en el I tom o d e la III parte. A sim ism o, en las cosas n atu rales es m ás p ro b a b le q u e los accidentes tengan acción in m ed iata en la educción d e la fo rm a sustancial, com o in s tru ­ m entos de la sustancia. Ig u alm en te es pro b ab le la o pinión de oue el fantasm a actúa in stru m en talm en te en la pro d u cció n de la especie inteligible, y, sin em ­ bargo, no aplica su acción a algo previo, sino inm ed iatam en te a la especie m is­ m a en sí. F in alm en te, p arece que la form a, del efecto es alcanzada inm ed iata­ m ente por la form a d el in stru m e n to algunas veces en los in stru m en to s d e arte, com o cuando m ed ian te u n sello se im p rim e u n a figura sem ejante en la cera o en una m oneda, p o r m ás q u e en estos casos en realid ad n o se p roduce d e suyo una figura, sino u n «donde», dig a lo q u e quiera E scoto, al q u e luego citarem os. Así, pues, con u n sen tid o m ás general, se afirm a q u e sin d u d a es v erd ad q u e estos instrum entos n o alcanzan de suyo con su acción a la figura o form a a rti­ ficial; sin em bargo, esto no se d eb e a q u e co n cu rran in stru m en talm en te, sino a que dicha form a no es p ro d u ctib le d e o tra suerte. P o r eso tam poco el agente principal la produce de o tra m anera, ya q u e de suyo p ro d u ce únicam ente un térm ino local de m ovim ento, el cual es u n «donde», y p o r p ro d u c ir ese m ovi­ m iento con u n m odo y ord en d e term in ad o , b ro ta com o consecuencia d e él una figura concreta; luego en esa acción el agente p rin cip al e in stru m e n ta l n o p u e­ den distinguirse p o r la aplicación m ed iata o inm ediata d e su acción. Y lo que es más, si nos fijam os en el térm in o q u e se p ro d u ce d e suyo, el cual es u n

«um ut immediate attingat inductionem eius formae ad quam est instrumentum, sed so­ lum ut ad ipsam efficiendo praeparet. Unde e converso omnis causa quae immediate attingit formam erit principalis et non Instru­ mentalis. 11. Instrumenta attingunt formam inten­ timi ab agente principali.— Haec vero sententia probari non potest, quia imprimis falsum est causam instrumentalem ut instru­ mentalem nunauam attingere immediate et in se formam intentano a principali agente, quod patet primo contraria inductione. Nam in supernaturafibus sacramenta sunt instru­ menta ad efficiendam gratiam, ipsam in se attingendo, et similiter Christus per actiones suae humanitatis attingebat immediate opera sUpernaturalia, de quibus dictum est late in I et ITI tom. I l l partis. Rursus in naturaUbus probabilius est accidentia ut instru­ menta substantiarum attingere immediate eductionem formae substantiaiis. Est etiam probabilis opinio phantasma instrumentali-

ter attingere productionem speciei intelligibilis, et tamen non attingit aliquid prae­ vium, sed immediate ipsam specìem in se. Denique in instrumentis artis aliquando videtur per formam instrumenti ptoxime at­ tingi forma effectus, ut cum sigillo imprimitur cerae aut monetae similis figura, quamvis tunc edam revera non per se fiat figura, sed Ubi, quidquid Scotus infra citandus signified. Igitur generalius dicitur veruni quidem esse haec instrumenta per se non attingere figuram seu formam artificialem, tamen id non est quia instrumentaliter concurrunt, sed quia illa forma non est aliter per se producibilis. Unde neque ipsum agens principale illam aliter inducit; nam per se solum facit terminum localem raotionis, qui est aliquod Ubi, et quia illam motionem efficit certo modo et ordine, inde resultai talis figura; ergo in ea actione non possunt agens principale et instrumentale distingui in attingendo mediate vel immedia­ te. Immo, si consideremus terminum per se s

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Disputaciones metafísicas

«donde», parece que el in stru m en to lo afecta con m ás in m ediateidad, p u e sto q u e el p in to r n o m ueve el color si n o es m ed ian te el pincel, y así e n otros casos. L a últim a form a, a su vez, o la figura n o se p ro d u ce d e suyo m ediante o tra acción, sino q u e es u n resultado del p rim e r térm in o . 12. Se explica, adem ás, por razón, p u e sto q u e p u ed e en ten d e rse q u e el in s­ tru m en to concurre d e tres m aneras al efecto d e l agente p rin cip al, a saber, o sólo rem otam ente, pro d u cien d o en concreto algo previo, o sólo p ró xim am ente, es decir, actuando inm ediatam ente en la fo rm a p re te n d id a p o r e l agente p rin ­ cipal, o de am bos m odos a la v e z ; abora b ien , la razó n de in stru m e n to n o se lim ita al p rim e r m odo, a u n concediendo q u e p u e d a c o n c u rrir a s í; luego n o es legítim o distin g u ir, atendiendo a dicho m odo de actu a r, el agente in stru m en tal d e l principal. L a m en o r quedó bastante explicada con los ejem plos aducidos. P u e d e darse com o razó n el q u e, a u n q u e el co ncurso in stru m e n ta l sea d e o rd en in ferio r, sin em bargo, p u e sto que e l in stru m e n to no p u ed e realizar su acción p o r sí solo, sino ayudado y confortado p o r el agente p rin cip al, p o r lo m ism o n o existe repugnancia alguna en que el in stru m e n to alcance inm ediatam ente con su acción al efecto del. agente principal. P o r eso S anto T o m ás, III, q. 77, a. 3, ad 3, y en q. 79, a. 2 , 'a d 3, d ic e : ningún obstáculo hay en que la causa ins­ trumental produzca un efecto mejor y superior a su especie. C on este a rg u ­ m e n to queda refutado el fu n dam ento de la sentencia c o n tra ria ; n i en otros p a ­ sajes está Santo T o m ás en contradicción con nosotros, sino q u e m ás bien p re s­ ta apoyo a esta sen ten cia; en efecto, no afirm a q u e el in stru m e n to co ncurra sólo dispositivam ente al efecto del agente prin cip al, sino q u e dice q u e no p articip a la acción d el agente p rin c ip a l a n o ser m ed ian te su p ro p ia acción. P o r eso los tom istas concluyen q u e todo in stru m en to tien e dos acciones: u n a , m ed ian te la cual realiza algo q u e le es p ro p io , en la q u e n o ejercita p len am en te su oficio d e in stru m e n to ; otra, p ropiam ente in stru m e n ta l, p o r la q u e influye inm ed iata­ m e n te en el efecto del agente principal. E l F e rra rie n se defiende q u e estas ac­ ciones son siem pre realm en te d istintas, en I I cont. Geni., c. 21. E n cam bio C aye­ tan o , I, q. 4 5, a. 5, afirm a con m ás razó n q u e esto n o es necesario, ya q u e a veces sólo hay una acción única en la q u e distinguim os p o r razón o acom oda-

productum, qui est Ubi, immediatius videtur instrumentum ilium attingere, quia pictor non movet colorem nisi medio penicillo, et sic de aliis. Ultima vero forma seu figu­ ra non alia arnione per se attingiti«, sed ex priori termino resultai. 12. Praeterea declarator ratione, quia tribus modis intelligi potest instrumentum concurrere ad effectum principalis agentis, scilicet, vel tantum remote, attingendo sci­ licet aliquid praevium, vel tantum proxime, nempe attingendo immediate formam intentam a principali agente, vel simul utroque modo; sed ratio instrumenti non limitatur ad priorem modum, esto interdum ita possit concurrere; ergo non recte in eo modo attingendi distinguitur instrumentalc agens a principali. Minor satis declar ita est exem­ p ts adductis. Et ratio reddi potest, quia etsi instrumentalis concursus sit inferioris rationis, tamen, quia instrumentum non attingit per se solum, sed ut adiutum et conforta­ tomi a principali agente, ideo nulla est repugnantia quod instrumentum immediate

attingat effectum1 principalis agentis. Unde D. Thomas, III, q. 77, a. 3, ad 3, et q. 79, a. 2, ad 3, dicit: N ih il prohibet causam instrum entalem producere poliorem effec­ tu m et ultra suam speciem. Ex qua ratione

solutom manet fundamentum contrariae sententiae; neque D. Thomas in alio loco nobis repugnat, sed potius huic sententiae favet; non enim ait instrumentum tantum dispositive concurrere ad effectum principa­ lis agentis, sed non participate actionem principalis agentis, nisi media actione pro­ pria. Unde thomistae colligunt omne instru­ mentum duas habere actiones; unam, qua agit aliquid proprium, in qua non complete exercet officium instrumenti; aliam proprie instrumentalem, qua immediate influit in effectum principalis agentis. Quas actiones semper esse realiter distinctas contend« Ferrarien, II cont. Gent., c. 21. Caietanus vero, I, q. 45, a. 5, rectius dicit hoc non esse necessarium, nam interdum est unica tan­ tum actio, in qua secundum rationem vel accommodationem distinguimus aliquid quod

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ción algo que p u e d e realizar el in stru m e n to com o efecto p ro p io y algo q u e realiza com o in stru m en to . E m pero am bas cosas convienen e n esto, p o r lo q u e al asu n to p resen te se refiere, e n q u e el in stru m e n to e n cu an to tal y m ed ian te la acción q u e com o in stru m e n to ejerce, actúa in m ed iatam en te y por sí sobre el efecto del ag en te prin cip al, e n cu a n to éste es susceptible d e dicha acción o esencialm ente capaz de ser pro d u cid o . E n realidad difícilm ente se salva d e o tra m anera el concepto d e in stru m e n to n a tu ra l, a n o ser c o n im p ro p ied ad y p o r d e­ nom inación extrínseca, según luego explicaré. E n fa v o r de esta sentencia se in ­ clina ta m b ié n E scoto, In IV, d ist. 1, q. 1.

Cuarta explicación de la causa principal e instrumental 13. E l cuarto m odo de expresión p u e d e ser q u e la causa in stru m e n ta l es aquella que ob ra únicam ente en cu an to m ovida p o r o tra ; y q u e p o r el con­ trario es causa p rin c ip a l la q u e tiene d e p o r sí fu e rz a p a ra o p e ra r sin la m oción de otro. E sta explicación parece to m ad a d e lo q u e nos e n señ a la experiencia en los in stru m en to s del a rte ; en efecto, estos nos son m ás concidos y e n ellos no existe otro m odo de operar. P o r eso S an to T o m á s, Iib. I I cont. Geni., c. 21, en el argum ento cuarto afirm a q u e el in stru m e n to n o se em plea n u n ca p a ra cau­ sar algo a no ser p o r vía d e m ovim iento, ya que al co ncepto de in stru m e n to pertenece ser algo q u e m ueve siendo m o v id o ; y en el arg u m e n to q u in to afirm a que el in stru m en to es u n m edio en tre la causa p rin c ip a l y el efecto, d e tal su e rte que la eficacia d el agente p rin cip al lleg u e h asta el efecto m ediante la m oción del in stru m en to . D e esto infieren algunos — ex trem am en te opuestos al tercer m odo arriba explicado— q u e cuando co n c u rre n ju n ta m e n te la causa p rin c ip a l y la in strum ental, el efecto su fre m ás in m ed iatam en te la influencia de la causa instrum ental que de la 'p r in c ip a l (entiendo el m ás in m ed iatam en te con in m ed ia­ ción — como dicen— de supuesto, ya q u e el agente p rin c ip a l n o o bra si n o es m ediante el in s tru m e n to ); se d ice, en cam bio, q u e el ag en te p rin c ip a l o b ra m ás inm ediatam ente con inm ediación de v irtu d , p u esto q u e el in stru m e n to n o obra si n o es por v irtu d de él. P o r esto, se confirm a racio n alm en te dicha sentencia, puesto que el in stru m e n to en cuanto ta l n o obra si n o es p o r v irtu d de u n agente p rin c ip a l; m as el in stru m en to n o p u ede re c ib ir fuerzas en su operación de la v irtu d del agente p rin cip al si no es m ovido p o r e lla ; luego el concepto

operandi modus. Unde D. Thomas, II cont. Gent., c. 21, ratione 4, ait instrumentum nunquam adhiberi ad causandum aliquid nisi per viam motus, nam de ratione instrumentì est quod sit movens motum; et ratione quinta ait instrumentum esse me­ dium inter causam principalem et effectum, ita ut efficacia principalis agentis perveniat ad effectum, media motione instrumenti. Ex quo inferunt aliqui extreme dissidentes a tertio modo supra tractato, quando simul concurrunt causa principalis et instrumentalis, immediatius attingi effectum ab in­ strumentali quam a principali, immediatius Quarta èxposiiio causae principalis (inquam) immediatione (ut aiunt) suppositi, et instrumentalis quia principale agens non agit nisi per in­ 13. Quartus modus dicendi esse potest strumentum; immediatione autem virtutis instrumentalem causam eam esse quae so­ dicitur agens principale immediatius agere, lum agit ut mota ab alio; e contrario vero quia instrumentum non agit nisi in virtute principalem causam esse quae per se et eius. Atque hinc conlirmatur ratione haec sine motione alterius vim habet operandi. sententia, nam instrumentum ut sic non agit Quae explicatio sumpta videtur ex his quae nisi in virtute principalis agentis ; sed non in instrumentis artis experimur; illa enim potest instrumentum niti in operando virtu­ nobis notiora sunt et in eis non alius est te principalis agentis, nisi quia ab illa mo-

instrumentum ex propriis potest attingere, et aliquid qtiod attingit ut instrumentum. Am­ bo autem conveniunt in hoc, quoti ad rem praesentem spectat, nempe instrumentum ut tale est et per actionem quam ut instru­ mentum exercet, attingere immediate et per se effectum principalis agentis, quantum attingibilis est seu per se producibilis. Et revera vix aliter salvatur ratio instrumenti naturalis, nisi improprie et per denominationem extrinsecam, ut inferius dcclarabo. Et in hanc sententiam inclinat etiam Scot., In IV, dist. 1, q. 1.

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Disputaciones metafísicas

d e causa in stru m e n ta l q u e d a d ebidam ente explicado p o r el h ech o d e o b ra r en cuanto m ovida p o r o tro , y, en consecuencia, causa p rin c ip a l será ¡a q u e n o n e ­ cesita la m oción de o tra p a ra operar. 14. Si el instrumento exige alguna moción por parte de la causa principal.— Pero tam poco esta sen ten cia explica p len am en te el concepto, n i resu lta satis­ factoria. E fectivam ente, cu an d o se dice q u e el in stru m e n to o b ra en cuanto m o­ vido p o r otro, cabe e n te n d e r esto de dos m aneras. L a u n a , resp ecto del m ovi­ m iento o m utación real recib id a en el in stru m e n to m ism o y p rev ia a su acción, y en este sentido e n tie n d e dicha proposición el F e rra rie n se e n el lib. II conl. Gent., c. 21. S in em bargo, en este sentido la proposición no p u e d e s e r 1u n iv e r­ salm ente v erdadera, m ás a ú n , ap en as será v erd ad era, a n o ser e n los in stru m e n ­ tos del arte, l o s , cuales son aplicados a la operación m ed ian te u n m ovim iento local; en cam bio, e n los in stru m en to s n a tu rales n o lo será en m odo a lg u n o ; po rq u e si el fan tasm a es u n in stru m en to , ¿ q u é acción re c ib e en sí an tes de o b rar? ¿R ecibe acaso en sí alguna luz e sp iritu al? E sto , em pero, es algo ficticio y en contradicción p alm a ria con u n sujeto m aterial. Ig u alm en te, el calor del fuego es el in stru m e n to d e éste p a ra en g e n d ra r fuego, y el calor vital o la p o ­ tencia n u tritiv a lo es p a ra 'p r o d u c ir carne, in stru m e n to s en los cuales no p u ede pensarse n in g u n a v erd ad era m oción antecedente. D el m ism o m odo se dice que el sem en es u n in s tru m e n to del g en eran te, el cual, u n a vez desp ren d id o , no recibe n in g u n a n u ev a m oción d el agente prin cip al. D ejo a u n lado los in s tru ­ m entos so b ren atu rales, d e los q u e m e o cupé largam ente en la I I I p arte, q . 13 y 62. T o d av ía añado q u e n o todas las cosas q u e m ueven siendo m ovidas actú a n — propiam ente y en rig o r— com o in stru m en to s, sino que algunas actúan com o agentes principales, al m enos parciales. E n efecto, algunas n o causan alteración si previam ente no h a n sido alteradas, p o r ejem plo la p im ie n ta n o d a calor si no h a sido previam ente calentada, y, sin em bargo, n o calienta sólo m ediante la v irtu d recib id a, sino tam b ién d eb id o a la suya p ro p ia e in n a ta , q u e es v irtu d em inentem ente d estin ad a a c a le n ta r; p o r tan to se p o rta en esto com o agente principal. Ig u alm en te, el h o m b re n o m ueve el bastón si no es m oviendo la m ano. Y au n q u e bajo este concepto suela llam arse a la m ano in stru m e n to , o m ejor, in stru m en to d e los in stru m e n to s o in stru m e n to a n terio r a los in stru m en to s, se-

vetur; ergo ratio instrumentalis causae recte explicatur per hoc quod est agere ut motam ab alio, et consequenter causa princi­ palis erit quae ad agendum non indiget motione alterius. 14. An aliquant motionem vendicet sibi instrumentum a principali cauta.— Sed neque haec sententia piene rem declarat aut satisfacit. Cum enim dicitur instrumentum agere ut motum ab alio, duobjs modis intelligi potest. Uno modo, de motu vel mu­ tinone reali recepta in ipso instrumento et praevia ad actionem eius, et hoc modo intelligit illam propositionem Ferrar., II cont. G ent, c. 21. Non tamen potest in eo sensu propositio esse universaliter vera, immo vix invenitur vera nisi in instrumentis artis, quae per motum localem applicantur ad operandum; in instrumentis autem naturae, minime; nam si phantasma est instrumen­ tum, quam actionem in se prius recipit_ ut agat? Numquid recipit in se aiiquod spiri­ tuale lumen? At id fictitium est et subiecto materiali plane repugnans. Item, calor ignis

est instrumentum eius ad generandum ignem, et calor vitalis vel potentia nutritiva ad producendam carnem, in quibus nulla vera motio antecedens excogitari potest. Item, semen dicitur instrumentum generantis, quod, postquam decisum est, nullam novam motionem a principali agente recipit Omino supernaturalia instrumenta, de quibus late dixi in III, q. 13, et 62. Addo deinde non omnia quae movent mota agere ut in­ strumenta, proprie et in rigore, sed u t agen­ da principalia, saltern partialis. Nam quaedam Don alterant nisi alterata, ut piper non calefacit nisi calefactum, et tamen non calefacit solum per virtutem receptam, sed priam per propriam et innatam, quae est virtus eminens ad calefaaendum ; unde m eo se gerii ut principale agens. Item, non movet homo baculum nisi movendo manum. Quamvis autem hac ratione soleat dici manus instrumentum, vel potius instrumentum instrumentorum seu instrumentum ante in­ strumenta, ut Aristoteles dixit, IV de Parrib.

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g ú n dijo A ristóteles, lib . TV De Partibus animal., c. 10, sin em b arg o , en rea­ lid a d es u n agente prin cip al, pues tiene en sí una v irtu d parcial p a ra tra n s­ p o rta r, o im p u lsa r, o levantar. P o r eso, en estos casos m u chas veces la m oción d e u n a cosa es sólo u n a condición necesaria p a ra llevar o im p u lsa r a o tra, lo cu al no b a sta p a ra p riv arla de la esencia de agente p rin c ip a l y p a ra co nferirle la esencia p ro p ia del in stru m en to . E s m ás, ta m b ié n el cielo — seg ú n p re te n d e n m u chos— n o m ueve si n o es m ovido, y sin em b arg o n o m ueve com o in s tru ­ m e n to , p u n to del q u e nos ocuparem os luego. P o r tan to , la razón o condición de m over siendo m ovido m ediante una m u tació n real en sí recib id a, n o basta, p a ra d istin g u ir d eb id am en te a la causa in stru m en tal de la p rin cip al, p o rq u e no todos los in s tru m e n te s son m ovidos d e esta su e rte para o b rar y p o rq u e acaece que algunas causas principales son m ovidas a p ro x im ad am en te del m ism o m odo con q u e sucede que se m ueven algunos in stru m en to s. T en em o s u n indicio de esto en q u e los in stru m en to s del arte necesitan d e alg ú n m ovim iento incluso p a ra realizar aquello que p u ed en hacer por su p ro p ia v irtu d , consiguiéndose sólo m ed ian te el arte e l q u e dich o m ovim iento se realice de u n a m a n e ra o r­ denada. 15. Si las criaturas pueden ser llamadas instrumentos de Dios.— A sí, pues, p u e d e decirse q u e el in stru m en to ob ra en cu an to m ovido p o r o tro en u n sen­ tido d istin to , es d ecir, en cuanto subordinado a o tro , o en cuanto h ace sus ve­ ces, o ta m b ién en cu a n to ayudado p o r el agente p rin cip al, según los diversos géneros de in stru m e n to s q u e se explicarán luego. C iertam en te q u e en este sen­ tid o es v erd ad q u e to d o in stru m en to obra en cu a n to m ovido p o r o tro — si es q u e es lícito, expresarse así— , sin em bargo esto no es algo característico del in stru m en to e n ten d id o estrictam ente, tal com o ah o ra tratam o s de é r y lo dis­ tin g u im o s d e la causa p rin c ip a l, sino q u e m ás b ie n es algo com ún a to d o p rin ­ cipio in ferio r d e o b ra r y a toda causa fuera de la p rim era . P o rq u e , e n p rim e r lu g ar, todas las causas segundas o b ran m ovidas p o r la p rim e ra , esto es, con el concurso y auxilio de la p rim era , com o explicarem os luego, y, sin em bargo, no son p ro p iam en te in stru m en to s, sino que son causas principales en su género. Ya sé q u e algunos en tre los autores antiguos llam ab an a veces a las causas se­ gu n d as in stru m e n to s d e la prim era , com o p u ed e verse en S anto T o m á s, q. 3 , De Potentia, a. 7 , d o n d e llega a la siguiente c o n clu sió n : por consiguiente Dios

anim., c. 10, tamen revera est partíale mo­ véis principale, nam in se habet partialem virtutem trahendi, aut impellendi, aut sub­ levando Unde in his saepe m olo unius rei solum est conditio necessaria ad trahendum vel impellendum aliam, quod non satis est ad tollendam rationem principalis agentis et inducendam propriam rationem instrumenti. Immo et caelum (ut multi voiunt) non movet nisi motum, et tamen non movet ut in­ strumentum, de quo inferius. Itaque ex ratione vel conditione moventis moti per rea­ lera mutationem in se receptam, non recte distinguitur instrumentalis causa a princi­ pali, quia ñeque omnia instrumenta ita moventur ad agendum, et fere eo modo quo conringit aliqua instrumenta movers' contingit etiam moveri aliquas causas principales. Cuius signum est quod instrumenta anís, etiam ad id agendum quod ex propria virtute possunt, indigent aliquo motu, et per artera solum fit ut file motus ordinate fiat.

15. Creatamene dicendae Dei instrumen­ ta.— Alio ergo sensu potest dici instrumen­ tum agere ut motum ab alio, id est, ut sub­ ordinatimi alteri vel ut habens vicem ilIius, vel etiam ut adiutum a principali agen­ te, iuxta varia genera instrumentorum infe­ rius declaranda. Et in hoc sensu est quidem verum omne instrumentum agere ut motum ab alio (si tamen ita loqui licei), tamen hoc non est proprium instrumenti stricte sumpti, prout nunc de ilio agimus et. a principali causa illud distinguimus ; quin potius com­ mune est Omni inferiori principio agendi omnique causae praeter primara. Nam im­ primís omnes causae secundae agunt motae a prima, id est, cum concursu et auxilio primae, ut infra declarabimus, et tamen non sunt proprie instrumenta, sed causae prin­ cipales in suo genere. Scio nonnullos ex antiquis auctoribus vocare aliquando causas secundas instrumenta primae, ut patet apud D. Thomam, q. 3 de Potent., a. 7, ubi ita

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es causa de toda acción en el mismo sentido en el que todo agente es instru­ mento de la divina virtud operante. E sto m ism o se tom a de I , q . 105, a. 5. Y del m ism o m odo se expresa el D am asceno en su Physica, c . 9, d o n d e afirm a que éste es u n do g m a d e P la tó n , del q u e op in a q u e h ay q u e antep o n e rlo a A ris­ tóteles e n este p u n to . L o m ism o -d ic e S im plicio, lib. I Phys., tex t. 29. P o r eso E scoto, In IV, d ist. 1, q. 1, § Ad quaestionem ergo, afirm a q u e se p u ede decir que u n a causa o b ra d e m odo p rin cip al d e d o s m a n e ra s: d e m o d o p rin cip al p ri­ m ario, esto es, in d ep en d ien tem en te, y en este sentido las causas segundas no son principales, sino in stru m en tales. D e m odo p rin c ip a l secundario, esto es, m edian­ te u n a fo rm a p ro p ia e in trín seca, y d e este m o d o dice q u e las causas segundas son principales. A u n q u e con esto n o ex p liq u e suficientem ente la noción de causa principal, sin em b arg o tien e razó n al afirm ar q u e las causas segundas son p rin ­ cipales, y en la d o c trin a d e A ristóteles n o cabe d u d a d e q u e así hay q u e lla­ m arlas, según se d e d u ce del lib. I I d e la Física y del lib . V d e la Metafísica, en los lugares citados. Y atendiendo a la p ro p ied ad m ism a d e la p alab ra, es evidente q u e n o es lo m ism o o b ra r p rin cip alm en te q u e in d ep e n d ie n te m e n te ; p o r lo tan to , p a ra q u e u n a causa sea p rin cip al, no es p reciso q u e sea abso­ lutam en te in d ep en d ien te. Y , p o r el c o n trario , el q u e u n a causa sea d e p en d ie n te y necesite del auxilio d e o tra su p erio r n o b asta p a ra que sea u n a causa in s tru ­ m ental. A dem ás, al e n te n d im ien to n o se le ju z g a co m ú n m en te u n in stru m e n to , sino p rin cip io p rin c ip a l de. sus actos n a tu ra le s, n i tam poco a la v o lu n ta d y a otras facultades sem ejantes, p o r m ás q u e en el o b ra r estén subordinadas a sus form as. E s verd ad q u e a todas estas facu ltad es, e incluso a todos los accidentes, les llam an algunos in stru m en to s, y con ra z ó n , ciertam ente, si p o r el n o m b re de in stru m e n to e n tien d en to d o p rin cip io q u o d e operación, el cual n o existe p o r causa de sí m ism o, sino p a ra q u e se valga d e él algún su p u e sto ; n o , em pero, si hablam os con to d o rig o r d e la causa in stru m e n ta l y de la acció n ; en efecto, en este sentido el calor n o es p ro p iam en te u n in stru m e n to p a ra p ro d u c ir calor, puesto q u e el efecto n o supera la perfección d el p rin cip io o de la causa.

concluda: : Sic ergo Deus est causa omnis actionis, prout quodlibet agens est instru­ mentum divinae virtutis operamis. Idem sumitur ex I, q. 105, a. 5. Et eodem modo loquitur Damascen., in sua Fhysica, c. 9, ubi ait illud esse dogma Platoms, quem in hoc censet praeferendum esse Aristoteli. Idem Simplicius, I Phys., text. 29. Unde Scot., In IV, dist. I, q. 1, § Ad quaestionem ergo, ait dupliciter dici posse causam principaliter operari. Primo principaliter, id est, independentcr, et sic_ causas secundas non esse principales, sed instrumemales. Secundo principaliter, id est, per formam propriam et intrinsecam, et hoc modo ait cau­ sas secundas esse principales. In quo, licet non satis explicet rationem causae principalis, vere tamen dicit causas secundas es­ se principales, et in doctrina Aristotelis certum est ita esse appellandas, Ut ex II Phys., et V Metaph., in locis citatis, sumitur. Et ex ipsa vocis proprietate con3tat non esse

idem principaliter et independenter operari; ut ergo causa sit principalis, non oportet ut sit omnino independens. Et e converso, quod causa sit dependens et indigena au­ xilio alterius superioris, non satis est ut sit causa instrumentalis. Praeterea, intellectus non censetur communiter instrumentum, sed principale principium suorum actuum naturalium, ñeque voluntas et aliae similes facultates, quamvis in agendo sint subordinatae suis formis. Verum est has omnes facultates, immo et accidentia omnia, vocari ab aliquibus instrumenta, et recte quidem, si nomine instrumenti intelligant omne prin­ cipium quo operandi, quod non est propter se, sed ut aliquod suppositum eo utatur, non vero si rigorose loquamur de instrumentali causa et actione; sic enim calor non est proprie instrumentum ad calorem producendum, cum non excedat effectus perfectionem principi! seu causae.

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" Cuál es el verdadero concepto de la causa instrumental y de la principal 16. Diversas acepciones de instrumento.— P u esto q u e la dificultad d e este p roblem a p a re c e d ep en d er e n gran p a rte d el u so de los térm inos, p o r eso, p a ra n o en red arn o s en algún equívoco, es m en ester d istin g u ir las significaciones de éstos. Y com enzando p o r el in stru m e n to , o p o r la causa in stru m e n ta l, h ay u n a m an era d e d istin g u irla d e la causa p rin cip al p o r antonom asia, esto es, de la q u e obra con absoluta indep en d e n cia, ta l com o afirm ó E sco to ; en este sentido es fácil d istin g u ir en general estos m ie m b ro s; m as ah o ra n o los e n tien d o en este sentido, p o rq u e creo que es u n a m anera im p ro p ia d e expresarse. E n se­ g u n d o lugar," se p u e d e lla m a r causa in stru m e n ta l a to d a causa o v irtu d q u e se d a a alguien a fin de q u e o bre m ed ian te ella ; e n este sen tid o tam b ién la form a p u ede llam arse in stru m e n to del su p u esto , a u n q u e esto n o sea u n a m an era co­ rrie n te de h a b la r, ya q u e la form a es u n co n stitu tiv o esencial del su p u esto m is­ m o ; em pero sí se le llam a a to d a o tra v irtu d so b reañ ad id a al su p u e sto ; m ás aú n , a veces in clu so se d a este n o m b re a las p a rte s in teg ran tes, sobre to d o a las orgánicas, com o es el caso d e la m an o y el b ra z o ; e n este sentido los teólogos llam an a la h u m a n id a d d e C risto in stru m e n to u n id o con el V erbo, cosa q u e se afirm a con m ás p ro p ied ad en o rd e n a las acciones m ilagrosas y so b ren atu rales que en o rd e n a las acciones connaturales a la h u m a n id a d . E n ten d id o el in stru m e n ­ to de este segundo m odo, se da este n o m b re a cu alq u ier v irtu d o p rin cip io de operación c o n ferid o a u n su p u esto o p eran te a fin d e q u e o bre m ed ian te él, aun en el caso d e q u e tal v irtu d sea suficiente e ig u alm en te p erfecta, o q u e incluso sea m ás excelente q u e el efecto. E n cam bio, causa p rin c ip a l en cu an to d istin ta de la in stru m e n ta l en te n d id a de esta su erte, se rá el su puesto m ism o o p eran te en cuanto tie n e v irtu d d e o b ra r p o r sí m ism o, o p o r su sustancia, o p o r su fo r­ m a. T odavía se en tien d e p o r in stru m e n to en otro sentido aquello q u e sustituye . a otra cosa e n la ejecución de u n a acción, a u n q u e p u e d e suceder q u e dicho in stru m en to su p e re en excelencia a la acción o efecto a q u e se d estina, y d e esta suerte se suele d e c ir q u e la g ravedad es u n in stru m e n to del g en eran te, y que el ím p etu es u n in stru m e n to del q u e arroja algo, y en este caso la causa p rin ­ cipal com o relativ am en te o puesta a este in stru m e n to será aquella cuyas veces hace

Vera - ratio Instrumentalis et principalis causae quae 16. Instrumenti acceptiones varice.— Quoniam ergo huius rei difficultas magna ex parte pendere videtur ex usu terminorum, ideo, ne in aequivoco laboremus, opor­ tet significationes horum distinguere. Et incipiendo ab instrumento seu causa instru­ mental!, uno modo distingui potest a causa principali per antonomasiam seu omnino in­ dependenter operante, ut Scotus dixit; et sic facilis est herum membrorum in com­ muni distinct»; sed non ita nunc loquor, quia existimo improprium esse sermonem. Secundo did potest causa instrumentalis omnis causa'vel virtus quae alicui datur ut per eam operetur, quomodo edam forma potest did instrumentum suppositi, quamvis id non sit in usu, quia fem a constituit essentialiter ipsum Suppositum; dicitur ta­ rnen de omni alia virtute superaddita sup­ posi»; immo interdum etiam de partibus integrantibus, praesertim organids, u t de manu et brachio; quomodo theologi vocant

humanitatem Christi coniunctum Verbi in­ strumentum, quod proprius dicitur in ordine ad actiones miraculosas et supematurales quam in ordine ad actiones connaturales humanitati. Atque hoc secundo modo sumptum instrumentum dicitur quaelibet virtus aut principium agendi data supposi» ope­ ranti ut per eam operetur, etiamsi talis vir­ tus sit sufficiens et aeque perfecta, vel edam nobilior quam effectus. Causa vero principalis divisa contra instrumentalem hoc modo sumptam, erit ipsummet suppositum ope­ raos, quatenus per seipsum vel per suam substantiam aut per suam formam vim habet operandi. Alio item modo dicitur in­ strumentum id quod loco alterius substituitur ut actionem exsequatur, etiamsi contingat tale instrumentum esse nobilius actione vel effectu ad quem destinano, quo modo gra­ vitas did solet instrumentum generantis et Ímpetus instrumentum proiicientis, et sic cau­ sa principali respective opposita huic in­ strumento erit illa cuius vicem instrumentum gerii. Et in moralibus est frequentius usita-

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el in stru m en to . E n las acciones m orales se h ace uso m ás frecu en te de este gé­ nero de causa in stru m en tal o m inisterial. 17. F in alm en te y en el sentido m ás p ro p io , se llam a causa in stru m en tal a aquella q u e concurre o es elevada en ord en a p ro d u c ir u n efecto m ás noble q u e ella m ism a, esto es, q u e supera, la m e d id a de su p ro p ia perfección y acción, com o el calor en cuanto co n cu rre .a la p ro d u cció n de la carne y, en genera!, el accidente en cuanto co n cu rre a la p ro d u cció n de la sustancia. M uchos tienen dudas acerca de esta clase de in stru m en to s, n o sólo en las cosas naturales, sino tam b ién e n las sobrenaturales, refiriéndonos, com o de h echo nos referim os, a in s­ tru m e n to s verdaderam ente eficientes y q u e influyen físicam ente en los efectos m ism os de orden su p erio r, tal com o p u e d e verse en E scoto y en otros, In IV, dist. 1, y lo expondrem os m ás am pliam ente e n la disp. siguiente al tra ta r de la causa eficiente de las sustancias. N o so tro s, em pero, dam os p o r supuesto q u e p u e d e n existir sem ejantes in stru m en to s en cu alq u ier ord en d e realidades, según m ostrarem os respecto d e las n atu rales en el lu g ar citado y según dijim os de las sobrenaturales e n la tercera p a rte , y según lo ad m iten todos respecto d e las cosas artificiales, p o r m ás que en ellas, com o dije, la form a principalm ente p reten d id a por el artífice no reciba esencial e inm ediatam ente la influencia del in stru m en to , sino q u e b ro ta com o u n resultado. M as sea cual sea su m odo de pro d u cció n , supera en cierta m an era la fu erza del in stru m e n to considerado en sí m ism o y es p ro d u c id a p o r él en cuanto es dirigido y m ovido con arte. A sí, pues, cuando distinguim os el in stru m en to de la causa prin cip al, lo tom am os e n este sentido propio y riguroso. 18. D e esta su erte causa p rin cip al será aquella q u e influye en la acción m ediante la cual se p ro d u ce el efecto con la v irtu d principal, esto es, m ás ex-' celente o al m enos de igual excelencia q u e el efecto. D e este m odo n o sólo la causa p rim era , sino tam b ién la segunda, ta n to la unívoca com o la equívoca, qu ed an com prendidas bajo el n o m b re y co n cep to d e causa principal. Y este con­ cepto n o conviene sólo a la causa total, sino tam b ién a la parcial, con tal q u e ob re con v irtud sim ilar, ya q u e la causa parcial p ro p iam en te dicha dice relación a una causa coparcial de la m ism a naturaleza y del m ism o o rd en , de suerte que n inguna de ellas se su b o rd in e a la otra, sino q u e de am bas re su lte una causa total p rin cip al d el m ism o o rd e n , parcialm ente co m puesta d e dichas causas, siendo,

rum hoc genus causae instrumentalis seu ministerialis. 17. Ultimo ac propriissimo modo dicitur causa instrumentalis Ula quae concurrit seu elevatur ad efficiendum nobiliorem se seu ultra mensuram propriae perfcctionis et actionis, ut calor, quatenus concurrit ad producendam camera, et in universum accidens quatenus concurrit ad producendam substantiam. Et de hoc genere instrumentorum multi dubitant, non solum in naturalibus, sed etiam in supernaturalibus, loquendo, ut Ioquimur, de instrumentis vere efficientibus ac physice attingentibus ipsos superiores effectus; ut videre licet apud Seotum et alios, In IV, dist. 1, et. latius attingemus dispuratione sequenti, tractando de causa efficien­ ti substantiarum. Nos autem supppnimus in omni ordine rerum dari posse huiusmodi instrumenta, ut de naturalibus ostendemus citato loco, et de supernaturalibus diximus in III p., et de artifìcialibus omues admittunt, quamvis in illis, ut dixi, forma prae-

cipue intenta ab artifice non attingatur per se et immediate ab instrumento, sed resultet; quocumque tamen modo fiat, excedit aliquo modo vìm instrumenti secundum se considerati et fit ab ilio prout ab arte dirigitur et movetur. Hoc igitur proprio et ri­ goroso modo instrumentum sumlmus cum illud a causa principali distinguimus. 18. Atque ita causa principalis erit illa quae per virtutem principalem, id est, vel nobiliorem vel saltern aeque nobilem cum effectu, influit in actionem per quam talis effectus producitur. Quomodo non solum causa prima, sed etiam secunda, tam uni­ voca quam aequivoca, sub nomine et ratione causae principalis comprehenditur. Nec solum causae totali, sed etiam partiali con­ venir illa ratio, si virtute simili operetur, quia partialis causa proprie dieta dicit habitudinem ad compartialem eiusdem rationis et ordinis, ita ut neutra alteri subordinetur, sed ex utraque coalescat una causa totalis principalis eiusdem ordinis, quae par-

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en, consecuencia, am b as p rin c ip a le s, a u n q u e p arciales. D e esta clase d e causa p rin c ip a l se afirm a c o n ra z ó n q u e o b ra p o r p ro p ia v irtu d , n o sólo p o rq u e tien e esa v irtu d d e o p e ra r com o in trín se c a e in n a ta , sino ta m b ié n p o r te n e rla e se n ­ cialm ente p ro p o rc io n a d a al efecto y p o r n o n e c e sita r d e elevación a lg u n a ; y a u n ­ q u e a veces reclam e el co n cu rso d e u n a ca u sa su p e rio r d e b id o a la ra z ó n ge­ n eral d e ser e n te p a rtic ip a d o , n o o b sta n te ■e sto n o se d e b e a n in g u n a especial d e sp ro p o rc ió n e n re la c ió n con el e fe c to ; p o r ta n to sólo re q u ie re e l co n cu rso q u e se le d e b e p o r ra z ó n d e su p erfecció n . * 19. En qué sentido se dice que el instrumento opera por virtud del agente principal.— A su vez la causa in s tru m e n ta l e n c u a n to d is tin ta d e la p rin c ip a l así c o n sid e ra d a , será a q u ella q u e in flu y e en el e fecto m e d ia n te u n a v irtu d d e n a tu ra le z a o p erfecció n in fe rio r, seg ú n q u e d ó exp licad o e n el co n cep to y eje m ­ plos an terio res. S e dice de ésta q u e op era p o r v irtu d d el agente p rin c ip a l no p o rq u e n o necesite de alg u n a v ir tu d in trín se c a , esto es, ex isten te e n ella, p a ra su acción in s tru m e n ta l, b ie n se tra te d e u n a v ir tu d in n a ta , b ie n so b reañ ad id a a su re a lid a d , ya sea p e rm a n e n te y d u ra d e ra , a u n c u a n d o cese la acción, ya — com o d ic e n — fluyente y c o n sisten te en el m o v im ie n to ; p u e s p u e d e e x istir d e diversa m an era seg ú n las diversas clases d e in s tru m e n to s , a u n q u e a lg u n a fu erza in s tru m e n ta l es necesaria, p o rq u e , en o tro caso, d e u n a re a lid a d ta l n o p o d ría b ro ta r n in g u n a acción, se g ú n h iz o n o ta r d e b id a m e n te E sc o to an tes y se g ú n d ejé explicado en el I to m o d e la I I I p a rte , d isp . X X X I, sec. 6 . Se d ic e , p u e s, q u e estos in s tru m e n to s o p e ra n p o r v irtu d d el a g e n te p rin c ip a l, p o rq u e la fu e rz a q u e existe e n ellos es d esp ro p o rc io n a d a e in su fic ie n te y sólo posee fu e rz a ope­ rativ a seg ú n la m e d id a d e la v ir tu d y elevación d e l a g e n te p rin c ip a l. P o r eso n o se le d e b e p ro p ia m e n te y p o r sí m ism a d ic h o co n cu rso o elevación, sino que se d eb e ú n ic a m e n te a l ag en te p rin c ip a l o p o r ra z ó n d e él. D e a c u e rd o con esta in te rp re ta c ió n cesan to d a s la s d ificu ltad es ex p u e sta s e n los o tro s m o d o s ; más. a ú n , m u c h a s cosas d e las ex p u e sta s e n ello s, ex cep ció n h e c h a d e l te rc e r m o d o , p u e d e n re d u c irse a u n se n tid o acep tab le.

Causa primera y segunda 20. C on e sto re s u lta n fácilm en te co m p re n sib le s o tra s divisiones d e las c a u ­ sas eficientes, las cuales so n su b d iv isio n es de lo s m ie m b ro s ex p u esto s. Se d iv id e,

tialiter est ex talibus causis, et ideo utraque est principalis, licet partialis. Et huiusmodi causa principalis recte dicitur operari pro­ pria virtute, non solum quia habet intrinsecam et innatam illam virtutem agendi, sed etiam quia habet illam per se proportionatam effectui et non indigentem aliqua elevatione; et licet interdum indigeat concursu superioris causae ob generalem rationem en­ ds participati, non tamen ob specialem improportionem cum effectu; idtoque solum indiget concursu sibj ratione suae perfectionis debito. • 19. In stru m e n tu m u t dicatur operari in virtu te principalis agentis. — Causa vero instrumentalis condivisa principali sic sumptae, erit illa quae influit in effectum per virtu­ tem inferioris rationis seu ptrfectionis, ut rarione et exemplis supra declaratum est. Et haec dicitur operari in virtute principalis agentis, non quia non indigeat aliqua virtute intrinseca, id est, :n ea existente, ad suam actionem instrumentalem, sive illa virtus sit innata sive superaddita rei, et sive sit perma-

nens et durabilis cessante acuone, sive sit fluens (ut aiunt) et in motu consistens; in variis enim instrumentis vario modo reperiri potest, aliqua tamen vis instrumentaría ne­ cessaria est? alias non posset a tali re ulla aedo prodire, ut recte supra Scorns notavit, et late declaravi in I tom. I l i pards, disp. XXXI, sect. 6. Dicuntur ergo haec instru­ menta cperari in virtute principalis agentis, quia illa vis quae in. eis est improporrionata est et insufficiens et soium hebet vim ope­ randi iuxta mensuram virturis et elevadonis principalis agentis. Unde ñeque ei proprie vel propter se talis concursus aur elevano debetur, sed solum debetur principali agenti aut ratione illius. Et iuxta hanc interpretationem cessant omnes difficultates tactae in aliis modis; immo multa quae in eis dicun­ tur, excepto tertio modo, ad congruum sensum reducuntur. Causa p rim a et secunda

20. Atque ex his facile intelliguntur aliao divisiones causarum efficientium, quae sunt

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p u e s, e n c u a rto lu g ar, la causa eficiente e n p rim e ra y segunda, división q u e, si se entiende e n sentido lato , p u ed e d iv id ir a la causa eficiente en general, p u e sto q u e to d a causa d e p en d ie n te d e otra, bien sea p rin cip al, b ie n sea in stru m en tal, p u e d e llam arse causa se g u n d a ; m as, h ab lan d o e n sentido m ás e stricto , la q u e allí se su b d iv id e es la cau sa p rin c ip a l; e n efecto, hay u n a causa q u e es com ­ pletam en te in d ep en d ien te en su operación, y a ésta se le llam a p rim e ra ; e n cam bio, h a y o tra q u e es depen d ie n te, por m ás que opere con v irtu d p rin cip al y pro p o rcio n ad a, y a ésta se le llam a causa segunda. Q ue am bas clases d e causa existen en la n atu raleza es d e to d o p u n to evidente. P u e s, o b ie n existe e n la realid ad u n a causa p rin c ip a l q u e depende d e o tra en su operación, y de este m iem b ro se infiere necesariam ente el otro, ya q u e no p u ed e p rocederse h a sta el infinito en las causas dependientes, siendo preciso, p o r ta n to , detenerse e n alguna in d ep en d ien te, q u e es lo que dem ostrarem os m ás am pliam ente luego al p ro b a r la existencia d e D ios. A su vez, ad m itid a la causa in d ep en d ien te, se infiere con necesidad el o tro m iem bro, ya q u e n o todas las causas p u e d e n ser in d e p e n d ie n te s; m ás a ú n , esa causa n o p u ed e ser m ás q u e u n a sola, según d e­ m ostrarem os m ás extensam ente después cuando tratem o s d e las acciones d e la causa p rim e ra , y luego a l estu d iar la u n id a d d e D ios. P o r eso n o decim os m ás respecto d e esta división, p u e sto q u e de estos dos m iem bros se h a de o cu p ar casi en su to talid ad n u e s tra disputación sobre la causa eficiente.

Causa univoca y equívoca 2 1. L a causa instrumental no es causa equívoca.— E n q u in to lu g a r, se divide la causa en u nívoca y equívoca, división en la q u e p u e d e dividirse ta m ­ b ié n a la causa en general, con ta l q u e llam em os equívoca a la causa in s tru ­ m ental. E sto, em pero, se afirm a con im p ro p ied ad y está fu e ra d e l uso c o m ú n , según hizo n o ta r S an to T o m ás, In IV, d ist. 1, q . 1, a. 4, .q. 1, ad. 4, tom ándolo d e A lejandro y d el C o m en tad o r, X I Metaph., com . 24. A sí, pu es, la q u e se divide allí es la causa prin cip al, p u d ien d o ciertam en te hacerse la división c o n sentido general, ya q u e la causa p rim era es tam b ién equívoca. M a s p o r su p o ­ nerse a la causa p rim e ra n o sólo equívoca, sino tam b ién de u n o rd en com pleta-

subdivisiones dictorum membrorum. Quar­ to enim dividimi causa efficiens in primam et secundam, ubi, si late loquamur, dividi potest causa efficiens in communi, quia omnis causa ab alia pendens, sive sit principalis sive instrumentalis, potest dici secunda; strictius tamen loquendo, subdividitur ibi causa principalis; nam quaedam est omnino independens in operando, et haec dicitur prima; alia vero est dependens, etiamsi per virtutem principalem et proportionatam operetur, et haec vocatur causa secunda. Quod autem utrumque genus causae in re­ rum natura detur, evidentissimum est. Aut enim datur in rebus aliqua causa principalis dependens ab alia in operando, et ex hoc membro necessario infertur alterum, quia non potest in, infinitum procedi in causis dependentibus, et ideo in aliqua independenti sistendum est, quod latius prosequemur infra, demonstrando Deum esse. Admissa autem causa independenti, necessario etiam infertur alterum membrum, quia non possunt omnes causae esse independentes;

immo talis causa non potest esse nisi unica, u t latius demonstrabimus infra tractando de actionibus primae causae, et inferius dis­ putando de unitale Dei. Et ideo de hac di­ visione nihil amplius dicemus, quia circa haec duo membra futura est fere tota nos­ tra disputano de causa efficienti. Causa univoca et aequivoca 21. Instrumentalis non aequivoce cau­ sa.— Quinto, dividitur causa in univocam et aequivocam, in qua partitione dividi etiam potest causa in communi, si cautam instrumentalem aequivocam appellemus. Quod ta­ men improprie dicitur et praeter commt> nem usum, ut notavit D. Thomas, In IV, dist. 1, q. 1, a. 4, q. 1, ad 4, ex Alexandro et Comment., XI Metaph., com. 24. Divi­ ditur ergo ibi causa principalis, et quidem dividi potest in communi, quia causa prima etiam est aequivoca. Sed quia causa prima non solum aequivoca, sed etiam omnino alterius ordinis esse supponitur, ideo magia

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Disputación X V II.— Sección II

m e n te d istin to , p o r eso m ism o d ic h a div isió n se a p lic a con sen tid o m ás p ro p io a la cau sa p rin c ip a l p ró x im a. E fec tiv a m e n te , h ay cau sas q u e p ro d u c e n el efecto d e la m ism a n a tu ra le z a , y se les llam a u nívocas, p o r e jem p lo e l fuego c u a n d o ge­ n e ra fu e g o ; y, e n g en eral, la causa q u e al o p erar p o r v irtu d d e su p ro p ia fo r­ m a , p ro d u c e u n e fecto sem ejan te, es u n a causa u n ív o c a y p rin c ip a l en su o rd e n , co m o h ace n o ta r c o n ra z ó n S an to T o m á s, III, q . 6 2 , a. 1. M a s hay o tra s cau ­ sas q u e p ro d u c e n u n efecto d e n a tu ra le z a d is tin ta , las cuales es p reciso q u e sean m á s excelentes q u e su efecto, y a q u e d e lo c o n tra rio n o serían p rin c ip a le s, sin o in s tru m e n ta le s, y a éstas se les Uama causas eq u ív o ca s, p o r n o c o n v e n ir fo rm a lm e n te c o n e l efecto en la m ism a fo rm a, sino q u e la contienen em in e n ­ te m e n te . P u e d e , ad em á s, d iv id irse ta m b ié n la cau sa p rin c ip a l e n causa q u e o b ra p o r n ec e sid a d d é n a tu ra le z a y la q u e o b ra con lib e rta d . A sim ism o p u e d e divi­ d irse e n a q u ella q u e o b ra m e d ia n te m o v im ien to o m u ta c ió n p a rtie n d o d e u n su je to p re v ia m e n te su p u e sto , y en a q u e lla q u e o b ra sin m o v im en to n i m u ta c ió n y sin su jeto . M a s estas divisiones e stá n co n te n id a s e n las an terio res y sólo ex­ p lic a n u n a s d e te rm in a d a s acciones o m o d o s d e o p e ra r p ro p io s d e dichas causas, d e to d o s lo s c u a le s se h a b la rá e n c o n c re to m ás ab ajo .

Instrumento unido y separado 22. E n sex to lu g a r, h a y q u e h a c e r c o n star la d iv isió n d e la causa in s tru . m e n ta l o del in s tru m e n to e n u n id o y sep arad o , té rm in o s en los q u e su ele b a ' b e r u n a g ra n eq u iv o c id a d , sien d o n e cesario , p o r lo m ism o , a d v e rtir con d ilig en ­ cia q u e p u e d e e n te n d e rse d e dos m a n e ra s q u e el in s tru m e n to está u n id o al ag e n te p rin c ip a l —ya cpie al in s tru m e n to se le lla m a u n id o o separado p re c i­ sa m e n te re sp e c to d e él— ■, a s a b e r: o seg ú n el ser, o se g ú n la causalidad. L la m o u n id o seg ú n el se r a lo q u e d e a lg ú n m o d o e stá u n id o o p o r c o n tac to o p o r cie rta p re se n c ia o p o r c u a lq u ie r u n ió n re a l con el a g e n te p rin c ip a l, d e l m o d o q u e la p lu m a e s u n in s tru m e n to u n id o , e tc .; en cam b io , sep arad o , e n cu a n to o p u e sto a éste, se rá el q u e n o está e n m o d o alg u n o u n id o c o n el ag e n te p rin ­ cip a l, com o es e l sem en u n a vez d e sp re n d id o , y se g ú n los diversos m odos de u n ió n o sep aració n p u e d e h a b e r g ra d a c ió n y v a rie d a d e n estos té rm in o s.

accommodate illa divisio datar de causa principad próxima. Quaedam enim est quae efficit effectum eiusdem rationis, et haec dicitur univoca, ut ignis dum generat ignem; et universaliter causa quae operando per virtutem suae formae simílem reddit effec­ tum est causa univoca et in suo ordine prin­ cipalis, ut recte notat D. Thomas, III, q. 62, a. I. Alia vero est causa producens effectum alterius rationis, quam oportet esse nobiliorem effectu, alioqui principalis non esset, sed instrumentalis, et haec appellatur causa aequivoca; quia non convenit formaliter cum effectu in eadem forma, sed eminenter illam continet. Rursus dividí potest causa etiam principalis in earn quae ex necessitate natu­ rae, vel cum libértate. Item, in earn quae agit per motum vel mutationem ex praesupposita subiecto et earn quae agit sine motu et mutatione et absque subiecto. Sed hae divisio­ nes in superioribus continentur solumque declarant determinatas actiones aut modos operandi dictarum causarum, de quibus om-

nibus in particulari est inferius disputandum. Instrumentum coniunctum et separatum 22. Sexto, annotanda est divisio causae instrumentalis seu instrumenti in coniunc­ tum et separatum, in quibus terminis solet esse magna aequivocatio et ideo diligenter advertendum est duobus modis intelligi pos­ se instrumentum esse coniunctum principali agenti (respectu enim illius dicitur coniunc­ tum instrumentum aut separatum), scilicet, aut secundum esse, aut secundum causalitatem. Coniunctum secundum esse appello quod est unitum aliquo modo, vel per contactum, vel per aliquam praesentiam, vel per aliquant linionem realem, agenti principali, quomodo calamus est instrumentum coniunc­ tum, etc. ; separatum autem, huic oppositum, erit quod nullo modo coniungitur agenti principali, ut est semen iam decisum, et iuxta varios modos coniunctionis et separationis potest esse latitudo et varietas in his terminis. Secundum causalitatem coniunctum

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Disputaciones metafísicas

L lam o u n id o según la causalidad al in stru m e n to q u e necesita d e l influjo ac­ tu a l y p ro p io y d e la causalidad del agente p rin cip al p a ra causar, m odo se­ g ú n el cual tam bién la p lu m a es u n in stru m e n to u n id o ; de donde, p o r el co n trario , in stru m e n to separado será el q u e en su acción no req u iere el in ­ flujo especial y la causalidad d el agente p rin cip al. E n este sentido, si se llam a al calor in stru m e n to d e l fu e g o ' p a ra c ale n tar, a u n q u e esté unido según el ser, p u ede decirse q u e está separado según la causalidad p o r no necesitar p a ra ca­ len tar n in g ú n otro influjo m á s 'q u e su p ro p ia v ir tu d ; p o r eso acontece q u e al­ gunas veces el in stru m e n to p u ed e estar u n id o d e u n m odo y separado d e o tro , com o se echa de ver en el ejem plo p ro p u esto . P o r el contrario, a los sacram en­ tos se les llam a in stru m e n to s separados d e la h u m an id ad de C risto que existe en el cielo, esto es, separados según el ser, a u n q u e acaso según la causalidad estén u n id o s, p u e sto q u e n ad a p u ed en realizar si n o influye actualm ente con ellos Jesu cristo m ed ian te su h u m an id ad . A veces el in strum ento p u ede estar u n id o d e am bos m o dos, com o la vista o la especie im p resa; a veces, separado d e am bos m odos, com o la gravedad d e lo en g en d rad o respecto de lo generante. T o d a s estas cosas están claras con tal q u e se en tie n d a n los térm inos. Sólo q u eda en este pro b lem a u n p u n to d ifíc il: cóm o p u e d e existir u n in stru m en to separado según la causalidad, h a b la n d o con p ro p ie d a d y rig o r del in stru m en to según el últim o m odo que se explicó antes. P o rq u e si se lo entiende en u n sentido m ás am plio p o r la v irtu d d e suyo suficiente p a ra el efecto, la cual hace las veces d e la causa q u e la aplicó, entonces la cu estió n está clara, p o r ejem plo en el ím p e tu d e los objetos arrojados, en la grav ed ad , etc. Sin em bargo, en el in s­ tru m e n to pro p io , el cu al debe ser elevado p a ra p ro d u c ir un efecto su p erio r, com o es el sem en, p o r ejem plo, esto es m u y difícil de entender. M as la acla­ ración de ello exige la explicación p rev ia d e m u chas cosas que serán expuestas en las disputaciones siguientes.

appello illud instrumentum quod ad causandum indiget actuali et proprio influxu et causalitate principalis agentis, quomodo etiam calamus est instrumentum coniunctum; unde e contrario separatum instru­ mentum erit quod in sua actione non requirit specialem influxum et causalitatem principalis agentis. Et hoc modo, si calor vocetur instrumentum ignis ad calefadendum, licet sit coniunctus secundum esse, potest dici separatum secundum causalita­ tem, quia non indiget alio influxu ad calefaciendum, praeter propriam virtutem suam. Unde fit aliquando posse instrumentum es­ se coniunctum uno modo et separatum alio, ut patet in dicto exemplo. Et e convèrso, sacramenta dicuntur instrumenta separata humanitatis Christi existentis in caelo, nimirum secundum esse, et tamen secundum causalitatem fonasse sunt coniuncta, quia nihil possunt efficere nisi actu influente cum

ipsis Christo per humanjtatem suam. Aliquando potest esse instrumentum utroque modo coniunctum, ut visus vel species im­ pressa; aliquando utroque modo separatum, ut gravitas geniti respectu generantis. Quae omnia clara sunt, si termini intelligantur. Unum solum manet in re difficile, quomodo possit dari instrumentum separatum secun­ dum causalitatem, proprie et in rigore loquendo de instrumento iuxta ultimum modum supra declaration; nam si latius sumatur prò virtute per se sufficienti ad effectum, quae vicem supplet illius causae quae illam impressit, sic res est clara, ut in impetu proiectorum, gravitate, ctc. Tamen in instrumento proprio, quod eievari debet ad agendum superiorem effectum, ut est semen, verbi gratia, illud est intellectu difficillimum. Sed huius rei expositio multa prius explicanda postulai, quae in sequtntibus disputationibus tradentur.

DISPUTACION XVIII la

CAUSA EFICIENTE PROXIMA, SU CAUSALIDAD Y REQUISITOS QUE NECESITA PARA CAUSAR

RESUMEN El contenido de esta disputación puede distribuirse en los siguientes apar­ tados: I. Existencia de la causalidad eficiente propiamente dicha en el orden crea­ do (Sec. 1). II. Principios de'causación, tanto para las sustancias como para los acciden­ tes (Sec. 2-4) III. Existencia y naturaleza de la causalidad eficiente en los accidentes (Sec. 5-6). ¡y . Condiciones que la causa eficiente exige para obrar (Sec. 7-9). V. En qué consiste la causalidad de la causa eficiente (Sec. 10). VI. S i la causa eficiente, al obrar, corrompe o destruye algo, y en qué sentido (Sec. 11). sección

i

. Expuestas tres opiniones con sus respectivos fundamentos (1-4), Suárez con­

creta su doctrina en tres afirmaciones: A) Los agentes creados son causas eficientes propiamente dichas (5). Se de­ muestra: filosóficamente, por experiencia y ” ad absurdum” (6-7), ” a priori” (8) y resolviendo las objeciones (9-11); teológicamente, por principios sobrenatura­ les (12-13). B) No sólo las sustancias incorpóreas, sino también las corpóreas, son ver­ daderas causas eficientes (14). C) Las causas creadas no pueden producir sustancias en su totalidad, pero sí generar una sustancia a partir de una materia sustancial presupuesta, educien­ do la forma sustancial (15-18). s e c c i ó n

, II

Sentadas unas nociones previas sobre el principio de eficiencia (1-4), y exa­ minadas detenidamente y rechazadas dos opiniones (5-14), para resolver la cues­ tión se establecen varias afirmaciones, que son demostradas y defendidas contra las dificultades: A) Los accidentes, como instrumentos de la producción de la sustancia, lle­ gan próxima y esencialmente a la educción de la forma sustancial (15-21).

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Disputaciones metafísicas

B) L a forma instrumental, para obrar, debe estar unida a una causa prin­ cipal (22-26). C) Los accidentes pueden ejercer toda su actividad sobre la sustancia, aun estando separados de la forma sustancial (27). D ) S i los accidentes están separados de su forma sustancial, el influjo de ésta debe ser suplido por alguna causa superior corpórea o por la Causa Pri­ mera (28-33). Se responde ampliamente a una objeción (34-42). SECCIÓN

III

Indicados los motivos de duda (1), se distinguen dos modos de producción de los accidentes: por acción propia y por resultancia natural (2). Se estudian detenidamente ambos modos: primero, la resultancia natural (3-4), aquilatando su esencia (5-6) y su doble modalidad (7-9), extrayendo los oportunos corola­ rios (10-13) y respondiendo a las objeciones (14); después, la eficiencia por ac­ ción propia, examinando los diferentes casos que presenta (15-24). SECCIÓN

IV

Planteada la duda que motiva esta sección (1), y sentado que un accidente puede emanar naturalmente de otro (2), se afirma que sólo la cualidad puede ser principio de verdadera producción de los accidentes (3) y se demuestra por experiencia, examinando uno por uno todos los accidentes, en especial la cua­ lidad (4-10). SECCIÓN

V

Sin el concurso de la sustancia, los accidentes no pueden realizar funciones vitales (1-3), pero pueden producir acciones no vitales (4-5). SECCIÓN

VI

Mediando entre dos opiniones opuestas (1-2), Suáres establece que, en las acciones vitales, los accidentes son instrumentos de la forma (3), mientras que en las no vitales son principios principales de acción (4). SECCIÓN

VI I

Después de enumerar las condiciones que la acción exige en el agente y en el paciente (1), omitiendo otras innecesarias (2-3), se exponen la dificultad de la cuestión y las diversas opiniones (4-5). Unos presupuestos previos (6-8) dis­ ponen a la solución de la cuestión, que se fija en las siguientes afirmaciones: A) En la resultancia natural, el agente es distinto del paciente (9-10). B) En la acción física, también (11-20). Se plantean y resuelven varias di­ ficultades (21-40). C) En los seres espirituales, el agente no siempre se distingue realmente del paciente (41-44). D ) En los actos inmanentes, no es preciso que el agente y el paciente se distingan siempre realmente como principios ” quod” y ” quó” (45-51). L a sección se cierra exponiendo los corolarios que se desprenden de la doc­ trina anterior y resolviendo las objeciones que a ella se oponen (52-55). SECCIÓN

VIII

Precisado el alcance de la cuestión (1), se exponen dos opiniones, aduciendo las razones y las experiencias en que se apoyan (2-12). Después de señalar los diferentes modos de distancia e indistancia entre el agente y el paciente (13), y de preparar la solución examinando diversos casos (14-19), se concluye que el natural modo de obrar de la causa eficiente se despliega, como por una línea

Disputación X V III.— Resumen

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continua de su acción, desde lo próximo a lo distante (20-23). La doctrina sen­ tada permite dar cumplida respuesta a los argumentos contrarios y explicar su­ ficientemente las experiencias que les sirven de base (24-48). SECCIÓN

IX

Expuestos cuatro poderosos motivos de duda (1-4) y fijado el sentido de la cuestión (5-6), ésta se resuelve afirmando que entre el agente y el paciente debe haber desemejanza de forma y semejanza de materia (7-8). De ahí se desprenden algunos corolarios (9-13) y las respuestas a los argumentos (14-39). S E C C I Ó N -X

Después de precisar el sentido del tema (1) y consignar dos opiniones dife­ rentes (2-4), se afirma resueltamente que la causalidad de la causa eficiente con­ siste en la acción (5), cosa que se demuestra con varios argumentos (6-7) y se defiende contra las razones opuestas (8-12). SECCIÓN

XI

Unas consideraciones previas (1-2) preparan la solución de la cuestión, que se concreta en dos principios: 1 ° L a corrupción o aestrucción de una cosa nunca se produce por eficiencia positiva y propia (3-4). 2 ° L a destrucción de una cosa, pretendida directamente, se realiza por carencia de eficiencia (5). La doctrina se precisa y aplica a casos especiales mediante unos importantes corolarios que cie­ rran la sección (6-10).

DISPUTACION XVffl LA CAUSA EFICIENTE PROXIMA, SU CAUSALIDAD Y REQUISITOS QUE NECESITA PARA CAUSAR

E n la disp u tació n a n terio r casi nos h em os lim itad o a explicar la definición nom inal d e causa eficiente y d e sus varias especies y m o d o s; conviene ah o ra tra ta r distin tam en te to d o lo concerniente a esta causa, con arreglo a aquellos ca­ pítulos o m iem bros q u e hem os estu d iad o en otras causas, a saber, cuál es la cosa q u e causa, q u é efecto p ro d u c e , m ed ian te q u é o p o r q u é p rin cip io causa, qué condicione^ re q u ie re para causar y, finalm ente, en q u é consiste la causalidad actual de esta causa. T o d a s estas cuestiones p u e d e n tra ta rse , ciertam ente, en com ún d e la causa eficiente; sin em bargo, p a ra m ayor claridad, parece q u e se debe investigar en p rim e r lu g ar todo esto en las causas creadas, q u e son m ás co n o cid a s:para n o sotros, d espués tra ta r d e la causa p rim e ra e increada y, fin al­ m ente, estu d ia r la d ep en d en cia d e las dem ás causas con resp ecto a ésta. P ero no distinguim os el tratam ien to sobre la causa eficiente d e la sustancia y de los accidentes, p o rq u e, según verem os, están u n id a s de tal m an era q u e la p ro d u cció n de las sustancias n o se efectúa sino m ed ian te los accidentes. Y p o r la m ism a razón n o establecem os separación en la d isp u tació n d e la causa p rin cip al e in s­ trum ental, p u esto q u e al tra ta r d e la causa pró x im a eficiente, a la cual se a tri­ buye esencial y p ro p iam en te la acción, se h a d e ver ta m b ié n q u é principios o qué in stru m en to s u sa p a ra obrar.

DISPUTATIO XVIII De

c a u s a p r o x im a e f f i c i e n t i e iu s q u e c a u -

SAIXTATE, ET OMNIBUS QUAE AD CAUSANDUM REQUIRIT

In superiori disputatione fere tantum declaravimus quid nominis causae efficientis, et plurium specierum ac modorum elus; nunc oportet distincte trattare omnia quae ad hanc causam pertinent, per ea capita seu membra quae in aliis causis attigimus, sci­ licet, quae res causet, quid causet, per quid seu quo principio causet, quas conditiones ad causandum requirat, ac denique in quo actualis causalitas huius causae consistât. Quae omnia possent quidem de causa efÇ-Â'

fidenti in communi trattari; tamen, maioris claritatis gratia, visum est haec omnia prius in causis creatis, quae nobis notiores sunt, inquirere, postea vero disserere de causa prima et increata, ac tandem de dependentia caeterarum ab ipsa. Non distinguimus autem tractationem de causa efficienti substantiarum et accidentium, quoniam, ut videbimus, haec ita coniuncta sunt ut substantiarum productio non nisi mediis accidentibus fiat. Et eadem ratione non separamus disputationem de causa principali et instrumentali, quoniam tractando de causa proxima effi­ cienti, cui per se et proprie actio tributar, simul videndum est quibus principiis quibusve instrumentis ad efficiendum utatur.

6

Disputaciones metafísicas

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SE C C IO N

PR IM ER A

S i l as co sa s creadas producen algo verdaderamente 1. Diferentes opiniones.— Pedro de Ailly no participa de la opinión ante­ rior.— E n esta m ateria h u b o una a n tig u a sentencia, seg ú n la cual las cosas crea­ das n o ob ran n ad a, sino q u e D ios lo p ro d u ce todo en presencia de ellas, au n q u e se a trib u y e acción al fuego, al agua, etc., p o r apariencia y p o rq u e D ios d e te r­ m in ó , com o p o r u n pacto, n o p ro d u c ir tales efectos sino en presencia d e tales cosas. E xponen esta o p in ió n A verroes, IX Metaph., com m . 7, y en el lib . X II, com m . 18; A lberto, I I Phys., tra t. II, c. 3 ; S anto T o m ás, m cont. Gent., c. 69; y I, q. 105, a. 5 ; In II, dist. 1, q . 1, a. 4 ; sin em b arg o n o citan a n in g ú n autor c ierto com o defensor de la m ism a, si b ie n parece q u e se inclina a ella F iló n , lib . I I Allegor., cuando dice q u e Dios es la única causa eficiente, y lib . De Cherub. et flam. glad., al afirm ar q u e obrar es propio de Dios y, en cambio, pade­ cer es propio de la criatura. M as estas cosas p u ed en en tenderse fácilm ente por antonom asia, com o ta m b ién otras expresiones de los filósofos, q u e expondrem os desp u és al tra ta r de la acción de D io s. T a m b ié n suele atrib u irse esta opinión a P e d ro de A illy, In IV, d is t. 1, a. 1, al final; sin em bargo, en ese lu g ar declara ab iertam en te q u e las causas segundas ob ran v erd ad era y propiam ente ,p o r su p ro p ia v irtu d y según su natu raleza, y n o por la sola v o lu n tad de D ios, si bien añad e q u e , al m ism o tiem po, es cie rto que la cria tu ra n o hace n ada sino por v o lu n ta d d e D ios, y o b ran d o tam b ién E l m ism o; m ás aú n , haciendo que la cria­ tu r a o b re y, consiguientem ente, h aciendo tam bién D ios m ás de lo que h aría solo, to d o lo cual co rresp o n d e a la n ecesid ad del concurso divino y puede ten er sen­ tid o v erd ad ero y falso, com o después verem os en su p ro p ia disputación. E n cam ­ b io , se inclina m ás a esta opinión G ab riel, In IV, d ist, 1, q . 1, a. 3, d u b . 3, d o n d e considera esta sentencia com o pro b ab le y aduce e n su favor aquellas p a­ lab ras de I Cor., 1 3 : Dios obra todo en todas las cosas, y de II Cor., 3 : No que

por nosotros mismos tengamos la capacidad suficente de pensar algo como pro­ veniente de nosotros, sino que nuestra suficiencia viene de Dios. A pesar d e todo, él n o se atreve a afirm ar dicha opinión.

SECTIO PRIMA

phorum locuciones, quas postea referemus, agentes de actione Dei. Solet etiam haec opinio tribui Petro Aliacensi, In IV, dist. 1, 1. Varies opiniones.— Aliacensis a prae- a. 1, in fine; ibi tamen aperte fatetur cau­ cedenti sententia alienus.— In hac re fuit sas secundas vere ac proprie agere virtute vetus sententia asserens res creatas nihil propria et ex natura rei, ac non sola volún­ operari, sed Deum ad praesentiam earura tate Dei ; audit tamen simul verum esse creaomnia efficere, tribui autem actionem igni, turam nihil facere nisi ex volúntate Dei, et aquae, etc., propter apparentiam, et quia ipso etiam faciente, immo et faciente ut ipsa Deus veluti pepigit non efficere tales effec- faciat, et consequenter plus etiam Deo fa­ tus nisi ad talium rerum praesentiam. Hanc ciente quam si solus faceret, quae pertinent opinionem referunt Averroes, IX Metaph., ad necessitatem divini concursus et possum comm. 7, et lib. XII, comm. 18; et Alber- verum et falsum sensum habere, ut postea tus, II Phys., tract. II, c. 3; et D. Thom., in propria disputatione videbimus; magis I l l cont. Gent., c. 69, et I, q. 105, a. 5, autem favet buie opinioni Gabr., In IV, et In II, dist. 1, q. 1, a. 4; nullum tamen dist. t, q. 1, a. 3, dub. 3, ubi hanc sentencertum auctorem pro ea referunt; in earn tiam reputat probabilem et in favorem eius vero inclinare videtur Philo, lib. II Allegor.. affert illa'verba T Cor., 13: Deus operatur dum ait Deum esse unicam causam efjicien- omnia in omnibus; et II Cor., 3 : Non quod tem; et lib. de Cherub, et flam, glad., dum simus sufficientes cogitare aliquid ex nobis, ait proprium esse Dei ejjicere, creaturae au­ quasi ex nobis, sed sufficieniia nostra ex tem pad. Sed haec facile possent per an- Deo est. Ipse tamen non audet illam sen-tonomasiam intelligi, sicut et aliae philoso- tentiam asserere. U

t r u m r e s c r e a t a e a l iq u id v e r e e f f i c i a n t

Disputación X V III.— Sección I

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2. Razones de la sentencia anterior.— N o en cu en tro , e n favor de esta opi­ nión, fu n d a m e n to alguno q u e ten g a im portancia. S in em bargo, el prin cip al p a ­ rece h a b e r sido q u e cu an to se a trib u y e a la eficiencia de la c riatu ra, o tro tan to se q u ita a la divina potencia d el c re a d o r; pu es, o D ios o b ra todas las cosas, o n o ; esto últim o a ten ta co n tra la eficacia div in a, p o r lo q u e m o strarem o s m ás adelante q u e es ab so lu tam en te falso y erró n eo , ya q u e im plica q u e algo existe y n o d e p e n d e de D ios. E n cam bio, si D ios hace todas las cosas, n u evam ente p re g u n to si lo hace de m an era in m ed iata y p o r v irtu d suficiente, o sólo m edia­ tam e n te y p o r v irtu d insuficiente. L o segundo se opone a la p erfección divina. P o r el co n tra rio , si lo p rim e ro es cierto, re su lta superfina to d a o tra eficiencia, p u esto q u e una causa suficiente y eficaz b asta p a ra u n efecto. Y así, h a b id a cu e n ta de q u e la naturaleza no hace nada en vano, no confirió n in g ú n p o d er de o b ra r a las cosas creadas. L o co n firm o : cu alq u ier cosa q u e se suponga q u e D ios hace ju n ta m e n te con u n a causa segunda, p o d ra hacerla p o r sí solo, p u es al m enos esto p e rten ece a su infinita v irtu d , seg ú n se p ate n tiz a rá m ás a d e la n te ; luego, de h e ­ cho, o b ra de esta m an era. L a consecuencia re su lta evidente, no sólo p o rq u e esto conviene m ás a la divina v irtu d y eficacia, sino, sobre todo, p o rq u e parece n e­ cesario p a ra q u e se h aga la cria tu ra . Y lo p ru e b o del m odo sig u ie n te : la cria­ tu ra d e p e n d e esencialm ente d e solo D ios, n o p u d ien d o ser h ech a sin E l y p u d ien d p serlo sin cu alq u ier o tr o ; luego n o p u e d e ser c ria tu ra sin esta esencial d ependencia q u e la vincula ú n icam en te a D ios, ya q u e n o p u e d e existir sin aq u e­ llas cosas q u e le son esenciales; p o r tan to , to d a c ria tu ra existe p o r su d ep en ­ dencia con respecto a solo D io s ; co n siguientem ente, existe p o r la eficiencia de solo D io s, ya q u e eficiencia y d ep en d en cia o son id én ticas o son co rrelativ as; luego n in g u n a c ria tu ra tiene eficiencia sobre o tra y , p o r lo m ism o, no hay n in ­ guna causa seg u n d a q u e ob re algo. 3. Segunda opinión.— L a segunda sentencia niega el p o d e r d e p ro d u c ir algo a las criatu ras corporales, p e ro lo concede a las espirituales. E xpone esta opinión S anto T o m á s, e n los lu g ares citados, tom ada de A vicebrón, e n el lib ro Fons vitae, el cual decía q u e n in g ú n cu erp o es activo, sino q u e u n a cierta vir­ tu d de la sustancia esp iritu a l, ín tim a m e n te ex isten te e n los cu erp o s, efectú a to ­ das aquellas acciones q u e p are c e n realizadas p o r los cuerpos. Se fu n d a , al p are-

2. Rationes praecedentis sententiae. — cet divinam virtutem et efficaciam, tum Fundamenrum pro hac sententia nullum vi­ maxime quia hoc videtur necessarium ut deo quod sii alicuius mementi; praecipuum creatura fiat. Quod ita probo, nam creatura tamen fuisse' videtur, quia quantum effi- a solo Deo habet essentialem dependentiam, cientiae tribuitur creaturae, tantum adimitur cum sine ilio fieri non possit et sine quodivinae potentiae creatoris; nam vel Deus cumque alio fieri possit; ergo non potest operatur omnia, vel non; hoc posterius de- esse creatura sine hac essentiali dependentia, rogat divinae efficaciae; unde infra osten- quam a solo Deo habgt, quia non potest demus esse omnino falsum et erroneum, quia esse sine his quae essentialia sunt; ergo om­ implicat aliquid esse et non pendere a Deo. nis creatura est per dependentiam a solo Si autem Deus omnia efficit, interrogo rur- Deo; ergo est per efficientiam solius Dei, sus an immédiate et sufficienti virtute, an nam efficientia et dependentia vel sunt idem, mediate tantum et insufficienti virtute. Hoc vel sunt correlativa; ergo nulla creatura ha­ posterius derogat divinae perfectioni. Si au­ bet efficientiam in aliam, et consequenter tem primum verum est, superflua est omnis nulla est causa seconda quae aliquid efficiat 3. Secunda sententia.— Secunda senten­ alia efficients, quia una causa sufficiens et efficax satis est ad effectum. Unde, cum tia negai creaturas corporales posse quidnatura nihil faciat frustra, nullam virtutem quam efficere, sed de spiritualibus id conoperandi contulit rebus.creatis. Et confirmo, cedit. Hanc refert D. Thomas ciratis locis nam quidquid ponatur Deus facere cum cau­ ex Avicebron, in lib. Fontis vitae, qui dicesa secunda, poterit facere se solo, nam hoc bat nullum corpus esse activum, sed quamsaltern spectat ad infinitam virtutem eius, dam virtutem spiritualis substantiae intime ut infra patebit; ergo de facto ita facit. existentem in corporibus efficere omnes acPatet consequentia, tum quia hoc magis de- tiones quae per corpora fieri videntur. Fun-

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cer, en que el agente d eb e estar ín tim am en te p resen te al p a c ie n te ; m as los c u e r­ pos n o p u e d e n ten er e n tre sí tal presencia, pues la c a n tid ad im p id e esa ín tim a p e n e tra c ió n de u n a cosa en o tra q u e la acción requiere. P o r eso decían q u e la ca n tid a d n o sólo no es activa, sino q u e incluso im pide la acción. Se confirm a, p o rq u e la sustancia co rpórea es la m ás in ferio r de to d as y la m ás desem ejante d el p rim e r agente, p o r lo cual no tiene bajo sí n in g u n a sustancia q u e le esté som etida y sobre la cual p u e d a o b rar, n i p u ede tam poco te n e r sem ejanza con D io s e n la operación. D e a q u í q u e S an A gustín, en el lib. V De Civitate Dei, c. 9, diga ex p resam en te: las causas corporales no deben incluirse entre las efi­

cientes. 4. Tercera opinión.— S egún la tercera opinión, las cosas corporales p u e d e n p ro d u c ir accidentes, p e ro n o sustancias, m ientras q u e las su stancias creadas es­ p iritu a le s p u ed en p ro d u c ir algunas sustancias inferiores. L a refiere en el m ism o lu g a r S an to T o m ás, tom ándola de A vicena, lib. I Suffícient., c. 10, y lib. IX de su Metafísica, c. 4 y 5, el cual, según parece, com etió dos erro res en este p u n to . U n o , q u e u n a sustancia creada esp iritu al p u ed e crear o tra, ya q u e la p rim era cau­ sa in c re a d a p ro d u ce in m ed iatam en te u n a sola inteligencia, y la p ro d u ce p erfectísim a ; ésta, a su vez, crea u n a segunda, la segunda u n a te rc e ra , y así h asta llegar a la ínfim a. E l otro e rro r sostiene q u e esta sustancia e sp iritu a l ínfim a in ­ fu n d e las form as sustanciales en la m ateria dispuesta p o r los agentes corporales pró x im o s, q u e n o b a sta n p a ra p ro d u c ir form as sustanciales. E n cuanto a la p ri­ m era p a rte , se fu n d ab a en q u e de lo uno no procede, d e m an era próxim a e in ­ m ed iata, m ás q u e lo un o . E n cu an to a la segunda p a rte , q u e se relaciona m ás con la cuestión p re se n te , se apoya e n q u e estos agentes corporales n o obran nada a n o ser m ediante los accidentes, los cuales son principios insuficientes para la p ro d u c c ió n de form as sustanciales. Y confirm a esto p o rq u e co n sta p o r ex p erien ­ cia q u e se g eneran m u ch as sustancias cuyas causas p róxim as n o son suficientes p a ra in tro d u c ir tales form as, com o sucede cuando se g en eran a n im ales p o r p u ­ trefacción, a causa d e u nas disposiciones accidentales q u e c o n cu rren casual o fo rtu ita m e n te ; ello es, p u e s, indicio de q u e se encuentra com o p rep arad a alguna v irtu d esp iritu al su p erio r p a ra in tro d u c ir las form as sustanciales, siem pre q u e

damentum eius fuisse videtur quia agens esse debet intime praesens passo; corpora autem non possunt ita sibi esse praesentia, nam quantitas impedit ilium intimum illapsum unius rei in aliam, quern actio requirit. Unde aiebat quantitatem non solum non esse activam, verum etiam actionem impedire; et confirmatur, quia substantia corporea est infima omnium et dissimillima priino agenti, et ideo nec inferiorem habet substantiam sibi subiectam, in quam possit agere, nec similitudinem potest habere ad Deum in agendo. Quare August., V de Civitat., c. 9, expresse dicit corporates causes non esse inter causes efjicientes numerandas. 4. Tertia sententia.— Tertia sententia fuit res corporeas posse efficere accidentia, non tarnen substantias, spirituales autem substantias creatas posse efficere aliquas in­ feriores substantias. Hanc refert ibidem D. Thomas, ex Avicenna, lib. I Sufficient., c. 10, et lib. IX suae Metaph., c. 4 et 5, qui in ea re videtur duos errores habuisse. Onus est quod una substantia creata spiritualis potest creare aliam, nam prima causa

increata solam imam intelligentiam eamque perfectissimam immediate efficit, illa vero creat secundam, et secunda tertiam, et sic .usque ad infimam. Alter error asserit hanc infimam substantiam spiritualem infundere substantiales formas in materiam dispositam a proximis agentibus corporalibus, quae sub­ stantiales formas efficere non sufficlunt. Fundamentum eius quoad priorem partem fuit quia ab uno non est. nisi unum proxiine et immediate. Quoad posteriorem vero, quae ad rem praesentem magis spectat, quia haec agenda corporalia nihil agunt nisi mediis accidendbus, quae sunt insufficienda principia ad efficiendas formas substantiales. Et confirmat hoc quia experimento constat multas substantias generari, quae non habent próximas causas sufficíentes ad introducendas tales formas, ut cum generantur animalia ex putrefactione ob dispositiones acci­ dentales, quae casu seu fortuito concurrunt; ergo signum est esse quasi paratam aliquam spiritualem virtutem superiorem ad inducendas formas substantiales, quoties dispositio-

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co n cu rran suficientem ente las disposiciones accidentales; luego esa v irtu d es la q u e p ro d u c e to d as las generaciones sustanciales.

Primera afirmación sobre la eficiencia de las causas creadas 5. Sin em bargo, d ebe d ecirse, en p rim e r lu g ar, q u e los agentes creados p ro ­ d u cen v erd ad era y p ro p iam en te efectos q u e les son connaturales y proporciona­ dos. P ienso que esta v erd ad n o sólo es evidentísim a p o r los sentidos y p o r la razón, sino ta m b ién certísim a según la d o ctrin a católica. P o r eso, así com o Santo T o m ás, aten d id o el p rim e r p u n to d e vista, calificó de necia la o p in ió n opuesta, así n o sotros, ten ien d o en cu e n ta el segundo, podem os llam arla tem eraria y e rró ­ nea, C om o, consecuencia de ello, todos los filósofos y teólogos la rech azan ju sta­ m ente. E n efecto, A ristóteles, si bien n u n c a citó n i re fu tó de m an era expresa la sentencia opuesta, siem pre supone com o cosa evidentísim a q u e las causas n a tu ra ­ les p ro d u c e n algo. M ás aú n , todos los filósofos antiguos, cuyas opiniones refiere él e n el lib . I de la Física, en el I d e la Metafísica, y e n otros lugares, suponen frecu en tem en te q u e las causas n atu rales p ro d u cen algo, p o r lo cual se esforzaron en explicar q u é y d e q u é p u e d e n p ro d u c ir, ya q u e de la n ad a n ad a se hace. T a m b ié n P lató n , a q u ie n cité en la disp u tació n a n terio r tom ándolo d el D am asceno, llam a — en este sentido— a las cosas n atu rales in stru m e n to s d e la causa p rim e ra , p o rq u e tien en v irtu d operativa derivada y d e p e n d ie n te de ella. E n el m ism o sentido dijo tam b ién T rism eg isto q u e el m u n d o es in stru m e n to d e D ios y q u e recib ió de E l sem illas p a ra p ro d u cirlo todo. D e igual m odo F iló n , en c 1 lib . De Congress. quaerendae eruditionis causa, afirm ó q u e D ios p e rm itió a este infim o género de cosas sem b rar y en g en d rar. T a le s filósofos fu e ro n seguidos por el C o m en tad o r y otros posteriores. D e e n tre los P adres, San A g u stín , e n el lib. D I De Trinitate, c. 7, 8 y 9 , p arece h a b e r im itad o e l m odo de h a b la r de dichos filósofos cuando sostiene q u e Dios ha introducido en los elementos y en otras causas creadas las razones seminales de las cosas. Esas razones sem inales n o son sino p rin c ip io s activos y pasivos de las generaciones y m ovim ientos naturales, q u e D io s depositó en las cosas creadas, com o elegantem ente expuso § a n to T o -

nes accidentales sufficienter concurrunt; ergo ab illa vírtute fiunt omnes generatíones substantiales.

laborarunt in explicando quid et ex quo fa­ cere possint, cum ex nihilo nihil fiat. Plato etiam, quem superiori disputatione ex Da’ masceno citavi, hoc sensu vocat causas na­ Prima assertio de efficientia causarum turales instrumenta primae causae, quia vircreatarwn tutem habent agendi ab illa derivatam et 5. Dicendura tamen est primo agenda dependentem. Quo sensu dixit etiam Triscreata vere ac proprie efficere effectus sibi megistus 1 mundum esse instrumentum Dei connaturales et proportionatos. Quam veri- et ab eo semina accepisse ut omnia produ­ tatem non tantum señsu et ratione existimo cán Et eodem modo Philo, lib. de Congress. esse evidentissimam, sed etiam iuxta doc­ quaerendae eruditionis causa, dixit Deum trinara Catholicam certissimam. Unde, sicut huic infimo generi rerum permisisse semi­ ob priorem causara oppositam sententiam D. Thoznas stultam appellavit, ob posterio- nare atque gignere. Quos philosophos secuti sunt Commentator et alii posteriores. Ex rem vocare pbssumus temérariam et érroneam; id-eoque mérito reiicitur ab ómnibus Patribus vero, Augustinus, lib. I l i de Trinit., c. 7, 8 et 9, videtur in modo loquendi philosophis et theologis; Aristóteles enim, quamvis nunquam oppositam sententiam ex- dictos philosophos imitatus dum ait tndidisse Deum elementis et aliis causis creatis presse retulerit aut refutaverit, tamen ubique seminales rerum rationes. Quae nihil aliud ut evidentissimum supponit naturales causas sunt quam principia activa et passiva gealiquid facere. Immo omnes antiqui philosophi, quorum opiniones ipse referí I Phys. neratiqnum et / motuum naturalium, quae et I Metaph., et alibi, saepe supponunt Deus posuit ih rebus creatis, ut eleganter causas naturales aliquid efficere; et ideo exposuit D. Thomas, I, q. 115, a. 2, et In i In dial. IX, et in Pimand., c. 16, in fin.

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m ás, I, q. 115, a. 2, e In II, d ist. 18, q . 1, a. 2 ; en el m ism o lu g ar, D u ra n d o , H erveo, E g id io y o tro s ; C apréolo, In I, d ist. 42, a. 3. T a m b ié n el m ism o S an A g u stín , lib. V II De Civitate Dei, c. 30, h ablando d e D ios, d ic e : Administra

todas las cosas que creó de tal manera que también él mismo las deja ejercer y producir sus propios movimientos. E sta sentencia es confirm ada y alabada p o r todos los escolásticos, siem pre q u e tra ta n d e la eficiencia de las causas o de la Libertad h u m an a, los cuales p u e d e n co n su ltarse e n los lugares citados e In II, d ist. 1, y en ese pasaje sobre todo D u ra n d o , q . 5. 6. Se prueba la afirmación por experiencia.— Absurdos a que lleva la con­ clusión opuesta.— Se d em u estra , en p rim e r lu g ar, p o r e sp e rie n c ia ; en efecto, ¿hay algo m ás p a te n te al sen tid o que el hecho d e q u e el sol ilu m in a, el fuego calienta, el agua refrig e ra ? Y si ob jetan q u e nosotros experim entam os que esos efectos se realizan en p resencia de tales cosas, pero sin ser p ro d u cid o s p o r ellas, d e stru y en por com pleto toda la fuerza de la argum entación filosófica, ya q u e n o tenem os otros proced im ien to s p a ra ex p erim en tar q u e los efectos p reced en de sus causas o para colegir las causas a p a rtir d e los efectos. C o rro b o ran esta e x p e­ riencia el consentim iento co m ú n y las declaraciones d e todos, q u e p iensan así s o b r e e s tá s cosas. E n segundo lu g a r, razono basándom e en las dificultades, p u es según d ich a opinión n o es posible d is tin g u ir los vivientes de los n o vivientes, p o rq u e u nas cosas n o ten d rían el p rin cip io de sus acciones en m ayor m ed id a q u e o tras. A de­ m ás, en vano h a b ría dado la n atu raleza a las diversas cosas, las d iferentes cua­ lidades y virtudes que en ellas com probam os. M ás a ú n , n o nos sería posible colegir, basándonos en la acción, tal v aried ad de cualidades e n los elem entos y, p o r consiguiente, tam p o co en las dem ás cosas. E fectivam ente, si n o es e l fuego q u ie n calienta, sino D ios en presencia d e l fuego, d e m anera igualm ente n atu ral p o d ría calentar en presen cia del agua, p o r lo que de esa acción no po d em o s llegar a la conclusión de q u e el fuego sea cálido m ás bien q u e a la de q u e lo sea el agua. P o rq u e si D ios p u d o com prom eterse, de m odo igualm ente conform e con las n aturalezas d e las cosas, a calentar en presencia del agua — supongam os q u e lo hizo— , entonces n o sería legítim o colegir, p artien d o del calentam iento,

II, dist. 18, q. 1, a. 2; ubi Durandus, Hervaeus, Aegid. et alii; et Capreol., In I, dist. 42, a. 3. Pursus idem Augustinus, VII de Civ., c. 30, de Deo loquens, ait : Sic omnia, quae creavit, administrât ut etiam ipse pro­ p ria exercere et agere motus sinat. Quam sentennam confirmant et celebrant scholastici omnes, ubicumque vel de causaran) efficientia vel de hominis libértate disputant, qui videri possum citatis locis, et In II, dist. 1, ubi praesertim Durand., q. 5. 6. Experimento probatur assertio.— Ab­ surda ex opposita conclusione.— Et proba­ tur primo experientia; quid enim sensu notius quam quod sol illuminet, ignis calefaciat, aqua refrigeret? Quod si dicant expe­ n d quidem nos fieri hos effectus praesentibus his rebus, non tarnen fieri ab illis, plane destruunt omnem vim philosophicae argumentationis, quia nos non possumus aliter expend chmsnationem elfectuum ex causis

aut ex effectibus causas colligere. Et huic experientiae attestatur communis Consensus et vox omnium, qui ita de rebus bis sentiimt. Secundo, argumentor ab incommodis, nam iuxta ¡Ham sententiam non possunt viventia a non viventibus distingui, quia non magis haberent res quaedam principium suarum actionum quam aliae. Deinde frustra natura dedisset diversis rebus varias qualitates et virtutes quas in eis experimur. Immo neque ex actione possemus huiusmodi qualitatum varietatem in elementis coUigere, et consequenter neque in aliis rebus. Nam, si ignis non calefacit, sed Deus ad praesentiam ' ignis, aeque naturaliter posset calefacere ad praesentiam aquae; ergo ex illa ac­ tione non possumus magis coUigere ignem esse calidum quam aquam. Si enim Deus aeque consentanee ad reram naturas potuit pacisci de calefadendo ad praesentiam aquae, ponamus id fecisse, tune non liceret ex ca-

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q u e el agua sea cálid a ; luego tam poco ah o ra podem os in ferir que sea fría , o q u e el fuego sea cálido. 7. A lguno p u ed e ob jetar q u e aquel pacto n o fu e totalm ente a rb itra rio , sino fu n d ad o de alguna m an era en las naturalezas de las cosas, no p o rq u e sean acti­ vas, sino p o rq u e poseen cualidades sem ejantes a las que se han de p ro d u c ir, y así colegim os q u e el fuego es cálido p o r el h echo de q u e D ios calienta e n su presencia, ya q u e este p acto se fu n d ó en ta l cualidad del fuego. A hora b ien, esto n o p u e d e m antenerse filosóficam ente. D e u n a p arte, porque, p o r ig u al ra­ zón, con arreglo a las natu ralezas de las cosas, D ios h u b iera deb id o p ro d u c ir la b lan cu ra e n presencia de la b lan cu ra, ya q u e n o siendo, de suyo, el calor u n a cualidad m ás activa q u e la b la n c u ra , tam poco aq u el pacto le es debido p o r na­ turaleza al calor m ás b ie n q u e a la b lancura. Id é n tic o argum ento p u ed e hacerse a propósito d e to d a o tra cu alidad, e incluso d e la cantidad, y de la sustancia, y d e cualquier o tra realid ad . D e o tra p a rte , p o rq u e aquello n o se verifica en las causas equívocas, en las q u e la -forma o cualidad n o es sem ejante, ■n i tam p o co es n ecesariam ente m ás em in en te, si n ada h a n de h acer aquéllas. A dem ás, según esta sentencia, re su lta n su p erflu as las disposiciones de la tierra , las lluvias, las oraciones, los m ovim ientos de los cielos, etc., si todas estas cosas nada p ro d u ­ c e n ; bastaría , p o r el c o n trario , q u e hu b iese trigo p a ra q u e en su presen cia D ios engendrase trig o , y lo m ism o sucedería con las dem ás cosas. T am b ién se elabo­ ra u n arg u m en to sem ejante a base de los d iferen tes órganos e in stru m en to s con q u e D ios com puso los cu erp o s, e n especial los v iv ie n te s; pues así com o algunos se m u e stra n , p o r su m ism a disposición, ap to s p a ra recib ir, así otros lo son para o b ra r, todo lo cual sería superfluo si estas cosas n o hiciesen nada. F in a lm e n te , p o r este m otivo d ijo m u y b ie n A ristóteles, II De Cáelo, c. 3, y I de la Etica, c. 7, q u e todas las cosas están ordenadas a su operación, p o r lo que n o h ay nada m ás o p u esto a la disposición y al fin de las cosas q u e carecer de to d a eficiencia. P o r o tra p a rte , si las cosas creadas n a d a o brasen en tre sí, todas serían p o r naturaleza igualm ente in c o rru p tib le s, ya q u e n o p o d ría n padecer nada de u n agen­ te cread o ; consiguientem ente, D ios h a b ría o rd en ad o en vano tantos m ovim ientos d e los cielos y ta n g ra n m u ltitu d d e causas a fin d e q u e estas especies d e cosas

lefactione colligere aquam esse calidam; er­ go nec nunc possumus inferre esse frigidam aut ignem calidum. 7. Dicere potest aliquis pactum ¡illud non fuisse omnino arbitrarium, sed fundatum aliquo modo in naturis rerum, non quia illae activae sint, sed quia habent qualitates similes producendis; et ita colligimus ignem esse calidum, eo quod Deus calefacit ad praesentiam eius, quia hoc pactum fundatum fuit in tali qualitate ignis. Sed hoc non potest philosophice dici, tum quia eadem ratione iuxta naturas rerum debuisset Deus producere albedinem ad praesentiam albedinis, quia si ex se non est magis activa qualitas calor quam albedo, ergo ex natura rei non est magis debitum pactum illud calori quam albedini. Et idem argumentum fieri potest de quacumque alia qualitate, immo et de quantitate, et de substantia, et de qua­ cumque re. Tum etiam quia illud non habet locum in causis aequivocis, in quibus non est similis forma vel qualitas, neque est ne­ cessario eminentior, si illae nihil sunt actu-

rae. Praeterea, iuxta illam sententiam superfluae sunt terrae dispositiones, pluviae, orationes, caelorum motus, etc., si haec om­ nia nihil agunt; sed sufficeret adesse triticum, ut Deus ad praesentiam eius triticum generaret, et sic de rebus aliis. Praeterea fit simile argumentum tx variis organis et instrumentis quibus Deus cornposuit corpora, praesertim viventia; nam, sicut quaedam ex ipsa disposinone apparent apta ad recipien­ dum, ita etiam alia sunt ad agendum, _quae omnia essent superflua, si hae res nihil agerent. Denique hac de causa optime dixit Aristoteles, II de Caelo, c. 3, et I Ethic., c. 7, omnia esse propter suam operationem, quare nihil magis repugnat institution! re­ rum et fini earum quam Omni efficientia carere. Praeterea, si res creatae nihil agerent inter se, ex natura rei omnes essent aeque incorruptibiles, quia ab agente creato nihil pati possent; frustra ergo Deus tot motus caelorum tantamque causarmi multitudinem ordinasset ut hae rerum inferiorum species

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Disputaciones metafísicas

inferio res se conservasen d u ra n te largo tiem p o m ed ian te u n a sucesión d e gene­ raciones y c o rru p cio n es; p u es con m ayor facilidad p erm anecerían siem pre las m ism as cosas creadas desde el p rin cip io si D ios m ism o n ad a destruyese, y a que las cosas, p o r su p a rte , n o lucharían e n tre sí n i se corrom perían. Se p u ede p en ­ sar e n m uchos inconvenientes parecidos, a base de los cuales se com prende q u e todo el ord en n a tu ra l está en p u g n a con aquella sentencia.

8 . Razón "a priori” de la conclusión.— E n terc e r lu g a r, se d a u n a razón a priori: el p o s e e r, facu ltad operativa n o rep u g n a a las cosas creadas, sino q u e m ás b ie n conviene en grad o sum o a su p erfecció n ; luego, p u e sto q u e D ios hizo a cada u n a de las cosas p e rfecta en su natu raleza, n o debe n eg arse que las creó de ta l m odo q u e posean u n a connatural facultad operativa. Se p ru e b a el antece­ d e n te p o rq u e n o to d a facu ltad o perativa exige u n a p erfección in fin ita; b astará, p u e s, la v irtu d finita de la c riatu ra p a ra q u e p u ed a te n e r alguna eficiencia. E l an tec ed en te es m anifiesto, ya que n o h ay n in g u n a ra z ó n p ro b a b le q u e p ersuada de la necesidad de u n a perfección infinita p a ra cu alq u ier acción. A ntes al con­ tra rio — lo verem os d espués— , los teólogos se esforzaron m u c h o p o r en co n trar una razó n p ro b a íiv a d e q u e para crear se req u iere u n p o d er in fin ito ; p o r tanto, p a ra las dem ás acciones y transform aciones n o se p recisa ta l p o d er, sobre to d o cuando se tra ta d e agentes q u e n o o b ra n sin d ep en d er de u n o superior. 9. Se sale al paso de una objeción.— D irá alguien q u e im plica contradicción esto m ism o, a saber, e l ser agente y d ep en d er, en el o b ra r, d e u n agente supe­ rio r, p o r lo cual en to d o agente se exige u n p o d e r infinito, p u es si o b ra,, o bra p o r su sola v irtu d y sin d ep en d er d e o tro . T a l objeción toca el fu n d am en to de la sentencia c o n traria, d e l q u e nos ocuparem os am pliam ente d espués al tra ta r de la n ecesidad d el co ncurso d iv in o ; ah o ra resp o n d em o s brevem ente negando el su p u e s to ; p u es, así com o n o es c o n trad icto rio existir y ex istir en dependencia de o tro , tam poco hay co ntradicción en o b ra r y o b ra r d ep en d ie n d o d e otro. ¿P or q u é h a b ría de h a b e rla ? ¿A caso p o rq u e la hay en q u e u n a m ism a acción proceda sim ultáneam ente de varias causas totales? P ero esto es falso, si tales causas per-, ten ec en a órdenes diversos y están sub o rd in ad as esencialm ente. P o r ello, esta eficiencia d e las causas segundas se en c u e n tra ta n lejos d e a te n ta r c o n tra la efi-.

per generationum et corruptionum successio- theologi ut rationem invenirent quae probet nem diu conservarentur; facilius enim per- ad creandum requiri infinitam virtutem; ad manerent perpetuo eaedem res a principio alias ergo actiones et mutationes non requicreatae si Deus ipse nihil corruxnperet, quia ritur talis virtus, praesertim in his agentibus res ipsae inter se non secum pugnarent nec quae non agunt absque dependentia a su­ se corrumperent. Similia multa incommoda periori. 9. Occurritur obiectioni.— Dices in hoc possunt facile excogitari, ex quibus intelligitur totum naturae ordinem contra illam ipso reperiri repugnantiam, scilicet, quod sit agens et dependens in agendo a superiori sententiam pugnare. 8. Ratio a priori conclusionis.— Tertio agente, et ideo requiri infinitam virtutem in est ratio a priori, quia habere vim agendi omni agente, quia, si agit, sola sua virtiite non repugnat rebus creatis, sed potius est agii et absque dependentia ab alio. Quae obiectio tangit fundamentum contrariae se’nmaxime consentaneum perfectioni earum; ■ergo, cum Deus condiderit unamquamque tentiae, de quo dicendum est late infra tracrem in natura sua perfectam, negandum non tando de necessitate divini concursus; nunc est tales creasse res quae habeant conna- respondetur breviter negando assumptùm; turalem virtutem agendi. Antecedens proba- sicut enim non repugnat esse et dependenter tur, quia non omnis virtus agendi requirit ab alio esse, ita non repugnat agere et de­ perfectionem infinitam; ergo sufficiet virtus pendenter ab alio agere. Cur enim? An quia finita creaturae ut efficacitatem aliquam ha­ repugnat eamdem actionem, simui esse a plubere possit. Antecedens patet, quia nulla pro- ribus causis totalibus? At hoc falsum est, si babilis ratio persuadet necessitatem infinitae illae causae sint diversorum ordinum et esperfectionis ad omnem actionem. Quin po­ sentialiter subordinata«. Quoqirca; tantum tius, ut infra videbimus, multum laborarunt abest ut haec efficientia causarum secunda-

Disputación XVIII.—Sección I

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c a d a o au to rid ad divina, q u e m ás b ie n la apoya y explica e n grado sum o. E fec­ tivam ente — com o arg u m en ta S anto T o m ás en el lu g ar arrib a citado— , D ios co­ m u n icó su b o n d ad a las cosas creadas d e ta l m an era q u e les dio ta m b ié n u n a inclinación y u n p o d e r p a ra com unicar a otras lo que p articip an de la b o n d a d 1 del m ism o D ios, re p a rtie n d o a cada u n a seg ú n su capacidad. P o rq u e , com o dijo a este pro p ó sito P lató n , en el diálogo Sobre la naturaleza, Dios es bueno y no es atacado por los celos, ni envidia a nadie; p o r eso hizo todas las cosas b u e ­ nas y sem ejantes a sí en la tendencia a com unicarse según su capacidad. D e a q u í q u e algunas se c o m u n iq u e n m aterialm en te y otras fo rm a lm e n te ; n o hay, pu es, contradicción en q u e tam b ién se c o m u n iq u en eficientem ente. 10. S i Dios, obrando con las causas segundas, hace más que si obrara solo.— A sí, p u e s, lo que decía m ás arrib a P ed ro de A illy — q u e D io s, al o b ra r con las causas segundas, h ace m ás q u e si p ro d u je ra to d as las cosas p o r sí solo— es cierto presu p o sitiv am en te (p o r así decirlo), p e ro form alm ente es falso. Es d e c ir, si la causa segunda p ro d u c e algo, se supone q u e D io s, adem ás de h a b e r p ro d u cid o a la causa seg u n d a y d e h ab erle com unicado la perfección d e la actividad — con lo q u e m u e stra e n m ayor grado su p o d e r— , h ace luego con la causa segunda to d o lo que ésta realiza; y, e n tal sentido, presu p o sitiv am en te hace m ás. E n cam bio, m ediante la m ism a acción por la q u e o b ra con la causa segunda n o hace m ás, n i siquiera igual, q u e si o b rara p o r sí solo, ya q u e n o aplica to d a la efi­ cacia necesaria p a ra o b ra r solo. P or eso, con ta l m o d o de o b ra r, si bien o b ra con v irtu d suficiente en. cu an to causa p rim era , em pero n o ob ra con v irtu d su­ ficiente en todo género. E sto n o im plica im perfección en D ios, ya q u e no lo hace p o r indigencia o im p o ten cia, sino p o r voluntaria y p ru d e n tísim a aplicación d e su p o d e r. D esd e este p u n to de v ista, ta m b ié n es cierto lo q u e decía P ed ro d e A illy, a sab er, q u e las causas segundas n o h acen n ad a sino p o r v o lu n ta d de D io s; p u es re q u ie re p — com o direm os p o sterio rm en te— el concurso d e D ios, concurso q u e E l p re s ta n o p o r necesidad, sino v o lu n ta ria m e n te ; sin em b arg o , tal v o lu n tad n o es p o r com pleto ab so lu ta (excluidos los m ilagros), sino q u e se adap­ ta a las n atu ralezas d e las cosas y p ro ced e com o de un cie rto d ébito de justa d istrib u c ió n ; p o r eso, e ste v o luntario n o im p id e q u e sem ejante eficiencia sea

rum deroget divinae effidacitati vel auctoritati ut potius illam maxime commendet et declarer Nam, ut D. Thomas supra argumentatur, ita communicayit Deus suam creatis rebus bonitatem ut eis etiam dederit inclinationem et vim ad commuuicandum aliis id quod de bonitate ipsius Dei participant, unicuique impertiendo iuxta capacitatelo suam. Quia, ut ad hoc propositum dixit Plato, in dialog, de Natur., bonus est Deus et livore non tangitur neque ulti invidet; et ideo omnia fecit bona sibique similia in appetitu se communicandi iuxta captum suum. Unde quaedam se materialiter communicant, alia formaliter; non ergo repugnat quod etiam efficienter se communicent. 10. A n Deus plus agat ejjiciens cum causis secundis quam si solus.— Igitur, quod Abacus supra dicebat, plus, scilicet, agere Deum eificiendo cum causis secundis quam si se solo omnia efficeret, praesuppositive (ut ita dicam) verum est, formaliter autem falsum; id est, si causa seconda aliquid efficit, supponitur Deus et effecisse ipsam causam secundam' et communicasse illi per-

fectionem activam, in ' quo suam potentiam magis ostendit, et deinde agit cum causa se­ cunda quidquid ipsa agit; et ita praesup­ positive plus agit. At vero per ipsammet actionem, qua cum ipsa causa secunda agit, non plus neque aequaliter agit quam si se solo ageret, quia non applicat totam efficaciam necessariam ut soius agat. Unde in tali modo agendi, quamvis agat sufficienti vèr­ tute in ratione causae primae, non tamen sufficienti in omni genere. Neque hoc est impcrfectionis in Deo, quia non est ex in­ digencia aut impotentia eius, sed ex volun­ taria et prudentissima applicatione virtutis suae. Quo sensu veruna est etiam quod Aliacus aiebat, nempe causas secundas nihil age­ re nisi ex volúntate Dei; requirunt enim, ut infra dicemus, concursum Dei, quem Deus non necessitate, sed volúntate praebet; illa tamen voluntas non est omnino absoluta (seclusis miraculis), sed est accommodata naturis rerum et quasi ex quodam debito iustae distributionis ; et ideo hoc voluntarium non impedii quominus huiusmodi efficientia sit simpliciter naturalis rebus crea-

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a b so lu ta m e n te n a tu ra l a las cosas creadas. C om o ta m b ié n p o r v o lu n ta d de D io s tie n e n las cosas la facu ltad o p erativ a m ism a, m as n o p o r u n a v o lu n ta d to ta lm e n te so b re a ñ a d id a y com o u n id a d e m o d o m e ram en te g ra tu ito a aquella v o lu n ta d p o r la q u e q u ie re q u e existan tales c ria tu ra s, sino q u e estas v o lu n ta d e s g u a rd a n co­ n e x ió n , en co n fo rm id a d con el d é b ito n a tu ra l y la conexión d e las cosas m ism as. P o r co n sig u ie n te , el h ech o d e q u e re r D io s q u e el fu eg o calie n te y q u e el agua re frig e re n o es m e ra m e n te v o lu n ta rio , sino a su m a n e ra d e b id o , e n el su p u e sto d e q u e q u isie ra c re a r tales cosas. N o s referim o s a la fa c u lta d o p e ra tiv a co nna­ tu ra l, p u e s la so b re n a tu ra l e in fu sa tien e u n a ra z ó n d is tin ta , q u e n o nos in cu m b e. C on lo dich o q u e d a sim u ltán eam en te p ro b ad a la con clu sió n e stab lecid a y re ­ su elto el fu n d a m e n to de la p rim e ra opinión. 11. S o b re la d ep en d en cia esencial, a la q u e se alu d e e n la confirm ación, tra ta re m o s ex professo d e sp u é s, en la d isp u ta c ió n d e la c re a c ió n ; p o r ah o ra m e lim ito a d e c ir q u e se co m ete equivocación e n la p ro p o sic ió n «la c ria tu ra d ep en d e e sen cialm en te d e solo D ios», ya q u e d ich a p ro p o sició n p u e d e e n te n d e rse positiva y n e g a tiv a m e n te ; e n te n d id a p o sitiv am en te ofrece el sig u ien te se n tid o : la cria­ tu ra tie n e u n a exigencia esencial a d e p e n d e r d e solo D io s ; y esto n o es cierto, h a b la n d o en g en eral, a u n q u e p u e d a verificarse, q u iz á , d e alg u n a acción o d e al­ g u n a cosa, a te n d ie n d o a u n a c o n d ició n especial, lo cu al p e rte n e c e a las cuestiones p a rtic u la re s sobre la creació n , la gracia, etc. E n cam b io , si se e n tie n d e negativa­ m e n te su se n tid o es q u e la ra z ó n de cria tu ra , e n c u a n to ta l, n o exige esencial­ m e n te d e p e n d e n c ia si n o es d e D io s, lo cual es c ie rto p o rq u e e n v irtu d de e sta afirm ación no se excluye el q u e , d e h echo o se g ú n ' alg ú n m o d o d e p ro d u c c ió n , p u e d a te n e r d e p e n d e n c ia de D io s y de alg u n a c ria tu ra , com o es ev id e n te d e suyo.

Se trata la misma afirmación por principios sobrenaturales 12. H a sta ah o ra nos h em o s ocupado filosóficam ente d e la c o n clu sió n estable­ c id a ; m as, com o dijim os q u e ta m b ié n es cie rta se g ú n la d o c trin a rev elad a, es p re c iso a ñ a d ir u n as breves consideraciones a este re sp e c to . P u e s b ie n , ta l certeza se d e sp re n d e , en p rim e r lu g a r, d el m o d o de h a b la r d e la S ag rad a E sc ritu ra , Gen., 1 : Germine la tierra hierba verde y Produzca la tierra seres vivientes, d o n -

tís. Sicut edam ex volúntate Dei habent ipsam virtutem agendi, non tamen ex volún­ tate omnino superaddita et quasi mere gra­ tis adiuncta illi voluntad qua vult tales creaturas esse, sed sunt connexae hae voluntates iuxta naturale debitum et connexionem ipsarum rerum. Unde, quod voluerit Deus ignem calefacere et aquam frigefacere non est mere voluntarium, sed suo modo debitum, ex supposidone quod voluerit tales res crea­ re. Loquimur autem de vi agendi connatu­ rali, nam de supernaturali et infusa alia est ratio, quae ad nos non spectat. Atque ita simul probata est conclusio posita et solutum fundamentum prioris sentendae. IL Quod vero in confirmatione tangitur de essendali dependentia infra in disputatione de creatione ex professe tractandum est; nunc solum dico commini aequivocationem in illa propositione : creatura essentialiter pendei a solo Deo; potest enim intelligi illa proposito positive et negative; positive intellecta reddit hunc sensum: creatura essen-

tialiter postulat pendere a solo Deo; et hoc non est verum, in Universum loquendo, licet fortasse de aliqua actione vel de aliqua re ob specialem conditionem id possit verifican, quod spectat ad spéciales quaestiones de creatione, vel de gratia, etc. Negative autem intellects, sensus illius est quod ratio creaturae, ut sic, non postulat essentialiter dependentiam nisi a Deo. Et hoc est verum, quia ex vi huius non excluditur quin de fac­ to vel secundum aliquem modum productio­ n s possit habere dependentiam a Deo et ab aliqua creatura, ut per se constat. Ex principiis supernaturalibus eadem assertio traclatur 12. Hactenus tractata est philosophice conclusio posita; quia vero diximus etiam habere certitudinem iuxta fidei doctrinam, pauca de hac parte adiungere necesse est. Colligitur ergo haec certitudo, primo ex mo­ do loquendi divinae Scripturae, Gen., 1 : Germinet terra herbam virement; et produ-

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d e S a a Basilio señala — Homil. IX — q u e , en v irtu d d e estas p alabras, y d e otras p arecid as, las cosas n atu rales recib iero n eficacia p a ra p ro d u c ir con tin u am en te ge­ neracio n es y corrupciones de o tras c o sas; y d esarrolla m ás p o r extenso la m ism a m ateria. S an A m brosio, lib. I I I Hexam., desd e el c. 8, y lib . V y V I, en casi io d o su contenido. P o r eso dice Jesu cristo , M e ., 4 : Una cayó en tierra buena y producía fruto, e tc .; y m ás a b a jo : L a tierra fructifica espontáneamente, primero la hierba, después la espiga y por último el trigo granado; y en L e., 2 1 : Como quiera, que los árboles producen fruto por sí mismos, e tc .; y en S ap., 16, se considera m ilagroso q u e el fuego, olvidando su v irtu d , n o consum iera a los ju s­ tos n i sus vestidos; y en ese m ism o lu g a r se atrib u y e al agua el p o d er de ex­ tin g u irlo to d o , y a los dragones el p oseer d ien tes envenenados p a ra m atar, y si alguna vez se ven im p ed id o s de ejercer tales acciones, se atrib u y e a la divina potencia. A dem ás, hay otras verdades d e fe q u e n o p u e d e n m an ten erse sin este p rin ­ cipio. L a p rim era y p rin c ip a l es la v erd ad del lib re alb e d río , q u e n o p u e d e con­ sistir en o tra cosa q u e en la facu ltad y m o d o d e o b rar, según m ostrarem os m ás adelante. D e aq u í q u e el C oncilio T rid e n tin o , ses. V I, can . 4 , condene a q u ien es afirm an q u e el lib re albedrío creado n o p ro d u c e n ada e n ab so lu to y se com porta de m an era m eram en te pasiva. E n v irtu d d e esa definición co n d en a plenam ente la p rim e ra o pinión antes referid a y define n u e stra conclusión. Es m ás, el C on­ cilio q u iere (lo cual confirm a a fortiori esta verdad) q u e la v o lu n tad h u m a n a posea eficiencia, n o sólo en las operaciones natu rales, sino tam b ién e n las so b re­ n atu rales u obras lib res de la gracia. S obre esta base se co m p ren d en en seguida los testim onios que G ab riel aducía en co n tra, y e n los q u e se tra ta b a especial­ m e n te d e las obras d e la gracia, las cuales se a trib u y e n a D ios com o causa p ri­ m era de tal m odo q u e n o q u ede excluida n u e stra cooperación. P u e s en el m ism o pasaje dice San P ab lo q u e nosotros n o som os suficientes p o r n o so tro s m ism os y q u e n u e stra suficiencia proviene de D ios. Y el q u e en u n lu g a r afirm a q u e D ios ob ra en nosotros, en otros sostiene q u e coopera con no so tro s y q u e nosotros so­ m os colaboradores d e la gracia divina. 13. N o tiene m en o r eficacia la razó n q u e se apoya e n la eficiencia del acto p ecam inoso; p ues si n o es la causa seg u n d a q u ie n obra, sino D ios en presencia

cat terra animarti vìventem; ubi Basii., ho­ mil. 9, annotat ex vi horum et similium verborum accepisse res naturales efficaciam continuo etficiendi rerum generationes et corruptiones ; quod latius prosequitur. Ambros., lib. I l i Hexam., a c. 8, et lib. V et VI, fere per totos. Unde, Marci 4, ait Christus : Aliud cecidit in terram bonam, et dabat jructum, etc.; et infra: Ultro terra fructificat, primum herbam, deinde spicam, deinde ple­ num frumentum; et Lucae 21 : Arboree cum producimi iam ex se fructum, etc.; et Sap. 16 miraculo tribuitur quod ignis, suae virtutis oblitus, iustos et indumenta eorum non consumpserit ; et ibi tribuitur aquae quod omnia extinguat, et draconibus quod venenatos habeant dentes ad occidendum, et divinae potestati tribuitur, si interdum ab his actionibus impediuntur. Praeterea sunt aliae veritates fidei quae sine hoc principio subsistere non possunt. Prima ac praecipua est veritas liberi arbitrii, quod nonnìsi in vi et modo agendi consistere potest, ut infra ostendemus. Unde Concilium Tridentinum,

sess. VI, can. 4, damnat dicentes liberum arbitrium creatum nihil omnino agere, mereque passive se habere. Qua defìnitione piane damnat primam sententiam supra re­ latant et nostram conclusionem definit. Et (quod a fortiori rem convincit) non solum in naturalibus operationibus, sed etiam in supematuralibus, seu gratiae operibus liberis, vult Concilium habere efficientiam humanam voluntatem. Ex quo obiter intelliguntur illa testimonia quae Gabriel in contrarium afferebat, in quibus specialiter ser­ mo est de operibus gratiae, quae ita tribuuntur Deo ut primariae causae, ut non excludatur cooperatio nostra. Nam in eodem loco ait Paulus, et nos non esse sufficientes ex nobis, et sufficientiam nostram ex Deo esse. Et qui in uno loco ait Deum operari in nobis, in aliis ait cooperari nobiscum et nos esse cooperatores gratiae Dei. 13. Nec minorem efficaciam habet ratio quae ex efficientia actus peccati desumitur; nam .si causa secunda non efficit, sed Deus ad praesentiam eius, nos non facimus voli-

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d e ella, nosotros no realizam os voliciones m alas, sino q u e D ios solo es q u ie n nos las in fu n d e en presencia d e los o b jeto s; p e ro esto es blasfem o y erróneo, n o sólo p o rq u e entonces n o pecaríam os lib rem en te, sin o tam b ién p o rq u e e n ta l caso el pecado n o procedería d e nosotros, sino de D ios. A dem ás, p ro p o rcio n an u n a excelente razón teológica las definiciones conciliares sobre el m isterio d e la E n ­ cam ación. E n ellas se enseña q u e en C risto h ay dos operaciones y dos p rin c i­ p io s de operación o v irtu d es operativ as; a este resp ecto p u e d e consultarse el D am asceno, lib. ÍH De fide, c. 15. A hora b ien , to d as estas cosas y o tras sem e­ jan tes no p u ed en ser ciertas si en la n atu raleza cread a n o existe n in g u n a v irtu d activa. F inalm ente, la creación del alm a racional d a origen a u n arg u m en to d e gran v a lo r; porque, según la o pinión contraria, ta n cie rto es q u e el h o m b re gene­ ra n te crea el alm a racional com o q u e el fuego en g en d ra fu e g o ; efectivam ente, así com o D ios produce fuego en p resencia d el fuego, y la acción se atrib u y e al fu eg o sólo p o rq u e es u n a condición sine qua non, p u e sta la cual D ios ob ra de m an era infalible, así tam bién D ios, e n p resencia d el sem en hu m an o , y n o sin esa condición, crea infaliblem ente el alm a. P e ro el consiguiente es u n e rro r en la fe.

Segunda afirmación 14. Qué eficiencia niega San Agustín a los cuerpos.— D igo e n segundo lu ­ g a r : no sólo las sustancias incorpóreas, sino tam b ién las corpóreas p u e d e n po­ seer una eficiencia física y v erdadera. E sta afirm ación se sigue de la p reced en te, casi p o r la m ism a dem ostración y certeza, ya q u e las experiencias, las razones y los testim onios aducidos tie n e n validez tan to p a ra las causas n atu rales y m ate­ riales como para las inm ateriales. M á s a ú n : si se tra ta d e la eficiencia m ediante u n a acción transeúnte, el h echo d e q u e los cuerpos realizan operaciones nos re ­ su lta m ás conocido y evidente q u e el hecho d e q u e las realizan las sustancias incorpóreas. P o r ello n ad a h ay q u e a ñ ad ir en confirm ación d e esta conclusión. E n cuanto al fundam ento d e la opinión c o n traria, n o tiene n in g ú n v alo r; p u es p a ra que u n cuerpo obre e n o tro n o es preciso q u e se e n cu en tre sim ultáneam ente con él, de m anera p en etrativ a, en u n m ism o lu g a r, antes b ie n b asta q u e e n tre ellos se d é u n a proxim idad suficiente, com o m u e stra la experiencia y explicare-

tiones malas, sed Deus solus eas nobis infundit ad praesentiam obiectoruiu, quod est blasphemum et erroneum, non solum quia tunc non libere peccaremus, sed etiam quia time non a nobis, sed a Deo peccaremus. Praeterea sumitur optima ratio theologica ex definitionibus Conciliorum circa Incarnationis mysterium, quibus docent esse in Christo duas operationes duoque operandi principia seu operatrices virtutes, de quibus legi potest Damascen., I l l lib. de Fid., c. 15. Quae omnia et similia vera esse non pos­ sum, si in natura creata nulla vis est agendi. Tandem ex creatione animae rationalis nascitur optimum argumentum, quia iuxta contrariam opinionem non minus verum est ho­ minem generantem creare animam rationa­ lem quam ignem generare ignem quia, sicut Deus ad praesentiam ignis facit ignem et actio tribuitur igni solum quia est conditio sine qua non, et qua posila Deus infallibiliter facit, ita Deus ad praesentiam humani seminis creat animam infallibiliter, et non

sine illa conditione. Consequens autem est error in fide. Secunda assertio 14. Augustinus quam efficientiam neget corporibus.— Dico secondo : non solum sub­ stantiae incorporeae, sed etiam corporeae habere possunt physicam et veram efficien­ tiam. Haec sequitur ex praecedenti, eadem fere demonstratione et certitudine; narri experientiae, rationes et testimonia adducta, tam de causis naturalibus et materialibus, quam de immaterialibus procedimi. Immo, si de efficientia per actionem transeuntem sermo sit, notius et evidentius nobis est cor­ pora agere quam incorporeas substantias. Quare nihil in huius conclusionis confìrmationem addere oportet. Neque fundamentum contrariae sententiae ullius est momenti, quia, ut unum corpus agat in aliud, non est necesse ut penetrative sit simili cum ilio in eodem loco, sed satis est quod sint sufficienter propinqua, ut ipsa experientia OS-

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Disputación X V III.— Sección I

m os después c o n m ayor am p litu d . P o r eso, a u n q u e la can tid ad n o sea activa, n o im pide to talm en te la acción, d e ig u al m odo q u e la m ateria, si b ie n n o es activa, tam poco im p id e la acción de la fo rm a ; p u e s, según parece, la c a n tid ad ’ se com para con las cualidades d e igual m an era q u e la m ateria con la form a. D e aquí que n i u n a n i otra sea im p ed im en to para la acción, sino que m ás b ie n contribuye, a su m o d o , a ella, si n o o b ran d o , al m enos su sten tan d o y aplicando d e m anera connatural el p rin cip io activo. A la confirm ación se resp o n d e q u e la sustancia corpórea, según su to talid ad , n o se halla en el ínfim o o rd en n i a g ra n distancia d e D ios, sino sólo seg ú n la m ateria p rim a, p o r lo cual reconocem os q u e ésta no posee n in g u n a facu ltad ope­ rativ a p ro p ia ; en cam bio, según la fo rm a, los cuerpos están dotados d e m ayor perfección y sem ejanza con D ios, y d e a q u í q u e , seg ú n ella, p u e d a n te n e r v irtu d operativa. A hora b ie n , San A g u stín h ab la, en el te x to citado, de las causas efi­ cientes q u e se actú a n a sí m ism as en c ie rto m odo, o sea, q u e tienen do m in io d e sus acciones y p u e d e n aplicarse a la acción. E fectivam ente, se expresa d e esta m a n e ra : Las causas corporales, que son hechas en mayor grado que hacen, no

deben contarse entre las causas eficientes, ya que pueden lo que de ellas hacen las voluntades de los espíritus. Tercera afirmación 15. A firm o e n terc e r lu g a r: a u n q u e las causas cread as n o p u ed an p ro d u c ir u n a sustancia en su to talid ad o d e m an era esencial y p rim a ria , sí q u e p u ed en ge­ n e ra r u n a sustancia a p a rtir d e u n a m ateria sustancial p re su p u e sta , educiendo la form a sustancial: Y sem ejante eficiencia d e b e atrib u irse a las causas corporales m ás b ie n q u e a los e sp íritu s creados. L a p rim e ra p a rte d e esta afirm ación es cer­ tísim a, ya q u e las causas creadas n o p u e d e n crear n a d a , com o pondrem os de m anifiesto al tra ta r d e la c reació n ; ahora b ien , u n a sustancia n o p u e d e ser h ech a esencial y p rim ariam en te y en su to talid ad sino p o r creació n ; en efecto, n o p u e ­ d e ser h ech a d e u n su je to p re su p u e sto , p o rq u e la to talid ad de la sustancia, siendo u n e n te esencialm ente com pleto, no supone ningún sujeto; luego neces3riam ente h a d e ser h e c h a d e la n ad a y, en consecuencia, por creación. D e aquí

tendit et inferius latius declarandum est. Quocirca, quamvis quantitas non sit activa, non tamen omnino impedit actionem, sicut materia etiam non est activa, non tamen im­ pedit actionem formae. Ita enim videtur quantitas ad qualitates comparari, sicut ma­ teria ad formam. Unde neutra impedit. sed potius confert suo modo ad actionem, si non agendo, saltern sustentando et connaturali modo applicando principium agendi. Ad confirmationem autem respondetur substantiam corpoream secundum se totam non esse in infimo ordine neque summe distare a Deo, sed solum secundum materiam primam, et ideo de illa fatemur nullam habere propriam vim agendi; at vero secundum formam habent corpora maiorem perfectionem et similitudinem ad Deum; et ideo secundum illam habere possunt vim efficiendi. Augustinus autem in dtatis verbis loquitur de causis efficientibus quae se aliquo modo agunt, id est, quae dominium habent suarum actionum et sese possunt applicare ad agendum. Sic enim ait: Corporales causae, quae magis

jiunt quam faciuni, non sunt inter causas efficientes numerandae, quoniam hoc pos­ sunt quad ex ipsis faciunt spirituum vo­ lúntales. Tenia assertio 15. Dico terno: quamvis causae creatae non possint efficere substantiam secundum se totam seu per se primo, possunt tamen ex substantial! materia praesupposita sub­ stantiam generare educendo substantialem formam. Haec autem efficadtas corporalibus potius causis quam spiritibus creatis tribuenda est. Prima pars huius assertionis est certissima, quia causae creatae non possunt aliquid creare, ut agentes de creatione os-, tendemus; substantia autem per se primo ac secundum se totam, non potest fieri nisi per creationem; non enim potest fieri ex praesupposito subiecto, quia toti substantiae nullum subiectum supponitur, cum sit ens per se completimi; ergo necessario fieri debet ex tubilo, atque adeo per creationem. Et hinc est quod substantia spiritualis crea-

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Disputaciones metafísicas

re su lta q u e la sustancia esp iritu al creada n o p u ed e crear o tra q u e le sea sem e­ jante en especie o en g rad o , ya q u e dicha sustancia, p o r ser sim ple en su esen­ cia, sólo p u e d e hacerse p o r creación. P o r ig u al razó n u n a sustancia m aterial nop u e d e ser p ro d u cid a, en cuanto a la m ateria, p o r una causa cread a, ya sea in ­ corpórea o co rp ó rea; y en este sentido afirm am os que la sustancia en su to talid ad y de m anera esencial y p rim aria, es decir, en to d a su en tid a d y sin su p o n er n a d a sustancial, n o p u ede ser p ro d u c id a por u n a causa creada. P ero d e este p u n to se h a n de h a c e r ab u n d an te s consideraciones en lo q u e sigue. 16. Las formas sustanciales son producidas por supuestos corpóreos.— M a s la segunda p a rte de la conclusión acerca d e la educción de la form a sustancial p o r la p ro p ia eficiencia d e las causas segundas n o es ta n evidente y cierta com o las anteriores referen tes a la- eficiencia en ab soluto, p o rq u e la p ro d u cció n d e esta form a es m enos sensible y, p o r tan to , nos re su lta m enos conocida q u e la eficien­ cia de los accidentes, y p o rq u e la explicación de dicha eficiencia encierra u n a d ificultad n o p eq ueña, com o verem os en la sección siguiente. N o obstante, e sta p a rte es m ás p ro b ab le, so b re to d o considerada en general y sin descender a los m odos p articu lares de explicar tal eficiencia. Y se dem u estra , en p rim e r lu g ar, p o rq u e , d e igual m an era q u e vem os que el fuego calienta, así ta m b ién vem os q u e el fu eg o genera, y q u e el sol pro d u ce m inerales, y q u e la tie rra , tam b ién con la acción d el sol, g erm in a hierb a, etc. E n segundo térm in o , p o rq u e, com o estas cosas n o se h acen p o r creación, sino p o r generación, n o se requiere — n i p o r p a rte d e la cosa h e c h a n i p o r el m o d o según el cual se hace— u n p o d e r infinito p a ra su p ro d u c c ió n ; lu e g o ese p o d er n o su p era la capacidad de las ca u ­ sas c read as; consiguientem ente, les h a sido com unicado p o r la p rim e ra causa y es co n n atu ral a ellas. M a s d e esto se tra ta rá am pliam ente en la sección siguiente, ya q u e no p u ede p ro b a rse con ex actitu d y d efenderse si antes n o se ha explicado el m odo de dicha eficiencia. 17. Las sustancias, espirituales no pueden producir formas sustanciales.— E n cu an to a la tercera p a rte d e la conclusión — que esta eficiencia no d ebe a tri­ buirse a los esp íritu s creados— se p o n e d e m anifiesto p o r el h echo de q u e n o son proporcionados p a ra sem ejante acción, m ien tras q u e las causas corporales son m ás p roporcionadas y acom odadas. A hora bien, e n tre las cosas creadas n o b asta

ta non potest aliam sibi similem, vel in spe­ cie vel in gradu, procreare, quia talis sub­ stantia, cum sit simplex in essentia, non pot­ est nisi per creationem fieri. Et eadem ratione materialis substantia quoad materiam non potest effici a causa creata, sive incor­ porea sive corporea; et hoc sensu dicimus substantiam secundum se totam ac per se primo, id est, quoad totam entitatem et nihil substantiae supponendo, non posse effici a causa creata; sed de hac re plura in sequentibus dicenda sunt. 16. Formae substantiates a corporeis suppositis fiunt.— Secunda vero pars conclusionis de eductione formae substantiafis per propriam efficientiam causarum secundarum non est tarn evidens et certa sicut sunt superiores de efficientia absolute, quia effectio huius formae minus sensibilis est, ideoque minus nota nobis quam efficientia accidentium, et quia in hac efficientia explicanda non parva est difficultas, ut sectione sequenti videbimus. Nihilominus est haec pars probabilior, praesertim absolute sumpta et non

descendendo ad particulares modos explicandi hanc efficientiam. Et probatur primo, quia, sicut videmus ignem calefacere, ita et generare ignem, et solem producere mineralia, et terram actione etiam solis germinare herbam, etc. Secundo, quia cum hae res non fiant per creationem, sed per generationem, ñeque ex parte rei factaé ñeque ex modo quo fit requiritur virtus infinita ad earum effectionem; ergo talis virtus non excedit capacitatem causarum creatarum; ergo est lilis communicata a prima causa estque illis connaturalis. Sed de hac parte plura in sec­ tione sequenti; non enim potest exacte pro­ bara é t defendí nisi prius modus huius efficientiae dedaretur. 17. Spirituals substantiae formas sub­ stantiates efficere nequeunt.— Tertia vero pars conclusionisj nimirum, quod haec effi­ cientia non sit spiritibus creatis tribuenda, ex eo patet quod sunt improportionati ad huiusmodi actionem; causae autem corpo­ rales sunt magis proportionatae ét accommodatae. Inter res autem creatas non satis est

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Disputación X V III.— Sección II

que una sea m ás p erfecta p a ra q u e p u ed a p ro d u c ir o tra m enos perfecta., a no ser que conste p o r o tra p a rte q u e aquélla contiene a ésta d e m anera em in e n te ; en cam bio, los e sp íritu s creados, si b ie n son m ás p erfecto s q u e los cuerpos, com o están lim itados a su p ro p io o rd e n y cada u n o co n streñ id o a significar sus p ro ­ pias perfecciones, no contienen em inentem ente las cosas co rpóreas; y com o n o son form as en la m ateria, sino to talm en te separadas, re su lta n desproporcionadas p a ra in tro d u c ir las form as en la m a te ria ; tam b ién d e esto direm os bastan te des­ pués, al tra ta r d e las inteligencias creadas, d o nde m ostrarem os que n o p u e d e n p ro d u c ir en lo s cuerpos n i form as sustanciales n i cualidades, ya q u e tam poco p u ed en alterar lo s cuerpos al arb itrio de su voluntad. Y si n o p u e d e n esto, m u ­ cho m enos p o d rá n in tro d u c ir la fo rm a sustancial e n la m ateria, p u es q u ie n no tiene la facu ltad d e disp o n er la m ateria m ucho m enos p u e d e ten er la v irtu d d e inform arla. P o r el contrario, los agentes corporales, p o r te n e r posibilidad d e al­ terar y disp o n er la m ateria, resu lta n m ás proporcionado s p a ra po d er in fo rm arla, ya educiendo d e ella la form a sustancial, ya in tro d u cién d o la e n ella, seg ú n la ca­ p acidad y cualid ad de la form a. 18. E n consecuencia, respondem os al fu n d am en to d e A vicena, p o r lo q u e resp ecta a su p rim e r erro r, negando q u e d e la p rim e ra causa sólo p u d ie ra proce­ d e r u n a inteligencia o u n efecto, p u es dicha causa n o o b ra p o r necesidad n a tu ra l para encontrarse d eterm inada a u n solo efecto, sino q u e es u n agente in telectu al que posee las ideas ejem plares de infinitas cosas, cuya pro d u cció n d ecid e a su a rb itrio y v o lu n tad . P o r lo q u e hace al fu n d am en to d el seg u n d o e rro r, e n trañ a u n a 'd ific u lta d q u e perten ece a la sección siguiente.

SECCION

II

C uál e s e l principio en cuya virtud una sustancia creada produce a otra 1. L a materia no es principio ” quo” de ninguna acción.— N os p reg u n tam o s a u n m ism o tie m p o p o r el p rin cip io prin cip al y p o r el próxim o o in stru m e n ta l, to d a vez q u e u n o n o p u e d e explicarse suficientem ente sin el otro. A h o ra b ien ,

quod aliqua sit magis perfecta ut possit efficere minus perfectam, nisi aliunde constet earn eminenter continere; spiritus autem creati, licet sint perfectiores quam corpora, tarnen cum sint limitati ad proprium gradum et singuli ad proprias significandas perfectiones, non continent eminenter res corporeas, et cum non sint formae in materia, sed omnino abstractae, improportionatae sunt ad formas in materiam inducendas; de qua item re dicemus plura infra, tractando de intelligentiis creatis, ubi ostendemus eas nec substantiates formas, nec qualitates pos­ se in corporibus efficere; neque enim possunt ad nutum suae voluntatis corpora alterare. Quod si hoc non possunt, multo mi­ nus poterunt in materiam formam substantialem inducere; nam qui virtutem non ha­ bet disponendi materiam, multo minus ha­ bere potest vim earn informandi. Agenda vero corporalia, cum possint materiam alterare ac disponere, magis proportionata sunt ut earn possint informare, vel educendo ex

ea vel in earn introducendo substantialem formam, iuxta formae capacitateci et qualitatem. 18. Ad fundamentum ergo Avicennae quoad priorem negamus a prima causa so­ lano imam intelligentiam vel unum effectum potuisse prodire, quia prima causa non agit naturae necessitate ut ad unum effectum sit determinata, sed est intellectuale agens, habens in se infinitarum rerum exemplaria, quarum effectionem sua voluntatet et arbitrio definit. Fundamentum autem seciindi erroris postulat difficultatem ad sequentem sectio­ n ed pertinentem. SECTIO II Q

uodnam

s r r p r i n c i p i u m q u o s u b s t a n t ia CREATA EFFICIT AL1AM

1. Materia nullius actionis principium quo.— Simul quaerimus de principio prin­ cipali et proximo seu instrumentali, quia unum sine altero satis explicari non potest.

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Disputaciones metafísicas

p o r lo dich o re su lta claro, en p rim e r lu g ar, q u e sólo nos referim os a la causa corporal, ya q u e los e sp íritu s creados n o p u e d e n p ro d u c ir n in g u n a sustancia, se­ g ú n q u ed a afirm ado. A dem ás, com o en la sustancia creada h ay m ateria, form a y accidentes, re su lta claro, en segundo lu g ar, q u e , a juicio d e todos, la m ateria n o es p rin cip io d e ta l p ro d u c c ió n ; q u iero decir p rin cip io quo o fo rm al, p o rq u e el p rin cip io quod es el su p u esto , ig u al q u e en las dem ás acciones; p e ro el supuesto m aterial, a u n cu an d o conste d e m ateria, form a y subsistencia, y te n g a adem ás accidentes, n o recibe d e la m ateria — q u e n o es activa— la facu ltad d e o b rar, seg ú n hem os dich o en rep e tid a s ocasiones. N o hacem os m ención d e la subsisten­ cia p o rq u e sólo e s u n cierto m o d o y té rm in o d e la n atu raleza q u e , e n v erd ad , p reced e n atu ra lm e n te a to d a acción, pero q u e n o confiere esencialm ente v irtu d p a ra o b ra r, com o expondrem os c o n am p litu d m ás abajo, al ocu p arn o s d e l a sub­ sistencia. C o nsiguientem ente, to d a la controversia q u e d a red u c id a a la form a sus­ tancial y sus accidentes o pro p ied ad es n atu rales. 2. Ningún accidente es causa principal de la sustancia.— Y d e ellas es m a­ n ifiesto , en te rc e r lu g a r, q u e la form a accidental n o p u e d e ser p rin cip io p rin ci­ p a l de la p ro d u cció n d e u n a su stan cia; en esta afirm ación coinciden casi to d o s; p o rq u e suele citarse en co n tra a M a y o r, In IV, d ist. 12, p e ro n o la contradice, com o tam poco n in g ú n o tro , q u e yo sepa. N i p u e d e h a b e r m otivo alg u n o d e d u d a , ya q u e la causa p rin c ip a l — seg ú n pusim os d e relieve— h a d e ser m ás p erfecta o, al m enos, n o m ás im p e rfe c ta q u e el efe c to ; p u e s, h a b id a cu e n ta d e q u e n a ­ d ie d a lo q u e n o tien e, ¿cóm o es posible q u e u n a fo rm a im perfecta tenga en sí o com unique a su supuesto la facu ltad p rin c ip a l d e p ro d u c ir o tra form a m ás p erfecta, a la que n o p u e d e co n te n e r n i form al n i em in en tem en te? P ero la form a accidental es m ás im perfecta q u e la su stan cial; lu eg o n o p u e d e ser p rin c ip ’ * p rin ­ cipal d e la educción de ésta. Sem ejante conclusión aparecerá c o n m ay o r eviden­ cia p o r lo q u e hem os d e d ecir, ta n to a l e stu d ia r la p rim e ra sentencia com o al confirm ar n u e stra ú ltim a aserción. 3. La forma sustancial es el principio principal por el que obra la causa efi­ ciente.— D e ahí re su lta , adem ás, q u e si en la sustancia m aterial hay alg ú n p rin ­ cipio quo p rin c ip a l en o rd e n a la pro d u cció n d e la sustancia, n o p u ed e ser sino

Constat autem primo ex dictis sermonem tantum esse de corporali causa, quia creati spiritus nullam substantiam efficere possunt, ut dictum est. Rursus cum in substantia creata sint materia, forma et accidentia, con­ stat secundo apud omnes materiam qpn esse principium huius effectionis; principium (inquam) quo seu formale; nam principium quod suppositum est, sicut in caeteris actionibus; suppositum autem materiale, licet constet materia et forma et subsistentia, ac praeterea habeat accidentia, tamen vim agendi non habet a materia, quae activa non est, ut saepe diximus. Subsistence autem mentionem non facimus, quia ilia solum est mo­ dus quidam et terminus naturae, praecedens quidem naturaliter omnem actionem, non tamen per se conferens vim ad agendum, ut latius infra tractando de subsistentia dicemus. Tota ergo controversia ad formam substantialem et eius accidentia seu naturales proprietates revocatur. 2. Nullum acddens principalis causa sub­ stantiae.— De quibus constat tertio formam accidentalem non posse esse principium prin-

cipale producendi substantiam, in quo om­ nes fere conveniunt. Solet enim in contrarium citari Maior, In IV, dist. 12, sed non contradicitj neque ullus alius, quem ego viderim. Nec potest esse ulla dubitandi ratio, quia causa principalis, ut ostendimus, esse debet vel nobilior vel certe non ignobilior effectu; cum enim nemo det quod non ha­ bet, quomodo potest forma imperfecta ha­ bere in se vel communicare suo supposito principalem vim efficiendi perfectiorem for­ mam, quam nec formaliter neque eminenter continere potest? Est autem accidental for­ ma imperfectior substantiali; ergo non pot­ est esse principium principale educendi IIlam. Atque hoc evidentius constabit ex dicendis, turn pertractando primam sententiam, turn etiam ultimam nostram assertionem confirmando. 3. Forma substantialis est principium principale quo efficiens agit.— Ex hoc ulterius fit, si in materiali substantia est aliquod principium quo principale ad efficiendam substantiam, illud esse non posse nisi

Disputación X V Ill.— Sección 11

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la form a su stan cial; p o rq u e , tras u n a enum eración, n o q u eda n in g ú n otro. Y parece que esto es ta m b ién adm itido p o r todos, de com ún ac u e rd o ; p u e s, siendo la form a el acto prin cip al d el supuesto, y la q u e d e m anera prin cip al d a el ser a éste, tam b ién ella debe ser el p rin cip io prin cip al d e o b rar, ya que la operación sigue al ser. F in a lm e n te , p o rq u e la fo rm a sustancial no p u e d e ser p rin cip io in s­ tru m e n ta l; luego será p rin cip io p rin cip al. L a consecuencia es evidente, po rq u e n i se d a m edio n i la fo rm a p u e d e q u e d a r to talm en te excluida de la razó n de p rin c ip io , p o r el hecho de q u e es fu e n te de todo el ser y de todas las propie­ dad es. E l an tecedente es m anifiesto p o rq u e la fo rm a sustancial n o supone a otra, d e la q u e p u e d a ser in stru m e n to , y a q u e ella es la p rim e ra y p rin cip al d e to d a s; a! h a b la r así m e refiero a u n m ism o supuesto, p o rq u e si se com para u n a form a in ferio r con o tra su p erio r, aquélla p o d rá decirse in stru m e n to d e ésta, com o hem os in d icad o m ás a rrib a y direm os e n lo q u e sigue. Y p o r esto tam b ién casi todos tie n e n com o cosa evidente q u e los accidentes son in stru m e n to s de la fo rm a s u s -' tancial e n la p ro d u cció n d e la sustancia, p u es la form a sustancial n o p roduce p o r sí sola e in m ed iatam en te u n a sustancia sem ejante, sino valiéndose d e los ac­ cid en tes, com o parece d e m o strar la ex p erien cia y p ru e b a el arg u m en to q u e en la sección a n te rio r hem os em pleado e n favor de A vicena, 4. A sí, p u e s, sentado lo q u e preced e, q u e d a n p o r explicar dos p u n to s : p ri­ m ero , cóm o el accidente es in stru m e n to en la p ro d u cció n d e la su sta n c ia ; se­ g u n d o , cóm o la fo rm a sustancial es p rin cip io p rin c ip a l en la educción d e una form a sem ejante. D o s son, p u e s, las dificultades m ás im p o rta n te s: p rim e ra , si el accidente es instrupaento de ta l m anera q u e llegue in m ed iatam en te hasta la ed u c­ ción d e la m ism a fo rm a sustancial o si, p o r el co n tra rio , se dice in stru m e n to sólo p o rq u e o bra d isponiendo a la in tro d u cció n d e d ich a form a, q u e es el efecto p ri­ m ariam en te in te n ta d o p o r el agente p rin c ip a l; segunda — suponiendo q u e el ac­ c id en te llegue d e m odo in m ed iato — ■, si la form a sustancial influye con él tam b ién pró x im am en te o sólo d e m anera rem o ta y cuasi radical.

substantialem formam; facta enim enumeratione nihil aliud superest. Atque hoc communi etiam omnium consensu videtur esse receptum, quia, cum forma sit principalis actus suppositi et quae illi principaliter dat esse, ilia etiam esse debet principale principium operandi, cum operatic sequatur esse. Denique quia forma substantial non pot­ est esse principium instrumentale; ergo erit principium principale. Patet consequentia, quia neque datur medium neque potest for­ ma omnino excludi a ratione principii, cum sit fons totius esse omniumque proprietatum. Antecedens autem patet, quia forma substantialis non supponit aliam, cuius possit ipsa esse instrumenmm, cum ipsa sit omnium prima ac praecipuq; loquor autem intra idem suppositum; nam si una forma inferior ad supetiorem comparetur, poterit did instrumentum illius, ut in superioribus tactum est et in sequentibus attingemus. At­ que hinc etiam omnes fere habent pro comperto accidentia esse instrumenta formae

substantialis ad producendam substantiam, quia forma substantialis non se sola et im­ mediate produdt substantiam similem, sed accidentibus utens, ut experimento videtur constare et probat argumentum pro Avicen­ na factum superiori sectione. 4. His ergo positis, duo explicanda supersunt: primum, quomodo accidens sit in­ strumentum ad producendam substantiam. Secundum, quomodo forma substantialis sit principium principale ad educendam similem formam. Unde duae sunt difficultates praecipuae: prima est an accidens ita sit instru­ mentum ut immediate attingat eductionem ipsius formae substantialis, an vero dicatur instrumentum solum quia dispositive operatur ad inductionem formae substantialis, qui est effectus praecipue intentus a principali agente. Secunda est, supposi» quod acci­ dens immediate attingat, an cum ilio proxime etiam influât substantialis forma vel tantum remote et quasi radicaliter. T

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Disputaciones metafísicas Primera opinión acerca de la eficiencia de los accidentes sobre la sustancia

5. E n cu an to a lo p rim e ro , h ay u n a p rim e ra op in ió n , seg ú n la cual los ac­ cidentes sólo son in stru m e n to s en el ú ltim o sentido, es decir, q u e únicam ente concurren de m anera dispositiva, lo cual p u e d e en tenderse de los accidentes q u e son recibidos en el p a c ie n te y son las m ism as disposiciones form ales de la m a ­ te ria ; parece que lo en te n d ió así F ilo p ó n , I I Phys.¡ tex t. 27, p o r lo q u e red u ce tales in stru m en to s a la causa m aterial. P ero al ex presarse de ese m o d o se opone a A ristóteles y a la razó n . A ristóteles, e n efecto, re d u c e el sem en y otros in s­ tru m e n to s sem ejantes a la causa eficiente, y lo hace ju stam en te p o rq u e n o se d a el n o m b re de in stru m e n to sino a aquello q u e m ed ian te alg u n a acción influye en el e fecto ; p o r ello n o se dice p ro p iam en te d e n in g u n a causa q u e tenga in s­ tru m e n to s, excepto d e la eficiente. P o r ta n to , d eb e enten d e rse, en sentido d is tin ­ to , de los accidentes q u e se e n cu en tran en el m ism o agente y son las facultades m ed ian te las cuales o b ra d e m an era in m ed iata e in tro d u c e efectivam ente e n el i pacie n te las disposiciones, con cuya ayuda v a p re p a ra n d o poco a poco la m ate­ ria , h asta q u e resulte p ró x im am en te capaz d e la fo rm a su stan cial; d e este m odo, los accidentes son in stru m e n to s p a ra la in tro d u c c ió n d e la form a sustancial, no p o rq u e lleguen a ella o la p ro duzcan de m a n e ra inm ediata, p u es su acción se d e tien e y term in a en la p ro d u cció n de accidentes p erfectam en te sem ejantes a ellos, sino p o rq u e , e n cu a n to subordinados a la p ro p ia form a, su acción tie n d e a p ro d u c ir u n a form a sustancial sem ejante. E sta o pinión fu e sostenida p o r E scoto, In / , d ist. 3 7 ; In 11, d ist. 1 7 ; y, m ás p o r extenso, In IV, d ist. 12, q . 3 ; la sigue O ckam , ln 11, q . 23. S u p rin cip al fu n d a m e n to consiste e n q u e u n accidente, p o r ser u n ente m ás im perfecto q u e la fo rm a sustancial, no p u e d e en m an era alguna p ro d u c ir a ésta. A lgunos re sp o n d e n q u e , si b ie n el accidente es m ás im perfecto en cuanto en te, p u ede ser m ás ap to co n siderado com o p rin cip io activo, y en ese sentido cabe decir q u e es m ás p erfecto en el o brar. P ero esta resp u esta n o es legítim a p o rq u e la facultad operativa, sobre to d o en el accid en te, n o es algo d istin to de su en ­ tid a d ; o si se distin g u e d e alguna m anera, a l m enos p o r la razó n , la sigue y se adecúa a e lla ; en consecuencia, n o es po sib le q u e el accidente sea m ás perfecto

Prima sententìa circa efficientiam accidentium in substantiam 5. Circa prirmim est prima sententia, ac­ cidentia solum esse instrumenta hoc poste­ riori modo, id est, tantum dispositive concurrendo, quod pqtest intelligi vel de accidentibus quae recipiuntur in passo et sunt ipsae formales dispositiones materiae, quo modo id videtur intellexisse Philoponus, II Phys., text. 27, et ideo haec instrumenta revocai ad materialem causam. In quo et contra Aristotelem loquitur et contra rationem. Aristoteles enim semen et similia _instrumenta ad efficientem causam reducit, et merito, quia instrumentum non dicitur nisi quod per aliquam actionem influii in effectum; et ideo nullius causae proprie instru­ menta dicuntur nisi efficientis. Aliter ergo intelligendum est de accidentibus quae sunt in ipso agente et sunt facilitates per quas proxime operatur, et effective inducit dispo­ sitiones in passum, per quas paulatim praeparat materiam, donee proxime fiat capax

formae substantialis ; et hoc modo sunt in­ strumenta ad inducendam formam subtantialem, non quia ipsam immediate attingant aut efficiant, sistit enim ac terminatur eorum actio in effectione accidentium sibi per­ fette similium; sed quia ut subordinata sunt propriae formae, eorum actio tendit ad productionem similis formae substantialis. Hanc opinionem tenuit Scorns, In I, dist. 37, et In II, dist. 17, et latius In IV, dist. 12, q. 3, quam sequitur Ocham, In II, q. 23. Fundamentum praecipuum est, quia non potest accidens, cum sit ens imperfectius forma substantiali, efficere ullo modo illam. Respondent aliqui, licet accidens sit imper­ fectius in ratione entis, nihilominus in ratione principii attivi esse posse aptius, atque eo sensu dici posse perfectius in agendo. Sed hoc non rette dicitur, quia vis agendi, praesertim in accidente, non est aliud ab entitate eius; vel si aliquo modo, saltern ratione, distinguatur, consequitur illam et commensuratur illi; ergo non potest acci­ dens nobilius esse in agendo quam sit in

Disputación X V III.— Sección 11

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e n su operación que e n su ser. D e lo contrario, alguien p o d ría d ecir, valiéndose d e la m ism a d istinción, q u e el accidente es p rin c ip io p rin c ip a l e n la p ro d u cció n d e la sustancia, ya q u e , a u n cu an d o n o sea m ás noble e n su ser, p u e d e serlo en su acción, lo cu al es ab su rd o . A dem ás, n u n ca p o dríam os colegir la n o bleza entitativa de la causa eficiente basándonos en su n obleza operativa. Y (com o razo­ n a Escoto) alg u ien p o d ría decir, incluso d e D io s, q u e es m ás p e rfe c to en su acción, a u n q u e no lo sea en su ser. 6. Examen de la respuesta tomista más común.— A sí, p u e s, la resp u esta m ás com ún es que el accidente, a u n siendo m ás im p erfe cto y no p u d ie n d o , p o r tan to , llegar p o r su p ro p ia v irtu d h a sta la p ro d u cció n d e la sustancia, con todo, en v irtu d d e su form a sustancial, d e la q u e e s p ro p ie d a d y fa c u lta d operativa, p u e d e llegar d e m anera inm ediata a la educción d e aquélla. P ero E scoto insiste p re g u n ta n d o q u é es ese p o d e r p o r v irtu d y eficacia d el cual se dice q u e el a c c i­ d e n te llega in m ed iatam en te (a la educción d e la form a). P o rq u e o es algo d is­ tin to del accidente o no. S i no se distin g u e, entonces n o es posible q u e la sus­ tancia se h ag a en v irtu d d e ella m ás bien q u e en v irtu d d el accidente. Si se distin g u e, es accidente o su stan cia; si accidente, se aplica el m ism o a rg u m en to , ya se tra te d e u n accidente absoluto, ya de u n o re la tiv o ; m ás aú n , si es u n ac­ cidente relativ o será m u ch o m enos activo q u e si es absoluto. Y si es u n a sus­ tancia, no será o tra q u e la form a sustancial; y así, m ás b ie n será la m ism a fo r­ m a sustancial v irtu d activa y p rin cip io p o r el q u e el accidente llega a la ed u c­ ción de la form a accid ental, q u e al contrario. L o s to m istas resp o n d en com únm ente, to m ándolo d e C ayetano, I, q . 53, a. 3, y q. 77, a. 1, q u e cu an d o se dice q u e el accidente p ro d u ce ía sustancia en v ir­ tu d de lá sustancia, la expresión en virtud n o debe tom arse con significación transitiva, sino intransitiva, p u es su sen tid o n o es q u e se añada al accidente al­ g u n a v irtu d con la q u e p ro d u z c a la sustancia, sino q u e el accidente, p o r su m is­ m a en tid ad , ya q u e ésta es cierta v irtu d de la sustancia, p u ed e llegar a la sus­ tancia. L a resp u esta, sin em bargo, n o parece d e b ilita r la fuerza del a rg u m en to , p u es siendo el calor p o r su n atu raleza u n a v irtu d y facu ltad d e la sustancia, cuan-

essendo. Alias sub eadem distinctione posset dentis. Si vero distinguitur, vel est accidens quis dicere accidens esse principale prind- vel substantia; si accidens, idem procedit pium producendi substantiam, quia, licet argumentum, sive illud dicatur esse absolunon ,it nobilius in esse, potest esse nobilius tum sive respectivum; immo multo minus in actione, quod est absurdum. Praeterea, activum erit si sit respectivum quam si absonunquam ex nobilitate actionis possemus lutum. Si vero sit substantia, non erit alia nisi colligere nobilitatem efficientis causae quoad forma substantialis; atque ita potius forma eius esse. Et (ut argumentatur Scorns) de ipsa erit virtus agendi et principium quo Deo ipso posset quis dicere esse nobiliorem accidens attingit eductionem formae acciden­ in actione, quamvis non sit in esse. t a l t, quam e converso. Respondent com6. Frequentior thominarum responsio muniter thomistae, ex Caietano, I, q. 5 3 , examinatur.— Frequentior ergo responsio est a. 3, et q. 77, a. 1, cum dicitur accidens accidens, etsi sit ignobilius et ideo virtute in virtute substantiae facere substantiam, propria non possit attingere productionem illud in virtute non esse transitive sumensubstantiae, tarnen in virtute suae formae dum, sed intransitive, quia non est sensus substantialis, cuius est proprietas et virtus aliquant virtutem addi accidenti qua produ­ agendi, posse illxus eductionem immediate cat substantiam, sed accidens per entitatem attingere. Sed instat Scotus inquirendo quid suam, eo quod ipsa est quaedam virtus sub­ sit ilia virtus, in cuius vi et efüicacitate di- stantiae, posse attingere substantiam. Sed ritur accidens attingere. Aut enim est aliquid haec responsio non videtur enervare vim ab accidente distinctum vel non. Si non di- argumenti, quia cum calor natura sua sit stingitur, ergo non magis potest in virtute virtus et facultas substantiae, cum dicitur illius fieri substantia quam in virtute acd- agere in virtute substantiae nihil aiiud di1 En otras ediciones aparece «formae substantialis», con lo que la expresión «e con­ verso» no puede aplicarse a las palabras que inmediatamente la preceden. (N de los EE.)

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Disputaciones metafísicas

d o se dice q u e o bra en v irtu d de la sustancia n o se expresa otra cosa sino que el calor tiene, p o r su natu raleza, ta l a c tiv id ad ; p ero esto, según parece, es na­ tu ra lm e n te contradicto rio, ya q u e u n a form a im perfecta no p u ed e ser v irtu d n a­ tu ra l suficiente p a ra la p ro d u cció n d e u n a form a m ejor. 7. M as, p a ra no d a r la im presión de q u e nos param os en las palabras, a fin d e explicar la dificultad q u e existe en la realidad m ism a, p re g u n to si aquella acción por la q u e la form a sustan cial se educe d e la potencia d e la m ateria p ro ­ ced e in m ed iatam en te del solo calor, p o r ejem plo, m ien tras que de la form a sus­ tancial procede únicam ente de m an era rem ota y radical, en cuanto el calor d i­ m a n a 'd e ella, o si dicha acción nace inm ediatam ente d e am bas form as, de una com o p rin cip al y d e o tra com o in stru m en tal. Si se m an tien e este ú ltim o sentido, desaparece la d ificultad señalada en el arg u m en to , ya q u e de este m odo no hay . in co n v en ien te alguno en q u e u n a form a m ás im p erfe cta co n cu rra instru m en tal­ m e n te p a ra p ro d u c ir u n efecto m ás p erfe c to ; en ese caso se explica m uy bien la expresión en virtud, p ues significa q u e influye en acto ayudado p o r una v irtu d su p e rio r. P ero entonces su rg en otras dificultades n o m enos graves. P rim e ra : las experiencias q u e parecen p ro b a r q u e los accidentes llegan hasta la producción de la sustancia d em u estran q u e los accidentes solos realizan esa p ro ducción, ya p o r­ q u e n o h ay sustancia, com o o c u rre cuando los accidentes del vino consagrado e n ­ g e n d ra n vino (y suele em plearse el m ism o ¿rg u m en to , a u n q u e con m enor efica­ cia, acerca del h ie rro candente q u e en gendra fuego), ya ciertam en te po rq u e la su stan cia n o h a sido aplicada, com o sucede cu an d o el sol in tro d u ce las form as sustanciales de los m inerales en las en trañ as d e la tie rra , de las q u e está sepa­ ra d o p o r u n a distancia ta n g rande. S e g u n d a : d e acuerdo con esa interpretación, la form a sustancial se pone ya com o p rin cip io in m ed iato de alguna acción, cosa q u e supera su perfección. P u e s p o r el hecho de ser inadecuada p a ra ta l efecto recib ió de la n atu raleza form as accidentales p a ra o b ra r m ed ian te ellas. A quí tiene su origen u n terc e r arg u m en to , ya indicado p o r E scoto y O ck am ; en efecto, si este influjo inm ediato se h a d e conceder n ecesariam ente a la form a sustancial, re su lta superfluo el influjo in m ed iato de la fo rm a accidental. P o rq u e si la gene­ ració n es unívoca, la form a sustancial — q u e se su p o n e influye inm ediatam ente— tien e la perfección y la p ro p o rc ió n re q u e rid a p a ra ser p rin cip io próxim o sufi-

citur quam quod calor natura sua habet talem activitatem; hoc autem videtur naturaliter repugnare: nam forma ignobilis non potest esse naturalis vircus sufficiens ad producendam formam meliorem. 7. Et, ne videamur in vocibus sistere, ut explicetur difficultas quae in re ipsa est, inquiro an actio illa qua educitur forma substantialis de potentia materiae, immedia­ te prodeat a solo calore, verbi gratia, a for­ ma vero substantial! non nisi remote et radicaliter, quatenus ab illa manat calor; vel sit actio immediate ab utraque forma, ab una ut a principali et ab altera ut instru­ mentali. Si hic posterior sensus asserarur, cessai quidem difficultas in argumento tacta; nam hoc modo nullum est inconvenieus formam imperfectiorem instrumentarie concurrere ad effectum perfectiorem ; et tunc optime exponitur illud in virtute, significat enim, id . est, adiutum . a superiori virtute actu influere. Sed nine insurgunt alias difficultates non minus graves. Prima, quia experientiae quae probare videntur accidentia

attingere eífectionem substantiae, probant accidentia sola id efficere, quia vel substantia non est, ut cum accidentia vini conse­ cran generant vinum: et Ídem argumentum, licet minus efficax, fien solet de ferro can­ dente generante ignem. Vel certe, quia substantia non est applicata, ut in solé indú­ ceme formas substantiales rerum mineralium in visceribus terrae, a quibus longissime di­ stan Secunda, quia iuxta ülam interpretationem iam ponitur forma substantialis principium immediattim alicuius actionis, quod superat perfectionem eius. Nam, quia ad hoc est improportionata, ideo recepit a natura formas accidentales, per quas agat. Unde oritur tertium argumentum, quod Scotus et Ocham indicarum; nam si hic influxus immediatus necéssario cor.cedendus est forrnae substantlali, superfluus est immediatus influxus formae accidentalis. Nam si generatio est univoca, forma substantialis, quae supponitur immediate influere, habet perfec­ tionem et proportionem requisitam ut sit

Disputación X V 111.— Sección II

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cíente en o rd e n a la pro d u cció n d e u n a form a q u e le sea sem ejante; p u es si el calor es, d e este m odo, suficiente p a ra p ro d u c ir u n calor sem ejante, ¿p o r q u é n o h a de serlo la form a sustancial p a ra p ro d u c ir u n a fo rm a sem ejante, si se su­ p o n e q u e n o le rep u g n a u n influjo inm ediato? Y si la generación es equívoca, com o la form a d el generante es m ás p erfecta, c o n m ayor razó n será suficiente p a ra realizar u n a acción sem ejante. 8. Y si, a causa de estas dificultades, se elige el p rim e r m iem bro — q u e, al p arecer, es ta m b ié n adm itido m ás co m ú n m en te— , ante to d o se m an tien e la fu e r­ za d e la d ificultad a p u n tad a , ya q u e resulta in in telig ib le cóm o u n in stru m e n to m ás im p erfe cto , p o r sí solo y m ed ian te una facu ltad q u e le es co n n atu ral sin concurso d e u n agente m ás noble, p u ed e p ro d u c ir u n efecto m ás p erfecto. P u es ¿ q u é im porta el hecho de q u e tal in stru m en to sea v irtu d d e o tro ? D e ah í sólo re s u lta o q u e está separado de aquel o tro , com o el sem en lo está del anim al — y n o p o r esto au m en ta su p o d e r, q u e es ta n grande c u an ta es la peifección q u e reci­ b e e n sí, rio cu a n ta es l a ' perfección d e aquel d e qu ien la recibe— , o ciertam en te re su lta q u e su stitu y e a otro en o rd e n a la operación, com o la gravedad sustituye al g en eran te, y precisam ente esto es lo q u é aparece so rp ren d en te y co n trad icto ­ rio , a saber, q u e la naturaleza su stitu y a a u n a v irtu d im p erfe cta p a ra p ro d u c ir en lu g ar d el agente prin cip al, p o r. sí sola y sin actual ay uda de u n a v irtu d su­ p e rio r, u n efecto m ás perfecto. A dem ás hay otras dificultades contra aquella m a­ n e ra d e expresarse. L a p rin cip al es q u e se sigue q u e las form as sustanciales n o tie n e n n in g u n a actividad p ro p ia, sino q u e sólo co n cu rren com o accidentalm ente a to d a acción. P u es si D io s, p o r ejem plo, ú n icam en te p ro d u jese y conservase el calor, sin in flu ir después in m ediatam ente en la acción q u e p rocede del caior, n o sería causa esencial, sino accidental, d e dicha acció n ; luego, de m an era sem e­ jan te, si la fo rm a sustancial se com para de esté m odo a to d a acción del calor, n o p u e d e llam arse con verdad p rin cip io esencial eficiente d e la acció n ; a lo sum o se d irá p rin c ip io prin cip al rem o to y p o r denom inación extrínseca, a saber, p o r­ q u e el p rin cip io activo próxim o ocupa su lugar o — p a ra expresarm e con m ayor e x actitu d — suple su im p o ten cia; p u e s ciertam ente la fo rm a , p o r sí m ism a, n o tien e n in g u n a actividad. M a s esto p arece ab su rd o , ya q u e d e lo contrario la sus-

principium prcximum sufficiens ad formam sibi similem producendam; cum enim ca­ lor sit hoc modo sufficiens ad efficiendum similem calorem, cur non erit forma sub­ sta n tia l ad similem formam, cum iam supponatur influxum immediatum ei non repug­ nare? Quod si generatio sit aequivoca, cum forma generantis sit eminentior, maiori ratione erit ad similem actionem sufficiens. 8. Quod si propter has difficultates prius membrum eligatur, prout videtur etiam frequentius receptum, manet imprimis in sua vi difficultas tacta, nam intelligi non potest quomodo instrumentum ignobilius se solo et per vim sibi connaturalem, absque con­ socio nobilioris agentis, efficiat effectum nobiliorem. Nam quod illud instrumentum sit virtus alterius, quid refert? Quia inde solum habet, vel quod sit decisum ab alio, sicut semen ab animali, et inde non crescit virtus, quae tanta est quanta est perfectio quam in se recipit, non quanta est perfectio eius a quo illam recipit; vel certe habet quod loco alterius substituatur ad agendum; ut gravitas loco generantis et hoc est quod

mirabile et repugnans apparet, scilicet, quod natura substimat virtutem imperfectam ut se sola et sine actuali iuvamine superioris virtutis efficiat vice principalis agentis nobi­ liorem effectum. Et praeterea sunt aliae dif­ ficultates contra ilium dicendi modum. Praecipua est quia sequitur formas substantiates nullam habere activitatem propriam, sed so­ lum quasi per accidens concurrere ad omnem actionem. Nam si Deus, verbi gratia, solum produceret et conservaret calorem, et postea non immediate influeret in actionem progre­ dientem a calore, non esset causa per se, sed per accidens illius actionis; ergo similiter si forma substantialis ita comparatur ad omnem actionem caloris, non potest vere dici principium per se efficiens actionis, sed vel ad summum dicetur principium principale remotum et per denommationem extrinsecam, scilicet, quia principium proximum agendi vicem illius habet, vel (ut verius dicam) impotentiam eius supplet; nam re­ vera forma iosa per sese nullam activitatem habet. Hoc autem videtur absurdum, alioqui substantia nunquam esset per se activa

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Disputaciones metafísicas

ta n d a n u n c a seria p o r sí m ism a activa o g eneradora de o tra sem ejante a ella, n i h a b ría n in g u n a acción q u e pro ced iese d e u n su p u esto sustancial creado sino p o r ra z ó n de los a ccid en tes; p e ro esto re p u g n a a la p erfecció n d e la sustancia. E fectivam ente, seg ú n razona E sco to , In II, d ist. 16, si alguna form a accidental es in m ed iatam en te p ro d u ctiv a d e o tra sem ejante a ella, ¿ p o r q u é n o h a b rá d e serlo ■también alguna fo rm a sustancial? P arece, asim ism o, o p u esto a A ristóteles, I I de la Física, c. 7, p u es en ese lu g a r a trib u y e a la form a u n a trip le c a u salid ad : for­ m al, final y eficien te; luego, a sí com o la p rim era y la segunda convienen a la form a d e m anera p ro p ia y esencial, ta m b ié n la tercera.

Segunda opinión opuesta acerca de la actividad de los accidentes sobre la sustancia 9. L a segunda opinión afirm a q u e los accidentes son d e tal m anera in stru ­ m en to s d e la sustancia en o rd e n a la p ro d u cció n de la sustancia, q u e llegan in­ m ed iata y ese n d a lm e n te h asta p ro d u c ir la form a sustancial en v irtu d d e otras fo r­ m as d e las que son in stru m e n to s. A sí o p in an S anto T o m á s, en I , q. 4 5, a. 8, ad 2 y 3 ; q. 7 7, a. 1, ad 3 y 4 ; q . 11 5 , a. 1, ad 5 ; II I, q. 7 7, a. 3 ; C ayetano, en d lu g a r antes c ita d o ; el F e rra rie n s e , IV cont. Geni., c. 6 6 ; C apréolo, In I, d ist. 3 , q. 3, a. 2 ; In IV, d ist. 12, q . 1, a. 3 ; E gidio, Quodl. III, q. 1, a d 2 ; In Hexaemer., p. II, c. 1 1 ; E n riq u e , Quodl. XIV, q. 1 ; H erv eo , Quodl. H I, q. 12. Y , al p a re c e r, ésta es la sen ten cia co m ú n de los p erip atético s. E fectivam ente, A ristó teles da a e n te n d e r en to d a s p a rte s q u e la acción y g e n e ra d ó n n a tu ra l se realizan m ed ian te lo s a c c id en tes; p o r ello afirm a, e n I De General., c. 7, q u e la a c d ó n — la co rru p tiv a ciertam en te— sólo tiene lu g a r e n tre contrarios, y q u e la con­ tra rie d a d n o se d a p ro p iam en te m ás q u e e n tre c u a lid a d e s; y en el lib. De sensu et sensibili dice q u e n ad a o b ra o p a d e c e en cu a n to es fuego o agua o cualquier o tra cosa sem ejante, sino en cuanto está sometido a la contrariedad, o sea, en cuanto está afectado p o r cu alid ad es co n tra ria s. Y e n ese lu g a r advierte A lejan­ d ro , d e acuerdo c o n la o pinión p e rip a té tic a , q u e el fuego n o m anifiesta una ac­ d ó n e n cu an to es fuego, sino e n c u a n to es c álid o ; es d ecir, n o p o r la form a de fuego, sin o p o r el calor. T a m b ié n e n se ñ a A ristóteles, en I I De Anima, texto 10, e n V II d e la Metafísica, tex to 3 1 , y e n el lib . II ! De Generat. animal., q u e el sem en es in stru m e n to p o r e l q u e u n anim al en g en d ra efectivam ente a otro.

q. 77, a. 3; Caiet. supra; Ferrar., IV cont. Gent., c. 66; et Capreoli, In I, dist. 3, q. 3, h. 2, et In IV, dist. 12, q. 1, a. 3; Aegid., Quodl. I ll, q. 1, ad 2, et in Hexaemer., p. II, c. 11; Henric., Quodl. XIV, q. 1; Hervaei, Quodl. I li, q. 12. Et videtur haec esse com­ munis peripateticorum sententia. Aristote­ les enim ubique significat naturalem actio­ nem et generationem fieri mediis accidentibus; unde I de Generai., c. 7, ait actionem, utique corruptivam, inter contraria tantum esse; cóntrarietas autem proprie solum est inter qualitates; et lib. de Sensu et sensibili Secunda sententia opposite circa activitatem inquit nihil agere aut pati quatenus ignis accidentium in sübstantiam aut aqua aut quidpiam simile est, sed qua­ 9. Secunda sententia affirmât accidentia tenus contrarietatem subii, id est, quatenus ita esse instrumenta substantiae ad substan- contrariis qualitatibus afficitur. Ubi Alexan­ tiam producendam ut proxime et per se der advertit iuxta peripateticam sententiam, attingant productionem substantialis formae ignem non edere actionem quatenus ignis, in virtute aliarum formarum, quarum sunt sed quatenus calidus est, id est, non per instrumenta. Haec est sententia D. Thomae, formam ignis, sed per calorem. Item II de I, q. 45, a. 8, ad 2 et 3, et q. 77, a. 1, Anima, text. 10, et VII Metaph., text. 31, et lib. I l i de Generat. animai., docet Arisad 3 et 4, et q. 115, a. 1, ad 5; et III,

aut generativa sui similis, neque esset ulla actio a supposito substantiali. creato nisi ratione accidentium; hoc autem répugnât per­ fection! substantiae. Nam, ut argumentatur Scows, In II, dist. 16, si aliqua forma accidentalis est immediate produttiva sui si­ milis, cur non erit etiam aliqua substantiaîis? Videtur etiam contra Aristot., II Phys., c 7 ; ibi enim triplicem causalitatem formae tribuit: formaient, finalem et ef'ficientem ; ergo, sicut prima et secunda proprie ac per se conveniunt formae, ita et tertia.

Disputación XVIII.—Sección 11

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A sim ism o el C o m en tad o r, en el iib. V II Metaph., com . 2 2 y 31, y en el X II Metaph., com . 18, afirm a q u e com pete a u n a m ism a v irtu d p re p a ra r la m ateria e in tro d u cir la fo rm a ; p o r ta n to , siendo evidente q u e la sustancia se vale d e los accidentes p a ra p re p a ra r la m ateria, d eb e decirse q u e ta m b ié n m ediante ellos introduce la form a. 10. Razones de la segunda opinión.— L as razones con q u e se co n firm a esta sentencia son p rin cip alm en te las sig u ien tes: p rim e ra , q u e la form a sustancial n o es in m ed iatam en te activa p o r sí m ism a, sino m ed ian te u n a p o ten cia q u e sea una cualidad d istin ta d e ella ; lu eg o tam poco in tro d u c e la form a sustancial sino p o r m edio d e u n a p o ten cia accidental. E l an tec ed en te se evidencia, en p rim e r lugar, p o r in d u c c ió n ; vem os, en efecto, q u e cada sustancia se vale de los accidentes para todas las d em ás acciones, lo cual n o es cierto solam ente de las sustancias m ateriales, sino ta m b ién de las sustancias espirituales c re a d a s; ello in d ica, p o r tan to , q u e el ser a u n m ism o tiem p o p rin c ip io p rin c ip a l y pró x im o de sus accio­ nes su p era la p erfecció n y lim itación d e la sustancia creada. A dem ás, p o rq u e la form a sustancial p o r sí m ism a sólo se d eterm in a a d a r el ser form alm ente y , en cam bio, en o rd e n a las acciones es u n p rin cip io in d eterm in ad o , ya que casi siem ­ p re p u e d e realizar varias acciones, a las cuales es d eterm in ad a p o r los acciden­ te s ; de a q u í q u e n o sea p rin cip io próxim o d e acción p o r sí m ism a, sino p o r los accid en tes; en consecuencia, d eb e decirse lo m ism o acerca de la acción p o r la q u e p ro d u c e a la sustancia. 11. L a segunda razón, q u e confirm a la ú ltim a in feren cia d e la an terio r, es que la acción m ed ian te la cual se ed u ce la form a sustancial no es p ro p iam en te u n a acción d istin ta del m ovim iento de alteración, q u e se o rd en a y tiende a ella, sino q u e es com o su té rm in o ; p o r eso n o se consideran com o dos acciones, sino com o u n a y la m ism a ; ahora b ien , to d a alteración q u e tie n d e a la generación se realiza p o r m edio d e los accidentes, com o es evidente d e su y o ; luego tam b ién la generación se lleva a cabo m ed ian te los accidentes. L a m ayor es p aten te, p o r­ q u e la form a sustancial, q u e se educe d e la p o ten cia de la m ate ria m ed ian te el m ovim iento, resu lta e n la m ateria p o r v irtu d de dicho m ov im ien to ; luego, físi­ cam ente hab lan d o , se realiza con la m ism a acción y p o r m edio d e l m ism o in s-

toteles semen esse instrumentum quo unum animai effective generat aliud. Commentator etiam, lib. VII Metaph., comm. 22 et 31, et XII Metaph., comm. 18, inquit eiusdem virtutis esse materiato praeparare et formarti inducere; cum igitur constet substantiam Uti accidentibus ad praeparandam materiam, dicendum est per eadem inducere formam. 10. Rationes secundae sententiae.— Rationes quibus haec sententia confirmatur hae sunt praedpue: prima, quia forma substantialis non est per se immediate activa, sed per potendam quae sit qualitas ab ea distincta; ergo nec formam substantialem indurii nisi media potentia accidentali. Antecedens patet primo inductione ; nam videmus unamquamque substantiam ad omnes alias actiones uti accidentibus, quod non solum de materialibus, sed etiam de spiritualibus substantiis creatis veruna est; ergo signum est excedere perfectionem et limitationem sub­ stantiae creatae, esse simul principale et proximum principium suarum actionum. Item, quia forma substantialis per seipsam solum

determinatin' ad dandum formaliter esse ; ad actiones vero est indeterminatum prinripium, quia fere semper potest plures actio­ nes efficere, ad quas per accidentia determinatur; et ideo non est proximum prinripium actionis per seipsam, sed per acciden­ tia; ergo idem dicendum est de actione qua producit substantiam. 11. Secunda ratio, quae confirmât ultimam illationem praecedentis, est quia actio, per quam educitur forma substantialis, non est proprie actio condistincta a motu alterationis, qui ad illam ordinatur ac tendit, sed est quasi terminus eius; et ideo non computantur quasi duae actiones, sed quasi una et eadem; sed tota alteratio quae ad generationem tendit, fit mediis accidentibus, ut per se constat; ergo et ipsa generatio sub­ stantialis fit mediis accidentibus. Maior pa­ tet, quia forma substantialis, quae educitur de potentia materiae mediante motu, résul­ tat in materia ex vi ipsius motus; ergo ea­ dem actione, physice loquendo, et mediante eodem instrumente fit. Ht confirmatur, nam

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Disputaciones metafísicas

fru m en to . Se confirm a p o rq u e los accidentes sirven d e in stru m e n to p a ra expeler la form a sustancial de lo co rro m p id o ; luego ta m b ié n p a ra p ro d u c ir la form a de lo generado. 12 L a tercera razón es q u e la acción p ro p ia ú n icam en te se realiza entre co n tra rio s; consiguientem ente, sólo es p rin cip io p ro p io d e ta l acción aquello que p ro p iam en te tien e c o n tra rio ; p e ro d e este o rd en es la cualidad, n o la form a sus­ ta n c ia l; luego. 13. Varias experiencias en favor de la segu n da opinión.— E n c u a rto lugar,, y d e m an era p rin cip al, esta o pinión se basa en experiencias. E fectivam ente, m u­ chas veces se generan sustancias m ed ian te los accidentes cu an d o no hay n in g u n a form a sustancial de la que p u e d a pro v en ir la acción, ya p o rq u e la fo rm a está m u y d istan te, ya p o rq u e n o existe en absoluto. R esp o n d e E sco to : el h echo d e q u e la form a se en cu en tre, a veces, distante n o o b sta p a ra q u e influya e n la educ­ ción d e la form a, ya que con su fuerza y eficacia p u e d e llegar h a sta lu g ares ap ar­ tados. Y juzga q u e de este m o d o las form as de los m inerales se e d u cen in m e­ d iatam en te d e la form a del sol. E n cam bio, dice q u e , cuan d o n o se en c u e n tra n in g u n a form a pro p o rcio n ad a, o aplicada d e n tro d e su esfera d e activ id ad , e n -, tonces la educción de la form a es realizada in m ed iatam en te p o r la p rim e ra causa, a la q u e co rresponde su p lir los defectos de los agentes inferiores. Y dice que con b astan te frecuencia se g en e ra n de esta m an era anim ales, n o sólo aquellos q u e se h acen p o r p u trefacció n , sino tam b ién los q u e se p ro d u c e n de sem en, en el q u e h ay u n a v irtu d im p erfe cta e insuficiente p a ra e d u cir el alm a de la p o ten cia de la m ateria. P ero la p rim e ra p a rte de esta resp u esta está en con trad icció n con el p rin c ip io aristotélico de que. el agente y el paciente d eb en en co n trarse en sim ul­ tan eid ad , del q u e nos ocuparem os poco después. L a segunda p a rte p re s e n ta cierta sem ejanza con la o p in ió n d e P lató n , el cual dice q u e las form as sustan­ ciales son in tro d u cid as p o r las ideas sep arad as; p u e s si es cierto q u e P la tó n sólop uso las ideas en la m ente d iv in a, ello equivalía a decir q u e las form as sustan­ ciales son p ro d u c id a s p o r la p rim e ra causa. T a m b ié n enseñó esto F ílo p ó n , en. I Phys., al final, d o nde afirm a q u e las form as sustanciales p ro v ien en d e l artífice universal de la naturaleza. P o r su p a rte , T e m istio , e n su lib . I D e anim a, c. 2 4 , y en el lib. III, c. 52, sostiene q u e p ro ced en d el alm a d e l m u n d o . Y A vicena, com o h em os citado arrib a, defiende q u e pro v ien en d e la in teligencia m ás baja.

accidentia sunt instrumenta ad expellendam formam substantialem corrupt! ; ergo et ad efficiendam formam geniti. 12. Tertia ratio, quia aedo propria solum fit inter contraria; ergo solum illud est principium proprium talis àctionis quod proprie habet contrarium ; huiusmodi autem est qualitas, et non substantialis forma ; ' ergo. 13. Variae experienrìae pro secunda sententia.— Quarto ac praecipue fundatur haec sententia in experientiis ; nam saepe generantur substantiae mediis accidentibus quan­ do nulla est forma substantialis a qua possit esse actio, quia vel longe abest vel omnino non est. Respondet Scotus quod forma interdum distet non obstare quominus in formae eductions m influat, quia potest vi et efficacia sua attingere loca distantia. Et hoc modo existimat formas rerum mineralium immediate educi a forma solis. Quando vero nulla invenitur forma proportionata vel ap­ plicata intra sphaeram suae activitatis, tunc

ait formae eductionem immediate fieri a pri­ ma causa, ad quam spectat supplere delec­ tus inferiorum agentium. Et hoc modo ait frequentius generari ammalia, non solum ea, quae ex putrefactione fiunt, sed etiam quae fiunt ex semine, in quo imperfecta est virtus et insufficiens ad educendam ammam ex potentia meteriae. Sed prior pars huius re sponsionis repugnat principio aristotelico, agens et patiens debere esse simul, de quo paulo inferius. Posterior vero pars sapit opinionem Platonis, qui dicit formas substan— tiales induci ab ideis separatisi nani si ve­ runi est Platonem non posuisse ideas nisi in mente divina, perinde fuit ac dicere for­ mas substantiates efficì a prima causa. Quod etiam docuit Philoponus, I Phys., in fine, ubi ait formas substantiales provenire ab universali naturae artifice. Themist. vero, lib. suo I de Anima, c. 24, et lib. Ili, c. 52, dicit provenire ab anima mundi. Avicenna vero, ut supra citavimus, dicit provenire ab'

Disputación X V III.— Sección II

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D e ellos se a p a rta E scoto, p ues dice q u e el agente separado n o p ro d u ce todas las form as, sino m uchas y las m ás p erfectas, incluso m ateriales; pero tam b ién esto parece c o n stitu ir u n inconveniente m a y o r; p u e s, com o q uiera que todas es­ tas form as se ed u cen de la potencia d e la m ateria, p a ra su producción no se req u iere una v irtu d in fin ita ; consiguientem ente, ¿p o r q u é algunas form as tien en po d er para p ro d u c ir form as sem ejantes a sí m ism as y n o otras, sobre to d o aq u e­ llas q u e son m ás p erfectas? P o r eso, esta experiencia es la q u e , según parece, confirm a en grad o sum o la p resen te op in ió n , ya q u e , e n v e rd a d , las razo n es n o son m u y eficaces, com o lu eg o verem os. 14. P ero an tes de resolver este p u n to es preciso p ro p o n e r u n o segundo, que indicam os en la razó n q u e a rrib a elaboram os en favor d e la p rim era op in ió n , y que im p o rta m u c h o p a ra en te n d e r y d e fen d er re ctam en te la segunda, a u n q u e pa­ rece q u e sus a u to res lo h a n om itido casi p o r com pleto, a sa b e r: suponiendo que los accidentes sean in stru m en to s que llegan de m anera in m ed iata y esencial hasta la educción de la form a sustancial, ¿son in stru m e n to s separados de las m ism as form as e n lo q u e atañe a la causalidad, o están u n id o s a ellas? Y , consecuente­ m en te, ¿se dice q u e la fo rm a sustancial es p rincipio p rin cip al de esta acción sólo de m a n e ra rem o ta y radical, o influye ta m b ién en acto, pró x im a y esencialm ente? E n v erd ad , todos lo s au to res de la segunda sentencia p arecen estim ar q u e los ac­ cidentes son in stru m en to s sep arad o s; e n efecto, las razones aducidas y las expe­ riencias, si d em u estra n algo, apoyan e n g ra n m edida la p ro b ab ilid ad de esto , p u es parece q u e los accidentes en g en d ran la sustancia, incluso cu an d o no hay sustancia alguna q u e co n cu rra con ellos. A sí pien san , adem ás d e los autores citados, el P alu d an o , In IV, d ist. 12, q . 4 , a. 1, concl. 3 ; y, en el m ism o lu g a r, R icardo, a. 3, q . 2 ; T o m ás d e A rg en t., q . 1 ; M ay o r, q . 1 ; el H isp alen se, q . 1, a. 3, n o t. 3 ; A lberto, a. 16. T o d o s ellos h ab lan d e las especies sacram entales, q u e perm anecen sin la sustan cia; y les a trib u y e n el te n e r, p o r v irtu d de la sustancia, la m ism a eficiencia q u e p u e d e n poseer cuando están u nidas a ella ; tam b ién desarrolla am ­ p liam en te este p u n to E gidio, teor. 4 8 , De Eucharistia; asim ism o Z im ara, teor. 114, tra ta n d o p o r extenso la proposición d e A verroes uno mismo es el agente que

infima intelligentia. A quibus differì Scotus, quod non omnes formas, sed plures et perfectiores etiam materiales dicit fieri ab agen­ te separato, quod etiam videtur maius in­ conveniens; nam cum hae omnes formae educantur de potentia materiae, non requiritur virtus infinita ad earum effectionem; cur ergo quaedam ex formis habent vim' ad efficiendas sibi similes, et non aliae, et praesertim illae quae perfectiores sunt? Quapropter haec experientia est quae maxime videtur hanc sententiam confirmare; nam rationes certe non sunt adeo efficaces, ut mox videbimus. 14. Prius vero quam hune punctum definiamus, necesse est proponere secundum, quem attigimus in ratione superius facta in favorem prioris sementine, et multum refert ad intelligendam recteque defendendam pos­ teriorem sententiam, quamquam ab eius auctoribus fere omnino praetermissus esse videatur, scilicet: supposito quod accidentia sint instrumenta immediate et per se attingentia eductionem formae substantial, an sint instrumenta separata ab ipsis formis

quoad causalitatem, an vero coniuncta. Et consequenter an forma substantialis dicatur principium principale huius actionis solum remote et radicaliter, an vero etiam proxime et per se actu infiuens. Et quidem auctores omnes posterions senrentiae videntur censere accidentia esse instrumenta separata; nam rationes adductae et experienriae, si quid probant, hoc maxime suadent, nam vi­ dentur accidentia generare substantiam, etiam quando nulla est substantia quae cum illis concurrat. Et ita sentiunt, praeter citatos auctores, Pa'ud., In IV, dist. 12, q. 4, a. 1, concl. 3; et ibi Richard., a. 3, q. 2; et Thomas dé Argent., q. 1 ; Maior, q. 1 ; Hispal., q. 1, a. 3, notab. 3; Albert., a. 16. Qui omnes loquuntur de speciebus sacramentalibus, quae sine substantia manent; et illis tribuunt quod eamdem efficientiam habeant in virtute substantiae, quam habere possunt quando illi coniunctae sunt, quod late déclarai etiam Aegidius, theor. 48, de Eucharistia; Zimara etiam theor. 114, fuse tractans propositionem illam Averrois, idem esse agens disponens materiam et introdu-

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dispone la materia e introduce la forma, e stim a q u e to d a la acció n p ro c e d e in ­ m e d ia ta m e n te d e las c u a lid a d e s, m ie n tra s q u e d e la fo rm a sólo p ro v ie n e e n c u a n ­ to co m u n ic a a la c u a lid a d s u v ir tu d activa. L o m ism o e x p o n e e x te n s a m e n te C a ­ y e ta n o , I , q. 53, a. 3. A p e sa r d e to d o , esta o p in ió n e n tra ñ a las d ific u lta d e s a n te s señ alad as a l c o n ­ firm a r la o p in ió n d e E sco to e n el p u n to a n te rio r; p u e s n o se ve có m o p u e d a la fo rm a sustan cial tra sp a sa r (p o r así d ecirlo) to d o su p o d e r a ctiv o a la fo rm a ac­ c id e n ta l, d e su e rte q u e , a u n p e re c ie n d o (si p re c iso fu e ra ) la fo rm a su sta n c ia l y co n serv án d o se sola la acc id e n ta l, é sta sola p u e d a p ro d u c ir u n a fo rm a sustan cial m ás p e rfe c ta q u e ella, sien d o así q u e n o tie n e e n a c to u n se r ta n p e rfe c to n i es a y u d a d a e n acto p o r u n a fo rm a su p e rio r.

Primera afirmación en orden a resolver la cuestión 15. A ca u sa d e estos in c o n v e n ie n te s, co n sid e ro d ifícil e m itir u n ju icio en m e d io d e las o p in io n es d ic h a s ; n o o b sta n te , e x p o n d ré b re v e m e n te lo q u e p ienso. \ A firm o , p u e s, en p rim e r l u g a r : n o d e b e n e g a rse q u e los accid en tes se a n d e ta l ¡m a n e ra in s tru m e n to s en la p ro d u c c ió n d e la su sta n c ia q u e lle g u e n p ró x im a y 'e se n c ia lm e n te h a sta la e d u c c ió n d e la fo rm a su sta n c ia l. Se p ru e b a , p rim e ro , p o r el c o m ú n se n tir d e ta n to s filósofos, q u e n o h a d e re c h a z a rse c o n facilid a d siem ­ p re q u e n o se o frezca u n a ra z ó n ev id e n te e n c o n tra rio . S e g u n d o , p o rq u e la ex­ p e rie n c ia , q u e e n su m o g ra d o sirv e d e apoyo a la filosofía, c o rro b o ra e n g ra n m e d id a esta a firm a ció n y n a d a h a y q u e la c o n tra d ig a , co m o se p a te n tiz a rá a l re so lv e r las o bjeciones ad v ersas. T e rc e ro , p o rq u e , d e n o se r así, m u c h a s veces re s u lta rá necesario a trib u ir to d a la eficiencia d e la su sta n c ia a la s cau sas u n iv e r­ sales, e in c lu so a la p rim e ra , cosa q u e e n filosofía d e b e e v ita rse e n la m e d id a d e lo p o sib le , p u e s la re c ta d isp o sic ió n del u n iv e rso e x ig e q u e se h a g a m e d ia n te las cau sas seg u n d as to d o lo q u e có m o d a y c o n n a tu ra lm e n te p u e d a h acerse. C u a r­ to y ú ltim o , p o rq u e este m o d o d e e ficien cia e s c o n g ru e n te c o n la n a tu ra le z a d e la fo rm a a ccid en tal, q u e se confiere a la su sta n c ia n o sólo p a ra su o rn a to y em ­ b e lle c im ie n to , sin o ta m b ié n p a ra q u e ejerza su s accio n es, co m o c o n sta p o r in ­ d u c c ió n d e o tra s acciones.

cens formarti, sentir totam actionem esse im­ mediate a qualitatibus, a forma autem nonnisi in quantum virtutem suam agendi communicat qualitati. Idem late Caiet., I, q. 53, a. 3. Nihilominus tamen haec sententia habet difficultates supra tactas inter confirmandum opinionem Scoti in superiori puncto, quia non apparet quomodo possit forma substantialis transfundere (ut ita dicam) to­ tam suam vim agendi in accidentalem formam, ita ut pereunte edam (si opus sit) substantiali forma, et conservata sola acci­ dentali, possit haec sola efficere substantialem formam perfectiorem se, cum actu non habeat esse tam perfectum neque actu iuvetur a superiori forma.

dentia ita sint instrumenta ad producendam substantiam u t proxime et per se attingant eductionem formae substantialis. Probatur primo ex communi sententia tot philosophorum, quae non est facile reiicienda ubi evidens ratio in contrarium non occurrit. Se­ cundo, quia experientia, cui philosophia ma­ xime nititur, hoc multum confirmât et nihil est quod repugnet, u t patebit solvendo obiectiones in contrarium. Tertio, quia alioqui saepe erit necessarium totam efficientiam substantiae tribuere causis universalibus, vel edam primae, quod in philosophia vitandum est quoad fieri possit, quia recta dispo­ sino universi postulat ut per causas secun­ das fiat quidquid commode et connaturaliter fieri potest. Quarto denique, quia hic mo­ Prima assento ad resolutìonem quaestionis dus efficientiae consentaneus est naturae ac15. Propter has difficultates difficile cen- cidentalis formae, quae substantiae datur non seo iudicium ferre inter has scntcnrias; bre- solum ad ornamentum et pulchritudinem, viter tamen quod sentio proponam. Dico sed etiam ad exercendas actiones suas, ut ergo primo negandum non esse quin acci- de aliis actionibus inductione constat.

Disputación X V III.— Sección II

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16. S e d irá q u e n o h a y p a rid a d d e ra z ó n e n tre e s ta acció n y o tra s, p u e s o tra s so n accid en tales, co m o la in te le c c ió n , la v isió n , el ca le n ta m ie n to , etc'., y ésta , e n cam b io , es su stan cial, o sea, q u e acab a esen cial y p rim a ria m e n te e n n eo s p a ra o tra s accio nes, n o lo so n p a ra ésta , y a q u e e l p rin c ip io a c tiv o u n té rm in o su s ta n c ia l; p o r ello, a u n q u e los a c c id e n te s se a n in s tru m e n to s id ó p ró x im o d e b e se r p ro p o rc io n a d o a la acción, p o r lo c u a l, si la acción e s d e o rd e n su p e rio r, ta m b ié n d e b e serlo e l p rin c ip io . P o r e je m p lo : sien d o la in te le c ­ ció n u n a acción e sp iritu a l, la n a tu ra le z a n o h a b ría d a d o u n p rin c ip io a p to p a ra e lla si h u b ie s e c o n ferid o u n a p o te n c ia o u n in s tru m e n to m a te ria l, a u n c u a n d o el alm a, q u e es el p rin c ip io p rin c ip a l, sea e s p iritu a l; d e ig u a l m a n e ra , p u e s, el ac­ c id e n te n o será u n in s tru m e n to aco m o d a d o a la acc ió n su stan cial, a u n q u e la fo rm a sea su stan cial. A e sto p u e d e re s p o n d e rse , sig u ie n d o a C ay etan o , I , q . 54, a. 3, q u e la g e n e ­ ra c ió n su stan cial n o es u n a acción u o p e ra c ió n en se n tid o p ro p io , sino q u e es e l té rm in o d e u n m o v im ie n to o alte ra c ió n p re c e d e n te , y p o r ello el p rin c ip io d e la a lte ra c ió n e s in s tru m e n to o p rin c ip io ap tísim o d e la g en eració n . S em ejan te re s p u e sta es acep ta d a p o r alg u n o s m o d e rn o s d e ta l m a n e ra q u e casi llegan a b a ­ sa r e n ella to d a la p ro b a b ilid a d d e la o p in ió n d e S an to T o m á s acerca d e esta eficiencia de lo s a c c id e n te s; y c o n sid e ra n q ü e , c o n a n te rio rid a d a E sc o to , n a d ie e sta b le c ió e sta acció n com o d is tin ta d e la alteració n . M e so rp re n d e , sin e m b a r­ go, q u e h a y a n p o d id o in c lin a rse a esta se n te n c ia q u e , a m i ju ic io , es c o n tra ria a la d o c trin a aristo télica, a lo s p rin c ip io s d e sus p ro p io s d e fe n so re s y a la ra z ó n e v id e n te . P o rq u e A ristó teles, en to d o el lib. I de la Física, y e n el I De Generat., tr a ta so b re to d o d e d is tin g u ir la g e n e ra c ió n su sta n c ia l d e la a lte ra c ió n ; y e n el V d e la Física, al d e c ir q u e e l m o v im ie n to p ro p ia m e n te d ic h o p e rte n e c e esencial­ m e n te a tre s p re d ic a m e n to s, afirm a q u e n o es el m o v im ie n to , sino la m u ta c ió n lo q u e se o rd e n a a la su sta n c ia , ya q u e n o p ro c e d e d e u n su je to a o tro su je to , sino d e u n e n te e n p o te n c ia a u n e n te a b so lu to . P o i eso, e n los m ism o s lu g a re s, d is tin g u e e n tre p rin c ip io s d e la g e n eració n y p rin c ip io s d e lo s d em ás m o v im e n tos, q u e son la p ro p ia m a te ria e n c u a n to es p u r a p o te n c ia , la fo rm a su sta n c ia l y la p riv ació n .

16. Dices esse disparem rationem de hac actione et de aliis; nani aliae actiones sunt accidentales, ut inteHectio, visio, calefactio, etc. Haec autem actio est substantialis, id est, per se primo terminata ad substantialem terminimi; et ideo, licet ad alias actiones accidentia sint apta instrumenta, non vero ad hanc, quia principium proximum agendi debet esse proportionatum actioni, et ideo si actio sit superioris ordinis, edam principium esse debet. Ut, verbi grada, quia intellecdo est spiritualis aedo, non dedisset natura aptum principium ad illam si potentiam seu instrumentum materiale contulisset, etiamsi anima, quae est principale principium, sit spiritualis; sic ergo ad substantialem actionem non erit accidens accómmodatum in­ strumentum, etiamsi forma sit substantialis. Ad hoc responderi potest ex Caietano, I, q. 54, a. 3, generationem substantialem non esse propriam operationem vel actionem, sed esse terminum praecedentis motus seu alterationis, et ideo principium alterationis esse

aptissimum instrumentum aut principium generationis. Quam responsionem aliqui mo­ derni ita amplectuntur ut in ea fere fundent totam probabilitatem sententiae D. Thomae de hac efficientia accidentium; et existimant ante Scotum neminem posuisse hanc actio­ nem ab alteratione distinctam. Miror tarnen quod potuerint in hanc sententiam induci, quae mihi videtur et doctrinae Aristotelis et eorumdem principiis et evidenti rationi con­ traria. Aristoteles enim, toto I lib. Phys., et I de Generat., hoc praecipue agit u t gene­ rationem substantialem ab alteratione distin­ guât; et in V Phys., cum ad tria paedicamenta dicat esse per se momm proprie dic­ tum, ait ad substantiam non esse motum, sed mutationem, quia non est ex subiecto in subiectum, sed ex ente in potentia in ens simpliciter. Unde eisdem locis distinguic principia generationis a principiis aliorum motuum, quae sunt propria materia, u t est pura potentia, et substantialis forma, et privatio.

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Disputaciones metafísicas

17. S i la generación es, y de qué modo es, término de la alteración.— A d e­ m á s, lo s a u to res in d ic a d o s u s a n las p a la b ra s e n se n tid o eq u ív o co c u a n d o d ic e n q u e la g en e ra c ió n es té rm in o d e l m o v im ien to o a lte ra c ió n ; p o rq u e p u e d e lla­ m a rs e té rm in o in trín se c a y p ro p ia m e n te , y así es falso p o r c o m p le to ; e n e fe c to , ta l té rm in o d e la alte ra c ió n n o es sin o la c u a lid a d q u e m e d ia n te e lla se h a c e ; m á s a ú n : e n g e n e ra l es im p o sib le q u e u n a acció n sea té rm in o d e a lg ú n m ovi­ m ie n to , y a q u e p e rte n e c e a la ra z ó n in trín se c a d e la acc ió n e l ser trá n s ito (h a c ia algo) y e l n o h a c e rse m e d ia n te o tra ^acción, sin o p o r sí m ism a . D e o tra m a n e ra p u e d e d e c irse té rm in o d e u n m o v im ie n to sucesivo e n se n tid o d e q u e e s u n a m u ­ ta c ió n in s ta n tá n e a q u e te rm in a e x trín se c a m e n te e l m o v im ie n to . Y e sto p u e d e e n ­ te n d e rs e d e d o s m o d o s. P rim e ro , to m a n d o la a lte ra c ió n co m o c ie rta m u ta c ió n in d iv is ib le o co m o cie rto se r m o d ificad o , e l c u a l p e rte n e c e re d u c tiv a m e n te al m ism o m o v im ie n to y e n la re a lid a d tie n e ig u al n a tu ra le z a q u e lo s seres m o d ifi­ ca d o s q u e c o n tin ú a n el m o v im ie n to . E s to n o p u e d e d e c irse d e la g e n e ra c ió n con re s p e c to a la a lteració n p re c e d e n te , y a q u e n o tie n e la m ism a n a tu ra le z a q u e e sa a lte ra c ió n n i se re d u c e a ella e n m a n e ra alg u n a. A d e m á s, p o rq u e la m u ta c ió n q u e te rm in a e l m o v im e n to d e n tro d e su ra z ó n o á m b ito , c o n trib u y e e n algo a c o n ­ s u m a r e l té rm in o d e l m o v im ie n to d e n tro d e s u p ro p ia ra z ó n y e n tid a d ; así, e l se r m o d ificad o en e l q u e p rim e ra m e n te n o h a y m o v im ie n to lo cal, c o n su m a a q u e l « d o n d e » q u e se h a c e m e d ia n te d ic h o m o v im ie n to , y en ese in s ta n te com ienza a e x is tir, sien d o así q u e a n te s to d a v ía n o e x istía ; lo m ism o o c u rre , p ro p o rc io n a l­ m e n te , e n la a lte ra c ió n , p u e s e n a q u e l in s ta n te se p ro d u c e a lg ú n té rm in o d e la c u a lid a d , q u e a n te s n o ex istía . E n cam b io , p o r la g e n e ra c ió n n o se p ro d u c e té r­ m in o alg u n o d e la cu a lid a d q u e , d e m a n e ra in trín s e c a y d e n tro d e s u p ro p io g é n e ro , p e rte n e z c a a su c o n su m a c ió n , sino q u e se p ro d u c e u n a n u e v a fo rm a d e o rd e n s u p e rio r. C o n sig u ie n te m e n te , n o p u e d e d e c irse q u e la g e n e ra c ió n sea, e n e ste se n tid o , té rm in o d e l m o v im ie n to o d e la a lte ra c ió n . P o r ta n to , d e sd e o tro p u n to d e v ista p u e d e decirse té rm in o ex trín sec o sólo a cau sa d e u n a co nsecución o co n c o m ita n c ia in m e d ia ta . Y e ste se n tid o es c ie rto , a p e sa r d e lo c u a l n o im ­ p id e q u e la g e n e ra c ió n sea u n a acc ió n d is tin ta ; p u e s d e e ste m o d o la ilu m in a c ió n e s té rm in o d e l m o v im ien to y e s u n a acció n p ro p ia . Y la cre a c ió n d e l alm a ra c io -

17. Generano an et qualiter terminus alterationis.— Deinde alii auctores aequivoce utuntur vocibus cum aiunt generationem es­ se terminum motus seu alterationis ; nam potest dici terminus intrinsece et proprie, et sic est plane falsum; nam talis terminus alterationis non est nisi qualitas quae per earn fit; imrao in universum impossibile est actionem esse terminum alicuius motus, quia de intrinseca ratione actionis est u t sit via et quod non per aliam actionem fiat, sed per seipsam. Alio modo dici potest ter­ minus successivi motus tamquam mutatio instantanea extrinsece terminans motum. Quod duobus modis potest intelligi. Primo, quod illa sit quaedam indivisibilis mutatio seu quoddam mutatura esse quod reductive pertinet ad eumdem motum et in re est eiusdem rationis cum mutatis esse continuantibus motum. Et hoc dici non potest de generatione respectu alterationis praecedentis, quia neque est eiusdem ordinis cum alteratione neque ad illam ullo modo redu-

citur. Et praeterea, quia mutatio terminana motum intra rationem seu latitudinem eius, conferì aliquid ad consummandum termi­ num moms intra propriam rationem et entitatem; u t mutatum esse in quo prim a non est moms localis consummat illud Ubi quod per talem motum fit, et in eo instanti incipit esse, cum antea nondum esset; et idem est proportionaliter in alteratione, quia in eo instanti fit aliquis terminus qualitatis, qui antea non erat. Per generationem autem non fit aliquis terminus qualitatis intrinsece et intra proprium genus pertinens ad consummationem eius, sed fit nova forma altioris rationis. Ergo non potest generatio hoc modo dici terminus motus seu altera­ tionis. Alio igitur modo dici potest terminus extrinsecus tantum propter immediatam consecutionem vel concomitantiam. Et hic sensus est verus; tamen hoc non impedit qiiominus generatio sit actio distincta; sic enim illuminano est terminus moms, et est pro­ pria actio. Et creatio animae rationalis potest

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n a l p u e d e d ecirse, d e esta m a n e ra , té rm in o d e la g e n e ra c ió n p o r lo q u e a ta ñ e a la a lte ra c ió n p re c e d e n te , sin q u e n a d ie n ie g u e q u e sea u n a acción d is tin ta ; lo m ism o su c e d e , a fortiori, c o n la u n ió n d e d ic h a alm a a l c u e rp o , ya q u e esta ac­ ció n es p o ste rio r a la cre a c ió n d e l alm a. A sí, p u e s, si la g e n e ra c ió n d e l h o m b re es u n a acció n d is tin ta d e la alte ra c ió n , a u n c u a n d o sea té rm in o en el se n tid o in d i­ cad o , ig u a l su ced erá, c o n m a y o r m o tiv o , e n las d em ás. Y esto es su m a m e n te n e c e sa rio si su p o n em o s (com o su p o n e n lo s a u to re s a lu d id o s) q u e en el in s ta n te d e la g en e ra c ió n d e ja n d e e x is tir to d a la a lte ra c ió n p re c e d e n te y su té rm in o in ­ trín s e c o ; p u e s así la g e n e ra c ió n n o p u e d e lla m a rse té rm in o sino p o rq u e su ced e in m e d ia ta m e n te a d ic h a a lte ra c ió n ; p o r ta n to , la g e n e ra c ió n n o p u e d e m e n o s d e se r u n a acción n u e v a , ya q u e l a in m e d ia ta con secu ció n d e u n o d e sp u é s d e o tro n o e lim in a la n o v e d a d n i la d is tin c ió n d é la acción. 18. E n co n secu en cia, a rg u m e n to fin alm en te a priori: la g en e ra c ió n es re a l y e sen cialm en te d is tin ta d e to d a, la a lte ra c ió n p re c e d e n te ; lu e g o es esen cialm en te u n a p ro p ia y n u e v a acción. E l a n te c e d e n te es m an ifiesto , y a q u e es e d u c c ió n d e u n a fo rm a n u e v a re a lm e n te d is tin ta d e la a n te rio r y se re a liz a e n u n su je to d is ­ tin to , a sa b e r, en la m a te ria p rim a in m e d ia ta m e n te ; e n cam b io , la alte ra c ió n se p ro d u c e o e n to d o el c o m p u e sto o, al m en o s, en la m a te ria m e d ia n te la c a n tid a d . P o r ú ltim o , p o rq u e to d a la a lte ra c ió n ’ p re c e d e e n d u ra c ió n y , seg ú n u n a o p in ió n p ro b a b le , n i siq u ie ra p e rm a n e c e su té rm in o in trín se c o . S e d e m u e s tra la conse­ c u e n c ia : es ed u cció n d e u n a fo rm a n u e v a a q u ella acció n q u e tie n d e esencial y p rim a ria m e n te a u n n u e v o c o m p u e sto e sen cialm en te u n o ; lu e g o es esen cialm en te u n a n u e v a acción. Q u iz á d ig a n q u e n o es u n a acción p ro p ia , sino cie rta re s u l­ ta n c ia d e la a lte ra c ió n a n te rio r. P e ro e sto n o p u e d e a firm a rse , so b re to d o s i su ­ p o n em o s q u e los a c c id e n te s q u e p re c e d ie ro n e n lo c o rro m p id o n o p e rm a n e c e n e n lo g e n e ra d o ; p u e s n o se d ice q u e u n a fo rm a re s u lte d e u n a acción sin o en c u a n to re s u lta d e su té rm in o , y a q u e c a d a acció n se d e tie n e p ró x im a m e n te e n su té rm in o , p o r lo q u e d e ella n o re s u lta n a d a m e d ia ta m e n te sin o en cu a n to re s u lta d e su té r m in o ; si, p u e s, e n e l in s ta n te d e la g e n e ra c ió n n o p e rm a n e c e n n i la a lte ra c ió n n i su té rm in o , ¿có m o es p o sib le q u e d e ella re s u lte u n a fo rm a su s­ ta n c ia l? A caso re s p o n d a n : p o rq u e le su ced e d e m a n e ra n a tu ra l. M a s eso n o es

hoc modo dici terminus generationis quoad alterationem praecedentem, quam nemo negabit esse actionem distinctam, et a for­ tiori idem est de unione illius animae ad corpus, cum haec sit posterior actio quam creatio animae. Si ergo generatio hominis est actio distincta ab alteratione, licet sit terminus ilio modo, idem a fortiori erit in reliquis. Atque hoc maxime necessarium est, si supponamus (ut dicti auctores supponunt) in instanti generationis totam praecedentem alterationem et intrinsecum terminimi eius desinere esse; sic enim generatio non potest dici terminus nisi quia immediate succedit post illam alterationem; ergo ilia non potest non esse nova actio, quia immediata consecutio unius post aliud non tollit novitatem et distinctionem actionis. 18. Unde tandem argumentor a priori, quia generatio est realiter essentialiterque di­ stincta a tota alteratione praecedenti; ergo est per se propria et nova actio. Antecedens patet, quia est eductio novae formae realiter distinctae a praecedenti et fit in subiecto

distincto, scilicet in materia prima imme­ diate; alteratio vero fit, vel in toto com­ posito, vel saltern in materia, media quan­ titate. Denique, quia tota alteratio duratione praecedit, et iuxta probabilem opinionem etiam eius intrinsecus terminus non manet. Consequentia vero probatur, quia ilia actio est eductio novae formae, quae per se primo tendit ad novum compostami per se unum ; ergo est per se nova actio. Dicent fonasse non esse propriam actionem, sed resultantiam quamdam ex priori alteratione. Sed hoc dici non potest, praesertim si supponamus accidentia quae praecesserunt in corrupto non manere in genito; nam aliqua forma non dicitur resultare ex aliqua actione nisi quatenus resultai ex termino eius, quia unaquaeque actio proxime sistit in suo termino. Unde nihil resultai ex illa mediate nisi qua­ tenus resultai ex termino eius; si ergo in instanti generationis neque alteratio nec ter­ minus eius manet, quomodo ex illa resul­ tare potest substantialis forma? Dicent fortasse, quia naturaliter succedit illi. At hoc

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Disputaciones metafísicas

re s u lta r, p u e sto q u e la re s u lta n c ia e x p resa u n c ie rto m o d o d e eficiencia p o r d i­ m a n a c ió n n a tu ra l, la c u a l n o p u e d e d a rse e n tr e cosas q u e se su c e d e n p ró x im a ­ m e n te , c u a n d o a la d e sa p a ric ió n d e u n a sig u e la o tr a ; d e lo c o n tra rio , ta m b ié n p o d ría d ecirse q u e la fo rm a d e lo g en erad o re s u lta d e la fo rm a d e lo c o rro m p id o . P o r ta n to , e sta su cesió n n o e lim in a la n e c e sid a d d e u n a n u e v a acción, sino q u e la re q u ie re en su m o g ra d o p a ra q u e e n v ir tu d d e ella p u e d a in tro d u c irse u n a fo rm a p o r la q u e se ex p u lse la o tra, y, c o n sig u ie n te m e n te , lo s a c c id e n te s, si d e ella d e p e n d ía n . 19. P o r eso, ta m b ié n se e x p re sa n m e n o s c o n se c u e n te m e n te q u ie n e s , o p in a n ­ d o , p o r o tra p a rte , q u e lo s a c c id e n te s q u e e x is tie ro n e n lo g e n e ra d o n o p e rm a ­ n e c e n e n lo c o rro m p id o , d ic e n q u e la fo rm a su sta n c ia l re s u lta e n la m a te ria p o r la v ir tu d in s tru m e n ta l d e lo s accid en tes q u e se in tro d u c e n m e d ia n te e l m o v im ien ­ to u n a vez q u e lleg an a u n c ie rto té rm in o ; p u e s si tales a c c id e n te s ya n o e x is te n , ¿cóm o p u e d e n ' c o n stitu ir u n a v irtu d in s tru m e n ta l? D e ig u a l m o d o , a q u e ­ llos q u e lle g a n a u n c ie rto té rm in o in trín se c o n o so n los m ism o s q u e a n te s, y se g ú n ta l té rm in o son c o n secu en cia d e la fo rm a , d e a c u e rd o c o n a q u e lla o p in ió n ; lu e g o n o p u e d e n se r in s tru m e n to s e n o rd e n a ella. A d em ás — co m o in d icam o s a rrib a al tr a ta r d e la m a te ria d e los accid en tes— , a u n c u a n d o p e rm a n e z c a n los m ism o s a c c id e n te s, n o p u e d e n se r in s tru m e n to s p a ra la fo rm a su sta n c ia l p o rq u e n o tie n e n n in g u n a p ro p ia acc ió n p re v ia m e d ia n te la c u a l sean elev a d o s a p ro d u c ir u n e fe c to d e l a g e n te p rin c ip a l. P o r ese m o tiv o , e s ta eficiencia in s tru m e n ta l n o d e b e a trib u irs e a los a c c id e n te s q u e se h a c e n e n el p a c ie n te y d is p o n e n la m a ­ te ria , sino a los accid en tes, q u e se e n c u e n tra n e n el ag e n te y d e los q u e p ro c e ­ d e n aq u ello s o tro s. D e a q u í se infiere ta m b ié n q u e n o p u e d a d e c irse con v erd ad ' q u e la fo rm a su stan cial re s u lte d e los a ccid en tes q u e p re p a ra n la m a te ria . Por. ú ltim o , sea lo q u e fu e re d e l n o m b re « re su lta n c ia » , y d e si lo s a c c id e n te s de! p a c ie n te tie n e n ta m b ié n eficiencia en la e d u c c ió n d e la fo rm a , n o p u e d e n e g a rse q u e d ic h a e d u c c ió n es u n a acc ió n n u e v a y e m in e n te m e n te in te n ta d a p o r sí m is­ m a , y a q u e es acció n e n se n tid o p ro p io a q u e lla q u e se re a liz a en v irtu d d e la su s ta n c ia ; p u e s la alte ra c ió n e s la acción p ro p ia d e l ac c id e n te c o n sid e ra d o e n sí m ism o y e s com o u n m e d io o rd e n a d o a la g e n e ra c ió n , q u e es la acción a q u e

non est resultare, nam resultantia dicit ali- ergo possunt esse instrumenta ad illam. Bt quetn modum efficientiae per naturalem di- praeterea, ut supra disputando de materia manationem, quae esse non potest inter res accidentium tetigimus, etiamsi eadem acci­ quae proxime sibi succedimi, quando uni dentia maneant, non possunt esse instru­ pereunti succedit altera; alias etiam ex for­ menta ad substantialem formam, quia nulma corrupti dici posset resultare forma ge­ lam habent propriam actionem praeviam, niti. Quapropter haec successio non tollit ne­ qua mediante eleventur ad effectum princi­ cessitatela novae actionis, sed illam maxime palis agentis. Quapropter haec instrumenrequirit, ut ex vi eius possit forma intro­ taria efficientia non accidentibus quae in duci qua expellatur altera, et consequenter passo fiunt et materiam disponunt, sed ac­ accidentia, si ab illa pendebant. cidentibus quae sunt in agente, a quibus 19. Unde minus edam consequenter lo- ilia alia procedunt, tribuenda est. Ex quo quuntur qui, cum alias opinentur accidentia etiam fit ut non possit vere d id forma subquae fuerunt in genito non manere in cor- stantialis resultare ab accidentibus disponenrupto, dicunt formam substandalem resul­ tibus materiam. Denique, quidquid sit de tare in materia virtute instrumentali acci- nomine resultantiae, et quidquid sit an ac­ dendum quae introducuntur per motum, cidentia passi habeant etiam effirientiam in cum primum ad certum terminum perve- eductione formae, negari non potest quin niunt; nam si illa iam non sunt, quomodo ilia eductio sit nova actio et maxiroe per se esse possunt instrumentaria virtus? Item intenta, quia ilia est propria actio, quae illa quae pervenirmi ad certum terminum fit in virtute substantiae; nam alteratio est intrinsecum non sunt eadem quae antea actio propria ipsius accidentis secundum se erant, et secundum ilium terminum conse- et est quasi medium ordinatum ad generaquuntur formam, iuxta illam sententiam ; non tionem, quae est actio per se primo intenta.

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esen cial y p rim a ria m e n te se tien d e. A sí ta m b ié n , la n u tric ió n es p ro p ia y ese n ­ c ia lm e n te acción, y el a u m e n to — com o a te stig u a A ristó te le s— es esen c ia lm e n te m o v im ie n to , a u n q u e n i u n a n i o tro se lleve a cab o sin u n a a lte ra c ió n p re v ia y m e d ia n te las disp o sicio n es c o n las q u e p u e d a e n g e n d ra rse la su sta n c ia p a rc ia l. 20. C o n sig u ie n te m e n te , h a y q u e re s p o n d e r d e o tra m a n e ra a la o b je c ió n p ro ­ p u e s ta , co n c e d ie n d o q u e la acción p o r la q u e se e d u c e la fo rm a su sta n c ia l es su s ta n c ia l p o r p a rte d e l té rm in o y es m á s n o b le q u e c u a lq u ie r acció n o a lte ra ­ c ió n q u e p u e d a re a liz a r el accid en te p o r s u v irtu d . N o fu e E sc o to el ú n ic o e n d e s c u b rir esto, sino q u e a n te s d e él lo e n se ñ a ro n A ristó te le s, e n su Física, lib . I I , te x t. 14, y lib . V III, te x t. 6 2 ; A v e rro e s, lib . IV Phys., com . 1 2 9 ; S im p licio , lib . V Phys., tex t. 8. Y lo m ism o so stu v ie ro n , d e sp u é s d e E sc o to , m u c h o s to m is­ ta s, co m o p u e d e v e rse e n C a p ré o lo , In I, d is t. 13, a. 3 , a d a rg u m . c o n tra 1 c o n c l.; S o n cin as, V II Metaph., q . 2 2 ; e l F e rra rie n s e , I I cont. Geni., c. 17. A p e s a r d e to d o , d ic e n — y c o n a cie rto — estos a u to re s q u e u n ac c id e n te p ro p o r­ cio n a d o a la fo rm a su sta n c ia l p u e d e , p o r su n a tu ra le z a , ser in s tru m e n to aco m o ­ d a d o a ta l a c c ió n ; p o rq u e , si b ie n en la ra z ó n d e s e r la fo rm a a c c id e n ta l es d e o rd e n in fe rio r q u e la su sta n c ia l, n a o b sta n te g u a rd a n p ro p o rc ió n e n el m o d o d e ser, si a m b a s d e p e n d e n d e la m a te ria ; y , d e m a n e ra sem ejan te, tie n e n c ie rta a d e c u a c ió n en lo q u e a ta ñ e a la d isp o sició n y a la fo rm a , y p o r la m ism a ra z ó n p u e d e n e sta r p ro p o rc io n a d a s e n la ra z ó n d e la v ir tu d in s tru m e n ta l y d e la acción o té r m in o ; p u e s, así co m o es c o n n a tu ra l a la su sta n c ia e l o b ra r m e d ia n te acci­ d e n te s q u e le sean p ro p o rc io n a d o s, ig u a lm e n te le es c o n a tu ra l ser p ro d u c id a p o r d isp o sicio n es accid e n ta le s a d ecu ad as a ella q u e a c tú e n e n c a lid ad d e in s tru m e n to a co m o d a d o . P o r este m o tiv o , n o h a y sem ejan za c o n lo q u e se o b je ta b a d e la p o te n c ia m a te ria l re s p e c to d e la in tele c c ió n e sp iritu a l, y a q u e e n ese caso n o h a­ b ría p ro p o rc ió n a lg u n a n i e n la ra z ó n d e su jeto n i en la ra z ó n d e d isp o sic ió n n i e n o tro g én ero , p o r lo q u e n o sería u n p rin c ip io a c o m o d a d o ; ta n to m ás c u a n ­ to q u e el e n te n d im ie n to n o es sólo in s tru m e n to , sin o ta m b ié n , a su m a n e ra , p rin c ip io p rin c ip a l d e la in te le c c ió n q u e le es c o n n a tu ra l, com o d iré e n la sec­ c ió n sig u ien te.

Sicut etiam nutritio est proprie ac per se actio, et augmentatio, teste Aristotele, est per se motus, quamvis neutra fiat nisi praevia alteratione et mediis dispositionibus cum quibus possit partialis substantia aggenerari. 20.- Aliter ergo respondendum est propositae obiectioni, concedendo actionem qua educitur forma substantialis esse substantialem ex parte termini et esse nobiliorem Om­ ni actione vel alteratione quam accidens pot­ est virtute sua praestare, quod non solus Scorns invenit, sed ante eum docuerunt Aristoteles, lib. II Phys., text. 14, et lib. V ili, text. 62; Averr., IV lib. Phys., comm. 129; Simplic., lib. V Phys., text. 8. Idemque sc­ oiti sunt post Scotum multi ex thomistis, ut videre est in Capreol., In I, dist. 13, a. 3, ad argum. contra 1 conclus.; Soncin., VII Metaph., q. 22; Ferr., II cont. Gent., c. 17. Et nihilominus dicunt, et recte, hi auctores accidens proportionatum formae substantial! posse esse ex natura sua instru­ mentum accommodatum ad talem actionem;

quia, licet in ratione entis sit inferioris ordinis forma accidentalis comparata ad substantialem, tamen in modo essendi habent proportionem, si utraque sit pendens a ma­ teria; et similiter commensurantur in ra ­ tione dispositionis et formae, et eadem ra­ tione possunt proportionari in ratione instrumentariae virtutis et actionis seu termi­ n i; nam, sicut est connaturale substantiae operati per accidentia sibi proportionata, ita est connaturale illi fieri per accidentales dispositions sibi proportionatas tamquam per instrumentum accommodatum. Qtiapropter non est simile quod obiiciebatur de potentia materiali respectu intellectionis spiritualis, quia ibi nulla esset proportio, nec in ratione subiecti nec in ratione dispositionis aut in alio genere; et ideo non esset accom­ modatum principium. Eo vel maxime quod intellectus non est tantum instrumentum, sed suo etiam modo principale principium intellectionis sibi connaturalis, ut sequent! sectione dicam.

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21. Si los accidentes llegan efectivamente hasta la generación del hombre.— M a s p o d rá alg u n o in s is tir d ic ie n d o q u e , al m e n o s e n la gen eració n h u m a n a , los a ccid en tes n o son in s tru m e n to s ap to s p a ra q u e p u e d a n lleg ar d e m a n e ra in m e ­ d ia ta h a sta la acció n p o r la q u e se g e n e ra e l h o m b re , y a q u e d ic h a acc ió n es la u n ió n del a lm a racio n al c o n la m a te ria , y m e d ia n te ella se p ro d u c e p ró x im a ­ m e n te u n m o d o d e u n ió n d e la m ism a alm a, m o d o q u e es in m a te ria l p o r te n e r real id e n tid a d c o n el a lm a ; lu e g o ta m b ié n es e sp iritu a l esa acció n u n itiv a , ya q u e se identifica c o n su té rm in o p ró x im o y fo rm a l; lu e g o u n ac c id e n te m a te ria l n o p u e d e ser in s tru m e n to p a ra ta l acción. S e re sp o n d e , e n p rim e r lu g a r, c o n c ed ién d o lo to d o . P o rq u e e n la conclusión n o h e m o s afirm ado q u e los a ccid en tes sean in s tru m e n to s p a ra u n ir c u a lq u ie r fo rm a su stan cial c o n la m a te ria , sino p a ra e d u c ir la fo rm a su sta n c ia l q u e c ie r­ ta m e n te sea e d u c ib le ; a h o ra b ie n , p a ra u n ir u n a fo rm a racio n al b a s ta q u e los a c c id e n te s d el sem en c o n c u rra n efec tiv a m e n te a la d isp o sic ió n y o rg a n iz a c ió n d el c u e rp o , y q u e , e n cam b io , las d isp o sicio n es c au sen y exijan d ic h a u n ió n d e m a ­ n e ra sólo m a te ria l; y esto es su ficien te p a ra a firm a r q u e e l h o m b re e n g e n d ra al h o m b re , a u n q u e D io s solo, q u e crea el alm a, sea q u ie n efec tiv a m e n te la u n e ta m b ié n , com o so stu v o E sc o to , In IV, d is t. 4 3 , q . 3 , a. 3 ; o p in ió n q u e co n si­ d e ra p ro b a b le ig u a lm e n te R ic a rd o , e n el lu g a r c itá d o , a. 3, q. 2. L o m ism o su ­ p o n e ta m b ié n E n riq u e , Quodl. X I, q. 14, al afirm a r q u e e l alm a ra c io n a l, cre a d a p o r solo D ios en u n c u e rp o d is p u e sto p o r el a g e n te n a tu ra l, se u n e a sí m ism a sin n u e v a eficiencia d e u n a g e n te e x trín sec o , sin o co m o p o r u n a n a tu ra l re s u l­ tan cia d e u n ió n q u e p ro c e d e d e la m ism a a lm a ; p u e s d e d ic h a se n te n c ia se sigue ta m b ié n q u e , e n la g e n e ra c ió n h u m a n a , e l a g e n te p ró x im o n o lleg a c o n su efi­ cien c ia h a sta la u n ió n d el alm a y el c u e rp o d e m a n e ra in m e d ia ta , sino sólo re m o ­ ta m e n te p o r ra z ó n d e las d isp o sic io n e s; so stie n e n asim ism o e sta o p in ió n los C o n im b ric e n se s, lib . I Phys., q . 11, a. 3. E n se g u n d o lu g a r, si alg u ie n q u is ie ra d e fe n d e r q u e lo s a ccid en tes lle g a n in s­ tru m e n ta lm e n te h a sta esa u n ió n , cosa q u e d e fie n d e C a p ré o lo , In II, d ist. 15, q . ú n ic a , a. 3, y c o n m ay o r c la rid a d In IV, d ist. 4 3 , a. 3 , a lo s a rg u m e n to s de E n riq u e y d e A u ré o lo c o n tra la 2 .“ co n clu sió n , p u e d e re s p o n d e rse q u e ta l u n ió n ,

21. A n generationem kominis accidentia attingant effective.— Sed potest quis instare quod, saltern in generatione hominis, non sint accidentia apta instrumenta ut possint immediate attingere actionem qua generatur homo, quia ilia actio est unitio animae rationalis ad materiam, per quam proxime fit modus unionis eiusdem animae, qui modus immaterialis est, emu realiter idem sit cum ipsa anima; ergo et ilia actio unitiva est spiritualis, nam est idem cum suo proximo ac formali termino; ergo non potest accidens materiale esse instrumentum ad talem actionem. Respondetur primo concedendo totum; nam in conclusione non diximus ac­ cidentia esse instrumenta ad uniendam quamcumque formam substantialem cum materia, sed ad educendam formam utique educibilem; ad uniendam autem rationalem formam satis est quod accidentia seminis concurrant effective ad disponendum et organizandum corpus, dispositiones autem ipsae materialiter tantum causent et exigant illam unionem; quod satis est ut homo di-

catur generare hominem, quamvis solus Deus, qui creat animam, effective etiam il­ lam uniat, u t tenuit Scorns, In IV, dist. 43, q. 3, a. 3; et idem censet probabile ibi Richardus, a. 3, q. 2. Idem etiam supponit Henric., Quodl. X I, q. 14, dum ait animam rationalem, creatam a solo Deo in corpore disposilo ab agente naturali, seipsam unire absque efficienza nova extrinseci agentis, sed quasi per naturalem resultantiam unio­ nis ab ipsa anima; nam ex illa sententia etiam sequitur proximum agens in genera­ tione humana non attingere immediate sua efficientia unionem animae ad corpus, sed solum remote ratione dispositionum; quam opinionem tenent etiam Conimbricenses, lib. I Phys., q. 11, a. 3. Secundo, si quis defendere velit accidentia attingere instrumentaliter hanc unionem, quod tenet Capreqlus, In II, dist. 15, q. unic., a 3, et clarius In IV, dist. 43, a. 3, ad argument. Henrici et Aureoli contra 2 conci., responderi potest illam unionem, tametsi in se imma-

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a u n sie n d o e n sí in m a te ria l, n o o b sta n te p a rtic ip a d e a lg u n a s p ro p ie d a d e s d e la cosa m a te ria l, so b re to d o el d e p e n d e r d e la m a te ria en su h acerse y e n su ser, a ca u sa d e la esencial y a c tu a l re la c ió n a e lla ; d e a q u í q u e te n g a ta m b ié n c o m o u n a c ie rta e x ten sió n re c ib id a d e ella ; y p o r este m o tiv o p u e d e o c u rrir q u e los a c c id e n te s m ateriales se a n elevados com o in s tru m e n to s p a ra re a liz a r d ic h a u n ió n , lo c u a l n o re s u lta rá d ifíc il p a ra q u ie n e s c re e n q u e el fa n ta sm a m a te ria l es in s ­ tru m e n to e n la p ro d u c c ió n d e la esp ecie e sp iritu a l.

Segunda afirmación 22. L a forma instrumental no es razón suficiente de obrar si no está unida a una forma que sea razón principal.— A firm o e n se g u n d o lu g a r : n o d e b e n e ­ g a rse q u e la fo rm a su s ta n c ia l tie n e s u eficiencia p ro p ia y p rin c ip a l e n lo q u e re s p e c ta a e d u c ir u n a fo rm a sem ejan te d e la p o te n c ia d e la m a te ria , in flu y e n d o in m e d ia ta m e n te p o r sí m ism a ju n to c o n e l p rin c ip io a c c id e n ta l e in s tru m e n ta l, si e n la re a lid a d e stá u n id a y su ficien tem en te ap ro x im a d a a él, d e d o n d e re s u lta q u e , e n e sta eficiencia, e l ac c id e n te se c o m p o rta com o in s tru m e n to u n id o a la fo rm a , y n o como, to ta lm e n te sep arad o e n lo q u e co n c ie rn e a la cau salid ad . T o d a e sta c o n c lu sió n , y su alca n ce y se n tid o , q u e d a n su fic ie n te m e n te e x p licad o s, se­ g ú n creo , e n lo q u e p re c e d e . Y se p o n e n a ú n m á s d e m a n ifie sto ; p u e s c u a n d o se g e n e ra , p o r e jem p lo , fu e g o d e u n a e sto p a cerc a n a a él, d ecim o s q u e e l fu e g o g e n e ra n te in flu y e e n la acc ió n q u e te rm in a d e m a n e ra in trín s e c a e n la e d u c c ió n d e la fo rm a su stan cial, n o sólo in s tru m e n ta lm e n te p o r m e d io d e su c alo r, sin o ta m b ié n p rin c ip a lm e n te p o r su fo rm a s u s ta n c ia l; y n o sólo d e m a n e ra m e d ia ta y re m o ta , e n c u a n to confiere a su c a lo r a q u e l se r y aq u e lla v ir tu d p o r la q u e cau sa, sin o ta m b ié n p o rq u e in flu y e p ró x im a m e n te , e n su g é n e ro , ju n to c o n su calo r. Y afirm am os q u e e sto m ism o se c u m p le e n c u a lq u ie r e d u c c ió n d e u n a fo rm a su sta n c ia l, si p o r o tra p a rte n o h a y im p e d im e n to s q u e p ro v e n g a n d e l a g e n te , y a p o r c a re n c ia d e e x isten cia, ya p o r d istan cia local. T a m b ié n el fu n d a m e n to d e la p re s e n te a firm a c ió n , e x p u e sta d e e ste m o d o , h a q u e d a d o in sin u a d o a n te rio rm e n te y e strib a e n d o s p rin c ip io s. U n o es q u e la

terialis sit, participare tamen aliquas proprietates rei materialise praesertim quod a materia pendet in fieri et esse propter essentialem et actualem habitudinem ad il­ lam; unde etiam habet quamdam extensionem ex- parte illius; et propter hanc cau­ sata fieri posse ut accidentia materialia eleventur ut instrumenta ad illam unionem faciendam, quod non videbitur difficile iis qui credunt materiale phantasma esse instrumen­ tum ad efficiendam speciem spiritualem.

dens in hac efficientia se gerat u t instru­ mentum coniunctum formae et non ut omnino separatum quoad causalitatem. Tota haec conclusio et intentio ac sensus eius, satis, ut opinor, declarata sunt in superioribus. E t amplius manifestantur; nam quan­ do ignis, verbi grada, generatur ex stupa sibi propinqua, dicimus ignem generantem non solum per calorem suum instrumentaliter, sed edam per suam formam substantialem principaliter influere in actionem, quae ad eductionem formae substantialis intrinsece terminator; non tantum mediate et Secunda assertio remote, quatenus dat suo calori illud esse 22. Inslrumentalis forma non est suffi- et illam virtutem per quam causat, sed edam quia proxime in suo genere simul ciens ratio agendi non adiuncta forma quae sit ratio principalis.— Dico secundo: ne- influit cum suo calore. E t hoc ipsum ser­ vati dicimus in Omni eductione formae sub­ gandum non est quin forma substantialis stantialis, si aliunde ex parte agentis non suam habet propriam et principalem effisit impedimentum, vel ob carentiam existencientiam circa eductionem similis formae tiae vel ob distantiam loci. Fundamentum de potentia materiae, immediate per seipsam simul influendo cum accidentali et instru­ etiam huius assertionis sic expositae in sumentali principio, si in re coniuncta illi sit petioribus insinuatimi est consistitque in et sufficienter approximata, quo fit u t acciduobus ptincipiis. Unum est, formam inS

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fo rm a in stru m en tal* p o r sí sola y com o d e sp ro v ista d e l a c tu a l in flu jo d e l ag e n te p rin c ip a l, n o p u e d e ser su ficien te, e n c u a n to cau sa p ró x im a , p a ra p ro d u c ir u n a fo rm a q u e la a v en ta je e n p e rfe c c ió n . A m i ju ic io , e s te p rin c ip io es casi evid en te p o r su s m ism os té rm in o s ; e n efecto , si a q u e lla fo rm a n o re c ib e en to n ce s e n a c to la ay uda d e u n a su p e rio r, ú n ic a m e n te in flu y e p o r a q u e llo q u e posee e n a c to ; y , co m o eso es a lg o im p e rfe c to , p o r sí solo n o p u e d e p ro d u c ir algo m á s p e rfe c to . A d e m á s, es c o n tra d ic to rio q u e el c alo r p ro d u z c a u n a fo rm a su stan cial p o r s u p ro p ia v ir tu d so la ; m a s c u a n d o o b ra p o r sí solo, sin in flu jo d e u n a fo rm a su p e rio r, ú n ic a m e n te o b ra p o r su p ro p ia v ir tu d , p u e s to q u e n o tie n e n in g u n a o tr a fu e ra d e la q u e es c o n n a tu ra l a su e n tid a d , es d e c ir, d e la q u e posee p o r ra z ó n d e su p ro p io ser. A h o ra b ie n , el q u e te n g a este se r re c ib id o d e la fo rm a d e fu e g o , o el q u e p o r su n a tu ra le z a sea u n a fa c u lta d su y a, o e l q u e su stitu y a a a q u é l p a ra o b ra r com o e n su n o m b re , to d o e sto (re p ito ), p u e s to q u e sólo a ñ a d e a l c a lo r c ie rta s relacio n es o d e n o m in acio n es, n o p u e d e b a sta r p a ra q u e el calo r suío, d esp ro v isto (p o r así d ec irlo ) d e to d o au x ilio su p e rio r, sea u n p rin c ip io p ró ­ x im o e in m e d ia to su ficiente p a ra ta l acción. A d e m á s, p o rq u e , d e lo c o n tra rio , el c a lo r sería v ir tu d p ro d u c tiv a d e la su stan cia d e ig u a l m o d o q u e es v irtu d p r o ­ d u c tiv a d e l c a lo r; p e ro c o n sta , p o r la m ism a su p e rio rid a d d e la su sta n c ia , q u e e sto es m u y ab su rd o . L a c o n secu en cia és p a te n te , ya q u e el calor tie n e a m b a s cosas en c u a n to es c ie rta v ir tu d d e la su stan cia y d e ella p a rtic ip a s u ser. F in a l­ m e n te , p u e sto q u e la v ir tu d a ctiv a del calor, d e sd e c u a lq u ie r p u n to d e v ista , n o es o tr a cosa q u e su e n tid a d y p e rfe c c ió n , y p u e sto q u e é sta e s m u c h o m e n o r q u e la de la fo rm a su sta n c ia l, n o es p o sib le e n te n d e r c o n b a s ta n te c la rid a d có m o se tra sp a se a l calo r to d a la v ir tu d q u e , p o r sí sola, sea su ficien te p a ra la ed u cció n d e la fo rm a su s ta n c ia l; c o n sig u ie n te m e n te , el calo r solo n o p u e d e d e se m p e ñ a r la fu n c ió n d e to d o el p rin c ip io p rin c ip a l. 2 3. L a forma sustancial material constituye un supuesto capaz de obrar.— E l o tro p rin c ip io en q u e se b a sa la afirm a ció n e sta b le c id a es q u e e ste m o d o d e a c tiv id a d , a b so lu ta m e n te h a b la n d o , p u e d e c o n v e n ir a la fo rm a su sta n c ia l m a te ­ ria l, si p o r o tra p a rte n o fa lta n la s co n d icio n es gen erales q u e se re q u ie re n p a ra la o p eració n . Y p a re c e q u e e ste p rin c ip io se h a p ro b a d o su ficien tem en te c o n las

strumentariam, per se solam et quasi destitutam ab actuali infiuxu principsilis agentis, nonr posse esse sufficientem in ratione cau­ sae proximae ad efficiendam formarti se nobiliorem. Quod principium videtur m iti fere ex terminis notum, quia si illa forma tunc non iuvatur actu a superiori, tantum influii per id quod in se actu habet; cum ergo illud sit quid imperfectum, non potest per se solum efficere aliquid perfectius. Item repugnat calorem efficere formam substantialem sola propria virtute; sed quando se solo operatur sine influxu superioris formae, tantum operator propria virtute, quia nullam aliam habet, nisi illam quae connaturalis est entitati seu quam habet ex vi sui proprii esse. Quod autem habeat hoc esse a forma ignis, aut quod natura sua sit facultas eius, aut quod vice illius substituatur ut quasi no­ mine eius agat, haec (inquam) omnia cum solum addant calori relationes quasdam vel denominationes, satis esse non possunt ut solus calor destitutus (ut sic dicam) ranni superiori auxilio sit sufficiens principium

proximum et immediatum talis actionis. Item quia alias calor eodem modo esset virtus producendi substantiam sicut est virtus producendi calorem, quod ex ipso excessu sub­ stantiae constat esse satis absurdum. Sequela patet, quia utrumque habet calor u t est quaedam virtus substantiae et ab illa suum esse participât. Denique, cum virtus agendi caloris sub quacumque ratione nihil aliud sit quam entitas et perfectio eius, et haec longe sit minor quam in forma substantiali, intelligi satis non potest quomodo tota virtus, quae per se sola sufficiens sit ad eductioaem substantialis formae, in calorem transfundatur; non igitur potest solus calor loco totius principalis principii substimi. 23. Substantialis forma materialis consti­ tua suppositum potens efficere.— Alterami principium, in quo nititur assertio posita, est hunc activitatis modum, per se loquendo, posse convenire formae substantiali mate­ riali, si aliunde non desint generales conditiones ad agendum. requisitae. Hoc autem principium videtur satis probatura in ratio-

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ra z o n e s ad u c id a s e n ú ltim o lu g a r e n fa v o r d e la o p in ió n d e E sco to , las cu ale s c o n firm a n o p o co A ristó te le s, e n II De generáis te x to s 54 y 5 5, d o n d e , re p r e n ­ d ie n d o a q u ie n e s n e g a b a n la eficiencia d e las fo rm a s, d ic e : A esto se añade que

atribuyen de diversos modos a los cuerpos facultades instrumentales, por las que se engendran las cosas, y entretanto eliminan la causa que pertenece a la forma. Y n o b a sta d e c ir q u e se a trib u y e eficiencia a las fo rm a s p o rq u e d e ellas p ro c e d e n las cu alid a e s, p o r c u y a sola m ed iació n e je rc e n to d a s su s acciones, y a q u e , seg ú n d e c ía m o s a rrib a , é sta n o es u n a eficiencia p ro p ia y esen cial, sino ú n ic a m e n te re m o ta y ra d ic a l; e n efe c to , la acción q u e n ace in m e d ia ta m e n te d e la sola fo rm a a c c id e n ta l ta m b ié n d e p e n d e d e ella p o r sí y e se n c ia lm e n te co m o d e p r in ­ c ip io p ró x im o , p o r o m itir el co n cu rso d e la cau sa u n iv e rsa l. D e ello te n e m o s el sig u ie n te in d ic io : sí D io s c o n se rv a e l c alo r, p o r e je m p lo , p u e d e co n serv arse asi­ m ism o to d a acc ió n q u e p ro c e d a p ró x im a m e n te d e él solo, com o re c o n o c e n ta m ­ b ié n lo s a u to re s d e la o p in ió n c o n tra ria ; lu e g o es señ al d e q u e la fo rm a s u s ta n ­ cial n o es p rin c ip io esencial d e ta l a c c ió n ; c o n sig u ie n te m e n te , si la fo rm a n u n c a p u e d e in flu ir e n a c to c o n la fa c u lta d a c c id e n ta l, n u n c a tie n e u n a a u té n tic a y p ro ­ p ia eficiencia, co sa q u e A ristó te le s re p ru e b a e n el lu g a r a n te s c ita d o , y se o p o n e e n n o p e q u e ñ o g ra d o a la p e rfe c c ió n d e la fo rm a su sta n c ia l. A d e m á s, n o p u e d e m o s tra rse n in g u n a c o n tra d ic c ió n e n este m o d o d e o b r a r ; p o r ta n to , n o h a y ra z ó n p a ra n e g a rlo ; p o rq u e a rrib a n o s h em o s valido d e u n a ila c ió n sem ejan te p a ra d e m o s tra r q u e las c a u sa s se g u n d a s tie n e n fa c u lta d o p e ra ­ tiv a, y a q u e c o rre sp o n d e a la p e rfe c c ió n d e las c ria tu ra s y a la eficacia d e l c re a ­ d o r e l q u e te n g a n p o d e r d e c o m u n ic a rse e n la m e d id a c o n g ru e n te a su s n a tu ra ­ le z a s; lo m ism o h a y q u e d e c ir, p u e s, d e la s fo rm a s su stan ciales e n lo q u e re s ­ p e c ta a esta eficiencia, si n o les re p u g n a p o r o tra ra z ó n ; ah o ra b ie n , ab so lu ­ ta m e n te h a b la n d o , n o p u e d e d e m o s tra rse n in g u n a re p u g n a n c ia , n i p o r p a rte d e la fo rm a q u e se e d u c e , n i p o r p a rté d e la fo rm a e d ú c e n te . L o p rim e ro es m a n ifie sto , ya q u e esa fo rm a es fin ita y se h ace (p o r así d e c irlo ) d e m o d o finito, e sto es, p o r ed u c c ió n , sin m ezc la a lg u n a d e creació n . L o se g u n d o es e v id e n te , porque, esa o tr a fo rm a n o e s m e n o s p e rfe c ta , n i es d e sp ro p o rc io n a d a , p u e sto q u e es d e l m ism o o rd e n , y a q u e es u n acto d e la m a te ria m a y o r o ig u a l en p e rfe c c ió n , y

nibus ultimo loco factis in favorem opinionis Scoti, quas non parum confirmât Aristoteles, II de Gener., text. 54 et 55, ubi, reprehendens eos qui efficientiam formarum negabant, inquit: Hue accedit quod facui­ tale’., per quas res gignuntur, varie ìnstrume,ntarias cerporibus attribuunt, atque interea causant quae ad forrr.am pertmet, auferunt. Nec satis est dicere formis attribuì ef­ ficientiam quia ab illis manant qualitates, per quas solas exercent omnes actiones suas, quia, ut supra dicebamus, haec non est pro­ pria et per se efficientia, sed tantum remota et radicalis; nam actio quae immediate oritur a sola forma accidentali a sola etiam illa per se essentialiter pendet tamquam a principio proximo, ut omittam concursum causae universalis. Cuius signum est quia Si Deus conservât calorem, verbi gratia, conservari etiam potest omnis actio quae ab ilio solo proxime procedit, ut etiam auctores contrariae sententiae fatentur; ergo signum est formant substantialem non esse principium per se talis actionis; ergo si forma

nunquam potest actu influere orni facilita­ te accidentali, nunquam habet veram ac propriam efficientiam, quod Aristoteles supra reprehend«, et non parum derogai perfec­ tion! substantialis formae. Praeterea milia ostendi potest repugnantia in hoc efficiendi modo; ergo non est cur negetur; simili enim consecutione supra probavimus habere causas secundas vim efficiendi, quia ad perfectionem creaturarum et ad efficaciam creatoris spectat quod habeant virtutem se communicandi, quantum naturis earum consentaneum est; ergo idem erit dicendum de formis substantialibus, quantum ad hanc ef­ ficientiam, si aliunde eis non répugnât; non potest autem ostendi ulla repugnantia, per se loquendo, neque ex parte formae quae educitur, neque ex parte formae educentis. Primum patet, quia fila forma et est finita et fit (ut ita dicam) modo finito, id est per eductionem, sine ulla admixtione creationis. Secundum patet, quia fila forma non est minus perfetta neque est improportionata, cum sit eiusdem ordinis; est enim actus

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p o r su n a tu ra le z a e s tá o rd e n a d a y su m a m e n te in c lin a d a a g e n e ra r algo q u e le sea sem ejante. 2 4 . Se da cumplida respuesta a las razones de la segunda opinión.— Pri­ mera.— P o r ú ltim o , las ra z o n e s d e la se g u n d a o p in ió n o n o se o p o n e n a esta a c tiv id a d o n o tie n e n m u c h a fu e rz a c o n tra ella. E fe c tiv a m e n te , la p rim e ra ra z ó n p ru e b a , a lo m ás, q u e n o d e b e e x clu irse la a c tiv id a d in s tru m e n ta l d e lo s acci­ d e n te s, p e ro n o d e m u e s tra q u e sea im p o sib le o q u e n o sea n e cesaria e sta in flu en ­ cia d e la fo rm a. A sí, p u e s, c a b e e n te n d e r e n d o b le se n tid o q u e la fo rm a sus­ tan cial sea p rin c ip io p ró x im o d e alg u n a a c c ió n : u n o , d e m a n e ra ex clu siv a (p o r así d e c irlo ), esto e s, sin c o o p e ra c ió n d e o tr o p rin c ip io p ró x im o e in s tru m e n ta l. Y d e e s ta m a n e ra n o se sig u e q u e la fo rm a su sta n c ia l sea p rin c ip io p ró x im o de a lg u n a acció n p ro p ia . E sto e s lo q u e p ru e b a n , c u a n d o m ás, las ra z o n e s ad u c id a s en a q u e l a rg u m e n to . D e o tro m o d o p u e d e e n te n d e rse q u e la fo rm a su stan cial sea p rin c ip io p ró x im o , a sa b e r, q u e in flu y a in m e d ia ta m e n te p o r su su sta n c ia so b re la acción o e l efecto , p e ro n o e lla sola, sin o co m o elev a n d o o ay u d a n d o a la v irtu d in s tru m e n ta l y c o m o d e te rm in a d a p o r ella a ta l acción. Y en este se n tid o n eg am o s q u e el se r p rin c ip io p rin c ip a l p ró x im o d e re a liz a r a lg u n a ac­ ció n su p e re la p e rfe c c ió n d e la fo rm a s u s ta n c ia l; q u e e sto es c ie rto , n o sólo e n la g en e ra c ió n su sta n c ia l — d e q u e a h o ra tra ta m o s— , sin o ta m b ié n e n alg u n as o p eracio n es a ccid en tales, lo p o n d re m o s d e m a n ifie sto e n la sección sig u ie n te . T a m p o c o tie n e n v a lid ez c o n tra e sto la s ra z o n e s a p u n ta d a s e n a q u e l a rg u m e n te , ya q u e e ste m o d o d e o b ra r n o ex clu y e la fa c u lta d a c c id e n ta l o e l in s tru m e n to . 2 5 . Segunda .— Tercera.— E n c u a n to a la se g u n d a ra z ó n , y a co n sta p o r lo d ic h o q u e p ro c e d e d e u n fu n d a m e n to falso , a sa b e r, q u e la g e n e ra c ió n n o es en se n tid o p ro p io acc ió n d is tin ta d e la alte ra c ió n . P o r lo q u e h a c e a la te rc e ra , es d e p o c a im p o rta n c ia , p o rq u e , e n rig o r, p a ra la eficiencia b a sta la c o n tra rie d a d u. op o sició n p riv a tiv a , so b re to d o c u a n d o la p ro d u c c ió n n o se llev a a cab o p o r u n m o v im ie n to su cesiv o p ro p io , sino p o r u n a m u ta c ió n in s ta n tá n e a , cu al es la g e n e ra c ió n su sta n c ia l, y ad e m á s p o rq u e , a u n c u a n d o e n tre la s cu a lid a d e s se d é c o n tra rie d a d fo rm a l, en las fo rm a s sustan ciales se d a ra d ic a l (valga la e x p re s ió n );

materiae nobilior vel aeque nobilis; et na­ tura sua instituta, et maxime propensa ad generandum sibi simile. 24. Secundae sententiae rationibus satisfit.— Prima.— Denique rationes secundae sententiae vel non militant vel non admodum urgent contra hanc activitatem. Prima enim ratio ad summum probat non esse excludendam instrumentalem activitatem accidentium, non vero probat hanc iniluentiam formae esse impossibilem aut non esse necessariam. Duobus itaque modis intelligi potest formam substantialem esse proximum principium alieuius actionis: uno modo, ex­ clusive (ut ita dicam), id est absque consortio alterius principii proximi et Instrumen­ talis. E t hoc modo non sequitur substantia­ lem formam esse principium proximum ali­ euius propriae actionis. E t hoc ad summum probant rationes factae in illo argumento. Alio modo intelligi potest quod forma substantialis sit principium proximum, id est rmmediate influens per suam substantiam in actionem seu effectum, non tarnen sola, sed ut elevans seu adiuvans instrumentariam vir-

tutem, et u t determinata per illam ad talem actionem. E t hoc modo negamus excedere perfectionem formae substantialis esse pro­ ximum principium principale agendi alieuius actionis, quod non solum in generatione substantiali, de qua nunc agimus, sed edam in aliquibus operationibus accidentalibus verum esse, ostendemus sectione sequenti. Neque rationes tactae in ilio argumento contra hoc procedunt; quia hic modus efficiendi non excludit accidentalem facultatem seu instru­ mentum. 25. Secunda.— Tertia.— Secunda vero ratio ex falso fundamento procedit, ut ex dictis constat, nimirum quod generano non sit proprie actio ab alteratione distincta. Ter­ tia vero parvi est momenti, tum quia ad efficientiam in rigore sufficit contrarietas seu oppositio privativa, maxime ubi effectio non est per proprium motum successivum, sed per mutationem instantaneam, qualis est ge­ nerado substandalis ; tum edam quia, licet formalis contrarietas sit inter qualitates, ta­ rnen radicalis (ut sic dicam) est in formis

Disputación XVIII.— Sección II

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p o r ello, n o sie m p re es p rin c ip io d e acción la c u a lid a d sola, sin o q u e a veces ta m b ié n lo e s la fo rm a , esp e c ia lm e n te c u a n d o m e d ia n te la acción se h a d e in ­ tr o d u c ir n o sólo u n a c u a lid a d c o n tra ria sino ta m b ié n u n a fo rm a in c o m p a tib le c o n o tra fo rm a. F in a lm e n te , a u n q u e la acción c o rru p tiv a n o te n g a lu g a r sin o e n ­ tr e c o n tra rio s, n o o b s ta n te las cu alid ad es m ism as n o se lim ita n a p ro d u c ir c u a ­ lid a d e s fo rm a lm e n te c o n tra ria s, a n te s b ie n p ro d u c e n a sim ism o fo rm a s, e n las q u e se e n c u e n tra la ra íz d e la c o n tra rie d a d y re p u g n a n c ia . E llo in d ic a , p o r ta n to , q u e a u n q u e la acció n com ien ce en la c o n tra rie d a d p ro p ia , n o se d e tie n e e n ella, sin o q u e se p ro lo n g a h a s ta s u ra íz ; ¿ p o r q u é so rp re n d e rse , e n to n c e s, d e q u e ta m b ié n la m ism a fo rm a p u e d a ser, e n s u o rd e n , p rin c ip io d e ta l eficiencia, al m e n o s en c u a n to lleg a h a s ta la fo rm a su sta n c ia l y a la ra íz d e la c o n tra rie d a d ? P o r lo q u e re sp e c ta a las e x p erien cias ad u c id a s e n ú ltim o lu g a r, n o v a n e n c o n ­ tr a d e esta co n clu sió n , q u e sólo se h a e sta b le c id o e n v ir tu d d e u n a h ip ó te sis, a sa b e r, q u e la fo rm a e sté su ficien tem en te p re s e n te ; q u é d e b a decirse d e tales e x ­ p e rie n c ia s q u e d a rá c la ro p o r las afirm aciones sig u ien tes. 26. Se muestra que la primera conclusión no es opuesta a la segunda .— U n ic a m e n te p u e d e e sg rim irse c o n tra e sta s dos co n clu sio n es la o b jeció n d e E s ­ c o to ; p a re c e , en efecto , q u e la se g u n d a e stá e n c o n tra d ic c ió n con la p rim e ra , y a q u e si la fo rm a su sta n c ia l in flu y e p ró x im a m e n te p o r sí m ism a e n la p ro d u c ­ c ió n d e u n a fo rm a sem e ja n te , re s u lta su p e rfin a la a c tiv id a d in m e d ia ta d e los a c c id e n te s; p u e s si e l c a lo r b a sta p o r sí solo, e n c u a n to p rin c ip io p ró x im o , p a ra p ro d u c ir u n calor se m e ja n te , ¿ p o r q u é n o h a d e b a s ta r la sola fo rm a d e fu e g o p a ra e d u c ir u n a fo rm a sem e ja n te , si y a su p o n e m o s q u e p u e d e in flu ir in m e d ia ta ­ m e n te e n ella? Y si a q u e lla fo rm a es su ficien te, so b ra el o tro p rin c ip io . S e re s p o n d e , en p rim e r lu g a r, q u e fu e p re c iso q u e lo s a ccid en tes tu v ie ra n u n a a c tiv id a d in s tru m e n ta l, p u e s — com o d ire m o s e n se g u id a — n o sólo h a n sido d a d o s p a ra o b ra r en p re s e n c ia d e la fo rm a , sin o ta m b ié n e n su au sen cia, y a q u e e sto e s, c o n fre c u e n c ia , n e c e sa rio p a ra las g e n e ra c io n e s n a tu ra le s . E n se g u n d o té rm in o , d e a q u í d e d u c im o s q u e la v ir tu d p ro p ia q u e d isp o n e y p re p a ra la m a te ria y la v ir tu d in s tru m e n ta l q u e e d u c e la fo rm a , c u a n d o ésta es e d u c ib le , se e n c u e n tra n re a lm e n te u n id a s ; p o r eso , a u n q u e co n c e d ié ra m o s q u e , p o r p a rte

substantialibus; et ideo non semper qualitas sola est principium actionis, sed interdum etiam forma, maxime quando per ac­ tionem non solum qualitas contraria, sed etiam forma repugnans alteri formae introducenda est. Dcnique, licet actio corruptiva non sit nisi inter contraria, nihilominus qualitates ipsae non solum efficiunt qualitates formaliter contrarias, sed etiam formas, in quibus est radix contrarietatis et repugnantiae. Signum ergo est quod, licet actio incipiat a propria contrarietate, non tamen in ea sistit, sed extenditur usque ad radicem eius; quid ergo mirum quod ipsa etiam for­ ma possit in suo genere esse principium talis efficientiae, saltern prout attingit substantialem formam et radicem contrarietatis? Experientiae vero, quae ultimo loco afferebantur, non procedunt contra hanc conclusionem, quae solum ex hypothesi posita est, scilicet si forma sufficienter adsit; quid vero de illis dicendum sit, constabit ex assertionibus sequentibus.

26. Primam condusionem secundae non obstare ostenditur.— Solum potest contra has duas conclusiones afferri obiectio Sco­ ti; nam videtur haec secunda priori repug­ nare, quia si forma substantialis per seipsam proxime influii ad efficiendam similem for­ mam, superflua est immediata activitas accidentium; si enim calor se solo sufficit in ratione principii proximi ad efficiendum si­ milem calorem, cur forma ignis sola non sufficiet ad educendam similem formam, cum iam supponamus posse immediate influere in illam? Quod si illa sufficit, super vacaneum est aliud principium. Respondetur primum necessarium fuisse u t accidentia habeant instrumentariam activitatem, quia, ut statini dicemus, no solum data sunt ad agendum in praesentia formae, sed etiam in absentia illius; nam hoc saepe necessarium est ad naturales generationes. Deinde hinc elicimus virtutem propriam disponendi et praeparandi materiato et virtutem instrumen­ tariam educendi formam, quando illa edu-

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Disputaciones metafísicas

d e Ja fo rm a — c u a n d o se h a lla su fic ie n te m e n te p re s e n te — n o es n ecesario d e m a n e ra a b so lu ta o tro p o d e r activ o , sin e m b a rg o , p o rq u e ese p o d e r e s, p o r o tra ra z ó n , e sen cialm en te n e c e sa rio y c o n n a tu ra l, p o r e so ta m b ié n en to n c e s c o n c u rre y c o n trib u y e m u c h o a la acción. P o r ú ltim o , p u e d e a ñ a d irse q u e q u iz á ta m b ié n e n to n c e s fu e ra n ecesario a q u e l p o d e r, ya q u e la fo rm a su sta n c ia l n u n c a es, p o r sí sola, p rin c ip io su ficien te d e acción p o r el h e c h o d e ser, d e suyo, in d ife re n te y com o u n p rin c ip io g e n e ra l d e acción, y p o rq u e , así com o la fo rm a su stan cial ex ig e p o r p a rte d e la m a te ria disp o sicio n es a ccid en tales, a u n c u a n d o la fo rm a a c c id e n ta l n o la s re q u ie ra , ig u a lm e n te rec la m a p o r p a rte d e l p rin c ip io la u n ió n d e u n in s tru m e n to a c c id e n ta l p a ra ser e d u c id a d e la p o te n c ia d e la m a te ria .

Tercera afirmación 27. E n te rc e r lu g a r a firm o : e n o rd e n a l a e d u c c ió n d e la fo rm a su stan cial, los a c c id e n te s n o son h a s ta ta l p u n to in s tru m e n to s u n id o s a la su sta n c ia q u e n o p u e d a n e jercer to d a su a c tiv id a d so b re la su sta n c ia , a u n c u a n d o e sté n sep arad o s o d is ta n te s d e la fo rm a su sta n c ia l. E s ta es la se n te n c ia clara d e S a n to T o m á s, q u e sig u e n to d o s lo s a u to re s c itad o s a rrib a , ta n to e n la se g u n d a o p in ió n d el p rim e r p u n to com o e n el p u n to seg u n d o . Y la d e m u e s tra n las e x p e rie n c ia s n a tu ra le s a n te s ad u c id a s y la q u e , su p u e s to el m iste rio d e la E u c a ristía , se basa e n la a c c ió n d e las especies d e l v in o . L a ra z ó n a priori co n siste e n q u e en estos ac ­ c id e n te s, c u a lq u ie ra q u e sea el- p ro c e d im ie n to p o r el q u e su e n tid a d se co n serv a se p a ra d a d e su p ro p ia fo rm a su sta n c ia l, se m a n tie n e to d a la v ir tu d a ctiv a q u e les es c o n n a tu ra l, y a q u e é sta n o se d is tin g u e re a lm e n te de su e n tid a d ; p o r co n si­ g u ie n te , si se a p lic a n d e m a n e ra co n v e n ie n te a u n su jeto p a siv o , e je rc e rá n so b re él u n a acc ió n c o n n a tu ra l, p o r la q u e d is p o n e n su m a te ria e n o rd e n a la fo rm a q u e le es p ro p o rc io n a d a ; p e ro c o n esta acció n — si lleg a a l té rm in o re q u e rid o — se e n c u e n tra re a lm e n te u n id a u n a acción in s tru m e n ta l p o r la q u e se ed u ce la fo r­ m a su stan cial, y a q u e é sta n o p u e d e se p a ra rse n a tu ra lm e n te d e la ú ltim a d isp o ­ sic ió n ; lu e g o tales a c c id e n te s p u e d e n re a liz a r ta m b ié n e sta acció n , a u n q u e e sté n

tiam exercere, etiamsi a substantiali forma disiuncta seu distantia sint. Haec est clara D. Thomae sententia, quam sequuntur omnes auctores supra citati, tam in secunda sententia priòris puncti, quam in puncto secundo. Eamque probant naturales experientiae supra adductae, et illa quae, supposito Eucharistiae mysterio, sumitur ex actione specierum vini. Ratio autem a priori est quia in his accidentibus, quacumque ratione eorum entitas conservetur distincta a propria substantiali forma, manet tota virtus agendi eis connaturalis, quia haec in re non distinguitur ab eorum entitate; ergo si conve­ nienti modo applicentur alicui passo, habebunt circa illud connaturalem actionem qua disponunt materiam eius ad formam ipsi proportionatam; sed cum hac actione, si ad terminum requisitum perveniat, ex natura Tenia assertio rei coniuncta est actio instrumentaria qua 27. Dico tertio: accidentia non ita sunt educitur substantialis forma, quia haec non instrumenta coniuncta substantiae ad for- potest naturaliter separati ab ultima dispo­ sinone; ergo hanc etiam actionem possunt mam substantialem educendam, quin pos­ simi totam suam activitatem circa substan- habere huiusmodi accidentia, etiamsi a pro-

cibilis est, ex natura rei esse coniunctas, et ideo, qu'amvis daremus ex parte formae, quando iUa sufficienter adest, non esse ab­ solute necessariam aliam vim activam, tamen quia haec alias est per se necessaria et connaturalis, ideo tune edam concurrit et multum iuvat ad actionem. Tandem addi potest fonasse etiam tunc esse necessarian! íilam virtutem, quia forma substantialis per se sola nunquam est sufficiens principium actionis, eo quod ex se sit indifferens et quasi generale principium actionis, et quia, sicut forma substantialis ex parte materiae requirit dispositiones accidentales, li­ cet forma accidental illas non requirat, ita ex parte principii requirit consortium ac­ cidentate instrumenti ut de potentia materiae educatur.

Disputación X V III.— Sección II

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d is ta n te s d e la p ro p ia fo rm a , con ta l d e q u e te n g a n to d a la p e rfe c c ió n in trín se c a o la in te n sid a d n e c e sa ria p a ra o b ra r y p a ra d is p o n e r su ficien tem en te la m a te ria .

Cuarta afirmación 28. A firm o e n c u a rto lu g a r : c u a n d o los a c c id e n te s sep arad o s d e s u , fo rm a p ro d u c e n la fo rm a su sta n c ia l d e ta l m o d o q u e n o p u e d e n ser a y u d a d o s p o r la p ro p ia fo rm a , es n ecesario q u e el in flu jo d e ésta, q u e fa lta e n ta l caso, sea su ­ p lid o p o r el co n cu rso d e alg u n a cau sa su p e rio r, y e sta causa n o p u e d e ser u n a in te lig e n c ia c read a, sino q u e d eb e ser a lg u n a cau sa c o rp ó re a , com o el sol u o tra se m e ja n te ; o, si é sta ta m b ié n falta o re s u lta in su fic ie n te , to d o a q u e l d e fe c to h a d e se r su p lid o p o r el c o n c u rso d e la cau sa p rim e ra . E sta co n clu sió n , e n c u a n to a s u p rim e ra p a rte , se sigue d e las a n te rio re s e n -virtud d e u n a ila c ió n n e c e ­ sa ria ; efectiv a m e n te , la fo rm a a c c id e n ta l sola y sin au x ilio d e la fo rm a s u s ta n ­ cial n o es, e n ra z ó n d e cau sa p ró x im a , p rin c ip io su ficien te d e la fo rm a s u s ta n ­ cial, seg ú n se d e m o s tró e n la se g u n d a a firm a c ió n ; p o r ta n to , c u a n d o le fa lta el in flu jo d e la fo rm a su stan cial n o p u e d e co n su m a r el e fecto d e l a g e n te p rin c ip a l si d ic h o influjo n o es su p lid o p o r o tra p a rte , y a q u e n u n c a se p u e d e re a liz a r u n e fecto sin causa suficiente. M a s su ced e c o n fre c u e n c ia q u e los accid e n te s, sin in flu jo d e su fo rm a p ro p ia , lleg an c o n su acción h a sta u n efecto s u s ta n c ia l; en ese caso, p u e s, d ic h o in flu jo será su p lid o p o r e l c o n c u rs o d e a lg u n a ca u sa su ­ p e rio r, y a q u e n o h a y o tro p rin c ip io al q u e p u e d a re fe rirse ta l acció n , p u e s to q u e la cau sa in fe rio r n o b a sta , p o r la m ism a ra z ó n ta n ta s veces re p e tid a , y n o h a y n in g u n a ig ú a l q u e in te rv e n g a . A d e m á s, la p re s e n te afirm ación se e x p lic ita p o r c ie rta o p in ió n c o m ú n de to d o s ios filósofos; p o rq u e to d o s ju z g a n q u e a lg u n o s efecto s su stan ciales h a n d e a tr i­ b u irs e a u n a ca u sa su p e rio r o cele ste co m o cau sa p rin c ip a l p ró x im a , p o r ra z ó n d e q u e falta u n a cau sa p a rtic u la r o u n ív o c a ; así, d ic e n q u e lo s an im ales q u e se g e n e ra n p o r p u tre fa c c ió n son p ro d u c id o s p o r v ir tu d c e le ste ; ig u a l o c u rre con los m in e ra le s; y h a y m u c h o s q u e p ie n s a n lo m ism o acerca d e la fo rm a d e ca­ d á v e r. A h o ra b ie n , si lo s a ccid en tes solos b a sta se n p a ra p ro d u c ir u n a fo rm a su s­ ta n c ia l sin a y u d a d e u n a cau sa su p e rio r, n u n c a se ría n ecesario re c u rrir, e n tales

pria forma distent, dummodo habeant totam summare effectum principalis agentis nisi in­ intrinsecam perfectionem vel intensionem ne- fluxus ille aliunde suppleatur, quia nunquam cessariam ad agendum et ad sufficienter dis- potest fieri effectus sine suffidenti causa. ponedam materiam. Contingit autem saepe accidentia sine influxu propriae formae pertingere actione sua Quarta assertio usque ad substantialem effectum; ergo tunc 28. Dico quarto: quando accidentia a suppletur ille influxus per concursum ali­ sua forma disiuncta ita efficiunt substantiacuius causae superioris, quia non est aliud lem formam ut non possint a propria forma iuvari, necesse est ut influxus propriae for- principium in quod talis actio referri possit, quia inferior causa non sufficit, propter eammae, qui ibi deest, per concursum alicuius dem rationem saepe repetitam, et aequalis superioris causae suppleatur, quae causa es­ nulla intervenit. Dedaratur deinde haec as­ se non potest aliqua intelligentia creata, sed esse debet aliqua causa corporea, ut sol vel sertio ex quadam communi sententia om­ alia similis; vel, si baec etiam desit aut in- nium philosophorum ; omnes enim sentiunt aliquos effectus substantiates tribuendos esse suffidens inveniatur, per concursum primae aliati causae superiori vel cadesti u t pro­ causae totus ille defectus supplendus est. Haec conclusio, quoad priorem partem, ne­ ximae causae principali, ob defectum causae cessaria consecutione sequitur ex praeceden- particularis seu univocae; sic aiunt animalia quae ex putrefactione generantur, fieri virtibus; nam forma acddentalis sola et destitute cadesti; item de mineralibus; et de tuta ope formae substandalis non est sufficiens principium in ratione causae proximae forma cadaveris idem multi sentiunt. At vero si sola acddentia sufficerent ad effidendam substandalis formae, ut in secunda asser­ zione probatum est; ergo quando deest illi f o r m a m substantialem sine iuvamine supe­ rioris causae, nunquam oporteret recurrere influxus formae substandalis non potest con-

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efe c to s, a u n a ca u sa s u p e rio r, sino q u e siem p re d e b e ría d ecirse q u e c ad a cosa es p ro d u c id a p o r s u sem ejan te, sea fo rm a lm e n te , sea p o r la v ir tu d q u e p o se e n sus accid e n te s, sin q u e el cielo u o tra ca u sa u n iv e rsa l tu v ie se n u n in flu jo d is ­ tin to d e l q u e tie n e n en las d e m á s causas. P o r e je m p lo : si fu e se c ie rto q u e en el h ie rro c a n d e n te n o h a y n in g ú n fu e g o fo rm al, sin o ú n ic a m e n te u n calo r in te n ­ so, su ficien te p a ra d is p o n e r la m a te ria d e la esto p a e n o rd e n a la fo rm a su sta n ­ cial d e fu eg o , en to n ce s, a u n q u e ta l h ie rro g e n e ra se fu e g o , n i e l cielo n i D ios c o n c u rriría n c o n m a y o r c o n c u rso q u e si el fu eg o g e n e ra se fu e g o y , co n sig u ie n ­ te m e n te , a q u ella g e n e ra c ió n d e l fu e g o n o se a trib u iría a la ca u sa u n iv e rsa l e n m a y o r g ra d o q u e si el fu e g o e n g e n d ra s e ; lu eg o , p o r p a rid a d d e ra z ó n , c u a n d o se e n g e n d ra o ro e n las e n tra ñ a s d e la tie rra , el sol n o c o n c u rre c o n u n influjo especial a la p ro d u c c ió n d e la fo rm a su sta n c ia l d e o ro , sino q u e los a ccid en tes q u e d isp o n e n su ficien tem en te la m a te ria p a ra la fo rm a d e o ro (p u e s esto e s siem ­ p re n e c e sa rio e n la ed u cció n d e c u a lq u ie r fo rm a ), e n v ir tu d d e la fo rm a d e o ro in tro d u c irá n u n a fo rm a se m e ja n te ; p o r ta n to , e l o ro n o es g e n e ra d o p o r e l cielo, sin o p o r e l o ro , y e l cad áv er p o r el c a d á v e r, y así e n to d o s los d e m á s ca so s; p e ro e sto es ajen o al p e n sa m ie n to d e to d o s los filósofos, los cu ale s d ic e n q u e en tales aco n te c im ie n to s la ca u sa u n iv e rsa l su p le el d e fe c to d e la p a rtic u la r; lu e g o lo m ism o d e b e d ecirse sie m p re q u e in te rv e n g a u n d e fe c to sem ejan te. E sto se e x p lic a rá m ejo r a ú n d is c u rrie n d o so b re a lg u n o s efecto s é n p a rtic u la r. 29. Diferentes modos según los cuales los accidentes pueden estar separados de sus sustancias connaturales o principales.— P o rq u e so n varios lo s m o d o s p o ­ sibles d e q u e lo s a ccid en tes se e n c u e n tre n sep arad o s d e su fo rm a su stan cial. P r i ­ m e r o : los v ín cu lo s d iv in o s se c o n se rv a n fu e ra d e to d a su sta n c ia , co m o o c u rre e n el m iste rio de la E u c a ristía . E n ese caso, lo s a c c id e n te s sep arad o s — las esp e ­ cies d e v in o , p o r ejem p lo — ■, p o r su p ro p ia v ir tu d y c o n el c o n c u rso g e n e ra l de D io s, d is p o n e n u n a g o ta d e ag u a, v. g r., m e z c la d a c o n ellos p a ra c o n v e rtirla e n v in o ; m a s c u a n d o lleg an al in s ta n te d e la tra n s m u ta c ió n su stan cial, esos m ism o s a c c id e n te s p o n e n e n ju e g o to d a la eficacia in s tru m e n ta l q u e p o r su n a tu ra le z a p u e d e n e m p le a r p a ra e d u c ir la fo rm a ; sin e m b a rg o , com o fa lta el influjo d e la

in his effectibus ad causam superiorem, sed dicendum semper esset unumquodque fieri a suo simili, vel formaliter vel virtute exis­ tente in suis accidentibus, absque alio influxu caeli vel alterius causae universalis, prae­ ter eum quem habet cum caeteris causis. Ut, verbi grada, si vertun esset in ferro can­ dente nullum esse formalem ignem, sed so­ lum intensum calorem, sufficientem ad disponendam materiam stupae ad formam substantialem ignis, tunc, licet tale ferrum generaret ignem, nec caelum nec Deus concurreret maiori concursu quam si ignis ge­ neraret ignem, et consequenter illa generano ignis non magis tribueretur causae universali quam si ignis generaret; ergo, pari ratione, quando aurum generatur in visceribus ter­ rae, non concurrit ibi sol speciali aliquo influxu ad formam substantialem auri, sed accidentia quae disponunt sufficienter ma­ teriam ad formam auri (haec enim semper sunt necessaria in eductione cuiuscumque forame) in virtute forarne auri inducent similem formam; ergo non generatur aurum a caelo, sed ab auro, et cadaver a cadavere,

et sic de omnibus aliis; hoc autem alienum est a sensu philosophorum omnium, dicentium in illis eventibus causam universalem supplere defectum particularis; ergo idem dicendum est quoties similis defectus intervenit. Atque hoc magis declarabitur discurrendo per nonnullos effectus in particulari. 29. Varii modi quibus accidentia possum esse a connaturalibus substantiis seu principalibus separata.— Variis enim modis contingere potest accidentia esse separata a sua forma substantiali. Primo modo, quia divina vincula extra omnem substantiam conservantur, ut in mysterio Eucharistiae contingit. Et tunc accidentia separata, verbi gra­ tia, species vini, propria quidem virtute et generali concursu Dei disponunt guttam aquae, verbi gratia, eis admixtam, ut earn in vinum convertant; cum tamen perveniunt ad instans substantialis transmutationis, adhibent quidem eadem accidentia totam instrumentariam efficientiam quam ex natura sua possunt adhibere ad eductionem formae; tamen quia deest influxus substantialis formae, necesse est ut, praeter concursum

Disputación X V III.— Sección II

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fo rm a su stan cial, es p re c iso q u e , ad em ás d e l co n cu rso g e n e ra l, D io s d e sp lie g u e u n a eficacia m ayor p a r a su p lir c o n ella el in flu jo d e d ic h a fo rm a . D e este p u n to h e tra ta d o e n el IÚ to m o d e la I I I p a rte , d isp . L V II, sec. 1, d o n d e c ité lo s a u to re s q u e así filosofan y , a p e sa r d e ello, d a n a la in d ic a d a acción la d e n o m i­ n a c ió n d e n a tu ra l, p o rq u e to d o aq u e l c o n c u rs o es d e b id o , u n a vez .supuesto el p rim e r m ila g ro ; p e ro e n to d o s los d em ás casos la acció n se lleva a cabo p o r u n a v ir tu d y u n m o d o n a tu ra l. 3 0 . S i el hierro candente se hace verdaderamente fuego en alguna de sus partes.— O tro m o d o se g ú n e l c u a l sucede q u e el a c c id e n te esté sep arad o d e su p ro p ia fo rm a su sta n c ia l es p o rq u e se e n c u e n tra en u n su jeto e x tra ñ o , com o se h a lla el c alo r in te n so e n el a g u a o e n el h ie rro , O' co m o la lu z en el a ire ; p u e s lla m a m o s su jeto e x tra ñ o n o sólo al q u e e s in c o m p a tib le , sino ta m b ié n al q u e , e n v ir tu d d e su fo rm a , n o p o see ta l a c c id e n te a n o se r q u e lo re c ib a d e u n a g e n te ex trín sec o . P e ro el ac c id e n te q u e d e e sta m a n e ra ex iste e n u n su jeto ex ­ tra ñ o , si es d e la m ism a esp ecie q u e las disp o sicio n es re q u e rid a s p a ra in tro d u c ir la fo rm a , ra ra s veces es cap az d e re a liz a r u n a d isp o sic ió n su ficien te e n o rd e n a la fo rm a q u e le es c o n n a tu ra l; p o r ello, o h a d e te n e r u n id a u n a fo rm a e n c a lid a d d e p rin c ip io activ o , o la g e n eració n se seg u irá, d e m a n e ra to ta lm e n te ac ­ c id e n ta l, d e la d isp o sic ió n d e la m a te ria , e n cuyo caso será m á s n e cesaria la v ir tu d d e u n a causa su p e rio r. L a ra z ó n e strib a en q u e , p o r ejem p lo , el calor se p a ra d o d e l fu eg o o d e l an im a l, h a b la n d o e n a b so lu to , n o b a sta p a ra d is p o n e r su fic ie n te m e n te la m a te ria p a ra la fo rm a ' d e fu e g o , y a q u e , esta n d o e n tm su je to e x tra ñ o , n u n c a tie n e la in te n sid a d n e c e sa ria p a ra la fo rm a d e fu e g o ; n i es ta m ­ p o c o su ficien te p a ra e n g e n d ra r la carn e o p a ra in tro d u c ir el alm a, p o rq u e e n u n su je to e x tra ñ o n o e stá a te m p e ra d o d e la m a n e ra q u e ex ig e la d isp o sic ió n d e l alm a. Y e sta ra z ó n es, p o r lo g en eral, v á lid a p a ra c u a lq u ie r a c c id e n te sem e ja n te , p u e s, h a llá n d o se e n u n su jeto e x tra ñ o , o n o alcanza el g ra d o e x ig id o p o r la o tr a fo rm a o n o tie n e u n id a s o tras cu alid ad es q u e se re q u ie re n p a ra la d isp o sició n p ro p o rc io n a d a d e ta l f o r m a ; p o r lo m ism o , h a b la n d o d e m a n e ra ab so lu ta , n o p u e d e d is p o n e r su fic ie n te m e n te p a ra d ic h a fo rm a y, en co n secu en cia, ta m p o c o p u e d e in tro d u c irla in s tru m e n ta lm e n te en la m a te ria p rim a . P o r eso, e n e l c o n o -

generalem, Déus adhibeat maiorem efficaciam, qua suppleat influxum illius formae. D e qua re dbá I I I tomo II I partís, disp. LV II, sect. 1, ubi auctores retuli qui ita philosophantur, et nihilominus vocant fllam actionem naturalem, quia totus ille ccncursus debitus est, supposito priori miraculo; in reliquis autem ómnibus actio fit virtute et modo naturali. 30, Ferrum candens an vere ignitum in aliqua parte.— Alio modo contingit accidens esse separatum a propria forma substantiali, quia est in extraneo subiecto, sicut est intensus calor in aqua aut ferro, vel sic­ u t est lumen in aere; vocamus enim subiectum extraneum non solum quod est repugnans, sed etiam quod ex vi suae formae non habet tale accidens, nisi illud ab extrinseco agente recipiat. Accidens autem sic existens in extraneo subiecto, si sit eiusdem speciei cum dispositionibus requisitis ad formam introducendam, raro est potens ad efficiendam sufficientem dispositionem ad for-

mam illi connaturalem ; unde vel habere de­ bet coniunctam formam in ratione prmcipii activi, vel omnino per accidens sequetur ge­ nerano ex materiae dispositions, et tunc ne­ cessaria magis erit virtus causae superioris. Et ratio est quia calor, verbi gratia, sepa­ rates ab igne vel ab animali, per se loquendo, non sufficit ad disponendam materiam sufficienter ad formam ignis, quia, existens in extraneo subiecto, nunquam habet intensionem necessariam ad formam ignis; neque etiam sufficit ad generandam carnem vel in­ troducendam animam, quia in extraneo sub­ iecto non est ita temperatus sicut disposino animae requirit. Quae ratio generaliter procedit de quocumque simili accidente, nam in extraneo subiecto .ve! non pertingit ad gradum quem alia forma requirit vel non habet coniunctas alias qualitates requisitas ad temperamentum talis formae; et ideo, per se loquendo, non potest sufficienter dis­ ponete ad illam formam, et consequenter nec illam instrumentaliter in materiam pri-

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cido ejem p lo d e l h ie rro c a n d e n te , el calor q u e in h ie re v e rd a d , p a ra e n g e n d ra r fu e g o , p e ro tie n e u n id o a lg ú n p e n e tra d o ín tim a m e n te e n lo s p o ro s d el h ie rro y q u e p a rte , el calor d e l h ie rro a y u d a a la v e lo cid ad y a la

e n el h ie rro n o b a sta , e n fu e g o v e rd a d e ro q u e h a e n g e n d ra fu e g o ; p o r su v eh e m e n c ia d e la acción.

S u c e d e ta m b ié n a veces, p o r d isp o sició n d e l p a c ie n te , q u e , si b ie n el ag en te p ró x im o n o in tro d u c e sino c a lo r e n u n d e te rm in a d o g ra d o , accid e n ta lm e n te re ­ su lta u n a d isp o sició n en o rd e n a u n a fo rm a m u y d ife re n te ; así, si u n a m ateria h ú m e d a es ca le n ta d a p o r el fu e g o , fácilm en te re s u lta u n a m e zc la d e cálido y h ú ­ m e d o y u n a fo rm a d e m ix to q u e re q u ie re ta l d isp o sició n . D e este m o d o se ge­ n e ra n m u c h o s m ix to s, so b re to d o im p e rfe c to s; y q u iz á ta m b ié n se p ro d u c e n fre c u e n te m e n te m in erales d e e sa m a n e ra . P u e s a veces es p ro b a b le q u e se h a g a n d e m o d o esencial, m e d ia n te u n a acción q u e les e s sem e ja n te , co m o p o r c reci­ m ie n to y a u m e n to , n o c ie rta m e n te v ita l, sino p o r y u x ta p o sic ió n . P a re c e , asim is­ m o , q u e los an im ales q u e se g e n e ra n p o r p u tre fa c c ió n o p o r la llu v ia q u e cae en tie r r a cálida se h acen a c c id e n ta lm e n te d e este m o d o . Y en sem ejan tes g e n e ­ ra c io n e s accid en tales n o es d ifíc il d e c re e r q u e se re q u ie ra la v ir tu d d e u n agente su p e rio r q u e in tro d u z c a tales fo rm a s ; p o rq u e e l a g e n te p ró x im o n o sólo n o tie n e u n a fo rm a sustancial, se m e ja n te o ig u a l, sin o q u e n i siq u ie ra po see u n a c u a lid a d o c o n stitu c ió n q u e b a ste p o r sí m ism a p a ra d is p o n e r y p re p a ra r la m a ­ te ria n i, p o r ¿ n d e , p a ra u n a acc ió n in s tru m e n ta l su ficien te. A h o ra b ie n , co m o h e d ic h o re p e tid a s v eces, las d isp o sicio n es q u e se re c ib e n e n el p a c ie n te n o c o n cu ­ r r e n activ a m e n te , n i siq u ie ra d e m o d o in s tru m e n ta l, a la in tro d u c c ió n d e su fo rm a , p u e sto q u e , o en a q u e l in s ta n te y a n o e x iste n ellas, sino o tra s re su lta n te s d e ¡a fo rm a , o, si son las m ism a s, n o tie n e n allí n in g u n a acción p ro p ia , p o r lo c u a l tam p o co p u e d e n te n e rla in s tru m e n ta l; lu e g o e n to d a s estas g en eraciones, q u e se realiz a n com o a c c id e n ta lm e n te , se exige con ju s to títu lo alg u n a cau sa su p e rio r q u e in tro d u z c a la fo rm a . Y casi la m ism a ra z ó n vale p a ra la in tro d u c ­ c ió n d e la fo rm a cadav érica, q u e se p ro d u c e d e m a n e ra c u asi accid e n ta l a fin d e q u e la m a te ria n o p e rm a n e z c a sin fo rm a , y se llev a a cabo n o ta n to c o n a rre ­ glo a la acción d e l ag e n te q u e , p o r ejem p lo , h a c e m o rir al a n im al — acción q u e , e n m u c h a s ocasiones, n o p a sa d e se r u n a d iv isió n d e l co n tin u o — c u a n to con

mam introducete. Unde, in exemplo ilio vulgari de ferro ignito, calor qui inhaeret ferro revera non sufficit ad generandum ignem, habet tamen coniunctum aliquem verum ig­ nem intime illapsum in poris ferri, a quo generatur ignis; calor vero ferri iuvat ad velocitatem et vehementiam actionis. Accidit etiam interdum ex dispositione passi ut, licet proximum agens non introducat nisi calorem in aliquo gradu, per accidens resultet disposino ad formam valde diversam, u t si materia sit humida et ab igne calefiat, fa­ cile resultat temperamentum calidi et humidi et forma aliqua mixti requirens illam dispositionem. Et hoc modo generantur plurima mixta, praesertim imperfetta; fonasse edam mineralia saepe fiunt hoc modo. Aliquando enim probabile est fieri per se, per actionem sui similis, quasi per accretionem et augmentum, non quidem vitale, sed per iuxtapositionem. Ammalia item, quae ex putrefactione aut ex pluvia cadente in terram calidam generantur, hoc modo per accidens fieri videntur. E t in huiusmodi generationi-

bus per accidens non est creditu difficile requiri virtutem superioris agentis, a quo tales formae introducantur ; quia proximum agens non solum non habet substantialem formam similem vel aequalem, verum etiam neque qualitatem aut temperamentum per se sufficiens ad disponendam ac praeparandam materiam, et consequenter neque ad instrumentariam actionem sufficientem. Dispositiones autem quae recipiuntur in passo, ut saepe dixi, non concurrunt attive, etiam instrumentaliter, ad introducendam suam for­ mam, quia vel iam in ilio instanti non sunt, sed aliae resultantes ex forma, vel, si sunt eaedem, non habent ibi ullam actionem propriam, et ideo neque instrumentariam habere possunt; ergo in his omnibus generationibus, quae veluti per accidens fiunt, merito exigitur superior aliqua causa quae formam introducat. Et eadem fere ratio est de introductione formae cadaveris, quae quasi per accidens fit ne materia maneat sine forma, et non tam fit iuxta actionem agentis interficientis animai, verbi gratia, quae saepe tan-

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a rre g lo a la d isp o sició n m a te ria l q u e se co n serv a o h a b ía ex istid o p re v ia m e n te e n el p a c ie n te . L o m ism o su ced e c u a n d o , p o r u n m o v im ie n to v io len to d e coli­ sió n o p e rc u s ió n d e c u e rp o s, se en c ie n d e fu e g o m e d ia n te u n fu e rte calor q u e a q u e l m o v im e n to ca u sa e n a lg u n a p a rtíc u la d e la m a te ria , b ie n d is p u e sta e n o rd e n a él. Y , p o r ú ltim o , la m ism a ra z ó n ex p lica to d a s la s g en eracio n es q u e se p ro d u c e n d e m a n e ra a ccid en tal. 3 1. E n cam b io , si el ac c id e n te q u e e x iste en u n su je to e x tra ñ o n o tie n e n a tu ra le z a ig u al, sino su p e rio r c o n re s p e c to a las d isp o sicio n es q u e p re p a ra n la m a te ria in fe rio r p a ra la fo rm a d e la cosa q u e se h a d e g e n e ra r, p u e d e o c u rr ir q u e m e d ia n te d ic h o a c c id e n te se lleve a c ab o la g e n e ra c ió n d e a lg u n a su stan cia in fe rio r, n o sólo a c c id e n ta lm e n te m e rc e d a las disp o sicio n es d e la m a te ria , sin o ta m b ié n esen c ia lm e n te p o r in te n c ió n d e u n ag e n te s u p e rio r. Y esto su ced e c u a n ­ d o el ag e n te p rin c ip a l, p o r e n c o n tra rse lo ca lm e n te d is ta n te , d ifu n d e a tra v é s d e l m e d io , c o n m e d ia c ió n d e su p u e sto (com o suele llam arse) a lg u n a v ir tu d p a ra u n irs e p o r ella al p a c ie n te c o n in m e d ia c ió n d e v irtu d , d e ig u a l m o d o q u e e l cielo o b ra s o b re estas cosas in fe rio re s m e d ia n te la lu z u o tra s in flu en cias, q u e son c u a lid a d e s d e o rd e n y n a tu ra le z a su p e rio r a las c u a lid a d e s elem en tales q u e d is ­ p o n e n p ró x im a m e n te la m a te ria . Y d e e sta clase d e acció n p u e d e afirm a rse q u e , a u n c u a n d o el a g e n te p rin c ip a l p a re z c a d is ta r lo c a lm e n te , n o p o r ello cesa en su in flu jo actu a l, y a q u e se e n c u e n tra d e n tro d e su e sfe ra d e a c tiv id a d y , m e ­ d ia n te la v irtu d q u e h a d ifu n d id o , se p o n e e n co n ta c to c o n el p a c ie n te . E n este s e n tid o p o d ría e n te n d e rse q u e la acció n n o p ro c e d e d e l a c c id e n te solo com o d e u n in s tru m e n to se p a ra d o p o r co m p le to , sino co m o d e u n in s tru m e n to q u e , e n la ra z ó n d e cau sar, e stá u n id o a su a g e n te p rin c ip a l. M a s e sto d e p e n d e d e urna d ific u lta d , q u e se h a d e tr a ta r m á s ab ajo , acerca d e la p ro x im id a d n e cesaria e n tre el a g e n te y el p a c ie n te , p o r lo cu al lo ap lazam os h a s ta a q u e l lu g a r. 32. P o r ú ltim o , es p o sib le q u e u n a c c id e n te , a u n sin e n c o n tra rse e n u n su ­ je to e x tra ñ o , esté se p a ra d o d e su g e n e ra n te p rin c ip a l p o rq u e ta n to el a ccid en te m is m o co m o su su je to h a sid o se p a ra d o d e l g e n e ra n te y c o n stitu id o p a ra d e s ­ e m p e ñ a r la fu n c ió n d e é ste a l o b ra r. E sto su cede, so b re to d o , e n la g en e ra c ió n d e an im ales m e d ia n te se m e n , e l c u a l es, e n se n tid o p ro p ísim o , u n in s tru m e n to

tum est divisio continui, sed fit iuxta dispositionem materialem quae in passo manet aut praeerat. Idem est quando ex vehement! motu collisionis aut percussionis corporata excitatur ignis, medio vehementi calore, quem motus file causai in aliqua particula materiae ad ilium bene disposita. Ac denique eadem ratio est de omnibus generationi'ous quas per accidens fieri contingit. 31. At vero si accidens existens in ex­ traneo subiecto non est eiusdem, sed superioris rationis respectu dispositionum quibus inferior materia praeparatur ad formam rei generandae, fieri potest u t medio ilio accidente fiat alicuius inferioris substantiae generatio, non solum per accidens ratione dispositionum materiae, sed etiam per se ex intentione superioris agentis. Quod tunc accidit quando principale agens, eo quod loco distai, mediatione (ut aiunt) supposid diffundit virtutem aliquam per medium, u t per eam coniungatur passo inmediatione virtutis, quomodo caelum agit in haec inferiora per lumen aut alias influentias, quae sunt qua-

litates superioris ordinis et rationis a qualitatibus elementaribus quibus proxime ma­ teria disponitur. Et de hoc actionis genere dici potest, quamvis principale agens videatur loco distare, non tamen cessare ab actuali influxu, quia est intra sphaeram activitatis et media virtute diffusa contingit passum. Et ita posset intelligi actionem non esse a solo accidente ut ab instrumento omnino separato, sed u t coniuncto in ratio­ ne causandi suo principali agenti. Verum hoc pender ex difficultate infra tractanda de propinquitate necessaria inter agens et pas­ sum, et ideo usque ad ilium locum differatur. 32. Ultimo potest accidens, quamvis non sit in extraneo subiecto, esse separatum a principali generante, quia tam ipsum acci­ dens quam subiectum eius est a generante decisimi et constitutum ut in agendo obtineat vices suas. Et hoc maxime contingit in generatione animalium medio semine, quod propizissime est instrumentum sepa-

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se p a ra d o , n o sólo p o r el su jeto , sin o ta m b ié n p o r e l lu g a r , y a veces in c lu so p o r el tie m p o ; p u e s o c u rre q u e el se m e n realiz a la g e n e ra c ió n c u a n d o el g e n e ra n te ya n o existe. D e a q u í r e s u l t a ‘ ta m b ié n m anifiesto q u e ta l in s tru m e n to se b aila d iso ciad o , e n la c au salid ad , d e l a n im a l d e q u e h a sid o se p a ra d o , y p o r ello e n e ste in s tru m e n to a p arece m ás c la ra la n ec e sid a d d e a lg ú n influjo d e u n a c a u sa s u p e r io r; d e lo c o n tra rio , sie n d o el se m e n u n a co sa m u y im p e rfe c ta , n o se co m ­ p re n d e có m o p u e d a , p o r sí solo, p ro d u c ir u n a cosa m u c h o m á s p e rfe c ta o b ra n ­ d o co m o causa p ró x im a su ficien te. P u e s e l h e c h o d e q u e sea u n a v ir tu d sep a ra d a d e u n a cosa su p e rio r y co lo ca d a e n su lu g a r, a u n q u e b a s te p a ra a lg u n a acción in s tru m e n ta l — com o o p in a ta m b ié n A ristó te le s, e n I I De Generat. animal., c, 1— , n o p o r ello p u e d e ser suficiente p a ra q u e , e n a b so lu to , sea agente, p ró x im o to ta l. N i b a sta ta m p o c o si alg u n o d ic e q u e e l sem en e s in s tru m e n to n o sólo p o r ra z ó n d e los accid e n te s, sin o ta m b ié n p o r ra z ó n d e la fo rm a su sta n c ia l q u e se h a lla en el e s p íritu c o n te n id o e n la p a rte m ás d e n sa d e l sem en , e n e l c u a l h a y u n a v irtu d sem in al e in s tru m e n ta l. P o rq u e a u n q u e e sto sea p ro b a b le , sin e m b a rg o n o es su ficien te, ya q u e to d a a q u e lla su sta n c ia y su fo rm a es m u c h o m e n o s p e rfe c ta q u e el a lm a q u e se in tro d u c e p o r la acció n d e a q u é lla ; c o n sig u ie n te m e n te , n e ­ cesita m a y o r c o n c u rso y ay u d a d e la c a u sa su p e rio r, so b re to d o e n Ja g en e ra c ió n d e los an im ales y viv ien tes p e rfe c to s. 33. Quién realiza la organización del feto.— M á s a ú n : a ñ a d e n a lg u n o s, e n especial E scoto, In 11, d is t. 1 8, q u e in c lu so p a ra la d isp o sic ió n a c c id e n ta l d e l c u e rp o org án ico n o es su ficien te a q u e lla v ir tu d d e l se m e n , p o rq u e d ic h a acción es ta n c o m p leja q u e en m a n e ra a lg u n a se v e c ó m o p u e d a llev arla a cab o u n a fa c u lta d sim p le e im p e rfe c ta y q u e o b ra d e m o d o m e ra m e n te n a tu ra l. P o r ello el C o m e n ta d o r — a q u ie n ta m b ié n c ita E sc o to — , e n I I De cáelo, com . 6 9 y ss., d ice q u e el sem en o b ra y o rg a n iz a p o r v ir tu d d iv in a . Y e n V II Metaph., te x t. 3 1 , afirm a q u e la v ir tu d d e l se m e n es d iv in a , artificio sa y se m ejan te a la v ir tu d in te le c tu a l, por lo cual — dice— Galeno duda si dicha virtud es el creador, o no. De e sto se o c u p a G a le n o e n e l lib . D e foetus formatione, d o n d e confiesa senci-

ratum, non solum subiecto, sed edam loco, et interdirai edam tempore, contingit enim semen efficere generationem quando generans iam non existit. Ex quo edam d are constat tale instrumentum esse separatimi in causalitate ab animali a quo dedsum est, et ideo in hoc instramento clarior apparet necessitas alicuius influxus superioris causae, alioqui, cum semen sit res valde imperfetta, non apparet quomodo possit se solo efficere rem longe perfectiorem tamquam causa proxima sufficiens. Nani quod sit virtus a perfectiori re decisa et vice sui relitta, licet sufficiat ad aliquam instrumentariam actìonem, ut sendt edam Aristoteles, I I de Generat. animai., c. 1 1, tamen non potest esse satis ut absolute sit totale agens proximum. Neque edam satis est si quis dicat semen non tantum esse instrumentum ratione acddentium, sed edam ratione formae substantialis, quae est in spiritu incluso in crassiore parte seminis, in quo est seminalis et instrumentaria virtus. Quamvis enim hoc sit proba-

bile, non tamen suffidt, quia tota illa sub­ stantia et eius forma est multo minus per­ fecta quam anima, quae per eius actionem introducitur; indiget ergo maiori concursu et iuvamine superioris causae, máxime in generatione animalium et viventium perfectorum. 33. Organizado foetus a quo fiat.— Immo addunt aliqui, praesertim Scot., In II, dist. 18, etiam ad dispositionem aeddentalem organici corporis non esse suffidentem illam virtutem seminis, quia est tam varia et multiplex ilia actio u t millo modo appareat qua ratione possit a simplici et imperfecta virtute et mere naturaliter agente perfid. Unde Commentator, quem etiam Scotus ci­ tar, II de Cáelo, comm. 69 et sequent., ait semen agere et organizare virtute divina. Et V II Metaph., text. 31, ait virtutem seminis esse divinam, artificiosam, et intellectuali vir­ tu d similem, et ideo (inquit) dubitat Galenus an ilia virtus sit creator aut non. Quod tractat Galenus, lib. de Foetus formatione, ubi

1 Lege etiam c. 3, et D. Thom., I, q. 118, a. 1.

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llá m e n te y d e b u e n g ra d o q u e él, a p e sa r d e h a b e r tra b a ja d o m u c h o e n e sta m a te ria , n o llegó a d e s c u b rir n a d a q u e le re s u lta ra sa tisfa c to rio ; n o o b sta n te , co n c lu y e q u e la a d m ira b le o p e ra c ió n d e l sem en n o se re a liz a sin algo d o ta d o d e e n te n d im ie n to y ra z ó n . Y , e n v e rd a d , d ic h a acció n es ta n m arav illo sa q u e a p e n a s, o n i siq u ie ra a p e n a s, p u e d e e n te n d e rse . C o n sig u ie n te m e n te , si la m ism a a c c ió n d e o rg a n iz a r e l c u e rp o re s u lta casi in in te lig ib le e n e l caso d el se m e n sin u n p e c u lia r co n cu rso y a y u d a d e u n a ca u sa su p e rio r, ¿ q u é ex tra ñ o es q u e n e ­ c e site m a y o r c o n trib u c ió n y au x ilio p a ra e d u c ir la fo rm a su sta n c ia l d e la m a te ­ ria q u e le sirve d e so p o rte ? P o rq u e , sin d u d a , e n tre estas cosas h a y u n a g ra n d ife re n c ia y urna a m p lia d is c re p a n c ia ; e fe c tiv a m e n te , h a b id a c u e n ta d e q u e la o rg a n iz a c ió n d e l c u e rp o n o es su stan cial, sin o a c c id e n ta l, m u y b ie n p u e d e e n te n ­ d e rse q u e , e n o rd e n a to d a ella , p o se a e l se m e n co m o u n a v ir tu d e m in e n te y . u n iv e rsa l, y a p o r ra z ó n d e la fo rm a su stan cial, y a p o r ra z ó n d e a lg u n a fa c u lta d a c c id e n ta l, p u e s es c o m p re n sib le q u e u n a y o tra sean in s tru m e n to d e l a lm a q u e b a ste p a ra re a liz a r u n a m e z c la d e c u a lid a d e s p rim a ria s p ro p o rc io n a d a y co n n a ­ tu ra l a lo s m ie m b ro s d e l c u e rp o o rg á n ic o ; lo ú n ic o q u e p a re c e re q u e rirs e es u n a d ife re n te a p licació n a fin d e q u e u n a m ism a v ir tu d sem in a l p u e d a d is p o n e r los d ife re n te s m ie m b ro s d e u n a m a n e ra ta n v a ria d a y re d u c irlo s, p o r s u eficacia, al o rd e n a d m ira b le q u e se e c h a d e v e r e n la d e b id a d isp o sic ió n d e d ic h o s m ie m ­ b ro s . Y q u iz á re c ib a , e n e sta fu n c ió n , la a y u d a d e a lg u n a fa c u lta d n a tu ra l d e l ú te ro m a te rn o o d e a lg ú n in flu jo c e le ste ; o al m e n o s (si es p reciso ) d e alguna m o c ió n o d ire c c ió n d e l a u to r d e la n a tu ra le z a . T a n to m á s c u a n to q u e e l se m e n n o co n su m a desd e el p rin c ip io , p o r su sola v irtu d , to d a la o rg a n iz a c ió n d e l c u e r­ p o , sin o d e a lg u n a p a rte p rin c ip a l, p a ra q u e e n e lla sea in tro d u c id a e l a lm a sen­ sitiv a, la c u a l irá d e sp u é s p o c o a p o co p e rfe c c io n a n d o la o rg an izació n d e su c u e r­ p o , co m o a m p lia m e n te e x p lica S a n to T o m á s e n I , q. 11 8 , a. 1, ad 4. A h o ra b ie n , p o r lo q u e re s p e c ta a la p ro d u c c ió n d e l a lm a sen sitiv a, n o sólo carece el sem en d e v ir tu d e n lo c o n c e rn ie n te al m o d o d e la acción, sino ta m b ié n en lo q u e a ta ñ e a la su s ta n c ia d e la acc ió n (p o r a sí d e c irlo ), y p o r ello, p a ra re a liz a r d ic h a acció n n e c e sita , e n m u c h a m a y o r m e d id a , el a c tu a l esfu erzo , in flu jo y co n cu rso d e u n a

se, etsi multum hac in re laborasset, nihil tarnen invenisse quod sibi satisfaceret inge­ nue et libenter confitetur; concludit tarnen mirabilem operationem seminis non esse absque aliquo rationis et intellectus compo­ te. Et vere est ita mirabilis illa actio ut vis aut ne vix quidem possit intelligi. Si ergo ipsamet actio organizandi corpus vix pot­ est intelligi in semine sine aliquo peculiar! concursu et iuvamine superioris causae, quid mirum est quod ad ipsam substantialem formam ex materia subiecta educendam maiori ope et auxilio indigeat? Nam sine dubio est inter haec magna differentia et latum discrimen; cum enim organizatio corporis non su b stan tial sit, sed accidental, recte potest intelligi ad totam illam esse quasi eminen­ tem et universalem virtutem in semine, sive ratione formae substantial sive ratione alicuius facultatis accidentaiis; utraque enim intelligi potest esse instrumentum animae sufficiens ad efficiendum temperamentum primarum qualitatum proportionatum et

connaturale membris organici corporis; so­ lum videtur requiri aliqua diversa applica­ no ut eadem virtus seminis possit tam di­ verso modo varia membra disponere et in ordinem mirabilem, qui in membrorum dis­ posinone debita apparet, vi sua redigere. Et ad hoc fonasse iuvatur ab aliqua naturali facúltate materni uteri vel ab aliquo influxu caelesti; vel cene (si opus sit) ab aliqua motione vel directione auctoris naturae. Eo vel maxime quod semen non perficit a prin­ cipio, sua sola virtute, totam organizationem corporis, sed alicuius partís principalis, in quam sensitiva anima introducatur, quae postea paulatim perficit sui corporis orga­ nizationem, u t late declarat D. Thomas, I, q. 118, a. 1, ad 4. At vero, quantum ad productionem ipsius animae, sensitivae attinet, non solum deest in semine virtus quan­ tum ad modum actionis, sed etiam quoad substantiam actionis (ut sic dicam), et ideo multo magis indiget quoad hanc actionem actuali ope, influxu et concursu superioris

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ca u sa su p e rio r, co m o fá c ilm e n te d e sc u b rirá q u ie n reflex io n e c o n d ilig e n c ia so b re­ e ste p ro b lem a. 3 4 . Objeción contra lo dicho anteriormente.— S ólo p u e d e o p o n e rse q u e p a re c e c o n tra rio al d e b id o o rd e n n a tu ra l y a la p e rfe c c ió n d e estos ag en te s el h e ­ c h o d e q u e sie m p re , e n su s g en eracio n es, la c a u sa su p e rio r o p rim e ra d e b a su ­ p lir el d efecto d e la p ró x im a . P u e s c u a n d o su ced e q u e , p o r u n a c o n c u rre n c ia fo r­ tu ita d e causas, se p ro d u c e d e m a n e ra accid e n ta l u n a g e n e ra c ió n sin cau sa p ró ­ x im a su fic ie n te , m á s p o r n e c e sid a d d e la m a te ria q u e p o r in te n c ió n d e a lg ú n a g e n te n a tu ra l, en to n c e s n o es s o rp re n d e n te q u e la cau sa u n iv e rsa l d e b a su p lir el d e fe c to d e la p a rtic u la r p a ra in tro d u c ir la fo rm a . E n cam b io , e l q u e en el m is­ m o p ro ceso g e n e ra tiv o q u e la n a tu ra le z a h a e sta b le c id o d e m o d o a b so lu to la ca u sa p ró x im a sie m p re sea ta n im p e rfe c ta o a p liq u e s u v irtu d d e m a n e ra ta n im p e rfe c ta q u e n u n c a re s u lte su ficiente p a ra p ro d u c ir el efecto , p a re c e se r u n a in s titu c ió n n a tu ra l d e so rd e n a d a y u n a g ra n im p e rfe c c ió n d e las causas p a rtic u la ­ re s q u e g e n e ra n d e ese m o d o . Se confirm a p o rq u e lo s ag en te s c o rp ó reo s in a n i­ m a d o s p o seen , h a b la n d o e n a b so lu to , v irtu d su ficien te p a ra p ro d u c ir seres sem e­ ja n te s a e llo s; lu eg o ta m b ié n d e b e n te n e rla los ag e n te s an im ad o s, p u e sto q u e so n m u c h o m á s p e rfe c to s q u e lo s in a n im a d o s. S e co n firm a en seg u n d o lu g a r p o rq u e , d e lo c o n tra rio , c o n la m ism a fa c ilid a d p o d ría afirm arse q u e esta cau sa se g u n d a n o o b ra n a d a ' e n la e d u c c ió n d e la fo rm a su stan cial, sin o q u e to d o es re a liz a d o p o r la cau sa p rim e ra q u e su p le el d e fe c to d e la p a rtic u la r. Y si e sto p a re c e in c o n v e n ie n te p o r n o e s ta r e n c o n g ru e n c ia c o n las n a tu ra le z a s d e las co­ sas, ta m b ié n aq u e llo d e b e p a re c e rlo . 3 5 . Cuestión secundaria en orden a resolver la objeción.— A n te s d e re s p o n ­ d e r p le n a m e n te a esta o b je c ió n , co n v ien e ex p licar cuál es la cau sa u n iv ersal q u e su p le este d e fe c to d e la p a rtic u la r o ay u d a a su in s tru m e n to , cosa q u e p ro p u s i­ m os e n la se g u n d a p a rte d e la afirm a ció n a n te rio r. E n ella d ijim o s p rim e ra m e n te q u e esta eficiencia n o p u e d e a trib u irs e a las in te lig e n c ia s c read as, p o rq u e estim a­ m o s q u e n o p o seen n in g u n a v ir tu d p a ra p ro d u c ir alg o en los c u e rp o s a n o ser el m o v im ie n to lo cal, co m o d ire m o s m á s ab ajo c u a n d o tra te m o s ex professo d e ellas. P o r eso, las acciones d e los a g en te s n a tu ra le s n o d e p e n d e n , d e suyo, d e l

causae, ut rem hanc apud se diligenter perpendenti facile constabit. 34. Obìectio contra supra dicta.— Solum potest obstare quia videtur esse et contra debitum naturae ordinem et contra perfectionem horum agentium ut semper in eorum generationibus causa superior vel pri­ ma supplere debeat defectum causae proximae. Quando enim ex fortuito concursu causarum et per accidens contingit u t aliqua generano fiat sine sufficienti causa proxima, magis ex necessitate materiae quam ex intentione alicuius agentis ' naturalis, tunc mirum non est quod in forma introducenda universalis causa supplere debeat defectum particularis. At vero, quod in ipso modo generationis per se instituto a natura causa proxima semper sit adeo imperfecta vel tarn imperfetto modo applicet virtutem suam ut nunquam inveniatur sufficiens ad effectum, videtur esse et inordinata naturae in­ stiamo et magna imperfectio causarum par­ ticularity hoc modo generantium. Et confirmatur, nam agenda corporea inanimata

habent, per se loquendo, suffidentem vir­ tutem ad producendum sibi similia; ergo animantia, cum sint longe perfectiora rebus inanimatis, debent illam habere. Confirmatur secundo, quia alias eadem facilitate did posset huiusmodi causam secundam nihil agere in eductione formae substantial, sed totum fieri a prima causa supplente defec­ tum causae particularis. Quod si hoc vide­ tur inconveniens quia non est consentaneum naturis rerum, etiam illud videri debet. 35. Pro solutions obiectionis quaestiuncula.— Antequam buie obiectioni piene satisfaciam, explicare oportet quae sit causa universalis quae hunc defectum particularis supplet seu instrumentum eius adiuvat, quodin posteriori parte superioris assertionis proposuimus. In qua primum diximus hanc efficientiam non posse tribui intelligentiis creatis, quia existimamus eas nullam habere vim ad efficiendum aliquid in corpora prae­ ter motum localem, u t inferius dicemus de illis ex professo tractantes. Unde actiones n aturalium agentium per se non pendent ex:

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c o n c u rso d e las in telig en cias c re a d a s , co m o ta m p o c o d e p e n d e n d e ellas en s u se r y , e n consecu en cia, c u a n d o n e c e sita n m a y o r au x ilio y co n cu rso n o e sp e ra n d e ellas e se co n cu rso o a y u d a , sino d e a lg u n a o tra c a u sa a la q u e e sté n e sen cial­ m e n te su b o rd in a d a s. N o fa lta n , sin e m b a rg o , q u ie n e s a firm e n q u e la s in te lig e n ­ c ia s, a u n q u e n o p u e d a n in flu ir d e e ste m o d o p o r sí m ism as en los c u e rp o s, p u e ­ d e n h a c e rlo p o r m e d io d e lo s cielos com o p o r in s tru m e n to s suyos. P e ro e n se g u i­ d a m a n ife sta ré la g ra n d ific u lta d q u e h a y e n e n te n d e r y c re e r esto. R e sta , p u e s , q u e sem ejan te ca u sa u n iv e rsa l sea el c ielo o el m ism o a u to r d e la n a tu ra le z a , D io s ; p o rq u e , f u e r a d e ésta s, n o c ab e p e n s a r e n o tra cau sa su p e rio r. C ie rta ­ m e n te , p a re c e q u e e l cielo es, d e su y o , u n a g e n te p ro p o rc io n a d o , p u e sto q u e , co m o e s c o rp ó reo y , p o r o tra p a rte , e s d e c ie rta n a tu ra le z a y p e rfe c c ió n s u p e rio r, p o se e m ás a lta v ir tu d p a ra a lte ra r lo s c u e rp o s in fe rio re s, com o la m ism a e x p e ­ rie n c ia n o s e n se ñ a ta m b ié n su ficien tem en te d e suyo. S e g ú n ello , n o re s u lta ex­ tra ñ o q u e po sea a sim ism o v ir tu d p a ra g e n e ra r su s ta n c ia s ; co n sig u ie n te m e n te , ta m ­ b ié n la po see p a ra a y u d a r a lo s a ccid en tes a g e n e ra r su stan cias. 36. M a s se in te rp o n e n d o s im p e d im e n to s, y d e n o p e q u e ñ a m o n ta , q u e p a ­ re c e n d ific u lta r e sta in flu e n c ia d e los cielos so b re las fo rm a s sustan ciales d e las cosas q u e se h a n d e g e n e ra r. E l p rim e r im p e d im e n to e s u n iv e rsa l, re sp e c to d e to d a s la s cosas q u e se g e n e ra n en la tie rra o e n lo s o tro s e lem en to s, ya sean v iv ie n te s o in a n im a d o s, y c o n siste e n lo s ig u ie n te : o e l cielo o b ra e n o rd e n a la e d u c c ió n d e las fo rm a s sustan ciales m e d ia n te su s a c c id e n te s solos o ta m b ié n m e ­ d ia n te su fo rm a su sta n c ia l in m e d ia ta m e n te . S i se afirm a lo p rim e ro , su rg e la m is­ m a d ific u lta d e n q u e n o s e n c o n tra m o s : ¿có m o p u e d e n d ic h o s a c c id e n te s p o r sí solos, sin in flu jo a c tu a l d e su fo rm a su sta n c ia l o d e o tra , b a s ta r p a ra e d u c ir u n a fo rm a su sta n c ia l? A n o ser q u e a lg u ie n re s p o n d a q u e lo s a c c id e n te s cele s­ te s so n e n tes m ás p e rfe c to s q u e las fo rm a s m a te ria le s d e las cosas g e n e ra b le s, so b re to d o las in a n im a d a s. M a s esto es a b so lu ta m e n te fa lso ; p u e s, co m o m ás a d e la n te m o stra ré , la fo rm a su sta n c ia l e s u n e n te m ás p e rfe c to q u e c u a lq u ie r ac ­ c id e n te , n o sólo d e n tr o d e s u g é n e ro , sino ta m b ié n d e m a n e ra u n iv e rsa l y e n c a d a u n o d e los casos. A d e m á s, e n alg u n o s es to ta lm e n te in c re íb le , com o o c u rre e n la fo rm a d e l o ro , la d e la p la ta y las d e las p ie d ra s p re c io sa s, e tc. T a n to m á s

concursu creatarum intefligentiaruni, sicut neque in esse ab eis pendent, et ideo quan­ do indigent maiori ope et concursu non ab eis ilium concursmn aut iuvamen exspectant, sed ab aliqua alia causa cui per se subordinentur. Non desunt tarnen qui dicant intelligentias, licet per se ipsas non possint hoc modo in corpora influere, tarnen per caelos, ut per instrumenta sua, posse. Sed quam sit hoc intellectu et creditu difficile, statim dicam. Superest ergo u t huiusmodi causa universalis sit vel caelum vel ipsemet auctor naturae, Deus; nam praeter has non potest alia causa superior excogitari. Et cae­ lum quidem ex se videtur agens proportionatum, quia, cum sit corporeum et aliunde sit cuiusdam superioris ordinis ac perfectionis, eminenüorem virtutem habet alterandi corpora inferiora, ut ipsa edam experientia per se satis nos docet. Et ideo mirum non est quod virtutem habeat etiam substantias generandi; ergo et iuvandi acciden­ tia ad substantiarum generationem.

36. Duo tamen, eaque non contemnenda, interveniunt impedimenta, quae hanc caelorum influentiam in substantiates formas re­ rum generandarum videntur difficilem reddere. Primum impedimentum est universale, respectu omnium quae in terra vel aliis d e ­ mentis generantur, sive viventia sint sive inanimata, quia, scilicet, vel caelum agii ad eductionem formarum substantialium per sola sua accidentia, vel etiam per suam for­ mant substantialem immediate. Si dicatur primum, insurgit eadem difficultas in qua versamur : quomodo illa accidentia, sine actuali influxu suae vel alterius formae substantialis, per se sufficiant ad substantialem formam educendam. Nisi forte quis respon­ deat accidentia caelestia esse perfectiora entia quam sint formae materiales rerum generabilium, praesertim inanimatarum. Sed hoc absolute falsimi est; nam, u t infra ostendam, forma substantialis non solum ex genere, sed edam universe et in singulis est perfectius ens quolibet accidente. Et in aliquibus est per se incredibile, u t de forma

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c u a n to q u e los c u e rp o s celestes re a liz a n p ró x im a m e n te esto s efectos m e d ia n te cu a lid a d e s q u e im p rim e n al a ire y a o tro s c u e rp o s in te rm e d io s, com o son la luz y o tra s cu a lid a d e s in se n sib le s, si es q u e la s h a y , la s cuales n o so n m á s p e rfe c ta s q u e la fo rm a d el a ire, y m u c h o m e n o s q u e to d a s las d em ás. C o n sig u ie n te m e n te , si p o r e ste m o tiv o re s u lta n e c e sa ria u n a p ro p ia y a c tu a l eficiencia d e la fo rm a m ism a d el sol o d e los o tro s a stro s, p a re c e o p o n erse la excesiva d istan cia lo c a l; p u e s ¿c ó m o es p o sib le q u e la fo rm a d e l sol p ro d u z c a in m e d ia ta m e n te p o r sí m ism a la fo rm a d e oro e n las e n tra ñ a s d e la tie rra , q u e se e n c u e n tra n ta n d is­ ta n te s y a p a rta d a s d e él? M o v id o p o r esta d ific u lta d , E sc o to d ijo q u e alg u n a fo rm a p u e d e o b ra r in m e d ia ta m e n te a d ista n c ia , cosa q u e ap en as p u e d e n o ír o so p o rta r los d e m á s filósofos, p o rq u e esta afirm ación d e E sco to e stá e n p u g n a con el p rin c ip io a risto télico a d m itid o p o r to d o s ellos. N i re s p o n d e rá c u m p lid a m e n te a la d ific u lta d q u ie n dig a q u e , así com o la eficiencia d e los a c cid en tes d e l sol p e n e tra h a sta lo p ro fu n d o d e la tie rra , ig u a lm e n te p e n e tra la e ficien cia d e la fo rm a d e l sol. P o rq u e n o h a y p a rid a d d e ra z ó n e n u n o y o tro caso, ya q u e los a c c id e n te s d ifu n d e n su v irtu d p o r m e d io d e o tro s a c cid en tes q u e ellos h a n p ro ­ d u c id o , m ie n tra s q u e la fo rm a su sta n c ia l n o p u e d e d ifu n d ir -su v ir tu d m e d ia n te o tra s fo rm as su stan ciales, com o fá c ilm e n te se p a te n tiz a d e suyo, p u e s to q u e n i c o rro m p e los c u e rp o s in te rm e d io s n i tie n e p o sib ilid a d d e a ñ a d ir u n a s fo rm a s su s­ tan ciales a o tra s, com o h a c e n lo s accid en tes. Y si la fo rm a d e l so l ú n ic a m e n te d ifu n d e su v ir tu d p o r m e d io d e lo s a ccid en tes, n o s v em os a rra stra d o s a la p ri­ m e ra d ificu ltad , p o rq u e la fo rm a d e l sol ya n o in flu y e in m e d ia ta m e n te e n lá e d u c c ió n d e o tra fo rm a , sin o sólo a trav és d e lo s accid en tes. 37. D o s so n los m o d o s p o sib le s d e re s p o n d e r a e sta d ific u lta d . P rim e ro : el cielo o el sol, p o r su fo rm a su sta n c ia l ju n ta m e n te c o n la v ir tu d acc id e n ta l, in flu ­ y e so b re estas cosas in fe rio re s d e m a n e ra in m e d ia ta c o n in m e d ia c ió n d e v irtu d , a u n q u e n o e sté in m e d ia ta m e n te u n id o a ellas c o n in m e d ia c ió n d e su p u e s to . P e ro e ste m o d o d e e x p re sa rse im p lic a u n a d ificu ltad n o p e q u e ñ a y, a d e m á s, la m a n e ra p ro b a b le d e d e fe n d e rlo n o p u e d e e x p licarse h a s ta la sección 4 , d o n d e d ecla ra­ re m o s cóm o d e b e e s ta r u n id o el ag e n te al p a c ie n te p a ra p o d e r o b ra r so b re él,

auri, argenti et gemmarum, etc. Eo vel ma­ xime quod corpora eaelestia proxime efficiunt hos effectus mediis qualitatibus quas aeri et aliis corporibus intermediis imprimunt, ut sunt lumen et si forte sunt aliae qualitates insensibiles, quae non sunt perfectiores ipsa forma aeris, nedum aliis om­ nibus. Si ergo ob hanc causam necessaria est propria et actualis efficientia ipsius formae solis vel aliorum astrorum, obstare videtur nimia distantia localis; quomodo enim potest forma solis immediate per seipsam efficere formam auri in visceribus terrae a se tam longe distantibus et remotis? Propter quam difficultatem Scotus, dixit posse ali­ quant formam immediate agere in distans, quod vix possunt audire aut ferre caeteri philosophi; pugnat enim hoc Scoti dictum cum aristotelico dogmate ab omnibus philosophis recepto. Nec huic difficultati satisfaciet qui dixerit quod, sicut efficientia accidentium solis penetrat usque ad intima ter­ rae, ita etiam efficientia formae solis. Non est enim utrobique similis ratio; nam ac­ cidentia diffundunt virtutem suam mediis

aliis acddentibus a se productis; forma autem substantialis non potest suam virtutem diffondere mediis formis substantialibus, ut per se facile constat, quia ñeque corrumpit corpora intermedia nec potest formas substantiales formis addere, sicut accidentia. Quod si forma solis solum mediis accidentibus diffundit virtutem suam, devolvimur in priorem difficultatem, quia iam non im­ mediate influii ipsa forma solis in eductionem alterius formae, sed per accidentia tan­ tum. 37. Ad hanc difficultatem duobus modis responden potest. Primus est caelum aut solem per suam formam substantialem simul cum accidentali virtute influere immediate in haec inferiora immediatione virtutis, etiamsi non sit illis immediate coniunctus im­ mediatione suppositi. Hic autem modus dicendi et difficultatem non parvam habet et modus probabilis defendendi ilium ex­ plican non potest usque ad sect. 4, in qua declarabimus quomodo agens debeat esse passo coniunctum ut in illud agere possit, et ideo usque ad ilium locum dif-

Disputación X V III.— Sección II

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p o r lo c u a l la ap lazam o s h a sta e n to n ce s. S e g u n d o m o d o : estas fo rm as su s ta n ­ ciales n o so n p ro d u c id a s p o r la sola v ir tu d p rin c ip a l d e l in flu jo cele ste, sino q u e se p re c isa q u e e l a u to r d e la n a tu ra le z a p o n g a e n ju e g o u n co n cu rso m a y o r c o n e l q u e su p la el e fe c to d e la causa p ró x im a ; p e ro ta le s efectos se a trib u y e n al cielo , y a p o r u n a ra z ó n g e n e ra l, a te n d id a la c u a l se d ic e q u e el sol y el h o m ­ b re e n g e n d ra n al h o m b re — ra z ó n q u e e x p licarem o s m á s a b ajo , al tr a ta r d e las c a u sa s e sen cialm en te su b o rd in a d a s— -, y a, a veces, p o r u n títu lo esp ecial, a sa­ b e r, p o rq u e el cielo d e se m p e ñ a el p a p e l d e cau sa p ró x im a y em p lea to d a la eficiencia q u e , p a ra d is p o n e r la m a te ria o p a ra e d u c ir la fo rm a p o r acción in s tru ­ m e n ta l d e las c u a lid a d e s, su e le n e m p le a r las causas p a rtic u la re s p o r su s v irtu d e s in s tru m e n ta le s, a u n c u a n d o n o p u e d a n in flu ir in m e d ia ta m e n te p o r su s fo rm a s p ro p ia s. Y q u iz á d e e ste m o d o p ro d u c e el so l o ro u o tro s m in erales. 38. S i el cielo puede producir vivientes.— E l se g u n d o im p e d im e n to , m en o s g e n e ra l, se re fie re a la s fo rm a s d e los v iv ie n te s ; efe c tiv a m e n te , com o el cielo n o es a n im a d o , a u n q u e la d ista n c ia lo cal n o im p id a q u e p u e d a in flu ir p o r s u fo rm a , n o o b s ta n te p a re c e q u e su g ra d o m á s im p e rfe c to se o p o n e a la p o s ib ilid a d d e q u e in flu y a e n estas fo rm a s d e lo s v iv ien tes. A lg u n o s re s p o n d e n q u e , a u n c u a n d o e l cielo n o te n g a v id a, sin e m b a rg o su fo rm a es, p o r ra z ó n d e su d ife re n c ia específica, a b so lu ta m e n te m á s p e rfe c ta q u e esto s v iv ien tes p o r él g e n e ra d o s. E sta re s p u e s ta p u e d e to m a rse d e S a n to T o m á s, I, q. 115, a. 3, a d 3, d o n d e d ic e q u e lo s c u e rp o s celestes c o n tie n e n en su v irtu d u n iv ersal to d o lo q u e se g e n e ra e n lo s in fe rio re s ; y e n la q . 105, a. 1, afirm a q u e el e fecto se asem eja al a g e n te , y a e n especie, y a p o r c o n tin e n c ia v ir tu a l: Y así (dice) los

animales generados por putrefacción, y las plantas, y los cuerpos minerales, se asemejan al sol y a las estrellas, por cuya virtud son engendrados. P e ro , a n te to d o , a u n q u e lo q u e se su p o n e e n d ic h a re s p u e s ta sea p ro b a b le c o n re sp e c to a lo s v iv ien tes o an im ales im p e rfe c to s, sin e m b a rg o n o p a re c e ser vero sím il r e ­ fe rid o a los an im ales p e rfe c to s, p o rq u e p a re c e q u e e x c e d e n c o n m u c h o la p e r­ fe c c ió n d e l cielo, ta n to e n su s o p eracio n es co m o e n su m o d o d e o b ra r. A d e m á s, p u e sto q u e el g ra d o d e la v id a , en c u a n to ta l, es m ás p e rfe c to q u e e l g ra d o

feratur. Secundus modus est has formas substantiates non effici sola virtute princi­ pal! caelestis influxus, sed necessarium esse ut auctor naturae maiorem concursum adhibeat, quo effectum causae proximae suppleat, caelo autem attribui hos effectus, vel generali ratione, secundum quam dicitur sol et homo generare hominem, quam inferius declarabimus tractando de causis essentialiter subordinatis, vel interdum specialiori titulo, scilicet, quia caelum gerit vicem cau­ sae proximae et adhibet totam efficientiam, quam vel ad disponendam materiam vel ad educendam formam per instrumentariam ac­ tionem qualitatum adhibere solent causae particulares per instrumentarias virtutes, etiamsi per proprias formas immediate in­ fluere non possint. E t fortasse hoc modo efficit sol aurum vel alia mineralia. 38. Viventia an possit caelum efficere.-— Secundum impedimentum minus generate est de formis viventium; nam cum caelum non sit animatum, etiamsi distantia localis non impediat quominus per formam suam influere possit, nihilominus imperfectior gra-

dus videtur obstare ne in has formas vi­ ventium possit influere. Respondent aliqui quamvis caelum non vivat, nihilominus eius formam ratione suae differentiae specificae esse simpliciter perfectiorem his viventibus quae a caelo generantur. Quae responsio su­ nti potest ex D. Thoma, I, q. 115, a. 3, ad 3, ubi ait corpora caelestia sua universali virtute continere in se quidquid in inferioribus generatur; et q. 105, a. 1, ad 1, ait effectum assimilati agenti, vel secundum spe­ derà vel secundum virtualem continentiam : Et sic (inquit) ammalia ex putrefactione ge­ nerata, et plantae, et corpora mineralia, assimUanlur soli et stellis, quorum virtute ge­ nerantur. Sed imprimis, licet respectu imperfectorum viventium seu animalium pro­ babile sit quod in ea responsione assumitur, tamen respectu animalium perfectorum non videtur verisimile, quia et in operationibus et in modo operandi videntur multum excedere perfectionem caeli. Deinde, cum gradus vitae, u t sic, perfectior sit gradu non viventium, impossibile videtur 9

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Disputaciones metafísicas

d e lo s n o v iv ien tes, p a re c e im p o sib le q u e u n a fo rm a q u e n o e s a lm a c o n te n g a d e m a n e ra e m in e n te u n alm a p a r a q u e p u e d a ser p rin c ip io p rin c ip a l e n la p ro ­ d u c c ió n d e é sta ; e n efe c to , la fo rm a q u e c o n tie n e e m in e n te m e n te u n a lm a con­ tie n e ta m b ié n e l g ra d o d e la *vida, n o se g ú n to d a su p o te n c ia lid a d , sino seg ú n su p e rfe c c ió n a c tu a l y p re c is a ; p e ro re s u lta in in te lig ib le q u e u n a fo rm a c o m ­ p re n d id a b a jo u n g ra d o in fe rio r c o n te n g a e m in e n te m e n te la p e rfe c c ió n d e l g ra d o su p e rio r. 39. E l cielo juntamente con una inteligencia no puede generar un viviente.— S e d a , p o r ta n to , o tr a r e s p u e s ta : p o r s u p ro p ia v ir tu d , el cielo es in c a p a z de p ro d u c ir fo rm as d e v iv ie n te s ; sin e m b a rg o , co m o n o o b ra sino e n c u a n to m o­ vido p o r u n a in te lig e n c ia , p o r eso p u e d e , e n v ir tu d d e d ic h a in te lig e n c ia , d e la q u e es in s tru m e n to , p ro d u c ir ta le s fo rm a s. A sí re s p o n d e S a n to T o m á s , I , q . 7 0 , a. 5, a d 3 ; d e a q u í se in fie re q u e e n los lu g a re s a n te rio re s p a re c e h a b la r d el cielo e n c u a n to u n id o a la in te lig e n c ia o en c u a n to la in clu y e. P e ro ta m b ié n m e re s u lta d ifíc il d e e n te n d e r e sta re s p u e s ta , p o rq u e n o estim o q u e la in te lig e n c ia im p rim a a l cielo alg o fu e ra d e l m o v im e n to local, y é ste n o sirve p a ra a u m e n ta r la v irtu d activa, sin o ú n ic a m e n te p a ra ap lic a rla d e d ife re n te s m a n e ra s, co m o A ristó te le s ex p resó su fic ie n te m e n te e n el lib . I I D e generat., c. 9 , te x t. 5 5, a l d e c i r : 1

Pues el impulso da origen a una generación continua por el hecho de que acerca o aparta al sol, causa de las cosas que se han de producir. Y es e v id e n te p o r la ra z ó n ; e fe c tiv a m e n te , ¿ q u é e s lo q u e u n án g e l im p rim e al cielo fu e ra d e l m o v im ie n to , si n o p u e d e im p rim irle c u a lid a d e s n in g u n a s ? P o r­ q u e la m a te ria c o rp o ra l ú n ic a m e n te ob ed ece a los án g e le s e n lo c o n c e rn ie n te al m o v im ie n to lo cal, co m o e n se ñ a el m ism o S a n to T o m á s e n I , q . 110, a. 2 y 3. Y si u n a in te lig e n c ia n o im p rim e al cielo n a d a ex c e p to el m o v im ie n to , ¿có m o p u e d e a u m e n ta r su v ir tu d p a ra o b ra r algo q u e e x c e d a su p ro p ia p e rfe c c ió n ? E n efecto , e l m o v im ie n to local n o e s esen c ia lm e n te a c tiv o n i confiere v ir tu d o p e ra ­ tiv a . Y e n este p u n to n o d e b e n c o m p a ra rse los a g e n te s físicos, com o lo s cielos, c o n lo s in s tru m e n to s d e l a rte , e n lo s c u a le s el m o v im ie n to sirve p a ra la fo rm a a rtístic a , ya q u e é sta n o es o tr a cosa q u e u n m o d o re s u lta n te d e la d ife re n te situ a c ió n o lu g a r d e u n c u e rp o y d e su s p a rte s, q u e c a m b ia n p o r el m o v im ie n to ;

formam quae non est anima eminenter continere aliquam animam ut possit esse principium principale causandi illam; nam for­ ma quae eminenter continet animam continet etiam gradum vitae, non quidem secun­ dum totam potentialitatem eius, sed secun­ dum actualem ac praecisam perfectionem eius; non potest autem intelligi quod forma sub inferiori gradu contenta eminenter contineat perfectionem superioris gradus. 39. Caelum cum intelligenria. vivens ge­ nerate nequit.— Est igitur alia responsio caelum propria virtute non posse efficere formas viventium; tamen, quia non agit nisi ut motum ab intelligentia, ideo in virtute intelligentiae, cuius est instrumentum, posse efficere huiusmodi formas. Ita respondet D. Thomas, I, q. 70, a. 5, ad 3 ; unde in prioribus locis videtur loqui de caelo u t coniuncto intelligentiae seu prout illam includit. Sed haec etiam responsio mihi est ad intelligendum difficilis, quia non existimo intelligentiam imprimere caelo aliquid praeter localem motum, qui non deservit ad aug-

mentum virtutis activae, sed solum ad va­ riant eius applicationem, u t satis significavit Aristoteles, lib. II de Gener., c. 9, text. 55, dicens: Nam impulsus propterea continuam parit generationem, quod solem procreandarum rerum auctorem admoveat et removeat. E t ratione patet, nam quid est quod angelus imprimit caelo praeter motum, cum qualitates ullas ei imprimere non possit? Nam materia corporalis solum quoad motum lo­ calem obedit angelis, u t idem D. Thomas tradit, I, q. 110, a 2 et 3. Quod si nihil praeter motum intelligentia caelo imprimit, quomodo potest virtutem eius augere ad agendum aliquid ultra propriam perfectio­ nem? Nam motus localis per se non est activus, neque dat virtutem agendi. Neque in hoc sunt comparanda agenda physica, quales sunt caeli, cum instrumentis artis, in quibus motus deservit ad formam artis, quia haec nihil aliud est quam modus re­ sultans ex vario situ aut loco alicuius cor­ poris et partium eius quae variantur per motum; at vero agenda physica inducunt

Disputación X V 111.— Sección II

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e n cam b io , los a g e n te s físicos in tro d u c e n fo rm as p ro p ia s y p e rfe c ta s q u e n o r e ­ s u lta n d e l m o v im ie n to e se n cialm en te, sino sólo a c c id e n ta lm e n te , e n c u a n to la fa ­ c u lta d o p erativ a e s a p lic a d a m e d ia n te el m o v im ie n to . A d e m á s, el cielo n o es, p o r su n a tu ra le z a , in s tru m e n to d e la in telig en cia, p u e sto q u e n i tie n e u n a o rd e n a c ió n n a tu ra l a ella n i n in g u n a in te lig e n c ia está u n id a al cielo o d e stin a d a a m o v e rlo p o r su n a tu ra le z a , sino ú n ic a m e n te p o r d isp o sic ió n y b en ev o le n c ia d el a u to r d e la n a tu ra le z a . N i se c o n stitu y e e n in s tru m e n to p o r ra z ó n d e l solo m o v i­ m ie n to lo c a l; d e lo c o n tra rio , to d o el q u e aplica fu e g o u o tra ca u sa ag e n te se v a ld ría d e ella com o d e u n in s tru m e n to físico, y p o r e ste m o tiv o el fu e g o a p li­ c ad o p o d ría o b ra r a lg o m á s e n v irtu d d e l q u e lo ap lica, cosa q u e es c o m p le ta ­ m e n te falsa. L a c o n secu en cia es p a te n te , p o rq u e el cielo n o re c ib e d e la in te li­ g e n c ia n a d a m ás q u e la a p licació n , n i tie n e el cielo algo m ás o algo m e n o s p o r el h e c h o d e ser m o v id o p o r u n a in te lig e n c ia m ás o m e n o s p e rfe c ta o p o r c u a l­ q u ie r o tra cosa, s ie m p re q u e re c ib a ig u a l m o v im ie n to . P o r ú ltim o , c u a n d o se d ic e q u e e l cielo p ro d u c e v iv ien tes e n v ir tu d d e la in te lig e n c ia v iv ie n te , p re g u n to si la in te lig e n c ia , ju n ta m e n te c o n el cielo, influye y p ro d u c e e n a cto , p o r sí m ism a y d e m a n e ra in m e d ia ta , las a lm as d e lo s v iv ien tes, o sólo a trav és d e l cielo, d e s u e rte q u e la acc ió n d e la in te lig e n c ia se d e te n g a e n la m o c ió n d e l cielo, y d e é ste p ro c e d a in m e d ia ta m e n te la re s ta n te eficiencia. L o p rim e ro es falso y o p u e sto a la d o c trin a de S a n to T o m á s , seg ú n h e m o s d ic h o re p e tid a s veces, y coin cid e e n g ra n p a rte con la o p in ió n d e A vicena. P e ro si se afirm a lo se g u n d o n o se d is ip a la d ific u lta d d e có m o u n in s tru m e n to q u e n o p o se e fo rm a suficiente p u e d a p r o ­ d u c ir u n . efecto sin au x ilio a c tu a l d e u n a cau sa su p e rio r y m ás p rin c ip a l. P o r c o n sig u ie n te , será m e jo r y m ás a c e rta d o so ste n e r q u e e l cielo , p o r s u p ro p ia v ir­ tu d , n o p u e d e p ro d u c ir alm as — com o se su p o n e e n la c ita d a re s p u e sta se g u n ­ d a— ■, p e ro q u e las p ro d u c e p o r la v ir tu d d e D io s e n c u a n to a u to r y p ro v iso r g e n e ra l d e la n a tu ra le z a , e l c u a l su p le, con su m a y o r c o n c u rso , to d a la v ir tu d q u e fa lta a las causas p ró x im a s. 40. Solución de la cuestión secundaria.— Efectos en los que Dios influye como causa particular .— A sí, pu es, d e b e afirm a rse q u e , sie m p re q u e e n e sta s cosas in fe rio re s fa lta e l in flu jo d e la fo rm a su sta n c ia l p a ra e d u c ir o tra sem ejan te,

proprias et perfectas formas, quae per se non resultant ex mom, sed tantum per accidens, quatenus per motum applicatur virtus agendi. Praeterea caelum natura sua non est instrumentum intelligentiae, quia nec habet naturalem habitudinem ad illam neque aliqua intelligentia ex natura sua est coniuncta caelo aut destinata ad motum eius, sed tantum ex arbitrio ac beneplacito auctoris naturae. Neque etiam ratione solius motus localis fit instrumentum; alias quisquis applicai ignem aut aliam causam agentem uteretur illa ut instrumento physico, et ob earn causam posset ignis appli­ ca tus aliquid amplius agere in virtute applicantis, quod est plane falsum. Sequela patet, quia nihil amplius habet caelum ab intelligentia quam applicationem, neque ali­ quid magis vel minus habet caelum eo quod ab intelligentia magis vel minus perfecta moveatur vel a quacumque alia re, dummodo aequalem motum recipiat. Denique, cum. dicitur caelum efficere viventia in vir­ tute intelligentiae viventis interrogo an in-

telligentia simul cum caelo actu per seipsani et immediate influât et efficiat animas viventium vel solum per caelum, ita u t ac­ tio intelligentiae sistat in motione caeli, a quo immediate reliqua efficientia oriatur. Primum est falsum et contra doctrinam D. Thom., u t saepe diximus, et magna ex par­ te coincidit cum opinione Avicennae. Si autem secundum dicatur, non expeditur difficultas quomodo instrumentum non habens in se sufficientem formam possit efficere effectum absque actuali adiutorio superioris et principalioris causae. Verius ergo et melius dicetur caelum propria quidem vir­ tute non posse efficere animas, u t in dieta secunda responsione supponitur, tarnen ef­ ficere illas in virtute Dei, ut auctoris et ge­ neralis provisoris naturae, qui suo maiori concursu supplet quidquid virtutis deest in proximis causis. 40. Quaestiunculae solatio.— Deus in quos effectue ut causa particulars influât.—• Dicendum est ergo quotiescumque in his rebus inferioribus deest influxus formae

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Disputaciones metafísicas

d ic h a fo rm a es su p lid a p o r v ir tu d d e las causas celestes e n aquellos e fecto s q u e n o e x c e d e n su p e rfe c c ió n y p o d e r ; e n cam bio, e n aq u ello s q u e las su p e ra n , es su p lid a p o r la eficiencia d e la ‘ca u sa p rim e ra , a la q u e in c u m b e p re s ta r e l con­ cu rso g e n e ra l n e c e sa rio a las causas in fe rio re s, d e a c u e rd o c o n la n a tu ra l capa­ c id a d e in d ig e n c ia d e las m ism a s. P o r ello , n o sólo en lo s a c o n te c im ie n to s o efectos q u e se p ro d u c e n d e m a n e ra a c c id e n ta l, s in o , ta m b ié n e n a q u e llo s q u e com o e se n c ia lm e n te ac o m p a ñ a n a las n a tu ra le z a s d e a lg u n a s cosas y se sig u e n d e s u n a tu r a l m o d o d e o b ra r, c o m p e te al a u to r y p ro v iso r d e la n a tu ra le z a , D io s, e l c o n c u rrir d e este m o d o p a ra o b ra r con la s causas seg u n d as. P o r ello, e ste c o n c u rs o d e D io s u n a s veces es d e b id o p o r ra z ó n g e n e ra l d e la n a tu ra le z a u n iv e rsa l, a fin d e q u e n o se d e s tru y a el o rd e n d e l u n iv e rso n i la m a te ria p e r­ m a n e z c a sin fo rm a o se a n iq u ile ; ig u a l q u e el m o v e rse e l ag u a h a c ia a rrib a p a ra lle n a r e l vacío ú n ic a m e n te o c u rre p o r cau sa de la n a tu ra le z a u n iv e rsa l, y p o r e so se cree q u e p ro v ie n e d e l solo im p e rio e im p u ls o d e su a u to r, a- n o ser q u e D io s h a y a e n c o m e n d a d o ta l oficio a alg u n a in te lig e n c ia , p u e s to q u e el m o ­ v im ie n to lo cal n o exced e su a c tiv id a d y m in iste rio , d e lo c u a l n o s o c u p a m o s e n o tro lu g a r. P e ro h a y o casiones e n q u e d ic h o c o n c u rs o es d e b id o p o r la p ro ­ p ia n a tu ra le z a y co n d ició n d e a lg ú n a g e n te p a rtic u la r, q u e n o tie n e a p titu d p a ra c o m u n ic a r o p ro p a g a r d e o tro m o d o s u n a tu ra le z a , co m o creem o s q u e su ced e e n la g e n e ra c ió n d e lo s an im ales p e rfe c to s y es co sa c e rtísim a e n la gen eració n h u m a n a , a u n q u e p o r u n a ra z ó n m á s elevada y n o b le . E fe c tiv a m e n te , p o rq u e el alm a h u m a n a es n o sólo m á s p e rfe c ta , sino ta m b ié n d e o rd e n m á s e m in e n te y s u p e rio r q u e to d as las d em ás, p o r eso la g e n eració n d e l h o m b re n e c e sita , n o sólo m a y o r c o n c u rs o d e l a u to r d e la n a tu ra le z a , sino ta m b ié n u n m o d o m ás elevado d e p r o d u c ir el alm a , a sa b e r, p o r creació n . D e a h í re s u lta q u e e l sem en h u m a n o n o p u e d e o b ra r, n i siq u ie ra in s tru m e n ta lm e n te , e n s u p ro d u c c ió n , sin o d e m a ­ n e ra e x c lu siv a e n la o rg a n iz a c ió n d e l c u e rp o . E n c a m b io , en la g e n e ra c ió n d e o tro s an im a le s ta m b ié n p e rfe c to s, co m o las alm as so n m a te ria le s se e d u c e n de la p o te n c ia de la m a te ria , y p o r eso es p o sib le q u e el se m e n c o n c u rra , al m en o s

substantialis ad similem educendam, illam suppleri virtute causarum caelestium in his effectibus qui non excedunt perfectionem et virtutem earum; in his vero qui iilas superant suppleri per efficiendam primae cau­ sae, ad quam spectat generalem concursum necessarium praebere causis inferioribus, iuxta naturalem capacitatela et indigentiam earum. Unde non solum in eventibus seu effectibus qui per accidens contingunt, sed edam in his qui veluti per se comitantur naturas aliquarum rerum et consequuntur ex naturali modo agendi earum, pertinet ad auctorem et provisorem naturae. Deum, u t hoc modo cum causis secundis ad agendum concurrat. Quapropter interdum est debitus hic concursus Dei ex generali radone na­ turae universalis, ne pervertano: ordo uni­ versi aut materia sine forma maneat vel in nihilum transeat, sicut aquam moveri sursiun ad replendum vacuum est solum ex causa naturae universalis, et ideo creditur fieri ex solo imperio et impulsu auctoris eius, nisi fortasse id muneris sit a Deo com-

missum alicui intelligentiae, quia motus lo­ calis non excedit activitatem et ministerium eius, de quo alias. Aliquando vero debetur talis concursus ex propria natura et condidone alicuius agends particularis, quod non est aptum alio modo communicare vel propagare naturam suam, ut in generadone animalium perfectorum accidere credimus et in hominis gerieradone est certissimum, longe tarnen aldori et nobiliori radone. Nam, quia hominis anima non solum perfectior, sed etiam altioris et superioris ordinis est quam reliquae omnes, ideo ad hominis generadonem non solum maior concursus auctoris naturae, sed aldor etiam modus efficiendi animam necessarius est, scilicet per creationem. Quo fit ut humanum semen neque instrumentaliter possit ad illam efficiendam operari, sed tantum ad organizandum cor­ pus. In aliorum vero animalium etiam per­ fectorum generadone, quia animae materia­ les sunt, educuntur de potenda materiae, et ideo potest semen instrumentaliter sal-

Disputación X V III.— Sección II

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in s tru m e n ta lm e n te , a su p ro d u c c ió n , m a s n o sin ay u d a d e u n a cau sa su p e rio r q u e s u p la la a sisten cia (p o r así d ecirlo ) y el a c tu a l influjo d e la fo rm a p rin c ip a l. 41. Se da cumplida respuesta a la objeción antes consignada.— Y n o e x iste e n e sto im p e rfe c c ió n o d e so rd e n n a tu ra l a lg u n o , com o a rrib a se o b je ta b a , sino u n a n a tu r a l co n d ic ió n o in d ig e n c ia a n e ja al m o d o d e g en e ra c ió n y p ro p a g a c ió n q u e u n a d e te rm in a d a esp ecie exige p o r s u n a tu ra le z a . A sí, el h e c h o d e q u e p a ra la g e n e ra c ió n d el h o m b re se re q u ie ra la in fu sió n de! alm a p o r creació n n o co n s­ titu y e im p erfe c c ió n o d e so rd e n n a tu ra l, a n te s b ie n es u n a co n d ic ió n q u e sig u e n a tu ra lm e n te a ta l n a tu ra le z a h u m a n a , p o r lo c u a l d ic h a acción n o es e x tra o r­ d in a ria , sin o d e b id a p o r le y c o m ú n , su p u e s to e l esta b le c im ie n to d e ta l n a tu r a ­ le z a ; p o r co n sig u ie n te , lo m ism o d e b e d e c irse e n el p re s e n te caso, n o p o r una" r a z ó n c o m p le ta m e n te id é n tic a , sin o p ro p o rc io n a l. P o r ta n to , así co m o e n e l h o m ­ b re n o es im p e rfe c c ió n e l q u e u n h o m b re n o p u e d a p ro d u c ir, n i p rin c ip a l n i in s tru m e n ta lm e n te , u n alm a sem e ja n te a la suya, d e ig u a l m o d o , e n los d e m á s animales, n o ob ed ece a im p e rfe c c ió n e l q u e n o p u e d a n e m p le a r to d a la v ir tu d p rin c ip a l necesaria p a ra la e d u c c ió n d e su s fo rm a s, sin o sólo la in s tru m e n ta l. E n efecto , o c u p a n u n lu g a r co m o in te rm e d io , y p o rq u e p o seen alm as q u e , e n c o m p a ra c ió n c o n la ra c io n a l, so n m e n o s p e rfe c ta s, e n c u a n to m ateriales, p o r eso p u e d e n em p lear p a ra p ro d u c irla s u n a c ie rta eficiencia, al m en o s in s tru m e n ta l, co sa q u e n o es p o sib le al h o m b r e ; e n cam b io , p o rq u e , co m p a ra d a s c o n las d e lo s seres in a n im a d o s, las fo rm a s d e lo s v iv ie n te s so n m u c h o m ás p e rfe c ta s, p o r e so se e x ig e n p a ra su p ro d u c c ió n m ás e le m e n to s y u n e x q u is ito y p e c u lia r m o d o d e g e n e ra c ió n ; d e a h í p ro v ie n e el q u e las cau sas p a rtic u la re s n o p u e d a n p o n e r e n ju e g o to d a la v ir tu d p rin c ip a l, sin o ú n ic a m e n te la in s tru m e n ta l, p a ra p ro d u ­ cirlas. N i d eb e n e g á rse le s la acció n in s tru m e n ta l p o r el h e c h o d e q u e su v ir tu d p rin c ip a l n o re s u lte su ficien te, y a q u e e stá n su fic ie n te m e n te p ro p o rc io n a d a s p a ra a q u é lla , m as n o p a ra é s ta ; a h o ra b ie n , la n a tu ra le z a confirió a c ad a especie co­ rru p tib le v irtu d y acció n p a ra p ro p a g a r su n a tu ra le z a , en la m e d id a e n q u e p u d o co n fe rírse la d e a c u e rd o c o n su cap a c id a d y m o d o d e o b ra r ; p o r eso co ncedió a l h o m b re la fa c u lta d d e o b ra r al m e n o s d is p o sitiv a m e n te ; a o íro s seres, la d e

tem concurrere ad earum effectionem, non tamen sine ope superioris causae quae suppleat assistentiam (ut sic dicam) et actualem influxum principalis formae. 41, Obiectioni praemissae satisfit.— Ñe­ que in hoc est aliqua imperfectio vel inor­ dinado naturae, ut supra obiiciebatur, sed est naturalis conditio seu indigentia quam secum affert modus generationis et propagationis, quam talis species natura sua postu­ lai. Sicut, quod ad hominis generationem requiratur infusio animae per creationem non est imperfectio aut inordinado naturae, sed conditio naturaliter consequens ad ta­ lent hominis naturam, et ideo non est ex­ traordinaria illa aedo, sed debita ex com­ muni lege, supposita instimtione talis na­ turae; sic ergo in praesend dicendum est, non omnino eadem, sed propordonali ratione. Quocirca, sicut in nomine non esc ex imperfectione quod unus homo ñeque principaliter ñeque instrumentaliter possit effa­ c e « animam suae similem, ita in aliis animalibus non est ex imperfectione quod non passim totam virmtem principalem ad educ-

tionem suarum formarum necessarians adhibere, sed solum instrumentariam. Nam veIuti medium quemdam ,loeum obtinent, et quia comparatione animae rationales minus perfectas animas, utpote materiales, habent, ideo aliqualem efficientiam, saltern instru­ mentalem, adhibere possunt ad illas efficiendas, quod non potest homo; quia vero com­ paratione inanimatorum longe perfectiores sunt formae viventium, ideo plura requiruntur ad earum effectionem et exquisitus ac peculiaris modus generationis; et inde provenit u t causae particulares non poss'int ad­ hibere totam virtutem principalem, sed tantum instrumentalem ad illas efficiendas. Nec vero, quia principalis virtus non invenitur in eis sufficiens, ideo neganda est eis etiam instrumentaria actio, quia ad hanc inveniuntur sufficienter proportionatae, et non ad illam ; natura autem dedit unicuique speciei corruptibiii virtutem et actionem ad propagandam naturam suam, quantum dare potuit iuxta capacitatem et modum operandi eius; et ideo dedit homini ut saltern disponendo ageret, aliis u t instrumentaliter,

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Disputaciones metafísicas

o b rar in stru m en talm en te, y a otros la d e o b ra r tam b ién p rin cip alm en te. S egún ello, la expresión de q u e S an to T o m ás y otros — com o vim os arrib a— se valen p a ra llam ar a las causas segundas in stru m en to s d e la p rim e ra , se verifica con m ayor p ro p ie d a d en lo s vivientes, sobre todo en los perfectos. 42. S é q u e p u e d e n excogitarse o tro s m odos de h a b la r; efectivam ente, p o r­ q u e en los anim ales m ás p erfectos el sem en no consum a la generación sino en c u a n to u n id o a la h em b ra, p o r eso algunos p en saro n q u e el alm a de la h em b ra tie n e u n peculiar influjo p rin c ip a l en la form ación sustancial d el feto. E n cam ­ bio, d e o tro s vivientes im perfectos, especialm ente d e las p la n ta s, dicen algunos q u e la form a de lo g enerado n o supera sustancialm ente a la form a de la m ism a sem illa, com o se ve en el trig o y otros sem ejantes. P ero estas explicaciones y otras p arecidas en tra ñ a n m u ch as dificultades, q u e n o nos está p erm itid o d etallar ah o ra p o rq u e dep en d en en g ra n p a rte d e la ciencia d el alm a, y p o r ello la opi­ n ión q u e parece m ás p ro b a b le de todas es la q u e hem os e x p u e sto ; y la m ism a experiencia enseña q u e estos vivientes son esencialm ente m enos suficientes y n e ­ cesitan m ayores auxilios, n o sólo p a ra in tro d u c ir la fo rm a sustancial, sino ta m ­ bién p a ra disponer y o rg an izar la m ateria, com o es m anifiesto en el caso de las p lantas. M ás aú n , incluso e n tre los seres inanim ados, los cu erpos sim ples se g en eran con m ayor facilidad q u e los m ix to s; p o r tan to , n o h a y inconveniente alg u n o e n reconocer q u e los vivientes n ecesitan u n concurso su p erio r p a ra en ­ g e n d ra r otros sem ejantes a ellos, au n q u e, p o r su p a rte , n o carezcan de alguna v irtu d y acción q u e les sea pro p o rcio n ad a y con n atu ral. D e este m odo creem os q u e se h a satisfecho am pliam ente a los fu n d am en to s d e la p rim e ra sen ten cia; p ues p ru e b a n n u e stra s afirm aciones segunda y cuarta, y n o tien en fuerza alguna co n tra la p rim era y la te rc e ra , com o hem os explicado d e m an era suficiente al exponerlas. P o r lo q u e h ace a la segunda opinión, n o la consideram os contraria a la d o c trin a q u e hem os sentado, n i sus fu n d am en to s p u e d e n oponerse en nada, com o se h a p u esto de relieve.

aliis vero etiam ut principaliter. Quocirca locutio illa qua D. Thomas1 et alii, ut supra vidimus, vocant causas secundas in­ strumenta primae, secundum quamdam maiorem proprietatem verificatur in viventibus, praesertim perfectis. 42. Scio posse excogitan alios dicendi modos; nam, quia in perfectioribus animalibus semen non perficit generationem nisi ut coniunctum feminae, ideo aliqui putarunt animam ipsius feminae habere peculiarem influxum principalem in substantiali formarione foetus. De aliis vero imperfectis viviventibus, praesertim plantis, dicunt aliqui formam geniti substantialiter non excedere formam ipsius seminis, ut apparet in tritico et aliis eiusmodi. Sed haec et similia plures habent difficultates, quas hoc loco persequi non licet, quia pendent multum ex scientia de anima, et ideo omnium probabilior videtur sententia quam exposuimus, et ipsa-i

i

I, q. 105, a. 5.

met experientia docet haec viventia esse per se minus sufficientia maioribusque auxiliis indigere, non solum ad substantialem for­ mam inducendam, sed etiam ad materiam disponendam et organizandam, ut in plantis constat. Immo et Ínter inanimata, Simplicia corpora facilius generantur quam mixta; nullum ergo est inconveniens fateri indigere viventia concursu superiori ad sibi similia generanda, quamvis ipsa non careant aliqua virtute et actione sibi proportionata et connaturali. Atque hoc modo abunde satisfactum esse putamus fundamentis prioris sententiae; probant enim secundam et quartam assertionem nostram, nihil tamen urgent contra primam et tertiam, ut in discursuülarurn satis declaravimus. Secundam autem sententiam non existimamus esse contrariam doctrinae a nobis traditae, neC fundamenta eius aliquid obstare possuqt, ut ostensum est.

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Disputación XVI11.— Sección III

S E C C I O N

I I I

C uál e s e l principio en cuya virtud l a s susta n cia s creadas producen A LOS ACCIDENTES 1. Motivos de duda por ambas partes.— E l m otivo de d u d a es q u e O la sustancia p ro d u c e al accidente m ed ian te o tro a ccid en te, o p o r sí sola y p o r sí m ism a. S i se afirm a lo p rim e ro , síguese u n proceso al in fin ito ; en efecto, si u n accidente se hace m ed ian te otro, acerca de este otro p reg u n to en v irtu d d e q u é p rin cip io se h a c e ; si m ed ian te o tro accidente, d e él se p lan tea la m ism a cues­ tió n : en cam bio, si nos d etenem os en alguno q u e es p ro d u cid o pró x im am en te p o r la sustancia, esto m ism o d eb ería afirm arse d el p rim ero , p o rq u e no h a y m a­ yor ra z ó n p a ra u n o q u e p a ra o tro . A hora bien, si aten d ien d o a este m otivo se dice q u e la sustancia p ro d u ce al accidente p o r sí m ism a, se sigue en p rim e r lu g a r q u e n in g ú n accidente es p rin cip io p ro d u c tiv o d e otro. E n segundo té rm i-, n o, se sigue q u e las potencias y facultades operativas de las sustancias creadas 1 n o son d istin tas d e sus form as. O ciertam ente, si p a ra evitar estos in c o n v e n ie n -' tes se afirm a q u e u nos accid en tes son p ro d u cid o s in m ed iatam en te por la su s -' tancia p o r sí m ism a, y otros p o r m edio d e accidentes, será p reciso d a r alguna razó n d e ta l distinción y diferencia y m anifestar cuáles son los accidentes q u e se hacen d e u n a m an era o d e o tra . A dem ás, será necesario m o s tra r, c u an d o u n acéidente es p rin cip io quo d e la p ro d u cció n d e o tro , si es p rin c ip a l o in s tru ­ m en tal. D e a q u í resu lta clai-o, p o r tan to , q u e u n accidente p u ed e, com o m áxim o, o b ra r en calidad de in stru m e n to d e la sustancia, p o rq u e sólo es e n te d e l e n te (según d ic e n los filósofos) y tie n e to d o su ser de la sustancia y e n o rd e n a la sustancia com o en ord en a su fin. M as p o r o tra p a rte parece q u e d eb e se r p rin ­ cipio p rin cip al, ya q u e el efecto n o supera su perfección. 2. P a ra explicar este p u n to supongo que los accidentes p u e d e n p ro d u c irse de dos m o dos. U n o , p o r u n a acción p ro p ia, com o cuando se h ace la lu z p o r ilum inación o el «donde» p o r u n m ovim iento local p ropio. D e u n segundo m odo, p o r resultancia n a tü ra l, com o la relación re su lta del fu n d a m e n to u n a vez p u esto

SECTIO I I I

substantia per seipsam, alia vero mediis accidentibus, oportebit huius disdnctionis et discriminis aliquam rationem reddere, et quaenam accidentia uno vel alio modo fiant 1. Quae utrinque dubitationis causae.— aperire. Ac rursus exponere oportebit, quan­ Ratio dubitandi est quia vel substantia ef- do unum accidens est principium quo effificit accidens medio accidente vel se sola ciendi aliud, an sit principale vel instru­ et per seipsam. Si primum dicatur, sequi- mentale. Hinc enim apparet accidens ad tur processus m infinitum; nam si unum summum posse agere ut instrumentum sub­ accidens fit mediante alio, peto de ilio alio stantiae, quia solum est ends ens (ut loquo principio fiat; si medio alio accidente, quuntur philosophi), et a substantia et de ilio redit eadem quaestio; si vero sisti- propter substantiam tamquam propter finem mus in aliquo quod proxime fit a substan­ tia, id debuisset dici de primo, quia non habet totum suum esse. Aliunde tamen viest maior ratio de uno quam de alio. Si detur debere esse principium principale, autem ob hanc rationem dicatur substan- cum effectus non excedat perfectionem eius. 2. Ad hanc rem explicandam suppono tiam efficere accidens per seipsam, sequitur primo nullum accidens esse principium ef- duobus modis posse fieri accidentia. Uno ficiendi aliud. Sequitur secundo potentias modo, per propriam actionem, ut cum fit et facilitates ad operandum in substantiis lumen per Sluminationem aut Ubi per procreatis non esse aliud ab earum formis. Vel prium motum localem. Secundo, per resujcerte, si ad evitanda haec incommoda dican- tantiam. naturalem, u t relatio resultat ex tur quaedam accidentia fieri immediate a fundamento posito termino (si est modus Q uodna m s it p r in c ip iu m quo s u b st a n t ia e CREATAE EFFICIUNT ACCIDENTIA

Disputaciones metafísicas

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el té rm in o (si es u n . m o d o d is tin to d e l fu n d a m e n to ), o com o la fig u ra re s u lta de la d iv isió n , o b ie n d e l m o v im ie n to o d e l té rm in o d e l m o v im ie n to lo c a l; y se cree q u e la s p asio n es p ro p ia s d e la s cosas se h a c e n a sim ism o d e esta m a n e ra . D e u n te r c e r m o d o , c a b ría e n te n d e r q u e e l ac c id e n te se p ro d u c e c o n c o m ita n te m e n te con la su stan cia, sin re s u lta r d e e lla ; co m o , p o r e je m p lo , la c a n tid a d (se h ace) con la m a te ria p rim a ; m as p o r a h o ra o m itim o s e ste m o d o p o rq u e , si es v e rd a ­ d ero , p u e d e re d u c irse a u n o d e lo s d o s a n te rio re s, se g ú n e x p licarem o s, y p o rq u e en ta l m o d o de p ro d u c c ió n e l p rin c ip io q u e sea p ro d u c tiv o d e la su sta n c ia lo será ta m b ié n d el ac c id e n te q u e se h ace c o n ella.

Primera afirmación sobre la dimanación natural 3. A sí, p u e s, a firm o e n p rim e r lu g a r : c u a n d o e l ac c id e n te es p ro d u c id o p o r d im a n a c ió n n a tu ra l, s u p rin c ip io p ró x im o , seg ú n tal m o d o d e eficiencia — cual­ q u ie ra q u e sea d ic h o m o d o — ■, p u e d e ser la su stan cia, si e l a c cid en te, e n c u e stió n está in m e d ia ta m e n te u n id o a e lla ; p e ro a veces p u e d e re s u lta r m e d ia n te o tro a c c id e n te , si tie n e c o n éste u n a co n ex ió n m ás p ró x im a . T o d a e sta co n clu sió n es c o m ú n m e n te a d m itid a y p u e d e explicarse, e n p rim e r lu g a r, p o r in d u c c ió n ; p o rq u e el e n te n d im ie n to , p o r eje m p lo , d im a n a p ró x im a m e n te d e la su sta n c ia d e l alm a, y d e la m a te ria o d e la fo rm a y la c a n tid a d . C o n sig u ie n te m e n te , e n lo q u e a ta ñ e a e sta s p ro p ie d a d e s n o e s p o sib le a sig n ar n in g ú n p rin c ip io in trín se c o ac­ c id e n ta l; lu e g o es su sta n c ia l. E n c a m b io , la fig u ra, v . g r., o e l «do n d e» re s u lta n m e d ia n te la c a n tid a d ; y la b la n c u ra es re s u lta d o d e u n a d e te rm in a d a m ezc la d e las c u a lid a d e s p rim a ria s. T a m b ié n e s p ro b a tiv o d e e sta co n c lu sió n e l m o tiv o d e d u d a p u e s to al p rin c ip io , p u e s si el a ccid en te c o n v ien e in trín se c a m e n te a la sus­ tan cia, n o p u e d e co n v en irle s ie m p re m e d ia n te u n a c c id e n te co m o p rin c ip io in ­ trín se c o d e l m ism o , sin o q u e n e c e sa ria m e n te d e b e n e sta r e n co n ex ió n in m e d ia ta u n a c c id e n te y la s u s ta n c ia ; a u n q u e n o es p re c iso q u e to d o s los a c cid en tes in ­ trín se c o s sean d e e sta clase. Y la ra z ó n d e la d iv e rsid a d q u e e n tre ellos ex iste es f á c il: irnos e stá n o rd e n a d o s a la su sta n c ia d e m a n e ra m á s in m e d ia ta q u e o tro s. 4. C o m p re n d o q u e p u e d e d a rs e la sig u ien te re s p u e s ta : a u n q u e u n a c c id e n te esté ín tim a e in m e d ia ta m e n te u n id o a la su sta n c ia , n o p o r e llo e s p re c iso q u e

conclusio communiter recepta est, et potest primo inductione declarari; nam intellectus, verbi gratia, proxime manat a substantia animae, et quantitas a materia vel a forma. Unde respectu harum proprietatum non pot­ est assignari aliquod principium intrinsecum accidentale; est ergo substantiale. At vero figura, verbi grada, aut U bi resultat media quantitate, et albedo resultat ex tali mixtione primarum qualitatum. Hanc etiam conclusionem probat ratio dubitandi in princi­ pio posita, quia si accidens convenit sub­ stantiae ab intrinseco, non potest semper convenire medio accidente, u t intrinsecoprincipio eius, sed aliquod accidens et sub­ Prima assertio de naturali dimanatione stantia debent esse necessario immediate 3. Dico ergo primo: quando accidens connexa; non est tamen necesse u t omnia fit per naturalem dimanationem, principium intrinseca accidentia sint eiusmodi. Et ratio proximum illius secundum talem efficientiae diversitatis inter ea est facilis, quia quaemodum, quicumque idle sit, potest esse sub­ dam eorum habent immediatiorem ordinem stantia, si tale accidens sit immediate conad substantiam quam alia. nexum cum illa; interdum vero potest 4. Video responderi posse licet aliquod resultare medio accidente, si cum filo ha- accidens sit intime et immediate connexum beat propinquiorem connexionem. Tota haec cum substantia, non esse tamen necesse u t a fundamento distinctus), vel sicut resultat figura ex divisione, aut ex motu vel termino motus localis, et propriae passiones rerum censentur etiam hoc modo fieri. Tertio autem modo posset intelligi fieri accidens concomitanter cum substantia absque resultantía ex illa, ut quantitas, verbi gratia, cum materia prima, quem modum nunc omittimus, quia si verus est, ad alterutrum ex praecedentibus revocari potest, u t explicabimus, et quia in eo productionis modo, quod fuerit principium efficiendi substantiam erit principium efficiendi accidens, quod cum illa fit.

Disputación X V III.— Sección III

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e sté u n id o p o r efec tiv a d im a n a c ió n d el ac c id e n te a p a rtir d e la su stan cia, sin o sólo p o r u n a n a tu ra l a p titu d e in s e p a ra b ilid a d , co m o — se g ú n decía m o s a rrib a — p o d e m o s o p in a r c o n p ro b a b ilid a d acerca d e la m a te ria y la c a n tid a d . Y , d e a c u e rd o c o n esto , n o será n e c e sa rio q u e u n a c c id e n te d im a n e in m e d ia ta m e n te d e la su stan cia, sin o q u e sea re c ib id o in m e d ia ta m e n te e n la su stan cia p o r e l m is­ m o a g e n te q u e p ro d u c e a ésta. A p e sa r d e to d o , la co n c lu sió n e stab lecid a su ­ p o n e q u e es m ás p ro b a b le la o p in ió n c o n tra ria , a sa b e r, q u e las p ro p ie d a d e s ac ­ c id e n ta le s, e n esp ecial a q u e lla s q u e sig u e n o se d e b e n a la cosa p o r ra z ó n d e su fo rm a , so n cau sad as p o r la su sta n c ia d e m a n e ra n o sólo m a te ria l y final, sino ta m b ié n efectiv a p o r n a tu r a l re s u lta n c ia , y a sea in m e d ia ta m e n te , si se tr a ta d e la p rim e ra p ro p ie d a d , y a m e d ia ta m e n te , c u a n d o se tr a ta d e la seg u n d a. E s to es lo q u e d efien d e S a n to T o m á s e n I , q . 7 7 , a. 6 , d o n d e h a b la d e las p o te n c ia s d e l a lm a ; p e ro la m ism a ra z ó n es v álid a p a ra c u a lq u ie r fo rm a y p a ra la s p ro p ie d a ­ d es q u e la sig u e n o q u e le son d e b id a s p o r ra z ó n d e ella. Y es m u y v e ro s ím il; p u e s , sien d o la fo rm a su sta n c ia l com o a c to p rim e ro , y la a c c id e n ta l com o se­ g u n d o , es p ro b a b le q u e la fo rm a su sta n c ia l p o se a a lg u n a fu e rz a p a ra q u e d e e lla m a n e n lo s a c c id e n te s q u e le so n p ro p io s. A d e m á s, p o rq u e d e e sta m a n e ra se e n tie n d e m e jo r la c o n ex ió n n a tu ra l q u e h a y e n tre la fo rm a y las p ro p ie d a d e s y el o rd e n esen cial q u e las u n e . E sto q u e d a co n firm a d o e n g ra n m e d id a p o r el e jem p lo sen sib le d e l a g u a q u e se re d u c e a su fria ld a d p rim itiv a ; p o rq u e sem e­ ja n te re d u c c ió n sólo p u e d e h a c e rs e p o r re s u lta n c ia n a tu ra l a p a r tir d e la fo rm a , co m o se h a m o s tra d o a n te rio rm e n te ; lu e g o , p o r ig u a l ra z ó n , se h a de p e n sa r lo m ism o acerca d e c u a lq u ie r p ro p ie d a d n a tu ra lm e n te u n id a a s u fo rm a , s o b re to d o si, p o r o tra p a rte , n o h a y n in g u n a in c o m p a tib ilid a d n i d e p e n d e n c ia d e alg o e x trín se c o . Y e n el c ita d o e je m p lo d e l a g u a c o n sta c o n c la rid a d la c erteza d e la c o n c lu sió n esta b le c id a , a sa b e r, q u e a lg ú n a c c id e n te p u e d e re s u lta r e fe c tiv a m e n te , d e m a n e ra in m e d ia ta , d e l p rin c ip io su stan cial. P o rq u e ta l in ten sificació n d e l frío n o p u e d e te n e r n in g ú n p rin c ip io d e l q u e re s u lte , q u e sea m á s p ró x im o q u e la fo rm a su sta n c ia l d e l ag u a. 5. Se explica la esencia de la resultancia natural.— Opinión de Cayetano.— P e ro , a n te s d e p a sa r a d e la n te , c o n v ien e e x p lic a r d e u n a v e z e n q u é co n siste e sta

connectatur per dimanationem effectivam accidentis a substantia, sed solum propter naturalem aptitudinem et inseparabihtatem, sicut superius dicebamus probabiliter opinari nos posse de materia et quantitate. Et iuxta hoc non erit necessarium aliquod accidens dimanare immediate a substantia, sed recipi immediate in substantia ab eodem agente a quo substantia producitur. Nihilominus tamen supponit condusio posita contrariam sententiam u t probabiliorem, nimirum proprietates accidentales, praesertim illas quae consequuntur aut debentur rei ratione formae, causati a substantia non solum materialiter et finaliter, sed etiam ef­ fective per naturalem resultantiam, vel im­ mediate, si sit prima proprietas, vel media­ te, si sit secunda. Quod tenet D. Thom., I, q. 77, a. 6, ubi loquitur de potentiis animae; est autem eadem ratio de quacumque forma et proprietatibus consequentibus illam seu debitis ratione illius. Estque hoc valde verisimile, quia cum forma substantialis sit ut actus primus, accidentalis vero ut

secundus, probabile est habere formant substantialem aliquam vim ut ab ea manent accidentia sibi propria. Item, quia hoc mo­ do melius intelligitur naturalis connexio in­ ter formant et proprietates, et ordo per se inter illas. E t hoc valde confirmât sensibile exemplum aquae reducentis se ad pristinam frigiditatem ; illa enim reductio fieri non potest nisi per naturalem resultantiam a forma, u t in superioribus ostensum est; ergo eadem ratione idem sentiendum est de quacumque proprietate naturaliter connexa cum forma, praesertim si aliunde nul­ la sit repugnantia aut dependentia ab aliquo extrínseco. E t in ilio esemplo aquae manifeste constat veram esse conclusionem positam, scilicet aliquod accidens posse im­ mediate resultare effective a substantial! principio. Nam ilia intensio frigoris nullum habere potest propinquius principium unde resultet quam sit forma substantialis aquae. 5. Naturalis resultantiae quidditas declaratur.— Caietani opinio.— Sed antequam ulterius procedamus, declarare semel oportet

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Disputaciones metafísicas

re s u lta n c ia natural-: ¿es u n a v e rd a d e ra eficiencia y c a u sa lid a d activ a , o n o ? P o r ­ q u e si es a u té n tic a eficiencia, e n ella se d a rá u n a acció n accid e n ta l p ro p ia , y a q u e la cau salid ad efectiva c o n siste e n u n a acción, co m o v erem o s d e s p u é s ; y , d e esta m a n e ra , la fo rm a su sta n c ia l se rá p rin c ip io in m e d ia to y ú n ic o d e alg u n a acc ió n accid en tal, y se m u ltip lic a rá n la s acciones en la p ro d u c c ió n d e la fo rm a y d e sus p ro p ie d a d e s, y h a b rá u n a acció n esencial p a ra to d a s las cosas q u e se c o p ro d u c e n o se c re a n ju n ta m e n te c o n o tra s, to d o lo cual p a re c e ajen o a la doc­ trin a co m ú n d e los filósofos. E n cam b io , s i .n o es v e rd a d e ra eficiencia, lu e g o n i siq u ie ra p u e d e llam arse eficiencia, p u e s lo q u e n o es v e rd a d e ro o ro n o e s, e n a b so lu to , oro n i p u e d e re c ib ir ta l n o m b re , a n o ser p o r cie rta analo g ía y p ro ­ p o rc ió n , y en el p re s e n te caso n o a p arece n in g u n a ; es m á s : n o p u e d e n i e n te n ­ d e rs e en q u é co n sista esta re s u lta n c ia , si n o es eficiencia. A este p ro p ó s ito , C a­ y e ta n o , en I, q . 5 4 , a. 3, in d ic a q u e ta l d im a n a c ió n es u n a secuela n a tu ra l sin o p e ra c ió n in te rm e d ia , p e ro n o e x p lic a q u é sea d ic h a secuela n a tu ra l, n i de q u é m o d o se p ro d u z c a sin acció n u o p e ra c ió n in te rm e d ia . Y en la q .' 7 7 , a; 1, a d .2 y 3 , a firm a e x p re sa m e n te q u e e s ta re s u lta n c ia se lleva a cab o p o r eficiencia sin acción in te rm e d ia , y cree q u e e s o p in ió n d e Sanco T o m á s , en el lu g a r citad o , ad 3, a u n q u e en d ic h o p asaje n o a firm a q u e la d im a n a c ió n d e lo s a c cid en tes a p a r t ir d e l sujeto se rea lic e sin a cció n , a n te s b ie n dice q u e no tiene lugar por

transmutación, sino por resultancia natural. 6. P o r lo cual, y h a b la n d o rig u ro sa m e n te , te n g o p o r m á s c ie rto q u e esta re s u lta n c ia n o se lleva a cab o sin v e rd a d e ra a c c ió n , a u n q u e n o siem p re se c o n ­ sid e re com o acc ió n e sen cialm en te d is tin ta n i co m o m u ta c ió n p ro p ia . A m i juicio, esto se p ru e b a e n g en eral, d e m a n e ra su ficien te, p o r la ra z ó n y a in d ic a d a , p u e s o e sta eficiencia e s v e rd a d e ra o n o es eficiencia, y a q u e n o p u e d e d a rse m edio. C o n sig u ie n te m e n te , si e s v e rd a d e ra eficiencia, in te rv ie n e u n a acción. S i n o es eficiencia, ta m p o c o es re s u lta n c ia n i n a tu ra l secu ela cau sal, sino sólo ilativ a, p o rq u e , p u e sto u n o , se p o n e e l o tro p o r e x ig en c ia n a tu ra l. D e ig u al m an era, e n tr e la m a te ria y la fo rm a d e l cielo e x iste ila c ió n n a tu ra l, p e ro n o d im a n a c ió n d e u n a a p a rtir d e la o tra.

quidnam sit haec naturalis resultantia, an, scilicet, sit vera efficientia et causalitas activa necne. Quia, si est vera efficientia, interveniet ibi propria actio accidentals ; nam causalitas effettiva in actione consistit, u t infra videbimus; atque ita forma substan­ t i a l erit principium immediatum et uni­ cum alicuius actionis accidentalis, et multiplicabuntur actiones in productione formae et proprietatum eius, eritque per se actio ad haec omnia quae comproducuntur vel concreantur cum aliis, quae omnia videntur aliena a communi philosophorum dottrina. Si autem illa non est vera efficientia, ergo neque efficientia dici potest, quia quod non est verum aurum absolute non est aurum, neque tale dici potest nisi propter aliquam analogiam et proportionem, quae in p r e ­ senti nulla apparet; immo neque intelligi potest quid sit haec resultantia, si non est efficientia. Circa hoc Caietan., I, q. 54, a. 3, indicat hanc dimanationem esse naturalem sequelam absque operatione media; non tamen declarat quid sit ilia naturalis sequela,

aut quomodo fiat sine actione vel operatio­ ne media. Et q. 77, a. 1, ad 2 et 3, ex­ presse ait hanc resultantiam esse per efficientiam sine actione media, et putat esse sententiam D. Thomae, ibi, ad 3, ubi ta­ rnen non ait dimanationem accidentium a subiecto esse sine actione, sed non esse per aliquam transmutationem, sed per naturalem resultationem. 6. Quocirca, si in rigore loquamur, verius existimo hanc resultantiam non esse sine vera actione, quamquam non semper reputetur actio per se distincta, neque ut propria mutatio. Hoc, ut existimo, satis pro­ bat in communi ratio fatta, quia aut haec est vera efficientia vel nulla; non potest enim dari medium. Si ergo est vera effi­ cientia, intervenit actio. Si non est efficien­ tia, neque etiam est resultantia aut natura­ lis sequela causalis, sed illativa tantum, quia, posito uno, ponitur aliud propter naturale debitum. Sicut inter materiam et formam caeli est naturalis illatio, non tarnen dima-

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P a re c e q u e a lg u n o s se ñ a la n u n m e d io e n tre esto s e x tre m o s, d ic ie n d o q u e é sta n o es eficiencia, sino cuasi-eficiencia, y co n siste ú n ic a m e n te e n q u e la cau sa p ro d u c tiv a d e la su sta n c ia es d e te rm in a d a p o r ra z ó n d e é sta a co n fe rirle la s p ro p ie d a d e s q u e le so n p ro p o rc io n a d a s. P e ro , en p rim e r lu g a r, é sta n o es, e n v e rd a d , eficiencia n in g u n a , sin o sólo u n a c o n n a tu ra lid a d , q u e se d a ta m b ié n e n ­ tr e la p o te n c ia p a siv a n a tu ra l y el acto. A d e m á s, el e jem p lo d e la re d u c c ió n d e l a g u a n o s obliga a re c o n o c e r u n a eficiencia m a y o r y m ás v e rd a d e ra . P o r ú ltim o , in c lu so a d m itid o aq u e llo es p re c iso a firm a r — lo c u a l a ta ñ e a la c u e stió n — q u e la cau sa eficiente d e la su sta n c ia p ro d u c e c o n c o m ita n te m e n te u n a p ro p ie d a d d is­ tin ta , m as n o sin acció n c o n c o m ita n te , p u e s es c o n tra d ic to rio q u e se h a g a u n a cosa d is tin ta sin acció n d is tin ta c u a n d o esa cosa n o es c o m p o n e n te d e l té rm in o p rim a rio d e o tra a cció n , y a q u e la acc ió n n o es m á s q u e c ie rto m o d o d e l m ism o té rm in o fo rm a l y esen cial — co m o lu e g o d iré — ■, ra z ó n q u e voy a e x p lic a r con m a y o r a m p litu d in m e d ia ta m e n te . 7. Doble modalidad de la dimanación natural.— A d e m á s, a rg u m e n to d e l si­ g u ie n te m o d o : e sta re s u lta n c ia n a tu ra l se realiz a a veces p o r sí sola y se p a ra d a ­ m e n te d e la p ro d u c c ió n d e a q u e lla cosa d e la c u a l re s u lta ; e n cam bio, o tra s v e­ ces e stá u n id a a ella d e ta l m a n e ra q u e n u n c a le es p o ste rio r, sino to ta lm e n te s im u ltá n e a ; así, p o r eje m p lo , c u a n d o el a g u a se re d u c e a su p rim itiv a fria ld a d h a y d im a n a c ió n n a tu ra l, se g ú n a d m ite C ay etan o en la c ita d a q . 54, a. 3 , al final, d o n d e ta m b ié n dice lo m ism o c o n re s p e c to al m o v im ie n to d e u n g ra v e g e n e ra d o e n u n lu g a r su p e rio r, el cu al m o v im ie n to re s u lta n a tu ra lm e n te d e la g ra v e d a d , u n a v e z elim in a d o s lo s im p e d im e n to s. A h o ra b ie n , siem p re q u e la re ­ su lta n c ia se p ro d u c e d e este m o d o , es ev id e n tísim o q u e n o se lleva a cabo sin eficiencia y v e rd a d e ra acció n y m u ta c ió n , com o c o n sta m an ifie sta m e n te e n los eje m p lo s a d u c id o s ; y la ra z ó n e strib a en q u e , e n tales casos, com ienza a e x is tir e n el su jeto algo q u e a n te s n o existía. Y com ien za esen c ia lm e n te sin n u e v a p r o ­ d u c c ió n d e o tra c o s a ; lu e g o c o m ien za p o r a lg u n a cau sa eficiente y p o r u n a a u ­ té n tic a acción y m u ta c ió n ; p o r ta n to , a q u e lla re s u lta n c ia es e n fria m ie n to y m o ­ c ió n lo cal e n se n tid o p ro p io . L a m ism a ra z ó n e x iste sie m p re q u e u n a c c id e n te ad v ie n e d e n u e v o p o r sí solo a a lg ú n su je to p re e x iste n te , o sea, sin o tro a cci-

natio unius ab alia. Aliqui videntur inter dum : nam haec naturalis resultantia interhaec assignare medium, dicentes hanc non dum per se sola fit et separatim a producesse efficientiam, sed quasi efficientiam, tione illius rei a qua resultat; interdum quae in hoc solum consistit quod causa ef- vero ita est coniuncta cum illa ut nunquam ficiens substantiate ratione illius determina- sit posterior, sed omnino simul cum illa, tur ut ei der proprietates illi proportionatas. ut, verbi grana, quando aqua se redudt ad Sed imprimis haec revera nulla efficientia pristinam frigiditatem, illa est naturalis diest, sed solum connaturalitas, quae inter po- manatio, u t Caietanus fatetur, dieta q. 54, tentiam passivam naturalem et actum etiam a. 3, in fine, ubi edam idem ait de motu intercedit. Deinde exemplum de reductione gravis geniti in superiori loco, qui, ablato aquàe cogit ut maiorem ac veriorem effi­ impedimento, naturaliter resultat ex gravi­ cientiam fateamur. Denique, etiam ilio po- tate. Quotiescumque autem resultantia fit sito, necesse est dicere, quod ad rem spec- hoc modo, evidentissimum est non fieri sine tat, causam efficientem substantiam conco- efficientia et vera actione ac mutatione, ut mitanter efficere proprietatem distinctam, in dictis exemplis manifeste patet; et ratio non tarnen sine actione concomitante, quia est quia ibi incipit esse aliquid in subiecto, repugnat rem distinctam fieri sine distincta quod antea non erat. E t per se incipit absactione quando ex illa re non componitur que nova productione alterius rei; ergo in­ ipse primarius terminus alterius actionis, cipit per aliquam efficientem causam et per quia actio solum est quidam modus ipsius propriam actionem ac mutationem ; unde termini formalis ac per se, u t infra • dicam, illa est propria frigefactio et modo localis. quam rationem statini amplius declarabo. Atque eadem ratio est quotiescumque ali7. Duplex dìmanationis naturalis mo­ quod accidens de novo advenit alicui sub­ dus.— Praeterea argumentor in hunc mo- iecto praeexistenti per se solum seu absque

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Disputaciones metafísicas

d e n te a n te rio r; p u e s, si le a d v ie n e n varios u n id o s e n tre sí sim u ltá n e a m e n te , se ju z g a q u e el q u e es p rim e ro y ra íz d e los dem ás ad v ie n e p o r sí, y los d e m á s c o n co m ita n te m e n te . Se. d ir á : e n to n c e s, c u a n d o la re la c ió n ad v ie n e al fu n d a m e n to p o r p o sic ió n d e l té rm in o se d a u n a n u e v a acción esen cial, p o rq u e ú n ic a m e n te aq u e l ac c id e n te rela tiv o ad v ien e en to n ce s de n u ev o a ta l su jeto . A lg u n o s re s p o n ­ d e n co n ced ien d o la c o n se c u e n c ia ; otros la n ieg an , p o rq u e b a s ta q u e re s u lte d e la p o sic ió n del té rm in o . O tro s e stim an q u e e n ese caso n o se d a acc ió n n in g u n a , p u e sto q u e sem ejan te relació n n o es u n a cosa o u n m o d o re a lm e n te d is tin to d e su fu n d a m e n to , d e lo cu al n o s ocu p arem o s e n el lu g a r o p o rtu n o . 8. Y a base d e esta re su lta n c ia , q u e está se p a ra d a te m p o ra lm e n te d e la p ro ­ d u c c ió n , d eb e e m itirse ju icio acerca d e c u a lq u ie r o tra , a u n c u a n d o e sté u n id a e n e l m ism o in s ta n te ; p o rq u e la sim u lta n e id a d e n d u ra c ió n -n o elim in a la d is­ tin c ió n . T a n to m á s cu a n to q u e estas cosas, a u n q u e se a n sim u ltá n e a s d e m a n e ra n a tu ra l, p o d ría n sep ararse so b re n a tu ra lm e n te , lo c u a l c o n stitu y e a rg u m e n to su ­ ficiente d e d istin ció n . Se ex p lica la c o n c lu sió n ; e fe ctiv am en te, D io s, c u a n d o c re a la su sta n c ia d e l alm a , p o d ría su sp e n d e r la e m an a ció n d e las p o te n c ia s a p a rtir d e e lla y , d espués d e alg ú n tie m p o , p e rm itirla o p re s ta r su co n cu rso p a ra d ic h a d im a n a c ió n , y en to n c e s la d im a n a c ió n p o ste rio r sería u n a a u té n tic a eficiencia y v e rd a d e ra acción, p o r. la m ism a ra z ó n p o r la q u e se h a d ic h o ac e rc a d e l ' e n ­ fria m ie n to del agua q u e se re d u c e a su estado n a tu r a l; c o n sig u ie n te m e n te , ta m ­ b ié n es u n a acción p ro p ia y d is tin ta c u an d o se h ace e n sim u lta n e id a d te m p o ra l. A d e m á s, a rrib a se h a in d icad o la razó n a priori: estas fo rm as accid e n ta le s o p r o ­ p ie d a d e s son cosas d istin ta s d e la su s ta n c ia ; p o r ta n to , a u n c u a n d o se h a g a n c o n la m ism a su sta n c ia o re s u lte n d e ella, es p re c iso q u e se h a g a n p o r u n a a c ­ ció n d is tin ta , si b ie n aco m p a ñ a o sigue a o tra . L a c o n secu en cia es e v id e n te p o rq u e esas dos cosas — la su stan cia y la p ro p ie d a d — n o se p ro d u c e n d e m a ­ n e ra ig u a lm e n te p rim a ria com o dos p a rte s d e u n té rm in o c o m p u e sto , sin o q u e , en a b so lu to , se h a c e con p rio rid a d n a tu ra l la su sta n c ia , y d e sp u é s re s u lta o se le a ñ a d e e l a ccid en te p ro p io . A sí, c u a n d o se crea el alm a, la acció n c re a tiv a te r-

alio priori accidente; nam, si plura simul inter se connexa adveniant, illud, quod est primum et radix aliorum. censetur per se advenire, reliqua concomitanter. Dices: er­ go, quando relatio advenit fundamento ex posinone termini, intervenit ibi nova actio per se, quia solum illud accidens relativum tunc de novo advenit tali subiecto. Respon­ dent aliqui concedendo sequelam; alii negant, quia satis est quod resultet ex posi­ none termini. Alii existimant nullam ibi in­ tervenire actionem, quia huiusmodi relano non est res aut modus ex natura rei distinctus a fundamento, de quo sub loco videbimus. 8. Ex hac vero resultantia, quae tempore separatur a productione, ferendum est iudicium de quacumque alia, etiamsi sit in eodem instanti coniuncta; nam simultas in duratione non tollit distinctionem. Eo vel maxime quod, licet haec naturaliter sint simul, possent supernaturaliter separari, quod est sufficiens argumentum distinctionis. Assumptum declaratur; nam dum creat1

Deus substantiam animae, posset suspende­ re emanationem potentiarum ab illa et post aliquod tempus permitiere illam seu dare concursum ad talem dimanationem, et tunc ilia posterior dimanatio esset propria efficientia ac vera actio, eadem ratione qua dictum est de frigefactione aquae reducentis se ad naturalem statum; ergo, etiam quan­ do simul tempore fit, est propria et distincta actio. Praeterea, supra tacta est ratio a prio­ ri, quja huiusmodi accidentales formae seu proprietates sunt res distinctae a substan­ tia; ergo, licet fiant cum ipsa substantia vel ab ipsa resultent, necesse est u t fiant per actionem distinctam, licet concomitantem vel consequentem aliam. Patet consequentia quia ilia duo, scilicet, substantia et proprietas, non fiunt aeque primo tamquam duae partes unius compositi termini, sed absolute fit prius natura substantia et deinde resultat vel additur ei accidens pro­ prium. U t cum creatur anima, actio crea­ tiva l per se terminatur ad solam substan-

1 La sustitución de «creativa» por «creaturae», que aparece en otras ediciones, hace el párrafo ininteligible. (N. de los EE.)

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Disputación X V III.— Sección III

m in a esen c ia lm e n te e n la sola su sta n c ia , q ü e es la ú n ic a q u e se h ace d e la n a d a y c o n stitu y e el té rm in o e sen cial d e d ic h a a c c ió n ; lu e g o , p a ra q u e se le a ñ a d a a lg u n a cosa d is tin ta , e s n e c e sa ria o tra eficiencia y , c o n se c u e n te m e n te , u n a n u e v a a c c ió n , a u n q u e a c o m p a ñ e d e m a n e ra n e c e sa ria a la o tra e n v ir tu d d e u n a c o n e­ x ió n n a tu ra l. A ñ ád ase q u e e l p rin c ip io p ró x im o d e ta l eficiencia es ta m b ié n d is ­ tin to , se g ú n n u e s tra o p in ió n ; p o rq u e es la m ism a su sta n c ia in trín se c a , q u e es té r m in o d e la acción a n te rio r. A sim ism o , e l p rin c ip io m a te ria l es e n m u c h a s o c a ­ sio n es d iv e rso ; d e ig u a l m o d o q u e , e n e l e je m p lo y a d ic h o d e la c reació n d e l alm a , n o h a y n in g ú n p rin c ip io m a te ria l, sin o q u e la su sta n c ia del alm a e s el p rin c ip io m a te ria l d e sus p o te n c ia s. T a m b ié n el té rm in o p ro p io es d is tin to en l a re a lid a d , com o s u p o n e m o s ; lu e g o e n ta l caso se d a u n a acció n d is tin ta e n la re a lid a d , a u n q u e físic a m e n te y e n el c o m ú n m o d o d e h a b la r se co n sid e re n c o m o am a p o rq u e tie n e n c o n e x ió n y d im a n a c ió n in trín se c a . 9. Diferencia que debe observarse entre los antedichos modos de dimanación n a t u r a l S o b re e ste p u n to h a d e a d v e rtirse u n a d ife re n c ia e n tre lo s d o s m o d o s d e re s u lta n c ia n a tu ra l q u e h e m o s d is tin g u id o a n te rio rm e n te . P u e s c u a n d o la d i­ m a n a c ió n es ta l q u e n u n c a p u e d e h a c e rse p o r sí y se p a ra d a m e n te , sin o sólo e n c u a n to u n id a a u n a acció n a n te rio r y a su té rm in o , en to n c e s n o se c o n sid e ra c o m o acc ió n p ro p ia y e sen cial, y m u c h o m e n o s co m o m u ta c ió n , sin o co m o u n c u a s i co m p le m e n to a c c id e n ta l d e la acció n a n te rio r. P o r eso se dice q u e , e n o rd e n a sem e ja n te s a c cid en tes o p ro p ie d a d e s, n o h a y acc ió n o m o v im ie n to esen cial. E n cam b io , c u a n d o d ic h a re s u lta n c ia se p ro d u c e p o r sí y se p a ra d a m e n te , com o e n la re d u c c ió n d e l ag u a , se tie n e p o r acció n e sen cial y m u ta c ió n p ro p ia q u e tie n d e esen c ia lm e n te a ta l té rm in o acc id e n ta l. Y e sta d ife re n c ia n o ra d ic a ta n to e n la re a lid a d c u a n to e n u n a d e n o m in a c ió n to m a d a d e la se p aració n o d e la c o n ­ c o m ita n c ia d e acciones.

Corolarios de la doctrina anterior 10. D e las ra z o n e s ad u c id a s se in fiere , e n p rim e r lu g a r, q u e e sta re s u lta n ­ cia se lleva a cabo c o n u n a v e rd a d e ra eficiencia y acció n ú n ic a m e n te c u a n d o lo q u e re s u lta es, p o r p a rte d e la re a lid a d , d is tin to d e a q u e llo d e q u e re s u lta . P u e s

tiam ; ilia enim tantum ex nihilo fit et per se terminât illam actionem; ergo u t ei addatur aliqua res distincta, necessaria est alia efficientia, et consequenter nova actio, licet ex naturali connexione necessario comitetur aliam. Adde principium proximum talis efficientiae, iuxta nosttam sententiam, etiam esse distinctum; nam est ipsamet intrinseca substantia, quae est terminus prioris actionis. Item principium materiale saepe est diversum; ut in dicto exemplo creationis animae, nullum est materiale principium, ipsa vero substantia animae est materiale prin­ cipium suarum potentiarum. Terminus etiam proprius est in re distinctus, u t supponim us; ergo intervenit ibi actio in re distinc­ ta, quamvis physice, et in communi modo loquendi, tamquam una computentur, quia habent intrinsecam connexionem et dimanationem. 9. Discrìmen notandum inter praedictos modos naturalis dimanationis.— In quo est notanda differentia inter duos modos resul-

tantiae naturalis, quos supra distinximus. Quando enim dimanatio talis est u t nunquam possit per se et separatila fieri, sed solum u t connexa priori actioni et termino eius, tunc illa non censetur propria et per se actio, et multo minus mutatio, ¿sed quasi complementum accidentale prioris actionis. Et ideo ad huiusmodi accidentia vel proprietates dicitur non esse per se aedo aut mOtus. At vero quando talis resultantia per se et separatici fit, ut in reductione aquae, tunc censetur per se actio et propria muta­ tio tendens per se ad talem accidentalem terminimi. Quae differentia non est tam in re quam in denominatione sumpta ex se­ p aratio n vel ex concomitantia actionum. Corollaria superioris doctrinae 10. Atque ex rationibus factis colligitur, primo, tunc solum hanc resultantiam esse cum vera efficientia et actione quando id quod résultat est a parte rei distinctum ab eo a quo résultat. Nam si solum sit ratione

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si só lo se d is tin g u e p o r la ra z ó n , a u n q u e m e ta físic a m e n te se d ig a q u e u n o se sig u e d e l otro, n o p u e d e h a b e r a u té n tic a eficiencia n i d im a n a c ió n física, sin o so ­ la m e n te co n secu ció n m e ta físic a . A sí, si d ecim o s q u e , p o r. el h e c h o d e q u e la fo r­ m a es p rin c ip io fo rm a l d e se r, re s u lta q u e es ta m b ié n p rin c ip io p rin c ip a l d e o b r a r ; y lo m ism o su ced e c o n to d o s los a trib u to s sem e ja n te s q u e , se g ú n n u e s tro m o d o d e c o n c e b ir, se a trib u y e n a la cosa co m o p ro p ie d a d e s suyas, a u n c u a n d o n o se d is tin g a n a c tu a lm e n te d e ella en la re a lid a d . P o rq u e en to d o s estos n o p u e d e h a b e r eficiencia re a l, y a q u e é sta n o se d a e n I g s co n c e p to s, sino en las cosas m ism as. P o r ello, exige n e c e sa ria m e n te d is tin c ió n re a l e n tre el p rin c ip io y el té rm in o . 11. Accidentes que resultan del principio sustancial,— E n se g u n d o lu g ar, d e lo s m ism o s p rin c ip io s se colige q u e esta re s u lta n c ia n a tu ra l a p a rtir d el p rin ­ cip io su stan cial sólo se d a e n tre aq u ello s a c c id e n te s q u e so n c o n n a tu ra le s d e tal m a n e ra q u e s u p o n e n a b so lu ta m e n te la su sta n c ia m ism a d e la q u e s o n p ro p ie d a ­ des. Y a d v ie rto e sto p o rq u e , seg ú n u n a o p in ió n p ro b a b le , q u e afirm a q u e las d isp o sicio n es q u e p re c e d e n te m p o ra lm e n te a la fo rm a en el in s ta n te d e la gene­ ra c ió n te rm in a n in trín se c a m e n te e n el g ra d o d e te rm in a d o q u e ta l fo rm a re q u ie re y p e rm a n e c e n n u m é ric a m e n te id é n tic a s, seg ú n e sa o p in ió n — re p ito — esto s acci­ d e n te s n o d im a n a n d e la fo rm a e n e l in s ta n te d e la g e n e ra c ió n , a u n q u e sean p ro p ie d a d e s q u e le son c o n n a tu ra le s e n g ra d o su m o , com o lo es el calo r c o n re s p e c to a la fo rm a d e fu e g o o el frío c o n re s p e c to a la d e ag u a, n o p o rq u e d ic h a fo rm a n o fu e ra su ficien te p a ra ' ta l p ro d u c c ió n p o r m o d o d e re su lta n c ia , sin o p o rq u e se su p o n e q u e la c u a lid a d ya h a sid o p ro d u c id a esen c ia lm e n te p o r e l a g e n te a tra v é s d e to d a la m u ta c ió n q u e h a p re c e d id o e n el tie m p o y h a te r­ m in a d o en e l in s ta n te d e la g e n e ra c ió n , c o n p rio rid a d n a tu ra l a q u e se in tro ­ d u z c a la form a. 12. Se responde a una cuestión secundaria.— C a b e p r e g u n ta r : a u n q u e no se d é e sta re s u lta n c ia e n el in s ta n te d e la g e n e ra c ió n , ¿ tie n e lu g a r in m e d ia ta ­ m e n te d e sp u é s p o r m o d o d e c o n serv ació n ? R e sp o n d o q u e e sta c u e stió n n o es p e c u lia r d e estas c u a lid a d e s q u e p re c e d e n e n e l o rd e n n a tu ra l, sino q u e , acerca d e to d a s las p ro p ie d a d e s q u e d e sd e el p rin c ip io re s u lta n d e las fo rm a s, p u e d e

distinctum, licet metaphysice unum dicatur serentem dispositiones tempore praecedenconsequi ex alio, non potest ibi vera effites ad formam in instanti generationis incienria intervenire nec dimanatio physica, trinsece terminari in tali gradu, quem talis sed solum metaphysica consecutio. U t si di- forma requirit, et easdem numero manere, camus ex eo quod forma est formale prin- iuxta illam (inquam) opinionem, haec acci­ cipium essendi resultare quod sit etiam dentia in instanti generationis non manant principale .principium agendi; et idem est a forma, etiamsi sint proprietates maxime de omnibus similibus attributis, quae iuxta connaturales illi, ut est, calor respectu fornostrum concipiendi modum attribuuntur mae ignis vel frigus aquae, non quia talis rei ut proprietates eius, licet ab hac non forma non esset sufficiens ad illam effectiodistinguantur actualiter in re ipsa. In his nem per modum resultantiae, sed quia supenim omnibus non potest intervenire effi- ponitur qualitas iam per se producta ab cientia realis, quia haec non est in concep- agente per totam mutationem tempore praetibus, sed in ipsis rebus. Unde necessario cedentem et terminatalo in instanti genera­ requirit distinctionem in re inter principium tionis, prius natura quam introducatur forma. et terminum. 11. Quae accidentia resultent a subs tan­ 12. Quaestiunculae respondetur.— Sed nali principio.— Secundo infertur ex iisdem quaeres, esto non interveniat haec resultantia in instanti generationis, an immediate principiis hanc resultantiam. naturalem a principio . substantiali solum intervenire in­ post intercedat per modum conservations. ter ea accidentia quae ita sunt connatura- Respondeo hanc quaestionem non esse pelia ut simpliciter supponant ipsam substan- culiarem de his qualitatibus quae ordine tiam cuius sunt proprietates. Quod ideo ad- naturae antecedunt, sed de omnibus proprieverto quia, iuxta probabilem opinionem as- tatibus quae a principio resultant ex for-

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p re g u n ta rse , d e m a n e ra sem ejan te, si d ic h a re s u lta n c ia es sólo p o r m o d o d e p r o ­ d u c c ió n e n el p rim e r in s ta n te o tie m p o e n q u e la cosa se p ro d u c e o se c o p ro ­ d u c e , o si, p o r el c o n tra rio , p e rse v e ra p o r m o d o d e c o n serv ació n to d o el tie m p o q u e d u ra esa p ro p ie d a d , d e su e rte q u e , así com o e n la ilu m in a c ió n n o sólo p e r­ severa la lu z , sino ta m b ié n la acción d e ilu m in a r, ig u a lm e n te e n el a lm a q u e p o se e e n te n d im ie n to n o sólo se m a n tie n e é ste , sin o ta m b ié n la em a n a c ió n d e l e n te n d im ie n to a p a r tir d e l alm a , y, d e m a d e ra se m e ja n te , e n el fu e g o o e l a g u a n o so lam en te p e rs e v e ra el calo r o el frío , sino ta m b ié n la e m an a ció n a c tu a l a p a r t ir d e su fo rm a . E n e sta d u d a , n o veo q u e p u e d a d efin irse n a d a c o n u n a ra z ó n c ie rta , sino q u e u n a y o tra re s p u e s ta p u e d e re s u lta r p ro b a b le p o r co n je­ tu ra s . E fe c tiv a m e n te , u n a vez q u e aq u e lla p ro p ie d a d h a sid o p ro d u c id a p o r d i­ m a n a c ió n n a tu ra l, n o h a y m o tiv o p a ra q u e n e c e site u n a c o n tin u a co n serv ació n , p u e sto q u e ya tie n e s e r p e rfe c to y se e n c u e n tra e n su su je to c o n n a tu ra l. M a s , p o r o tra p a rte , p a re c e p ro b a b le q u e d ic h a d im a n a c ió n a c tu a l n o cese, p o rq u e s u p r in ­ c ip io e stá p re s e n te y u n id o en alto g ra d o y sie m p re tie n e la m ism a fu e rz a p a ra c o n tin u a rla . A d em ás, es p re c iso q u e a q u ella p ro p ie d a d sea co n serv ad a e n acto p o r D io s ; lu eg o , e x istie n d o u n p rin c ip io in trín se c o y p ró x im o m e d ia n te el c u a l p u e d a co n serv arse, es m á s n a tu ra l q u e se co n serv e m e d ia n te él. A d em ás, d e este m o d o se explica m e jo r la m a y o r re siste n c ia q u e , en ig u a ld a d d e c irc u n sta n c ia s, p u e d e d a rse p a ra e x p u ls a r la p ro p ie d a d a p a rtir d e l p ro p io su jeto q u e a p a rtir d e u n su jeto e x tra ñ o . P o r ta n to , p a re c e m ás v ero sím il e ste ex tre m o , su p u e s to el cu al h a y q u e d e c ir, c o n se c u e n te m e n te , q u e , a u n c u a n d o e n el p rim e r in s ta n te d e la g e n e ra c ió n d e l a g u a , p o r e jem p lo , la fria ld a d n o e m a n e d e su fo rm a — p o r ­ q u e el ag u a e n c o n tró y a la fria ld a d p ro d u c id a p o r e l g e n e ra n te — , d e sp u é s, al cesar la acción d e l g e n e ra n te , es co n serv ad a p o r la fo rm a in trín se c a m e d ia n te d i­ m a n a c ió n n a tu ra l, d e ig u a l m o d o q u e si h u b ie s e d im a n a d o d e ella d e sd e el p r i­ m e r in s ta n te . 13. Unidad y distinción de la resultancia natural.— D e lo d ic h o se in fiere , e n te rc e r lu g a r, q u e e sta e m a n a c ió n o re s u lta n c ia n a tu ra l es algo re a lm e n te d is­ tin to n o sólo d e la fo rm a re s u lta n te , sino ta m b ié n d e a q u e lla d e q u e re s u lta , e in c lu so d e la in fo rm a c ió n a c tu a l, ya q u e to d a s estas cosas p u e d e n d a rse sin re -

mis quaeri similiter posse an illa resultantia sit tantum per modum productionis in pri­ mo instanti vel tempore quo res producitur vel comproducitur, an vero perseveret per modum conservationis toto tempore quo durat ipsa proprietas, ita ut sicut in illuminatione non tantum perseverat lumen, sed edam aedo illuminandi, ita in anima habente intellectum non tantum perseveret intellectus, sed edam emanatio intellectus a6 anima, et similiter in igne vel aqua non solum perseveret calor aut frigus, sed edam actualis emanano a sua forma. In qua dubitatione nihil video posse certa radone defìniri, sed utrumque posse coniecturis fieri probabile; nam postquam illa proprietas se­ mel effecta est per naturalem dimanarionem, non est cur indjgeat contìnua conservatone, cum iam habeat esse perfectum et sit in suo subiecto connaturali. Aliunde vero apparet probabile illam actualem dimanationem non cessare, quia principium eius est praesendssimum et coniunctissimum et sem­ per habet eamdem vim ad continuandam

illam. Item, decesse est u t illa proprietas actu conservetur a Deo; ergo, cum sit ibi principium intrinsecum et proximum, quo mediante possit conservaci, magis naturale est ut ilio mediante conservetur. Item, hoc modo melius explicatur maior resistentia, quae, caeteris paribus, esse potest in expellenda proprietate a proprio subiecto quam ab alieno. Unde haec pars videtur verisimilior, qua supposita, consequenter dicendum est, licet in primo instanti generationis aquae, verbi grada, frigiditas non manet a forma eius, quia iam invenit aqua frigiditatem productam a generante, deinde vero, cessante iam aedone generands, conservati ab intrinseca forma per naturalem dimanationem, eodem modo ac si a primo instanti ab illa manasset. 13. TJnitas et distinctio naturalis resultantiae.— Tertio infertur ex dictis faanc emanationem seu resultantiam naturalem esse aliquid in re distinctum et a forma resultante et ab illa a qua resultai, et ab actuali edam informatione, nam haec om-

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sultancia n a tu ra l; luego es algo d istin to d e ellas. E l an tec ed en te es m anifiesto; en efecto, el frío se en c u e n tra e n el aire in form ándolo e n acto y está u n id o ac ­ c id en talm en te a su fo rm a y , sin em bargo, n o dim ana d e d ich a fo rm a ; el calor, en cam bio, está asim ism o u n id o e inform a, y adem ás d im an a de la fo rm a ; lu eg o la dim anación añ ad e algo. Se d ir á : a u n q u e esto p arezca ser así com parando el accidente p ro p io con el extrínseco, cu an d o se tra ta d el m ism o accidente p ro p io n o p arece q u e esta re su ltan c ia o dim anación sea algo d istin to d el m ism o e n cu a n to in fo rm an te e n acto. M a s en c o n tra de esto tenem os, e n p rim e r lu g a r, q u e u n a cosa es in fo rm ar y o tra d im a n a r; aquello pertenece a la ra z ó n de causa, esto a la d e efecto. E n segundo té rm in o , e n el ejem plo p u e sto a rrib a sobre la disposición últim a, q u e en el p rim e r in stan te no em ana d e la fo rm a, se d a u n accid en te p ro p io que e n acto inform a y está u n id o a la p ro p ia fo rm a sin re su lta r de ella, la cual, n o ob stan te, re s u lta o se conserva en el tiem po su b sig u ie n te ; luego esta resultancia es algo d istin to d el accidente p ro p io in fo rm an te en acto. E n te rc e r lu g ar, se aclara d e este m o d o : p o r ser dicha resu ltan c ia cierto género de eficiencia, n o se lleva a cabo sin concurso d e la causa p rim e ra ; p o r tan to , D ios p u e d e su sp en d er tal concurso e im p e d ir q u e el e n ten d im ien to , p o r ejem plo, em ane d el alm a, y desp u és p o n erlo en el alm a p o r su sola eficacia, p u es n o hay contradicción alguna e n q u e h ag a p o r sí sola lo q u e p u e d e hacerse m ediante el alm a, si se considera la razó n d e eficiencia d e m anera p re c isa ; luego en tal caso p erm an ecen la sustancia y e n tid a d del alm a y la in h esió n actual d el e n ten d im ien to sin dim anación actual d el in telecto a p a rtir d el alm a, sino a p a rtir d e D ios solo; ello indica, pues, q u e d ich a dim anación es algo d istin to , p u es to d o lo que es se­ p arable en la realid ad , n ecesariam ente h a d e ser tam b ién d istin to . C on esto se confirm a lo que antes d ijim o s: q u e esta resultancia n a tu ra l n o se d a sin alg u n a a c ció n ; en efecto, lo q u e la re su ltan c ia añade a la e n tid a d de la form a accidental in h e re n te n o es m ás q u e u n cierto m o d o de dependencia in trín seca d e la p ro ­ p ie d a d con respecto a su fo rm a considerada com o p rin cip io activ o ; pero la d e­ p en d en cia del p rin c ip io ag en te y la acción se iden tifican , com o verem os m ás ade­ lante.

nia intervenire possunt absque naturali re­ sultantia; ergo est aliquid distinctum ab illis. Antecedens patet; nam frigus est in aere actu informans illum estque accidentaliter conitmctum formae eius, et tarnen non manat ab eius forma; calor vero est etiam coniunctus et informât, et praeterea dimanat a forma; ergo aliquid addit dimanatio. Dices: licet hoc ita videatur compa­ rando accidens proprium ad extrinsecum, tarnen in ipso accidente proprio non videtur resultantia haec aut dimanatio esse ali­ quid distinctum ab ipso ut actu informan­ te. Sed contra hoc est primo, quia aliud est informare, aliud dimanare; illud pertinet ad rationem causae, hoc ad rationem effectus. Secundo, in exemplo supra posito de disposinone ultima, quae in primo ins­ tanti non manat a forma, invenitur accidens proprium actu informans et coniunctum propriae formae et ab illa non resultans, quae tarnen in tempore subsequenti résul­ tat seu conservatur; ergo haec resultantia est aliquid distinctum ab accidente proprio actu informante. Tertio, declaratur in hunc

modum; nam haec resultantia, cum sit quoddam efficientiae genus, non fit sine concursu primae causae; potest ergo Deus sos­ pendere hunc concursunv et impedire ne intellectus, verbi gratia, manet ab anima, et deinde per solam suam efficaciam ponere intellectum in anima, quia nihil repugnat quod se solo faciat quod mediante anima fieri potest, praecise considerata ratione efficiendi; ibi ergo manet substantia animae et entitas atque actualis inhaesio intellectus absque actuali dimanatione intellectus ab anima, sed a solo Deo; ergo signum est illam dimanationem esse aliquid distinctum; quidquid enim est in re separabile, distinc­ tum etiam esse necesse est. Atque hinc confirmatur quod supra diximus, nempe hanc naturalem resultantiam non esse sine aliqua actione ; nam id, quod addit resultantia supra entitatem formae accidentalis inhaerentis, solum est quidam modus dependentiae intrinsecae proprietatis a sua forma ut a principio activo; dependentia autem a principio agente et actio idem sunt, ut infra videbimus.

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14. Se sale al paso de una objeción.— P ero cabe o b je ta r: luego to d a ac­ ción q u e se h ace d e m an era n a tu ra l y sin lib e rta d es cie rta resu ltan c ia n a tu ra l, p o rq u e, así com o p u e sta la fo rm a d e agua re su lta u n a d eterm in ad a p ro p ied ad p o r a u tén tica acción y dep en d en cia, e incluso a veces de u n a p ro p ie d a d re su lta o tra , seg ú n enseña S an to T o m á s e n I, q. 7 7, a. 7 , d e igual m odo, p u esto e l sol — p o r ejem plo— re su lta n a tu ra lm e n te la lu z en el aire, m ed ian te la ilum inación. R espondo q u e en esto existe alg u n a sem ejanza; p e ro ta m b ién hay diferencia, p u e s la re su ltan c ia n a tu ra l es to talm en te in trín seca y, en cierto m o d o , pertenece a la p ro d u cció n acabada d e la cosa, ya q u e ú n icam en te tie n d e a estab lecer la cosa en el estado co n n atu ral q u e le es esencialm ente d eb id o en v irtu d de ta ge­ n e ra c ió n ; en cam bio, la acción p ro p iam en te dich a y q u e suele d istin g u irse de la resultancia n a tu ra l es m ás extrínseca y — h ab lan d o en absoluto— su p o n e a la cosa ya c o n stitu id a en su estada n a tu ra l y p erfecto . P o r eso ta m b ié n suele de­ cirse com únm ente q u e la re su ltan c ia n a tu ra l se a trib u y e al gen eran te y n o p ro ­ ced e de la form a o p ro p ie d a d in trín seca sino e n cu an to desem peña la fu n ció n d e gen eran te y es com o su in stru m e n to . D e a q u í se deriva el p rin c ip io : el que da la forma da lo que sigue a la forma, ya q u e in cu m b e al gen eran te c o n stitu ir a l generado con las d ebidas p ro p ie d a d e s; p e ro en las restan te s acciones p ro p ias la cosa o p era ya p o r su p ro p ia v irtu d , y a ella se atribuye la acción com o a agente prin cip al en su género. N ace d e ah í o tra diferencia, q u e señalarem os in ­ m e d iatam en te; p u es estim am os q u e lo dicho so b re la resu ltan c ia n atu ral e s su­ ficiente.

Segunda afirmación sobre la eficiencia accidental propia 15. Se demuestra la conclusión en las acciones de los cuerpos.— A firm o en segundo lu g a r: cuando u n accidente se p ro d u c e p o r u n a acción p ro p ia d istin ta d e la resultancia n a tu ra l, el p rin c ip io pró x im o eficiente de aq u él siem pre es al­ g ú n accidente. E sta afirm ación ro z a la cu estió n general d e la distinción e n tre la p o ten cia activa y la sustancia e n el ord en creado, cu estió n q u e suele tra ta rse ta n to a propósito d e la sustancia y las potencias d el án g el com o con respecto al alm a y' sus potencias, y tam b ién acerca d e otras fo rm as y sus v irtu d es activas. L a

14. Occurritur obiectiom.— Sed obiicies : ergo omnis actio quae naturaliter et sine libértate fit est naturalis quaedam resultantia, quia sicut posita aquae forma re­ sultai per veram actionem et dependentiam talis proprietas, et ab una proprietate interdum edam resultai alia, ut docet D. Thom., I, q. 77, a. 7, ita posito sole, verbi gratia, resultai naturaliter , lumen in aere, media illuminatione. Respopdeo quoad hoc esse aliquant similitudinem; differentiam tarnen esse, quia resultantia naturalis est omnino intrinseca et quodammodo pertinet ad consummatam rei productionem, quia solum tendit ad constituendam rem in con­ naturali statu per se sibi debito ex vi generationis; actio vero proprie dieta et quae a naturali resultantia distingui solet est magis extrínseca et supponit, per se loquendo, rem iam constitutam in suo perfecto et na­ turali statu. Unde etiam communiter dici solet naturalem resultantiam tribui generanti et non esse a forma vel proprietate intrin­ seca nisi quatenus vicein obtinet generantis

et est quasi instrumentum eius. Unde est illud axioma: Qui dat formant dat consequentia ad formam, quia ad generahtem spectat consdtuere genitum cum debitis proprietadbus; in reliquis vero actionibus propriis iam operatur res propria virtute, et illi ut principali agenti in suo genere tribuitur actio. Et hinc oritur alia differentia, quam statim attingemus; satis enim de na­ turali resultantia dictum esse existimamus. Secunda assertio de propria efficientia accidentali 15. In actionibus corporum probatur conclusio.— Dico secundo : quando accidens fit per propriam actionem a naturali resultantia distinctam, principium proximum efficiendi illud semper est aliquod accidens. Haec assertio tangit quaestionem communem de distinctione potentiae activae a substan­ tia in rebus creatis, quae solet trattari tam de substantia angeli et potentiis eius quam de anima et eius potentiis, de aliis etiam formis et earum virtutibus activis. Et con10

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co n c lu sió n e sta b le c id a ’ es c o n g ru e n te c o n la d o c trin a d e S an to T o m á s , q u e en todas p a rte s d is tin g u e , en to d a s las c ria tu ra s, e n tre la fa c u lta d activa p ró x im a y la fo rm a su stan cial, com o p u e d e v e rse e n I , q . 5 4 , a. 3 , y q . 7 7 , a. 1, lu g a re s en q u e la defiende C ay etan o , y C ap réo lo In I, d ist. 3 , q . 4 ; S o to , e n su Lógica , c. D e propr., q . 2 ; E g id io , Quodl. III, q . 1 0 ; H e rv e o , Quodl. I , q. 9 ; y se p ru e b a , p rim e ra m e n te , p o r in d u c c ió n llevada a c a b o so b re to d o s los efectos d e q u e te n e m o s e x p erien cia. E fe c tiv a m e n te , vem os, e n p rim e r lu g a r, q u e lo s e le m e n ­ to s n o e je rc e n eficiencia a c c id e n ta l a lg u n a sino m e d ia n te las c u a lid ad es p rim a ­ ria s, y es e v id en te q u e éstas so n v e rd a d e ro s y p ro p io s acc id e n te s. A d e m á s, n i siq u ie ra tie n e n m o v im ie n to lo cal n a tu ra l a n o ser m e d ia n te las c u a lid a d e s; p u e s a u n q u e d ic h o m o v im ie n to p e rte n e z c a a la re su lta n c ia n a tu ra l, cabe to m a r d e ahí u n a rg u m e n to a fortiori. A d e m á s, el cielo — e n c u a n to n o so tro s p o d e m o s expe­ rim e n ta r— o b ra m e d ia n te cu a lid a d e s d istin ta s d e su su sta n c ia , a sa b e r, m e d ia n te la lu z o lu m in o sid a d , y a h í n o s apo y am o s p a ra ra z o n a r q u e o tra s influ en cias m ás o c u lta s son p ro d u c id a s p ró x im a m e n te p o r m e d io d e cu alid ad es a c c id e n ta ­ le s ; p o rq u e si la q u e p arece m á s e m in e n te y p e rfe c ta d e to d a s se h ace d e este m o d o , con m u ch o m a y o r m o tiv o la s o tras. P o r o tra p a rte , lo s m ix to s in a n im a ­ d o s, co m o los m etales, las p ie d ra s p re c io sa s, y o tra s cosas d e e ste te n o r, si tie n e n alg u n as acciones, d a n la' im p re sió n m anifiesta d e q u e las e je rc e n p o r facu lta d e s a c c id e n ta le s ; d e ello te n e m o s u n in d ic io — e n tre o tro s— en el h e c h o d e q u e tales fa c u lta d e s p u e d e n a u m e n ta r o d is m in u ir e n in te n s id a d y d e stru irse , e n lo cu al d e p e n d e n d e la m ezc la d e las cu alid ad es p rim a ria s. Y ta m b ié n p u e d e h a ­ cerse e ste a rg u m e n to en el caso d e las h ie rb a s y las p la n ta s, q u e p o s e e n . v irtu d e s p a ra d iv ersas acciones a d m ira b le s d e a tra e r o de re c h a z a r, y alg u n a s tie n e n calor v irtu a l, o tras frío , e tc .; p e ro estas v irtu d e s se v an re la ja n d o e n ellas c o n el p aso d el tie m p o o con el cam b io d e s u p ro p o rc ió n , a p e sa r d e lo c u a l la su sta n c ia p e rm a n e c e id é n tic a ; ello in d ic a , p o r ta n to , q u e tales v irtu d e s son a ccid en tes. A sim ism o nos co n firm ó e sta v e rd a d e l m iste rio d e la E u c a ristía , p u e s v em o s q u e , sep a ra d a la su sta n c ia , se h a c o n se rv a d o to d a la fa c u lta d activa q u e existía en lo s accid en tes. 16. También en las acciones de los espíritus.— A scen d ien d o d e a q u í a la s acciones d e l alm a e n c u a lq u ie ra d e su s g rados, c u a n to n o s es d a d o c o n je tu ra r a

clusio posita est consentanea doctrinae D. Thomae, ubique constituentis distinctionem in omnibus creaturis inter proximam facultatem agendi et substantialem formam, ut videre licet in I, q. 54, a. 3, et q. 77, a. 3, quibus locis Caietanus eam defendit, et Capreolus, In I, dist. 3, q. 4; Soto, in Lo­ gica, c. de Propr., q. 2; Aegidius, Quodl. I li, q. 10; Hervaeus, Quodl. I, q. 9 ; et probatur primo inductione facta in omnibus effectibus quos experimur. Nam imprimis videmus elementa nullam efficieniiam accidentalem exercere nisi mediis qualitatibus primis, quas esse vera ac propria accidentia manifestum est. Deinde ipsum etiam loca­ lem motum naturalem non habent nisi me­ diis qualitatibus; quamquam enim file mo­ ms ad naturalem resultantiam pertineat, pot­ est tarnen inde argumentum a fortiori de­ sumi. Praeterea caelum, quantum nos experiri possumus, agit per qualitates a sua substantia distinctas, nempe per lucem seu lumen, et inde sumimus argumentum alias influentias occultiores proxime fieri per qua-

litates accidentales; nam si illa, quae videtur omnium maxima et perfectissima, ita fit, multo magis aliae. Rursus mixta inanimata, ut metalla, gemmae, et alia huiusmodi, si quas actiones habent, videntur ma­ nifesté illas exercere per virtutes acciden­ tales, cüius signum inter alia est quod illae virtutes possunt intendi, remitti ac destruí, in quo pendent a temperamento primarum qualitatum. Quod argumentum fieri etiam potest in herbis et plantis, quae virtutes ha­ bent ad varias admirabiles actiones attrahendi aut expellendi, et quaedam habent virtualem calorem, aliae frigus, etc.; quae virtutes in eis temporis discurso vel mutatione sui temperamenti remittuntur, cum la­ men substantia maneat eadem; signum est ergo has virtutes esse accidentia. Mysterium etiam Eucharistiae hoc nobis confirmavit; nam videmus, seclusa substantia, conservatam esse totam vim agendi, quae erat in accidentibus. 16. In actionibus etiam spirituum.— Hiñe ulterius ascendendo ad actiones ani-

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p a r t ir d e los se n tid o s, lo s p rin c ip io s d e las op eracio n es a c c id en tales son ta m b ié n a c c id e n te s, com o es m anifiesto e n el caso d e l calo r v ita l o n u tritiv o y e n e l d e la v ir tu d de a tra e r e l a lim e n to o ex p e le r e l e x c re m e n to y o tras cosas se m e ja n te s; p u e s , a n te to d o , p a re c e q u e la m ism a d iv e rsid a d d e accio n es es su ficien te a rg u ­ m e n to d e d istin c ió n e n tre las fa c u lta d e s. Y , ad em á s, ta m b ié n a q u í tie n e lu g a r e l a rg u m e n to e sta b le c id o d e q u e estas fa c u lta d e s a u m e n ta n y d ism in u y e n e n in te n sid a d . A sim ism o , esto p a re c e e v id e n te e n las o p e ra c io n e s d e los s e n tid o s ; p u e s, a p a rte de la d iv e rsid a d d e o p eracio n es, la m ism a d iv e rsid a d d e ó rg a n o s in d ic a su ficien tem en te q u e las fa c u lta d e s p ró x im a s d e d ic h a s acciones so n e se n ­ c ia lm e n te d istin ta s y , p o r ta n to , q u e so n a c c id en tales. Y e n el h o m b re , c o n c e r­ te z a d e b e n ser n e c e sa ria m e n te d istin ta s d e l a lm a ; p o rq u e d e lo c o n tra rio se ría n e n tid a d e s e sp iritu a le s, lo c u a l n o es v ero sím il, co m o se d e m o s tra rá p o r e x te n so en s u lu g a r. A h o ra b ie n , acerca d e las acciones e sp iritu a le s y d e su s p rin c ip io s n o p o d e m o s te n e r u n a e x p e rie n c ia ta n c la r a ; n o o b sta n te ,' p u e sto q u e n o n o s es p o sib le filosofar so b re ellas sm o a b a se d e lo q u e e x p e rim e n ta m o s y g u a r­ d a n d o u n a ra z ó n p ro p o rc io n a l, ju s ta m e n te in fe rim o s q u e se h a d e ju z g a r lo m is ­ m o a p ro p ó s ito d e ta le s accio n es y su s p rin c ip io s. 17. Toda potencia activa es realmente distinta de la sustancia.— A sí, p u e s , d e e s ta in d u c c ió n colige S a n to T o m á s , c o n b a s ta n te p ro b a b ilid a d , q u e , e n to d o su p u e s to cread o , la fa c u lta d activa y o p e ra tiv a p ró x im a e s d is tin ta d e su su s­ ta n c ia y, c o n se c u e n te m e n te , es accid en te. M a s d e b e a ñ a d irse q u e to d a e ficien cia d e la su stan cia, fu e ra d e la g en e ra c ió n su stan cial, es eficiencia d e a lg ú n acci­ d e n te , ya q u e la su sta n c ia n o p u e d e p ro d u c ir a la su sta n c ia sino p o r g e n e ra c ió n ; p o r eso , to d o lo q u e p ro d u c e a p a rte d e la g en e ra c ió n su sta n c ia l, to d o ello es a c c id e n te ; p o r ta n to , el p rin c ip io p ró x im o eficiente d e u n ac c id e n te sie m p re es o tro accid en te. C o n esto se confirm a, p o rq u e el p rin c ip io p ró x im o p ro d u c tiv o d e la m ism a g en e ra c ió n su s ta n c ia l es u n a c c id e n te , y eso e n d o b le sen tid o . P r i­ m e ro , p re p a ra n d o el c am in o p a ra la g e n e ra c ió n su sta n c ia l c o n alg u n a acc ió n a c c id e n ta l p rev ia. S e g u n d o , co o p e ra n d o in s tru m e n ta lm e n te c o n la m ism a su sta n ­ cia e n la e d u c c ió n d e la fo rm a su stan cial, co m o h e m o s v isto e n la sección a n te -

mae in quolibet gradu eius, quantum ex sensu coniicere possumus, principia accidentalium operationum accidentia etiam sunt, ut patet de calore vitali seu nutrimentali et de virtute attrahendi alimentimi aut expellendi excrementum et similia; nam impri­ mis ipsa diversitas actionum videtur esse sufficiens argumentum distinctionis inter virtutes. Et praeterea hic etiam habet locum argumentum factum quod hae virtutes intenduntur et remittuntur. Deinde in operationibus sensuum videtur hoc manifestum; nam praeter diversitatem operationum ipsa diversitas organorum indicar satis virtutes próximas illarum actionum esse per se distinctas, atque adeo esse accidentales. Et in homine certe necessario debent esse ab ani­ ma distinctae; alioqui es sent spirituales entitates, quod verisimile non est, ut suo loco latius est probandum. Iam vero de ipsis spiritualibus actionibus et principiis earum non possumus nos tam claram experientiam habere; tarnen, quia de illis non possumus, nisi ex his quae experimur, observata pro­ portional! ratione, philosophari, merito col-

ligimus de illis idem esse ferendum iudicium. 17. Potentia active omnis realiter a sub­ stantia distincta.— Ex hac igitur inductione satis probabiliter colligit D. Thomas in omni supposito creato proximam virtutem agendi et operandi esse distinctam a substantia eius, et consequenter esse accident. Adden­ dum vero est omnem efficientiam substan­ tiae, praeter generationem substantialem, es­ se efficientiam alicuius accidentis, quia sub­ stantia non potest efficere substantiam nisi per generationem; et ideo quidquid praeter generationem substantialem efficit, totum illud est accidens; ergo prindpium proximum efficiendi accidens semper est aliud accidens. Unde confirmatur; nam prindpium proximum efficiendi ipsam generatio­ nem substantialem est accidens, idque dupliciter. Primo, parando viam ad generatio­ nem substantialem, praevia aliqua accidentali actione. Secundo, cooperando instrumentaliter ipsi substantiae in eductione forrr.ae substantialis, ut superiori sectione vi­ dimus. Ergo multo magis erit prindpium

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Disputaciones metafísicas

rio r. P o r c o n sig u ie n te , m u c h o m á s lo será el p rin c ip io p ró x im o eficiente d e to d a acción acc id e n ta l, y a sea p rin c ip a l o in s tru m e n ta l, co sa q u e v erem o s e n se ­ g u id a. L a con secu en cia es p a te n te , p o rq u e la su s ta n c ia es m á s d e sp ro p o rc io ­ n a d a p a ra la acción a ccid en tal q u e p a ra la g e n eració n su s ta n c ia l; e, in v e rsa m e n ­ te, el ac c id e n te es p rin c ip io m á s p ro p o rc io n a d o p a ra la acción a c c id e n ta l q u e p a ra la g e n eració n su stan cial. 18. Razones de la inferencia anterior.— M a s es difícil d a r u n a ra z ó n a priori, a u n q u e S an to T o m á s, e n los lu g ares citados, a d u c e m u c h a s q u e so n p ro ­ b ab les, y q u e E sco to y o tro s im p u g n a n c o n n u m e ro so s a rg u m e n to s. P e ro C aye­ tan o , d e s p u é s d e C a p ré o lo , las d e fie n d e n b a sta n te e x te n s a y a m p lia m e n te ; m a s c o n ­ sidero q u e eso es, n o sólo tra b a jo so , sin o ta m b ié n in ú til, p u e s, en v e rd a d , aq u ellas razo n es n o son d em o stra c io n e s n i h a y m o tiv o p a ra q u e u n filósofo p ru d e n te las b u s q u e c o n avidez e n u n a c u e stió n ta n im p e n e tra b le . P o rq u e sólo a c o n d ic ió n d e q u e se d e m u e s tre q u e el ser p rin c ip io p ró x im o y ú n ic o d e la acción a c c id e n ta l su p e ra la p e rfe c c ió n d e la su sta n c ia cre a d a n o s será p o sib le d a r u n a ra z ó n a priori d e q u e e sta s c ria tu ra s q u e a h o ra e x iste n y o b ra n , n e c e site n sie m p re u n p rin c ip io a c c id e n ta l p a ra sem ejan tes o p e ra c io n e s, y a q u e n o so tro s n o conocem os las ra z o ­ n e s p ro p ia s de estas c ria tu ra s p a r a to m a r d e ellas la s cau sas p e c u lia re s d e esta in d ig e n c ia o n e c e s id a d ; c o n sig u ie n te m e n te , si p ro c e d e m o s a priori, se rá p reciso d e te n e rse en la ra z ó n co m ú n d e c ria tu ra e n c u a n to ta l, com o sa b ia m e n te o b ­ servó S a n to T o m á s. P e ro si se to m a fu n d a m e n to e n la ra z ó n g en eral d e su s ta n ­ cia c re a d a , será n ecesario a firm a r, c o n se c u e n te m e n te , la im p o sib ilid a d d e q u e D io s c re e u n a su sta n c ia q u e o b re p o r sí sola d e m a n e ra in m e d ia ta . Y d ifícil­ m e n te se p u e d e n d a r razo n es e n fa v o r d e esto o d e m o s tra rlo , p o rq u e n o p a re c e q u e ese m o d o d e o b ra r exija u n a p e rfe c c ió n in fin ita e n el o rd e n d e l e n te o d e la s u s ta n c ia ; ah o ra b ie n , to d a p e rfe c c ió n q u e n o re q u ie re ta l ilim ita c ió n p a re c e ser co m u n ic a b le a la c ria tu r a ; p e ro , si es c o m u n ic a b le , ¿ d e d ó n d e n o s c o n sta q u e n o h a sid o c o m u n ic a d a ? O b ie n , ¿c ó m o p u e d e m o s tra rse d ic h a n e c e sid a d , a base d e la ra z ó n g e n e ra l d e c ria tu ra ? 19. Inducción en las acciones que se ordenan a la generación sustancial.— N o o b sta n te , d e b e d e c irse q u e , si b ie n e sto n o p u e d e d e m o s tra rse , d e la in d u c -

proximum efficiendi ■omnem accidentalem actionem, sxve principale sive instrumentale, quod statina videbimus. Patet consequentia, quia magis improportionata est substantia ad accidentalem actionem quam ad substantialem generationem; et e converso magis proportionatum principiami est accidens ad accidentalem actionem quam ad substantialem generationem. 18. Rationes praedictàe , illationis.— Ra­ tio autem a priori difficile redditur, quam­ quam D. Thom, plures probabiles afferat citatis locis, quas Scorns et alii multis argumentis impugnant. Caietanus vero, post Capreolum, fuse et copiose satis eas defendit, sed id et operosum et inutile esse existimo, quia revera illae non sunt demonstrariones neque est cur a prudenti philosopho in re tam abdita expetantur. Nisi enim probetur excedere perfectionem substantiae creatae esse proximum et unicum principium accidentalis actionis non potest a nobis reddi ratio a priori cur hae creaturae. quae nunc stmt et operantur, semper indigeant

accidentali principio ad huiusmodi operationes, quia nos non cognoscimus proprias rationes harum creaturarum u t ex eis pe­ culiares causas huius indigentiae seu neces­ sitatis sumamus; ergo si a priori procedamus, necessario sistendum est in communi ratione creaturae ut sic, u t sapienter D. Thomas observavit. At si ex generali ra­ tione creatae substantiae fundamentum sumitur, consequenter dicere necesse est esse impossibile creare Deum substantiam quae per seipsam solam immediate operetur. Quod tamen difficile suaderi aut probari potest, quia file modus operandi non videtur esigere infini tam perfectionem in genere entis aut substantiae; omnis autem perfec­ tion quae hanc illimitationem non requirit, videtur communicabilis creaturae; si au­ tem communicabilis est, unde constat non esse communicatam? Aut quomodo ex ge­ nerali ratione creaturae ostendi potest dicta necessitas? 19. Inductio in actionibus ad generatio­ nem substantialem ordinatis.— Nihilominus

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c ió n re a liz a d a se colige c o n b a sta n te p ro b a b ilid a d q u e la su stan cia c re a d a e stá su je ta , p o r su lim ita c ió n , a n o p o d e r ser p o r sí m ism a p rin c ip io to ta l y p ró x im o d e la acción o fo rm a acc id e n ta l. P a re c e q u e la ra z ó n d e e sto e strib a e n la d e s ­ p ro p o rc ió n y d ista n c ia e x iste n te e n tre ta l p rin c ip io y ta l acción p a ra q u e n o p u e d a n u n irse sin o m e d ia n te a lg ú n m e d io p ro p o rc io n a d o , cual es la fa c u lta d o p o te n c ia accid en tal. P o r eso, tín ic a m e n te la su stan cia in fin ita, q u e exced e to d a p ro p o rc ió n y p u e d e su p e ra r to d a d e sp ro p o rc ió n , es p o r sí m ism a su ficien te p a ra to d o e fecto o acción d e esta clase. Y p o d e m o s c o n firm a r e sto d e l sig u ien te m o d o : to d a o p e ra c ió n d e la su sta n c ia , fu e ra d e la g en e ra c ió n su sta n c ia l, o tie n d e a p r o ­ d u c ir la g en e ra c ió n su sta n c ia l o n o . L a acció n p e rte n e c ie n te al p rim e r g ru p o ex ig e ju s ta m e n te u n p rin c ip io p ró x im o acc id e n ta l, p o r s e r u n a d isp o sic ió n acci­ d e n ta l a la su stan cia. E fe c tiv a m e n te , si la su sta n c ia q u e se g en era es ta l q u e n o p u e d e realizarse sin las d isp o sicio n es accid e n ta le s p re v ia s, ¿ p o r q u é e x tra ñ a rse d e q u e la su stan cia q u e ¡a g en e ra re q u ie ra ta m b ié n u n a s disp o sicio n es a c c id e n ­ tales q u e sean a l p ro p io tie m p o fa c u lta d e s activas y disp o sitiv as p a ra la g e n e ra c ió n d e u n a su sta n c ia se m ejan te? S e d ir á : e sta ra z ó n tien e v a lid ez e n el caso de u n a g e n te u n ív o co y d e ig u a l n a tu ra le z a , p e ro n o e n e l d e u n a g e n te e q u ív o co , q u e p u e d e p o se e r u n a fa c u lta d d e n a tu ra le z a su p e ­ rio r. Se re s p o n d e q u e si el ag e n te u n ív o c o es fin ito — com o a h o ra lo c o n ­ sid e ra m o s— acerca d e él d e b e ju zg arse d e m a n e ra p ro p o rc io n a l a co m o se ju z g a re sp e c to d e l a g e n te u n ív o c o ; p u e s si p o r s u fo rm a su sta n c ia l co n tie n e e m i­ n e n te m e n te la fo rm a su stan cia! d e la cosa q u e se h a d e g e n e ra r, ta m b ié n c o n ­ te n d rá e m in e n te m e n te , p o r u n a m ás p e rfe c ta d isp o sic ió n o p ro p ie d a d accid e n ta l suya, las d isp o sicio n es a c c id e n ta le s p a ra a q u e lla fo rm a ; p o rq u e , sien d o la fo rm a su sta n c ia l lim ita d a y fin ita e n su o rd e n , p o r sí sola n o p u e d e c o n te n e r d e m o d o e m in e n te las p e rfe c c io n e s d e lo s d iv erso s ó rd e n e s n i se r p o r sí a p ta p a ra a m b a s acciones. E sto q u e d a ta m b ié n ex p licad o su ficien tem en te p o r el m o d o d e o b ra r d e to d o s lo s c u e rp o s, ta n to in fe rio re s co m o cele stes, se g ú n se h a ex p u e sto e n la in d u c c ió n an tes realizad a. E n efecto , así co m o n o h a y n in g u n a fo rm a su sta n c ia l, c u a lq u ie ra q u e sea s u n a tu ra le z a o p e rfe c c ió n , q u e n o p o se a e n su m a te ria las

dicendum est, licet hoc demonstran non possit, ex inductione facta probabiliter sa­ tis coiligi substantiam creatam ex iimitatione sua habere ut per sese non possit esse principium totale ac proximum accidentalis actionis seu formae. Cuius ratio esse videtur improportio et distantia quae est inter tale principium et talem actionem ne possint coniungi nistiper aliquod proportionatum medium, qualis est facultas seu potentía accidentalis. Et ideo sola substantia in­ finita, quae omnem proportionem excedit omnemque vincere potest improportionem, sufficiens est per seipsam ad omnem huiusmodi effectum vel actionem. Possumusque hoc ita confirmare, quia omnis operatio sub­ stantiae, praeter substantialem generationem, aut tendit ad substantialem generationem efficiendam aut non. Actio quae est prioris generis merito requirit principium proxi­ mum accidentale, quia est accidentalis dis­ postilo ad substantiam. Nam si substantia quae generatur talis est ut sine dispositionibus accidentalibus praeviis fieri non possit, quid mirum quod substantia quae illam

generat accidentales etiam dispositiones requirat, quae simul sint virtutes agendi et disponendi ad similis substantiae generatio­ nem? Dices hanc rationem recte procederé de agente univoco et eiusdem rationis, non vero de aequivoco, in quo potest esse virtus altioris rationis. Respondetur si agens aequivocum sit finitum, ut de filo nunc agimus, proportionaliter iudicandum esse de filo ac de univoco agente; nam si eminenter continet formam substantialem rei generandae per formam substantialem suam, dispositiones etiam accidentales ad illam for­ mam continebit eminenter per nobiliorem dispositionem seu proprietatem accidentalem suam; nam cum forma substantialis sit in suo genere limitata et finita, non potest per se solam eminenter continere perfectiones diversorum generum ñeque esse per se apta ad utramque actionem. Quod etiam satis declarat modus agendi omnium corporum, tam inferiorum quam caelestium, u t inductione supra facta expositum est. Sicui enim nulla est forma substantialis, cuiuscumque ordinis aut perfectionis sit, quae non habeat in

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Disputaciones metafísicas

disposiciones o pro p ied ad es q u e le son p roporcionadas, tam p o co hay nin g u n a f o r ­ m a q u e , en ord en a d isp o n er o tra m ateria p a ra alguna fo rm a sustancial, ya sea igual o in ferio r, n o se valga d e disposiciones o p ropiedades accidentales propias com o d e p rin cip io s activos propios. 20. En las operaciones no ordenadas a la generación sustancial.— M as las operaciones q u e n o se o rd en an a la generación sustancial — en cuanto podem os c o n je tu ra r de la experiencia— ú n icam en te s o n : o las operaciones de la vida sensitiva e intelectiva o los varios y diversos m ovim ientos locales. O m ito la ilu ­ m inación y las acciones intencionales d e las especies sensibles, p o rq u e de éstas consta suficientem ente q u e son p ro d u c id a s p o r accidentes sensibles. T am poco in ­ cluyo las operaciones de la vida vegetativa, ya que to d as tie n d e n esencialm ente a alg u n a generación su stan cial; a ella se aplica la m ism a ra z ó n q u e a la p rim era generación, p u es tam b ién se lleva a cabo, previa u n a alteració n y disposición accidental, con intervención de algunos m ovim ientos locales, a saber, d e atrac­ ció n y d e expulsión. E n cam bio, las o tras acciones y operaciones tran seú n te s, a u n q u e se hagan p o r v irtu d e s e m in en tes, o siem pre se p ro d u c e n p o r alteración q u e te r m ina esencial y p rim a ria m e n te e n alguna d e las cualidades p rim arias — ya m o stram o s, a p ro p ó sito d e ellas, q u e sus principios p róxim os son accidentes— , o b ie n consisten ú n icam en te en u n m ovim iento local de atracción o de im p u l­ so, etc. A sí, p u e s, la razó n de q u e p a ra las operaciones de conocim iento y de am or — en el p la n o sensitivo— se re q u ie re n facultades accidentales p u e d e to ­ m arse, e n p rim e r lu g a r, d e la m ism a variedad d e operaciones y de la diversa disposición de órganos q u e re q u ieren . T a m b ié n p o r el h ech o de q u e tales ac­ ciones in m an en tes se e n c u e n tra n en los m ism os prin cip io s p róxim os p o r d o s que son rea liz a d a s; p o r eso, si dichas po ten cias n o fuesen o tra cosa que las m ism as form as sustanciales, todas aquellas operaciones perm an ecerían en las solas form as sustanciales. D e a q u í re su lta ría , ad em á s, q u e esas operacioes, en el caso del h om ­ b re, serían espirituales com o lo es la form a. M á s a ú n , re su lta ría tam b ién que siem p re y en todos d e b e ría n ser e sp iritu a le s; p ues to d a fo rm a que posee una operación p ro p ia e in d ep en d ien te d e la m ateria com o d e su sujeto d ebe ser

sua materia dispositiones seu proprietates sibi proportionatas, ita nulla est forma quae ad disponendam aliarti materiam ad aliquam formam substantialem, sive aequalem sive inferiorem, non utatur propriis dispositionibus vel proprietatibus accidentalibus, ut pro­ priis agendi principiis. 20. In operationibus non ordinatis ad substantialem generationem.— Operationes autem quae non ordinantur ad substantia­ lem generationem, quantum ex rerum experientia coniectare possumus, solum sunt aut operationes vitae sensitivae et intellectivae, aut varii ac diversi motus locales. Omitto illuminationem et intentionales actiones specierum sensibllium, nam de his satis con­ stat ab accidentibus sensibilibus fieri. Neque etiam numero operationes vitae vegetativae, quia omnes per se tendunt ad ali­ quam aggenerationem substantialem. De qua eadem est ratio quae de prima generationc; nam etiam fit, praevia alteratione et disposinone accidentali, intervenientibus edam aliquibus localibus motibus, attractionis, scilicet, et expulsionis. Aliae vero ac-

tiones et operationes transeúntes, etiamsi fiant per eminentes virtutes, semper fiunt aut alteratione per se primo terminata ad aliquam ex primis qualitatibus, de quibus iam ostensum est principia próxima earum esse aiiqua accidentia, aut solum consistunt in motu locali attrahendi aut impellendi, etc. Quod igitur ad operationes cognoscendi et amandi in gradu sensitivo requirantur facultates accidentales, ratio imprimis sumí pot­ est ex ipsa varietate operationum et ex va­ ria dispositene, quam in suis organis requirunt. Item, ex eo quod tales actiones immanentes sunt in ipsis principiis proximis a quibus eliciuntur; unde, si illae potentiae nihil aliud essent quam ipsaemet formae substantiates, omnes illae operationes manerent in solis substantialibus formis. Ex quo ulterius fieret .quod tales operationes in homine essent spirituales, sicut est ipsa forma. Immo etiam fieret ut semper et in omnibus deberent esse spirituales; nam omnis forma habens operationem propriam et independentem a materia ut a subiecto debet esse per se subsistens et independens

Disputación XV1I1.— Sección III

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esencialm ente su b sisten te e in d e p e n d ie n te ta m b ié n en su ser de la m ateria com o d e su sujeto, ya q u e la in d ep en d e n cia e n la o p eració n indica d e q u é clase es la in d ep en d e n cia en el ser. Y éste es el m ejo r p rin cip io del q u e po d em o s colegir la subsistencia e in m aterialid ad d el alm a h u m a n a , a sab er, p o rq u e su operación in telectu al n o dep en d e d e l cu erp o com o de su sujeto, a u n q u e d e p e n d a de él com o d e q u ie n le su m in istra las especies. P o r ta n to , si la operación sensitiva fuese d e igual m an era in d e p e n d ie n te d e la m ateria, ta m b ién to d a alm a sensitiva sería in d e p e n d ie n te , con lo q u e u n a y otra sería in m aterial y espiritual. A sí, pues, d el m odo de esa operación m aterial se infiere p erfectam en te q u e la form a sustancial n o es p o r sí a p ta p a ra ejercer tal operación sin u n a facultad interm e­ d ia , q u e d eb e ser asim ism o m aterial y adveniente a la m ateria e n cu a n to ya in ­ form ada p o r tal form a sustancial. 21. En las operaciones intelectuales.— M a s en la o p eració n intelectual no es v álida esta razón, basad a e n la m aterialid ad de la a c ció n ; p e ro tien e validez o tra re fe re n te a la d iversidad d e op eracio n es; 1y, en el caso d e l alm a racional, h a y o tra razó n p e c u lia r: q u e p o r su e n tid ad sustancial in fo rm a al c u e rp o ; pero n o lo in fo rm a p o r el en te n d im ie n to o la v o lu n ta d , ya q u e estas potencias no son orgánicas p o rq u e n o in fo rm an la m ateria. E sta ra z ó n n o abarca a los án g e­ les y, p o r tan to , la p re se n te cu estió n es, con . resp ecto a ellos, m ás dudosa, com o p re te n d ió D u ran d o , y verem os d espués en el lu g ar op o rtu n o . N o o b stante, tam ­ b ié n p a ra ellos es b a sta n te eficaz aq u ella ra z ó n general q u e se to m a de la d i ­ v ersid ad de operaciones; p u es siem pre q u e la operación in telectu al es accidental, h ay u n a g ra n d iversidad en las operaciones d e l m ism o grado, sobre to d o en las intelectivas y afectivas; p o r co n siguiente, p u e sto q u e la sustancia c read a es de suyo in d ife re n te p a ra realizar y re c ib ir sem ejantes operaciones, es m ás verosím il q u e sea determ in ad a y com o ad ap ta d a a ellas p o r facultades y potencias propias. A dem ás, to d a sustancia in tele c tu a l, p o r e l m e ro hecho d e ser creada, tiene ne­ cesariam ente u n a operación in telectu al accidental, com o es evidente en el caso del h o m b re y m ostrarem os m ás ad elante, e n el lu g a r correspondiente, acerca de los ángeles. T a m b ié n necesita otros prin cip io s accidentales, com o las especies in ten ­ cionales y los h á b ito s ; ¿ q u é ex tra ñ o es, en to n ce s, q u e necesite u n a v irtu d acci-

etiam in suo esse a materia ut a subiecto; nam independentia in operatione indicat qualis sit independentia in esse. Et hoc est potissimum principium unde colligimus humanae animae subsistentiam et immaterialitatem, scilicet, quia operado eius intellectualis non dependet a corpore ut a subiecto, quamvis pendeat ut a ministrante species. Si ergo operado sensitiva eodem modo esset independeos a materia, omnis etiam anima sensitiva esset independeos, et ita utraque esset immaterialis et spiritualis. Igitur ex modo talis operationis materialis optime colligitur formam substantialem non esse per se aptam ad exercendam talem operationem absque facúltate media, quae etiam debet esse materialis et adveniens materiae u t iam informatae tali substantial! forma. 21. In operaríonibus intellectucdibus.— In operatione autem intellectuali _non procedit haec ratio sumpta ex materialitate actionis; procedit autem alia de diversitate operationum; et in anima rationali est alia peculiaris ratio, quia per suam entitatem

substantialem informât corpus; non autem, informât per intellectum aut voluntatem, quia hae potentiae ideo non sunt organicae, quia materiato non informant. Quae ratio non comprehendit angelos, et ideo in eis est haec res magis dubia, ut Durandus voluit et infra suo loco videbimus. Nihilominus tamen generalis ilia ratio etiam in eis est satis efficax, quâe sumitur ex diversitate operationum; nam ubicumque operatio intellectualis accidentalis est, est magna diversitas in operationibus illius gradus, praesertim in operibus intellectus et affectus; ergo, cum substantia creata sit de se indifferens ad huiusmodi operationes eliciendas et recipiendas, verisimilius est ad illas determi­ nati et quasi accommodari per proprias facultates et potentias. Item, omnis substan­ tia intellectualis, hoc ipso quod creata est, necessario habet operationem intellectualem accidentalem, ut de homine constat et de angelis infra suo loco ostendemus. Indiget etiam aliis principiis accidentalibus ut sper debus intentionalibus et habitibus; quid

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Disputaciones metafísicas

d e n ta l p ro p o rc io n a d a a la o p e ra c ió n ? T a n to m ás c u a n to q u e to d a n a tu ra le z a in ­ te le c tu a l d eb e p o se e r u n a v irtu d o rd e n a d a esencial y p rim a ria m e n te a la op era­ ción d e e n te n d e r o d e am ar, y a q u e , p u e s se e sta b le c e e n o rd e n a e sta o p e ra ­ ción, n o d eb e estab lecerse sin u n a v irtu d q u e se o rd e n e a ella d e m a n e ra esen ­ cial y p rim a ria . A h o ra b ien , la v ir tu d o rd e n a d a esen cial y p rim a ria m e n te a la o p e ra c ió n accid en tal es ta m b ié n accid en tal, p o r e s ta r especificada p o r d ic h a ope­ ra c ió n . A esto p a re c e te n d e r la ra z ó n d e S a n to T o m á s d e q u e la e sen cia d e la su s ta n c ia cread a e n cu a n to ta l se o rd e n a e x clu siv am en te a su ser, m ie n tra s q u e la fa c u lta d se o rd e n a a la o p e ra c ió n acc id e n ta l, y p o r ello se d is tin g u e n d e ig u al m a n e ra q u e suelen d istin g u irse las p o ten cias p o r su s d ife re n te s actos. P u e s a u n ­ q u e e sta ra z ó n p are z c a su p o n e r q u e la esen cia c re a d a se d is tin g u e d e la e x isten ­ cia y s e 'c o m p a r a c o n ella co m o la p o te n c ia re c e p tiv a o activa c o n el acto , n o o b sta n te , h acie n d o a b stracció n d e esta cu estió n , la ra z ó n p u e d e a d a p ta rse d e l m o d o in d ic a d o . 22. L as facultades locomotrices son realmente distintas de la sustancia-— Y , s o b re esta base, fácilm ente p u e d e n d a rse ra z o n e s e n fav o r d e q u e la s fa c u l­ ta d e s q u e las cosas creadas p o se e n p a ra re a liz a r d ife re n te s m o v im ie n to s locales so n a c c id en tales. E n p rim e r lu g a r, p o rq u e si las o p eracio n es p rin c ip a le s y m ás ín tim a s y vitales re q u ie re n sem e ja n te s fa c u lta d e s, c o n m ay o r m o tiv o lo s m o v i­ m ie n to s locales. E n seg u n d o té rm in o , p o rq u e e n las cosas n a tu ra le s te n e m o s ex­ p e rie n c ia d e q u e el m o v im ien to lo cal, in clu so el q u e es e m in e n te m e n te n a tu ra l, se llev a a c ab o p o r m ed io d e u n a fa c u lta d a c c id e n ta l, com o la g ra v e d a d o la lig e re z a ; luego, con m u ch o m a y o r ra z ó n , c u a n d o e l im á n a tra e el h ie rro hacia sí o e l ru ib a rb o expele la b ilis, lo h a c e n p o r fa c u lta d e s a c c id e n ta le s ; co n sig u ie n ­ te m e n te , su ced erá lo m ism o e n to d o s los casos p a re c id o s. E n te rc e r lu g a r, p o r­ q u e el m o v im ie n to local, si b ie n es m ás p e rfe c to q u e los d e m á s e n c u a n to p ro ­ d u c e u n a tra n sm u ta c ió n m e n o r e n la su sta n c ia o su je to , n o o b sta n te p a re c e en­ c o n tra rse a g ran d ísim a d ista n c ia d e la su sta n c ia , e n c u a n to n o e stá e sen cialm en te o rd e n a d o a ella n i apenas tie n e co n v en ie n cia o sem ejan za con ella, p o r lo q u e n o es ex tra ñ o q u e la fo rm a su sta n c ia l n o sea, p o r sí m ism a, a p ta p a ra realizar d ic h o m o v im ien to sin u n a fa c u lta d a ccid en tal. E s p u e s e v id e n te d e m a n e ra ge-

ergo mirum quod indigeat virtute acciden­ tali proportionata operationi? Eo vel ma­ xime quod omnis natura intellectualis de­ bet in se habere virtutem per se primo ordinatam ad operationem intelligendi vel amandi, quia, cum instituatur propter hanc operationem, non debet instimi absque vir­ tute per se primo ordinata ad illam. Virtus autem per se primo ordinata ad operatio­ nem accidentalem, cum ab illa sumat speciem, accidentalis etiam est. Et hue tendere videtur ratio D. Thomae quod essentia sub­ stantiae creatae ut sic tantum ordinatur ad suum esse, virtus vero ordinatur ad ope­ rationem accidentalem, et ideo distinguuntur ad eum modum quo distingui solent potentiae per varios actus. Quamvis enim haec ratio videatur supponere essentiam creatam distingui ab esse et comparari ad illud tamquam potentiam receptivam vel activam ad actum, tarnen, abstrahendo ab hac quaestione, potest ditto modo accommodari ratio. 22. Virtutes loco motivae a substantia realiter distinctae.— Atque hinc tandem fa-

cile suaderi potest virtutes quae stmt in rebus creatis ad varios locales morns efficiendos esse accidentales. Primo quidem, quia si praecipuae operationes et magis intimae ac vitales reqnirnnt huiusmodi facili­ tates, ergo multo magis motus locales. Se­ cundo, quia in rebus naturalibus experimur motum localem, etiam máxime naturalem, fieri media facúltate accidentali, ut gravi­ tate aut levitate; ergo multo magis, cum magues trahit ad se ferrum aut rhabarbarum pellit bilem, id faciunt facultatibus accidentalibus; idem ergo erit in omnibus similibus. Tertio, quia motus localis, quam­ vis in hoc sit perfectior caeteris, quod mi­ nus transmutat substantiam aut subiectum, tamen in hoc máxime a substantia distare videtur quod ñeque ad illam per se ordina­ tur ñeque cum ilia fere habet convenientiam aut similitudinem, et ideo mirum non est quod forma substantialis per seipsam non sit apta ad hunc motum efficiendum absque facúltate accidentali. Constat igitur

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n e ra l q u e los ag e n te s c re a d o s p ro d u c e n a ccid en tes m e d ia n te p rin c ip io s p ró x im o s a ccid en tales. 23. Qué sentido dieron a su afirmación los autores de la inferencia anterior, y fundamentos en que se . basan.— N o fa lta ro n filósofos y teólogos q u e , al m e ­ n o s e n p a rte , c o n tra d ije se n e sta co n clu sió n , al tra ta r d e las p o te n c ia s d e l a lm a o d e las p o te n c ia s d e lo s ángeles, co m o se ve c la ra m e n te en G re g o rio , In 11, d is t. 16, q . 3 ; E sc o to , q . ú n ic a , e In IV, d is t 4 5 , q . 3 ; D u ra n d o , In 1, d is t. 2 , q . 2 , e In II, d is t. 3, q . 5 ; M a rsilio , In I, q . 7 , a. 7, e In II, q. 17, a. 2 ; y e n o tro s filósofos, In II D e anima, d e los q u e h a b rá q u e o c u p a rse en dich o lu g a r ; acerca d e los ángeles d ire m o s algo m ás a d e la n te . U n ic a m e n te a d v ie rto a h o ra q u e e x iste u n a d ife re n c ia q u e sep ara a E sco to d e G re g o rio y su s seg u id o res, y c o n ­ siste e n q u e G re g o rio n o estab lece a b so lu ta m e n te n in g u n a d istin c ió n re a l e n tre las fo rm a s y su s fa c u lta d e s . E llo le lleva a c o n ced er q u e e l alm a e n tie n d e , q u ie ­ r e , v e , o y e, e tc ., p o r m e d io d e l m ism o p rin c ip io p ró x im o , lo cual e s m u y a b ­ su rd o . E sco to , e n c a m b io , p a ra e v ita r e se a b su rd o , p o n e u n a d istin c ió n fo rm a l e n tre la s p o ten cias y la s fo rm a s. M a s si E sco to e n tie n d e p o r d istin c ió n fo rm a l a q u e lla q u e en la re a lid a d n o se d a e n a c to , sino a lo su m o d e m a n e ra v irtu a l y fu n d a m e n ta l, y q u e es re a liz a d a p o r la m e n te , sólo d ifiere d e G re g o rio y o tro s e n el m o d o d e h a b la r ; si, p o r el c o n tra rio , e n tie n d e u n a v e rd a d e ra d istin c ió n a c tu a l, al m en o s m o d a l, q u e se d é e n la re a lid a d , e n p rim e r té rm in o n o c o n ­ tra d ic e la c o n clu sió n se n ta d a , p o rq u e d ic h o m o d o será c ie rto accid en te, lo c u a l b a sta p a ra salvar la v e rd a d d e la c ita d a afirm ación. A d e m á s, n o tie n e ra z ó n al n e g a r la p ro p ísim a d is tin c ió n re a l, p u e s — com o d iré e n seg u id a— la fa c u lta d o p e ra tiv a p ró x im a n o es u n m o d o , sino u n a a u té n tic a e n tid a d y v e rd a d e ra fo r­ m a ; p o r ello, si se d is tin g u e e n la re a lid a d d e la fo rm a su stan cial, n o se d is ­ tin g u e e n c u a n to m o d o , sino e n c u a n to cosa y , p o r lo m ism o , de m a n e ra p r o ­ p ia m e n te real. S o b re to d o p o rq u e si h a y a lg u n as ra z o n e s q u e d e m u e s tre n la d is ­ tin c ió n e n la re a lid a d , n o p ru e b a n la d is tin c ió n re a l e n m e n o r g ra d o q u e la m o ­ d a l; y , a la in v e rsa , si las razo n es q u e él y o tro s e sg rim e n c o n t r a j a o p in ió n d e S a n to T o m á s fu e s e n d e a lg u n a eficacia, serían ig u a lm e n te válid as c o n tra la d is ­ tin c ió n m o d a l.

in Universum agenda ereata efficere acci­ dentia per principia proxima accidentalia. 23. Quid auctores praedictae illationis asseruerint, et eorum fundamenta.— Non defuere philosophi et theologi qui, saltern ex parte, huic conclusioni contradixerint, vel tractando de potentiis animae vel de potentiis angelorum, ut patet ex Gregorio, In II, dist. 16, q. 3; Scoto, q. unica, et In IV, dist. 45, q. 3; Durando, In I, dist. 2, q. 2, et In II, dist. 3, q. 5; Marsilio, In I, q. 7, a. 7, et In II, q. 17, a. 2; et aliis philosophis, In II de Anima, cum quibus ibi agendum est; et de angelis infra nonnihil dicemus. Solum nunc adverto esse differentiam inter Scotum ac Gregorium et sequaces, quod Gregorius nullam omnino ponit distinctionem in re inter formas et facilitates earum. Unde fit ut concedat animam per idem principium proximum intelligere, velle, videre, audire, etc., quod satis absurdum est. Scotus autem, ad hoc vitandum, ponit distinctionem formalem inter potentias et formas. Sed si per distinctio-

nem formalem intelligat Scorns distinctio­ nem quae in re non sit actu, sed ad summum virtute et fundamentaliter, ac men­ te perficiatur, solum in modo loquendi differt a Gtegorio et aliis; si vero intel­ ligat veram distinctionem actualem quae in re sit, saltern modalem, primum non contradicit conclusioni positae, quia modus file acddens quoddam erit, quod satis est ad veritatem dictae assertionis. Deinde imme­ rito negat propriissimam distinctionem rea­ lem, nam, ut statim dicam, proxima fa­ cultas operandi non est modus aliquis, sed aliqua propria entitas ac vera forma, et ideo si in re distinguitur a forma substantial! non distinguitur ut modus, sed u t res, atque adeo proprie realiter. Praesertim quia si aliquae rationes stmt quae probent distinctio­ nem in re, non minus probant distinctio­ nem realem quam modalem; et e contrario, si rationes quae ab ipso et aliis fiunt con­ tra sententiam D. Thomae essent alicuius momenti, aeque procederent contra distinc­ tionem modalem.

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Disputaciones metafísicas

24. P e ro n o c re o q u e sea c o n v en ie n te p ro p o n e r a h o ra aq u ello s arg u m e n to s u n o p o r u n o , ta n to p o rq u e n o los c o n sid ero d ifíciles co m o p o rq u e e stá n suficien­ te m e n te re su e lto s p o r C ay etan o y o tro s y, en fin, p o rq u e to d o s ellos v ie n e n a te n e r co m o o b je tiv o e l d e m o s tra r q u e las cosas n o d e b e n m u ltip lic a rse sin n ece­ s id a d ; y. p ru e b a n q u e e n este caso n o hay suficiente n e c e sid a d , ya re fu ta n d o las ra z o n e s d e S an to T o m á s, y a p o rq u e la su sta n c ia , p o r se r m ás p e rfe c ta , p o ­ d rá b a s ta r p a ra a q u ello e n o rd e n a c u y a realizació n se a ñ a d e el a c c id e n te . Y de m a n e ra especial p u e d e se r a p re m ia n te c o n tra n o so tro s la ra z ó n q u e se ap o y a en la p rim e ra a firm a c ió n ; p u e s si las p o ten cias se d e riv a n d e la esencia p o r u n a a u té n tic a eficiencia, lu e g o c o n tie n e e m in e n te m e n te d ich as p o te n c ia s; p o r ta n to , b a s ta rá p o r sí m ism a p a ra p ro d u c ir to d o lo q u e p u e d e llev ar a cabo m e d ia n te las p o te n c ia s. S e re s p o n d e q u e , a p e sa r d e ello, h ay su fic ie n te n e c e sid a d p a ra q u e la su sta n c ia cre a d a p o sea p rin c ip io s aco m o d a d o s a las acciones accid en tales, n e c e sid a d , q u e se d e m u e s tra c o n suficiencia p o r la s in d u c c io n e s y la s ' razo n es a rrib a c o n sig n a d a s; p o rq u e n o e s p o sib le d e m o s tra rlo todo. Y n o im p o rta q u e la su sta n c ia sea m á s p e rfe c ta , y a q u e n o sie m p re lo q u e es m ás p e rfe c to p u e d e re a liz a r to d o lo q u e p u e d e u n a cosa m en o s p e rfe c ta , y , ad em á s, p o rq u e d e a h í re s u lta , a lo su m o , q u e la su sta n c ia es p rin c ip io p rin c ip a l o ra d ic a l, p e ro n o q u e sea ta m b ié n p ró x im o ; a h o ra b ie n , es m ás ser p rin c ip io de las dos m a n e ra s q u e serlo d e u n a e x clu siv am en te. Y e n e ste se n tid o p o d e m o s afirm ar ta m b ié n q u e la su sta n c ia ju n ta m e n te c o n su p o te n c ia es algo m á s p e rfe c to q u e la su stan cia sola. P o r ú ltim o , ta m b ié n la m a n o es m ás p e rfe c ta q u e la p lu m a y , n o o b sta n te , n o p u e d e e sc rib ir sin p lu m a . E n c u a n to a la ú ltim a o b jeció n , p o d e m o s salirle al p a so , e n p rim e r lu g a r, c o n u n e jem p lo s e n s ib le ;- p o r q u e el a g u a es suficiente p o r su fo rm a p a ra q u e d e ella re s u lte la fria ld a d , a p e sa r d e lo cu al sin la f r ia l­ d a d n o es su fic ie n te p a ra e n fria r a o tro s. A sí, p u e s , d e b e n e g a rse la c o n se c u e n c ia ; y c ab e a d u c ir com o ra z ó n , p rim e ra m e n te , q u e la v irtu d d e la fo rm a o d e l p rin ­ c ip io p u e d e ser lim ita d a , ta n to e n o rd e n a la p e rfe c c ió n d e l p ro p io su p u e sto co m o e n o rd e n a u n d e te rm in a d o m o d o d e acción o d im a n a c ió n ; así, la grave­ d a d m u e v e p o r sí al m ism o c u e rp o grave en q u e ex iste, p e ro n o a o tro . E n se g u n d o lu g a r, p o rq u e h a y ocasiones en q u e la p o te n c ia o fa c u lta d fo rm a l está

24. Non tamen censeo expedire nunc ilia arcrumenta sigillatim proponere, turn quia mihi non videntur difficilia, turn etiam quia a Caietano et aliis sufficients solvuntur, turn denique quia omnia fere eo tendunt ut probent sine necessitate non debere res multiplicari; hie autem non intervenire sufficientem necessitatem probant, vel solvendo rationes D. Thomae, vel quia sub­ stantia, cum sit nobilior, sufficere poterit ad id propter quod efficiendum accidens adiungitur. Et peculiariter urgere potest con­ tra nos ratio sumpta ex priori assertione; nam si potentiae fluunt ex essentia per veram efficientiam, ergo continet eminenter ipsas potentias; ergo sufficiens erit per seipsam efficere quidquid per potentias potest. Respondetur tamen sufficientem necessita­ tem esse ut substantia creata habeat principia accommodata accidentalibus actionibus, quae necessitas sufficienter probatur inductionibus et rationibus supra factis; neque enim de omnibus rebus demonstratio fieri potest. Nec refert quod substantia sit per-

fectior, tum quia non semper quod perfectius est potest efficere quidquid potest res minus perfecta, tum etiam quia inde ad summum habetur substantiam esse princi­ pale seu radicale principium, non vero etiam proximum ; plus autem est esse utroque modo principium quam altero tantum. Quo sensu dicere etiam possumus quid perfectius esse substantiam cum sua potentia quam solam. Denique etiam manus est perfectior quam calamus, et tamen non potest scribere sine calamo. Ad ultimam obiectionem primum occurrere possumus sensibili exemplo; nam aqua per suam formam est sufficiens ut ab illa resultet frigiditas, et tamen sine frigiditate non est sufficiens ad frigefaciendum alios. Neganda est ergo consequentia, et ratio reddi potest primo, quia virtus formae aut principii potest esse limitata, tum ad perfectionem proprii suppositi, tum ad talem modum actionis seu dimanationis, sicut gravitas per se movet ipsum grave in quo existit, non aliud. Secundo, quia interdum formalis potentia seu facultas est ita

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Disputación X V III.— Sección IV

d e ta l m a n e ra a d a p ta d a a la acción q u e n o b a sta c u a lq u ie r p o te n c ia v irtu a l, co m o o c u rre c o n el e n te n d im ie n to a g e n te , q u e solo o en u n ió n con el fa n ta sm a c o n ­ tie n e n v irtu a lm e n te la esp ecie in te lig ib le y, sin e m b a rg o , n o p u e d e n c o n c u rrir p o r sí a la in te le c c ió n , sin o m e d ia n te la esp ecie q u e p ro d u c e n . E n te r c e r lu g a r, y so b re to d o , p o rq u e n o estim o q u e la esencia co n te n g a las p asio n es d e m a n e ra e m in e n te , sino sólo in s tru m e n ta l; p u e s, se g ú n d ije , p re c isa m e n te p o r eso se a tr i­ b u y e d ic h o efecto al g e n e ra n te ; m as es p o sib le q u e a lg o sea in s tru m e n to a p to p a ra p ro d u c ir o tra cosa u o tra fa c u lta d y n o lo sea p a ra re a liz a r in m e d ia ta m e n te la acció n d e esa fa c u lta d , com o se ve c o n to d a c la rid a d e n lo s in s tru m e n to s d e a rte . S E C C I O N

IV

A c c id en t e s que pued en s e r p r in c ip io s d e operación 1. Motivo de la dificultad.— E n to rn o a la d o c trin a e x p u e sta e n las seccio­ n e s a n te rio re s, q u e d a n p o r e x p lic a r u n a s cu a n ta s d u d a s b a sta n te b reves. E s la p rim e ra la q u e fig u ra co m o títu lo d e la p re s e n te secció n , y q u e p u e d e e n te n ­ d e rs e d e m a n e ra u n iv e rsa l acerca d e la a c tiv id a d d e lo s a c c id e n te s ta n to so b re la su s ta n c ia com o so b re o tro s a c c id e n te s; sin e m b a rg o , h a b id a c u e n ta d e q u e el a c c id e n te n o p ro d u c e la su sta n c ia sino p re v ia la acció n d e a lg ú n a ccid en te — se­ g ú n se h a d ic h o — •, to d a la c u e stió n p u e d e re d u c irse a la eficiencia p ro p ia q u e ¡os a ccid en tes tie n e n so b re o tro s a c cid en tes. Y a q u í tie n e su o rig e n el m o tiv o d e d u d a : se d ice, e n efecto , q u e el a c c id e n te es p rin c ip io p ró x im o d e la p ro d u c ­ c ió n d e o tro a c c id e n te c o n ta l d e q u e le sea a d e c u a d o ; c o n sig u ie n te m e n te , el a c c id e n te q u e es p rin c ip io d e la acción d e b e se r ta l c u a l es el té rm in o d e d ic h a a c c ió n ; p o r ta n to , la c a n tid a d será el p rin c ip io p ró x im o d e la p ro d u c c ió n d e o tra c a n tid a d , y u n « d o n d e» d e o tro « d o n d e» , etc . P e ro te n e m o s e n c o n tra rio q u e , se g ú n la o p in ió n c o m ú n d e le s filósofos, so lam en te la c u a lid a d es p rin c ip io p ró ­ x im o d e acción, y n o to d a s las cu alid a d e s, sino alg u n a s, sie n d o ta m b ié n n e c e ­ sa rio in v e stig a r la ra z ó n d e esto. 2. Un accidente puede emanar naturalmente de otro.— A e ste p ro p ó s ito se d e b e a n tic ip a r la d is tin c ió n a rrib a co n sig n ad a acerca d e la a c tiv id a d p o r re s u l-

accommodata actioni u t non quaelibet virtualis sufficiat, ut intellectus agens, aut solus aut cum phantasmate, virtualiter continent speciem intelligibilem, et tarnen non possunt per se concurrere ad intellectionem, sed per speciem quam efficiunt. Tertio et maxime, quia non censeo essentiam continere emi­ nenter passiones, sed tantum instrumentaIiter; nam ideo, u t dixi, ille effectus. tribuitur generanti; fieri autem potest ut aliquid sit aptum instrumentum ad efficiendum aliud seu ■aliam facultatem et non ad efficiendum immediate actionem illius facultatis, u t in instrumentis artis manifeste conspicitur.

positum est, quod potest universe intelligi tarn de activitate accidentium in substantiam quam in alia accidentia; tarnen, quia accidens non efficit substantiam nisi praevia actione alicuius accidentis, ut dictum est, ideo tota quaestio revocari potest ad propriam efficientiam quam accidentia habent in alia accidentia. Et hinc nascitur ratio dubitandi, quia accidens dicitur esse proxi­ mum principium producendi accidens, ut sit illi proportionatum; ergo tale oportebit esse accidens quod est principium actionis qualis est terminus actionis; erit ergo quantitas principium proximum efficiendi quantitatem et unum U bi alterius Ubi, etc. In contrarium autem est quia, ex communi phiSECTIO IV losophorum sententia, sola qualitas est prin­ Q u a e a c c id e n t ia p o s s i n t e s s e p r in c ip ia cipium proximum actionis, et non omnes AGENDI qualitates, sed aliquae, cuius etiam ratio inI. Difficultatis ratio.— Circa doctrinam vestiganda est. superioribus sectionibus traditam nonnulla 2. Accidens ab accidente naturaliter ema­ nate potest.— In hoc praemittenda est dibreviora dubia explicanda supersunt. Pristinctio supra posita de activitate per natutnum est quod in titulo huius sectionis pro-

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tá n c ía n a tu ra l o p o r acción p ro p ia , y su p o n e r q u e ú n ic a m e n te se tr a ta d e la s e g u n d a , lo cu al vale p a ra to d a la disp u tació n , p o rq u e d ic h a re su lta n c ia se con­ sid e ra co m o fo rm a n d o u n a u n id a d con la p ro d u c c ió n d e la c o sa ; y sí fu e ra c o n v e n ie n te h a c e r alg u n a ob serv ació n especial so b re ella, n o la pasarem o s p o r alto . P u e s b ien , p o r lo q u e a ta ñ e a la cu estió n p re s e n te , así com o d ijim o s a n te s q u e d e la su stan cia p u e d e re s u lta r u n accidente, ta m b ié n será p o sib le q u e d e c u a lq u ie r accid en te re s u lte o tro q u e sea d istin to re a l o, al m e n o s, m o d a lm e n te , si e s c ap az d e ta l p ro p ie d a d ; p o rq u e d e esta m a n e ra re s u lta d e la c a n tid a d -la fig u ra o la re la c ió n d e ig u a ld a d , si es u n m o d o d is tin to ; y , co m o afirm a n m u ­ ch o s, d e u n a re la c ió n p u e d e re s u lta r otra, com o de la p a te rn id a d la sem ejanza, e tc. Y la ra z ó n está en q u e c ad a esencia, sea cual fu e re , p u e d e se r p rin c ip io d e su p ro p ie d a d in trín se c a p o r re s u lta n c ia n a tu ra l d e la m ism a . 3. Entre los accidentes, sólo la cualidad es principio de verdadera produc­ ción.— A sí, p u e s, acerca d e la p ro p ia eficiencia a c c id e n ta l h a y q u e d e c ir, e n p ri­ m e r lu g a r, q u e ú n ic a m e n te la cu a lid a d p u e d e ser p rin c ip io p ró x im o d e ella. E sta afirm ación p u e d e p ro b a rse p rin ie ra m e n te p o r e x p e rie n c ia ; e n efe c to , to d a s las accio n es q u e tie n d e n a la su stan cia suelen h a c e rse m e d ia n te c u alid ad es, b ie n sean p rim a ria s, b ie n c o n te n g a n e m in e n te m e n te a la s p rim a ria s ; ta m b ié n la s ac­ c io n es v ita le s se lle v a n a cab o p o r m edio d e c u a lid a d e s ; asim ism o , la fa c u lta d lo c o m o triz es sie m p re alg u n a p o te n c ia p e rte n e c ie n te al p re d ic a m e n to d e c u ali­ d a d , h a s ta el p u n to d e q u e lo s filósofos o p in a n q u e , in c lu so p a ra el m o v im ie n to d e los p ro y e c tile s, es necesario u n im pulso im p re so q u e sea cu a lid a d m o triz . E n se g u n d o té rm in o , p u e d e d e m o stra rse d is c u rrie n d o b re v e m e n te p o r lo s d e m á s p re d ic a m e n to s ; p o rq u e la c a n tid a d n o es p ro d u c tiv a d e o tra c a n tid a d , com o p ru e ­ b a la e x p erien cia. Y la ra z ó n es, p rim e ro , q u e la c a n tid a d sig u e a la m a te ria , p o r la c u a l im ita s u n a tu ra le z a y está d e stin a d a a re c ib ir, n o a o b ra r. E n se­ g u n d o lu g a r, p o rq u e la c a n tid a d c ie rta m e n te n o e s, p o r sí m ism a , p ro d u c tib le d e n u e v o ; m ás a ú n , n i siq u ie ra lo es (e n n u e s tra o p in ió n ) d e m a n e ra c o n co m i­ ta n te , d e su e rte q u e la q u e n o ex istía a n te s c o m ien ce a e x istir a h o ra p o r las ac­ c io n es d e los ag en te s n a tu ra le s , p u e s estim am o s q u e la c a n tid a d e s coeva c o n la m a te ria . U n ic a m e n te re s u lta q u e la c a n tid a d , q u e an tes p e rte n e c ía a u n a

ralem resultantiam vel per propriam actio­ nem, et supponendum sermonem esse tantum de hac posteriori, quod pro tota disputatione semel dictum sit, quia ilia resultantia per modum unius cum rei productione computatur; quod si aliquid singulare interdum circa illam notare oportuerit, non omittemus. In praesenti ergo, sicut su­ pra diximus a substantia posse resultare accidens, ita a quolibet accidente poterit re­ sultare aliud, vel realiter vel saltern modaliter distinctum, si capax sit tabs proprietatis; sic enim a quantitate resultat figura vel relatio aequalitatis, si est modus distinctus; et ab una relatione, u t multi aiunt, potest resultare alia, u t a paternitate similitudo, etc. Et ratio est quia unaquaeque essentia, qualiscumque sit, potest esse principium suae proprietatis intrinsecae per naturalem resultantiam eius. 3. Sola qualitas inter accidentia verae effectionis principium.— De propria ergo efficientia accidentali dicendum est primo, solam qualitatem esse posse principium pro-

ximum eius. Haec assertio primum probari potest experientia; nam actiones omnes quae tendunt ad substantiam fieri soient mediis qualitatibus, vel primis vel quae emi­ nenter contineant primas ; actiones etiam vitales mediis qualitatibus fiunt; facultas etiam movendi localiter semper est aliqua potentia de praedicamento qualitatis, adeo ut etiam ad motum proiectorum censeant philosophi necessarium esse impetum impressum qui sit qualitas motiva. Secundo, potest probari facto brevi discursu per cae­ tera praedicamenta; quantitas enim non est produttiva alterius quantitatis, ut experien­ tia probat. Et ratio est primo, quia quantitas consequitur materiam, et ideo imitatur naturam eius estque ad recipiendum^ et non ad agendum. Secundo, quia quantitas revera non est per se producibilis de novo, immo (iuxta nostram sententiam) neque concomitanter, ita u t quae antea non erat, nunc esse incipiat per actiones naturalium agentium, quia existimamus quantitatem esse coaevam materiae. Sed solum fit ut quan-

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cosa ju n to c o n la m a te ria , em p ieza a p e rte n e c e r a o tr a ; p o r eso, si se a ñ a d e a u n a cosa p re e x iste n te , tie n e lu g a r u n a u m e n to , p io p io o im p ro p io , d e a c u e rd o c o n lo s d iv erso s m o d o s d e esa m u ta c ió n . P e ro sie m p re se realiza esa m u ta c ió n o a d ic ió n tra s u n a p re v ia a lte ra c ió n y g en e ra c ió n o a c re c e n ta m ie n to , cuyo p rin c ip io p ró x im o e s la c u a lid a d , y p o r ello la c a n tid a d n o p o se e u n a acció n d e la q u e p u e d a se r p rin c ip io , y a q u e lo s té rm in o s d e la c a n tid a d , q u e a veces re s u lta n d e s p u é s d e la d iv isió n d e l c o n tin u o , e tc ., se h a c e n m á s p o r re su lta n c ia n a tu r a l q u e p o r eficiencia p ro p ia , d e la cu al tra ta m o s. 4. En la relación.— T a m p o c o es a c tiv a la relació n , se g ú n o p in ió n g e n e ra l; y su ele a d u c irse fre c u e n te m e n te la ra z ó n d e q u e la re la c ió n po see u n a e n tid a d m ín im a ; y se c o n firm a a fortiori p o r la s relacio n es d iv in a s, las cu ale s, a te n d id o s su s c a ra c te re s p ro p io s , n o so n activas, co m o e n se ñ a n lo s teólogos, e n v ir tu d d e l p rin c ip io c ie rto d e q u e la s acciones ad extra d e la T r in id a d so n in d iv isas. P e ro , o m itie n d o la s rela c io n e s d iv in as (acerca d e la s c u a le s p ie n so q u e la ra z ó n p e c u lia r co n siste e n q u e sólo e stá n o rd e n a d a s a su b s istir, y la su b siste n c ia e n c u a n to ta l n o es p rin c ip io activ o , sino ú n ic a m e n te té rm in o d e la n a tu ra le z a , la c u a l es p rin c ip io d e o p e ra c ió n , co m o se tra ta con m a y o r a m p litu d e n las c u e s­ tio n e s d e la E n c a rn a c ió n y la T rin id a d ), a p ro p ó s ito d e las relacio n es c re a d a s p u e d e d a rs e co m o ra z ó n , sig u ie n d o u n a o p in ió n p ro b a b le , q u e n o a ñ a d e n a su fu n d a m e n to n in g u n a re a lid a d ; p o r eso n o so n activas a n o ser p o r ra z ó n d e d ic h o fu n d a m e n to ; y si é ste n o es activ o , n o tie n e n p o r q u é p o se e r e ficien cia; ah o ra b ie n , el fu n d a m e n to sólo será a ctiv o e n el caso d e q u e sea alg u n a c u a ­ lid a d . A esto se a ñ a d e q u e la rela c ió n , e n c u a n to re la c ió n , n o p u e d e se r p rin c ip io eficien te d e u n a cosa a b so lu ta , y a q u e p e rte n e c e n a d iv e rso s ó rd e n e s, y el q u e u n a cosa a b so lu ta siga a u n a re la tiv a c o n stitu y e u n a in v e rsió n del o rd e n . T a m ­ p o c o p u e d e la re la c ió n h a c e r o tra rela c ió n , p u e sto q u e la re la c ió n p ro p ia n o se h a c e p o r sí, sino e n c u a n to re s u lta d e la p o sic ió n d e l fu n d a m e n to y d e l té rm in o . 5. En la acción.— S i las acciones inmanentes son verdaderos principios efi­ cientes.— A d em ás, la acció n n o es v e rd a d e ra y p ro p ia m e n te p rin c ip io a c tiv o ;

titas quae prius erat unius rei simul cum materia incipiat esse alterius; unde si ad­ dante rei praeexistenti, fit augmentatio, vel propria vel impropria, iuxta diversos modos illius mutationis. Semper tarnen fit illa mu­ tano vel additio praevia alteratione et generatione vel aggeneratione l, cuius principium prcximum est qualitas, et ideo quantitas non habet actionem cuius possit esse principium ; termini enim quantitatis, qui interdum resultant facta divisione continui, etc., magis fiunt per naturalem resultantiam quam per propriam efficientiam, de qua agimus. 4. I n relatione. — Rursus relatio ex om­ nium sententia non est attiva; et frequen­ ter ratio reddi solet, quia relatio est minimae entitatis; et a fortiori id confirmatur ex relationibus divinis, quae secundum pro­ pria non sunt activae, ut theologi tradunt, ex ilio certo principio quod actiones Trini­ tatis ad extra sunt indivisae. Sed omissis relationibus divinis (de quibus propriam ra-1

tionem esse existimo quia solum sunt ad subsistendum, et subsistentia ut sic non est principium agendi, sed tantum terminus na­ turae, quae est principium operandi, ut latius disseritur in materia de Incarnatione et Trinitate), de relationibus creatis ratio reddi potest iuxta probabilem opinionem quia nullam rem addimi suo fundamento; unde non sunt activae, nisi ratione illius; quod si illud non sit activum, non est unde habeant efficientiam; illud autem nunquam invenietur activum nisi quando est aliqua qualitas. Accedit quod relatio, ut relatio, non potest esse principium efficiendi rem absolutam, cum sint diversi ordinis, et sit ordo praeposterus u t res absoluta consequatur relativam. Ñeque etiam potest relatio facere relationem, quia relatio propria non per sc fit, sed quatenus resultat posito fundamento et termino. 5. I n actione .—- A ctio n e s im m anentes an vera efficientia principia. — Ulterius actio non est vere ac proprie principium agendi;

1 Las palabras «aggenerare» y «aggeneratio», que en pasajes anteriores hemos tra­ ducido simplemente por «engendrar» y «generación», por creer que era suficiente tal versión, las traducimos ahora y en otras ocasiones por «acrecentamiento», ya que se trata de una especie de generación acumulativa. (N. de los EE.)

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p o rq u e , seg ú n m o stra re m o s d e sp u é s , es la m ism a c a u sa lid a d d e l a g e n te , y en ello co n siste su ra z ó n ; p e ro la cau salid ad n o es u n p rin c ip io activ o , sino q u e p ro c e d e d e l p rin c ip io al q u e su p o n e . A sim ism o, si la acció n se co m p a ra c o n s u té rm in o , n o es p rin c ip io d e su p ro d u c c ió n , sino ca m in o h a c ia él o d e p e n d e n c ia d e él c o n re s p e c to a s u p rin c ip io ; e n cam b io , si se c o m p a ra con o tra s co sas, n o p u e d e ser p o r sí m ism a p rin c ip io d e algo, y a q u e ta m p o c o p u e d e se r p rin ­ c ip io d e o tra a c c ió n ; p o rq u e , n a tu ra lm e n te h a b la n d o , d e u n a acción n o se sigue o tra acc ió n d e m a n e ra in m e d ia ta , sin o , a lo su m o , p o r ra z ó n d e l té r m in o ; ta m ­ p o c o p u e d e se r p rin c ip io d e o tro té rm in o , ya q u e n in g ú n p rin c ip io lleg a h a sta el té rm in o a n o s e r m e d ia n te la acción. Y n in g u n a acción tie n e p o sib ilid a d d e e x c e d e r s u té rm in o in trín se c o o d e lle g a r p o r sí m ism a h a sta o tro , p u e sto q u e se id e n tific a c o n a q u é l y ú n ic a m e n te es u n c ierto m o d o d el m ism o. P e ro alg u n o in s istirá a p ro p ó s ito d e las accio n es in m a n e n te s, q u e a veces so n p rin c ip io s d e la p ro d u c c ió n d e a lg o ; m u c h o s, e n efecto, a firm a n q u e la in te le c c ió n p ro d u c e u n v e rb o re a lm e n te d is tin to ; o tro s p ie n s a n q u e e l co n o c im ie n to cau sa eficiente­ m e n te a m o r o d e le ite ; y lo s eje m p lo s m ás v e rd a d e ro s so n q u e lo s actos in m a­ n e n te s c au san e fectiv am en te h á b ito s, y q u e en ocasio nes u n acto p ro d u c e o tro d e la m ism a p o te n c i a ,. com o el a se n tim ie n to a lo s p rin c ip io s ca u sa el a sen ti­ m ie n to a la co n c lu sió n y la in te n c ió n d e l fin p ro d u c e la elección d e l m edio. A h o ra b ie n , se e n g a ñ a n q u ie n e s o p in a n q u e , e n e sta eficiencia, el acto in m a n e n te n o se c o m p o rta com o p rin c ip io p ro d u c tiv o d e a lg u n a o tra cosa, sino q u e es su m ism a p ro d u c c ió n , p u e s es c o n tra d ic to rio q u e la p ro d u c c ió n a c tu a l sea u n a cosa d is tin ta d e la cosa p ro d u c id a ; m as el h á b ito e s u n a cosa d is tin ta d el acto p o r el q u e es p ro d u c id o . A d e m á s, p o rq u e si se c o m p a ra n los acto s e n tre sí, el q u e p ro c e d e d e o tro es in trín se c a m e n te u n a acción in m a n e n te ; lu e g o , in trín se c a m e n te y p o r sí m ism o , es c ie rta p ro d u c c ió n ; p o r ta n to , el o tro n o es la p ro d u c c ió n d e éste. O tro s , m o v id o s p o r e ste a rg u m e n to , re s trin g e n la afirm a ció n , a trib u y é n d o le c e rte z a fu e ra d e las acciones in m a n e n te s. P e ro tam p o c o es n ecesaria ta l re s tric c ió n n i h a y p o sib ilid a d d e o fre c e r u n a ra z ó n p ro b a b le e n fa v o r d e e lla ; efe c tiv a m e n te , ¿ p o r q u é n o h a d e se r ta m b ié n a c tiv a la ilu m in a ­ ció n o n o h a n d e a trib u irse a e lla m ism a , com o a p rin c ip io o p e ra tiv o , los efecto s

nam, ut infra ostendemus, est ipsa causalitas agentis, et in hoc consistit eius ratio; causalitas autem non est principium agendi, sed est a principio quod supponit. Item, si comparetur actio ad suum terminum, non est principium agendi illud, sed via ad illud seu dependentia illius a suo principio; si vero comparetur ad res alias, non potest per seipsam esse principium alicuius, quia nec potest esse principium alterius actionis; non enim, naturaliter loquendo, ex actione sequitur actio immediate, sed ad summum ratione termini; neque etiam potest esse principium alterius termini, quia nullum principium pertingit terminum, nisi media actione. Et nulla actio potest excedere suum intrinsecum terminum seu per seipsam alium attingere, quia cum ilio identifìcatur et solum est quidam modus illius. Sed instabit aliquis de actionibus immanentibus, quae interdum sunt principia efficiendi aliquid; multi enim dicunt intellectionem efficere verbum realiter distinctum; alii putant cognitionem efficienter causare amorem vel delectationem;

et veriora exempla sunt quod actus imma­ nentes effective causant habitus, et inter­ dum unus actus causât alium eiusdem potentiae, ut assensus principiorum assensum conclusionis, et intendo finis electionem me­ d i Hallucinantur autem qui putant in hac efficientia actum immanentem non se gerere u t principium producendi aliquid aliud, sed esse ipsam productionem eius; répug­ nât enim actualem productionem esse rem distinctam a re producta; habitus autem est res distincta ab actu quo producitur. Item, quia si actus comparetur ad actum, ille qui procedit ab alio intrinsece est ac­ tio immanens; ergo intrinsece ac per sese est producilo quaedam; ergo alius non est productio illius, Alii propter hoc argumen­ tum limitant assertionem, ut verum habeat extra actiones immanentes. Sed neque est necessaria limitano, neque aliqua illius r a ­ tio probabilis afferri potest; cur enim illuminatio etiam non erit activa, aut effectus qui a lumine proveniunt non tribuentur ipsi illuminationi u t principio agendi? Venus

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p ro v e n ie n te s d e la lu z ? E n co n secu en cia, es m ás a c e rta d o d e c ir : así com o la ilu ­ m in a c ió n tien e su p ro p io té rm in o in trín se c o , en el q u e te r m in a, y éste es, p o r s u p a rte , p rin c ip io d e to d a acción u lte rio r, si es q u e e x iste alg u n a q u e sig a a la co sa ilu m in a d a , d e ig u al m a n e ra las acciones in m a n e n te s , e n c u a n to accio n es, tie n e n su s té rm in o s in trín se c o s, q u e son c u alid ad es, y é sta s son p rin c ip io s p ró -' x im os d e la acció n u lte rio r, c u a n d o la h a y s u b s ig u ie n te ; q u e e sto es así h a d e p ro b a rs e con m a y o r a m p litu d d e sp u é s, al tr a ta r d e la a c c ió n ; p o r ah o ra q u e d a su ficien tem en te c o n firm a d o sólo c o n el a rg u m e n to a d u c id o ; p u e s, ¿cóm o es p o ­ sib le q u e el a c to in m a n e n te sea p rin c ip io p ro d u c tiv o d e u n h á b ito , q u e es u n a v e rd a d e ra c u a lid a d , sin ser é l ta m b ié n c u a lid a d ? O ta m b ié n , ¿ p o r q u é e sta b le ­ cem o s, e n el m ism o h á b ito , u n a d istin c ió n e n tre la ra z ó n d e cu a lid a d y la in ­ trín se c a p ro d u c c ió n o d e p e n d e n c ia , gracias a la cu al e s re a liz a d o p o r el a c to , y n o e stab lecem o s, e n ese m ism o a cto , d ife re n c ia e n tre la ra z ó n d e c u a lid a d y la in trín se c a d e p e n d e n c ia o acció n , m e rc e d a la cu al es p ro d u c id o p o r su p o te n c ia , sie n d o así q u e el h á b ito y el a c to se c o m p a ra n d e m a n e ra p ro p o rc io n a l? 6 . En la pasión .— A p e n a s es p re c iso a ñ a d ir n a d a so b re el p re d ic a m e n to p a ­ sión, y a q u e , se g ú n m o s tra ré m ás a b ajo , la acción y la p a sió n n o se d is tin g u e n e n la re a lid a d a c tu a lm e n te , sin o sólo fu n d a m e n ta lm e n te , c u a n d o la acción llev a a n e ja u n a p a s ió n ; p o r eso , si la acció n n o es p rin c ip io activo, m u c h o m e n o s la p a s ió n ; y p u e d e n a p licarse p o r ig u a l las razo n es esta b le c id a s. Sólo c ab e h a c e r u n a o b jeció n acerca d e l m o v im ie n to lo cal, q u e es c ie rta m u ta c ió n y, co n secu en ­ te m e n te , u n a p a s ió n ; p o rq u e la p a sió n se id en tifica c o n la m u ta c ió n to m a d a e n se n tid o a m p lio ; p e ro el m o v im ie n to cau sa calo r, p o r lo q u e p a re c e ser p rin ­ c ip io d e éste. S in e m b a rg o , se re s p o n d e q u e el m o v im ie n to local, p o r sí m ism o , n a d a p ro d u c e , sin o q u e es ú n ic a m e n te u n trá n s ito h a c ia el « d o n d e » ; n o o b s­ ta n te , sirve p a ra las accio n es com o co n d ic ió n necesaria o ú til, o b ie n p a ra a p li­ c a r e l p rin c ip io a ctiv o o p a ra a p a rta r los im p e d im e n to s. Y , d e esta m a n e ra , u n a s veces ca u sa a c c id e n ta lm e n te calo r, o tras veces p ro d u c e ta m b ié n fr ío ; p e ro d e e sto n o s o cu p am o s e n o tro lu g a r. 7 . En el sitio, la duración y el hábito.— De dónde obtiene esta actividad la cualidad con preferencia a los demás accidentes.— A d e m á s, d e l lu g a r o « d o n ­ d e» e n c u a n to ta l se sab e c ie rta m e n te q u e n o es p rin c ip io a c tiv o ; e fe ctiv am en te,

líj ergo dicitur: sicut illuminano habet suum proprium terminum intrinsecum, ad quem ipsa terminatur, hic autem est principium omnis ulterioris actionis, si quae est, quae ad rem illuminatam consequatur, ita actiones immanentes, u t actiones sunt, habere suos intrinsecos terminos, qui sunt qualitates, et has esse principia proxima ulterio­ ris actionis, quando contingit subsequi; hoc autem ita esse, inferius probandum est latius disputando de actione; nunc autem solo argumento facto satis confirmatur-; quomodo enim actus immanens esset principium producendi habitum, qui est vera qualitas, nisi ipse esset qualitas, aut cur in ipso habitu distinguimus rationem qualitatis ab in­ trinseca productione seu depedentia qua fit ab ipso actu, et in eodem acni non distinguemus rarionem qualitatis ab intrinseca dependentia vel actione qua fit a sua potentia. cum habitus et actus proportionaliter comparentur?

6. In passione.— De praedicamento passionis nihil fere addere oportet, quia, u t infra ostendam, actio et passio in re non distinguuntur actu, sed tantum fundamentaliter, ubi actio passionem habet adiunctam ; unde, si actio non est principium agendi, multo minus passio, et rationes factae aeque applicari possunt. Solum potest obiici de motu locali, qui est mutatio quaedam et consequenter passio; nam passio et mutatio late sumpta idem sunt; motus au­ tem causat calorem, unde videtur esse prin­ cipium eius. Respondetur tarnen motum lo­ calem per se nihil efficere, sed esse tantum viam ad U bi; deservit tarnen ad actiones ut conditio necessaria vel utilis, aut ad applicandum principium agendi aur ad removenda impedimenta. Et hoc modo interdum per accidens causat calorem, interdum etiam frigus, de quo alias. 7. In situ, duratione et habitu.— Unde qualitas hanc activitatem prae caeterìs hauriat.— Praeterea de loco seu ubi ut sic con-

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si se to m a el lu g a r p o r la su p erficie c o n tin e n te , n o es p rin c ip io a c tiv o p o r la m ism a ra z ó n q u e tam p o co lo e s la c a n tid a d , y a q u e tal lu g a r n o es algo re a l­ m e n te d is tin to d e la su p erficie, sino q u e a ñ a d e a lg ú n re sp e c to o d e n o m in a c ió n a la co sa e x trín se c a , y n a d a d e e sto p e rte n e c e a la ra z ó n d e o b ra r. Y h e dich o q u e se tra ta d e l lu g a r e n c u a n to ta l o en cu a n to es lu g a r, y a q u e si se c o n sid era com o lu g a r n a tu r a l o v io le n to p u e d e e jercer a lg u n a acción so b re el localizado, m as n o la ejerce sino p o r ra z ó n d e alg u n a s c u a lid a d e s, com o co n sta p o r la filo­ sofía. E n cam b io , si nos re fe rim o s al «donde» e n c u a n to e s la p resen cia, in trín ­ seca o u n m o d o d e l localizado, e n este sentido- y a re s u lta e v id e n te q u e n o es p rin c ip io d e n in g u n a a c c ió n ; u n a s veces es, c ie rta m e n te , co n d ic ió n p a ra o b ra r, a c a u sa de la p ro x im id a d , co m o d irem o s d e sp u é s, p e ro n o e s ra z ó n o p rin c ip io d e o p e ra c ió n , se g ú n consta su fic ie n te m e n te p o r la e x p erien cia. Y p a re c e q u e la ra z ó n n o es' o tra sino q u e a q u é l sólo es u n c ie rto m o d o d e la cosa p re s e n te y, d e su y o , n o a p o rta u n a e n tid a d p ro p ia , p o r lo c u a l ta m p o c o confiere, d e suyo, a c tiv id a d . A d em ás, p o rq u e n o p u e d e e n te n d e rse q u é p ro d u c e p o r sí, y a q u e n o p u e d e p ro d u c ir o tro «do n d e» e n u n c u e rp o d is tin to ; e n efecto , el «do n d e» n o se h a c e e sen cialm en te sin o m e d ia n te el m o v im ie n to lo c a l; p e ro u n a cosa n o m u e v e lo ca lm e n te a o tra p o r su « d o n d e» , sino im p u ls á n d o la , a tra y é n d o la , o d e o tra m a n e ra p arecid a. A b a se d e esto c o n sta , a fortiori, q u e n i el sitio , n i el tie m p o , d u ra c ió n o « cu an d o » , n i el h á b ito o e s ta r v e stid o so n p rin c ip io s activos se g ú n aq u ellas ra z o n e s p re c isa s e n v irtu d d e las cuales c o n stitu y e n p re d ic a m e n ­ to s , y a q u e el sitio n o se d is tin g u e re a lm e n te d e l «donde» sin o p o r a lg u n a d eno­ m in a c ió n , re la c ió n o fig u ra ; el h á b ito sólo a ñ a d e c ie rta d e n o m in a c ió n e x trín se c a ; e l tie m p o , y , en general, la d u ra c ió n , o n o es alg o re a lm e n te d is tin to d e la cosa q u e d u ra o a lo su m o es u n m o d o , p o r lo c u a l to d o s estos a c c id e n te s, fo rm a l­ m e n te y en c u a n to tales, n o so n activ o s, sin o q u e p u e d e n serlo las cosas c o n q u e se id e n tific a n ; así, si la cosa q u e d u ra es u n a c u a lid a d o u n v e stid o , p u e d e s e r activa p o r ra z ó n d e a lg u n a s cualid ad es. C o n sig u ie n te m e n te , se c o n c lu y e q u e , e n tre los accid e n te s, sólo la c u a lid a d es, p o r sí, p rin c ip io activo. Y p u e d e a d u ­ cirse com o ra z ó n q u e , e n p rim e r lu g a r, la c u a lid a d es la ú n ic a , ad em á s d e la

stat non esse principium agendi; nam si locus sumatur pro superficie continente, eadem ratione non est principium agendi qua neque quantitas, quia talis locus non est aliud in re ipsa a superficie, sed addit aliquem respectum vel denominationem ad rem extrinsecam, quae omnia nihil pertinent ad rationem agendi. Dixi autem sermonem esse de loco ut sic seu quatenus locus est, quia quatenus est locus, vel naturalis vel violentus, potest habere aliquam actionem in locatum, sed illam non habet nisi ratione aliquarum qualitatum, ut ex philosophia constat. Si vero loquamur de Ubi prout est intrinseca praesentia seu modus locati, sic jam manifestum est non esse principium alicuius actionis; est quidem interdum con­ ditio agendi propter propinquitatem, u t postea dicemus; non tamen est ratio seu prin­ cipium agendi, u t experientia ipsa satis con­ stat. Ratio autem non videtur esse alia nisi quia ille tantum est quidam modus rei praesentis et per se non affert propriam entitatem, et ideo neque activitatem per se con­ fers Item, quia non potest intelligi quid per se agat; non enim potest aliud Ubi

producere in alio corpore; nam Ubi non fit per se nisi per motum localem; una autem res non movet aliam localiter per suum Ubi, sed vel impellendo vel attrahendo aut alio simili modo. Ex quo a fortiori constat neque situm neque tempus seu durationem aut quando neque habitum seu esse vestitum, esse principia agendi secun­ dum eas rationes praecisas secundum- quas praedicamenta constituunt, quia situs in re non distinguitur ab U bi nisi aliqua denominatione, relatione aut figura; habitus vero solum addit denominationem quamdam ex­ trinsecam; tempus autem, et in universum duratio, vel non est aliquid in re distinctum a re quae durat, vel ad summum est modus, et ideo omnia ista formaliter et u t sic non sunt activa, sed res cum quibus identificantur, possunt esse activae; ut si res quae durat, est qualitas aut vestimentum, potest esse activum ratione aliquarum qualitatum. Relinquitur ergo ut inter accidentia sola qualitas sit per se principium agendi. Et ratio reddi potest quia imprimis sola qua­ litas praeter quantitatem habet entitatem

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c a n tid a d , q u e tie n e e n tid a d p ro p ia re a lm e n te d is tin ta d e la su sta n c ia , y p o r ello es fo rm a accid e n ta l y a c to p ro p io en se n tid o p ro p ísim o , lo c u a l es n ecesario p a ra la ra z ó n d e p rin c ip io a c tiv o y p a ra p o se e r a c tiv id a d p ro p ia . A d e m á s, es u n a e n ­ tid a d ta l q u e sig u e a la fo rm a y , p o r lo m ism o , im ita s u n a tu ra le z a y se le a tr i­ b u y e e l se rv ir a la fo rm a d e in s tru m e n to o fa c u lta d p ró x im a d e o b ra r, so b re to d o h a b id a c u e n ta d e q u e la fo rm a su sta n c ia l n o es, p o r sí sola, p rin c ip io p ró ­ x im o su ficien te d e sem e ja n te s acciones. 8. D e entre las especies de la cualidad, ¿cuántas y cuáles son activas?— L a jigura no.— S e d ir á : si e sta ra z ó n es v á lid a , d e m u e s tra q u e to d a c u a lid a d es p rin c ip io d e alg u n a acció n , y a q u e to d a c u a lid a d sigue a la fo rm a y , c o n se c u e n ­ te m e n te , d e b e im ita r s u n a tu ra le z a . S o b re to d o p o rq u e , así com o la fo rm a su s­ ta n c ia l es c ie rto acto , ta m b ié n lo es la c u a lid a d ; a h o ra b ie n , to d o a c to d a el o b ra r d e ig u a l m o d o q u e d a el ser. Y p u e d e c o n firm a rse p o rq u e c ad a cosa e stá o rd e n a d a a su o p e ra c ió n , p u e s d e lo c o n tra rio sería v a n a , seg ú n se a firm a en I I D e cáelo, c. 3, y e n I d e la Etica, c. 7 . H a y q u e d e c ir, e m p e ro , q u e n i to d a s las esp ecies d e c u a lid a d q u e A ristó te le s e n u m e ra n i to d a s las cu alid ad es c o n te ­ n id a s b a jo cada u n a d e la s especies so n activas, sino ú n ic a m e n te las tre s p r i­ m e ra s esp ecies, y e n a lg u n a s d e las c u a lid a d e s q u e c o m p re n d e n . L o ex p lic o d e ­ ta lla d a m e n te : e n e fe c to — e m p e z a n d o p o r la ú ltim a — , !a fig u ra n o es, p o r sí, p rin c ip io d e n in g u n a a c c ió n , com o a firm a la o p in ió n c o m ú n , to m a d a d e S a n to T o m á s , e n 11-11, q . 9 6 , a. 2 , a d 2 , y e n e l lib . I I cont. Gent., c. 7 6 , y e n D I cont. Gent., c. 1 0 5 ; y d e C a y e ta n o y el F e rra rie n s e , e n lo s lu g a re s in d ic a d o s. L o m ism o e n se ñ a E sc o to , In IV, d ist. 1, q . 4 ; y C a y e ta n o T h ie n ., e n IV De cáelo, c. ú ltim o ; se to m a d e A ristó te le s, lib . X II d e la Metafísica, c. 3, te x to 1 4 ; V I d e la Etica, c. 4 , y I I d e la Física, te x to 2 ; e n esto s p asajes d ic e q u e las cosas artificiales, e n c u a n to ta le s, n o tie n e n p rin c ip io d e m o v im ie n to o d e ac­ ción. L a ra z ó n n o es o tra sino q u e la fo rm a q u e se re a liz a artific ia lm e n te só lo es fig u ra , la cu al n o es p rin c ip io activo. T a m b ié n a b a se d e e sto re fu ta S an A g u stín , e n lib. X D e Civitate, c. 9 y 11, el e rro r d e q u ie n e s p e n sa b a n q u e las fig u ras o im ág en es fo rm a d a s p o r los a stro s p o seían a lg u n a fu e rz a activ a , to -

propriam re distinctam a substantia, et ideo est propriissime forma accidentalis et proprius actus, quod necessarium est ad rationem principii agendi et u t propriam activitatem habeat. Deinde est talis entitas quae consequitur formam, et ideo imitatur naturam eius eique tribuitur ut ei sit instru­ mentum aut virtus proxima agendi, praesertim cum substantialis forma per se sola non sit sufficiens principium proximum huiustnodi actionum. 8. Ouot et quae qualitatis species aclivae sint.— N on figura.— Dices:, si haec ratio valida est, probat omnem qualitatem esse principium alicuius actionis, quia omnis qualitas consequitur formam, et consequenter imitari debet naturam eius. Praesertim quia, sicut forma substantialis est quidam actus, ita et qualitas; omnis vero actus sicut dat esse, ita et operari. Et confirmari potest, quia unumquodque est prop­ ter suam operationem; alioqui frustra esset, ut dicitur II de Caelo, c. 3, et I Etbic, c. 7. Nihilominus dicendum est neque om-

nes species qualitatis ab Aristotele numeratas neque omnes qualitates sub sin­ gulis speciebus contentas esse activas, sed solum tres primas species quoad aliquas qualitates sub eis contentas. Declaro singu­ la: nam imprimis, ab ultima incipiendo, figura per se non est principium alicuius actionis, u t affirmat communis sententia, quae sumitur ex D. Thoma, II-II, q. 96, a. 2, ad 2, et lib. II cont. Gent., c. 76, et II I cont. Gent., c. 105; et his locis Caietanus et Ferrarius. Idem habet Scotus, In IV, dist. 1, q. 4 ; et Caietanus Thien., IV de Caelo, c. ult.; et sumitur ex Aristot., X II Metaph., c. 3, text. 14, et VI Ethic., c. 4, et II Phys., text. 2, quibus locis ait artefacta u t sic non habere principium mo­ ms vel actionis. Huius ratio alia non est nisi quia forma quae fit per artem solum est figura, quae non est principium agendi. Hinc etiam D. August., lib. X de Civit., c. 9 et 11, eorum confutai errorem qui figuris seu imaginibus astronomicis vim ali­ li

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Disputaciones metafísicas

m a n d o de ello p ie p a ra d e m o s tra r q u e to d as esas cosas se p ro d u c e n p o r a rte y v ir tu d diabólica. L a ra z ó n e s trib a e n q u e la fig u ra , se g ú n se to m a ta m b ié n d e A ristó te le s, lib . I d e la Física, c. 5, te x to 4 6 , n a d a a ñ a d e a la cosa, sino u n a c ie rta com posición u o rd e n d e las p a rte s, d el c u a l re s u lta u n m o d o d e la c a n ti­ d a d , q u e es la fig u ra, y p o r ello n o p u e d e se r, p o r sí m ism o , p rin c ip io activo, ta n to p o rq u e sólo es u n m o d o co m o ta m b ié n p o rq u e es u n m o d o d e la c a n tid a d y u n a p ro p ie d a d co n sig u ie n te a la m ism a. P o r e so , sie n d o así q u e la c a n tid a d n o es esen c ia lm e n te activ a, ta m p o c o p u e d e se rlo la fig u ra . Se co n firm a , p o r ú ltim o , ya q u e n a d a hay q u e la fig u ra p u e d a h a c e r p o r sí, p u e sto q u e u n a fig u ra n o tie n e p o sib ilid a d d e p ro d u c ir o tra sem ejan te, co m o ta m p o c o p u e d e u n a es­ ta tu a h a c e r o tra e sta tu a , n i u n a cu a lid a d o alg o p a re c id o . 9. Se resuelve una objeción.— S e o p o n d rá : a l m e n o s, la fig u ra sirv e m u c h o p a ra e l m o v im ie n to lo c a l: la q u e es ag u d a , p a ra la in c isió n ; la q u e es c irc u la r, p a ra el m o v im ien to c irc u la r; p o r eso A lb e rto , e n IV De cáelo, al final, d a a en ­ te n d e r q u e la fig u ra a g u d a e s fa c u lta d activa d e m o v im ie n to o q u e , p o r lo m e ­ n o s, d ic h a figura, ju n to c o n o tra s co n diciones — la g ra v e d a d y la d u re z a — co m ­ p o n e n aq u ella p o te n c ia ; lo m ism o p ie n sa D u ra n d o , In I, d is t. 4 5 , q . 2 , n . 8 , d o n d e añ ad e ta m b ié n q u e la fig u ra d e l sello es, p o r sí, p rin c ip io d e la fig u ra se m ejan te q u e se im p rim e e n la cera. S in e m b a rg o , se re s p o n d e q u e tales fig u ­ ra s ú n ic a m e n te so n d isp o sicio n es d el in s tru m e n to o d e l c u e rp o p a ra ser m o v id o o m o v e r c o n m a y o r fa c ilid a d d e u n m o d o d e te rm in a d o , y a p o rq u e é l o frece m e ­ n o s resiste n c ia c u a n d o es m o v id o p o r e l artífice — co m o o c u rre e n e l m o v im ie n to d e la esfera— , ya p o rq u e se le o p o n e m en o s re s iste n c ia , c u a l su ced e e n el m o ­ v im ie n to d e in c isió n ; p u e s c u a n to m á s a g u d o es e l in s tru m e n to , ta n to m e n o r es e l n ú m e ro d e p a rte s q u e to c a y , p o r lo m ism o , m e n o r re siste n c ia e n c u e n tra . In v e rsa m e n te , c u a n d o la in c isió n se h ace sin m o v im ie n to d e l c u e rp o c o rta n te p o r m o v im ie n to d e l o tro , co m o aco n te ce e n e l río , la figura a g u d a c o n stitu y e u n a d isp o sició n p a ra ese c o rte p o r e l h e c h o d e q u e sirv e p a ra re s is tir c o n m a y o r facilid a d al a g u a c o rrie n te , y a q u e , p a sa n d o p o r m e n o r n ú m e ro d e p a rte s, llega d ire c ta m e n te h a s ta la cosa a g u d a y así im p rim e u n ím p e tu m e n o r. Y , d e ig u a l m a n e ra , e n la fig u ra d e l se llo ; p o rq u e u n a s p a rte s so n m á s a g u d a s q u e o tra s,

quam agendi inesse putabant, inde demonstrans omnia illa fieri pacto et virtute daemoniun. Ratio autem est quia figura, ut sumitur etiam ex Aristot., lib. I Phys., c. 5, text. 46, nihil rei addit nisi quamdam compositionem aut ordinem partirmi, ex quo consurgit modus quidam quantitatis, qui est figura, et ideo non potest esse principium per se agendi, tum quia tantum est quidam modus, tum etiam quia est modus quanti­ tatis et proprietas consequens illam. Unde, cum quantitas per se attiva non sit, neque figura esse potest. Et confirmatur tandem, quia nihil est quod figura per se faciat, quia una figura non potest aliam similem efficere; neque enim statua faciet statuam, ne­ que qualitatem aliquam vel quidpiam simile tacere potest. 9. Obiectio.— Sohitur.— Dices: figura saltern ad motum localem multum deservit, acuta incisioni, circularis circulari motui, propter quod Albert., IV de Caelo, in fine, significai figuram acutam esse vim agendi

motum, vel saltern illam cum aliis conditionibus, scilicet, gravitate et duritie, com­ ponete illam potendam; et idem sentit Du­ rand., In I, dist. 45, q. 2, n. 8, ubi etiam addit figuram sigilli esse per se principium similis figurae impressae in cera. Respondetur tarnen huiusmodi figuras solum esse dispositiones ex parte instrumenti aut cor­ poris u t facilius tali modo moveatur vel moveat, vel quia ipsum minus resistit dum ab artifice movetur, ut in moni sphaerae, vel quia ei minus resistitur, u t in motu incisionis; nam quo instrumentum est acutius, eo pauciores partes contingit, et ideo minorem resistentiam invenit. Et e contra­ rio, quando incisio fit sine motu corporis scindentis per motum alterius, u t in flumine, ideo acuta figura est dispositio ad illam scissionem quia deservit u t facilius resistat aquae fluenti, eo quod per pauciores partes rette attingit rem acutam, et ita minorem impetum imprimit. Et ita etiam in figura sigilli, quia quaedam partes sunt acutiores

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y p o rq u e u nas son p ro m in e n te s y o tra s co m o cóncavas, p o r eso c o rta n o a p la s ta n u n a s p a rte s de la cera m ás fá c ilm e n te q u e o tra s, y d e a h í su rg e la figura, n o p o rq u e u n a sea p o r sí m ism a p rin c ip io d e la o tra , sino p o rq u e , h a b ié n d o se m o v id o lo ­ c a lm e n te u nas d e te rm in a d a s p a rte s, re s ü lta u n a d e te rm in a d a figura. D e ello te ­ n e m o s ta m b ié n el sig u ie n te in d ic io : la fig u ra re s u lta n te e n la cera tien e u n a c o n ­ fig u ració n in v e rsa a la q u e h a b ía e n el sello, p u e s la s p a rte s salientes d e l sello so n co m o cóncavas e n lo sellado, y al c o n trario . 10. Entre las primeras especies de la cualidad, unas son activas, otras no .— E n las tre s re s ta n te s especies d e la c u a lid a d se e n c u e n tra n cu alid ad es a c tiv a s .. E fe c tiv a m e n te , lo s h á b ito s d e las p o te n c ia s son p rin c ip io s d e la realiz a c ió n d e a c to s y , a l c o n tra rio , los actos (q u e p e rte n e c e n ta m b ié n a la p rim e ra esp ecie, y so n disp o sicio n es) a veces p ro d u c e n h á b ito s. P o r su p a rte , la p o te n c ia e s p r i n ­ c ip io activo de acto s y d e h á b ito s. T a m b ié n so n activ as las cu alid ad es p a sib le s, co m o co n sta d e l calo r. A h o ra b ie n , en to d a s estas e sp ecies se e n c u e n tra n a lg u ­ n a s c u a lid a d e s q u e n o so n p rin c ip io s d e acción, co m o p a sa en la esp ecie d e l h á b ito ; son aq u ellas q u e e stá n o rd e n a d a s p ró x im a m e n te a a lg ú n ser, y n o a la o p e ra c ió n , e n cuyo g ru p o su ele in c lu irse la sa lu d , q u e se llam a h á b ito d e m a ­ n e ra m u y im p ro p ia . P o r eso, en el o rd e n n a tu ra l, q u iz á es n u lo el e jem p lo q u e i alg u n o s a d u c e n , sin ra z ó n , d e las especies in te lig ib le s, p u e s éstas son e n v e rd a d p rin c ip io s activos. E n el o rd e n so b re n a tu ra l, el e je m p lo c o rrie n te es el d e la 1 g ra c ia , q u e se e n c u e n tra e n la esencia d e l a lm a ; p e ro es m ás c ie rto e l d e l «ca­ rá c te r» , d e l cu al n o s o c u p a m o s e n o tro lu g a r. T a m b ié n e n la especie d e la d is ­ p o sició n h a y m u c h o s actos q u e n a d a p ro d u c e n ; así o c u rre c u an d o la p o te n c ia n o tie n e n e c e sid a d d e h á b ito , com o en la v isió n , o do lo n e c e sita d e ta l n a tu ra le z a q u e p u e d a ser p ro d u c id o m e d ia n te acto s, com o en los a c to s so b re n a tu ra le s. H a y , asim ism o , m u c h o s actos q u e n o so n p rin c ip io s activos d e o tro s actos n i d e h á ­ b ito s, com o es p a te n te e n to d o s los se n tid o s, e n la fru ic ió n d e D io s, y e n o tro s casos sem ejan tes. T a m b ié n su ele d iv id irse la p o te n c ia e n activa y p a siv a ; d e ellas, la p asiv a, e n c u a n to ta l, n o es p rin c ip io d e a cció n , a u n q u e es in c ie rto si se d a

aliis et quaedam prominentes, aliae quasi cipia agendi, u t in specie habitus, iliaci, concavae, ideo facHius scindunt aut depriquae proxime ordinantur ad aliquod esse munt quasdam partes cerae quam alias,*et et non ad operari, in quo ordine solet sainde consurgit figura, non quia una sit per nitas numerari, quae satis improprie dicitux se principium alterius, sed quia, motis se­ habitus. Unde in naturalibus fortasse nul­ cundum locum quibusdam partibus, consur­ lum est exemplum quod immerito aliqui adgit talis figura. Cuius etiam signum est quia hibent de speciebus intelligibilibus ; nam veluti contrario modo consurgit figura in illae revera sunt principia agendi. In supercera quam erat in sigillo. Partes enim, quae naturalibus vero commune exemplum est de eminebant in sigillo sunt quasi concavae in gratia, quae est in essentia animae; sed sigillato, et e converso. 10. 7n primis qualitatis speciebus aliqua certius est de charactere, de quo alias. In activa, aliqua non.— In caeteris autem tri­ specie item dispositionis sunt multi actus qui nihil agunt, quando, scilicet, potentia, bus speciebus qualitatis reperiuntur qualitavel non indiget habitu, u t in visione, vel tes activae. Nam habitus potentiarum sunt non tali qui possit per actus effici, u t in principia ellciendi actus, et e converso, ac­ tus (qui in prima etiam specie collocan- actibus supematuralibus. Multi etiam ac­ tur et dispositiones sunt) habitus inter- tus non sunt aerivi aliorum actuum neque dum efficiunt. Potentia vero est activa et habituum, u t patet in omnibus sensibus, et in fruitione Dei, et similibus. Potentia ¡actuum et habituum. Passibiles etiam quaj litates activae sunt, ut de calore constat. item distingui solet in activam et passivam, (In omnibus autem his speciebus reperiun­ inter quas passiva ut sic non est princi­ tur aliquae qualitates quae non sunt prin- pium agendi, quamquam incertum est an 1 Nos apartamos aquí de la lectura de la ed. Vives («file qui proxime ordinatur ad aliquod esse...»), aceptando el texto de otras ediciones, por ejeronlo, la de B. Colosino, por parecemos más acorde con el sentido general del párrafo /N. de los EE.)

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Disputaciones metafísicas

a lg u n a c u a lid a d q u e sea p u ra p o te n c ia p asiv a, co m o v e re m o s e n e l lu g a r o p o r­ tu n o , d o n d e e stu d ia re m o s ig u a lm e n te si la p o te n c ia d e re s is tir es a ctiv a o pasiva. A d e m á s, e n tre las cu alid ad es p a sib le s, h a y m u c h a s q u e n o p ro d u c e n o tras q u e le s se a n sem ejan tes, com o la b la n c u ra y o tro s c o lo res, a u n q u e p ro d u z c a n espe­ c ie s in te n c io n a le s. O tra s, e n c a m b io , ca u sa n a m b a s cosas, co m o la lu z , el c a ­ lo r, etc. A h o ra b ie n , es d ifíc il ex p licar esta d iv e rsid a d . L a ra z ó n g e n e ra l c o n ­ siste , al p a re c e r, en q u e la su sta n c ia n ecesita, p a ra su c o m p leta p erfe c c ió n , to d a l a v a rie d a d in d ic a d a , y p o r ello re c ib ió d e la n a tu ra le z a d iv ersas cu alid ad es o r­ d e n a d a s a d ife re n te s efectos, d e a c u e rd o c o n su d iv e rs id a d ; p o r eso , u n as e stá n d e stin a d a s a o b ra r, o tras a in fo rm a r o a d o rn a r la su sta n c ia y com o a d a r la ú l­ tim a c o m p leció n a su cap acid ad . T o d o ello p e rte n e c e al c o m e tid o d e la fo rm a y , p o r lo m ism o , las c u a lid a d e s q u e n o son activ as n i re s u lta n su p erfiu as n i e stá n p riv a d a s d e a lg u n a p a rtic ip a c ió n o co n v en ie n cia c o n la fo rm a . D e este- m o d o q u e d a re s u e lto el m o tiv o d e d u d a . Y n o es p ro p io d e e ste lu g a r h a c e r u n a ex­ p o sic ió n d e ta lla d a d e las c u a lid a d e s q u e son d e u n a clase o d e o tra. S E C C I O N

V

S i l o s s o l o s a c c id en tes , s in e l concurso d e l a s form as su sta n c ia i .e s ,

PRODUCEN OTROS ACCIDENTES 1. S egún el co m ú n m o d o d e h a b la r e n e sta m a te ria , la fo rm a accidental es p rin c ip io p ró x im o , y la su s ta n c ia l p rin c ip io p rin c ip a l d e todas las acciones d e l su p u e s to , in c lu so d e las accid e n ta le s. P e ro e n q u é c o n sista e sta ra z ó n d e p rin ­ c ip io p rin c ip a l, o c u á l sea s u influjo, n o lo ex p lic a n lo s d o c to re s ; o , si d ic e n alg o in c id e n ta lm e n te , in s in ú a n q u e consiste sólo e n q u e la fo rm a es ra íz y p r in ­ c ip io d e la fa c u lta d a c c id e n ta l, q u e le h a sid o d a d a p o r la n a tu ra le z a p a ra q u e le sirva d e p rin c ip io p ró x im o e n o rd e n a re a liz a r la acció n . M a s , c u a n d o se tr a ta d e l ejercicio d e la acció n a c c id e n ta l, n o se c re e q u e la fo rm a su stan cial te n g a u n influjo p ró x im o y a c tu a l. E llo p u e d e e x p lic a rse , n o sólo p o r e l p rin c ip io d e q u e la su sta n c ia c re a d a n o tie n e p o sib ilid a d d e s e r p rin c ip io p ró x im o d e l a c c i-

detur aliqua qualitas quae sit pura potentia passiva, ut suo loco videbimus, ubi edam tractabimus an potentia resistendi sit potentia attiva an passiva. Inter passibiles edam qualitates multae sunt non activae suarum simiKum, u t albedo et colores alii, quamvis efficiant intentionales species. Aliae vero utrumque efficiunt, u t lux vel calor, etc. Difficile autem est reddere rationem huius varietatis. Generalis esse videtur quia substantia ad suam consummatam perfectìonem indiget tota hac varietale, et ideo diversas qualitates a natura recepii, quae pro sua diversitate ad diversos effectus ordinarentur; unde quaedam institutae sunt ad agendum, aliae ad informandam vel ornandam substantiam et quasi ultimo explendam capacitatesi illius. Quae omnia perti­ nent ad munus formae, et ideo qualitates quae non sunt activae, neque sunt otiosae neque carent aliqua participations vel convenientia cum forma. Et ita soluta est dubitandi ratio. In particulari vero exponere

quae qualitates sint huius vel illius rationis, ad hunc locum non spettai. SECTIO V U t r u m s o l a a c c id e n t ia FORMAR0M SUBSTANTIALIUM ACCIDENTIA

s in e

con cursu

EFFICIANT ALIA

1. Communis modus loquendi in hac materia est accidentalem formam esse principium proximum, substantialem vero esse principale principum omnium attionum suppositi, etiam accidentalium. In quo autem consistat haec ratio principalis principii, vel quis sit influxus eius, aut Doctores id non declarant vel, si aliquid obiter dicunt, insinuant in hoc solum consistere quod for­ ma est radix et principium facultatis acddentalis, quae illi data est a natura u t ei sit proximum principium ad eliciendam ac­ tionem. In ipso autem exercitio actionis accidentalis non creditur substantialis forma habere influxum proximum et attualem. Et ratio reddi potest, turn ex ilio principio quod substantia creata non potest esse prin-

Disputación X V III.— Sección V

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d e n te , sino ta m b ié n p o rq u e , p a ra p ro d u c ir u n a c c id e n te , es p rin c ip io suficiente o tro accid en te. 2. En las junciones vitales no influye sólo el accidente, sino también la sus­ tancia de manera próxima .— N o o b sta n te , c o n sid ero q u e d e b e em p learse u n a d is ­ tin c ió n ; p o rq u e , e n tre estas acciones, h a y u n as q u e son vitales y o tras q u e n o lo son. A cerca d e las p rim e ra s p a re c e q u e d eb e d ecirse q u e e n ellas in flu y e p r ó ­ x im a m e n te , en su o rd e n , n o la fa c u lta d accid e n ta l sola, sino ta m b ié n el a lm a m ism a p o r su su sta n c ia . A l p a re c e r, la e x p e rie n c ia d a ra z o n e s en fav o r d e e sta c o n c lu s ió n ; e n efecto , estas acciones v ita le s se re a liz a n d e u n m o d o ta n ín tim o q u e d a n la im p re sió n d e p ro c e d e r a c tu a lm e n te d e l p rim e r p rin c ip io v ital, q u e e s el a lm a ; de a q u í re s u lta q u e , a u n c u a n d o el ojo te n g a en su p re se n c ia u n a im a g e n y re c ib a d e ella la especie, n o ve si el alm a n o a tie n d e . Y n o im p o rta q u e a lg u ie n d ig a q u e e sto tie n e su o rig e n e n u n a d istra c c ió n d e la im ag in ació n o d e l se n ­ tid o c o m ú n , p o rq u e en to n c e s h a ré el m ism o a rg u m e n to a p ro p ó sito d e l se n tid o c o m ú n y d e la im ag in a c ió n . Y si se o b je ta q u e e n ta l caso la especie se n sib le n o tra sc ie n d e el se n tid o e x te rn o , d e a h í to m a m o s u n a rg u m e n to c o n tra la p r i­ m e ra evasiva. E fe c tiv a m e n te , si la especie d e l o b je to se n sib le p re s e n te y q u e in ­ m u ta el se n tid o ex te rn o n o lleg a h a sta el se n tid o in te rn o c u a n d o el alm a n o a tie n d e , se d e b e a q u e la e sp ecie d e l se n tid o e x te rn o n o se c o m u n ica al in te rn o sin o m e d ia n te u n acto d e l se n tid o e x te rn o . D e d o n d e re s u lta q u e el se n tid o ex­ te rn o sien te a n te s (en o rd e n d e n a tu ra le z a ) d e q u e el in te rn o c o la b o re ; p o rq u e esta co lab o ració n p a re c e se g u ir a la o p e ra c ió n d e l se n tid o e x te rn o ; lu e g o la ra z ó n d e q u e e n el caso in d ic a d o n o sien ta el se n tid o e x te rn o n o p ro c e d e d e l in te rn o , a n te s b ie n el in te rn o n o es im p re sio n a d o p o r la e sp ecie del o bjeto p o rq u e el se n tid o e x te rn o n o lo p e rc ib e . P o r ta n to , h a y q u e b u s c a r o tra ca u sa d e q u e e n ­ to n ces el se n tid o e x te rn o n o realice su a c to ; y p a re c e q u e n o es o tra sino q u e , e n ta l caso, e l a lm a n o in flu y e n i co o p era c o n él. Se d irá q u e la ra z ó n e s trib a e n q u e n o co o p e ra , n o p o r s u su sta n c ia , sino p o r m e d io d e los e sp íritu s a n im a ­ les q u e son necesario s p a ra la sensación y e l m o v im ien to . P e ro , a u n q u e sea v e r­ d a d q u e estos e sp íritu s re s u lta n n e c e sa rio s, n o o b s ta n te esto m ism o co n firm a el

cipium proximum accidentis, tum edam quia ad efficiendum accidens sufficiens principium est aliud accidens. 2. Ad vitales functiones non accidens solum, sed substantia etiam proxime influii.— Nihilominus censeo distinctione esse utendum; nam inter has actiones quaedam sunt vitales, aliae vero minime. De prioribus dicendum videtur non solata facilitatela accidentalem, sed etiam ipsam animam per substantiam suam in illas proxime in suo or­ dine influere. Hanc conclusionem videtur suadere experijntia ; nam hae actiones vi­ tales tam intimo modo fiunt u t ab ipso primo principio vitae, quod est anima, actualiter procedere videantur; unde fit ut, licet oculus praesentem habeat imagìnem et ab illa recipiat speciem, si anima non at­ tendai, non videat. Nec refert si quis dicat id provenire ex distractione imaginationis aut sensus communis, tum quia idem argumentum faciam de sensu communi et imaginatione. Quod si dicatur tunc speciem sensibilem non transcendere sensum externum, inde sumemus argumentum contra priorem

evasionem. Nam si species obietti sensibilis praesentis et immutantis sensum externum non pervenit ad sensum internum quando anima non attendit, ideo est quia species exterioris sensus non communicatur inte­ riori sensui nisi medio actu sensus exterio­ ris. Ex quo fit u t exterior sensus prius na­ tura sentiat quam interior cooperetur; nam haec cooperatio videtur subsequi operationem sensus exterioris ; ergo ratio cur in praeditto casu sensus exterior non sentit non provenit ex interiori sensu, sed potius ideo interior sensus non tangitur specie iliius obietti, quia sensus exterior non percipit illud. Alia ergo causa quaerenda est cur tunc sensus exterior non efficiat suum actum, quae non videtur esse alia nisi quia tunc anima non influii nec cooperatur illi. Dices rationem esse quia non cooperatur, non quidem per suam substantiam, sed per Spiritus animales, qui necessarii sunt ad sen­ sum et motum. Sed, licet verum sit hos Spi­ ritus esse necessarios, tarnen hoc ipsum con­ firmât argumentum et experientiam adduc-

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Disputaciones metafísicos

a rg u m e n to y la ex periencia q u e se h a n aducido. E n efecto, p a ra estos actos vi­ rales se req u iere n o sólo la facu ltad próxim a, sino ta m b ié n el concurso d e los e sp íritu s, q u e n o llegan allí casualm ente, sino en v irtu d d e alg u n a facultad que su m in istra dichos e sp íritu s a aquel a c to ; luego es preciso q u e exista algún p rin ­ cip io co m ú n q u e se valga en acto de esas dos facultades y, p o r n a tu ra l inclina­ ción o sim patía, ordene la acción de u n a al acto d e la o tra . 3. A dem ás, sirve de confirm ación a esto otra ex periencia p o r la que arrib a hem os dem ostrado que el h o m b re posee una sola alm a, a sab er, p o rq u e la exce­ siva atención a la operación d e u n a facu ltad im p id e la operación de o tra ; p o r ejem plo, si u n h o m b re m ira algo con dem asiada atención, n o oirá a qu ien le h a b le ; y, p a ra q u e n o se atrib u y a esto a falta de los e sp íritu s, tam b ién la aten ­ ción in telectu al im p id e la operación d el sentido y, cu an to m ás elevada y perfecta es, ta n to m ás am inora ta m b ié n el m ovim iento o la rep resen tació n de la fantasía, e in clu so (lo q u e es m ás aú n ) llega a esto rb ar o su sp en d er las operaciones de la facu ltad n u tritiv a . A hora b ien , si cada facultad ejerciese p o r sí sola su ope­ ració n , n o h a b ría m otivo p a ra q u e la operación d e u n a im pidiese la de otra, ya q u e , m ultiplicadas las facultades, si u n a n o depende d e o tra n i am bas d ependen de u n tercero cuya v irtu d dism inuya e n cada u n a cu an d o se aplica a las dos, n o h ay razón p a ra q u e sus operaciones no p u e d a n m u ltip licarse a u n m ism o tiem p o y ejercerse de m an era igu alm en te perfecta. P o r o tra p a rte , de la cone­ x ión d e las operaciones se tom a u n execelente arg u m en to a contrario; efectiva­ m e n te , m ientras el en ten d im ien to e n tie n d e , la v o lu n tad es ex citad a a am ar, e tc .; p e ro ello obedece a que la m ism a alm a obra en acto m ed ian te am b as. -p,otencias¿ p u es la sola com o rad icació n h a b itu a l o rem o ta dim anación a p a rtir de una m is­ m a alm a n o b astaría p a ra esta causalidad actual o m oción y excitación, si cada u n a d e las operaciones procediese actu a lm en te de su p o ten cia sola sin ten er co­ nex ió n en alg ú n p rin c ip io com ún. Y d e a h í nace ta m b ién la dependencia entre el ap e tito vital y el conocim iento, d e suerte q u e n o p u e d e am arse n ad a que n o se haya conocido previam ente. L a razó n a priori p u e d e elaborarse a base d el m o d o p ro p io d e la operación vital, q u e exige esta ín tim a conexión con su p rin cip io form al prin cip al para po-

tam. Nam ad hos actus vitales requiritux non solum proxima facilita:;, sed concursus etiam spirituum, qui non casu illue confluunt, sed virtute alicuius facultatis ministrantis illos spiritus ad illunj actum; ergo necesse est ut sit aliquod commune prindpium actu utens illis duabus facultatibus, et ex naturali inclinatone vel sympathia ordinans actionem unius ad actum alterius. 3. Praeterea hoc confirmât alia experientia, qua supra probabamus esse in homine unam tantum animam, quia nimirum ex nimia attentione ad opus unius facultatis impeditur in opere alterius, ut si nimis at­ tente aliquid homo inspiciat, non audiet loquentem; et ne id tribuatur defectui spi­ rituum, etiam attendo intellectus impedii operadonem sensus, et quo est altior et perfectior, eo plus minuit edam phantasiae motum aut repraesentationem, et (quod magis est) edam opera nutritivae partis impedit vel suspendit Si autem unaquaeque facultas sola per seipsam haberet suam operadonem, nulla esser ratio cur unius operatio impe-

diret operationem alterius; nam multiplicatis virtutíbus, si una ab altera non pendet, ñeque atnbae ab uno tertio, cuius virtus, dum utrique applicatur, minuatur in sin­ gulis, nihil est cur earum operationes non possint simul multiplican et exerceri aeque perfecte. Praeterea sumitur a contrario op­ timum argumentum ex connexione operationum; nam dum intellectus intelligit, vo­ luntas excitatur ad amandum, etc.; hoc au­ tem ideo est quia eadem anima per utramque potentiam actu operatur, nam sola veluti habitualis radicado seu remota dimana­ do ab eadem anima non esset satis ad hanc actualem causalitatem seu motionem et excitationem, si unaquaeque operatio a sua sola potentia actualiter prodiret sine con­ nexione in aliquo commúni principio. Et inde etiam oritur dependentia inter appetitum vitae et cognitionem, ut nihil possit esse amatum nisi sit praecognitum. Ratio autem a priori sumi potest ex proprio modo operationis vitalis, quae requirit hanc intimam connexionem cum suo principali prin-

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d e r realizarse d e m an era c o n g ru e n te con su n a tu ra le z a y p a ra q u e su p rin c ip io o su p u esto sea capaz de p ro d u c ir d e m odo v ita l; p u e s, e n c u a n to nos es, posible alcanzar p o r la experiencia, en esto consiste la v id a actual y la diferencia p ri­ m aria e n tre vivientes y n o vivientes. Se confirm a, p o rq u e p o r esta causa opinan todos que la v ista separada n o p u e d e ver o realizar la v isió n , n i el in telecto en ­ te n d e r. M a s c o n tra esta o p in ió n cab en algunas objeciones, q u e om ito p o r p ru ­ d encia, h a b id a cu e n ta d e q u e o n o son difíciles o rozan necesariam en te m uchas cuestiones p erten ecien tes al tra ta d o d el alm a. E n cu an to a la p re g u n ta q u e al­ g u n o p o d ría fo rm u lar, a saber, p a ra q u é se n ecesitan las facu ltad es accidentales y vitales si e sta fo rm a influye ta m b ié n en acto, q u e d a suficientem ente co n testad a p o r lo dich o en la sección an terio r. P o rq u e la fo rm a es com o u n p rin c ip io u n i­ versal, m ie n tra s q u e la p o te n c ia re su lta necesaria en cu an to p rin cip io p a rticu lar y m ás acom odado y p ro p io , seg ú n se h a explicado allí am p liam en te. Y e n seguida vam os a resolver otras objeciones de m enos m o n ta. 4. El accidente no vital no es producido necesariamente por la sustancia de manera próxima.— A cerca d e las acciones accidentales q u e n o son vitales debe decirse q u e p u e d e n ser p ro d u c id a s p o r los accid en tes solos. E sto es ev id en te en el caso d el calor, el cual, existiendo en el agua y en cu alq u ier o tro su jeto , ca­ lie n ta sin la fo rm a de fuego. D e m o d p sem ejante, la b la n c u ra n o necesita u n co n cu rso su p erio r para p ro d u c ir su especie in tencional. D e a q u í re s u lta tam bién q u e , si u n a cosa tien e dos cualidades activas, p u e d e ejercer ig u alm en te la acción d e am b as a u n m ism o tie m p o o la d e u n a sola, com o su ced e con el agua, que en fría y h u m ed ec e sim u ltán eam en te, en cu an to le es posible, etc. P o r ú ltim o , así lo d e m u e stra el m otivo d e d u d a señalado m ás atrá s, p ues si se considera la p e r­ fección del efecto, p a ra com unicarla es suficiente la v irtu d y p erfecció n de u n a fo rm a a ccid en tal sem ejante o m ás em in e n te - y si se co n sid era el m o d o de la acción, n o se req u iere a q u ella d ep en d en cia ta n in trín seca y , p o r tan to , n o tiene p o r q u é ser necesaria. C o n ello se resuelve d e paso aq u ella razón, e n cuanto p u e d e esgrim irse contra la p rim e ra afirm ación. P u e s, a u n q u e q u ep a la d u d a de si la operación es, en su e n tid a d , m ás perfecta q u e la facu ltad d e d o n d e procede,

cipio formali ut modo consentaneo ad naturam suam fieri possit et u t suum principium vel suppositum vitali modo efficere valeat; quantum enim experientia assequi possumus, in hoc consistit actualis vita et primaria differentia viventium a non riventibus. Et confirmatur, nam ob hanc causam censent omnes visum separatum non posse ridere seu risionem elicere, ñeque intellectum intelligere. Contra hanc autem sententiam possunt nonnulla obiici, quae prudens omitto, quia vel difficilia non sunt vel mul­ ta necessario attingimi quae ad scientiam de anima spectant. Quod vero aliquis interro­ gare potest, ad quid nimirum sint necessariae facilitates accidentales et vitales, si for­ ma ista etiam actu influir, ex dictis in sectione praecedenti habet sufficiens responsum. Forma enim est veluti universale principium, potentia vero necessaria est ut par­ ticolare magisque accommodatum ac proprium, ut ibi latius declaratum est. Statini etiam alias leriores obiectiones dissolvemus.

4. Accidens non vitale non necessario fit proxime a substantia.— De actionibus au­ tem accidentalibus quae vitales non sunt, dicendum est posse fieri a solis accidentibus. Hoc patet ir. calore, qui existens in aqua et in quolibet alio subiecto, absque forma ignis calefacit. Similiter albedo, ad efficiendam sui speciem intentionalem, non indiget superio­ ri concursu. Item hinc oritiir u t si res habeat duas qualitates activas, aeque possit utriusque simu] ac alterius tantum actionem exercere, ut aqua simul frigefacit et humectat quantum-potest, etc. Denique hoc probat ratio dubitandi superius proposita, quia si perfectio effectus consideretur, ad illam communicandam sufficit virtus et perfectio similis vel eminentioris formae accidentalis; ex modo autem actionis non requiritur illa tam intrinseca dependentia, et ideo non est cur necessaria sit. Unde obiter solritur illa ratio, quatenus contra priorem assertionem fieri potest. Quamquam enim dubitari pos­ sit an operario vitae sit perfectior in sua emítate quam facultas a qua procedit, nunc

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Disputaciones metafísicas

ah o ra afirm a m o s — su p o n ie n d o q u e la p o te n c ia e s m á s p e rfe c ta — q u e , a te n d i­ d o el m o d o esp ecial de d ic h a o p e ra c ió n , se p re c isa e l in flu jo in m e d ia to a ctu a l del p rin c ip io p rin c ip a l. Y n o e s c o n tra d ic to rio q u e la fo rm a su sta n c ia l influya e n la a c c ió n d e e s ta m a n e ra , si tie n e u n p rin c ip io a c c id e n ta l q u e la d e te rm in e p ró x im a m e n te p a ra d ic h a a c c ió n ; e n efecto , n o sie m p re se d ic e q u e la fo rm a a c c id e n ta l sea p rin c ip io p ró x im o p o rq u e influya e lla sola d e m a n e ra in m e d ia ta , sino p o rq u e es el p rin c ip io q u e d e te rm in a a la fo rm a su sta n c ia l e n o rd e n a ta l acción. D e ig u a l m a n e ra , la c a u sa p a rtic u la r se d ic e p ró x im a c o n re s p e c to a la p rim e ra , n o p o rq u e ésta n o in flu y a in m e d ia ta m e n te , sin o p o rq u e la p a rtic u la r e s, e n s u g é n e ro , d e te rm in a n te d e la acción. 5 . L a sustancia no concurre inmediatamente a Ja producción de ningún ac­ cidente no vital.— S i la organización es acción vital.— M a s a lg u n o p re g u n ta rá , ac e rc a d e la se g u n d a p a rte , si el in flu jo d e la fo rm a e n e sta s accio n es es p o ­ sib le y ú til a u n q u e n o sea n e c e sa rio , es d e c ir, si el c a lo r q u e se e n c u e n tra en e l fu e g o re c ib e a y u d a de la fo rm a p a ra c a le n ta r y, c o n se c u e n te m e n te , si, en ig u a ld a d d e circ u n sta n c ia s, c a lie n ta c o n m á s v eh e m e n c ia q u e c u a n d o e x iste e n o tro su je to . T a m b ié n p u e d e o b je ta rse c o n tra la p rim e ra p a rte , p u e s e n ocasio­ n e s p a re c e q u e la acció n v ita l e s e je rc id a p o r a lg u n a p o te n c ia se p a ra d a d e l a lm a , co m o su ced e c o n e l sem en. A la p rim e ra p a rte re s p o n d o q u e n o se a d v ie rte n in ­ g ú n in d ic io su ficien te d e ta l in flu jo , p o r lo c u a l n o d e b e a firm a rse a la lig era y sin fu n d a m e n to . A sí lo co n firm a ta m b ié n el m iste rio d e la E u c a ristía , e n el q u e Jos a c c id e n te s d e l vin o o b ra n ig u a lm e n te sin in flu jo d e su fo rm a . C o m p re n d o q u e p u e d e d e c irse q u e D io s su p le e sa eficiencia e n a te n c ió n a la fe en el m is­ te r io ; sin e m b a rg o , c u a n d o n in g u n a n e c e sid a d o b lig a a ello, n o co n v ien e re c u ­ r r i r a la c a u sa lid a d d iv in a. E n c u a n to a la se g u n d a p a rte , es p ro b a b le q u e el se­ m e n , p o r el e sp íritu q u e h a sid o d ep o sita d o e n él, v iv a c o n v id a v e g eta tiv a, a la c u a l p e rte n e c e a q u e l m o d o v ita l q u e p a re c e d a rs e e n la g e n e ra c ió n d e l v i­ v ie n te ; así p a re c e o p in a r A ris tó te le s acerca d e l sem en , e n I I D e generat. ani­ mal., c . 1, p o rq u e tie n e p o d e r p a ra o rg a n iz a r e l c u e rp o y g e n e ra r, y ello p a re c e u n a o p e ra c ió n d e l alm a v eg e ta tiv a . Y n o d a la im p re sió n d e d is c re p a r d e ta l

autem, supponendo potentiam esse perfectiorem, dicimus propter specialem modum talis operationis necessarium esse actualem influxum immediatum principii principalis. Neque répugnât hoc modo formant substantialem influere in actionem, si habeat principium accidentale quo proxime determinetur ad ¡Ham actionem; non enim semper forma accidentalis dicitur prindpium proximum, quia sola illa immediate influât, sed quia est principium determinans formant substantialem ad ialem actionem. Sicut cau­ sa particularis dicitur proxima respectu pri­ mae, non quia prima non immediate influât, sed quia particularis est in suo genere de­ terminans actionem. 5. Ad nullius accidentis non vitalis producnonem concurrit immediate substantia.— Organizatio an actio vitalis.— Sed quaeret aliquis circa posteriorem partem, esto non sit necessarius influxus formae ad has ac­ tuates, an sit possibilis et utilis, id est, an calor existens in igne iuvetur a forma ad calefaciendum, et consequenter an, caeteris

paribus, vehementius calefaciat quam exis­ tens in alio subiecto. Contra priorem etiam partem obiici potest, nam interdum videtur actio vitalis exerceri ab aliqua potentia se­ parata ab anima, ut in semine. Ad priorem partem respondeo nullum, inveniri sufficiens signum illius influxus, et ideo non esse leviter et sine fundamento asserendum. Quod edam confirmât. Eucharistiae mysterium, ubi accidentia vini aeque agunt sine influxu suae formae. Video dici posse Deum supplere illam efficientiam ob fidem mysterii; tarnen ubi nulla nécessitas cogit, non opor­ tet recurrere ad divinam causalitatem. Ad posteriorem partem, probabile est semen quoad spiritum in eo supplantatum vivere vita vegetativa, ad quam spectat modus ille vitalis qui videtur esse in generatione viventis 1, atque ita videtur sentire de semine Aristot., II de Gener. anim., c. 1, quia ha­ bet virtutem organizandi corpus et generandi, quod videtur opus animae vegetativae. Neque ab illa sententia discrepare vi­ detur D. Thomas, I, q. 118, a. 1, ad 1.

1 Vide Vallesium, lib. Controv. medicai., c. 8.

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Disputación X V III.— Sección V I

se n te n c ia S a n to T o m á s , en I , q . 118, a. 1, a d 1. E n se g u n d o lu g a r, sea d e e llo lo q u e fu e re , se re s p o n d e q u e la s acciones d el a lm a v e g e ta tiv a tie n e n s u s ta n ­ c ia lm e n te ig u a l n a tu ra le z a q u e la s p ro d u c id a s p o r u n p rin c ip io e x trín se c o ; e n e fe c to , to d a s so n o m o v im ie n to s lo cales, o a lteracio n es, o e d u c c ió n de la fo rm a su s ta n c ia l, p o r lo q u e sólo tie n e n ra z ó n d e acción v ita l m e rc e d a u n a p e c u lia r re la c ió n a l a lm a c o n sid e ra d a co m o p rin c ip io u n id o en el m ism o sujeto q u e se m u e v e a sí p ro p io . D e ig u a l m a n e ra , la lo c u c ió n d e l h o m b re e s acción v ita l, m ie n tra s q u e la lo c u c ió n d e l á n g e l e n u n c u e rp o a su m id o n o es acción v ita l, a u n q u e u n a y o tra sean sem ejan tes e n el asp ecto e x te rn o . A sí, p u e s, la acción d e l sem en , e n c u a n to p ro c e d e d e é l, n o e s acció n vital, sin o m e ra m e n te n a tu r a l; y e l h e c h o d e q u e e n e l a rtiñ c io (p o r así d ec irlo ) o e n la m a n e ra d e o b ra r o b ­ se rv e u n a m o d a lid a d v ita l d e b e re fe rirs e a o tro p rin c ip io su p e rio r, com o se h a in d ic a d o a rrib a . S E C C I O N

VI

S i e l a ccid en te e s mero in stru m en to e n l a producción d e otro a cciden te 1. A lg u n o s p re te n d e n q u e d e b e M am arse al ac c id e n te p rin c ip io exclusiva­ m e n te in s tru m e n ta l. Y , e n g e n e ra l, se a trib u y e ta l o p in ió n a S a n to T o m á s, q u e la in s in ú a In I, d is t. 3 , q . 4 , a. 3 , a d 2 , y p o r eso su s p a rtid a rio s la sig u e n c o n b a sta n te fre c u e n c ia y la co n firm a n c o n las ra z o n e s sig u ie n te s. P rim e ra : el ac ­ c id e n te e stá su b o rd in a d o e se n c ia lm e n te a la su stan cia e n el se r y , c o n se c u e n te ­ m e n te , ta m b ié n e n la acción. S e g u n d a : el a c c id e n te re c ib e d e la su stan cia to d o su p o d e r activo. Y n o o b sta el q u e la ca u sa p rin c ip a l p ró x im a re c ib a ta m b ié n d e la p rim e ra la fa c u lta d d e o b ra r ; p u e s la ca u sa se g u n d a y la p rim e ra tie n e n d iv e rsa n a tu ra le z a y n o es c o n tra d ic to rio q u e la ca u sa p rin c ip a l in fe rio r re c ib a p o d e r d e la cau sa d e s u p e rio r n a tu ra le z a ; a h o ra b ie n , el ac c id e n te es, en el o b ra r, d e ig u a l n a tu ra le z a q u e su su sta n c ia y c o n stitu y e ju n ta m e n te c o n e lla u n a g e n te p ró x im o ín te g ro y re c ib e d e ella la fa c u lta d d e o b r a r ; p e ro e l re c ib ir d e este m o d o p o d e r d e o tro d e la m ism a n a tu ra le z a , c o n stitu y e n d o c o n él u n a g e n te p ró x im o , e s p ro p io d e la cau sa in s tru m e n ta l. T e r c e r a : el o b ra r es ta l c u a l es e l s e r ; p e ro el se r d e l ac c id e n te p e rte n e c e a la su sta n c ia , y a q u e el ac c id e n te

Secundo, quidquid de hoc sit, respondetur actiones animae vegetatiVae, quoad substantiam, eiusdem esse rationis cum his quae ab extrínseco principio fiunt; omnes enim sunt aut motus locales, aut alterationes, vel eductio formae substantialis, unde solum habent rationem actionis vitalis ex peculiari habitudine ad animam u t ad principium coniunctum ir. eodem supposito se movente. Sicut locutio hominis est actio vitalis, locutio autem angeli in corpore assumpto non est vitalis, licet sint similes in exteriori spe­ cie. Sic ergo actio seminis, u t est ab ¿lo, non est vitalis, sed mere naturalis actio; quod autem in artificio (ut sic dicam)-seu in ratione agendi servet modum vitae, re­ ferendum est in aliud superius principium, ut tactum est supra. SECTIO VI U

s i t in s t r u m e n t u m t a n ­ IN PRODUCTIONS ALTERIUS ACCIDENTIS

trum

tum

a c c id e n s

1. Quidam contendunt accidens dicendum esse principium tantum instrumentale.

Et communiter haec opinio D. Thomae tribuitur, qui illam insinuat In I, dist. 3, q. 4, a. 3, ad 2, ideoque sectatores eius frequentius illam sequuntur, hisque rationibus confirmant. Prima, quia accidens est essentialiter subordinatum substantiae in es­ se, et consequenter etiam in actione. Secundo, quia accidens accipit a substantia totam virtutem agendi. Neque obstat quod causa principalis proxima etiam accipit vir­ tutem agendi a prima; nam causa secunda et prima sunt diversi ordinis, et non repugnat causam principalem inferiorem accipere virtutem a causa superioris ordinis; acci­ dens vero est in agendo eiusdem ordinis cum sua substantia, et cum ea constituit unum proximum agens integrum, et ab ea recipit virtutem agendi; hoc autem modo accipere virtutem ab alio eiusdem ordinis, constituendo cum illo unum proximum agens, est proprium causae instrumentalis. Tertio, quia tale est agere quale est esse; sed accidentis esse est substantiae, est enim accidens entis ens; ergo agere accidentia

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Disputaciones metafísicas

es u n e n te d el e n te ; fuego ta m b ié n el o b ra r del ac c id e n te p e rte n e c e d e m a n e ra p rin c ip a l a la s u s ta n c ia ; lu e g o p e rte n e c e al ac c id e n te d e m a n e ra ex clu siv am en te in s tru m e n ta l. Y confirm a e sto el m o d o d e h a b la r d e to d o s los filósofos, q u e a tri­ b u y e n to d a s estas acciones a las su stan cias com o a ag e n te s p rim e ro s. 2. O tro s d o c to re s so stie n e n b a sta n te fre c u e n te m e n te la o p in ió n c o n tra ria , com o p u e d e verse e n E scoto, In IV, d ist. 13, q . 3 ; el P a lu d a n o , q . 4 , concl. 1 ; M a y o r, q . 1 ; E g id io , Quodl. III, q . 1, y teo r. 4 3 . P a ra ex p licar e l fu n d a m e n to d e e sta sen ten cia d eb e su p o n e rse q u e n o se tra ta a h o ra d e la causa p rin c ip a l ut quod, o q u e o b ra , sino d e l p rin c ip io p rin c ip a l quo. P u e s es m an ifiesto q u e , d el p rim e r m o d o , es el su p u e s to él q u e o b ra ; p e ro si se to m a fo rm a lm e n te , en c u a n to es e sen cialm en te cau sa d e la acción a c c id e n ta l, d e b e co n sid erarse com o so p o rte d e la fo rm a acc id e n ta l, q u e es p rin c ip io d e ta l a c c ió n ; p o rq u e e n este se n tid o d ijo A ristó te le s q u e P o lic le to realiza la e s ta tu a acc id e n ta lm e n te , m ie n tra s q u e el artífice la realiz a e se n cialm en te. P o r ta n to , d e e ste m o d o se dice q u e el a c c id e n te es ca u sa p rin c ip a l como principio «quo», m ie n tra s q u e el su p u e sto lo es, e n c u a n to e stá bajo el a c c id e n te , como principio «quod». Y esta o p in ió n se d e m u e s tra así, p o rq u e la fo rm a a ccid en tal p ro d u c e p o r su p ro p ia v ir tu d o tro a c c id e n te ; p e ro es cau sa p rin c ip a l la q u e o b ra p o r su p ro p ia v ir tu d ; luego. L a m a y o r e s p a te n te , c u a n d o el c a lo r p ro d u c e , c alo r y , e n g en eral, u n a ccid en te p ro ­ d u c e o tro sem e ja n te , o c u a n d o u n a ccid en te m ás p e rfe c to c a u sa o tro q u e lo es m e n o s, com o la lu z p ro d u c e c a lo r; p o rq u e e n e ste caso la p e rfe c c ió n d el e fecto n o exced e la p e rfe c c ió n d e l a c c id e n te , q u e es p rin c ip io a c tiv o ; lu eg o ta m p o c o e x ced e su p o d e r; c o n sig u ie n te m e n te , en ese caso el ac c id e n te es, p o r su p ro p ia v ir tu d , p rin c ip io d e tal acció n . E n co n fo rm id a d c o n esta ra z ó n d e b e e n te n d e rse la p re s e n te o p in ió n acerca d e l accid e n te , c u a n d o o b ra d e e ste m o d o ; p o rq u e si u n ac c id e n te in fe rio r es ele v a d o p a ra p ro d u c ir o tro d e n a tu ra le z a su p e rio r, n o se n e g a rá q u e es in s tru m e n to . S irv a com o se g u n d a ra z ó n la d e q u e es p rin c ip io p rin c ip a l d e acció n a q u e l al q u e se asem eja el e fe c to ; p e ro m e rc e d al c a le n ta­ m ie n to en c u a n to ta l el e fe c to se h ace se m e ja n te a la ca u sa e n el c a lo r; lu eg o el c a lo r es p rin c ip io p rin c ip a l d e esa acción. T e r c e r a : el calo r e jerce su acción p o r sí y se p a ra d o d e la su s ta n c ia c o n la m ism a fu e rz a y eficacia, d e su e rte q u e

principaliter est substantiae; ergo accidentis solum est instrumentaliter. E t hoc con­ firmât modus loquendi philosophomm om­ nium, qui attribuunt omnes has actiones substantiis ut primis agentibus. 2. Contrariant sententiam tenent frequentius ahi Doctores, ut videre licet in Scoto, In IV, dist. 13, q. 3 ; Palud., q. 4, concl. 1 ; Maiore, q. 1; Aegid., Quodl. I li, q. 1, et theor. 43. Ad declarandum autem fundamentum huius sententiae, supponendum est non esse hic quaestionem de causa princi­ pali ut quod, seu quae operatur, sed de principio principali quo. Constat enim prio­ ri modo suppositum esse quod operatur; si autem sumatur formaliter, u t est per se causa accidentalis actionis, accipi debet ut substat formae accidentali quae est principium talis actionis; sic enim dixit Aristoteles Polycletum per accidens efficere sta­ tuant, artificem autem per se. Hoc ergo modo dicitur accidens causa principalis ut principium quo, suppositum vero u t substans accidenti, ut principium quod. E t sic

probatur haec opinio, quia forma acciden­ talis propria virtute efficit aliud accidens; sed causa principalis est quae propria vir­ tute operatur; ergo. Maior patet, quando calor efficit calorem et in universum unum accidens aliud simile, vel quando nobilius accidens efficit ignobilius, ut lux calorem; nunc enim perfectio effectus non excedit perfectionem accidentis quod est principium agendi: ergo nec virtutem eius excedit; ergo tunc accidens propria virtute est principium talis actionis. Iuxta quam rationem intelligenda est haec sententia de accidente, quan­ do hoc modo operatur; nam si elevetur inferius accidens ad efficiendum aliud superioris rationis, non negabitur esse instru­ mentum. Secunda ratio sit quia illud est principale principium agendi cui assimilatur effectus; sed per calefactionem ut sic ef­ fectus fit similis causae in calore; ergo calor est principale principium illius actionis. Tertia, quia calor per se separatus a sub­ stantia eadem vi et efficacia exercct actio-

Disputación X V III.— Sección V I

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n o n e c e sita el in flu jo d e la su s ta n c ia n i d e o tra c a u sa q u e lo su p la , com o to d o s re c o n o c e n d e lo s a c c id e n te s e u carístico s, e n lo q u e re s p e c ta a las acciones acci­ d e n ta le s. C u a rta : la b la n c u ra — p o r ejem plo— n o p ro d u c e especies in te n c io ­ n a le s e n c u a n to in s tru m e n to d e la su sta n c ia , ya q u e , a l p a re c e r, la su sta n c ia se c o m p o rta , re sp e c to d e e sa acción, d e m a n e ra to ta lm e n te accid en tal. 3. S u p u e sto lo q u e se h a d ic h o e n la se g u n d a d u d a , p a re c e q u e e sta c o n ­ tro v e rsia sólo p u e d e v e rsa r so b re el m o d o d e h a b la r ; p o rq u e a la d o c trin a ú n i­ c a m e n te in te re sa e l in flu jo q u e el ac c id e n te re q u ie re p o r p a rte d e la su sta n c ia p a ra re a liz a r c u m p lid a m e n te su acción p ro p ia . U n a v e z e sta b le c id o y ex p lic a d o e sto , sólo cabe d is c u tir so b re la sig n ificació n d e l n o m b re , p re g u n ta n d o si se le h a d e lla m a r in s tru m e n to o p rin c ip io p rin c ip a l. A sí, p u e s , p u e d e d ecirse c o n r a ­ z ó n q u e las p o te n c ia s d e l alm a so n , e n o rd e n a las a ccio n es v itales, in s tru m e n ­ to s u n id o s al alm a, e n c u a n to e stá n su b o rd in a d a s a e lla co m o fo rm a p rin c ip a l, d e ta l m a n e ra q u e n o les es p o sib le e je rc e r su s o p eracio n es sin el a ctu a l in flu jo y c u a si m o c ió n d e a q u é lla , a u n q u e sea le g ítim o lla m a rla s p rin c ip io s p rin c ip a le s, a l m e n o s p arc ia le s, p o r o tra ra z ó n , a sa b e r, p o rq u e la v ir tu d q u e p o se e n y c o n la q u e c o o p e ra n al e fe c to e s p o r sí p ro p o rc io n a d a y a d e c u a d a a ta l efecto , y a q u e n o su p e ra la p e rfe c c ió n d e la fa c u lta d , p u e s m e re fie ro a las acciones c o n ­ n a tu ra le s . P o r eso ta m b ié n la p o te n c ia y la fo rm a p u e d e n c o m p a ra rse co m o p r in ­ cip io u n iv e rsa l y p rin c ip io p ró x im o , p e ro u n a y o tra so n p rin c ip io p rin c ip a l y su ficien te y to ta l en s u o r d e n ; sin e m b a rg o , p o rq u e , d e ellas d o s, la fo rm a es m á s p rin c ip a l y a e lla se s u b o rd in a la p o te n c ia , p o r e so p u e d e d e sig n a rse e sta su b o rd in a c ió n y d e p e n d e n c ia c o n e l n o m b re d e in s tru m e n to . 4 . A h o ra b ie n , e n o tro s a c cid en tes q u e n o d e p e n d e n ta n to e n s u acción d e la fo rm a su sta n c ia l, la ra z ó n d e in s tru m e n to se d a e n m u c h o m e n o r g ra d o c o n re s p e c to a tales acciones. C o n sig u ie n te m e n te — p o r lo q u e a ta ñ e a la c u e stió n — , se c o n sid e ra n c o n to d a v e rd a d co m o p rin c ip io s p rin c ip a le s d e d ich as acciones, seg ú n d e m u e s tra n los a rg u m e n to s ad u c id o s e n se g u n d o lu g a r, ya q u e re a liz a n tales accio n es e n v ir tu d d e la sola p e rfe c c ió n q u e tie n e n p o r su especie o e n ­ tid a d . T a m b ié n p o rq u e d ic h a fo rm a sola es su fic ie n te p o r sí p a ra c o n fe rir a l

nem suam, ita ut non indigeat influxu sub­ stantiae ñeque alterius causae quae ilium suppleat, ut de accidentibus Eucharistiae, quantum ad actiones accidentales, omnes fatentur. Quarta, quia albedo, verbi gratia, non efficit intentionales species u t instrumentum substantiae, cum ad illam actionem omnino per accidens substantia se habere videatur. 3. Haec controversia, suppositis quae dicta sunt in secundo dubio, solum videtur esse posse de modo loquendi; nam ad rem solum spectat quem influxum requirat ac­ cidens a substantia ut suam propriam ac­ tionem perficiat. Hoc autem constituto et declamo, solum de significatione nominis controvertí potest, cum quaeritur an dicendum sit instrumentum vel principale principium. Itaque potentiae animae ad actiones Vitales mérito jdid possunt instrumenta coniuncta animae, quatenus illi subordinantur sicut principal! formae, u t sine actuali in­ fluxu et quasi motione illius suas operationes efficere non possint, quamvis alia ratione possint d id prindpia principalia, sal-

tem partialia, quia, scilicet, virtus quam in se habent et qua cooperantur ad effectum est ex se proportionata et commensurata tali effettui, quia non excedit perfectionem ipsius facultatis ; loquor enim de acdonibus connaturalibus. Unde etiam possunt potentia et forma comparari u t principium uni­ versale et proximum, utrumque vero prin­ cipale et sufficiens ac totale in suo ordine; tamen, quia inter illa duo prinripalius est forma, cui subordinatur potentia, ideo haec subordinalo et dependentia nomine instru­ menti significati potest. 4. At vero in aliis accidentibus, quae non ita pendent in sua actione a substantìali forma, multo minor ratio instrumenti reperitur respectu talium actionum. Unde, quod ad rem attinet, verissime existimantur principia principalia talium actionum, u t argumenta posteriori loco fatta convincimi, quia ex vi illius perfectionis solius quam habent ex sua specie vel entitate, eficiunt tales actiones. Item, quia sola talis forma per se suffidt ad dandum supposito esse

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Disputaciones metafísicas

su p u e s to el ser esen eial y fo rm a lm e n te re q u e rid o p a ra ta l a c c ió n ; a sí, e n el agua c a lien te, el se r e sen cialm en te re q u e r id o p a ra c a le n ta r es sólo e l ser cálido. P o r -tanto, a s í com o el calo r es u n a fo rm a q u e e sen cialm en te y p o r s u p ro p ia n a tu ra ­ leza d a e l ser cálid o , d e ig u a l m a n e ra es re a lm e n te p rin c ip io p rin c ip a l d e l ca­ le n ta m ie n to . Y p a ra ello n a d a im p o rta n i o b sta el q u e el ac c id e n te sea e n la su sta n c ia y e n o rd e n a la su sta n c ia y p o r la su sta n c ia , p u e s n o e stu d ia m o s d e d ó n d e o d e q u é causas re c ib e el ac c id e n te su p o d e r a c tiv o ; p o rq u e reco n o ce­ m os q u e lo re c ib e m a te ria lm e n te d e la su stan cia y fin a lm e n te e n o rd e n a ella, y q u iz á ta m b ié n eficien tem en te, d e m a n e ra m e d ia ta o in m e d ia ta , p o r d im a n a c ió n n a tu ra l, sino q u e tra ta m o s d e s i p o se e fo rm a lm e n te to d a la v ir tu d su ficien te y n e c e sa ria p a ra a q u e lla acción. Y , e n e ste se n tid o , afirm am os q u e la p o s e e ; y p re te n d e m o s q u e e sto es lo ú n ic o q u e v ien e significado c u a n d o se le lla m a causa p rin c ip a l n o ut quod, sino ut quo. Y n o se o p o n e a e ste p rin c ip io , p o r n in g ú n c o n c e p to , el h ech o d e q u e el a c c id e n te sea e n te d e l e n te , es d e c ir, d e la s u s ta n ­ cia, y q u e to d o su ser p e rte n e z c a a o tro , a n te s b ie n la ex p re sió n ut quo p a re c e in s in u a r y d a r a e n te n d e r to d o e sto . P o r eso, ta m b ié n -la m ism a fo rm a su sta n ­ cial, e n c u a n to es p rin c ip io quo re s p e c to d e su su p u e s to , ta m b ié n es, a s u m a ­ n e ra , e n te d el e n te . M a s, p a ra q u e n o h a y a d isc u sió n e n to rn o al n o m b re , c o n ­ c ed erem o s asim ism o a la p rim e ra o p in ió n lo sig u ie n te : si c o n el n o m b re d e in s tru m e n to o cau sa in s tru m e n ta l sólo se significa (co m o e n v e rd a d se significa a veces) la re la c ió n q u e el a c c id e n te tie n e p a ra c o n la su sta n c ia , e n c u a n to le h a sid o d a d o a fin d e q u e la su s ta n c ia o b re m e d ia n te él e n ca lid a d d e in s tru ­ m e n to suyo, y p a ra esta fu n c ió n re c ib e p o d e r d e la su sta n c ia y es p o r ella su s­ te n ta d o y d e ella d e p e n d e e n s u ser, en e ste se n tid o p u e d e lla m a rse in s tru m e n to , a u n q u e es m á s p ro p io lla m a rle v ir tu d o p o te n c ia d e la su stan cia. S E C C I O N

V I I

S i la causa e f ic ie n t e , para poder obrar , d e b e s e r rea lm en te d ist in ta

DEL SUJETO QUE RECIBE SU ACCIÓN 1. Condiciones que se requieren entre el agente y el paciente en orden a le acción.— H e m o s e x p licad o lo s p rin c ip io s esen ciales q u e rig e n la acció n d e las

per se ac formaliter requisitum ad talem actionem, ut in aqua calida esse per se re­ quisitum ad calefaciendum tantum est es­ se calidum. Sicut ergo calor est forma per se ac ex propria ratione dans esse calidum, ita reipsa est principium principale calefaciendi. Ncque ad hoc refert aut obstat quod accidens sit in substantia et propter substantiam et a substantia, quia non agimus unde vel a quibus causis habet acci­ dens virtutem agendi; fatemur enim ha­ bere illam materialiter a substantia et finaiiter propter illam, et fortasse edam efficienter mediate vel immediate per dimanationem naturalem, sed agimus an formaliter habeat in se totam virtutem sufficientem et necessariam ad illam actionem. E t sic dicimus habere illam, et hoc solum contendimus significati cum dicitur principalis cau­ sa non ut quod, sed u t quo. Cui principio nulla ratione obstat quod accidens sit entis, id est, substantiae ens, et quod totum suum esse sit alterius; quin potius illa particula

u t quo haec omnia innuere et significare vi-

detur. Unde etiam ipsa forma substantialis, quatenus est principium quo respectu sui suppositi, est suo etiam modo entis ens. N e vero de nomine, sit contendo, illud etiam dabimus priori sententiae, quod si nomine instrumenti seu causae instrumentariae so­ lum significetur (ut revera interdum significatur) illa habitudo quam habet accidens ad substantiam, quatenus illi datum est ut substantia per illud tamquam per instru­ mentum suum operetur, et ad hoc accipit virtutem ab ipsa substantia et ab eadem in suo esse sustentatur et pendet, sic vocari potest instrumentum, proprius tamen appellatur virtus aut potentia substantiae. SECTTO V II U t r u m cau sa e f f ic ie n s e s s e d eb ea t in RE DISTINCTA A RECIPIENTE UT AGERE PO SSIT

1. Q uae conditiones in te r agens e t pos­ su m requisitae ad aclipnem . — Explicuimus principia per se agendi causarum creata-

Disputación X V III.— Sección V II

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causas c re a d a s; fa lta tr a ta r d e las co n d icio n es re q u e rid a s p a ra o b ra r, d e las c u a ­ les, a u n q u e su e le n e n u m e ra rse v arías, p a re c e q u e son tre s las m ás im p o rta n te s y d ifíciles, y a ellas se re d u c e n to d a s las d em ás. P e ro d e b e su p o n erse q u e to d o a g e n te c re a d o n e c e sita d e u n p a c ie n te p a ra e je rc e r su a c c ió n , y a q u e — se g ú n se h a d ic h o a rrib a y se m o s tra rá ta m b ié n m á s a d e la n te — n o o b ra c rean d o , sino a b a se d e u n a m a te ria p re s u p u e sta . P u e s b ie n , las c o n d ic io n e s re q u e rid a s p a ra o b r a r n o d e b e n ex ig irse e n tre la ca u sa y e l efecto , p u e s en to n c e s n o se rá n re ­ q u e rid a s p a ra la acción, sino co n secu en cias d e la m ism a. P o r ta n to , se p re e x i­ g e n e n tre el a g e n te y e l p a c ie n te o e n tre la ca u sa eficien te y la m a te ria l. A sí, p u e s, la p rim e ra co n d ic ió n es la d is tin c ió n n e c e sa ria e n tre a g e n te y p a c ie n te . L a s e g u n d a , su p u e sta la d is tin c ió n , es la p ro x im id a d n ecesaria. L a te rc e ra , la d e se ­ m e ja n z a y p ro p o rc ió n , a u n q u e p a re c e q u e e sta te rc e ra p e rte n e c e , e n c ierto m o d o , al c o n c e p to d e o p e ra c ió n , com o d e sp u é s verem os. 2 . O m ito la co n d ic ió n d e la e x isten cia p o rq u e — se g ú n h e d ic h o m u c h a s veces— n o la te n g o p o r c o n d ic ió n re a lm e n te d is tin ta d e l ag e n te o p rin c ip io ac­ tiv o ; p o r eso d ijo a c e rta d a m e n te A ristó teles, e n IV d e la Metafísica , c. 4 , te x ­ to 1 6 : las cosas que no existen, ¿cómo hablarán o andarán? A d em ás, p o rq u e d ic h a c o n d ic ió n e stá in c lu id a en to d a s las d e m á s ; e n efecto, si es p re c iso q u e e l a g e n te y el p a c ie n te e sté n p ró x im o s, m u c h o m ás n ecesario será q u e ex istan , p u e s ¿c ó m o v a n a se r lo c a lm e n te p ró x im a s las cosas q u e n o ex iste n e n la re a lid a d ? A sim is­ m o , h e m o s m o stra d o a rrib a q u e p a ra o b ra r, in c lu so p o r re s u lta n c ia , n o b a sta h a b e r e x istid o in m e d ia ta m e n te a n te s ; lu e g o es m u c h o m á s e v id e n te q u e p a ra la eficiencia p ro p ia se p re c isa la ex isten cia. Y n a d ie n e g a rá esto en el caso d e la eficiencia n a tu r a l; eso n o s b a sta p a ra e l a c tu a l p ro p ó s ito , p e ro d e b e e n te n ­ d e rs e p ro p o rc io n a lm e n te , e n el se n tid o d e q u e a q u ello q u e o b ra p o r sí m ism o e x ista e n sí, y a q u ello q u e o b ra ú n ic a m e n te m e d ia n te u n in s tru m e n to se p a ra d o e x ista sólo v irtu a lm e n te en el in s tru m e n to , y a q u e so la m e n te p o r d e n o m in a c ió n e x trín se c a to m a d a d e él se dice q u e o b ra ; m as esa e x isten cia v irtu a l n o es o tra cosa sin o e l h e c h o d e q u e e x ista el m ism o in s tru m e n to . Q u e d ic h a e x isten cia es ta m b ié n n ecesaria e n lo s in s tru m e n to s d iv in o s lo p o n e m o s d e reliev e e n o tro lu g a r.

rum ; superest ut dicamus de conditionibus IV Metaph., c. 4, text. 16: Ea quae n o n requisites ad agendum, quae licet variae sunt, quonam pacto aut loquentur aut amnumerari soleant, tres tamen videntur gra­ bulabunt? Praeterea, quia haec conditio invities et difficiliores, et ad eas omnes aliae cluditur in omnibus aliis; nam si necesse revocantur. Supponendum autem est omne est agens et passum esse propinqua, multa agens creatura indigere passo ad actionem, magis necessarium erit u t sint; quomodo quia, ut supra dictum est et infra edam enim erunt loco propinqua, quae in rerum ostendetur, non agit creando, sed ex praesupposita materia. Conditiones ergo requi- natura non sunt? Item supra ostendimus sitae ad agendum exigendae non sunt inter ad agendum, edam per resultantiam, non causam et effectum; sic enim non erunt satis esse immediate antea fuisse; multo er­ requisitae ad agendum, sed consequentes ac­ go evidentius est ad propriam efficientiam tionem. Sunt ergo praerequisitae inter agens necessariam esse existentiam. Quod in na­ et passum seu inter causam efficientem et turali efficientia nemo negabit; id autem materialem. Prima igitur conditio est di- praesenti instituto sufficit, intelligendum au­ stinctio necessaria inter agens et passum. Se­ tem est cum proportione, scilicet, ut quod conda, propinquitas necessaria, supposita per seipsum agit in se existât, quod vero distinctione. T enia dissimilitudo et propor- tantum per instrumentum separatum agit tio, quamquam haec tertia quodammodo ad virtualiter tantum in instrumento existât, rationem agendi pertinere videatur, ut pos- quia solum per denominationem extrinsecam ab ilio agere dicitur; ilia autem virtualis tea videbimus. 2. Omitto conditionem existendi, quia,existentia nihil est aliud quam quod instru­ ut saepe dixi, hanc non reputo conditionem mentum ipsum existât. Quam existentiam edam in divinis instrumentis necessariam condistinctam in re ab agente seu princi­ pio agendi; unde merito dixit Aristoteles, esse alibi ostendimus.

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3 . T a m b ié ñ p aso p o r a lto o tra c o n d ició n q u e suele re q u e rirs e e n el ag en te m a te ria l, a sa b e r, q u e sea ex te n so y exista d e m o d o c u a n tita tiv o . P o rq u e estas cosas p re c isa n d ic h a co n d ic ió n p a ra o b ra r, en ta n to en c u a n to p e rte n e c e in trín ­ se c a m e n te a su n a tu ra l m o d o d e s e r ; e n cam b io , la c u e stió n d e si p u e d e n o b ra r n a tu ra lm e n te c u a n d o se h a se p a ra d o p o r in te rv e n c ió n d iv in a ese m o d o d e exis­ te n c ia , es m ás teológica q u e m etafísica y la h e m o s tra ta d o su ficien tem en te en el to m o I H d e la I I I p a rte , d is p . X L E X , sec. 1.

Se exponen la dificultad de la cuestión presente y las diversas opiniones 4 . S u p u e sto lo a n te rio r, en e sta sección se h a d e e s tu d ia r la p rim e ra con­ d ic ió n . E n ella, la d ific u lta d tie n e su o rig e n , p rim e ra m e n te , en m u c h o s ejem plos, e n lo s cuales p a re c e m o stra rse q u e n o es n e c e sa ria la- d is tin c ió n re a l e n tre el a g e n te y el p a c ie n te ; e n p r im e r lu g a r, p o r ra z ó n d e las em an a cio n es n a tu ra le s p u e s e l e n te n d im ie n to em a n a d e l alm a m ism a y es re c ib id o e n ella m ism a. E n s e g u n d o té rm in o , e n lás a ccio n es in m a n e n te s d e co n o c im ie n to y , so b re to d o , d e a m o r, y a q u e u n a m ism a a lm a p ro d u c e y re c ib e e l a m o r m e d ia n te u n a m ism a v o lu n ta d . E n te rc e r lu g a r, e n lo s m o v im ien to s físico s, p o rq u e lo s c u e rp o s p e sa ­ d o s y los lig e ro s se m u e v e n a sí m ism o s, y lo s v iv ien tes e n se n tid o m á s p ro p io , y e l a g u a se e n fría , etc. P o r ú ltim o , co n stitu y e u n o b stá c u lo la ra z ó n d e q u e , si b ie n esa c o n d ic ió n se d a m u c h a s veces e n aq u ellas cosas q u e o b ra n con acción tra n s e ú n te , p u e s to q u e les es n a tu ra l o b ra r so b re o tra s, n o o b sta n te n o h a y n in ­ g u n a ra z ó n q u e exija n e c e sa ria m e n te d ic h a c o n d ic ió n . E n efecto , si existiese al­ g u n a lo sería, e n g ra d o su m o , a q u e lla conocida d e q u e u n a m ism a cosa n o p u e d e e sta r sim u ltá n e a m e n te e n p o te n c ia p a ra re c ib ir y e n acto p a ra o b ra r ; m as n o p a re c e q u e é sta te n g a fu e rz a , y a q u e , se g ú n a rg u m e n ta E sc o to , p u e d e e sta r e n a c to v irtu a l o e m in e n te y e n p o te n c ia fo rm a l, es d e c ir, te n e r p o d e r e m in e n te p a ra p ro d u c ir u n a fo rm a d e te rm in a d a y c a p a c id a d p a ra re c ib ir fo rm a lm e n te esa f o r m a ; p e ro e sto n o im p lic a c o n tra d ic c ió n a lg u n a . P e ro a e sto se o pone el p rin ­ c ip io q u e e n se ñ a A ristó te le s, e n V II y V III d e la Física: todo lo que se mueve es movido por otro, q u e h a sid o a d m itid o d e ta l m a n e ra q u e se c o n sid era co m o el fu n d a m e n to y p rin c ip io d e la d e m o stra c ió n d e la e x iste n c ia d e D io s.

3. Omitió praeterea aliam conditionem quae in agente materiali solet requiri, scilicet, quod sit extensum et quantitativo modo existens. Haec enim conditio in tantum necessaria est his rebus ad agendum, in~ quantum intrinsece pertinet ad naturalem modum essendi earum; an vero, separato divinitus illo modo existendi, possint agere naturaliter, non tam est metaphysica quaestio quam theologica, quam satis attigimus in tomo III II I part., disp. XIL, sect. prima. Difficultas praesentis quaestionis et variae sententiae proponuntur 4. His suppositis, in haec sectione tractanda est prima conditio. In qua difficultas critur primo ex multis exemplis, in quibus ostendi videtur non esse necessariam distinctionem in re Ínter agens et passum; primo ob naturales emanationes, nam ab eadem anima manat intellectus et in eadem recipitur. Secundo, in actionibus immanentibus cognoscendi, et praesertim amandi, nam ea­ dem anima per eamdem voluntatem eliat

amorem et recipit. Tertio, ¡n motibus physicis, nam gravia et levia se movent, et viventia proprius, et aqua se frigefacit, etc. Ultimo obstat ratio quia, licet ilia conditio saepe intercedat in his quae agunt actione transeunte, quia illis naturale est agere in alia, tarnen nulla est ratio quae necessario exigat conditionem illam. Si enim aliqua esset, maxime illa vulgaris quia non potest idem simul esse in potentia ad recipiendum et in actu ad agendum; haec autem non videtur urgens, quia, u t Scotus argumentatur, potest esse in actu virtuali seu emi­ nenti et in potentia formali, id est, habere vim eminentem ad efficiendam talem for­ mant et capacitateci ad recipiendam forma­ liter illam; in hoc enim nulla involvitur repugnantia. In contrarium vero est axioms illud ab Aristotele traditum, VII et V ili Physic. : Omne quod movetur ab alio movetur, quod adeo receptum est ut tamquam fundamentum et principium habeatur demonstrationis qua ostenditur Deum esse

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5. Opinión de algunos.— E n la p re s e n te cu e stió n , alg u n o s p ie n sa n q u e e sta c o n d ic ió n n o es n e c e sa ria e n to d o s lo s ag en te s, a u n q u e se d a en m u ch o s. A sí o p in a n E sc o to , In I, d ist. 3, q . 7, e In 11, d ist. 2 , q . 10, y e n IX Metaph., q . 1 4 ; y , e n d ic h o lu g a r, A n to n io A n d ré s, q . 1 ; G re g o rio , In II, d ist. 6 , q . 1, a. 3 ; J a n d u n o , V IH Phys., q . 12, q u e se a p o y a n e n los a rg u m e n to s ad u c id o s. F a v o re c e e sta o p in ió n el C o m e n ta d o r, E l De cáelo, com . 2 8 , d o n d e d ice q u e u n a m ism a cosa • p u e d e ser p a c ie n te d e sí m ism a con acció n equívoca. O tro s , c o n m a y o r fre c u e n c ia , a c e p ta n in d istin ta m e n te el p rin c ip io d e A ristó teles y e x i­ g e n e sta co n d ic ió n co m o to ta lm e n te n e c e sa ria e n to d o a g e n te , n o sólo p a ra las a ccio n es tra n s e ú n te s , sino ta m b ié n p a ra las in m a n e n te s. E sto lo d e sa rro lla ro n elo­ c u e n te m e n te C a p ré o lo , In 1, d is t. 3 , q . 3 ; E g id io , Quodl. III, q . 16, y Quodl. V, q . 1 5 ; y e l F e rra rie n s e , I cont. Gent., c. 2 3 , a u n q u e en e ste lu g a r e x c e p tú a la eficiencia p o r re s u lta n c ia n a tu ra l, cosa q u e q u iz á fu e ra in n e c e sa ria (si h a b la se c o n se c u e n te m e n te ). O tro s , e n c a m b io , se v a le n d e v arias d istin c io n e s, co m o ex ­ p lic a re m o s e n lo sucesivo.

Algunos presupuestos para la solución de la cuestión 6. E l agente no es necesariamente distinto del paciente en- cuanto al su­ puesto.— A sí, p u e s, e n p rim e r lu g a r se h a d e e sta b le c e r q u e n o e s p re c iso q u e e l a g e n te se d istin g a , en c u a n to al su p u e s to , d e l p a c ie n te q u e re c ib e su acció n . E sto re s u lta b a sta n te c la ro si se h ace u n a in d u c c ió n ; y lo e n señ a e x p re sa m e n te A ristó teles, e n el lib . V II de la Física, a l p rin c ip io , y e n el V E I d e la Física, c. 4 . D e a h í colige q u e u n a cosa p u e d e m o v erse a sí m ism a si se d is tin g u e e n p a rte e sen cialm en te m o triz y p a rte esen cialm en te m o v id a , d e ig u a l m a n e ra — dice— q u e lo s an ím ales se m u e v e n a sí m ism o s c o n m o v im ie n to local, y casi d el m ism o m o d o se m u e v e n los viv ien tes con m o v im ie n to d e c recim ien to , ya q u e o b ra n d ire c ta m e n te so b re e l alim e n to , q u e a sim ilan y co n v ie rte n en sí, y de e sta m a n e ra c recen . E n e ste se n tid o , ta m p o c o hay in c o n v e n ie n te e n q u e u n a m ism a co sa se m u e v e a c c id e n ta lm e n te , com o se m u e v e e l alm a a l m o v e rse el c u e rp o . 7 . En un mismo supuesto, el agente puede ser distinto del paciente en va­ rios sentidos.— E n se g u n d o té rm in o , d e b e su p o n e rse q u e , e n u n m ism o s u p u e s to

5. Aliquomm opinio.— In hac re qui­ dam existimant hanc conditionem non esse necessarian! in omnibus agentibus, licet in multis intervenían Ita opinatur Scorns In I, dist. 3, q. 7, et In II, dist. 2, q. 10, et IX Metaph., q. 14; et ibi Antonius And., q. 1; Greg., In II, dist. 6, q. 1) a. 3 ; Iandun., V III Phys., q. 12, qui nituntur argumentis factis. Quibus favet Comment., I l l de Cáe­ lo, com. 28, dicens idem posse a seipso pati actione aequivoca. Alii frequentius in­ distincte acceptant axioma Aristotelis t t hanc conditionem u t omnino necessarians in omni agente requirunt, non solum quoad transeúntes, sed etiam quoad immanentes actiones. Quod diserte declararunt CapreoL, In I, dist. 3, q. 3; et Aegid., Quodl. I ll, q. 16, et Quodl. V, q. 15; Ferrar., I cont. Gent., c. 23, ubi tarnen excipit efficientiam per naturalem resultantiam, quod fortasse (si consequenter loqueretur) non esset ne­ cessarians. Alii vero ditinctionibus variis Utuntur, ut in progressu explicabimus.

Nonnullae suppositions ad quaestionis - resolutionem 6. Agens non necessario a patiente distinctum supposito.— Primo ergo statuendum est non esse necessarium agens distin­ gui supposito a passo recipiente. Hoc sa­ tis patet inductione facta; idque expresse docet Aristot., V II Phys., in princ., et V III Phys., c. 4. Unde infert idem posse movere seipsum, si distinguatur in partem per se moventem et partem per se motam, quomodo ait ammalia movere seipsa mom lo­ cali, et fere eodem modo movent sese viventia mom augmentationis ; agunt enim directe in alimentimi, quod in se convertunt et sibi uniunt, et ita augentur. Sic etiam non est inconvenieDS idem movere se per accidens, sicut movetur anima, moto corpore. 7. In eodem supposito varie agens a pa­ tiente distinctum.— Secundo supponendum

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q u e o b ra so b re sí m ism o , e l a g e n te p u e d e d is tin g u irs e d e l p a c ie n te d e varios m o d o s. P rim e ro , a te n d ie n d o a las d iv ersas p a rte s in te g ra n te s ; se g u n d o , d e ac u e r­ d o c o n las d iv e rsa s p a rte s su sta n c ia le s y esenciales, com o c u a n d o o b ra m e d ia n te la fo rm a y re c ib e m e d ia n te la m a te ria ; estos d o s m o d o s p u e d e n d a rs e e n los c u e rp o s , p e ro n o d e m a n e ra g e n e ra l e n to d o s lo s a g e n te s, ta l co m o ah o ra h a ­ b lam o s, p o rq u e ta m b ié n las cosas e sp iritu ales o b ra n so b re sí. E n te rc e r lu g a r, p u e d e n d is tin g u irs e d e s u e rte q u e p o r lo m n o s u n a fa c u lta d sea la a ctiv a y o tr a la p asiv a. E s ta d istin c ió n p u e d e ser o m n ím o d a y re a l o, a l m e n o s, co m o e n tre lo in c lu y e n te y lo in c lu id o ; d e to d o e llo p ro p o n d re m o s e jem p lo s m ás a d e la n te . 8. Diferentes acciones sobre las que versa la cuestión.— E n te rc e r té rm in o , c o n v ien e d is tin g u ir las v arias acciones y ex a m in a rla s u n a p o r u n a , a fin d e q u e d e to d a s ellas p o d a m o s co leg ir a lg u n a re g la g e n e ra l. P u e s b ie n , e n tre la s acciones p u e d e e n u m e ra rse , p rim e ra m e n te , la d im a n a c ió n o re s u lta n c ia n a tu r a l; d e sp u é s, lo s m o v im ie n to s físicos y m a te ria le s q u e , en su o rd e n , se llev an a c a b o p o r ac ­ c ió n tra n s e ú n te , lo s cu ale s, p a ra m a y o r c la rid a d , p u e d e n d is tin g u irs e e n su s es­ p e c ie s : alte ra c ió n , c re c im ie n to y m o v im e n to lo c a l; n o m e n c io n o la g en e ra c ió n su sta n c ia l p o rq u e es e v id e n te d e suyo q u e u n a cosa n o p u e d e g e n e ra rse a sí m ism a . A é sta s p u e d e a ñ a d irs e el m o v im e n to lo cal d e las cosas e sp iritu a le s q u e se m u e v e n a sí m ism a s; e n efe c to , este m o v im ie n to es e n p a rte sem e ja n te a los m o v im ie n to s d e los c u e rp o s , y a q u e se c o m p o rta co m o acció n tra n sitiv a , y en p a rte les es d e se m e ja n te , p u e s to q u e n o es u n m o v im ie n to físico, es d e c ir, ex­ te n so p o r p a rte d e l su je to . F in a lm e n te , ad em á s d e to d a s las in d ic a d a s, e x iste la eficiencia p o r las accio n es in m a n e n te s d e l se n tid o o d e l a p e tito , d e l e n te n d i­ m ie n to o d e la v o lu n ta d .

Primera afirmación sobre la resultancia natural 9. A sí, p u e s , afirm o e n p rim e r lu g a r : e n la re s u lta n c ia n a tu ra l, a u n c u a n d o su c e d a q u e el eficiente p ró x im o n o sea d is tin to d e l re c ip ie n te , sin e m b a rg o , el e fe c to se re d u c e a b so lu ta m e n te a u n a ca u sa eficien te d is tin ta d e l p a c ie n te . L a p rim e ra p a rte es c la ra p o r el a rg u m e n to a d u c id o a rrib a so b re las p o ten cias d e l est in eodetn supposi» agente in seipsum variis modis posse distingui agens a pa­ tiente. Primo, secundum diversas partes in­ tegrantes; secundo, iuxta -diversas partes substantiates et essentiales, u t si per formant agat et per materiam recipiat, qui duo modi habere possum locum in corporibus, non tarnen universe in omnibus agentibus, prout nunc loquimur; nam etiam res spi­ rituales agunt in se. Tertio possum distin­ gui ut saltern alia sit facultas agendi et alia recipiendi. Quae distinct» potest esse aut omnimoda et realis aut saltern u t includentis ab incluso, quorum omnium exempla postea afferemus. 8. Varìae actiones de quibus est quaes­ tio.— Tertio, distinguere oportet varias ac­ tiones et per singulas discurrere, u t ex om­ nibus generalem aliquam regulam colligere possimus. Inter actiones ergo primum nu­ merari potest naturalis dimanatio seu re­ sultanti^; deinde motus physici ac materia­ les, qui ex genere suo actione transeunte

perficiuntur, qui, claritatis grana, distingui possunt in suas species: alterationis, augmentationis et motus localis; omirto generationem substantialem, nam per se notum est idem non posse generare seipsum. His adiungi potest motus localis spiritualium re­ rum seipsas moventium; is enim partim similis est motibus corporata, quia se habet tamquam actio transiens, partim est dissimilis, quia non est motus physicus, id est, extensas ex parte subiecti. Denique praeter has omnes est efficientia per actiones im­ manentes sensus aut appetitus, intellectus aut voluntatis. »

Prima asserito de resultantia naturali 9. Dico ergo primo: in resultantia na­ turali, quamvis contingat proximum effidens non esse distinctum a redpiente, ta­ rnen simplidter ille effectus reducitur in efficientem causam distinctam a passo. Prior pars patet argumento superáis facto de potentiis animae ab eadem fluentibus; nam,

Disputación X V III.— Sección VII

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a lm a q u e e m a n a n d e e lla ; p u e s , a u n q u e sea p o sib le d is tin g u ir e n el a lm a la r a ­ z ó n d e o b ra r y la d e re c ib ir esas p o te n c ia s, com o e l F e rra rie n s e a d v ie rte e n el lu g a r a n te s citad o , n o o b sta n te , h a b id a c u e n ta d e q u e a q u e lla d is tin c ió n es sólo d e ra z ó n , n o in te re sa p a ra e l caso p re s e n te , so b re to d o en lo q u e re s p e c ta a la p rim e ra p ro p ie d a d , q u e re s u lta in m e d ia ta m e n te d e la su sta n c ia so la ; p o rq u e la se g u n d a q u iz á em a n e m e d ia n te la p rim e ra , a u n q u e sea re c ib id a p ró x im a ­ m e n te e n la su sta n c ia sola, co m o o p in a S a n to T o m á s e n I , q . 7 7 , a. 8. L o m is ­ m o o c u rre c o n la su sta n c ia y la s p o te n c ia s d e los án g ele s. P o r lo q u e h ace a las cosas m ate ria le s, c asi sie m p re p u e d e d is tin g u irs e re a lm e n te el p rin c ip io eficien te (a l m e n o s ut quá) d e esta e m an a ció n d e la ra z ó n d e re c ib ir la p ro p ie d a d d im a ­ n a n te , ya q u e e m a n a d e la fo rm a , p e ro n o es' re c ib id a e n ella, p o rq u e n o e s u n a fo rm a su b siste n te , sin o q u e se re c ib e e n la m a te ria o en e l c o m p u e sto p o r ra z ó n d e la m a te ria . U n ic a m e n te p u e d e in sistirse a c e rc a d e la c a n tid a d , si es q u e e m a n a d e la e n tid a d d e la m a te ria y es re c ib id a e n la m ism a, cosa q u e es in c ie rta . 10. L a se g u n d a p a rte d e la c o n c lu sió n re s u lta c la ra p o r la sección a n te r io r ; e n efecto , h e m o s d ic h o q u e la p ro p ie d a d n o em a n a d e la su sta n c ia o d e la e se n ­ cia co m o d e ag e n te p rin c ip a l, sino co m o d e u n in tru m e n to d e l g e n e ra n te ; lu e g o ese e fe c to d e b e a trib u irs e al g e n e ra n te co m o a cau sa m á s p rin c ip a l. A h o ra b ie n , e l g e n e ra n te es d is tin to d e l g e n e ra d o y d e sus p o te n c ia s. Se d irá q u e la re d u c ­ c ió n d e e ste e fe c to a l g e n e ra n te sólo se verifica co m o re d u c c ió n a u n a ca u sa re m o ta y acc id e n ta l, q u e d io la fo rm a , d e la q u e e m a n a n las o tra s fa c u lta d e s ; p e ro , se g ú n a d v e rtí m á s a trá s, a q u í n o in v estig am o s la re d u c c ió n a c c id e n ta l, sin o la esencial y a la cau sa p ró x im a ; de lo c o n tra rio , fá c ilm e n te d iría m o s q u e to d o lo q u e se h ace es h e c h o p o r o tro q u e e s d is tin to ta m b ié n e n c u a n to a l s u p u e s to ; p o r o tro — re p ito — q u e o b re d e m a n e ra p ró x im a o q u e h u b ie ra co n fe rid o re ­ m o ta m e n te la fa c u lta d d e o b ra r. S e re s p o n d e q u e la p re s e n te re d u c c ió n n o se h a c e a u n a cau sa a c c id e n ta l, sino a la causa p rin c ip a l esencial, p rim e ra m e n te p o r la in te n c ió n y o rd e n a c ió n d e la n a tu ra le z a , y a q u e e sa v ir tu d h a sid o d a d a p a ra q u e o b re com o in s tru m e n to d e o tro , cuyo p a p e l d e se m p e ñ a e n c ie rto m o d o . A sí, se d ic e q u e lo s p ro y e c tile s so n m o v id o s n o a c c id e n ta l, sino e se n c ia lm e n te p o r q u ie n lo s la n z a , el c u a l les im p rim ió u n im p u ls o , n o sólo p o rq u e le s c o n -

licet in anima distingui possit ratio agendi et recipiendi illas potentias, ut Ferrar, supra advertit, tarnen, cum illa distinctio rationis tantum sit, nihil ad praesens refert, maxime quoad primam proprietatem, quae immedia­ te a sola substantia resultai ; nam secunda forte emanat mediante prima, licet proxime in substantia sola recipiatur, ut sentit D. Thomas, I, q. 77, a. 8. Atque idem est de substantia et potentiis angelorum. In rebus autem materialibus semper fere potest in re distingui nrincipium efficiens (saltern ut quo) huius emanationis a ratione recipiendi proprietatem dimanantem; manat enim a forma, non tarnen recipitur in illa, cum non sit forma subsistens, sed recipitur in mate­ ria vel in composito ratione materiae. So­ lum potest instari de quantitate, si fonasse tnanat ab entitate materiae et in ea recipi­ tur, quod incertum est. 10. Posterior pars conclusionis constat «x superiori sectione; diximus enim pro­ prietatem non manare a substantia vel es-

sentia ut a principali agente, sed u t ab in­ strumento generantis; ergo ille effectus ge­ neranti tribuendus est u t principaliori cau­ sae. At vero generans distinctum est a gè­ nito et a potentiis eius. Dices reductionem huius effectus in generantem solum esse tamquam in causam remotam et per accidens, quae dedit formam, a qua facilitates aliae manant; hic autem, u t supra dixi, non inquirimus reductionem per accidens, sed per se et in causam proxìmam ; alias fa­ cile diceremus orane quod fit ab alio fieri, etiam distincto secundum suppositum; ab alio (inquam) vel qui proxime agat vel qui remote dederit virtutem operandi Respondetur non esse hanc reductionem in cau­ sam per accidens, sed in causam prindpaIem per se, primo quidem ex intentione et ordinatione naturae, nam virtus illa data est u t operetur tamquam instrumentum al­ teráis, cuius vicem quodammodo gerit. U t proiecta non per accidens, sed per se dicuntur moveri a proficiente, qui impressit 12

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Disputaciones metafísicas

firió fa c u lta d d e o b ra r, sino p o rq u e se la confirió c o n u n a d e te rm in a d a d isp o sició n p a ra q u e fu e se in s tru m e n to q u e o b ra se e n lu g a r d e él. A d em ás, c u a n d o la e se n ­ cia n o c o n tie n e d e m a n e ra e m in e n te estas fa c u lta d e s, sino sólo in s tru m e n ta l­ m e n te , e s p ro b a b le q u e se re q u ie ra , p o r p a rte d e l g e n e ra n te o d e l a u to r d e la n a tu ra le z a , u n in flu jo m ayor q u e si fu e se p ro p ia y p rin c ip a l la ca u sa a la q u e h a b ría q u e a trib u ir p o r e n te ro el efecto , p u e s p o r el h e c h o m ism o d e q u e el p rin c ip io p ró x im o n o c o n tie n e el e fe c to d e m a n e ra fo rm a l n i e m in e n te , tam p o c o p u e d e s e r causa p ro p ia y a d e c u a d a d el m ism o , n i siq u ie ra e n c a lid ad d e causa p ró x im a y p rin c ip a l. P o r ello , si e n to d a u n a e sp ecie n o se e n c u e n tra a q u ella v irtu d e m in e n te c o n re s p e c to a las p ro p ie d a d e s q u e sig u e n n a tu ra lm e n te a la m ism a, es p reciso q u e la p ro p ie d a d q u e se e n c u e n tra e n el g e n e ra d o sea p r o ­ d u c id a p o r u n a p ro p ie d a d sem e ja n te , q u e se h a lla e n el g e n e ra n te , o q u e em an e d e la fo rm a c o n a lg u n a a trib u c ió n al a u to r d e to d a la esp ecie com o a eficiente p rin c ip a l.

Segunda afirmación sobre el movimiento y la acción física 11. A firm o e n se g u n d o lu g a r : to d a ca u sa q u e o b ra p o r m o v im ie n to físico y acc ió n tra n s e ú n te se d is tin g u e re a lm e n te , d e a lg u n a m a n e ra , d e la causa m a ­ terial q u e re c ib e el efecto. E s ta co n c lu sió n se h a lla e n c o n fo rm id a d c o n el p e n ­ sa m ie n to de A ristó te le s, q u e acaso n o p re te n d e o tra cosa e n e l lu g a r c ita d o , ya q u e tr a ta d e l m o v im ie n to físic o d e las cosas c o rp o ra le s, sólo h ace in d u c c ió n en los m o v im ie n to s físicos y sie m p re , e n sus ra z o n a m ie n to s, su p o n e q u e ta l m o v i­ m ie n to tie n e p a rte s e n lo q u e re s p e c ta a l m óvil. Y , p u e s to q u e e n el m o v im ie n to d e a lte ra c ió n y d e c re c im ie n to es m e n o r la d ific u lta d , se ex p lica p rim e ro la c o n ­ clu sió n b re v e m e n te acerca d e ellos. P u e s, re a liz a d a u n a in d u c c ió n , n o se e n ­ c u e n tra n in g u n a a lteració n p ro p ia q u e u n a g e n te p ro d u z c a s o b re sí m ism o d e m a n e ra esencial y p rim a ria , e sto es, se g ú n u n a m ism a p a r te ; o c u rre , en v e rd a d , q u e u n m ism o a g e n te , p o r m e d io d e u n a p a rte , se a lte ra a sí m ism o e n otra,, si las p a rte s e stá n a fectad as d e m a n e ra d e se m e ja n te ; p e ro eso n o su ced e c o n re s p e c to a u n a m ism a p a rte , co m o re s u lta claro p o r in d u c c ió n e n to d o s lo s c a -

impetum, non solum quia dedit virtutem agendi, sed quia illam dedit cum hac habitudine ut esset instrumentum quod vice sui operaretur. Deinde, quando essentia non continet eminenter has facilitates, sed tan­ tum instrumentarie, probabile est requiri maiorem influxum generantis seu auctoris naturae quam si illa causa esset propria et principalis, cui omnino esset tribuendus effectus, quia hoc ipso quod principium proximum non continet formaliter neque eminenter effectum, non potest esse propria et adaequata causa eius, etiam in ratione causae proximae et principalis. Quare, si in tota aliqua specie non invenitur illa eminens virtus respectu proprietatum naturaliter consequentium ipsam, necesse est proprietatem quae est in genito fieri a simili proprietate quae est in generante aut manare a forma cum aliqua reductione ad auctorem totius speciei ut principaliter efficientem.

S ecu n d a assertio de m o tu et actione physicis

11. Dico secundo: omnis causa efficiens per motum physicum et actionem transeuntem distinguitur in re aliquo modo a ma­ teriali causa recipiente effectum. Haec conclusio est consentanea menti Aristotelis, qui forte nihil aliud intendit in citato loco, nam agit de motu physico rerum corporalium, in solis physicis motibus inductionem facit semperque in rationibus suis supponit ta­ lent motum habere partes ex parte mobilis. Et quoniam in motu alterationis et augmen­ tation's minor est difficultas, in illis prius explicatur breviter conclusio. Nam inductione facta, nulla invenitur alteratio propria quae ab aliquo agente in seipsum per se primo fiat, id est, secundum eamdem par­ tem ; contingit quidem idem per unam par­ tem alterare seipsum in alia, si sint dissimiliter affectae ; tarnen secundum eamdem non contingit, ut inductione in omnibus constat.

Disputación X V HI.— Sección V il

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sos. U n ic a m e n te se ofrece la c o n o cid a ob jeció n d e la re d u c c ió n d e l a g u a a su ' p rim e ra fria ld a d , y lo m ism o acontece con to d a o tra re d u c c ió n se m e ja n te ; p o r­ q u e a n te rio rm e n te h e m o s p u e sto d e reliev e q u e tal acc ió n n o es p ro d u c id a p o r e l a g e n te e x trín sec o , sin o p o r e l in trín se c o . Se re s p o n d e , e m p e ro , q u e d ic h a a c ­ c ió n p e rte n e c e a la re s u lta n c ia n a tu ra l, d e la q u e n o s h e m o s o c u p ad o e n la p r i­ m e ra co n clu sió n , y p o r ello ta l acción su ele a trib u irs e a l g e n e ra n te , com o o b s e r­ v a ro n C ap réo lo , ln II, d is t. 6 , q . 1, a. 3 ; E g id io , Quodl. 11, q. 1 6 ; E n riq u e , Ouodl. X I, q. 6. 12. D e a q u í re s u lta claro con facilid a d q u e ta m b ié n en el m o v im ie n to d e c re c im ie n to u n m ism o ag e n te n o o b ra so b re sí p ro p io d e m a n e ra e se n c ia l; p o r ­ q u e ese m o v im ie n to n o se rea liz a sino p re v ia u n a a lte ra c ió n ; m as la a lte ra c ió n n o es llev ad a a cabo p o r u n o m ism o so b re sí m ism o y se g ú n u n a m ism a p a r t e ; lu e g o tam p o co el c re c im ie n to . Y la ra z ó n a priori d e e sta p a rte n o p a re c e ser o tra sino la q u e A ristó te le s señaló, a sa b e r, q u e u n a m ism a cosa n o p u e d e es­ ta r sim u ltá n e a m e n te en acto y e n p o te n c ia bajo u n m ism o aspecto. P e ro a e sta ra z ó n se o p one e n g ra n m e d id a la o b jeció n a rrib a e x p u e sta , ya q u e esta ra z ó n es v álid a, a lo su m o , p a ra la a lte ra c ió n un ív o ca, es d e c ir, q u e p ro c e d e d e u n a c u a lid a d d e ig u a l n a tu ra le z a , p e ro n o p a ra la a lte ra c ió n eq u ív o ca , q u e p ro c e d e d e u n a cu a lid a d v irtu a l o d e n a tu ra le z a s u p e rio r; p u e s e n tal caso n o h a b ría c o n tra d ic c ió n a lg u n a en q u e u n a m ism a p a rte tu v iese u n a cu a lid a d v irtu a l y ca ­ reciese d e la fo rm a l y , p o r ta n to , o b rase so b re sí. P o r e ste m o tiv o , E sco to y o tro s a n te s c itad o s p ie n s a n q u e la ra z ó n d e A ristó te le s n o es u n iv e rsa l, lo c u a l e s ta n to co m o d e c ir q u e n o es eficaz. S o b re to d o p o rq u e , se g ú n verem os d e sp u é s, e m ­ p le a d ic h a ra z ó n ta m b ié n en el m o v im ie n to local, e n e l q u e la acción sie m p re es e q u ív o c a ; p o rq u e la fa c u lta d m o triz sie m p re tie n e d is tin ta n a tu ra le z a q u e la fo rm a o el té rm in o d e l m o v im ie n to local. 13. Por «parte esencialmente motriz » y «parte esencialmente movida» no entiende Aristóteles la forma y la materia.— O tro s e c h a n m a n o d e la sig u ie n te r a z ó n : la alte ra c ió n m a te ria l, q u e es p ro d u c id a p o r la su sta n c ia m a te ria l, p r o ­ c ed e activ a m e n te d e la fo rm a — ya q u e l a m a te ria n o es p rin c ip io d e a c tiv id a d — , p e ro se re c ib e e n e l c o m p u e sto p o r ra z ó n d e la m a te ria , q u e es p rin c ip io d e p a s iv id a d ; d e e sta m a n e ra , a u n q u e su ced a q u e u n m ism o a g en te , se g ú n u n a

Solum est vulgaris instantia de reductione aquae ad pristinam frigiditatem, et idem est de quacumque simile reductione; in superioriims enim ostendimus illam actionem non fieri ab agente extrinseco, sed ab intrinseco. Respondetur tarnen illam actionem pertinere ad naturalem resultantiam, de qua in prima conclusione locuti sumus, et ideo solet illa actio tribui generanti, ut notarunt Capr., In XI, dist. 6, q. 1, a. 3; Aegid., Quodl. II, q. 16; Henr., Quodl. 353, q. 6. 12. Et hinc facile constat in mom edam augmentation^ non agere idem in seipsum per se; nam file moms non fit nisi praevia alteratione; sed alterano non fit ab eodem in seipsum secundum eamdem partem; ergo ñeque augmentado. Ratio autem a priori huius partis nulla alia esse videtur, praeter earn quam Aristoteles tetigit, scilicet, quia non potest esse idem secundum idem simul in actu et in potentia. Cui rationi valde obstat obiectio supra facta, quia procedit haec ratio ad summum de alteratione uni­ voca, id est, procedente a qualitate eiusdem

rationis, non vero de alteratione aequivoca, quae procedit a qualitate virtuali seu superioris rationis; nam tunc nulla esset contradictio quod eadem pars haberet qualitatem virtualem et careret formali, et ideo ageret in se. Propter quod Scorns et alii supra citati existimant rationem Aristotelis non esse universalem, quod est revera di­ cere non esse efficacem, Praesertim quia, ut infra videbimus, ipse utitur ea ratione etiam in motu locali, in quo actio semper est aequivoca; virtus enim motiva semper est alterius rationis a forma seu termino motus localis. 13. Per partem per se moventem et par­ tem per se molam non intelligit Aristoteles formam et materiam.— Alii hac ratione utuntur: alteratio materialis quae fit a sub­ stantia materiali, procedit active a forma, nam materia non est principium . agendi, recipitur autem in composito ratione materiae, quae est principium patiendi; atque ita, etiamsi contingat idem secundum eam­ dem partem integralem agere in seipsum,

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Disputaciones metafísicas

m ism a p a rte in te g ra l, o b re s o b re sí m ism o , sin e m b a rg o el a g e n te y e l p a c ie n te se d is tin g u e n e n ate n c ió n a lo s p rin c ip io s d e acció n y d e p a sió n . P e ro esta ra z ó n es c o m p le ta m e n te o p u e sta al p e n sa m ie n to d e A ristó te le s, q u e n o tra ta d e l p rin ­ cipio fo rm a l quo — p o rq u e e ra su fic ie n te m e n te c la ro q u e la m a te ria y la fo rm a d e se m p e ñ a n oficios diversos e n las cosas co rp o rales— , sin o d e l p rin c ip io quod, ín teg ro o a l m e n o s p arcial, co m o ac e rta d a m e n te ad v irtió S a n to T o m á s, e n la q. 2 2 D e Verit., a. 3, y c o n sta p o r e l lib . V III d e la Física, c. 4 . D e lo c o n tra ­ rio , c u a n d o e stu d ia el m o v im e n to d e lo s c u e rp o s pesad o s y d e lo s lig ero s, n o sería o p o rtu n o el re c u rso al g e n e ra n te , sino a la fo rm a eficiente y a la m a te ria re c e p tiv a d e l m o v im ien to . N i e n e l caso d e los an im a le s se ría necesario d is tin ­ g u ir e n tre p a rte esen c ia lm e n te m o triz y p a rte e se n c ia lm e n te m o v id a, co sa q u e A ristó teles e n tie n d e con to d a c la rid a d d e las p a rte s in te g ra n te s e n e l pasaje ci­ ta d o , te x to 28. N i, p o r ú ltim o , asc e n d ie n d o al m o v im ie n to d e l cielo, sería p re c iso a sig n arle u n m o to r sep arad o , sin o u n a fo rm a in trín se c a q u e fu e se p rin c ip io ac­ tiv o d e l m o v im ie n to y u n a m a te ria q u e fu ese re c e p tiv a d e l m ism o . 14. Se explica el pensamiento de Aristóteles sobre este punto .— C o n sig u ie n ¡ te m e n te , d e a c u e rd o con el p e n sa m ie n to d e A ristó te le s, h a y q u e afirm ar q u e u n i m ism o c o m p u e sto m a te ria l n o p u e d e alte ra rse a sí m ism o d e m a n e ra esen cial o ¡ seg ú n u n a m ism a p a rte in te g ra l. L a ra z ó n d e esto p u e d e d a rse d e l sig u ie n te m o d o , I com o d e sa rro lla n d o o sacando las ú ltim a s co n secu en cias d e la p rim e ra ra z ó n de A ris tó te le s: si la su stan cia p o se e , e n a lg u n a d e su s p a rte s, u n a c u a lid a d form al y n o p o se e u n a v irtu a l, o n o tie n e n in g u n a d e las d o s, n o p u e d e m o v erse h acia esa m ism a c u a lid a d , com o m u y b ie n d e m u e s tra la ra z ó n a d u c id a . E n cam bio, si e n a q u e lla p a rte tie n e u n a c u a lid a d v irtu a l, o ta m b ié n la cu a lid a d fo rm a l es c o n n a tu ra l a esa m ism a p a rte , o e s v io le n ta o n e u tra . S i es n a tu ra l, siem p re la p o se e rá , ya q u e la p ro p ie d a d c o n n a tu ra l c o n v ien e sie m p re in trín se c a m e n te . Y si acaso e s d e ta l m a n e ra q u e p u e d e elim in arse o d is m in u irs e v io le n ta m e n te , u n a vez a p a rta d o el im p e d im e n to la cosa se re d u c irá a s u e sta d o c o n n a tu ra l; sin em ­ b a rg o , eso o c u rrirá p o r m o d o d e re su lta n c ia n a tu ra l y la acción se re d u c irá p rin c ip a lm e n te al p rin c ip io e x trín se c o , q u e es el g e n e ra n te . P e ro si a q u ella cua­ lid a d e s v io le n ta , re s u lta im p o sib le q u e u n a m ism a cosa, m e d ia n te la c u alid ad v irtu a l d e l calo r, se calien te fo rm a lm e n te a sí m ism a c o n cale n ta m ie n to v io len to

nihilominus distinguitur agens a partente idem compositoim materiale non posse al­ quoad principia agenda et patiendi. Sed haec terare seipsum per se seu secundum eamratio plane est contra mentem Aristotelis, dem partem integralem. Ratio autem huius qui non agir de principio formali quo; sa­ ita reddi potest quasi declarando seu contis enim erat constans materiam et formam summando primam rationem Aristotelis : habere diversa marnerà in rebus corporali- quia si substantia habeat in aliqua parte bus; sed agit de principio quocl, vel inte­ qualitatem formalem et non virtualem, vel gro vel saltern partiali, ut recte notavit D. neutram habeat, non potest ad illam earnThomas, q. 22 de Ventate, a. 3, et constat dem qualitatem sé movere, u t optime probat ex V III Phys., c. 4. Alioqui cum agit de motu gravium et levium, non opertuisset ratio facta. Si vero habeat in ilia parte qua­ recurrere ad generans, sed ad formam effi- litatem virtualem, aut qualitas edam forcientem et ad materiam recipientem motum. malis est connaturalis eidem parti, vel est Neque in animalibus oportuisset distinguere violenta vel neutra. Si est naturalis, semper partem per se moventem a parte per se habebit illam, quia proprietas connaturalis mota, quod de partibus integrantibus aperte ab intrinseco semper convenit. Quod si taìis intelligit Aristoteles, ibid., text. 28. Nec fortasse sit u t violenter tolli aut minui possit, denique ascendendo ad motum caeli, opor- tune ablato impedimento reducet se illa res teret separatami motorem eius assignare, sed ad statum connaturalem; tarnen illud erit per intrinsecam formam quae esset principium modum resultantiae naturalis, et actio prinactivum morns, et materiam quae esset re­ cipaliter reducetur in extrinsecum princi­ cepiiram. pium, quod est generans., Si autem illa qua­ 14. Mens Aristotelis in hoc explicatur.— litas sit violenta, impossibile est u t eadem Iuxta mentem ergo Aristotelis dicendomi est res per qualitatem virtualem caloris seipsam

Disputación X V III.— Sección V il

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y p re te rn a tu ra l. S irv a d e e je m p lo la p im ie n ta , q u e tie n e p o d e r d e c a le n ta r la le n g u a o el v ie n tre y , sin e m b a rg o , n o p u e d e c a le n tarse a sí m ism a , y a q u e ta l c a le n ta m ie n to le sería v io len to . Y n o es fácil d a r ra z ó n d e esto . P u e s lo q u e alg u n o s d ic e n — q u e e stá p re v isto p o r u n a le y n a tu ra l q u e n a d a se in fie ra la m u e rte o u n d a ñ o a sí m ism o — n o p a re c e sa tisfa c to rio ; e n efecto , u n m ism o v iv ie n te , c u a n d o se c o rro m p e in trín se c a m e n te , se. e stá p re p a ra n d o a sí m ism o la m u e r te ; y , seg ú n p a re c e , im p o rta p o c o q u e esto o c u rra se g ú n d iv ersas p a rte s, a lte ra n d o u n a m e d ia n te o tra o m e d ia n te la m ism a se g ú n d iv ersas c u alid ad es. Y se p a te n tiz a p o r la ra z ó n , y a q u e a q u e lla c u a lid a d v irtu a l es su ficiente p a ra p ro d u c ir u n a fo rm a l e n u n su je to cap az, y o b ra d e m a n e ra n a tu ra l y n e c e sa ria ; p o r ta n to , si el su je to en q u e e x iste la c u a lid a d v irtu a l es cap a z d e la fo rm a l y carece d e ella, la p ro d u c irá en sí m ism o p o r n e c e sid a d n a tu ra l, y n o p u e d e re ­ p rim ir su acción p o r ca u sa d e a q u e lla ley n a tu ra l, a n o se r q u e se vea im p e d id o p o r o tr a p a rte , y a q u e n o es u n ag en te lib re . 15. A ñ ád ase q u e a lg u n o s p ie n s a n q u e , e n lo s v iv ie n te s, e l calo r n a tu ra l se seca a sí m ism o y co n su m e la h u m e d a d n a tu ra l, n o sólo se g ú n d iv ersas p a rte s, sin o se g ú n u n a m ism a , com o p u e d e verse e n E g id io , Quodl. II, q . 17, d o n d e , sin e m b a rg o , afirm a q u e e sa c o n su n c ió n d e la h u m e d a d se re a liz a p o r re s u lta n c ia n a tu ra l d e u n a excesiva se q u e d a d a p a rtir d e l calor in n a to . P e ro esto m e p a re c e im p o s ib le ; p u e s, co m o d ic h a acción es v io le n ta , n o p u e d e re s u lta r in trín se c a ­ m e n te d e m a n e ra n a tu ra l, y a q u e ello im p lic a c o n tra d ic c ió n e n lo q u e se d a p o r su p u e s to , p o rq u e violento es lo que procede de un agente extrínseco sin colabo­ ración del sujeto paciente. P o r eso co n sid e ro falso e im p o sib le lo q u e E g id io su p o n e , a sa b e r, q u e u n a m ism a p a rte h o m o g é n e a d e l an im a l, es d e c ir, d is p u e sta e n su to ta lid a d d e ig u a l m o d o , d ism in u y a la h u m e d a d q u e le es c o n n a tu ra l d e u n a m a n e ra c o n n a tu ra l, m e d ia n te el calo r in n a to q u e p o see, y a sea fo rm a l o v ir­ tu a l, secán d o se a sí m ism a v io le n ta m e n te , p o rq u e re s u lta im p o sib le q u e u n a m is­ m a fo rm a re q u ie ra , en u n a m ism a p a rte d e la m a te ria , disp o sicio n es q u e sean fo rm a l o e m in e n te m e n te c o n tra d ic to ria s , p u e s e n o tro caso im p lic a ría c o n tra d ic ­ ció n e n sí m ism a y e n s u in clin ació n .

formaliter calefaciat calefactione violenta et praeternaturali. Exemplum esse potest piper, quod vim habet calefaciendi linguam aut ventremi, et tarnen non potest calefacere seipsum, quia talis calefactio esset sibi vio­ lenta. Huius autem ratio non facile redditur. Quod enim quidam aiunt, naturae lege cautum esse ne quid sibi interitum aut incommodum paret, non videtur satisfacere; nam idem vivens, dum ab intrinseco corrumpitur, sibi interitum parat; parum autem vi­ detur referre quod hoc sit secundum di­ versas partes, per unam alterando aliam, vel per eamdem secundum diversas qualitates. Et ratione patet, nam ilia qualitas virtualis est sufficiens ad efficiendam 'forma­ lem in subiecto capaci, et naturaliter ac ne­ cessario agit; ergo si subiectum in quo est virtualis qualitas est capax formalis et ca­ ret ilia, ex necessitate naturae efficiet illam in se, ñeque ob illam naturae legem potest continere actionem suam, nisi aliunde impediatur, quia non est agens liberum.1 1 Conimb., V II Phys., c. 1, q . 1, a. 2.

15. Adde nonnullos sentire calidum natu­ rale in viventibus exsiccare seipsum et con­ sumere naturale humidum, non solum se­ cundum diversas partes, sed etiam secundum eamdem, ut videre licet in Aegid., Quodl. II, q. 17, ubi tarnen ait illam consumptionem humiditatis fieri per resultantiam na­ turalem nimiae siccitatis ex calore nativo. Sed id censeo impossibile; nam, cum illa actio sit violenta, non potest resultare na­ turaliter ab intrinseco, quia est implicano in adiecto, quia violentimi est quod est ab extrínseco, passo non conferente vim. Unde censeo id quod supponit Aegid. esse falsum et impossibile, nimirum, quod eàdem pars animalis homogénea, id est, secundum se totam eodem modo disposita, modo sibi connaturali, per calorem sibi nativum, sive formalem sive virtualem, minuat humiditatem sibi connaturalem seipsam violenter exsiccando, quia impossibile est quod eadem forma in eadem parte materiae requirat dispositiones aut formaliter aut eminenter re­ pugnantes; alias in seipsa et in sua inclinatione involveret repugnantiam.

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Disputaciones metafísicas

16. Razón por la que una cualidad virtual no altera a su sujeto.— Así, pues, si alguna sustancia posee, ya en su to talid ad , ya en alg u n a d e sus p artes, calor — p o r ejem plo— v irtu a l en una d eterm in ad a in ten sid ad , pongam os com o de cua­ tro g rados, o te n d rá necesariam ente al m ism o tiem po u n a ca n tid a d igual de ca­ lo r fo rm a l q u e le sea connatural o, al m enos, poseerá tal co n stitu ció n y tal d is­ po sició n n a tu ra l q u e resista e im p id a a aquella cualidad v irtu a l el ejercicio d e su acción form al en la m ism a p a rte ; p o r esta razón, n in g u n a cosa p u ede alte­ rarse in trín secam en te a sí m ism a, seg ú n u n a m ism a p a rte , con alteración vio­ len ta. Y esto se explica sobre todo en aquellos m ixtos que tien en cualidades vir­ tuales p ro d u ctiv as d e las cualidades p rim a ria s; p u es aquéllas su p o n en una m ez­ cla ad ecuada de las cualidades p rim arias y d e otras disposiciones q u e siguen a é sta s; lu eg o n o es posible q u e, en u n a m ism a p arte, se disuelva tal m ezcla p o r acción in trín seca de dicha facu ltad v irtu al. L o confirm a el ejem plo citado de la p im ie n ta ; p o rq u e se encu en tra de tal m anera d isp u esta y afectada p o r otras cualid ades y disposiciones, q u e su calor virtual n o tien e p o d e r para calentarla m ás allá d el grado co n n atu ral de calor q u e exige en cuanto es tal m ixto. O tros estim an q u e no es necesario d a r o tra razó n sino q u e la cualid ad no es activa en el sujeto en que está, aun q u e n o falte n in g u n a orna condición. P ero no apruebo esto, p o rq u e constituye u n a evidente petición de prin cip io , ya q u e investigam os p recisam en te su causa y razón. 17. Otra razón para probar lo mismo.— M as p u ed e ad u cirse o tra razón de q u e la p im ie n ta n o se caliente a sí m ism a, a saber, p o rq u e q u iz á n o tenga p o d er total e ín te g ro d e calentar si n o recibe ayuda de o tra p a rte . E n efecto, la expe­ rien cia m anifiesta q u e , aplicada a la m ano no la calienta, sino q u e precisa alguna excitación o alteración y alguna m ezcla con el calor in trín seco d el anim al; y lo m ism o p u ed e decirse del vino y otras cosas sem ejantes. P o r eso, a u n q u e n in g u n a d e estas cosas ten g a posibilidad de alterarse a sí m ism a p o r sí sola m erced a su c u alid ad v irtu al, n o obstante, u n a vez q u e com ienza a ser alterada extrínseca­ m e n te y a unirse con u n agente extrínseco, n o hay n in g ú n inconveniente en q u e, consecuentem ente, ayude a su p ro p ia alteración o co rru p ció n , p o rq u e entonces el p rin cip io to tal de alteración es suficientem ente d istin to del paciente. E n este

16. Ratio ob quam virtualis qualitas m um subiectum non alteret.— Si ergo aliqua substantia, vel tota vel in aliqua parte, habet calorem, verbi gratia, virtualem in tanta intensione, puta ut quatuor, vel simul necessario habebit tantumdem, calorem for­ malem sibi connaturalem, vel certe tale ha­ bebit temperamentum talemque dispositionem naturalem ut resistat et impediat ne illa qualitas virtualis suam formalem actio­ nem in eadem parte exerceat; et hac ratione nihil potest seipsum secundum eamdem partem ab intrinseco alterare violenta alteratione. Quod maxime declaratur in his mixtis quae habent virtuales qualitates activas primarum; nam iilae supponunt tem­ peramentum accommodatum primarum qualitatum et aliarum dispositioaum quae ad illas consequuntur ; ergo fieri non potest ut in eadem parte dissolvatur tale temperamen­ tum per intrinsecam actionem illius facultatis virtualis. Et hoc confirmat exemplum illud de pipere; ita enim est dispositum et affectum aliis qualitatibus et dispositionibus, ut eius calor virtualis non habeat vim cale-

faciendi ipsum ultra connaturalem gradum caloris quem requirit quatenus tale mixtum est. Alii existimant non oportere aliam rationern reddere nisi quia qualitas non est activa in subiecto in quo est, etiamsi nulla alia conditio desit. Sed hoc mihi non probatur, quia est manifesta petitio principi! ; huius enim causam et rationem investigamus. 17. Ad idem probandum alia ratio.— Alia vero tatio reddi potest cur piper non calefaciat se, nimirum, quia fonasse non habet vim totalem seu integram calefaciendi, nisi aliunde. iuvetur. -Constai enim experientia applicatimi manui non calefacere, sed indigere aliqua excitatione vel altera­ tione et aliqua commixtione cum intrinseco calore animalis, et idem dici potest de vino et similibus. Unde, quamvis nulla ex his re­ bus per se sola seipsam alterare possit sua qualitate virtuali, tarnen, postquam incipit ab extrínseco alterari et cum extrínseco agente coniungi, nullum est inconveniens quod consequenter adiuvet ad sui alteratìonem aut corruptionem; iam enim integrum

Disputación X V 111.— Sección VII

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sentido, p u e s, n u n c a p u e d e darse alteración violenta de u n a m ism a cosa sobre sí m ism a m ed ian te u n a cu alid ad v irtu al. 18. L a alteración indiferente siempre procede extrínsecamente.— E n cam ­ bio, la alteració n in d ifere n te, es d ecir, n i violenta n i n a tu ra l, n o p u ed e darse en u n sujeto q u e posea u n a cu alid ad v irtu a l p a ra p ro d u c ir ta l alteración, p u e s to .q u e dich a cualidad o b ra, de m a n e ra n a tu ra l y necesaria, en la m e d id a en q u e le es posible; co n siguientem ente, o e n c u e n tra en u n sujeto u n a disposición n a tu ra l in ­ com patible con su acción, y en ese caso su acción será violenta, o no en c u e n tra n in g u n a disposición in co m p atib le, y entonces la dim anación será n a tu ra l, p o rq u e p rocede d e u n a cualidad in te rn a e in n a ta y en v irtu d d e u n a in trín seca necesi­ d ad de la natu raleza. P o r eso, si se da alg u n a alteración o acción in d ifere n te a una cualidad, com o la ilum inación en el aire, siem p re y necesariam ente p rocede de u n ag en te extrínseco. L a ra z ó n es c la ra ; si p ro ced e d e u n a fo rm a in trín seca, bien d e m a n e ra in m ediata, b ie n m ed ian te alguna cu alid ad c o n a tu ra l a esa m is­ m a form a, a q u ella cualidad y a n o será in d ife re n te , sino c o n n atu ral. 19. Razón adecuada en favor de la conclusión.— En qué sentido es cierto que una misma cosa no puede estar en potencia y en acto, ni stqu,. ra virtual.— A sí, p u e s, a base de to d as las consideraciones anteriores, se concluye la razón d e l m odo siguiente. T o d a cualid ad o es violenta o n a tu ra l o in d ife re n te . Si es violenta e in d ife re n te p ro ced e, evid en tem en te, d e u n agente extrínseco. Si es n a ­ tu ra l, p ro c e d e del generante o, si se afirm a q u e es ab intrínseco, re su lta por d i­ m anación n a tu ra l, d e la q u e n o se tra ta e n esta conclusión. A hora b ien , acom o­ d ando esta exposición a la ra z ó n q u e d a A ristóteles, debe decirse que e l p rin c i­ pio una cosa no puede estar simultáneamente en potencia y en acto es cierto, incluso d e l acto v irtu al, con tal q u e se a d o p te n dos lim itaciones. U n a , q u e se hable d el acto q u e es p rin cip io de m ovim iento físico y m e ram en te n a tu ra l, p a ra excluir las acciones inm ateriales y vitales, a las q u e n o nos referim os ahora. O tra , q u e se en tien d a d e u n a cosa existente e n su estado n a tu ra l; p u e s, en el estado p re te rn a tu ra l, o c u rre ciertam en te q u e está en acto v irtu a l y en potencia form al, com o sucede con el agua c a lie n te ,. q u e v irtu a lm e n te es fría ; sin em b ar­ go, la acción d e d ic h a v irtu d sólo es u n a re su ltan c ia n a tu ra l y se a trib u y e al

alterans satis distínctum est a pariente. Sic igitur alterado violenta nunquam potest es­ se eiusdem in seipsum per qualitatem virtualem. 18. Alterano indifferens semper est ab extrínseco.— Alterado autem indifferens, id est, nec violenta nec naturalis, esse non pot­ est in eo qui habeat qualitatem virtualem ad talem alterarionem faciendam, quia illa qualitas naturaliter ac necessario agit quan­ tum potest; ergo vel invenit in subiecto suo dispositionem naturalem repugnantem suae actíoni, et sic eius actio esset violenta, vel nullam invenit repugnantem dispositionem, et sic dimanado erit naturalis, quia est ab interna et nativa. qualitate et ex intrinseca naturae necessitate. Unde, si qua datur al­ terado vel aedo ad qualitatem indifferens, ut est illuminatio in aere, semper ac neces­ sario est ab extrínseco agente. Et rado est clara, quia si sit ab intrinseca forma, vel immediate vel mediante aliqua qualitate connaturali eidem formae, iam non erit in­ differens, sed connaturalis, illa qualitas.

19. Ratio adacquata prò conclusione.— Idem in potentia et in actu etiam virtuali esse non posse, aualìter verum.— Ex his ergo omnibus ita concluditur rado. Omnis qualitas vel est violenta vel naturalis vel indifferens. Si ■sit violenta et indifferens, evidenter est ab extrinseco agente. Si vero sit naturalis, est a generante, vel si dicatur esse ab intrinseco, est per naturalem dimanarionem, de qua non est sermo in hac con­ clusione. Accommodando autem hunc discursum ad rationem Aristotelis, dicendum est illud priacipium non potest esse idem simul in potentia et in actu esse verum, etiam de actu virtuali, adhibita duplici limitatione. Una est ut sit sermo de actu qui est principium moms physici et mere na­ turalis, ut excludamus actìones immateriales et vitales, de quibus nunc non est ser­ mo. Alia est ut intelligatur de re existente in suo naturali statu; nam in praeternaturali statu conringit quidem esse in actu vir­ tuali et potentia formali, ut est in aqua calida, quae virtute est frigida; tamen aedo illius virtutis solum est naturalis resultantia

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Disputaciones metafísicas

a g e n te e x trín se c o , se g ú n q u e d a d ic lio . P o r eso, si alg u n o n o q u ie re d a r a esta c o n tin e n c ia la d e n o m in a c ió n d e v irtu a l, sin o la d e in s tru m e n ta l, se rá su ficiente la p rim e ra re stric c ió n . 20. C o n e sto re s u lta fác il d e m o s tra r la c o n clu sió n acerca d e l m o v im ie n to lo cal, ap lic a n d o el ra z o n a m ie n to e x p u e sto y la in d u c c ió n q u e , to m a d a d e A ris­ tó te le s, e n el lu g a r citad o , p u e d e h a c e rs e com o sigue. E l c u e rp o se m u e v e , o d e m a n e ra n a tu ra l, o v io le n ta m e n te , o c o n m o v im ie n to in d ife re n te . E n lo s d o s ú l­ tim o s casos, el m o v im ie n to p ro c e d e sie m p re d e u n a c a u sa e x trín se c a , y a q u e bajo esto s dos m ie m b ro s c o m p re n d e m o s to d o s lo s m o v im ie n to s q u e A ristó te le s lla m ó p re te rn a tu ra le s , y a sean c o n tra la n a tu ra le z a — a lo s q u e d en o m in am o s vio ­ le n to s— , ya se e n c u e n tre n to ta lm e n te fu e ra d e la exig en c ia o fu e ra d e l p rin c ip io in trín se c o d e la n a tu ra le z a p ro p ia , com o su ced e c o n e l m o v im ie n to c irc u la r d el fu e g o e n su p ro p ia esfera, y si e x iste alg ú n o tro sem ejan te. P o r lo q u e h ace al m o v im ie n to n a tu r a l, o es d e lo s an im a le s q u e se m u e v e n a sí m ism o s, o d e la s cosas in a n im a d a s q u e tie n d e n a su s lu g a re s p ro p io s. P u e s b ie n , e n am b o s se d is­ tin g u e el eficiente d e l p a c ie n te , y a q u e los c u e rp o s in a n im a d o s son m o v id o s p o r e l g e n e ra n te h a c ia sus lu g a re s n a tu ra le s , y e n lo s a n im a le s h a y d istin c ió n e n tre la p a rte e se n c ia lm e n te m o triz y la p a rte e sen cialm en te m o v id a, d e d o n d e re su lta q u e el to d o n o se m u e v e a sí m ism o sino d e m a n e ra c u a si a ccid en tal.

Dificultad acerca del movimiento de los cuerpos pesados y de los ligeras 21. E n to rn o a e sta in d u c c ió n se o fre c e n tre s d ific u lta d e s p rin c ip a le s. L a p rim e ra es a q u e lla c o n o cid a a c e rc a d e l m o v im ie n to d e lo s c u e rp o s p e sa d o s y d e lo s lig e ro s ; m as, p o rq u e es m e ra m e n te física y — a u n q u e la tr a te n c o n acalo­ ra d a s d isc u sio n e s q u ie n e s so stie n e n op in io n es d ife re n te s— a p e n a s p u e d e h a b e r d is e n sió n so b re ella sino en el m o d o d e h a b la r, p o r eso, o m itie n d o lo s a rg u m e n ­ to s , se ñ a la ré b re v e m e n te el n u d o d e la d ific u ú a d y d e q u é m a n e ra d e b e , a m i ¡ju icio , p e n sa rse y h a b la rse a p ro p ó s ito de ella. P u e s b ie n , h a y m u c h o s q u e afirím a n a b so lu ta m e n te q u e los c u e rp o s graves y lo s lig e ro s so n m o v id o s p o r sí m is­ m o s h a c ia su s lu g a r e s : E sc o to , In II, d ist. 2 , q . 1 0 ; G re g o rio , d is t. 6 , q . 1, a. 3 ; .M airón., d is t. 14, q . 6 ; el A b u le n se , M t., 2 2 , q . 2 2 4 ; B u rid a n o , J a n d u n o , N ifo , A. d e S ajo n ia, V III Pliys. O tro s e stim a n q u e esto s c u e rp o s se c o m p o rta n d e m a -

et tribuitur extrínseco agenti, u t dictum est. pora inanimata a generante moventur ad Unde si quis velit non vocare hanc conti- sua loca naruralia; in animalibus vero di­ nentiam virtualem, sed instrumentalem, prior stinguitur pars per se movens a parte per se moderado satís erit. mota, et ita non se movet totum nisi quasi 20. Ex his facile est conclusionem pro­ per accidens. bare in motu locali, applicando discursum D ifficu lta s de m o tu g ra v iu m e t levium factum et inductíonem, quae ex Aristotele, citato loco, in hunc modum fieri potest. 21. Circa quam inductionem tres praeAut corpus movetur naturaliter, aut vio- cipue difficultares occurrunt. Prima est illa lenter, aut motu indifferenti. Secundo et vulgaris de motu gravium et levium; sed tertio modo semper motus provenit a causa quia illa pure physica est et, licet magna extrínseca ; sub his enim duobus membris contentione tractetur inter diversimode opicomprehendimus omnes motus quos Aris­ nantes, vix potest esse in ea dissensio nisi tóteles praeter naturam appellavi^ sive sint in modo loquendi, ideo, omissis argumencontra naturam, quos violentos vocamus, tis, annotabo breviter punctum difficultatis sive sint omnino extra debitum seu extra et quomodo in ea sentiendum et loquendum principium intrinsecum propriae naturae, censeam. Multi ergo absolute dicunt gravia u t est motus circularis ignis in propria et levia a seipsis moveri in sua loca: Scot. sphaera, et si quis est alius similis. Motus In II, dist. 2, q. 10; Gregor., dist. 6, q. 1, autem naturalis aut est animalium se mo- a. 3 ; Mairon., dist. 14, q. 6; Abulensis, ventium aut rerum inanimatarum in pro­ Matth. XXII, q. 224; Buridan., Iandunus, pria loca tendentium. In utrisque autem Niphus, Saxon., V ili Phys. Alii existimant distinguitur efficiens a pariente ; nam cor- haec corpora mere passive se habere ad hos

Disputación XVIII.—Sección VII

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ñ e ra p u ra m e n te p asiv a c o n re s p e c to a ta le s m o v im ie n to s, y q u e son m o v id o s, b ie n p o r e l cielo, b ie n p o r a tra c c ió n d e su s lu g ares n a tu ra le s , b ie n p o r el m e d io o p o r el lu g a r c o n tra rio q u e los e x p u lsa. R efiere éstas y o tra s o p in io n es R ic a rd o , In II, d ist. 14, a. 2 , q . 4 ; Z im a ra , I I D e anima, te x to 5 4 ; G re g o rio , e n e l p a ­ saje a n te s c ita d o ; p e ro las o m ito p o r im p ro b a b le s. A sí, p u e s , la o p in ió n c o m ú n es q u e so n m o v id o s d e m a n e ra p rin c ip a l p o r el g e n e ra n te . S e to m a d e A ris tó ­ te le s, e n los lu g a re s in d ic a d o s, so b re to d o V III d e la Física, a p a r tir d el te x to 2 9 , y IV D e cáelo, c. 3 ; p ie n sa lo . m ism o el C o m e n ta d o r, e n dichos lu g a re s, a u n q u e a veces d a la im p re sió n d e flu c tu a r. Ig u a l o p in a S a n to T o m á s, e n lo s m ism o s lu g a re s, y en I , q . 18, a. 1, y en I cont. Gent., c. 9 7 ; C a y e ta n o y el F e rra rie n s e , e n esto s p a sa je s; C a p ré o lo , In II, d is t. 6 , a 3 ; E g id io , Quodl. V, q . 1 6 ; A lb e rto , V IH Phys., tr a c t. I I , c. 4 . Y , c o n b a s ta n te fre c u e n c ia , lo s e x p o sito res e n V I I I Phys. L a p re s e n te o p in ió n , re c ta m e n te ex p licad a, es c ie r ta ; p e ro h a y m u c h o s , in c lu so to m ista s, q u e c o m e te n g ra n d e s e rro re s al e x p lic a rla . 22. Diferentes modos de explicar la opinión común y verdadera.— E fe c ti­ v a m e n te , a lg u n o s c o n sid e ra n q u e e sta m o c ió n p ro c e d e d e l g e n e ra n te d e ta l m a ­ n e ra q u e e n e l m ó v il n o ex iste n in g u n a v ir tu d in trín s e c a p ro d u c tiv a d e m o v i­ m ie n to , sino so lam en te u n a p o te n c ia p a siv a n a tu ra l, p o r ra z ó n d e la c u a l le s es d e b id o ta l m o v im ien to . C o n tra e sta se n te n c ia so n e v id e n te s las ra z o n e s d e E s ­ c o to y o tro s, p u e s es m an ifiesto q u e el g e n e ra n te n o p u e d e im p rim ir in m e d ia ta ­ m e n te e ste m o v im ie n to , valién d o se d e u n a fo rm a o d e u n a s c u a lid a d e s q u e p o ­ see e n sí, y sin u n a c u a lid a d in fu n d id a a l m ism o m ó v il, d e l c u a l em an e e fe c ti­ v a m e n te d ic h o m o v im ie n to , p o rq u e o c u rre q u e el g e n e ra n te n o ex iste o se e n ­ c u e n tra a ta n ta d ista n c ia q u e n o le es p o sib le m o v er d e m a n e ra in m e d ia ta . O tro s , e n c a m b io , ap e la n a u n a d is tin c ió n ; c u a n d o el c u e rp o g ra v e — afirm a n — , in ­ m e d ia ta m e n te d e sp u é s d e h a b e r sid o e n g e n d ra d o , co m ie n z a a m o v erse h a c ia ab ajo , e n to n ce s es m o v id o d e m a n e ra in m e d ia ta p o r el g e n e ra n te , y é l se c o m ­ p o rta d e m o d o m e ra m e n te p asiv o , p o rq u e en to n c e s e l g e n e ra n te p u d o im p rim ir p o r sí m ism o el m o v im ie n to . M a s c u a n d o el grav e se m u e v e h a b ie n d o p a sa d o a lg ú n tie m p o d e sp u é s d e la g e n e ra c ió n , en to n c e s — d ic e n — n o es m ovido p o r e l g e n e ra n te , sino p o r sí m ism o d e m a n e ra activa. A sí S o n c in a s, IX Metaph., q . 8 ;

motus; moveri autem vel a cáelo, vel attracta a suis locis naturalibus, vel a medio seu a loco contrario expeliente. Haec et alia referunt Richardus, In II, dist. 14, a. 2, q. 4; Zimara, II de Anima, text. 54; Gre­ gorius supra; quae ut improbabilia omitto. Communis ergo sententia est moveri principaliter a generante. Sumitur ex Aristot., cit. loe., praesertim V III Phys., a text. 29, et IV de Cáelo, c. 3; et idem sentit Com­ mentator, his locis, quamvis interdum varius esse videatur. Idem tenet D. Thomas, eisdem locis, et I, q. 18, a. 1, et I cont. Gent., c. 97; Caietan., et Ferrariensis, his locis; et Capreol., In II, dist. 6, a. 3; Aegid., Quodl. V, q. 16; Albert., V III Phys., tract. II, c. 4. E t frequentius expositores, V III Phys. E t haec sententia recte explicata vera est; multi tamen etiam thomistae in ea explicanda valde errant. 22. Varii modi explicandi comrmmem et veram opinionem.— Quídam enim ita exis-1

timant hanc motionem esse a generante u t in ipso mobili nulla sit intrinseca virtus attiva motus, sed solum naturalis potentia passiva, ratione cuius illis debetur talis mo­ tus. Contra quam sententiam sunt evidentes rationes Scoti et alienim i, quia est evidens generans non posse immediate imprimere hunc motum per formam aut qualitates quas in se habet absque qualitate indita ipsi mobili, a quo effective manet ille mo­ tus, quia contingit non esse generans vel ita esse distans u t non possit immediate movere. Alii vero distinctione utuntur; nam quando grave (inquiunt) immediate postquam genitum est incipit moveri deorsum, tunc immediate movetur a generante, ipso passive tantum se habente, quia tunc potuit generans per se imprimere motum. At vero quando grave movetur aliquo tempore trans­ atto post generationem, tunc aiunt non mo­ veri a generante, sed a se active. Ita Son-

1 Scot., II Phys., q. 1, lib. V III, q. 3 ; Iavel., q. 9.

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Disputaciones metafísicas

y lo a trib u y e al C o m e n ta d o r; so stie n e n lo m ism o C a y e ta n o T h ie n ., e n V III P ab lo V én eto , e n su Summa de cáelo, c. 2 4 . . A h o ra b ie n , a m i ju ic io , la d istin c ió n es im p ro b a b le , n o sólo p o rq u e este m o v im ie n to sie m p re tien e la m ism a n a tu ra le z a y es p ro d u c id o p o r el m ism o p rin ­ cipio n a tu ra l, sin o ta m b ié n p o rq u e , a u n c u an d o el c u e rp o g ra v e c o m ien ce a m o ­ verse in m e d ia ta m e n te d e sp u é s d e l in s ta n te d e su g e n e ra c ió n , to d a v ía n o es m o vid o in trín se c a m e n te p o r e l g e n e ra n te , ya q u e a ú n n o ex iste m o v im ie n to ; p e ro in m e d ia ta m e n te d esp u és d e e se in s ta n te , o al m e n o s p o c o m á s ta rd e , c u a n d o to­ d a v ía d u ra el m o v im e n to , p u e d e su c e d e r q u e e l g e n e ra n te ya n o e x ista o, a u n q u e ex ista , en ese in s ta n te in m e d ia to q u e sigue a la g e n e ra c ió n y a se e n c u e n tre a d ista n c ia d e la cosa g e n e ra d a ; su p o n g o , en efe c to , q u e e l g e n e ra n te p e rm a n e c e ,en s u lu g a r; lu e g o n o p u e d e p ro d u c ir in m e d ia ta m e n te p o r sí m ism o el m o v i1m ie n to en el g e n e ra d o . P o r c o n sig u ie n te , se d ic e q u e m u e v e sólo p o rq u e e n el in s ta n te de la g e n e r a c i ó n J ^ J m ^ r i t r ú ó ^ n J m p u l s o , p o r el c u a l es m o v id o in m e ­ d ia ta m e n te d e s p u é s ; p e ro ese im p u lso n o es sino la g ra v e d a d , p u e s re s u lta v a n a c u a lq u ie r o tra co sa q u e se in v e n te . P o rq u e el g e n e ra n te n o im p rim e , d e suyo, s in o lo q u e esen c ia lm e n te sig u e a la g e n e ra c ió n ; m as a la g en e ra c ió n d e u n a co sa p esad a sólo sig u e d e m a n e ra esencial la g ra v e d a d , e n lo q u e re sp e c ta a la c u e stió n p re s e n te ; lu e g o ese m o v im ie n to es p ro d u c id o en to n c e s p o r la gra­ v e d a d in trín se c a d e l m ism o c u e rp o p esado, d e ig u a l m o d o q u e es p ro d u c id o c u a n d o h a p a sa d o a lg ú n tie m p o . E sto es e n su m o g ra d o c o n g ru e n te con la ra z ó n , y a q u e la g ra v e d a d sie m p re es la m ism a y tie n e ig u a l v ir tu d , y la d ista n c ia te m ­ p o ra l n o h ace al caso. 2 3 . Solución de la dificultad.— Aristóteles atribuye el movimiento de los

Phys.;

cuerpos pesados y de los ligeros a la ligereza o a la gravedad como a principia próximo.— D e b e , p u e s, afirm a rse q u e sie m p re q u e u n a co sa in a n im a d a tie n d e a s u lu g a r n a tu ra l, su in trín s e c a g ra v e d a d o lig e re z a es el p rin c ip io eficiente p ró x im o , a u n q u e n o p rin c ip a l, d e ese m o v im ie n to . L a afirm a ció n re su lta casi evi­ d e n te p o r e x p erien cia y p o r las ra z o n e s a d u c id a s c o n tra las a n te rio re s in te rp re ­ ta c io n e s d e la o p in ió n c o m ú n . A d em ás, p o rq u e esos m o v im ien to s co n vienen esen­ cial y n e c e sa ria m e n te a esto s c u e rp o s ; p o r ta n to , es p re c iso a sig n a r a lg ú n p rin ­ cip io activo d e d ic h o m o v im ie n to , q u e les co n v e n g a ta m b ié n d e m a n e ra esencial

cih., IX Metaph., q. 8; et tribuit Commen­ tatori; et idem seqvmntur Caietan. Thiennensis, V ili Phys.; et Paulus Venetus, in Summ. de Caelo, c. 24. Sed"apud me est distinctio improbabilis, tum quia hic motus semper est eiusdem rationis et ab eodem principio naturali fit, tum etiam quia, etsi grave incipiat moveri immediate post instans suae generationis, nondum movetur intrinsece a generante, quia nondum est motus; immediate autem post illud instans, et fieri potest ut generans iam non sit, vel saltern paulo post, adhuc durante motu; et quamvis sit, tamen immediate post instans generationis iam distat a re genita; suppono enim generans in suo loco manere; ergo non potest per se immediate efficere motum in genito. Ergo solum dicitur moverè, quia in instanti generationis impressit illi impetum, quo immediate post movetur; file autem impetus non est nisi gravitas; quidquid enim aliud fingatur, vanum est. Quia generans per se non imprimit nisi quod per se consequitur generationem ; genera-

tionem autem rei gravis per se non conse­ quitur nisi gravitas, quantum ad praesens attinet; ergo a gravitate intrinseca ipsius gravis fit tunc file motus, eodem modo quo fit post quodlibet tempus. Estque id ma­ xime consentaneum rationi, cum gravitas semper sit eadem et eamdem habeat virtutem, et distantia temporis sit impertinens. 23. Resolvitur difficultas.— Aristoteles gravium et levium motum attribuii levitati aut gravitati ut proximo principio.—- Dicendum est ergo quotiescumque res ina­ nimata tendit in suum locum naturalem, intrinsecam gravitatem vel levitatem esse principium efficiens proximum, non vero principale, illius motus. Hoc fere est evidens experientia et rationibus factis contea priores modos explicandi communem sententiam. Item, quia cum fili motus per se ac necessario conveniant his corporibus, necesse est assignare aliquod principium activum illius motus, per se etiam ac neces­ sario illis conveniens; nullum autem estj aliud praeter intrinsecam formarti et gravi-

Disputación X V HI.— Sección V il

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y n e c e s a ria ; p e ro n o h a y n in g u n o , fu e ra d e la fo rm a y la g ra v e d a d in trín s e c a s ; e n efe c to , el g e n e ra n te — seg ú n decía m o s— o n o e x iste en a b so lu to o se e n ­ c u e n tra a g ra n d ista n c ia , y to d a s las d e m á s causas so n n u la s o, al m en o s, m e ­ ra m e n te c o n tin g e n te s. T a l es, sin d u d a , la o p in ió n d e A ris tó te le s; e fe c tiv a m e n te , e n e l lib , V III d e la Física, c. 4 , te x to 3 2, d e sp u é s d e h a b e r d is tin g u id o u n a d o b le p o te n c ia — re m o ta y p ró x im a — , a ñ a d e : Lo frío es caliente en potencia, y , una vez que ha cambiado, es fuego; y quema, si no hay algo que lo prohíba e impida; y a g re g a : No ocurre de otro modo con lo grave y lo leve, pues lo grave se con­

vierte en leve, como el agua en aire, pues éste se encontraba primero en poten­ cia y ya es leve, y actuará en seguida, a no ser que algo lo impida. Y m á s a b a jo : Pero si se aparta el impedimento, obrará. Y en e l lib . IV De cáelo, c. 1, te x to 2 , afirm a q u e los c u e rp o s p e sa d o s y lo s lig ero s p o se e n estímulos o excitantes de movimiento; m ás c la ra m e n te , e n el c. 3, te x to 2 5 , c o m p a ra lo grav e y lo lev e c o n el c u e rp o san ab le, d ic ie n d o q u e , a sí com o éste se e n c a m in a h a c ia la s a lu d , así a q u é llo s se d irig e n a su s lu g ares. P e ro añ ad e u n a d ife re n c ia , al d e c ir : Sin embargo, se exceptúa lo siguiente: porque éstas cosas, lo grave y lo leve — d ice— ,

parecen tener en sí mismas el principio de mutación, mientras que aquéllas no lo tienen en sí mismas, sino fuera, como lo sanable y lo susceptible de creci­ miento; e s p re c iso q u e e n este lu g a r se refiera al p rin c ip io activo, y a q u e e l p asiv o se e n c u e n tra ta m b ié n en el sujeto sanable. E n co n secu en cia, ag re g a a p ro ­ p ó sito d e éste y d e l su sc e p tib le d e c re c im ie n to : Aunque estas cosas también

cambian a veces, por sí mismas y, producido un pequeño movimiento en. el ex­ terior, llegan una a la salud, la otra al crecimiento. T a m b ié n e n IV d e la Física, c. 9 , te x to 8 5 , d ic e q u e lo denso y lo no denso, en cuanto están dotados de gra­ vedad y ligereza, son causas eficientes de la traslación; p e ro e n c u a n to so n d u ro y b la n d o n o tie n e n p rin c ip io d e m o v im ie n to , sino d e re s is tir o p a d e c e r a lte ­ ració n . 2 4. Se aducen y explican los testimonios de Aristóteles en contrario.— Y n o c o n stitu y e ob stácu lo lo q u e el m ism o A ristó te le s d ic e e n I I De General., c. 2 , te x to 8 : q u e la g ra v e d a d y la lig ereza n o so n p rin c ip io s d e a c c ió n ; p u e s e n e l m ism o lu g a r afirm a q u e tam p o c o son p rin c ip io s d e p a sió n , y a q u e h a b la d e l

tatem; nam generans, u t dicebamus, contingit omnino non esse, vel valde distare, et reliquae oinnes causae vel nullae sunt, vel saltcm sunt mere contingentes. E t haec est sine dubio sententia Aristotelis; nam lib. V ili Phys., c. 4, text. 32, cuna distinxisset duplicem potentiam, remotam, sci­ licet, et proximam, subdit: Frigidum potestate calidum est; curri autem mutatum est, ignis est; comburit vero, nisi quidquam prohibent et óbstet; et addit: Non secus se res habet in gravi et levi, namque ex gravi fit leve, ut ex aqua aer, hoc enim potestate erat primum et iam est leve, protinusque aget, nisi aliquid impedìat. E t infra: Sed si id quod impedii amotum fuerit, aget. Et IV lib. de Caelo, c. 1, text. 2, ait gravia et levia habere in se fomenta seu ìncitamenta motus; et clarius, c. 3, text. 25, com­ parai grave et leve ad corpus sanabÉe, dicens, sicut hoc ad sanitatem, ita illa ad sua loca proficisci. Subdit vero discrimen, di-

cens: Excipitur tarnen hoc: haec enim, gra­ ve (inquit) ac leve, in seipsis mutationis prìncipium habere videntur, illa vero non in seipsis, sed foris, u t sanabile et accresdbile; ubi necesse est loqui de principio activo, passivum enim etiam est in subiecto sanabili. Unde de ilio et de accrescibilì subdit: Quamquam et haec interdum ex seipsis mutantur, et parvo facto in extemis motu, àlterum in sanitatem, alterum in incrementum accedunt. Item IV Phys., c. 9, text. 85, alt densum et rarum, quatenus gravitate et levitate praedita sunt, lationis esse efficientia; quatenus vero sunt durum et molle, non habere principium movendi, sed vel resistendi vel patiendi alterationem. 24. Aristotelis testimonia in contrarium inducuntur et explicantur.— Neque obstat quod idem Aristoteles, II de Gener., c. 2, text. 8, dicit gravitatem et levitatem non esse principia agendi; nam ibidem etiam ait neque esse principia patiendi; loquitur

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Disputaciones metafísicas

p rin c ip io d e o b ra r o tra n s m u ta r a o tro , o d e p a d e c e r d e o tro c o n acció n o p a ­ sió n te n d e n te a la g en e ra c ió n o a la c o rru p c ió n , a la q u e se re fe ría e n el pasaje in d ic a d o . P o d e m o s d e c ir asim ism o q u e h a b la d e l p rin c ip io p ro p io y p rin c ip a l, al q u e se a trib u y e a b so lu ta m e n te la acción y, c o n se c u e n te m e n te , d e u n a a u té n ­ tic a eficiencia y acción. P o rq u e la q u e co n v ien e a la g ra v e d a d o a la lig e re z a es m á s b ie n u n a c ie rta re s u lta n c ia n a tu r a l; e n e l se n tid o e n q u e e s eficiencia, n o c a b e d u d a d e q u e la g ra v e d a d es su p rin c ip io . A sí o p in a ta m b ié n S a n to T o m á s , en q . 3 6 , a. 2 , y en I I I cont. Gent., c. 2 3 , ra z . 4 , y e n o tro s lu g a re s q u e señ ala C a p ré o lo , an tes c ita d o , y el B ergom ense. e n su Concordant., d u b . 6 9 0 y 6 9 1 . E sto s c o n c ib a n ta m b ié n lo s p asajes in d ic a d o s c o n o tro s e n q u e S a n to T o ­ m á s p a re c e n e g a r q u e estos c u e rp o s te n g a n e n sí m ism o s el p rin c ip io activo d e l m o v im ie n to , e n e l se n tid o d e q u e e n u n o s lu g a re s lo e n tie n d e d e l p rin c ip io p rin ­ c ip a l y en o tro s d e l in s tru m e n ta l, o e n u n o s d e l principio «quoch> y e n o tro s d e l principio «quo».

I-n,

2 5 . Si la forma del cuerpo grave o del ligero influye en su movimento na­ tural.— M a s se p re g u n ta rá si e ste p rin c ip io in te rn o es la sola g ra v e d a d , o ta m ­ b ié n la fo rm a su s ta n c ia l; p o rq u e lo s a u to re s se e x p re sa n d e d iv ersas m a n e ra s. S e re s p o n d e q u e , si n o s re fe rim o s a l p rin c ip io q u e in flu y e esen cial y p ró x im a ­ m e n te en a c to , es la sola g ra v e d a d , y a q u e e n ella h a y fu e rz a su ficien te p a ra p ro d u c ir d ic h o m o v im ie n to y su té rm in o e n ig u a l m e d id a q u e el c a lo r la tie n e p a ra c a le n ta r. E s to se e x p lic a a b a se d e l m iste rio d e la E u c a ristía , p u e s las es­ p e c ie s d e l p a n , e sta n d o sin la fo rm a , tie n e n ig u a l g ra v e d a d y se m o v e rá n h a c ia a b a jo con ig u a l m o v im ie n to q u e si se e n c o n tra se p re s e n te la su s ta n c ia d e l p a n . E n cam b io , si se h a b la d e l p rin c ip io in trín se c o re m o to , e n to n c e s la fo rm a su s­ ta n c ia l es p rin c ip io , y a q u e d e e lla em a n a y re s u lta n a tu ra lm e n te la g ra v e d a d , co m o las o tra s p ro p ie d a d e s n a tu ra le s . 2 6 . Ese movimento dehe atribuirse principalmente al generante.— S in e m ­ b a rg o , d e b e a ñ a d irse e n u ltim o lu g a r q u e e ste m o v im ie n to n a tu ra l h a d e a tri­ b u irs e p rin c ip a lm e n te al g e n e ra n te , q u e in tro d u jo la fo rm a y , m e d ia n te ella, la g ra v e d a d d e la q u e re s u lta el m o v im ie n to , d e ig u a l m a n e ra q u e se a trib u y e al q u e la n z a alg o y le im p rim e u n im p u lso el m o v im ie n to q u e d e é l p ro c e d e . P o r-

hoc principium internum sit sola gravitas, an etiam substantialis forma: varie enim loquuntur auctores. Respondetur si loquamur de principio per se proxime et actu influente, illud esse solam gravitatem, quia in illa est sufficiens vis ad efficiendum ilium motum et terminum eius non minus quam sit in calore ad calefaciendum. Quod declaratur ex mysterio Eucharistiae, nam aequalem gravitatem habent species panis et ac­ quali motu movebuntur deorsum sine for­ ma ac si adesset ibi substantia panis. Si vero sit sermo de principio intrinseco re­ moto, sic forma substantialis est principium, quia ab illa manat atque résultat naturaliter gravitas, sicut aliae proprietates naturales. 26. T alis m o tu s generanti principaliter tribuendus. — Nihilominus tamen addendum est ultimo hunc motum naturalem princi­ paliter esse tribuendum generanti, qui for­ mant et, mediante illa, gravitatem indidit prin cip io quo. a qua motus résultat, sicut proiicienti et 25. F o rm a n e gravis aut levis in eius m o - imprimenti impetum tribuitur moms qui ab tu m naturalem in flu ii. — Sed quaeres an ilio manat. Quia u t impetus impressus, li-

enim de principio agendi vel transmutandi aliud, vel patiendi ab alio actione vel pas­ sione quae ad generationem vel porruptionem tendat, de qua ibi loquebatur. Item dicere possumus loqui de proprio principio et principali, cui simpliciter tribuatur actio, et consequenter de propria efficientia et ac­ tione. Haec enim, quae gravitati aut levitati convenit, potius est resultantia quaedam naturalis; eo modo quo est efficientia, non est dubium quin gravitas sit principium eius. Quae ctiam est sententia D. Thomae, in I-II, q. 36, a. 2, et in II I cont Gent., c. 23, ratione 4, et aliis locis quae notat Capreol., sup-, et Bergomensis, in Concordant., dub. 690 et 691. Qui etiam illa loca condliant cum aliis, in quibus D. Thomas negare videtur haec corpora habere in se princi­ pium activum moms, scilicet, quod ibi intelligat de principio principali, hic de instru­ mentali, seu ibi de p rincipio q uod, hic de

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q u e , a sí com o el ím p e tu im p re so , a u n c u a n d o sea u n a a u té n tic a v ir tu d m o triz y p o se a suficiente fu e rz a p a ra d ic h o m o v im ie n to , sin e m b a rg o n o m u ev e sin o e n c u a n to in s tru m e n to d e l q u e la n z a y e n lu g a r d e él, ig u a lm e n te la g ra v e d a d sólo m u e v e e n c u a n to in s tru m e n to d e l g e n e r a n t e .y e n j u g a r , suyo. E sta es la m e n te "de S an to T o m á s y d e o tro s a u to re s, a los q u e h e c ita d o en la ú ltim a o p in ió n ; y de A ristó te le s e n los lu g a re s in d ic a d o s, e l c u a l d ice m u c h a s veces e n o tro s pasajes, y c o n e ste m ism o se n tid o , q u e lo s se re s in a n im a d o s n o tie n e n en sí e l p rin c ip io d e d o n d e p ro v ie n e e l m o v im ien to , y sie m p re p o n e e sto co m o d ife re n c ia e n tre ta le s seres y lo s a n im a d o s, com o p u e d e v e rse e n I I De cáelo, c. 2 , te x to 9 , e n I De anima, c. 2 , te x to 19, y e n el lib . I I , c. 2 , te x to 13. S e ­ m e ja n te d ife re n c ia e n tre v iv ien tes y n o v iv ien tes h a sid o a d m itid a p o r co n se n ­ tim ie n to co m ú n d e to d o s, seg ú n o b serv a S a n to T o m á s e n I cont. Gent., c. 97. L a ra z ó n d e e sta a trib u c ió n e s trib a e n q u e la p e rfe c c ió n d e esto s seres in a n i­ m ados n o co n siste e n el m o v im ie n to h a c ia su s lu g a re s, sin o e n el e s ta r o p e rm a ­ n e c e r e n sus lu g a re s ; ta l e sta d o o p e rfe c c ió n — h a b la n d o e n a b so lu to — p u e d e c o n v en ir a estas cosas e n e l m ism o m o m e n to e n q u e co m ie n z a n a ex istir p o r v irtu d d e s u g e n e ra c ió n ; p o r ello , a sí co m o se estim a q u e las d e m á s p ro p ie d a ­ des y disp o sicio n es n a tu ra le s q u e c o n v ie n e n e se n c ia lm e n te a la cosa g e n e ra d a p o r ra z ó n d e su g en e ra c ió n son co n ferid as p o r e l g e n e ra n te , ig u a lm e n te es d a d o p o r éste e l lu g a r n a tu ra l. D e a h í re s u lta , ad em á s, q u e , se a c u a lq u ie ra e l m o tiv o p o r el q u e e l lu g a r n a tu ra l se vea im p e d id o o a rre b a ta d o , el c a m in o o re to rn o hacia é l se a trib u y e sie m p re al g e n e ra n te , p o rq u e sie m p re e s p ro d u c id o p o r el m is­ m o p rin c ip io y con ig u a l d e n o m in a c ió n n a tu ra l, y p o rq u e co m p e te a u n o m ism o d a r el té rm in o y el c am in o o m o v im ie n to h a c ia él. D e e sta m a n e ra ex­ plicó la p re s e n te c u e stió n S a n to T o m á s , e n I I I cont. Gent., c. 2 3 , d ic ie n d o :

La forma es principio del movimiento local en cuanto a un cuerpo le es debido en virtud de ella algún lugar, hacia el cual se mueve por razón de su forma que tiende a dicho lugar; y, como lo da el generante, se dice que es motor. E n este sen tid o decía m o s ta m b ié n a rrib a q u e la re d u c c ió n d e l a g u a se a trib u y e al g e n e ­ ra n te , y a q u e la fria ld a d n a tu ra l y p e rfe c ta — a b so lu ta m e n te h a b la n d o — es d e ­ b id a al ag u a e n v ir tu d d e su g e n e ra c ió n y s u fo rm a . L a ú n ic a d iferen cia es q u e aq u el m o v im ie n to d e re d u c c ió n d e l a g u a a s u fria ld a d p ro c e d e in m e d ia ta m e n te

cet sit vera virtus motiva et in se habeat sufficientem vim ad ilium motum, nihilominus non movet nisi ut instrumentum proiicientis et vice eius, ita gravitas non movet nisi ut instrumentum generantis et vice eius. Haec est mens D. Thomae et aliorum auctorum, quos citavi in ultima sententia; et Aristotelis in citatis locis, qui in hoc sensu saepe alibi dicit inanimata non habere in se principium unde est motus, et hoc dis­ crimen semper assignat inter ea et animantía, ut videre licet II de Cáelo, c. 2, text. 9, et I de Anim., c. 2, text. 19, et lib. II, c. 2, text. 13. Et hoc discrimen viventium a non viventibus communi omnium consensu receptum est, ut notât D. Thomas, I cont. Gent., c. 97. Ratio autem huius attributionis est quia perfectio horum inanimatorum non consistât in motu ad sua loca, sed in esse seu permanere in suis locis; qui status seu perfectio, per se loquendo, con­ venire potest his rebus in eodem momento quo esse incipiunt ex vi suae generationis ;

et ideo, sicut aliae proprietates et naturales dispositiones quae per se conveniunt rei genitae ex vi generationis a generante dari censentur, ita edam et naturalis locus. Atque hinc ulterius fit ut, quacumque ratione naturalis locus vel impediatur vel auferatur, via seu regressus ad ilium eidem generanti semper tribuatur, quia semper eodem prin­ cipio et eadem denominatione naturali fit, et quia eiusdem est terminum et viam seu motum ad ilium conferre. Atque hoc modo explicavit hanc rem D. Thom., I l i cont. Gent., c. 23, dicens : F orm a est p rin cip iu m m o tu s localis in q u a n tu m alicui corpori se­ c u n d u m suam fo rm a m debetur aliquis locus, in q u e m m o v e tu r ex v i suae form ae ten d en tis in locum ilium , q u e m quia d ot generans, d icitu r esse m otor. Sic etiam supra dice-

bamus reduedonem aquae tribui generanti, quod motus file reductionis aquae ad frigiloquendo, debita est aquae ex vi suae gene­ rationis et formae. Solum est differentia quia naturalis ac perfetta frigiditas, per se

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d e la fo rm a sustancial, m ien tras q u e en el presente caso la re d u cció n al lugar n a tu ra l se realiza m ed ian te u n a facu ltad m otriz. P ero la ra z ó n d e esto no es o tra sino q u e la frialdad es p rim e ra p a sió n ; en cam bio, el en co n trarse en u n lu g a r d eterm in ad o n o es pasión p rim e ra o inm ediata, sino q u e conviene m e­ d ia ta m e n te p o r razó n d e o tra cosa, p o r ejem plo de la g ravedad o de la lige­ re z a ; m as esto en n ad a im p id e q u e u n a y o tra sean dim anación n a tu ra l p o r v irtu d d e la generación. 27. Qué acciones de los seres inanimados se atribuyen al generante y cuáles no.— D e esta razó n se infiere la diferencia m erced a la cual las acciones d e los seres inanim ados sobre u n a m ateria e x terio r n o se atrib u y en al g en eran te, com o c u a n d o el fuego calienta, etc., a u n q u e sean consecuencia n a tu ra l de la form a y fa c u lta d d ada p o r el g en eran te. A sim ism o, p o r q u é el m ovim iento d e creci­ m ie n to , m erced al cual el generado tien d e a su can tid ad p erfecta, n o se atribuye al g enerante, sino al m ism o generado. E fectivam ente, la ra z ó n es q u e éstas n o son propiedades n aturales o perfecciones debidas a la cosa en g en d rad a en el ins­ ta n te en q u e se genera, en v irtu d d e su generación. Se d ir á : cuando el agua cálida calienta, se dice q u e n o calienta el fuego solo, sino ta m b ié n el a g u a ; y si u n a p ied ra al caer em p u ja alguna o tra cosa, se afirm a con v e rd a d q u e la m u e ­ v e ; lu e g o tam bién se d irá verd ad eram en te q u e p ro d u ce su m ovim iento y, p o r ta n to , q u e se m ueve en calid ad de su p u esto q u e su sten ta en sí m ism a el p rin ­ cipio p ro p io de d ich a acción. P ues p o r esta sola ra z ó n se a trib u y e al agua ca­ lien te la acción de calentar. S e re sp o n d e q u e, en u n sentido, n o hay inconve­ n ie n te en adm itir esa m an era d e h ab lar, com o señaló el F e rra rie n se , en I conl. Geni., c. 97, y dio a e n te n d e r C apréolo en el lu g ar a n tes citad o , a saber, en cu a n to denom ina cuasi m aterialm en te al su p u esto q u e posee en sí el p rin cip io p ró x im o de tal m ovim iento. S in em b arg o , p o rq u e ese p rin c ip io desem peña el p a p e l d e otro, d e l q u e es in stru m e n to , h ab lan d o sim ple y ab so lu tam en te se re ­ fiere la acción a aquél, com o consta c o n claridad en e l ejem plo d e los proyec­ tiles. 28. Se responde a una objeción.— Se dirá, p o r ú ltim o : a u n q u e esta con­ g ru en cia que se h a concedido ex p liq u e suficientem ente q u e aq u e l m odo d e h a ­ b la r es filosófico y tiene a lg ú n fu n d a m e n to real, ¿ q u é in te ré s p resen ta p a ra ex-

ditatem est immediate a forma substantial! ; hic autem reductio ad naturalem locum est media virtute motiva. Huius autem ratio non est nisi quia frigiditas est prima Pas­ sio; esse autem in tali loco non est prima seu immediata passio, sed mediate conve­ niens ratione alterius, puta gravitatis aut levitatisi hoc autem nij impedit quominus utraque sit dimanatio naturalis ex vi gene­ ra tionis. 27. Quae inanimatorum actiones tribuantur generanti, quae non.— Et ex hac ratione colligitur discrimen ob quod actiones ina­ nimatorum in exteram materiam non tribuuntur generanti, ut dum ignis calefacit, etc., licet consequantur naturaliter formam et facultatem datam a generante. Item, cur motus augmentationis, per quem genitum ad perfectam quantitatem tendit, non ge­ neranti, sed ipsi genito tribuatur. Ratio enim est quia hae non sunt proprietates naturales aut perfectiones debitae rei genitae in instanti quo generatur, ex vi suae gene-

rationis. Dices : cum aqua calida calefacit, non solus ignis dicitur calefacere, sed etiam ipsa aqua; et lapis, si descendendo impellat ¿liquid aliud, vere dicitur illud movere; ergo vere etiam dicetur efficere suum motum, atque adeo movere se tamquam Sup­ positum in se sustentans principium pro­ prium illius actionis. Hac enim sola ratione aquae calidae actio calefaciendi tribuitur. Respondetur in aliquo sensu non esse inconveniens admittere illam locutionem, ut notavit Ferrarien., I cont. Gent., c. 97, et significavit Capreol. supra, scilicet, quate­ rna denominai quasi materialiter suppositum habens in se proximum principium talis motus. Quia tarnen illud principium gerit vicem alterius, cuius est instrumentum, ideo, simpliciter et absolute loquendo, in il­ lud refunditur actio, sicut dare constat in exemplo de proiectis. 28. Obiectioni satisfit.— Dices tandem: quamvis haec congruentia data satis declaret modum ilium loquendi philosophicum

Disputación X V III.— Sección VII

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p lic a r la eficiencia re a l y las condiciones necesarias p a ra ella? P o rq u e de lo d i' cho se concluye con suficiencia q u e la p o ten cia verd ad eram en te activa, p a ra ope­ ra r sobre alg ú n sujeto, n o d e b e enco n trarse n ecesariam ente en u n sujeto d istin to n i e n u n a p a rte d is tin ta de d ich o sujeto. Se re s p o n d e : los filósofos estu d iaro n y aclararon e sto acertad a y sabiam ente p a ra significar q u e las cosas carentes de vida n o h a n recib id o de la n atu raleza la facu ltad d e perfeccionarse, absoluta­ m en te h a b la n d o , sino q u e la n atu raleza de estas cosas ú n icam en te p o stu la el q u e sean gen erad as en su p erfección n a tu ra l. Y sobre esta base establecieron la diferencia e n tre los vivientes y los n o vivientes, diferencia q u e llegó a com ­ p re n d e r P la tó n , en e l Fedón y e n el d ial. 10 sobre Las leyes: q u e los vivientes h a n sido establecidos p o r la n a tu raleza d e ta l m a n e ra que p u d ie se n perfeccio­ narse o a ctu a rse a sí m ism os (nos referim os p ro p iam en te a lo s creados), m ien­ tras q u e los n o vivientes sólo tien en , d e suyo, el reposo en aquella perfección q u e re c ib e n d e l generante, d e n o ser im p ed id o s p o r o tra causa. N o o b stan te, com o h a n sido establecidos d e m a n e ra excelente, recib en aquella perfección con la d e b id a conexión de su esencia y sus p ro p ied ad es e n tre sí, to d a la cual se a tri­ b u y e ju stam en te al a u to r o g e n e ra n te d e tales cosas. P o r eso, siem pre q __estas cosas se v en im p ed id as accid en talm en te d e su estado n a tu ra l, y después, u n a vez elim inado el im p ed im en to , v u elv en a él, n o se considera que d ich a vuelta tenga lu g ar p o r acción p ro p ia , sino p o r resu ltan c ia n a tu ra l, p o r lo q u e se atrib u y e al g enerante m ás b ie n q u e a ellas.

Dificultad acerca de los animales que se mueven localmente 29. L a segunda dificultad a p ro p ó sito d e la m ism a in d u cció n d e A ristóteles versa sobre e l m ovim iento d e los anim ales q u e se m ueven a sí m ism o s; p o rq u e parece q u e en ellos n o se d istin g u e el ag en te d e l paciente. A ristóteles resuelve esta d ific u lta d diciendo que el animal no se mueve de manera esencial y primaria, es d ecir, d e su erte q u e cada p a rte se m ueva a sí m ism a, sino q u e por m edio de u n a p a rte — in teg ral y orgánica— m ueve a o tra, com o p a re c e m o strar la expe­ riencia m ism a, y así, en este caso se distingue el agente d e l p aciente, a l m enos

esse et habere in re aliquod fundamentum, quid tarnen refert ad efficientiam realem cf conditiones ad illam necessarias dedarandas? Nam ex dictis satis concluditur potentiam vere activam, ut in aliquod subiectum efficiat, non necessario debere esse in subiecto distincto, neque in distincta parte illius subiecti. Respondetur merito ac sapienter hoc fuisse a philosophis consideratum ac declaratum ut significarent res vita carentes non accepisse a natura virtutem ad perficiendum se, per se loquendo, sed harum rerum naturam solum postulare u t in sua naturali perfectione generentur. Et hinc constituerunt differentiam inter viventia et non viventia, quam etiam Plato in Phaed., et dial. 10 de Legibus, assecutus est, quod viventia talia instituta sunt a natura ut possent seipsa perficere seu actuare (de creatis proprie loquimur), non viventia autem per se non habent nisi quietem in ea perfectio­ ne quam a generante recipiunt, nisi aliunde impediantur. Quia tarnen optime instituta sunt, earn perfectionem accipiunt cum de-

bita connexione suae essentiae et proprietatum inter se, quae tota auctori talium rerum seu generanti merito tribuitur. Et ideo, quotiescumque huiusmodi res ex accidente impediuntur ab statù naturali, et postea, abla- * to impedimento, ad ilium redeunt, talis re­ dima non censetur esse per propriam ac­ tionem, sed per naturalem resultantiam, et ideo non tam ipsis quam generanti tribuitur. D ifficultas de anim antibus se loco m oventibus

29. Secunda difficultas circa eamdem inductionem Aristotelis est de mom animaIium se moventium; nam in eis non videtur distingui agens a patiente. Quam difficultatem Aristoteles dissolvit dicens ani­ mal non se movere per se primo, id est, ita ut unaquaeque pars seipsam moveat, sed per unam partem, scilicet, integralem et qrganicam, movere aliam, ut expcrientia ipsa videtur ostendi, et ita distingui ibi agens a patiente, saltern secundum partes. Sed ur-

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se g ú n p a rte s . P e ro se in s iste e n la d ificu ltad , p o rq u e e ste pro ceso e n tre p a rte m o triz y p a rte m o v id a n o a v a n z a al in fin ito , y a q u e n o se d a e n tre p a rte s p r o ­ p o rcio n ales sin o ig u ales o d e u n a m a g n itu d d e te rm in a d a ; n i d ic h o p ro ceso tie n e lu g a r e n las causas esen c ia lm e n te o rd e n a d a s ; p o r ta n to , h a y q u e d e te n e rse en a lg u n a p rim e ra p a rte m o triz ; a h o ra b ie n , ésta n o p u e d e m o v e r si n o es m o v id a, p o rq u e esto es lo q u e A ristó te le s e n señ a d e to d o s lo s m o to re s c o rp ó re o s, e n V II d e la Física, c. 1, te x to 3, y es e m in e n te m e n te c ie rto acerca d e l c u e rp o q u e m u e v e a o tro com o im p u lsá n d o lo , d e la m a n e ra q u e u n a p a rte d e l an im al m u e v e — al p a re c e r— a o tra. P u e s b ie n , refirién d o m e a la p rim e ra p a rte m o triz d e l an im a l, p re g u n to p o r q u ié n es m o v id a. N o p o r o tra , ya q u e ella es p rim a ria ­ m e n te m o triz e n ese o rd e n ; lu e g o p o r sí m ism a . P o rq u e n o h ay o tro p rin c ip io al q u e p u e d a re d u c irs e , p u e sto q u e n o es p o sib le a trib u ir d ic h o m o v im ien to al g e n e ra n te , y a q u e es v ita l y n o tie n e lu g a r p o r d im a n a c ió n n a tu ra l, sino q u e p ro c e d e d el a p e tito d e l an im a l. Y n o re s u lta rá satisfa c to ria la re s p u e sta d e q u e e l m o v im e n to d e esa p a rte p ro c e d e d e l alm a e n c u a n to in fo rm a a d ic h a p a rte , p e ro es re c ib id o e n la m ism a p a rte p o r ra z ó n d e la m a te ria , y a q u e — se g ú n h e o b je ta d o a n te rio rm e n te — d e e sta m a n e ra p o d ría d e c irse q u e c u a lq u ie r c u e rp o se m u e v e a s í m ism o p o r ra z ó n d e la fo rm a y es m o v id o p o r ra z ó n d e la m a te ria . 3 0 . L a m ism a d ific u lta d e x iste acerca d e l m o v im ie n to d e l c o razó n , q u e es p e rp e tu o d u ra n te la v id a d e l a n im a l, se d a e n tre d o s té rm in o s y se co m p o n e d e d ila ta c io n e s y co n traccio n es. P o r eso , a u n q u e d u re sie m p re d e la m a n e ra in d ic a d a , n o es p e rfe c ta m e n te c o n tin u o , p u e s e n tre la d ila ta c ió n y la co n tra c c ió n m e d ia n e c e sa ria m e n te a lg u n a p a u sa . A sí, p u e s, n o h a y o tra ca u sa eficiente d e e ste m o ­ v im ie n to sin o e l corazón m ism o , el c u al, sien d o h o m o g én eo , n o p u e d e d is tin ­ g u irse en p a rte e se n c ia lm e n te m o triz y p a rte e se n c ia lm e n te m o v id a , sin o q u e se m u e v e to d o d e m a n e ra e sen cial y p rim a ria . N i p u e d e a trib u irse ta l m o v i­ m ie n to al g e n e ra n te , p o r la s m ism a s razo n es se ñ alad as p o c o a n te s, a sa b e r, p o r­ q u e e s m o v im ie n to v ita l y e n él c o n siste la p e rfe c c ió n d e l v iv ie n te , ya q u e d e lo c o n tra rio ta m b ié n d e b e ría a trib u irs e al g e n e ra n te el m o v im ie n to d e c reci­ m ie n to . 3 1 . Cuál es la potencia locomotriz del animal.— A la p rim e ra d ific u lta d : si, co m o alg u n o s p ie n sa n , fu e s e c ie rto q u e la fa c u lta d a c tiv a d e l m o v im ie n to d e l

getur difficultas; nam hic processus inter partem moventem et motam non per se sola fit, non fit per efficientiam propriam, sed per carentiam efficientiae. _Hoc princi­ pium sequitur gx praecedenti, quia actio positiva non est nisi ad aliquod esse positivum; ergo, dum nullum esse communicatur, non potest actio positiva intervenire; in hoc autem genere desitionis et corruptionis nullum esse communicatur, sed solum aufertur; ergo non potest fieri per veram ac-

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a u té n tic a acción; luego n ecesariam ente d eb e realizarse p o r carencia de acción, y a q u e n o p u ed e in te rv e n ir o tro m odo d e causalidad q u e perten ezca a la causa eficiente. Se d irá q u e esta clase de causa sólo parece accidental, cual es la que a p arta u n a causa esencial; p e ro sem ejante causa d e corrupción n o es ú nicam ente accidental, sino esencial; luego no sólo es p o r ausencia d e causa, sino p o r p ro ­ p ia eficiencia. L a m en o r es p a te n te p o r lo q u e dice A ristó teles: q u e , así com o la presen cia del pilo to es causa de la conservación d e la nav e, igualm ente la ausencia de aquél es causa del naufragio d e é sta ; y adem ás p o rq u e dicho efecto n o p u e d e reducirse a una causa m ás p ro p ia y esencial. P arece q u e en esto se fu n d a el p rin cip io c o m ú n : S i la afirmación es causa de la afirmación, la nega­ ción será causa de la negación, el cu al es conocido sobre to d o en las causas p ro ­ pias esenciales y adecuadas. R e sp u e sta : de este m ism o p rin c ip io se infiere q u e la causa esencial d e la co rru p ció n (si es q u e p u ed e ten er alguna) n o debe b u s­ carse e n una q u e actú e positivam ente, sino m ás bien en u n a q u e n o actúe, ya q u e la causa d ebe ser proporciona] al efecto. P o r eso, incluso e n el citado ejem ­ plo d e A ristóteles, la ausencia del p ilo to n o es causa agente, sino m ás bien n o agente. E n consecuencia, si se com para con el naufragio de la n ave en cu a n to es cierto efecto positivo, sólo es causa accidental d el m ism o, considerando el asu n to en sentido v erd ad ero y físico, a u n q u e desde el p u n to d e vista m oral y d e la im p u ta b ilid a d se estim e esencial, si tenía obligación de estar p re se n te ; en cam bio, si se com para ú n icam en te a la carencia d e auxilio o defensa de la n av e, p o d rá decirse q u e la causa esencial de esta negación es o tra negación, ya q u e g u a rd a n u n a p ro p o rc ió n m u tu a y u n a consecución in trín seca e inm ediata. D e esta m an era, p u e s, si la causa esencial d ab a el ser y re tira su influjo, se d irá q u e es causa esencial de la extinción d e tal ser, n o p o rq u e p ro d u zca la' e x tin ­ ción con u n a acción positiva, sino p o rq u e , de m anera p ro p o rcio n al, es p rin c ip io p ro p io y origen d e tal extinción. P o r ta n to , así com o se dice q u e la privación se d eb e n o a u n ser positivo, sino a u n a carencia de ser, ig u alm en te se dice que su p ro d u cció n obedece n o a una acción positiva, sino a u n a carencia d e acción. Y , en la m ism a p ro p o rció n , su causa eficiente esencial n o se dice tal p o rq u e la p ro d u zca positivam ente, sino p o rq u e sustrae el influjo p o r el q u e

tionem; ergo necessario fieri debet per carentiam actionis, quia non potest interve­ nire alius modus causalitatis qui ad efficientem causam pertineat. Dices hoc genus causae tantum videri per accidens, qualis est ilia quae removet causam per se; at vero huiusmodi causa corruptionis non tantum est per accidens, sed per se; ergo non tan­ tum est per absentiam causae, sed per propriam efficientiam. Minor patet, tum ex Aristotele dicente quod, sicut praesentia nautae est causa conservationis navis, ita ab­ sentiam esse causam submersionis eius; tum etiam quia non potest file effectus in cau­ sam magis propriam ac per se revocari. Et in hoc fundari videtur illud commune axioma: Si affirmatio est causa affirmatioms, negano erit causa negationis, quod in causis propriis per se et adaequatis maxime notum est. Respondetur ex hoc ipso axiomate col­ ligi causam per se corruptionis (si tamen aliquant habere potest) non esse quaerendam positive agentem, sed non agentem potius, cum causa debeat esse proportionata effec-

tui. Unde in illo etiam exemplo Atistotelis absentia nautae non est causa agens, sed pot­ ius non agens. Quare, si ad submersionem navis comparetur quatenus quidam effectus positivus est, solum est causa per accidens eius, vere ac physice rem considerando, li­ cet moraliter et imputative censeatur per se, si tenebatur adesse; si vero comparetur solum ad carentiam auxilu seu defensionis navis, huius negationis poterit altera negatio diei causa per se; habent enim inter se proportionem et intrinsecam ac immediatam consecutionem. Ad hunc ergo modam, si causa per se influebat esse et influxum auferat, dicetur causa per se desitionis talis esse, non quia positiva actione efficiat desitionem, sed quia proportionates modo est proprium principium et origo talis desitionis. Unde, sicut privatio dicitur esse non per positivum esse, sed per carentiam esse, ita dicitur fieri non per positivam ac­ tionem, sed per carentiam actionis. Et eadem proportione causa efficiens per se eius non dicitur talis quia positive illam efficiat,

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esencialm ente causaba el ser q u e se d e stru y e m ed ian te la ind icad a co rru p ció n . E s m ás, to d a causa q u e d e stru y e o tra cosa o b ran d o positivam ente, en cu a n to ta l, es d ecir, e n cu an to eficiente, n o es causa esencial, sino accidental, de la des­ tru cció n d e aq u ella o tra cosa.

Corolarios de la doctrina anterior 6. Se da mutación en cualquier destrucción de una cosa, mas no en cual- ' quier acción.— D e estos p rin cip io s podem os in fe rir algunas consecuencias in te­ resantes acerca d e las m u tacio n es o corrupciones d e las cosas. P o rq u e, e n p ri­ m e r lu g ar, se sigue q u e e n to d a c o rru p ció n o p é rd id a d e alg ú n ser real in te r­ viene alguna m utació n , a u n q u e n o siem pre se d é n ecesariam ente alguna acción. E sto es claro p o r el seg u n d o p rin c ip io estab lecid o , añadiendo la definición d e m utación. E fectivam ente, según dice A ristóteles, u n a causa su fre m u ta c ió n cuan­ d o se co m p o rta d e m an era d istin ta q u e a n te s ; p o r tan to , c u an d o el aire se convierte d e ilum inado, e n ten eb ro so , su fre m u ta c ió n ; se realiza, pu es, en él alguna m u ta c ió n ; y , sin em bargo, ésta n o se p ro d u c e m ed ian te u n a acción, com o consta p o r el segundo p rin c ip io estab lecid o ; lu eg o en tal caso se d a u n a m u ta ­ ción sin acción, y lo m ism o o cu rre e n todos los casos sem ejantes. L a ra z ó n está en q u e esa m u tació n es p u ra m e n te privativa, n o positiva. D e a h í re s u lta q u e esto ú n icam en te sucede e n las m utaciones accidentales, si hab lam o s de la m u ­ tación en sen tid o p ro p io y según el c u rso o rd in ario de la n atu ra le z a , y a q u e el sujeto de u n accidente p u e d e p e rd e rlo a veces, a u n q u e n o a d q u iera o tr o ; en cam bio, el sujeto d e u n a form a sustancial n o p u ed e cam b iar sustancialm ente p e rd ien d o u n a fo rm a sin a d q u irir otra. P o r eso h e dicho hablando de la muta­ ción en sentido propio y según el curso ordinario de la naturaleza. P o rq u e D ios p o d ría su sp en d er el influjo d e la form a sustancial conservando la m a te ria ; o si el térm in o «m utación» se ex tien d e a la an iq u ilació n , p o d ría cam biar to talm en te u n a cosa d e l ser al n o ser sin acción alguna. A este re sp e c to d eb e observarse tam b ién la diferencia q u e existe e n tre las causas lib re s y las n atu rales, consis­ te n te en q u e las causas lib res p u e d e n su sp en d er su influjo e n v irtu d d e u n in -

sed quia tollit influxmn quo per se causabat illud esse quod per talem corruptionem destruitur. Quin potius, omnis causa quae positive efficiendo destruit aliud ut sic seu quatenus efficiens est, non est causa per se, sed per accidens, destructionis alterius.

per actionem, ut constat ex secundo prin­ cipio posito; est ergo ibi mutatio sine ac­ tione, et idem est in omnibus similibus. Rado autem est quia fila mutatio est pure privativa, non positiva. Quo fit ut hoc tan­ tum contingat in mutationibus accidentalibus, si proprie et secundum communem.cursum naturae de mutatione loquamur, quia subCorollaria superioris doctrinae iectum accidentis potest interdirai amittere 6. In quavis rei destructions mutatio re­ illud, etiamsi aliud non acquirat; subiecperititr, non in quavis actione.— Ex his tum autem substantialis fprmae non potest principiis possumus nonnulla notatu digna substantialiter mutati amittendo unam for­ inferre circa rerum mutationes vel corrup- mant quin acquirat aliam. Et ideo dixi pro­ tiones. Primo enim sequitur in omni cor- prie et secundum cotnmunem cursum natu­ ruptione seu amissione alicuius esse reali? rae de mutatione loquendo. Nam Deus pos­ intervenire aliquam mutationem, non vero set suspendere infiuxum formae substantia­ semper necessario intervenire aEquam ac­ lis conservando materiata; vel si mutationis tionem. Patet ex secundo principio posito, nomen ad annihilationem extendatùr, posset adiuncta definitione mutationis. Nam, teste omnino rem mutare ab esse ad non esse Aristotele, mutatur res quando se res aliter absque ulla actione. In quo est etiam nohabet quam prius; quando ergo aer ex il­ tanda differentia inter causas Eberas et na­ luminato fit tenebrosus, mutatur; fit igitur turales, quod causae Eberae possunt suspen­ in eo aliqua mutatio; et tamen ilia non fit dere suum influxmn ex intrinseco dominio

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trín se c o do m in io y p o d er, sin n in g u n a acción o m u tació n a n te rio r, ya sea e n sí m ism as, ya en o tra c o sa; y así ta m b ién p u e d e n causar esta m u tació n priva­ tiva, bien en sí m ism as, si son m udables — com o las causas creadas— , bien en o tras cosas, com o D io s; e n cam bio, las causas q u e o b ra n d e m a n e ra natu ral n o p u e d e n su sp en d er su influjo si antes n o h a su frid o m u tació n alg u n a o tra cosa q u e era necesaria p a ra o b ra r; p o r eso, a u n q u e a veces h ag an cam b iar a algún sujeto de la m anera in d icad a sin a ctu a r sobre él, sin em b arg o siem pre se da alg u n a o tra acción, ya sobre el m ism o sujeto, ya sobre o tro ; así, el s o l.n o des­ tru y e la lu z d el aire m ed ian te la sustracción d e su influjo si no p re c e d e la ac­ ción p o r la q u e el sol m ism o se m u ev e, o se cie rra la v en tan a , etc. 7. L a acción que tiende secundariamente a la destrucción depende siempre de un sujeto.— L a aniquilación no puede darse a partir de un sujeto.— D e lo dicho se sigue, en segundo lu g a r, q u e siem pre q u e la co rru p c ió n o extinción de u n a cosa se realiza p o r u n a acción positiva q u e tenga com o consecuencia el causar tal corrupción, ■es necesario q u e d ich a acción se h aga a p a rtir d e u n sujeto p resu p u esto . L a ra z ó n es q u e la c o rru p ció n o ex tin ció n n o se p roduce en v irtu d de u n a acción física (pues en este sentido hablam os), sino p o rq u e el ser q u e se p ro d u c e m ed ian te tal acción es n a tu ra lm e n te in c o m p atib le con el ser q u e se d e stru y e ; p e ro esta in co m p atib ilid ad n a tu ra l sólo p u e d e darse e n o rd en a u n sujeto co m ú n id én tico q u e perm an ezca bajo u n o y o tro té rm in o , ya q u e e n tre las cosas esencialm ente su bsistentes y q u e n o g u ard an n in g ú n o rd e n con respecto al sujeto n o p u ed e h a b e r in c o m p atib ilid ad n a tu ra l a causa d e la cual n o p u e d a n e x istir sim ultáneam ente en la re a lid a d ; lu eg o es p reciso q u e ta l ac­ ción se d é a p a rtir de u n sujeto p resu p u esto . Y d e a q u í re s u lta q u e D io s n o p u e d e realizar la auténtica aniq u ilació n m ed ian te u n a acción positiva, ya q u e la aniquilación n o deja n a d a d e la cosa q u e p u ed a ser sujeto d e acción. A de­ m ás, p o rq u e o la acción se lleva a cabo en el sujeto, y entonces n o lo destruye y, consecuentem ente, n o e fectú a la aniquilación, o se realiza sin sujeto, y e n ese caso m ediante ella no se p u e d e h acer n a d a q u e sea in co m p atib le con la totali­ d a d d el ser d e o tra cosa; p o r ta n to , n a d a p u ed e aniquilarse m ed ian te ta l ac­ ción. Y si alguien objeta q u e la acción p o r la q u e se h ace el a lm a racional n o

ac potestate absque ulla priori actione vel mutatione in se vel in alio; et ita etiam possunt causare hanc mutationem privativam, vel in seipsis, si mutabiles ipsae sint, ut causae creatae, vel in aliis, ut .Deus; causae autem naturaliter agentes non pos­ sunt suspcndere suum influxum nisi aliquid aliud prius mutetur quod erat necessariuiu ad agendum; et ideo licet interdum mutent aliquod subiectum praedicto modo sine ac­ tione circa illud, semper tarnen intervenit aliqua alia actio, vel circa idem subiectum vel circa aliud, ut sol non destruit lumen in aere per abstractianem intluxus nisi antecedat actio qua vel sol ipse movetur, vel fenestra dauditur, etc. 7. Actio secundario tenders in destructionem semper est dependens a subiecto.— Annihilatio nequit esse ex subiecto.— Secundo sequitur ex dictis quoties corruptio vel desitio rei fit per actionem positivam quae ex se habeat.consequenter causare talem corruptionem, necessarium esse u t talis actio fiat ex praesupposito subiecto. Ratio

est quia corruptio aut desitio non fit ex vi actionis physicae (sic enim loquimur), nisi quia illud esse quod fit per talem actionem habet naturalem repugnantiam cum esse quod destruitur: haec autem repugnantia naturalis esse non potest nisi in ordine ad idem commune subiectum, quod maneat sub utroque termino, quia inter res per se sub­ sistentes et nullum habentes ordinem ad subiectum non potest esse naturalis repugnantia, ob quam in rerum riatura simul es­ se non possint; ergo necesse est ut talis ac­ tio sit ex praesupposito. Et hinc est ut pro­ pria annihilatio fieri non possit a Deo per positivam actionem, quia annihilatio nihil rei relinquit quod possit esse subiectum ac­ tionis. Item, quia vel actio fit in subiecto, et sic non destruit illud, et consequenter non efficit annihilationem, vel fit sine sub­ iecto, et sic nihil per illam fieri potest quod repugnet toti esse alterius rei; nihil ergo per talem actionem potest annihilari. Quod si quis obiiciat actionem qua fit anima rationalis non esse ex subiecto, et tarnen ad

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p a rte de u n su jeto y, a p esar de eso, d e ella se sigue la c o rru p ció n d e o tra cosa, a saber, del em b rió n , se resp o n d e n e g an d o la m e n o r y diciendo q u e , p ro p ia m e n ­ te , esa c o rru p ció n es consecuencia d e la acción p o r la q u e la m ateria se dis­ p o n e suficientem ente a la in tro d u cció n d el alm a racional, o d e la acción por la q u e la m ism a alm a se u n e al c u erp o , o de am bas según su o rd en , com o ex­ plicarem os m ás a d e la n te ; p ero u n a y o tra d e estas acciones se d an a p a rtir de u n sujeto p re s u p u e sto ; en cam bio, la creación sólo se p re su p o n e en o rd e n n a­ tu ra l a la acción u n itiv a y es consecuencia n a tu ra l d e la acción dispositiva. C o n m ayor d ificu ltad p o d ría alguien in sistir a p ro p ó sito d e aquella acción p o r la q u e el p an se convierte e n el cuerpo d e C risto , ya q u e d ic h a acción n o p a rte d e u n sujeto p re s u p u e sto y, n o o b sta n te , e n v irtu d de ella deja d e ex istir la sustancia d el p a n . M a s esta dificultad es dem asiado elevada p a ra q u e p u e d a tra ta rse ah o ra, p o r lo cu al dije, a fin d e excluirla, q u e hablábam os d e la acción y la extinción n a tu ra le s ; y ese m isterio es to talm en te sobrenatural. A p e sa r de todo, con resp ecto a é l considero cierto o q u e en él la extinción d e l p a n n o se sigue en v irtu d d e la sola acción física y de la n a tu ra l conexión d e las cosas, o q u e, si se d a alg u n a acción d e esa clase, en cierto m odo afecta al su jeto , y que la c a n tid a d -d e l p a n , conservada sin la sustancia, d esem p eñ a las veces de dicho sujeto, com o tra té m ás am p liam en te en el lu g a r oportuno. 8. Tercera consecuencia.— E n tercer lu g a r infiero q u e, siem pre q u e la co­ rru p c ió n o extinción se p ro d u ce m e d ia n te u n a acción positiva, se d a u n a sola acción sim ple y dos m utaciones parciales, u n a positiva y o tra privativa. P o rq u e de tres m aneras su fre m u tació n u n a cosa, según p ro p o n e A ristóteles e n V de la Física. P rim e ra , de u n a form a a la carencia d e la m ism a ; entonces se p ro ­ d u c e la m u tació n , p e ro sin q u e in tervenga acción alguna, h ablando en ab so lu to — según q u ed a dicho— , sino la carencia d e la acción conservadora. D e u n se­ g u n d o m odo se realiza la m utación desd e la p u ra p rivación a la fo rm a, com o d e lo tenebroso a lo lú c id o ; entonces, así com o interviene u n a sola acción, ig u a l­ m ente se da u n a sola m utación sim ple positiva. D e u n a tercera m a n e ra acon­ tece que algo sufre m u tació n de u n a form a a otra, com o cuando d e cálido se convierte en frío , y d e leño se hace fuego. E n ta l caso in terv ien e u n a sola ac-

eam sequi corruptionem alterius, nempe embrionis, respondetur negando minorem, sect proprie ilia corruptio sequitur vel ex actio­ ne qua sufficienter disponitur materia ad ititroductionem animae rationalis, vel ex ac­ tione qua ipsa anima unitur corpori, vel ex utraque in suo genere, u t infra explicabitur; utraque autem ex his actionibus est ex praesupposito subiecto ; creatio vero solum est ordine naturae praesupposita ad actio­ nem unitivam, consequens autem naturaliter ad actionem dispositivam. Difficilius posset quis instare de ilia actione qua panis convertitur in corpus Christi, quae non est ac­ tio ex praesupposito subiecto, et tarnen ex vi illius desinit esse substantia panis. Sed haec difficultas altior est quam ut hoc loco trattari possit, et ideo ad iUam excludendam dixi sermonem esse de actione et desinone naturali; illud autem mysterium totum superoaturale est. In eo tarnen nihilominus verum existimo, aut ibi non consequi desitionem panis ex vi solius actionis physits ‘p a i tonta j sraotxounoo stpjtuaa w oeo

aliqua talis actio ibi interveniat, illam versari aliquo modo circa subiectum, et quantitatem panis, sine substantia conservatalo, vicem talis subiecti subire, ut latius in pro­ prio loco disputavi. 8. Illatum tsrtium.— Tertio infeto, quotiescumque corruptio aut desitio fit per positivam actionem, intervenire ibi imam simplicem actionem, duas autem partiales mutationes, positivam unam, alterato privativam. Tribus enim modis contingit aliquid mutari, ut Aristoteles proponit in V Phys. Primo, ex aliqua forma in carentiam eius; et tunc fit mutano, nulla vero intervenir actio, per se loquendo, ut dictum est, sed carentia actionis conservativae. Secundo fit mutano ex pura privatione in formato, ut ex tenebroso in lucidum; tunc sicut una intervenit actio, ita etiam una simplex mu­ tatio positiva. Tertio contingit aliquid mu­ tari ex una forma in aliam, ut cum ex calido fit frigidum, et ex ligno ignis. Et tunc una simplex intervenit aedo qua edudtur

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Disputaciones metafísicas

ción sim ple p o r la q u e se educe o se u n e la fo rm a q u e se in tro d u c e de nuevo en ta l su je to ; p u e s p a ra expulsar la o tra n o es necesaria n in g u n a o tra acción, com o hem os d ic h o ; pero se realiza u n a d o b le m u tació n , ya q u e aq u el sujeto se co m p o rta d e m anera d istin ta p o r u n doble títu lo , a saber, careciendo de la fo rm a q u e a n te s poseía y poseyendo la q u e antes n o tenía. Y estas dos m u ta­ ciones son ta n distin tas q u e a veces se separan realm en te, com o se h a explicado en los dos p rim ero s m iem bros. A dem ás, u n a es generación y la o tra es co rru p ­ ción sustancial o accidental, o a veces u n a es intensificación y la o tra es rem i­ sión. P o r ú ltim o , una es positiva y la o tra privativa. P o r eso, dichas m utaciones difieren en tre sí tan to com o difieren m u tu am en te la inform ación d e u n a form a y la privación d e otra. A hora b ien , tales m utaciones p u e d e n llam arse parciales p o rq u e en se n tid o físico com ponen ín te g ra m e n te e l paso d e u n té rm in o positivo a o tro , paso q u e en filosofía se denom ina conversión d e u n a cosa e n otra. Se d ir á : así com o en ese caso interviene u n a m u tació n positiva y o tra privativa, de ig u al m an era in terv ien e u n a acción positiva y la carencia d e la acción por la q u e la form a o p u esta e ra conservada, ya p o r causas n atu rales, ya, al m enos, p o r D io s; pues siem pre resu lta necesaria u n a de estas dos cosas; luego la m ism a ra z ó n vale p a ra la acción q u e para la m utación. Se resp o n d e q u e la única dife­ re n c ia estrib a e n q u e la ra z ó n de m utación se salva en la n u ev a privación en cu a n to se e n c u e n tra e n realizació n ; p e ro la ra z ó n d e acción n o se salva, sino q u e req u iere u n influjo p o sitiv o ; esto resu lta claro p o r sus respectivas defi­ niciones y razones esenciales. 9. E n c u a rto lugar se infiere q u e la c o rru p ció n q u e se p ro d u c e m ed ian te alg u n a eficiencia se lleva a cabo en v irtu d d e los m ism os p rin cip io s — p rin c i­ p ales o in stru m en tales— y c o n las m ism as condiciones c o n q u e se realiza la generación o p ro d u cció n d e la q u e es consecuencia ta l co rru p ció n . S e dem ues­ tra p o r lo d ich o , ya q u e p a ra la co rru p ció n n o se d a u n a eficiencia n i u n a acción d istin ta d e la que se d a p a ra la p ro d u c c ió n ; lu eg o p o r los m ism os p rin ­ cipios p o r lo s q u e se p ro d u c e u n ser se elim ina el otro. Y n o es posible q u e u n p rin c ip io co n c u rra positivam ente p a ra elim inar u n ser sino e n cu an to co n cu rre p a ra d a r o tro ser. A poyándonos en esto decíam os arrib a, c o n tra algunos m o-

vtl unitur forma quae de novo introducitur in tali subiecto ; nam ad expellendam aliam nulla alia actio necessaria est, u t diximus ; mutatio vero duplex fit; nam subiectum illud duplici titillo aliter se habet, sdlicet et carendo forma quam antea habebat, et eam habendo quam antea non habebat. Quae duae mutationes adeo distinctae sunt ut reipsa interdirai separentur, ut in primis duobus membris declaratum est. Item una est generatio, altera est corruptio substantialis vel accidentalis, vel interdirai una est intensio et altera remissio. Denique una est positiva, altera privativa. Unde, quantum inter se differunt unius formae informatili et alterius privatio, tantum inter se diffe­ runt illae -mutationes. Possunt autem illae mutationes partiales dici quia physico modo componunt unum integrum transitimi ab uno termino positivo in alium, qui in philosophia appellano: conversio unius rei in aliam. Dices : sicut intervenit ibi mutatio positiva et privativa, ita intervenit actio po­ sitiva et carentia actionis qua opposita for-

ma conservabatur, vel a causis naturalibus vel saltern a Deo ; alterum enim horum semper necessarium est; ergo est eadem ratio de actione et mutatione. Respondetur solum esse discrimen quod ratio mutationis salvatur in nova privatione quatenus est in fieri; ratio vero actionis minime, sed requirit positivum influxum; quod ex earum definitionibus et essentialibus rationibus con­ stat. 9. Quarto infertur corruptionem quae per aliquam effidentiam St, per eadem princi­ pia, sive prindpalia sive instrumentalia, et cum eisdem conditionibus fieri quibus fit generatio vel productio ad quam talis cor­ ruptio sequitur. Probatur ex dictis, quia non est alia efficientia neque alia actio ad corrup­ tionem quam ad productionem; ergo per eadem prindpia quibus fit unum esse tollirur aliud. Nee potest aliquod prinripium positive concurrere ad tollendum esse nisi quatenus concurrit ad dandum aliud esse. Ex quo in superioribus dicebamus contra nonnullos modernos formam in passo intro-

Disputación X V III.— Sección X I

307

d e m o s , q u e ía form a in tro d u c id a e n el paciente p o r el agente n o co n c u rre efi­ cientem ente a la expulsión de u n a fo rm a opuesta, com o el calor p a ra expulsar la friald a d , e ig u alm en te en otros casos, ya q u e la fo rm a in tro d u cid a e n el p a­ ciente no es p rin cip io eficiente de su g en eració n ; luego tam poco lo es d e la co rru p ció n de la form a opuesta. A dem ás, p o rq u e si dicha eficiencia es positiva, m ed ian te ella se p ro d u ce algo p ositivo; p e ro la form a in tro d u cid a e n e l pacie n te n o p ro d u ce p o sitiv am en te n ad a en v irtu d de lo cual expulse la otra fo rm a , sino q u e la expulsión d e la o tra form a se sigue in m e d ia ta m e n te ; luego. 10. De qué manera un cuerpo arroja a otro de su lugar.— P o r eso n o tiene p a rid a d lo que suele aducirse de u n cu erp o que arroja a o tro de u n m ism o lu g a r; y p arece q u e lo arro ja eficientem ente; p u es a u n q u e E scoto —In IV, d ist. 12, q. 3— d é la im p resió n d e n e g a r ta m b ié n esto, e n realid ad n o es u n a causa sem ejante. P o rq u e dos cuerpos están en contacto y u n o arroja a o tr o ; y el q u e es arrojado n o p ie rd e su lu g ar p o r m era extin ció n , sino p o r u n a real m u tació n y te n d en c ia a otro lu g ar, hacia e l cual es m ovido efectivam ente p o r el cuerpo q u e lo ex p u lsa ; y por eso en ta l caso n o sólo se d a u n a fo rm al in ­ com patibilidad de- d ich o s cuerpos en u n m ism o espacio, sino tam b ién u n a es­ pecial acción positiva p o r la q u e el cu erp o arrojado de u n lu g ar se tra sla d a a o tro , acción q u e es d istin ta de aquella p o r la q u e se in tro d u c e otro c u e rp o en lu g a r del an terio r. N o o cu rre lo m ism o cuan d o la fo rm a in tro d u c id a e n u n su­ jeto. expulsa a o tra, ya q u e la expulsada n o cam bia positivam ente, sino q u e de m odo m eram ente p riv ativ o deja de ex istir, p o r lo cual en ese caso n o p u e d e darse u n a eficiencia especial. C onsiguientem ente, sólo se d a u n a expulsión for­ m al y, en general, cu alq u ier causa, en su o rd e n , c o n cu rre al n o ser d e u n té r­ m ino d e igual m an era q u e co n cu rre al ser d e o tro ; en consecuencia, com o el calor in tro d u cid o en u n sujeto n o lo calienta activam ente, sino sólo fo rm alm en ­ te, p o r eso n o ex p u lsa al frío de m an era activa, sino ú n icam en te de m an era fo r­ m al. N o sucede ig u a l c o n el calor q u e ex iste en el g en eran te, p u es aquél es p r i n ­ cipio eficiente de otro calor y, consecuentem ente, ex p u lso r d el frío opuesto. Y, e n la m ism a p ro p o rc ió n , el calor p ro d u cid o en u n leño (e igual o c u rre con

ductam ab agente non concurrere effective ad expellendam oppositam formam, ut calorem ad expellendam frigiditatem, et sic de alus, quia forma introducta in passo non est principium efficiens suae generationis ; ergo nec corruptionis oppositae formae. Item, quia si illa efficientia est positiva, aliquid positivum per earn fit; sed forma in­ troducta in passo positive nil efficit quo expellat aliam formam, sed immediate sequitur expulsio alterius formae; ergo. 10, Unum corpus qualiter aliud loco pel­ lai.— Unde non est simile quod adduci soleti de uno corpore expeliente aliud ab eodeui loco, quod effettive videtur illud expeliere; quamquam enim Scotus, In IV, dist. 12, q. 3, hoc edam negare videatur, re tamen vera non est similis causa. Nam duo corpora sese contingunt et unum pellit aliud; et quod expellitur non amittit locum per meram desitionem, sed per realem mutationem et tendentiam in alium locum, ad quem effettive movetur ab expeliente cor1 Soto, II Phys., q, 4.

pore; et ideo non solum ibi intervenir incompossibilitas formalis illorum corporum in eodem spatio, sed etiam specialis actio positiva qua corpus, ab imo loco pulsum, in alium transfertur, quae distincta est ab ea qua aliud corpus in locum alterius inttoducitur. Secus vero est quando forma introdotta in uno subiecto expellit aliam, nam illa quae expellitur non mutatur posi­ tive, sed mere privative desimi esse; et ideo non potest ibi specialis efficientia intervenire. Est ergo ibi sola expulsio formalis, et in universum quaelibet causa in suo genere ita concurrit ad non esse unius termini, sicut concurrit ad esse alterius; quia ergo calor introductus in subiecto non calefacit illud attive, sed formaliter tantum, ideo non expellit frigus attive, sed formaliter tantum. Secus vero est de calore qui est in gene­ rante; ille enim est principium efficiens alium calorem, et consequenter expellens oppositum frigus. Atque eadem proportione calor productus in Ugno (et idem est de

308

Disputaciones metafísicas

cualquier disposición semejante), aunque excluya sólo formalmente a la forma accidental que se le opone de manera directa, corrompe dispositivamente la sustancia misma, porque de este modo causa la introducción de la forma opues­ ta y, según queda dicho, una forma concurre al no ser de un término en el mismo orden causal en el que concurre al ser del término opuesto. Por ello, como el accidente tiene, por su propia razón y virtud, facultad de disponer para la forma sustancial que le es connatural y de expulsar formalmente la disposi­ ción contraria, por eso puede decirse que, en este orden, corrompe la sustancia por su propia virtud. Y si aquellos accidentes y disposiciones del paciente con­ curren también efectivamente a la educción de su forma, en el mismo orden de eficiencia concurren a la corrupción de otra; o, si no tienen eficiencia para lo primero, tampoco la tienen para lo segundo. En este sentido es umversal­ mente cierto que únicamente son principios eficientes de corrupción los que producen la generación, cuando la corrupción se lleva a cabo por eficiencia; pues cuando sobreviene sólo por carencia de eficiencia no necesita un principio ac­ tivo propio, sino solamente es preciso que lo que era principio activo o con­ servativo de la cosa deje de obrar. oxnni sitnili dispositione), licet accidéntatela form ara directe oppositam excludat tantum form aliter, substantiam vero ipsam cprrum p it dispositive, quia hoc m odo causat introductionem oppositae form ae, et, u t dictum est, in eo genere causae u n a form a concurrit ad non esse unius term ini in quo con­ cu rrir ad esse oppositi term ini. U n d e, quia accidens ex propria ratione et v irtu te sua h ab et disponere a d form am substantialetn sibi connaturalem e t form aliter expeliere contrariam dispositionem , ideo dici potest in hoc genere pro p ria vi corrum pere substantiam, Q uod si accidentia illa e t dispositio-

nes passi effective edam co n cu rru n t ad eductionem suae form ae, eodem efficientiae ge­ nere co n cu rru n t ad corruptionem alterius; vel si ad illud prius non h a b e n t efficientiam, neque edam ad hoc posterius. A tque ita in universum veruna est illa ta n tu m esse prin­ cipia effidentia corruptionem quae efficiunt generationem quando corruptìo p e r efficien­ tiam fit; nam quando accidit per solam carentiam effidentiae n o n indiget proprio p rin d p io agendi, sed solum necesse est u t illud quod erat principium agendi vel conservandi rem ab agendo cesset.

DISPUTACION XIX CAUSAS QUE OBRAN NECESARIAMENTE Y CAUSAS QUE OBRAN LIBRE O CONTINGENTEMENTE. EL HADO, LA FORTUNA Y EL AZAR

RESUMEN L a presente disputación, que estudia el modo de obrar de las causas eficien­ tes, puede dividirse en tres partes, claramente señaladas en la introducción: I. Causas que obran necesariamente (Sec. 1). II. Causas que obran con libertad (Sec. 2-9). III. Causas contingentes. El hado, la fortuna y el azar (Sec. 10-12). SECCI ÓN

I

L a sección se abre afirmando que en el orden creado hay muchas causas que obran necesariamente (1). Se explican los ocho requisitos necesarios para ello (2-11) y se termina declarando que las causas que obran de esta manera son las carentes de razón (12-14). SECCI ÓN

II

Se inicia en esta sección el estudio de una cuestión ” gravísima y extensísi­ ma?’, que ocupará las secciones siguientes, hasta la 9 inclusive: la libertad. Ex­ puestos los argumentos de la parte negativa, con sus razones (1-7), y sentadas unas observaciones para exponer el sentido de la cuestión (8-9), se señala un primer error negador de la libertad (10-11) y, contra él, se demuestra que el hombre obra libremente muchas veces (12-17) y que en él existe alguna facul­ tad libre (18-23). SECCI ÓN

III

Aplazando para otro lugar la cuestión de la libertad divina (1), se exponen dos opiniones parcialmente verdaderas (2-4). El problema de la libertad en las causas creadas es susceptible de tres sentidos distintos, que determinarán so­ luciones diferentes: a) S i la Causa Primera no fuese libre al obrar, tampoco lo sería ninguna causa segunda (5-6). b) S i Dios obrase por necesidad natural, la criatura, aun poseyendo una facultad libre, obraría necesariamente (7-14), c) S i Dios confiriese necesariamente a las causas libres el concurso que ahora les presta, ellas seguirían siendo libres (15-21).

Disputaciones metafísicas

310 SECCIÓN

IV

Señalados los dos modos de proponer la dificultad que motiva esta sección (1), se expone una primera interpretación de la misma (2-3), refutándola amplia-' mente (4-7). Se explica y demuestra la definición de causa libre — ’’aquella que, puestas todas las condiciones exigidas para la operación, puede obrar o abstener­ se de hacerlo” — (8-12), resolviendo, de acuerdo con ella, las dificultades (13-16) sec c ió n

,V

Para aclarar unos motivos de duda antes, consignados, se establecen las si­ guientes afirmaciones: A) Todo agente racional, y sólo él, es capaz de libertad (1). B) L a sustancia espiñtuál es el principio radical de la acción libre (2). C) El principio próximo de la acción libre es siempre una potencia espi­ ritual (3). D ) El libre albedrío no consiste en un acto ni en un hábito, sino en una potencia (4-8). E) El libre albedrío no es una potencia distinta del entendimiento y de la voluntad (9-10). F ) L a libertad formal no radica en el entendimiento, sino en la voluntad sola (11-25). sec c ió n

vi

Tras la exposición de opiniones (1-6), se resuelve la cuestión, afirmando que para la libertad de la voluntad no es necesario que preceda en el entendimiento un juicio práctico que la determine totalmente (7-9). Se responde a los funda­ mentos contrarios (10-11) y a una objeción (12-14). SECCIÓN

VII

Según dos opiniones muy semejantes, al defecto de la voluntad precede un error en el entendimiento (1-8). L a cuestión se resuelve negando que el juicio erróneo deba preceder necesariamente (9-10), aunque, moralmente hablando, siem­ pre se dé en el entendimiento algún defecto (11), y admitiendo como probable un juicio práctico erróneo subsiguiente al acto libre (12-13). SECCIÓN

VIII

Determinado el alcance de la cuestión (1) y rechazado el parecer de Escoto, para quien la voluntad sólo puede obrar libremente (2-3), Suárez afirma que la misma voluntad puede amar unas cosas de manera libre y otras necesariamen­ te (4-6). Después de explicar una opinión dudosa (7-8), se establece: que la voluntad no tiene ningún acto absolutamente necesario en cuanto al ejercicio (9-14); que es movida necesariamente, en cuanto a la especificación, por el bien universal (15-18) y que la libertad se ejerce más perfectamente en la elección de los medios (19-20). L a sección se cierra con las respuestas a las razones aducidos al principio (21). SECCIÓN

IX

Señalada la última dificultad, sobre si la causa libre posee libertad cuando obra o antes de obrar (1), contra el parecer de Ockam, Gabriel y otros (2), se

Disputación X IX .— Resumen

3n

afirma y demuestra que la voluntad ejerce propísimamente la libertad en el ins­ tante en que obra (3-6), con lo cual queda refutado el fundamento de la sen­ tencia opuesta (7-8). SECCIÓN

X

Fijado el doble sentido del término ’’contingencia” (1) y el alcance de la cues­ tión (2), ésta se resuelve afirmando que, con respecto a las causas próximas que obran por necesidad natural, no hay ningún efecto contingente (3-4); que, con respecto a toda la colección de las causas necesarias, tampoco hay efectos con­ tingentes (5-7) y que, de cualquier modo que intervenga la causa libre en la serie de las causas naturales, el efecto puede ser contingente (8-9). Tras unas breves consideraciones sobre los futuros contingentes (10-11), la sección se clau­ sura resolviendo unas dificultades (12-13). SECCIÓN

XI

Se exponen, censuran y refutan tres errores sobre el hado (1-8), se deter­ mina el sentido en que puede admitirse como realidad (9-10) y se precisa la significación verdadera y el empleo que debe hacerse del nombre "hado” (11-12). SECCIÓN

XII

Determinado el alcance de la cuestión (1), se explica el sentido de los tér­ minos "azar” y ’’fortuna” (2-4) y se afirma que el azar es una causa " p er ac_ cidens” (5-8), lo mismo que la fortuna (9), estando los efectos de ambas some­ tidos a la voluntad divina (10).

DISPUTACION * XIX CAUSAS QUE OBRAN NECESARIAMENTE Y CAUSAS QUE OBRAN LIBRE O CONTINGENTEMENTE. EL HADO, LA FORTUNA Y EL AZAR

A dem ás de todo lo dicho en la disp u tació n a n terio r sobre las causas eficien­ tes creadas, q u eda p o r estudiar el m odo d e o b ra r de tales cau sas; y lo h em o s reservado p a ra esta d isp u tació n p o rq u e e n tra ñ a u n a dificultad especial y p o r­ q u e de él dep en d e la fam osa distinción d e efectos necesarios y contingentes, y el conocim iento de m uchas causas. A sí, p u e s, hablarem os e n p rim e r lu g ar de las causas q u e o b ra n n ecesariam en te; d esp u és, de las lib re s, y p o r últim o d e las contingentes, con lo cual q u e d a rá claro q u é son, e n tre las causas natu rales, el

hado, la fortuna y el azar.

SEC C IO N

Si

PR IM ER A

ENTRE LAS CAUSAS EFICIENTES CREADAS HAY ALGUNAS QUE OBRAN NECESARIAMENTE; NATURALEZA DE ESA NECESIDAD

1. Existen causas que obran necesariamente, si se dan los requisitos para obrar.— Cuáles son estos requisitos.— L a presen te cuestión es fácil, y p o r ello debe decirse b revem ente, e n p rim e r lu g ar, q u e en tre las causas creadas hay m u chas q u e o b ran d e m a n e ra necesaria, si se aplican todos los requisitos q u e n e cesitan p a ra o brar. E sto es claro p o r la experiencia y p o r u n a inducción fácil; en efecto, el sol ilu m in a necesariam ente, e l fuego calienta, y así en otros casos.

DISPUTATICI XIX DE CAUSIS NECESSARIO ET LIBERE SEU CON­ TINGENTER AGENTIBUS ; UBI ETIAM DE FATO, FORTUNA ET CASU

Praeter omnia quae de causis effidentibus creatis in superiori disputatione dicta sunt, superest disputandum de modo agendi talium causarum; quod in hanc disputationem reservavimus, quia peculiarem habet difficultatem, et quia ex eo pendet Ce­ lebris illa distinctio de effectibus necessariis et contingentibus, et plurium causarum cognitio. Dicemus ergo imprimis de causis ne­ cessario agentibus, deinde de liberis, ac tan­ dem de contingentibus; ex quibus consta-

bit quid sint in naturalibus causis fatum, fortuna et casas. SECTIO PRIMA UTRUM IN CAUSIS EFFICIENTIBUS CREATIS SJNT ALIQUAE NECESSARIO AGENTES, ET QHALIS SIT ILLA NECESSITAS

1. Dantur causas necessario agentes, si requisita ad agendum adsint.— Quae sint ideo breviter dicendum est primo dari in ista requisita.— Haec quaestio est fadlis, et causis creatis plures quae necessario operantur, si omnia quibus ad o'perandum in­ digent adhibeantur. Hoc constat experientia et inductione facili; nam sol necessario illuminât, ignis calefacit, et sic de aliis, Ra-

314

Disputaciones metafísicas

L a ra z ó n d ebe tom arse d e la in trínseca condición y determ inación d e la n a tu ­ raleza, com o explicarem os e n la afirm ación siguiente. P e ro se a ñ ad e la condi­ ción si se dan todos los requisitos, porque debe suponerse u n a causa suficiente, p ró x im am en te ap ta y con to d as las condiciones req u erid as p a ra o b ra r. P ues si' fa lta alguna d e estas cosas n o se seguirá la acción, y no ciertam en te p o r in d i­ ferencia o ind eterm in ació n d e la causa, sino p o r defecto d e alguna concausa o p o r falta de v irtu d o de u n a condición necesaria p a ra la operación. A hora bien, e n tre los req u isito s necesarios para obrar no debe in clu irse la acción m ism a, com o es evid en te d e suyo, y a q u e de lo contrario no se d iría n ada especial acerca d e estos agentes, sino lo q u e es com ún a todos — n o sólo a los agentes, sino ta m b ié n a las cosas— , a sab er, q u e si poseen la form a p o r la q u e se consti­ tu y e n e n tal ser o razón, necesariam ente resu lta la consecuencia d e q u e sean tales. P o rq u e , d e igual m o d o . q u e si alguien posee la b lan cu ra es p o r necesidad blanco, así tam b ién , si ejerce la acción, necesariam ente o b ra ; y esa necesidad es sólo dé consecuencia (com o suele decirse) o condicionada, n o d e consecuente o absoluta, la cual es ajena al caso propuesto, ya q u e p o r ella n o p u e d e n d is­ tin g u irse las causas. P o r ta n to , para referirnos a la v erd ad era y p ro p ia necesi­ d ad , n o d eb e in clu irse la acción m ism a cuando se dice q u e la causa ob ra n ece­ sariam ente si se em plean to d o s los requisitos. D e a h í se sigue, a fortiori, que tam p o co d eb e contarse e n tre éstos todo aquello q u e es p o ste rio r a la acción y consecuencia de ella, com o resu lta evidente p o r si m ism o. M ás a ú n : hablando con p ro p ie d a d , lo q u e es tal no puede decirse necesario p a ra la acción, sino m ás b ie n necesario en v irtu d d e la acción. 2. Primero y segundo requisitos para obrar.— Tercero.— Cuarto.— Quin­ to.— C o nsiguientem ente, bajo aquella condición d eben in clu irse todos y solos aquellos re q u isito s q u e son previos para la acción. Y de éstos en u m e ra n m u ­ chos los au to res, com o p u e d e verse en E scoto, IX Metaph., q. 14, ad 2 ; A n­ to n io A ndrés, q . 1, a d 2 ; Z im ara, theor. 112, quienes señalan seis condiciones. L a p rim e ra es q u e la causa posea íntegra y suficiente v irtu d a c tiv a ; y re su lta e v id en te d e suyo, p u e sto q u e la acción debe suponer una potencia suficiente;

tri­ tìo autem sumenda est ex intrinseca conditione et determinatione naturae,, ut in se­ quent! asseritone declarabimus. Additur vero illa conditio sì om nia necessaria adsint, quia supponenda est causa sufficiens et proxime apta et cum omnibus conditionibus ad agen­ dum requisitis. Nam, si aliquid horum desit, non sequetur actio, non quidem ex indifferentia vel indetermìnatione causae, sed ex defectu alicuius concausae, vel ex defectu virtutis aut conditionis necessariae ad operandum. Inter haec autem necessaria ad agendum non debet numerari ipsa actio, ut per se notum est, quia alias nihil speciale de his agentibus diceretur, sed id quod com­ mune est omnibus, non solum agentibus, sed etiam rebus, nimirum, si habeant formam qua in tali esse seu ratione constituuntur, necessario, fieri consequens u t sint tales. Sicut enim, si albedinem quis babet, neces­ sario est albus, ita si actionem exercet, necessario efficit, quae est tantum necessitai consequentiae (ut aiunt) seu conditionata, non consequentis seu absoluta ; quae est im-

pertìnens ad propositum, quia in ea non possunt causae distingui. U t ergo sit sermo de vera ac propria necessitate, non est includenda ipsa actio cum dicitur causa ne­ cessario agere, si omnia requisita adhibeantur. Ex quo a fortiori sequitur non debere etiam in his annumerari quidquid est pos­ terius actione et ad illam consequens, ut per se darum est. Immo, proprie loquendo, quod est huiusmodi non potest dici necessarium ad actionem, sed potius necessarium ex actione. 2. P rim um et secundum requisitum ad agendum .— T ertium .— Q uartum .— Q uintum. — Igitur sub ea conditione includi debent omnia et sola illa quae sunt praevia ad actionem. Haec autem plura numerantur ab auctoribus, ut ridere licet apud Scotum, In IX Metaph., q. 14, ad 2 ; Antonium Andream, q. 1, ad 2; Zimaram, theorem. 112, qui sex ponunt conditiones. Prima est ut causa habeat integrant ac sufficientem virtutem agendi, quae est per se nota, quia actio supponete debet potentiam suffiden-

Disputación X IX .~ Sección I

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y, p a ra que obre d e m an era necesaria, d e b e suponerse sim ple y absolutam ente p o te n te ; m as n o e s absolutam ente p o te n te sin poten cia suficiente. L a segunda es q u e tenga u n pacie n te capaz y suficientem ente aproxim ado, ya q u e los agen­ te s' creados n o p u e d e n o b rar n ad a sino a base de u n sujeto p re s u p u e sto ; y, p o r ser finitos, lo exigen d e n tro d e u n a esfera proporcionada, fu era de la cual n o tienen capacidad de o brar. L a te rcera — q u e se sigue d e aq u í— es q u e el m e d io , si existe alguno e n tre el agente y el paciente, sea expedito y capaz de la acción del a g e n te ; p o rq u e suponem os q u e los agentes no p u ed en o b ra r n ad a a d istan cia si n o es a través del m edio. L a cuarta, q u e no haya n ada d e igual v irtu d p a ra resistir q u e im p id a la a c ció n ; p o rq u e n a d a puede su p erar obrando si no tiene v irtu d activa superior, p o r lo cu al se dem ostró arrib a que p a ra la acción se necesita u n a p ro p o rció n de desigualdad m ayor. L a q u in ta es q u e el p acie n te n o se e n cu en tre ya e n el té rm in o o te n g a to d a la form a que el agente' p u e d e p ro d u cir. P u es p o r esta sola causa la gravedad no m ueve a la tie rra si­ tu a d a en el c e n tro ; la p resen te condición se halla contenida en la segunda, ya q u e p a ra la acción se req u iere el pacie n te e n aquel estado en el que es capaz d e acció n ; y u n a vez q u e está en el té rm in o , ya n o es capaz de acción. P o r ú l­ tim o , esta condición coincide con aquella otra, señalada anteriorm ente, d e que e l agente y el p acie n te d eben ser, al p rin c ip io , d e alguna m anera desem ejantes. 3. Sexto.— Se aplica u n a sexta condición, a saber, que si alguna acción es preexigida n a tu ra lm e n te , se p resu p o n g a y a ; así, el apetito del b ru to , aun cuando opere n a tu ra lm e n te , n o siem pre es activo, p o rq u e preexige de m o d o ne­ cesario u n a condición q u e n o siem pre se d a. Y , de m anera sem ejante, la vista no actú a si n o p re c e d e la acción del o bjeto sobre ella. E sta condición se en ­ cu en tra contenida v irtu a lm e n te en las an terio res, p u e s cuando u n a acción es re q u isito previo p a ra o tra, o ello se d eb e a q u e m ed ian te aquélla se com pleta ¡a facu ltad activa, com o e n el ejem plo de la vista, la cual debe p rim eram ente ser afectada p o r el objeto, ya q u e sin la especie n o tien e su v irtu d activa com ­ pleta. E igual p ie n sa n m uchos acerca d e l conocim iento d e l objeto que es ne­ cesario p a ra el a p etito , o sea, q u e co m p leta su facu ltad activa. P ero es m ás tem; et, ut necessario agat, supponi debet simplicter et absolute potens; at non est absolute potens sine potentia sufficienti. Secunda ut habeat passum capax et sufficienter approximation, quia agenda creata nilul possunt agire nisi ex praesupposito subiecto; et quia sunt finita, requirunt illud in­ tra proportionatam sphaeram, extra quam non habent vim agendi. Tertia, quae hinc i sequitur, est ut medium, si quod interiectum est inter agens et passum, sit expedition et capax actionis agenris ; supponimus enim agenda nihil posse efficere in distans nisi per medium. Quarta, u t nihil sit impediens actìonem, aequalis virtutis ad resistendum; quia nihil potest vincere agendo nisi in vir­ iate acriva excedat, et ideo supra ostensum est ad acdonem necessarians esse proportionem maioris inaequalitatis. Quinta, ut pas­ sum non sit iam in termino seu habeat totam formam quam agens potest efficere. Propter hanc enim solam causam gravitas non movet terram existentem in centro; et

continetur haec condirio in secunda, nam passum requiritur ad actionem in eo statu, in quo sit capax actionis1; potsquam autem est in termino, iam non est capax actionis. Denique haec conditio coincidit cum illa supra trattata, quod agens et passum debent in principio esse aliquo modo dissimilia. 3. Sextum.— Sexta conditio adhibetur, ut si aliqua actio naturaliter praerequiritur, illa iam praesupponatur; ut apetitus bruti, licet naturaliter operetur, non semper agir, quia necessario praerequirit conditionem quae non semper adest. Et similiter visus non agii nisi praecedat actio obietti in ipsum. Et haec conditio in praecedentibus virtute continetur, nam quando una actio ad aliam praerequiritur, vel id est quia per illam completar vis agendi, ut in exemplo de visu, qui prius debet pati ab obietto, quia sine specie non habet vitutem agendi completam. Et idem censent multi de notitia obietti necessaria ad appetitum, quod nimimm compiei vim agendi illius. Rectius

1 En algunas ediciones, hinc está sustituido por hanc, con lo cual se introduce una ¡igera variación del matiz, pero no del sentido de la frase. (N. de los EE.)

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acertado afirm ar q u e le aplica el objeto de u n a m a n e ra suficiente y pro p o rcio ­ nada. P u es lo q u e dijim os e n la segunda condición — que se re q u ie re u n pa­ ciente suficientem ente próxim o— debe extenderse, p o r lo q u e atañ e a los ac­ tos inm anentes, al objeto que se co m p o rta com o m ateria so b re la cu al versan tales actos. Y , e n general, siem p re q u é u n a causa eficiente necesita otras con­ causas — a u n q u e sean d e diverso género— p a ra o b ra r, n o p o d rá iniciar la ac­ ción a n o ser q u e todas las concausas necesarias se e n c u e n tre n dispuestas d e tal m odo q u e p u e d a n co n cu rrir en su g é n e ro ; p u es el pacie n te es necesario p re ­ cisam ente po rq u e, la acción d e u n agente creado n o p u e d e ejercerse sin causa m aterial. E n consecuencia, p u e sto q u e el objeto conocido o el conocim iento del objeto es u n a concausa necesaria p a ra la apetición vital, ya co n c u rra p o r m o d o d e causa eficiente, y a p o r m o d o d e causa final, y a p o r m odo de causa form al extrínseca, ya p o r m o d o de m a te ria sobre la cual (p o rq u e de todos estos m odos caben opiniones, q u e n ad a in te re sa n al p resen te), el conocim ento d e l objeto es p o r necesidad u n a acción p rev ia a la eficiencia d el apetito. 4. Séptimo.— Octavo.— S e añad e u n a séptim a co n d ició n : q u e la causa n o sea lib re ; p e ro esta condición n o nos es necesaria, p u e s es p recisam en te lo que sostenem os en la afirm ación, a sab er, q u e algunas causas n o son lib res en su o brar, sino q u e , p u esto s los req u isito s, o b ra n p o r necesidad. T a m b ié n p u ede agregarse u n a octava co n d ició n : q u e la causa ten g a el necesario concurso de la causa p rim e ra . P ero d e este co n cu rso se h a d e tra ta r ex professo m ás adelante. P o r lo q u e con cie rn e a la c u e stió n p re se n te , esta condición, o n o pertenece a los re q u isito s previos o' está c o n ten id a e n las an terio res, ta l com o las hem os explicado. P o rq u e si se tra ta del concurso actu a l, éste n o se distin g u e de la acción m ism a ; p o r ello, así com o la acción n o está in clu id a en las condiciones p reexigidas p a ra o b ra r, tam p o co lo estará el concurso actual. E n cam bio, si se alude al co ncurso a p titu d in a l (p o r llam arlo así), o a la suficiente aplicación y unión d e la p rim e ra causa p a ra co n c u rrir, en este sen tid o es ciertam ente nece­ saria d ic h a co n d ició n ; se halla, em p ero , con ten id a e n lo ya d icho, que es necesaria u n a causa q u e po sea s u v irtu d ín te g ra y todas las con cau sas; po rq u e la v irtu d d e la causa segunda, d esp ro v ista d e la v irtu d d e la p rim e ra , o n o es

vero dicitur quod appi icat illi obiectum sufficienti et proportionate modo. Quod enim in secunda conditione diximus, necessarium esse passum sufficienter propinquum, quoad actus immanentes extendendum est acl obiectum quod se habet ut materia circa quam tales actus versantur. Et. in univer­ sum quoriescumque aliqua causa efficiens indiget aliis concausis, edam diversorum generum, ad efficiendum, non poterit inchoare acrionem nisi omnes concausae necessariae sint ita dispositae ut possint in suo genere concorrere; ideo enim necessarium est passum, quia aedo agentis cread fieri non potest sine causa materiali. Sic igitur, quia obiectum cognitum vel cognitio obiecd est concausa necessaria ad appetitionem vitalem, sive concurrat per modum efficientis, sive per modum finis, sive per mo­ dum formae extrinsecae, sive per modum materiae circa qùam (de his enim omnibus possunt esse opiniones quae ad praesens nihil referunt), nodria obiecd est aedo ex necessitate praevia ad efficiendam appetitus.

4. Septimum.— Octavum.— Sepdma conditio additur, ut causa libera non sit; sed haec conditio non est nobis necessaria, quia hoc est quod in- asserdone asserimus, nimirum, aliquas causas non esse in ope­ rando liberas, sed positis requisitis ex ne­ cessitate agere. Octava item conditio addi potest, u t causa habeat necessarium concursum primae causae. Sed de hoc concursu inferius ex professo agendum est. Quod vero ad praesens spectat, haec conditio aut non ex praerequisiris, aut in superioribus, prout a nobis explicatae sunt, continetur. Nam si sit senno de actuali concursu, hic non distinguitur ab ipsa aedone; et ideo, sicut aedo non comprehenditur in conditionibus praerequisitis ad agendum, ita neque actualis concursus. Si vero sit senno de aptitudinali concursu (ut ita dicam), seu de sufficienti applicatione et coniunctione primae causae ad concurrendum, sic quidem necessaria est illa conditio; continetur ta­ rnen in eo quod diximus necessariam esse causam habentem integrant virtutem et omnem concausam; nam virtus causae secun>

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ín te g ra o , si se d ic e ín te g ra y to ta l e n s u g é n e ro , n e c e sita la u n ió n d e to d a o tra .cau sa necesaria e n c u a lq u ie r g é n e ro o ra z ó n d e cau sación. P o r e so , bajo a q u e lla co n d ic ió n q u e d a c o m p re n d id o to d o c o n c u rso d e la causa su p e rio r a la q u e esté esen c ia lm e n te su b o rd in a d a la in fe rio r, y a se d é e sta su b o rd in a c ió n d e cau sas eficientes ú n ic a m e n te e n tre las causas c re a d a s y la in c re a d a , y a ta m b ié n re c í­ p ro c a m e n te e n tre la s causas cread as, cosa q u e d e sp u é s v erem os. 5. S i hay algunos agentes naturales indiferentes a varios efectos.— P u e d e a ñ a d irse u n a n o v en a c o n d ic ió n : q u e - l a c a u sa n a tu ra l n o sea ig u a lm e n te in d i­ fe re n te e n tre varios efecto s, p u e s e n to n c e s, p re c isa m e n te p o rq u e la causa n o es lib re , sino n a tu ra l,' n o re a liz a rá n ecesa ria m e n te u n o y , e n consecu en cia, n o h a rá n in g u n o , p u e sto q u e n o h a y m a y o r ra z ó n p a ra u n o q u e p a ra o tr o ; y , p o r n o ser lib re , n o p o d rá e sta r d e te rm in a d a a u n o m ás q u e a o tro , a n o ser q u e se elim in e la in d ife re n c ia p o r o tro m ed io . S u e le n a d u c irse m u c h o s ejem p lo s, p e ro sólo c itarem o s los suficientes p a ra e x p licar la ra íz d e e sta in d ife re n c ia . E s el p rim e ro el d e l fu e g o q u e ex iste e n el c e n tro d e la tie rra c o n fig u ra c irc u la r, el cu al se e n c o n tra ría , e n to d as sus p a rte s, a ig u a l d ista n c ia d e l lu g a r m ás e le v a d o ; p o rq u e d ic h o fu e g o n o se m o v ería h acia u n a p a rte m á s b ie n q u e h a c ia o tra , ya q u e n o h a y n in g u n a ra z ó n o cau sa d e te rm in a n te . T a m p o c o se m o v ería h a ­ cia to d a s p a rte s, p u e s d e lo c o n tra rio se d iv id iría e n to d a s sus p a rte s. E l se­ g u n d o es el d e l v id rio p e rfe c ta m e n te p la n o su p e rp u e sto a u n a p ie d ra p e rfe c ta ­ m e n te p la n a , y so b re el c u a l cae o tra p ie d ra p e rfe c ta m e n te p la n a , p u e s n o lo ro m p e rá , y a q u e o lo d iv id irá en to d a s sus p a rte s — lo c u a l es im p o ­ sible— ,' o n o h ay m ay o r ra z ó n p a ra q u e d iv id a u n a s p a rte s m á s b ie n q u e o tras. E l te rc e ro , b a sta n te conocido, es el d e l b ru to q u e tien e al m ism o tie m ­ p o d o s o b jeto s ig u a lm e n te apetecibles, y q u e n o se m o v e ría h acia n in g u n o d e ellos. E l c u a rto es el d e las causas su p e rio re s q u e p u e d e n p ro d u c ir c o n ­ tra rio s, las cuales n o p u e d e n d e te rm in a rse p o r sí a u n o d e ellos, si se a p li­ can a la o p eració n c o n a q u e lla in d ifere n cia. E l q u in to y m ás d ifícil es el d e to d a cau sa n a tu ra l q u e , a u n c u a n d o esté d e te rm in a d a a p ro d u c ir la fo rm a e n u n a especie, n o o b sta n te es in d ife re n te a v a rio s in d iv id u o s d e d ic h a especie.

ciac sine virtute primae, vel non est integra, vel si dicatur integra et totalis in suo ge­ nere, indiget coniunctione omnis alterius causae necessariae in quocumque genere vel ratione causandi. Quocirca sub ea conditione comprehenditur omnis concursus superioris causae cui inferior sit essentialiter subordinata, sive haec subordinano in efficientibus solum sit inter creatas causas et increatam, sive etiam inter creatas causas inter se; quod infra videbimus. 5. A n sirit aliqua naturalia agentia ad plures in d ifferen tia effectus. — Nona condi­ tio addi potest, ut causa naturalis non sit aeque indifferens inter plures effectus, nam tunc, hoc ipso quod causa non est libera, sed naturalis, non faciet ex necessitate al­ teram, et consequenter neutrum faciet, quia non est maior ratio de uno quam de alio; et quia libera non est, non poterit ad unum determinati magis quam ad alium, nisi ali­ unde indifferentia tollatur. Exempla solenc adhiberi multa, afferemus tamen ea quae sufficiant ad radicem huius indifferentiae explicandam. Primum est de igne existente

in centro terrae in figura circulari, qui se­ cundum omnem suam partem aeque distet a supremo loco; ille enim non moveretur in unam partem potius quam in aliam, quia nulla est ratio vel causa determinans. Neque etiam moveretur versus omnem partem, quia alias divideretur in omnem suam par­ tem. Secundum est de vitro perfette plano superposito lapidi perfette plano, supra quod cadat aliud saxum perfette planum ; non enim franger illud, quia vel dividet in om­ nem suam partem, quod impossibile est; vel non est maior ratio cur quasdam parte3 potius quam alias dividat. Tertium vulgare est de bruto habente simul duo obietta ae­ que amabilia, quod ad neutrum moveretur. Quartum de causis superioribus valentibus efficere contraria, quae ex se non possunt ad alteram determinati, si cum ea indifferentia ad agendum applicentur. Quintum et difficilius est de ornili causa naturali, quae licet definita sit ad formam efficiendam in una specie, est tamen indifferens ad varia individua illius speciei.

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Disputaciones metafísicas

6. Hacia dónde tendería el fuego orbicular existente en el centro de la tierra.— A p e sa r d e todo, parece q u e h a y q u e decir q u e e sta co n d ic ió n debe re d u c irse m ás b ie n a alguna d e las an te rio rm e n te establecidas o al defecto de alguna. P o rq u e e sta condición d e la ind ifere n cia, considerada en sí m ism a, es en cierto m o d o in co m p atib le c o n la p ro p ia determ inación d e los agentes n a tu ­ rales, ya q u e es p ro p io de éstos el e n c o n tra rse determ inados a u n a sola cosa; entonces, ¿cóm o p u e d e n ten er de suyo in d ifere n cia? Y no b a sta con decir que están d eterm in ad o s a una sola cosa seg ú n u n a razó n c o m ú n ; p o rq u e en este sentido ta m b ién el agente lib re se halla d eterm in ad o a u n a sola cosa, q u e es el bien e n general. M a s si se dice q u e el agente n a tu ra l está d e te rm in a d o a una sola cosa en especie, pero n o e n in d iv id u o , e n p rim e r lu g a r d e a h í se sigue que, a lo sum o, en estos agentes se da la in diferencia in d ic a d a en el últim o ejem plo, p ero n o la expresada e n los otros. E in clu so cabe o b je ta r co n tra aqué­ lla q u e esto m ism o d a la im p resió n d e se r ajeno a la co n stitu ció n conveniente d e la n a tu raleza, a saber, q u e tales agentes h ay an sido creados con alguna in­ diferencia y q u e , p o r su p a rte , n o p u e d a n d eterm in arse a sí m ism o s; porque de esta m anera serían de suyo to ta lm e n te in ep to s p a ra o b rar. A d em ás, en los cu atro p rim e ro s ejem plos — en c u a n to c o n tien en alguna v e rd a d — ' n o parece que la carencia d e acción p ro ced a de in d ifere n cia, sino d e alg ú n im pedim ento o de la falta de alguna de las condiciones n ecesarias sentadas a rrib a . Así, en el p rim e r ejem plo, considero m u y p ro b a b le q u e el fuego, en ese caso, n o hubiera de ser m ovido ab intrínseco. Y la ra z ó n d eriv a d e la ig u ald ad de actividad y resisten cia e n to d as las p a rte s ; p e ro e n tre las condiciones exigidas para obrar necesariam ente u n a e ra que u n a v ir tu d igual n o ofrezca resisten cia a la acción; ahora bien, e n aq u e l caso to d as las p a rte s d el fu eg o in clin an p o r igual a un m ovim iento ascendente rectilín eo c o n re sp e c to a cad a u n a, y d e esta manera tie n e n en tre sí ig u al a ctiv id ad y resisten cia, d e d o n d e re s u lta q u e ninguna se m ueve. M as n o se separan to ta lm e n te e n tre sí p o r esas pro p en sio n es cuasi con­ traria s. E n p rim e r lugar, p o rq u e tie n d e n m ás a su conservación q u e a su lugar. E n segundo térm in o , p o rq u e la d iv isió n m ism a d e b e ría realizarse p o r movi-

6. Ignis orbicularis in centro terrai existens quorsum tenderei.— Sed nihilominus dicendum vìdetur hanc condìtionem reducendam potius esse ad aliquam ex superila positis seu ad defectum alicuius. Nam haec conditio indifferentiae, per se considerata, est quodammodo repugnans cum propria determinatione naturalium agentium, nam illis proprium est esse determinata ad unum; quomodo ergo possunt ex se habere indifferentiam? Neque enim satis est si dicatur esse determinata ad unum secundum communem aliquam rationem; hoc enim modo etiam agens liberum est determinatum ad unum, scilicet ad bonum in communi. Si vero dicatur agens naturale esse determina­ tum ad unum in specie, non tamen in in­ dividuo, primo hinc fit ad summum reperiri in his agentibus indifferentiam in ulti­ mo exemplo indicatam, non vero quae in aliis sigruficatur. E t adhuc contra illam obiici potest, quia hoc ipsum videtur praeter conveniens institutum naturae, nimirum, quod haec agenda condita sint- cum aliqua indifferentia et quod ipsa non possint sese

determinare; nam hoc modo essent ex se ineptissima ad agendum. Praeterea, in pri­ mis quatuor exemplis, quatenus veritatem aliquam continent, non videtur carentia actionis oriri ex indifferentia, sed ex aliquo impedimento vel defectu alicuius conditionis necessariae ex supra positis. Verbi grada, in primo exemplo, valde probabile mihi est ignem in eo casu non fore ab intrinseco movendum. Rado autem oritur ex aequali acdvitate et resistenda omnium pardum; inter conditiones autem requisitas ad agen­ dum ex necessitate, una erat ut virtus aequalis non resistat acdoni; in ilio autem casu omnes partes ignis aeque inclinant ad niotum sursum per lineam rectam respecta uniuscuiusque, et ita inter se aequalem babent activitatem et resistentiam, et inde fit ut nulla moveatur. Nec vero per illas qua­ si contrarias propensiones omnino dividuntur inter se. Primo quidem, quia magis inclinantur ad suam conservationem quam ad suum locum. Secundo, quia ipsa divisto deberet fieri per motum localem; unde, hoc

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m ien to lo c a l; consiguientem ente, p o r el m ism o hecho d e n o p o d er m overse, ta m ­ poco p u e d e n separarse. 7 . Por qué debe romperse un vidrio perfectamente plano al chocar contra una piedra totalmente plana.— E l segundo ejem plo, e n p rim e r lu g ar, n o p u e d e acaecer n a tu ralm en te, ya q u e u n a cosa p erfectam en te plan a n o p u e d e caer n a ­ tu ra lm e n te p o r igual sobre u n plano en el p rim e r m om ento, así com o u n plan o n o p u e d e separarse p o r igual de otro plan o , p o rq u e sería preciso o q u e se diese el vacío o que e l aire llenase e n u n in stan te todo aq u el lugar. P u es en este sen tid o se sigue, p o r el contrario, que si u n plano cae p o r igual sobre o tro p lano, o u n a p a rte del aire sale al m ism o tiem po en u n in stan te — de m o d o q u e reco rra ta n p ro n to el espacio rem oto com o el próxim o— , o p erm anece allí penetrativ am en te, o con seguridad, si q u eda aire interm edio, aquellos dos p la ­ nos n o se tocan. E s, p o r ta n to , necesario q u e el plano q u e cae establezca con­ tacto en u n a p a rte antes q u e en o tra ; a u n q u e sobre esto p u e d a su rg ir la m ism a dificultad, a saber, p o r q u é cae y establece contacto e n u n a p a rte antes q u e en o tra si el plano es igual y tiene el m ism o peso en todas sus partes. P o r esta razón, o hay q u e b u sc a r u n a causa extrínseca de esta desigualdad — p u esto s tales cu erpos y ta l m ovim iento— , a saber, q u e el m edio n o es ig u alm en te d i­ visible en todas sus p a rte s, o algo p o r el estilo ; o c iertam en te, si n ad a d e esto o cu rre, debe decirse q u e el p lan o q u e cae p o r igual n o p u e d e desalojar to d o el aire in term ed io y p o r esta causa n o toca al vidrio n i lo ro m p e. M as la ra z ó n es q u e , incluso la m ás p e q u e ñ a p artícu la d e aire, al n o p o d e r ser p e n e tra d a al m ism o tiem po n i rec o rre r u n espacio, resiste a cualquier grave q u e cae p a ra n o ser arro jad a de a llí; com o tam b ién , inversam ente, n in g u n a fuerza, p o r m u y grande q u e sea, p u e d e separar sim ultáneam ente a dos planos en todas sus p a r­ tes, p o rq u e n o p u e d e e n tra r sim ultáneam ente el aire p a ra llenar el vacío. P o r consiguiente, en ese caso n o se sigue el efecto p o rq u e se da u n m edio suficiente p a ra im pedirlo. 8. Y si, u rg ie n d o la dificultad, concedem os q u e el aire sale sim u ltán ea­ m ente o q u e aquella caída se realiza a través del vacío, p u e d e n decirse dos cosas

ipso quod moveri non possunt, nee dividi possunt. 7. Vitrum perjecte planum plane pla­ num saxum concutiens, quare confringendum.— Secundum exemplum imprimis non potest naturaliter accidere, quia non potest naturaliter perfecte planum aeque primo ca­ dere super planum, sicut non potest planum aeque separari a plano, quia oporteret vel dari vacuum vel aerem in instanti replete totum ilium locum. Sic enim e contrario sequitur, si planum aeque cadat super pla­ num, aut aliquam partem aeris in instanti simul egredi, ita ut tarn cito pertranseat remotum spatium sicut propinquum, aut manere ibi penetrative, aut certe, si aer maDet medius, illa duo plana non se contingere. Necesse est ergo ut planum cadens, prius secundum unam partem contingat quam secundum aliam; quamquam circa hoc ipsum possit eadem difficultas suboriri, cur, scilicet, prius secundum unam partem cadat et contingat quam secundum aliam, si planum est aequale et aequalis ponderis

secundum omnem partem. Propter quod vel aliqua extrínseca causa huius inaequalitatis quaerenda est, positis talibus corporibus et tali motu, scilicet, quod medium non est aeque divisibile secundum omnem partem, vel aliquid huiusmodi. Aut certe si nihil horum intercédât, dicendum est illud pla­ num quod aeque cadit non posse excludere omnem aerem intermedium atque ob hanc causant non contingere vitrum nec confringere illud. Ratio vero est quia vel minima partícula aeris, dum non potest penetran nec simul pertransire aliquod spatium, ré­ sistât cuicumque gravi cadenti, ne illue expellatur, sicut e contrario nulla vis quantumvis magna potest simul secundum om­ nem partem separare duo plana, quia non potest simul ingredi aer ad replendum va­ cuum. Itaque in eo casu non sequitur effectus, quia datur medium sufficiens ad impediendum. 8. Quod si urgendo difficultatem demus aut aerem simul egredi aut casum ilium fie­ ri per vacuum, duo dici possunt verisimilia

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verosím iles. L a p rim e ra es q u e la p ie d ra o b raría n atu ralm en te c u a n to pudiese, y así n o p artiría el vidrio, sino q u e lo com prim iría d e tal m odo q u e lo co rro m ­ p ería y le h aría cam biar d e natu raleza, com o v erem o s que sucede c o n e l trig o tritu ra d o en el m o lin o ; p e ro el cu erp o q u e de allí surgiera p o d ría ser co n tin u o , p u es si se dividiese en p artícu las, com o la h arin a, apenas sería p o sib le d a r u n a razó n n a tu ra l de p o r q u é se separaban u nas p a rte s m ás bien q u e o tra s, a n o ser re d u cien d o aq u ella v aried ad o desigualdad e n el efecto a alguna d esigualdad en el contacto y en la alteración resu lta n te d e él p o r razón de los p o ro s de los cuerpos m ism os o p o r algunas otras causas q u e allí co ncurren. O cierta­ m e n te , si aq u el contacto n o b astara p a ra que d e allí resultase u n a alteració n suficiente p a ra co rro m p er el vidrio, n o es inconveniente, sino n ecesario , afirm ar q u e n o h ab ría d e ro m p erse. L a ra z ó n es q u e, c u an d o u n cuerpo cae so b re otro, no lo rom pe sino p o r cau sa d e alg ú n m ovim iento local p ro d u c id o desigual­ m en te e n las p a rte s del c u e rp o ro to ; p o rq u e la ro tu ra se p ro d u ce c u an d o u n a d e su s p artes es o p rim id a an tes q u e otra, que n o puede resistir p o r falta de v irtu d n i ced er o flexionarse p o r causa d e la d u re z a ; m as en el caso citado el vidrio n o p o d ría m overse localm ente, p o rq u e es tocado e im pulsado p o r igual en to d as sus p a rte s y ta m b ié n recibe sim ultáneam ente y p o r ig u a l en todas sus p a rte s la resistencia d e l cu erp o colocado bajo él. P or eso, si aquél no fu ese ig u alm en te plano o ig u alm en te sólido y cediese con m a y o r facilidad en alguna p a rte , p o r ésa se ro m p e ría el vidrio. Y d e este m odo, e n el ejem plo p ro p u e sto , la acción n u n c a cesa p o r indiferencia, sino a causa d e u n im pedi­ m en to que re siste p o r ig u al. 9. Hacia cuál de dos objetos iguales igualmente propuestos debe moverse un bruto.— E n el te rc e r ejem p lo cabe ta m b ié n negar fácilm ente q u e aquella desig u ald ad p u e d a darse d e m a n e ra n a tu ra l en todos los casos, ya q u e los in­ dicados objetos n o p u e d e n c o n sid erarse y oponerse p o r igual al m ism o tiem po; o, a u n cu an d o co ncedam os q u e se re p re se n ta n a la vez como ig u alm en te am a­ bles, direm os q u e ta m b ié n son am ados sim ultáneam ente, p e ro q u e se m ueve hacia la consecución d e u n o a n tes q u e a la del otro porque el m ovim iento se a p reh en d e com o m ás fácil h acia aq u ella p a rte debido a alguna circunstancia.

Primum est quod saxum naturaliter agerec quantum posset, et ita non dividerei vitrum, sed ita comprimerei ut corrumperet et i n , aliarti naturam commutaret, sicut videmus accidere in tritico mola contrito; illud autem corpus quod inde consurgeret posset esse continuum; nam si esset in particulas divisum, sicut est farina, vix posset reddi' naturalis ratio cur quaedam partes potius quam aliae dividerentur, nisi reducendo illam varietatem vel inaequalitatem in effectu ad aliquant inaequalitatem in contactu et alteratione inde consurgente propter poros ipsorum corporum vel propter aliquas alias causas ibi concurrentes. Vel certe si contactus ille non esset satis ut inde resultaret alteratio sufficiens ad corrumpendum vi­ trum, non est inconveniens, sed necessarium dicere non fore confringendum. Ratio est quia dum unum corpus super aliud cadit non frangit illud nisi propter aliquem motum localem inaequaliter factum in partibus corporis confracti; nam dum una pars eius prius deprimitur quam alia, quae nec

resistere potest propter defectum virtutis nec cedere aut flecti propter duritiem, fit confractio; in dicto autem casu non posset vitrum moveri localiter, quia et secundum omnem partem aeque contingitur et impellitur, et a corpore supposito etiam simul et aeque resistitur secundum omnem partem. Unde si illud non esset aeque planum vel aeque solidum et secundum aliquam par­ tem facilius cederei, secundum illam confringeretur vitrum. Atque ita in ilio esem­ plo nunquam cessât actio ob indifferentiam, sed ob impedimentum aequaliter resistens. 9. Ad quod e duobus aequalïbus aeque propositis obiectis movendum brutum.— In tertio esemplo negari etiam facile potest il­ lam aequalitatem posse naturaliter accidere in omnibus, quia non possunt ilia obiecta simul aeque considerati et obiici; vel etiamsi demus simul repraesentari aeque amabilia, dicemus simul etiam amari, prius tamen ad unum quam ad alterum assequendum moveri, eo quod motus versus illam partem ob aliquam circumstantiam ut facilior ap-

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F in a lm e n te , si ad m itim o s u n a apreh en sió n igual en todas las circu n sta n cias, ta n to respecto d e la apetición com o d e la ejecución, parece q u e d eb e conce­ derse q u e el a p etito del b ru to no tien e facu ltad de d eterm in arse a u n o m ás b ie n q u e al o tro , p o r carecer de lib ertad . C onsiguientem ente, aquella in d e te r­ m inación no pro v ien e d e indiferencia, sino más. b ie n d e la n atu ral necesidad y determ inación en el m odo de obrar y d e la falta d e u n a condición necesaria p a ra o b rar así; y ese defecto tiene su origen en causas q u e son iguales en su género y se re siste n m u tu am en te. P o rq u e , según dijim os, el apetito sensitivo n o p u e d e o b ra r sino con u n a suficiente proposición y m oción del objeto, la cual falta en el caso citado, ya que n in g u n o de aquellos objetos es ap reh en d id o e n absoluto com o dig n o d e q u e se le am e y de q u e se tien d a a él, seg ú n es preciso para q u e el efecto d el apetito se siga p o r necesidad. Y la razó n p o r la 'q u e acu ella aprehensión o juicio n o se d a, en el caso p ro p u esto , estrib a e n que dichos objetos se im p id e n m u tu a m e n te , al m over y resistir p o r igual en su m odo de causación. D e esta m anera, ta m b ié n en aq u e l caso faltan las condicio­ nes arrib a enum eradas. 10. Por qué un agente natural equívoco produce un efecto más bien que i'¡tro.— E n el c u a rto ejem plo podem os n eg ar, e n p rim e r lu g ar, q u e haya alguna causa n atu ral q u e p o r sí m ism a sea ig u alm en te in d ifere n te p a ra p ro d u c ir efec­ to s co n trario s; antes bien, A ristóteles — seg ú n verem os m ás adelante— esta­ blece com o diferencia e n tre las potencias libres y las n atu rales el h echo de q u e aquéllas son potencias p a ra cosas opuestas o contrarias, m ientras q u e és­ tas n o, sino ú n icam en te p a ra u n o de los opuestos. D e b e en ten d e rse esto en absoluto y siem pre q u e p erm an ezcan igual todas las dem ás circunstancias, p u es accidentalm ente o cu rre q u e d el efecto d e u n m ism o agente n atu ral se siguen efectos contrarios, según explicam os arrib a en el caso d e la antiperístasis. T a m ­ bién p o r la diversa disposición de la m ateria sucede q u e u n m ism o sol re b la n ­ dece la cera y e n d u rece el b a rro ; y p o r la d iferen te concurrencia de causas acontece asim ism o q u e e l sol concurre p a ra efectos diversos o co n tra rio s; m as siem pre ob ra con n a tu ra l necesidad y d eterm inación, supuestas todas las causas

prehenditur. Denique, si admittamus aequalem apprehensionem in omnibus circumstantiis, tam respectu appetitionis quam exsecutionis, concedendum videtur non esse in appetitu bruti facultatem u t se determinet ad unum potius quam ad aliud, ob carentiam libertatis. Unde illa indeterminatio non provenit ex indifferentia, sed potius ex na­ turali necessitate ac determinatione in modo operandi, et defectu conditionis necèssariae ad sic operandum; qui defectus ex causis in suo . genere aequalibus et invicem sibi resistentibus provenit. Nam, ut diximus, non potest appetitus sensitivus operar! nisi ■cum sufficienti propositione et motione ob­ ietti; haec autem deest in ilio casu, quia neutrum illorum obiectorum apprehenditur absolute ut amandum et prosequendum, prout necessarium est ut effectus appetitus necessario sequatur. Ratio autem ob quam illa apprehensio seu iudicium in eo casu non habetur est quia illa obietta mutuo se impediunt dum in suo modo causandi aequaliter movent ac resistunt. Atque ita etiam

in eo casu desunt conditiones supra enumeratae. 10. A equivocum agens naturale, cur hunc potius q u a m ilium effectum efjiciat .— In quarto exemplo negare possumus im­ primis esse aliquam naturalem causam quae per se sit aeque indifferens ad efficiendos effectus contrarios; quin potius Aristoteles, ut infra videbimus, in hoc consdtuit differentiam inter potentias liberas et naturales, quod illae sunt potentiae ad opposita vel contraria, hae autem minime, sed ad alterum tantum oppositorum. Quod intelligendum est per se, et caeteris omnibus eodem modo se habentibus, nam per accidens contingit ex effectu eiusdem naturalis agentis sequi effectus contrarios, ut supra in andperistasi declaravimus. Ex diversa item dis­ posinone materiae condngit ut idem sol molliorem reddat ceram et lutum obduret; et ex vario causarum concursu contingit edam ut sol ad varios vei repugnantes ef­ fectus concurrat; semper tarnen agit cum naturali necessitate ac determinatione, sup21

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que concurren a la vez. E s m ás, en lo que d e é l d ep en d e siem p re incoa la acción de igual m odo, ilu m in an d o y c a le n ta n d o ; y d esp u és, con arreg lo a la disposición del paciente o la concurrencia de o tras causas, se sigue el efecto proporcionado con la m ism a necesidad. E n este sen tid o d ijo A ristóteles, II De Generat., tex to 18, que u n m ism o agente n a tu ra l q u e se c o m p o rta siem pre de igual m odo (esto es, en sí y con respecto a lo dem ás) está n a tu ra lm e n te ordena­ do a h acer siem pre lo m ism o. C o n sig u ien tem en te, p o r ra z ó n d e l p o d e r d e obrar cosas contrarias tam poco hay indiferencia alguna e n las causas n atu ra le s, ya que n u n c a p u e d e n p ro d u c ir cosas contrarias p o r sí solas, sino e n u n ió n con otras, p u estas la$ cuales necesariam ente p ro d u c e n u n efecto u otro. 11. Por qué cualquier causa eficiente produce un efecto singular más bien que otro dentro de la misma especie.— E n el q u in to ejem plo existe alguna m ayor a m b ig ü ed ad sobre la in d ifere n cia o d eterm in ació n d e cu alq u ier causa n a-' tu ra l p a ra efectos individuales o singulares. A este resp ecto se d a la opinión n o im p ro b a b le d e q u e, a u n cu an d o la v irtu d d e la causa n a tu ra l, considerada ab so lu tam en te, sea in d ifere n te a m uchos in d iv id u o s p o r m o d o d e causa supe­ rio r y su ficiente p a ra todos ellos, no o b stan te, aplicada en p a rtic u la r a este p a­ ciente c o n estas circunstancias, se halla n a tu ra lm e n te d eterm in ad a a p ro d u cir ta l fo rm a in d iv id u a l; m as cu an d o decim os q u e la causa o b ra n ecesariam ente c u m p lid o s to d o s lo s req u isito s, n o s referim os a to d o lo re q u e rid o e n p a rticu lar p a ra la acción. S in em bargo, es m ás p ro b ab le — según in d iq u é a rrib a — q u e esta d e te rm in a c ió n a u n efecto ind iv id u al p rovenga d el concurso y de la d e­ te rm in a c ió n d e la p rim e ra c a u sa ; y, p u esto éste, d ebe afirm arse q u e tam bién esta c o n d ic ió n se e n c u e n tra contenida en los re q u isito s previos p a ra o b rar, en co n fo rm id a d c o n lo q u e h em os explicado. P o rq u e la causa seg u n d a necesita el c o n c u rso d e la p rim era ' d eterm in ad o a u n efecto p a rtic u la r y , ofrecido ese c o n c u rso en a c to p rim e ro y aplicados todos los dem ás req u isito s, esa causa que­ d a d e te rm in a d a n ecesariam en te a ta l efecto en p articu lar. Y así tam b ién , según el m o d o in d ic a d o , en este caso n o se d a in d ifere n cia alguna q u e e sté en con­ tra d ic c ió n c o n la n ec e sid a d n a tu ra l de o b rar. N i esta ú ltim a indiferencia atenta — com o se o b je ta b a — co n tra la d eb id a ordenación de la n atu ra le z a , d e q u e los

positis omnibus causis simul concurrentibus. lam io semper, quantum est ex se, eodem modo inchoat actionem illuminando et calefaciendo ; ac deinde iuxta passi dispositionem vel concursum aliarum causarum, eadem necessitate proportionatus sequitur effectus. E t hoc sensu dixit Aristot., II de Gener., text. 18, naturale agens idem eodem modo se habens (nimirum in se et respectu aliorum) natum esse semper facere idem. Igitur ob virtutem agendi contraria nulla etiam est indifferentia in causis naturalibus, quia nunquam possunt per se solas efficere contraria, sed adiunctis aliis, quibus positis ex necessitate faciunt unum vel alterum ef­ fectum. 11. Quodvis efficiens unde hunc potius singularem effectum quam ilium in eadem specie efficiat.— In quinto exemplo nonnulla maior est ambiguitas circa indifferentiam vel determinationem cuiuscumque causae naturalis ad individuos vel singulares effectus. In quo est opinio non improbabilis, quod, licet virtus causae naturalis, absolute con­ siderata, sit indifferens ad multa individua

per modum causae superioris et sufficientis ad omnia illa, tamen in particulari applicata ad hoc passum cum his circumstantiis, est naturaliter determinata ad talem formara in individuo efficiendam; cum autem dicimus causara necessano agere adhibitis óm­ nibus requisitis, sermo est de ómnibus in particulari quae ad actionem requiruntur. Probabilius vero est, ut supra attigi, hanc deterrainationem ad individuum effectum provenire ex concursu et definitione primae causae; quo posito, dicendum est hanc conditionem etiam contineri in praerequisitis ad agendum, iuxta ea quae a nobis explicata sunt. Indiget enim causa secunda concursu primae determinara ad particularem effec­ tum, quo concursu exhibito in actu primo, et aliis ómnibus requisitis adiunctis, talis causa necessario determinatur ad talem ef­ fectum in particulari. Et ita etiam hoc modo nulla hic intervenit indifferentia quae repugnet naturali necessitati agendi. Ñeque haec ultima indifferentia, ut obiiciebatur, est contra debitara naturae institutionem,

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agentes n atu rales n o p u e d a n d eterm in arse a sí m ism os p a ra efectos in d iv id u a le s a n o ser q u e l á ' d eterm in ació n com ience e n la causa p rim e ra , sino q u e e s u n a ’n a tu ra l im perfección e in digencia de tales agentes y u n a cierta su b o rd in ació n q u e tie n e n con resp ecto a la causa p rim e ra , en razón de la cual son c o n sid era­ dos com o in stru m e n to s d e dicha c au sa; p o r eso, así com o d e p e n d e n d e ella en el o b ra r, igu alm en te dep en d en en la d eterm in ació n para p ro d u c ir e ste in ­ dividuo m ás b ie n q u e aquél. M ás aú n , p o r este efecto entendem os recta m e n te q u e la o bra de la n a tu raleza es ob ra d e una in te lig en cia; y q u e e l efecto, p o r m u y necesario q u e sea con respecto a la causa p a rtic u la r, es lib re con re s p e c to a la universal. C o nsiguientem ente, d e todo esto re su lta claro q u e en las causas n atu rales n o h ay n in g u n a indiferencia p ro p ia , q u e e sté en con trad icció n c o n la necesidad d e o b ra r, p a ra q u e tal causa, u n a vez p u estas -todas las dem ás con­ causas y condiciones exigidas para la operación, n o o b re p o r necesidad sin n in ­ g u n a indiferencia e n absoluto.

Cuáles son las causas que obran necesariamente 12. E n segundo lu g a r, debe afirm arse q u e todas las causas q u e ob ran sin uso d e razó n , e n cu a n to tales, obran con la indicada necesidad. Se to m a esto de A ristóteles, lib . IX d e la Metafísica, c. 2 , d o n d e establece esta diferencia en tre las potencias racionales y las irracio n ales: las irracionales están d e te rm i­ nadas a u n a sola cosa, m ien tras q u e las racionales son in d ifere n tes a cosas o p u es­ tas. Q u é e n tien d e p o r potencias racionales, y si conviene a todas ese m o d o de o b rar, lo verem os d e sp u é s ; ahora nos lim itam os a afirm ar q u e to d as las facul­ tades q u e carecen p o r com pleto de uso d e razó n ejercen sus operaciones por necesidad n atu ral. E sto p u ede confirm arse ta m b ié n p o r in ducción, p u es así cons­ ta experim entalm ente en todos los órdenes d e cosas hasta los anim ales irra ­ cionales. 13. Si el apetito sensitivo del hombre opera libre o necesariamente.— Sólo podría h a b e r d u d a acerca del apetito sensitivo d el h o m b re, al q u e algunos a tri-

quod natuialia agenda non possint sese de­ terminate ad individuos effectus nisi deter­ minate indpiat a prima causa. Sed haec est naturalis imperfectio et indigentia talium agentium et quaedam subordinatio quam ad primam causam habent, propter quam veluti instrumenta quaedam eius censentur; et ideo, sicut ab ea pendent in operari, ita et in determinatione ad operandum hoc individuum potius quam aliud. Imtno, ex hoc effectu recte intelligimus opus naturae esse opus intelligentiae; et effectum, quamtumVis necessarium respectu causae particularis, esse liberum respectu universalis. Con­ stat igitur ex his omnibus in naturalibus causis nullam esse propriam indifferentiam, quae necessitate agendi repugnet, quominus tabs causa, positis omnibus aliis concausis, et conditionibus requisitis ad operandum, ex necessitate absque omni prorsus indiffe­ rentia operetur.

Quae sint causae necessario agentes 12. Secundo dicendum est omnes cau­ sas quae operantur absque usu rationis, quatenus tales sunt, operari cum praedicta ne­ cessitate. Hoc sunti tur ex Aristotele, lib. IX Metaph., c. 2, ubi hoc discrimen constituir inter potentias rationales et irrationales, quod potentiae irrationales sunt determinatae ad unum, rationales vero sunt indife­ rentes ad opposita. Quid vero intelligat per potentias rationales, et an omnibus conveniat ille operandi modus, infra videb¡mus; nunc solum asserimus facilitates omnes quae rationis usu omnino carent naturali neces­ sitate suas operationes exercere. Quod etiam inductione confirmari potest; ita eriún ex­ perimento constat in omnibus rerum gradibus usque ad bruta ' ammalia. 13. Appetitus sensitivas hominis, liberene an necessario agat.— Solum posset de

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b u y e n n o sé q u é vestigio de lib e rta d ; e incluso h ay quienes lo extien d en al a p e tito de los b ru to s, com o direm os n u ev am e n te m ás abajo. Pero en esta cues­ tió n , q u e se tra ta con m ayor a m p litu d en T eo lo g ía, la verdad es q u e si hay alg u n a p artic ip a c ió n de lib e rta d en el ap etito sensitivo hum ano, la h ay en ta n to en cu a n to existe u n a p artic ip a c ió n de la ra z ó n en la cogitativa del ho m b re. Y si en ésta n o se da v erd ad ero razo n am ien to , com o ciertam ente o cu rre, ta m ­ poco h a b rá en aquél — considerado e n absoluto— auténtica libertad que ex­ clu y a la n ecesid ad de o b ra r, u n a vez p u esto s todos los requisitos. Y así, con este ejem plo m á s bien se confirm a y viene com o a consum arse la inducción h echa. S u ra z ó n estrib a en q u e la raíz ad ecuada d e la libertad es el uso de razó n , seg ú n verem os d esp u és, p o r lo cu al la carencia d e uso de razón es tam ­ b ié n la causa a d ecu ad a d e la carencia d e lib e rta d y, consecuentem ente, de n e ­ cesidad en la operación. M a s si tra ta m o s de e n c o n tra r la raíz intrínseca y cuasi p o sitiv a d e esta m an era d e o b ra r, n o es o tra q u e la m ism a naturaleza de tales cosas o facu ltad es, q u e p o r su n a tu ra le z a poseen esta determ inación en el m odo d e o b ra r, p o r el h echo d e n o ser ta n p erfectas q u e p u e d a n participar del dom i­ n io d e sus operaciones. A d em ás, p o rq u e la in d ifere n cia en el obrar nace in­ trín seca y ad ecu ad am en te d e la a m p litu d de la facu ltad racional, com o expli­ carem os m ás a d e la n te ; p e ro , así com o la afirm ación es causa de la afirm ación, ig u alm en te la n eg ació n lo es de la negación. 14. D e a q u í cabe in fe rir, p o r ú ltim o , q u e esta necesidad es tan grande que n o p u e d e s e r e lim in a d a n i im p e d id a de pasar al acto, n o sólo por la v irtu d in ­ trín seca d e la fa c u lta d m ism a, sino n i siq u iera p o r otras causas naturales, sean las q u e fu eren . P o rq u e , se g ú n d ijim o s, las causas n atu rales pueden im pedirse p o r resisten cia o p o r acció n c o n tra ria ; y d e esta m an era pu ed en elim inar todos los re q u isito s p a ra o b ra r ; m as, u n a vez aplicados éstos, n o pueden detener la ac­ ció n del ag en te n ecesario , ya q u e n o tie n e n p o d e r p a ra cam biar las naturalezas de las cosas n i p a ra h a c e r desap arecer p ro p ied ad es totalm ente intrínsecas. D ios es el ú n ico q u e p a re c e te n e r e ste p o d e r; p u e s p o r él hizo que el fuego no quem ase a los tre s jóvenes, y o tra s cosas sem ejan tes; ahora bien, si se consi-

appetitu sensitivo hominis dubitari, cui aliqui tribuunt nescio quod libertatis vesti­ gium. Immo sunt qui id extendant ad appetitum brutorum, ut inferius iterùm attingemus. Sed in ea re, quae in theologia latius disputatili,' veritas est, si quod est participium libertatis in appetito sensitivo hominis, in tantum esse in quantum est participium rationis in cogitativa hominis. Quod si in hac non est vera ratiocinatio, u t revera non est, neque in ilio per se sumpto est vera libertas quae excludat necessitateci operandi, positis omnibus requisitis. E t ita hoc exemplo potius confirmatur et quasi consummatur inductio facta. Ratio autem eius est quia adacquata radix libertatis est usus rationis, ut infra videbimus, et ideo carentia usus rationis est edam adacquata causa carentiae libertatis, et consequenter necessitatis in operando. Quod si intrinsecam et quasi positivam radicem huius modi operandi inquiramus, nulla est alia nisi ipsa natura talitim rerum vel facultatum, quae ex natura sua habent hanc determinationem

in modo operandi, eo quod non sint adeo perfectae ut parridpare possint dominium suarum operationum. Item, quia indifferentia in operando intrinsece et adacquate oritur ex amplitudine rationalis facuitatis, ut infra declarabimus ; sicut autem affirmatio est causa affirmationis, ita negano negatìonis. 14. Ex quo tandem inferre licet huiusmodi necessitatem tantam esse, ut non so­ lum per intrinsecam virtutem ipsius facultads, veruni edam per quascumque alias namrales causas auferri non possit, aut impediri quominus in actum prodeat. Possunt quidem, u t diximus, naturales causae se impedire per resistentiam vel contrariarli actionem; atque ita possunt etiam auferre omnia ad operandum requisita; tamen, his positis, continere actionem necessarii agentis non possunt, quia rerum naturas immu­ tare non valent, nec proprietates omnino intrinsecas auferre. Solus Deus videtur ha­ bere hanc potestatem; per illam enim effecit ut ignis non comburerei tres pueros,

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dera atentam ente el a su n to , parece q u e n i siquiera D ios p u e d e hacer q u e , «en sentido com puesto» (com o suele decirse), u n a causa q u e p o r su n atu raleza ob ra necesariam ente, deje d e o b ra r si se p o n e n todos los req u isito s p a ra la a c ció n ; sino q u e sólo p u e d e a p a rta r alguno d e los req u isito s, con lo q u e sim plem ente, o «en sentido dividido», p u ed e hacer q u e ta l causa n o o p e re ; así, en el ejem ­ plo citado, D ios im p id ió la acción del fu eg o negando a éste su concurso, o sea, n o aplicando su v irtu d a o b ra r con el fu e g o ; p ero esto es u n o d e los req u isito s previos para q u e el fuego p u ed a o brar. C o n sig u ien tem en te, n o hizo D ios q u e el fuego no obrase h ab ién d o se p u esto todos los req u isito s, sino q u e a p artó uno de éstos. P o rq u e ,si D ios h u b iese d eterm in ad o p re sta r su concurso e n lo q u e de E l depende y dejar ín teg ras las dem ás condiciones exigidas, n o p o d ría im ­ p e d ir aquella acción, y a q u e ello im plica la elim inación d e lo que es n a tu ra l sin n in g u n a eficiencia c o n traria o, al m enos, sin denegación d e l auxilio o de la eficiencia necesaria p o r p a rte d e D ios. P u e s, ¿cóm o es posible que se im p id a una acción n atu ral si n o se pone n in g ú n im p ed im en to ? O ¿en q u é o tro im p e ­ d im e n to ' p u ede p ensarse, si n o in terv ien e n in g u n o d e los antes in dicados? A sí, pues, si se realiza la suposición dicha, seg ú n q u ed a explicada, la acción se si­ gue con ta n ta n ecesidad q u e n o p u ed e ser im p ed id a com o n o sea elim inando la suposición en alg u n a de sus p artes. A h o ra bien, la diferencia e n tre D ios y los dem ás agentes creados consiste en q u e , p u estas todas las condiciones q u e se re q u ie re n , fu era d e D io s, p a ra las acciones de los agentes natu rales, E l p u e ­ de im p e d ir la acción p o r su sola v oluntad, negando lo q u e es necesario p o r p arte d e E l; en cam bio, las cosas creadas n o p u e d e n h acer esto, sino ú n ica­ m ente p o r u n a acción o u n a resistencia opuesta, o ciertam en te p o rq u e , m e ­ diante alg u n a m oción local, p u ed en p o n e r algún im p ed im en to o ap artar la m a­ teria u o tra condición necesaria. D e esta m an era, q u e d a suficientem ente claro de q u é clase y cuán g ran d e sea esta necesidad.

et similia; tarnen, si res attente ponderetur, etiam Deus ipse non videtur posse tacere ut in sensu (ut vocant) composito, causa quae natura sua necessario agit, ab agendo cesset positis omnibus requisitis ad actio­ nem; sed solum potest auferre aliquod ex requisitis, et ita simpliciter seu in sensu di­ viso potest facere ut talis causa non operetur; ut in dicto exemplo Deus impedirà actionem ignis negando igni concursum suum, id est, non applicando virtutem suam ad operandum cum igne; hoc autem est unum ex. praerequisitis ut ignis agere possit. Non ergo fecit Deus u t ignis non . ageret positis omnibus requisitis, sed ali­ quod ex eis abstulit. Nam si Deus statuisset dare concursum quantum est ex se et alias conditiones requisites integras relinquere, non posset ¿lam actionem im­ pedire, quia implicat tollere id quod natu­ rale est absque ulla contraria effidentia, vel saltern absque denegatione auxilii seu effi-

cientiae necessariae ex parte Dei. Quomodo enim potest naturalis actio impediri nullo posito impedimento? Aut quod aliud impedimentum intelligi potest, si nullum ex praedictis intervenit? Itaque dicta supposi­ tio n facta, u t declarata est, tanta necessi­ tate suboritur actio ut impediri non possit nisi tollendo aliqua ex parte suppositionem. Differentia autem inter Deum et alia agen­ da creata in hoc est quod, positis omnibus quae extra Deum requiruntur ad actiones naturalium agentium, potest ipse sola sua volúntate impediré actionem, negando id quod ex parte sua necessarium est; aliaé vero res creatae hoc non possunt, sed solum per actionem vel resistentiam oppositam, aut certe quia per aliquam motionem localem possunt aliquod impedimentum po­ neré vel materiam aut aliam conditionem necessariam auferre. Atque ita satis constat qualis et quanta sit haec necessitas.

Disputaciones metafísicas

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S E C C I O N

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S í entre l a s causas e fic ie n t e s e x ist e n algunas que obran s in necesidad

Y CON LIBERTAD 1. Argumentos de la parte negativa.— Primero.—■ E sta cuestión es graví­ sim a y extensísim a, y d ep en d e en gran p a rte de las dificultades teológicas o ri­ g in ad as p o r los m isterios so b ren atu rales de la gracia y la predestinación d iv in a; m as en este lu g a r únicam ente d eb e tra ta rse en la m ed id a en que p u ed e definirse p o r prin cip io s n atu rales. P u e s b ien , si atendem os a la razón natural, parece d e­ m o stra rse con m uchos a rg u m en to s q u e n o p u e d e h a b e r ninguna causa eficiente sin necesidad in trín seca d e o brar. E n p rim e r lu g a r, porque la causa prim era , d e la que p ro c e d e n todas las dem ás, o b ra p o r necesidad de su n atu ra le z a ; y p o r razó n n a tu ra l n o p u e d e en te n d e rse o tra c o sa ; luego m ucho más todas las cau­ sas q u e o b ran bajo ella. E l an tec ed en te se d a p o r supuesto com únm ente, según el parecer de A ristóteles y o tro s filósofos; y se p aten tiza por la razón, pues si D ios n o obrase p o r n ec e sid a d d e su n a tu raleza n o sería inm utable, ya q u e ah o ra p o d ría co nducirse d e m a n e ra d is tin ta q u e antes. Se dem uestra la p ri­ m e ra consecuencia p o rq u e la causa segunda n o ob ra si no es m ovida p o r la p rim e ra ; luego si la p rim e ra m u ev e necesariam ente a la segunda para que obre, la seg u n d a se m u ev e n e c e sa ria m e n te ; luego tam b ién ob ra necesariam ente, p o r­ q u e la m oción activa n o p u e d e su b sistir sin la pasiva, ni la m oción actual para o b ra r sin la o p eració n a ctu a l, n o sólo p o rq u e n o p u e d e darse una m oción sin su té rm in o , sino ta m b ié n p o rq u e n o p u e d e fru stra rse la moción divina. 2. Segundo .— D e a q u í se elab o ra la seg u n d a razó n , que tiene validez aun cu an d o n o su p o n g am o s q u e la causa p rim e ra o b ra por necesidad, sino libre­ m e n te , p u e s a u n q u e d e a q u í se siga re c ta m e n te q u e los efectos no son necesa­ rio s c o n re s p e c to a la cau sa p rim e ra , n o o b stan te parece inferirse con igual eficacia q u e b a jo la cau sa p rim e ra n o hay n in g u n a o tra que no obre por nece­ sid ad , ya q u e n o h a y n in g u n a q u e o b re si n o es m ovida por ella; en efecto, to d a causa se g u n d a n e c e sita ser m o v id a p o r la p rim e ra ; pero toda causa que

SECTIO II

quia nisi Deus ex necessitate naturae operaretur, non esset immutabilis, nam posset nunc aliter se habere quam prius. Prima vero consequentia probatur quia secunda causa non agii nisi mota a prima; ergo si I. Partis negativae argumenta.— Pri- prima necessario movet secundam ad opemum.—• Haec quaestio est gravissima et la­ randum, secunda necessario movetur; ergo tissima et magna ex parte pendei ex diffi- et necessario operatur, quia nec stare pot­ cultatibus theologicis quae oriuntur ex su- est motio attiva sine passiva, neque actualis pematuralibus mysteriis gratiae et praedes- motio ad operandum sine attuali operatione, tinationis divinae; hoc vero loco solum est turn quia non potest esse motio siDe suo tractanda quantum ex naturalibus princi- termino, tum etiam quia non potest fruspiis d e finin' potest. Si ergo naturalem ra- trari divina motio. tionem spectemus, videtur multis rationi2. Secundum.— Atque hinc fit secunda bus probari nullam esse posse causam efratio, quae procedit etiamsi non supponaficientem absque intrinseca necessitate agen- mus primam causam agere ex necessitate, di. Primo quidem, quia prima causa, a qua sed libere, quia, licet hinc rette sequatur omnes aliae manant, ex necessitate naturae respectu primae causae effectus non esse operatur, neque aliud potest ratione naturali necessarios, tamen eadem efficacia videtur intelligi; ergo multo magis omnes causae inferri sub prima causa nullam esse aliam quae sub illa operantur. Antecedens sup- quae non ex necessitate operetur, quia nulla ponitur communiter ex sententia Aristotelis est quae operetur non mota ab illa; omnis et aliorum philosophorum ; et patet ratione, enim causa secunda indiget moveri a pri-

UTRUM INTER EFFIC IE N TS CAUSAS SINT ALIQUAE ABSQUE NECESSITATE ET CUM LIBERIATE OPERANTESI.

Disputación X IX .— Sección II

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m ueve siendo m ovida o bra p o r n ecesidad, p ues el h ech o d e q u e se m u e v a n o depende de ella, sino d el m o to r, cuya m oción no p u e d e ella p o n e r n i im p e d ir; y. el q u e siendo m o v id a ob re tiene u n a consecuencia necesaria, com o razoná­ bam os antes. 3. Tercero.— L a tercera razón es q u e en la sección a n terio r h em o s de­ m ostrado q u e to d a causa q u e obra p riv ad a de razó n obra p o r n e c e sid a d ; con­ siguientem ente, si alg u n a causa p ro d u c e algo sin necesidad, será o el h o m b re o u n a inteligencia creada (p o r n o alu d ir ya a la causa p rim era , p u esto q u e aq u í nos referim os p rin cip alm en te a las c read as); pero d e n in g u n a d e estas causas p u e d e afirm arse esto, según la razón n a tu ra l. Se p ru e b a , en prim er lu g ar, acerca d e las inteligenciás, p o rq u e p o r razó n n a tu ra l sólo se conocen com o m o to ras d e las esferas celestes; p e ro en ta l acción n o p u ed en considerarse com o causas q u e o b ra n lib rem en te, p u es d e lo co n trario esos m ovim ientos n o serían nece­ sarios n i inevitables y las inteligencias creadas p o d ría n in v e rtir el o rd e n del universo a su arb itrio . P o r eso, en aten c ió n a esta causa h a n sido p u e sta s p o r los filósofos las inteligencias segundas igualm ente inm utables q u e la p rim e ra ; luego, p u esto q u e existe la m ism a ra z ó n para este efecto y para los dem ás, d e b e pensarse q u e las inteligencias son causas que o b ra n necesariam ente en to ­ dos los casos, en la m e d id a en q u e p u e d e n conocerse p o r razó n n a tu ra l. C on esto se p ru e b a a fortiori la segunda p a rte acerca del h o m b re ; en p rim e r lu g ar, p o rq u e el o b rar d e m an era no necesaria im plica p erfección o im p erfe cció n ; si perfección, ¿cóm o la atrib u irem o s a los h om bres, siendo así que n o p artic ip a n de .ella las inteligencias? S i im perfección, ¿ p o r q u é la atribuirem os a los h o m ­ b res m ás bien q u e a los b ru to s? E n segundo térm in o , p o rq u e el h o m b re está som etido a las influencias celestes, ig u al q u e las dem ás cosas in fe rio re s; p ero las causas in feriores tie n e n , por influencia celeste, cierta necesidad en sus efec­ to s ; luego, en v irtu d d e la m ism a influencia, p artic ip a n d e esa n ecesid ad las acciones y co stu m b res h u m a n a s; la experiencia m ism a y las predicciones d e los astrólogos p arecen p e rsu a d ir esto suficientem ente. 4. Cuarto.— L a c u arta razón consiste en q u e , si alguna causa o b ra sin necesidad, es p reciso q u e posea alguna facu ltad o p o ten cia dotada del p o d e r de

ma; sed omnis causa movens mota ex ne­ cessitate operatur, quia quod moveatur non est in potestate eius, sed moventis, cuius motionem nec ipsa ponere potest nec im­ pedire; quod autem mota operetur necessariam habet consecutionem, ut prius argumentabamur. 3. Tertium.— Tertia ratio sit quia su­ periori sectione ostensum est omnem cau­ sato operantem absque ratione ex necessitate agere; si ergo aliqua causa quidpiam efficit absque necessitate, erit aut homo aut ìntelligentia creata (ut iam primam causam omittam, quia hic de creatis potissime ser­ mo est); sed de neutra causa ex his dici id potest, sequendo rationem naturalem. Quod primo de intelligentiis probatur, quia ratione naturali solum cognoscuntur ut motrices orbium caelcstium; sed in ea actione non possunt existimari causae libere agentes, alias motus illi non essent necessarii neque inevitabiles possentque intelligentiae creatae suo arbitrio invertere ordinerà universi. Un­ de propter hanc causam positae sunt a

philosophis intelligentiae secundae aeque immutabiies ac prima; ergo cum eadem sit ratio de hoc effectu et de aliis, censendae sunt intelligentiae causae in omnibus ne­ cessario agentes, quantum ratione naturali cognosd possunt. Et hinc a fortiori proba­ tur altera pars de homine; primo quidem, quia vel agere absque necessitate pertinet ad perfectionem vel ad imperfectionem ; si ad perfectionem, cum intelligentiae illam non participent, quomodo earn tribuemus hominibus? Si ad imperfectionem, cur potius illam tribuemus hominibus quam brutis? Secundo, quia homo subiectus est influentiis caelestibus sicut aliae res inferiores; sed inferiores causae habent ex influentia caelesti necessitatemi quamdam in effectibus suis; ergo ex eadem participant necessita­ telo humanae actiones et mores; quod experientia ipsa et astrologorum praedictiones satis persuadere videntur. 4. Quartum.— Quarta ratio sit, nam si aliqua causa absque necessitate operatur, necesse est habere aliquam facultatem seu

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Disputaciones metafísicas

detener s u ' operación, in clu so habiéndose cu m p lid o todos lo s re q u isito s p a ra o b ra r; p e ro en las cosas creadas n o existe n in g u n a poten cia q u e sea ta l; luego tam poco existe lib ertad o carencia d e necesidad e n el o b rar. L a m ayor es m a­ nifiesta a contraño p o r lo dicho e n la sección a n te rio r; p o rq u e la causa seg u n d a n o ob ra nada a n o ser m ed ian te alguna facultad su y a ; p e ro es p rin cip io de u n a operación necesaria aquella facu ltad que la ejerce necesariam ente, u n a vez p ues­ tos todos los re q u isito s; luego, para que alguna acción n o sea necesaria, es preciso q u e alguna potencia posea la m anera o p u esta d e o b ra r. L a m en o r se p ru e b a p o rq u e , si hu b iese alg u n a potencia de esa clase, sería, o el entendi­ m ien to p la v o lu n ta d , ya q u e hem os dicho q u e e n todas las cosas inferiores n o h ay n in g u n a q u e sea ta l; pero esto n o p u e d e atrib u irse al en te n d im ie n to , ya q u e , conocida suficientem ente la verdad, n ecesariam ente p re sta su asentim ien­ to, com o sabem os p o r ex periencia; luego el e n te n d im ien to es, d e suyo, u n a po­ tencia d eterm in ad a a u n a sola cosa. Y si alguna vez n o q u e d a b a sta n te deter­ m in a d o , ello o cu rre únicam ente p o r insuficiente aplicación d e l objeto o p o rq u e las ra z o n e s p ro p u estas p u g n a n en tre sí y vienen com o a resistirse m u tu a m e n te ; p e ro esto no b asta p a ra la indiferencia en el o b rar, com o hem os explicado a n i­ b a, g u a rd a n d o la d eb id a proporción, en el caso d e las potencias inferiores. 5. T a m p o c o la voluntad parece poseer ese m odo d e o b ra r, ya q u e el en­ te n d im ie n to es u n a potencia m ás perfecta q u e la v o lu n ta d ; p o r ta n to , si él n o p a rtic ip a d e e sta m an era d e obrar, tam poco la v oluntad. A dem ás, p o rq u e la v o lu n ta d n o o b ra si no es m ovida y determ inada eficazm ente p o r el en ten d im ien to ; p o rq u e la v o lu n ta d es u n a p o ten cia ciega, q u e n o p u ed e pasar al acto si no e s c o n d u c id a p o r el intelecto, n i puede resistir a éste si m ueve e im p era c o n eficacia, p u es d e lo contrario p o d rá haber u n defecto en la v o lu n ta d au n q u e e l e n te n d im ie n to h ag a cuanto p u e d a para dirigirla, cosa q u e n o a d m ite n los tra ­ ta d ista s d e filosofía m oral. 6 . S e confirm a esta razó n , e n p rim er lu g ar, p o rq u e la v o lu n tad (y lo m is­ m o o c u rre c o n e l entendim iento) obra necesariam ente en su s actos m ás im por­ ta n te s , com o el a m o r d el b ie n en cuanto tal y la tendencia al ú ltim o fin ; luegoe n to d o s . L a consecuencia es manifiesta, n o sólo p o rq u e cad a fa c u lta d tie n e

potentiam quae vim habet commendi suam operationem, edam positis omnibus requisitis ad operandum ; sed nulla est in rebus creatis talis potentia; ergo nec libertas seu carentia necessitatis in agendo. Maior constat a con­ trario ex dictis sectione praecedenti; nam causa secunda nihil operator nisi per aliquam facultatem suam; illa autem facultas est principium necessariae operationis quae illam ne­ cessario exercet, positis omnibus requisitis; ergo ut aliqua actio non sit necessaria oportet u t aliqua potentia habeat oppositum operandi modum. Probatur autem minor, nam si quae esset huiusmodi potentia, esset aut intellectu s aut voluntas, nam in inferioribus om­ nibus diximus nullam esse huiusmodi; sed intellectui non potest hoc attribuì, quia ex necessitate praebet assensum, cognita sufficienter ventate, ut experientia notum est; est ergo intellectus de se potentia terminata ad unum. Quod si interdum non satis detcrmxnatur, id solum est ex insufficienti applicatione obiecti vel ob rationes propositas in ter se pugnantes et quasi resistentes sibi

invicem; quod non satis est ad indifferentiam in operando, u t in inferioribus potentiis, proportione servata, supra declaravimus. 5. Ñeque edam voluntas videtur habereillum operandi modum, nam intellectus est perfectior potentia quant voluntas; ergo si tile non participât hunc modum operandi, ñeque edam voluntas. Deinde, quia voluntasnon operatur nisi mota et determinata pf— ficaciter ab intellectu; nam voluntas est po­ tentia caeca, quae non potest exire in actum nisi ducatur ab intellectu, nec potest ei resistere, si efficaciter moveat et imperet, alias poterit esse defectos in volúntate, etiamsi intellectus quantum in se est faciat ad dirigendam illam, quod philosophi moralesnon admittunt. 6. Et confirmatur primo haec ratio, namvoluntas (et idem est de intellectu) in potissimis actibus suis ex necessitate operatur,. ut in dilectione boni ut sic et in intentione ultimi finis; ergo in omnibus. Patet consequentia, tum quia nnius facultatis unus est

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u n ún ico m odo d e o b rar, sino tam b ién p o rq u e o el o b ra r p o r n ecesidad es m e ­ jo r q u e o b rar sin ella, o no. Si es m ejor, entonces, si la v o lu n tad alcanza ese m odo d e obrar e n los actos perfectísim os, lo alcanzará en todos. Si n o es m e­ jo r, entonces, p o r la m ism a razón p o r ' l a q u e la v o lu n ta d n o posee ese m o d o más. perfecto de o b ra r e n todos sus actos, y e n los q u e le son p ro p io s en g rad o sum o, n o lo poseerá e n los dem ás. 7. Se confirm a, en segundo lugar, p o rq u e si la v o lu n ta d es libre en alg u n a de su s operaciones, o tiene esa lib e rta d e n el in stan te en que obra o an tes d e o b ra r; n o en el m ism o in stan te, p o rq u e entonces ya o b ra n ecesariam en te; p u e s , así com o cuando u n a cosa existe, existe necesariam ente, igualm ente cu an d o o b ra , o bra necesariam ente. T am p o co antes d e o b ra r, ya q u e entonces n o ejerce n in ­ g u n a acción no necesaria. A dem ás, p o rq u e incluso entonces n ecesariam ente n o obra.

Observaciones con las que se expone el sentido de la cuestión 8. «Libre» y « necesario» se loman en muchos sentidos.— A u n q u e e sta cuestión general versa sobre todas las causas creadas, e incluso p u ed e e x te n d e rse tam b ién a la in cread a, n o o b stan te, la tratarem o s en especial con referen cia a las acciones hu m an as, n o sólo p o rq u e n o s son m ás conocidas y se d isp u ta d e ellas con m ayor frecuencia, sino tam b ién p o rq u e , a p ropósito d e todos los agen­ tes inferiores, suponem os q u e en ellos no tien e lu g a r otro m odo de o b ra r sino por necesidad, com o se h a indicado en la sección a n te rio r; y de los ag en tes superiores sólo podem os filosofar según cie rta p ro p o rció n con n u estras cosas, en cuanto coincidim os con ellos en el en ten d im ien to y en la voluntad. A hora b ie n , para q u e quede claro el sentido de las p alabras, d eb e advertirse q u e los té r­ m inos «necesidad» y «libertad», «libre» y «necesario», p u e d e n te n e r d ife re n ­ tes acepciones. E n efecto, h ab lan d o p ro p ia m e n te y a la m an era dialéctica, «ne­ cesario» se opone ta n to a lo im posible com o a lo q u e tiene posibilidad d e n o existir, de igual m an era q u e se dice n ecesaria aquella acción que n o p u e d e n o existir o p ro d u cirse, sobreentendiendo siem pre la hipótesis indicada, a sa b e r, que se hayan p u e sto todos los requisitos p a ra o b ra r; de esta n ecesid ad d e la operandi modus, tum etiam quia vel ope­ rar! ex necessitate melius est quam operari sine illa, vel non. Si est melius, ergo si vo­ luntas assequitur ilium modum operandi in perfectissimis actibus, assequetur in omni­ bus. Si non est melius, ergo qua ratione non habet voluntas perfectiorem operandi modum in omnibus actibus suis, et maxime sibi propriis, non habebit in reliquis. 7. Confirmatur secundo, quia si voluntas est libera in aliqua operatione sua, vel eam Übeltätern habet in instanti quo operatur vel priusquam operetur; non in eodem instanti, quia lana tune necessario operatur; quia sicut res quando est, necessario est, ita quando operatur, necessario operatur. N eque etiam prius quam operetur, quia tunc rullam exercct actionem non necessariam. F.t praeterea, quia etiam tunc ex necessitate non operatur.

Notationes quibtts sensus quaestionis exponitur 8. Liberum et necessarium muìtipliciter sumuntur.— Quamvis haec quaestio gene-

ralis sit de omnibus causis creatis, immcf extendi etiam possit ad increatam, sp ed aliter tamen illam tractabimus de humanis actionibus, tum quia et nobis notiores sunt et de illis frequentius disputatur, tum etiam quia de omnibus inferioribus agentibus sup­ p o n im i non habere in eis locum alium. modum agendi nisi ex necessitate, u t sectione p reced en ti tactum est; de supericiribus vero non possumus nos philosophari nisi secundum quamdam proportionem ad' res nostras, quatenus cum eis intellectu e t voluntate convenimus. U t autem de vocibus constet, advertendum est has voces necessi­ tatis et libertatis, et liberi ac necessari!, variis modis accipi posse. Proprie enim et dialettico more loquendo, necessarium o p ponitur tam impossibili quam possibili non esse, quo modo necessaria actio dicitur quae non potest non esse aut fieri, subintelligendo. semper illam hypothesim, scilicet, positi» omnibus requisitis ad agendum, e t de hac necessitate actionis diximus sectione praece—

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Disputaciones metafísicas

acción nos h em o s ocupado e n la sección que preced e. E n otro sen tid o , suele to m a rse «necesario» en cu a n to se opone a v o lu n tario ; según esta acepción, p a ra q u e u n a acción se llam e necesaria n o b asta que n o p u e d a no ejercerse, sino que ta m b ié n es p reciso q u e n o sea v oluntaria, lo cual p u e d e o cu rrir de dos m o d o s; n e g ativ am en te o c o n tra ria m e n te ; del p rim e r m odo se dicen necesarias todas las acciones d e las cosas caren tes d e conocim iento, a u n cu an d o sean m áxim am ente n a tu ra le s ; p u e s, a u n q u e m etafó ricam en te p u ed an llam arse espontáneas, e n cuan­ to e stá n conform es con el a p e tito n atu ral y m etafórico, sin em bargo n o son vo­ lu n ta ria s en se n tid o p ro p io , ya q u e n o pro ced en d el conocim iento, sin el cual n o p u e d e h a b e r v o lu n tario , seg ú n consta p o r el lib. n i de la Etica, c. 1, y tra ta S an to T o m á s en I-H , q. 6, a. 1 y 2. D el segundo m odo se dice necesario lo q u e es violento y coaccionado, p u e sto q u e va co n tra el propio apetito elícito, ya sea p erfecto , com o el ra c io n a l, o im perfecto, com o el sensitivo. Y de este m odo la acción d e l b ru to , si p ro c e d e d e l m ero apetito, a u n cuando sea necesaria en el p rim e r sen tid o , n o lo es se g ú n estos m odos p o sterio res, por no ser violenta n i p u ra m e n te n a tu ra l, sin o e sp o n tá n e a ; m as d e este m odo será necesaria la ac­ ció n si el b ru to se ve o b lig a d o a h a c e r algo e n co n tra de su propio a p e tito ; y, a este re sp e c to , o c u rre lo m ism o c o n las acciones hum anas. E n este sentido se d ic e en I I C o r., 9 : No por tristeza o por necesidad, e tc .; aunque las accio­ nes h u m a n a s p u e d e n d ecirse ta m b ié n necesarias d e otras m aneras, a u n cuando sean v o lu n tarias, e in clu so a u n c u an d o sean lib re s, a saber, po rq u e se hacen p o r necesid ad de p re c e p to , a c e rc a d e la cu al se dice en I C or., 7 : No teniendo necesidad, sino poseyendo el dominio de su voluntad. O porque se hacen p o r cierto so m etim ien to servil, a la m a n e ra com o se d icen necesarias las acciones de u n siervo, p rin c ip a lm e n te si las realiza p o r tem o r. 9. M as p o rq u e « lib re» se o p one a «necesario», se dice de casi tantos m o­ dos com o «necesario» m ism o . P u e s si se cree q u e «libre» es derivado d el verbo « lib rar» , d e m o d o q u e se d ig a acción lib re aquella q u e está libre d e to d a n e­ cesidad, será líb re e n to d o s lo s sen tid o s aq u ella acción que no tenga n in g u n a d e las an ted ich as n e c e sid a d e s, cosa q u e apenas se encontrará fuera de la acción d iv in a ; a u n q u e se d é ta m b ié n , a su m a n e ra , en algunas hum anas, sobre todo en

denti. Alio vero modo suini solet necessarium prout opponitur Voluntario, quo modo ut àctio necessaria dicatur non satis est ut non possit non exerceri, sed etiarn oportet ut voluntaria non sit, quod potest dupliciter accidere, scilicet vel negative vel contrarie: priori modo dicuntur necessariae omnes actiones rerum carentium cognitione, etiamsi maxime naturales sint; nam, licet metaphorice dici possint spontaneae, quatenus sunt conformes appetitui naturali et metaphorico, tamen proprie non sunt voluntariae, cum non sint ex cognitione, sine qua voluntarium esse non potest, u t constai ex III Ethic., c. 1, et tractat D. Thom., I-II, q. 6, a. 1 et 2. Posteriori modo dicitur necessarium quod est violentum et coactum, quia est contra proprium appetitimi elicitum, vel perfectum, ut est rationalis, vel imperfectum, ut est sensitivus. Et hoc modo aedo bruti, si ex mero appetitu procedat, quamvis sit necessaria primo modo, non tamen his posterioribus modis, quia non est violenta nec mere naturalis, sed spon-

tanea; erit autem hoc modo necessaria ac­ tio si brutum contra proprium appetitimi aliquid agere cogatur, et quoad hoc idem est de humana actione. Quo modo dicitur II ad Corinth., 9: Non ex trìstitia aut ex necessitate, etc.; quamquam humanae actiones aliis etiam modis dici possint neces­ sariae, etiamsi voluntariae, immo quamvis liberae sint, nimirum, quia ex necessitate praecepti fiunt, de qua dicitur I ad Corinth., 7 : Non habens necessitatem, potestatem autem habens suae voluntatis. Vel quia fiunt ex subiectione quadam servili, quomodo di­ cuntur necessariae actiones servi, praesertim si eas faciat ex timore. 9. Cum autem liberum necessario opponatur, tot fere modis dicitur quot neces­ sarium ipsum. Si enim liberum dictum cred&tur a verbo libero, ita ut actio libera di­ catur quae ab omni necessitate libera est, illa actio erit omnibus modis libera quae nullam habet ex praedictis necessitatibus, quod vix reperietur nisi in divina actione; quamquam edam in aliquibus humanis suo

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las q u e son honestas y únicam ente se realizan p p r d eliberación y a p e tito d e la re c titu d y de la justicia. E n este sen tid o se tom a a veces «libre», en cuanto excluye n o sólo la necesidad p ro p ia, sino tam b ién la serv id u m b re, com o, en la Sagrada E sc ritu ra , los santificados p o r la gracia o la gloria se d ic e n p ecu liar­ m en te libres, a saber, d e la servidum bre del pecado. E n o tro sen tid o se dice acción libre la q u e n o es coaccionada, sino v o lu n ta ria ; y esta lib ertad n o excluye la p rim e ra necesidad, q u e consiste en la d eterm in ació n a u n a sola cosa con im ­ p o ten cia de su sp en d er la acción, sino q u e sólo excluye la violencia y la coac­ c ió n ; d e .e s ta m anera es evidentísim o q u e se d a n acciones n o n ecesarias, n o sólo en los h o m b res, sino tam bién e n los b ru to s, a u n q u e dichas acciones sean en lo s hom bres ta n to m ás perfectas cu a n to m ás. p erfecta es en ellos la razón d e voluntario. D e a q u í tom aron ocasión algunos, especialm ente los h e re je s, p a ra •d ecir que las acciones d e l h o m b re n o son libres p o r o tra ra z ó n sino p o rq u e son perfectam ente vo lu n tarias, d e suerte q u e «libre» sea derivado, n o d e l verb o «li­ b ra r» , sino del verb o libet (agrada). E n u n ú ltim o sentido, y p ro p ísim o , se llam a acción lib re la q u e es verd ad eram en te lib re d e aquella n ecesid ad q u e en su o b rar tienen las cosas naturales e irracionales, com o se h a explicado e n la sección anterior. Y d e esta lib e rta d o no-necesidad tratam o s p ro p ia m e n te en la presen te cu e stió n ; y en este sen tid o fu e tratad a siem pre p o r los filósofos an ­ tiguos, pues n u n c a d u d ó n in g u n o , n i p u d o d u d a r, d e si los h o m b res, e n m u ­ chas de sus acciones, o b ra n espontáneam ente y m oviéndose y aplicándose a la o b ra p o r p ro p ia v o lu n tad , previo el conocim iento, sino q u e lo som etido a con­ troversia fue si en este m ism o v o lu n tario se m ezcla la necesidad y la d e te rm i­ nación a u n a sola cosa. P rim e r' error que niega la libertad 10. P ues b ien , e n esta cuestión h u b o u n antiguo e rro r fos, los cuales afirm aron q u e todos los efectos y acciones de las verso, incluso de las voluntades hu m an as, provenían de cierta n acid a d e la conexión d e todas las causas y del influjo de los

de algunos filóso­ causas d el u n i­ n ecesidad fatal, cielos y d e las

ac propriissimo modo dicitur actio libera modo inveniatur, in eis maxime quae hoquae vere libera est ab ea necessitate quam nestae sunt et tantum ex Consilio et appein agendo habent res naturales et irratio­ titu rectitudinis ac iustitiae fiunt. Atque ita nales, ut superiori sectione declaratum est. sumitur interdum liberum ut excludit non Et de hac libertate seu non necessitate distantum necessitatem propriam, sed etiam servitutem, quo modo, in Scriptural, sanc- putamus proprie in praesenti quaestione; tificati per gratiam vel gloriam dicuntur et in hoc sensu disputata fuit semper etiam ab antiquis philosophis; nullus enim unpeculiariter liberi, utique a servitute peccati. quam dubitavit, vel dubitare potuit, an opeAliter dicitur actio libera quae coacta non rentur homines in multis actionibus suis est, sed voluntaria; quae libertas non exclu­ spontanee et propria voluntate sese movendit necessitatem primam, quae consist« in determinatione ad unum cum impotentia tes et applicantes ad opus praevia cognitione, sed an in hoc ipso voluntario missuspendendi actionem, sed excludit tantum ceatur nécessitas et determinatio ad unum, violentiam et coactionem; quo modo evidentissimum est dari actiones non necessa­ hoc est quod in controversiam vocatum est. ria?, non solum in hominibus, sed etiam in Primus error libertatem negans brutis, quamvis eo perfectiores sint in hominibus illae actiones quo ratio voluntarii 10. In hac ergo re fuit antiquus quoin eis perfectior invenitur. Ex quo aliqui, rumdam philosophorum error, qui dixerunt praesertim haeretici, sumpserunt occasionem omnes efifectus et actiones causarum uni­ dicendi hominis actiones non alia ratione versi, etiam humanarum voluntatum, neces­ esse liberas nisi quia sunt perfecte volunsitate quadam fatali provenire, orta ex contariae, ita ut liberum non a verbo libero, nexione causarum omnium et caelorum ac sed a verbo libet, dictum sit. Ultimo tamen1 stellarum influxu. Ita refert Augustin., IV 1 Rom., 6 et 8; II Cor., 3.

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estrellas. A sí lo refiere S. A g u stín , en el líb . IV de las Confesiones, c. 3 , y e n el V De Civitate Dei, c. 1, d o n d e L u is V ives cita a D em ócrito, E m pédocles y H eráclito en favor d e esta sentencia, q u e suele tam bién a trib u irse co m ú n ­ m ente a los estoicos, au n q u e sin razó n , com o diré después. P o sterio rm en te si­ guieron este e rro r m u ch o s h erejes, com o S im ón Mago, B ardesanes, P risciliano, M anes y otros, seg ú n consta p o r S an A g u stín y otros escritores antiguos. E i m ism o e rro r h a n suscitado en la actu a lid ad los herejes, como refieren p o r ex­ tenso los doctores m o d ernos, q u e d isp u ta ro n sapientísim am ente c o n tra ellos. P ero n o h a n en señ ad o este e rro r d e igual m odo n i bajo los m ism os p rin c ip io s, según creo, p ues algunos atrib u y e ro n esta necesidad a influencia d e los a stro s, otros al concurso o a la m oción divina, o b ie n a la eficacia de la divina volun­ ta d , o a la gracia. P o r otra p a rte , algunos negaron la lib ertad absolutam ente y en to d o s los actos, tan to in te rn o s com o externos, tanto buenos com o m alos, m ien tras q u e otros ú n icam en te e n las acciones morales u honestas, p e ro n o e n las civiles o in d ifere n tes. 11. A h o ra b ie n , casi n in g u n o d e los citados filósofos o herejes declaró su­ ficientem ente si e sta n ecesid ad q u e a trib u y e n a las acciones hum anas p rocede d e la in trín se c a n a tu raleza d e l h o m b re o sólo de la acción de alguna causa ex­ trín seca , p u e s ú n ic a m e n te d e e ste segundo m odo explican esta necesidad. N o o b stante, si se e x p resaro n con secu en tem en te, es preciso que hayan pensado que esta n ec e sid a d se fu n d a ta m b ién en la in trín seca naturaleza del hom bre, p o rq u e en él n o e x iste fa c u lta d alguna q u e p o r su naturaleza sea indiferente en sus ac­ ciones. E n efecto, si las cosas n o se m u ev en violentamente, sino d e acu erd o con la exigencia d e su n a tu raleza, cada cosa se mueve según la a p titu d n a tu ra l q u e d e suyo tie n e p a ra m o v erse; consiguientem ente, puesto que el influjo de los cíelos y e l co n cu rso de D ios n o es violento, sino natural, si el h o m b re o bra sie m p re necesariam en te e n v irtu d de tales causas, es indicio d e q u e , p o r su n a tu ra le z a , exige ese m o d o de o b rar. Paso por alto las opiniones d e aque­ llos q u e a trib u y e ro n esta n ecesid ad a la gracia divina o al pecado orig in al,

lib. Confess., c. 3, et lib. V de Civitat., c. 1, ubi Ludovicus Vives signat Democritum, Empedoclem et Hèraditum pro hac sententia, quae solet edam communiter stoicis tribui, sed immerito, ut inferius dicam. Hunc errorem postea secuti sunt multi haeretid, ut Simon Magus, Bardesanes, Priscillianus, Manichaeus et alii, u t constat ex Augustino et aliis antiquis scriptoribus Eumdemque errorem exdtarunt his tempo­ ribus haeretid, ut late referunt moderni Doctores, qui contra illos sapientissime dis­ putarm i. Verumtamen non eodem modo nec sub eisdem principiis, u t existimo, hunc errorem docuere, nam quidam astrorum influentiae necessitatela hanc tribuerunt, alii divino conclusiti seu motioni, vel efficaciae divinae voluntatis, vel gratiae. Rursus qui­ dam omnino et in omnibus actibus, tam intends quam extends, tam bonis quam ma­ li!, alii vero solum in moralibus seu honestds actionibus, non vero in civilibus seu indifferentibus libertatem negarunt.

11. Nullus autem fere ex praedictis philosophis aut haereticis declaravit satis ~ì b haec nécessitas quam humanis actionibus attribuunt oriatur ex intrinseca hominis na­ tura an vero solum ex actione alicuìus extrinsecae causae; hoc enim tantum poste­ riori modo hanc necessitatem déclarant. Verumtamen, si consequenter loculi sunt, necesse est ut senserint necessitatem hanc fundari edam in intrinseca hominis natura, quia nimirum nulla est in eo facilitas natura sua indifferens in actionibus suis. Quia si res non violenter, sed iuxta naturae suae debitum moveantur, ita unaquaeque res movetur sicut ex se apta nata est moveri; cum ergo influxus caelorum ac concursus Dei non sit violenms, sed naturaKs, si ex huiusmodi causis homo semper necessario operatur, signum est natura sua postulare huiusmodi operandi modum. Omitto eorum sententias qui hanc necessitatem tribuerunt aut divinae gratiae aut peccato originali,

1 Aug., lib. de Haeres., c. 35, 46 et 70; Clemens, lib. Ill Recog.; Roffensis, a. 36; Richar., a. 7 ; Bellarm., late, Kb. I l l de Grat. et lib., arbit, et sequentib.

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q u e n o son causas n atu rales, sino m eram en te extrínsecas y p re te rn a tu ra le s o so b ren atu rales, p o rq u e el tratam ien to y refu tació n d e esos erro res n o in cu m b e al- m etafísico, sino al teólogo, toda vez q u e la consideración d e l pecad o origi­ n a l y d e la gracia, y d e otras causas sem ejantes, excede la ra z ó n n a tu ra l. A sí, p u e s, co n tra esto s' erro res debem os d e m o stra r dos cosas. P rim e ra , q u e e n el h o m b re existe alg u n a facu ltad activa q u e de suyo y p o r su in trín seca y p a r­ tic u la r n atu raleza n o está d eterm in ad a solam ente a u n a cosa, sino q u e d e suyo es in d ifere n te a o b ra r esto o aquello, y a o b rar o n o o b ra r, u n a vez p u e sto s todos los re q u isito s p a ra la operación. E n segundo lu g a r, d ebe dem o strarse que n in g u n a causa extrínseca im p id e siem pre este m o d o d e o b rar. C o n ello q u e­ d a rá p robado q u e e n tre las. causas eficientes 'cread as h a y algunas q u e p u e d e n ■obrar, n o p o r n ecesid ad n a tu ra l, sino p o r lib ertad , y q u e d e h echo o b ra n así frecu en tem en te.

Se demuestra que el hombre obra muchas veces libremente 12. A firm o, p u e s, e n p rim e r lu g ar, q u e es e v id en te p o r la razó n n a tu ra l y p o r la m ism a ex periencia d e las cosas q u e el h o m b re , en m uchos d e sus acto s, no se deja llevar p o r la necesidad, sino p o r su v o lu n ta d y lib e rta d . E sta co nclusión se d em u estra , p rim e ra m e n te , p o r el consen tim ien to co m ú n d e los filósofos. E n efecto, así op in an acerca d e la lib e rta d h u m a n a A ristóteles y los perip atético s, seg ú n co n ste p o r A ristóteles, lib. IX d e la Metafísica, c. 1 y si.guientes, donde d istin g u e las potencias racionales d e las irracionales y concede ú n icam en te a las p rim e ra s el po d er in trín seco d e o b ra r p o r sí m ism as cosas contrarias, a sab er, p o r lib e rta d in te rn a ; y en IH d e la Etica, desde el p rin ­ cip io , establece esta lib e rta d com o fu n d a m e n to d e to d a la d o ctrin a m o ral. L a m ism a lib ertad reconoció P lató n , seg ú n re s u lta claro p o r el Gorgias y p o r el ú ltim o libro de la República; asim ism o los estoicos excluían las v o lu n ta d e s h u m an as de la necesid ad d e l h ad o q u e afirm aban en las dem ás cosas, com o atestig u a San A g u stín , lib. V De Civitate Dei, c. 1 0, d o nde V ives, apoyándose e n P lu tarco — lib . I De Placitis— , refiere q u e los estoicos p en sab an d e la lib e rquae non sunt causae naturales, sed mere extxinsecae et praeter vel supra naturam; nam horum errorum pertractatio ac confu­ tano non ad metaphysicum, sed ad theo­ logian pertinet, quoniam considerano de peccato orignali et gratia, et aliis similibus causis, naturalem rationem excedit. Contra hos ergo errores duo a nobis ostendenda sunt. Primum, esse in homine facultatem aliquam activam quae ex se et ex sua in­ trinseca ac particulari natura non est de­ terminata ad unum tantum, sed indifferens ex se ad hoc vel illud operandum, et ad operandum et non operandum, positis om­ nibus requisitis ad agendum. Deinde ostendcndun est hullam extrinsecam causam im­ pedire semper hunc operandi modum. Ita enim ostensum erit dari inter causas agentes creatas nonnullas quae non ex necessi­ tate naturae, sed ex liberiate qperari possint, e: saepe de facto ita operentur.

Hominem saepe operari libere demonstratur 12. Dico ergo primo, evidens esse na­ turali ratione et ipso rerum experimento hominem in multis actibus suis non ferri ex necessitate, sed ex volúntate sua et libér­ tate. Haec conclusio probaur primo ex communi consensu philosophorum. Ita enim de libértate hominis sentít Aristóteles et peripatetici, u t constat ex Aristón, lib. IX Metaph., c. 1 et sequent., ubi distinguit potentias rationales ab irrationalibus, et prioribus tantum concedit intrinsecam vim per se operandi contraria, nimirum ex in­ terna liberiate; et II I Ethic., a principio, libertatem hanc statuii ut totius moralis doctrinae fundamentum. Eamdem agnovit Plato, ut constat ex Gorgia et ex lib. u lt de República; stoici etiam a necessitate fati, quam in aliis rebus asserebant, voluntates humanas excipiebant, ut testis est August., lib. V de Civit., c. 10, ubi Vives ex Piu-

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ta d h u m a n a igual que P lató n . T a m b ié n . C icerón, en el lib ro De Divinatione y e n el De natura deorum', p a ra defen d er la libertad hum ana negó la prescien­ cia divina, p o r pensar que ésta era contradictoria con la lib e rta d h u m a n a , la cu al creyó q u e e ra evidente h asta p o r la m ism a experiencia d e las cosas. D e esta m an era — com o dicé San A gustín arrib a— , para hacer ■ Ubres a los hom­ bres los hizo sacrilegos. C onsiguientem ente, es señal de ■q u e esta verdad re ­ su lta bastan te m anifiesta p o r la lu z n a tu ra l, ya que ha sido a d m itid a de co­ m ú n acuerdo p o r los filósofos m ás sabios y p o r sus escuelas. T a m b ié n defien­ d e n c o n to d a constancia esta v erd ad los P a d re s de la Iglesia, to d o s los esco­ lásticos y los filósofos católicos; n o es preciso citarlos ahora a todos, sino ún i­ c a m e n te a los q u e trataro n esta verd ad apoyándose en los filósofos y en p rin ­ cipios filosóficos, com o E u seb io , lib . V I De praeparat. Evang., en to d o é l; G re ­ gorio Ñ iseno, e n los cuatro últim o s lib ro s De Philosoph. q u e se le atrib u y en y q u e se en c u e n tra n en N em esio, lib. De natura hominis, donde, desde el c. 32 h asta el 42, se ocupa de esta cu e stió n ; D am asceno, lib. II De fide, c. 2 5 ; y S. A g u stín , en el tom o I, en los tre s lib ro s De libero arbitrio; y e n el tom o V II, d iscu tien d o co n tra Pelagio y defendiendo el libre albedrío y concillándolo con la gracia, p ro ced ien d o p o r p rin cip io s teológicos, supone cierta esta verdad n a tu ra l y d e m u e stra q u e la gracia no d estru y e la naturaleza, sino q u e la p e r­ fecciona. A p ro x im ad am en te d e igual m an era proceden P róspero, S. A nselm o, S. B ern ard o y o tro s P adres q u e escrib ie ro n sobre la concordia d e l lib re albe­ d río con la g racia y la presciencia. D e aq u í resulta claro incidentalm ente q u e, c u a n d o éstos y o tro s au to res a n tig u o s defienden el libre albedrío, n o tra ta n de la lib e rta d ú n ic a m e n te en cu a n to se opone a la coacción, sino tam bién en cu a n to excluye la necesidad de o b ra r; d e lo contrario, no se esforzarían por conciliar la g racia, la p ro v id e n c ia o la predestinación con la lib e rta d , puesto q u e es evidentísim o q u e n o so tro s n o realizam os por coacción, sino espontánea­ m e n te , las cosas q u e hacem os p o r v o lu n tad . P ero la dificultad sólo podía v er­ sar sobre la in d ifere n cia e n la o p e ra c ió n ; consiguientem ente, p o n en su em peño en defen d er e sta in d ifere n cia y e n arm onizarla con la gracia y con la m oción divina.

tarcho, lib. I de Placida, ■refert stoicos de liberiate humana idem cum Platone sensisse. Cicero etiam, in libro de Divinatione, et de Natur. Deor., ut hominis libertatem defenderet, divinam praescientiam negavit, quod putaret hanc pugnare cum libertate humana, quain vel ipso rerum experimento credidit esse evidentem. Atque ita, ut Au­ gustinus supra dicit, ut homines faceret li­ bero:s, fecit sacrilegos. Signum ergo est veritatem hanc satis esse lumine naturali perspicuam, cum a sapientioribus philosophis eorumque scholis communi consensu recepta sit. Patres etiam Ecclesiae et scholastici omnes et philosophi catholici veritatem hanc constantissime defendunt, quos omnes nunc referre non est necesse, sed eos tantum qui ex philosophis et philosophiae principiis hanc veritatem tractarunt, ut Euseb., lib. VI de Praeparat. Evang., per totum; Greg. Nyssen., in quatuor ultimis libris de Philosoph., qui ei attribuuntur, et reperiuntur apud Nemes., libr. de Natura hominis, ubi a c. 32 usque ad 42 de hac re dispu-

tat; et Damasc., lib. II de Fid., c. 25; et August., tom. I, tribus libris de Libero arbitrio; in tomo autem VII, disputaos con­ tra Pelagium et liberum arbitrium defendens ac cum gratia concilians, ex theologicisque principiis procedens, hanc naturalem veritatem ut certam supponit et ostendit gratiam non destruere naturam, sed perficere. Atque eodem fere modo procedunt Prosper, Anselm., Bernard, et alii Patres qui de concordia liberi arbitrii cum grada et praescientia scripserunt. Unde obiter con­ stat hos et alios anuquos auctores, cum li­ berum arbitrium defendunt, non agere de libertate prout solum opponitur coactioni, sed etiam ut exdudit necessitatem in ope­ rando; alias non laborassent in concilianda grada, providentia aut praedestinatione cum libertate, cum sit evidentissimum nos quae volúntate agimus, non coacte, sed spontanee agere. Difficultas vero solum esse poterat de indifferentia in operando; in hac igitur defendenda et cum divina gratia et motione componenda laborant.

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13. Se demuestra la afirmación por experiencia.— E n se g u n d o lu g a r, p o ­ dem os a rg u m e n ta r apoyándonos e n la ex p erien cia; p o rq u e ex p erim entam os evi­ d e n tem en te q u e cae bajo n u e stra p o te sta d el hacer u om itir algo, y p a ra ello nos valem os d e la razó n , d el discurso y d e la deliberación, a fin d e in d in a rn o s m ás a u n a p a rte q u e a o tra ; consiguientem ente, la elección d e p e n d e d e n u es­ tro a rb itrio ; d e n o ser así, e n vano se nos h u b ie ra concedido esta fa c u lta d de d elib e ra r y co n su ltar, com o acertad am en te dijo D am asceno en el lu g a r antes citado. A esto se añade el m odo c o rrien te de o b rar y de g o b ern ar las acciones h u m an as p o r m edio de consejos, leyes y preceptos, exhortaciones y re p re n sio ­ nes, prom esas d e p rem io s y am enazas d e castigos, to d o lo cual sería superfluo si el h o m b re obrase p o r necesidad n a tu ra l y n o p o r su lib ertad . 14. Objeción que quita fuerza a la experiencia.— D irá alg u n o q u e con to­ dos estos indicios y experiencias sólo se p ru e b a ev id en tem en te q u e el h o m b re, en sus operaciones, es d irig id o y m ovido p o r la ra z ó n , m as n o q u e las ejerce lib rem en te. P o rq u e todas esas cosas q u e se p ro p o n en en el arg u m en to — a sa­ b e r, castigos y p rem io s, exhortaciones, deliberaciones, etc.— ú n icam en te p a­ recen co n trib u ir a q u e las acciones m ism as o sus objetos sean ap reh en d id o s y juzgados com o d ig n o s d e q u e se tien d a a ellos o de q u e se h u y a d e ellos, pero n o a q u e sean , elegidos con lib ertad . P o r eso, qu ien se m antuviese con p e rtin a ­ cia en la o pinión c o n traria diría consecuentem ente q u e , p u e sta la ap reh en sió n q u e nace de todas aquellas causas y circunstancias, el h o m b re es d eterm in ad o necesariam ente a o b ra r esto o aq u ello ; p e ro la aprehensión m ism a o el juicio son necesarios u n a vez aplicadas tales cau sas; y la aplicación d e dichas causas muchas veces p rocede d e fuera, y e n to n ce s tam poco p u ede ser libre, sino n e­ cesaria p a ra el h o m b re ; a u n q u e hay ocasiones en q u e procede d e la v o lu n tad p ro p ia, com o cuan d o el h o m b re volu n tariam en te consulta o in q u iere p a ra ele­ g ir; en tal caso, d e esa m ism a v o lu n ta d se d irá q u e nace necesariam ente de o tra aprehensión o ju ic io ; y, de esta m an era, siem pre h ab rá q u e detenerse en alguna p rim e ra a p reh en sió n o juicio pro v en ien te de las causas eternas. P uede confirm arse esta evasiva, p o rq u e ta m b ié n tenem os experiencia de q u e algunos

13. Experimento probatur assertio.— Se­ cundo argumentan possumus ab experientia; experimur enim evidenter situm esse in nostra 'potestate alíquid agere vel omittere, et ad hoc utimur ratione et discursu ac consultatione ut in unam partem potáis quam in aliam inclinemur; est ergo electio posita in nostro arbitrio ; alioqui, ut rette dixit Damascenus supra, fuisset nobis data superflue haec deliberandi et consultandi vis. Hue accedit usitatus modus operandi et gubernandi humanas actiones per consilia, per leges et praecepta, per exhortationes ac reprehensiones, per promissiones praemiorum et comminationes poenarum, quae om­ nia supervacánea essent si homo necessitate naturae et non libértate sua operaretur. 14. Obiectio experimentum enervara.— Dicet aliquis his omnibus indiciis et experientiis solum probari evidenter hominem ratione duci et moveri in suis operationibus, non vero eas libere exercere. Nam ea om­ nia quae in argumento proponuntur, ni-

mirum poenae et praemia, exhortationes, consultationes, etc., solum ad hoc conferre videntur ut actiones ipsae vel obietta earum ut appetibilia vel ut fugienda apprehendantur ac iudicentur, non vero ut libere eligantur. Unde consequenter dicet qui in contraria sententia fuerit pertinax, posita apprehensione quae ex omnibus illis causis et circumstantiis cnascitur, hominem neces­ sario determinari ad' hoc vel illud.operandum; apprehensionem autem ipsam vel iudicium necessaria esse applicatis talibus cau­ sis; talium autem causarum applicano saepe est ab extrinseco, et tunc etiam non potest esse libera, sed necessaria ipsi homini; aliquando vero est a propria voluntate, ut cum homo voluntarie consultai aut inquirit ut eligat; et tunc de illamet voluntate dicetur ab alia apprehensione vel iudicio ne­ cessario oriti; atque ita sistendum semper esse in aliqua prima apprehensione vel iu­ dicio ab aeternis causis proietto. E t con­ firmari potest haec evasio, nam etiam in ali-

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b ru to s son re fre n a d o s, p a ra no hacer algo, p o r los castigos q u e se le s im ponen, d e su erte q u e la m em oria d el castigo a n terio r b asta m u ch as veces para esto. Y, d e m anera sem ejante, so n inducidos con beneficios y con algunos signos o p alab ras p o r m o d o de ex h o rtació n o de estím ulo, to d o lo cual, y otras cosas análogas n o se em plean con los b ru to s p o rq u e ellos te n g a n p o te s ta d de obrar o n o o b ra r, sino p o rq u e se m ueven d iversam ente seg ú n las d iv ersas aprehen­ sio n es, en v e rd a d esp o n tán eam en te, p e ro p o r n ecesidad, d e acu erd o con la exi­ gencia de la a p re h e n s ió n ; luego d e este m o d o p u e d e u n o tra ta r d e mover al h o m b re a o b ra r valiéndose d e exhortaciones, consejos, e tc ., y d e sd e luego con m ayor p erfecció n e n lo q u e concierne al d iscu rso d e la m e n te y a la captación d e to d as las ra z o n e s q u e p u e d e n d e te rm in a r al a p etito o a la v o lu n ta d , pero no e n lo q u e a ta ñ e a la in d ife re n c ia o carencia d e n ecesidad. P u e d e confirmarse, en seg u n d o lu g a r, p o rq u e , si su p o n em o s q u e D io s obliga alguna- vez a la vo­ lu n ta d d el h o m b re dotado d e ra z ó n (ya q u e dam os p o r su p u e sto q u e Dios pue­ d e h acerlo), e n ta l caso el h o m b re c re e ría o b ra r p o r su p ro p io a rb itrio y liber­ ta d , ta l com o a h o ra o b ra, y a q u e e x p e rim e n ta ría q u e e ra m ovido p o r su razón y su v o lu n ta d y n o d isp o n d ría de n in g ú n p rin c ip io p a ra conocer la necesidad q u e D ios le h a b ría in ferid o e x trín se c a m e n te ; así, p u e s, de la sola experiencia no p u e d e colegirse su ficien tem en te la ex iste n c ia d e operaciones libres en el h o m b re. 15. Se refuta la objeción.— Se re s p o n d e : estos a rg u m en to s concluyen que e sta experiencia n o es ta n m anifiesta y e v id e n te q u e no deje a u n hom bre pro­ terv o alguna p o sib ilid a d d e te r g iv e r s a rla ; d e lo c o n trario , n o h u b ie ra podido d a rse en tre los h o m b re s d iv e rsid a d d e o p in io n es o de erro res acerca de esta cu estión. A p e sa r d e to d o , si q u e re m o s c o n sid e ra r p len am en te n u e stro modo de o b ra r, con facilid ad saldrem os al p a so d e las objeciones anted ich as. Así, pues, ten em o s experien cia d e q u e , n o sólo c u a n d o c a m b ia el co nocim iento o la apre­ h e n sió n del o b jeto , sino ta m b ié n c u a n d o p e rm a n e c e la m ism a, d e p en d e de nues­ tr a v o lu n ta d sen tarn o s o estar d e p ie , m a rc h a r p o r este cam ino o p o r aquél, y o tra s cosas sem ejantes. L u e g o es señ al d e q u e e ste d iverso m o d o d e obrar no c o n siste form al o p ró x im am en te e n e l d is c u rs o y e n la a p reh en sió n de la razón,

quibus brutis experimur per inflictas poe­ m s coerceri he aliquid faciant, adeo u t memoria praecedentis poenae ad hoc saepe sufficiat. Et similiter inducuntur beneficiis ■et aliquibus signis aut verbis per modum exhortationis aut excitationis, quae omnia et similia non ideo circa bruta fiunt quia in potestate eorum sit agere vel non agere, sed quia iuxta diversas apprehensiones diverso modo moventur, spontanee quidem, -ex necessitate tamen, iuxta exigentiam apprehensionis; ergo ad hunc modum con­ tendere quis potest moveri hominem ad •operandum per exhortationes, consilia, etc., -cum maiori quidem perfeCtione quantum ad •discursum mentis et perceptionem rationum omnium quae determinate possum appetitum aut voluntatem, non tamen quantum -ad indifferentiam vel necessitatis carentiam. ■Confirmari secundo potest, nam, si ponamus Deum aliquando necessitate voluntatem hominis mentis ratione (supponimus enim, Beum id facere posse), in eo casu videretu r homini ita operari proprio arbitrio et vo-

luntate sicut nunc operatur, quia ratione et volúntate sua se moveri experiretur et nullum haberet principium ad cognoscendam necessitatem extrinsecus a Deo illatam; ergo non potest ex sola experientia satis colligi esse in hominibus liberas operationes. 15. Dissolvitur obiectio.— Respondetur haec argumenta concludere experimentum hoc non esse ita perspicuum ac per se notum quin homini protervo relinquatur aliquis tergiversandi Iocus; alioqui nulla potuisset esse de hac re inter ipsos homines opinionum aut errorum diversitas. Verumtamen, si modum nostrum operandi piene considerare velimus, facile praedictis obiectionibus occurremus. Itaque non solum ex­ perimur, mutata cognitione vel appren­ sione obietti, sed etiam stante eadem, situm esse in volúntate nostra sedere aut stare, hac vel illa via incedere, et similia. Signum ergo est hunc varium operandi modum for­ maliter seu proxime- non consistere in discursu et apprehensione rationis, sed in li-

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sino en la lib e rta d o indiferencia. A dem ás, experim entam os q u e , incluso des­ p ués d e conocer la am enaza d el castigo o la prom esa d el p rem io, cae bajo n u e s­ tra p o testad el dejarnos o n o dejarnos m over p o r aq u ella ra z ó n ; y lo m ism o o cu rre con los ru egos, las exhortaciones y otras incitaciones parecidas. F in a l­ m e n te , tra s la d eliberación sobre los m edios, con frecu en cia elegim os u n o m ás b ie n q u e otro sólo p o rq u e querem os. Y con esto re su lta claro tam b ién q u e no hay sem ejanza con lo q u e se aducía acerca d e los b ru to s. E n cu an to a la con­ firm ación sobre la p o te sta d divina -de in fe rir necesidad, decim os p rim e ra m e n te q u e esta evidencia n a tu ra l excluye los m ilagros o las acciones ex trao rd in arias d e D ios. P o r eso basta q u e , apoyándonos en los efectos, dem ostrem os q u e e n n u e s­ tr a facu ltad in trín seca se d a este m odo d e o b rar y, consecuentem ente, q u e n o le es connatural, o c o n g ru en te con las naturalezas de las cosas, el ser e x trín se ­ cam e n te m ovido p o r D ios de o tra m a n e ra ; y q u e eso n o p u ed e afirm arse d e alguna o b ra n u estra, y m u ch o m enos de todas, a n o ser q u e conste p o r re v e ­ lación. 16. E n segundo lu g a r, podem os añadir u n experim ento tom ado d e las ac­ ciones hum anas m o ralm en te m alas, q u e n o p u e d e n a trib u irse a u n a m oción d i­ vina q u e im p rim a n ecesid ad sin m anifiesta im p ied ad contraria a la m ism a lu z n a tu ra l; consiguientem ente, las acciones m alas p ro ced en d e n u e stra lib re d e­ term inación. T a n to m ás cu an to que D ios n o sólo p ro h íb e , sino ta m b ién castiga gravísim am ente estas accio n es; p e ro esto sería in ju stísim o si im pusiese necesi­ d a d en o rd en a ellas. C o n ello q u eda ta m b ié n claro q u e el castigo y el prem io no se confieren al h o m b re únicam ente p o r cau sa de las acciones subsiguientes, a saber, p a ra estim u larlo a ellas o re tra e rlo d e ellas, sino tam b ién , precisa y esen ­ cialm ente, p o r razó n d e l b ie n o del m al q u e en ellas h a realizado. Y p o r la m ism a causa el h o m b re es considerado dig n o d e alabanza y d e h o n o r en a te n ­ ción a sus acciones, cosas todas q u e re su lta ría n ininteligibles sin la lib e rta d . T a m b ié n se confirm a p o r ello q u e éste es el com ún m o d o de p e n sa r d e to d o s los h o m b res acerca de las acciones hu m an as. P o rq u e todos ju zg an q u e son d ig ­ nos de castigo aquellos q u e ob ran m al, p o r el hecho d e q u e o b ra r así dep en d e de su v o lu n tad y p o te sta d , p o r lo cual llevan a m al la in ju ria in ferid a p o r u n

bertate vel indifferentia. Praeterea experimur etiam post cognitam comminationem poenae aut promissionem praemii situm es­ se'in potestate nostra ea ratione moveri aut non moveri; idemque est de precibus, exhortationibus et similibus excitationibus. Denique post consultationem mediorum saepe eligimus unum prae alio, solum quia volumus. Atque ita etiam constat non esse si­ mile illud quod de brutis afferebatur. Ad confirmatiqpem vero de divina potestate inferendi necessitatelo, imprimis dicimus hanc naturalem evidentiam excludere mirapula aut extraordinarias aniones Dei. Unde satis est si ex effectibus ostendamus esse in in­ trinseca facúltate nostra hunc operandi madum, et consequenter non esse illi connatu­ rale, aut rerum naturis consentaneum, quod extrinsecus a Deo aliter moveatur; ñeque id affirmari posse de aliquo opere nostro, nedum de omnibus, nisi ex revelatione constet. 16. Deinde addere possumus experimentum sumptum ab actionibus humanis mora-

liter pravis, quae tribui non possunt divinae motioni inferenti necessitatem absque manifesta impietate ipsi Iumini naturae contraria; prodeunt ergo malae actiones ex li­ bera determinatione nostra. Eo vel maxime quod Deus non solum prohibet, sed etiam gravissime punit has actiones; at hoc iniustissimum esset si ad easdem necessitatem inferret. Unde etiam constat poenam et praemium non conferri homini solum prop­ ter subsequentes actiones, scilicet u t ad illas vel alliciatur vel ab eis retrahatur, sed etiam praecise ac per se propter bonum vel malum quod in eis operatus est. Et propter eamdem causam censetur homo dignus laude et honore ob actiones suas, quae omnia sine libertate intelligi non possunt. Et hinc etiam confirmatur hunc esse communem modum sentiendi omnium hominum de humarus ac­ tionibus. Omnes enim iudicant esse dignos poena eos qui male operantur, eo quod sic operari in eorum voluntate et potestate positum sit, et ideo indigne ferunt iniuriam

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h o m b re que tien e uso de razó n , p e ro n o la inferida por u n d e m e n te o p o r u n o que n o la a d v ie rte ; es m ás, n o consideran injuria el daño in ferid o p o r éstos. E n consecuencia — como acertadam ente señala E usebio arriba— , in clu so aque­ llos q u e niegan el lib re albedrío, al llevar a m al las injurias q u e les causan otros hom bres y tra ta r d e vengarlas, están confesando, quiéranlo o n o , q u e les h an sido inferidas lib re m e n te ; p o rq u e si aquéllos n o hubieran tenido p o te sta d de n o causar tales daños, en ese caso n o h ab ría nin g ú n m otivo de in ju ria n i d e ju sta ira o venganza. P o r eso ta m b ién D am asceno, lib. II De jide, c. 7 , dice que n o hay v irtu d n i 'vicio en aquello q u e se hace por necesidad, cosa q u e tam ­ bién enseñó con graves razones D ionisio, c. 4 De divinis nominibus; y S. A gus­ tín , lib . De vera relig., c. 13 y 14, y en la Carta XLVI, diciendo q u e , elim inado el lib re albedrío, queda elim inado el juicio y e l castigo justo, e incluso la re p re n sió n ; y C risóstom o, en la Homil. L X in Matth. y en los serm ones sobre la p ro v id en cia; y C lem ente A lejandrino, lib . I Stromaton, y otros m uchos. 17. P o r ú ltim o , podem os a rg u m e n ta r con u n a razón a priori, q u e debe tom arse del m o d o y perfección cognoscitiva de la naturaleza del en te n d im ie n to ; p o rq u e la lib e rta d nace de la inteligencia, ya q u e el apetito vital sigue al co­ nocim iento, p o r lo cual u n conocim iento m ás perfecto va acom pañado de un ap etito m ás p e rfe c to ; luego ta m b ién el conocim iento universal e in d ifere n te a su m odo v a seguido asim ism o d e u n apetito universal e in d ife re n te ; pero el conocim iento in telectu al es d e ta l m an era universal y perfecto q u e percibe la razó n p ro p ia d el fin y de los m edios y p u ed e considerar en cada u n o la b o n d ad o m alicia, la u tilid a d o desventaja q u e tie n e ; tam bién qué m edio es necesario p a ra el fin, y cuál es in d ifere n te, p o r h a b e r posibilidad de em plear o tro s; luego el a p e tito q u e sigue a este conocim iento tiene esta indiferencia o perfecta po­ testad en la ap etició n , d e su e rte q u e n o apetezca necesariam ente to d o b ie n o todo m ed io , sino cada u n o según la ra z ó n de bien que ha juzgado en é l; luego el b ie n q u e no se ju z g a necesario, sino in d ifere n te, n o se ama necesariam ente, sino lib re m e n te ; y en este se n tid o — com o decíam os antes— a la deliberación ra ­ cional sigue la elección lib re . Se confirm a, pues D ios es un agente lib re po rq u e

illatam ab homine ratione utente, non vero quia libertas ex intelligentia nascitur, n a m illatam ab amente aut non avvertente, im- appetitus vitalis sequitur cognitionem, et mo damnum ab his illatum inter iniurias ideo perfectiorem cognitionem comitatur non reputane Unde, ut recte supra advertit perfectior appetitus; ergo et cognitionem Eusebius, ipsi edam qui liberum arbitrium universalem et suo modo indifferentem se­ negant, dum graviter ferunt iniurias sibi ab quitur etiam appetitus universalis et indifaliis hominibus illatas et eas vindicare co- ferens; cognitio autem intellectualis ita est nantur, velint, nolint, eas libere illatas con- universalis et perfecta ut propriam rationem fuentur; quia si non fuisset in aliorum po- finis et mediorum percipiat, et in unoquotestate talia nocumenta non inferre, nulla ibi que expendere possit quid habeat bonitatis esset ratio iniuriae aut iustae irae vel vin- vel malitiae, utilitatis aut incommodi; item quod medium sit necessarium ad finem, dictae. Et hinc edam Damascenus, lib, II de Fid., c. 7, dicit neque virtutem neque quod vero indifferens, eo quod alia adhiberi possint; ergo appetitus qui hanc cognitionem vitium esse in eo quod a necessitate fit; quod etiam graviter docuit Dionys., c. 4, sequitur habet hanc indifferentiam seu perde Divin. nominib.; et August., lib. de Vera fectam potestatem in appetendo, ut non omrelig., c. 13 et 14, et epist. XLVI, dicens ne bonum aut omne medium necessario apablato libero arbitrio auferri iudicium et petat, sed unumquodque iuxta rationem boni in eo iudicatam; ergo illud bonum iustam poenam, vel edam obiurgadonem ; et Chrysost., homil. LX in Matth., et in quod non iudicatur necessarium, sed indif­ ferens, non amatur necessario, sed libere; orationibus de providentìa; et Clemens Aleatque hac ratione, ut supra dicebam, ad xand., lib. I Stromaton, et plerique alii. 17. Ultimo possumus argumentari ratio­ rationalem consultatlonem sequitur electio libera. Et confirmatur, nam Deus est agens ne a priori, quae sumenda est ex modo et liberum quia libere vult bona sibi non neperfectione cognoscendi naturae intellectus;

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q u iere lib rem en te lo s bienes q u e no le son n ecesario s; luego tam bién las cria­ tu ra s q u e p a rtic ip a n del grado in telectu al y, en c ie rto m odo, coinciden e n él con D ios, p a rtic ip a n asim ism o d el m odo lib re de o b rar. E l an tecedente se p ro ­ bará después al tra ta r de las perfecciones d e D ios. Se d em u estra la consecuen­ cia, n o sólo p o rq u e la lib e rta d perfectísim a sigue, seg ú n n u e stro m odo d e en­ te n d e r, a la intelectu alid ad p erfectísim a; luego según la participación d e la in ­ telectu alidad será tam b ién la 'p a rtic ip a c ió n d e la lib e rta d ; sino tam b ién p o rq u e se d a la m ism a ra z ó n p roporcional, a sab er, q u e la cria tu ra intelectual p u e d e p e rc ib ir algún b ie n com o necesario o com o in d ifere n te, es d ecir, com o b ie n absolutam ente o sólo relativam ente, esto es, q u e lleva anejo alg ú n m al, in co n ­ veniente o d ific u lta d ; así, pues, la c ria tu ra que p a rtic ip a del grad o in telectu al p articip a tam bién d e la lib ertad .

Se demuestra que en el hombre existe alguna facultad libre 18. D e esta p rim e ra conclusión se sigue u n a seg u n d a no m enos e v id e n te : existe en el h o m b re alg u n a p o ten cia activa q u e es lib re p o r su p o d e r y n a tu ra ­ leza intrínseca, o sea, q u e tiene tal dom inio d e su acción q u e goza del p o d e r de ejercerla o n o ejercerla y, consiguientem ente, de realizar u n a acción u o tra , o sea, la opuesta. T o d a s las p artes de esta afirm ación se e n c u e n tra n de ta l m a ­ nera conexas q u e u n a es consecuencia d e la otra. A sí, pu es, en la afirm ación que p recede hem os p ro b ad o el uso d e la lib e rta d q u e experim entam os en nos­ otros m ism o s; y de este u so se colige ev id en tem en te alguna facultad lib re , com o del acto se infiere la potencia. M as añadim os q u e esta facultad, en cu a n to es lib re, n o p u ede ser sino activa o, inversam ente, q u e la facu ltad no p u e d e ser lib re si n o es activa y en cu an to es activa. E sta p a rte d ebe ten erse m u y en cuenta a fin de ex p licar correctam ente y d efen d er la lib e rta d d e albedrío. Y se d em u estra a sí: la pasión en cu an to pasión n o p u ed e ser lib re para el p acie n te com o tal, sino sólo en la m ed id a en q u e la acción d e la q u e proviene ta l p a ­ sión es lib re p a ra é l; luego la lib e rta d n o se d a form al y precisivam ente en una p o ten cia p acie n te en cuanto tal, sino en una poten cia agente. L a conse-

cessaria; ergo et creaturae quae partici­ pant intellectualem gradum et in eo aliquo modo cum Deo conveniunt, participant edam liberum operandi modum. Antecedens infra probabitur inter disputandum de perfecrionibus Dei. Consequentia vero probatui, turn quia perfectissima libertas consequitur nostro modo intelligendi perfectissimam intellectualitatem ; ergo iuxta participationem intellectualitads erit edam participatio libertatis; turn edam quia intercedit eadem propordonalis rado, nimirum, quod creatura intellectualis potest percipere bonum aliquod ut necessarium vel ut indifferens, seu ut bonum simpliciter aut tantum secundum quid seu habens adiunctum aliquid mali, incommodi aut difficultatis ; igitur creatura quae participât intellectualem gradum participât etiam tibertatem.

licet, esse in homine aliquam potentiam activam ex sua vi et intrinseca natura libe­ ram, id est, habentem tale d o m in iu m suae actionis ut in eius potestate sit earn exercere et non exercere, et consequenter unam vel aliam seu oppositam actionem elicere. Omnes partes huius assertionis sunt ita connexae ut una ad alteram consequatur. Itaque in praecedenti assertione probavimus usum libertatis quem in nobis experimur; ex hoc autem usu evidenter colligitur fa­ cultas aliqua libera, sicut ex actu infertur potentia. Addimus vero hanc facultatem, quatenus libera est, non posse esse nisi aotivam, seu e converso facultatem non posse esse liberam nisi sit activa et quatenus aetiva est. Quae pars est valde notanda ad recte explicandam et tuendam arbitrii libertatem. Probatur autem sic, nam passio ut passio non potest esse libera patienti ut sic, Dari in homine aliquam facultatem liberam sed solum quatenus actio a qua talis passio demonstratur provenit illi est libera; ergo libertas for­ 18. Ex hac prima conclusione sequitur maliter ac praecise non est in potentia pasecunda, quae non est minus evidens, sci- tiente ut sic, sed in potentia agente. Con-

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a i e n d a es m anifiesta, ya q u e a la p o te n d a pasiva en cuanto ta l únicam ente res­ p o n d e la p asión, com o a la activa la acció n ; luego si la p asió n es lib re única­ m ente p o r den o m in ació n to m ad a de la acción lib re , la facu ltad o dom inio de la lib e rta d no p u e d e e x istir e n u n a p o ten cia pasiva e n c u a n to ta l, sino en una activa. Se p ru e b a el an tec ed en te p o rq u e la acción, si p rocede d el sujeto — en el sen tid o en q u e hablam os de ella ah o ra— ■, infiere necesariam ente u n a pasión y, d e m anera in v ersa, la p asió n n i p u e d e e x istir sino en cu a n to es inferida m e­ d ia n te la acción n i p u ed e n o e x istir si la acción em ana d el a g e n te ; así, pues, to d a la lib e rta d e in diferencia versa sobre la acción en cu a n to acción, y sobre la pasión ú n icam en te en cu a n to se infiere dé la acció n ; lu eg o la p o te n d a libre d ebe ser u n a p o te n c ia activa en cu an to activa, y n o en cu a n to pasiva. 19. L a potencia pasiva en cuanto tal no es libre.— Se d ir á : la potencia pasiva en cu a n to pasiva p u e d e ser d e suyo in d ife re n te para diversos actos o m osuyo in d ife re n te p a ra la b la n c u ra o la n e g ru ra ; lu eg o p o r la m ism a razón puede dos contrarios, com o es ev id en te en la m ate ria p rim a y en u n a superficie de ser facu ltad lib re u n a p o ten cia pasiva en cu an to tal. Se resp o n d e negando la consecuencia, ya q u e p a ra la lib e rta d n o b asta la in diferencia p a ra varios actos y la carencia d e ellos, sino q u e es necesario u n p o d e r in te rn o p o r el que dicha facu ltad p u e d a d e te rm in a r esa in d ifere n cia a u n a de las p a rte s ; m as este poder n o p u e d e darse e n la facu ltad pasiva en cuanto tal, sino e n la activa. L a razón consiste en q u e, si la facu ltad es in d ifere n te sin u n p o d e r in te rn o de determ i­ narse, en lo q u e d e ella d e p e n d e siem pre y necesariam ente perm anecerá en la m ism a disposición e in d ifere n cia o carencia d e to d o acto, h a sta q u e sea d eter­ m in ad a p o r o tra. Y esto, e n v e rd a d , p o d rá ser lib re con resp ecto a la otra cau­ sa q u e realice la d eterm in ació n , p e ro n o con re sp e c to a la q u e la reciba. A sí, si suponem os q u e e l cielo es in d ife re n te , de m o d o m eram en te pasivo, p a ra el m o­ vim iento y la q u ie tu d , n o es posible en te n d e r q u e el m ovim iento o la quietud sean libres con relació n al cielo, ya q u e éste n o tien e el p o d er de determ inar u n a d e estas dos cosas, sino q u e ese m ovim iento p o d rá denom inarse libre con resp ecto a o tro ag ente, si p ro ced e de u n a v o lu n ta d libre. Y lo m ism o ocurre, en general, con to d a poten cia pasiva en cu a n to p a siv a ; p o rq u e la potencia pa-

&!\i .

sequentia est manifesta, quia potentiae passivae ut sic solum respondet passio, sicut activae actio; ergo, si passio non est libera nisi per denominationem ab actione libera, facultas seu dominium libertatis non potest esse in potentia passiva ut sic, sed in activa. Antecedens autem probatur, quia actio si sit ex subiecjo, ut nunc de illa loquimur, necessario infert passionem, et e con­ verso passio neque esse potest nisi quatenus per actionem inferrar, neque esse non pot­ est si actio ab agente manet; igitur tota libertas et indifferentia est circa actionem ut actio est, non vero circa passionem nisi quatenus ex actione infertur; ergo potentia libera esse debet potentia activa ut activa, et non ut passiva. 19. Passiva potentia ut sic non est li­ bera.— Dices: potentia passiva ut passiva potest esse ex se indifferens ad varios actus vel modos contrarios, ut patet in materia prima et in superficie ex se indifferente ad albedinem et nigredinem; ergo eadem ratione potest potentia passiva ut sic esse fa-

cultas libera. Respondent negando consequentiam, nam ad libertatem non sufficit mdifferentia ad varios actus et carentiam eorum, sed necessaria est interna vis qua talis facultas possit eam indifferentiam ad alterutram partem determinare; haec autem vis non potest esse in facilitate passiva ut sic, sed in activa. Ratio est, quia si facul­ tas sit indifferens sine interna vi se determinandi, quantum est ex se semper ac ne­ cessario manebit in eadem disposinone et indifferentia seu carentia omnis actus, do­ nee ab alia determinetur. Quod poterit quidem esse liberum alteri causae efficient determinationem, non vero recipienti. Ut si ponamus caelum esse mere passive indiffe­ rens ad motum et quietem, intelligi non potest quod motus vel quies sint libera ipsi caelo, quia ipsum non habet vim alterutrum horum definiendi, sed respectu alterius agentis poterit file motus denominati liber, si a voluntate libera proficiscatur. Et idem est in universum de omni potentia passiva quatenus passiva est; quia potentia

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siva en cu an to ta l no p u e d e cam biar su disposición n a tu ra l; p u e s, adem ás de la causa m aterial, se re q u ie re la eficiente, precisam en te p o rq u e el p acie n te com o ta l n o p u ed e tran sfo rm arse a si m ism o ; luego tam p o co p u ed e u n a p o ten cia p a ­ siva, e n cuanto pasiva, te n e r la facu ltad de incoar su d eterm inación, ya q u e la d eterm in ació n n o se lleva a cabo sin alguna in m u tación y, co n siguientem ente, tam p o co sin alguna efectuación. 2 0. Se refuta una objeción.— Se o p o n d rá : la poten cia pasiva en cuanto tal p u e d e resistir o n o re sistir a la a c c ió n ; luego p o r esta ra z ó n p o d rá' en ten ­ derse la lib e rta d e n u n a potencia pasiva com o tal, co n cretam en te si suponem os q u e dep en d e d e su p o d e r e l resistir o n o resistir al agente. A sí, q u ienes afir­ m a n q ü e el am or n o es p ro d u cid o p o r la vo lu n tad , sino q u e es im preso e n ella p o r el objeto conocido o p o r el conocim iento m ism o, d irán , em pero, q u e a u n c u an d o el objeto o el conocim iento, e n cu an to d e ellos d ep ende, o b re n nece­ sariam ente, n o o b stan te, el am or es lib re con respecto a la v o lu n ta d p o rq u e ésta tie n e p o d e r p a ra re s istir o n o resistir a tal efectuación o im p resió n del am or. Se resp o n d e, e n p rim e r lu g ar, q u e, com o la v o lu n tad , considerada in d e te rm in a ­ d am ente, es de suyo in d ifere n te para re c ib ir o n o re c ib ir el am o r, re s u lta in ­ co m p ren sib le q u e p o r sí m ism a y p o r su p u ra e n tid a d y p o ten cia pasiva re sista a la im p resió n d e l a m o r; p o rq u e la resistencia sólo p u ed e p ro ced er fo rm al­ m e n te d e algo co n trario o incom patible, m as n o d e l sujeto capaz en cu an to ta l. A dem ás, de a q u í re s u lta q ü e tal resistencia n o p u ed e ser in d ifere n te y lib re , ya que ú n icam en te n ace de la form al in co m p atib ilid ad u oposición de las e n tid a ­ des.; p o r ello, si la v o lu n ta d , p o r ejem plo, a veces resiste form alm ente p o r su m ism a e n tid ad a la im p resió n del am or, resistirá siem p re y necesariam ente, p o r­ q u e siem pre te n d rá la m ism a in co m p atib ilid ad fo rm a l; y si n o la tien e, n u n c a resistirá, a n o ser q u e se a ñ ad a algo en cuya v irtu d sea incom patible y resista, y entonces p o d rá d istin g u irse la lib e rta d en la realización o n o realización de eso. A sí, e n el ejem plo p ro p u esto , si adm itim os e n el objeto o en el conoci­ m ien to la existencia d e u n po d er p ro d u ctiv o del am or, la v o lu n tad sólo p o d rá resistir a esa actividad d e u n o de estos dos m o d o s: o a p artan d o el objeto o su consideración, cosa q u e n o p u ede realizar sino o b ran d o o qu erien d o algo, o n o

passiva ut sic non potest suam naturalem indifferens ad recipiendum vel non redpiendispositionem immutare; ideo enim ultra dum amorem, intelligi non posse quod per materialem causam requiritur efficiens, quia seipsam suamque puram enritatem et popassum ut sic non potest seipsum transmu­ tendan passivam resistat impressioni amo­ tare; ergo ñeque etiam potest potentia pas­ ris; nam resistentia formaliter solum esse siva, quatenus passiva est, habere vina in- potest ab aliquo contrario vel repugnante, choandi suam determinationem, quia deter­ non ab ipso subiecto capad ut sic. Deinde, minado non fit sine aliqua immutatione, et hinc fit ut talis resistentia non possit esse consequenter ñeque sine aliqua effectione. indifferens et libera, quia solum oritur ex 20. Obiectio dissolvitur.— Dices : poten­ formali repugnantia vel opposidone entìtatia passiva ut sic potest resistere actioni vel tum ; et ideo, si voluntas, verbi grada, per non resistere; ergo hac ratione intelligi pot­ suammet entitatem formaliter resistit inter­ er« libertas in potentia passiva u t sic, nidirai impressioni amoris, semper ac neces­ mirum si fingamus in potestate eius situm sario resister, quia semper habebit eamdem esse resistere agenti vel non resistere. Ut formalem repugnantiam; quod si hanc non qui dicunt amorem non elici a volúntate, habet, nunquam resistet, nisi aliquid aliud sed ¡Ili imprimi ab obiecto cognito vel a adiungatur quo repugnet et resistat, et tunc cognitione ipsa, dicent nihilominus, quam- in eo effidendo vel non efficiendo poterit vis obiectum vel cognitio quantum est ex cerni libertas. U t in exempto posito, si adse necessario effidant, nihilominus amorem mittamus in obiecto vel cognirione esse vim esse liberum voluntad, quia in potestate eius activam amoris, solum poterit voluntas illi est resistere vel non resistere tali effectioni activitati resistere alterutro e duobus modis, scilicet, vel removendo obiectum seu conseu impressioni amoris. Respondetur pri­ mo, cum voluntas nude sumpta ex se sit sideradonem eius, quod non potest prae-

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colaborando con el m ism o o b jeto o conocim iento, lo cual su p o n e q u e la volun­ ta d m ism a es causa eficiente, al m enos p arcial, de ese am or, y d e esta manera la in diferencia d e la lib e rta d q u e d a siem pre red u cid a a la facu ltad de hacer algo en c u a n to tal. 21. De qué clase es la libertad divina.— En qué radica la libertad creada.— Se d irá, p o r ú ltim o, q u e e n D ios hay lib e rta d perfectísim a, a p esar de no con­ sistir fo rm alm en te en u n a fa c u lta d d e o b rar. Y se d em u estra esto, no sólo por­ q u e la facu ltad activa ú n icam en te se d a en D ios con resp ecto a las acciones ad extra, m ie n tra s q u e la lib e rta d consiste fo rm alm en te, y d e m anera esencial y p rim a ria , e n el m ism o acto d e a m o r,-q u e es in m an en te e n D io s, para hablar a n u e stro m odo, sino ta m b ié n p o rq u e — com o direm os d espués— la potencia a ctiv a en D ios es c o n cep tu alm en te d istin ta d e la v o lu n ta d ; p e ro sólo la volun­ ta d es poten cia form alm ente lib re , según direm os poco m ás abajo. Se responde q u e nos referim o s a la lib e rta d creada, q u e se ejerce pró x im a y prim ariam ente so b re los actos de la m ism a facu ltad lib re. P u es — com o re ctam en te observó E scoto, In I, d ist. 39, § Quantum ad primum dico quod voluntas— la libertad p u e d e e n te n d e rse o en o rd e n a los diversos actos in m an en tes e n la misma po­ tencia, o e n o rd e n a los diversos o b jeto s, o en o rd e n a los diversos efectos ex­ trínsecos. E sta ú ltim a relació n o in d ife re n c ia es p o ste rio r y cuasi consiguiente a la lib ertad , en cuanto la p o te n c ia q u e q u ie re lib re m e n te es ta m b ién eficiente d e aquello q u e quiere, o p u e d e aplicar u n a p o te n c ia q u e lo efectúe. En cambio, la segunda relación es fo rm a lm e n te re q u e rid a y p o r sí m ism a suficiente para la lib e rta d , si tiene in d ife re n c ia ; n o o b sta n te , el te n e r esta in diferencia en el mis­ m o acto in m ed iatam en te c o n re sp e c to a los objetos sin n in g u n a adición o in ­ m u tació n es p ro p io d e solo D io s, com o d em o strarem o s m ás abajo al ocupamos d e E l, y p o r ello la lib e rta d d e la v o lu n ta d divina no existe form alm ente en u n a facu ltad activa, n i tam p o co e n u n a facultad, recep tiv a, sino sólo en cierta em inencia del m ism o acto p u rísim o . L a lib e rta d de la cria tu ra , p o r el contra­ rio , n o p u ed e d eterm in arse a los o b jeto s sino p o r m ediación de algunos actos segundos añadidos a la fa c u lta d lib re , re sp e c to d e los cuales sea indiferente por

stare nisi aliquid agendo seu volendo, vel non cooperando ipsi obiecto vel cognitioni, quod supponit voluntatem ipsam esse cau­ sant efficientem saltern partialem ipsius amoris, atque ita semper indifferentia libertatis reducitur ad facultatem aliquid agendi, quatenus talis est. 21. Libertas divina qualis.— Libertas creata in quo sita.— Dices tandem in Deo esse perfectissimam libertatem, cum tamen ilia formaliter non consistât in facilitate agendi. Quod probatur, turn quia facultas agendi in Deo solum est respectu actionum ad extra; libertas autem formaliter et per se primo est in ipso actu amoris, qui est immanens in Deo, ut nostro more loquamur; mm etiam quia, ut infra dicemus, potentia activa in Deo est ratione distincta a voluntate; sola autem voluntas est poten­ tia formaliter libera, ut paulo post dicemus. Respondetur nos loqui de libertate creata, quae proxime ac primario exercetur circa actus ipsiusmet facultatis liberae. U t enim recte notavit Scotus, In I, dist. 39, § Quan­ tum ad primum_ dico quod voluntas, liber-

tas intelligi potest aut in ordine ad diversos actus immanentes in ipsa potentia, aut in ordine ad diversa obietta, aut in ordine ad diversos effectus extrínsecos. Haec ultima habitudo seu indifferentia est posterior et quasi consequens libertatem, quatenus po­ tentia libere volens est etiam efficax eorum quae vult, seu applicare potest potentiam quae ilia efficiat. Secundus autem respectus est formaliter requisitus et per se sufficiens ad libertatem, si in eo sit indifferentia; ta­ men habere hanc indifferentiam in ipsomet actu immediate respectu obiectorum sine ad­ dinone vel immutatione ulla, est proprium solius Dei, u t infra ostendemus de ipso dis­ putantes, et ideo libertas divinae voluntatis non est formaliter in facúltate agendi, ñeque etiam est in facúltate recipiendi, sed in sola eminentia quadam ipsius purissimi actus. At vero libertas creaturae non potest deter­ minati ad obietta nisi intercedentibus aliquibus actibus secundis qui addantur ipsi facultan liberae, respectu quorum sit indifferens per modum actus primi. Et respectu

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m odo d e acto p rim ero . Y , con referen cia a los m ism os, decim os q u e esta fa­ c u lta d tiene lib e rta d en cuanto es efectiva d e dichos actos, y n o form alm ente e n cuanto es recep tiv a, ya d e esos m ism os actos, ya de o tra cosa o rd en ad a a ellos. 2 2. De acuerdo con la opinión de los filósofos.— Y , en este sen tid o , todos los filósofos, en especial A ristóteles, explican n u e stra lib e rta d p o r el p o d er de o b ra r y n o o b ra r, o d e o b rar lo o p u e sto ; así, en el lib. I de Magn. Moral., c. 9 , dice q u e está en nuestro arbitrio el hacer cosas buenas y malas, y lo des­ arrolla am pliam ente e n III d e la Etica, sobre to d o e n el c. 5 ; p ero los bienes y los m ales m orales, d e q u e se tra ta allí, consisten form al y p ro p iam en te en los actos d e la m ism a v o lu n tad . P o r eso co n cu erd an tam b ién con esta verd ad expresiones sem ejantes de la Sagrada E sc ritu ra : Quien pudo prevaricar y no prevaricó, hacer el mal y no lo hizo, E ccles.. 3 1 ; y aq u é lla : O haced el árbol bueno y su fruto bueno, o haced el árbol malo y su fruto malo, M t., 12. San A gustín, exponiendo estas palabras, lib. Contra Adimant. Munich., c. 26, d ic e :

Cae bajo el poder de la voluntad el cambiarse de tal manera que pueda obrar ■ el bien. Y M eto d io , lib. De libero arbitrio, explica la lib e rta d p o r la razó n de • q u e se ha conferido al hombre el poder de hacer lo que quiera; algo sem ejante se lee en Basilio, hom ilía Quod Deus non sit auctor malorum; en N acianceno, c ra t. 1, y e n otros q u e se h a n de citar m ás adelante. P o r últim o , el C oncilio d e T re n to , sesión V I, c. 4, cán. 4 y 5, p a ra d e fen d er la lib e rta d d e n u e stra v oluntad, enseña q u e ésta n o se co m p o rta en sus actos de m odo m eram ente pasivo, sino q u e los realiza activam ente, insin u an d o que el uso de la lib e rta d consiste e n la acción, y la facu ltad d e la lib e rta d en alguna p o ten cia en cuanto activa. C on esto q u e d a dem ostrado ta m b ié n q u e e n tre las causas eficientes crea­ das hay algunas q u e o b ra n lib rem en te, lo cual co nstituye el objetivo p rin cip al d e la presen te disputación. 23. A hora se ofrecía ocasión d e explicar cuál sea esta facu ltad q u e goza d e tal lib e rta d en su operación. A dem ás, cuál sea su indiferencia, y en qué resida. P ero estas cuestiones se tra ta rá n al resolver los argum entos, p u es cada una de ellas acarrea graves dificultades e n v irtu d de los argum entos p ro p u esto s.

eorumdem dicimus libertatem inesse huiusmodi facultad quatenus est activa talium actuum, et non formaliter quatenus recep­ tiva est vel ipsorum actuum vel alteráis rei quae ad ipsos ordinetur. 22. Secundum philosophorum sententiam.— Atque ita philosophi oinnes, praesertim Aristóteles, ' nostram libertatem de­ clarant per potestatem agendi et non agendi, vel oppositum agendi, ut lib. I Magn. Mo­ ral., c. 9, ait in nostro arbitrio esse bond mataque ¡acere, quod late prosequitur III Ethic., praesertim c. 5; bona autem et ma­ la moraba, de quibus ibi est sermo, for­ maliter ac proprie consistunt in actibus ipsius voluntatis. Unde etiam huic veritati consonant similes Scripturae locutiones: Qui potuit transgredí, et non est transgressus, jácere mala et non fecit, Eccles. 31; et ilia: Aut facite arborem bonam et fructum eius bonum, aut facite arborem malam et fruc­ tum eius malum, Matth. 12. Quae verba tractans Augustinus, lib. contra Adimant. Ma­ nida, c. 26: In voluntatis polestate (inquit) positum est ita mutari ut bonum posstt

operari, Et Methodius, lib. de Libero ar­ bitrio, per hoc libertatem dedarat, quod hormni data est potestas faciendi quae ve­ liti et similia leguntur apud Basilium, homil. Quod Deus non sit auctor malorum; Nazianz., orat. 1, et alios infra referendos. Ac denique Cone. Tridentinum, sess. VI, c. 4, et can. 4 et 5, ut nostrae voluntatis libertatem tueatur, docet earn in suis acti­ bus non mere passive se habere, sed active illos operari, insinuans usum libertatis con­ sistere in actione, facultatem autem liberta­ tis in potentia aliqua quatenus activa est. Atque ita simul probatum relinquitur inter causas efficientes creatas aliquas esse libere agentes, quod in praesenti disputatione principaliter intendimus. 23. Iam vero occurrebat declarandum quaenam sit haec facultas sic libera in agen­ do. Item qualis sit indifferentia eius, et in quo posita sit. Sed haec inter solvenda argumenta tractabuntur ; singula enim ex argumentis propositis graves postulant difficultates.

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SECCION

III

Si en t r e l a s caü sa s e f ic ie n t e s puede haber alguna que obre librem ente , SI LA PRIMERA CAUSÁ OBRA POR NECESIDAD; Y, EN GENERAL, SI LA LIBERTAD DE LA ACCIÓN EXIGE QUE SEAN LIBRES TODAS LAS CAUSAS QUE EN ELLA INFLU­ YEN, O BASTA CON QUE LO SEA UNA' 1. A sí, p u e s, e l p rim e r a rg u m e n to p lan tea a n te todo la cu estió n de si la causa p rim e ra o b ra lib rem en te o p o r n ecesid ad n a tu ra l; p e ro esto debe tra­ tarse d e sp u é s, e n u n a d isp u tació n p ecu liar so b re las perfecciones d iv in a s; aquí su p o n em o s q u e realiza de m an era n o necesaria, sino lib re, todo lo q u e o b ra p ro ­ p ia m e n te fu e ra d e sí, lo cual n o es sólo cierto p o r la fe, sino q u e tam bién creem os que se p u e d e d em o strar suficientem ente p o r la razón n a tu ra l, com o pon­ d rem o s d e reliev e en el lu g a r citado. C o n esto q u ed a resuelto aq u el p rim er a rg u m e n to , n e g a n d o el antec ed en te. 2 . Opinión y fundamento de Escoto.— T o d a v ía queda, em p ero , u n a cues­ tió n h ip o té tic a e n to rn o al m ism o a rg u m e n to : a u n q u e D ios obrase p o r nece­ sid ad n a tu ra l, ¿ seg u iría siendo in telig ib le q u e la causa creada o b rase libre­ m e n te ? P o rq u e e sta cu estió n es c o n tro v ertid a e n tre E scoto y los prin cip ales se­ g u id o re s d e S a n to T o m ás. E n efecto, aq u él nieg a absolutam ente la posibilidad d e q u e u n a c a u sa seg u n d a o b re lib re m e n te si la p rim e ra ob ra p o r n ecesid ad n a tu ­ ra l; y p ie n s a q u e A ristó teles, o c u a lq u ie r o tro filósofo que enseñó sim ultánea­ m e n te e sta s d o s cosas — q u e D ios o b ra p o r necesidad, y el h o m b re con liber­ ta d — •, m a n tu v o ex trem o s c o n trad icto rio s. E l fu n d am en to d e E scoto se ha in ­ d ic a d o a rrib a e n el p rim e r a rg u m e n to , y e strib a en q u e la causa segunda n o o b ra si n o es m o v id a p o r la p rim e ra ; p o r ta n to , si la p rim era o b ra y m ueve n e c e sa ria m e n te , e s p reciso q u e la seg u n d a se m u ev a y ob re con la m ism a ne­ cesidad. A sí lo e x p o n e E scoto, In 1, d ist. 1, q . 1 ; d ist. 4, q . 4 ; d ist. 3 8, ad 1 ; d is t. 3 9 , § Quantum ad primum; e In II, d ist. 1, q . 3 ; lo m ism o opinan los p a rtid a rio s d e E sc o to , según p u e d e verse e n C ó rd o b a, lib . I , q. 55, d u d a 4 ; sig u e n ig u a l se n te n c ia alg u n o s d e los m o d e rn o s com entadores d e S anto T o ­ m á s, e n I , q . 19, a. 8.

SECTIO III U trum in causis efficientibus p o ssrr ESSE ALIQUA LIBERE AGENS, SI PRIMA CAUSA EX NECESSITATE OPERETUR; ET IN UNIVER­ SUM AN LIBERTAS ACTIONIS REQUIRAT LIBERTATEM IN OMNIBUS CAUSIS IN ILLAM INFLUENTTBUS, VEL IN UNA SUFFICIAT

1. Primum igitur argumentum petit imprimis an prim a causa libere operetur vel ex necessitate naturae; sed hoc tractandum est infra in propria disputatione de divinis perfectionibus ; hic supponimus non neces­ sario, sed libere efficere quidquid proprie extra se efficit, quod non solum fide cer­ umi est, sed edam naturali ratione suffi­ ciente! probari posse credimus, ut dicto loco ostendemus. A tque ita solutum manet Ulud primum argumentum, negando antecedens. 2. Scoti sententia et fundamentum.— Adhuc tarnen m anet circa idem argumen­ tum hypothetica quaestio, utrum, licet Deus ageret ex necessitate, naturae, adhuc intelli-

gi posset causa creata libere efficiens; haec enim quaestio controversa est inter Scotum et praecipuos sectatores D. Thom. Ille enim absolute negat fieri posse ut causa secunda libere efficiat, si prima agit ex necessitate naturae; putatque Aristòtelem, vel quemcumque alium philosophum qui illa duo simul docuit, scilicet, Deum necessario et hominem libere operari, contradictoria docuisse. Fundamentum Scoti est supra tactum in primo argumento, scilicet, quia causa secunda non agit nisi mota a prima; linde si prima necessario agit et movet, secundara eadem necessitate moveri et agere necesse est. Ita habet Scotus, In I, dist. 1, q. 1; dist. 4, q. 4; dist. 38, ad 1; dist. 39, § Quantum ad primum; et In II, dist. 1, q. 3; et idem sentiunt sectatores Scoti, ut videre licet apud Cordubam, in I lib., q. 55, dubio 4; et eamdem sententiam sequuntur nonnulli ex modernis commentatoribus D. Thomae, I, q. 19, a. 8.

Disputación XIX.—Sección III

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3. E n cam bio, o tro s m ás antiguos estim an q u e , d e la h ipótesis d e que D ios obre p o r necesidad n a tu ra l, no se sigue que to d a causa segunda o b re p o r necesidad, sino q u e el efecto p u e d e ser co n tin g en te p o r ra z ó n d e la causa p ró ­ xim a, a u n cuando la p rim e ra influya p o r necesidad n a tu ra l. E l fu n d a m e n to está en q u e , cuando el efecto dep en d e d e varias causas, p u e d e te n e r u n a pecu liar condición o defecto p o r razó n d e u n a causa, y n o p o r ra z ó n d e otra. A sí, p o r ejem plo, de dos asentim ientos a las prem isas, u n o c ierto y o tro in cierto , re su lta u n asentim iento in cierto a la conclusión; y d e u n a causa p rim e ra perfecta y u n a seg u n d a defectuosa se sigue u n efecto im p e rfe c to ; p o rq u e , com o suele d ecirse, lo b u e n o es b u e n o p o r su causa ín te g ra , y lo m alo lo es p o r cu alq u ier defecto. A sí, pu es, para q u e el efecto sea lib re o c o n tin g en te p u e d e b a sta r la lib e rta d d e la causa segunda, a u n q u e la p rim e ra o b re necesariam ente. P o rq u e , d e p e n ­ dien d o el efecto d e am bas causas, se re q u ie re el influjo de u n a y o tra p a ra que se siga el efecto ; en cam bio, p a ra que no se siga es suficiente c o n q u e falte u n a de las dos cau sas; y, p o r igual razó n , p a ra q u e el efecto se siga ne­ cesariam ente, es preciso q u e am bas causas influyan d e m an era n ecesaria; m as p a ra q u e sea lib re o co n tin g en te basta con que u n a d e las dos p u e d a n o in ­ fluir. D e esta m anera, poco m ás o m enos, lo sostienen C ayetano, I , q . 14, a. 13, a p ropósito de ad 1, y q. 19, a. 8 ; el F e rra rie n se , I I cont. Gent., c. 6 7, a p ro ­ pósito de la razón 5 ; y C apréolo, In / , d ist. 38, q u ie n e s atrib u y en esta o pinión a Santo T om ás, p o rq u e en los lu g ares citados afirm a q u e , si b ie n la ciencia de D ios és causa necesaria, de ella provienen efectos co n tingentes, ya q u e su in ­ flujo q u eda m odificado en la causa se g u n d a ; y cosas sem ejantes m anifiesta el m ism o Santo T o m ás en De Veritate, q . 2, a. 14, ad 5, y q . 5, a. 9, a d 10. Igual opinión defiende G ab riel, In I, d ist. 38, q . ú n ica, a. 1, en su 2.* p a r te ; y Palacios, disp. 2. 4. D e estas dos opiniones, u n a y o tra encierran p a rte de v erd ad , p e ro n in ­ guna explicó n i fu n d a m e n tó exactam ente el p ro b le m a ; p u es aquella cu estió n condicional o h ip o tética es susceptible d e d iferentes sentidos, q u e conviene d is­ tin g u ir p o rq u e, en conform idad con ellos, la cuestión h a b rá de definirse de d iferentes m odos.

3. Alii vero antiquiores existimant ex sequatur, necesse est utramque causam ex ilia hypothesi quod Deus ex necessitate na­ necessitate influere; ut autem sit liber vel turae operetur, non sequi omnerri causam contingens, satis est ut altera possit non secundam ex necessitate operari, sed posse influere. Ita fere Caietanus, I, q. 14, a. 13, esse effectum. contingentem ratione causae circa ad 1, et q. 19, a. 8; et Ferrar., II proximae, quamvis prima naturali necessi­ cont. Gent., c. 67, circa rationem 5; et tate influat. Fundamentum est quia quan­ Capreol., In I, dist. 38; qui hanc sentendo effectus pendet a pluribus ca.usis, potest habere peculiarem conditionem aut defectum tiam tribuunt D. Thom., eo quod praedictis ratione unius causae et non ratione alterius. locis dicat quamvis scientia Dei sit causa Sic enim ex duobus assensibus praemissa- necessaria, ab ea prodire effectus contmgenrum, altero certo et altero incerto, efficitur tes, quia influxus eius modificatur in causa assensus -conclusionis incertus, et ex causa secunda; et similia habet idem D. Thom., prima perfecta et secunda defectuosa, sequi- q. 2 de Veritate, a. 14, ad 5, et q. 5, a. 9, tur effectus imperfectus; quia, u t dicitur, ad 10. Eamdem opinionem tenet Gabriel, bonum ex integra causa et malum ex quo- In I, dist. 38, q. unica, a. 1, part. 2 illius; cumque defectu. Sic igitur, u t effectus sit et Palacios, disp. 2. 4. Utraque ex his sententiis aliquid ve­ liber aut contingens, sufficere potest libertas causae secundae, quamvis causa prima ne­ rum continet, neutra tarnen exacte rem decessario operetur. Nam, cum effectus pen- claravit aut confirmavit; illa enim condideat ab utraque causa, utriusque influxus tionalis seu hypothetica quaestio plures pot­ requiritur ut sequatur effectus; ut autem est habere sensus, quos oportet distinguere; non sequatur, satis est quod altera causa nam iuxta illos diversis modis quaestio dedesit; et pari ratione, ut effectus necessario finienda est

Disputaciones metafísicas

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Primer sentido de la cuestión y de su resolución 5. Así, p u e s, el p rim e r sentido e s : si en la p rim era causa n o h ubiese li­ b e rta d al o b rar, ¿p o d ría h ab erla en alguna causa segunda? E n este sentido debe negarse en a b so lu to q u e alguna causa segunda p u ed a sef lib re si la prim era no lo es. E n ta l sen tid o es cie rta la afirm ación d e E scoto d e q u e estaban alu ­ cinados los filósofos q u e d ijero n que D ios o b ra p o r n ecesidad n a tu ra l, y los h o m b res lib re m e n te ; a pesar d e q u e n i E scoto p re te n d e d a r este sen tid o , n i la razón q u e esgrim e lo dem u estra , según verem os. C o nsiguientem ente, la prim era razón es que, si D ios n o posee lib e rta d , la cria tu ra no p u e d e particip ar de ella. Se d irá : d e igual m odo p o d ría a rg u m en tar alguno q u e , com o D ios n o tiene sentidos, tam p o co p u ed e la cria tu ra p a rtic ip a r . de ellos. R espondo que n o h ay sem ejanza, ya que la lib e rta d e n cu an to ta l perten ece a la perfec­ ción absoluta, y si ésta no se en c u e n tra en D ios form alm ente, tam poco puede darse en la c ria tu ra . P o r ello, sería m ás sem ejante el argum ento de q u e , si en D ios n o hubiese conocim iento, tam poco p o d ría hab erlo en la criatura y, con­ secuentem ente, n o p o d ría h a b e r en ten d im ien to n i sentidos. L a segunda razón está en q u e, si alguna causa segunda es capaz de lib e rta d , lo será en grado sum o la cria tu ra in te le c tu a l; pero, si en D ios no hay lib e rta d de o brar, tam poco p u e­ d e h a b e rla en la criatu ra in te le c tu a l; luego. L a m enor se dem uestra porque D ios es intelectual p o r esencia, m ie n tra s q u e la c riatu ra lo es p o r participación; luego cuanta p erfección p u ed a excogitarse e n el grado in telectu al, d e donde naz­ ca la lib e rta d , se e n cu en tra de m an era m ás excelente en D ios. Así, p o r ejem plo, la perfección intelectiva, el conocim iento u niversal de todos los bienes, la inm a­ terialid ad de las potencias, la n o necesaria conexión con lo s bienes extrínsecos o ind ep en d e n cia d e las cosas externas, o si hay alguna o tra cosa parecida que p u e d a ser razó n d e la lib e rta d , ya p o r p a rte d el ob jeto , ya p o r p arte del sujeto o d e la p ro p ia natu raleza, to d o lo q u e es d e e ste ' te n o r — repito— se encuentra en D ios de m o d o m ás excelente. C o n sig u ien tem en te, si todas estas cosas no p u e d e n ser suficientes e n D ios p a ra q u e sea lib re e n su o b rar, tam poco serán suficientes en la cria tu ra .

Primus quaestionis sensus eiusque resoluno

tura esse non posset, et consequenter neque intellectus neque sensus. Secunda ratio est, 5. Primus igitur sensus est, si in pri­ quia si aliqua causa secunda est capax lima causa non esset libertas in agendo, an bertatis, maxime intellectualis creatura; sed posset esse in aliqua causa secunda. Et in si in Deo non est libertas in agendo, neque, hoc sensu negandum- omnino est posse ul- in creatura intellettuali esse potest; ergo. lam causam secundam esse Iiberam si pri­ Probatur minor, nam Deus est intellectualis ma non sit. Quo sensu verum est quod Sco- per essentiam, creatura per participationem ; tus ait hallucinatos fuisse philosophos di- ergo quidquid perfectionis in gradu intelleccentes Deum agere ex necessitate naturae, tuali exeogitari potest, unde oriatur liber­ homines vero libere; quamquam nec Scotus tas, excellentiori modo est in Deo. Ut, verbi hunc sensum intendat nec ratio eius ilium gratia, perfectio intelligendi, universalis co­ probet, ut videbimus. Ratio ergo prima est, gitino bonorum omnium, immaterialitas poquia si Deus non habet libertatem, non est tentiarum, non necessaria connexio cum exunde creatura illam participet. Dices: eo- trinsecis bonis seu independentia ab exterdem modo argumentari quis posset, quia nis rebus, vel si quid aliud eiusmodi est, Deus non habet sensum, non esse unde quod vel ex parte obietti vel ex parte subcreatura ilium participet. Respondeo non es­ iecti seu propriae naturae esse possit ratio se simile, quia libertas ut sic pertinet ad libertatis, quidquid (inquam) huiusmodi est, perfectionem simpliciter, quae si in Deo excellentiori modo in Deo invenitur. Si ergo non sit formaliter, neque in creatura esse haec omnia in Deo satis esse non possunt potest. Unde similius argumentum est quod ut sit in agendo liber, neque in creatura si in Deo non ejset cogitino, edam in crea- satis erunt.

Disputación X IX .— Sección III

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6. De qué clase de perfección es la libertad.— Se o b je ta rá : la lib e rta d req u iere u n a perfección m ezclada d e alguna im perfección, a saber, la p o te n ­ cialidad o la m u ta b ilid a d , y por este capítulo p u ed e' n o resu ltar evidente aq u e­ lla consecuencia. P o r eso, tam b ién nosotros reconocem os q u e en la c ria tu ra hay lib e rta d con in d ifere n cia p a ra varios actos, pero no en D ios. Se resp o n d e n e ­ g ando el an tecedente, p o rq u e la lib e rta d , considerada precisa y absolutam ente, n o .in c lu y e im perfección alguna, ya q u e p u e d e salvarse adm itiendo la in d ifere n ­ c ia p a ra los objetos o efectos sin n in g u n a com posición o potencialidad resp ecto d e los diversos actos, y ú nicam ente expresa cierto dom inio e ind ep en d e n cia con relació n a tales cosas u objetos. Y de este m o d o hay lib e rta d e n D ios, p u e sto q u e es la lib ertad p o r esencia; en cam bio, en la cria tu ra existe únicam en te p o r p articipación, p o r lo q u e lleva aneja esa im perfección q u e incluye la in d ife re n ­ c ia p a ra actos .diversos, e n la cual to d o lo q u e hay d e p o tencialidad y d e com ­ posición im plica im p erfe cció n ; pero, su p u esta esta im perfección, la m ism a in ­ diferencia y d o m inio sobre el propio acto e n tra ñ a p erfecció n ; y esta perfección n o p o d ría ser p a rticip ad a p o r la cria tu ra si en D ios n o existiese la perfección m ism a de la lib e rta d p u ra y exenta de im perfecciones. Y no tien e validez c o n ­ tra este sentido la razó n de la segunda sen ten cia; p o rq u e esa razó n supone q u e , m anteniéndose la n ecesid ad de D ios al o b rar, hay causas segundas libres, y ya dem ostram os q u e d e la antedicha hipótesis se sigue lo c o n trarió d e esto.

Segundo sentido de la cuestión y su resolución 7. E l segundo se n tid o d e la cu estió n e s : si sucediese, p o r u n im posible, q u e D ios obrase p o r necesidad n a tu ra l y la cria tu ra tuviese u n a facu ltad ope­ rativ a lib re p o r su natu raleza, ¿im p ed iría D io s, por ra z ó n de su n a tu ra l m odo d e o b rar, el uso d e la lib e rta d en la cria tu ra hasta el p u n to de q u e , d e h ech o , n o tuviese una acción lib re , au n q u e poseyese u n a p o ten cia lib re ? C iertam en te, parece q u e la p a rte negativa se sigue con evidencia d e la opinión de algunos tom istas, que estim an q u e p a ra la acción lib re d e la cria tu ra es suficiente q u e obre m ediante u n a facu ltad de suyo lib re y q u e n o sea arrastrad a n ecesaria-

6. Liberias cuius generis perfectio.—actum, perfectionis est, quae perfectio non Obiicies: libertas requirit perfectionem ad- posset ^ parucipari a creatura nisi in Dea mixtam alicui imperfection^ nimirum po­ esset ipsa perfectio libertatis pura et sine tenti alitati vel mutabilitatl, et ex hoc capite imperfectionibus. Neque contra hunc senpotest non esse evidens ilia consecutio. sum procedit ratio secundae sententiae ; nam Unde nos etiam fatemur in creatura esse dia supponit .quidem, stante necessitate Dei libertatem cum indifferentia ad varies ac­ in agendo, esse causas secundas liberas, tus, non tarnen in Deo. Respondetur ne­ cuius oppositum ostendimus sequi ex praegando assumptum; nam libertas praecise et dicta hypothesi. absolute sumpta nullum includit imperfecSecundus quaestionis sensus eiusque tionem, quia saivari potest cum in differen­ resolutio tia ad obiecta vel effectus absque ulla compositione vel potentialitate respectu diver7. Secundus sensus quaestionis est, si sorum actuum, solumque dicit dominium per impossibile contingeret Deum agere ex quod dam et independentiam respectu taliura necessitate naturae, creaturam autexn habere.rerum seu obiectorum. Atque hoc modo est facultatem agendi ex natura sua liberam, an , libertas in Deo, quia est libertas per essen- Deus, propter suum naturalem modum agen­ tiam; in creatura vero est tantum per par- di, impedirei in creatura usum libertari?, ticipationem, et ideo habet illam imperfec- ita quod de facto non haberet actionem li­ tionem adiunctam quam includit indifferen- beram, etiamsi haberet potentiam liberam. tia ad diversos actus, in qua quidquid est Et quidem pars negativa videtur manifeste potentialitatis et compositionis, imperfectio­ sequi ex quorumdam thomistarum Opinione, n s est; supposita vero hac imperfectione, qui existimant 2d liberam actionem creatuipsa indifferentia et dominatus in proprium rae satis esse quod per facultatem ex se li-

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Disputaciones metafísicas

m en te o d eterm in ad a a u n a sola cosa p o r el objeto. P ero D ios n o elim inaría estas dos condiciones, aun cuando, p o r n ecesidad n a tu ra l, obrase con todo su p o d e r en la v o lu n tad y con la v o lu n tad c re a d a ; lu eg o , n o obstante ese m odo de o b rar de D ios, la criatura seguiría o brando librem ente. 8. A hora b ien , este fu n d am en to es falso y ofrece u n a grave ocasión de errar en la p re se n te m ateria. P o rq u e , en p rim e r lu g a r, n o distingue suficiente­ m en te e n tre estos dos e x trem o s: p o seer u n a .facultad libre y ten er expedito el lib re u so de ta l facultad, siendo así que son m u y d istin to s; p ues e l prim ero perten ece a la sola potencia o acto p rim ero , m ien tras que este últim o pertenece al acto segundo. P ero , aun c u an d o n o p u ed a darse u n acto lib re sin facultad libré, p o rq u e el acto segundo y vital supone esencialm ente el p rim ero , en cam ­ bio p u e d e darse u n a facultad lib re sin uso d e la lib e rta d , n o sólo cuando no obra, sino q u e tam b ién al o b rar es im p ed id a d e te n e r sobre su acto el dom inio que p o r su n atu raleza p o d ría ten er. P o rq u e este dom inio consiste en el poder de n o hacer aquello q u e u n o está haciendo, o d e h a c e r otra cosa. M as puede o cu rrir que u n agente q u e , p o r lo dem ás, es d e suyo in d ifere n te, sea d e ta l m a­ n e ra arrastrad o o d eterm in ad o a o b ra r p o r otro agente superior q u e , con res­ p ecto a esa acción o m odo d e o b rar, n o tenga p o testad de no o b rar, y enton­ ces, conservando lib re la fa c u lta d in n a ta , p u e d e verse privado del uso de la li­ bertad . Se confirm a, p o rq u e to d o s los teólogos enseñan q u e D ios p u ede infe­ rir n ecesidad a n u e s tra v o lu n ta d ; p e ro en ese caso n o q u ita ría la facultad lib re , ya q u e ésta n o se distin g u e d e la v o lu n ta d m ism a, sino que im pediría su uso libre y lo co n v ertiría en necesario. C o nsiguientem ente, d eb en d istin g u irse esas dos cosas; y D ios p u e d e h acer q u e u n a facu ltad , siendo lib re d e suyo y perm a­ n eciendo lib re e n acto p rim e ro acerca d e alg ú n objeto, n o sea llevada hacia él lib rem en te, sino p o r alg u n a m o ció n necesaria q u e im p id a el uso de la libertad. P arece que en esto c o n cu erd an los teólogos, In II, d ist. 15, y lo supone Santo T o m á s, I - ü , q . 6 , a. 4 ; y lo defiende E scoto, In IV, d ist. 4 9, q . 6 , § Dúo ergo. 9. D e a q u í se sigue, ad em á s, q u e es falso lo q u e aquella sentencia supone d e q u e p a ra el u so y el acto lib re b a sta con q u e la facu ltad sea lib re d e suyo

beram operetur et qtiod ab obiecto non ne- vel aliud agendi. Fieri autem potest ut cessario trahatur, seu ad unum determine- agens alioqui ex se indifferens ita feratur tur. Haec autem dúo non auferret Deus, vel determinetur ad agendum ab alio supe­ etiamsi ex necessitate naturae tota sua po- riori agente ut respectu talis actionis seu testate in volúntate et cum volúntate creata modi agendi non habeat potestatem non ageret; ergo, non obstante illo modo agen- agendi, et sic retiñendo innatam facultatem liberam potest privati usu libertatis. Condi Dei, adhuc creatura libere ageret. 8. Hoc vero fundamentum falsum est et iirmatur, nam omnes theologi docent posse magnam praebet occasionem errandi in hac Deum inferre necessitatem voluntan nosmateria. Imprimís enim non satis distinguit trae; tunc autem non auferret facultatem inter haec duo, scilicet, habere facultatem liberam, quia haec non distinguitur a vo­ liberam et habere expedition liberum usum lúntate ipsa, sed impediret liberum usum talis facultada, cum tarnen valde distincta eius et in necessarium commutaret. Sunt sinty nam illud prius ad solam potentiam ergo ilia duo distinguenda ; potestque facere seu actum primum pertínet, hoc vero pos­ Deus ut facultas, ex se libera et manens li­ terius ad actum secundum. Quamvis autem bera in actu primo circa aliquod obiectum, actus liber esse non possit absque facúltate non libere feratur in illud, sed ex necessa­ libera, quia actus secundus et vitalis essen- ria aliqua motione quae usum libertatis imtialiter supponit primum, at vero facultas pediat. In quo videntur convenire theologi, libera potest esse absque usu libertatis, non In II, dist. 15, idque supponit D. Thomas, solum quando non operatur, sed eüam dum I-II, q. 6, a. 4; et tenet Scot, In IV, operatur impeditur ne illud dominium ha- dist. 49, q. 6, § Duo ergo. 9. Ex quo ulterius sequitur falsum esse beat in suum actum, quod ex natura sua habere posset. Gonsistit enim hoc dominium quod illa sententia supponit: ad usum et in potestate non agendi id quod quis agit, actum liberum satis esse facultatem ex se

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y el objeto in d ifere n te de suyo, es d ecir, q u e p o r sí m ism o n o sea suficiente p a ra im p rim ir necesidad a la facu ltad . E fectivam ente, esta o pinión su p o n e q u e n in ­ g u n a o tra causa p u e d e in fe rir necesidad a la v o lu n tad si n o es el objeto o m e ­ d ia n te el objeto, lo cual es falso ; p o rq u e tam b ién D ios p u ede im p rim ir n ece­ sid ad a la voluntad, n o com o objeto, sino com o agente de potencia infinita. M ás a ú n : si la v o luntad ú n icam en te pudiese re c ib ir necesid ad d el objeto, n u n c a p o ­ d ría ap artarse de su m o d o co nnatural d e o b ra r o m overse necesariam ente, a no ser c u an d o ella m ism a, p o r su naturaleza y p o r su im p u lso in trínseco, es lle­ vada d e m anera necesaria. P o rq u e e l objeto, e n cu an to objeto, n o m ueve a la v o lu n tad de m odo p re te rn a tu ra l, sino m áxim am ente co n n atu ral e intrínseco, y p o r ello el objeto, e n su o rd en , n o m ueve necesariam ente a la p o ten cia q u e , p o r lo dem ás, es lib re , sino cuando ella m ism a n o es lib re con respecto a tal o b je to ; luego si la v o lu n tad sólo p u ed e ser m ovida n ecesariam ente p o r m edio d e l o b ­ jeto, en realidad n o es m ovida n ecesariam ente acerca d e aquello para lo cual era lib re d e suyo, d e igual m odo q u e e n el cielo la v o lu n tad e s atraída n ece­ sariam ente p o r D ios en cu an to objeto visto con clarid ad , p o rq u e ella m ism a n o e s lib re , de suyo, c o n respecto a ta l acto. 10. A sí resu lta q u e , d e acuerdo con aquella opinión, D ios n u n c a p u e d e m over n ecesariam ente la v o lu n tad a u n acto p a ra el cual ella es libre p o r sí m ism a ; pu es, o D ios p ro p o n e u n objeto q u e d e suyo es suficiente p a ra m over n ecesariam ente a la v o lu n tad , y entonces la v o lu n tad n o es realm ente lib re d e suyo p a ra tal acto, c o n lo cual n o sufre n in g u n a n ecesidad extrínseca, o p ro ­ pone u n objeto q u e , en su género, n o p u e d e m over necesariam ente a la v o lu n ­ tad , y en v irtu d d e ese objeto n u n ca se m overá necesariam ente la v o lu n tad , a n o ser q u e D ios im p rim a necesidad p o r o tra p a rte . Se d ir á : p u e d e proponerse u n objeto d e suyo insuficiente para m over necesariam ente, p e ro d e tal m o d o o bajo ta l juicio q u e infiera necesidad a la v oluntad. R esp o n d o : en p rim e r lu g a r, eso n o p u ed e o cu rrir sin u n juicio falso, a saber, ju zgando que es el sum o b ie n o el bien necesario lo q u e n o es ta l, y D ios n o p u ed e in fu n d ir ese juicio. A d e­ m ás, a u n adm itiéndolo, la v o lu n tad n o se m overía entonces com o potencia lib re de suyo, sino com o p o ten cia determ in ad a a u n a sola co sa; pues, así com o p o r

Iiberam et obiectum ex se indifferens seu quod per se non sufficiat ad inferendam necessitateno facilitati. Nam haec sententia supponit nullam aliam causam posse inter­ ré necessitatem voluntau nisi obiectum vel mediante obietto, quod falsum est; nam etiam Deus potest inferre necessitatela'voIuntati, non ut obiectum, sed ut agens infinitae potentiae. tom o, si voluntas solum ab obiecto necessitatem pati posset, nunquam posset extrahi a suo connaturali ope­ randi modo, aut necessario moveri, nisi quando ipsa ex natura sua et intrinseco impetu necessario fertur. Nam obiectum, ut obiectum, non movet voluntatem praetematurali modo, sed maxime connaturali et in­ trinseco, et ideo obiectum in suo genere non movet necessario potentiam alioqui li.beram, nisi quando ipsa respectu talis ob­ ietti non est libera; ergo si voluntas solum potest necessitati medio obiecto, revera non necessitatur circa id ad quod de se erat libera, ut in patria voluntas necessitatur a Deo ut obiecto dare viso, quia ipsa de se respectu talis actus non est libera.

10. Atque ita fit u t iuxta illam sententiam Deus nunquam possi; necessitare vo­ luntatem ad actum ad quera ipsa ex se est libera; nam vel Deus proponit obiectum ex se sufficiens ad movendum necessario vo­ luntatem, et tune revera voluntas non est ex se libera ad talem actum, et ita nullam patitur extrinsecam necessitatem; vel pro­ ponit obiectum quod in suo genere non est potens necessario movere voluntatem, et ex vi talis obietti nunquam voluntas necessa­ rio movebitur nisi aliunde Deus inferat ne­ cessitatem. Dices: potest proponi obiectum de se insufficiens ad necessario movendum, eo tamen modo vel sub tali iudicio ut ne­ cessitatem inferat voluntad. Respondeo, primum, id fieri non posse absque iudicio fal­ so, nimirum, radicando esse summum bo­ rami vel bonum necessarium quod tale non est, quod iudicium Deus immittere non potest. Deinde, etiam ilio posi», voluntas tune non moveretur ut potentia ex se li­ bera, sed u t potentia determinata ad unum, quia sicut natura sua fertur non tantum

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su n a tu raleza tie n d e no sólo al v erd ad ero , bien, sino incluso al b ie n aparente, ig u alm en te p o r su naturaleza tiene a p titu d p a ra ser movida necesariam ente h a­ cia e l bien en apariencia necesario. Y d e este m o d o nunca se salva el que la v o lu n tad p u e d a ser m ovida necesariam ente p o r D ios a u n acto q u e realizaría lib rem en te p o r sí m ism a. P ero esto es, en v erd ad , falso y contrario a la opinión com ún, y niega la om nipotencia d e D ios. P o rq u e , siendo El a u to r y dueño de la v o lu n tad , p u e d e m overla e im p u lsarla com o q u iera para que ob re necesaria­ m ente, o im p ed irle en absoluto o b rar. Se confirm a, ya que el p o d er q u e la vo­ lu n ta d creada tie n e p a ra q u e re r o n o q u e re r n o goza de eficacia infinita, p u e sto q u e es pro p o rcio n ad o a la v irtu d finita d e tal p o te n c ia ; luego en am bas p u ed e ser vencida y su perada p o r u n agente extrínseco de virtud infinita, com o es D io s; consiguientem ente, la v o lu n tad creada p u e d e ser m ovida d e ta l m anera p o r D io s a q u e re r u n objeto q u e p o r lo dem ás sea de suyo in d ife re n te , q u e la v o lu n tad así m ovida q u ed e to talm en te im p o ten te p a ra resistir o p a ra usar el p o d e r q u e tiene d e no q u e re r ta l objeto. E s m á s : q u e esto pertenece a la om ­ n ip o ten cia divina parece ensenarlo en alguna ocasión San A gustín, y n o sin razón, puesto q u e aq u el efecto o m oción n o im p lica contradicción alguna. A sí, p u e s, e n tal caso, au n q u e la v o lu n tad sea lib re de suyo y no sea m ovida n e­ cesariam ente p o r el objeto, n o o b stante, el uso m ism o y el acto n o es lib re p a ra la v o lu n tad , y a q u e u n agente su p erio r no le perm ite hacer uso d e su fa­ c u ltad lib re ; n i ella p u ed e te n e r p o te sta d , con resp ecto al agente su p erio r, para resistirle cuando em plea su p o te sta d absoluta. 11. P o r ta n to , para el acto o uso lib re d e la voluntad n o es suficiente u n a facu ltad d e suyo lib re ju n to con la in d ifere n cia del objeto o d el ju icio , a n o ser q u e , al p ro p io tiem po, u n a causa su p erio r n o infiera n in g u n a fuerza o eficacia p re te rn a tu ra l, sino q u e deje a la v o lu n ta d obrar según su m o d o con­ n a tu ra l, com o afirm an tam b ién los P ad res de la Iglesia que voy a cita r en se­ guida. E n consecuencia, n o es sólido el fu n d am en to de aquella opinión. P o r lo cual falta ah o ra exam inar si, sen tad a la hipótesis d e que D ios obrase p o r ne­ cesidad n a tu ra l y el h o m b re tuviese u n a facu ltad libre de suyo, n o o b stan te

in verum bonum, sed etiam in bonum apparens, ita natura sua nata est necessario ferri in bonum " apparens necessarium. Atque ita nunquam salvatur quod voluntas possit necessitari a Deo ad actum quem ex se libere eliceret. Quod sane falsum est et contra communem sententiam, derogatque omnipotentiae Dei. Nam, cum ipse sit vo­ luntatis auctor et dominus, potest quomodo voluerit ipsam movere ac impellere ut ne­ cessario agat, vel impedire ut omnino non agat. Et confirmatur, nam potestas quam voluntas creata habet ad volendum vel nolendum non est infinitae efficaciae, cum sit commensurata finitae virtuti talis potentiae; ergo in utraque potest vinci et superari ab estrinseco agente inlìnitae virtutis, ut est Deus; pote'st ergo a Deo ita moveri creata voluntas ad volendum obiectum alioqui de se indifferens, ut volun­ tas sic mota impotens omnino sit ad resistendum vel utendum potestate quam habet 1 In Enchir.

ad nolendum tale obiectum. Immo hoc pertinere ad divinam omnipotentiam aliquando docere videtur Augustinus1, et non imme­ rito, cum in ilio effectu vel motione nulla involvatur repugnantia. Tunc igitur, quamvis voluntas ex se libera sit et ab obietto non moveatur ex necessitate, nihilominus usus ipse et actus non est liber ipsi voluntati, quia non permittitur a superiori agente uri sua libera facilitate; neque ipsa habet potestatem respectu superioris agentis ad resistendum illi sua absoluta potestate utenti. 11. Igitur ad actum seu usum liberum voluntatis non satis est facultas ex se libera cum indifferentia obietti seu iudicii, nisi etiam superior causa nullam vim seu praeternaturalem efficaciam inferat, sed voluntatem ipsam sinat suo connaturali modo operari, ut Patres etiam Ecclesiae loquuntur, quos statim indicabo. Non est ergo solidum illius sententiae fundamentum. Quapropter videndum nunc superest an, posita illa hypothesi quod Deus ageret ex neces-

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es leg ítim a la consecuencia d e q u e en tal caso n o h a b ría en la voluntad cread a n in g ú n uso o acto lib re . . 12. S i Dios obrase ■por necesidad natural, no se daría en las causas ningún . ejercicio de la libertad.— E n este sentido, p a re c e q u e d eb e decirse q u e , d ad a a q u e ­ lla hipótesis, n o q u ed a n in g ú n uso de la lib e rta d en el a g en te creado. Y ta m b ié n e n este sentido dice con v erd ad E scoto q u e e rra ro n los filósofos q u e sostu v iero n q u e D ios ob ra p o r necesid ad n atu ral y a d m itiero n efectos libres y con tin g en tes p ro cedentes d e las causas segundas. M as la razó n d e E scoto n o tien e validez en este sentido, n i m e resu lta aceptable, com o d iré m ás adelante. C o n sig u ien te­ m e n te , la razó n p ro p ia debe tom arse de lo dich o poco antes, ya q u e D ios p u e ­ de m over la v o lu n tad , p o r su potencia infinita, de ta l m an era q u e le im p rim a necesidad, según se h a dem ostrado, y lo m ism o p o d ría o c u rrir tam b ién si o b ra se p o r necesidad n a tu ra l, ya q u e n o se afirm a q u e en tal caso tenga m e n o r p o te n ­ cia, sino sólo m e n o r in diferencia o lib e rta d ; m as si D io s obrase p o r n ecesid ad n atural, al a ctu a r sobre la v o lu n tad creada o b raría con to d a la eficacia q u e p u ­ d iese; luego siem pre o b raría im p rim ién d o le n ecesid ad y, d e esta m anera, n u n c a h ab ría uso d e la lib e rta d en el agente creado. L a m e n o r es evidente, p o rq u e es condición d el ag en te n a tu ra l el o b rar to d o cu an to p u e d e , ya q u e n o tiene facultad de m o d erar su acción, es d ecir, de aplicarla m ás o m enos, p u e sto q u e eso únicam en te se lleva a cabo m ed ian te u n a poten cia lib re. 13. Se responde a una objeción.— P ero qu izá d iría n los filósofos q u e D ios, al o b ra r p o r n ecesid ad n a tu ra l, n o siem pre o bra to d o lo q u e ab so lu tam en te p u e ­ de, sino cuanto exige la n a tu raleza d e las causas segundas, p o r las q u e es d e­ term inado a o b rar m ás o m enos y d e este o d e aquel m odo. A hora b ien , en p r i­ m er lu g a r, sólo h ablam os e n la hip ó tesis d e q u e la poten cia divina te n g a ab­ soluta necesidad en su o b rar. E n segundo térm in o , añadim os q u e , cu alq u iera que sea la razó n p o r la q u e se afirm e q u e D ios ob ra p o r n ecesidad n a tu ra l y no p o r lib ertad , n o p u e d e te n e r u n a determ inación d e su acción en v irtu d d e la capacidad n a tu ra l d e la causa seg u n d a ; p o rq u e la potencia d e D io s n o se refiere adecuadam ente a aqu ella capacidad, sino a u n a m ay o r; luego n o p u e d e ser determ in ad o p o r ella. P ues ¿ p o r q u é h a b ría de ser lim itado p o r ella d e tal

sítate naturae, et quod in homine esset fa­ cultas ex se libera, nihilominus recte sequatur nullum fore tunc in volúntate creata usura seu actum liberum. 12. Si Deus ageret ex necessitate naturae, nullum in causis esset libertatis exercitium.— Et in hoc sensu dicendum videtur, data illa hypothesi, nullum relinqui usum liber­ tatis in agente creato. Atque in hoc etiam sensu vere dicitur ab Scoto errasse philosophos ponentes Deum agere ex necessitate naturae et admitientes effectus liberos et contingentes a causis secundis. Ratio vero Scoti nec procedit in hoc sensu nec mihi probatur, u t infra dicam. Propria ergo ratio sumenda est ex paulo antea dictis, quia Deus potest per infinitara suam potentiam ita mo­ vere voluntatem ut necessitatem illi inferat, Ut probatura est, idemque posset etiam si ex necessitate naturae ageret, quia tune non ponitur esse minoris potentiae, sed solum minoris indifferentiae seu libertatis; sed si Deus ageret ex necessitate naturae, dum in voluntatem ageret creatam, ageret quanta ef­ ficacia posset; ergo semper ageret necessi-

tatem illi inferendo, atque ita nunquam esset in agente creato libertatis usus. Minor patet, quia haec est conditio naturalis agentis ut agat quantum potest, quia non habet facultatem temperandi suam actionem, seu magis vel minus illam applicando quia hoc non fit nisi per potentiam liberato. 13. Obiectioni satisjit.— Sed dicerent fortasse philosophi Deum, agendo ex ne­ cessitate naturae, non semper agere quan­ tum absolute posset, sed quantum natura causarum secundarum exigit, a quibus de­ terminatin' ut magis vel minus et ut hoc vel ilio modo agat. Sed imprimis nos non loquimur nisi ex hypothesi, quod divina potentia habeat absolutam necessitatem in agendo. Deinde addimus quacumque ratione dicatur Deus agere ex necessitate na­ turae et non ex liberiate, non posse determinationem actionis suae habere ex capa­ citate naturali causae secundae; nam po„ tentia Dei non respicit adacquate illam ca­ pacitatemi, sed ampliorem; ergo non potest ab illa determinati. Cur enim ab ea ita mitaretur ut nunquam posset plus agere

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m odo q u e n u nca p udiese h a c e r m ás, siendo así que tiene u n a p o te n c ia m ayor? R econozco que d e aquella h ip ó tesis y d e la infinitud d e la p o te n c ia divina se sig u en m uchos im p o sib les; a p e sa r d e to d o , sentada d ic h a h ip ó te sis, sólo se sigue p o r referen cia extrínseca q u e D ios, p o r su potencia, sie m p re m ueve la v o lu n ta d creada d e ta l m o d o q u e le infiere necesidad. Y p o r eso los Santos P a d re s atrib u y en a la sab id u ría d ivina y a la providencia lib re el q u e , al o b ra r y m over la v o lu n ta d creada, se acom oda a ella de tal m odo q u e n o le im p rim e necesid ad , sino q u e la deja m o v erse a su m anera. Así p u ed e verse e n S a n A gus­ tín , D e Praedestinatione et gratia, c. 1 5 ; P róspero, Ad obiect. Gallor., c. 1 y 1 1 ; C irilo, lib . IV In loan., c. 7 ; D am asceno, lib. II De Fide, c. 30. 14. Y c o n tra esta solución d e la cuestión en el sen tid o in d icad o n o tiene validez el fu n d a m e n to de la seg u n d a o p in ió n ; porque p a ra la lib e rta d d el acto o la c o n tin g en cia d e l efecto n o es suficiente q u e la causa seg u n d a sea en sí m ism a lib re o co n tin g e n te , sino q u e se p recisa que se le deje ejercer su acción en c u a n to es ta l, y a q u e d e lo co n trario sólo es libre m ateria lm e n te (p o r así decirlo ), p e ro n o o b ra com o lib r e ; a h o ra bien, la acción n o recib e su razón y d en o m in a c ió n d e la causa co n siderada m aterialm ente, sino en cu a n to influye en acto. P ero a q u e lla razón n o d em u estra q u e la necesidad de D ios en su obrar n o im p id a el lib re uso de la fa c u lta d creada. T am poco co n trad ice a esto Santo T o m á s, allí citad o , e n este se n tid o o en el anterior, ya q u e n o tra ta d e la ab­ so lu ta n e c e sid a d d e D ios e n s u o b ra r, sino d e la necesidad d e in m u tab ilid ad , q u e n o excluye la absoluta lib e rta d , com o explicarem os desp u és en la d isp u ­ tación so b re D io s.

Tercer sentido de la cuestión y su resolución 15. Si Dios confínese necesariamente a las causas libres este concurso que ahora les presta, ellas seguirían siendo libres.— E l tercer sen tid o d e la cues­ tió n e s : si D io s o b rase p o r n ecesid ad n a tu ra l, y no hiciese m ás n i prestase a la lib re v o lu n ta d cre a d a o tro concurso o m oción fu era del q u e ah o ra le con-

cum maiorem habest potentiam? Fateor quidem ex illa hypothesi, et ex inimitate po­ tential Dei, sequi multa ìmpossibilia; nthilominus tarnen, illa posita, per locum extrinsecum1 sequitur Deum per potentiam suam semper ita movere voluntatem creatam ut ei necessitatem inferat. Ideoque Sancti Patres divinae sapientiae et liberae providentiae tribuunt ut in agendo et movendo voluntatem creatam ita sese accommodet ut ei vim non inferat, sed eam suo modo se movere sinat. U t videre licet apud Augustinum, de Praedestinatione et gratia, c. 15; Prosperum, ad Obiect. Gallor., c. 1 et 11; CyriUum, lib. IV in Ioann., c. 7 ; Damascen., lib. II de Fide, c. 30. 14. Neque contra hanc dedsionem quaestionis in hoc sensu procedit fundamentum secundae sententiae; quia ad libertatem ac­ tus vel contingentiam effectus non satis est quod causa secunda sit secundum se libera seu contingens, sed oportet u t quatenus

talis est suam actionem exercere sinatur, quia alias solum materialiter (ut ita dicami est libera, non vero agit u t libera; actia autem non sumit suam rationem et denominationem a causa materialiter sumpta, sed prout actu influente. Illa autem ratio non probat necessitatem Dei in agendo non im­ pedire liberum usum facultatis creatac. Ne­ que edam D. Thomas, ibi citants, et in hoc vel in priori sensu contradicit, quia non agit de absoluta Dei necessitate in agendo, sed de necessitate immutabilitatis, quae non excludit absolutam libertatem, ut infra declarabimus in disputatione de Deo. Tertius quaesiionis sensus eiusque resolutio 15. S i hunc quem nunc praebet Deus concursum causis liberis necessario daret, ipsae liberae manerent.— Tertius quaestionis sensus est, si Deus ageret ex necessi­ tate naturae, et non plus ageret neque alium concursum aut motionem praeberet volun-

1 Algunas ediciones sustituyen el vocablo extrinsecum por intrinsecum. No es pre­ ciso advertir la profunda modificación que semejante cambio introduce en el sentído de la frase. (N. de los EE.)

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cede, ¿elim inaría en ese caso la contingencia de la acción e im p ed iría el uso d e la lib ertad ? E ste sentido es p ro fu n d a m e n te diverso de los anteriores y se sigue de varias suposiciones, com o consta d e m an era suficiente. P o r eso, e n la afirm ación in m ed iatam en te a n terio r hem os dicho q u e, d e la n ecesid ad d e la ac­ ción d e D ios, h a b ría d e seguirse u n im p ed im en to del u so de la lib e rta d , ya que la m oción de D ios sería m ayor de lo q u e ah o ra es, co n cu rrien d o D ios lib rem en ­ te ; m as al p re se n te nos p reg u n tam o s si, supo n ien d o q u e la m oción no es m a ­ yor n i diversa e n m a g n itu d (por así decirlo), sino sólo en el m odo de confe­ rirla — a saber, p o rq u e la m ism a q u e se d a ahora lib re m e n te , e n aq u el caso se concedería p o r n ecesid ad n a tu ra l— , se seguiría d e esto p recisam en te q u e q u e ­ dase im p ed id o e l u so de la lib e rta d y elim inada la contingencia de las cosas. E n este sentido p arecen te n e r validez la o p in ió n y la ra z ó n d e E scoto. 16. A hora b ien , estim o q u e d ebe afirm arse q u e , a u n cu an d o la causa p r i­ m e ra obrase p o r necesidad n a tu ra l de aq u el m odo, n o im p ed iría el uso d e l a lib e rta d ni elim inaría to d a la contingencia d e los efectos de las causas seg u n ­ das. Y a este resp ecto apruebo la segunda opinión an tes ad u cid a , p o rq u e , a u n ­ q u e co n cu rran varias causas a u n solo acto, p a ra q u e éste sea lib re basta con q u e lo sea la causa p ró x im a y con q u e n o sea ap a rta d a de su n a tu ra l m odo d e o b ra r p o r la cooperación d e o tra c au sa; p e ro en el caso indicado sucedería así; luego. L a m ayor se d em u estra suficientem ente c o n el fu n d am en to d e la se­ g u n d a o p in ió n ; p u e s, a u n q u e concurran varias causas y to d as ellas, excepto u n a, o b re n n ecesariam ente en cuanto d e ellas d ep ende, si u n a p u ed e n o rea li­ zar el acto en v irtu d d e su sola lib ertad , eso b asta p a ra q u e el efecto sea lib re o c o n tin g e n te ; p o rq u e ab so lu tam en te p u ed e n o ex istir, y el m odo necesario d e o b rar d e las dem ás causas n o im p id e el u so de esta p o te sta d p o r p a rte de la otra causa, según se su p o n e p o r la hipótesis señalada. Se explica fácilm en te p ro b an d o la m en o r, y á q u e D ios, en tal caso, n o m overía la v o luntad c read a m ás fu e rte o v e h em e n tem en te que a h o ra ; p ero ahora la m oción de D ios no a p a rta a la v o lu n tad creada d e su m odo connatural d e o b ra r; luego tam p o co en to n ce s la in m u ta ría ; p o rq u e el h echo d e q u e esa m oción o concurso se d é, p o r p a rte

tati liberae creatae quam modo praebet, an tunc tolleret contingentiam actionis et impedirei usum Iibertatis. Qui sensus est valde diversus a praecedentibus, et ex pluribus suppositionibus procedit, ut satis con­ stat. Unde in proxima assertione praecedenti diximus ex necessitate actionis Dei fore impedimentum1 usus Iibertatis, quia motio Dei esset maior quam nunc sit, Deo libere concurrente; nunc autem inquirimus, si supponamus motionem non esse maiorem neque diversam in magnitudine (ut sic di­ cam), sed solum in modo dandi illam, quia nimirum eadem quae nunc libere datur, tunc ex necessitate, naturae daretur, et an ex hoc praedse sequatur impediri usum libertatis et tolli contingentiam rerum. Et in hoc sensu videtur procedere sententia et ratio Scoti. 16. Dicendum vero censeo, edam si pri­ ma causa ageret ex necessitate naturae ilio modo, non impedituram usum libertads ne­ que ablaturam omnem contingentiam effec-

tuum causarum secundarum. Et quoad hoc approbo secundam sententiam supra adductam, quia, licet plures causae concurrant ad unum actum, ut £Ue sit liber satis est quod causa proxima libera sit et quod per cooperationem alterius causae non extrahatur a suo naturali operandi modo; ita vero contingeret in eo casu; ergo. Maior sufficienter probatur fondamento secundae sententiae; nam, licet plures causae concurrant, et omnes praeter imam, quantum est ex se, ne­ cessario operentur, si una potest ex sola sua liberiate non elicere actum, id satis est ut effectus sit liber seu contingens; quia sim­ plicity potest non esse, neque necessarius modus agendi caeterarum causarum impedit usum huius potestatis in altera causa,, ut supponitur ex dieta hypothesi. Et declara­ tor facile probando minorem, quia Deus in eo casu non moveret fortius aut vghementius voluntatem creatam quam mine movet; sed nunc motio Dei non extrahit volunta­ tem a suo connaturali operandi modo; ergo neque tunc immutaret; nam, quod illa mo-

1 En otras ediciones: fore impediendum usum Iibertatis. (N. de los EE.) 23

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de D ios, libre o necesariam ente n ad a im p o rta p a ra el efecto q u e p ro d u c e ad

extra, si dicho concurso o m oción n o es m ayor en sí m ism o. . 17. D e aq u í argum ento, e n segundo lu g a r, q u e de lo c o n trario se seguiría q u e el acto de n u e stra volu n tad ah o ra n o es lib re sino p o rq u e D io s concurre lib rem en te a é l; p e ro el consiguiente es falso, n o sólo p o rq u e , fo rm a l e inm e­ d iatam en te, yo n o ten g o dom inio sobre m i a c to p o r razón de la lib e rta d divina, sino p o r razón d e m i lib ertad , sino ta m b ié n p o rq u e , de n o ser así, la apetición del caballo o la d e l león sería lib re p o r e l h ech o d e que D ios co n c u rre libre­ m e n te a ella ; consiguientem ente, es acto lib re con respecto a u n a causa aquel q u e es realizado p o r ésta d e ta l m a n e ra q u e ella te n g a po d er y fa c u lta d de n o realizarlo, sin q u e o b sten otras causas co n cu rren tes al m ism o acto, ya concu­ rra n , e n cuanto d e ellas dep en d e, n a tu ra lm e n te , y a co n cu rran lib re m e n te ; m as la v o lu n ta d creada se co m p o rtaría así en el caso citado, com o q u ed a dem os­ tra d o ; luego. 18. E n te rc e r lu g ar, p u e d e p ro b a rse lo m ism o no sólo d an d o cum plida re sp u e sta al fu n d a m e n tó de E sco to , sino ta m b ié n re to rcién d o lo ; p u e s, si tu ­ viese algún valor, d em o stra ría q u e ta m b ié n ahora se elim ina la contingencia de ios efectos y el u so de la lib e rta d en todo acto d e la causa segunda, e n cuanto p ro ced e d e ella, y q u e n o h ay n a d a lib re a n o ser p o r relación a la libertad d e la causa p rim e ra . A hora b ie n , el consiguiente es co ntrario no sólo a la razón n a tu ra l, sino ta m b ié n a la fe , p u e s d e no ser así no se nos p o d ría n im p u ta r los actos lib re s. S e d e m u e stra la consecuencia p o rq u e tam poco ahora la causa seg u n d a obra si n o es m ovida p o r la p rim e ra o si n o concurre la prim era , y ahora la cau sa p rim e ra influye o m ueve asim ism o con p rioridad n a tu ra l, con igual p rio rid a d q u e m overía si obrase p o r necesidad n atu ral. A dem ás, esta m o­ ción d e D ios es a h o ra ig u a lm e n te eficaz, seg ú n se supone, y puede dem ostrarse incluso con el m ism o a rg u m e n to de E scoto, ya q u e n o es com patible q u e D ios m ueva y q u e la c ria tu ra n o se m u e v a ; p o r consiguiente, puesta la m oción de D ios, la v o lu n ta d cread a se m u ev e n ec e sa ria m e n te ; luego si tal m oción, que

rio vel concursus ex parte Dei libere aut necessario detur, nihil refert ad effectum quem ad extra producit, si ipse concursus vel motio in se non est maior.. 17. Unde argumentor secundo, quia alias sequeretur actum voluntatis nostrae nunc non esse liberum l nisi quia Deus ad ilium libere concurrit; consequens autem est fal­ simi, tum quia formaliter et immediate ego non habeo dominium in meum actum ob libertatem Dei, sed ob libertatem meam; tum etiam quia alias appendo equi vel leonis esset libera, quia Deus ad illam libere concurrit; est ergo actus liber respectu alicuius causae qui ita fit ab illa ut sit in ea potentia et facultas ad non efficiendum ilium, non ob stantibus aliis causis ad eumdem actum concurrentibus, sive illae quantum est ex se naturaliter sive libere concurrant; ita vero .se gereret voluntas creata in praedicto casu, u t ostensum est; ergo.

18. Tertio probari idem potest non so­ lum satisfaciendo fundamento Scoti, sed etiam retorquendo illud; nam, si esset alicuius momenti probaret etiam nunc rolli contingentiam effectuum et usum libertatis ab omni actu causae secundae, quatenus ab illa est, nihilque esse liberum nisi per respectum ad libertatem primae caiisae. Con­ sequens autem non solum est contra rationem naturalem', sed etiam contra fidem, quia alias non possent actus liberi nobis im­ putare Sequela vero probatur, quia etiam nunc causa secunda non agit nisi mota a prima seu concurrente prima, et nunc etiam causa prima priùs natura influit seu movet, eadem prioritate qua moveret si ex neces­ sitate naturae ageret. Est etiam haec motio Dei nunc aeque efficax, ut supponitur, et probari etiam potest ipso argumento Scoti, quia non stai Deum movere et creaturam non moveri; ergo, posita Dei motione, ne­ cessario movetur voluntas creata; ergo si

• 1 Este párrafo ofrece diversas redacciones en varias de las ediciones que hemos con­ sultado. Por ejemplo, la de B. Colosino: Actum voluntatis nostrae nunc esse nobis libe­ rum, quia Deus ad ilium libere concurrit...-, la BaUeoniana: Actum voluntatis nostrae nunc non esse liberum, quia Deus ad ilium libere concurrit. (N. de los EE.)

Disputación XIX.—Sección III

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D ios d a p o r n ecesid ad n a tu ra l, quitase la lib e rta d al acto d e la v o lu n ta d h u ­ m an a, tam bién ah o ra la q u ita, ya que p recede p o r ig u al. O ciertam en te, si ah o ra n o la q u ita — p o rq u e , a u n cuando p reced a bajo alg u n a razón, sin em bargo, en ab so lu to se confiere con dependencia d e la m ism a v o lu n tad creada, com o ex­ plicarem os luego— ■, p o r la m ism a ra z ó n n o la q u ita ría en el caso indicado, ya q u e , si bien se d a ría necesariam ente p o r p a rte de D io s, a p e sa r d e eso se d a ­ ría tam bién con d ep en d en cia del lib re albedrío creado. ■ 19. Y n o re s u lta satisfactoria la resp u esta de E scoto, q u e si D ios obrase p o r necesidad n a tu ra l, su m oción sería absolutam ente necesaria, y así elim ina­ ría to d a la contingencia d el efecto, p ero ah o ra es lib re y p o r eso n o la elim ina. E sto — repito— n o satisface, ya p o rq u e explica, a lo sum o, q u e actu a lm en te se salva la contingencia o la lib ertad del efecto con respecto a la v o lu n ta d d i­ vina, m as no con re sp e c to a las causas segundas, ya ta m b ié n p o rq u e si en tie n d e q u e , d ada aquella hipótesis, la m oción de D ios sería ab so lu tam en te n ecesaria, es d ecir, que h a b ría de realizarse necesariam ente, su p o n e una cosa falsa; efec­ tivam ente, sólo sería necesaria en lo q u e d e p en d ie ra d e D io s; m as, com o al m ism o tiem po d ep e n d e ría d e la voluntad cread a y n o p o d ría realizarse sin ella, p o r esto n o sería absolutam ente necesaria. A sí, pues, e n ta l caso se d iría q u e D ios obraba p o r necesidad n a tu ra l p o r el hecho d e q u e estaría d eterm in ad o , p o r su intrínseca n atu raleza y p o r sí m ism o, a co n cu rrir con la v o lu n ta d ; sin em bargo, com o ese concurso n o se p o n e en la realid ad si n o coopera a la vez la v o lu n tad m ism a, p o r eso no se realizaría con absoluta necesidad, sino de acuerdo con la exigencia d e la cooperación d e la v o lu n ta d lib re. 20. Se infiere d e a q u í u n a regla general q u e confirm a la o pinión p ro p u e s­ ta, a sa b e r: en n a d a se opone a la lib e rta d o contingencia del acto o efecto el hecho de que alguna causa co n cu rra a él p o r necesidad n a tu ra l, con ta l d e q u e alguna o bre con ind ifere n cia, resp ecto d e la cu al el efecto se denom ine lib re. L a razón d e esto se ha declarado suficientem ente al explicar el fu n d a m e n to d e la segunda sentencia, p e ro p u ed e ilu strarse m ás con algunos ejem plos. U n o es .— según u n a o pinión p ro b ab le— q u e el conocim iento o el objeto conocido c o n ­ cu rre eficientem ente al acto d e la v o lu n ta d ; p o rq u e ese concurso, en cu an to

tafis modo, data a Deo ex necessitate natu­ quia tamen simul penderei a volúntate creata rae, tolleret libertatem in acni voluntatis nec posset in re poni sine illa, ideo non esset humanae, edam nunc tollit, quia aeque an- absolute necessaria. Itaque diceretur tune tecedit. Vel certe si nunc non tollit, quia Deus -agere ex necessitate naturae, quia esset licet aliqua ratione antecedat, tamen abso­ ab intrinseca natura et ex se determinatus ad lute da tur dependenter ab ipsa volúntate concurrendum cum volúntate; tamen quia creata, ut mox explicabimus, eadem ratione ille concursus non ponitur in re nisi coope­ in praedicto casu non tolleret, quia, licet rante simul ipsa volúntate, ideo non ponedaretur necessario ex parte Dei, nihilominus retur in re cum absoluta necessitate, sed daretur etiam dependenter a libero arbitrio iuxta exigentiam cooperadoras liberae vocreato. luntads. 19. Nec satisfacit respondo Scoti, sci­ 20. Atque hinc colligitur generalis re­ licet, quod si Deus ageret ex necessitate gula quae sententíam propositan! confir­ naturae, motio eius esset simplidter neces­ mât, scilicet, nihil obstare libertad vel consaria, et ita tolleret omnem contingentiam tingendae actus seu effectus quod aliqua effectus; niinc autem est libera, et ideo non causa naturali necessitate ad ilium cqncurtollit illam. Hoc (inquam) non satisfacit, rat, dummodo aliqua cum indifferentia efturn quia ad summum declarat saivari nunc ficiat, respectu cuius effectus denominetur contingentiam vel libertatem effectus respec- liber. Ratio huius satis declarata est expli­ tu divinae voluntatis, non vero respectu cau­ cando fundamentum secundae sententiae, sarían secundarmn; turn edam quia si in- amplius vero illustrati, potest nonnullis telligat, data illa hypothesi, modonem Dei exemplis. Unum est, iuxta probabilem senfore absolute necessarians, id est, necessario tentiam, quod cognitio seu obiectum co­ ponendam in re, falsum sumit; solum enim gnition concurrit effective ad actum volun­ esset necessaria quantum esset ex parte Dei; tatis; nam ille concursus, ut est a cogiti-

356

Disputaciones metafísicas

p rocede del conocim iento, es n a tu ra l y sin lib e rta d , y sin em bargo e l acto es sim plem ente lib re p o r la indiferencia d e la v o lu n tad . P o r eso, a u n q u e el co­ nocim iento, en lo q u e de él d ep ende, influya p o r necesidad natural, n o obs­ ta n te , p o rq u e su influjo actual n o adquiere re a lid a d sin el actual influjo de la, v oluntad, en consecuencia n o es absolutam ente necesario. Algo sem ejante cabe decir d e l influjo d e l h áb ito q u e co ncurre con la p o ten cia lib re: p o rq u e el há­ bito n o tiene, d e suyo, in diferencia o p ro p ia lib e rta d , sino que ob ra por nece­ sidad n a tu ra l c u a n d o obra su potencia. E l o tro ejem plo es de los efectos de los agentes n atu ra le s, en c u a n to p ro ced en d e éstos y de D ios; po rq u e esa ac­ ción, si bien p ro c e d e del a g en te próxim o p o r necesidad natural, es libre con resp ecto a la causa prim era , p u esto q u e — según la d o ctrin a cierta— D ios presta lib rem en te su concurso. P o r ello, atendiendo el p o d e r de D ios, dicha acción p u ed e en absoluto existir o n o existir, a u n q u e tal p o d e r no se dé en el agente próxim o. Sin em bargo, de h ech o esa acción se denom ina sim plem ente natural, ya p o rq u e , así com o recibe d el agente próxim o su determ inación y especifica­ ción, igualm ente recib e estas denom inaciones, ya ta m b ié n porque, en v irtu d de cierta le y general y de u n a v o lu n tad definida, D ios concurre ya a estas acciones de acuerdo con la exigencia d e la n atu raleza o causa seguilda. E n este sentido debe entenderse lo q u e suele decirse de q u e el influjo de la causa p rim era es m odificado en la segunda o p o r la segunda. A sí, pues, dada la hipótesis en que n o s m ovem os, la acción sería lib re p o r referen cia a la causa segunda, a u n ­ que la p rim era p restase su concurso por necesidad n atural. 21. Si una misma acción puede ser libre para uno y necesaria para otro.— P or eso, lo q u e E scoto supone arrib a — q u e u n a m ism a acción no puede ser necesaria con resp ecto a u n a causa y lib re con resp ecto a otra, porque lo ne­ cesario y lo c o n tin g en te se opo n en co n trad icto riam en te— o no es cierto o, en el sentido en q u e p u ed e serlo, n o hace al caso. P u es se ha dem ostrado que dos causas pu ed en in flu ir en u n m ism o acto, u n a lib rem en te y otra por im pulso n atu ral de su n a tu ra le z a ; p o r ta n to , en este sen tid o n o es contradictorio que u n m ism o efecto sea c o n tin g en te y necesario con respecto a causas diversas; pues, p o r la m ism a razón, n o h ay contradicción, ya q u e los contradictorios de-

tione, naturalis est et sine libertate, et nihilominus actus est simpliciter liber prop­ ter indifferentiam voluntatis. Unde licet cognitio, quantum est ex se, ex necessitate naturae influat, tarnen, quia eius influxus actualis in re non ponitur sine attuali in­ firmi voluntatis, ideo absolute non est necessarius. Simile quid dici potest de influxu habitus concurrentis cum potentia libera; habitus enim ex se non habet indiiferentiam aut propriam libertatem, sed ex neces­ sitate naturae operatur operante sua poten­ tia. Aliud exemplum est de effectibus agentiùm naturalium, prout sunt ab ipsis et a Deo; ilia enim actio, quamvis a proximo agente sit ex necessitate naturae, respectu primae causae est libera, quia iuxta veram doctrinam Deus libere praebet concursum suum. Unde ex potestate Dei absolute pot­ est ilia actio esse et non esse, quamvis haec potestas non sit in proximo agente. De facto tarnen illa actio denominator simpliciter na­ turalis, tum quia sicut ab agente proximo accipit suam determinationem et specificationem, ita et has denominationes ; tum

etiam quia ex generali quadam lege et de­ finita voluntate, iam Deus concurrit ad has actiones iuxta exigentiam naturae seu cau­ sae secundae. Quo sensu accipiendum est quod dici solet, influxum causae primae modificari in secunda vel ex seconda. Sic igitur, data hypothesi in qua versamur, ac­ tio esset libera ex habiludine ad causamsecundam, quamvis prima ex necessitate na­ turae praeberet concursum suum. 21. Una et eadem actio an possit alteri esse libera, alteri vero necessaria.— Quocirca, quod Scotus supra sumit, non posse eamdem actionem esse necessariam respectu unius causae et liberam respectu alterius, quia necessarium et contingens contradictorie opponuntur, vel non est verum vel in quo sensu verum esse potest non est ad rem. Quod enim duae causae possint in eumdem actum influere, altera libere et al­ tera ex naturali“impetu naturae, demonstratum est; in hoc ergo sensu non repugnat eumdem effectum esse contingenterà et ne­ cessarium respectu diversorum; nam ob eamdem causam non est contradictio, curo

357.

Disputación X IX .— Sección IV

b e n tom arse con referen cia a lo m ism o. E n cam bio, si «necesario» se entien d e 'no sólo relativam ente, sino absolutam ente com o aquello q u e sim plem ente no p u e d e n o ser, en tal sentido es verdad q u e re su lta con trad icto rio q u e u n efecto sea necesario y te n g a contingencia p o r p a rte d e alg u n a c a u sa ; ahora b ie n , en este sentido n o es cierto q u e sea necesario aquel efecto al cual co ncurre alg u n a causa q u e o bra necesariam ente, pues b a sta con q u e , relativam ente y en lo q u e d ep en d e d e la v irtu d d e esa causa, se haga de m an era necesaria, con lo cual es com patible el q u e , p o r o tra razón o con referencia a o tra causa, p u e d a te n e r contingencia o lib ertad . •

S E C C I O N

IV

P o sibilida d d e armonizas la libertad o contingencia de acción d e la CAUSA SEGUNDA, SIN QUE OBSTE EL CONCURSO DE LA PRIMERA; Y, CONSIGUIEN­ TEMENTE, EN QUÉ SENTIDO ES VERDAD QUE CAUSA. LIBRE ES AQUELLA QUE, PUES­ TAS TODAS LAS CONDICIONES EXIGIDAS PARA LA OPERACIÓN, PUEDE OBRAR O ABSTENERSE DE HACERLO 1. Se ap u n ta a esta dificultad en el segundo a rg u m en to consignado al p rin ­ cipio de la sección 2 , y la toca tam bién E scoto en el arg u m en to d e q u e la cau ­ sa segunda o la v o lu n ta d creada n o p u e d e o b ra r n a d a si n o es m ovida p o r la p rim e ra ; pero c u an d o es m ovida p o r D ios, ella se m u ev e necesariam en te; luego su m ovim iento, con respecto a ella m ism a, n u n ca es lib re y co ntingente. L a m ayor es, en sus térm in o s, d e Santo T o m á s, I , q. 105, a. 1, ad 3, y a. 4 y 5 ; y se dem ostrará m ás ad elante, al tra ta r d e la d ep en d en cia de las causas seg u n ­ das con respecto a la p rim e ra . L a m en o r es d el m ism o Santo T o m á s, I-II, q. 10, a. 4, ad 3, d o n d e d ic e : Es imposible que Dios mueva a la voluntad y que la voluntad no se mueva. Y p u ed e d efenderse fácilm ente, n o sólo p o r la eficacia y perfección d e la m oción divina, sino tam b ién por la m u tu a relació n en tre el m over y el ser m ovido. Se p ropone d e o tro m o d o la m ism a d ific u lta d : causa lib re es aqu ella q u e, puestos todos los req u isito s p a ra la operación, p u e ­ de o b ra r y no o b ra r; p e ro u n o de los re q u isito s p a ra q u e la causa seg u n d a obre es la m oción de D io s, p u e sta la cual n o p u e d e o b ra r y n o o b rar, sino q u e

contradictoria suini debeant respectu eiusdem. Si autem necessarium sumatur non tantum respective, sed absolute pro eo quod simpliciter non potest non esse, sic verum est repugnare effectual esse necessarium et habere contingentiam ab aliqua causa; ta­ rnen in hoc sensu non est verum esse ne­ cessarium ilium effectual ad quem concur­ rir aliqua causa necessario agens, quia satis est quod respective et quantum ex vi illius causae necessario fiat, cum quo stat ut ex alio capite, seu respectu alterius, habere possit contingentiam seu libertatem.

cundae, illamque etiam attingit Scorns Ilio argumento quod causa secunda seu volun­ tas creata non potest quidquam agere nisi mota a prima; sed cum movetur a Deo, necessario ipsa se movet; ergo motus illius respectu eiusdem nunquam est liber et contingens. Maior in terminis est D. Thomae, I, q. 105, a. 1, ad 3, et a. 4 et 5, et probabitur infra, dum agemus de dependentia secundarum causarum a prima. Minor au­ tem est eiusdem D. Thomae, I-II, q. 10, a 4, ad 3, ubi dicit: Impossibile est Deum movere voluntatem et voluntatem non moSECTIO IV veri. Et facile suaderi potest, turn ex effi­ Quomodo stet libertas vel contingentia cacia et perfectione divinae motionis, turn IN ACTIONE causae secundas, non OBSTAN­ ex mutua relatione inter movere et moveri. TE CONCURSU PRIMAE, ET CONSEQUENTER QUO Alio modo proponitur eadem difficultas; SENSU VERUM SIT CAUSAM LIBERAM ESSE nam causa libera est quae, positis omnibus QUAE, POSITIS OMNIBUS REQUISITO AD AGEN­ requisitis ad agendum, potest agere et non DUM, POTEST AGERE ET NON AGERE agere; sed unum ex requisitis ut causa se­ I. Haec difficultas petitur in secundo ar­ cunda agat est modo Dei, qua posita non gumento posito in principio sectionis se- potest agere et non agere, sed necessario

Disputaciones metafísicas

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o b ra necesariam ente, d e ig u a l m a n e ra q u e , n o p u e s ta aq u élla, n ecesariam en te n o o b ra ; luego esa definición re p u g n a a to d a cau sa seg u n d a y, e n este sentido, n o h a y nin g u n a contingencia o lib e rta d con re sp e c to a ella, sino sólo con re s­ p e c to a la prim era .

Se expone la primera formulación 2 . E sta dificu ltad es u n a de las p rin cip ales d e la p re se n te m a te ria , y ofrece ocasión d e ex p licar m ás am p lia m e n te q u é es la causa lib re o q u é condiciones re q u ie re y, al m ism o tie m p o , ex p o n er la definición c o m ú n m en te ad m itid a de cau sa lib re . P u e s b ie n , los a u to re s — a rrib a citad o s— que p o n e n to d a la razó n de la lib e rta d en la in d ifere n cia o b jetiv a (p o r así decirlo), reso lv erán fácilm ente la p re s e n te d ific u lta d dicien d o q u e es p o ten cia lib re aquella q u e , p u e sto s todos los re q u isito s p o r p a rte d e ella, to d a v ía p erm an ece in d ifere n te o n o d eterm i­ n a d a a u n a sola cosa en v ir tu d d el o b jeto , y p o r ello en n a d a o b sta al uso de la lib e rta d e l h e c h o d e q u e , p u e sta la m oción d e la causa p rim e ra , la v o lu n tad ya q u e d e d e te rm in a d a a u n a sola cosa, d e su e rte q u e no p u e d a n o realizar el acto p a ra el q u e es m ovida. E n e ste sen tid o , p a ra resolver la p rim e ra dificultad se a p lic a la c o n o cid a d istin c ió n e n tre necesid ad e n sentido com p u esto y en sen­ tid o d iv id id o ; p u e s , el q u e la v o lu n ta d m o v id a p o r D ios o b re n ecesariam ente, sólo e s n e c e sid a d en sen tid o co m p u esto , p o r lo cual no es in c o m p atib le con la lib e rta d d el acto necesario d e esa m an era. A la segunda dificultad re sp o n d erán re s trin g ie n d o la m a y o r y la definición co m ú n d e facultad lib re en te n d id a com o a q u e lla q u e p u e d e o b ra r y n o o b ra r, p u e sto s to d o s los req u isito s, concretam ente p o r p a rte d e l e n te n d im ie n to y de la m ism a v o lu n ta d , pero n o p o r p a rte de D io s. A n te s q u e estos a u to re s m o d ern o s in d icó esa m odificación A lm ain, en su s M orálibus; y , si b ie n n o la ap ru e b a , tam poco la im pugna suficientem ente. 3. P o r eso lo s teólogos m o d ern o s antes c itad o s han elaborado o tra defini­ ció n d e a c to li b r e : es el m o vim iento d e la v o lu n ta d realizado en v irtu d d e u n ju ic io d e la r a z ó n ta l q u e p o r sí m ism o, o p o r el objeto q u e p ro p o n e , n o baste p a ra d e te r m in a r la v o lu n ta d a u n a sola cosa. L a confirm an, en p rim e r lugar,

agir, sicut illà non posita, necessario non agit; ergo repugnat illa definitio omni cau­ sae secundae, atque ita respectu illius nulla est contingentia vel libertas, sed tantum respectu primae.

ad solvendam priorem difficultatem applicatur communis illa distincrio de necessi­ tate in sensu composito et in sensu diviso; nam, quod voluntas mota a Deo necessario operetur, solum est necessitas in sensu com­ posito, et ideo non repugnat libertati actus Prior dicendi modus proponitur sic necessaria Ad posteriorem autem diffi­ 2. Haec difficultas est una ex praecipuis cultatem respondebunt limitando maiorem huius materiae, et occasionem praebet am- et communem definitionem liberae facultaplius declarandi quid sit causa libera, seu tis, quod, scilicet, sit 31a quae potest agere quas conditiones requirat, ubi simul expo- et non agere, positis omnibus requisitis, ninetur communis ac recepta definitio causae mirum, ex parte intellectus et ipsius volun­ tatis, non vero ex parte Dei. Quam modiliberae. Auctores ergo quos supra retuli, ficationem ante hos modernos auctores inponentes totam rationem libertatis in indifdicaverat Almainus in suis Moralibus, quam ferentia obiectìva (ut sic dicam), facile ex­ tarnen non approbat, licet non satis earn pedient praesentem difficultatem dicentes impugnet. liberarti potentiam esse illam quae, positis 3. Unde praedicti novi theologi aliam omnibus requisitis ex parte ipsius, adhuc commentati sunt definitionem actus liberi, manet indifferens seu non determinata ad scilicet, esse motum voluntatis factum ex unum ex vi obiecti, et ideo nihil obstare tali iudicio rationis quod per se, vel per usui libertatis quod, posita motione primae obiectum quod proponit, sufficiens non sit causae, iam voluntas manet ad unum deter­ minata, ita u t non possit non exercere ac­ ad determinandam voluntatem ad unum. Quam confirmant primo quia tota libertas tum ad quern movetur. Atque in hoc sensu

Disputación X IX .— Sección IV .

359

p o rq u e to d a la lib e rta d d e la v o luntad nace del juicio d e la ra z ó n ; lu eg o ei acto lib re se define de m anera excelente y suficiente por el o rd e n a tal juicio o, lo que es ig u al, p o r el o rd e n a to d o s los re q u isito s p o r p a rte d el intelecto y de la v oluntad. E n segundo térm in o , p o rq u e p a ra la lib e rta d b asta la in d i­ ferencia del objeto y no se req u iere la in diferencia d e la p otencia, com o re su lta claro en la v o lu n ta d divina, q u e d e suyo siem pre e stá d eterm in ad a a u n a sola c o sa ; no ob stan te, siéndole in d ifere n tes los objetos creados, esto basta p a ra que los quiera lib re m e n te ; luego ta m b ién b astará lo m ism o p a ra el acto lib re de la voluntad.

Rejutación de la opinión indicada

4.

T o d a esta d o ctrin a arranca d e u n fu n d a m e n to falso, según h e d em os­ tra d o en la sección in m ed iatam en te a n te rio r; y p arece q u e la ocasión d e e rro r estu v o en n o h a b e r establecido la suficiente distinción en tre la ra íz de la lib e r­ ta d y la lib e rta d form al de la potencia y del acto. E n efecto, la in diferencia d e l juicio es raíz d e la lib e rta d — com o q u ed ó señalado arrib a y op in an co m ú n ­ m e n te los teólogos— , p ero n o es la m ism a lib ertad form al, ya q u e el juicio no es lib re en sí n i p rocede próxim am ente de u n a potencia fo rm alm en te lib re , com o d iré d esp u és, sino q u e se dice in d ife re n te objetivam ente o p o r p a rte del objeto, pues p ro p o n e u n o bjeto d e ta l m o d o in d ifere n te q u e n o a rra stra p o r necesidad a la v o lu n tad . Y d e aq u í re su lta q u e el juicio in d ife re n te in d ica su­ ficientem ente, e n u n a n atu raleza ta l q u e p u ed e ju zg ar así, alguna facu ltad fo r­ m alm ente lib re y, en consecuencia, tam b ién u n uso o acto lib re, si a dich a facultad se le deja o b ra r del m odo q u e le es p ro p io y n o se le im pone n in g u n a fu erza extrínseca p o r la q u e sea obligada o, hab lan d o con m ayor p ro p ied ad , m ovid a n ecesariam ente a ten d er a u n objeto q u e , p o r lo dem ás, sea in d ifere n te d e suyo. P u es q u e esto es posible lo hem os d em o strad o arriba, y de ello hem os inferido legítim am ente q u e , en absoluto y sin la restricción indicada, p a ra el uso lib re no b asta el juicio in d ifere n te y la facultad lib re p o r sí m ism a. 5. Primera injerencia.— D e a h í colegim os, adem ás, q u e n o es co rrecto re strin g ir la d escrip ció n co m ú n de facu ltad lib r e : Aquella que, puestos todos

voluntatis oritur ex iudicio ratìonis; ergo optime et suffidenter définitur actus liber per ordinem ad tale iudicium seu, quod idem est, per ordinem ad omnia requisita ex parte intellectus et voluntatis. Secundo, quia ad libertatem sufficit indifferentia ob­ ietti et non requiritur indifferentia potentiae, ut patet in voluntate divina, quae de se semper est determinata ad unum; tarnen, quia obiecta creata sunt illi indifferentia, id satis est ut libere ea velit; idem ergo sa­ tis erit ad liberum actum voluntatis. R efu ta tu r dicta sententia

4. Tota haec dottrina procedit ex falso fondamento, ut in proxima sectione praecedenti probavi; et occasio errandi fuisse videtur quia non distinguitur satis inter radicem libertatis et formalem libertatem potentiae et actus. Indifferentia enim iudicii est radix libertatis, ut supra tactum est] et est communis theologorum sententia ; non est tarnen ipsa formalis libertas, quia

ipsum iudicium non est liberum in se ñe­ que est proxime a potentia formaliter li­ bera, ut dicam infra, sed dicitur indifferens obiettive seu ex parte obietti, quia proponit obiettum ita indifferens u t non trahat ex necessitate voluntatem. Atque hinc fit ut iudicium indifferens sufficenter indicet in tali natura quae sic iudicare pot­ est facultatem aliquam formaliter liberarci, et consequenter etiam usum seu actum li­ berum, si tails facultas modo sibi proprio operan sinatur nullamque extrinsecam vim patiatur qua cogatur, vel, proprius loquendo, necessitetur ut in obiectum tendat alioqui de se indifferens. Hoc enim esse pos­ sibile supra probatum est, ex quo merito intulimus absolute et absque praedicta limitatione non satis esse ad usum liberum iu­ dicium indifferens et facultatem ex se li­ beram. 5. Prima illatio.— Ex quo ulterius colligimus non rette limitari receptam descriptionem facultatis liberae, scilicet: Quae, po sitis omnibus requisáis ad agendum , potest

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D is p u ta c io n e s m e ta f ís ic a s

los requisitos para la operación, puede obrar y no obrar; no es c o rre c to — re ­ pito— restringirla a los requisitos p o r p a rte d el juicio y de la v o lu n ta d , ya q u e, aun cuando co n cu rran todos los req u isito s p o r p a rte del juicio y la facu ltad m ism a sea libre de suyo, p u e d e no ser lib re e n el uso o, lo q u e es ig u al, el acto p u e d e no ser lib re ; consiguientem ente, p a ra q u e aquella defin ició n ab ar­ que n o sólo la facu ltad lib re e n si m ism a (por asi decirlo) o e n acto p rim e ro , sino tam b ién el uso o acto lib re , n o b a sta n aquellos requisitos. P o r eso los herejes contem poráneos, a u n q u e ven q u e nosotros, obram os siguiendo e l juicio y la advertencia d e la razó n , y q u e n o som os arra stra d o s o d eterm in ad o s nece­ sariam ente p o r los objetos, n o o b stan te d icen q u e no obram os lib re m e n te , ya que se nos im pone necesidad d e p a rte d e D ios m ism o. Pero e n esto y e rra n al afirm ar q u e , d e h ech o , D io s siem pre ob ra de esa m anera en n o so tro s, lo cual es c o n trario a la fe, a la S agrada E scritu ra y a la recta razón; m as n o com eten error al inferir q u e , si D ios im p rim e necesidad extrínseca al acto, éste no es libre d e h ec h o ; n i tam poco lo com eterían si se lim itasen a d ecir o q u e este m odo d e o b rar de D io s es p osible, o q u e , p u e sto dicho m odo, la in d ifere n cia del juicio n o . b a sta ría p a ra el uso libre. 6. Segunda inferencia.— T o d av ía se infiere, adem ás, que con las resp u es­ tas d e aquella o p in ió n n o se co n testa satisfactoriam ente a las d ificu ltad es ex­ puestas. P o rq u e aq u ella d istin c ió n e n tre sen tid o com puesto y d iv id id o , p o r la q u e se resuelve la p rim e ra d ificu ltad , a u n q u e rectam ente explicada sea satis­ facto ria, com o d e sp u é s verem os, n o o b sta n te , to m ad a con esa g en eralid ad no p u ed e b a s ta r; en efecto, dem o strarem o s q u e u n a necesidad, incluso e n se n tid o co m p u esto , re p u g n a al u so d e la lib e rta d y lo d estruye. Y se p a te n tiz a fácil­ m ente p o r lo d ich o , ya q u e D io s, m ed ian te alg u n a m oción y activ id ad suya, p u e d e in fe rir n e c e sid a d a la v o lu n ta d , en cuyo caso el acto n o sería necesario en se n tid o d iv id id o , p u e sto q u e la v o lu n ta d ' p o d ría, d e suyo y p re sc in d ie n d o de aquella m oción, n o ejercer d ic h o a c to ; e n cam bio, sería necesario en se n tid o co m p u esto , p o rq u e , p u e sta aq u ella m oción, n o p u e d e no realizarse; a p esar d e eso, aquella n e c e sid a d e n se n tid o com puesto elim inaría el uso lib re , p ues su­ p o nem os q u e D io s, en tal caso, m ueve necesariam ente a la v o lu n ta d cu a n to le agere et non agere, non recte (inquam) li­ mitari ad requisita ex parte iudicii et ipsius voluntatis, quia, concurrentibus omni­ bus requisitis ex parte iudicii, et existente ipsa facilitate de se libera, potest in ipso usu non esse libera, seu, quod idem est, potest actus non esse liber; ergo, ut ilia definitio comprehendat non solum facultatem liberam in seipsa (ut sic dicam) seu in actu primo, sed etiam usum seu actum li­ berum, non sufficiunt illa requisita. Unde huius temporis haeretici, cran videant nos operari ex iudicio et advertentia rationis, et ab ipsis obiectis non ferri aut determi­ nati ex necessitate, nihilominus aiunt nos non libere operari, eo quod ab ipso Deo necessitatelo patiamur. In quo quidem er­ rant, asserentes ita Deum de facto in nobis semper operari, quod répugnât fidei et divinis Scripturis ac rectae rationi; non er­ rant tamen in illatione, nimirum, quod si Deus inferì extrinsecam necessitatela actui, non est de facto liber; nec etiam errarent si solum dicerent vel hune modum operan-

di Dei esse possibilem vel, ilio posito, non sufficere ad usum liberum indifferentiam iudicii. 6. Secunda Ulano.— Vel ulterius infertur non satisfieri difficultatibus positis per responsiones illius sententiae. Nam distinctio illa sensus compositi et divisi, qua prior expeditur, difficultas, licet recte explìcata satisfaciat, ut infra videbimus, tamen ita generatim sumpta satis esse non potest; nam ostendemus necessitatelo aliquam, etiam in sensu composito, repugnare usui libertatis eumque destruere. Et patet facile ex dictis; nam Deus aliqua motione et activitate sua potest inferre necessitatem voluntati, et tune actus non esset necessarius in sensu diviso, quia voluntas, de se et sedusa illa motione, posset non exercere il­ luni actum; esset autem necessarius in sen­ su composito, quia, posila illa motione, non. potest non exerceri; et tamen illa necessitas in sensu composito rollerei usum liberum, quia supponimus Deum tunc necessitare vo* luntatem quantum potest; aliquid ergo ad-

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es p o sib le ; consiguientem ente, es necesario a ñ a d ir algo p a ra q u e aqu ella d is­ tin ció n sea satisfactoria. P o r o tra p a rte , la conocida restricció n d e la definición d e lib ertad , con la q u e se d a solución a la segunda dificultad, ya ha q u e d a d o rechazada, a p a rte d e q u e es a rb itra ria y ofrece ocasión de in tro d u c ir cu alq u ier o tra sem ejante, p o r capricho, en esta m ateria. E n efecto , p o r igual ra z ó n p o ­ d ría alguno decir q u e, p u e sta cierta influencia del cielo o aplicada u n a m oción especial del dem onio, n u e stra volu n tad n o p u e d e d ejar de o b ra r siguiéndola y, .sin em bargo, entonces obraría lib rem en te, ya q u e, p u esto s todos los re q u isito s p o r parte, del juicio y d e la facultad in trín seca, aquella operación n o se sigue necesariam ente, atraq u e se sigue n ecesariam ente en v irtu d de o tro s supuestos. 7. Tercera inferencia.— F in alm en te, p o r lo dicho q u eda claro q u e se ha inventado falsam ente la expresada definición de acto lib re — aq u el q u e es re a ­ lizado p o r la v o lu n tad e n v irtu d de u n ju icio d e la razón n o n e cesitan te— , p o rq u e es posible q u e el acto, por otras causas, sea necesario con necesidad q u e im p id a el libre uso, com o se ha explicado; luego esa definición p u ed e conve­ n ir a algún acto q u e sea necesario en absoluto. L a p rim era ra z ó n en q u e se apoya dicha definición únicam ente p ru e b a q u e el juicio indiferente es la raíz de. la lib e rta d ; m as de a q u í n o resulta q u e la definición de acto lib re se com ­ p lete añadiendo q u e p roceda de tal juicio, sino q u e d ebe añadirse q u e p ro ced a de la facu ltad acorde con el juicio, n o im pedida n i som etida a necesidad ex­ trínseca, lo cual se explica en la definición co m ú n m ediante las palabras puestos todos los requisitos, puede obrar y no obrar. E n la segunda dem ostración se supone u n a cosa falsa cuando se dice q u e , p a ra el acto lib re, la in d ifere n cia del objeto es de tal m anera suficiente q u e n o re su lta necesaria la in d ifere n cia de la p o ten cia; pu es, ¿cóm o va a ser lib re el acto si la potencia n o es in d ife ­ re n te p a ra ejercerlo? O tam b ié n , ¿p o r q u é se dice in d ifere n te el objeto e n ra ­ zón de objeto, a n o ser p o rq u e n o im p rim e n ecesid ad a la potencia, sino q u e la deja in diferente? E n cuanto al ejem plo d e la v o lu n tad divina, o utiliza u n supuesto falso o está fu e ra de la cuestión, ya q u e se aduce e n u n caso desem e­ jante. E fectivam ente, la v o lu n tad divina, a u n q u e d e u n a m anera m ás elevada y p erfecta, con to d o , es verd ad eram en te in d ife re n te d e suyo p a ra q u e re r los

dere oportet ut illa distinctio satisfaciat. Rursus limitatio illa communis definitionis libertatis, qua solvitur posterior difficultas, improbità iam est, praeterquam quod est voluntaria et occasionem praebet introducendi quemeumque similem prò libito in hac materia. Nam pari ratione posset quis dicere, posita quadam influentia caeli vel adhibita .speciali daempnis motione, non posse voluntatem nostram non operari sequendo illam, et nihilominus tunc libere operaturam, quia, positis omnibus requisitis ex parte iudicii et intrinsecae facultatis, non necessario sequitur illa operatio, etiamsi ex alia suppositione necessario sequatur. 7. Tertia illatio.— Tandem constat ex dictis falso exeogitatam esse novam illam definitionem actus liberi, nimirum, esse il­ luni qui fit a voluntate ex iudicio rationis non necessitante, quia potest actus aliunde esse necessarius necessitate impediente li­ bertini usum, ut declaratum est; ergo illa definitio potest convenire alicui actui absolute necessario. Ratio autem prima qua

fundatur illa definitio solum probat iudicium indifferens esse radicem libertatis; non tamen inde fit definitionem actus liberi compleri ex hoc quod procedat a tali iudicio, sed addendum est quod procedat a facili­ tate consentanea iudicio non impedita nec extrinsecam necessitatem patiente, quod communis definitio illis verbis explicuit, ut positis omnibus requisitis, possit agere et non agere. In secunda vero probatione falsum assumitur cum dictur ad actum libe­ rum ita sufficere indifferentiam obiecti ut non sit necessaria indifferentia potentiae; quomodo enim erit liber actus, si potentia non sit indifferens ad exerccndum ilium? Aut cur obiectum in ratione obiecti dicitur indifferens, nisi quia non infert necessita­ tem potentiae, sed earn indifferentem relinquit? Exemplum autem de voluntate divina aut falsum sumit aut non est ad rem, quia affertur in eo quod non est simile. Volun­ tas enim divina, quamvis altiori et perfec­ tion modo, vere tamen est indifferens de se ad volendum creata obiecta; non est enim

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objetos creados, p u e s n o e stá n a tu ralm en te d ete rm in a d a a e llo ; d e lo contra­ río , ¿cóm o sería lib re ? Y , a u n q u e se haya d eterm in ad o d esd e la etern id ad y siem pre persevere necesariam ente en esa d eterm inación, no o b sta n te , la d eter­ m inación m ism a (sea lo que fu ere) procede d e la lib ertad y su n ecesid ad n o es d e natu raleza, sino d e in m u tab ilid ad , la cual n o elim ina la p ro p ia indiferenciaque de suyo posee la cosa lib re . Sin em bargo, p o rq u e en la v o lu n ta d de D ios n o se d a realización de su p ro p io acto n i com posición d e p o ten cia y acto, dicha in d ife re n c ia ' n o está en p o ten cia con re sp e c to al acto, sino e n acto p u ro con resp ecto a los o b je to s; p o r ello, en este aspecto n o d ebe co m p ararse la in d i­ ferencia de la lib e rta d creada con la divina.

Explicación de la definición de libertad 8. A sí, p u e s, p a ra re sp o n d e r cum p lid am en te a las dificultades propuestas, an te to d o d eb e re te n e rse y explicarse aquella descrip ció n de facu ltad lib re, en la q u e se po stu lan dos cosas. U n a , q u e la facu ltad sea potencia activa q u e, p o r sí m ism a y p o r su capacidad in te rn a , tenga p o d e r p a ra ejercer y p a ra suspen­ d e r su acción. O tra , q u e esa facultad, cu an d o realiza el acto, se e n cu en tre en tal disposición y p re p a ra c ió n próxim a (p o r así decirlo) p a ra la o b ra q u e , p u es­ to s to d o s los re q u isito s p a ra o b ra r, p u e d a o b ra r y n o o b rar. L a p rim e ra p a rte d e esta sentencia n o encierra dificultad, y casi n o necesita n u ev a explicación, su p u esto lo d ic h o e n la sección 2, d onde hem os p ro b ad o q u e la lib e rta d radica en u n a facultad activa en cu a n to ta l; p o rq u e d e esto se sigue con evidencia q u e la lib e rta d re q u ie re u n a facu ltad activa in d ife re n te p a ra o b ra r y para no o b rar. P o r ello, p a ra m ayor clarid ad , podem os sep arar en la poten cia libre dos p otencias o com o dos p artes d e u n a sola p o te n c ia : u n a , o rd en ad a a q u erer o ejercer el a c to ; o tra , o rd en ad a a n o q u e re r o su sp en d er la acción. P o rq u e está ú ltim a p a rte de e sta potencia, aun q u e e n sí sea cie rta perfección positiva, no o b sta n te , en el u so ú n icam en te puede ejercerse m ed ian te la sola negación 0 carencia d e acto d e ta l facu ltad , si nos referim os a su p o d e r absoluto, según se to m a d e S anto T o m á s, I-II, q . 6, a. 3, y de otros teólogos en el m ism o pasaje, p u e sto q u e el no q u e re r, en cu an to tal, p u ed e ser lib re , p ero el n o q u e re r con-

ad hoc naturaliter determinata, alias quomodo esset litjera? Et, licet ab aeterno se determinaverit et in ea determinatione necesario semper perseveret, tamen illamet determinatio (quidquid ipsa sit) est ex libertate; eiusque necessitas non est naturae, sed immutabilitatis, quae non tollit propriam indifferentiam quam ex se habet res libera. Tamen, quia in voluntate Dei non est efficientia proprii actus neque compositio ex potentia et actu, ideo ilia indifferentia non est in potentia respectu actus, sed in puro actu respectu obiectorum, et ideo in hoc non est comparanda indifferentia libertatis creatae cum divina.

illa facultas, dum exercet actum, ita sit dis­ posila et proxime (ut ita dicam) preparata ad opus ut, positis omnibus requisitis ad agendum, possit agere et non agere. In pri­ ma huius sententise parte non est difficultas, nec fere est necessaria nova explicado, sup­ poses qua: in sectione 2 dicta sunt, ubi ostendimus Iibertatem consistere in facultate activa ut sic; ex hoc enim manifeste sequitur Iibertatem requirere facultatem activam indifferentem ad agendum et non agendum. Unde, claritatis gratia, possumus in potentia libera duas potentias praescindere, seu quasi duas partes unius potentiae. Una est ad volendum seu exercerdum actum; alia ad nolendum seu suspendendam actionem. Hsec Definitio libertatis explicatur enim posterior pars huius potestatis, licet in 8. U t ergo difficultatibus propositis sa- se positiva qusedam perfectio sit, tamen in tisfadamus, retinenda imprimis et explican- usu per solam negationem seu carentiam da est ilia descriptio facultatis liberae, in actus talis facultatis exerceri potest, si de qua duo postulantur. Unum est quod ilia absoluta eius potestate loquamur, ut sumitur sit potentia activa, ex se et ex sua interna ex S. Thoma, I-II, q. 6, a. 3, et aids theo-, facultate habens vim ad exercendam et sus- logis ibi, quia non velie, u t sic, potest esse pendendam actionem suam. Aliud est quod liberum, non velie autem precise sumprum :

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sid e ra d o p rec isiv a m e n te n o in clu y e el acto , sino la carencia d e acto , la cual, s i se d a con p e rfe c ta ad v e rte n c ia d e la ra z ó n y p le n a p o te sta d d e q u e re r, será lib re . P ero d igo «si n o s re fe rim o s al p o d e r ab so lu to » p o rq u e , m o ra lm e n te o d e o rd in a rio , esa c aren cia d e ap etició n n o se e jerce sin u n acto p o sitiv o q u e sea o u n a n o lic ió n — p o r la q u e se re c h a z a e l o b jeto p ro p u e s to u o tro a c to acerca d e él, p o r ejem p lo , el a m o r o la te n d e n c ia al m ism o — , o b ie n u n a c o n v ersió n a o tro o b jeto c o n tra rio o diverso, com o c o n sta su ficien tem en te p o r la e x p e rie n ­ c ia ; p o rq u e es m u y difícil q u e , h a b ie n d o u n a a d v e rte n c ia p e rfe c ta y p rá c tic a d e la ra z ó n , se su sp e n d a to d o acto d e la v o lu n ta d . 9 . C o n ello se c o m p re n d e al m ism o tie m p o q u e esta in d ife re n c ia d e la fa c u lta d lib re se salva su ficien tem en te, d e m a n e ra p rim a ria y p recisiv a , p o r la re fe re n c ia al a c to o a la carencia d e a cto , q u e suele llam arse lib e rta d d e e je r­ cicio p o rq u e en v irtu d d e ella re s u lta in d ife re n te el m ism o ejercicio d e l acto. A h o ra b ien , com o esta fa c u lta d lib re es v ita l y d e ta l m a n e ra p e rfe c ta y esp i­ ritu a l q u e p u e d e v olver so b re sí m ism a y so b re sus acto s, sie m p re q u e p u e d e n o e je rc e r lib re m e n te alg ú n acto, p u e d e ta m b ié n , m e d ia n te o tro a c to p o sitiv o , q u e re r esa caren cia o n o q u e re r re a liz a r ta l acto. Y d e e sta m a n e ra n u n c a se da. lib e rta d d e ejercicio sin alg u n a lib e rta d d e especificación, p u e s sie m p re q u e la v o lu n ta d p u e d e lib re m e n te n o a m a r, p u e d e asim ism o re a liz a r a lg ú n a c to q u e , se g ú n su ra z ó n y especie, sea in c o m p a tib le c o n el am o r, con lo cu al e n ese caso se d a alg u n a in d ife re n c ia e n c u a n to a la especificación d e l acto. A d em ás d e ésta , p u e d e h a b e r o tra e n o rd e n a acto s c o n tra rio s c o n re sp e c to a u n m ism o o b jeto , en c u a n to tie n e p o sib ilid a d , y a d e a m a r lib re m e n te , ya ta m b ié n d e o d ia r. Y e sta d o b le p o te s ta d e stá in c lu id a ta m b ié n e n la fa c u lta d lib re to m a d a e n sí m ism a y ab so lu ta m e n te , a u n q u e n o sea p re c iso q u e la p o sea ac e rc a d e to d o s y c a d a u n o d e lo s o b jeto s, p u e s n o es n e c e sa rio q u e sea ig u a lm e n te lib re a c e rc a d e to d o s ellos, co m o d irem o s m ás ad elante. E sto es su ficiente a p ro p ó sito d e la p rim e ra p a rte d e e sta sen ten cia. 10. E n la se g u n d a p a rte d e la sen ten cia p ro p u e s ta se e x p lica n o sólo la ra z ó n d e fa c u lta d lib re , sin o ta m b ié n lo q u e e s n e c e sa rio p a ra e l u s o d e la lib e rta d o a c to lib r e ; p u e s to d o esto e stá c o m p re n d id o en la a n te d ic h a defini-

non includit actum, sed carentian actus, qua si sit cum perfecta advertentia rationis et plena potestate volendi, libera erit. Dico autem si de absoluta potestate loquamur, quia moraliter seu ordinarie .huiusmodi carentia appetitionis non exercetur absque positivo actu qui sit vel nolitio qua refutatur obiectum propositum aut alius actus circa illud, verbi gratia, amor vel intentio eius, vel sit conversio ad aliud obiectum repugnans aut diversum, ut experientia satis constat; quia difficillimum esset, existente perfecta et prac­ tica advertentia rationis, omnem actum vo­ luntatis suspendere. 9. Ex quo obiter intelligitur hanc indifferentiam facultatis libera; primo ac prscise satis salvari per habitudinem ad actum vel carentiam actus, qua; solet dici libertas quoad exercitium, quia per eam ipsum exercitium actus indifferens est. Cum tarnen haec fa­ cultas libera vitalis sit atque ita perfecta et spiritualis ut in seipsam et in suos moms reflectere possit, quotiescumque potest non exercere libere aliquem actum, potest etiam per alium positivum actum veile illam ca-

rentiam seu nolle exercere talem actum. At­ que isto modo nunquam est libertas quoad exercitium sine aliqua libértate quoad speci­ ficationem, nam quotiescumque potest vo­ luntas libere non amare, potest etiam elicere aliquem actum, secundum suam rationem et speciem repugnantem amori, et ita est ibi aliqua indifferentia quoad specificationem ac­ tus. Prseter quam potest alia intercedere in ordine ad contrarios actus respectu eiusdem obietti, quatenus potest vel libere amari vel etiam odio haberi. Quam duplicem potestatem includit etiam facultas libera, se­ cundum se et absolute sumpta, quamvis necesse non sit ut illam habeat circa omnia et singula obiecta, quia non oportet u t sit asque libera circa illa omnia, u t inferius attingemus. E t haec de priori parte huius senten­ tial 10. In secunda parte sententiae propositae declaratur non solum ratio facultatis liberae, sed etiam id quod necessarium est ad usum libertatìs seu actus liberi; hoc enim totum comprehendit pra;dicta definitio libertatis, et merito, quia tota difficultas

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ción d e libertad, y con razón, ya q u e to d a la dificultad y u tilid a d d e la lib er­ tad estrib a en el u so y ejercicio de la m ism a. D eb e tenerse e n cu e n ta q u e hay dos m aneras de d ecir que algo se re q u ie re p a ra u n a c to : u n a , com o re q u isito previo p a ra la a c ció n ; otra, com o in trín seca o esencialm ente in clu id o en la acción m ism a. L o p rim e ro suele denom inarse p íe rre q u isito en se n tid o antece­ d en te o p o r p a rte d e l acto p rim e ro , prescin d ie n d o d e que tal p re rre q u isito sea el p rincipio p ro p io d e la acción o u n a condición prev iam ente exigida p a ra ella de cualquier m odo o en cu alq u ier género d e causa. L o segundo suele llam arse req u isito e n sen tid o concom itante o e n acto segundo, p o r n o d istin g u irse de la acción lib re m ism a, que es el acto segundo d e la facultad lib re. C onsiguien­ tem ente, cuando se dice que es lib re aquello q u e, pu esto s todos los requisitos para o b ra r, p u ede o b ra r y n o o b ra r, d eb e e n ten d e rse de los p re rre q u isito s en sentido antecedente y en acto p rim e ro , n o d e los otros. E sto m ism o q u e d a a p u n ­ tado en la sentencia anterior al d ecir q u e la facu ltad libre debe estar dispuesta, y pró x im am en te p re p a ra d a p a ra la operación de tal suerte q u e, con esa dis­ posición, p u eda o b rar y n o o b ra r; p o rq u e en dicha p rep aració n se in clu y en to­ dos aquellos p rerreq u isito s en acto p rim e ro p a ra o b rar. 11. Y , en v erd ad , fácilm ente p u ed e d em ostrarse q u e , p a ra el uso lib re , e s necesario que, ju n to con todos aquellos p re rre q u isito s, perm anezca ín te g ra la expresada in diferencia y aquella com o doble p o testad . E n p rim e r lu g a r, p o r­ que, d e lo contrario, el cesar d e o b ra r, p o r ejem plo, n o pocedería d e la vir­ tu d y facu ltad in trín seca, sino d el defecto d e alg u n a condición e x ig id a ; peroesto n o co n trib u y e e n n ada a la lib e rta d , y a q u e n o hay n in g u n a p o ten cia na­ tu ral q u e o bre d e m an era ta n necesaria q u e n o p u e d a dejar d e o b ra r e n alguna ocasión p o r defecto d e u n a condición re q u e rid a , com o la p ro x im id ad d el pa­ ciente u o tra sem ejante. M ás a ú n : si se considera con atención,' eso n o es po­ d a r n o o b rar, sino m á s b ie n im potencia de o b ra r o n o p o d e r o b ra r con tal de­ fe c to ; p e ro la in diferencia de la lib e rta d n o se fu n d a en la im p o ten cia d e o b ra r, sino en la potencia d e no obrar. P o r eso, cu an d o la m ism a v o lu n ta d carece de algún acto p o r causa de u n a n a tu ra l in ad v erten cia d e la razó n , esa carencia d e acto n o p rocede d e la potencia d e n o o b ra r, sino de la im potencia de obrar-

libertatis et utilitas eius in ipso usu et exercitio libertatis posita est. Est autem considerandum dupliciter posse dici aliquid requiri ad actum: uno modo, tamquam praerequisitum ad actionem; alio modo, tamquam intrinsece vel essentialiter inclusum in ipsa actione. Illud prius dici solet prairequisitum antecedenter vel ex parte actus ptimi, sive illud sit proprium principium actionis sive conditio prasrequisita ad illam quocumque modo vel in quovis genere cause. Hoc au­ tem posterius dici potest requisitum concomitanter seu in ipso actu secundo, quia non distinguitur ab ipsa actione libera, quae est actus secundus facultatis liberae. Cum ergo dicitur liberum esse quod, positis omnibus requisitis ad agendum, potest agere et non agere, intelligendum est de praerequisitis antecedenter et in actu primo, non de aliis. Et hoc ipsum insinuatur in praedicta sententia cum dicitur debere facultatem liberam ita esse dispositam et proxime prseparatam ad opus ut cum ea dispositione possit agere et non .agere; in illa enim prrepara-

tione includuntur omnia illa prasrequisita :n< actu primo ad operandum. 11. Et quidem quod ad usum liberum. sit necessarium cum illis omnibus dictam indifferentiam et quasi duplicem potestatem integram manere, facile ostendi potest. Primo, quia alias cessatio, verbi grada, ab opere non esset ex intrinseca vi et facilitate, sed ex defectu alicuius conditionis requisi­ tasi hoc autem nil confert ad libertatem, nulla est enim naturalis potentia tan neces­ sario agens qua: non possit interdum non agere ex defectu conditionis requisita:, u t approximationis passi vel alterius similis. Immo, si quis recte perpendat, illud non est posse non agere, sed est potius impotentiaagendi seu non posse agere cum tali defec­ tu; libertatis autem indifferentia non fundatur in impotentia agendi, sed in potentianon agendi. Unde, quando ipsamet voluntas caret aliquo actu propter naturalem inadvertentiam rationis, illa carentia actus non est ex potentia non agendi, sed ex impotentiasic operandi seu volendi, et ideo talis caren-

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o q u e re r d e esa m an era, y p o r ello ta l carencia n o p u e d e ser lib re . C onsiguien­ tem en te, para q u e la facu ltad tenga lib re u so , es necesario q u e , p u estas to d as las condiciones preexigidas an tecedentem ente o e n acto p rim e ro , p u e d a o b ra r y n o o b rar p o r s u in te rn a v irtu d y facu ltad . Y (p ara salir al p aso d e las ob je­ ciones) cuando decim os «por su in te rn a v irtu d y facu ltad » n o excluim os e l c o n ­ cu rso divino o u n auxilio m ayor necesario seg ú n la c u alid ad d e los a cto s; p e ro dejam os esto a los teólogos. . 12. Se d e m u estra q u e la indicada definición n o d eb e e n ten d e rse d e los re q u isito s en se n tid o co n c o m ita n te : según dijim os, esos re q u isito s e stá n in ­ cluidos e n la a c ció n ; p u e s, así com o la acción se re q u ie re p a ra o b rar, así ta m ­ b ié n p u e d e llam arse req u isito to d o lo q u e está in c lu id o e n la acción. A h o ra bien, la acción se re q u ie re en cu a n to es aquello p o r lo q u e , fo rm alm en te, la p o te n c ia se d ete rm in a y se constituye com o agente e n a c to ; p o r eso n o p u e d e incluirse en aquellas condiciones con las cuales la p o ten cia d ebe ser in d ifere n te p a ra o b ra r y p a ra n o o b ra r, ya q u e eso im plica u n a con trad icció n p a lm a ria ; lu eg o tam poco d ebe in clu irse e n aquellos req u isito s to d o ¡o que perten ece a la ra z ó n in trín seca d e acción o está in clu id o en ella d e m an era esencial, p u esto q u e existe la m ism a razó n p a ra todos aquéllos q u e p a ra la acción. E sta in te rp re ta c ió n de a q u ella definición se d esp ren d e d e la o pinión co m ú n d e los teólogos, In l, d ist. 38 y 3 9, e In II, d ist. 2 4, y d e la do ctrin a d e San A nselm o q u e explicarem os en seguida.

Se resuelve la primera dijicultad . 13. Doble moción de nuestra voluntad por la divina.— C on esta in te rp re ­ tación se revuelven fácilm en te las dos dificultades señaladas al prin cip io . A la p rim e ra se responde q u e p u ed e entenderse d e dos m aneras la m oción d e D io s con resp ecto a n u e stra v o lu n tad . U n a , an tec ed en te al actual concurso con el acto d e la v o lu n ta d ; o tra, co nsistente en el concurso a c tu a l m ism o. L a p rim e ra es poco conocida en m etafísica, es d ecir, p o r los solos prin cip io s n a tu ra le s ; pero es cierta en teología y, sea la q u e fu e re , está contenida e n las condiciones q u e se req u ieren p a ra e l acto an tec ed en tem en te, esto es, p o r m o d o d e p rin cip io o tía non potest esse libera. U t ergo facultas tum id quod est de intrinseca ratione acliberum usum habeat, necesse est ut, positis tionis seu in illa essentialiter includitur ; nam omnibus conditionibus praerequisitis antece- eadem est de illis omnibus ratio qua: de ipsa denter seu in actu primo, ex interna vi et actione. Atque hsec interpretatio illius defifacúltate sua possit agere et non agere. Cum nitionis colligitur ex communi sententia autem dicimus ex interna vi et facúltate (ut theologorum, In I, dist. 38 et 39, et In II, obiecrionibus occurramus), non excludimus dist. 24, et ex dottrina Anseimi, quam divinum concursum, vel maius auxilium ne- statini explicabimus. cessarium pro actuum qualitate, sed id theoExpeditur prior difficultas logis relinquimus. Duplex modo nostrae voluntads per 12. Quod autem dicta definido intelli- 13. genda non sit de requisites concomitanter, divinam.— Atque ex hac interpretatione fa­ probatur, quia htee, ut dìximus, includuntur cile expediuntur duae difficultates in prin­ in ipsa actione; nam, sicut actio est requi­ cipio tactae. Ad primam enim respondetur sita ad agendum, ita quidquid in actione in- duplicem intelligi posse motionem Dei reduditur potest dici requisitami. Est autem spectu voluntads nostrae. Una est antecedens actio requisita ut id quo formaliter deter­ actualem concursum ad actum voluntatis; m inate potentia et constituitur actu agens, alia consistens in ipso attuali concursu. Prior et ideo non potest includi in his conditioni­ parum nota est in metaphysica seu ex solis bus cum quibus potentia debet esse indif- principiis naturae; tarnen in theologia est ferens ad agendum et non agendum, quia certa, et qutecumque illa sit, continetur sub involvitur manifesta repugnantia; ergo ñe­ conditionibus requisitis ad actum antecedenque etiam includi debet in illis requisitis to- ter seu per modum principii aut actus pri-

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d e acto p rim ero . P u e s, a u n q u e esta m oción se Heve a cabo m ed ian te u n acto vital — q u e es acto seg u n d o con resp ecto a la poten cia en q u e radica— , n o obstante, con referencia al o tro acto en ord en al cual se confiere dicha m o ció n , se com ­ p a ra p o r m odo d e principio, y p o r ese m otivo se dice q u e es p o r m odo de acto p rim e ro ; así, e l juicio «hay q u e o b ra r el bien» es p rin cip io d e l acto de la v o lu n ta d p o r e l q u e se am a ta l b ie n ; p o r eso, a u n q u e e n el e n te n d im ie n to ' sea u n acto seg undo, con resp ecto a la v o lu n ta d se considera com o p rim e ro ; y lo m ism o o c u rre con otros sem ejantes. L a segunda m oción es m ás conocida p o r la luz n a tu ra l, ya q u e físicam ente es necesaria, d e m o d o m ás in trínseco, p a ra la acción d e la c ria tu ra ; y se cu en ta esa m oción e n tre los re q u isito s para el acto e n sentido concom itante, p u e sto q u e el concurso de D ios está esencial­ m en te in clu id o e n la acción d e la c riatu ra. 14. A sí, p u e s, acerca d e la p rim e ra m oción d eb e d ecirse q u e , u n a vez p u esta, todavía tie n e la v o lu n ta d p o sib ilid ad d e n o realizar el acto en ord en al cual se da ta l m oción, p u e s, siendo d ic h a m o ció n u n a d e las condiciones preexigidas p a ra el acto lib re , si n o dejase ex p ed ita a la p o ten cia, q u ita ría el lib re u so p o rq u e la d eterm in aría a u n a sola cosa. E ntonces, ¿ q u é lib e rta d o elección h ab ría, si sólo se concediese u n a p a rte ? , com o d ijo con ra z ó n E vodio a C onstancio, según consta p o r T u rria n o , lib . IV Pro epistolis Pontific., c. 2. P o r e so el C oncilio d e T re n to , ses. V I, c. 4 , acerca d e esta m o ció n p rev ia, incluso en las .o b ra s de la gracia, define q u e , p u e sta ella, todavía tien e la vo­ lu n ta d p o te sta d d e n o consentir. Y esto n o a te n ta c o n tra la eficacia d e la m o­ ción^ divina, ya p o rq u e n o o c u rre p o r im potencia, sino p o r sab id u ría, p roviden­ cia y v o lu n tad d el p rim e r m o to r, "ya ta m b ién ' p o rq u e , cuando E l qu iere, hace asim ism o, de m a n e ra eficaz, q u e la v o lu n ta d consienta in faliblem ente, au n q u e p u e d a n o co n sen tir. A hora b ie n , esencial y ab so lu tam en te n o es contradictorio q u e , existiendo e sta m oción, la v o lu n ta d n o se m u ev a con aquel acto o m o­ vim iento lib re e n o rd en al cual se d a d ic h a m oción, n i h ay correlación, a este resp ecto , e n tre el m over y el ser m ovida, c u an d o u n a m oción se com para con o tro a c to com o p rin cip io d e é ste y n o sólo com o vía hacia el térm in o . D el m odo com o d ijo S an A g u stín en o tro lu g ar q u e q u ie n es m ovido d e esta m an era no

mi. Nam, licet haec motio fiat per actum naret potentiam ad unum. Qua autem esse! vitalem, qui est actus secundus res’pectu po­ libertas aut elecdo ubi una tantum pars tential in qua inest, tarnen respectu alte- fuisset concessa? ut recte dixit Evodius ad rius actus propter quem datur ilia motio, Constantium, apud Turrianum, lib. IV pro comparator per modum principii, et ea ra- Epistolis Pontific., c. 2. Et ideo Conc. Tritione ‘dicitur esse per modum actus primi; dentinum, sess. VI, c. 4, de huiusmodi mo­ ut iudicium de bono agendo est principium tione prtevia etiam in operibus gratia: deactus voluntatis quo tale bonum amatur; un­ finit, illa posita, adhuc esse in potestate vo­ de, licet in intellectu sit actus secundus, ta­ luntatis non consentire. Neque hoc est con­ rnen respecm voluntatis comparatur ut pri­ tra efficaciam divina: motionis, turn quia id mus; et idem est de aliis similibus. Pos­ non provenit ex impotentia, sed ex sapienterior modo est magis nota lumine naturali, tia, providentia et voluntate ipsius primi moquia physice est magis intrinsece necessa­ toris, turn etiam quia, quando ipse vult, ria ad actionem creatura, computatur autem etiam facit efficaciter ut voluntas infallibiliilla motio inter requisita ad actum concomi- ter consentiat, quamvis possit non consen­ tanter, quia concursus Dei essentialiter in- tire. At vero per se et absolute non repugnat, stante hac motione, non moveri voluncluditur in actione creatura. 14. De priori igitur motione dicendum tatem ilio actu seu mota libero propter est quod, illa posita, adhuc potest voluntas quem talis motio datur, nec quoad hoc sunt non operari ilium actum propter quem da­ correlativa movere et moveri, quando una tur talis motio, quia cum illa motio sit ex motio comparatur ad alium actum ut prin­ conditionibus prterequisitis ad actum libe­ cipium eius et non tantum ut via ad termi­ rum, nisi relinqueret illam potestatem expe- nimi. Quomodo alias dixit Augustinus eum ditam, tolleret usum liberum, nam determi- qui sic movetur non posse non sentire mo-

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p u e d e d e ja r d e s e n tir la m o ció n , p e ro p u e d e n o c o n s e n tir; m as esta c u e stió n p re s e n ta u n a difícil y p ro lija d iscusión e n T e o lo g ía , d e la q u e n o s ab sten em o s in te n c io n a d a m e n te , y, p re sc in d ie n d o d e to d a s las o p in io n es, n o s co n te n ta m o s c o n la re sp u e sta q u e to d o s a d m ite n b a jo la s p a la b ra s co n sig n ad as, si b ie n n o h a y u n a n im id a d so b re su se n tid o , acerca d e l c u a l n o n o s p ro n u n c ia m o s a h o ra . 15. L a d ific u lta d q u e estam os tra ta n d o a fe c ta p ro p ia m e n te a la se g u n d a m o ció n , p u e s es a q u e lla e n v ir tu d d e la c u a l la acción d e la ca u sa se g u n d a d e ­ p e n d e p o r sí y esen c ia lm e n te d e la p rim e ra ; y , com o y a h e d ic h o , n o co n siste e n o tra cosa q u e e n e l m ism o co n cu rso d e D io s. P o r q u é se lla m a a é ste m o ­ c ió n , lo explicarem os m ás ab ajo y al e stu d ia r la d e p e n d e n c ia d e la causa se g u n ­ d a e n s u o b ra r c o n re s p e c to a la p rim e ra . A sí, p u e s, d e esta m o c ió n es c ie rto q u e , u n a vez p u e sta , la v o lu n ta d n o p u e d e n o m o v e rse ; sin e m b a rg o , n e g a m o s q u e e sto sea c o n tra rio al u so d e la lib e rta d , y a q u e d ic h a m o c ió n n o es u n a d e las co n diciones p re v ia m e n te re q u e rid a s p a ra el acto , sin o q u e e stá esen cial­ m e n te in c lu id a e n la acción m ism a d e la v o lu n ta d . D e q u é clase es e ste c o n ­ c u rso o m oción d e D io s , cóm o ex iste ju n ta m e n te c o n el influjo d e la v o lu n ta d c re a d a , y si p u e d e d e c irse d e a lg u n a m a n e ra a n te rio r sin lesión d e la lib e rta d , y, fin alm en te, d e q u é m a n e ra cae bajo la p o te s ta d d e l h o m b re e l te n e r o n o te n e r e sta m oción d e D io s (p o rq u e esto ta m b ié n es c ie rto y n ecesario p a ra la lib e rta d ), lo tra ta re m o s e n el lu g a r q u e h em o s c itad o p o c o antes.

Se responde a la segunda dificultad 16. P o r ú ltim o , la se g u n d a d ificu ltad y a q u e d a re s u e lta en v irtu d d e lo d ic h o ; e fe ctiv am en te, p a sa n d o p o r alto la p rim e ra m o c ió n — q u e n o h ace a n u e stro caso n i se h a b la d e e lla e n el arg u m e n to — , ac e rc a de la se g u n d a o c o n ­ c u rso d e D io s se n ie g a q u e sea u n o d e los p re rre q u is ito s an te c e d e n te s d e lo s q u e se tra ta e n la defin ició n d e lib e rta d , se g ú n h e m o s ex p licad o , y p o r e llo declaram os q u e , p u e s ta d ic h a m o ció n , la v o lu n ta d n o p u e d e d e ja r d e m o v erse p o rq u e ya se su p o n e c o n stitu id a b a jo su acció n , m as n o sin s u d e te rm in a c ió n lib re. Y e n este se n tid o se re s p o n d e ta m b ié n p e rfe c ta m e n te m e d ia n te la d is tin c ió n e n tre se n tid o co m p u e sto y dividi lo ; p o rq u e , e stab lecid a està m o ció n e n

tionem, posse autem non consentire; sed haec res habet in theologia graverà et prolixam disputationem, a qua nos consulto abstinemus, et ab omnibus opinionibus abstrahentes ea responsione contenti sumus quam omnes sub pradictis verbis amplectuntur, licet in eorum sensu sit dissensio, de quo nunc indicium non ferimus. 15. De altera vero motione procedit pro­ prie difficultas quam tractamus; nam illa est qua per se et essentialiter pendei actio causae secundae a prima; et, u t dixi, non est aliud quam ipse concursus Dei, de quo cur motio dicatur, dicemus inferius et tractando de dependentia causae secundse a pri­ ma in operando. De hac ergo motione ve­ rum est, illa posita, non posse voluntatem non moveri; negamus tarnen id repugnare usui libertatis, quia illa motio non est ex condìtionibus praerequisitis ad actum, sed essen­ tialiter includitur in ipsamet actione volun­ tatis. Qualis autem sit hic concursus seu mo­ do Dei, et quomodo sit simul cum influxu

ipsiusmet voluntatis create, et an possit di­ ci aliquo modo prior absque laesione liber­ tatis, ac denique quomodo sit in potestate hominis habere vel non habere hanc Dei motionem (hoc enim etiam verum est et ad libertatem necessarium), dicemus in loco paulo ante citato. Respondetur ad posteriorem dijficultatem 16. Denique secunda difficultas iam ex dictis expedita est; omissa enim priori mo­ tione, qua; neque ad nos spectat nec de illa in argumento est sermo, de posteriori seu concursu Dei negatur esse ex prserequisitis antecedenter, de quibus loquitur definitio li­ bertatis, u t explicuimus, et ideo fatemur, illa posita, non posse voluntatem non moveri, quia iam supponitur constituta sub actione sua, non tarnen sine determinatione sua libera. Atque in hoc sensu optime etiam re­ spondetur per distinctionem iliaca de sensu composito et diviso; posita enim hac mo­ tione in sensu composito, non potest vo-

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sentido com puesto, la v o lu n ta d n o p u e d e n o o b ra r, p o r su p o n erse q u e ya está o b ra n d o ; d e a q u í q u e eso no re p u g n e a la lib e rta d , p u e sto q u e e n la m ism a suposición se in clu y e y ya se supone el uso d e la lib e rta d , acerca del cual, com o de cualquier o tra cosa, se dice con v e rd a d q u e cu an d o existe, existe necesaria­ m en te, a u n q u e ab so lu ta y sim p lem en te (y esto se afirm a e n se n tid o dividido) p u d ie ra n ó ex istir. E sto m ism o es lo q u e afirm ó S an A nselm o, lib . De concor­ dia praesc., d e sd e el prin cip io , y lib. I I Cur Deus homo, c. 17 y 1 8 : q u e la n ecesidad q u e p ro ced e d e u n a suposición an tec ed en te elim ina la lib e rta d , pero n o la q u e p ro c e d e d e u n a suposición consiguiente. E n efecto, llam a suposición antecedente a to d o aquello q u e nosotros denom inam os p re rre q u isito e n sentido antecedente, o p o r p a rte del acto p rim e ro , p a ra el acto lib re ; p o r eso llam a él a esta suposición an tec ed en te causa d e la cosa, d e d o n d e, si e n v irtu d de ta l suposición se sigue necesariam ente el acto, q u e d a an u lad a la lib e rta d , a cuya razón pertenece e l q u e la p o ten cia, con todos aquellos p re rre q u isito s, perm a­ nezca ín teg ra p a ra o b ra r y n o o b ra r, incluso en se n tid o com puesto con relación a tales condiciones an tecedentes, com o se h a explicado. E n cam bio, llam a su­ posición consiguiente a to d a aquella q u e incluye la acción m ism a d e la cria­ tu ra , p o rq u e esa y a supone el uso Ubre, seg ú n q u e d a declarado. P o r tan to , la n ecesid ad q u e p ro ced e d e ella n o p u ed e elim inar el uso lib re , ya q u e n o es u n a necesidad re a l, sino sólo d e inferencia, com o d ijo S anto T o m á s, De Ven­ íate, q. 2 4, a. 1, ad 13, q u ie n confirm a esta d o c trin a e n el lib. I I d e la Física, lect. 15, al p rin c ip io ; la apoya tam b ién S an A g u stín , De Civitate Dei, lib. V , c. 10. S E C C I O N

V

¿E n qué facultad radica formalmente la libertad de la causa creada? 1. Todo agente racional, y sólo él, es capaz de libertad.— E n el tercero y c u arto m otivos de d u d a p ro p u e sto s en la sección 2 se pid e q u e expliquem os m ás claram ente cuáles son las causas creadas q u e e n su o b ra r n o están sujetas a n ecesidad, y p o r q u é facu ltad po seen este d o m inio. A p ro p ó sito de las causas principales o q u e o p eran ut quod, la solución es fácil p o r lo ya d ic h o ; en

luntas non operari, quia iam supponimi operans ; unde id non répugnât libertati, quia in ipsamet suppositdone includitur et iam supponitur usus libertatis, de quo, sicut de qualibet alia re, vere dicitur, quando est, necessario esse, licet simpliciter et absolute (quod dicitur in sensu diviso) posset non esse. Et hoc ipsum est quod dixit Anselm., lib. de Concordia praesc., a principio, et lib. II Cur Deus homo, c. 17 et 18, necessitatem ex suppositione antecedente tollere libertatem, non vero ex suppositione consé­ quente. Suppositionem enim antecedentem vocat omne id quod nos diximus esse praerequisitum antecedenter seu ex parte actus primi ad actum liberum; unde hanc sup­ positionem antecedentem ipse vocat causant rei, et ideo, si ex tali suppositione neces­ sario sequitur actus, tollitur bbertas, de cuius ratione est ut cum omnibus illis prærequisitis maneat potentia integra ad agendum et non agendum, etiam in sensu composito re­ spectai talium conditionum antecedentium, ut

declaratum est. Suppositionem autem consequentem vocat omnem illam quac includit ipsammet actionem creatura:, quia iam illa supponit usum liberum, ut declaratum est. Unde nécessitas ex ilia non potest ipsum li­ berum usum auferre, quia non est nécessitas rei, sed illationis tantum, ut D. Thomas di­ xit, q. 24 de Verit., a. 1, ad 13, qui hanc doctrinam confirmât lib. II Phys., lect. 15, in principio; favet etiam D. Agust., V de Civit., c. 10. SECTIO V QUAENAM SIT FACULTAS IN QUA FORMALITE!? RESIDET LIBERTAS CAUSAE CREATAE

1. Omne et solum rationale agens est libertatis capax.— In tenia et quarta ratio­ ne dubitandi, sect. 2 propositis, petitur ut distinctius declaremus quænam sint causæ creatæ quse in agendo non subduntur neces­ sitati, et per quam facilitatelo hoc dominium habeanL Et quidem de causis principalibus seu operantibus ut quod, facilis est résolu-

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efecto, hem os d em o strad o q u e todas las cosas carentes de ra z ó n carecen ta m ­ b ié n d e lib e rta d , a cau sa d e su im perfección. D e aq u í re su lta q u e , inversam ente, to d o s los agentes racionales o intelectuales son ta m b ién ágentes libres, p u es aquella negación d e uso de ra z ó n es la cau sa ad ecuada y suficiente d e la ca­ ren cia d e lib e rta d ; lu eg o la afirm ación o p u esta es asim ism o la razó n ad ecuada d e la afirm ación op u esta. Se confirm a, p o rq u e se ha p ro b a d o en p a rtic u la r q u e el h o m b re es u n agente lib re , au n q u e es in fe rio r a todos los del o rd en in te le c ­ tu a l; luego a fortiori d eb e decirse q u e to d o s los agentes creados q u e po seen en ten d im ien to po seen tam b ién lib ertad . E sto lo rep etirem o s e n p a rtic u la r acerca de las inteligencias creadas, cuando nos ocupem os de ellas m ás adelante. Y no se o pone a ello el arg u m en to basado en los m ovim ientos o influencias celestes. P u es, p o r lo q u e se refiere a las inteligencias q u e m u even los cielos, a u n q u e sean lib re s en otras cosas, al m over los cielos p u e d e n ser llevadas p o r alguna necesidad, ya en v irtu d d e la m oción e im p e rio d e u n agente su p erio r, ya en .v ir­ tu d d e u n fin preco n ceb id o , al q u e am an y al cual tie n d e n de m an era in m u ta ­ ble. E n cuanto a la influencia de los cielos, d e b e afirm arse q u e dich a influencia n o se . extiende d ire c ta y esencialm ente a las cosas esp iritu ales y m ateriales, n o sólo p o rq u e ú n icam en te influyen m ed ian te el m ovim iento físico, d e l q u e es in ­ capaz la realid ad esp iritu a l, sino tam b ién p o rq u e la realid ad esp iritu al es de o rd e n su p erio r y, p o r tan to , la realidad m aterial n o tien e posibilidad de o b ra r d irectam en te so b re ella. E n cam bio, las alm as h u m an as son inm ateriales e n sí y tien en lib ertad en cu a n to son inm ateriales y o b ra n m ed ian te u n a potencia in m aterial, p o r lo q u e la influencia d e los cielos n o p u e d e im p e d ir a los h o m ­ b re s e l u so de la lib e rta d , a u n q u e in d irectam en te, p o r m ed io del cuerpo y de sus afecciones, p u e d a inclinarlos m ás o m enos a u n a u o tra p a rte ; p e ro el h o m ­ b re p u e d e , con su lib e rta d , v en cer esa inclinación y d o m in a r a los astros. . 2, L a sustancia espiritual es el principio radical de la acción libre.— D e a q u í re su lta claro, adem ás, q u e e l p rin cip io p rin c ip a l quo d e la acción lib re siem ­ p re es alguna sustancia o form a sustancial e sp iritu al. Se d e m u estra p o rq u e se­ m ejan te p rincipio es o el alm a racional o alguna su stan cia su p e rio r; pero el alm a racional es in m a te ria l, y m ucho m ás lo es cu alq u ier sustancia su p e rio r;

tio ex dictis; ostendimus enim res omnes ratione carentes carere edam liberiate ob imperfectionem suam. Quo fit ut e contrario omnia agenda radonalia seu intellectualia sint edam agenda libera; nam illa negano usus rationis est sufficiens et adaequata ra­ do carentiae libertatis; ergo opposita affirmario est edam adaequata rado oppositae affirmationis. Et confirmatur; nam ostensura est in particulari hominem esse agens liberum, licet in gradu intellectual! sit in­ funimi omnium; ergo a fordori dicendum est omnia agenda creata quae intellectum habent habere edam libertatem. Quod iterum de intelligences creatis in particulari dicemus infra de eis disputantes. Neque contra hoc obstat argumentum sumptum ex modbus aut influentiis caelorum. Nam quod attinet ad intelligentias motrices caelorum, etsi in aliis rebus liberae sint, possunt in movendis caelis necessitate aliqua duci, vel ex motione et imperio superioris agends vel ex fine praeconcepto, quem immutabiliter diligunt atque intendimi. Quod vero ad influentiam caelorum attinet, dicendum est illam non

extendi directe ac per se ad res spirituales et inmateriales, mm quia solum influunt per physicum motum, cuius res spiritualis incapax est; turn etiam quia res spiritualis est ordinis superioris, et ideó in earn direc­ te agere non potest res materialis. Animi autem hominum in se inmateriales sunt et ‘libertatem habent quatenus inmateriales. sunt et per immaterialem potentiam operantur, et ideo influentia caelorum non pot­ est libertatis usum hominibus impediré, etiamsi indirecte medio corpore et affectibus eius possit illos in alterutram par­ tem magis aut minus inclinare, quam inclinationem potest homo sua libértate supera­ re et astris dominari. 2. Spiritualis substantia liberae actionis radicóle principium.— Ex quo ulterius con­ stat principium prmdpale quo liberae actionis semper esse substantiam aliquam seu substantialem formam spiritualem. Probatur quia huiusmodi principium vel est anima radonalis vel aliqua superior substantia; sed anima radonalis est immaterialis, et multo magis omnis superior substantia; ergo. Et 24

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luego. S e confirm a, po rq u e to d a form a m aterial, en cu an to ta l, o b ra desprovista de inteligencia y razón, y, consiguientem ente, o b ra d e m odo m eram ente n a tu ­ ra l; luego la fo rm a q u e es p rin c ip io d e la acción lib re d eb e ser espiritual. 3. El principio próximo de la acción libre siempre es una potencia espiri- ■ tuál.— El acto libre es elícito o imperado.— E n te rc e r lu g a r, tam bién resu lta claro p o r esto q u e el p rincipio pró x im o d e la acción lib re es alguna potencia de la sustancia esp iritu al en cu an to es esp iritu al o in telectu al. Y añado esto p o r ra z ó n d e l alm a h u m an a, la cual,- a u n q u e tien e m u chas facultades, varias d e ellas son m ateriales p o rq u e n o le convienen en cu a n to es intelectual, y p o r ello no son principio próxim o d e la acción libre. L a ra z ó n d e esta afirm ación es q u e el principio próxim o d eb e se r prop o rcio n ad o al p rin cip al. A dem ás, po rq u e una cosa n o tien e dom inio d e sus actos sino en cu an to es intelectu al; luego ' únicam ente posee este dom inio e n v irtu d d e u n a facu ltad perteneciente al orden in te lectu al; p e ro este orden e s in m ate ria l e n sí m ism o y en todas las potencias próxim as a é l; luego. Sólo d e b e a d v ertirse q u e u n a acción p u ede denom inarse libre en doble sen tid o , a sa b e r: com o acto elícito, es d ecir, próxim am ente, en orden a la p o ten cia q u e realiza la acción — así, el q u e re r es libre—-, o bien com o acto im p erad o , o sea, re m o ta m e n te , en o rd e n a la p o ten cia que m ueve o 'aplica u n a fa c u lta d in ferio r a la o p eració n ; de esta m a n e ra es libre el andar. P ues b ien , c u an d o tratam o s d el p rin c ip io p ró x im o de la acción libre, debe en­ ten d erse de u n a acción p ro p ia m e n te lib re en o rd e n a su p rincipio inm ediato, y en este sentido decim os q u e e l p rin cip io próxim o d e la acción libre es una facultad e sp iritu a l; po rq u e el p rin c ip io pró x im o d e la acción q u e sólo es libre im perativam ente p u e d e ser a veces u n a fa c u lta d m aterial en cuanto es u n a potencia locom otriz que re sid e e n los m iem b ro s d e l c u erp o , ya que esa po ten ­ cia p u ed e estar su b o rd in ad a a u n a sustancia esp iritu al su p erio r, en la cual existe la auténtica fa c u lta d q u e tie n e d o m in io sobre su acto y , m ediante él, sobre la potencia inferior y su acción. P o r eso , cabe d ecir tam b ién q u e, aun cuando la acción im perativ am en te lib re se realice p ró x im am en te — de m anera física y en cuanto a su e n tid ad — p o r o tra p o ten cia, la den o m in ació n de libertad sólo la

confirmatur, nam omnis forma materialis, quarenus talis est, operatur absque intelligentia et ratione, et ideo operatur modo me­ re naturali; ergo forma quae est principium liberae actionis esse debet spiritualis. 3. Proximum principium liberae actionis semper, est potentia spiritualis.— Liber ac­ tus, vel elicitus vel imperatus.— Tertio, hiñe etiam constat principium proximum actio­ nis liberae esse potentiam aliquant substan­ tiae spiritualis quatenus spiritualis seu intellectualis est. Quod addo propter animam huraanam, quae, licet plures habeat facili­ tates, multae tamen earum materiales sunt, quia non conveniunt illi quatenus intellec­ tuals est, et ideo non sunt principium pro­ ximum liberae actionis. Ratio huius assertionis est quia principium proximum debet esse accommodatum principals Item, quia res non habet dominium sui actus nisi qua­ tenus intellectualis est; ergo non habet hoc dominium nisi per facultatem pertinentem ad gradum intellectualem; hie autem gradus immaterialis est secundum se et secundum omnes potentias sibi próximas; ergo. So­ lum est animadvertendum dupliciter actio-

nem aliquant denominati liberam, scilicet, ut, actum elicitum seu proxime in ordine ad potentiam efficientem actionem, quomodo ipsum velie liberum est, vel ut actum im­ peratami seu remote in ordine ad potentiam movement seu applicamelo inferiorem fa­ cultatem ad agendum, quomodo ambulare est liberum. Cum ergo agimus de proximo principio actionis libers, intelligendum est de actione proprie libera in ordine ad suum immediatum principium, et hoc modo dicimus principium proximum actionis libers esse facultatem spiritualem; nam principium proximum actionis quae solum imperative libera est interdirai esse potest facultas ma­ terialis u t est potentia motiva secundum lo­ cum residens in membris corporis, quia illa esse potest subordinata superiori substan­ tia: spirituali, in qua est propria vis domi­ nativa in suum actum, et mediante ilio in inferiorem potentiam et actionem eius. Unde edam dici potest quod, licet actio impera­ tive libera, physice et secundum suam entitatem, proxime fiat ab alia potentia, denominationem autem libertatis non habet nisi a superiori potentia medio actu eius;

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recib e de una poten cia su p erio r m ediante su a c to ; consiguientem ente, aqu ella poten cia que es p rin cip io próxim o d e l acto esencial e inm ediatam ente lib re , debe ser espiritual y esencialm ente perten ecien te al o rd en intelectual, en cuanto tal.

El libre albedrío no consiste en un acto o en un hábito, sino en una potencia 4. D e aq u í concluim os, en c u arto lu g ar, q u e el lib re albedrío creado c o n ­ siste directa y fo rm alm en te en u n a p o ten cia tal que tien e el indicado p o d e r y do m in io sobre su p ro p io acto. N o es necesario deten e rse en re fu ta r las op i­ niones de quienes d ijero n q u e el libre albedrío consiste en alg ú n acto, o en u n h áb ito , o en u n a p o ten cia en cuanto m odificada p o r u n h áb ito . D e esas opi­ n iones, sostuvo la p rim e ra H erveo, Quodl. I, q. 1 ; la segunda, S an B uenaven­ tu ra , In II, dist. 25, a. 1, q. 4 ; la tercera, San A lb e rto , In II, d ist. 24, a. 5. A hora bien, dichas opiniones o no son probables o em plean los térm inos en sen tid o diferente. P o rq u e el h o m b re posee lib re albedrío incluso cuando n a d a o b ra se ; de lo c o n tra rio , p e rd e ría el lib re alb ed río p o r el solo hecho de dejar de o b ra r, cosa q u e es a b su rd a ; consiguientem ente, el lib re albedrío n o p u ede con­ sistir en u n acto. A dem ás, el h om bre tien e lib re albedrío p o rq u e p u ede o b ra r y n o o b ra r, una vez p uestos todos los req u isito s para la o p eració n ; p e ro es pró­ x im am ente capaz d e o b rar p o r alguna p o te n c ia ; luego posee próxim am ente la lib e rta d p o r alguna poten cia d el alm a ; luego ta l p o ten cia será el libre albedrío. A dem ás, si la lib e rta d de albedrío consiste en algún acto, p reg u n to si ese acto es realizado por la p o ten cia libre o n o . S i se afirm a lo p rim ero , la lib e rta d ya p reced e a tal acto y, p o r ta n to , se da e n la potencia m ism a con a n terio rid ad al a c to .' Si se afirm a lo segundo, ese acto es n ecesario ; entonces, ¿cóm o p u e d e consistir en él la lib e rta d de albedrío? 5. Se responde a una objeción.— Q uizá se diga q u e aquel acto, a u n sien­ do necesario, p u ed e ser p rin cip io de u n a elección o deliberación lib re ; pues así parece q u e razona H erveo. C onsidera, e n efecto, q u e la potencia n o es a p ta para realizar u n acto lib re si n o p recede u n acto necesario q u e sea p rin cip io de a q u é l; p o rq u e la d eliberación — dice— p recede al acto lib re, y a la delibe­ ración p reced e la v o lu n ta d d e deliberar. P e ro esto p u ed e e n ten d e rse d el acto illa ergo potentia quae principium proximum est actus per se ac immediate liberi spiritualis esse dcbet ac per se spectans ad intellectualem gradum, quatenus talis est.

consistere. Item homo est liberi arbitrii, quia potest operali et non operari, positis omnibus requisites ad agendum; est autem potens proxime ad operandum per aliquam potentiam; ergo libertatem habet proxime Liberum arbitrium non in actu vel habitu, per aliquam potentiam animae; talis ergo sed in potentia aliqua consistere potentia erit liberum arbitrium. Deinde, si 4. Atque hinc quarto concludimus libe­ libertas arbitrii consistit in aliquo actu, in­ rum arbitrium creatum directe et formaliter quina an ille actus sit elicitus a potentia consistere in huiusmodi potentia quæ prae- libera, necne. Si primum dicatur, iam liber­ dictam vim et dominium habet in suum pro­ tas antecedit ilium actum; est ergo in ipsa prium actum. Ñeque oportet immorari in potentia ante actum. Si vero dicatur secun­ refutandis eorum opinionibus qui dixerunt dum, ille actus necessarius est; quomodo liberum arbitrium consistere in aliquo actu, ergo in ilio potest consistere arbitrii liber­ vel in habitu, vel in potentia prout aliquo ha­ tas? bitu affecta. Ex quibus opinionibus primam 5. Obiectioni respondetur.— Dicetur lot­ tenuit Hervaeus, Quodl. I, q. I ; secundam tasse ilium actum, etsi necessarius sit, posse Bonav., In II, dist. 25, a. 1, q. 4; tertiam esse principium liberae clectionis aut deliAlbertus, In II, dist 24, a. 5. Verum hae berationis; ita enim visus est philosophari opiniones aut probabiles non sunt aut aliter Hervaeus. Existimat enim potentiam non vocibus utuntur. Homo enim liberum arbi­ esse aptam ad eliciendum actum liberum nisi praecedat actus necessarius qui sit prin­ trium habet, etiam quando nihil operaretur; alias amitteret liberum arbitrium per solam cipium eins ; nam liberum actum (inquit) praecedit deliberatio, et deliberationem praecessationem ab actu, quod absurdum est; non ergo potest liberum arbitrium in actu cedit voluntas deliberandi. Sed hoc intelligà

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del en te n d im ie n to o de] acto d e la voluntad. P u es b ie n , es cierto q u e , con an­ te rio rid a d al p rim e r acto realizad o lib rem en te, d ebe p reced er d e m anera nece­ saria u n acto d el en ten d im ien to , n o lib re, n i p ro p iam en te v o lu n tario , sino n a­ tu ra l; p o rq u e , com o n o se p u e d e q u e re r n a d a q u e n o se h aya conocido pre­ viam ente, antes d e cualquier volición d ebe darse alg ú n ju icio ; p o r tan to , ese juicio q u e p reced e a la p rim e ra volición n o p u e d e pro ced er d e la v o lu n tad y, consecuentem ente, tam poco p u e d e ser lib re. A hora b ie n , sería- d e l to d o im pro­ pio y fálso afirm ar q u e tal juicio es el lib re alb ed río m ism o p o r el hecho de q u e p u e d e ser, e n su g én ero , fu n d am en to y o rig en d el uso lib re , p u esto que sólo es u n a co n d ició n re q u e rid a y u n a aplicación d e l o bjeto p a ra q u e la po ten ­ cia lib re p u e d a u sa r de su facu ltad . Y , a u n q u e concediéram os q u e dicho juicio c o n cu rre activam ente al acto realizado lib rem en te p o r la v o lu n tad , .a pesar de to d o la lib e rta d n o consistiría en é l; p o rq u e , m ás b ien , él influye d e suyo na­ tu ra lm e n te , a u n q u e está esp eran d o (por así decirlo) el consentim iento o influjo d e la v o lu n tad , d e cuyo p o d e r dep en d e el p re sta rlo o su sp e n d e rlo ; consiguien­ tem en te, n o es legítim o a trib u ir la lib e rta d a ese ju icio o acto d el en ten d im ien to com o a p rincipio e n el q u e rad ica d e m an era p ró x im a , 6. E n cam bio, si eso se en tien d e d e l acto d e la vo lu n tad , n o es universal­ m e n te cierto q u e , con a n te rio rid a d a to d o acto lib re d e la v o lu n ta d , d eba p re ­ ce d e r alg ú n acto n a tu ra l q u e sea p rin cip io d el acto lib re ; p u e s ¿cuál es ese acto, o cuál la necesidad d e q u e d eba p re c e d e r? Se resp o n d e rá q u e es la volun­ ta d d e delib erar. M as n o es a sí; p o rq u e , e n p rim e r lu g ar, en D io s h ay p er­ fecta lib e rta d sin ta l v o lu n ta d , preexistiendo en su entendim iento (según n ues­ tra m an era de en ten d e r) u n a p erfecta ciencia d e las cosas, m e ram en te natural y necesaria. A sim ism o el ángel, en su p rim e r in sta n te , realizó u n acto lib re de su v o lu n ta d sin v o lu n tad p re v ia d e d elib e ra r m ed ian te el e n ten d im ien to , sino ú n icam en te supo n ien d o alg ú n conocim iento a c tu a l d el e n ten d im ien to , que po­ seyó in n a to y recib id o m ás b ie n q u e a d q u irid o p o r su p ro p ia v oluntad. D e m a n e ra sem ejante, el h o m b re, si tien e en su e n ten d im ien to u n a suficiente p ro ­ posición y consideración del objeto, a u n q u e n o la tenga p o r aplicación de la v o lu n ta d , sino p o r excitación d el objeto q u e se le p resen ta, o p o r m anifestación

potest de actu intellectus vel de actu volun­ tatis. Verum ergo est ante primum actum libere elicitum debere necessario praecedere actum intellèctus, non liberum nec proprie voluntarium, sed naturalem; quia cum ni­ hil possit esse volitum quin sit praecognitum, ante omnem volitionem antecedere debet iudicium aliquod; illud ergo iudicium quod antecedit primam volitionem non pot­ est esse ex volúntate profectum, et consequenter ñeque liberum. Impropriissime autem ac falso dicetur illud iudicium esse ipsum liberum arbitrium eo quod in suo genere possit esse fundamentum et origo liberi usus, quia solum est conditio requi­ sita et applicano obiecti ut potentia libera possit sua facúltate uti. Et quamvis daremus iudicium Ulud concurrere active ad actum libere elicitum a volúntate, nihilominus non in ilio consisterei libertas; nam potius ipsum de se naturaliter influii, expectat tarnen (ut sic dicam) consensionem seu influxum voluntatis, in cuius potestate est ilium tribuere aut suspendere; non ergo recte tribuitur libertas illi iudicio seu actui

intellectus u t principio in quo proxime .resideL 6. Si vero id intelligatur de actu volun­ tatis, non est in universum verum ante om­ nem actum liberum voluntatis praecedere aliquem actum naturalem qui sit principium actus liberi; quis enim est talis actus, aut quae necessitas cur antecedere debeat? Respondebitur iüum esse voluntatem deliberan­ di. Sed contra; nam imprimis in Deo est perfecta libertas sine tali volúntate, p r e ­ existente in intellectu (modo nostro intelligendi) perfecta rerum scientia mere natu­ rali ac necessaria. Angelus edam in primo instanti habuit actum liberum voluntatis absque praevia volúntate deliberandi per intellectum, sed Supposita tantum aliqua attuali cognitione intellectus, quam habuit concreatam et receptam potius quam pro­ pria volúntate acquisitane. Et similiter homo si in intellectu habet sufficientem propositionem et considerationem obiecti, etiamsi illam non habeat ex application volunta­ tis, sed ex obietti oblati excitatione vel ex locutione aut infusione alterius, potest im-

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o in fu sió n de otro, p u e d e e n seguida lib rem en te q u e re r o n o q u e re r tal objeto. A dem ás, a u n c u an d o en el h o m b re m uchas veces p re c e d a esa v o lu n ta d d e d e­ lib erar, o de in v estig ar o considerar algo m ás acerca d e l o b jeto en cuestión, incluso esa v o lu n tad de d e lib erar n o es n a tu ra l, sino lib re , p u esto q u e n o hay n ad a q u e m ueva necesariam ente a te n e rla ; luego esa v o lu n tad d e d elib erar ta m ­ poco p recede siem pre al o tro acto lib re acerca d e cu alq u ier objeto n i, c u an d o precede, es siem pre n a tu ra l y necesaria. L a ra z ó n está en q u e, p a ra q u e la vo­ lu n ta d quiera u n ob jeto , n o se precisa q u e haya q u erid o antes la consideración del objeto, sino q u e b asta con q u e posea esa consideración p o r la n atu raleza, o por. la v oluntad, o p o r o tro m edio. P o rq u e lo único necesario con resp ecto al objeto que se h a de q u e re r es q u e sea conocido p re v ia m e n te ; en cam bio, que ese conocim iento tenga su origen a q u í o allí es accidental. Y p o r la m is­ m a razó n — a u n q u e m u chas veces la d eliberación e investigación in telectu al es directam ente voluntaria— n o es necesario q u e p roceda de alguna volición n a­ tural o necesaria, sino q u e p u ed e pro ced er d e u n a volición lib re ; es m ás, m o ­ ralm en te sucede así, y p o r ello con frecuencia es cu lp ab le la inadvertencia, ya que po d ía haberse te n id o la ad vertencia p o r la v o lu n ta d libre. C onsiguiente­ m ente, p o r este cap ítu lo n o es necesario q u e n in g ú n acto n a tu ra l d e la v o lu n tad preceda al acto libre. 7. S i toda intención del fin es necesaria.— D esde o tro p u n to de vista, p u e ­ de objetarse q u e la in ten ció n del fin p reced e siem pre a la elección de los m e ­ dios; p e ro la in ten ció n d el fin es necesaria, p u esto q u e la lib e rta d — seg ú n piensan A ristóteles y S anto T o m ás— sólo se d a en la elección de los m ed io s; luego, p o r esta causa, al acto lib re p reced e siem pre alg ú n acto necesario q u e es el p rin cip io p ró x im o y la razó n de la elección lib re ; luego en él d e b e p o ­ nerse p rim ariam en te la lib e rta d de albedrío. R esp o n d o q u e se supone u n a cosa falsa y que la in feren cia es m ala. E fectivam ente, n o to d a in ten ció n del fin es necesaria, p o rq u e hay m uchos fines p articu lares a los q u e tendem os con lib e r­ tad, n o sólo de ejercicio, sino ta m b ién de especificación; solam ente am am os por n ecesidad el fin ú ltim o o suprem o, y eso ú n icam en te en cu an to a la esp e­ cificación, n o en cu an to al ejercicio, al m enos en el p re se n te estado de vida, como direm os poco m ás ad ela n te, d o n d e explicarem os en q u é sentido se dice

mediate libere velie aut non velie tale ob­ iettimi. Ac deinde, licet in homine saepe antecedat ilia voluntas deliberandi seu ali— quid amplius inquirendi vel considerandi de tali obietto, etiam ilia voluntas deliberandi non est naturalis, sed libera, quia' nihil est quod necessitet ad illam habendam; ergo ñeque illa voluntas deliberandi semper an­ teceda alium actum liberum circa omne obiectum, ñeque, cum antecedit, semper est naturalis ac necessaria. Et ratio est quia, ut voluntas velit obiectum non est necesse ut prius voluerit considerationem obietti, sed satis est quod talem conside­ rationem habeat, sive illam considerationem habeat a natura, sive a volúntate, sive aliun­ de De necessitate enim obietti volendi so­ lum est quod sit praecognitmn; quod vero illa cognitio bine vel inde proveniat, accidentarium est. Et eadem ratione, etiamsi saepe accidat consultationem et inquisinonem intellectus esse dirette voluntariam, non oportet ut sit ab aliqua volitione na­ turali seu necessaria, sed potest esse a vo­ litione libera, bruno moraliter ita accidit, et

ideo saepe inconsiderado est culpabilis, quia considerado poterai per liberam voluntatem haberi. Ex hoc ergo capite non est necesse ut aliquis actus naturalis voluntads praecedat liberum. 7. An omnis intentio finis necessaria.— Aliter obiici potest, quia intendo finis sem­ per praecedit electionem mediorum; inten­ tio autem finis necessaria est; nam libertas, u t Aristot. et D. Thomas sentiunt, solum est in electione mediorum; ergo ex hoc capite ante actum liberum antecedit sem­ per aliquis actus necessarius, qui est principium proximum et ratio electionis liberae; ergo in eo ponenda est primo libertas arbitrii. Respondeo et falsum assumi et male colligi. Non enim omnis intentio finis necessaria est; sunt enim multi fines par­ ticulares quos non solum quoad exercitium, sed etiam quoad specificationem libere volumus, solumque finem ultimum aut sum­ mum necessario amamus, idque quoad spe­ cificationem tantum, non quoad exercitium, saltern pro statu huius vitae, ut paulo in-

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q u e la libertad versa sobre la elección. A dem ás, cu an d o p re c e d e la intención del fin, la libertad q u e se d a en la elección d e los m edios n o d e b e a trib u irse a d ich a intención como a su p rin cip io p ro p io , sino a la fa c u lta d d e la q u e , pro ced en la intención m ism a y la elección, ya p o rq u e a ú n p erm an ece incierto si la intención es el principio p ro p io y per se d e q u e se realice la elección, oi sólo una disposición previa o condición necesaria p a ra ella, y a tam b ién , y so­ b re todo, p o rque, aun cuan d o la in ten ció n co n c u rra activam ente c o n la p o te n ­ cia a la elección, sin em bargo la d eterm in ació n d e elegir este m e d io con p re ­ ferencia a otros n o procede d e la in ten ció n , sino d el p o d e r d e la volu n tad m ism a, gracias a cuyo influjo la elección es in trín secam en te v o lu n ta ria y, p o r tan to , d eterm inada a este m ed io m ás b ie n q u e a otro. E n consecuencia, no p u e d e entenderse p o r n in g u n a razó n q u e la fa c u lta d d e la lib e rta d resid a p ro ­ p iam en te en algún acto, sino en u n a p otencia, d e la q u e p ró x im am en te nace el acto libre. 8. F ácilm ente p u ede dem o strarse c o n a rg u m e n to s parecid o s q u e el Ubre albedrío no es u n hábito. E n p rim e r lu g a r, p o rq u e o ese h á b ito sería n atu ral y congènito con la potencia, o sería ad q u irid o m ed ian te actos (om ito los h á­ b ito s infusos p o rq u e ahora sólo hablam os de la lib e rta d n a tu ra l y d e los actos d e o rd en n a tu ra l); no p u e d e afirm arse ló p rim e ro , ya q u e , seg ú n la verdadera d o ctrin a, n o h ay n in g ú n h á b ito n a tu ra l q u e se haya in fu n d id o n a tu ra lm e n te a la v oluntad, si nos referim os al h á b ito e n sen tid o p ro p io , considerándolo com o u n a cualidad d istin ta de la p o te n c ia y q u e le confiere u n a facilid ad o inclina­ c ió n ; p o rq u e ésta n o la d a la n a tu raleza, sino el uso. N i la experiencia n i là razó n enseñan n a d a d is tin to ; p o rq u e la inclinación o v irtu d q u e la naturaleza in fu n d ió a la p o ten cia n o es algo d istin to de la m ism a potencia. P o r eso, si tal vez S an B uen av en tu ra o S an A lb erto e n tie n d e n c o n el n o m b re d e hábito u n a h a b ilid a d o capacidad c o n n a tu ra l d e tal p o ten cia, sólo difieren d e nosotros en la term inología. T am p o co p u e d e afirm arse lo seg undo, ya q u e los hábitos de la facu ltad lib re se ad q u ie re n m ed ian te actos lib re s; p o r ta n to , e l u so del libre albedrío p reced e a ese h á b ito ; lu eg o el lib re albedrío m ism o n o p u ede con­ sistir én tal h á b ito . H ay, adem ás, u n a razó n g e n e ra l: en ta n to p u e d e el hábito

ferius attingemus, et ibi declarabimus quo- bitus esset naturalis et congenitus cum pomodo libertas dicatur versori circa electío- tentia, vel acquisitus per actus (omitto ha­ nem. Deinde etiam, quando intendo finis bitus infusos, quia nunc de naturali liber­ antecedit, libertas quae est in elecdone me­ iate et de actibus ordinis naturalis loquidiorum non est ei attribuenda ut proprio mur); primum dici non potest, quia, iuxta principio, sed facultad a qua est ipsa in­ veram doctrinam, nullus ‘ est naturalis ha­ tendo et electio, tum quia adirne incertum bitus naturaliter inditus voluntati, si pro­ est an intendo sit proprium ac per se prin- prie loquamur de habitu prout est qualitas cipiura efficiendi electionem, vel tantum dis- distincta a potenda, addens illi facilitatem posido praevia seu conditìo necessaria ad vel indinationem ; hanc enim non dat na­ illam, tum maxime quia, etsi intendo con- tura, sed usus. Neque aliud docet experiencurrat active cum potenda ad electionem, tia vel rado; nam inclinatio aut virtus tamen determinado ad eligendum hoc me­ quam natura indidit potendae non est aliud dium prae aliis non est ab intendone, sed ab ipsa potenda. Unde sì fonasse D. Bo­ ex'virtute ipsius voluntatis, ex cuius iniluxu naventura aut Albertus nomine habitus inest intrinsece voluntaria ipsa electio, et con- telligunt habilitatem seu vim connaturalem sequenter determinata ad hoc medium po- talis potendae, solum in nomine a nobis tius quam ad aliud. Nulla ergo ratione in- differunt. Secundum etiam did non potest, telligi potest quod facultas libertatis proprie quia habitus fàcultatis liberae per actus liresideat in aliquo actu, sed in potenda, a beros acquiruntur; antecedit ergo usus li­ qua proxime est actus liber. beri arbitrii huiusmodi habitum; ergo non 8. Et similibus argumentis facile ostendi potest ipsum liberum arbitrium consistere potest liberum arbitrium non esse aliquem in tali habitu. Praeterea est generalis ratio, habitum. Primo quidem, quia vel tàlis ha- quia habitus in tantum potest esse princi-

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ser p rin cip io d e u n acto lib re en cuanto podem os valem o s d e él cuan d o q u e ­ re m o s; p o r consiguiente, e l h áb ito n o d a la lib e rta d , sino q u e m ás b ie n la re ­ cib e (p o r asi decirlo) d e la potencia en q u e reside, en cuanto la potencia es la q u e utiliza el h á b ito y está en su p o d e r el em plearlo o no em plearlo. L a te rc e ra ra z ó n p u ede ser q u e el h áb ito n o confiere el po d er o b ra r, sino que d a facilidad e n el o b ra r; p o r eso, la v o luntad afectada p o r u n h á b ito n o p u e d e realizar n in ­ g ú n acto de o rd e n n a tu ra l q u e n o p u e d a llevar a cabo, e n absoluto, sin ese h á b ito ; m as el lib re albedrío no exige necesariam ente está facilidad en e l o b rar, •sino la absoluta p o te sta d de o b rar y d e n o o b rar, u n a vez pu esto s to d o s los re q u isito s; p o r eso, el h o m b re q u e tie n e u so de ra z ó n es lib re desde el p rin ­ cipio, antes d e a d q u irir dicha facilid ad ; la lib e rta d , pu es, n o consiste e n u n h á b ito n i e n la p o te n c ia ju n tam en te con el h áb ito , to d a vez q u e ella tie n e p o r sí m ism a p o testad absoluta. Sólo en los háb ito s esencialm ente infusos p u ed e p a re c e r eso p ro b ab le, en cu an to estos h á b ito s n o se lim itan a conferir facilidad, sino tam b ién el m ism o p o d e r. P uede, p o r ta n to , concederse q u e estos h á b ito s co m pletan en esta p a rte la lib e rta d in trín seca resp ecto de los actos so b re n a tu ­ rales. A u n q u e ta m b ién sin ellos p u ed a decirse q u e la p o ten cia — si tie n e p o r o tro m edio u n auxilio proporcionado— es sim plem ente lib re para tales actos, ya q u e es suficiente de suyo para no realizarlos, y p a ra llevarlos a cabo p u e d e se r com pletada, n o sólo m ed ian te los h áb ito s, sino ta m b ié n m ed ian te otras a y u ­ das. Y en esta d o ctrin a no se p re s e n ta . dificultad, n i San B uenaventura o San A lb e rto oponen n in g ú n arg u m en to q u e necesite n u e stra respuesta.

El Ubre albedrío no es una potencia distinta del entendimiento y de la voluntad 9. Se rechaza la opinión del Hálense.— A sí, p u e s, suponiendo que la fa­ c u lta d lib re rad ica p ró x im am en te en alguna potencia d el alm a o de la su sta n ­ cia intelectual, q u ed a p o r in v estig ar cuál sea esa potencia. Y , en p rim e r lu g ar, n o faltaron q u ienes afirm asen que es u n a potencia d istin ta d el en ten d im ien to y d e la v oluntad. A sí lo sostiene A lejandro de H ales, I I p ., q . 7 2, m iem b. 2, a. 1 § 3 , d o nde dice q u e el lib re albedrío, considerado p ro p ia y especialm ente, es pium actus liberi in quantum possumus co uri cum volumus; non ergo dat ipse habi­ tus libertatem, sed potáis (ut ita dicam) ülam a'ccipit a potentia in qua residet, qua­ terna potentia est quae habitu utitur, et in eius facúltate positum est ilio uri vel non uri. Tenia ratio sit. quia habitus non dat posse operari, sed dat facilitatem in ope­ rando; unde nullum actum naturalis ordinis potest voluntas efficere affecta habitu, quem absolute non possit absque habitu; liberum autem arbitrium non necessario requirit hanc facilitatem in operando, sed absolutam potestatem agendi et non agendi, posiiis omnibus requisáis; unde homo ratione utens a principio Iiber est antequam illam facilitatem acquirat; non ergo con­ sist« libertas in aliquo habitu ñeque in po­ tentia simul cum habitu, cum ipsa per se habeat absolutam potestatem. Solum in habitibus per se infusis id videri potest pro­ babile, quatenus hi habitus non tantum dant facilitatem, sed ipsum etiam posse. Unde concedi potest hos habitus compiere ex hac

parte intrinsecam libertatem respectu supernaturalium actuum. Quamvis etiam sine illis possit potentia, si alias habeat auxilium proportionatum, dici simpliciter libera ad tales actus, quia ad non eliciendos illos per se sufficit; ad eliciendos autem, non tan­ tum per habitus, sed etiam per auxilia com­ pleti potest. Ñeque in hac doctrina occurrit difficultas, nec D. Bonaventura aut Al­ bertus argumentum aliquod obiiciunt quod nostra responsione indigeat. Liberum arbitrium non esse potentiam ab inlellectu el volúntate distinctam 9. Sententia Alensis improbatur.— Supposito ergo facultatem liberam proxime positam esse in aliqua potentia animae seu substantiae intellectualis, inquirendum superest quaenam potentia illa sit. Et impri­ mis non defuerunt qui dicerent esse po­ tentiam distinctam ab intellectu et volúntate, Ita tenet Alex. Alens., II p., q. 72, memb. 2, a. 1, § 3, ubi ait liberum arbitrium, proprie et sperialiter sumptum, esse poten-

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cierta poten cia m o triz d istin ta del e n ten d im ien to y de la v o lu n tad . P ero esta opinión es indem ostrable e ininteligible. E n efecto, o se tra ta de u n a potencia q u e m ueve localm ente, o d e u n a potencia q u e m ueve a otras potencias en orden a sus actos. A cerca de la p rim e ra es p ro b a b le q u e e n el alm a, o tam b ién en las inteligencias, sea distin ta d e l e n te n d im ien to y d e la v o lu n tad , y a p a ra m uverse a sí m ism a, ya para m over otras cosas, com o se h a indicado a rrib a y se d irá tam b ién m ás adelante al tra ta r d e las inteligencias creadas. S in em bargo, la lib e rta d n o p u e d e estar colocada fo rm a lm e n te e n ' esta p o tencia. P rim ero 1, p o rq u e esa poten cia n o realiza p ro p iam en te u n acto in m an en te, sino u n a acción tra n se ú n te , p o r lo cual es m ás im p erfe cta d e lo q u e se re q u ie re p a ra ser capaz d e lib e rta d fo rm al. S egundo, p o rq u e d ich a p o ten cia no pasa al acto si no es aplicada p o r la v o lu n ta d ; p u e s u n ángel o u n h o m b re se m u e v e a sí m ism o, o m ueve otras cosas, cuando q u ie re ; m ás a ú n : en general, el p rin c ip io del m o­ vim iento en los vivientes m ás p erfecto s es el a p etito ;, luego esa p o ten cia n o es libre d e m an era activa (por así decirlo) o elicitiva, sino d e m o d o pasivo o im ­ p e ra tiv o ; p o r ta n to , no es u n a p o ten cia lib re e n sí m ism a, sino som etida a u n a p o ten cia lib re . E n consecuencia, su acto ú n icam en te es v o lu n tario p o r denom i­ nación del acto d e o tra p o tencia, n o in trín secam en te p o r sí m ism a, lo cual es necesario p a ra la potencia fo rm alm en te lib re , com o ex p o n d ré poco después. Si se tra ta , en cam bio, de u n a potencia q u e m ueve a o tras, tal p o tencia, en la cria tu ra intelectu al, no es d istin ta de la v o lu n ta d y el e n te n d im ie n to ; p o rq u e , h ab lan d o d e la m oción objetiva, e n ese sentido el en te n d im ie n to m ueve a la v o lu n ta d ; si nos referim os a la m oción efectiva o q u e aplica a la operación, en tal sen tid o es la volu n tad la que m u ev e, n o sólo a sí m ism a, sino tam bién a las o tras p o te n c ia s; p ues n o nos aplicam os a o b ra r lib re m e n te sino p o rq u e que­ re m o s; consiguientem ente, es superfluo e in in telig ib le im aginar o tra potencia, ya q u e n o nos inclinam os y aplicam os a la o p eració n sino apeteciendo y queriendo. 10. Si acaso A lejandro d e H ales n o establece u n a distin ció n real, sino con­ c ep tu a l, e n tre esta potencia q u e m ueve a otras potencias y la v o lu n tad , y dice e n este sentido q u e el lib re alb ed río es u n a p o te n c ia d istin ta d e la v o lu n tad , en p rim e r lu g a r sólo difiere d e no so tro s e n los térm in o s. E n segundo lu g ar, n o ex-

tiam quamdam motricem distinctam ab inteUectu et volúntate. Verumtamen haec sententia ñeque probari ñeque intelligi potest Aut enim est sermo de potentia motrice secundum locum aut de potentia motrice aliarum potentiarum ad actus suos. De prio­ ri probabile est esse in anima, vel edam in intelligentiis, distinctam ab intellectu et vo­ lúntate, sive ad movendum se sive ad mo­ teadas res alias, ut supra tactum est, et dicetur edam infra tractando de ìntelligendis creatis. Verumtamen non potest liber­ tas in hac potentia formaliter constituí Pri­ mo, quia illa potentia proprie non elicit actum immanentem, sed actionem transeuntem; et ideo imperfectior est quam oportet ut sit capaz formalis libertatis. Secundo, quia illa potentia non exit in actum nisi applicata per voluntatem; movet enim an­ gelus vel homo se aut alia, quando vult; immo, in universum, principium moms in viventibus perfectioribus est appetitus; er­ go illa potentia non est libera active (ut sic dicam) seu elicitive, sed passive seu

imperative; non est ergo in se potentia li­ bera, sed subiicitur potentiae liberae. Unde eius actus solum est voluntarius per denominationem ab actu alterius potentiae, non intrinseca per seipsam, quod necessarium est ad potentiam formaliter liberam, u t pau­ lo infra exponam. Si autem senno sit de potentia motrice aliarum potentiarum, talis potentia in creatura intellectuali non est alia a volúntate et intellectu; nam, loquendo de motione obiectiva, sic intellectus mo­ vet voluntatem; si autem de motione effectiva seu applicativa ad opus, sic voluntas est quae movet et se et alias potentias ; non enim applicamur ad operandum libere ni,si quia volumus; fingere ergo aliam poten­ tiam et supervacaneum est et inintelligibile, quia non nisi appetendo et volendo indinamur et applicamur ad operandum. 10. Quod si fortasse Alensis non re, sed ratione distinguit potentiam hanc motricem potentiarum a volúntate, et hoc scnsu vocat liberum arbitrium distinctam potentiam a volúntate, primum solum in verbis a nobis differet. Deinde non satis declarat munus

D is p u ta c ió n X I X . — S e c c ió n V

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plica suficientem ente la fu n ció n del lib re alb e d río ; p o rq u e n o consiste adecu a­ d a m e n te en la m oción d e otras potencias, sino ta m b ié n en la volición d e c u a l' q u ie r objeto con p o te sta d de n o q u ererlo. T én g ase, pu es, p o r evidente y cierto q u e esta facultad en la q u e radica próxim am ente la lib e rta d form al, n o es d is­ tin ta del en ten d im ien to y de la v oluntad. C u ál de estas potencias sea, q u e d a p o r explicar.

L a libertad formal no radica en el entendimiento, sino en la voluntad sola ' I I . L a libertad no está compuesta formalmente por la razón y la voluntad .— E n este p u n to p u e d e n darse tres in terpretaciones. L a p rim e ra es q u e el e n te n ­ d im iento y la v o lu n ta d in teg ran , sim ultánea y form alm ente, la lib ertad d e albe­ d río , de suerte q u e u n a y o tra de estas potencias es form alm ente lib re e n sus actos, y d e la lib e rta d de am bas resu lta la perfecta lib e rta d d el h o m b re con sus actos hum anos. Sostuvo esta in terp re tació n D u ra n d o , In II, d ist. 24, q. 3, d o n d e dice p rim e ro q u e e l en ten d im ien to sim ultáneam ente con la volu n tad es u n a p o ­ ten cia form alm ente lib re ; y piensa q u e es opinión d e A ristóteles, en IX d e la Metafísica, c. 3, lu g a r e n q u e dice in d istin ta m e n te q u e las potencias n atu rales son libres. D esp u és, añade D u ra n d o q u e el e n ten d im ien to es lib re con p rio rid a d y m ayor perfección, ya q u e , siendo la lib e rta d u n a p ro p ied ad d e la p o ten cia ra ­ cional, aquella q u e sea m ás p erfectam en te racional será m ás p erfectam en te lib re ; p e ro el en ten d im ien to es u n a potencia racional m ás p erfecta, e incluso él solo es p ro p ia y cuasi esen cialm en te racional, m ien tras q u e la v o lu n ta d ú n icam en te lo es p o r cierta p a rticip ació n o subordinación, en cuanto tien e a p titu d para se r d i­ rig id a p o r la ra z ó n ; luego el en ten d im ien to es tam b ién p rim ariam en te lib re. Se confirm a p o rq u e el e n ten d im ien to n o sólo es libre, sino q u e adem ás es raíz d e la lib e rta d de la v o lu n ta d ; p o rq u e de la indiferencia d el juicio, q u e in c u m b e al intelecto, nace la in d ifere n cia d e la elección, q u e co rresp o n d e a la v o lu n ta d ; consiguientem ente, la lib e rta d es an te rio r y m ás p erfecta e n el en ten d im ien to , p ues aquello p o r causa d e lo q u e una cosa es tal, lo es a su vez en m ayor m e­ d ida. P o r ú ltim o, d e a h í parece concluir im plícitam ente D u ra n d o q u e el lib re albedrío está com o co m puesto form alm ente del e n ten d im ien to y la vo lu n tad .

liberi arbitrii; non enim adacquate consistit in motione aliarum potentiarum, sed 'etiam in volendo qúovis obiecto, cum potestate non volendi illud. Sit ergo constans et certum facultatem hanc in qua proxime esr formalis libertas non esse aliam ab intellectu et volúntate. Quae autem harum po­ tentiarum sit, explicandum superest.

taph., c. 3, ubi indistincte ait potentias na­ turales esse liberas. Deinde subiúngit Durandus intellectum esse prius et perfectius liberum, quia, cum proprium sit potentiae rationalis esse liberam, quae perfectius fuerit rationalis erit perfectius libera; intellectus autem est perfectior rationalis potentia ; immo ille solus est proprie et quasi essentialiter rationalis; voluntas autem solum Libertatem formalem non esse in inteUectu, participatione seu subordinatione quadam, sed in sola volúntate quatenus apta est ratione dirigi; ergo in11. Libertas non coalesdt formaliter ex tellectus est etiam primario liber. Et conratione et volúntate.— In qua re tres modi firmatur, nam intellectus non solum est li­ dicendi esse possunt. Primus est intellectum ber, sed etiam est radix libertatis volunta­ et voluntatem simul ac formaliter compiere tis; nam ex indifferentia iudicii, quod ad libertatem arbitrii, ita ut utraque ex his intellectum spectat, oritur indifferentia elecpptentiis formaliter libera sit in suis actibus tionis, quae pertinet ad voluntatem; ergo et ex utriusque libértate consistat perfecta libertas prior et perfectior est in intellectu, libertas hominis cum suis humanis actibus. nam propter quod unumquodque tale, et Hunc tenuit Durand., In II, dist. 24, q. 3, illud magis. Tandem hinc tacite concludere ubi primum ait intellectum simul cum vo­ videtur Durandus liberum arbitrium formalúntate esse potentiam formaliter liberam ; liter quasi coalescere ex intellectu et volún­ putatque esse sententiam Aristot., IX Me- tate. Unde et a Magistro ibi, et a D. Tho-

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Disputaciones metafísicas

P o r eso el M a e stro , e n el lu g a r citado, y S an to T o m á s, en' I-II, q . 1, a. 1, definen el lib re alb ed río com o la facu ltad de la v o lu n tad y la razón, p u es la co n ju n ció n y no d e b e tom arse e n sentido copulativo, sino colectivo. P o r consi­ g u ien te, la fu n ció n del lib re albedrío n o ra d ic a e n el juicio solo ni en la sola elección, sino e n u n o y o tra sim ultáneam ente. 12. L a libertad no radica formalmente en el entendimiento solo.— L a se­ g u n d a in te rp re ta c ió n p u ed e se r. q u e la lib e rta d s e d a fo rm alm en te en e l en ten d i­ m ien to solo, y n o e n la v o lu n ta d . E sta in te rp re ta c ió n no la 'e n c u e n tro e n n in ­ g ú n a u to r, m as p a re c e q u e p u e d e fu n d am en tarse c o n b a sta n te pro b ab ilid ad en cierta sentencia ad m itid a p o r m u ch o s, a sab er, q u e la v o lu n ta d es d eterm inada ab so lu tam en te a la elección p o r el juicio d e l en te n d im ie n to , d e tal m an era q u e n i p u e d e d e te rm in a rse a eleg ir algo sin d ic h o juicio n i, p u e sto éste, tiene posi­ bilid ad d e d isc re p a r de él o n o adecuarse a él. P o rq u e d e este p rincipio se sigue ab ie rta m e n te , e n p rim e r lu g a r, q u e la p o te n c ia de la v o lu n tad n o es fo r­ m a lm en te lib re. P rim e ro , p o rq u e n u n c a d e p e n d e d e su p o d e r el o b rar y no o b rar, u n a vez p u e sto s todos lo s re q u isito s a n tec ed en tes, seg ú n se explicó antes. E n efecto , u n o d e esos re q u isito s es el ju ic io d e la ra z ó n , p u e sto el cual la vo­ lu n ta d n o tien e p o d e r p a ra n o o b rar, si se h a ju zg ad o q u e d ebe o b rar, o p a ra o b ra r, si se h a ju z g a d o q u e n o d eb e o b rar. E n segundo lu g ar, p o rq u e la vo lu n ­ ta d , e n su d eterm in ació n , se co m p o rta d e u n a m a n e ra pasiva m ás bien q u e ac­ tiv a, ya q u e sigue p o r cie rta n ec e sid a d la m oción d e o tra fa c u lta d ; p ero la lib er­ ta d form al n o p u e d e darse e n u n a p o ten cia e n cu an to m ovida, sino en cuanto se m ueve a sí m ism a, com o se h a dem o strad o . E n te rc e r lu g a r, se aclara con el ejem plo d e la p o te n c ia e jec u tiv a o lo c o m o triz ; p o rq u e ésta p u e d e m over y cesar e n ‘■el m o v im ien to , y p u e d e ta m b ié n realizar este m ovim iento o su contrario, a p esar d e lo cual n o es fo rm a lm e n te lib re , ya q u e n o p u e d e hacer eso com o m o­ viéndose o d e term in án d o se a sí m ism a, sino en c u a n to es m ovida y sigue nece­ sariam ente la m oción de la v o lu n ta d ; lu eg o igual h a b rá q u e decir de la volun­ ta d , p u e sto q u e obedece al ju icio d e l en te n d im ie n to c o n la m ism a necesidad. Y de esta p a rte , d em o strad a del m o d o in d icad o , se sigue necesariam ente la se g u n d a : q u e la lib e rta d rad ica fo rm a lm e n te en e l e n te n d im ie n to p o r lo q u e respecta a

ma, I-II, q. 1, a. 1, definitur liberum arbitrium esse facultatem voluntatis et rationis; ilia enim particula et non copulative, sed collective sumenda est. Unde munus liberj arbitrii non in solo iudicio vel sola electione, sed in utroque simul consistit. 12. Libcrtas non est in solo intellectu formaliter.— Secundus modus dicendi esse potest libertatem esse formaliter in solo in­ tellectu, et non in voluntate. Hunc non invenio apud aliquem auctorem; videtur autem posse satis probabiliter fundari in quadam sententia a multis recepta, nimirum, voluntatem omnino determinari ad electionem a iudicio intellectus, ita u t nec sine illo possit determinari ad aliquid eligendum, neque illo posito possit ab illo discrepare seu non conformari illi. Nam ex hoc principio aperte sequitur, primo, potentiam vo­ luntatis non esse formaliter liberam. Primo, quia nimquam est in potestate eius agere et non agere, positis omnibus requisitis antecedenter, ut superius declaratum est. Unum

enim ex his requisitis est iudicium rationis, quo posito non est in potestate voluntatis aut non agere, si iudicatum est esse agen­ dum, aut agere, si iudicatum est non esse agendum. Secundo, quia voluntas in sua determinatione magis passive quam active se gerii, cum necessitate quadam sequatur motionem alterius facultatis; at formalis libertas non potest esse in potentia ut mota, Bed ut se movente, sicut ostensum est. Tertio, dedaratur exemplo potentiae exsecutivae seu motivae secundum locum; ilia enim et movere potest et cessare a motu, et hunc motum efficere vel contrarium, et tamen non est formaliter libera, quia id non pot­ est quasi se movens seu determinans, sed tamquam mota et necessario sequens motionem voluntatis; ergo idem dicendum erit d t voluntate, cum pari necessitate obsequatur iudicio intellectus. Ex hac autem parte sic probata necessario concluditur altera, ni­ mirum libertatem formaliter esse in intel-

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la p o te sta d d e e m itir ju icio y de n o em itirlo , p u e s d e lo c o n tra rio n o h a b rá lib e rta d fo rm a l e n n in g ú n lu g a r. Y p u e d e ta m b ié n confirm arse esta p a rte con lo s a rg u m e n to s d e D u ra n d o . 13. L a libertad reside formalmente en la voluntad sola.— L a te rc e ra in te r­ p re ta c ió n es q u e la lib e rta d rad ica fo rm a lm e n te e n la v o lu n ta d y n o e n el en ­ te n d im ie n to . L a so stie n e n S an to T o m á s, I , q . 83, a. 3 ; y I - II, q . 13, a. 1, co m ­ p le ta d o con el 6 , e In II, d ist. 2 4 , q . 1, lu g a re s e n q u e d efien d en lo m ism o C a ­ y etan o , C ap réo lo , C o n ra d o y otros to m is ta s ; ta m b ié n e stá n d e acu e rd o R ic a rd o , e n la citada d is t. 2 4 ; y E sco to , d ist. 2 5 , y E n riq u e , Quodl. I , q . 16. P ie n s o q u e e sta o pinión e s c e rtísim a , y q u e d a rá su ficien tem en te p ro b a d a e n c o n tra d e las a n te rio re s si d e m o stra m o s q u e e n el e n te n d im ie n to n o se d a lib e rta d fo rm a l, p o r n o q u e d a r, fu e ra d e la v o lu n ta d , n in g u n a o tra p o te n c ia e n la q u e p u e d a d a rse . Y e sto p u e d e d e m o stra rse d el sig u ien te m o d o : e l e n te n d im ie n to , e n sí m ism o , n o es lib re n i en c u a n to a la especificación n i en c u a n to al ejercicio d e su a c to ; lu e g o n o es lib re d e n in g u n a m an era, p u e s n o es p o sib le p e n sa r o tro m o d o d istin to d e lib e rta d . 14. Se d e m u e s tra la p rim e ra p a rte p o rq u e e l e n te n d im ie n to e stá d e te rm i­ n a d o , p o r su n a tu ra le z a , a ase n tir a la v e rd a d y d is e n tir d e la fa lse d a d ; y si n o h a y e n e l o b je to n in g u n a d e estas d o s ra z o n e s, o el en te n d im ie n to n o la c a p ta , n o p u e d e re a liz a r n in g ú n acto p o rq u e n o p u e d e o b ra r sin o b jeto . S e d ir á q u e e n tr e estos m ie m b ro s cabe u n m e d io , a s a b e r: q u e el e n te n d im ie n to n o vea c la ra m e n te e n e l o b je to la v e rd a d o la falsed ad , p e ro q u e se le p re s e n te d e a lg u n a m a n e ra p o r ra z o n e s p ro b a b le s o p o r te stim o n io d e alg u ien . P o r ta n to , e n ese caso p o d rá el e n te n d im ie n to ser lib re e n c u a n to a la especificación d e s u acto. Se re sp o n d e , e n p rim e r lu g a r, q u e el e n te n d im ie n to n o p u e d e d e te rm in a rse p o r s í m ism o a la esp ecie d e l acto , a n o ser q u e p u e d a d e te rm in a rse ta m b ié n al e jercicio , p o rq u e u n a p o te n c ia n o se d e te rm in a a ta l acto si n o es e jercién d o lo y p o rq u e , seg ú n d ijim o s a rrib a , la lib e rta d se d e sc u b re esencial y p rim a ria m e n te e n el ejercicio d e l a c to ; p o r c o n sig u ien te, s i d e m o stra m o s q u e e l in telecto n o es p o r sí m ism o lib re e n c u a n to al ejercicio d e su a cto , c o n ello re s u lta rá ta m b ié n c la ro q u e , con re sp e c to a tales objetos, n o tie n e lib e rta d fo rm a l d e especificación.

lectu quantum ad potestatem ferendi iudicium et non ferendi iudicium, quia alias áullibi relinquetur formalis libertas. E t pot­ est etiam haec' pars confirman argumentis Durandi. , 13. Libertas in sola volúntate formaliter residet.— Tertius modus dicendi est libertatem esse formaliter in volúntate et non in intellectu. Haec est D. Tfiomae, I, q. 83, a. 3, et I-II, q. 13, a. 1, adiuncto 6, et In II, dist. 24, q. 1, quibus locis idem tenent Caietan., CapreoL, Conrad, et alii thomistae; consentiunt etiam Richard., dicta dist. 24; et Scorns, dist. 25; et Henric., Quodl. I, q. 16. E t hanc sententiam cerneo esse verissimam, quae satis probata erit con­ tra praecedentes si ostenderimus non esse in intellectu formalem libertatem, quia nul­ la potentia praeter voluntatem relinquitur, in qua esse possit. Id autem in hunc modum demonstran potest, quia intellectus se­ cundum se ñeque est liber quoad spedficationem sui actus ñeque quoad exercitium;

ergo nullo modo est liber; neque enim alius modus libertatis excogitari potest. 14. Prior pars probatur, quia intellectus ex natura sua determinants est ut assentJat vero et dissentiat falso; quod si neutra harum rationum in obiecto sit, aut earn ipse non perdpiat, neutrum actum elicere potest, quia non potest absque obiecto operari. Dices inter haec membra dari posse me­ dium, nimirum, quod in obiecto intellectus non dare videat veritatem aut falsitatem, appareat tamen aliquo modo rationibus probabilibus vel testimonio alicuius. Tunc ergo poterit intellectus esse liber quoad specificationem actus. Respondetur, imprimis, non posse intellectum ex se determinari ad speciem actus nisi etiam possit se determinate ad exerdtium, quia potentia non se determinat ad talem actum nisi exercendo ilium, et quia, u t supra diximus, libertas primo et per se cernitur in exercitio actus; si ergo ostenderimus intellectum non esse ex se li­ berum quoad exercitium actus, constabit etiam circa talia obiecta non habere forma­ lem libertatem quoad specificationem.

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15. A dem ás, p u e d e explicarse y dem o strarse a priori p o rq u e , acerca d e ta­ les objetos, así p ro p u esto s, el e n te n d im ie n to p erm an ece p o r sí m ism o com o suspen­ so e in d eterm in ad o , n o precisam en te p o rq u e te n g a p o d e r y dom in io in trín seco d e su acto, sino, ta n sólo p o rq u e el o bjeto n o está aplicado de m an era suficiente p a ra que, en v irtu d del im p u lso n a tu ra l p o r el q u e se in c lin a a la v e rd a d , sea arras­ tra d o hacia él necesariam ente. E n esto se d escu b re la gran d iferen cia existente e n tre la v o lu n ta d y el e n te n d im ie n to ; p o rq u e el e n te n d im ie n to n o p u e d e e sta r d e alguna m an era in d e te rm in a d o acerca de su acto a n o ser p o r causa de u n a im p erfe cta p ro posición d el o b jeto . E n cam bio, la v o lu n tad , incluso acerca d e u n objeto q u e se le p ro p o n e exactam ente, p u e d e q u e d a r in d ife re n te según la capacidad del objeto. P o r esta razó n , en e l e n te n d im ie n to divino n o hay, p ro ­ piam ente, n in g u n a in diferencia en cu a n to al juicio, ya q u e siem pre es u n acto de ciencia evidente y con p e rfe c ta m anifestación d e l objeto, m ie n tra s q u e en la voluntad hay in d ifere n cia con resp ecto a los o bjetos, a u n c u an d o se le p ro p o n ­ gan de m anera perfectísim a. 16. Y u n a ra z ó n m ás a priori p u e d e to m a rse d e la d iv ersid ad e n tre los objetos del en ten d im ien to y los de la v o lu n ta d ; p o rq u e el objeto fo rm al d e l en ten d i­ m ien to es la v e rd a d ; ahora b ie n , en u n m ism o o b je to no p u e d e h a b e r v erd ad y falsedad, ya q u e la v erd ad es esencialm ente in d iv isib le, seg ú n se h a tra ta d o a rrib a , p o r lo cual el en te n d im ie n to , esencialm ente y e n cu an to d ep en d e de los m éritos del objeto, siem pre está d ete rm in a d o a u n a sola cosa en lo concerniente a la especie del a c to ; p o r ta n to , si alg u n a vez n o es d eterm in ad o suficientem ente, sólo se debe a q u e el objeto n o se le p ro p o n e o aparece d e m an era suficiente, p e ro n o al in te rn o p o d e r y d o m in io del m ism o e n te n d im ie n to so b re su acto. E n cam bio, el objeto d e la v o lu n ta d es el b ie n ; y u n m ism o o b jeto p u e d e ser a la vez b u en o y m alo, es d ecir, co n veniente o in co n v en ien te e n o rd e n a cosas d iv er­ sas o bajo diversas razones, p o r lo cual, a u n c u a n d o se dé u n a p e rfe c ta p ro p o ­ sición o u n p e rfe c to conocim iento d el objeto, la p o te n c ia ap etitiv a p u e d e q u ed ar in d ife re n te , en c u a n to a la especificación, p a ra te n d e r hacia ese objeto o rech a­ z a rlo ; p o r consiguiente, la in d ifere n cia de especificación n o se h alla form al y esencialm ente e n el en ten d im ien to , sino en la v o lu n tad .

15. Praeterea,. potest a priori declarari et probari, quia intellectus circa talia ob­ ietta, sic proposita, non ideo manet ex se quasi suspensus et indetertninatus quia habet intrinsecam vim et dominium sui actus, sed solum quia obiectum non est satis ap­ plicatimi ut naturali impetu, quo inclinatur ad veruni, ex necessitate in illud feratur. In quo cernitur magna differentia inter vohmtatem et intellectum, nam intellectus non potest esse aliquo modo indetertninatus cir­ ca suum actum nisi ob imperfectam propositionem obietti. At vero voluntas etiam circa obiectum exacte proposition potest es­ se indifferens iuxta capacitatela obietti. Et hac ratione in intellectu divino nulla est proprie indifferentia quoad iudicium, quia semper est actus scientiae evidens et cum perfetta manifestatione obietti; in voluntate autem est indifferentia respecru obiectorum, etiamsi perfettissime proponantur, 16. Et ratio magis a priori siami potest ex diversitate obiectorum intellectus et yo-

luntatis; narri formale obiectum intellectus est veritas; in eodem autem obietto non possunt esse veritas et falsitas, quia veritas consistit in indivisibili, ut supra trattatimi est, et ideo per se, et quantum est ex me­ ntis obietti, intellectus semper est determinatus ad unum quoad speciem actus; unde, si interdum non satis determinatur, solum est quia obiectum non satis proponitur seu apparet, non véro ex interna vi et dominio ipsius intellectus supra actum suum. Voluntatis autem obiettimi est bonum; potest autem idem obiectum esse si­ mili bonum et malum, seu conveniens ve! disconveniens in ordine ad diversa seu sub diversis rationibus, et ideo, stante perfecta obietti propositione seu cognitione, potest esse potentia appetitiva indifferens quoad spedficationem ad prosequendum vel refutandum tale obiectum; indifferentia ergo quoad spedficationem per se ac formaliter non reperitur in intellectu, sed in volúntate.

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17. L a s e g u n d a 'p a rte acerca de la necesidad d e ejercicio se d e m u e stra p o r­ q u e n in g u n a p o ten cia cuyo acto n o sea intrínsecam ente v o luntario p u e d e ser form alm ente lib re e n cu an to al ejercicio; p e ro el acto intelectual n o es in trín ­ secam ente v o lu n ta rio ; luego el en ten d im ien to n o es u n a p o ten cia fo rm alm en te libre. P ara q u e se en tie n d a el antec ed en te, supongo q u e u n acto p u e d e se r vo­ lu n ta rio en doble se n tid o : p rim ero , extrínsecam ente, p o r denom inación re c ib id a d e l acto de u n a p o ten cia d istin ta q u e m ueve o aplica a o tra p o ten cia en o rd e n a la o p eració n ; así, el an d ar es v o lu n ta rio cuando u n o se m ueve e sp o n tán ea­ m ente. E n u n segundo sentido, u n acto es v o luntario intrínsecam ente y p o r sí m ism o, a la m an era com o es v o luntario el acto de a m o r; en efecto, ¿h ay algo m ás esp o n tán eo q u e am ar? N o o b stan te, hablando en absoluto, n o es vo­ lu n tario p o r d enom inación d e o tro acto, sino p o r sí m ism o. P o rq u e n o es preciso que q u ie n am a q u iera, con u n acto anterior y d istin to , a m a r; y , a u n ­ q u e a veces alguien p u e d a hacer eso según su lib e rta d , sin em bargo es ac­ cidental p a ra e l a m o r voluntario, p o rq u e u n o p u e d e realizar, in m ed iatam en te y sin u n acto an terio r, el am o r; y el m ism o am ar es, in trín secam en te, q u e­ re r el am or. P ero h ay u n a diferencia consistente en q u e , en la p rim e ra m o ­ d alid ad d e vo lu n tario , el acto q u e se dice v o lu n tario p o r den o m in ació n de o tro es objeto y efecto d el m ism o ; o b jeto , ciertam en te, p o rq u e a él tie n d e el acto a n te rio r; efecto, e n cam bio, p o rq u e d ich o acto n o sólo es q u e rid o en calidad de objeto, sino tam b ién causado, al m enos m ediatam ente, en cu an to , en v irtu d d el acto de la v o luntad o d el a p etito , se aplica la potencia in ferio r a la operación. P o r el co n trario , el acto q u e p o r sí m ism o es intrínsecam ente voluntario, n o se com para com o objeto p ro p io o efecto con aquel o tro acto por el q u e es v o lu n tario , ya que es v o luntario p o r sí m ism o y, p ro p iam en te, n o es objeto o efecto d e sí m ism o ; co n siguientem en te, tiene u n objeto dis­ tin to al q u e te n d e r d irectam en te y es efecto d e la poten cia q u e lo realiza, y sólo es voluntario p o r cierta reflexión v irtu a l q u e incluye en sí m ism o ; por eso suele decirse q u e es q u e rid o p o r m odo d e acto, n o p o r m o d o de objeto. 18. E l acto voluntario en sí siempre es realizado por el apetito.— C on ello se entien d e q u e n o p u e d e ser v o luntario in trín secam en te y p o r sí m ism o

17. Altera pars de necessitate quoad exer- quis amorem elicere, et ipsummet amare, citium probatur quia nulla potentia cuius intrinsece est veile amorem. Sed est diffe­ actus non sit intrinsece voluntárius potest rentia, quod in priori modo voluntarii, ac­ esse formaliter libera quoad exercitium; sed tus qui denominatin' voluntarius ab alio est actus intellectus non est intrinsece volunta­ obiectum et effectus eius; obiectum quidem, rais ; ergo intellectus non est potentia for­ quia in ipsum tendit prior actus; effectus maliter libera. U t intelligatur antecedens, autem, quia tabs actus non solum est volisuppono duobus modis posse actum esse vo- tus ut obiectum, sed etiam causatus, saltern luntarium: primo extrinsece, per denomina- mediate, quatenus ex vi actus voluntatis vel tionem ab actu alteráis potentiae moventis appetitus applicatur inferior potentia ad opsseu applicanti aliam potentiam ad opus, randum. At vero actus qui per seipsum est quomodo deambulatio est voluntaria quando intrinsece voluntarius non comparatur ut proprium obiectum vel effectus ad ilium quis sponte sua se movet. Secundo modo, est aliquis actus voluntárius intrinsece et actum quo est voluntarius, quia est yoluntarius seipso, et non est proprie obiectum per seipsum, ut actus amoris voluntárius est; quid enim magis spontaneum quam vel effectus sui ipsius; habet ergo abud ob­ amare? Et tarnen, per se loquendo, non est iectum in quod directe tendat, et est effec­ tus potentiae a qua ebcitur, et sojum per voluntárius per denominationem ab alio ac­ quamdam virtualem reflexionem, quam in tu, sed per seipsum. Non enim est necesse ut qui amat priori et distincto actu velit se includit, est voluntarius; unde did solet amare; et quamvis interdum aliquis pro li­ volitus per modum actus, non per modum bértate sua id facere possit, tarnen est ac- obiecti. 18. Actus in se voluntarius semper est cidentarium ad voluntarium amorem; im­ elicitus ab appetitu.— Ex quo intelligitur mediate enim et absque priori actu potest

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n in g ú n a c to sin o aquel q u e es realizado p o r la p o ten cia ' apetitiva. • Se de­ m uestra, p o rq u e e l voluntario en sentido p ro p io , e n cu an to se distingue del connatural, pro v ien e form alm ente d e alg ú n acto elícito del apetito vital; y así, en la prim era m odalidad d e voluntario, el acto q u e se dice voluntario extrinser cam ente recibe esa denom inación d e alg ú n acto realizado p o r algún apetito vital, que lo im p e ra ; luego, com o el acto q u e es v o lu n tario p o r sí m ism o no recibe esta denom inación de otro acto realizado p o r el a p etito , necesariam ente debe ser llevado a cabo p o r el apetito vital. Y p u e d e explicarse p o r 'l a m ism a razón y m odo de tal a c to ; pues el acto realizado p o r la v o lu n tad se despliega a m anera de tendencia in trín seca y esp o n tán ea y d e inclinación al objeto, por lo cual esa tendencia es ta m b ién espontánea p o r sí m ism a; p e ro este m o d o de tendencia es p ró p io d e la p o ten cia ap etitiv a; lu e g o tam b ién es p ro p io de ella el que su acto sea in trín secam en te voluntario p o r sí m isin o ; co n siguientem ente, como el enten­ dim iento no es u n a p o ten cia apetitiva, es claro q u e su acto n o es intrínseca­ m en te voluntario p o r sí m ism o ; y é sta era la seg u n d a p a rte del antecedente que se asumió.. 19. C on resp ecto a la p rim e ra p a rte — q u e sólo p u e d e ser libre en cuanto al ejercicio aquella p o ten cia cuyo acto es in trín secam en te voluntario— , se ex­ plica com o sig u e : el ejercicio del acto, o (lo q u e es igual) la determ inación de la potencia a o b ra r, d eb e ser o n a tu ra l p o r el solo im p u lso d e la naturaleza o vo­ lu n taria p o r la inclinación elícita d el operante. Y n o es posible entender otra razón p o r la q u e u n a causa p ase a la operación sino p o rq u e tiene tal naturaleza determ inada p o r sí m ism a a esa operación, o p o rq u e q uiere y apetece dicha ope­ ración. P ero la. p o ten cia lib re e n cu a n to al ejercicio n o es determ inada a la ope­ ración p o r el solo im p u lso n a tu r a l; luego h a d e ser determ in ad a voluntariam en­ te ; p o r tan to , o es d e te rm in a d a ex trín sec am en te p o r el voluntario que realiza otra p o tencia, y en tonces n o será u n a p o te n c ia lib re form alm ente, sino im perativa­ m en te, ya q u e n o se m u ev e a sí m ism a e n cu a n to al ejercicio, sino que es mo­ vida y d eterm in ad a p o r o tr o ; o es d e te rm in a d a p o r el voluntario intrínseco, y en ese casoi es preciso q u e d ic h a p o te n c ia sea a p e titiv a ; luego, para que una po-

nullum actum posse esse intrinsece et per seipsum voluntarium, nisi ille qui est elicitus a potentia appetitiva. Probatur, quia proprium voluntarium, ut distinguitur a con­ naturali, formaliter provenit ab aliquo actu elicito ab appetitu vitali, et ita in priori modo voluntarii actus ille qui extrinsece didtur voluntarnos earn denominationem recipit ab aliquo actu elicito ab aliquo appetitu vitali, a quo imperatur; ergo actus qui per seipsum est voluntarais, cum non recipiat hanc denominationem ab alio actu eli­ cito ab appetitu, necessario debet esse elicitus ab appetitu vitali. Et ex ipsa ratione et modo talis actus potest etiam reddi ra­ tio; nam actus elicitus a volúntate est per modum intrinsecae et spontaneae tendentiae et inclinationis in obiectum, et ideo ta­ lis tendentia seipsa etiam est spontanea; hic autem modus tendentiae est proprius appetitivae potentiae; ergo est etiam illius proprium quod actus eius sit per seipsum intrinsece voluntarius; cum ergo intellèctus non sit potentia appetens, constat actum eius non esse per seipsum intrinsece vólun-

tarium, quae erat posterior pars anteceden­ t s assumpti. 19. Prior vero pars, sdlicet solam illam potentiam esse posse liberata quoad exercitium cuius actus est intrinsece volunta­ rius, declarator in hunc modum, quia exercitium actus, seu (quod idem est) determi­ n a te potentiae ad operandum, esse debet aut naturalis ex solo impetu naturae aut volontaria ex inclinatione eticità operands.. Neque enim intelligi potest alia ratio ob quam causa aliqua exeat in aliquod opus, nisi vel quia est talis naturae ex se determinatae ad illud opus vel quia vult et ap­ petti talem operationem. Sed potentia libera quoad exercitium non determinano: ad opus ex solo impeto naturae; ergo est determinanda voluntarie; ergo aut extrinsece per voluntarium elicitom ab alia potentia, et sic non erti potentia formaliter libera, sed imperative, quia ipsa non se movet quoad exercitium, sed movetur et determinate ab alio. Vel per voluntarium intrinsecum, et sic neccsse est ut talis potentia sit appeti­ tiva; ergo, u t potentia aliqua sit formaliter ;

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ten cia sea form alm ente lib re e n cuanto al ejercicio, es decir, capaz de d e te rm i­ n a rse a sí m ism a a ejercer u n acto lib re, es necesario que sea u n a p o ten cia q u e o b re voluntariam ente d e m an era in trín seca m ed ian te su a cto ; luego, n o siendo el e n te n d im ien to u n a p o te n c ia d e esa clase, com o es evidente de suyo, se con­ cluye legítim am ente q u e n o es u n a p o ten cia form alm ente lib re en el ejercicio d e su acto:

]20. E sto p u e d e confirm arse, en p rim e r lu g ar, p o r e l co m ú n m odo d e p e n ­ sar y d e h ab lar d e to d o s los h o m b re s; p u e s, com o el h om bre p u ed e considerar esta cosa o la o tra , si a alg u n o se le p re g u n ta p o r q u é se d edica a la considera­ ció n de esta cosa m ás b ie n q u e a la de otra, contestará q u e lo hace p o rq u e q u ie ­ r e ; m ás a ú n : el q u e cree lo q u e n o ve claram ente, lo cree p o rq u e q u iere, con v o lu n ta d dirigida p o r la ra z ó n si cree p ru d e n te m e n te ; p o r eso dicen los teólogos q u e creer es m erito rio y dep en d e d e u n afecto piadoso de la v o lu n ta d ; luego es indicio de q u e el e n ten d im ien to n u n c a se d eterm in a lib rem en te a u n a d e las dos p a rte s sino m ed ian te la v o lu n ta d ; luego él n o es form alm ente lib re e n sí m ism o. Se confirm a, p o r ú ltim o , p u es cu an d o el acto o ejercicio d el acto in te ­ lec tu a l n o se realiza p o r n ecesid ad n a tu ra l, el h o m b re n o p u ed e adoptarlo o p re ­ fe rirlo a la carencia de ta l acto o ejercicio si n o es m ed ian te cierta elección, en v irtu d d e la cu al esto se .p re fie re a aq u ello ; pero la elección es u n acto d e la v o lu n ta d ; luego la d eterm in ació n d e la potencia en o rd e n al ejercicio d el acto siem pre tiene lu g a r e n v irtu d del im perio o m oción de la v o luntad q u e elige, y así to d a la lib e rta d d e d ich o acto p ro ced e form alm ente de la volu n tad v no del en tendim iento. Y lo m ism o se concluye, con m ayor razón, cuando la elección no versa únicam ente sobre el ejercicio d e l acto intelectual, sino tam bién so b re su especie, com o c u an d o a lg u ien elige creer firm em ente m ás bien que n o c re e r o d u d a r; p o rq u e es preciso q u e esto se lleve a cabo p o r la volu n tad que d e te r­ m ina al en ten d im ien to , com o dijo acertadam ente S an to T om ás en II-II, q . 2, a. 1, ad 3. 21. E l uso de razón es la raíz de la libertad.— A sí, pues, con la d em o stra­ ción d e esta p a rte q u e d a , e n p rim e r lu g ar, suficientem ente refu tad a la opinión de D u ra n d o ; en efecto, si el entendim iento n o es form alm ente lib re, el lib re albedrío n o p u e d e co n sistir form alm ente en el c o n ju n to o agregado de am bas libera quoad exerdtium, id est, potens seipsam determinare ad exercendum actum li­ berum, necesse est ut' sit potentia intrinsece voluntarie operans per'suum actum; cum ergo intellectus non sit tabs potentia, ut per se constat, recte concluditur ipsum non esse potentiam formaliter liberam in exercitio sui actus. 20. Quod quidem confirmari potest pri­ mo ex communi modo sentiendi et loquendi omnium hominum; cum enim possit homo de hac re vel illa considerare, si quis interrogetur cur potius in huius rei consideratione quam alterius occupetur, respondebit id facere quia vult; immo et qui credit ea quae non manifeste videt, credit quia vult voluntate ratione regulata, si prudenter cre­ dit; et ideo dicunt theologi credere esse meritorium et pendere ex pia affectione vo­ luntatis; ergo signum est intellectum nunquam libere determinati ad alterutram par­ tem nisi per voluntatem; ergo non est ipse in se formaliter liber. Et confi m u nir tan-

dem, nam quando actus seu exerdtium ac­ tus intellectus non habetur ex necessitate naturae, non potest ab homine assumi seu praeferri carentiae talis actus seu exerdtii nisi per quamdam electionem qua hoc praefertur alteri; sed electio est actus volunta­ tis; ergo determinado potentìae ad exercitium actus semper est per imperium seu motionem voluntatis eligentis, atque ita tota libertas talis actus est formaliter ex volun­ tate et non ex intellectu. Idemque maiori ratione concluditur quando electio non so­ lum est de exerdtio actus intellectus, sed etiam de spede eius, ut. cum quis eligit cre­ dere firmiter potius quam discredere vel du­ bitare ; illud enim necesse est fieri per vo­ luntatem determinantem intellectum, ut rec­ te dixit D. Thom., II-II, q. 2, a. 1, ad 3. 21. Rationis usus radix est libertatis.— Ex probatione igitur huius partis relinquitur imprimís satis improbata opimo Di¡ran­ eli ; nam, si intellectus non est formaliter liber, non potest liberum arbitrium forma-

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potencias — entendim iento y v o lu n ta d — . Y dig o formalmente p o rq u e , ra d ic a lm e n ­ te , el entendim iento o ra z ó n p erte n e c e al lib re alb ed río . Y e n este s e n tid o se h a d ic h o que el lib re albedrío es la fa c u lta d d e la v o lu n ta d y la ra z ó n . P o rq u e es. d e la voluntad form alm ente, y d e la ra z ó n p re su p o sitiv a o ra d ic a lm e n te . Y n o es necesario d isc u tir con E scoto, E n riq u e y otros, q u e niegan q u e d e b a llam arse a la razón raíz d e la lib e rta d , sino sólo condición necesaria p a ra la lib e rta d ; p o r­ q u e parece q u e estos au to res se p re o c u p a n d e la m a n e ra d e h a b la r m á s q u e d e la doctrina. P u es, com o el co nocim iento es sólo u n a condición n ecesaria, p revia a la volición, p o r eso ú n icam en te q u ie re n d a r al m o d o del co nocim iento el n o m ­ b re de condición necesaria p a ra el m o d o d e la volición, q u e consiste e n la lib e r­ ta d . P ero p u e d e decirse m u y b ie n q u e la raíz d e la lib e rta d es el u so de la ra ­ z ó n o inteligencia; p o rque, si hab lam o s d e las po ten cias m ism as, las potencias apetitivas siguen a las cognoscitivas, d e m an era q u e , a u n c u an d o la ra íz d e éstas sea el alm a, sin em bargo, in m e d ia ta m e n te es ra íz d e la p o te n c ia cognoscitiva, y m ed ian te ella de la ap etitiv a; d e esta m an era, el a p e tito m ás p e rfe c to rad ica p ró ­ xim am ente en la potencia cognoscitiva m ás p e rfe c ta ; luego ta m b ié n e sta p erfec­ ció n form al d e la lib ertad p ro c e d e d e la p erfecció n d e e n te n d e r o d e razonar. P o r tanto, así com o u n a p asió n es raíz d e o tra , a sí ta m b ié n se d irá q u e la lib e r­ ta d de la v o lu n ta d radica e n la in telig en cia d e la razó n . Y la m ism a p ro p o rció n se d a en tre los actos, p u e sto q u e , así com o h a y u n o rd e n esencial e n tre las p o ­ tencias, igu alm en te lo h ay e n tre su s a c to s ; y p o rq u e m o ralm en te aq u élla es u n a causalidad per se, pero e l fu n d a m e n to d e to d o el o rd e n m o ral es la lib e rta d , p o r eso tam bién la indiferencia e n los actos d e la v o lu n ta d p ro v ie n e d e l juicio de la razó n , com o enseña con acie rto S an to T o m á s , en I , q . 83, a. 1, y en o tro s lu g ares antes citados, a q u ie n siguen los to m ista s en lo s m ism os p a sa je s; y Sem­ a n a s , Iavello y otros, en IX Metaph. 22. U nicam e n te conviene o b serv ar q u e los au to res aludidos d ic e n m uchas veces que la indiferencia del acto v o lu n tario n ace de la in d ifere n cia d el juicio de lá ra z ó n ; y en esa expresión d e b e e v itarse la e q u iv o cid ad del té rm in o indiferen­ cia; p o rq u e, atrib u id o a la v o lu n ta d , e n la p o te n c ia m ism a significa la lib ertad

liter consistere in collectione seu aggregato utriusque potentiae, intellectus et voluntatis. Dico autem fármaliter, nam radicaliter pertinet intellectus seu ratio ad liberum arbitrium. Quo sensu dictum est liberum arbitrium esse facultatem voluntatis et rationis. Est enim voluntatis formaliter, rationis autem praesuppositive seu radicaliter. Ñe­ que oportet cum Scoto, Henrico, et aliis disputare, qui negant rationem esse dicendam radicem libertaos, sed solum conditionem necessariam ad libertatem; nam hi auctores videntur de modo loquendi magis quam de re contendere. Nam, quia cognitio solum est necessaria conditio, praevia ad volitionem, ideo modum cognitionis solum appcllare volunt conditionem necessariam ad modum voííHonis, qui in libértate con­ sistió Oprime tamen dici potest radicem libertatis esse rationis seu intelligentiae usum; nam, si de potentiis ipsis loquamur, potentiae appetítivae sequuntur .cognosciti­ vas, ita ut, licet radix earum sit anima, immedíate tamen est radix potentiae cognoscitivae, et mediante illa appetítivae; et ita

perfectior appetitus radicatur proxime. in perfection potentia cognoscente; ergo etiam haec perfectio formälis libertatis oritur ex perfecrione intelligendi seu ratiocinandi. Sicu t ergo una passio est radix alterius, ita libertas voluntatis dicetur radicari in intelligentia rationis. Et eadem est proportio in­ ter actus, quia, sicut est ordo per se inter potentias, ita inter actus earum; et quia moraliter illa est causalitas per se, fundamentum autem torius esse moralis est tibertas, igitur etiam indifferentia in acribus voluntatis provenit ex iudicio rationis, ut recte docet D. Thomas, I, q. 83, a. 1, ct aliis locis supra citaris, quem thomistae eisdem locis sequuntur; et Sonc., Iavell., et alii, IX Metaph. 22. Solum oportet observare dittos auc­ tores saepe dicere indifferentiam actus vo­ luntatis oriri ex indifferentia iudidi rationis, in qua locutione cavenda est aequivocatio vocis indifferentiae; nam attributa volontari, in ipsa potentia significai formalem^ liber­ tatem seu potentiam ad utrumlibet; in actu

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fo rm al o p o d e r p a ra u n a u o tra cosa, m ien tras q u e e n su acto significa la inm e­ d ia ta relación a la p o ten cia q u e realiza e l acto, c o n p o testad próxim a p a ra su opuesto. P o r eso, si se afirm a en el m ism o sentido q u e la indiferencia d e l acto d e la volu n tad p ro c e d e d e la indiferencia d e l juicio, la sentencia n o es cierta, p o rq u e e n el juicio, e n cu an to precede a la v o lu n ta d , n o p u ed e darse e sta in d i­ ferencia form al, seg ú n se h a d em ostrado. C onsiguientem ente, d ebe to m arse en sentido d istin to la in d ifere n cia que se a trib u y e al juicio com o raíz de la lib e rta d , y p u e d e llam arse in d ifere n cia n o form al, sino o b je tiv a ; p u es, com o el ju icio de la razó n , a causa d e su p erfecció n y a m p litu d , p ro p o n e en el objeto varias razo ­ n e s d e conveniencia o disconveniencia y, de m an era sem ejante, n o siem pre p ro ­ pone u n m edio com o necesario, sino com o in d ife re n te , ya q u e , adem ás d e d is­ c e rn ir su grado d e u tilid a d y dificu ltad , al m ism o tiem p o d escu b re o p ro p o n e otros m edios, p o r eso es fu n d a m e n to d e la elección lib re de la v o lu n tad . P e ro q u e e n el juicio n o se d a o tra indiferencia o lib e rta d necesaria re su lta suficien­ tem ente claro p o r lo dich o arrib a c o n tra la o pinión d e H erveo. Y se p a te n tiz a fácilm ente e n la lib e rta d d iv in a ; p o rq u e , p re su p u e sta la sola ciencia n a tu ra l de. todos lo s objetos p o sibles, la v o lu n ta d d iv in a q u iere lib rem en te este o aq u el ob­ jeto fu era de sí p o r la sola indiferencia o n o n ecesid ad d e los objetos, in d ife re n ­ cia o no n ecesid ad q u e en tien d e clarísim a y n ecesariam ente e n v irtu d d e su ciencia n atural. 23. A sí se h a d a d o cu m p lid a re sp u e sta a todos los fundam entos de D u ra n ­ d o ; p o rq u e ser p o ten cia fo rm alm en te lib re n o es lo m ism o q u e ser p o ten cia ra ­ cional, n i es algo q u e acom pañe necesariam en te a aquello, sino q u e ú n ic a m e n te acom paña a la p o ten cia ap etitiv a ra cio n al; p o r lo q u e hace a la p o ten cia racio n al en cu an to tal, sólo es consecuencia de ella el ser lib re form al o radicalm ente. Y en este sentido h a y q u e e n te n d e r a A ristóteles en IX d e la Metafísica, d o n d e h a ­ bla in d istin ta m e n te d e las potencias racionales a m a n e ra d e u n a sola cosa, y ú n i­ cam ente p re te n d e en señar q u e en la p a rte racio n al q u e denom inam os m en te h ay indiferencia e n e l o b ra r ; p e ro cóm o c o n c u rra a esta indiferencia cada u n a de las potencias d e esa p a rte su p erio r, n o lo tra ta , p e ro lo hem os explicado nos­ otros.

vero eius significat immediatam habitudinem ad potentiam elicientem actum, cum proxima potestate ad opposition. Unde, si in eodem sensu cheatin' indifferentia actus vo­ luntatis oriri ex indifferentia iudicii, non est vera sententia, quia in iudicio, ut antecedit voluntatem, non potest esse haec formalis indifferentia, ut demonstration est. Aliter ergo sumenda est indifferentia attributa iu­ dicio ut radici libertatis, et potest dici in­ differentia non formalis sed obiectiva-; nam quia iudicium rationis propter suam perfectionem et amplitudinem proponit in obiecto varias rationes convenientiae vel disconvenientiae, et similiter proponit medium non semper ut necessarium, sed ut indifferens, quia et discemit gradum utilitatis et difficultatis eius, et simul invenit vel pro­ ponit alia media, ideo fundamentum est liberae electionis voluntatis. Quod autem in iudicio non sit alia indifferentia vel libertas necessaria, satis constat ex dictis supra con­ tra opinionem Hervaei. Et patet facile in libertate divina; nam, praesupposita sola

naturali scientia obiectorum omnium possibilium, voluntas divina libere vult hoc vel illud extra se, propter solam indifferentiam vel non necessitatem obiectorum, quam per naturalem scientiam datissime et necessario intelligit. 23. Atque ita satisfammi est omnibus fundamentis Durandi; nam esse potentiam formaliter liberam non est idem quod esse potentiam rationalem, nec necessario illud concomitans, sed solum comitatur potentiam appetitivam rationalem; ad potentiam autem rationalem ut sic solum consequitur quod sit libera formaliter aut radicaliter. Et hoc modo intelligendus est Aristoteles, IX Metaph., ubi indistincte loquitur de potentiis rationalibus per modum unius, solumque intendit docere in parte rationali quam mentem appellamus esse indifferentiam in ope­ rando; quomodo autem ad hanc indifferen­ tiam concurrant singulae potentiae illius partis superioris non tractat, a nobis autem dedaratum est. 25

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Disputaciones metafísicas

2 4 . E n se g u n d o té rm in o , p o r la dem o strac ió n d e la m ism a p a rte q u e d a re ­ ch azad a la se g u n d a op in ió n , q u e negaba la lib e rta d form al e n la v o lu n ta d ; p u es si la lib e rta d fo rm a l n o se d a e n el en ten d im ien to , seg ú n se h a p ro b a d o , es p re ­ ciso q u e e sté en la v o lu n ta d , y a q u e d e lo co n trario n o estaría e n n in g ú n sitio. A de­ m ás, d ic h a sen ten cia es p o r sí m ism a m u y im p ro b a b le y ajena a c u a lq u ie r o p in ió n h u m a n a , p o rq u e to d o s p ie n s a n q u e e l h o m b re es lib re p o r el h ech o d e q u e , s i . q u ie re , o b ra, y si q u ie re , d e ja d e o b ra r. P o r eso, ta m b ié n la S ag rad a E sc ritu ra a trib u y e esta p o te s ta d d e in d ife re n c ia e n g ra d o m áx im o a la v o lu n ta d , I C o r., 7 : No teniendo necesidad, sino dominio de su voluntad, e ig u alm en te p o r eso to d a b o n d a d y m alicia, y to d a ra z ó n d e p re m io o castigo se c o n sid era q u e está e n la v o lu n ta d , com o e n señ an c o n m a y o r a m p litu d lo s teólogos. Y c o n to d a clarid ad el- C oncilio d e T re n to , ses. V I, c. 5 , h a b ie n d o en señ ad o q u e cae bajo el p o d e r d e l h o m b re el c o o p erar con la g racia o re s is tir a ella, d ecla ra ex p re sa m e n te q u e el h o m b re h ace eso por su voluntad libre, ya sola, si resiste, y a a y u d ad a p o r la g racia d e D ios, si coopera. Y , finalm ente, p o r e sta ra z ó n los P a d re s a n tig u o s lla­ m a n m u ch as veces al lib re a lb e d río voluntad libre, según p u e d e verse en S an A g u stín , lib. H I De lib. a r b ., c. 1 y s s .; y en D am ascen o , lib . I I De fide, c. 2 5 ; y h a y ta m b ié n ocasiones e n q u e lo lla m a n lib re a lb e d río d e la v o lu n ta d , com o es p a te n te en S an A g u stín , De Civitate Dei, lib . V , c. 9, y e n S a n A m brosio, lib . I I De fide, c. 3. 2 5 . Y con e s ta p a rte — q u e la v o lu n ta d e s fo rm a lm e n te lib re — p u e d e con­ firm arse la -o tra , a saber, q u e el e n te n d im e n to n o es fo rm a lm e n te lib re , y a q u e n o d e b e n establecerse e n el h o m b re actos re a liz a d o s p o r d o s p o te n c ia s q u e sean lib re s p o r sí m ism o s ú n ic a m e n te e n v ir tu d d e las relacio n es a su s p o ten cias, p u e s d e lo co n trario se d a ría u n d o b le d e so rd e n m o ra l e n tales acto s d el e n te n d im ie n to y d e la v o lu n tad . E fectiv am en te, e n se g u id a q u e e l e n te n d im ie n to juzgase que este o b jeto m alo p o d ía e leg irse , e n este a c to c o n sid e ra d o p re c isiv a m e n te y c o n an te­ rio rid a d a o tro co n se n tim ie n to d e la v o lu n ta d h a b ría m alicia, p o rq u e de suyo es o p u e sto a la ra z ó n y ,-p o r o tra p a rte , es fo rm a lm e n te lib re . A d e m á s, en la elec­ ción d e ta l o b jeto h a b ría u n a n u e v a m a lic ia , y a q u e d ic h a elec ció n es u n n u ev o acto lib re q u e el h o m b re p o d ría e v ita r y q u e v e rs a so b re u n o b je to co n trario a

24. Secundo ex probatione eiusdem par­ tis improbata relinq'uitur secunda sententia, quae formalem libertatem in voluntate negabat; nam, si formalis libertas non est in intellectu, ut ostensum est, necesse est u t sit in voluntate, alias nullibi esset. Deinde est per sese valde improbabiiis illa senten­ tia et aliena ab omni hominum sensu; omnes enim censent hominem esse liberum, quia si vult, operatur, et si vult, cessât. Unde edam Scriptum sacra hanc potestatem indifferentem maxime attribuit voluntati, I ad Cor. 7 : Non habens necessitatem, sed potestatem habens suae voluntatis, et ideo edam omnis bonitas et malitia, omnisque ratio praemii aut poenae in voluntate esse censetur, ut latius theologi tradunt. Ac diserte Concilium Tridentinum, sess. VI, c. 5, cum docuisset esse in potestate ho­ minis libere cooperari vel resistere gratiae, expresse déclarât id facere hominem libera sua voluntate, vel sola, si résistât, vel ad­ dita Dei grada, si cooperetur. ’Ac denique andqui Patres hac radone liberum ipsum

arbitrium saepe nominant liberam voluntatem, u t videre est in August., lib. II I de Lib. arb., c. 1 et seq.; et in Damas., lib. II de Fide, c. 25; interdum vero vocant libe­ rum voluntatis arbitrium, u t patet apud Au­ gust., lib. V de Civit., c. 9; et Ambr., lib. II de Fide, c. 3. 25. Atque ex hac parte, quod voluntas sit formaliter libera, potest confirmari alte­ ra, quod, scilicet, intellectus non sit for­ maliter liber, quia non sunt ponendi in homine actus eliciti a duabus potentiis per se liberi ex solis habitudinibus ad suas potentias, alias duplex inordinatio moralis esset in huiusmodi acdbus intellectus et volun­ tatis. Itaque, statim ac intellectus iudicaret hoc obiectum pravum esse eligibile, in hoc actu praecise sumpto et ante alium consensum voluntatis esset malitia, quia de se est rationi dissonus,' et alioqui est formaliter liber. Rursus in electione talis obiecti es­ set nova malitia, quia ille est novus actus liber, quem homo vitare posset, et de obiecto rationi contrario. Quod si, stante illo

Disputación X IX .— Sección VI

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la razón. Y en el caso d e q u e, m anteniéndose aquel juicio, todavía n o consin­ tiese la v o lu n tad , con to d o , el h o m b re sería digno de rep ren sió n p o r ra z ó n de tal juicio, n o p o r razó n d e alguna v o lu n ta d an terio r, form al o v irtu a l, sino p re ­ cisam ente a causa d e la lib e rta d del en ten d im ien to . Y p o r la m ism a ra z ó n la inconsideración o el e rro r podría ser culp ab le desde el p u n to de vista d e l en­ tendim iento solo sin in terv en ció n d e la v o lu n tad , cosas todas q u e son ab su rd as, pues no hay n ad a m ás contradictorio q u e la existencia del pecado sin lo volu n ta­ rio. C onsiguientem ente,' así com o en el h o m b re n o se da o tra b o n d ad o m alicia m o ral d e carácter form al, a n o ser la q u e p rocede d e la v oluntad, así tam poco s e ' d a otra p o ten cia fo rm alm en te lib re fu e ra de la v oluntad. Y esto n o atenta c o n tra la perfección d e l en ten d im ien to , ya q u e e n absoluto constituye m ayor perfección el ser regla d e la v oluntad, y e s incom patible con esa perfección la lib ertad rad icad a form alm en te en la m ism a potencia, n o sólo p o rq u e la re g la d ebe ser cierta y d e suyo in m u ta b le , sino ta m b ié n p o rq u e aquella operación q u e es regla n o lo e s .p o r u n a inclinación y te n d en c ia a la cosa regulada, sino p o r cierta adecuación a ella, adecuación q u e n o es in d ifere n te, sino cierta y d e te rm in a d a ; pero la v o lu n tad , q u e es com o ciega, necesita la reg la o dirección del e n te n d i­ m ie n to ; ahora b ie n , com o tien d e a su o b jeto p o r u n a inclinación vo lu n taria p e r­ fecta, es capaz d e lib e rta d ; y en' esto p u e d e aventajar relativam ente al e n te n d i­ m iento, a u n q u e ab so lu tam en te sea in ferio r e n perfección.

S E C C I O N

VI

M odalidad de la determinación de la causa libre por el juicio de la razón 1. Primera opinión.— S in em bargo, todavía n o s falta resp o n d er a la dificul­ tad p ro p u esta en favo r d e la segunda opinión, q u e está exigiendo u n a cuestión distinta, a saber, d e q u é m odo es d eterm in ad a la v o lu n ta d p o r la razón cuando quiere librem ente. A este respecto, los discípulos d e Santo T o m á s antes citados, y otros m ás m o d ern o s, m an tien en con to d a decisión q u e la v o luntad n o p u ed e ser determ in ad a al acto lib re si n o p recede e n el e n te n d im ie n to u n juicio p rá c ­ tico definido o, seg ú n d ic e n otros, u n im p erio en v irtu d d el cual, aq u í y ahora,

iudicio, adhuc voluntas non consentiret, nihilominus homo dignus esset reprehensione ratione talis iudicii, non ratione alicuius vo­ luntatis prions, formalis aut virtualis, sed praecise ob Übeltätern intellectus. Eademque ratione inconsiderado aut error pos­ set esse culpabiüs ratione soüus intellectus absque intervenni voluntatis, quae omnia sunt absurda, cum nihil magia repugnet quam esse peccatum absque voluntario. Sicut ergo non est in homine aha formalis bonitas vel maUda moralis nisi quae a volúntate pro­ venu, ita ñeque est alia potentía formaUter libera praeter voluntatem. Ñeque hoc est contra perfectionem intellectus, quia simpli­ citer maior perfectio est esse regulara volun­ tatis, cui perfectioni répugnât übertas formaüter in eadem potentia, tum quia regula debet esse certa et de se immutabiUs, tum edam quia illa operado quae est regula non est per inclinadonem et tendentiam in rem regulatam, sed per quamdam commensurationem ad illam, quae commensurado non

est indifferens, sed certa et determinata; voluntas autem, quia est quasi caeca, indiget regula aut directione intellectus; quia vero tendit in suum obiectum per volunta­ rism inclinadonem perfectam, capax est libertatis; et in hoc potest secundum quid excedere intellectum, quamvis simpliciter sit in perfectione inferior. SECTIO VI Q uom odo

causa

A

l ib e r a

d e t e r m in e tu r

IU D IC IO RATIONIS

1. Prima sententia .— Superest tamen respondeamus ad difficultatem in lavorerà secundae sentenriae propositam, quae aliam quaesdonem postulai, quomodo, scilicet, vo­ luntas, dum libere vult, a radone determi­ netur. In qua discipuli D. Thomae supra citad, et alii recendorés, omnino contendunt non posse voluntatem determinati ad libe­ rum actum nisi praecedat in intellectu de­ finitimi indicium practicum vel, ut alii lo-

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Disputaciones metafísicas

ponderadas to d as las c ircu n sta n cias, p ro fiera u n a sen ten cia definida d e q u e el h o m b re debe eleg ir esto, o lleve a cabo u n im p u lso q u e se exprese c o n la fó r­ m u la haz esto. E l fu n d a m e n to p u e d e e sta r en q u e la v o lu n ta d n o tie n e p o sib i­ lid a d de ser a tra íd a sino h acia u n objeto co nocido y p ro p u e sto p o r la razón, p u e sto q u e es u n ap etito rac io n a l, com o co n sta p o r el lib. I I I d e la Etica, c. 2 ; co n siguientem ente, m ie n tra s la ra z ó n n o ju z g u e d e m an era d e te rm in a d a lo q u e d eb e elegirse, la v o lu n ta d n o p u e d e e le g ir; d e lo c o n tra rio , te n d e ría a u n objeto desconocido, ya q u e n o se d a conocim iento v e rd a d e ro sin ju ic io ; p u e s m ed ian te la sim ple a p reh en sió n to d av ía n o se conoce si u n a cosa es ta l o n o lo e s ; luego, inv ersam e n te, c u a n d o se d a el ju icio definido «esto d eb e elegirse», la v o lu n ta d n o p u e d e d ejar d e elegir, p u e s d e n o ser así ta m b ié n en to n ce s se d ejaría llevar sin ra z ó n , y fo rm alm en te, o al m enos v irtu a lm e n te , sería a rra stra d a a lo -d e sc o ­ n o cid o p o rq u e , al n o elegir, rech aza ese objeto con u n a c to fo rm al o v irtu a l, o b ie n n o q u ie re a d o p ta r ta l m ed io sin n in g u n a ra z ó n o ju ic io ; p o r c o n sig u ien te, es c o n tra d ic to rio q u e la v o lu n ta d o bre así. Q u iz á p o r eso d ijo S an B ern ard o , lib. De grat. et libero arbit., q u e la v o lu n ta d e stá siem pre em p a re n ta d a con la ra z ó n , p u e s, a u n q u e n o sie m p re se m u ev a p o r la ra z ó n , n u n ca, e m p e ro , se m u e ­ ve sin ella. 2. Segunda opinión.— P e ro esta o pinión n o ag rad a a E n riq u e , n i a E scoto y sus d iscíp u lo s, com o re s u lta claro p o r los lu g a re s citados y p o r A n to n io A n­ d ré s , I X Metaph., q . 2. Y en v e rd a d , la ra z ó n in sin u ad a e n la sección' an terio r, al e x p o n e r la se g u n d a sen ten cia, es irre b a tib le , a m i ju ic io ; p o rq u e , si aq u el ju i­ cio d e la ra z ó n se p reex ig e d e ta l m an era p a ra o b ra r q u e, e n su g én ero , es causa n e c e sa ria p a r a e l acto lib re d e la v o lu n ta d , y p u e sto tal ju icio la v o lu n ta d n o p u e d e d e ja r d e c o n se n tir e n él, en to n ce s la v o lu n ta d n o es u n a p o te n c ia ta l q u e, p u e sto s a b so lu ta m e n te to d o s lo s p re rre q u isito s p a ra la operación, p u e d a q u e re r y n o q u e r e r ; lu e g o n o es u n a p o te n c ia lib re. T o d a la d ed u cció n p arece ev id en te d e a c u e rd o c o n lo s p rin c ip io s antes dem o strad o s. Y se explica m ás a ú n : p u esto e l ju ic io ,1 la v o lu n ta d q u ie re n ecesariam ente e n sen tid o co m puesto (com o suele lla m a rs e ), y e sto lo con ced en fácilm ente lo s a u to re s d e aq u ella opinión, hasta el p u n to d e q u e M e d in a , I- II, q . 9 , a. 1, d u b . 2 , desp u és d e la seg u n d a conclu-

quuntur, imperium quo hie et nunc, pensatis omnibus, definitam sententiam proferat hoc esse homini eligendum, vel impulsum qui hac voce explicatin', fac hoc, efficiat. Ratio esse potest quia voluntas non potest ferri nisi in obiectum cognitum et per rationem propositum, cum sit appetitus rationalis, I I I Ethic., c. 2; ergo, donee ratio determinate iudicet quid eligendum sit, non potest voluntas eligere; alias tenderet in obiectum incognitum, quia cognitio vera non est sine iudicio; per puram enim apprehensionem nondum cognoscitur an res sit talis vel non sit; ergo et e converso, stante ilio definito iudicio: hoc est eligen­ dum , non potest voluntas non eligere, quia alias etiam tunc sine ratione duceretur, et formaliter, vel virtualiter saltern, ferretur in incognitum, quia non eligendo, vel formali vel virtuali actu refutat illud obiectum, vel vult non amplecti tale medium sine ulla ratione vel iudicio; repugnat ergo voluntatem sic operari. Propter quod fonasse dixit Bernard., lib. de Grat. et libero arbit.,

habere semper voluntatem cognatam rationem, quia, licet non semper ex ratione, nunquam tamen absque ratione movetur. 2. Secunda sententia.— Haec vero sententia non placet Henrico, neque etiam Sco­ to et discipulis eius, ut patet ex locis citatis et ex Antonio And., IX Metaph., q. 2. Et sane ratio insinuata in superiori sectione, referendo secundam sententiam, apud me est irrefragabilis ; nam si illud iudicium rationis est ita praerequisitum ad operandum ut in suo genere sit causa necessaria ad actum liberum voluntatis, et ilio iudicio posito voluntas non potest non consentire illi, ergo voluntas non est talis potentia quae, posìtis omnibus absolute praerequisitis ad operandum, possit velie et non vel­ ie; ergo non est potentia libera. Tota collectio videtur evidens iuxta principia superius demonstrata. Et declarator amplius; nam posito iudicio, voluntas ex necessitate vult in sensu (ut aiunt) composito; quod facile concedent auctores illius sententiae, adeo ut Medin., I-II, q. 9, a. 1, dub. 2,

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í>ión, dice q u e , existiendo u n im perio eficaz p o r p a rte d el en ten d im ien to , n o q u e ­ d a a la volu n tad n in g u n a lib e rta d p a ra contradecirlo. Y añade q u e el im perio n o recib e esta eficacia d e la indicada v o lu n tad , h ab lan d o en absoluto, p o rq u e , n o pudierido darse u n proceso al infinito, n ecesariam ente se h a d e lleg ar a u n im p erio del en ten d im ien to q u e p receda a to d a acción de la v o lu n tad y q u e arras­ tr e eficazm ente consigo a la voluntad. Y B elarm ino, q u e defiende esa op in ió n , d ice, en el lib. I I De grat. et libero arbit., c. 8, q u e , así com o la v o lu n ta d de lo s b ien aventurados e stá determ in ad a a am ar a D io s, u n a vez p u e sta la visión d e D ios, ig u alm en te, e n la elección d e cu alq u ier cosa p a rtic u la r, la v o lu n tad está d eterm in ad a a u n a sola cosa en cu an to a la especificación y en cu an to a l ejer­ cicio. y, en realidad, elegirá necesariam ente cuando esté p resen te u n juicio p rá c ­ tico p a rtic u la r q u e dicte de m an era ab so lu ta, aq u í y ahora, d espués de co nsiderar to d as las circunstancias, q u e esto d ebe elegirse. 3. P ero entonces p re g u n to de nuevo si ese juicio es absoluta y sim plem ente necesario, de suerte q u e sea p roferido p o r el en te n d im ie n to en v irtu d d el solo objeto y m edio evidente, o m erced a o tra causa q u e m ueve n ecesariam ente al e n te n d im ien to e n ord en a ta l juicio, o si, p o r el co n trario , es u n acto sim ple­ m en te libre. Si se afirm a lo p rim ero , es evidente q u e se destruye el u so d e la lib e rta d , ya q u e tal u so n o se distin g u e n i e n la realización del juicio m ism o n i en el acto de la v o lu n ta d q u e es consecuencia n ecesaria de él. T am p o co sirve d e n ad a a q u í el sentido com puesto, p o rq u e aqu ella suposición con la que se in te g ra n ecesariam ente el acto es d e suyo sim p lem en te necesaria y n o lib re , y es an te­ cedente com o causa q u e obliga al acto su b siguiente, y ese m odo de com posición se e n c u e n tra en el am or beatífico, sin que p u e d a el acto de la v o lu n tad ser n ece­ sario d e o tra m an era. E n cam bio, si se afirm a q u e aq u el juicio es libre (com o term in a concediendo, desp u és d e in ú tiles y oscuras distinciones, Iavello, IX A íetaph., q. 4 ), p re g u n to tam b ién si d ich o ju icio es lib re elicitivam ente en v irtu d del en te n d im ie n to o im perativam ente en v irtu d d e la v o lu n tad . L o p rim e ro no p u e d e afirm arse según la opinión, con la q u e estam os de acuerdo quienes discu ­ tim os este p u n to , de q u e el e n ten d im ien to n o es u n a p o te n c ia form alm ente lib re. M as si se dice lo segundo, o se p rocede h asta el infinito o se destruye p o r com -

post secundam cqnclusionem, dicat, stante solius obiecti et medii evidentis, aut alteimperio efficaci ex parte inteUectus, nullana rius causae necessitantis intellectum ad tale restare libertatem in voluntate ad contra- iudicium, an vero sit actus simpliciter liber. dicendum. Et subdit non habere imperium Si primum dicatur, evidenter destruitur hanc efficaciam ab ista voluntate, per se usus libertatis, quia talis usus ñeque cerloquendo, quia, cum non sit abitio in in­ nitur in ferendo ipso iudicio ñeque in actu finitum, necessario deveniendum est ad voluntatis qui ad illud necessario consequiunum imperium intellectus antevertens om- tur. Ñeque hic iuvat quidquam sensus comnem actionem voluntatis, quod secum ef- positus, quia illa suppositio cum qua ac­ ficaciter rapiat voluntatem. Et Bellarminus, tus necessario componitur est in se simpli­ qui illam tenet sententiam, lib. II de Grat. citer necessaria et non libera et est antece­ et libero arbit., c. 8, dicit quod, sicut vo­ dens tamquam causa necessitans ad subseluntas beatorum est determinata ad aman- quentem actum, qui modus cómpositionis in dum Deum posita visione Dei, ita in qua- amore beatifico reperitur, nec potest actus cumque fe particulari eligenda voluntas est voluntatis alio modo esse necessarius. Si determinata ad unum quoad specificationem vero dicatur iudicium illud esse liberum et quoad exercitium, et reipsa necessario (ut tandem post inútiles et obscuras distinceliget quando aderii praesens iudicium prac- tiones concedit Iavell., IX Metaph., q. 4), ticum pardculare dictans hic et nunc ab­ interrogo rursus an illud iudicium sit libe­ solute omnibus consìderatis hoc esse eli- rum elicitive ex vi intellectus vel impera­ gendum. tive a voluntate. Primum dici non potest in 3. Sed tunc interrogo rursus. an illud sententia cum qua convenimus qui de hoc iudicium sit absolute et simpliciter neces- puncto disputamus, quod intellectus non est sarium, ita ut feratur ab intellectu ex vi potentia formaliter libera. Si vero dicatur

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D is p u ta c io n e s m e ta f ís ic a s

p leto aqüella op in ió n , pues, con referencia a ese acto de la voluntad q u e d e te r­ m ina al e n ten d im ien to a tal juicio, p re g u n to si es determ inado p o r o tro juicio d el en ten d im ien to , y a p ropósito de él se p la n te a rá la mism a cu estión, y así se p ro ced erá al infinito. Si, p o r el contrario, aq u el acto libre de la v o lu n tad no p re c e d e de la d eterm in ació n de u n juicio sem ejante anterior, se e x traen dos con­ clusiones opuestas a dicha opinión. P rim era, q u e la voluntad n o es determ inada en todos sus actos libres p o r el juicio del en ten d im ien to ; segunda, q u e n u nca es d eterm in ad a d e ese m odo sino en v irtu d d e alguna volición lib re anterior, gracias a ¡a cual se siguen las dem ás cosas y de la cual participan su lib ertad . 4. Q uizá dig a alguno q u e, dándose dicho juicio, es im posible q u e la volun­ ta d n o consienta, p e ro q u e la v o lu n ta d p u ed e elim in ar ese juicio, y p o r ello su acto es libre y n o necesario. M as esta resp u esta n o satisface al argum ento p ro ­ p u esto, sino q u e ad m ite, tácita e im plícitam ente, q u e dicho juicio es lib re ; de lo contrario, la volu n tad no p o d ría su p rim irlo ; p e ro n o explica en v irtu d d e q u é volu n tad es lib re desde el principio. P ues n o b a sta con decir que es libre in d i­ rectam ente p o rq u e la volu n tad n o lo im p id ió ; ya porque la voluntad p u d o rea­ lizar, al m enos, u n a volición libre con la q u e im pidiese dicho juicio, y acerca de esa volición se re p ite el m ism o arg u m en to , ya ta m b ién porque, aun cuando para la negación d e l acto p u ed a quizá b astar el v o luntario indirecto, sin em bargo, p a ra e l ejercicio positivo d el acto lib re e im p erad o n o basta, sino q u e se precisa u n acto fo rm alm en te lib re , q u e im p ere y d ete rm in e a la potencia. A dem ás, otra evasiva q u e p u e d e tom arse d e Iavello en el lu g a r antes citado, n o debilita la fuerza del a rg u m e n to ; dice, en efecto, que aq u el juicio es libre radicalm ente, lo cual le viene del e n te n d im ie n to y n o d e la v o lu n ta d ; pero esto no es re sp o n d er al dilem a establecido, sino ev itarlo , p o rq u e ser lib re radicalm ente no es otra cosa q u e ser^raíz de la lib ertad , q u e se da en la v o lu n ta d ; y no se p re g u n ta p o r eso, sino p o r la lib e rta d fo rm a l; p o rq u e el m ism o acto del entendim iento que es raíz d el acto d e la v o lu n tad es v erd ad era y form alm ente realizado p o r su po­ tencia, y acerca d e él se p re g u n ta si es realizado p o r la potencia de m anera ne­ cesaria o con indiferencia. O tro s co n testan distinguiendo entre juicio especula-

secundum, vel proceditur in infinitum vel omnino destruitur ilia sententia, nam de ilio actu voluntatis.qui determinat intellectum ad tale iudicium inquiro an determinetur ex alio iudicio intellectus, et de ilio redibit idem argumentum, et sic procedetur in in­ finitum. Si vero ille actus liber voluntatis non est ex determinatione similis iudicii prioris, inferuntur duo illi sententiae con­ traria. Primum est voluntatem non detcrrainari in omnibus suis actibus Iiberis a iudicio intellectus; secundum est nunquam sic determinati nisi in virtute alicuius prio­ ris volitionis liberae, in vi cuius caetera consequuntur et ab ea participant libertatem. 4. Dicet fonasse aliquis, stante ilio iu­ dicio impossibile esse voluntatem non con­ sentire, posse tamen voluntatem tollere iu­ dicium illud, et propterea actum eius esse liberum et non necessarium; sed haec responsio non satisfacit argumento proposito, sed tacite et implicite admittit illud iudi­ cium esse liberum; alias non posset volun­ tas auferre illud; non declarat autem per quam voluntatem sit a principio liberum.

Ñeque enim satis est si dicatur esse liberum indirette quia voluntas non impedivit illud: turn quia saltern potuit voluntas habere vo~ litionem Jiberam qua impediret illud iudi­ cium, de qua redit idem argumentum, turn etiam quia, licet ad negationem actus fortasse possit sufficere voluntarium indirec­ tum, tamen ad ezercitium positivum actus liberi et imperati non sufficit, sed necessarius est actus formaliter liber, imperans et determinans potentiam. Alia praeterea evasio quae ex Iavello supra sumi potest, non enervat vim argomenti; ait enim ju­ dicium illud esse liberum radicaliter, quod habet ab intellectu et non a volúntate; sed hoc non est respondere ad dilemma factum, sed illud eludere, quia esse liberum radi­ caliter non est aliud quam esse radicem libertatis, quae est in volúntate, de quo non inquiritur, sed de libértate formali; nam illemet actus intellectus qui est radix actus voluntatis est vere ac formaliter elicitus a sua potentia, et de ilio inquiritur an ex necessitate vel cum indifferentia elicitus sit a potentia. Alii respondent distinguentes de iudicio speculativo vel practico, quia non

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tivo y práctico, p o rq u e n o es el especulativo, sino el práctico, el q u e d e te rm in a a la voluntad. Y dicen que éste es lib re , aun q u e el especulativo sea n a tu ra l. P ero esto n o q u ita fuerza a la dificultad p ro p u e s ta ; p o rq u e si, p u e sto to d o el juicio especulativo sobre la conveniencia, u tilid ad , ho n estid ad o to rp e z a del objeto, y sobre o tras razones o circunstancias, el juicio práctico de que se d ebe am ar o elegir tal cosa es libre, se re p ite a propósito d e él to d o el arg u m e n to hecho, a ver p o r q u ié n es d eterm inado el en ten d im ien to en ord en a tal juicio. S i p o r el en ten d im ien to , entonces el en ten d im ien to es lib re ; si por la v o lu n ta d , (•quién d eterm in a a ésta? Y de esta m anera se concluye que la p rim e ra d e te rm i­ nación libre d e la v o lu n tad se realiza sin tal juicio, y que n o hay n in g ú n juicio q u e. d eterm in e com pletam ente a la volu n tad a algún acto, a n o ser en v irtu d de u n a volición an te rio r libre. 5. Tercera opinión.— F inalm ente, dicen algunos q u e aquel juicio p ráctico es lib re en v irtu d d e la v o luntad que am a dicho objeto, y q u e la vo lu n tad , p o r su p a rte , am a dicho objeto en v irtu d de tal ju icio ; y q u e esos dos actos so n , cada u n o con respecto al otro, causa en diverso orden de cau salid ad ; p o rq u e , p o r una p arte, la voluntad d eterm in a al en ten d im ien to para q u e juzgue p rácticam en te d e esa m anera y, p o r otra, el entendim iento determ ina a la v o lu n tad a q u e q u ie ra tal cosa. Y n o es con trad icto rio — afirm an— q u e esas dos cosas se p reced an y se sigan u n a a otra, ya q u e ello ocurre en órdenes diversos de causalidad. P o rq u e la voluntad d eterm in a al entendim iento eficientem ente, m ientras que el e n te n ­ d im iento d eterm in a a la v o lu n tad finalm ente. P ero e sta do ctrin a no m e resu lta acep ta b le ; p rim era m en te, p o rq u e n o se apoya en n in g u n a razón, n i es necesaria p a ra n a d a ; y, p o r otra p a rte , apenas p u e d e en ten d e rse esa m u tu a p rio rid a d y m oción en tre aquellos d o s actos. E n segundo lugar, d em u estro q u e es im p o sib le: en todo acto vital, la suficiente aplicación d e l objeto necesario p a ra el acto, p re ­ cede absolutam ente y en cu alq u ier o rd e n d e causalidad a tal acto, y n o p u ede suceder q u e la m ism a aplicación del o b jeto provenga eficientem ente del acto al cual se o rd e n a ; p e ro el juicio de la razó n se req u iere p a ra el acto d e la volun­ ta d en cuanto aplica el o b je to ; luego es im posible q u e el juicio de la razón necesario p a ra el acto d e la voluntad pro v en g a eficientem ente de ese m ism o acto.

speculativum, sed practicum determinat vo­ luntatem. Et hoc aiunt esse liberum, etiamsi contingat speculativum esse naturale. Sed hoc non enervat difficultatem propositam; nam si, posito toto iudicio speculativo de obiecti convenientia, militate, honéstate aut turpitudine, et aliis rationibus aut circumstantiis, iudicium practicum de tali re aman­ da seu eligenda liberum est, de ilio redit toturn argumentum factum, a quo nimirum determinetur intellectus ad tale iudicium. Si ab intellectu, ergo intellectus est Eber; si a volúntate, quid determinat illam? Atque ita concluditur primam determinationem liberam voluntatis fieri sine tali iudicio, nullumque esse iudicium omnino determinans voluntatem ad aliquem actum, nisi in virtute prioris volitionis liberae. 5. Tenia opinio.— Dicunt tandem aliqui illud iudicium practicum esse liberum ex vi voluntatis amantis illud obiecrum, et vo­ luntatem ipsam amare illud obiectum ex vi talis iudicii, atque illos duos actus esse sibi invicem causas in diversis generibus cau-

sarum, quia et voluntas determinar intellectum ut ita practice iudicet, et intellectus determinat voluntatem ut velit talem rem. Neque répugnât (inquiunt) illa duo mutuo se antecedere et subsequi, quia id fit in di­ versis generibus causarum. Voluntas enim determinat intellectum efficienter, intellec­ tus autem voluntatem finaliter. Sed haec doctrina mihi non probatur; primum enim nulla ratione fundatur, neque ad aliquid est necessaria; et aliunde vix potest mente concipi illa mutua prioritas et motio inter illos duos actus. Et praeterea ostendo esse impossibilem, nam in omni actu vitali sufficiens applicatio obiecti necessarii ad actum, simpliciter et in omni genere causae, antecedit talem actum nec fieri potest ut ipsamer obiecti applicatio effective proveniat ab actu ad quem ordinatur; sed iudicium rationis requiritur ad actum voluntatis ut applicans obiectum; ergo impossibile est ut iudicium rationis necessarium ad actum vo­ luntatis effective proveniat ab eodem actu.

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Disputaciones metafísicas

L a m ayor .puede p ro b arse p o r in d u cció n en todos los dem ás actos vitales dis­ tin to s d e aquel de que tratam os. Y p u e d e tom arse u n arg u m en to proporcional d e lo s actos n atu ra le s, p o rq u e e s im posible q u e u n agente q u e necesita u n pa­ ciente p a ra o b rar n o su p o n g a absolutam ente y e n to d o o rd e n d e causalidad la aplicación d el p acie n te a tal acción, o q u e se a p liq u e el p acie n te m ediante esa m ism a acción. Y p u ed e darse com o ra z ó n q u e el agente es im p o te n te para o b rar si n o es so b re u n a m a te ria a p lic a d a ; luego es im posible q u e m ed ian te esa m ism a acción realice la aplicación, sino q u e d eb e su p o n erla de m a n e ra absoluta. A dem ás, p o rq u e d e lo co n trario ta l acción, en c u a n to es aplicativa del paciente, n o versaría so b re el paciente e n cu a n to aplicado, sino en cu a n to d ista n te , cosa q u e vam os a e x p lic a r m ás a m p liam en te en seguida a p ro p ó sito d e la cuestión de q u e tratam os. 6. L a m e n o r d e l p rim e r silogism o es cierta e n v irtu d d el p rin c ip io de que n o se q u iere n a d a q u e n o se h ay a conocido p rev iam en te. Y si alguno pretende q u e el juicio de la razón n o es sólo u n a condición y aplicación d e l objeto, sino ta m b ié n u n p rin c ip io q u e realiza ju n ta m e n te con la v o lu n tad su acto, no am i­ n o ra, sino que a u m e n ta la fu e rz a del a rg u m e n to ; p o rq u e será m ás contradicto­ rio q u e ese juicio p ro ced a eficientem ente d e la m oción d el acto d e la voluntad p o r el h echo d e q u e se dice q u e ese m ism o ju icio es p rin cip io eficiente de tal acto de la v o lu n tad . Y se confirm a adem ás, e n p rim e r lu g a r, p o rq u e la voluntad no aplica n in g u n a p o te n c ia a su acto sino q u e rie n d o dich o a c to ; lu eg o , si.la vo­ lu n ta d aplica d ire c ta m e n te el e n te n d im ie n to a ese juicio, lo h a rá m ediante un acto con el q u e q u ie re q u e el e n te n d im ie n to ju zg u e a q u e llo ; p o r ta n to , ¿qué es lo q u e m ueve a la v o lu n ta d a q u e re r esto ? ¿ O tro juicio an te rio r, o el m ism o q u e se va á q u e re r? Si es o tro , en to n ce s la v o lu n ta d n o es d e te rm in a d a a ese acto p o r el ju icio q u e q u ie re , sino p o r e l a n te rio r. S i es ese m ism o, entonces dicho ju icio m ueve a la v o lu n ta d p o r m o d o d e o b jeto , antes d e q u e sobre él se h aya juzgado de n in g u n a m a n e ra . Se confirm a, e n segundo lu g ar, p o rq u e de lo contrario el p rim e r acto d el e n te n d im ie n to p o d ría p ro c e d e r de la volu n tad mis­ m a, lo cual se o p one a la o p in ió n general, fu n d a d a e n el p rin cip io no se quiere nada que no se haya conocido antes. Y se d e m u e s tra la consecuencia p o rq u e tam ­ bién p o d ría d ecirse d el p rim e r acto d e l e n te n d im ie n to q u e es lib re y voluntario

Maior inductione ostendi potest in omnibus aliis actibus vitalibus extra ilium de quo agimus. Et ex naturalibus potest sumi ar­ gumentum proportionale, quia impossibile est ut agens quod passo indiget u t agat, non supponat absolute et in omni genere causae applicationem passi ad talem actio­ nem, aut quod per ipsammet actionem sibi applicet passum. Et ratio reddi potest, quia agens est impotens ad agendum nisi circa materiato applicatam; ergo impossibile est quod per illam actionem ipsammet appli­ cationem efficiat, sed omnino debet suppo­ nete illam. Item, quia alias talis actio, ut applicativa passi, non versaretur circa illud ut applicatum, sed distans, quod statim declarabitur magis in re de qua agimus. 6. Minor autem primi syllogismi certa est ex ilio principio quod nihil est volitum quin praecognitum. Quod si quis contendat iudicium rationis non tantum esse conditionem et applicationem obiecti, sed edam principium efficiens cum voluntate actum

eius, non enervat, sed äuget vim argumenti; nam ex eo magis repugnabit illud iudicium esse effective ex motione actus voluntatis, quod ipsummet iudicium dicitur esse prin­ cipium efficiens talem actum voluntatis. Et confirmatur praeterea, primo, quia voluntas non applicat aliquam potentiam ad actum suum nisi volendo ilium actum; ergo, si vo­ luntas directe applicat intellectum ad illud iudicium, id faciet per actum quo vult ut intellectus id iudicet; quid ergo movet voluntatem ut hoc velit? Num aliud prius iudicium, an ipsum quod est volendum? Si aliud, ergo non determinatur voluntas ad ilium actum a iudicio quod vult, sed quod praecedit Si illud idem, ergo illud iudicium per modum obiecti movet voluntatem priusquam de illo sit iudicatum ullo modo. Et confirmatur secundo, nam alias primus ac­ tus intellectus posset esse a voluntate ipsa, quod est contra omnium sententiam, fundatanj in illo principio: Nihil volition quin praecognitum. Et sequela probative quia etiam de primo actu intellectus did pos-

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en v irtu d de la m o ció n d e la v o luntad y, n o ob stan te, e n su género, es causa de ese m ism o acto d e la v o lu n ta d e n v irtu d d e l cual él es, p o r su p a rte , voluntario. Y si esto re su lta im posible en el p rim e r acto, com o ciertam ente resu lta, n o se d eb e a q u e es sim plem ente p rim e ro , sino a q u e es causa del acto d e la v o lu n ta d de tal m odo q u e , sim plem ente y en todo o rd e n de causalidad, se supone c o n an ­ terio rid a d a é l; p e ro esta ra z ó n es válida a propósito de cualquier otro a c to ; consiguientem ente, n u n c a p u ed e o cu rrir q u e el juicio d el entendim iento sea lib re e n v irtu d d e u n acto d e la v o lu n tad q u e sigue a dicho juicio. O , d e otra m an era, n o p u e d e suceder q u e la v o lu n tad sea d eterm in ad a a u n acto lib re por el juicio q u e nace del m ism o acto lib re. Y , en este sentido, lo q u e acontece es, o q u e es d eterm in ad a p o r u n juicio totalm ente necesario, lo c u a l re p u g n a a la lib e rta d , o q u e la determ inación lib re n o procede d e ta l juicio, y esto es lo que se p re ­ tendía.

Solución de la cuestión 7. A sí, pu es, p o r ra z ó n d e estas dificultades, estim o q u e p a ra la d eterm in a­ ción lib re d e la v o lu n tad n o re su lta necesario tal juicio p rá c tic o q u e la d ete rm in e totalm ente. A dem ás d e l razonam iento hecho (q u e parece ser a posteriori y p o r los inconvenientes), p u e d e esto explicarse a priori y p o r la realidad m ism a, y a q u e el juicio d el en ten d im ien to n o m ueve a la v o lu n ta d si n o es m ed ian te el objeto q u e p ro p o n e ; p e ro el objeto p ro p u e sto n o siem pre infiere n ecesidad a la v o lu n ­ tad o la d eterm in a a u n a sola cosa, n i es esto necesario p a ra q u e la volu n tad p u e ­ da te n d e r al o b je to ; luego tam poco es necesaria por p a rte d el juicio, y n i siquie­ ra es p osible, tal d eterm inación. Se d e m u estra la m ayor p o rq u e , o el juicio m u e ­ ve únicam en te en ra z ó n d e objeto, o él m ism o,, p o r su p ro p ia razón, tiene u n a peculiar eficacia p a ra d e te rm in a r a la v o lu n tad . E sto ú ltim o n o p u ed e afirm arse, ya p o rq u e ta l eficacia esta ría en contradicción con la lib e rta d de la v o lu n tad , según se h a dicho, ya ta m b ién p o rq u e tal m an era d e m over es ajena a la fu n ­ ción d e l en ten d im ien to , fu n ció n q u e consiste e n ilu m in ar y d irig ir y reg u lar las operaciones de la v o lu n tad , ya, finalm ente, p o rq u e dich a m an era d e m over es propia d e la v o lu n tad , q u e h a sido d ada especialm ente p a ra este fin, a saber,

set esse liberum et voluntarium ex motione voluntatis, et nihilominus in suo ge­ nere esse causam eiusdem actus volunta­ tis quo ipse est voluntaxius. Quod si in primo acni hoc est impossibile, ut reve­ ra est, non est quia est simpliciter pri­ mus, sed quia tali modo est causa actus voluntatis ut ad ilium simpliciter et in ran­ ni genere causae praesupponatur ; haec autera ratio procedit in omni alio actu; nunquam ergo fieri potest ut iudicium intellectus sit liberum per actum voluntatis subse­ q u e n t ipsum. Vel aliter fieri non potest ut voluntas determinetur ad actum liberum per iudicium quod ex •eodem actu libero na­ sciti». Atque ita fit ut vel determinetur per iudicium omnino necessarium, quod repugnat libertari, vel quod determinatio li­ bera non oriatur ex tali iudicio, quod est intentimi.

non esse necessarium tale iudicium practicum omnino determinans ipsam. Quod praeter discursum factum (qui videtur esse a posteriori et ab inconvenienti) potest a priori et ex re ipsa declarari, quia iudicium intellectus non movet voluntatem nisi medio obiecto quod proporrà; sed obiectum propositum non semper inferi necessitatem voluntari aut determinai illam ad unum, neque hoc est necessarium ut voluntas possit in obiectum tendere; ergo nec est neces­ saria ex parte iudicii, imma nec possibilis talis determinatio. Maior probatur, quia vel iudicium movet tantum ratione obiecri vel ipsummet ratione sui habet peculiarem efficaciam ad determinandam voluntatem. Hoc posterius dici non potest, rum quia talis ef­ ficacia repugnaret libertari voluntatis, ut dictum est, tum eriam quia talis movendi mo­ dus est alienus a munere intellectus, qui est Quaestionis resolutio illum i n are et dirigere ac regulare voluntatis 7. Propter has ergo difficultates, existi- operationes, tum denique quia file movendi mo ad libcram determinationem voluntatis modus est proprius voluntatis, quae in hunc

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Disputaciones metafísicas

p a ra m over eficientem ente a las dem ás p otencias en cuanto al ejercicio; luego n o p u e d e su ced er q u e el en ten d im ien to , el cual es m ovido eficientem ente p o r la v o lu n tad , m u ev a p o r su p a rte a la v o lu n tad d e ig u al m anera. A sí lo enseña ex­ p resam en te S anto T o m ás en I-ET, q. 9 , a. 1 y 3. 8. M as algunos oponen q u e el en ten d im ien to m ueve eficazm ente a la volun­ ta d e n ord en a la operación p o r el im perio p ráctico . Se resp o n d e q u e el im perio p ráctico d el e n ten d im ien to , e n v irtu d del cual se en tie n d e q u e u n o se im pera a sí m ism o o a su v o lu n tad , n o es algo d istin to del juicio p e rfectam en te práctico y to talm en te definido con to d as las circunstancias. Y n o es posible e n te n d e r en el en te n d im ie n to -u n acto q u e im pulse a la v o lu n ta d si n o es p o r m o d o d e juicio; com o tam poco se e n tien d e el im perio sobre otros si n o es p o r m odo de lo cu ­ ción q u e in tim e lo que d eb a h acerse; y cu alq u ier o tra cosa q u e se im agine en el en te n d im ie n to , se afirm ará g ratu itam en te, n o p o d rá explicarse en q u é con­ siste, y será ajena a la ra z ó n de e n ten d im ien to , el cual es, esencial y adecuada­ m en te, u n a p o ten cia cognoscitiva y ju d ic a tiv a ; p o r eso n o p u ed e realizar un acto sino p o r m o d o d e ap rehensión o de juicio. C o nsiguientem ente, com o este im p erio de q u e tratam o s n o es u n a m era a p reh en sió n , según es evid en te de suyo, no p u e d e ser m ás q u e u n juicio práctico. Y A ristóteles o S anto T o m ás nunca exp lican racionalm ente el im p e rio sino p o r m odo d e juicio com pletam ente prác­ tico , com o se tra ta p o r extenso e n I-II, q. 17. A sí, p u e s, este juicio únicam ente m u ev e, de suyo, en calidad d e objeto, com o se h a explicado. Y si a veces parece q u e im pulsa eficazm ente, sólo es en v irtu d d e alg ú n acto eficaz de la m ism a vo­ lu n ta d , q u e se d io a n te rio rm e n te ; p o rq u e , si la v o lu n tad se p ro p u so eficazm ente o in te n tó co n seg u ir este fin, o escogió em p lear ta l m edio, el e n ten d im ien to , lle­ g ad a la ocasión, juzga a q u í y ahora q u e a b so lu tam en te d ebe h acerse esto, su­ p u e sta la v o lu n ta d anterior. Y entonces la v o lu n ta d q u e d a com pletam ente de­ term in a d a , n o ta n to p o r el juicio com o p o r sí m ism a. Señal de ello es q u e no se d ete rm in a d e m an era ab so lu ta , sino cuasi condicional, a saber, siem pre q u e quie­ ra p ersev erar en la in te n c ió n o elección hech a. P o r eso, si la v o lu n ta d quiere antes re tro c e d e r, p u e d e h acerlo e im p ed ir ese im perio. E n cam bio, cuando no p re c e d e ta l v o lu n ta d eficaz, es im posible q u e e l im p erio d el en ten d im ien to tenga

finem peculiariter data est, ut alias potentias efficienter moVeat quoad exercitium; ergo non potest fieri ut intellects, qui a volún­ tate efficienter m ovete, vicissim eodem modo illam moveat. Atque hoc docet expresse D. Thomas, I-II, q. 9, a. 1 et 3. 8. Sed obiiciunt aliqui quia intellectus per imperium practicum efficaciter movet voluntatem ad opus. Respondetur imperium practicum intellectus, quo quis intelligitur sibj ipsi vel suae voluntad imperare, non esse aliud a iudicio perfecte practico et omnino definito cum omnibus circumstantiis. Ñeque intelligi potest in intellectu ac­ tus impulsivus voluntatis nisi per modum iudicii; sicut respectu aliorum non intelligitur imperium nisi per modum Jocutionis intimantis quid agendum sitj et quidquid aliud in intellectu fingitur, et gratis asseritur et explicari non potest quid sit, et est extra rationem intellectus, qui essentialiter et adaequate est potentia cognoscitiva et iudicativa; et ideo non potest habere actum nisi per modum apprehensionis vel iudicii.

Cum ergo hoc imperium de quo agimus non sit mere apprehensio, ut per se constat, non potest esse nisi iudicium practicum. Neque Aristoteles aut D. Thomas imperium rationaliter unquam declarant quam per modum iudicii omnino practici, u t latius in I-II, q. 17, tractatur. Hoc igitur iudicium ex se solum movet ex parte obiecti, ut declaratum est. Quod si interdum videtur efficaciter impellere, solum est in virtute alicuius ac­ tus efficacis eiusdem voluntatis, qui praecessit; nam si voluntas efficaciter proposuit vel intendit consequi hunc finem, aut elegit adhibere tale medium, intellectus, nacta occasione, hie et nunc indicai omnino esse hoc faciendum, supposita priori voluntate. Et tunc voluntas omnino determi­ n a te , non tam a iudicio quam a se. Cuius signum est quia non absolute, sed quasi conditionate determinate, scilicet, si velie in intentione seu electione facta persistere. Unde si a priori voluntate velit retrocedere, potest, et impedire huiusmodi imperium. Quando autem talis voluntas efficax non

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ese p o d er im pulsivo eficaz, p u es d e lo co n trario d e stru iría la lib e rta d d e la vo­ lu n ta d , y la alabanza o la rep ren sió n n o d e b e ría a trib u irse a la v o lu n tad , sino al en tendim iento. E sto es lo q u e adm ite en ú ltim o térm in o M e d in a , p o r la au to ri­ d a d d e Santo T o m á s, I-EI, q . 17, a. 5. 9. Q ueda p o r d e m o strar la segunda p a rte , a saber, q u e la v o lu n tad n o siem ­ p re es d eterm in ad a a u n a sola cosa por e l objeto p ro p u e s to ;, esta p a rte es cierta y la adm iten to d o s ; la p ru e b a ex professo Santo T o m á s, I-H , q. 10, a. 2 . E n efecto, tanto d a decir q u e la volu n tad n o es m ovida necesariam ente por o tra cosa cóm o decir q u e n o es determ in ad a a u n a sola cosa p o r ella, según d em u estra n los argum entos a rrib a a d u cid o s; pero es cie rto q u e n o es m ovida n ecesariam ente p o r todos los o b je to s; luego tam poco es d eterm in ad a a u n a sola cosa; consiguien­ te m e n te , sólo en el cielo será determ inada a una sola cosa, e n cuanto al ejercicio, p o r la infinita b o n d a d d e D ios claram ente in tu id o , seg ú n la do ctrin a c o m ú n ; en cam bio, p o r lo q u e h ace a la especificación, es d eterm in ad a p o r el bien en gene­ ra l o p o r otros objetos sem ejantes, com o direm os d e sp u é s ; p e ro no p o r todos, ya q u e n o en to d o s aparece alguna ra z ó n necesaria d e b o n d ad , o n o aparece u n a b o n d ad ta l q u e n o lleve aneja alguna m alicia o desventaja, o algún defecto. P ero aun q u e el objeto n o d eterm in e d e esa m anera a la v oluntad, p u ed e ser d e tal m o d o suficiente p a ra excitarla y estim ularla q u e ella m ism a, p o r su lib e rta d , se d eterm in e o tie n d a a él, ya q u e, si e n el objeto se re p re se n ta alguna razón d e b o n d ad , ésta es d é suyo suficiente p a ra m over la v o lu n ta d ; luego esa d e te r­ m inación no es necesaria p a ra q u e la v o lu n ta d se m ueva.

Respuesta a los fundamentos contrarios 10. C on e sto n o sólo q u eda p ro b ad a n u e stra opinión, sino q u e ta m b ié n se h a dado resp u esta a los fundam entos de la opinión contraria. E fectivam ente, del hecho de q u e la v o lu n ta d n o p u ed e ser m ovida hacia lo desconocido sólo re s u lta q u e es necesario el juicio del entendim iento p a ra que la v o lu n tad p u ed a elegir, pero n o se sigue la necesidad d e que ese juicio d eterm in e a la volu n tad a u n a sola cosa. E sto lo dijo eleg a n tem en te San B ernardo, lib. De grat. et lib. arb., con

praecedit, impossibile est u t imperium inteilectus habeat illam vim impulsivam efficacem, alias destrueret voluntatis libertatem, et laus aut reprehensio non esset voluntati, sed intellectui attribuenda. Atque hoc tandem fatetur Medina, propter D. Thom, auctoritatem, I-II, q. 17, a. 5. 9. Superest probanda altera pars, scili­ cet. quod voluntas ab obietto proposito non semper determinetur ad unum, quae certa est et recepta ab omnibus, eamque ex pro­ fesso probat 0 . Thomas, I-II, q. 10, a. 2. Nam perinde est dicere voluntatem non necessitari ab alio quod non determinari ad unum ab ilio, ut probant argumenta superius facta; sed est certum non necessitati ab omnibus obiettisi ergo nec determinari ad unum; igitur quoad exercitium solum in patria ab infinita bonitate Dei clare visi determinante ad unum, iuxta receptam doctrinam; quoad specificationem'vero, a bono in communi aut aliis similibus obiettis, ut infra attingemus; non vero ab omnibus, quia non in omnibus appare; aliqua neces-

saria ratio boni, vel non apparet talis bo­ nitas quae non habeat admixtam vel malitiam vel incommodum aliquod aut defec­ tum. Quamvis autem obiectum non sic determinet voluntatem, potest esse ita sufficiens ad excitandam et alliciendam "illam ut ipsa sua libértate determinetur aut feratur in illud, quia si in obietto repraesentatur aliqua ratio boni, illa est de se sufficiens ad movendam voluntatem; ergo illa deter­ minano necessaria non est ut voluntas moveatur. Responsio ad contraria fundamenta 10. Ex quo non solum probata est nos­ tra sententia, sed etiam responsum est ad fundamentum oppositae sententiae. Ex eo enim quod voluntas non potest ferri in incognitum, solum habetur necessarium esse iudicium intellectus ut voluntas possit eligere, non vero sequitur oportere ut illud iudicium determinet voluntatem ad unum. Quod eleganter dixit Bernard., lib. de Grat. et lib. arb., his verbis : Est ratio data vo-

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las siguientes p a la b r a s : L a razón ha sido dada a la voluntad para que la instruya,

no para que la destruya; pero la destruiría si le impusiese alguna necesidad parí que se desenvolviese a su antojo. P o r eso, cuan d o e n el arg u m e n to se dice que es necesario q u e e l en te n d im ie n to ju zg u e p rim e ro lo q u e se d eb e e leg ir, la pro­ posición p u e d e ser am b ig u a; p o rq u e , si el se n tid o es. q u e d e b e ju z g a r prim era­ m en te la b o n d ad , la u tilid a d o la conveniencia q u e tie n e el m ed io q u e se va a elegir y la elección m ism a, la p ro posición es v e rd a d e ra ; m as, si el sentido es q u e p rim e ra m e n te debe ju zg arse en ab so lu to , y q u e d ebe elegirse esto absolu­ tam e n te , es falsa. P o rq u e significa q u e , p o n d erad as y consideradas todas las cir­ cunstancias, a q u í y ahora re s u lta ya necesario p o r alguna ra z ó n elegir esto, p o r lo cual d ebe elegirse a b so lu ta m e n te ; p e ro n o h ay n in g u n a razó n p o r la que tal juicio sea n ecesario con a n te rio rid a d a to d a elec c ió n ; es m á s : esto rep u g n a a la lib e rta d d e la elección, se g ú n se ha dem o strad o . L u e g o es suficiente el juicio p o r el q u e u n m ed io se ju zg a ú til y, exam inadas to d as las circunstancias, apto p a ra p o d e r ser e le g id o ; y lo m ism o o c u rre con cu alq u ier objeto b u e n o que se ju zg u e suficientem ente b u e n o p a ra p o d e r ser am ado. E n efecto , así com o, p a ra q u e la vista p u e d a m overse hacia u n ob jeto , n o es preciso q u e se aplique en c u a n to visto o en cu a n to q u e se debe v er, sino e n cu an to visible, de igual m a­ n e ra , p a ra q u e la v o lu n ta d sea m o v id a p o r u n ob jeto , b asta con q u e se le p ro ­ p o n g a com o am able, a u n q u e n o se ju z g u e q u e d eb a elegirse absolutam ente. 11. Se aclara esto, en p rim e r lu g a r, acerca d e la v o lu n tad y el. entendim iento d e D io s ; p u e s, p a ra q u e D io s, en su e te rn id a d , q u ie ra lib re y determ inadam ente algo fu e ra d e sí, n o es p reciso q u e c o n a n te rio rid a d a to d a determ inación libre p reced a en el e n te n d im ie n to d iv in o , seg ú n n u e stro m o d o d e e n te n d e r, este juicio: «¡Yo ten g o q u e am ar o eleg ir a b so lu tam en te esto», p u es ta l juicio sería tem era­ rio , in fu n d a d o y, e n rig o r, falso, p o r im p licar q u e tal objeto fu e ra de D ios es, con respecto a E l, d e a lg u n a m an era n ece sa rio ; consig u ien tem en te, sólo precede el juicio de q u e ta l o b jeto es' co nveniente o ele g ib le ; luego lo m ism o debe en­ te n d e rse acerca d e la v o lu n ta d cread a. E n seg u n d o lu g a r, se confirm a y explica p o rq u e , p a ra q u e la v o lu n ta d elija u n m ed io , n o es p reciso q u e el entendim iento ju zg u e sobre é l d e ta l m a n e ra q u e n o po sea ju icio sobre n in g ú n otro, ya que lunta ti u t instruat illam , n o n u t destruat; destrueret autem si necessitatevi ullam im ­ panerei, quom inus p ro arbitrio suo sese volverel. Unde, cum in argumento sumitur

necessarium esse ut intellectus prius iudicet quid eligendum sit, ambigua esse potest propositio; nam si sit sensus prius iudicare quid bonitatis, utilitatis aut convenientiae habeat medium eligendum et ipsa electio, vera est propositio; si vero sit sensus prius esse iudicandum absolute et omnino hoc es­ se eligendum, falsa est propositio. Nam reddit. hunc sensum, quod, pensatis et consideratis omnibus, iam hic et nunc est sub aliqua ratione necessarium hoc eligere, et ideo esse omnino eligendum; nulla est au­ tem ratio ob quam tale iudicium sit neces­ sarium ante omnem electionem; immo ré­ pugnât hoc libertad electionis, ut ostensum est. Sufficit ergo illúd iudicium quo me­ dium hoc iudicatur utile et, pensatis omni­ bus, aptum ut eligi possit; et idem est de quolibet obietto bono, quod, scilicet, iudicetur sufficienter bonum ut amari possit.

Nam sicut, ut visus ferri possit in obiectum, non est necesse quod applicetur ut visum vel ut videndum, sed ut visibile, ita, ut vo­ luntas moveatur ab obietto, satis est quod proponatur ut diligibile, quamvis non iudicetur omnino eligendum. 11. Quod declaratur primo in divina voluntate et intellectu; nam ut Deus in aetemitate sua aliquid extra se determinate ac libere velit, non oportet ut ante omnem determinationem liberam praecedat nostro modo intelligendi in intellectu divino hoc iudicium: Hoc mihi omnino amandum est aut eligendum; esset enim tale iudicium temerarium ac sine fundamento et in rigore falsum; nam includit quod tale obiectum extra Deum sit ipsd aliquo modo necessa­ rium; solum ergo antecedit iudicium quod tale obiectum sit conveniens aut eligibile; ergo idem intelligendum est in voluntate creata. Secundo confìrmatur ac declaratur; nam, ut voluntas eligat unum medium, non est necesse quod ita de ilio iudicet intellec­ tus ut de nullo alio iudicium habeat, quia

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la v o lu n ta d sólo necesita e l conocim iento d e aq u el objeto h acia el cual tie n d e ; p e ro el desconocim iento o la n o consideración de o tro objeto n o le in c u m b e , ab­ so lu tam en te h a b la n d o ; luego, si el en ten d im ien to ju zg a q u e este m edio es ú til o elegible, a u n ju zg an d o al m ism o tie m p o q u e o tro es ú til, la v o lu n ta d p u e d e eleg ir un o , y n o es necesario q u e el e n te n d im ie n to ju zg u e antes d e te rm in a d a ­ m e n te , a p ro p ó sito d e u n o d e ellos, q u e d eb e ser elgido, n i siq u iera q u e es m ás d ig n o d e elección q u e el otro. •■ 12. Se respotide a una objeción.— S e d ir á : si el juicio del en te n d im ie n to ■es in d eterm in ad o , ¿cóm o p u e d e ser d e te rm in a d a la elección d e la v o lu n ta d ? Se re s p o n d e : n o p u e d e decirse que el ju icio es in d e te rm in a d o c u a n d o m e d ia n te él se juzga de q u é clase es el objeto, y q u é conveniencia o am abilidad p o se e ; pero p u e d e decirse o q u e el juicio es m ú ltip le , cuando acerca d e varios ob jeto s se ju zg a cóm o son, o cabe d ecir tam b ién q u e es u n juicio d eterm in ad o acerca d e u n . objeto in d ifere n te, o sea, q u e no tie n e u n a u n ió n necesaria con la v o lu n ta d , a u n q u e posea alg u n a b o n d a d o conv en ie n cia; y e sta d eterm in ació n d e l juicio, a u n q u e n o basta p a ra im p o n er necesidad a la v o lu n ta d , es, em p ero , suficiente p a ra q u e ella, seg ú n su lib e rta d , p u ed a d eterm in arse y seguir dich o juicio. 13. P ero se in s istirá : si sólo hay u n juicio, la v o lu n ta d lo seguirá a b so lu ta­ m e n te , ya q u e n o tien e o tro al cual d irig irse. E n cam bio, si h ay varios juicios, necesariam ente seg u irá aquel q u e verse sobre el m ed io m ás ú til o sobre el ob­ je to m ejo r, y d e esta m an era siem pre será d e te rm in a d a p o r e l juicio. Se re s ­ p o n d e , en p rim e r lu g a r, q u e p u e d e n d a rse juicios acerca d e m edios ig u a le s, y entonces la v o lu n ta d n o p o d rá ser d eterm in ad a p o r el juicio n i q u e d a rá necesa­ ria m e n te en suspenso, sino q u e su lib e rta d consiste p recisam en te en p o d e r ele­ g ir u n o y o m itir el o tro . Y si n o p u e d e h a c e r esto, n o veo d e q u é m odo p u e d a d ecirse q u e es lib re ; p e ro e n realid ad p u e d e hacerlo, ya q u e es lib re p a ra p o ­ d e r q u e re r lo q u e es b u e n o y n o q u e re r lo que n o es necesario. U n excelente ejem p lo de esta lib e rta d lo pro p o rcio n a la v o luntad divina, la cual, e n tre esta m ateria y o tra to talm en te igual y sem ejante, y e n tre estos cielos y otros com ­ p letam en te iguales (y así con respecto a las dem ás cosas), eligió crear éstos m ás b ie n que otros, lo cu al n o p u ed e a trib u irse a u n ju icio desigual, ya que n i p o r

voluntas solum eget cognitione eius obiecti sufficit tamen ut ipsa pro liberiate sua posin quod fertur; ignoratio vero vel inconsisit se determinare et sequi illud iudicium. deratio alterius obiecti est illi impertinens, 13. Sed urgebis: nam si unum tantum per se loquendo ; ergo, si iudicet intellecadest iudicium, illud omnino sequetur vo­ tus hoc medium esse utile vel eligibile, luntas, quia non habet aliud ad quod se etiamsi simul iudicet aliud esse utile, potest vertat. Si vero adsunt plura, necessario se­ voluntas unum eligere, neque est necesse quetur illud quod est de utiliori medio aut ut intellectus prius de altero determinate meliori obiecto, atque ita semper determiiudicet esse eligendum, immo neque esse nabitur a iudicio. Respondetur, imprimis, eligibilius alio. posse esse iudiria de mediis aequalibus, et 12. Obiectioni respondetur.— Dices: si tunc voluntas nec poterit determinati a iu­ iudicium intellectus est indeterminatum, dicio nec necessario erit suspensa, sed haec quomodo voluntatis electio esse potest de­ est eius libertas ut unum possit eligere et terminata? Respondetur non posse dici iu­ aliud omittere. Quod si hoc non potest, non dicium indeterminatum quando per illud video quomodo possit dici libera; sed reiudicatur quale sit obiectum, et quam convera id potest, quia ad hoc est libera ut venientiam vel amabilitatem habeat; sed dici potest vel multiplex iudicium, quando possit velie quod bonum est et non velie quod necessarium non est. Estque illustre de pluribus obiectis iudicatur qualia sint, vel potest dici determinatum iudicium de exemplar huius libertatis voluntas divina, obiecto indifferenti, id est, non habente ne- quae inter hanc materiato et aliam omnino cessariam coniunctionem cum voluntate, licet aequalem et similem, et inter hos caelos et alios omnino aequales (et sic de alias rebus), aliquam bonitatem vel convenientiam ha­ beat, et talis determinano iudicii licet non hos elegit creare prae aliis, quod non potest sufficiat imponere necessitatem voluntati, referri in iudicium inacquale, quia neque

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Disputaciones metafísicas

p a rte de ellos n i p o r p a rte d e D ios hay razó n alguna en la q u e p u e d a fundarse u n juicio sem ejante q u e sea v e rd a d e ro ; consiguientem ente, esa elección previa sólo n ace de la lib re d eterm in ació n d e la v o lu n tad divina. A dem ás, in clu so cuan­ d o los objetos o los m edios se ju zg an desiguales, considero m ás p ro b a b le (aun­ q u e m enos cierto ) q u e la v o lu n ta d n o se d e te rm in a necesariam ente a lo q u e es. m ejo r en v irtu d d e l juicio. Se d em u estra p orque,, p o r el solo h echo de q u e nin­ g u n a de las d o s cosas se p ro p o n e com o necesaria, la v o lu n ta d p u e d e n o am ar a n in g u n a ; luego tam b ién p u e d e a m ar in d ife re n te m e n te a u n a d e ellas, prescin­ d ie n d o de la o tra. Y , en o pinión d e m u ch o s, esto es necesario en la v o lu n ta d di­ vina, ya q u e p u d o hacer cosas m ejores q u e las q u e hizo, y, sin em bargo, no q u iso hacerlas. P o r eso en señ an to d o s los teólogos q u e la E n carn ació n d e D ios fue el m ejor m e d io d e re d im ir a los h o m b re s, y q u e D ios juzgó necesariam ente esto con su ra z ó n antes de q u e re rlo , a pesar d e lo cual, y m anten ién d o se dicho juicio, D ios p u d o n o q u e re r ese m edio, sino otro. C o nsiguientem ente, el juicio acerca de u n m ed io m ejor o m ás ú til n o d e te rm in a a la v o lu n ta d a quererlo. P e ro h e dicho «en v irtu d d e l juicio» p o rq u e , e n v irtu d d e u n acto o de u n a in ten ció n a n te rio r d e la v o lu n tad p u e d e o c u rrir q u e se d eterm in e absolutam ente a elegir el m ed io m ás ú til, si esa m ayor u tilid a d es necesaria p a ra conseguir el fin, ta l com o se in te n ta b a ; p o rq u e en ese caso ya n o es solam ente m ás ú til, sino necesario p a ra realizar d ich a inten ció n . E n cam bio, si e sta m ayor u tilid a d n o es n ecesaria p a ra la in ten ció n d el fin, el juicio acerca de ella n o d ete rm in a rá a la v o lu n tad a q u e q u ie ra a b so lu tam en te ese m edio. ' 14. C o n esto, finalm ente, re su lta claro q u é d e b a decirse c u a n d o sólo hay u n ju ic io ; p o rq u e , a u n q u e el e n ten d im ien to pien se ú n icam en te e n u n solo ob­ jeto, y juzgue q u e d ich o objeto es conveniente y d ig n o d e ser apetecido, y ex­ h o rte p rácticam en te a la v o lu n ta d , en cu an to le es p o sib le , a q u e lo apetezca, todavía p u ed e la v o lu n tad , seg ú n su lib e rta d , n o am arlo, p u e sto q u e , para no ejercer e l acto precisam en te n o necesita o tro juicio, sino q u e b asta con q u e, por m edio d e aq u e l q u e e l h o m b re posee a ctu a lm en te, n o ju z g u e q u e este bien d e b e ser am ado necesariam en te p o r él a q u í y ahora. P o r eso, en ta l caso la vo­ lu n ta d p u e d e o su sp en d er e l acto o ap artar al e n te n d im ie n to p a ra q u e n o piense

ex parte ipsorum neo ex parte Dei est aliqua ratio qua possit fundari tale iudicium quod verum sit; est ergo illa praeelectio solum ex determinatione libera- divinae vo­ luntatis. Rursus ctiam quando obiecta vel media iudicantur inaequalia, censeo probabilius (licet minus certum) non determinan voluntatem necessario ad id quod est me­ lius ex vi iudicii. Probatur, quia, hoc ipso quod neutrum proponitur u t necessarium, potest voluntas utrumque non amare; ergo etiam potest indifferenter amare quodlibet illorum, praetermisso alio. Et in divina vo­ lúntate multis videtur hoc necessarium, quia potuit meliora facere quam fecit, et tamen noluit. Unde omnes theologi docent Dei Incarnationem fuisse optimum medium ad redimendos homines, idque necessario in­ dicasse Deum prius ratione quam illud vellet, et nihilominus stante ilio iudicio, potuisse Deum id non velie, sed aliud. ludicium itaque de meliori vel utiliori medio non determinai voluntatem ad illud volendum. Dixi autem ex vi iudicii quia ex vi

prioris actus aut intentionis voluntatis fieri potest ut omnino determinetur ad eligendum utilius medium, si ilia maior utilitas necessaria sit ad consequendum finem prout fuerat intentus; nam tunc iam non est tantum utilius, sed necessarium ad talem intentionem explendam. At si ilia maior uti­ litas non sit necessaria ad intentionem finis, iudicium de ilia non determinabit volunta­ tem u t omnino tale velit medium. 14. Ex quo tandem constat quid dicendum sit quando unum tantum adest iudi­ cium; nam, etsi intellectus de uno tantum obiecto cogitet, et illud iudicet esse conve­ niens et dignum u t appetatur, et quantum potest practice invitet voluntatem ut illud appetat, adhuc potest voluntas pro sua li­ berate illud non amare, quia ad non exercendum actum praecise non indiget alio iu­ dicio, sed satis est ut per illud quod homo nunc habet non iudicet hoc bonum hie et nunc esse sibi necessario diligendum. Unde potest tunc voluntas vel suspendere actum vel divertere intellectum ne de illo obiecto.

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e n dich o objeto, o aplicarlo a q u e investigue con m ayor diligencia, a p ro p ó sito de aq u el objeto, cu án ta sea su b o n d ad , y si lleva aneja alguna m alicia 0 discon­ veniencia por ra z ó n d e la cual pueda n o sólo n o am arlo, sino incluso odiarlo. C o n ­ sig u ien tem en te, el juicio e n cu an to tal n u n c a d eterm in a d e m an era ab so lu ta a la v o lu n tad , a n o ser q u e , p o r o tra p a rte , el objeto te n g a ese po d er p o r ra z ó n d e la excelencia d e su b o n d a d , cosa q u e tratarem os m á s abajo. A sí, pu es, d e este m o d o se resuelve p erfectam en te toda la dificu ltad p ro p u e sta y se hace u n a ex­ celente defensa d e n u e stra lib e rta d , adem ás d e e n te n d e rse con to d a clarid ad de qué' m anera se d a fo rm alm en te en la v o lu n ta d y cóm o actú a el en ten d im ien to en o rd en a ella y a su uso.

S E C C I O N

■ . C uál e s la

VII

raíz y e l origen d e l defecto d e la causa lib re

1. P ero todavía q u e d a n p o r resolver tre s dificultades señaladas en la c u a r­ ta razó n p ro p u esta en la sección segunda, y e n sus confirm aciones. L a p rim e ra e s : si la v o luntad p u e d e , a su antojo, q u e re r algo contra el juicio d e la razó n , ¿en qué sentido es cierto aq u e l principio d e m uchos filósofos y teólogos, seg ú n el cual n o p u ede h a b e r u n defecto en la v o lu n ta d si n o p recede en el juicio, p o r ejem plo, q u e sea erróneo, o al m enos im p ru d e n te y p recip ita d o ? E stableció este principio A ristóteles, en la Etica, lib. III, c. 1, 3 y 5 ; lib. V I, c. 12 y 1 3 ; lib . V il, c. 3 ; y en De Anima, lib . m , te x to 58, pasajes d e d o nde se h a to m ad o el siguiente ax io m a: Todo el que peca es ignorante. P arece q u e tam bién enseñó esto el Sabio, Proverb., 14, al d e c ir: Yerran los que obran el mal. P u ed e con­ firm arse p o rq u e , de lo co n tra rio , cabría la posibilidad d e que el h o m b re siem pre juzgase p ru d e n te m e n te con e l e n te n d im ien to y, no obstante* fuese vicioso e n la voluntad, lo cual está en co n tra de to d a la filosofía m o ral y de la experiencia. 2. Primera opinión.— E n esta dificultad, E scoto y otros autores n o v en in ­ conveniente en conceder q u e p u e d a darse u n defecto m oral e n la v o lu n tad sin que p reex ista n in g ú n defecto en el en ten d im ien to , p o rq u e p a ra faltar m oralm ente

cogitet, vel applicare ilium u t de tali obiecto diligentius inquirat quanta sit eius bonitas, et an habeat coniuctam aliquam malitiam vel disconvenientiam, ob quam possit non solum non amare illud, sed etiam odisse. Nunquam ergo iudicium ut sic determinat omnino voluntatem nisi alioqui obiectum ob excellentiam bonitatis eam vim habeat, quod inferius attingemus. In hunc ergo modum optime solvitur tota difficultas proposita nostraque libertas egregie defenditur; et di­ lucide intelligitur quomodo in volúntate formaliter sit, et quomodo ad illam et ad usum eius operetur intellectus.

possit velle aliquid contra iudicium rationis, quomodo verum sit dogma illud philosophorum et theologorum plurium, non posse esse defectum in volúntate nisi praecedat in iudicio, ut quod erroneum sit, vel saltern imprudens et inconsideratum. Quod prindpium tradidit Aristóteles, lib. I l l Ethic., c. 1, 3 et 5, et lib. VI, c. 12 et 13, et lib. VII, c. 3, et lib. I l l de Anima, text. 58, ex quibus loris sumptum est illud axioma: Omnis peccans est ignorans. Quod etiam Sapiens docuisse videtur, Proverb. 14, dicens: Errant qui operantur malum. Et confirman potest, nam alias contingere pos­ set hominem semper prudenter iudicare per intellectum, et tamen esse vitiosum in vo­ SECTIO VII lúntate, quod est contra omnem moralem Q uae s it rad ix e t o r ig o d e f e c t o s causae philosophiam et experientiam. LIBERAE 2. Prima opinio.— In hac difficultate, 1. Sed adhuc supersunt solvendae tres Scotus et alii auctores non reputant incon­ difficultates tactae in quam ratione propo­ veniens concederé posse esse moralem de­ sita in sectione secunda, et confirmationi- fectum in volúntate, nullo praeexistente de­ bus eius. Prima est, si voluntas pro libito fecto in intellects, quia ad defidendum mo-

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b a s ta .la lib e rta d d e la v o lu n ta d creada, h ag a el in telecto lo q u e haga, seg ú n co n sta con c larid ad p o r E sco to , en los lu g ares an tes citados, con q u ie n están de a c u e rd o G a b rie l y los n o m in alistas en g en eral, In III , d ist. 3 6 ; y A lm ain, tr a t. ITT Moralium , c. De prudentia. 3. S igue a p ro x im ad am en te esta o p in ió n A d rian o , Quodl. IV; p e ro la lim i­ ta o expone dicien d o q u e , q u ie n o b ra m al, sie m p re posee u n ju icio p ráctico p o r el q u e juzga sim plem ente, e n congruencia con su afecto, q u e él debe h acer esto, o q u e es necesario que él h a g a esto, su p u e sto d ic h o afecto, a u n q u e p o r o tra p a rte no tenga n in g u n a ig n o ran cia o e rro r acerca d e l juicio so b re to d a la ho n estid ad y m alicia d el objeto o de la operación. 4. P arece, sin em b arg o , q u e la c ita d a lim itació n n i se h a añ ad id o de m an era consecuente n i e s p le n a m e n te satisfactoria, y a q u e n o es p reciso q u e to d o afecto d eso rd en ad o d e la v o lu n ta d p ro ced a d e aq u e l ju ic io p ráctico c o n el q u e sim ple­ m e n te se ju zg a q u e algo d e b e hacerse .en consecuencia c o n u n afecto an te rio r. P o rq u e , o bien ese afecto o a p etito q u e p re c e d e a ta l juicio p ráctico es realizado p o r la v o lu n tad , o b ie n significa solam ente u n a p ro p e n sió n n a tu ra l, o incluso h a­ b itu a l, d e la vo lu n tad . P e ro d e n in g u n o d e esos m odos es necesario q u e p reced a ta l afecto o el juicio p rá c tic o c o n g ru en te c o n él. P o rq u e co n sid ero la p rim e ra v o lu n ta d d eso rd en ad a q u e se da en el h o m b re o e n el ángel q u e p rim era m en te se e n c u e n tra b ie n afectado y d isp u esto , in clu so con u n a inclin ació n n a tu ra l o h a­ b itu a l: en él n o p reced e u n juicio p ráctico n ac id o de alg u n a afección a n terio r m ala o q u e in clin e al m al, 5. C abe re sp o n d e r q u e tam b ién e n ese caso p re c e d e alg u n a inclinación n a­ tu ra l o elícita, y a u n q u e ésta n o sea m ala e n sí, n o o b stan te, com o el h o m b re se deja llevar p o r ella d e tal m o d o q u e ju z g a — n o con p ru d e n c ia , sin o con in co n ­ sideración— q u e él d eb e h a c e r o am ar algo, p u e d e c o n stitu ir o casión d e p ecar. A sí, pon ejem plo, en el sím il q u e A d rian o u tiliz a , si u n o tien e el afecto d e lib rar a u n h o m b re d e la m u e rte , y desp u és c o m p re n d e q u e sólo p u e d e lib ra rlo a costa d e m en tir, a u n c u an d o aq u e l p rim e r afecto a c tu a l y eh'cito n o sea m alo, el h om ­ b re p u ed e ju z g a r ab so lu tam en te, e n co n fo rm id a d c o n aquel afecto, q u e él debe m e n tir. D e m an era sem ejante, m ovido p o r u n n a tu ra l a m o r p ro p io n o m alo, o

raliter sufficit libertas voluntatis creatae, bitualem voluntads. Neutro autem modo quidquid intellectus operetur, ut patet ex necessarium est quod praecedat talis affec­ Scoto in locis’ supra chatis, cui consentíimt tus vel iudicium practicum illi conforme. Gabriel et nominales communiter, In III, Sumo enim primam voluntatem pravam, dist. 36; et Almain., tractatu II I Moralium, quae est in homine vel angelo prius bene c. de Prudent. affecto et disposi» edam in naturali vel ha3. Et hanc fere sententiam sequitur bituali inclinadone : in eo non praecedit Adrian., Quodl. IV ; eam vero limitai vel iudicium practicum ex aliqua priori affecdone vel mala vel ad malum inclinante. exponit dicens cura qui male operatur sem­ per habere iudicium practician quo simpli­ 5. Responded potest edam tunc praececiter iudicat, consentanee ad suum affectum, dere aliquam inchnationem naturalem vel hoc sibi esse faciendum seu hoc oportere elidtam, quae licet in se mala non sit, taa se fieri, supposito tali affectu, licet alias men, quia homo ex illa ita se duci sinit ut nihil ignoret ñeque erret circa iudicium de non prudenter sed inconsiderate iudicet aliomni honéstate et malitia obiecti seu operis. quid sibi esse faciendum vel amandum, pot­ 4. Verumtamen haec limitado nec vi- est esse occasio peccandi. Ut, verbi grada, in exemplo quo Adrianus utitur, si quis detur cons.equenter addita nec piene satishabet affectum liberandi hominem a morte, facere, quia non est necesse ut omnis praet deinde intelligat non posse ilium liberare vus affectus voluntatis procedat ex ilio iunisi mentiendo, etiamsi ille prior affectus dicio practico quo aliquid simpliciter iudiactualis et elicitus non sit malus, potest catur faciendum consequenter ad priorem affectum. Aut enim file affectus seu appe- homo iudicare absolute, consentanee ad il­ ium affectum, sibi esse mendendum. Simi­ titus qui praecedit tale iudicium practicum liter ex naturali amore sui non malo, vel est elicitus a volúntate, aut significat tan­ edam non elici», iudicat aliquis hoc botum propensionem naturalem aut edam ha-

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incluso n o elícito, alg u ien ju zg a q u e d ebe te n d e r h acia este bien d eleitable. Y, e n este sentido, antes d e cualquier acto m o ralm ente m alo, y antes d e l p rim e r afecto desordenado, p reced e siem pre aq u el juicio p ráctico p o r el que u n objeto m enos b u eno se p ro p o n e sim plem ente com o digno d e ser am ado, elegido, o in ­ cluso p referid o a o tro b ie n m ayor, juicio q u e se dice prácticam ente falso p o r no ser conform e al a p etito recto. 6. P ero a ú n p e rsiste la dificultad, p o rq u e n u n ca se d em u estra suficientem ente q u e sea necesario este juicio ta n absoluto p a ra q u e la volu n tad se m ueva — cosa q u e expresé antes dicien d o q u e n o se p recisa u n ju icio d e q u e se debe a m a r u n objeto, sino d e q u e se p u e d e am ar, n i d e q u e se d eb e eleg ir, sino de q u e se puede elegir— , y q u e n o siem p re se necesita u n juicio com parativo (p o r llam arlo así), p o r ejem plo, q u e esto es dig n o de ser elegido con p referen cia a otras cosas, sino q u e basta u n o ab soluto, a saber, q u e esto p u e d e esr elegido o q n e es ú til. O b ien , si es com parativo, p u e d e ser d e ig u ald ad o d e su p erio rid ad , n o absolutam ente, sino en una d e te rm in a d a ra z ó n d e bien, com o d eleitab le, e tc .; p o r ejem plo, si, m ovido p o r la in te n c ió n d e o b ten er la salud, alguien delib era acerca d e d o s m e­ dios, y juzga q u e am bos son aptos y útiles, p e ro q u e éste es m ás honesto y aquél m ás deleitable, y al m ism o tiem p o ju zg a en acto q u e , según la razón o la ley de la v irtu d , d eb e p re fe rirse aq u él, m ien tras q u e, d e acuerdo con la inclinación corporal o sensible, d e b e an teponerse éste, parece q u e n o se req u iere n in g ú n o tro juicio práctico a fin d e q u e la v o luntad elija, a su a rb itrio , u n o d e esos dos m e­ dios; p o rq u e n o p u e d e explicarse la necesid ad de o tro ju icio ; en efecto, c o n lasconsideraciones indicadas ya q u ed a suficientem ente p ro p u e sto el objeto, y el juicio sólo se req u iere p a ra q u e p ro p o n g a el ob jeto , com o hem os dicho arrib a siguiendo la opinión de Santo T o m á s, expresada ta m b ién en I-II, q . 82, a. 4, y d e m an era excelente en De Ventóte, q. 2 2, a. 11, ad 5, y a. 12.. 7. E sto p u ed e explicarse todavía m á s ; p o rq u e el juicio absoluto «esto h a de hacerse» es susceptible d e tres sentidos (com o advierte A driano arrib a y c o n ­ viene ten er m u y e n cu e n ta p a ra e n ten d e r todo lo dicho). E l p rim ero consiste en in d icar solam ente la fu tu ric ió n del acto, com o c u an d o decim os q u e P e d ro h a de ser elegido p a ra el e p isco p ad o ; este se n tid o es im p ro ced en te con resp ecto a

num delectabile sibi esse prosequendum. bus mediis, et iudicet utrumque esse apAtque in hunc modum ante omnem actum tum et utile, hoc vero esse honestius, illud malum moraliter et ante primum affectum autem delectabilius, simulque actu iudicet pravum praecedit semper illud iudirium secundum rationem aut legem virtuos illud pracdcum quo aliquod obiectum minus boesse praeferendum, iuxta inclinationem au­ num simpliciter proponitur ut amandum, tem corporis aut sensus hoc esse antepoeligendum aut praeferendum etiam alteri nendum, nullum aliud iudicium practicum maiori bono, quod iudicium dicitur prac­ requiri videtur ut voluntas suo arbitrio elitice falsum quia non est.conforme appegat aliquod illorum ; nulla enim nécessitas titui recto. alterius iudicii expUcari potest; nam per 6. Sed adhuc superest difficultas, quia ilia quae diximus iam est sufficienter pronunquam satis probatur esse necessarium positum obiectum, et iudicium solum requihoc iudicium ita absolutum u t voluntas mo- ritur ut proponat obiectum, ut supra dictum veatur, quod supra dicebam non esse neces­ est ex sententia D. Thomae, quam etiam sarium iudicium de obiecto amando, sed de habet I-II, q. 82, a. 4, et optime q. 22 de amabili, nec de eligendo, sed de eligibili, Verit., a. 11, ad 5, et a. 12. nec semper esse necessarium iudicium com7. Et potest hoc amplius declarari; nam parativum (ut sic dicam), scilicet, hoc es­ hoc iudicium absolutum: Hoc est facien­ se eligibile prae aliis, sed sufficere absolu­ tum, scilicet, hoc esse eligibile aut utile. dum (ut advertit Adrianus supra, et est valde notandum ad intelligenda omnia quae Vel si sit comparativum, potest esse cum acqualitate, vel cum excessu non simplici­ diximus), très potest habere sensus. Primus ter, sed in tali ratione boni, puta delecta- est ut solum dicat futuritionem actus, ut cum dicimus Petrum esse eligendum ad bilis, etc.; verbi gratia, si ex intentione sanitatis consequendae quis consulat de duo- episcopatum ; et hie sensus est impertinens 26

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las acciones m orales, com o resu lta claro p o r sí m ism o. E l segundo consiste en significar u n d éb ito de ley y d e h o n e stid a d ; tam b ién este sen tid o es im proce­ d en te en el caso p resente, p ues es claro que no se precisa q u e todo el que o b ra librem ente juzgue d e ese m odo, ya q u e, de lo co n trario , p a ra o b rar el m al sería preciso poseer u n juicio h erético , cual sería juzgar, a pro p ó sito de tal acto, que debía hacerse en aquel sentido. E l tercero consiste en significar u n a consecución necesaria de u n a cosa a p a rtir de otra, o la necesaria conexión de la ob ra subsi­ gu ien te con el pro p ó sito o in ten ció n anterior. Así, quien d eterm inó vengarse de u n enem igo, inm ed iatam en te q u e se le presen ta la ocasión juzga que debe m a­ tarlo. E ste sentido perten ece m ás a la c u estió n ; sin em bargo, tam b ién parece evi­ d e n te que tal juicio n o siem pre es necesario para o b ra r el b ie n o el m al, p o rq u e no siem pre se d a esa conexión necesaria e n tre la obra q u e se juzga que debe hacerse y algún afecto antecedente, según d e m u estra n con suficiencia los a rg u ­ m en to s aducidos. 8. Podem os, adem ás, a ñ a d ir u n cuarto sentido, a saber, q u e signifique la re ­ solución absoluta (por así decirlo) del h o m b re en orden a realizar tal ob ra o a q u e re r tal objeto. Y este acto, si se exam ina atentam ente la cu estión, no puede antec ed er al d ecreto lib re de la v o lu n tad , sino q u e d eb e seguirlo, n o sólo po rq u e aq u el juicio, e n el sentido in dicado, no p u ed e in ferirse, en v irtu d de la delibera­ ción, d e algunas prem isas — ya q u e éstas sólo dem u estra n , p o r p a rte del objeto, su b o n d a d o u tilid ad , p e ro n o la decisión d el h o m b re— ; sino ta m b ién porque dich a resolución es lib re y e n la realid ad n o es algo d istin to de la elección o la ejecución lib re , pues n o cabe en te n d e r n in g ú n otro objeto de aquel juicio en el sen tid o expuesto, y el h o m b re n o p o d ría ju zg ar con v erd ad acerca de tal re ­ solución libre si n o la tu v iese y a ; y, finalm ente, p o rq u e, com o ta l juicio es en absoluto' lib re, es preciso q u e nazca d e alguna v o lu n tad lib re ; ah o ra bien, no hay n in g u n a o tra v o luntad lib re d e la que p u e d a n acer, sino aquella p o r la que el h o m b re d eterm in a hacer lo que así juzga que d eb e h a c e r; lu eg o e n ningún sentido es v erd ad que aquel juicio p rácticam en te falso anteceda de m an era nece­ saria a cualquier deliberación desordenada de la v o lu n tad .

ad actiones morales, ut per se constat. Secundus est ut significet debitum legis et honestatis. Et hic sensus etiam est impertinens in praesenti, quia clarum est non es­ se necesse ut omnis qui libere operatur sic iudicet, alias oporteret ad operandum malum habere iudicium haereticum, quale esset in­ dicare de tali actu esse faciendum in ilio sensu. Tertius est ut significet nccessariam consecutionem unius ex alio seu nccessariam connexionem subsequentis operis cum priori proposito vel intentione. Quomodo, qui decrcvit vindictam sumere de inimico, oblata occasione statini iudicat esse occidendum. Et hic sensus magis ad rem spettai; tamen etiam videtur evidens tale iudicium non semper esse necessarium ad operandum vel bonum vel malum, quia non semper inter­ cedi! illa necessaria, connexio inter opus quod faciendum iudicatur et aliquem antecedentem affectum, ut argumenta facta satis probant 8. Addere ulterius possumus quartum sensum, nimirum, ut significet absolutam

(ut ita dicam) hominis resolutionem de tali opere exsequendo aut obietto volendo. Et hic actus, si attente res consideretur, non potest antecedere decretum liberum volun­ tatis, sed subsequi, tum quia illud iudicium in eo sensu ex vi consultationis non potest inferri ex aliquibus praemissis, quae solum ostendunt ex parte obietti bonitatem aut utilitatem, non hominis resolutionem. Tum etiam quia illa resolutio est libera, et in re non est aliud quam elecíio vel exsecutio libera; nullum enim aliud obiectum iílius iudicii in eo sensu intelligi potest; non pos­ set autem homo vere iudicare de tali reso­ lutions libera nisi iam illam haberet. Turn denique quia, cum illud iudicium absolute liberum sit, oportet ut ex aliqua volúntate libera oriatur; non est autem alia voluntas libera unde oriri pos sit, nisi illa qua homo decernit facere id quod sic iudicat sibi es­ se faciendum; ergo in nullo sensu verum est iudicium illud practice falsum neces­ sario antecedere quameumque pravam deliberationem voluntatis.

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Solución de la cuestión 9. P or eso, en la dificultad p ro p u esta, estim o q u e d eb e afirm arse q u e podem os h ab lar del juicio, la disposición o el d efecto del en ten d im ien to que a n tec ed e a la deliberación lib re de la v oluntad, o b ie n del q u e la sigue, al m enos en o rd en de naturaleza. Ig u alm en te p u ed e hablarse, ya de u n a n ecesidad física y ab so lu ta para que la volu n tad p u ed a o b rar, ya d e u n a necesidad m oral en conform idad con lo q u e, m oralm ente h a b lan d o , o cu rre siem pre. 10. Así, pues, en p rim e r lugar, n o considero absolutam ente necesario para obrar el m al v o lu n tariam en te que p reced a u n d efecto d e e rro r en el ju icio del entendim iento, ya especulativo, ya p ráctico . S egún creo, p ru e b a n esto suficien­ tem ente los arg u m en to s adu cid o s; y afirm am os q u e esto se sigue del p rin c ip io de q u e n in g ú n juicio d el e n te n d im ien to basta d e suyo p a ra d e te rm in a r a la voluntad. N i p u ed e apoyarse lo contrario e n las p a la b ra s d e A ristóteles, to d a vez que él no habla d e l e rro r, sino de la ignorancia. T a m p o c o en la s palabras del Sabio, n o sólo p o rq u e n o se refiere al e rro r q u e an tec ed e a la v oluntad, sin o q u e puede en tenderse d e l q u e la sigue, com o d iré en seguida, ya ta m b ién p o rq u e A driano expone esas p alab ras — y no d esacertadam ente— aplicándolas al e rro r de las costum bres, n o al d e la inteligencia, de ig u al m an era q u e se dice q u e yerra quien se a p a rta del cam ino recto , a u n cu an d o n o ten g a u n juicio falso en su entendim iento. 11. Algún defecto del entendimiento precede moralmente al defecto de la voluntad.— E n segundo lu g a r afirm o q u e , m o ralm en te hab lan d o , la v o lu n ta d n u n ­ ca falla si n o p re c e d e e n el en ten d im ien to algún defecto, al m enos cierta incon­ sideración de varias razones o m otivos que p u e d e n re tra e r a la v o lu n tad d e aq u el afecto en el que peca. E sto lo p ru e b a d e m an era suficiente la experiencia, y acer­ ca de dicha inconsideración p u e d e en ten d e rse lo d e l F iló so fo ; p o rq u e se dice que esta inconsideración es cierta ignorancia práctica. M ás a ú n : con referencia a ella in te rp re ta S a n to T o m á s las palabras del Sabio, en I-II, q. 7 8 , a. 1, ad 1 ; porque el juicio sobre lo q u e se debe hacer o ap ete cer, p ro ferid o absolutam ente

Quaestionis resolutio 9. Quocirca in proposita diffícultate dicendum censeo posse nos loqui de iudicio, disposinone aut defecai intellectus qui antecedit deliberationem liberam voluntatis, vel qui subsequitur saltern ordine naturae. Item, sermonem esse posse aut de necessi­ tate physica et absoluta ut voluntas operan possit, vel de necessitate morali secundum ea quae, moraliter loquendo, semper accidunt. 10. Primo ergo non existimo absolute necessarium, ad operandum malum per voluntatem, ut praecedar defectus erroris in iudicio intellectus, vel speculativo vel prac­ tico. Quod mihi satis probant argumenta facta; et hoc fatemur sequi ex ilio principio, quod nullum iudicium intellectus per se sufficit ad determinandam voluntatem. Ñeque oppositum fundari potest in verbis Aristotelis, cum ipse non de errore, sed de ignorantia loquatur. Ñeque in verbis Sa-

pientis, turn quia non loquitur de errore antecedente voluntatem, sed potest intelligi de subsequente, ut iam dicam; tum etiam quia Adrianus illa verba exponit, et non male, de errore morum, non intelligentiae, sicut errare dicitur qui discedit a recta via, etiamsi in intellectu non habeat iudicimn falsum. 11. Aliquis defectus intellectus moraliter praecedit defectum voluntatis.— Secundo assero, moraliter loquendo, nunquain volun­ tatem labi quin praecedat in intellectu aliquis defectus, saltern inconsideratio aliqua plurium rationum vel motivorum quae pos­ sum voluntatem continere ab eo affectu in quo peccar. Hoc satis probat experientia, et de hac inconsideratione intelligi potest Philosophus; nam haec inconsideratio dici­ tur quaedam ignorantia practica. Immo de illa interpretatur D. Thom. verba Sapientis, I-II, q. 78, a. 1, ad 1; quia iudicium de agendis vel appetendis absolute prolatum cum tali inconsideratione quidam error prac-

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c o n ta l inconsideración, es u n e rro r práctico p o r ser ú n acto im p ru d e n te y, d e suyo, disconform e con el ap etito recto. A hora, b ien , no co m p ren d o que sea n e­ cesario, incluso m o ralm ente y según los acontecim ientos o rdinarios, que ese ju i­ cio, o sea form alm ente com parativo, en el sen tid o d e q u e esto d eb e elegirse con preferen cia a lo o tro , o verse form alm ente sobre u n objeto e n cu a n to debe am ar­ se o hacerse, d e m an era absoluta, en alguno 'd e lo s sentidos a rrib a establecidos; p o rq u e contra esto tien en suficiente validez los arg u m en to s an tes sen tad o s; eri cam bio, en tien d o q u e m o ral y ord in aria m en te in terv ien e u n ju icio con el q u e se juzga de m an era absoluta q u e este objeto o esta ob ra es a q u í y ahora conve­ n ie n te p o r deleite u h o n o r, o p o r o tra razó n sem ejante, y dig n o o- suficiente para ser apetecido a q u í y ahora. E fectivam ente, este juicio basta p a ra q u e la voluntad p u e d a m overse, com o se h a dem ostrado con a m p litu d y e x p o n d ré m ás abajo e n la d isp u tació n d e la causa final. P e ro frecu en tem en te se tien e ta l juicio de ese m o d o ab so lu to y sim p le ; p o rq u e , d e ord in ario , n o se tien en al m ism o tiem ­ p o varios juicios, n i se com paran varios objetos e n tre sí n i varias razones de b o n d a d y de m ald ad p erten ecien tes a u n m ism o o b je to ; es m ás, aun cuando e n alguna ocasión anteceda esta com paración, e n el m om ento en q u e el h o m b re q u iere lib rem en te u n objeto m alo, p o r lo reg u lar a p arta los ojos d e su m ente d e o tras razones y atiende a aquella q u e m ueve su v o luntad a tal acto, y de ese m odo concibe el juicio an ted ich o . Y esto es suficiente p a ra q u e -tal juicio se considere p rácticam en te erróneo, ya q u e incluye v irtu alm en té lg com páración y preferen cia d e aq u el objeto con respecto a otros y, p o r consiguiente, incluye u n a disco n fo rm id ad con el a p e tito recto. 12. El juicio práctico sigue al acto libre de la voluntad.— P e ro añado, en te rc e r lu g ar, que es p ro b a b le q u e d el consen tim ien to lib re d e .la v o lu n tad acerca' d e las cosas q u e h a y q u e h a c e r se siga n ecesariam ente en el e n ten d im ien to aquel juicio práctico sobre esas m ism as cosas, p o r el q u e se juzga e n absoluto que esto d eb e h acerse e n los sen tid o s tercero y c u a rto a rrib a explicados. Y si esto es c ie rto , p o r ra z ó n d e ta l juicio p u ed e decirse con v erd ad q u e y e rra n siem pre, in clu so in telectu alm en te, q u ien es ob ran e l m al, m as n o con u n e rro r especula­ tivo, sino p ráctico , n i tam p o co con u n e ro r q u e anteceda al consentim iento libre d e la v o lu n tad , sino q u e se siga d e él. Se o b je ta rá : si ta l juicio n o antecede en

ticus est, nam est actus imprudens et de se difformis appetitili recto. Non intelligo autem esse necessarium edam moraliter et se­ cundum id quod regulariter accidit ut iudicium hoc sit vel formaliter- comparadvum, scilicet, hoc esse eligendum prae alio, vel ut formaliter sit de obiecto ut omnino dili­ gendo vel faciendo in aliquo sensu ex su­ pra posiris; contea hoc enim sufficienter procedunt argumenta superius facta; sed in­ telligo moraliter ac regulariter intervenire iudicium quo absolute iudicatur hoc obiectnm vel hoc opus hic et nunc esse conve­ niens ob delectationem vel honorem, vel aliam similem rationem, et dignum vel sufficiens ut hic et nunc expetatur. Hoc enim iudicium sufficit ut voluntas moveri possit, ut late probatum est et infra dicatn in disputatìone de causa finali. Frequenter autem habetur tale iudicium ilio modo absoluto et simplici; nam regulariter non habentur siami plura iudicia, nec comparantur varia obiecta inter se nec plures rationes boni et

mali eiusdem obiecti; immo, licet haec col­ labo aliquando antecedat, in eo momento quo homo libere vult obiectum pravum, re­ gulariter avertit oculos mends ab aliis rationibus, et ad illam attendit quac moveat voluntatem ad talem actum, et ita concipit praedictum iudicium. Et hoc sads est ut illud censeatur practice erroneum; nam virtute includit comparationem et praelationem illius obiecti ad alia, et consequenter includit. difformitatem ad appetitum rectum. 12. Iudicium practicum actum liberum voluntatis sequitur.— Addo vero tertio pro­ babile esse, ex consensu libero voluntatis circa res agendas, ex necessitate sequi in intellectu iudicium illud practicum de eisdem rebus quo simpliciter iudicatur hoc es­ se agendum, in tertio et quarto sensu supra declarato. Quod si hoc verum est, ratione talis iudicii merito dici possunt errare sem­ per, etiam secundum intellectum, qui operantur malum, non errore speculativo, sed practico, neque errore qui liberum consen-

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m a n e ra alguna al consentim iento lib re , en to n ce s n o se p one p a ra q u e re p re se n te al objeto an te la v o lu n ta d n i para q u e in d u z c a a é sta al co n se n tim ie n to ; e n ese caso, ¿para q u é es necesario ta l acto? Se resp o n d e que parece necesario, en p rim e r lu g ar, p o r la n a tu ra l sim patía y arm onía d e estas p o ten cias, q u e fue necesaria para q u e el h o m b re p u ed a realizar m ejor lo q u e d ete rm in a h a c e r. A de­ m ás, p o rq u e , con a n te rio rid a d tem p o ral o n a tu ra l a su consentim iento, el h o m ­ b re n o sabe q u e va a co n sen tir, y p o r ello es p reciso q u e , in m ed iatam en te q u e consiente, sepa y se n otifique a sí m ism o (p o r decirlo d e este m odo) o p ro m u l­ gue su c o n sen tim ien to ; p e ro esto se lleva a cabo m e d ia n te aq u e l juicio. 13. Y d e a q u í re su lta , adem ás, q u e , si aquel co n sen tim ien to lib re v e rsa so­ b re alguna cosa q u e ha. de hacerse y, p o r tan to , d eb e ponerse en p rá c tic a m e­ d ian te alguna acción, en seguida el en te n d im ie n to ju z g a d e m an era to ta lm e n te p ráctica q u e eso d e b e h a c e rse ; éste es e l im perio q u e S anto T o m ás p o n e e n el en te n d im ie n to desp u és d e la elección eficaz de la v o lu n tad . E n cam bio, si el consen tim iento d e la v o lu n ta d p rocede p o r sim ple a m o r o deleite sin ord en arse a la realización d e o tra acción, entonces n o se sig u e e n el e n te n d im ie n to u n juicio d e q u e d eba h acerse alguna cosa, el cual sirva com o p a ra im p u lsa r a la operación, a u n q u e se sigue u n juicio acerca de ta l consentim iento en cu an to p restad o ya, y p u e d e llam arse com o u n a cierta ciencia de a p ro b ació n p o r la q u e el ho m b re, en v irtu d d el libre consentim iento m alo, com o a p ro b a n d o ese consentim iento, juzga p rácticam en te que él d eb e am ar aquello. P o r eso n o p u e ­ de llam arse Im perio con resp ecto a tal co n sen tim ien to d e la v o lu n ta d , p o rq u e el im p erio en cu a n to tal se refiere al acto su b sig u ie n te ; en efecto, n o se im ­ pera lo q u e ya se h a hecho, sino lo q u e d e b e hacerse, com o observa con acierto S anto T o m á s en I-II, q . 17, a. 3. L o dich o p arece suficiente acerca d e aq u ella p rim era dificultad, seg ú n req u iere la p re se n te ocasión. (C onsúltese S anto T o m á s, I I cont. Gent., c. 4 8 , y e n el m ism o lu g a r e l F e rra rie n se , a p ro p ó sito de la te r­ cera ra z ó n .)

sum antecedat, sed qui ex ilio sequatur. Dices- si tale iudiciùm nullo modo ante­ cedi consensum liberum, ergo non ponitur ut repraesentet voluntati obiectmn, neque ut inducat illam ad consensum; ad quid ergo est necessarius talis actus? Respondent videri necessarium primo ex naturali sympathia et conseiisione harum potentiarum, quae necessaria fuit ut homo possit melius exsequi quod faciendum decernit. Deinde, quia prius tempore vel natura quam homo consentit, non scit se consensurum; et ideo necessarium est ut, statina ac consen­ tit, sciât et (ut ita dicam) sibimet notified seu promulget suum consensum; hoc autem fit per illud iudicium. 13. Et hinc fit ulterius u t si file liber consensus sit de aliqua re agenda, et ideo per aliquam actionem sit exsecutioni mandandus, statina intellectus omnino practice iudicet id esse agendum; et hoc est impe­ rium quod D. Thomas ponit in intellectu

post efficacem electionem voluntatis. Si autem consensus voluntatis sit per simplicem amorem vel delectationem sine ordine ad aliam actionem exsequendam, tunc in in­ tellectu non sequitur iudicium de aliqua re agenda quod sif quasi impulsivum ad opus, sequitur tam en. iudicium de tali consensu u t iam exhibito, et dici potest quasi quaedam scientia approbationis qua homo ex vi pravi consensus liberi, quasi approbando il­ ium consensum, practice iudicat id sibi esse diligendum. Illud tamen non potest dici imperium respectu talis consensus volunta­ tis quia imperium, ut sic, respicit actum subsequentem; non enim imperatur quod iam factum est, sed quod faciendum est, ut recte notat D. Thomas, I-II, q. 17, a. 3. Atque haec videntur satis de illa prima difficultate pro huius loci opportunitate. (Vide D. Thom., II cont. Gent., c. 48, et ibi Fer­ rar., circa rationem tertiam.)

Disputaciones metafísicas

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S E C C I O N

V I I I

P ara qué actos e x is t e indiferencia en la causa lib r e 1. L a seg u n d a d ificultad señalada m ás a rrib a e ra cóm o se llam a a la vo -' Im itad potencia fo rm alm en te lib re , siendo así q u e en sus p rin cip ales a c to s apa­ rece n o lib re. E n esta dificultad se in sin ú an dos cuestiones. U n a : si la v o lu n ta d p u e d e realizar u n o s actos lib re m e n te y o tro s p o r necesidad. O t r a : si p u ede am bas cosas, cuáles son los actos q u e ejerce lib re m e n te y cuáles los q u e ejerce necesariam ente.

Primer punto sobre el doble modo de obrar de la voluntad 2. S obre la p rim e ra p a rte p u ed e aducirse a q u í la o pinión d e E sco to , In I, d ist. 2 , q. 7, y d ist. 10, q . 1, y en Quodl., q . 16, lugares e n los q u e afirm a que u n a poten cia sólo p u ed e te n e r u n m o d o d e o b ra r; p o r eso, com o la v o lu n tad es, p o r n a tu raleza, lib re e n su o b rar, n o p u e d e te n e r otro m o d o d e o p erar en su s a c to s; y así concluye q u e la v o lu n tad realiza lib rem en te todos sus acto s; h a sta el p u n to d e sostener q u e incluso D ios se am a a sí m ism o lib rem en te, y q u e el P a d re y el H ijo p ro d u c e n lib re m e n te (p o r la m ism a razón) al E sp íritu S anto. P ero en esto n o p u e d e h a b e r discusión e n tre los católicos, a n o ser que se d é equivocidad en el té rm in o «libertad». P o r ta n to , E scoto, en el lu g a r ci­ tad o , n o e n tien d e lo «libre» e n cu a n to se opone a lo necesario, sino e n cu an to se o p one a «coaccionado» o «no v o lu n tario » . P o rq u e allí declara expresam ente (y n o h u b ie ra p o d id o negarlo sin herejía) q u e la procesión del E sp íritu Santo es to talm en te necesaria, de su e rte q u e im plica con trad icció n el q u e n o se d é , o el q u e D io s n o se a m e ; p re te n d e , em pero, q u e la n ecesid ad n o co ntradice a la lib e rta d ; sino q u e -m á s b ie n la consolida y p erfe c c io n a ; y , a la inversa, q u e el m odo de o b ra r n atu ra lm e n te re p u g n a a la v o lu n ta d , ya q u e lo lib re y lo natu ral son m odos d e o b ra r n o sólo diversos, sino ta m b ié n opuestos. 3. S in em b arg o , to d o el ra zo n am ien to d e E scoto se fu n d a e n u n a equivo­ cidad d e térm in o s, p o rq u e c laram en te en tie n d e lo «libre» e n sen tid o d e lo volunSECTIO V III Ad

quos

actos

s it

in d if f e r e n t ia

IN CAUSA LIBERA

1. Secunda difficultas superius tacta erat quomodo voluntas dicatur potentia formaliter libera, cum in praecipuis actibus suis inveniatur non libera. In qua difficultate duae quaestiones insinuantur. Una est an voluntas possit quosdam actus libere, alios vero ex necessitate elicere. Alia est, si utrumque potest, quosnam actus libere, quosve necessario exerceat. P rior p u n ctu s de duplici m odo opercmdi voluntatis

2. Circa priorem partem referri potest hic opinio Scoti, In I, dist. 2, q. 7, et dist. 10, q. 1, et in Quodl., q. 16, quibus locis asserit unius potentiae tantum esse posse unum operandi modum; et ideo, cum voluntas natura sua libera sit in operando, non posse alium operandi modum in suis

actibus habere; atque'ita concludit voluntatem libere exercere omnes actus suos; adeo ut asserat Deum etiam seipsum libere diligere, et Patrem ac Filium (eadem ratione) libere producere Spiritum Sanctum. Sed in hoc non potest esse controversia in­ ter catholicos, si non sit aequivocatio in voce libertatis. Scotus ergo in citato loco non sumit liberum prout opponitur neces­ sario, sed prout opponitur coacto seu non voluntario. Expresse enim ibi fatetur (ñeque id potuisset sine haeresi negare) processionem Spiritus Sancti esse omnino necessa­ ria!«, ita u t implicet contradictionem illam non esse, aut Deum non se amare; con­ tend« tamen necessitatem non repugnare libertad, sed potius firmare ac perficere il­ lam; et e converso modum operandi naturaliter repugnare voluntad, quia liberum et naturale sunt modi operandi non tantum diversi, sed etiam oppositi. 3. Verumtamen totus discursus Scori fundatus est in nominum aequivocatione ;

Disputación X IX .— Sección VIII

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• tario perfecto, q u e sigue al conocim iento intelectual, y sin discusión a veces ad ­ m ite necesid ad ; p o r n u e stra p a rte , d e b u e n grado concedem os a E scoto q u e esta acepción de la p a la b ra libre n o es del to d o in u sitad a, p ues tam b ién la em plea e n algunas ocasiones S an to T o m ás, com o es evid en te por la cuestión 10 De Potentia, a. 2, ad 5, cu an d o dice que D ios se am a lib rem en te. N osotros, em p ero t—según observam os e n la Sección 2— , n o en tendem os «libre» en este sen tid o , sino e n cu an to añ ad e algo a «voluntario», ya que el F ilósofo lo distingue d e esto é n II I d e la Etica, c. 4 y 5 ; p ero n o se d istingue c o n respecto a la v o lu n ta d h u m an a, a n o ser q u e lo lib re excluya la necesidad d e o b rar, com o en señ aro n los d em ás teólogos, In II, d ist. 2 4 y 2 5 ; y A lejandro d e H ales, I I p ., q. 72, m iem ­ b ro 3, a. 5 ; y S an to T o m á s, q . 6 De Malo; y co n sta suficientem ente p o r los arg u m en to s c o n q u e hem os dem ostrado q u e estam os lib res d e la necesidad de o b ra r. .4. L a misma .•voluntad puede amar unas cosas libremente y otras de ma­ nera necesaria.— A sí, p u e s, suponiendo este sen tid o v erdadero, en el caso p re ­ se n te debe decirse que n o h ay contradicción en q u e u n a m ism a v o lu n tad q u ie ra u n as cosas lib rem en te y otras de m an era n o lib re , sino necesaria. Se p a te n tiz a p o r inducción, ya q u e la v o lu n tad divina am a al m ism o D ios necesariam ente y a las dem ás cosas n o p o r necesidad, sino con lib e rta d ; e igual sucede, g u a r­ d a n d o la debida p ro p o rció n , en la v o lu n tad creada. Y la razó n a priori — q u e, al m ism o tiem po, d esv irtú a el fu n d a m e n to de E scoto, si se aplica co n tra él— consiste en q u e esas dos cosas n o en tra ñ a n oposición, ya q u e n o están referid as a lo m ism o. P u es el q u e u n m ism o acto sea, a la vez y bajo el m ism o resp ecto , lib re y necesario im plica u n a contradicción p a lm a ria ; p e ro n o hay co ntradicción alg u n a en q u e , tra tá n d o se d e actos diversos y sobre objetos diversos o p o r d i­ versos m edios, u n o p ro c e d a lib rem en te y el o tro n ecesariam ente d e u n a m ism a p o tencia. Y n o es p reciso q u e el o tro m odo de o b ra r sea adecuado a ta l p o te n ­ cia, ya q u e p u e d e se r u n a potencia su p erio r y m ás u n iv e rsa l; asim ism o p u e d e te n e r sobre u n acto u n a doble p o te sta d , a saber, la d e o b ra r y la de n o o b ra r, y, e n cam bio, so b re o tro , sólo u n a : la d e o brar. P o r ú ltim o, esta diferencia

nam liberum dare sumit pro voluntario perfecto, quod sequitur ad intellectualem cognitionem, et absque controversia interdum admittit necessitatem; et nos gratis concedimus Scoto hanc acceptionem vocis liberum non esse prorsus inusitatam; nam ilia etiam D. Thomas interdum utitur ut patet ex quaestione i0 de Potent., a. 2, ad 5, dum dicit Deum libere se amare. Nos vero, ut in sectione 2 annotavimus, non sumimus liberum hoc modo, sed ut aliquid addit su­ pra voluntarium; ab illo enim distinguitur a Philosopho, II I Ethic., c. 4 et 5; non distinguitur autem respectu voluntatis humanae, nisi liberum excludat necessitatem in operando, u t caeteri theologi docuerunt, In II, dist. 24 et 25; et Alens., II, q. 72, membr. 3, a. 5; et D. Thomas, q. 6 de Malo; et satis constat ex iis quibus probavimus nos esse liberos a necessitate agendi. 4. Libere quaedam, alia necessario ama­ re potest eadem voluntas.— Hoc ergo vero sensu supposito, dicendum in proposito est

non repugnare eamdem voluntatem quasdam res libere amare, alias vero non libere, sed necessario. Patet inductione, quia voluntas divina necessario diligit ipsum Deum, alia vero non necessario, sed libere; et idem invenitur, servata proportione, in voluntate creata. Rado vero a priori est, quae simul dissolvit fundamentum Scoti, si contra hoc applicetur, nam illa duo non indudunt oppositionem, quia non sunt respectu eiusdem. Quod enira idem actus simul et secundum idem sit liber et necessarius, piane involvit contradictionem; tamen, quod actus diversi, et circa diversa obiecta, vel per diversa me­ dia, unus procedat libere et alter necessa­ rio ab eadem potentia, nulla est repugnantia. Neque necesse est ut alter modus ope­ randi sit adaequatus tali potentiae, nam potest esse potentia superior et universalior ; item potest circa unum actum habere duplicem potestatem, agendi scilicet et non agendi, circa alium vero alterata tantum, scilicet agendi. Denique in obiectis ipsis pot-

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. Disputaciones metafísicas

p u e d e fu n d am en tarse en los objetos m ism os, y d e a h í se tom a la ra z ó n a prioñ, com o se explicará en seguida, en la seg u n d a p a rte p ro p u e sta d e esta sección. 5. C on esto se com prende lo q u e d eb e decirse de esta m ism a cuestión bajo los té rm inos libremente y naturalmente; p u es ta m b ié n este segundo vocablo p re ­ senta equivocidad en E scoto, en el lu g ar antes citado. E n efecto, u n as veces se dice q u e obra n atu ra lm e n te lo q u e op era n o sólo p o r im pulso de la naturaleza', sino tam bién sin conocim iento previo y, consiguientem ente, sin a p etito elícito ; este «natural» excluye n o sólo a «libre», sino ta m b ié h a «voluntario», a la m a­ nera com o decim os q u e la tie rra se m ueve n a tu ra lm e n te , el fu eg o calienta, e tc .; y en este sentido es verd ad lo que E scoto dice de q u e la v o lu n tad n o p u ed e o b ra r lib re y n a tu ra lm e n te , incluso en actos d istin to s, ya q u e es preciso que opere con u n conocim iento previo y de m an era v oluntaria. M as en o tro sentido, n ó m enos em pleado, se llam a operación n a tü ra l la q u e p ro ced e de u n a inclina­ ción d e la n atu raleza en cu a n to absolutam ente d eterm in ad a a u n a sola cosa, aun c u an d o al m ism o tiem po p ro c e d a de u n conocim iento previo y d el apetito vital y, p o r últim o, v o luntariam ente, a la m an era com o se dice q u e los b ru to s se m ue­ ven n atu ra lm e n te o apetecen algo; y en este sen tid o sostiene m u y b ie n S anto T o m ás, en I, q. 41, a. 2, y q . 8, a. 1 y 2, q u e n o hay con trad icció n en q u e la m ism a p o ten cia de la v o lu n tad q u e ejerce varios actos lib re m e n te , realice algunos de m a n e ra n a tu ra l, ya q u e la m ism a v o lu n ta d tiene su p ro p ia n a tu ra ­ leza, p o r la cual p u ed e ser determ in ad a a algún actq, a u n q u e n o sea d eterm in ad a a todos por ra z ó n de la diferencia de objetos, com o después verem os. 6 . P o r qué la voluntad no puede moverse sino voluntariamente.— M a s p u e­ de p re g u n ta r a lg u n o : p u esto q u e la v o lu n ta d o b ra v o lu n tariam en te y lib rem en ­ te , ¿ p o r q u é le rep u g n a p oseer o tro m o d o d e o b ra r q u e n o sea el v o luntario y, e n cam bio,' n o le re p u g n a poseer otro m o d o d e obrar q u e n o s e a 'e l lib re? Se resp o n d e q u e ello o cu rre p o rq u e el p rim e r m o d o es ad ecuado a la volu n tad y el segundo n o ; en efecto, la v o lu n tad es ad ecuadam ente v o lu n ta d , p e ro n o es adecuadam ente libre albedrío, y a q u e éste es cu asi in fe rio r o m ás lim itado, p o rq u e el libre albedrío incluye n ecesariam ente la v o lu n tad o p rin cip io del acto voluntario, seg ú n hem os explicado arrib a , y añ ad e la lib e rta d , o sea, la indi-

est haec differentia fundari, et inde sumí-, tur ratio a priori, ut statini in alia parte proposita huius sectionis declarabitur. 5. Ex quibus intelligitur quid dicendum sit de hac eadem re sub illis terminis libere et naturaìiter; ham etiam in hac posteriori voce est aequivocatio apud Scotum supra. Interdum enim dicitur naturaìiter operari quod non solum ex naturae Ímpetu, sed etiam absque praevia cognitione, et consequenter absque appetito elicito operator; atque hoc naturale excludit non solum li­ berum, sed etiam voluntarium, quomodo dicimus terram naturaìiter moveri, ignem calefacere, etc.; et in hoc sensu verum est quod Scorns ait non posse voluntatem libere et naturaìiter operari, etiam in diversis actibus, quia necesse est ut praevia cogni­ tione et voluntarte operetur. Alio tarnen modo non minus usitato dicitur operario natoralis quae est ex inclinatíone naturae ut omnino determinatae ad unum, etiamsi simul sit ex cognitione praevia et ex appe­ tito vitali, ac denique voluntarie, quo modo dicuntur bruta naturaìiter se movere aut

aliquid’ appetere; et hoc modo dicit optime D. Thom., I, q. 41, a. 2, et q. 8, a. 1 et 2, non repugnare eamdem potentiam volunta­ tis quae plures actus libere exercet aliquos naturaìiter elicere, quia ipsa voluntas suam propriam habet naturam, a qua potest de­ terminati ad aliquem actom, quamvis non determinetur ad omnes propter differentìam obiectorum, u t mox videbimus. 6. Cur voluntas non nisi voluntarie mo­ veri possit.— Sed quaeret aliquis, cum vo­ luntas et voluntarie et libere operetur, cur repugnet ei habere alium modum operandi quam voluntarium, non repugnet autem ha­ bere alium modum operandi quam liberum. Respondetur id contingere quia prior modus est adaequatus voluntati, non autem poste­ rior; nam voluntas adacquate est voluntas, non est autem adacquate Uberum arbitrium; nam hoc est quasi inferius seu magis limitatum; nam liberum arbitrium necessario includit voluntatem seu principium voluntarii actus, u t supra declaratum est, et addit libertatem, id est, indifferentiam seu

Disputación XIX.—Sección VIII

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•ferencia o p o d e r d e n o o b rar. T a m b ié n p u e d e explicarse m ejor esta ra z ó n p o r ios o b jeto s; efectivam ente, el objeto ad ecuado d e la v o lu n tad es el b ie n , q u e necesariam ente d ebe suponerse, conocido, ya que la v o lu n tad es esencialm ente u n ap etito elicitivo; p o r eso, n ecesariam ente obra con u n conocim iento p rev io y p o r m odo d e a p e tició n ; y esto es obrar v oluntariam ente. A hora bien, b a jo .este o b jeto adecuado p u e d e n encontrarse varios objetos m u y diferentes e n b o n d ad , y, p o r lo m ism o, ta m b ié n d iferentem ente am ables en lo q u e respecta a la lib er­ tad. o a la necesidad. F in alm en te, q u e el acto realizado p o r el apetito sea vo­ lu n ta rio consiste e n u n m o d o positivo d e ese acto, d e tal m anera in trín seco que n o se d istingue d el acto, p o r lo q u e es inseparable d e é l; p e ro la lib e rta d del acto sólo añade u n a denom inación to m ad a d e la p o ten cia, e n cuanto tien e capa­ cidad de no realizarlo o d e suspenderlo, y esa denom in ación p u e d e no convenir al acto si la v o lu n tad n o tie n e ta l p o te sta d sobre él. ■ Segundo punto: a qué objetos es movida necesariamente la voluntad 7. A propósito d e la segunda p a rte p o d rían tra ta rse varias cuestiones so­ b re los actos necesarios d e la v oluntad, ya en la vid a p resen te, ya en la fu tu ra . P ero esas cuestiones tie n e n sus lugares p ro p io s, b ie n en la psicología, b ie n en la teología; a q u í sólo se ro z a n en la m e d id a e n q u e son necesarias p a rá explicar en general los diferen tes m odos de las causas eficientes y la n ecesidad o con­ tingencia de los efectos d e l u n iv erso , y p a ra reso lv er las d ificultades q u e se presen tan acerca .de esto, y a q u e a eso tie n d e to d a la p resen te d isputación. Y de m anera p rin cip al d eb e estu d iarse cierta opinión de m uchos q u e afirm an q u e la voluntad únicam en te es lib re e n la elección d e los m ed ios, n o en el am or o in ­ tención del fin. D ich a o p in ió n p u e d e fu n d am en tarse en A ristóteles, n i d e la Etica, c. 2 y 3 , d o n d e dice q u e la deliberación no versa sobre el fin, sino sólo sobre los m edios. D e ah í p u ed e elaborarse u n a rg u m e n to : todo lo lib re p u e d e som eterse a d e lib eració n ; p e ro n o p u e d e som eterse a deliberación m ás q u e la elección; luego sólo es lib re la elección. L a m ayor es clara, ya q u e en to d a cosa libre h a y alguna in d ifere n cia y razó n de te n d e r o n o te n d e r; luego p u e d e so-

potestatem non operandi. Deinde ex obiectis potest magis explicari haec ratio; nam adaequatum obiectum voluntatis est bonum, quod necessario supponi debet cognitum, quia voluntas essentialiter est appetitus elicitivus; et ideo necessario operatur praevia cognitione et per modum appetitionis ; et hoc est operari voluntarie. Sub hoc autern obiecto adacquato possunt esse varia obiecta multum in bonitate differentia, et ideo etiam diversimode amabilia quoad libertatem vel necessitatem. Denique actum elicitum ab appetitu esse voluntarium consistit in positivo modo talis actus, ita intrinseco ut ab actu non distiliguantur, et ideo est ab eo inseparabile; liberum autem in actu so­ lum superaddit denominationem a potentia, quatenus potens est ad non eliciendum seu suspendcndum ilium, quae denominatio pot­ est non convenire actui, si voluntas non habeat talem potestatem in actum.

cessariis voluntatis, vel in praesenti vita vel etiam in futura. Sed illàe quaestiones pro­ pria habent loca, vel in scientia de anima vel in theologia; hic vero solum attinguntur quatenus necessariae sunt ad explicandum in generali varios modos efficientium causarum et necessitatem vel contingentiam effectuum universi, et ad solvendas difficultates circa hoc occurrentes, hue enim tota haec disputatio tenditi Praecipue vero est tractanda quaedam sententia multorum dicentium voluntatem solum esse liberam in electione mediorum, non vero in amore vel intentione finis. Quae sententia potest ha­ bere fundamentum in Aristot., I l l Ethic., c. 2 et 3, ubi dicit consultationem non esse de fine, sed tantum de mediis. Ex quo pot­ est confici argumentum; nam omne liberum potest in consultationem cadere; sed non potest cadere in consultationem nisi electio; ergo non est libera nisi electio. Maior patet, Posterior punctus, ad quae obiecta necessìtetur voluntas nam in omni libero est aliqua indifferentia 7. Circa posteriorem partem variae et ratio tendendi aut non tendendi; ergo pot­ quaestiones tractari possent de actibus ne- est cadere in consultationem an tale obiec-

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. Disputaciones metafísicas

m e te rse a d eliberación si ta l objeto o tal acto es conveniente o n o. Y se con­ firm a, en p rim e r lu g ar, p o rq u e la v o lu n ta d y el lib re albedrío se com paran de igual m anera q u e el e n te n d im ie n to y la ra z ó n ; p e ro e l en te n d im ie n to , en cuanto ra z ó n , no versa sobre los p rin c ip io s, sino sobre lo q u e colige de los p rin c ip io s; lu eg o la v o lu n tad , en c u a n to lib re alb ed río , n o versa sobre el fin, sino sobre lo q u e elige p o r ra z ó n d el fin ; en efecto, seg ú n d ijo A ristóteles, lib . V I d e la Eti­ có, c. 2, de igual modo que se relacionan los principios a lo especuláble, así se relacionan los fines a lo operable. E n segundo lu g a r, sé confirm a p o rq u e es p re ­ ciso q u e todo lo variable y m óvil se fu n d a m e n te e n algo in v ariab le e in m ó v il; pero la elección lib re es d e suyo v a ria b le ; lu eg o debe fu n d a m e n ta rse en algo in v a ria b le ; ah o ra b ien , se fu n d a m e n ta e n la in te n c ió n d el fin ; lu eg o ésta d eb e ser invariable y n o libre. 8. De qué manera es necesaria la intención del fin.— P ero esta opinión necesita ser e n te n d id a con m o d eració n y explicada. S upongam os, p u e s, en p ri­ m e r lu g ar, la conocida d istin c ió n d e u n a do b le n ecesid ad y lib e rta d , a saber, en cu a n to al ejercicio del a c to y en c u a n to a la especificación, la exposición de cuyos térm in o s q u e d a suficientem ente clara p o r lo an te rio r. S upongam os, ade­ m ás, la distin ció n d e u n d o b le fin : p ró x im o o particular, y ú ltim o o u n iv ersal; d e esta división se h a de tr a ta r ex professo d esp u és, en la d isp u tació n de la cau sa final; p o r ahora, su cin tam en te, se llam a fin p a rtic u la r c u a lq u ie r bien p riv ad o q u e es am ado p o r sí m ism o, com o la sa lu d o j a cien c ia ; en cam bio, se llam a fin ú ltim o la m ism a felicidad del h o m b re , ya se p o n g a ésta en alguna cosa d e term in ad a, ya se co n sid ere eñ general bajo la razó n fo rm al de bienaven­ tu ra n z a en ab so lu to o bajo la ra z ó n m ás u n iv ersal d e bien en general. A dem ás, om itam os p o r ah o ra el e sta d o d e la vid a fu tu ra y, en especial, d e la felicidad so b re n a tu ra l y a ‘ conseguida, cuya co nsideración n o in cu m b e al m etafísico. P ero los teólogos d isc u te n p ro lijam en te si e n tal estado la v o lu n ta d es determ inada n ecesariam en te, in clu so e n cu a n to al ejercicio, al am or de D io s; p o rq u e E scoto, ¡n / , dist. 1, q . 4, niega q u e incluso en d ic h o estad o ten g a lu g a r esta nece­ sid a d e n alg ú n acto d e la v o lu n ta d ; en señ a la o p in ió n c o n traria Santo T om ás, I, q . 82, a. 2 ; C apréolo, In 1, d ist. 1, q. 3 ; C ayetano, en el citado a. 2 ; el

turn vel talis actus expédiât necne. Et confirmatur primo, nam ita comparatur volun­ tas ad liberum arbitrium, sicut intellectus ad rationem; sed intellectus, ut est ratio, non versatur circa principia, sed circa ea quae colligit ex principiis; ergo voluntas, ut liberum arbitrium, non versatur circa £inem, sed circa ea quae eligit propter finem; nam, ut Aristoteles dixit, lib. VI Ethic., c. 2, sicut principia se habent• ad speculabilia, ita fines ad operabilia. Confirmatur secundo, quia necesse est omne variabile et mobile fundari in aliquo invariabili et im­ mobili; sed electio libera est de se variabilis; ergo debet fundari in aliquo invaria­ bili; fundatur autem in intentione finis; ergo haec debet esse invariabilis et non li­ bera. 8. Quomodo intendo finis necessaria sit.— Sed haec sententia moderatione indiget et declaratione. Supponamus ergo im­ primis vulgarem distinctionem duplicis ne­ cessitatis et libertatis, scilicet, quoad exercitium actus vel quoad specificationem, quo-

rum terminorum expositio satis ex superioribus constat. Rursus supponatur distinctio duplicis finis, scilicet, proximi seu particularis et ultimi seu universalis; de qua partitione ex professo dicendum est infra in disputatione de causa finali; nunc breviter, pardcularis finis didtur quodlibet privatum bonum quod propter se amatur, ut sanitas vel scientia. Ultimus vero dicitur ipsa fe­ licitas hominis, sive haec constituatur in aliqua re determinata sive in communi sumatur, vel sub formali ratione beatitudinis ab­ solute vel sub universaliori ratione boni in communi. Praeterea, omittamus nunc sta­ mm vitae futurae et praesertim supernaturalis felicitatis iam obtentae, de quo non pertinet ad metaphysicum considerare. Theologi vero fuse disputant an in eo statu vo­ luntas ex necessitate determinetur edam quoad exercitium ad dilectionem Dei; nam Scorns, In I, dist. 1, q. 4, etiam in eo statu negat habere locum hanc necessitatem in aliquo actu voluntatis; contrariam vero sententiam docet D. Thomas, I, q. 82, a. 2;

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F errarien se, III cont. Gent., c. 6 2, y o tro s c o m ú n m e n te ; nosotros su p o n em o s m ás v erd ad era esta o p in ió n , a u n q u e a q u í sólo tratam o s d e la v o lu n tad q u e o bra se g ú n su n atu raleza, y especialm ente en el p re se n te estado d e vida. 9. Y en este sentido afirm am os, e n p rim e r lu g a r, q u e la v o luntad n o tien e n in g ú n acto a b so lu tam en te necesario e n cu a n to al ejercicio, ya verse sobre el fin, ya so b re los m edios. A sí lo defiende S an to T o m á s e n el lu g a r citado, I, y en q . 10, a. 2 , y co m ú n m en te los tom istas. S anto T o m á s lo d em u estra p o rq u e lá v o lu n tad en esta vida p u e d e siem pre a p a rta r e l p en sam ien to d e c u a lq u ie r b ie n q u e se le p resen te. P arece q u e esta ra z ó n n o es u n iv ersal o univ ersalm en te v erd ad era y, p o r lo tan to , q u e tam poco p ru e b a suficientem ente la afirm ación; p o rq u e el p rim e r pen sam ien to del h o m b re es m e ram en te n a tu ra l, y el h o m b re n o p u e d e a p a rta rlo ; luego n o siem pre d e p en d e de la v o lu n ta d del h o m b re a p a r­ ta r el pensam iento. S eñaló esta d ificu ltad C ayetano e n aq u el artículo, y concede q u e el p rim e r p e n sa m ie n to n o está som etido al p o d e r d e la v o lu n ta d ; y, d e m a­ n e ra sem ejante, concede q u e el p rim e r am or o el p rim e r acto d e la v o lu n ta d es necesario en cu an to al ejercicio, com o enseñó en I - ü , q. 9 , a. 4. Y n o p ie n sa q u e esto vaya en co n tra d e S anto T o m ás en el p rim e r pasaje, p o rq u e S an to T o ­ m ás — dice— n o niega absolutam ente q u e la v o lu n ta d ten g a algún acto n ece­ sario en cuanto al ejercicio, sino que n ie g a q u e la v o lu n ta d sufra esa n ecesid ad d e p a rte del objeto, lo cual es cierto p o rq u e sólo p ro v ien e de la n a tu ra l con­ d ic ió n y p ro p en sió n d e la m ism a v o lu n tad . Y d e m o d o p arecid o afirm a q u e la v o lu n ta d , en cu an to d e p en d e d e la fu erza del ob jeto , p u e d e ap artar c u a lq u ie r p e n sam ien to , y q u e esto es lo único q u e afirm a S anto T o m á s, a lo cual n o c o n ­ tra d ic e el q u e alg u n a vez, p o r u n a d eterm in ad a disposición o p o r o tra causa, n o p u e d a a p a rta r tal p en sam iento. 10. P ero yo considero, en p rim e r lu g a r, q u e esa in te rp re ta c ió n es c o n tra ria . a S an to T o m ás y a la v erd ad . L o p rim e ro es ev id en te, p o rq u e Santo T o m á s, e n I , q. 82, a. 2 , niega ab so lu tam en te la necesidad d e n u e stra v o lu n ta d e n c u a n ­ to ai ejercicio fu e ra de la visión beatífica, y n o h a b la sólo p o r p a rte del objeto, sin o en absoluto de la v o lu n ta d m ism a. L o seg u n d o es claro p o rq u e , así com o

I-n,

Capreol., In I, dist. 1, q. 3 ;, Caietan., diet, a. 2; Ferrar., I l l cont. Gent., c. 62, et alii communiter, quam sententiam nos ut veriorem supponimus; hic tarnen solum agimus de volúntate secundum naturam suam operante, et praesertim pro statu huius vitae. 9. Atque in hoc sensu dicimus, primo, voluntatem nullum habere actum simplici­ ter necessarium quoad exercitium, sive circa Enem sive circa media. Ita D. Thomas, dicto loco, I, et I-II, q. 10, a. 2, et thomistae communiter. Probatur autem a D. Thoma quia voluntas in hac vita potest avertere semper cogitationem cuiuscumque boni sibi propositi. Quae ratio non videtur universalis seu in universum vera, atque ita ñeque satis probare assertionem; nam pri­ ma cogitano hominis est mere naturalis, quam homo avertere non potest; ergo non semper est in volúntate hominis cogitatio­ nem avertere. Quam difficultatem attigit Caietanus in eo articulo, et concedit primam cogitationem non esse in potestate volun­ tatis; et similiter concedit primum amorem

seu primum voluntatis actum esse necessa­ rium quoad exercitium, sicut docuit I-II, q. 9, a. 4. Neque putat hoc esse contra D. Thomam in priori loco, quia D. Thomas (ait) non simpliciter negat habere volunta­ tem aliquem actum necessarium quoad exer­ citium, sed negat pati voluntatem illam ne­ cessitatelo ab obiecto, quod verum est quia provenit solum a naturali conditione et pro­ pensione ipsius voluntatis. Et similiter ait voluntatem, quantum est ex vi obiecti, pos­ se avertere omnem cogitationem, et hoc so­ lum asserere D. Thom., cui non repugnat quod interdum ex tali dispositione aut alia causa non possit avertere talem cogitatio­ nem. 10. Ego vero imprimis existimo interpretationem illam esse contrariam D. Thomae et veritati. Primum patet, nam D. Tho­ mas, I, q. 82, a. 2, absolute negat necessi­ tatelo quoad exercitium in nostra voluntate extra visionem beatam, et non loquitur tan­ tum ex parte obiecti, sed absolute de ipsa voluntate. Secundum patet, quia, sicut vo-

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- D is p u ta c io n e s 'm e ta fís ic a s

la v o lu n tad n o tiene n in g ú n acto sin q u e co n cu rra el objeto en su o rden, así tam poco sufre n in g u n a n ecesid ad en su acto (m e refiero a una necesidad in trín ­ seca y connatural) que n o sea causada p o r el objeto en su o rd en , a saber, en razó n de causa final q u e la in v ita y m ueve m etafóricam ente. P o r eso, tam bién en el estado de b ien av e n tu ran za, D ios visto claram en te m ueve la v o luntad de ta l m an era que la d eterm in a necesariam ente a u n a sola cosa en ra z ó n de ob­ jeto y d e ú ltim o fin ; p o rq u e tam bién esa necesidad es intrínseca y connatural a la v o lu n tad en cu an to in fo rm ad a p o r la caridad. Y eso n o está e n contradic­ ción con S anto T o m ás e n o tro lu g ar, I-II, q. 10, a. 2, p u esto q u e allí habla de la volu n tad del h o m b re itin eran te q u e tie n d e a la b ien av e n tu ran za; antes b ien , esta d o ctrin a está to m ad a d el m ism o S anto T o m á s, en I, q. 82, a. 2, arg. 2, con su solución; p o rq u e el arg u m en to era q u e el objeto se co m p ara a la vo­ lu n ta d com o el m o to r al m ó v il; p e ro el m ovim iento se sigue necesariam ente en el m óvil a p a rtir d el m o to r. Y resp o n d e q u e el motor causa necesaria­

mente. el movimiento en el móvil cuando el poder del motor excede al móvil, de tal manera que toda su posibilidad queda sometida al motor; ahora bien, como la posibilidad de la voluntad se refiere al bien universal y perfecto, toda su posibilidad no se subordina a ningún bien particular, por lo cual no es mo­ vida necesariamente por él. L u eg o S anto. T o m á s piensa claram ente que to d a la posibilidad de la v o lu n tad está som etida al b ie n universal y p erfecto , d e d o n ­ d e re su lta q u e es m ovida necesariam ente p o r él. P o r eso,' siem pre q u e Santo T o ­ m ás da razón d e algún acto d e la volu n tad in trín secam en te necesario, siem pre la señala p o r p a rte del ob jeto , según p u ed e verse en los lugares citados. 11. El primer acto de la voluntad en quien tiene uso de razón no es nece­ sario en cuanto a l ejercicio.— P o r esto considero, adem ás, q u e es falso lo q u e C ayetano dice d e q u e el p rim e r acto de la v o lu n ta d en el h o m b re q u e ya tiene uso de razó n es necesario e n cu a n to al ejercicio; a u n q u e o p in en lo m ism o a este p ro p ó sito otros tom istas, com o el F errarien se, lib. I cont. Gent., c. 23, y m ás claram ente en el lib. III, c. 8 9 ; y C apréolo, In II, d ist. 24, q . 1, ad 7, e l cual añade tam b ién q u e ese acto n o p rocede activam ente de la v o lu n tad , sino sólo pasivam ente, lo cual es im p ro b ab le, según indicam os a rrib a tra ta n d o de la causa

luntas nullum actum habet nisi concurrente obietto in suo genere, ita nullam necessi­ tatelo patitur in suo attu (loquor de in­ trinseca et connaturali necessitate) quae non causetur ab obietto in suo genere, sdlicet, in ratione causae finalis allicientis et moventis metaphorice. Unde etiam in statu beatitudini Deus dare visus ita movet voluntatem ut in ratione obietti et ultimi finis illam ex necessitate determinet ad unum; nam etiam illa necessitas est intrinseca et connaturalis voluntati ut charitate informatae. Quod non repugnat D. Thomae in alio loco, I-II, q. 10, a. 2, quia ibi loquitur de voluntate viatoris tendentis in beatitudinem; quin potius haec dottrina sumitur ex eodem D. Thom., I, q. 82, a. 2, ar­ guto. 2, cum solutione; erat enim argu­ mentum, obiectum comparari ad voluntatem ut movens ad mobile; motum autem ne­ cessario consequi in mobile ex movente. Respondet autem quod movens tunc ex necessitate causai motum in mobili, quando potestas moventis excedit mobile, ita quod

tota eius 'possibilitas moventi subdatur; cum autem possibilitas voluntatis sit respecta boni universalis et perfecti, non subiicitur eius possibilitas tota cdìcui particulari bono; et ideo non ex necessitate movetur ab ilio. Ergo dare sentir D. Thomas totam possibilitatem voluntatis subiici bono universali et perfecto; et ideo ex necessitate moveri ab ilio. Unde quoties rationem reddit D. Thomas alicuius actus voluntatis necessari ab intrinseco, semper illam assignat ex parte obietti, ut in citatis locis videre licet. 11. Primus actus voluntatis in utente ra­ tione non est quoad exercitium necessarius.— Et hinc ulterius existimo, falsum esse quod Caietanus ait, nempe primum actum vo­ luntatis in homine iam utente ratione esse necessarium quoad exercitium; quamvis alii thomistae idem circa hoc sentiant, ut Ferrariensis, lib. I cont. Gent., c. 23, et clarius lib. I ll, c. 89; et Capreolus, In II, dist. 24, q. 1, ad 7, qui etiam addit ilium actum non esse active a voluntate, sed pas­ sive tantum, quod improbabile est, ut supra

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eficiente. Y de m an era sem ejante es falso q u e sea ab so lu tam en te necesario, com o en señ aro n con acierto E scoto, en su Quodl., q. 2 1 , y E n riq u e , Quodl. X II, q . 2 6 ; y lo m ism o pien sa C onrado, I-II, q. 9, a. 4 , y otros expositores en el m ism o lugar. Se d em u estra p o rq u e la v o lu n ta d n u n c a es m ovida n ecesariam ente en cuanto al ejercicio, a n o ser q u e e l o bjeto m ism o en su ord en c o n c u rra de m a n e ra suficiente a esa necesidad y som eta e n teram en te a sí la v o lu n ta d ; p e ro el objeto que se p ro p o n e e n el p rim e r pensam iento n o es de esa clase, p u es m u ­ chas veces es alg ú n bien p a rtic u la r y deficiente; luego. A dem ás, de no ser así, la p rim e ra volición del ángel h u b ie ra sido necesaria e n cuanto al ejercicio y, consiguientem ente, n o h u b ie ra hab id o e n ella n in g ú n m érito, lo cual es ajeno a la d o ctrin a com ún d e lo s teólogos, sobre to d o en la escuela d e Santo T o m á s. P o r o tra p arte, si e l fu n d a m e n to de C ayetano o d e l F errarien se fuese sólido, no solam ente sería necesario en cuanto al ejercicio el p rim e r acto v o lu n tario de to d a la vida, sino ta m b ié n el p rim e ro d e cada día, o d e cada vez que el h o m ­ b re com ienza a ad v e rtir m ed ian te el in telecto y a c o n sen tir m ediante la v o lu n ­ tad . P e ro el consiguiente es abiertam ente falso y co n trario a la experiencia. L a consecuencia es p a te n te , p o rq u e tam bién el p rim e r pensam iento de cada d ía es n a tu ra l, y el p rim e r acto d e la v o luntad p rocede de ella sola, q u e p o r su efica­ cia tien d e al objeto. P ero n in g u n a de las dos razones tien e valor alguno, pu es, a u n q u e el pensam iento sea n a tu ra l, p u ed e aplicar u n objeto q u e n o m ueva n e­ cesariam en te; y, a u n q u e la v o luntad sola p ro d u zca ese acto, p u ed e realizarlo lib rem en te, ya q u e p o r su m ism a en tid a d posee cierta v irtu d em inente p a ra e je r­ cer d ic h o acto y u n a inclinación n a tu ra l a él, y al m ism o tiem po tiene p o te s­ ta d p a ra re fren arlo y suspenderlo. 12. El primer acto de la voluntad del hombre que usa de la razón por vez primera no es necesario en cuanto a la especificación.— P o r eso añado, adem ás, que aquel p rim e r acto n o sólo n o es necesario en c u a n to al ejercicio, sino n i siquiera en cuanto a la especificación. Se p ru e b a p o r u n a razó n p ro p o rc io n a l; p uede, e n efecto, su ceder q u e el objeto aplicado p o r el p rim e r pensam iento no baste - p a ra in ferir n ecesidad, incluso en cu an to a la especificación; po rq u e p u e ­ de o c u rrir que n o sea la felicidad o el b ie n en general, sino algún b ie n p a r-

attigimus disputando de causa efficienti. Et similiter fàlsum est quod sit simpliciter necessarius, ut recte docuerunt Scorns, in Quodl., q. 21, et Henricus, Quodl. XII, q. 26; et idem sentii Conrad., I-II, q. 9, a. 4, et alii expositores ibi. Et probatur, quia voluntas nunquam movetur necessario quoad exercitium nisi obiectum ipsum in suo genere sufficienter concurrat ad illam necessitatem et omnino sibi subiiciat voluntatem; sed obiectum quod per primam cogitationem proponitur non est huiusmodi, quia saepe est quoddam particulare bonum ac deficiens; ergo. Item alias prima volitio angeli fuisset necessaria quoad exercitium, et consequenter nullum in ea fuisset meritum, quod est alienum a communi doctrina théologorum, praesertim schola D. Thom. Item, si fundamentum Caietani aut Ferrarii solidum esset, non solum primus actus voluntatis totius vitae esset necessarius quoad exercitium, sed etiam primus in sin­ gulis diebus, vel quoties homo incipit per intellectum advertere et per voluntatem con­ sentire. Consequens autem est plane falsum

et contra experientiam. Sequela vero patet, quia etiam prima cogitano in singulis die­ bus est naturalis, et primus actus voluntatis est a sola illa, sua eficacia tendente in obiectum. Neutra vero ratio est ullius momen­ ti, quia licet cogitatio sit naturalis, potest applicare obiectum non necessitans; et licet voluntas sola efficiat ilium actum, potest libere efficere, quia per suammet entitatem habet eminentem quamdam vim ad facien­ dum ilium actum et naturalem inclinationem in ilium, et simul etiam habet potestatem qua possit cohibere et sospendere ilium. 12. Prim us voluntatis actus hominis pri­ m o M entis ratione non necessarius quoad specificationem. — Ex quo praeterea addo

ilium primum actum non solum non esse necessarium quoad exercitium, verum etiam nec quoad specificationem. Probatur proportionali ratione, quia fieri potest ut ob­ iectum applicatami per primam cogitationem non sit sufficiens ad inferendam necessita­ tem, etiam quoad specificationem; nam pot­ est accidere ut non sit beatitudo nec bo­ num in communi, sed aliquod bonum par-

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'Disputacionse metafísicas

ticular m ás próxim o a los sentidos, com o la salu d o alg ú n placer. P o r eso de­ m ostrarem os después, al tra ta r d e la causa final, q u e n o es preciso q u e el p ri­ m er acto de la v o lu n tad h u m a n a verse sobre el fin ú ltim o absolutam ente. Y se confirm a, po rq u e este p rim e r acto d e la v o lu n ta d h u m a n a p u e d e se r m o ra lm ente bueno o m alo, ya q u e el p rim er objeto p ro p u e sto p u ed e ser m alo, y la voluntad p u ed e, bien rechazarlo, bien abrazarlo, y p o r ello o b ra r b ie n o m al. Si o cu rre lo m ism o, a este respecto, con la v o lu n tad angélica, es objeto de u n a investigación distinta. 13. Así, pu es, a la objeción aducida co n tra la ra z ó n de S an to T o m ás se resp o n d e q u e, a u n cuando el p rim e r pensam iento del h o m b re sea n a tu ra l y, p o r ta n to , n o dep en d a del p o d e r d el h om bre el n o ten erlo en aquel in sta n te en q u e lo recib e n a tu ralm en te, sin em bargo, está en .su p o d e r -el ap artarlo e n seguida q u e lo advierte de m an era suficiente; y esto b asta para q u e la v o lu n tad n o sea m ovida necesariam ente en cu an to al ejercicio, p u e sto q u e tien e lib e rta d p a ra c o n sen tir en él o n o co n sen tir, sino apartarlo. A dem ás; au n q u e el p rim e r p e n ­ sam iento sea n a tu ra l, el ju icio de que hay que am ar o n o am ar ese objeto p u e d e n o ser totalm ente n a tu ra l, ya q u e , p erm aneciendo aquel p en sam ien to n a tu ra l, la voluntad p u e d e aplicar el e n ten d im ien to a q u e considere e investigue m ás la cosa p a ra em itir e l juicio. Y si el e n te n d im ien to a ú n n o lo advierte con tal su­ ficiencia q u e esto dep en d a d e l p o d e r de la v o lu n tad , todavía n o h ay suficiente uso actual d e razó n , p o r lo cual tam poco hay p le n a lib e rta d ; y d e ah í se siguen, los m ovim ientos q u e los teólogos llam an indeliberados. 14. F in alm en te añado q u e , a u n cuando el p en sam ien to plen o y p erfecto fu e ­ se to talm en te n a tu ra l, si n o p ropusiese el objeto com o bien absolutam ente n e ­ cesario — es m ás, 'n o sólo el objeto, sino ta m b ié n el acto m ism o— , n o p o r ello se m overía la v o lu n tad d e m an era necesaria. Y estim o q u e ésta es la ra z ó n a priori d e la conclusión establecida. P o rq u e , c u a n d o la v o lu n tad es arrastrad a h a­ cia el objeto, n o sólo q u ie re el objeto, sino q u e ta m b ié n q u iere v irtu alm en te el ejercicio de su acto, ya q u e es in trín secam en te vo lu n tario , según se ha expli­ cado a rrib a ; p o r eso, p a ra q u e la v o lu n ta d .sea m ovida n ecesariam ente en cuan­ to al ejercicio, es preciso q u e el h o m b re ap reh en d a y juzgue tal ejercicio a q u í

ticulare sensibus propinquius, ut sanitas aut voluptas aliqua. Unde infra, tractando de cau­ sa finali, ostendemus non esse necessarium ut primus actus voluntatis humanae sit cir­ ca finem ultimum simpliciter. Et confirmatur, nam hie primus actus in humana voluntate potest esse et bonus et malus moraliter; nam primum obiectum propositum potest esse pravum, quod potest vo­ luntas vel refutare vel amplecti, atque ita bene vel male operari. An vero idem quoad hoc sit in angelica voluntate, alterius est considerationis. 13. Ad obiectionem ergo factam contra rationem D. Thomae respondetur quod, li­ cet prima cogitatio hominis sit naturalis, et ideo non sit in potestate hominis non ha­ bere illam pro eo instanti in quo illam naturaliter recipit; est tamen in eius potes­ tate, statim ac sufficienter advertit, illam tollere; et hoc est sufficiens u t voluntas non necessitetur quoad exercitium, cum li­ berum illi sit vel consentire vel non consentire, sed divertere cogitadonem. Deinde, etiamsi prima cogitatio sit naturalis, iudi-

cium tamen de obiecto diligendo vel non diligendo potest non esse omnino naturale, quia, stante illa naturali cogitatione, potest voluntas applicare intellectum, ut ad iudicium ferendum magis rem consideret et inquirat. Quod si intellectus nondum ita suf­ ficienter advertit ut hoc sit in potestate vo­ luntatis, nondum est sufficiens rationis usus. actualis; et ideo etiam non est plena libertas; indeque sequuntur motus quos theologi vocant indeliberatos. 14. Denique, addo quod, licet cogitatio plena et perfetta esset omnino naturalis, si non proponeret obiectum ut bonum omni­ no necessarium, immo non solum obiectum, sed ipsum actum, non ideo moveretur vo­ luntas ex necessitate. Et hanc existimo esse rationem a priori condusionis positae. Nam voluntas quando fertur in obiectum, non solum vult obiectum, sed etiam virtute vult exercitium sui actus, quia est intrinsece voluntarius, ut supra declaratum est; et ideo; ut voluntas necessitetur quoad exercitiunr, necessarium est ut homo apprehendat et

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Disputación XIX.—Sección VIII

y ah o ra com o u n b ie n ab so lu tam en te necesario, de su e rte q u e la carencia d e ese acto n o p u e d a ap reh en d erse bajo n in g u n a razón d e b ie n ; pero esto n u n c a o cu rre, e n la presen te vida, acerca de n in g ú n acto d e la v o lu n tad , com o sabe­ m os p o r experiencia, y p o rq u e n o h ay n in g u n a razón u ocasión d e tal necesidad. Y si alguien im agina q u e alguno, p o r e rro r, tiene aq u í y ahora u n juicio d e te r­ m in a d o sobre algún ob jeto y sobre el ejercicio del acto acerca de él, fácilm ente concederé q u e, p o r h ip ó tesis, ese h om bre h a d e o b rar necesariam en te; afirm o, em pero, q u e la suposición es, según el m odo hu m an o , im posible en u n h o m b re n o insensato o q u e n o carezca suficientem ente d el uso d e razón. 15. Segunda afirmación.— E n segundo lu g ar debe decirse q u e , au n q u e acer­ ca. d e l fin p ro p u esto bajo la razó n d e bien universal, la v o lu n tad se m ueva n e ­ cesariam ente en cuanto a la especificación, n o obstante, cu an d o am a o tien d e a otros fines p articu lares, se m ueve lib rem en te incluso en cu an to a la especificación. E stim o q u e esta afirm ación es congruente con la d o c trin a de S anto T o m ás en los lu g ares citados. P or lo q u e respecta a la p rim era p a rte , se explica y d e m u e s­ tra , en p rim e r lu g ar, p o rq u e , u n a vez p ro p u esto el b ie n general, au n q u e la vo­ lu n ta d n o sea forzada a am arlo en acto, n o p u e d e , em p ero , odiarlo, ya q u e n o e n cu en tra en él n in g u n a ra z ó n de m a l; p o r eso, si q u ie re realizar u n acto, es preciso q u e sea de am or y no d e odio. Y ésta es la n ecesid ad en cuanto a la especificación. L o m ism o o c u rre con la felicidad e n c o m ú n , ya q u e, según dice San A g u stín en m uchas ocasiones, si se p re g u n ta a u n h o m b re si quiere ser fe­ liz, n o hay nin g u n o q u e resp o n d a o p u eda re sp o n d er q u e n o qu iere, sino q u e , o callará, o co n testará q u e lo q u iere en sum o g ra d o ; p e ro ésta es necesidad en cuanto a la especificación. Y la razó n es q u e e n éstos y otros objetos sem ejantes no aparece razón alguna d e m a l; pero suponem os q u e n o p u e d e odiarse n a d a sino bajo la razó n d e m al, com o tam poco p u e d e am arse sino bajo la razó n de bien. 16. E n cuanto a la segunda p arte, la conclusión se p o n e fácilm ente de m a ­ nifiesto p o r inducción y p o r la ra z ó n ; efectivam ente, q u ie n p re te n d e conseguir la ciencia; la salud, .u otros bienes sem ejantes, n o los am a d e tal m anera q u e n o

iudicet tale exercitium hic et nunc u t bonum sitnpliciter neceSsarium, ita ut carentia talis actus sub nulla ratione boni apprehendi possit; hoc autem in hac vita nunquam accidit circa aliquem actum volunta­ tis, ut experientia notum est, et quia nulla est ratio vel occasio talis necessitatis. Quod si quis fingat aliquem ex errore habere hic et nunc tale iudicium de aliquo obiecto, et exercitio actus circa illud, concedam facile ex hypothesi talem hominem necessario operaturum; dico tamen suppositionem humano modo esse impossibilem in homine non stupido, aut qui non careat sufficienter rationis usu. IS. Secunda assertio.— Secundo dicendum est, licet circa finem sub universalis boni ratione propositum voluntas feratur necessario quoad specificationem, tamen, dum amat vel intendit alios fines particulares, libere fieri etiam quoad specificatio­ nem. Hanc assertionem existimo esse consentaneam doctrinae D. Thomae in citatis

locis, et quoad priorem partem declarator et probator primo, nam proposito bono in communi, licet non cogator voluntas illud acni amare, non tamen potest illud odisse, quia nullam rationem mali in eo invenit; et ideo si actum exercere vult, oportet ut sit amoris, et non odii. Et haec est néces­ sitas quoad specificationem. Idem est de fe­ licitate in communi, nam, ut Augustinus saepe aiti, si homo interrogetur an velit esse beatus, nullus est qui respondeat aut respondere possit se id nolle, sed aut tacebit, aut respondebit se id maxime velie; haec autem est nécessitas quoad specifica­ tionem. Ratio autem est, quia in his et similibus obiectis nulla apparet ratio mali; supponimus aùtem nihil posse odio haberi nisi sub ratione mali, sicut nec amari nisi sub ratione boni. 16. Quoad alteram partem constat etiam facile conclusio inductione et ratione; nam qui intendit consequi scientiam, sanitatem, aut similia bona, non ita ea diligit, quin

1 Aug., X III de Trim, c. 4, et in lib. de Lib. arb., saepe.

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Disputaciones metafísicas

p u ed a asim ism o odiarlos o rech azarlo s; p o rq u e en estos bienes p articu lares sé encu en tra a veces alg ú n defecto o alguna incom odidad o dificultad p o r razó n dé la cual pu ed en desagradar a la voluntad. M ás todavía, desde este p u n to de vista es tam b ién lib re el am or d el m ism o D ios, no sólo en cuanto al ejercicio, sin o ' incluso en cuanto a la especificación, ya q u e, a u n cuando D ios en sí m ism o sea el b ie n universal, sin em bargo, p u ede ap reh en d erse p o r m odo de alg ú n bien p articu lar, y p u e d e ap reh en d erse en él alguna razó n de m al o inconveniencia, al m enos en o rd en a sus e fecto s; y m ucho m ás p u e d e descubrirse esta incom o­ d id a d o dificultad en la in ten ció n o am or del m ism o D ios, por. lo cual- fácilm ente p u e d e ser rechazado p o r la vo lu n tad , y alguna vez hasta p u e d e ser odiado el m ism o D ios. 17. Objeción tomada de Santo Tomás.— P e ro objetará alguno apoyándose en S anto T om ás, I-H , q. 10, a. 1, el cual dice q u e el h o m b re apetece n a tu ra l­ m en te p o r su v o lu n tad algunos bienes p a rticu lares, com o el conocim iento de la v erd ad , el existir, el vivir, y otros sem ejantes; m as la ¿petición n a tu ra l im plica necesidad, al m enos en cu an to a la especificación. P o r eso, en el m ism o pasaje, ad 1, declara q u e , en sem ejante apetición, la v o lu n ta d o bra p o r m odo de na­ tu ra le z a ; pero cu an d o la v o lu n ta d o bra com o n atu raleza tiende con alg u n a d e te r­ m inación a u n a sola cosa, y a q u e éste es el m odo d e o b ra r d e la naturaleza. 18. Solución y explicación de Santo Tomás. — Se responde prim era m en te q u e S an to T o m ás, en el lu g ar citado, no hab la d e necesidad alguna, n i siquiera en cu an to a la especificación, sino del m odo de o b ra r n a tu ralm en te, según cen sta p o r el títu lo del artículo, y e l térm in o naturalmente n o tiene, e n el lu g ar in ­ dicado, la m ism a significación q u e necesariamente; p o rq u e S anto T o m ás dis­ tin g u e de m an era clara estas dos palabras en d ich o artículo, así com o e n el se­ gundo. P o r co n siguiente, allí moverse naturalmente significa lo m ism o q u e mo­ verse p o r u n a p ro p en sió n d e la n atu ra le z a ; p o rq u e en ese pasaje S anto T om ás p re te n d e enseñar q u e la v o lu n tad posee u n a p ro p en sió n n a tu ra l, n o sólo a sus in terese s p articu lares, ■sino tam b ién a los bienes p ro p io s de otras p otencias o fa­ cultades de todo el ho m b re. Y en este sentido dice q u e apetece n atu ra lm e n te la ciencia, la v ida, etc. S in em bargo, con esta inclinación n atu ral es com patible la

ppssit etiam odio habere vel refutare ; nam Unde ibidem, ad 1, declarat in huiusmodi in his particularibus bonis interdum inve- appetitione voluntatem operati per modum nitur aliquis defectos vel aliqua incommo- naturae; quando autem voluntas ut natura ditas aut difficultas, ratione cuius displicere operator tendit cum aliqua determinatione possunt voluntad. Quin potius sub hac ra­ ad unum, nam hie est modus operandi na­ tione etiam ipsius Dei amor liber est, non turae. solum quoad exercitium, sed etiam quoad 18. Solatio et explicatio D . Thom ae .— specificationem, quia, licet Deus secundum Respondetur primo D. Thomam ibi non lose sit universale bonum, apprehendi tamen qui de necessitate ulla etiam quoad speci­ potest per modum cuiusdam particularis ficationem, sed de modo operandi natura­ boni, et in eo apprehendi potest aliqua ra­ liter, ut ex titolo articuli constat; illa au­ tio mali seu incommodi, saltern in ordine tem vox naturaliter non significai ibi idem ad effectus eius; multoque magis potest in­ quod necessario; nam aperte distinguit D. vertiti haec incommoditas vel difficultas in Thomas has duas voces in ilio artlculo, et intentione vel amore ipsius Dei, et ideo fa­ in secundo. Significai ergo ibi naturaliter cile potest a volúntate refutan, et interdum m overi idem quod moveri ex propensione etiam Deus ipse odio haberi. naturae; intendit enim ibi docere D. Tho­ 17. Obièctio ex D . T hom a desum pta .— mas voluntatem non tantum habere natuSed obiiciet aliquis D. Thomam, I-II, q. 10, ralem propensionem ad privata commoda, a. 1, dicentem hominem naturaliter per vosed etiam ad bona propria aliarum potenluntatem appetere quaedam particularia bo­ tiarum vel partium totius hominis. Et hoc na, ut cognitionem veri, esse, et vivere, et modo ait naturaliter appetere scientiam, visimilia ; naturalis autem appetitio includit tsm, etc. Cum hac tamen naturali propen­ necessitatem saltern quoad specificationem. sione stat libertas quoad specificationem in

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lib e rta d e n cuanto a la especificación en el a p etito elícito de estos b ien es; p o r­ q u e, seg ú n decía arrib a, la v o lu n tad tiene p o d e r, ya p a ra su sp en d er el acto al q u e se inclina, ya p a ra realizar el contrario, cuando e n el objeto p u ed e h a b e r alguna razó n d istin ta en la q u e p u e d a fu n d am en tarse ta l acto. Q ue éste es el pen sam ien to de Santo T o m ás consta por la solución ad 3, donde, n o o b stan te esa n a tu ra l m oción o pro p en sió n , añade q u e la v o lu n tad n o es determ in ad a a n in g ú n b ie n p a rtic u la ri sm o únicam ente al b ie n en general. E n ese pasaje h a b la d e la determ inación en cuanto a la especificación; p o rq u e , com o explica en seguida, en el a. 3, tam poco en ord en al b ie n en general es d eterm in ad a la vo­ lu n ta d en cuanto al ejercicio, sino únicam en te en cu a n to a la especificación. P ero p u e d e añadirse adem ás q u e , con resp ecto a estos b ien es, cabe ad m itir al­ g una necesidad en cu a n to a la especificación, a sa b e r: o h ab lan d o en absoluto y p rescin d ie n d o de las razones ex trínsecas; p o rq u e algunos de estos bienes son tan co ngruentes con la n atu raleza q u e m u y difícilm ente o e n m anera alguna p u e ­ d e n odiarse, a n o ser d e m odo m u y accidental y p o r razones m uy extrínsecas. M ás a ú n , incluso p o r éstas, rarísim as veces se odian tales b ienes en sí m ism os, sino q u e su investigación y b ú sq u e d a desagrada p o r su dificultad, o p o rq u e im ­ p id e otras ventajas sensibles. O tam bién p u e d e n am arse n ecesariam ente estas cosas si se a p reh en d en com o absolutam ente necesarias p a ra la felicid ad ; a u n q u e en tal caso, m ás que com o fines se am an com o m edios o p a rte s del fin necesario y universal. 19. E n tercer lugar, d eb e afirm arse q u e la lib ertad d e la v o lu n tad se ejerce de m an era m ás evidente y p erfecta e n la elección de los m edios, h a sta el p u n ­ to de q u e todo acto lib re , en cuanto tal, p artic ip a en alguna m ed id a de la razón de elección, y bajo esa ra z ó n p u e d e som eterse a deliberación. A bonan esta c o n ­ clusión las razones aducidas al p rin cip io de esta d u d a . Y se explica brevem ente po rq u e p a ra la intención d el fin es m ovida la v o lu n tad sólo p o r alguna inclina­ ción n a tu ra l, a u n q u e se m u ev a lib re m e n te ; en cam bio, p a ra la elección de los m edios es m ovida en v irtu d d e la apetición d el fin, apetición q u e la v o lu n tad se apropió sobre la inclinación n a tu ra l; p o r eso se dice d e m odo m ás especial y con m ayor p ro p ied ad q u e la volu n tad se m ueve a sí m ism a en la elección de

appetitu elicito horum bonorum; quia, ut supra dicebam, voluntas habet vim vel suspendendi actum ad quem inclinatur vel edam eliriendi contrarium, quando in ob­ ietto esse potest aliqua alia ratio in qua huiusmodi actus fundari possit. Et hanc es­ se mentem D. Thomae constat ex solutione ad 3, ubi, non obstante illa naturali motione vel propensione, addit voluntatem ad nullum particulare bonum determinati, sed solum ad bonum in communi. Ubi loquitur de determinatione quoad specificationem; nam, ut statim declarat, a. 3, edam ad bo­ num in communi non determinatur volun­ tas quoad exercitium, sed tantum quoad specificationem. Sed potest ulterius addi respectu horum bonorum admitti posse ali­ quant necessitatelo quoad specificationem, scilicet, vel per se loquendo et seclusis extrinsecis rationibus; sunt enim quaedam ex his bonis ita consentanea naturae ut vix aut nullo modo possint odio haberi, nisi valde per accidens et ob rationes valde extrinsecas. Immo etiam propter has rarissime

haec bona in seipsis odio habentur, sed eorum inquisitio et procuratio displicet prop­ ter suam difficultatem, vel quia impedit aha sensibilia commoda. Vel etiam possunt haec necessario amari si apprehendantur ut sim­ pliciter necessaria ad felicitatem; quamvis tunc non tam ut fines quam ut media vel partes necessarii et universalis finis amentur. 19. Tertio dicendum est Iibertatem vo­ luntatis evidentius et perfectius exerceri in electione mediorum, adeo u t omnis actus liber, quatenus talis est, participet aliquo modo rationem electionis, et sub ea ratione possit sub consultationem cadere. Hanc condusionem suadent rationes a principio huius dubitationis factae. Et declarator breviter, quia ad intentionem finis fertur vo­ luntas ex sola aliqua inclinatione naturali, quamvis libere feratur: ad electionem vero mediorum fertur ex vi appetitionis fiats, quam ipsa voluntas ultra indinationem na­ turalem sibi adiunxit; et ideo specialiori modo magisque ex propriis dicitur voluntas movere se in electione mediorum quam in 27

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Disputaciones metafísicas

los m edios q u e en la in ten ció n del fin ; p o rq u e o bra de m anera m ás perfecta­ m e n te libre cu an d o se m ueve a sí m ism a con m ayor p erfecció n ; luego. A dem ás, se explica la segunda p a rte p o rq u e la lib e rta d d e cualquier acto pro v ien e de las diferentes razones q u e hay en el objeto o en el m ism o acto, y d e la com paración form al o al m enos virtual de dichas rabones. P o rq u e , si h ay lib e rta d en cuanto a la especificación, es preciso q u e en el objeto exista alguna razó n d e b ien , aten ­ d id a la cual p u e d a ser am ado, y algún defecto o alguna razó n d e m al, atendida la cual p u eda ser o d iad o ; en cam bio, si hay lib e rta d sólo e n cu an to al ejercicio, es necesario q u e en el objeto, o al m enos en el m ism o acto, haya alg ú n defecto o carencia de b o n d ad , a ten d id a la cual p u e d a ser a p reh en d id o com o inconveniente o al m enos n o necesario aq u í y a h o ra ; y de esta m anera, siem pre q u e e l acto y su om isión es lib re, se realiza cierta com paración explícita o. im p lícita en tre es­ ta s' razones, y de este m o d o tam b ién se Üeva a cabo cierta elección de u n acto con preferencia a otro, ó d e u n acto con p referen cia a su om isión, o b ie n al contrario. 20. P e ro en esta elección de u n acto con preferen cia a o tro , es preciso que la com paración se haga en o rd en a algún tercero o a alguna razó n com ún, a la cual esté inclinada de alg ú n m odo la v o lu n ta d form al o v irtu alm en te, p a ra que p u e d a ten er alg ú n p rin c ip io o fu n dam ento d e la elección q u e h a d e h acer, se­ g ú n se h a p ro p u e sto en los argum entos aducidos al p rin cip io y re su lta claro p o r la cuestión m ism a. E fectivam ente, q u ie n elige e n tre e l b ie n honesto y el deleitable, con certeza se supone inclinado al b ie n en cuanto tal, p u es de lo con­ tra rio n o elegiría in m ed iatam en te e n tre los bienes p articulares, sino que antes determ in aría consigo m ism o si debía b u sc a r el b ie n ; y lo m ism o sucede en to ­ dos los casos sem ejantes. A sí, p u es, a u n q u e la ten d en c ia a u n fin p a rtic u la r, en cu a n to es u n m ovim iento hacia algún objeto p o r ra z ó n de su „b o n d ad y hacia otros p o r razó n de él m ism o, sea am or o in ten ció n d el fin, n o o b stan te, en cuan­ to es u n acto lib re p o r el cual se prefiere este b ie n a otros, es u n a elección v ir­ tu a l de este b ie n p a ra q u e sea m edio o, ciertam en te, p a rte de la felicidad a la q u e la v o lu n tad tien d e en sus actos. Y el m ism o acto de in ten ció n o am or, in ­ cluso de la felicidad su p rem a, e n cu an to se ejerce lib rem en te a q u í y ahora y se

intenderne finis; tunc autem perfectius ope- aliquod tertium vel ad aliquam rationem ratur libere quando perfectius sese movet; communem, ad quam sit voluntas aliquo ergo. Praeterea declarator altera pars, quia modo affecta formaliter aut virtute, ut pos­ libertas cuiuslibet actus provenit ex variis sit habere aliquod principium vel fundarationibus quae sunt in obietto vel in ip- mentum electionis faciendae, ut in argusomet actu, et ex formali vel saltern vir­ mentis in principio propositum est et ex re tuali collatione earum. Nam si sit libertas ipsa declaratur. Nam qui eligit inter bonum quoad specificationem, oportet quod in ob­ honeStum et delectabile, certe supponitur ietto sit aliqua ratio boni propter quam di­ affectus ad bonum ut sic, alias non statim ligi possit, et aliquis defectus vel aliqua eligeret inter specialia bona, sed prius seratio mali, propter quam possit odio ha­ cum statueret an bonum esset sibi prose­ ben; si vero sit libertas tantum quoad exer- quendum; et idem est in omnibus similicitium, oportet ut vel in obietto vel saltern bus. Sic igitur, licet tendentia in finem particularem, quatenus est motus in aliquod obin ipsomet actu sit aliquis defectus vel carentia bonitatis, ob quam possit apprehendi iectum propter bonitatem suam et in alia ut hic et nunc disconveniens vel saltern non propter- ipsum, sit amor vel intentio finis, necessarius; atque ita, quoties actus et eius tarnen, quatenus est actus liber quo hoc bo­ num praefertur aliis, est virtualis electio omissio est libera, fit inter has rationes quaedam collatio explicita aut implicita, et ita huius boni ut sit medium, vel certe pars etiam fit quaedam electio unius actus prae felicitatis quam voluntas intendit in suis actibus. Et ipsemet actus intentionis vel alio vel unius actus prae omissione eius, dilectionis etiam ultimae felicitatis, quatenus aut e contrario. 20. In hac'vero electione unius prae alio, hic et nunc exercetur Iibere et praefertur necesse est ut comparano fiat in ordine ad eius carentiae vel otio, est virtualis electio

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p refiere a su carencia o cesación, es u n a elección v irtu a l p o r la q u e ta l acto se elige a q u í y ah o ra com o m edio p a ra incoar u o b ten er la felicidad. P o r e sta razón suele decirse q u e to d a in ten ció n de u n fin p a rtic u la r es u n a elección v irtu a l de la felicidad, a la cual n o es siem pre necesario q u e p reced a la in ten ció n elícita d e la ' m ism a felicidad, sino q u e b asta la inclinación n a tu ra l y necesaria. E n este sen tid o , p u es, to d a deliberación versa, d e m anera p ro p o rcio n al, sobre la elección, y to d a acción lib ré p artic ip a de alguna ra z ó n de e lec ció n ; y p o r eso se estim a q u e la m ism a elección fo rm al y p ro p ia, q u e p ro ced e de la p ro p ia y elícita in ­ ten ció n del fin, es u n a acción m áxim am ente lib re ; y d e este m odo se d ice q u e el lib re albedrío versa, cuasi p o r antonom asia, sobre la elección, a u n q u e tenga otros m uchos actos lib re s, según se h a explicado. 21. S i es más perfecto obrar libremente o necesariamente.— C on e sto se ha dado resp u esta su ficiente a las razones sentadas al p rin cip io d e esta d u d a . P o r lo q u e hace a la dificultad que desde la sección 2 aplazam os hasta a q u í, con ocasión de la cual hem os e lab o rad o la p resen te sección, ya q u eda explicado de q u é m an era u n a m ism a v o lu n tad es capaz d e o b rar d e am bos m odos, lib re y n e­ cesariam ente. M a s c u an d o se p re g u n ta si e l m odo d e o b ra r lib rem en te es m ás p erfecto que el m odo d e o b ra r necesariam ente, p o r q u é la v o lu n ta d consigue aq u él en algunos actos y n o en todos, e n los m enos perfectos y no en lo s m ás perfectos, d ebe decirse q u e el o b rar lib re m e n te n o es siem pre n i en to d o s los casos m ejo r q u e el o b ra r p o r n e c e sid a d ; antes b ie n , la regla de la p erfección está en que el objeto sea am ado según su dig n id ad y capacidad, de su erte q u e , si el objeto es el b ie n su p rem o y su m am en te necesario, sea am ado con e n tera necesidad, m ien tras q u e , si es u n objeto m enos b u e n o , o n o necesario, el acto sobre él q u ede bajo el dom inio d el q u e am a. Y en este sentido D ios se am a a sí m ism o necesariam ente, y a las dem ás cosas lib re m e n te , a p esar de q u e su acto es perfectísim o desd e todos los p u n to s de v is ta ; p o r ta n to , d ebe decirse lo m ism o, g u ard an d o la d eb id a pro p o rció n , en el caso d e la v o lu n tad creada.

qua talis actus hic et nunc eligitur ut me­ dium ad inchoandam vel obtinendam felicitatem. Atque hac ratione dici solet omnem intentionem finis particularis esse vir­ tualem electionem felicitatis, ad quam non semper est necesse ut praecedat intentio elicita ipsius felicitatis, sed sufficit naturalis ac necessaria propensio. Sic igitur omnis consultano versatur modo proportionate circa electionem, et omnis actio libera participat aliquam ratiouem electionis; et ideo ipsa formalis ac propria electio, quae pro­ cedi! a propria et elicita intentione finis, censetur actio maxime libera; atque hac ra­ tione liberum arbitrium dicitur quasi per antonomasiam versari circa electionem, quamvis plures alios actus liberos habeat, ut declaratum est. 21. Liberene an necessario operari perfectius.— Et per haec satis responsum est ad rationes positas in principio huius dubitationis. Ad difficultatem vero ex secunda sectione hue remissam, cuius occasione hanc

sectionem fecimus, iam declaratum est quomodo eadem voluntas sit capax utriusque modi operandi, libere, et necessario. Cum autem quaeritur si modus operandi libere est perfectior quam modus operandi neces­ sario, cur voluntas ilium assequitur in quibusdam actibus et non in omnibus, et in minus perfectis et non in perfectioribus, dicendum est operari libere non semper et in omnibus esse melius quam operari ne­ cessario; sed regula perfectionis est quod obiectum ametur pro dignitate et capacitate eius, ita ut si obiectum sit bonum summum ac stimine necessarium, tota necessitate ametur; si vero sit obiectum minus bo­ num, aut non necessarium, actus etiam o r ­ ca ifiud sit sub dominio diligentis. Et hac ratione Deus diligit se necessario et alia li­ bere, cum tamen actus eius sub omni ra­ tione perfectissimus sit; idem ergo dicen­ dum est, servata proportione, in voluntate creata.

Disputaciones metafísicas

420 S E 'C C I O N Si

h a y l ib e r t a d

en

IX

l a c a u sa m ie n t r a s

opera

en

acto

1. L a ú ltim a dificultad resu ltan te d e la sección 2 es sí la causa libre posee lib e rta d actual cuando ob ra o antes de o b ra r; p o rq u e , si ya obra, op era nece­ sariam ente, d e m anera q u e es im posible en ese m om ento no o brar, y el m ism o argum ento p u ed e hacerse sobre la carencia de o p eració n ; p e ro si la lib ertad siem ­ p re m ira al fu tu ro , n in g ú n acto existente en la realid ad será lib re, po rq u e él acto fu tu ro , en cuanto tal, n o es existente, y así de hecho no h a b rá n in g ú n efecto lib re ; adem ás de q u e es contradictorio q u e lo fu tu ro , en cu an to fu tu ro , sea lib re y después, en el p re se n te , n o se ejerza lib rem en te, siendo así que ¡o fu tu ro no es fu tu ro por o tra razó n sino p o rq u e alguna vez será p resente. 2. E n esta dificultad O ckam , G ab riel y otros n om inalistas, In I, dist. 38, enseñan que la v o luntad n o es libre con resp ecto al acto que ya está realizando en aquel m ism o in stan te e n q u e lo realiza, a no ser o en cuanto p ro ced e de la indiferencia y lib e rta d q u e la volu n tad tuvo in m ed iatam en te antes d e aquel in s­ tan te, o en cuanto la v o lu n tad tiene e n ese in sta n te p o d e r de om itirlo en el tiem po inm ediatam ente siguiente, a u n cuando se d e n todas las dem ás condicio­ nes o causas q u e a él c o n c u rre n ; y dicen que e n esto se distingue la causa libre d e la n atural. P arece q u e sostiene esta opinión el M aestro, en II, d ist. 25, c. 2, d onde dice' q u e el libre alb ed río n o se refiere al presen te n i al p asado, sino al fu tu ro . Su fu n dam ento se h a señalado arrib a, y es q u e en el p resen te la voluntad ya está d eterm inada a u n a sola cosa, y q u e lo q u e es, cuando es, es preciso q u e sea, com o afirm a el F ilósofo en I De interpret., c. últim o. P o r eso Boecio, en I De consolât., pro sa ú ltim a, dice q u e la salida del sol y el caminar del hombre

coinciden en que, cuando se realizan, no pueden no realizarse; pero difieren ert que la salida del sol, incluso antes de realizarse, había de suceder necesariamente; en cambio, el caminar del hombre no. 3 . L a voluntad ejerce propísimamente la libertad en el instante en que ope­ ra.—- P ero esta opinión es falsa y, a m i juicio, e n teram en te im probable. P or ello SECTIO IX An libertas causae sit dum actu operator 1. Ultima difficultas resultans ex secunda1 sectione est an causa libera actualem libertatem habeat cum operatur, vel prius quam operetur; quia si iam operatur, ne­ cessario operatur, ita ut impossibile sit pro tunc non operari, et idem argumentum fieri potest de carentia operationis ; si vero li­ bertas semper respicit futurum, nullus ac­ tus in re existens erit liber, quia actus futurus, ut sic, non est existens, et ita de facto nullus erit effectus liber; praeterquam quod repugnat futurum, ut futurum, esse liberum, et postea in praesentia non exerceri libere, cum futurum non alia ratione sii futurum nisi quia aliquando erit prae­ sens. 2. In hac difficultate Ocham, Gabriel et alii nominales, In I, dist. 38, docent voIuntatem non esse liberam respectu actus quem iam exercet, pro illomet instanti quo ilium exercet, nisi vel quatenus procedit ex indifferentia et liberiate quam voluntas im-

mediate ante illud instans habuit, vel qua­ terna in eo instanti habet voluntas potestatem ut in tempore immediate sequenti il­ luni omittat, etiamsi omnes aliae conditiones vel causae ad illum concurrentes assis­ tane -in quo aiunt causam liberam a natu­ rali differre. Quam sententiam videtur amplecti Magister, in II,, dist. 25, c. 2, ubi dicit liberum arbitrium ad praesens et ad praeteritum non referri, sed ad futurum. Et fundamentum eius est supra tactum, quia in praesenti iam voluntas est determinata ad unum, et quia id quod est, quando est, Decesse est esse, ut ait Philosophus, I de Interp., c. ult. Unde Boet., I de Consolai., pros, ult., ait ortum solis et gressum ho­ m inis in hoc convenire, quod, dum fiunt, non possunt non fieri; differre vero, quia ortus solis, edam prius quam fiat, necessa­ rio erat futurus; gressus autem hominis non ita. 3. V oluntas propriissim e libertatem exer­ cet in instanti quo operatur.— Haec vero

sententia falsa est, et mihi piane improbabilis. Quapropter dlcendum est volunta-

D is p u ta c ió n

X IX .— Sección IX

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d eb e afirm arse q u e la lib e rta d de la v o lu n tad se ejerce p ro p iam en te en el m ism o in stan te y sobre el m ism o acto p resen te que realiza o ejerce. A sí lo en señaron E scoto, In I, d ist. 3 9 ; H erveo, Quodl. I, q. 1, d u b . 6 ; C apréolo, In II, d ist. 2 5 ; G reg o rio , In I, d ist. 3 9, a u n q u e éste añadió algo falso, com o d iré en seguida. Se d em u estra esta opinión, en p rim e r lu g ar, p o r la razó n in sin u ad a, que para m í tiene valor de d em o strac ió n ; p o rq u e si la vo lu n tad , en e l in sta n te en q u e realiza el acto, n o procede lib rem en te al acto, antes n u n c a fue lib re e n ord en a dicho acto, ya que sólo fue libre con resp ecto a aquel in stan te en q u e hab ía de realizar lib re m e n te tal acto. A dem ás, p o rq u e si en aquel in sta n te n o pone el acto d e m anera lib re , sino necesaria, p o r igual ra z ó n en todo el tiem p o an terio r, en el que careció del acto, n o careció de él lib rem en te, sino necesariam en te; y la m ism a razón valdrá p a ra el tiem po fu tu ro ; luego e n realid ad n u n ca hay ejercicio d e la libertad. 4. E n segundo lu g ar, se explica a priori; p o rq u e los autores d e la p ri­ m era opinión com eten e rro r al no d istin g u ir e n tre p rio rid a d tem poral y de na­ tu raleza, n i e n tre v erd ad ero sentido com puesto y sen tid o dividido. A sí, p u e s, se entien d e que la v o lu n tad , en el m ism o in stan te en q u e ejerce el acto lib re , y con p rio rid ad de n atu raleza a su realización, tiene p o d e r p a ra llevarlo a cabo, y después, en v irtu d de ese p o d er, se entiende q u e lo realiza; luego con la m is­ m a p rio rid ad n a tu ra l d ebe en tenderse q u e es capaz d e realizar y de n o realizar ese a c to ; de lo c o n trario , en realidad n o se en tien d e q u e sea libre p a ra realizar d ich o acto. Se confirm a y explica, p o rq u e en el tiem p o inm ediatam ente an te rio r a aq u el in stan te se su p o n e que la v o lu n ta d tiene ese po d er para realizar y n o realizar el acto. Y en aquel in stan te n atu ralm en te an te rio r a q u e dicha p o ten cia se determ ine al acto, n o h ay nada q u e le q u ite el p o d e r de realizarlo ; luego la voluntad conserva u n o y otro p o d e r en aquel in sta n te , y en v irtu d d e ellos realiza o n o realiza el acto en el m ism o in stan te. P o r eso, si la v o lu n tad se con­ sidera sim ple y absolutam ente en dicho in stan te con todos los requisitos previos para o brar, en realid ad p u ed e n o realizar tal acto en ese in sta n te , y éste es u n poder en sentido div id id o o con p rio rid a d de natu raleza, p o d e r q u e es necesa­ rio y suficientísim o p a ra la lib e rta d . E n cam bio, si se considera ya en aq u el o tro

tis libertatem proprie exerccri in eomet in­ stanti, et circa eumdem actum quem praesentem elicit seu exercet. Ita docuir Scot., In I, dist. 39; et Hervaeus, Quodl. I, q. 1, dubio 6; Capr., In II, dist. 25; Greg., In I, dist. 39, qui tarnen aliquid falsum addidit, ut statim ostendam. Probatur haec sententia primo ratione insinuata, quae apud me est demonstratio, nam si voluntas in instanti quo elicit actum non libere procedit in actum, nunquam antea fuit libera in ordine ad ilium actum, quia tantum fuit libera per respectum ad iflud instans in quo erat libere effectura talem actum. Item, quia si in ilio instanti non libere, sed necessario habet actum, ergo pari ratione toto tempore precedenti, quo actu caruit, non libere, sed necessario caruit; et eadem ratio erit de tempore futuro; ergo revera nunquam est usus libertatis. 4. Secundo declaratur a priori, quia auctores prioris sententiae in eo errant quod non distinguunt prioritatem temporis et na­ turae, et verum sensum compositum a di­ viso ; voluntas ergo in eodem instanti in

quo actum liberum elicit, prius natura quam ilium eliciat, intelligitur habere potestatem ad eliciendum ilium et deinde ex ea potestate intelligitur ilium elicere; ergo in eodem priori naturae intelligenda est potens ad eli­ ciendum et non eliciendum talem actum; alioqui revera non intelligitur libera ad eli­ ciendum ilium actum. Et confirmatur ac declaratur, nam in tempore immediato ante illud instans supponitur voluntas habens illam potestatem ad eliciendum et non eli­ ciendum actum. Et in ilio instanti prius na­ tura quam illa potentia se determinet ad actum, nihil est quod ei potestatem abstulerit ad ilium eliciendum; ergo retinet vo­ luntas utramque potestatem in ilio instanti, et ex illa elicit vel non elicit actum pro ipsomet instanti. Quocirca, si voluntas sim­ pliciter et absolute in eo instanti sumatur cum omnibus praerequisitis ad agendum, revera potcst in ilio non elicere talem aetum, quae est potestas in sensu diviso, ant in prioritate naturae, quae necessaria et sufficientissima est ad libertatem. Si vero consideretur iam in ilio posteriori naturae

Disputaciones metafísicas

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instan te po sterio r en ord en de n atu raleza en el cual ya h a realizado el acto, en­ tonces ya no p u ed e retro c e d e r e n ese m ism o in s ta n te ; p ero esta necesidad es sólo d e com posición, p o r u n a suposición q u e sigue a la determ inación o acción de la m ism a v oluntad. 5. S e confirm a p o rq u e D ios am ó a las criatu ras librem ente desd e to d a la etern id ad y, sin em bargo, en n in g ú n in stan te o d u ració n real careció de esa determ inación lib re, la cual se com para a la v o lu n ta d divina d e igual m anera que el acto libre a la n u e s tra ; luego la lib e rta d d e la v o luntad n o se refiere sólo al acto po sterio r en d u ra c ió n real, sino ta m b ié n al acto existente en el m is­ m o in stan te, que ciertam en te será po sterio r e n natu raleza, si tal acto es verda­ d eram en te realizado y causado p o r la potencia, o sólo según la ra z ó n o el en­ ten d im ien to , si únicam ente se tra ta de u n a d eterm in ació n lib re del m ism o acto. D e lo contrario sería ininteligible el am or libre e n D ios, p o rq u e n i h u b ie ra am a­ do lib rem en te desde la etern id a d , ya que siem pre am ó p e rp etu am en te, n i ta m ­ poco después del in stan te d e la e tern id ad , p o rq u e m u ch o m enos p u ed e em pezar a am ar lo q u e n u n c a am ó o d ejar de am ar lo q u e am ó y ta l com o lo am ó desde la eternidad. Ig u al argum ento p u ed e tom arse de la acción lib re q u e los ángeles realizaron en el p rim e r in stan te de su creación, p u esto q u e e n dicho in stan te tu v ie ro n m é­ rito , según la opinión m ás verdadera. Y n o tien e valor alguno lo q u e Ockarn dice de que aquel acto fu e m erito rio p o rq u e d ep en d ió d el p o d e r d e los ángeles el perm anecer o n o p erm an ecer en él en el tiem p o inm ediatam ente siguiente, ya q u e este' p o d e r podía hacer q u e la co n tin u ació n d e dich o acto fuese m erito ­ ria y su cesación constituyese la carencia d e tal m é rito ; sin em bargo, ello nada im p o rtab a p a ra el m érito en el p rim e r in sta n te , n o sólo p o rq u e aquel p o d e r no se ejercía en e l' p rim e r in sta n te — y nosotros n o m erecem os form alm en te por el p o d e r lib re, sino p o r su ejercicio— , sino ta m b ié n p o rq u e la cesación de aquel acto n o p u ed e c o n trib u ir al m é rito y , sin em bargo, los ángeles m alos, q u e de­ jaron d e realizar aquel acto in m ed iatam en te d espués d el p rim e r in sta n te , a pe­ sar de eso m ereciero n en el p rim e r in s ta n te ; luego en dicho in stan te fue libre

in quo iam elicuit actum, iam non potest pro ilio eodem instanti retrocedere; sed haec solum est necessitas compositionis ex suppositione consequent! determinationem seu actionem ipsius voluntatis. 5. Et confirmatur, nam Deus ex aeternitate libere dilexit creaturas, et tarnen pro nullo instanti vel reali duratione caruit ilia determinatione libera, quae ita comparatur ad divinam voluntatem sicut actus liber ad nostram; ergo libertas voluntatis non est tantum respectu actus posterioris duratione reali, sed etiam respectu actus existentis in eodem instanti, posterioris quidem natura, si talis actus sit vere elicitus et causatus a potentia, vel solum secundum rationem aut intellectum, si solum sit determinatio libera eiusdem actus. Alias non posset intelligi in Deo dilectio libera, quia neque ex aetemitate libere dilexisset, quia semper perpetuo dilexit, neque post instans aeternitatis, quia multo minus potest aut incipere diligere1

quod nunquam dilexit, aut desinere quod dilexit et prout ex aeternitate dilexit. Idem argumentum sumi potest ex actione libera angelorum, quam in primo instanti suae creationis habuerunt, cum in ilio habuerint meritum iuxta veriorem sententiam. Neque est ullius momenti quod Ocham significat, actum ilium fuisse meritorium quia fuit in potestate angeli in ilio durare vel non du­ rare tempore immediate sequenti; haec enim potestas poterai conferre ut continuano illius actus esset meritoria et cessatio esset carentia talis meriti 1; tarnen ad meritum in primo instanti nihil id conferebat, turn quia ilia potestas non exercebatur in primo instanti, nos autem non meremur formali­ ter per potestatem liberam, sed per usum eius; turn etiam quia cessatio ab ilio acni non potest conferre ad meritum, et tarnen angeli mali, qui immediate post primum instans cessaverunt ab ilio actu, nihilominus in primo instanti meruerunt; ergo pro

1 La palabra medii de otras ediciones creemos que carece de sentido. (N. de los EE.)¡

Disputación X IX .— Sección IX

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aquel acto, al m enos en cu a n to al ejercicio. U n argum ento igual p u ede h acerse sobre el m érito de C risto , d el cual es m ás cierto q u e com enzó desde el p rim e r in stan te d e su concepción. 6. P o r últim o, cabe elab o rar argum entos proporcionales acerca d e los h o m ­ bres, pu es, com o decía arrib a , el h o m b re p u ed e realizar en el p rim e r in stan te de su uso de razón u n acto lib re, tan to b u en o com o m alo. A dem ás, siem pre q u e e l h o m b re peca n o desm erece o p ie rd e la gracia en el tiem po inm ediatam ente an te rio r al instante en q u e realiza el acto pecam inoso, com o es evidente d e su y o ; p o rq u e nad ie peca o desm erece p o r lo q u e va a h acer, sino p o r lo q u e hace, com o expone am pliam ente S an A gustín, e n su Epístola 107. L u eg o es preciso q u é, en el m ism o in sta n te en q u e se realiza el acto del pecado, sea lib re , ya q u e n ad ie peca v erd ad eram en te sino cuando p u e d e ev itar lo q u e hace o h a c e r lo q u e om ite. A sim ism o, h ay u n arg u m en to sem ejante c u an d o el p ecador se a rre ­ p ie n te ; p o rq u e n o consigue la gracia n i antes n i después d el in stan te d e la con­ trición, sino en el m ism o m om ento en q u e realiza la contrición, y sólo en ese in stan te se dispone suficientem ente, a pesar de q u e la disposición d ebe ser lib re, y en el m ism o m erece la g lo ria; luego en el m ism o y d u ra n te el m ism o ejerce el acto libre. 7. Se refuta la razón de la sentencia opuesta.— E l fu n d am en to d e la p ri­ m era o pinión ya q u ed a reb a tid o . P o rq u e A ristóteles h ab la claram ente de u n a n e ­ cesidad condicionada y en v irtu d de hipótesis consiguiente, y en el sentido de la m ism a d ebe entenderse B oecio; p ues lo q u e dice d e q u e la salida del sol era necesaria an teriorm ente n o d ebe en tenderse sólo de una p rio rid a d tem poral, sino tam b ién de u n a p rio rid ad de n atu raleza o d e causa. M á s a ú n , en el tiem po an­ terio r era verdad decir q u e aq u el efecto iba a suceder p o r necesidad, precisa­ m ente p o rq u e tiene necesidad en su causa. E n cuanto a lo q u e dicen de q u e u n a m ism a potencia n o p u e d e actuar y n o a c tu a r sim ultáneam ente, es u n so­ fisma de equivocidad de té rm in o s; p o rq u e sim ultáneam ente y en u n m ism o in s­ tante se da u n o y o tro p o d e r, p e ro n o p a ra realizar am bos actos co n ju n tam en ­ te , sino separadam ente, esto es, o uno u otro, según su arb itrio . P o r eso, a u n cuando ejercite u n a p a rte d e ese p o d e r, p o r ejem plo, realizando el acto, sin

ilio instanti fuit ille actus liber, saltern quoad exercitium. Atque idem argumentum fieri potest de merito Christi, de quo certius est incepisse a primo instanti conceptionis suae. 6. Tandem possunt fieri proportionalia argumenta in hominibus, nam, ut supra dicebam, homo potest in primo instanti usus rationis habere actum liberum, turn bonum, turn etiam malum. Item, quoties homo peccat, non demeretur vel amittit gratiam in tempore immediato ante instans in quo exercet actum peccaminosum, ut est per se evidens; nemo enim peccat aut demeretur in eo quod facturus est, sed in eo quod facit, ut late Augustinus, epist. 107. Ergo necesse est ut in eodem instanti in quo actus peccati exercetur, sit liber; quia nemo vere peccat nisi tunc quando potest vitare quod facit vel facere quod omittit. Item, est si­ mile argumentum quando peccator conte­ ntar; ille enim non consequitur gratiam mite nec post instans contritionis, sed in ipsomet momenta in quo contritionem elicit, et in eodem tantum se disponit sufficienter,

cum tamen disposino debeat esse libera, et in eodem meretur gloriam; ergo in eodem et pro eodem exercet actum liberum. 7. Ratio contrariae sententiae desimitur.— Fundamentum prioris sententiae iam solutum est. Aristoteles enim dare loquitur de necessitate conditionata et ex hypothesi consequent!, et de eadem intelligendus est Boetius; nam quod ait ortum solis prius fuisse necessarium, non solum est intelligendum de prioritate temporis, sed etiam de prioritate naturae seu causae. Immo, ideo in priori tempore verum fuit dicere effectum ilium ex necessitate futurum, quia in sua causa habet necessitatem. Quod vero aiunt, non posse eamdem potential» simul efficere et non efficere, sophisma est consistens in vocum aequivocatione ; utraque enim potestas simul est in eodem instanti, non tamen ad exercendum utrumque actum coniunctim, sed divisim, id est, vel unum vel alium pro suo arbitrio. Unde, licet alteram partem potestatis excerceat, verbi gratia, eli­ dendo actum, potestatem tamen retinet ad

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Disputaciones metafísicas

em bargo conserva el poder p a ra 1(5 opuesto, y p o d ría ejercerlo en el m ism o in s­ tan te , n o ciertam ente en sim ultaneidad con el otro acto n i e n tran d o en com po­ sición con él, sino de m anera absoluta. 8. El acto de la voluntad no dura necesariamente algún tiempo.— N o obs­ ta n te , añade G regorio, en el lu g a r antes citado, q u e , e n el supuesto d e que la v o lu n tad haya realizado u n acto, n o p u e d e ab an d o n arlo , no sólo en el m ism o in sta n te , sino n i siquiera en el tiem po in m ed iatam en te sig u ien te; p o rq u e piensa q u e es contradictorio que u n acto cese en el m ism o in stan te en q u e com ienza a existir. P ero este parecer n o tien e fu n d am en to n i en teología n i en filosofía; en efecto, n o es contradictorio que u n a cosa q u e se realiza d u re sólo u n ins­ tante, ya que un m ism o in stan te p u ed e co n stitu ir el p rim ero y el ú ltim o ser de la co sa; pues ¿ q u é contradicción hay en esto? R esp o n d e q u e es contradictorio q u e u n a cosa com ience y cese sim ultáneam ente. A h o ra bien, si el com ienzo se realiza e n u n instante intrínseco y la cesación e n u n in stan te extrínseco a la m ism a cesación o intrínseco a la m ism a existencia, n o hay contradicción alguna, ya q u e n o se sigue que la cosa exista y n o exista sim ultáneam ente, sino que sólo se sigue q u e la cosa existe de ta l m an era q u e -ni existía in m ed iatam en te antes n i ha de existir inm ediatam ente d esp u és; d e igual m odo que u n m ism o in stan te tiene existencia, y en él p o d ría D ios crear a u n ángel y n o conservarlo m á s; luego p o r esta razón n o hay n in g u n a necesidad de co n tin u ar el acto libre. P ero tam poco p o r otra, p u es los ángeles m alos, según es pro b ab le, sólo perm a­ necieron un in stan te en sus actos b u e n o s; y el q u e p eca n o está obligado p o r n in g u n a necesidad a perseverar e n la acción de p ecar, p u es de lo contrario el h o m b re, en esta vida, p o d ría' pecar p o r n ecesid ad d u ra n te alg ú n tiem p o y n o d esistir de p ecar, lo cual es com pletam ente absurdo. P o r el co n trario , q u ie n co­ m enzó a m erecer, persevera lib rem en te en e l m érito , y a q u e d e o tra m an era n ada m erecería p o r su perseverancia e n la b u e n a o b ra ; p e ro esta cuestión es am plia­ m ente d iscutida p o r los teólogos.

oppositum, quam posset in eodem instanti seu intrinsecum ipsi existentiae, nulla est exercere, non quidem simul cum alio acni repugnantia, quia non sequitur quod res sit nec faciendo compositionem cum ilio, sed simul et non sit, sed solum sequitur quod absolute. ita sit,' ut neque immediate antea fuerit, 8. Actus voluntatis non necessario per neque immediate post futura sit; quomodo aliquod tempus durat.— Addit tamen Gre­ ipsum instans habet esse,. et in eo posset gorius supra, facta suppositions quod vo­ Deus creare angelum et non conservare amluntas elicuit actum, non solum non posse plius; ergo ex hac parte nulla est nécessi­ pro eodem instanti ilium deserere, verum etiam neque in tempore immediate sequenti, tas continuandi actum liberum. Nec vero' quia existimat repugnare actum desinere in ex alia, nam angeli mali, ut est probabile, eodem instanti in quo incipit esse. Sed ne­ per unum tantum instans durarunt in bonis que in theologia neque in philosophia habet actibus; et qui peccat, nulla necessitate co­ haec sententia fundamenriim. Non enim re­ g ita perseverare peccando, alias posset ho­ pugn at rem quae fit pro unico tantum in­ mo in hac vita pro aliquo tempore ex ne­ stanti durare; nam potest idem instans esse cessitate peccare et non desistere a peccan­ primum et ùltimum esse rei ; quae est enim do, quod absurdissimum est. Et e contrario in hoc repugnantia? Bespondet repugnare qui coepit mereri, libere perseverai in me­ quod res simul incipiat et desinat. Sed si rito; alias nihil in ea perseverantia boni inceptio fit per instans intrinsecum, desino operis mereretur; sed haec res latius a vero per instans extrinsecum ipsi desitioni theologis disputata.

Disputación X IX .— Sección X

425 S E C C I O N

X

S i la contingencia de l o s efe c to s d e l universo procede de la libertad

DE LAS CAUSAS EFICIENTES, O PUEDE DARSE SIN ELLA 1. Un acto se dice contingente en doble sentido.— P a ra q u e n o encierre am b ig ü ed ad el térm in o «contingencia», es necesario a d v e rtir q u e p u ed e decirse en d o b le sentido q u e u n efecto es c o n tin g e n te : d e u n a m an era, po rq u e se hace casualm ente y fu era de la in ten ció n del ag e n te ; en este sentido, se tom a m u y e stric ta y rigurosam ente la p alab ra «contingencia»; p e ro ah o ra n o hablam os así, ya q u e del efecto casual tratarem os en la últim a sección d e la presen te d is­ p u tació n . D e o tra m anera se tom a «contingente» e n cu an to significa algo in­ te rm e d io entre lo necesario y lo im posible, al m odo com o dicen los dialécticos q u e lo contingente incluye a u n m ism o tiem p o lo q u e es posible que ex ista y lo q u e es posible q u e n o ex ista ; con esta significación se tom a ahora, y p arece q u e así lo consideró tam b ién A ristóteles, en I De interpret., c. últim o, d o n d e tra ta d e los fu tu ro s contingentes. 2. E n segundo lu g ar, d ebe advertirse q u e u n efecto p u ed e com pararse, ya a su causa próxim a sólo según su v irtu d intrínseca, ya a la m ism a causa en cu a n to u n id a al concurso u oposición de otras causas, q u e en todo el o rd en del u n iv erso p u ed en oponérsele o c o n cu rrir con ella; e n tre esas causas podem os in ­ clu ir, bien a la causa p rim e ra , bien sólo la serie y o rd en de las causas segundas. Y e n este últim o sentido hablam os ah o ra, p o rq u e suponem os q u e , en o rd e n a la causa p rim era , n o h ay n in g ú n efecto del universo q u e suceda p o r necesidad absoluta, y a que todos d e p en d en d e su concurso, q u e ella p u ed e negar según su lib e rta d ; por eso, e n o rd e n a ella, n o h ay n in g u n a cosa ta n necesaria o n in ­ g ú n efecto poseedor de u n a causa q u e o b re ta n n ecesariam ente q u e no p u e d a ser y n o ser y, en este sentido, sea co ntingente. A hora b ien , aun cuando D ios o b re librem ente, suponem os q u e está p rep arad o p a ra c o n c u rrir con las causas se­ gu n d as y q u e p resta su concurso p o r u n a ley estab lecid a; p o r eso consideram os la contingencia o n ecesid ad de los efectos n atu rales, en o rd e n a las causas se g u n -

SECTIO X An

CAUSARUM e f f ic ie n t iu m ORIATUR CONTINGENTIA IN EFFECTIBUS UNI­ VERSI, VEL SINE ILLA ESSE POSSI! ex

l ib e r t a t e

1. Dupliciter aliquis actus dicitur contingens.— U t non sit ambiguitas in voce contingentiae, oportet advertere dupliciter pos­ se dici effectum contingentera: uno modo, quia casu et praeter intentionem agentis fit; quo sensu valde stricte et rigorose sumitur vox contingentiae; nunc autem non ita loquimur, nam de effe'ctu casuali dicemus sect. ult. huius disputationis. Alio ergo mo­ do sumitur contingens ut dicit quoddam medium inter necessarium et impossibile, quomodo a dialectìcis dicitur contingens compierti simul possibile esse et possibile non esse; et in hac significatione sumitur in praesenti, et sic etiam sumptum videtur ab Aristotele, I de Interpret., c. ult., ubi de futuris contingentibus disputât. 2. Secundo est observandum effectum aliquem comparari posse vel ad suam cau-

sam proximam tantum secundum virtutem. intrinsecam eius, vel ad eamdem ut coniunctam concursui vel oppositioni aliarunv causarum, quae in toto ordine universi illi', occurrere vel cum illa concurrere possunt; in quibus possumus vel primam causanr comprehendere, vel tantum seriem et ordi­ nerà causarum secundarum. Atque hoc pos­ teriori modo nunc loquimur; supponimus enim in ordine ad primam causam nullum effectum universi ex absoluta necessitateevenire, quia omnes pendent ex concursu eius, quem iosa prò sua libertate negare potest; et ideo in ordine ad illam nulla est res tam necessaria nullusve effectus habens causam tam necessario agentem, qui non possit esse et non esse, et in hoc sensu sit contingens. Nunc autem, etsi Deus agat li­ bere, supponimus esse paratum ad concurrendum cum causis secundis, et definita lege praebere suum concursum; et ideo contingentiam vel necessitatem effectuum naturalium ita consideramus in ordine ad causas secundas ac si a prima non penderent vel

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Disputaciones metafísicas

das, d e igual m an era q u e si n o dependiesen de la p rim e ra , o q u e si la p rim era n o p udiese negar su concurso n i im p e d ir o cam biar las acciones d e estas causas. P o rq u e los m ilagros q u e D ios p u ede h acer en esto n o los tien e en cuenta la filosofía, aunque tam p o co lo s niega si son verdaderos, sino q u e dice q u e son excepciones de la re g la g en eral, las cuales no le com peten.

Solución de la cuestión 3. Sentado esto, la solución d e la presen te cu estió n es facilísim a; p o r ellod ebe decirse, en p rim e r lu g ar, q u e en o rd en a la causa próxim a q u e ob ra por necesidad natural, n o h ay n in g ú n efecto contingente p o r la v irtu d in trín seca de tal causa, aunque p u e d e ser contingente p o r im p erfe cció n ' o defecto de dicha causa, que puede q u e d a r im p ed id a en v irtu d del concurso o d e la oposición de o tra causa. L a p rim e ra p a rte de esta afirm ación es clara, p ues si la causa está determ inada p o r s u n atu raleza a u n a sola cosa, d eb e ser ta n p o derosa p a ra obrar q u e p o r su v irtu d in trín seca n o p u ed a dejar de o b ra r; luego, p o r esta razón, el efecto n o tiene contingencia, sino necesidad. E n consecuencia, si se atiende a la sola v irtu d in trín seca d e la cau sa y a su m odo n a tu ra l de o b rar, n o se podrá colegir de ahí n i q u e el efecto n o ha d e p ro d u cirse n i que p u e d e n o existir, sino m ás bien q u e tiene n ecesid ad de existir d e sd e ese p u n to d e v ista ; luego el efecto no p u ed e te n e r contingencia p o r ' razó n d e este respecto a ta l causa. A sim ism o, la otra p a rte d e la conclusión es tam b ién igualm ente verd ad era y fá­ c il; porque,' aun c u an d o la causa pró x im a obre d e m an era necesaria, es im po­ te n te para resistir a cu alq u ier causa c o n traria q u e se le oponga, o p a ra vencer y su p erar cualquier resistencia q u e p u ed a ofrecerle o tra causa; luego p o r esta ra z ó n es posible q u e n o se p ro d u z c a u n efecto q u e , p o r o tra p a rte , se p ro d u ­ ciría necesariam ente e n cu a n to depende de la v irtu d y m odo d e o b ra r d e la causa próxim a; luego ta l efecto es con tin g en te, n o p o r la v irtu d , sino m ás bien p o r la falta de v irtu d d e su causa, ju n tam en te con el posible concurso u opo­ sición de otras c au sas; en ellas incluim os n o sólo las causas eficientes, sino tam b ién las m ateriales y las q u e de cu alq u ier m an era resisten o im piden la ac-

ac si prima non posset suum' concursum negare aut actiones harum causarum im­ pedire aut immutare. Nam miracula quae in hoc Deus facere potest, philosophia non considérât, neque etiam negar si vera sint, sed dicit esse exceptiones a generali régula, quae adipsam non pertinent.

larci virtutem intrinsecam causae et ad naturalem modum agendi eius, non poterit inde colligere aut effectum non esse futurum, aut posse non esse, sed potius habere necessitatem essendi, quantum est ex eo capite; ergo effectus non potest habere con­ tingentiam ex hac habitudine ad huiusmodi causam. Nihilominus altera etiam pars conQuaestionis resólutio dusionis aeque vera est et facilis; nam licet 3. His positis faciliima est praesentis causa proxima necessario agat, impotens est quaestionis resolutio; et ideo dicendum est ad resistendum omni contrariae causae sibi primo in ordine ad causam proximam ope- occurrenti, vel ad vincendam et superanrantem ex necessitate naturae nullum esse dam omnem resistentiam quae ab alia causa effectum contingentem per intrinsecam vir- fieri potest; ergo ex hoc Rapite contingere potest ut non eveniat effectus qui aliunde tutem talis causae; esse tamen posse con­ tingentem ex imperfectione vel defectu talis necessario eveniret quantum est ex virtute causae, quae impediri potest ex concursu et modo agendi proximae causae; ergo talis effectus est contingens, non ex virtute, sed vel oppositione alterius causae. Prior pars huius assertionis clara est, nam si causa est potius ex defectu virtutis suae causae, adnatura sua determinata ad unum, ergo ita iuncto possibili concursu vel oppositione est potens ad agendum ut ex intrinseca sua aliarum causarum; sub quibus comprehenvirtute non possit non agere; ergo effectua dimus non solum efficientes causas, sed ex hac parte non habet contingentiam, sed etiam materiales et quovis modo resistentes necessitatem. Unde si quis respiciat ad so­ seu impedientes naturalem actionem causae.

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ció n n a tu ra l d e la causa. E n este sentido, los filósofos ad m iten co rrectam en te la contingencia en los efectos d e las causas naturales, p o rq u e es co n tin g en te el efec­ to q u e p u ede ser p ro d u cid o y n o p ro d u cid o p o r su causa; p ero , en absoluto, este efecto p u e d e ser p ro d u cid o y n o p ro d u cid o p o r su causa, ya p ro v en g a esto d e la v irtu d , ya d e la falta d e v irtu d , p o r los posibles im p ed im en to s; luego. 4. Efecto contingente intrínsecamente y extrínsecamente.— S in em b arg o , p a ra m ayor claridad, üe a q u í se distin g u e acertadam en te u n doble efecto con­ tin g e n te : in trín secam en te o sólo extrínsecam ente. E n el p rim er sentido se llam a efecto in trín secam en te co n tin g en te p o rq u e procede d e u n a causa que p o r su in ­ trín seca v irtu d y facu ltad p u ed e dar contingencia al efecto. N o p o rq u e e sta con­ tin g en cia sea alguna vez u n m odo intrínseco in h e re n te al m ism o efecto, pues n o es m ás q u e u n a d enom inación tom ada del p o d e r y m odo d e o b rar d e su cau sa, sino p o rq u e ta l denom inación proviene de la sola v irtu d y p erfecció n in trín seca d e la causa p ro p ia. E sta contingencia sólo se da en ord en a la causa lib re . E n el segundo sentido, es d ecir, extrínsecam ente, se llam a c o n tin g en te el efecto cuando la carencia d e n ecesidad q u e hay en él sólo deriva d e los im p e­ d im en to s extrínsecos. C on esto se com prende tam b ién que sem ejante c o n tin g en ­ cia n o dep en d e d e la lib e rta d de alguna causa, n i siquiera d e la p rim e ra , ya q u e únicam ente consiste en la referencia a la causa pró xim a, q u e p u ed e q u ed ar im p e d id a ; y esta referen cia es la m ism a, tan to si in terv ien en com o si n o in te r­ vienen causas lib re s, e incluso a u n q u e D ios obrase p o r necesidad n a tu ra l, con ta l d e q u e h ubiese p ro d u cid o las m ism as causas n atu rales q u e ahora existen. 5. Excluidas las causas libres, en toda la serie y colección de las demás no hay ningún efecto contingente.— A firm o en segundo lu g a r: el efecto q u e es c o n tin g en te resp ecto d e la causa próxim a que ob ra d e m an era n a tu ra l, si se com para a todo el o rd e n y serie de causas del universo, y entre estas causas no h ay n in g u n a q u e o b re lib rem en te, al m enos en cu an to aplica otras causas o a p a rta im p edim entos, n o tien e contingencia, sino necesidad. E sta afirm ación se tom a de S anto T o m á s, I cont. Gent., c. 67, razó n 3.a, donde d ic e : Así como

de una causa. necesaria se sigue el efecto de manera infalible, así también se Atque hoc modo recte admittunt philosophi contingentiam in effectibus causarum naturalium; quia contingens effectus est qui a sua causa potest fieri et non fieri; sed hic effectus absolute potest fieri et non fieri a causa sua, sive id proveniat ex virtute sive ex defectu virtutis, ex impedimentis possibilibus; ergo. 4. Contingens effectus et intrinsece et extrinsece.— Hinc tamen maioris claritatis gratia recte distinguitur duplex effectus con­ tingens, scilicet vel intrinsece vel tantum extrinsece. Priori modo dicitur effectus ab intrinseco contingens quia manat a causa quae ex intrinseca vi et potestate potest dare contingentiam effectui. Non quod haec contingentia aliquando sit modus intrinsecus inhaerens ipsi effectui; nihil enim est aliud quam denominatio sumpta ex potestate et modo agendi suae causae; sed quod talis de­ nominatio a sola intrinseca virtute et perfectione propriae causae proveniat. Et haec contingentia tantum est in ordine ad causam liberane Posteriori autem modo seu

extrinsece dicitur effectus contingens quan­ do carentia necessitatis quae in ilio est solum est ab extrinsecis impedimentis. Ex quo etiam intelligitur huiusmodi contingentiam non pendere ex libertate alicuius causae, etiam primae, quia solum consist« in habitudine ad causam proximam, quae impe­ diti potest; quae habitudo eadem est, sive liberae causae interveniant sive non, ¡ramo etiamsi Deus ageret ex necessitate naturae, dummodo easdem naturales causas produxisset quae nunc sunt. 5. Seclusis causis liberis, in tota serie et collectione aliarum nullus est effectus con­ tingens.— Dico secundo: effectus qui est

contingens respectu causae proximae naturaliter operands, si comparetur ad totum ordinerà ac seriem causarum universi, et in his causis nulla intercedat libere agens, saltern ut applicans alias causas vel removens impedimenta, non habet contingentiam, sed necessitatem. Haec sumitur ex D. Thom., I cont. Gent., c. 67, rat. 3, ubi ait: S icu t ex causa necessaria sequitur effectus

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sigue de una causa contingente completa, si no está impedida. E n dicho lu g ar ad v ierte m uy bien el F errarien se que ello debe en ten d e rse de los efectos d e las causas naturales. Se tom a tam b ién de D u ran d o , In I, dist. 38, q. 3 ; E scoto, In 1, dist. 1, q. 1 ; dist. .8 , q. 2, y d ist. 3 9 ; p e to la expuso m ás claram ente G ab riel, In I, d ist. 38, q. ú n ica, a. 1. Se dem uestra, p o rq u e si todas las causas de cualquier ord en que c o n cu rren al efecto y p u e d e n prom over o im p ed ir su p ro d u cció n ob ran p o r necesidad, entonces con la m ism a necesidad se seguirá u n efecto tal cual puede seguirse de todas esas causas así dispuestas y aplica­ das. Se e x p lic a ,. p o rq u e así com o u n a causa n a tu ra l próxim a no im pedida y q u e tien e m ateria apta suficientem ente aplicada p ro d u c e de m anera necesaria 'el efecto proporcionado, así tam b ién , si la m ism a causa está totalm ente im pedida, con ig u al necesidad no o b ra rá nada, o si no está d el todo, sino sólo en p a rte im p ed id a, con ig u al necesidad pro d u cirá u n efecto im perfecto o m o n stru o so ; luego si todas las causas, ta n to las agentes com o la s im pedientes, concurren de esa m an era en v irtu d del solo curso n atu ral y necesario, y cada una de ellas c b ra tam bién con necesidad a su m an era, en el sen tid o de que la im pediente im p id e necesariam ente, y la q u e aplica la m ateria lo hace tam bién necesaria­ m ente, y así las dem ás, entonces tal efecto, considerado en orden a toda la se­ rie y colección d e dichas causas, n o tiene contingencia, sino necesidad. 6. Y en esta co n c lu sió n ' n o e n cu en tro m otivo d e d u d a , ya que to d a esta necesidad se en tien d e .su b o rd in ad a a la v o luntad divina, com o supusim os al p rin ­ cipio, y con resp ecto a ella cu alq u iera d e estos efectos tiene contingencia, o sea, posibilidad d e n o su ced er; em pero, tam b ién en esto interviene la lib ertad di­ vina. A sí, es absolutam ente v erd ad ero e in d u d a b le q u e , con respecto a todo el o rd e n o colección d e las causas agentes, n o p u ed e h a b e r ninguna contingencia en los efectos, a n o ser q u e e n ese c o n ju n to d e causas intervenga alguna causa lib re. 7. C on estas dos afirm aciones se en tie n d e en seguida cuán difícil es cono­ cer prev iam en te con certeza estes efectos con tin g en tes fu tu ro s, incluso m era­ m en te natu rales, q u e tien en co n tin g en cia con re sp e c to a u n a u otra, o tam bién certitudinàliter, ita ex càusa contingente completa, si non impediatur. Ubi recte Fer­ rar. advertit intelligendum id esse de effectibus causarum naturalium. Sumitur etiam ex Durando, In I, dist. 38, q. 3; et Scoto, In I, dist. 1, q. 1; dist. 8, q. 2, et dist. 39; sed clarius earn proposuit Gabriel, In I, dist. 38, q. unic., a. 1. Et probatur, quia si omnes causae quae in omni genere ad effectum concurrunt et illius productionem vel promòvere vel impedire possunt, agunt ex necessitate, ergo eadem necessitate talis sequetur effectus qualis ex omnibus illis causis sic dispositis et applicatis sequi pot­ est. Et declaratur, nana sicut naturalis cau­ sa proxima non impedita et habens ma­ teriati aptam sufficienter applicatam neces­ sario producit proportionatum effectum, ita si eadem causa sit omnino impedita, eadem necessitate nihil operabitur, vel si non om­ nino, sed ex parte impedita sit, eadem ne­ cessitate faciet imperiectum vel monstruosum effectum; ergo si causae omnes tam agentes quam impedientes ex solo naturali ac necessario cursu ita conveniunt, et singulae

edam cum necessitate operantur suo modo, id est, quae impedit, necessario impedit, et quae materiam applicat, necessario, et sic de aliis; ergo talis effectus consideratus in ordine ad totam seriem et collectionem talium causarum, non habet contingentiam, sed necessitatem. 6. Neque in hac conclusione inverno rationem dubitandi, nam tota haec necessitas intelligitur subordinata voluntati divinae, ut in principio supposuimus, et respectu illius habet quilibet ex his effectibus contingen­ tiam, id est, possibilitatem ut non eveniat; tamen in hoc ipso intercedit etiam libertas divina. Et ita simpliciter et absque dubitatione verum est, respectu totius ordinis seu collectionis causarum agentium, nullam pos­ se esse contingentiam in effectibus, nisi in illa collectione causarum aliqua causa libera interveniat. 7. Atque ex his duabus assertionibus obiter intelligitur quam sit difficile cum ret­ titudine praecognoscere hos effectus contingentes futuros, etiam mere naturales, qui respectu unius vel alterius, vel etiam piu-

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c o n respecto a m u chas causas, y sólo poseen infalibilidad y necesidad con res­ p e c to a todas co n ju n tam en te. P o rq u e es dificilísim o, al m enos para los h o m b res — p o r om itir a los ángeles— , conocer todas estas causas, no sólo po rq u e algunas .e stá n alejadísim as d e los sentidos y m u y ocultas, com o los astros o sus v irtu d e s, sin o tam b ién p o rq u e co n stitu y en u n a g ra n m u ltitu d y sus convergencias y opo­ siciones son d iferentes y m ú ltip les, y, finalm ente, p o rq u e estas causas n o o b ran sin la m ateria,' cuya disposición es tam b ién variable y m uchas veces descono­ c id a ; p o r eso es m u y trabajoso com parar e n tre sí y observar todas estas cosas d e tal m anera que d e ellas p u ed a conocerse p reviam ente algún hecho fu tu ro en p a rtic u la r con co n jetu ra b astan te p ro b ab le, y m ucho m enos con certeza in fali­ b le. C onsúltese sobre este p u n to B enito P ererio, lib. I I In Gen., c. 2 y 3. 8. De cualquier modo que intervenga la causa libre en la serie de las cau­ sas naturales, el efecto puede ser contingente.— E n te rc e r lu g ar, afirm o : si p a ra u n efecto cualquiera, incluso de las causas natu rales, co n cu rre u n a causa lib re , ya sea com o causa per se, ya com o causa per accidens, aplicando el agente o la m ateria, o bien a p artan d o u n im p ed im en to , ello b asta p a ra q u e el efecto sea en absoluto co n tin g en te, a u n cuando se com pare a todo el conjunto y serie de las causas. Se p ru e b a p o rq u e es efecto contingente aq u el q u e p u e d e e x istir y n o ex istir en v irtu d d e su c au sa; p ero sem ejante efecto, com parado a to d a la colección d e sus causas, p u e d e en absoluto existir o n o e x istir p o r el solo h echo de q u e e n tre esas causas interviene alguna lib re, en v irtu d d e cuyo a rb itrio p u ed e acontecer, b ie n q u e la m ateria n o se halle disp u esta para tal efecto, b ie n q u e la causa próxim a y per se esté ausente, bien q u e se in terp o n g a otro im p e ­ dim en to sem ejante, lo cu al basta p a ra q u e n o se siga el efecto. A sí, si u n la­ b ra d o r n o ara la tie rra , cosa p a ra la cual es lib re, q u e d a im pedido el fru to n a ­ tu ra l a u n q u e se d en las lluvias convenientes y co n cu rran todas las dem ás cau ­ sas; y la m ism a razó n vale p a ra cualquier o tro efecto q u e exija alg ú n concurso de u n a causa lib re sin el cual n o p u e d a pro d u cirse. 9. Diferencia entre, los efectos naturales y los contingentes no libres.— D e aq u í cabe in fe rir la diferencia e n tre estos efectos contingentes, a los q u e en c ier-

rium causarum habent contíngentiam, et so­ lum habent infallibilitatem ac necessitatela respecm omnium simul. Est enim difficillimum, saltern hominibus, ut angelos praetermittamus, omnes huiusmodi causas co­ gnosces, turn quia quaedam sunt a sensibus remotissimae et valde occultae, ut sunt astra seu virtutes eorum ; turn etiam quod in magna sint multitudine, et earum concur­ sus et oppositiones varíae sint et multípli­ ces; turn denique quod hae causae non agunt absque materia, cuius dispositio etiam est varia et saepe ignota; et ideo valde operosum est haec omnia ita inter se conferre et observare nt ex eis possit aliquid futurum in particulari praecognosci satis probabili coniectura, nedum infallibili ccrtitudine. Legatur de hac re Benedictos Pererius, lib. II In Gen., c. 2 et 3. 8. Quovis modo causa libera intercedat in naturalium causarum serie, effectus esse potest contingens.— Dico tertio: si ad ef­ fectual quemlibet, etiam naturalium causatum, causa libera concurrat, sive ut causa per se sive ut causa per accidens, applicans

agens vel materiam, aut removens prohibens, id satis est ut effectus sit simpliciter contingens, etiamsi ad totam collectionem et seriem causarum comparetur. Probatur, nam effectus contingens est qui potest esse et non esse ex vi suae causae; sed huiusmodi effectus, comparatus ad totam collectionem suarum causarum potest simpliciter esse et non esse, vel ex eo solum, quod inter illas causas aliqua libera intervenit, ex cuius arbitrio accidere potest ut vel materia non sit disposita ad talem effectum, vel causa proxima et per se absit, aut aliud simile impedimentum interveniat, quod satis est ut effectus non sequatur. U t si agricola non aret terram, quod illi liberum est, impeditur naturalis fructus, etiamsi sint pluviae congruentes et omnes aliae causae concurrant; eademque ratio est de auocumque alio effectu postulante aliquem concursum causae liberae sine quo esse non possit. 9. Discrimen inter naturales effectus et contingentes non liberos.— Atque hinc colligere licet differentiam inter hos effectus contingentes, quos lato quodam modo li-

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to sentido am plio podem os llam ar lib res, y los an terio res n a tu ra le s : po rq u e és­ tos sólo son contingentes relativam ente con respecto a u n a o varias causas, pero n o con resp ecto a todas consideradas colectivam ente; e n cam bio, aquéllos, es de­ cir, los libres, son absolutam ente contingentes, ya se com paren a cada una de las causas, ya a todas tom adas sim ultáneam ente. D e d o nde resu lta tam bién que estos efectos lib res p u e d e n conocerse d e antem ano en sus causas m u ch o m enos q u e aquéllos. P o rq u e el efecto n a tu ra l, a u n q u e fo rm alm en te — en cu an to contin­ gen te— n o p u e d a conocerse e n su causa com o ciertam en te fu tu ro , es decir, en la sola causa p ró x im a considerada en sí m ism a, p u e d e , em pero, conocerse en la colección y com paración d e todas las causas, ya q u e entonces n o se conoce com o contingente, sino com o n ecesario ; en cam bio, el efecto absolutam ente con­ tin g e n te n o p u e d e conocerse d e antem ano con certeza com o fu tu ro n i en una n i e n todas las causas al m ism o tiem po, ya q u e desd e am bos p u n to s d e vista es absolutam ente co n tin g en te y, p o r tan to , en v irtu d de las causas, indeterm inado e in d ifere n te p a ra existir y p a ra n o e x istir; p o r ello, a n o ser q u e se conozca p o r otra p a rte la suficiente determ inación lib ré de la causa para determ in ar el efecto, de n in g u n a m an era p u e d e conocerse p rev iam en te con certeza en v irtu d d e las causas. 10. A q u í se p resen tab a de in m ed iato ocasión d e tra ta r acerca d e la pres­ ciencia y la p redicción de estos efectos contingentes en cuanto son fu tu ro s; p o r­ q u e si antes d e realizarse no tienen en sus causas u n a d eterm in ació n p a ra exis­ tir o para n o e x is tir,' entonces n o p u e d e h a b e r n in g u n a v erd ad determ in ad a en las proposiciones en q u e se enuncia com o fu tu ra u n a de las dos cosas; parece claro q u e esto lo concedió consecuentem ente A ristóteles, e in clu so q u e lo dem os­ tr ó ex professo en el lib . I De intrepret., c. 8. P e ro d e a q u í se sigue, adem ás, q u e n in g u n a d e las dos p a rte s, n i la q u e afirm a n i la q u e nieg a q u e sem ejante efecto h a d e suceder, p u e d e ser conocida d e antem ano com o determ inada­ m e n te v e rd a d e ra ,' n i siquiera p o r D io s; p o rq u e lo q u e n o es verdadero n o es e scib le; luego lo q u e n o es d eterm in ad am en te v erd ad ero tam poco p u ede sa­ berse com o d eterm in ad am en te v erdadero. Y e n este sen tid o lo concedió Cice­ ró n , lib . De fato et divinat., según refirió S an A g u stín , V De Civitate Dei, c. 9.

beros appellare possumus, et priores naturales: quod hi tantum secundum quid sunt contingentes respectu unius vel plurium causarum, non ramen respectu omnium col­ lective sumptarum; illi vero, scilicet liberi, sunt simpliciter contingentes, sive ad singulas, sive ad omnes causas suas simul sumptas comparentur. Ex quo etiam fit ut hi effectus Ebeti multo minus possint praecognosci in causis quam illi. Nam effectus naturalis, licet formaliter u t contingens est non possit in causa cog'nosci ut certo futurus, id est, in sola causa proxima in se considerata, tamen in collectione et collatione causarum omnium cognosci potest, quia iam non ut contingens, sed u t necessarius cognoscitur; at vero effectus simpUciter contingens neque in una neque in omnibus causis simul certo praecognosci potest ut futurus, quia utroque respectu est simpEciter contingens, atque adeo ex vi cau­ sarum indeterminatus et indifferens ad esse et non esse; et ideo, nisi aEunde cogno-

scatur Ebera determinano causae sufficiens ad determinandum effectum, nullo modo potest ex vi causarum certo praecognosci. 10. Hic vero statini offerebat sese occasio disputandi de praescientia et praedictione horum effectuum contingentium qua­ terna futuri sunt; nam si antequam fiant non habent in causis suis determinationem ad esse vel ad non esse, ergo nulla potest esse determinata veritas in propositionibus quibus alterum horum futurum denuntiatur; quod piane videtur consequenter concessisse Aristoteles, immo- et ex professo probasse Eb. I de Interp., c. 8. Ex hoc autem ulterius sequitur neutram partem, affirmantem vel negantem huiusmodi effec­ tum esse futurum, posse praesciri ut deter­ minate veram, etiam a Deo; nam quod non est verum, non est scibile; ergo quod non est determinate verum non potest etiam. sari ut determinate verum. Atque ita id concessit Cicero, Eb. de Fato et Divinai., ut Augustin. retuEt, V de Civit., c. 9.

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11. L a verdad determinada de los futuros contingentes.— P ero esta d ific u l­ ta d exige u n a investigación m ás p ro fu n d a y extensa, d e la q u e se ocu p an los teólogos, In I, dist. 3 8, y en I , q. 14, a. 13. A hora se resp o n d e b rev em en te q u e la determ inación de la v e rd a d en u n a proposición de fu tu ro co n tin g en te n o d e b e to m arse del hecho de q u e la causa d e la cual h a de p ro v en ir ta l efecto e sté ya d eterm in ad a a él en su v irtu d y facu ltad desd e aquel tiem p o o in stan te a p a rtir del cu al ya es v erd ad d ecir q u e ese efecto h a de ser, sin o del solo hecho d e q u e alg u n a vez diclia causa, en su acción, haya d e estar d ete rm in a d a a u n efecto lib re , p u es esto es lo ú n ic o q u e se en u n cia m ed ian te aquella proposición, n o q u e la causa, p o r sí m ism a y p o r su v irtu d , esté ya d e te rm in a d a a tal efecto. P o r eso es com patible c o n la absoluta contingencia d e estos efectos la d e te rm i­ n a d a v e rd a d o falsedad d e aquellas proposiciones en las q u e se enuncia q u e a q u é ­ llos h a n de suceder, ya q u e esta v e rd a d d eterm in ad a n o re p u g n a a la c o n tin ­ gencia en m ayor m ed id a q u e -en u n a proposición de p resen te. P o rq u e , a u n cu an ­ do el efecto p u ed a realizarse y n o realizarse, de lo cu al le viene el ser c o n tin ­ gente, n o obstante, d e h ech o o cu rrirá d e term in ad am en te u n a de las dos cosas, y d e ah í le viene e l ser fu tu ro con tin g en te determ in ad am en te. Y creem os q u e en esto A ristóteles se engañó y h a b ló co n tra los p rin cip io s de n u e stra fe, a u n ­ que n o falten católicos q u e se esfuercen en in te rp re ta rlo y defenderlo. D e a q u í resu lta, adem ás, q u e n o es to talm en te c o n trad icto rio q u e estos efectos lib re s, antes d e realizarse, p u e d a n conocerse prev iam en te d e m an era cierta, al m enos con aqu ella ciencia q u e, p o r su in fin itu d , com p ren d e e in tu y e to d a v erd ad y todo objeto escible tal com o e s ; y en esto com etió u n e rro r m ás craso G c e ró n al n e g a r a D ios la presciencia de todos los fu tu ro s. P u e s aquella ciencia n o d estru y e esta contingencia, n o sólo p o rq u e n o in m u ta n i altera (p o r así decirlo) su objeto — ya q u e , d e lo co n trario , se h aría falsa a sí m ism a si, sabiendo q u e el efecto ib a a ser c o n tin g en te, lo hiciese necesario— , sino tam b ién p o rq u e esta ciencia de los fu tu ro s, en cu an to tal, n o es causa d e los m ism os, sino m era in tu ic ió n ; pero d e esto se tra ta en o tro lu g ar. 12. O tra s dos dificu ltad es q u e d ab an en to rn o a la ú ltim a conclusión. L a prim era , si la sola lib e rta d de la causa segunda es suficiente p a ra la in d icad a

11. Futurorum contingentium veritas de­ terminata.— Sed haec difficultas altiorem et fusiorem disputationem postulai, de qua theologi, In I, dist. 38, et I, q. 14, a. 13. Nunc breviter respondetur determinationem veritatis in propositione de futuro contin­ genti non esse sumendam ex eo quod cau­ sa a qua proventurus est talis effectus sit iam determinata ad ilium in sua virtute et facilitate ab eo tempore vel instanti ex quo verum est dicere illiim effectum esse futurum, sed ex eo solum quod aliquando talis causa in actione sua determinanda sit ad liberum effectum, nam hoc solum enuntiatur per illam propositionem, et non quod causa, ex se et ex sua virtute, sit iam de­ terminata ad talem effectum. Quapropter cum absolute contingentia horum effectuum stare potest determinata veritas vel falsitas earum propositionum in quibus illi futuri esse enuntiantur, quia haec veritas deter­ minata non repugnat contingentiae magis quam in propositione de praesenti. Quia li­ cet effectus possit fieri et non fieri, ex quo

habet quod sit contingens, tamen de facto alterum determinate accidet, et inde habet quod sit futurum contingens determinate. Et in hoc putamus Aristotelem deceptum fuisse et contra principia nostrae fidei locutum, quamvis non desini catholici qui il­ ium interpretari ac defendere conentur. Hinc vero ulterius fit non omnino repugnare ut hi effectus liberi, antequam fiant, certo praesciri possint, ea saltern scientia quae propter suam infinitatem omnem veritatem omneque obiectum scibile comprehendit ac inmetur eo modo quo est; in quo turpius erravit Cicero negans Deo praescientiam omnium futurorum. Neque enim illa scien­ tia hanc contingentiam destruit, turn quia non immutat seu alterat (ut ita dicam) suum obiectum, alias seipsam redderet falsam, si sciendo effectum fore contingentem faceret necessarium; turn etiam quia haec scientia futurorum ut sic non est causa eorum, sed pura intuitio; sed de his alias. 12. Aliae duae difficultates supererà« circa ultimam conclusionem. Prima est an

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Disputaciones metafísicas

co n tin g en cia, in clu so si p o r u n im posible n o h u b iese lib e rta d e n la causa p ri­ m e ra ; ésta ya se h a tratad o a rrib a ; p o rq u e ta n to d a p re g u n ta r si c o n aquella h ip ó tesis p u ed e h a b e r lu g ar e n absoluto p a ra la contin g en cia d e los efectos n a­ tu ra le s com o p re g u n ta r si, c o n d ic h a hipótesis, p u e d e h a b e r lib e rta d y ejercicio d e la lib e rta d en la c ria tu ra . P o rq u e si h u b iese ejercicio de la lib e rta d , h a b ría ta m b ié n contingencia ab so lu tam en te, m ien tras q u e sin él n o la h a b ría ; p o r ello d e b e aplicarse a q u í la re sp u e sta antes dada. L a seg u n d a dificu ltad es si, p o r el co n tra rio , la sola lib e rta d de la p rim e ra causa b asta p a ra la contingencia d el efecto,' a u n q u e n in g u n a causa segunda fuese lib re ; p e ro a ésta se resp o n d e fá­ c ilm en te p o r lo d ic h o , p u e s ate n d id o el m odo com o aq u el efecto es lib re , p u e ­ de decirse c o n tin g en te, tal com o ahora hablam os. A h o ra b ien , si h a d e hablarse d e m a n e ra ta n ab so lu ta q u e los efectos, en. cu a n to se realizan lib rem en te con resp ecto a D ios, p u e d a n decirse co n tingentes, lo tratarem o s d espués al ocu p ar­ n o s d e D ios y de su v o lu n ta d libre. •13. En qué agente libre se halla la raíz de la libertad.— Y con esto q u eda re s u e lta tam bién o tra d ific u lta d q u e suele tra ta rse a q u í, a saber, e n q u é causa está situ ad a la raíz de la contingencia,- si en la lib e rta d de la causa p rim era , o b ie n e n la lib e rta d de la se g u n d a , o en am bas a u n tiem po. P o rq u e d ebe decir­ se, si se tra ta d e la co n tin g en cia sólo ex trín sec a y relativ a, q u e su raíz n o se halla e n lib e rta d alguna, n i d e la causa segunda n i de la p rim e ra , sino próxi­ m a m e n te en u n a ta l n a tu ra le z a y condición d e la causa seg unda, q u e p u ede q u e d a r im p ed id a si se le u n e u n d eterm in ad o o rd e n y serie d e otras cosas y causas n atu rales d e l que suele p ro v e n ir tal im p ed im en to . M as la p rim e ra causa, D io s, ú n icam en te p u e d e d ecirse p rim e ra ra íz d e esta contingencia de igual m odo q u e es causa p rim e ra d e to d o s los efectos del u n iv e rso ; a saber, p o rq u e E l no sólo h a creado, sino ta m b ié n h a d ispuesto y o rd en ad o esas causas segundas de tal m o d o q u e de ellas p ro c e d ie se n estos efectos co n tingentes. P e ro , form alm ente h a b la n d o , n a d a im p o rta p a ra esto el q u e la causa p rim e ra p ro d u jese librem ente todas estas cosas, p o rq u e se seg u iría la m ism a contingencia a u n cu an d o las hu­ biese creado to d as p o r necesid ad , con tal q u e las hu b iese o rdenado de igual m o d o y después co n cu rriese con ellas. E n cam bio, h ab lan d o d e la contingencia

sola Hbertas causae secundae sufficiat ad qua nimirum causa posita sit radix contindictam contingentiam, edam si per impos­ gentiae, an scilicet in libertate primae cau­ sibile non esset libertas in causa prima, et sae, vel in libertate secundae, vel utriusque haec supra tractata est; idem enim est quae- simul; dicendum est enim, si sit sermo de rere an cum ilia hypothesi possit consur- contingentia tantum extrinseca et secundum gere contingentia simpliciter in effectibus quid, radicem eius non esse positam in li­ naturalibus et quaerere an cum illa esse bertate aliqua, nec secundae nec primae cau­ possit libertas et usus libertatis in creatura. sae, sed proxime in tali natura et conditioNam si fuerit usus libertatis, erit etiam con­ ne causae secundae, quae impediri potest, tingentia simpliciter; sine ilio autem non adiuncto tali ordine et serie aliarum rerum erit; et ideo responsio superius tradita hie et causarum naturalium ex quo soleat tale applicanda est. Altera difficultas est an e impedimentum occurrere. Prima autem cau­ contrario sola libertas primae causae suffi­ ciat ad contingentiam effectus, -etiamsi nulla sa, sive Deus, solum dici potest prima ra­ causa secunda esset libera; sed haec facilem dix huius contingentiae, sicut est prima cau­ ,ex dictis habet responsionem, nam eo modo sa omnium effectuum universi; quia nimi­ quo ille effectus est liber, potest dici con- rum tales causae secundae ab ipsa fuerunt tingens, prout nunc loquimur. An vero ita et creatae et ita dispositae et ordinatae ut simpliciter loquendum sit u t effectus, qua­ ab eis huiusmodi effectus contingentes proterna respectu Dei libere hunt, dici possint venirent- Ad hoc autem, formaliter loquencontingentes, attingemus inferius disputando do, nil refert quod prima causa libere haec Dmnia produxerit; eadem enim contingen­ de Deo eiusque libera voluntate. 13. In quo agente libero sit radix liber­ tia sequeretur etiam si ex necessitate creastatis.— Atque hinc etiam expedita manet set haec omnia, dummodo eodem modo illa ordinasset et postea cum illis concurreret. | altera difficultas quae hie tractari solet, in

Disputación XIX.—Sección X I

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en sentido absoluto, su ra z ó n inm ediata se encuentra en la lib e rta d de la causa pró x im a y en algún ejercicio d e ella, com o se ha ex p licad o ; p e ro su ra íz p ri­ m o rd ial es la lib e rta d d e la causa p rim era , del m odo q u e se h a expuesto m ás a rrib a , en la sec. 5. »

SECCION

XI

S i HAY ALGUNA RAZÓN VERDADERA PARA INCLUIR EL HADO ENTRE LAS CAUSAS

EFICIENTES DEL UNIVERSO

Diferentes errores 1. H u b o una an tig u a o pinión d e algunos filósofos, q u e a trib u ían todos los efectos del universo al had o . Y po n ían el hado en c ie rta conexión y o rd en de las causas d el universo, de las cuales decían q u e p ro ced ían todas las cosas n e ­ cesariam ente, com o refiere acerca de los estoicos C iceró n , lib. I De divinal., hacia el final, y D iógenes L aercio, lib. V II de la vid a d e Z en ó n . Y a trib u ía n esa fu e rz a prin cip alm en te a los astros y a sus situaciones y disposiciones, ju n ­ tam en te con los m ovim ientos d e los cielos; po rq u e d e a h í provienen, con in ­ soslayable necesidad, los diferentes aspectos y concursos d e las causas del u n i­ verso, d e las cuales decían q u e se derivan, con igual necesidad, todos los efec­ tos d e este m u n d o inferior. P o r eso definían el hado com o una conexión de cau­ sas que obtiene su eficacia de los movimientos y fuerza de los astros, según ex­ pone A lberto, lib. II Phys., tract. n , c. 19, tom ándolo de A puleyo y otros. M u ­ chos d e ellos afirm aban esto n o sólo de los efectos n atu ra le s, sino tam b ién de las acciones hum anas, ta n to en las bien intencionadas com o en las m alas. P o r­ que p ensaban q u e los cuerpos celestes influyen en las voluntades hum anas con la m ism a fuerza y acción directa que en las' dem ás cosas, según refiere San A gustín, lib . IV de las Confesiones, c. 3, y lib. V De Civitate Dei, c. 1. E n este lu g a r indica tam b ién (cosa q u e recoge asim ism o P lotino, Encada III) q u e algunos d e éstos fu e ro n ta n necios q u e n eg aro n que esta disposición de las cau -

lib. VII in vita Zenonis. Illam autem vim praecipue tribuebant astris et sitibus ac dispositionibus eorum, adiunctis caelorum motibus; hinc enim inevitabili necessitate proveniunt varii aspectus et concursus causarum universi, ex quibus aiebant eadem ne­ cessitate effectus omnes in hoc inferiori mundo evenire. Unde definiebant fatum es­ se causarum colligantiam, ex astrorum moSECTIO XI tibus ac vi efficaciam trahentem, ut refert Albert., lib. II Phys., tract. II, c. 19, ex U trum aliqua vera r a t io n e p o s s it fa tu m Apuleio et aliis. Hoc autem multi eorum INTER CAUSAS EFFICIENTES UNIVERSI non solum de naturalibus effectibus, sed NUMERARI etiam de actionibus humanis, tam studiosis Varii errores quam pravis, asserebant, Putabant enim cae1. Fuit vêtus sententia aliquorum philo- lestia corpora eadem vi et directa actione sophorum, qui effectus omnes universi fato infiuere in humanas voluntates ac in caetetribuebant. Constituebant autem fatum in ras res, ut refert August., IV lib. Confess., quadam connexione et ordine causarum uni­ c. 3, et lib. V de Civit., c. 1. Ubi etiam versi, a quibus aiebant omnia ex necessitate notat (quod etiam Plotinus refert, Aenead. provenire, ut de stoicis refert Cicero, lib. I Ili), quosdam ex his adeo fuisse stolidos de Divinar, sub fin., et Diogen. Laert., ut negarint hanc dispositionem causarum At vero loquendo de contingentia simplici­ ter, immediata illius ratio posita est in li­ beriate causae proximae et aliquo usu eius, ut declaratum est; primordialis autem radix eius est libertas causae primae, eo modo quo superius, sect. 5, declaratum est.

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Disputaciones metafísicas

sas d e l u n iv erso , a la q u e a trib u ía n u n a n e c e sid a d fa ta l, tu v iese s u o rig e n en la sa b id u ría o e n la v o lu n ta d div in a, antes b ie n te n ía p o r sí m ism a u n a n ece­ sid a d in trín se c a to ta lm e n te inevitable. 2 . O tro s, e n cam bio, a u n sin n e g a r q u e este o rd e n d e causas se g u n d a s p ro ­ cediese d e la v o lu n ta d d iv in a, n o o b sta n te le a sig n a b a n u n a n ec e sid a d to ta lm e n te insoslayable, in clu so con re sp e c to a D io s, q u iz á p o rq u e creían q u e D io s o b ra p o r n ec e sid a d n a tu ra l. Q u e así o pinó, d e e n tre los h erejes, P e d ro A b e la rd o , lo refiere C astro , Cont. Haeres., voz Libertas, y v o z Futurum contingens; y lo. m ism o ex p o n e d e W iclef, q u e dijo q u e to d as las cosas acaecen p o r u n a n ecesid ad ta n in ev itab le q u e n i el m ism o D ios p u d o c re a r las cosas d é m a n e ra d is tin ta q u e las creó n i g o b ern arlas d e d ife re n te m o d o q u e la s go b iern a, y q u e 'd e ellas, así creadas y g o b e rn a d a s, n o p u e d e n p ro v e n ir o tras acciones q u e las q u e p r o ­ v ien en . O tro s m u c h o s h e re je s h a n seguido ta m b ié n esta o p in ió n acerca d el h a d o , ta l com o h a sid o afirm ada p o r los citados filósofos. 3 . O tro s, e n cam bio, p u sie ro n la n e c e sid a d d e l h a d o n o e n lo s astro s, sino en la v o lu n ta d d iv in a ; así, S éneca, lib . I I Natural, quaest., c. 3 5 : De igual manera — dice— que el agua de los torrentes impetuosos no vuelve sobre sí,

ni siquiera se detiene, porque la que sobreviene precipita a la anterior, así tam­ bién un ciclo eterno rige el orden del hado, y su primera ley es ésta: ajustarse a lo establecido. In m e d ia ta m e n te d e sp u é s, e n e l c. 3 6 , defin ien d o el h a d o dice q u e es una necesidad- de todas las cosas y acciones, a la que no quebranta nin­ guna fuerza. L o m ism o e x p o n e d e m a n e ra e x celen te e n el lib. IV De beneficiis, c. 7. P arece q u e fu e d e ig u a l o p in ió n P la tó n , d iálo g o ú ltim o d e la República. T a m b ié n algunos h e re je s m o d e rn o s (y p o d e m o s a trib u ir esto a C alvino y su s se­ g uidores) in tro d u je ro n e sta clase d e h a d o , a u n q u e q u iz á con n o m b re d is tin to ; en efecto, en señ an q u e to d a s las cosas su ced en p o r n ecesid ad , n o p o r el solo in ­ flujo d e los cielos, sino p o r el influjo su p e rio r d e D io s, el c u a l m u e v e y aplica to d as las causas seg u n d as a la o p eració n d e tal m a n e ra q u e n ecesariam en te p ro ­ d u c e n aquello a lo cu al son im p u lsa d a s, y n in g u n a o tra cosa. P e ro su b o rd in an esta necesidad a la v o lu n ta d d iv in a y dicen q u e , c o n re sp e c to a ella, es e n a b ­ soluto v aria b le ; a u n q u e su p o n ie n d o u n a d isp o sició n e te rn a d e D ios ya in m u -

universi, cui fatalem necessitatela adscribebant, a divina sapientia aut voluntate profectam esse, sed ex se habere intrinsecam necessitatem prorsus’ inevitabilem. 2. Alii vero quamvis non negarent hunc causarum secundarum ordinerà a divina vo­ luntate processisse, nihilominus ei tribuebant necessitatem omnino inevitabilem, etiam respectu Dei, quia forte credebant Deum agere ex necessitate naturae. Quod ex haereticis sensisse Petrum Abailardum refert Castro, cont Haeres., verb. Liberias, et verb. Futurum contingens; idemque de Wiclepho refert quod dixerit omnia evenire tam inevitabili necessitate u t nec Deus ipse potuerit aliter res condidisse quam condidit, nec aliter gubernare quam gubernat; et ex eis sic conditis et gubematis non posse alias actiones prodire quam prodeanL Plures etiam alii haeretici hanc sententiam de facto secuti sunt, prout a dictis philosophis asserta est. 3. Alii vero fati necessitatem non in astris sed in divina voluntate posuerunt; sic

Seneca, lib. II Naturai, quaest.; c. 35 : Q uem a d m o d u m (ait) rapidorum aqua torren tiu m in se n o n recurrit, nec m oratur quidem , quia priorem superveniens praecipitat, sic ordinem fa ti aetem a series regit, cuius hasc prim a lex, stare decreto. Et sta­ tini, c. 36, defìniens fatum, ait esse neces­ sitatem 'rerum o m n iu m actionum que, quam nulla vis rum pat. Idem optime, Hb. IV de

Beneficiis, c. 7. Eiusdemque sententiae videtur fuisse Plato, Dialogo ult. de Repub. Quidam etiam novi haeretici (quod Calvino et sequacibus tribuere possumus) hoc genus fati introduxerunt, licet fonasse non sub eo nomine; docent enim omnia ex necessitate evenire, non ex solo influxu caelorum, sed ex superiori influxu Dei ita moventis et applicantis omnes causas secundas ad agen­ dum ut ex necessitate illud agant ad quod impelluntur, et nihil aliud. Hanc vero ne­ cessitatem subiiciunt divinae voluntati, et respectu illius dicunt esse simpliciter variabilem; quamvis supposita aeterna Dei dis­ posinone iam immutabili, qua statuii uni-

Disputación X IX .— Sección X I

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ta b le , p o r la q u e d eterm in ó crear, go b ern ar y m over to d as las cosas de ta l suerte q u e todo sucediese p o r necesidad, la cual es, con resp ecto a las criatu ras, u n a necesidad absoluta y, en cam bio, con respecto a D io s, u n a necesidad d e in m u ­ tabilidad.

Resolución 4. E n esta d o ctrin a d el had o , así explicada, se contienen m uchos erro res, n o sólo contra la fe católica, sino tam b ién contra la razó n n a tu ra l, com o fácil­ m en te p u ede p o n erse d e m anifiesto p o r lo tratad o h a sta ahora. P o r lo cual, n o sólo la doctrina m ism a h a sido condenada p o r la Iglesia en algunos concilios e im p u g n ad a con to d a diligencia p o r algunos Santos P ad res, sino q u e ta m b ién el n o m b re m ism o d e hado re su lta odioso a todos los católicos, a u n q u e algunos piensen q u e n o d eb e ser totalm ente rechazado si se le aplica u n a sana in te r­ p retación.

Se censuran y refutan los errores expuestos 5. Primero.— A sí, pu es, en p rim e r lu g ar, a trib u ir a las causas segundas una necesidad fatal in d ep en d ien te de D ios es totalm ente necio y contrario a la razó n n atu ral. E sto n o debe p ro b arse de o tra m an era q u e d em ostrando q u e to­ das las cosas d e p en d en de D ios e n el hacerse, en el ser y en el o b ra r; esa ta­ rea la cum plirem os en las tres disputaciones siguientes. 6. Segundo.— E n segundo térm in o , establecer la necesidad del h ad o bajo la causalidad y el influjo d e D ios, inevitable incluso para el m ism o D io s, es contrario a la ra z ó n n atu ral. Se d em u estra po rq u e esa opinión o encierra dos erro res o uno solo, a saber, o q u e D ios n o es om n ip o ten te o, p o r lo m enos, que n o obra lib re m e n te to d o lo q u e o bra fu era de s í; p o rq u e si D ios posee es­ tas dos perfecciones, ¿ q u é disposición, influencia o necesidad de las causas se­ gundas p u ede h a b e r q u e E l n o p u ed a cam biar o im p e d ir con su v o lu n tad om ­ n ip o ten te ' y lib re? Q ue en D ios hay om nipotencia y v o lu n tad lib re lo dem os­ trarem os m ás ad elante, al tra ta r de D ios y sus a trib u to s. A hora b ien , la conclu­ sión debe en ten d e rse d e u n a necesidad absolutam ente in ev itab le; p o rq u e si se

versas res ita condere, gubemaxe et impel­ lere ut omnia ex necessitate eveniant, quae respectu creaturarum est necessitas simpli­ citer, respectu vero Dei est necessitas immutabilitatis.

dentem a Deo piane stultum est et contra rationem naturalem. Hoc non aliter probandum est quam demonstrando omnia pendere a Deo in fieri, esse et operari; quod tribus disputationibus sequentibus praestabimus. . 6. Secundas.— Secundo consumere ne­ Resolutia cessitatem fati sub Dei causalitate et influ4. In hac dottrina de fato sic explicata xu, inevitabili etiam ipsi Deo, répugnât ra­ multi continentur errores non solum contra tioni naturali. Probatur, quia vel duos erro­ catholicam fidem, sed etiam contra rationem res, vel alteram tantum includit ea senten­ za, scilicet, aut Deum non esse omnipoten­ naturalem, ut facile ex hactenus tractatis constare potest. Propter quod et res ipsa ab tem, aut saltern minime operari libere quidEcclesia est damnata in nonnullis conciliis, quid extra se operatur; nam si Deus has et a sanctis Patribus diligentissime est im­ duas perfectiones habet, quae potest esse dispositio, influentia aut necessitas causarum pugnata, et nomen ipsum fati catholicis om­ nibus odiosum est, quamvis nonnulli adiuncsecundarían quam ipse non possit sua om­ ta sana interpretatione non putent esse om- nipotent! et libera volúntate immutare aut nino reiiciendum. impedire? Quod autem in Deo sint omnipotentia et libera voluntas demonstrabimus Notantur et refelluntur clieti errores in fra, de Deo et attributis eius disputantes. _5. Primus.— Primo igitur tribuere cauEst autem conclusio intelligenda de inevi­ sis secundis fatalem necessitatem indepentabili- necessitate simpliciter; nam si sit ser-

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tra ta d e una inevitabilidad sólo relativa, e n el se n tid o d e q u e proceda de la in ­ m u tabilidad de D io s, d e sd e este p u n to de vista n o h a b rá erro r, si n o se m ezcla por o tra p arte, com o direm os. 7. Tercero.— E n te rc e r lu g ar, establecer u n a necesidad d el h ad o tal que derive del influjo de los astro s y de otras causas n atu rales a todas las causas inferiores, incluyendo en ellas tam b ién las voluntades hum anas, es u n error q u e re p u g n a asim ism o a la ra z ó n n atural. L a p resen te conclusión se en tien d e aún cuando esta n ecesidad se p o n g a com o dep en d ie n te de la v o lu n tad divina y com o m udable por ella. Se d e m u estra p o rq u e sem ejante n ecesidad fatal destruye la lib e rta d de albedrío. P or este títu lo ha sido condenada dicha sentencia e n el C oncilio I de B raga, c. 9, y p o r L e ó n I, Epist. 91, c. 11 y 1 3 ; acum ula m uchas consideraciones co n tra ella E usebio, lib . V I De praeparat. Evangel., c. 5 y sig., y escribe tam b ién am pliam ente C risòstom o, en los serm ones sobre la P roviden­ cia^ y San A g u stín , en el c itad o lib. V De Civitate Dei, casi en todo é l; y G re ­ gorio N iseno o N em esio, en el lib. V I de su Philosophia; Boecio, lib . V I De con­ solai., y otros con frecuencia. E s m ás, incluso los filósofos rechazaron esta clase de had o , según se tom a d e A ristóteles, lib. I de la Etica, c. 1, y lib. I De interpret., c. últim o, y A m m onio y otros in té rp re te s e n dicho lu g ar y en el lib. II de la Física, c. 6, d o nde lo tra ta n Sim plicio, T em istio y o tro s; A lejandro de A frodisia, lib. De fato; P lu ta rc o , lib. De fortuna; véanse otros testim onios en Julio Sireno, lib . De fato. T a m b ié n el fu n d a m e n to de esa opinión encierra otro erro r, a saber, q u e el influjo d e los cielos cae d ire c ta y absolutam ente sobre las alm as y voluntades h um anas, lo cual a ten ta co n tra la in m aterialid ad d e l alm a y, consecuentem ente, contra su in m o rtalid ad . 8. E n c u a rto lugar, establecer el h ad o atrib u y én d o lo a la eficiencia y al in ­ flujo de la causa prim era , q u e m overía necesariam ente todas las causas segundas, incluso las voluntades racionales, p a ra cada u n o d e los efectos, es u n error no sólo contra la fe, sino ta m b ié n co n tra la razó n n atu ra l. Se p ru e b a p o r lo dicho, ya q u e tam bién d e este m o d o se destruye el lib re alb ed río . P o r ello, asim ism o en este sentido h a sido co ndenada esta n ecesidad fatal, au n q u e n o con el n o m b re de hado, en el C oncilio T rid e n tin o , ses. V I. Y se explica con u n a ra z ó n filosófica:

mo de inevitabihtate tantum secundum quid, proveniente scilTcet ex immutabilitate Dei, ex hac parte non erit error, si abunde non misceatur, ut dicemus. 7. Tenius.— Tertio constituere talem fati necessitatem quae ex astrorum et aliarum naturalium causarum influxu ad omnes inferiores causas dimanet, sub illis etiam voiuntates humanas compr.ehendendo, est error etiam naturali rationi repugnans. Intelligitur autem haec conclusio, etiamsi haec necessitas ponatur pendens a divina volún­ tate et per illam mutabilis. Probatur, quia húíusmodi fatalis necessitas destruit arbitrii libertatem. Quo titulo damnata est illa sententia in Conc. Brachar. I, c. 9, et a Leo­ ne I, epist. 91, c. 11 et 13, et contra illam multa congerit Euseb., lib. VI de Praepar. Evangel., c. 5, et seq., et late etiam scribit Chrys., in orationibus de Provident., et Aug., dict lib. V de Civit., fere per totum; et Greg. Nyssen. seu Nemes., lib. VI suae Philosoph. ; Boet., lib. VI de Consolai., et alii frequenter. Quin etiam philosophi hoc

genus fati oppugnarmi, u t sumitur ex Arist., lib. I Ethic., c. 1, et lib. I de Interp., c. ult, et Ammon, aliisque ìnterpretibus ibi, et lib. II Phys., c. 6, ubi Simpl., Themist. et alii; et Alex. Aphrodis., lib. de Fato; Plu­ tarch., lib. de Fortuna; vide alia in Iulio Sirenno, lib. de Fato. Fundamentum etiam illìus sententiae alium includit errorem, nimirum, caelorum influxum directe et per se cadere in humanas animas et voiuntates; quod est contra animae immaterialitatem, et cónsequenter contra eius immortalitatem. 8. Quarto constituere fatum illud attri­ buendo efficientiae et influxui primae causae necessitantis omnes causas secundas, etiam rationales voiuntates, ad singulos effectus, error est turn contra fidem, turn etiam con­ tra rationem naturalem. Probatur ex dictis, quia etiam hoc modo destruitur liberum arbitrium. Unde in hoc etiam sensu damnata est haec necessitas fatalis, quamvis non sub fati nomine, in Concilio Tridentino, sess. VI. Et ratione philosophica dedaratur, nam vel

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o e n tre las causas segundas hay algunas q u e p o r su n atu raleza no necesitan, p a ra o b ra r, aquella m oción necesitante d e D ios, o n o h a y n in g u n a d e esta c lase; si se afirm a esto ú ltim o , entonces n o hay n in g u n a causa d e suyo lib re e in d ifere n te;, e n cam bio, si se sostiene lo p rim ero , entonces o la p rim e ra causa siem pre hace salir a la segunda d e su n a tu ra l m odo d e o brar, lo cu al es ajeno a toda re c ta ra ­ zó n , ya que la causa p rim era , según el m odo o rd in ario de su providencia, sólo coopera con la segunda en la m ed id a en que ésta lo necesita, com o d irem o s m ás abajo, o ciertam ente n o siem pre la causa segunda es d e aquel m odo m ovida n e­ cesariam ente a o b rar p o r la p rim era , q u e es lo q u e p re te n d e m o s; luego d e aq u í resu lta que es p o r com pleto falso el afirm ar el hado e n el sentido antes dicho.

En qué sentido verdadero puede admitirse el hado en cuanto a la realidad misma 9. E n q u in to lu g ar, establecer e l h ado en el sen tid o de q u e sólo se extienda a los efectos de las causas n aturales a los q u e no c o n cu rre en m anera alguna la c ria tu ra angélica n i la h u m an a con su lib ertad , y p o n e r u n a necesidad fatal en estos efectos, q u e p rovenga de la serie y ord en de las causas d el universo, inevi­ tab le p o r las causas segundas e incluso p o r la p rim e ra según su potencia o rd in a ­ ria y según el m o d o de obrar y de c o n cu rrir conn atu ralm en te debido a estas causas, o tam b ién por la inm u tab ilid ad de algún d ecreto o predefinición d el m is­ m o D ios, p e ro n o p o r su p o ten cia y v o lu n tad absolutas, en este sentido — digo— , el establecer el h a d o n o contiene e rro r alguno, sino d o c trin a verdadera, a u n q u e d eb e observarse m oderación en el em pleo de los térm in o s, com o después direm os. E sta afirm ación re su lta clara en su to talid ad p o r lo d ich o en la sección an terio r, y n o es preciso a ñ ad ir n in g u n a dem ostración o explicación. Q ue los estoicos y P lató n adm itieron el h ad o e n este sentido, lo refiere — apoyándose en P lu ta rc o y otros— L u is V ives, V D e Cmitate Dei, c. 1 y 10, p u e sto q u e ellos ex clu ían de la necesidad d el h ad o las voluntades hum an as y las acciones libres. P o r eso tam ­ bién D am asceno, lib . II De fide, c. 2 5, expone, sin declarar el no m b re, q u e los filósofos n o estab leciero n el h ado acerca d e las acciones hum an as q u e son con­ tingentes, sino acerca d e las necesarias. D e m anera sem ejante, T e rtu lia n o , lib. De

inter causas secundas sunt aliquae quae na­ tura sua non indigent ad agendum ilia Dei motione necessitante, vel nullae sunt huiusmodi; si dicatur hoc secundum, ergo nulla est ex se causa libera et indifferens. Si vero dicatur primum, ergo vel prima causa semper extrahit secundam a suo naturali modo ope­ randi, quod est alienum ab omni recta ratione, quia causa prima iuxta ordinarium providentiae modum solum cooperatur secundae quantum illa indiget, ut inferius dicemus; vel certe non semper causa secunda ilio modo necessitatur ad agendum a prima, quod intendimus; ergo hinc fit falsam omnino esse positionem fati in praedicto sensu.

dine causarum universi, inevitabilem per causas secundas, et per primam secundum ordinariato potentiam et secundum modum operandi et concurrendi huiusmodi causis connaturaliter debitum, aut etiam ex immutabilitate alicuius decreti vel praefinitionis ipsius Dei, non tamen ex absoluta potentia et volúntate eius, hoc (inquam) modo con­ stitute fati non continet errorem ullum, sed veram doctrinam, quamquam in usu verborum moderano tenenda sit, ut infra dicer mus. Haec assertio tota constat ex dictis praeced. sect., neque aliam probationem aut declarationem adiungere oportet. Hoc autem sensu posuisse fatum stoicos et Platooetn ex Plutarcho et aliis referí Ludovicus Vi­ Quo vero sensu p o ssit fa tu m quoad rem ves, in V de Civit. Dei, c. 1 et 10, nam ìpsam a dm itti illi a fati necessitate voluntates humanas et 9. Quinto constituere fatum in eo sensu liberas actiones excipiebant. Unde edam ut solum se extendat ad effectus naturalium Damascen., lib. II de Fide, c. 25, tacito causarum ad quos neque angelica neque nomine refert philosophos non posuisse da­ humana creatura sua liberiate ullo modo tum circa humanas actiones quae contin­ concurrit, et in iis effectibus ponere fatalem gentes sunt, sed circa necessarias. Et simi­ necessitatem, provenieritem ex serie et or- liter Tertullianus, Jib. de Anima, c. 20, in-

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anima, c. 20, dice que tam b ién los filósofos d istin g u ie ro n el hado y el libre al­ b ed río ; y añade p o r su p ro p ia o p in ió n : Y nosotros ya sabemos por la fe que deben distinguirse según su titulo. 10. P ero se p reg u n tará si, con respecto a tales efectos, el h ad o es causa efi­ ciente, o qué e s ; pues algunos estim an q u e el h ad o significa form alm ente cierta relación, p o rq u e Boecio, De consolât., p ro sa 4, define q u e el hado es un orden de causas segundas que ejecutan la providencia divina; p e ro el orden im plica relación. Así se tom a de Santo T o m ás, I , q. 116, a. 2, ad 3. A hora bien, debe decirse que este h ad o n i es sólo relación, p u esto q u e ésta en n ad a contribuye a ‘la efectuación, n i es u n a causa eficiente, ya q u e n in g u n a basta por sí sola para in ferir esa necesidad q u e expresa é l h ad o , sino q u e es u n a colección de causas dispuestas p o r la divina providencia de la m an era necesaria para que se siga ta l efecto. E sto es claro p o r la m ism a explicación q u e hem os dado del h ado y por la conclusión sentada. P ero aquella disposición de causas, a la que otros llam an o rd en o serie, n o es relación, sino q u e expresa en todas y cada una d e las causas u n a aplicación adecuada p a ra q u e p u e d a seguirse tal efecto; y, ciertam ente, esta aplicación n o es relación, a u n q u e qu izá sea fundam ento de re ­ lación o nosotros la expliquem os p o r m odo de relación. Y en este sentido p u ede exponerse S anto T o m á s, e n e l pasaje antes citado, a propósito d e la relación en lu g a r del fu n d am n eto , según re su lta del m ism o S anto T o m á s, opúsculo De jato, q u e es el 28, ç. 5, d o n d e opina q u e el hado expresa la condición de causa. Y lo m ism o p re te n d e n q u ienes incluyen el h ad o e n tre las causas eficientes. Véa­ se A lejandro, en el citado opúsculo De jato, c. 2. C o n lo dicho cabe entender que en esta colección d e causas están com p ren d id as n o sólo las eficientes, sino ta m b ién las m ateriales, y a q u e d e éstas depende e n gran p a rte la consecución necesaria d e ta l e fe c to ; sin em bargo, el hado p u e d e referirse m ás bien a la cau­ sa eficiente, p o rq u e ésta es la q u e p o r sí m ism a p ro d u c e el efecto supuesta una determ in ad a m ateria y las dem ás condiciones re q u e rid a s p a ra o brar. Colígese igualm ente de lo d ic h o q u e e l h ad o , según esta in terp re tació n , n o siem pre es causa per se d e todos los efectos, p u e s hay algunos efectos per accidens que son casuales con resp ecto a las causas p articu lares, com o direm os m ás abajo,

quit etiam philosophos distiœdsse fatum et arbitrii libertatem; et subiungit ex propria sententia: Et nos secundum fidem différen­ cia suo iam novimus titulo. 10. Sed quaeres an fatum respectu talium effectuum sit causa efficiens. vel quid sit ; nam quidam censent fatum formaliter sig­ nificare relationem quamdam, eo quod Boetius, de Consolât., pros. 4, definiat fatum esse ordinem causarum secundarum divinam providentiam exequentium; ordo autem relationem importât. Ita sumitur ex D. Thom., I, q. 116, a. 2, ad 3. Sed dicendum est huiusmodi fatum ñeque esse solam relatio­ nem; haec enim nil ad efficiendum conferí; nec esse unam aliquam causant efficientem; nnlla enim per se sola sufficit ad eam né­ cessitaient inducendam quam fatum indicat; sed esse collectionem causarum ita dispositarum ex1 divina providentia sicut necesse est ut talis effectus sequatur. Hoc constat ex ipsa explicatione fati quam tradidimus et ex assertione posita. Illa vero causarum dispositio, quam alii ordinem aut seriem vocant, non est relatio, sed dicit in singulis

et in omnibus causis applicationem accommodatatn ut talis effectus sequi possit; quae quidem applicano non est relatio, licet lot­ tasse sit fundamentum relationis vel per modum relationis a nobis declaretur. Atque ita potest exponi D. Thom., supra, de re­ latione pro fundamento, ex eodem D. Thom., opusc. de Fato, quod est 28, c. 5, ubi sentit fatum dicere conditionem causae. Et idem volunt qui fatum numerant inter efficientes causas. Vide Alexandrum, dicto opusc. de Fato, c. 2. Ex dictis autem intelligure licet sub hac collectione causarum non tantum comprehendi efficientes, sed etiam materiales; nam ex his magna ex parte pendet necessaria consecutio talis ef­ fectus; magis autem reducitur fatum ad ef­ ficientem causam, quia haec est quae per se inducit effectum supposita tali materia et aliis conditionibus ad agendum' requisitis. Rursus colligitur ex dictis fatum, iuxta hanc interpretationem, non semper esse causam per se omnium effectuum; aliqui enim sunt effectus per accidens qui sunt casuales re­ spectu particularium causarum, ut infra di

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los cuales n o tien en causa per se, según se d e m o strará allí. P o r eso suceden necesariam ente con resp ecto al conjunto d e todas las causas naturales, a u n q u e n o p u e d e n atrib u irse a alguna causa per se y n a tu ra l q u e se llam e h a d o ; así, pues, la indicada conclusión d eb e lim itarse e n este sentido.

Qué debe pensarse del nombre «hado» 11. E n sexto lu g a r, hacer consistir el hado en u n a disposición d e las cau­ sas n atu rales, en cu an to setán som etidas a la divina providencia y ob ran in fa­ liblem ente con arreg lo a su ordenación previa y a su p erm isió n y presciencia, en realid ad n o contiene n in g ú n e rro r, sino m ás b ie n la do ctrin a católica, q u e está asim ism o de acuerdo con la razón n a tu ra l; p e ro es necesario corregir o ex­ plicar d e m anera suficiente el m odo de hab lar. T o d a esta conclusión se tom a d e S an to T om ás, I , q. 116, a. 1, y de S an A gustín, a q u ien c ita aquél, V De Civitate Dei, c. 1, d o n d e d ic e : Si alguno da el nombre de hado a la voluntad o al poder, de Dios, mantenga la doctrina y corrija la expresión. A la p rim e ra p arte d e esta conclusión a p u n ta Boecio e n e l lu g a r an tes citado, cuando se es­ fuerza p o r re d u c ir el n o m b re de hado a su significación congruente y v e rd a ­ dera. Y a ella p ien san m uchos que p u ed e red u cirse la opinión de P lató n , y la de Séneca, a q u e hem os aludido arriba, ya q u e n o p re te n d ie ro n negar n u e stro lib re albedrío. T a m b ié n d a la im presión d e o pinar así P lu tarco , lib. I De placitis, c. 27, y A ristóteles, lib. De mundo ad Alexandr., hacia el fin, donde habla excelentem ente de esta cuestión. E s m ás, q u e n i siq u iera los estoicos p en saro n d e o tro m odo n i n eg aro n el lib re albedrío lo enseña San A gustín, V De civitate Dei, c. 10, com o hem os indicado an terio rm en te. P o r ú ltim o , se explica p o r­ que con el n o m b re d e hado, así expuesto, n o se q u ie re significar n in g u n a o tra cosa sino que las causas segundas están subordinadas a la providencia divina, en cu a n to todas estas causas h a n sido ordenadas p o r D ios a p ro d u c ir estos efectos, lo cual es certísim o. Se significa, adem ás, q u e estas causas segundas n o p ro d u cen n ada q u e n o haya sido previsto y p reconcebido o p red ich o (pues el n o m b re de h a d o [fatum] se cree deriv ad o de «decir» [jando]), y de algu-

cemus, qui non habent causam per se, ut ibi probabitur. Unde respectu collectionis omnium causarum naturalium necessario eveniunt, non tamen possunt attribuì alicui causae per se naturali quae fatum appelletur; ita ergo est dieta condusio limitanda.

tius loco supra citato, dum nomen fati ad congruentem et veram significationem reducere conatur. Et ad eamdem putant multi reduci posse sententiam Platonis et Senecae, supra relatam; non enim intenderunt negare nostril arbitrii libertatem. Quod sentire videtur etiam Plutarch., lib. I de Placitis, Q uid de fa ti n om ine sentiendum c. 27, et Aristot., lib. de Mundo ad Ale11. Sexto, constituere fatum in disposi­ xand., sub finem, ubi optime de hac_ re none causarum naturalium, quatenus diviloquitur. Quin et stoicos non aliter sensisse nae providentiae subsunt et iuxta illius de fato nec hbertatem arbitrii abstulisse praeordinationem vel permissionem ac praedocet August., V de Gvit., c. 10, ut supra scientiam infallibiliter operantur, in re ipsa tactum est. Ac tandem declaratur, quia per non continet errorem, sed potius catKolicam fatum sic expositum nihil aliud significatur doctrinam, rationi etiam naturali consenta- nisi quod causae secundae subordinatae sunt neam; modum autem loquendi corrigere vel divinae providentiae, quatenus omnes istae satis explicari necesse est. Haec tota con­ causae ordinatae sunt a Deo ad hos effectus dusio sumitur ex D. Thom., I, q. 116, a. 1, producendos, quod certissimum est. Deinde et ex Augustino, quem ipse citat, V de significatur quod istae causae secundae ni­ Civit., c. 1, dicente : S i quis D ei voluntahil operantur quod non sit a Deo et praetem y e l potestatem fati nom ine appellai, senvisum et praeconceptum seu praefatum (no­ tentiam teneat et linguam corrìgat. Et priomen enim fati a fando dictum censetur) et rem partem buius assertionis intendit Boealiquo etiam modo praeordinatum vel per-

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n a m a n e ra tam b ién p re o rd e n a d o o p erm itid o y , en se n tid o m á s g e n e ra l, p ro ­ v is to p o r D io s ; lo cual es ig u alm en te certísim o y co n fo rm e c o n la ra z ó n n a­ tu ra l, com o dem ostrarem os d e sp u é s al tra ta r de lo s a trib u to s d e D io s. Y d e a h í re s u lta que, en o rd en a la d iv in a p rovidencia, se d a c ie rta in fa lib ilid a d o , co m o d ic e B oecio, inm ovilidad en los efectos d e las causas se g u n d a s, p o rq u e n u n c a p u e d e n escapar p o r co m p leto al o rd e n d e la p ro v id e n c ia d e D io s. Y esta in ­ m o v ilid a d se expresa c o n el n o m b re «hado», p e ro n o e x clu y e la c o n tin g en cia' n i la lib e rta d d e algunas causas, p u e sto q u e n o c o n siste e n u n a n ecesid ad a b ­ so lu ta , sino en la in falib ilid a d d e la p rescien cia y la p ro v id e n c ia divinas y e n su in m u ta b ilid a d , a la cu al co rresp o n d e u n a n ec e sid a d sem ejan te e n lo s efectos d e la s causas segundas, la c u a l se d e n o m in a n e c e sid a d d e su p o sic ió n o de con­ secu en cia, p o rq u e n o p u e d e su c e d e r q u e acontezcan d e m a n e ra d is tin ta a com o h a n sid o conocidos p re v ia m e n te , seg ú n explica S a n to T o m á s a rrib a , a. 3. D e b e , e m p e ro , a d v e rtirse q u e , in c lu so a d m itie n d o esta significación, n o es leg ítim o a trib u irla a D io s, com o a d v ie rte e n el m ism o lu g a r S a n to T o m á s, to m án d o lo d e B oecio, a n te s citado-. P o rq u e el h a d o es u n a d isp o sició n d e las causas e n c u a n to está so m etid o a D io s, p e ro n o es p ro p ia m e n te el m ism o D io s n i la vo­ lu n ta d d e D io s, a n o ser cau sa lm e n te , com o e n o casiones se ex p re sa San A gus­ tín , lib . V D e Civitate Dei, c. 1, y S éneca, y A ristó teles a rrib a . Y concuerda, el m ism o n o m b re d e h a d o , q u e se h a d e riv ad o d e «decir», p o r lo cual signi­ fica lo q u e h a sido d ic h o , n o el m ism o q u e h a d icho. A ñ á d a se q u e ta m ­ poco se a trib u y e p ro p ia m e n te e l h a d o , c o n la significación in d ic a d a , a los actos lib re s d e la v o lu n ta d c re a d a , ya q u e e l lib re a lb e d río está so m etid o inm ediata­ m e n te a D io s y n o a o tra s ca u a s o a la d isp o sic ió n de ellas, a n o ser de m a­ n e ra accid e n ta l y re m o ta ; p o r lo cu al, en m o d o a lg u n o o sólo d e m an era m u y im p ro p ia p u e d e n a trib u irs e lo s actos p ro p io s d e l lib re alb ed río al hado, d ando el n o m b re d e h a d o a la m ism a p ro v id e n c ia d e D io s y a su influjo inm ediato. ; 12. Y c o n e llo re s u lta c la ra , fin alm en te, la ú ltim a p a rte d e la afirm ación, q u e sólo v e rsa s o b re e l e m p le o d e esta p a la b ra « h a d o » ; S a n to T o m á s dice que lo s S a n to s P a d re s r e h u s a ro n e m p le a rla p o r ra z ó n d e aquellos q u e p o n ían el h a d o e n el in flu jo d e lo s a stro s. Q u e e s to es c ie rto consta p o r lo s anteriorm ente

missum, ac generalius loquendo, provisum; quod etiam certissimum est et rationi natu­ rali consentaneum, u t infra ostendemus dis­ putando de attributis Dei. Atque hinc fit ut in ordine ad divinato providendam sit quaedam infallibilitas vel, u t Boetius loquitur, immobilitas in effectibus causarum secundarum ; quia nunquam possunt omnino subterfugere ordinem providentiae Dei. E t haec immobilitas nomine fati declaratur. Quae non excludit contingentiam nec libertatem aliquarum causatami, quia non consistit in absoluta necessitate, sed in infallibilitate praescientiae et providentiae divinae eiusque immutabilitate, cui correspond« similis necessitas in effectibus causarum secundarum, quae dicitur necessitas ex suppositione seu consequentiae ; quia fieri non potest u t aliter eveniant quam fuerint praescitì, u t superius D. Thom . explicat, a. 3. Advertendum est autem, etiam admissa hac significatione, non recte attribui Deo, ut ibi­ dem notat D . T hom . ex Boet. supra. Nam

fatum est dispositio causarum ut est sub Deo, non vero est proprie ipse Deus vel voluntas Dei nisi caus aliter, ut loquitur interdum Aug., lib. V de Civit., c. 1, et Se­ neca, et Arist. supra. Consonatque ipsum nomen fati, quod a fando dictum est, unde significai id quod effatum est, non ipsum qui effatus est. Adde, neque etiam tribui fatum proprie in dieta significatione actibus liberis voluntatis creatae, quia liberum arbitrium Deo subiicitur immediate et non aliis causis vel dispositioni earum nisi per accidens ac remote ; et ideo vel nullo modo, vel nonnisi jmpropriissime proprii actus li­ b a i arbitrii possunt fato attribui, ipsammet Dei providentiam et immediatum influxum eius fatum appellando. 12. Atque hinc tandem constat ultima pars assertionis, quae solum est de usu huius vocis fatum; cuius usum ait D. Thom. ré­ cusasse sanctos Patres propter eos qui fatum in influxu siderum ponebant. Quod verutn esse constat ex superius citatis, et ex Aug.,

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citados y p o r S an A gustín, lib. V De Civitate Dei, c. 9 , y tra c t. X X X V II ln loann.y y G regorio, hom ilía 10 In Evang., y G regorio N isen o , lib . V I Philosoph., c. 2, o p o r o tro n o m b re N em es., lib. De anima eiusque facultatib., c. 35 y 36. .L a ra z ó n está en q u e hado, p o r su p rim e ra im posición, se destinó a significar la ra íz de la necesidad fatal, de la q u e pen sab an q u e e ra u n a necesidad absoluta q u ien es in v e n ta ro n . el n o m b re d e h a d o ; p o r ello n o p u e d e a trib u irse, en su significación p ro p ia, a to d as' las causas segundas, n i siq u iera en cu an to som e­ tidas a la providencia divina. D e a h í re su lta , asim ism o, q u e tam poco debe d e­ cirse con aquella p ro p ie d a d q u e los efectos n atu rales q u e acaecen en este m u n ­ d o in fe rio r suceden p o r el hado, ya q u e p o r lo re g u la r n u n c a se p ro d u c e n sin in terv en ció n d e alguna causa lib re, b ie n sea angélica, b ie n h u m an a, de su erte q u e n i a u n d ebe decirse q u e las lluvias, los vientos y otros efectos sem ejantes, q u e p arecen em in en tem en te natu rales, p ro ced en d e u n a n ecesidad fatal, p u es m u ch as veces q u e d a n im p ed id o s p o rq u e D ios lo p e rm ite o lo ordena, o son ex­ citados m ed ian te alguna acción de los esp íritu s b u en o s o m alos. D e esta m a­ n e ra , p u e s, n o debem os em plear ab so lu tam en te el n o m b re d e h a d o ; p e ro si al­ g u n o q u iere u sarlo corrigiendo su significación, n o h a y q u e d isc u tir c o n é l; y la aclaración o corrección consiste en q u e el n o m b re d e h ad o signifique ú n ic a ­ m en te u n a serie d e causas som etidas a la providencia divina, q u e n o les im ­ p o n e necesidad, sino q u e deja a cada u n a obrar d el m odo q u e le es p ro p o r­ cionado. A ñade A lejan d ro d e A frodisia, lib. De jato, c. 3, q u e el h ado signi­ fica, a veces, la n atu raleza d e alguna c o sa; esa significación tien e fu n d a m e n to en A ristóteles, lib. V d e la Física, c. 6, tex t. 57, d o n d e llam a fatal a la genera­ ción o co rru p ció n n a tu ra l. D e acu erd o con esta significación, el hado n o tiene n i m ayor necesidad n i m ayor u n iversalidad q u e la natu raleza. P o r ta n to , así com o n o todas las cosas suceden p o r o rd e n o necesid ad n a tu ra l, sino u nas li­ b rem en te, otras p o r casualidad, de ig u al m o d o n o todas se p ro d u cen p o r el hado. N o ob stan te, esta significación de dicha p a la b ra parece q u e n i se en­ c u e n tra en el uso c o rrien te n i tiene fu n d am en to en la etim ología del térm in o , según e l cual «hado» se deriva de «decir», com o hem os observado siguien-

lib. V de Civit., c. 9, et tract XXXVII in Ioana., et Greg., homil. 10 in Evang, et Greg. Nyssen., lib. VI Philosoph., c. 2, vel alias Nemes., lib. de Anima eiusque facul­ tatib, c. 35 et 36. Et ratio est quia fatum ex primaeva impositione institutum est ad significandam radicem fatalis necessitatis, quam absolutam necessitatem esse sentiebant qui nomen fati invenerunt; et ideo in propria signification non potest attribuì omnibus causis secundis, edam ut divinae providentiae subsunt. Ex quo edam fit ut neque effectus naturales qui in hoc infe­ riori mundo eveniunt dicendi sint fato eve­ nire in illa proprietate, quia regulariter nunquam eveniunt sine intervenni alicuius cau­ sae liberae, vel angelicae vel humanae; ita ut neque pluviae, venti, et similes effectus, qui videntur maxime naturales, dicendi sint fatali necessitate provenire; nam permittente Deo, vel ordinante saepe impediuntur, vel excitantur media aliqua actione bonorum aut malorum spirituum. Hac ergo radone

nomen fati non est a nobis absolute usurpandum; si quis autem corrigendo significadonem eo uri velit, non est cum ilio contendendum; declarano autem seu correctio est ut nomen fati solum significet seriem causarum divinae providentiae subiectam, quae illis necessitatem non imponit, sed unamquamque modo sibi proportionate agere sinit. Addit Alexand. Aphrodis, lib. de Fato, c. 3, fatum interdum significare cuiusque rei naturato, habetque illa significano fundamentum in Arist, lib. V Phys, c. 6, text. 57, ubi naturalem generationem vel corruptionem fatalem vocant. Iuxta quam significationem nec fatum habet maiorem necessitatem quam natura nec maiorem universalitatem. Unde sicut non omnia naturali ordine vel necessitate eveniunt, sed quaedam libere, alia casu, ita non omnia fiunt fato. Verumtamen haec significatio illius vo­ cis nec videtur esse in communi usu nec habere fundamentum in illius vocis etymologia qua fatum a fando dicitur, ut ex Au-

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Disputaciones metafísicas

d o a San A g u stín ; p o r eso, p a ra que el hado sea algo n o debe excluirse la pres­ ciencia y la providencia divina.

S E C C I O N

X I I

¿D eben contarse entre l a s causas e fic ie n t e s e l azar y la fortuna ? 1. El estudio d el azar y la fo rtu n a está en conexión con el estudio del hado, p o rq u e rechazada la necesidad fatal, .parece re s u lta r consecuente q u e m uchos efectos se p ro d u zcan en el universo p o r azar y fo rtu itam en te. Y com o no puede p ro d u cirse nada q u e no ten g a causa eficiente, parece resu ltar tam b ién que esos efectos casuales o fo rtu ito s d eb an ten er alguna causa eficiente q u e se llam e azar o fortuna. A sí, pu es, d e esta causa nos p reg u n tam o s si existe y de q u é clase es. P o rq u e parece q u e n o es alguna de éstas q u e o b ra n necesaria o lib re­ m en te, y p o r ta n to no p u e d e ser nin g u n a. E l su p u esto es claro, ya q u e la causa q u e ob ra necesariam ente consigue su efecto siem pre o con m u ch a frecuencia; p e ro se dice que los efectos casuales perten ecen a aquellos q u e raras veces su­ c e d e n ; luego no proceden de u n a causa que o b re necesariam ente. P o r o tra p a r­ te , la causa lib re siem pre op era a propósito y con in ten ció n del fin ; p e ro se dice q u e se d a la casualidad cu an d o ocurre algo fu e ra d e in te n c ió n ; p o r tan to , la casualidad no es una causa lib re ; luego la casualidad no p u ed e ser u n a causa eficiente.

El efecto casual 2. A u n q u e estos n o m b res azar y fortuna se em plead m uchas veces como sinónim os, en rig o r tienen diversa significación; p o r ello, tratarem o s prim era­ m e n te del azar, y después d e la fo rtu n a. P ues b ie n , el n o m b re azar propiam ente significa m ás b ie n u n efecto q u e u n a causa, y se dice de cu alq u ier efecto inopi­ nad o , cosa q u e advirtió B oecio, lib. I De consolat., prosa 1, d onde no adm ite q u e el azar signifique u n a causa, sino u n efe c to ; n o o b stante, el uso h a hecho gustino notavimus; quare ut fatum aliquid sit, divina praescientia et providentia excludenda non est. SECTIO XII U tr u m c a su s e t fo r t u n a in t e r cau sa s EFFICIENTES NUMERARI DEBEANTI.

I. Disputatio de casu et fortuna coniuncta est cum disputatione de fato, quia sublata necessitate fatali, videtur fieri consequens ut multi effectus casu et fortuito in universo eveniant. Cumque nihil possit fieri quod non habeat efficientem causam, fieri etiam videtur ut huiusmodi effectus casuales vel fortuiti aliquam efficientem cau­ sam habere debeant quae casus aut fortuna nominetur. De hac ergo causa inquirimus an sit et qualis sit. Videtur enim non esse aliquam ex his quae necessario aut libere agunt, et ita nullam esse posse. Assumptum patet, quia causa necessario operans, vel

semper vel frequentius consequitur suum effectum; effectus autem casuales dicuntur esse ex iis qui raro eveniunt; ergo non eveniunt a causa necessario operante. Rursus causa libera semper operatur a proposito et ex intentione finis; casus autem dicitur es­ se cum praeter intentionem aliquid accidit; non est ergo casus causa libera; ergo casus non potest esse aliqua causa effidens. De effectu casuali 2. Quamvis haec nomina casus et for­ tuna pro eodem saepe usurpentur, tarnen in rigore habent diversam significationem; e: ideo dicemus prius de casu, deinde de fortuna. Nomen igitur casus proprie signi­ ficar potius effectum quam causam, diciturque de quolibet effectu inopinato, quod. notavit Boet., lib. I de Consolât., pros. 3, ubi non vult casum significare causam, sed effectum ; tarnen iam usus obtinuit ut de causa etiam dicatur; non potest enim ille

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ya q u e se aplique ta m b ié n a la c au sa; p o rq u e ese efecto n o p u ede carecer d e c a u sa ; en este .sentido tra ta del azar A ristóteles, I I d e la Física, y con él los dem ás filósofos; sin em b arg o , explicado el efecto se e n ten d e rá m ejor la causa. ,A sí, pu es, se dice efecto casual aquel q u e, de m anera accidental y fu era de la o p in ió n o inten ció n , se tute a u n efecto per se d e alguna c a u sa ; por ejem plo, si u n o , cavando la tie rra , d escubre u n tesoro. E sto es claro p o r la significación co m ú n de esa p alab ra, ya q u e efecto casual es lo m ism o que el que sucede ra ­ ras veces y fu e ra de la inten ció n . P o r tan to , p arece q u e hay dos notas q u e p ertenecen a la razó n de aquél. U n a , q u e suceda ra ra s veces, com o o p in a A ris­ tóteles, II de la Física, c. 7 , y en el m ism o lu g ar A verroes, A lejandro, S an to T o m ás, A lberto y otros, si bien A vicena p reten d ió lim ita r esto sin m otivo, com o d iré en seguida. M as cuando se dice q u e aquel efecto sucede raras veces d eb e en tenderse en sentido com puesto (valga la expresión), es d ecir, suponiendo u n a causa d e te rm in a d a ; p o rq u e h ay m uchas ocasiones en q u e el efecto es ra ro p o r­ que la causa se p o n e raras veces, au n q u e, u n a vez p u esta, se siga el efecto siem ­ p re o de o rd in a rio ; entonces n o es casual, sino q u e p u e d e ser per se, excepto si la posición d e ta l cau sa o el concurso de varias causas es tam b ién casual. E n o tro sentido, p u e s, el efecto se sigue ra ra s veces incluso p u esta la causa, y en este sentido se dice q u e el efecto casual sucede raras veces. A hora b ie n , com o ese efecto p roviene siem pre de la concurrencia d e varias causas, es n e ­ cesario q u e d ich a co n cu rren cia n o ten g a u n a causa cierta y definida en el universo, de lo cual re su lta tam b ién q u e sucede ra ra m e n te ; p o r eso, u n eclipse no es u n efecto casual, com o tam poco n in g ú n otro q u e de o rd in ario va u n id o a u n efecto per se. 3. E n segundo lu g ar, p e rten ece a la ra z ó n de ta l efecto el suceder fu e ra de la intención d e la causa a g e n te ; p o r ejem plo, si al p asar P ed ro cae u n a p ie ­ dra, se dice q u e es u n a caída fo rtu ita, ya q u e fue ajena a la intención ta n to del h o m b re q u e p asab a com o d e la p ie d ra q u e caía, o tam b ién del generante que la m ovía hacia el cen tro . Y si aquel concurso fuese in ten tad o p o r alguien, con respecto a él n o se d iría q u e el efecto es casual, sino per se en su género.

effectus carere aliqua causa; et ita agit de casu Aristot., II Phys., et cum eo casieri philosophi; tarnen explicate effectu intelligetur melius causa. Dicitur ergo effectus casualis is qui, per accidens et praeter opinionem vel intentionem, coniungitur effec­ ted per se alicuius causae, ut quod fodiens terrain, invernai thesaurum. Hoc constat ex communi significatione illius vocis, nam idem est effectus casualis quod contingens raro et praeter intentionem. Duo itaque videntur esse de illius ratione. Unum est ut raro eveniat, ut sentit Aristot., II Phys., c. 7, et ibi Averroes, Alexand., S. Thomas, Albertus et alii, quamvis Avicenna hoc li­ mitare voluerit sine causa, ut statim dicam. Cum autem dicitur ille effectus raro evenire, intelligendum est in sensu (ut ita dicam) composite, seu facta suppositione talis cau­ sae; saepe enim est rarus effectus quia raro ponitur causa, quamquam illa posita sem­ per aut regulariter sequatur effectus; et tune non est casualis, sed potest esse per

se, nisi positio etiam talis causae vel concursus plurium causarum casualis sit. Aho ergo modo sequitur raro effectus etiam po­ sita causa; et hoc modo dicitur effectus casualis raro evenire. Quia vero talis effec­ tus semper provenit ex concursu plurium causarum, oportet ut ille concursus non habeat certam et definitam causam in uni­ verso; ex quo etiam fit ut raro eveniat, et ideo eclipsis non est effectus casualis, neque omnis alius qui regulariter coniungitur cum effectu per se. 3. Secundo, est de ratione talis effectus ut praeter intentionem agentis causae eve­ niat; ut quod praetereunte Petto lapis cadat, dicitur esse casus fortuitus, quia fuit praeter intentionem tum hominis transeuntis, tum lapidis cadentis, vel generantis quod ilium in centrum movebat. Quod si file concursus fuisset ab aliquo intentus, respectu illius non diceretur effectus casua­ lis, sed per se in suo genere; est ergo de

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Disputaciones metafísicas

C o nsiguientem ente, perten ece a la razó n del azar el ser u n efecto ajeno a la in ten ció n del agente, ya q u e es u n efecto per accidens.

4. C on esta explicación se entiende q u e e n el universo n o hay efectos ca­ suales con respecto a D ios, sino únicam ente con resp ecto a las causas segun­ das o p a rtic u la re s; y la ra z ó n está é n q u e n a d a p u e d e o cu rrir fu era de la in­ te n ció n de D ios, ya q u e n ad a p u ed e escapar a su presciencia. S e d ir á : a veces o c u rre en la realid ad algo ajeno a la in ten ció n d e D ios, com o los pecados en los actos hum anos. Y q u izá tam b ién , e n tre los efectos natu rales, p u ed en darse algunos q u e, a u n q u e sean conocidos p reviam ente p o r D ios, n o sean intentados p o r E l. Se resp o n d e, en p rim e r lugar, q u e, c o n resp ecto a la causá que o bra con e n te n d im ien to y v o lu n tad , para que el efecto sea casual o fo rtu ito se re ­ q u ie re , n o sólo q u e sea ajeno a la v oluntad, sino tam b ién ajeno a la ciencia o a la opinión del operante. P o rq u e s i .d e u n a acción m ía se sigue algo que yo p re v i q u e había d e suceder, n o p u ed e decirse q u e p a ra m í sea casual o fo rtu ito , aun c u an d o p u ed a ser o no vo lu n tario , sino sólo p erm itid o , o tam b ién d e alguna m a n e ra involuntario. P o r eso A ristóteles, en el lib . I I Magn. Moral., c. 8, dice q u e hay menos fortuna allí donde hay más entendimiento. A sí, p u e s, para q u e, con resp ecto a D ios, n o suceda n ad a casualm ente, b a sta q u e n a d a suceda fuera d e su ciencia y su presciencia. A ñadim os, em p ero , q u e u n a cosa es h ablar del efecto que se d a en e l p ecado, el cual siem pre es u n a realid ad , y o tra h ab lar del defecto q u e sólo es carencia d e la debida p erfecció n m o ra l; p o rq u e , hablan­ d o del efecto, éste n o p u e d e ser casual con resp ecto a D ios, n o sólo porque es conocido p rev iam en te, sino tam bién p o rq u e D ios m ism o lo causa n o única­ m e n te per accidens, sino per se, y así p u ed e decirse q u e es de alguna m anera in te n ta d o , al m enos en cu an to a la v o lu n tad q u e D io s tu v o d e c o n c u rrir a aquel efecto ^ i co n cu rría asim ism o la causa segunda. P o r esta razó n , n in g ú n efecto n a tu ra l p u ed e llam arse casual con resp ecto a D ios, n o sólo p o r la presciencia, sino tam b ién p o r la eficiencia per se y alg u n a in ten ció n q u e D ios tuvo de tal efecto por el solo hecho d e q u e re r c rear de antem ano unas d eterm in ad as cau­ sas n atu rales aptas p a ra u n d eterm in ad o efecto y c o n cu rrir con ellas. P o r ello, ratione casus quod sit effectus praeter in­ tentionem agentis, quia est effectus per accidens. 4. Atque ex hac explicatione imelligitur non esse in universo effectus casuales respectu Dei,- sed tantum respectu causarum secundarum, seu particularium; et ratio est quia nihil evenire potest praeter intentionem Dei, eo quod nihil possit subterfugere praescientiam eius. Dices: interdum aliquid fit in rebus praeter intentionem Dei, ut in humanis actibus peccata. Et fortasse etiam in effectibus naturalibus aliqui possunt contingere qui, licet sint praesciti a Deo, non tarnen sint intend. Respondetur imprimis, respectu causae operands per intellectum et voluntatem, non solum requiri, ad hoc quod effectus sit casualis seu fortuitus, ut sit praeter voluntatem, sed edam ut sit praeter sciendam vel opinionem operands. Nam si ex acdone mea aliquid sequatur quod ego futurum esse praevidi, non potest did essa milii casuale vel fortuitum, etiamsi esse pos­ sit vel non voluntarium, sed permissum tan­ tum, vel etiam aliquo modo involuntarium.

Unde Aristot., lib. II Magn. Moral, c. S, dicit ihi minus esse fortunae, ubi plus est intellectus. U t ergo Deo nihil casu accidat, satis est quod nihil praeter eius sciendam et praescientiam eveniat. Addimus vero praeterea aliud esse loqui de effectu qui est in peccato, qui semper est res aliqua, aliud de defectu qui solum est carentia, debitae perfectionis moralis; nam Ioquendo de ef­ fectu, file non potest esse casualis respectu Dei, non solum quia est praescitus, sed etiam quia non tantum per accidens, sed per se causatur ab ipso Deo, et ita potest did aliquo modo intentus, saltern quantum ad voluntatem quam Deus habuit concurrendi ad ilium effectual, concurrente etiam causa secunda. Et ob hanc rationem nullus effectus naturalis potest did casualis respec­ tu Dei, non tantum propter praescientiam, sed etiam propter efficientiam per se et aliquam intentionem talis effectus quam Deus habuit hoc ipso quod voluit tales causas naturales procreare aptas ad talem effectum et cum illis concurrere. Unde aliqui etiam

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algunos efectos q u e se consideran casuales con respecto a las causas p artic u la ­ res, n o son casuales respecto de las causas universales, p o r ejem plo, respecto de los cielos (si co n c u rre n per se a tal efecto), com o los m onstruos y algunas otras cosas q u e se dice q u e se generan per accidens. E n cuanto al defecto q u e va u n id o al efecto en el pecado, p a ra q u e n o sea casual n o es preciso q u e sea in ten tad o per se, ya q u e esto es ajeno a su razón, p o rq u e n ad ie o bra te n d ie n ­ do al m a l; b asta, p o r ta n to , q u e sea previsto y p e rm itid o ; m áxim e p o rq u e D ios siem pre lo ord en ó al castigo o p a ra q u e sea ocasión de u n bien m a y o r; lo ord en ó — rep ito — n o con u n a ordenación previa q u e anteceda según la ra ­ zón a la presciencia, sino q u e la siga. Y así, hablando en absoluto, u n efecto casual o fo rtu ito n u n ca p u ed e ser tal con respecto a D io s, com o m u y b ie n en ­ seña S anto T o m ás, I , q. 103, a. 7, ad 2 , y q. 116, a. 1, ad 2 ; y S an A g u stín , lib. L X X X III Quaest., q. 2 4 ; B oecio, I De consolat., p ro sa 1.

El azar en cuanto significa causa 5. El azar es una causa «per acódense.— P or lo dicho acerca del efecto casual re su lta fácil explicar q u é es el azar, en cuanto con este té rm in o se expresa la causa m ism a del efecto casual. H ay q u e d ecir, pu es, q u e no es una p ecu liar causa per se destin ad a a ta l efecto, sino q u e p u ed e ser cu alq u ier causa eficiente creada e n cuanto q u e, de m an era accidental y sin in ten ció n , a su efecto per se se une o tro efecto raro y to ta lm e n te accidental. E ste es el p a re c e r de A ristóteles y de otros filósofos en los lugares c itad o s; lo explica S an to T o m á s, I, q. 16, a. 1, po rq u e este efecto co n tin g en te en el sentido indicado, en cu an to tal, no es e n te ni u n o absolutam ente, sino relativam ente, es d ecir, u n o per accidens; luego n o es preciso q u e tenga u n a causa absolutam ente y per se, al m enos n atu ra l, sino sólo per accidens; luego el azar n o es una determ in ad a cau sa per se, sino sólo cau­ sa per accidens. E l an tec ed en te es claro, ya q u e es u n efecto co ntingente, por ejem ­ plo, el q u e un o , al excavar u n sepulcro, d escu b ra u n te s o ro ; p e ro esto n o es una cosa d e te rm in a d a ; p o r eso — dice S anto T om ás— no puede haber en la naturaleza ninguna causa que incline «per se» a dicho efecto, ya que la causa

effectus qui respectu causarum particularium censentur casuales, respectu causarum universalium, ut caelorum (si per se concurrant ad talem effectum), non sunt ca­ suales, ut monstra et quaedam alia quae per accidens generari dicuntur. At vero defectus qui coniungitur effectui in peccato, ut non sit casualis non oportet quod sit per se intentus, quia hoc est praeter rationem eius, cum nemo intendens ad malum operetur; satis ergo est ut sit praevisus et permissus; máxime quod a Deo semper est ordinatus ad poenam vel ut sit occasio alicuius maioris "boni; ordinatus (inquam) non praeordinatione quae secundum rationem antecedat praescientiam, sed quae sequatur. Atque simpliciter loquendo nunquam potest ca­ sualis vel fortuitus effectus talis esse respectu Dei, ut recte tradit D. Thom., I, q. 103, a. 7, ad 2, et q. 116, a. 1, ad 2; et August., lib. LXXXIII Quaest., q. 24; Boet., I de Consol., pros. I. D e casu, u t causam significat

est declarare quid sit casus, ut hac voce significatur ipsa causa effectus casualis. Dicendum est enim non esse peculiarem ali­ quant causam per se institutam ad talem effectum, sed esse posse quamlibet causam efficientem creatam, quatenus, ex accidente et praeter intentionem, coniungitur cum ef­ fectu per se illius alius effectus rarus et omnino accidentarius. Haec est sententia Aristotelis et aliorum philosophorum in locis citatis; eamque declarat D. Thom., I, q. 16, a. 1, quia hie effectus dicto modo contingens, ut sic, non est absolute e'ns neque unum, sed secundum quid, scilicet unum per accidens ; ergo non oportet ut habeat causam simpliciter et per se, saltern naturalem, sed solum per accidens; ergo casus non est determinata causa per se, sed solum causa per accidens. Antecedens patet, nam effectus contingens est, verbi gratia, quod fodiens sepulcrum, inveniat thesaurum ; hoc autem non est unum quid; et ideo (ait D. Thom.) nulla potest esse causa in natura quae per se inclinet ad ilium ef-

5. Casus est causa p er accidens.— Ex .fectum , quia sem per causa naturalis tendit his quae de effectu casuali diximus, facile ad aliquid proprie unum . Merito autem lo-

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Disputaciones metafísicas

natural siempre tiende a algo propiamente uno. Y con ra z ó n hablam os de la cau sa n a tu ra l, ya que la causa intelectual p u e d e te n d e r per se, considerándolo com o m ío, a algo que 'es per accidens, com o aq u el concurso d e causas o de efec­ to s, p o r lo cu al e n tre las causas intelectuales p u e d e darse u n a causa per se d e e ste efecto, según decíam os poco antes acerca d e D io s; p e ro en ta l caso, con resp ecto a aquella causa, el efecto n o será c o n tin g en te, y a q u e n o estará fu e ra d e su inten ció n . P o r lo ta n to , p u e d e concluirse la ra z ó n de esta m a n e ra : si el a z a r fuese u n a causa per se, o sería intelectual o n a tu ra l; no lo p rim e ro , ya q u e la causa intelectual es per se c u an d o o b ra en v irtu d d e conocim iento e in te n c ió n ; p e ro el efecto casual es ajeno a la in te n c ió n ; tam poco lo segundo, ya q u e la n atu raleza n o inclina a algo u n o per accidens d el m odo in d ic a d o ; luego el azar n o es causa per se. d e n in g ú n efecto. 6. De qué manera es Dios causa del efecto casual.— Se d ir á : luego ta m ­ p o c o D ios es causa per se d el efecto casual, e n cuanto ta l; el consecuente es falso, p o rq u e ser casual es algo en el efecto ; pero n ad a h ay e n el efecto q u e n o p ro c e d a per se de D ios. Se responde q u e el ser casual n o añade nin g u n a re a ­ lid a d al efecto, sino u n a denom inación to m ad a d e la u n ió n o referencia a tal causa, m ed ian te su efecto per se. Se dice, adem ás, q u e D ios causa per se la contingencia d e los efectos, p o rq u e E l quiso q u e tales efectos se p ro d u jesen ca­ su alm en te, m as n o q u e se co nstituyeran en ra z ó n d e efectos casuales en ord en a D ios, lo cu al era co n trad icto rio , sino con resp ecto a la causa c re a d a ; y ese resp ecto ta m b ié n lo causa D ios, de la m anera q u e p u ed e ser o hacerse. 7. Se d irá d e n u e v o : ¿cuál es el efecto q u e , en estos acontecim ientos, se p ro d u c e d e m an era e n te ra m e n te accidental y sin causa per se, si to d o lo q u e es per accidens d eb e re d u c irse a u n a causa per se ? R e sp u e sta : n o es preciso que to d o efecto, cualquiera q u e sea, ten g a causa per se, sino que b asta q u e se u n a a l efecto per se d e alguna causa, y en este sen tid o d ebe en ten d e rse cuando se d ice que se red u c e a u n a causa per se. Y así o c u rre en el p resen te caso; v. g r., en el ejem plo del descu b rim ien to d e u n tesoro, el q u e allí se h u b ie ra generado oro p rocedió per se de alg u n a c a u sa ; igualm ente, la excavación d e la tie rra es rea­ lizada per se y con in ten ció n p o r el h o m b re ; pero esa u n ió n es ta n accidental

quimui de causa naturali, quia causa intellectualis potest per se intendere, u t unum, id quod est per- accidens, u t concursum il­ ium causarum vel effectuum, et ideo inter causas intellectuales potest dati causa per se huius effectus, sicut paulo antea de Deo dicebamus;. tunc autem respectu illius cau­ sae, effectus non erit contingens, quia non erit praeter intentionem eius. Unde potest in hunc modum concludi ratio, nam si ca­ sus esset causa per se, aut esset intellectualis ■aut naturalis ; non primum, quia causa intellectualis tunc est per se quando ex scientia et intentione operatur; effectus autem casualis est praeter intentionem; non etiam secundum, quia natura non inclinai ad unum per accidens ilio modo; ergo casus non est causa per se alicuius effectus. 6. Deus quomodo sit causa effectus ca­ sualis.— Dices : ergo nec Deus est causa per se effectus casualis, ut talis est; consequens est falsum, nam esse casualem est aliquid in effectu; nihil autem est in effectu quod non sit per se a Deo. Respondetur esse casualem nihil rei addere effec-

tui, sed denominationem sumptam ex coniunctione vel habitudine ad talem causam, medio per se effectu eius. Deinde dicitur Deum per se causare contingentiam effec­ tuum, quia ipse voluit ut tales effectus casu fierent, non tarnen quod in ratione casualium effectuum constituerentur per ordinem ad Deum, id enim repugnabat, sed per respecmm ad causam creatam; quem respectum etiam Deus ipse causat, eo modo quo esse aut fieri potest. 7. Rursus dices: quisnam effectus est qui in huiusmodi eventibus fit omnino per accidens et sine causa per se, cum omne id quod est per accidens reducendum sit in causam per se? Respondetur non oportere ut omnis effectus, qualiscumque sit, habeat causam per se, sed satis est u t coniungatur effectui per se alicuius causae, et hoc sensu intelligendum est cum dicitur teduci in cau­ sam per se. Et ita fit in praesenti; verbi gratia, in exemplo de inventione thesauri, quod ibi aurum fuerit genitum, per se fuit ab aliqua causa; ipsa item terrae fossio per se et ex intentione fit ab homine. At vero

Disputación

X IX .—

Sección

XII

447

q u e n o tiene n in g u n a causa per se creada, p o r lo cual el d escubrim iento del tesoro, q u e de ella proviene, se llam a efecto fo rtu ito , cuya causa per accidens es en p a rte el h o m b re q u e cava la tie rra , en p a rte el que p u so oro en aquel lu g a r; y lo m ism o ocurre en otros casos sem ejantes. 8. P ero h ay q u e a d v ertir, adem ás, q u e estos efectos per accidens y c o n tin ­ gentes n o sólo se p ro d u c e n p o r concurso de causas eficientes, sino ta m b ié n p o r co ncurso fo rtu ito d e la causa eficiente con la m a te ria l; p o rq u e d e este m odo se en g en d ran los m o n stru o s, q u e raras veces se p ro d u c e n , p o r disposición d e la m a te ria ; p ero entonces el efecto n o es casual con resp ecto a la causa m aterial, sino con respecto a alguna eficiente. A vicena, lib. I Sufficient., c. 13, n o advirtió bastan te esto, y p o r ello dijo q u e son efectos casuales n o sólo los que suceden raram en te, sino tam b ién los q u e acaecen e n ord en a cualquiera de dos e x tre ­ m os, o sea, los q u e igualm ente p u e d e n suceder que n o su ceder a u n su je to ; p o r ejem plo, con respecto a u n a superficie, el hacerse blanca o n egra. P ero esto no se afirm a correctam ente, ya que el azar n o significa causa m aterial, sino eficiente, con resp ecto a la cual n o h ay n in g ú n efecto con tin g en te en ord en a u n o u o tro de dos extrem os, a n o ser e n las causas libres. P o rq u e las n atu rales están d e te r­ m inadas a u n a sola co sa; e n las lib res, e n cam bio, tal efecto n o es casual p o r esa razó n , sino lib re , y será casual si se d a fuera de inten ció n , lo cual n o ocurre propiam ente sino e n aquellos q u e raras veces se u n en a efectos in ten tad o s per se. L a indiferencia d e la p o ten cia m aterial n ad a im porta p a ra q u e el efecto se diga casual, n o sólo p o rq u e el efecto n o se sigue en v irtu d d e ella, sino tam bién p o r­ que, en lo q u e d e ella d ep en d e, n o es u n efecto per accidens o ajeno a su in te n ­ ció n ; p o rq u e esto pertenece p ro p iam en te a la causa eficiente, com o .es evidente de suyo. 9. Qué es la fortuna.— F in alm en te, p o r lo dicho se p o n e de m anifiesto con facilidad q u é d eb a decirse de la fo rtu n a , acerca de la cual in ventaron m uchas fábulas los gentiles, los cuales, p o r desconocer la causa de m uchos efectos ca­ suales q u e acontecen a los h om bres, fingieron u n a diosa, a la q u e denom inaron F o rtu n a , q u e fuese la causa de esos efectos. P ero esa ficción la im p u g n aro n , en ­ tre o tro s, San A g u stín , lib. TV De Civitate Dei, c. 18, y L actan cio , lib. I I I De

coniunctio illa est ita per accidens ut nullam habeat creatam causam per se, et ideo inventio thesauri, quae ex illa provenit, dicitur effectus fortuitus, cuius causa per ac­ cidens partim est homo fodiens terrain, par­ tirà is qui posuit aurum in ilio loco; et idem est in similibus.' 8. Ulterius vero est advertendum hps effectus per accidens et contingentes non solum evenire ex concursu causarum efficientium, sed etiam ex concursu fortuito efficientis causae cum materiali; sic enim generantur monstra, quae raro eveniunt, ob dispositionem materiae; tunc autem effec­ tus non est casualis respectu materialis cau­ sae, sed respectu alicuius efficientis. Quod non satis advertit Avicenna, lib. I Suffi­ cient., c. 13, et ideo dixit effectus casuales non solum esse qui raro eveniunt, sed edam qui ad utrumlibet eveniunt, id est, qui aeque possunt evenire et non evenire alicui subiecto, ut respectu superfìciei quod fiat alba vel nigra. Sed hoc non recte dicitur, nam casus non significai materialem causam.

sed efficientem, respectu cuius nullus est effectus ad utrumlibet contingens nisi in causis liberis. Nam naturales sunt determinatae ad unum; in liberis autem talis effectus non est casualis ex eo capite, sed liber; erit autem casualis si sit praeter intentionem, quod non invenitur proprie nisi in iis quae raro coniunguntur effectibus per se intends. Indifferentia autem potentiae materialis nihil refert u t effectus dicatur casualis, turn quia non sequitur effectus ex vi illius, turn etiam quia ex parte eius non est effectus per accidens aut praeter intentionem; nam hoc proprie pertinet ad cau­ sam efficientem, ut per se constat. 9. Quidnam sit fortuna.— Ultimo ex his facile constat quid dicendum sit de fortuna, de qua multa fabulati sunt gentiles, qui igno­ rantes causam multorum casualium effectuum qui hominibus eveniunt, deam quamdam finxerunt, quam Fortunam appellarunt, quae esset horum effectuum causa. Sed huiusmodi commentum impugnarunt inter alios D. August., lib. IV de Civit., c. 18. et Lac-

448

Disputaciones metafísicas

ver. sapiente c. 28 y 2 9 ; p u e d e leerse A lberto, I I Phys., tra c t. III, c. 10, y E s­ coto, en su Quodl., q. 2 1. D e b e decirse, p u es, q u e el efecto fo rtu ito tiene fo r­ m alm en te la m ism a razón q u e el casual, y sólo difieren en q u e el fo rtu ito se dice especialm ente d e las cosas h u m an as o con resp ecto al agente q u e ob ra a p ro p ó ­ sito con razón e intención p ro p ia y elícita. P o r eso, la fo rtu n a es asim ism o u n a causa per accidens de igual naturaleza que el azar, y sólo expresa d eterm inada­ m e n te q u e hay u n a causa q u e ob ra a propósito, la cual es per accidens con res­ p e c to al efecto q u e se sigue fuera de la intención. P u ed e, e n consecuencia, su­ ced er que un m ism o efecto sea fo rtu ito y casual, es d ecir, q u e proceda de la fo rtu n a y del azar con resp ecto a sujetos div erso s; así, el d escubrim iento de u n tesoro acontece p o r fo rtu n a con respecto al h o m b re q u e cava la tierra , y p o r azar con respecto a la causa n a tu ra l que genera el oro. Y si n o fue generado allí, sino p u e sto por otro hom bre, ta m b ié n él es causa en calidad de fo rtu n a ; n o obstante, con respecto a él se d irá m ala fo rtu n a, y b u en a con respecto al o tro ; po rq u e es­ tos n o m b res n o significan diversas causas per se, o divinas, sino denom inaciones tom adas de los efectos p ró sp ero s o adversos. D e esta m anera explicó la razó n de fo rtu n a A ristóteles, I I de la Física, c. 5, y lib. De bona fortuna. 10. Los efectos de la fortuna están sometidos a la voluntad divina.— Sólo fa lta advertir dos cosas. U n a , que algunos filósofos han considerado la fo rtu n a com o si sus efectos n o estuviesen som etidos en absoluto a n in g u n a providencia, n i fuesen tam poco intentados, previstos u ordenados p o r ninguna causa suprem a. Y p o r este m otivo se re p re n d e alguna vez a sí m ism o San A gustín, com o en I Retract., c. 1, p o r hab er em pleado el térm in o « fo rtu n a» ; nosotros, sin em bargo, subordinam os to d a fo rtu n a a la providencia divina, ya que nada nos sucede por casualidad que n o haya sido ordenado o perm itid o p o r D ios, com o se h a expli­ cado arrib a y expresó elegantem ente San A gustín, lib. III De Trinit., c. 4, con estas palabras: No sucede nada visible y sensiblemente que no sea mandado o permitido en la corte interior invisible e inteligible del Emperador supremo, con arreglo a la inefable justicia de los premios y los castigos, las gracias y las recom­ pensas, en esta amplísima e inmensa república de toda criatura. L o m ism o expuso

.tant., lib. I l i de Ver. sapient., c. 28 et 29, et legi potest Albert., II Phys., tract. Ill, c. 10, et Scotus in QuodL, q. 21. Dicendum est ergo effectum fortuitum formaliter eiusdem rationis esse cum casuali, solumque differre quia fortuitus dicitur specialiter in hujnanis rebus seu respectu agentis a propo­ sito ex ratione et intentione propria et eli­ cila. Unde fortuna causa est etiam per ac­ cidens eiusdem rationis cum casu, solumque determinate dicit ut sit causa agens a pro­ posito quae sit per accidens respectu effectus praeter intentionem subsecuti. Unde fie­ ri potest ut idem effertus sit fortuitus et casualis, seu a fortuna et casu respectu diversorum; ut inventio thesauri est fortuna respectu hominis fodientis terram, casus vero respectu causae naturalis generantis aurum. Quod si non fuit ibi genitum, sed ab alio homine repositum, etiam file est causa ut fortuna; tamen respectu illius dicetur mala fortuna, respectu alterius bona; haec enim nomina non significant diversas causas per se, aut divinas, sed denomina-

tiones sumptas ex effectibus prosperis vel adversis. Atque ita explicuit rationem fortunae Aristot., II Phys., c. 5, et lib. de Bona fortuna. 10. Fortunae effectus divinae subiacent voluntati.— Solum sunt duo advertenda. Unum est fortunam ita esse sumptan ab aliquibus philosophis ac si effectus eius nulli omnino providentiae subessent, et a nulla causa edam suprema essent intenti, praevisi, aut ordinati. Et hac ratione reprehendit seipsum aliquando D. Aug., ut I Retract., c. 1, quod usus fuerit nomine fortunae; nos vero omnem fortunam subiicimus divinae pro­ videntiae, quia nihil nobis casu accidit quod a Deo non sit vel ordinatimi vel permissum, ut supra declaratum est, et eleganter dictum est ab Aug., lib. III de Trin., c. 4, his verbis: Nihil fit visibiliter et sensibiliter quod non de interiori invisibili atque intelligibili aula summi Imperatoris aut iubeatur aut permittatur, secundum inefjabilem iustitiam praemiorum atque poenarum, graliarum et retributionum in ista totius

Disputación X IX .— Sección X II

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e n el lib. LX X X III Quaest., en la 24. L o segundo q u e h ay q u e observar es q u e se p ro d u c e n en no so tro s algunos efectos q u e consideram os fo rtu ito s p o r ig n o rar su causa, a p esar d e q u e no son efectos q u e p ro ced an d e nosotros per accidens, sino q u e son p ro d u cid o s per se e n nosotros p o r alguna causa su p e rio r; así, el que im o, sin p re te n d e r n i p en sar d e antem ano n ada sem ejante, experim ente u n im ­ p u lso in te rio r b u en o , o el q u e u n o q u e va a pasar p o r este cam ino se vea com o a rra stra d o p o r e l deseo y la v o lu n tad de p asar p o r o tro , y de esa m anera escape a las asechanzas de sus enem igos, lo llam an los h o m b re s fo rtu n a ; n o o b sta n te , ese efecto tiene u n a causa per se q u e lo in te n ta , a saber, u n ángel o el m ism o D ios. P o r eso d ijo San A g u stín , I Retract., c. 1, y lib . I Contra académicos, q u e v u lg arm en te se d a e l n o m b re d e fo rtu n a a la que está go b ern ad a por u n o rd e n o cu lto y tiene u n a ra z ó n y causa secreta. E so lo ex p u so tam b ién el Filósofo, lib. De bona fortuna, c. 2 . H asta a q u í d e la fo rtu n a y de las causas eficientes creadas.

creaturae amplissima quadam immensaque república. Idcmque attigit lib. LXXXIII Quaest., in 24. Alterum observandum est quosdam effectus in nobis fieri quos putamus fortuitos eo quod illorum causam ignoremus, cum tamen non sint effectus qui per accidens a nobis eveniant, sed per se in nobis fiant ab aliqua superiori causa; ut quod aliquis, nihil tale intendens aut praecogitans, aliquem bonum motum animi in se sentiat, vel quod aliquis incessurus per hanc viam quasi rapiatur desiderio et vo-

Iuntate incedendi alia via, et ita effugiat ho5tium insidias, appellatur ab hominibus fortuna; habet tamen ille effectus causam per se intendentem ilium, nempe angelum aliquem vel Deum ipsum. Et ideo dixit Aug., I Retract., c. 1, et lib. I contr. aca­ démicos, vulgo appellari fortunam quae oc­ culto ordine regitur et rationem et causam secretato habet. Quod etiam attigit Philo­ soph., lib. de Bona fortuna, c. 2. Atque hactenus de fortuna et de efficientibus cau­ sis creatis.

DISPUTACION XX LA PRIMERA CAUSA EFICIENTE Y SU PRIMERA ACCION, QUE ES LA CREACION

RESUM EN

Esta disputación incluye diversos puntos, claramente señalados en los títidos de las correspondientes secciones: I. S i la razón natural puede llegar a conocer la posibilidad, y también la ne­ cesidad, de la creación de algunos entes (Sec. 1). II. S i para crear se requiere una virtud activa infinita y, por tanto, incomu­ nicable a la criatura (Sec. 2). III. S i puede darse un instrumento de la creación (Sec. 3). IV. S i la creación es, en la criatura, algo realmente distinto de ella (Sec. 4). V. S i el concepto de creación exige la novedad del ser (Sec. 5). sección

i

Aclarada la significación de “ creación” (1) y señalados cuatro motivos de duda (2-5), se exponen dos opiniones contrarias: la que niega (6) y la que admite la posibilidad de demostrar racionalmente la creación (7). Para resolver el pro­ blema, Suárez demuestra las tres tesis siguientes: 1. a Posibilidad de la creación. Es probada “ a priori”, defendida contra las objeciones (9-13) y apoyada con razones probables (14). 2. “ Existencia efectiva de la creación. Se demuestra con respecto a los cuer­ pos celestes (15) y a los inferiores (16), y se rechaza la eternidad de la mate­ ria (17-20) y la de las inteligencias (21). 3. a Necesidad de la causa primera creadora (22). Seguidamente se responde a los argumentos contrarios y se examinan las opi­ niones de los filósofos acerca de la creación (23-30), haciendo hincapié en el pen­ samiento aristotélico y en sus diferentes interpretaciones (24-26). S ECCI ÓN

II

Contra la opinión de Avicena (1), la fe establece que ninguna criatura tiene poder para crear (2); pero hay que llevar a cabo una investigación filosófica de este principio. Después de consignar el motivo de duda y aclarar el sentido de la cuestión (4-9), se registran dos opiniones extremas (10-11) y se aborda la so­ lución del problema: es contradictorio que la criatura tenga poder de crear, aun­ que resulta dificilísimo aducir una demostración plenamente convincente de ello (12-13). A continuación se examinan las razones que tres autores de relieve han

Disputaciones metafísicas

452 .

empleado para demostrar ésta verdad: la de Escoto (14-19) es deficiente (20) y no tiene eficacia con respecto a las criaturas espirituales (21); la de Ockam no posee mayor fuerza probativa (22); las de Santo Tomás, estudiadas detenidamente por Suárez, no están exentas de dificultades (23-40); por tanto, la verdad en cues­ tión no tiene una demostración racional cierta, sino sólo probable y conjetural (41-44). L a sección se cierra con dos respuestas al motivo de duda (45-46). SECCIÓN

III

'

,

Apoyándose en los razonamientos anteriores, afirma el Eximio la imposibili­ dad de que una virtud creada sea, por sí misma y por su naturaleza, instrumento de la creación (1). Lo demuestra con diferentes razones y aduce, como confirma­ ción, una prueba de Santo Tomás (2-5). Aclara cierta expresión de Pedro Lom­ bardo, en el sentido de que éste nunca defendió la posibilidad de un instrumento natural de la creación (6-8), y rebate los inconvenientes que algunos oponen con­ tra el instrumento de la creación, cuando es elvado sobrenaturalmente (9-11). SECCIÓN

IV

Tras la potencia'creadora, conviene estudiar la acción creativa en sí misma (1). Expuestas tres opiniones diferentes, con los argumentos en que se basan (2-10), se aborda la solución del problema de acuerdo con la tercera sentencia. Pero conviene sentar algunas afirmaciones para aclarar la doctrina: L a dependencia de la criatura con respecto a Dios es algo que existe real e intrínsecamente en la criatura (11) y se distingue realmente de ella (12) —afirmación que demuestra cois ejemplos (13) y con una razón “ a priori” (14)—, aunque no con distinción completamente real, sino "ex natura rei” , como un modo de la criatura misma (1.5-16). Tal dependencia no es auténtica mutación, sino producción de la cria­ tura — creación p a s i v a y verdadera emanación de Dios — creación activa— (1720). Respondiendo a una objeción, afirma y demuestra Suárez que la dependen­ cia de la criatura tiene verdadera razón de acción transeúnte (21-22) y que la potencia activa de Dios "ad extrcf3 es 'la potencia ejecutiva divina, conceptual­ mente distinta del entendimiento y de la voluntad (23). Al resolver los fundamen­ tos de las opiniones contrarias, sienta algunas afirmaciones de interés, con las que se perfila la naturaleza de la acción creadora (24-32). Por último, rechaza algunas consecuencias derivadas de la segunda opinión (33-34). SECCIÓN

V

L a presente cuestión se refiere a la eternidad de la sustancia del mundo (1). Consignados los argumentos con que sé prueba que el concepto de creación re­ quiere la novedad del ser (2), se exponen las opiniones contrarias (3-4) y se re■> suelve la cuestión admitiendo el pensamiento de Santo Tomás (5) y haciendo las afirmaciones que siguen: 1. a La creación no es necesariamente eterna (6). 2. a Ninguna razón natural prueba que el mundo exista eternamente (7-10). 3. a No es contradictorio que la creación se haya realizado desde la eterni­ dad (11). Con esta ocasión, aclara Suárez el sentido de la expresión "de la nada” (12) y responde a una objeción (13), De la eternidad de la creación no se deduce ninguna infinitud real en la cosa creada (14); por otra parte, sería preternatural la creación eterna de realidades corruptibles permanentes (15-17), y también la de realidades incorruptibles (18). Dando solución a los argumentos contrarios se cierra la sección (19-22).

DISPUTACION XX LA PRIMERA CAUSA EFICIENTE Y SU PRIMERA ACCION, QUE ES LA CREACION

• D e D ios glorioso se hace en m etafísica u n a do b le consideración: en cu an to causa p rim e ra y en cuanto p rim e r e n te ; y, si bien esta últim a razó n es en sí m is­ m a a n terio r, n o ob stan te, con respecto a nosotros y según el o rd e n de exposición q u e venim os siguiendo, el estu d io d e la o tra se ofrece p rim ero , n o sólo p o rq u e m ed ian te los efectos llegam os al conocim iento d e D io s, sino tam b ién p o rq u e la p re se n te d isp u tació n es necesaria p a ra u n a consideración com pleta de las causas del en te en cu a n to tal. A sí, pu es, n ad a direm os ah o ra d e la p rim e ra causa en sí m ism a y según las perfecciones q u e posee, n i siq u iera d e su existencia; antes bien, ahora dam os p o r su puesto que D ios existe, cosa que dem ostrarem os des­ pu és. T am b ién suponem os q u e E l no tiene causa, ya que es preciso deten e rse en alg ú n e n te n o hecho, p o r n o ser posible pro ced er al infinito. T rata rem o s, p o r tan to , d e la eficiencia d e este p rim e r ente sobre lo s dem ás y de la dependencia de éstos con resp ecto a él. E sa dependencia p u ed e ser o considerarse d e tre s m o­ dos, a saber, e n la p ro d u c c ió n ,. en la conservación y en la o p eració n ; y d e los tres nos ocuparem os en la p resen te y e n las dos disputaciones q u e siguen. A hora bien, la d ep en d en cia e n la p ro d u cció n consiste p rin cip alm en te en la creación, n o sólo p o rq u e ésta es la d ependencia p ro p ia del e n te en cuanto e n te, q u e in ­ vestigam os ahora, sino ta m b ién p o rq u e en esta acción consiste la p rim e ra p ro ­ ducción (por así decirlo) d e los entes factib les; p o r ello estudiarem os dicha acción en esta disp u tació n , y a q u e los otros m odos según los cuales p u e d e la

DISPUTATIO XX DE PRIMA CAUSA EFFICIENTI PRIMAQUE EIUS ACTIONE, QUAE EST CREATIO

De Deo glorioso duplex est in metaphysica considerano, scilicet, quatenus est pri­ ma causa et quatenus est primum ens; et quamquam haec posterior ratio secundum se sit prior, altera tamen quoad nos, et iuxta doctrinae ordinem quem prosequimur, venit consideranda prius, tum quia per effectus venimus in cognitionem Dei, tum etiam quia ad integrant considerationem causarum entis ut sic necessaria est prae­ sens disputano. Igitur de prima causa se­ cundum se et secundum eas perfectiones quae ipsi insunt nihil nunc dicemus, immo neque de existentia eius; sed supponimus

nunc esse Deum, quod infra demonstrabimus. Supponimus item ipsum non habere causam, quia necesse est sistere in aliquo ente non facto, cum non possit in infinitum procedi. Dicemus ergo de efficientia huius primi entis in alia et de dependentia aliorum ab ipso. Quae triplex esse aut consi­ deran potest, scilicet, in fieri, in conservar! et in operari; et de his tribus dicemus in hac et duabus disputationibus sequentibus. Dependentia autem in fieri porissimum in creatione consistit, tum quia haec est pro­ pria dependentia entis in quantum ens quam hie inquirimus; tum etiam quia in hac ac­ tione consistit primum fieri (ut ita dicam) entium factibilium; et ideo de hac actione dicemus in hac disputatione; nam alii modi quibus prima causa potest res prodúcete, et

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Disputaciones metafísicas

causa prim era • p ro d u c ir las cosas, aparte de n o o f r e c e r. dificultad, se tratarán suficientem ente en las siguientes disputaciones. S E C C IO N P R IM E R A

P o sibilida d de saber por razón natural s i la creación de algunos en tes ES p o sib l e , y también s i e s n ecesa ria ; o, lo que e s igual , s i un ente en CUANTO ENTE PUEDE DEPENDER ESENCIALMENTE, EN SU EFECTUACIÓN, DE OTRO ENTE 1. E n p rim e r lu g ar, d ebe suponerse el significado d el térm in o «creación», p u es q u é es la realidad m ism a se explicará p o sterio rm en te. P ues b ien , crea­ ción significa producción d e alguna cosa de la n ad a, según definen los teólogos. M a s la expresión de la nada, p a ra distin g u ir esta acción d e las dem ás, excluye to d o concurso de causa m aterial y to d a dependencia de la cosa que se crea con resp ecto a algún sujeto, com o acertadam ente expone A nselm o en su Monolog., c , 8, d e suerte que decir de la nada es tanto com o decir, de ningún sujeto; y así se distin g u e esta acción de aquella otra que se realiza p o r educción d e la po­ tencia del sujeto. • P o rq u e estas dos acciones d iv id en ad ecuadam ente to d a la eficiencia; p o r eso, así com o m ed ian te aquella p artíc u la s e • diferencia suficien­ te m e n te la creación de la educción, de igual m odo m ed ian te ella se explica su ­ ficientem ente la razó n de creación. D e ahí infieren los teólogos que to d o lo que se crea d ebe ser subsistente o hacerse p o r m odo de su b sisten te, p ues es preciso q u e se haga fu era del sujeto o sin dependencia del sujeto. A hora b ien , lo que existe sin dependencia del sujeto subsiste o se co m p o rta a m anera d e subsis­ te n te ; y digo esto p o r ra z ó n d ei accidente, el cual, si D ios lo p ro d u jese sepa­ ra d o del sujeto, sería creado e n sentido v erd ad ero p o rq u e ten d ría u n m odo de ser sem ejante a la subsistencia. E n cuanto al alm a racional, a u n cu an d o se haga en el cuerpo, n o obstante se p ro d u ce verdaderam ente d e la nada, ya q u e no se h ace del m ism o cuerpo, p u esto q u e no se edu ce de su potencia n i depende

difficultatem non habent et attin'gentur sa­ tis in disputationibus sequentibus.

nihilo quod ex nullo subiecto; atque ita distinguitur haec actio ab alia quae est per eductionem de potentia subiecti. Hae namSÊCTIO PRIMA que duae actiones adaequate dividunt om­ nem efficientiam; et ideo sicut per illam A n p o s s it r a t io n e n a tu ra li COGNOSCI CREAparticulam sufficienter distinguitur creatio TIONEM ALIQUORUM ENTIUM ESSE POSSIBILEM ab eductione, ita sufficienter etiam per illam AN ETIAM NECESSARIAM; VEL (QUOD IDEM explicatin' ratio creationis. Unde inferunt EST) AN ÜNUM ENS IN QUANTUM ENS POSSIT theologi 2 quidquid creatur debere esse subESSENTIALITER DEPENDERE EFFECTIVE AB sistens aut fieri per modum subsistentis, ALIO ENTE quia oportet ut fiat extra subiectum seu sine 1. Supponendum imprimis est quid sig­ dependentia a subiecto. Quod autem existit nified nomen creationis, nam quid res ipsa sine dependentia a subiecto, subsiStit vel sit postea declarabitur. Significat ergo crea­ habet se ad modum subsistentis ; quod dico do effectionem alicuius rei ex nihilo, ut propter accidens, si fieret a Deo separatum theologi definiunt112. IUa autem partícula ex a subiecto, quod vere crearetur, quia haberet modum essendi subsistentiae similem. nihilo, ut distinguât hanc actionem ab aliis, Anima vero rationalis, etiamsi in corpore excludit omnem concursum causae materialis' et dependentiam rei quae creatur ab alifiat, vere tarnen .fit ex nihilo, quia non fit ex ipso corpore; non enim ex eius potentia quo subiecto, ut recte exponit Anselm., in educitur neque ab eo pendei in suo esse; Monolog., c. 8, ita at idem sit dictum ex 1 D. Thom., I, q. 45, a. 1. 2 D. Thom., súpra, a .. 4.

Disputación X X .— Sección l

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d e él en su se r; p o r tan to , tam b ién subsiste verdaderam ente m ien tras se hace en el cu erp o , com o direm os m ás abajo al tra ta r de la subsistencia.

Motivos de duda - 2. Primero.— E xplicada en este sentido la p alab ra «creación», parece que la posibilidad d e la creación n o p u ede conocerse p o r la razó n n a tu ra l; p rim ero , p o rq u e lo que A ristóteles, P lató n y otros filósofos resp etab les n o conocieron, es verosím il q u e no p u ed a conocerse p o r la luz n a tu ra l; p e ro d ichos filósofos ig ­ n o raro n la creación h asta el p u n to de considerar com o u n p rin cip io p rim ero y evidente q u e de la n a d a n ada se hace, com o consta p o r A ristóteles, I de la Fí­ sica; luego. 3. Segundo.— E n segundo lugar, d e n in g ú n e n te p u e d e dem ostrarse q u e sea c re a d o ; luego tam poco p u ed e dem ostrarse q u e la creación sea posible. E l antecedente es m anifiesto, ya q u e to d o e n te es o sustancia o accidente. P ero el accidente, si está e n u n sujeto, n i se crea n i p u ed e crearse, a u n q u e sea m áx i­ m am ente so b ren atu ral, según se h a dem ostrado a rrib a ; y que el accidente exis­ ta y se haga separado del sujeto n o p u e d e descubrirse p o r la razó n n atu ral. P or su p a rte , la sustancia o es esp iritu al o m a te ria l; de la p rim era , apenas p u e d e investigarse por la ra z ó n n a tu ra l si existe, y m enos a ú n dem ostrarse d e q u é clase es o de dónde p ro c e d e ; luego n o p u ede conocerse ev id en tem en te q u e exista alguna su stan cia espiritual p ro d u c id a p o r otro y, consiguientem ente, tam poco p o d rá d e­ m o strarse la necesidad o po sib ilid ad d e la creación p o r razó n de estas su stan ­ cias. E n cuanto a la sustancia m aterial, siem pre se h ace de la m a te ria ; p e ro q u e la m ateria m ism a haya sido h echa, o q u e necesite la eficiencia de otro para p o d e r existir, es in d e m o stra b le ; p o r eso P la tó n y m u ch o s filósofos afirm aron que es eterna e increada, y n o se d escubre u n m edio n a tu ra l p a ra d em o strar lo contrario. P o rq u e si h ubiese alguno, sería sobre todo la im perfección y p o te n ­ cialidad de la m ateria. P ero , ¿por q u é n o p u ed e decirse q u e la m ateria tiene p o r sí m ism a esta e n tid a d suya, a u n q u e m ínim a e im p erfe cta? P o rq u e tam poco es evid en te q u e esta im perfección d e la p o tencialidad pasiva ten g a u n a conexión et fieri separatum a subiecto non potest inveniri naturali ratione. Substantia deinde aut spiritualis est aut materialis: ilia prior vix potest per rationem naturalem investiRatìones dubitarteli gari. an sit, nedum demonstrari qualis vel 2. Prima.— Sic explicata voce creatio- unde sit; ergo non potest cognosci eviden­ nis, videtur non posse cognosci ratione na­ ter quod sit aliqua substantia spiritualis fac­ turali creationem esse possibilem; primo, ta ab alio; et consequenter nec demonstrari quia quod Aristoteles, Plato et ahi graves poterit creationem esse necessariam vel pos­ philosophi non cognoverunt, verisimile est sibilem propter has substantias. Substan­ cognosci non posse naturali lumine; sed tia autem materialis semper fit ex materia; illi philosophi ita ignorarunt creationem ut quod autem materia ipsa sit facta, aut eftamquam primum principium ac per se no­ ficientia alterius indigens ut esse possit, non timi haberent ex nihilo nihil fieri, u t con­ potest demonstrari; unde Plato et multi philosophi posuerunt illam aeternam et imstat ex Aristot., in I Phys. ; ergo. 3. Secunda.— Secundo de nullo ente productam, neque apparet naturale medium potest demonstrari esse creatum; ergo nec quo oppositum demonstrari possit Nam si potest demonstrari creationem esse possi­ quod esset, maxime imperfectio et potenbilem. Antecedens patet, quia omne ens aut tialitas materiae. Sed cur did non potest est substantia vel accidens : accidens autem, materiam ex se habere hanc suam erititatem, si sit in subiecto, nec creatur nec qreari quamvis minimam et imperfectam? Neque potest, etiamsi maxime supernaturale sit, ut enim est per se notum hanc imperfectionem supra ostensum est; accidens autem esse potentialitatis passivae habere necessariam et ideo vere etiam subsistit dum in corpore fit, ut infra dicemus trattando de subsistentia.

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Disputaciones metafísicas

necesaria con la otra im perfección d e la potencialidad pasiva q u e im plica la cosa necesitada de efectuación o creación. 4 . E n te rc e r lugar, p a ra crear se req u iere u n a potencia in fin ita; pero n o p u e d e dem ostrarse la posibilidad de u n a potencia activa in fin ita ; luego tam poco la posibilidad d e la creación. L a m ayor se aclara a posteriori, ya q u e de lo con­ tra rio la c ria tu ra p o d ría p o se e r potencia creadora, pues si n o h ay contradicción p o r la infinitud 'de potencia, n o hay m otivo p a ra q u e exista contradicción;, p e ro el consiguiente es bastante ab su rd o p o r sí m ism o. Se d em u estra la m enor p o r­ q u e n o h ay n in g ú n m edio n atu ral p a ra d em o strar una p o ten cia infinita en el o b ra r ; pues, si bien A ristóteles trató d e d em ostrarlo p o r el m ovim iento, n o lo consiguió, com o p robaré m ás abajo; y la m ism a explicación vale p a ra cualquier o tra razó n n a tu ra l. P or eso m uchos h an in ten tad o dem o strar p o r la creación q u e ex iste alguna potencia infinita en el o b ra r; p e ro ello constituye u n círculo vi­ cioso o petición d e p rin cip io en e sta m ateria de q u e tratam os. 5. É n c u a rto lugar, es contradictorio que el e n te en cu a n to en te sea p ro ­ d u c id o ; luego es contradictorio q u e se cree alg o ; la consecuencia se desprende d e la definición de creación, p u es si algo se h ace d e la n a d a , se hace esencial y p rim ariam en te según to d a la razón d e e n te ; luego se hace esencial y p rim a­ riam en te en cuanto ente. E l antecedente se p ru e b a , en p rim e r lu g ar, p o rq u e si el e n te en cuanto ente fu ese factible, to d o e n te sería factible, p ues lo q u e con­ viene a alguna razón d e m an era esencial y p rim a ria y en cuanto tal, conviene a to d o aquello e n que se en c u e n tra dicha ra z ó n ; p e ro esto es ab iertam en te falso, ya q u e es preciso q u e se d é algún en te q u e n o p u e d a ser p ro d u c id o ; de lo co n trario se p rocedería al infinito en la serie d e pro d u cen tes y p ro d u cid o s, lo cual es im posible. E n segundo lugar, se d e m u e stra el m ism o antecedente p o r­ q u e el en te e n cuanto e n te abstrae de la en tid a d según el ser d e la existencia y según el ser dé la esen cia; pero es im posible q u e se h ag a algún ente según todo este se r; luego es im posible q u e se h aga e n cuanto ente. D e ahí resulta tam bién la im posibilidad d e q u e se haga d e la n a d a , ya q u e es im posible q u e se h aga según e l ser de la existencia sin q u e se suponga según el ser de la esencia, el cual ser no es la n ad a absoluta, p o rq u e m ed ian te él se d istin g u en las cosas verdaderas de las ficticias y q u im éricas; luego.

connexionem cum alia imperfectione potentialitatis obiçctivae, quam includit res effectione vel creatione indigens. 4. Tertio, ad creandum requiritur virtus infinita; sed non potest demo.nstrari esse possibilem virtutem activant infinitam; ergo neque esse possibilem creationem. Maior declaratur a posteriori, quia alias creatura posset habere virtutem creandi, quia si non répugnât ob infinitatem virtutis, non est cur repugnet; consequens autem per se. satis absurdum est. Minor vero probatur quia nullum est naturale medium démons trandi virtutem infinitam in agendo; Aristoteles enim ex mòtu conatus est id demonstrare, non est tamen assecutus, ut infra ostendam; est àutem eadem ratio de quacumque. alia naturali ratione. Unde multi ex creatione conahtur demonstrare esse aliquam virtu­ tem infinitam in agendo; sed hic est circulus vel petitio principii in hac re de qua disputamus. 5. Quarto, répugnât ens in quantum ens fieri; ergo répugnât aliquid creari; consequentia constat ex definitione creationis,

quia si aliquid fit ex nihilo, fit per se primosecundum totam rationem entis; ergo fit per se primo in quantum ens. Antecedent probatur primo, quia si ens in quantum ens esset factibile, omne ens esset factibile; quia quod convenit alicui rationi per se primoet secundum quod ipsa, convenit omni ei in quo talis ratio invenitur; hoc autem "est plane falsum, quia necesse. est ctari aliquod ens quod fieri non possit; alias procederetur in infinitum in producentibus et pro­ duces, quod est impossibile. Secundo pro­ batur idem antecedens, quia ens in quan­ tum ens abstrahit ab entitate secundum esse existentiae et secundum esse essentiae; im­ possibile autem est fieri aliquod ens secun­ dum totum hoc esse; ergo impossibile est fieri in quantum ens. Unde etiam fit esse impossibile fieri ex nihilo, quia impossibile est fieri secundum esse existentiae quin supponatur secundum esse essentiae ; quod esse non est omnino nihil, cam per illud distinguuntur res verae a fictitiis et chimaericis ergo.

Disputación X X .— Sección 1

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Diferentes opiniones 6.

E n esta cuestión, m u chos teólogos o p inaron q u e n o p u ed e d em ostrarse q u e alguna cosa haya sido hech a o p u ed a hacerse p o r creación. A sí lo sostiene G regorio, In II, d ist. 1, q . 2, hacia el final, y a ello se inclina G ab riel en el m ism o lu g ar, q. 2 , a. 2. L o defiende B asolis, In I, dist. 1, q . 1, a. 3. D ichos a u to res suponen, a fortiori, q u e n o p u e d e dem o strarse q u e to d o en te d istin to d e D ios haya sido hecho p o r E l, o q u e n o p u e d a h a b e r m uchos entes reales im producidos. P ues aunque, ad m itid a la creación d e algunos en tes, n o se infiera in m ed iatam en te con evidencia la im posibilidad d e q u e se d e n dos natu ralezas in cread as, o q u e to d o ente d istin to de D ios haya sido h echo p o r E l, sino q u e esto necesita u n a dem ostración p ecu liar, no o b stan te, si la creación n o fuese posible, sería absolutam ente im posible q u e todos lo s entes distintos de D ios h a ­ yan sido p ro d u c id o s p o r E l, p ues es evidente q u e existen m uchos e n te s q u e sólo p u e d e n ser hechos p o r creación, si d eb en h a c e rse ; así, todas las realid ad es espirituales, q u e, p o r no te n e r m ateria, n o p u e d e n hacerse de u n su jeto p re ­ su p u e sto ; igualm ente los cielos, si suponem os q u e n o p u e d e n p ro d u cirse p o r generación, com o p arecen dem o strar de m an era suficiente la naturaleza, la ope­ ració n , el m ovim iento y to d o lo q u e d e ellos sabem os p o r ex p erien cia; tam b ién la m ateria p rim a , q u e n o p u ed e hacerse d e una m a te ria anterior. 7. L a segunda opinión afirm a q u e esta verd ad p u e d e dem ostrarse p o r la razón n a tu ra l. E sta es la sentencia m ás com ún de los teólogos, que S anto T o ­ m ás sostiene In II, dist. 1, q. 1, a. 2 ; lo m ism o supone In I, q. 44, a. 1, y q. 45, a. 2 ; la p ro fesa tam b ién el A lense, II p ., q. 6, a. 6 ; E scoto, In I, d is t. 8, q. 1 ; A rgentin., In II, dist. 1, q. 1 ; H erveo, Quodl. II, q . 1 ; E n riq u e , Quodl. VIII, q. 6. Y dicha sentencia e stá m ás d e acuerdo con la Sagrada E sc ritu ra , pues ésta enseña q u e p o r este m u n d o visible es posible dem o strar q u e D ios existe, ya q u e las m ism as criatu ras p roclam an que tie n e n o tro a u to r o h aced o r, lugares q u e exam inarem os luego, d espués de d em o strar la existencia d e D ios. T a m b ié n se ex p resan d e l m ism o m odo los Santos P a d re s q u e citaré d espués en dicho lugar. Y sin duda esta opinión es v erd ad era, y n o p u ed e probarse d e o tra

Opiniones variae 6. In hac re fuit multorum theologorum opinio non posse demonstrari rem aliquam esse factam vel fieri posse per creationem. Ita tenet Gregor., In II, dist. 1, q. 2, ver­ sus finem, et inclinât ibid. Gabriel, q. 2, a. 2. Tenet Bassolis, In I, dist. 1, q. 1, a. 3. Qui auctores a fortiori supponunt non pos­ se demonstrari orane ens distinctum a Deo esse factum ab ipso, aut non posse esse plura ernia realia improducta. Quamvis enim, admissa creatione aliquorum entium, non statim evidenter inferatur esse impos­ sibile dari duas naturas increatas, vel omne ens distinctum a Deo esse ab ipso factum, sed hoc propria demonstratione indigeat, ta­ rnen, si creatio non esset possibilis, impos­ sibile omnino esset omnia enfia distincta a Deo facta esse ab ilio, quia evidens est multa esse enfia quae non possunt fieri nisi per creationem,-si fieri debeant. U t'res ompes spirituales, quae, cum materiam non habeant, non possunt fieri ex praesupposito

subiecto; item caeli, si supponamus eos non posse fieri per generafionem, sicut natura, operatio, motus et quidquid de illis experimur, satis videntur ostendere; item ma­ teria prima, quae ex priori materia fieri non potest. 7. Secunda sententia est hanc veritatem posse demonstrari ratione naturali. Haec est communior sententia theologorum, quam te­ net D. Thom., In II, dist. 1, q. 1, a. 2, idemque supponit In I, q. 44, a. 1, et q. 45, a. 2 ; tenet etiam Alens., II p., q. 6, a. 6 ; ■ Scot., In I, dist. 8, q. 1; Argentin., In II, dist. 1, q. 1; Hervaeus, Quodl. Il, q. I ; Henric., Quodl. VIII, q. 6. Estque haec sententia conformior divinis Scripturis; illae enim docent ex hoc mundo visibili posse ostendi Deum esse, quia ipsae creaturae clamant habere se alium auctorem vel factorem; quae loca expendemus inferius, cum demonstraverimus Deum esse. Sancii etiam Patres eodem modo loquuntur, quos infra eodem loco referam. Estque sine dubio haec vera sententia, quae non potest melius pro-

Disputaciones metafísicas

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m a n e ra m ejor q u e aportando los medios p o r los q u e es posible d em ostrar esta v erd ad .

Solución de la cuestión 8. Así, pu es, podem os p robar dos cosas: u n a , que la creación es p osible; otra, q u e la creáción existe en acto o ha sido realizada o es ejercida en el u n i­ verso p o r alguna causa eficiente. D e aquí extraerem os u n tercer p u n to , a saber, que en el universo se da y es necesaria una p rim e ra causa a la que se reduzcan por creación to d o s los dem ás entes que tienen ser, com o al origen p rim ero de su ser.

Se demuestra la posibilidad de la creación 9. E n p rim e r lu g ar, q u e la creación es po sib le podem os probarlo a priori, si p o r o tra p a rte suponem os dem ostrado que D ios existe y es sum am ente p e r­ fecto, en la m edida en q u e p u ed e ser o en ten d e rse e n el ám bito del ente. P o r­ q u e, com o d iré despu és en el lugar citado, a u n q u e de m anera absoluta nosotros n o podam os conocer a D ios o sus perfecciones a priori, sin em bargo, supuesto alg ú n principio o atrib u to dem ostrado a posteriori, d e él podem os colegir a priori o tro , com o colegim os la inm o rtalid ad de la in m aterialid ad . E n este sentido, pues, al p resen te suponem os dem ostrado que se d a . u n su p rem o e n te perfectísim o, e in clu so potentísim o, según probarem os después, n o p o r la creación — para no co m eter p etició n d e p rin cip io — , sino por o tro s m edios. P ues bien, argum ento d e e ste m o d o : la p ro d u cció n por creación n o es ta n im posible q u e im plique re p u g n a d a o co ntradicción e n sí m ism a; luego tam poco la poten cia p a ra o b rar d e e sta m anera es 'e n sí im posible o im plica re p u g n a n c ia o im p erfe cció n ; luego tal p o ten cia se d a d e h echo e n alg ú n en te, al m enos en el p rim e ro ; luego en v irtu d , de ella es posible la creación. E sta ú ltim a consecuencia es clara, au n q u e conviene establecer u n a d istin ció n e n el v ocablo o d enom inación «posible»; p o rq u e en u n sentido se to m a n egativam ente, en cu a n to es lo m ism o q u e n o co n tra d ic to rio ; en otro se n tid o se considera p o sitiv am en te, com o aquello que p u e d e ser o hacerse, y en este sentido expresa d enom inación d e alg u n a p o ten bari quam afferendo media quibus haec veritas demonstrari potest. Quaestionis resolutio

8. Duo igitur probare possumus : unum est creationem esse possibilem; aliud est creationem actu esse vel factam esse vel exerceri in universo ab aliqua causa efficien­ ti. Ex quibus eliciemus tertium, nimirum dari in universo esseque necessariam unam primam causam ad quam omnia alia entia quae habent esse reducantur per creationem tamquam ad primam originerà sui esse. Esse -possibilem creationem ostenditur ■ 9. Primo ergo creationem esse possibi­ lem probare possumus a priori, si aliunde supponamus probatum Deum esse et summe perfectum esse, quantum in latitudine entis esse aut intelligi potest. Nam, u t infra ci­ tato loco dicam, quamvis absolute nos non possimus cognoscere Deum ve! perfectiones

eius a priori, tarnen, supposito aliquo principio vel attributo a posteriori demonstrato, ex illo possumus colligere a priori aliud, ut immortalitatem ex immaterialitate. Sic igitur, in praesenti supponimus demonstratum dari unum Supremum ens perfectisslmum, immo etiam potentissimum, ut infra probabimus, non ex creatione, ne petamus principium, sed ex aliis mediis. Iam igitur argumentor in hunc modum, nam effectio per creationem non est ita impossibilis ut in se involvat repugnantiam aut contradictionem; ergo nee potentia ad agendum hoc modo est in se impossibilis aut repugnan­ tiam aut imperfectionem involvens; ergo talis potentia est de facto in aliquo ente, saltern in primo; ergo ex- v i1ülius est possibüis creatio. Haec ultima consequentia Cla­ ra est; distinguere autem oportet illam vocem seu denominationem possibilis; uno enim modo negative sumitur, prout idem est quod non repugnans; alio modo posi-

Disputación X X .— Sección I

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cía, ya sea activa, ya pasiva. E n e l an tecedente, pu es, se to m a «posible» e n la p rim e ra acepción, y en e l consiguiente, en la se g u n d a ; efectivam ente, p a ra que la creación sea posible se n ecesitan y b a sta n dos c o sas: u n a, q u e no sea con­ trad icto ria en sí m ism a; o tra, q u e sea po sib le m ed ian te alguna p o ten cia; y de esta m anera, su p u esto el an tecedente, la consecuencia es evidente. 10, E n cu a n to al p rim e r antecedente, se p ru e b a , en p rim e r lugar, p o rq u e n o p u e d e d em ostrarse q u e exista co ntradicción alguna en que algo se haga de la n ad a, en el v erd ad ero sentido q u e hem os explicado. P o rq u e n o hay q u e im a­ g in ar, com o p en saro n algunos, q u e la n a d a m ism a h a y a de ser la m ateria d e la q u e se haga tal e n te, lo Cual e n tra ñ a u n a co ntradicción p a lm a ria ; p ues la p a ­ labra de no in d ic a e n ese caso relación d e causa m aterial, sino d e térm in o a quo; ah o ra bien, en ese sentido n o es con trad icto rio en m o d o alguno q u e lo q u e d e suyo no era n a d a com ience a ser algo e n v irtu d de la p ro d u cció n de otro. Y si querem os in te rp re ta r la p alab ra de según la relación de causa m aterial, h a de exponerse en sen tid o negativo, n o positivo, diciendo que se hace de la n ad a aquello q u e n o se p ro d u c e d e causa m aterial alguna, e n lo cual tam poco p u e d e po n erse d e relieve n in g u n a co n trad icció n ; p u e s, de igual m a n e ra que se p ro ­ d u c e en acto algo q u e a n tes e ra po sib le p o r la p o ten cia activa y la pasiva con­ sideradas sim ultáneam ente, ¿ p o r q u é n o h a d e p o d e r hacerse tam bién e n acto algo q u e sea po sib le p o r la sola poten cia — su p erio r y m ás eficaz— del agente? 11. Se responde a una objeción.— P o d rá d e c irse : así com o es c o n trad ic­ to rio q u e se lla g a en acto algo q u e a n terio rm en te e ra posible p o r la sola p o te n ­ cia pasiva sin la activa, d e ig u al m anera, e n sen tid o inverso, es contradictorio q u e se haga en acto algo q u e ú n icam en te sea posible p o r la potencia activa sin la p asiv a; p ues ¿p o r q u é n o es posible u n efecto q u e p rovenga de la p o ten cia pasiva sin la activa, si es po sib le u n o q u e p ro ced a d e la activa sin la pasiva? Se resp o n d e q u e la ra z ó n d e la diversidad es b astan te cla ra ; e n efecto, la ac ­ ción e n cu an to acción expresa o rd en esencial a la causa eficiente, p o r lo que resu lta contradictorio q u e se d é u n a acción sin agente, m ien tras q u e la acción en cu an to acción n o expresa o rd e n esencial al pacie n te n i a la pasión — refirién ­ donos a la acción e n to d a su a m p litu d — , sino q u e in d ica relación al efecto que

tive pro eo quod potest esse aut fieri, quo sensu didt denominationem ab aliqua potentia, vel attiva vel passiva. In antecedenti ergo sumitur possibile priori modo, in con­ sequent! vero posteriori; nam ut creatio sit possibilis, duo necessaria sunt et suffidunt: unum, ut in se non repugnet; aliud, ut per aliquant potentiam sit possibilis ; et ita, sup­ posi» antecedenti, consecutio est evidens. 10. Primum autem antecedens probatur primo, quia nulla ostendi potest repugnantia in eo quod aliquid ex nihilo fiat, in vero sensu a nobis dedarato. Non enim fingendum est, ut quidam putarunt, ìpsum nihil futurum esse materiam ex qua tale ens fiat, quod piane repugnat; nam illa partícula ex non didt ibi habitudinem materialis causae sed termini a quo; sic autem nulla est repugnantla ut id quod ex se nihil erat incipiat esse aliquid per effectionem alterius. Quod si velimus illam particulam ex iuxta habitudinem materialis causae interpretari, non positive, sed negative exponenda est, ut id dicatur fieri ex nihilo quod non ex ali-

qua materiali causa fit; in quo etiam nulla potest repugnantia ostendi; cur enim, sicut fit aliquid in actu quod prius erat possibile per potentiam activam et passivam simul, non poterit edam fieri in actu aliquid quod sit possibile Der solam potentiam agentis, eminentiorem magisque efficacem? 11. Obiectìom satisfit.— Dices: sicut repugnat aliquid fieri in actu quod prius esset possibile per solam potentiam passi­ vam sine attiva, ita e converso repugnat fieri in actu aliquid quod tantum sit possi­ bile per potentiam activam sine passiva; cur enim non potest esse effectus a potentia patienti. sine agente, si esse potest ab agenti sine recipienti? Respondetur satis perspicuam esse rationem diversitatis ; nam actio, ut actio, dicit essentialem ordinem ad efficiens, et ideo implicat contradictionem esse actionem sine agente; actio vero, ut actio, non dicit essentialem ordinem ad pas­ simi neque ad passionem, loquendo de ac­ tione in tota sua latitudine, sed dicit ha­ bitudinem ad effectum qui per illam fit et

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Disputaciones metafísicas

m ed ian te ella se produce y que depende de la causa agente. D e m an era sem e­ jan te , la potencia pasiva dice relación a d e c u a d a 'a la activa, p u e sto q u e rio p u ed e re cib ir nada si n o lo recibe de alguien, m ientras q u e la poten cia activa n o ex­ presa relación adecuada a la pasiva — según direm os m ás p o r extenso d esp u és, en el lugar o p ortuno— , ya que no pertenece al co ncepto d e p o ten cia activa el p o d e r o b rar en alguien, sino el poder obrar algo, p u d ié n d o , p o r ta n to , una cosa se r posible en absoluto p o r la sola potencia activa, m as no p o r la sola potencia pasivá. A dem ás, la pasiva es im perfecta y p o r sí sola n o es absolutam ente ca­ p a z p a ra el efecto, si no es perfeccionada p o r la activ a ; m as la activa es per-: fecta en su géndro, por lo cual, de suyo, n o h ay contradicción alguna e n q u e u n a p o te n c ia activa sea en su orden tan p erfecta q u e , p o r sí sola y sin d ep en ­ d e r d e una pasiva, contenga virtualm ente en sí, n o sólo el efecto, sino tam b ién la acción. C on esto q u eda tam bién p robada la p rim e ra consecuencia, que es asim ism o evidentísim a, u n a vez supuesto el an tecedente. P o rq u e ¿puede im agi­ narse e n sem ejante potencia m ayor contradicción q u e en el m odo indicado d e p ro d u c ir? O ¿cabe p en sar e n alguna im perfección, y no m ás bien en u n a m á­ xim a p erfección? 12. Y p u e d e n confirm arse am bas cosas si en ten d e m o s que la expresión de la nada significa q u e to d a la cosa que se p ro d u ce esencial y p rim ariam en te com o té rm in o adecuado de la acción, el cual se llam a ut quod, se p ro d u ce en abso­ lu to y según to d a su en tid ad , sin que se p resu p o n g a n in g u n a p a rte o realidad d e la m ism a ; p o rq u e todos estos sentidos son verdaderos y se red u c e n a lo m ism o. P e ro ta m b ién esto denuncia una g ra n perfección p o r p a rte d e la p o te n ­ cia activ a, sin q u e h aya contradicción alguna p o r p a rte d el efecto o d e su p ro ­ d u cció n . P u es ¿q u é contradicción im plica el h echo de q u e u n a cosa ín te g ra , q u e n o existía, re c ib a en su totalidad el ser? C iertam en te, e n v irtu d d e los té r­ m inos n o se d escu b re n in g u n a contradicción m ayor q u e la d e q u e u n a cosa q u e sólo se e n c o n tra b a incoada e n u n a d e sus p artes se p erfeccione p o r la adición d e o tra p a rte q u e a n te s n o existía, con la diferencia d e q u e el p rim e r h e c h o ex ig e m a y o r p o d e r e n la operación. C onsiguientem ente, e n esta clase de p o te n ­ c ia o p ro d u c c ió n rio existe contradicción alguna, sino sólo m ayor perfección. U n ic a m e n te c a b ría d u d a r sobre las características q u e p ü e d e te n e r esta acción

dependet ab agenti causa. Et similiter potentia passiva dicit adaequatam habitudinem ad attivata, quia, non potest recipere aliquid nisi ab aliquo illud recipiat; potentia vero activa non dicit adacquatala habitudinem ad passivano, u t infra suo loco latius dicemus, quia non est de ratione potentiae activae ut possit agere in aliquo, sed u t possit agere aliquid, et ideo potest aliquid esse possibile simpliciter per solam potentiam activam, non vero per solam potentiam pas­ sivano Praeterea passiva- est imperfetta, et sola non est simpliciter potens ad effectum nisi perficiatur per activam; attiva vero est ex suo genere perfetta, et ideo ex se nullam involvit repugnantiam u t aliqua potentia ac­ tiva sit in suo órdine adeo perfetta u t se sola et sine dependentia a passiva in sese virtute contineat et effectum et actionem. E t ita simul probata est prima consequentia, quae etiam est evidentissima supposito antecedente. Quae enim maior repugnantia excogitari potest in huiusmodi potentia quam

in ditto modo efficiendi? Aut quaenam imperfectio, et non potius maxima perfectio? 12. Et utrumque confirmari, potest, si per illud ex nihilo intelligamus significali ut tota res quae per se primo fit ut adaequatus terminus actionis, qui vocatur u t quod, omnino et secundum suam totam entitatem fiat, nulla eius parte aut re praesupposita; omnes enim hi sensus veri sunt, et eodem devolvunmr. Sed in hoc etiam indicator magna perfectio ex parte virtutis activae, et nulla est repugnantia ex parte effectus vel effectionis eius. Nam quod res tota, quae non erat, secundum se totam accipiat esse, quaenam implicano est? Certe ex terminis nulla apparet maior quam in eo quod res quae tantum erat inchoata secun­ dum imam partem perficiatur per adiectionem alterius partis quae prius non erat, nisi quod illud prius requirit maiorem vim in agendo. Non est ergo in huiusmodi poten­ tia vel effettione aliqua repugnantia, sed tantum maior perfectio. Solum posset quis

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sin sujeto, o. sobre el sentido e n que esto n o re su lta c o n trad icto rio , cosa q u e explicarem os fácilm ente e n lo q u e sig u e, p u es p o r ah o ra es suficiente saber q u e n o se d e m u estra n in g u n a contradicción e n e llo ; ta n to m ás cu a n to q u e algunos e n tie n d e n la creación sin acción transitiva. 13. F a lta p ro b a r la seg u n d a consecuencia, q u e en cie rra el n erv io d e la a r­ gu m en tació n , a saber, q u e esta poten cia d eb e ad m itirse en la realid ad , al m e ­ n o s e n e l p rim e r e n te , si e n sí m ism a n o im plica rep u g n an cia o im perfección. Y esto p u e d e p ro b arse, e n p rim e r lu g ar, p o r el p rin cip io gen eral d e q u e e n el p rim e r e n te se e n c u e n tra fo rm alm en te to d a p erfección absolutam ente sim ple, c o s a ' q u e dem ostrarem os m ás abajo al e stu d ia r la p erfecció n d e l p rim e r ser. P o rq u e sem ejante p o ten cia expresa, e n v irtu d d e su p ro p io concepto objetivo, p erfecció n absolutam en te sim ple, ya q u e expresa u n a p erfección q u e, de suyo, n o es contradictoria n i im plica im perfección. D e d o n d e se d esp ren d e con to d a claridad q u e , en el ám b ito del ente, es m ejor ten erla q u e n o tenerla, en lo cual consiste la razó n d e perfección a b so lu ta; luego tal p o ten cia d e b e atrib u irse de m an era necesaria al p rim e r e n te . E s prácticam en te id én tico el argum ento d e q u e d ic h a potencia se e n c u e n tra p o r n ecesidad con ten id a en la om nipotencia, ya q u e ésta se extiende a to d o lo posible, o sea, a to d o lo q u e n o es contradictorio en s í m ism o ; pero perten ece al concepto del p rim e r e n te e l poseer la om n ip o ten ­ c ia ; luego tam b ién el te n e r esta potencia. E l an tec ed en te se d em o strará e n su to talid ad después, al tra ta r d e los atrib u to s del p rim e r ente. 14. A estas razones se añaden otras que de suyo son b astan te probables, p ues este m odo d e o b ra r sin d ep en d er de o tra causa ex trín sec a, ya sea eficiente, ya m aterial, está m u y d e acuerdo con la esencial p erfecció n d el p rim e r e n te. E n p rim e r lu g a r, p o rq u e e l m odo de o b ra r es p ro p o rcio n al al m odo d e s e r; p e ro el m odo de ser del p rim e r e n te es con to d a in d e p e n d e n c ia ; luego igual­ m en te su m o d o p ro p io de o b ra r será in d ep en d ien te d e to d a causa, incluso m a ­ terial. E n segundo lu g a r, p o rq u e e l p o d e r activo d eterm in ad o a o b rar e n u n su jeto y d e u n su je to , se e n cu en tra m u y coartado y lim ita d o ; luego n o d ebe a trib u irse al p rim e r e n te, p o r n o h a b e r ra z ó n alguna p a ra q u e e n él p u e d a te n e r

Haesitare qualis possit esse haec actio sine pliciter; ergo talis potentia necessario trisubiecto, aut quomodo ¡d non repugnet. Sed buenda est primo enti. Idem fere argumenhoc explicabimus facile in sequentibus; sa­ tum est quod haec potentia necessario intis enim nunc est quod in eo nulla ostencluditur ¡n omnipotentia, quia omnipotentia se extendit ad omne possibile, id est, ad ditur repugnantia. Eo vel maxime quod aliomne ex se non repugnans; sed de ratione qui intelligunt creationem absque transeun­ primi entis est u t habeat omnipotentiam; te actione, 13. Superest probanda secunda conse- ergo et quod habeat banc potentiam. Totum antecedens demonstrandum est infra quentia, in qua est vis illius rationis, nimitrattando de attributis primi entis. tum hanc potentiam ponendam esse in re14. His accedunt rationes aliae per se rum natura saltern in primo ente, si in. se. valde probabiles, nam hic modus agendi non involvit repugnantiam vel imperfectionem. Hoc autem probad potest primo ex sine dependentia ab alia causa extra se, sive efficienti sive materiali, est valde conilio generali principio quod in primo ente sentaneus essentiali perfectioni primi entis. est formaliter omnis perfectio simpliciter Primo quidam, quia modus agendi est prosimplex, quod demonstrabimus infra tracportionatus modo essendi; sed modus estando de perfectione primi entis. Nam sendi primi entis est cum omni indepenhuiusmodi potentia ex proprio obiectivo conceptu dich perfectionem simpliciter sim- dentia ; ergo modus etiam agendi proprius plicem; dicit enim perfectionem ex se non eius erit independens ab omni causa, etiam repugnantem neque involvement imperfecmateriali. Secundo, quia virtus attiva de­ tionem. Ex quo plane fit ut in latitudine finita ad agendum in subiecto et ex subietto est valde contratta et limitata; ergo non est entis melius sit habere illam quam non illam, in quo consistit ratio perfectionis simattribuenda primo enti, quia non est unde

Disputaciones metafísicas

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tal lim itació n ; en efecto, el poder de obrar es p ro p o rcio n ad o a la esen cia; lu e ­ go, así como la esencia d el p rim e r ente, p o r ser acto p u ro , n o tien e por q u é estar lim itada, así tam poco su poder. E n terc e r lu g ar, p o rq u e está m u y acorde con la razón el que en D ios se d é una potencia de n atu raleza su p erio r a la d e cualquier otro agente n atu ral o creado; ahora b ien , todos los dem ás agentes necesitan u n sujeto para o b ra r; luego la potencia d ivina n o d eb e ser ta n in d i­ g en te, sino q u e, cuanto m ás perfecta es, tan to m ás lib re h a d e encontrarse p a ra o b rar, sobre to d o po rq u e esa superioridad se d a en todos los grados y perfec­ ciones posibles.,

Se demuestra que la creación existe de hecho 15. Se prueba la conclusión con respecto a los cuerpos celestes.— E n se­ g u n d o lu g ar, d eb e añadirse (y con ello se confirm ará m ás ev id en tem en te la con­ c lu sió n an terio r) q u e la creación es necesaria en los entes q u e ahora existen, d e su e rte q u e sin ella n o p o d rían existir. Se d em u estra p rim e ro p o r inducción, em ­ p e z a n d o p o r las cosas m ateriales. Y, ante todo, p re g u n to si los cuerpos celestes h a n ' sido hechos o son im producidos. N o p u ede afirm arse esto ú ltim o, en p ri­ m e r lu g a r p o r el arg u m e n to com ún para todas las cosas finitas, d e l que m e o c u p a ré en se g u id a; en seg u n d o térm ino, p o rq u e h ay realidades m u ch o m ás ex­ cele n tes q u e los cielos q u e n o existen sin eficiencia, com o se ve claro sobre to d o e n e l caso d el ho m b re. A sim ism o, porque los cielos son im perfectos hasta el e x tre m o d e necesitar el m ovim iento como com plem ento de sus acciones y, ade­ m ás, u n m o to r extrínseco q u e los m ueva, ya q u e p o r sí m ism os n o p u e d e n ten er aq u e l m o v im ie n to ; p o r consiguiente, es m ucho m enos verosím il q u e tengan el se r p o r sí m ism os. A dem ás, p o rq u e vemos que los cielos h an sido constituidos con to d as sus v irtu d e s, posiciones, aspectos y m ovim ientos d e la m an era q u e m á s c o n v en ía p a ra la conservación y para las generaciones y corrupciones d e las cosas in fe rio re s; lu eg o esto es u n a prueba evidente de q u e n o ex isten p o r sí, sino q u e h a n sido p ro d u c id o s p o r el autor co m ú n d e todas las cosas. E ste a r­ g u m e n to lo d esarrollarem os m ás am pliam ente d espués al d e m o strar la existen­ cia d e D io s. Y si los cielos h a n sido hechos, nu ev am e n te p re g u n to si constan d e la m a te ria d e los elem entos y, en consecuencia, si h a n sido p ro d u cid o s de ésta,

possit in ilio habere talem limitationem ; nam virtus agendi est proportionata essentiae; sicut, ergo essentia primi entis, eo quod purus actus sit, non est unde habeat limitationem, ita rieque virtus eius. Tertio, quia rationi consentaneum est ut in Deo sit potentia altioris rationis quam in omni alio agente naturali seu creato; sed alia omnia indigent subiecto ad agendum; ergo divina potentia non debet esse ita indigens, sed quo perfectior est eo liberior debet esse ad agen­ dum, maxime cum ille excessus sit in gradu et in omni perfectione possibili.

mis inquiro de corporibus caelestibus, an facta sint an infecta. Hoc posterius did non potest, primo propter rationem communem omnibus rebus finitis, de qua sta­ tini; deinde, quia res multo nobiliores caelis non sunt absque efficientia, ut patet ma­ xime de homine. Item, quia caeli adeo sunt imperfecti ut indigeant morn ad complementum suarum actionum, et praeterea extrín­ seco motore qui illos moveat, eo quod ex se motum ilium habere non possint; ergo multo minus verisimile est ex se habere es­ se. Item videmus cáelos in omnibus suis virtutibus, sitibus, aspectibus et motibus, ita Crealionem esse de facto ostenditur esse constitutos sicut expediebat ad conser15. I n caelestibus corporibus probatur vationem inferiorum rerum et earum geneconclusio.— Secundo addendum est (quo rationes et corruptiones ; ergo est evidens evidentius' ’ confirmabitur praecedens con­ argumentum non esse a se, sed condita fuisclusio) creationem necessariam esse in en- se a communi omnium auctore. Quam ra­ tibus quae nunc sunt, ita ut sine illa esse tionem latius prosequemur infra . demon­ non potuerint. Probatur primo inductione, strando Deum esse. Si autem caeli facti sunt, incipiendo a rebus materialibus. Et impriinterrogo rursus an constent ex materia eie-

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en cuyo caso v ald rá p a ra ellos la m ism a razó n q u e p a ra las cosas generables, o si, p o r el co n trario , constan d e u n a m ateria d e su p erio r n a tu raleza o son e n ­ tes sim ples, con lo cual se llega a la conclusión de q u e sólo h a n sido p ro d u ­ cidos p o r creación, p u esto q u e, si son sim ples, no p u d ie ro n ser pro d u cid o s de n in g ú n o tro m o d o ,'c o m o es evidente d e su y o ; m as si constan de u n a m ateria su p erio r, ello se d eb e a q u e son ingenerables y, p o r lo tan to , ú n icam en te p u ­ d ie ro n ser hechos p o r creación. A esto se añade el q u e las razones con q u e en seguida dem ostrarem os q u e la m ateria d e las cosas generables n o p u ed e ser im ­ p ro d u c id a son igualm ente probativas p a ra el caso d e la m ateria de los cuerpos celestes. 16. Se prueba la conclusión con respecto a los cuerpos inferiores■— A te n ­ d ien d o ah o ra al m u n d o in ferio r, e n cuanto com prende los elem entos y los m ix ­ tos, p re g u n to si esta m asa h a sido h ech a o n o ; n o cabe decir q u e n o h aya sido hecha, p u esto q u e todas las especies d e realidades q u e e n ella se e n cu en tran son p ro d u c id a s en sus in d iv id u o s; luego en n in g u n a especie d e esas realidades p u e ­ de darse u n in d iv id u o n o hecho o que tenga el ser p o r sí m ism o, ya q u e ello c o n stitu iría u n a diferencia m u y grande y sum am ente esencial e n tre tal in d iv i­ d u o y los dem ás y, e n consecuencia, n o p erten ecerían a la m ism a especie. P o r tan to , así com o A ristóteles esgrim e frecu en tem en te c o n tra P la tó n el arg u m en to d e q u e n o se d a el h o m b re separado d e los individuos, p o rq u e aquél sería in­ c o rru p tib le y éstos co rru p tib les, de d o n d e resu ltaría q u e n o serían de la m ism a especie, igualm ente nosotros afirm am os q u e n o existe u n h o m b re singular q u e ten g a el ser p o r sí m ism o, sin eficiencia de n in g u n a causa, p u es d e lo c o n trario n o perten ecería a la m ism a especie que los dem ás h o m b res. E l m ism o arg u m e n to es aplicable a las restan te s especies y, p o r ta n to , tam b ién a to d a esta m asa corporal d e las cosas elem entales. E fectivam ente, si bien los filósofos aco stu m b ra n a d e­ cir q u e los elem entos son in co rru p tib les considerados e n cu an to a su to talid ad y c o rru p tib les considerados en cuanto a sus p a rte s, esto n o d eb e en ten d e rse de u n a in co rru p tib ilid a d in trín seca debida a la constitución n a tu ra l, p u es en este sen tid o tienen id én tic a n atu raleza el to d o y las p a rte s, e n especial las hom ogé­ neas, sino de u n a in co rru p tib ilid a d derivada del p o d e r y m odo d e o b rar d e las causas n atu rales, ya q u e d e esta m anera n u n c a p u e d e n corrom perse los elem en-

mentorum, et ideo ex illa sint farti, et sic eadem ratio erit de illis quae de rebus generabilibus; ’an vero constent ex materia alr tioris rationis, vel sint Simplicia ernia, et sic concluditur non nisi per creationem factos esse, quia si sunt Simplicia, nullo modo potuerunt aliter fieri, ut per se manifestimi est Si vero constant superiori materia, ideo est quia sunt ingenerabiles, ideoque per soJam creationem fieri potuerunt. Adde quod radones quibus statini probabimus materiam rerum generabilium non posse esse infectam aeque probant de materia caelestium corporum. 16. Probatur conclusio in inferioribus corporibus.— Venio ergo ad inferiorem mundum, quatenus dementa et mixta complectitur, et interrogo an haec moles facta sit necce; non potest dici non facta, quia omnes spedes rerum quae in illa sunt in suis individuis fiunt; ergo in nulla spede illarum rerum potest esse aliquod indivi­ duine non factum seu ex se habens esse;

nam haec esset magna differentia et maxi­ me essentialis inter tale individuimi et alia, et consequenter non essent eiusdem specid. Unde, sicut Aristoteles saepe contra Platonem argumentatur non dari hominem se­ paratum ab individuis, quia file esset incorruptibilis, haec vero corruptibilia, et ita non essent eiusdem speciei, ita nos dicimus Don dari hominem singularem qui ex se habeat esse sine effidentia alicuius causae, alias non esset eiusdem speciei cum aliis hominibus; et idem argumentum est de reliquis spedebus, atque adeo de tota hac mole corporea elementarium rerum. Nam licet dementa dici soleant a philosophis incorruptibilia secundum se tota et corrupti­ bilia secundum partes, non est id intelligendum de incorruptibilitate intrinseca per constitutionem naturae, nam hoc modo ea­ dem est natura totius et partium, praesertim homogenearum, sed de incorruptibili­ tate ex virtute et modo agendi naturalium causarum, quia sic nunquam possunt eie-

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to s considerados en su to talid ad , a u n q u e en ab so lu to son generables, p o r lo cual n o p u d ie ro n , d e suyo, te n e r existencia sin p ro d u c c ió n ; luego esta m asa de cuer­ pos -no es im producida. 17. Quiénes afirmaron que la materia no es producida, sino coeterna con Dios.— N uevam ente p re g u n to si h a sido hecha de la n ad a o de la m ateria; si lo p rim ero , eso es lo q u e se p re te n d e ; si lo segundo (cosa q u e opinaron casi to d o s los filósofos), vuelvo a p re g u n ta r si la m ate ria m ism a h a sido hecha o no. Y , en verdad, prácticam en te todos los filósofos neg aro n q u e la m ateria haya sido p ro d u cid a, afirm ando, p o r el contrario, q u e es coeterna con D ios y q u e tien e el ser p o r sí m ism a v de m an era ab so lu tam en te necesaria. T ertu lia n o , e n el lib. Conf. Hermogen., c. 1 y 8, y en el lib. Cont. Valentín., c. 15 y 16, refiere q u e p rofesaron este e rro r los estoicos y los pitagóricos, el m ism o P la tó n y H erm es T rism e g isto ; tam b ién lo da a e n te n d e r Ireneo. lib . II, c. 1 9 ; E pifan io , e n la herejía 7 .a, incluye asim ism o a los p e rip a té tic o s; y L actancio, en el lib. I I De origine erroris, dice q u e los poetas y los filósofos p en saro n de igual m odo, señalando concretam ente a los académ icos, y so b re to d e ra C icerón, lib. De natura deorum. Siguieron a estos filósofos m uchos h erejes, com o H erm ógenes, M an es, y otros, según se ve claram en te en T e rtu lia n o , antes citado, y en San A gus­ tín , lib. De haeresib., en la 4 6 y la 5 9 ; G regorio N isen o , lib. De opificia homirlis, c. 2 3 ; y E usebio, lib . V II De praeparat. Evang., c. 8 y 9, d onde a tri­ b u y e ta m b ié n a Sabelio este erro r. 18. Refutación de la afirmación precedente.— S in em bargo, q u e esto es ajeno a to d a ra z ó n n atu ra l, p u e d e p ro b arse p rim e ra m e n te — adem ás d e p o r las razones aducidas en la p rim e ra conclusión, y las com unes a todos los seres crea­ dos— p o r la im perfección d e la m ateria p rim a ; en efecto, siendo ella la ínfim a d e todas las sustancias, incluso d e las c o rru p tib le s, resu lta increíble que posea esa p erfección sum a que consiste en ten er el ser p o r sí m ism a, perfección de la q u e . no son capaces todas las dem ás especies de realidades generables, ni ta m p o c o sus form as. D e ah í p u e d e extraerse u n segundo a rg u m e n to : si la m a­ teria es coeterna con D ios y posee el ser p o r sí m ism a, o careció, en cuanto tal, d e to d a form a sustancial, o tuvo alguna p o r sí m ism a. N o p u ede afirm arse lo

menta secundum se tota corrumpi; absolute philosophos haeretici multi imitati sunt, ut tarnen generabilia sunt, et ita non potue- Hermogenes, Manichaeus, et alii, ut constat runt ex se habere esse sine effectione; non ex Temili, sup., et Augustino, lib. de Hae­ est ergo non facta haec corporum moles. resib., in 46 et 59; et Gregor. Nyssen., 17. Materiam non factam, sed Deo coae- lib. de Opificio hominis, c. 23, et Euseb., ternam, qui asseruerint.— Rursus ergo in­ lib. VII de Praeparat. Evang., c. 8 et 9, terrogo an facta sit ex nihilo vel ex mate­ ubi etiam Sabellio hunc tribuit errorem. ria; si primum, habetur intentum; si se­ 18. Impugnatur praecedens assertum.— cundum (quod omnes fere philosophi exis- Verumtamen, hoc esse alienum ab omni timarunt), interrogo rursus an materia ipsa ratione naturali, praeter dieta in priori as— facta sit, necne. Et quidem philosophi fere sertione, et praeter ea quae communia sunt omnes materiam negarunt esse factam, sed omnibus entibus creatis, ostendi potest pri­ asseruerunt esse coaeternam Deo et ex se mo ex imperfectione materiae primae; nam ac omnino necessario habentem esse. In quo cum illa sit infima omnium substantiarum errore fuisse stoicos et pythagoreos, et Pla- etiam corruptibilium, incredibile est illam tonem ipsum, et Hermetem Trismegistum habere hanc perfectionem summam, quae refert Tertullian.,. lib. cont. Hermogen., c. 1 est ex se habere, esse, cuius perfectionis et 8, et lib. cont. Valentin., c. 15 et 16, et aliae species omnes rerum generabilium et significai Irenaeus; lib. II, c. 19; Epiphan. formae illarum non sunt capaces. Unde suvero, haeres. 7, etiam peripatéticos adiun- mi potest secunda ratio; nam si materia est git; et Lactant., lib. II de Origine erroris, coaeterna Deo et ex se habens esse, vel ut sic fuit carens omni forma substantiali vel dicit et poetas et philosophos idem sensisse, et specialiter designai académicos, et maxi­ ex se habuit aliquam. Primum dici non pot­ me Ciceronem, lib. de Natura deorum. Quos est, quia répugnât ' naturae materiae ; nam

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p rim e ro , p o r ser contrario a la n atu raleza d e la m ateria, pu es, si bien n o im ­ p lica contradicción, resu lta, em pero, ajeno al orden n a tu ra l de las cosas, p o r lo q u e es inverosím il q u e la m ateria posea p o r sí m ism a su en tid a d y, n o o b stan te, la posea e ¿ u n estado p re te rn a tu ra l y sin perfección form al alguna y, conse­ cu en te m en te, sin p rovecho o utilid ad . P e ro si tuvo p o r sí m ism a alguna fo rm a, entonces ya n o se tra ta d e la sola m ateria, sino d e u n a sustancia ín teg ra q u e posee el ser p o r sí m ism a. D e ah í re su lta q u e esa sustancia en su to ta lid a d es ab so lu tam en te necesaria y q u e n o p u e d e dejar de ser, e n igual m edida e n q u e n o p u e d e dejar d e ser la m ateria p rim a , p o rq u e lo q u e es in d ep en d ien te de o tro en su ser, n o p u e d e p e rd e rlo ; de d onde se d esp ren d erá ta m b ié n que esa m a­ teria n o p u ed e servir p a ra otras generaciones, ya q u e siem pre perm anecerá con dich a form a. 19. Q uizá se objete q u e la m ateria tiene por sí m ism a su e n tid a d p e rp e tu a y q u e la fo rm a ta m b ién la tu v o p e rp e tu a , m as n o p o r sí m ism a, sino p o r D ios. P ero tam poco p u e d e afirm arse esto, n o sólo p o rq u e e s con trad icto rio que te n g a p o r sí m ism a la ex istencia sin poseer to d o lo necesario p a ra la existencia, sino ta m b ié n p o rq u e , e n o tro caso, esa form a em anaría d e D ios p o r necesidad n a­ tu ra l, p u es si se p ro d u jese lib rem en te, ¿cóm o sabríam os con certeza q u e e ra e te rn a ? A hora b ien , es contrario a la razó n n a tu ra l afirm ar q u e D ios o bra fu e ra d e sí p o r necesidad d e su n aturaleza. Se sigue, adem ás, que D ios conservaría esa fo rm a con la m ism a necesidad con q u e la crea y, e n consecuencia, q u e la m ate ria siem pre se m a n te n d ría necesariam ente con aquella fo rm a, n o p u d ie n d o , p o r ta n to , servir en m an era alguna p a ra las generaciones o corrupciones de las cosas. 2 0. R esulta, p u e s, q u e la m ateria, al n o existir p o r sí m ism a, necesitó u n p rin c ip io eficiente q u e la p ro d u je ra ; m as sólo p u d o ser hecha p o r creación, ya q u e n o p u d o ser p ro d u c id a d e u n a m ateria a n te rio r; lu eg o , p a ra q u e estas co­ sas' m ateriales p u e d a n ex istir, es absolutam ente necesaria la creación de alguna cosa. Se d irá : la p ro d u cció n d e la m ateria n o p u d o ser creación, ya q u e ésta p e rten ece a u n a realid ad su b sisten te, según dijim os, y la m ateria n o es u n a re a ­ lid ad subsistente, p o rq u e n o es «lo q u e es». R e sp o n d en algunos q u e , si b ie n la m ateria n o se crea en sentido p ro p io , p o r la razó n ap u n ta d a , se crea, em p ero ,

licet non implicet contradictionem, tarnen est alienum a naturali ordine rerum, et ideo verisimile non est materiam ex se habere suam entitatem, et tarnen habere illam in statu praeternaturali et absque ulla formali perfectione, et consequenter absque usu vel militate. Si autem habuit formam aliquam ex se, ergo iam non sola materia, sed quaedam substantia integra est ex se habens es­ se. Ex quo ulterius fit totam illam substantiam esse simpliciter necessariam,' et tam non posse non esse quam ipsam materiam primam, quia quod est independens ab alio in suo esse, non potest illud amittere. Unde edam fiet illam materiam non posse deser­ vire ad alias generationes, quia semper manebit sub illa forma. 19. Dicet forte aliquis materiam ex se habere suam entitatem perpetuam et for­ mam etiam habuisse perpetuam, non ta­ rnen ex se sed a Deo, Sed hoc etiam dici non potest, tum quia repugnantiam involvit quod ex se habeat esse et non quidquid

nccessarium est ad esse, tum etiam quia alias illa forma ex necessitate naturae manaret a Deo; nam si fieret libere, unde constaret esse aeternam? Est autem contra rationem naturalem dicere Deum agere extra se ex necessitate naturae. Et praeterea sequitur, qua necessitate agit Deus illam formam, eadem conservare illam, et consequenter materiam ex necessitate semper esse sub illa forma, ideoque minime posse ad rerum ge­ nerationes vel corruptiones deservire. 20. Relinquitur ergo materiam, cum ex se non sit, indiguisse aliquo principio effi­ cienti a quo facta sit; non potuit autem nisi per creationem fieri, quia non potuit fieri ex priori materia; ergo necessaria est omnino creano alicuius rei ut hae res materiales possint existere. Dices: non potuit effectio materiae esse creatio, quia creatio est rei subsistentis, ut diximus, materia au­ tem non est res subsistens, quia non est id quod est. Respondent aliqui materiam, licet non proprie creetur, propter dictam 30

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Disputaciones metafísicas

al m enos im propiam ente o e n sentido am plio. P o r m i p a rte , afirm o q u e la p ro ­ d u cció n de la m ateria p u e d e en ten d e rse de dos m a n e ra s : • p rim e ro , p o r sí sola y separada de la form a, y e n este sentido n o h ay d u d a q u e se crearía con to d a p ro p ied ad , ya q u e no sólo sería subsistente, sino q u e adem ás se p ro d u ciría p o r m o d o d e u n to d o , au n q u e ella sea, d e p o r sí, u n a p a rte ; p ues el alm a racional es tam b ién u n a p a rte y, sin em bargo, se crea e n sen tid o to ta lm e n te propio. E s m ás, si la can tid ad se p ro d u je se separada, se c rearía con p ro p ied ad , según la o pinión de todos. D e o tra m an era, la m ateria p u e d e ser p ro d u cid a (y así. cree­ m os q u e lo fue) existiendo bajo alguna form a, e n cuyo caso, h ab lan d o en sen­ tid o p ro p io , se d a la denom inación de creado al com puesto ín te g ro de m ateria y de ta l form a, p o r ser él el q u e p ropiam ente ex iste, y a q u e , en rig o r, el p ro ­ d u cirse se atrib u y e al m ism o al q u e se atribuye e l se r; y se dice q u e entonces la m ateria es concreada, lo cual basta p a ra la dem ostración que p re te n d e m o s; p o rq u e el concepto de p ro d u cció n de la n ad a conviene a esa acción en cu an to m e d ia n te ella se hace el to d o sin suponer n ad a p rev io a la m ism a. A hora b ie n , si querem os d iv id ir exactam ente aquella acción co m p u esta e n la p lu ra lid a d d e acciones parciales de que co n sta, descubrirem os q u e to d a la razón d e creación q u e se en c u e n tra en ella pro v ien e d e aquella p a rte q u e consiste e n p ro d u c ir la m ateria de la n ad a, com o se h a indicado arrib a al explicar la educción d e la fo rm a d e la potencia d e la m ateria. E n este sen tid o , los P ad res y D octores d e la Iglesia enseñan .y d e m u e stra n d e m anera ab so lu ta y sin adición alguna q u e 3a m ate ria h a sido creada p o r D io s; así p u e d e verse en T e rtu lia n o , Ireneo, L a c tancio, E usebio, E pifanio, G reg o rio N isen o y S an A g u stín , e n los pasajes cita­ dos p oco antes. Y por lo q u e hace a S an A g u stín , tam b ién en el lib. I Genes, ad litter,, c. 14, y en el lib. X II de las Confesiones, c. 4. A sim ism o, A m brosio, lib. I Hexaem., c. 1; A tanasio, lib . De Incam. Verbi. al prin cip io , y en otros con m ucha frecuencia. 21.. P a ra com pletar esta in ducción, faltaba tra ta r de las inteligencias o rea­ lidades inm ateriales. Sin em b arg o , acerca d e ellas no p u ed e elaborarse u n ar­ g u m en to especial, fuera del general derivado del p rin c ip io según el cual es con­ trad icto rio q u e existan varios entes im p ro d u cid o s, y d e aquel o tro que afirm a q u e el ente im p ro d u cid o , es d ecir, q u e existe p o r sí, es infinitam ente perfecto

rationem, creali tarnen saltern improprie sen largo modo. Dico autem duobus modis posse intelligi materiam fieri, primo per se solam .ac separatam a forma, et tunc sine dubio crearetur propriissime, nam et esset subsistens et fieret per modum tonus; quamvis ipsa de se sit pars; anima enim rationalis etiam est pars, .et tarnen propriissime creatur. Immo, si quantitas fie­ ret separata, proprie crearetur ex omnium sententia. Alio vero modo fieri potest ma­ teria (et ita credimus esse factam) existens sub aliqua forma; et tunc proprie loquendo totum compositum ex materia et tali forma dicitur creari, quia illud proprie est; fieri autem ei proprie tribuitur cui et esse; tunc autem materia dicitur concreari, quod sa­ tis est ad demonstrationem quam intendimus; nam, illi actioni, quatenus per earn fit totum et nihil ei praesupponitur, converrò ratio productionis ex nihilo. Si autem ac­ curate velimus distinguere illam actionem compositam in plures partiales quibus con-

stat, inveniemus totam rationem creationis quae in illa est provenire ex ea parte quae est effectio materiae ex nihilo, ut supra tactum est explicando eductionem formae ex potentia materiae. Atque ita Patre3 et Doctores Ecclesiae absolute et sine ullo ad­ dito docent ac demonstrant materiam esse creatam a Deo, ut videre licet in Tertullian., Irenaco, Lactant., Euseb., Epiphan.', Gregor. Nyss. et Aug., locis paulo ante citatis. Et Augus. etiam, lib. I Genes, ad lit­ ter., c. 14, et X II Confes., c. 4; et Am­ bros., lib. I Hexaem., c. 1; et Athanas., lib. de Incarn. Verb., in princip., et aliis pas­ sim. 21. Supererat dicendum, ad complendam hanc inductionem, de intelligentiis seu rebus immaterialibus. Verumtamen de filis nullum fieri potest speciale argumentum, praeter illud universale sumptum. ex hoc principio quod repugnat dari plura entia improducta et quod ens improductum seu a se est in­ finite perfectum in genere entis, quia ñeque

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e n el o rd en d e la e n tid a d ; p o rq u e n o se nos m anifiestan, de las inteligencias, n i sus razones especiales, n i sus diferencias, n i efecto alguno q u e sea p ro p io de ellas, en v irtu d de los cuales podam os dem o strar q u e existen p o r otro y n o p o r sí m ism as. M e refiero a u n a dem ostración estricta, ya q u e se p u ed e e x tra e r al­ g u n a conjetura del m o vim iento del cielo, com o p ro b a ré d espués al d e m o stra r la existenciá d e D io s; tam b ién en d ich o lu g ar hay q u e d em o strar ex professo aq u el principio, q u e ahora d eb e darse p o r supuesto. A hora b ien , del h e c h o de q u e las inteligencias tie n e n u n a causa eficiente se colige con evidencia q u e la creación es necesaria p a ra q u e ellas existan, pues n o ten ien d o causa m aterial, seg ú n se dijo arrib a, es im posible q u e se hagan m ed ian te o tro m odo d e p ro ­ ducción. Y esto lo confirm a m u y b ie n la pro d u cció n del alm a racional, p ro d u c ­ ción q u e sólo p u e d e ser creación, ya q u e n o es ed ucción d e la potencia d e la m ateria, com o q u ed ó igualm ente d em o strad o antes. Y este argum ento p ru e b a q u e la creación es necesaria p a ra q u e los h o m b res se g en eren , p ues siem pre to m a p a rte (p o r así decirlo) en su generación; de a q u í q u e el ejercicio d e la creación sea ta n frecu en te com o el de la generación hu m an a. A n o ser q u e al­ g u n o sea ta n insensato q u e llegue a afirm ar la preexistencia de las alm as r a c i o nales con an terio rid ad a los cu erp o s, lo cual constituiría u n e rro r n o sólo e n la fe, sino tam b ién contrario a la razón n a tu ra l, com o se d em o strará en su lu g ar o p o rtu n o , pues n ad a tiene q u e ver cc n la cuestión p resen te. E n efecto, a u n c u an ­ d o las alm as existiesen antes q u e los cuerpos, n o p o r ello existirían p o r sí y sin causa eficiente, p u es, a p a rte de otras razones ya expuestas, siendo el alm a la fo rm a n a tu ra l d el cu erp o , si existiese p o r sí n ecesariam ente, existiría d esd e la e te rn id a d in fo rm an d o al c u e rp o ; p o rq u e u n a realid ad q u e tien e el ser p o r si m ism a n o p u ed e ten erlo e n u n estado p re te rn a tu ra l y com o violento, cual es el estado del alm a separada d el cu erp o . Así, pu es, b ie n sea que el alm a com ience con el cuerpo, b ie n q u e com ience a existir antes q u e él, es preciso q u e ten g a u n a causa eficiente- y, en consecuencia, q u e sea p ro d u c id a p o r creación.

Demostración de la causa primera creadora 22.

E n te rc e r lu g a r, d ebe afirm arse (y se d esp ren d e d e lo dicho) q u e en el un iv erso re su lta necesaria u n a p rim e ra causa eficiente q u e haya p ro ducido por

spéciales rationes, neque differentiae, neque aliqui effectus proprii intelligentiarum no­ bis innotescunt ex quibus demonstremus illas habere esse ab alio et non a se. Loquor autem de demonstratione simpliciter, quia nonnulla coniectura sumi potest ex motu caeli, ut infra ostendam demonstrando Deum esse. Ubi etiam illud principium ex profes­ so demonstrandum est, nunc autem supponatur. Ex eo autem quod intelligentiae habent causant effitientem, evidenter infertur necessariam esse creationem ut illae sint, quia cum non habeant causant materialem, ut supra tactum est, non possunt per alium modum productionis fieri. Quod optime confirmât productio animae rationalis, quae esse non potest nisi creatio, quia non est eductio de potentia materiae, ut supra etiam probatum est. Quae ratio probat necessa­ riam esse creationem ut homines generentur, quia semper admiscetur (ut ita dicam) eorum generationi. Unde tant frequens est

creationis usus quam humanae generationis. Nisi quis ita desipiat ut dicat animas ra­ tionales praeexistere ante corpora, quod es­ set error non solum in fide, sed etiam con­ tra rationem naturalem, ut suo loco ostendendum est, quia ad praesens non refert, nam etiamsi animae essent ante corpora, non tarnen essent a se et sine efficiente, quia, praeter alias rationes tactas, cum ani­ ma sit naturalis forma corporis, si ex se necessario esset, ex aetemitate existeret in­ formando corpus; nam res quae ex se ha­ bet esse non potest habere illud in praeternaturali statu et quasi violento, qualis est status animae extra corpus. Igitur sive ani­ ma incipiat cum corpore, sive ante illud, necessarium est habere causam efficientem, et consequenter fieri per creationem. D em onstratur prim a causa creans

22. Tertio dicendum est (et colligitur ex dictis) necessariam esse in universo unam

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Disputaciones metafísicas

creación todas las dem ás realidades. E sto consta suficientem ente p o r el razona­ m ie n to hecho e n la afirm ación q u e precede. Y la necesidad de esta p rim era causa eficiente con respecto a todos los dem ás seres se h a d e dem o strar c o n m ayor am plitud en el lu g ar citado. M as el h ech o de q u e, u n a vez supuesta d ich a necesidad, esa p rim era causa n o p u d ie ra d a r origen a las dem ás realida­ d e s a no ser p o r creación, se d esp ren d e claram ente de la definición de creación antes expuesta, ya que la p rim e ra causa n o p u d o p ro d u c ir las cosas de una m a­ te ria , po rq u e n o todas las cosas tien en m ateria, y, p o r lo q u e atañe a las que la poseen, tam b ién la m ateria debió ser p roducida; U n icam e n te d ebe advertirse q u e las especies de las cosas generables p u d ie ro n hacerse, e n sus prim eros in ­ dividu os, de u n a m ateria q u e preexistiera tem p o ralm en te, en cuyo caso, hablan­ d o con todo rig o r, n o serían pro d u cid as p o r c reació n ; p e ro decim os que p a ra su producción fu e necesaria la creación, precisam en te e n ta n to e n cuanto su­ p o n e n necesariam ente la creación de la m ateria. E n este sen tid o , el térm in o «■creación», sobre todo cuando es em pleado p o r los S antos P a d re s, suele exten­ derse m uchas veces a la n u ev a producción q u e se realiza a p a rtir de u n a m a-. te n a creada preexistente, com o aparece en San A gustín, lib. I Contra advers. leg. et Proph., c. 24.

Se resuelven los argumentos y se exponen las opiniones de los filósofos acerca de la creación 2 3. R espondo a los a rg u m e n to s: en el p rim e ro se p id e q u e expliquem os lo q u e, acerca d e esta v e rd a d , p en saro n los filósofos, en especial A ristóteles, p u n to del q u e se ocupó m u y am pliam ente E u g u b in o , lib. V il Peren. philos., c. 3 y ss. Y , p o r lo q u e a ta ñ e a los otros filósofos, éstos ciertam en te enseñan m u chas veces q u e este m u n d o h a sido creado p o r alg ú n p rim e r a u to r; no obs­ tan te , si se .exam inan rectam en te, n o le a trib u y e n u n a v erd ad era creación, sino u n a form ación a p a rtir de u n a m ateria p reex iste n te, a la q u e d ie ro n tam bién el n om bre de caos, según se advierte con clarid ad p o r lo q u e refieren T e rtu ­ liano y los dem ás autores a n te s citados, y L actan cio en el lib. V II, c. 3. E sta es

primam causarti efficientem quae per creationcm res alias effecerit. Hoc satis patet ex discursu facto in praecedenti assertione. Et necessitas huius primae causae efficientis respectu caeterorum omnium entium demonstranda est latius in citato loco. Quod autem, hac necessitate supposita, non potuerit illa prima causa absque creatione originem dare caeteris rebus, constat ex defimtione creationis supra data, quia non potuit prima causa ex aliqua materia res producere, quia non omnes res productae habent materiam, et in his quae illam habent, ipsa etiam materia debuit produci. Solum est advertendum species rerum ge­ rìerabilium potuisse fieri in suis primis individuis ex materia prius tempore existente, et tunc non fierent per creationem in toto rigore; quatenus tamen necessario suppo­ nimi creationem materiae, eatenus dicimus esse necessarians creationem ad earum productionem. Et hac ratione nomen creationis,

praesertim in usu sanctorum Patrum, ex­ tendi saepe solet ad novam productionem ex praeiacente materia creata, ut patet ex Augustino, lib. I contra Advers. leg. et Proph., c. 24. Solvuntur argumenta, et quid philosophi de creatione senserint 23. Ad argumenta respondeo: in primo eorum petitur ut explicemus quid in hac veritate philosophi senserint, et praesertim Aristotel. De qua re multa disputavit Eugubin., lib. VII Peren. philos., c. 3 et se­ quent. Sed quod ad alios philosophos attinet, docent quidem illi saepe mundum hune creatum fuisse ab aliquo primo auctore; tamen si recte expendantur, non illi attribuunt veram creationem, sed formationem ex praeiacente materia, quam etiam chaos appellarunt, ut constat ex iis quae referunt Xertullianus e t alii auctores supra crtati i, et Lactam., lib. VII, c. 3. E t hoc

1 Vid. Aug., lib. X I de Civitat., c. 4, et lib. X II, c. 17.

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la explicación q u e ellos d an d e la p ro d u cció n de este m u n d o sensible. E n cu a n to al m u n d o superior e inteligible, es decir, d e los ángeles, se expresaron con g ra n oscu rid ad , cosa n ad a so rp ren d en te, pu es, al no p o d e r a d m itir que estuvieran form ados del caos, n o se d escubre la m an era com o podían sostener que h a b ía n sido pro d u cid o s p o r D ios, si n o era acaso defendiendo que tam b ién e ra n m a­ teriales, a u n q u e dotados de u n cuerpo m ás su til; efectivam ente, ellos te n ían p o r evidente q u e D ios n o p u e d e p ro d u c ir n a d a sino com o u n artífice que o b ra a p a rtir de una m ateria p resu p u esta. Y esto es lo q u e dio a en te n d e r A naxágorass a q u ie n A ristóteles, en el ¡ib. I d e la Metafísica, c. 6, te x to 18, alaba p o r h a b e r dicho q u e todas las cosas estab an m ezcladas excepto la m ente, q u e era la ú n ic a realidad p u ra y caren te d e to d a com posición; y ésta es tam bién la ra ­ zón de q u e G aleno, lib. I D e mu parí., c. 10, re p re n d a a M oisés por afirm ar q u e D ios creó todas las cosas p o r su m andato. 24. Opinión de Aristóteles.— P ero, pasando p o r alto a los dem ás, acerca d e A ristóteles p ie n sa n m u chos q u e desconoció la creació n ; así, G regorio, In II, d is t. 1, q. 1; E n riq u e , Quodl. VIII, q. 9 ; Jan d u n o , II Metaph., q . 5 ; M arsilio, In II, q. 1, a. 2 ; B esarión, lib. I I Cont. calumniat. Platón., c. 6 ; y parece h a b e r op in ad o lo m ism o el C om entador, V III Phys., com . 4 , y, en el m ism o lu g ar, Sim plicio. E sta o pinión en c u e n tra n o p e q u e ñ o apoyo en los principios d e A ris­ tóteles. P rim eram en te, p o rq u e siem pre a d m ite y da p o r su puesto el p rin cip io de la nada nada se hace. E n segundo lu g ar, po rq u e define to d as las acciones en o rd en a la poten cia pasiva y piensa q u e todas las acciones llevan aneja u n a pasión y u n m ovim iento o m utació n , com o se ve claram ente en el lib. II I d e la Física, desde el prin cip io . Y si se opone q u e A ristóteles en dichos pasajes se refiere ú n icam en te a la acción y eficiencia d e las causas n atu rales, a ú n persiste la objeción, p u esto q u e n u n c a , n i siquiera e n la M etafísica, extiende su d o ctrin a a u n m odo d istin to d e acció n ; antes bien, e n el lib. V de la Metafísica, c. 12, define la p o ten cia activa en o rd en a la pasiva, afirm ando q u e es la potencia de tra n sm u ta r a o tro e n cuanto o tro ; y e n el c. 2 define igualm ente la causa efi­ ciente en ord en al m o v im ien to ; p o r lo tan to , no conoció otro m odo de eficien­ cia. A sí lo confirm a ta m b ién el hecho d e q u e afirm ase q u e las realidades inco-

In II, q. 1, a. 2; et Bessar., lib. II cont. quidem illi explicarant de effectione huius mundi sensibihs. De mundo autem supe­ Calumniat. Platon., c. 6; et idem videtor riori e intelligibili, id est, de angelis, ob- sentire Comment., V III Phys., comm. 4, et scurissime locuti sunt; nec mirum, nam ibid. Simplic. Et habet haec opinio non parva cum non potuerint illos ex chao formare, indicia in principiis AristoteUs. Primo, quia non apparet quomodo potuerint illos a Deo ubique adinittit et supponit illud priudproductos constituere, nisi fonasse illos pium: Ex rtihilo nihil fit. Secundo, quia edam materiales fecérint, quamvis corpore omnes actiones definit per ordinerà ad posubtiliores; nam illi pro comperto habebant tentiam passivam, et omnem actionem senDemn nihil posse producere nisi ut arti- tit habere coniunctam passionerà ct motum ficem qui ex praeiacente materia operator. vel mutationem, u t constat ex III Phys., a Et hoc significant Anaxagoras, quem Aris­ principio. Quod si dicatur Aristotelem ilEs tón, I Metaph., c. 6, text. 18, laudat, eo locis loqui tantum de actione et effidentia quod dixerit omnia esse permixta praeter natoralium causarum, adhuc obstat, quia mentem, eamque solam esse puram et omni nunquam, edam in Metaphysica, ad alittm permixtione liberara. Unde et Galen., de actionis modum doctrinam suam extendit. Usu part., c. 10, reprehendit Moysem, quod Quin potius, V Metaph., c. 12, definit podixerit Deum imperio suo omnia produtentiam activant per ordinem ad passivato, xisse. dicens esse potentiam transmutandr aliud 24. Aristóteles quid senserit.— Aliis vero in quantum aliud, et c. 2, eodem modo praetermissis, de Aristot. multi censent il­ definit causam effidentem per ordinem ad ium non agnovisse creationem, ut Gregor, motum; non ergo agnovit alium efficiendi In II, dist. I, q. 1 ; et Henric., Quodl. VIII, modum. Quod edam confirmât quia res inq. 9; et land., II Metaph., q. 5; Marsil.. corruptibiles posuit aeternas sentiens esse

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rru p tib le s son etern as, p en san d o q u e son n ecesarias p o r sí m ism as, p o r lo q u e , e n e l Iib. I I d e la Metafísica, c. 1, dice, en p lu ra l, q u e los pñncipios de las cosas eternas no tienen causas; y p arece q u e p o r «cosas e te rn a s» e n tie n d e los m ovi­ m ie n to s d e los cielos y la serie p e rp e tu a de gen eracio n es y co rru p cio n es, cuyos p rin c ip io s son lo s cielos y las inteligencias. 25. O tro s, e n cam bio, estim a n q u e A ristó teles tu v o con o cim ien to d e la crea­ ció n y d e q u e D ios es el cread o r d e to d as las cosas. A sí o p in ó A verroes, I I de la Metafísica, com . 4, y X II d e la Metafísica, com . 4 4 , y lib . De substant. orbis, c. 2 ; A lejan d ro d e A frodisia, e n lo s m ism os p asajes, y ta m b ié n S an to T o m á s, allí m ism o y e n I, q. 4 4 ; I I cont. Gent., c. 1 5 ; q . 3 De Potentia, a. 6, y V III d e la Física, lee. 2 ; E sco to , e n su Quodl., q. 7, y e n In II, d ist. 1, q . 3 ; T o ­ m ás d e A rg e n tin a , q. 4 ; H erv eo , tra ta d o De aetemit. mundi, q . 4, y otros. Y lo d e m u e stra n p o rq u e , e n e l lib . II de la Metafísica, c. 1, dice q u e existe el e n te m ás v e rd a d e ro y p e rfe c to d e to d o s, el c u a l es cau sa d e los dem ás. Y se refiere con to d a c larid ad a la cau sa eficiente, se g ú n ex p o n e ta m b ié n allí m ism o e l . C o m e n ta d o r d icien d o q u e sólo el p rim e r ser es p o r sí m ism o e n te y v e rd a ­ d e ro , m ie n tra s q u e los d em ás re c ib e n d e él el se r y la v erd ad . P arece, p u e s, q u e A ristó teles, a l d e c ir en p lu ra l los pñncipios de las cosas eternas, e n tie n d e ú n i­ c am e n te a D io s, b ie n sea p o r su em in en cia, b ie n p o r la p lu ra lid a d d e razones d e causación. A d em ás, e n e l lib . I De cáelo, c. 9 , texto 100, a d m ite u n a n a tu ­ raleza in m o rta l y d iv in a, de la que depende el mismo ser y el vivir de las de­ más, en unas con mayor plenitud, en otras en menor grado; y en el lib. I I De Generat., c. 1 0, te x to 59, d ic e q u e e l existir sie m p re n o conviene a to d as las cosas, p u e sto q u e algunas se e n c u e n tra n m u y lejos del p rin c ip io m ism o, por lo cual — afirm a— Dios, atendiendo a su modo . deficiente, completó el universa al establecer la . generación continua; asim ism o, en el lib. V IH de la Física, y en el X II d e la Metafísica, c o n clu y e q u e h ay u n ser p rim e ro y señor d e todas las c o s a s ; ' p e ro n o sería se ñ o r si n o fuese p rin c ip io d e todas. P o r eso afirm a A ristó teles, e n e l ¡ib. X I I d e la Metafísica, te x to 38, q u e el cielo y la n a tu ra ­ leza d e p e n d e n d e D ios. T a m b ié n en señ a c o n to d a clarid ad , en los m ism os lu ­ gares, q u e e x iste u n ú n ic o fin d e todas las co sas; de d o n d e re s u lta en absoluto q u e existe ta m b ié n u n solo eficiente, p u e s, com o expondrem os m ás adelante,

per se necessarias, et ideo II Metaph., c. 1, in plurali ait principia sempiiernorum non habere causas; per sempiterna autem intelligere videtur motus caelorum et perpetuam seriem generationum et corruptionum, quo­ rum principia sunt caeli et intelligentiae. 25. Alii vero existimant Aristotelem cognovisse creationem et Deum esse creatorem omnium. Ita sensit Averroes, I I Metaph-, com. 4, et X II Metaph., com. 44, et lib. de Substant. orbis, c. 2; et Alex. Aphrodis., his- locis, et D. Thom., ibid., et I, q. 44, et II cont. Gent., c. 15, et q. 3 de Potent., a. 6, et V III Phys., lect. 2; Scot., in Quodl., q. 7, et In II, • dist. 1, q. 3 ; Thom. de Argen., q. 4; Hervaeus, tract, de Aetemit. mundi, q. 4, et alii. Et probatur, nam II Metaph., c. 1, dicit dari aliquod ens verissimum et perfectissimum omnium, quod sit causa caeterorum. E t loquitur plane de cau­ sa efficienti, ut ibi etiam Comment, exponit dicens solum primum ens esse per se ens et verum; caetera vero acquirere ab illo

esse et veritatem. Unde per illud plurale principia sempiternorum solum Deum intelligere videtur Arist., vel propter eminentiam eius vel propter plures causandi rationes. Praeterea in I de Caelo, c. 9, text. 100, ponit quamdam naturam immortalem ac divinam, unde caeteris, aliis exactius, aliis offuscatius ipsum esse vivereque dependet; et II de Gener., c. 10, text. 59, ait non omnibus convenire ut semper sint, quoniam quaedam longe ab ipso principio absunt et idcirco (ait) Deus modo deficienti consulens, universum complevit, cum generationem instituisset continuant; lib. etiam V ili Phys., et X II Metaph., condudit esse unum primum ens et nrincipem omnium; non esset autem princeps nisi esset principium omnium. Unde Arist., X II Metaph., text. 38, ait caelum et naturam pendere a Deo. Clarissime etiam docet eisdem locis dari unum finem omnium; ex quo plane fit dari etiam unum efficiens, quia, ut infra trademus, non potest esse finalis causalitas

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la causalidad final n o p u e d e darse sin la eficiente; ahora b ie n , n o es posible q u e exista u n a . sola causa eficiente d e to d a s las cosas si n o m edia la creación, seg ú n q u edó d em o strad o arriba. A dem ás, en el lib . I I de la Metafísica, c. 2, p ru e b a el p rin c ip io p o r e l q u e sobre to d o llegam os al conocim iento d e la causa p rim era , a saber, q u e n o p u ed e d a rse u n proceso al infinito e n las causas eficientes. F in a lm e n te , en e l lib . De mundo ad Alex., parece en señar e sto con to d a c la rid a d : Sería como un pecado grave — dice— omitir, al estudiar las rea­

lidades del mundo, lo que se considera supremo en el mundo. Existe, pues, la creencia antigua, y ciertamente hereditaria de todos los mortales, de que todas las cosas han sido constituidas para nosotros por Dios y mediante Dios. Y nin­ guna naturaleza es suficiente por sí misma, si está privada de la salvación que El proporciona. 2 6. O tro s se valen de u n a d istinción, afirm ando q u e A ristóteles n o conoció la creación con n o v ed ad d el ser, pero sí conoció la creación p o r m odo d e dim a­ n ació n n a tu ra l y e te rn a a p a rtir d el p rim e r ente, y e n este sentido defendió q u e las realidades in c o rru p tib le s d im anaron d e D ios d e sd e la e tern id ad . M a s, a u n ­ q u e p u e d a sostenerse esto acerca d e las dem ás cosas, con to d o , n o se p u ed e m a n te n e r a p ro p ó sito d el alm a ra cio n al; p o rq u e él m ism o, e n el lib. I I De generat. animal., c. 3, dice q u e el alm a racional viene d e fuera, o sea, q u e n o es e d u c id a de la poten cia d e la m ateria y , consecuentem ente, q u e es p ro d u c id a p o r creación. Y' d e ella se p u e d e d a r una ra z ó n especial: q u e sólo se h ace cu an d o se ofrece la creación d el cu erp o , y p o r ra z ó n d el com puesto. E fectivam ente, no e s verosím il q u e A ristóteles adm itiese q u e el alm a n o había sido p ro d u c id a , si su p o q u e todas las d em ás cosas fu era d e D ios e ra n pro d u cid as. T a m p o c o cabe d ecir q u e él m ism o pen só q u e todas las alm as e ra n eternas y después, en el tie m p o , se u n ía n a los cu e rp o s; p o rq u e el m ism o A ristóteles, e n el lib. X II de la Metafísica, c. 3, tex to 16, afirm a c o n sentido general q u e la form a n o p re ­ existe antes de u n irse a la m ateria, y es claro q u e in clu y e al alm a rac io n a l; p o r­ q u e añ ad e q u e en ella se da la p artic u la rid a d de q u e perm anece p o sterio rm en te, esto es, después de la disolución del co m p u esto ; e n cu a n to al com ienzo, p u esto q u e com ienza sim ultáneam ente con el com puesto, n o adm ite excepción alguna. E s, p o r tan to , m ás verosím il esta p arte, a u n q u e n o p u e d e negarse q u e A ristó -

absque efficienti; non potest autem dari una causa efficiens omnium nisi interveniente creatione, ut supra probatum est. Praeterea II Metaph., c. 2, probat illud principium per quod maxime in cognitionem primae causae devenimus, scilicet, non posse dari processum in infinitum in causis efficientibus. Denique, in lib. de Mundo ad Alex., id clarissime docere videtur: Quasi flagitium (inquit) esset in disputatione rerum mundi praeterire id quod summum in mun­ do habetur. Itaque vetus fama est, et quidem haereditaria mortalium omnium, uni­ versa a Dea et per Deum nobis esse constituta. Nec vero ulta natura per se sufficit, orbata salute quam ille ferat. 26. Alii distinctione utuntur, dicentes Aristotelem non cognovisse creationem cum novitate essendi, cognovisse autem crea­ tionem per modum dimanationis naturalis et aetemae a primo ente, et hoc modo posuisse res incorruptibiles manasse a Deo ex aeternitate. Sed licet hoc de caeteris rebus

possit sustineri, tarnen de anima rationali non potest; nam ipse, I l de Gener. ani­ mai., c. 3, ait animant rationalem venire de foris, id est, non educi de potentia materiae, et consequenter fieri per creationem. Potest autem de illa reddi specialis ratio, quia non fit nisi oblata creatione corporis, et propter compositum. Neque enim veri­ simile est Aristot. posuisse animant non factam, si reliqua omnia extra Deum cogno­ vit esse facta. Neque etiam dici potest ip­ sum sensisse omnes animas fuisse aeternas et postea in tempore uniri corporibus; nam idem Arist., X II Metaph., c. 3, text. 16, generatim ait formant non praeexistere prius quam uniatur materiae, et aperte compre­ hend« rationalem animant; nam subdit in illa esse singulare quod maneat posterius, id est, post dissolutami compositum; in in­ ceptions autem, eo quod simul cum com­ posito incipiat, nullam admittit exceptionem. Haec igitur pars verisimilior est, quam­ quam negari non possit Arist. exiguam de

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teles tu v o escaso conocim iento de la cuestión, p o r lo cual tra tó d e esta eficien­ cia brevem ente, si b ie n en el lib . IX d e la Metafísica, c. 1, in sin u ó suficiente­ m en te que conocía u n a p o ten cia activa q u e n o necesita d el m ovim iento o m u ­ tación p a ra obrar. ■ 27. E n cuanto al segundo a rg u m en to , se h a p ro b ad o d e m an era suficiente, p o r in d u cció n contraria, cóm o se d em u estra la existencia d e algunos entes que sólo p u e d e n ser pro d u cid o s p o r creación, cosa que a nosotros nos consta p rin ­ cipalm ente acerca d e las realid ad es m ateriales. P o r lo q u e h ace a las inm ate­ riales, sólo dem ostram os p o r h ipótesis q u e , si h ay alg u n a fu e ra d e D ios, ú n i­ cam e n te p u ed en ser pro d u cid as p o r creación, y q u e tam poco p u e d e n existir si n o son pro d u cid as. E n cu an to a saber si se p ru e b a p o r razó n n a tu ra l que se d a n ta le s sustancias adem ás d e D io s, con respecto a las alm as racionales lo suponem os por la ciencia del alm a, p ero con resp ecto a las dem ás lo estudia­ rem os p o sterio rm en te, ya q u e n o tien e q u e ver con la p re se n te cuestión. 2 8 . A p ro p ó sito del tercero , acerca d e la pro p o sició n m ayor seg ú n la cual p ara, c re a r se re q u ie re u n p o d e r infinito, hem os d e tra ta r e n la sección siguien­ te ; ah o ra sólo afirm am os q u e p o r otros m edios se p ru e b a con suficiencia que la creació n existe y q u e se d a en la realidad u n a p o te n c ia q u e es p rincipio sufi­ ciente d e ella, b ie n sea q u e d ic h a potencia d eb a ser infinita, b ie n sea que baste u n a finita. C o nsiguien tem ente, si p o r o tra p a rte se d em u estra de m odo sufi­ c ie n te q u e p a ra c rear se exige u n a potencia infinita, d e la necesidad d e la crea­ ción se co n clu irá suficientem ente q u e en la realid ad se d a u n a potencia infinita. Y n o h a b rá p etició n de p rin cip io o círculo vicioso, p u esto q u e, o b ie n n o d e­ m o stra m o s la p o sib ilid ad de la creación p o r la in fin itu d d e ta l potencia, sino p o rq u e in ferim o s d e otra p a rte s u necesidad y la n o contradicción, no sólo de ella, sin o ta m b ié n d e u n a p o te n c ia q u e sea su p rin cip io , haciendo abstración de q u e sea finita o infinita, o b ie n , si de la infin itu d de la potencia concluim os la p o sib ilid a d d e ' la creación, to m am o s la infin itu d m ism a d e la potencia com o d e m o s tra d a p o r la in fin itu d d e la esencia y d e la perfección divina, que cole­ gim os d e o tro s p rin c ip io s, seg ú n verem os m ás abajo. 2 9 . En qué sentido se hace por creación el ente en cuanto ente.— Al cuarto re s p o n d o q u e la p ro p o sició n mediante la creación se hace el ente en cuanto ente

hac re cognitionem habuisse, ideoque per pauca de hac efficientia tractasse, quamvis, I X Metaph., c. 1, satis insinuaverit agnovisse se potentiam activant quae non indiget motu .vel mutatiohe ad agendum. 27. Ad secundum argumentum satis probatum est contraria inductione quomodo demonstretur aliqua esse entia quae nonnisi per creationem fieri possunt, quod nobis praesertim constat de materialibus rebus. De immaterialibus vero solum ex hypothesi probamus, si quae sunt extra Deum, non­ nisi per creationem fieri posse, neque etiam esse posse si non fiant. An vero probetur ratione naturali dari huiusmodi substantias praeter Deum, de ânimabus quidem rationabbus id supponimus ex scientia de anima, de aliis vero infra videbimus, nam ad prae­ sens non refert. 28. Ad tertium de maiori propositione, scilicet, quod ad creandum requiratur virtus infirma, dicturi sumus sectione sequenti; nunc solum dicimus ex aliis mediis suf-

ficienter probari et creationem esse et dari in rebus potentiam quae sit sufficiens principium iliius, sive illa infinita esse debeat sive finita sufficiat. Unde, si aliunde satis probetur requiri ad creandum potentiam in­ finitara, ex necessitate creationis sufficienter concludetur dari in rebus potentiam infini-, tam. Neque erit petitio principii aut vitiosus circulus, quia vel non probamus creationem esse possibilem ex infini tate iliius potentiae sed quia aliunde colligimus necessitatelo eius et non repugnantiam, turn iliius, turn etiam potentiae quae sit principium eius, abstrahendo ab eo quod finita vel infinita sit; vel si ex infinítate potentiae concludamus creationem esse possibilem, sumimus ipsam potentiae infinitatem ut demonstratam ex infinitare essentiae et perfectionis divinae, quant ex aliis principiis colligimus, u t infra videbimus. 29. Qualiter per creationem fiat ens in quantum ens.— Ad quartum respondeo propositionem illam per creationem fit ens in

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es susceptible de m últiples sentidos. U n o es si la exp resió n en cuanto se to m a redu p licativ am en te y se aplica a la ra z ó n de en te ab stractísim a y com ún a D ios y a las criaturás. E ste sentido es falso, p ues con él se significa q u e es té rm in o d e la creación e l en te e n v irtu d de aquella razón precisiva, lo cual es falso. E ste es el sentido- q u e se d a p o r su p u esto y q u e se im p u g n a suficientem ente en aq u e l c u arto a rg u m e n to ; sin em bargo, e n n a d a se o p one a la v e rd a d de la crea­ ción, p u e s, com o es evidente, dicha p ro p o sició n en ta l sentido n o se sigue de la definición de creación. E n efecto, si se hace el e n te considerando red u p licad a únicam ente la ra z ó n de en te finito o factible, ello b astará p a ra la razón de crea­ ción, p u es es suficiente q u e la cosa se haga to talm en te d e la nad a. Y éste p u e d e ser el segundo sentido d e dicha expresión, el cual es v erd ad ero , y de él sólo se sigue q u e to d o e n te finito es creable, cosa q u e ta m b ié n es v erd ad . E l se n tid o ú ltim o y propio es q u e la expresión en cuanto se tom e sólo especificativam ente, Y de este m odo es certísim a la proposición, ya que m ed ian te la creación se hace esencial y p rim ariam en te la realid ad seg ú n to d a la ra z ó n d e ente, p o r no su p o n er en ella la creación n in g u n a ra z ó n de en te. P o rq u e , según la d o c­ trin a d e A ristóteles, se dice q u e es p ro d u c id o de m a n e ra esencial y p rim a ­ ria aquello que en m o d o alguno se d a p o r su puesto e n la realid ad q u e se p ro d u c e ; en consecuencia, q u e el en te e n cuanto en te sea hecho n o es o tra cosa sino q u e la m ism a ra z ó n de e n te sea hecha esencial y p rim a ria m e n te en ta l efecto m ed ian te tal acción. Y d e este sentido n o se sigue q u e p u e d a ser térm ino d e la creación todo e n te seg ú n la razó n d e e n te q u e en sí p o se e ; pu es, com o se sabe p o r la dialéctica, la expresión en cuanto, to m ad a especificativam ente, no infiere u n sen tid o universal o d istrib u tiv o , p u es significa la ra z ó n adecuada, o sea, la causa d el p red icad o , sino q u e sólo d esigna la p a rte o razó n según la cual conviene. S in em bargo , legítim am ente se d esp ren d e d e dicho sen tid o que la ra ­ zón m ism a de e n te e n cuanto tal n o se en c u e n tra u nívocam ente en los e n tes q u e p u e d e n ser térm in o d e la creación y en el e n te in cread o , com o direm os des­ p u é s al explicar esta división.

quantum ens i multiplicem sensum habere posse: unus est, si iilud in quantum redu­ plicative sumatur et cadat in rationem entis abstractissimam et comtmmem Deo ac creaturis. Et hie sensus est falsus, nam signi­ ficano- per ilium ens ex vi illius praecisae rationis esse terminimi creationis, quod fal­ simi est. Et hunc sensum supponit quartum iilud argumentum, eumque sufficienter im­ pugnai; nihil tarnen obstat ventati crea­ tionis, quia ilia propositio in eo sensu non sequitur ex definitione creationis, ut patet. Nam si fiat ens reduplicando tantum ra­ tionem entis finiti seu factibilis, id satis erit ad rationem creationis, nam sufficit ut res fiat omnino ex nihilo. Atque hie esse potest alter sensus illius locutionis, qui ve­ nia est, et ex eo solum sequitur omne ens finitum esse creabile: quod edam est ve­ rum. Ultimus autem et proprius sensus est ut iilud in quantum specificative tantum sumatur. Et hoc modo est verissima pro­ positio, quia per creationem per se primo 1 Vide Caiet., I, q. 44, a. 2,

fit res secundum totam rationem entis, eo quod creatio nullam rationem entis in ea supponat. Nam, iuxta doctrinam Aristotelis, ülud dicitur per se primo fieri quod nullo modo supponitur in re quae fit; fieri ergo ens in quantum ens nihil aliud est quam quod ipsamet ratio entis per se pri­ mo fiat in tali effectu per talem actionem. Ex hoc autem sensu non sequitur omne ens secundum rationem entis quam in se habet, posse terminare creationem, quia, ut ex dia­ léctica constat, partícula in quantum, spe­ cificative sumpta, non infert universalem sensum seu distributivum, quia non denotai adaequatam rationem seu causam praedicati, sed solum désignât partem vel rationem secundum quam convenit. Recte tarnen in­ fettar ex ilio sensu ipsam rationem entis ut sic non reperiti univoce in entibus quae terminare possimi creationem et in ente in­ creato, ut dicemus infra hanc divisionem declarando.

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30. E n cu a n to a la ú ltim a dem ostración, tom ada del h echo de q u e el ser d e la esencia d e las cosas se p resu p o n e a su creación, q u ienes estim an que el ser d e la esencia es e n sí m ism o algo eterno, q u izá afirm aran q u e la creación es a p a rtir d e la n ada de la existencia, m as no de la esencia. P o r su p arte, W iclef d ijo q u e la 'c re a c ió n n o es u n a pro d u cció n d e la n a d a ab soluta, sino del ser in telig ib le al ser fu e ra d e D io s, seg ú n refiere W aldés, e n el to m o I , c. 17. A si m ism o E scoto, In II, dist. 1, q. 2, afirm a q u e la creación es u n a producción d e la n ad a, es d ecir, n o de algo según el ser de la existencia n i según el ser d e la esencia, y, sin em bargo, n o d e la n ad a, es d ecir, d e lo q u e rio es en m odo alguno en te, n i absoluta n i re la tiv a m e n te ; m as su p o n e q u e las cosas tienen u n ser conocido antes d e ser p ro d u c id a s. P ero la v e rd a d es q u e el ser de la esen­ cia d e la c riatu ra, o el ser conocido o inteligible, n o es nada real fu era de D ios, según direm os am pliam ente d esp u és, en la d isp u tació n sobre la esencia y la existencia de la criatu ra. P o r ello, dicho ser n o constituye obstáculo nin g u n o p a ra q u e la c ria tu ra sea p ro d u cid a p o r creación d e la n a d a y en cu an to ente.

S E C C I O N

II

S i para crear s e requiere una fuerza activa in fin it a ; y , por tanto , s i CONVIENE A DIOS DE TAL MANERA QUE NO PUEDE COMUNICARSE A LA CRIATURA 1. L a criatura nunca creó nada.— N o h a n faltado filósofos q u e afirm en q u e , n o sólo en cu an to a la p o sib ilid a d , sino in c lu so d e h ech o , la potencia crea­ d o ra h a sido com unicada a las c ria tu ra s, y q u e u n ángel su p erio r creó al infe­ rio r p ró x im o a él, y q u e e l m ás in fe rio r cre ó las cosas corpóreas. E sto es lo q u e p en só A vicena, cuya o p in ió n señalam os a rrib a al tra ta r d e la educción de las form as, y volverá a salim os al p aso m ás a d e la n te , cuando nos ocupem os, del p o d e r activo de la s inteligencias cread as. M a s la d o c trin a v erd ad era y cierta sos­ tien e q u e , d e h echo, n in g u n a c ria tu ra h a cre a d o n a d a ; e n efecto, q u e D ios solo es el cread o r d e todas las cosas lo a d m ite la v e rd a d e ra fe y lo enseñan todos los santos, en especial San A g u stín , lib . X II D e Civitate Dei, c. 2 4 ; T e rtu lian o , lib. De praescript. haeretic.; el D a m a sc e n o , lib . II, c. 3, y C irilo A lejandrino,

30. Ad ultimam probationem, sumptam ex eo quod esse essentiae rerum supponatur crearioni earum, qui existimant esse essentiae secundum se esse aliquid aetemum, dicerent fonasse crearionem esse ex nihilo existentiae, non vero essentiae. At vero Wicleph dixit creationem non esse productionem ex nihilo simplidter, sed ex esse intelligibili ad esse ex­ tra Deum, ut refert Waldensis, tom. I, c. 17. Scorns item, In II, disc 1, q. 2, ait creationem esse productionem ex nihilo, id est, non de aliquo secundum esse existentiae, nec se­ cundum esse essentiae, non tamen ex nihilo, id est, de nullo modo ente, nec simplidter, nec secundum quid; supponit vero res ha­ bere esse cognitum prius quam fiant. Ve­ ritas autem est esse essentiae creaturae, aut esse cognitum seu intelligibile, antequam creaturae fiant, nihil reale esse extra Deum, ut dicemus late infra, in disputatione de essentia et existentia creaturae. Quapropter iUud esse nihil obstat quominus per crea­ tionem fiat creatura ex nihilo et in quan­ tum ens.

SECTIO II U t r u m a d cr ea n d u m r eq u ira tu r in f in it a VIS AGENDI, ET IDEO ITA SIT D E I PROPRIA UT CREATURAE COMMUNICARI NON POSSIT

1. Creatura nihil unquam creami.— Non defuerunt philosophi qui non solum de pos-sibili, sed edam de facto dicerent potentiam creandi communicatam esse creaturis, et angelum superiorem creasse inferiorem sibi proximum, et infimum creasse res corporeas. Quod opinatus est Avicenna, cuius opinionem supra tetigimus tractando de eductione formarum, et iterum occurret infra tractando de virtute activa intelligentiarum creatarum. Vera tamen ac certa doctrina docet de facto nullam creaturam aliquid creasse; solum enim Deum omnium creatorem vera fides agnoscit' et Sancti omnes docent, praesertim D. August., X II de Civit., c. 24; Tertull., lib. de Praescript. hae­ retic.; Damascen., lib. II, c. 3, et Cyrill. Alex., lib. II cont. Iulian., sub finem. Ac

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ü b . I I Cont. Iulian., hacia el fin ; y, p o r últim o, fu e definido en el c. Firmiter, so b re la Santísim a T rin id a d y la fe católica. 2. Y de este p rin cip io cierto se colige casi con la m ism a certeza q u e n in ­ g u n a criatu ra tiene de hecho po d er d e crear, pues n o es verosím il que D ios haya oto rg ad o a alguna - c ria tu ra este p o d e r y n o le conceda o p e rm ita su ejercicio ; p o rq u e com pete a la providencia d iv in a el dejar q u e las criatu ras realicen sus p ro p io s m ovim ientos o acciones y p o rq u e , e n o tro caso, en vano ex istiría ta l p o ten cia en la realid ad . A dem ás, p o rq u e lo q u e n u n ca h a sido realizado p o r n in g u n a causa n a tu ra l se considera con razó n que es im posible m ediante causas n atu rales. Y, e n este sentido, todos los P ad res y teólogos n ieg an q u e la cria tu ra te n g a el p o d e r n a tu ra l d e crear, de igual m odo y c o n igual certeza q u e niegan q u e u n a cria tu ra haya creado a otra. 3. A hora bien, a u n q u e tengam os estas cosas com o ciertas p o r la revelación, investigam os (lo cual es propio del com etido p resente) si es posible defen d erlas y dem ostrarlas p o r razón n atu ral, y estim am os que ello depende e n teram en te de la cuestión p ro p u e s ta ; en efecto, si dem ostram os q u e el p o d e r d e crear, p o r la p erfecció n infinita q u e exige, es incom unicable a la c riatu ra, q u ed ará p ro b a d o lo q u e la fe enseña acerca del h e c h o ; e n cam bio, si la p o ten cia cread o ra n o im p lica esencialm ente dich a infinitud, y, p o r ello, n o es co n trad icto rio q u e se co m u n iq u e a la c riatu ra, será im posible d em o strar p o r la ra z ó n q u e , de h ech o , n o se haya com unicado tan to la p o ten cia com o su a c to ; p o rq u e d e p e n d e rá de la v o lu n tad de D io s, cuyo decreto, si n o se nos m anifiesta p o r los efectos, ú n i­ c am e n te p u ede ofrecerse a nu estro conocim iento m ed ian te la revelación.

Se consigna el motivo de duda y se aclara el sentido de la cuestión 4. A sí, pu es, la ra z ó n de la dificultad en la cuestión p re se n te consiste en q u e , h asta ah o ra, n o se h a enco n trad o u n a razón suficiente, y m enos u n a d e ­ m ostración, p ersuasiva de que para crear se re q u ie re u n p o d e r a b so lu tam en te in finito. M e refiero al p o d e r p rin cip al q u e p u e d e p ro d u c ir el efecto p o r su p ro ­ p ia v irtu d , p ues no qu erem os tra ta r ex professo del p o d er in stru m e n ta l, y a q u e es u n a cuestión m eram en te teológica. A h o ra bien, el p o d e r p rin c ip a l d e c re a r tandem definitum est in c. Firmiter, de Sum. Trinit. et fide Cathol, 2. Ex hoc autem certo principio eadem fere certitudine colligitur nullam creaturam de facto habere potestatem creandi, quia non est verisimile dedisse Deum alieni creaturae hanc potestatem et non concedere seu permitiere illi usum eius; nam ad Dèi providentiam spectat ut sinat creaturas proprios moms seu actiones operari, et quia alias frustra esset talis potentia in rerum natura. Item, quia quod a nulla naturali causa unquam factum est merito censetur impos­ sibile per naturales causas. Atque ita et Pa­ ires et theologi omnes eodem modo et sub eadem certitudine negant creaturam habere naturalem vim creandi qua negant unam creaturam creasse aliam. 3. Quamvis autem haec sint nobis certa ex revelatione, inquirimus (quod praesentis muneris est proprium) an possint ratione naturali persuaderi et convinci, quod otnntno pendere censemus ex quaestione pro­ posita; nam si probaverimus. potentiarq

creandi, ob infinitam perfectionem quam requirit, esse incommunicabilem creaturae, demonsuatum relinquetur id quod de facto fides docet; si autem potentia creandi non includit essentialiter iUam infinitatem, et ideo non répugnât communicari creaturae, non poterit ratione probari non esse de fac­ to communicatam tam potentiam quam ac­ tum eius : pendebit enim ex libera Dei vo­ lúntate, cuius decretum, si ex effectibus non manifestatur, per solam revelationem potest nobis innotescere. Ratio dubitandi ponitur et sensus quaestionis aperitur 4. Ratio ergo difficultatis in praesenti quaestione est quia nulla est hactenus in­ venta sufficiens ratio, nedum demonstratio, quae persuadeat requiri ad creandum virtutem simpliciter infinitam. Loquor autem de virtute principali quae sua vi potest effectum producere; nam de virtute instrumen­ tali nolumus ex professo disputare, eo quod res mere theologica sit. Virtus autem prin-

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p u e d e en ten d e rse en varios sen tid o s: p rim era m en te, el q u e es universal en ese o rd e n , es d ecir, adecuado al objeto creable; y, acerca d e éste, es evidentísim o q u e n o se p u ed e com unicar a la criatu ra, cosa q u e n o h a sido p u esta en d u d a (q u e yo sepa) p o r n in g ú n a u to r. Y la razón es clara, p u es tal potencia tiene u n objeto in finitam ente perfecto en sentido sincategorem ático, y a q u e e n ese ám ­ b ito del objeto n o es posible señalar nin g u n o d e tan gran perfección que n o p u e d a crearse o tro d e perfección m ayor, y así h a sta el in fin ito ; luego en la p o ­ ten cia q u e co n tien e en su v irtu d to d o aq u el objeto se req u ie re , u n a v irtu d y perfección absolutam ente infinita, ya que n i p u e d e b astar u n a actualm ente finita — p u e s de lo co n trario p o d ría ser igualada y su p erad a p o r alguna p a rte de su objeto— n i esa v irtu d p u e d e ser infinita en se n tid o sincategorem ático, p o rq u e tiene to d a su v irtu d y p erfección existiendo sim ultáneam ente y e n acto. T a m ­ p oco b a sta rá q u e sea infinita relativam ente, es d ecir, en algún o rd en de e n tes; p u e sto q u e , e n p rim e r lu g ar, u n infinito de esa clase es absoluta y actualm ente finito, y , adem ás, el ám b ito d el objeto n o q u ed a contenido bajo alg ú n género u o rd e n d e en tes, sino q u e com p ren d e en absoluto to d a la am p litu d del ente c re a b le ; luego 3a p o ten cia q u e contiene y sobrepasa a todo ese objeto no p u ede ser in fin ita sólo relativ am en te, sino absolutam ente y en todo e l ám b ito d el ente. 5. P u e d e em plearse u n a seg u n d a ra z ó n : es im posible q u e u n a potencia p ro d u c tiv a se e n cie rre a sí m ism a bajo su objeto adecuado, p o r ser im posible q u e algo p u e d a crearse a sí m ism o ; pero to d a c riatu ra está co n ten id a, com o es e v id en te d e s u y o ,' bajo el e n te c re a b le ; luego n o p u ed e te n e r p o r objeto ade­ cu ad o d e su p o ten cia al e n te creable en cuanto ta l, ya que e n o tro caso se en ­ ce rra ría a sí m ism a d e n tro d e su objeto. P or esta razón, n in g u n a cosa generable p u e d e poseer u n a p o ten cia g en erativ a ta l q u e te n g a p o r objeto adecuado al en te g en erab le, y n in g ú n in d iv id u o p u e d e te n e r u n a potencia cuyo objeto adecuado sea la m ism a especie. C o n e sta s razones, p u e s, se d em u estra suficientem ente q u e la p o te n c ia , cre a d o ra es, e n e ste sen tid o , infinita, propia de D ios e incom unica­ b le a las criaturas« 6. T a m b ié n p u e d e e n te n d e rse d e otro m odo la potencia c re a d o ra : q u e, p o r sí sola y sin d e p e n d e n c ia o co ncurso de otra, ten g a p o d e r p a ra p ro d u c ir algo

cipalis creandi variis modis intelligi potest: primo, ut sit in ilio ordine universalis seu adacquata obietto creabili, et de hac evidentissimum est non posse communicari creaturae ; neque hoc est (quod ego sciam) ab ullo auctore in dubium revocatimi. Et ratio est clara, quia talis potentia habet ob­ iettim i infinite perfectum .syncategorematice; nam in illa latitudine obietti nullum potest signari tantae perfectionis quin aliud maioris perfectionis creari possit, et ita in infinitum; ergo in potentia quae sua virtute continet totum illud obiectum requiritur virtus et perfectio siinpliciter infinita, quia neque actu finita sufficere potest, alias posset aequari et superari ab aliqua parte obietti sui, neque potest virtus illa esse in­ finita syncategorematice, quia simul et actu habet existentem totam suam virtutem et perfectionem. Neque etiam satis erit quod sit infinita secundum quid seu in aliquo ordine entium; nam imprimis huiusmodi infinitum est simpliciter et actu finitum, et praeterea latitudo obietti non clauditur sub aliquo genere vel ordine reram, sed abso­

lute complectitur totam latitudinem entis creabilis; ergo potentia quae totum illud continet et superai non potest esse secun­ dum quid tantum infinita, sed simpliciter et in tota entis latitudine. 5. Secunda ratio adhiberi potest, quia • impossibile est potentiam aliquam productivam seipsam claudere sub obietto suo adacquato, quia impossibile est aliquid pos-, se creare seipsum; sed omnis creatura continetur sub ente creabili, ut per se notum est; ergo non potest habere pro obietto adacquato suae potentiae ens creabile ut sic, alias seipsam clauderet sub obietto suo. Et hac ratione nulla res generabilis potest ha­ bere talem potentiam generandi quae D to obietto adacquato habet ens generabile. Ne­ que aliquod individuum potest habere po­ tentiam cuius adaequatum obiectum sit ipsa species. His ergo rationibus satis demonstratur potentiam creandi hoc modo esse infinitam et Dei propriam ac incommunicabilem creaturis. 6. Alio item modo potest intelligi poten­ tia creandi, quae vim habeat, se sola et

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d é la nada. Y estim o q u e de esta m an era es posible asim ism o p ro b a r suficien­ tem en te que d ic h a p o ten cia es infinita e incom unicable a la c riatu ra, n o sólo en cu an to se e x tien d e a todo lo creable, sino tam b ién en cu a n to d eterm in ad a a p ro d u c ir cu alq u ier en te, cuestión de la q u e nos ocuparem os m ás adelante, en la disp. X X II. P o rq u e , desde este p u n to d e vista, p a ra la p o te n c ia creadora vale la m ism a razón, e n o rd e n a o b ra r a p a rtir de u n sujeto p re su p u e sto , q u e para cu alq u ier fa c u lta d creada, ya q u e n in g u n a p u ede ser, e n su operación, in d e p e n ­ d ien te de la causa p rim era , y tal independencia exige u n a perfección infinita, seg ú n verem os allí. 7 - A sí, p u es, en u n tercer sentido cabe e n te n d e r el p o d e r d e crear ú n ica­ m en te p o r m o d o d e causa prin cip al próxim a, q u e e n su o b ra r depende d e la causa p rim e ra y está lim itad a a u n d eterm in ad o o rd e n o especie de cosas q u e h a n de ser creadas, com o a crear los cuerpos, o estas especies concretas d e án­ geles, o algo sem ejante. C o n respecto a esta potencia n o a p arece razó n suficiente p a ra q u e re q u ie ra u n a perfección absolutam ente in fin ita o p a ra que n o p u eda com unicarse a la c ria tu ra , p u es n o posee in fin itu d p o r p a rte del objeto — ya que se la su p o n e lim itad a a u n objeto de perfección finita— n i tam poco p o r el m odo de o b ra r, p u e sto q u e se la supone d e p en d ie n te del concurso d e o tra. 8. N i re su lta satisfactorio lo q u e m uchos afirm a n : q ú e del m odo d e o b ra r se colige la in fin itu d , n o p o r la independencia de la acción con respecto a u n a cau sa agente su p erio r, sino p o r la independencia d e la acción c o n respecto a la causa m a te ria l; a saber, p o rq u e e l re d u c ir algo de la poten cia al acto exige al­ g ú n p o d e r, y cuanto m ás alejada del acto se e n c u e n tra d ic h a p otencia, ta n to m ayor p o d e r se re q u ie re e n el a g e n te ; consiguientem ente, lo q u e se halla ta n d istan te del acto q u e n o está contenido en n in g u n a p o ten cia pasiva, p a ra p o d e r ser p ro d u cid o exige u n a p o ten cia infinita en el agente. E sta razó n — re p ito — n o es satisfactoria, e n p rim e r lu g a r, p o rq u e n o parece q u e la independencia de la acción con resp ecto a l sujeto sea ta n im p o rta n te n i in d iq u e ta n gran p erfec­ ción, q u e re q u ie ra e n el agente u n p o d e r absolutam ente in fin ito ; p u e s, ¿ p o r q u é h a b ría d e re q u e rirlo ? E fectivam ente, e l concurso d e la m ateria, es algo fin ito ; ¿ p o r q u é , entonces, n o p o d rá ser su p lid o p o r el p o d e r d e u n agente d e o rd en

absque dependentia vel concursu alterius, parte obiecti habet infinitatem, cum ponatur aliquid ex nihilo producere. Et hoc etiam limitata ad obiectum finitae perfectionis, ne­ modo existimo satis probari posse talem que etiam ex modo agendi, cum ponatur potentiam non modo ut se extendit ad om- dependens a concursu alterius. ne creabile, sed etiam ut determinata ad 8. Nec satisfacit quod multi aiunt, ex creandum quodlibet ens, esse infinitam et modo agendi colligi infinitatem, non ob iniDcommunicabilem creaturae, de qua re ac- dependentiam actionis a superiori causa, turi sumus infra, disp. • XXII. Nam quoad agente, sed ob independentiam actionis a hoc eadem ratio est de potentia creandi et causa materiali; nimimm, quia reducere alide quacumque facilitate creata ad agendum quid de potentia in actum requirit aliquam ex praesupposito subiecto, quia nulla esse virtutem, et quo illa potentia magis est elonpotest independens in agendo a prima causa gata ab actu, eo maior virtus requiritur in talisque independentia infinitam requirit agente; ergo quod ita est elongatum ab actu u t in nulla potentia passiva contineaperfectionem, ut ibi videbimus. 7. Tertio igitur modo inteiligi potest vir- tur, requirit infinitam potentiam in agente tus creandi solum per modum causae prin­ ut fieri possit; haec (inquarti) ratio non sa­ cipalis proximae, dependentis in agendo a tisfacit, primo quidem, quia independentia prima causa et limitatae ad certum ordinem actionis a subiecto .non videtur esse tanti vel speciem rerum creandarum, ut ad crean- momenti, nec tantam indicare perfectionem, da corpora, vel has species angelorum, vel ut requirat in agente virtutem infinitam sim­ aliquid simile. Et de hac potentia non ap- pliciter; cur etenim? Nam concursus maparet ratio sufficiens cur requirat perfectio­ teriae quid finitum est; cur ergo suppleri nem simpliciter infinitam, aut cur non pos- non poterit per virtutem agentis superioris sit communicari creaturae, quia neque ex ordinis et perfectioris, esto infinita non sit?

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Disputaciones metafísicas

su p erio r y m ás perfecto, a u n cuando n o sea infinito? A dem ás, p o rq u e esa jerar­ qu ía o estim ación proporcional n o es form al, no sólo p o rq u e , a lo sum o, infiere u n p o d e r activo de orden su p e rio r al de to d a p o ten cia d e te rm in a d a a o b rar a p a rtir d e u n a poten cia pasiva, ya sea próxim a, ya sea re m o ta , es d ecir, m ás o m enos alejada d e l a c to , sino tam bién p o rq u e aq u el proceso d eb e en tenderse c o n resp ecto a u n m ism o sujeto y e n ig u ald ad de c ircu n sta n cias; p u e d e , en efecto, su ced er que p a ra p ro d u c ir u n a form a m ás p erfecta a p a rtir d e u n a p o ten cia p ró ­ xim a se req u iera m ayor p erfecció n que para p ro d u c ir u n a form a ínfim a a p a rtir de u n a poten cia rem ota. A sí, p u e s, p a ra crear u n a cosa ínfim a, p o r ejem plo, la m a te ria p rim a, p o d rá b astar u n a potencia finita, a u n q u e específicam ente d istin ta de cu alq u ier p o ten cia generativa. 9. Y la dificultad se acrecien ta p o rq u e la v irtu d p rin cip al p a ra o b ra r p u e ­ d e a trib u irse a la criatu ra e n do b le sen tid o : p rim ero , com o co n n atu ral y d eb id a, o d im a n a n te d e los p rin cip io s d e la n atu raleza — así, el calor e n e l fuego— , o b ie n com o sobreañadida o in fu n d id a a la n atu raleza — así, e l lumen gloriae en el b ien av e n tu rad o — . P o r ta n to , a u n q u e concedam os g ra tu ita m e n te q u e la v irtu d co n n a tu ra l a los agentes creados n o p u ed e' ex tenderse a la creación, a causa de la d esp ro p o rc ió n indicada, n o obstante, aquella ra z ó n n ad a p ru e b a con resp ecto a u n p o d e r sobreañadido a la n aturaleza, p o rq u e cabe la po sib ilid ad d e q u e tal p o d e r sea so brenatural y, e n ese sentido, d e o rd e n su p erio r, y consiguien­ te m e n te , suficiente para su p e ra r aquella desproporción. P o rq u e d e esta m an era re sp o n d e n los teólogos cu an d o se aduce u n arg u m en to sem ejante, a saber, q u e p a ra c a p ta r u n o b jeto inteligible com puesto d e p o ten cia y acto se re q u ie re u n a lu z in te le c tu a l d e cierta perfección, y cuánto m ás acto y m enos potencia posee d ic h o o b jeto , p a ra verlo se necesita u n a lu z ta n tp m ás p e rfe c ta ; luego si el ob­ jeto es actp p u ro sin n in g u n a potencia, se re q u ie re u n a lu z in fin ita ; los teó­ logos (digo) re sp o n d e n negando la consecuencia y afirm ando q u e basta u n a lu z d e o rd e n su p e rio r. E ntonces, ¿ p o r q u é n o podem os re sp o n d e r d e ig u al m odo acerca d e la p o te n c ia cread o ra?

Deinde, quia fila gradano vel propornonalis supputatio non est formalis, turn quia ad stimmum inferi vim agendi superioris ordinis quam sit omnis potentia definita ad agendum ex potentia passiva, sive propin­ qua sive remota, seu magis aut minus elongata ab actu; tura etiam quia file progres­ s i inteiligi debet respecm eiusdem, et caeteris paribus; nam fieri potest u t ad producendam formam perfectiorem ex propin­ qua potentia requiratur maior perfectio quam ad producendam infimam formam ex remota potentia. Sic igitur ad creandam rem infimam, verbi gratia, materiato primato, sufficere poterit finita potentia, distincta tamen in specie ab orniti potentia generativa. 9. E t augetur difficultas, nam virtus principalis ad .agendum dupliciter potest creaturae tribui. Primo, ut connaturalis et debita, vel manans a prindpiis naturae, ut est calor in igne, vel ut superaddita vel in dita naturae, sicut est lumen gloriae in bea-

to. Quamvis ergo gratis demus virtutem connaturalem agentibus creatis non posse extendi ad creationem, propter dictam improportionem, tarnen de virtute superaddita naturae nihil probat ilia ratio, quia ilia vir­ tus esse potest supernaturalis, atque ita su­ perioris ordinis, ac proinde sufficiens ad vincendam illam improportionem. Ita enim respondent theologi cum simile fit argu­ mentum, scilicet, ad videndum obiectum intelligibile mixtum ex actu et potentia requiritur lumen intellectuale alicuius perfectionis, et quo plus tale obiectum habet de actu et minus de potentia, eo perfectius requiritur lumen ad videndum illud; ergo si ob­ iectum est purus actus nullam habens potentiam, requiritur infinitum lumen; re­ spondent (inquam) theologi negando consequentiam et asserendo satis esse lumen su­ perioris ordinis. Cur ergo non possumus eodem modo resppndere de potentia creandi?

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Diferentes opiniones 10. A sí, p u e s, p o r estos m otivos y otros sem ejantes, algunos teólogos sos­ tien en que n o h ay n in g u n a razó n suficiente que d em u estre q u e re p u g n a abso­ lu ta m e n te a la c ria tu ra e l p o d e r d e crear. E sta es la o pinión clara d e G a b rie l, In II, d ist. 1, q. 4, a. 3. E n efecto, a u n q u e enseña d e m an era absoluta q u e la cria tu ra n o p u ed e crear, sin em bargo, bu scan d o la razó n de esto, afirm a q u e n o p u ed e ad u cirse o tra sino la d e q u e ésta es la condición de la c riatu ra, condición q u e h a recib id o d e D ios, cuyo o rd e n n o p u e d e violarse. E n cu an to al h e c h o de q u e las criatu ras h ayan recibido este pecu liar m odo d e o b ra r, dice q u e sólo consta p o r la experiencia. A hora bien, e n p rim er lu g a r, e sta experiencia se tiene, a lo sum o, en los agentes y efectos m a teriales; p e ro , ¿cóm o h a expe­ rim en tad o G ab riel q u e los ángeles n o o b ra n n i h a n obrado n u n ca n ad a sino a p a rtir d e u n sujeto p acie n te? A sim ism o, ¿cóm o h a experim entado q u e u n ho m b re, cuando en g en d ra a otro, n o alcanza con su eficiencia hasta la m ism a alm a? A dem ás, parece q u e únicam ente se fu n d a en la condición y en el o rd e n que la criatu ra recibió, de hecho, de D io s; p o r consiguiente, o piensa q u e D ios p u d o conceder a la c ria tu ra o tra condición o m odo d e o b ra r, o n o resp o n d e suficientem ente a la cuestión. L a m ism a o p in ió n m an tien e m ás claram ente D u ­ rando, In II, d i s t . 'l , q. 4 , el cual nieg a q u e se precise u n p o d e r infinito p a ra c re a r; en consecuencia, nieg a q u e re p u g n e a la c ria tu ra el o b ra r algo sin m u ­ tación a p a rtir de u n sujeto, y resuelve to d as las razones q u e suelen aducirse p a ra dem o strar esto. 11. S in em bargo, la opinión c o n traria es com ún e n tre los escolásticos. L a sostienen el M aestro, en IV , d ist. 5 ; S anto T o m ás, e n I , q . 4 5 , a. 5, y en otros m uchos lugares, y todos sus p a rtid a rio s; E scoto, a q u ie n siguen tam b ién los suyos, In IV, d ist. 1, q . 1 ; O ckam , In II, q. 7, a u n q u e piensa que n o es p o ­ sible d em ostrarla suficientem ente; el m ism o, e n Quodl. II, q . 9 ; E n riq u e , e n Quodl. IV, q. 37, y E gidio, en Quodl. V, q . 1.

Resolución de la cuestión 12. A m í, en v erd ad , m e parece q u e la segunda o pinión es v erd ad era y c ie rta ; n o o b stante, considero dificilísim o a d u cir u n a d em ostración p len am en te Variae sententiae sentit potuisse Deum aliam conditionem vel 10. Propter has ergo et similes causas modum agendi concedere creaturae, vel non quaestioni respondet. Eamdem sentennonnulli theologi dicunt nulla sufficienti ra- satis tiam clarius tenet Durand., In II, dist. 1, tione ostendi repugnare simpliciter creatu- q. 4, qui negai ad creandum requiri virturae potentiam creandi. Ita sentit piane Ga­ tem infmitam, ac subinde negai repugnare briel, In II, disL 1, q. 4, a. 3. Nam licet creaturae efficere aliquid absque muratione simpliciter doceat creaturam non posse crea­ subiecto, et solvit rationes omnes quae re, quaerens tamen huius rei rationem, re- ex ad id probandum adduci. spondet non posse reddi aliam nisi quia haec solent 11. Nihilominus contraria sententia est est conditio creaturae, quam a Deo recepit, communis scholasticorum. Earn tenet M acuius ordinem transgredi non potest. Quod gister In IV, dist. 5, et D. Thom., I, q. 43, vero creaturae hanc conditionem operandi a. 5, et saepe alibi, et omnes eius sectatoreceperint, dicit solum constare experientia. res, et Scotus, quem sui edam sequuntur, Sed imprimis haec experientia ad surrunum In IV, dist. 1, q. 1 ; Ocham In II, q. 7, habetur in agentibus effectibusque materia- quamvis non posse satis demonstraIibus; quomodo vero expertus est Gabriel ri; Idem,sentiat II, q. 9; Henric, Quodl. angelos nihil agere nec egisse unquam nisi IV, q. 37; Quodl. et Aegid., Quodl. V, q. 1. rat passo? Quomodo item expertus est unum hominem, dum alium generai, non attingere R esolutìo quaestionis efficiendo animam ipsam? Deinde solum videtur fundari.iri conditione et ordine quem 12. Et mihi quidem posterior sententia de facto creatura recepit a Deo; ve! ergo vera et certa esse videtur; difficillimnm ta-

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convincente p a ra confirm arla. S eñal de ello es q u e los au to res q u e coinciden en la conclusión d isienten m uchísim o al d a r la razó n de ella, y cada u n o re ­ chaza las razones de los otros. P o r eso es, p a r a m í, eficacísim a la razó n q se to m a del p rin cip io de la fe, p o r lo que h e dich o q u e, a m i juicio, la afir­ m ación es cierta m ás b ie n q u e e v id en te; en efecto, así com o p o r el hecho d e q u e la c riatu ra n u n ca creó n a d a , concluim os legítim am ente q u e n in g u n a c ria tu ra p ro d u c id a tien e potencia creadora, d e igual m odo pienso q u e , del h echo de que n in g u n a cria tu ra p ro d u c id a tien e p o ten cia creadora, es legítim o in fe rir q u e n in ­ g u n a c riatu ra p ro d u c tib le es capaz de esa facu ltad . D e m u estro 'e sta consecuen­ cia, en p rim e r lu g ar, p o rq u e si tal cria tu ra fuese posible, co n stitu iría cierta­ m e n te u n n uevo ord en y grad o d e criaturas, adem ás d e los q u e existen ahora, ya que' poseería u n m odo de o b ra r distin to y m ás elevado; luego h u b ie ra p e r­ ten ec id o a la perfección d e l universo el q u e tal o rd e n o grad o de criatu ras se diese en é l; luego, inv ersam e n te, h ab ien d o fu n d ad o D ios el un iv erso sin d ich a c ria tu ra , es in d icio de q u e ella n o se en cu en tra contenida en el o rd e n de las cria tu ra s n i es posible y, p o r ta n to , n o pertenece al com plem ento d e l universo. A m pliarem os esta razón m ás adelante, en la disp. X X X V m , cu an d o d em ostre­ m os con u n razonam iento sem ejante q u e en el universo ex isten inteligencias creadas. 13. E n segun do té rm in o , se explica m ás to d av ía la m ism a razó n , p o rq u e, e n tre las su stancias creables, n o p u e d e h a b e r n in g ú n grado m ás alto q u e el de los ángeles o realidades in te le c tu a le s; y en tre los accidentes, hab lan d o en el p la n o filosófico,' n o hay n in g u n o s m ejores q u e aquellos q u e son connaturales a estas su stancias su p re m a s; y , si n o s expresam os e n el p la n o teológico, no p u ede h a b e r n in g u n o s m ejores q u e aquellos que p erte n e c e n al o rd e n de la gracia y d e la visión beatífica; co n siguientem ente, si en estos órdenes suprem os de rea­ lid ad es n o se d escu b re la p o ten cia creadora, n o es po sib le e n n in g u n a criatu ra. P u e s el que, d e n tro d el g ra d o d e los ángeles, p u e d a n hacerse otros específica­ m e n te m ás p erfectos q u e to d o s lo s y a hechos, n o b asta p a ra q u e po sean u n m odo d e o b ra r ta n div erso e n o rd e n y en n atu raleza; p o r ello San A g u stín , lib. IH

men censeo cogentem demonstratìonem ad illam confirmandam afferre. Cuius signum est quia auctores qui in conclusione consentiunt, in ratione reddenda summe dissentiunt, et singuli aliorum rationes impugnant. Quocirca apud me illa est efficacissima ra­ tio quae ex principio fidei sumìtur, et ideo potius dixi mihi esse certam assertionem quam evidentem: nam sicut ex eo quod creatura nihil unquam creavit, recte ratiocinamur nullam creaturam factam habere potentiam creandì, ita ex eo quod nulla crea­ tura facta habet potentiam creandi, recte existimo colligi nullam creaturam factibilem esse capacem huius facultatis. Hanc consequenriam probo primo, quia si talis creatu­ ra esset possibilis constitueret sane alium ordinem et gradum creaturae praeter eos qui nunc sunt, quia haberet distinctum et altiorem operandi modum; ergo pertinuisset ad perfectionem universi ut in eo esset talis creamrarum ordo seu gradus; ergo e con­ verso, cum Deus condiderit universum sine tali creatura, signum est illam non contineri

in ordine creaturarum neque esse possibiIem, ideoque ad complementum universi non pertinere. Quam rationem inferius locupletabimus, disp. XXXVIII, cum simili discursu ostendemus esse in universo intelligentias creatas. 13. Secundo explicatur amplius eadem ratio, quia inter substantias creabiles nullus esse potest altior gradus quam sit angelo1 rum seu intellectualium rerum; inter acci­ dentia vero, si ut philosophi loquamur, nulla sunt meliora quam ea quae his supremis substantiis connaturalia sunt; si vero loqua­ mur ut theologi, nulla possunt esse meliora quam ea quae pertinent ad ordinem gratiae et visionis beatae; si ergo in his supremis ordinibus rerum non invenitur potentia creandi, in nulla creatura possibilis est. Nam quod in gradu angelorum possint fieri alii perfectiores in specie quam sint omnes facti, non est satis ut habeant modum ope­ randi tam diversi ordinis et rationis, et ideo August., I l i de Trinit., c. 8, pro comperto

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De Trinitate, c. 8, tiene com o cosa ev id en te que, si los ángeles, tan to b u en o s com o m alos, n o p u e d e n crear, n in g u n a c ria tu ra p u e d e hacerlo. Examen de la razón de Escoto 14. E n te rc e r lu g ar, E scoto in ten tó d a r alguna ra 2Ón d e esta ind u cció n o ex p erien cia q u e suponem os, y colegir d e dicha ra z ó n la causa d e que n in g u n a c ria tu ra p ro d u c tib le p u e d a ser cread o ra; podem os ex p o n er y am pliar su ra z o ­ n am ien to del siguiente m o d o : to d a cria tu ra es m aterial o e sp iritu a l; p e ro n i u n a n i o tra d e éstas p u ede c re a r; lu eg o n in g u n a. L a consecuencia e s ev idente, p o rq u e esos dos m iem bros, q u e encierran u n a oposición in m e d ia ta y co n trad ic­ to ria , abarcan to d a s las criatu ras posibles. L a m enor, en cuanto a su p rim e ra p a rte acerca de las criatu ras m ateriales, se d em u estra p o rq u e , o la sustancia m a ­ te ria l crearía p o r la m ateria, o p o r la form a, o p o r los accidentes. N o por la m a­ teria, ya q u e ésta n o es n i p u e d e ser activa, p u es re p u g n a in trín secam en te a su e n tid a d e im perfección, p o rq u e esencialm ente es p u ra po tencia pasiva. P or tan to , com o esta razó n es com ún a to d a m ateria creable, n o p u ed e ser hecha u n a m a ­ te ria p rim a que sea p rin cip io d e creación. Y esto, e n v erd ad , parece e v id en te en sí m ism o y e n sus té rm in o s; en efecto, u n a perfección tan g ran d e com o la q u e in d ica la c reació n es enteram en te contradictoria con u n a im perfección ta n g ran d e com o la q u e m u e stra la m ateria prim a. 15. T am p o co p u e d e ser p rin cip io d e creación u n a fo rm a m aterial (pues de ésta tratam o s ahora). E n p rim e r lu g a r, p o rq u e el m odo d e o b ra r es tal cual es e l m o d o de s e r; p e ro esta form a tien e en su ser u n a d ep en d en cia co nnatural d e u n su je to ; lu eg o ta m b ién la tien e en to d a acción d e la q u e ella es p rin c i­ p io p ro p io y con n atu ral. E n segundo térm in o ,, p o rq u e ta l form a n o es p ro d u c ­ tib le de m an era c o n n atu ral p o r creación e stricta, sino p o r ed ucción o p o r c o n ­ creación con to d o el co m p u esto ; luego tam poco ella p u e d e ser p rin cip io de creación. L a consecuencia es evidente, ya q u e , a lo su m o , p u e d e ser p rin c ip io p a ra p ro d u c ir u n a fo rm a sem ejante a ella, y d e u n m o d o q u e tam b ién sea p ro ­ porcional a ella y co n n atu ral a la form a m ism a q u e h a de ser p ro d u cid a. E x ­ plico esto, e n te rc e r lu g a r, p o rq u e dicha fo rm a sería p rin c ip io d e creación de

habet, si angeli tam boni quam mali creare non possunt, nullam creaturam posse.

materiae creabili, fieri non potest materia prima' quae sit principium creandi. Et hoc sane per sese et ex terminis videtur notum; Ratio Scoti expenditur. nam tanta perfectio quantam creatio indicat 14. Tertio, conatus est Scotus fciiius in- piane repugnat cum tanta imperfectione ductionis seu experientiae quam supponimus quantam materia prima prae se fert. rationem aliquam reddere, et ex illa. causam 15. ^Neque etiam materialis forma (de colligere ob quara nulla creatura factibilis hac enim nunc agimus) potest esse creatiocreatrix esse possit, cuius discursum sic pronis principium. Primo quidem, quia talis ponere possumus et amplificare : nam omnis est modus agendi qualis est modus essendi; creatura vel est materialis vel spiritualis : sed haec forma habet in suo esse connatuneutra autem ex his creare potest; ergo ralem dependentiam a subiecto; ergo et in nulla. Patet consequentia, quia il] a duo mem­ omni actione cuius iosa est proprium et bra, quae includimi immediatam et contra- connaturale principium. Secundo, quia talis dictoriam oppositionem, complectuntur om- forma non est connaturali modo producibines creaturas possibiles. Minor vero quoad lis per creationem propriam, sed vel per eductionem vel per concreationem cum tota priorem partem de creaturis materìalibus probatur, quia vel substantia materialis crea- composito; ergo neque ipsa potest esse prinret per materiam, aut per formam, aut per cipiuro creandi. Patet consequentia, quia ad accidentia. Non per materiam, quia haec summum esse potest principium producendi non est attiva neque esse potest; repugnat formam sibi similem, et modo etiam sibi enim intrinsece entjtati et imperfectioni eius, porportionato et connaturali ipsi formae producendae. Quod tertio ita declaro, nam talis quia essentialiter est pura potentia passiva. Unde cum haec ratio communis sit omni forma aut esset principium creandi mate31

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la m ateria, o d e la form a, o d e l c o m p u esto ; ' n o d e la m ateria, p u e sto q u e tal fo rm a es p o ste rio r a la m ateria y la supone e n o rd en d e n atu raleza para po d er existir, p o r lo cu al la supone asim ism o p a ra p o d e r o brar. T a n to m ás cuanto q u e u n a form a ta n im perfecta n o p u e d e co n ten e r em in en tem en te a la m ateria m ism a y , en consecuencia, n o p u e d e p ro d u c ir u n a realid ad q u e le sea ta n d e­ sem ejante. T a m p o c o p u ed e crear la form a, ya q u e n o p u ed e p ro d u c ir u n a fo r­ m a e sp iritu a l, p o rq u e n o p u e d e sobrepasar su o rd e n ; n i p u e d e p ro d u c ir u n a fo rm a m aterial, a n o ser de m o d o co n n atu ral a la fo rm a m ism a q u e h a de ser p ro d u c id a , p o rq u e n o p u e d e cam b iar el o rd en co n n atu ral a las cosas m ism as; p e ro tal form a, cuando n o es concreada con la m ateria, n o es p ro d u c tib le p o r creación,, sino p o r sola educción, ya q u e n o es capaz d e te n e r su p ro p io ser sin d ep en d en cia d e la m ateria. 16. D e ah í re su lta ta m b ié n q u e ta l form a n o p u e d e ser p rin cip io de crea­ ción d e to d a la sustancia m aterial, ya q u e ésta ú n icam en te p u ed e ser creada p o r aq u el q u e p u e d e crear la m ateria. Y que m u ch o m enos p u e d e crear u n a sustancia espiritual se su p o n e com o evidente, p o rq u e n o p u e d e trascen d er su o rd e n al o b rar. Y con el m ism o razonam iento se concluye fácilm ente q u e la su stan cia m aterial n o p u e d e ser en su totalidad o de m an era esencial y p rim a­ ria p rin cip io d e creación, n o sólo p o rq u e, según q u ed a dicho, la m ate ria no p u e d e ser p rin cip io de acción, y m u ch o m enos d e creación, sino tam b ién p o r­ q u e to d o el com puesto n o p u e d e ten er p o d e r activo si no es recibiéndolo d e estas p a rte s d e las q u e consta esen cialm en te; p o r ta n to , si no p u ed e darse en la m ate ria n i e n la form a u n p o d e r creador o la p ro p o rc ió n p a ra ta l acto, tam ­ poco p u e d e darse en to d o e l com puesto. 17. F a lta b a tra ta r de lo s accidentes de esta sustancia, lo cual constituía el terc e r m iem b ro p ro p u e sto en aq u ella p rim e ra p a r te ; p e ro d e los accidentes en gen eral harem os a b u n d an te s consideraciones en se g u id a ; ah o ra tom am os este m ie m b ro cóm o suficientem ente d em o strad o p o r lo dicho acerca d e la form a sus­ ta n c ia l; p o rq u e si ésta, a cau sa d e la d ependencia n a tu ra l q u e tie n e con res­ p e c to a la m a te ria , n o p u e d e ser p rincipio d e creación, m u ch o m enos p o d rá

riatti, aut formara, aut compositum: non materiam, quia talis forma est posterior ma­ teria et ordine naturae supponit illam u t es­ se possit, et ideo etiam illam supponit ut agere possit. Maxime quod forma adeo im­ perfecta non potest continere eminenter ipsam materiam, et ideo non potest rem adeo sibi dissimilem procreare. Ñeque etiam pot­ est creare formara, quia non potest produ­ cere formam spirituálem, cum suum ordinem exceáere non possit; ñeque formam materialem producere potest, nisi modo con­ naturali ipsi formae producendae; non pot­ est enim immutare ordinem rebus ipsis connaturalem; talis autem forma, quando non concrea tur materiae, non est factibilis per creationem, sed per solam eductionem, quia non est capax proprii esse sine dependentia a materia. 16. linde etiam relinquitur talem for­ mam non posse esse principium creandi to­ tani substantiam materialem, quia haec creari non potest nisi ab eo qui potest creare materiam. Quod vero multo minus possit

spiritualem substantiam creare tamquam evidens supponitur, quia non potest tran­ scenderé suum ordinem in agendo. Et eodem discursu facile concluditur non posse mate­ rialem substantiam secundum se totam aut per se primo esse principium creandi, tum quia, ut dictum est, materia non potest esse principium agendi, nedum creandi, tum etiam quia totum compositum non potest habere vim agendi nisi ab his partibus exquibus essentialiter constat; si ergo ñeque in materia ñeque in forma potest esse ilia vis creandi aut proportio ad talem actionem, ñeque in toto composito esse potest. 17. Restabat dicendum de accidentibus huius substantiae, quod erat tertium membrum in ilia priori parte propositum; sed de accidentibus generatim statim dicemus plura; nunc hoc membrum sumimus ut sa­ tis probatum ex dictis de substantial! for­ ma; nam si haec non potest esse principium creandi, propter naturalem dependentiam quam habet a materia, multo minus esse potent accidens materiale, quod et ma-

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serlo el accidente m aterial, el cual es no sólo m ás d e p e n d ie n te , sino ta m b ié n m enos perfecto, sobre to d o p o rq u e ahora nos ocupam os de la causa prin cip al. M e parece que este razonam iento sobre las cosas m ateriales es eficaz e igual­ m e n te válido p a ra las sustancias p ro d u c id a s y las posibles, p u e sto que se fu n d a en la p ecu liar n a tu raleza e im perfección d e la sustancia m aterial en cu an to tal, y e n Ja co n n atu ral p roporción en tre el o b ra r y el ser, la cual n o p u ede cam ­ b ia rse ; p o rq u e , si b ie n D ios p u e d e o b ra r e n la c ria tu ra o m ed ian te la c ria tu ra sigo d istin to d e lo q u e es co n n atu ral a ésta, n o p u e d e , em p ero , hacer q u e re ­ su lte co nnatural a u n a c ria tu ra lo q u e es desproporcionado a su naturaleza. 18. P aso a la segunda p a rte p ro p u e sta en el arg u m en to prin cip al, acerca d e la sustancia esp iritu al. E scoto no la d em u estra d e o tra m an era sino p o rq u e la su stan cia esp iritu al creada n o p u ed e p ro d u c ir n a d a a n o ser m ediante el ac­ c id e n te ; p e ro m ed ian te e l accidente n o p u ed e crear n a d a ; lu e g o n in g ú n ángel p u ed e te n e r p o d e r d e crear. P ru e b a la m ayor p o r el h echo d e q u e el ángel no p u e d e realizar n a d a sino m ediante los actos del e n ten d im ien to y de la vo lu n ­ ta d ; p e ro estos actos son accidentes, y n o es posible q u e sea p ro d u cid o u n án ­ gel e n el q u e tales actos sean sustancia y n o accidente, com o p ru e b a p o r ex ten ­ so e n aquel pasaje y nosotros adm itim os ah o ra, sea lo q u e fu e re de la eficacia de sus razones en cu a n to a esta p arte, eficacia de la q u e tratarem o s p o sterio r­ m e n te , al ocupam os de las inteligencias creadas. P o r lo q u e h ace a la m en o r, E scoto la p ru e b a p o rq u e, en o rd e n a crear, el accidente sólo p o d ría re q u e rirse , o b ie n com o la acción m ism a q u e term in a e n la cosa cread a, y esto n o p u e d e decirse en el caso p resen te, ya q u e sem ejante acción se e n cu en tra en el té rm in o m ism o — según verem os después— , p o r lo q u e tal acción n o p u e d e ser la in te ­ lección o la volición del á n g el; o tam b ién p o d ría re q u e rirse el accidente com o p rin cip io de dicha acció n ; y que esto n o p u ed e ser lo d e m u e stra únicam ente p o r el p rin cip io general d e q u e el accidente n o p u ede ser p rin c ip io de la p ro ­ ducción de u n a sustancia. E sto lo adm iten todos, en v erd ad , acerca del p rin c i­ pio prin cip al, y en tal sen tid o parece suficiente p a ra el p ro p ó sito actual, ya q u e, com o dijim os, sólo tratam o s del p rin c ip io principal. 19. S in em bargo, el m ism o E scoto extiende la p ro posición tam b ién al p rin ­ cipio in stru m e n ta l, y en ese sentido n o es u n iversalm ente v erdadera, seg ú n vi-

gis dependens est et minus perfectum, praesertim cum tractemus nunc de causa prin­ cipali. Atque hic discursus de rebus materialibus mihi quidem videtur efficax et ae­ que procedere de substantiis factis et possibilibus ; nam fundatur. in propria natura et imperfections substantiae materialis ut sic et in connaturali proportione inter agere et esse, quae ¡minutari non potest; nam licet Deus possit agere in creatura vel per creaturam aliud quam sit illi connaturale, non tamen potest facete quod sit connaturale alicui creaturae id quod est improportionatutn naturae eius. 18. Venio ad alteram.partem in princi­ pali argomento propositam de substantia spirituali. Quam Scotus non aliter probat nisi quia substantia spiritualis creata nihil potest efficere nisi medio accidente; sed medio accidente non potest quidquam crea­ re; ergo nullus angelus potest habere vim creandi. Maiorem ex eo probat quod ange­ lus nihil potest efficere nisi mediis actibus intellectus et voluntatis ; hi autem actus sunt

accidentia,' nec fieri potest angelus in quo tales actus sint substantia et non accidens, ut ibi fuse probat et nos nunc admittimus, quidquid sit de efficacia rationum eius quoad hanc partem, de qua dicemus infra dispu­ tando de intelligentiis creatis. Minor autem probatur ab Scoto, quia accidens solum pos­ set requiri ad creandum vel tamquam actio ipsa quae terminatur ad rem creatam, et hoc dici non potest in praesenti, quia huiusmodi actio est in ipso termino, ut infra videbimus : unde tabs actio non potest esse intellectio vel volitio angeli; vel posset re­ quiri accidens ut principium talis actionis; toc autem esse non posse solum probat exgenerali principio quod accidens non pot­ est esse principium ad producendam substantiam. Quod quidem de principio prin­ cipali omnes admittunt, et in hoc sensu vi­ detur sufficiens praesenti intentioni; nam, ut diximus, sòlum agimus de principio prin­ cipali. 19. Verumtainen ipse Scotus extendit illam propositionem etiam ad principium in-

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m os a rrib a ; si, atendiendo a u n a razón especial,' es v erd ad era acerca d e l in s­ tru m e n to de la creación, lo d iré después. A hora b ien , el razonam iento de E s­ coto supone, en lo c o n c e rn ie n te ' a esta últim a p a rte , q u e si la c ria tu ra p udiese crear, d eb ería c rear una su sta n c ia ; y lo supone con ra z ó n p o rq u e , según hem os dich o m ás atrás, sólo p u e d e crearse u n a cosa su b sisten te o p o r m odo d e subsis­ te n te ; p e ro la c ria tu ra n o p u e d e crear u n accidente p o r m o d o de subsistente, es d ecir, separado d e l sujeto, ya q u e tal m odo d e ser n o p u e d e ser co nnatural al a c c id e n te ; m as la criatu ra n o p u e d e ten er p o d er p a ra p ro d u c ir u n a cosa d e m an era p re te rn a tu ra l o sin o tra s causas d e las q u e d e p e n d e ' n ecesariam ente su n atu raleza. A esto se añade q u e el accidente in h e re n te en la sustancia e im p o ­ te n te p o r su n atu raleza p a ra ex istir d e o tro m odo, n o p u e d e ser p o r su n a tu ­ raleza p rin cip io d e creación d e u n accidente separado p o r sí m ism o, ya q u e tal m o d o d e o b ra r su p e ra el m o d o d e ser connatural a ta l accidente. 2 0. En qué falla el razonamiento de Escoto.— A sí, pu es, sólo h ay u n p u n ­ to en e l q u e p arece deficiente esta argum entación d e E scoto, y es aquel dilem a d e q u e el accidente ú n icam en te p u e d e req u erirse p a ra crear o com o acción o com o p rin c ip io d e acció n ; p o rq u e , adem ás d e éstos, p o d ría darse u n • tercer m ie m b ro , a saber, q u e el a c to accidental se preexija p a ra aplicar o d irig ir la v irtu d activa p ró x im a, p ues d e este m o d o se re q u ie re n ta m b ién la intelección y la volición p a ra las o b ras d e a rte y p a ra m over localm ente. P o d ría, pues, d ecir alguno q u e u n ángel p u e d e crear a otro d e m an era pró x im a e inm ediata valiéndose de su- sustancia com o p rin cip io activo, si b ien , p a ra q u e dicho p rin ­ cipio actú e de u n m odo lib re e in telectu al, se necesita el acto d e v o lu n tad en cuanto aplicativo d e ese p rin c ip io o potencia ejecutiva a la operación, y el acto d el en ten d im ien to en cuanto d ire c tiv o ; y en este sentido n o h ay inconveniente e n q u e el acto accidental se re q u ie ra p a ra la creación de la sustancia. P o rq u e d e esta m an era e n los anim ales la potencia g enerativ a se aplica a o b ra r m e­ d ian te el apetito, y en el h o m b re m ed ian te la v o lu n ta d ; y el en tendim iento, a u n siendo u n a p o ten cia m ás p e rfe c ta q u e la v o lu n tad , se su b o rd in a a ésta e n cu a n to al ejercicio o aplicación al a cto . A sí, p u e s, el p o d e r d e crear, a u n q u e fuese sus-

strumentale, quo sensu non est in -univer­ sum vera, ut supra vidimus; an vero pecu­ liari ratione vera sit de instrumento creationis, infra dicam. Supponit autem hic dis­ cursus Scoti, quoad hanc ultimam partem, quoad, si creatura posset creare, deberet creare substantiam; quod merito supponit, quia, ut supra diximus, non potest creaci nisi, aut rcs subsistens aut per modum subsistentis; creatura autem non potest creare accidens per modum subsistentis seu sepa­ ratum a subiecto, quia talis modus essendi non potest esse connaturalis accidenti; non potest autem creatura habere vim ad producendam rem modo praetematurali aut sine aliis causis a quibus natura sua necessario pendei. Adde quod accidens inhaerens sub­ stantiae et impotens natura sua ad existendum aliter non potest natura sua esse principìum creandi accidens per se separatum, quia talis modus agendi superai modum es­ sendi connaturalem tali accidenti. 20. In quo deficiat discursus Scoti.— Unum ergo tantum est in quo diminutus videtur hic discursus Scoti, nempe illud di­ lemma quod accidens tantum posset requiri

ad creandum vel tamquam actio vel tamquam principium actionis; nam praeter haec posset esse tertium membrum, scilicet, quod actus accidentalis praerequiratur ad applicandam vel dirigendam proximam virtutem agendi; nam hoc modo requiruntur etiam intellcctio et volitio ad opera artis et ad movendum localiter. Posset ergo quispiam dicere unum angelum posse create alium proxime et immediate per substantiam suam tamquam per principium agendi; tarnen, utillud principium agat modo libero et intellectuali, requiri actum voluntatis ut applicantem illud principium seu potentiam exsequentem ad operandum, et actum intellectus ut dirigentem, atque hoc modo non esse inconveniens ad creationem substantiae requiri actum accidentalem. Sic enim in animalibus potentia generandi applicatur ad operandum per appetitum, et in homine per voluntatem; et intellectus, licet sit perfectior po­ tentia quam voluntas, subordinate illi quoad exercitium seu applicationem ad ac­ tum. Sic igitur virtus creandi, etsi substan­ t i a l esset et perfectior, posset subordinate

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tancial y m ás perfecto, p o d ría su b o rd in arse a la v o lu n ta d y aplicarse a su ac­ ció n m ediante su acto accidental. 21. Qué debe añadirse al razonamiento de Escoto.— P o r consiguiente, aten­ d id o este m otivo, n o considero esta p ru e b a com o to talm en te eficaz con resp ecto a las criaturas espirituales e intelectuales. C abe, em p ero , aplicar a q u í las con­ jetu ra s con las q u e m ás adelante dem ostrarem os q u e los ángeles n o p u e d e n con­ v e rtir la m ateria en form a al a rb itrio de su v o lu n ta d ; p o rq u e si esto es v e rd a d , con m u ch o m ayor ra z ó n n o p o d rá n p ro d u c ir algo d e la n a d a ; p e ro de esas ra ­ zones tratarem o s después. A dem ás, es c ierto que n in g u n a inteligencia finita p u e d e crear o tra m ás p e rfecta q u e ella, ya q u e esto su p e ra el po d er de la cau­ sa principal. Y tam poco hay ra z ó n p a ra q u e p u eda crear sustancias m ateriales, to d a vez q u e n o las contiene em in en tem en te, p o r e sta r lim itad a a u n a especie d eterm in ad a y n o te n e r n in g u n a p ro p o rció n con las c o rp o rales; y con las otras su stancias espirituales se com para de tal m an era que vienen a distinguirse com o especies perfectas d e n tro d el m ism o grado, igual q u e se d istin g u en las especies o géneros de anim al. P o r eso, así com o — hablando en absoluto— no p u e d e u n anim al en g e n d ra r a o tro d e diversa especie, au n q u e sea m enos perfecta, ta m ­ poco p o d ría u n ángel crear a o tro in fe rio r; co n siguientem ente, sólo fa lta d e­ m o stra r que tam poco p u e d e crear a otro q u e le sea sem ejante en especie. D e ello sería fácil d a r ra z ó n si fuese v e rd a d q u e las inteligencias n o p u e d e n m u lti­ plicarse n u m éricam en te d e n tro d e la m ism a especie. M as com o ta l o pinión n o es verdadera, p o r eso cabe afirm ar q u e, al m enos la m u ltip licació n de los in d i­ viduos n o es p re te n d id a en sí m ism a p o r la natu raleza, sino únicam ente con vistas a conservar la especie, p o r lo cual n o es co n n atu ral a los individuos in ­ co rru p tib les el te n e r v irtu d p ro p ia p a ra p ro d u c ir otros q u e les sean sem ejantes en especie. P o r ú ltim o, ad ap ta n d o el razonam iento d e E scoto, p u ede añadirse la co n jetu ra d e q u e las sustancias intelectuales creadas, en las operaciones que les son propias e n grado sum o, cuales son las del en ten d im ien to y las de la v o lu n tad , no p u e d e n p ro d u c ir n a d a si n o es a p a rtir de u n sujeto p re e x iste n te ; lu eg o es verosím il q u e n o p u e d a n te n e r p o d e r n a tu ra l p a ra llevar a cabo u n a acción com pletam ente sustancial e in d ep en d ien te d el sujeto.

voluntati et per actum eius accidentalem ad suam actionem applicari. 21. Quid addendum Scoti discursui.— Propter hanc ergo causam non censeo hanc probationem omnino efficacem quoad creaturas spirituales et intellectuales. Possunt tamen hic applicari coniecturae quibus infra probabimns non posse angelos ad nutum suae voluntatis transmutare materiam ad formam; nam si id verum est, multo maiori ratione non poterunt aliquid ex nihilo facere; de illis autem rationibus dicemus in­ fra. Praeterea certum est nullam intelligentiam finitam posse creare aliam perfectiorem se; nam hoc est supra virtutem causae principalis. Ñeque etiam est cur possit crea­ re materiales substantias, quia illas non continet eminenter, cum sit ad definitam speciem limitata et cum proportionem nullam habeat cum ' corporalibus ; ad alias vero spi­ rituales substantias ita comparetur ut intra eumdem gradum condistinguantur tamquam species perfectae, sicut distinguuntur species seu genera animalis. Unde, sicut per se lo-

quendo non potest unum animai generare aliud diversae speciei, edam m in u s perfec­ tae, ita neque unus angelus posset creare inferiorem; solum ergo restat probandum quod nec sibi similem in specie creare pos­ sit. Cuius rei facile redderetur rado, si ve­ rum esset non posse intelligentias multiplicari numero intra eamdem speciem. Sed quia illa opinio vera non est, ideo dici pot­ est saltern multiplicationem individuorum non esse per se intentam a natura, sed so­ lum propter conservandam speciem, ideoque Don esse connaturale individuis incorruptìbilibus habere propriam virtutem «producendi sibi similia in specie. Denique, accomr modando discursum Scoti, potest addi coniectura, quia substantiae intellectuales creatae, in operationibus sibi maxime propriis, quales sunt intellectus et voluntatis, non possunt quidquam efficere nisi ex praesupposito subiecto; ergo verisimile est non posse habere vim naturalem ad efficiendam actionem omnino substantialem et independentem a subiecto.

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Se considera atentamente la razón empleada por Ockam 22. O ckam , e n la citada q . 7, ad u ce u n a ra z ó n d istin ta , a saber, q u e to d a criatu ra ob ra n a tu ra lm e n te o lib re m e n te ; p e ro d e n in g u n o d e esos m odos pu e.de te n e r po d er d e c re a r; luego. Se p ru e b a la m e n o r e n su p rim e ra p arte, por­ q u e ta l causa, ob ran d o n a tu ra lm e n te , crearía al m ism o tiem po to d o lo q u e p u ­ diese, ya q u e n o estaría p en d ie n te d e la disposición o capacidad del sujeto p a­ sivo; p o r tan to , crearía infinitas realidades, ya específicam ente, ya ind iv id u al­ m en te, p u esto q u e n o es po sib le señalar n in g ú n n ú m e ro finito al q u e p u e d a causar. L a segunda p arte acerca d e la causa lib re se d em u estra p o rq u e , a u n cuando n o crease n ecesariam ente todas aquellas realidades, sin em bargo, podría al m enos q uererlas y, p o r consiguiente, p o d ría crearlas sim ultáneam ente todas, lo cu al es in co n g ru en te. P ero esta ra z ó n es m enos eficaz q u e la a n te rio r; p o rq u e n in g u n o de los dos m iem b ro s q u e d a suficientem ente re fu ta d o ; p u es, au n q u e tal causa obrase d e m anera n a tu ra l, n o o b stante, e n su o b rar d e p en d ería del concurso divino, y podría se r d eterm in ad a p o r él a p ro d u c ir realidades finitas, y éstas m ás b ie n q u e aquellas o tra s ; de igual m o d o q u e ahora u n agente n a tu ­ ra l aplicado a u n paciente es, d e suyo, in d ifere n te p a ra p ro d u cir, d e en tre las infinitas form as, esta o aquella fo rm a individual, y es d eterm inado p o r el con­ curso d e D ios. P e ro O ckam afirm a q u e es in c o n g ru en te q u e tal cria tu ra q u ede su sp en d id a en su acción, si p u e d e p ro d u c ir infinitas realidades. M as el m ism o arg u m e n to p u e d e h acerse así a p ropósito de la poten cia d iv in a; luego aquella in co n g ru en cia es 'n u la , ya q u e las cosas infinitas n o p u e d e n ser p ro d u cid as to ­ das en acto sim ultáneam ente. C on la m ism a razó n se im pugna la dem ostración d e la segunda p a rte , p u e sto q u e es posible aplicarla tam b ién a la v o lu n tad d i­ v in a ; consiguientem ente, tal c ria tu ra n o p o d ría q u e re r crear al m ism o tiem po infinitas realidades, p o rq u e su o bjeto sería im posible, o, si lo quisiera, lo que­ rría en vano e ineficazm ente; p o r tan to , sólo p o d ría crear a su a rb itrio , de e n tre las infinitas realidades, éstas o aquéllas. E l argum ento, em pero, concluye recta m e n te q u e t a l . criatu ra p o d ría crear, d e n tro d e la m ism a especie o del m ism o género, realidades sincategorem áticam ente infinitas, es decir, n o tan tas q u e n o p u e d a n ser m ás, al m enos sucesivam ente, lo cual piensa O ckam q u e es asim ism o inconveniente, p e ro n o lo e s ; p o rq u e el sol tam bién p u ed e crear así

Ratio qua Ochamus utitur, perpenditur 22: Aliam rationem adducit Ocham, dicta q 7, scilicet, quia omnis creatura aut naturaliter agit aut libere ; sed neutro modo pot­ est habere virtutem creandi; ergo. Minor quoad priorem partem probatur, quia talis causa naturaliter agens simul crearet quidquid posset, quia non penderei ex disposi­ none vel capacitate passi; crearet ergo in­ finita, vel in specie vel in individuo, quia nullus potest signari numerus finitus quem causare possit. Altera pars de causa libera probatur quia, licet non necessario crearet ilia omnia, tamen saltern posset velie, et consequenter posset creare simul ilia omnia, quod est inconveniens. Sed haec ratio mi­ nus est efficax quam praecedens; neutrum enim membrum satis impugnatur; nam, li­ cet talis causa naturaliter ageret, penderet tamen in agendo a divino concursu, et ab eodem posset determinari ad agendum fini­ ta, et haec potius quam ilia; sicut nunc

agens naturale applicatimi passo ex se indifferens est ad producendum hanc vel fi­ lato individuam formam ex infinitis, deter­ minano: autem per concursum Dei. Sed inquit Ocham inconveniens esse u t talis crea­ tura suspendatur ab actione sua, si potest producere infinita. At hoc idem argumentum sic fieri potest de divina potentia; nullum ergo est tllud inconveniens, quia infinita non sunt producibilia actu simul omnia. Et eadem ratione impugnatur probatio alterius partis, quia ad voluntatem etiam divinam applicali potest; non ergo posset talis creatura velie creare simul infinita, quia obiectum esset im­ possibile, vel si id vellet, inaniter et inefficaciter vellet; solum ergo posset pro suo ar­ bitrio haec vel fila ex infinitis creare. Recte tamen concludit argumentum quod talis creatura posset, intra eamdem speciem vel idem genus, creare syncategorematice infini­ ta, id est, non tot quin plura, saltern suc­ cessive, quod etiam Ocham censet inconve-

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h a sta el infinito m ás realidades sucesivam ente, si b ie n las q u e p u ede p ro d u c ir sim ultáneam ente o conservar en cu alq u ier in stan te n o sólo son finitas, sino tam ­ bién d eterm in ad as en n ú m e ro y e n can tid ad , ya q u e la v irtu d finita re q u ie re al m enos u n té rm in o de esa d a se . A p e sa r d e todo, esto m ism o p o d ría d ecirse d el p o d e r de la cria tu ra p a ra crear, u n a vez adm itido. Se examina la primera razón de Santo Tomás de por qué se requiere un poder

infinito para crear 23. A sí, p u e s, pasando p o r alto aquellas razones q u e , o b ie n son válidas en p a rtic u la r acerca de esta o de aquella c riatu ra, o b ie n p ro c e d e n por m edios m u y extrínsecos, Santo T o m ás in te n tó a d u c ir, tom ándolas d e l objeto p ro p io y del m odo de la creación, dos razones generales p o r las q u e , d e m an era u n iv e r­ sal, to d a creación re p u g n a a to d a c ria tu ra p o sib le ; la p rim e ra se en c u e n tra en I, q. 45, a. 5, c., y p u ede elaborarse a s í: el efecto o té rm in o d e la creación es p ro p io de la causa universalísim a, d e su e rte q u e n o p u e d e convenir a o tra ; luego tam bién la creación y la potencia creadora es p ro p ia d e la p rim e ra causa de ta l m an era 'q u e n o p u e d e com unicarse a otra. L a consecuencia es clara, y a que la acción y la potencia sólo p u e d e p erten ecer a aq u é l a q u ie n p u ed e p e r­ tenecer el efecto. Se p ru e b a el an tec ed en te p o rq u e el ser en cu a n to tal es efecto p ro p io de la causa u niversalísim a; p ero ta m b ién el té rm in o p ro p io o efecto d e la creación es el m ism o ser en cuanto ta l; lu eg o el té rm in o p ro p io d e la crea­ ción sólo p u e d e ser efecto d e la causa p rim era . L a m ay o r es p aten te, p o rq u e los efectos m ás universales h a n de a trib u irse a las causas m ás u n iv ersale s; lu e ­ go tam b ién el efecto u n iv e rsa lism o a la causa u n iv ersalísim a; p ero el ser es el efecto u n iv e rsa lism o ; luego. L a m e n o r se d e m u estra p o rq u e m ed ian te la creación se p ro d u c e el e n te en cu an to e n te ; luego m ed ian te ella se com unica el ser en cuanto ta l según su ra z ó n absoluta, atendida la cual es efecto u n iv e r­ s a lis m o y p ro p io d e la causa p rim era . E scoto im p u g n a esta ra z ó n en el lu g a r citado, y otros escotistas, In II, d ist. 1 ; la defienden extensam ente C ayetano, en I , pasaje c ita d o ; el F errarien se, I I cont. Geni., c. 2 1 ; C apréolo, In II, d ist. 1, q . 3. P e ro algunas d e las objeciones de E scoto tienen solución v erd ad era y fácil.

nicari. Consequentia est clara, quia illius tantum potest esse actio et potentia cuius potest esse effectus. Antecedens autem probatur, quia esse ut sic est proprius effectus universalissimae causae; sed proprius etiam terminus seu effectus creationis est ipsum esse ut sic; ergo proprius terminus crea­ tionis solius primae causae potest esse ef­ fectus. Maior patet, quia effectus universaliores in universaliores causas revocandi Expenditur prima ratio D. Thomae, cur ad sunt; ergo et universalissimus effectus in creandum virtus infinita requiratur universalissimam causam; sed esse est uni­ 23. Omissis ergo rationibus quae vel in versalissimus effectus; ergo. Minor autem particulari procedunt de hac aut illa crea­ probatur, quia per creationem producitur tura vel per media valde extrinseca, D. ens in quantum ens; ergo per illam comThom. ex proprio obiecto et modo creatio- municatur esse u t sic secundum absolutam nis conatus est duas generales rationes af- rationem suam, secundum quam est univer­ ferre ob quas in universum omnis creano salissimus effectus et proprius primae cau­ omni creaturae possibili repugnat: priorem sae. Hanc rationem impugnat Scot., cit. habet I, q. 45, a. 5, in corpore; quae sic loco, et alii scotistae, In II, dist. 1, et eam formari potest: effectus seu terminus crea- late defendunt Caiet-, I, loco dt., et Fertionis est proprius causae universalissimae, rar., I l cont. Gent., c. 21, et Capreol., In II, ita ut non possit alteri convenire; ergo et dist. 1, q. 3. Et quidem nonnullae ex obieccreatio et potentia creandi est ita propria tionibus Scoti veram et facilem habent soprimae causae ut non possit alteri commu- lutionem. mens, sed nullum est; nam sol edam potest sic in infinitum plura generare successive, quamvis ea quae simul potest facere vel conservare in quolibet instanti, non solum sint finita, sed edam in determinato aliquo numero et quantitate, quia virtus finita sal­ tern requirit huiusmodi terminum. Verumtamen hoc idem dici posset de virtute creaturae ad creandum, si semel poneretur.

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Disputaciones metafísicas

2 4 . En qué sentido se dice que el ser es efecto propio de Dios.— P a rq u e , en p rim e r lu g a r, im p u g n a la proposición de S anto T o m ás — el ser es efecto p ro p io de D ios— com o si su sentido fuese que sólo D ios p ro d u c e el ser m ism o en cu alq u ier c ria tu ra , y q u e las causas segundas n o co n cu rren activam ente a la realización- d el ser de la existencia. P ero tal sentido es, sin d u d a , falso, com o p ro b a ré después al tra ta r d e la existencia de la criatu ra, y n o es el que •Santo T o m á s p re te n d ía , sino q u e ú n icam en te llam a al ser efecto p ro p io d e D ios fo r­ m a lm en te y de m an era esencial y p rim aria, ya p o rq u e sólo D ios p u e d e p ro d u c ir el ser del p u ro no-ser, ya p o rq u e es el único q u e p u e d e p ro d u c ir, e n cualquier rea lid a d , todo lo q u e se re q u ie re p a ra el ser de la m ism a. Y estos sentidos son v erd ad ero s, p e ro n o sirven p a ra la cuestión p re se n te , p ues se com etería u n a p e­ tic ió n d e p rin c ip io , p o r ser esto m ism o lo q u e h ay q u e d em o strar. A sí, pu es, o tro sen tid o será q u e sólo D io s m ira al ser factib le de m o d o q u e sea com o el objeto adecuado de su p o te n c ia ; y en este sen tid o ta m b ién es verdadera la p roposición, com o resu lta p a te n te p o r sí m ism o y p o r lo dicho al p rincipio d e esta sección, y los argum entos de E scoto no tien en validez c o n tra e lla ; d e q u é m odo sea aplicable al p re se n te razonam iento, q u e d a rá claro p o r lo que se h a d e d ecir. 25. E l efecto más universal debe atribuirse a una causa más universal.— C o n ello se evidencia tam b ién fácilm ente el sentido q u e p re se n ta la o tra pro p o ­ sición — el efecto m ás un iv ersal d ebe atrib u irse a u n a causa m ás universal— , im p u g n ad a asim ism o p o r E sc o to ; p o rq u e , o se tra ta de la u n iversalidad e n p e r­ fección, tan to d e la causa com o d el efecto, y en to n ce s, a u n cu an d o la proposi­ ción general fuese verdadera, n o o b stan te es falso q u e el e n te o e l ser sea el efecto universalísim o, el cu al n o es el m ás p erfecto , antes bien es el m ás im p er­ fecto d e todos, p o r ser e l m ás c o m ú n ; o se tra ta d e la u n iversalidad en p re ­ dicación, e n cuyo caso la p ro p o sició n sería ajena a la cuestión y no sería ver­ d a d lo q u e se su pone, ya q u e D ios n o es causa universalísim a en ese sentido. P e ro a esto se responde fácilm ente, p o rq u e se tra ta de u n a universalidad p ro ­ po rcio n al al efecto y a la causa. A sí, p u es, p o r p a rte d e la causa se tra ta de u n a u n iversalidad e n la causación, m ientras q u e p o r p a rte d el efecto trá ta se

24. Esse qualiter dicatur proprius Dei Scoti non procedunt contra illam. Quomodo effectus.— Impugnai enim primo illam pro- vero deserviat praesenti rationi, patebit ex positionem D. Thom., quod esse est pro­ dicendis. 25. Universalior effectus in universàlioprius effectus Dei, ac si sensus esset solum Deum efficere ipsum esse in qualibet crea­ rem causam reducendus.— Ex quo facile tura, et causas secundas non concurrere ac­ edam constai quem sensum reddat alia pro­ tive ad efficiendum esse existentiae. Sed hic positio quod universalior effectus in universensus est sine-dubio falsus, ut infra osten- saliorem causam reducitur, quam etiam im­ dam disputando de existentia creaturae, et pugnat Scotus, quia vel est sermo de uninon est intentus a D. Thom., sed solum vo- versalitate perfectionis, tam causae quam ef­ cat esse proprium effectum Dei formaliter fectus, et sic, licet generalis propositio esset ac per se primo, vel quia solum Deus fa- vera, falsimi tamen est quod ens aut esse sit cere potest esse ex omnino non esse vel universalissimus effectus, quia non est perquia solus potest facere in qualibet re om­ fectissimus, sed potius imperfectissimus om­ nia quae ad illius esse requiruntur. E t hi nium, cum sit communissimus ; vel est ser­ sensus sunt veri, non tamen deserviunt ad mo de universalitate praedicationis, et sic rem praesentem, quia peteretur principium, nec propositio esset ad rem neque subsumpcum hoc ipsum sit probandum. Alius ergo tio vera, quia Deus non est hoc modo causa sensus erit quod solus Deus respicit esse universalissima. Sed hoc facilem habet refactibile, ut sit tamquam adaequatum obiec- sponsionem, quia sermo est de universalitate tum suae potentiae, et hoc etiam sensu est proportionata effettui et causae. Unde ex vera propositio, ut per se constat et ex dic- parte causae est sermo de universalitate in tis in principio huius sectionis, et argumenta causando; ex parte vero effectus est sermo

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de u n efecto universal en m u ltitu d y, co n secu en tem en te, d e u n a razón objetiva ad ecuada m ás u niversal en la p redicación. Y en este sen tid o es p len am en te ver­ d ad ero q u e u n efecto m ás universal o m ás co m ú n , es d ecir, la razó n d e en te o d e ta l ente, cu a n to m ás u niversal es, ta n to m ás es considerado p o r u n a causa de m ayor universalidad com o la ra z ó n esencial y p rim a ria m e n te objetiva y a d e ­ cuada d e su- potencia. Y la razón es clara, p o rq u e, a u n cu an d o la causa u n i­ versal sea sim ple en sí m ism a, n o o b sta n te se dice un iv ersal p o r ord en a la m u ltitu d de cosas que contiene e m in en tem en te y q u e p u e d e re a liz a r; luego, cu a n to m ás universal sea, ta n to m ayor n ú m e ro d e cosas co n te n d rá y p o d rá p ro ­ d u c ir; p o r ello, te n d rá u n a razó n objetiva ta n to m ayor en la pred icació n , es d ecir, q u e co n ten g a bajo sí m ás cosas; luego, in v ersam e n te, cu an to m ás u n i­ versal e n este sentido sea el efecto, h a b rá d e a trib u irse a u n a causa ta n to m ás universal, si se afirm a q u e le co rresp o n d e ad ecuadam ente y d e m anera esen­ cial y p rim aria. N i es obstáculo co n tra esto el h echo d e q u e las razones m ás universales en la predicación son m enos p e rfe c ta s; p u e s, a u n q u e esto sea ver­ d ad considerando dichas razones según la p recisión m e n ta l, n o lo es, em pero, en cu an to incluyen a todos los in fe rio re s; ahora b ie n , d e e ste m odo se dice el e n te y o tra razó n sem ejante ad ecuada a u n a p o ten cia activa, ya q u e n o alcanza a esa razó n precisiva, sino a to d o lo q u e está contenido bajo e lla ; y en este sentido se dice q u e el e n te creab le es el objeto adecuado de la p o ten cia d iv in a ; cosas to d as q u e son suficientem ente claras. O tro s re sp o n d e n que e l ser en cuanto tal, incluso considerado en general com o el ser de la existencia, es la p erfección m ayor de todas. P ero d el sen tid o de esta ex p resió n tratarem o s d esp u és, e n la d isp u tació n ya indicada, p o rq u e ahora n o es necesario. 26. Dónde se encuentra la dificultad de la razón de Santo Tomás.— C ier­ tam en te, la m ayor dificultad está en la aplicación d e estos p rin cip io s generales p a ra concluir la proposición q u e se p re te n d e , p o rq u e parece q u e de ellos p u e ­ d en in ferirse, a lo sum o, dos cosas, las cuales dijim os arrib a q u e son ciertas. U n a es q u e la cria tu ra n o p u e d e crear in d e p e n d ie n te m e n te d e la c a u sa p ri­ m e ra ; m as no p arece in ferirse en m a n e ra alguna q u e n o p u e d a hacerlo con el concurso d e la causa p rim e ra ; p o rq u e d a r el ser n o es p ro p io d e la causa p ri­ m era, sino con la antedicha in d ep en d e n cia. P o r eso, en el lib . De causis se dice

de effectu universali in multitudine, et consequenter de ratione obiettiva adacquata universaliori in praedicando. Et hoc modo verissimum est universaliorem vel communiorem effettuai, id est, rationem ends vel talis ends, quo universalior est, eo respici a causa universaliori tamquam rationem obiectivam per se primo et adaequatam suae potentiae. Et ratio est clara, quia, licet causa universalis in se sit simplex, tamen dicitur universalis per ordinem ad multa quae eminenter continet et potest efficere; ergo quo fuerit universalior, eo continebit et poterit efficere plura; ergo eo babebit rationem obiectivam universaliorem in praedicando, id est, plura sub se continentem; ergo et, e converso, quo effectus fuerit hoc modo universalior, eo in causam universaliorem reducendus est, si adacquate ac per se pri­ mo illi correspondere dicitur. Neque contra hoc obstat quod rationes universaliores in praedicando sunt minus perfectae; nam, li­ cet hoc sit verum considerando illas ratio­ nes secundum mentis praedsionem, non ta­

men prout includunt omnia inferiora; hoc autem modo dicitur ens et alia similis ratio adacquata alicui potentiae activae; non enim attmgit illam rationem praecisam, sed totum quod sub illa continetur ; et hoc modo ens creabile dicitur esse adaequatum obiettimi divinae potentiae, quae omnia sunt satis ma­ nifesta. Alii respondent esse ut sic, edam in communi sumptum pro esse existentiae, esse maximam perfectionem omnium. Sed de sensu huius locutionis dicemus inferius in praedicta disputatione, nunc enim necessarium non est. 26. In quo sit difficultas rationis D. Thom .— Maior sane difficultas est in applicatione horum generalium principiorum ad concludendam propositionem intentata, quia ex illis ad summum videntur posse in­ ferri duo, ' quae supra diximus esse certa. Unum est quod creatura non possit creare independenter a prima causa. Quod vero id non possit cum concursu primae causae, mi­ nime videtur inferri. Nam dare esse non est proprium primae causae, nisi cum prae-

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Disputaciones metafísicas

(y lo aduce tam b ién Santo .T om ás): L a causa segunda no da el ser sino en virtud de la primera y en cuanto participa de la operación de la primera, lo cual no es verdad p o r o tra ra z ó n sino p o rq u e la causa segunda ú n icam en te p u ed e o b rar m ediante el po d er recib id o d e la p rim era y d ep en d ie n d o en su accción de la operación actual de D io s; luego de esta m an era p u e d e la cria tu ra com u­ n icar el' ser, incluso p o r creación, según lo q u e se d esp ren d e de aquel p rin ci­ pio. A dem ás, d e dichos p rin cip io s se concluye c o n to d a leg itim id ad q u e n o p u e d e com unicarse a la c ria tu ra u n a poten cia creadora q u e te n g a p o r objeto adecuado al e n te creable o al ser m ism o en cu an to incluye to d o el ám bito d e l e n te p a rticip ab le. M a s d e a q u í n o cabe colegir q u e cu alq u ier participación d e esa potencia cread o ra un iv ersal, lim itad a y d eterm in ad a a alg ú n género o espe­ cie, o al m enos a algunos in d iv id u o s de las realidades creables, sea incom uni­ cable a la c ria tu ra ; p o rq u e n i sem ejante potencia así d eterm in ad a im plica con­ trad icció n e n sus térm inos, n i p u e d e d em ostrarse en v irtu d d e esos principios que. sea im posible. L o p rim e ro es ev idente, p u e s la creación del león, p o r ejem ­ p lo , es específicam ente d istin ta de la creación d el h o m b re ; luego p o r los té r­ m inos no es con trad icto rio q u e exista u n a poten cia creadora proporcionada a la c reació n de. tal especie y n o a la creación e n to d a su a m p litu d , com o resu lta ev id e n te e n el caso de la facu ltad generativa o eductiva d e la potencia de la m ateria, la cu al potencia, e n cu a n to se e x tien d e a to d o generable posible, es p ro p ia de D ios exclusivam ente, sobre to d o c o n in d ependencia, y, en cam bio, lim ita d a a u n a ■d e te rm in a d a especie de generación, p u ed e com unicarse a la cria­ tu r a c o n d ep en d en cia de la causa p rim era . L o segundo es m anifiesto, ya q u e ta l p o te n c ia creada, a u n cuando esté destinada a crear, n o te n d rá p o r objeto u n efecto u niversalísim o, sino d ete rm in a d o y p articu lar. P o r eso, lo q u e Santo T o ­ m ás afirm a en la d em o strac ió n , a saber, q u e m ed ian te la creación se p roduce el se r ab so lu tam en te, n o en cu a n to es éste e n concreto o con tales caracterís­ ticas, es "verdad re fe rid o a la creación e n general, m as n o si se refiere a esta creación específica; p o rq u e m ed ian te ésta se p ro d u c e , c iertam en te, el ser en c u a n to es ta l ser, p o r ejem plo, del h o m b re o del. ángel, p o r lo cual no es p re ­ ciso q u e la p o te n c ia q u e n o se o rd en a adecuadam ente a la creación en cuanto

dicta indepehdentia. Unde in lib. de Causis dicitur (quod D. Them, etiam àdducit): Secunda causa non dat esse nisi in virtute primae et in quantum participat operationem primae, quod non alia ratione veruni est nisi quia causa secunda tantum agere potest per virtutem acceptam a prima et dependens in actione sua ab actuali operatione Dei; ergo hoc modo potest creatura communicare esse, etiam per creationem, quan­ tum est ex vi illius principii. Rursus ex iilis principiis optime conduditur non esse communicabilem creaturae potentiam creandi quae habeat pro obiecto adacquato ens creabile seu ipsum esse u t includit totam latitudinem esse participabilis. Hinc vero non potest concludi omnem participadonem il­ lius potentiae creativae universalis, limita­ tala ac determinatam ad aliquod genus vel speciem, vel certe ad aliqua individua re­ rum creabilium, esse incommunicabilem creaturae; neque enim huiusmodi potentia sic determinata in ipsis terminis involvit repugnantiam neque ex iilis principiis es­ tendi potest hnpossibilis. P rimnm patet,

quia creatio leonis, verbi grada, est specie distincta a creatìone hominis; ergo ex ter­ minis non repugnat dari potentiam creatam commensuratam creadoni talis speciei et non creationi secundum totam suam latitudinem, sicut est manifestimi in potentia generativa seu eductiva de potentia materiae, quae, prout se extendit ad trame generabile pos­ sibile, est propria solius Dei, maxime cum independentia; limitata vero ad certam spe­ ciem generationis, potest communicari crea­ turae cum dependentia a prima causa. Se­ cundum patet, quia talis potentia creata, etiamsi sit ad creandum, non habebit prò obiecto universalissimum effectum, sed de­ terminatimi et particularem. Unde quod D. Thom. subsumit, scilicet, per creationem produci esse absolute, non quatenus hoc vel tale, est quidem verum de creatìone in ge­ nere, non vero de hac creatìone in specie; nam per hanc revera producitur esse qua­ tenus est tale, scilicet hominis aut_ angeli, et ideo non est necesse ut potentia quae non respicìt adacquate creationem ut sic, sed talem creationem, sit universalissima po-

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ta l, sino a u n a creación d eterm in ad a, sea u n a p o ten cia un iv ersalisim a; luego n o es necesario q u e sea p ro p ia de la causa prim era . 27. Primera solución de la dijicultad.— A esta dificu ltad p u ed e re sp o n ­ d e rse , en p rim e r lu g ar, concediendo q u e con aquel ra zo n am ien to n o se p ru eb a n a d a m ás, y q u e ello n o a te n ta co n tra la au to rid ad d e S anto T o m á s, p u es p a ­ rece q u e él n o p re te n d ía concluir m ás con dicha argu m en tació n . Y eso es ev i­ d e n te , p o rq u e ' in m ediatam ente d espués d e aq u ella razó n refiere la o p in ió n de q u ien es afirm an q u e la c ria tu ra p u e d e c re a r m ed ian te la v irtu d recib id a d e D ios, y, a u n q u e Santo T o m ás, en aq u el pasaje, d é a esto la denom inación d e crear in stru m e n ta lm e n te , n o o b stan te, p arece q u e , en realid ad , sólo tom a el térm in o instrumentalmente en sentido am plio, ta l com o se dice q u e tam b ién las causas seg u n d as prin cip ales son in stru m e n to s d e la causa p rim e ra . E llo p u e d e p ro b a rse p o rq u e de este m odo cita en seguida la o pinión d e A vicena, q u ie n afirm a q u e u n a inteligencia creó a o tra ; p e ro A vicena n o sostuvo q u e la in teligencia crease co m o in stru m e n to estrictam en te considerado, sino com o causa segunda p rin c ip a l. A h o ra b ien , -en esta resp u esta q u e d a n dos in co n v en ien tes: u n o es q u e n o se defiende la ra z ó n n i se deja p ro b a d a la co n clu sió n ; otro, refe re n te al pensa­ m ie n to d e S anto T o m ás, es q u e la ra z ó n con q u e d e m u e stra in m ed iatam en te d e sp u é s q u e la criatu ra n o p u e d e ser in stru m e n to d e la creación es tam b ién válida acerca d e la causa segunda p rin c ip a l, lo cual, sin em bargo, es difícil, seg ú n explicarem os m ás adelante al o cu p arn o s d e dich a razón. 28. Segunda.— A sí, pu es, en segundo lu g ar podem os re sp o n d e r q u e la efi­ cacia de. aquella ra z ó n consiste en q u e d el objeto fo rm a l y del m odo d e la crea­ ció n infiere q u e n o p u ed e darse u n a p o ten cia cread o ra q u e d e suyo n o se o r­ d e n e , com o a su objeto adecuado, al ser en to d a la a m p litu d d el e n te p articip ab le (p u es debe en ten d e rse e l e n te en ese sen tid o siem pre q u e , e n la p re se n te m a­ teria, se dice e n te en cu an to e n te , a n o ser que la expresión en cuanto se to m e especificativam ente, según dije). M as p arece que S anto T o m á s p one la fuerza d e aquella in feren cia en la siguiente p ro p o sic ió n : Producir el ser absolutamente,

no en cuanto es éste en concreto con tales características, pertenece a la' razón de creación. Y p u ed e elaborarse la d ed u cció n de esta m a n e ra : m ed ian te cu al­ q u ie r creación se pro d u ce esencial y p rim ariam en te el ser, n o sólo en cu a n to es ta l ser, sino tam b ién en cu an to es s e r; luego to d a potencia de la q u e p ro -

t ernia; ergo non oportet ut sit propria primae causae. 27. Prima enodatio difficultatis.— Ad hanc difficultatem primo responderi potest concedendo non amplius probari ilio discursu, idque non esse contra D. Thomae auctoritatem, quia ille non videtur amplius concludere voluisse tali discursu. Quod patet, nam statim post illam rationem refert opinionem dicentium posse creaturam creare per virtutem acceptam a Deo, et licet D. Thom, ibi vocet hoc creare instrumentaliter, tamen revera videtur solum sumere illud instrumentaliter late, prout edam cau­ sae secundae principales dicuntur esse instrumenta primae causae. Quod probari pot­ est, nam hoc modo refert statim opinionem Avicennae dicentis imam intelligentiam creasse aliam; Avicenna vero non posuit intelligentiam creare ut instrumentum in ri­ gore sumptum, sed ut causam secundam principalem. In hac vero responsione duo incotnmoda relinquuntur; unum, quod ra­ tio non defenditur nec manet probata con-

clusio. Aliud, spectans ad mentem D. Thom., quod ratio qua statim probat crea­ turam non posse esse instrumentum creationis procedat etiam de causa secunda prin­ cipali, quod tamen difficile est, ut inferius declarabimus attingendo rationem illam. 28. Secunda.— Secundo ergo respondere possumus efficaciam illius ranonis in eo consistere ut ex formali obiecto et modo creationis ejiciat non posse dari potentiam creandi quae ex se non respiciat ut adac­ quatimi obiectum esse secundum totani latitudinem entis participabilis (huiusmodi enim ens intelligendum est queries in hac mate­ ria dicitur ens in quantum ens, nisi illud in quantum specificative sumatur, u t dixi). Vim autem illius illationis videtur D. Thom. ponere in illa propositione : Producere esse absolute, non in quantum est hoc vel tale, pertinet ad rationem creationis. Potestque ita formari deductio, nam per omnem creationem fit per se primo esse, non solum in quantum est tale esse, sed etiam in quan­ tum est esse; ergo omnis potentia a qua

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cede tal acción está ord en ad a, com o a su objeto adecuado, al ser m ism o, ng> sólo e n cuanto e s tal ser, sino absolutam ente en cu an to es s e r; luego ta l p o ­ ten cia d eb e ser n ecesariam ente u niversal y abarcad o ra d e to d o en te participable. L a consecuencia es clara, ya q u e to d a p o ten cia abraza to d as las cosas q u e están co m prendidas bajo su o bjeto adecuado y form al. L a m ayor es asim ism o p a te n te . p o r la d o ctrin a d el F ilósofo en I de la Física, a rrib a indicada, y q u e C ayetano explica ta m b ién co rrectam en te e n I, q . 44, a. 2. P o rq u e se dice q u e el' efecto es p ro d u c id o esencial y p rim ariam en te según aquella razó n q u e no p re ­ cedió p o r p a rte d el efecto, p u e s si p recedió, ya n o se d irá q u e es p ro d u c id o d e m a n e ra -e se n c ia l, sino a c c id e n ta l; p o rq u e c u a n d o del aire se genera fuego, n o sé p ro d u ce esencialm ente u n cu erp o n i u n elem ento, p e ro se p roduce esen­ cialm ente fuego. A sí, p u e s, e n to d a creación se p ro d u ce de m anera esencial el e n te o el ser, n o sólo e n cu a n to ta l, sino ab so lu tam en te en cuanto ser, ya q u e n in g u n a ra z ó n d e ente o d e ser se p resupone a la creación, p u e sto que es d e la nad a. 29. E n cuanto a la m e n o r, se p ru e b a p o rq u e aquella ra z ó n según la c u a l la potencia alcanza esencial y p rim ariam en te su efecto, parece ser la razón fo r­ m al objetiva bajo la q u e d ic h a potencia alcanza el m ism o efecto. D e d o nde re su lta q u e ,' e n su causación, la potencia es ta n universal y ab stracta com o lo es, en su o rd en , aquella ra z ó n form al objetiva a la q u e alcanza esencial y p ri­ m ariam ente. 30. Se aclara otro razonamiento de Santo Tomás, explicativo del anterior.— P a ra confirm ar la m ism a d ed u cció n podem os a ñ ad ir tam b ién o tro razo n am ien to del p ro p io S anto T o m ás, en e l m ism o artícu lo , solución a d 1 : to d o lo que crea algo, crea absolutam ente el e n te , y n o sólo aplicando el ser o la naturaleza d e í e n te a este e n te ; lu eg o , e n lo q u e de él d ep en d e, p u e d e crear cualquier ente creable. Se explica el a n tec ed en te, p o rq u e no es posible q u e q u ie n p articipa d e alguna n atu raleza la p ro d u zca absolutam ente, sino aplicándola a algo, de igual m odo q u e P e d ro no p u e d e ser causa de la n atu raleza h u m a n a e n absoluto, p u es d e lo. contrario p o d ría ser causa d e sí m ism o. P o r ta n to , sólo p u e d e ser causa d e q u e la n atu raleza h u m a n a se e n cu en tre en P ab lo o e n F rancisco. P ero , a sí com o este h o m b re p a rtic ip a d e la naturaleza del h o m b re , igualm ente cualquier

est talis actio respicit ut formale et adaequatum obiectum ipsum esse, non solum in quantum est tale esse, sed absolute in quantum est esse; ergo talis potentia ne­ cessario debet esse universalis et complectens omne ens participabile. Consequentia est clara, quia omnis potentia complectitur omnia quae sub suo obietto adaequato et formali comprehenduntur. Maior etiam con­ stat ex dottrina Philosophi, I Phys., supra latta, quam etiam bene dedarat Caiet., I, q. 44, a. 2. Nam effectus dicitur fieri per se primo secundum earn rationem quae non praecessit ex parte effectus; nam si praecessit, iam non per se, sed per accidens fieri dicetur; nam cum ignis generatur ex aere, non fit per se corpus neque elementum, fit autem per se ignis. Sic igitur, in omni creatione fit per se ens seu esse, non solum ut tale, sed simpliciter ut esse, quia nulla ratio entis aut esse supponitur ad creationem. cum sit ex nihilo. 29. Minor vero probatur, quia illa ratio secundum quam per se primo attingit po-

tentia suum effectum videtur esse formalis ratio obiettiva sub qua talis potentia attin­ git eumdem effectum. Unde fit ut in cau­ sando tam universalis et abstracta sit po­ tentia quam est in ordine suo illa ratio for­ malis obiettiva quam per se primo attingit. 30. Discursus alius D. Thom. explicans priorem declaratur.— Addere praeterea possumus ad confirmandam eamdem deductionem alium discursum eiusdem D. Thom. in eodem art., in solut. ad 1. Quia quidquid créât aliquid, créât absolute ens, et non tantum applicando esse seu naturam entis ad hoc ens; ergo quantum est ex se, potest creare quodlibet ens creabile. Explicatur an­ teced ei, nam fieri non potest ut qui parti­ cipât aliquam naturam producat absolute fi­ lant, sed applicando illam ad aliquid, ut Petrus non potest esse causa naturae humanae absolute, alias posset esse causa sui ipsius. Unde solum potest esse causa ut natura humana sit in Paulo vel Francisco. Sicut autem hic homo participât naturam

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e n te creado p a rtic ip a d e la n a tu raleza d el e n te ; lu eg o n o p u e d e p ro d u c ir abso­ lu ta m e n te la n a tu raleza del e n te , sino aplicándola a este en te. P o r consiguiente, a sí com o e l , h o m b re n o p u e d e ap licar m ed ian te su acción o p ro d u cció n la n a ­ tu ra le z a del h o m b re a este h o m b re, si n o es p resu p o n ien d o algo en v irtu d de lo cual se realice la d e term in ació n d e la n atu raleza co m ú n a este in d iv id u o , de ig u al m anera, en general, el e n te p o r p articip ació n n o p u e d e co m unicar la n a ­ tu ra le z a del e n te sino p resu p o n ien d o algo p o r lo q u e la n a tu raleza d e l e n te q u e d e d eterm in ad a a este ente, lo cu al re p u g n a a la creación. L u eg o , in v ersa­ m e n te , to d a p o te n c ia q u e p u e d e p ro d u c ir absolutam ente el e n te , sin p re su p o n e r n a d a , p ro d u ce ab so lu tam en te la n a tu raleza d el en te, y n o sólo aplicándola a este e n te ; luego to d a p o ten cia q u e p u e d e p ro d u c ir de ese m odo es u n a p o ten cia u n i­ v e rs a l; n o p u ed e, p o r tan to , ser u n en te p articip ad o , sino el e n te p o r esencia. 31. Algunos objeciones contra los dos razonamientos aducidos de Santo To­ más.— P ero a ú n n o se a q u ieta la m en te, sino q u e d escu b re m u ch as dificultades e n am bos razonam ientos. E fectivam ente, en el p rim e ro , parece q u e la p ro p o si­ ció n su b su m id a , e n la q u e se e n c u e n tra to d a la fu erza d e l arg u m en to , a saber, toda

potencia que en algún efecto alcanza esencialmente alguna razón de ente es, de suyo, universal para todas las realidades comprendidas bajo tal razón, n o goza d e v erd ad u n iv e rsa l; p ues cuan d o se genera trig o , p o r ejem plo, n o se genera esen cialm en te sólo el trig o , sino tam b ién el viviente, ya q u e n o se p re su p o n e la ra z ó n d e v iv ie n te ; p o rq u e el trig o o la h ie rb a se e n g e n d ra d e la tie rra n o viviente y, sin em bargo, no p o r ten er p o ten cia p a ra e n g e n d ra r trigo tie n e p o ­ tencia p a ra g en erar cu alq u ier viviente. Ig u al sucede c u an d o el caballo en g en d ra a l caballo, n o sólo d el no-caballo, sino ta m b ié n d el no -an im al, a saber, d e l se­ m e n ; p o rq u e entonces se genera esencialm ente e l caballo y el anim al y, a p e ­ s a r d e eso, aquella p o ten cia g en erativ a n o se o rd en a a la ra z ó n d e anim al com o ad ecuada n i p u e d e realizar las generaciones de todos los anim ales. A dem ás, en o tro caso se sigue q u e ta m b ié n D ios p u e d e crearse a sí m ism o, p ues c u an d o se crea algún e n te , e n él se realiza esencialm ente n o sólo la ra z ó n de e n te crea­ ble, sino ta m b ién la ra z ó n d e e n te abstractísim o, ya q u e , p o r p a rte del efecto, n o se p resu p o n e n in g u n a ra z ó n d e e n te ; p o r tan to , si la consecuencia in d icad a

hominis, ita quodlibet ens creatum participat naturam entis; non ergo potest producere absolute naturam entis, sed applicando illam ad hoc ens. Ergo sicut homo non potest per actionem vel productionem suam applicare naturam hominis ad hoc nisi praesupponendo aliquid quo ilia determinatio naturae communis ad hoc individuum fiat, ita in universum non potest ens per participationem communicare naturam entis nisi praesupponendo aliquid quo determinetur natura entis ad hoc, quod repugnat creatiom. Ergo, e converso, omnis potentia quae potest producere absolute ens, nihil praesupponen­ do, producit absolute naturam ends, et non tantum applicando illam ad hoc; ergo omnis potentia quae potest sic producere est universalis potentia; unde non potest esse ens participatum, sed ens per essentiam. 31. Obiectiones aliquot contra utrumque allatum D. Thom, discursum.— Sed adhuc non quiesdt animus, sed in utroque discursu plures difficultates invenit. Nam in priori, ilia propositio subsumpta, in qua

est tota vis argumenta, scilicet, omnis potentia per se attingens in aliquo effectu rationem aliquam entis est de se universátis ad omnia quae sub tali ratione comprehenduntur, non videtur in universum vera; nam cum generatur triticum, verbi gratia, non solum per se generatur triticum, sed etiam vivens, quia non praesupponitur ratio viventis; generatur enim triticum aut herba ex térra non vívente, et tamen, quia habet potentiam ad generandum triticum, non propterea habet potentiam ad generandum omne vivens. Idem est cum equus generar equum, non solum ex non equo, sed etiam ex non animali, nempe ex semine; tune enim per se generatur et equus et animal, et tamen illa potentia generativa non respicit rationem animalis ut adaequatam, nec potest efficere generationes omnium animalium. Praeterea, alias sequitur etiam Deum posse creare seipsum, quia quando creatur aliquod cns, non tantum in illo fit per se ratio entis creabilis, sed etiam ratio entis abstractissimi, quia nulla ratio entis prae­ supponitur ex parte effectus; ergo si dicta

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es u n iv ersal, el o bjeto adecuado de la potencia creadora será n o sólo el e n te creable, sino el e n te ab so lu ta' y p recisiv a m e n te ; luego co m p re n d e rá bajo sí ab ­ so lu tam en te a to d o en te, in clu so al m ism o D ios. Y n o cabe d e c ir q u e el en te ab stracto e n cu an to ta l n o es cread o esencialm ente p o rq u e la ra z ó n de ente se p re su p o n e al m enos en el c re a d o r; p u es esto n o im p id e la p ro d u cció n esen­ cial, y a q u e el fu eg o e n g e n d ra esencialm ente fuego, a u n c u an d o se p resu p o n g a en e l g e n e ra n te la ra z ó n de fu e g o ; p o r eso dije m ás a rrib a q u e la ra z ó n q u e se p ro d u c e d e m an era esencial n o d e b e p resu p o n erse p o r p a rte d e l efecto, to d a vez q u e p o r p a rte del agente n o co nstituye obstáculo. 3 2. Y si alguien resp o n d e q u e no se sigue eso, p u e sto q u e lá p o ten cia crea­ d o ra n o alcanza aquella razó n a b stractísim a d e e n te, considerada precisivam ente com o ta l p o r la m e n te , sino e n cu an to está in clu id a en la ra z ó n d e e n te creable, cosa q u e a rrib a expresam os e n té rm in o s dialécticos d ic ie n d o q u e n o la alcanza­ b a d e m a n e ra re d u p licativ a, sin o especificativa, la re s p u e sta es, en verdad, excelente, p e ro con ella se q u e b ra n ta to d a la fu e rz a d e la ra z ó n y dél arg u ­ m e n to d e S a n to T o m ás. P o rq u e de igual m odo se d irá q u e m e d ia n te la po­ ten cia cread o ra com unicada a la cria tu ra n o se p ro d u c e esencialm ente la razó n d e e n te creable com o ta l, sino e n ‘cu an to está in c lu id a e n la ra z ó n d e tal ente, y q u e ta m b ié n d e esa m anera, sem ejante p o te n c ia n o alcanza al en te re d u p licativam ente, sino especificativam ente, por lo cu al n o es leg ítim o in fe rir que d ic h a p o te n c ia d e b a ser universalísim a y co m p ren d er a todo e n te creable. P o r eso, p a ra m ay o r clarid ad p o d em o s establecer d istin c ió n e n tre ser p ro d u cid o esencialm ente y ser p ro d u cid o esencial y p rim a ria m e n te , y afirm ar q u e para lo p rim e ro b asta q u e , p o r p a rte d e l efecto, n o se p re su p o n g a la realid ad según a q u e lla ra z ó n e n la q u e se d ice q u e es p ro d u c id a esen c ia lm e n te ; p e ro añadiendo esto ú ltim o : q u e, seg ú n d ich a ra z ó n , lá realid ad sea p ro d u c id a com o el térm ino p ro p io y cuasi form al d e la p o te n c ia agente, y n o sólo com o in clu id o e n el térm in o form al. A sí, pues, m e d ia n te la creación se p ro d u c e esencialm ente el e n te e n cu a n to e n te creable, p e ro p o r la ra z ó n de creación n ó p u ed e dem os­ tra rse la necesidad de q u e se p ro d u z c a esencial y p rim ariam en te según aquella razón tra sc e n d e n ta l, p o rq u e p u e d e ser creado p o r alg u n a p o te n c ia esencial y p ri-

consecutio universalis est, adaequatum ob- potentiam creandi communicatam creaturae iectum potentiae creativae non erit tantum non fieri per Se rationem entis ereabilis ut ens creabile,, sed absolute et praecise ens; sic, nisi quatenus induditur in ratione talis ergo comprehendet sub se absolute omne entis, atque ita etiam huiusmodi ' potentiam ens, etiam ipsum Deum. Nec dici potest non attingere ens in quantum ens duplica­ ens ut sic abstractum per se non creari, tive, sed specificative, et ideo non recte col­ quia ratio entis supponitur saltern in crea­ ligi talem potentiam debere esse universatore; hoc enim non impedit productionem lìssimam et compréhendere ens omne crea­ per se, nam ignis per se générât ignem, bile. Unde claritatis gratia distinguere poslicet ratio ignis in generante supponatur, et sumus inter fieri per se et fieri per se pri­ ideo supra dixi rationem quae per se fit mo, asserereque ad illud primum sufficere non debere supponi ex parte effectus, quia u t res, secundum earn rationem qua per se fieri dicitur, non supponatur ex parte effec­ ex parte agentis non obstat. 32. Quod si respondeatur id non seqùi," tus; hoc vero posterius addere, quod res quia potentia creandi non attingit illam secundum talem rationem fiat ut proprius abstractissimam rationem entis,' ratione i ut et quasi formalis terminus potentiae agen­ sic praecise sumptam, sed quatenus inclu- tis, et non tantum ut inclusus in formali termino. Per creatiopem ergo fit per se ens ditur in ratione entis creabilis, quod supra dialecticis terminis diximus non attingere in quantum ens creabile, non tamen ex ra­ tione creationis probari potest esse necesillam reduplicative, sed specificative, est quisarium ut fiat per se primo secundum illam dem responsio optima, tamen per eamdem transcendentalem rationem; nam potest infringitur tota vis rationis et discursus D. Thomae. Nam eodem modo dicetur per creari ab aliqua potentia per se primo qua1 El acusativo rationem, que aparece en otras ediciones, sólo introduciría una ligera variación de matiz en la frase. (N. de los EE.)

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m ariám ente en cu a n to tal ente. A hora b ien , au n q u e aquella proposición, q u e es fu n d am en to d el razonam iento an ted ich o , se adm ita con resp ecto a u n efecto esencial y p rim ario , n o p u e d e , em pero, ad m itirse con resp ecto a cualquier efecto esencial, según concluyen los argum entos adu cid o s; luego n o es suficiente p a ra concluir lo que se p reten d e. . 33. ■ N o es m en o r, sino q u izá m ayor, la dificultad d el segundo razonam ien­ to ; efectivam ente, la p ro posición quien participa de una naturaleza no puede producirla absolutamente, sino aplicándola a algo, es d ecir, a esto, es v erd ad era en el sentido d e q u e no p u e d e p ro d u c irla absolutam ente, o sea, en todas las realidades en q u e ex iste ; a saber, si la n atu raleza es específica, n o p u ede p ro ­ du cirla en todos los individuos p a ra existir en los cuales tien e a p titu d ; p e ro si es u n a n a tu raleza genérica, o una razó n trascen d en tal, no p o d rá p ro d u c irla en to d o s los in ferio res, g u ard an d o la d eb id a pro p o rció n . E ste sen tid o q u ed a m u y bien d em o strad o p o r la ra z ó n d e q u e, e n caso contrario, ta l realid ad p o d ría p ro d u cirse a sí m ism a. A hora bien, según este sentido, p n o es verdad, o al m enos se acepta sin d em ostración, q u e to d o lo q u e crea, crea el e n te de m an era a b so lu ta; pu es, ¿ p o r q u é n o p o d rá crear u nos entes y n o otros, com o hem os arg u m en tad o h a sta ah o ra ? P ero aquella proposición p u e d e p re se n ta r otro sen­ tido, q u e p arece ser el q u e m ayorm ente se p re te n d e con dicho razonam iento, a saber, q u e q u ie n p a rtic ip a d e alguna n a tu raleza n o p u e d e p ro d u c ir esa n a tu ­ raleza ab solutam ente, e s d ecir, e n su to ta lid a d y en to d as sus p a rte s, sino sólo presu p o n ien d o alguna p a rte suya y aplicando a ésta o t r a ; . y en este sentido se dice con e n te ra v e rd a d , q u e to d o lo q u e crea, crea ab so lu tam en te el e n te ; m as la p ro posición e n tal sentido, ya sea v erd ad era, ya sea falsa, n o q u eda dem os­ trada con el razonam iento a n te d ic h o ; p o rq u e , aun c u a n d o alguien p ro d u jese absolutam ente en el se n tid o indicado u n a n atu raleza q u e le fuese sem ejante, n o se sigue q u e p u d ie ra ser causa de sí m ism o, p ues p o d ría p ro d u c ir tal n a tu ra ­ leza e n su to talid ad e n u n o u o tro in d iv id u o , p ero n o en todos, o b ie n e n u n a especie (si la n a tu raleza fu e ra genérica), m a s n o e n todas. Y p o r igual ra z ó n p o d ría crear algún en te ab so lu tam en te e n el sentido expresado, es d ecir, en to d a '.su en tid ad , p e ro n o .todo ente.

tenus tale ens. Licet autem ilia propositio, quae est fundamentum illius discursus, admittatur de effectu per se primo, non ta­ rnen admitti potest de omni effectu per se, ut argumenta facta concludunt; non est ergo sufficiens ad condudendum intentum. 33. Nee minor est difficultas, sed fortasse maior in posteriori discursu; ilia enim propositio: Qui participai aliquam naturarti non potest absolute illam producete, sed ap­ plicando illam ad aliquid seu ad hoc, in hoc sensu est vera quod non potest producere illam absolute; id est, in omnibus rebiis in quibus existit; videlicet, si illa natura sit specifica, non potest producere illam in omnibus individuis in quibus apta est esi­ stere ; si vero sit natura generica aut ra­ tio transcendentalis, non poterit earn pro­ ducere in omnibus inferioribus, servata proportione. Et hunc sensum probat optime illa ratio, quia alias tabs res posset efficere seipsam. Iuxta hunc autem sensum, vel non est verum vel saltern sine probatione assu­ mine quidquid créât creare absolute ens;

cur enim non poterit creare quaedam enfia et non alia, ut hactenus argumentai! sumus? Alium vero sensum potest illa propositio reddere, qui videtur magis intentus in ilio discursu, nimirum, qui participât aliquam naturam non posse producere illam natu­ rato absolute, id est, secundum se totam et secundum omnem partem eius, sed tan­ tum praesupponendo aliquam partem eius eique aliam applicando, quo sensu verissi­ me dicitur quidquid créât creare absolute ens; tamen illa propositio in eo sensu, sive vera sive falsa sit, non probatur in praedicto discursu; nam licet aliquis produceret naturam sibi similem absolute in dicto sensu, non sequitur quod posset esse causa sui ipsius; nam posset producere talem na­ turam secundum se totam in uno vel alio individuo, non tamen in omnibus, aut in una specie (si natura sit generica) et non in omnibus. E t pari ratione posset creare aliquod ens absolute in dicto sensu, id est, secundum totam entitatem, non tamen omne ens.

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Disputaciones metafísicas

34. P o r eso es tam b ién v e rd a d , en sentido re c to , q u e q u ie n p articip a d e alg u n a n a tu raleza n o la h ace ex istir ab solutam ente, sino q u e es causa de que se e n c u e n tre en este in d iv id u o o e n este e n te ; p e ro d e ah í n o se infiere legí­ tim am ente que se presu p o n g a alg ú n p rincipio in d iv id u an te p a ra la acción m ed ian te la cual es p ro d u cid o tal in d iv id u o o tal e n te, y a q u e m ed ian te esa acción p u e d e p ro d u c irse la realid ad ín te g ra con to d o su p rin cip io in d iv id u an te. E n efecto, c u an d o se dice q u e la n a tu ra le z a específica es p ro d u c id a en el in d iv id u o o apli­ cada al in d iv id u o , n o d eb e im aginarse q u e u n a re a lid a d , q u e es p ro d u cid a, se a p liq u e a o tra p reex iste n te, sino q u e se dice q u e es aplicada únicam en te p o rq u e se realiza en u n ind iv id u o , y n o en su abstracción. P o r eso tam b ién , cuando D ios creó a A d án , n o creó a to d a la especie h u m a n a ab so lutam ente, es d ecir, abs­ tra c ta , sino q u e la creó aplicándola (en c o n fo rm id a d con aq u el m odo de hab lar) a este individuo, y n o c iertam en te presu p o n ien d o e n él, p o r p a rte del m ism o, u n p rin c ip io d e individuación, sino creando sim u ltán eam en te a éste. A sí, pues, a u n q u e u n ángel crease a o tro q u e le fu e ra sem ejan t e , e n n atu raleza aplicando su n atu raleza específica a tal in d iv id u o , n o sería necesario p re su p o n e r p a ra su ac­ c ió n u n p rin c ip io ind iv id u alizad o r d e l o tro ángel, sino q u e p ro d u jese al m ism o tie m p o dicho p rin c ip io ; ta n to m ás cuanto q u e e n cada u n a d e las naturalezas, este p rin c ip io n o es o tra cosa q u e la propia e n tid a d d e la natu raleza, si es sim ­ p le ; o los p rin cip io s q u e in trín secam en te la c o n stitu y en , si es com puesta. Se confirm a p o rq u e , d e lo co n tra rio , con e l m ism o razo n am ien to se d em ostraría q u e , su p u esto u n ángel, D ios n o p o d ría crear otro sem ejante a aq u él, ya que, o. m ed ian te esa acción crearía ta l n atu raleza específica ab so lu tam en te, y esto no, p o rq u e m ed ian te dicha acción n o crea al p rim e r án g e l; o lo p ro d u c e aplicando la n a tu ra le z a específica a este in d iv id u o , y en ese caso sería necesario presupo­ n e r p a ra tal acción u n p rin c ip io individualizador. Y si entonces se dice, com o en v erd ad hay q u e d ecir, q u e la n atu raleza se aplica a este in d iv id u o p ro d u cien d o e n absoluto to d a su en tid a d d e la n ad a, se d iría en te ra m e n te lo m ism o, aün c u an d o u n ángel crease a o tro q u e tu v iera con él sem ejanza específica o gené­ ric a ; p u es el h echo de que se presu p o n g a u n a n atu raleza sem ejante e n el agente m ism o en n ada obsta a la creación, com o y a se h a dich o anteriorm ente.

34. Unde ulterius in bono sensu veruni est quod qui participat aliquam naturam non facit iìlam absolute esistere, sed est causa quod sit in hoc individuo aut in hoc ente; non recte tamen inde infertur p r e ­ supponi'ad actionem per quam fit tale individuum vel tale ens aliquod principium individuans; nam potest tota res cum toto suo principio individuante per illam actioDem fieri. Cum enim natura specifica dicitur fieri in individuo vel_ applicari ad individuum, non est fingendum quod una res, quae fit, applicetur praeexistenti, sed solum dicitur appUcari quia in uno individuo fit et non in sua abstractione. Unde etiam quando Deus creavit Adamum non creavit totam speciem humanam absolute, id est, abstractam, sed creavit illam applicando earn (iuxta ilium modum loquendi) ad hoc indi­ viduimi, non quidem presupponendo in ilio ex parte eius principium individuationis, sed illud simul creando. Sic igitur, quamvis unus angelus crearet sibi similem in natura, applicando suam specificalo naturam ad tale individuimi, non oporteret u t ad

suam actionem supponeret principium ali­ quod individuans alium angelum, sed quod illud simul produccret; maxime cum hoc principium individuans in singulis naturis nihil aliud sit quam ipsamet entitas natu­ rae, si sit simplex, vel principia quibus intrinsece constituitur, si sit coniposita. Et confirmatur, quia alias eodem discursu probaretur, supposito uno angelo, non posse Deum creare alium illi similem, quia vel per illam actionem crearet talem naturam specificam absolute, et hoc non, quia per ¡¿am actionem non creat priorem angelum; vel producit applicando specificam naturam ad hoc individuum, et sic oporteret ad ta­ lem actionem supponi principium indivi­ duans. Quod si tunc dicatur, ut vere dicendum est, applicari illam naturam ad hoc individuum producendo absolute totam eius enntatem ex hihilo, idem omnino diceretur, etiamsi unus angelus crearet alium sibi similem, vel in specie vel in genere; nam quod in ipso agente supponatur similis na­ ture, nihil obstat creationi, ut iam supra dictum est.

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Disputación X X .— Sección II

35. Juicio acerca de las objeciones antedichas.— C onfieso q u e n o sé d a r re sp u e sta satisfactoria a todas estas d ificu ltad es; p o rq u e , en c o n tra d el se g u n d o razonam iento, m e parece q u e concluyen positivam ente (p o r así decirlo) q u e a q u e­ lla ''a rg u m e n ta c ió n n o es ad e c u a d a ; y e n co n tra del p rim e ro p ru e b a n al m enos q u e n o es convincente, p o r n o q u e d a r suficientem ente dem ostrados to d o s los p rin cip io s q u e e n él se em plean, a u n q u e n o conste q u e son falsos. Y to d o s se re d u c e n a é ste : to d a poten cia creadora d eb e ser n ecesariam ente tal q u e se e x tien ­ d a a to d o lo creable. A hora b ien , parece q u e esto n o se p ru e b a de m an era su fi­ ciente p o r lo dicho h a sta ah o ra y considerando precisivam ente el térm in o al q u e tie n d e la creación. M a s q u ed a p o r ver si ello p u ede in ferirse con m ayor eficacia considerando ju n tam en te el térm in o a auo, la especial relació n d e estos térm in o s y el m odo de o b ra r prop o rcio n ad o a los m ism os. 36. Ultima razón con que Santo Tomás prueba la afirmación.— A sí, pu es, h ay u n a ú ltim a ra z ó n del m ism o S anto T o m á s, en el c itad o a. 5, ad 2 : la p o ­ tencia cread o ra d eb e ser necesariam ente in fin ita ; lu eg o n o p u e d e ser c re a d a ; y de igual m o d o cabe in fe rir q u e se ex tien d e de m a n e ra necesaria a to d o lo c reab le; p o rq u é la p o ten cia absolutam ente infinita es ta m b ié n universalísim a, y su objeto debe ser infinito, en la m edida en que p u e d e serlo e n calidad d e o b ­ jeto factible. S anto T o m á s d em u estra el an tecedente p o rq u e la v irtu d de la p o ­ tencia n o se considera sólo p o r la realidad p ro d u cid a, sino tam b ién p o r el m o d o ; p e ro el m odo d e p ro d u cció n de la n ad a indica u n a fu erza infinita e n el o b ra r, ya q u e p a ra p ro d u c ir algo de u n a potencia rem o ta se exige u n a g ra n v irtu d , y de u n a m ás re m o ta , m a y o r; luego para p ro d u c ir d e n in g u n a poten cia o d e la n a d a se re q u ie re u n a v irtu d infinita. Igual ra z ó n expone A lb erto , In II, d is t. 1, a. 7, y otros. 37. A lgunos- fu n d a m e n ta n esta ra z ó n e n que e n tre el e n te y la n ada m edia u n a distancia infinita. P e ro , com o resp o n d e E scoto, a n tes citado, esto n o es le­ gítim o, ya q u e n in g ú n e n te dista de la n a d a sino conform e a los grados de en ­ tid a d q u e e n sí posee. P o r eso dice tam b ién S a n to T o m ás, In IV, dist. 5, q . 1, a. 3, ad 5, q u e , p o r p a rte d el e n te m ism o, sólo h ay distancia infinita en tre el en te y el

35. Iudicium de praedictis obiectionibus.— Fateor nescife me omnibus his difficultatibus satisfacere; nam contra poste•riorem discursum positive (ut ita dicam) videntur mihi concludere non esse aptam ratiocinationem iilam; contra priorem vero saltern ostendunt non convincere, quia non omnia principia quae in eo sumuntur sufficienter probantur, quamvis non constet esse falsa. Et omnia reducuritur ad illud, quod omnis potentia creandi talis necessa­ rio esse debeat ut se extendat ad omne crea­ bile. Hoc autem non videtur satis convinci ex his quae hactenus diximus et praecise considerando terminum ad quern tendit creano. Videndum autem superest an coniungendo terminum a quo, et specialem habitudinem tìbrum terminorum, et modum agendi proportionatum illis, id possit efficacius inferri 36. Ultima ratio qua D. Thom, probat assertionem.— Est igitur ultima ratio eiusdem D. Thomae, dicto a. 5, ad 2, nam potentia creandi esse debet necessario infi-

nita; ergo non potest esse creata; et eodem modo inferri potest necessario extendi ad omne creabile; nam potentia simplidter in­ finita est edam universalissima, et obiectum eius esse debet infinitum, quantum esse pot­ est in ratione obietti factibilis. Antecedens probatur a D. Thom. quia virtus potenriae non tantum attenditur ex re facta, sed etiam ex modo; sed modus producendi ex nihilo indicat infinitam vim in agendo, nam ad producendum aliquid ex potentia remota requiritur magna virtus, et ex remotiori maior; ergo ad producendum ex nulla po­ tentia seu ex nihilo requiritur infinita vir­ tus. Eamdem rationem habet Albertus, In II, dist. 1, a. 7, et alii. 37. Nonnulli fundant rationem hanc in eo quod inter ens et nihil est infinita di­ stantia1. Sed non rette, ut Scorns supra re­ sponded quia nullum ens distai a nihilo nisi secundum eos gradus entitatis quos in se habet. Unde etiam D. Thom., In IV, dist. 5, q. 1, a. 3, ad 5, ait non esse distantiam infinitam inter ens et non ens ex

1 Henr., Quodl. IV, q. ult.; Rich., In II, dist. 1, a. 4, q. 4. 32

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. Disputaciones metafísicas

n o -e n te cu an d o e l e n te es infinito, ya q u e tino d e los opuestos d is ta del o tro ta n to cu a n to p a rtic ip a d e l que q u ed a. D e a q u í q u e S an A giistín d ig a q u e la m ateria, p o r ser im perfectísím a, e s casi n a d a ; y q u e el ángel es casi D io s ; y cada e n te , c u a n to m ás p e rfe c to es, ta n to m ás se acerca a D io s y m ás se a p a rta d e la nada. Y cabe d ecir q u e la n ada m ism a d ista del e n te , e n cierto m o d o , infinitam ente, o m ás b ie n indefinida o in d eterm in ad am en te, p o rq u e n o h ay ■cosa q u e p u e d a d ista r d e l e n te m ás q u e la n a d a m ism a, o p o rq u e n o tiene u n a d istancia d eter­ m in ad a, sino q u e p u ed e te n e rla cada vez m ayor, d e acuerdo con los d iferentes grados del e n te. P ero e sto n o tien e q u e ver c o n la cu estió n p re se n te , ya q u e m ed ian te la creación n o se trascie n d e (p o r así decirlo) la to ta lid a d d e esta d is­ tancia d e la n a d a e n todo su á m b ito , sino sólo seg ú n los grados d e e n tid a d q u e re c ib e e l e n te q u e es creado. 3 8. A sí, p u es, otros c o m ú n m en te fu n d a m e n ta n aquella in feren cia e n la m á­ x im a d esp ro p o rció n q u e existe e n tre e l en te y la n a d a . P o rq u é p a ra o b ra r a p a r­ ti r , d e u n a p o te n c ia m ás alejada del acto s e 'r e q u ie r e m ayor v ir tu d ; luego se exigirá m ayor v irtu d en la p ro p o rc ió n precisa e n q u e el efecto se p ro d u zca a p a rtir d e u n a p o ten cia m ás re m o ta ; consiguientem ente, c u an d o la separación e n tre el acto y la potencia se d é sin pro p o rció n alguna, entonces se re q u e rirá u n a v irtu d m ayor sin n in g u n a p ro p o rc ió n ; pero e sta v irtu d sólo es infinita, ya q u e to d a v irtu d finita g u a rd a alg u n a p ro p o rció n c o n o tra finita. E ste m odo de ar­ g u m e n ta r es fre c u e n te e n A ristóteles, com o consta p o r los lib ro s IV y V IH d e la Física. Y d e a h í ra z o n a C ayetano, p o r u n a p ro p o rció n sem ejan te: si bastase u n p o d e r finito p a ra p ro d u c ir algo d e la nada, se seguiría q u e p a ra p ro d u c ir algo de alg u n a m ateria se necesitaría ig u al p o d er q u e p a ra p ro d u cirlo de la n a d a ; pon­ gam os, p o r ejem plo, q u e el p o d e r creador finito vale cu atro , valiendo dos el po­ d e r d e p ro d u c ir a p a rtir d e u n a m ateria re m o ta ; e n ta l caso, p a ra p ro d u c ir a p a rtir d e una m ateria dos veces m ás rem o ta se n ecesitará u n p o d e r que valga p o r lo m enos tre s ; luego, p a ra p ro d u c ir a p a rtir d e u n a u lte rio r m ateria q u e sea ta m b ié n dos veces m ás rem ota, se p recisará u n p o d e r q u e valga c u a tro ; consi­ guien tem en te, p a ra p ro d u c ir algo de alg u n a m ateria se re q u ie re tan to p o d er com o p a ra crear.

parte ipsiiis entis nisi quando ens est infi­ nitum, quia unum oppositorum tantum distat ab alio quantum de reliquo participât. Et ideo ’ materia, quia est imperfectissima, dicitur ab Auguspno prope nihil; angelus autem dicitur esse prope Demn; et unumquodque ens, quo est perfectius, eo magis accedit ad Deum et magis recedit a nihilo. Ipsum autem nihil potest quodammodo did infinite, vel potius indefinite seu indetermi­ nate distare ab ente, quia nihil potest ma­ gis distare ab ente quam ipsum nihil vel quia non habet unam determinatam distantiam, sed potest habere maiorem et majo­ rera, secundum varios gradus entis. Sed hoc non refert ad praesens, quia per creationem non transcenditur (ut ita dicam) tota haec distantia ipsius nihil secundum totam latitudinem suam, sed solum secundum eos gradus entitatis quos recipit ens quod creatur. 38. Alii ergo communiter fundant illam consecutionem in maxima improportione quae esf inter ens et nihil. Nam ad agen­ dum ex potentia magis elongata ab actu

requiritur maior virtus; ergo qua proportione effectus fiet ex remotiori potentia, eadem requiretur maior virtus ; ergo ubi elongatio actus a potentia est sine ulla proportione, ibi maior sine ulla proportionc virtus requiretur; haec autem non est nisi infini­ ta; nam omnis virtus finita servat ajiquara proportionem ad alteram finitam. Qui argumenrandi modus frequens est apud Aristotelem, ut constat ex IV et V ili Phys. Ex quo simili propórtione argumentatur Caietanus, nam si ad producendum allquid ex nihilo sufficeret virtus finita, sequeretur aequalem virtutem requiri ad producendum aliquid ex aliqua materia et ex nihilo; sit enim virtus creatrix finita ut quatuor, vir­ tus autem producens ex materia remota sit ut duo; ergo virtus necessaria ad produ­ cendum ex materia duplo remotiori erit saltem ut tria; ergo ad producendum ex ul­ teriori materia duplo etiaro remotiori erit necessaria virtus ut quatuor; ergo tanta vir­ tus requiritur ad producendum aliquid ex aliqua materia quanta ad creandum.

Disputación X X .— Sección II

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3 9. Objeciones contra la razón antes expuesta. — A h o ra b ie n , E scoto y D u ­ ra n d o , citados a rrib a , p re se n ta n m u chas objeciones c o n tra esta razón. P ero to ­ das tie n d e n a d em o strar q u e e n tre el e n te y la n ad a, o n o h ay distancia o n o es infinita, lo cu al n o tie n e q u e ver con la razón aducida, p o rq u e ya hem os p ro b ad o q u e n o es necesario im aginar esa distancia infinita p ro p ia y po sitiv a, y q u e el argum ento n o se to m a de ahí, sino de la d esp roporción, la cual indica u n m o d o d e o b ra r ta l q u e exige sum a eficacia p o r p a rte d el agente. Sin e m b a r­ go, la objeción q u e p ro p u sim o s a n terio rm en te parece d eb ilitar m u ch o la fu e rz a de esta ra z ó n ; p o rq u e e l arg u m en to p ru e b a m u y b ie n q u e la v irtu d creativa n o es, p o r este concepto, capaz d e p ro porcionarse a la v irtu d eductiva d e la potencia d e la m a te ria ; p e ro n o es legítim o in ferir d e ah í q u e se precise u n a v irtu d absolutam ente infinita, p u es b astará q u e sea d e o rd en diferente, la cu al suele llam arse ta m b ié n infinita relativ am en te, y no h a y inconveniente n in g u n o en ad m itirla. Y esto es suficiente p a ra q u e esa poten cia n o g u a rd e pro p o rció n con resp ecto a cu alq u ier facu ltad que sólo p u e d a o b ra r ed u ciendo la form a de la potencia de la m ateria, ya q u e la p ro p o rc ió n sólo se g u ard a e n tre aquellas cosas q u e tienen igual n atu raleza o cantidad. Y sé aclara esto m ás todavía p o r el razonam iento m ism o, p u es cu an d o se dice q u e p a ra p ro d u c ir algo a p a rtir de u n a potencia m ás re m o ta se re q u ie re m ayor v irtu d , trá ta se d e u n a p o ten cia pasiva y d e u n m ayor o m e n o r alejam iento del acto p o r falta d e disposiciones o a causa de disposiciones incom patibles y, co nsecuentem ente, tam b ién se esta­ blece la com paración e n tre v irtu d es q u e sólo actú a n p o r educción de u n a p o ­ tencia pasiva. E n cam bio, cuando se infiere q u e p a ra p ro d u c ir algo de la n a d a se precisa m ayor v irtu d , la expresión de la nada no designa u n a potencia pasiva alejadísim a del acto o m u y in dispuesta, sino que m ás b ie n significa la carencia de to d a potencia p asiv a; luego n o p u e d e concluirse que la p o ten cia que p ro d u ce de la n ad a sea m ay o r o infinita p o r au m e n to (valga la fórm ula) d e la poten cia eductiva, sino ú n icam en te q u e la poten cia q u e es activa de esa m anera, o sea q u e p ro d u c e de la n ad a, es d e u n ord en d istin to y su p erio r al de to d a poten cia q u e es ú n icam en te eductiva, aun cuando sea capaz de e d u c ir u n a form a de c u a l­ q u ie r potencia real q u e sea rem otísim a. Y e n tal sentido n o se sigue el incon-

39. 1Obiectiones contra praedictam ratìonem.— Contra hanc vero rationem multa obiiciunt Scotus et Durandus supra. Sed omnia eo tendunt ut probent inter ens et nihil vel non esse distantiam vel non infi­ nitam, quod non refert ad rationem factam; iam enim ostendimus non esse necessarium fingere illam infinitam distantiam propriam et posinvam, neque inde sumi argumentum, sed ex improportione, quae indicai talem modum operandi qui summam efficaciam in agente requirat. Verumtamen illa obiectio quam supra proposuimus videta valde ener­ vare hanc rationem; optime enim probat argumentum virtutem creativam esse ex hoc capite improportionabilem virtuti eductivae de potentia materiae; hinc tamen non recte infertur fore necessariam infinitam simpliciter, nam satis erit si sii alterius ordinis, quae solet etiam dici infinita secundum quid, quam admittere nullum est inconveniens. Et hoc satis est ut illa potentia non servet proportionem respectu cuiusvis potentiae quae solum possit operari per eductionem formae de potentia materiae; quia propor­

l o solum servata inter ea quae sunt eiusdem rationis seu quantitatis. Et declarator hoc amplius ex ipsomet discursu; nam cum dicitur ad producendum aliquid ex potentia magis remota requiri maiorem virtutem, ser­ mo est de potentia passiva et de maiori vel minori elongatione ab actu ex defectu dispositionum vel propter repugnantes dispositiones, et consequenter fit etiam comparatio inter virtutes activas solum per educ-, tionem de potentia passiva. At vero cum infertur ad producendum aliquid ex nihilo maiorem requiri virtutem, illud ex nihilo non designai aliquam potentiam passivato remotissimam ab actu seu valde indispositam, sed designat potius carentiam omnis potentiae passivae; ergo non potest conclu­ di quod potentia produttiva ex nihilo sit maior vel infinita per augmentum (ut ita dicam) potentiae eductivae, sed solum quod potentia sic attiva, scilicet ex nihilo, est al­ terius et superioris ordinis ab omni poten­ tia tantum eductiva, etiam si potens sit ad educendam formam ex quacumque potentia reali quae remotissima sit. Atque ita non

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.veniente de q u e la potencia cread o ra y la e d u ctiv a sean iguales, ya q u e son d e s­ proporcionadas. A esto se añ ad e q u e , si no h u b ie se p a rid a d e n las dem ás cosas, sino q u e se com parasen con diversos efectos desiguales en perfecció n , ello n o rep re se n ta ría g ra n in co n v en ien te, com o ta m b ié n hem os p ro p u e sto arrib a a rg u ­ m en tan d o al prin cip io . 40. Resumen de todo lo dicho y prueba de la afirmación.— Se corrobora la conclusión con la autoridad de los Santos.— A sí, p u e s, te n ie n d o en cu en ta estas dificultades, he dich o m ás a rrib a q u e esta v e rd a d re su lta m ás cierta p a ra n o so tro s p o r las cosas q u e h a n sido hechas q u e p o r u n a ra z ó n q u e eficazm ente d em u estre y convenza de q u e no p u e d e realizarse o tra cosa. Y de igual m odo e stim o q u e, p o r las cosas h ech as, se d e m u e stra con g ra n p ro b a b ilid a d q u e se re q u ie re u n a p o ten cia a b so lu tam en te infinita p a ra la creación d e cu alq u ier cosa; p o rq u e , h ab ien d o p ro d u cid o D ios m u chas sustancias ta n perfectas, n in g u n a d e ellas recib ió el p o d er d e crear n i siquiera la re a lid a d ínfim a y q u e es casi, n a d a ; luego es señal de q u e ello pro v ien e ú n icam en te d e la lim itació n de todas estas sustancias, p o r p erfectas q u e se a n ; en o tro caso, n o sería p o sib le d a r razó n alg u n a de p o r q u é n o b asta p a ra esto la m áxim a perfección, q u e se halla en los ángeles o e n los serafines. Y d e a h í se c o n jetu ra, adem ás, q u e ese o rd e n supe­ rio r, al q u e d e b e p erten ecer n ecesariam ente la p o ten cia creadora, n o es o tro que el d e l m ism o ser p o r esencia, p u e s e n tre los seres p a rticip ad o s n o p u ed e encon­ tra rse u n n uevo ord en o u n n u e v o grado fu e ra d e los q u e h a n sido h e c h o s; p o r ta n to , c u a n d o p o r c o n jetu ras se concluye q u e la p o te n c ia creadora d ebe ser d e ord en d istin to , se concluye q u e es infinita, y a q u e ese o rd e n n o es o tro sino a q u e l e n q u e está el m ism o ser p o r esencia. Y esto es lo q u e dio a en ten d e r A tanasio, e n el serm ón m contra Arlanos, al d e c ir: Administrar es propio de

las criaturas y de los siervos, pero fundar y crear es exclusivo de Dios y de su Verbo y Sabiduría. A sim ism o, cabe explicar m ás a ú n esto, p o rq u e el m ism o m o d o d e eficiencia p o r creación in d ica u n a eficacia e ind ep en d e n cia sum a en el crea­ d o r, p u e s, com o p a ra o b ra r n o p resu p o n e n in g u n a potencia real fuera de sí, sólo

sequitur iUud inconveniens quod potentia creativa et eductiva sint aequales, quia sunt improportionatae. Adde quod, si non essent caetera paria, sed ad diversos effectus inaequaliter perfectos compararentur, non esset tilud magnum inconveniens, u t etiam supra argumentando in principio proposuimus. 40. Dictorum omnium summa et probatio assertionis.— Sanctorum auctoritate cimclusio roboratur.— Propter has ergo difficultates dixi superius veritatem hanc certiorem nobis fieri ex his quae facta sunt quam ex ratione quae efficaciter demonstret atque convincat non. posse aliud fieri. Atque eodem modo censeo ex rebus factis probabilissime ostendi ad cuiusvis rei creationem requiri potentiam simpliciter infinitam; nam cum factae sint a Deo plures substantiae adeo perfectae, nulla earum accepit virtutem ad creandum vel minimam rem et quae est prope nihil; ergo signum est id solum provenire ex Umitatione om­ nium harum creaturarum quantumvis per-

fectarum; alias nulla ratio reddi posset cur maxima perfectio quae in angelis. aut sera­ phim invenitur ad hoc non sufficiat. Atque hinc ulterius fit coniectura ilium superiorem ordinem, cuius necessario esse debet poten­ tia creativa, non esse alium nisi ipsius esse p e rressentiam; nam inter esse partecipata non potest novus ordo seu novus gradus reperiri praeter eos qui facti sunt; cum ergo supputando concluditur potentiam creativam debere esse alterius ordinis, conclu­ ditur esse infmitam; nam Ole ordo non est alius nisi in quo est ipsum esse per essentiam. Et hoc significavit Athanas., serm. 3 cont. Arianos, cum dixit : Administrate credturarum ac servorum est, cordiere autem atque creare solius Dei et Verbi eius ac sapientiae. Praeterea declarari amplius hoc potest; nam ipse modus efficientiae per creationem indicat summam quamdam efficaciam et independentiam in creatore, quia cum ad agendum nullam supponat poten­ tiam realem extra se, tantum requirit po-

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re q u ie re la p o te n c ia objetiva, es d ecir, po sib le p o r n o re p u g n a n c ia ; p e ro esto in d ica u n p o d e r sum o en la potencia activa, y qu izá p o r ello dijo C irilo, e n el lib. I I Cont. Iulianum, q u e el poder obrar eficazmente como creador y producir

las realidades .que alguna vez no existían es una de las cosas que son propias de la sustancia única y suprema de todas. 4 1. A dem ás, la creación es la p rim e ra de todas las acciones, m ed ian te la cual p u e d e com unicarse el ser p a rticip ad o , y en este sentido tien d e esencial y p rim ariam en te a p ro d u c ir el e n te ín teg ro e n cuanto e n te ; p o r ta n to , d e a h í re ­ su lta con b a sta n te verosim ilitud q u e esta acción es tal q u e, p o r su natu raleza, exige esencialm ente el dim an ar del m ism o ser p o r esencia, y q u e p o r ello n o p u ed e darse u n a e n tid a d particip ad a q u e posea v irtu d p a ra tal acción. 4 2. Y p o r e l m ism o p rin cip io se com prende b astan te p ro b ab lem en te que aq u ella gradación establecida m ás arrib a — q u e p a ra p ro d u c ir a p a rtir d e una poten cia m ayor se req u iere m ayor perfección— d ebe en te n d e rse n o sólo en u n género del en te, s i n o 'd e m odo absoluto e n el ám bito d e l e n te , y q u e, p o r lo m ism o, p a ra c re a r se precisa u n a v irtu d , n o d e u n o rd en su p erio r cualquiera, sino d el su p rem o , el cual p u e d e e n ten d e rse en todo el ám b ito d e l en te o d e la poten cia activa. A dem ás, con ello re su lta m u y p ro b a b le el p rin cip io d e q u e la poten cia cread o ra se extiende n ecesariam ente a todo lo creable, p o rq u e sólo es­ p e ra (p o r así decirlo) la no-contradicción p o r p a rte d el objeto p a ra que el efecto exista o se p ro d u z c a , y p o rq u e el p rin cip io de la p rim e ra em anación y p a rtic i­ pació n p ro ced e del m ism o ser p o r esencia, y p o r ello tal p o ten cia n o p u e d e ser n a d a m ás q u e una v irtu d q u e sea el m ism o ser p o r esencia, v irtu d q u e es universalísim a y, de suyo, tiene p o d e r sobre todo ser p articip ad o . Y quizá por este m otivo dijo S an A g u stín , lib. IX De Genes, ad litt., c. 15, que un ángel

no puede crear una cosa cualquiera, en igual medida que no puede crearse a si mismo. 43. A sí, p u e s, d e estos m odos en tendem os q u e, a u n cuando las razones an ­ terio res n o sean dem ostraciones e n teram en te convincentes, n o ob stan te a y u d a n

tentiam obiectivam seu possibilem1 per non repugnantiam ; hoc autem indicat summam vim in potentia activa, et ideo fonasse dixit Cyrill., lib. II cont. Iulianum, efjicaciter posse operari ut creatorem et producete res' quae aliquando non erant esse urtum ex eis quae propria sunt solius et omnium summae substantiae. 41. Deinde creatio est priiila omnium actionum, per quam communicari potest esse participatum, et hoc sensu per se primo tendit ad producendum ens totum in quan­ tum ens; hinc ergo satis fit verisimile hanc actionem talem esse ut natura sua essentialiter postulet manare ab ipso esse per essentiam, ideoqUe non posse dari entitatem participatam quae vim habeat ad talem ac­ tionem. 42. Et ex eodem principio satis probabiliter intelligitur illam gradationem superius factam, quod ad producendum ex ma­ lori potentia requiritur maior perfectio, intelligendam esse non solum intra aliquod

genus entis, sed absolute in latitudine entis; ideoque ad creandum requiri virtutem non qualiscumque ordinís superioris, sed supre­ mi, qui in tota latitudine entis seu potentiae activae intelligi potest. Atque hinc ulterius fit vaide probabile illud principium, quod potentia creandi necessario se extendit ad onme creabile, quia non expectat (ut ita dicam) ex parte obiecti nisi non repugnantiam ut effectus sit aut fiat, ét quia prin­ cipium primae emanationis et participationis est ab ipso esse per essentiam, et ideo talis potentia nihil esse potest nisi virtus quae sit ipsum esse per essentiam, quae est virtus universalissima et de se potens in orane esse participatum. Et ob hanc fortasse causam dixit August., lib. IX de Ge­ nes. ad lit., c. 15, angelum tam non posse quamvis rem creare quam ñeque seipsum. 43. His ergo tnodis intelligimus, quamvis superiores rationes non sint demonstrationes omnino cogentes, plurimum tamen conferre ad indicandam altitudinem potentiae crea-

1 En otras ediciones se lee possibile, que no modifica sustancialmente el sentido del texto. (N. de los EE.)

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Disputaciones metafísicas

m ucho a indicar la su b lim id ad d e la potencia cread o ra y la ra z ó n p o r la que resulta contradictorio que sea creada. 44. F in alm en te, no m e desagrada del todo (au n q u e E scoto la desprecie) otra conjetura de E gidio, a saber, q u e , siendo to d a c ria tu ra m u d ab le y d e algún m odo ' com puesta de acto y p o ten cia, es verosím il q u e, p o r su natu raleza, sólo sea capaz d e una facu ltad que o b re m ed ian te el m ovim iento o la m utación e in d u ­ ciendo el acto e n la p o tencia. L a consecuencia es m anifiesta p o r el principio de q u e el m odo d e obrar im ita al m odo d e ser. Y d e ah í re su lta , inversam ente, q u e el p o d e r c rear conviene a D ios en cuanto es acto p u ro y el m ism o ser p o r esencia y, p o r ú ltim o , en cu a n to posee v irtu d infinita.

Se da cumplida respuesta a la razón establecida al principio 45. Primera respuesta.— C o n esto se h a re sp o n d id o suficientem ente al p rin ­ cipal m otivo de d u d a sentado al principio. E n cu an to a lo q u e , p a ra aum entar la dificultad, se agregaba acerca de la v irtu d p rin c ip a l no in n ata, sino sobreaña­ d id a, tam b ién p u e d e resolverse fácilm ente de dos m aneras p o r lo dicho. L a p ri­ m era se tom a de las cosas q u e de hecho creem os, p ues d e hecho n o se ha co­ m u n ic a d o a las sustancias creadas n in g u n a v irtu d p rin c ip a l de esa clase p a ra c re a r y, sin em b arg o , se les h á n concedido v irtu d es y cualidades d e orden p e rfe c tísim o ; luego es señal de q u e a las naturalezas d e las cosas no p u ed e sobre­ añ ad irse n in g u n a v irtu d q u e sea v irtu d p rin cip al d e crear. P o r eso, a m i juicio, n o se ex presan rectam en te n i con bastan te congruencia quienes afirm an q u e se c re a n todas las ■cualidades so b ren atu rales q u e se n o s in fu n d e n ; d e lo contrario, ta m b ié n se crearían los actos sobrenaturales, com o la visión beatífica, ya que son verd ad eras cualidades, y ta n sobrenaturales com o los m ism os hábitos. D e don­ d e re s u lta ría q u e e l lumen gloriae, p o r ejem plo, q u e es p rin cip io prin cip al p a ra p ro d u c ir la visión, sería asim ism o v irtu d p rin cip al p a ra c rear, lo cual es absurdo. 4 6. Segunda respuesta.— L a segunda re sp u e sta es q u e las razones antes a d u c id a s no son probativas ú n icam en te con resp ecto a la v irtu d connatural, sino e n a b so lu to con resp ecto a la v irtu d c read a; p u es tie n d e n a dem o strar que n in ­ g u n a v irtu d cread o ra p u ed e ser creada o lim itada, lo cual es ig u alm en te válido

tivae et rationem ob quam répugnât esse creatam. 44. Tandem mihi non omnino displicet (quamvis Scorns eam contemnat) alia coniectura Aegidii 1, nimirum, quod cum omnis creatura sit mutabili« et aliquo modo constans ex actu et potentia, verisimile est non esse capacem natura sua potentiae agendi nisi per motum vel mutationem et inducen­ do actum in potentiam. Patet consequentia ex ilio principio quia modus agendi imitatur modiitn essendi. Ex quo fit, e con­ trario, u t Deo conveniat posse creare qua­ terna est actus purus et ipsum esse per essentiam, ac denique quatcnus virtutem ha­ bet infini tarn.

sumitur ex his quae de facto credimus, quia de facto nulla talis virtus principalis ad creandum communicata est substantìis creatis, et tarnen illis additae sunt virtutes et qualitates perfettissimi ordinis ; ergo signum est nullam virtutem naturis rerum superaddi posse, quae sit principalis virtus creandi. Unde, iudicio meo, non recte nec satis consentanee loquuntur qui dicunt omnes supernaturales qualitates quae nobis infunduntur creari; alias etiam supematurales actus, ut visio beata, crearentur, nam sunt verae qualitates et tam supernaturalcs sicut ipsi habitus. Ex quo fieret ut lumen gloriae, verbi gratia, quod est principale principium ad faciendam visionem, esset etiam principalis virtus ad creandum; quod Satisfit rationi in principio positae absurdum est. 46. Secunda responsio.—■ Posterior re­ 45. Prima responsio.— Ex his satis responsum est principali rationi dubitandi in sponsio est rationes prius factas non probare tantum de virtute connaturali, sed simpli­ principio positae. Quod vero in augmenrum difficultatis addebatur de virtute principali citer de virtute creata-; eo enim tendimi ut non innata, sed superaddita, duobus modis ostendant nullam virtutem creandi esse pos­ potest edam ' ex dictis facile expediri. Prior1 se creatam aut limitatam, quod aeque pro1 Aegid., Quodl. I, q. 1, et Quodl. V, q. 1 .

Disputación X X .— Sección III

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acerca d e la v irtiid in fu n d id a desd e fu e ra a la n atu raleza y d e aquella q u e nace in trín se c a m e n te ; p o rq u e la v irtu d q u e se añade d esd e fu e ra d eb e ser creada. D e ahí nace ta m b ié n o tra ra z ó n : la v irtu d que se añade a la n atu raleza d e u n a cosa debe se r n ecesariam ente accidental, ya q u e la sustancia n o p u ed e añ ad irse a sí m ism a o se r so b re n a tu ra l p a ra sí m ism a, p o r lo q u e la v irtu d so b reañ ad id a es n ecesariam ente accid en tal; pero la v irtu d accidental n o p u e d e ser p rin cip io del p o d e r d e c rear. Y esto p u e d e colegirse suficientem ente d e su m odo d e ser, seg ú n lo q u e h em os dich o arrib a al ex p licar el p rim e r razo n am ien to d e E sc o to ; pues, com o to d o accidente, p o r su n a tu raleza, dep en d e en su ser del sujeto, no es posible q u e ten g a u n m odo co n n atu ral d e obrar fu e ra d el sujeto o in d e p e n ­ d ie n te del su jeto , cual es el m odo d e la creació n ; lu eg o n o p u e d e ser v irtu d creadora p rin cip al. E n efecto, d ebe considerarse a ten tam en te q u e , a u n cu an d o u n a form a q u e es v irtu d p rin cip al en o rd en a algún acto, sea so b ren atu ral con resp ecto al sujeto,- n o o b stan te, d ic h a fo rm a tiene su p ro p ia esencia y n a tu ra ­ leza que le es con n atu ral, y p o r ta n to ese m odo de o b ra r es co n n atu ral a la fo r­ m a m ism a. C o nsiguientem ente, p u e sto q u e el m o d o de o b ra r sin sujeto n o p u e ­ d e ser co n n atu ral al accidente, tam poco la v irtu d cread o ra p o d rá ser c o n n atu ral, ya al sujeto, y a a la form a accidental, y p o r ta n to ta l fo rm a n o p u e d e ser v irtu d p rin c ip a l, S E C C I O N

II I

S i puede darse un instrumento de la creación 1. No hay ningún instrumento natural de la creación.— N o ten em o s el pro p ó sito d e tra ta r esta cu estió n ex professo y desde e l p u n to d e vista teológico, sino sólo d e ro z a rla b revem ente, e n la m edida en q u e p u e d e desp ren d erse d e los razo n am ien to s y a hechos. E n efecto, de lo dicho p a re c e concluirse eficazm en­ te q u e la cria tu ra n o p u ed e ser p rin cip io in stru m en tal de la creación; q u iero d e c ir u n in stru m e n to ta l q u é p o r su n a tu raleza esté d e stin ad o y o rdenado a esa acción y q u e te n g a p o ten cia in stru m e n ta l n a tu ra l p a ra e lla ; p u e s, p o r lo dich o an te rio rm e n te acerca de la cau sa agente creada, resu lta claro q u e e n tre las v ir-

cedit de virtute indita naturae ab extrinseco et de ilia quae ab intrinseco nascitur; nam virtus quae extrinsecus additur creata esse debet. Unde edam oritur alia ratio, quia vir­ tus addita supra naturato rei necessario esse debet accidentato, nam substantia non potest sibi ipsi addi vel esse supernaturalis sibi; et ideo virtus superaddita necessario est acci­ dentato; virtus autem accidentato non pot­ est esse principalis virtus creandi. Quod ex modo essendi eius satis colligi potest, iuxta ea quae superius' diximus explicando primum discursum Scoti; nam cum omne accidens sit natura sua pendens in esse a subiecto, fieri non potest ut habeat connaturalem modum agendì extra subiectum seu independentem a subiecto, qualis est mo­ dus creationis; ergo non potest esse prin­ cipalis virtus creandi. Est enim attente considerandum quod, licet forma aliqua, quae est principalis virtus ad aliquem actum, sit supernaturalis subiecto, et ideo illa mo­ dus agendi sit etiam tali subiecto super-

naturato, tamen illa forma habet suam propriam essentiam et naturam sibi connaturalem; et ideo ille modus agendi ipsi formae est connaturato. Cum ergo modus agendi sine subiecto non possit esse con­ naturato accidenti, neque virtus creandi es­ se poterit connaturato aut subiecto aut ipsi formae accidentato; et ideo tato forma non potest esse principalis virtus. SECTIO III An

p o s s i t d a r i in s t r u m e n t u m

c r e a t io n is

1. Naturale creationis instrumentum nul­ lum.— Non est in animo hanc rem ex pro­ fesso ac theologice tractare, sed tantum breviter attingere, quantum ex discursibus factis concludi potest. Ex dictis enim videtur efficaciter concludi non posse esse creaturam instrumentale principium creandi, tale (inquam) instrumentum quod natura sua sit institutum et ordinatimi ad talem actionem, quodque habeat naturalem potentiam instrumentariam ad illam; constat enim, ex

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Disputaciones metafísicas

tudes activas connaturales a lo s agentes creados h a y a lg u n as in stru m en tales y n o principales, cual es la v irtu d d el sem en. A sí, p u e s, en este sen tid o afirm am os q u e p o r lo d ich o se d em u estra con legitim idad q u e n o p u e d e darse u n a v irtu d c read a q u e, p o r sí m ism a y p o r su natu raleza, sea v irtu d in stru m e n ta l de la creación. Se p ru e b a p o rq u e la v irtu d in stru m e n ta l d e la c ria tu ra p a ra las accio­ nes físicas y reales siem pre es acc id e n ta l; p e ro n o p u e d e ser co n n atu ral a u n a v irtu d accidental e l m odo de o b ra r p o r creación, n i siquiera in stru m en talm en te. L a m ayor es m anifiesta p o r in d u c c ió n en todos los in stru m e n to s p ro p iam en te dichos, los cuales recib en el n o m b re de in stru m e n to s, n o sólo p o r la relación o d enom inación con respecto a alg ú n a g en te a n terio r, sino en se n tid o p ro p io por su m o d o in trín seco de o b ra r y p o r su insuficiencia d e v irtu d en o rd e n al efecto. Y se p ru e b a adem ás de m an era especial en el p re se n te caso, p o rq u e si tal in s­ tru m e n to n o fu ese accidente, sería alguna sustancia. E n to n c e s, ¿d e qu ién sería in s tru m e n to e n la creación? N o de sí m ism o, com o es c la ro ; tam poco de o tra su stan cia creada, p u e s n o h a y n in g u n a que sea a g en te p rin c ip a l p a ra crear, y se llam a in stru m e n to p o r p a rte d el agente p rin c ip a l; p o r ú ltim o , tam poco d e D ios, y a q u e, com o es e v id en te de suyo, p o r p a rte d e D ios n o se necesita in s­ tru m e n to p a ra n in g u n a c reació n ; n i p o r p a rte d e la su stan cia m ism a p u e d e p en ­ sarse u n a q u e p o r su n a tu ra le z a exija estar d estin ad a a este fin d e ser in s tru ­ m e n to d e la creación, p u e sto q u e ta l fin es m u y extrínseco y m u y accidental a las creaciones d e las cosas. M á s a ú n , siendo la su stan cia e n te per se, n in g u n a su stan cia tien e n u n c a com o fin c o n n atu ral a sí m ism a el ser in stru m e n to p a ra alg u n a acción, a n o ser q u e d ic h a sustancia sea d e alg ú n m o d o p arcial y se com ­ p a re c o n aquella d e la q u e es in stru m e n to de igual m an era q u e la p a rte con el todo, y en tonces se com porta asim ism o m ás b ie n com o p o rta d o ra de la v irtu d in stru m e n ta l q u e com o in s tru m e n to p o r su p ro p ia sustancia. 2. Q u e la v irtu d accidental n o p u e d e ser in s tru m e n to n a tu ra l d e la crea­ ción, c ab e p ro b a rlo con u n a ra z ó n casi id én tica a la ad ucida con respecto a la v irtu d p rin c ip a l. E fectivam ente, el m o d o co n n atu ral de o b ra r d ebe ser p ro p o r­ cional al m o d o d e ser de la fo rm a , y a actú e com o v irtu d p rin cip al, ya com o

superius dictis de causa agente creata, inter virtutcs activas connaturales agentibus creatia esse quasdam instrumentarías et non principales, qualis est virtus seminis. Hoc ergo sensu' dicimus recte probari ex dictis non posse dari virtutem creatam quae ex se et natura sua sit instrumentaría virtus crean­ ti! Probatur, quia virtus instrumentaría creaturae ad physicas et reales aniones sem­ per est accidentalism vintiti autem acciden­ tali non potest esse connaturalis modus agendi per creationem, etiam instrumentarie. Maior constat inductione in omnibus propriis instrumentis, quae non solum prop­ ter habitudinem vel denominationem ad aliquod prius agens, sed proprie propter intrinsecum modum agendi et insufficientiam virtutis ad effectum, vocantur instrumenta. Et praeterea specialiter probatur in p r e ­ senti, quia si tale instrumentum non esset accidens, esset aliqua substantia. Cuius ergo esset instrumentum in creatione? Non sui ipsius, ut constat; nec etiam alteráis sub­ stantiae creatae, quia nulla est quae sit prin­ cipale agens ad creandum, et instrumentum

dicitur ex parte agentis principalis; nec denique Dei, quia ex parte Dei non est necessarium ad ullam creationem instrumen­ tum, ut per se constat; nec vero ex parte ipsius substantiae potest aliqua cogitari quae natura sua postulet ad hunc finem instimi ut sit creationis instrumentum, cum ille finis sit valde extrinsecus et valde accidentarius ad rerum creationes. Immo, cum substantia sit ens per se, nunquam finis alicuius sub­ stantiae ipsi connaturalis est quod sit in­ sti umentum ad aliquam actionem, nisi talis substantia sit aliquo modo partialis et comparetur ad earn cuius est instrumentum ut pars ad totum, et time edam potius se habet ut. deferens virtutem instrumentariam, quam ut instrumentum per propriam substantiam. 2. Quod autem virtus accidentali non possit esse naturale instrumentum creatio­ nis, eadem fere ratione probari potest quae de principali virtute facta est. Nam modus connaturalis agendi esse debet proportionatus modo essendi formae, sive agat ut vir­ tus ' principalis sive ut instrumentaria, quia

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in stru m e n ta l, p o rq u e de am bas m aneras la acción es consecuencia del m ism o ser n a tu ra l d e la fo rm a ; p e ro el m odo de ser con in d ep en d e n cia d el sujeto no p u e d e re su lta r co n n atu ral al accid en te; lu eg o tam poco p u ed e re su ltarle co n n a­ tu ra l e l m odo d e o b rar sin n in g ú n sujeto p re v io ; lu e g o el accidente no p u e d e ser v irtu d destin ad a p o r su n atu raleza a o b ra r así, n i siquiera p o r m odo d e in s ­ tru m e n to . B uena confirm ación d e esto es la razón con q u e Santo T o m ás d e ­ m u e s tra , e n I, q . 4 5 , a. 5, q u e la criatu ra n o p u ed e ser in stru m e n to de la c re a ­ ción, a saber, p o rq u e la criatu ra no p u e d e ser in stru m e n to si, m ediante algo p ro p io d e ella, n o ob ra dispositivam ente disponiendo p a ra el efecto del agente prin cip al. 3. P o r eso, si S anto T o m á s, e n el a rtícu lo citado, se expresa ú n icam en te e n este sentido, a saber, refiriéndose a u n in stru m e n to q u e p o r su n a tu raleza está d estin ad o a e sta acción y posee v irtu d in stru m e n ta l co n n atu ral para crear, n o h a b ría dificultad alguna n i 'e n la conclusión n i e n la razón. E fectivam ente, lo q u e p u e d e objetarse co n tra dicha ra z ó n : q u e m u ch as veces la acción d el in stru m e n to n o es d istin ta de la acción d el agente p rin c ip a l, e n cuyo caso el in stru m e n to n o ob ra dispositivam ente en o rd e n al efecto d e l agente p rin c ip a l, sino q u e lo p ro d u c e de m an era Inm ediata — com o p ie n sa n m uchos acerca del fantasm a con resp ecto a la especie inteligible— , esto (re p ito ) tie n e u n a fácil so­ lución e in terp re tació n de aqu'el principio. P o rq u e siem p re e l in stru m e n to n a tu ­ ra l, en ord en al efecto d el agente prin cip al, o b ra seg ú n algo q u e le es p ro p io , lo cual tiene u n a correspondencia p ro p o rcio n ad a en e l e fe c to ; p e ro n o siem pre se dice q u e ob re dispositivam ente con to d o rig o r y p ro p ie d a d , es decir, in tro ­ d u cien d o u n a disposición p re v ia re alm en te d istin ta del efecto del agente p rin ­ cip al, sino, o b ie n d e este m o d o , o b ie n p o rq u e el in stru m e n to , según aquello q u e es p ro p io d e él, d e te rm in a la acción d el agente p rin c ip a l, d eterm in ació n q u e p u e d e re d u c irse al g én ero d e la causa m aterial o dispositiva, a la m a n e ra com o el fan tasm a d eterm in a la acción del en ten d im ien to agente p a ra p ro d u c ir u n a d eterm in ad a especie. M a s d e n in g u n o d e estos m odos p u ed e la c riatu ra con­ c u rrir con v irtu d n a tu ra l a la creación e n calidad d e in s tru m e n to ; n o cie rta ­ m e n te in tro d u cien d o u n a disposición previa, pues sem ejante acción siem pre su -

utroque modo actio consequitur ipsum esse ad effectum principalis agentis, sed imme­ naturale formae; sed modus essendi cum diate ilium efficere, ut multi censent de independentia a subiecto non potest esse con- phantasmate respectu speciei intelligibilis, naturalis accidenti; ergo nec modus agendi hoc (inquam) commodam habet solutionem ex nullo subiecto potest esse illi connatu- et illius principii interpretationem. Nam ralis; ergo non potest accidens esse virtus semper instrumentum naturale secundum natura sua instituta ad sic operandum etiam aliquid sibi proprium, quod in effectu pro­ per modum instrumenti. Atque hoc bene portionate ei corresponded operator ad ef­ confirmât ratio qua D. Thom., I, q. 45, fectum principalis agentis; dispositive aua. 5, probat creaturam non posse esse in­ tem operari dicitur non semper cum omni strumentum creationis, scilicet, quia creatura rigore et proprietate, id est, inducendo disnon potest esse instrumentum nisi per ali- positionem praeviam reipsa distinctam ab quid sibi proprium dispositive operetur ad effeem principalis agentis, sed vel hoc modo vel quia instrumentum, secundum id quod effectum principalis agentis. 3. Quocirca, si D. Thom, in filo articulo est sibi proprium, determinai actionem prin­ in hoc tantum sensu loqueretur, scilicet, de cipalis agentis, quae determinano reduci pot­ instrumento natura sua ad hanc actionem est ad genus causae materialis seu disposiinstituto et habente connaturalem virtutem tivae, quo modo phantasma determinai ac­ instrumentariam ad creandum, nulla esset aut tionem intellectus agentis ad talem speciem in conclusione aut in ratione eius difficul- producendam. Neutro autem ex his modis tas. Nam quod obiici potest contra illam potest creatura naturali virtute concurrere rationem, saepe actionem instrumenti non ad crcationem ut instrumentum. Non quiesse aliam ab actione principalis agentis, et dem introducendo dispositionem praeviam, tune instrumentum non operari dispositive quia huiusmodi actio semper supponit sub-

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Disputaciones metafísicas

pone u n sujeto que debe disp o n erse, lo cual re p u g n a a la creación; tam poco d e term in an d o , m ed ian te algo q u e le sea propio, la acción del agente principal, ya q u e n in g u n a form a creada, según su m odo .p ro p io y co nnatural de o brar, g u a rd a p ro p o rc ió n con la p ro d u c c ió n de la n ad a, p o r lo cual n o p u e d e d e te r­ m in a r ta l acción con cu rrien d o a ella según algo q u e le sea propio. 4. A sí expuesta, esta razón p u e d e acom odarse tam bién a las causas s e g u n d a s' p rin cip ales, y en ese sentido cabe afirm ar que éstas ob ran dispositivam ente en o rd en a los efectos d e la causa p rim e ra , e n cu an to d eterm in an la acción d e la m ism a m ed ian te sus disposiciones propias. E sta razó n , em pero, n o b astará p o r sí sola acerca d e ellas, si n o se supone d em o strad o p o r otra p a rte que las v irtu ­ des d e las causas segundas n o p u e d e n ser p o r su n atu raleza suficientes o p ro ­ p orcionadas, en su género, p a ra p ro d u c ir u n efecto de la n ad a, p o rq u e de ah í sólo es posible p ro b a r que ellas n o p u e d e n d ete rm in a r el concurso de -la causa p rim e ra a tal acción. A ntes al contrario, esa razó n , aplicada a los instrum entos p ro p io s y en te n d id a de la m a n e ra expuesta, supone dem ostrado q u e la v irtu d cread a no p u e d e ser p rin cip io p rin c ip a l d e la creación. P o rq u e se fu n d a sobre to d o en q u e el in stru m en to , en aquello q u e o b ra d ispositivam ente o (valga la ex presión) determ in ativ am en te m ed ian te lo que le es p ropio, se com porta com o si fuese v irtu d prin cip al, p o r lo q u e resp ecta a o b rar según el m odo connatural y p ro p o rcio n ad o a tal naturaleza. •5. A ñádase, adem ás, q u e si sólo consideram os el razonam iento de Santo T o m á s en e l-a rtíc u lo citado, p arece que no p u e d e te n e r validez en otro sentido, a n o ser con resp ecto al in stru m e n to connatural. E n efecto, este p rin c ip io : el instrumento, mediante algo que le es propio, obra dispositivamente en orden al efecto del agente principal n o es necesario n i v erd ad ero en otro sentido, supues­ ta la do ctrin a m ás com ún acerca d e los in stru m en to s divinos elevados sobre­ n a tu ra lm e n te p a ra las obras d e justificación, tran su stan ciació n y . otras sem ejan­ te s ;, p o rq u e esos in stru m en to s n o o b ra n n ad a p o r su p ro p ia v irtu d en orden al e fecto d e la causa prin cip al, seg ú n se h a tratad o por extenso en los tom os I y IH d e la n i p arte. E ste se n tid o q u ed a confirm ado d e m a n e ra suficiente p o r la d em o strac ió n q u e S an to T o m á s da inm ediatam ente d e aq u el prin cip io , al d e -

iectum quod disponendum sit, quod répug­ nât creationi. Ñeque etiam determinando per aliquid sibi proprium actionem princi­ palis agentis, quia ornais forma creata, se­ cundum proprium et connaturalem modum agendi, non habet proportionem cum actione ex nihilo, et ideo non potest secundum aliquid sibi proprium determinare huiusmodi actionem ad illam concurrendo. 4. Quae ratio sic expósita potest accommodari etiam ad causas secundas principa­ les, quae in eo sensu did possunt operari dispositive ad effectus primae causae, quatenus per proprias virtutes determinant ac­ tionem eius. Tamen in eis ratio haec per se sola non sufficiet nisi supponatur aliun­ de probatum virtutes causarum secundarum non posse esse natura sua sufficientes seu proportionatas in suo genere ad effectum ex nihilo producendum, quia hiñe solum pro­ bad potest non posse illas determinare concursum primai causae ad talem actionem. Quin potius ratio ilia, applicata ad propria instrumenta et dicto modo intellects, sup-

ponit probatum quod virtus creata non possit esse prindpale principium creandi. Nam in hoc maxime fundatur quod instrumen­ tum, quantum ad id quod dispositive vel (ut ita dicam) determinative operatur per id quod est sibi proprium, ita se gerit ac si esset virtus principalis quantum ad hoc quod est operari secundum modum conna­ turalem et proportionatum tali naturae. 5. Adde praeterea, si solum discursum D. Thom, in ilio articulo spectemus, non vldetur posse procedere in alio sensu, nisi de instrumento connaturali. Nam illud prin- • cipium instrumentum per aliquid sibi pro­ prium dispositive operatur ad effectum prin­ cipalis agentis non est in alio sensu necessarium aut verum, supposita communion domina de divinis instrumentas supernaturaliter elevatis ad opera' iustificationis, transubstantiationis et similia; ilia enim instru­ menta nihil operantur per propriam virtutem ad effectum principalis agentis, ut in I et III tomo II I partis late tractatum est. Et hunc sensum satis confirmât probatio il-

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c i r : Por tanto, si nada obrase allí (so b reen tién d ase: e l in stru m en to ) mediante lo que le es propio, en vano se emplearía para obrar. Y no sería preciso que hu­ biese instrumentos determinados para determinadas acciones. E sta razón, p u e s, e s excelente e n el caso d e los in stru m e n to s n atu ra le s, q u e p o r sí m ism os e stá n ord en ad o s y determ inad os y son necesarios p a ra sus efectos. P e ro tal d em o stra­ ció n n o tiene fu erza n in g u n a en el caso de los in stru m e n to s divinos, p o r ser m u y cierto q u e los in stru m en to s n o están d eterm in ad o s, sino q u e son in d ife re n ­ te s y cuasi universales en v irtu d d e la p o ten cia o b ed ie n c ia l; y son d eterm in ad o s a determ inadas acciones p o r la volu n tad d iv in a y p o r u n a elevación o concurso especialísim o. P o r eso tales in stru m en to s n o son, en v e rd a d , necesarios, ya . q u e D io s p u ed e p ro d u c ir igu alm en te sin ellos los m ism os e fe c to s; m as n o p o r esto se d irá q u e son superfluos, p o rq u e , adem ás d e o b ra r v e rd ad eram en te cuando son elevados y a su m id o s,'n o son elevados p a ra o b ra r si n o h ay u n fin y u n m o ­ tiv o razonable. 6. El Maestro de las Sentencias no defendió un instrumento natural de la creación.— P e ro , a u n q u e p arezca q u e la ra z ó n y el arg u m e n to n o concluyen m ás, sin em bargo, todos los discípulos e in té rp re te s de S a n to T o m á s e n tien d en su o p in ió n en sentido m ás general, a sab er, q u e la c ria tu ra n o p u e d e c o n c u rrir a la creación n i siq u iera com o in stru m e n to elevado p o r la v irtu d divina. Y , en v erd ad , Santo T o m á s lo d a a en te n d e r suficientem ente c u a n d o re b a te allí la op i­ n ió n del M aestro . E n efecto, el M aestro n o h ab ía d ic h o q u e la criatu ra p u e d a se r in stru m e n to n a tu ra l d e la creación, sino p o r m in isterio d iv in o ; p o rq u e tra ­ ta b a d e los sacram entos e n cuanto son in stru m e n to s d iv in o s, seg ú n aparece cla­ ram en te en In IV, d ist. 5. P o r ello, el m ism o S anto T o m á s, e n n i , q. 13, a. 2 , d istin g u ien d o ex presam ente e n tre la v irtu d n a tu ra l y el in s tru m e n to de la gracia, n ieg a q u e la c ria tu ra p u e d a ser in stru m e n to d e la creación o d e la an iq u ilació n ; lo m ism o sostiene en II cont. Gent., c. 2 1 ; y son d e ig u al p arecer todos los teólogos q u e im p u g n a n la o pinión d el M a e stro , com o A lb e rto , E scoto, E n riq u e y EgidiOj en los lu g ares citados en la sección an terio r. C o n to d o , esta co n tro ­ versia, en cu an to atañ e al in stru m e n to so b ren atu ral, d eb e estu d iarse e n T e o lo -

lius principii, quam statini D. Thom, subiungit, dicens: S i igitur nihìi ibi ageret (supple, instrumentum) secundum id quod

quamquam ratio et discursus non videatur amplius concludere, omnes tamen discipuli et interpretes D. Thomae intelligunt geneest sibi proprium , frustra adhiberetur ad ralius eius sententiam, nimirum creaturam, agendum . N e c oporteret esse determ inata etiam ut instrumentum elevatum divina virinstrum enta detenninatarum actionum . Haec tute, non posse concurrere ad creationem. enim ratio optima est in instrumentis natu­ Et certe D. Thomas, cum ibi sententiam rae, quae per se ordinata, determinata et Magistri impugnat, id satis significat Nam necessaria sunt ad suos effectus. In instruMagister non dixerat creaturam posse esse mentis autem divinis nullam vim habet illa naturale instrumentum creationis, sed per probatio, quia verissimum est instrumenta divinimi ministerium; agebat enim de sadivina non esse determinata; sed indiffecramentis quatenus sunt divina instrumenta, rentia et quasi universalia per potentiam ut patet in IV, dist. 5. Unde idem D. obedientialem ; determinantur autem ad determinatas actiones per divinam voluntatem Thom., Ili, q. 13, a. 2, distinguens expres­ se inter virtutem naturae et instrumentum et elevationem seu specialissimum concursum. Quare talia instrumenta non sunt qui- gratiae, negat creaturam posse esse instru­ mentum creationis vel annihtlationis ; idem dem necessaria; nam sine illis aeque potest Deus eosdem effectus facere; non tarnen in II cont. Gene, c. 21, et in eadem sententia sunt omnes theologi qui sententiam propterea dicentur esse frustra, quia et quan­ do elevantur et assumuntur, vere agunt, et Magistri impugnami, ut Albert., Scot., Henric. et Aegid., loc. cit. sect. precedenti. Venon sine fine et causa rationabili elevantur rumtamen controversia haec, quatenus atut agant. 6 . • Sen ten tia ru m M agister non asseruit tinet ad supematurale instrumentum, in theologia examinanda est; existimo enim ex naturale creationis in stru m en tu m .— Sed

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Disputaciones metafísicas

gía, p u e s p ie n so q u e n o es po sib le d ecid irla e n v irtu d d e los principios pro p io s de la creación. 7. E fectivam ente, si fuese v erd ad q u e la c ria tu ra n o p u e d e e n m anera al­ g u n a ser elevada p o r la v irtu d divina a realizar con u n a verd ad era acción física alg o q u e 'e x c e d a su n a tu ra l p o ten cia y v irtu d , o q u e sólo p u e d e serlo m ed ian te alg u n a v irtu d recibida en ella, q u e tenga p o d e r co nnatural p a ra tal efecto — cósa q u e opinan m u chos teólogos, y n o sin p ro b a b ilid a d — , si ésto (digo) es v e rd a d , se afirm a b a sta n te co nsecuentem ente y m u y b ie n q u e la c ria tu ra n o p u ed e ser elevada p a ra q u e sea in stru m e n to de la creació n ; p e ro si D ios p u e d e elevar a la c ria tu ra p a ra que, p o r su m ism a e n tid ad y sin o tra so breañadida, p ro d u zca u n efecto q u e sobrepase su v irtu d n a tu ra l, lo q u e yo considero m ás p ro b ab le (p u es pien so q u e de esa m a n e ra eleva al agua p a ra p ro d u c ir la gracia, y al fuego p a ra a to rm e n ta r a los e sp íritu s, y a las palabras p a ra tran su stan ciar), si esto — re ­ p ito — es cierto, no e n tie n d o con q u é razó n p u e d a negarse la consecuencia d e q u e D ios p u e d e utilizar u n a c ria tu ra com o in stru m e n to p a ra crear otra. P o rq u e tam p o co • se asigna u n a ra z ó n suficiente d e la diferencia n i se aduce n in g u n a ra z ó n especial probativa d e q u e esto es im posible. 8. L a p rim e ra p a rte es ev id en te, p u es la ú n ica diferencia parece c o n sistir e n q u e la creación n o es u n a acción a p a rtir d e u n su jeto , com o son las o tras acciones. P e ro , en p rim e r lu g a r, esta diferencia n o es u n iv ersal, y a q u e tam poco la tran su stan ciació n es u n a acción a p a rtir d e u n sujeto, s e g ú n . enseña S an to T o m á s, n i , q. 7 5, a. 8. Y el q u e e n la tran su stan ciació n se p re su p o n g a algo com o m ateria rem o ta y com o térm in o a quo, o bajo o tra relación sem ejante, n ad a im p o rta , e n verdad, p a ra q u e re su lte m enos c o n trad icto rio el concurso de u n in stru m e n to creado a esa acción q u e a la creación. A dem ás, p o r esa d iferencia n o se d e m u e stra , sino q u e se supone lo q u e h a y q u e d em o strar. E n efecto, d el h e c h o d e q u e la creación es u n a acción sin sujeto se infiere m u y b ie n que n o p u e d e ser co n n atu ral a la c riatu ra, n i com o v irtu d p rin c ip a l n i com o in s tru ­ m e n to ; sin em bargo, a p e sa r d e eso, p o r u n a ra z ó n pro p o rcio n al a otros in s-

propriis principiis creationis non posse definiri. 7. Nam si verum esset creaturam aut nullo modo posse eievari divina virtute ad agendum aliquid vera actione physica quod suam naturalem potentiam et virtutem excedat, aut nonnisi per virtutem aliquam in ipsa receptam quàe connaturalem vim habeat ad talem cffectum, quod multi theologi opinantur, et non improbabiliter, si hoc (inquam) est vèrum, satis consequenter et optime difcitur non posse creaturam elcvari ut sit instrumentum creationis; si autem Deus potest elevare creaturam ut per suammet entitatem absque alia superaddita efficiat effectum excedentem virtutem suam na­ turalem, quod ego longe probabilius iudico (sic enim existimo elevare aquam ad efficiendam gratiam, et ignem ad torquendos spiritus, et verba ad transubstantiandum), si hoc (inquam) est verum, non video qua ratione consequentia negati valeat, posse Deum uri una creatura ut instrumento ad

creandum aliam. Quia neque sufficiens ratio differentiae assignatur neque affertur specialis aliqua ratio qua hoc probetur impos­ sible. 8. Prior pars patet, nam unica differen­ tia esse videtur quod creatio non est actio ex subiecto, sicut sunt aliae actiones. Sed haec differentia imprimis non est universa­ lis ; nam etiam transubstantiatio non est actio ex subiecto i, ut docet D. Thom., Ill, q. 75, a. 8. Quod autem in rransubstantiatione supponatur aliquid ut materia remota et ut terminus a quo, vel sub alia simili habitudine, nihil sane refert ut minus repugnet instrumentum creatum concurrere ad illam actionem quam ad creationem. Deinde ex ilia differentia non probatur, sed sumitur quod probandum est. Ex hoc enim quod creatio est actio sine subiecto optime infertur non posse esse connaturalem creaturae neque ut principali virtuti neque ut instrumento; tamen, hoc non obstante, ex proportionali ratione ad alia instrumenta di-

t Haec est sententia Magistri in IV, q. 5, quam secutus est D. Thom, ibi, q. 1, a. 3, quaestiunc. 3, ad 4, et eamdem défendit In II, dist. I, q. 1, a. 3; Gab., In IV, disi. 1, q, 1, a. 3, dub. 3.

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tru n ien to s divinos, sostenem os decid id am en te q u e e sta acción p u e d e co m u n i­ carse p o r elevación a u n in stru m e n to creado. P o rq u e tam poco la acción co n v er­ siva d e to d a la sustancia e n to d a la sustancia p u e d e ser co n n a tu ra l a la criatu ra, n i com o a causa principal n i com o a in s tru m e n to ; d e m a n e ra sem ejante, la ac­ ció n sobre el esp íritu , especialm ente p o rq u e en él se p ro d u c e u n a cualid ad so­ b re n a tu ra l, n o p u ede ser connatural al c u e rp o ; y , n o o b stan te, u n a y o tra es co m unicada p o r v irtu d divina m ed ian te elevación; luego lo m ism o su ced e con la o tra acción. 9. Se rebaten los inconvenientes que algunos infieren contra el instrumente de la creación.— L a segunda p a rte se p o n d rá d e m anifiesto fácilm ente aplicando las razones aducidas acerca de la v irtu d prin cip al y d el in stru m e n to c o n n atu ral, y considerando •q u e n o tie n e n validez en el caso d e l in stru m e n to p o r elevación. P ues lo q u e d ic e n algunos q u e se sigue, a saber, q u e ta l in stru m e n to posee in fin ita v irtu d y perfección, n o se sigue d e n in g ú n m o d o ; p o rq u e la acción de este in stru m e n to no se considera p o r su perfección, sino p o r la perfección d el p rim e r agente y la potencia obediencial d el in stru m en to . P o r ello, e n e sta clase d e in stru m en to s, n o es necesaria u n a re a lid a d m ás p erfecta p a ra u n efecto o u n a acción m ás p erfecta. N i p u ed e hacerse a q u í la gradación d e q u e p a ra p ro d u c ir u n a cosa d e u n a potencia m ayor se re q u ie re m ayor v ir tu d ; p o rq u e con e l m is­ m o in s tru m e n to p u ed e D ios e d u c ir la form a de u n sujeto, p o r m u ch a resistencia q u e oponga. F in a lm e n te , cab rá a d u c ir la m ism a razó n acerca d e l in stru m e n to de la tran su stan ciació n , pues tam b ién se req u iere u n a p erfección infinita p a ra tra n su stan ciar p o r v irtu d p ro p ia o connatural. 10. A dem ás, n o es aprem iante lo q u e otros d ic e n q u e se sig u e: q u e algo p u e d e ser asu m id o com o in stru m e n to p a ra crearse a sí m ism o. P ues, en p rim e r lu g a r, negam os q u e se siga eso rig u ro sa y p ro p ia m e n te ; p o rq u e , p a ra q u e algo sea in stru m e n to físico, debe suponerse necesariam ente q u e existe y, p o r tan to , se supone su creación, p a ra la cual n o p u d o él ser in stru m e n to . A hora b ie n , esa ra z ó n te n d ría alguna fuerza contra q u ienes d icen q u e u n a cosa n o existente p u e d e ser .instrum ento físico; pero consideram os im p ro b ab le esa opinión. P o r ello, au n q u e ,e n v irtu d de la creación n o resulte c o n trad icto rio q u e cu alq u ier

vina, contendimus hanc actionem posse commúnícari instrumento creato per elevationem. Nam etiam actio conversiva totius substantiae in totam substantiam non potest esse connaturalis creaturae ñeque ut prin­ cipali causae ñeque ut instrumento; actio similiter in spiritum, praesertim quia in ilio fit supernaturalis qualitas, non potest esse connaturalis corpori; et tamen utraque communicatur divina virtute per elevationem; ergo idem est de altera actione. 9. Inconvenientia ab ediquibus illata con­ tra creationis instru m en tum retunduntur .— Altera vero pars constabit facile applicando radones factas de virtute principali et de instrumento connaturali, et considerando non procedere in instrumento per elevatio­ nem. Quod enim quidam aiunt sequi, tale scilicet instrumentum habere infinitam virtutem et perfectionem, minime sequitur; nam aedo huius instrumentì non attenditur ex perfectíone eius, sed ex perfecdone primi agends et potenda obediendali instrumentì. Unde in hoc ordine instrumentorum non

est necessaria res perfecdor ad perfectiorem effectual vel actionem. Ñeque hie potest fieri illa gradado quod ad producendum rem de maiori potentia maior virtus requiritur; nam eodem instrumento potest Deus educere formam ex subiecto quantumvis resi­ stente. Denique eadem rado fieri posset de instrumento transubstantiationis ; nam edam ad transubstandandum virtute propria vel connaturali requiritur infinita perfectio. 10. Eursus non urget quod alii aiunt se­ qui, posse aliquid assumi ut instrumentum ad creandum seipsum. Primum enim negamus id sequi in rigore et proprietate; nam ut aliquid sit instrumentum physicum, ne­ cessario debet supponi existens, et ideo supponitur creado eius, ad quam ipsum non potuit esse instrumentum. Haberet autem illa rado nonnullam vim contra eos qui dicunt rem non existentem posse esse phy­ sicum instrumentum; illam tamen sententiam improbabilem censemus. Quare, licet ex vi creationis non repugnet quameumque creaturam fieri per instrumentum creatum,

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Disputaciones metafísicas

c ria tu ra sea p ro d u cid a m ed ian te u n in stru m e n to creado, n o ob stan te, p o r la con­ d ic ió n p re su p u e sta y p reexigida p a ra o b rar, es co n trad icto rio q u e u n a m ism a cosa sea in stru m e n to de su p rim era creación. Y esto es ev id en te a rg u m en tan d o e n fo rm a sem ejante acerca del in stru m e n to d e la generación o d e la educción; p o rq u e nadie n eg ará que D ios p u ed a u sa r la gracia existente en P ed ro para p ro ­ d u c ir la gracia en P a b lo ; p e ro n eg ará q u e p u e d a u tilizarla p a ra p ro d u cirla a ella m ism a, n o p o r la re p u g n an cia de ta l acción in stru m e n ta l considerada en ab ­ soluto, sino p o r la antedicha presuposición de la existencia p a ra o b rar. P or ello, si es verdad q u e una m ism a cosa p u e d e ser p ro d u c id a en dos veces o con d o s acciones totales, q u e te rm in a n v erd ad era y p ro p iam en te en el ser d e aq u élla, n o h a y inconveniente n in g u n o en conceder q u e u n a m ism a cosa ya creada p u e ­ da c o n c u rrir eficientem ente a su n u ev a creación, de igual m an era que la h u m a ­ n id a d d e C risto concurre eficientem ente a la tran su stan ciació n del p a n en ella m ism a ; p e ro d e esto tratam o s en o tro lu g ar. P o r ú ltim o, pro ced ien d o de igual m o d o p o r las razones antes aducidas, fácilm ente se p o n d rá d e m anifiesto q u e n o tie n e lu g a r e n este género d e concurso o efectuación p o r p o ten cia obedien­ cial. 11. Si hay alguna acción exclusiva de Dios, de suerte que no pueda comu­ nicarse a la criatura— Pero, algunos tien en p o r g ra n inconveniente el. q u e n o exista n in g u n a acción ad extra q u e D ios n o p u e d a com unicar a las c ria tu ra s; p o rq u e si h u b iese alguna, sería' sobre todo la creación. M a s y o considero q u e n i la consecuencia es necesaria n i el consecuente, rectam en te en tendido, es in ­ conveniente. P o rq u e p o d ría d ecir alguno q u e la acción p o r la q u e se realiza la u n ió n hipostática es m ás elevada y m ás incom unicable a la c ria tu ra ; y tam bién q u e e n los teso ro s de la p o te n c ia divina h a y otros m odos d e acciones que p o r otros títulos su p e ra n a la c re a c ió n ; p u e s, a u n q u e la creación sea la p rim e ra d e todas y com o el fu n d am en to d e las otras, n o es, em pero, la m ayor d e todas. A dem ás, u n a cosa es h ab lar d e las acciones, y o tra d e las cosas q u e se hacen m e d ia n te las acciones; así, p u e s, h ab lan d o d e las cosas hechas, n o h ay incon­ veniente alguno e n q u e D ios p u e d a o b rar m ed ian te la criatu ra, com o m ediante u n in stru m e n to , to d o lo q u e p u e d e realizar p o r su sola v ir tu d ; antes bien, esto

tamen, ex conditione praesupposita et praerequisita ad agendum, repugnat rem eamdem esse instrumentum suae primae creationis. Quod est evidens argumentando in simili forma de instrumento generationis seu eductionis; nemo enim negabit posse Deum uti grada existente in Petto ad producendam gratiam'in Paulo; negabit.tamen posse illa utí ad seipsam producendam, non ob repugnantíam talis instrumentalis actíonis per se sumptae, sed ob praedictam praesuppositionem existentíae ad agendum. Quocirca, si verum est posse eamdem rem bis seu duabus totalibus actionibus produci vere ac proprie terminatis ad eius esse, nullum est inconveniens concedere eamdem rem iam creatam posse concorrere effective ad sui recreationem, sicut humanitas Christr concurrit effective ,ad transubstantiationem pañis in ipsam; de quo alias. Denique, eodem modo procedendo per rationes superius factas, facile constabit non habere lo-

cum in hoc genere concursus vel effectionis per porentiam obedientialem. 11. A n sit actio atiqua D ei propria, ut nulli possit creaturae commurdcari .— Aliqui vero magnum inconveniens ducunt quod • nulla sit actio ad extra quam Deus non pos­ sit coxnmunicare creaturis, nam si quae es­ set, esset maxime creatio. Sed ego nec consequentiam censeo necessariam, nec consequens recte intellectum esse inconveniens. Posset enim aliquis dicere actionem illam qua fit unio hypostatica esse altiorem ma-. gisque incommunicabilem creaturae; itemque in thesauris divinae potentiae esse alios modos actionum quae aliis titulis sunerant creationem; nam, licet creatio sit omnium prima et quasi fundamentum aliarum, non est tamen omnium maxima. Rursus aliud est loqui de actionibus, aliud de rebus quae per actiones fiunt; loquendo ergo de rebus fao tis, nullum est inconveniens quod possit Deus per creatuxam,. ut per instrumentum, agere quidquid sola sua virtute facere pot-

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corresponde a la eficacia de la v irtu d divina, igual q u e , inversam ente, tam b ién p e rten ece a la m ism a eficacia el q u e D io s n o p u eda h acer m ed ian te la c ria tu ra n in g u n a cosa q u e n o p u ed a hacer p o r sí solo. E n cam bio, h ab lan d o d e las ac­ ciones, h ay m u ch as q u e son propias de D ios d e tal m o d o q u e n o p u e d e n pro ce­ d e r d e la criatu ra, com o es la m ism a acción d e crear sólo c o n v irtu d p rin c ip a l. P ero esto n o es exclusivo de D io s; p o rq u e tam b ién la acción d e la c ria tu ra , en cu a n to tal, n o p u e d e ser realizada sin ella n i m ediante o tra c riatu ra. E xplica­ rem os la razó n d e esto en la sección sig u ien te, donde ta m b ién señalarem os o tra razó n p o r la q u e otros afirm an q u e es im posible u n in stru m e n to de la creación, y dem ostrarem os q u e es ineficaz.

S E C C I O N Si

la

c r e a c ió n e s , e n l a

c r ia t u r a , a l g o

IV r e a l m e n t e d is t in t o

de

ella

1. H asta ahora hem os tratad o casi exclusivam ente de la potencia creadora, y al m ism o tiem p o hem os explicado su efecto, en cu an to es el objeto o térm in o al q u e esa p o ten cia dice relación, al m enos según n u e stro m o d o de c o n c e b ir; falta d ecir en q u é consiste la acción m ism a, esto es, la creación.

Diferentes opiniones 2. Primera.— E n esta cuestión en c u e n tro tres m odos posibles de expresar­ se. E l p rim e ro es q u e la creación, e n cu a n to acción, n o es algo en la c ria tu ra , sino q u e e n el m ism o creador es el acto m ism o d e la d ivina v o lu n tad o d el im p erio divino, p o r e l q u e produce las cosas ad extra. Y digo en cuanto acción p o rq u e en cu an to relación, q u e supone la acción ya te rm in a d a y es resu ltad o d el térm in o de la m ism a, se dice que la creación es algo e n la c riatu ra, a saber, cie rta relació n real al' creador. Se estim a q u e ésta es la opinión de Santo T o ­ m ás, en I, q. 45, a. 3 ; al q u e exponen e n este sentido C ayetano y otros to m is:as. n a ra z ó n a e s a n to ro m a s es que creacion no es m u ta c io n ; luego n o p u e d e ser e n la c ria tu ra n ad a m ás que u n a relación. E1 an tecedente es m an i-

est; quin potíus hoc spectat ad efficacita■sm divinae virtutis, sicut e contrario etiam ad eamdem efficaciam pertinet ut nullam : em possit Deus facere per creaturam quam non possit facere se solo. Loquendo autem le actionibus, multae sum ita Dei propriae ut non possint esse a creatura, sicut est iprsmet aedo creandi sola virtute principali. Hoc vero non est proprium Dei; nam edam aedo creaturae, ut tafis est, non potest fieri sine illa nec per aliam creaturam. Cuius rei radonem explicabimus sectione sequentì, ubi edam attingemus radonem aliam ob quam alii dicunt esse impossibile instrumentum creationis, et inefficacem esse ostendemus.

tum eius, quatenus est obiectum seu ter­ minus ad quem illa potentia dicit habitudinem, saltern nostro modo concipiendi; superest ut dicamus de aedone ipsa seu creatione, quid sit. Varice sententiae

2. Prima.— In qua re tres inverno esse posse dicendi modos. Primus est creationem in ratione aedonis non esse aliquid in creatura, sed in ipso creatore esse ipsummet actum divinae voluntatis aut divini im­ perii, quo res ad extra producit. Dico au­ tem in ratione actionis, nam in ratione relationis, quae supponi! acrionem iam terminatam et resultai ex termino eius, creatio aliquid esse dicitur in creatura, scilicet, Te­ SECTIO rv lano quaedam realis ad creatorem. Haec A n CREATO) SIT ALIQUID IN CREATURA DIcensetur esse sententia D. Thom., I, q. 45, ST1NCTUM EX NATURA REI AB EPSA1 a. 3, quem ita exponit Caietan, et adii tho1. Hactenus fere solum diximus de po- mistae. Ratio D. Thomae est quia creatio tentìa creandi, simulque declaravimus effec- non est mutano; ergo nihil esse potest in

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Disputaciones metafísicas

fiesto., p ues la m u tació n se d a sobre alg ú n sujeto, com o consta p o r la definición de m o v im ien to ;, p e ro la creación n o se d a sobre u n sujeto, com o consta tam b ién p o r la definición que de ella hem os dado a n terio rm en te. Santo T o m á s, en I, q. 4 5, a. 2, d em u estra la p rim e ra consecuencia p o rq u e la acción y la pasión convienen e n la sustancia d el m ovim iento y difieren según las diversas relaciones al agente o al p aciente, seg ú n se d esp ren d e del lib. n i d e la Física, te s to 20. L uego, elim inado de la creación el m ovim iento, n o p u e d e q u e d a r n a d a a n o ser una relación, b ie n de la c ria tu ra al creador, b ie n d el creador a la c riatu ra. 3. E n seg u n d o lu g ar, p o rq u e la creación n o p u e d e ser u n a acción form al­ m ente tra n se ú n te ; luego es form alm en te in m an en te en el cread o r y p u ed e lla­ m arse v irtu al o em in en tem en te tra n se ú n te , p o rq u e tien e p o d e r p a ra p o n e r el efecto ad extra, lo cual conviene m u y b ie n al acto de la v o lu n ta d o im perio divino. L a consecuencia es clara, ya q u e n o existe n in g ú n m ed io e n tre aquellos dos m iem ­ bros, E l an tec ed en te se p ru e b a p o rq u e la acción tra n se ú n te es u n accidente y, en consecuencia, req u iere n ecesariam ente u n su je to ; p e ro la creación n o requiere un su je to ; lu e g o no p u e d e ser u n a ccid en te; lu e g o n o p u e d e ser u n a acción transeúnte. ■ 4. D e ahí argum ento, e n tercer lu g ar, q u e to d a acción tie n e p rio rid a d n a­ tural sobre su té rm in o ; lu eg o la creación ta m b ié n e s n a tu ra lm e n te a n te rio r a la cosa c re a d a ; luego n o p u e d e darse e n la cosa cread a, sino e n el creador. E sta últim a consecuencia resu lta ev idente, p o rq u e es im p o sib le e n te n d e r la creación en cu an to acción extrínseca a D ios y a n terio r a la cosa cread a, ya q u e acerca de lo p rim e ro n o se entien d e en qu ién o d e q u é m o d o ex iste , y no p u e d e con­ cebirse u n a acción, en cu an to acción, su b siste n te e n sí sola y com o p o r sí mism a. 5. E n c u arto lugar, los tom istas arg u m e n ta n q u e n o sólo la creación, sino tam poco n in g u n a acción d e la p o ten cia divina p u e d e ser tra n se ú n te con respecto a ésta, n i p u e d e darse n u n c a u n a acción in te rm e d ia e n tre la potencia de D ios y su efecto, q u e sea d istin ta de la p o ten cia d e D io s ; lu eg o m u ch o m enos po­ d rá darse esto e n la creación. E l an tec ed en te se p ru e b a , e n p rim e r lu g ar, por­ que la v irtu d d ivina se halla ín tim am en te p re se n te e n to d o s su s efecto s; luego

creatura nisi relatio. Antecedens patet, quia mutatio est circa aliquod subiectum, ut ex definitione morns constat; creatio autem non est circa subiectum, ut etiam constat ex de­ finitione eius supra tacta. Primam vero consequentiam probat D. Thom., X, q. 45, a. 2, quia actio et passio conveniunt in sub­ stantia motus et differunt secundum habitudines diversas ad agens vel passum, ex III Phys., (.ext. 20. Ergo ablato morn a cieatione nihil potest remanere' nisi relatio. vel creaturae ad creatorem vel creatoris ad creaturam. 3. Secundo, quia creatio non potest-es­ se actio transiens formaliter; ergo est formaliter immanens in creante et dici potest virtualiter sen eminenter transiens, quia vim habet ponendi effectum ad extra, quod qua­ drat optiroe in actum divinae voluntatis vel imperii. Consequentia est dara, quia inter ilia duo membra nullum est medium. Ante­ cedens vero probatur, quia actio transiens est accidens, et consequenter ex necessitate requirit subiectum; sed creatio non requirit

subiectum; ergo non potest esse accidens; ergo non potest esse actio transiens. 4. Unde argumentor tertio, nam omnis actio est prior natura suo termino ; ergo creano etiam est natura prior re creata; ergo non potest esse in re creata, sed in creatore. Patet haec ultima consequentia, quia impossibile est intelligere creationem ut actionem extra Deum et priorem quam rem creatam, quia in ilio priori non intelligitur in quo aut quomodo sit, et non pot­ est concipi actio, ut actio, in se sola et quasi per se subsistens. 5. Quarto argumentantur thomistae quia, non sohim creatio, verum neque ulla actio divinae potentiae respectu illius potest esse transiens, neque unquam potest dari actio media inter potentiam Dei et effectum eius, quae sit distincta a potentia Dei; ergo mul­ to minus hoc dari poterit in creatione. An­ tecedens vero probatur primo, quia divina virtus est intime praesens ¡n omni effectu suo; ergo immediate et per se produci!

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p ro d u c e in m ed iatam en te y p o r sí todos sus efectos, y n o m ed ian te acción al­ guna. E n segundo té rm in o , p o rq u e , d e lo contrario, la p o ten cia d e D ios sería p rin c ip io , n o sólo d e su efecto, sino ta m b ién d e su acción, cosa q u e niega S an­ to- T o m ás en I, q.‘ 2 5, a. 1, ad 3. E n te rc e r lu g ar, p o rq u e la acción tra n se ú n te es el com plem ento d e la p o ten cia activ a ; m as D ios n o p u e d e ten er el com ple­ m e n to d e su p o ten cia e n la c riatu ra, ya q u e en o tro caso d e p en d ería d e ella ; luego. 6. Segunda .— L a segunda o pinión afirm a q u e la creación es algo fu e ra d e D io s, a u n q u e n o es algo re alm en te d istin to d e la c ria tu ra que se crea, y así, p ro p iam en te n o se d a en ella sino según la razón, si b ie n real y esencialm ente es la cria tu ra m ism a, es d e c ir ,'q u e la creación d el h o m b re es la m ism a esencia d el h o m b re, y la creación d e l ángel la esencia d el án gel, y así en los dem ás casos. P a ra p o n e r la creación e n la cosa cread a, se fu n d a esta opinión e n q u e la acción e n cu an to acción debe e n co n trarse n ecesariam ente e n su térm in o , ya sea p o r id e n tid a d , ya de a lg ú n otro m o d o ; p o rq u e la acción n o es sino la d e­ p e n d e n c ia y em anación d el efecto con resp ecto a la c a u sa ; p e ro la d ependencia d eb e darse n ecesariam ente e n la cosa q u e d ep ende. M á s adelante dem o strare­ m os p o r extenso este p rin cip io , p ues es p len am en te v erd ad ero . A hora b ien , p a ra afirm ar la p re se n te o pinión q u e la creación n o se d istin g u e en m anera alg u n a de la cosa creada, a no ser p o r la razón, p u e d e fu n d arse, en p rim er lu g a r, e n la p ro p o sició n general de q u e n in g u n a acción se d istin g u e realm en te d e su té r­ m in o , sino sólo co n cep tu alm en te. Y en ta l se n tid o p u e d e atrib u irse esta sen ten ­ cia a los nom inalistas, los cuales n o p o n e n u n a acción in te rm e d ia según la re a ­ lid a d e n tre el efecto y la causa, com o p u e d e verse e n O ckam , In II, q. 9 , y en G reg o rio , In II, dist. 1, q . 4 y 5, q u ie n añ ad e, e n la q. 6, que la creación se e n c u e n tra e n la c ria tu ra o q u e, m ás b ien , es la c ria tu ra m ism a. 7. E n segundo térm in o , p u e d e fu n d a rse esta opinión e n la peculiar razón d e creación, a saber, q u e es u n a acción de la n ad a, y p o r ello no p u ed e ser u n accid en te, sino u n a sustancia o p o r m odo d e sustancia, si p o r v en tu ra se crea u n accidente separado. P u ed en ayudar a confirm ar esta o p in ió n los argum entos

omnem suum effectum, et non media aliqua actione. Secundo, quia alias potentia Dei non solum esset principium sui effectus, sed etiam suae actionis, quod tarnen negai D. Thom., I, q. 25, a. 1, ad 3. Tertio, quia actio transiens est complementum potentiae activae ; sed non potest Deus ha­ bere complementum potentiae suae in crea­ tura, alias penderet ab illa; ergo. 6. Secunda .— Secunda sententia est creationem esse aliquid extra Deum, tarnen in re non esse aliquid distinctum a crea­ tura quae creatur, et ita proprie non esse in illa nisi secundum rationem, realiter ta­ rnen et essentialiter esse ipsammet creaturam, videlicet creationem hominis esse ipsam essendam hominis, et creationem an­ geli essenriam angeli, et sic de aliis. Haec sententia, ut ponat creationem in re creata, fundatur in hoc quod aedo, ut aedo, ne­ cessario debet esse in suo termino, vel per identitatem vel aliquo alio modo, quia ae­ do non est nisi dependentia et emanano1

effectus a causa; dependentia autem neces­ sario esse debet in re quae pendei. Quod principium inferius late probabimus, est enim verissimum. U t autem affirmet haec opinio creationem non distingui ullo modo nisi secundum rationem a re creata, primum fundari potest in generali propositione quod nulla actio distinguitur in re a suo termino, sed ratione tantum. Et hoc modo potest haec sententia tribui nominalibus, qui non ponunt actionem mediani secundum rem inter effectum et causam, ut videre est in Odiamo, In II, q. 9, et Greg., In II, dist. I, q. 4 et 5, qui in q. 6 subdit crea­ tionem esse in creatura, seu potius esse ipsam creaturam. 7. Secundo potest haec opinio fundari in speciali ratione creationis, scilicet, quod sit actio ex nihilo, et ideo non possit esse accidens, sed substantia seu per modum substantiae, si fortasse accidens separatum creetur i. Et ad hoc confirmandum iuvari potest haec sententia argumentis prioris opi-

1 Guliel. de Rubion., In II, dist. 1, q. 1. 33

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Disputaciones metafísicas

d e la sentencia a n terio r, especialm ente el tercero. Y p u ed e confirm arse p o rque, si la creación fuese en la c ria tu ra algo distinto d e la m ism a y com o interm edio en tre ella y D io s, ese algo, fu e se lo q u e fuese, sería algo creado y h e c h o ; p ues sería distinto, d e D ios y p ro c e d e n te de E l; lu eg o sería preciso establecer en el m ism o u n a distin ció n e n tre él y su creación, y así se c o n tin u aría h asta el infinito, o, si h a y q u e d etenerse en alguno, h a b rá q u e h acerlo en la p rim era c riatu ra. P ara confirm ar esto p u e d e n valer los argum entos con q u e E scoto, In II, d ist. 1, q . 5, tra ta d e p ro b a r q u e la creación pasiva (se refiere a la relación) no es u n a realid ad d istin ta d e la c ria tu ra , argum entos q u e cita y resuelve C apréolo e n e l m ism o lu g a r, q. 2. 8. E n te rc e r lu g ar, la p re se n te opinión p u e d e fu n d am en tarse e n la razón esencial d e creación e n cuanto ta l; p o rq u e p ertenece a la esencia d e la criatura el d e p e n d e r del p rim e r e n te ; luego la dependencia p o r la q u e d ep e n d e , adem ás d e en co n trarse en la criatura m ism a, n o es algo d istin to de su esencia. P ero esta p rim e ra y esencial dependencia d el en te p a rticip ad o con resp ecto a l en te por esencia es la c reació n ; luego la creación n o sólo se e n c u e n tra en la criatura m ism a, sino q u e, adem ás, n o es o tra cosa que su esencia, p o r lo cual n o puede d istin g u irse d e e lla en m ayor m ed id a q u e la esencia d e cada cosa se distingue de ésta. E l p rim e r an tecedente es evidente, pu es, así com o p e rte n e c e a la esen­ cia d e l p rim e r e n te el ser p o r esencia, y, co n secu en tem en te, e l ser p o r sí y n o p o r o tro , de igual m odo com pete a la esencia de todo o tro e n te e l ser e n te p o r p articip ació n y, p o r tan to , el ser d e p en d ie n te de otro. Se d e m u e stra la p rim era co nsecuencia p o rq u e el d e p e n d e r e s algo intrínseco a la c ria tu ra ; lu eg o le con­ viene p o r algo in trín se c o ; p e ro le conviene p o r la dependencia. A dem ás, si el efecto form al es esencial, ta m b ié n lo es la fo rm a ; p e ro el d ep en d er es com o el efecto form al d e la d e p e n d e n c ia ; lu eg o , si la cria tu ra es esencialm ente d e­ p e n d ie n te , la d ep en d en cia m ism a p e rten ece a su esencia. L u e g o esto es sum a­ m e n te v erd ad ero acerca d e la d ep en d en cia p rim e ra e in m u ta b le en grado su m o ; p e ro ésta es la creación, ya q u e — com o decíam os arrib a— ésta es la p rim era em anación del e n te p artic ip a b le a p a rtir del en te p o r esencia, y m ediante ésta p u e d e cu alq u ier c riatu ra p ro ced er de D ios solo.

nionis, praesertim terno. Et confirmari pot­ est, quia' si creano esset aliquid in crea­ tura distinctum ab jpsa et quasi medians inter ipsam et Deum, illud quidquid esset, creatimi quid esset et factum; nam esset distinctum a Deo et profluens ab ipso; er­ go oporteret in ilio creationem eius ab ipso distinguere, et sic procederetur in infini­ tum, vel si aliquo 'sistendum est, sistatur in prima creatura. Et ad hoc confirmandum valere possunt argumenta quibus Scot., In II, dist. 1, q. 5, conatur probare creationem passivam (loquitur de relatione) non esse rem distinctam a creatura, quae refert et solvit Capreol. ibi, q. 2. 8. Terno potest haec sententia fundari in essentiali ratione creaturae ut sic; nam de essentia creaturae est ut pendeat a pri­ mo ente; ergo dependentia qua pendei, et est in ipsa creatura et non est aliud ab eius essentia. Haec autem prima et essen­ tialia dependentia entis participati ab ente per essentiam est creatio; ergo creatio et est in ipsa creatura et non est aliud quam

eius essentia, unde non magis potest ab illa distingui quam essentia uniuscuiusque rei ab ipsa. Primum antecedens evidens est, quia sicut de essentia primi entis est esse per essentiam, et consequenter esse a se et non ab alio, ita de essentia omnis alteráis entis est esse ens per participationem, et conse­ quenter esse dependens ab alio. Prima vero conseqnentia probatur, quia dependere est aliquid intrinsecum creaturae; ergo convenir illi per aliquid intrinsecum; convenit au­ tem per dependentiam. Rursus si effectus formalis est essentialis, etiam forma; sed dependere est quasi effectus formalis dependentiae; ergo si creatura essentialiter est dependens, dependentia ipsa est de essentia eius. Ergo hoc maxime verum est de prima et maxime immutabili dependentia; huiusmodi autem est creatio, quia, ut supra dicebamus, haec est prima emanano entis participabilis ab ente per essentiam, et per hanc potest esse quaelibet creatura a solo Deó.

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9. D e este fu n d a m e n to se infiere (h ab lan d o en consecuencia c o n la p re se n te opinión) q u e en to d a cosa creada se incluye alg u n a d ep en d en cia d e D ios, to ta l­ m en te inm utable e in sep arab le de la cosa cread a, n o sólo p o rq u e lo q u e es esen­ cial es in m u tab le, sino ta m b ié n p o rq u e lo q u e n o es d istin to en la cosa n o p u e d e separarse perm aneciendo esa cosa (pues e n ta l sentido hablam os). D e ah í re ­ sulta, en segundo lu g a r, que esta d ep en d en cia p ro ced e d e D ios solo; p o rq u e to d a dependencia d e u n a c ria tu ra con re sp e c to a o tra es separable de la cria­ tu ra , sobre todo refiriéndonos a las cosas cread as, n o a los m odos d e las cosas; p u es de esta m an era es v erd ad q u e D ios p u e d e p o r sí solo to d o lo . q u e realiza m ediante la c ria tu ra , o con ella, o en ella, o d e ella. Y así, to d a d ependencia de la criatu ra en cu alq u ier 'g én ero de causa es accidental y m u d a b le ; p e ro la d ependencia con resp ecto a D ios solo es esencial e in m u tab le. S e infiere, e n te r ­ cer lu g ar, que esta d ependencia de solo D ios es u n a creación e n sentido to ta l­ m en te pro p io , p o r n o im plicar n in g ú n o rd e n a la causa m aterial. E n c u arto lu ­ gar, parece que con ello se aduce u n a ra z ó n excelente d e p o r q u é la c ria tu ra n o p u e d e co n cu rrir a la creación, n i siq u iera p o r m odo d e in stru m e n to , p u es precisam ente p o r d e p e n d e r de u n a c riatu ra d istin ta n o sería esencial a o tra c riatu ra, y así ya n o sería creación. 10. Tercera.— L a tercera opinión sostiene q u e la creación es algo en la cosa creada, d istin to de ella n o realm en te com o dotado d e e n tid a d p ro p ia, sino ex natura rei com o u n m odo d e ella. E sta opinión, e n la p a rte q u e resp ecta a la existencia d e la creación en la cria tu ra , es b astan te co m ú n . L a sostiene G ab riel, en los lugares c ita d o s; A uréolo, citado p o r C apréolo, In II, d ist. 1, q. 2, en el argum ento c o n tra la 1.a co n clu sió n ; O ckam , In I, d ist. 4 3 , q . 1 ; T o m ás de A rgentina, In II, d ist. 19, q. 1, a. 1 ; E g id io , In II, d ist. 1, p . I , q. 3, a. 2 , y en De esse et essentia, q. 7. T o d o s estos au to res explican y aclaran tam b ién suficientem ente q u e la creación n o es u n a realid ad en te ra m e n te d istin ta de la cosa c re a d a ; pero a veces la llam an asim ism o creación pasiva y dependencia de la cria tu ra con resp ecto a D ios, y en otras ocasiones le d a n el n o m b re de crea­ ción activa o acción tran seú n te . P ero no explican suficientem ente la distinción m o d al; es m ás, E gidio y algunos otros p are c e n negarla. P o d ría citarse en favor 9. Ex hoc autem fondamento infermi (consequenter loquendo iuxta hanc sententiam) in omni re creata includi aliquam dependentiam a Deo, omnino immutabilem et inseparabilem ab ipsa re creata, tum quia id quod est essentiale est immutabile, tura etiam quia quod in re non est distinctum, non est separabile manente illa re (ita enim loquimur). Unde fit, secundo, hanc dependentiam esse a solo Deo; nam omnis dependentia unìus creaturae ab alia est separabilis a creatura, praesertim loquendo de rebus creatis, non de modis rerum; nam hoc modo verum est posse Deum facere se solo quidquid facit per creaturam, vel cum illa, Vel in illa, vel ex illa. Atque ita omnis dependentia a creatura in quovis genere causae est accidentalis et mutabilis, depen­ dentia autem ■a solo Deo est essentialis et immutabilis. Tertio infertur hanc dependentiam a solo Deo esse propriissimam creationem, cum ad causam materialem nullum ordinerà includat. Quarto hinc videtur op­ tima ratio reddi ob quam non possit crea­ tura ad creationem concurrere, etiam per

modum instrumenti, quia hoc ipso quod penderei ab aha creatura non esset essen­ tialis alteri creaturae, et ita iam non esset creatio. 10. T e n ia .— Tertia sententia est crea­ tionem esse aliquid in re creata, non quidem realiter ab illa distinctum tamquam habens propriam entitatem, sed ex natura rei tamquam modum eius. Haec opinio, quan­ tum ad earn partem de existentia creationis in creatura, sads communis est. Tenet eam Gabr., cit. loc.; Aureol., cit. a Capr., In II, dist. 1, q. 2, in argum. cont. 1 conci. ; Ocham, In I, dist. 43, q. 1 ; Th. de Argent., In II, dist. 19, q. 1, a. 1 ; Aegid., In II, dist. 1, p. I, q. 3, a. 2, et de Esse et essent., q. 7; qui omnes auctores satis etiam expheant et declarant creationem non esse rem omnino distinctam a re creata; interdum etiam vocant illam creationem passivato et dependentiam creaturae a Deo; vocant edam creadonem activam seu actionem transeuntem. Distincrionem autem modalem non sa­ tis expheant; immo Aegidius et nonnulh ahi negare videntur. Posset in favórem huius

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d e e sta se n te n c ia a S an to T o m á s, In I, d is t. 4 0 , q . 1, a. 1, a d 1, d o n d e llam a a la c reació n acció n tra n se ú n te y la e q u ip a ra a la acción d e c a le n ta r; S an to T o m á s , e m p e ro , se ex p resa c o n g ra n a m b ig ü e d a d en d ic h o p a s a je ; p o rq u e p a­ re c e q u e , en to d a acción tra n s e ú n te , p o n e la acció n fo rm a lm e n te en el agente, y e n el p a c ie n te sólo e fe c tiv a m e n te o p o r m o d o d e p a s ió n ; e n e ste sen tid o lo in te rp re ta D e z a , In I, d is t. 2 7 , q . 1, n o ta b . 1. P o r eso ta m b ié n C ayetano, I, q . 2 5 , a. 1, d ic e 1 q u e , si e n D io s la p o te n c ia e jec u tiv a es c o n c e p tu a lm e n te d is­ tin ta d e l e n te n d im ie n to y d e la v o lu n ta d , n o p u e d e n eg arse q u e la creació n sea u n a acció n tra n s e ú n te , y, a p e sa r d e eso, afirm a q u e a q u e lla acc ió n n o es algo d is tin to d e la esen cia d e D io s, p o rq u e d efien d e con alcance u n iv e rsa l q u e la acción tra n s e ú n te se e n c u e n tra fo rm a lm e n te e n e l a g en te . P o r eso h a y q u e p re ­ caverse c o n tra e sta a m b ig ü e d a d d e ex presiones.

Resolución de la cuestión 11. E n tre e sta s o p in io n es, m e p a re c e v e rd a d e ra la ú ltim a , ta l com o q u e d a e x p u e s ta ; m as, p a ra ex p licar la d o c trin a y co m e n z a r p o r lo q u e p arece m ás c ie rto , h a y q u e d e c ir, e n p rim e r lu g a r, q u e la d e p e n d e n c ia d e la c ria tu ra con re sp e c to a D io s e s algo q u e e x iste re a l e in trín se c a m e n te e n la c ria tu ra . E sta a firm a ció n p a re c e e sta r p ro b a d a d e m a n e ra suficiente e n la te rc e ra o p in ió n , y no h e le íd o a n in g u n o q u e la n ie g u e e n esto s té rm in o s, y to d o s la co n ced en en té rm in o s e q u iv a le n te s. E fe c tiv a m e n te , to d o s confiesan q u e la creació n pasiva se e n c u e n tra e n la c ria tu ra , n o sólo e n c u a n to significa la re la c ió n re s u lta n te (p o r­ q u e e sto n o e s n a d a ), sin o e n c u a n to e x p resa la d im a n a c ió n p a siv a o la p ro d u c ­ ción d e la c ria tu ra p o r D io s, y a se d is tin g a n e sta s cosas re a lm e n te , y a concep­ tu a lm e n te , p u e s a h o ra n o tra ta m o s d e esto. P e ro la d e p e n d e n c ia n o es m ás q u e la em a n a c ió n p a siv a o creació n , re firié n d o n o s a la p rim e ra d e p e n d e n c ia con res­ p e c to a D ios solo, d e la q u e a h o ra tra ta m o s. Y la ra z ó n e s trib a en q u e la de­ p e n d e n c ia d e la c ria tu ra n o e s u n a d e n o m in a c ió n ex trín sec a e n la c ria tu ra , antes b ie n e s u n a d e n o m in a c ió n e x trín se c a e n D io s el h e c h o d e q u e la c ria tu ra d e ­ p e n d a d e E l; p e ro la c ria tu ra sé d ic e d e p e n d ie n te p o r la d e p e n d e n c ia ; lu eg o la d e p e n d e n c ia es algo e n ella, y n o sólo e n D io s. T a m b ié n , p o rq u e la d ep en d en -

sententiae cilari D. Thom., In I, dist. 40, q. 1 , a. 1 , ad 1 , ubi creationem vocat ac­ tionem transeuntem et aequiparat illam calefactioní; tarnen D. Thom. ibi valde ambigue loquitur; nam in omni actione tran­ seúnte videtur poneré actionem formaliter in agente, in passd vero solum effective seu per modum passionis, et ita ilium interpretatur Deza, In I, dist. 27, q. 1, notab. 1. Unde etiam Caiet., I, q. 25, a. 1, ait, si in Deo potentia exsecutiva est ratione distincta ab intellecm et volúntate, negari non posse quin creatio sit actio transiens, et nihilominus ait illam actionem non esse quid distinctum ab essentia Dei, quia universaliter tenet actionem transeuntem formaliter esse in agente. Quapropter cavenda est haec ambiguitas locutionum.

dentur incipiamus, dicendum imprimis est dependentiam creaturae a Deo esse aliquid realiter et intrinsece existens in creatura. Haec assertio sufficienter videtur probata in tertia sententia, et neminem legi qui sub his terminis earn neget, et in aequivalentibus omnes earn concedunt. Omnes enim fatentur creationem passivam esse in crea­ tura, non tantum ut significat relationem resultantem (illud enim nihil est), sed ut dicit cmanationem passivam seu fieri crea­ turae a Deo, sive haec re sive ratione distinguantur, mine enim hoc non agimus; dependentia autem nihil aliud est quam pas­ siva emanatio seu creatio, loquendo de pri­ ma dependentia a solo Deo, de qua mine agimus. Ratio autem est quia creaturam de­ pendere non est denominano extrinseca in creatura, sed potius in Deo est extrinseca Ouaestionis resolutio denominatio quod ab ipso creatura depen11. Inter has sententias, haec ultima, ut deat; sed creatura dicitur dependens a de­ pendentia; ergo dependentia est aliquid in proposita est, vera mihi videtur; ut autem rem declaremus, et ab iis quae certiora vi- ipsa, et non tantum in Deo. Item quia de-

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cía q u e la lu z tien e con resp ecto al sol es algo e n la lu z m ism as e igual o c u rre en cu alq u ier efecto con resp ecto a u n a causa creada, seg ú n el m o d o de d e p e n ­ dencia que tiene p a ra con ella, ya sólo e n la p ro d u cció n , ya ta m b ié n en la c o n ­ servación. Y , p o r la m ism a razó n , si D ios solo ilum inase el aire, la d ependencia de esa lu z con resp ecto a D ios sería algo e n la lu z m ism a ; p o rq u e ex iste la m ism a razó n q u e p a ra la dependencia con resp ecto al sol, o quizá m ay o r; luego ta m b ié n la depen d en cia p o r la q u e la c ria tu ra depende en su to ta lid a d d e D ios es algo e n la c ria tu ra m ism a. L a consecuencia es ev idente, ya q u e , si e n otros efectos la d ep en d en cia es algo e n ellos, se debe a q u e la d ependencia expresa u n m odo o condición d el efecto, n o d e la c au sa; p e ro esta ra z ó n tien e ig u al validez, o m ayor, en el caso d e la d ependencia total. 12. L a dependencia de la criatura con respecto a Dios es realmente distinta de ella.— A firm o en segundo lu g a r: esta dependencia d e la c ria tu ra con re s­ pecto al cread o r n o es totalm ente idéntica a la criatu ra q u e es térm in o d e esa d ependencia o creación, sino q u e es algo e n ella, realm en te d istin to de la m ism a. Se p ru e b a , en p rim e r lu g ar, p o r p a rid a d d e razón, haciendo u n a in d u cció n en todas las otras dependencias de los efectos con respecto a sus causas eficientes; po rq u e en todas la acción y , co nsecuentem ente, tam b ién la dependencia se d is­ tin g u e realm en te d e su té rm in o , com o se h a expuesto a rrib a y se tra ta rá ex professo m ás adelante, e n el p redicam ento co rre sp o n d ie n te ; luego tam b ién la d e­ p en d en cia d e la creación será realm en te d is tin ta del térm in o , p u e s sólo difiere de las otras e n q u e es u n a d ependencia d e la causa en cie n te sin concurso d e la m ateria o del su je to ; p e ro esta diferencia n o tiene valor alguno p a ra elim inar la d istinción, com o q u e d a rá claro p o r lo q u e se h a de d ecir. Se p ru e b a , en se­ gundo térm in o , p o rq u e esta dependencia es m u d ab le y variable en la c riatu ra, perm aneciendo id én tic a la cosa q u e se p ro d u c e ; luego se d istin g u e realm ente. L a consecuencia se fu n d a en el p rin cip io tra ta d o arrib a, e n la d isp u tació n V n , sec. 2, d onde dem ostram os q u e h ay u n indicio cierto de d istin ció n , ya sea real, ya al m enos m odal, cuando, de dos extrem os reales, u n o p u e d e existir en la realidad sin el otro. Y esta es la señal p rin c ip a l p o r la q u e dem ostram os e n las

pendentia quam lumen habet a sole allquid esr in ipsomet lumine, et idem est in quo­ libet effectu respecm causae creatae, iuxta modum dependentiae quem ab illa habet, vel in fieri tantum vel etiam in conservaci. Atque eadem ratione, si Deus solus illumi­ nare! aerem, dependentia illius luminis a Deo esset aliquid in ipso lumine; nam est eadem ratio quae de dependentia a sole, vel fortasse maior; ergo etiam ilia dependentia qua creatura secundum se totam pendet a Deo est aliquid in ipsa creatura. Patet consequentia, quia si in aliis effectibus de­ pendentia est aliquid in ipsis, ideo est quia dependentia dicit modum vel conditionem effectus, non causae; haec autem ratio aeque vel magis procedit in dependentia to­ tali. 12. D ependentia creaturae a D eo, in re ab ipsa distincta .— Dico secundo: haec de­ pendentia creaturae a creatore non est omnino idem quod creatura quae est termi­ nus illius dependentiae seu creationis, sed est aliquid in ipsa, a parte rei distinctum

ab ipsa. Probatur primo paritate rationis, inductione facta in omnibus aliis dependentiis effectuum a suis causis efficientibus ; nam in omnibus actio, et consequenter etiam dependentia, distinguitur ex natura rei a suo termino, ut supra tactum est et infra in proprio praedicamento ex professo tractabitur; ergo et dependentia creationis erit m re distincta a termino; solum enim differì ab aliis quia est dependentia ab efficiente sine concursu materiae vel subiecti; hoc autem discrimen nihil refert ad tollendam distinctionem, ut ex dicendis constabit. Secundo probatur, quia haec dependentia est mutabilis et variabilis in creatura, manente eadem re quae fit; ergo distinguuntur a parte rei. Consequentia fundatur in princi­ pio supra tractato, disp. VII, sect. 2, ubi ostendimus hoc esse certum signum distinctionis, vel realis vel saltern modalis, si ex duobus extremis realibus unum sine altero a parte rei esse possit. Et hoc est praecipuum indicium quo in aliis actionibus probamus actionem distingui a parte rei a ter-

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Disputaciones metafísicas

dem ás acciones q u e la acción se distingue realm en te del té rm in o . Se pru eb a el antecedente p o rq u e la dependencia p o r la que D ios conserva ahora la cantidad sin e l sujeto e n el S acram ento es d istin ta d e aq u ella p o r la q u e conservaba la m ism a ca n tid a d en la sustancia del p a n ; p u es la p rim e ra d ep en d ía d e la m a­ teria, p ero la o tra no, sino q u e es por m odo d e creació n ; luego, si crease desde el p rin cip io la cantidad fu e ra del sujeto, y d espués la uniese al sujeto y la con­ servase en d ependencia d e él, p erm anecería la m ism a ca n tid a d sin la p rim e ra d ep en d en cia d e la creación; p u es es im p ro b ab le, com o d e m o straré m ás abajo, q u e en tal caso perm anezcan sim ultáneam ente dos d ependencias to ta le s; luego la d ep en d en cia d e la creación es separable d el té rm in o creado. P o r tan to , lo q u e se m u e stra e n este ejem plo d eb e en ten d e rse e n to d a creación, no sólo p o rq u e ex iste la m ism a razón, sino tam b ién p o rq u e , si p arece q u e esto e n tra ñ a alguna dificu ltad, se d a en to d a c reació n ; y si falta en alguna re a lid a d , faltará tam b ién en todas. 13. Se demuestra la conclusión con ejemplos.— M as n o podem os aducirejem plos en el m odo o rd in ario de creación d e las sustancias, ya q u e tal crea-, ción es p ro d u c id a , siem pre y e n v irtu d d e su natu raleza, p o r D ios solo, y to d o lo q u e es creado p ro p ia m e n te p o r D ios d e la n ad a es conservado p erp etu am en te p o r la m ism a acción, com o se d irá d esp u és, y a q u e esto es lo q u e exige la n a­ turaleza de la cosa. N o p u e d e , em p ero , tom arse de aq u í u n arg u m en to d e om ­ n ím o d a id e n tid a d e in s e p a ra b ilid a d ; p u es b asta q u e, p o r intervención de un m ilagro u ob ra so b ren atu ral, p u e d a variarse la d ep en d en cia sobre la m ism a cria­ tu ra , ya q u e e sto m ism o n o p o d ría realizarse sin alguna distin ció n real. Q ue ello sea posible p o r u n m ila g ro , p u e d e explicarse (adem ás del argum ento adu­ cido), según la o p in ió n p ro b a b le d e q u e la c ria tu ra p u e d e ser in stru m en to de la creación, p o rq u e e n to n ce s p u e d e D ios crear u n a m ism a cosa, b ie n por sí solo, b ie n m ed ian te u n in s tru m e n to , y e n ese caso las d ep endencias son diversas so­ b re u n a m ism a cosa; p u e s c u a n d o crea m ed ian te u n in stru m e n to , la d ependen­ cia es m uy d is tin ta d e c u a n d o p ro c e d e d e D io s solo, ya q u e , m ediante ella, el efecto d ep en d e sim u ltá n e a m e n te d e D io s y d el in stru m e n to creado, lo cual es ininteligible sin u n a d e p e n d e n c ia n u e v a y d istin ta . P u e s, cu an d o el efecto es pro-

mino. Antecedens autem probatur, quia de­ pendentia illa qua nunc Deus conservât quantitatem sine subiecto in Sacramento, distincta est ab illa qua conservabat eamdem qiiantitatem in substantia panis; nam ilia prior pendebat a materia, altera vero minime, sed est per modum creationis ; ergo si Deus crearet ä principio quantitatem ex­ tra subiectum, et postea illam uniret sub­ iecto et conservaret dependenter ab ilio, maneret eadem quantitas sine priori dependentia creationis; quod enim ibi simul maneant duae dependentiae totales, improba­ bile est, ut infra ostendam; ergo depen­ dentia creationis separabilis est a termino creato. Quod èrgo in hoc exemplo apparet in omni creatione intelligendum est, tum quia est eadem ratio, tum etiam quia si quid difficultatis in hoc esse videtur, in omni creatione intervertit; quod si in aliqua re cessât, etiam in omnibus cessât. 13. Exemplis probatur conclusio.—- Non possumus autem in ordinario modo creatio­ nis substantiarum afferre exempla, quia

huiusmodi creano a solo Deo fit semper et ex natura rei, et quidquid a Deo proprie creatur ex nihilo, perpetuo conservatur ea­ dem actione, ut infra dicetur, quia hoc pos­ tulai natura rei. Tarnen hinc non potest sumi argumentum onmimodae identitatis et inseparabilitatis; nam satis est quod, inter­ veniente miraculo seu opere supernaturali, variari possit dependentia circa eamdem creaturam, quia hoc ipsum fieri non posset sine aliqua distinctione in re. Quod autem id fieri possit per miraculum, dedarari pot­ est (praeter argumentum factum), iuxta probabilem opinionem quod creatura possit ès­ se instrumentum creationis; nam tunc pot­ est Deus creare eamdem rem, vel se solo vel per instrumentum, et tune dependentiae sunt diversae circa eamdem rem ; nam quan­ do creat per instrumentum, longe diversa est dependentia quam si esset a solo Deo; nam per illam pendet effectus simul a Deo et a creato instrumento, quod intelligi non potest sine nova et distincta dependentia. Ñeque enim quando effectus fit a Deo per

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ducido p o r D io s m ed ian te u n a causa seg u n d a p rin c ip a l o in stru m e n ta l, tam ­ poco h ay dos dependencias, u n a con re s p e c to a D ios solo, q u e perm anezca siem ­ p re , y o tra con resp ecto a la c ria tu ra , q u e cam bie, seg ú n dem ostrarem os a lo largo d e esta se tc ió n y rep etirem o s m u c h a s veces e n las dos d isputaciones si­ g u ie n te s; luego es necesario q u e to d a la d ependencia v aríe sobre u n a m ism a cosa. P o r eso, siendo p ro b a b le q u e , c u a n d o se g en eran gusanos, o carn e d e las especies consagradas, se cree de n u ev o b a jo ellas n u m é ric a m e n te la m ism a m a­ te ria p rim a q u e antes h a b ía existido e n el p an , y siendo tam b ién probable' q u e se cree m ed ian te la h u m a n id a d d e C risto en calidad d e in stru m e n to , en­ tonces, a u n cuando la m ateria p rim a q u e se crea sea la m ism a q u e existió an­ tes, n o o b stante, su dependencia es d iv ersa p o r el m otivo indicado. F in a lm e n te , si D ios aniquilase a u n ángel y d espués lo crease de nuevo, n o sería preciso q u e la d ependencia fuese n u m éricam en te la m ism a q u e antes h ab ía, p u es, a u n q u e D ios p u e d a hacerlo, n o tenem os p o r q u é afirm ar que es necesario; ya q u e, si u n a m ism a lu z d ep en d e sucesivam ente de diversos agentes m ed ian te dependencias diversas, ¿ p o r q u é n o p u e d e D ios h a c e r q u e u n m ism o ángel dep en d a sucesiva­ m en te de E l con dependencias diversas? A sí, pues, to d o esto d e m u estra d e u n a m an era suficiente q u e h ay alguna d istin c ió n real e n tre la d ependencia de la cria tu ra y su térm ino. 14. Razón «o priorin de la conclusión.-— E n te rc e r lu g ar, la razó n a priori es q u e esta d ependencia n o perten ece a la esencia de la sustancia, de la cu alid ad o de la can tid ad q u e d ep ende, sino q u e es cierto cam ino p a ra la m ism a. E sto se p a te n tiz a p o r la ra z ó n m ism a d e sustancia, e igual o cu rre en los otros casos; p o rq u e la sustancia, a u n q u e sea cread a, e n su esencia es algo absoluto y sólo im plica esencialm ente el existir en sí, y e n las especies d e la sustancia se en­ tie n d e q u é la razó n esencial q u ed a com pleta con sem ejantes diferencias abso­ lu ta s, sin la relación trascen d en tal q u e la dependencia actual incluye esencial­ m ente. E sto p o d ría confirm arse p o rq u e n o pertenece a la esencia d e la cria tu ra el existir en a c to ; lu eg o tam poco e l d e p e n d e r en a c to ; esta inferencia es v á­ lida según la opinión q u e d istin g u e la existencia de la esencia en cu an to creada e n a c to ; p ero , según nuestra- opinión, es m enos eficaz. Q ue esta dependencia

causam secundam principalem vel instru­ mentalem, sunt ibi duae dependentiae, una a solo Deo, quae semper maneat, altera a creatura, quae mutetur, ut in discursu huius sectionis ostendemus et saepius repetemus in duabus disputationibus sequentibus ; er­ go necesse est totam dependentiam variari circa eamdem rem. Quocirca, cum probabile sit, quando generantur vermes, vel caro ex speciebus consecratis, iterum creari sub illis eamdem numero materiam primam quae antea fuerat in pane, et sit etiam proba­ bile creari media humanitate Christi ut instrumento, tunc, licet materia prima quae creatur sit eadem quae antea fuit, tarnen dependentia eius est diversa propter cau­ sam dictam. Ac denique, si Deus annihilaret unum angelum et postea ilium iterum crearet, non oporteret dependentiam esse eamdem numero quae antea fuerat, nam licet Deus id facere possit, non est cur dicamus esse necessarium; quia si idem lumen successive pendei a diversis agentibus per diversas dependentias, cur non potest facere Deus ut idem angelus ab ipso

successive pendeat diversis dependents? Haec igitur omnia satis ostendunt esse ali­ quant distinctionem in re inter dependen­ tiam creaturae et terminum eius. 14. Ratio a priori conclusionis.— Tertio est ratio a priori, quia haec dependentia non est de essentia substantiae, qualitatis aut quantitatis dependentis, sed est via quaedam ad ipsam. Quod patet ex ipsa ratione substantiae, et idem est de aliis; nam substantia, licet creata sit, in essentia sua est quid absolutum solumque includit essentialiter esse per se, et in speciebus sub­ stantiae intelligitur essentialis ratio compleri per similes differentias absolutas, abs­ que ffla habitudine transcendentali quam essentialiter includit actualis dependentia. Possetque hoc confirmari, quia de essentia creaturae non est actu esse; ergo neque actu dependere; quae illatio habet vim iuxta sententiam quae distinguit existentiam ab es­ sentia ut actu creata; iuxta nostram vero sententiam, minorem habet efficadam. Quod autem haec dependentia actualis non sit es­ sentialis, latius et efficacius probabitur in-

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a ctu a l n o es esencial, se d em o strará con m ayor extensión y eficacia después, c o n tra la segunda opinión, p o r los inconvenientes q u e d e ella se siguen, puesto q u e n o explica rectam en te la d ependencia esencial d e la c ria tu ra con respecto al creador. 15. L a dependencia de la criatura con respecto a Dios es un modo distinto ■ «ex natura reí» de ella.— A firm o e n te rc e r lu g a r: esta depen d en cia q u e se d a e n la c ria tu ra n o es u n a c o s a . absolutam ente d istin ta e n la realid ad d e l térm ino d e la creación, n i es la sola relació n resu lta n te del térm in o d e la creación, sino u n m o d o d istin to ex natura rei del térm in o m ism o. E n todos estos casos eq u i­ p aram o s la creación a todas las otras dependencias, en las cuales son casi ciertas todas esas cosas, y de ellas se extrae u n arg u m en to b a sta n te eficaz p o r in d u c­ ción y sem ejanza, p u es la d iferen cia de q u e la acción se realice a p a rtir de u n sujeto o sin n in g ú n sujeto n a d a im p o rta p a ra to d o esto, com o se p a ten tiza fácil­ m e n te p o r lo d ich o y q u e d a rá m ás claro p o r las soluciones a los arg u m en to s. A dem ás, d em u estro b rev em en te cada u n a de las p a rte s. A cerca d e la prim era n o h ay n in g u n a controversia, ya p o rq u e re su lta su p erñ u o excogitar esa e n tid a d , p u e sto q u e u n m odo d istin to es suficiente p a ra todos los p u n to s q u e hem os indicado, ya ta m b ién p o rq u e el segundo fu n d am en to de la segunda opinión es eficaz c o n tra dicha en tid ad , ya finalm ente p o rq u e esa en tid a d n o p u e d e ser u n a sustancia esencialm ente d is tin ta ; p u e s, ¿q u ié n la en te n d e rá o la im ag in ará?; o b ien , ¿q u ié n d irá q u e D io s n o p u e d e crear u n a sola sustancia? Y con faci­ lid a d p u e d e n inferirse d e esa po sició n otros inconvenientes parecidos. T am poco es u n a e n tid a d p ro p ia q u e sea u n a fo rm a accid en tal, p u e sto q u e n o existe en u n sujeto n i p u e d e u n accid en te te n e r in trín secam en te p o r térm in o el d a r el ser su stan cial; re sta , pues, q u e sea u n m o d o , q u e es lo q u e p retendem os. 16. L a seg u n d a p a rte ' ac e rc a d e la relació n re su lta n te , y a sea u n a realid ad , ya u n m o d o .d istin to ex natura r e i d e la c ria tu ra , y a n o , según la m an era com o se dice q u e es re su lta n te n o p u e d e ser la depen d en cia d e q u e ah o ra tratam o s, p u es sé fu n d a en la m ism a d e p e n d e n c ia ; p o rq u e n o p u ed e te n e r n in g ú n otro fu n ­ d a m e n to o ra z ó n de fu n d a m e n ta r, d e e n tre los q u e en u m e ró A ristóteles, V de la Metafísica, c. 15, texto 2 0 . Y es ev id en te, p u es la c ria tu ra se refiere a D ios

ferius contra secundam sententiam, ab in- quae diximus satis sit modus distinctus, turn commodis quae ex ilia sequuntur, eo quod etiam quia secundum fundamentum secuncon recte declaret essentialem dependentiam dae sententiae efficaciter procedit contra» 'huiusmodi entitatem, turn denique quia ilia quam' habet creatura a creatore. 15. Dependentia creatura« a Deo modus entitas non potest esse substantia per se est ex natura rei distinctus ab. ipsa.— Dico distincta; quis enim illam intelligat aut fintertio: haec dependentia quae est in crea­ gat? vel quis dicat non posse Deum creare tura non est re? omnino distincta realiter a unam solam substantiam? et similia incomtermino creationis, ncque est sola relatio moda facile possum ex ilia positione inferri. resultans ex termino creationis, sed est mo­ Neque etiam est propria entitas quae sit dus quidam ex natura rei distinctus ab ipso forma accidentalis, cum in subiecto non sit. termino. In his omnibus aequiparamus crea- neque possit accidens intrinsece terminari ad dandum esse substantial; superest ergo» tionem omnibus aliis dependentiis, in quiut sit modus, quod intendimus. bus omnia illa fere sunt certa, et ab eis su16. Secunda pars de relatione resultante, mitur argumentum satis efficax per inductionem et similitudinem, quia differentia sive ilia sit res, sive modus ex natura rei distinctus a creatura, sive non, eo modoquod actio sit ex subiecto vel non ex subiecto nihil ad haec omnia refert, u t facile quo dicitur esse resultans non potest esse ex dictis patet et magis constabit ex solu- dependentia de qua nunc agimus, quia fundatur in ipsa dependentia; nullum enimtionibus argumentorum. Et praeterea probo breviter singula. Et in prima quidem parte aliud fundamentum vel rationem fundandi nulla est controversia, mm quia superfluum habere potest, ex his quae Aristoteles nu~ est fingere illam entitatem, cum ad omnia meravit, V Metaph., c. 15, text. 20. Et pa-

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precisam ente p o rq u e d e p en d e de E l. A d em ás, p o rq u e la relación es n a tu ra l­ m en te po sterio r a la cosa creada y radica e n ella com o en su sujeto p ro p io ; p e ro la d ep en d en cia es n a tu ra lm e n te an terio r, n o sólo a la relación, sino ta m b ié n a la cosa creada, al m enos bajo alguna ra z ó n , concretam ente p o rq u e el cam ino es an te rio r al té rm in o y la p ro d u cció n al ser ya pro d u cid o . E n tercero y ú ltim o lu g ar, p o rq u e se dice q u e e sta relación re s u lta u n a vez puestos e l fu n d a m e n to y el té rm in o ; m as la d ependencia n o re s u lta del térm in o , sino q u e m ás b ie n es u n cam ino p a ra él o u n a em anación d e él a p a rtir de D ios. Q u ed a, p u e s, q u e sólo es u n c ierto m odo m odalm ente d istin to de la c riatu ra q u e d ep e n d e . Y esto , p o r fin, lo confirm a m u y b ie n aq u e l indicio de distin ció n ex natura rei que antes adujim os. P u e s, a u n q u e la c ria tu ra y su d ependencia se c o m p aren de ta l m an era q u e p u e d a p erm an ecer id én tic a esta cria tu ra aun cuando varíe la d ep en d en cia o la creación, n o p u ed e, em p ero , a la inversa, p erm an ecer e sta creación o d ep en d en cia sin a rra stra r consigo a su té rm in o in trín seco , ya q u e consiste esencialm ente en la-p ro d u c c ió n o conservación de tal té rm in o ; es, p u e s, indicio d e q u e e n este caso in terv ien e sólo u n a distinción m odal. 17. E n c u a rto lu g ar, afirm o : esta d ep en d en cia no posee la v erd ad era ra z ó n d e m utació n , p e ro tiene la g enuina ra z ó n d e vía o pro d u cció n d e la c ria tu ra , y en este sentido se llam a creación p asiv a; posee tam bién la verd ad era razó n d e em anación a p a rtir d e D ios y, en cuanto p ro ced e de E l, p u ed e llam arse v e rd a ­ d e ra y p ro p iam en te acción d el m ism o D io s, form alm ente tra n se ú n te , con la q u e p ro d u c e a la c riatu ra. P a ra q u e se e n tien d a to d a la conclusión, supongo q u e e ñ la acción q u e se p ro d u c e a p a rtir de u n sujeto se reú n en estos tres elem entos, que nosotros distin g u im o s p o r u n a relació n y denom inación, p e ro q u e n o se distin g u en en la realid ad , n i siquiera con distinción m odal, a sa b e r: la p ro d u c ­ ción d el té rm in o , la acción del agente y la pasión o m u tació n d el su je to ; p o r­ que u n m ism o m odo de d ep endencia, con respecto a la form a q u e in tro d u ce, se llam a p ro d u c c ió n o"vía hacia e lla , con respecto al agente se dice acción del m ism o , y, con resp ecto al p aciente, se d e n o m in a m utación o pasión. P u es b ien , de estos tres elem entos, el ú ltim o n o tien e lu g a r en la creación. Y esta es la p rim e ra p a rte de la afirm ación, q u e S an to T o m ás enseñó acertadam ente al n e -

tet, quia ideo creatura refertur ad Deum quia ab ilio pendet. Item, quia relatio est natura posterior quam res creata in eaque subiectatur tamquam in proprio subiecto; dependentia autem est ordine naturae prior non solum quam relatio, sed etiam quam res creata, saltern sub aliqua ratione, scilicet, quia via est prior quam terminus et fieri quam factum esse. Tertio tandem, quia haec relatio dicitur resultare posito fundamento et termino; dependentia autem non résultat ex termino, sed potius est via ad ilium seu emanatio eius a Deo. Relinquitur ergo ut solum sit quidam modus modaliter distinctus a creatura quae pendet. Quod tandem optime confirmât signum illud distinctionis ex natura rei quod supra adduximus. Nam, licet creatura et dependentia eius ita comparentur ut possit haec eadem creatura per­ manere, variata dependentia seu creatione, tamen e converso non potest haec creatio seu dependentia manere quin suum intrinsecum terminum secum ferat, quia essentialiter est fieri vel conserva« talis termini;

signum ergo est solam distinctionem mo­ dalem hic intervenire. 17. Dico quarto; haec dependentia non habet veram rationem mutationis; habet ta­ men veram rationem viae seu fieri creaturae, et sic appellatur creatio passiva; habet etiam veram rationem emanationis a Deo er, quatenus ab ipso est, vere ac proprie dici potest actio ipsius Dei, formaliter transiens, qua producit creaturam. U t intelligatur tota conclusio, suppono in actione quae fit ex subiecto coniungi haec tria, quae habitudine et denominatione distinguuntur a nobis, non tamen reipsa, etiam distinctione modali, scilicet, fieri termini, actionem agentis et passionem seu mutationem subiecti; idem enim dependentiae modus, respectu formae quam inducit, dicitur fieri seu via ad filano, respectu agentis dicitur actio eius, et respectu passi dicitur mutano seu passio. Ex his ergo tribus hoc ultimum non habet locum in creatione. Et haec est prima pars assertionis, quam recte docuit D. Thom. negans creationem esse mutationem, et eam-

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gar q u e la creación sea u n a m u ta c ió n ; tam b ién la d e m u estra p o r extenso G re ­ g orio, antes citado, en la 2 .a conclusión, d o n d e dice con razó n , p o r este m o­ tivo, q u e , a u n cuando to d a pasión sea acción o lleve aneja u n a acción, sin em ­ b argo, inversam ente, n o to d a acción im plica pasión, ya q u e n o siem pre versa la acción sobre u n sujeto o p aciente, m ientras q u e la pasión es ininteligible sin u n paciente, así com o la m u ta c ió n sin u n m óvil. P o r consiguiente, p u e sto q u e la d ep en d en cia de la creación n o supone u n su jeto d el cual se haga, n o p u ede p o seer la v erd ad era razón d e pasión o de m utación. 18. Se d irá : la c ria tu ra m ism a sufre m u tació n cu an d o es cread a, y a q u e se co m p o rta d e d istin ta m an era q u e a n te s ; p o r ello se refiere a D ios con u n a nueva relación, no ciertam ente p o r m u tació n de D io s, sino de la cria tu ra , según la d o ctrin a de S an A g u stín e n V De Trinitate, c. últim o . S e resp o n d e fácilm ente q u e la m u tació n se dice u n a s veces en sentido p ro p io , y así se dice únicam ente d el sujeto q u e p réex iste e n d u ra c ió n (o, según o tro s, e n o rd en de naturaleza) y m ed ian te la acción se co m p o rta d e m anera d iferen te a com o se com portaba antes. E n e ste sentido negam os que la creación sea u n a m utació n , y con m ayor c larid ad se d irá q u e n o es u n a pasión. P ero o tras veces, en sentido m ás am plio, se llam a m u ta c ió n a to d a acción o efectuación q u e in tro d u c e alguna novedad en el e fe c to ; d e ese m o d o se afirm ará que m ed ian te la generación se m uda, no sólo la m ateria sino ta m b ié n la cosa e n g e n d ra d a ; y en e ste sen tid o p u ed e lla­ m arse m utación la creación, a u n q u e con m enos p ro p ied ad , p o rq u e n o se dice p ro p iam en te q u e la cosa q u e es creada se com porte de d istin ta m an era que a n tes, p ues an tes no e ra n a d a , sino que debe afirm arse q u e posee absolutam ente el ser q u e antes n o poseía. 19. C o n esta ra z ó n y re sp u e sta se com prende que en la creación tiene lu­ g a r esa relación d e vía h a c ia el térm in o q u e suele d enom inarse p ro d u cció n pa­ siva. P o rq u e , en p rim e r lu g a r, sem ejante vía o p ro d u cció n n o dice, en v irtu d d e su razó n fo rm al, re la c ió n al sujeto, sino sólo al té rm in o ; luego, en v irtu d d e s u .ra z ó n precisiva, n o e s c o n trad icto ria con la creación. E n segundo térm ino, en o tras efectuaciones, tal p ro d u c c ió n n o es o tra cosa q u e la dependencia del efecto con resp ecto a la causa, en cuanto es cierta ten d en c ia al efecto. P ero todo esto se e n c u e n tra en esta d ep en d en cia de la creación. A dem ás, p o rq u e la m u-

dem probat late Gregor, sup., concl. 2, in esse mutationem, et clarius diceretur non qua ob haue causam merito dicit, quamvis esse passionem. Interdum vero latius mu­ omnis passio sit actio vel habeat actionem tano dicitur de omni actione aut effectione coniunctam, non tarnen e converso omnem quae aliquam novitatem ponit in effcctu, et actionem inferre passionem, quia non sem­ sic dicetur per generationem mutari non so­ per actio versatur circa subiectum seu pas- lum materia, sed res genita; et hoc sensu sum; passio autem intelligi non potest sine did potest creatio mutatio, minus tarnen patiente, nec mutatio sine mobili. Cum ergo proprie, quia res quae creatur non didtur creationis dependentia non supponat ali- proprie se habere aliter quam antea, quia quod subiectum ex quo fiat, non potest ve- antea nihil erat, sed dicenda est habere esse ram radonem passionis aut mutationis ha­ simplidter quod antea non habebat. 19. Ex hac autem ratione et responsione bere. 18. Dices: creatura ipsa mutatur cum intelligitur habere locum in creatione illam habitudinem viae ad terminimi quae fieri creatur, nam aliter se habet quam prius; unde nova relatione refertur ad Deum, non passivimi appellati solet. Primum enim quidem per mutationem Dei, sed ipsius huiusmodi via seu fieri ex sua ratione for­ creafurae, iuxta doctrinam August., V de mali non didt habitudinem ad subiectum, Trinit., c. ult. Respondetur facile mutatio­ sed solum ad terminimi; ergo ex praecisa nem interdum proprie did, et sic solum ratione sua non repugnat creationi. Deinde did de subiecto quod duratione (vel, secun­ huiusmodi fieri in aliis effectionìbus nihil dum aliquos, ordine naturae) praeexistit et aliud est quam dependentia effectus a cau­ per actionem aliter se habet quam prius se sa, quatenus est tendentia quaedam ad ef­ haberet. Et hoc sensu negamus creationem fettuai. Sed hoc totum reperitur in hac de-

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tación interviene e n todo aquello q u e se h a m u d a d o ; luego la p ro d u cció n in ­ terv ien e en to d o aquello q u e se h a p ro d u c id o . Sobre to d o p o rq u e esto m ism o , a saber, h a b e r sido p ro d u cid o de nuevo, es en cierto m odo u n ser m odificado, al m en os h ablando en sen tid o am plio, seg ú n hem os d icho. 2 0. L a razón activa de creación conviene verdaderamente a la dependencia de la criatura con respecto a Dios.— P o r últim o , con esto se d em u estra fácil­ m ente la últim a p a rte de la afirm ación, a saber, que a esta dependencia d e la c ria tu ra , e n cu an to dice relación a la p o ten cia divina d e la q u e procede, le con­ viene la razón p ro p ia de acción o creación activa. E n esta p a rte p arece situ arse p rin cip alm en te la controversia e n tre los au to res en to rn o a la cu estió n p re se n te . M a s h a y que p ro c u ra r n o d iscu tir sólo acerca del n o m b re. P o rq u e esta cuestión d ep en d e d e aquella o tra filosófica, si la acción tra n se ú n te se en c u e n tra fo rm al­ m en te en el agente o en el paciente, q u e hem os d e tra ta r d esp u és, en el p re d i­ cam ento correspondiente. A hora sólo advierto que, e n tre quienes establecen la acción tran seú n te en el agente, algunos la p o n e n com o u n cierto m odo ab so lu to que incluye u n a relación trascendental q u e adviene d e n u evo a la p o ten cia ac­ tiva cu an d o obra, y la actualiza. Y quienes op in an d e este m o d o acerca d e la acción tran seú n te , h ab lan bastan te consecuentem ente al negar en D ios sem e­ jan te acción, p ues co n stitu iría en E l u n a g ra n im perfección. Sin em bargo, ese m odo de explicar la acción tra n se ú n te es n o sólo contrario a A ristóteles y otros filósofos m u y p o n d erad o s, sino adem ás e n teram en te im p ro b ab le, p o r h a b e rse in v en tad o sin fu n d a m e n to o razó n , cuando apenas p u ede e n ten d e rse. O tros, p u e s, q u e sitúan la acción tra n se ú n te e n el ag ente, afirm an q u e en éste n o hay n a d a m ás q u e u n a relación real que en él re su lta de la p ro d u cció n d el efecto. Y és­ tos ta m b ién n ieg an d e m o d o consecuente a D ios la acción tra n se ú n te , p u es en D ios n o re su lta n relaciones reales d e sus efectos. A u n q u e q u iz á éstos afirm aran consecuentem ente q u e la acción de D ios es u n a relación d e razó n , y es e v id en te d e suyo cuán im p ro b ab le sea esto. T a m b ié n se apoya esa o p in ió n en u n fu n ­ d am en to poco p ro b a b le ; p o rq u e aquella relación, si resu lta en el agente creado, su p o n e el efecto ya p ro d u c id o ; entonces, ¿cóm o va a ser u n a acción? Si, p o r el contrario, n o re su lta , sino que se dice q u e es p ro d u cid a d e m a n e ra cuasi esen-

pendentia creationis. Pxaeterca, quia in omni eo qnod mutatura est, intervenir mutali; ergo in Omni eo quod factum est, intervenir fieri. Maxime quia hoc ipsum, nempe de novo factum esse, est aliquo modo esse mu­ tatimi, saltern late loquendo, ut diximus. 20. Dependentiae creaturae a Deo vere convertit ratio activa creationis.— Tandem hinc facile ostenditur ultima pars assertionis, nimirum huic dependentiae creaturae, quatenus dicit habitudmem ad divinam potentiam a qua fluit, convenire propriam rationem actionis seu creationis activae. In qua parte videtur praecipue posita dissensio in­ ter auctores circa praesentem quaestionem. Cavendum tarnen est ne solum de nomine contendano1. Pender enim haec quaestio ex illa philosophica, an actio transiens sit for­ maliter in agente vel in passo, quam infra in proprio praedicamento tractaturi sumus. Nunc solum adverto, inter eos qui ponunt actionem transeuntem in agente, quosdam earn ponere ut modum quemdam absolution indudentem transcendentalem respectum ad-

venientem de novo potentiae activae cum agit et actuantem illam. Et qui ita sentiunt de actione transeunte, satis consequenter loquuntur negando in Deo huiusmodi ac­ tionem; nam esset in ilio magna imperfectio. Verumtamen modus file explicandi tran­ seuntem actionem est non solum contra Aristotelem et graviores philosophos, sed etiam piane iinprobabfiis, utpote sine fon­ damento aut ratione confictus, cum vix possit intelligi. Alii ergo ponentes actionem transeuntem in agente, dicunt nihil in eo esse nisi relationem realem in eo resultantem ex productione effectus. Et hi conse­ quenter etiam negant Deo actionem tran­ seuntem, quia in Deo non resultant relationes reales ex effectibus eius. Hi tarnen fur­ tasse dicerent consequenter actionem in Deo esse relationem rationis,' quod quam sit im­ probabile per se satis constat. Et similiter nititur fila sententia fondamento parum pro­ babili; nam relatio fila, si resultat in agente creato, supponit iam effectum productum; quomodo ergo erit actio? Si vero non resul-

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cial y p rim a ria p o r la m ism a potencia agente — com o im ag in an algunos e sc o tistas— , es algo m eram en te ficticio y sin fu n d am en to . P o r ú ltim o , otros q u e tam b ién p o n en la acción tra n se ú n te en e l agente, afirm an q u e n o es algo n u ev o absoluto o relativ o realm en te d istin to , de la p o ten cia y añadido a ella, sino que es la m ism a p o te n c ia agente e n cuanto u n id a e n acto a su efecto, es d ecir, con- ■ n o ta n d o q u e el efecto d e p e n d e actualm ente de ella. E sto s n o te n d rá n inconve­ n ien te e n co n ced er la acción tra n se ú n te incluso e n el m ism o D io s; es m ás, see x p resarán consecuentem ente. A b o ra b ie n , éstos p o n e n la acción tra n se ú n te en el ag en te sólo d e n o m b re, p o r lo q u e ahora n o d iscutim os c o n ellos. 2 1. Se responde a una objeción.— S uponem os, p u es, c o n A ristóteles, lib ro IX d e la Metafísica, texto 16, q u e las acciones q u e tien en u n té rm in o p ro d u ­ cido fu e ra d e la causa agente se e n c u e n tra n en el m ism o p acie n te o térm in o , y n o en el ag ente. Y ,, d e acu erd o con esta sentencia, afirm am os q u e la dep en d en ­ cia d e la c ria tu ra , e n cu an to es cierto flujo p ro ced en te d e D io s, tien e v erd ad era razó n d e acción tran seú n te . Se d e m u e stra , p rim e ra m e n te , p o rq u e , e n el calen­ tam ie n to d e l fu e g o y en to d o s los casos sim ilares, la d ep en d en cia p o r la q u e se p ro d u c e e l calo r en el p a c ie n te es la acción d el calor existente en el fu e g o , n o p o r o tra ra z ó n sino p o rq u e es cierto flujo q u e em ana d e é l; p e ro la d ep en ­ dencia p o r la q u e la c ria tu ra es p ro d u c id a p o r D ios es cierto flujo q u e em ana d el m ism o D io s ; luego tie n e v e rd a d e ra ra z ó n de acción. D ic e n algunos q u e p a ra la razó n d e acción n o b a sta el ser u n flujo p ro ced en te d e la poten cia ac­ tiva, antes b ie n se p recisa q u e sea su actualización y com plem ento. P ero esta re sp u e sta p arece consistir sólo e n palab ras, p ues n in g u n a p o ten cia activa e n cuanto ta l recib e u n com p lem en to o actu alizació n e n v irtu d d e la acción, sino q u e ú n icam en te ejerce, su a c tu a lid a d ; m as este ejercer n o es actualizarse a sí m ism a, sino h a c e r q u e o tro p ase al acto, lo cual com pete ta m b ién a D ios. P o rq u e e n cu alq u ier p o te n c ia m e ra m e n te activa es sólo u n a d enom inación extrínseca, ya q u e las po ten cias activas c o n acción in m an en te se actualizan a sí m ism as, m as n o en cu an to son activas ú n ic a m e n te , sino en c u a n to son ta m b ié n pasivas. 22. D e a h í arg u m e n to e n se g u n d o lu g a r; p u es ¿ q u é se opone a q u e este flujo d e la creación, e n c u a n to p ro c e d e de D io s, te n g a v erd ad era razó n de

tat, sed ’quasi per se ac primo fieri dicitur similibus, dependentia qua fit calor in pas­ ab ipsa potentia agente, ut quídam scotistae so non alia ratione est actio caloris existenimaginantur, est mera fictio et sine funda­ tis in igne nisi quia est fluxus quidam ca­ mento. Alii deifique, ponentes etiam actio­ loris ab ilio manans; sed dependentia quanem transeuntem in agente, dicunt non esse fit creatura a Deo est fluxus quidam manans aliquid novum absolutum vel respectivum ab ipso Deo; ergo habet veram rationem in re distinctum a potentia eique additum, actionis. Dicunt aliqui non sufficere ad ra­ sed esse ipsammet potentiam agentem ut tionem actionis quod sit fluxus a potentia coniunctam actq suo effectui, seu connotando attiva, sed oportere quod sit actualitas et quod ab illa actu pendeat effectus. E t hi complementum eius. Sed haec responsio non gravabuntur concederé actionem tcantantum videtur consistere in verbis, quia seuntem etiam in ipso Deo, immo conse- nulla potentia activa u t sic recipit comple­ quenter loquentur. Verum hi solo nomine mentum seu actualitatem ex actione, sed ponunt actionem transeuntem in agente, et solum exercet suam actualitatem; hoc auideo cum eis nunc non disputamos. 21. Obiectioni satisfit.— Supponimus er­ tem exercere non est se attuare, sed go cum Arist., XX Metaph., text. 16, actio- aliud in actum reducere, quod Deo etiam nes quae habent terminum factum extra convenit. Nam in qualibet potentia mere causam agentem esse in ipso passo seu ter­ attiva solum est extrinseca denominatio ; mino, et non in agente. Et iuxta hanc sen- potentiae enim activae actione immanenti tentiam dicimus' dependentiam creaturae, ut seipsas actuant, non tarnen ut activae tan­ est quídam fluxus a Deo, habere veram ra- tum sunt, sed quatenus sunt etiam passivae. 22. Unde argumentor secundo; nam tionem actionis transeuntis. Et probatur pri­ mo, quia in calefactione ignis et omnibus quid obstat quominus hie fluxus creationis.

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acción? P orque, o b ie n o b sta la carencia d e sujeto, ya que la acción d eb e an­ te c e d e r e n ord en d e n atu raleza a la cosa h e c h a ; y esto no, p u e s a este resp ecto vale la m ism a ra z ó n p a ra aquella d ependencia e n cu an to es u n a p ro d u cció n p a ­ siv a; p o r eso, d e ig u al m odo que, según la relación d e d ep en d en cia o d e vía, p u e d e anteceder en sú g énero, a u n cuando n o esté en u n sujeto, ta m b ié n p o d rá e n la razó n d e a c ció n ; y am bas cosas q u ed arán m ás claras p o r las soluciones d e los arg u m e n to s; o b ie n se opone la perfección de la p o ten cia d iv in a ; y esto no, p o rq u e la acción tra n se ú n te no p erfecciona a la p o ten cia d e q u e p ro ced e, sino q u e , m ás b ien , to d a la perfección q u e tien e la recib e de la p o te n c ia ; con­ sig u ien tem en te, n o am inora en m ayor grado la p erfección d e la potencia divina e l q u e de ella p ro c e d a la acción tran seú n te que el q u e p ro vengan los m ism os efectos. P o r o tra p a rte , el q u e m edie la acción e n tre el efecto y la p o ten cia n o d e b ilita en m ayor m ed id a la perfección d e la potencia divina q u e el q u e m ed ie la d e p en d en cia; y am bas cosas tienen su origen en la lim itación y p o ten cialid ad d e los m ism os efectos. P o r ú ltim o, a u n q u e concedam os g ratu ita m e n te q u e , con resp ecto a alguna p o ten cia creada, p u e d a decirse q u e la acción tra n se ú n te es co m plem ento ex trínseco o perfección de ella, p o rq u e ta l p o ten cia esté p o r su n a tu raleza o rd en ad a y establecida con vistas a ta l acción, sin em bargo, n o es p reciso atrib u ir esto a la acción pro ced en te d e la p o ten cia de D io s, ya q u e esta p o te n c ia es tal q u e n o e stá p o r sí m ism a o rd en ad a a la acción, sino q u e ú n ic a ­ m en te p u ed e p ro d u c irla p o r la p le n itu d d e su perfección. Y esto conviene ta m ­ b ié n , p o r cierta particip ació n , a algunos principios activos creados, seg ú n se a p u n tó arrib a y se d irá con m ayor extensión después, al tra ta r d e las potencias. A sí, p u e s, no p e rten ece a la razó n de acción tra n se ú n te en cu an to ta l el ser p e rfe c c ió n de la p o ten cia activa, n i siq u iera d e aquel m odo ex trínseco e im ­ p ro p io . 23. E n tercer lu g ar, argum ento q u e la p o ten cia activa de D ios acL extra no es, form alm ente h a b lan d o , n i e l en ten d im ien to n i la v o lu n tad , sino la p o ten cia e je c u tiv a co nceptualm ente d istin ta de ellos, com o dem ostrarem os m ás abajo al ocu p arn o s de los atrib u to s d e D io s; luego la acción de tal poten cia n o p u e d e se r form alm ente in m a n e n te , ya que sólo el en ten d im ien to y la v o lu n ta d d e u n a

ut a Deo, habeat veram rationem actionis? Aut enim obstat carentia subiecti, eo quod actio debet ordine naturae antecedere rem factam; et hoc non, quia quoad hoc eadem ratio est de illa dependentia u t est fieri passivum; unde, sicut secundum habitudinem dependentiae seu viae potest in suo genere antecedere, etiamsi non insit subiecto, etiam poterit in ratione actionis; et utrumque magis constabit ex solutionibus argumentorum; vel obstat perfectio divinae potentiae; et hoc non, quia aedo transiens non perfidi potentiam a qua fluit, sed potius quidquid ipsa perfectionis habet a potentia recipit; non ergo magis derogat perfectioni divinae potentiae quod actio trans­ iens profluat ab ipsa quam quod profluant ipsimet effectus. Quod Vero inter effectum et potentiam mediet actio, non magis dero­ gat perfectioni potentiae Dei quam quod mediet dependentia, et utrumque provenit ex limitatione et potentialitate ipsorum effectuum. Denique, etsi gratis demus, respectu

alicuius potentiae creatae, actionem transeuntem dici posse extrinsecum complementum aut perfectionem eius, ea quod talis potentia sit natura sua ordinata et instituía prop­ ter talem actionem, tamen necesse non est hoc attribuere actioni emananti a potentia Dei, quia haec potentia talis est ut non sit ex se ordinata ad actionem, sed solum ex plenitudine perfectionis suae illam habere pos sit. Quod per quamdam partidpationem convenit etiam aliquibus prindpiis agendi creatis, ut supra tactum est et infra, dispu­ tando de potentiis, latius dicetur. Non est ergo de ratione actionis transeuntis u t sic quod sit perfectio potentiae activae, etiam ilio extrínseco et improprio modo. 23. Tertio argumentor quia potentia ac­ tiva Dei ad extra, formaliter loquendo, non est intellectus ñeque voluntas, sed potentia exsecutiva ratione ab eis distincta, ut infra ostendemus disputando de attributis Dei; ergo actio talis potentiae non potest esse formaliter immanens, quia tantum intellec-

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re a lid a d in m aterial ob ran d e m an era in m a n e n te ; p e ro la p o ten cia ejecutiva es in m e d ia ta m e n te activa ad extra. P o r co n siguiente, e l acto d e la v o lu n ta d de D ios n o es la m ism a acción p o r la q u e o b ra ad extra, p u e sto q u e sólo es la aplicación de la p o ten cia ejecutiva a la operación. A n tes al co n tra rio , a u n q u e alguno sos­ ten g a q u e la v o lu n ta d de. D io s es la poten cia pró x im a d e o b ra r ad extra, n o ' p o d rá d ecir re c ta m e n te q u e la volición d e D io s, seg ú n aquello q u e se e n cu en tra re a lm e n te e n la m ism a, es l a acción p o r la q u e p ro d u c e ad extra; p u e s m ás bien es el m ism o p rin c ip io de o b ra r ad extra, p o r ser la m ism a p erfecció n form al d e la v o luntad de D ios, la cu al se da en E l m ás bien p o r m o d o de acto que p o r m odo d e p o te n c ia receptiva d e su a c to ; pero e l p rin c ip io d e o b ra r ad extra n u n c a e n tra (p o r a sí decirlo) en la acción m ism a, ya q u e ta l acción fluye de tal p rin c ip io . A h o ra b ien , la relació n d e ra z ó n q u e se en tie n d e añ a d id a al acto lib re d e la v o lu n ta d d e D ios e n cu a n to q u ie re la cosa q u e p ro d u c e ad extra n o p u ed e te n e r ra z ó n d e acción real, p u e sto q u e aq u élla n o es n ad a y ésta, e n cam bio, es u n a v erd ad era y real p ro d u c c ió n o acción, en v irtu d d e la cu al D ios se de­ n o m in a h ac e d o r d e l cielo y d e la tie rra . L a m ism a ra z ó n p u e d e aplicarse al en­ ten d im ien to , a u n cuando se p o n g a e n él la p o te n c ia ejecutiva. P o r eso E scoto, In IV, d ist. 1, q . 1, § Ista ergo, p ru e b a acertad am en te, d e m a n e ra general, q u e el acto d el en ten d im ien to o d e la v o lu n ta d n o p u e d e ser p ro d u c tiv o d e l térm in o en cu an to acción, sino sólo en cu a n to p rin c ip io , ya q u e la acción p ro d u c tiv a y lo p ro d u c id o se en c u e n tra n e n el m ism o sujeto. C on ello favorece ab iertam en te esta op in ió n , a p e sa r de q u e In II, d ist. 1, q. 5, y en o tro s lu g ares, parece p en ­ sar d e m a n e ra distinta.

Se resuelven los fundamentos de las otras opiniones 2 4. S i la acción incluye el movimiento y la relación.— A la p rim e ra razón d e la p rim e ra o p in ió n se re sp o n d e concediendo el an tec ed en te — q u e la creación n o es u n a m u tació n — •, p e ro n e g an d o la consecuencia, a saber, q u e n o es u n a acció n ; p o rq u e se pasa de lo in fe rio r a lo su p erio r e n sen tid o negativo, ya que la acción tien e m ay o r exten sió n q u e la m u ta c ió n . E n cam bio, cu an d o se d ice q u e la acción incluye la su stan cia d el m o v im ien to y la relació n , si se entiende

tus et voluntas in re immateriali agunt im­ manenter; potentia autem exsecutiva est im­ mediate attiva ad extra. Actus ergo volun­ tatis Dei non est ipsa actio qua ad extra agit, cum solum sit applicatio potentiae exsecutivae ad agendum. Quin potius, etiamsi quis teneat voluntatem Dei esse proximam potentiam agendi ad extra, non recte dicet volitionem Dei, secundum id quod realiter est in ipsa, esse actionem qua ad extra pro­ duciti nam potius est ipsum principium agendi ad extra, quia est ipsa formalis perfectio voluntatis Dei, quae in ipso potius est per modum actus quam per modum po­ tentiae receptivae sui actus; principium au­ tem agendi ad extra nunquam intrat (ut sic dicam) actionem ipsam, cum a tali prin­ cipio talis actio fluat. Respectus autem rationis qui intelligitur addi libero attui vo­ luntatis Dei ut volentis rem quam ad ex­ tra producit non potest habere rationem actionis realis, cum ille nihil sit, haec.. au­ tem sit vera ac realis productio seu factio,

a qua Deus denominatur factor caeli et ter­ rae. Et eadem ratio applicati potest ad intellectum, etiamsi in eo ponatur exsecutiva potentia. Unde recte Scotus, In IV, dist. 1, q. 1, § Ista ergo, generaliter probat actum intellectus vel voluntatis non posse esse productivum termini ut actionem, sed solum ut principium, quia actio produttiva et id quod production: sunt in eodem. In quo favet aperte huic sententiae, licet In II, dist. 1, q. 5, et aliis locis, ailiter sentire videatur. Aliarum opinionum fundamenta solvuntur 24. Actio an includat motum et relationem.— Ad primam rationem primae opinionis respondetur concedendo antecedens, scilicet creationem non esse mutationem, negando tarnen consequentiam, scilicet non esse actionem; est enim ab inferiori ad superius negative; actio enim latius patet quam mutatio. Cum vero dicitur actionem includere substantiam motus et relationem,

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d e la ra z ó n precisiva d e acción (según p a re c e exigir el a rg u m en to ), la afirm a­ ción e s falsa; p o rq u e sólo incluye la sustancia d el flujo o d e la dep en d en cia, ju n to c o n u n a relación trascen d en tal al p rin cip io del q u e fluye. S i, p o r el con­ tra rio , d ic h a proposición se e n tien d e de la acción con m ovim iento, e s d ecir, con u n sujeto p re su p u e sto , entonces p u ed e e n ten d e rse bien o m al e n cuanto a sus dos p a rte s ; efectivam ente, si hablam os en sentido real o id én tico , es v erd ad q u e tal acción es la ‘s ustancia m ism a del m ovim iento; pero eso no lo tiene p o r ser acción, sino p o r ser tal acción, es d ecir, p o r p ro ced er d el su je to ; en c a m b io , ate n d id a la precisió n y los conceptos form ales n o es cierto, p o rq u e el m o v i­ m iento en cu an to ta l significa el acto del m óvil, cosa q u e no significa la acción en cu an to acción, y p o r ello, a u n cuando se elim ine la razó n d e m ovim iento o d e m utació n , p u e d e p erm an ecer la sustancia d el flujo o d e la dependencia, q u e b aste p a ra la ra z ó n ‘de acción. D e m an era sem ejante, cuando se dice q u e la relación u n id a a la su stan cia del m ovim iento pertenece a la razó n d e acción, ello p u e d e e n ten d e rse, b ie n d e la relación p red icam en tal re su lta n te , ta n to en la causa agente com o en el efecto p ro d u c id o , y en tal sen tid o e s falsa la p ro ­ posición, p o r n o ser la acción u n agregado d e relación p red icam en tal y m o ­ v im ie n to ; y adem ás, p o rq u e la acción es an te rio r com o ra z ó n fu n d a m e n ta d o ra de d ich a re lació n ; o ta m b ié n p u ed e e n ten d e rse de la relación trascen d en tal d e la m ism a em anación o dependencia a su principio, y así es v e rd a d la p ro ­ posición aducida, m as de a h í n o se infiere legítim am ente q u e, elim inada la m u ­ tación, sólo p erm anezca la relación pred icam en tal, ya d e l efecto a la causa, y a d e la causa al efecto ; p o rq u e todavía p u e d e perseverar la relación trascen d en tal de la m ism a d ep en d en cia a p a rtir de su p rin c ip io , a u n q u e sea u n a d ependencia sin sujeto y sin p ro p ia m utació n . T o d a s estas cosas p a re c e n ta n evidentes q u e apenas resu lta .creíble q u e S anto T o m ás em please a q u ella ra z ó n p a ra concluir que la creación es ú n icam en te u n a relación predicam ental re su lta n te e n la cria­ tu ra h echa. Y por eso algunos in te n ta n exponerla acerca d e la relación tra sc e n ­ dental, d e ' suerte q u e en ten d iese p o r ella aquella dependencia q u e nosotros h e ­ m os afirm ado q u e se d a en la cria tu ra con resp ecto al creador, P o rq u e ese m odo de h a b la r n o es in u sita d o e n Santo T om ás, ya que en III, q. 2, con b astan te

si intelligatur de rätione praecisa actionis (ut argumentum exigere videtur) falsa est assumptio; nam solum includit substantiam fluxus seu dependentiae cum transcenden­ tal! habitudine ad p'rincipium a quo fluit. Si autem intelligatur illa propositio de ac­ tione cum motu, seu praesupposito subiecto, sic quoad utramque partem potest bene vel male intelligi; nam si loquamur realiter seu identice, verum est talem actionem esse ipsam substantiam motus; tarnen id non habet ex eo quod est actio, sed ex eo quod est talis actio, scilicet, quia est ex subiecto; secundum praecisionem autem ac formales conceptus non est verum, quia motus ut sic dicit actum mobilis, quod non dicit ac­ tio ut actio, et ideo quamvis auferatur ra­ tio motus seu mutationis, potest manere substantia fluxus seu dependentiae, quae sufficiat ad rationem actionis. Similiter, cum didtur relationem coniunctam substantiae motus esse de ratione actionis, id potest intelligi vel de relatione praedicamentali resultante, vel in causa agente vel in effectu

facto, et sic falsa est propositio, quia actio non est aggregatimi ex relatione praedica­ mentali et ex motu; item, quia actio est prior tamquam ratio fundandi huìusmodi relationem. Vel potest intelligi de relatione transcendentali ipsiusmet emanationis seu dependentiae ad suum principium, et sic vera est propositio assumpta, non tarnen recte inde infertur, ablata mutatione, non manere nisi relationem praedicamentalem, aut effectus ad causam, aut causae ad effectum; nam adhuc potest manere transcendentalis habitudo ipsiusmet dependentiae a suo principio, quamvis sit dependentia sine subiecto et sine propria mutatione. Quae omnia tam videntur per se clara ut vix sit credibile D. Thom. usum fuisse illa ratione ad ccncludendum creationem tantum esse relationem praedicamentalem resultamelo in creatura facta. Et ideo aliqui conantur ex­ ponere de relatione transcendentali, ita ut per eam intellexerit illam dependentiam quam nos diximus esse in creatura a crea­ tore. Non enim est inusitatus hic loquendi

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frecu en cia lía m a á la u n ió n relació n , y n u n c a d istin g u e e n tre la relació n p re dicam en tal y el m odo d e u n ió n , siendo así q u e n o p u e d e n eg arse q u e se d é ese m o d o q u e in clu y e la relación trascen d en tal a las cosas u n ib les. P o r consiguiente, esta exposición es pro b ab le, a u n q u e n o p u ed e acom odarse a to d a s las locuciones de S anto T o m á s, com o q u e d a p a te n te p o r las soluciones a lo s arg u m en to s en I, q . 4 4 , a. 3. 25. L a creación es úna acción formalmente transeúnte.— A l seg u n d o se n ie ­ ga el a n te c e d e n te ; p u es la creación es u n a acción fo rm alm en te tra n se ú n te , no p o rq u e pase d e u n sujeto a otro, com o p arece im p u g n a r a rrib a D e z a , sino p o r­ q u e efectivam ente sale d el ag e n te y se en c u e n tra en el té rm in o , p o r lo cual se dice q u e p asa a él. A h o ra b ien , en dicho arg u m en to se p la n te a la cuestión de si esta acción creativa es u n accidente. A cerca de ello, E g id io y otros afir­ m a n ; p o rq u e es acción en se n tid o unívoco y co n secu en tem en te p e rten ece al p re ­ dicam en to acción, q u e es u n o de los pred icam en to s de los accidentes. Y no resu lta c o n tra d ic to rio q u e e l accidente sea vía p a ra la sustancia, ya q u e e n la generación sustancial ta m b ié n o c u rre e s to ; y p o r el solo h echo de llam arse vía, se d esigna algo im p e rfe c to y u n e n te d e l ente. A hora b ie n , cu an d o se p re g u n ta p o r el su­ jeto de este accid en te, re s p o n d e n q u e es e l m ism o té rm in o ; p u e s, a u n q u e sea p o ste rio r e n u n género — a saber, en e l de térm in o — , sin em b arg o , p u ed e ser n a tu ra lm e n te a n te rio r e n el gén ero de causa subjetiva. P ero esto ú ltim o m e re su lta m u y difícil d e c re e r; e n p rim e r lu g a r p o rq u e n o estim o q u e la creación te n g a cau sa m a te ria l; luego tam p o co p u e d e te n e r causa su b jetiv a, ya q u e son lo m ism o. E l a n tec ed en te es m anifiesto, p o rq u e la diferencia fu n d a m e n ta l e n tre la acción creativa y todas las dem ás consiste en q u e aquélla es realizada p o r la sola v ir tu d d e l agente, sin co ncurso d e m a te ria o sujeto. E n seg u n d o lu g ar, p o r­ q u e n o e n tie n d o q u e el té rm in o d e la vía p u e d a ser a n te rio r a la vía m ism a bajo a lg u n a ra z ó n q u e in clu y a la existencia real. Y añ a d o esto te n ien d o en cuen­ ta la .r a z ó n d e fin, bajo la cu al el té rm in o es an te rio r en n a tu raleza, ya q u e la causa final e n cu a n to ta l n o p reex ig e la existencia re a l; p e ro la causa subjetiva preexige in trín se c a m e n te la existencia! re a l; luego, bajo esa razón, el térm in o

modus spud D. Thom.; nam III, q. 2, saepius vocat unionem relationem, et nunquam distinguit inter relationem praedicamentalem et modum unionis, cum tarnen negari non possit quin detur Ülc modus includens transcendentalem habitudinem ad unibilia. Est ergo probabilis haec expositio, non tarnen potest ad omnes D. Thom, locutiones accommodari, ut patet ex solutionibus argumentorum, a. 3, q. 44, I. 25. Creatio actio est transiens formali­ ter.— Ad secundum negatur antecedens; est enim creatio actio formaliter transiens, non quod ab uno subiecto transeat in aliud, ut Deza supra impugnare videtur, sed quod effective exit ab agente et est in termino, ideoque ad ilium transire dicitur. Petitur vero in illo argumento an haec actio creativa sit accidens. In quo Aegidius et alii af­ firmant; nam est univoce actio, et consequenter est de praedicamento actionis, quod est unum ex praedicamentis accidentium. Nec répugnât accidens esse viam ad substantiam, quia generatio substantialis etiam

hoc habet; et hoc ipso quod dicitur via, dicitur quid imperfectum et ends ens. Cum autem quaeritur huius accidentis subiectum, respondent esse ipsummet terminum; nam licet in uno genere, scilicet termini, sit posterior, tamen in genere causae subiectivae potest esse natura prior. Sed hoc ultimum difficile creditu mihi est; primo, quia non existimo creationem habere causam materialem; ergo neque habere potest causam subiecuvam, sunt enim idem. Antecedens patet, quia haec est potissima dif­ ferentia acdonis creativae ab omnibus aliis, quod fit ex sola vj agentis sine concursu materiae vel subiecti. Secundo, quia non intelligo quod terminus viae possit esse prior ipsa via sub aliqua ratione indudente realem existentiam. Quod addo propter rauonem finis, sub qua terminus est prior natura, quia causa finalis ut sic non praerequirit existentiam realem; at vero causa subiectiva intrinsece praerequirit existen­ tiam realem; ergo terminus non potest sub ea ratione praeintelligi ordine naturae suae

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no p u e d e e n ten d e rse p reviam ente a su v ía e n o rd e n d e natu raleza, ya q u e no tiene n in g ú n ser re a l q u e n o haya llegado a él p o r dich a vía. 2 6. S i la creación es un accidente, y de qué sujeto.— P o r ello p a re c e q u e p u e d e resp o n d erse m ás fácilm ente q u e la acción en cu an to acción n o re q u ie re u n sujeto de in h esió n , sino u n principio d e l q u e em ane, p ues la acción e n cu an ­ to acción n o dice relació n a aquello «en lo cual», sino a aquello «de lo c u a l» ; p o rq u e de ahí p ro v ien e el q u e la acción e n cuanto acción n o confiera n in g u n a denom inación fo rm a l al paciente, sino sólo a l agente. S in em b arg o , a u n c u an d o esta resp u esta p u e d a re su lta r satisfactoria acerca de la acción en cuanto acción, a pro p ó sito d e la creación pasiva o d ep en d en cia e n cu an to ta l todavía q u e d a u n a dificultad, ya q u e la producción en cu a n to tal n o dice relació n al p rin c ip io , sino a la cosa q u e dep en d e o es p ro d u cid a, y p o r eso es necesario ex p licar, con resp ecto a ella e n cu a n to ta l, e n q u é sujeto se en cu en tra. D e d o n d e n u ev am e n te puede u rg irse la dificu ltad acerca de la a c ció n ; pues, a u n q u e la acción en cuanto acción n o se refiera al sujeto de inhesión, n o obstante, en la realid ad siem pre d eb e te n e r algún sujeto de inhesión. 27. En qué predicamento se sitúa la creación.— A sí, p u e s, m u chos nieg an q u e esta d ependencia q u e es la creación sea u n accidente, y afirm an q u e es u n m odo sustancial de la cosa q u e es creada, m odo q u e p e rten ece red u ctiv am en te al p redicam ento d e la sustancia, p o rq u e n o es m ás q u e ¡a sustancia m ism a en cuanto está «in fieri» y com o e n u n estado im perfecto. Y p u ed e ello confirm arse p o rq u e , aten d ien d o a este m otivo, A ristóteles no coloca el m ovim iento e n p re ­ dicam ento alguno, sino q u e lo reduce al p redicam ento d e su té rm in o, cosa que h a d e en ten d e rse d e l m ovim iento precisivam ente en cu an to es v ía hacia el té r­ m ino, p u es e » cu a n to es acción o pasión se sitúa en sus pred icam en to s, ya que en cu a n to tal se co m p ara p o r m odo d e fo rm a al agente o al p a c ie n te ; e n cam ­ bio, e n cuanto vía n o se com para p ro p iam en te com o fo rm a al té rm in o , sino sólo com o lo im p erfe cto a lo perfecto. C onsiguientem ente, la creación pasiva, en cu a n to es v ía hacia el térm in o sustancial, q u eda red u cid a al p re d ic a m e n to d e la su sta n c ia ; p e ro n o tien e razó n de p asión, p o r n o hallarse e n u n sujeto. P o r eso, e n la m e d id a e n q u e ese «fieri» se concibe com o n a tu ra lm e n te a n te rio r a

viae, quia nullum habet esse reale quod non per illam viam ad ilium pervenerit. 26. Creatio an sit accidens, et cuius subiecti.— Quapropter facilius videtur posse responderi actionem ut actionem non requirere subiectum inhaesionis, sed principium a quo fluat, quia actio ut actio non dicit habitudinem ad id in quo, sed ad id a quo; nam inde provenit quod actio ut actio nullam denominationem formalem conferat passo, sed solum agenti. Verumtamen haec responsio, licet de actione ut actio est satisfacere possit, tarnen de creatione passiva seu dependentia ut sic adhuc restat difücultas, quia fieri ut sic non dicit habitu­ dinem ad principium, sed ad rem quae pendet seu fit, et ideo de illa ut sic explicare oportet in quo subiecto sit. Unde he­ rum urgeri potest difficultas de actione; nam licet actio ut actio non respiciat sub­ iectum inhaesionis, tarnen in re ipsa sem­ per habere debet aliquod subiectum inhae­ sionis.

27. In quo praedicamento sita creatio.— Multi ergo negant hanc dependentiam quae est creatio esse accidens, asserentes esse modum substantialem rei quae creatur, qui re­ ductive pertinet ad praedicamentum sub­ stantiae, quia nihil aliud est quam ipsamet substantia secundum quod est in fieri et quasi in statu imperfecto. Idque confirmari potest, nam motus pròpter hanc causam non collocatur ab Aristotele in aliquo praedi­ camento, sed reducitur ad praedicamentum sui termini, quod intelligendum est de motu praecise ut est via ad terminum, quia, Ut est actio vel passio, in suis praedicamentis collocatur, quia u t sic comparatur per modum formae ad agens vel patiens; tamen, ut via non proprie comparatur ad terminum ut forma, sed solum u t imperfectum ad perfectum. Sic ergo creatio passiva quatenus est via ad terminum substantialem, redu­ citur ad praedicamentum substantiae; non habet autem rationem passionis, quia non est in subiecto. Unde quatenus illud fieri 34

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su térm in o , h a y que co n ced er q u e n o se d a e n u n sujeto, sino q u e se concibe com o en sí m ism o, lo c u a l n o es inconveniente, antes a l co n tra rio , m ás b ie n es u n a singular excelencia y m o d o de d ep en d en cia de la cria tu ra . P ero e n el m ism o in s ta n te d e tiem p o en q u e es p ro d u c id a , se e n c u e n tra , p o r u n a u n ió n ín tim a y cie rta id e n tid a d , en el térm in o m ism o, n o com o en su sujeto, sin o según la relació n especial y p ro p ia p o r la q u e la vía se refiere al té rm in o ; en ella n o se re q u ie re p rio rid a d n a tu ra l p o r p a rte d e l té rm in o , ya q u e n o exige u n a ver­ d a d e ra causalidad, sino u n a sim ple term inación. D e igual m o d o q u e el calen­ tam ie n to se en c u e n tra n o sólo en la cosa q u e se calienta, sino ta m b ién e n e l calor q u e se p ro d u c e , e n a q u élla com o en su sujeto de in h esió n , al q u e supone, y e n éste, e n cam bio, com o en su térm in o fo rm al, al q u e tien d e, y p o r ello n o lo supone, sino q u e lo lleva anejo y se identifica con él. A sí, p u e s, e n la d ep en d en cia d e la c riatu ra, p rescin d ie n d o del o rd e n al sujeto q u e n o tiene, q u e­ da la relación al térm in o , e n el cual n o e stá com o e n su sujeto, sino p o r u n a d istin ta razó n especial y p ro p ia , com o cierto m o d o d e ella. P o rq u e es com ún a otros m odos el te n e r su ra z ó n p ro p ia d e m odificar, seg ú n consta acerca del m o d o d e u n ió n y del m o d o de subsistencia, com o verem os después. 28. P o r eso p u ed e d ecirse co n secuentem ente q u e d ic h a d ep en d en cia crea­ tiv a , e n cu an to tien e ra z ó n de acción, n o es u n a acción accidental, cual es la q u e necesita d e sujeto, sino q u e es u n a acción sustancial y , p o r tan to , n o se coloca en el p red icam en to acción, sino que se re d u c e al p red icam en to sustancia. O c ab e tam b ién añadir q u e en los pred icam en to s d e los accidentes n o se sitúan ú n ic a m e n te aquellos que son accidentes v erdaderos y p ro p io s, con verdadera in h esió n e n u n sujeto, sino tam b ién m uchos q u e im ita n el m odo d e los acci­ d e n te s en la d enom inación y cuasi in fo rm ac ió n ex trínseca o in trín seca, com o el h á b ito , el lu g a r c o n tin en te y o tro s sem ejan tes; y q u iz á se co m p o rta así la ac­ ción en cu a n to acción e n se n tid o g e n e ra l; p o r co n siguiente, e n el p resen te caso p u e d e d ecirse q u e , a u n q u e la d ep en d en cia d e la creación sea en sí m ism a cierto m o d o su stancial, n o o b stan te, c o n re sp e c to al agente se reviste d el m odo d e u n accidente, y ello b a sta p a ra q u e se coloque en el p red icam en to acción. E sta res-

concipitur ut prius natura suo termino, concedendum est non esse in subiecto, sed concipi quasi in se, quod non est inconveniens, inuno potius haec est singularis excellentia et modus dependentiae creaturae. In eodem vero instanti temporis in quo fit est per - intimam coniunctionem et quamdam identitatem in ipso termino non tamquam in subiecto, sed secundum specialem et propriam habitudinem qua via respicit terminum; in qua non requiritur prioritas naturae ex parte termini, quia non requirit veram causalìtatem, sed meram terminationem. Sicut calefactio et est in re quae calefit et in calore qui fit, in illa ut in sub­ iecto inhaesionis, quod supponit, in hoc vero ut in termino formali, ad quem tendit, et ideo ilium non supponit, sed secum affert eique identificatur. Sic ergo in dependentia creaturae, ablato ordine ad subiectum, quod non habet, relinquitur habitudo ad termi­ num, in quo non est tamquam in subiecto, sed alia speciali et propria ratione, ut qui­ dam modus eius. Hoc enim commune est multis aliis modis, ut habeant propriam ra-

tionem afficiendi, ut constat de modo 'minnis et de modo subsistentiae, u t infra videbimus. 28. Unde consequenter dici potest illam dependentiam creativam, ut habet rationem actionis, non esse actionem accidentalem, cuiusmodi est illa quae indiget subiecto, sed' esse actionem substantialem, ideoque non collocari in praedicamento actionis, sed re­ duci ad praedicamentum substantiae. VeJ addi etiam potest in praedicamentis accidentium non tantum collocari ea quae sunt vera ac propria accidentia, habentia veram inhaesionem in subiecto, sed etiam multa quae imitantur modum aeddentium in denominatione et quasi informatione extrinseca vel intrinseca, u t habitus, locus continenset similia, et fonasse aedo ut aedo in univer­ sum ita se habet; sic ergo in proposito dici potest quod, licet dependentia creadonis in se sit modus quidam substantial, tarnen per respectum ad agens induit modum aeddentis, idque satis est ut in praedicamento actioniscoUocetur. Quae responsio est probabilis,

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p u e sta es p ro b ab le, m as la anterior p arece m ás v e rd a d e ra , com o d ije en el tom o m de la H I p arte, disp. L , see. 5. Y con esto se h a re sp o n d id o ta m b ié n al te rc e r arg u m en to de la m ism a o pinión prim era. 2 9. Toda acción transeúnte es de Dios.— A l c u a rto se resp o n d e q u e es falso el antec ed en te, a saber, que no h ay nin g u n a acción tra n se ú n te con res­ p e c t a a D io s; antes al contrario, to d a acción tra n se ú n te es acción d el m ism o D io s ; p o rq u é si p ro ced e de la c riatu ra, proviene d e D io s p o r el concurso ge­ n eral, de suerte q u e u n a idéntica acción indivisible es d e la c ria tu ra y d e D ios. D e ah í resu lta q u e n o sólo to d a acción tra n se ú n te d el ag en te creado es asi­ m ism o tra n se ú n te con respecto al increado, ya que fluye fu e ra d e am bos, sino tam b ién q u e to d a acción inm anente d e l agente creado es tra n se ú n te con res­ p e c to a D ios, p u e sto que, en cuanto p ro ced e d e D io s, sale fu e ra d e E l. Y no p u e d e decirse q u e estas acciones n o se co m p aren con D io s e n cu an to acciones, sino en calidad d e efectos, n o sólo p o rq u e esto se afirm a in fu n d a d a m e n te , ya q u e la relación a am bos agentes es del m ism o m odo, sino ta m b ié n p o rq u e aq u e­ lla acción tien d e a u n térm ino u lterio r, p o r lo cual p ro c e d e d e am bos agentes com o u n cierto flujo hacia el térm in o , y e n esto consiste el ser acción. F in a l­ m en te, p o rq u e n o se d a acción p a ra la acción. Y p o r las m ism as razones se concluye a fortiori q u e , cuando D ios o b ra p o r sí solo a p a rtir d e u n sujeto p re ­ vio, entonces in terv ien e u n a acción tra n se ú n te de D io s ; p u e s ¿q u ié n creerá q u e el calentam iento o la ilum inación p ro d u c id a p o r e l fu eg o o p o r e l sol es u n a acción, p e ro n o la realizada p o r D ios sólo?, ¿o q u e e n la re a lid a d é sta tien e algo m enos q u e aq uélla?, ¿o que si no tien e n ada m enos e n la realid ad , no es en igual m ed id a u n a verdadera acción? 30. Cuando Dios obra, siempre obra mediante la accióii.— A sí, pu es, a la p rim e ra dem ostración de aquel an tecedente se resp o n d e q u e , d e la ín tim a p re ­ sencia d e D ios sólo se concluye q u e D ios o b ra e n to d as las cosas con inm edia­ ción d e v irtu d y de supuesto, pero no sin u n a acción in te rm e d ia ; p o rq u e ésta n o se d a a causa d e la distancia d el ag ente, sino p o r ser su cau salid ad form al, q u e siem pre debe en co n trarse en el efecto. A lo segundo se resp o n d e concedien­ do la in feren cia; p o rq u e la potencia ejecu tiv a d e D ios es verd ad eram en te c rin cipio d e su efecto y d e su acción, y a q u e pertenece a la ra z ó n d e acción tra n -

sed prior verior videar, ut dixi in III tomo III partis, disp. L, sect. 5. Ex quibus responsum edam est ad tertium argumentum eiusdem primae sententiae. 29. Actio omnis transiens est Dei.— Ad quaram respondetur falsum esse antece­ dens, scilicet, nullam esse actionem transeuntem respeca Dei; quin potius omnis actio transiens est actio ipsius Dei; nam si sit a creatura, est a Deo per generalem concursum, ita ut una indivisibilis actio eadem sit creaturae et Dei. Quo fit ut non solum omnis actio transiens agentis creati sit etiam transiens respeca increati, quia extra utrumque fluit, sed etiam omnis actio immanens agentis creati sit transiens respeca Dei, quia, ut est a Deo, fluit extra ipsum. Nec dici potest has actiones non comparari ad Deum ut actiones, sed ut effecta, mm quia gratis hoc dicitur, cum habiado ad utrumque agens sit eiusdem modi, a m etiam quia ilia actio tendit in ulteriorem terminum, unde ab utroque agente est ut fluxus qui-

dam ad terminum, et hoc est esse actio­ nem. Denique quia ad actionem non est actio. Et eisdem rationibus a fortiori con­ clu ditur, cum Deus agit se solo ex praesupposito subiecto, ibi intervenire actionem transeuntem Dei; quis enim credat calefactionem vel illuminationem factam ab igne vel sole esse actionem, non vero factam a solo Deo? aut aliquid minus in re habere hanc quam illam? aut si nihil minus in re habet, non esse aeque veram actionem? 30. Deus cum agit, semper media ac­ tione agit.— Ad primant ergo .probationem illius antecedentis respondetur, ex intima Dei praesentia solum concludi Deum agere in omnibus immediatione viratis et suppasiti, non vero sine actione media; haec enim non intercedit propter distantiam agen­ tis, sed quia est formalis causalitas eius, quae semper esse debet in effeem. Ad se­ cundum respondetur concedendo sequelam; nam potentia exsecutiva Dei vere est principium sui effecas et suae actionis; est

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Disputaciones metafísicas

’ seúnte el fluir realm ente de su p o te n c ia ; pero S anto T o m á s, en el lu g a r citado, o se expresa de acuerdo con la p rim e ra opinión, o hab la de la poten cia de D ios con respecto al acto in m an en te, q u e tam b ién es causa de efectos ad extra. A lo "tercero ya se h a dicho e n q u é sentido la acción en cuanto ta l n o es u n verda­ dero com plem ento de la p o ten cia activa, o si esto se atrib u y e a algunas en sen­ tido am plio, n o p erten ece, sin em b arg o , a la ra z ó n de acción e n cu an to tal. 31. A ios fundam entos d e la segunda opinión, en cu a n to defienden q u e la dependencia n o se d istin g u e ex natura rei d el térm in o , d ebe decirse en p ri­ m er lu g ar q u e esto, considerado u n iversalm ente acerca de cu alq u ier acción y su térm in o , es falso, com o se h a in d icad o a rrib a al explicar la causalidad d e la causa eficiente,, y se d irá ta m b ié n después al tra ta r d el p red icam en to acción. E n segundo lu g a r se niega q u e , a este respecto, haya u n a ra z ó n especial p a ra la creación, y q u e en ella la d ependencia se distinga del térm in o en m enor m ed id a que en otras acciones, com o se h a d em o strad o suficientem ente en lo q u e antecede, habiéndose explicado tam b ién de q u é m an era n o es obstáculo p a ra tal distin ció n el que la creación sea u n a pro d u cció n d e la n ad a. T am poco se sigue u n proceso al infinito, p u e sto que lo m ism o p o d ría in ferirse en cual­ q u ie r acción. P o rq u e cu alq u ier acción es, a su m odo, efecto d e l agente del que fltiye, pero n o es p ro d u cid a n i fluye p o r otra acción, p u es n o fluye com o efecto, sino com o el m ism o flujo y dependencia. C o nsiguientem ente, d e este m odo la creación p o d ría llam arse en sentido am plio cria tu ra , en cu an to ella es tam bién p ro d u c id a p o r D ios de la n a d a ; m as n o es u n a c ria tu ra ab solutam ente, com o cosa p ro d u c id a y térm in o de la efección de D ios, sino com o la m ism a d epen­ d encia y efección, por lo cual p a ra ella n o es necesaria o tra creación, ya que su ra z ó n esencial consiste en ser dependencia y, p o r ta n to , en o rd e n a ella n o se precisa o tra dependencia. E sta respuesta se tom a ta m b ié n d e S anto T o m á s, I, q. 45, a. 3, a d 2. Y d e a h í resu lta q u e, a u n c u an d o la c ria tu ra p u e d a cam ­ b ia r la d ep en d en cia con re sp e c to a éste o a aquel agente, sin em bargo, en la m ism a d ependencia n o p u ed e variarse la relación a éste o a aquel agente si n o es cam biando la d ep en d en cia, p u es m ediante ella, y n o m ed ian te o tra de­ pen d en cia, dice relación in trín se c a a ta l agente. ■f ’

enim de ratione actionis transeuntis ut realiter fluat a sua potentia; D. Thom. autem, citato loco, vel loquitur iuxta primam sententiam, vel loquitur de potentia Dei respectu actus immanentis, qui etiam est causa effectuum ad extra. Ad tertium iam dictum est, quomodo actio ut sic non sit verum complementum potentiae activae, vel si hoc aliqpibus largo modo tribuatur, non tamen es se de ratione actionis ut sic. 31. Ad fundamenta secundae sententiae, quatenus suadent dependentiam non distin­ guí ex natura rei a termino, dicendum im­ primís est hoc universe sumptum de omni actione et termino eius esse falsum, ut supra tactum est explicando causalitatem effidentis causae, et infra etiam dicetur tractando de praedicamento actionis. Deinde negatur quoad hoc esse specialem rationem in creatione, et minos in ea distinguí de­ pendentiam a termino quam in aliis actionibus, ut satis in superioribus probatum est, et declaratum quomodo huic distinctioni non obstet quod creado sit productio ex

nihilo. Nec sequitur processus in infinitum, idem enim inferri posset in qualibet actio­ ne; nam quaelibet actio suo modo est effectus agentis a quo fluit, non tamen fit aut fluit per aliam actionem, quia non fluit ut effectus, sed ut fluxus et dependentia ipsa. Ita ergo creatio lato modo did potest crea­ tura, quatenus ipsa etiam ex nihilo fit a Deo; tamen non est creatura simpliciter, ut res facta et terminus effectionis Dei, sed ut ipsa dependentia et effectio, et ideo ad earn non est necessaria alia creatio, quia eius essentialis ratio est quod sit dependen­ tia, et ideo ad illam non est necessaria alia dependentia. Quae responsio sumitur etiam ex D. Thom., I, q. 45, a. 3, ad 2. Et hinc est quod, licet creatura possit mutare de­ pendentiam ab hoc vel ilio agente, tamen in ipsa dependentia non possit mutari habitudo ad hoc vel illud agens nisi mutata dependentia, quia per seipsam et non per aliam dependentiam dicit habitudinem intrinsecam ad tale agens.

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32. C on esto se resp o n d e a la te rcera p a rte d e aquellos a rg u m e n to s: de dos m aneras p u e d e en ten d e rse q u e la c ria tu ra es u n e n te esencialm ente d ep en ­ d ie n te d e D io s: u n a , q u e la m ism a d ep en d en cia actual p ertenezca a la esencia de la criatu ra, y en este sentido n o es v erd ad ero sino d e la sola d ep en d en cia actu a l, acerca d e la cual consta q u e es su m ism a esencia m odal. P ero ella n o p e rte n e c e ’a la esencia d e aquella c riatu ra d e la q u e es m odo y d ep en d en cia, p o rq u e se b a d em o strad o que es algo separable d e la m ism a ; y e n este sen tid o , se desarrolla to d o aq u el argum ento, el cual, consiguientem ente, n a d a concluye. P o r ta n to , hay q u e e n te n d e r d e o tra m an era q u e la c ria tu ra es u n ente esencial-, m e n te d ep e n d ie n te d e D ios, a saber, p o rq u e es u n en te de ta l n a tu raleza y esencia que n o p u e d e existir sin alg u n a dependencia de D ios. Y este sentido, es e n te ra m e n te ' v erd ad ero , y se d em u estra m u y bien p o r la n atu raleza d e l e n te ; p articip ad o . P ero d e ah í n o re su lta q u e la m ism a dependencia actual perten ezca a la esencia, sino sólo q u e aquella condición o im perfección p o r la q u e ta l n a­ turaleza necesita d e la dependencia es esencial. E sto se p a ten tiza p o rq u e , a u n cu an d o perten ezca a la esencia de la c ria tu ra el d e p e n d e r de D ios, no le p e r - : tenece, em pero, el d ep en d er de solo D ios, o el d e p e n d e r (cosa q u e es igual) e n v irtu d d e la d ep en d en cia q u e dice relación a solo D ios, a u n q u e ta m b ié n ' p u e d a d ep en d er suficientem ente p o r tal d e p e n d en cia; luego n o d ete rm in a esen­ cialm ente p a ra sí m ism a u n a dependencia co ncreta, sino sólo la condición o in ­ dig en cia d e dependencia. 3 3. Se rechazan algunas consecuencias de la segunda opinión.— C o n e s to ’ q u e d a claro, en p rim e r lugar, que es falsa la p rim e ra consecuencia de aquella, opinión, p u es la cosa q u e es creada en sen tid o p ro p io n o d ete rm in a p a ra sí u n a d ep en d en cia d eterm in ad a to talm en te in m u ta b le e inseparable, según d em o stra­ m os. E n segundo lu g a r, consta q u e son asim ism o falsas la seg u n d a y te rcera consecuencias d e d ic h a opinión, p o rq u e n i siquiera la depen d en cia d e solo D ios es esencial o e n teram en te in m u tab le en to d a cosa creada. D e lo contrario todas las cosas, form as y accidentes dep en d erían d e D ios ah o ra y siem pre p o r alguna d ep en d en cia esencial e in m u tab le q u e dijese relación a solo D ios, y a que de suyo tien en a p titu d p a ra d ep en d er d e ese m odo, y esto p o d ría b astar p a ra su

32. Unde ad tertiam partem illorum argumentorum respondent duobus modis intelligi posse creaturam esse ens essentialiter pendens a Deo; uno modo, quod ipsa actualis dependentia sit de essentia creaturae, et sic non est verum nisi de sola ipsa dependentia actuali, quam constat esse suammet essentiam modalem. Ipsa vero non est de essentia eius creaturae cuius est mo­ dus et dependentia, cum ostensum sit esse quid separabile ab ipsa; et in hoc sensu procedit totum illud argumentum, quod proinde nihil concludit. Alio ergo modo intelligendum est creaturam esse ens essentialiter pendens a Deo, quia nimirum est ens talis naturae et essentiae ut sine aliqua dependentia a Deo existere non possit. Et hie sensus est verissimus, probaturque op­ time ex natura entis participate Inde vero non fit actualem ipsam dependentiam esse de essentia, sed solum conditionem seu imperfectionem illam ob quam talis natura eget dependentia esse essentialem. Quod patet, quia licet sit de essentia creaturae ut pen-

deat a Deo, non tamen ut pendeat a solo Deo, aut (quod idem est) ut pendeat per dependentiam dicentem habitudinem ad so­ lum Deum, quamvis edam possit per talem dependentiam sufficienter pendere; ergo ( non déterminât sibi essendaliter certam de- . pendentiam, sed solum conditionem aut indigentiam dependentiae. 33. Secundae sententiae aliqua illata reprobantur.— Atque hinc constat, primo, fal-r sum esse primum illatum illius sententiae, . nam res quae proprie creatur non detenni-: nat sibi aliquam determinatalo dependen- , tiam omnino immutabilem ac inseparabilem, . ut probavimus. Secundo, constat falsum edam esse secundum et tertium illatum il-, lius opinionis, quia edam dependentia a j solo Deo non est essendalis aut prorsus, immutabilis in omni re creata. Alias res. omnes, et formae, et accidentia penderent a Deo nunc et semper per aliquam depen­ dentiam essentialem ac immutabilem respi-. cientem solum Deum, quia ex se aptae su n t, sic dependere, et hoc satis esse posset ad

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Disputaciones metafísicas

ex isten cia; y , finalm ente, p o rg u e son verdaderas c ria tu ra s p ro d u cib les d e la nada. D e d o n d e se sigue adem ás, en p rim er lu g a r, q u e e n 't o d a p ro d u cció n de form as in terv ien e la v erd ad era creación, en c o n tra d e lo q u e se h a p ro b a d o a rrib a y enseña S anto T o m á s en I , q. 45, a. 8. Se sigue, en segundo térm ino, q u e los agentes creados, o n o o b ra n n ad a o realizan el acto, o al m enos n o al­ canzan con su eficiencia a las m ism as form as, ya sean sustanciales o acciden­ tales, sino, c u an d o m ás, a los m odos o uniones de las m ism as, y q u e sólo D ios crea todas las form as. D e a q u í se sigue tam b ién , en te rc e r lu g a r, q u e no hay n in g u n a razó n n a tu ra l p o r la q u e d e je n de existir, p o r separación d e su sujeto, otras form as m ás b ie n q u e el alm a ra cio n al; cosas todas q u e son contrarias a la v erd ad era filosofía y a la sana d o ctrin a, com o tra té m ás am pliam ente en el III to m o d e la I I I p a rte , d isp . IX , sec. 1, hacia el final. 34. Y p o r lo dich o a q u í y allí consta suficientem ente q u e es ta m b ié n falsa la c u a rta co nsecuencia de aqu ella o p in ió n ; en efecto, la ra z ó n q u e de la de­ p en d en cia esencial e in m u tab le infiere que no p u e d e darse u n in stru m e n to de la creación, se ap oya en u n fu n d am en to falso; es m ás, co m ete u n a clara p eti­ c ió n d e p rin c ip io , p u es su p o n e q u e pertenece a la razó n d e creación e l ser de­ p en d en cia con resp ecto a solo D ios, q u e es lo q u e d eb ía p ro b a rse . A ñádase q u e los a u to res d e dich a o p in ió n se v en obligados a p o n e r e n las cosas generabies d o s dep en d en cias sim ultáneas, u n a esencial con re sp e c to a solo D ios y o tra cu asi accid e n ta l (y, sin em bargo,, connatural) con resp ecto a las causas c re a d a s; luego, a u n q u e las cosas ingenerables te n g a n d ep en d en cia esencial de D ios y n o la te n g a n co n n atu ral de u n agente creado, no o b stan te, D ios podría hacer so b re n a tu ra lm e n te q u e fu esen p roducidas p o r u n agente creado en vir­ tu d d e u n a d e p e n d e n c ia cuasi accidental y p re te rn a tu ra l. P o rq u e de esta m a­ n e ra la gracia, a u n cu an d o te n g a — según aquella opinión— la re fe rid a d ep en ­ dencia esencial, y n o posea o tra dependencia c o n n atu ral, sin em bargo es p ro ­ d u c id a so b re n a tu ra lm e n te m ed ian te los sacram entos; luego lo m ism o p o d ría d e­ cirse de^ u n á n g e l, e n cu a n to se d esprende d e aquella ra z ó n ; ah o ra b ien , esa seg u n d a d e p e n d e n c ia sería u n a v erd ad era creación, p u esto q u e sería u n a acción, a n o ser q u e se d ig a q u e tal ángel se p ro d u ciría a p a rtir de él m ism o, lo cual

earmn existentiam, ac denique quia sunt verae creaturae producibiles ex nihilo. Ex quo ulterius sequitur, primo, in omni formarum produzione admisceri veram creationem, contra ea quae supra probata sunt, et quae docet D. Thom., I, q. 45, a. 8. Sequitur, secundo, agenda creata vel nihil agere vel actum agere, vel saltern non at­ tingere efficiendo ipsas formas, vel substan­ t i a l vel accidentales, sed ad summum modos vel uniones earum, solumque Deum creare omnes formas. Unde ulterius sequi­ tur, temo, nullam esse naturalem rationem ob quam potius aliae formae desinant esse per separationem a subiecto, quam anima rationahs; qùae omnia sunt contra veram philosophiam et sanam doctrinam, ut latius tractavi in III tomo III partis, disp. IX, sect. 1, versus finem. 34. Et ex hic et ibi dictis satis constat falsum edam esse quartum illatum illius sententiae; nam illa ratio quae ex dependenria essentiali et immutabili infert non

posse dari instrumentum creationis, nititur falso fondamento; immo aperte petit principium, nam supponit de ratione creationis esse ut sit dependentia a solo Deo, quod probandum erat. Adde quod auctores illius opinionis coguntur ponere in rebus generabilibus simul duas dependentias, unam es­ sentialem a solo Deo et aliam quasi accidentalem (connaturalem tarnen) a causis crcatis ; ergo, licet res ingenerabiles habeant essentialem dependentiam a Deo et non ha­ beant connaturalem ab agente creato, nihilominus posset Deus supernaturaliter facete ut fierent ab agente creato per dependen­ tiam quasi accidentariam et praetematuralem. Sic emm gratia, licet habeat dictam de­ pendentiam essentialem, iuxta illam sententiam, et non habeat aliam dependentiam ccnnaturalem, nihilominus fit supematuraliter per sacramenta; ergo ita did posset de angelo, quantum est ex vi illius rationis; illa autem secunda dependentia esset vera creano, quia esset actio, nisi dicatur talis

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es im p ro b a b le ; consiguientem ente, esa ra z ó n es ineficaz e n m u chos sen tid o s y tie n e u n fu n d a m e n to falso.

S E C C I O N

V

S i perten ece al concepto d e creación l a novedad d e l se r 1. A cerca d e la etern id ad del m u n d o ex iste u n a d o b le co n sid eració n ; u n a referen te a su sustancia, o tra concerniente al m ovim iento. E sta ú ltim a es p ro ­ p iam en te física, y - p o r ello d ebe om itirse e n esta ciencia, a u n q u e n o podrem os d ejar d e tocarla m ás abajo, al d em o strar q u e D ios ex iste y q u e n o p u e d e darse u n proceso al infinito en las causas eficientes su b o rd in ad as, ta n to esencial com o accidentalm ente. E n cam bio, la p rim e ra consideración es p ro p iam en te m e ta fí­ sica, p u e s p e rten ece a la causalidad d e lo s e n te s e n cuanto e n te s, y re s u lta necesaria p a ra explicar la razó n de creación, p o r lo cu al e n tra p erfe c ta m e n te en este lugar.

Argumentos a propósito de la parte afirmativa de la cuestión 2. E fectivam ente, hem os dicho q u e la creación es u n a p ro d u c c ió n d e la n a d a ; lu eg o es p reciso q u e la cosa q u e se crea fuese a n te rio rm e n te n a d a ; luego p erten ece a la ra z ó n d e creación el q u e , antes d e e lla , p re c e d a el n o -ser abso­ lu to y com pleto d e ja cosa q u e es c re a d a ; p o r co n sig u ien te, p erte n e c e a la razó n d e creación la no v ed ad del ser. E sta ú ltim a co nsecuencia es ev id en te, p o r­ q u e to d o lo que tie n e ser después d el n o -ser, tu v o a lg u n a vez com ienzo en el ser, y e n e sto consiste el te n e r nov ed ad e n e l ser. E n se g u n d o lu g ar, p o rq u e p e rte n e c e a la ra z ó n d e creación e l d istin g u irse d e la conservación, al m enos en el concepto y denom inación, e n co n fo rm id a d c o n lo q u e h a d e tra ta rse e n la d isp u tació n sig u ie n te ; p e ro n o se d istin g u e p o r o tro c a p ítu lo sino p o rq u e la creación designa la no v ed ad del ser, q u e n o es ex p resad a p o r la co nservación; p u e s u n án g el, q u e ah o ra es conservado p o r D ios m ed ian te la m ism a acción con q u e fu e creado, n o se c re a e n este in stan te, p o rq u e e n el p re s e n te m o m en to n o tie n e

Argumenta ad partem affirmativam quaestionis 2. Diximus enim crcationem esse productionem ex nihilo; ergo necesse est ut SECTIO V res quae creatur prius fuerit nihil; ergo de ratione creationis est ut ante illam praeceU t r u m d e r a t io n e c r e a t i o n i s s i t n o v it a s dat non esse simpliciter et omninoeius rei ESSENDI quae creatur; ergo de ratione creationis est 1. De aeternitate mundi duplex est con­ novitas essendi. Patet haec ultima consesiderano, una quoad substantiam eius, al­ quentia, quia omne id quod habet esse post tera quoad motum. Haec posterior est pro­ non esse habuit aliquando initium essendi, prie physica, et ideo praetermittendà est in et hoc est habere novitatem essendi Sehac scientia, quamquam non poterimus il- cundo, quia de ratione creationis est u t a lam non attingere inferius demonstrando conservatione distinguatur, saltern ratione Deum esse et non posse dati processimi in et denominatione, iuxta ea quae tractanda infinitum in causis efficientibus, tam per se sunt disputatione sequenti; sed non in alio quam per accidens subordinatis. Prior vero distinguitur nisi quia creatio dicit novita­ consideratio est proprie metaphysica, nam tem essendi, quam non dicit conservatio; pertinet ad causalitatem entium quatenus ideo enim angelus, qui nunc conservatur a entia sunt, estque necessaria ad declaran- Deo eadem actione qua creatus fuit, non dam rationem creationis, et ideo in hunc lo- creatur nunc, quia in praesenti nunc non cum optime cadit. habet novitatem essendi; ergo. Maior patet, angelus fieri ex seipso, quod improbabile est; illa ergo ratio multis modis est inefficax falsumque habèt fundamentum.

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no v ed ad en el s e r; luego. L a m ayor es p aten te, p u es si en a lg ú n efecto n o se distinguiese la creación d e la conservación, tal efecto n u n ca sería creado, sino siem p re conservado, lo cual parece im p licar u n a contradicción palm aria. P ues ¿cóm o será conservado lo q u e n o h a sido p ro d u c id o o creado? E n terc e r lugar, p e rte n e c e .a la razó n de c riatu ra el n o ser e te rn a ; lu e g o p e rte n e c e a la razón d e creación el n o ser e te rn a ; luego a la razó n d e creación p e rte n e c e la novedad del ser. L as consecuencias son claras; en cuanto al antec ed en te, p u e d e p robarse, en p rim e r lugar, teológicam ente, p o rq u e los S antos P a d re s coligen q u e e l V erbo es v erd ad ero D io s p o r h a b e r sido p ro d u c id o desde la ete rn id a d . Y consideran que con ello se d em u estra suficientem ente que esa p ro d u cció n n o es creación, ya q u e es e te rn a ; luego su p o n en q u e la e te rn id a d es c o n trad icto ria con la crea­ ción. L a consecuencia es m anifiesta, y el antecedente se p ru e b a p o r lo q u e dice A tanasio, Orat. II cont. Arian.; y N aciancenq, Orat. X X X II, con el escolio de N ic e t., n . 5 8 ; B asilio, lib. IV Cont. Eunom., § Quod Filius non sit creatura; y C irilo A lejan d rin o , diálogo IV de Trinit.; D am asceno, lib. I De fide, c. 8 y 9 ; A m brosio, lib : I Hexaem., c. 3, y o tro s, a los q u e citarem os después. S e p ru e b a en seg u n d o lu g a r el m ism o an tec ed en te p o r razó n filosófica: lo que es eterno, es in m u ta b le ; p e ro la in m u ta b ilid a d re p u g n a a la criatu ra. E l an tecedente es m anifiesto, p u e s lo q u e es e te rn o , necesariam ente d eb e p e rm a n e c e r en una d u ­ ración infinita, lo m ism o q u e existió desde la e te rn id a d ; d e lo contrario, exis­ tiría alg o e te rn o q u e perm aneciese solam ente en u n a d u ra c ió n finita, lo cual im p lica una con trad icció n evidente. A hora bien, lo q u e n ecesariam ente perm a­ nece d e ig u al m o d o y en la m ism a disposición a trav és d e u n a du ració n infi­ n ita , e s in m u ta b le . C on lo cu al se confirm a, p o rq u e si la c riatu ra fuese e tern a, D ios se vería o b lig ad o a conservarla p o r u n tiem po o d u ración infinita. Y por la m ism a ra z ó n y n ecesid ad la conservaría siem pre p e rp e c tu a m e n te , ya que no h ay m a y o r ra z ó n p a ra u n a d u ració n q u e p a ra o tra.

Se exponen las opiniones contrarias 3. P o r e sto s arg u m en to s y o tro s sem ejantes, a lg u n o s teólogos afirm aron q u e p e rte n e c e a la ra z ó n d e creación el q u e m ed ian te ella se co m u n iq u e e l ser

quia si in aliquo effectu non distingueretur creano a conservatione, talis effectus nunquam esset creatus, sed conservatus sem­ per, quod plane videtur involvere repugnantiam. Quomodo enim conservabitur quod factum seu creatum non est? Ter tío, de ratione creaturae est ut non sit aeter­ na; ergo de ratione creationis est ut non slt aeterna; ergo de ratione creationis est novitas essendi. Consequentiae sunt clarae; antecedens vero potest primo theologice pro­ bari, quia sancti Patres colligunt Verbum esse verum Deum quia ab aetemo produc­ ami est. E t inde putant sufficienter probari illam productionem non esse creationem, quia aeterna est ; ergo supponunt repugnare creationi aeternitatem. Consequentia est cla­ ra, et antecedens probatur ex Athanas., orat. II cont. Arian.; et Nazianz., orat. XXXII, cum scholio Nicet., n. 58; Basil., lib. IV cont. Eunom., § Quod Filius non sit crea­ tura; et Cyrill. Alexand., dialog. IV De Trinit.; Damasc., lib. I De Fide, c. 8 et 9;

Ambrosio, lib. I Hexaem., c. 3, et. aliis quos infra referemus. Secundo probatur idem an­ tecedens ratione philosophica, quia quod aetemum est, est immutabile; repugnat autem creaturae immutabilitas. Antecedens patct, quia quod est aeternum necesse est ita infinita duratione permanere, sicut ex aeternitate fuit, alias esset aliquid aeternum fi­ nita tantum duratione permanens, quae est manifesta implicano contradictionis. Quod autem ex necessitate permanet podem modo et in eadem disposinone per infinitam durationem, immutabile est. Unde confirmatur, nam si creatura esset aetema, cogeretur Deus infinito tempore vel duratione eam conservare. Et eadem ratione ac necessitate earn semper perpetuo conservar«, quia non est maior ratio de una duratione quam de alia. Contrariae opiniones referuntur 3. Propter haec et similia argumenta, aliqui theologi asseruerunt de radone crea-

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d espués d el no-ser, d e m an era que el ser suceda al n o -ser en u n a sucesión o d u ració n real. A sí op in a A lb erto M agno, In II, d ist. 1, a. 6 y 10, y en V IH Phys., c. 1 ; B uenaventura, In II, d ist. 1, a. 1, q. 1 ; R icardo, e n e l m ism o lu g a r, a. 3, q 4 ; M arsilio, e n ese pasaje, q . 1, a. 2 ; E n riq u e , Quodl. I, q . 7 , y Quodl. IX, q. 17. T o d o s ellos en señ an , en v irtu d d e e ste fu n d a m e n to , q u e es im posible q u e la s cosas, in clu so las sustanciales e in co rru p tib les, fu e se n creadas desd e la e te rn id a d ; y p en saro n d e igual m odo algunos filósofos, com o F ilo p ó n , e n el li­ bro e n q u e resp o n d e a los argum entos d e P roclo en favor d e la e te rn id a d d el m u n d o , c. 3. A cu m u la m uchos argum entos en favor d e e sta sentencia T o le d o , V IH Phys., c. 2, q . 2 , q u e ta m b ién la profesa. 4. A ristóteles d a p o r su p u esta la o pinión c o n traria en V IH de la Física (si es v e rd a d q u e conoció la creación). P ero la defiende p rin c ip a lm e n te S an to T o ­ m ás, I , q . 46, a. 2 , a q u ie n siguen sus d isc íp u lo s: C ay etan o , en el m ism o lu g a r; F errarien se, en V H I Phys., q. 3 ; H erveo, tra ta d o De aetemitate mundi, q . 2, e In II, d ist. 1, d o n d e tam b ién la sostienen C apréolo y D eza, y asim ism o E g id io , Ocfeam, G ab riel, A rg en tin a, y especialm ente G regorio, q. 3, y D u ra n d o , q . 2 , el cual lim ita esto a la creación de las cosas in c o rru p tib le s. E scoto, p o r su p a rte , q. 3, estim a q u e es u n p ro b lem a.

Solución de la cuestión 5. A m í m e p a re c e q u e la opinión d e S an to T o m ás es v erd ad era e n lo con­ cern ien te a esta p a rte . M as, p a ra explicar y confirm ar la cu estió n , ad v ierto q u e u n a cosa o p ro d u cció n p u e d e ser eterna d e dos m aneras. D e u n a , p o r su in trín ­ seca n ecesidad, así com o es etern a la generación del V erbo divino. D e o tra , sin necesidad ab so lu ta, p o r la lib e rta d de la causa q u e q u ie re p ro d u c irla desd e la etern id ad . 6 . L a creación no es necesariamente eterna.— A sí, pu es, afirm o e n p rim e r lu g a r: re p u g n a a la creación el ser in trín secam en te e te rn a . P o r ello cabe d e c ir q u e la n o v ed ad en el ser p e rten ece a la ra z ó n d e creación, ya sea en acto, ya, al m enos, ap titu d in a lm e n te . E sta afirmacic se sigue, a n te to d o , d e la fe, n o sólo

tionis esse quod per eam commuuicetur es­ se post non esse, ita ut reali successione seu duratione esse sequatur post non esse. Ita sentit Albertus Magnus, In II, dist. 1, a. 6 et 10, et V ili Phys., c. 1; Bonav., In II, dist. 1, a. 1, q. 1; Richard., ibid., a 3, q. 4; Marsil., ibi., q. 1, a. 2; Henne., Quodl. I, q. 7, et Quodl. IX, q. 17. Qui omnes ex hoc fundamento docent impos­ sibile fuisse rès etiam substantiales et incorruptibiles creatas esse ab aeterno; idemque senserunt nonnulli philosophi, u t Philoponus in libro quo respondet ad argu­ menta Frocli prò aeternitate mundi, c. 3. Et in huius sententiae favorem plura congerit argumenta Toletus, V ili Phys., c. 2, q. 2, qui eam edam amplectitur. 4. Contraria sententia supponitur ab Arist, V ili Phys., (si veruni est ipsum cognovisse creationem). Eam vero praecipue défendit •D. Thom., I, q. 46, a. 2, quem sequuntur eius -discipuli; Caiet., ibi; Ferrar., V ili Phys., q. 3; Hervaeus, tract, de Aetemit. mundi, q. 2, et In II, dist. 1,

ubi edam Capreol. et Deza, atque edam Aegidius, Ocham, Gabriel, Argentina, et praedpue Greg., q. 3, et Durand., q. 2, qui hoc limitat ad creationem rerum incorrupdbilium. Scotus vero, q. 3, problema esse existimat. Quaestionis resolulio 5. Mihi opinio D. Thom. vera esse videtur quoad hanc partem. Ad rem vero declarandam et confirmandam, adverto duobus modis posse rem aliquam vel productionem esse aeternam. Uno modo ex in­ trinseca necessitate sua, quomodo divini Verbi generatìo aeterna est. Alio modo abs­ que necessitate simpliciter, ex libertate cau­ sae volends ex aeternitate eam efficere. 6. Creaiio non necessario aetema.— Dico ergo primo : repugnat creationi quod sit ab intrinseco aeterna. Unde did potest novitas essendi esse de ratione crearionis, vel actu vel saltern aptitudine. Haec assertio imprimis sequitur ex fide, tum quia de fide est nullam creationem actu fuisse aeternam;

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Disputaciones metafísicas

p o rq u e es d e Te q u e n in g u n a creación fu e e te rn a e n acto, y, p o r ta n to , se des­ p re n d e con m u c h o m ayor fu e rz a q u e n in g u n a es n ecesa ria m e n te e te rn a ; sino tam ­ b ié n p o rq u e e s d e fe que D io s n o o b ra n ad a fu e ra d e sí p o r n ec e sid a d n a tu ra l. D e d o n d e se co ncluye la ra z ó n : n in g u n a c ria tu ra (bajo la cu al p u e d e in clu irse ta m b ié n la m ism a creación, com o vim os arrib a) tie n e e l ser p o r sí m ism a y, c o n ­ sig u ie n te m e n te , tam poco tie n e n ec e sid a d d e e x is tir; luego tam p o co la creación p u e d e te n e r p o r sí m ism a esta n e c e sid a d ; m as n o la p o se e ta m p o c o p o r u n a ca u sa e x trín se c a ; luego n o p u e d e se r e te rn a en el se n tid o in d icad o . P o rq u e a e lla n o le re p u g n a p o r su p ro p ia ra z ó n esta n o v e d a d ; y tam p o c o le re p u g n a p o r p a rte d e D io s, ya q u e, com o d em o strarem o s d e sp u é s, D io s n o o b ra n a d a fuera d e sí p o r n e c e sid a d n a tu r a l; luego. 7. Ninguna razón natural prueba que el mundo exista eternamente.— Y en v ir tu d de esta co n clu sió n co n sta d e in m ed iato q u e n o p u e d e d em o strarse p o r ra z ó n n a tu ra l q u e el m u n d o e x ista d e sd e la e te rn id a d ; su p o n g o , e n efecto, que es e v id en te p o r ra z ó n n a tu ra l q u e el m u n d o re c ib ió e l ser p o r creación, según se d em o stró a rrib a . C o n e sto se co n clu y e la razó n d e l sig u ien te m o d o : sólo h ay dem o strac ió n d e las cosas n e c e sa ria s; p e ro q u e la creación d el m u n d o haya exis­ tid o siem p re n o es n ecesario , n i p o r necesidad in trín se c a d e la m ism a n i p o r n ec e sid a d ex trín sec a d el a g e n te ; lu e g o n o es d em o stra b le . N o voy a d eten e rm e en re fu ta r las razo n es de A ristó te le s, tra b a jo q u e h an realizado con b a sta n te e ru ­ d ició n o tro s e scrito res, n o sólo p o r e ste m otivo, sin o ta m b ié n p o rq u e las razones filosóficas o n o tie n e n n in g ú n v a lo r o se e n cam in an p rin c ip a lm e n te a dem os­ tr a r q u e el m u n d o n o tu v o c o m ien zo p o r g eneración n a tu ra l, cosa q u e es cer­ tísim a , sea lo q u e fu e re d e la eficacia de los a rg u m en to s. Y la ra z ó n m etafísica, o teológica, q u e p u e d e te n e r a lg u n a d ificu ltad o im p o rta n c ia , se va a tra ta r in ­ m ed ia ta m e n te . 8. Se resuelve una duda.— E n efecto, alguno p u e d e d u d a r acerca d e la p ru e ­ b a d e e.sta afirm ación, ya q u e p a re c e q u e apoyam os u n a cosa cierta e n u n prin cipio in cierto y o p in ab le, a sa b e r, q u e la creación es algo cread o y extrínseco a D ios, lo cual es in c ie rto , co m o q u e d a d e m anifiesto p o r la sección anterior.

ergo multo magis nullam ex necessitate esse aeternam; turn etiam quia de fide est Deum nihil extra se agere ex necessitate naturae. Unde concluditur ratio quia omnis creatura (sub .qua etiam ipsa creatio comprehendi potest, ut supra vidimus) non habet ex se esse, et consequenter nec necessitateci es­ senti ; ergo D ee creatio ex se potest habere hanc necessitateci; sed neque ab extrinseca causa illam habet; ergo non potest esse aetema in praedicto sensu. Atque hinc sequitur posterior conclusionis pars, nimimm, de ratione creationis esse novitatem essendi saltern aptitudine. Quia illi ex ratione sua non repugnat haec novitas; neque etiam repugnat ex parte Dei, quia, u t infra ostendemus, nihil extra se agit Deus ex neces­ sitate naturae ; ergo. 7. Nulla ratio naturalis probat m undum essa ab aeterno.— Atque ex hac conclusio­ ne obiter constat non posse ratione naturali demonstrari mundum esse ab aetem o; suppono enim ratione naturali constare mun­ dum habuisse esse per creationem, u t supra

probatum est. Unde sic concluditur ratio, nara demonstratio tantum est de necessariis; sed creationem mundi semper esse non est necessarium, neque ex intrinseca necessi­ tate eius neque ex extrinseca necessitate agentis; ergo non est demonstrabile. Non immorabor autem in solvendis rationibus Aristotelis, in quo alii scriptores satis eru-dite laborarunt; tum ob hoc ipsum, tum etiam quia rationes philosophicae vel nullius momenti sunt vel eo potissimum tendunt ut probent mundum non incepisse per na-. turalem generationem, quod verissimum est, quidquid sit de rationum efficacia. Ratio au­ tem methaphysica seu theologica, quae potest esse alicuius difficultatis vel momenti, statim attingetur. 8. Dubium dissolvitur.— Dubitare enim potest aliquis circa probationem huius assertionis, nam videmur fundare rem certam in principio incerto et opinabili, nimimm, quod creatio sit aliquid creatura et extra Deum, quod incertum est, ut patet ex sec-

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Se re sp o n d e que p a ra la ra z ó n ad u cid a b a sta que la creación pasiva o p ro d u c ­ ción d e la cria tu ra (ya se d istin g a d e la c ria tu ra realm en te, ya sólo co n cep tu alm e n te ) esté fu era d e D ios y , e n consecuencia, fuera d e to d a n ec e sid a d d e exis­ tir. Se d ir á : luego si suponem os q u e la creación activa se e n c u e n tra e n D io s y n o e n la criatu ra, aq u élla te n d rá n ecesid ad de existir y será in trín secam en te e te r n a ; lu eg o necesariam en te d a rá com o consecuencia u n a creación pasiva e tern a. S e re sp o n d e en gen eral d istin g u ie n d o el antecedente, a saber, q u e será e te rn a d ich a acción en cu a n to a la realid ad q u e p o n e en D ios, m as n o e n cu a n to a la relación de razón q u e connota c o n re sp e c to a la criatu ra, ya q u e n o se en tie n d e esta relació n m ien tras n o ex ista la c ria tu ra . Y si se in siste en q u e ta l acción n o es acción aten d ien d o a aquello q u e le añ ad e la relación d e razó n , p u e sto q u e eso n o es n a d a , sino seg ú n lo q u e e n ella h a y d e en tid ad y realid ad , d ebe resp o n ­ d e rse q u e en dicha acción cabe c o n sid erar dos cosas: u n a , su s e r; o tra , su efi­ cacia actu a l, es d ecir, e l q u e a c tu a lm en te in d u zca u n a p a sió n ; e n cu a n to a lo p rim e ro , es e te rn a ; en cam bio, p o r lo q u e hace a lo seg u n d o n o lo es, p u e sto q u e ta l acción posee ta n g ra n n o b leza y perfección q u e n o infiere o p o n e su té rm in o sino cuando q u ie re e l q u e o b ra. Y com o la acción e n cu a n to acción n o expresa solam ente la e n tid a d de esa acción e n sí m ism a, sino q u e connota ta m ­ b ié n la actual u n ió n o em anación pasiva d e l térm ino, p o r eso, d e m an era abso­ lu ta , d ic h a acción n o e s n ecesariam ente e te rn a , sino q u e p u e d e ser tem poral. 9. Y , ciertam en te, e sta d o c trin a es v e rd a d e ra ; m as si alguno la exam ina con aten c ió n , co m p ren d erá q u e to d o aquello q u e existe por m odo de acto q u e se en tie n d e com o e te rn o en D ios n o es u n a v erd ad era acción, en el sen tid o en q u e la acción significa trá n sito a ctu a l y flujo q u e procede del agente y tien d e al té r ­ m in o ; p o rq u e sem ejante acción n o es re a lm e n te separable del té rm in o , ya q u e consiste en e l fluir a ctu a l del m ism o. L u e g o to d o lo q u e se en tie n d e com o e te rn o e n D io s existe p o r m o d o d e acto q u e sea p rin cip io d e o b ra r, ya sea p rin c ip io com o la m ism a p o te n c ia o form a d e la q u e m an a en el tiem p o la acción, y a sea p o r m o d o d e acto in m a n e n te q u e aplica la potencia ejecutiva p a ra que e n u n tiem p o d eterm in ad o p ro d u z c a la acción, com o es eternam ente en D io s el acto

tione praecedenti. Respondctur ad rationem factam saris esse quod creatio passiva seu fieri creaturae (sive re, sive ratione tantum a creatura distinguatur) sit extra Deum et consequenter extra omnem necessitatem essendi. Dices: ergo si supponamus creationera activant esse in Deo et non in crea­ tura, illa habebit necessitatem essendi eritque ab intrinseco aeterna; ergo ex necessitate inferet creatìonem passivam aetemam. Respondetur communiter distinguendo antecedens, scilicet, quod erit aeterna illa actio quantum ad rem quam ponit in Deo, non vero quantum ad relationem rationis quam connotât ad creaturam; haec enim non intelligitur esse donee creatura existât. Quod si instes quia illa actio non est actio secun­ dum id quod relatio rationis illi adiungit, id enim nihil est, sed secundum id quod est entitatis et realitatis in ipsa, responden­ dum est in actione illa duo posse conside­ rati: unum est esse illius, aliud est actualis efficacia eius, seu quod passionano in­ férât actualiter; quoad primum aetema est, quoad secundum vero minime, quia illa ac­ tio tantae est nobilitatis et perfectionis ut

non inferat seu ponat terminum suum nisi quando vult operans. Et quia actio ut actio non tantum dicit entitatem illius actionis secundum se, sed connotât edam actualem coniuncnonem seu emanationem passivam termini, ideo simpliciter illa actio non est ex necessitate aeterna, sed potest esse tem­ poralis. 9. Atque haec quidem dottrina vera est; si quis tarnen illam attente considered intelliget illud quidquid est per modum ac­ tus quod intelligitur aeternum in Deo non esse veram actionem, prout actio significai actualem viam et fluxum manantem ab agen­ te et tendentem in terminum ; nam huiusmodi actio non est re separabilis a termi­ no, cum consistât in attuali fluxu eius. Ergo quidquid intelligitur aeternum in Deo, esr per modum actus qui sit principium agendi, sive sit principium, tamquam ipsamet potentia vel forma a qua in tempore manat actio, sive sit per modum actus immanentis applicantis potentiam exsequentem ut tali tempore actionem inferat, quomodo est ab aeterno in Deo actus voluntatis quo vult creare, non tarnen pro ipsa aetemitate,

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Disputaciones metafísicas

de la v o luntad p o r el que q u iere crear, au n q u e n o en la m ism a ete rn id a d , sino en el tiem po o m o m en to q u e E l quiso definir. 10. C on ello se resuelve fácilm ente el arg u m en to q u e m ás p u d o m over a los filósofos, p u e s si la creación existe en el tiem p o , h u b ie ra sido preciso qu e: D ios cam biara, al m enos p o r razón de la v o lu n tad de crear, ya q u e , si crea en el tiem p o , en el tiem po q u ie re c re a r; luego sufre m utació n . P o rq u e d ebe dis-r tin g u irse el p rim e r consecuente, «en el tiem po q u iere» , p o r p a rte d el acto y p o r p a rte d el o b je to ; el p rim e ro es v erd ad ero y el seg u n d o fa lso ; es d ecir, si el sen­ tid o e s q u e en el tiem po com ienza a realizar el acto p o r el q u e q u iere crear, o su d eterm in ació n lib re , en tonces se niega la consecuencia, ya q u e p u d o q u erer desd e la e te rn id a d , p o r u n a c to e te rn o , la creación que realiza en e l tie m p o ; en cam bio, si el se n tid o es q u e en el tiem p o q u iere crear ob jetiv am en te, o sea, que el c re a r en el tie m p o fu e el objeto de la v o lu n tad divina, entonces el consecuente es verdadero. Y p a ra explicarlo suele decirse o rd in aria m en te q u e es m ás verda­ d ero y p ro p io afirm ar q u e D ios quiso crear e n el tiem p o q u e d ecir q u e qu iso en e¡L tiem p o ' c re a r; p o rq u e en la p rim e ra locución, la expresión en el tiempo se une al verbo crear, m ie n tra s q u e en la segunda p arece u n irse al q u e re r m ism o ; m as d e este se n tid o v erd ad ero n o se sigue n in g u n a m utació n , ya q u e la voluntad d e ese o bjeto tem p o ra l es e te rn a . E n cu an to a saber q u é es esa v o lu n ta d eterna, o q u é añade a la m ism a e n la e te rn id a d la d eterm in ació n lib re e n o rd en a u n objeto tem poral, se h a d e d ecir d esp u és, al tra ta r de los atrib u to s d e D ios, ya q u e n o in te re sa al p re s e n te ; p o rq u e la dificultad es la m ism a, a u n cu an d o enten­ dam os q u e esa d e term in ació n lib re d e D ios se o rd en a a u n a creación eterna. 11. No repugna a la creación el ser realizada desde la eternidad.— En qué sentido debe entenderse la expresión «de la nadan en la dejinición de creación.— E n segundo lu g a r, a firm o : n o p e rte n e c e a la ra z ó n de creación la novedad del ser actu a l, es d ecir, q u e n o sea p ro d u c id o desde la etern id a d . Se d e m u estra p o r­ q u e n i está' in clu id o esto en la definición de creación recta m e n te e n te n d id a , ni p o r n in g ú n o tro cap ítu lo re s u lta ello necesario n i con trad icto rio lo opuesto. Se p ru e b a la p rim e ra p a rte , p o rq u e c u a n d o se dice q u e la creación es u n a p ro d u c ­ ción d e la nad a, la p a rtíc u la de n o significa sucesión de u n a cosa después de

sed pro tempore vel momento quod ipse definire voluit. 10. Ex quo facile solvitur argumentum quod maxime potuit philosophos movere, nam si o-eatio est in tempore, oportuisset Deüm niutari, saltern ratione voluntatis creandi; nam si in tempore creat, in tem­ pore vult creare; ergo mutatur. Distinguendum est enim primum consequens, in tem­ pore’vult, ex parte actus vel ex parte obiecti: primum est verum, secundum falsum; id est, si sit sensus in tempore incipit habere actum quo vult creare, vel liberam eius determinationem, sic negatur consequentia, nam per actum aetemum vei­ le potuit ex aeternitate creationem quam facit in tempore; si vero sit sensus in tem­ pore vult creare obiective, id est, quod creare in tempore fuit obiectum divinae voluntatis, sic est verum consequens. Ad quod explicandum dici communiter solet verius ac proprius dici voluisse Deum in tempore creare quam quod in tempore voluerit creare; quia in priori locutione illud

in te m p o r e coniungitur cum verbo cre a re , in posteriori autem videtur coniungi cum ipso velie, ex hoc autem vero sensu non sequitur uila mutatio, cum voluntas iliius temporalis obietti sit aeterna. Quid autem sit illa voluntas aeterna, quidve illi addat in ipsa aeternitate libera determinano a d . temporale obiectum, dicendum est infra trattando de attributis Dei, nam ad praesens non refert; eadem enim est difficultas, etiamsi intelligamus illam liberam determi­ nationem Dei esse ad creationem aeternam.

11. N o n r e p u g n a t c r e a tio n i a b a e te m o e x e r c e r i .— P a r tic u la e x n ih ilo in d e fin itio n e ■ c re a tio n is q u a lite r in te llig e n d a . — Dico se-

cundo: non est de ratione creationis novitas essendi actualis, seu quod non fiat ex aeternitate. Probatur, quia neque in defini­ tione creationis rette intellecta hoc includitur, neque ex aliquo alio capite id est necessarium, aut oppositum repugnat. Prior pars probatur, nam cum creatio dicitur esse productio ex nihilo, illud e x non significar successionem unius post aliud, ut cum di-.

D is p u ta c ió n X X . — S e c c ió n V

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' o tra, com o c u a n d o decim os q u e el tiem p o vespertino se h ace d el m a tu tin o ; efec­ tiv am en te, adem ás d e q u e esa expresión es m u y im p ro p ia e in e p ta p a ra la de­ finición, denota asim ism o u n ord en accidental, a no se r e n las cosas sucesivas e n cu a n to su cesivas; p e ro la creación n o es de suyo u n a em an a ció n sucesiva, sino m om entánea, e s d ecir, sim ultánea en. su to talid ad . C o n sig u ien tem en te, la exp resió n de la nada, o b ie n significa, to m ad a en se n tid o n eg ativ o , la carencia d e cau sa m aterial, y p o r esta p arte n o h a y n in g u n a n ecesid ad d e n o v e d a d d el ser, y a q u e la creación, a u n siendo e te rn a , p u d o ser in d e p e n d ie n te de la causa m a te ria l; o d en o ta la relación al térm in o a quo, q u e d eb e ser e n absoluto n o e n te , y entonces expresa únicam en te o rd e n d e n a tu raleza, n o d e d u ra c ió n , com o observó ta m b ién A vicena, lib. V I d e s u Metafísica, c. 2. A hora b ie n , este o rd e n d e n a tu raleza co n siste ú n icam en te e n q u e la c riatu ra, d e suyo, n o tien e e n ab­ so lu to n in g ú n ser, si o tro n o se lo com unica p o r creación, y en este sen tid o d e suyo es n ad a n eg ativ am en te, es d ecir, no tie n e el ser p o r sí m ism a. P o r esta ra z ó n , a u n q u e fu ese cread a desde la e te rn id a d , sería cread a d e la n a d a , p o rq u e de n o te n e r e l se r p o r sí m ism a pasa a te n e r el ser p o r otro, de su e rte q u e el m ism o ser (que, si n o fuese hecho, sería n ad a) es p ro d u c id o p o r creación. Y en ­ to n ces, au n q u e e n n in g u n a d u ració n real sea verd ad d e c ir q u e la criatura no existe, o q u e es nada, sin em bargo, es v e rd a d afirm ar q u e es n a d a c o n p rio rid a d n a tu ra l a ser algo, p o rq u e ta l p rio rid a d n a tu ra l n o excluye el q u e sea d e esa m an era e n alguna • d u ra c ió n real, sino q u e debe explicarse n eg ativ am en te, a sa­ b er, q u e sin la cau salid ad , q u e existe e n v irtu d de la creación, la cosa sería nada. E scoto observó acertad am en te esto In II, d ist. 1, q . 2 , distin g u ien d o u n a do b le p rio rid a d n a tu ra l: p o sitiv a y privativa. D e ig u al m odo q u e , e n el m ism o in sta n te en q u e la form a e n tra en la m ateria, se dice que es expulsada la privación, la cual se afirm a q u e e stá en la m ateria con p rio rid a d n a tu ra l a la in tro d u c c ió n de la fo rm a , n o form al o p o sitivam ente, sino causal o negativ am en te, p u es si n o se in tro d u je se la form a, allí estaría la p riv a c ió n ; pues de ig u al m an era debe e n te n ­ derse en el p re se n te caso. 12. Segunda parte.— L a segunda p a rte se p ru e b a p o rq u e n o p u ed e m os­ tra rse re p u g n an cia p o r n in g ú n otro cap ítu lo , cosa q u e se p o n d rá d e m anifiesto c im u s v e s p e rtin u m te m p u s fieri ex m a tu ri­ n o ; n a m p ra e te rq u a m q u o d illa lo cu tio e s t vald e im p ro p ria e t in e p ta ad d efin itio n em , d é n o tâ t e d a m o rd in e m p e r accid en s, n isi in successivis q u a te n u s su ccessiv a s u n t; c re a n o a u te m n o n e s t d e se su c cessiv a e m a ­ n a n o , se d m o m e n ta n e a se u to ta sim u l. I llu d erg o ex nihilo, vel n e g a tiv e s u m p tu m sig­ n ific a i c a re n tia m c a u sa e m ate ria lis, e t ex h a c p a rte n u lla e s t n écessitas n o v itatis esse n d i, q u ia cre a tio , etia m si esset a e te m a , p o tu it esse in d e p e n d e n s a m a te ria li c a u s a ; vel d é n o tâ t h a b itu d in e m a d te rm in im i a q uo, q u i d e b e t esse s im p lic ite r n o n en s, e t sic d é n o tâ t ta n tu m o rd in e m n a tu ra e , n o n d u ra tio n is , u t e d a m A v ic e n n a n o ta v it, V I ' sua e M e ta p h ., c. 2. H ic a u te m n a tu ra e o rd o in h o c ta n tu m co n sistât q u o d c re a tu ra d e se n u llu m o m m n o esse h a b e t n isi ab alio com m u n icetu r- p e r c re a tio n e m , e t ita ex se est n ih il n eg ativ e, id est, n o n h a b e t ex se esse. A tq u e h a c ra tio n e , etiam si ab a e te m o c re a re tu r, ex n ih ilo c re a re tu r, q u ia ex n o n h a b e n te esse ex se fit h a b e n s esse ab alio,

ita u t ip s u m m e t esse (q u o d , si n o n fieret, n ih il esset) p e r c re a tio n e m fiat. E t tu n c , lic e t i n n u lla d u ra tio n e re a li veruna s it d ic e re creatura non est, a u t nihil est, n ih ilo m in u s v e ru m e s t d ic e re p riu s n a tu r a esse n ih il q u a m a liq u id , q u ia illu d p riu s n a tu r a n o n ex c lu d it ita esse in a liq u a d u ra tio n e re a li, se d e x p lic a n d u m e s t n e g a tiv e , sc ilicet, q u o d sin e cau sa lita te , q u a e e s t p e r c re a tio ­ n e m , re s n ih il esset. Q u o d re c te n o ta v it S c o t., I n I I , d ist. 1, q . 2, d istin g u e n s d u p lic e m p rio rita te m n a tu ra e , p o sitiv a m , sci­ lic e t, e t p riv a tiv a m . S ic u t in e o d em in s ta n ti in q u o fo rm a in g re d itu r m a te ria m d ic itu r e x p elli p riv a tio , q u a e d ic itu r in m a te ria es­ se p riu s n a tu r a q u a m in tro d u c a tu r fo rm a , n o n fo rm a lite r se u po sitiv e, se d c a u sa lite r se u n egative, q u ia n isi in tro d u c e re tu r fo rm a , ib i e sse t p riv a tio ; sic e rg o in p ra e se n ti in te llig e n d u m est. 12. Posterior pars.— P o ste rio r p a rs p ro b a tu r , q u ia ex n u llo alio c a p ite p o te s t o ste n d i re p u g n a n tia , q u o d faciliim e c o n sta b it so lv e n d o d iffic u lta te s in p rin c ip io p o sitas.

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D isp u ta c io n e s m eta física s

facilísim am ente resolviendo las dificultades p u estas a l ' principio. P o r ah o ra se ex p lica brev em en te, p o rq u e ello n o es co n trad icto rio p o r p a rte d e D ios, com o re s u lta ev idente, p u es es o m n ip o ten te, n i re p u g n a p o r p a rte d el m ism o ser crea­ d o en cu a n to ta l, ya q u e, a u n cu an d o sea p ro d u cid o desde la ete rn id a d , será v erd ad eram en te creado y d e p e n d ie n te ; p o rq u e n o perten ece a la razó n de ta l ser creado el n o h a b e r existido alguna vez e n el tiem po an te rio r, com o ta m p o c o p e rte n e c e a su razó n el q u e n o haya d e e x istir alguna vez en el tiem p o p o ste ­ r i o r ; consiguientem ente, sólo perten ece a su ra z ó n el n o existir p o r sí m ism o y el n o te n e r’ absoluta necesid ad de e x istir; p e ro te n d ría am bas cosas a u n q u e fu ese p ro d u cid o desde la e te rn id a d , p o rq u e , adem ás de em anar eficientem ente d e o tro , d e p en d ería de su d eterm in ació n lib re . T am p o co re p u g n a a la lib e rta d de la causa la etern id ad d el efecto, p u e s, así com o la determ inación de la volun­ ta d divina es etern a y, a p e sa r d e ello, es lib re , p o rq u e con p rio rid a d racional a q u e esa v o lu n ta d se e n tie n d a d eterm in ad a e n su e te rn id a d se e n tien d e in d ife­ re n te p a ra q u e re r éste o aq u el objeto fu e ra de sí, igualm ente, a u n cu an d o crease desd e la e te rn id a d y en la m ism a etern id ad , sería in d ifere n te, con p rio rid ad ra ­ cional, p a ra crear o n o crear. A dem ás, tam poco p o r el m o d o seg ú n el cual se realiza la creación rep u g n a q u e ésta sea etern a, ya que no se hace sucesivam ente sino to d a al m ism o tiem po y de m an era indivisible, y p o r ello, a u n q u e la e te r­ n id a d m ism a se en tien d a indivisible, la creación p u e d e coexistir con ella. 13. Se responde a una objeción.— D icen algunos q u e , a u n q u e la creación en cu an to ta l se haga to d a sim u ltán eam en te, la conservación, em pero, se realiza su cesivam ente; p e ro u n a creación e te rn a lleva aneja, de m an era necesaria, u n a conservación y u n a d u ració n infinita sucesiva; p o r consiguiente, com o es contra­ d icto rio q u e u n a sucesión sea etern a, según suponem os, tam b ién lo será q u e la creación sea e te rn a , a l m enos a te n d ien d o a la conservación aneja. E sta objeción te n d ría lu g ar, ciertam ente, en la o pinión de B u en av en tu ra y d e o tro s, que pien ­ san q u e en el ser d e las cosas in co rru p tib les, o e n su d u ració n o evo, se da su­ cesión re a l; p e ro ta l sentencia es falsa, com o dem ostrarem os m ás abajo, al tra ta r d e las duraciones. P o r ta n to , es asim ism o falso q u e e n la conservación p erp etu a de estas cosas sea necesaria u n a d u ració n real, ya q u e son conservadas en el

N u n c à u te m d e d a r a tu r b re v ite r, q u ia i d n o n r e p u g n a t ex p a rte D e i, u t c o n s ta t, c u m sit o m n ip o te n s, n e e re p u g n a t ex p a r te ip siu s esse c re a ti, u t ’ sic, q u ia , licet a b a e te rn o fiat, e r i t v ere c re a tu re e t p e n d e n s ; n o n est e n im d e ra tio n e talis esse c re a ti q u o d a p a rte a n te a liq u a n d o n o n fu e rit, s ic u t n o n e s t d e r a tio n e eiu s q u o d a p a rte p o s t aliq u a n d o f u tu ru m n o n s it; so lu m e rg o e s t d e eius i a tio n e u t n o n s it a se e t q u o d n o n h a b e a t a b s o lu ta m n e c e s sita te m e s s e n d i; u tr u m q u e a u te m h a b e re t e tia m si ex a e te rn ita te fieret, q u ia e t ab alio effectiv e m a n a r e t e t ex lib e ra e iu s d e te rm in a tio n e p e n ­ d e re i. N e q u e e d a m a e te rn ita s e ffe c tu s r e ­ p u g n a t lib e rta ri ca u sa e , q u ia s ic u t d e te r ­ m i n a t e d iv in ae v o lu n ta tis a e te m a e s t, e t n ih ilo m in n s e s t lib e ra , q u ia p riu s r a tio n e q u a m illa v o lu n ta s in te llig a tu r d e te rm in a ta in su a a e te m ita te in te llig itu r in d iffe re n s ad h o c v e l illu d o b ie c tu m e x tra se v o le n d u m , ita , lic e t ab a e te rn o e t p ro ip sa a e te m ita te c re a re t, esset in d iffe re n s p riu s s e c u n d u m r a -

rio n em a d c re a n d u m vel n o n crean d u m . R u rs u s , n e q u e ex m o d o q u o f it creario re ­ p u g n a t eam esse a e te m a m , q u ia n o n fit successive se d to ta sim u l e t in d iv isib ilite r, e t id e o q u a m v is a e te rn ita s ip sa in te llig a tu r in d iv isib ilis, p o te s t illi c o e x istere creario. 13. Obiectioni satisfit.— D ic u n t a liq u i, q u am v is c reario u t sic to ta sim u l fiat, ta m e n c o n s e rv a tio n e m fie ri su c cessiv e; c reatio a u te m a e te rn a n e c e ssa rio h a b e t a d iu n cta m c o n se rv a tio n e m e t in fin ita m d u ra tio n e m su c c e ssiv a m ; c u m e rg o r e p u g n e t succession e m esse a e te rn a m , u t su p p o n im u s , re p u g n a b it e d a m c re a rio n e m esse a e te rn a m , sal­ terò o b a d iu n c ta m co n serv a tio n em . Q uae o b iectio h a b e re t q u id e m lo c u m in o p in io n e B o n a v e n tu ra e e t a lio ru m , q u i p u ta n t i n es­ se r e ru m in c o rru p tib iliu m , a u t e a ru m d u rario n e se u aevo, esse re a le m su c cessio n em ; illa ram po se n ten ria fa lsa est, u t in fra oste n d e m u s d isp u ta n d o d e d u ra tio n ib u s . Q u o circa fa lsu m e d a m e s t in co n servarione p e r­ p e tu a h a r u m r e ru m e sse n e c ersariam ali-

D is p u ta c ió n X X .— S e c c ió n V

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m ism o ser p e rm a n e n te y en la m ism a d u ració n indivisible, y p o r la m ism a ac­ ción indivisible, com o d iré en la d isp u tació n siguiente. U n icam ente según n ues­ tr o m odo de co n ceb ir se aprehende dicha conservación o du ració n p o r m o d o de sucesión, ya q u e n o podem os m ed ir o co n ceb ir tal d u ra c ió n d e o tra m an era sino com o p o r coexistencia con u n a sucesión im aginaria infinita. 14. Una cosa creada desde la eternidad no es infinitamente perfecta.— Y así se en tie n d e ta m b ié n fácilm ente q u e de la creación e te rn a n o se sigue n in g u n a in fin itu d real en la cosa c re a d a ; pues, a u n q u e la d u ració n e te rn a se diga infinita e n cu an to carece d e p rin c ip io , sin em b arg o , ésa es solam ente, o bien cie rta d e­ nom inación extrínseca d e coexistencia con la e te rn id a d de D ios, en cu an to ca­ rece d e p rin cip io , o b ie n (cosa q u e parece m ás cierta) u n a negación de com ienzo en la existencia; p e ro en la realid ad n o se añade a la cria tu ra n in g u n a perfec­ c ió n infinita, sino la m is m a . existiendo sie m p re ; d e igual m an era q u e, p a ra el ángel, el coexistir o d u ra r m il años del m ovim iento celeste n o es m ayor p e r­ fección física q u e e x istir u n solo m o m en to , sino q u e es la m ism a en su to talid ad d u ra n d o sin in te rru p c ió n ; luego p o r n in g ú n capítulo re p u g n a a la creación el ser ete rn a . 15. Las cosas corruptibles permanentes pudieron ser creadas desde la eter­ nidad.— Y d e a q u í in fiero , adem ás, que n o es necesaria la lim itació n q u e aplica D u ra n d o acerca d e las cosas in co rru p tib les, p ues la creación de las cosas p e rm a ­ n e n te s co rru p tib les, si se realiza to d a sim ultáneam ente sin sucesión, com o exige de suyo la condición de las cosas p erm an en tes, tam poco re q u ie re p o r su in trín ­ seca ra z ó n la n o v ed ad e n el ser, n i tiene m otivo p a ra que le re p u g n e in trín ­ secam ente la e te rn id a d en el se r; p o rq u e todo el razo nam iento aducido p u ed e aplicarse de igual m odo a sem ejantes cosas. A hora b ien , dice D u ra n d o q u e a u n a cosa co rru p tib le le re p u g n a la d u ración infinita, incluso en el sentido expuesto, ya q u e u n a cosa co rru p tib le n o p u e d e d u ra r u n tiem p o in fin ito ; p ero es nece­ sario q u e u n a cosa p ro d u c id a etern am en te d u re u n tiem p o infinito. L a resp u esta co m ú n es q u e e l arg u m en to d em u estra q u e u n a cosa c o rru p tib le n o p u ed e ser creada desd e la e te rn id a d y ser ab an donada a su n a tu ra le z a ; p o rq u e de ahí se q u a m re a le m su c cessio n em , n a m ¡n e o d em esse p e rm a n e n ti e t in e ad em d u ra tio n e in ­ d iv isib ili c o n s e rv a n tu r, e t ea d e m in d iv isib ili actio n e, u t d is p u ta tio n e se q u e n ti dicam . S o ­ lu m n o s tro c o n c ip ie n d i m o d o illa c o n se rv a ­ d o vel d u r a d o a p p re h e n d itu r p e r m o d u m su c c e ss io n s ; q u ia n o n p o ss u m u s a lite r m e n ­ su ra re a u t c o n c ip e re ill a m d u ra tio n e m n isi q u a si p e r c o e x is te n d a m a d in fin ita m su c­ cessionem im a g in a ria m . 14. Res ab aetemo creata non infinite perfecta.— A tq u e ita facile e d a m in tellig itu r ex a e te rn a c re a tio n e n o n se q u i uUara realem in fin ita te m in r e c r e a ta ; n a m , licet d u ra d o a e te m a d ic a tu r in fin ita q u a te n u s ca­ r e t p rin c ip io , illa ta rn e n so lu m e s t v el q u a e dam ex trín se c a d e n o m in a d o co ex isten tia e a d a e te rn ita te m D e i, q u a te n u s p rin c ip io ca re t, vel (q u o d v e riu s v id e tu r) n e g a d o q u a e d a m in id i in e x is te n d o ; in re ta rn e n n id ia p e rfe c d o in fin ita a d iu n g itu r c re a tu ra e , sed ea­ dem se m p e r e x is te n s; sic u t a n g e lu m c o ex istere vel d u ra re m ille a n n is caelestis m o ­ nis n o n e st in ilio m a ia r p e rfe c d o p h y sic a

q u a m ex iste re u n o m o m e n to , se d e s t ea d e m se c u n d u m se to ta m sin e in te rm issio n e d u r a n s ; ergo ex n u llo c a p ite re p u g n a t c re a tio n i esse a e te rn a m . 15. Res corruptibiles permanentes ab ae­ terno creari potuerunt.— E t h in c u lte riu s colligo n o n esse n ec e ssa ria m lim itadonem * q u a m a d iu n g it D u ra n d u s d e re b u s in c o rru p tib ilib u s , n am e d a m c reatio re ru m o e rm a n e n tiu m c o rru p tib iliu m , si to ta sim u l a b s­ q u e su ccessio n e fiat, u t ex se p o stu la i r e ru m p e rm a n e n d u m c o n d id o , n o n r e q u irit ex in ­ trin s e c a ra rio n e su a n o v ita te m essen d i, n e q u e h a b e t u n d e in trin s e c e illi re p u g n e t aete rn ita s essen d i, n a m lo tu s d isc u rsu s fa c tu s c o d e m m o d o p o te s t a d h u iu sm o d i res ap ­ p lic a ti. S ed in q u it D u ra n d u s re i c o r ru p tìb ili re p u g n a re in fin ita m d u ra d o n e m e d a m in se n su d ec la ra to , q u ia n o n p o te s t re s c o rr u p tib ilis in fin ito te m p o re d u r a r e ; re s a u te m ab ae te rn o facta necesse e s t u t in fin ito te m p o re d u re t. R e sp o n sio c o m m u n is e s t a r­ g u m e n tu m p ro b a re re m c o rru p tìb ile m n o n p o sse ab a e te rn o c re a ri e t n a tu ra e suae r e -

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D isp u ta c io n e s m etafísicas

sigue la ind icad a contradicción, a saber, q u e la cosa d u re y n o d u re u n tiem po in fin ito ; p e ro n o p ru e b a a b so lu tam en te la rep u g n a n c ia d e q u e tales cosas sean creadas desde la etern id a d , ya q u e D io s p u d o n o abandonarlas a su naturaleza, sino conservarlas p o r u n tie m p o infinito. 16. E stim o, sin em bargo, que d ebe resp o n d erse d e o tra m a n e ra : las co­ sas c o rru p tib les p u e d e n ta m b ié n d u ra r u n tiem po infinito ab an d o n ad as a su n a ­ tu raleza, si n o está presen te u n agente co n trario , o se en c u e n tra m odificado o d ispuesto de ta l suerte q u e n o p u e d a o b rar c o n tra ellas, y a q u e n in g u n a cosa se causa la m u e rte a sí m ism a, h ab lan d o en absoluto. P ero s i las cosas co rru p ­ tibles fuesen creadas desd e la e te rn id a d , nada p o d ría n p adecer e tern am en te d e agentes contrarios, ya que n o p o d rían p adecer n a d a sino p o r m ovim iento suce­ sivo, e l cual re p u g n a q u e e x ista desd e la ete rn id a d . Y digo d e agentes contrarios p o rq u e tratam os d e u n a acción co rru p tiv a , p ues la acción perfectiva, com o la ilu ­ m in ació n , la visión, la intelección, m u y bien p u e d e ser e te rn a , p o rq u e p u e d e realizarse toda sim ultáneam ente sin resistencia y, u n a vez realizada, puede, d e suyo, d u ra r u n tiem p o infinito. A la m an era com o d ijo S an A g u stín , V I De Trinitate, c.' 1, q u e el resp lan d o r del fuego o d el sol sería c o ete m o con él, si el fuego o el sol fu ese eterno. E n cam bio, la acción c o rru p tiv a q u e se lleva a cabo con resisten cia d e l contrario, exige m ovim iento y sucesión, y p o r ello no puede existir desde la ete rn id a d , com o enseña el m ism o D u ra n d o y suponem os noso­ tro s. Y de ah í re s u lta q u e las cosas c o rru p tib les creadas desd e la e tern id ad y abandonadas a su natu raleza, es d ecir, sin que D ios em plee n in g u n a protección especial fu era d e l influjo general, p u e d a n d u ra r u n tiem p o infinito p o r defecto de acción d e u n agente co n trario , de suerte q u e, a u n cuando el fuego y la es­ topa creados d esd e la e te rn id a d se en contrasen pró x im o s, el fuego n o p o d ría ac­ tu a r e n la e te rn id a d sobre la esto p a y, p o r consiguiente, tam poco d u ra n te u n tiem p o im aginario infinito. S e d e m u e stra p o rq u e , si el fuego obrase sobre la es­ topa, o la co rro m p ería y tran sfo rm aría e n sí sim ultáneam ente y con u n a acción indivisible, o la alteraría sucesivam ente. N o p u ed e afirm arse lo p rim e ro , no sólo p o rq u e sobrepasa la eficacia del fuego, sino tam b ién p o rq u e co n trad ice la afir­ m ación, p u es si u n fuego e te rn o en g en d rase in m ed iatam en te, con u n a acción in-

lin q u i; q u ia h iñ e se q u itu r illa c o n tra d ic tio , sc ilicet, q u o d d u r e t re s e t n o n d u r e t te m ­ p o re in f in ito ; n o n ta rn e n p ro b a re a b so lu te re p u g n a re h y iu sm o d i re s c re a ri a b a e te rn o , q u ia p o tu it D e u s n o n illas r e lin q u e re su a e n a tu ra e , se d in fin ito te m p o re e as c o n se rv a re . 16. A lite r v e ro re s p o n d e n d u m censeo, res c o rru p tib ile s e tia m p o sse in fin ito te m p o ­ re d u ra re suae n a tu ra e relictas, s i a b s it c o n tra riu m ag en s, vel ita sit a ffe c tu m se u d is p o situ m u t in eas ag ere n o n p o ss it, q u ia n u lla re s se ip sam in te rim it, p e r se lo q u e n do. S i a u te m re s c o rru p tib ile s a b a e te rn o c re a re n tu r, n ih il p o s s e n t ex a e te rn ita te p a ti a c o n tra riis a g e n tib u s , q u ia n ih il p o s s e n t p a ti n isi p e r m o tu m su ccessiv u m , q u e m r e p u g n a t esse ex a e te rn ita te . D ic o a u te m a c o n tra riis a g e n tib u s, q u ia ag im u s d e a c tio ­ n e c o r ru p tiv a ; actio e n im p e rfe c tiv a , u t illu m in a tio , visio , in te lle c tio , o p tim e p o te s t esse a e te rn a , q u ia to ta sim u l sin e re s is te n tia fieri p o te s t, e t sem el facta, p o te s t e x se in ­ fin ito te m p o re d u r a re . Q u o m o d o d ix it A u -

g u st., V I d e T rin it., c. 1, q u o d splendor ig n is a u t so lis c o a e te rn u s illi esse t, si ignis a u t sol e s se t a e te m u s . A t v e ro a c tio c o rru p ­ tiv a q u a e fit c u m re sis te n tia c o n tra rii, to n ­ tu n a e t su c cessio n em r e q u irit, e t ideo esse n o n p o te s t ex a e te rn ita te , u t D u ra n d u s ipse d o c e t e t n o s su p p o n im u s. A tq u e ita fit u t re s c o rru p tib ile s ab a e te rn o cre a ta e e t suae n a tu ra e re lic ta e , id est, n u lla a d h ib ita spe­ ciali p ro te c tio n e D e i p ra e te r g e n eralem in flu x u m , in fin ito te m p o re p o ss in t d u ra re ex d e fe c tu a c tio n is c o n tra rii agen tis, ita u t, lic e t ig n is e t s tu p a ex a e te rn ita te c re a ta essen t p ro p in q u a , n o n p o ss e t ig n is in aetern itate ag e re in stu p a m , e t p e r co n seq u en s, ñ e q u e p e r in fin itu m te m p u s im a g in a riu m . P ro b a tu r , q u ia si ig n is a g e re t in stu p a m , vel si­ m u l e t in d iv isib ili ac tio n e illam co rru m p e r e t e t in se c o m m u ta re t, vel successive al­ te ra re n P rim u m dici n o n p o te s t, tu rn q u ia ex ced it e ffica cita tem ig n is, tu rn etiam q u ia r e p u g n a t p o sitio n i, n a m si igtns aetern u s in d iv isib ili actio n e statina g e n e ra re t alium

Disputación XX.—Sección V

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d iv isib le, otro fuego, ta n etern o sería el fuego e n g en d rad o com o el g en eran te; m as, p a ra q u e se genere de la estopa, es necesario q u e la estopa haya existido alguna v e z ; p o r ta n to , serán sim ultáneos e n la e te rn id a d la esto p a y el fu eg o e n g en d rad o de la esto p a, lo cual es ab iertam en te contradictorio. T am p o co p u e d e afirm arse lo seg undo, p o rq u e (según se supone) la alteración sucesiva n o p u ed e se r etern a. Y esto p u e d e en tenderse fácilm ente explicando el arg u m en to a d u c id o ; e n efecto, la alteración sucesiva procede de u n contrario y m ed ian te ella se a p a rta al co n trario d e u n a disposición p reexistente en é l; luego, si la alteración suce­ siva es eterna, ta m b ié n es etern o el pacie n te q u e existe con la disposición con­ tra ria a dicha alteració n ; luego en la m ism a etern id ad sim ultáneam ente tu v o esa disposición y estuvo p riv a d o de ella p o r la alteración contraria, lo cual es u n a co ntradicción m anifiesta. Y la razó n a priori estrib a en q u e la cosa q u e es creada d e sd e la eternidad es creada en. alguna disposición real, y p o r ta n to es necesario q u e perm anezca en ella d u ra n te u n tiem po in fin ito ; lu ego e n to d o ese tiem po n o p u e d e realizarse la alteración co n tra ria ; p o r consiguiente, es preciso q u e co­ m ience e n el tiem po. P o r la m ism a razón, si algún h o m b re fuese creado desd e la e te rn id a d , incluso en estado de n a tu raleza p u ra , p o r u n tiem p o infinito n o p o d ría p ad ecer n in g u n a alteración in trín seca, ya q u e vale la m ism a razó n p a ra la alteración de u n a p a rte sobre otra, o del calor n a tu ra l sobre los h u m o res o la n u tric ió n , q u e p a ra cualesquiera otros agentes o pacientes, y p o r ello tal h o m b re n o necesitaría alim entos d u ra n te u n tiem po infinito, y e n ese tiem p o n o sólo n o m o riría, sino q u e n i siq u iera p o d ría m orir. 17. Se d irá : todas estas cosas son p re te rn a tu ra le s para las realidades co ­ rru p tib le s y los agentes y pacientes c o n tra rio s; p o r tan to , tales realidades y a n o q u e d a n ab an d o n ad as a su n a tu raleza, com o se suponía. Se resp o n d e q u e c o n estos a rg u m en to s e inferencias, y o tra s sem ejantes, se explica al m enos c posteriori q u e la creación e te rn a n o es co n g ru en te con las naturalezas d e estas cosas, ya q u e cada cosa exige p o r su n a tu raleza el existir, y ta m b ién el ser p ro ­ d u c id a e n la m e d id a y en el estado en q u e p u e d a ejercer sus acciones de m a­ n e ra acom odada a su natu raleza. P ero las cosas c o rru p tib les hechas en la e te r­ n id a d n o p o d ría n h a c e r en la m ism a e te rn id a d n ad a acom odado a sí m ism as.

Ig n em , ta m a e te m u s e sse t g e n itu s s ic u t ge» n e r a n s ; u t a u te m g e n e re tu r ex s tu p a , n e cesse e s t stu p a m a liq u a n d o e x titis s e ; e ru n t e rg o sim u l i n a e te m ita te s tu p a e t ig n is gen itu s ex stu p a , q u o d p la n e re p u g n a n Se­ c u n d u m e tia m d ici n o n p o te s t, q u ia (u t s u p p o n itu r) successiva a lte ra n o a e te rn a esse n o n p o te st. I d q u e facile in te llig i p o te s t ex­ p lic a n d o a rg u m e n tu m fa c tu m ; n a m a lte ra ­ n o successiv a e s t ex c o n tra rio e t p e r eam re m o v e tu r c o n tra riu m a d is p o s in o n e p r e ­ e x iste n te in ip s o ; erg o si su ccessiv a a lte ra d o e s t a e te rn a , e tia m p a s s u m ex iste n s c u m d is­ p o sin o n e c o n tra ria illi a lte ra tio n i e st a e te rn u m ; erg o in io sa a e te rn ita te sim u l h a b u it illam d isp o sitio n e m e t f u it ilia p riv a tu m p e r c o n tr a ria la a lte ra tio n e m , q u a e e s t a p e rta r e p u g n a n tia . E t ra tio a p rio ri e s t q u ia res q u a e ab a e te r n o . c re a tu r, in a liq u a re a li d isp o sitio n e c re a tu r, e t id eo n ecesse e s t u t in ea d u r e t p e r in fin itu m te m p u s ; erg o in to to ilio n o n p o te s t fieri a lte ra n o c o n tra ria ; n e ­ cesse e s t e rg o u t in te m p o re in c ip ia t. E t o b e a m d e m ra tio n e m , si h o m o a liq u is ab

a e te rn o c re a re tu r, e tia m in p u r a n a tu ra , n o n p o s s e t p e r in fin itu m te m p u s p a ti a liq u a m a lte ra tio n e m ab in trin se c o , q u ia ea d e m est ra tio d e a lte ra tio n e u n iu s p a rtis in aliam , v e l calo ris n a tu ra lis in h u m o re s a u t n u tr im e n tu m , q u a e e s t q u o ru m c u m q u e alio ru m a g e n tiu m vel p a tie n tiu m , e t id e o talis h o m o n o n in d ig e re t cib is p e r in fin itu m te m p u s, e t p r o e o d e m n o n so lu m n o n m o re re tu r, se d n e q u e m o ri p o sset. 17. D ic e s ; h a e c o m n ia s u n t p ra e te rn a ­ tu r a lis re b u s c o rru p tib ilib u s e t a g e n tib u s ac p a tie n tib u s c o n tra riis ; ia m e rg o n o n re lin 'q u u n t u r h u iu sm o d i re s suae n a tu ra e , u t s u p p o n e b a tu r. R e s p o n d e tu r his e t sim ilib u s a r­ g u m e n ts e t illa tio n ib u s d e c la ra ri salte rn a p o s te rio ri c re a tio n e m a e te rn a m n o n esse c o n se n ta n e a m n a tu ris h a ru m r e ru m , q u ia u n a q u a e q u e re s n a tu ra su a p o s tu la i existe re, a tq u e e tia m fieri in ea m e n s u ra e t in eo s ta tu i n q u o p o ss it actio n es suas e x ercere m o d o n a tu ra e suae acco m m o d ato . R e s a u ­ te m c o rru p tib ile s in a e te rn ita te fa ctae p r o ip sa a e te rn ita te n ih il acc o m m o d a tu m sibi 35

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D isp u ta c io n e s m eta física s

P o r ello, tam poco después p o d ría n d e suyo incoar la acción y la p a sió n ; pues aquel tiem p o im aginario infinito, e n e l q u e necesariam ente d u ra ría n en la disposi­ ción e n q u e h a b ría n sido creadas, n o te n d ría u n térm ino p o ste rio r cierto, sino que p o d ría acabarse con a n te rio rid a d a cu alq u ier in s ta n te d eterm in ad o , y de esa m an era la acción d e la cria tu ra p o d ría incoarse asim ism o antes d e cualquier ins­ ta n te ; p o r consiguiente, n o p o d ría n d e suyo in co ar la acción determ in an d o el in sta n te en el cu al h ab ría de ser incoada, sino que esto correspondería a D ios, lo cual es ta m b ié n so b ren atu ral. N o o b stante, su p u esta la creación etern a, deci­ m os q u e todas estas cosas se siguen con necesidad n a tu ra l, y en v irtu d de esa suposición d e la creación e te rn a afirm am os q u e , a u n cuando e n lo dem ás sean abandonadas a su s n a tu rale 2as sem ejantes cosas, d u ra rá n u n tiem po infinito. 18. Las sustancias incorruptibles creadas desde la eternidad no existirían de manera enteramente connatural.— Y añado, adem ás, que esta desproporción o (por así decirlo) p re te rn a tu ra lid a d , a u n q u e n o del todo igual, viene a resu ltar casi la m ism a en la creación e te rn a d e realidades in co rru p tib les, p u e s es necesario que u n a cosa cu alquiera creada desd e la e tern id ad perm anezca totalm ente inva­ riad a p o r .u n tie m p o infinito, ta n to en la sustancia com o en to d o s los accidentes con los q u e h a sido creada, p o rq u e todos ellos son e tern o s y, p o r lo m ism o, desde ese p u n to d e v ista, infinito s en du ració n según to d a la realidad o m o d o real en q u e h a n sido creadas e te rn a m e n te ; luego es preciso que persev eren sin variar e n u n a d u ra c ió n infinita. A h o ra b ien , to d a c riatu ra, a u n q u e sea in co rru p tib le, es m u d ab le en e l lu g a r o e n otras operaciones, y p o r eso es p re te rn a tu ra l, con resp ecto a ella, el ser p ro d u cid a e n aquel estado en q u e n o p u e d a ejercer o cam ­ b iar sus m ovim ientos u operaciones n atu rales p o r u n tiem p o infinito. Sin em ­ b argo, esto n o e s absolutam ente im posible o co n trad icto rio , q u e es lo q u e pre­ tendem os.

Soluciones a los argumentos 19. E l p rim e r arg u m en to ad u cid o al principio q u ed a ya suficientem ente re­ suelto p o r lo d ic h o ; p o rq u e h em o s d em o strad o q u e no perten ece a la razón de creación el q u e a ella n o an tec ed a n a d a en du ració n re a l, sino sólo en el orden ag e re p o sse n t. U n d e ñ e q u e e tia m p o ste a ex se p o s s e n t in c h ó a re a c tio n e m e t p a s s io n e m ; n a m illu d te m p u s im a g in a riu m in fin itü m , p r o q u o n e c e ssa rio d u r a ie n t in d isp o sitio n e i n q u a c re a ta e e sse n t, n o n h a b e re t c e rtu m te rm in u m a p a rte p o st, se d a n te q u o d lib e t in sta n s sig n a tu ra p o ss e t fin iri, e t ita e tia m a n te q u o d lib e t in sta n s p o sse t actio c re a tu ra e in c h o a r i; erg o n o n p o ss e n t ex ee in c h ó a re a c tio n e m d e te rm in a n d o in sta n s p r o q u o ess e t in c h o a n d a , se d h o c a d D e u m p e rtin e re t, q u o d e tia m p ra e te rn a tu ra le est. N ih ilo m in u s ta m e n , s u p p o s ita cre a tio n e a e te rn a , d ic im u s h a e c o m n ia n a tu ra li n ece ssita te se q u i, e t ex illa s u p p o s itio n e a e te rn a e c re a tio n is d ic im u s q u o d , lic e t in re liq u is re lin q u a n tu r h u iu s tn o d i re s suis n a tu ris , in fin ito te m p o re d u ra b u n t. 18. Incorruptibiles substantiae non om-

nino connaturaliter existèrent ab aetemo creatae.— A d d o v e ro u lte riu s h a n c im p ro p o rtio n e m siv e (u t sic d icam ) p r a e te m a tu ra lita te m , lic e t n o n o m n in o ae q u a le m , p a e n e e a m d e m re p e riri in c reatio n e a e te rn a re ru m

in c o rru p tib iliu m , q u ia n e c e ssa riu m est rem q u am cu n aq u e ab a e te rn o c re a ta m om nino im m u ta ta m m a n e re p e r in fin itu m tem p u s, ta m in su b s ta n tia q u a m in a c c id en tib u s om ­ n ib u s c u m q u ib u s c re a ta est, q u ia om nia illa s u n t a e te rn a , id e o q u e ex ea p a rte infi­ n ita in d u ra tio n e se c u n d u m to ta n i realitatem v el m o d u m re a le m in q u o a b a e te m o c rea­ ta s u n t ; erg o necesse e st u t p r o infinita d u ra tio n e im m u ta ta m a n e a n t. O m n is autern c re a tu ra , q u a n tu m v is in c o rru p tib ilis, m u ta b ilis e s t se c u n d u m lo c u m a u t alias o peratio n es, e t id e o e tia m fili p ra e te rn a tu ra le est i n eo s ta tu fieri in q u o n o n p o ssit suosm o m s a u t o p e ra tio n e s n a tu ra le s exercere vel v a riare p e r in fin itu m te m p u s . N ih ilo m in u s ta m e n , h o c n o n e s t sim p lic ite r im possibile a u t re p u g n a n s , q u o d nos in te n d im us.

Argumentorum solutiones 19. P rim u m a rg u m e n tu m in p rincipio fa c tu m ia m e s t su ffic ie n te r so lu tu m ex dietis ; o ste n d im u s e n im n o n esse d e ratione creatio n is u t ip sa m n ih il a n te c e d a t reali d u - •

D is p u ta c ió n X X . — S e c ció n V

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conceptual y de la causalidad. Y n o o b sta el hecho d e q u e A nselm o, en su Monologio, c. 8, ap ru e b e tam b ién aquella exposición en la que se dice que lo que se crea es hecho d e la n ada p o rq u e antes e ra nada y en v irtu d de la creación se h ace algo. E fectivam ente, en el lu g a r citado enseña p rim e ro la verdadera in­ te rp retació n dada a rrib a , a saber, q u e m ed ian te esa expresión se niega to d o su-i jeto y to d a m ateria de la q u e se haga la c reació n ; y d espués em plea aquella o tra in terp re tació n , n o com o necesaria n i com o conveniente a la creación preci* sám ente en cu an to creación, sino com o explicativa d e la creación según se h a llevado a cabo. 20. A l segundo se resp o n d e, e n p rim e r lu g ar, q u e n o h a y inconveniente a lg u n o -e n conceder q u e la cosa es creada p o r la acción p o r la q u e es conser­ vada, com o direm os m ás adelante. E n segundo lu g ar se afirm a q u e , incluso e n la creación ete rn a , p u ed e establecerse d istin ció n conceptual e n tre la creación y la conservación. P u e s e n cuanto esa creación se dice q u e existe absolutam ente en la m ism a e te rn id a d , com o sim ple p articip ació n d e l ser creado, tiene razó n d e c re a c ió n ; p e ro e n cuanto concebim os en ella cierta sucesión im aginaria, en ­ tonces en cu alq u ier in stan te determ in ad o de tal sucesión tiene razó n de con­ servación. Y esto lo concebim os casi de igual m odo e n la generación e tern a del V erb o ; p u es en cu a n to existe en su e te rn id a d , es u n a v erd ad era p ro d u cció n y g en eració n ; m as en cu an to se en tien d e com o coexistiendo con in stan tes de n u e s­ tro tiem po 'o con in sta n te s im aginarios, es (p o r así decirlo) cie rta perm anencia en la m ism a g en eració n ; p o rq u e el n o m b re de conservación, q u e denota im ­ perfección, n o p u ed e atribuírsele. V éase S anto T om ás, De Potentia, q . 3, a. 14, ad 10. 2 1. De qué manera prueban los Santos la divinidad del Verbo de Dios por su existencia eterna.— Al tercero se niega el antecedente, a saber, q u e la e te rn i­ d ad re p u g n e a la ra z ó n de criatu ra. E n cuanto a los P adres, cabe d ecir, p rim e­ ram en te, q u e h a b la n suponiendo la fe, la cual enseña q u e n in g u n a criatura ha sido creada desde la e te rn id a d ; de d o n d e infieren legítim am ente q u e , si e l V erbo es etern o , n o es u n a criatu ra. M a s p o rq u e a veces d an a en te n d e r q u e re p u g n a a la cria tu ra la co ete rn id ad con D ios, ello d ebe en tenderse en conform idad con raderne, se d so lu m o rd in e ra d o n is e t c au sa litatis. N e q u e o b s ta t q u o d A n selm u s. in M o n o l., c. 8, e d a m a p p ro b a t illam ex p o sitio n em , u t q u o d c re a tu r ex n ih ilo fie ri d ic a tu r eo q u o d p riu s e r a t n ih il e t p e r c re a tio n e m fit aliq u id . N a m p riu s ib i d o c e t v era tn in te rp re ta rio n e m s u p e riu s tra d ita m , q u o d sc ilice t p e r illa m p a rtic u la m n e g e tu r o m n e su b ie c tu m e t o m n is m a te ria ex q u a c ie a tio f ia t; p o ste a v ero a d h ib e t illam aliam in te rp re ta rio n e m , n o n u t n ec e ssa ria m n e q u e u t co n v e n ie n te m c re a tio n i ex eo p raecise q u o d c reario est, se d u t d e c la ra n te m c re a rionem p ro u t facta est. 20. A d se c u n d u m re s p o n d e tu r, p rim o , n u llu m esse in c o n v e n ie n s c o n ced e re re m cre a ri acrione q u a c o n s e rv a tu r, u t m o x d icem u s. D e in d e d id tu r , e d a m in creario n e a e te m a , po sse ra rio n e d istìn g u i c re a tìo n e m a co n se rv a n o n e . U t e n im illa creario d ic itu r esse a b so lu te in ip sa a e te rn ita te , u t sim p lex p a rric ip a tio esse c re a ti, h a b e t ra rio n e m c re a rio n is ; u t v e ro in illa c o n c ip im u s q u a m d a m successio n em im a g in a ria m , sic p ro q u o lib e t

in s ta n ti sig n a to ta lis successionis h a b e t r a d o n e m co n serv arionis. Q u o d fere e o d em m o d o a p p re h e n d im u s in a e te m a V e rb i g e n e ra tio n e . U t e n im e s t in su a a e te rn ita te , est v e ra p ro d u c tio e t g e n e ra tio ; u t v ero in te llig itu r co ex istens in s ta n tib u s n o stri te m p o ris a u t im ag in ariis, e s t (u t ita dicam ) p e rm a n e n u a q u a e d a m in e a d e m g e n e ra tio n e ; n o m e n e n im conserv a rio n is, q u o d im p e rfe c tio n e m d e n o ta i, illi trib u e n d u m n o n est. V id e D . T h o m ., q. 3 d e P o te n t., a. 14, ad 10. 21. Qualiter Sancii ex aetema existenlia Verbi Dei probent eius divinitatem.— A d te rtiu m n e g a tu r an te c e d e n s, n e m p e a e te rn ita te m re p u g n a re ra rio n i c re a tu ra e . A d P a tre s a u te m p rim o dici p o te s t lo q u i ex s u p p o sid o n e fidei, q u a e d o c e t n u lla m c re a tu ra m esse a b a e te rn o c re a ta m ; ex q u o re c te c o llig u n t, si V e rb u m a e te rn u m est, c re a tu ra m n o n esse. Q u ia v e ro in te rd u m significant c re a tu ra e re p u g n a re c o a e te m ita te m ad D e u m , in te llig e n d u m id e s t iu x ta p rio re m

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D isp u ta c io n e s m eta física s

la conclusión a n te rio r. D e esta m an era dijo San A gustín, X II De Civitate Dei, c. 15, q u e, a u n q u e los ángeles h u b iesen sido creados desde la e te rn id a d , sin em ­ barg o n o h a b ría n sido coeternos con su cread o r, porque El siempre- existió en una eternidad inmutable, mientras que éstos han sido hechos. A la razón se resp o n d e q u e lo q u e es in trín secam en te etern o es in trín secam en te in m u ta b le ; en cam bio, lo q u e es ex trín secam en te hecho e n la e tern id ad n o es preciso que sea in trín secam en te in m u tab le, sino q u e b asta q u e perm anezca sin m u tació n en la m ism a e te rn id a d o e n la d u ración infinita q u e en ella se concibe. 22. D e d o n d e , a p ro p ó sito d e la confirm ación, concedo q u e ,-p o r el m ero h e ­ cho d e crear D io s algo desde la ete rn id a d , necesariam ente d eb e conservarlo en u n tiem po im aginario infinito, en el sentido explicado. Y ésto no es inconve­ niente, ya q u e n o es ésta u n a n ecesid ad absoluta, sino e n v irtu d d e u n a supo­ sición, q u e tiene lu g ar, prop o rcio n alm en te, e n cu alq u ier acción d e D ios. P ues si q u ie re p ro d u c ir u n a cosa e n el tiem po, al m enos e n ese tiem po es necesario que la conserve; p o r tan to , si q u ie re p ro d u c ir en la ete rn id a d , ¿ q u é ex trañ o es que la conserve n ecesariam ente d u ra n te la e te rn id a d ? A h o ra b ien , esta necesidad sólo se d a con an terio rid ad , p u es ascendiendo hacia el com ienzo, n u n c a se e n cu en tra u n térm in o en d ich a d u ra c ió n ; p e ro n o se d a con po sterio rid ad , y a q u e e n cual­ q u ie r in sta n te d e te rm inado de esa e te rn id a d p o d ría D ios cesar e n la conserva­ ción d e esa cosa, y antes d e cu alq u ier in stan te d eterm in ad o , e n cu alq u iera, in­ cluso d e term in ab le, p o d ría cesar, a su a rb itrio . P a ra lo q u e re sta d e la p resen te m ateria rem itim os al lita. V III d e la Física. co n clu sio n e:« . Q u o m o d o d ix it A u g u st., X I I de C iv it., c, 15, lic e t an g eli e s s e n t a b ae­ te rn o c re a ti, n ih ilo m in u s n o n fu isse f u tu ro s c o aetern o s c re a to ri su o , Ule enhn semper fuit

aeternitate immutabili, isti autem facti sunt.

A d ra tio n e ra r e s p o n d e tu r q u o d e s t a b i n ­ trin s e c o , a e te rn u m e sse ab in trin s e c o im in u ta b ile ; q u o d v e ro e s t ab ex trín se c o fa c ­ tu m in a e te rn ita te n o n o p o rte re u t a b in ­ trin s e c o s i t im m u ta b ile , se d satis e sse s i jaro ip sa a e te rn ita te v e l p r o d u ra tio n e in fin ita q u a e i n illa c o g ita tu r im m u ta tim i m a n e a t. - 22. U n d e a d c o n firm a tio n e m co n c e d o , h o c ip so q u o d D e u s c re a t a liq u id ab a e te r­ n o ,' ex n e c e s sita te d e b e re illu d c o n se rv a re in fin ito te m p o re im a g in a rio , i n se n su d e c ía ra to . Ñ e q u e Hoc e s t in c o n v e n ie n s, q u ia h a e c

n o n e s t n é c essitas a b s o lu ta , s e d e x su p p o sitio n e , q u a e p ro p o rtio n a lite r h a b e t lo c u m i n q u a lib e t actio n e D e i. N a m s i v u lt p ro ­ d u c e re re m i n te m p o re , sa lte m p r ò ilio te m ­ p o re n ecesse è s t u t eam c o n s e rv e t; e rg o s i v u lt p ro d u c e re in a e te rn ita te , q u id m iru m q u o d p r ò a e te rn ita te illa m n e c essa rio c o n ­ se rv e t? H a e c v ero nécessitas ta n tu m e s t a p a rte a n te , q u ia a sc e n d e n d o v e rsu s in itiu m , n u n q u a m re p e r itu r te rm in u s i n illa d u ra ­ tio n e ; n o n v ero a p a rte p o s t, q u ia in q u o c u m q u e in s ta n ti sig n a to in illa a e te rn ita te p o ss e t D e u s cessare ab illiu s r e i co n serv a tio n e , e t a n te q u o d lib e t sig n a tu ra in quoli­ b e t e d a m sig n a b ili p o ss e t c e ssa re p r ò suo a rb itrio . C a e te ra d e h a c m a te ria i n V i l i P h y s. re m ittim u s .

DISPUTACION XXI LA PRIMERA CAUSA EFICIENTE Y SU SEGUNDA ACCION, QUE ES LA CONSERVACION

R E S U M E N Cabe señalar en la presente disputación tres partes, correspondientes a las sec­ ciones de que consta: I. Posibilidad de demostrar por razón natural que los entes creados depen­ den siempre, en su ser, del influjo actual de la causa primera (Sec. 1). II. Qué clase de acción es la conservación; su diferencia de la creación (Sec­ ción 2) III. Si todas las cosas dependen exclusivamente de Dios en su conservación (Sec. 3). SECCIÓN

I

Expuestos los motivos de duda (1-2) y el sentido de la cuestión (3), se re­ suelve ésta afirmando que todos los entes fuera de Dios dependen, en su ser, de la conservación divina, tesis que se demuestra con abundantes testimonios de la Sagrada Escritura y de los Santos Padres (4-5). Para probarla por la razón se emplean tres argumentos: en el primero, tomado de Santo Tomás, encuentra Suárez varias dificultades (6), que resuelve con las oportunas distinciones y acla­ raciones (7-10), para terminar aceptando el razonamiento (11) y confirmándo­ lo (12); el segundo, tomado asimismo del Aquinate, resulta evidentísimo para Suárez (13); el último es del propio Doctor Eximio (14). Después de citar al­ gunos filósofos antiguos que tuvieron conocimiento de esta verdad (15), se re­ suelven los motivos de duda indicados cd principio, con lo que se cierra la sec­ ción (16-17). SECCIÓN

II

En este punto se ofrecen dos opiniones: la primera, defendida por Enrique, sostiene que la conservación es una acción distinta de la creación (1); la segun­ da, mantenida por Santo Tomás y sus seguidores, afirma que la conservación se distingue de la creación no realmente, sino sólo conceptualmente (2). L a cues­ tión se resuelve estableciendo una distinción y sentando las siguientes afirma­ ciones:

Disputaciones metafísicas

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1. a Unas veces, la cosa es conservada por la misma causa que la produjo, y, en otras ocasiones, por causas diversas; de ahí resulta que la producción o creación y la conservación no son realmente dos acciones (3). Tras responder a una objeción (4) se confirma la razón antes aducida (5) y se soluciona una nueva dificultad (6). De aquí se desprende la distinción de razón que existe entre la creación y la conservación (7). 2. a A veces, la conservación es una acción distinta de la producción, por la diversidad de la causa eficiente o de la material, dándose entonces entre la producción y la conservación una distinción material más bien que formal (8). Pero también puede distinguirse por parte- del principio (9); con ello se com­ prende que este modo de distinción no se dé naturalmente en la creación (10-11). Por último, se da cumplida respuesta a los argumentos de las dos opiniones antes reseñadas (12). SECCIÓN

III

Tras un breve proemio (1), se expone el sentido de la cuestión, señalando las diferentes acépciones de “ conservación” (2-3). L a solución está recogida en varias afirmaciones: 1. a Ninguna sustancia creada depende, en la conservación de su ser sustan­ cial, de otra causa creada; se demuestra acerca de las sustancias incorruptibles (4) y de las corruptibles (5), y se explica una razón con que Santo Tomás pretende probar la conclusión (6-8). 2. a Los accidentes no dependen siempre, en su conservación, de sus causas, ni siquiera de las equívocas (9). 3. a Hay, empero, algunos accidentes que dependen, en su producción y en su conservación, de causas equívocas creadas (10). Mas resulta muy difícil dar razón-de esta dependencia (11-12); por ello, parece ineficaz el razonamiento del Doctor Angélico (13). Para salvar la dificultad, se expone una razón distinta, que explica satisfactoriamente varios hechos, a saber, por qué depende del agente la conservación del movimento (14) y la de los actos inmanentes (15); por qué, éntre las especies intencionales, unas dependen, en su conservación, del agente, y otras no (16). Seguidamente, se trata la misma cuestión con referencia a las cualidades físicas (17). Pone fin a la sección y a la disputación la solución de­ tenida de' las dificultades (18-27).

DISPUTACION XXI LA PRIMERA CAUSA EFICIENTE Y SU SEGUNDA ACCION, QUE ES LA CONSERVACION

E xplicada la p rim e ra em anación d e to d as las cosas a p a rtir d e la cau sa p ri­ m era, corresponde tra ta r seguidam ente de la d ep en d en cia cuasi c o n tin u a o p e r­ p e tu a q u e tie n e n en su ser y en su o p eració n con resp ecto a la m ism a causa p rim e ra , o, in v ersam e n te, del influjo o gobierno q u e la m ism a causa p rim e ra e jerce sobre sus efectos, a los q u e creó, p a ra q u e p u e d a n su b sistir y o b ra r; p o r­ q u e a estos dos cap ítu lo s — el d e la conservación y el d e la cooperación o con­ curso— se re d u c e to d o el gobierno div in o , que es efecto de la divina p ro v id e n ­ cia. T ra ta re m o s, p u e s, e n esta d isp u ta c ió n del p rim e r cap ítu lo , y en la siguiente d e l segundo. Y acerca d e la conservación h ay que ex am in ar p rin c ip a lm e n te dos p u n to s , a saber, cu ál es su necesidad y de q u é m o d o se distin g u e de la creación o p ro ducción. S E C C IO N

P R IM E R A

S i puede dem ostrarse por razón natural que l o s e n t e s creados siem pre

DEPENDEN, EN SU SER, DEL INFLUJO ACTUAL DE LA CAUSA PRIMERA 1. Motivos de duda .— C iertam en te, p u e d e parecer, en p rim e r lu g ar, q u e no d e p e n d e n de ese m o d o , p u es antes de q u e la cosa recib a el ser, n o es extraño q u e d e p en d a d e o tro en su p ro d u cció n ; p o rq u e , no te n ie n d o el ser p o r si m ism a,

DISPUTATICI XXI DE PRIMA CAUSA EFFICIENTI ET ALTERA EIUS ACTIONE, QUAE EST CONSERVATO)

Explicata prima emanatione omnium re­ rum a prima causa, dicendum sequitur de dependentia quasi continua seu perpetua quam in suo esse et operadone habent ab eadem prima causa, seu e converso, de influxu vel gubernatione quam eadem prima causa habet circa suos effectus, quos creavit, ut subsistere possint et operali; ad haec enim duo capita, conservatìonis et cooperationis seu concursus, tota divina gubernatio, quae effectus est divinae providentìae,

revocatur. In hac ergo disputatone de prio­ ri capite, in sequenti de posteriori dicemus. Circa conservationem autem, duo praecipue videnda sunt, nimirum, quae sit necessitas eius, et quomodo a creatone seu producdone distinguatur. SECTIO PRIMA A n POSSIT RATIONE NATURALI DEMONSTRARI ENTIA CREATA IN SUO ESSE SEMPER PENDERE AB ACTUALI INFLUXU PRIMAE CAUSAE

1. Rationes dubitarteli.— Primum quidem videri potest non ita pendere, quia antequam res accipiat esse, mirum non est si

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Disputaciones metafísicas

n o p u e d e poseerlo h asta q ú e lo re c ib a d e o tro , en lo cu al consiste la p ro d u cció n d e la c o sa ; mas,' u n a vez q u e la cosa recib ió el ser, ya no h a y ra z ó n p a ra que d ep en d a con tin u am en te d el influjo actual de otro, p u e s to q u e e ste influjo a ctu a l es com o u n a co n tin u a o, m ás b ie n , re p e tid a concesión del m ism o se r; p e ro ésta parece n o sólo innecesaria, sino ta m b ié n su p erflu a; en efecto, c u a lq u ie r cosa re ­ te n d rá el ser q u e se le concedió u n a vez, a u n c u an d o n o se le conceda m ás, c o n ta l d e q u e n o se le q u ite. P o rq u e n in g u n a cosa se p riv a a sí m ism a d e su se r; luego, si se le concede u n a vez, lo conservará p e rp e tu a m e n te , en cu a n to d e ella d ep en d e, a u n q u e n o se le confiera m ás d e m an era actu a l, a condición d e q u e n o se le q u ite p o sitiv am en te o m e d ia n te u n a acción c o n traria. E s to 's e confirm a so­ b re to d o en los e n te s in c o rru p tib le s, q u e son en tes necesarios y d e p o r sí, y a los q u e conviene p o r sí el e x is tir; luego n o necesitan u n a conservación actual para e x istir, p u e s, a u n cuando cese la conservación, n in g u n a causa, al m enos fu e ra d e D io s, p u ed e eje rc e r sobre ellos u n a acción con la q u e los p riv e d e su s e r; tam p o co se p riv a rá n ellos m ism os, p o rq u e esto está e n con trad icció n con su p ro ­ p ia n atu raleza. Y la m ism a ra z ó n p u e d e aplicarse a lo s en tes c o rru p tib le s, al m e­ nos c u a n d o n o son co rro m p id o s p o r agentes contrarios. 2. E n seg u n d o lu g ar, p u e d e p arecer, p o r lo m en o s, q u e n o es posible d e­ m o stra r o tra cosa p o r ra z ó n n a tu ra l, y a q u e ello n o p u e d e p ro b a rse suficiente­ m e n te n i p o r la p o te n c ia d e D io s n i p o r la in d ig en cia d e la c ria tu ra . Se de­ m u e stra la p rim e ra p a rte p o rq u e m ás b ie n p arece p e rte n e c e r a la potencia d e D ios e l p o d e r re a liz a r u nos efectos tales q u e , d espués d e hechos, perm an ezcan e n su ser, a u n c u a n d o cese la operación d el a g e n te ; de igual m an era q u e p e rte ­ nece a la h a b ilid a d y a la p o ten cia del artífice h u m an o el co n stru ir u n edificio, ta n sólido q u e p u e d a p erm an ecer p e rp e tu a m e n te u n a vez term in ad a la acción del a rtífic e ; co n sig u ie n te m e n te , e sto n o re p u g n a a la om nipotencia de D ios, n i de ella p u e d e co leg irse lo contrario. L a segunda p a rte q u ed a d em o strad a p o r e í arg u m en to a n te r io r ; p o rq u e p arece q u e la indigencia de la cria tu ra consiste ú n i­ cam ente e n q u e n o p u e d e te n e r el ser sino dado p o r o tro , p ero no en q u e n o p u eda re te n e rlo si n o se le confiere co n tin u am en te. Y se confirm a, p o rq u e si h u ­ biese a lg u n a im p e rfe c c ió n u niversal d e la cria tu ra p o r la q u e necesitase esta c o n -

ab alio pendeat in fieri; quia cum ex se non habeat esse, non potest illud habere donee ab alio recipiat, quod est rem fieri; at vero postquam res semel accepit esse, iam non est .Cur ab 'actuali influxu alterius continuo pendeat," quia hic actualis influxus est quasi continua quaedam seu podus repedta collabo ipsius esse; haec autem non solum non videtur necessaria, verum edam superflua; nam quaelibet res retinebit esse semel sibi datum, edamsi amplius non de­ tur, dummodo non auferatur. Nulla enim res seipsam privat suo esse; ergo si semel detur, illud, quantum est' ex se, perpetuo rerinebit, edamsi amplius actualiter non conferatur, dummodo positive seu per aliquant actionem contrariano non auferatur. E t confumatur hoc maxime in entibus incorruptibilibus, quae sunt entia necessaria et de se, eisque per se convenit esse; ergo non indigent actuali conservatione ut sint, quia licet conservatio cesset, nulla causa, saltern extra Deum, potest exercere actionem circa ilia qua ipsa privet suo esse; neque ipsa

seipsa privabunt; cum hoc propriae naturae repugnet. Atque eadem ratio procedit de en­ tibus corruptibilibus, saltern quando a conttariis agentibus non corrumpuntur. 2. Secundo videri saltern potest non posse aliud probari ratione naturali, quia' nee ex potenda Dei neque ex indigentia creaturae id saris ostendi potest. Prior pars probatur, nam potius videtur pertinere ad' potentiam Dei ut possit tales effectus fa-cere qui, postquam facti sint, in suo esse permaneant, etiamsi agentis operatio cesset; sicut spectat ad industriam et potentiam humani artificis ut tam firmum faciat aedificium quod perpetuo permanere possit post finitam actionem artificis; non ergo repugnat hoc omnipotentiae Dei, neque ex ilia potest oppositum colligi. Altera pars veroprobata est ex priori argumento; indigen­ tia enim creaturae in hoc solum videtur consistere ut non possit habere esse nisi ab alio datum; non vero in hoc ut non possit. retinere illud nisi continuo detur. Et confirmatur, nam si quae esset universalis im—

Disputación X X I.— Sección I

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' servación, sería sobre to d o p o rq u e n o p a rtic ip a de D ios el ser en el m ism o grad o o con la m ism a perfección con q u e se e n c u e n tra e n D io s ; p e ro esta ra z ó n n o tien e n in g ú n valor, ya p o rq u e , a u n cu an d o e l ser de la c ria tu ra fuese in d e p e n ­ d ien te d e esta m anera, n o p o r ello sería ig u al, p ues todavía sería in ferio r p o r otros infinitos títu lo s; ya ta m b ién p o rq u e n o se sigue, inversam ente, q u e si e l ser del efecto es in ferio r e n perfección al ser d e la causa, d eba ser tam b ién d e­ p e n d ie n te en acto, p u es vem os q u e e n las causas segundas o cu rre lo c o n tra rio ; efectivam ente, el oro es p ro d u cid o p o r el sol con u n cierto ser m enos p e rfe c to ' y, a p e sa r d e eso, e n ese ser n o dep en d e en su conservación d el m ism o sol. Y el calor se conserva cuando cesa la acción d el fuego, a u n q u e n o llegue a la p e r­ fección d el calor del fuego. Y la casa ex isten te e n e l e x terio r es d e n atu raleza m u y diversa e in ferio r a la idea de casa q u e tien e el artífice y, n o o b stante, p e r­ m anece cuando cesa el influjo del artífice; ¿ p o r q u é , entonces, n o p o d rá decirse lo m ism o de los efectos d e la p rim e ra causa? O b ie n , ¿ q u é ra z ó n especial p o ­ d rá ad u cirse acerca d e ellos? 3. E n to m o a esta cuestión, n o hay e n tre los teólogos n in g u n a v aried ad de opiniones sobre esta m ateria. A u n q u e lo s q u e n ie g a n que D ios obre in m e­ diatam ente en cu alq u ier acción d e la criatu ra se verán obligados, sin d u d a , a negar q u e to d a cosa creada, o to d o e n te p o r p articip ació n , dep en d a inm ediata­ m ente del in flu jo -actu al de D ios, p ues lo q u e n o d ep en d e en la p ro d u cció n ta m ­ poco d ep en d erá e n e l ser. P e ro d el falso fu n d a m e n to de esta o pinión se h ab lará en la d isp u tació n ' siguiente. A hora, pu es, a u n q u e tratem o s de m an era p rin c ip a l de los efectos q u e son creados y pro d u cid o s in m ed iatam en te p o r D ios, no obs­ tan te, p a ra q u e la investigación te n g a valor universal, p u e sto q u e es u n a m ism a la razón d e todos, suponem os q u e todas las cosas son p ro d u cid as inm ed iatam en te por D io s, a u n q u e n o siem pre sean pro d u cid as p o r E l solo. A sim ism o, q u ien es niegan q u e la creación d e las cosas p u ed a d em ostrarse p o r la razó n n a tu ra l, m u ­ cho m ás n eg arán la po sib ilid ad de p ro b a r la n ecesid ad d e la conservación. P e ro ya hem os re fu ta d o ese fun d am en to . S in em b arg o , a u n su p o n ien d o la d em o stra­ ción d e la necesidad d e la creación, n o es fácil p ro b a r la necesid ad d e la con­ servación.

perfectio creaturae, ob quam indigeret hac conservatone, maxime quia non participât esse a Dco cum aequalitate vel cum eadem perfectione qua est in Deo; at haec ratio nullius momenti est, tum quia etiamsi esse -creaturae hoc modo esset, independens, non propterea esset aequale, nam adhuc esset . alias infinitis titulis inferius; t u a etiam quia neque e contrario sequitur, si esse effectus perfectione sit inferius esse causae, debere etiam esse actu pendens; nam in causis secundis oppositum accidere videmus; aurum enim fit a sole cum quodam esse minus perfecto, in quo tarnen non pendet in con­ servati ab ipso sole. Et calor conservarne cessante actione ignis, etiamsi non perveniat ad perfectionem caloris ignis. Et domus ad extra est longe diversae et inferioris rationis ab idea domus quam artifex habet, et nihilominus permane! cessante influxu artificis: cur ergo non poterit idem dici de effectibus primae causae? aut quae singularis ratio in illis poterit assignari?

3. De hac quaestione inter theologos nul­ la est de hac re opinionum varietas. Quamvis qui negant Deum immediate operari in qualibet actione creaturae, cogentur sine du­ bio negare rem omnem creatam, seu omne ens per participationem, pendere immediate ab actuali influxu Dei, quia quod non pen­ det in fieri, neque in esse pendebit. Sed de falso illius opinionis fundamento disputatione sequenti dicendum est. Nunc ergo, licet potissimum agamus de effectibus qui a Deo immediate creantur et fiunt, tarnen, ut uni­ versalis sit disputatio, quoniam est omnium ratio eadem, supponimus omnia a Deo im ­ mediate fieri, etiamsi non semper ab ilio solo fiant. Rursus qui negant creationem re­ rum posse probari ratione naturali, multo magis negabunt posse probari necessitatemi conservationis. Sed illud fundamentum iam est a nobis improbatum. Tarnen, adhuc Sup­ posita demonstratione necessitatis creationis, non est facilis ad probandum nécessitas con­ servationis.

Disputaciones metafísicas

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Solución de la cuestión 4. H a y q u e a firm a r, e m p e ro , q u e to d o s los e n te s fu e ra d e D io s d e p en d en en su ser d e la conservación div in a. L a afirm ación, en estos té rm in o s, es cer­ tísim a, y de fe. Y con fre c u e n c ia la en señ an los P a d re s d e la Ig lesia, p rin c ip a l­ m e n te S an A g u stín , en el lib . IV De Genesi. ad litt., c. 12, d o n d e, tra ta n d o aq u ellas palab ras el G énesis, 2 : Y Dios descansó el séptimo día de todas las obras que había realizado, d ice q u e d e b e n en te n d e rse del descanso d e crear n u e ­ vas o b ras d e la n a d a , m as n o de g o b e rn a r y conservar las creadas. De lo contrario — dice— desaparecerían inmediatamente. Porque la potencia del creador,

y la virtud del omnipotente y sustentador de todas las cosas, es la causa de que subsista toda criatura. Y si esa virtud dejara alguna vez de regir las cosas creadas, cesaría también al mismo tiempo la disposición de las mismas, y se derrumbaría toda la naturaleza. Pues, de manera inversa a lo que ocurre cuando uno habiendo levantado la estructura de un edificio se aleja, y, al cesar y re­ tirarse él permanece su obra, el mundo no podrá permanecer ni un abrir y ce­ rrar de ojos, si Dios le sustrae su gobierno. P ero n o lo d e m u e stra p o r la razón, sino q u e lo confirm a con testim o n io s d e la E s c ritu ra : A ct., 1 7 : En El vivimos, nos movemos y existimos; S ap., 7 : L a sabiduría se mueve más que todas las cosas móviles, y llega a todas partes; y e n el c. 8 : Llega de un confín al otro, confín enérgicamente, y lo dispone todo con suavidad; Jo an ., 5 : M i Padre ejerce su actividad hasta este momento. E l m ism o A g u stín , en e l lib . V De Genesi, c. 2 0 , ex p o n ie n d o estas p alab ras, d ic e : Creamos de este modo o, si podemos, entendamos también que Dios ejerce su actividad hasta ahora, en el sentido de que, si es retirada su operación a las cosas que El ha creado, perecerán; y lo m is­ m o re p ite e n e l lib . IX , c. 15. 5. E n se ñ a la m ism a v e rd a d G re g o rio N acian cen o , orat. I I De Theolog., q . 3 6 , -donde, resolviendo la se x ta objeción, exp o n e q u e las a n te rio rm e n te citadas p a la b ra s de Jo a n ., 5, fu e ro n d ic h a s p o r razó n del g o b iern o y conservación de la s c o sa s; y e l D am asceno, e n el lib. I, c. 3, d ic e : L a misma trabazón y con­

servación y gobierno de las cosas creadas nos enseña que Dios es el que reunió Resolutio quaestionis

mundus stare potent, si Deus ei regimen sui subtraxerit. Quod tamen ratione non 4. Dicèndum tamen est omnia entia ex­ probat, sed Scripturae testimoniis confirmât, tra Deum pendere in suo esse ex divina Actor. 17 : In ipso vivimus, movemur et conservatione. Haec assertio sub his termi- sumus; Sapient., 7 : Omnibus mobilibus mo­ bilier est sapientia; attingit autem ubique; nis certissima est et de fide. Traditurque et c. 8 : Attingit a fine usque ad finem for­ frequenter ab Ecclesiae Patribus, praesertim mer, et disponit omnia suaviter; loan., 5 : ab Augustino, lib. IV Genes, ad litter., c. 12, Pater meus usque modo operatur. Quae ubi tractans illa verba Genes., 2 : Et requieverba exponens, idem August., lib. V Ge­ vit Deus die septimo ab universo opere nes., c. 20: Sic (inquit) credamus, vel, si quod patrarat, ait intelligenda esse de re­ possumus, etiam intelligamus usque nunc quie a novis operibus ex nihilo condendis, operari Deum, ut si conditis ab eo rebus non vero a conditis gubemandis et conseroperatio eius subtrahatur, intereant; et lib. vandis. Alioqui (inquit) continuo dilaberenIX, c. 15, idem repetit. tur. Creatoris namque potentia, et omnipo5. Eamdem veritatem docet Gregor. Natentis atque omnitenèntis virtus, causa subzianz., orat. II de Theolog., q. 36, ubi, solsistendi est omni creaturae. Quae virtus db vens sextam obiectionem, exponit, supra ciet s quae creata sunt regendis si aliquando tata verba loan., 5, dicta esse ratione gucessaret, simul et illorum cessaret species, omnisque natura concideret. Neque enim, bernationis et conservationis rerum; et Dasicut structuram aedium cum fdbrìcaverii mascenus, lib. I, c. 3, ipsa (inquit) rerum conditarum compages et conservatio atque quis. abscedit, atque ilio cessante atque abscedente stat opus eius, ita vel in ictu acuii gubematio Deum esse qui universam banc

Disputación X X I.— Sección I

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toda esta mole de- cosas, la defiende y conserva, y vela por ella perpetuamente; Una cosa es — dice— ser, otra ser principal­ mente, otra mutablemente, y otra ser inmutablemente. Porque todas estas cosas son, pero no son principalmente, ya que no subsisten en sí mismas. Y, de no estar sostenidas por la mano del que las gobierna, no pueden existir en mañera alguna. Y m ás a b ajo : Porque todas las cosas han sido hechas de la nada, y su esencia tendería de nuevo a la nada, a no ser que la sostuviese con la mano de su gobierno el autor de todas. Y p arece q u e e n tien d e d e esta m anera a q u e ­ llas palabras de Jo b , 2 3 : Sólo Dios existe, a saber, principalmente y sin depen­ dencia de otro. Y piensa q u e en este sen tid o se dijo lo del E xodo, 3 : Yo soy el que soy. P or eso, en la hom il. 17 In Ezech., d ic e : Dios rige de manera in­ comprensible las cosas que creó de manera incomprensible. Y m ás a d e la n te : El es interior y exterior, El inferior y superior; superior rigiendo, inferior sos­ teniendo, interior llenando, exterior rodeando; rodea de tal modo que penetra; preside de tal manera que sostiene, está también dentro de tal suerte que sos­ tiene, y sostiene de tal modo que preside. C on estas palabras parece a lu d ir a aquéllas d e H e b r., 1 : Sosteniendo todas las cosas con la palabra de su virtud; p o rq u e el térm in o sostener parece ser lo m ism o q u e conservar. Y eso se afirm a m ás claram ente en S ap., 1 1 : ¿Cómo podría permanecer algo si tú no quisieras, o se conservaría lo que no fuese llamado por ti? P o r ú ltim o , A nselm o, e n Monolog., c. 12, d ic e : Sólo una mente irrazonable puede dudar de que todas las cosas que han sido hechas se conservan y permanecen en el ser mientras existen porque las sostiene el mismo por cuya producción de la nada tienen el ser lo que son. Y m ás a b ajo : De igual modo que nada ha sido hecho sino por la esen­ cia creadora presente, así nada permanece sino por su potencia conservadora, y G reg o rio , X V I 'Moral., c. 1 8 :

m ate ria q u e p ro sig u e en el c. 13, y e n este sentido expone tácitam en te la afir­ m ación d e R o m ., 1 1 : De él. y por él y en él existen todas las cosas, y la de C ol., 1 : Todas las cosas tienen consistencia en él. P o rq u e con éstas y otras ex­ p resiones sem ejantes d e la E sc ritu ra se d a a e n te n d e r que la conservación de las cosas se apoya e n D ios, es d ecir, en la v irtu d y eficacia divina.

rerum molem coagmentavit eamque tueatur ec conservet, eique perpetuo prospiciat, nos docet; et Gregor,, XVI Moral., c. 18: Aliud (inquit) est esse, aliud principaliter esse, aliud mutabiliter, atque aliud immutabiliter esse. Sunt enim haec omnia, sed principali­ ter non sunt, quia in semetipsis minime subsistunt. Et nisi gubemantis mami teneantur, esse nequaquam possunt. Et infra: Cuncta quippe ex nihilo facta sunt, eorumque es­ sentia rursus ad nihilum tenderet, nisi earn auctor omnium regiminis manu teneret. Et in hunc modum videntur intelligere ilia ver­ ba Job, 23: Deus solus est, scilicet principaliter et absque dependentia ab alio. Quo sensu putat esse dictum Exodi, 3: Ego sum qui sum. Unde homil. 17 in Ezech.: Deus (inquit) incomprehensibiliter regit quae incomprehensibiliter creavit. Et infra: Ipse est interior et exterior, ipse inferior et superior, regendo superior, portando inferior, replendo interior, circumdando exterior; sic circumdat ut penetret; ita praesidet ut portet,

sicque est intus ut portet, ita portât ut praesideat. In quibus verbis alludere videtur ad illa Hebr., 1 : Portons omnia verbo virtu­ os suae; nam illud portare idem videtur es­ se quod conservare. Quod apertius dicitur Sap., 11: Quomodo posset aliquid perma­ nere nisi tu voluisses? aut quod a te vocatum non esset, conservaretur? Denique An­ selm., Monolog., c. 12: Dubium (inquit) nom isi irrationabili menti esse potest, quod cuncta quae facta sunt eodem ipso sustinente vigent, et persévérant esse quamdiu sunt quo faciente de nihilo habent esse quod sunt. Et infra : Sicut nihil factum est nisi per creatricem praesentem essentiam, ita nihil vigeat, nisi per eius servalricem potentiam: quod prosequitur in c. 13, et tacite ita exponit id ad Rom., 11 : ex ipso et per ipsum et in ipso sunt omnia, et ad Colos., 1 : Omnia in ipso constant. His enim et similibus Scripturae locutionibus rerum conservationem in Deo, id est, in di­ vina virtute et efficacia niti significatur.

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Disputaciones metafísicas T

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6. L a conclusión puede probarse por razón natural.— A sí, p u e s, p o r lo d i­ cho consta suficientem ente q u e esta v e rd a d es cie rta e in fa lib le ; m as d ebe añ a­ d irse que p u e d e p ro b arse o ta m b ié n dem o strarse p o r u n a ra z ó n suficiente, cosa q u e en señaron c o n m ás c larid ad , d e e n tre los P a d re s citados, el D am asceno y A nselm o, y p ie n sa n q u e la m ism a ra z ó n q u e p ru e b a q u e D io s es creador d e to d as las cosas, p ru e b a ta m b ié n q u e es co n serv ad o r; sin em b arg o , esa conse­ cuencia n i p arece evidente e n sus térm in o s n i c o m p letam en te fácil. P ero la d e­ m u e s tra im plícitam en te S an to T o m á s, en I, q . 8, a. 1, y m ás p o r extenso e n la q . 104, a. 1, d o n d e ofrece u n razo n am ien to am plio y m u y m etafísico, el cu al adolece d e m u chas d ificu ltad es, q u e C ayetano tra ta d ilig en tem en te e n d i­ cho lu g a r. E l com pendio d e to d o el razonam iento es q u e D ios es causa d e las c ria tu ra s no sólo e n cu an to a su p ro d u c c ió n , sino ta m b ién e n cu an to a su ser d ire c ta m e n te y d e m an era esencial y p rim a ria ; p e ro cuando u n efecto depende d e su causa e n cu an to a su ser d ire c ta m e n te y d e m an era esencial y p rim aria, d e p e n d e n o sólo e n su p ro d u c c ió n , sino ta m b ié n en su conservación; luego to d a s las cosas d e p e n d e n de D io s d e esta m anera. 7 . A hora b ie n , p a ra q u e se c o m p ren d a el se n tid o d e to d o el antec ed en te, p u e d e o b jetarse e n seguida q u e , e n la m ayor, p arece com eterse u n a petición d e p rin c ip io y su p o n erse lo q u e d e b e d e m o stra rse ; p u es ¿ q u é o tra cosa p u e d e se r q u e el e fecto d e p en d a e n su ser d e la causa sino q u e d e p e n d a en su con­ se rv ació n ? P o r ta n to , afirm ar q u e D io s es causa d e la p ro d u cció n y del ser es lo m ism o q u e d e c ir q u e D io s es cau sa de la p ro d u cció n y de la conservación; lu e g o se su p o n e lo q u e h a de d em o strarse. E n o tro caso, resu lta in ú til la divi­ sión d e las causas según la cual u n a s son causas de la p ro d u cció n d e sus efec­ to s y o tras so n causas del ser m ism o. P o rq u e n o hay n in g u n a causa q u e realice p ro p ia , esencial y d ire c ta m e n te la p ro d u cció n , y n o sea esencial y directam ente ca u sa d e l ser m ism o ; p ues e n él te rm in a esencialm ente la p ro d u c c ió n ; es m ás, e l s e r n o p u e d e causarse p rim a ria m e n te de o tra m anera q u e m ed ian te la pro­ d u c c ió n . P o r co n sig u ie n te , D io s, en e l p rim e r in stan te en q u e crea la cosa, es ca u sa d e l ser d e la m ism a, p u e sto q u e es causa d e su p ro d u c c ió n ; y, d e m a­ n e ra sem e ja n te , e l fuego, e n el in sta n te en que en g en d ra fuego causando la ge­ n e ra c ió n , d a e l se r al fuego en g en d rad o , p o r lo q u e es causa d e su ser. L u e g o , 6. Ratione naturali demonstrari potest conclusio.— Ex his ergo satis constat veritatem ' hanc cettam esse et infallibilem: addendum vero est posse sufficienti ratione probari, vel edam demonstrari; quod ex dictis Patribus Damascenus et Anselmus apertius docuerunt sentiuntque, qua ratione probatur Deum esse creatorem omnium, probari edam esse conservatorem ; quae tamen consecutio nec ex terminis videtur evidens nec omnino facilis. Earn vero tacite probat D . Thom., I, q. 8, a. 1, et Iatius q. 104, a. 1, ubi longum et valde metaphysicum habet discursum, qui plures patitur difficultates, quas ibi Caietanus dili­ genter tractat. Summa ■totius discursus est quia Deus est causa creaturarum non tan­ tum quoad fieri, sed edam quoad esse di­ recte et per se primo; quando autem effectus pendet a causa sua quoad esse di­ recte et per se primo, pendet non solum in fieri, sed edam in conservari; ita ergo pendent omnes a Deo.

7. U t vero sensus totius antecedcotis intelligatur, obiici statim potest quia in maiori. videtur peti principium et assumi quod probandum est; quid enim aliud esse potest pendere effectum in esse a causa nisi pen­ dere in conservari? Idem ergo est dicere Deum esse causam fieri et esse quam di­ cere Deum esse causam in fieri et conser­ vari; ergo sumitur quod probandum est. Alias vana est divisio causarum, quod quaedam sunt causae fieri suorum effettuimi, quaedam vero sunt causae ipsius esse. Nulla enim est causa.quae proprie per se ac di­ rette faciat ipsum fieri, quae non sit per se et dirette causa ipsius esse; nam ad illud per se terminatin' ipsum fieri; immo non potest aliter ipsum esse primo causari nisi per fieri. Deus ergo, in primo instanti quo rem creat, est causa esse illius, quia est causa fieri eius; et similiter ignis, in in­ stanti quo generai ignem causando generationem, dat esse igni genito, unde est causa esse iliius. Ergo, ut distingui possit causa

Disputación X X L — Sección I

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p a ra q u e sea posible d istin g u ir e n tre causa de la p ro d u cció n y causa d e l ser, es preciso en te n d e r p o r el ser la perm an en cia e n el ser, y co m p re n d e r en la p ro d u c c ió n el m ism o se r en cu an to e x iste sim ultáneam ente c o n la p ro d u c c ió n ; p e ro ser de esta m an era causa del ser o de la perm anencia en el ser es ser causa d e la conservación; consiguientem ente, se supone lo q u e d e b e dem ostrarse. 8. Se resp o n d e q u e esa distinción n o h a de en ten d e rse e n el sentido in d i­ c a d o , como d e m u estra e l arg u m en to y explican el m ism o Santo T o m ás y C aye­ ta n o , au n q u e con cie rta oscuridad. E n cuanto a la realid ad , pienso q u e debe e n te n d e rse de m an era q u e se diga q u e p rocede d e la causa e n la p ro d u cció n a q u e l efecto q u e n o re q u ie re sim ple y absolutam ente tal causa p a ra ex istir, sino ú n icam en te p a ra existir m ed ian te tal acción o efectuación,, y se dig a q u e p ro ­ c e d e d e la causa d irectam en te según e l ser, aquel q u e , para e x istir ab so lu ta y sim p lem en te, exige ta l causa. Así, p o r ejem plo, se d irá que A d án p ro ced e de D ios según la p ro d u c c ió n y según e l ser, p o rq u e req u iere n ecesariam ente ta l ca u sa p a ra e x istir, m ie n tra s q u e se d irá q u e A bel procede d e A dán según la p ro d u c c ió n , p o rq u e absolutam ente n o necesita esa causa para existir — ya q u e p o d ría p ro c e d e r d e D ios solo— , sino únicam ente p a ra ser p ro d u c id o d e tal m o d o , a saber, p o r generación n atu ra l. C abe o b je ta r: p o r la m ism a ra z ó n se d irá q u e A d án p ro ced e d e D ios solam ente en cuanto a la p ro d u cció n , p u e s p o ­ d ría p ro ced er d e .otro p a d re p o r generación n atu ral. Se resp o n d e n e g an d o la consecuencia, p o rq u e no' p o d ría p ro c e d e r de o tro sin pro ced er de D ios. Y en e s te sen tid o d ice acertad am en te S anto T o m ás allí que n in g ú n efecto q u e recibe d el agente la fo rm a y e l ser según la m ism a razó n c o n q u e se en c u e n tra e n la causa, p rocede y d ep en d e de tal causa según su ser, sino ú n icam en te seg ú n su p ro d u c c ió n , p u e s d e lo contrario ese efecto exigiría esencialm ente, p o r razó n de su form a, ta l c a u sa ; m as esto n o e s posible, p o rq u e en o tro caso, com o se su p o n e q u e la fo rm a del agente es de la m ism a especie, re q u e riría esencialm ente la m ism a c au sa; lu eg o exigiría ser causado p o r sí m ism o, lo cual es co n trad ic­ to rio . P o r ta n to , legítim am ente se concluye d e a q u í q u e sólo aquel agente q u e e s d e n atu raleza su p erio r y que n o com unica al efecto la form a o n a tu raleza o el ser d e igual n atu raleza, sino cierta participación in ferio r d e l m ism o, p u e d e

in fieri a causa ipsius esse, oportet per esse intelligere permanentiam in esse, et sub fieri comprehendi ipsum esse prout simul cum fieri existit; hoc autem modo esse causam ipsius esse seu pennanentiae in esse est esse causam in conservari; sumitur erro quod probandum est. 8. Respondetur distinctionem filam non esse eo sensu intelligendam, ut argumentum probat et ipse D. Thomas et Caietanus de­ clarant, quamvis subobscure. Ita vero rem intelligendam puto, u t file effectus dicatur esse a causa in fieri qui non postulat talem causam simpliciter et absolute ut sit, sed solimi ut sit per talem actionem vel effectionem; file autem dicatur esse a causa directe secundum esse qui, ut sit absolute et simpliciter, postulat talem causam. Ut, verbi grafia, Adam dicetur esse a Deo secundum fieri et esse, quia necessario postulat talem causam ut sit; Abel autem dicetur esse ab Adam secundum fieri, quia absolute non indiget fila causa ut sit, potuisset enim esse

a solo Deo, sed solum ut tali modo fiat, scilicet, per generationem naturalem. Dices: eadem ratione dicetur Adam esse a Deo solum quoad fieri, quia potuisset esse ab alio parente per naturalem generationem. Respondetur negando sequelam, quia non potuisset esse ab alio, quin esset a Deo. lit hoc sensu recte ibi D. Thomas dicit nul­ lum effectual qui ab agente recipit formam et esse secundum eamdem rationem qua est in causa, esse et dependere a tali causa se­ cundum suum esse, sed tantum secundum fieri, quia alias file effectus ratione suae formae essentialiter postularet talem causam; hoc autem esse non potest, quia alias cum forma agentis supponatur esse eiusdem speciei, eamdem causam essentialiter postula­ ret; ergo peteret causari a se, quae est repugnantia. Recte ergo hinc concluditur so­ lum illud agens quod est superioris rationls, quodque non communicat effectui formam seu naturam aut esse eiusdem rationis, sed quamdam inferiorem eius participationem,

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Disputaciones metafísicas

ser causa de sus efectos, n o solam ente en cuanto a la p ro d u cció n , sino tam bién en cuanto al ser. 9. A sí, p u e s, de acuerdo con e sta in te rp re ta c ió n re su lta fácil el sentido de la proposición m ayor asum ida, y evidentísim a su v erdad, p u e sto q u e D ios es cau sa de sus efectos de tal m odo q u e ellos, p o r su intrínseca n atu raleza y p o r necesidad in trín seca, exigen ta l causa p a ra ex istir, ya q u e , según decíam os a rri­ ba, dep en d en esencialm ente d e ella. Y la razó n a prioñ está en. q u e sólo la causa p rim e ra es el m ism o ser p o r esencia, m ien tras q u e todo o tro ser es participación d e aq u el ser, y por ello, p a ra existir req u iere, p o r n ecesidad in trín seca, el in ­ flujo del m ism o ser p o r esencia. P arece q u e esta razó n n o d em u estra sólo q u e D io s es causa d e sus efectos d irectam en te seg ú n el ser de éstos, sino tam b ién q u e ú n icam en te D ios es d e esta m an era causa d e los dem ás e n tes, ya que n in ­ g ú n e n té es p ro d u c id o p o r o tra cau sa creada d e tal su erte q u e necesite abso­ lu ta y sim p lem en te de ella p a ra re c ib ir el ser, p u es p o d ría existir p o r influjo d e D io s solo sin o tra causa, m as n o a la inversa. 10. Y esto es v erd ad , h ab lan d o sim p lem en te y con n ecesid ad a b so lu ta; p e ro , según, cierta p articip ació n y conform e a cierto o rd e n n a tu ra l, se dice q u e algunas causas equívocas son causas esenciales de los efectos directam ente según el ser de ésto s, p o rq u e la fo rm a d e ta l efecto depende esencial y p rim ariam ente, e n to d o su ám b ito , de ta l causa y p u e d e ser p ro d u cid a p o r ella según toda su esp ecie y, co n fo rm e al o rd e n n a tu ra l, exige ser p ro d u cid a así. D e esta m anera es e l sol cau sa d e la lu z , co m p re n d ie n d o bajo el sol to d o lo q u e p articipa d e su n a tu ra le z a e n lo co n cern ien te a la p ro p ie d a d d e la lu z ; p o rq u e en ese sen­ tid o dijo A ristó teles, I I De anima, q u e el fuego ilu m in a en cu a n to participa de la n a tu ra le z a d e l cielo. Y , p o r el contrario, la luz en cu a n to ta l exige p o r su n a tu ra le z a .tal causa p a ra ex istir, seg ú n el o rd e n n a tu ra l d e las causas, aunque a b so lu ta m e n te p u e d a ser p ro d u c id a p o r D ios. P o r consiguiente, D ios es, bien el solo, b ie n e n g rad o sum o, causa d e sus efectos, n o ú n icam en te en cuanto a la p ro d u c c ió n , sino ta m b ié n en cu an to al ser d irectam en te y d e m anera esen­ cial y p rim a ria .

esse ■posse causam suorum effettuine, non soliim quoad fieri, sed etiam quoad esse. 9., Iuxta hanc ergo interpretationem facilis .est sensiis maioris propositionis assumptae, èt notissima est eius veritas, quia Deus ita est causa suorum effectuum ut illi ex intrinseca natura et intrinseca neces­ sitate talem causam postulent u t sint, quia, ut supra dicebamus, ab illa essentialiter pen­ dent. Et ratio a priori est quia sola prima causa est ipsum esse per essentiam; omne autem aliud esse est participatio illius esse, et ideo ex intrineca necessitate postulat influxum ipsius esse per essentiam u t sit. Quae ratio non solum videtur probare Deum esse causam suorum effectuum dirette se­ cundum esse eorum, sed etiam solmn Deum esse hoc modo causam caeterorum entium, quia nullum ens ita fit ab alia causa creata ut absolute et simpliciter illa indigeat ut esse recipiat; nam posset esse ex influxu solius Dei sine alia causa, quamvis non e converso.

10. Et hoc quidem verum est, simplici­ ter loquendo et de absoluta necessitate; tamen, secundum quamdam participationem et iuxta quemdam naturae ordinem, dicuntur quaedam causae aequivocae causae per se effectuum dirette secundum esse eorum, quia forma talis effectus secundum totam latitudinem suam pendet per se primo a tali causa, et ab ea potest secundum totam suam speciem fieri, et iuxta naturae ordi­ nem ita fieri postulat. Et hoc modo sol est causa luminis, sub sole comprehendendo quidquid naturam eius participât quantum ad proprietatem lucis; sic enim dixit Aristoteies, II de Anima, ignem illuminare ut participât naturam cadi. Et e converso lu­ men ut sic postulat natura sua talem cau­ sam ut sit, iuxta naturalem causarum ordi­ nem, quamvis absolute possit a Deo fieri. Deus ergo vel solus vel maxime est causa suorum effectuum, non solum quoad fieri, sed etiam quoad esse directe ac per se primo.

Disputación X XI . — Sección I

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11. Además-, con ello se evidencia ta m b ién fácilm ente el sentido d e la p ro ­ posición m en o r asum ida, a saber, q u e la causa del efecto n o sólo según la p ro ­ ducción, sino ta m b ié n seg ú n el ser, es causa de él incluso e n cu a n to a la con­ servación; p o rq u e el sen tid o es q u e, siem pre q u e el efecto p ro ced e d e la causa de ta l suerte q u e la exige sim plem ente y p o r necesidad ab so lu ta p a ra ex istir, n o sólo dep en d e d e su influjo actual p a ra re c ib ir p o r p rim e ra vez el ser, sino ta m ­ bién para d u ra r y p erseverar en él, lo cual es d ep en d er en la conservación. E x­ traigo d e S an to T o m ás, citado arriba, dos dem ostraciones d e esta proposición así explicada. L a p rim e ra es que, cu an d o algo es causa del efecto e n la p ro ­ d u cció n , la p ro d u c c ió n m ism a n o p u e d e perm anecer si cesa la acción d e tal c au sa; luego, c u an d o algo es causa del efecto d irectam en te y de m an era esen­ cial y p rim a ria según el ser del m ism o, el ser de d ich o efecto n o p u e d e p e r­ m an ec er si-cesa la acción d e la causa, lo cual es d e p e n d e r d e ella en la conser­ vación. E sta consecuencia se apoya ú n icam en te en cierta p a rid a d y p ro p o rció n , por lo cual n o es m uy evidente. P o rq u e alguno p o d ría d ecir q u e la d ependencia de la p ro d u cció n con respecto a la acción d e la causa es m ayor o m ás in m ed iata que la d el ser, p ues el ser depende siem pre m ediante la acción, m ien tras q u e la p ro d u cció n dep en d e inm ediatam ente p o r sí m ism a, ya q u e n o se d istin g u e de la acción. S in em bargo, la consecuencia es e x celen te; p o rq u e im p o rta m uy poco q u e la d ep en d en cia sea igualm ente inm ed iata e n e l sen tid o indicado, es d ecir, m ediante o tra acción o p o r sí m ism a, con tal de q u e sea igualm ente esen­ cial, A hora b ien , el ser p articip ad o d ep en d e del ser p o r esencia ta n esencial­ m e n te com o c u a lq u ie r p ro d u cció n d ep en d e de su agente, y p o r ello n o p u ed e p erm an ecer sin la d ep en d en cia o acción actual. 12. Y se confirm a y ex p lica; p o rq u e si tal ser exige, p o r ra z ó n de sí solo, el influjo del p rim e r agente p a ra e x istir alguna vez en la realid ad , entonces, siem pre que ex iste re q u ie re el m ism o influjo, ya q u e siem pre es el m ism o, y lo q u e le conviene esencial y p rim a ria m e n te , le conviene siem pre. P o r últim o , lo confirm o: o la p erm an en cia e n el ser es algo adem ás d el ser m ism o — com o p re te n d e n a lg u n o s— , o n o es n ad a fu e ra d e l ser m ism o q u e se co m p o rta siem pre de igual m odo. A u n q u e lo p rim e ro sea falso, no o b stan te, de ello se sigue necesa11 . Rursus, hinc facile etiam constat sensus minoris propositionis assumptae, sci­ licet, causant effectus non tantum secundum fieri, sed etiam secundum esse, esse causant eius etiam quoad conservari; sensus enim est, quandocumque effectus ita procedit a causa ut simpliciter et absoluta necessitate illam postulet ut sit, non solum pendere ex actuali influxu eius ut primo recipiat esse, sed etiam ut in ilio duret ac perseveret, quod est pendere in conservari. Huius autem propositionis ita declaratae duas probationes elicio ex D. Thoma supra. Prima est quia, quando aliquid est causa effecms in fieri, non potest manere ipsum fieri ces­ sante actione tails causae; ergo quando aliquid est causa effecms directe ac per se primo secundum esse illius, non potest manere ipsum esse talis effectus cessante ac­ tione causae, quod est pendere in conser­ vari ab ilia. Quae consequents solum nititur in quadam paritate et proportione, et ideo non est tarn evidens. Posset enim quis dicere maiorem vel immediatiorem esse de-

pendentiam ipsius fieri ab actione causae quam ipsius esse; quia semper esse pendet media actione, fieri autem immediate per seipsum, quia non distinguitur ab actione. Sed nihilominus consequentia est optima; parum enim refert quod dependentia sit aeque immediata in dicto sensu, id est, per aliam actionem, vel per seipsam, dummodo sit aeque essentialis. Tarn essentialiter au­ tem pendet esse participatum ab esse per agente, ideoque manere non potest sine acessentiam quam pendet quodlibet fieri a suo tuali dependentia seu actione. 12. Et confirmatur ac declaratur; nam si tale esse, ratione sui solius, postulai influxum primi agentis ut sit aliquando in rerum natura, ergo quandocumque est, eumdem influxum postulai, quia semper est idem, et quod per se primo ei convenit, semper convenit. Tandem confirmo; vel permanentia in esse est aliquid supra ipsum esse, ut quidam volunt, vel nihil est praeter ipsum esse eodem modo se habens. Primum, licet fàlsum sit, tarnen ex eo ne-

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Disputaciones metafísicas

ria m e n te q u e esa p erm an en cia d e b e pro ced er d e D io s, ya q u e sin E l no p u e d e e x istir n ad a, de cu alq u ier m odo q u e exista. M a s si se supone lo segundo, q u e es v e rd a d , tie n e validez la o tra ra z ó n aducida, q u e to d o lo q u e re q u ie re in trín se ­ cam e n te y p o r necesidad ab so lu ta aquel ser p a ra e x istir p o r p rim e ra vez, lo ex ig e p a ra p erm an ecer e n el ser m ien tras existe, p o rq u e siemDre es lo m ism o y se co m p o rta d e igual m anera. 13. Otra prueba de la afirmación, lomada de Santo Tomás.— L a o tra p ru e ­ b a to m ad a d e S anto T o m á s es, ciertam en te, a posteriori y p o r u n ejem plo, p e ro , e n m i o p in ió n , evidentísim a p a ra u n e n te n d im ie n to b ie n d is p u e sto ; p o rq u e ve­ m o s q u e la lu z depende d e l sol e n su p ro d u c c ió n y en su conservación, p u es el sol es u n a causa de n a tu ra le z a su p erio r y, seg ú n cie rta p articip ació n , es causa d e la lu z n o sólo e n la p ro d u c c ió n , sino ta m b ié n e n el ser, com o se ha expli­ cad o . P ero cu alq u ier e n te creado d e p en d e de D ios m u c h o m ás esencialm ente q u e la lu z d e p en d e d el sol, y es u n a p articip ació n d el se r divino m ucho m ás in fe rio r d e lo q u e la lu z lo es c o n respecto a la lu m in o sid a d del so l; lu eg o d e p e n d e d e él m u ch o m ás e n su conservación. 14. Ultima prueba de la conclusión.— P o d em o s elab o rar la ú ltim a razó n d e l sig u ien te m o d o : cabe e n te n d e r de dos m an eras que to d a s las cosas d ep en ­ d e n d e D io s p a ra p erm an ecer e n el s e r: p rim e ra , p e rm isiv am en te (por así d e­ c irlo ), es d e c ir, p o rq u e se m a n tie n e n en el se r m ien tras D ios les p erm ite p e r­ m a n e c e r, o sea, n o son priv ad as d e su ser p o r aquel q u e p o d ría p riv a rla s; se­ g u n d a , p o sitiv am en te, esto es, p o r actual influjo sobre las m ism as. A sí, pues, a rg u m e n to : e s evidente q u e todas las cosas d e p e n d e n o son conservadas por D io s al m e n o s d e la p rim e ra m a n e ra ; m as n o p u e d e n d e p e n d e r de esa m anera sin d e p e n d e r ta m b ié n d e la se g u n d a ; luego. Se d e m u e stra la m ayor po rq u e c o rre sp o n d e a la om nipotencia d e D ios el p o d e r re d u c ir a la n a d a , si qu iere, las cosas q u e c re ó ; lu eg o , p a ra q u e se conserven en el ser, re su lta rá necesaria, p o r lo m e n o s, s u p erm isió n , la cual ú n icam en te p u ed e c o n sistir e n q u e n o qu ie­ r a re d u c irla s a la n ad a, p u d ie n d o hacerlo. L a co nsecuencia es clara, y el an te­ c e d e n te m an ifiesto p o r sus m ism os té rm in o s; p o rq u e D ios n o sería perfecto s e ñ o r d e to d a s las cosas, si n o p u d ie se d isp o n er d e ellas com o q u isiera. L a m e-

cessario sequitur illam permanentiam debere esse a Deo, quia nihil, quoque modo sit, potest esse sine ilio. At vero, si secundum, quod- verum egt, supponatur, procedit alia ratio facta* quod quidquid illud esse ab in­ trinseco et absoluta necessitate postulai ut primo sit, postulat ut permaneat in esse quamdiu est, quia semper est idem et eodem modo se habens. 13. Altera probalio assertionis ex D. Thoma.— Altera probatio ex D. Thoma est a posteriori quidem et a signo, sed, ut opinor, evidentissima intellectui bene dis­ posilo; nam videmus lumen pendere a sole in fieri et in conservati, quia sol est causa superioris rationis, et secundum quamdam participationem est causa luminis non so­ lum secundum fieri, sed etiam secundum esse, u t declaratum est. Sed multo essentiaIius pendet quodlibct ens creatum a Deo quam lumen a sole, multoque inferior par­ ticip ate est divini esse quam lumen sit Iucis solis; ergo multo magis pendet in conservari ab ilio.

14. Ultima conclusionis probatio.— Ultimam rationem possumus in hunc modum conficere, nam duobus modis possumus intelligere res omnes, ut permaneant in esse, pendere a Deo; primo permissive (ut ¡■'a dicam), quia nimirum tamdiu manent in esse quamdiu a Deo permittuntur manere, id est, non privantur suo esse ab ilio a quo privari possent; secundo positive, id est, per actualem influxum in ipsas. Iam igitur argumentor. Evidens est res omnes pendere seu conservari a Deo saltem primo modo; sed non possimi ilio modo pendere nisi pendeant etiam posteriori modo; ergo. Maior probatur, quia ad omnipotentiam Dei pertinet ut res quas condidit possit in nihilum redigere, si velit; ergo ut conserventur in esse, saltem necessaria est eius permissio, quae in hoc solum consistere potest ut non velit eas in nihilum redigere, cum possit. Consequentia est clara, et an­ tecedens patet ex ipsis terminis; quia non esset Deus perfectus dominus omnium re­ rum, si non posset de eis disponere prout vellet. Minor autem probatur, tum quia

Disputación X X L — Sección I

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ñ o r se p ru eb a, n o sólo p o rq u e h ay m uchas cosas q u e n o p u e d e n ser privadas del ser m ediante u n a acción co n traria, com o el ángel y otras realidades sim ­ ples, sino tam b ién p o rq u e to d a acción positiva tien d e necesariam ente a alg ú n se r; p o r eso, si D ios tu v iera n ecesid ad d e acción p a ra d e stru ir las cosas, n o podría a n iq u ilarlas; lu eg o , p a ra q u e p u e d a hacerlo, es preciso q u e p u e d a ani­ quilarlas p o r la sola sustracción de su acción o influjo. P ero esto ú n icam en te es posible e n cu a n to ellas d e p e n d e n dé ta l influjo y acción en su ser y e n su conservación; luego. 15. Los antiguos filósofos conocieron que las criaturas dependen de Dios en su conservación.— E sta v erd ad es, pues, suficientem ente conocida p o r la lu z n a tu ra l; y q u e, p o r ello, tam b ién la conocieron los filósofos, lo d a a en te n d e r Ju stin o M á rtir, e n su Orat. Faraenet. ad Gent., y lo confirm a m ás am pliam ente E ugu b in o , lib.' I De Peren. Pililos., desde el c. 26, y lib . III, casi en su to ta ­ lid a d ; y se tom a de P lató n , en el Timeo, y d e A ristóteles, o d e l q u e escribiera con su n o m b re, e n el lib. De mundo ad Alexandr., y en el lib. X II De divin. sapient. secundum Aegyptios, c. 19, d o n d e se d ic e : De El proceden la perpe­

tuidad, el lugar y el tiempo, y por beneficio suyo permanecen; y así como el centro del círculo- está en sí mismo, mientras que las líneas trazadas desde él a lq circunferencia y la circunferencia misma con sus puntos existen en el mis­ mo centro, así tdmbién todas las naturalezas, tanto las intelectuales como las sensitivas, tienen consistencia y firmeza en el agente primero. Y m ás abajo, p re g u n ta n d o en q u é sentido se dice q u e todas las cosas p erm an ecen e n el p ri­ m er artífice, siendo así q u e la form a perm anece e n la m ateria, y la m ateria en la form a, y la m odificación en el su jeto , resp o n d e q u e , adem ás d e estos m o­ dos, h ay otro según e l cual se dice q u e u n a cosa perm anece en o tro como en el

agente, por ejemplo, la luz en el que luce, el rayo en aquel de quien dimana y, por último, cualquier esencia simple en el eficiente. T a m b ié n T rism eg isto , en Asclepio, llam a a D io s Mente conservadora de todas las cosas, en la que todas viven y subsisten. A sim ism o Séneca, en e l lib. De consolat. ad Polybium, dice que D ios es la causa de las causas que custodia y gobierna todas las cosas; y éste h ace ta m b ién m u chas consideraciones a este p ropósito en el lib ro De Providentia. F in alm en te, los teólogos p ien san d e igual m odo acerca d e esta verd ad mulrae sunt res quae non possunt privari esse per contrariam actionem, u t angelus et aliae res simplices, turn etiam quia omnis positiva actio necessario tendit ad aliquod esse; unde, si Deus semper indigeret actione ad destruendas res, non posset eas annihilare; ergo ut hoc possit, necesse est ut per solam abstractionem actionis vel inEuxus possit eas annihilare. Hoc autem fie­ ri non potest nisi quatenus illae in suo es­ se et conservari a tali influxu et actione pendent; ergo. 15. Veteres philosophi dependentiam creaturarum a Deo in conservations cognoverunt.— Est ergo haec veritas satis nota naturae lumine, quam proinde philosophos etiam agnovisse significat Iustin. Mart., in orat. Paraenet. ad Gent., latiusque confirmat Eugubin., lib. I de Peren. Philos., a c. 26, et lib. I l l, fere per totum, sumiturque ex Platone in Timaeo, et ex Arist. vel sub no­ mine eius, in lib. de Mundo ad Alexandr., et lib. X II de Divin. sapient, secundum

Aegyptios, c. 19, ubi dicitur: Ab ilio sunt perpetuitas, locus et tempus, eiusdemque beneficio permanent, et sicut centrum cir­ cuii in seipso est, lineae autem ab eo ductas ad ambitum ipseque ambitus cum punctis in eodem centro existunt; sic quoque naturae omnes, tarn quae ad intellectum quam quae ad sensum pertinent, in agente primo consistunt et confirmantur. Infra ye­ ro, inquirens quomodo res omnes dicantur permanere in primo opifice, cum forma permaneat in materia, et materia in forma, et affectio in subiecto, respondet praeter hos modos esse alium quo res dicitur perma­ nere in alio ut in agente, verbi gratia, lux in lucente, et radius in eo a quo emanai, et denique quaelibet essentia simplex in ef­ ficiente; Trismeg. etiam, in Asclepio, Deum vocat Mentem conservatricem rerum om­ nium, in qua omnia vivunt atque subsistunt. Seneca etiam, libro de Consolat. ad Poly­ bium, Deum vocat causarum causam custodientem et regentem omnia; qui multa etiam ad hanc rem habet in libro de Pro36

Disputaciones metafísicas

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n a tu ra l y la- d efie n d e n con o tras razo n es y la ex p lic a n c o n ejem plos, com o p u e ­ d e verse en B u en av en tu ra, In 1, d is t. 3 7, a. 1, q . 1 ; G re g o rio , In 11, d ist. 3, q . 1, a. 3 ; el H álen se, I , q . 10, m ie m b r. 2 y 3 ; H erv eo , en el tra ta d o De aeternitate mundi, q . 6, y o tro s q u e c ita ré e n la sección siguiente.

Se resuelven los motivos de duda 16. A l p rim e r m otivo d e d u d a , la re sp u e sta es p a te n te p o r lo d ic h o ; p o r­ q u e la m ism a in d ig en cia q u e se d a e n el ser d e la c r ia tu r a 'e n e l p rim e r in stan te e n q u e es h e c h a , p a ra n o p o d e r e x istir sin la acción d e o tro , se d a tam b ién en e lla m ie n tra s p e rm a n e c e e n el ser. P u e s, com o la c ria tu ra , p o r ra z ó n d e su ser p re c isiv a m e n te y en c u a n to ta l, n ecesita del influjo divino p a ra e x istir, necesita d e l m ism o in flu jo m ie n tra s existe. Y n o p u e d e decirse con p ro p ie d a d q u e esa conservación sea u n a re p e tid a co n cesió n del m ism o ser, sino q u e , de igual m odo q u e e l ser m ism o n o es u n ser re p e tid o , sino q u e es u n ser q u e perm anece id é n tic o , así ta m b ié n el in flu jo p o r el q u e se conserva la cosa es el m ism o, o la m ism a co n cesió n del m ism o ser, com o explicarem os m ás a m p liam en te e n la secció n sig u ie n te . Y n o es su p erflu o este influjo, p u es sin él las cosas creadas n o serían au to su ficien tes p a ra m a n te n e rse e n e l ser. P o r eso, si faltase d ich o influjo, in m e d ia ta m e n te v o lv erían a la n a d a , n o p o rq u e las cosas creadas se p riv a se n a sí m ism as d e su ser — p u e s esto es co n trad icto rio — , sino p o rq u e se ría n p riv a d a s d e él p o r e l a u to r d e su ser, y n o m ed ian te u n a acción con­ tra ria , sino m e d ia n te la su sp e n sió n d e la acción n ecesaria p a ra q u e pudiesen ex istir. Y , e n c u a n to a e sto , la m ism a ra z ó n vale acerca d e los entes in c o rru p ­ tib le s ; p u e s, a u n q u e se d ig a q u e éstos son necesarios según su p o te n c ia in trín ­ seca y en o rd e n a los ag en te s n a tu ra le s, n o lo son, em p ero , en o rd e n a la p o ­ te n c ia e x trín se c a de D io s, d e la q u e d e p e n d e n siem pre y co n tin u am en te en su ser. P o r ta n to , a u n q u e se dig a q u e existen p o r sí en o rd e n a la causa intrínseca, ya q u e n o tie n e n p o r u n a fo rm a d is tin ta el ser en e l q u e su b sisten , sino p o r sí — lo cu al e s su m am en te v e rd a d e ro acerca de las sustancias inm ateriales— ■, sin

videntia. Denique theologi ita sentiunt de hac ventate naturali, eamque aliis rationibus Suadent et- exemplis declarant, ut videre licet in Bonavent-, In I, dist. 37, a. 1, q. 1 ; Gregorio, In II, dist. 3, q. 1, a. 3 ; Alens., I, q. 10, membr. 2 et 3; Hervaeo, in tractatu de Aeternitate mundi, q. 6, et aliis, quos sect. seq. referam.

sen eadem collatio eiusdem esse, ut sequenti sectione amplius explicabimus. Nec vero est superfluus hic influxus, quia sine ilio non sibi sufficerent res creatae ut sustentarentur in esse. Quapropter, deficiente hoc infiuxu, statini in nihilum redigerentur, non quia ipsaemet res creatae seipsas privarent suo esse, id enim repugnans est, sed quia ab auctore sui esse ilio privarentur, non per Solvuntur rationes dubitandi actionem contrariam, sed per suspensionem 16. Ad primant rationem dubitandi, pa- actionis necessariae ut esse possenti Et quoad tet responsio ex dictis ; nam eadem indi- hoc, eadem est ratio de entibus incorrupgentia quae est in esse creaturae in primo tibilibus ; illa enim, licet secundum poteninstanti quo fit, u t sine alterius actione es­ tiam intrinsecam et in ordine ad naturalia se non possit, est in ìlla quamdiu permaner agenda dicantur enfia necessaria, non tain esse. Quia cum ratione sui esse praecise men in ordine ad extrinsecam potentiam et quatenus tale est indigeat creatura di­ Dei, a qua semper ac continue pendent in suo esse. Unde, licet dicantur per se esse vino infiuxu u t sit, quamdiu est eodem in­ firmi indiget. Ncque Ula conservatio dici pro­ iq ordine ad intrinsecam causam, quia non prie potest iterata collatio eiusdem esse, sed per formam distinctam, sed per se habenr sicut ipsum esse non est iteratimi esse, sed esse in quo subsistant, quod maxime veruni est unum esse quod idem permanet, sic est de immaterialibus substantiis, tamen in etiam influxus quo res conservatur est idem, ordine ad causam extrinsecam non convenir

Disputación X X I.— Sección I

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em bargo, en o rd e n a la causa extrínseca n o le s conviene ex istir p o r sí, sino p o r u n a causa su p e rio r y con d ependencia de ella. 17. Segundo.— A l segundo se responde q u e esta v erd ad se infiere sufi­ cientem ente de los dos capítulos p ropuestos allí. P o rq u e , en p rim e r lu g ar, p e r­ tenece a la m agnificencia de la potencia d ivina e l q u e n o exista n a d a n i pueda existir p o r u n m o m en to sin su influjo. T a m b ié n co rresponde a ella el pleno dom inio de todas las cosas creadas y la p o te sta d in trín seca d e an iq u ilarlas por suspensión d e su influjo. P o r ello, e n el caso d e u n artífice h u m a n o , o ta m b ié n en el d e los agentes n atu rales unívocos, el q u e p u e d a n realizar efectos q u e , al cesar su acción, perm anezcan en el ser n o es u n a p erfecció n ab soluta, sino suponiendo alguna im perfección en el artífice, a saber, que no p u ed e p ro d u cir n in g u n a cosa según su p ro p io ser y en tid ad , sino únicam ente seg ú n u n a cierta form a y figura re su lta n te d e la situación y o rd e n de tales cosas; y, su p u esta esa im perfección, in cu m b e a la h ab ilid ad d el artífice el com poner las cosas a p a rtir de tales realid ad es, con ta l ord en y disposición, q u e ten g a n coherencia sólida y sean estables. E n cam bio, en el caso del agente n a tu ra l, se supone, p o r ejem plo, q u e’ de suyo es u n agente unívoco, lo cual n o p e rten ece a la perfec­ ción absoluta.; p o rq u e , en ig u ald ad de circunstancias, es m ucho m ás no b le el agente q u e de suyo p o see u n o rd e n m ás elevado que el efecto y contiene em i­ n en tem en te a éste. S in em bargo, su p u esta aquella im perfección — q u e la causa es d e la m ism a n a tu raleza y o rd en q u e e l efecto— , el p o d e r realizar u n efecto igualm ente perfecto y p erm an en te co rresp o n d erá a la p erfecció n n o absoluta, sino d e dicho o rden. A dem ás, la necesidad d e la conservación se colige asim is­ m o suficientem ente d e la im perfección del ser c re a d o ; p u e s, si d e suyo fuese tal q u e p udiese p erm an ecer siquiera p o r u n m om ento sin e l influjo actual d e la causa p rim era , ta m b ié n e n el p rim e r m o m en to o in clu so en la e te rn id a d p o ­ d ría ex istir sin ta l influjo, y n o exigiría p o r su in trín se c a n a tu raleza el de­ p en d er d e otro, lo cual es p ro p io del ser infinitam ente p erfecto . 18. E n c u a n to , a los ejem plos q u e allí se ad ucen, se resp o n d e p rim era m en te q u e, a u n q u e n o b a ste cu alq u ier desigualdad e n tre el efecto y la causa p a ra que el efecto d ep en d a e n la conservación, n o o b sta n te , la desig u ald ad q u e se d a en-

iJlis per se esse, sed per superiorem cau­ sam et dependenter ab illa. 17. Secunda.— Ad secundum respondetur ex utroque capite ibi proposito suffi­ denter colligi hanc veritatem. Primum enim ad amplitudinem divinae potentiae spectat ut nihil sit ñeque aliquo momento esse possit absque influxu eius. Ad eamdem item pertinet plenum dominium omnium rerum creatarum et intrinseca potestas annihilandi eas per suspensionem sui influxus. Quodrca in humano artifice, vel etiam in naturalibus agentibus univocis, quod possint efficere effectus qui cessante actione sua in esse permaneant non est perfectio simplidter, sed supposita aliqua imperfectione nimirum in artifice, quod non possit efficere rem ali­ quant secundum proprium esse et entitatem eius, sed solum secundum quamdam fornam et figuram consurgentem ex situ et ordine talium rerum, qua imperfectione sup­ posita, pertinet ad industriam artifids res componere ex talibus rebus, tali ordine ac disposinone, ut firmiter cohaereant et sta­ biles sint. In agente autem naturali suppo-

nitur, verbi gratia, quod de se sit agens univocum, quod non pertinet ad perfectionem simplidter; nam caeteris paribus multo excellentius est agens quod ex se est eminentioris ordinis quant effectus illumque eminenter continet. Tarnen, supposita ilia imperfectione, quod causa est eiusdem rationis et ordinis cum effectu, pertinebit ad perfectionem non simpliciter, sed illius 05dinis, ut possit effectum aeque perfectum àc permanentem efficere. Rursus etiam ccdligitur nécessitas conservationis sufficienter ex imperfectione creati esse; nam si ex se tale esset ut posset vel per momentum perma­ nere sine attuali influxu primae causae, etiam in primo momento vel in ipsa aeternitate esse posset sine tali influxu, neque ex intrinseca ratione sua postulare! dependentiam ab alio, quod est proprium esse infinite perfetti. 18. Ad exempla vero quae ibi afferuntur, primum respondetur quod, licet non quaelibet inaequalitas effectus ad causam sufficiat ut effectus pendeat in conservari, tarnen haec inaequalitas quae est inter esse per es-

Disputaciones metafísicas

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tre el ser p o r esencia y el se r p o r p a rtic ip a c ió n , es d ecir, e n tre el ser in d e p e n ­ d ie n te y a q u e l q u e es esen c ia lm e n te d e p e n d ie n te , b asta p a ra q u e éste n o p u e d a cq n serv arse sin el in flu jo d e a q u é l. E n aq u ello s ejem plos se p id e q u e ex p liq u e­ m o s c u án d o e l efecto d e p e n d e e n su conservación d e la causa cread a. P ero esto lo aclararem os m ás có m o d am en te e n la sección 3.

S E C C I O N

II

Q u é acción e s la conservación , y cómo s e d ist in g u e d e la creación 1. E n e sta cu estió n h ay u n a p rim e ra o p in ió n , d e E n riq u e , Quodl. I, q. 7 , el cu al a firm a q u e en to d a p ro d u c c ió n y conservación d e las cosas in terv ien en d o s a c c io n e s: u n a , p o r la q u e la cosa a d q u ie re e l s e r; o tra , p o r la q u e es con­ se rv a d a e n e l se r; d e éstas, la p rim e ra es a n te rio r, la seg u n d a p o sterio r. E l m ism o , e n e l Quodl. IX , q . 1 ; A u réo lo y G re g o rio , a los q u e h e d e citar p o s­ te rio rm e n te . E l fu n d a m e n to p a re c e e sta r en q u e la acción p o r la q u e se confiere e l se r a la cosa es in sta n tá n e o , in d iv isib le y c aren te d e d u ra c ió n o p erm an en ­ c ia , p o r lo c u a l pasa in m e d ia ta m e n te , y le sucede la acción p o r la q u e la cosa e s c o n se rv a d a en el s e r; p o rq u e la conservación es u n a acción p e rm a n e n te . Y se co n firm a , e n p rim e r lu g a r, p o rq u e si la cosa se conservase p o r la m ism a acc ió n p o r la q u e es p ro d u c id a , d u ra n te to d a su existencia se e n c o n tra ría com o e n u n a c o n tin u a p ro d u c c ió n , y a q u e la p rim e ra p ro d u c c ió n d u ra ría co n tin u a­ m e n te . M a s p arece q u e es dem asiad o a b su rd o el consiguiente, a saber, q u e u n a co sa s u s ta n c ia l y p e rm a n e n te e sté e n co n tin u o flujo. Se confirm a,, e n segundo lu g a r , p o r q u e m u ch as veces vem os q u e u n a cosa e s p ro d u c id a p o r u n a causa y c o n se rv a d a p o r o tra ; lu eg o e n ese caso es p reciso q u e la conservación se d is tin g a d e la p ro d u c c ió n ; lu e g o ta m b ié n se d is tin g u e n siem p re. P o r últim o, lo c o n firm a ap o y ándose en S an A g u stín , lib . De anim. irnmort., c. 8, donde es­ c rib e a s í d e D io s : Porque este poder y naturaleza incorpórea productora de

todos • los cuerpos sostiene el universo por la presencia de su potencia; pues no lo hizo y se alejó, abandonando lo que había producido; y m ás a d e la n te : Ese poder productor no puede estar ocioso sin mantener lo que ha sido producido por él, ni dejarlo que carezca de especie, por la que es en la medida en que es; i

sentiam et per participationem, seu inter esse independens et illud quod est essentialiter dependent, sufficit ut hoc non possit sine illius ‘influxu conservari. Petitur autem in id s exemplis ut explicemus quando effectus pendeat in conservari a causa creata. Sed hoc declarabimus commodius in sect. 3.

nentia, et ideo statini praeterit eique succedit actio qua res conservatur in esse; nam conservatio est actio permanens. Et confirroatur primo, quia si res eadem actione conservaretur qua fit, semper quamdiu est, esset in quodam continuo fieri, quia primum fieri continuo duraret. Consequens autem videtur valde absurdum, nempe quod res substantialis et permanens sit in continuo SECTIO II fluxu. Confirmatur secundo, quia saepe vi­ Q u a e n a m a c t io s r r c o n se r v a tio , e t q u o dimus rem ab una causa produci et ab alia MODO A CREATIONE DIFFERAT conservari; ergo tunc necesse est distingui 1. In hac re est prima sententia Hen- conservationem a productione; ergo et sem­ per distinguuntur. Ultimo id confirmât ex rici, Quodl. I, q. 7, asserentis in omni re­ August., libro de Anim. immort., c. 8, ubi rum productione et conservatione interce­ de Deo sic scribit: Haec vis et natura in­ dere duas actiones; unam, qua res acquirit esse; aliam, qua conservatur in esse; ex corporea effectrix corporis universi, praesente potentia tenet universum; non enim fecit quibus illa praecedit, haec sequitur. Idem Quodl. IX , q. 1; Aureol. et Gregor., infra atqiie discessit effectumque deseruil; et in­ fra: Ilio effectoria vis vacare non potest citandi. Fundamentum esse videtur quia ac­ tio qua rei confertur esse est subita et in-- quin id quod ab ea factum est tueatur, et divisibilis et carens duratione seu perma- specie carere non sinat, qua est in quantum-

Disputación X X L — Sección II

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pues lo que no existe por si, dejará al punto de existir si lo abandona aquel por el que existe, e tc. C apréolo, In II, d ist. 1, q . 2, a. 2, en el arg u m en to contra la 3.a conclusión, expone en favor de esta opinión otros arg u m en to s tom ados d e A uréolo. T a m b ié n aduce otros G reg o rio , In II, d ist. 1, q . 6, concl. 4. P ero los om ito p o rq u e n o ofrecen especial dificultad. 2. L a segunda opinión afirm a q u e la conservación n o es u n a acción d is­ tin ta de la creación según la realid ad o u n m odo re a l, sino q u e sólo se distin ­ g u en p o r cierta connotación o n egación in clu id a, o p o r la .razón, p u e s la creación expresa la efectuación d e la cosa connotando q u e antes no existía, m ien­ tras q u e la conservación designa la m ism a efectuación connotando q u e la cosa existía ya antes. E sta es la o pinión d e Santo T o m á s, I, q. 104, a. 1, ad 4 ; De Potentia, q . 3, a. 3, ad 6 , y q. 5, a. 1, ad 2; y la siguen co m ú n m en te los tom istas. H erveo, en el tra ta d o De aeternit. mundi, q . 1; E gidio, De ente et essentia, q. 7 ; el F errarien se, I I I cont. Geni., c. 6 5 ; C apréolo, antes referido, el cual cita especialm ente, e n co n tra de E n riq u e, a B ernardo d e G anaco, Quodl. I, q. 7. H ab lan d o e n absoluto, esta opinión es v e rd a d e ra ; m as p a ra explicarla m e­ jo r d ebe em plearse u n a distinción.

Solución de la cuestión 3. Primera afirmación.— E n efecto, u nas veces sucede q u e la cosa es con­ servada exactam ente p o r la m ism a causa que la p ro d u ce, y o tras, en cam bio, p o r causas diversas, b ie n p o rq u e la p ro d u cció n es realizada p o r u n a con ayuda o concurso d e o tra , m ien tras que la conservación es llevada a cabo p o r u n a sola causa, b ien , inversam ente, p o rq u e la p ro d u cció n es e fectu ad a p o r u n a y p a ra la conservación co n cu rren m uchas. A firm o, p u e s, en p rim e r lu g a r: cu an d o la conservación p ro c e d e exactam ente d el m ism o agente y con igual concurso de la causa m aterial, o tam b ién con la m ism a in d ep en d e n cia de la causa m a­ terial, entonces la conservación no es u n a acción d istin ta d e la p ro d u cció n O creación sino ú n icam en te d e m an era conceptual o p o r connotación y relación. D e d o nde re su lta q u e , h ab lan d o form a! y absolutam ente, la acción y la con­ servación n o son e n realid ad dos acciones. E ste es el pensam iento de Santo

cumque est; quod enim per se non est, si deseratur ab eo per quod est, profecto non exit, etc. Alia arguments pro hac sententia refect ex Aureolo Capreol., In II, dist. 1, q. 2, a. 2, in arg. cont. 3 concl. Alia etiam affert Gregor., In II, dist. 1, q. 6, concl. 4. Sed ea omitto, quia non habent specialem difficultatem. 2. Secunda sententia est conservationem non esse aliam actionem a creatione secun­ dum rem aut modum realem, sed solum connotatione quadam aut negatione inclusa, seu ratione distingui, nam creatio dicit effectionem rei connotando quod antea non fuerit, conservatio autem dicit eamdem effectionem connotando .quod res antea iam fuerit. Haec est sententia D. Thomae, I, q. 104, a. 1, ad 4; de Potent., q. 3, a. 3, ad 6, et q. 5, a. 1, ad 2, et hanc sequuntur communiter thomistae. Hervaeus, tract, de Aeternit. mundi, q. 1; Aegid., de Ent. et essent., q. 7; Ferrar., I l l cont. Gent., c. 65; Capreol., supra, qui refert speciali-

ter, contra Henricum, Bernardum de Gana­ co, Quodl. I, q. 7. Et haec sententia, per se loquendo, vera est; ut tarnen amplius explicetur, distinctio quaedam adhibenda est. Quaestionis resolutio 3. Prima asserito.— Continui enim interdum rem ab eadem omnino causa con­ servar! a qua fit, interdirai vero a diversis, vel quia effectio fit ab una cum adminiculo vel concursu alterius, conservatio vero fit a sola una causa, vel e converso, quia productio fit ab una, ad conservationem autem multae concurrunt. Dico ergo primo: quan­ do conservatio est ab eodem omnino agente et cum eodem concursu causae materialis, vel etiam cum eadem independentia a ma­ teriali causa, tunc conservatio non est alia actio a productione vel creatione nisi ratione tantum vel connotatione et habitudine. Quo fit ut, formaliter ac per se loquendo, serio et conservatio non sint in re duae actiones.

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Disputaciones metafísicas

T o m á s. Y se d em u estra p o rq u e n o h ay n in g ú n p rincipio suficiente p a ra distin ­ g u ir esas accio n es; luego se afirm ará sin m otivo q u e son distin tas. P u e s, ¿q u ién creerá q u e e l sol o u n a lám p ara ilu m in a este aire con u n a acción d istin ta cuan d o se aplica p o r p rim e ra vez y en veces sucesivas? ¿Q u é h a b ría h ab id o en la causa p a ra que la p rim e ra acción se in terru m p iese o cesase y la o tra se incoase pos­ te rio rm en te? A dem ás, la p rim e ra acción d eb ería d u ra r sólo u n in stan te de n u es­ tro tiem po, y a q u e , por- la m ism a razón p o r la q u e d u ra se m ás, p o d ría d u ra r sie m p re ; co n siguientem ente, la acción su b sig u ien te, o d u ra ría sólo o tro instante sem ejante, y a sí h ab ría dos in stan tes inm ediatos, o d u ra ría to d o el tiem p o sub­ siguiente e n e l q u e la cosa es conservada, y entonces p o d ría decirse lo m ism o, c o n igual o m ayor razó n , a p ro p ó sito de la p rim e ra acción, y se ev itaría aquella m u ltip licació n superflua d e acciones. A ñádase q u e aquella seg u n d a acción h a­ b ría d e ser incoada m ed ian te el ú ltim o n o -ser, lo cual es ajeno a la naturaleza d e tales acciones. Ig ualm ente, en la visión beatífica, p o r ejem plo, la acción p o r la q u e el b ien av e n tu rad o ve a D io s p o r p rim e ra vez sería d istin ta d e aquella p o r la q u e d espués persevera e n la visión d e D ios. Y así la p rim e ra acción nosería bienav e n tu ran za, n i p e rp e tu a d e suyo, lo cu al es absurdo. E s m ás, a d m itir e sto en cu alq u ier visión corporal o en cu alq u ier intelección y volición es ex­ tra ñ o a to d a ra z ó n y ajeno a la experiencia, e n la m edida e n q u e p u ede in te r­ v e n ir en la p re se n te cuestión. M á s todavía, apenas es posible al h o m b re perse­ v erar ú n icam en te p o r u n in stan te e n la acción vital q u e ejerce'. T a m b ié n sería ad m irab le q u e e n u n agente n a tu ra l, p o r ejem plo, la vista, variase la acción sin cam b iar el p rin cip io , n i el objeto, n i el p acie n te, n i el efecto. Y , d e m an era sem ejante, q u e se m ultiplicase la acción sin n u evo ejercicio d e la lib ertad . P o r ú ltim o, la acción tiene u n id a d p o r el térm ino y p o r el p rin cip io , o tam b ién p o r el paciente, si versa sobre é l; p e ro la p ro d u cció n y la conservación tien en exac­ ta m e n te el m ism o té rm in o ; lu eg o , si el p rin cip io es el m ism o, según supone­ m os, la acción de que tratam o s será la m ism a, ya q u e la creación n o tiene n in ­ g ú n 'su je to ; e igual acontece, g u ard an d o la d e b id a p ro p o rció n , en la acción y e n la conservación que se lleva a cabo a p a rtir de u n sujeto, si el paciente es idéntico.

Haec' est mens D. Thomae. Et probatur, quia nullum est principium sufficiens ad distinguendas ifias actiones; ergo sine causa asserentur, distinctae. Quis enim credat so­ lerli vel lucernari alia actione illuminare hunc aerem cum primo applicatur et deinceps? Quid enim fuisset in causa ut prior actio interrumperetur vel cessaret et alia deinde inchoaretur? Rursus deberet prima actio tantum per instans nostri temporis du­ rare, quia qua ratione amplius duraret, semper durare posset; subsequens aedo ergo vel duraret per aliud simile instans tantum, et sic essent duo instantia immediata, vel duraret per totum subsequens tempus quo res conservatur, et tunc eadem vel maiori ratione idem dici poterit de priori actione, et vitabitur illa superflua multiplicatio actionum. Adde quod illa secunda actio inchoanda esset per ultimum non esse, quod est praeter naturano talium actionum. Item in visione beata, verbi gratia, alia esset ae­ do qua beatus primo videt Deum et qua deinde perseverai in visione Dei. Et ita

prima actio non esset beatitudo, neque de se perpetua, quod est absurdum. Immo hoc admittere in quacumque corporali visione ve! in omni intellectione et volinone est praeter omnem rationem et praeter experientiam, quantum in hac re intervenire'pot­ est. Immo vix est homini possibile perse­ verare tantum per instans in actione vitali quam exercet. Mirum edam esset quod in agente naturali, verbi gratia, visu, variaretur actio non mutato principio, neque obiecto, neque passo, neque effectu. Et similiter quod in agente libero multiplicaretur actio absque usu novo libertatis. Tandem actio habet unitatem ex termino et principio, vel etiam ex passo, si versetur circa illud; sed productio et conservano habent eumdem omnino terminum; ergo si principium sit idem, ut supponimus, actio de qua egimus erit eadem, quia creatio nullum habet subiectum; idem autem est servata proportione in actione et conservatione quae fit ex subiecto, si passum sit idem.

D is p u ta c ió n X X L — S e c c ió n I I

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4. Se responde a una objeción.— S e d irá q u e las acciones suelen d istin ­ g u irse tam bién p o r la d iv ersid ad d e tie m p o ; p ues p o r esa ra z ó n exige A ristó­ teles u n id a d de tiem p o p a ra la u n id a d d e m ov im ien to ; pero la creación y la conservación se realizan en tiem pos diversos o, al m enos, aquélla se efectú a en el p rim e r in stan te y ésta en to d o e l tiem p o q u e sigue. R espondo q u e , según la o pinión d e A ristóteles, u n m ism o tiem p o c o n tin u o es suficiente p a ra q u e el m ovim iento sea el m ism o y, consiguientem ente, p a ra q u e la acción sea la m ism a ; p ero , e n e l caso p resen te, el in sta n te en el q u e se realiza la creación d e m an era c o n tin u a (repito), d el m odo com o u n t é r m i n o indivisible p u e d e u n irestá u n id o de m an era co n tin u a al tiem p o siguiente en q u e d u ra la conservación; se in m ed iatam en te a u n a cosa d iv isib le; p o r tan to , esto bastaría p a ra q u e a q u e­ lla acción tuviese u n id a d , y p o r eso dice m uchas veces S anto T o m ás q u e la conservación es com o u n a creación continuada. L o cual n o d eb e en ten d e rse en sen tid o d e u n a c o n tin u id ad p ro p ia , sino a n u e stro m o d o d e en ten d e r, es d ecir, p o r ' coexistencia con u n a v erd a d e ra sucesión continua. P o rq u e la co n ti­ n u id a d p ro p iam en te dicha sólo se d a e n u n a cosa divisible, m ien tras q u e la creación y la ' conservación son u n a acción indivisible, p o r lo q u e su u n id a d es m ayor y su d u ració n n o tien e lugar p o r sucesión n i p o r verd ad era co ntinuidad, sino p o r la p érm an en cia de u n a m ism a acción indivisible. P o rq u e , cu an d o n o hay sucesión en el térm in o o e n la adquisición del té rm in o , tam p o co p u e d e h a­ berla e n la acción; pero a q u í n o h ay sucesión en el térm in o — p u esto q u e es el ser sustancial indivisible— n i e n su adquisición — ya que se ad q u iere to d o sim ultáneam ente y se conserva to d o sim ultáneam ente— . D e a h í re su lta q u e, cu an d o se dice q u e la p ro d u cció n y la conservación d u ra n u n tiem po co n tin u o , debe ello en ten d e rse d el tiem p o extrínseco con el cual coexiste dicha acción, p u es si se hab la d e la d u ra c ió n in trín seca, es m ás b ie n u n in sta n te o evo in d i­ visible, q u e com ienza to d o sim ultáneam ente en el p rim e r in stan te y persev era tam b ién todo d u ra n te to d o el tiem po siguiente y e n cada u n a d e sus p a rte s e instantes. 5. C on esto se confirm a la ra z ó n aducida a n terio rm en te, p u es la conser­ vación es una acción única, e n cu an to d u ra todo el tiem po p o sterio r al p rim e r in stan te y todos los in stan tes que fo rm an la co n tin u id ad d e tal tie m p o ; luego

4. O biectioni fit satis .— Dices, edam ex temporis diversitate solere actiones distin­ gui; ideo enim Aristoteles ad motus unitatem requirit unitatem temporis; creatio autem et conservano fiunt diversis temporibus, vel saltern illa fit in primo instanti, haec vero in toto tempore subsequenti. Respon­ deo, ex sententia Aristotelis, idem tempus continuum sads esse ut motus sit idem, et consequenter ut actio sit eadem; at in praesenti instans quo fit creatio continue coniungitur tempori subsequenti quo durat conservatio; continue (inquam) eo modo quo potest indivisibilis terminus rei divisi­ bili immediate copulari ; hoc ergo satis esset ut fila actio esset una, et ideo saepe dicit divus Thomas conservationem esse qua­ si continuatam creationem. Quod non *st intelligendum de continuatione propria, sed nostro modo intelligendi seu per coexistentiam ad veram successionem continuant. Continuatio enim proprie dicta solum est in re divisibili, creatio autem et conservatio

sunt una actio indivisibilis; unde eius unitas maior est, eiusque duratio non est per successionem nec per veram continuationem, sed per eiusdem indivisibilis actionis permanentiam. Nam, quando non est successio in termino vel acquisitione termini, neque in actione esse potest; hic autem non est successio in termino, quia est esse substantiale indivisibile, neque in acquisitione eius, quia simul totum acquiritur et simul totum conservatur. Quo fit ut, cum dicitur productio ac conservatio durare uno tempore con­ tinuo, intelligendum id sit de tempore extrinseco cui fila actio coexistât, nam si sit sermo de intrinseca duratione, potius est mu un instans aut aevum indivisibile, quod totum simul incipit in primo instanti totumque perseverai toto tempore sequenti et in singulis partibus ac instantibus eius. 5. Atque hinc confirmatur ratio superius facta, nam conservatio est una actio, prout durât toto tempore post primum instans et in omnibus instantibus continuativis talis

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D i s p u t a c i o n e s m e ta f ís ic a s

ta m b ié n es Una acción q u e tie n e u n id a d con la m ism a p ro d u c c ió n o creación q u e se rea liz a e n el p rim e r in sta n te . L a consecuencia es p a te n te , y a q u e no h a y m a y o r ra z ó n p a ra d istin g u ir el p rim e r in s ta n te del tie m p o in m ed iatam en te si­ g u ie n te q u e p a ra d is tin g u ir c u a lq u ie r in sta n te sucesivo d e la p a rte de tie m p o q u e viene d e sp u é s de él. A n o ser q u e alg u ien im agine, p o r v e n tu ra , e n la m is­ m a conservación, u n a sucesión in trín se c a re a l, cosa que es falsa y p a ra m í im ­ p ro b a b le ; y a u n en to n ce s q u ed a el m ism o a rg u m e n to d e q u e , d e igual m o d o q u e se dice q u e la conservación es e n sí u n a acción con u n id a d , a saber, p o r c o n tin u id a d , d eb e decirse q u e ta m b ié n tien e u n id a d con la creación, p u e sto q u e u n a p a rte n o se u n e al ú ltim o térm in o e n m e n o r grad o q u e a los térm in o s d e la sucesión, de ig u al m a n e ra q u e , e n la lín ea, u n p u n to te rm in a l se u n e v e rd a d e ra m e n te a ella y, a su m o d o , co nstituye con las p a rte s u n a u n id a d ín te ­ g ra , en ig u al m ed id a q u e u n p u n to in term ed io . 6. Se resuelve una objeción.-- C on ello se resuelve in c id en talm en te el a r­ g u m e n to , si alg u ien o b jeta de este m o d o : si D ios aniquilase a u n ángel y pos­ te rio rm e n te crease al m ism o , la acción cread o ra sería d iv ersa ú n icam en te p o r­ q u e h a b ía sido realizad a en d is tin to tie m p o ; lu eg o la creación y la conserva­ c ió n , q u e se llevan a cabo e n tiem p o s diversos, serán acciones diversas. P o rq u e se re sp o n d e q u e p u e d e ad u cirse el m ism o arg u m e n to acerca de la conservación, q u e co rre sp o n d e a u n tie m p o o in sta n te a n te rio r y p o ste rio r, a saber, que n o es la m ism a acción, sino q u e se m u ltip lican infinitas acciones e n la sucesión de to d o s los in s ta n te s o p a rte s d el tiem p o . P o r ta n to , cabe n e g a r la consecuencia, ya q u e en a q u e l caso las acciones serían in te rru m p id a s y d isco n tin u as, m ientras q u e e n éste h a y u n a c o n tin u a . E s, em pero, m ejo r decir q u e el antecedente no e s n ecesario , p o rq u e D ios p o d ría re p ro d u c ir al ángel con u n a acción n um érica­ m e n te id é n tic a a aq u ella con q u e lo creó, ya q u e p a ra él n o es m ás difícil rea­ liz a r de n u e v o u n a acción n u m é ric a m e n te id é n tic a q u e u n efecto num éricam ente id é n tic o , se g ú n h e d ic h o m á s p o r extenso e n o tro lu g ar. Sin em bargo, tam bién p o d ría , si q u isie ra , v alerse d e u n a acción diversa p a ra re p ro d u c ir el m ism o efecto n u m é ric a m e n te , co m o h e a p u n ta d o e n lo q u e preced e. P o r eso n o he d ic h o q u e e l an te c e d e n te sea falso, sino in cierto , y a q u e d e p en d e d e la lib re v o lu n ta d d e D io s. Y p o r eso ta m b ié n no nieg o q u e D ios p u e d a , si quiere, va-

temporis; ergo etiam est una actio cum ipsa productione vel creatione quae fit in primo ¡nstánti., Patet consequentia, quia non est maior_ ratio distinctionis ínter primum instans et tempus immediate subsequens quam ínter quodlibet instans continuativum et partem temporis quae post íllud succedit. Nisi quis fortasse fingat in ipsa conservadone realem intrinsecam successionem, quod et falsum est et mihi improbabile, et adhuc relinquitur Ídem argumentum quod eo modo quo conservado in se dicitur una actio, scilicet, continuatione, debeat etiam dici una cum creatione, quia non minus coniungitur pars ultimo termino quam continuativis, ul in linea punctus terminativus vere illi unítur, et suo modo constituit cum partibus nnnm integrum, sicut punctus continuativus. 6. O biectio d issolvitur .— Unde obiter solvitur argumentum, si quis ita obiieiat: si Deus annihilaret angelum et postea eumdem crearet, actio creandi esset diversa so-

lum quia diverso tempore fit; ergo creatio et conservatio, quae diversis fiunt tempori­ bus, erunt actiones diversae. Respondetur enim idem argumentum fieri posse de conservatione, quae priori et posteriori tempori vel instanti correspondet, quod scilicet non sit eadem actio, sed infinitae multiplicentur in successione omnium instantium vel partium temporis. Negati ergo potest conse­ quentia, quia in ilio casu actiones essent interruptae et discretae; hic vero est una continua. Melius tamen dicitur antecedens non esse necessarium, nam posset Deus reproducere angelum eadem numero actione qua ilium creaverat; non enim illi difficilius est eamdem numero actionem itcrum efficere quam eumdem numero effectum, ut alibi latius dixi. Tamen etiam posset si vellet diversa actione uri ad reproducendum eumdem numero effectum, ut _in superioribus notavi. Et ideo non dixi antecedens esse falsum, sed incertum, quia pendet ex libera Dei voluntate. Unde etiam non nego

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riar la acción e n la creación y en la conservación d e u n a cosa, e incluso en la m ism a conservación, ta l com o se realiza en las diversas p a rte s de n u e stro tie m p o ; afirm o, em p ero , q u e ello resu lta superfluo y n o con n atu ral, su p u esta la id en tid ad d e l té rm in o y el prin cip io , so b re to d o c u a n d o la acción no se in ­ terru m p e . 7. De qué clase y de qué grado es la distinción entre la creación y la con­ servación.— C o n ello se en tien d e, adem ás, fácilm ente la distin ció n d e ra z ó n en ­ tre la creación y la conservación; en efecto, q u e se d a p o r lo m enos ésta lo d e­ m u e stra e l ?di verso m o d o d e h a b la r; p o rq u e n o se dice que la cosa se conserva e n e l p rim e r in sta n te en q u e es creada, n i q u e se crea, después del p rim e r in s­ ta n te , en el. tie m p o re s ta n te en q u e se co n serv a; luego e n tre esas dos cosas se d a alguna d istin ció n , al m enos de razó n , la cual n o es o tra q u e la a p u n ta d a a rrib a : q u e la creación, con este térm in o , connota la n egación d e q u e an tes se h ay a poseído el ser, m ien tras q u e la conservación connota, in v ersam e n te, la posesión del ser ten id o an terio rm en te. Y p arece evid en te de suyo q u e é sta es sólo u n a d iv ersid ad d e razó n . Y se p ate n tiz a fácilm en te p o r u n sím il to m ad o d el térm in o m ism o, p u e s e l m ism o efecto creado, e n cu a n to existente e n el p rim e r in stan te o e n cu a n to existente en to d o el tiem p o q u e sigue, sólo p u ed e d istinguirse co n ce p tu a lm e n te ; luego lo m ism o ocurre en la acción indivisible, y en este sentido se h a n im p u esto diversos nom bres c o n los q u e se exprese la acción bajo esas relaciones y connotaciones diversas. P ero á veces se concibe o significa la acción n o con esas relaciones, sino in d istin ta m e n te , y en to n ce s tam b ién se dice in d istin ta m e n te de la p ro d u cció n y d e la conservación, a la m an era com o se dice q u e el sol ilum ina el aire, n o sólo en el p rim e r in stan te, sino tam b ién p o r to d o e l tiem po q u e d u ra la luz. Y en ese sentido se dice asi­ m ism o q u e D ios está ejerciendo su actividad hasta ahora, Jo an ., 5, según expone San A gustín, lib . IV De Genesi ad litter., c. 12, y otros P ad res antes citados. C on esto, pu es, re su lta suficientem ente clara to d a la conclusión. E n cu a n to a saber p o r q u é h e añ ad id o su ú ltim a p arte, se p o n d rá d e m anifiesto p o r la con­ clusión siguiente. 8. Segunda afirmación.— E n segundo lu g ar, a firm o : a veces la conserva­ ción es u n a acción d istin ta d e la pro d u cció n p o r la diversidad de causa eficiente

quin possit Deus, si velit, variare actionem ir. rei creatione et conservatione, immo et in ipsa conservatione, prout fit in diversis partibus nostri temporis; dico tamen id esse superfluum et non connaturale, supposita identitate termini et principii, maxime quando non interrumpitur actio. 7. Qualis et quanta creationis a conser­ vatione distinctìo .— Hinc praeterea facile intelligitur distinctio rationis inter creationem et conservationem ; nam quod hacc saltern intercédât, ipse diversus modus loquendi ostendit; quia res non dfcitur conservari in primo instanti quo creatur, neque creari post primum instans reliquo tem­ pore quo conservatur; intervenir ergo aliquod discrimen saltern rationis inter illa duo, quod non est aliud nisi supra tactum, quod creano sub hac voce connotât negationem esse prius habiti, conservano vero e contrario connotât possessionem eiusdem esse prius habiti. Quod vero haec sit tan­ tum diversitas rationis, per se notum vide-

tur. Et facile patet a simili ex ipso termi­ no, nam ipse effectus creatus, ut existens in primo instanti, vel ut existens in toto tempore sequenti, solum ratione potest di­ stingui; ergo idem est in actione indivisi­ bili, et ita sunt imposita diversa nomina, quibus significetur actio sub illis diversis respectibus ac connotationibus. Interdum vero concipitur vel significatur actio sine illis respectibus, sed indifferenter, et tunc indifferenter etiam dicitur de producrione et de conservatione, quomodo dicitur sol illuminare aerem, et in primo instanti et toto tempore quo lumen durât. Quo sensu etiam dicitur Deus usque m odo opezari, loan., 5, ut August, exponit, IV Genes, ad litter., c. 12, et alii Patres supra citati. Ex his ergo satis patet tota conclusio. Cur vero ultimato partem eius addiderim, constabit ex sequenti conclusione. 8. Secunda assertio .— Dico secundo : in­ terdum conservano est distincta actio a productione ob diversitatem efficients vel ma-

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o m aterial; p e ro en ese caso h ay , e n tre la p ro d u c c ió n y la conservación, u n a distin ció n m aterial m ás b ie n q u e form al. S e explica y d e m u e stra la prim era p a rte p o rq u e la cantidad, p o r ejem p lo , en el m isterio d e la E u caristía, se con­ serva num éricam en te id én tic a n o sólo e n ' la m ateria d el p a n , sino ta m b ié n se­ p ara d a del p a n . P o r eso fu e p ro d u c id a p o r u n a acción d e la m ate ria d el p an y e s conservada separada p o r o tra acción d istin ta. L a ra z ó n e strib a e n que la p rim e ra acción fu e u ñ a ed u cció n d e la p o ten cia de la m ateria, o u n a concrea­ c ió n con la m ateria, o u n a co p roducción con el p a n , seg ú n las diferen tes op i­ n io n e s ; en cam bio, la acción p o ste rio r se realiza sin sujeto alguno y es real­ m e n te id én tic a con la creació n ; p e ro n o se llam a así ú n icam en te p o rq u e esa realid ad ya preexistía. C o n esto se e n tien d e in cid en talm en te q u e este m odo d e d istin ció n e n tre la p ro d u cció n y la conservación —-que u n a sea p o r m odo d e edu cció n , y o tra p o r m odo d e creación, o a la inversa— n o p u e d e darse n a tu ­ ralm en te, sino p o r u n m ilagro u o b ra so b re n a tu ra l; p o rq u e la fo rm a q u e es p ro d u c id a m ed ian te u n a acción d ep e n d ie n te d e u n sujeto n o p u e d e ser p ro - ' d u c id a o conservada n a tu ra lm e n te con in d ep en d e n cia d el sujeto. Y , p o r la m is­ m a razón, si el accidente p ro d u c id o e n u n sujeto se trasladase a o tro y fuese conservado en él, la acción p o r la q u e se conservase e n el o tro sujeto seria d is tin ta d e aqu ella p o r la q u e fu e p ro d u cid o en el p rim e ro , ya q u e sería com o u n a n u e v a ed u cció n y u n a n u eva d ependencia de u n a causa d is tin ta ; sin em bar­ go, esa d iv e rsid a d n o p u e d e ser n a tu ra l, p o rq u e u n accidente n o p u ed e pasar n a tu ra lm e n te d e u n sujeto a o tro sujeto. 9. Distinción entre la creación y la conservación por variación de la causa eficiente.— E n o tro sentido p u e d e distin g u irse la conservación d e la p ro d u c ­ c ió n p o r p a rte del p rin cip io , com o cuando e l fuego es p ro d u c id o p o r el fuego y d e sp u é s es conservado p o r D io s solo, o c u an d o el agua es calentada p o r el so l o p o r el fu eg o y, ap artad o el sol o el fuego, retien e el c a lo r; p o rq u e e n to n ­ ces es p reciso q u e la conservación sea u n a n u eva acción d istin ta. E sto se p a te n ­ tiz a fácilm e n te , p o rq u e cesó la p rim e ra acción y dependencia, p u es el fuego ya n o o b ra e n el ag u a, p o r ejem plo, o en otro fuego generado y, en consecuencia, .cesó ta m b ié n la p rim e ra acción e n cu an to p ro ced ía de D io s; p o rq u e en realidad

terialis causae; nine autem est materialis potius distinctio qnam formalis inter productionem et ' conservationem. Prima pars declaratur et probatur, nam quantitas, ver­ bi gratia, in mysterio Eucharistiae conservatur eadem numero, et in materia panis ct separata a pane. Et ideo alia actione fuit producta ex materia panis, alia conservativi separata. Et ratio est quia prior actio fuit eductio de potentia materiae, vel concreado cum materia, aut comproducrio cum pane, iuxta varias opiniones. Posterior vero actio est ex nullo subiecto; et in re est idem quod creatio; solum non ita appellatur quia res ilia iam praeexistebat. Unde obiter intelligitur hunc modum disdnetionis inter produedonem et conservationem, scilicet ut altera sit per modum eduedonis, altera per modum creationis, vel e converso, non pos­ se naturaliter intervenire nisi per miraculum aut supernaturale opus; nam forma quae fit per actionem dependentem a subiecto non potest naturaliter fieri aut conservati independenter a subiecto. Et eadem ratione,

si acci dens productum in uno subiecto transmutaretur in aliud et in eo conservaretur, actio ilia qua conservaretur in alio subiecto esset distincta ab illa qua fuit productum in priori; quia esset quasi nova eductio novaque dependentia a distincta causa; tarnen illa diversitas non potest esse naturalis, quia non potest accidens migrare naturaliter de subiecto in subiectum. 9. D istinctio creationis a conservatione ob variationem efficientis .— Alio modo pot­ est distingui conservatio a productione ex parte principii, ut cum ignis producitur ab igne et postea conservatur a solo Deo, vel cum aqua calefit a sole aut ab igne, et re­ moto sole aut igne retinet calorem; time enim necesse est conservationem esse novam actionem distinctam. Quod facile patet, quia cessavit prior actio et dependentia; iam enim ignis non agit in aquam, verbi gratia, aut in alium ignem genitum, et consequenter cessavit etiam prior actio, ut erat a Deo; nam in re erat omnino eadem cuna

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■era totalm ente id én tica con la acción del fuego, com o se explicará en la sección sig u ie n te ; luego es u n a acción nueva m ed ian te la cual D io s, p o r sí solo, con­ serva dich o efecto. M á s a ú n , acontece q u e la p rim era acción es sucesiva, m ie n ­ tras q u e la conservación es indivisible y p erm an en te, y a q u e m ed ian te ésta n o se a d q u iere n ad a n u evo p o r p a rte s, sino q u e se conserva sim ultánea e in d iv i­ siblem ente lo q u e se h a a d q u irid o poco a p o c o ; p o rq u e hablo d e la conserva­ c ió n g en u in a, q u e se realiza sin aum ento. P o r últim o, la razó n e stá en q u e la acción, p o r ' d e p e n d e r p o r sí m ism a del agente, n o p u e d e cam biar la d ep en ­ d encia o relación al agente sin q u e cam bie la acció n ; p o r ello, si la lu z es p ro ­ d u cid a p o r u n a lá m p ara y conservada p o r o tra , la conservación es u n a acción d is tin ta d e lá p ro d u c c ió n ; y, e n general, lo m ism o sucede siem pre q u e el q u e conserva es d istin to d el q u e produce. 10. D e aq u í se com p ren d e incidentalm ente que. este m odo d e d istin ció n n o tien e lu g ar, d e m an era n a tu ra l, en la creación n i e n la conservación corres­ p o n d ien te a ’ella, p o rq u e n a tu ralm en te n o es posible q u e u n a cosa sea creada n i, u n a vez creada, conservada sino p o r D ios solo; m as n o o cu rre lo m ism o so b ren atu ralm én te, p u es si D ios crease u n a cosa m ed ian te u n in stru m en to crea­ d o , y después la conservase p o r sí solo, o al contrario, tam b ién entonces sería d is­ tin ta la acción p o r la m ism a razón. M as h e dicho q u e la com paración d eb e es­ tablecerse en tre la conservación correspondiente a la creación, p o rq u e d e esa m anera h a de h acerse form alm ente y p o r sí m ism a la com paración, siem pre que se investiga la distin ció n e n tre la pro d u cció n y la conservación. P u e s sí alguno com para la conservación del fuego en la m ateria con u n a creación cual­ qu iera, es claro q u e son acciones diversas. Ig ualm ente, h ay q u e d etenerse e n la acción y causalidad d e la causa eficiente; p o rq u e si alguien com para la crea­ c ió n d e la m ateria, por ejem plo, con la conservación, tal com o procede, a su m odo, d e la form a q u e la actualiza, en tonces la causalidad d e la form a es d is­ tin ta d e la acción d e l a g e n te ; sin em bargo, esto no es com parar form alm ente la conservación activa con la producción. 11. F in alm en te, se en tien d e p o r q u é h e dicho en la p resen te afirm ación q u e esta distinción e n tre la conservación y la p ro d u cció n es accidental y m a-

actione ignis, ut sequenti quaestione declarabitur; ergo est nova actio qna Deus se solo ilium effectum conservan Immo contingit priorem actionem esse successivam, conservationem vero esse indivisibilem et per­ manentem, quia per hanc nihil novum acquiritur per partes, sed quod acquisitum est paulatim, simul et indivisibiliter conservatur; loquor enim de pura conservatione, quae fit sine augmento. Denique ratio est quia actio, cum per seipsam pendeat ab agente, non potest variare dependentiam vel Tiabitudinem ad agens quin varietur actio. Et ideo, si lumen producatur ab una lu­ cerna et conservetur ab alia, conservado est actio distincta a productione; et in Univer­ sum idem est quandocumque est distinctum conservans a prodúceme. 10. Ex quo obiter intelligitur hunc modum distinction^ non habere locum naturaliter in creatione et conservatione illi cor­ respondente, quia naturaliter non potest res creari, ñeque creata conservan, nisi a solo

Deo; secus vero est supernaturaliter, nam si Deus crearet rem per instrumentum creatum, et postea conservami se solo, vel e converso, tunc etiam actio esset distincta propter eamdem rationem. Dòti autem esse collationem faciendam inter conservationem correspondentem creationi; quia ita est for­ maliter ac per se facienda comparano, quoties inquiritur de distinctione inter productionem et conservationem. Nam si quis comparet conservationem ignis in materia cum creatione quacumque, darum est esse actiones diversas. Item sistendum est in ac­ tione et causalitate causae efficientis; nam si quis comparet creationem materiae, verbi gratia, ad conservationem, prout suo modo est a forma attuante illam, sic alia est causalitas formae ab actione agentis; tarnen id non est formaliter comparare conservatio­ nem activam cum productione. 11. Unde tandem intelligitur, cur in hac assertione dixerim distinctionem hanc inter conservationem et productionem esse per

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teria!, m ien tras que en la a n te rio r h e sostenido q u e la id e n tid a d e s esencial y form al. E n efecto, la d istin ció n q u e hem os explicado n o se d a e n tre la conser­ vación y la pro d u cció n p o r el h ech o d e q u e u n a sea conservación y la o tra p ro d u c c ió n , sin o p o r el h echo d e q u e u n a p ro ced e d e u n a causa y o tra de o tra . Y esa d istin ció n será la m ism a e n tre dos p ro d u ccio n es, o ta m b ié n e n tre dos con­ servaciones, si in terv ien e la m ism a d iv ersid ad d e p rin c ip io s; lu e g o la p ro d u c ­ c ió n y la conservación n o tie n e n p o r sí m ism as e sta d iv e rsid a d , sin o m ás b ie n id e n tid a d , si se com paran fo rm al y precisivam ente.

Se da cumplida respuesta a los argumentos 12. L o s a rg u m e n to s d e la p rim e ra o p in ió n casi n o n ecesitan ser resueltos. P o rq u e se n ie g a q u e la creació n d u re n ecesariam ente sólo u n in sta n te de n u e s­ tr o tie m p o , h a b la n d o d e a c u e rd o c o n la rea lid a d , ya q u e d u ra m ie n tra s perm a-n e c e la c o n se rv a c ió n ; p e ro , d e acu erd o con el n o m b re o co n n o tac ió n , se dice q u e sólo d u r a u n in s ta n te p o rq u e ú n icam en te en ese in sta n te co n n o ta negación d e u n a e x is te n c ia a n te rio r. N o s referim os siem pre a la creación q u e se lleva a c a b o c o n a p a ric ió n d e u n n u evo ser, p ues la q u e se diese desd e la e te rn id a d n o d u ra ría u n in s ta n te d e n u e stro tiem po, sino q u e sería u n p re se n te e te rn o , y e n ella se d is tin g u iría n la creación y la conservación, de m a n e ra proporcio­ n a l, co m o h e m o s e x p licad o en la d isp u tació n an terio r. A la p rim e ra confirm a­ c ió n se re s p o n d e q u e , c u an d o se dice q u e u n a cosa p e rm a n e n te se e n cu en tra e n u n a e sp e c ie d e p ro d u c c ió n c o n tin u a , la exp resió n es a m b ig u a ; p o rq u e encon­ tra rs e s ie m p re e n p ro d u c c ió n significa, e n rig o r de térm inos, en co n trarse com o en u n c o n tin u o trá n s ito y su cesió n ; y en este sentido la p ro p o sició n es falsa, a u n q u e n o se sig u e d e la o p in ió n an ted ich a, com o es evid en te d e suyo. U n sen­ tid o d is tin to p u e d e ser q u e la c ria tu ra , m ie n tra s existe, d e p e n d e e n acto d e la p rim e ra c a u s a , d e la q u e siem p re re c ib e el ser m ed ian te el m ism o influjo actual p o r e l q u e h a sid o creada.. Y e n este sen tid o la pro p o sició n es v erdadera, p e ro im p ro p ia , p u e s se r p ro d u c id o en sentido rig u ro so connota cie rta novedad en el se r. L a s e g u n d a confirm ación es pro b ativ a de la segunda conclusión estable-

accidens ac materialem, in superiori vero dixerim identitatem esse per se ac formalem. Quia nimirum ' distinctio quam explicuimus non est inter conservationem et productionem ex eo quod una est conservano et altera productio, sed ex eo quod una est ab una causa et altera ab alia. Quae distinctio erit eadem inter duas productiones, vel etiam inter duas conservationes, si eadem diversitas principiorum intercédât; ergo productio et conservatio per se non habent fcanc diversitatem, sed potius identitatem, si formaliter ac praecise comparentur.

negationem prioris existentiae. Loquimur autem semper de creatione quae est cum novitate essendi; nam illa quae esset ab aeterno, non duraret per instans nostfi tem­ poris, sed esset nunc aeternitatis, in eaque distìnguerentur creatio et conservatio, modo proportionali, ut disputatione praecedenti declaravimus. Ad primam confirmationem respondetur, cum res permanens dicitur esse in quodam continuo fieri, aequivocam esse locutionem; nam esse semper in fieri, ex rigore verborum significar esse in quodam continuo transitu et successione; in hoc au­ tem sensu falsa est propositio, non tamen S a t i s f i t argum entis sequitur ex praedicta sententia, ut per se 12. Argumenta prioris sententiae fere notum est. Alius vero sensus esse potest non indigent solendone. Negatur enim crea- quod creatura, quamdiu est, actu pendet a tionem ex necessitate durare tantum per prima causa, a qua semper recipit esse per instans nostri temporis secundum rem lo- eumdem actualem influxum quo creata est. quendo; durât enim quamdiu conservatio Et hoc sensu est vera propositio, tamen est permanet; secundum nomcn autem seu impropria, quia fieri in rigore connotai connotationem dicitux solum durare per in- quamdam novitatem essendi. Secunda constans, quia tantum pro ilio instanti connotât firmatio probat secundam conclusionem a

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D is p u ta c ió n X X I . — S e c c ió n II I

cida p o r nosotros. E n cu an to a las palabras d e S an A g u stín , o n o tien en n a d a q u e v er con la cu estión, o, a lo sum o, confirm an la m ism a conclusión.

S E C C I O N Si

todas

las

co sa s

d epen d en

de

so lo

II I D i o s e n s u c o n s e r v a c ió n

1. H em os dicho q u e p e rten ece a la eficacia d e la p rim e ra causa el conser­ var todas las cosas en el se r; corresponde explicar a co n tin u ació n si esto es ex­ clusivo d e ella; y, en consecuencia, expondrem os la división com ún d e las cau­ sas en aquellas d e las q u e dep en d en los efectos sólo e n la producción, o ta m ­ bién en la conservación. Investigarem os ta m b ié n la raíz d e esta diversidad, a ver si b asta q u e la causa sea unívoca, o b ie n equívoca, o, en caso d e q u e ésta n o sea suficiente, cuál lo será.

Se expone el sentido de la cuestión 2. Una cosa puede depender en su conservación de otra por diferentes tí­ tulos.— P ero a n te to d o debe advertirse, según Santo T o m á s, I, q . 104, a. 1 y 2, q u e cabe e n te n d e r de varias m aneras el que u n a cosa sea conservada p o r otra, a saber, esencialm ente o accidentalm ente. Se dice q u e conserva acciden­ talm en te u n a cosa aquello q u e la p ro te g e de sus contrarios, b ie n resistiendo a éstos, b ie n apartándolos. Y e n este sentido es cierto q u e D ios conserva una cria­ tu ra m ed ian te o tra ; p o rq u e u n ángel p u ed e conservar fácilm ente a u n h o m b re apartando una p ied ra, el fuego, e tc .; m as n o se tra ta de esto, ya q u e ésta no es tan to u n a conservación cu a n to u n a d istin ta m u tació n local o de alteración, de la cual se sigue accid en talm en te q u e la cosa, q u e ya existía, n o se corrom pe, y d e esta m anera es conservada. P o r lo q u e h ace a la conservación esencial, cabe establecer u n a su b d istin c ió n ; p o rq u e u n a es directa e in m ediata, la cual c o n ­ siste en el p e rm a n e n te influjo del ser q u e fu e com unicado p o r creación; en cam bio, otra es u n a conservación sólo m ed iata o rem ota, la cual consiste en el influjo d e algunas disposiciones o form as q u e son necesarias p a ra q u e la cosa

nobis positam. Verba autem D. Augustini, vel nihil ad rem facmnt vel ad summum conformant eamdem conclusionem. SECTIO III U trum res omnes a solo D eo pendeant IN CONSERVASI 1. Diximns pertinere ad efficacitatem primae causae ut res omnes in esse con­ served ; sequitur ut declaremus an hoc sit proprium eius, et consequenter explicabihius communem divisionem causarum in eas a quibus effectus pendent tantum in fieri, vel etiam in conservan. Et investigabimus radicem huius diversitatis, an scili­ cet sufficiens sit quod causa sit univoca, vel aequivoca, vel, si haec non est satis, quaenam ilia sit. S e n s u s q u a e s tio n is e x p o n itu r

2.

V a r iis titu lis u n a r e s a b a lia in s u i c o n s e r v a t i o n d e p e n d e r e p o le s t . — Primum

autem omnium advertendum est ex D. Thoma, I, q. 104, a. 1 et 2, variis modis intelligi posse unam rem conservari ab alia, scilicet, per se vel per accidens. Per accidens dicuntur conservare rem ea quae illam protegunt a contrariis, vel eis resi­ stendo vel ea removendo. Et hoc modo cer­ ium est Deum conservare unam creaturam mediante alia; angelus enim potest facile conservare hominem avertendo lapideo), ignem, etc.; de quo non est quaestio, quia haec non tam est conservatio quam alia mutatio localis, vel alterationis, ad quam ex accidente sequitur ut res, quae iam erat, non corrumpatur, et ita conservetur. Con­ servatio autem per se potest subdistingui; nam una est diretta et immediata, quae consistit in perseverante jnfluxu ipsiusmet esse quod per produttionem communicatum fuit; alia vero est conservatio solum mediata aut remota, quae consistit in influxu aliquarum dispositionum vel fonnarum quae necessa­ r ie sunt ut res conservetur in esse. Et

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D is p u ta c io n e s m e ta f ís ic a s

se conserve en e l ser. P arece q u e S an to T o m á s, en el lu g a r antes citado, a d 1, lla m a a la p rim e ra conservación p rin c ip a l, y a la segunda conservación secu n ­ d aria. A sí, p u e s, n o h ay p ro b le m a n in g u n o acerca de este ú ltim o m o d o de con­ servación, p o rq u e es cierto que algunas cria tu ra s son conservadas p o r otras de esta m an era, p u es en e ste se n tid o d ijo A ristóteles, X II d e la Metajísica, texto 3 4 , q u e el cielo y el sol conservan con su m ovim iento divino estas cosas inferiores. Y la razón e strib a e n q u e este m odo de conservación consiste ú n icam en te e n la p ro d u c c ió n d e algunas cualidades o form as. P o r eso, así com o u n a c ria tu ra o b ra en o tra , así tam b ién p u e d e o b ra r en las cualidades c o n g ru en tes a su n a tu ­ raleza, m ed ian te las cuales se conserve cóm odam ente. 3. A q u í d e b e n considerarse dos cosas: u n a , q u e la conservación se dice p ro p ia m e n te d e aquella q u e tie n e lu g a r p o r eficiencia, en el sentido en que h a­ blam os ah o ra d e ella, a u n q u e p u e d e ex ten d e rse a otros géneros d e causas, sobre to d o a la m a te ria l y a la fo rm al, d e igual m a n e ra q u e la form a es conservada p o r la m ateria, y la m a te ria lo es, a su m odo, p o r la fo rm a, y el com puesto p o r las disposiciones m ateriales. C o n sig u ien tem en te, p u e d e decirse p o r esta razó n q u e la m ateria es con servada m ed ian te las causas segundas, ya q u e , si bien n o in tro d u c e n in m e d ia ta m e n te e l ser e n ella, n o o b stan te, in d u c e n e n ella las fo r­ m as m e d ia n te las cuales es conservada. Y , p o r u n a ra z ó n sem ejante, se d irá q u e conserva e l su jeto q u ie n p ro d u c e las disposiciones co n n atu rales, com o el sol con­ serva los v iv ien tes fo m e n ta n d o el calor n a tu ra l d e lo s m ism os. L a o tra cosa q u e d e b e observarse es q u e la conservación se a trib u y e u nas veces al individuo y o tras a la especie, a la m a n e ra com o se dice q u e las especies son conservadas p o r la co n tin u a gen eració n d e los in d iv id u o s, q u e es asim ism o u n a conservación im p ro p ia, p o r ser m ás b ie n u n a sucesión d e generaciones. P o r eso, tam poco se tra ta de ésta, ya que re s u lta claro q u e estas generaciones se realizan m ediante las causas segundas. T rá ta s e , p u e s, d e la conservación e n sen tid o p lenam ente p ro p io , p o r influjo d ire c to , in m e d ia to y c o n tin u o del se r m ism o en la m ism a re a lid a d singular.

priorem videtur D. Thom., supra, ad 1, et materia suo modo per formam, et com­ vocale conservationem principalem, poste- positum per dispositiones materiales. Hac riorem vero secundarían;. De hoc igitur ergo ratione dici potest materia conservari posteriori ' modo conservationis nulla est mediis causis secundis, quia, licet medíate quaestio, quia certum est hoc modo quas- non influant esse in lllam, tamen inducunt in eam formas quibus mediantibus conserdam creaturas conservan per alias; sic enim dixit Arist., XII Metaph., text. 34, vatur. Et simili ratione, qui produdt con­ naturales dispositiones, dicetur conservare caelum et solem divino motu suo conser­ vare haec inferiora. Et ratio est quia hic subiectum, quo modo sol conservat viventia fovendo naturalem calorem eorum. Alterum modus conservationis solum consistit in productione aliquarum qualitatum vel forma- observandum est, conservationem interdum rum. Unde, sicut una creatura agit in aliam, tribui individuo, interdum vero speciei, quo­ ita etiam potest agere in qualitates con- modo dicitur conservari species per contisentaneas naturae eius, quibus commode nuam generationem individuorum, quae est etiam impropria conservado, nam potius est conservetur. 3. Ubi duo sunt consideranda; unum est, generarionum successio. Unde ñeque de hac conservationem proprie dici de illa quae est est sermo, quia constat generationes has fierr per efficientiam, quomodo nunc de illa lo- mediis causis secundis. Est ergo sermo de quimur, extendi tamen ad alia genera cau- propriissima conservadone per directum et sarum, praesertim materialis et formalis, immediatum inñuxum conrinuum ipsius es­ quomodo forma conservatine per materiam, se in eadem singulari re.

D is p u ta c ió n X X I . — S e c c ió n II I

Solución de la cuestión

4. A sí, pues, afirm o en p rim e r lu g a r: n in g u n a sustancia creada d e p e n d e en su conservación, p o r lo q u e respecta a su ser sustancial, de u n a causa creada. H iz o n o ta r esto C apréolo, In II, d ist. 1, q . 2, a. 3, a d 4 c o n tra la 3.a co n clu ­ sión, tom ándolo de S anto T om ás, q. 5 De Potentia, a. 1, ad 7 . Y p u ed e d e­ m o strarse p o r in d u cció n y p o r razón del m odo que sig u e: en las cosas inco­ rru p tib le s que son p ro d u cid as p o r creación, la do ctrin a es clarísim a, com o ob­ servó S anto T o m ás, III, q . 13, a. 2, ya q u e la conservación d e estas cosas se realiza p o r p erseverancia de la m ism a acción p o r la q u e son creadas. A dem ás, p o rq u e la acción p o r la q u e son conservadas n o p rocede de la m ateria, p u e sto q u e, o esas cosas q u e se conservan m ed ian te ella n o tienen m ateria, sino q u e son sim ples, o, si la tienen, ta l influjo term in a sim ultáneam ente de m an era in ­ m ediata en el ser de la m ateria m ism a; e n consecuencia, p o r la m ism a razón p o r la que la creación d e estas cosas es exclusiva d e D ios, tam b ién lo es la conservación. Y esto es verd ad asim ism o acerca de la m ateria p rim a d e las co­ sas generables, p u e s, a p ro p ó sito de la conservación q u e se lleva a cabo m e­ d iante la form a, ya hem os dicho q u e es m ed ia ta e im p ro p ia, sobre todo si es cierto q u e la form a n o co n cu rre p ro p iam en te y a priori a la conservación d e la m ateria, sino sólo a posteñori y cuasi dispositivam ente, com o se h a indicado en lo q u e precede. 5. A dem ás, las sustancias co rru p tib les, a n te to d o , n o d e p en d en en su con­ servación de las sustancias creadas in m ateriales; p o rq u e éstas n o p u e d e n re a ­ lizar p o r sí m ism as la educción de las form as de la potencia de la m a te ria ; lu e­ go tam poco la conservación, ya q u e la m ism a razón vale p a ra la conservación. T am poco dep en d en e n su conservación d e los gen eran tes unívocos, según cons­ ta claram ente p o r la experiencia. Y la ra z ó n está en q u e recib en perfectam en te las form as d e aquéllos seg ú n su especie. Ig u alm en te, p o rq u e e n otro caso u n individuo de u n a especie diría, según su ser, relación esencial o, al m enos, con­ n atu ral de depen d en cia e n el ser m ism o con respecto a o tro in d iv id u o d e la m ism a especie, y en to n ce s, o h a b ría que p ro c e d e r al infinito, o sería preciso d e lium; nam de conservatione quae est per formam iam diximus esse mediatam et im4. Dico igitur primo: nulla substantia propriam. Maxime si verum est formam non creata pendet in conservari quoad suum es­ concurrere proprie et a priori ad conservase substantiale a causa creata. Notavit hoc tionem materiae, sed tantum a posteriori et Capreolus, In II, dist. 1, q. 2, a. 3, ad 4 quasi dispositive, ut in superioribus tactum contra tertiam condusionem, ex D. Thom., est. 5. Praeterea substantiae corruptibiles im­ q. 5 de Potent., a. 1, ad 7. Potestque inductione et ratione ita ostendi; nam in rebus primis non pendent in conservari a substanincorruptibilibus quae per creationem hunt, tiis creatis immaterialibus ; nam hae non res est clarissima, ut notavit D. Thom., Ill, possunt per se efficere eductionem formaq. 13, a. 2, quia conservatio harum rerum rum de potentia materiae; ergo nec conserfit per eamdem actionem perseverantem qua vationem: est enim eadem ratio de conser­ creantur. Item, quia ilia actio qua conser- vatione. Item non pendent in conservari a vantur non est ex materia, quia vel res quae generantibus univocis, ut experientia con­ per illam conservantur non habent mate- stat. Et ratio est quia recipiunt perfette riam, sed sunt simplices, vel si habent, talis eorum formas secundum speciem. Item» quia influxus simul terminatur immediate ad es­ alias nrmm individuum unius specie! secun­ se ipsius materiae; et ideo, qua ratione dum suum esse diceret essentialem vel sal­ creatio harum rerum est propria ipsius Dei, tern connaturalem habitudinem deP_endeneadem etiam conservatio. Quod etiam est tiae in ipso esse ab alio individuo eiusdem verum de materia prima rerum generabi- speciei, et sic, vel procedendum esset in Q u a e s tio n is r e s o lu tio

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te n e rse e n a lg u n o o algunos q u e se conservasen d e m odo n o c o n n a tu ra l; p e ro am bas cosas so n e n te ra m e n te falsas, com o es ev idente. T a m p o c o d e u n gene­ ra n te eq u ív o co , si éste fu e ra ta m b ié n u n a su stan cia e n g e n d ra d a , seg ú n consta asim ism o p o r la e x p e rie n c ia ; p u e s, a u n q u e u n caballo e n g e n d re a u n m ulo, el e n g e n d ra d o n o dep en d e e n su conservación d e l g en eran te. Y e n estos casos, a sí co m o en o tro s sem ejantes, la ra z ó n quizá e sté e n q u e estas generaciones son d e alg u n a m a n e ra accidentales, p o r lo q u e e l efecto n o dice d ep en d en cia in trín ­ seca de ta l ca u sa p o r ra z ó n d e su ser, sino ú n ic a m e n te p o r ra z ó n d e ta l p ro ­ d u cció n . E n seguida nos ocu p arem o s de o tra ra z ó n general. 6. Se explica la razón de Santo Tomás en favor de la conclusión.— F in a l­ m e n te , estas sustancias gen erab les p u e d e n co m p ararse a las su stancias com pues­ ta s celestes e in c o rru p tib le s. Y de esta m a n e ra algunos p ie n sa n q u e las su stan ­ cias inferiores d e p e n d e n en su conservación del cielo, cosa q u e F o n seca in d ica com o vero sím il sin d e m o stra rla , lib . V Metaph., c. 2, q . 9 , sec. 2 . P ero S a n to T o m á s, an tes citad o , lo n ie g a ; a u n q u e ad u ce u n a ra z ó n b a sta n te oscura, con estas p a la b ra s: L a acción del agente corpóreo no se extiende más allá del mo­

vimiento, por lo cual es un instrumento del primer agente en la educción de las formas de la potencia al acto, la cual se realiza mediante movimiento, mas no en la conservación de las mismas, a no ser en cuanto, en virtud de algún mo­ vimiento, son retenidas en la materia las disposiciones con las que la materia se hace propia de la forma. Pues de esta manera son conservadas en el ser, me­ diante el movimiento de los cuerpos celestes, las cosas inferiores. E sta razó n p u e d e e x p licarse d e dos m o d o s : p rim e ro , q u e los agentes corporales no llegan a la educción d e las fo rm as in m ed iatam en te, sino sólo dispositivam ente, p o r lo cu al no p u e d e n ser cau sa p ro p ia de la conservación. M as este sentido es con­ tra rio a lo s p rin cip io s d e S an to T o m á s y al p en sam ien to d el m ism o en aquel pasaje. E fectiv am en te, se g ú n ese sen tid o , la fo rm a d ep e n d e ría del cuerpo celeste e n la conservación d e ig u a l m a n e ra q u e en la educción, cosa que, sin em bargo, n ie g a ' S an to T o m á s. P e ro en to n c e s q u e d a la dificu ltad d e p o r q u é el agente oorp óral, d e ese m o d o in s tru m e n ta l seg ú n el cu al es causa d e la educción d e la fo rm a sustan cial m e d ia n te el m o v im ien to , n o p u e d e ser ta m b ié n causa d e su

infinitum, vel necessario sistendum esset in aliquo vel aliquibus quae non connaturali modo conservarentur ; utrumque autem est piane falsum, ut contsat. Rursus neque a generante aequivoco, si illud edam sit sub­ stantia genita, ut edam constat experientia; nam, licet equus generet mulum, genitum non pendet in conservari a generante. Et in his et similibus fonasse rado est quia hae generationes sunt aliquo modo per accidens, et ideo effectus ratione sui esse non dicit intrinsecam dependentiam a tali causa, sed solum ratione talis fieri. Aliam generalem radonem statim tractabimus. 6. R atio D. T h o m a e p ro conclusione explicatur .— Tandem possunt hae substantiae generabiles comparari ad caelestes et incorrupdbiles substantias compositas. Et sic aliqui existimant substantias inferiores pen­ dere in conservari a caelo, quod sine probatione verisimile indicai Fonseca, c. 2, q. 9, sect. 2, lib. V Metaph. Sed id negat D. Thomas supra. Reddit autem rationem

satis obscuram his verbis : A ctio agentis corporalis no n se extendit ultra m otum , et ideo est in stru m en tu m p rim i agentis in eductione form arum de potentia in actum , quae est per m o tu n tf non autem in conservatione earum , m si quatenus ex aliquo m otu dispositiones in materia retìnentur, quibus materia jit propria jormae. Sic enim per m o tu m corporum caelestium inferiora conservantur in esse. Quae ratio duobus modis explicari potest: primo, quod agenda corporalia non attingami eductionem formarum immediate, sed tantum dispositive, et ideo non possint esse propria causa conservationis. Sed hic sensus est contra principia D. Thom. et contra mentem eius in ilio loco. Nam, iuxta ilium sensum, eodem modo penderei forma in conservatione sicut in eductione a corpore caelesti, quod tamen D. Thom. negat. Tunc autem difficile relinquitur cur eo instrumentali modo, quo agens corporale mediante motu est causa eductionis formae substantialis, non possit etiam esse causa

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conservación. A sí, p u e s, el segundo sentido parece ser q u e el cielo, p o r n o o b ra r en las cosas in ferio res sino m ed ian te los accidentes, sólo llega in stru m e n ta lm e n te a la p ro d u cció n d e la fo rm a sustancial, y p o r ello sólo tiene esta eficiencia m ien ­ tras d u ra la alteració n previa, p u e sto q u e el in stru m e n to únicam ente o b ra en o rd e n al efecto d e l agente p rin cip al m ed ian te u n a p ro p ia acción p re v ia ; p o r tan to , cuando cesa e l m ovim iento de alteración cesa la acción del cielo sobre la m ism a sustancia. P e ro tales cosas se conservan cu an d o cesa la alteración, a u n ­ que n o sean generadas sino m ediante ella, p o r lo cual n o d e p e n d e n e n su c o n ­ servación del cielo, d e igual m odo q u e dep en d en e n su producción. 7.

E n este sen tid o , la presen te razó n es p ro b a b le ; y p u e d e explicarse m ás

y confirm arse com o sig u e : la sustancia creada n o p ro d u c e o tra sino m ed ian te los accidentes e n . calid ad d e in s tru m e n to s ; pero n in g u n a sustancia, p o r su n a ­ tu raleza, depende e n su ser y en su conservación d e la eficiencia de lo s acci­ d e n te s ; es m ás, en g eneral, n in g ú n efecto m ás n o b le q u e el in stru m e n to p arece d e p e n d e r p o r sí m ism o en su conservación de la acción del in stru m e n to , a u n cu an d o a veces d e p en d a en su p ro d u cció n , p u esto q u e ta l agente n o es a p to para p ro d u c ir ta l e fecto sino m ed ian te el in stru m e n to , de igual m odo q u e la es­ pecie inteligible, a u n q u e es p ro d u cid a m ed ian te el fantasm a en calidad d e in s­ tru m e n to , no d e p e n d e d e él e n su conservación, y así en otros casos. Y la r a ­ zón parece consistir e n q u e la relació n a u n in stru m e n to m enos perfecto n o p u ed e fu n d arse e n la in trín se c a n a tu raleza e indigencia d e l efecto m ism o, sino, a lo sum o, en la n a tu ra le z a o v o lu n tad d el agente, p o rq u e o n o es suficiente o no q u iere o b rar sin tal in stru m e n to . P o r eso encaja m u y b ie n aq u í la distinción de S anto T o m á s, seg ú n la hem os explicado an terio rm en te, e n tre la causa d e la sola p ro d u cció n , o ta m b ié n d e l ser m ism o. P u es siem pre que la causa, m ed ian te u n in stru m e n to im p erfe cto , realiza u n efecto p erfecto, es causa de la p ro d u cció n , m as n o d el ser, p o rq u e n o es verosím il q u e ta l efecto, en v irtu d d e su ser con­ siderado ab so lu tam en te, exija ta l causa p a ra existir, sino, a lo sum o, p a ra ser h echo con ta l g é n e ro d e p ro d u cció n . Y p o r ello tal efecto n u n ca dep en d e d e tal causa e n su conservación. C o n sig u ien tem en te, com o el cielo n o p ro d u ce n in g u n a sustancia in fe rio r a n o ser d e esta m an era, a saber, m ed ian te los accidentes, q u e

conservationis eius. Secundus ergo sensus esse videtur quod caelum, quia non agit in inferiora nisi mediis acddentíbus, solum instrumentaliter attingit effectionem formae substantialis, et ideo solum habet hanc efficientíam quamdiu durat alterado praevia, quia instrumentum solum agit ad effectum principalis agentis praevia propria actione; cessante ergo motu alterationis cessat actio caeli circa ipsam substantiam. Conservantur autem huiusmodi res cessante alteratione, quamvis non generentur nisi mediante illa; et ideo non pendent in conservan a cáelo, slcut pendent in fien. 7. Estque in hoc sensu ratio haec probabilis, quae potest ita declaran amplius et confirman, quia substantia creata non efficit aliam nisi mediis accidentibus ut instrumentis; sed nulla substantia ex natura sua pendet in suo esse et conservan ab efficientia accidentium; immo in universum nullus effectus nobilior instrumento videtur per se pendere in conservan ab actione instrumenti, esto interdum pendeat in fieri, quia tale

agens non est aptum ad efficiendum talem effectum nisi medio instrumento; ut, licet species intelligibilis fiat medio phantasmate ut instrumento, non pendet ab ilio in con­ servan, et sic de alias. Et ratio esse videtur quia habitudo ad instrumentum ignobilius non potest fundari in intrinseca natura et indigentia ipsius effectus, sed ad summum in natura vel volúntate agentis, quia vel non est sufficiens vel non vult agere sine tali instrumento. Unde hie optime quadrat distinctio D. Thom., prout a nobis supra es­ plicata est de causa solius fieri, vel edam ipsius esse. Nam quandocumque causa me­ dio instrumento imperfecto agit perfectum effectum, est causa ipsius fieri, non vero ip­ sius esse, quia non est verisimile talem ef­ fectum ex vi sui esse absolute considerati postulare talem causam ut sit, sed ad sum­ mum ut fiat tali genere productionis. Et ideo talis effectus nunquam pendet a tali causa in conservan. Quia ergo caelum nullam substantiam inferiorem efficit nisi hoc modo, scilicet, per accidentia, quae stmt ig37

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D i s p u t a c i o n e s m e ta f ís ic a s

so n in s tru m e n to s m enos p e rfe c to s q u e los efecto s su stan ciales, p o r eso, a u n q u e estas su stancias sean p ro d u c id a s a veces p o r lo s cielos, sin. e m b a rg o n o d epen­ d e n d e ellos e n su conservación. 8. Y esto p u e d e d em o strarse, e n te rc e r lu g a r, a s í: lo s ele m e n to s, seg ú n sus sustan cias, n o d e p en d en e n su conservación d e los cie lo s; lu eg o tam p o c o p u e ­ d e n d e p e n d e r los m ix to s; luego n in g u n a su stan cia c o rru p tib le d e p e n d e de esta m a n e ra d el cielo, ya q u e estas su stan cias sólo so n o sim ples o m ix ta s. Se p ru e b a el a n te c e d e n te , y a p o r J a ex p e rie n c ia , p u e sto q u e el fu eg o o el a g u a , ab so lu ta­ m e n te h a b la n d o , se co n serv an d e ig u a l m o d o e n a u sen cia o e n p re se n c ia del sol y c u a lq u ie ra q u e sea la v ariació n d e la in flu en cia d e l cielo, y a ta m b ié n p o r el o rig e n , p o rq u e e l cielo y lo s e lem en to s h a n sid o p ro d u c id o s con ig u a l p rio rid a d ; en consecu en cia, los e lem en to s, p o r sí m ism os y p o r su n a tu ra le z a , n o d ep en ­ d e n e n su p ro d u c c ió n d e l cielo, sino q u e , o son p ro d u c id o s p rim e ra m e n te p o r creació n , o d e sp u é s u n o tie n e a p titu d p a ra e n g e n d ra r o tro sem ejan te a é l; luego ta m p o c o d e p e n d e n en la co nservación. L a p rim e ra consecuencia se d em u estra p o r p a rid a d d e ra z ó n , o ta m b ié n a fortiori, y a q u e las fo rm as d e los m ixtos son m á s p e rfe c ta s y , d e suyo, ig u a lm e n te p e rm a n e n te s. A sí lo confirm a ta m b ié n la ex p e rie n c ia , p u e s , a u n q u e e l oro sea en g e n d ra d o p o r el sol, se co n serv a sin la p re s e n c ia o la in flu e n c ia a c tu a l d el sol, y lo m ism o en o tro s casos. P o r consi­ g u ie n te , n o h a y n in g u n a su stan cia q u e d e p e n d a in m ed iata y d ire c ta m e n te en su se r d e o tra su stan cia cread a. Y n o e n c u e n tro n in g u n a ra z ó n q u e apoye n i s iq u ie ra la p ro b a b ilid a d d e lo c o n tra rio , y a la q u é sea p reciso re s p o n d e r. 9 . Oué accidentes dependen en su conservación de sus causas, y cuáles no.— A firm o en s e g u n d o lu g a r : los accidentes n o d e p e n d e n siem p re e n su conser­ v a c ió n d e su s cau sas, n i siq u iera d e las eq uívocas. P o rq u e en las causas unívo­ cas la c u e stió n es e v id e n te , no sólo p o r la ex p erien cia, sino ta m b ié n p o r la ra ­ z ó n a n te s a d u c id a , la cu al d e m u e stra e n gen eral q u e el efecto n u n c a depende d e u n a ca u sa u n ív o c a o d e la m ism a n a tu raleza en su ser, sino ú n icam en te en su p ro d u c c ió n . E n c u a n to al efecto realizado p o r u n a causa eq u ív o c a , es evi­ d e n te e n e l c a lo r p ro d u c id o p o r el sol, p u e sto q u e perm an ece c u a n d o cesa el in flu jo d e é ste , y lo m ism o sucede con o tra s cualidades p rim a ria s q u e son p ro -

nobiliora instrumenta quam effectus sub- fortiori, quia formae mixtorum sunt perfecstantiales, ideo, .licet hae . substantiae inter­ tiores et ex se aeque permanentes. Quod dirai a caelis fiant, non tamen ab iis in con­ edam experientia confirmât, quia, licet au­ rina generetur a sole, conservatur sine prae­ servati pendent. 8. Quod potest tendo in hunc modum sentia vel actuali influentia solis, et sic de aids. Nulla ergo substantìa reperitur quae ostendi, quia elementa secundum suas subimmediate et dirette pendeat in suo esse ab stantias non pendent in conservari a caelis; alia substantia creata. Neque inverno ratioergo nec mixta pendere possunt; ergo nullae substantiae corruptibiles ita pendent a nem quae vel probabiliter opposition suadeat, cui respondere necesse sit caelo, quia hae non sunt nisi aut simplices 9. Quae accidentia pendeant in conseraut mixtae. Antecedens probatur, tum exvarì a suis causis, quae n o n .— Dico secun­ perientia, nam ignis aut aqua, per se loquendo, aeque conservatur in absentia vel do: accidentia non semper pendent in con­ praesentia solis, et quomodocumque mute- servari a suis causis etiam aequivocìs. In tur influentia caeli; tum ab origine, quia causis enim univocis est res manifesta, et experientia et ratione supra fatta, quae in caeli et elementa aeque primo creata sunt; unde elementa per se et natura sua non universum probat effectum nunquam pen­ dere a causa univoca seu eiusdem rationis pendent in fieri a caelo, sed vel primo fiunt in esse, sed in fieri tantum. De effectu auper creationem, vel postea unum aptum est tem facto a causa aequivoca, patet in ca­ generare . sibi simile ; ergo neque in con­ servari pendent. Prima vero consequentia lore facto a sole; permanet enim cessante probatur a paritate rationis, vel edam a influxu eius, et idem est de aliis primis

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ducidas p o r la lu n a y p o r otros astros. E n seguida vam os a in v estig ar la ra z ó n de esto. 10. E n tercer lu g a r, afirm o : algunos accidentes d ep en d en , e n su p ro d u c ­ ción y e n su conservación, d e causas equívocas creadas. T a m b ié n esta co nclusión' resulta clara p o r e x p erien cia; p o rq u e de esta m anera la lu z d e p e n d e d el sol o de o tro cuerpo lum inoso, las especies intencionales d e los sentidos externos dep en d en d e los objetos, los actos vitales d e p en d en d e las potencias y, e n ge­ n eral, los m ovim ientos d e p en d en de alguien q u e m ueve actualm ente. Y d e a h í resulta q u e ú n icam en te estos efectos no d e p en d en d e solo D ios e n su conser­ vación. Y digo de .solo Dios p o rq u e ta m b ié n d e p en d en d e E l in m ed iatam en te en su conservación; p u e s, d e igual m odo q u e to d a operación d e la c ria tu ra p ro ­ cede asim ism o in m ed iatam en te d e D ios — según direm os m ás adelante— , ta m ­ bién esta conservación' que es realizada m ed ian te la c ria tu ra p rocede ig u a lm e n te de D ios de m anera in m ed iata, ya q u e vale la m ism a razó n , p o r ser esta con­ servación cierta operación o eficiencia. Y , en este sen tid o , n o h ay dificultad al­ guna e n el p resen te p u n to . 11. P ero sí es m u y difícil d a r razó n de esta dependencia, p u e sto q u e n o se d a suficientem ente p o r el hecho de que la causa es equívoca y el efecto p a r­ ticipa im p erfe ctam en te de la v irtu d de la c a u sa ; p o rq u e , p o r la afirm ación an ­ terio r, es claro q u e e sta ra z ó n n o basta e n el caso d e otros efectos equívocos. P or eso es tam b ién difícil señalar la razó n p o r la que algunos efectos equívocos de las causas creadas n o d e p e n d e n de o tras en su conservación, m ien tras q u e otros sí dep en d en . S eñaló esta d ificu ltad S anto T o m á s, I, q. 84, a. 1, d onde p re g u n ta im p lícitam en te p o r q u é el agua calentada re tie n e el calor cuando cesa la acción del fu eg o y , en cam bio, el aire n o conserva la luz cu an d o cesa la acción del sol. Y re sp o n d e ú n ic a m e n te : Porque la materia del agua es receptiva

del calor del juego según la misma razón con que se encuentra en el juego, mien­ tras que el aire no es receptivo de la luz según la misma razón con que se halld en el sol. M as esta ra z ó n n o p arece suficiente, ya q u e p u e d e in v ertirse el a rg u -, m en tó ; p o rq u e la lu z causada p o r el fuego en el aire n o se conserva cu an d o cesa la acción d el fuego, m ie n tra s que el calor causado p o r el sol se conserva; y , sin em bargo, el aire e s recep tiv o d e la lu z seg ú n la m ism a ra z ó n con q u e se en-

qualitatibus quae a luna et aliis astris fiunt. Rationem vero statim inquiremus. 10. Dico tertio: aliqua accidentia pen­ dent in fieri et conservari a causis aequivocis creatis. Haec edam conclusio constat experientia; sic enim pendet lumen a sole vel alio lucido, species intentionales sensuum externorum ab obiecds, actus vitales a potentiis, et in universum motus ab aliquo actualiter movente. Atque ita fit ut tantum hi effectus non dependeant a. solo Deo in conservari. Dico autem a solo, quia edam ab ipso pendent immediate in conservari; nam, eo modo quo omnis operatio creaturne est edam immediate a Deo, ut infra dicemus, haec etiam conservano quae per creaturam fit est etiam immediate a Deo; est enim eadem ratio, cum haec conservano sit quaedam operatio seu efficientia. Et ita in hoc nulla est difficultas. 11. Sed magna est in reddenda ratione huius dependentiae; non enim sufficienter redditur ex eo quod causa est aequivoca et

effectus imperfecte participai virtutem cau­ sae; nam constat ex praecedenti assertione hanc rationem non sufßcere in aliis effectibus aequivocis. Unde edam difficile est rationem assignare ob quam quidam effec­ tus aequivoci causarum creatarum non pendeant ab aliis in conservare, alii vero pendeant. Quam difficultatem attigit D. Tho­ mas, I, q. 84, a. 1, ubi tacite quaerit cur aqua calefacta retineat calorem cessante ac­ tione ignis, aer vero non retineat lumen ces­ sante actione solis. Et solum respond«: Quia materia aquae est susceptive caloris ignis secundum eamdem rationem qua est in igne; aer vero non est susceptìvu* luminis secundum eamdem rationem qua est in sole. Haec vero ratio non videtur sufficiens, quia potest argumentum commutati; nam lumen causatimi ab igne in aere non conservatur, cessante actione ignis, calor vero causatus a sole conservativi et tarnen aer est susceptivus lumims secundum eamdem rationem qua est in igne, et non est suscep-

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c u e n tra e n e l fuego y n o es receptivo del calor según la m ism a ra z ó n con q u e e stá en el sol. A dem ás, p re g u n to en q u é consiste e l q u e u n a cualidad sea reci­ b id a en el paciente seg ú n la m ism a ra z ó n con que se halla en el agente, p u e s e s susceptible d e dos sentidos. P rim ero , q u e ser recibida según la m ism a razó n sea lo m ism o que ser d e la m ism a especie; y en este sentido la razó n n o es concluyente, ya p o rq u e el calor p ro d u c id o p o r el sol n o es de la m ism a especie, ya tam b ién p o rq u e es p ro b ab le q u e el aire sea receptivo d e la lu z según la m is­ m a razón c o n que se e n c u e n tra en el sol; sobre todo de acuerdo con el m ism o S a n to T o m á s, el cual, e n I, q . 6 7 , a. 3, p ru e b a que la lu z del sol no es u n a fo rm a sustancial p o r el hecho de q u e es u n accidente del aire. Y esta razón n o sería eficaz si n o supusiese q u e la lu z del aire y la del sol son de igual n a tu ra ­ leza. 12. E l segundo se n tid o es q u e e l ser recib id a u n a cualidad seg ú n la m ism a ra z ó n sea lo m ism o q u e ser p ro d u c id a u n id a e n el paciente al m ism o p rincipio rad ical, es d e c ir, a la m ism a form a sustancial ta l como se e n co n trab a en el agen­ t e ; éste e s el sentido q u e Santo T o m ás in d ica preferentem ente cuando d ic e ;

E l aire no tiene aptitud para recibir la luz según la misma razón con que se halla en el sol, y e x p o n e : A saber, para recibir la forma del sol, que es principia de la luz; d e d o n d e c o n clu y e : Por eso, puesto que no tiene su raíz en el aire, la luz cesa inmediatamente que cesa la acción del sol. E xplica m ás a ú n este m ism o sentido e n la citada q . 6 7 , a. 3, ad 1, d o n d e afirm a que la cualidad sigue a la fo rm a sustancial y, p o r ta n to , d e igual m an era que se com porta el sujeto en la recepción d e la form a sustancial, así ta m b ié n se com porta e n la recepción y conservación d e la cualidad. D e a h í concluye que, si la form a sustancial es recib id a c o n la cualidad, entonces se recibe con estabilidad y sin dep en d er en su conservación del agente c re a d o ; e n cam bio, si se recibe im perfectam ente, es d ecir, d isponiendo y p re p a ra n d o la m ateria para tal form a, e n ese caso tam bién se conserva p o r algún tiem p o d espués de cesar la acción del agente, aun q u e se p ie rd e con facilid ad ; m as si la cu alid ad no es recibida con la form a ni dispone p a ra la fo rm a, n o p erm anece en m an era alguna cuando cesa la acción del agente extrínseco. C onsiguien tem ente, e n v irtu d d e este sentido es concluyente dicha

tiyus caloris secundum eamdem rationem qua est in sole. Deinde inquiro quid sit qualitaiem aliquam recipi in passo secundum eamdem »rationem qua est in agente; duos enim potest habere sensus. Prior est ut idem sit recipi secundum eamdem rationem quod esse eiusdem speciei; et sic non concludit ratio, turn quia calor factus a sole non est eiusdem speciei, turn etiam quia probabile est aerem esse susceptivum luminis secun­ dum eamdem rationem qua est in sole; ma­ xime secundum eumdem D. Thom., qui I, q. 67, a. 3, ex eo probat lucem solis non esse formam substantialem quia in aere est accidens. Quae ratio non esset efficax, nisi supponeret lumen aeris et lumen solis esse eiusdem rationis. ' 12. Alter sensus est ut qualitatem recipi secundum eamdem rationem idem sit quod produci coniunctam in passo eidem radicali principio, id est, eidem formae substantiali prout erat in agente, quem sensum magis D. Thomas indicat, dum ait: A e r n a tu s n o n

e s t r e c ip e r e lu m e n s e c u n d u m e a m d e m r a tio n e m s e c u n d u m q u a m e s t in so le, et exponit: U t s c ilice t r e c ip ia t fo r m a m s o lis, q u a e e s t p r in c ip iu m lu m in is ; linde ‘ conclu­ dit : E t id e o , q u ia n o n h a b e t r a d ic e m in a e re , s ta tim c es s a i lu m e n c e s s a n te a c tio n e s o lis . Et eumdem sensum magis explicat

dieta q. 67, a. 3, ad 1, ubi ait qualitatem sequi formam substantialem, et ideo, sicut se habet subiectum ad receptionem formae substantialis, ita se habere ad receptionem et iretentionem qualitatis. Unde còncludit, si cum qualitate recipiatur forma substan­ tialis, tunc firmiter recipi et sine dependentia in conservati ab agente creato; si vero recipiatur imperfecte, id est, disponendo et praeparando materiam ad talem formam, tunc etiam conservati aliquamdiu cessante actione agentis, facile tarnen abiici; si autem qualitas nec recipiatur cum forma nec disponat ad formam, omnino non manere ces­ sante actione extrinseci agentis. Ex hoc ergo sensu talis concluditur ratio; nam quia ca-

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ra z ó n ; pu es, com o el calor — ya sea p ro d u c id o por e l fuego, y a únicam ente p o r el sol— siem pre dispone p a ra la form a d el fuego, p o r eso n o depende e n te ra ­ m e n te , en su conservación, d e ta l a g e n te ; e n cam bio, la lu z del aire n o dispone form alm ente y p o r sí m ism a p a ra alg u n a fo rm a sustancial, b ie n sea p ro d u c id a p o r el sol, bien p o r el fuego, ya q u e el aire ilum inado p o r cualquiera, si n o se ca­ lentase, n o se d isp o n d ría p a ra la form a de fuego, p o r lo q u e d ep en d e com pleta­ m en te en su conservación. 13. P ero tam poco p arece eficaz aq u el razonam iento explicado de este m odo. E n p rim e r lugar,' p o rq u e no es u n iv ersal, y a que el acto de la ciencia dep en d e en su p ro d u cció n y e n su conservación d e l agente, m ien tras q u e el h á b ito n o dep en d e de esa m a n e ra ; y n in g u n o dispone para la fo rm a sustancial. E n segun­ do térm in o , las especies inteligibles p ro d u c id a s por el e n ten d im ien to agente n o dep en d en de él e n su conservación y, n o obstante, n o disponen p a ra la fo rm a sustancial. A dem ás, la figura, el calor y otras cualidades sem ejantes n o d isponen p a ra la form a sustancial y son cualidades perm anentes, q u e n o dep en d en d e n in ­ guna causa q u e las conserve eficientem ente. P o r ú ltim o, el q u e la cualidad dis­ p o n g a o n o disponga p a ra la form a p arece n o tener relación con el h echo d e q u e d ep en d a, en s u conservación, d e su agente. 14. Por qué el movimiento depende en su conservación del agente.— O tro s, p u e s, p iensan q u e d eb e d a rse ra z ó n ú n icam en te por la n a tu raleza in trín seca de tales cualidades o efectos, p u e sto q u e son tales que incluyen esencial y co nna­ tu ralm en te la d ep en d en cia de ta l causa. E sta razón necesita ser explicada, p a ra q u e n o parezca q u e to d a la cu estió n q u e d a reducida a la n atu raleza oculta de la cosa, lo cual n o es ta n to d a r ra z ó n cu a n to confesar su ignorancia. P o rq u e es verdad q u e esta d ep en d en cia se fu n d a e n alguna p ecu liar condición o n a tu ra ­ leza d e tales efecto s; y pien so q u e n o e n todos proviene de la m ism a raíz, sino q u e, en. conform idad con la n a tu raleza d e cada efecto, h ay q u e investigar en él la razón de ta l d ep endencia. A sí, p u e s, e n el m ovim iento se d a fácilm ente razó n d e p o r q u é d e p e n d e siem pre d el ag en te actual, a saber, p o rq u e su ser es pro d u cció n m ás b ie n q u e ser; e n consecuencia, así com o n o p u ed e darse p ro ­ ducción sin operación, tam p o co p u e d e d a rse m ovim ien to sin m o to r. Y esta ra -

lor, sive ab igne sive a sole productus, sem­ per disponit ad formam ignis, ideo non omnino pendet in conservari a tali agente; lu­ men vero aeris formaliter ac per sese non dxsponit ad aliquam formam substantialem, sive fiat a sole sive fiat ab igne; aer enim illuminatus a quocxxmque, si non calefieret, non disponeretur ad formam ignis, et ideo omnino pendet in conservari. 13. Sed neque hoc modo explicatus ille discxxrsus videtur efficax. Primo, quia non est universalis; actus enim scientiae pen­ det in fieri et conservari ab agente, habitus autem non ita pendet; neuter autem disponit ad formam substantialem. Deinde species intelligibiles factae ab intellectu agente non pendent in conservari ab ilio, et tamen non disponimi ad formam sub­ stantialem. Praeterea figura, calor, et aliae qualitates similes non disponimi ad formam substantialem et sunt qualitates permanentes, quae non dependent ab aliqua causa conservante effective. Denique, quod qualitas disponant ad formam ve! non disponat,

videtur impertinens ut in conservari pendeat a suo agente. 14. M o tu s .quare ab agente in conser­ vari pendeat .— Alii ergo putant rationem esse reddendam solum ex intrinseca natura talium qualitatum vel effectuum, quia nimirum tales sum ut essentialiter vel connaturaliter includant dependentiam a tali cau­ sa. Quae ratio explicatione indiget, ne videatxxr tota res ad occxxltam rei naturam revocari, quod non tam est rationem reddere quam eius ignorantiam fateri. Veruni est enim hanc dependentiam fundari in ali­ qua speciali conditione vel nattxra talium effectuum; existimoque non in omnibus pro­ venire ex eadem radice, sed ixxxta uniuscuiusque effectus naturam quaerendam esse in ilio rationem talis dependentiae. Itaque in motu facile redditxxr ratio cur semper pendeat ab actuali agente, quia nimirum eius esse non tam est esse quam fieri; qxiia ergo fieri non potest esse sine agere, ideo nec motus sine movente. Et haec ratio pro­ ba! de omni dependentia quatenus talis est;

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Disputaciones metafísicas

zón es dem ostrativa acerca d e to d a dependencia en cuanto ta l; p o rq u e ésta es o cierta pro d u cció n o la conservación m ism a. P o r ello, d ep en d e p o r sí m ism a esencial o in trín secam en te d el ag ente, y u n a d eterm in ad a d ep en d en cia dep en d e d e u n d eterm in ad o agente. 15. Por qué los actos inmanentes.— C on esto tam b ién se d a fácilm ente ra ­ zón a pro p ó sito de los actos inm an en tes, si, com o m u chos p re te n d e n , sólo son acciones y n o cualidades; p o rq u e to d a acción es p o r sí m ism a u n a dependencia esencial d el agente. P ero, com o to d a acción tien e su térm in o , y to d a dep en d en ­ cia es dependencia de alguno, p o r eso suponem os com o m ás verdadero que es­ tos actos son ciertas cualidades dep en d ie n tes d e sus potencias. Y se d a u n a razó n excelente p o r la naturaleza d e tales cualid ad es; en efecto, son esencialm ente ac­ to s vitales q u e p a ra in fo rm ar ex ig en u n a facu ltad q u e influya e n e llo s; p o r eso, com o n o p u e d e n existir n a tu ra lm e n te si n o es in fo rm an d o en acto a su p rin ci­ p io pró x im o e intrínseco, p o r eso tam poco p u e d e n e x istir n a tu ra lm e n te si n o proceden actualm ente d e l m ism o. E sta razó n n o tiene validez en el caso d e los h áb ito s, y, p o r lo dem ás, los h á b ito s im itan a las potencias, y a q u e son, ju n ta ­ m e n te con ellas, principios d e acción y se confieren p a ra disp o n er y ayudar a las p o te n c ia s; e n consecuencia son, p o r su natu raleza, perm an en tes e ind ep en d ien ­ tes de la eficiencia actual de las m ism as potencias. 16. Qué especies intencionales dependen en su conservación de los agentes, y cuáles no.— A cerca d e las especies intencionales n o p u e d e darse ra z ó n en v ir­ t u d , d e la n a tu ra le z a general d e las m ism as, p u e sto q u e vem os q u e u nas d ep en ­ d e n e n su conservación d e sus agentes próxim os, m ien tras q u e otras no. P o r ello p u ed e d a rse ra z ó n o p o r la causa final, p o rq u e algunas e stá n destinadas a conocer ú n icam en te en presencia d e los objetos, y otras e n cam bio a ser rete­ n id as e n la m e m o ria , o tam b ién p u e d e en ten d e rse, adem ás, p o r estos diversos fines, q u e las especies d e los sentidos externos son m u y im perfectas y vienen a ser co m o in stru m e n to s u n id o s a sus objetos, p o r lo q u e , p o r su naturaleza, en su ser y e n su conservación, dep en d en de la acción de aq u éllo s; p ero otras especies, ta n to sensibles com o inteligibles, son d e n atu raleza m ás perfecta y, co n sig u ien tem en te, m ás independientes.

nam ilia vel est quoddam fieri vel est ipsa conservatio. E t ideo per seipsam essentialiter vel intrinsece pendet ab agente, et talis dependentia a tali agente. 15. Ouare actus immanentes.— Atque bine etiam facile redditur ratio de actibus immanentibus, si, ut multi volunt, sunt tantum actiones et non qualitates; nam omf>is actio per seipsam est essentialis depen­ dentia ab agente. Sed, quia omnis actio ha­ bet suum terminum, et omnis dependentia est alicuius dependentia, ideo ut verius suponimus hos actus esse quasdam qualitates dependentes a suis potentiis. Et ratio opti­ ma redditur ex natura talium qualitatum; sunt enim essentialiter actus vitales, qui ad informandum postulant facultatem influentem in ipsos, unde, quia naturaliter esse non possunt nisi actu informando suum prov im n m et intrinsecum principium, ideo etiam naturaliter esse non possunt nisi actualiter sint ab ipso. Quae ratio cessat in habitibus, et alioqui habitus imitantur po-

tentias: sunt enim cum filis principia agendi, et dantur ad disponendas et iuvandas ipsas potentias ; et ideo natura sua spot per­ manentes et independentes ab attuali efficientia ipsarum potentiarum. 16. Species intentionales quae pendeant ir. conservari ab agentibus, quae non.—. De speciebus 2Utem intentionalibus non potest ratio reddi ex generali natura earum, cum videamus [quasdam pendere in conservati a suis prczimis agentibus, alias vero minime. Et ideo reddi potest ratio vel ex finali cau­ sa, quia quaedam institutae sunt ad cognoscendum tantum in praesentia obiectorum, aliae vero ut retineantur in memoria, vel ulterius ex his diversis finibus intelligi pot­ est spedes sensuum extemorum esse valde imperfectas, et esse quasi instrumenta coniuncta suorum obiectorum, ideoque natura sua pendere ex actione eorum in esse et conservati; alias vero species vel sen’sibiles vel intelligibiles, esse perfections rationis, et ideo magis esse independentes.

Disputación X X L — Sección III

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17. Se trata la misma cuestión a propósito de las cualidades físicas.— P o r lo q u e hace a o tras cualidades físicas, d e las q u e p a re c e h ab erse ocupado ex­ clusivam ente S an to T o m á s, en los lugares citados, las razones d e éste son p ro ­ b a b le s; p o rq u e estas cualidades o d isp o n en p a ra la form a o son consecuencia d e la m ism a. L a s q u e disponen, com o a n tec ed en p o r su n a tu raleza a la fo rm a , por eso p u ed en p re c e d e r a ta l form a, al m enos en u n ser rem iso , y , p o r ta n to , p u e d e n asim ism o p erm an ecer sin ella; e n cam bio, las q u e son consecuencia d e la fo rm a no p u e d e n existir a n o ser q u e o dim an en in trín secam en te d e ella, o d e p en d an actualm ente d e u n agente po seed o r de tal form a. P odem os añadir o tra ra z ó n g en eral: q u e las cualidades d e u n a especie n u n c a d e p e n d e n en su con­ servación de las cualidades d e la m ism a especie, p o r la razó n antes ad ucida acer­ ca d e las causas unívocas. E n consecuencia, es m u y p ro b ab le q u e la lum in o si­ dad y la lu z del sol, sean específicam ente diferentes. M as la cualid ad q u e alg u n a vez es p ro d u cid a p o r o tra superior y específicam ente d istin ta es a veces d e tal su e rte q u e, h ab lan d o e n absoluto, p u ed e ser p ro d u cid a p o r o tra d e la m ism a es­ pecie. E n ese caso, a u n q u e en alguna ocasión sea p ro d u c id a p o r u n a cu alid ad su p erio r, n o d ep en d e d e ella en su conservación. P o rq u e , n o exigiendo p o r su n atu raleza el p ro c e d e r de esa causa su p erio r p a ra ex istir, n o hay razó n p a ra q u e d ep en d a d e ella e n su conservación, a u n c u an d o sea p ro d u cid a p o r ella, según la d o ctrin a sen tad a en la sección 1.a, al explicar el m o tiv o de du d a. D e d onde re ­ sulta q u e el calor, a u n q u e sea p ro ducido p o r la acción d el sol, es conservado sin la acción d e éste, p o rq u e tiene a p titu d p a ra ser p ro d u c id o p o r otro calor. P e ro cuando la cualid ad es tal q u e n u n c a p u ed e ser p ro d u c id a n a tu ra lm e n te en u n sujeto e x tra ñ o a n o ser p o r u n a cu alid ad superior q u e existe de m an era co n n atu ral e n u n agente su perior, en to n ce s h ay indicio d e q u e d e p en d e del agen­ te en su conservación, p u e s, así com o necesita ab so lu tam en te esa dim anación p a ra existir, d e igual m odo exige sem ejante influjo p a ra p erm an ecer en el se r; p o r ello n o se conserva la luz en el aire sin la presen cia d e l sol o d e o tro q u e convenga con el sol en la naturaleza de la lu z. C ayetano indicó esta razó n , a u n ­ q u e en térm inos d istin to s, al defender la ra z ó n de Santo T o m ás, en I, q. 104,

17. De qualitatibus physicis eadem quaestio tractatur.— De aliis vero qualita­ tibus physicis, de quibus solis videtur D. Thomas locutus citatis locis, probabiles sunt eius rationes; nam hae qualitates vel disponunt ad formam .vel consequuntur illam. Quae disponunt, quia ex natura sua antecedunt formam, ideo possum saltern in esse remisso praecedere talem 'formam, et consequenter etiam possum manere sine ilia; quae vero formam consequuntur, non pos­ sum esse nisi vel intrinsece ab illa manent vel ab agente habente talem formam actualiter pendeant. Addere praeterea possumus aliam rationem generalem, quod qualitates unius speciei nunquam pendent in conser­ var! a qualitatibus eiusdem speciei, propter rationem superius factam de causis univocis. Et ideo valde probabile est lumen et lucem solis specie differre. Qualitas autem quae aliquando fit ab alia superiori et specie distincta, talis interdirai est ut, per se loquendo, fieri possit ab alia eiusdem speciei. Et

tunc, licet interdirai fiat a superiori qualitate, non pendei ab ilia in conservari. Quia cum ex natura sua non petat dimanationem ab illa superiori causa u t sit, non est cur ab illa pendeat in conservari, licet ab ilia fiat,. iuxta doctrinam datam in sect. 1, ex­ plicando rationem dubitandi. Et hinc est quod calor, licet fiat per actionem solis, conservetur sine actione eius, quia natus est fieri ab alio calore. Quando vero qualitas talis est ut in extraneo subiecto nunquam possit naturaliter fieri, nisi a superiori qualitate connaturali modo existente in supe­ riori agente, tunc signum est pendere ab agente in conservari, quia, sicut absolute indiget illa emanatione ut sit, ita similem influxum requirit ut in esse permaneat; et ideo lumen in aere non conservatur sine praesentia solis vel alteriuS quod in natura lucis cum sole conveniat. Et hanc rationem, Ecet sub aliis verbis, indicavit Caietanus defendens rationem D. Thom., I, q. 104, a. 1, dub. ult., et applicari potest ad omnes

Disputaciones metafísicas

58.4

a. 1, d u d a ú ltim a, y p u ede aplicarse a todos los efectos, ta n to sustanciales com o accidentales.

Primera duda incidental 18. P e ro a ú n qu ed an d o s dificultades. L a p rim e ra es q u e to d a cualidad de­ p e n d e d e alg ú n agente pró x im o e n s u p ro d u c c ió n y e n su conservación; p o r eso, ta m b ié n e n el calor, c u an d o cesa la acción d e l fuego, u tiliz a D ios o tra ac­ ción m ed ian te la cual conserva p o r sí solo el calor, según dijim os antes, y esa acción es de ta l su erte q u e equivale a la acción q u e el fuego ejercía ju n to con, el co n cu rso co m ú n de D io s ; consiguientem ente, dich a acción b astaría p o r sí m ism a p a ra p ro d u c ir ese calor, si n o h u b ie ra sido p ro d u c id o , ya q u e m ediante ella sola confiere D ios el ser a ta l calor com o causa suficiente d e ese ser. P o r ta n to , siem pre q u e cesa la acción d e la causa p ró x im a, el efecto n o p u e d e con­ servarse si D ios n o suple la actividad d e tal c au sa; luego, o to d o efecto depende en s u conservación d e su causa p ró x im a , o n o d e p e n d e n in g u n o , p o rq u e si en to d a causa próxim a D ios q u isiera su p lir la ausencia d e ésta, el efecto n u n c a d ep e n d e ría de tal causa e n su conservación. O , p o r ú ltim o , h ay q u e d a r razón d e p o r q u é D io s, e n algunos efectos, se co m p o rta d e ta l m an era q u e , al cesar las causas próxim as, E l co n tin ú a (por así decirlo) conservándolos, m ien tras q u e e n otros no. O p o r q u é la n atu raleza d e la cosa exige esto, de su erte q u e se dig a q u e u n efecto depende en su conservación d e su causa pró x im a y o tro no. 19. Solución.— A esta dificultad p u e d e resp o n d erse negando q u e p a ra con­ servar sin el fu eg o el calor p ro d u c id o p o r el fuego em plee D ios u n a eficacia ta n g ra n d e com o la que b astaría p a ra p ro d u c ir el calor sin el fuego, si fuese em p lead a desde el p rin c ip io ; antes b ie n , el p o d e r q u e D ios u tiliza p a ra concu­ r r ir c o n e l fu eg o b a sta desp u és p a ra conservar el calor p ro d u c id o p o r e l fuego. Y co m o sem ejante eficacia n o b astaría p a ra conservar sin el sol la lu z p ro d u ­ cid a p o r él sol, p o r eso se aduce u n a ra z ó n excelente d e p o r q u é , u n a vez apar­ ta d o e l füego, D io s continúa (valga la expresión) el concurso conservativo del calo r, m ie n tra s q u e, apartado el sol, n o c o n tin ú a el concurso conservativo de la luz. P o rq u e , si, ap artad o el agente próxim o, siem pre fuese necesario q u e D ios

effecnis, tatti substantiates quam accidentales.

conservati a tali causa. Vel denique reddenda est ratio cur Deus in quibusdam effectibus ita se habeat ut cessantibus cauÜubium pritnum incidens sis proximis ipse continuet (ut ita dicam) 18. Sed adhuc supersunt duae difficul- conservationem eorum, in aliis vero non item. Vel cur hoc postulet natura rei ut tates. Prior est .quia omnis qualitas pendet unus effectus pendere dicatur a sua causa ab aliquo agente proximo in fieri et con­ proxima in conservati, et non alius. servati; unde etiam in calore, cessante ac­ 19. Enodatur.— Ad hanc difficilitatem tione ignis, adhibet Deus aliam actionem qua se solo conservai talem calorem, ut responderi potest negando ad conservansupra diximus, quae actio talis est ut ae- dum sine igne calorem productum ab igne quivaleat actioni quam habebat ignis cum tantam efficacitatem adhibere Deum quanta communi concursu Dei; unde per se esset sufficeret ad producendum calorem sine igne, si a principio adhiberetur, sed eam sufficiens ilia actio ad producendum ilium solum vim quam Deus adhibet ad concurcalorem, si non esset productus, quia per rendum cum igne sufficere postea ad conillam solam dat Deus esse tali calori tamquam sufficiens causa illius esse. Quoties- servandum calorem per ignem productum. Et quia similis efficacia non sufficeret ad cumque ergo cessar actio proximae causae, conservandum sine sole lumen productum a effectus conservati non potest, nisi supplen­ te Deo activitatem talis causae; ergo vel sole, ideo optima ratio redditur cur remoto igne Deus continuet (ut ita dicam) concuromnis effectus pendet in conservati a sua sum conservativum caloris, remoto autem causa proxima, vel nullus, quia si in omni sole non continuet concursum conservati­ causa proxima Deus velit supplere absentiam eius, nunquam effecnis pendebit in vum luminis. Nam, si remoto proximo agen-

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em please u n p o d e r m a y o r, n o p o d ría darse ra z ó n de p o r q u é esa m ayor activi­ d ad sería debida al efecto , o, al m enos, p o r q u é se d eb ería a u n o e n m ayor m e ­ d id a q u e a otro, a la m a n e ra com o en tendem os m uy b ie n p o r q u é e l alm a ra ­ cional es conservada p o r D io s separada d el c u erp o , m as n o el alm a d el caballo, a saber, po rq u e la m ism a actividad de D ios q u e basta p a ra conservar el alm a racional unida' al ctlerpo, b asta p a ra conservarla separada, cosa q u e n o o c u rre .con el alm a del caballo. A hora bien, si p a ra conservar el alm a racional fu e ra del cu erp o se p recisara q u e D ios em please u n concurso m ayor, con el q u e su ­ pliese la carencia d el c u e rp o u nido, n o p o d ría darse ra z ó n de p o r q u é ese m a ­ yor concurso sería d e b id o al alm a racional, o p o r q u é n o sería deb id o asim ism o al alm a del caballo; p o rq u e D ios ta m b ién p o d ría conservar ésta fu e ra d e l c u e r­ p o em pleando u n co ncurso m ayor. 20. M as esta re s p ü e sta n i ad o p ta el v erd ad ero fu n d a m e n to n i, p a rtie n d o d e él, re su lta satisfactoria. P o rq u e , e n p rim e r lu g a r, parece im posible q u e D ios con­ serve p o r su sola v irtu d la form a en la m ateria, ya sea esa fo rm a e l calor, y a cu alq u ier o tra m aterial, y q u e, sin em bargo, n o in terv en g a e n ese caso u n a d e ­ p en dencia o acción to ta l q u e baste p o r sí m ism a p a ra co n fe rir e l ser a ta l fo r­ m a, si h u b ie ra de se r in tro d u c id a en ta l m a te ria desde el p rin cip io y e n ig u al­ d a d d e circunstancias. P o rq u e , según se h a dem o strad o , la acción conservativa n o e s esencialm ente d is tin ta d e la p ro d u c tiv a ; p e ro esa acción, e n cu an to con­ servación, es total e ín te g ra , y p ro c e d e de u n a v irtu d su ficien te; lu eg o es esen ­ cialm ente suficiente p a ra la p ro d u cció n de d ich a form a, si n o se su p u siera p ro ­ d u cid a. A dem ás, p o rq u e el calor, p o r ejem plo, n o p u e d e p oseer o re te n e r el ser si n o le es co n ferid o p o r u n a causa in trín se c a q u e sea suficiente p a ra d a r tal ser y q u e op ere e n c u a n to ta l. Y , a este resp ecto , la m ism a razó n vale p a ra el p rim e r in stan te e n . q u e se recibe el ser y p a ra cu alq u ier o tro e n el q u e es con­ servado, com o re su lta claro p o r el razo n am ien to hecho e n la sección 1. P e ro m ien tras la fo rm a se conserva, retien e todo su s e r; lu eg o lo recibe de alg u n a causa, en cu an to esencialm ente suficiente p a ra d a r tal s e r ; m as en aquel in s­ tante lo recib e d e solo D ios en calidad d e eficiente, p u es suponem os q u e es conservado p o r solo E l eficientem ente; luego entonces D ios o b ra com o causa

te neccessarium semper esset Deum maio- cumque alia materialis, et tarnen quod ibi rem vim adhibere, non posset ratio reddi non intercédât dependentia seu actio totalis cur ilia maior activitas debita sit effectui, per se sufficiens ad dandum esse tali forvel certe cur potius magis uni quam alteri mae, si a principio et caeteris paribus esset debearur; sicut recte intelligimus cur anima in talem materiam inducenda. Nam, ut osrationalis conservetur a Deo separata a cor­ tensum est, aedo conservativa non est per pore, non autem anima equi, quia nimirum se distincta a productiva; sed illa aedo in eadem activitas Dei, quae sufficit ad con- ràtione conservarionis est totalis et integra, servandam animam rationalem unitam cor- et a virtute sufficienti; ergo est per se suf­ pori, sufficit ad conservandam separatam, ficiens ad produedonem illius formae, si non quod non ita est in anima equi. At vero, supponeretur producta. Item, quia calor, si ad conservandam animam rationalem ex­ verbi gratia, non potest habere vel retinere tra corpus necessarium esset Deum adhibere esse nisi datum ab intrinseca causa sufficienti maiorem concursum quo suppleret carenad dandum tale esse et ut sic operante. Et tiam coniuncti corporis, non posset ratio quoad hoc eadem est ratio de primo instanti reddi cur talis maior concursus debitus es­ in quo recipitur esse et de quocumque alio set animae rationali, vel cur non edam es­ set debitus animae equi; nam edam illam in quo conservateur, ut patet ex discursu fac­ to sect. 1. Sed quamdiu forma conservateur, posset Deus conservare extra corpus a d i ­ retinet totum suum esse; ergo recipit illud bendo maiorem concursum. 20. Haec vero responsio nec sumit ve­ ab aliqua causa, ut per se sufficiente ad dandum tale esse; recipit autem illud prorum fundamentum neque etiam ex ilio saeo instanti a solo Deo in ratione efficientis, tisfacit. Primum enim impossibile videtur quod Deus sola sua virtute conservet for­ 1 nam supponimus a solo ilio effective consermarti in materia, sive illa sit calor sive quae- ÌLvari; ergo agit tunc Deus ut causa per se

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Disputaciones metafísicas

esen cialm en te suficiente y to tal, n o ya sólo e n el género d e causa p rim e ra , com o cu an d o c o n c u rría c o n el fu e g o q u e cale n tab a, sino sim p lem en te e n el gén ero d e causa eficiente in clu so p ró x im a ; luego e m p lea m ay o r eficacia p a ra ta l con­ servación q u e p a ra la p ro d u c c ió n q u e se realizab a m e d ia n te e l fuego. 2 1. A ñ ád ase q u e el p rim e r concurso y acción se llevaba a cabo, al m en o s en la p ro d u c c ió n de to d o el calo r, de m a n e ra sucesiva, m ie n tra s q u e la conser­ vación p e rse v e ra to d a sim u ltán eam en te p o r m o d o de acción in d iv isib le ; lu eg o se realiza d e m an era d is tin ta y e n v irtu d d e u n a eficacia m ay o r. P o r ú ltim o , si adm itiésem os q u e el calo r es conservado p o r solo D io s sin u n concurso m ayor q u e el q u e em p leab a c o n el fuego, ¿ p o r q u é n o p o d ría conservarse la lu z d e ig u al m o d o e n ausencia del sol m ed ian te u n co ncurso ig u a l? O , si esto es p o ­ sible, ¿ p o r q u é n o le es d e b id o igual q u e al calor? L u e g o , in clu so adm itido, el otro p rin c ip io , p e rsiste la dificultad. Y , a u n cuan d o supongam os (lo cual es cierto) q u e D ios conserva cada cosa m e d ia n te su a ctiv id ad ín te g ra y total, te n ­ d rá validez la razón q u e se h u b iese ad u c id o en a q u ella o p in ió n , e n el se n tid o ex p u esto , c u an d o la conserva p o r sí solo. 22. P o r ta n to , la ra z ó n d e la d iferencia, q u e se p id e en aq u ella dificultad, d eb e to m a rse del p rin c ip io sentado en la sección 1.*, q u e u nas veces e l efecto d im a n a de su causa p o r ra z ó n d e su ser co nsiderado ab so lu ta y precisivam ente, y otras sólo p o r ra z ó n d e ta l p ro d u cció n , p ro d u c c ió n q u e , sin em bargo, n o es ad ecu ad a a ta l ser, ya e n ab so lu to , ya seg ú n el o rd en c o n n atu ral. P o r consi­ g u ien te, c u a n d o el efecto p ro c e d e d e su causa segunda conform e al p rim e r m o d o , entonces n o exige ser conservado p o r D ios en ausencia d e su c a u sa ; p e ro cuando d im an a d e l segundo m o d o , le es d e b id a la conservación p o r razó n del m ism o ser ya re c ib id o , p u e s, com o ta l ser n o dice p o r sí m ism o o rd e n a o tra causa, exige c o n n a tu ra lm e n te e l ser conservado p o r c u alq u iera, incluso p o r la p rim era , a la cual c o rresp o n d e conservar to d o lo q u e h a sido h ech o de m an era co n n atu ­ ra l. N o o c u rre lo m ism o c u an d o el o rd en a la causa p ró x im a es to talm en te esen­ cial . en v irtu d d e ta l ser, p o rq u e entonces el cam biar ta l o rd en n o sería con­ n a tu ra l n i p o d ría ser d e b id o a la cosa poseedora de ta l ser. P o r eso, el calor (y lo m ism o sucede c o n cu alq u ier form a sem ejante) n o exige ser p ro d u c id o y

sufficiens et totalis, non iam solum in genere, causae primae, sicut quando concurrebat.cum igne calefaciente, sed simpliciter in genere causae efficientis etiam proximae; ergo maiprem efficacitatem adhibet ad talem conservationem quam ad productionem quae fiebat medio igne. 21. Adde quod prior concursus et actio, saltern in productione totius caloris, fiebat successive, conservatio autem tota simul perseverat per modum indivisibilis acnonis; fit ergo alio modo et ex maiori efficacitate. Denique, si in calore admitteremus conservari a Deo solo sine maiori concursu quam adhibebat cum igne, cur non posset lumen eodem modo conservari in absentia solis per aequalem concursum? Vel, si potest, cur non est hoc ei debitum sicut calori? Eadem ergo restat difficultas, etiam admisso altero principio. Et ratio quae in ea sententia reddita fuerit habebit locum etiam si supponamus (quod verum est) Deum conservare unamquamque rem per integram et totalem activitatem eius, in sensu exposito, quando illam se solo conservat.

22. Ratio ergo differentiae, quae in ilia difficultate postulatur, sumenda est ex prin­ cipio posito sect. 1, quod interdum effectus manat a sua causa ratione sui esse absolute ac praecise considerati, aliquando vero so­ lum ratione talis fieri, quod tamen fieri non est adacquatami tali esse, vel simpliciter vel secundum ordinem connaturalem. Quando ergo effectus manat a sua causa secunda priori modo, tunc non postulai conservari a Deo in absentia suae causae. Quando vero manat posteriori modo, debetur illi conser­ vano ratione ipsius esse iam recepti, quia cum tale esse pei se non dicat ordinem ad aliam causam, connaturaliter postulat conservari a quacumque, etiam a prima, ad quam spettai conservare quidquid factum est iuxta modum connaturalem. Secus vero est quando ordo ad causam proximam est omnino per se ex vi talis esse; nam tunc immutare ilium ordinem non esset conna­ turale, nec posset esse debitum rei habenti tale esse. Unde calor (et idem est de quavis simili forma) non postulat fieri et recipere

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re c ib ir el ser d e otro calor o d e o tro ag en te próxim o sem ejante, p o r ra z ó n de su ser considerado p recisivam ente, ya q u e n in g u n a form a q u e p u ed e se r p ro ­ d u c id a esencialm ente p o r u n agente unívoco dice d ep en d en cia esencial c o n re s­ p e c to a o tro e n v irtu d d e su ser, com o tam b ién se h a dem ostrado a rrib a ; p e ro únicam ente en cu a n to a la p ro d u cció n se da esta d ep en d en cia e n v irtu d d e l or­ d e n de las causas n atu ra le s, el cual no se extiende a la conservación d e to d as las cosas. P o r elfo, el calor es de suyo in d ife re n te p a ra ser conservado p o r cual­ q u ier agente un iv ersal, y esto le es d e b id o en v irtu d de su ser, u n a vez q u e lo ha recibido. P e ro la lu z es u n a fo rm a ta l q u e en v irtu d de su ser exige el p ro ­ ceder de la lu z com o co n n atu ral a ella, n o p u d ie n d o , p o r ta n to , ser p ro d u c id a p o r u n agente u n ív o c o ; en consecuencia, sin dim anación alguna n o le es d e b id o n a tu ralm en te e l se r conservada p o r u n a causa su p erio r sola. Y en to d a o tra cu alid ad sem ejante q u e dep en d a en su conservación d el agente pró x im o se des­ c u b rirá alguna p ro p ie d a d n a tu ra l a p a rtir d e la cual p u e d a conjeturarse q u e tal fo rm a exige, en v irtu d de su ser, la dim anación d e ta l causa p róxim a, según se h a explicado a rrib a y re su lta claro so b re todo en los actos vitales. Y e n toda form a m aterial (p ara resp o n d er con esto a cierto ejem plo aducido an terio rm en te en contra) se e n c u e n tra ta l m o d o de e n tid a d q u e p o r su n atu raleza re q u ie re u n a causa eficiente e n cu a n to o p eran te so b re u n sujeto p resu p u esto , p o r lo cu al no exige ser conservada p o r D ios fu e ra d el sujeto. E sto n o ocurre así e n el alm a racional, que p a ra re c ib ir el ser no. exige u n a acción a p a rtir de u n sujeto y, p o r e n d e , la separación d el cu erp o n o es obstáculo p a ra q u e exija n a tu ra lm e n te el ser co n servada; consiguientem ente, aq u e l ejem plo n o ofrece sem ejanza; y con esto parece q u e se h a d ad o resp u esta satisfactoria a to d a la d ific u lta d p ro ­ puesta.

Otra duda que debe observarse 23. L a seg u n d a d ificultad es si e n tre la d ep en d en cia d el efecto sólo e n la producción, o e n la conservación ab solutam ente, se d a cierta d ep en d en cia in ­ term edia, según la cual la fo rm a perm an ece d u ra n te alg ú n tiem p o cu an d o cesa

esse ab alio calore, aut alio simili agente proximo, ratione sui esse praecise conside­ rati, quia nulla forma quae per se fieri potest ab agente univoco dicit per se dependentiam ab alio ex vi sui esse, ut supra edam probatum est; sed solum quoad fieri intercedi haec dependentia ex ordine naturalium caUsarum, qui non extenditur ad omnium rerum conservationem. Et ideo calor de se indifferens est ut conservetur a quocumque agente universali; estque hoc ei debitum ex vi sui esse, postquam illud se­ mel recepii. Lumen autem talis est forma, quae ex vi sui esse postulai dimanationem a luce ut sibi connaturali, linde non potest ab univoco agente produci; et ideo absque ulla dimanatìone non est ei debitum naturaliter ut a sola superiori causa conservetur. Et in omni alia simili qualitate dependente in conserva« ab agente proximo, invenietur aliqua naturalis proprietas ex qua coniectare liceat talem formam ex vi sui esse postulare dimanationem a tali causa proxi-

ma, ut supra declaratum est et maxime patet in actibus vitalibus. E t in omni forma materiali (ut per hoc respondeamus ad quoddam exemplum in contrarium supra positum) talis modus entitatis invenitur ut ex natura sua postulet efficientem causam ut operantem ex praesupposito subiecto, et ideo non postulat conservari a Deo extra subiectum. Quod secus accidit in anima ra­ tional^ quae ad recipiendum esse non pos­ tulat actionem ex subiecto, et ideo separatio a corpore non obstat quominus naturaliter postulet conservari ; non est ergo illud exem­ plum simile, et ita videtur satisfactum toti difficultati propositae. A liu d d u b iu m

n o ta n d u m

23. Secunda difficultas est an inter dependentiam effectus in fieri tantum, vel in conservari simpliciter, detur dependentia quaedam media, secundum quam forma manet quidem aliquamdiu cessante actione

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Disputaciones metafísicas

la acción ‘del agente, p e ro va d ebilitándose p au latin am en te y te rm in a p o r p e ­ re c e r p o r com p leto , si no se re p ite la acción d el agente. P o rq u e S anto T o m á s, e n los lugares citados, p arece p e n sa r así a pro p ó sito d e las form as accidentales q u e disponen p a ra las form as sustanciales y a n tes d e llegar a u n grad o perfecto, en el que se u n e n a sus form as, cesa la acción del a g e n te : Porque entonces — dice Santo T o m ás— la cualidad permanece algún tiempo, pero no siempre„ como resulta claro en el agua calentada, que vuelve a su estado natural. Y , en conform idad con los prin cip io s antes explicados, aduce la ra z ó n de que sem e­ ja n te form a accidental se conserva p o r razó n de la form a su stan cial; consiguien­ te m e n te , si la acción llega h a sta la p ro d u cció n d e la form a sustancial, la dispo­ sición se conservará ab so lu tam en te y siem p re; en cam bio, si la acción q u ed a sólo incoada, p o d rá conservarse la disposición d u ra n te alg ú n tiem p o , pero n o siem pre. P u e d e servir com o segundo ejem plo e l d e los h áb ito s, q u e n o d e p en d en en su conservación de los actos d e ta l suerte q u e se extingan in m ed iatam en te q u e cesa el a c to ; m ás, seg ú n o p in an algunos, d e p e n d e n de ta l m an era que v an . d ism in uyendo p oco a poco p o r la sola cesación d e los actos, y, si es gran d e,, se co rro m p en p o r com pleto. E l te rc e r ejem plo — y el m ás difícil p a ra m í— es el d el ím p e tu im preso a u n a p ie d ra lanzada h acia a rrib a ; p o rq u e n o deja d e ex istir in m ed iatam en te desp u és de cesar la actividad d e q u ie n la lanza, com o es e v id en te de s u y o ; pues se im p rim e precisam en te p a ra que perm an ezca d espués d el contacto del que la im p u ls a ; y, sin em bargo, después va d ejando d e ex istir p a u la tin a m e n te p o r sí m ism o sin n in g u n a acción de u n agente co n trario , y , p o r ú ltim o , se agota. 24. ' Explicación.— N o ob stan te, este m odo d e d ep en d en cia m e resu lta d i­ ficilísim o d e e n te n d e r, p o rq u e al cesar la acción del agente cesa la dependencia d e l efecto con re sp e c to a él, ya q u e la acción y la d ep en d en cia son lo m ism o y sólo difieren en las relaciones q u e con n o tan , com o se h a d ic h o rep etid as veces; p o r consiguiente, si, elim in ad a la dependencia, todavía p erm an ece e n su ser la cosa h echa, siquiera p o r u n in stan te, entonces p erm an ecerá p erp e tu a m e n te , en c u á n to d ep en d e d e la carencia de ta l dependencia, si n o es d e stru id a p o r o tra p a r­ te . L a consecunecia se m anifiesta, ya q u e n o existe m ayor razó n p a ra u n solo in s­ ta n te q u e p a ra cualquier tie m p o . Y lo explico, en segundo lu g a r, de esta m a-

agentis, paulatim tamen déficit ac tándem omnino perú, si actio agentis non iteretur. Nam D. Thom., citatis locis, ita videtur sentiré de.formis accidentalibus quae disponunt ad formas substanciales et antequam perveniant ad gradum perfectum, in quo suis formis' coniunguntur, actio agentis de­ sistir: Nam tune (ait D. Thom.) manet. qualitas aliquamdiu, sed non semper, sicut patet in aqua'calefacta, quae redit ad suam naturam. Et rationem reddit iuxta principia supra declarata, quia huiusmodi forma accidentalis conservatuT ratione formae substantialis; si ergo actio.perveniat usque ad formae substantialis productionem, dispositio conservabitur simpliciter ac semper; si vero manear actio inchoata tantum, con­ servan poterit dispositio aliquamdiu, non ta­ men semper. Secundum exemplum esse potest de habitibus, qui non ita pendent in conservari ab actibus ut statim pereant cessante actu; iuxta aliquorum vero opiníonem, ita pendent ut per solam cessationem ab

actibus paulatim minuantur, et si magna sit, omnino corrumpantur. Tertium et mihi difficilius exemplum est de ímpetu impres­ so lapidi sursum proiecto ; non enim .statim ac cessât activitas próiicientis esse desinit, ut per se constat; nam ad hoc imprimitur ut maneat aliquamdiu post contactum impellentis; et tamen postea paulatim per sese desinit esse absque tilla actione contrarü agentis, ac tandem consumitur. 24. Explicatur.— Nihilominus hic mo­ dus dependentiae mihi est ad intelligendum difficillimus, quia cessante actione agentis cessât dependentia effectus ab ipso, quia actio et dependentia idem sunt, solumque differunt in respectibus connotatis, ut saepe dictum est; ergo si ablata dependentia ad­ irne res facta manet in suo esse, vel per imum instans, quantum est ex vi carentiae talis dependentiae, perpetuo manebit, si aliunde non destruatur. Patet consequentia, quia non est maior ratio de uno instand, quam de quolibet tempore. Quod secundo ita de-

Disputación X X I.— Sección III

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a e r a : si, al cesar la acción d el agente, se conserva d u ra n te alg ú n tiem p o la fo r­ m a p ro d u cid a, entonces, d u ra n te este tie m p o , esa fo rm a ya n o recib e e l ser del a g en te p o r el q u e h ab ía sido h e c h a ; lu eg o es p reciso q u e se conserve d u ra n te aquel tiem po p o r o tra acción de u n ag en te su p erio r q u e b a ste p o r sí m ism o p a ra in fu n d ir ta l ser, d e acu erd o con lo d ic h o poco antes e n la dificultad inm e­ d ia ta ; luego, e n v irtu d de esa acción, h a b la n d o abso lu tam en te, se conservará d u ra n te cualquier tiem po, y n o se p u e d e d a r ra z ó n de p o r q u é esa acción del agente su p e rio r d eb a cesar p o r sí m ism a. E n te rc e r lu g a r, a u n c u a n d o al­ guien im agine q u e esa o tra acción conservativa, ab so lu tam en te h a b lan d o , de­ biese cesar, n o pufcde asignarse ra z ó n alg u n a p o r la q u e d eba cesar p o r p a rte s o p au latin am en te, ya q u e esto n o es n a d a m ás sino q u e esa fo rm a se co rro m p e sucesivam ente; y n o es posible a d u cir n in g u n a causa n a tu ra l d e esta sucesión. P o rq u e , así' com o la form a n o es p ro d u c id a sucesivam ente en cu a n to a la in te n ­ sid ad , a n o ser c u an d o es p ro d u c id a p o r u n c o n trario con resistencia del otro, a sí tam poco se e x tin g u e sucesivam ente sino cuando se corrom pe p o r la acción d e u n agente c o n tra rio ofreciendo ella re siste n c ia ; e n cam bio, cuando se co­ rro m p e p o r cesación de la causa agente, d e ja d e e x istir p o r ra z ó n de ta l cesa­ c ió n ; en consecuencia, si el agente cesó p o r com pleto e n su acción sobre to d a la form a y todos su s grados, ¿cóm o p u e d e e x tin g u irse sucesivam ente? O tam b ién , ¿p o r q u é se e x tin g u irá u n grado antes q u e o tro , siendo así q u e la acción del ag e n te cesa p o r ig u al en todos? Y si h a d e h a b e r alguna sucesión, d eb erían dejar d e existir p rim e ra m e n te los grados p rim e ro s, y a q u e h a b ría cesado p ri­ m e ro la acción d e l agente sobre ellos, si lo s h a b ía p ro d u cid o sucesivam ente; m as esto no es p o sib le, p u es los p rim e ro s son fu n d a m e n to de los posteriores. 25. Así, p u e s, estas razones p are c e n convencer d e q u e n o existe m edio e n tre la causa d e la sola p ro d u cció n y la d el ser e n a b so lu to ; p o rq u e si la causa es tal q u e, al cesar su acción, el efecto n o p u ed e su b sistir n i u n in sta n te , es causa propia d e l efecto e n el ser y e n la co nservación; en cam bio, si la causa es tal q u e, al cesar la acción, el efecto p u e d e su b sistir d u ra n te u n m o m en to , tam b ién p u ed e sie m p re , e n cu an to d e p e n d e d e ta l causa, p o r lo cual ésta sólo e s cau sa de la p ro d u c c ió n . E n este sentido se d istin g u e n aquellos dos m iem b ro s

darò; nam si cessante actione agentis for­ ma facta aliquaindiu conservatur, ergo pro ilio tempore iam illa forma non recipit esse ab ilio agente a quo facta fuerat; ergo necesse est ut conservetur ilio tempore per aliam actionem superioris agentis per se sufficientem ad influendum illud esse, iuxta nuper dieta in proxima difficultate ; ergo ex vi illius actionis, per se loquendo, quo-Cumque tempore conservabitur, nec potest reddi ratio cur illa actio superioris agentis per sese cessare debeat. Tertio, etiamsi quis fingat illam aliam actionem conservativam, per se loquendo, cessare debuisse, nulla ra­ tio reddi potest cur debeat cessare per par­ tes seu paulatim, quia hoc nihil aliud est quam formam illam successive corrumpi; huius autem successionis nulla causa naturalis reddi potest. Nam sicut forma non fit successive quoad intensionem, nisi quando fit ab uno contrario cum resistentia alterius, ita non desinit successive, nisi quando corrumpitur per actionem contrarii agentis, ipsa

resistente; quando vero corrumpitur per cessationem causae agentis, desinit prò ratione talis cessationis; si ergo agens omnino cessavit a sua actione circa totam for­ mam et omnes gradus eius, qui potest suc­ cessive desinere? Aut cur unus gradus prius desinet quam alius, cum actio agentis ae­ que in omnibus cessaverit? Quod si aliqua successio est futura, deberent prius desinare priores gradus, quia prius desierat actio agentis circa ilios, si successive eos produxerat; id autem fieri non potest, cum prio­ res sint fundamentum posteriorum. 25. Hae igitur rationes videntur convin­ cere non esse medium inter causam in fieri tantum vel omnino in esse; nam si causa est talis ut cessante illius actione effectus non possit nec per momentum subsistera, illa est propria causa effectus in esse et con­ servar^ si autem causa est talis ut cessante actione effectus possit per momentum sub­ sistera, potest et semper, quantum est ex vi talis causae; et ideo illa solum est causa

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Disputaciones metafísicas

p o r u n a ©posición con trad icto ria in m ed iata, e n la cual n o es p o sib le en co n trar u n m edio. 26. Por quién es corrompido el calor que queda en el agua después de la acción del fuego .— Si el hábito disminuye por cesación del acto.— D e los ejem ­ p lo s aducidos en contra, los dos p rim ero s son facilísim os. P o rq u e el calor d el ag u a, cuando cesa la acción del fuego, se co rro m p e p o r u n a acción positiva q u e p ro c e d e d e s u contrario, re sistien d o aquél, y p o r ello p erece p au latin am en te. P e ro si im aginásem os,. bien q u e e n el agua q u e d a im p ed id a la dim anación n a ­ tu r a l del frío a p a rtir d e su form a, bien que u n calor de seis grados, p o r ejem ­ p lo , es p ro d u c id o en u n sujeto n e u tro del q u e no procediese n in g u n a acción c o n traria, en to n ce s, al cesar la acción del fuego, aquel calor perm anecería siem ­ p re en el m ism o sujeto y n o dejaría de existir p o r sí m ism o ; p u e s, a u n cu an d o sea u n a disposición im p erfe cta p a ra la form a d e fuego, n o o b stan te, como ab ­ so lu tam en te n o depende de ella en su conservación, p o d ría p erm an ecer siem pre d e esa m an era, si n o fuese corrom pida p o r o tra p arte. T a m b ié n el segundo ejem plo su p o n e u n a cosa falsa; efectivam ente, p o r la sola cesación del acto no. se co rro m p e n i dism inuye, d e suyo, e l hábito, sino sólo p o r causas contrarias q u e in te rv ie n e n con esa ocasión, según explicó S anto T o m á s, I-H , q. 54, a. 3, d o n d e , e n la solución ad 1, declara que el calor n o se ex tin g u e d e o tra m an era p o r cesación d e qu ien calienta, y expone tácitam en te lo q u e hem os citado d e I. 27. Cuál es la causa de la disminución del impulso en los proyectiles.— E l te rc e r ejem p lo es realm en te difícil, pues la m ism a experiencia p a re c e en señar q u e aquel im p u lso dism inuye poco a poco p o rq u e pro v ien e d e q u e el m ovi­ m ie n to d el p ro y ectil ta m b ién se debilita y languidece p a u latin am en te. M as, p o r o tra p a rte , n o se d escubre la acción de u n agente, c o n trario p o r el q u e sea co­ rro m p id o . P u e s, o ese agente sería la fo rm a in trín seca o la g rav ed ad del p ro ­ y e c til, y e sto n o , p o rq u e n i la gravedad es p ro d u c tiv a de o tra cualidad, n i ella, p o r su p a rte , se intensifica p o r em anación, com o el frío e n e l agua, ya que la g ra v e d a d n o h a b ía quedado debilitada p o r la im p resió n del im p u lso . O sería d e b ilita d a p o r u n m edio resisten te y q u e im p u lsara e n co n tra, y tam poco p u e d e d ecirse esto, n o sólo p o rq u e el im pulso com ienza a d eb ilitarse antes de

ipsius fieri. Atque ita distingimntur illa duo membra per immediatam oppositionem contradictoriam, in qua non potest medium inverniti'. 26. C o lo r r e lic tu s in a q u a p o s t ig n is ac­ t i o n e m a q u o c o r r u m p a tu r .— H a b itu s an m in u a tu r p e r c e s s a tio n e m a c tu s . — Ex exem-

plis autem in contrarium adductis, duo pri­ ma faciliima sunt. Calor enim in aqua, ces­ sante actione ignis, corrumpitur per actio­ nem positivam a suo contrario, • ipso reni­ tente, et ideo paulatim perit. Si autem fingeremus vel in aqua impediri naturalem dimanationem frigoris a forma eius, vel calorem ut sex, verbi gratia, produci in subiecto neutro, a quo nulla esset actio contraria, cessante actione ignis, tunc file calor sem­ per maneret in eodem subiecto, ncque ex se desinerei esse; nam, licet sit disposino imperfecta ad formam ignis, tamen, quia simpliciter non pendet ab ea in conservati, posset ita semper manere, si aliunde non corrumperetur. Secundum etiam exemplum assumit falsum; nam per solam cessatio­

nem actus per se non corrumpitur nec diminuitur habitus, sed solum a causis contrariis quae ea occasione interveniunt, ut D. Thom, declaravit, I-II, q. 54, a. 3, ubi in solutione ad 1 declarat non alitei; desi­ nere calorem per cessationem calefacientis, et tacite exponit quod ex I citavimus. 27. Q u a e s it c a u sa d im in u tio n is im p e tu s in p r o ie c tis . — Tertium exemplum est sane difficile, nam experientia ipsa videtur docere impulsum ilium paulatim miniti, quia inde provenit ut moms proiecti paulatim edam remittatur et langueat. Aliunde vero non apparet actio agentis contrarii, a quo corrumpatur. Aut enim illud esset intrin­ seca forma aut gravitas proiecti, et hoc non, quia nec gravitas est attiva alterius qualitatis, neque ipsa intenditur per emanationem, sicut frigus in aqua, quia gravitas non fuerat remissa per impressionem impetus. Vel remitteretur a medio resistente et in eontrarium impellente, et hoc etiam dici non potest, turn quia prius quam proiectum incipiat in contrarium impelli, incipit im-

Disputación X X L — Sección III

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que e l proyectil com ience a se r im pelido e n sen tid o c o n trario , sino ta m b ién p o r­ q u e, si u n im pulso n o fuese corrom pido a no ser p o r u n co n tra rio , la p ie d ra n o p o d ría a p a rta r d e sí to d o el im p u lso ; consig u ien tem en te, es p reciso q u e sea e li­ m inado p o r p u ra priv ació n . P o r eso m u c h o s niegan lo q u e la p re se n te d ificultad supone, a saber, q u e el im pulso sea u n a cu a lid a d im p resa al proyectil, sino sólo u n contacto del q u e lo lanza, com o c o n tin u ad o a través d e las p a rte s d el m edio, según p a re c e h a b e rlo enseñado A ristóteles al final d e la Física. Y n o falta n otros q u e p ien sen q u e la m ism a gravedad d e l pro y ectil es e l in s tru m e n to de que se vale q u ie n lo lan za m ediante -un co n tac to p a ra im pulsarlo adonde qu iere. A hora bien, a m i ju ic io , tam b ién estas cosas son inciertas, p o rq u e apenas p u e d o co m prender aq u el m ovim iento sin u n a c u alid ad im p resa, com o v a n en señ an d o ya con bastante frecu en cia los filósofos. E n cu an to al m odo d e c o rru p ció n de dicha cualidad, n i siq u iera los m ism os filósofos que la defienden dicen n a d a ; y, p o r m i p a rte , n o e n c u e n tro n a d a q u e m e re su lte satisfactorio. U n icam e n te p o ­ dem os afirm ar q u e , a u n cu an d o el im p u lso n o se c o rro m p a p o r u n a a u tén tica acción d e u n co n tra rio , sin em b arg o , d e ja d e existir a la m an era d e aquellas cualidades que se co rro m p e n así, ya q u e cesa p o rq u e u n contrario le ofrece re ­ sistencia u oposición. A sí, pu es, com o esa cualid ad se e n cu en tra e n u n sujeto contrario y q u e re s iste a su actividad, a ca u sa de la cu al solam ente se im p rim e esa cu alid ad p o r m o d o d e in stru m e n to , p o r eso n o exige el ser conservada siem ­ p re a llí; y p o rq u e , en o tro caso, el sujeto siem pre resiste a ella y a su acción, la n a tu raleza d e ta l cosa exige q u e poco a poco se vaya cesando en su conser­ vación. N o o b stan te, e sto n o sucede p o r la d ep en d en cia in te rm e d ia con resp ecto a su ag en te , sino p o r la pecu liar n a tu raleza y finalidad de tal cualidad.

perns remitti, turn edam quia si unus im­ petus non corrumperetur nisi a contrario, non posset lapis a se abiicere omnem impetum; necesse est ergo ut per puram privationem auferatur. Quare multi negant quod haec difficultas supponit, scilicet im­ perniti esse qualitatem impressam proietto, sed solum contactum proiicientis quasi con­ tinuatimi per partes medii, prout Aristoteles docuisse videtur in fine Physicorum. Nec desunt alii qui putent ipsammet proietti gravitatem esse instrumentum quo proiiciens utitur medio contattai ad impellendum quo vult. Sed mihi haec edam incerta sunt, quia vix intelligo motum ilium sine im­ pressa qualitate, prout iam docent frequentius philosophi. De modo autem corruptionis illius qualitatis ipsimet philosophi qui

illam ponunt nihil dicunt neque ego in­ verno quod mihi satisfaciat. Solum dicere possumus, quamvis impetus non corrumpatur per propriam actionem contrarii, tamen desinere ad modum earum qualitatum quae sic corrumpuntur, quia desinit resis­ tente seu renitente contrario. Itaque, quia illa qualitas est in subiecto contrario et re­ sistente activitati eius, propter quam solam illa qualitas imprimitur per modum instru­ menti, ideo non postulai semper ibi con­ servati, et quia alias subiectum semper illi resistit et actioni eius, natura talis rei pos­ tulai ut palliatimi ab eius conservatione cessetur. Tamen hoc non est propter dependentiam mediani a suo agente, sed propter peculiarem naturaci et institutum .talis qua­ litatis.

DISPUTACION XXII LA PRIMERA CAUSA Y OTRA DE SUS ACCIONES, QUE ES LA COOPERACION O CONCURSO CON LAS CAUSAS SEGUNDAS

RESUMEN Como se indica en las líneas introductorias, el contenido de esta disputación puede reducirse a los puntos siguientes: I. Necesidad del concurso divino (Sec. 1). II. Su naturaleza (Sec. 2). III. Qué relación guarda con la acción de la causa segunda (Sec. 3-4). IV. S i las causas segundas se subordinan esencialmente a Dios solo, o tam­ bién a otras causas creadas (Sec. 5). SECCIÓN

i

Hecha una aclaración necesaria para distinguir entre la conservación y el con­ curso (1), se expone una primera opinión —de Durando, Alberto, Enrique y otros— > negadora del concurso esencial e inmediato de Dios, y se aducen las ra­ zones en que se fundamenta (2-5). La segunda opinión, opuesta a la anterior, es la verdadera y tiene categoría de dogma católico (6), aunque también puede pro­ barse suficientemente por la razón, cosa que hace Suárez con abundancia de ar­ gumentos (7-13). L a solución permite resolver los fundamentos de la sentencia opuesta (14-15), aclarando el modo como Dios obra inmediatamente (16-21) y refutando los inconvenientes aducidos por Durando y sus seguidores (22-23). Esto da pie para exponer y rebatir una opinión de Fonseca sobre la manera como Dios concurre con las causas material, formal y final (24-30) SECCIÓN

II

Es evidente que el concurso divino no puede ser más que una acción o prin­ cipio de acción (1). Pero esto puede entenderse de tres maneras: una primera opinión sostiene que el concurso divino es una realidad procedente de la causa primera y recibida en la segunda, que completa a ésta y la determina a realizar un efecto concreto (2). Suárez la rechaza (3-6). Lo mismo hace con la segunda —el concurso divino es sólo condición necesaria para que obre la criatura—, re­ batiendo sus fundamentos uno por uno (7-14). Así llega a la solución del pro­ blema, concretada en las siguientes afirmaciones: 38

Disputaciones metafísicas

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1. a El concurso divino, en cuanto es algo “ ad extrd’, es esencialmente algo por modo de acción, o de cierta producción, que emana inmediatamente de Dios (15-18). 2. a Dicho concurso no incluye por necesidad intrínseca algo infundido de nuevo a la causa segunda, que sea principio de su acción o condición necesaria para ella (19). L a demuestra por diferentes testimonios (20) y razones (21-22), rebatiendo o interpretando debidamente las condiciones aducidas en los argumen­ tos contrarios (23-38) y refutando las respuestas que algunos dan a las razones del Eximio (38-45). Resuelve los fundamentos de las otras opiniones (46-50) y aclara en qué consiste el que la causa segunda obre en virtud de la primera (5157), para terminar precisando cómo se vale Dios de las causas necesarias (58) y de las libres (59), y de qué manera pertenece la acción de la criatura al do­ minio de Dios (60).

SECCIÓN

III

En esta breve sección, expuesto el motivo de duda (1), se hacen algunas acla­ raciones que ayudan a comprender mejor la naturaleza del concurso divino en relación con la criatura y con su acción (2-12). SECCIÓN

IV

Tratando de explicar cómo concede Dios su concurso a las causas segun­ das (l), se señala la dificultad de la cuestión (2); ésta es resuelta con respecto a las causas naturales (3-9) y a las libres (10), punto en que se ofrecen diferentes opiniones y soluciones a la dificultad propuesta (11-13). Suárez da la suya (14), apoyándola en varias razones (15-20). Establece al propio tiempo las diferencias en el modo del concurso divino con las causas libres y con las necesarias (21-23), señala los autores que aceptan el modo expuesto por él (24-26) y propone (27-28) y resuelve algunas objeciones contra la doctrina anterior (29-39). SECCIÓN

V

Para determinar si las causas segundas dependen esencialmente, al obrar, sólo de la primera o también de otras (1), comienza por señalar el motivo de duda (2), exponer los. diferentes sentidos de la cuestión (3-6), y consignar las varias opi­ niones dadas acerca de su dificultad (7-9). L a solución completa puede reducirse a las afirmaciones siguientes, que el Eximio explica, demuestra y defiende con­ tra las objeciones: 1. a Ninguna causa creada depende esencial e inmediatamente, en su obrar, de otro agente creado, sino sólo de la causa primera (10-14). 2. a En ocasiones, la virtud insuficiente de una causa segunda necesita ser ayudada por otra causa creada que complete o supla su poder activo (15-17). Con ello resulta patente el sentido en que se llama universales a algunas de las causas segundas (18), y cuál es la subordinación de los agentes inferiores a los superiores (1 9 ). Por último, se responde a las razones opuestas (20-21).

DISPUTACION XXII LA PRIMERA CAUSA Y OTRA DE SUS ACCIONES, QUE ES LA COOPERACION O CONCURSO CON LAS CAUSAS SEGUNDAS

A cerca del co ncurso de la causa p rim e ra con las segundas e n o rd e n a las acciones de éstas, se en cu e n tra n pocas consideraciones hechas p o r A ristóteles o por otros filósofos; en cam bio, los teólogos tra ta n esta cu estió n prolijam ente. Y, en la m edida en q u e p u e d e conocerse p o r ra z ó n n a tu ra l, es p ro p ia d e este lu g ar. E n dicha cuestión h ay q u e exam inar, p rim e ra m e n te , cuál es la n ecesidad d e este concurso; d esp u és, en q u é c o n siste; seguidam ente, cóm o se com para con la ac­ ción d e la causa se g u n d a ; y, p o r últim o, estudiarem os si las causas segundas o creadas tienen e n tre sí esta clase d e subordinación, o sólo c o n respecto a D ios.

S E C C IO N

P R IM E R A

Si p u e d e d e m o s t r a r s e s u f i c i e n t e m e n t e t o r r a z ó n n a t u r a l q u e D i o s o b r a DE MANERA ESENCIAL E INMEDIATA EN LAS ACCIONES D E TODAS LAS CRIATURAS 1. H e dicho e n el títu lo de manera esencial e inmediata p o rq u e , p o r lo dicho en la sección an te rio r, es claro y evid en te q u e , al m enos rem o ta y esencialm ente, el influjo divino es necesario p a ra la acción d e cualquier causa crea-

DISPUTATICI XXII DE PRIMA CAUSA ET ALIA EIUS ACTIONE, QUAE EST COOPERATIO SEU CONCURSUS CÜM CAUSIS SECUNDIS

De concursu primae causae cum secimdis ad actiones earum, pauca inveniuntur ab Aristotele aliisve philosophis dicta; a theologis vero res haec copiose disputatur. El quantum potest ratione naturali cognosci, propria est huius loci. In qua re primo videndum est quae sit nécessitas huius con­ cursus; deinde quid sit; postea quomodo

ad actionem causae secundae comparetur; ac tandem videbimus an causae secundae vel creatae habeant inter se huiusmodi subordinationem, vel ad solum Deum. SECTIO PRIMA An

p o s s i t s u f f ic ie n t e r pr o b a r i rattone n a t u r a l i D e u m p e r s e AC im m e d ia t e o p e -

RARI IN ACTIONIBUS OMNIUM CREATURARUM

1. Dixi in titillo per se ac immediate, quia, ex dictis disputar praeced., constans est et certum, saltern remote et per accidens, divinum influxum necessarium esse ad actio­ nem cuiuslibet causae creatae, quia saltern

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Disputaciones metafísicas

d a , pucst p o r lo m enos es preciso q u e D ios conserve en el ser a la criatura q u e o b ra alg o ; m a s qu ien d a e l ser d a ta m b ién la operación, al m enos rem o ta y ac­ cid en talm en te.

Exposición y defensa de la primera sentencia negativa 2. Razones de dicha opinión.— Primera.— P ues b ie n , n o faltaro n teólogos q u e negasen q u e D ios co n c u rre esencial e in m ed iatam en te a las acciones de las causas segundas. Se -cree q u e el p rin cip al d efen so r de este e rro r es D u ran d o , In II, d ist. 1, q . 5, y d ist. 37, q. 1, a u n q u e la o pinión fu e ra m ás a n tig u a ; efec­ tivam ente, la c itan A lberto, E n riq u e y o tro s; e incluso San A g u stín , V De Genesi ad litter:, c. 2 0 , con estas p a la b ra s: Hay quienes opinan que solamente el mundo ha sido hecho por Dios, y las demás cosas ya son producidas por el mundo mis­ mo, como E l ordenó y mandó, pero Dios no obra nada. E l fu n d a m e n to es q u e la necesidad d e esta cooperación n o p u e d e apoyarse en n in g u n a razó n suficiente, p o r lo cual n o debe afirm arse, ya q u e D ios no em plea u n concurso superfluo y p o r com pleto innecesario. Se p ru e b a el an tecedente, e n p rim e r lu g ar, p o rq u e las causas segundas n o son in stru m e n to s, sino causas p rin cip ales, puesto q u e o b ra n p o r v ir tu d p ro p ia y n o p o r u n a m oción extrínseca, p o r lo q u e a veces so n unívocas y pro d u cen efectos sem ejantes a ella s; e n cam bio, cu an d o son eq u í­ vocas, son causas m ás p erfectas y n o b le s; luego n o necesitan el concurso de u n a causa su p erio r. L a consecuencia es evidente, ya q u e p a ra p ro d u c ir el efecto b asta u n a v irtu d igual a él, o ciertam en te m ás noble. 3. Segunda.— E n seg u n d o térm in o , D ios p u d o p ro d u c ir u n a criatu ra que realizase u n efecto proporcionado a ella sin ay uda de o tro ; p u e s, ¿p o r qué ra ­ z ó n és esto con trad icto rio ? E n v erd ad , n o se d escubre n in g u n a repugnancia o c o n tra d ic c ió n ; n i atenta c o n tra la perfección o la p o ten cia divina, sino que m ás b ie n indica e n m ayor m e d id a la p o ten cia d e D ios. E fectivam ente, así com o fue p ro p io de la poten cia d iv in a n o sólo p ro d u c ir las criaturas, sino tam b ién com u­ nicarles u n p o d e r sem ejante d e o b ra r, así tam b ién se d em o strará m ás la m ism a poten cia d e D ios si p u e d e com unicar a sus criatu ras esta v irtu d activa com ­ p le ta y to talm en te ín te g ra ; p e ro eso o c u rrirá si no necesita la ay uda de otro

sum. Antecedei^ probatur primo, quia cau­ sae secundae non sunt instrumenta, sed principales causae; nam virtute propria, et non per extrinsecam aliquant motionem, operantur, unde interdum univocae sunt et Prima sentendo negans proponitur effectus faciunt sibi similes; quando vero ‘ et suadetur sunt aequivocae, sunt perfectiores et nobi2. Rationes praedictae sementine.— Pri­ liores causae; ergo operantur sufficienti vir­ ma.— Non defuerunt ergo theologi qui ne- tute; ergo non indigent auxilio superioris gàverint Deum per se et immediate concur- causae. Patet consequentia, quia ad effectum rere ad actiones secundarum causarum. Cu­ producendum sufficit virtus aequalis illi, aut ius erroris praecipuus defensor censetur Du- certe nobilior. 3. Secunda.— Secundo, potuit Deus ef'ndus, In II, dist. 1, q. 5, et dist. 37, q 1, quamquam illa sententia antiquior ficere creaturam operantem effectum sibi fuerit; illam enim refefunt Albertus,. Hen- proportionatum sine ope alterius : cur enim ricus, et aiii. Immo D. August., V Genes, hoc repugnat? Nulla sane apparet repugnanad litter., c. 20, his verbis : Sunt qui arbi- tia aut contradictio ; ñeque est contra divi­ tranlur tantummodo mundum ipsum factum nato perfectionem aut potentiam, sed potius a Deo, caetera iam fieri ab ipso mundo si- indicai magis potentiam Dei. Nam, sicut cut ille ordinami et iussit, Deum autem ip- divinae potentiae fuit non solum efficere sum nihil operati. Fundamentum est quia creaturas, sed etiam illis communicare siminulla sufficienti ratione fundari potest né­ lem efSciendi vim, ita magis ostendetur eacessitas huius cooperationis, et ideo asseren- dem potentia Dei si suis creaturis possit da non est, quia Deus non adhibet super- hanc virtutem agendi completate et omnino vacaneum ac minime necessarium concur- integrant communicare; huiusmodi autem

Decesse est ut Deus conservet in esse creaturam quae aliquid operatur ; qui autem dat esse dat etïatn operationem, saltern remote et per accidens.

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para o brar. Y si D ios p u e d e hacer esto, ¿cóm o nos consta q u e n o lo h a h echo ya? O si lo hiciese, ¿d e q u é o tra m anera lo h aría q u e confiriendo a la c ria tu ra u n p o d e r igual o m ayor q u e el necesario p a ra el efecto? A hora bien, esto ya lo h a hecho. 4 . Tercera.— E n terc e r lugar, no es posible q u e dos agentes c o n cu rran inm ediatam ente a u n a -m ism a acción, a n o ser q u e am bos sean im perfectos y sólo parciales, cosa q u e n o d ebe decirse d e D io s; lu eg o n o co ncurre in m ed iatan je n te con la c ria tu ra a la acción de ésta. L a m ayor e s p a te n te , p o rq u e o u n a d e esas causas o b ra m ed ian te la o tra, o n in g u n a . Si lo p rim ero , se sigue q u e la q u e ob ra m ed ian te la o tra n o obra in m ediatam ente, sino sólo m ed ian te la o tra ; y com o n o p u ed e d ecirse q u e la c riatu ra o b re m ed ian te D ios, será D ios el q u e obre m ed ian te la c ria tu ra , y e n , este sen tid o solem os h ab lar frecu en tem en te, a saber, q u e D ios o b ra p o r las causas segundas o m ed ian te las causas segundas. E l m ejo r sentido d e esta expresión es q u e D ios confirió a las causas segundas el p o d e r d e o b ra r, q u e las conserva y q u e , p o r así d ecirlo, las constituyó p a ra que o b ren en lu g a r suyo. M as si se afirm a lo segundo, q u e n in g u n a d e estas causas — n i la p rim e ra n i la segunda— o b ra m ediante la o tra , se sigue a b ie r­ tam ente q u e am bas son im perfectas, ya p o rq u e cada u n a de ellas ob raría sólo com o causa parcial, ya ta m b ié n p o rq u e c o n c u rrirá n p a ra o b ra r sin su b o rd in a ­ ción y com o casualm ente. 5. Cuarta .— E n c u arto lu g ar, p o rq u e acerca d e algunas cosas creadas es preciso confesar q u e n o p ro ced en inm ed iatam en te d e D io s; lu eg o , p o r igual razón, h a b ría q u e d e c ir lo m ism o de todas las q u e p ro ced en d e causas segundas que ob ran con v irtu d p rin cip al. L a consecuencia es válida p o r p a rid a d de r a ­ zón, y el a n tec ed en te se d em u estra , en p rim e r lu g ar, acerca d e to d a acción de la criatu ra, en c u a n to acción, com o es, p o r ejem plo, e l calentam iento d el fue­ go; p o rq u e , a u n q u e concedam os q u e el calo r, e n cu a n to calor, procede in m e ­ diatam ente de D ios, esto, em pero, n o p u e d e decirse d el calentam iento d el fu eg o en cuanto tal, ya q u e im plica u n a con trad icció n palm aria. E fectivam ente, la acción, o tal acción e n cu an to tal, a saber, el calentam iento d el fuego, dice re la ­ ción esencial a este ag en te , a saber, el fu e g o ; luego es im p o sib le q u e esa ac-

erit si alterius ope ad agendum non indigeat Quod si hoc Deus potest {acere, onde constat non iam fecisse? Aut si faceret, quo alio modo faceret quam dando creaturae virtutem aequalem vel maiorem quam ad effectum necessaria sit? Hoc autem iam fecit 4. Tertia.— Tertio, fieri non potest ut dúo agenda immediate concurrant ad eamdem actionem, nisi utrumque eorum imperfectum sit et tantum partíale, quod de Deo non est dicendum; ergo non concurrit cum creatura immediate ad actionem eius. Maior patet, quia vel una ex illis causis agir per aliam, vel neutra. Si primum, sequitur eam quae per aliam agit non agere imme­ diate, sed solum mediante alia, cumque non possit dici creatura agere per Deum, aget Deus per creaturam, et ita frequenter loqui solemus, Deum, scilicet, operari per cautas secundas seu mediis causis secundis. Cuius locutionis optimus sensus est Deum dedisse causis secundis virtutem operandi, et con­ servare illas, easque veluti constituisse ut

vice sui operentur. Si autem dicatur secun­ dum, nempe neutram ex his causis, scilicet, nec primam nec secundam, per alteram ope­ rari, piane sequitur utramque esse imperfectam, tum quia utraque solum _ageret ut causa partialis, tum etiam quia sine subor­ dination et quasi fortuito convenient ad agendum. 5. Quarta.— Quarto, quia de aliquibus rebus creatis necesse est fateti non esse a Deo immediate; ergo pari ratione idem di­ cendum esset de omnibus quae a causis se­ cundis principali virtute operantibus procedunt. Consequentia tenet a paritate rationis, et antecedens probatur, primo in omni ac­ tione creaturae, quatenus actio est, ut estverbi gratia, calefactio ignis; nam licet demus calorem, ut calorem, esse immediate a Deo, tarnen de calefactione ignis ut sic id dici non potest, quia apertam involvit repugnantiam. Nam actio, vel talis actio ut sic, nempe calefactio ignis, dicit essentialem habitudinem ad hoc agens, nempe ignem; ergo

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d o n , 'e n cu a n to tal, p ro c e d a in m ediatam ente d e D io s; y, sin em bargo, dicha acción es algo en la realid ad distin to del c alo r; luego. E n segundo lu g ar, p a­ re c e q u e esto debe afirm arse, p o r u n a razó n especial, d e las acciones libres, p u e s si éstas procediesen in m ed iatam en te dé la causa p rim e ra , no p o d rían ser lib re s c o n respecto a la m ism a causa segunda, ya q u e n o sólo la causa p rim e ra , p o r ser m ás p o ten te, a rra stra ría consigo a la seg u n d a a d o n d e quisiese, sino que incluso la segunda n o te n d ría a su disposición y e n su p o te s ta d el influjo d e la causa p rim e ra p a ra ' p o d e r o b ra r cuando quisiera. E n tercer lu g a r, h ay una razó n ■especialísima acerca d e las acciones libres pecam inosas; p o rq u e es inconvenien­ te a trib u irla s a la causa p rim e ra en cuanto o p eran te esencial e •inm ediatam ente. P odem os a d u c ir u n c u arto ejem plo a p ro p ó sito de los efectos o causalidades d e o tras c au sas; p o rq u e aquéllas n o p ro ced en inm ed iatam en te d e D ios en cu a n to causa p rim e ra , com o es claro, p u es esos m odos d e causar, so b re todo el form al y e l m ate ria l, no p u e d e n ser ejercidos p o r la causa p rim e ra ; consiguientem ente, si la m a te ria y la fo rm a son suficientes, en su o rd e n , p a ra su causalidad p ro p ia, ¿ p o r q u é n o h a d e serlo, e n el suyo, cu alq u ier causa eficiente?

Opinión verdadera 6. L a segunda o p in ió n afirm a que D ios ob ra esencial e inm ediatam ente en to d a acción d e la c ria tu ra , y q u e este influjo suyo es absolutam ente necesa­ rio p a ra q u e la cria tu ra p ro d u zca algo. E sta es la opinión verdadera, que d eb e­ m o s explicar y confirm ar m ás p o r extenso. A sí, p u es, afirm am os en p rim er lugar q u e es ta n cierto que D ios influye in m ed iata y esencialm ente e n toda acción d e la c ria tu ra , q u e e l n e g a r esto co nstituye u n e rro r e n la fe. Se dem uestra, p ri­ m eram en te, p o r el consen tim ien to co m ú n de los escolásticos, q u e piensan d e esta v erd ad com o de u n do g m a católico, según consta p o r S an to T o m ás, I, q. 105, a. 5 ; I-II, q. 109, y II I cont. Geni., c. 7 0 ; C ayetano y el F errarien se, en el m ism o lu g a r; C apréolo, ln II, d ist. 1, q. 2 , a. 3, a los arg u m en to s contra la segunda co n clu sió n ; A lejandro, I p ., q . 9, m iem b ro 2 , a d 2 ; A lberto, In li, d ist. 35, a. 7 , d o nde se expresa de este m o d o : L a otra opinion ha desaparecido

impossibile est illam actionem, quatenus ta­ ils est, esse a Deo immediate; et tamen illa aedo est aliquid in rerum natura distinctum a calore; ergo. Secundo, hoc spe­ ciali radane dicendum videtur de actionibus liberis, quia, si illae essent immediate a causa prima, non possent esse liberae ipsi causae secundae, quia et causa prima, cum sit potentior, secum ferret secundam quo vellet, et secunda non haberet in manu et molestate sua influxum causae primae ut posset onerari cum vellet. Tertio, est specia­ lissima rado de actionibus liberis peccaminosis; nani indecorum est illas attribuere primae causae ut per se et immediate ope­ rand. Quartern exemplum afferre possumus de effectibus seu causalitatibus aliarum cau­ satemi; illae enim non sunt a Deo imme­ diate ut a prima causa, ut constat, quia iili causandi modi, praesertim formalis et materialis, non possunt a prima causa exerceri; si ergo materia et forma in suo genere sufficientes sunt ad suam propriam causalita-

tem, cur non erit in suo quaelibet causa efficiens? Vera sententìa v 6. Secunda sentenda est Deum per se et immediate agere in ornili actione creaturae, atque hunc influxum eius esse simpliciter necessarium ut creatura aliquid efficiat. Et haec est vera sentenda, quae fusius est a nobis explicanda et confirmanda. Primum itaque dicimus tam esse certem Deum influere im­ mediate ac per se in onmcm actionem crea­ turae, ut id negare erroneum sit in fide. Probatur primo ex communi consensu scholasdcorum, qui ita sendunt de hac ventate, ut de cattolico dogmate, ut patet ex t>Thom., I, q. 105, a. 5, et in I-II, q. 109, et II I cont. Gent., c. 70; Caiet. et Ferrar., ibi; Capreolo, In II, dist, 1, q. 2, a. 3, ad argumenta contra secundam conclusionem; Alexand., I p., q. 9, memb. 2, ad 2; Al­ bert., In II, dist. 35, a. 7, ubi sic inquit: Alia opinio fere cessit ab aula, et a multis

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prácticamente de las aulas y es considerada herética por muchos modernos. T a m ­ bién G regorio, e n el m ism o pasaje, q. 1, a. 3 ; E scoto, In II, d ist. 1 y 3 7, q. ú n i­ c a ; B u en av en tu ra, d ist. 37, a. 1, q . 1, d onde dice q u e esta opinión d e b e sos­ tenerse sin n in g u n a am b ig ü ed ad ; e l m ism o, In I, dist. 45, a. 2, q. 2 ; H erveo, tratad o De aeternitate mundi, q. 1. E n segundo lu g ar, p u e d e d em o strarse lo m ism o p o r e l consentim iento co m ú n d e los santos, q u e enseñan esta verd ad com o co n ten id a en la S agrada E sc ritu ra , y a los q u e señalaré b rev em en te, p o r­ q u e esto n o co rresponde a n u estro com etido. Así, p u es, S an A gustín, h ab ien d o citado, en e l lu g a r indicado a n terio rm en te, a los q u e o p in an lo co n trario , a ñ a d e : Contra los cuáles está pronunciada aquella sentencia del Señor: M i Padre está ejerciendo su actividad hasta ahora. Y m ás a d e la n te : Además, porque El rea­ liza no sólo las cosas grandes y principales, sino también estas terrenas y últi­ mas, dice el Apóstol: Tú siembras el grano desnudo, pero Dios le da cuerpo como quiere, y a cada semilla le da el cuerpo propio. T a m b ié n d e m u e stra esto extensam ente el m ism o S an A gustín, en su Ep. 146 ad Consentium, d o n d e aduce otros testim onios de la E sc ritu ra , com o el de Jer., 1 : Antes de formarte en el útero, te conocí; y e l d e L e ., 1 3 : S i al heno del campo, que hoy existe y ma­ ñana se echa al horno, Dios lo viste de esa manera. E l m ism o S an A g u stín , iib. IV De Genesi ad litter., c. 12, d o n d e aduce u n texto d e A ct., 1 7 : En El vivimos y nos movemos; y en el lib. IX , c. 12, c ita o tro d e I C o r.: N i el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento. P ró sp ero , Sen­ tent., 281. E l m ism o G regorio, lib. X V I Moral., c. 18, d ic e : Todas las cosas que han sido creadas, no tienen eficacia ni para subsistir ni para moverse por sí mismas, sino que en tanto subsisten en cuanto recibieron el deber existir, en tanto se mueven en cuanto son ordenadas por un instinto oculto. Y los d e­ m ás P ad res, siem pre q u e tra ta n d e la providencia divina, suponen esta verdad com o certísim a. 7. H ay q u e afirm ar, en segundo lu g a r, q u e esta v erd ad p u ede p ro b arse suficientem ente p o r ra z ó n n atu ral. Y , p rim era m en te, parece inferirse con evi-

modemorum reputatur haeretica. Item G re­ gor., ibid., q. 1, a. 3; Scot., In II, dist. I et 37, q. única; Bonavent., dist. 37, a. 1, q. 1 , ubi ait hanc sententiam absque omni ambiguitate esse tenendam ; idem, In I. dist. 45, a. 2 , q. 2; H erv.,' tract, de Aeter­ nitate mundi, q. 1. Secundo, idem probari potest ex communi consensu sanctorum, qui hanc veritatem docent ut in divinis Scripturis contentara, quos, quia hoc non est nostri muneris, breviter indicabo. Augusti­ nus ergo, cum contrarium opinantes retulisset loco supra citato, subdit: Contra quos profertur illa sententia Domini: Pater meus usque modo operaturi. E t infra: Deinde, quia non solum magna et praecipua, verum etiam ista terrena et extrema ipse operatur, ita dicit Apostolus: Tu nudum granum se­ minas, Deus autem dat illi corpus sicut vult, et unicuique semini proprium corpus. Idem late probat idem Augustinus, in Ep. 146 ad Consentium, ubi alia testimonia Scripturae

adducit, u t iîlud: Priusquam te formarem in utero, novi te, Ierem., 1; et illud: Si

foenum agri, quod hodie est et eras in clibanum mittitur, Deus sic vestii, Lucae, 13. Idem August., lib. IV Genes, ad litter., c. 12, ubi addudt illud Actor., 17: In ipso vivimus, movemur; et lib. IX, c. 15, ad­ ducit illud I Cor. : Neque qui plantas est

a'liquid, neque qui rigat, sed qui incrementum dat, Deus. Prosper., Sentent., 281. Idem Gregorius, XVI lib. Moral., c. 18 : Omnia (inquit) quae creata sunt, per se nec subsi­ sted praevalent nec moveri; sed in tantum subsistunt in quantum ut esse debeant acceperunt, in tantum moventur in quantum occulto instinctu disponuntur. E t reliqui Pa­ tres, ubicumque tractant de divina providentia, hanc veritatem u t certissimam sup­ ponimi. 7. Secundo, dicendum est veritatem hanc sufficienter probari posse naturali ratione. E t primo videtur evidenter inferri ex dictis

1 loan., 5, ubi lege eumdem Aug., tract. I ; Cyrill., et Chrys., et Nazianz., quos ibi refert Tolet. Similia testimonia sunt lob, 10; II Machab., 7 ; Ps. 144 et 146.

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d e n c ia de lo dich o acerca de la conservación, de suerte q u e ta m b ién p o r esta ra z ó n se considera p rácticam en te ta n cierto e n la fe q u e D ios p ro d u ce in m e­ d iatam en te to d as las cosas com o q u e las conserva. L a p rim e ra inferencia se d e­ m u e stra , en p rim e r lugar, p o rq u e si todas las cosas no son hechas inm ediata­ m e n te " p o r D io s, entonces tam poco son conservadas inm ed iatam en te, pues una cosa se co m p o rta en ord en al ser d e igual m o d o q u e en o rd e n a la producción. E n efecto, el ser d e u n a cosa n o p u e d e d ep en d er d e su causa adecuada en m a­ y o r m ed id a después d e p ro d u c id o q u e cuando estaba p ro duciéndose. A sim ism o, p o rq u e si la causa dep en d e d e D ios en el ser, ta m b ién d ep en d e el efecto, ya q u e am bos son entes p o r p a rtic ip a c ió n ; luego, así com o la causa depende en el in sta n te e n q u e obra, igu alm en te el efecto en el in stan te en q u e es realizado, p u e sto q u e ta m b ié n en d ic h o in sta n te am bos son entes p o r p a rtic ip a c ió n ; luego to d o efecto d e u n a causa segunda dep en d e d e D ios e n su realización y, en con­ secuencia, la causa seg u n d a n o p u e d e p ro d u c ir n ad a sin el concurso de D ios. F in a lm e n te , p o rq u e de lo c o n trario se sigue q u e , a veces, la cosa n o dep en d e de D ios e n su conservación- n i siquiera m ed iatam en te, p u es si el calor p ro d u ­ cid o p o r el fuego dep en d e d e D ios sólo m ed ian te el fuego p ro d u c to r, cu an d o cese la acción del fuego ya n o d ep en d erá en m an era alguna. Q u izá responda D u ra n d o q u e los efectos d e las causas segundas, m ien tras son pro d u cid o s o conservados p o r ellas, sólo son p ro d u cid o s o conservados p o r D ios m ediatam ente, m as cu an d o cesa la acción d e la causa segunda, entonces D ios solo conserva el efecto in m ed iatam en te, a u n q u e h aya sido p ro d u cid o de m an era inm ediata p o r la causa seg u n d a sola, ya q u e n in g u n a cosa creada p u e d e te n e r o conservar el ser sin alguna causa eficiente; p o r eso, siem pre q u e la causa segunda actúa in ­ m ed iatam en te, ella b a sta ; m as, al cesar ella, p a ra q u e la cosa perm anezca en el ser es necesario q u e D ios a c tú e conservando, de igual m odo q u e tam b ién deci­ m os no so tro s q u e , cu an d o cesa la causa segunda, la p rim e ra em p lea m ayor fu er­ za y eficacia. 8. A hora b ien , p rim era m en te, seg ú n esta resp u esta, la verd ad a rrib a dem os­ trad a acerca d e la conservación de D ios q u ed a restrin g id a a la conservación in­ m ed ia ta o a la m ed iata, lo cual es ajeno a toda sana d o ctrina. E n otro caso, c u an d o se dice q u e D ios es cread o r d e todas las cosas, p o d ría q u e d a r lim itado

de conserva'tione, u t hac etiam ratione fere tam cértum in fide habeatur Demo imme­ diate efficere omnia sicut et conservare. Pri­ ma illatio probatur primo quia, si non om­ nia a Deo immediate fiunt, ergo ñeque conservantur immediate, quia ita res se habet ad esse sicut ad fieri. Ñeque enim esse rei magis potest pendere a causa adacquata postquam factum est quam cum fiebat. Item , quia '■ausa pendet a Deo in esse, ergo et e f ,.as, quia utrumque est ens per participationem; ergo, sicut causa pendet in instanti quo agii, ita effectus in instanti in quo fit, quia etiam in eo instanti utrumque est ens per participationem ; ergo omnis ef­ fectus causae secundae pendet a Deo in fieri, et consequcnter causa secunda nihil potest facere sine concursu Dei. Tandem , quia alias sequitur quod interdirai ñeque me­ diate res pendeat in conservan a D eo; nam si calor ab igne productus a Deo solum pendet mediante igne producente, cessante

ignis actione iam nullo modo pendebit. Re­ spondent fonasse Durandus effectus causarum secundarum, quamdiu ab eis fiunt vel conservantur, tantum fieri vel conservar! mediate a Deo, cessante vero actione causae secundae, tunc Deum solum immediate con­ servare effectual, etiamsi a sola causa secunda immediate productus sit, quia nulla res creata potest vel habere vel retinere esse sine aliqua efficienti causa; et ideo, quam­ diu causa secunda immediate efficit, illa sufficit; cessante vero illa, ut res permaneat in esse necessarium est u t Deus efficiat conservando, sicut nos etiam dicimus, ces­ sante causa secunda, primam adhibere maiorem vim et efficacitatem. 8. Sed imprimis, iuxta hanc responsionem, veritas supra demonstrata de conservatione Dei limitatur ad conservationem immediatam vel ad mediatam, quod est alienum ab omni sana doctrina. Alias,_ cura Deus dicitur creator omnium, limitari pos-

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a serlo m ediata o in m ediatam ente. A dem ás, su p u esta d ic h a op in ió n , no es con­ secuente afirm ar q u e , al cesar la acción d e l fuego, D ios com ienza a conservar el calor, ya p o rq u e , si el calor n o depende d e D ios en su o b rar, ¿ p o r q u é d ebe d ep en d er en su s e r ? ; y a tam b ién p o rq u e el calor p ro d u cid o n o d ep en d e e n su ser del calor p ro d u c to r p o r ra z ó n del ser m ism o, sino p o r razó n d e tal p ro d u c ­ ción, según se h a explicado y dem ostrado a rrib a ; luego, a u n q u e cese la acción .d el fuego q u e calienta, n o hay razón p a ra q u e se precise la acción de una causa superior a fin de q u e sq conserve aquel ser. S obre to d o p o rq u e , d e acuerdo con esa op in ió n , el calor, p a ra existir absoluta y sim plem ente, no dep en d e esencial­ m ente d e D ios, sino, a lo sum o, rem o ta y accid en talm en te; en cam bio, la n e ­ cesidad de la acción conservadora nace d e la intrínseca y ab so lu ta d ep en d en cia que la cosa tiene con respecto a tal causa p a ra poseer el ser, com o se h a ex­ plicado antes. 9. Y con esto se p ru e b a , en segundo lu g a r, la p rim e ra inferencia, p u es si D ios n o influye in m ed iatam en te en to d a acción de la criatu ra, entonces la m ism a acción creada no exige p o r sí m ism a esencialm ente, para existir, el influjo de D ios, siendo así q u e ta m b ién ella es cierta participación del e n te ; luego no h ay razón alguna para q u e la form a q u e se p ro d u c e m ediante tal acción exija, para su conservación, el influjo actual de la causa prim era , ya que no exige esto n i por razó n de su p ro d u c c ió n , d e acuerdo con aquella opinión, p u esto q u e la producción n o dep en d e inm ediatam ente de D io s, ni p o r ra z ó n de su .ser, sobre todo p o r el hecho de q u e es u n ser p a rtic ip a d o ; p ero esta ra z ó n n o se consi­ dera suficiente en la acción m ism a, según dicha o p in ió n ; luego tam poco será suficiente e n la form a o térm in o de la acción. 10. E n tercer lu g ar, p u e d e hacerse la m ism a deducción d e esta m a n e ra : los entes creados n o d e p e n d e n m enos de D ios en cuanto agentes q u e en cu an to entes, ya q u e n o e stá n m e n o s subordinados a D ios por u n a razón q u e p o r o tra ; y así com o son entes p o r p articipación, así ta m b ié n son a g e n te s; p e ro en cu an to entes, son p o r com pleto dep en d ien tes d e D io s in trín seca y esen cialm en te; luego de igual m odo d e p e n d e n e n cuanto a g e n te s; luego, cuando o b ran , n o d e­ penden sólo p o rq u e D io s los conserva e n el ser, sino ta m b ién p o rq u e , en su set quod sit mediate vel immediate. Deinde, supposita illa sententia, non dicitur consequenter, cessante actione ignis, Deum incipere conservare calorem, tum quia, si calor non pendet in operari a Deo, cur debet de­ pendere in esse? ; tum edam quia calor pro­ ductos non pendet in suo esse a calore pro­ ducente ratione ipsius esse, sed ratione talis fieri, ut supra declaration et probation est; ergo, quamvìs cesset actio ignis calefacien­ tes, non est cur sit necessaria actio superio­ r s causae ut conservero illud esse. Maxime quia, iuxta illam sententiam, calor, u t sit absolute et simpliciter, non pendet essendaliter a Deo, sed ad summum remote et per accidens ; necessitas autem actionis conservadvae oritur ex intrinseca et absoluta dependenda quam res habet a tali causa ut habeat esse, sicut supra explication est. 9. Atque hiñe probatur secundo prima iflatìo, quia si Deus non influii immediate in omnem actionem creaturae, ergo ipsa ae­ do creata, u t sit, non postulat per se essendaliter influxum Dei, cum tamen ipsa

edam sit aliqua participatio ends; ergo nul­ la est ratio cui forma quae per talem actio­ nem fit postulet ad sui conservationem actualem influxum primae causae, quia neque hoc postulat ratione sui fieri, iuxta illam sententiam, cum ipsum fieri non sit imme­ diate a Deo; nec ratione sui esse, maxime ex eo quod est esse participatum ; sed haec ratio non censetur sufficiens in ipsa actione, iuxta illam sententiam; ergo neque in for­ ma seu termino actionis erit sufficiens. 10. Tertio, potest eadem deductio ita fieri, quia enfia creata non minus pendent a Deo in quantum agenda quam in quan­ tum entia, quia non minus sunt subordinata Deo una ratione quam alia, et sicut sum entia per participationem, ita edam sum agentia; sed quatenus entia sunt, sunt omnino dependentia a Deo intrinsece et essentialiter ; ergo similiter pendent quatenus sunt agentia; ergo dum agunt, non solum pendent quia in esse conservantur a Deo, sed etiam quia in ipsomet agere per se et

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m ism o o te a r, re q u ie re n esencial e in m ediatam ente el influjo d e D ios. Y esto es lo q u e A ristóteles dice en alguna ocasión, que en los agentes esencialm ente su b o rd in ad o s, e l in ferio r n o p u e d e o b rar sin el influjo del su p e rio r, lib. II de la Metafísica, c. 2 ; V II d e la Física, c. 1, y lib. V III, c. 5. 11. E n c u a rto lu g ar, la m ism a arg u m en tació n de la conservación a la co­ operación p u e d e confirm arse p o r una razón p ro p o rcio n al; pu es, así com o D ios p u ed e p riv a r d e l ser a u n a cosa creada por la sola negación d e acción, igual­ m e n te p u e d e p riv a r a u n a cosa creada de su acción n a tu ra l p o r la sola negación de co n c u rso ; luego, d e igual m an era q u e de la p rim e ra p o te sta d se colige evi­ d en tem en te la dependencia inm ed iata en el ser, así tam b ién se colige de la ú ltim a la in m ed iata dependencia en la acción. P ero el antecedente (para confe­ sar la verdad) n o resu lta ev id en te p o r n in g ú n experim ento n a tu ra l; m as es bas­ tan te evidente p o r los efectos so b ren atu rales; efectivam ente, D ios p riv ó al fuego babilónico d e su acción sin oponerle n in g ú n im p ed im en to d esd e fu e ra ; luego hizo esto p o r sustracción d el concurso; pues, ¿de q u é otro m odo h u b iera p o d id o hacerse? Y esto es lo q u e se da a en te n d e r en S ap., 11, cuan d o se dice q u e el fuego se olvidó de su v irtu d , a saber, que no podía ejercerla sin Dios. T a m b ié n es, d e suyo, m u y c o n g ru en te con la potencia divina el ten er en su m an o las acciones d e to d as las cosas, d e igual m an era q u e tien e el se r de todas. 12. L a q u in ta razón, bastan te p ro b ab le, es a u e la causa seg u n d a no puede d eterm in arse a sí m ism a a u n efecto ind iv id u al y p articu lar, p o rq u e su facultad es siem pre in d ifere n te p a ra m uchos individuos y n o q u e d a b a sta n te deter­ m in ad a p o r el sujeto y las c ircu n sta n cias; luego es necesaria la cooperación de la causa p rim e ra , q u e con su v o lu n tad p u e d e d e term in arla a u n efecto singular. S o b re el fu n d am en to de e sta ra z ó n p u e d e verse lo d ic h o an te rio rm e n te , en la. citada disp u tació n V, al tra ta r del p rin cip io d e individuación. 13. E n ú ltim o lu g ar, u n a razó n excelente es q u e este m o d o d e obrar en todos y con todos los agentes perten ece a la grandeza d e la p o ten cia divina y, p o r p a rte d e D io s, supone u n a perfección sin im p e rfe c c ió n ; e n cam bio, por p a rte d e la c ria tu ra , ya considerem os la causa segunda, y a su acción, ya su efecto, a u n q u e diga im perfección, ésta, em pero, se halla in m e rsa en el m ism o

immediate requirunt influxuöt Dei. Et hoc tis suae, quia nimirum. earn sine Deo cxerest quod Aristoteles aliquando ait, in agen- cere non poterai. Estque hoc per se valde tibus per se subordinatis, inferius non pos­ consentaneum divinae potentiae, ut in manu se agere sine influxu superioris, lib. II Me- sua habeat aniones omnium, sicut habet taph., c. 2, VII Phys., c. 1, et lib. V ili, omnium esse. 12. Quinta ratio valde probabilis est, c. 5. 11. Quarto, potest eadem argumentatio quia causa secunda non potest sese deter­ a conServatione ad cooperationem confir­ minare ad effectum in individuo et in par­ mari proportionali ratione; nam, sicut Deus ticular!, quia eius facultas semper est inpotest rem creatam suo esse privare per so- differens ad plura individua, et a subiecto lam negationem actionis, ita potest rem et circumstantiis non satis determinate; crear sua naturali actione privare per so- ergo necessaria est cooperano primae cau­ larr negationem concursus; ergo, sicut ex sae, quae volúntate sua potest earn deter­ priori potestate evidenter colligitur imme­ minare ad singulärem effectum. De cuius diata dependentia in esse, ita ex posteriori rationis fundamento videri possunt superius. colligitur immediata dependentia in ipsa ac­ dicta disp. V, dum de principio individuatione. Antecedens (ut verum fatear) non est tionis ageretur. 13. Ultimo, est optima ratio quia hie evidens aliquo naturali experimento; ex supernaturaiibus autem effectibus satis est modus agendi in omnibus et cum omnibus evidens; privavit enim Deus ignem baby- agentibus pertinet ad amplitudinem divinae. lonicum sua actione, nullo extrinsecus ob- potentiae, et ex parte Dei supponit perfeC-j iecto impedimento; ergo id fecit per sub- tionem sine imperfectione ; ex parte vero tractionem concursus; quo enim alio modo creaturae, sive causam secundam, sive ac-; fieri potuisset? Et hoc significatur Sapient., tionem, sive effeemm eius consideremus,= quamvis imperfectionem dicat, tarnen illa est; 11, cum dicitur ignem oblitum fuisse virtu-

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concepto d e c ria tu ra o d e e n te p articip ad o e n cuanto ta l, según p o n e n d e m a­ nifiesto las razones aducidas. P o r o tra p a rte , dé esta m an era se d a u n a su b o r­ dinación perfecta y esencial e n tre la causa p rim e ra y la seg u n d a, y no h ay n a d a con trad icto rio , com o fácilm en te se p aten tizará p o r las soluciones a los a rg u m en ­ to s ; luego n o d ebe negarse a D ios esta influencia general. P or eso, parece que no fue totalm ente ig n o rad a p o r los filósofos, como hem os señalado acerca del pensam iento de A ristóteles en la razó n 3.a; y e n el lib. De causis, q u e se a tr i­ b u y e ya a A ristóteles ya a P roclo, h ay varias proposiciones con las q u e se e spresa esta v erd ad , y q u e tratarem os en lo q u e sigue. T a m b ié n p o r esta razón P latón llam ó a las causas segundas in stru m e n to s d e la p rim e ra , p o rq u e d e p e n ­ den del concurso de ésta en su o brar, com o se tom a d el D am asceno, e n su Philos., c. 9 ; S im plicio, en II Phys., texto 29, y otros. S e cita asim ism o a T ris m egisto, e n el Dialog. Cráter, q u ie n dice q u e Dios, presente en todas partes, siempre opera todas las cosas; y otras afirm aciones parecidas. Y F iló n A lejan­ d rino, e n el lib. Quod mundus sit incorrup., sostiene q u e Dios asiste cooperan­

do a todas las partes del mundo. Se resuelven los fundamentos de la primera opinión 14. A l p rim e r arg u m en to se niega el a n tec ed en te; p o rq u e las razones a d u ­ cidas explican suficientem ente la necesidad de este concurso. Y n o p o r eso n e­ gamos q u e los agentes creados sean principales en su o rden, com o se h a consig­ nado a rrib a en las divisiones de la causa eficiente, Pero n o se sigue q u e , si las causas son principales, sean tam b ién in d ep en d ien tes en su o b rar, p u e s, com o es evidente de suyo, p a ra esto ú ltim o se re q u ie re u n a perfección m u c h o m ayor que p a ra lo p rim ero . C onsiguientem ente, c u an d o s e dice q u e p a ra o b ra r es su ­ ficiente u n a v irtu d ig u al al efecto, e n p rim e r lu g a r po d em o s re sp o n d e r q u e es suficiente en la razó n d e causa próxim a, p e ro n o e n absoluto. A dem ás, afirm a­ mos q u e es suficiente con la d eb id a p ro p o rc ió n ; p u e s, así com o la v irtu d m ism a es d ep en d ie n te, así ta m b ié n b a sta p a ra tal acción, p e ro n o in d e p e n d ie n te m e n te ;

imbibita in ipso conceptu creaturae seu entis participati quatenus tale, ut rationes factae declarant. Et alioqui, hoc modo inter­ cedi perfecta et essentialis subordinatio in­ ter causam primam et secundam, nihilque est quod repugnet, ut patebit facile ex solutionibus argumentorum ; ergo non est neganda Deo haec generalis influenda. Unde neque a philosophis videtur fuisse omnina ignorata, ut de Aristotelis mente in 3 rat. attigimus ; et in lib. de Causis, qui vel Aristotelis vel Prodi esse censetur, variae sunt propositiones quibus haec veritas significatur, quas in sequendbus tracrabimus. Plato edam ob hanc rationem causas secundas instrumenta primae appellavi, quod ab eius concursu in agendo pendeant, u t sutmtur ex Damasc, in sua Philos., c. 9; et Simplic, II Phys., text. 29, et alii. Referttp etiam Trismegistus, in Dialog. Crater., dicens Deum ubique praesentem semper agere omnia; et alia similia. Et Philo Ale-

xand, in libro Quod mundus sit incorrup, dicens Deum omnibus partibus mundi assi­ stere cooperando. Sqlvuntur fundamenta primae sentemiae 14. Ad piimum argumentum negatur an­ tecedens; rationes enim factae sufficienter declarant necessitatem huius concursus. Ne­ que propterea negamus agenda creata esse principalia in suo ordine, ut superáis in divisionibus causae efficientis declaratum est Non vero sequitur, si causae principales sint, esse edam in agendo independentes, quia multo maior perfectio requiitur ad hoc posterius quam ad illud prius, ut per se constan Cum ergo dicitur ad agendum sufficere virtutem aequalem effectui, primula responderé possumus sufficere in ratione causae proximae non vero simpliciter. Deinde dicimus sufficere cum debita propordone; nam, sicut virtus ipsa est dependens, ita sufficit ad talem actìonem, non

1 No tiene sentido la sustitucion de esta palabra por primae, como aparec» en la cd. de M. Sonn, Paris, 1605. (N. de los EE.)

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p o r eso,. adem ás d e ella, es preciso q u e influya la causa p rim e ra , d e la que de­ p e n d e n esencialm ente todas las cosas. P ero alguno c o n c lu irá : lu eg o siem pre q u e u n a form a depende d e su causa en la conservación, d ep en d erá tam bién en la operación. Se resp o n d e q u e d e esto h a de tra ta rse en la ú ltim a sección d e esta d isp u ta c ió n ; p o r ahora se niega la consecuencia, pu es, c o n resp ecto a u n a causa creada, la d ependencia n o es ta n esencial y cuasi trascendental com o con re sp e c to a la increada; 15. A l seg u n d o se re sp o n d e q u e im plica contradicción el q u e la criatura sea capaz de o b ra r in d ep en d ien tem en te d e l creador, ta n to p o r p a rte d e la m ism a cau sa cread a, q u e n ecesariam ente tien e u n p o d e r operativo ad aptado y p ro p o r­ cionado a su ser, com o p o r p a rte d el efecto o d e la acción q u e de ella pro ced e; p u e s, com o esas cosas son en tes p o r p articipación, dep en d en esencialm ente d el p rim e r en te. P o r tan to , así com o n o perten ece a la potencia d ivina el pro d u cir u n e n te p o r sí m ism o in d e p e n d ie n te en e l ser, tam poco e l p ro d u c ir u n agente p o r sí m ism o in d e p e n d ie n te e n el o b ra r; m ás au n , u n a y o tra cosa repugnan p o r ig u al a la perfección d iv in a y a la im perfección d e la c riatu ra, com o se há ex p licad o suficientem ente.

De qué manera concurre Dios inmediatamente 16. E l te rc e r arg u m en to versa en su to talid ad sobre el m o d o d e h ab lar m ás q u e so b re la d o c trin a . Y , a n te to d o , en él se p re g u n ta si d e b e decirse que D ios o b ra in m e d ia ta m e n te e n o rd e n a la acción d e la causa segunda. E n verdad, p o r lo d ic h o co n sta con claridad q u e n ecesariam ente d ebe confesarse q u e D ios in ­ fluye e n .c ie r to m o d o in m ed iatam en te, y en cierto m odo ta m b ié n m ediatam ente. P o rq u e o b ra m ed iatam en te e n cu an to d a y conserva el p o d e r d e o b ra r a la cau­ sa se g u n d a q u e opera p ró x im am en te. Y e n este sen tid o es v erd ad q u e obra m e­ d ia n te ella, y q u e la creó con el fin de com unicar con ella la función de o b r a r ; e n cam b io , opera in m ed iatam en te p o rq u e tam b ién la causa p rim e ra in ­ flu y e , p o r sí m ism a y con su v irtu d , e n tal acción o efecto. A h o ra bien, com o e l in flu jo m e d ia to y el in m ed iato p arecen im p licar e n tre s í cie rta contradicción,

tarnen independenter; et ideo praeter earn Decesse est ut influat prima causa, a qua omnia essentialiter pendent. Sed inferet aliquis : ergo quotiescumque aliqua forma pen­ dei a sua causa in conservari, pendei edam in operari. Respondetur de hoc dicendum esse in ultima sectione huius disputationis ; nunc negatur consequentia, quia a causa crear est dependentia tam essennalis et quasi transcendentalis sicut ab increata. 15. Ad secundum respondetur involvere repugnantiam quod creatura sit potens ad agendum independenter a creatore, tam ex parte ipsius causae creatae, quae necessario habet vim agendi commensuratam et proportionatam suo esse, quam ex parte effectus vel actionis ab ilia manantis; nam, cum illa sint entia per participationem, essentia­ liter pendent a primo ente. Quapropter, sicut non spectat ad divinato potentiam producere ens a se independens in esse, ita nec producere agens a se independens in

agendo; immo utrumque aeque repugnat divinae perfectioni et imperfection! creaturae, ut satis declaratum est. Ouamodo Deus immediate concurred 16. Tertium argumentum totum est de loquendi modo potius quam de re. Et im­ primis, in eo inquiritur an dicendus sit Deus immediate agere ad actionem causae secundae. Et quidem ex dictis plane constat necessario fatendum esse Deum aliquo modo immediate influere, atque mediate etiam ali­ quo modo. Agit enim mediate quatenus cau­ sae secundae proxime agenti dat et conser­ vai virtutem agendi. Et hoc modo est veruna agere per illam, et ad hoc illam creasse ut munus agendi cum ea communicaret; im­ mediate autem agit quia etiam ipsa prima causa per sese et virtute sua influit in talem actionem seu effectual. Quia vero mediants et immediatus influxus videntur quamdam repugnantiam inter se involvere, ideo qui-

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p o r eso algunos teólogos d istin g u en e n tre la acción in m ed iata c o n in m ed iació n d e v irtu d o con in m ed iació n d e su p u esto , y afirm an q u e D ios o p e ra con in m e ­ diación de v irtu d en to d as las acciones d e la s c riatu ras, m as n o con in m ed ia­ ción d e supuesto. A sí op in a el F erra rie n se , I I I cont. Gent.-, c. 7 0 , cuyo m o d o de h a b la r im itan a lg u n o s ’tom istas m odernos. Y parece apoyarlo S an to T o m á s, e n el citado c. 7 0 ; p u e s, al resp o n d er a la p rim e ra ra z ó n en co n tra, d ic e : N o hay inconveniente en q u e u n a acción p ro ced a de u n ag en te in fe rio r y d e D ios, y de am bos in m ed iatam en te, p o rq u e ello o c u rre de diversos modos. Y la ra z ó n estrib a en q u e es contradictorio que dos agentes ob ren in m ed iatam en te con inm ediación de su p u e s to ; p e ro la causa seg u n d a opera in m ed iatam en te con in ­ m ediación de su p u e sto ; luego la p rim e ra n o o bra in m ed iatam en te en esa ac­ ción. L a m ayor es ev idente, p u es el o b ra r in m ed iatam en te con inm ediación de su p u esto consiste en q u e e n tre el su p u e sto agente y el efecto n o m ed ie otro supuesto. 17. S in em bargo, e sta distinción n o es necesaria e n la p re se n te m ateria, y ese m o d o d e h a b la r n o d e b e aprobarse, y a q u e n o explica la cuestión y es d e tal m an era equívoco q u e p u e d e in d u c ir a u n sentido erró n eo . E fectivam ente, e n las cosas creadas, se dice que ob ran con inm ediación d e v irtu d , y no de su ­ p u esto , aquellas q u e establecen contacto con el pacie n te o el efecto p o r m edio de alguna v irtu d q u e ellas m ism as d ifu n d en , p e ro no m ed ian te su supuesto, cosa que n o es lícito a trib u ir a D ios. P o r ta n to , h a y q u e afirm ar e n absoluto q u e D ios o b ra con todos los agentes creados con inm ediación de v irtu d y d e su­ puesto. Y, puesto q u e estam os de acuerdo e n la p rim e ra p a rte , acerca d e la últim a debe ad v ertirse q u e cabe d ecir q u e el su p u esto es inm ediato, ya en su operación, ya en su existencia o en la d istan cia local. P o r ejem plo, si fuese cierta la opinión d e E sco to , d e q u e el sol e n g e n d ra in m ediatam ente oro e n la tierra m ediante su fo rm a sustancial, o b raría ciertam en te con inm ediación d e su­ puesto o con inm ed iació n d e acción — p o r así decirlo— , ya q u e la acción p ro ­ cedería in m ed iatam en te de dich o supuesto, m as no operaría con inm ediación de supuesto en el ser o e n el lu g a r, p u es d ista ría m u ch o d e su efecto.

dam theologi distinguunt de actione imme­ diata immediatione virtutis vel immediatione suppositi, et affirmant Deum agere im­ mediatione virtutis in omnibus actionibus creaturarum, non tamen immediatione sup­ positi. Ita sentit Ferrar., I l i cont. Geni., c. 70, quem modum loquendi aliqui moder­ ni thomistae imitantur. Et videtur favere D, Thomas in ilio c. 70; nam respondens ad primam rationem in contrarium, ait: Non est inconveniens unam actionem pro­ cedere ab inferiori agente et a Deo, et ab utroque immediate, quia illud est alio et alio modo. Ratio autem est quia répugnât duo operati immediate immediatione suppositi; sed causa secunda agit immediate immedia­ tione suppositi; ergo prima in illa actione non agit immediate. Maior patet, quia age­ re immediate immediatione suppositi est quod inter suppositum agens et effemina non intercédât aliud suppositum. 17. Verumtamen, haec distinctio non est in praesenti materia necessaria, et modus

ille loquendi probandus non est, quia rem non declarat, et ita est aequivocus ut erroneum sensum possit inducere. Nam in re­ bus creatis illa dicuntur agere immediatione virtutis, et non suppositi, quae per virtutem a se diffusam contingunt passum vel effectum, non tamen per suppositum suum, quod Deo attribuere nefas est. Simpliciter ergo dicendum est Deum agere cum omnibus agenlibus creatis immediatione virtutis et suppositi. Et quoniam in priori parte convenimus, circa posteriorem est advertendum suppositum posse dici immediatum vel in agendo vel in esistendo seu in distantia lo­ cali. Ut, verbi gratia, si vera esset opinio Scoti, solem generare immediate aurum in terra per suam formam substantialem, ageret quidem immediatione _suppositi seu im­ mediatione actìonis, ut sic dicam, quia ab ilio supposito immediate prodiret actio, non tamen ageret immediatione suppositi in es­ sendo 1 seu in loco, quia longe distarei a suo effectu.

1 En otras ediciones agendo. (N. de los EE.)

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D is p u ta c io n e s m e ta f ís ic a s

18. P o r consiguiente, D ios opera n ecesariam en te, dond eq u iera q u e o b ra , con inm ediación d e su p u esto local o e n e l ser, y a p o rq u e , m e rc e d a su inm en­ sid a d , se e n c u e n tra n ecesariam ente p re se n te en to d as p a rte s, ya tam bién p o rq u e la acción p ro c e d e esencial e in m ed iatam en te, n o sólo de la v irtu d creada — que p u e d e decirse com o u n a v irtu d d ifu n d id a p o r D ios— , sino ta m b ié n de la v irtu d in cread a, q u e se halla en e l m ism o D io s ; p e ro e l agen te q u e o b ra d e ese m odo m e d ia n te su v ir tu d está necesariam ente p re s e n te allí donde opera. A sí, pues, p o r e sta razó n se dice q u e D ios está en to d as las cosas p o r esencia y p o r p o ten cia; y p o r eso tam b ién , de la acción d e D io s se infiere m u y b ie n la p resencia suposital, com o se h a dicho m ás arriba. 19. A dem ás, si se tra ta d e la inm ediación d e su puesto en la operación, tam ­ b ié n es D ios u n su p u esto q u e o bra inm ed iatam en te en la acción de la criatura. Y lo d em u estro , en p rim e r lugar, p o r la ra z ó n ad ucida a h o ra ; p o rq u e esa ac­ c ió n no p ro c e d e inm ediatam ente sólo d e la v irtu d d ifu n d id a p o r D ios, que es cread a, p u es esto eq u iv ald ría a caer e n la opinión d e D u ra n d o ; luego procede in m ed iatam en te d e la v irtu d increada ex isten te e n el m ism o D io s ; luego tam ­ b ié n o bra con inm ediación de supuesto. L a consecuencia es p a te n te , ya p o rq u e se d ice q u e el su puesto o b ra inm ediatam en te com o p rin cip io quod cuando, m e­ d ia n te u n a v irtu d in h eren te a él, ob ra d e ta l m an era que la acción procede d e esa v irtu d in m ed iatam en te com o d e u n p rin c ip io quo; y a ta m b ié n porque el su p u e sto divino es su p ro p ia v ir tu d ; p o r ta n to , la acción n o p u e d e derivarse in m ed iatam en te de la v irtu d sin p ro ced er in m ed iatam en te d el su p u esto , com o infiere Santo T o m á s, In I, d ist. 37, q. 1, a. 1, ad 4. E n segundo lu g a r, p o rq u e en tre D io s y la acción, en cu an to procede d e E l, n o m ed ia o tro su p u e s to ; luego esa acción p ro c e d e d e D ios con inm ediación d e supuesto. Se d ir á : e n tre la causa p rim e ra y el efecto, está de p o r m edio la segunda. Se resp o n d e q u e , hablando fo rm a l y p ro p iam en te, el antecedente es falso, p o rq u e u n a cosa es q u e la causa seg u n d a coopere con la p rim era , y o tra q u e m ed ie e n tre la p rim e ra y el efecto. L o p rim e ro es cierto, p e ro lo segundo es falso, con sid eran d o a la causa p rim era d esd e el p u n to d e vista d e la relación seg ú n la cu al influye esencialm ente e n el

18. Deus ergo necessario agit, ubicumque agit, immediatione suppositi locali seu in esse, tum quia per immensitatem suam necessario «est ubique praesens, rum etiam, quia actio piocedit per se et immediate, non tantum .a virtute creata, quae dici potest quasi virtus diffusa a Deo, sed etiam a virtute increata, quae est in ipsomet Deo; agens amena quod sic operatur per virtutem suam necessario ibi est praesens ubi operatur. l T . hac ratiorie dicitur Deus esse in omnious per essentiam et per potentiam; et ideo etiam ex actione Dei optime colligitur suppositalis praesentia, ut supra dic­ tum est. 19. Rursus, si'sit sermo de immediatione suppositi in agendo, etiam Deus est suppositum immediate agens in actione creaturae. Quod probo primo ex ratione nunc facta; nam illa actio non procedit imme­ diate tantum a virtute diffusa a Deo, quae est creata, nam hoc esset incidere in opinionem Durandi; procedit ergo immediate

a virtute increata inexistente ipsi Deo; ergo agit etiam immediatione suppositi. Patet consequentia, tum quia tune Suppositum di­ citur immediate agere ut principium quod quando per virtutem sibi inhaerentem ita agit ut ab illa virtute immediate prodeat actio tamquam a principio quo; tum etiam quia divinum suppositum est suamet virtus; non ergo potest actio immediate prodirè a virtute quin immediate prodeat a supposito, ut coiligit D. Thom , In I, dist. 37, q. 1, a. 1, ad 4. Secundo, inter Deum et actio­ nem, ut est ab ipso, non mediat aliud sup­ positum; ergo est illa actio a Dea imme­ diatione suppositi. Dices, inter causam pri'mam et effectum mediare secundam, Respondetur, formaliter ac proprie loquendo, falsimi esse antecedens, quia aliud est cau­ sam secundam cooperari primae, aliud est mediare inter primam et effectum. Primum est verum, secundum autem falsum, consi­ derando causam primam secundum hanc habitudinem secundum quam per se influii

D i s p u ta c ió n X X I I . — Sección

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efecto, pues, en cu an to ta l, dicha acción dice relación o d ependencia con re s­ pecto a la causa p rim e ra d e m an era ta n in m ed iata y esencial com o con respecto a la segunda. 20. P o r eso, el o b ra r in m ed iatam en te con inm ediación d e su p u esto n o ex­ cluye la asociación de o tro su puesto o p e ra n te ; d e lo c o n trario , si dos lám p aras p roducen u n a m ism a lu z, n in g u n a d e ellas o b ra rá con inm ediación d e su p u e sto ; es m ás, n i siquiera la causa 'segunda o b ra de ese m odo, ya que n o ob ra sin la concurrencia del su p u esto divino. Y si se o b jeta q u e D ios ob ra com o causa su­ p erior y universal, y, en cam bio, la c ria tu ra com o in fe rio r y p a rtic u la r, y q u e con esa inm ediación d e su p u esto n o q u e d a excluida la co n cu rren cia d e cu alq u ier supuesto, sino de aq u e l q u e sea in ferio r y sub o rd in ad o e n la operación, com o parece p re te n d e r el F e rra rie n se , esto es, en rig o r, falso (au n q u e q u iz á estem os sufriendo u n equívoco), p o rq u e el ser su p u e sto in m ed iato en la operación n o excluye la su b o rd in ació n y som etim iento d e otro, sino sólo la m ediación en el obrar. E s m ás, esta inm ed iació n de su p u esto en la operación bajo u n a ra z ó n no im p id e el q u e , bajo o tra , p u e d a o b ra r m ed iatam en te, co n cu rrien d o a la ac­ ción d e dos m an eras, com o ex p licó S anto Tomás, acerca d e este m ism o co n cu r­ so, en I, q . 105, a. 1. Y n o co n stitu y en obstáculo contra esto las palabras cita­ das d e II I cont. Geni., p u e s cuando Santo Tomás dice de diversos modos n o entiende la inm ed iació n d e su p u esto o de v irtu d , sino la acción en cu an to p ro ­ cedente d e la causa seg u n d a y p ro d u c id a d e p en d ie n tem en te, o b ie n e n cu a n to derivada d e la p rim e ra y realizad a in d ep en d ien tem en te. 2 1. C o n ello re s u lta claro asim ism o q u e , si bien p u e d e decirse q u e D io s, en cu an to confiere el p o d e r de obrar a la causa segunda y conserva a ésta y la destina a o b ra r, op era m e d ia n te ella , no o b stan te, en cu a n to coopera in m ed ia­ tam ente c o n la cria tu ra , n o o bra en sentido propio m ed ian te ella, sino p o r sí m ism o y p o r su p o te n c ia y v irtu d . Y de ahí n o se sigue n in g u n a de las im ­ perfecciones q u e se in fiere n e n aquel a rg u m en to p o r el h echo de q u e am bas causas, la p rim e ra y la se g u n d a , co n c u rra n in m ed iatam en te p o r sí m ism as al efecto. P o rq u e el p rim e r in co n v en ien te gen eral era que tales agentes serían im ­ perfectos. P e ro se n ieg a la co n secu en cia; a n tes bien, sólo será im oerfecto aq u el

in effectual, quia ut sic illa actio tana im­ mediate ac per se dicit habitudinem seu dependentiam ad causam primam sicut ad secundam. 20. Quocirca, agere immediate immediatione suppositi non excludit consortium al­ terili stippositi agentis; alias, si duae lucernae idem lumen producane neutra aget immediatione suppositi; immo nec causa se­ cunda ita agir quia non agit sine consortio divini suppositi. Quod si dicas Deum agere ut superiorem et universalem causam, creaturam vero ut inferiorem et particularem, et per illatn immediationem suppositi non occludi "consortium cuiusiibet suppositi, sed flliu9 quod sit inferius et subordinatami in agendo, quod videtur Ferrariensis intendere, hoc est in rigore falsum (quamvis forte in aequivoco laboremus), quia esse immediatum suppositum in agendo non excludit Subordinationen! et subiectionem alterius, sed mediationem tantum in agendo. Immo haec immediatio suppositi in agendo sub

una catione non excludit quin sub alia t>ossit mediate agere, duobus modis ad actio­ nem concorrendo, ut de hoc ipso concursu declaravit D. Thom., I, q. 105, a. 1. Ncque contra hoc quidquam obstant Verba citata ex III com.'Gent., nam cum ait D. Thom. alio e t alio m o d o non intelligit immedia­ tionem suppositi vel virtutis, sed actionem ut a causa secunda et dependenter, vel ut a prima et independenter factam. 21. Unde edam constat quod, licet Deus, quatenus dat virtutem agendi causae secundae et conservât iilam, eamque ad agendum instituit, possit dici agere per iilam, tamen, quatenus immediate cooperatur creaturae, non agit proprie per iilam, sed per seipsum et per suam potentiam ac virtutem. Neque inde sequitur aliqua ìmperfectio earum quae in ilio argomento inferuntur ex. eo quod utraque causa, prima et secunda, per seipsam immediate concurrat ad effec— turn. Primum enim inconveniens generale erat quod talia agenda essent imperfecta-

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Disputaciones metafísicas

q u e , p o r 's u intrínseca condición y n atu raleza, necesite la ay u d a d e otro, y q u e, p o r tan to , d e p e n d a p ro p iam en te d e o tro en su o p eració n ; p e ro el o tro no será im p e rfe c to ; p u e s, com o d ijo con acierto S an to T o m á s, I I I cont. Gent., c. 7 0, n o se d eb e a insuficiencia d e v irtu d , sino a la in m en sa b o n d a d del m ism o, el hab er com unicado a la criatu ra el p o d e r d e o b rar y , en consecuencia, el q u erer p ro ­ d u c ir los efectos, n o p o r sí solo, sino ju n ta m e n te con ella. '2 2 . O tro inconveniente e ra q u e tales agentes serían parciales. P ero , si se en tie n d e p o r p a rte del efecto, no se signe, ya q u e no es p ro d u c id a u n a p a rte d e l efecto p o r u n a causa y o tra p a rte p o r o tra , sino todo el efecto p o r cada una d e ellas en sus géneros, com o observa S a n to T o m á s arrib a. E n cam bio, si se e n tie n d e p o r p a rte de la causa, p u e d e h a b e r cierta div ersid ad en el m odo de h a b la r; p o rq u e algunos conceden la consecuencia, p u e s, considerando en abso­ lu to to d a la causalidad eficiente necesaria p a ra dicho efecto, n in g u n a de esas causas e m p le a to d a esa causalidad, sino q u e la causalidad ín te g ra re su lta del co n cu rso d e a m b a s; p o r eso se dice q u e co n cu rren p arcialm en te p o r p a rte de la c a u sa ; lo cu al n o co nstituye im perfección en D ios, p u e s, seg ú n dijim os, ello n o se d eb e a insuficiencia, sino a la b o n d a d d el m ism o. O tro s, p o r el contrario, estim a n q u e d e b e neg arse la consecuencia, p u e sto q u e , p erten ecien d o esas dos causas a ó rd en es diversos, n o se dice con p ro p ie d a d q u e co m p o n g an u n a sola ca u sa to tal, sino que c ad a u n a d e ellas es causa ín te g ra en su o rden. Y este m o d o d e h a b la r, p o r se r m ás com ún y m ás id ó n eo para in d icar la desigualdad y su b o rd in a c ió n d e estas causas, parece q u e d eb e aprobarse en m ayor m edida. 23. E l te rc e r inconveniente era q u e tales causas co n c u rriría n a obrar sin su b o rd in a c ió n y com o casualm ente. M as n o se sigue e sto ; p u e s, com o u n a de­ p e n d e d e o tra , n o falta la subordinación. E s m ás, a veces suele dar«e subor­ d in a c ió n c o n cie rta d ep en d en cia m u tu a ; efectivam ente, el in stru m e n to , sobre to d o el. q u e está u n id o , d e p en d e en su operación d el agente p rin cip al, com o la p lu m a d e p e n d e d el e sc rib ie n te ; n o o b stan te, tam b ién el m ism o escribiente de­ p e n d e e n c ie rto m odo de la p lu m a , e n cu an to q u e no p u ed e e sc rib ir sin ella. A que­ lla d e p e n d e n c ia p u e d e llam arse a p r io r i p o rq u e p rocede d el p rin cip io m o to r, y

Negatur tamen sequela, sed illud solum imperfectum erit quod ex intrinseca conditione et natura. alterius ope indiget, quod proinde ab alio proprie in agendo pendet; aliud verp non erit imperfectum; nam, ut recte dixit D . Thomas, III cont. Gent., c. 70, non ex insufficientia virtutis, sed ex immensitate bonitatis ipsius provenit quod créaturae communicaverit vim agendi, et ideo non per se solum, sed cum ilia velit tales effectua producere. 22 . " " id inconveniens erat quod talia agent’ . essent partialia. Sed si intelligatur ex parte effectus, non sequitur, quia non fit pars effectus ab una causa et pars ab alia, sed totus effectus a singulis suis generibus, ut D. Thomas supra notât. Si vero intelligatur ex parte causae, potest esse diversitas quaedam in modo loquendi; nam quidam concedunt sequelam, quia considerando absolute integram causalitatem effectivam necessatiam ad ilium effectum, neutra illarum causarum totam illam adhibet, sed ex utriusque concursu consurgit integra causalitas; et ideo dicuntur partialiter con-

currere ex parte causae; quod non est imperfectio in Deo, quia, ut diximus, id non est ex insufficientia, sed ex ipsius bonitate. Alii veo putant negandam sequelam, quia cum illae duae causae sint diversorum ordinum, non proprie dicuntur componere imam causam totalem, sed unaquaeque est causa integra in suo ordine. Qui modus lo­ quendi, quia et communior est et aptior ad indicandum inaequalitatem et subordinationem harum causarum, magis probandus videtur. 23. Tertium inconveniens erat quod ta­ les causae sine subordinatione et quasi for­ tuito convenient ad agendum. Non tamen id sequitur, nam, cum una sit pendens ab alia, non deest subordinano. Immo interdum soler esse subordinati cum aliquali mutua dependentia; pendet enim in agenda instrumentum praesertim coniunctum a principali agente, ut calamus ab scriptore; tamen etiam ipse scriptor aliquo modo pen­ det a calamo, quatenus sine ilio scribere non potest. Et potest ilia dependentia vocari a priori, quia est a principio movente, haec

Disputación X X II.— Sección I

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ésta a posteriori, p o r la razó n in v e rsa ; a h o ra bien, lo q u e d e p en d e a priori d e o tro está siem pre su b o rd in a d o a él. C o n sig u ien tem en te, e n el p resen te caso, la causa segunda d e p e n d e d e "la p rim era a priori y d e m an era esencial, ya q u e p o r sí m ism a es insuficiente p a ra o b ra r algo sin la ayuda d e aquélla, m ien tras q u e la causa prim era, n o d ep en d e p ro p ia m e n te d e la segunda, n i a priori n i a posteriori, pu es, a u n q u e según el m odo d e o b ra r por el q u e se acom oda a co ncu­ rr ir c o n la causa seg u n d a, no p u ed e realizar p o r sí sola ta l efecto, sin em bargo, en absoluto es p o r com pleto in d ep en d ien te y capaz d e realizar p o r sí sola to d a la e n tid a d que realiza m ed ian te la causa segunda. P o r ta n to , e n tre estas causas hay n o sólo su b o rdinación, sino u n a su b o rd in ació n m áxim am ente esencial y p e rféctísim a. M as, com o la p rim e ra causa siem pre o bra en v irtu d d e tina ciencia cierta y d e su v o lu n ta d , y d e acuerdo c o n el o rd en establecido p o r ella, n o cabe decir que co n cu rra casualm ente con la causa segunda p a ra o b ra r, sino p o r u n a altísim a providencia.

D e qué m anera concurre D io s con las causas m aterial , form al y final 24. O pinión de F onseca.— A la c u a rta razón, se niega q u e exista en la realidad algo q u e sea u n e n te real y v e rd a d e ro y q u e no p ro ced a in m e d ia ta ­ m ente de D ios. E n cu a n to a los tres p rim e ro s ejem plos, debe negarse q u e h ay a n in g u n a acción, b ie n sea n a tu ra l, bien lib re , b u en a o m ala, en cu a n to acción real, sin que c o n c u rra in m ed iatam en te la p rim e ra ; d e estos ejem plos se tra ta rá am pliam ente en lo q u e sigue. A cerca del c u arto ejem plo elab o ró u n a larg u ísim a disputación F o nseca, V M etaph ., q. 12, defen d ien d o q u e D ios es la causa p ri­ m era e n todo g én ero , q u e co ncurre in m ed iatam en te con la segunda al efecto o a la causalidad d e ésta. P e ro e n este p u n to h ay u n a cosa q u e , a m i p arecer, es clarísim a y casi n o necesita discusión a lg u n a ; m as n o e n tien d o en ab so lu to la o tra, q u e F o n se c a p arece p re te n d e r eu to d a esa cuestión.

vero a posteriori, contraria ratione; semper autem id quod pendet ab alio a priori est subordinanti!; illi. In praesenti ergo, causa secunda pendet a prima a priori et essentialiter, quia insufficiens per se est ad aliquid agendum sine illius ope, causa vero prima proprie non pendet a secunda, ñeque a priori ñeque a posteriori, quia, licet se­ cundum eum modutn agendi quo se accom­ modai ad concurrendum cum causa secun­ da, non possit sola efficere talem effectum, tarnen simpliciter est otnnino independens et potens ad efficiendum se sola omnem entitatem quam efficit per causam secundara. Est ergo inter has causas non solum sub­ ordinado, sed edam maxime essentialis et perfecdssima. Cum autem prima causa sem­ per agat ex certa scientia et volúntate sua, et iuxta oidmem a se insdtutum, non potest dici fortuito convenire com causa secunda ad agendum, sed summa providentia.

Quomodo Deus concimai cum materiali, iormali ac finali causa 24. Fonsecaé opinio.— Ad quartam rationem, negatur quidquam esse in rebus quod sit verum ac reale ens, quod non sit immediate a Deo. Ad trià autem prima exempla, negandum est ullam actionem, sive naturalem sive liberato, bonam aut malam, quatenus realis aedo est, esse sine prima immediate concurrente; de quibus late dicendum est in sequentibus. At vero de quar­ to exemplo prolixam texit disputationem Fonseca, V Metaph., q. 12, contendens Deum esse primam causam in omni gene­ re, immediate concurrentem cum secunda ad effectum vel causalitatem eius. Sed unum in hac re mìhi videtur clarissimum et nulla fere indigens discussione; aliud autem omnino non capto, quod Fonseca in tota illa quaesdone intendisse videtur. 39

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2 5 . L í p rim e ra es q u e D io s, al o b ra r, c o n cu rre inm ed iatam en te c o n todas las causas a las causalidades d e éstas. Y en este sentido, n o sólo las causas se­ gu n d as eficientes, sino ta m b ié n la m a te ria l y la form al se su b o rd in an a D ios y d e p e n d e n de E l, n o ya ú n icam en te e n su ser, sino adem ás en su causación. Y e sto n o es o tra cosa sino q u e, c u an d o la m ate ria causa, D io s c o n cu rre no solam ente conservando la m a te ria , sino tam b ién p ro d u c ie n d o la m ism a causali­ d a d d e la m ateria — sea ésta lo q u e fuere— y realizando ta m b ié n el efecto d e la m a te ria , d a n d o eficientem ente el ser q u e la m ateria confiere m ate ria lm e n te ; y lo m ism o o cu rre, d e m anera p ro p o rcio n al, con la fo rm a, e incluso con el fin, en c u a n ta su causalidad p u e d e ser algo re a l, com o desp u és verem os. Y la razó n es ev id e n te p o r lo dich o , p u e s es necesario q u e to d o lo q u e es real p roceda inm e­ d iata m e n te d e la eficiencia d e D io s; luego tam b ién es n ecesario q u e las cau­ salidades y los efectos de to d as las causas p ro ced an in m ediatam ente d e la efi­ ciencia d e D ios. Y e n este se n tid o p u e d e e n te n d e rse recta m e n te d e to d a causa seg u n d a lo q u e se afirma al p rin cip io d e l lib . De ^causis: L a causa primera ayuda,

a la segunda sobre su operación. 2 6 . L a o tra es q u e D io s, n o sólo com o causa prim era eficiente, sino tam ­ b ié n com o cau sa p rim e ra m aterial y com o causa p rim e ra form al, co n cu rra con la m ateria y la form a a to d as las causalidades d e éstas, d e su erte q u e dichas causalidades, in clu so en c u a n to p ro c e d e n de D ios, sean fo rm alm en te diversas de la eficiente. O m ito la causalidad fo rm a l y la ejem p lar, ya q u e e n ellas es esto p ro b a b le , com o ex p o n d ré desp u és e n los lugares o p o rtu n o s. A sí, p u es, dicho a u to r h a b la e n e l sentido in d icad o , y expone esto de la m ate ria y d e la form a, n o en. cu an to in te g ra n e l com p u esto — p o rq u e , d e e sta m anera, es ta n clara la im perfección q u e incluyen, q u e re s u lta evidente q u e ese m odo d e causación no p u e d e a trib u irse form alm en te a D ios— , sino d e las causalidades que la m ateria y la fo rm a e jercen m u tu a m e n te e n tre sí, m ien tras la m ateria su ste n ta en el ser a la form a q u e d ep en d e d e ella, o e l sujeto a los accidentes e , inversam ente, la fo rm a conserva a la m a te ria en el s e r; p o rq u e estas causalidades, conside-

25. Primum illud est Deum, efficiendo, lib. de Caus., in princ. : Causa prima adimmediate concurrere cum omnibus causis iuvat secundam super operationem suam. ad causalitales earum. Quo sensu non solum 26. Aliud vero est quod Deus non solum efficientes causae secundae, sed etiam ma- ut causa prima efficiens, sed etiam ut causa terialis et formalis, subordinantur Deo et prima materialis et ut causa prima formalis,. ab eo pendant non tantum in essendo, sed concurrat cum materia et forma ad omnes etiam in causando. Quod nihil aliud est causalitates earum, ita ut illae causalitates, quam quod cum materia causât, Deus non etiam ut sunt a Deo, sint formaliter divertantum concurrit conservando materiam, sed sae ab effectiva. Ornino causalitatem for­ etiam efficiendo ipsam causalitatem mate- malem i et exemplarem; nam in eis est riae, quidquid ilia sit, et efficiendo etiam hoc probabile, ut infra suis locis exponam. effectum i f ' -iae, dando effective illud esse In dicto ergo sensu loquitur dictus auctor, quod materia cat materialiter ; et idem est qui hoc exponit de materia et forma, non proportionaliter de forma, immo et de fine, quatenus componunt compositum, nam hoc quatenus eius causalitas aliquid reale esse modo tam clara est imperfectio quam inpotest, ut infra videbimus. Et ratio per se cludunt ut evidens sit illum causandi moconstat ex dictis, quia, quidquid reale est, dum non posse Deo formaliter tribui, sed necesse est esse immediate ex efficientia de causalitatibus quas materia et forma inter Dei; ergo et causalitates et effecta omnium se mutuo exercent, dum materia sustinet in causarum necessario sunt immediate ex ef­ esse formam a se dependentem, vel subiecficientia Dei Quo sensu recte intelligi pot­ tum accidentia, et e converso forma contiest de omni causa secunda quod dicitur in net materiam in esse; nam hae causalitates, i Formalem está sustituida por efíicientem en otras ediciones. (N. de los EE.)

Disputación X X II.— Sección I

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ra d a s e n sí m ism a s y ab so lu tam en te, n o im p lic a n u n a im p e rfe c c ió n p o r la q u e n o p u e d a n c o n v e n ir fo rm alm en te a D ios. 2 7 . C o n firm a e sto con o tras razones, p e ro todas ellas, ex c e p to la ú ltim a , p ru e b a n ú n ic a m e n te n u e stra p rim e ra afirm ación. Y la ú ltim a es q u e D ios suple p o r sí solo estas causalidades d e la m ate ria y d e la fo rm a , com o es m anifiesto e n la c a n tid a d d e la E u c a ristía ; ta m b ié n n o so tro s d ijim o s q u e D io s p u e d e c o n ­ servar la m a te ria sin la fo rm a ; p e ro n o p u e d e , m e d ia n te la c a u sa lid a d eficiente sola, s u p lir las causalidades d e tales c a u sa s; p o r ta n to , c u a n d o su p le la causali­ d a d de la m a te ria e n la conservación d e la c a n tid a d , co nserva el m ism o g é n e ro d e c a u sa lid a d ; lu e g o tam b ién p u e d e , d e n tro d e ese g é n e ro , c o n c u rrir c o n la m ate ria a tal cau salid ad . P ru e b a la m e n o r, e n la q u e ra d ic a la fu e rz a d e l a rg u ­ m e n to , p o rq u e la cau salid ad d e u n gén ero n o está co n te n id a n i fo rm a l tú v ir­ tu a lm e n te en o tro g én ero . Y D io s m ism o, a u n q u e co n tie n e e m in e n te m e n te to d a s las cau salid ad es, n o p u e d e , e m p e ro , en c u a n to tien e ra z ó n d e u n a causa, e je r­ cer el g én ero o ra z ó n d e o tra. A dem ás, p o rq u e u n a ca u sa n o p u e d e s u p lir la fu n ció n d e o tra , a n o ser ejerciendo el oficio que ésta ejercía. A sim ism o, p o r­ q u e , si D ios su ste n ta se a los accid en tes sin la m ateria y n o su p liese el c o m e tid o de ésta, se d a ría e n la n atu raleza u n efecto e n acto sin u n a causa e n acto. A d e­ m ás, p o rq u e , si D io s conservase, p o r ejem p lo , la form a d e l cielo sin la m a te ria , p o r su solo c o n c u rso eficiente, o éste sería e l m ism o q u e an tes — y e sto n o p u e d e ser, ya p o rq u e m ed ian te el m ism o concurso sólo p u e d e p ro d u c irse lo m ism o , y a ta m b ié n p o rq u e en to n ce s la cau salid ad d e la m ate ria so b re esa fo rm a n o sería su p lid a p o r n in g u n a causalidad— , o e s p o r u n n u e v o c o n c u rso eficien­ te , y esto n o p u e d e ser, p o rq u e sobre u n m ism o e fecto n o p u e d e añ ad irse u n a n u eva eficiencia a la an tig u a, o u n c o n c u rso creativo a o tro co n cu rso creativo. 2 8 . Se rechaza la opinión antes expuesta .— P ero si alguno co n sid era lo q u e h em o s d ic h o a n te rio rm e n te acerca d e la causalidad d e la m a te ria y de la form a, e n seguida co m p re n d e rá la d ificu ltad d e esta o p in ió n y se a p a rta rá de ella, n o sólo p o r ser n u ev a y ajena a lo s dogm as recib id o s acerca d e D io s, sino ta m b ié n p o r se r falsa y apoyarse en fu n d a m e n to s d ébiles. P o rq u e , en p ri-

per se et absolute smnptae, non indudunt imperfectionem propter quam non possint Deo formaliter convenire. 27. Quod aliis rationibus confirmat, sed omnes, praeter ultimam, probant solum nos­ trum primum assertum. Ultima vero est quia Deus supplet se solo has causalitates materiae er formae, u t patet in quantitate Eucharistiae; et nos diximus posse Deum conservare materiam sine forma; non pot­ est autem per solam causalitatem effectivam supplere causalitates talium causarum; ergo, dum supplet causalitatem materiae in conservatione quantitatis, retinet idem genus causalitatis; ergo etiam potest intra illud genus concurrere cum materia ad talent cau­ salitatem. Minorem, in qua est vis argu­ ment!, probat quia causalitas unius generis nec formaliter nee virtualiter continetur in alio genere. Et Deus ipse, quamvis emi­ nenter contineat omnes causalitates, non ta­ rnen potest, in quantum habet rationem unius causae, genus seu rationem alterius exercere. Item, quia una causa non potest

supplere vicem alterius, nisi esercendo offid u m quod illa exercebat. Ulterius, quia, si Deus sustineret accidentia sine materia et non suppleret officium eius, daretur in re­ rum natura effectus in actu sine causa in actu. Deinde, quia, si Deus conservaret, verbi gratia, formam caeli sine materia, solo concursu effitienti, aut ille esset idem qui prior erat, et hoc esse non potest, mm quia per eumdem concursum non potest nisi idem fieri, turn etiam quia iam causalitas materiae circa illam formam per nullam cau­ salitatem suppleretur; aut est per novum concursum effectivum, et hoc esse non pot­ est, quia circa eumdem effectum non potest nova efficientia addi antiquae, aut concursus creativus creativo. 28. Improbatur praemissa opinio.— Si quis tamcn consider« quae supra de causalitate materiae et formae diximus, statim intelliget huius sententiae difficultatcm atque ab ea dissentici, non solum quod nova sit et pràetcr recepta de Deo dogmata, sed etiam quod falsa sit et debilibus nixa fundamen-

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m e r lu g ar,r n in g ú n teólogo o filósofo atrib u y e a D ios e n sen tid o p ro p io o tro gé­ n e ro de causalidad q u e la eficiente, la final o la ejem p lar, com o es m anifiesto p o r lo que S an to T o m á s e n señ a e n I, q. 4 4 , y p o r ¡o q u e en dich o lu g ar se tra ta . A hora b ien , digo en sentido propio, ya q u e m etafóricam ente se atribuye en ocasiones a D ios el ser com o la fo rm a d e todas las cosas, y el vivificarlo to d o , o ta m b ién el sostener y ser fu n d a m e n to d e to d a s la s cosas, a la m an era com o p a re c e h a b la r a veces' D io n isio , e l cual en vano e s in te rp re ta d o torcidam ente en u n sentido d istin to . Y esto es ta n cierto q u e los teólogos, p o r este m otivo, n ie g a n que e l V erbo divino ejerza u n a au té n tic a causalidad al c o n stitu ir el té r­ m ino de la h u m a n id a d , p u e s, n o p u d ie n d o ser eficiente, ya q u e no es com ún a todas las perso n as, co n sid eraro n q u e se sigue evid en tem en te q u e no es d e n in ­ g u n a clase; p o rq u e era e v id en te q u e n o es final n i ejem plar. U n argum ento sem ejante es q u e , adem ás d e la b o n d a d p o r la q u e D ios tien e v irtu d para ejer­ cer la causalidad final, y adem ás d e las ideas p o r las q u e tiene p o d e r para ejer­ cer la causalidad ejem plar, n o conocem os en D ios o tra v irtu d d e causar ad extra, a n o ser la om nipotencia, q u e ú n icam en te es u n a p o ten cia eficiente, ya s=a la p o ten cia ejecutiva, co n cep tu alm en te d is tin ta d e la v o lu n tad y del entendim iento, ya sea o tra d e las p o ten cias, ya sean todas en sim ultaneidad. E s, p o r tanto, algo in a u d ito el a ñ a d ir a D ios o tra v irtu d causativa ad extra — p o r ejem plo, soste­ n ie n d o la fo rm a— fuera, d e la eficiencia. Y , sin em bargo, e n d ich a opinión, h ab lan d o con secu en tem en te, se ad m ite esto d e m an era necesaria. 29. A dem ás, a rg u m en to p o r ra z ó n : to d a causalidad d e la m ateria (y lo m is­ m o o cu rre con la causalidad d e la form a) incluye form alm en te im perfección. L a ra z ó n está e n q u e la m ateria n o causa n a d a e n el com puesto n i e n la form a, á n o ser m e d ia n te "la in trín se c a y fo rm al u n ió n de u n a con o tra , n o com o por u n a condición sólo re q u e rid a , sino com o p o r la m ism a causalidad form al, según q u e d a d em o strad o a rrib a ; p e ro D ios n o p u e d e causar d e ese m odo p o r una u n ió n fo rm al, com o es ev id en te d e su y o ; lu eg o tam poco p u e d e co n cu rrir por ■una p ro p ia y fo rm al causalidad d e ese g é n e ro ; m as, p o r el solo h echo d e q u e la causalidad n o se lleva a cabo m ed ian te u n ió n , n o es m aterial n i form al, y,

tis. Primum enim, nullus theologorum vel philosophorum Deo tribuit secundum proprietatem aliud causalitatis genus nisi efficientis, finalis aut exemplaris, ut patet ex iis quae D. Thomas tradit, I, q. 44, et quae ibi tractantur. Dico autem secundum pro- prietatem, nam secundum metaphoram tribuitur interdum Deo quod sit quasi forma omnium, et quod omnia vivificet, vel etiam quod sustineat et sit fundamentum omnium, quomodo interdum videtur loqui Diony­ sius i, qui frustra ad alium sensum detorquetur. rv ’ adeo verum est ut theologi propter hanc causam negent Verbum divi­ num exercere propriam aliquam causalitatem terminando humanitatem, quia, cum non possit esse effectiva, eo quod non sit communis omnibus personis, evidenter existimarunt sequi nullam esse; cam quod non sit finalis neque exemplaris, per se notum erat. Simile argumentum est quod, praeter bonitatem qua Deus habet vim causandi finaliter, et ideas per quas habet vim cau­ sandi exemplariter, non agnoscimus in Deo

aliam vim causandi ad extra, nisi cmnipotentiam, quae solum est potentia effectiva, sive ilia sit potentia exsecutiva ration» distincta a voluntate et intellectu, sive altera illarum, sive omnes simul. Addere ergo Deo aliam vim causandi ad extra, sustinendo, verbi gratia, formam praeter efficientiam, inauditum est. Quod tamen in ilia sententia consequenter loquendo necessario admittitur. 29. Praeterea argumentor raticne, quia omnis causalitas materne (et idem est de formae causalitate) formaliter includit imperfecdonem. Et ratio est quia neque in composito neque in forma causat materia aliquid, nisi media unione intrinseca ac for­ mali unius ad aliam, non tamquam per conditicnem solum requisitam, sed tamquam per ipsara formalem causalitatem, ut supra probation est; non potest autem Deus per formalem unionem ita causare, ut per se est notum; ergo nec potest concurrere per propriam et formalem causalitatem illius ge­ neris; hoc autem ipso quod causalitas non fit per unionem, non est materialis nec for-

1 In V ili, IX et X de Divinis nominibus.

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consiguientem ente, no es posible por n in g u n a razón ’ — com o hem os dicho tam ­ b ié n a rrib a — que la m ate ria cause u n a form a no u n id a a ella. F in a lm e n te , ape­ nas p u e d e concebirse' ese m odo de causar de D ios ad extra sin eficiencia, ya q u e n i es n ada en el efecto con respecto a D ios, fu e ra de su e n tid ad y acción, n i d e p e n d e de D ios a n o ser m ediante la acción, n i la acción en cuanto acción dice relación sino a la causa eficiente, au n q u e, en cu a n to ord en ad a a ta l té r­ m in o o a tal form a, p u e d e referirse a la causa final o a la e je m p la r; entonces, ¿ q u é es esa otra causalidad q u e se denom ina su stentación? E s e n teram en te algo ficticio y de n in g u n a m an era necesario. P o rq u e la causalidad divina q u e d a con­ te n id a con toda a m p litu d en los tres m odos dichos. N i p o r el hecho d e q u e to d a causa da el ser es preciso a trib u ir form alm ente a D ios el m odo d e cual­ q u ie r c a u sa ; de lo contrario, p o rq u e tam b ién la m ateria y la fo rm a d an el ser al co m p u esto , sería necesario q u e D ios le diese el ser d e n tro d e l m ism o género de causa m aterial y form al, lo cual es com pletam ente ab su rd o . C onsiguiente­ m e n te , d e l hecho d e q u e to d a causa d a e l ser sólo p u e d e concluirse q u e D ios da in m ed iatam en te dich o ser, de ese m o d o o de o tro m ás elevado. A dem ás, de q u e to d a causa segunda d e p en d a d e D ios n o sólo en el ser, sino ta m b ién e n la causación, no se sigue q u e dep en d a en el m ism o género d e causa, sino q u e d e­ p e n d e , b ie n en ese, b ie n e n otro m ás n o b le, es d ecir, e n la eficiencia. 30. S e destruye el fundam ento de la opinión antedicha.— A la ú ltim a ra­ zón e n co n trario , se niega la m e n o r; p o rq u e D ios p u e d e su p lir con su eficien­ cia, sobre la form a, la sustentación d e la m ateria o d e l sujeto. A la p rim e ra dem o strac ió n se resp o n d e q u e D io s, p o r su v irtu d activa, contiene e m in e n te ­ m e n te los efectos de las dem ás causas y p u e d e causar sin ellas, según su m odo p erfecto , lo que las otras causan según su m an era im p erfe cta, cuando n o se da u n a depen d en cia to talm en te esencial, com o sucede entre el com puesto y la m ate ria o la form a. Y n o p o r ello decim os q u e D ios, e n v irtu d de la co n tin e n ­ cia em inencial d e la m ateria, ejerza la cau salid ad de la m ateria, sino q u e , al o b ra r, suple algo q u e la m ate ria causaría pon ién d o se com o sujeto. C o n ello, se re s­ p o n d e a la segunda d em ostración q u e , a u n cuando u n a causa creada n o p u e d a su p lir el oficio d e o tra , a no ser d e n tro d el m ism o g énero, n o o b stan te, D io s

malÍ3, et ideo nulla ratione fieri potest, ut supra etiam diximus, quod materia causet formam sibi non unitam. Tandem, vix pot­ est concipi file modus causandi Dei ad ex­ tra absque efficientia, quia ñeque in effectu est aliquid respectu Dei praeter entitatem eius et actionem, ñeque pendet a Deo nisi media actione, ñeque actio ut actio dicit habitudinem nisi ad efficiens, quamvis, ut ordinata ad talent terminum vel talent for­ mam, possit respicere causam finalem vel exemplarem; quid ergo est illa alia causalitas quae dicitur sustentado? Plane est quid fictum et minime necessarium. Nam divina causalitas in illis tribus modis amplissime continetur. Ñeque propterea quod omnis causa det esse oportet Deo formaliter tribuere modum cuiuslibet causae; alias, quia etiam materia et forma dant esse composito, oporteret Deum dare illi esse intra idem genus causae materialis et formalis, quod absurdissimum est. Ex hoc ergo quod om­ nis causa det esse solum potest inferriDeum immediate dare illud esse, vel ilio

vel altiori modo. Item, ex eo quod omnis causa secunda pendet a Deo non solum in esse, sed etiam in causare, non sequitur quod pendeat in eodem genere causae, sed vel in illo vel in nobiliori, seu effective. 30. Fundamenzwn praedictae opinimis everiitur.— Ad ultimam ergo rationem in contrarium, negatur minor; potest enim Deus efficiendo supplere, circa formam, sustentationem materiae seu subiecti. Ad primam probationem respondetur Deum per vim agendi continere eminenter effectus aliartrni causarum, et posse suo modo perfecto causare id quod aliae causant suis insperfectis modis, absque illis, ubi non intervenit dependentia omnino essentialis, ut est inter contpositum et materiam vel formam. Nec propterea dicimus Deum per eminentialem continentiam materiae exercere causalitatem materiae, sed supplere aliquid efficiendo, quod materia causaret se subiiciendo. Unde ad secundam probationem respondetur quod, licet una causa creata non possit supplere munus alterius, nisi intra idem genus, Deus

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p u e d e suplirla en otro género, cuando n o existe especial contradicción. M as p o r e s to n o se d a u n efecto e n acto sin u n a causa e n acto, sino cu an d o cam bia el género de causa. A la ú ltim a dem ostración se resp o n d e q u e , c u an d o e l accidente es conservado sin sujeto, ello se realiza p o r u n a n u eva eficiencia, n o añadiendo é sta a la an terio r, sino cam b ian d o u n a p o r otra. P o r tan to , si la fo rm a d el cielo s e conservase sin la m ateria, ello se llevaría a cabo m ed ian te u n influjo creativo e n su g é n e ro ; p e ro el a n te rio r n o p erm anecería, ya q u e n o e ra pro p iam en te creativo, sino concreativo d e la form a y dotado d e cie rta conveniencia con el ed u ctiv o . Si d eb e filosofarse d e igual m odo acerca d e la m ate ria conservada sin la fo rm a, y a se h a tra ta d o am p liam en te en lo q u e precede. S E C C I O N

II

S i e l concurso de la causa primera con la segunda e s algo a manera

DE PRINCIPIO O ACCIÓN 1. H ab ién d o se d em o strad o q u e este co n cu rso d e q u e tratam o s p rocede d e la p rim e ra causa, o le conviene e n c u a n to eficiente, q u eda claro q u e n o p u ede ser o tra cosa q u e u n a acción o p rin c ip io d e acción, c o m p ren d ien d o bajo el p rin ­ cip io d e acción tan to el p rin c ip io en se n tid o e stric to com o c u a lq u ie r condición preex ig id a p a ra o b ra r; p o rq u e , a p arte de esto , n o se e n c u e n tra e n la causa efi­ ciente, en cu an to eficiente, n a d a q u e p u e d a te n e r ra z ó n d e concurso. P ues dam os p o r .sabido q u e n i el m ism o su puesto a g en te e n cu a n to ta l es concurso, n i ta m ­ poco el efecto e n cuanto tal. E fectiv am en te, el su p u e sto es com o el p rim e r p rin ­ cipio agente, y el efecto es el té rm in o ú ltim o d e la efec tu a c ió n ; p e ro el con­ c u rse expresa algo p o r m o d o d e influjo o te n d e n c ia q u e p ro c e d e d e l supuesto agente hacia el térm ino.

Se expone la primera opinión 2. P u es b ie n , caben tre s m a n e ra s d e e x p re s a rse e n to m o a e sta cuestión. L a p rim e ra es q u e este concurso es alg o p o r m o d o d e p rin c ip io esencial. Y esto p u e d e e n te n d e rse d e dos m o d o s: u n o , q u e ta l p rin c ip io se en c u e n tre en D ios

tamen potest in alio, ubi non intervenir specialis repugnantia. Nec propterea datur effectus in actu sine causa in acni, sed mutato genere .causae. Ad ultimata probationem tespondetur, cum accidens conservatur »ine subiecto, id fieri per novam efficientiam, non addendo illam antiquae, sed commutando unam in alterane Unde si for­ ma caeli conservaretur sine materia, id quidem fieret per influxum ex suo genere creativum; pri'“ autem non maneret, quia non erat proprie -.tativus, sed concreativus formae et aliquam convenientiam habens cum eductivo. An vero eodem modo philosophandum sit de materia conservata sine for­ ma, in superioribus late tractatum est.

convenire illi quatenus efficiens est, constat non posse aiiud esse quam actionem vel principium actionis, sub principio actionis comprehendendo tam principium per se quam conditionem omnem ad agendum praerequisitam ; nam praeter haec nihil reperitur in causa efficienti, ut efficiens est, quod rationem concursus habere possit. Supponimus enim neque ipsum supposition agens u t sic esse concursum, neque etiam effectum u t sic. Nam supposition est quasi primum principium agens, effectus vero est ultimus terminus effectionis; concursus au­ tem dicit aliquid per modum influxus vel tendentiae a supposito agente ad terminimi. P rim a sententia proponitur

2. Tres igitur dicendi modi circa quaestionem hanc esse possunt. Primus est, huiusU t r u m c o n c u r su s cau sa e p r im a e c u m s e modi concursum esse aliquid per modum CUNBA SIT ALIQUID PER MODUM PRINCIPII principii per se. Quod dupliciter potest inVEL ACTIONIS telligi: u.no modo, quod tale principium sit 1. Cum ostensum sit concursum hunc, in ipso Deo. E t hoc rette explicatum pot­ de quo agimus, esse a prima causa, vel est habere sensum verum; nos tamen nunc SECTIO II

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m ism o. E sto, recta m e n te explicado, p u e d e en cerrar u n sen tid o v e rd a d e ro ; mas nosotros n o hablam os ah o ra en dicho sentido. P o rq u e D ios, m ed ian te su vo­ lu n ta d , concurre c o n la c ria tu ra a la acción de ésta. P o r tan to , la m ism a voli­ ción d e D ios p u e d e d ecirse, en su o rd en , concurso d e D ios con la c ria tu ra , el cual es llam ado p o r a lg u n o s concurso ad intra; p ero el acto de la v o lu n ta d de D ios es, a su m odo, p rin cip io esencial d e to d a acción ad extra; p rin cip io esen­ cial (repito), bien p o r ra z ó n de sí m ism o, b ie n p o r razó n d e la p o ten cia ejecu­ tiva, q u e aplica a o b rar, ya sea en la realid ad , ya ta m b ién según la ra z ó n , de acuerdo con las d ife re n te s opiniones acerca de la p o ten cia ejecutiva d e D ios. A sí, pu es, el concurso d e D ios ad intra será algo p o r m o d o d e p rin cip io d e ac­ ción, n o en la criatu ra, sino en D ios m ism o. P ero ah o ra n o hablam os d e l con­ curso en este sentido, sino en cuanto es algo q u e em an a d e D ios y se recibe en la criatura, y el co ncurso n o significa, en rigor, algo ad intra, sino ad extra. P or consiguiente, e sta o p in ió n se e n tien d e de o tra m a n e ra : q u e el concurso es u n a cierta realid ad p ro ced en te de la causa p rim e ra y recib id a en la segunda, que da a ésta su ú ltim o com plem ento y la d eterm in a a realizar u n efecto con­ creto. Y de esta m an era se dice que este concurso es. p o r m odo de p rin c ip io , ya q u e es la v irtu d activa d e la causa segunda, o p o r lo m enos la com plem enta form alm ente. Y p o r ra z ó n d e esta v irtu d se dice q u e todas las causas segundas o b ra n e n v irtu d de la p rim e ra , com o se afirm a frecu en tem en te en el lib. De cau­ sis; e, inversam ente, p o r ra z ó n de la m ism a v irtu d , se dice que la p rim era causa obra con inm ediación d e v irtu d , ya- q u e esta v irtu d in fu n d id a a la causa segunda es v irtu d de la causa p rim e ra , y de ella p rocede in m ed iatam en te la acción. A quí parece e strib a r to d o el fu n d am en to d e esta opinión. P ero no en cu en tro n in g ú n defensor de esta senten cia q u e la haya enseñado de m a n e ra expresa, a u n q u e los q u e vam os a cita r e n seguida en favor d e la segunda d a n a veces la im presión de que favorecen a esta p rim e ra y h a b la n b astan te confusam ente.

Se rechaza la opinión expuesta 3. A hora b ie n , e sta o p in ió n es falsa y, en u n o d e sus sentidos, igualm ente errónea q u e la sentencia d e D u ra n d o n eg ad o ra d el a ctu a l concurso de D ios a las acciones d e las causas segundas, a u n q u e en o tro se n tid o es sólo im probable.

in eo non loquimur. Deus enim per voluntatem suam concurrit cum creatura ad ac­ tionem eius. Unde ipsamet Dei volino pot­ est in suo ordine dici concursus Dei cum creatura, qui ab aliquibus vocatur concur­ sus ad intra; actus autetn voluntatis Dei est suo modo principium per se omnis actionis ad extra, principium (inquam) per se, vel ratione sui vel ratione potentiae exsecutivae, quam applicai ad agendum, vel se­ cundum rem vel etiam secundum rationem, iurta varios modos sentiendi de potentia exsecutiva Dei. Sic igitur concursus Dei ad intra erit aliquid per modum principii actionis, non in creatura, sed in ipso Deo. Nunc autem non loquimur in hoc sensu de concursu, sed prout est aliquid manans a Deo et receptum in creatura, et concursus in rigore non significai aliquid ad intra, sed ad extra. Alio ergo modo intelligimr haec opinio, quod concursus sit res quaedam manans a prima causa et recepta in secunda, compiens illam ultimate ac determinans ad

talem effsctum efficiendum. Et hac ratione dicitur hie concursus esse per modum prin­ cipii, quia est virtus agendi causae secundae, vel saltern formaliter complet illam. Et propter hanc virtutem dicuntur omnes cau­ sae secundae agere in virtute primae, ut saepe dicitur in lib. de Causis; et e converso ratione eiusdem virtutis prima causa dicitur agere immediatione virtutis, quia haec virtus influxa causae secundae est vir­ tus causae primae, et ab ilia immediate procedit actio. Et hoc videtur esse totum huius sententiae fundamentum. Nullum tamen !nvenio assertorem huius sententiae qui expresse earn docuerit, quamvis illi quos statim pro secunda citabimus huic videantur interdum favere et satis indistincte loqui. R efellitu r dicta sententia

3. Haec vero opinio falsa est,. et in uno sensu est aeque erronea ac sententia Durandi negantis actualem concursum Dei ad actiones causarum secundarum, in alio vero

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Disputaciones metafísicas

P u e d e , p o r g arito , e n te n d e rse d e d o s m a n e ra s q u e e l c o n c u rso d e la causa p ri­ m e ra es u n a v ir tu d in fu n d id a a la se g u n d a com o p rin c ip io esencial d e o b ra r. D e u n a m a n e ra , q u e e l c o n c u rso d e la causa p rim e ra a la acció n d e la c ria tu ra se d e te n g a en la in fu sió n d e esa v ir tu d y n o c o n c u rra m á s in m e d ia ta m e n te a la acción d e la m ism a causa se g u n d a . A firm o q u e , en e ste se n tid o , la p re se n te o p in ió n viene a co in c id ir re a lm e n te c o n la o p in ió n d e D u ra n d o y e s ig u alm en te falsa, e n c u a n to n ie g a el c o n c u rso in m e d ia to d e la causa p rim e ra a la acción d e la C riatura; m as, en c u a n to e stab lece algo su p e rS u o e in fu n d a d o , será m ás im p ro b a b le , co m o d e m o s tra ré en e l o tro m ie m b ro . Se d e m u e s tra , p u e s, la cali­ ficación dada, p o rq u e d e a q u e lla o p in ió n se sigue q u e sólo la v ir tu d cread a es p rin c ip io esen cial d e la acc ió n y e fecto d e la cau sa se g u n d a , m ie n tra s q u e D io s e s ú n ic a m e n te p rin c ip io re m o to y accid en tal. P e ro ésta es la o p in ió n q u e se re c h a z a en D u ra n d o . L a c o n secu en cia e s m an ifiesta, p u e s la ca u sa q u e solam ente confiere a o tra v ir tu d p a ra o b ra r, si n o c o n c u rre d e o tra m a n e ra a la acción de la m ism a, e n re a lid a d sólo c o n c u rre re m o ta y a c c id en talm en te, com o el fuego q u e c alien ta e l a g u a n o c o n c u rre d e o tro m o d o a u n se g u n d o c a le n tam ien to q u e p ro c e d a del a g u a c a lie n te ; y e l e n te n d im ie n to ag e n te q u e p ro d u jo u n a especie in telig ib le n o se d irá q u e c o n c u rre e sen cialm en te al acto d e e n te n d e r. P o r ú lti­ m o , d e ese m o d o d ic e ta m b ié n D u ra n d o q u e D io s c o n c u rre a to d a s las acciones d e las c ria tu ra s, d á n d o le s y c o n se rv a n d o to d a la v irtu d activa h a sta su ú ltim o co m p lem en to , sea é ste lo q u e fu e re . P o rq u e n a d a im p o rta q u e ese p rin cip io de o b ra r se h ay a d a d o c o n p rio rid a d te m p o ra l, a n te s d e q u e la c ria tu ra o b re , o en e l m ism o in s ta n te o tie m p o e n q u e o b ra . D e lo co n tra rio , p u e sto q u e el so l ilu ­ m in a e n el m ism o in s ta n te e n q u e e s cread o y re c ib e la v irtu d d e ilu m in a r, n o n ec e sita ría d e o tro -co n cu rso fu e ra d e la in fu sió n d e la lu z . D e m a n e ra sem e­ ja n te , e l q u e e sa v ir tu d sea c o n n a tu ra l y p e rm a n e n te , o e l q u e sea d ada ex trín ­ secam en te p o r D io s y co m o tra n s e ú n te (com o se e x p resan alg u n o s, y n o es o tra cosa q u e ser d e p e n d ie n te d e D io s e n la p ro d u c c ió n y e n la conservación), im ­ p o rta p o c o p a ra q u e D io s, si o b ra ú n ic a m e n te m e d ia n te esa v irtu d , influya esen­ cial e in m e d ia ta m e n te c o m o c a u sa p rim e ra . P o r ello, si algunos au to res dijero n

est solum improbabilis. Duobus itaque modis inteiligi potest concursum primae cau­ sae esse virtutem inditam secundae tamquam principium per se agendi. U no modo, quod concursus primae .causae ad actionem creaturae sistat ,in influxu illius virtutis et non concurra^ immediatius ad actionem ipsius causae secundae. E t in hoc sensu dico hanc opinionem reipsa incidere in opinionem D urandi et esse aeque falsano, quatenus negat immediatum concursum primae causae ad actionem creatu re ; quatenus vero ponit aliquid superi?'_ ;t sine fundamento, erit magis improbabilis, u t in alio membro ostendam. Probatur ergo dieta censura, quia ex illa opinione sequitur solam virtutem creatalo esse principium per se actionis et effectus causae secundae, Deum autem so­ lum esse principium remotum et per accidens. Haec autem est opinio quae in D u­ rando reprobatur. Sequela patet, quia cau­ sa quae solum dat alteri virtutem ad agen­ dum, si non aliter concurrat ad actionem eius, revera solum concurrit remote et per accidens, sicut ignis qui calefacit aquam

non aliter concurrit ad secundam calefactionem ab aqua calida profectam; et intellectus agens qui produxit speciem intelligibilem non dicetur per se concurrere ad actum intelligendi. Denique ilio modo etiam Durandus dicit Deum concurrere ad omnes actiones creaturarum, dan­ do illis et conservando totam virtutem agen­ di usque ad ultimum eius complementum, quidquid illud sit. Nam quod illud princi­ pium agendi sit prius tempore datum, antequam creatura agat, vel in eodem instanti aut tempore quo agit, nil refert. Alias, quia sol illuminât in eodem instanti in quo creatur et accipit virtutem illuminandi, non indigeret alio concursu praeter infusionem lucis. Similiter, qnod illa virtus sit connaturalis ac permanens, vel quod sit extrinsecus a Deo data, et quasi transiens (ut quidam loquuntur, et nihil aliud est quam esse pen­ dens a Deo in fieri et conservar!), parum refert ut Deus, si per illam tantum virtutem agit, per se ac immediate influât ut prima causa. Quapropter, si qui fonasse auctores in hoc sensu dixerunt Deum agere

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q u izá en este sentido q u e D ios obra con inm ediación de v irtu d y n o de su p u es­ to, com etieron u n grave e rro r, com o es evid en te p o r lo dicho y se ex p licará m ás aún e n seguida. 4. D e otra m an era p u ed e en ten d e rse q u e el concurso d e la p rim e ra causa es p o r m odo de p rin cip io y v irtu d in fu n d id a, p o rq u e se incoa en la donación d e esa v irtu d , p e ro n o se d e tien e e n ella, sino q u e avanza m ás h asta la acción de la criatura m ism a, d e suerte q u e influya en ella in m ed iatam en te no sólo la v irtu d com unicada a la causa segunda, sino ta m b ié n la m ism a v irtu d d iv in a e increada. D e acuerdo c o n este sentido, no d e b e ría decirse que el concurso es solam ente algo p o r m o d o de principio, sino ta m b ié n algo p o r m o d o d e influjo o acción actual. A dem ás, es im p ro b ab le esa m u ltip licació n d e realidades en se­ m ejante concurso, ya q u e hablam os esencial y precisam en te d el concurso n e ­ cesario e n v irtud de la dependencia q u e to d o efecto y acción tien e con resp ecto a la causa prim era. P o r ello suponem os q u e la causa segunda tien e com pleta la v irtu d activa en su o rd e n ; p u es si la m ism a causa segunda es incom pleta e im perfecta, necesitará ciertam ente el co m plem ento de la v irtu d ; esa indigencia, em pero, n o proviene d e la d ep en d en cia q u e la causa seg u n d a tiene con resp ecto a la p rim era , sino de la im perfección en el ám b ito de la causa segunda. Y d e este m odo es cierto q u e D ios suple a veces, al m enos so b ren atu ralm en te, la im perfección de la causa segunda añadiendo a ésta u n a v irtu d activa, cosa q u e hace en m áxim o g ra d o c o n n o so tro s c u a n d o in fu n d e háb ito s so b ren atu rales; sin em bargo, esto es ajeno a n u e stro p ro p ó sito , ya q u e ta l in fu sió n d e v irtu d no pertenece al concurso d e la causa p rim e ra , sino a la elevación o p erfección de la causa segunda p o r la acción de la .p rim e ra . P o r consiguiente, h ab lan d o de causa segunda p erfectam en te co n stitu id a e n acto p rim e ro e n su o rd e n , es im procedente añadirle o tro p rin cip io activo re c ib id o e n ella, pu es, p o r el m ero hecho de ser algo creado, ella m ism a p e rte n e c e al o rd e n de las causas segundas, y así se m ultiplican sin n ecesid ad los p rin c ip io s activos e n e l m ism o o rden. E n contra d e este concurso, así explicado, tie n e n p le n a validez los arg u m en to s d e D urando aducidos e n la sección an terio r.

immedigtione virtutis et non suppositi, valde errarunt, ut ex dictis patet et magis statina declarabitur. 4. Alio modo intelligi potest concursum primae causae esse per modum principii et virtutis inditàe, quia in collatione huius vir­ tutis quasi inchoatur, non tamen in ea sistit, sed ulterius progreditur usque ad actio­ nem ipsiusmet creaturae, ita ut in illam in­ fluât immediate non tantum virtus communicata causae secundae, sed etiam ipsamet virtus divina et increata. E t iuxta hune sensum dicendum non esset concursum esse tantum aliquid per modum principii, sed etiam aliquid per modum actualis influxus seu actionis. Deinde est improbabilis ilia multiplicatio rerum in huiusmodi concursu, loquimur enim per se ac praecise de con­ cursu necessario ex vi dependentiae omnis effeems et actionis a causa prima. Unde supponimus causam secundam habentem complétant virtutem agendi in suo ordine; nam si ipsa causa secunda incompleta sit et imperfecta, indigebit quidem complemen-

to virtutis; tamen ea indigentia non oritur ex dependentia quam causa secunda habet a prima, sed ex imperfectione in latitudine causae secundae. Atque hoc modo veruna est interdum Deum, saltern supernaturaliter, supplere imperfectionem causae secundae ad­ dendo illi virtutem agendi, quod maxime nobiscum facit cum supernaturales habitus infundit; tamen hoc extra propositum nos-, trum est, quia ilia virtutis infusio non pertinet ad concursum primae causae, sed ad elevationem vel perfecdonem causae secun­ dae per actionem primae. Loquendo igitur de causa secunda perfette constituta in actu primo in suo ordine, impertinens est aliud principium agendi fili adiungere in ea receptum, quia, hoc ipso quod est aliquìd creatum, ipsa pertinet ad ordinem causarum secundarum, et ita multipflcantur principia agendi in eodem ordine sine causa vel ne­ cessitate. Et contra huoc concursum hoc modo esplicatimi rette procedimi argumenta Durandi superiori sectione facta.

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5. Se refuta una evasiva.— Q uizá se diga q u e e sta v irtu d q u e la causa p rim e ra confiere a la segunda p a ra co n cu rrir con ella n o perten ece a la causa­ lid ad de la causa segunda en cu a n to tal, sino a la causalidad d e la causa prim era, p o r ser com o u n in stru m e n to p ro p io d e é sta p a ra c o n c u rrir con la segunda, y .p o r . eso, a u n q u e esa v irtu d sea recib id a e n la causa segunda, m ed ian te ella n o ob ra la causa segunda, sino D io s, d e igual m anera q u e , a u n q u e el im pulso sea re c ib id o e n la p ie d ra lanzada, m ediante él n o se m ueve la pied ra, sino quien la lanzó. P o r consiguiente, así com o se dice q u e q u ie n la lanza m ueve inm edia­ tam en te p o r el im pulso, así tam b ién se d irá q u e D ios co ncurre inm ediatam ente p o r esta v irtu d , y esta inm ediación, hab lan d o en absoluto, es de v irtu d , n o .de supuesto. D e m anera sem ejante, a u n cuando se afirm e q u e la v irtu d de la causa segunda es com pletada p o r esta v irtu d q u e im p rim e la p rim era , n o es, em pero, con u n com plem ento p e rten ecien te al ord en de la causa segunda, sino q u e le añade la v irtu d necesaria p o r p a rte de la causa prim era . 6. *Sin em bargo, esta resp u esta, o viene a caer en el p rim e r sentido entera­ m e n te rech azad o , o expresa algo esencialm ente im p ro b ab le e im p ro ced en te; en efecto, si se dice q u e esa v irtu d es de tal m odo in stru m e n to d e D ios q u e la acción de D ios se detiene en la pro d u cció n d e la m ism a, y después ella sola co n cu rre c o n la causa segunda a la acción d e ésta — a la m an era com o, en el ejem plo ad u cid o , la acción d el q u e lanza la p ied ra se detiene en la im presión del im pulso, y después la m oción se d a en o rd e n al im pulso— , si se afirma esto (repito), caem os e n el p rim e r sentido, y así re s u lta q u e la acción de la cria tu ra n o expresa n in g u n a relación inm ed iata a la m ism a v irtu d increada de D ios com o a p rin cip io esencial d e ella, cosa q u e h a sido rechazada en la sec­ ció n a n te rio r co n tra D u ra n d o . E n cam bio, si adem ás d el influjo d e esa v irtu d in stru m e n ta l se dice q u e ta m b ié n influye D ios in m ed iatam en te, por su v irtud p ro p ia e increada, e n la acción d e la causa segunda, al p u n to se descubre con evidencia c u á n im p ro ced en te es esa v irtu d in stru m e n ta l q u e se d aría p o r parte de D ios, ya que entonces se e n c u e n tra ín tim am en te p re se n te la v irtu d divina p o r sí m ism a y es, e n ra z ó n d e su em inencia, suficiente y proporcionada para influir p o r sí m ism a e n la a c ció n ; e s m ás, debe influir así n ecesariam ente para

5. Evdsio confutatur.— Dicent fortasse hanc vlrtutem quam prima causa dat se­ cundae ut cum illa concurrat non pertinere ad causalitatem causae secundae ut sic, sed ad causálitatem causae primae, quia est quasi propriunj instrumentum eius ad concurrendum cum secunda, et ideo, licet illa virtus recipiatur in causa secunda, non agere causam secundam per illam, sed Deum, sicut quamvis ímpetus recipiatur in lapide iacto, non lapis se -novet per illum, sed qui proiecit. UncL, .. it proiiciens dicitur movere immediate per impulsum, ita et Deus dicetur immediate concurrere per hanc virtutem, quae immediatio, per se loquendo, est virtutis, non suppositi. Et similiter, licet cau­ sae secundae virtus dicatur compleri per hanc virtutem impressam a prima, non tamen complemento pertinente ad ordinem causae secundae, sed addente illi virtutem necessariam ex parte causae primae. 6 . Verumtamen haec responsio vel redit ad priorem sensual omnino reprobatum, vel dicit aliquid per se improbabile et imper-

tinens; nam si ilia virtus ita dicitur esse instrumentum Dei ut actio Dei sistat in effectione eius, postea vero ilia sola concurrat cum causa secunda ad actionem illius, sicut in exemplo quod adducitur actio proiicientis sistit in impressione impetus, deinde vero motio est ad impetum, si hoc (inquam) di­ catur, redimus ad priorem sensum, atque ita fit ut actio creaturae nullam dicat immediatam habitudinem ad ipsammet virtu­ tem Dei inqreatam u t ad principium per se illius, quod reprobatum est sectione praecedenti, contra Durandum. Si vero praeter influxum illius virtutis instrumentariae dicitur etiam Deus virtute sua propria et increata immediate influere in actionem causae se­ cundae, statim per se apparet quam sit impertinens ilia virtus instrumentaria quae se' teneat ex parte Dei, nam ibi adest intime praesens divina virtus per seipsam, estque propter eminentiam suam sufficiens et pro­ portionate ut per sese infiuat in actionem; immo ita debet necessario influere ut actio quaelibet fieri a creatura possit; ergo ex

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q u e cualquier acción p u e d a ser realizada p o r la c ria tu ra ; en consecuencia, p o r p arte d e D ios n o es necesaria esa v irtu d in s tru m e n ta l; luego n o tien e n in g ú n valor e n orden al concurso d e la causa p rim e ra , q u e es necesario p o r sí m ism o y p e rten ece a ía su b o rd in ació n esencial de la causa segunda con resp ecto a la p rim era .

Se expone la segunda opinión 7. Primer fundamento de la citada opinión.— L a segunda o pinión sostiene que el concurso de la causa p rim era es algo p o r m odo d e p rin cip io en la m ism a causa segunda, o rdenado a la acción d e ésta, pero no com o p rin cip io esencial de ella, sino sólo com o condición necesaria p a ra obrar. A sí p arecen p en sar todos los q u e afirm an q u e el concurso de D ios versa sobre la causa segunda d e m a­ nera antecedente a la acción de ésta, aplicándola o d eterm in án d o la a la acción. Suele atrib u irse esta o pinión a Santo T o m á s, en los lugares q u e abajo se tra ­ ta rá n ; p e ro sin razó n , com o d em o straré; s u d e citarse asim ism o a CapréOlo, In II, dist. 1, q. 2, pero ta m b ié n sin razón. P o r su p a rte , el F errarien se, I I cont. Geni., c. 70, al prin cip io , d istin g u e en los agentes creados u n a doble v irtu d a c tiv a : una, firm e y p e rm an en te, q u e es p ro p ia y n a tu ra l; a la o tra le d a e l n o m b re d e intención d e la v irtu d divina q u e tiene u n ser in com pleto, y dice q u e ésta n o conviene a las cosas sino cuando ob ran actualm ente com o in stru m e n to s d e la v irtud divina. Y al final d e l § Ad secundum dubium, afirm a q u e D ios realiza inm ediatam ente en to d as ¡as causas inferiores u n a cierta particip ació n de sí m is­ m o, con la cual alcanza sim ultáneam ente, d e m anera inm ediata, a los efectos de ellas; p o rq u e la m ism a v irtu d existente en D ios y su in ten ció n p ro d u c id a en las causas inferiores es recibida com o u n a sola v irtu d ; d e igual m anera — dice— q u e el arte q u e se e n cu en tra e n la m ente d e l artífice y su in ten ció n recibida en e l in stru m e n to se consideran u n a sola v irtu d . Y afirm a q u e m ediante esta v irtu d D ios aplica las causas segundas a la operación, com o el artífice aplica ios In strum entos. C o n estas palabras p arece q u e , en p a rte , alude a la sentencia anterior, y e n p a rte a esta posterior. M as, p a ra establecer esta v irtu d intencio­ nal, n o se apoya en n in g u n a razón, sino sólo e n cie rto testim onio d e S anto T o -

creatis duplicem vim agendi: unam firmam et permanentem, quae est propria et naturalis; aliam vocat intentionem divinae virtutis habentem esse incompletum, et hanc ait non convenire rebus, nisi quando actualiter operantur tamquam divinae virmtis Secunda sententia proponitur instrumenta. Et in fine § Ad secundum du­ 7. PriMutn jundamentum relatae senten- bium, dicit Deum immediate agere in om­ liae.— Secunda sententia est concursum nibus causis inferioribus quamdam sui participationem, cum qua simul immediate ipprimae causae esse aliquid per modum principii in ipsa causa secunda, ordinatum ad sarum effectus attingiti quia ipsa virtus in Deo existens et eius intendo in causis in­ actionem eius, non tamen u t principium per se illius, sed solum ut conditionem ne- ferioribus producta accipitur tamquam una virtus; sicut ars (mquit) quae est in mente cessariam ad agendum. Ita videntur sentire omnes qui ponunt concursum Dei versari artificis et eius intendo in instrumento recirca causam secundam antecedenter ad ac­ cepta pro una virtute accipiuntur. Et per tionem eius, applicando illam vel determi­ liane virtutem ait applicare Deum causas nando ad actionem. Soletque haec opinio secundas ad operandum, sicut artifex instru­ menta. In quibus verbis partim videtur ad tribuí D. Thomae, locis infra tractandis ; priorem sententiam alludere, partim ad hanc sed immerito, ut ostendam; citari etiam solet Capreol., In II, dist. 1, q. 2, sed aeque posteriorem. Ad ponendam autem hanc irrarionabiliter. Ferrar, autem, II cont. Gent., virtutem intentionalem nulla ratione moyetur, sed solum quodam testimonio D. Thoc. 70, in principio, distinguit in agentibus parte Dei non est necessaria illa instrumen­ taría virtus; nihil ergo refert ad concursum causae primae, qui per se necessarius est ac pertinet ad essentialem subordinationem causae secundae respectu primae.

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m ás, q. 3 De Potentia, a. 7 , y algunos tom istas po sterio res h a n seguido esta opinión. L a fu n d a m e n ta n e n algunas expresiones ad m itid as de los filósofos an­ tig u o s. L a p rim e ra es q u e los agentes segundos n o o b ra n si n o son m ovidos p o r e l p rim e ro , y en esto h acen co n sistir la su b o rd in ació n esencial en tre estas causas, y de a h í concluyen q u e debe llegarse a u n p rim e r agente q u e n o nece­ site d e la m oción de otro. P arece q u e procedió así A ristóteles, V II d e la Física, c. 1, y lib. V III, c. 5, y en I I de la Metafísica, c. 2, a q u ie n S anto T o m ás im ita siem p re, tan to al exponer a A ristóteles com o en otros lu g ares q u e se van a citar e n se g u id a ; y, p o r p a rte de San A g u stín , lib . V III Genes, ad litter., c. 20, y V De Civítate Dei, c. 9. E s m ás, parece q u e ta m b ién la S agrada E scritura a trib u y e a D io s la prem oción d e las causas inferiores, com o e n Jo b , 1 3 : El que cambia el corazón de los príncipes; P ro v ., 1 2 : El corazón del Rey está en manos de Dios, y lo dirigirá adonde quiera; Je r., 1 0 : No depende del hombre su camino, y los pasos del hombre serán dirigidos por el Señor. P o r consiguien­ te, las causas segundas o b ra n m ovidas p o r la p rim e ra ; m as esta m oción no p u e­ d e co n sistir e n la acción m ism a d e la causa segunda, no sólo p o rq u e la m oción se en c u e n tra e n la cosa q u e es m ovida, m ien tras que la acción tra n se ú n te no se e n c u e n tra e n el agente p o r el q u e es realizada, sino ta m b ié n p o rq u e esta m oción antecede a la acción, al m enos e n causalidad, ya q u e lo s agentes segun­ dos son m ovidos p recisam en te p a ra o b ra r, p o rq u e n o p u e d e n o b ra r si n o son m ovidos. 8. Segundo.— E l seg u n d o p rin c ip io es q u e la causa seg u n d a es aplicada p o r la p rim era a obrar. Se cree q u e este- p rin cip io h a sido to m ad o del lib . De causis, pro p o sició n 16, d o n d e se dice q u e la virtud divina es virtud de todas las causas; a saber, p o rq u e la v irtu d divina aplica las dem ás v irtu d e s a sus operaciones, com o expuso E g id io , Ouodl. V, q. 1, y d a a e n te n d e r Santo T o ­ m ás, I , . q . 105, a. 5, c. y ad 3. P o rq u e en e l cu erp o del artículo dice q u e el p rim e r agente m ueve al segundo a o b ra r, y atendiendo a esto — afirm a— todas las cosas obran en virtud del mismo Dios. E n la solución ad 3, explica que esto o cu rre p o rq u e D ios n o sólo d a y conserva las v irtu d es de o b ra r, sino que ta m b ién las aplica a la operación. E n cu an to a la necesidad d e esta aplicación,

mae, q. 3 de Pot., a. 7, et nonnulli poste­ riores thomistae hanc sententiam secuti sunt. Et illam fundant in quibusdam receptis locutionibus .antiquorum philosophorum. Pri­ ma est quod agenda secunda non agunt nisi mota a priiho, et in hoc constituunt subordinationem per se inter has causas; indeque concludunt perveniendum esse ad unum primum agens, non indigens modone alterius. Ita videtur processisse Aristoteles, VII Phys., c. 1, ef ‘ VIII, c. 5; et II Metaph., c. 2, quem semper imitatur D. Thomas, turn exponens Aristotelem, turn in aliis locis statim citandis, e.t ex parte August, lib. V III Genes, ad litter., c. 20,1 et V de Civ., c. 9. Immo et Scriptura sacra videtur Deo tribuere praemotionem causarum inferiorum, ut lob, 13: Qui immutat cor principum; et Prov., 12: Cor Regis in manu Dei est, et quocumque vo~ luerit vertet illud; Hier., 10: Non est in homine via eius, et a Domino gressus ho­ minis dirigenxur. Agunt ergo causae secundae motae a prima; haec autem mono non

potest consistere in ipsa actione causae secundae, turn quia motio est in re quae movetur, aedo vero transiens non est in agente a quo fit, turn edam quia haec motio ante­ ceda actionem saltern causalitate, quia ad hoc moventur agenda secunda ut agant, eo quod non possunt agere nisi mota. 8. Secundum.— Secundum principium est quod causa secunda applicatur a prima ad agendum. Quod sumptum existimatur ex lib. de Caus., proposit. 16, ubi dicitur virtutem divinam esse virtutem omnium causarum; quia, videlicet, virtus divina appli­ cai reliquas virtutes ad suas operationes, ut exposuit Aegid., Quodl. V, q. 1, et significai D. Thomas, I, q. 105, a. 5, in corpore, et ad 3. Nam in corpore ait primum agens movere secujidum ad agendum, et secun­ dum hoc (inquit) omnia agunt in vinute ipsius Dei. In solutione vero ad 3 declarat hoc ideo esse quia Deus non solum dat et conservat virtutes agendi, sed edam appli­ cai eas ad agendum. Necessitas autem hums applications inter alias una est, quia ad vir-

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e n tre o tra s, u n a e s q u e perten ece a la v irtu d q u e se refiere al fin u niversal el ap licar las inferiores e n ord en a su fin ; p e ro D ios es e l agente suprem o q u e m ira al fin u n iv e rsa l; luego aplica los agentes inferiores p a ra q u e o b re n aco­ m o d án d o se a aqisel fin. C onsiguientem ente, esta aplicación n o es acción d e la c ria tu ra , y a q u e p rp c e d e de D ios solo y p recede a la acción de la causa segun­ d a ; p o r ta n to , se co m p ara a la acción d e la causa segunda com o p rin cip io d e la m ism a. 9. Tercero.— E l te rc e r p rin cip io es q u e ¡a causa p rim e ra excita a la se­ g u n d a p a ra la o p e ra c ió n ; este m o d o de ex presarse n o es ta n frecu en te e n los a u to res antiguos com o e l n o m b re d e m oción o aplicación; parece, n o o b stan te, q u e .tie n e el m ism o alcance. Y p u e d e explicarse d e esta m a n e ra : aquella v irtu d creada, c u an d o o b ra, se p erfecciona en sí m ism a de a lg ú n m odo, ya q u e es m ejo r o b ra r que carecer p o r com pleto de a c c ió n ; m as esta perfección n o con­ siste e n la acción m ism a, so b re to d o en la acción tra n se ú n te , ya q u e n o se e n c u e n tra e n el m ism o a g e n te ; p o r tan to , consistirá e n esta excitación p o r la que ta l v irtu d viene com o a re c ib ir la ú ltim a actualización p a ra o b rar. M as esta excitación n o p u ed e p ro c e d e r d e la m ism a v irtu d creada, n o sólo p o rq u e en m u chas ocasiones n o tie n e activ id ad sobre s í m ism a, sino ta m b ié n p o rq u e p a ra tal eficiencia necesitaría asim ism o d e u n a ex citació n ; consiguientem ente, p ro ­ cede d e la causa p rim e ra . 10. Cuarto.— E l c u a rto y p rin c ip a l p rin c ip io es q u e la causa segunda es d eterm in ad a p o r la p rim e ra y exige esencial y n ecesariam ente ta l d eterm in a­ ción. Así opina S an to T o m á s, I , q . 105, a. 1, a d 3, cuando d ic e : El hecho mismo de que las causas segundas son determinadas a determinados efectos, lo reciben ellas de Dios. Y cabe a d u c ir u n a doble razón d e esta n ecesid ad ; u n a es u niversal para to d as las causas segundas, a saber, p o rq u e sus v irtu d es son in d ifere n tes p a ra p ro d u c ir diversos individuos, y n o p u e d e n determ inarse a sí m ism as para este in d iv id u o m ás bien q u e p a ra o tro ; n i es posible p ensar o tro d e term in an te suficiente, fu e ra d e la p rim e ra causa. P ero e sta d eterm in ació n sólo se lleva a cabo añadiendo algo a la m ism a v irtu d activa. La otra razón es exclu­ siva d e la voluntad lib re , q u e d e suyo está in d eterm in ad a, n o sólo a los in d i-

tutem quae respidt finem universalem per- non potest esse ab ipsamet virtute creata, tinet applicare inferiores in ordine ad suum turn quia saepe non est activa in seipsam, finem; Deus autem est supremum agens turn etiam quia ad illam efficientiam indirespiciens universalem finem; ergo applicat geret etiam excitaticnc; est ergo a prima inferior?, ut agant accommodata ad "ilium causa. 10. Q u a r tu m . — Quartum ac praecipuum finem. Haec ergo applicano non est actio creaturae; nam est a solo Deo et antecedit principimn est quod causa secunda deter­ m in ate a prima et per se ac necessario inactionem causae secundae; comparatur ergo ad actionem causae secundae ut principìum diget tali determinatione. Ita sentii D. Tho­ mas, I, q. 105, a. 1, ad 3, dicens : H o c ip eius. 9. T e r tiu m . — Tertium principìum est s u m q u o d causae se c u n d a e d e te r m in a n tu r a d d e te r m in a te s e ffe c tu s , est Hits a D eo. causam primam eccitare secundam ad opus; qui modus loquendi non est tam frequens Duplex autem ratio huius necessitatis afferri apud auctores antiquos sicut nomen mo- potest; una est universalis ad omnes causas tionis vel applications. Videtur tarnen ha­ secundas, quia, nimirum, virtutes earum sunt bere eamdem vim. Et potest in hunc mo- indifferentes ad producenda varia individua, dum declarari: ea virtus creata dum agit, nec possum sese determinare ad hoc indialiquo modo in se jjerficitur, quia melius viduum potius quam ad illud; nec cogitari est agere quam omnino carere actione; haec potest aliud sufficiens determinant praeter autem perfectio non consistit in ipsa actio­ primam causam. Haec autem determinatio ne, praeseitim in transeunte, cum in ipso non fit nisi addendo aliquid ipsi virtuti scagente. non sit ; consister ergo in hac exci- tivae. Alia ratio est propria liberae volun­ tatione qua talis virtus veluti ultimate ac- tatis, quae de se est indeterminata, non so­ tuatur ad agendum. Haec autem excitatio lum ad individua, sed etiam ad species et

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D isputaciones m etafísicas

viduos, sino tam bién a las especies y a actos contrarios, y p o r ello necesita una d eterm in ació n previa, p o rq u e d e u n agente in d eterm in ad o n o p u e d e proceder u n efecto d eterm inado. E sta ra z ó n p u ede ex tenderse a los agentes naturales u n i­ versales, q u e tam bién son in diferentes p a ra m ú ltip les efectos específicam ente diversos, p o r lo que n o p u ed en d eterm in arse a u n o d e ellos. 11. Quinto.— -E l q u in to p rin cip io es q u e las causas segundas están esen­ cialm ente subordinadas a la causa p rim e ra , com o los in stru m e n to s al artífice, según se expresan fre c u e n te m e n te pon d erad o s autores y , en especial, Santo T o ­ m ás, 1-n, q . 6, a. 1, ad 3, y II cont. Gent., c. 2 1, a. 4, y lo in d ica en e l lib . III, c. 70. P e ro esta subordinación n o p u ede en te n d e rse a n o ser q u e la causa p ri­ m era m ueva p reviam ente a la segunda y la acción d e la seg u n d a dependa d e la m oción de la prim era. E n otro caso no sería subordinación, sino cierta conco­ m itancia dé dos agentes. Y la acción de la causa p rim e ra n o sería anterior a la acción de la causa segunda, lo cual re p u g n a p o r com pleto a la dignidad de la causa p rim e ra y a la d ep en d en cia de la causa segunda. 12 . Sexto .— E n sexto lu g ar, podem os a rg u m en tar p o rq u e este m odo de c o n c u rrir de la p rim era causa, utilizando m ediante su m oción a la causa se­ g u n d a y som etiéndola perfectam ente d e esa m an era a sí m ism a, im plica una m ayor p erfecció n en el m odo de o b rar d e la causa p rim e ra c o n las segundas y n o in clu y e n in g u n a c o n trad icció n ; luego d ebe atrib u irse a la causa prim era. L a m ayor se explica de varias m a n e ra s: en p rim e r lugar, p o rq u e de este m odo es m ayor la dependencia de la causa segunda con resp ecto a la prim era, pues n o d ep en d e sólo en el efecto y en su acción, sino q u e in clu so ella m ism a de­ p e n d e de la p rim e ra en su causación; o, com o dicen o tro s, n o sólo el efecto o la acción considerada en sentido incom plejo, sino ta m b ié n este com plejo: la causa segunda opera, p ro ced erá d e la p rim e ra . O , en térm in o s diferentes, la causa p rim e ra no sólo realizará el efecto o la acción de la causa segunda, sino q u e ta m b ién h a rá que la causa segunda o b re ; cosa q u e se a trib u y e asim ism o a D ios frecu en tem en te en la S agrada E sc ritu ra , y n o p u e d e entenderse sin la p rem oción d ich a. A dem ás, p e rte n e c e , p o r el contrario, a la perfección d e la p rim era causa el u tiliz a r las segundas p a ra sus fines y según su vo lu n tad , como

ad actus contrarie», et ideo indiget praedetenninante, quia'ab agente indeterminato non potest determinatus effectus exire. Potestque haec ratio extendi ad naturalia agen­ da universalia, quae edam sunt indifferenria ad plures( effectus specie diversos, unde non possunt ad alteram eòrum se determinare. 11. Ouintum.— Quintum principium est quod causae secundae essendaliter subordinantur causae primae, ut instrumenta arti­ fici, .ut frecu- »er loquuntur graves auctores et signatim i >- Thomas, I-II, q. 6, a. 1, ad 3, et II cont. Gent., c. 21, a. 4, et indicat in lib. Ili, c. 70. Haec autem sub­ ordinano intelligi non potest nisi causa pri­ ma praemoveat. secundam, et aedo secundae pendeat ex motione primae. Alias non esset subordinano, sed concomitantia quaedam duoram agentium. Neque esset actio pri­ mae causae prior actione causae secundae; quod plane repugnat dignitati primae cau­ sae et dependentiae causae secundae.

12. Sextum.— Sexto argumentari possumus quia hie modus concurrendi primae causae, utendo causa secunda per motionem suam, et ita perfecte illam sibi subiiciendo, prae se fert maiorem quamdam perfectionem in modo agendi primae causae cum secundis, et nullam includit repugnantiam; ergo est primae causae tribuendus. Maior declaratur variis modis: primo, quia hac ratione maior est dependentia causae secun­ dae a prima, quia non solum in effectu et actione sua, sed etiam ipsamet pendet in causando a prima; vel, ut alii aiunt, non solum effectus vel actio incomplexe sumpta, sed etiam hoc complexum, causam secun­ dam agere, erit a prima. Vel aliter causa prima non solum faciet effectum vel actio­ nem causae secundae, sed etiam faciet ut causa secunda faciat; quod etiam in Scriptura sacra saepe Deo tribuitur, et sine ilia praemotione intelligi non potest. Rursus e converso pertinet ad perfectionem primae causae ut utatur secundis ad suos fines et

Disputación X X II.— Sección II

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p o seed o ra del su p re m o dom inio sobre e lla s; p o rq u e el acto perfecto d e d o m i­ nio es el pleno u so d e la cosa que cae b a jo el dom inio. E stas son las razones principales q u e p u e d e n aducirse en favor d e la p resen te opinión. D e ellas, las dos p rim era s p a re c e n apoyar e n grado m áxim o esta segunda sentencia, m ie n tra s que la tercera y la cuarta d a n la im p resió n de te n e r m ás validez de acuerdo con la o pinión a n te rio r; la q u in ta y la sexta son in d ifere n tes.

Refutación de la opinión precedente 13. A hora b ie n , esta o pinión n o d eb e aprobarse en m ayor m ed id a q u e la • a n te rio r; n i creo q u e fuese opinión de S an to T o m ás, E scoto o los teólogos an ­ tiguos. P a ra d e m o stra r esto, advierto q u e tam b ién esta segunda opinión p u e d e ten er lu g a r según lo s dos sentidos arrib a explicados. E l p rim e ro es co n sid erar que el concurso d e la causa p rim e ra consiste total y precisam ente en realizar, sobre la m ism a causa, aquella previa condición necesaria, y a se designe con el n o m b re de m oción, ya con el de aplicación, ya con cualquier o tro , d e su e rte que, fu e ra d e ella, l a causa p rim era no te n g a n in g u n a o tra eficiencia so b re el efecto o la acción d e la causa segunda. Y p arece q u e n i F e rra ra n i los a u to re s m odernos p re te n d ía n este sentido, com o p u e d e inferirse d e las últim as palab ras de F e rra ra a rrib a citadas. Y , en v e rd a d , en este sentido tal o pinión n o sería m en o s falsa q u e la de D u ra n d o , p u esto que, de acuerdo con esta explicación, D ios n o con­ curriría esencialm ente a la acción de la causa segunda, sino sólo re m o ta y acciden­ talm ente, a saber, conservando la causa segunda y p ro d u cien d o en ella cie rta con­ dición necesaria p a ra o b ra r; pero este concurso es accidental con respecto al efecto de la causa segunda, com o es p a te n te en el caso d e q u ie n aplica fuego para q u e­ m ar. P u e s si el que d a y conserva el p rin c ip io esencial d e o b ra r sin c o n cu rrir m ás, sólo causa rem o ta y accidentalm ente el efecto pro ced en te d e dicho prin cip io , m u c h o m ás el q u e d a la condición re q u e rid a para o b ra r; p o r eso, el q u e hace am bas cosas, co n cu rrirá accidentalm ente de dos m aneras, p e ro de n in g ú n m odo esencialm ente. A sí,

iuxta voluntatem suam, tamquam habens supremum dominium earum; nam perfectus actus domimi est plenus usus rei quae sub dominium cadit. Hae sunt potissimae rado­ nes quae pro hac sententìa afferri possimi. Ex quibus duae primae videntur maxime favere huic secundae sententiae, tenia vero et quarta magis videntur iuxta priorem opinionem procedere; quinta autem et sex­ ta indifferentes sunt.

quocumque alio appelletur, ita ut praeter il­ lam nullam aliam efficientiam habeat causai prima circa effectum vel actionem causae secundae. Et neque Ferrara neque moderni auctores videntur hunc sensum intendisse, ut ex ultimis verbis Ferrame supra citatis colligi potest. Et revera esset in hoc sensu tabs opinio non minus falsa quam opinio Durandi, quia iuxta ’hanc explicationem Deus non concurreret per se ad actionem causae secundae, sed solum remote et per Refutatur praecedens opinio accidens, nimirum conservando causata se13. Haec vero sententia non magis pro­ cundam et efficiendo in ilia quamdam con­ banda est quam praecedens; ñeque existi­ ditionem necessariam ad agendum; hie au­ mo fuisse opinionem D. Thomae aut Scod tem concursus est per accidens respectu effectus causae secundae, ut patet in appli­ vel antiquorum theologorum. Quod ut probem, adverto edam hanc posteriorem sen- cante ignem ad comburendum. Nam si dans tentíam habere locum ad duos sensus supra et conservans principium per se agendi, et declaratos 1. Primus est quod concursus cau­ non ultra concurrens, solum remote et per sae primae censeatur omnino ac praecise accidens causat effectum ab ilio principio manantem, multo magis qui dat conditio­ consistere in agendo, circa ipsam causam, illam praeviam conditionem necessariam, nem requisitam ad agendum; unde qui 5ive nomine motionis, sive applications, aut utrumque facit, duplici modo concurret per 1 La ed. de J. B. Colosino ofrece una lectura ligeramente distinta, a saber: «... iuxta ■hanc posteriorem sententiam habere locum dúos sensus supra declaxatos». (N. de los EE.)

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Disputaciones metafísicas

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p u e s, no es necesario tra ta r m ás d e este se n tid o ; antes b ie n , de él d esprendo q u e, a u n . cuando concedam os que D ios realiza d ic h a aplicación y condición, previa, e l ' concurso de la causa p rim e ra no consiste esencial y form alm ente en ella; po rq u e la causa p rim era , en v irtu d de su concurso, es causa esencial in m ed iata y total, en su género, d el efecto y d e la acción de la causa segunda, com o se h a dem ostrado en la sección primera-; pero m ed ian te la eficiencia de esta condición necesaria no es D ios causa esencial e inm ediata, y m u ch o m enos total, d e la acción o del efecto d e la c ria tu ra ; luego el concurso de D ios' n o consiste fo rm alm en te en esta efi­ ciencia. 14. F a lta , pu es, q u e exam inem os el o tro sentido, a saber, q u e el concurso d e la causa p rim era es incoado (valga la expresión) p o r esta m oción o aplica­ ción de la causa segunda, pero se consum a en la realización in m ed iata y esen­ cial del m ism o efecto o acción d e la m ism a causa segunda. D ecim os q u e en este sentido dich a opinión discrepa ex trem ad am en te d e la d e D u ra n d o , p ero añade a la v e rd a d algo q u e n i es necesario n i resu lta b astan te inteligible, y puede ofrecer ocasión de caer en algún e rro r, p rin cip alm en te sobre el u so de la liber­ ta d h u m a n a . M as, p a ra d em o strar con clarid ad todas estas cosas, debem os p ro ­ ced er detallad am en te, explicando y p ro b a n d o la tercera opinión, q u e es la ver­ dadera. Solución de la cuestión 15’. P rim era afirm ación.— A sí, pu es, afirm o en p rim e r lu g a r : el concurso d iv in o , e n cu an to es algo ad extra, p o r sí m ism o es esencialm ente algo por m odo d e acción, o al m enos p o r m odo d e cierta pro d u cció n q u e em a n a inm ediata­ m e n te d e D ios. E xplico las p artes u n a p o r u n a : digo en cuanto es algo la d extra», p a ra o m itir la d iscusión acerca del acto m ism o d e la v o lu n ta d de D ios, si d eb e llam arse co n cu rso o n o, y si d eb e decirse q u e influye p o r m odo de a c c ió n . o p o r m odo d e p rin c ip io ; pu es, en lo concerniente a este sentido, basta lo dicho a rrib a sobre la creación. Y casi p o r el m ism o m otivo h e dicho o al menos p o r m o do d e cierta producción, a saber, p a ra ev itar la cuestión d e si la acción

accidens, .nullo tarnen modo per se. De hoc igitur sensu non oportet plura disputare; quin potius ex ea elicio, etiamsi demus efficere Deum illam applieationem vel conditionem praéviam, non consistere in illa per se ac formaliter concursum causae primae; nam causa prima per concursum suum est causa per se immediata, et totalis in suo genere, effectus et actionis causae secundae, ut sectione prima demonstratum est ; sed per efficientiam huius necessariae conditionis non est Deus causa per se et immedia­ ta, nedum t ^ j s , actionis vel effectus creaturae; ergo formaliter non consist« in hac efficientia concursus Dei. 14. Superest ergo ut alium sensum examinemus, nimirum concursum primae cau­ sae inchoari (ut ita dicam) ab hac molione vel apphcatione causae secundae, consummari vero in effectione immediata et per se ipsiusmet effectus seu actionis ipsius causae secundae. In quo sensu dicimus illam sententiam extreme quidem discrepare a Durandi opinione, aliquid vero addere ve-

ritati quod nec necessarium est nec satis intelligi potest, et occasionem potest praebere incidendi in aliquem errorem, praesertim circa usura humanae libertatis. Ut autem haec omnia distraete probemus, pau­ latina procedendola est, tertiam ac veram declarando ac probando sententiam. Quaestionis resoluiio 15. Prima conclusici.— Dico ergo primo: divinus concursus, quatenus est aliquid ad extra, per se essentialiter est aliquid per modum actionis, vel saltern per modum cuiusdam fieri immediate manantis a Deo. De­ claro singulas partículas : dico enim quate­ nus est aliquid ad extra, ut omittam disputarionem de ipsomet actu voluntatis Dei, an dicendus sit concursus necne, et an dicendus sit influere per modum actionis vel per modum principii; nam quoad hunc sensum sufficiunt supra dicta dé creatione. Et fere ob eamdem causam ditti vel saltern per mo­ dum cuiusdam fieri, ut, scilicet, abstineam ab illa quaestione, an actio recepta in crea-

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recib id a en la c ria tu ra se com para a D ios p o r m odo de acción o únicam ente p o r m odo d e efecto; p u e s, a u n q u e sea m ás cierto q u e se com para p o r m odo d e ac­ ción — como tam b ién tra ta ré en la sección siguiente— > sin em bargo n o h ace al caso presente.' E xplicada de esta m anera, la afirm ación es m u y ad m itid a, y a m i juicio certísim a, y q u e d a suficientem ente p ro b ad a p o r lo dicho en la sección an te rio r contra D u ra n d o , y en ésta contra las opiniones referid as, explicadas en el p rim e r sentido. 16. Se tom a d e S an to T om ás, I, q. 105, a. 5, y I I I cont. Gent., c. 7 0 , en cu an to dice que la causa p rim era , m ediante su concu rso general, influye esen­ cial. e in m ed iatam en te n o sólo en el efecto, sino ta m b ié n en la acción d e la causa se g u n d a ; p o rq u e n o sólo el efecto, sino ta m b ién la acción de la causa segunda tiene alguna e n tid a d p articip ad a, y p o r esa ra z ó n es preciso q u e p ro ­ ceda inm ediata y esencialm ente del p rim e r e n te por esencia. E n v irtu d d e este p rin cip io se concluye así la ra z ó n : el co ncurso de D ios está incluido ín tim a y esencialm ente en la m ism a acción d e la c riatu ra, y tam b ién tien d e esencial e inm ediatam ente al m ism o térm in o al q u e tie n d e la acción de la c ria tu ra ; luego p o r sí m ism o y esencialm ente es algo p o r m odo de acción, o d e p ro d u cció n de la m ism a acción, o de efecto de la c riatu ra. Se confirm a p o rq u e este co ncurso n o p u e d e consistir e n to d o aquello o e n solo aquello q u e se da a la causa se­ gunda p o r m odo de p rin cip io p a ra q u e p u e d a o b ra r; luego consiste esencial­ m ente en algo q u e sea p o r m odo de p ro d u cció n actual. 17. E l an tec ed en te h a sido p ro b ad o c o n tra las opiniones anteriores, y se explica de nuevo com o sig u e : p u esta u n a e n tid ad cu alq u iera q u e sólo co ncurre por m odo de p rin cip io , n o es contradictorio q u e no se siga la acción o el efecto, po rq u e D ios p u ed e su sp en d er d e la acción actual a to d o p rin cip io activo creado, a u n q u e esté aplicado a o b rar con todas las condiciones preexigidas, e im p e d ir que se p roduzca el efecto. E n cam bio, p u e sto el co ncurso actual ad extra, es contradictorio q u e n o se siga la acción o q u e n o se realice el e fe c to ; lu eg o es señal evidente de q u e el concurso actual n o consiste p o r sí m ism o y esencial­ m ente e n las cosas q u e son p o r m odo d e p rin cip io , sino en algo que sea p o r m odo de acción. L a m ayor p arece evidente p o r sus térm in o s, p o rq u e e n ellos

tura cousparetur ad Deum per modum actíonis vei solum per modum effectus; auamquam enim verius sit comparar! per modum actionis, ut etiam sectione sequenti attingam, lamen ad praescns non refert. Atque ita explicata conclusio est receptissima et mihi certissima, satisque probata ex dictis superiori sectione contra Durandum et in hac contra relatas sententias in primo sensu explicaras. 16. Sumiturque ex D. Thoma, I, q. 105, a. 5, et III cont. Gent., c. 70, quatenus dicit primam causam per suum generalem concursum per se et immediate influere non tantum in effectum, sed etiam in actionem causae secundae; quia non solum effectus, sed etiam actio causae secundae habet aliquid entitatis participatae, et ea ratione necesse est ut immediate et per se manet a primo ente per essentiam. Ex quo principio ita concluditur ratior concursos Dei intime ac per se includitur in ipsa actione creatu­ rae, et per se etiam ac immediate tendit ad eumdetn terminum ad quem tendit actio creaturae; ergo per se et essentialiter est

aliquid per modum actionis, vel fieri ípsiusmet actionis. vel effectus creaturae. Et confirmatur; nam hic concursus non potest con­ sistere in omni eo vel in solo eo quod datur causae secundae per modum principi! ut onerari possit; ergo consistit essentiali­ ter in aliquo quod sit per modum actualis fieri. 17. Antecedens probatura est contra su­ periores sententias, et ite r im i sic declaratur: posita quacumque entitate quae solurq con­ currir per modum prindpii, non implicar contradictionem ut non sequatur acrio _vel effectus; nam Deus potest omne principium agendi creatura, quantumvis applicatimi ad agendum cum omnibus conditionibus praerequisitis, suspendere ab actuali actione, et impedire ne effectus fiat. At vero posito ac­ tuali concursu ad extra implicat contradic­ tionem actionem non sequi setì effectum non fieri; ergo signum evidens est actualem concursum non consistere per se et essen­ tialiter in iis quae sunt per modum prind­ pii, sed in aliquo quod sit per modum ac­ tionis. Maior videtur per se nota ex termì40

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Disputaciones metafísicas

n o se e n c ie rra n in g u n a re p u g n an cia n i contradicción. Y es cierto p o r la fe q u e D ios hizo esto en m uchas v irtu d es q u e operan p o r necesidad n a tu ra l, y no existe m ayor ra z ó n d e ' rep ugnancia p a ra algunas q u e p a ra otras. A n o ser que, p o r ventura, diga alguno que esto re p u g n a especialm ente a aquella v irtu d in te n ­ cional q u e dicen- que es im presa p o r D ios y q u e es com o tra n se ú n te o fluyente, lo cual obedece a que tiene el ser inseparable de la operación actual, com o la v irtu d del arte im presa al in s tru m e n to , es in sep arab le de la o b ra d e a rte ; p o r­ q u e a é sta asim ila el F erra rie n se , arrib a, aquella v irtu d . P ero ciertam ente, si tal v irtu d es inseparable de la acción actual d e la causa segunda, incluso p o r p o ­ te n c ia absoluta de D ios, esto explica suficientem ente q u e no es u n a realidad distin ta de ella y, en consecuencia, q u e n o es p rin cip io d e la m ism a, sino su actual em anación a p a rtir de la causa p rim era . O , p o r el c o n trario , si se supone q u e esa v irtu d es una realidad d istin ta d e la acción d e la causa segunda y su verdadero prin cip io , se n ieg a sin p ro b ab ilid ad q u e D ios p u e d a h acer que ella exista y q u e la acción n o em ane de ella, p o rq u e la v irtu d no d e p en d e esencial­ m en te d e la acción q u e d e ella p ro ced e, sino al co n trario , y es realm ente dis­ tin ta d e la acción y a n terio r a ella ; ¿ q u é re p u g n an cia hay, p o r tan to , en q u e se conserve sin ella? A dem ás, p u e sta esa v irtu d , todavía es necesario el influjo in m ed iato de D ios p a ra q u e se siga la acción, cosa que se h a p robado varias veces; lu eg o D ios p u e d e su sp en d er aq u el influjo, y así im p e d ir la acción. 18. Y de n ada sirve el ejem plo d e la v irtu d del arte im p resa al in stru m e n ­ to , y a q u e esa v irtu d sólo p u e d e ser o el im pulso im p reso al in stru m e n to para m overlo localm ente, o el m ism o m ovim iento. A hora bien, el im p u lso puede que­ d a r im p ed id o de p ro d u c ir m ovim iento, com o d e m u e stra n las razones aducidas; y. no en c u e n tro n ad a q u e p u e d a oponerse en contrario. E n cu a n to al m ovim ien­ to m ism o, n o p u e d e ser im p e d id o d e la m oción actual d el in stru m en to , ya que n o se com para con éste com o v irtu d , sino com o la m ism a acción o producción. Y si d e u n in stru m e n to así m ovido p u e d e su rg ir p o r n a tu raleza alguna otra acción d istin ta d el m ovim iento y de su té rm in o , a la q u e se com pare el m ovi­ m ien to d el in stru m e n to p o r m o d o d e p rin cip io o d e v irtu d , to d a esa acción es

nis, quia in eis nulla involvitur repugnantia aut implicano contradictionis. Certumque de fide est id fecisse Deum in multis virtutibus necessitate naturali operantibus, neque est màior ratio repugnantiae in quibusdam quam in aliis. Nisi fonasse aliquis dicat hoc^speciaiiter repugnare illi intentionali virtuti quam aiunt imprimi a Deo et esse quasi transeuntem seu iiifiuentem, quod inde provenit quia habet esse inseparabile ab actuali operatione, sicut virtus artis impressa instrumento : -eparabfiis est ab operatione artis; buie cium' assimilai Ferrariens., supra, illam virtutem. Sed certe, si talis virtus inseparabilis est ab attuali actione causae secundae, etiam per potentiam Dei absolutam, hoc satis declarat non esse rem ab illa distinctam, ei consequenter non esse principium eius, sed actualem emanationem ipsius a prima causa. Vel e converso, si fila virtus supponitur res distincta ab actione causae secundae et verum principium eius, sine probabilitate negatur posse Deum efficere ut illa sit et ab ea non manet aedo, quia virtus non pendei essenrialiter ab ac-

done quae ab fila manat, sed e converso, et est in re distincta ab actione et prior fila; quid ergo répugnât quod conservetur sine fila? Itera posila fila virtute adhuc est ne­ cessaria immediatus influxus Dei ut sequatur aedo, quod saepe probatura est; ergo potest Deus suspendere ilium influxum, et ita impedire actionem. 18. Ñeque exemplum de virtute artis impressa instrumento quidquam iuvat, nam jila virtus esse non potest nisi vel impetus impressus instrumento ad localiter illud movendum, vel ipsemet motus. At vero im­ petus impediti potest ne efficiat motum, u t radones factae probant'; nec video quid in contrarium obsten Motus autem ipse impediti non potest ab actuali motione in­ strumenti, quia respectu filius non comparatur ut virtus, sed u t ipsa actio vel fieri. Quod si ex instrumento sic moto nata est sequi aliqua alia aedo distincta a motu et termino eius, ad quam motus instrumenti comparetur per modum principii aut virtutis, omnis fila actio separabilis est a tali.; motu virtute divina, propter eamdem caur ,

Disputación

X X I I .—Sección I I

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se p a ra b le ' de ta l m ovim iento p o r v irtu d divina., p o r la m ism a causa. E n cam ­ bio, que p u e sto el concurso actual a d extra no sea separable la acción de la causa segunda, es se n tir com ún y ev idente, p o rq u e dicho concurso n o es sepa­ ra b le d e n in g ú n té rm in o y efecto d e la causa p rim e ra ; p u e s si es u n co ncurso a d extra, p ro d u ce algo fu era d e D io s ; p e ro es p reciso q u e esto sea h e c h o p o r la causa seg unda, p u es d e lo c o n trario aquél n o sería concurso con la causa seg unda, sino acción de D ios solo. P o r eso, el m ism o n o m b re d e concurso d e­ clara suficientem ente la insep arab ilid ad c o n resp ecto a la acción d e la causa se­ gu n d a. L uego e l concurso es esencialm ente algo p o r m odo de acción o d e p ro ­ ducción, en cu a n to p rocede de la causa prim era. 19. Segunda afirm ación.— A firm o en segundo lu g a r: el concurso de la causa p rim era , adem ás de aquello q u e es p o r m odo de acción, n o incluye p o r necesidad in trín se c a algo ínfundido d e n u evo a la m ism a causa segunda, que sea p rincipio d e su acción o condición necesaria p a ra ella. D igo infundido de nuevo, po rq u e es cierto que el concurso d e la causa segunda supone e n ella la v irtu d activa d a d a y conservada por la causa p rim e ra , cosa q u e aq u í dam os p o r supuesta, y p re g u n ta m o s q u é es preciso que sea añadido, p o r p a rte d e la causa p rim e ra , adem ás de aquelía virtud. 20. P u es b ie n , e sta afirm ación p u e d e tom arse d e S an to T o m ás, I-II, q . 109, a. 1, 2 y 3, d o n d e dice q u e para las acciones d e las causas segundas se req u ie­ re n solam ente dos cosas: la intrínseca v irtu d co n n atu ral (porque h ab la de las acciones n atu ra le s, las únicas de que tratam o s en to d a esta disputación) y el con­ curso de D ios, al q u e allí llam a m o ció n o auxilio d e D ios q u e m u ev e; p o r q u é lo llam a de esa m an era, lo verem os después. P ero q u e con esa expresión n o en­ ten d ía otra cosa d istin ta, es evidente, n o sólo p o rq u e d e lo contrario h u b ie ra om itido lo que es esencial y m áxim am ente necesario, sino tam bién p o rq u e en­ tonces ya n o se n ecesitarían sólo dos cosas p a ra la acción d e la c ria tu ra , sino tre s , a sa b e r: su v irtu d , la m oción y el concurso. Y parece q u e lo e n te n d ió de esta m anera C ayetano, en el lugar citad o , al d ecir q u e aquel auxilio de D ios q u e m u ev e es su cooperación. E l cual p ro fesa la m ism a o pinión en I, q. 14, a. 13, y q. 19, a. 8, d o n d e , al exponer el p rin c ip io : L a causa segunda no o b ra sino

sam. Quod autem posito attuali cöncursu ad extra non sit separabilis actio causae secundae, communis consensio et evidens est, quia iÜe concursus non est separabilis ab aliquo termino et effectu primae causae; nam si est concursus ad extra, aliquid extra Deum fit; id autem necesse est fieri a cau­ sa secunda; alias ille non esset concursus cum causa secunda, sed actio solius Dei. Unde ipsummet nomen concursus satis de­ clami inseparabilitatem ab actione causae secundae. Ergo concursus essentialiter est aliquid per modum actionis vel fieri, ut est a prima causa. 19. Secunda conclusio.— Dico secundo: concursus primae causae, praeter id quod est per modum actionis, non includit ex intrinseca necessitate aliquid de novo inditum ipsi causae secundae quod sit principium actionis eius vel conditio ad illam ne­ cessaria. Dico de novo inditum, quia cer­ tain est concursum causae secundae suppo­ nete in ilia virtutem agendi datam et con­ servatane a prima causa, quod hie suppo-

nimus, et inqurriraus quid ultra illam necessarium sit adiungi ex parte primae cau­ sae. 20. Haec ergo conclusio sumi potest ex D. Thoma., I-II, q. 109, a. 1, 2 et 3, ubi ad actiones causarum secundarum duo tan­ tum dicit requiri, nimirum, intrinsecam vir­ tutem connaturalem (loquitur enim de naluralibus actionibus, de quibus solis nobis sermo est in tota hac disputatione) et con­ cursum Dei, quem ibi vocat motionem seu auxilium Dei moventis; cur autem ita il­ ium appellet, infra videbimus. Quod autem ea voce nil aliud intellexerit, patet, turn quia alias praetermisisset id quod per se ac ma­ xime necessarium est, turn etiam quia iam non tantum duo, sed tria essent necessaria ad actionem creamrae, scilicet, virtus eius, motio et concursus. Atque ita intellexisse videtur Caieianus ibi, dicens illud auxilium Dei moventis esse cooperationem eius. Qui eamdem sententiam docet, I, q. 14, a. 13, et q. 19, a. 8, ubi exponens illud axioma: Causa secunda non agit nisi mota a prima,

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movida, p ó r la prim era, dice q u e d eb e en ten d e rse, n o de u n a m oción previa, sino d e u n a m o ció n que coopere in trín secam en te con la m ism a acción. Y añade: T a l es la cooperación de la causa prim era, de la que se ha escrito que llega de un confín al otro confín enérgicam ente y lo dispone todo con suavidad, coope­ rando con todas las cosas según el m odo de cada una. Ig u al opinión m antiene E scoto e n varios lugares, y p rin cip alm en te In IV , d ist. 1, q. 1, ad u lt., donde afirm a q u e n o se dice q u e la causa seg u n d a o b re e n v irtu d d e la p rim e ra p o r­ q u e entonces re c ib a algo d e ella, sino p o rq u e , con respecto a ella, ocupa u n lu g ar in fe rio r; y ag reg a: C on esto queda claro qu e no hay una nueva influencia de la causa prim era en la cau sa segunda propiam ente dicha, qu e sea creación de algo inherente a la causa segu n da, sino que en tal caso la influencia es un de­ term inado orden de estas causas en la realización de un efecto común. L o m ism o piensa A lm ain., tra t. I M o ral., c. 1 ; y G reg o rio , In II, d ist. 2 8 , q. 1, a. 3, ad 12, d o n d e declara q u e el concurso d e D ios consiste ú n icam en te e n la parcial coe­ ficiencia de D ios, en cu an to es re q u e rid o p o r la esencial su b o rd in ació n de la causa segunda a la p rim e ra ; hago n o ta r esto p o rq u e , p o r o tra razó n , requiere u n a especial prem oción d e D ios p a ra los actos b u enos, de lo cu al tratam os en o tro lu g a r; el m ism o, In II, dist. 34, ad 8 . T a m b ié n C apréolo, In II, dist. 28, q. 1, a. 3, a d 12 cont. 2 concl., d o n d e, citando la opinión d e G re g o rio , la aprue­ b a, y d ic e : E stá de acuerdo Santo T o m ás, 1-11, q. 109, en casi todos los ar­ tículos. Ig u alm en te G abriel, In II, d ist. 37, a. 3, d u b . 2, im ita a G regorio. C i­ ta ré a otros e n la sección siguiente. 21. Se d em u estra p o r la razón, e n p rim e r lu g a r, p o rq u e m ed ian te este con­ curso actual de D ios p o r m odo de acción, tal com o se h a explicado, queda a salvo toda d ependencia esencial, ta n to de la causa segunda con respecto a la p rim e ra en la causación, com o d e su acción e n la p ro d u cció n , y tam b ién del efecto e n todo su ser. A dem ás, p o r ra z ó n d e este co n cu rso es cierto q u e la p ri­ m e ra causa p ro d u c e in m ed iata y esencialm ente todas las cosas, y tam b ién es cierto todo lo dem ás que acerca de ella, en cu a n to causa d e to d as las cosas, se cree p o r au to rid ad o p u e d e p ro b a rse p o r la ra z ó n ; lu ego es superfluo excogitar cu alq u ier o tra cosa. E l an tecedente se p o n e suficientem ente d e m anifiesto por

dicit inlelligendum esse non de motione praevia, sed de motione intrinsece coope­ rante ipsi actioni. E t subdit: Talis est an­ tera cooperano primae causae, de qua scrip­ tum est quod attingit a fine usque ad finem fortiter, disponitque omnia suaviter, iuxta modum cuiusque cooperans unicuique. Eadem est sententia Scoti variis Joris, sed praesertim In IV, dist. 1- q. 1, ad ult., ubi ait causam secundam ci agere in virtute primae quia tunc aliquid recipiat ab illa, sed quia habet ordinem inferioris ad illam, et subdit: Ex his palet quod causae primae in causam secundam proprie dictam non est influentia nova, quae sit creatio alicuius inhaerentis causae secundae, sed influentia ibi est determinatus ardo istantm causarum in agendo efjectum communem. Idem sentit Almain., traci. I Moral., c. 1 ; et Gregorius, In II, dist. 28, q. 1, a. 3, ad 12, ubi de­ clorar concursum Dei consistere solum in partiali coefficientia Dei; quantum est ex essentiali subordinatione causae secundae ad

primam; quod adverto quia ex alio capite ad actus bonos requirit specialem Dei praemotionem, de quo alias; idem, In II, dist. 34, a d -8. Capreolus etiam, In II, dist. 28, q. 1, a. 3, ad 12 cont. 2 conci., ubi referens sententiam Gregorii, illam approbat, et di­ cit: Concordat S. Thomas, I-II, q. 109, fere singulis articulis. Gab. etiam, In II, dist. 37, a. 3, dub. 2, Greg. imitatur. Alios referam sectione sequent! 21. Ratione probatur primo, quia per hunc concursum actualem Dei per modum actionis, prout explicatum est, salvatur omnis dependsntia essentialis, rum causae se­ cundae a prima in causando, tum actionis eius in fieri, tum etiam effectus in omni esse suo. Item ratione huius concursus ve­ rum est primam causam immediate ac per se efficere omnia, et quidquid aliud de fila ut causante omnia vel auctoritate creditur vel ratione probari potest; ergo supervacaneum est quippiam alìud fingere. Antece­ dens ex dictis in priori assertione satis patet,

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lo dicho e n lá aserción an terio r, y con m ás claridad p o r las soluciones a los ar­ gu m en to s. L a consecuencia se p ru eb a, ya p o rq u e la n atu raleza aborrece todo lo superfluo, com o atestigua asim ism o A ristóteles, I De cáelo, c. 4, y en o tro s lu ­ gares, ya tam b ién p o rq u e las razones ad u cid a s en la sección q u e precede en fa­ vor d e la opinión d e D u ra n d o d em u estra n q u e sólo d eb e asociarse a la causa segunda, p a ra la acción, aquella eficiencia de la causa p rim e ra q u e sea p o r sí m ism a necesaria p a ra la esencial d ep en d en cia de toda e n tid ad o m o d o real c o n resp ecto al p rim e r e n te ; ya, finalm ente, p o rq u e de lo co n trario n o h a b ría n in ­ g una fijeza, sino q u e , así com o adem ás d el concurso actual u n o s re q u ie re n la m oción y otros el com plem ento de v irtu d , u n o p o d ría exigir esas tres cosas y o tro p o d ría, a su capricho, agregar u n a c u a rta , com o es bastan te evidente d e suyo. 22. L a segunda razó n es que n a d a p u e d e re q u e rirse com o p rin cip io esen­ cial n i tam poco com o condición necesaria del p rin cip io esencial; luego de n in ­ g ú n m o d o ; luego el concurso d e la causa p rim era , e n cu an to tal, no re q u ie re nada p o r m odo d e p rin c ip io , sino ú n icam en te p o r m o d o de acción. L as conse­ cuencias son ciaras p o r enum eración suficiente. L a m ayor q u e d a b a sta n te p ro ­ b ad a con la refu tació n d e la opinión a n te rio r. L a m e n o r d ebe d em ostrarse con el m ism o razonam iento, o con u n o pro p o rcio n al. E fectivam ente, así com o la causa segunda e n su o rd e n p u e d e estar com pleta e n su v irtu d activa, así ta m ­ b ié n exige ciertas y d eterm in ad as condiciones necesarias, en el m ism o o rd en , p a ra o b ra r; y suponem os que las posee todas, c u an d o tratam o s p recisam en te de la necesidad del concurso de la causa p rim e ra . P o rq u e si falta alg u n a d e ellas, será preciso q u e , si la causa h a d e o b ra r, a n tes se le añ ad a dicha condición m e­ d ian te la eficiencia d e la causa p rim e ra , y a sola, ya con o tra causa se g u n d a ; ahora b ien, esa n ecesid ad n o se sigue e n v irtu d del co ncurso o de la d e p e n d e n ­ cia con respecto a la causa p rim e ra , sino de u n defecto especial. C onsiguien­ tem en te, así com o la causa com pleta en v irtu d no necesita de o tro com plem ento de v irtu d , igu alm en te la causa com pleta e n las condiciones preexigidas p a ra o b ra r en su ord en n o p re e x ig e n in g u n a n u eva condición. P ero afirm ar que, a p a rte de esas condiciones conocidas p o r nosotros, q u e las causas segundas p u ed en a d q u i-

et clarius in solutionibus argumemorum. tiae sunt clarae ex sufficienti enumeratone. Consequentia vero probatur, turn quia na­ Maior satis probata est refutando priorem tura abhorret quidquid superfluum est, teste sententiam. Minor vero eodem seu propor­ etiam Aristotele, I de Caelo, c. 4, et aliis tional! discursu demonstranda est. Nam, sic­ locis; turn etiam quia rationes praecedenti ut causa secunda in suo ordine potest esse sectione factae pro sententia Dimandi pro- completa in virtute agendi, ita requirit cer­ bant solam illam efficientiam primae causae tas et determinates conditiones necessarias esse coniungendam causae secundae ad ac­ in eodem ordine ad agendum, quas omnes tionem eius, quae per se fuerit necessaria habere supponimus quando de necessitate ad essentialem dependentiam omnis entitatis concursus primae causae praecise disputavel modi realis a primo ente; tum denique mus. Nam si quae illarum desit, necessaquia alias nullus esset status, sed quacum- rium quidem erit, si causa illa operatura que re posita posset quis aliam adiungere, est, ut conditio àia prius adiungatur per et sicut praeter actualem concursum requi- efficientiam primae causae, vel solam vel runt alii motionem, alii complementum vir- cum alia causa secunda; dia tamen necestutis, posset aliquis illa tria postulare, et sitas non est ex vi concursus aut dependenalius pro suo arbitratu posset quartum quip- tiae a prima causa, sed ex peculiari defectu. Sicut ergo causa completa in virtute non piam adiungere, ut per se satis constat. 22. Secunda ratio est quia nihil potest indiget alio complemento virtutis, ita causa requiri ut principimn per se, nec etiam ut completa in conditionibus praerequisitis ad conditio necessaria principii per se; ergo agendum in suo ordine nullam novam connullo modo; ergo concursus primae causae ditionem praerequirit. Dicere autem praeter ut sic nihil requirit per modum principii, eas conditiones nobis notas, quas causae se­ sed solum per modum actionis. Consequen- cundae possunt per se vel per alias secun-

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Disputaciones metafísicas

rir p o r sí m ism as o p o r-o tra s causas segundas, req u ieren alguna o tra condición oculta, q u e sólo p u e d e n tener p o r influjo de la causa prim era , así com o se dice g ratu itam en te, así tam b ién se d esprecia con facilidad, puesto que n o se apoya e n n in g u n a a u to rid a d o ra z ó n d e cierto valor o im portancia. 2 3. S i las causas segundas son aplicadas a obrar por la prim era, y de que m o d o .— S e resuelve una objeción.— P ero, adem ás, podernos d em o strar positi­ vam ente que no p u e d e excogitarse n in g u n a condición sem ejante, discurriendo a través d e las c u a tro que se h a n in d icad o en los argum entos antes aducidos. E fectivam ente, en p rim e r lu g a r, esta condición se denom inaba aplicación de la causa segunda a obrar. P ero no so tro s suponem os y a realizada to d a aplicación q u e nos sea c o n o cid a ; y esta aplicación consiste, bien en alguna m oción local, bien en u n a acción v ita l o anim al, com o cuando la causa final es aplicada m e­ d ian te e l conocim iento o ¡a potencia m o triz m ed ian te el apetito. D e donde re­ sulta q u e , así com o esta aplicación consiste en alguna acción real, igualm ente n o p u e d e darse sin la eficiencia d e la causa p rim e ra , de ordinario m ediante las causas segundas, y en casos ex traordinarios p o r sí m ism a. A hora b ien , fuera de éstas, ¿ q u é o tra aplicación p u e d e darse? P o rq u e si es eficiencia real, será m o­ vim iento o m u tació n real d e la causa segunda. E ntonces, ¿ q u é térm in o tiene? N o local, n i de o tro género fu e ra d e la cu alidad, com o parece evidente. T a m ­ poco p u e d e ser u n a c u a lid a d ; pu es, si esa cualidad se d a com o v irtu d activa, ya n o es sólo u n a condición, sino u n p rin cip io esencial de acción, y se rep iten las razo n es ad u cid a s an terio rm en te. Y si se d a p a ra q u e ¿ o o b re n ad a, es im pro­ ced en te para o b ra r y n o es posible d a r ra z ó n d e p o r q u é se le llam a condición necesaria. S e d irá q u e es necesaria p a ra asociar el agente segundo al prim ero, com o el in stru m e n to a la causa principal. P ero estas cosas y otras sem ejantes, q u e p u e d e n decirse verbalm ente, n o p u e d e n explicarse e n la rea lid a d , p u esto q u e esa asociación no es n i u n a u n ió n real n i u n a presen cia m ás ín tim a , sino sólo u n cierto efecto nuevo, cuyo oficio y cuya n ecesidad p a ra la acción de la causa segunda investigam os. 2 4. T am p o co cabe decir q u e e l térm in o de aquella m utació n , q u e se llam a aplicación, es la m ism a acción de la causa seg u n d a; n o sólo p o rq u e u n a acción

das causas comparare, requirere quamdam aliam occultam conditionem, quam ex solo indimi causae primae habere "possunt, sicut gratis dictum èst, ita facile contemnitur, quoti nulla auctoritate vel ratione alicuius ponderis vel momenti nitatur. 23 . An et qudliter causae secundae a pri­ ma applicentur ad agendiim.— Obiectio dissolvhur.— Sed ulterius positive estendere possumus nullahs talem conditionem esco­ gitati posse discurrenti'- per illa quatuor quae in argumentis sup... factis tacta sunt. Primo enim appellabatur haec conditio ap­ plicatici causae secundae ad agendum. At nos supponimus applicationem otnnem nobis notara iam fàctam; consistit autem haec applicano, vel in aliqua motione locali, vel in actione vitali seu animali, ut quando cau­ sa finalis applicatur per cognitionem vel potentia motiva per appetitum. Quo fit ut, sìcut haec applicatio consistit in aliqua reali actione, ita esse non possit sine efficientia causae primae, ordinarie quidem per causas secundas, extraordinarie autem per seipsam.

At vero praeter has, quaenam alia esse pos­ set applicatio? Nam si est realis efficientia, erit realis motus vel mutatio causae secun­ dae. Quem ergo terminum habet? Non lo­ calem, nec alterius generis extra qualìtatem, ut per se notimi videtur. Neque etiam esse potest qualitas aliqua; nam, si illa qualitas datur ut virtus agendi, iam non est coDditio tantum, sed principium per se actionis, et redeunt rationes superius factae. Si vero datur ut nihil agat, impertinens est ad agen­ dum, nec reddi potest ratio cur dicatur con­ ditio necessaria. Dices esse necessariam ut coniungat secundum agens primo, ut in­ strumentum principali causae. Sed haec et similia, quae verbis dici possunt, in re explicari non possunt, quia illa coniunctio ne­ que est aliqua realis unio neque intimior praesentia, sed solum novus quidam effectus, cuius officium et necessitatelo ad ac­ tionem causae secundae inquirimus. 24. Nec vero dici potest terminum illius mutationis, quae applicatio dicitur, esse ipsammet actionem causae secundae, tum quia

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n o es térm in o de o tra , com o d iré m ás extensam ente e n la sección siguiente, sino tam bién p o rq u e esa aplicación es u n a m utación e n la m ism a causa segun­ d a , p e ro su acción se encu en tra m uchas veces en el p a c ie n te ; y tam b ién , final­ m ente, p o rq u e se dice q u e ta l aplicación es u n a condición previa a la a c ció n ; luego tam b ién es previo su té rm in o ; p o r consiguiente, así com o en la causa segunda n o hay n a d a real q u e p u ed a ser té rm in o d e d ich a m utación, tam p o co existe ta l aplicación q u e sea en ella algo real previo a la acción. 25. De qué manera mueve la causa primera a la segunda.— C on fó rm u la d istin ta, se llam aba aq u ella condición movimiento por el que la causa primera mueve a la segunda a obrar. Y acerca de este m ovim iento cabe p re g u n ta r, con el m ism o razonam iento, q u é té rm in o tiene y, consiguientem ente, a q u é especie de m ovim iento o m u ta c ió n p erten ece, p u es es preciso q u e to d o m ovim iento real tie n d a a algo y se en c u e n tre en alguna esp ecie; p ero ta l m ovim iento no es lo­ cal, p u e s no es preciso q u e las causas seg u n d as sean som etidas a m u tació n local siem pre que o b ra n ; e n cuanto al m o vim iento en o rd e n a la can tid ad , la cues­ tión es m ás cie rta ; p o r lo q u e respecta a la m u tació n en ord en a la cualidad, tiene igual validez la ra z ó n expuesta acerca de la ap licació n ; p e ro , fu e ra d e es­ tas cosas, n o hay n a d a q u e p u e d a ser p ro d u cid o m ed ian te aquel m ovim iento, com o fácilm ente se p a te n tiz a rá discurriendo a través de todos los géneros d e e n ­ tes. T am p o co p u e d e e se m ovim iento te rm in a r p o r sí m ism o en la p ro p ia acción de la causa segunda, n o sólo p o r las razones aducidas acerca d e la aplicación, sino tam b ién p o rq u e , d e lo contrario, ese m ovim iento ya n o sería u n a condición preexigida p a ra dicha acción, sino q u e sería el paso in trín seco a la acción, p u esto que se dice q u e tal acción es el térm in o p ro p io c inm ediato d e aquel m ovi­ m iento. D e d onde re su lta , adem ás, q u e, así com o se dice q u e el m ovim iento procede d e la sola causa p rim e ra , así ta m b ié n su térm in o , ya q u e el té rm in o procede d e la m ism a causa q u e el p ro c e so ; luego, si la acción de la causa se­ gunda es térm ino in trín se c o d e aquel m ovim iento, p ro v en d rá d e la sola causa prim era, lo cual im plica u n a m anifiesta co n tra d ic c ió n ; p u e s, ¿cóm o es acción de la causa segunda, si p ro ced e de la causa p rim e ra sola? Y si se dice q u e la acción d e la causa seg u n d a n o es té rm in o in trín seco d e tal m ovim iento, sino más b ie n ex trínseco o rem o to , n ecesariam ente h a b rá q u e asignar o tro té rm in o

una actio non est terminus alterius, ut se® quenti sectione latius dicam ; tum etiam quia illa applicatio est mutatio in ipsa causa se­ cunda, actio vero eius saepe est in passo; tum denique quia illa applicano dicitur es­ se conditio praevia ad actionem; ergo et terminus eius est etiam praevius; sicut ergo in causa secunda nihil est reale quod talem -mutationem terminare possit, ita ñeque est talis applicatio quae sit aliquid reale in ipsa praevium ad actionem. 25. Qualiter prima causa moveat secundam.— Alio modo appellabatur ilia conditio motus quo causa prima movet secundam ad agendum. Et de hoc mom eodem discursu inquirí potest quem terminimi habeat, et consequenter ad quam speciem moms vel mutalionis pertineat, quia necesse est omnem motum realem ad aliquid tendere et in aliqua specie esse; talis autem moms non est localis, quia non est necesse causas se­ cundas localiter mutari quandocumque agunt; de morn vero ad quantitàtem certíor res est; de mutatione autem ad qua-

litatem procedit eodem modo ratio facta de applicatione; praeter haec tamen nihil est quod per ilium motum fieri possit, ut fa­ cile patebit discurrendo per omnia genera entium. Nec vero potest file motus per se terminari ad ipsammet actionem causae secundae, tum propter rationes factas de ap­ plicatione, tum etiam quia alias iam file mo­ ms non esset conditio ’ad illam actionem praerequisita, sed esset intrinseca via ad il­ lam actionem, quandoquidem ilia actio dicitur esse proprius et ¡mmediatus terminus films motus. Ex quo ulterius fiet ut, sicut file moms dicitur esse a sola prima causa, ita et terminus eius, nani ab eadem causa est terminus a qua est via; ergo si actio causae secundae est intrinsecus terminus filius moms, erit a sola causa prima, quod involvit apertam repugnantiam ; quomodo enim est actio causae secundae, si est a sola prima? Quod si dicatur actionem causae se­ cundae non esse intrinsecum terminum fi­ lms moms, sed potius extrinsecum seu re­ motum, necessario assignandus erit alius ter-

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Disputaciones metafísicas

in trín seco y p ro p io - p e ro el razonam iento' q u e hem os hecho d e m u e stra suficien­ tem e n te que n o puede" señalarse n in g u n o . 26. Cómo es excitada la virtud de la causa segunda por la primera.— E n te rc e r lu g ar, se daba a aquella condición el n o m b re d e excitación de la virtud. Y si se afirm a q u e ésta tien e lu g a r p o r verdadera y real acción de la causa p ri­ m era sobre la segunda o sobre su v irtu d , m ed ian te dicha acción se in tro d u cirá alg u n a m utación en la causa, y a ella p o d rá aplicarse to d a la argum entación q u e acabam os d e h acer. P e ro si tal excitación n o se realiza p o r verd ad era y real acción sobre la causa segunda, entonces ya n o se opera sobre la causa segunda n a d a que se com porte p o r m odo de p rin cip io , q u e es lo q u e p retendem os. Y, adem ás, falta q u e los au to res q u e hem os citado a rrib a , y q u e exigen tal excitación, e x p liq u en cóm o se p ro d u ce la excitación d e la v irtu d sin acción o p o r denom ina­ ción extrínseca, com o d icen, y cuál es 3a n ecesid ad , proveniente d e la causa p ri­ m era, d e ta l excitación, a p a rte de aquella o tra q u e p u e d e p ro ced er d e la causa seg unda. P ara q u e se com p ren d a m ejo r esto, adviértase q u e la excitación de la p o te n c ia p a ra o b ra r se en c u e n tra pro p ísim am en te e n las potencias d el alm a, pero en c ierto m o d o se extiende a algunas v irtu d es n atu rales, q u e n o o b ra n si p re ­ viam ente n o se h a n alterado sus sujetos, com o la p im ie n ta n o calienta si n o es tritu ra d a , y u n a cosa olorosa, en m u chas ocasiones, n o exhala olor si antes n o se h a calentado. 27 . A sí, p u e s, esta alteración p re v ia suele llam arse excitación d e la virtud en se n tid o m e ta fó ric o ; p e ro , en rea lid a d , es, o bien u n com plem ento d e la vir­ tu d m ed ian te u n a cu alid ad añadida, o bien u n a aplicación o disposición del agente para q u e p u ed a e m itir p o r sí m ism o a lg ú n vap o r o exhalación m ediante la cu al obra, com o cuando la cosa olorosa se en rarece p o r calentam iento, puede exhalar m ás fácilm ente el olor, y así e n otros casos. M as la excitación d e la causa p rim e ra n o p u e d e ser sem ejante a esta excitación n a tu ra l p o r alteración previa, ya q u e n i siem pre es necesario el com plem ento d e la v irtu d en la causa segunda, com o se h a d em o strad o , n i tam poco u n a disposición m a te ria l; p o rq u e en m u­ chas causas segundas n o es n ecesaria, com o re su lta evid en te en el fuego que calienta, en el sol q u e ilu m in a y e n el ángel q u e m ueve el cielo ; y , cuando es

minus intrinsecus et proprius; nullum au- propriissime inveniri in potentiis a n im a r, tem assignari posse, discursus a nobis fac- extendi tamen aliquo modo ad nonnullas tus sufficienter ostendit. virtutes naturales, quae non agunt nisi prius 26. Virtus secundae causae a prima quo- alterentur earum subiecta, ut piper non camodo excitetur.— Tertio, vocabatur ilia con­ lefacit nisi conteratur, et res odorifera saeditio exdtaüo virtutis. Quae si ponatur fieri pe non rnittit odorem nisi prius calefiat. per veram et realem actionem causae primae 27. Haec ergo alterano praevia solet dici in secundam vel in virtutem eius, fiet per excitatio virtutis per metaphoram; re tamen illam- actionem aliqua mutatio in causa, de vera est aut complementum virtutis per qua procedet tota argumentatio proxime qualitatem additam aut applicano vel dis­ facta. Quod si non sit illa excitatio per ve­ posino agentis ut ex se emittere possit varam et realem action-' in causam secun­ porem vel exhalationem aliquam qua me­ dam, iam nihil agitui ju ^ausa secunda quod diante sgit, ut dum res odorifera per calese habeat per modum principii, quod inten- facrionem rarefit, facilius potest exhalare dimus. Et praeterea explicandum superest odorem, et sic de aliis. Excitatio autem cauillis auctoribus supra a nobis citatis, qui ta- sae primae Don potest esse similis huic na­ lem excitationem requirunt, quomodo ex­ turali per alterationem praeviam, quia nec citatio virtutis fiat sine actione aut per de- complementum virtutis est semper necessanominationem, ut vocant, extrinsecam, et rium in causa secunda, u t ostensum est, quae sit necessitas talis- excitationis prove- neque edam disposino aliqua materialis; niens a sola causa prima, praeter omnem nam in multis causis secundis- necessaria illam quae esse potest proveniens a causa non est. ut est evidens in igne calefaciente, secunda. Et ut hoc ampfius intelligatur, ad- sole illuminante, et angelo movente caelum, verte excitationem potentiae ad operandum et ubi est necessaria, per alias causas secun-

Disputación X X II.— Sección

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necesaria, suele ser p ro d u c id a p o r otras causas segundas, y n o perten ece a la subordinación d é la causa seg u n d a con re sp e c to a la prim era . 2 8. A hora b ie n , la excitación d e las p otencias d el alm a se hace d e dos m a­ n eras. U na, p o r el objeto, ya sea en el g én ero de la eficiencia, com o e n las po­ tencias cognoscitivas, ya sea en el género d e la finalidad, com o e n las apetitivas. Y tam b ién es e v id en te q u e la causa p rim e ra n o excita con esta clase de excita­ ción a la segunda en v irtu d d el concurso general, p u e sto q u e m u chas causas segundas no son capaces d e excitación o b je tiv a ; y las q u e son capaces, n o siem ­ p re son m ovidas p o r la causa p rim e ra e n calidad de objeto. T am poco la causa p rim e ra , en v irtu d d e su com etido g eneral, tien e q u e aplicar los objetos exci­ tan tes si n o es co n c u rrie n d o con las causas segundas. E n cuanto a las o b ras de la gracia, D ios, c ie rtam en te, excita a los h o m b res d e u n a m an era p e c u lia r; sin em bargo, dicha excitación n o perten ece al concurso de la causa p rim e ra , sino q u e es para su p lir o ay u d ar la im perfección d e alg u n a causa seg u n d a ; d e esta clase d e excitación d iv in a tra ta n especialm ente los teólogos al estu d iar la gracia. D e otro m o d o se realiza la excitación sobre las p otencias d e l alm a m e­ d ia n te cierta eficiencia cuasi m oral, p o r la n a tu ra l sim patía q u e tien en , ya q u e están radicadas en la m ism a esencia del alm a, con su bordinación e n tre sí, y ésta suele llam arse ta m b ié n m oción o aplicación d e u n a p o te n c ia p o r otra, al m o d o com o la potencia m o to ra existente en los m úsculos es excitada o aplicada p o r el ap e tito , y se dice q u e la volu n tad m ueve d e esta m an era todas las p otencias d el alm a. M as tam p o co este género de excitación tiene lu g a r en la causa segunda con respecto a la p rim e ra , n o sólo p o rq u e in clu y e in trín secam en te u n m o d o vi­ tal d e o brar, sino ta m b ié n p o rq u e re q u ie re la u n ió n d e la facultad m o to ra y de la m ovida en u n m ism o p rin c ip io rad ical. C on esto p arecen q u e d a r excluidos todos los m odos de ex citació n q u e nosotros podem os explicar o a lca n zar; fingir alg ú n o tro m odo inefable y reclam ar el asentim iento al m ism o, es ajeno a to d a razó n , p u e sto que n i la fe cristiana lo enseña, n i se explica su razó n o n ece­ sidad. 29 . Se objeta un cierto modo según el cual se dice que Dios aplica las causas segundas.— P ero a lg u ien p u e d e d ecir q u e e n tre la causa p rim e ra y la

das fieri solet, nec pertinet ad subordina- per naturalem sympathiam quam habent, ex eo quod in eadem essenda animae radicantionem causae secundae respectu primae. 28. Excitatio autem potentiarum animae tur, cum subordinatione inter se, quae etiam duobus rnodis fit. Uno, ab obiecto, vel in dici solet motio ve! applicatio unius potengenere efficientis, ut in potentíis cognosci- tiae per aliam, quo modo potentia motiva tivis, vel in genere finis, ut in appetitivis. existens in musculis excitatur vel applicatur Et hoc genere excitationis etiam est per se per appetitum, et voluntas dicitur hoc modo notum primam causam non excitare secun- movere omnes animae potentias. Sed neque dam ex vi generalis concursus, quia multae hoc genus excitationis habet locum in causa causae secundae non sunt capaces obiectivae secunda respectu primae, tum quia intrinexcitationis; quae vero capaces sunt, non sece includit vitalem modum operandi, tum semper moventur a causa prima ut ab ob­ etiam quia requirit coniunctionem facultatis iecto. Ñeque etiam causa prima ex suo ge­ moventis et motae in eodem radicali prinnerali muñere habet applicare obietta exci- cipio. Atque ita videntur exclusi omnes modi tantia nisi concurrendo cum causis secundis. excitationis quos possumus nos explicare aut Ad opera vero gratiae excitat quidem Deus assequi; fingere autem aliquem alium inefhomines peculiari modo; verumtamen illa fabilem, eiusque fidem petere, cum nec chrisexcitatio non pertinet ad concursum causae tiana fides ilium doceat, nec ratio aut néces­ primae, sed ad supplendam vel iuvandam sitas illius reddatur, ab omni ratione alieimperfectionem alicuius causae secundae; de num est. 29. Obiicitur quidam modus quo Deus quo genere divinae excitationis peculiariter disputant theologi in materia de gratia. Alio applicare dicitur causas secundas.— D ice re modo fit excitatio circa potentias animae vero quis potest re p e riri in te r causam p ri­ per quamdam efficientiam quasi moralem. m am et secundam quam dam sym pathiam

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Disputaciones metafísicas

seg u n d a se d a c ie rta sim patía p roveniente, no d e la radicación d e las potencias en u n a m ism a esencia, sino d e la esencial su b o rd in ació n d e la causa segunda a la p rim e ra y d e l suprem o dom inio d e la p rim e ra sobre la segunda. Sem ejante sim p atía p u e d e consistir en q u e, al q u e re r D ios q u e la causa segunda obre, in ­ m ediatam ente se sigue, p o r u n a consecución n ecesaria, q u e la causa segunda opera, n o p o rq u e reciba en sí algo e n v irtu d de aquella v o lu n tad , sino p o rq u e la obedece en seguida o b ra n d o , igual q u e la p o ten cia m o to ra obedece al ape­ tito . C o nsiguientem ente, cabe decir q u e m e d ia n te esta v o lu n ta d D ios aplica, m ueve o esc ita a la causa seg u n d a a o brar. Y com o ese q u e re r de D ios in te r­ viene siem pre e n e l concurso con la cau sa segunda, p o r eso se dice q u e la causa p rim e ra co n c u rre excitando a la c a u s a . segunda. Sin em bargo, este m odo de ex p resarse, sea v erd ad ero o falso, n o p e rten ece a la p resen te c u e stió n ; po rq u e a q u í sólo tra ta m o s del concurso ex te rn o y tra n se ú n te , y esa excitación, ex­ p licad a del m o d o dicho, ú n icam en te se realiza p o r u n q u e re r in te rn o . A dem ás, en v irtu d d e aq u ella v o lu n ta d la causa segunda n o recib e en sí n ad a p o r m odo d e p rin cip io o condición necesaria p a ra o b rar, q u e es d e lo q u e ah o ra tratam os. P o r co n siguiente, en el sen tid o en q u e discutim os al presen te, en la causa se­ g u n d a n o se p ro d u c e n in g u n a excitación en v irtu d del solo concurso d e la causa p rim e ra . Si d ic h o m odo de excitación es v erd ad ero , p o r ser u n p u n to difícil y n ecesario p a ra c o m p letar esta m ateria, se explicará en la sección 4. 30. E n c u a rto lugar, se decía q u e aquella condición necesaria es la deter­ minación de la causa segunda por la eficiencia de la primera. P ero ésta no es m ás p ro b a b le q u e las dem ás y, a rg u m en tan d o en sentido general, si se dice que esta d e te rm in a c ió n . tiene lu g ar p o r v erd a d e ra acción de la causa p rim e ra en la seg unda, re c o b ra n vigencia los a rg u m en to s antes aducidos d e q u e tal acción in­ fiere a la causa seg u n d a u n a m u ta c ió n , sin q u e p u e d a asignarse térm in o alguno d e d ic h a m u ta c ió n . D e m an era especial, la necesid ad d e sem ejante p red e te rm i­ n a c ió n es n u la e n las causas segundas q u e o b ra n n a tu ralm en te, p o rq u e éstas se e n c u e n tra n , p o r su n a tu raleza, determ in ad as a u n a sola co sa; y tal d eterm in a­ ción la re c ib ie ro n de D io s, n o p o r concurso, sino p o r in fu sió n y conservación de sem ejan te n a tu ra le z a . E n este sentido hab la S anto T o m ás, I, q . 105, a. 1,

ortam non ex radicatione potentiarum in eadem essentia, sed ex essential! subiectione •causae secundae ad primam et supremo dominio primae in secundam. Consistere autem potest huiusmodi sympathia in hoc quod, volente Deo ut causa secunda opere­ tta, statim necessaria consecutione causa se­ cunda agit, non quia in se aliquid recipiat ex vi illius voluntatis, sed quia statim illi obedit age” '1 sicut potcntia motiva obedit appetitui. Per i._nc ergo voluntatem d id pot­ est Deum applicare, movere, vel excitaxe causam secundum ad agendum. Et quia illud velle Dei intervenit semper in concursu cum causa secunda, ideo prima causa dicitur concurrere excitando causam secundam. Verumtamen hie dicendi modus, sive sit verus sive falsus, non pertinet ad praesentem quaestionem; hie enim solum agimus de concursu externo et transeunte; ilia autem excitatio tali modo explicata solum fit per velle internum. Item ex vi illius voluntatis nihil in se recipit causa secunda per modum principii vel conditionis necessariae ad agen-

dum, de quo nunc agimus. Ergo, eo modo quo nunc disputamus, nulla excitatio fit in causa secunda ex vi solius concursus causae primae. An vero file modus excitationis verus sit, quia punctus est difficilis et necessarius ad complementum huius materiae, in sectione 4 explicabitur. 30. Quarto, dicebatur ilia conditio neces­ saria determinado causae secundae per efjecdonem primae. Haec autem non est probabilior quam reliquae, et generatim argu­ mentando, si haec determinado dicitur fieri per veram actionem primae causae in secun­ dam, redeunt argumenta supra facta, quod ilia actio inferat mutationem in causam se­ cundam, cuius mutationis nullus terminus assignari potest Specialiter vero, haec necessitas talis praedeterminationis nulla est in causis secundis naturaliter agentibus, quia illae natura sua sunt determinatae ad unum; quam quidem determinationem acceperunt a Deo non per concursum, sed per influxum et conservationem talis naturae. Quo sensu loquitur D. Thomas, I, q. 1O5, a. 1,

■D is p u ta c ió n X X I I . — S e c c ió n I I

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a d 3. P ero form alm en te tales causas tienen e sta d eterm in ació n p o r su n a tu raleza in trín seca. P o r eso, d e sd e este p u n to de vista suele decirse q u e la causa seg u n d a d e te rm in a el concurso d e la p rim e ra a la acción específica, m ás b ie n q u e ser d e te rm in a d a p o r ella, com o p arece expresarse S anto T o m á s, In II, d ist. 1, q . 1, a. 4, c., y ad 3, y en I cont. Gent., c. 66 , razó n 5, d o n d e d ic e : Los agentes

segundos vienen a ser como particularizantes y determinantes de la acción del primer agente. Y se tom a de D ionisio, c. 4 De divinis nominibus, d o nde afirm a q u e la acción de D ios es, d e suyo, in d ifere n te, p e ro q u e varía según la d iv er­ sidad de los sujetos y de las causas. Y se dice q u e las causas p articu lares d e ­ te rm in a n el concurso, n o p o rq u e para ello realicen algo previo, p u e s ¿ q u é p o ­ d ría n h a c e r? ; tam poco p o rq u e D io s n o lo d ete rm in e p o r su v o lu n tad , cosa q u e ex­ plicarem os e n la sección 4 ; sino p o rq u e e sta causa exige, p o r su n atu raleza, este concurso m ás bien q u e .o tr o , y D ios se acom oda a la n atu raleza de cada u n a , y p o r ello suele d ecirse asim ism o q u e esta determ in ació n , en cu an to proviene d e la causa segunda, se e n c u e n tra e n el género d e la causa m aterial. C onsiguien­ tem en te, en estas causas q u e o b ra n de m a n e ra n a tu ra l, no es necesaria aquella condición p re v ia q u e se den o m in ab a p re d eterm in ació n . Y si h ay ocasiones en q u e estos agentes n atu rales, p o r ra z ó n de su v irtu d u niversal d e o b rar, tie n e n alguna indiferencia e n la fa c u lta d d e realizar cosas específicam ente diversas, h ab lan d o en sentido n a tu ra l y físico, siem pre son d eterm in ad as a u n solo efecto especí­ fico, b ie n p o r sí m ism as, b ie n p o r el concurso d e otras causas, ya sea d e la m a ­ terial, ya sea d e las coeficientes, seg ú n se h a explicado a n tes, d isp . X V III, sec. 1. 31. De qué modo es determinada la causa segunda por la primera a un efecto individual.— F in a lm e n te , a u n q u e concedam os (lo cu al es pro b ab le) que la causa seg u n d a es d e te rm in a d a p o r la p rim e ra e n cu a n to a la sin g u larid ad de la acción o d el efecto, com o afirm an los n o m in alistas y n o so tro s h em os consi­ derado p ro b a b le en lo q u e p reced e, n o es n ecesario im ag in ar q u e d ic h a d e te r­ m inación se lleve a cabo m ed ian te alg u n a acción d e la cau sa p rim e ra sobre la segunda, co n cretam en te añ ad ie n d o algo a su v ir tu d ; es m ás, apenas p u ede e n -

secunda, esse in genere causae materiali?. In his ergo causis naturaliter agentibus non est necessaria illa conditio praevia quae praedeterminatio dicebatur. Quod si interdum haec naturalia agenda propter vim agendi universalem habent indifferentiam aliquam in facilitate agendi res specie diversas, naturaliter ac physice loquendo, sem­ per determinants ad unum effectum in specie, vel ex se vel ex concursu aliarum ticulantes et determ inantes actionem p rim i causarum, aut materialis, aut coefficiendum, agentis. Et sumitur ex Dionysio, c. 4 de Divinis nominibus, dicente Dei actionem ex ut supra, disp. XVIII, sect. 1, declaratum se esse indifferentem, variari autem ex di- est. 31. Q uom odo secunda causa ad indiviversitate subiectorum et causarum. Dicuntur autem causae particulares determinare con­ d u u m effectu m a prim a determ inetur .— Decursum, non quia ad hoc efficiant aliquid nique, ctiamsi demus (quod probabile est) praevium ; quid enim possunt? ; neque quia quoad singularitatem actionis vel effectus determinar! causane secundam a prima, ut Deus voluntate sua illum non determinet quod declarabimus sectione 4 ; sed quia haec nominales affirmant, et in superioribus nocausa natura sua postulat hunc concursum bis probabile visum est, non oportet fingere potius quam alium, Deus autem sese accomillam determinationem fieri per aliquam acmodat naturae uniuscuiusque, et ideo etiam donem causae primae in secundam, addendo dici solet haec determinano, ut est a causa1 oimirum aliquid virtuti eius; immo vix pot-

ad 3 . Formaliter vero hanc determinationem habent talcs causae ab intrinseca natura. Unde sub hac considerinone dici solet cau­ sam secundam determinare concursum pri­ mae ad speciem actionis, potius quam de­ terminati ab illa, ut videtur loqui D. Tho­ mas, In II, dist. 1, q. 1, a. 4, in corpore, et ad 3, et I cont. Gent., c. 66 , ratione 5, ubi dicit: S ecu n d a agenda su n t quasi par-

1 Las demás ediciones leean aquí illu m determ inet, pero nos parece bien fundada la corrección introducida por la de Colosino (N. de los EE.).

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D is p u ta c io n e s m e ta fís ic a s

te n d e rse de este m odo, p o rq u e ta m b ién lo q u e se añadiera sería, d e suyo, in d i­ fe re n te p a ra p ro d u c ir m u ch o s in dividuos sem ejan tes; p o rq u e n in g u n a cosa d o ­ ta d a de v irtu d activa en alguna especie es d eterm in ad a p o r sí m ism a a p ro d u ­ c ir ú n icam en te u n indiv id u o , com o se p ate n tiz a d iscu rrien d o p o r todas las vir­ tu d e s n atu rales. S i alguno exceptuase, de m an era m u y p e c u lia r, esta entidad o v irtu d q u e la causa p rim e ra añ ad e a la segunda, lo h aría sin fu n d am en to y se e n red aría sin m otivo en m uchas dificultades. S erá, p u e s, p reciso confesar q u e , siem pre q u e varía la acción d el agente n a tu ra l e n diversos tiem pos, o so­ b re diversos sujetos, varían tam b ién aquellas en tid ad es p re d e te rm in a n te s q u e la cau sa segunda recib e de la p rim e ra . Y , de m odo sem ejante, si el fuego calienta sucesivam ente, tam bién d ebe re c ib ir y p ad e c e r de m an era c o n tin u ad a algo por lo q u e sea d eterm in ad o a tal acción sucesiva. P o r ú ltim o , o ese m odo d e de­ term in ació n es superíluo, o h a b rá q u e a d m itir q u e la facu ltad n a tu ra l es de suyo suficiente p a ra la ra z ó n específica del efecto, m as n o para su singularidad. Y q u e aquello q u e se añ ad e confiere v irtu d p a ra la sin g u larid ad , resu lta inin­ teligible, p u e sto que e n el efecto, ta l com o se p ro d u c e e n la realid ad , n o se d istin g u e la ra z ó n específica y la singular. 3 2. S in em b arg o , debe decirse q u e esa d eterm in ació n se realiza suficiente­ m e n te p o r la predefinición v o lu n taria d el concurso divino. Y así el fuego, por ejem p lo, es in d ife re n te p a ra p ro d u c ir este o aq u el calor, n o n eg ativ a o privati­ vam ente, e s d ecir, p o rq u e n o te n g a v irtu d com pleta en su género p a ra ambos, sin o positivam ente, p o rq u e , en cu a n to causa próxim a, posee suficiente poder p a ra am bos y n o está d eterm in ad o a n in g u n o ; p e ro D ios, p o r su voluntad, de­ te rm in a c o n c u rrir con él a éste m ás b ie n q u e a otro, y esto b a sta para que del fuego p ro ced a este efecto n u m érico m ás b ie n q u e otro. C onsiguientem ente, no es necesaria ta l condición p re d e te rm in a n te , q u e sea una re a lid a d recib id a en la m ism a causa segunda. 33. D e lo dicho sobre los agentes n a tu ra le s se infiere q u e sem ejante con­ d ició n es m u ch o m enos necesaria e n las causas segundas lib re s, e n v irtu d de

est hoc modo intelligi, quia edam illud ad­ ditimi de se erit indifferens ad plura indi­ vidua similia facienda; nulla enim res quae in aliqua specie vim habet activam deter­ minate ex se ad unum tantum Individuum efficiendum, ;ut patet discurrendo per omnes viriutes naturales. Si quis autem vel peculiariter exciperet hanc entitatem vel virtutem quam causa prima addit secundae, gratis id assereret, et sine causa multis implicabitur difficultatibus. Oportebit enim fateri, quoties variate actio agentis naturalis diver'" -mporibus, vel circa diversa subiecta, vanari etiam illas entitates praedeterminativas quas in se recipit causa secunda a prima. Et similiter, si ignis successive calefacit, continue etiam aliquid debet in se recipere et pati quo determinete ad illam successivam actionem. Denique, vel super­ flu e est ille modus determinationis, vel fatendum erit facultatem natealem esse suffìcientem de se ad specificata rationem effectus, non vero ad singularitatem eius. Illud vero additum d ee vim ad singularitatem

. . .....

non est intelligibile1, cum in effectu, prout in re fit, specifica et singularis ratio non distinguatur. 32. Dicendum est ergo illam determinationem sufficienter fieri per voluntariam praefinitionem divini concursus. Itaque ignis, verbi gratia, indifferens est ad hunc vel il­ ium calorem faciendum, non quidem nega­ tive seu privative, id est, quia ad neutrum habeat completami virtutem in suo genere, sed positive, quia ad utrumque est satis potens in ratione causae proximae et ad neu­ trum dererminatus ; Deus autem sua volun-' tate statuit cum ilio concurrere ad hunc potius quam ad albini, et hoc satis est ut ab igne procedat hic effectus numero potius' quam alius. Non est ergo necessaria talis conditio praedeterminans, quae sit res aliqua, recepta in ipsa causa secunda. ;■ 33. Ex his autem quae de naturalibus. agentibus diximus, colligitur huiusmodi con-;, ditionem multo minus esse necessariam in; causis secundis liberis ex vi subordinatioms«

..............w?|

No tiene sentido, en el presente contexto, la expresión “quod est inintelligibUe.^ que aparece en otras ediciones. (N. de los EE.) 1

D is p u ta c ió n X X I I . — S e c c ió n I I

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la esencial subordinación y d ependencia de la causa seg u n d a con resp ecto a la p rim era . P o rq u e , d e sd e este p u n to de vista, ex iste la m ism a ra z ó n p a ra la d e­ p en dencia de la causa lib re q u e d e la necesaria con resp ecto a la causa p ri­ m era. P o r ta n to , si e n la causa q u e o b ra d e m an era n a tu ra l q u ed a suficientem en­ te salvada aquella d ep en d en cia p o r el concurso, que consiste en la acción, ta m ­ bién se salvará en la causa lib re. N i es necesaria tal condición e n la causa lib re por su p ecu liar m o d o d e o b rar, p u es, a u n cu an d o la vo lu n tad , p o r ejem plo, q u e es u n a potencia lib re , sea d e suyo in d ife re n te , p u e sto s todos los req u isito s, para o b ra r o n o o b rar, sin em bargo, en realid ad es ta n p o te n te p a ra o b ra r com o si n o tuviese o tra fa c u lta d ; e inversam ente, es ta n p o te n te para n o o b ra r com o si n o p u d iese hacer o tra cosa. A sí, p u e s, tien e p le n a p o te sta d p a ra am bas cosas y p a ra cada u n a . d e e lla s; luego, así com o otros agentes, p o r la p o te sta d q u e tien en p a ra u n a sola cosa, p u e d e n realizarla c o n e l concurso com ún y sin a q u e ­ lla previa condición p re d e te rm in a n te , igu alm en te el agente lib re , p o r la p o te s­ tad que tien e p a ra v arias cosas, p u e d e h acer,' con el concurso co m ú n , u n a de ellas (p o rq u e n o s referim o s a los actos contenidos d e n tro del ord en n atu ra l) sin dicha condición. Y e stá ta n lejos de oponerse a esto la peculiar condición e indiferencia de la lib e rta d , q u e m ás bien rad ica en ello su excelencia y dom inio sobre su acción. 34. P o r eso, c u a n d o se dice q u e u n a . fa c u lta d in d eterm in ad a n o p u ede re a 'liz a r u n acto o efecto d e term in ad o , ello se cum ple, a lo sum o, e n u n a potencia de ta l m anera in d ife re n te a varias cosas, q u e sea p o r sí m ism a in co m p leta e insuficiente p a ra cada u n a d e ellas, y esa indiferencia, en cuanto ta l, es pasiva e im p erfe cta m ás b ie n q u e activa y p e rfe c ta ; p o r ello, tal in diferencia suele llam arse n egativa. E n cam bio, cu an d o la p o ten cia es in d ife re n te p o r su com ­ pleto p o d e r p a ra u n a y o tra d e dos cosas opuestas, y p o r el dom inio sobre su propio acto, m u y b ie n p u e d e realizar, a u n q u e en acto p rim e ro se encuentre indeterm inada e in d ife re n te , u n efecto o acto segundo d eterm inado, d eterm in án ­ dose a sí m ism a en o rd e n a él. P o rq u e ésta es su p ro p ia v irtu d y p o testad , de la cual le viene el se r lib re ; de esa m anera, tam b ién la divina v o lu n tad es in ­ diferente p a ra m u ch o s objetos o efectos creados, y se d ete rm in a a sí m ism a en

et dependentiae essentialis causae secundae a prima. Nam eiusdem rationis est quoad hoc dependenria causae liberae ac necessariae a prima causa. Unde si in causa naturaliter agente sufficienter salvatur ilia dependentia per concursum, qui in actione consistit, edam salvabitur in causa libera. Nec vero ob peculiarem modum agendi cau­ sae liberae est in ea talis conditio necessa­ ria, quia, licet voluntas, verbi gratia, quae est potetela libera, sit ex se indifferens, positis omnibus requisites, ad agendum et non agendum, tarnen revera est tarn potens ad agendum ac si non haberet alteram facultatem; et e converso tarn potens est ad non agendum ac si nihil aliud posset. Itaque ad utrumque et ad singula habet plenam potestatem; ergo, sicut alia agenda, per potestatem quam habent ad unum, possum 11lud exsequi cum communi concursu absque illa praevia conditione praedeterminante, ita agens liberum, per potestatem quam habet ad plura, potest cum communi concursu aliquod eorum exercere (loquimur de actibus

intra ordinem naturae contentis) absque illa conditione. Tantmnque abest ut peculiaris conditio et indifferentia libertatis ad hoc obsit, ut potius in hoc sit posita eius excellentia et dominium in suam actionem. 34. Unde, cum dicitur facultatem indeterminatam non posse determinatimi actum vel effectum efficere, ad summum habet lo­ cum in potentia ita indifferenti ad plura, ut sit per se incompleta et insufficiens ad sin­ gula, quae ut sic magis est indifferentia pas­ siva et imperfecta quam activa et perfecta; propter quod talis indifferentia dici solet ne­ gativa. At vero, quando potentia est indifferens per completano vim ad utrumque oppositorum et per dominium in suum actum, opiime potest, quamvis in actu primo sìt indeterminata et indifferens, determinatimi effectum seu actum secundum efficere, sese ad ilium determinando. Haec est enim pro­ pria vis et potestas eius, a qua habet quod libera sit; sicut edam divina voluntas est indifferens ad plura obiecta vel effectus creatos, et ipsa se determinat ad aliquod eorum;

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o rd e n a alguno de ellos; y d e e sta eficacia y dom inio h a re c ib id o u n a partici­ p ació n la v o lu n ta d creada, a u n q u e d iste m u ch o de ella e n su perfección y en su m odo. E fectivam ente, la v o lu n ta d in cread a es in d ifere n te p a ra m uchos ob­ je to s fuera de sí, pero n o p a ra m u c h o s actos de q u erer o d e n o q u e re r, m ien­ tra s q u e la v o lu n ta d creada es asim ism o in d ife re n te p a ra m u ch o s actos. A dem ás, la v o lu n ta d in cread a se d e te rm in a sin q u e se le añada u n n u ev o acto, y la c read a p o r u n n uevo acto. F in a lm e n te , la v o lu n ta d in cread a n o d e p e n d e de otro en s u d eterm inación, y la creada d e p en d e al m enos d e l co n cu rso d e la causa p rim e ra ; sin em bargo, con dicho concurso, p u e d e de igual m a n e ra q u e re r las cosas q u e so n p ro p o rcio n ad as a e lla y d eterm in arse a tales cosas. 3 5. L a predeterminación física inferiría necesidad a la causa libre, tanto en cuanto al ejercicio como en cuanto a la especificación.— P o r eso añado que a q u ella c o n d ició n llam ada p re d e te rm in a c ió n n o sólo no es n ecesaria a la causa lib re p o r su p e c u lia r m o d o de Obrar, sino q u e in clu so le re p u g n a p o r ese m o­ tiv o , si h a d e o b ra r lib re m e n te e n cu an to al ejercicio y la especificación; por­ q u e el uso d e la lib e rta d q u e d a ría im p ed id o , en lo co n cern ien te a am bas par­ tes, p o r ta l p re d e te rm in a c ió n . Se explica esto, p rim e ra m e n te , p o r lo que hace a la especificación d e l acto , p u e s com o se dice q u e sólo la p rim e ra causa rea­ liza esta p re d e te rm in a c ió n , la v o lu n ta d se e n c u e n tra ú n icam en te e n p o ten cia pa­ siva p a ra e lla ; p o r ta n to , n o es lib re con resp ecto a la m ism a, sino que es in­ d ife re n te p a siv a o negativ am en te, ig u al q u e la m ate ria lo es p a ra o tras form as; p o rq u e en la p o te n c ia pasiva e n cu a n to ta l n o h ay lib e rta d , según dem ostram os an tes. P o r c o n sig u ie n te , n o d e p e n d e d e la p o te s ta d activa y lib re d e la volun­ ta d el re c ib ir e sta o a q u e lla d e te rm in a c ió n ; lu eg o , c u an d o es d ete rm in a d a a un solo acto, p u e d e re a liz a r ése y n o o tro , y a q u e tam poco p u e d e llevarlo a cabo si n o es d e te rm in a d a a él, n i p u e d e hacer q u e sea determ in ad a a o tro , sino que esto d e p e n d e d e la sola v o lu n ta d del a g en te extrínseco. P o r ta n to , n u n c a es p ró ­ xim a y a c tiv a m e n te in d ife re n te p a ra varios actos, es d ecir, e n cu an to a la espe­ cificación d e l a c to . E sta ú ltim a co nsecuencia es clara, p o rq u e la v o lu n tad , antes d e re c ib ir d ic h a p re d e te rm in a c ió n , es p e rfe c ta y activam ente in d ifere n te para c u a lq u ie r a c to , p u e s si ta l p red eterm in ació n es necesaria, sin ella n o está com-

huius enim ■efficaciae et dominii participa- determinationem impediretur. Quod primo tionem accepit voluntas creata, quamvis Ion- declarator in indifferentia quoad specifica­ ge imparem in perfectione et modo. Nam tionem actus, nam cum sola prima causa incíeata voluntas est indifferens ad plura dicatur efficere hanc praedeterminationem, obiecta extra se, non vero ad plures acnis voluntas tantum est in potentia passiva ad volendi vel nolendi, voluntas autem creata illam; unde respecto illius non est libera, etiam ad plures actus est indifferens. Dein- sed est passive seu negative indifferens, si­ de increata voluntas determinatur sine novo cut materia ad alias formas; nam in po­ actu illi addito, creata vero per novum ac­ tentia passiva ut sic non est libertas, ut su­ tum. Ac denique voluntas increata non pen- pra ostendimus. Non est ergo in potestate det ab a,;-> in sua determinatione, creata activa et libera voluntatis ut hanc vel illam vero penaci ,altem a concursu primae cau­ determinationem recipiat; cum ergo ad sae; cum eo tamen, sicut potest velie ea unum tantum actum determinetor, ilium quae sibi proportionata sunt, ita et ad ea potest efficere et non alium, quia nec potest ilium efficere nisi ad ilium determinetor, se determinare. 35. P ra ed eterm in a tio physica causam li­ neque edam potest efficere ut ad alium de­ berar» necessitaret, e t quoad exerd tiu m et terminetor, sed hoc est in sola voluntate quoad sp e cific a tio n e m .— Unde ulterius ad­ extrinsecl agentis. Ergo nunquam est pro­ do, illam conditionem quae praedetermina­ sarne et active indifferens ad plures actus, tio dicitur non solum non esse necessariam seu quoad specificationem actus. Patet baec causae liberae ob peculiarem modum agendi ultima consequentia, quia voluntas, ante recius, verum edam illi ob eam causam re­ ceptam hanc praedeterminationem, ad neu­ pugnare, si libere quoad exercitium et spe- troni actom est perfecte et active indifferens, cificationem operatura est; nam usus liber- quia si illa praedeterminatio est necessaria, : tatis quoad utramque partem per talem prae- sine illa non est completa vis agendi cum ì

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p le ta la v irtu d activa con to d o s los req u isito s previos p a ra o b ra r, com o re su lta necesario p a ra la lib e rta d . 36. T am poco d e p e n d e d e la volu n tad el ten er e sta determ inación; o u n a m ás b ie n que o tra ; efectivam ente, ¿qué hará p a ra ello , si n a d a p u ed e hacer n o estan d o p red ete rm in a d a ? O tam b ién , si recibe d eterm in ació n p a ra q u e re r u n o b je to m alo, ¿ p o r q u é se le va a im p u ta r el n o re c ib ir d eterm in ació n p a ra n o q u e re rlo ? P ues tam p o co p u e d e im p u társele p o r ra z ó n d e alg ú n acto an terio r, no sólo p o rq u e p u e d e su ceder q u e n o haya p reced id o nin g u n o , sino ta m b ié n p o rq u e aquél n o p u d o realizarse sin o tra pred eterm in ació n , a p ro p ó sito d e la cual vuelve a p la n te a rse la m ism a dificultad*. N i p u e d e asim ism o im p u tarse p o r causa d e la priv ació n d e algún acto, ya p o rq u e tam p o co d e p en d e de ella la pred eterm in ació n p a ra ta l acto n i, consiguientem ente, se le p u e d e im p u ta r la carencia d e acto, y a q u e , en general, la p rim e ra raíz d e no o b ra r en la v o lu n ­ tad , in clu so p u esto s otros req u isito s previos, consiste en q u e no recibe esta p re ­ determ in ació n , p o rq u e si la recibiese, o p e ra ría ; ya ta m b ié n p o rq u e n o siem pre an tecede a u n acto m alo positivo la carencia d e u n acto a n terio r debido, sino q u e , sim ultáneam ente, al eleg ir u n o se om ite e l otro. Y , p o r ú ltim o, en ta l p ro ­ ceso n o se p u e d e lle g a r al infinito, sino q u e h ay q u e d eten e rse en algunos actos p rim ero s, de los cuales la v o lu n tad hace u n o volu n tariam en te y om ite el otro. Y acerca de ellos n o p u e d e explicarse de q u é m an era d ep en d e de la v o lu n tad la p red eterm in ació n pasiva p a ra u n o m ás b ie n que p a ra otro. C onsiguientem en­ te, si ta l pred eterm in ació n fuese necesaria, desaparecería la indiferencia en c u a n ­ to a la especificación del acto. 37. D e ah í se concluye, adem ás, q u e tam b ién q u ed a elim inada en cu an to al ejercicio del acto. P o rq u e , com o se h a explicado, si aquella p red e te rm in a c ió n es necesaria, antes de re c ib irla no depende d e l p o d e r activo y lib re de la vo lu n ­ ta d e l realizar tal acto, ya q u e todavía no es potencia p róxim a, es d ecir, com ­ pleta y con todos los re q u isito s previos p a ra o b ra r; tam poco es u n po d er activo rem o to (por así decirlo), p o rq u e la v o lu n ta d n o tien e p o te sta d para hacer algo con lo que se ap liq u e esa condición o p re d e te rm in a c ió n , sino q u e ú n icam en te se e n c u e n tra en p o ten cia pasiva p a ra ella, p o ten cia q u e n o basta p a ra la lib e rta d ;

omnibus praerequisitis ad agendum, sic® ad Übeltätern necessarium est. 36. Ñeque etiam est in manu voluntatis habere hanc determinationem, vel unam potius quam aliam; quid enim ad hoc faciet, cum tacere nihil possit nisi praedetenninata? Vel, si recipit determinationem ad volendum malum obiectum, cur ei imputabitur quod non recipiat determinationem ad nolendum iUud? Ñeque enim illi potest imputari prop­ ter aliquem priorem actum, tum quia fieri potest ut nuilus praecesserit, turn etiam quia file fieri non poiuit sine alia praedeterminatione, de qua eadem redit difficultas. Ñeque etiam potest imputari propter privationem alicuius actus, tum quia nec praedeterminatio ad ilium actum est in potestate eins, et consequenter nec carentia actus potest illi imputari, quia in universum prima radix non operandi in volúntate, etiam positis aliis praerequisitis, est quia non accipit hanc praedeterminationem, nam si illam reciperet, operaretur; turn etiam quia non sem­ per ad actum malum positivum antecedit ca-

rentia prioris actus debiti, sed simul dum unus eligitur, alius omittitur. Ac denique in eo progressu non est procedendum in infi­ nitum, sed sistendum in aliquibus actibus primis, quorum unum voluntas voluntarie efficit, alium omittit. Et in illis explicari non potest quo modo praedeterminatio passiva ad unum potius quam ad alium sit in potestate voluntatis. Si ergo talis praedeterminatio ne­ cessaria esset, tolleretur indifferentia quoad specificationem actus. 37. Atque inde ulterius concluditur tolli etiam quoad exercitium actus. Nam, ut de­ claration est, si praedeterminatio illa est ne­ cessaria, ante illam receptam non est in po­ testate activa et libera voluntatis talem ac­ tum exercere, quia nondum est potentia proxima, id est, completa et cum omnibus prae­ requisitis ad agendum; etiam non est potestas activa remota (ut ita dicam), quia non est in potestate voluntatis aliquid facere quo illa conditio seu praedeterminatio adhibeatur, sed solum est in potentia passiva ad illam, quae non sufficit ad libertatem; quae

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to d as estas cosas ya se h a n explicado y dem ostrado suficientem ente. P o r otra p a rte , puesta e n la v o lu n tad esa condición que se llam a p red eterm in ació n , no es posible q u e ella n o ejerza su a cto ; n i p u e d e re sistir a su d eterm in ació n o m o c ió n : luego n u n c a tiene p o testad d e realizar o n o realizar el a c to ; luego desaparece la indiferencia en cu an to al ejercicio, q u e consiste e n dicha p o testad. E l an tecedente e s cierto según la opinión q u e im pugnam os, ya q u e se d ice q u e esta p red e te rm in a c ió n p e rte n e c e a l concurso actual d e D io s. P o r ello, así com o es im ­ p o sib le q u e D ios concurra con la v o lu n tad y que ésta no o b re, es ig u alm en te im po­ sible q u e la v o lu n ta d reciba sem ejante p red eterm in ació n y n o pase a la operación. E sto es claro p o r el m ism o n o m b re d e p re d e te rm in a c ió n ; p o rq u e , si d espués de re c ib ir la pred eterm in ació n p u e d e la v o lu n tad no o b rar, supongam os q u e no ope­ ra ; lu eg o en to n ce s a ú n p erm anece in d ifere n te p a ra o b ra r o n o o b ra r; luego necesita una p red eterm in ació n p a ra o b ra r, y era falso q u e h u b iese recib id o una pred eterm in ació n . 38. Se refuta la respuesta de algunos a nuestras razones.— Q u izá diga al­ guno q u e, d espués de re c ib ir la p red eterm in ació n , la v o lu n tad p u e d e , ciertam en­ te , no obrar, pero no q u ie ra ad m itir q u e no haya de o b ra r d e h e c h o , porque, a u n cu an d o p u e d a , n u n ca se co m p o rta así. P e ro esto es a rb itra rio y se afirma ilógicam ente. E n p rim e r lu g a r, p o rq u e , si p u e d e con u n a v erd ad era potestad q u e sea suficiente para la lib e rta d , ¿ q u é razón h ay p a ra afirm ar q u e esa potes­ ta d no se ejerce n u n ca? E n segundo térm in o , p o rq u e la conexión e n tre esa p re ­ d eterm in ació n y la operación es ta n necesaria q u e resu lta n a tu ra lm e n te im posi­ ble separar ésta de a q u é lla ; es m ás, incluso ellos d icen q u e im plica contradic­ ción, com o e l estar sim u ltá n e a m e n te d eterm in ad o e in d ete rm in a d o con respecto a u n a m ism a cosa, o q u e e l ag en te m u ev a y e l pacie n te n o sea m o v id o ; luego la v o lu n ta d n o tiene p o te s ta d p a ra re s istir a la actividad d e esta p red eterm in a­ ción, p o rq u e n o tiene p o te s ta d p a ra lo im p o sib le ; luego es falso q u e, puesta la p red eterm in ació n , p u e d a n o o b ra r. F in a lm e n te , p o rq u e si la v o lu n tad puede no q u e re r aquello p a ra lo cu al e stá p re d e te rm in a d a , o eso o cu rre p o rq u e puede realizar el acto opuesto, y esto n o , com o re su lta ev id en te p o r la dem ostración de la p rim e ra p a rte , p u e sto q u e eso p e rte n e c e ya d e alguna m an era a la indife-

omnia satis dedarata et probata sunt. Rursus, posita in voluntate ilia conditione quae praedeterminatio dicitur, fieri non potest quin ipsa exerceat actum; nec potest resi­ stere determination! seu motioni eius; ergo nunquam hàbet potestatem exercendi et non exercendi actum; ergo tollitur indifferentia quoad exerdtium, quae in hac potestate consiatit. Antecedens certum est in ea opinione quam impugnamus, nam haec praedetermi­ natio dicitur i— tinere ad actualem concursum Dei. Unac, .'.cut impossibile est Deum concurrere cum voluntate, et ipsam non ope­ rati, ita impossibile est voluntatem redpere illam praedeterminationem et non prodire in opus. Et ex ipso nomine praedeterminationis id constat; nam si post receptam prae­ determinationem potest voluntas non operari, ponamus non operati; ergo tunc adhuc manet indifferens ad operandum et non operandum; ergo indiget praedeterminatione ut opcretur, et falsum erat accepisse praedeterminationem. 38. R esponsio aliquorum ad n o stra s rationes refutatur .— Fonasse quis dicet, post

acceptam praedeterminationem posse quidem voluntatem non operati, nolet tamen admittere, de facto non operaturam, quia licet possit, nunquam ita se gerit. Sed hoc frivolum est, et non consequenter dictum. Primo quidem, quia si potest vera potestate quae ad libertatcm sufficiat, unde affirmari potest illam potestatem nunquam exerceri? Secundo, quia tam est necessaria connexio inter illam praedeterminationem et operationem, ut naturaliter impossibile sit hanc separati ab illa; immo et ipsi aiunt implicare contradictionem, sicut esse simul determi­ natimi et indeterminatum respectu eiusdem, vel agens movere et passum non moveri; ergo non est in voluntate potestas ad resistendum activitati huius praedeterminationis, quia non est in ea potestas ad impossibile; ergo falsum est, posita praedeterminatione, posse non operati. Tandem, quia si voluntas potest non velie id ad quod praedeterminatur, vel id est quia potest habere actum oppositum, et hoc non, ut patet ex probatione prioris partis, quia iam id spectat aliquo mo­ do ad indifferentiam quoad specificationem;

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r e n d a en cu an to a la especificación, o se d ebe a q u e p u e d e su sp e n d e r el acto, y e sto tam poco, p o rq u e la v o lu n ta d n o p u e d e re sistir a la eficacia d e d ic h a p re ­ determ in ació n . N i q u e d a ésta su b o rd in ad a al uso d e la lib e rta d , sino q u e m ás bien la su b o rd in a a sí m ism a ; lu eg o de n in g ú n m o d o se e n c u e n tra en la v o lu n ­ ta d tal p o te sta d n i, co n sig u ien tem en te, la lib e rta d e n cu a n to al ejercicio. 39. E sto q u e d a confirm ado asim ism o p o r la definición q u e antes h em o s d ado de poten cia lib re , a sab er, q u e p e rten ece a la ra z ó n de ella el p o d e r o b ra r o n o o b ra r, p u e sto s to d o s los req u isito s previos p a ra o b ra r; p o rq u e a h o ra se dice q u e u n a condición n ecesaria es la p re d e te rm in a c ió n h ech a por la causa p rim e ra , p u esta la cu al la v o lu n ta d no p u e d e o b rar o n o o b ra r, sino sólo o b ra r ; luego op era sin lib e rta d en cu an to al ejercicio y d e m an era necesaria. Y no im p o rta q u e esa n ec e sid a d se d esprenda de u n a suposición, p u e sto q u e ta l su ­ posición es an tec ed en te a to d o u so de la lib e rta d y p ro ced e e x trín sec am en te, com o se h a explicado d e m an era suficiente; p o rq u e tal suposición, si im p rim e necesid ad , infiere u n a n ecesid ad absoluta y elim ina la lib e rta d , d e acu e rd o c o n la d o c trin a de A nselm o y otros expuesta m ás arrib a. P o r eso, te n ía ra z ó n E s­ coto al d ecir, In IV, d ist. 49, q . 6, § Dúo ergo, q u e la lib e rta d d e la v o lu n ta d desaparece si es p re d e te rm in a d a a u n a sola cosa p o r alg ú n h á b ito in h e re n te ; con e l n o m b re d e h á b ito d eb e en tenderse to d o lo q u e an tec ed e al acto seg u n d o p o r m o d o de p rin c ip io o acto p rim e ro ; p o rq u e p a ra cada u n o de ellos vale la m ism a razón. 40. C on esto, fin alm en te, p u e d e n confirm arse am b as p a rte s com o s ig u e : el q u e la v o lu n ta d d e suyo in d ife re n te p a ra varias cosas sea física e in trín se c a ­ m en te d eterm in ad a a u n a d e ellas n o es sino q u e re r esa c o sa; luego ta l p re d e ­ term in ació n tam poco p u e d e ser p reexigida p a ra q u e re r, n i p u e d e p ro v en ir, de m anera to talm en te e x trín sec a, d e la sola causa p rim e ra ; p o rq u e el q u e re r no se d a e n nosotros sin n o so tro s; y, a u n cu an d o concediéram os q u e ello sería posible d e potencia ab so lu ta , al m enos n o p o d ría su c e d e r q u e fuese lib re u n q u e re r ta l q u e , con re sp e c to a él, la v o lu n tad se c o m p o rtara de m o d o m e ram en te pasivo. Se p ru e b a el antecedente- p o rq u e e n la v o lu n ta d n o existe n a d a sino com o acto segundo o p rim e ro , sin q u e p u e d a p en sarse algo in te rm e d io e n tre éstos, n i A ristóteles o alg ú n o tro filósofo lo d e sc u b rió ; co n sig u ien tem en te, o esa p re -

vel id est quia potest suspendere actum, et hoc etiam non, quia non potest voluntas re­ sistere efficacitati illius praedeterminationis. Neque ìUa subditur usui libertatis, sed illam potius sibi subdit, ergo neutro modo est in voluntate illa potestas, et consequenter nec libertas quoad exercitium. 39. Quod etiam confirmatur ex defmitione potentiae liberae supra tradita, scilicet, de ratione illius esse ut, positis omnibus praerequisitis ad agendum, possit agere et non agere; nam in praesenti una conditio necessaria esse dicitur praedeterminatio facta a prima causa, qua posita non potest volun­ tas agere et non agere, sed agere tantum; ergo sine libertate quoad exercitium et ex necessitate agit Nec refert quod illa néces­ sitas sit ex suppositione, nam illa suppositio est antecedens omnem usum libertatis et ab extrinseco proveniens, ut satis declaratum est; talis autem suppositio, si necessitatem inferat, inducit necessitatem simpliciter et tollit libertatem, iuxta doctrinam Anseimi et

aliorum in superioribus declaratam. Ideoque merito dixit Scorns, In IV, dist. 49, q. 6 , §'D uo ergo, libertatem voluntatis tolli, si aß aliquo habitu inhaerenti praedeterminetur ad unum; nomine autem habitus intelligendum est quidquid per modum principii seu actus primi antecedit actum secundum; nam de quolibet huiusmodi eadem est ratio. 40. Unde tandem potest utraque pars ita confirmari, quia voluntatem de se indiffe­ rentem ad plura physice et intrinsece determinari ad unum eorum nihil aliud est quam velie illud; ergo nec potest talis praedeter­ minatio esse praerequisita ad volendum, nec potest omnino ab extrinseco provenire a sola causa prima; quia velie non est in nobis sine nobis, et licet daremus de potentia ab­ soluta id fieri posse, saltern non posset fieri ut illud velie esset liberum, ad quod volun­ tas mere passive se. haberet. Antecedens probatur, quia in voluntate nihil est nisi aut actus secundus aut primus, neque inter haec potest excogitan medium; neque ab Aristo41

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d e term in ació n es acto segundo, y lo llam am os q u e re r, co m p ren d ien d o bajo él el n o q u e re r y otros actos sem ejantes, o es acto p rim e ro , y entonces, o se su b o rd in a al u so d e la vo lu n tad , y ya n o la p re d e te rm in a , com o es cierto q u e o c u rre con to d o s los h á b ito s ex istentes en la v o lu n tad , o hace q u e la v o luntad se so m eta a ella y a su eficacia n ecesitan te, con lo q u e im p id e el uso d e su lib e rta d . A ñádase q u e es in a u d ito q u e e n la v o lu n tad se d é u n acto p rim e ro q u e n o sea h á b ito de la m ism a ; y n o p u e d e explicarse con razó n alguna p a ra q u é es necesario tal acto p rim e ro , so b re to d o en el o rd e n d e los actos natu rales, com o a h o ra hablam os. 4 1. N o se m e oculta q u e e n este lu g a r se ofrece ocasión d e tra ta r m u ch í­ sim as d ificultades co ncernientes al lib re alb ed río , e n p a rtic u la r las q u e discu­ te n lo s teólogos acerca d e la p rescien cia d iv in a, la predefinición, la p red estin a­ c ió n y la gracia, y, especialísim am ente, aquella q u e consiste en el auxilio eficaz. P e ro ya advertim os antes q u e en e ste lu g a r n o tratam o s n ad a de las acciones so b ren atu rales n i de la eficacia d e la gracia, sino ú n icam en te del concurso ge­ n e ra l d e la causa p rim e ra con las se g u n d a s; y negam os q u e esa p red eterm in a­ ción sea necesaria p a ra él, o q u e sea posible arm onizarlo, en las causas libres, con el ejercicio de la lib e rta d de éstas. A pesar de to d o , es cierto q u e D ios tiene p rescien cia e te rn a de todas las cosas que se realizan en el tie m p o ; p o rq u e no se p ro d u cen sin que E l obre, y E l n o obra sino lo que conoce, ya q u e opera m ed ian te el e n te n d im ie n to ; p e ro n o conoce n a d a e n el - tiem p o , sino desde la e te rn id a d ; ah o ra bien, ese conocim iento no exige u n a p red e te rm in a c ió n física d e las causas, sipo la presciencia e te rn a de to d o lo q u e sucede en el tiem po. D e m a n e ra sem ejante, es cierto q u e D ios, con su v o lu n ta d e te rn a , p u e d e p redefinir los efectos co n gruentes con s u p rovidencia, y ta m b ién que p u e d e m over las voluntades d e los h o m b res ado n d e q u iere, cu an d o q u ie re y com o q u ie re ; y que d e esta m an era p u ed e asim ism o o to rg ar a los h o m b res, y m u chas veces lo hace, auxilios eficaces de la gracia seg ú n la m edida d e su v o lu n ta d ; p e ro estas cosas n o p erte n e c e n al concurso g e n e ra l; cóm o se lleven a cabo, co rresp o n d e a los m isterios so b ren atu rales d e la teología. L o único q u e creem os es q u e p a ra todas

tele aut alio philosopho inventimi est; ergo vel illa praedeterminatio est actus secundus, et ilium appellàmus velie, sub quo et nolle et similes actus comprehendimus ; vel est actus primus, et sic aut subditur usui vo­ luntatis, et ita non praedeterminat illam, ut veruni est de omnibus habitibus in voluntate existentibus, aut subdit illam sibi suaeque neces- '■’e efficacitati, et ita impedii usum libertaria eius. Adde inauditum esse in voluntate actum primum qui non sit ha­ bitus eius; nullaque ratione declarari posse ad quid talis actus primus necessarius sit, praesertim in ordine naturalium actuum, ut nunc loquimur. 41. Video offerri hoc loco occasionerà tramandi quamplures difficultates ad libertatem arbitrii pertinentes, praesertim illas quae apud theologos de divina praescientia, praedefinitione, praedestinatione et grada, et de illa maxime quae in efficaci ausìlio consisrit, disputantur. Sed iam praemisimus hoc loco nihil nos agere de aedonibus supernaturalibus nec de efficacia gradae, sed solum de

generali concursu primae causae cum secundis; ad quem negamus illam praedeterminadonem esse necessariam, aut in causis liberis posse in concordiam redigi cum usu libertads earum. Nihilominus tamen, verum est Deum habere aetemam praesciendam omnium quae in tempore fiunt; quia non fiunt sine ipso agente, et ipse non agii nisi quae cognoscit, quia per intellectum operatur; non cognoscit autem quidquam ex tem­ pore, sed ex aetemitate; ea autem cognido non requirit physicam praedeterminationem causarum, sed aetemam praesciendam om­ nium quae in tempore sunt. Similiter verum est Deum posse sua voluntate aeterna praedefinire effectus suae providentiae consentaneos ; posse item voluntates hominum mo­ vere quo vult, et quando, et quomodo vult; atque ita posse edam et saepe conferre hominibus auxilia efficacia gradae iuxta mensuram voluntatis suae; sed haec non perti­ nent ad concursum generalem. Quomodo au­ tem fiant, ad supematuralia theologiae mysteria pertinet. Id unum credimus, ad ea om-

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ellas n o es n ecesaria la pred eterm in ació n física del lib re alb ed río , n i algo se­ m ejante q u e lesione la lib e rta d de alb ed río ; p e ro de e sto tratam o s en o tro lu g ar. 42. S i la subordinación de la causa segunda a la primera subsiste sin la determinación física.— E n q u in to lu g ar, se decía q u e aquella condición e ra n e ­ cesaria p o r razó n d e la subordinación d e la causa seg u n d a a la p rim e ra , com o si no p u d ie ra en te n d e rse la v erd ad era su b o rd in ació n sin alguna im p resió n (por así decirlo) de la causa p rim e ra sobre la seg u n d a, q u e venga a se r com o el u so de la m ism a. S in em b arg o , los argum entos aducidos bajo el n o m b re de m oción, aplicación, etc., son válidos acerca de cu alq u ier im p resió n real o q u e se designe con cu alq u ier o tro té rm in o . A dem ás, d em u estro com o sigue q u e esto n o sirve d e n ad a p a ra la su b o rd in a c ió n : cabe e n te n d e r u n a d o b le subordinación e n tre la causa p rim e ra y la se g u n d a ; u n a es radical o ap titu d in al, y consiste ú n icam en te en q u e la causa se g u n d a n o es ap ta para o b ra r sino e n d ep en d en cia d e la causa p rim e ra . L a raíz d e esta subordinación, p o r p a rte d e la m ism a causa segunda, es la esencial d ep en d en cia que tiene en su ser con re sp e c to a D ios. P o r p a rte de cu alq u ier efecto o acción q u e p u e d e e m a n a r de la causa seg u n d a, la ra íz está en ser u n ente p o r p articip ació n , el cual sólo p u e d e p ro c e d e r d e l e n te p o r esen ­ cia. A sí, pu es, p a ra esta subordinación es necesaria aq u ella acción d e la causa p rim e ra sobre la seg u n d a p o r la q u e le d a y le conserva el ser y la v irtu d d e o b ra r; p e ro basta ella, y n in g u n a o tra es esencialm ente n ecesaria, p o rq u e en v ir­ tu d d e ésta q u ed a establecida to d a la ra íz y causa d e dicha subordinación en acto p rim ero . 4 3. L a otra es la su b o rd in ació n e n acto segundo. Y q u e ésta tam poco exige u n a nueva acción p o r la q u e la causa p rim e ra confiera a la seg u n d a algo p o r m odo d e p rin cip io actual, com o suele d ecirse, lo d e m u e stro d e dos m odos. P ri­ m ero , p o rq u e e sta su b o rd in ació n actual n o e s u n a denom inación in trín seca en la causa segunda, h ab lan d o e n absoluto. L o cual se p a te n tiz a p o r el h echo de q u e consiste ú n icam en te e n q u e la causa segunda d e p e n d a d e la p rim e ra e n el o b ra r; p o r consiguiente, si el m ism o o b ra r e n cu an to ta l n o es u n a den o m in a­ ción in trín seca e n la causa agente, la d ep en d en cia e n el o b ra r en cuanto ta l n o será u n a denom inación in trín seca, sino ex trín sec a, c o n sisten te e n q u e la m ism a

nia non esse necessariam praedeterminationem physicam liberi aibitrii, neque aliquid simile quod arbitrii laedat libertatem; sed de bis alias. 42. Num sine determ inations physica stet subordinano causae secundae ad prim a m .'— Quinto, dicebatur illa conditio necessaria propter subordinationem causae secundae ad primam, quasi non possit vera subordinano intelligi sine aliqua impressione (ut sic di­ cami causae primae in secundam, quae sit quasi usus eius. Verumtamen argumenta fac­ ta sub nomine motionis, applications, etc., procedunt de quacumque reali impressione, aut quavis alia voce significetur. Deinde, quod ad subordinationem nihil hoc deserviat, ita estendo: nam subordinano inter causam secundam et primam duplex intel­ ligi potest. Una est radicalis seu aptitudinalis; quae in hoc tantum consist« quod causa secunda non est apta ad agendum nisi dependenter a causa prima. Radix autem huius subordinations ex parte ipsius causae secundae est dependentia essentialis quam

habet a Deo in suo esse. Ex parte vero cuiuscumque effectus vel actions quae potest manare a causa secunda, radix est esse ens per paxtiripationem, quod non potest esse n si ab ente per essentiam. Ad hanc igitur subordinationem est quidem necessaria illa actio causae primae in secundam qua dat et conservai illi esse et virtutem agendi; illa vero sufficit, neque est alia per se necessa­ ria, quia ex vi huius posita est tota radix et causa illius subordinations in actu primo. 43. Alia vero est subordinano in actu secundo. Quod autem haec etiam non requirat novam actionem qua causa prima con­ ferai secundae aliquid per modum principii actualis, ut vocant, duobus modis ostendo. Prior est, quia haec actualis subordinano non est denominano intrinseca in causa se­ cunda, per se loquendo. Quod patet qma solum in hoc consistit quod causa secunda pendeat a prima in agendo; si ergo ipsum agere ut sic non est denominano intrinseca in causa agente, dependentia in ipso agere ut sic non erit denominano intrinseca, sed

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acción de la causa segunda depende esencialm ente d e la causa p rim e ra com o de fu e n te p rim e ra y prin cip al d e su s e r; luego p a ra q u e la causa segunda, en cuanto ag en te en acto, se su b o rd in e esencialm ente a la p rim era , n o es preciso que re c ib a e n sí algo nuevo p o r m o d o d e p rin cip io , ya que, atendiendo a esta razón, n o se su b o rd in a com o recip ien te, sino com o a g e n te ; luego esta subordinación se en c u e n tra establecida e n la m ism a acción, e n cuanto d ep en d e e se n c ia lm e n te . de la causa p rim era . . 44. E n seg u n d o lu g ar, se explica lo m ism o p o rq u e , a u n cuando adm itam os q u e la causa p rim e ra p ro d u ce algo d e la seg u n d a p o r m o d o d e p rin cip io , toda­ vía la causa segunda, en cuanto m odificada p o r to d o ese p rin cip io entendido precisivam ente, q u e d a su b o rd in ad a a la causa p rim e ra sólo en acto p rim ero ; luego es p reciso q u e en la acción se su b o rd in e actualm ente p o r u n a nueva de­ p en d en cia e n el o brar, com o se h a d em o strad o e n lo q u e p re c e d e ; luego la subordinación a ctu a l d el agente, en cu a n to ag en te , n o consiste e n esa acción prev ia, la cual se ordena solam ente a c o n stitu ir o com pletar el acto p rim e ro ; luego, au n q u e se suponga c o n stitu id o sin dich a acción, p o r la sola efectuación y conservación d e la causa y de su v irtu d , todavía se m a n te n d rá ín te g ra la sub­ ordinación a ctu a l en el obrar. 4 5. E n te rc e r lu g ar, se aclara esto m ism o con e jem p lo s; efectivam ente, el ' calor, verbigracia, se su b o rd in a a la fo rm a del fu eg o en la p ro d u cció n del fuego, no p o rq u e m ie n tra s obra re c ib a e n sí de la fo rm a algo fu e ra d e su en tid ad , sino p o r la d ep en d en cia de la acción con resp ecto a aquellos dos p rincipios, consti­ tu id o s e n tre sí d e ta l su erte q u e u n o está bajo e l otro, es d ecir, es in ferio r a él, p o sterio r a él y d e p en d ie n te d e él. D e m an era sem ejante, e n el o rd e n sobrena­ tu ral, e l sacram ento d el bautism o, p o r ejem plo, e stá su b o rd in ad o a G is t o en el o b ra r, n o p o rq u e e n la acción actual recib a algo e n sí, según la o pinión m ás p ro b ab le. Y fácilm ente p u e d e n en co n trarse otros m u ch o s ejem plos parecidos. Así, p u e s, tam poco e n v irtu d d e la su b o rd in ació n es necesario o po sib le q u e el con­ cu rso d e la causa p rim e ra consista e n algo q u e se confiera p o r m o d o d e acto p rim e ro a la causa segunda en la m ism a acción actual.

estrinseca, in-hoc consistens quod ipsamet actio causae secundae pendet essentialiter a prima causa tamquam a primo ac praecipuo fonte’sui esse; ergo ut secunda causa, quatenus aqtu agens est, essentialiter subordi-. netur primae, non est Decesse ut aliquid novum per modum principii in se recipiat, quia secundum hanc rationem non subordi­ natin' ut recipiens, sed ut agens; ergo sub­ ordinano haec posita est in ipsa actione, quatenus ess- ''iter pendet a prima causa. 44. Secundo idem declarator, nam, licet admittamus causam primam aliquid efficere in secundam per modum principii, adhuc causa secunda, ut affecta toro ilio principio praecise concepto, est subordinata causae primae solum in actu primo; ergo in actio­ ne oportet ut actualiter subordinetur per novam dependentiam in agendo, ut in superiolibus probatum est; ergo subordinano actualis agentis, ut agens est, non consistit in illa praevia actione, quae tantum ad constituendum vel complendum acturu primum pertinet; ergo, quamvis supponatur consti­

tutum sine illa actione, per solam effectionem et conservationem causae ac virtutis eius, adhuc manebit integra subordinano actualis in agendo. 45. Tcrtio declaratur hoc ipsum eitemplis; nam calor, verbi gratia, subordinatin' formae ignis in agendo ignem, non quia ali­ quid in se recipit a forma dum agit, praeter suam entitatem, sed propter dependentiam actionis ab illis duobus principiis ita inter se constitutis ut unum sit sub altero, id est, ut sit inferius ilio, et posterius ilio, et pen­ dens ab ilio. Similiter in supernaturalibus, sacramentimi, verbi grana, baptìsmi est sub­ ordinatimi Christo in agendo, non quia in attuali actione aliquid in se recipiat, insta probabiliorem opinionem. Et similia esem­ pla multa facile possent inveniri. Igitur De­ que ex vi subordinationis necesse est, aut fieri potest, ut ccncursus primae causae consistat in aliquo quod per modum actus pri­ mi detur causae secundae in ipsa attuali actione.

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Se responde a los fundamentos de las otras opiniones 46.

P o r lo d ic h o a l d e m o strar n u e stra opinión, se ha resp o n d id o v irtu a l­ m en te a los fu n d a m e n to s d e la sentencia c o n tra ria ; n o o b stante, para explicar en q u é sentido d e b e n en ten d e rse las locuciones d e a u to res m u y p o n d erad o s, y d e q u é m anera, con el solo concurso c o n sisten te en la acción, se salvan d ichas locuciones y denom inaciones, será preciso re sp o n d e r en p a rtic u la r a cada u n o de ellos.

Exposición del pñncipio siguiente: «La causa segunda no obra sino movida . por la primera» 4 7. A sí, pues, al p rim e ro se dice, en p rim e r lu g ar, q u e el p rin c ip io la causa segunda no obra sino movida por la primera, en te n d id o con ta l p ro p ie d a d q u e la causa, adem ás d e su ser y d e to d a la v irtu d activa co n n atu ral q u e posee, n e ­ cesite u n nuevo m o v im ien to verdadero y re a l recibido e n sí m ism a para o b ra r, es falso, según se dem o stró . Y no aparece profesado en ta l se n tid o p o r A ristó­ teles en n in g ú n lu g a r. P o r ello, ta m b ié n es falso que se fu n d e e n ta l p rin c ip io , así en ten d id o , ya la re d u c c ió n de todos los m ovim ientos al p rim e r m o to r, y a la d e todos los e n te s al p rim e r ente. P o rq u e aquella arg u m en tació n se apoya, bien e n la ex periencia física y en el ord en d e los m ovim ientos sensibles, b ie n e n la pro p o rcio n al d e p e n d e n c ia de todos los efectos con re sp e c to a sus causas, p e ro n o e n aquella m isterio sa prem oción, q u e n o se fu n d a m e n ta e n n in g u n a razó n . C onsiguientem ente, e l razo n am ien to físico d e A ristóteles fu e q u e to d o lo q u e se m u ev e es m ovido p o r otro, y q u e todos los m ovim ientos d e los cuerpos in fe ­ riores se red u c e n d e alg ú n m odo al m otor d e l cielo, p e ro q u e e l cielo m ism o es m ovido p o r o tro ; y d e esta m an era, com o n o se p u e d e p ro c e d e r al infinito, h ay que detenerse e n a lg ú n p rim e r m otor. E l razonam iento m etafísico p ro p o rcio n al será q u e to d o en te q u e no existe p o r sí p ro ced e d e o tro , y este o tro , si n o existe p o r sí m ism o, ta m b ié n ex iste p o r otro, y, n o siendo po sib le p ro c e d e r al infinito-, hab rá q u e detenerse e n u n e n te p o r sí m ism o. Y de m an era pro p o rcio n al p o d rá desarrollarse el ra z o n a m ie n to e n tre lo s ag en te s e n cu an to tales, en v irtu d d e la esencial dependencia q u e hem os ex p licad o ; efectivam en te, el q u e no es agente

Satisfit aliarum cpinionum fundamentís 46. Ex iis quae diximus probando nostram sententiam, virtute responsum est ad fundamenta contrariae sententiae; ut tarnen declaremus quo sensu inteüigendae sint gravium auctorum locutiones, et quomodo cum solo concuisu consistenti in actione salventur locutiones illae ac denommationes, necessarium erit ad singula sigillatim respondere. Exponitur axioma illud: «Causa secunda non agit nisi mota a prima» 47. Ad primum ergo dicitur, primo, axio­ ma illud causa secunda non agit nisi mota a prima, intellectum in ea proprietate quod causa, praeter suum esse et omnem virtutem agendi connaturalem quam habet, indigeat novo motu vero ac reali in ipsa recepto ut agat, íalsum esse, ut probatum est. Ñeque invenitur in eo sensu ab Aristotele alicubi traditum. Unde etiam est falsum in Ulo prin-

cipio sic intelletto fundari, vel reductionem omnium motuum ad primum motorem, vel omnium entium ad primum ens. Nam illa argumentatio fundatur, vel in physica experientia et órdine sensibilium motuum vel in proportional! dependentia omnium effectuum a suis causis, non vero in illa occul­ tissima praemotione, nulla ratione fundata. Itaque discursus physicus Aristotelis fuit omne quod movetur ab alio moveri, omnesque motus inferiorum corporum aliquo modo reduci ad motum caeli, caelum autem ipsum moveri ab alio; atque ita, cum non procedatur in infinitum, sistendum esse in aliquo primo motore. Discursus autem metaphysicus proportionalis erit omne ens quod non est a se manare ab alio, et illud aliud, si non sit a se, rursus esse ab alio, cumque non possit procedi in infinitum, sistendum esse in ente a se. Et proportionali modo pot­ ent discursus fieri inter agentìa ut sic, ex vi essentialis dependentiae a nobis explica-

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p o r sí m ism o, d eb e red u cirse a otro e n el cual se apoye al o b ra r, h asta dete­ n e rse en alg u n o q u e sea agente p o r sí m ism o y n o se apoye en n in g ú n otro. F in alm en te, p u e d e hacerse u n discurso n a tu ra l p o r los m ovim ientos sensibles d e lo s cuerpos del universo, m ediante los cuales estas cosas corpóreas se aplican a o b ra r o a p adecer tal com o es preciso p a ra la conservación d e l u n iv erso ; p o rq u e e sto es señal d e q u e todas estas cosas están g o b ern ad as p o r u n solo p rín c ip e su p re m o ; consiguientem ente, aq u ella proposición, en el sentido in d i­ cado, n i es verdadera n i necesaria p a ra las citadas reducciones. 48. Dónde tiene su origen la expresión sobre la moción de- las causas se­ gundas por la primera.— A sí, pu es, aq u ella p ro posición co n tien e cierta m etá­ fo ra y analogía tom ada d e los in stru m e n to s artificiales, com o d e m u estra m u y b ie n F o n seca, lib. V Metaph., c. 2 , q. 9, sec. 2. E fectivam ente, p o rq u e vem os q u e estos in stru m en to s sensibles, q u e d e p en d en d e nosotros y nos están su b o r­ d inados e n el o brar, n o op eran si n o son m ovidos p o r n o so tro s, p o r eso, para explicar la subordinación y esencial dependencia d e las causas segundas con re sp e c to a la p rim e ra en el o b ra r, se dice q u e las causas segundas no ob ran sino m ovidas p o r la p rim e ra . P ero el sentido p ro p io es q u e n o o b ra n sino ayu­ d ad as p o r la p rim e ra , o (lo q u e viene a ser igual) en calidad d e cooperadoras d e la p rim era . A ñádase, adem ás, q u e es necesario q u e la causa segunda tenga el se r d ad o y conservado p o r la prim era . Y este c o n tin u o influjo del m ism o se r, o d e la v irtu d activa, p u e d e denom inarse com o cierta m oción continua de la m ism a causa segunda p o r la p rim e ra . P o r o tra p a rte , si la causa segunda ne­ cesita u n a n u ev a aplicación lo cal o u n a excitación vital p a ra o b ra r, tam bién la re c ib e d e la causa p rim e ra , y a sea operando m ed ian te causas segundas, ya sea, a veces, d e ella sola; p o rq u e e n m u chas ocasiones o bra así, n o en v irtu d del concurso general, sino p o r a lg u n a p ro videncia especial. E n este sentido se ex­ p re sa la E sc ritu ra en los te stim o n io s allí citados, los cuales, p o r ta n to , no hacen al caso. Y tam b ién e n e ste se n tid o p u ed e verificarse de alguna m anera q u e la causa segunda n o o b ra si n o es m o v id a; p o rq u e , si es esp iritu a l, ob ra p o r una acción in m an en te p re v ia q u e .recibe en sí, con lo cual su fre m u ta c ió n ; y si es corporal, n e cesita la p ro x im id a d local, q u e recib e m ed ian te alg ú n m ovim iento,

secundarum a prima, dicuntur caUsaé secundae non agere nisi motae a prima. Proprius autem sensus est illas non agere nisi adiutas a prima, vel (quod idem est) ut cooperantes primae. Adde praeterea necessarìum esse ut causa secunda habeat esse datum et conservatum a prima. Et hic continuus influxus ipsius esse, vel virtutis activae, potest dici quasi continua quaedam motio ipsius causae secundae a prima. Rursus, si causa secunda indigeat aliqua nova application locali aut excitatione vitali ad agendum, illam edam habet a causa prima, vel per cau48. U nde d ucat originerà lo cu tìo d e m o - sas secundas operante, vel interdum ab ea sola; saepe enim ita operator, non ex vi tione secu n d a m m causarum a p rim a .— Con­ generalis concursus, sed ex aliqua peculiari tine! igitur illa propositio metaphoram et analogiam quamdam sumptam ex artificia- providentla. Quo sensu loquitur Scriptura in testimoniis ibi citatis, quae proinde non sunt libus instrumentis, ut probe notavit Fonse­ ad rem. Atque hoc etiam sensu verificari ca, lib. V Metaph., c. 2, q. 9, sect. 2. Nam, aliquo modo potest causam secundam non quia videmus haec sensibilia instrumenta, agere nisi motam; nam si est spiritualis, quae a nobis in agendo pendent et nobis agit praevia actione immanenti quam in se subordinantur, non agere nisi mota a nobis, recipit, et ita mutatur; si vero sit corporaideo ad explicandam subordinationem et eslis, indiget propinquitate locali, quam recipit ; sentialem dependentiam in agendo causarum tae; nam quod non est agens a se, reducehdum est in aliud in quo nitatur in agen­ do, donee sistatur in aliquo quod a se sit agens“et in nullo alio nitatur. Denique fieri potest discursua naturalis ex sensibilibus motibus corporum universi, per quos res istae corporeae ita applicantur ad agendum vel patiendum sicut necesse est ad conservationem universi: nam hoc est signum haec omnia ab :— ipremo principe gubernari; illa ergo propositio in dicto sensu nec vera est neque ad praedictas reductiones neces­ saria.

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ya sea q u e éste se p ro d u zca entonces, y a sea que p reced iera an terio rm en te. P o r eso, alg u n o s d e lo s au to res citados, sobre to d o S an A gustín, n o dicen q u e las causas segundas sean m ovidas m ien tras o b ra n , o q u e sean m ovidas p a ra o b rar, sino q u e to d a cau sa segunda es activa d e ta l m an era q u e ta m b ié n es pasiva y m óvil con algún m o v im ien to ; p e ro con e s to no ex presan u n a condición que tales causas re q u ie ra n p a ra obrar, sino la im p erfecció n y p o tencialidad q u e tie­ n e n p o r su n a tu raleza. E sto, em p ero , es suficiente para q u e en tendam os q u e d eb e llegarse a alguna causa que obre de tal suerte q u e n o p u e d a p adecer nada.

Se expone la siguiente expresión: «La causa segunda es aplicada por la primera a obrar» 4 9. A l segundo, la proposición la causa segunda es aplicada por la primera, d eb e explicarse de igual m odo que aquella o tra : es movida a obrar. Y , e n v er­ d a d , S an to T o m ás, q u e es el q u e m ás parece h a b e r em pleado aquella expresión, I, q. 105, a. 5, a n te to d o corrige el m ism o térm in o , ya que n o llam a en abso­ lu to a la causa p rim e ra aplicativa, sino cuasi aplicathia de la segunda. A dem ás, en d ic h o lu g ar n o h ace m ención de o tro concurso o m oción, sino ú n icam en te d e esa aplicación. P o r eso, lo q u e en I-H llam ó auxilio de D ios q u e m ueve, en I lo denom inó aplicación de la causa p rim e ra . Y am bas no son o tra cosa q u e el m ism o concurso actu a l, p o r n o decir q u e Santo T o m ás ignoró o silenció tal concurso, cosa q u e es ab su rd a p o r sí m ism a y, adem ás, está en contradicción con e l propio S an to T o m ás, en el citado a. 5 , ad 2, d onde d e tal aplicación con­ cluye q u e es u n a sola e id én tica la acción de la causa p rim era y la de la segun­ d a ; lo cual sólo es cierto p o r razó n del concurso p o r m odo d e acción, com o se explicará en la sección siguiente. 50. P o r ta n to , el m ism o co ncurso .actual e inm ediato de la acción, así com o se llam a m oción e n sentido traslaticio, así ta m b ié n se denom ina aplicación, p a ra ex p resar que es concedido p o r la causa p rim e ra e n cuanto superior, y q u e es p o r ella dirigido y o rdenado a los fines q u e p re te n d e , lo cual constituye u n c ierto género d e aplicación. E sto , y n o o tra cosa, es lo q u e d e m u estra la razón ap u n ta d a en aq u el segundo argum ento. S e e n te n d e rá m ejor la razó n d e aquel

meminit alterius concursus vel motionis, sed tantum illius applicationis. Unde quod in I-II vocavit auxilium Dei movends, in I appellavit applicarionem primae causae. Et utrumque nihil aliud est quam ipse actualis concursus, ne dicamus D. Thomam hunc aut ignorasse aut tacuisse, quod et per se est absurdum et repugnat eidem D. Thomae, dicto a. 5, ad 2, ubi ex illa applica­ tio n concludit unam et eamdem esse actio­ nem primae et secundae causae; quod so­ lum est verum propter concursum per modum actìonis, ut sequenti secdone declarabitur. E x p o n itu r haee lo cu tio : «C ausa secunda ap­ 50. Ipse ergo actualis et immediarus conplicator a p rim a ad a g e n d u m » cursus actionis, sicut per translationem di49 . Ad secundum, ita est explicanda ilia citur modo, ita edam dicitur applicano, ut propositio: C ausa se cu n d a a p p lica tu r a p ri­ significetur dari a prima causa ut a supe­ m a. sicut ilia: M o v e tu r ad a g e n d u m . Et riori, et ab ea dirigi et ordinari ad fines a quidem D. Thomas, qui maxime videtur se intentos, quod est quoddam applications ilia Iocutione usus, I, q. 105, a. 5, imprimis genus. Et hoc probat rado tacta in ilio seipsam vocem corrigit, quia non simpliciter cundo argomento, et nihil aliud. Magisque appellat causam primam a p p lic a n te m , sed intelligetur rado illius vocis seu applicatio­ nis, si distinxerimus duplicem applicarionem, q u a si a p p lic a n te m secundam. Deinde ibi non per aiiquem motum, vel qui tunc fit, vel qui antea praecesserit. Unde aliqui ex auctoribus citatis, praesertim Augustinus, non dicunt causas secundas moveri dum agunt, vel moveri ad agendum, sed omnem causam secundam ita esse activam ut etiam passiva sit et mobilis aliquo morn; in quo non explicant aliquam conditionem quam tales cau­ sae requirant ad agendum, sed imperfectionem et potentialitatem quam natura sua habent. Quod etiam est satis ut intelligamus deveniendum esse ad aliquam eausam quae ita agat ut nihil pati possit.

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térm in o «aplicación», si distinguim os dos tipos de aplicació n : u n a prev ia, como condición re q u e rid a , acerca d e la cual n o p u ed e en ten d e rse aquello, según se h a p ro b a d o ; a la o tra la podem os llam ar actual o fo rm al, ín tim am en te in c lu id a en la m ism a a c c ió n ; en este sentido, p u e s, se dice q u e q u ie n incoa la acción se aplica a la a c c ió n ; y esa aplicación n o es o tra cosa que e l cum p lim ien to de dicha acció n ; p o r tan to , de este m odo se llam a aplicación al m ism o concurso d e la causa p rim e ra ; ta l aplicación, sin em b arg o , n o p rocede d e la sola causa p rim e ra , sino tam b ién de la segunda, con ayuda y , desd e este p u n to d e vista, asim ism o con aplicación de la p rim e ra . P o rq u e con esta razó n d e aplicación se expresa la acción atendiendo a su p rim e ra em anación a p a rtir d e su agente, y p o r ello, p a ra significar que D ios co ncurre a ella según to d a su razó n , se afirm a q u e D io s aplica la causa seg u n d a a o b rar. L o dicho es suficiente a p ropósito de aquella locución.

En qué consiste que la causa segunda obre en virtud de la primera 51. U n a exp resió n d istin ta q u e se establece e n e l m ism o arg u m en to , a sa­ ber, q u e la causa segunda obra en virtud de la primera, o q u e la virtud divina es virtud de toda causa agente, y otras sem ejantes q u e se e n c u e n tra n e n el lib. De causis, están expuestas c o n p alab ras de Santo T o m á s, II I cont. Geni., c. 7 0, d o nde dice lo q u e sigue: L a virtud del agente inferior depende de la virtud

del superior en cuanto el superior da al inferior la virtud de obrar, o la con­ serva. Y m ás ab a jo : Es, pues, necesario que la acción del agente inferior no sólo proceda de él por virtud propia, sino también por la virtud de todos los agentes superiores? ya que obra en virtud de todos. P ero o b ra r e n v irtu d no es otra cosa q u e o p e ra r m ed ian te la v irtu d p articip ad a de una v irtu d su perior, y d ep en d ie n d o en s u acción d e l actual influjo de ésta. E n el m ism o sentido, la v irtu d divina se llam a v irtu d d e todas las causas, ya q u e conserva y ayuda en acto a todas. A sí, pu es, estas dos cosas son suficientes y esencialm ente req u eri­ das p a ra la v e rd a d de sem ejantes expresiones. 52. E s c ierto q u e S anto T o m á s, q. 3 De Potentia, a. 7, añad e u n a te rc e ra : la v irtu d in stru m e n ta l fluyente q u e la causa segunda recibe d e la p rim e ra para

agii in virtute primae, seu quod virtus di­ vina est virtus cmnis causae agentis, et aliae similes quae habentur libro de Causis, exponuntur verbis D. Thomae, III cont. Gent., c. 70, ubi sic ait: Virtus inferioris agentis pendei ex virtute superioris, in quantum su­ perior dal inferiori virtutem agendi, vel con­ servai earn. Et infra: Oportet igitur quod actio inferioris agentis non solum sit ab eo per virtutem propriam, sed per virtutem omnium superiorum agentium; agit enim in virtute omnium. Agere enim in virtute nihil aliud est quam agere per virtutem partìcipatam a superiori virtute, et dependenter in sua actione ab attuali influxu eius. Et eo­ dem modo dicitur virtus divina virtus om­ nium causarum, quia omnes conservar et omnes attu adiuvat. Haec ergo duo sufficiunt, et per se requiruntur ad veritatem simiiium locutionum. Quid sit causam secundam agere in virtute 52. Verum est D. Thomam, q. 3 de Po­ primae tentia, a. 7, addere tertium, nimirum, vir­ 51. Alia vero Iocutio in eodem argu- tutem instrumentalem fluentem quam redmento posita, scilicet, quod causa secunda pit causa secunda a prima ut agat tamquam

aliam praeviam,' ut conditionem requisitam, de qua non potest illud intelligi, ut ostensum est; aliam vocare possumus actualem seu formalem, intime inclusam in ipsa ac­ tione ; sic -enim, qui actionem inchoat, dicitur tunc se applicare ad actionem; quae applicano non est aliud quam exhibitio illius actionis; hoc ergo modo vocamr applicano ipse concursus primae causae; tarnen illa applicatio non est a sola prima causa, sed etiam a secunda, -’’ante prima, et sub hac ratione etiam applicante. Sub hac enim ratione applicationis significami actio secun­ dum primam emanationem a suo agente, et ideo, ut significetur Deum concurrere ad illam secundum omnem rationem eius, dicitur Deus applicare causam secundam ad agendum. Et haec satis sunt ad illam locutionem.

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o b rar e n calidad d e in stru m e n to d e é sta ; p o rq u e expresam ente en u m era e sta condición com o d is tin ta d e la aplicación y d e la eficiencia o conservación de la m ism a causa seg u n d a y de su v irtu d . E stim o , em p ero , que S an to T o m ás se retra c tó tácitam ente d e dich a d o ctrin a e n I, d o n d e , tra ta n d o con g ra n exacti­ tu d todos los m odos q u e la causa p rim e ra tien e d e o b rar con la segunda, om itió aquella v irtu d , cosa q u e n o h u b ie ra po d id o h a c e r e n u n lu g a r p ro p io y d e sta ­ cado, si h ubiese p e n sa d o q u e e ra esencialm ente necesaria p a ra el concurso d e la causa p rim e ra ; tam p o co la m enciona en II I cont. G ent, c. 70. N i es eficaz el razonam iento q u e despliega en el citado a. 7 De Potentia. P o rq u e se fu n d a en el h echo d e q u e la causa segunda no p u e d e p ro d u c ir el ser d e la ex istencia sino p o r m odo de in s tru m e n to ; lo cual, h ab lan d o del in stru m e n to en se n tid o p ro p io y riguroso, n o es cierto, com o señalaré en la solución al q u in to , y m ás p o r extenso d esp u és, al tra ta r d e la esencia d e la criatu ra. 53. Con qué acción se perfeccionan los agentes.— Al tercero se resp o n d e que aquella excitación es ficticia, a n o ser q u e la m ism a inclinación n a tu ra l a obrar se denom ine m etafóricam ente excitació n ; p e ro ta l inclinación n o se lleva a cabo p o r u n a acción d istin ta d e aquellas con las q u e son conservadas y a y u ­ dadas la causa segunda y su v irtu d . E n cu a n to a la ra z ó n q u e e n dicho lu g a r se p ro p o n e, se re sp o n d e q u e los agentes creados, cuando o b ran , n o se p erfec­ cionan con u n a p erfecció n d istin ta d e la acción m ism a; y n in g ú n filósofo ex­ cogitó n u n c a otra p erfección an terio r. P o r ' su p arte, la acción m ism a p rocede inm ediatam ente d e D io s, p e ro n o d e E l solo, sino ju n to con la cau sa segunda. Y si tal acción es in m a n e n te e n el agente, será u n a perfección in trínseca d el m ism o; p o rq u e tal ag en te tiene po d er p a ra perfeccionarse a sí m ism o, con el debido y adecuado co n cu rso d e la causa p rim e ra . E n cam bio, si la acción es tran seú n te , la cuestión es si p erm anece e n el agente seg ú n algo d e ella, o si, aunque pase p o r com pleto al p acie n te, d ebe seguir llam ándose perfección d el agente; de to d o esto tratarem o s en su lu g a r o p o rtu n o , y a q u e n ad a interesa para e l p re se n te co m e tid o ; p u e s cu alq u iera d e estas cosas q u e se afirm e, es su­ ficiente p a ra esta p erfecció n del concurso d e la p rim e ra causa p o r m odo de acción.

instrumentum eius; diserte enim hanc nu­ merai tamquam distinctam ab applicatione et ab efficientia seu consentanone ipsius cau­ sae secundae et virtutis eius. Existimo ta­ rnen D, Tbomam tacite retractasse illam doctrinam in I, ubi, exquisite tractans omnem modum quo causa prima Operateur cum secunda, illam virtutem omisit, quod tacere non potuisset in proprio ac praecipuo loco, si existimasset esse per se necessariam ad concursum primae causae, et similiter III cont. Gent., c. 70, illius non meminit. Nec discursus quem facit in dicto a. 7 de Po­ tentia est efficax. Fundatur enim in eo quod causa secunda non potest efficere esse existentiae nisi per modum instrumenti; quod, proprie et in rigore loquendo de instru­ mento, verum non est, ut in solutione ad quintum attingam, et latius infra, disputan­ do de essentia creaturae. 52. A geniia qua actione p erfid a n tu r .— Ad tertium respondetur illam excitationem commenticiatn esse, nisi metaphorice ipsamet

naturalis inclinano ad agendum dicatur excitatio; illa autem inclinano non est per actionem distinctam ab illis quibus causa secunda et vìrtus eius conservantur et adiuvantur. Ad rationem vero ibi propositam respondetur agenda creata, dum agunt, non perfici perfectione distincta ab ipsa actione; neque ullus unquam philosophorum aliquam priorem perfectionem exeogitavit. Actio vero ipsa ab ipso Dco est immediate, non tarnen ab ilio solo, sed cum ipsa causa secunda. Quod si talis actio sit immanens in agente, erit perfectio eius intrinseca ; tale enim agens habet vim seipsum perficiendi, cum debito et accormnodato concursu primae causae. Si vero actio sit transiens, quaestio est an se­ cundum aliquid sui maneat in agente, vel an, licet omnino transeat in passum, edam ibi sit dicenda perfectio agentis; de quibus suo loco dicemus, nam ad praesens nil referunt; quid quid enim horum dicatur, suf­ ficit ad hanc perfectionem concursus primae causae per modum actionis.

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54. Por qué se dice que las causas segundas son instrumentos de la pri­ mera.— L a s razones c u a rta y q u in ta , con to d o lo q u e e n ellas se ap u n ta, han sido tratad as y resueltas al d em o strar la seg u n d a afirm ación, excepto dos p u n to s q u e se in sin ú an e n la ra z ó n q u in ta. U n o es q u e ¡as causas segundas no obran com o in stru m e n to s de la p rim e ra ; y éste es fácil, pues, a u n q u e a veces se de­ signen de esa m an era p a ra in d icar la d ep en d en cia que tie n e n en su obrar con resp ecto a la causa p rim era , sin em b arg o n o son p ro p ia y rig u ro sam en te in stru ­ m en to s, sino causas prin cip ales e n su o rd e n , p u e sto q u e, m ed ian te sus virtudes p ro p ia s y suficientes en su o rden, o b ra n y p ro d u c e n efectos sem ejantes a ellas, co m o observó S an to T o m á s, De Verit., q . 2 4, a. 1, ad 4 y 5 ; y E scoto, In IV, d ist. 1, q. 1, a d u lt.; y m ás arrib a, al explicar las divisiones d e la causa eficien­ te , hem os declarado lo m ism o. O m ito ta m b ién q u e e n los in stru m e n to s en sen­ tid o riguroso n o es necesario q u e, antes de o b ra r, re c ib a n en sí de la causa p rin c ip a l algo p o r m odo d e p rin c ip io y d istin to d e su e n tid a d , d e lo cual m e o cu p o en o tro lu g ar. E l o tro p u n to e ra acerca d e l ord en d e p rio rid a d y poste­ rio rid a d n a tu ra l que se d a e n tre las acciones d e la causa p rim e ra y de la se­ g u n d a ; de él tra ta ré en la sección siguiente. 55. Dónde radica la perfección de la causa primera al concurrir con las segundas.-— A l sexto fu n d a m e n to , se n ieg a absolutam ente la afirm ación, a sa­ b e r, q u e D ios co n cu rriría m ás p erfectam en te si concurriera in fu n d ien d o algo actual p o r m o d o d e p rin c ip io ; p o rq u e la p erfección m ayor n o consiste en la m u ltip licació n d e las en tid ad es, d e los prin cip io s o d e los influjos, p ues de lo c o n trario h a b ría n de m u ltip licarse h a sta el infinito estas cosas, sino que la m a­ yor p e rfe c c ió n . consiste e n q u e cada cosa se h aga con su d eb id o peso, núm ero y m edida. A sí, pu es, dos son las cosas q u e p e rten ecen a la sum a perfección de la cansa p rim e ra , en cuanto o p era y coopera en las causas y con las causas se­ g u n d a s: u n a , q u e en la causa seg u n d a no haya n in g u n a v irtu d , acto prim ero o condición re q u e rid a , q u e verd ad eram en te sea algo, y que no haya sido dado y conservado p o r la p rim e ra ; otra, q u e la acción d e la c ria tu ra n o pueda rea­ lizarse sin el actual influjo in m ed iato de la causa prim era . P ero la m ultiplica­ ció n de los prin cip io s activos, o de las condiciones necesarias, n o pertenece

54. Causee secundae ciir dicantur instru­ menta primae.— Quarta et quinta ratio, cum omnibus quae in eis tanguntur, trattata sunt et expedita ínter probandam secundam assertiönem, praeter duo puncta quae in quinta ratione insinuantur. Unum est cau­ sas secundas non agere ut instrumenta pri­ mae, quod est facile, nam, licet interdum ita appellentur ad indicandam dependentiam quam in onerando habent a prima causa, tarnen non sul— _ sprie et rigorose instru­ menta, sed causae principales in suo ordine; nam per proprias virtutes, et in suo ordine sufficientes, agunt, et effectus sibi símiles producunt, ut notavit D. Thomas, q. 24 de Veritat., a. 1 , ad 4 et 5; et Scotus, In IV, dist. I, q. 1, ad ult.; et superáis, expli­ cando divisiones causae efficientis, idem dedaravimus. Omitto etiam in rigorosis instrumentis non esse necessarium ut, priusquam agant, in se recipiant a causa prin­ cipali aliquid per modum principii, a sua entitate distincrum, de quo alias. Aliud punctum erat de ordine prioris et poste-

rioris natura qui inter actiones causae pri­ mae et secundae intercedit, de quo dicam sectione sequenri. 55. In quo sita perfectio causae primae concurrentis clan . secundis.— Ad sextum fundamentum, simpliciter negatur assumptum, nimirum perfectius eoncursurum Deum si concurrat influendo aliquid ac­ tuate per modum principii; non enim consistit maior perfectio in multiplicatione entitatum, principiorum aut influxuum, alioqui essent haec infinite multiplicands ; sed con­ sist« maior perfectio in hoc quod singula fiant in debito pondere, numero et mensura. Duo ergo spectant ad summam perfectionem causae primae, ut operands et cooperanris in causis et curo causis secundis: unum est ut nihil virtutis vel actus primi, vel conditionis requisitae, quae vere sit aliquid, reperiatur in causa secunda, quod non sit datum et conservatum a prima; aliud ut actio creaturae fieri non possit sine attuali immediato infiuxu causae primae. Multipiicatio autem principiorum agendi, vel con-.

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esencialm ente a la p erfección, h ab lan d o e n general, sino q u e sólo d eben aña­ d irse tales prin cip io s cuan d o in terv en g a a lg u n a especial y v erd ad era c a u sa y n ecesid ad o, p o r lo m enos, utilidad. 56. Cómo procede de Dios el que la causa segunda obre.—• A sí, p u e s, a la p rim e ra dem ostración se responde q u e es lo m ism o el q u e la causa seg u n d a d e p e n d a d e la p rim e ra en la causación q u e el que d ep en d a en su acción, o (lo q u e viene a ser igual) e n su causalidad; p o rq u e , si d e p en d e en su ser y en toda su v irtu d , y adem ás en su acción y causalidad, ¿en q u é o tra cosa p u e d e o debe d e p e n d e r? P ues lo q u e allí se añ ad e acerca d e este com plejo la causa segunda obra, n o es nada n u ev o , ya q u e el que la c ria tu ra o b re no es o tra cosa q u e el q u e la acción p ro c e d a de ella. P o r eso, la p rim e ra causa, al p ro d u c ir esta acción, la realiza en cu an to p ro ced en te de tal causa. P o rq u e , a u n cu an d o la relación de la acción a la causa segunda, concebida precisivam ente, no m ire a D ios com o té rm in o d e dicha relació n , sin em bargo, e n cu an to es algo en la realid ad , es p ro d u cid a p o r D io s, com o tam b ién la p a sió n e n cu an to pasión n o se refiere a D ios, p e ro es p ro d u c id a p o r D io s; así, p u e s, e n este sentido, el h echo de q u e la c ria tu ra obre, p ro ced e ta m b ién de D ios. 57 . Y lo m ism o sucede con aquella o tra e x p re sió n ; L a causa primera hace que la segunda haga, si la p artíc u la que n o d en o ta o tra cosa q u e la d o n a ­ ción d e la v irtu d y d e l concurso físico necesario p a ra o b ra r; en cam bio, si d e ­ signa u n a especial relación d e finalidad, d e suerte q u e signifique q u e la causa p rim e ra in te n ta especialm ente to d a acción d e la causa segunda en p articu lar, ello es cie rto en m u c h a s . ocasiones, m as no siem pre es n ecesario ; p o rq u e a lg u ­ nas acciones n o las in te n ta , sino que las p e rm ite ; y entonces D ios no hace p ro ­ p iam en te en ese sen tid o que la cria tu ra h a g a , sino p erm ite que h aga y coopera a lo q u e ella hace. P o r tan to , no co rresponde a la p erfección d e la causa p ri­ m era el c o n cu rrir de ese m o d o e n general y a todas las cosas, sino que m ás b ie n está fu e ra d e su s a b id u ría 'y su b o n d ad . D e esta m an era p u ed e reto rcerse el a r­ g u m en to en c o n trario , p o rq u e de la o p in ió n opuesta se sigue q u e D ios hace, en general, que o b re n in clu so aquellos q u e ob ran m al, p u es m ed ian te su acción pro p ia, p ro c e d e n te d e su sola v o lu n tad , lo s d eterm in a a o b ra r; p e ro d e esta ra -

ditionum necessariarum, per se non pertinet hoc igitur modo creaturam agere est edam ad perfectionem, generatim loquendo, sed a Deo. 57. Atque idem est de illa locutione; ibi tantum addenda sunt talia principia, ubi specialis aliqua ac vera causa et nécessitas, Prima causa facit ut secunda faciat, si par­ tícula ur nihil aliud denotet quam coUatiovel saltern utilitas intercesserit. 56. Causam secundam agere, quomodo a nem virtutis et physici concursus necessarii Deo.— Ad primam itaque probationem re- ad operandum. Si vero denotet peculiarem spondetur idem esse causam secundam pen­ habitudioem finis, ita ut significetur primam dere a prima in causando et pendere in ac­ causam peculiariter intendere omnem actiotione sua, seu (quod idem est) in causalitate nem causae secundae in particulari, est quisua; nam si pendet in suo esse, et in tota1 dem id saepe verum, non tarnen est semper virtute sua, et ulterius in actione et causa­ necessarium; aliquas enim actiones non inlitate sua, in quo alio pendere debet aut tendit, sed permittit; et tune non proprie potest? Nam quod ibi additur de hoc com­ in eo sensu facit Deus ut creatura faciat, plexo causam secundam agere, nihil novum sed permittit ut faciat eique facienti coopeest, nam creaturam agere nihil est aliud ratur. Unde non pertinet ad perfectionem quam actionem ab illa prodire. Unde prima primae causae ut in universum et ad omnia causa, efficiendo hanc actionem, efficit illam concurrat filo modo, sed potius est praeter ut prodeuntem a tali causa. Nam, licet ha­ sapientiam et bonitatem eius. Atque ita potbitude actionis ad causam secundam prae- est argumentum in contrarium retorqueri, cise concepta non respiciat Deum ut termi- nam ex opposita sententia sequitur Deum num illius habitudinis, tarnen, ut est aliquid in universum facere ut faciant etiam ii qui in re, ab ipso Deo fit, sicut etiam passio ut male faciunt; quia per propriam actionem suam a sola sua volúntate prodeuntem eos Passio non respicit Deum, fit tarnen a Deo;

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zón hablarem os p o r extenso en la sección 4. F in a lm e n te , d e o tra m anera, y en sen tid o m oral, se dice que D ios h ace q u e los h o m b res h agan, con ilustraciones e inspiraciones, a la m an era com o aparece e n la E sc ritu ra dicha lo cu ció n ; m as n o perten ece al concurso d e la causa p rim era , sino al ord en d e la gracia o d e u n a providencia divina especial, cuya consideración n o es p ro p ia d e este lu g ar. 58. De qué manera utiliza Dios las causas necesarias.— L o q u e se dice ú ltim am en te en aquel a rg u m en to , q u e in c u m b e al p erfecto dom inio d e la causa p rim e ra el u tiliz a r las causas segundas p a ra sus p ro p io s fines, es c e rtísim o ; p e ro es falso e in fu n d ad o su p o n er q u e esta utilización consiste en q u e siem pre re a ­ liza sobre la c ria tu ra algo d istin to d e ella y d e su v irtu d n a tu ra l. E n verdad, D io s p u ed e, a veces, au m en tar d e este m o d o la v irtu d activa, si qu iere, o su p lir to d o lo q u e fa lte a la c ria tu ra ; sin em bargo, el q u e esto sea siem pre necesario n o perten ece al dom inio o al uso conveniente d e las c riatu ras, sino q u e D ios se v aldrá m ás fácilm ente d e su s criatu ras si en ten d e m o s q u e les concedió virtudes com pletas e n su género y todas las condiciones re q u e rid a s, con las cuales, si E l q u ie re a ñ a d ir s u concurso, ellas h a rá n lo q u e E l d e te rm in e ; y esto es utilizarlas p a ra obrar. 5 9. Cómo utiliza las libres.— A u n q u e este m o d o d e valerse d e la causa seg u n d a exige alg o especial en la causa lib re , p o rq u e ella, puestos todos los re ­ q u isito s prev io s p a ra o b ra r, y p re p a ra d o asim ism o el concurso d e D ios del m odo q u e ex plicarem os e n la sección 4, n o o bra in m ediatam ente u n a sola cosa d e m a n e ra d ete rm in a d a , p o r lo q u e , si D ios q u ie re u tilizarla p a ra alg ú n efecto d e ­ term in a d o , tie n e u n m odo especial, m ás b ie n m o ral q u e físico, seg ú n el cual lo h a c e ; u nas veces, p ro p ia m e n te , actu a n d o y m oviendo, com o sucede con los b u e­ n o s ; otras, d e ja n d o y p erm itien d o , com o con los m alos. Y esto pertenece a la in fin ita sab id u ría d e D ios p o r la que conoce prev iam en te q u é va a h a c e r la causa lib re en c u a lq u ie r ocasión y con cualesquiera c ircu n sta n cias; y n o corresponde al p re se n te lu g a r ex p o n er esto con m ayor am p litu d . U n icam e n te ad v ierto q u e, c u an d o D ios co n c u rre con la v o lu n ta d creada a u n acto m alo, n o se vale p ro ­ p iam en te d e la v o lu n ta d p a ra dich o acto (pues n o es po sib le q u e D ios p reten d a ese acto), sino q u e utiliza la v o lu n tad que de e sa m anera obra m al para algún

déterminât ut ita faciant; de qua rations dicemus plura in sectione quarta. Alio tan­ dem ac morali modo dicitur Deus facere ut homines faciant, illustrationibus et inspirationibus, quomodo in Scriptura reperitur illa locurio; non tarnen pertinet ad concursum primae causae, sed ad ordinem gratìae vel specialis providendae divinae, cuius consi­ derano non est huius loci. 58. Qualiter Deus utatur cousis necessariis.— Quod tandem in eo argumento dici­ tur, ad perfectum -----oium primae causae pertinere ut utatur causis secundis ad suos ipsius fines, verissimum est; falso tarnen et sine fondamento fingitur hune usum consi­ stere in hoc quod semper agat circa creaturam aliquid distinctum ab ipsa et a naturali virtute eius. Potest quidem Deus interdum hoc. modo augere virtutem agendi, si velit, vel supplere quidquid creaturae defuerit; tarnen, auod hoc semper sit necessarium, non pertinet ad dominium vel convenientem usum creaturarum, sed facilius utetur Deus cre2turis suis, si intelligamus dedisse iilis complétas virtutes in suo genere et condi-

tiones omnes requisita», cum quibus, si ipse concursum adiungere voluerit, facient illae quod ipse decreverit; quod est uri iilis ad agendum. 59. Qualiter liberis.— Quamquam hic modus utendi causa secunda peculiare aliquid requirat in causa libera, nam illa, positis omnibus praerequisitis ad agendum, et praeparaio etiam concursu Dei eo modo quo expiicabimus sectione 4, non statini operatur unum determinate, et ideo, si Deus uri illa vult ad aliquem determinatimi eifectum, habet pecuiiarem modum, moralem potius quam physicum, quo id facit. Interdum pro­ prie agendo ac movendo, u t in bonis, inter­ dum sinendo ac permittendo, ut in malis. Quod spectat ad iUam infinitam Dei sapientiam qua pxaenoscit quid causa libera, in quacumque occasione et cum quibuscumque circumstantiis, operatura sit; quod amplius exponere non est huius loci. Illud solum adverto, cum Deus concurrit cum voluntate creata ad actum malum, non proprie uri voiuntate ad ilium actum (absit enim quod Deus ilium actum intendati, sed utitur vo-

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b ien , Jo cual p e rte n e c e no sólo al perfecto dom inio, sin o tam b ién a la infinita b o n d a d y sabiduría d e D ios. 60. De qué manera pertenece la acción de Ja criatura al dominio de Dios .— . C on esto se en tien d e, p o r ú ltim o, q u e n o siem pre la acció n d e la c riatu ra p e r­ ten ec e al uso positivo d el dom inio de D ios, sino que h a y q u e em p lear u n a d is­ tin c ió n ; efectivam ente, en cu an to dicha acción p rocede d e D ios, p e rten ece p ro ­ p ia m e n te al uso d e su dom inio, ya que d e p en d e de su p o testad y lib e rta d ; en cam b io , en cu an to p ro v ien e d e la volu n tad creada, si es b u e n a y conform e a la v o lu n ta d de D io s, tam b ién se realizará e n v irtu d del u so positivo de su do­ m inio, e n la m edida e n q u e la m a n d a o m ueve a ella ; p e ro si es m ala, se se­ g u irá ú n icam en te d e l u so negativo, a saber, p o rq u e n o la im p id e , p u d ie n d o hacerlo. S E C C I O N

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1. Motivo de duda por ambas partes.— E ste títu lo c o m p ren d e m uchos p u n ­ to s q u e son necesarios p a ra explicar con m ayor e x actitu d q u é es este concurso d e D io s, y p u e d e n resolverse brevem ente p o r lo dicho e n la sección a n te rio r, sin acum ulación d e opiniones y argum entos. E l p rim e ro es si el concurso d e D ios y la cria tu ra co n stitu y en u n a sola acción o varias. Q ue sean varias, lo d a a e n te n d e r no sólo la m u ltip lic id a d de p rin cip io s, sino ta m b ié n el ord en n a tu ­ ral, seg ú n el cual se considera q u e el co n cu rso de D ios es an te rio r a l d e la c riatu ra. E n cam bio, q u e sea u n a p arece p e rsu ad irlo , ta n to el influjo in m ed iato de D ios sobre la acción m ism a de la c ria tu ra , com o e l h e c h o de q u e n o se d a acción e n ord en a la acción.

L a acción de la causa primera y la de la segunda es una sola 2. E sta ú ltim a p a rte es sin d u d a v erdadera, y la enseña expresam en te S an to T o m ás, en I, q . 105, a. 5, a d 2, donde resp o n d e, al m ism o tie m p o , al p rim e r m otivo de d u d a señalado p o r nosotros, d ic ie n d o : Una sola acción no procede

luntate sic male agente ad aliquod bonum, quod pertinet et ad perfectum dominium, et ad infinitam Dei bonitatem et sapientiam. 60. Creaturae actio qualiter ad dominium Dei pertineat.— Ex quo tandem intelligitur non semper actionem creaturae pertinere ad usum posirivum dominii Dei, sed partitione utendum esse; nam quatenus illa actio est a Deo, pertinet proprie ad usum dominii eius, quia ex eius potestate et libertate pen­ dei; quatenus vero est a voluntate creata, si sit bona et conformis volitatati Dei, erit edam ex positivo usu dominii eius, quate­ nus illam imperai vel ad illam movet; si vero sit mala, erit tantum ex usu negativo, quia nimirum illam non impedii, cum possit. SECTIO III Q u om odo co m pa retu r c o n c u r su s D e i ad ACTIONEM CAUSAE SECUNDAE E T AD SU BIECTUM E IU S

X. Dubitandi utrinque ratio.— Multa in hoc titillo comprehendmmir quae necessa­

ria sunt ad dedarandum exactius quid sit hic concursus Dei, possuntque ex dictis in sectione precedenti, absque opinionum et argumentorum multitudine, breviter expediri. Primula est an concursus Dei et crea­ turae sint una actio vel plures. Nam quod sint plures, indicai rum multitudo principiorum, turn ordo naturae, quo censetur prior Dei concursus quam creaturae. Quod vero sit una, videtur convincere, turn immediatus influxus Dei in actionem ipsam creaturae, turn quod ad actionem non est actio. Actionem causae primae et secundae unam esse 2. Atque haec posterior pars est sine dubio vera eamque expresse docet D. Thomas, I, q. 105, a. 5, ad 2, ubi simul respondet ad primam rationem dubitandi a nobis positam, dicens : Una actio non procedit a

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Disputaciones metafísicas

de dos agentes (súplase totales) de un mismo orden, pero nada impide que una sola e idéntica acción proceda del agente primero y del segundo. A ñ á d a se : M ás aún, ello es necesario, p o rq u e depende d e u n o y o tro esencial e inm ediatam ente en su género. L o m ism o defiende S anto T o m ás e n H I cont. Gent., c. 7 0 ; y E gidio, ln II, d ist. 1, q. 2, a . 6 ; y en el m ism o lu g a r C apréolo, q. 2 , a. 3 , al argu­ m e n to de D u ra n d o contra la 6 .a conclusión. P o r últim o , n in g u n o q u e piense recta m e n te acerca d el concurso divino disiente e n realidad d e esta o p in ió n ; n o o b sta n te , p a ra q u e se co m p ren d a la diversidad q u e p u ede h a b e r e n la m anera d e explicarse, h ag o n o ta r q u e existen dos opiniones sobre la acción tran seú n te d e D io s. 3. ¿Es inmanente o transeúnte la acción por la que Dios concurre?— A fir­ m a n algunos q u e la acción d e D ios n u n c a es form alm ente tra n se ú n te , sino q u e la sola volu n tad d e D ios es su acción, y q u e aquella o tra acción q u e pasa a una m a te ria extrínseca n o se refiere a D ios com o acción, sino com o efecto de su a c c ió n ; de acu erd o con e sta explicación, se d istin g u en en grado su m o la ac­ ción d e D ios y la acción d e la c ria tu ra com o u n a cosa in cread a y o tra creada. S in em bargo, es cierto, in clu so según e sta opinión, q u e la acción de la criatura p ro ced e in m ed iatam en te p o r sí m ism a, n o sólo d e la causa seg unda, sino tam ­ b ié n d e la v irtu d o acción in te rn a d e D ios, ya d eb a llam arse a ta l acción de la criatu ra, p o r com paración c o n D ios, acción, y a efecto d e E l, lo cu al p u ede ser c u e stió n de n o m b re . P o r eso, p a ra elim in ar la equivocidad, cabe d ecir, según esta opinión, q u e el concurso in te rn o d e D ios se distin g u e de la acción d e la c ria tu ra , m ie n tra s q u e el concurso externo o tra n se ú n te se identifica con la ac­ ción d e la causa, segunda, b ie n sea q u e se e n c u e n tre en ella p o r m o d o d e ac­ ción, bien p o r m o d o d e p rim e r efecto. L a o tra opinión, m ás cierta, es la que defendim os a n te rio rm e n te : q u e la acción tra n se ú n te y p ro c e d e n te de D ios es ac­ ción d e D ios e n sentido v e rd a d e ro , y q u e su v o lu n ta d co n cu rre m ás bien por m o d o de p rin c ip io ; d e e sta m a n e ra re su lta evidente, n o sólo en la realidad, sino ta m b ié n en la expresión, q u e es u n a e id én tica la acción d e la causa prim era y la d e la segunda. 4 . Dios es causa de todos los efectos y acciones de la c r i a t u r a Y de­ m u e s tro esto m ás todavía, p o rq u e si en aquel efecto se dan dos acciones, una d uobus agentibus (supple totalibus) unius ordinis, sed nihil prohibet quod una et ead em actio procedat a prim o e t secundo agen­ te. Adde: Inrnio necessarium est, quia ab

Nihilominus tarnen verum est, etiam iuxta hanc sententiam, actionem creaturae per seipsam immediate manare non solum a cau­ sa secunda, sed etiam a virtute vel actione utroque essentialiter et immediate in suo interna Dei, sive illa actio creaturae comgenere pendei. Idem habet D. Thomas, III paratione Dei dicenda sit aedo, sive effectus cont. Gent., c. 70; et Aegid., In II, dist. 1, eius, quod ad nomen pertinere potest. Unde q. 2, a. 6; et ibi Capreol., q. 2, a. 3, ad ad toUendam aequi vocadonem, dici potest, arg. Durand, cont. 6 conci. Denique ab hac in ea opinione, concursum internum Dei sententia nullus &• ' recte sentiat de divino distìngui ab actione creaturae, concursum concurso in re cns^-itit ; tarnen, ut intel- autem externum seu transeuntem esse idem Iigatur diversitas quae esse potest in modo cum actione causae secundae, sive in illa explicandi, adverto de actione Dei transeun­ sit per modum actionis, sive per modum te duplicem esse opinionem. primi effectus. Alia opinio et verior est, 3. A ciio qua D eus concurrit, n u m im - quam supra defendimus, actionem transeun­ m anens, an transiens.— Quidam asserunt ac­ tem et manantem a Deo esse vere actionem tionem Dei nunquam esse formaliter trans- Dei, voluntatem autem eius potius concur­ euntem, sed solam Dei voluntatem esse ac­ re d per modum principii; atque ita tum in tionem eius, eam vero actionem quae in ex- re, tum in modo loquendi, est evidens unam trinsecam materiam transit non comparari et eamdem esse actionem causae primae et ad Deum ut actionem, sed ut effectum àcsecundae. tionis eius; iuxta quem loquendi modum 4. D eus est causa o m n iu m effectuum et distinguuntur maxime actio Dei et actio actionum creaturae.— Quod ita ulterius deCreaturae tamquam res increata et creata. monstro, quia si in ilio effectu sunt duae

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de D ios solo y o tra d e la cau sa segunda, q u e term in an en u n solo e id én tico efecto, p reg u n to si la acción de la causa seg u n d a p ro ced e únicam ente de ella y no d e D ios esencial e in m ediatam ente. Y d e n in g ú n m o d o p u e d e afirm arse e s to ; de lo contrario, se sigue q u e sólo el efecto de la causa segunda es p ro d u c id o por la p rim era , pero n o la acción m ism a; el consecuente es enteram ente falso y viene a incidir e n la o p in ió n d e D u ra n d o arrib a tra ta d a . P o r eso, Santo T o ­ m ás y otros teólogos en señ an q u e D ios n o sólo es causa esencial e in m ed iata en su o rd e n de todos los efectos d e las c riatu ras, sino ta m b ié n de todas las ac­ ciones; y en este sentido h a b la tam b ién la E sc ritu ra cu an d o atrib u y e a D io s todas las operaciones y m o v im ien to s d e las c ria tu ra s; y en el Evangelio de San Ju an , c . 1, se d ic e : Sin El no ha sido hecho nada; p e ro la acción d e la c ria tu ra en cu a n to tal es alg o ; lu e g o n o se hace sin el influjo actual d e D ios. Y re s u lta m anifiesto p o r la ra z ó n , p u e s, o la, acción d e la criatu ra n o es en realidad algo distinto de su efecto, y en to n ce s es necesario q u e p ro ced an de las m ism as cau­ sas, ya q u e son lo m ism o ; o es u n m odo ex natura rei d istin to d el efecto, y en ese caso tiene alguna ra z ó n real q u e es preciso q u e d ep en d a inm ed iata­ m ente d e D ios, con la m ism a razón,, o m ayor, q u e lo s dem ás entes por p a rti­ cip ac ió n ; po rq u e el ser q u e tiene según su m o d o es u n ser dism in u id o y p a r­ ticipado y, por tan to , esencialm ente d e p en d ie n te del p rim e r ser. E n cam bio, si se dice q u e la acción d e la causa segunda n o p ro c e d e d e ella sola, sino q u e a l m ism o tiem p o proviene esencial e inm ed iatam en te de la causa p rim era , entonces es u n a sola e id én tic a la acción d e am bas causas, q u e es lo q u e p re te n d e m o s; y re su lta superflua o tra acción d istin ta que p ro c e d a d e la sola causa p rim era en orden al m ism o efecto, y a q u e con la p rim e ra acción influye suficientem ente en él, seg ú n su o rd en . 5. L a acción de la causa segunda depende por sí misma de Dios.— Q uizá se dig a q u e la acción d e la causa segunda p ro c e d e ta m b ié n de la p rim e ra , p e ro de diverso m o d o ; p o rq u e p ro ced e de la segunda in m ed iatam en te p o r sí m ism a, y de la p rim e ra , e n cam bio, p o r o tra acción p ro p ia d e solo D ios, ta m b ién tra n ­ seúnte y existente fu e ra de D io s ; p ues en este sentido hablam os ahora. P ero sem ejante m ultiplicación d e acciones es im p ro ced en te y c o n traria a to d a razó n

actiones, una solius Dei et altera causae secundae, terminatae ad unum et eumdem effectum, interrogo an actio causae secundae sit a sola illa et non a Deo .per se et im­ mediate. Et hoc dici nullo modo potest; alias sequitur effectum solum causae secun­ dae fieri a prima, non tarnen actionem ipsam; consequens est omnino falsimi et incidens in opinionem Durandì supra tratta­ talo. Et ideo D. Thom. et alii theologi non solum docent esse Deum causam per se et immediatam in suo ordine omnium effectuum creaturarum, sed etiam omnium actionum; et ita edam loquitur Scriptum, cum Deo tribuit omnes operationes et motus creaturarum; et Ioannis, 1, dicitur: Sine ipso factum est nihil; actio autem creaturae ut sic aliquid est; non ergo fit sine attuali influxu Dei. Et ratlone patet, quia vel actio creaturae in re non est aliquid distinctum ab effectu eius, et sic necesse est ut ab eisdem causis manent, quia stmt idem; vel est modus ex natura rei distinctus ab effectu, et sic habet aliquam rationem realem quam

necesse est immediate pendere a Deo, eadem vel maiori tatione qua caetera entia per participationem ; quia illud esse quod habet secundum modum suum, est esse diminutum et participatum, ac proinde per se pendens a primo ente. Si vero dicatur ac­ tionem causae secundae non esse a soia illa, sed simul esse per se et immediate a prima causa, ergo est una et eadem actio utriusque causae, quod intendimus; et superflua est alia disdncta actio quae sit a sola causa prima ad eumdem effectum, quia per priorem actionem sufficienter influii in ilium in suo ordine. 5. Actio causae secundae per seipsam a Deo pendei.— Dicetur fortasse actionem causae secundae esse etiam a prima, tamen diverso modo; nam a secunda est imme­ diate per seipsam, a prima vero est per aliam actionem propriam solius Dei, transeuntem etiam et extra Deum existentem; ita enim loquimur nunc. Sed haec multiplicatio actionum impertinens est et contra

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Disputaciones metafísicas

filosófica; p u e s en orden a la acción tra n se ú n te n o se da o tra acción, sobre to d o q u e . sea asim ism o tra n se ú n te ; de lo c o n trario in cu rriríam o s e n u n proceso al infinito. P o rq u e acerca d e aquella p rim e ra acción q u e se d ice q u e p ro ced e de D ios solo, p re g u n ta ré si se d a m ed ian te o tra acción tam b ién tra n se ú n te o p o r sí m ism a. Si p o r otra, seguirem os avanzando, y así h asta el in fin ito ; si por sí m is­ m a, eso se d irá m ás b ie n de u n a p rim e ra acción q u e, así com o fluye p o r ' sí d e la causa segunda, fluya igu alm en te p o r sí d e la causa p rim e ra , ya q u e no hay n in g u n a contradicción en que em ane p o r sí d e am bas, p u e sto q u e p e rte ­ n ece a ó rdenes diversos, com o dijo S an to T o m ás arriba. M i p u e d e señalarse m a­ y o r re p u g n a n c ia en el h ech o d e q u e p ro ced a p o r sí m ism a de la causa p rim era q u e e n el h e c h o d e q u e p ro v en g a m ed ian te o tra acció n ; es m ás, esto últim o re p u g n a en m u ch o m ayor m edida, ya q u e va co n tra la ra z ó n d e acción en cuanto ta l el ser té rm in o d e o tra acción. R ésta, p u es, q u e el co ncurso d e D ios ad extra n o es o tra cosa que la m ism a acción d e la causa segunda, e n cu a n to fluye esen­ cial e in m ed iatam en te d e la prim era.

Si la acción de la causa segunda procede de la acción de la primera 6 . C on e sto se resuelve fácilm ente o tro p u n to perten ecien te a esta sección, a saber, si p u e d e decirse q u e la acción de la causa segunda es p ro d u cid a, em a­ na o p ro ced e del concurso o acción d e la causa p rim era , o si, inversam ente, la acción de la causa p rim e ra causa la acción de la causa segunda. P o rq u e parece q u e todos los autores h a b la n e n este sen tid o , y da la im p re sió n d e que ello perten ece a la universal influencia d e la causa p rim era . A dem ás, la acción de la criatu ra p ro ced e de D io s ; luego dep en d e d e la acción d e D io s. P o r últim o, d e esta m an era la acción d ivina tie n e p rio rid a d n a tu ra l sobre la acción de la c ria tu ra , 7. D e b e decirse, em p ero , con C apréolo, In 11, d ist. 1, q. 2, a. 3, a la 7.* ra­ z ó n .de A uráolo contra la sexta conclusión, q u e la acción de D ios p u e d e tom arse p o r el acto in m an en te o volición d e l m ism o D ios, o bien p o r la acción exterior. E n el p rim e r sentido tie n e n p erfecta validez los arg u m en to s aducidos. Y en ese omnem ratiqnem philosophicam ; nam ad actionem transeuntem non est alia actio, praesertim etiam transiens; alioqui in infi­ nitum procedemus. Petam enim de ilia prio­ ri actione quae dicitur esse a solo Deo, an sit per aliam actionem etiam transeuntem vel per sein- m. Si per aliam, procedemus ulterius, et sic m infinitum; si per seipsam, idem dicetur melius de prima actione, quae, sicut per se Suit a causa secunda, ita per se etiam fluat a prima, quia nulla est repugnantia quod per se fluat ab utraque, cum sint diversi ordinis, ut D. Thomas supra dixit. Nec maior assignari potest in hoc quod per seipsam procedat a prima causa quam in eo quod procedat per aliam actio­ nem; immo hoc posterius multo magis ré­ pugnât, nam est contra rationem actionis ut sic esse terminum alterius actionis. Selinquitur ergo ut concursus Dei ad extra nihil aliud sit quam ipsamet actio causae secun-

dae, ut per se et immediate fluens a prima. Siine actio causae secundae ab actione primae 6. Atque hinc facile expeditur aliud punctum ad haue sectionem pertinens, sci­ licet, an actio causae secundae dici possit fieri, marnare aut esse a concursu vel actione causae primae, vel e converso actionem cau­ sae primae causare actionem causae secun­ dae. Videntur enim omnes auctores ita loqui, idque videtur pertinere ad universalem influentiam causae primae. Item actio creaturae est a Deo; ergo pendet ex actione Dei. Denique hac ratione divina actio est prior natura quam actio creaturae. 7. Dicendum vero est cum Capreolo, In II, dist. 1, q. 2, a. 3, ad 7 Aureoli con­ tra sextam conclusionem, actionem Dei pos­ se sumi pro actu immanente seu volitione ipsius Dei, vel pro actione exteriori. Priori modo procedunt recte argumenta facta. Quo

Disputación X X II.— Sección III

657

sentido no sólo la acció n de la causa segunda, sino ta m b ié n la acción tra n se ú n te d e la causa prim era , ta n to cuando opera con la criatu ra com o cuando obra sola, p rocede y dep en d e d e la acción in te rn a d e D ios. Y parece que d ebe tom arse en el m ism o sen tid o lo q u e dice S anto T o m á s, In 111, dist. 23, q. 3, a. 1, q u e las acciones de todos los agentes segundos se fu n d an e n la acción del p rim e r agente, ya q u e to d as se fu n d a n d e alguna m an era e n la divina vo lu n tad . S in em bargo, ya hem os d ic h o anteriorm ente q u e este acto in tern o de la v o lu n tad d e D ios n o tiene p ro p ia ra z ó n de acción, la cual expresa u n flujo y te n d en c ia al té rm in o , sino q u e tie n e m ás b ie n razón d e prin cip io , p o r q u e r o es la m ism a om nipotencia de D io s, o, si se distin g u e co n cep tu alm en te, se com porta com o aplicativa d e la o m n ip o ten cia de D ios a o brar. 8. E n el segundo sentido, en cam bio, la acción ex te rio r d e D ios y la de la c ria tu ra es u n a sola e idéntica, según hem os dicho. Y p o r eso, aten d ie n d o a esta razó n , la acción d e la criatu ra n o p u e d e em an ar o d ep en d er p ro p iam en te d e la acción de D ios n i, a la inversa, la acción d e D io s p u ed e causar p ro p ia ­ m ente la acción d e la c ria tu ra , y a q u e u n a cosa n o se causa a sí m ism a n i d e ­ p e n d e d e si m ism a. A dem ás, p o rq u e la acción en cu an to acción sólo es causa d e su térm ino, y n o es causa sino p o r m odo d e v ía ; p e ro la acción de D ios no es v ía p a ra la acción d e la cria tu ra , sino p a ra el efecto, n i la acción es té rm in o d e u n a acción. A sí, p u e s, al influjo universal d e la causa p rim e ra únicam en te p e rten ece el q u e to d a acción d e la causa segunda p ro ced a d e la v o lu n ta d y potencia de la m ism a causa p rim era , m as n o q u e p ro c e d a m ed ian te otra acción externa, sino, q u e p u e d e p ro c e d e r p o r sí m ism a inm ed iatam en te d e la v o lu n tad o v irtu d de D ios. P o r eso, cuando se dice q u e la acción d e la cria tu ra dep en d e del influjo o concurso d e D ios, o se to m a el concurso p o r el a c to in tern o e in ­ m anente, en cuanto in flu y e en la acción ex tern a, o la ex p resió n n o d ebe con­ siderarse en sen tid o tra n sitiv o (p o r así decirlo) sino seg ú n la razó n . P ero será m ás p ro p io decir q u e la acción d e la c ria tu ra procede ta m b ién d e D ios y , en cu an to ta l, es el m ism o concurso d e D ios a la acción d e la causa segunda, d e la cual no se d istin g u e e n la realid ad , sino únicam ente según la ra z ó n o re ­ lación.

sensu non solum actio causae secundae, sed etiam actio transiens causae primae, et quan­ do operatur cum creatura et quando sola operatur, procedit et pendet ab actione in­ terna ipsius Dei. Et eodem sensu videtur sumendum quod D. Thomas ait, In III, dist. 23, q. 3, a. 1, actiones omnium secundorum agentium fundari super acdone pri­ mi agentis, quia omnes fundantur aliquo modo in divina volúntate. Tarnen, iam in superioribus diximus hunc actum internum voluntatis Dei non habere propriam rationem actionis, quae dicit fiuxum et tendentiam ad terminum, sed habere podus radonem principii, quia vel est ipsa omnipotentìa Dei, vel, si rauone distinguantur, habet se ut applicans omnipotentiam Dei ad agen­ dum. 8. Posteriori autem modo, exterior aedo Dei et creaturae una et eadem est, ut diximus. Et ideo secundum earn radonem non potest aedo creaturae manare aut pendere proprie ab acdone Dei, ñeque e converso aedo Dei potest proprie causare aedonem

creaturae, quia idem non causai seipsum nec pendet a seipso. Item, quia aedo ut aedo solum est causa sui termini, et non est causa nisi per modum viae : aedo autem Dei non est via ad actionem creaturae, sed ad effectum, ñeque actio est terminus actìonis. Ad universalem igitur influxum primae causae solum spectat ut omnis actio causae secundae procedat a volúntate et potenda ipsius primae causae, non vero quod pro­ cedat per aüam aedonem extemam, sed pot­ est procedere per seipsam immediate a vo­ lúntate seu virtute Dei. Unde quando aedo creaturae dicitur pendere ex influxu vel concursu Dei, vel sumitur concursus pro ìmmanend et interno actu, quatenus influii in aedonem externam, vel locutio non debet stimi transitive (ut sic dicam) nisi secundum radonem. Proprius enim dicetur aedonem creaturae esse edam a Deo, et ut sic esse ipsum concursum Dei ad aedonem causae secundae, a qua non est aliud secundum rem, sed tantum secundum radonem vel respectum. 42

Disputaciones metafísicas

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Si se da un orden de naturaleza entre la acción de la causa primera y la de la segunda 9. C on ello se resuelve tam bién fácilm ente el terc e r p u n to m u chas veces señalado acerca d e la p rio rid a d de n atu raleza e n tre la acción de D ios y la ac­ ció n d e la c riatu ra. P orque, en p rim e r lugar, h ay que d istin g u ir e n tre la acción in te rn a y la e x tern a, p a ra expresarnos com o m uchos, en el sen tid o indicado. E n segundo lu g ar, d eb e d istinguirse la p rio rid a d d e n a tu ra le z a ; p o rq u e h a y u n a q u e consiste en la p ro p ia causalidad y d ependencia de u n a cosa con resp ecto a o tra ; y hay o tra q u e únicam ente consiste en c ie rta m ayor dig n id ad , universalidad, in d ependencia, u o tra p ro p ied ad sem ejante. A sí, pues, co m parando la acción de la cria tu ra con la acción in te m a de D ios, es claro q u e la acción de D ios tie n e p rio rid a d d e n atu raleza en am bos sen tid o s, a saber, e n d ig n id a d y en cau­ salidad, ya q u e d e este m o d o la acción d e la cria tu ra d ep en d e verdaderam ente d e l acto d e D ios. A hora b ie n , e n este sen tid o n o sólo la acción d e la criatura en cuanto ta l, sino tam b ién la m ism a acción e x terio r d e D ios tien e p osteriori­ d ad de n atu raleza sobre la acción in te rio r d e D io s, ya q u e es verdaderam ente causada p o r ella. Y en este sentido poco m ás o m enos h ab la n los autores cuando dicen q u e la acción d e la causa p rim e ra es a n te rio r e n n atu raleza a la acción d e la causa seg u n d a a ten d ien d o a la causalidad, com o es p a te n te p o r lo q u e dice C apréolo arrib a . N i co nstituye obstáculo el q u e la acción de D io s, d e esta m a ­ n e ra , sea a n te rio r a la acción d e la c riatu ra, n o sólo en n aturaleza, sino tam bién en e l tiem po y en la e te rn id a d , ya q u e en estas expresiones n o se considera la acción de D ios según su sola e n tid a d ab soluta, sino e n cu a n to connota el in ­ flujo actual sobre la c ria tu ra . D e ese m odo d ic e n m u chos q u e la creación activa existe desde e l tiem po, a u n cu an d o rea lm e n te sea inm an en te, p u e sto que el influjo actual q u e co n n o ta es te m p o ra l; y ta m b ién desde ese p u n to de vista se afirm a q u e tien e p rio rid a d n a tu ra l, a u n cuan d o ten g a sim u ltan eid ad tem poral con el efecto. . 10. Sin em bargo, h a b la n d o d e la acción e x tem a, ta n to de D ios como de la c riatu ra, ya n o p u e d e decirse q u e u n a sea a n terio r en n atu raleza a la otra con p rio rid a d de cau salid ad , p o rq u e , com o se h a dem ostrado, p o r ser u n a sola e id én tica acción, e n tre ellas n o p u e d e darse v erd ad era causalidad. A pesar de Sitne orda naturae inter actionem causae primae et secundae

terior actio Dei, nam vere causatur ab illa. Et hoc sensu fere loquuntur auctores, cum dicunt actionem causae primae esse priorem 9. Hinc rursus dissolvitur facile tertium natura actione causae secundae secundum punctum saepius tactum de prioritate natu­ causalitatem, ut patet ex Capreolo supra. rae inter actionem Dei et actionem creatu- Ñeque obstat quod actio Dei hoc modo non solum natura, sed etiam tempore et aeterrae. Est enirr ’'«¡tinguendum primo de ac­ tione interna e, .¡eterna, u t loquamur cum nitate est prior actione creaturae, quia in his locutionibus non considerano: actio Dei in­ multis, in sensu dicto. Secundo, de priori­ terna secundum solam entitatem absolutam tate naturae; nam quaedam est quae con­ sista in propria causalitate et dependentia eius, sed ut connotât actualem indimmi in unius ab alio; alia, quae solum consistit in creaturam. Quomodo dicunt multi creationem activam esse ex tempore, etiamsi realiter maiori quadam dignitate, vel universalitate, independentia, aut alia proprietate simili. sit immanens, quia actualis influxus quern Comparando ergo actionem creaturae ad in­ connotât est temporalis; et sub ea etiam ra­ cione dicitur esse prior natura, etiamsi sit ternala Dei actionem, darum est actionem Dei esse priorem natura utroque modo, sci­ simul tempore cum effectu. 10. At vero loquendo de actione extema, licet, et dignitate et causalitate; nam hoc tarn Dei quam creaturae, sic non potest una modo actio creaturae vere pendei ab actu Dei. In hòc autem sensu non solum actio dici prior natura quam alia prioritate caucreaturae uc sic, sed etiam ipsamet actio salitatis, quia, ut ostensum est, cum sim: una Dei exterior, est posterior natura quam inet eadem actio, non potest inter eas inter-

D i s p u t a c i ó n X X I I . —S e c c ió n I I I

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eso, distinguiendo conceptualmente esa acción en cuanto procede de la causa primera o en cuanto procede de la segunda, cabe decir que de la primera pro­ cede de modo más primario y principal que de la segunda; y, de manera se­ mejante, se dirá que la causa primera influye en tal acción con prioridad de naturaleza sobre la segunda. En primer lugar, porque la causa primera es m ás elevada e influye en el efecto de un modo más noble y más independiente. En segundo término, porque la causa primera recibe esencial y primariamente di­ cha acción bajo una cierta razón más universal, ya que la causa primera in­ fluye en cualquier efecto o acción, precisamente porque le comunica alguna entidad; en cambio, la causa segunda siempre influye bajo alguna razón de ente posterior y más determinada. De donde resulta, en tercer lugar, que el influjo de la causa primera se dice también anterior, por sí y en su género, en el orden de subsistencia, que Aristóteles puso entre las prioridades de natura­ leza; porque el influjo de la causa primera no depende absolutamente de la causa segunda sino en la medida en que, según su género, puede darse sin ella, pero no al contrario. Y de esta manera explicó esta prioridad o subordinación Cayetano, I, q. 14, a. 1 3 ; y la insinúa Escoto, In I, dist. 39, e In II , dist. 37. 11, Se explica una proposición tomada del libro « De causisst.— Y en los mismos sentidos se expone aquella expresión del lib. De causis, proposición 1.“, que dice lo siguiente: La causa primera obra antes en lo causado y penetra en él con más vehemencia, donde también Santo Tom ás, en el Comentario, aplica la misma interpretación, y añade, tomándolo de Proclo, que la causa primera

influye antes, porque la causa segunda no obra sino en virtud de ella. En qué sujeto se encuentra el concurso de la causa primera 12, E l c u a rto p u n to p e rten ecien te a esta cuestión es si el concurso d e la causa p rim e ra se recib e en la segunda o e n el efecto d e ésta. L a p re g u n ta sólo tien e lu g a r en el concurso tra n se ú n te , ya q u e e l in m an en te n o se recibe en el sujeto, sino q u e es la m ism a volición su b sisten te de D ios. P ues b ien , p a ra p re s­ c in d ir d e las opiniones, h ay q u e re sp o n d e r fo rm alm en te, de acuerdo con lo di-

cedere vera causalitas. Nihilominus tamen, distinguendo secundum rationem illam ac­ tionem, ut est a causa prima vel ut est a secunda, did potest per prius ac principalius esse a prima quam a secunda; et simili modo dicetur causa prima prius natura influere in illam actionem quam secunda. Pri­ mo, quia causa prima altior est, et nobüiori magisque independenti modo influit in ef­ fettuiti. Secundo, quia causa prima recipit per se primo actionem illam sub quadam universaliori ratione; nam causa prima in­ fluit in quemlibet effectual vel actionem! ex eo praecise quod aliquid entitatis participât; causa autem secunda semper influit sub aliqua posteriori magisque determinata ratione ends. Unde fit tertio, ut influxus causae primae ex se et ex suo genere dicatur edam prior subsistendi consequentia, quam inter prioritates naturae Aristoteles pcsuit: nam influxus causae primae absolute non pendet a causa secunda, sed quantum ex suo ge­ nere potest esse sine fila, non vero e con­ verso. Atque ad hunc ' modum explicuit hanc

prioritatem seu subordinatìonem Caiet., I, q. 14, a. 13; et insinuât Scorns, In X, dist. 39, et In II, dist. 37. 11. E xplicatur quaedam propositio ex lib. de Caus. excerpta.— Atque eisdem modis exponitur illa locutio lib. de Caus., proposit. 1, quae tails est: Causa prim a p rius agit in causatum et vehem entius ingreditur ipsum ; ubi D. Thom. edam, in Commenta­

rio, eamdem interpretationem adhibet, adiungens ex Proclo causam prim am prius in jluere, quia causa secunda non agit nisi virtute eius. I n quo subiecto sit concursus causae p n m a e

12. Quartum punctum hue spectans est an concursus causae primae recipiatur in secunda, vel in effectu eius. Quae icterrógatio solum habet locum in concursu trans­ eunte; nam immanens non recipitur in subiecto, sed est ipsa volirio Dei subsistens. U t ergo abstrahamus ab opinionibus, for­ maliter respondendum est, iuxta dieta, concursum Dei in ed subiecto esse in quo est

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.

Disputaciones metafísicas

c h o , q u e e l co n cu rso d e D io s se en c u e n tra e n a q u e l sujeto e n el q u e está la acción, de la causa segunda. E s evidente, p u e sto q u e n o se d istin g u e n en la rea­ lid a d ; luego tam p o co p u e d e n d istin g u irse e n e l sujeto. S eg ú n esto , si toda acción d e la cau sa segunda se e n cu en tra en ella m ism a com o algunos p reten d en , e n ella estará tam b ién el concurso d e la causa p rim era , y m ed ian te ella pasará a l efecto o a la pasión o p ro d u cció n del efecto, al m o d o com o (según dicha o p in ió n ) el ag en te , m ed ian te la acción q u e re c ib e e n sí, in fu n d e la pasión en o tro . P ero d e acu e rd o c o n la d o ctrin a m ás v erd ad era, q u e e n se ñ a q u e la acción tra n se ú n te se en c u e n tra e n el p aciente, y la in m a n e n te e n el ag en te , d ebe de­ c irse q u e e l concurso de D ios sobre la acción tra n se ú n te n o es algo recib id o eni la causa seg unda, sino e n el p acie n te, m ie n tra s q u e el concurso p a ra la acción in m a n e n te e s recib id o en e l m ism o agente, e n cu a n to e n él se recibe la acción d e aquél. Y am bas p a rte s resu lta n suficientem ente claras p o r lo d icho, y n o con tien en n in g u n a dificultad nueva.

SECCION C ómo prest a

Dios

IV

s u concurso a l a s causas segundas

1. H asta ah o ra hem os explicado si existe y q u é es el concurso de D ios con las causas seg u n d as; ah o ra fa lta exponer cóm o concede u ofrece D ios ese con­ cu rso a las causas segundas. Y al m ism o tiem p o se declarará de q u é m anera coinciden y se u n e n la causa p rim e ra y la seg u n d a p a ra realizar u n m ism o efecto y u n a m ism a acción. N o aparece dificultad en la u n ió n cuasi local, es decir, por indistancia o presen cia de e n tid a d e s; p o rq u e en ese sentido fácilm ente se com ­ p re n d e que D ios, p o r razó n de su inm ensidad, p u ed e u n irse con todas las cau­ sas segundas a fin de o b ra r con ellas, ya que se e n c u e n tra íntim am ente presente p o r esencia en to d as ellas y en todos sus efectos y acciones.

actio causae secundae. Patet, quia in re non distinguuntur; ergo nec subiecto distingui possunt. Quocii'ca, si omnis actio causae secundae est in ipsa, ut quidam volunt, in eadem erit concur^-s causae primae, et per illam transiet ad e».. turn vel ad passionem seu fieri effectus, eo modo quo (iuxta illam sententiam) agens, media actione quam in se recipit, influit passionem in aliud. Iuxta veriorem autem doctrinam, quae docet ac­ tionem transeuntem esse in passo, et in agente immanentem, dicendum est concur­ sum Dei in actionem transeuntem non esse aliquid in causa secunda receptum, sed in passo; concursum vero ad actionem imma­ nentem recipi in ipso agente, quatenus in eo recipitur actio eius. Et utraque pars con­ stat satis ex dictis neque novam continet difficultatem.

SECTIO IV Q u om o do D e u s pr a eb ea t c o n cu r su m suum CAUSIS SECUNDIS

1. Declaravimus hactenus an sit et quid sit concursus Dei cum causis secundis; nunc superest ut exponamus quomodo Deus tribuat vel offerat hunc concursum causis se­ cundis. Simulque declarabitur quomodo cau­ sa prima et secunda conveniant et coniungantur ad eumdem effectum et eamdem ac­ tionem efficiendam. Neque est difficultas in coniunctione quasi locali seu per indistantiam aút praesentiam entitatum; sic enim facile inteiligitur Deus ratione suae immensitatis coniungi posse omnibus causis secun­ dis ad operandum cum illis, quia est inti­ me praesens per essentiam in omnibus illis et in omnibus effectibus et .actionibus earum.

Disputación X X II.— Sección IV

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Se expone la dificultad de la cuestión 2 . P e ro hay dificultad acerca d e la u n ió n para causar u n solo y el m ism o efecto y la m ism a a c c ió n ; p o rq u e , cuando dos causas se u n en p a ra realizar u n a m ism a acción, o convienen de m anera casual y co n tin g en te, o de p ropósito y esen ­ cialm ente. M as n o p u e d e a trib u irse el p rim e ro de estos m odos al concurso de la causa p rim era con la segunda, n o sólo p o rq u e esto contradice a la perfección de la providencia y operación divina, sino ta m b ién p o rq u e d e lo co n trario no h ab ría subordinación esencial d e la causa segunda a la p rim era , o toda o p e ra ­ ción d e la causa segunda sucedería casual y accidentalm ente. T a m b ié n en cie rra dificultad el segundo m odo, p o rq u e si dos causas co n cu rren intencionadam ente a u n a m ism a operación, o ello se debe a q u e am bas están subordinadas a al­ guna su p e rio r que las aplica sim ultáneam ente, cosa q u e a q u í n o se realiza, com o es e v id en te de suyo, o p o rq u e am bas e stá n p o r su n a tu raleza d e term in ad as a o b ra r d e ese m odo a q u í y ahora, lo cual tam p o co p u ed e afirm arse e n este caso, p o rq u e n i la causa p rim e ra está así d eterm in ad a p o r su natu raleza, n i la causa segunda, al m enos p a ra u n efecto o acción in d iv id u a l; o p o rq u e u n a , en v irtu d de u n a intención especial, d e te rm in a el efecto y la acción que se h a de p ro d u ­ cir y , en consecuencia, d ete rm in a tam bién a la o tra causa a colaborar con ella p a ra la m ism a acción. Y p arece q u e este m odo n o p u e d e te n e r lu g a r a q u í, p u e sto q u e n i la causa seg u n d a p u e d e determ in ar así a la p rim e ra , com o parece ev i­ d en te, n i, a la inversa, p u ede a trib u irse ese m o d o d e o b ra r a la causa p rim e ra con re sp e c to a la seg unda, n o sólo p o rq u e en o tro caso la causa p rim e ra m o ­ vería y aplicaría a la seg u n d a a o b ra r, cosa que h em os negado, sino ta m b ié n p o rq u e, d e lo contrario, la d eterm in ació n d e la acción n o p rocedería en m anera alguna d e la causa seg unda, y e sto lo n ieg an to d o s; y ta m b ié n , finalm ente, p o r­ q u e, d e n o ser así, la causa segunda n o p o d ría h acer sino lo q u e hace, ya q u e n o d isp o n e del co ncurso d e D ios p a ra o tra cosa, y sin él n o p u ed e h acer nada.

Solución de la cuestión con respecto a las causas naturales 3. Por qué se dice que Dios concurre por modo de naturaleza con las cau­ sas que obran necesariamente.— E sta dificultad con re sp e c to a las causas segun-

Quaestionis difficultas aperitur

nec causa secunda, saltern ad individuimi effectum vel actionem; vel quia una ex 2. Sed difficultas est de coniunctione ad peculiari intentione sua determinai effectum causandum unum et eumdem effectum eamet actionem efficiendam, et consequenter demque actionem; nam quando duae causae determinai edam aliam causam ad coopeconveniunt ad eamdem actionem efficien- randum eidem actiorù. Et hic modus non dam, vel casu et contingenter concurrunt, videtur posse hic habere locum, quia nec vel ex instituto ac per se. Prior autem ex causa secunda potest ita determinare pri­ his modis non potest attribui concursui cau­ mam, ut per se notum videtur, ñeque e sae primae cum secunda, turn quia hoc re- converso potest file modus agendi tribui pugnat perfectioni divinae providentiae et causae primae respectu secundae, tum quia operationis; tum etiam quia alias non esset alias causa prima moveret et applicaret se­ subordinano per se in causa secunda ad cundara ad agendum, quod negavimus ; tum primam, vel omnis operatio causae secundae edam quia alias determinano acrionis nullo casu et per accidens eveniret. Posterior item modo esset a causa secunda, quod omnes modus habet difficultatem, quia si duae cau­ negaut; tum denique quia alias causa se­ sae ex instituto conveniunt ad eamdem ope- cunda nihil aliud agere posset nisi id quod rationem, vel id est quia ambae subordi- agit, quia ad nihil aliud habet concursum nantur alicui superiori, quae illas simul ap­ Dei, sine quo nihil agere potest. plicai quod hie locum non habet, ut per se constat, vel quia ambae sunt natura sua Resolvitw quaestio quoad causas naturales 3. Quare dicatur Deus cum causis ne­ determinatae ad ita operandum hic et nunc, quod hic etiam dici non potest, quia nec cessario agentibus concurrere per modum causa prima est sic determinata natura sua, naturae.— Haec difficultas respectu causa-

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Disputaciones metafísicas

das q u e o b ra n de m anera n a tu ra l p u e d e resolverse con to d a facilidad, advir­ tien d o q u e, hablando sim ple y absolutam ente, D io s p re sta volu n tariam en te este concurso a las causas segundas, p o rq u e o bra com o causa in telectu al, que n o p u e d e ser coaccionada u obligada a o b rar p o r n a d ie ; sin em b arg o , en sentido relativo se dice que co ncurre a m o d o d e n a tu raleza. Y ello p o r d o s razo n es: e n p rim e r lu g a r, p o rq u e al co n cu rrir se ad a p ta a las naturalezas d e las cosas, y p re s ta a cada u n a 'd e ellas el co ncurso acom odado a su v irtu d ; en segundo térm in o , p o rq u e después q u e h a determ inado p ro d u c ir y conservar las causas segundas, p o r u n a ley infalible c o n c u rre con ellas a sus operaciones, y si esa ley se considera ab so lu tam en te, sin su p o n e r n in g u n a v o lu n ta d p a rtic u la r y definida d e D ios, n o im p lica necesidad, sino q u e sólo es com o u n cierto d é b ito d e co n n aturalidad. P o r eso algunas veces D ios d isp en sa d e esa ley neg an d o sem ejante concurso. A h o ra b ien , su p u e sta la v o lu n tad eficaz de D ios d e c o n c u rrir con esta causa p a ra e sta acción aq u í y ahora, entonces la acción se sigue necesariam ente en tal tiem p o y lu g a r, ta n to d e la causa seg u n d á cóm o de la p rim e ra ; m as, con resp ecto a la seg unda, se tra ta d e u n a necesidad n a tu ra l, m ie n tra s q u e, con resp ecto a la p rim e ra , es sólo u n a necesidad derivada d e u n a suposición, es d ecir, de in m u ta b ilid a d . 4. A sí, p u e s, su p o n ien d o esto , se explica fácilm ente el m odo com o la causa p rim e ra p re s ta s u co ncurso a estas causas seg u n d as; p o rq u e D io s, asi com o d ecretó d esd e s u e te rn id a d el p ro d u c ir estas cosas y no otras, y en este tiem po, y con este o rd e n , y c o n esto s m ovim ientos, e tc ., y n o de o tra m anera, así ta m ­ b ié n d e te rm in ó c o n c u rrir con las m ism as cosas a sus acciones, según su capa­ cidad. Y p o rq u e , así com o la ciencia de D ios es clarísim a y en p artic u la r de to d a s las cosas, ig u alm en te su v o lu n ta d lo d e c re ta to d o tam b ién claram ente y e n p a rtic u la r, y d esc ie n d e a cada u n a d e las cosas según la capacidad y n e­ cesid ad d e to d a s ellas, p o r eso, en la p restación d e este concurso, tam bién de­ te rm in ó e n p a rtic u la r d e sd e la e te rn id a d c o n cu rrir con esta causa en ta l tiem po, en tal lu g a r, so b re ta l su jeto , a ta l acción y efecto individual, y en o tro tiem p o a o tra, y así su cesiv am e n te. Y siem pre digo a tal acción, p o rq u e n o sería sufi-

n i m secundarum naturaliter agentium facillime expediri potest advertendo, absolute et simpliciter loquendo, Deum voluntate sua praebere hunc; concursum causis secundis; nam agit ut intellectualis causa, quae a nullo potest absolute cogi aut necessitali ad agen­ dum; nihilominus tamen secundum quid did concurrere ad modum naturae. Idque duplici ratione; primo, quia in concurrendo sese accommodai. ’iris rerum et unicuique praebet concursum virtuti eius accommodatum; secundo, quia postquam decrevit causas secundas efficere et conservare, in­ fallibili lege cum eis concurrit ad earum operationem, quae lex si absolute sumatur, n u l l u m supponendo particularem et definitam Dei voluntatem, non inducit necessitatem, sed solum est quasi debitum quoddam connaturalitatis. Unde interdum Deus dispensât in ea lege negando huiusmodi con­ cursum. At vero, supposita efficaci voluntate Dei concurrendi cum hac causa ad hanc ac­ tionem hic et nunc, iam ex necessitate pro­ dît actio tali tempore et loco, tam a causa

secunda quam a prima; sed respectu secundae est nécessitas naturalis; respectu autem primae est tantum nécessitas ex suppositione, seu immutabilitatis. 4. Hoc ergo supposito, facile explicatur modus quo prima causa praebet concursum suum his causis secundis; nam Deus ex aeternitate sua, sicut decrevit has res producere et non alias, et hoc tempore, et cum hoc ordine, et cum his motibus, etc., et non alio modo, ita etiam decrevit cum eisdem rebus concurrere ad earum actiones iuxta capacitatem earum. Et quia, sicut scientia Dei est distinctissima et in particulari de omnibus, ita et voluntas distincte et in par­ ticulari omnia decernit, et ad singula de­ scendit iuxta uniuscuiusque capacitatem et indigentiam, ideo in praebendo hoc concursu, ex aeternitate etiam decrevit in par­ ticulari concurrere cum hac causa tali tem­ pore, tali loco, et circa taie subiectum, ad talem actionem et effectum in individuo, et in tali tempore ad aliam, et sic de omnibus. Dico autem semper ad talem aclioriem, quia

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cíente la d eterm in ació n a u n solo efecto n u m érico , y a que u n m ism o efecto p u ede ser p ro d u cid o p o r acciones diversas n u m éricam en te, y q u izá ta m b ié n es­ pecíficam ente; p e ro al d eterm in ar la acción es lógico que q u ed e d eterm in ad o necesariam ente e l e fe c to ; p o rq u e u n a m ism a acción nu m érica n o p u e d e te n d e r a o tro térm in o sino a aq u el con el que se identifica. 5. L a causa primera no concurre casualmente con las causas que obran de manera necesaria.— Y d e a q u í resulta, e n p rim e r lu g a r, que la causa p rim e ra y la seg u n d a se u n e n n o casualm ente, sin o esencialm ente y d e propósito para p ro d u c ir la m ism a acción, lo cual p roviene e n g rad o sum o d el m odo de obrar de la causa p rim era , o d e su ciencia y p rovidencia. N i p a ra esto es n ecesaria o tra m oción de la causa segunda, sino sólo esta v o lu n ta d de D ios q u e viene com o a p re p a ra r y ofrecer e l concurso según las leyes d e su sab id u ría y pro v id en cia divinas. D eb e añadirse, em pero, q u e esta d eterm in ació n del concurso se fu n d a, en d o s aspectos, en la n a tu raleza d e la causa seg u n d a. P rim e ro , p o rq u e , p o r tener tal v irtu d . D ios d eterm in ó darle u n concurso d e ta l especie, y a este re s­ pecto, com o observé arrib a, se dice q u e d eterm in a el concurso de D ios en cu an ­ to a la ra z ó n específica, n o p o rq u e d ete rm in e absolutam ente a la v o lu n ta d de D ios a d a r tal concurso específico, p ues d e e sta m a n e ra sólo D ios se d e te rm in a a sí m ism o v o lu n tariam en te, sino p o rq u e es u n a ra z ó n objetiva que re q u ie re tal concurso; E n segundo lu g ar, de m a n e ra sem ejante, p o rq u e , p o r o b ra r n a tu ­ ralm ente tal causa, p o r eso tam b ién D ios quiere, ab so lu ta y d eterm in ad am en te, c o n c u rrir con ella. Y e n c u a n to a esto cabe decir e n e l m ism o sentido q u e la causa segunda d eterm in a e l concurso de la p rim e ra p o r lo q u e resp ecta al ejer­ cicio, ya q u e p o r su n a tu raleza reclam a d eterm in ad am en te aq u í y ahora el e jer­ cicio d e tal acción. A hora b ien , n o p arece q u e la d eterm in ació n en cu a n to a esta acción y e ste e fecto ind iv id u al p u ed a fu n d arse en m odo alguno en la causa segund a, ya q u e siendo la m ism a n u m éricam en te a q u í y ahora e n este sujeto, tiene p o d er p a ra p ro d u c ir varios efectos n u m éricam en te distin to s y no exige en m ayor m edida el concurso p a ra u n o q u e p a ra o tro ; p o r eso, la determ inación del concurso y de la acción e n cu an to a esta p arte, se atrib u y e exclusivam ente

non satis esset determinatio ad unum nu­ mero effectual, eo quod possit idem effectus fieri per diversas numero actiones, vel fortasse etiam specie; determinando autem ac­ tionem, consequens est ut necessario determinetur effectus; quia non potest eadem ae­ do numero tendere ad alium terminum, nisi ad ilium cum quo identificatur. 5. Ut non casu concurrat causa prima cum causis necessario agenttbus.— Atque hìnc fit primo causam primam et secundam convenire non casu, sed per se et ex instituto ad eamdem actionem efficiendam, quod maxime provenit ex modo operandi primae causae, seu ex scientia eius et providentia. Neque ad hoc est necessaria alia modo cau­ sae secundae, sed sola haec voluntas Dei quasi praeparantis et offerentis concursum iuxta leges suae divinae sapientiae et providentiae. Addendum est tamen hanc determinationem concursus, quantum ad duo, ha­ bere fundamentum in natura causae secun­ dae. Primo etenim, quia est talis virtutis, ideo decrevit Deus dare illi concursum talis

speciei, et quoad hoc, ut supra notavi, dicitur determinare concursum Dei quoad spe­ cificato rationem, non quia absolute deter­ mine! voluntatem Dei ad dandum talem concursum in specie, sic enim solus Deus se voluntarie déterminât, sed quia est ob­ iettiva ratio postulans talem concursum. Se­ cundo, ad eumdem modum, quia talis causa est naturaliter agens, ideo etiam Deus ab­ solute et definite vult cum illa concurrere. Et quoad hoc dici potest eodem sensu causa secunda determinare concursum primae quoad exercitium, quia natura sua hic et nunc determinate postulat exercitium talis actionis. At vero determinatio quoad hanc individuala actionem et effettuai non videtur posse fundari ullo modo in causa se­ cunda, nam eadem numero hic et nunc in hoc subiecto potens est ad plures effectus numero distinctos producendos, nec magis postulat concursum ad unum quam ad alium; et ideo determinatio concursus et actionis quoad hanc partem, soli primae causae tribuitur, ut probabiliter docuit Gre-

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a la causa p rim e ra , com o enseñó con p ro b a b ilid a d G regorio, In l, dist. 17, q. 4, a. 2 , ad 7, y se h a d ic h o arrib a. 6 . L os causas naturales, cuando hacen una cosa, incluso en sentido dividido, no pueden hacer ninguna otra.— E n segundo lu g ar, de lo dich o se sigue que estas causas q u e obran n a tu ra lm e n te , en aquel in sta n te o tie m p o en q u e operan, pon d erad as ab so lu tam en te to d as las cosas, n o p u e d e n hacer n ada m ás que aque­ lla realid ad específica e in d iv id u al q u e hacen. Y , e n cu an to a la especie, la cues­ tió n es clara, ya que tien en u n a v irtu d d eterm in ad a a tal efecto específico, d e­ term in ad a (digo) bien sea ab solutam ente, com o en las causas p articu lares y u n í­ vocas, bien sea aq u í y a h o ra sobre esta m ateria así dispuesta, b ie n sea con otras causas q u e co n c u rre n sim u ltán eam en te. E n cu an to al individuo, se prueba p o r la ra z ó n ad u c id a antes, p u e s, a u n q u e u n agente n a tu ra l tenga poten cia activa d e varios efectos individuales, dicha p otencia, em pero, es insuficiente p o r sí sola sin el concurso d e D io s; p o r ello, si n o lo tie n e , n o c o n stitu irá u n a cosa en p o ­ te n c ia p ró x im a, sino rem o ta , p a ra o b ra r; p o rq u e d e esta m an era n o se dirá que el fuego, p riv a d o del co ncurso d e D ios, es ab so lu tam en te p o te n te , antes b ie n se d irá q u e es ab so lu tam en te im p o ten te p a ra calentar d e ese m odo. Así, pu es, com o tales causas únicam en te tie n e n p re p a ra d o el concurso d e D ios para u n efecto n u m érico , sólo p o d rá n realizar ab so lu tam en te ese e fecto c o n potencia próxim a, la cual incluye, n o sólo la m era facu ltad d e o b rar, sin o tam b ién todos los requisitos prev io s a la operación. 7. Qué concurso divino se requiere para poder, y cuál para obrar.— Se d ir á : el co ncurso es la acción m ism a ; p ero la acción n o se re q u ie re p a ra p o d e r, sino para o b ra r; lu eg o el co ncurso n o se re q u ie re p a ra p o d e r. R espondo q u e u n a cosa es h a b la r d el co ncurso m ism o e n sí y en acto segundo, acerca del cual es válida la objeción, y a este re sp e c to su conclusión es rec ta , y otra cosa es h a b la r d el concurso en acto p rim e ro y e n aplicación p róxim a, q u e es com o decim os q u e se re q u ie re p a ra p o d e r e n a b so lu to ; y ese concurso n o consiste en la ácción, sin o e n la v irtu d o v o lu n tad divina, en cuanto próxim am ente apli­ cada y com o u n id a e n ta l tiem p o con la causa segunda, en v irtu d de su eterno

cursu Dei non dicetur simpliciter potens, gor., In I, dist. 17, q. 4, a. 2, ad 7, et immo absolute dicetur impotens ad sic casupra dictum est. 6. Causae naturales dum hoc agunt etiamlefaciendum. Sic igitur, quia huiusmodi cauin sensu diviso nil aliud facere possum — sae tantum habent paratum concursum Dei Secundo, sequitur ex dictis has causas na- ad unum numero effectum, solum illuni pos­ turaliter agentes in eo instand vel tempore simi absolute facere potenda nimirum pro­ quo agunt, simpliciter pensads omnibus, ni­ xima, quae includit, non tantum nudam fa­ hil facere posse nisi illam rem in specie et cilitateci agendi, sed edam omnia praerequiin individuo o’—m faciunt. Et de specie sita ad operandum. 7. Qui concursus divinus ad posse, qui quidem est res .... a, quia habent virtutem determinatam ad talem effectum in specie, ad agere requiratur.— Dices: concursus est determinatam (inquam) vel simpliciter, ut ipsa aedo; aedo autem non requiritur ad in causis pardcularibus et univocis, vel sal­ posse, sed ad agere; ergo concursus non tern hie et nunc circa hanc materiam sic requiritur ad posse. Respondeo aliud esse dispositam, vel cum aliis causis simul con- loqui de concursu ipso in se et in actu se­ currentibus. De individuo vero id probatur cundo, de quo procedit obiectio, et quantum ratione superius facta, quia, licet naturale ad id recte concludit; aliud vero esse loqui agens habeat potendam activam plurium ef- de concursu in actu primo et in proxima fectuum in individuo, tarnen ilia potenda applicadone, quo modo dicimus requiri ad per se sola est insufficiens sine concursu posse simpliciter; qui concursus non conDei; et ideo, si ilium non habet, non con- sisdt in actione, sed in divina virtute seu stituet rem in potenda proxima, sed remota voluntate, ut proxime applicata et quasi conad agendum; sic enim ignis privatus con- iuncta in tali tempore cum causa secunda

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d e c re to , p a ra c o n c u rr ir c o n e jla ; o tro s la lla m a n a sim ism o p r e p a r a c ió n u o f r e ­ c im ie n to d e l c o n c u rso .

8 . El concurso de D ios es múltiple conforme a la variedad de las causas segundas.— E n te r c e r lu g a r, se in fie re in c id e n ta lm e n te d e lo d ic h o q u e e l c o n ­ c u rs o d e D ios n o e s u n o solo e id é n tic o c o n to d a s la s c a u sa s s e g u n d a s , s in o q u e varía seg ú n la d iv e rsid a d d e la s c a u sa s s e g u n d a s ; p o r q u e D io s c o n c u rr e c o n ellas d e ta l m a n e ra q u e se a c o m o d a a c a d a u n a d e a c u e rd o c o n s u n e c e s id a d . P o r ello , así co m o co n ced e c o n c u rs o s n u m é r ic a m e n te d iv e rs o s p a r a e fe c to s d i ­ versos e n n ú m e ro , a sí ta m b ié n p re s ta c o n c u rs o s e sp e c ífic a m e n te d is tin to s p a r a acciones q u e d ifie re n e n e sp e c ie . Y se c o n firm a a b ie r ta m e n te p o r lo d ic h o a r r i ­ b a, ya q u e el c o n c u rs o d e D io s ad extra n o e s alg o d is tin to d e la a c c ió n m is m a , y tie n d e al m ism o té rm in o in trín s e c o ; lu e g o , s e g ú n la v a rie d a d d e la s a c c io n e s , v a ria rá ta m b ié n el c o n c u rso . P o r c o n sig u ie n te , n o p u e d e d e c irs e c o n v e r d a d q u e h a y u n m ism o c o n c u rs o d e D io s p a ra to d a s la s a c c io n e s d e la s c a u sa s s e g u n d a s , a n o se r q u e se tr a te , b ie n d e l c o n c u rs o in te rn o o d e la v o lu n ta d c o n q u e D io s c o n c u rre , b ie n d e la id e n tid a d ú n ic a m e n te p ro p o rc io n a l, e n c u a n to a l m o d o y a la ra z ó n g en eral p o r la q u e to d a s la s c a u sa s se g u n d a s n e c e s ita n d e l c o n c u rs o , a sa b e r, p o rq u e so n e n te s y a g e n te s p o r p a rtic ip a c ió n . 9. Dios , por sí solo, influye en el efecto de manera distinta que junto con la causa segunda.— E s m á s, d e a q u í p u e d e in f e rir s e ta m b ié n in c id e n ta lm e n te q u e , c o n re s p e c to a u n m is m o e fe c to , D io s in flu y e d e u n a m a n e r a si lo p r o d u c e p o r sí solo y d e o tra d is tin ta si o b ra ju n to c o n la c a u s a s e g u n d a ; e fe c tiv a m e n te , c u a n d o o b ra p o r sí solo, e m p le a u n in flu jo d e su y o s u fic ie n te p a r a e l e f e c t o ; en c a m b io , c u a n d o c o n c u rre c o n la c a u sa se g u n d a , a d o p ta u n a a c tiv id a d ta l q u e p o r s í sola n o b a s ta ría sin la c a u sa s e g u n d a , lo c u a l e s m a n ifie sto p o r lo d ic h o , ya q u e n o q u ie re o b ra r sin o c o n a q u e lla a c c ió n q u e sea c o m ú n c o n la c a u s a se ­ g u n d a . P e ro , a u n q u e a q u e l m ism o e fe c to p u d ie s e p r o c e d e r d e so lo D io s y , p o r ta n to , el in flu jo d e D io s p a ra ta l e fecto p u e d a d a rs e , c o n s id e ra d o a b s o lu ta m e n te y e n sí m ism o , sin la ca u sa s e g u n d a , n o o b s ta n te , ta l a c c ió n , q u e p ro c e d e d e la c a u sa se g u n d a , n o p u e d e d a rs e sin a q u é lla y , p o r e llo , ta m p o c o e l c o n c u rs o q u e D io s p re s ta p a ra ta l a c c ió n es p o r sí solo a b s o lu ta m e n te su fic ie n te p a r a e l e fe c -

ex vi sui aeterni decreti ad concurrendum cum illa; quam alii etiam vocant praeparationem seu oblationem concursus. 8. Concursus Dei multiplex pro causarum secundarum varietate.— Tertio, infet­ t e obiter ex dicris concursum Dei non esse v.num et eumdem cum omnibus causis secundis, sed variari iuxta diversitatem causarum secundarum, quia Deus ita cum illis concurrit ut sese accommodet unicuique iux­ ta eius indigentiam. Et ideo, sicut ad effectus numero diversos tribuit concursus nu­ mero distinctos, ita ad actiones specie di­ versas concursus tribuit specie distinctos. Et confirm ate aperte ex supra dictis, nam concursus Dei ad extra non est aliud quam ipsa actio, et ad eumdem intrinsecum ter­ minino tendit; ergo pro varietate actionum erit etiam varius concursus. Non potest ergo vere dici esse eumdem concursum Dei ad cmnes actiones causarum secundarum, nisi sit sermo vel de. concursu interno seu vo­ lúntate qua Deus concurrit, vel de identitate solum proportionali, quoad modum et ge-

neralem rationem ob quam omnes causae secundae indigent concursu, scilicet, quia sunt entia et agentia per participationem. 9. Deus se solo aliter ac cum causa secunda in effectum influit.— Im mo hinc etiam licet obiter inferre aliter D eum infiuere respectu eiusdem effectus, si se solo ilium efficiat, aliter cum causa secunda; quia cum se solo agit, adhibet influxum per se sufficientem ad effectum; cum ergo con­ currit cum causa secunda, accommodat talem activitatem quae per se sola non sufnceret sine causa secunda, quod est m ani­ festum ex dictis, quia non vult agere nisi ea actione quae sit communis causae secun­ dae. Quamvis autem ille idem effectus pos­ set esse a solo Deo, et ideo influxus Dei ad talem effectum absolute et secundum se possit esse sine causa secunda, tarnen talis actio, quae est a causa secunda, non potest esse sine illa, et ideo neque concursus quem Deus praebet ad talem actionem est solus absolute sufficiens ad effectum, sed tantum in suo genere. Cuius oppositum videtur opi-

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to, sino de m an era exclusiva d e n tro d e su género. P arece q u e C ó rd o b a opina lo co n trarió , q. 55, d ub. 4 ; sin em bargo, si se lee aten tam en te, n o discrepa en la realid ad . C o n sta, pues, de m an era suficiente p o r lo dicho cóm o p re sta D ios su concurso a los agentes naturales.

Se trata y explica la dificultad en el caso de los agentes libres 10. A hora b ien , las cosas q u e hem os dich o encierran u n a gravísim a difi­ c u lta d en el caso de los agentes lib re s; p o rq u e si la causa p rim e ra les determ ina el concurso d e igual m odo que a los dem ás agentes, entonces, en el ejercicio d e sus acciones en p artic u la r y en potencia p ró x im a, la cual incluye todos les req u isito s previos a la operación, ya no serán m ás indiferentes q u e los restantes agentes, con lo cual n u nca te n d rá n uso y ejercicio de la lib e rta d . Se explica el an tecedente e n su s dos p artes, p o rq u e D ios, com o causa p rim era , se u n e por su v o lu n tad a la causa segunda p a ra colaborar con ella, y esa v o lu n ta d es etern a y p recede a la causa se g u n d a ; p ero es absoluta y eficaz, p u esto que con ella D ios q u iere que tal efecto exista, ya q u e D ios ú n icam en te opera ad extra p o r esta vo­ lu n ta d ; m as esta voluntad a rra stra consigo a la causa segunda p a ra o b ra r, de su e rte que no p u e d a resistir a ella; luego, p o r esta p arte, la causa segunda, aun siendo lib re , q u e d a determ in ad a a u n a sola cosa, en cuanto al ejercicio, por la causa p rim era . Se confirm a e sto : para q u e dos causas lib res c o n cu rran por sí m ism as y con u n d eterm in ad o o rd e n a u n a sola operación, n o b asta el p ro ­ p ó sito y la v o lu n ta d prev en ien te de u n a, si no tien e eficacia sobre la o tra para arra stra rla ad o n d e q u ie re ; luego, si en el p resen te concurso únicam en te precede la v o lu n tad d e D io s, p o r la q u e q u iere eficazm ente c o n cu rrir con la causa se­ g u n d a a tal efecto, p a ra q u e el e fecto se siga esencialm ente es preciso q u e esa v o lu n ta d d e D ios tenga eficacia sobre la causa segunda lib re , a fin d e arras­ tra rla consigo a o b ra r; y d e esta m an era se elim in a la indiferencia en el ejer­ cicio d e la acción. A dem ás, cuando D ios define m ed ian te aquella v o lu n ta d el concurso qüe h a de d ar, lo define ú n icam en te e n o rd e n a u n a sola cosa, ya que n o p re te n d e varios efectos, sino u n o so lo ; luego p o r esta p a rte se elim ina tam ­ b ié n la in diferencia e n cu an to a la especificación o a la variedad d e las acciones.

nari Cordub., q. 55, dub. 4; tamen, si at­ tente legatur, in re non discrepai. Satis ergo ex his constat quomodo Deus praebeat concursum suum nariiralibus agentibus.

sed haec voluntas secum trahit ad operandum causam secundam, ita ut non possit ini resistere; ergo ex hac parte determinatùr ad unum quoad exercidum a causa pri­ ma causa secunda, eriamsi libera sit. Et Tractatur et explicatur difficultas confirmator hoc, nam ut duae causae liberae in agentibus liberis per se ac certa lege concurrant ad unum 10. Habent autem quae diximus sum- opus, non sads est unlus propositum et vo­ mam difficultatem L. vibus liberis ; quia luntas praeveniens, nisi efficaciam habeat in si prima causa eodem modo determinai illis alteram trahendi iÉam quo vult; ergo si in concursum quo caeteris agentibus, non ma- praesenti concursu solum praecedit voluntas gis erunt indifferentia in usu suarum acrio- Dei, qua efficaciter vult concurrere cum num in particulari et in potestate proxima, causa secunda ad talem effectum, ut effet­ quae includit omnia praerequisita ad ope- tua per se sequatur necesse est voluntatem randum, quam caetera agenda, et ita nun- mam Dei habere efficacitatem in causam sequam habebunt usum et exercidum liber- cundam liberam, ut illam secum trahat ad tads. Antecedens declarator quoad utramque operandum; et ita tollitur indifferenda in partem, rara Deus ut causa prima per vo- exercido actionis. Rursus, cum Deus per il­ luntatem suam coniungitur causae secundae lam voluntatem definii concursum dandum, ad cooperandum llli, quae voluntas est ae- ad unam tantum rem ilium definii, quia non tema et praeveniens causam secundam; est vult plures effectus, sed unum tantum; ergo autem absoluta et efficax; nempe qua Deus ex hac parte tollitur edam indifferenda vult talem effectum esse, quia Deus per quoad specificationem seu varietatem actioimm. Et confirmator, nam dictum est prisolam hanc voluntatem ad extra operator;

Disputación XXII.—Sección IV

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Se confirm a, p u esto q u e se h a dicho q u e la causa p rim e ra define su co ncurso p a ra u n efecto in d iv id u al y sin g u la r; y esa necesidad tam bién se cum ple con resp ecto a la causa segunda lib re , ya q u e ella n o p u e d e elegir u n acto in d iv id u al con p referen cia a otros d e la m ism a especie. 11. Diferentes sentencias de los Doctores.— P a ra explicar e sta dificultad h a n escrito m ucho los D o cto res escolásticos. A lgunos d e ellos p arecen a d m itir a b iertam en te to d o lo q u e se supone en la dificultad señalada, acerca d el m odo có m o D ios p resta, m ed ian te su voluntad, este concurso a las causas segundas. A sí p a re c e opinar so b re todo E scoto, In I, d ist. 39, § Viso de contingentia; dist. 4 1, § Primum istorum y § Sed contraj dist. 47, al final; y en Ouodl., 14, litte r. S ; le siguen los escotistas, e n especial Bassolis, In I, d ist. 38, a. 2 , y dist. 39, a. 2 ; M airo n is, d ist. 38, q. 1, a. 4, y q. 3 ; ta m b ié n R icardo, dist. 38, a. 1, q . 5, parece su p o n e r lo m ism o cu an d o dice q u e D ios, en su vo lu n tad , conoce suficientem ente todas las cosas fu tu ra s. Y lo afirm ó igu alm en te D u ra n d o , en el lu g a r citado, q. 3, a u n q u e en otros pasajes no re q u ie re concurso d e D io s para las acciones d e la s causas segundas. T a m b ié n m u ch o s to m istas m odernos siguen esta opinión y la a trib u y e n a S anto T o m ás. P ero en to d a la do ctrin a d e éste n o se hace m ención n in g u n a d e tal op in ió n , n i p u e d e aducirse n ada fu e ra de lo q u e hem os tra ta d o y expuesto e n la sec. 2, y d e lo q u e , acerca de la m o­ ción d e la v o luntad h u m a n a p o r D io s, tra ta el m ism o S an to T o m á s en I, q . 82, , a. 2 ; q. 104, a. 3 y 4 ; q. 105, a. 4 ; y en I-II, q. 9 y 10, especialm ente a. 4, ad 3, y q . 109, e n los p rim e ro s artículos, sobre to d o a. 6, a d 3. P ero en to d o s estos lu g ares n u n c a explicó aquel m odo d e d a r u n concurso general, sino q u e , a lo sum o, lo llam a m oción d e la v o lu n ta d h u m an a, y m u chas veces no h a b la de él, sino de otros m odos seg ú n los cuales D io s p u e d e m over m o ralm en te la v oluntad, p rin cip alm en te m ed ian te los auxilios d e la gracia, lo cual n o pertenece a la p re se n te cuestión. 12. De qué manera resuelven los autores citados la dificultad propuesta.— S upuesta esta sentencia, sus autores resp o n d en de dos m aneras a la d ificultad p ro p u esta. L a p rim e ra es q u e aquella v o lu n ta d p o r la q u e D ios d eterm in a el

mam causam definire concursum suum ad Individuum et singulärem effectum; quae necessitas etiam habet locum respectu cau­ sae secundae liberare quia non potest ipsa eligere unum individuimi actum prae alias eiusdem speciei. 11. Variae Doctorum senteniiae.— In hac difficultate explicanda multa scribunt scholastici Doctores. Et quidam eorum ad­ mitiere plane videntur totum id quod in difficultate tacta supponitur de modo quo Deus per voluntatem suam prse'oet hunc concursum causis secundis. Quod máxime videntur sentire Scorns, In I, dist. 39, § Viso de contingentia, et dist. 41, § Primum isto­ rum, et § 'Sed contra, et dist. 47, in fine, et Quodl., 14, litter. S, et sequuntui scotistae, praesertim Bassol., In I, dist. 38, a. 2, et dist. 39, a. 2; et Maironis, dist. 38, q. 1, a. 4, et q. 3; Richard, etiam, dist. 38, a. I, q. 5, idem supponere videtur, dum ait Deum in sua volúntate sufficienter cognoscere om­ nia futura. Quod etiam assèruit ibi Durand., q. 3, etiamsi alias non requirat concursum

Dei ad actiones causarum secundarum. Miri­ fique thomistae moderni hanc opinionem sequuntur et D. Thomae attribuunt. Sed apud eum nulla eius mentio fit in tota doctrina sua, ñeque aliquid afierre possunt praeter ea quae sect. 2 tractavimus et exposuimus, et quae de motione humanae voluntatis a Deo tractat idem D. Thomas, I, q. 82, a. 2, q. 104, a. 3 et 4, et q. 105, a. 4, et I-II, q. 9 et 10, praesertim a. 4, ad 3, et q. 109, in primis articulis, praesertim a. 6, ad 3. Sed in his omnibus locis nunquam explicuit ilium modum dandi generalem concursum, sed ad summum vocat ilium motionem vo­ luntatis humanae, et saepe non loquitur de ilio, sed de aliis modis quibus Deus potest moraliter movere voluntatem, praesertim per auxilia gratiae, quae ad praesens non spectant. 12. Qualiter satisfaciant praedicti ducto­ res difficultati propositae.— Supposita autem hac sententia, duobus modis respondent auctores eius ad propositam difficultatem. Prior est, illam voluntatem Dei 9ua deter-

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co ncurso p a ra la acción de la causa segunda, p ro c e d e d e la lib e rta d d e la m ism a v o lu n ta d y, p o r tan to , n o im pide, sino q u e conserva sem ejante lib e rta d en. la causa segunda, si la posee p o r o tra p a rte . E sta respuesta e n c u e n tra fu n d a­ m e n to en la d o c trin a de E scoto, el cual, com o vim os antes, afirm ó p o r este m o­ tiv o q u e , si D io s obrase p o r necesidad n a tu ra l, con el concurso o m oción con q u e m ueve a la causa seg u n d a elim in aría su lib e rta d , pero ahora n o la elim ina p o rq u e obra lib re m e n te . S in em bargo, esta re sp u e sta no es satisfactoria; p o r­ q u e la lib e rta d d e D ios p u e d e c o n trib u ir a p re s ta r u n concurso acom odado a la causa segunda y a su lib e rta d . P ero si e l concurso o la m oción d e D ios es tal que, si D ios lo prestase p o r necesidad n a tu ra l, im p rim iría necesidad a la volun­ ta d creada, a u n cu an d o D io s lo conceda lib re m e n te obligará a ésta, com o d e­ m o stré m ás a rr ib a ; p o rq u e si la m o ció n es la m ism a, tiene ig u al efecto e n la causa segunda, y la relación lib re a la causa p rim e ra h a rá que la acción sea lib re p a ra la ca u sa p rim era , m as n o p a ra la causa segunda. A sí, p u e s, en el p re ­ sen te caso, poco im p o rta q u e D ios d é su co ncurso lib rem en te del m odo antes explicado, p u e s d e ah í sólo se d esp ren d e q u e la acción es lib re p a ra D ios, pero n o p a ra la cau sa segunda, y a q u e la dificultad p ro p u e sta p arece d em o strar que ese m o d o d e c o n c u rrir e lim in a su indiferencia. S e confirm a, p o rq u e D ios p u ede im p rim ir n ecesid ad a la v o lu n ta d cre a d a y, a p e sa r d e ello, la im p rim iría libre­ m e n te ; en to n ce s, la acción sería lib re p a ra D io s y necesaria p a ra la voluntad c re a d a ; luego la relación d e lib e rta d con respecto a la causa p rim e ra n o es su­ ficiente p a ra q u e la ación sea lib re p a ra la causa segunda, a n o ser q u e el m odo d e m overla y d e co n cu rrir c o n ella sea ta l q u e esté acom odado a conservar el uso d e su lib e rta d ; co n siguientem ente, p o r la sola lib e rta d d ivina n o se resuel­ ve satisfacto riam en te la an te d ic h a dificultad. 13; Otra solución a la dificultad.— O tra resp u esta es q u e D io s, aunque concede a los agentes n a tu ra le s y lib res u n co ncurso definido m ed ian te su vo­ lu n ta d , no o b sta n te , lo p re s ta d e diverso m o d o ; p o rq u e a los agentes necesarios q u ie re darles u n concurso c o n e l q u e o b re n necesariam ente, y a los libres uno con q u e o b re n lib re m e n te ; y así n o sólo q u iere D ios la acción, sino tam b ién el m odo de la ac c ió n ; y com o la divina v o lu n ta d es eficaz p a ra am bas cosas, por minat concursum ad actionem causae secundae esse ex libertate eiusdem voluntatis, et ideo non impedire, sed conservare similem libertatem in causa secunda, si alioqui illam habeat. Haec responsio habet fundamentum in dottrina Scoti, qui, ut supra vidimus, ob hanc causam asseruit, si Deus ageret ex ne­ cessitate naturae, ablo'urum, concursu seu motione qua movet 'sam secundam, li­ bertatem eius, nunc autem non auferre quia libere agit. Verumtamen, haec responsio non satisfacit; libertas enim Dei conferre potest ut tribuat concursum accommodatum cau­ sae secundae et libertati eius. Si autem con­ cursus vel motio talis est ut, si a Deo tri­ bù eretur ex necessitate naturae, necessitaret voluntatem creatam, etiamsi libere a Deo detur, necessitabit Ùlam, ut supra probavi, quia si motio est eadem, eumdem effectum habet in causa secunda; respectus autem li­ ber ad causam primam faciet ut actio sit libera causae primae, non vero causae se­ cundae. Sic igitur in praesenti parum refert quad Deus libere praebeat concursum modo

supra explicate, nam inde solum habetur actionem esse liberam Deo, non vero ipsi causae secundae, quia difficultas proposita videtur ostendere ilium modum concurrendi tollere indifferentiam eius. E t confirmatur, nam Deus potest nccessitatem inferre voluntati creatae, et nihilominus libere earn inferet; et tunc actio erit libera Deo, voluntati autem creatae necessaria; ergo respec­ tus libertatis ad causam primam non satis est ut actio sit libera causae secundae, nisi modus movendi illam et concurrendi cum ilia talis sit ut sit accommodates ad conservandum usum libertatis eius; ergo ex sola libertate divina non satis solvitur praedicta difficultas. 13. A lia e n o d a tio d if j ic u lta tis .— Alia re­ sponsio est Deum, licet agentibus naturalibus e t liberis definitum concursum tribuat per suam voluntatem, tamen diverso modo tribuere; nam agentibus necessariis vult dare concursum quo necessario agant, liberis quo libere agant; et ita non solum vult Deus actionem, sed etiam modum actionis; et quia

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eso con ced e am bas al m ism o tiem p o . P o r este m o tiv o se d ice d e la p ro v id e n c ia d iv in a q u e llega de un confín a otro confín enérgicamente y dispone todas tas cosas con suavidad. E sta re s p u e sta tien e fu n d a m e n to e n S a n to T o m á s, I , q . 19, a. 8, a d 2, y en o tro s lu g a re s, d o n d e e n se ñ a q u e p e rte n e c e a la eficacia d e la d iv in a v o lu n ta d el q u e se h a g a lo q u e e lla q u ie re y d e l m o d o q u e lo q u ie re . T a l d o c trin a , así to m a d a e n se n tid o g e n e ra l, es c e rtís im a ; p e ro ta m b ié n es c ie rto q u e , c u a n d o D ios q u ie re q u e se h ag a alg o d e u n m o d o d e te rm in a d o , in c u m b e a su sa b id u ría y eficacia e l a p lic a r las causas a co m o d a d as a ese m o d o d e o b r a r ; p o rq u e se c o n tra d iría a sí m ism o si q u is ie ra q u e se h iciese algo d e u n a m a n e ra d e te rm in a d a y , p o r o tra p a rte , im p id ie se o su p rim ie se las causas en o rd e n a esa m a n e ra d e o b ra r. A sí, p u e s , lo q u e a h o ra in v e stig a m o s es e s to : d e q u é m o d o , c u a n d o D io s q u ie re q u e la cau sa seg u n d a o b re lib re m e n te y c o n in d ife re n c ia , p u e d e d efin irle su c o n c u rso , sin q u e ello im p liq u e c o n tra d ic c ió n . P o r eso n o b a sta d e c ir, p a ra la eficacia y su av id ad d e la p ro v id e n c ia d iv in a , q u e u n e esas dos co sa s; sino q u e , o es n e c e sa rio estplicar d e q u é m o d o n o e x iste c o n tra d ic ­ ció n en ellas, cosa q u e n o se h ace e n d ic h a re s p u e sta , o h a y q u e b u sc a r u n m o d o d istin to seg ú n el c u a l D io s p u e d a m o v e r eficaz y su a v e m e n te a la c ria tu ra p a ra q u e o b re y o b re c o n lib e rta d . 14. Respuesta del autor a la precedente dificultad.— A sí, p u e s, p o r cau sa d e la d ificu ltad p ro p u e s ta , e stim o , c o n o tro s m u c h o s teó lo g o s, q u e d eb e ex p li­ carse d e o tra m a n e ra e l m o d o com o D io s p re s ta u o fre c e su co n cu rso a las causas lib re s. E se m o d o difiere e n dos cosas d e a q u e l o tro q u e h e m o s e x p licad o en el caso d e los ag en te s n a tu ra le s . P rim e ro , e n la d e te rm in a c ió n en, c u a n to al ejercicio, p o rq u e D io s, e n v irtu d d e lá v o lu n ta d p o r la q u e d e te rm in a p re s ta r su co n cu rso a la cau sa lib re , n o d e c id e d e m a n e ra e n te ra m e n te a b so lu ta q u e la causa lib re realice d ic h o acto, n i q u ie re a b so lu ta m e n te q u e tal a c to ex ista, sino co m o so b re e n te n d ie n d o u n a co n d ic ió n q u ie re q u e tal a c to e x ista e n cu a n to d e ­ p e n d e d e E l y d e su c o n c u rso , q u e d e te rm in a p re s ta r, y a é l aplica su p o te n c ia e n v irtu d d e ta l v o lu n ta d , si es q u e la ca u sa se g u n d a o v o lu n ta d cre a d a se d e ­ te rm in a ta m b ié n a é l e in flu y e e n é l; p o rq u e siem p re p u e d e d e ja r d e in flu ir, sig u ien d o su lib e rta d . ad utrumque est efficax divina voluntas, ideo utrumque simul praestat. E t propterea de divina providentia dicitur quod attingit

a fine usque ad fmem former et disponit omnia suaviter. Quae responsio habet fun-

damentum in D. Thoma, I, q. 19, a. 8 , ad 2 , et aliis locis, ubi docet ad efficaciam divinae voluntatis pertinere ut quod vult, fiat, et eo modo quo vult. Quae doctrina, ita generatim sumpta, certissima est, tamen etiam est cerium, cum D eus vult aliquid fieri certo quodam modo, pertinere ad sapientiam et efficaciam eius, applicare causas accommodatas ad ilium modum operandi; repugnaret enim sibi ipsi, si vellet aliquid fieri tali modo et alioqui impedirei vel tolleret causas ad ilium operandi modum. H oc ergo est quod in praesenti inquirimus, quomodo cum Deus velit causam secundam li­ bere et cum indifferentia agere, possit illi concursum suum definire quin in hoc involvatur repugnantia. Unde non satis est dicere, ad efficacitatem et suavitatem divi­ nae providentiae, illa duo coniungere; sed vel explicare oportet quo modo in illis non sit

repugnantia, quod per eam responsionem non fit, vel quaerendus est alius modus quo efficaciter et suaviter possit Deus mavere creaturam ut faciat et libere faciat. 14. Auctoris responsio ad praecedentem difficultatem.— Propter difficultatem ergo propositam, censeo cum aliis multis theologis aliter esse explicandum modum quo Deus suum concursum praebet vel offert causis Iiberis. Qui modus in duobus differì ab ilio quem in agentibus naturalibus explicuimus. Primo, in determinatione quoad exercitium, quia nimirum Deus, ex vi illius voluntatis qua statuii praebere concursum causae liberae, non omnino absolute statuit ut causa libera ilium actum exerceat, neque simpliciter vult ilium actum esse, sed quasi subintellecta conditione vult ilium actum es­ se, quantum est ex se et ex parte sui con­ cursus, quem praebere statuit, et ad ilium ex vi talis voluntatis applicai potentiam suam, si tamen causa seconda seu voluntas creata ad ilium edam se determinet et in ilium influât; semper enim potest non influere pro sua liberiate.

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15. Primera razón.— E sta diferencia se fu n d a , p rim e ra m e n te , e n los diver­ sos m odos de o b ra r q u e son connaturales a estos agentes. P o rq u e los agentes n atu rales e stá n d eterm in ad o s p o r su n atu raleza al ejercicio d e sus acciones; p o r ello, com o decía antes, la causa p rim era , acom odándose a ellos, les determ ina absolutam ente su co n c u rso ; en cam bio, los agentes lib re s n o están así d eterm i­ nados p o r su n atu raleza al ejercicio de sus acciones; consiguientem ente, com o D ios da a cada uno su concurso d e m anera acom odada a su n a tu raleza, tam bién ofrece su concurso a estos agentes sin u n a ab so lu ta determ inación p a ra el ejer­ cicio. 16. Segunda .— E n segundo lu g ar, p arece p e rsu a d ir esto la razó n aducida; p o rq u e si D ios ofreciese su co n cu rso con u n a v o lu n tad absoluta y eficaz, física­ m e n te determ inativa y p ro d u c tiv a de tal acto, necesariam ente arrastraría consi­ g o a la causa se g u n d a ; y esa necesidad sería absoluta con respecto a tal causa, p u e s, a u n q u e se diese e n v irtu d d e alguna suposición, aquélla, sin em bargo, se­ r ía p o r com pleto an tecedente y d e tal m an era eficaz q u e la causa inferior no p o d ría en m o d o alguno re sistir a ella. 17. Tercera.— E n te rc e r lu g a r, p o rq u e , a u n cuando el concurso actual no sea uno d e lo s req u isito s previos p a ra o b ra r, sino q u e esté incluido en la acción, n o obstante, el concurso en acto p rim e ro , o (lo q u e es igual) el ten er de tal m a­ n e ra ofrecido y p re p a ra d o el concurso q u e e sté en po testad del h om bre el d is­ p o n e r de él si quiere, es u n o d e los re q u isito s previos necesarios p a ra obrar, según se dem o stró arrib a. P o rq u e , e n v erdad, d e o tra m anera no se entiende cóm o está en la p o te sta d pró x im a d el h o m b re el incoar su acción. L u e g o este con­ cu rso d ebe ofrecerse de tal m an era, y m ed ian te tal volu n tad de la causa prim era) q u e , p u e sto él así, todavía e sté en p o testad d e la causa segunda el o b rar lib re­ m e n te con él o n o o b ra r; p u e s e n o tro caso n o se salva esta indiferencia con todos los re q u isito s previos p a ra o b ra r, lo cu al pertenece a la razón de la acción lib re . L uego es preciso e n te n d e r q u e se ofrece m ediante una voluntad que in­ cluye u n a condición, ta l com o no so tro s h em os explicado. P orque, si se tratase d e u n a v o lu n ta d com pletam en te ab soluta, ese ofrecim iento del concurso no po­ d ría dejar d e pasar al ejercicio, o sea, al acto segundo.

15. P r im a r a tio .— Fundaturque haec dif­ ferentia, primo, in diversis modis operandi connaturalibus his agentibus. Agenda enim naturalia natura sua sunt determinata ad exercitium suarum actionum; et ideo, ut supra dicebam, prima causa se illis accommodans absolute i ~ * ~ \ illis concursum; agenda autem libera no. sunt ita determi­ nata natura sua ad exercitium suarum ac­ tionum; cum ergo Deus unicuique det con­ cursum modo accommodato naturae eius, his edam agentibus offert concursum sine omnimoda determinadone ad exercitium. 16. S e c o n d a .— Secundo, hoc videtur convincere ratio facta; nam si Deus offerret concursum absoluta et efficaci voluntate physice determinativa et effectiva talis actus, necessario secum ■ traheret causam secon­ dato; quae necessitas esset absoluta respectu talis causae, quia, licet esset ex aliqua sup­ poston e, illa tamen esset omnino antece­ d e i , et ita efficax ut inferior causa nullo modo posset ei resistere.

17. T e r tia .— Tertio, quia, licet actualis concursus non sit ex praerequisitis ad agen­ dum, sed inclusus in actione, tamen concur­ sus in actu primo, seu (quod idem est) ha­ bere ita oblatum et preparation concursum ut sit in potestate hominis habere ilium si velit, est unum ex necessario praerequisitis ad agendum, ut supra probatum est Quia revera non intelligitur alia ratione quomodo sit in proxima potestate hominis inchoare suam actionem. Ergo debet hic concursus ita offerri et per talem voluntatem causae primae, ut, eo sic posito, adhuc sit in potes­ tate causae secundae libere cum eo operar! vel non operati; quia alias non salvatur haec indifferentia cum omnibus praerequi­ sitis ad agendum; quod est de ratione liberae actionis. Ergo necesse est ut intelligatur offerri per voluntatem includentem conditionem, prout a nobis declarata est. Nam si esset omnino absoluta, non posset illa oblatio concursus non transire ad exercitium seu actum secundum.

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18. Cuarta .— E n cuarto lu g ar, esto e s sobrem anera necesario p o r razón de los actos m alos d e la v o luntad creada. E fectivam ente, n o p u e d e decirse q u e D io s, p o r sí m ism o, con su v o lu n tad absoluta, d eterm in e q u e estos actos sean rea li­ zados e n te ra m e n te p o r la causa seg u n d a; de lo contrario n o sólo los p erm itiría, sino q u e tam b ién los q u erría, lo cual es ajeno a la sana d o ctrin a. A dem ás, p o r­ que e n o tro caso la p rim e ra ra íz y origen del m al de n u e stra v o lu n ta d re d u n d a ­ ría e n D ios, p u e s, com o la v o lu n tad de D ios es a b so lu tam en te an terio r, ella ' d ete rm in a rá siem pre a la v o lu n tad creada p a ra que q u ie ra ; luego la v o lu n ta d creada siem pre q u ie re p o rq u e D ios q u iere q u e quiera. L u eg o , c u an d o q u ie re el m al, lo q u iere p recisam en te p o rq u e D ios q u iere que lo qu iera. C onsiguiente­ m ente, la p rim e ra ra íz de to d a m ala voluntad se re d u c iría a la divina, lo cual es im pío. 19. Y n o satisfará q u ie n re sp o n d a q u e todas estas cosas son v erdaderas y d eb en ad m itirse acerca de la m ala voluntad en sentido m aterial, p e ro n o en sen­ tid o fo rm al, es d ecir, en cuanto es m ala. P o rq u e , en el caso p re se n te , u n a cosa se sigue d e la o tra , y a q u e el acto lib re de la v o lu n tad creada acerca d e este objeto y con estas circunstancias n o p u ed e darse sin te n e r la m alicia concom i­ ta n te ; p o r ta n to , el q u e q u iere con v o lu n tad absoluta q u e dicho acto sea re a ­ lizado p o r la v o lu n ta d creada acerca de este objeto y c o n estas circunstancias, y especialm ente si lo q u ie re d e ta l m odo que arrastra consigo a la v o lu n ta d crea­ d a p a ra realizar ese acto, e s claro q u e m o ral o v irtu alm en te q u ie re la m alicia n ecesariam ente u n id a a tal acto, y es raíz y causa d e la m ism a. N o sucede así si D ios ofrece su concurso m ed ian te aquella volu n tad q u e in clu y e condición, tal com o la hem os ex p licad o ; p o rq u e entonces ab so lu tam en te n o q u ie re u n acto m alo, n i d ete rm in a o a rra stra a la v o lu n ta d cread a a realizarlo, sino q u e sólo le ofrece u n concurso con el q u e influye e n el acto d e la v o lu n ta d cread a, cuan­ do ésta realiza el acto. E sta es la p rin c ip a l d iferencia p o r la q u e D ios q u iere ju stam en te p e rm itir el acto pecam inoso, en cu a n to p ro c e d e d e la v o lu n ta d crea­ da, y q u e, sin em b arg o , n o p u e d e q u e re r e n cuanto ta l, cóm o explican m ás extensam ente los teólogos q u e voy a c ita r en seguida. 20. Quinta.— P odem os aplicar u n a q u in ta razó n , p o rq u e D ios p u e d e im ­ p rim ir necesidad a la v o lu n ta d cread a, a u n c u an d o n o sufriese n ecesid ad p o r 18. Q u a r ta .— Quarto, hoc est maxime necessarium propter actus malos voluntatis creatae. Dici enim non potest Deum ex se, absoluta volúntate sua, statuire ut hi actus omnino fiant a causa secunda; alias non tantum illos permitteret, sed edam vellet, quod alienum est a sana doctrina. Praeterea, quia alioqui prima radix et origo mali nostrae voluntatis in Deum reduceretur, nam cum voluntas Dei simpliciter sit prior, illa semper determinabit voluntatem creatami ut velit; ergo semper voluntas creata vult quia Deus vult illam velie; ergo etiam cum vult malum, ideo vult quia Deus vult eam velie. Prima ergo radix omnis malae voluntatis in divinam refunderetur, quod impium est. 19. Nec satisfaciet qui respondent haec omnia esse vera et admittenda de volúntate mala pro materiali, non vero pro formali, id est, quatenus mala est. Nam in praesenti unum ex altero sequitur, quia actus liber voluntatis creatae circa hoc obiectum et cum his circumstantiis haberi non potest quin

habeat concomitantem malitiam; qui ergo vult voluntate absoluta ilium actum elici a voluntate creata circa hoc obiectum et cum his circumstantiis, et praesertim si ita vult ut secum trahat voluntatem creatam ad il­ ium actum exercendum, piane vult moraliter seu virtualiter malitiam necessario coniunctam illi actui, et est radix et causa eius. Secus vero est si Deus offerat concursum per voluntatem illam includentem conditionem, ut a nobis explicata est; nam tunc simpliciter non vult actum malum, nec de­ terminai aut trahit voluntatem creatam ad exercitium eius, sed solum offert illi con­ cursum quo influii in actum voluntatis crea­ tae, dum ipsa elicit ilium. E t haec est potis­ sima differentia ob quam Deus iuste vult permittere actum peccati, ut est a voluntate creata, quem tarnen ut sic velie non potest, ut latius explicant theologi statina citandi. 20. Q u in ta .— Quintam rationem adhibere possumus, quia Deus potest necessitare voluntatem creatam, etiam cum ab obiecto,

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p a rte d el objeto, el en te n d im ie n to o alguna disposición in trín seca, com o hem os visto en lo q u e p re c e d e ; p e ro n o se ve el m o d o com o D ios p u e d a im p rim ir tn ás eficazm ente n ecesid ad en cu a n to al ejercicio a la v o lu n ta d cread a, si n o es c o n su ab so lu ta v o lu n tad eficaz y operativa ad extra, a rra stra n d o a la voluntad creada p a ra q u e q u iera lo q u e E l q u iere q u e qu iera. L u e g o , in v ersam e n te, cuan­ do D ios q u ie re c o n c u rrir con la v o lu n ta d cread a d e tal m an era q u e n o la obli­ g u e al ejercicio, n o d a su concurso m ed ian te u n a v o lu n ta d ta n ab so lu ta y eficaz; lu eg o lo p re s ta p o r u n a v o lu n ta d acom odada a la lib ertad de la v o lu n ta d h u ­ m a n a y q u e , p o r tan to , incluye, p o r p a rte d e E l, u n a condición v irtu a l, según h e­ m o s explicado. D e esta m an era ex p licaro n el m o d o com o D ios co n c u rre con la cau sa lib re casi todos lo s teólogos antiguos, a lo s que voy a c ita r inm ediata­ m e n te , d eclarando antes la segunda d iferencia arrib a pro p u esta. 21. Segunda diferencia en el modo del concurso divino con las causas libres y con las necesarias.— Se d a, p u e s, o tra d iferen cia e n tre el m odo com o la vo­ lu n ta d d iv in a ofrece su concurso a los agentes n atu rales y a los lib re s, p o rq u e a aquéllos sólo p re s ta co ncurso p a ra u n acto, y a éstos, en cam bio, les ofrece con­ cu rso su ficiente p a ra varios actos, en lo q u e d e E l depende, cosa q u e p ru e b a a c e rta d a m e n te la dificu ltad antes p lan tead a. P u e d e p ro b arse, adem ás, aplicando p ro p o rc io n a lm e n te casi to d as las razones ad u cid a s en la a n terio r. P rim e ro , p o r­ q u e D ios p re s ta a cada causa segunda su co n cu rso d e m anera acom odada a la n a tu ra le z a d e d ic h a causa. P ero es ta l la n a tu rle z a d e la causa lib re q u e , puestas to d a s las d e m á s condiciones preexigidas, se en c u e n tra in d ife re n te p a ra varios a c to s ; lu e g o ta m b ié n d e b e re c ib ir e n acto p rim e ro el concurso d e m anera in d i­ fe re n te ; lu e g o , e n cu a n to d ep en d e d e D io s, d eb e ofrecérsele co n cu rso , no sólo p a ra u n acto , sino p a ra varios. E n segundo lu g ar, p o rq u e , de lo contrario, la v o lu n ta d c re a d a n u n c a esta ría en p o ten cia pró x im a p a ra realizar varios actos; lu eg o n u n c a sería lib re e n cu an to a la especificación del acto. L a segunda con­ secuencia re s u lta m anifiesta p o r lo q u e an tes se dijo acerca d e la causa libre. L a p rim e ra co n secu en cia es ev id en te, ya q u e la causa segunda n o está en p o ­ te n c ia p ró x im a p a ra a lg ú n efecto si n o -tie n e p re p a ra d o el concurso de la causa

intellectu, aut aliqua intrinseca dispositione necessitateci non pateretur, ut in superioribus visum est; non apparet autem modus quo possit efficacius' Deus inferre necessita­ teci quoad exercitium voluntati creatae, quam absoluta voluntate sua efficaci et ope­ rativa ad extra, trahendo creataci voluntatem ut id velit .quod ipse vult eam velie. Ergo, e converso, cum r* vult ita concurrere cum voluntate creata ut illam ad exercitium non necessitet, non dat concursum per voluntatem ita absolutam et efficacem; ergo praebet per voluntatem accommodatam libertari humanae voluntatis, atque adeo includentem ex parte illius virtualem conditionem, qualem explicuimus. Atque in hunc modum explicarunt fere omnes anti­ qui theologi modum concurrendi Dei cum causa libera, quos statini referam, declarata prius secunda differentia supra proposita. 21. S e c u n d u m d is c r im e n i n m o d o c o n ­ c u r s u s d i v i n i c u m c a u s is lib e r is a c c u m ne­ cessari«.— E st ergo aliud discrimen inter modum quo divina voluntas offert concur-

sum naturalibus et liberis agentibus, quia illis solum ad unum actum praebet concursum , his autem ad plures actus offert sufficientem concursum, quantum est de se, quod recte probat difficultas superius posita. Et praeterea probari potest applicando cum proporrione fere omnes rationes factas in precedenti. Primo, quia Deus praebet unicuique causae secundae concursum modo accommodato naturae eius. Sed haec est natura causae liberae, ut, positis caeteris omnibus conditionibus praerequisitis, sit indifferens ad plures actus; ergo debet etiam recipere in actu primo concursum modo in­ differente; ergo debet, quantum est ex par­ te Dei, illi offerri concursus non tantum ad unum actum, sed ad plures. Secundo, quia alias voluntas creata nunquam esset proxime potens ad plures actus efficiendos; ergo nunquam esset libera quoad specificationem actus. Patet secunda consequentia ex dictis supra de causa libera. Prima vero sequela patet, quia non est causa secunda proxime potens ad aliquem effectum, nisi habeat pa-

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p rim e ra en ord en a él. P o r eso decíam os p oco h a q u e la causa n a tu ra l siem pre está e n poten cia pró x im a p a ra u n solo efecto singular, ya q u e sólo e n o rd e n a él tiene p rep arad o el concurso d e D ios. 22. E n tercer lu g a r, u n a rg u m en to e v id en te es q u e la v o luntad creada n o p u ed e q u e re r nada sin el co n cu rso de D io s; p o r tan to , si d e alguna m anera n o tiene en su p o te sta d el concurso d e D ios p a ra varios actos, n u nca p u e d e abso­ lu ta y p ró x im am en te realizar cu alq u iera de esos a c to s; p e ro n u n c a p u ed e te n e r el concurso de D ios en su m an o y e n su p o d e r, si no lo tien e ofrecido previa y an tecedentem ente, en lo q u e d e p en d e d e la v o lu n tad d e D io s, ya q u e n o se d a n i p u e d e darse sino p o r la v o lu n ta d d e D ios. T am p o co p u e d e la v o lu n ta d creada com o p re v e n ir a la v o lu n ta d divina, o hacer algo p a ra arra stra rla a d a r el con­ curso general, ya q u e la v o lu n ta d creada n o p u e d e h a c e r n a d a sin el m ism o concurso. P o r consiguiente, la v o lu n tad de d a r el concurso d ebe siem pre a n te ­ ceder y, con respecto a él, la volu n tad creada tam poco p u e d e , al m enos en la p rim era volición, an ticip arse d e alguna m an era a la divina. L u eg o si esa vo lu n ­ tad divina se define en o rd en a u n solo acto o concurso, la v o lu n ta d creada únicam ente p u ed e realizar éste e n potencia p ró x im a, y n o tien e e n su p o d e r u n concurso p a ra o tro ; co n siguientem ente, lo m ism o o cu rre c o n los dem ás q u e, o bien se siguen de aq u él, o se realizan esencialm ente e n el m ism o género d e concurso. 23. E n cuarto lu g a r, ta m b ié n tiene ap licació n aquí, con to d a eficacia, la razón to m ad a de los actos m a lo s; p o rq u e es in creíb le q u e D ios q u ie ra concu­ rrir con la v o lu n tad d el h o m b re a q u í y ah o ra a u n acto m alo , y sólo a él, in ­ cluso en lo q u e de E l d ep ende. P o rq u e eso n o p u ed e a trib u irse a la volu n tad del m ism o pecador, ya q u e la v o lu n ta d d iv in a d e c o n c u rrir antecede p o r com ­ pleto a la voluntad del p e c a d o r y a to d o ejercicio libre de ella. P o rq u e consi­ dero a u n h o m b re q u e p ie n se e n acto en u n o b jeto m alo con todas las circu n s­ tancias preexigidas p a ra q u e la v o lu n ta d p u e d a asentir a dich o objeto o disentir de é l; p e ro n o p u ed e h a c e r n in g u n a d e esas dos cosas m ed ian te u n acto p o si­ tivo sin el concurso d e D io s ; y antes d e h a c e r u n a d e las dos n o se le p u e d e ramm concursum primae causae ad ilium. est voluntas creata aliquo modo praevenire Et ideo paulo antea dicebamus naturalem divinam. Si ergo ilia voluntas divina definicausam semper esse proxime potentem ad tur ad unum tantum actum seu concursum nnnm tantum singulärem effectum, quia ad eius, voluntas creata ilium solum efficere ilium solum habet praeparatum Dei concur­ potest potentia proxitna, neque habet con­ cursum ad alium in potestate sua, et consesum. 22. Tertio, est evidens argumentum, quia quenter idem est de caeteris quae vel ad voluntas creata nihil potest veile sine Dei ilium consequuntur, vel per se hunt eodem concursu; ergo nisi aliquo modo habeat in genere concursus. sua potestate Dei concursum ad plures ac­ 23. Quarto, hie etiam applicatur efficacis­ tus, nunquam potest simpliciter et proxime sime ratio sumpta ex actibus m alis; nam incredibile est Demn veile concurrere cum elicere quemlibet illorum actuum; nunquam autem potest habere Dei concursum in manu voluntate hominis hic et nunc ad actum ma­ et potestate sua, nisi prius et antecedenter lum, et ad ilium solum 1, etiam quantum habeat iilmn oblatum, quantum est ex vo­ est de se. Neque enim id refundi potest in voluntatem ipsius peccatoris, quia voluntas lúntate Dei, quia non datur, nec dari potest nisi per Dei voluntatem. Ñeque etiam vo­ concurrendi Dei omnino antecedit voluntaluntas creata potest quasi praevenire volun­ tem peccatoris, et omnem usum liberum tatem divinam, vel aliquid efficere quo iliam eius. Considero enim hominem actu cogi­ trahat ad dandum generalem concursum, tamela de obiecto pravo cum omnibus cirquia nihil potest voluntas creata efficere cumstantiis praerequisitis ut voluntas possine ipso concursa. Voluntas ergo dandi con­ sit ei assentir! vel dissentili; neutrum autem cursum, semper debet antecedere, nec repotest facere per positivum actum sine con­ spectu illius, saltern in prima volitione, potcursu Dei, et antequam alterutrum faciat, 1 Está por completo desprovista de sentido la sustitución de presentan algunas ediciones. (N. de los EE.)

s o lw m

por

bonum

que

«

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im p u ta r el q u e D ios q u ie ra e sto a aquello acerca d el concurso q u e le h a de d a r ; luego, si D ios se pro p u siese c o n c u rrir con él al consentim iento m alo, y no a o tro acto, e sto d ep e n d e ría de la sola v o lu n ta d d e D ios y n o p o d ría im p u tarse a la volu n tad d e l h o m b re ; c u án ajeno a la b o n d a d divina sea esto, lo dejo a la consideración d e todos. 2 4. Autores que aceptan el modo antes expuesto.— P o r eso m u y p ondera­ dos teólogos explican d e este m odo el concurso de D ios con la causa to d o cuando h a b la n del co ncurso p a ra el acto d e pecado. Y p u ed e S an to T o m ás, In I, d ist. 4 7, q . 1, a. 2, d o n d e dice q u e algo se hace fuera de la

divina voluntad consecuente de beneplácito, aunque nada se hace contra ella, y afirm a esto p o r razó n d el acto m a lo ; se flam a v o lu n ta d consecuente de D ios a la voluntad absoluta y eficaz. P o r eso, e n I-II, q . 89, a. 1, ad 3, dice q u e la v o lu n ta d d e D ios es el p rin cip io universal d el m o vim iento hum ano interior, pero q u e la determ inación p a ra ta l acto m alo p ro c e d e d irectam en te d e la voluntad h u m an a. E s com o si dijese q u e D ios, p o r sí m ism o, ofrece u n concurso indi­ fe re n te , p e ro q u e es d eterm in ad o cuasi m a terialm en te p o r la cooperación d e la v o lu n tad lib re. Y, de m an era general, d a a e n te n d e r q u e es de esa naturaleza la m oción o concurso d e D ios con la causa lib re , e n I-II, q . 9 , a. 6, ad 3, y q. 10, a. 4 ; I I I cont. Geni., c. 73 y 9 0 ; D e Potentia, q . 3, a. 7 , ad 13; De Verit., q. 5, a. 5, ad 1. L o m ism o o p in a C apréolo, en los lu g ares antes cita­ dos, sec. 2, y especialm ente In II, d ist. 28, q . i , a. 3 , ad 12 co n tra 2 concl.; C onrado, ex p resa y am pliam ente, en I-II, q . 7 9 , a. 2 ; y Soto, I D e natur. et grat., c. 16, el cual dice, d e m anera m ás clara y e n se n tid o m ás general que los d em ás tom istas, que D ios n o co ncurre con la v o lu n ta d lib re p o r u n a voluntad d e beneplácito, a la q u e n o se p u e d e re sistir, sino con u n a v o lu n ta d distinta, a la q u e se p u e d e re s istir; sus p alab ras s o n ; Todo lo que Dios quiere con volun­

tad absoluta, que suele llamarse de beneplácito, se realiza, según aquello: ¿Quién resistirá a su Voluntad? Mas cuando concurre con el hombre libre, no quiere que aquello se haga sino quedando a salvo la humana naturaleza y la voluntad libre, la cual, por tanto, puede resistir a Dios.

non potest ei imputari quod Deus hoc vel illud velit circa concursum illi dandum ; ergo si Deus proposuisset concurrere cum ilio ad consensum maltinr et non ad alium actum, hoc esset ex sola voluntate Dei, nec voluntati hominis posset imputari; quam vero hoc sit alienum a divina bonitate, omnibus con­ siderandone relinquo. 24. Auctores qui piu*.. :sum modum amplectuntur.— Hinc graves theologi in hunc modum declarant concursum Dei cutn causa libera, tunc maxime cum de cöncursu ad actum peccati loquuntur. Et stimi potest ex D. Thoma, In I, dist. 47, q. 1, a. 2, ubi ait aliquid fieri praeter voluntatem Dei be­

neplaciti consequentem, quamvis nihil fiat contra earn, quod dicit propter actum ma­ lum ; dicitur autem voluntas consequens Dei. voluntas absoluta et efficax. E t ideo I-II, q. 89, a. 1, ad 3, dicit voluntatem Dei esse principium universale interioris motus humani, determinationem autem ad talem actum malum directe esse ex voluntate humana. Ac si diccret Deum ex se offene

concursum indifferentem, d e te rm in ar; autem quasi materialiter ex cooperatione voluntatis liberae. E t generaliter talem significat esse motionem vel concursum Dei cum causa libera, I-II, q. 9, a. 6, ad 3, et q. 10, a. 4, et III cont. Gent., c. 73 et 90, et q. 3 de Potent., a. 7, ad 13, et q. 5 de Verit., a. 5, ad 1. Idem sentit Capreolus, locis supra dtatis, sect. 2, et praesertim In II, dist. 28, q. 1, a. 3, ad 12 contra 2 conclus.; Conradus expresse ac late, I-II, q. 79, a. 2, et Soto, I de Natur. et grat., c. 16, qui expressius quam caeteri thomistae, et genera liusy ait Deum non concurrere cum voluntate li-jj bera per voluntatem beneplaciti, cui noa, potest resisti, sed voluntate alia, cui resistí,! potest; verba eius sunt: Quidquid DeuSi

vult voluntate absoluta, et quae dicitur be-1 neplaciti, fit iuxta illud: Voluntad eius quit} resistei? Quando autem cum libero homing concurrit, non vult illud fieri nisi salva Jtwj mana natura et libera voluntate, quae idcircj^ resistere Deo potest.

libre, tom ars

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25, T a m b ié n E sco to , a u n q u e e n los lu g ares a rrib a citados parezca p e n s a r de o tra m anera, sin e m b arg o , In II, dist. 37, § Ad solutionem istorum, p a ra ex ­ p lic a r e l concurso al acto pecam inoso, dice q u e la causa segunda tiene en su

potestad el concausar o no concausar con la primera; y si no concausa, como debe, de ahí resulta que no hay rectitud en el efecto común a ambas. D o n d e L ich eto declara así expresam ente el concurso divino y la v o lu n tad de D ios p o r la q u e se da, y ta m b ié n lo d a a entender M airo n is, In II, dist. 43, q. 4 . P o r e so V ega, lib. V I In Trident., c. 7 , afirm a q u e p o r este m otivo el concurso gen eral de D ios se e n cu en tra inm ed iatam en te en n u e stra p o te sta d , incluso c u a n d o n o o b ram o s; y piensa q u e ello es necesario p a ra n u e stra lib e rta d . L o m ism o d e ­ fiende C órdoba, q . 55, d u b . 8 y 10, a u n q u e se expresa con m e n o r p ro p ie d a d acerca d e l ord en d e n a tu ra le z a e n tre la causalidad de la causa p rim e ra y la d é ­ la segunda. 2 6. T a m b ié n casi to d o s los otros au to res explican d e ese m o d o e l c o n ­ curso divino, especialm ente G reg o rio , In II, d ist. 28, q. 1, a. 3, ad 1 2 ; G a b rie l, In II, d is t. 1, q. 2 , a. 2 , concl. 4 , y a. 3, d u b . 1; d ist. 8 7 , a. 3, d u b . 2 ; M a r silio, In 1, q . 40, a. 2, p a rt. 1, concl. 4, al fin al; A d án , In III, d is t. 14, q . 3 , du b . 2 ; A lm ain, tra t. I Moral., c. 1. T a m b ié n la favorece m u ch o A lejan d ro de H ales, I, q. 2 4 , m em b . 5 ; q . 2 6 , m em b. 4 , a. 3 ; q . 4 0 , m e m b . 4 , a d 3 ; B u en av en tu ra, In II, dist. 37, a. 1, q. 1, al ú ltim o ; y o tro s m uchos, q u e o m ito para m ayor brevedad.

Objeciones contra la doctrina anterior 27. L as objeciones q u e p u e d e n p re se n ta rse a este m o d o de explicar el c o n ­ curso divino con las causas lib re s se resolverán fácilm ente p o r lo q u e se h a tratad o antes. L a p rim e ra p u e d e s e r : se sigue q u e el acto lib re es realizado sin voluntad absoluta y eficaz d e D io s, lo cual p arece co n trad icto rio , y a q u e to d a s las cosas d e p en d en d e esta v o lu n ta d divina. S e g u n d a : se sigue q u e el a c to lib re se p ro d u c e de m a n e ra c u asi accidental o co ntingente, c o n resp ecto a D io s, y a q u e D io s, p o r si m ism o, no p rescrib e lo q u e se h a d e seguir d e su concursoy tiende, corno a la v en tu ra, a aquello q u e la voluntad creada haga. E n te rc e r 25. Scotus etiam, licet locis supra citatis aliter sentire videatur, tarnen In II, dist. 37, § Ad solutionem istorum, ut declaret concursum ad actum peccati, dicit causam se-

cundam habere in potestate sua concausare et non concausare primae; et si non concan­ sai ut tenetur, inde fieri ut non sit rectitudo in effectu communi ambabus. Ubi Lychetus expresse ita declarat divinum concursum, et voluntatem Dei per quam datur, et significar etiam Maironis, In II, dist. 43, q. 4. Unde Vega, lib. V I In Trident., c. 7, ob hanc causam dicit concursum Dei generalem esse immediate in potestate nostra, etiam quando non operamur; idque existimat esse necessarium ad nostram libertatem. Idem tenet Corduba, q. 55, dubio 8 et 10, quamvis de ordine naturae inter causalitatem primae et secundae causae minus proprie loquatur. 26. Alii etiam auctores fere omnes ita declarant divinum concursum, praesertim Gregor., Iu II, dist. 28, q. 1 , a. 3, ad 1 2 ; Gabriel, In II, dist. 1, q. 2, a. 2, concl. 4,

et a. 3, dubio 1, et dist. 87, a. 3, dub. 2 ; Marsil., In I, q. 40, a. 2, part. 1, concl. 4, in fine; Adamus, In III, dist. 14, q. 3, du­ bio 2 ; Almain., tract. I Mora!., c. 1. Favet etiam plurimum Alex. Alens., I, q. 24, memb. 5, et q. 26, memb. 4, a. 3, et q. 40, memb. 4, ad 3; Bonavent., In II, dist. 37, a. I, q. 1, ad ultimum, et alii plures, quos brevitatis causa omitto.

Obiectiones contra superiorem doctrinam 27. Quae autem contra hunc modum explicandi divinum concursum cum causis Iiberis oblici possunt, solventur facile ex his quae in superioribus tractata sunt. Primum esse potest quia sequitur actum liberum fieri absque absoluta et efficaci Dei volún­ tate, quod videtur repugnaos, cum omnes res pendeant ex hac volúntate Dei. Secundo, quia sequitur actum liberum quasi per accidens vel contingenter fieri respectu Dei, quia Deus ex se non praescribit quid ex suo concursu eventurum sit, et quasi in incer-

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l¡ugar, p arece seguirse q u e D ios aplica su co ncurso a estos actos sólo de m an era general y confusa, a sab er, a lo que realice la volu n tad c read a; p e ro esto p a ­ rece c o n stitu ir u n a g ra n im perfección. E n c u a rto lu g a r, se sigue q u e D ios n o tiene p e rfecta providencia e n p a rtic u la r so b re estos actos lib res, p u esto que n o disp o n e de ellos en p a rtic u la r p a ra q u e existan o n o existan, sino sólo en con­ fuso, d e ja n d o la d eterm in ació n en p articu lar a la causa segunda. D e d o n d e re ­ su lta, e n q u in to lu g ar, q u e la d eterm in ació n d e tal acto, n o sólo en cuanto al ejercicio, sin o ta m b ién e n cu a n to a la especificación, d eb e a trib u irse enteram ente a la causa segunda. E n sexto lu g ar, esto p a re c e estar en contradicción con lo q u e hem os d ic h o a rrib a d e q u e la determ inación del efecto individual procede, d e m o d o p e c u lia r, de la pred efin ició n d e la causa p rim e ra ; p o rq u e esto n o es m enos n ecesario en los actos lib re s q u e en lo s dem ás, ya q u e, cu an d o la volun­ ta d am a, n o e stá en su p o d e r el elegir este acto ind iv id u al de am or m ás bien q u e o tro q u e p o d ría realizar. E n sép tim o lu g a r, p o rq u e d e lo d ich o se sigue q u e , p u e sta la v o lu n ta d d iv in a d e c o n cu rrir con la v o lu n tad creada al acto de ésta, p u ed e acontecer q u e n o se siga el acto, a u n cuando p o r p a rte d e la volu n ­ ta d se d é v ir tu d su ficiente y to d o s los dem ás re q u isito s; y p o r la .m is m a razó n sucederá q u e D ios y la v o lu n ta d divina, p o r su p a rte , se co m p o rtará de igual m o d o con re sp e c to al h o m b re con e l que n o co n cu rre q u e con respecto a aquel con q u ie n c o n c u rre , lo cu al es ab su rd o , p u e sto q u e en uno o b ra algo qué n o realiza en e l otro, ¡ 28. E n octavo lu g a r, p u e d e dem o strarse d irectam en te q u e ese m odo n o es n ecesario ; p o rq u e D ios, e n su e te rn id a d , sab e prev iam en te' lo q u e la v o lu n tad creada va a q u e re r e n c u a lq u ie r ocasión acerca d e cu alq u ier objeto y con cua­ lesquiera c irc u n sta n c ia s; lu eg o D io s p u e d e q u e re r con volu n tad absoluta d a r su concurso p a ra aq u el solo acto q u e p re v é h a d e realizar. Y n o es preciso q u e ofrezca su co n cu rso p a ra o tro s actos, q u e sabe con certeza q u e no se han d e d a r n u n ca. P o r la m ism a ra z ó n , n o es n ecesario q u e aplique alguna condición tácita o éxpresa a a q u e lla v o lu n ta d , p u e sto q u e y a p re v é que la condición q u e p o d ría darse en tal caso se d a rá , a saber, q u e la v o lu n ta d creada coopere. P o r el m ism o turn tendit in id quod voluntas creata fecerit. Tertio, hinc videtur sequi Deum appli­ care suum concursum ad hos actus tantum generali et confuso modo, scilicet, ad id quod voluntas creata effecerit; haec autem vide­ tur esse magna imperfectio. Quarto, sequitur non habere Deum perfectam providentiam in particulari de his actibus liberis, quandoqnidem non disponit de illis in particulari ut sint vel non sint, sed 'tu in confuso, relinquens determinationem in ■ particulari causae secundae. Unde ulterius fit quinto, ut determinatio talis actus, tam quoad exercitium quam quoad specificationem, omnino tribuenda sit causae secundae. Sexto, vi­ detur hoc repugnare cum iis quae supra diximus, determinationem effectus in indivi­ duo peculiari modo procedere ex praefmitione primae causae; hoc enim non minus necessarium est in actibus liberis quam in aliis, quia cum voluntas amar, non est in eius potestate eligere hunc actum amorìs in individuo potius quam alium quem facere •posset. Septimo, quia sequitur ex dictis, posita voluntate Dei concurrendi cum volun-

tate creata ad actum eius, accidere posse ut actus non sequatur, etiamsi ex parte volun­ tatis sit virtus sufficiens et omnia alia re­ quisita; eademque ratione fiet ut Deus et divina voluntas ex parte sua eodem modo se habeat ad hominem cum quo non concurrrt actu et ad eum cum quo concurrit, quod est absurdum, cum aliquid operetur in uno quod- non operatur in alio.

28. Octavo, potest directe ostendi ilium modum non esse necessarium; nam Deus in sua aeternitate praescit quid voluntas creata volitura sit in quacumque occasione circa quodvis obiectum, et cum quibuscumque circumstantiis ; ergo potest Deus absoluta voluntate velie dare concursum ad ilium solum actum quem praevidet operaturam. Ncque oportet ut ad alios actus, quos certe scit nunquam futuros, concursum offerat. Et eadem ratione necesse non est ut aliquam conditionem tacite vel expresse apponat illi voluntati, quandoquidem iam praevidet con­ ditionem iilam quae ibi intervenire posset, futuram esse, nimirum, quod voluntas crea­ ta cooperetur. Et ob eamdem causam per

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m otivo, con este m o d o d e concurso n o se elim ina la 'indiferencia de la lib e rta d , p o rq u e no sólo esa v o lu n ta d d e D ios se p o n e con alg u n a relació n a la fu tu ra cooperación d e la v o lu n tad , sino q u e ta m b ié n estaría D ios p re p a ra d o p a ra d ar o tro concurso, si la v o lu n tad h u b iera d e realizar o tra cosa.

Se responde a las objeciones 29. A lo p rim e ro se responde q u e u n a cosa es q u e el acto libre se realice sin la volu n tad de D io s absoluta, p e r la q u e q u ie ra q u e tal acto exista, y o tra que D ios n o co n c u rra a ta l acto en v irtu d d e aquella v o lu n ta d absoluta. P ues b ien , de n u e stra o p in ió n sólo se sigue e sto ú ltim o, q u e adm itim os com o c e rtí­ sim o, p o rq u e , a fin de q u e D ios co n cu rra, b asta la v o luntad de c o n c u rrir, la cual, e n lo q u e re sp e c ta a D io s, es ab so lu ta y eficaz, ya q u e e n v irtu d d e ella D ios aplica su p o ten cia a co n c u rrir, y re alm en te co n cu rre en el tiem p o de acu er­ do con el p ropósito de la m ism a v o lu n tad . S in em b arg o , com o en el o b je to de esa v o lu n tad , según re su lta claro por el m ism o v erb o c o n c u rrir, está co m p re n ­ dida la concom itancia o cooperación d e o tro , p o r p a rte d el o tro se so b reen ­ tien d e u n a condición, sin la cu al la v o lu n ta d d e D ios n o te n d rá efecto ad extra, y p o r eso, desde e ste p u n to d e vista p u e d e decirse condicionada. E fectivam ente, p u esto q u e la acción tra n se ú n te p o r la q u e D ios c o n c u rre con la v o lu n tad crea­ da d ep en d e tan to de la v o lu n ta d divina com o de la cread a, p a ra que D ios con­ c u rra a ella n o es p re c iso q u e q u iera ab so lu ta m e n te aquella acción en c u a n to p ro ced e d e am bos p rin c ip io s, sino sólo e n c u a n to p ro c e d e de E l, dejando o con­ cedien do a la o tra v o lu n ta d el q u e ella ta m b ié n influya y, co n siguientem ente, sobreen ten d ien d o la con d ició n d e cooperación d e la o tra v o lu n tad . P o rq u e D io s se com porta d e este m odo con las v o luntades m alas. P o r eso d ijo San A g u stín , V De Civitate Dei, c. 8, 9, y en otros m u c h o s lu g ares, q u e d e D ios p ro ced en todas las p o testad es, p e ro no todas las v o lu n tad es. Y e l C oncilio T rid e n tin o , sess. V I, can. 6 , p o r igual m otivo define q u e Dios realiza estos actos de ma­ nera exclusivamente permisiva. Y d e a q u í concluim os claram en te q u e , en v irtu d del concurso general y d e la necesaria su b o rd in ació n e n tre la causa p rim e ra y ideo ex parte alterius subintelligìtur conditio sine qua illa Dei voluntas non habebit effectum ad extra, et ideo ex hac parte dici potest conditionata. Cum enim actio transiens qua Deus concurrit cum volúntate creata pendeat turn a volúntate divina, tum a creata, ut Deus ad illam concurrat non Obiectionibus satisfit est necesse ut absolute velit illam actionem 29. Ad primum respondetur aliud esse quatenus est ab utroque principio, sed so­ lum quatenus est ab ipso, sinendo aut con­ actum liberum fieri sine absoluta Dei volún­ cedendo alteri voluntad ut etiam ipsa intate qua velit ut talis actus sit, aliud vero quod Deus non concurrat ad talem actum fluat, et consequenter subintelligendo conditionem cooperationis alterius voluntatis'. ex illa absoluta volúntate. Ex nostra ergo sententia solum sequitur hoc posterius, quod Sic enim se gerit Deus circa malas volún­ nos admittimus tamquam veris simum, quia tales. Propter quod dixit Augustinus, V de ut Deus concurrat, sufficit voluntas concuCivit., c. 8 , 9, et saepe abas, a Deo esse omnes potestates, non tarnen omnes volunrrendi, quae, quantum ad id quod se tenet tates. E t Concilium Tridentinum, sess. VI; ex parte Dei, est absoluta et efficax, quia ex can. 6, propter eamdem causam definit vi illius Deus applicai suam potentiam ad Deum operari hos actus permissive solum. concurrendum, et reipsa in tempore concurAtque bone aperte colbgimus, ex vi generit iuxta propositum eiusdem voluntatis. T a­ ralis concursus et subordinationis necessarnen, quia in obiecto illius voluntatis, ut ex riae inter causam primam et secundam, dica ipso verbo concurrendi constat, comprehentam voluntatem concurrendi ex parte Dei ditur concomitantia vel cooperano alterius,

hunc modum concursus non tollitur indifferentia libertatis, quia et illa voluntas Dei ponitur cum aliquo respectu ad futuratn cooperationem voluntatis, et Deus paratus esset ad dandum alium concursum, si vo­ luntas aliud esset operatura.

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la segunda, p o r p a rte de D ios es suficiente d ic h a v o lu n tad d e c o n c u rrir, sea lo q u e fu ere d e si, p o r razones especiales, D ios tie n e o tro m odo d e v o lu n tad ab­ so lu ta con re s p e c to a los actos buenos. 30. P o r ello , la o tra proposición, a saber, q u e el acto Ubre es realizado sin la v o luntad ab so lu ta de D ios, n o se sigue d e n u e s tra opinión, p u e s, a u n q u e d i­ c h a v o lu n tad n o sea necesaria p a ra el concurso. D io s p u e d e te n erla p o r una ra ­ z ó n distin ta. Y , ciertam ente, en los actos bu en o s la tiene D io s, ya sea antece­ d e n te a la ciencia p o r m o d o d e p red efin ició n , y a sea subsiguiente p o r m odo de ap ro b ació n , cosa q u e en n ad a in teresa p a ra el p re se n te caso. E n cam bio, acerca d e los actos m alos no tiene D ios esa v o lu n tad absoluta, p o rq u e D ios n o quiere sim ple y absolutam ente q u e estos m ales se reaU cen,. n i se com place absoluta­ m e n te e n los q u e prev é q u e h a n d e suceder, p o rq u e esto re p u g n a a su b o n d a d ; a u n q u e tam p o co q u iere en absoluto que tales actos n o se lleven a cabo, sino q u e q uiere p erm itirlo s, com o d ijo acertad am en te Santo T o m á s, I, q . 19, a. 9, ad 3 . Y , c u an d o p rev é q u e h a n d e suceder, se com place en ellos en cuanto p ro ced en d e E l, lo cual sólo es com placerse en el concurso q u e p resta para ellos. 31. A lo segundo se resp o n d e negando la co nsecuencia; p o rq u e D ios, en v irtu d d e su ciencia cierta y d e su vo lu n tad , co n cu rre con la v o lu n tad creada a c u a lq u ie r acto d e ésta, y p o r eso no co n c u rre con la v o lu n ta d creada de m a­ n e ra casual o c o n tin g en te, sino p o r p ro videncia sapientísim a. Y a u n q u e no siem ­ p re predefina con v o lu n ta d absoluta lo q u e la v o lu n ta d creada h a d e hacer, n o p o r ello tie n d e a lo in cierto , p u e s, o p redefine o al m enos p e rm ite todo lo que tal causa seg u n d a h a de realizar, y ve asim ism o clarísim a y certísim am ente lo que h a de hacer y c o n cu rre a ello con su v oluntad. 3 2 . D e a q u í se resuelve ta m b ié n la te rcera objeción negando la consecuen­ cia. P o rq u e n o es confusam ente, sino d e m an era clara y en p a rtic u la r com o D ios aplica v o lu n ta ria m e n te su co ncurso a este o aq u e l acto, so b reentendiendo siem ­ p re , sin e m b a rg o , la co n d ició n d e la lib re cooperación de la v o lu n tad creada. P u es esta c o n d ic ió n n o se c u m p le m enos e n la v o lu n ta d d e co n cu rrir clara­ m e n te y e n p a rtic u la r a tal o cual acto, que e n la v o lu n tad confusa d e concurrir, sufficere, quidquid sit an circa actus bonos ob speciáles radones habeat Deus alium modum absoluta« voluntatis. 30. Unde altera propositio, scilicet, ac­ tum liberum fieri sine absoluta Dei volún­ tate, non sequitur ex nostra sententia, quia, quamvis ilia voluntas non s»- necessaria ad concursum, potest Deus alia . done illam habere. E t in bonis quidem actibus habet illam Deus, sive ilia sit praecedens scientiam per modum praefinitionis, sive subsequens per modum approbations, hoc enim ad praesens nihil spectat. Circa malos autem actus non habet Deus illam voluntatem absolutam, quia Deus non vult simpliciter et absolute haec mala fieri, ñeque in eis quae futura praevidet complacet simpliciter, re­ pugnar enim bonitati eius; quamvis etiam non velit absolute hos actus non fieri, sed velit eos permitiere, ut recte dixit D. Thom., 1, q. 19, a. 9, ad 3. Et postquam praevidet esse futura, complacet in eis quatenus ab ipso sunt, quod solum est complaceré de concursu quem ad ea praebet.

31. Ad secundum respondetur negando sequelam, quia Deus ex certa scientia et volúntate sua concurrit cum volúntate crea­ ta ad quemlibet actum eius; et ideo non casu aut contingenter cum volúntate creata concurrit, sed ex sapientissima providentia. E t quamvis non semper absoluta volúntate praefiniat quid voluntas creata operatura sit, non tarnen propterea tendit in incertum, quia vel praefinit vel saltem permittit quidquid talis causa secunda actura est, et videt etiam datissime et certissime quid sit actu­ ra; et ad illud sua volúntate concurrit. 32. Unde etiam solvitur tertium inconveniens negando sequelam. Non enim con­ fuse, sed distincte et in particulari applicai Deus voluntarle concursum suum ad hunc vel illum actum; semper tarnen subintellecta conditions liberae cooperationis ipsius voluntaos creatae. Haec enim conditio non minus habet locum in volúntate concurrendi distincte et in particulari ad talem vel talem actum quam in confusa volúntate concurrendi, quam necesse non est Deo tribuere

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que n o es necesario a trib u ir a D ios sino e n cu an to está in clu id a en la v o lu n tad de c o n c u rrir en p a rtic u la r a este o aquel acto. 33. P o r ello, tam poco se sigue lo que se in fería e n cuarto lu g a r acerca de la im p erfecció n o confusión (p o r llam arla así) d e la providencia d iv in a ; p o rq u e D ios tiene providencia d e todas las cosas en p a rtic u la r, p e ro no d e igual, m odo acerca d e todas. C o n sig u ien tem en te, con resp ecto a los actos bu en o s que h a n de- suceder, dispone sim ple y absolutam ente q u e se re a lic e n ; con respecto a los m alos, e n cam bio, a u n q u e ta m b ién dispone en p a rtic u la r, n o dispone, em p ero , sim ple y absolutam ente q u e se den, sino q u e se les p erm ita re alizarse; y acerca de ellos, en cuanto prev isto s com o fu tu ro s, d ispone D ios d e q ú é m an era se c u re n o se castiguen. Así, p u e s, D io s tien e perfecta p ro videncia d e todas y cada u n a de las cosas e n p a rtic u la r, p e ro acom odada a cada u n a d e ellas. Y p o r este m o­ tivo algunos po n d erad o s au to res antiguos, especialm ente griegos, niegan q u e estos actos m alos p ro c e d a n p o r providencia, ya q u e con esa fó rm u la en tien d en , d e m an era p ecu liar, la disposición absoluta p o r la q u e D ios n o sólo p e rm ite , sino q u e absolutam ente q u ie re q u e algo e x is ta ; o tam b ié n , seg ú n indica sufi­ cientem ente la exp resió n por providencia, sólo p re te n d e n q u e la ra íz y o rig e n d e estos actos m alos n o p ro ced en d e la pro v id en cia d iv in a, n i d e b e n atrib u irse a ella tales actos com o a su causa p ro p ia. E s v e rd a d q u e , a veces, extienden ese m odo d e h a b la r a. los actos buenos, p e ro entonces to m an ese térm in o en sen tid o m ás e stricto , p o r la eficaz p re d eterm in ació n divina q u e im p rim e necesidad a la v o luntad creada, com o ex p u so S anto T o m á s, I , q. 23, a. 1, ad 1. 34. A l q u in to , so b re la d eterm in ació n d e la v o lu n tad creada, y a se h a d ic h o en lo que p reced e cóm o p u e d e atrib u irse en cierto m o d o esta d eterm in ació n a la causa seg u n d a; p o rq u e el m ism o m odo tiene lugar, prop o rcio n alm en te, en la causa libre. Y p o r u n a razó n m ay o r y especial se dice q u e tal causa se d e te r­ m ina a su acción. N o p o rq u e se d eterm in e sin el concurso d e D ios (ya q u e su determ inación n o es o tra cosa q u e su volición, la cu al es claro q u e no p u e d e nisi quatenus in voluntate concurrendi in particular! ad hunc vel ilium actum inclu­ di tur. 33. Quare minime etiam sequitur quod quarto loco inferebatur de imperfectione aut confusione (ut sic dicam) divinae providentiac; de omnibus enim in particulari pro­ vider Deus, sed non de omnibus eodem modo. Unde de actibus bonis qui futuri sunt simpliciter et absolute disponit ut sint ; de malis autem, quamvis etiam in particulari disponat, non tarnen simpliciter et absolute ut sint, sed ut esse permittantur; et de illis quatenus iam futuri praevidentur, disponit Deus qnomodo vel curentur vel puniantur. Sic ergo habet Deus de omnibus et singu­ lis in particulari perfectam providentiam, ünicuique tarnen accommodatam. Atque ob hanc causam auctores quidam graves anti­ qui, praesertim graeci i, negant hos actus malos esse ex providentia, quia per illam vocem peculiariter intelligunt illam absolu-1

tam dispositionem qua Deus non solum permittit, sed absolute vult ut aliquid sit; vel, ut illa particula e x p r o v id e n tia satis indicai, solum intendunt radicem et originem horum actuum malorum non esse ex divina provi­ dentia, neque illi esse tribuendos tales actus ut propriae causae. Verum est interdum e s­ tendere ilium Ioquendi modum ad actus bo­ nos, sed tunc strictius utuntur ea voce pro efficaci praedeterminatione Dei necessitatela inferente voluntati creatae, ut exposuit D. Thomas, I, q. 23, a. 1, ad 1. 34. Ad quintum de determinatione vo­ luntatis creatae, iam in superioribus dictum est quo modo haec determinatio possit aliquo modo tribui causae secundae; idem enim modus proportionaliter habet locum in causa libera. E t maiori quadam ac pecu­ liari ratione dicitur illa se determinare ad suarn actionem. Non quia se determinet sine concursu Dei (illius enim determinatio non est aliud quam eius volitio, quam constat

1 Origen., lib. I l Periarch., c. 12 ; lustin., q. 8 ad Orthodoxos : Chrysost., hom. X II, parte morali; Theodor., lib. V Divin. decr., c. de Provid.; Gregor. Nys., lib. V II Philos., c. 1, et lib. V ili, c. 4; seu Nemes., lib. de Nat. homin., c. 39 et seq. ; Damas., II de fide, c. 29 et 30.

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realizarse sin el concurso de D ios), sino p o rq u e la v o luntad y la p o ten cia d e D io s, en cu an to aplicada de esa m anera a c o n c u rrir, se e n cu en tra com o in d ife­ re n te y en expectación p a ra cooperar con ella de acuerdo con el uso libre de su v o lu n ta d ; y esto n o proviene de im perfección, sino d e la sapientísim a p ro ­ videncia de D ios, que se acom oda a la causa segunda. P o r eso, a u n q u e el con­ cu rso divino sea absolutam ente an te rio r en n atu ra le z a , del m odo a n tes explica­ do, no o b stan te, relativam ente y e n su género cabe a trib u ir de m a n e ra especial é sta determ inación a la cau sa segunda. P ero hablam os en sentido general en v ir­ tu d del concurso, pues de otros m odos o m ed ian te otros auxilios, D ios es m u ­ chas veces causa prin cip al de to d a determ inación buena de la v oluntad, sobre to d o en aquellas cosas q u e se realizan m ed ian te la gracia, de lo cual tratam os en otro lu g ar. 35; Al sexto, concedem os que la determ inación del acto o del efecto, p rin ­ cipalm ente e n cuanto al in d iv id u o , n ace de la determ inación del concurso d i­ vino. Y esto n o contradice lo q u e se h a dicho acerca d el concurso p a ra los ac­ tos lib re s; p u es aquella m ism a determ inación d e concurso p a ra u n acto singu­ la r e ind iv id u al p u ed e p ro c e d e r d e urna v o lu n tad n o enteram en te absoluta desde todos los p u n to s de vista, sino que incluya u n a condición p o r p a rte d e la coope­ ración lib re del albedrío hu m an o . A dem ás, dicho concurso p u e d e ofrecerse,, no. sólo para u n acto in d iv id u al de u n a especie, sino tam bién para varios de d iv er­ sas especies, p o r ejem plo, p a ra este acto d e am or y este acto de o d io ; y de e sta m anera, en cada una d e las especies, es determ in ad a la v o lu n tad a ta l acto in ­ dividual y, n o o b stante, p erm anece in d ifere n te, b ie n p a ra usar o n o u sa r el con­ curso, bien p a ra u sarlo e n e sta o en aquella especie. 36. A l séptim o, concedem os la p rim era p a rte de la inferencia, a saber, q u e , después de ofrecido suficientem ente el concurso p o r p a rte d e D ios, la vo­ lu n ta d p u ed e n o o brar, incluso en sentido com puesto. P ero aq u í n o h ay m ayor inconveniente q u e en e l h echo de q u e, p u esta la perm isión de D ios, todavía p u e d a la v o lu n ta d n o p e c a r; y ello es cierto y necesario, p o rq u e la perm isión se refiere a la potencia d e la causa situada an te dos extrem os opuestos, com o d ijo S anto T o m á s, In 1, d ist. 4 7 , q. 1, a. 2. P o r últim o, así com o, puestos todos fieri non posse sine concursu Dei), sed quia voluntas et potentia Dei, ut sic applicata ad concurrendum, est quasi indifferens et expectans ut, iuxta usum. liberum voluntatis, ita illi cooperetur; quod non est ex imperfectione, sed ex sapientissima providentia Dei sese accommodantis causae secundae. Unde, licet simpliciter concursus Dei sit prior natura, modo superb. -plicato, ta­ rnen, secundum quid et in suo genere, pot­ est haec determinatio peculiari modo attri­ buì causae secundae. Loquimur autem generatim ex vi concursus, nam aliis modis vel per alia auxilia, saepe est Deus princi­ palis causa omnis bonae determinationis vo­ luntatis, et praeserrim in iis quae per gratiam fiunt, de quo alias. 35. Ad sextum, concedimus determinationem actus vel effectus, quoad individuimi praesertim, oriri ex determinatione divini concursus. Neque hoc repugnat cum iis quae dicta sunt de concursu ad actus liberos ; nam illamet determinatio concursus ad singulä­ rem et individuimi actum potest esse ex

voluntate non omnino absoluta ex Omni par­ te, sed includente condittonem ex parte cooperationis liberae immani arbitra. Rursus ille concursus offerri potest non solum ad unum individuimi actum unius sperici, sed edam ad plures diversarum specierum, ut ad hunc actum amoris et ad hunc actum odii; atque ita in singulis speciebus determinatili vo­ luntas ad talem actum in individuo, et nihilominus manet indifferens, vel ad utendum concursu aut non utendum, vel ad utendum ilio in hac vel ilia specie.

36. Ad seprimum, concedimus priorem illationis partem, nempe post oblatum sufficienter concursum ex parte Dei, posse voluntatem non operati, etiam in sensu com­ posito. Neque hoc est maius inconveniens quam quod, posita Dei permissione, adhuc voluntas possi, non peccare; quod verum et necessarium est, quia permissio respicit potentiam causae ad utrumque oppositorum se habentem, ut dixit D. Thom., In I, dist. 47, q. 1, a. 2. Denique, sicut, positis omnibus praerequisids, potest voluntas operari et non:

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los re q u isito s previos, la v o lu n tad puede o b ra r y n o o b rar, así tam b ién , ofre­ cido y p rep arad o suficientem ente el co ncurso d e D ios, p u e d e n o o b ra r c o n él, ya q u e ese es tino d e lo s requisitos previos. D igo ofrecido el concurso tran­ seúnte, m as no puesto en la realidad, p o rq u e entonces y a resu lta im posible, en sentido com puesto, q u e la v o lu n ta d n o o b re, p ues tal concurso n o se d istin g u e re alm en te d e su acción. E n este sentido d ijo Santo T o m á s, I-II, q. 10, a. 4 , ad 3 : S i Dios mueve a la voluntad, es imposible que la voluntad no se mueva. P o rq u e este concurso n o es u n o de los req u isito s prev io s p a ra la acción, sino q u e está intrínsecam ente in clu id o en la m ism a acción. 3 7 . P o r eso se niega la consecuencia a pro p ó sito d e la segunda p a rte d e la inferencia, ya q u e D ios influye tam bién en acto sobre el h om bre q u e o p e ra en acto, p e ro n o sobre el q u e n o opera. A sí, D io s n o se com porta d e igual m o d o con am bos en lo co n cern ien te a la acción e x te rn a con resp ecto al m ism o D ios. P ero si se tratase d e la sola volu n tad divina ad intra, p o r la q u e ofrece el c o n ­ curso, es posible q u e desd e ese p u n to d e v ista sea ig u al, y q u e tenga efecto e n un o , p e ro n o en el o tro , p o r la lib e rta d d e ellos, lo cual n o re p resen ta inconve­ n ien te alguno, p o rq u e e n la m ism a v o lu n tad d e D ios se incluyó d ich a condición, com o se h a explicado. E n cu a n to a saber si e n o tra v o lu n ta d electiva o p re d e te r­ m in an te, o e n algún austilio derivado d e ella, se d a siem pre desigualdad, n o nos co rresponde discutirlo. 38. A l octavo se resp o n d e q u e la presciencia condicionada que en él se supone, y q u e no so tro s adm itim os de b u e n grado, n o im p id e el m odo de con­ c u rrir q u e hem os explicado n i da lu g a r a otro. P u es, com o D ios sabe p rev ia­ m en te lo q u e la v o lu n ta d creada h a de hacer si se aplica con tales circu n sta n ­ cias, e n tre otras condiciones d eb e p o n erse ésta, a saber, si D ios ofrece concurso suficiente, ya q u e sin él n o p u e d e o b ra r n ad a. P ero este concurso suficiente, en cuanto in clu id o en esta condición, d ebe se r ta l que re s u lte in d ifere n te, ta n to para el ejercicio com o p a ra la especificación d el a c to ; y p o r ello n o debe e sta r absolutam ente definido e n o rd en a u n solo acto y a su ejercicio. P o r tan to , a u n ­ que D io s prevea lo q u e la v o lu n ta d h a d e o b ra r a q u í y ahora si E l p resta su concurso, es necesario q u e lo p re ste d e l m o d o exigido p o r la n atu raleza d e la in ipsa voluntate Dei inclusa fuit illa con­ ditio, ut explication est. An vero in alia voluntate electiva aut praefinitiva, vel in aliquo auxilio ab ea manante, sit semper inaequalitas, non est nostrum disputare. 38. Ad octavum respondetur praescientiam conditionatam quae in eo supponitur, quamque nos libenter admittimus, non im­ pedire modum concurrendi a nobis explica­ movet voluntatem, impossibile esse quin vo­ tion aut alteri locum dare. Nam, cum Deus luntas moveatur. Hic enim concursus non est praescit quid voluntas creata factura sit si cum talibus circumstantiis applicetur, inter ex praerequisids ad actionem, sed intrinsece alias conditiones ponenda haec est, scilicet, inclusus in ipsa actione. 37. Unde ad alteram partem illationis ne­ si Deus offerat sufficientem concursum, quia sine eo nihil potest operari. Hic autem sufgater sequela, nam in eum hominem qui ficiens concursus, ut in hac conditional! in­ actu operatur Deus etiam actu influit, non clusus, talis esse debet ut sit indifferens turn vero in eum qui con operatur. Et ita non ad exercitium, turn ad speciem actus; et aeque se habet Deus ad utrumque quoad ideo non debet esse absolute definitus ad actionem esternarti respectu ipsius Dei. Si u n u m tantum actum et exercitium eius. autem esset sermo de sola voluntate Dei ad Quamvis ergo Deus praevideat quid volun­ iatra, qua offert concursum, fieri potest ut illa ex parte sua sit aequalis, et quod in uno tas operatura sit hic et nunc si ipse praebeat habeat effectum et non in alio, ex liberiate concursum, necesse est ut eo modo praebeat quem natura ipsius voluntatis postulai, quieorum, quod nullum est inconveniens, quia operari, ita edam, sufficienter oblato ac p r e ­ parato Dei concursu, potest non operari cum ilio, quia illud est unum ex praerequisiris. Dico autem oblato concursu transeunte, non autem in re posilo, quia tutte iam impossi­ bile est in sensu composito quia operetur voluntas, quia talis concursus non distinguitur in re ab aedone eius. Quo sensu dixit D. Thomas, I-II, q. 10, a. 4, ad 3, si Deus

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volu n tad m ism a, y q u e se en ten d ía incluido en la antedicha hipótesis. P o rq u e si D ios cam biase el m o d o de su concurso, e l efecto ya n o se seguiría d e igual m o d o . C onsiguientem ente, aquella v o luntad p o r la que D ios ofrece el concurso, d e suyo p erm an ece siem pre virtualm ente condicionada, au n q u e , e n v irtu d d e la presciencia, equivalga a la absoluta, p o rq u e D ios prevé que te n d rá efecto si co ncurre al m ism o tiem p o la otra voluntad. 39. Y p o r la m ism a razó n , no ob stan te esa presciencia, D ios, en lo q u e de E l d ep ende, ofrece su concurso p a ra otros actos, au n q u e la v o lu n ta d creada no h aya de realizarlos, p a ra q u e en absoluto p u e d a hacerlos y n o se d e b a a D ios el q u e no p u e d a llevarlos a cabo. D e igual m an era que D ios q uiere dar auxilios suficientes a aquellos q u e conoce previam ente que n o h a n de u sa r b ie n de tales auxilios, p a ra q u e e n absoluto pu ed an o b ra r d e ese m o d o ; p o rq u e, de lo con­ trario ,' n o se p o d ría im p u ta r a ellos de h ech o el que n o obrasen, si se viesen priv ad o s d e tales auxilios p o r la sola p resciencia antedicha. Es m ás, esto m ism o se supone en aq u el arg u m en to , cuando en él se dice que D ios está preparado p a ra co n cu rrir a otros actos si la v o lu n ta d h u m a n a hubiese d e realizarlos, por­ q u e D ios n o e stá p rep arad o de esa m anera sino p o r su v o lu n ta d y determ ina­ ción lib re , n o la que h a b ría de te n e r e n ta l caso, p u es ¿q u ién p u ed e juzgar de e lla ? , sino la q u e tiene y a ahora. C o nsiguientem ente, D ios ofrece a las causas lib re s su co n cu rso suficiente, n o sólo p a ra aquellos actos q u e realizan o h an de realizar, sino ta m b ié n p a ra aquellos que p o d ría n llevar a cabo si quisieran.

S E C C I O N

Si

las

c a u sa s

segu ndas

d epen d en

V

e s e n c ia l m e n t e ,

en

su

obrar,

sólo

de

LA CAUSA PRIMERA O TAMBIÉN DE OTRAS1

1. E n ú ltim o lu g ar, q u e d a p o r v er en la p resen te disp u tació n si es propio d e la causa p rim e ra el c o n c u rrir d el m odo dicho con las causas segundas a las operaciones d e éstas, y q u e las dem ás d e p e n d a n d e ella, o si e n tre las causas creadas se d a tam b ién esta d ep en d en cia y este m o d o de co n cu rrir. T a m b ié n se que in praedicta hypothesi intelligcbatur inclusus. Quia si Deus mutaret modum concursus, iam non eodem modo sequerentur effectus. Igitur voluntas illa qua Deus offerì concursum ex se manet semper conditionata in virtute, quamvis ex praesdentia aequivaleat absolutae, r "praevidet Deus habituram effectum concurrente simul altera vo­ lúntate. 39. Et eadem ratione, non obstante illa praesdentia, Deus, quantum est ex se, offerì concursum ad alios actus, quamvis illos non sit effectura voluntas creata, ut simpliciter possit illos efiicere, nec per Deum stet quominus illos efficiat. Sicut etiam Deus vult dare auxilia sufficieutia iis quos praescit non bene usuros talibus auxiliis, ut simpliciter possint ita operari; quia alias non posset eis de facto imputad quod non operarentur, si ob solam dictatn praescientiam talibus auxiliis privarentur. Immo hoc ipsum supponitur in ilio argumento, cum in eo dicitur Deum esse paratura ad concurrendum ad

alios actus si voluntas creata eos esset factura, nam Deus non est sic paratus nisi per suam voluntatem et liberam determinationem, non quam in eo eventu esset habiturus, quis enim de ilia iudicare potest?, sed quam nunc' iam habet. Offert ergo Deus causis’ liberis suum concursum sufficientem non solum ad eos actus quos fariunt seu facturae sunt, sed 'etiam ad eos quos facere possent si vellent. SE C T IO V tJTRUM CAUSAE SECUNDAE PENDEANT ESSENTIALITER IN OPERARI A SOLA CAUSA PRIMA, AUT ETIAM AB ALUS

1. Ultimo loco videndum superest in hac disputatione, an sit proprium primae causae concurrere dicto modo cum causis secundis ad operationes earum, et quod ab ilia caeterae dependeant, an vero inter causas creatas sit etiam haec dependentia et hie concurrendi modus. U bi etiam occurrit occasio,

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ofrece a q u í ocasión d e explicar la conocida división d e las causas eficientes en aquellas q u e están su b o rd in ad as p o r sí m ism as y esencialm ente, y las q u e sólo lo e stá n de m anera accidental.

Motivo de duda 2. P o rq u e d e esta división se tom a e l p rim e r m otivo de d u d a e n la cues­ tión p ro p u e sta , ya q u e n o sólo las causas segundas están subordinadas esencial­ m ente con respecto a la p rim e ra , sino q u e tam b ién , e n tre las m ism as causas segundas, las p articu lares e stá n subordinadas a las u n iversales; p e ro esta su b o r­ dinación esencial consiste e n la antedicha dependencia q u e la operación de u n a tiene del influjo de o tra ; lu e g o ese m odo d e depen d en cia no se d a sólo c o n respecto a la p rim era causa. P arece q u e la m ayor se to m a d e A ristóteles, I I de la Metafísica, donde, al d e m o stra r q u e no se d a proceso al infinito en las causas eficientes esencialm ente o rdenadas, supone q u e h ay alg u n a subordinación n o sólo en tre dos — la p rim e ra y la segunda— , sino e n tre varias. P o r eso, en el lib . I I de la Física, texto 26, d ic e : Ei sol y el hombre engendran al hombre. Y e n el I I De general., tex to 55, p o r este m otivo llam a al sol autor de . las cosas que se han de procrear; y en la sec. X X V I Problemat., q . 35, lo denom ina autor y padre de los movimientos; y en la sec. X I, q. 5, dice q u e el sol es el que lo mueve todo. P o r ú ltim o , en I I De General., tex to 56, y en X II d e la Metafísica, texto 34, dice q u e el m ovim iento d el cielo e s causa d e todas las generaciones y c o rru p cio n es; y en I Meteor., c. 9 , atrib u y e esto especialm ente al m ovim iento del sol. D e m anera sem ejante S a n to T o m ás, m cont. Geni., c. 6 7, afirm a q u e los cuerpos in feriores o b ra n e n v irtu d d e los cuerpos celestes. Y. en el lib. IV , capítulo- ú ltim o , d ice q u e la generación y la co rru p ció n de los cu erpos in feriores es causada p o r el m ovim iento d el cielo. F in a lm e n te , todos los filósofos p arecen pensar d e esa m anera acerca d e la causalidad d e los cielos, y p o r ello los lla­ m an causas universales con resp ecto a to d a s las inferiores. Diferentes sentidos de la cuestión 3. P ara re d u c ir esta cu estió n a u nos p u n to s concretos, d ebe advertirse q u e se p u e d e establecer com paración, ya e n tre causas supositalm ente d istin tas, q u e

declarandi communem distinctionem causarum efficientium in eas quae sunt per se et essentialiter subordinatae, et quae sunt tan­ tum per accidens.

26, ait: Sol et homo generarti hominem. Et I I de Generar, text. 55, hac ratione vocat solem procreandarum rerum auctorem; et sect. XXVI Problemat., q. 35, eum vocat auctorem et parentem motuum. Et sect. XI, q. 5, ait solem esse qui omnia movet. Ac Ratio dubitarteli denique II de Generat., text. 56, et X II 2. Nam ex hac divisione sumitur prima Metaph., text. 34, motum caelorum did t ratio dubirandi in proposita quaestione, quia esse causam omnium generationum et cornon solum causae secundae respectu primae ruptionum; et I Meteor., c. 9, hoc peculiasunt essentialiter subordinatae, sed edam in­ riter attribuii motui solis. Similiter D. ter ipsas causas secundas causae particulares Thom., I l i coni. Gent., c. 67, ait corpora sunt subordinatae universalibus ; sed haec inferiora agere in virtute corporum caelessubordinano essentialis consistit in praedicta tirnn. Et lib. IV, c. ult., ait generationem dependentia operationis unius ab influxu at- et corruptionem inferiorum corporum ex terius; ergo ille modus dependentiae non motu caeli causari. Denique omnes philosoest tantum respectu primae causae. Maior phi ita videntur sentire de caelorum causavidetur sumi ex Aristotele, II Metaph., ubi, litate, et ideo eos appellant causas univer­ probans non esse processum in infinitum in sales respectu inferiorum omnium. causis efficientibus per se ordinatis, suppoVarii quaestionis sensus nit non tantum inter duas, scilicet primam et secundam, sed inter plures esse aliquant 3. U t quaestionem hanc ad certa capita Subordinationen!. Atque hiñe II Phys., text. reducamus, advertendum est posse fieri com-

D is p u ta c io n e s m eta físic a s

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se llam an causas ut quod, y a e n tre v irtu d e s d e u n a m ism a causa o de u n m ism o supuesto. L a p re se n te cu estió n se tra ta p rin c ip a lm e n te e n el p rim e r sentido, y p o r ello tra ta re m o s p rim e ro de él, a u n q u e añad irem o s algo d el segundo, para te n e r u n a solución com pleta. E n segundo lu g a r, h ay q u e te n e r e n cu e n ta q u e u n a cosa es h ab lar d e las causas que c o n c u rre n p arcialm en te a u n a m ism a ac­ ció n en u n m ism o o rd e n , y o tra h a b la r d e las causas esen cialm en te su b o rd i­ n ad as, con d ep en d en cia in trín se c a d e u n a con resp ecto a o tra e n el obrar. D el p rim e r m o d o es cie rto q u e m uchas veces c o n c u rre n varias causas creadas a u n a m ism a acción o e fe c to ; y ello p u e d e o c u rrir alg u n a vez accid en talm en te p o r u n fo rtu ito co ncurso de causas q u e , p o r lo d em ás, son suficientes p o r sí m ism as; o tra s veces, e n cam bio, p u e d e acontecer d e m an era esencial y p o r disposición n a tu ra l. D e este m o d o c o n c u rre n fre c u e n te m e n te varios astro s a u n m ism a efe c to , ya q u e cada u n o n o sería suficiente p o r sí solo. A sí, p u e s, e n to rn o a e ste m o d o d e concurso p arcial n o h 2y dificu ltad alguna, a n tes b ie n , quizá d eb a e n te n d e rse a sí e n g ra n p a rte el co ncurso d e los cielos, com o d iré m ás abajo. 4. P o r ta n to , la p re s e n te c u e stió n se tra ta en e l p rim e r sentido. Y to d a s u d ific u lta d se c en tra e n la d ep en d en cia d e lo s cu erp o s in ferio res con resp ecto a lo s c u e rp o s celestes. P o rq u e acerca de las sustancias in m ateriales, es cosa cier­ t a q u e n o d e p en d en esencialm ente e n su operación d e n in g ú n agente creado, ya que no d e p e n d e n d e él en el ser n i e n la facu ltad o v irtu d activ a; luego tam p o c o se su b o rd in a n a él e n el o b rar. A dem ás, con resp ecto a los m ism os c u e rp o s celestes, es cie rto , p o r la m ism a ra z ó n , q u e n o d e p e n d e n esencialm ente, e n sus acciones, de o tro s agentes creados, p o rq u e no d e p e n d e n de ellos e n el s e r ; y la operación sigue e im ita al ser. A d em ás, p o rq u e los cielos n o dependen e se n c ia lm e n te e n sus acciones d e las inteligencias creadas, y a q u e tam poco de­ p e n d e n de ellas en su se r n i en su s v irtu d e s, n i ellas p u e d e n realizar p o r sí m ism a s algo e n los c u erp o s, fu era d el m ovim iento local. Se d irá : a l m enos m e­ d ia n te e l m ovim iento, la acción del cielo p u e d e d ep en d er d e la inteligencia. R es­ p o n d o q u e , según la sen ten cia m ás v e rd a d e ra , ese m o v im ien to sólo sirve para la acción d e l cielo p o r m o d o d e aplicación a los diversos cuerpos, y tal depen-

parationem, aut inter causas supposltaliter distinctas, quae vocantur causae u t quod, vel inter virtutes eiusdem causae seu eiusdem suppositi. Quaestio ergo haec praecipue tractatur in priori .sensu, et ideo de illo primum dicemus; aliquid vero addemus de posteriori, ut plena habeatur resolutio. Delu­ de est observandum aliud esse loqui de camsis partialiter _urrentibus ad eamdem ac­ tionem in eodem ordine, aliud vero de causis essentialiter subordinates, cum intrinseca dependentia unius ab alia in operando. Prio­ ri modo certum est saepe concurrere plures causas creatas ad eamdem actionem vel effectum; quod potest aliquando esse per accidens ex fortuito concursu causarum alioqui per se suffidentium; aliquando vero potest esse per se et ex institutione naturae. Et hoc modo saepe concurrunt plura astra ad unum effectum, quia singula per se non sufficerent. De hoc igitur modo partialis concursus nulla est difficultas, immo fortasse caelorum concursus magna ex parte ita intelligendus est, u t inferius dicam. 1 Vide Soncin., X II Metaph., q.. 13.

4. In priori ergo sensu tractatur praesens quaestio. In qua tota difficultas est de de­ pendentia inferiorum corporum a corporibus caelestibus. Nam de substantiis immaterialibus est res certa non pendere per se in operando ab aliquo agente creato; quia ab illo non pendent in esse ñeque in facúl­ tate seu virtute operandi; ergo ñeque illi subordinantur in agendo. Rursus, de ipsis corporibus caelestibus eadem ratione certum est non pendere per se in actionibus suis ab aliis agentibus creatis, quia ab illis non pendent in esse; operatio autem sequitur esse et imitatur illud. Item, quia caeli non pendent per se in actionibus suis ab intelligendis creatis, quia ñeque ab illis pendent in esse aut in virtutibus suis, ñeque iliac possunt per se efficere in corpora aliquid praeter motum localem. Dices: saltern me­ diante motu potest actio caeli pendere ab intelligentia. Respondeo iuxta veriorem sententiam ilium motum solum deserviré ad ac­ tionem caeli per modum applicationis ad di­ versa corpora1; ilia autem dependentia non

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-delicia n o es esencial, sino accidental, com o re su lta claro. Y si es cierto q u e el cielo es in stru m e n to d e la inteligencia q u e m ueve a algunas acciones, en cu an ­ to a ellas la d ep en d en cia será esen cial; p e ro , en realid ad , n o ex iste n in g u n a ac­ ción d e esa clase, com o m u chas veces h em o s in d ic a d o ; p o rq u e tam poco la in ­ teligencia tiene v irtu d p rin c ip a l p a ra realizar sem ejantes efectos corporales, n i e l solo m ovim iento local p u e d e servir p o r sí m ism o p a ra co m unicar esta v irtu d . 5. C asi p o r la m ism a razó n , u n cielo n o depende esencialm ente de o tro en su acción, po rq u e u n o tam poco recibe de o tro n i el ser n i la v irtu d de o b rar. Se d ir á : los cielos n o o b ran sino m ed ian te los astros, y éstos n o ob ran sino m ed ian te la luz, q u e n o recib en m ás q u e del sol; lu eg o todos dep en d en d e l sol e n la v irtu d activa y, co nsecuentem ente, e n la acción. Se resp o n d e, e n p ri­ m e r lu g a r, negando la m en o r, sino q u e cada astro tien e su p ro p ia v irtu d in n a ta y c o n n atu ral, y m ed ian te ella influye; p o rq u e , así com o tien en form as pro p ias específicam ente diversas, así tam b ién a esas form as sig u en v irtu d es y facultades propias específicam ente diversas. Y no es verosím il, n i q u e todos los astros te n ­ gan la v irtu d d e o b ra r p o r u n accidente extrínseco y q u e les advenga acciden­ talm ente, n i que u n a m ism a cualidad de la lu z, p o r el solo h echo de ser re c i­ bida en diversos sujetos, tenga efectos ta n variados y diversos com o tienen los diversos a stro s; p e ro d e esto nos ocupam os e n o tro lu g ar. A dem ás, sea de esto lo q u e fu ere, n o d e p e n d e rá del sol, p o r ejem plo, la acción de la lu n a ilum inada sino e n la m ed id a en q u e d ep en d e del fu eg o la acción d el agua caliente, y ésta no es u n a d ependencia d e m o d o in m ed iato p o r subordinación esencial, sino u n a dependencia sólo re m o ta , c u a l se d a en to d o efecto con respecto a la causa re ­ m ota q u e concedió v irtu d o perativa a la causa próxim a. 6. P o r o tra p a rte , n o q u e d a n in g u n a d u d a sobre la d ependencia d e los agen­ tes corporales inferiores c o n respecto a las inteligencias, p u e s p o r lo dicho cons­ ta, a fortiori, q u e n o d e p e n d e n d e ellas esencialm ente, sino, a lo sum o, acci­ dentalm ente, com o de q u ie n aplica p rin cip io s activos a pasivos, y aun de esta m anera, n o siem pre n i o rd in aria m en te, sino e n lo q u e concierne al m ovim iento del cielo. P o r últim o , acerca d e los cuerpos inferiores e n tre sí, tam b ién es claro

est per se, sed per accidens, u t constat. Quod specie diversae. Neque est verisimile, aut si verum est caelum esse instrumentum in- omnia astra habere virtutem agendi per ac­ teiligentiae moventis ad aliquas actiones, cidens extrinsecum et accidentario illis adquoad illas erit dependentia essentialis; ta­ venientem, aut eamdem luminis qualitatem, rnen revera nullae sunt huiusmodi actiones, ex eo solum quod in diversis subiectis reut supra tetigimus ; quia neque in intelligen- cipiatur, habere tam varios et diversos effectia est virtus principalis ad huiusmodi ef- tus quam habent astra diversa; sed de hoc alias. Et praeterea, quidquid de hoc sit, non fectus corporales efficiendos, neque solus motus localis potest per se deservire ad com- pendebit a sole actio lunae, verbi grana, iltnunicandam hanc virtutem. luminatae, nisi prout pendet ab igne actio 5. Et eadem fere ratione unum caelum aquae calefactae, quae non est dependentia non pendei ab alio per se in actione sua, immediate ex subordinatione essentiali, sed quia neque esse 1 neque virtutem agendi ha­ dependentia tantum remota, qualis est in bet unum ab alio. Dices : caeli non asunt omni effectu respectai causae remotae quae nisi per astra; haec vero non agunt nisi per dédit virtutem operandi causae proximae. lumen, quod non habent nisi a sole; ergo 6. Praeterea, nulla relinquitur quaestio omnia pendent a sole in virtute agendi, et de dependentia inferiorum agentium corpoconsequenter in actione. Respondetur primo ralium ab intelligentiis, quia ex dictis a for­ negando minorem, sed immnquodque astrum tiori constat per se ab illis non pendere, habet propriam virtutem innatam et conna- sed ad summum per accidens, ut ab applituralem per quam inäuit; nam, sicut habent cantibus activa passivis, et hoc etiam modo formas proprias specie diversas, ita ad illas non semper neque regulariter, nisi quantum consequuntur propriae virtutes et facilitates1 ad motum caeli. Denique, de corporibus in1 En algunas ediciones falta ñeque esse. (N. de los EE.)

Disputaciones metafísicas

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q u e n o tie n e n la c itad a d ependencia en el obran, ya q u e n in g u n o de ellos se com p ara c o n o tro com o la causa universal con la p a rtic u la r, n i tien e razó n al­ g u n a p a ra ta l dependencia.

Diferentes opiniones sobre la dificultad de la cuestión 7. A sí, pu es, to d a la cuestión se re d u c e a la su b o rd in ació n d e los cuerpos inferiores c o n respecto a los celestes. P ues h ay quienes opinan q u e se d a sem e­ jan te dependencia esencial e n tre estos agentes, d e suerte q u e el cielo influye en a c to sobre , todas las acciones d e lo s cu erp o s inferiores. A sí op in an Iavello, X II Metaph., q. 1 3 ; Soto, I I Phys., q . 4 , concl. 1, e In IV, d ist. 48, q. 2, a. 2, d o n d e dice, en v irtu d d e este prin cip io , q u e si cesara el m ovim iento del cielo, in m ed iatam en te cesaría to d a la acción d e los agentes n a tu rales inferiores, y que todos los vivientes m o riría n al p u n to , ya q u e n o p u e d e n vivir sin algún m ovi­ m iento. L o d a a e n te n d e r asim ism o el F e rra rie n se , IV cont. Gent., c. 97, § Advertendum tertio; p u e s dice q u e, e n la generación del h o m b re , la creación del alm a p ro ced e de D ios, p e ro las disposiciones del cuerpo p ro ced en esencial e in m ed iatam en te d el g e n eran te y del m o vim iento del cielo. 8 . P a ra d e m o strar esto , Iavello ad u ce la siguiente razó n (pues otros au to ­ re s n o d a n n in g u n a ): to d a acción de los cu erp o s generables q u eda red u cid a ne­ cesariam ente a alguna causa in g e n e ra b le ; p e ro ésta n o es sino el cuerpo celeste; luego. L a m ayor es p a te n te , p o rq u e , así com o es preciso q u e todo m ovim iento se re d u z c a a algún p rin cip io inm óvil, ig u alm en te to d a generación a algún p rin ­ cipio ingenerable. Se p ru e b a la m enor p o rq u e ta l agente in g en erab le n o es una inteligencia creada, ya q u e ella n o p u e d e tra n sfo rm a r in m ed iatam en te la m ateria e n form a. T a m p o c o es el m ism o p rin c ip io , p u e sto q u e él n o o b ra inm ediata­ m e n te p o r sí m ism o e n estas cosas in ferio res, sino a través de las causas in te r­ m e d ia s; p e ro a q u í tra ta m o s d e u n a causa q u e co n cu rra inm ediatam ente a todas las acciones de los g enerantes in fe rio re s; luego es el cielo. Y se confirm a por la a u to rid a d de A ristóteles, q u e en V III d e la Física, tex to 1, dice que el mo­ vim iento p rim e ro es la v ida, esto es, la fu e n te y p rin cip io universal de to d as las

animae esse a Deo, dispositiones vero cor­ poris esse a generante et a motu caeli per se et immediate. 8. Iavellus ad hoc probandum hanc adducit rationem (alti enim auctores nullam afferent): Omnis actio generabilium corpoDiversae tiones circa quaestionis rum necessario reducitur ad aliquam caudifficultatem sam ingenerabilem; sed haec non est nisi 7. Tota ergo quaestio reducitur ad sub- corpus cadeste; ergo. Maior patet, quia, siordinationem inferiorum corporum respectai cut necesse est omnem motum reduci ad caelestium. Sunt enim qui òpinentur inter­ aliquod principierai immobile, ita omnem gevenire huiusmodi essentialem dependentiam nerationem ad aliquod prindpium ingene­ inter haec agenda, ita ut caelum actu influât rabile. Minor vero probatur quia illud agens in omnes actiones inferiorum corporum. Ita ingenerabile non est intelligentia creata, quia opinantur Iavellus, X II Metaph., q. 13; et illa non potest immediate transmutare maSoto, II Phys., q. 4, conci. 1, et In IV, teriam ad formam. Neque etiam est ipsum dist. 48, q. 2, a. 2, ubi ex hoc principio ait, principimi, quia illud non agit per seipsum cessante motu caeli, subito cessaturam om- immediate in haec inferiore, sed per causa* nem actionem inferiorum agentium natura- medias ; hic autem agimus de causa imme- ■ lium, omniaque viventia illico animas ex- diate concurrente ad omnes actiones infe­ piratura, eo quod non possint sine aliquo riorum generantium; ergo est cadum. Et< motu vivere. Significat edam Ferrar., IV confirmatur ex Arist, V ili Phys., text 1>: cont. G ent, c. 97, § Advertendum tertio; dicente quod mores primus est vita, id esV, ait enim in generatione hominis creationem fons et prindpium universale renimi in ria-ferioribus inter se, eriam est res claxa non habere praedictam dependentiam in operan­ do, quia nullum eorum comparatur ad aliud ut causa universalis ad particularem, aut habet rationem ullam talis dependentiae.

Disputación X X II.— Sección V

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cosas existentes e n la n atu ra le z a , y se com para al u n iv erso com o el m ovim iento del corazón al anim al, cesando el cual cesa to d a acción. P o r eso el C om enta­ d o r, I- De cáelo, com . 63, dice q u e el p rin cip io d e la vida, q u e se en c u e n tra en e l orbe, es causa d e to d a v id a ; y casi lo m ism o sostiene en X II Metaph., com . 18. Se confirm a, en segundo lu g ar, p o rq u e d e n o ser así se elim ina el ord en esencial e n tre las p a rte s del universo, lo cual es c o n trario a su d eb id a constitución, com o se tom a de A ristóteles, X II de la Metafísica, texto ú ltim o. 9. L a o pinión co n traria está tom ada d e E scoto, In II, d ist. 14, q . 3, al fi­ n a l; d e R icardo, e n el m ism o lu g ar, a. 2 , q. 6 ; d e D u ra n d o , e n el pasaje ci­ tado, 2 .a p a rte d e la d istin ció n , q. 3 ; y d e E n riq u e, Quodl. X I, q. 15, y Quodl. XIV, q. 1. P ues, a u n q u e en este últim o lu g a r p arezca q u e en p a rte es co n tra­ dictorio, n o o b stante, si se entiende d eb id am en te, n o rep u g n a, com o verem os. Y esta opinión m e p arece certísim a ; p e ro necesita algunas explicaciones.

Solución completa de la cuestión io . Primera afirmación.— A sí, pues, afirm o en p rim e r lu g a r: n in g u n a causa segunda d ep en d e esencial e in trínsecam ente, e n su o brar, de otro agente creado, sino sólo d e la causa p rim era , com o de a g en te u niversal q u e influye inm ediatam ente, en su o rd en , sobre la acción d e la causa inferior. Se explica p rim e ro la c o n clu sió n ; p o rq u e tratam os de u n a causa segunda que posea, en cu an to causa p ró x im a, v irtu d suficiente p a ra alguna acción o efecto. P u e s esto d e b e suponerse a n te todo p a ra q u e se en tie n d a la su b o rd in ació n esen cial; ya q u e si la causa p a rtic u la r es insuficiente en su o rd e n , y es ayudada p o r o tra su p erio r en aquello q u e le falta, n o p o r ello h a b rá su b o rd in ació n esencial en el o b rar, sino concurso d e causas parciales. E sto su p u esto , se p ru e b a la conclu­ sión, e n p rim e r lu g a r, p o rq u e la causa segunda n o d e p en d e en su ser d e o tra causa c read a; p u es a rrib a h em os dem ostrado q u e los elem entos y los m ixtos n o d e p en d en del cielo e n su conservación. Y p o r la m ism a razó n n o d e p e n d e n d e él las v irtu d es in trín se c a s y connaturales a estas cosas; luego, p o r igual ra ­ zó n , tam poco d e p e n d e n las acciones d e las m ism as, p o r su in trín seca n a tu ra ­ leza, d e l cielo, n i, consecuentem ente, d e o tra causa c re a d a ; p o rq u e y a hem os

tura existentium, et ita comparator ad uni­ versum sicut mows cordis ad animai, quo cessante cessat omnis actio. Unde Comment., I de Cado, com. 63, ait principium vitae, quod est in orbe, esse causam omnis vitae; idemque fere habet X II Metaph., com. 18. Confirmatur secundo, quia alias tollitur ordo essentialis inter partes universi, quod est contra debitam eius consriturionem, ut ex Aristotele sumitur, X II Metaph., text. ult. 9. Contraria sententia sumitur ex Scoto, In II, disc 14, q. 3, in fine; et ex Richardo ibi, a. 2, q. 6; et Durando, ibidem, 2 part, distinctionis, q. 3; Henric., Quodl. XI, q. 15, et Quod). XIV, q. 1. Quamvis enim in hoc posteriori loco videatur ex parte repugnare, tarnen, si recte intelligatur, non repugnat, ut videbimus. Et haec sententia mihi videtur verissima; eget vero nonnulla explicatione. Integra quaestionis resolutio 10. Prima asserno.— Dico ergo primo: nulla causa secunda per se et intrinsece pen-

det in agendo ab alio agente creato, sed so­ luto a causa prima, nimirum, ut ab agente universali, immediate in suo ordine influente in actionem inferioris causae. Explicatur prius conclusio; agimus enim de causa se­ cunda habente in ratione causae proximae sufficientem virtutem ad aliquam actionem vel effectum. Hoc enim ante omnia supponendum est u t intelligatur subordinano es­ sentialis; nam si particularis causa sit in suo ordine insufficiens, et quoad id quod illi deest iuvetur ab alia superiori, non erit propterea essentialis subordinano in agendo, sed erit concursus causarum partialium. Hoc ergo supposito, probatur primo conclusio, quia causa secunda non pendet in suo esse ab alia causa creata; supra enim probavimus elementa et mixta non pendere in con­ servar! a caelo. Et eadem ratione non pendent ab ilio virtutes intrinsecae et connaturales his rebus; ergo pari ratione neque actiones earum pendant ex intrinseca sua ratione a caelo, et consequenter neque ab alia causa creata; nam caeteras iam exclu-

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excluido las dem ás. L a ú ltim a consecuencia es ev id en te, p u e sto que la opera­ ción es p ro p o rcio n ad a al ser. 11. Se d ir á : a veces la form a depende en su conservación del ag en te , com o la lu z depende d el so l; .luego al m enos entonces d ep en d erá tam b ién e n su ac­ ción del influjo in m ed iato d e l sol. Se resp o n d e q u e , a u n c u an d o se conceda to d o , n ad a se gana, p o rq u e n o h ay inco n v en ien te en que alg u n a cu alid ad d e­ p e n d a de su agente en el o b ra r d e l m odo indicado. P ero se afirm a, en segundo lugar, q u e en v irtu d d e l an tecedente n o se sig u e el co n secu en te; p o rq u e las especies visibles d e p e n d e n e n su conservación d e l objeto y, sin em bargo, no tie n e n u n a n u ev a d ep en d en cia in m ed iata en e l o b rar. C o nsiguientem ente, de la negación de d ependencia e n el ser creem os q u e se infiere p e rfe c ta m e n te la in ­ d ep en d en cia e n e l o b ra r; p e ro , en sen tid o in v erso , de cu alq u ier d ep en d en cia en e l s e r 'n o se infiere u n a n u ev a e in m ed iata d ep en d en cia en el o b ra r. P o rq u e ésta n o es po sib le e n m u c h a s ocasiones con re sp e c to a u n agente c re a d o ; en cam bio, con re sp e c to al ag e n te in c re a d o aquella consecuencia es excelente, por la esencial depen d en cia d e to d a e n tid a d p a rtic ip a d a con resp ecto al p rim e r ente. 12. L a seg u n d a razó n , sem ejante a la a n te rio r, es q u e los efectos d e estos agentes n atu ra le s n o d e p e n d e n p o r sí m ism os y esencialm ente, en su ser, del cielo, com o ta m b ié n se h a d e m o stra d o arrib a, ya q u e , e n cu an to a esto, la m is­ m a ra z ó n vale p a ra las causas unívocas y p a ra sus e fecto s; luego tam poco de­ p e n d e esencial e in trín se c a m e n te d el cielo la acción de tales causas. L a con­ secuencia es clara, p o rq u e la p ro d u c c ió n es tal cu al es e l ser. Y am bas razones tien en su fu n d a m e n to en lo q u e se h a dicho e a la sección 1 .a, q u e la dependencia d e la causa seg u n d a c o n re sp e c to a la p rim e ra e n su operación se fu n d a en el h ech o d e q u e ta n to la cau sa se g u n d a com o su acción y efecto son entes por p ar­ ticipación, p o r lo cual d e p e n d e n esencial e in m ed iatam en te d e l e n te p o r esencia. P ero esta razó n n o tiene valid ez con respecto a o tra causa creada y, aparte de aquélla, n o q u ed a n in g u n a su ficien te p a ra in tro d u c ir ese género de dep en d en cia; p e ro n o d ebe exigirse m u ltitu d de causas p a ra u n efecto sin razó n y necesidad. C o n sig u ien tem en te, ta m b ié n p u e d e n valer p a ra esto las razones con q u e D u ran -

simus. Patet ultima consequentia, quia ope­ rano est proportionata ipsi esse. 11. Dices: interdum 'forma pendet in conservan ab agente, ut lumen a sole; ergo tune saltem dependebit etiam in actione sua ab immediato influsolis. Respondetur, etiam si concedati- totum, nihil referre, quia non est inconveniens u t aliqua qualitas pendeat a suo agente dicto modo in operari. Secundo vero dìcitur ex vi antecedentes non sequi consequens ; nam spedes visibiles pen­ dent in conservan ab obiecto, et tarnen non habent novam dependentiam immediatam in operando. Ex negatrone igitur dependentiae in esse credimus optime inferri independentiam in operari; non vero e contrario, ex quacumque dependencia in esse inferri no­ vam et immediatam dependentiam in ope­ rari. Quia haec saepe non est possibilis respectu agentis creati; respectu vero agentis increati est optima illa consequentia, propter dependentiam essentialem omnis entitatis participatae a primo ente.

12. Secunda ratio, similis praecedenti, est quia effectus horum agentium naturalium non pendent per se et essentialiter in esse a caelo, ut supra edam probatum est, quia quoad hoc eadem est ratio de causis univocis et effectibus earum; ergo neque accio talium causarum per se et intrinseca pendet a caelo. Patet consequentia, quia tale est fieri quale est esse. Et utraque ratio sumit fundamentum ex eo quod sect. 1 dic­ tum est, dependentiam causae secundae a prima in sua operatione fundari in eo quod tam causa secunda quam actio et effectus eius sunt entia per participationem, et ideo per se et immediate pendent ab ente per essentiam. Haec autem ratio non habet lo­ cum respectu alterius causae creatae, et seclusa illa, nulla relinquitur sufficiens ad illud genus dependentiae introducendum; non est autem exigenda multitudo causarum ad aliquem effectum sine ratione et necessitate. Unde ad hoc etiam valere possunt rationes

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do, c itad o arriba, tra ta b a d e su p rim ir esta d ependencia con respecto a la p rim era causa. 13. L a tercera ra z ó n p u ed e ser q u e, si el cielo influye esencialm ente y com o causa universal en las acciones d e todas las inferiores, o se e n tien d e q u e lo h ace in m ed iatam en te con inm ediación d e supuesto, o sólo d e v irtu d ; n o del p rim e r m odo, p o rq u e , com o suponem os, n in g u n a causa obra in m ed iatam en te con in m e­ diación d e supuesto so b re o tra cosa localm ente d is ta n te ; pero- el cielo dista m u ­ chísim o d e los agentes in feriores y de sus acciones. E n cam bio, si o b ra d el se.g u n d o m odo, es p reciso q u e lo h aga m ediante u n a v irtu d d ifu n d id a ; p o rq u e la v irtu d in h e re n te al cielo m ism o tam b ién se e n c u e n tra a g ra n distancia d e las cau­ sas inferiores y de sus efectos, p o r lo q u e n o p u e d e en te n d e rse q u e influya in ­ m ed iatam en te, sino e n c u a n to d ifu n d e alguna p articip ació n d e sí m ism o a través de los cuerpos in term ed io s h asta la causa p a rtic u la r q u e o b ra p róxim am ente, y la acción m an ará inm ed iatam en te d e la v irtu d , en cu an to llega h a sta allí. A h o ra bien, el in flu jo de esta v irtu d n o p u e d e afirm arse d e m an era u n iv ersal y g en eral con fu n d am en to , p u es ¿ q u ié n creerá q u e el fuego necesita d e u n a v irtu d sobre­ añ adida p o r el cielo p a ra calentar o ilu m in ar? Y si e n alg ú n caso se d a, n o p e r­ tenece a la d ependencia d e la causa p artic u la r c o n resp ecto a la universal, sino a su p lir la insuficiencia d e la causa p a rtic u la r, com o explicaré in m ediatam ente. 14. Y la razó n es clara, p o rq u e después q u e e l cielo h a im p reso esa v irtu d en el cu erp o o agente in fe rio r, aquel com puesto d e v irtu d in n a ta y v irtu d in fu n d id a por el cielo es causa p ró x im a suficiente p a ra ta l acción, e n la cual ya n o d e p en d e esencialm ente del cielo, sino sólo re m o tam en te, en cu an to d e él recibió v irtu d operativa, así com o e l ag u a caliente d ep en d e d e l fuego en el calentar. E s, p u e s, indicio d e q u e aquélla n o es u n a dependencia esencial en el o b ra r d e lina cau sa con resp ecto a otra. Y es ta m b ié n indicio d e q u e , si la causa p a rtic u la r tien e v ir­ tu d com pleta y su ficiente en su o rden, no n ecesitará (h ab lan d o e n absoluto) o tra v irtu d in fu n d id a p o r el cielo, ya que resulta su p erfin a ta l m u ltip licació n de v ir­ tudes. Y esto es lo que d irectam en te p reten d em o s en la p resen te afirm ación. 15. Segunda afirmación.— A firm o en segundo lu g a r; sucede c o n fre c u e n ­ cia que la v irtu d de u n a causa segunda in ferio r es por sí m ism a defectu o sa e itn -

quibus Durandus, supra citatus, conabatur toilers hanc dependentiara a prima causa. 13. Tertia ratio esse potest quia, si cae­ lum influit per se et ut causa universalis in actiones omnium inferiorum, vel inteHigitur id facete immediate immediatione suppositi, vel tantum virtutis; non priori modo, quia, ut supponimus, nulla causa agit im­ mediate immediatione soppesiti in rem loco distantem; caelum autem longe distat ab inferiotibus agentibus et actioni'ous eorum. Si autem agit posteriori modo, necesse est ut id faciat per virtutem diffusam; uam virtus caelo ipsi inhaerens etiam longe distat ab inferioribus causis et effectibus earum, unde non potest intelligi immediate influere, nisi quatenus aliquam sui pariicipationem per intermedia corpora diffundit usque ad causam particularem proxime agentem, et a virtute, quatenus illuc attingit, immediate manabit actio. At vero influxus huius vir­ tutis non potest universe et generaliter affirmari cum fondamento; quis enim credat indigere ignem virtute superaddita a caelo

ut calefaciat vel illuminet? u t sicubi intervenit, non spectat ad dependentiam causae parlicularis ab universali, sed ad supplendam insufficientiam causae particularis, ut statim declaraba. 14. Et ratio est clara, quia post impres­ sasi illam virtutem a caelo in corpus vel agens inferius, illud compositum ex virtute innata et virtute infusa a caelo est proxima causa sufficient ad talem actionem, in qua iam non pendei per se a caelo, sed tantum remote, quatenus ab ilio accepit virtutem agendi, sicut aqua calefacta pendei in calefaciendo ab igne. Sìgnum ergo est illara non esse dependentiam per se in agendo unius causae ab alia. Ac deinde est etiam signum quod, si causa particularis in suo ordine habeat compietam et sufficientem virtutem, non indigebit (per se loquendo) alia virtute influxa a caelo; est enim superflua illa multiplicatio virtutum. Et hoc est quod in bac assertione dùcete intendimus. 15. Secunda assento.— Dico secundo: saepe contingit virtutem alicuius causae se44

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perfecta e n su o rd en , e insuficiente p a ra el efecto, y p o r esa ra z ó n necesita la ayuda d e o tra causa creada q u e com plete o su p la su v irtu d activa. Y d e esta m a­ n e ra necesitan d el influjo d e los cielos los cuerpos in feriores p a ra m uchas de sus acciones, e n especial p a ra las generaciones de los m ixtos, y sobre to d o d e los vi­ vientes. D e m u e stra n esta conclusión los a rg u m en to s de la p rim e ra o p in ió n ; p o r­ q u e n o p u ed e negarse q u e se da algún o rd e n esencial entre las causas sublunares y las celestes; p e ro , su p rim id a la p rim e ra d ependencia in trín seca y esencial, no p u ed e en ten d e rse o tro m o d o de subordinación esencial e n tre sem ejantes causas. P u e d e tam b ién explicarse fácilm ente p o r in d u c c ió n ; p o rq u e lo s elem entos, p o r sí solos y p o r su m u tu a acción y reacción, n o p u e d e n bastar p a ra la com posición sustancial, de suerte q u e de ellos y p o r ellos se genere u n v erd ad ero m ix to sus­ tan cial, n o sólo p o rq u e n i en n in g u n o d e ellos n i e n todos sim ultáneam ente se en c u e n tra la fo rm a d el m ix to d e m an era fo rm al o em in en te, sino tam b ién p o rq u e , siendo lbs elem entos m ateria tra n se ú n te con resp ecto a los m ixtos, e n ellos solos n o p u e d e en co n trarse to d a la v irtu d activa y m aterial d e la generación del m ixto. R esu lta, p o r tan to , necesaria la v irtu d celeste q u e ay ude a realizar la m ezcla. A dem ás, los m ixtos inanim ados, h ab lan d o en general, son m u y débiles p a ra ge­ n e ra r otros sem ejantes a ellos, com o consta p o r la experiencia. Y la razó n parece estar en q u e son poco activos, ya que tienen lim itadas y debilitadas sus cualida­ des p rim arias y son m u y im p ed id o s e n su acción p o r los cu erpos c ircu n d an tes y p o r las cualidades contrarias de los cuerpos pasivos. P o r este m otivo, pues, fue ta m b ién necesaria la v irtu d celeste, q u e ayudase a estos agentes o, e n v erd ad , rea­ lizase p o r com pleto la generación d e estas cosas, com o p arece acontecer con la eficiencia d el oro y de los m etales. 16. P o r o tra p arte, es claro, acerca d e los vegetales, cu án to d e p en d en de los cielos en su g eneración y crecim iento, lo cual n o sucede de o tra m a n e ra sino p o r­ q u e, m ed ian te la influencia celeste, o re c ib e n e n sí cualidades sem ejantes a las suyas en la v irtu d activa, o recib en au m en to o intensificación d e sus cualidades, o p o rq u e la m ateria d e q u e se generan o alim en tan estos vivientes es disp u esta p o r v irtu d celeste para q u e p u e d a tran sfo rm arse m ás fácilm ente con su acción.

cundae inferioris esse per se mutilara et imperfectam in suo ordine et insufficientem ad effettuiti, et ea ratione indigere auxilio al­ teráis causae-creatae quae compleat vel suppleat virtutem agendi. Atque hoc modo in­ digent influxu caelorum inferiora corpora ad plures actiones . suas, praesertim ad generationes mixtorum, et maxime viventium. Hanc conclusionem iant argumenta prioris sententiae; nor .nim potest negari quin sit aliquis ordo per se inter causas sublu­ nares et caelestes; seclusa autem priori dependentia intrinseca et essentiali, non potest intelligi alius modus subordinations per se inter huiusmodi causas. Potest etiam facile inductione declarari; nam elementa per se sola et per suam mutuam actionem et reactionem non possunt sufficere ad substantialem mixtionem, ita ut ex eis et ab eis verum substantial mixtum generetur, tum quia ñe­ que in aliquo illorum ñeque in omnibus simul est forma misti formaliter aut emi­ nenter, tum etiam quia, cum dementa sint materia transiens respectu mixtorum, non potest in solis illis esse tota vis activa et materialis generationis misti. Necessaria est

ergo virtus caelestis quae iuvet ad mixtio­ nem perficiendam. Rursus mixta inanimata, generatim loquendo, valde debilia sunt ad generandum sibi similia, ut experientia con­ stai. Et ratio esse videtur quia et parum activa sunt, eo quod habeant primas qualitates refractas et remissas, et a circumstantibus corporibus et a contrariis qualitatibus patientium corporum in sua actione valde impediuntur. Ob hanc ergo causam neces­ saria etiam fuit virtus caelestis, quae vel haec agenda iuvaret, vel certe harum rerum generadonem omnino efficeret, ut in auri et metallorum efficienda contingere videtur. 16. Rursus de rebus vegetabilibus perspicudm est, quantum ad sui generadonem vel incrementum a caelis pendeant, quod non aliter fit nisi quia per influentiam caelestem aut in se redpiunt qualitates suis qualitatibus consimiles in virtute agendi, aut: redpiunt incrementum vel intensionem suarum qualitatum, aut quia materia ex qua haec viventia generantur aut aluntur, per virtutem caelestem disponitur ut facilius possit eorum actione commutari. Rursus hoc etiam modo generationes animalium roul-

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A dem ás, tam bién d e e ste m o d o las generaciones de los anim ales d e p en d en en a lto grado de la in flu e n c ia celeste, y así se e n tien d e m u y bien cóm o el sol y el h o m b re generan al h o m b re , a saber, p o rq u e el sem en h u m an o tien e u n a v irtu d im p erfe cta si n o es fo m en tad o y ayudado p o r el calor d el sol para com p letar d ic h a acción. Y e n este sentido dice E n riq u e, arrib a, q u e estos sém enes n ecesitan q u e se les in fu n d a la v irtu d celeste p a ra ser d eterm in ad o s p o r ella a sus d iferen tes acciones; pu es, com o e l sem en tie n e n u n a acción ta n v ariada y m ú ltip le e n la organización del c u e rp o , n o parece suficiente p a ra ello la v irtu d p a rtic u la r e in ­ trín seca , p o r lo q u e se considera necesaria la v irtu d celeste. E sto es p ro b a b le , a u n q u e n o resulte m en o s oscuro el m odo com o la v irtu d in fu n d id a p o r el cielo, si es e n sí m ism a sim ple y o b ra n a tu ra lm e n te , p u e d e b a sta r p a ra aquella v ariedad. P e ro , sea de ello lo q u e fu e re (que ya se h a tra ta d o a rrib a ), es m anifiesto q u e la necesidad de este in flu jo celeste siem pre pro v ien e d e insuficiencia de la v irtu d p a rtic u la r, ya p a ra su p e ra r la resistencia d e la m ateria, y a p a ra defenderse d e los c o n trario s, ya p a ra com p letar to d a la disposición, ta l com o resu lta preciso p a ra realizar la generación. 17. Y se co n firm a a contrario, p o rq u e , c u an d o la v irtu d d el agente p a rtic u ­ la r re s u lta suficiente p a ra su acción, para ella se re q u ie re m enor o n in g u n a in ­ fluencia celeste, en la m e d id a en q u e p u e d e colegirse d e la ra z ó n o d e la ex­ perien cia. P o r eso sucede q u e el fuego g en e ra fuego ig u alm en te, de una m ism a m ateria, o e n ig u ald ad d e circunstancias, c u alq u iera q u e sea el aspecto o d isp o ­ sición d e los astros d el cielo. Id én ticam en te, el color p ro d u c e las especies v isi­ bles, y la vista realiza e l acto d e la visión, y lo m ism o o c u rre con otras acciones vitales con tal de q u e la disposición d e los órganos se m an ten g a la m ism a y las dem ás circunstancias sean iguales. E n este se n tid o dijo S an to T o m ás, Opuse. 10, a. 8, q u e si el cuerpo del hombre se conservase vivo y con la misma disposición de

miembros cesando el movimiento del cielo, el hombre podría mover de igual modo la mano o la lengua; y en la q. 5 De Potentia, a. io , ad 8, dice q u e en ta l caso p e rd u ra ría el m ovim iento del corazón en el h o m b re .

turn pendent ex influentia caelesri, sicque optime intelligitur quomodo sol et homo generent hominem, quia, nimirum, humanum semen imperfectam vim habet nisi calore solis foveatur et iuvetur ad earn actionem perficiendam. Et hoc modo ait Henricus supra, necessariam. esse virtutem caelestem influxam his seminibus qua determinentur ad suas varias actiones; nam cum semen in corporis organizatione tam variant et multiplicem habeat actionem, non videtur ad id sufficere virtus particularis et intrinseca, et ideo necessaria censetur virtus caelestis. Quod esc probabile, quamvis non minus obscurum sit quo modo virtus influxa a caelo, si in se simplex sit et naturaliter agens, ad illam varietatem strfficiat. Quidquid vero de hoc sit (quod superius est tactum), con­ stat necessitatem huius influxus caelestis semper provenire ex insufficientia virtutis particularis, vel ad vincendam resistentiam materiae, vel ad se tuendum a contrariis, vel ad complendam totam dispositionem prout

est necessarium ad generationem perficiendam. 17. Et confirmatur a contrario, nam ubi virtus agentis particularis invenitur sufficiens ad suam actionem, vel minor vel nulla influentia caelestis est ad illam necessaria, quantum ex ratione aut experienria potest colligi. Inde enim est quod ignis eodem modo generet ignem ex materia eadem, seu caeteris paribus, in quocumque aspectu seu disposinone caelestium astrorum. Et eodem modo color efficit species visibiles, et visus elicit actum visionis, et idem est de aliis actionibus vitalibus, dummodo organorum disposino -eadem conservetur et caetera paria sint E t hoc modo dixit D. Thomas, Opusc. 10, a. 8, si corpus hom inis vivu m e t cu m eadem disposinone m em brorum conservetur cessante m otu caeli, posse hom inem eodem m odo m overe m a n u m aut linguam; et q. 5

de Potent, a. 10, ad 8, dicit in eo casu duraturum motum cordis in homine.

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' . Disputaciones meiajísicas En qu é sentido se llaman universales algun as de las causas creadas

18. C onsta, pu es, p o r lo dicho, e n q u é se n tid o p u e d e n ad m itirse algunas causas universales fu era de la p rim era , y alguna su bordinación esencial e n tre al­ gunas causas segundas e n tre sí, y qué es, en e ste p u n to , p ro p io de la causa p ri­ m era, y cuál la d iferen cia e n tre ella y las dem ás. P o rq u e es p ro p io de ella el q u e . to d a operación d e p en d a p o r sí m ism a de ella in m ed iata y esencialm ente, d e su e rte que, sea cu a n ta sea la v irtu d in ferio r, n o p u e d a obrar sin aquel influjo, n i tam p o co p u e d a ser sup lida p o r o tro agente n i p o r n in g u n a v irtu d creada, incluso in fu n d id a p o r el m ism o D io s. P ero la operación de u n a c riatu ra n o depende de o tra d e esta m an era, com o se h a explicado, y p o r d io es p ro p io d e solo D ios el ser de este m o d o causa u n iv e rsa l de to d as las acciones. Sin em b arg o , como las cosas n aturales y g enerables y c o rru p tib les poseen virtudes im p erfe ctas para o brar, y tie n e n .m uchos co n trario s, p o r los que p u ed en q u e d a r im pedidas d e realizar sus acciones o g eneraciones, cu y a co n tin u a sucesión es necesaria p a ra la conservación d el universo, p o r eso el a u to r d e la n atu raleza proveyó algunos cuerpos superiores q u e tuviesen d ife re n te s v irtu d e s activas y se aplicasen de varios m odos m ediante u n m ovim iento c o n tin u o , p a ra q u e así p u d ie se n ay u d ar ta m b ién de varias m aneras a lo s agentes in ferio res e n su s generaciones o co rrupciones. Y p o r eso se dice con ra z ó n q u e tales c u e rp o s su p e rio re s son causas universales, ya q u e ob ran de alg u n a m anera e n o rd e n a lo s efectos d e to d as las causas inferiores. E n este sen­ tid o dice D ionisio, c. 4 D e D iv in is N o m in ib u s: E l rayo del sol ayuda a la gene­ ración de los cuerpos se n sib le s, y a la vida m ism a; m ueve y nutre , y hace crecer, y perfecciona. 19. D e q u é clase es la subordinación de los agentes inferiores a los supe­ riores.— Y de m a n e ra se m e ja n te se co m p ren d e q u e las causas n aturales se su­ b o rd in a n e sen cialm en te a las celestes, según el o rd e n stablecido p o r e l a u to r de la natu raleza. N o p o rq u e n i la s v irtu d e s n i los efectos d e los cu erpos inferiores d ig a n esencial e in trín se c a m e n te re la c ió n o depen d en cia con respecto a los cu er­ pos celestes, sino p o rq u e d e h e c h o , seg ú n el o rd e n d el universo, se encuentran de ta l m anera c o n stitu id o s b a jo ellos, q u e siem p re son ayudados y confortados

Quomodo ínter causas erectas aliquae universales dicantur ■18. Ex his ergo constat quo sensu ad­ m ita possint aliquae causa'e universales praeter primam, et aliqua subordinado per se ínter aliquas causas secundas ínter se, et quid in hoc sit prr nm causae primae, quaeve sit d ifie re n » ín te r ipsam et alias. Est enim ei proprium u t omnia operado ab ipsa pendeat per 'se immediate et essentialiter, ita ut quantacumque sit virtus inferior, sine fflo influxu agere non possit, ñeque etiatn possit ab alio agente suppleri, nec per virtutem aliquam creatam edam a Deo ipso inditam. Hoc autem modo non pender ope­ rado unius creaturae ab alia, u t declaratum est, ideoque proprium est solius D ei esse hoc modo causam universalem omnium actionran. Tamen, quia res naturales et generabiles ac corruptibiles imperfectas habent virtutes ad agendum, et multa habent con­ traria, a quibus impedid possunt ne suas actiones vel generaticnes efficiant, quarum continua successio necessaria est ad universi

cor.servationem, ideo providit auctor natu­ rae superiora quaedam corpora quae varias haberent virtutes agendi et per motum con­ tinuum variis modis applicarentur, ut ita possent variis edam modis iuvare inferiora agenda ad eorum generationes vel corruptiones. Ideoque merito illa superiora cor­ pora dicuntur causae universales, quia ad effeems omnium causarum inferiorum aliquo modo operantuf. Quo modo ait Dion., 4 c. de Divinis nominibusi Solis radius ad generationem sensibilium corporum conferì et ad vitam ipsam, moòet et nutrii, et auget, et perfidi. 19. Qualis subordinano in agentibus inferìoribus ad superiora.— Et simili modo intelliguntur causae naturales per-se subordinatae caelestibus iuxta ordinerà ab auctore naturae institutum. Non quia vel virtutes vel effectus inferiorum corporum per se et intrinsece dicant habitudinem vel dependentiam a corporibus caelestibus, sed quia de facto, iuxta ordinem universi, sub illis ita instituta sunt ut ab eisdem iuventur et ioveantur in suis actionibus et virtutibus. Si

Disputación X X II.— Sección V

693

p o r ellos en sus acciones y v irtu d e s. P ero si D ios h u b ie ra estab lecid o o tro o rden, ayu d an d o o su p lien d o p o r sí m ism o o m ed ian te otros cuerpos los defectos d e los agentes inferiores, estos agentes realizarían sus acciones de m an era igualm ente b u en a y connatural, según sus naturalezas p ro p ias y p a rtic u la re s. Y p o r la m ism a razón, si a veces su ced e d e h ech o , o q u e u n a causa p a rtic u la r in ferio r es ayu­ d a d a suficientem ente p o r o tra causa in ferio r, o q u e es p o r sí m ism a su ficiente para su acción, p o d rá realizarla sin concurso d el cíelo. Y de m anera sem ejante, a u n q u e la v irtu d d e la causa in fe rio r sea in su ficien te p a ra com p letar to d a la ge­ n eración, y le falte p o r entero el auxilio celeste, e in clu so le resista, y p o r esa razón n o p u eda llev ar a cabo la generación, a pesar d e to d o realiza alguna a lte -1 ración o disposición re m o ta , p a ra la cual es suficiente tal v irtu d p o r sí m ism a; Solución de las razones opuestas

20. A sí, p u es, el m otivo d e d u d a consignado al p rin c ip io q u ed a resuelto p o r lo d ic h o ; p ues todas las afirm aciones de A ristóteles y d e o tro s filósofos acerca del influjo d e los cielos, y so b re la dependencia de los agentes in feriores con re s­ pecto a ellos, se en tie n d e n suficientem ente seg ú n el m o d o de subordinación y d e ­ p en d en cia q u e h em o s explicado. A la razón d e Iavello se re sp o n d e q u e la acción del agente g enerable y c o rru p tib le n o depende esencial e intrín secam en te, d e m a ­ n e ra necesaria, d e o tro agente in c o rru p tib le fu e ra de la causa p rim e ra ; y si al­ g u n a vez d ep en d e, sólo es c u an d o la v irtu d d e ta l ag e n te es p e r sí m ism o in s u ­ ficiente y es ayu d ad a p o r la u n ió n del cu erp o in c o rru p tib le su p erio r. L a d em o s­ tració n q u e a p o rta Iavello p o r la inm ediación d e acción e s im p ro b ab le y m ás b ie n apoya lo co n tra rio ; p u e sto q u e la causa p rim e ra o b ra e n todas las acciones de los cu erpos co rru p tib le s de m anera m ás in m e d ia ta q u e e l cielo. L as dem ás c o n ­ firm aciones se h a n re su e lto p o r lo dicho d e la su b o rd in ació n esencial y d e l m o d o com o el cielo in flu y e con las causas inferiores. C on re sp e c to a ¡o q u e allí se tra ta de la cesación de to d as las acciones inferiores al cesar el m ovim iento d el cielo, e n aquel sentido es im p ro b a b le , a saber, de u n a cesación in stan tán ea p o r d e p e n ­ d encia esencial; p u e s el m ovim iento del cielo n o es cau sa esencial, sino sólo ap liautem Deus alium ordinem instituisset, vel per seipsum vel per alia corpora iuvando aut supplendo defectus inferiorum agentium, aeque bene ac connaturaliter secundum proprias et particulares naturas haec agenda suas actiones perficerent. Et eadem ratione, si interdum condngat de facto, vel causam particularem inferiorem sufficienter iuvari ab alia causa inferiori, vel per se esse sufficientem ad suam actionem, illam poterit exercere absque concursu caeli. Et similiter, quamvis virtus inferioris causae sit insufficiens ad perficiendam totam generationem, desitque illi omnino caeleste auxilium, immo potius ei resistat, eaque radone non possit generadonem perficere, nihilominus efficit aliquam alteradonem vel dispositionem remotam, ad quam talis virtus per se sufficit. S o lvu n tu r rationes oppositae

20. Rado igitur dubitandi in principio posita ex praedictis soluta manet; nam om­ nia dicta Aristotelis et aliorum philosophorum de influxu caelorum et de dependentia

inferiorum agendum ab illis, sufficienter intelliguntur iuxta modum subordinationis et dependentiae a nobis explicatum. Ad rado­ ne m autem lavelli respondetur actionem agentis generabilis et corruptibilis per se et intrinsece non necessario pendere ab alio agente incorruptibili praeter primam cau­ sam; quod si aliquando pendet, solum est quando virtus talis agentis est per se insufficiens et iuvatur ex consortio superioris corporis incorruptibilis. Probatio àutem quam adducit Iaveilus ex immediatione actionis, improbabilis est, et potius suadet oppositum ; nam immediatius agit prima causa in actionibus omnium corporum corruptibilium quam caelum. Aliae vero confirmationes solutae sunt ex dictis de subordinatione per se, ac de modo quo caelum influit cum inferioribus causis. Quod vero ibi tangitur de cessatione omnium inferiorum actionum cessante motu caeli, in eo sensu improbabile est, scilicet, de momentanea cessatione propter dependentiam essentia­ lem; nam motus caeli non est per se causa, sed solum applicatio ad agendum. Solum

694

Disputaciones metafísicas

cación para o b ra r. C onsiguientem ente, sólo p o d ría decirse q u e desde aquel tiem ­ p o o m om ento cesarían to d as las cosas, y a q u e desde entonces com enzarían a c o rro m p erse y ex tin g u irse ; d e esto, em p ero , tratam o s en otro lu g ar. V éase S a n to T o m ás, q u e lo in sin ú a en el citado Opuse. 10, a. 23, al fin a l; y lo enseña m á s am pliam ente S oncinas, X II Metaph., q. 13, con otros antes citados. 21. De qué manera se ordenan entre sí las facultades de un mismo supuesto.— F in a lm e n te , p o r lo dicho se p u ede resolver c o n facilidad otro p u n to arrib a in d ic a d o acerca d e las v irtu d e s subordinadas de u n m ism o su p u e sto ; p u es sucede q u e e n ellas se d a d ependencia esencial en el o b ra r e n tre varias v irtu d e s, y a q u e e s tá n conexionadas e n tre sí en m ucho m ayor m e d id a q u e los diversos supuestos. S in em bargo, e n sem ejante sub o rd in ació n , si es esencial y física, y e n el género d e la causalidad eficiente, la v irtu d in ferio r siem pre se com para com o in stru ­ m e n ta l c o n re sp e c to a la su p erio r a la q u e se su bordina. Y d e esta m anera las facu ltad es del alm a d e p e n d e n esencialm ente d e l alm a en las operaciones vitales, y la especie inten cio n al d e p en d e de la p o ten cia e n la q u e está com o e n su sujeto. Y a lo m ism o se red u ce la depen d en cia q u e tien e, en el o b ra r, el h á b ito con res­ p e c to a la p o te n c ia que m odifica. P e ro h e d ic h o si es esencial, etc., p o rq u e el en­ te n d im ie n to se su b o rd in a d e alguna m an era a la volu n tad en algunos de sus actos, p e ro n o com o a cooperadora esencial y p rin cip al, sino sólo com o aplicativa y m o­ to ra e n o rd en a o brar. Y al contrario, la v o lu n ta d se su b o rd in a al entendim iento, m a s n o com o a coeficiente, sino com o a q u ie n aplica la causa final. A sí, pues, d o n d e q u ie ra q u e se d a su b o rd in ació n esencial, h ay alguna ra z ó n d e in stru m en to asociado y d e agente p rin c ip a l; y bajo esa ra z ó n ta l in stru m e n to es p o r sí solo p rin c ip io in su ficien te d e ta l acción y efecto.

ergo dici posset quod ex eo tempore vel momento cessarent omnia, quia ex tunc inciperent corrumpi et deficere; de quo alias. Videatur D. Thomas, qui id insinuai ditto Opusc. 10, a. 23, in fine; et latius id tradit Sono., XIX Metaph., q. 13, cum aliis supra citatis. 21. E iusdem s u p p o s ti facilitates qualiter in ter se ordinari contingat.— Ultimo ex his facile resolvi potest aliud punctum supra tactum de virtutibus subordinates eiusdem suppositi; in illis enim contingit esse dependentiam essentialem ifi agendo inter plures virtutes, quia multo magis sunt inter se connexae quam supppsita diversa. Semper tamen in huiusmo ’ ' ibordinatione, si sit per se ac physica. et in genere causae efficientis, inferior virtus comparator ut instrumentalis ad superiorem cui subordinatur. Et hoc

modo facilitates animae pendent essentialiter ab anima in operationibus vitae, et spe­ cies intentionalis a potentia in qua ut in subiecto existit. Et ad idem reducitur dependentia quam in agendo habet habitus a potentia quam afficit. Dixi autem sx sit per se, etc., quia intellectus aliquo modo subordinatur voluntati in aliquibus actionibus suis, non tarnen ut per se ac principaliter cooperanti, sed ut applicanti tantum et moventi ad agendum. Et e contrario volun­ tas subordinatur intellectui, non tarnen ut coefficienti, sed ut applicanti finalem cau­ sam. Ubicumque igitur est subordinano per se, intervenit aliqua ratio instrumenti coniuncti et principalis agentis; sub qua ratione tale instrumentum per se solum est insufficiens principium talis actionis et effectus.

DISPUTACION XXIII LA CAUSA FINAL EN GENERAL

RESUMEN En la introducción de esta Disputación nos anuncia Suárez tres partes que vienen a ser ampliamente el denominador común que agrupa —tal vez con algún desorden— las múltiples secciones que luego desarrollará. Creyendo que inter­ pretamos la mente del autor proponemos esta otra división: Parte I : E l fin es verdadera causa: (Sec. 1 y 2). II: Efectos y causalidad de la causa final: (Sec. 3, 4 y 5). III: Seres que pueden ejercer la causalidad final: (Ses. 6, 7 y 8). IV: Los casos más complejos de causalidad final: las acciones divinas y los agentes naturales: (Sec. 9 y 10). SECCIÓN

I '

Comienza por ella la parte I de este tratado. En esta sección pretende probar la realidad de la causa final; en la siguiente expondrá la división del fin. Con ambas completa la exposición del concepto de fin. L a presente sección nos ex­ pone seis motivos de duda que oscurecen la convicción sobre la realidad de la causa final ( 1-6); los deja en suspenso, como suele hacer, para pasar primeramente a dar los argumentos de razón y testimonios con los que afirma que la causa final es algo real (7-8). A continuación viene la solución detallada de las dificultades propuestas ( 9-16), aunque advierte que la solución definitiva queda aplazada hasta el término del tratado. SECCIÓN

II

Esta sección II se ocupa de la división del fin; como dijimos y advierte Suá­ rez, se debe al deseo de facilitar la comprensión de lo que después seguirá ( 1 ). Propone seis divisiones del fin: 1.a, fin p o r q u é y p a ra q u é ; se plantea una duda, y es si ambos tienen razón propia de fin y, en caso afirmativo, si hay alguno que tenga prioridad; lo expone y resuelve ampliamente (2-9). 2.a, operación y reali­ dad producida (9). 3.a, fin de la acción y fin de la cosa hecha (10-11). 4.a, fin ob­ jetivo y fin formal, con las subdivisiones que indica ( 12). 5.a, fin que se obtiene y fin que se produce ( 13- 14). 6.a, fin último y no último ( 15-16). De la división nacen dos problemas: 1 °, si los medios participan de algún modo de la causali­ dad del fin; 2.°, si es necesario establecer un fin último, en qué sentido y qué

Disputaciones metafísicas

696

causalidad habrá de tener. Ambas quedarán resueltas en las secciones siguientes; la segunda, sobre todo en la disputación próxima. SECCIÓN

III

Entramos con ella a tratar de los efectos de la causa final y, por tanto, en la parte !I de la Disputación; el efecto, como más conocido que la causa, tiene prio­ ridad en el orden didáctico. Señala dos grupos de efectos: intemos a la voluntad y exteriores a la misma (1-2). Los actos internos a la voluntad ofrecen una duda: ¿proceden del fin todos los actos o sólo algunos? Para hallar la solución distingue primeramente los actos que se dan en el orden de la intención y en el de la ejecu­ ción (3-4) y basa la resolución en un principio: es por causa del fin cualquier cosa que procede esencialmente de su amor y de'pende de él ( 5-7). Lo va apli­ cando tanto a los actos antecedentes (8), amor ( 9-13), como a los consiguientes, gozo ( 14-16), dedicando especial atención a la fruición de los bienaventura­ dos (17). En cuanto a los actos exteriores a la voluntad: señala cuáles no pro­ ceden del fin (18) y cuáles son efectos suyos (19), incluyendo el caso en que la propia acción sea el fin (20-22). Al plantearse cuál es la causalidad del fin so­ bre los efectos exteriores y si es meramente extrínseco (23-24), apela a la nece­ sidad de exponer primero la causalidad propia de la causa final y con ello nos introduce en la sección siguiente. SECCIÓN

IV

Se investiga aquí qué es y dónde radica la causación misma en acto segundo (1-2). Reduce las opiniones a cuatro: 1.a opinión: Esta causalidad consiste en que la acción se hace por causa de un fin; radica en la voluntad. La atribuye a Ca­ yetano y juzga que ha de ser rechazada porque no explica la causalidad final (3). 2.a opinión: la causalidad final es una cierta moción metafórica; tiene el inconve­ niente de que es ajena a la mente de Santo Tomás y si consiste en un nuevo modo de comportarse no puede darse antes del acto de la voluntad (4-7). 3.a opinión: consiste en una moción metafórica que no está en acto segundo más que cuando la voluntad es movida en acto segundo, y entonces no es algo distinto del acto de la voluntad. L a propone y defiende Suárez como de Santo Toméis (8-9). 4.a opi­ nión: L a causalidad del fin no es acción de la voluntad en cuanto dependiente del fin, sino que es el fin mismo propuesto objetivamente por el entendimiento ( 1012); se rechaza como insuficiente. Insiste por último en que la verdadera es la tercera opinión, y resuelve las dificultades que anteriormente propuso ( 13-17). secció n

v

Trata de ir'' 'jar la causación en acto primero, y se pregunta cuál es la razón próxima de ejercer la causalidad final (1). Lo resuelve brevemente afirmando que es la bondad, basado tanto en la razón como en el consentimiento común de los Doctores (2-3). A continuación propone algunas cuestiones vecinas al tema pre­ sente, tales como si el mal como tal puede causar finalmente y si puede ser causa final lo indiferente como tal; a lo primero responde negativamente, por ser algo contradictorio con el fin de la voluntad (4-6), y a lo segundo responde igualmente de modo negativo, ya que para que haya causalidad final tiene que haber un bien, sea real, aparente o fingido (7-18). Y de aquí se origina la dificultad de si los medios pueden causar con causalidad final, que remite a la sección 6. secció n

vi

Ha sido anunciada ya al final de la sección precedente, pero toca el tema con alguna mayor amplitud. Dos puntos fundamentales: 1.". ¿pueden ejercer cau-

Disputación X X III.— Resumen

697

solidad final los medios? 2.a, ¿pueden ejercerla las privaciones y negaciones como tales? ( 1-2). Después de exponer varias opiniones que se inclinan a la parte afir­ mativa (3 -4), sienta un principio para la resolución: puede tener causalidad final la cosa que tiene en sí bondad; la niega por tanto al bien útil y la concede al de­ leitable (5-10), y pasa a responder pormenorizadamente a los dos puntos propues­ tos. L os medios, como tales, no tiene razón de fin porque no atraen por si (1114); pueden, en cambio, ser meros términos de la ordenación y participar así de una causalidad final por denominación extrínseca (15-16); responde luego a las opiniones afirmativas propuestas al comienzo (iy- 18). Las privaciones participan de la causalidad de fin en cuanto son carencia de mal ( 20); la relación de razón, en cambio, no es amada nunca por razón de sí, sino de su fundamento; tampoco las relaciones reales predicamentales. S í pueden tenerla las relaciones reales tras­ cendentales (20). SECCIÓN

VII

L a sección anterior vino introducida por la dificultad de si las cosas indife­ rentes podían ejercer la causalidad final, dificultad que amplió Suárez al exponer la solución agregando el caso general de los medios, las relaciones y las priva­ ciones. En esta sección que nosotros consideramos unida a la primera eri un mismo epígrafe, se toca el punto del conocimiento como condición de la causalidad; su exposición servirá más tarde para tratar de los agentes de la causalidad final. La sección tiene dos partes: 1.a, el fin no causa más que conocido, lo cual se prueba por testimonios y por argumentos de la razón (1-7). 2.a, qué clase de conocimiento se requiere: no el sensitivo, sino el intelectivo; dentro de éste no basta el apre­ hensivo, sino el judicativo, no teorético sino práctico (8-12). Sigue un breve in­ ciso sobre si la causalidad final se da en los locos ( 13), y termina con una pre­ gunta que nos introduce en la sección siguiente: El ser conocido que tiene la causa final por el conocimiento es para ella la razón de causar finalmente, y por ello el conocimiento es no sólo condición necesaria, sino también el principio esencial de esta causalidad (14). SECCIÓN

VIII

L a cuestión se amplia aquí preguntando si el fin mueve según su ser real o según su ser conocido. Dos opiniones: Avicena, Soncinas, etc.: mueve según su ser conocido; por tanto, el conocimiento es causa (1-4). Segunda opinión, de Cayetano y Averroes: El fin mueve según su ser real, y el conocimiento es sólo una condi­ ción (5). D a un juicio de ambas y muestra preferencia por la segunda basándose en estas razones: El fin para causar no necesita existencia real (6-7); la voluntad no tiende a lograr el fin en su ser conocido, sino en su ser real (8-9); el conoci­ miento es sólo condición necesaria para la causalidad final ( 10); el conocimiento es tal que por él puede variar la razón o principio formal de finalizar (11). Resuelve por último los fundamentos de la opinión primera (12-14). SECCIÓN

IX

Consecuencia de lo afirmado en la sección anterior son la sección 9 y la 10. En la presente sección se toca el problema en las acciones divinas: ya que los efectos de los seres intelectuales dependen del fin en cuanto éste actúa sobre la voluntad del agente, ¿cómo puede admitirse que nadie actúe sobre la voluntad di­ vina? L a pregunta, por tanto, de si hay causalidad final en los decretos libres de Dios se desdobla en dos: 1) en los actos inmanentes, y a esto se responde en sen­ tido negativo (1-3): no se da causalidad final en tales actos, porque no hay causa

Disputaciones metafísicas

698

sino razón, y ésta no implica dependencia (5-7). 2) en las acciones externas y efectos de Dios: se ofrece la duda de si puede haber causalidad final en las ac­ ciones ad extra sin que por ello sea precisa la causalidad del fin dentro del mismo agente (8-9); no hay inconveniente en afirmar que Dios en (manto agente ad extra tiene causa final propia (10); a la objeción de que la acción de Dios es la misma esencia divina responde negándolo en el caso de las acciones transeúntes. SECCIÓN

X

Por último se ocupa de los agentes naturales e irracionales, como exigencia de lo que antes afirmó acerca de la necesidad del conocimiento para la causalidad final. ¿Cómo puede hallarse causalidad final en un agente ■ que no es capaz de ordenar los medios al fin? En el agente inmediato — ser irracional— el fin actúa sólo como término y no como principio; en cambio, teniendo en cuenta al primer agente, para él obra también como principio (1-7). Finalmente aborda la cuestión de si hay necesidad de afirmar la existencia de la causalidad final (8), y responde afirmativamente, porque hay muchos efectos naturales que no tienen razón por sí, sitio dentro del conjunto del universo (9-10). En cuanto a la finalidad en los animales (12-15), afirma que conocen y apetecen vitalmente, pero no conocen for­ malmente la razón de fin; por consiguiente tienden a él más bien de modo ma­ terial que formal (12-15).

DISPUTACION XXIII LA CAUSA FINAL EN GENERAL

Orden lógico entre estas disputaciones.— A u n q u e la causa final sea en cierto m o d o la p rin cip al d e todas, y ta m b ié n la p rim era , con to d o su ra z ó n de causar es algo m ás oscura y p o r ello fu e casi desconocida p a ra los antiguos filósofos, p o r la cual ignorancia cayeron en otros errores sobre el conocim iento d e las cosas n a ­ turales, com o lo refiere A ristóteles e n el II d e la Física, c. 8, y e n el I de la Me­ tafísica y e n e l I De Part. Anim. al principio. P o r tan to , p o r este m otivo, a u n q u e en lo que p reced e haya q u ed ad o d eterm in ad o q u e el fin te n ía q u e ser enu m erad o en tre los c u a tro géneros de causas, p a ra explicar m ás esto y resolver las dificul­ tades h a y q u e averiguar p rim e ra m e n te si e l fin es u n a causa, después de q u é m odo y q u é cosa causa, d e cu án ta s clases es tam b ién e l fin y cuál es la razó n de causar d e cada uno. S E C C IO N P R IM E R A ¿ E S E L F IN UNA VERDADERA CAÜSA REAL?

1, Motivos de duda.— Primero.— E l m otivo de d u d a está e n p rim e r lu g ar en que p e rten ece a la razó n d e causa el ser p rin cip io , com o consta p o r la defi­ nición q u e dim os a n te rio rm e n te ; ah o ra bien, e l fin n o es u n p rin cip io , p u es m ás bien se opone al p rin cip io com o consta p o r el m ism o n o m b re de fin y lo indica A ristóteles e n el I I I d e la Metafísica, text. 3. D ISP U T A T IO X X III DE CAUSA FINALI IN COMMUNI C o n s e c u tio n is ín te r h a s d is p u ta tio n e s o r ­ d o .— Quamvis finalis causa praecipua quo-

dammodo omnium sit atque etiam prior, obscurior tamen est eius causandi ratio, et ideo veteribus philosophis paene incógnita fuit, ob quam ignorationem in alios errores circa rerum naturalium cognitionem inciderunt, ut Aristot., tract. II Phys., c. 8 , et I Metaph., et I de Partibus animal., in prin­ cipio. Ob hanc ergo rationem, licet in superioribus definitum sit finem annumerandum esse ínter quatuor causarum genera, ut hoc magis exponamus et difficultates dis-

solvamus, inquirendum imprimis erit an fi­ nis sit causa, deinde quomodo et quid cau­ ser, quotuplex etiam sit finis, et quae sit uniuscuiusque causandi ratio.

SECTIO PRIMA An

f in is

s it

vera ca u sa r e a l is

I. R a tio n e s d u b ita r td i .— P r im a .— Ratio dubitandi imprimis est quia de ratione cau­ sae est ut sit principium, ut ex definitione a nobis superius tradita constat; sed finis non est principium, nam potius opponimiprincipio, ut ex ipso nomine finis constat, et significai Aristoteles, III Metaph., tex. 3.

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D is p u ta c io n e s m e ta f ís ic a s

2. Segundo .— E n segundo lu g ar, p erte n e c e a la razó n de causa real influir p o r sí y re alm en te en el efecto, com o antes se dejó establecido en la definición d e causa; ah o ra bien, el fin n o in fu n d e realm en te el ser en el e fecto ; por con­ siguiente, n o es causa. Se p ru e b a la m enor p o rq u e o b ie n el fin influye antes de existir, o b ie n después q u e existe y a ; lo p rim e ro n o p u e d e ser, p u e s lo que no existe, ¿ q u é in flu jo real p u e d e ten er, p u e sto q u e el fu n d am en to de to d a opera­ ció n e ig u alm en te d e to d a causalidad es el ex istir? P ero tam poco p u e d e decirse lo segundo, p o rq u e c u an d o ex iste el fin , en to n ce s cesa ya la acción y la causa­ lid a d del a g e n te ; p o r consiguiente, entonces n o es ya necesaria la causalidad del fin. 3. Tercero.— E n te rc e r lu g a r p o rq u e n ad a p u ed e ser causa real d e sí m is­ m o ; ahora b ien , la form a,' com o atestigua A ristóteles, es el fin d e la generación n a tu ra l p o r la que se h ace la fo rm a m ism a, com o la salud es el fin de la c u ra ­ ción con la q u e ella se a d q u ie re ; p o r consiguiente, en cu a n to es fin no puede te n e r v erd a d e ra razó n d e causa real. P o d rá d ecirse q u e la form a es el fin de la generación, la cual se d istin g u e d e ella. P e ro sucede lo co n trario , ya que nada p u ed e ser causa real d e la p ro d u cció n de u n a cosa si n o es ta m b ié n causa d e la cosa p ro d u c id a , p o rq u e u n a cosa n o es causada sino m ed ian te la acción p o r la q u e es h e c h a ; ahora b ie n , la fo rm a n o p u e d e ser causa real d e sí m ism a ; por co n siguiente, tam poco d e la generación p o r la q u e es h ech a la fo rm a misma. C o n lo cu al se confirm a, p u e s la causa re a l dice relación real al e fe c to ; p e ro el fin n o es cap az de sem ejante relación, y a p o rq u e cuand o causa n o tiene ser real, ya p o rq u e cu an d o tie n e se r real n i causa n i se d istin g u e del efecto. 4. Cuarto.— E l c u a rto y p rin c ip a l m o tiv o d e d u d a es p o rq u e el fin puede se r co n sid erad o o bien en la ra z ó n de p rin c ip io q u e m ueve y atrae al agente a o b ra r, o en razó n d e té rm in o al q u e tie n d e la a c ció n ; p u es e sta doble razón suelen d is tin g u ir lo s filósofos en el objeto d e u n a potencia, a sab er, objeto m o­ tiv o y te rm in a tiv o ; y la m ism a distin ció n tien e cabida e n el fin q u e es el ob­ jeto d e la v oluntad. A h o ra bien, bajo n in g u n o de estos aspectos p u e d e tener el fin verdadera ra z ó n d e causa. Y e n p rim e r lu g a r, acerca de la ra z ó n d e térm ino p arece m anifiesto, sea p o rq u e e n cu an to ta l tien e m ás b ie n razó n d e efecto que 2. ’ S e c u n d a .— Secundo, de ratione cau­ sae realis est ut per se ac realiter influât in effectum, ut supra in definitione causae positunj est; sed finis non influir esse realiter in effectum; ergo non est causa. Probatur minor, quia ve1 *'>is influii antequam sit Vel postquam ïam est; non primum, nam quod non est, quemnam realem influxum habere potest, cum fundamentum totius operationis et similiter totius causalitatis sit es­ se? Neque edam dici potest secundum, quia quando finis est, iam tune cessât actio et causalitas agentis; ergo iam non est tunc necessaria causalitas finis. 3. T e n i a .— Tertio, quia nihil potest es­ se causa realis sui ipsius; sed forma, teste Aristotele, est finis generationis naturalis qua ipsa forma fit, ut sanitas est finis cuxationis qua acquiritur; ergo quatenus est finis, non potest habere veram rationem causae realis. Dices formarti esse finem generationis, quae ab ipsa distinguitur. Sed contra, quia nihil potest esse causa realis productìonis rei, nisi

sit edam causa rei productae, quia non causatur res nisi per actionem qua fît; sed forma non potest esse causa realis sui ip­ sius; ergo ncque generationis qua ipsa for­ ma fit. Unde confirmatur, nam causa realis dicit relationem realem ad effectum ; finis autem non est capax huiusmodi relarionis, tum quia vel quando causât non habet esse reale, vel quando habet esse reale nec cau­ sât nec distinguitur ab effectu. 4. Q u a r ta .— Quarta ac praecipua ratio dubitandi est quia finis considerari potest aut in ratione prindpii moventis et allicienris agens ad agendum, vel in ratione ter­ mini ad quem tendit aedo; haec enim du­ plex rado distingui solet a philosophis in obiecto alicuius potentiae, scilicet, obiecti motivi et terminativi; eademque distinctio locum habet in fine, qui est obiectum voluntatis. Sed sub neutra ratione potest finis habere veram rationem causae. Et imprimis de ratione termini videtur manifestimi, tum quia ut sic potius habet rationem effectua

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d e c a u sa ; y com o tal es lo ú ltim o d e la acción y n o s u o rig en ; y finalm ente, po rq u e com o tal n o influye sino q u e m ás b ie n tie n d e a él el influjo de las otras causas. A dem ás, n i bajo el o tro aspecto de p rin cip io q u e m ueve p u ed e ten er ra ­ zón de causa; p u e s, com o op in a A ristóteles e n el I De Gemrat., text. 55, la m oción del fin es sólo m e tafó rica; p o r consiguiente no es verdadera y re a l; p o r tanto n o basta p a ra u n a causalidad real. Y se confirm a en p rim e r lu g a r p o rq u e tam bién en D ios se en c u e n tra esta m oción m etafórica del fin ; p u es en v erd ad , D ios, p o r causa de su b o n d ad , p o r la cual es m ovida o atraíd a m etafóricam ente su vo lu n tad , se com unica a las criaturas, y con to d o n o p u ed e decirse que aquel fin ten g a verdadera causalidad sobre D ios. Y se confirm a 'e n segundo lu g ar p o r­ que si el fin tien e ra z ó n d e causa bajo este aspecto solo, consiguientem ente al m enos c o n resp ecto a los agentes n atu rales el fin n o p u e d e ser u n a causa real, ya q u e n o p u ed e m overlos o traerlo s a su am or. 5. Y d e a q u í su rg e la q u in ta dificultad, p u e sto q u e con esto queda des­ truido todo el fu n d am en to p o r el q u e los filósofos in tro d u je ro n este género d e causa, a saber, p o rq u e los agentes n atu rales n o operan d e m odo casual o fo r­ tuito, sino q u e tien d en con sus acciones a fines determ inados. P u es de este fu n ­ dam ento o indicio sólo se colige q u e las cosas n atu rales tienen térm inos d efin i­ dos d e sus propensiones e inclinaciones n a tu ra le s ; ya q u e ello basta p a ra q u e operen determ inados efectos n o d e m o d o casual sino per se, a u n cuando n o in ­ tervenga n in g ú n o tro género de causalidad. D el m ism o m o d o que dicen los te ó ­ logos q u e el P a d re e te rn o tien d e (p o r decirlo así) per se v d e m odo defin id o a este térm in o concreto m ed ian te la generación, a saber a e ste H ijo , no p o r ca u ­ salidad d e fin , sino p o r d eterm in ació n de la n aturaleza. Y e n los seres naturales, la p ie d ra tien d e definidam ente p o r inclinación n a tu ra l al lu g a r m ás bajo, a u n cuando aquel lugar n o te n g a n in g ú n género d e causalidad sobre dicho m ovi­ m iento, sino q u e tenga sólo la ra z ó n d e térm in o hacia el q u e la p ie d ra tiene propensión n atu ra l. Y lo m ism o p u e d e decirse del que o p era p o r apetito elícito, sea d e m o d o necesario o lib re , el cual concretam ente es m ovido p o r u n m ovi­ m iento elícito hacia el o b jeto q u e se le p ro p o n e , ya que tal m ovim iento es con­ form e c o n la inclinación n a tu ra l d e la m ism a p o ten cia h a c ia tal objeto, sin o tra quam causae; et ut sic est postremum actionis, non origo eius; denique ut sic non influit, sed potius aliarum causarum influXus in ilium tendit. Deinde ncque sub al­ tera ratione moventis potest habere rationem causae; nam, ut sentit Aristot., I de Gener., text. 55, motio finis tantum est metaphorica; non est ergo vera et realis; ergo non sufficit ad causalitatem realem. E t confirmatur primo, quia etiam in Deo reperitur baec motio metaphorica finis; nam re­ vera Deus propter bonitatem suam, a qua eius voluntas metaphorice movetui seu allicitur, communicat se creaturis, et tamen dici non potest quod file finis habet veram causalitatem circa Deum. E t confirmatur se­ cundo, quia si finis sub hac ratione tantum habet rationem causae, ergo saltern respectu agentium naturalium non potest finis esse causa realis, quia non potest ilia movere seu allicere ad sui amorem. 5. Atque hinc oritur quinta difficultas, quia hinc evertitur totum fundamentum ob quod a philosophis introductum est hoc ge­ nus causae, nimirum, quia agentia naturalia

non operantur casu aut fortuito, sed in de­ terminates fines suis actionibus tendunt. Ex hoc enim fundamento seu indicio solum colligitur habere res naturales definitos terminos suarum propensionum et inclinationum naturalium; id enim satis est ut non casu, sed per se operentur determinates effectus, etiamsi nullum aliud genus causalitatis in­ terceda!. Sicut dicunt theologi aeternum Pattern per se ac definite tendere (ut sic loquar) per generationem in taiem termi­ nimi, nempe in hi me Filium, non ex causalitate finis, sed ex determinacene naturae. Et in naturalibus, lapis naturali inclinatione definite tendit in locum infermità, etiamsi locus file nullum genus causalitatis habeat circa ilium motum, sed solum rationem ter­ mini ad quern lapis habet naturalem propensionem. Idemque dici potest de operante per appetitimi elicitum, sive ex necessitate, sive libere, quod nimirum moveatur motu elicito in obiectum sibi propositum, quia talis motus consentaneus est inclinationi na­ turali ipsius potentiae in tale obiectum, abs­ que alia causalitate films obiecti in taiem

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causalidad de d ic h o objeto sobre tal a cto ; p o r consiguiente, n o hay n in g ú n fu n ­ d a m e n to su ficiente p a ra q u e atribuyam os al fin v erd ad era ra z ó n de causa. 6. Sexto.— L a sexta y ú ltim a dificultad es q u e n o p u e d e explicarse sufi­ cientem ente q u é es lo q u e e l fin causa o so b re q u é causa. P ues o b ie n causa algo e n el agente m ism o, y e sto no p u ede decirse en general, ya que a u n cuando e n lo s agentes creados voluntarios p u ed a en c ierto m odo defenderse, n o así en los agentes n a tu ra le s, n i e n D ios, q u e es ag en te voluntario increado. O bien cau sa algo en el m ism o efecto, y esto tien e e n g en eral la d ificultad q u e se tocó antes en el te rc e r arg u m en to , y adem ás tiene u n a especial dificu ltad e n los agen­ tes voluntarios creados, p o rq u e to d a la causalidad d e l fin, cu alq u iera q u e ella sea, p arece q u e se ejercita sobre las voluntades d e tales agentes, y sobre sus efectos, a lo sum o de m a n e ra rem o ta y a ccid en tal; p o r ello los efectos no ten ­ d rá n causa fin al p ro p ia.

Resolución de la cuestión 7. Sin em b a rg o h a de ser establecida com o conclusión cierta, q u e el fin es causa verdadera, p ro p ia y real. E sto es u n dogm a a d m itid o y casi el p rim e r p rin ­ cipio e n filosofía y teología; lo enseñó A ristóteles e n el I I d e la Metafísica, c. 3, y e n el lib. X I, c. 1, y e n el I I d e la Física, c. 1 y sig u ien tes; y antes q u e él lo h a b ía enseñado P la tó n en el Fedón, d o n d e refiere a Sócrates en favor d e la m is­ m a sen ten cia; m ás aú n , él p re te n d e q u e sólo el fin es causa, tal vez por anto­ nom asia, es d ecir, la p rim e ra y prin cip al, sobre lo cu al tratarem o s d espués en la com paración d e las causas. Y la ra z ó n p u e d e tom arse en p rim e r lu g a r del co m ú n m odo d e h a b la r acerca d el fin y d e la c au sa; pues fin se d ic e que es aquello por lo cual algo se hace o es; p u es e n este sentido d escrib e A ristóteles e n to d a s p a rte s e l f in ; y co n sta q u e aquellas p alab ras por lo cual significan la causalidad, p o rq u e cada cosa se dice q u e tien e el ser p o r su c a u sa ; p o r consi­ g u ien te, esto es señal d e q u e e l fin tie n e razó n d e causa. A dem ás, la causa efi­ ciente, si no ob ra al azar, d ebe o b ra r p o r causa de alg o ; p o r consiguiente, tam ­ b ié n el m ism o efecto de la causa eficiente, p a ra q u e p u e d a ser hecho p o r ésta per se, exige in trín secam en te ser h ech o p o r causa de alg o ; p o r tan to , ta l efecto actutn; ergo nullutn est suffidens funda­ mente™ ut finí tribuamus veram rationem causae. 6 . S e x ta .— Sexta et ultima difficultas sit quia non potest satis explicar! quid, vel' circa quid finís causet. Aut enim causat aliquid in ipsutn agens, et hoc non potest universe did, quia, fice* N agentibus creatis Voluntariis possit aiiquo modo defendí, non tamen in agentibus naturalibus, nec in Deo, qui est agens voluntarium increatum. Vel causat aliquid in ipso effectu, et hoc habet in universum difficultatem supra tactam in tertio argumento, et praeterea habet specialem difficultatem in agentibus voluntariis creatis, quia tota causalitas finís, qualiscumque illa sit, videtur versari circa voluntates talium agentium; circa effectus autem eorum non nisi remóte et per accidens; ideoque effectus non habebunt propriam causam finalem.

Quaestionis resolutio

7. Nihilominus statuenda est conclusio certa finem esse veram, propriam ac realem

causam. Hoc est receptum dogma et quasi primum principium in philosophia et theologia; illud docuit Aristot., II Metaph., c. 3, et lib. X I, c. 1, et II Phys., c. 1 et sequentibus ; et ante ilium docuerat Plato in Phaedone ubi in eamdem sententiam refert Socratem; immo file solum finem vult esse causam, forte per antonomasiam, id est, pri­ mant et pfaecipuam, de quo dicemus infra in comparatione causarum. Ratio autem sumi imprimis potest ex communi modo loquendi de fine et de causa; nam finis esse didtur p r o p t e r q u e m a liq u id f i t v e l e s t; in hune enim modum Aristoteles finem ubique describit; constat autem particulam illam p r o p t e r causalitatem significare; unaquaeque enim res propter causam suam dicitur habere esse; ergo signum est finem habere rationem causae. Praeterea causa efficiens, nisi temere agat, alicuius gratia agere debet; ergo et ipse effectus causae efficientis, ut per se ab ilia fieri possit, intrinsece postu­ lat ut alicuius gratia fiat; ergo talis effec­ tus sicut per se pendet ab efficiente, ut a

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del m ism o m odo q u e d e p e n d e per se del eficiente com o d e aquel p o r quien es hecho, así en su género dep en d e per se de algo p o r causa d e lo cual es hech o ; ahora b ie n , éste es e l fin ; lu e g o d e p en d e per se del f in ; p o r consiguiente, el fin es p o r el co n trario v erd ad era causa d e aquella cosa que es h ech a p o r causa del fin. 8. P e ro en este p u n to n o im p o rta ta n to m u ltip licar las razones cuanto ex­ poner la m ate ria d e fo rm a q u e q u e d e n resueltas las d ificultades, y q u e la causa­ lidad d el fin , q u e es oscura, q u e d e ex p licad a; p u e s a esto se d irig en las difi­ cultades p u estas al p rin c ip io , y n o a p o n e r en d u d a u n a cosa cierta. Y para que esto se h aga d e u n m odo m ás claro, distingam os tre s agentes q u e ob ran p o r causa de u n fin. E l p rim e ro y su p rem o es el agente in telectu al increado, que es solo D ios. E n el segundo e in te rm e d io lu g ar e stá n los agentes intelectuales crea­ dos, e n tre los cuales son los h o m b re s los m ás conocidos p a ra nosotros, y por ello hablarem os siem pre d e ellos, a u n cuando se d é la m ism a ra z ó n e n el caso de las inteligencias creadas. E n el tercero e ín fim o lu g ar e stá n los agentes n a ­ turales o carentes d e e n ten d im ien to , a u n q u e d e n tro d e ellos e x ista alguna dife­ rencia e n tre los q u e tien en sentidos y apetitos y los re sta n te s, cosa q u e indica­ rem os ta m b ié n en su p ro p io lu g a r. P o r consiguiente, la cau salid ad d el fin , au n q u e a su m an era te n g a lu g a r e n las acciones d e todos estos ag en te s, c o n to d o e n los agentes intelectu ales creados e s m ás conocida p a ra nosotros y tien e u n a cierta m ayor p ro p ie d a d y u n m o d o especial, y p o r eso ex plicarem os e n ellos p a rtic u ­ larm ente esta causalidad d e l fin y resolverem os las dificultades q u e su rja n acerca de ella; desp u és con to d o tratarem o s d e los resta n te s agentes. P o r ta n to , de que en los agentes creados q u e o b ra n m ediante e l e n te n d im ie n to y la v o lu n ta d in ­ tervenga la causalidad d el fin, ex iste u n argum ento suficiente tom ado de las ac­ ciones h u m an as. P u e s n o s co n sta p o r la experiencia q u e n o so tro s, cu an d o ob ra­ mos d e m o d o h u m an o , es d ecir, lib re y racional, p re te n d e m o s u n d eterm inado fin, al cual dirigim os n u e stra s acciones, y p o r causa del c u a l elegim os los m e­ d io s; p o r consiguiente, som os m ovidos p o r el fin , ya p a ra la p re fe re n c ia e in ­ tención d e l m ism o, ya p a ra la elección y ejecución d e los m e d io s p o r causa de él; ah o ra b ie n , esta m o ció n es algo en la re a lid a d , p u es n o e s algo im aginario quo fit, ita in suo genere per se pendei ab aiiquo cuius gratia fit; ille autem est finis; ergo per se pendei a fine; ergo e contrario finis est vera causa eius rei quae propter finem fit. 8. Sed in hac re non tam oportet rationes multiplicare quam rem exponere, ut difficultates solvantur et finis causalitas, quae obscura est, dedaretur; hue enim tendunt difficultates in principio positae, non ut res certa in dubium revocetur. U t autem hoc distinctius fiat, distinguamus tria agentia propter finem. Primum et supremum est inteUectuale agens increatum, quod est solus Deus. In secundo ac medio ordine sunt agentia intellectualia creata, inter quae nobis notiores sunt homines, et ideo de illis sem­ per loquemur, quamvis eadem ratio sit de intelligenliis creatis. In tertio et infimo or­ dine sunt agentia naturalia seu intellectu carentia, quamvis inter ea nonnulla sit dif­ ferentia eorum quae sensum et appetitum habent et reliquorum, quam etiam suo loco

indicabimus. Causalitas ergo finis, licet suo modo locum habeat in actionibus horum omnium agentium, tamen in creatis agentibus intellectualibus nobis notior est, et maiorem quamdam proprietatem et specialem modum habet, et ideo in illis peculiariter declarabimus hanc causalitatem finis et expediemus difficultates circa eam insurgen­ tes; postea vero de aliis agentibus dicemus. Igitur quod in agentibus creatis per intel­ lectual et voluntatem intercedat causalitas finis, sufficiens argumeatum sumitur ex hu­ marás actionibus. Constat enim nobis experientia intendere nos, cum humano modo, id est, libero et rationali operamur, certum aliquem finem in quem actiones nostras dirigimus et propter quem media eligimus; movemur ergo a fine, tum ad dilectionem seu intentionem sui, tum ad eligenda et exsequenda media propter ilium ; haec autem motio aliquid est in rerum natura; non est enim aliquid imaginarium vel fictum per intellectum; et aliquod genus causalitatis est,

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o fingido p o r el en te n d im ie n to ; y es u n género d e causalidad, puesto q u e es o rig en de operaciones re a le s; por consiguiente, e l fin es u n a causa verdadera y real. Y con esto consta ta m b ié n , de paso, q u e esta causalidad tiene lu g ar p rin ­ cipalm ente e n los agentes in telectuales, ya q u e ellos son, sobre to d o , los que p u e d e n conocer el fin y los m edios, y el o rd e n d e u n o a otro y la razó n propia d e c ad a uno.

Solución d e. las razones de duda 9. L os arg u m en to s p ro p u e sto s al p rin cip io en p a rte exponen d ificultades p ro p ia s que p erte n e c e n a D ios y a los agentes n a tu ra le s ínfim os, en p a rte incul­ can aquellas cosas q u e p u e d e n tratarse acerca de la c a u sa ; y éstas son todas aquellas cosas q u e se tra ta n acerca de las resta n te s causas, com o insin u ó Caye­ tano, I , q. 5, a. 4, y ÍI-II, q . 17, a. 5, es d ecir, q u é cosas p u e d e n causar final­ m e n te , p o r q u é o cuál es su razó n de causar, sea com o ra z ó n p rin c ip a l, sea com o próxim a. Ig u a lm e n te cu ál es la condición necesaria, cuál el e fe c to ; y finalm en­ te en q u é co n siste su causalidad, q u e es a q u í lo m ás oscuro d e todo. P o r tanto, p a ra q u e n o se im p liq u e n y c o n fu n d an todas estas cosas, h a b rá n d e ser tratadas d istin ta m e n te e n las secciones sig u ien tes; p o r consiguiente, la solución exacta d e las d ificu ltad es h a b rá d e ser esp erad a h a sta el fin de la . d isputación. A hora pasaremos ligeramente p o r cada u n a d e las cosas. 10. Primera.— El fin es verdaderamente principio.— . R especto a lo prim e­ ro , n eg am o s la m e n o r, a sab er, q u e el fin no sea p rin c ip io : p u e s e n el m ism o m odo q u e e s algo p rim e ro , tie n e ra z ó n de p rin c ip io ; y el fin es p rim ero e n la in ten ció n , a u n q u e sea ú ltim o en la ejecución. Y A ristóteles, en el referid o lugar d e l I I I d e la Metafísica, n o opone el fin a to d o p rin cip io , sino al p rin cip io del m ovim iento, p o r el cual en tie n d e la causa eficiente, q u e distin g u e d e la final. 11. A lo se g u n d o se n ie g a la m en o r, a saber, q u e el fin n o influya real­ m e n te ; y p a ra la p ru e b a , la resp u esta com ún es q u e el fin influye cuando no ex iste e n la re a lid a d sino sólo e n la ap rehensión o conocim iento. P ero es nece­ saria u n a d istin c ió n , ta n to d e p a rte del fin com o d e p a rte del efecto o acción q u e cau sa e l fin . P u e s, com o d iré en la sección siguiente, u n o es el fin por cuya quandoquidem est origo operationum realium ; est ' ergo finis vera et realis causa. E t hinc etiam obiter constat banc causalitatem maxime habere locum in agentibus intellectualibus, quia ilia maxime possunt cognoscere finem et media, et ordinem unius ad alterum, et propr‘ uniuscuiusque rationem.

confundamus, in sectionibus sequentibus distincte tractanda erunt; ergo exacta argumentorum solutio usque ad finem disputationis erit expectanda. Nunc perfunctorie per singula discurremus. 10. P r im a .— F in is v e r e p r in c ip iu m .— Ad primum negamus minorem, sciHcet, fi­ nem non esse principium: nam eo modo quo est primum quid, habet rationem prinR a tio n e s d u b it a n d i s o îv u n tu r cipii; est autem finis primus in intentione, 9. Argumenta in principio facta partim quamvis sit ultimus in exsecutione. Aristoteles autem, in dicto loco III Metaph., non postulant difficultates proprias pertinentes opnonit finem omni principio, sed princi­ ad Deum et ad infima agenda naturalia, pio motus, per quod causant efficientem inpartim inculcant ea quae de causa tractari telligit, quant distinguit a finali. possunt; haec autem sunt ilia omnia quae 11. Ad secundum negatur minor, scili­ de caeteris causis tractantur, ut insinuavit cet, finem non influere realiter; ad probaCaietan., I, q. 5, a. 4, et II-II, q. 17, a. 5, tionem autem communis responsio est finem scilicet, quae res possint finaliter causare, influere quando non est in re, sed tantum per quid seu quae sit illis ratio causandi, in apprehensions seu cogitinone. Sed distincvel tamquam principalis ratio, vel tamquam tione opus est, tam ex parte finis quant ex proxima. Item quae sit necessaria conditio, parte effectus seu actionis quant finis cau­ quis effectus; in quo denique consistât cius causalitas, quod hic est omnium obscurissi- sât. Nam, ut sectione sequenti dicam, finis alius est cuius gratia fit actio, alius vero cui mum. N e igitur omnia haec involvamus et

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causa se hace la acción, y o tro , en cam bio, a q u e l para e l cual es a d q u irid o el fin ; igualm ente, u n o es el fin fo rm al, com o la visión de D ios, y o tro el objetivo, com o D ios m ism o ; ig u alm en te el fin p u ede causar e l deseo d e sí, o tam b ién p u ed e causar el descanso o el gozo, todas las cuales cosas explicarem os en b reve. P or consiguiente, el fin para que (cui) no causa sino cuando existe, p ues se dice fin “ p a ra q u e” e l m ism o agente e n cu a n to opera p o r causa d e sí o en su pro v ech o , cosa q u e no p u e d e h a c e r si n o existe. Ig u alm en te el íin objetivo p u e d e .ta m b ié n suponerse ex isten te c u an d o causa finalm ente, com o D io s, p o r causa de cuya visión som os m ovidos a o b rar. P o r su p a rte , el fin form al, o la consecución d e l fin p re te n d id o n o causa delectación o goce de sí m i s q u e cu an d o existe, p o rq u e la delectación n o se d a m ás q u e acerca d el bien p o se íd o ; p u es si es acer­ ca de su esperanza, en tonces la m ism a esperanza tiene razó n d e consecución im p erfe cta. P o r consigu iente, en to d o s aquellos casos n o vale la dificu ltad p ro ­ p u esta, ya que existiendo el fin objetivo o fin “ p a ra q u é ” (q u e por m otivos d e cla­ rid a d p o d ría llam arse fin subjetivo), n o cesa la b ú sq u e d a n i la causalidad del fin, si n o está tam b ién p resen te la consecución del fin , y o b te n id a ésta, au n q u e cese e l m ovim iento hacia el fin a m anera d e deseo, con todo n o cesa a m o d o d e descanso y gozo. P o r consiguiente, sólo acerca del fin form al o de la con­ secución d el fin es v erd ad , h ab lan d o en rig o r, q u e causa el deseo de sí cuando n o ex iste e n la realid ad , , y acerca de él se h a re sp o n d id o ad ecuadam ente q u e basta con q u e esté e n la ap rehensión y juicio d e l e n te n d im ie n to , d ado q u e su m oción es intencional y (p o r decirlo así) anim al, p o r la sim p atía y consonancia de las potencias del alm a, concretam en te, del e n te n d im ie n to y de la voluntad. 12. Qué es lo que el fin causa.— E l te rc e r arg u m e n to p re g u n ta q u é causa el fin y to ca especialm ente la d ific u lta d de cóm o la fo rm a es fin d e la generación n a tu ra l, lo cual se refiere a la d ificu ltad de los agentes n a tu ra le s q u e se h a de tra ta r m ás abajo, y p o r esto ah o ra se resp o n d e b re v e m e n te q u e el fin causa el deseo d e sí, o algún otro afecto sem ejante hacia sí m ism o, y p o r ello no se causa in m ed iatam en te a sí m ism o sino algo d istin to de sí. Y d e a q u í consta tam b ién p a ra confirm ación, q u e bajo este aspecto no re p u g n a q u e la relación d e causa en el fin sea re a l; p u es existe u n a distin ció n suficiente e n tre ella m ism a y tal efec-

finis acquiritur; item alius est finis forma» lis, ut visio Dei, et alius obiectivus, ut Deus ipse; item finis causare potest desiderium sui, vel edam potest causare quietem, vel delectationem, quae omnia mox declarabimus. Finis ergo cui non causai nisi quando existit; dicitur enim finis cui ipsummet agens, quatenus propter se vel in suum commodum operatur, quod non potest facere nisi existat. Item finis obiectivus potest edam supponi existens quando finaliter causat, ut Deus, propter quem videndum ad bene operandum movemur. Rursus finis formalis, seu consecudo finis intend non causat delectadonem seu fruitionem sui nisi quando exi­ stit,' quia delectatio non est nisi de bono possesso; quod si sit de spe eius, tunc ipsa spes habet rarionem imperfectae consecutionis. In his ergo omnibus non procedit illud argumentum, quia existente fine obiectivo vel fine cui (qui claritatis gratia pos­ set subiectivus appellati), non cessat inquisitio nec causalitas finis, nisi adsit edam consecudo finis, et hac obtenta, quamvis

cesset motus in finem per modum desiderii, non tamen per modum quietis et delectadonis. Solum ergo de fine formali seu consecutione finis verum est, per se Ioquendo, quod causat sui desiderium quando non est in re, et de ilio recte responsum est sufficere quod sit in apprehensione et iudicio intellectus, eo quod eius motio intentionalis sit et (ut ita dicam) animali^, per sympathiam et consonandam potentiarum animae, intellectus scilicet et voluntatis. 12. Q u i d s i t i d q u o d f in is c a u s a t .— Tertium argumentum postulai quid causet finis, et specialiter atdngit difficultatem quomodo forma sit finis generationis naturalis, quod spectat ad difficultatem de naturalibus agentibus infra tractandam, et ideo breviter nunc dicitur finem causare desiderium sui seu alium similem affectum erga seipsum, et ita non causare immediate seipsum, sed aliquid distinctum a se. Et hinc edam constat ad confirmationem, ex hac parte non repugnare relationem causae in fine esse realem; est enim sufficiens distinctio inter ipsam et ta45

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D is p u ta c io n e s m e ta f ís ic a s

to, y cuándo e l fin m ism o n o sea realm ente d istin to del efecto lo tratarem os en la sección 3. 13 . E n cam bio, si p o r o tro m otivo rep u g n a q u e aquella relación sea real, co n cretam en te p o rq u e el fin m ism o n o tiene existencia real m ien tras causa, es cosa dudosa y controvertida. Soncinas, en el V Metaph., q. 3, y Iavello, q . 6, a firm a n que aq u el ser objetivo q u e tiene el fin en el en ten d im ien to basta p a ra q u e sea re alm en te referid o al e fecto ; p e ro esto es difícil d e creer, p u e s aquel ser objetivo n ada p o n e de re a lid a d e n el m ism o fin , sm o sólo una denom inación ex­ trín se c a tom ada d el acto q u e realm en te está en el e n te n d im ie n to ; y aquel acto n o se refiere realm en te al efecto d e la causa fin al, p o rq u e n o co ncurre per se a él, com o d iré después. P o r consiguiente, re sp o n d e n m ejor quienes niegan que a to d a causalidad re a l siga u n a relación real e n la c au sa; p u es n o es necesario p o r v irtu d d e la causalidad, si n o co n cu rren o tras condiciones, com o es claro e n la causalidad efectiva d e D ios. P o r lo cual agrego q u e a u n cuando el fin ex ista m ien tras causa, n o es refe rid o realm ente a su efecto p o rq u e e n su m odo d e causar tien e u n a cierta, ra z ó n su perior, p u e sto q u e él no se ordena en m odo alg u n o al efecto, sino el e fecto a él. P o r lo cual, a u n cuando p o r p a rte del efecto se ad m ita a q u í la relación re a l, lo cual es p ro b a b le sobre to d o cuando el efecto se o rd e n a al fin n o sólo p o r denom inación extrínseca, sino p o r u n a relación in­ trín se c a , según lo q u e m ás abajo explicarem os, a p e sa r d e to d o aquella relación h a d e ser ju zg ad a n o m u tu a , p u es e l efecto p u e d e referirse al fin en cuanto de­ p e n d e de é l; p o r lo cual, d e l m ism o m o d o q u e b a sta p a ra esta dependencia q u e el fin p re e x ista en la m en te, así ta m b ién b astará p a ra u n a relación real tras­ cen d en tal, a u n q u e la p re d icam en tal tal vez n o sea sino p a ra u n fin existente en a cto ; con to d o , ya q u e e l fin causa com o e n teram en te inm óvil y n o ordenado a su efecto, n o es preciso q u e d e p a rte suya la relació n sea real. P ues lo m ism o q u e d ijo A ristóteles q u e la ciencia se refiere realm en te a lo escible, n o al con­ tra rio , así n o so tro s po d em o s d ecir d e la apetición y lo ap ete cib le; pues existe la m ism a razón, y d e m odo sem ejante es la m ism a acerca d e lo apetecible y del fin. 14. Por qué se dice metafórica la moción del fin.— E n la c u arta dificultad se to can m u chas cosas q u e p e rte n e c e n a D ios y a los agentes n a tu ra le s; ahora, lem effectum, et quando ipse finis non sit in re distinctus ab effectu eius dicemus sect. 3 . 13. An vero ex alio capite repugnet illam relationem èsse realem, nimirum, ex eo quod finis ipse non habet esse reale dum causai, res est dubia et controversa'. Soncin., V Me­ taph., q. 3, et Iavell., q. 6 , aiunt iUud esse obiectivum quod finis habet in intellectu sufficere ut realiter r "-atur ad effectum; sed id difficile creami est; nam illud esse obiectivum in ipso fine nihil rei ponit, sed solum denominationem extrinsecam ab actu qui realiter est in intellectu; file autem ac­ tus non refertur realiter ad effectum causae finalis, quia non concurrit per se ad ilium, ut infra dicam. Melius ergo respondent qui negant ad omnem causalitatem realem sequi relationem realem in causa; non est enim necesse ex vi causalitatìs, si aliae conditiones non concurrant, ut patet in causalitate Dei effectiva. Unde addo, etiamsi finis existât dum causai, non referri realiter ad suum ef­ fectum, quia in suo modo causandi est superioris cuiusdam rationis, quia ipse nullo modo ordinatur ad effectum, sed effectus ad

ipsum. Quare, etiamsi ex parte effectus admittarur hic relatio realis, quod est proba­ bile, maxime quando effectus non tantum per extrinsecam denominationem, sed per intrinsecam habitudinem ordinatur in finem iuxta ea quae inferius declarabimus, nihilominus illa relatio censenda est non mutua; effectus enim referri potest ad finem, qua­ terna ab eo pendet; unde, sicut ad hanc dependentiam satis est quod finis praeexistat in mente, ita etiam sufficiet ad realem ha­ bitudinem transcendentalem, licei praedicamentalis forte non sit nisi ad finem actu existentem; tamen, quia finis causai ut omnino immotus et non ordinatus ad suum ef­ fectum, ideo non oportet ut ex parte eius relatio sit realis. Sicut enim Aristoteles dixit scientiam referri realiter ad scibile, non e contrario, ita nos dicere possumus de appetitione et appetibili; est enim eadem ra­ tio, et similiter est eadem de appetibili et de fine.

14.

t u r .—

Cur

m o tio

f in is

m e ta p h o r ic a

d ica -

In quarto argumento multa tanguntur pertinentia ad Deum et ad agènda na-

D is p u ta c ió n X X I I I .— S e c c ió n I I

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p rescin d ie n d o de ellas, concedem os q u e la causalidad conviene al fin en c u a n to tiene ra z ó n de p rin cip io , y consiguientem ente e n cu an to tien e ra z ó n d e m otor. P ero su m oción se lla m a m etafórica, n o p o rq u e no sea real, sino p o rq u e n o se hace con u n influjo efectivo, n i p o r u n a m oción intencional y anim al, y p o r ello n o h ay obstáculo e n q u e su causalidad sea v erd ad era y p ro p ia.

15 . .R especto al q u in to , sea lo q u e fu e re d e los agentes n atu rales acerca d e los cuales después se re sp o n d e rá q u e el m o d o d e o p erar d e las criaturas in ­ telectuales n o p u ede en te n d e rse sin la causalidad d e fin, p o rq u e e n realidad son atraídas y m ovidas p o r el fin a la operación, y a u n q u e ellas te n g a n n atu ral p ro ­ pensión a los objetos o fines hacia los cuales son m ovidas p o r lo s propios actos vitales, con to d o aquella p ro p en sió n n a tu ra l n o p u ed e o p e ra r e n su género, es decir, eficientem ente, si el fin n o está suficientem ente aplicado y causa con­ ju n tam en te en su género, y así la determ inación d e la operación o su dirección a u n a m e ta cierta, q u e se p e rc ib e e n los agentes intelectuales, p rocede m a n i­ fiestam ente n o d e sola la inclinación n a tu ra l, sino de la causalidad del fin. A l sexto, se h a explicado ya suficientem ente, en cu a n to este lu g a r lo adm ite, q u é es lo q u e causa el fin o so b re ^ ¿ é c a u sa ; con todo, e l tra ta d o ín te g ro d e esta cues­ tió n lo d arem o s después.

S E C C I O N Cla ses

I I

d e f in

1. A n te s d e q u e avancem os m ás p a ra explicar las d em ás cosas q u e p ro p u ­ sim os perten ecien tes a la causalidad del fin, es preciso e x p o n e r varias divisio­ nes, o m ejo r varias significaciones del n o m b re, p a ra que se e n tie n d a claram ente d e q u é tra ta la disputación.

Primera división de fin por que y fin para que 2. E x iste p o r consiguiente la p rim e ra y céle b re división d e l fin en fin por que (cuius) y fin para que (cui), q u e está to m a d a de A ristó teles, I I De Anima, c. 4, d o n d e A rgyropilo tra d u c e fin por el que (quo) y para que; p e ro las p riruralia; nunc, illis omissis, concedinms causalitatem convenire fini ut habet rationem principii, et consequenter ut habet rationem moventis. Eius autem motio dicitur metaphorica, non quia non sit realis, sed quia non fit per infiuxum effectivum, nec per motionem intentionalem et animalem, et ideo nihil obstàt quominus vera ac propria sit eius causalitas. 15. Ad quintum, quidquid sit de agentibus naturalibus, de quibus postea respondetur modum operandi intellectualium creaturarum non posse intelligi sine causalitate finis, quia revera alliciuntur et moventur a fine ad operandum, et quamvis ipsa habeant naturalem propensionem ad obiecta seu fi­ nes ad quos per proprios vitales actus mo­ ventur, tarnen illa naturalis propensio non potest operari in suo genere, id est, effec­ tive, nisi sufficienter applicato fine et in suo genere concausante, et ita determinano operationis, seu destinatio in certum sco-

pum. quae cemitur in agentibus intellectualìbus, manifeste procedit non ex sola inclinatione naturali, sed ex causalitate finis. Ad sextum, quantum hic locus patitur, satis explicatum est quid, vel circa quid finis causet; intégrant vero huius rei tractationem trademus inferius. SE C T IO II Q uotuplex SIT finis 1. Antequam progrediamur ulterius ad explicanda caetera quae proposuimus ad causalitatem finis pertinentia, oportet varias di­ visiones vel potius nominis significationes explicare, ut distincte intelligatur de quo sit disputado. P r im a d iv is to fin is «C uiusy> e t « C u i » 2. Est ergo prima ac Celebris divisio finis in finem c u iu s et finem c u i, quae sumpta est ex Aristón, II de Anima, c. 4, ubi Ar-

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Disputaciones metafísicas

m eras palabras e stá n m ás conform es con el griego y expresan m ejo r la in ten ­ ció n ; p u e s se lla m a fin por qu e aquel p o r causa d e cuya consecución se m ueve u op era el h o m b re , com o es la salud e n la c u ra c ió n ; y fin p ara que se llam a aq u el p a ra el cu al se p ro c u ra otro fin , com o e s el h o m b re e n la in ten ció n de sa n a r; p ues a u n q u e el h o m b re se cu re p o r causa d e la salud, con to d o busca la salu d m ism a para, sí y p a ra su provecho. 3. Sin. em b arg o , p u ed e p re g u n ta rse cuál de éstos tien e p ro p ia razó n d e fin. P ues algunos se la atrib u y en a solo el fin p ara que, !o cual piensa G abriel, In II, dist. 1, q. 5, siguiendo a O ckam , In II, q. 3, a. 1 ; y lo m ism o piensa E n ­ riq u e, Q uodl. n , q. 1. Y se p ru e b a , p u e s es p ro p iam en te fin aquel en el que se d etien e la in ten ció n del agente, ya q u e las dem ás cosas m ás b ie n parecen ten er razón de m e d io s; ahora bien, la in ten ció n sólo se detiene, en el fin para el q u e se p ro c u ra n todas las dem ás cosas, p u es a él se o rdenan to d a s ; p o r lo cual, d el m ism o m odo q u e el m edio sólo es am ado e n cuanto es proporcionado al fin , así el fin por que sólo es am ado en cu an to es prop o rcio n ad o y conveniente al fin para qu e; p o r consiguiente. Y se co n firm a : p o rq u e el fin d ebe am arse con am or de am istad , o al m enos de benevolencia, p o rq u e d ebe am arse por causa de sí; ahora b ien , sólo es am ado así el fin p ara q u e ; p u es el fin p or que es am ado para otro q u e se llam a fin para q u e; y así el am or del fin por que es de concupiscencia, y el del otro, e n cam bio, es d e .a m ista d o benevolencia, y p o r ello ■el fin p ara que es am ado absolutam ente, y, en cam bio, el fin por que sólo con­ dicionadam ente, d e acuerdo con la d o ctrin a de S anto T o m ás, I-II, q. 26, a. 4, q u e dice que es am ado absolutam ente aquello p ara lo cual es am ado el bien; pero el bien que es am ado para otro, sólo es am ado condicionadam ente. 4 . P ero p o r o tra p a rte aparece q u e sólo el fin por que tiene p ropiam ente razón d e causa fin a l; p ues A ristóteles, en cualquier p a rte que define esta causa, explica su ra z ó n m ed ian te esto, que es aquello p o r causa de lo cual se hace algo, com o es claro en el II de la F ísica, c. 3 y 7, y en el V d e la M etafísica, c. 2, y p o r este m otivo dice que el fin es lo p rim ero en la in ten ció n y lo últim o en la ejecución, y de m odo sem ejante dice q u e el fin d e la generación es la form a, pero n o el m ism o generante. Y se explica con u n a razón, p o rq u e aquel para quien se adquiere o busca otro fin es sólo u n sujeto q u e es perfeccionado o ac-

gyropilus vértit finem quo et cui; sed priora confirmatur: nam finis amari debet amore verba sunt graecis conformiora et intentio- amicitiae vel saltern benevolentiae, quia de­ nem melius declarant; nam finis cuius di- bet amari propter se; sed solus finis cui ita citur cuius adipiscendi gratia homo movetur amatur; nam finis cuius amatur alteri, qui vel operatur, ut est sanitas in curatione; dicitur finis cui; atque ita amor finis cuius finis cui dicitur file r- ' alter finis procura- est concupiscentiae, alterius vero est amici­ tiae seu benevolentiae, et ideo finis cui ama­ tur, u t est homo m mtentione sanitatis; nam, licet homo curetur propter sanitatem, tur simpliciter, finis autem cuius tantum ipsam Vero sanitatem sibi et in suum com- secundum quid, iuxta doctrinam D. Thom., modum quaerit. I-II, q. 26, a. 4, dieentis illud amari sim­ 3. Quaeri vero potest quis horum habeat pliciter, cui amatur bonum; hoc autem bopropriam rationem finis. Quidam enim soli num, quod alteri amatur, tantum amari se­ fini cui illam attribuunt, quod sentit Gabriel, cundum quid. I n II, disL 1, q. 5, sequens Ocham, In II, 4. Aliunde vero apparet solum finem q. 3, a. 1 ; atque idem sentit Henric., Quodl. cuius proprie habere rationem causae finaII, q. I. E t probatur: nam file est proprie lis; nam Aristoteles, ubicumque hanc cau­ finis, in quo s istit intentio agentis; caetera sam definit, per hoc eius rationem explicat, enim potius habere videntur rationem me- quod sit cuius gratia aliquid fit, ut patet II diorum; sed intentio solum sistit in fine cui Phys., c. 3 et 7, et V Metaph., c. 2; _et caetera procurantur; nam ad ilium omnia hac ratione dicit finem esse primum in inordinantur; unde, sicut medium solum ama- tentione et ultimum in exsecutione, et simi­ tur q u a te n u s proportionatum est fini, ita fi­ liter ait formam esse finem generationis, nis cuius so lu m amatur quatenus e st p ro n o n vero ipsum generantem. Et ratione deportionatus et conveniens fini cui; ergo. E t c la ra tu r, quia hie cui alter finis acquiritur

Disputación X X III.— Sección II

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tu a d o p o r o tra cosa, la cual se p re te n d e com o f i n ; com o e l h om bre es sujeto d e la salud o de la visión beatífica, q u e es fin de n u estras o peraciones; p o r consi­ g u ien te, esta disposición n o es p ro p iam en te del fin, sino d e o tra ra z ó n ; ya q u e nadie d iría p ro p iam en te q u e el h o m b re es el fin de la v isión beatífica, sino m ás bien q u e la visión es el fin d e l h o m b re ; p ues u n a cosa ex iste p o r causa d e su operación com o p o r su fin. Y se co n firm a ; p u es en el fin por que q u ed a com ­ p ren d id o , com o d iré d esp u és, el objeto de la operación, com o es D ios respecto d e la visión beatífica; p o r lo cual n o sólo am a p a ra sí é l h om bre la visión d e D ios, sino tam bién a D ios m ism o con u n a m o r de concupiscencia q u e pertenece a la esperanza, com o e n señ an lo s teólogos; y n o p u e d e decirse q u e el h o m b re sea fin d e D ios p o r el hecho d e q u e sea aquél p a ra q u ie n D ios es a m a d o ; p o r consiguiente, p o r aquella p a rtíc u la para que n o se explica la p ro p ia razó n d e fin.' 5. Solución.— S in em b arg o , hay q u e d e c ir q u e e n uno y o tro se p u ed e salvar la p ro p ia razón d e fin , p e ro q u e a veces se u n e n d e ta l m an era q u e d e uno y o tro se com pone u n fin ín teg ro . E sto está conform e con A ristóteles e n el referido lib ro De Anima. Y se p ru e b a p o r razó n , p ues u n o y otro d e estos fines p u ede p o r sí estim ular la v o lu n tad y ser am ado o p re te n d id o p o r ella a causa de su b o n d a d ; p ues así, cu an d o el h o m b re bu sca la salud, se am a a sí, p a ra q u ie n quiere la salud p o r causa d e su provecho y perfección, la cual apetece per se a causa d e la sum a u n ió n o m ejo r id en tid ad q u e tiene consigo. D e m odo se­ m ejante am a y p reten d e la salud a causa d e la p erfección d e la m ism a salud, en lo cual hay u n a gran d iferen cia e n tre el m edio y el fin por que; p u es el m edio, p o r ejem p lo la bebida, sólo es am able en cu an to es ú til p a ra la sa lu d ; e n cam ­ bio, la salu d m ism a es am ada p o r causa d e sí, p o rq u e p erfeccio n a per se a l h o m b re p a ra qu ien es am ada. D e lo cual re s u lta que to d o esto, el hombre sano, es el ín teg ro y adecuado fin d e aquella acción en la q u e los dos predichos fines se in clu y en com o co m poniendo u n fin íntegro. Así' ta m b ié n se dice q u e la p o ­ tencia es p o r causa de la operación, com o p o r causa del fin p o r cuyo m otivo se hace, a u n q u e tam bién la operación sea verd ad eram en te p o r causa d e la m ism a potencia, a saber, p a ra perfeccionarla y co n stitu irla en acto ú ltim o ; de tal form a que con razó n p u ed e decirse q u e el fin ín teg ro es la p o te n c ia en cu an to p eríec-

vel quaeritur, solum est subiectum quod perficitur vel actuatur alia re quae intenditur ut finis; ut homo est subiectum sanitatis aut visionis beatae, quae est finis nostrarum operationum; haec ergo habitudo non est proprie finis, sed alterius rationis; nemo enim proprie dixerit hominem esse finem visionis beatae, sed potius visionem esse fi­ nem hominis; nam res est propter suam operationem ut propter finem. Et confirmatur: nam in fine cuius comprehenditur, ut infra dicam, obiectum operationis, ut est Deus respectu visionis beatae; unde non solum amat sibi homo visionem Dei, sed etiam Deura ipsum amore concupiscentiae pertinente ad spem, ut theologi docent; non potest autem dici quod homo sit finis Dei eo quod sit ille cui amatur Deus; ergo per illam particulam cui non explicatur pro­ pria ratio finis. 5. Dissolvitur.— Nihilominus dicendum est in utroque horum saivari posse propriam rationem finis, interdum vero ita coniungi ut ex utroque coalescat unus integer finis. Koc est consentaneum Aristoteli in citato

loco De Anima. Et ratione probatur, nam uterque horum finium potest per se excitare voluntatem et ab ea diligi seu intendi prop­ ter suam bonitatem; sic enim quando homoi inquirit sanitatem, se diligit, cui sanitatem vult propter suum commodum et perfectionem, quam per se appetii propter summam coniunctionem vel potius identitatem quam secum habet. Similiter diligit et intendit Sa­ nitätern propter perfectionem ipsiusmet sa­ nitatis, in quo magna est differentia inter medium et finem cuius; nam medium, ver­ bi gratia, potio, solum est amabilis quatenus est utilis ad salutem; salus vero ipsa propter se amatur, quia per se perficit ho­ minem cui amatur. Unde fit ut totum hoc, homo sanus, sit integer et adaequatus finis illius actionis, in quo praedicti duo fines includuntur, quasi componentes unum in­ tegrum finem. Sic edam potentia dicitur es­ se propter operadonem ut propter finem cuius gratia fit, quamvis edam operatio vere sit propter ipsam potentiam, nimirum ut ipsam perficiat et in ultimo actu consumai; ' ut merito dici possit finem integrum esse

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Disputaciones metafísicas

ta m e n te actu a d a, q u e es lo q u e dicen otros, q u e la potencia n o ta n to es p o r causa d e la operación cu an to p o r causa d e sí m ism a e n cu a n to o p eran te. Y de este m odo n o re p u g n a q u e d o s cosas bajo estas diversas razones sean e n tre sí u n a fin de la o tra, y al c o n tra rio ; p u es así el e n te n d im ie n to es p o r causa d e la v isión d e D ios, y la visión ta m b ién es p o r causa d e l e n ten d im ien to , p a ra q u e lo perfeccione. N i esto es u n in co n v en ien te, ya p o r razo n es diversas, ya p o rq u e la in te n c ió n del agente es llevada cuasi ad ecuadam ente al com puesto d e am bos q u e se e stru c tu ra n e n tre sí en relació n m u tu a , al m o d o com o la m ate ria es p o r causa d e la form a, y la form a es ta m b ié n d e alg u n a m a n e ra p o r .causa d e la m a te ria ; p e ro e s el todo lo q u e esencial y p rim ariam en te se p re te n d e d e m odo adecuado. A u n q u e los fines para que y por que p u e d a n co m p ararse e n tre sí de este m odo, con todo, ello no es siem pre necesario, com o e x p licaré e n seguida. 6. Pequeña cuestión que resulta de la solución precedente.— P e ro p o d rá alguien p re g u n ta r adem ás, a u n q u e u n o y o tro d e ellos sea p ro p ia m e n te fin, cu ál d e los dos es m ás p rin c ip a l. R esp o n d o q u e la com paración p u ed e hacerse o b ie n e n la ra z ó n d e e n te , o e n la ra z ó n de causa. D el p rim e r m o d o no es de suyo necesario q u e u n o d e dichos fines sea siem pre u n e n te m ás p e rfe c to ; p u es a veces el fin para que es u n a cosa m ás n oble, com o cu an d o el h o m b re o b ra p o r causa d e a d q u irir p a ra sí la s a lu d ; p e ro a veces o ch rre al revés, com o cu an d o el m ism o h o m b re o p e ra p a ra alcanzar p a ra sí a D ios, q u e es m u ch o m ás noble. Y la razón e stá en q u e a veces la cosa o el su p u e sto m ás perfecto p re te n d e ad q u irir para sí o tra p erfecció n , a u n q u e m e n o r, p a ra lo cual b a sta con q u e ta l sujeto se com ­ p o rte d e m o d o m ás p e rfe c to c o n tal form a q u e sin ella, a u n q u e si se com para p recisiv a m en te c o n la m ism a form a sea algo m ás perfecto. P ero algunas veces u n a cosa se p erfeccio n a p o r la u n ió n con o tra m ás p erfecta, com o el h o m b re p o r la u n ió n con D io s, y en tonces p u e d e m u y b ie n u n a cosa m enos p e rfecta operar por causa d e o tr a m ás p erfecta, p a ra q u e la te n g a y la posea en cu an to pudiere, d e l cu al m o d o ta m b ié n la m ateria apetece la form a, y si p u d iese o p e ra r algo a fin d e c o n seg u irla , lo h a ría ; y bajo esta consideración la fo rm a tien e razón

potentiam. ut perfette actuatam, quod alii diclini: potentiam non tam esse propter operadonem quam propter seipsam operantem. Atque hoc modo non repugnat duas res sub his diversis radonibus ad invicem esse unum finem alterius et e converso; sic enim inteUectus est ''te r visionem Dei et visio edam est propter intellectum, ut ipsum perficiaL -Neque hoc est inconveniens, tura propter rationes diversas, tura quia in­ tendo agentis quasi adaequate fertur in com­ postami ex utroque cum mutua habitudine componendum inter se, quo modo materia est propter formam, et forma est edam aliquo modo propter materiam; totum autem est quod per se primo et adaequate intenditur. Quamvis autem finis cui et cuius possint ita ad invicem comparati, non est tamen id semper necessarium, u t statini declarabo. 6. Ouaestiuncula consequens ad resolutionevn praecedsnlis.— Quaeret vero ulterius aliquis, esto uterque eorum sit proprie finis, quis eorum sit prtacipalior. Respondeo comparatìonem fieri posse vel in ratione entis,

vel in ratione causandi. Priori modo non est per se necessarium u t unus ex his finibus sit semper perfectius ens; interdum enim finis cut est res nobilior, ut cum homo propter. sanitatem sibi acquirendam operatur; interdum vero accidit e converso, ut cum idem homo operatur propter acquirendum sibi Deum, qui longe nobilior est. Et ratio est quia interdum res seu suppositum perfectius intendit sibi acquirere aliam perfectionem, quamvis minorem, ad quod sa­ tis est quod tale subiectum perfection modo se habeat cum tali forma quam sine ilia, quamvis si praecise comparetur ad eamdem formam, sit quid perfectius. Aliquando vero res aliqua perficitur per coniunctionem ad perfectiorem, ut homo per coniunctionem ad Deum, et tunc optime potest res minus perfecta operari gratia alterius perfections ut illam habeat et possideat prout potuerit, quo etiam modo materia appetit formam, et si posset gratia consequendi illam aliquid ope­ rari, id faceret; sub qua consideratione for­ ma habet rationem finis cuius, et materia

Disputación X X III.— Sección II

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d e fin por que, y la m ateria d e fin para que, p o rq u e es m enos perfecta q u e la form a. 7. P e ro si aquellas dos cosas se com paran del ú ltim o m odo, a saber, e n la razón d e causa y d e fin, parece q u e es lo m ism o p re g u n ta r cuál d e ellas es m ás prin cip al q u e p re g u n ta r cuál es m ás am ada y m ás deseada. Y ciertam ente, las razones aducidas antes p arecen p ersu ad ir q u e el fin para que es m ás am ado, p o rq u e es estim ado m ás p o r razó n de sí y se detiene m ás en él el m ovim iento de la voluntad. Sólo p arece oponerse el ejem plo aquel d el am or d e concupis­ cencia y de la in ten ció n de alcanzar a D ios en cu an to es n u e stro bien. Pues ta m ­ poco podem os decir q u e con ese acto nos am em os nosotros m ás a nosotros m is­ m os q u e a D ios, ya q u e entonces ese am or sería d e so rd en ad o ; n i tam poco p o d e ­ m os d e c ir q u e aquella in ten ció n se detiene d e m odo m ás prin cip al en nosotros q u e e n D ios, p u es entonces el fin absolutam ente últim o d e esa intención sería­ m os no so tro s y n o D io s, y así sería tam b ién d eso rd en ad a la intención. 8. P o r lo cual es m en ester u n a distinción o lim ita c ió n ; p ues en los bienes p articu lares q u e p rin cip alm en te o incluso exclusivam ente se am an e n provecho d el am ante, ya p a ra q u e le perfeccionen, ya bajo cu alq u ier o tra relación para con él, es v erd ad q u e el fin para que es m ás p rin c ip a lm e n te am ado y q u e es e l fin m ás principal. Y e sto lo p ru e b a n las razones ad ucidas an terio rm en te. E stas p u ed en confirm arse, p u es con frecuencia tal b ie n p artic u la r q u e es el fin por que su p o n e el am or absoluto d e aquella p erso n a p a ra q u ie n se am a, y su a m o r . nace d e aquel am o r; p ues así a veces el h o m b re se am a a sí m ism o con p ro ­ pio am or de: benevolencia, y p o r él después am a p a ra sí la salud. Y p o r esto ta m ­ bién o cu rre con frecuencia q u e tales bienes p a rtic u la re s sean am ados en cuanto m edios y útiles p a ra los otros fines convenientes al m ism o am a n te ; por tan to , es señal d e q u e resp ecto de estos fin es el m ism o fin para qus es m ás prin cip al y m ás am ado. P ero, en cam bio, cuando el fin por causa del que es el sum o bien y fin ú ltim o , si se am a y p re te n d e ord en ad am en te, siem p re d ebe re te n e r la razón p rin c ip a l de fin, y atraer m ás hacia sí la in ten ció n d el o perante. P o rq u e , com o es fin ú ltim o abso lu tam en te, n o p u e d e d e ta l m an era referirse a otro bajo alguna ra z ó n de fin, q u e se d etenga en o tro p rin cip alm en te. Y así, cuando el

finis cui, quae minus perfecta est quatn forma. 7. At vero si ilia duo conferantur pos­ teriori modo, scilicet, in ratione causae et finis, idem videtur esse quaerere quis eorum sit principalior quod quaerere quis magis ametur magisque intendatur. Et sane rationes prius factae videntur suadere finem cui magis amari, quia magis ratione sui diligi­ mi, magisque in ilio sistit motus voluntatis. Soíum vídetur obstare exemplum iilud de amore concupiscentiae et intentione consequendi Deum quatenus bonum nostrum est. Ñeque enim dicere possumus eo actu amare nos magis nos ipsos quam Deum ; alias amor file esset inordinatus; ñeque etiam dicere possumus illam mtentionem principalius sistere in nobis quam in Deo; alias absolute finis ultimus illius intentionis essemus nos et non Deus, et ita esset etiam inordinata intendo. 8. Quapropter disrinctìone vel limitarione opus est; nam in bonis pardcularibus, quae praecipue vel edam omnino amantur

in comroodum amantts, vel ut ilium perficiant, vel sub altqua alia habitudine ad il­ ium, verum est finem cui principalius ama­ ri esseque principaliorem finem. Et hoc probant radones prius factae. Quae confirmari possunt, nam saepe huiusmodi parriculare bonum quod est finis cuius supponit abso­ lution amorem illius personae cui amatur, et amor eius ex ilio amore nascitur; sic enim homo interdum amat seipsum proprio amore benevolentiae et ex ilio postea amat sibi sanitatem. Et hinc edam saepe fit ut talia bona particulada amentur ut media et utilia ad alios fines ipsi amanti convenien­ tes; signum ergo est respectu horum finium ipsùm finem cui esse principaliorem magis­ que dìlectum. At vero quando finis cuius gratia est summum bonum et finis ultimus, si ordinate ametur et intendatur, semper debet retinere principaliorem rationem finis magisque trahere ad se intentionem operan­ ds. Quia cum sit finis _ultimus simpliciter, non potest ita referri in alium sub aliqua ratione finis ut in alio principaliter sistatur.

Disputaciones metafísicas

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h o m b re p re te n d e conseguir a D ios, a u n q u e él m ism o sea d e alg u p a m an era el fin p a ra el cual se busca aq u el bien, con todo, ab so lu tam en te el h o m b re se o r­ d e n a a sí m ism o con p referen cia hacia aquel fin , p u es q u iere u n irse a aquel bien com o a su ú ltim o fin. P o r lo cual sucede q u e au n q u e en aquel m ovim iento y ten d en c ia resp ecto de lo s m ed io s y d e la operación el h o m b re propiam ente se dig a fin para que, con todo, respecto d el m ism o D ios, que es buscado p rincipalm e n te , n o . ta n to h a de ser llam ado fin cuanto sujeto que se ord en a a la conse­ cución de aquel fin. A u n q u e n o niego q u e p u e d a tam b ién llam arse fin para quei p u e s e n realid ad tiene dicha razón, de ta l m an era, em pero, q u e se e n tien d a q u e 6e o rd en a m ás b ie n a otro fin objetivo y ú ltim o, que no q u e ordene aquél a sí.

Segunda división del fin en operación y realidad producida 9. E n segundo lu g ar suele dividirse el fin e n aquel q u e es operación sola­ m e n te y aquel q u e resulta d e la operación, o sea, al q u e tie n d e la acción com o la cosa hecha. E sta división la ap u n tó A ristóteles, I d e la Etica, y lib . I Magnorum Moralium, c. 3. Y e n cuanto se refiere a la razón form al d e fin , parece u n a división m aterial to m a d a d e las cosas q u e ejercen esta causalidad, m ás b ie n q u e d e la variación del causar. A pesar d e to d o , es necesaria p a ra e n ten d e r a los autores, sobre to d o varios pasajes de A ristóteles, y p a ra explicar otras divi­ siones, y p rin cip alm en te p a ra explicar los fines de las d istin tas cosas y, sobre to d o , del h o m b re . A sí, p u e s, los ejem plos d e u n o y otro m iem bro son fáciles, ta n to en las obras del a rte com o de la n aturaleza. P u e s el fin d e la curación es la salud, el de la edificación la casa, el de la generación la cosa engendrada, y así acerca d e las otras co sa s; pero, e n cam bio, de la pulsación de la cítara no h ay o tro fin q u e la m ism a citarización, y de la contem plación, la m ism a contem ­ plación. A u n q u e en el segundo m iem bro es m e n ester ad v e rtir que incluso en esas acciones p u e d e d in tin g u irse filosóficam ente el térm in o d e la acción; pues el térm in o es siem pre alg u n a c u alid ad ; en cam bio, la acción es la vía o ten d en ­ cia d e aquella c u a lid a d ; con todo, p o rq u e el té rm in o d e esta acción es tal q u e no d u ra sino m ien tras se hace, p o r el h echo d e q u e dep en d e e n su proceso y Atque ita, cum homo intendit consequi Deum, licet ipse sit aliquo modo finis cui bonum illud quaeritur, tamen absolute potius homo ordinai seips'um in illum finem, nam vult coniungi illi bono ut ultimo fini suo. Quo fit u»- licet in eo motu et tendentia respectu ......r u m et operationis homo proprie dipatur finis cui, tamen respectu ipsius Dei, qui principaliter quaeritur, non tam dicendus sit finis quam subiectum quod ordinatur ad consequendum illum finem. Quamvis non negem posse edam vocari fi­ nem otti; nam revera habet illam radonem, ita tamen ut inteUigatur podus ordinari ad alterniti finem obiectivum et ultimimi, quam illum ad se ordinare.

ral., c. 3. Et quantum attinet ad rationem formalem finis, videtur materialis divisio sumpta ex rebus quae hanc causalitatem exercent, podus quam ex variatione causati-, di. Nihilominus tamen ad intelligcndos auctores, praecipue varia loca Aristotelis, et ad explicandas alias divisiones et praesertim ad declarandos fines diversarum rerum et ma­ xime hominis, est necessaria. Exempla itaque utriusque membri facilia sunt, tam in operibus artis quam naturae. Nam finis curarionis est sanìtas, aedificationis domus, generationis res genita, et sic de aiiis; at vero pulsationis cytharae non est alius finis praeterquam ipsa cytharizatio, et contemplano-nis sola ipsa contemplano. Quamquam in secundo membro advertere oportet edam in Secunda divisia finis in operationem et rem illis actionibus posse philosophice distingui factam terminimi ab actione; nam terminus semper 9. Secundo dividi solet finis in eum qui est aliqua qualitas; aedo vero est via seu est operatio tantum et eum qui ex opera- tendentia illius qualitatis; tamen, quia ter­ none resultat seu in quem tendit aedo ut minus huius actionis talis est ut non duret in rem factam. Quam divisionem tetìgit nisi quamdiu fit, eo quod in fieri et con­ Aristoteles, I Ethic., et lib. I Magnor. Moservali pendet ab actuali motu seu infiuxu

Disputación X X III.— Sección 11

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en su conservación del actual m ovim iento o influjo de la p o tencia, p o r ello, en lo referen te a la ra z ó n de fin, n o se distin g u e entre la acción com o acción y como té rm in o ; en cam bio, en las acciones del p rim er género, el fin p re te n d id o es la cosa hecha, q u e perm anece al cesar la acción. C o n lo cual tam b ién se e n ­ tiende q u e esta división sólo h a sido d ada acerca del fin por que; pues el fin para que n o es u n a acción, n i se hace m ed ian te acción, sino q u e m ás bien se su ­ pone p a ra la acción, p o r ser e l m ism o agente.

Tercera división del fin, a saber, de la acción o de la cosa hecha 10. Y d e aquí tam b ién h a surgido la te rc e ra división d el fin en fin d e la acción y fin de la cosa hech a o p roducida. E sta se to m a d e A ristóteles, en parte del I I de la Física, c. 7, y en p a rte d el I I De Cáelo, c. 3. E fectivam ente, en el p rim e r lugar dice q u e la form a es el fin d e la g en eració n ; y en el segundo dice q u e cada cosa, y p o r ello q u e la m ism a form a o cosa e n g en d rad a existe p o r causa d e su operación. Y así sucede (com o se tom a tam b ién d e A verroes, IV De Cáelo, tex t. 22) q u e la cosa p ro d u cid a es el fin d e la generación, y tam b ién la operación — p o r causa d e la cual se en gendra la cosa— es asim ism o fin d e m o d o próxim o e inm ediato d e la m ism a cosa e n g en d rad a, y d e m odo rem o to y m ediato de la m ism a generación. Y en esta división solam ente se ofrecen dos cosas q u e a d v e rtir: una es q u e cuando A ristóteles dice q u e la fo rm a es el fin de la ge­ neración, bajo la fo rm a com p ren d e todo e l com puesto o cosa m ism a en g en d ra­ da, p u es la generación existe p rin cip alm en te p o r causa d e ella; con todo, po rq u e la cosa en g en d rad a n o se hace sino ind u cien d o la form a en la m ateria, por ello explicó p o r la form a el fin d e la generación. Y lo q u e A ristóteles d ijo acerca d e la generación h a y q u e en tenderlo acerca de to d a acción, tan to n a tu ra l como artificial, p o r la q u e u n a cosa es hech a de tal m a n e ra q u e perm anezca, y puede extenderse ta m b ié n a la creació n ; p u es tam b ién la cosa q u e se crea es fin p ró x im o d e aquella acción. 11. L o segundo q u e h ay q u e observar es q u e el fin d e la cosa engen d rad a com únm ente se juzga q u e es alguna operación p o r causa de la cual se hace la cosa, com o es la visión d e D ios respecto del ho m b re, o la ilum inación respectogenita sit finis generationis, et òperatio etiam propter quam res generatin' sit etiam finis proxime quidem et immediate ipsius rei ge­ nitae, remote autem et mediate ipsius ge­ nerationis. In qua divisione duo tantum occurrunt advertenda: unum est, cum Aristoteles dicit formam esse finem generationis,. sub forma comprehendere totum compositum seu rem ipsam genitam; nam propter illam maxime est generano; tamen, quia res Tenia divisio finis, scilicet, actionis genita non fit nisi inducendo formam in mav e l rei factae teriam, ideo per formam explicuit generatio­ 10. Atque hinc otta est tenia divisio fi­ nis finem. Et quod de generatione dixit Arisnis in finem actionis et in finem rei factae toteles intelligendum est de omni actione, seu genitae. Quae sumitur ex Aristotele, par- tam naturali quam artificiali, per quam alitim II Phys., c. 7, partim II de Caelo, c. 3. qua res fit ita ut permaneat, et extendi etiam Nam in priori loco dicit formant esse fi­ potest ad creationem; nam etiam res quae nem generationis ; in posteriori autem dicit creatur est proximus finis illius actionis. 11. Alterum observandum est, finem rei unamquamque rem, atque adeo ipsam for­ mant seu rem genitam esse propter suam genitae communiter censeri esse aliquam operatidnem. Atque ita fit (ut sumitur etiam operationem propter quam res fit, ut est ex Averroe, IV de Caelo, text. 22) ut res visio Dei respectu hominis vel illtiminatio

potentiae, ideo quod attinet ad rationem finis non distinguitur inter actionem ut actionem et ut terminum; in actionibus vero prioris generis finis intentus est res facta, quae per­ nianet cessante actione. Ex quo etiam intelligitur hanc divisionem tantum esse datam de fine cuius; nam finis cui neque est actio, neque fit per actionem, sed supponimi potius ad actionem, cum sit ipsummet agens.

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Disputaciones metafísicas

d e l so l; con todo, p a ra q u e com prendam os to d o fin d e la cosa engendrada, p o r o p eració n es preciso e n te n d e r cualquier u so al q u e la cosa en g en d rad a se o r­ d e n a ; p u es e l fin de la m ateria, q u e es u n a cie rta cosa en g en d rad a o creada, n o es alguna operación p ro p ia , p e ro con to d o e s su causalidad, a sab er, la sus­ ten tació n d e la form a, o ta l com posición d e la su stan cia; d e m odo sem ejante el fin d e la casa es la h a b itació n , q u e n o es u n a operación, sino u n a cierta p ro ­ te cc ió n y cuasi inform ación extrínseca d e los h a b itan tes, y así en otras cosas. Y d e acuerdo con este m o d o sucede que n o sólo con resp ecto a la cosa engen­ d ra d a se d a u n fin q u e sea operación, p o r causa del cual h a sido la cosa en ­ g en d rad a, sino tam bién q u e respecto de u n a operación se d a otra q u e es su fin ; p u e s así la citarización es p o r causa de la delectación, y la locución p o r causa d e la intelección. E fectivam ente, p u ede u n a operación co n cu rrir con o tra, o bien objetivam ente, o eficientem ente, o al m enos com o condición necesaria o ú til p a ra otra operación, y p o r ello p u ed e o rdenarse a ella com o a fin.

Cuarta división en fin objetivo y formal 12. E n c u arto lu g ar, d e esas divisiones, y sobre to d o de la segunda, su r­ ge o tra p o r la q u e se divide el ñ n en objetivo y form al. P u es, com o dijim os, el fin a veces es u n a o p e ració n ; y e sta operación, sobre to d o si es inm an en te, ade­ m ás d e l acto m ism o re q u ie re u n objeto sobre el q u e verse, com o la contem pla­ ción, q u e es fin del h o m b re , versa sobre u n a cosa o v e rd a d dig n a d e contem ­ plación, p o r causa d e la cu al e n c ierto m o d o existe la m ism a contem plación p o rq u e m ed ian te ella cuasi se ad q u iere y posee de u n m odo proporcionado a sí. Y en este se n tid o d istin g u e n los teólogos en el fin del h o m b re la visión y a D ios visto, y la visión dicen q u e es el fin form al, al cual tam b ién llam an fin quo, y consecución d e l fin ; y a D ios lo llam an fin objetivo, o fin qui, p o rq u e se al­ c an za m ed ian te el fin fo rm al. A sí se to m a d e S an to T o m ás, I-II, q. 1, a. 8, y q. 3, a. 7, y q. 11, a. 3, a d 3, d onde advierte q u e éstos n o son ta n to dos fines

respectu solis; tamen, ut omnem finem reí genitae comprehendamus, per operationem necesse est inteiligere omnem usum ad quem res genita ordinami; nam finis materiae, quae est res quaedam genita seu creata, non est propria aliqua -atio, est tamen causalitas eius, scilicet, sustentado formae, aut talis compositìo substantiae; similiter finis domus est habitatio, quae non est operario, sed protendo quaedam et quasi extrínseca informano habitantium, et sic de aliis. Et iuxta hunc modum contingit non solum respectu rei genitae dari finem qui sit ope­ rario, propter quem sit ipsa res genita, sed etiam respectu unius óperationis dari aliam quae sit finis eius; sic enim cytharizario est propter delectationem et locutio propter intellectionem. Potest enim una operario ad aliam concurrere, vel obiective, vel effective, vel saltern ut necessaria vel utilis conditio ad aliam operationem, et ideo potest ad illam ut ad finem ordinari.

Quarta divisio in finem obiectivum et formalem 12, Quarto, ex his divisionibus, praesertim ex secunda, oritur alia, qua dividitur finis in obiectivum et formalem. Nam, ut diximus, interdum finis est operatio; haec autem operatio, praesertim si sit immanens, praeter actum ipsum requirit obiectum circa quod versatur, ut ccntemplatio, quae est fi­ nis hominis, versatur circa aliquam rem aut veritatem contemplatione dignam, propter quam aliquo modo est ipsa contemplatio, quia per illam quasi comparator ct possidetor secundum modum sibi proportionatum. Et in hoc sensu distinguunt theologi, in fine hominis, visionem er Deum visum, et visionem dicunt esse finem formalem, quem etiam appellant finem quo, et adeptionem finis; Deum autem appellant finem obiecrivum, seu finem qui, quia comparator per finem formalem. Ita sumitur ex D. Thoma, I-IT, q. 1, a. 8, et q. 3, a. 7, et q. 11, a. 3, ad 3, ubi adverrit hos non tarn esse

Disputación XX IH .— Sección II

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cuanto u n o , p o rq u e n i el objeto p u ed e alcanzarse sino m ed ian te el acto, n i el acto p u e d e h acerse si n o es acerca del ob jeto , y p o r ello la m oción e in ten ció n del agente se dirig e a u n o y otro p o r u n m odo ú n ico , y así constituye u n a única cau sa final. A u n q u e d e l m ism o m o d o q u e son cosas diversas p u e d e n co m pararse entre sí y o rdenarse u n a a la o tra . Y de este m odo p u ede aplicarse a esta división casi to d a la d o c trin a que se d io acerca d e la prim era .

Quinta división del fin en fin que se hace y fin que se obtiene 13. Y de a q u í re su lta adem ás (y ésta p u e d e ser la q u in ta división) q u e el fin por que se su p o n e a veces p a ra la operación del agente, y se p re te n d e n o en cuanto que se h a d e h acer sino en cu a n to q u e se h a d e o b ten er, lo cual es verdadero acerca del fin objetivo, y de este m o d o es D ios el fin d e nuestras ac­ ciones, y se ex tien d e esto a to d a s las cosas q u e se su p o n en com o objetos o m a­ teria acerca d e la cual, com o las riquezas son el fin d el avaro, fin no que se h a de p ro d u c ir, sino q u e se h a d e a d q u irir a u n cuando ya exista. P ero algunas veces el fin n o se supone sino q u e se hace p o r 3a acción d el agente, ya sea q u e el hacerse se diga p ro p iam en te p o r la cosa hecha, ya en sen tid o general en cuanto q u e ta m b ién p u e d e decirse de la acción. Y d e este m odo la visión d e D ios es e l fin d el h o m b re , y e n general to d a operación o térm in o hecho p o r la m ism a e s fin n o p reex iste n te, sino su b sig u ien te a la in ten ció n del agente. Y esta división e n los térm in o s la en señ ó S anto T o m á s e n el m Cont. Geni., c. 18, y se to m a d e la do ctrin a d e A ristóteles, en p a rte d el libro I I d e la Física, y V d e la Metafísica, d onde so b re to d o h ace m en ció n d e l fin q u e se hace m ediante la ac­ ción del a g en te ; en p a rte del I I De Cáelo, te x t. 64, y en el X II d e la Meta­ física, tex t. 36, d o n d e dice q u e D ios es el fin p o r cuyo m otivo to d as las dem ás cosas a c tú a n ; p e ro co n sta q u e D ios n o es u n fin que sea h echo m ediante la ac­ ción d el agente, sino q u e se supone p a ra las acciones d e to d o s los agentes.

Sexta división en fin último y no último ■ 14.

E n sexto lu g a r se divide e l fin en p ró x im o , rem o to y últim o . E sta di­ visión es frecu en te e n tre los au to res y tiene su fu n d am en to en A ristóteles, e n

per actionem agentis, sive fieri dicatur pro­ prie prò re fatta, sive late, ut edam dici potest de actìone. Atque hoc modo visio Dei est finis homìnis, et in universum omnis operatio, vel terminus per ipsam factus, est finis non praeexistens, sed subsequens ad intentionem agentis. Atque hanc divisionem in terminis docuit D. Thomas, III cont. Geni., c. 18, sumiturque ex dottrina Aristotelis, partim II Phys., et V Metaph., ubi potissimum facit mentionem eius finis qui fit per actionem agentis; partim II de CaeQuinta dhiisio finis in eu m qui fit et eum lo, text. 64, et X II Metaph., text. 36, ubi q u i obtinetur dicit Deum esse finem grada cuius caetera 13. Et hinc ulterius fit (quae potest esse agunt; constat autem Deum non esse fi­ quinta divisio) quod finis cuius aliquando nem qui per actionem agentis fiat, sed qui supponitur operationi agentis et intenditur ad actiones omnium agentium supponatur. non ut efficiendus, sed ut obtinendus, quod verum habet de fine obiettivo, et hoc modo S e x ta divisio in fin em u ltim u m et non est Deus finis nosrrarum actionum, et exu itim u m tenditur hoc ad omnes res quae supponuntur ut obietta vel materia circa quam, ut 14 Sexto, dividitur finis in proxirnum et divitiae sunt finis avari, non producendus remòtum ac ultimum. Hacc divisio frequens sed acquirendus, etiamsi iam existat. Ali- est apud auctores, et fundamentum habet in quando vero finis non supponitur, sed fit Aristotele, citatis locis, et in II Metaph., duos fines quam unum, quia neque obiecrnm attingi potest nisi per actum, neque ac­ tus fieri potest nisi circa obiectum, et ideo motio ac intendo agentis est ad utrumque per modum unius, et ita unam causam fi­ nalem complent. Quamquam eo modo quo sunt res diversae, possunt inter se compa­ rar! et una ad alteram ordinari. Atque hoc modo potest ad hanc divisionem applicali fere tota dottrina quae circa primam tra­ dita est.

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Disputaciones metafísicas

lo s lugares citados y en e l II d e la Metafísica, c. 2 , d o n d e m u e stra q u e en los fin es n o se d a u n proceso h a sta el infinito. C o n to d o p u e d e parecerle a alguno q u e tal división encierra u n a contradicción con lo d iv id id o ; p u es pertenece a ía ra z ó n de fin ser ú ltim o , com o e l m ism o n o m b re lo expresa. Y p o rq u e p e rte ­ n ece a la ra z ó n de fin se r am ado p o r causa d e sí y a las dem ás cosas p o r causa d e él, y consecuentem ente q u e él n o sea am ado p o r causa d e las otras cosas, p u es ya n o sería fin, sino m e d io ; p o r consiguiente, no se divide adecuadam ente e l fin en pró x im o y rem o to o ú ltim o. P o r ta n to , p a ra q u e se en tie n d a la divi­ sión es preciso d istin g u ir dos razones en la causa fin a l; la p rim e ra es aquella p o r la que el fin se dice q u e es am ado p o r causa de s í; la segunda, en cuanto las dem ás cosas son am adas p o r causa del m ism o y él m ism o es la razó n de am ar a aquéllas. P or consiguiente, bajo la p rim e ra razón, todo fin, si se consi­ d e ra precisivam ente en cu an to es fin, tiene ra z ó n de ú ltim o , com o m u estra la razó n ad u c id a ; p ues en lo q u e se dice que es am ado p o r causa d e sí se incluye la n e p c ió n d e am or p o r causa de otro, en la cual negación se consum a la razón d e últim o . S ucede con to d o q u e, a u n q u e alg ú n objeto sea am ado p o r causa de sí y p o r su b o n d a d , sin em b arg o , ya sea p o r su n rtu ra le z a , ya p o r la intención d e l o p eran te, se refiere y tiende a u n fin u lte rio r, com o cuando alguien da lim osna, n o sólo p o rq u e la acción es h o n e sta -e n la razón de m isericordia, sino p o rq u e es adecuada p a ra satisfacer a D ios p o r los pecados. E n to n ces, p o r con­ siguiente, u n fin se o rd e n a a otro, a u n q u e bajo aquella razón p o r la q u e se o rd en a n o ten g a razó n d e fin , sino de m edio. P o r tan to , aquel fin q u e inm e­ diatam en te es am ado p o r causa de sí se llam a fin p ró x im o ; e n cam bio, aquel fin al cual se ord en a o tro se llam a re m o to ; y si en él se d etien e la intención d el o p eran te, será ta m b ié n ú ltim o ; en cam bio, si aquél se ordena a u n fin ul­ te rio r, será solam ente re m o to , p e ro n o ú ltim o ; pero, com o n o se p u ed e seguir h a sta el infinito, h a b rá q u e d eten e rse en alguno q u e sea últim o. 15. Y así se ad v ierte fácilm ente la necesidad d e la refe rid a d iv isió n ; pues, com o la in ten ció n d el agente d eb e necesariam ente versar d e inm ediato sobre algún fin , p o rq u e d e lo co n trario n u n ca te n d ría com ienzo, p o r ello es preciso que haya alg ú n fin p ró x im o ; • p u e s es aquel q u e pró x im a e inm ediatam ente p re te n d e el agente con ta l acto o in te n c ió n . P e ro n o es ab so lu tam en te necesario que adem ás

c. 2, ubi ostendit non. dari processum in infinitum in nnibus. Videri tamen potest alicui repugnantiam involvere divisionem illam cum diviso; nam de ratione finis est ut sit ultimus, ut nomen ipsum prae se fert. Et quia de ratione finis est ' propter se ametur et alia propter ipsum, e, consequenter ut ipse non ametur propter alia; iam enfin non esset finis, sed medium; non ergo recte dividitur finis in proximum et remo­ tum vel ultimum. U t ergo intelligatur divisio, duae rationes in finali causa distingui possunt: prior est qua finis dicimr propter se amari; posterior, quatenus alia amantur propter ipsum et ipse est ratio amandi illa. Sub priori ergo ratione omnis finis, si praecise quatenus finis est consideretur, habet rationem ultimi, ut ratio facta ostendit; nam in ilio quod dicitur propter se amari includitur negatio amoris propter aliud; in qua negatione consummatur ratio ultimi. Contingit tamen ut, quamvis aliquod obiectum propter se et propter bonitatem suam ame­ tur, nihilominus vel natura sua vel ex in-

tentione operands referatur et tendat in ulteriorcm finem, ut cum quis facit eleemosynam, et quia honesta sit actio in ratione misericordiae, èt quia est accommodata ad satisfaciendum Deo pro peccatis. Tunc ergo unus finis ordinatur ad alium, quamquam sub ea ratione qua ordinatur non habeal rationem finis, sed medii. Ule igitur finis qui immediate propter se amatur, dicitur fi­ nis proximus; alius vero finis ad quem alter ordinatur, dicitur remotus; quod si in ilio sistat intendo operands, erit edam ultimus; si vero in ulteriorem finem file ordinetur, erit tantum remotus, non tamen ultimus; quia vero non potest in infinitum procedi, sistendum erit in aliquo qui sit ultimus. 15. Atque ita facile constat necessitas praedictae divisionis ; nam, quia intendo agends necessario debet in aliquo fine im­ mediate versari, quia alias nunquam inchoaretur, ideo necesse est esse aliquem finem proximum; est enim ille quem proxime et immediate agens intendit tali actu seu intenrione. Non est autem simpliciter neces-

Disputación X X II!.— Sección II

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del f ia pró x im o se d é el rem oto, p o rq u e p u e d e ¡a in te n c ió n d el agente d e te ­ nerse en u n único fin ; con todo, p o rq u e p u e d e tam b ién te n d e r a u n fin u lte ­ rio r, adem ás del p ró x im o p u e d e p o r ello darse tam b ién el fin rem oto. Y de m odo sem ejante, a u n q u e algún fin últim o sea siem pre necesario, p o rq u e no se sigue h a sta el infinito, con todo n o es necesario q u e el fin ú ltim o sea siem pre d istin to d el p ró x im o ; p u e s si la v o lu n tad se detiene e n solo u n único fin, cosa q u e p u e d e h acer, éste será al m ism o tiem p o próxim o y ú ltim o , al m enos n ega­ tivam ente, es decir, d espués d el cual n o hay o tro ; pero c u an d o h ay varios fin es su bordinados, entonces es necesario q u e estos fines sean d istin to s. Y por esto o cu rre q u e , a u n q u e suceda q u e varios m edios se su b o rd in an e n tre sí de m ane­ ra q u e el p rim e ro sea p o r causa del seg u n d o y el segundo p o r causa del tercero, y así h a sta el fin q u e es am ado p o r causa d e sí, con to d o , si nin g u n o d e esos m edios es am ado p o r causa d e sí sino p u ra m e n te com o m edio p o r causa d e otro, n in g u n o de ellos tien e ra z ó n de fin pró x im o o re m o to bajo la referid a ra z ó n ; sino que aquel f in .a l q u e se o rd en a to d a la serie d e m edios, a u n q u e p a­ rece re m o to en la ra z ó n d e o b jeto q u e rid o y m aterial, con to d o , en la razó n d e fin es el próxim o o el p rim e ro hacia el q u e — com o a fin — tien d e la vo lu n tad , y será tam b ién ú ltim o si n o se o rd en a a o tro fin. ló . P e ro si consideram os el fin b a jo o tra relación, a saber, en cuanto q u e p o r causa del m ism o se elige o se h ace algo, e n este se n tid o es m ás fácil d is­ tin g u ir aquellas tres razones d e fines, n o sólo e n las cosas q u e se apetecen por causa d e sí, sino ta m b ié n e n las cosas que so n p u ro s m edios, los cuales son ele­ gidos p o r causa de o tro . P u es cuando p a ra u n fin se eligen varios m edios s u b ­ ordinados e n tre sí, es preciso q u e se dé u n p rim e r y ú ltim o m edio, ta n to en el orden de la in ten ció n com o e n el de la e jec u ció n ; p u e s e n n in g ú n o rd e n p u e d e seguirse h a sta el in fin ito ; d e lo co n trario , o la elección o la ejecución n u n ca ten d rían com ienzo. Y se llam a p rim e r m edio e n el o rd en d e la in ten ció n aquel que está in m ed iato al fin y q u e se elige el p rim e ro desp u és de la intención del fin, y él m ism o es lo ú ltim o en la ejecución. P e ro , p o r e l c o n trario , aquel m edio q u e es e l ú ltim o e n e l o rd en d e la elección es el p rim e ro e n la ejec u ció n ; p u es

sarium ut praeter finem proximum detur re­ motus, quia potest intentio agentis sistere in uno fine; tamen, quia potest etiam in ulteriorem finem tendere, ideo praeter pro­ ximum dari potest finis remotus. Et simi­ liter, quamvis aliquis finis ultimus semper sit neccssarius, eo quod non proceditur in infinitum, non est tamen necessarium u t fi­ nis ultimus semper sit distinctus a proxi­ mo; nam si voluntas in uno tantum fine sistat, quod facere potest, file erit simul proximus et ultimus, saltern negative, id est, post quern non est alius; quando vero plures sunt fines subordinate tunc necesse est hos fines esse distinctos. Atque hinc fit ut, quamvis contingat plura media inter se subordinari, ut primum sit propter secundum et secundum propter tertium et sic usque ad finem qui propter se amatur, si tamen nullum ex illis mediis amatur propter se, sed pure ut medium propter aliud, nullum eomm habeat rationem finis proximi aut remoti sub praedicta ratione; sed file finis ad quern ordinatur tota mediorum series, licet

videtur remotus in ratione obietti voliti et materialis, tamen in ratione finis est proximus seu primus in quem u t in finem tendit voluntas, et erit etiam ultimus, si non in alium finem ordinetur. 16. Si vero finem consideremus sub alia habitudine, scilicet, quatenus propter ipsum aliquid eligitur aut fit, sic facfiius est di­ stinguere filas tres rationes finium, non solum in rebus quae propter se appetuntur, sed etiam in rebus quae sunt pure media quae propter aliud eliguntur. Nam quando ad unum finem plura media inter se subordi­ nata eliguntur, necesse et dari primum et ultimum medium, tam ordine intentionis quam ordine exsecutionis ; in neutro enim ordine potest in infinitum procedi; alias vel electio vel exsecutio nunquam inchoaretur. Dicitur autem primum medium ordine in­ tentionis id quod est immediatum fini quodque primo eligitur post intentionem finis, et illud ipsum est ultimum in exsecutione. E contrario vero illud medium quod est in ordine eligendi postremum, est in exsecutio-

Disputaciones metafísicas

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d o n d e te rm in a la elección, allí com ienza la ejecución, p a ra q u e p oco a poco se llegue p o r los m edios h a sta la consecución d e l fin. P o r consiguiente, este m edio q u e es el p rim ero en la ejecución y el ú ltim o en la elección n o tien e n inguna razó n de fin , p o rq u e n i es am ado p o r causa d e sí, ya q u e solam ente es m edio, n i tam poco h a y cosa alguna q u e sea am ada p o r causa del m ism o, ya q u e en él q u eda term in ad a la elección; sin em bargo, el segundo m edio tiene ya razón d e fin p ró x im o resp ecto del m edio a n terio r, q u e h a sido elegido p o r causa de él. Y el te rc e r m edio tiene razón de fin re m o to resp ecto del p rim e r m edio, y así p u e d e seguirse p o r varios fines m ás o m en o s rem o to s, h asta detenerse e n el ú ltim o, lo cual siem pre es necesario, ya q u e n o se p u ed e seguir h a sta el infinito. Y así q u e d a suficientem ente clara aquella división en cuanto se refiere a la ex­ posición de- los té rm in o s; e n cam bio, varias cuestiones q u e se d erivan d e ella serán tratad as m ás cóm odam ente en el decu rso d e la d isputación, sobre todo dos, a saber, si los m edios p a rtic ip a n de alg ú n m odo d e la causalidad del fin y si es necesario establecer alg ú n fin ú ltim o, d o n d e tam b ién explicarem os las va­ rias acepciones de fin ú ltim o y si tiene u n a causalidad p ro p ia y esencial en cu an to es fin últim o o rem oto.

SECCION

III

E fec to s que produce la causa final i . A n tes d e h a b la r d e la razó n d e causar del fin, parece q u e h a y q u e tratar d e sus efectos, para com enzar p o r lo q u e es m ás conocido p a ra nosotros. Y pues­ to q u e ah o ra, com o dije arrib a, consideram os la causa final con respecto a la vo­ lu n ta d cread a, p o r la q u e los agentes intelectu ales o p eran p o r causa de u n fin, podem os considerar u n a d o b le clase d e efectos de esta c a u sa : unos existen d e n tro d e la m ism a v o lu n tad , y son los actos y afectos pro d u cid o s p o r ella; otros e stá n fu e ra d e la v o lu n tad , y son los efectos q u e salen fuera de ella por la eficiencia o el im p erio o m oción d e la m ism a m ed ian te sus pro p io s actos. q u e la causa final, tal y como 2. P o r tan to , e n p rim e r lu g a r cierto es ah o ra la consideram os, causa esencial ■ p rim a ria y p rin cip alm en te algún acto

ne primum; nam ubi finitur eleetio, inde incipit exsecutio, ut paulatim per media us­ que ad consecutionem finis perveniatur. Hoc ergo medium quod est in exsecutione pri­ mum et in electione ultimum nullam habet rationem finis, quia nec printer se amatur, cum tantum sit medium, r. edam aliud amatur propter ipsum, cum ir ilio finita sit eleetio ; tamen secundum medium habet iam rationem finis proximi respectu medii prioris, quod propter ipsum electum est. Tertium autem medium habet rationem finis remoti respectu primi medii, et sic potest per plures fines magis vel minus remotos procedi donee sistatur in ultimo, quod sem­ per necessarium est, cum non possit in in­ finitum procedi. Atque ita satis constat ilia divisio quantum ad expositionem terminorum pertinet; nonnullae vero quaestiones quae ex ilia oriuntur, in discursu disputationis tractabuntur commodius, praesertim duae, scilicet, an media participent aliquo modo causalitatem finis, et an necesse sit constituere aliquem finem ultimum, ubi

edam varias accepdones finis ultimi declarabimus, et an habeat propriam et per se cau­ salitatem quatenus finis ultimus est seu remotus. SECTIO III QUOS EFFECTUS HABEAT CAUSA FINAX.IS

1. Priusquam de ratione causandi finis dicamus, agendum videtur de effectibus eius, ut ab iis quae nobis notíora sunt procedamus. Et quoniam, ut supra dixi, mine consideramus finalem causam respectu volun- . tads creatae, per quam agenda intellectualia operantur propter finem, duplices effectus huius causae considerare possumus : quidam, sunt intra ipsam voluntatem, et sunt actus vel affectus ab illa eliciti ; alii sunt extra . voluntatem, et sunt effectus qui extra ipsam prodeunt ex efficacitate vel imperio seu motione ipsius per proprios actus eius. 2. Est igitur imprimis certum causam fi­ nalem, prout nunc illam consideramus, per , se primo ac maxime causare aliquem actum

Disputación X X III.— Sección III

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o afecto en la v o lu n ta d m ism a. E sto e stá adm itido p o r el consentim iento de todos, y p u ede m o strarse suficientem ente con las razones con las q u e en la sec­ ción 1 .a m ostrarnos q u e se d a causa fin al; p u es nosotros llegam os al conocim iento de las causas m ed ian te los efecto s; ah o ra bien, m ed ian te n in g u n o s efectos- co­ nocem os tan b ie n la causalidad del fin com o p o r m ed io d e los q u e tiene sobre la v o lu n ta d h u m an a, a la cual atrae con su m oción m etafórica p a ra que le am e y le b u sq u e p o r los m edios convenientes, h a sta q u e lo consiga y descanse en él.

Primera dificultad, acerca de la causalidad del fin sobre los actos internos de la voluntad 3. P ero la d ific u lta d está en si todos lo s actos q u e in terv ien en en este p ro ­ ceso em an a n del fin com o de causa p ro p ia e n su g énero, o si no son todos, sino algunos d e ellos, y cuáles son. P a ra p ercib ir la razó n d e la dificultad es p re c iso d is tin g u ir varios actos q u e intervienen en esta cuestión. U nos tien d en d ire c ta ­ m en te al fin , ya sea en sí absolutam ente, com o la sim ple v o lu n ta d o am or de él, y a e n cuanto se h a d e conseguir p o r los m edios, com o la inten ció n , y estos actos p re c e d e n n o sólo a la consecución del fin , sino tam b ién a la elección de los m edios. H a y otros actos que próxim am ente versan so b re los m edios, a u n q u e p o r ra z ó n d el fin, y d e esta clase p ro p iam en te es la elección, a la q u e p re c e d e la delib eració n e in q u isició n de los m edios, la cual en cu a n to es necesaria o ú til para in v estig ar el fin , se re d u c e a los m edios, y e n c u a n to es v oluntaria, cae en cierto m o d o bajo la elección o se red u ce a ella. Y e sta s dos clases de actos se dice q u e p erte n e c e n al o rd e n de la intención, p o rq u e p re c e d e n no sólo a la c o n ­ secución del fin , sino tam b ién a la ejecución de los m edios. E n cam bio, d e s­ p ués d e l ord en de in ten ció n sigue el ord en de ejecución, e n el cual de m odo se­ m ejante p u eden, d istin g u irse o tras dos clases de a c to s : p u e s unos se ocupan d e la ejecución de los m edios, m ed ian te el uso de ellos q u e llam an activo. O tro s se o c u p a n d el fin , e n cu a n to ya logrado y poseído, a sab er, la fru ició n o gozo, el cual se llam a ta m b ié n descanso del ánim o, y en d ic h o estado p u e d e ta m b ié n d u ra r el am or.

vel ut consequendum per media, sicut intentio, et hi actus antecedunt non solum consecutionem finis, sed etiam electionem mediorum. Alii sunt actus qui proxime versantur circa media, quamvis ratione finis, et huiusmodi proprie est electio, quam antecedit consullatio et inquisitio mediorum, quae, quatenus ad inquirendum finem ne­ cessaria est vel utilis, ad media reducitur, et quatenus voluntaria est, sub electionem quodammodo cadit vel ad illam revocatur. Et haec duo genera actmim dicuntur pertinere ad ordinem intentionis, quia non so­ Prima difficultas, de causalitate finis circa lum finis consecutionem, sed etiam exsecuinternos actus voluntatis tionem mediorum antecedunt. Post ordinem 3. Difficultas vero est an omnes actus vero intentionis sequitur ordo exsecutionis, qui in hoc progressu interveniunt, sint a in quo similiter possunt duo alia genera acfine ut a propria causa in suo genere, an tuum distingui: quidam enim versantur cir­ Vero non omnes, sed aliqui corum, et qui- ca mediorum exsecutionem, per usum eorum nam illi sint. U t autem percipiatur ratio dif- quem activum vocant. Alii versantur circa ficultatis, distinguere oportet plures actus finem ut iam consecutum et possessum, sci­ qui in hoc negotio interveniunt. Quidam licet, fruitio vel gaudium, quod etiam quies tendunt directe in finem, vel secundum se animi dicitur, et in eo statu potest etiam absolute, ut simplex voluntas eius seu amor, durare amor.

vel affectum in volúntate ipsa. Hoc est receptum omnium consensu, satisque ostendi potest rationibus quibus in sect. 1 ostcndimus dari causam finalem; nos enim per effectus in causarum cognitionem pervenimus; per nullos autem effectus ita cognoscimus causalitatem finis sicut per eos quos habet circa humanam voluntatem, quam sua metaphorica motione allicit ut et ipsum amet et per convenientia media quaerat, do­ ñee ilium consequatur et in eo quiescat.

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4. E x iste, p o r consiguiente, acerca d e estos actos u n a p rim e ra d ificu ltad general, p o rq u e el fin sólo es causa d e los m e d io s; ahora b ie n , n in g u n o de estos actos es v erd ad era y p ro p iam en te m edio p a ra o b ten er el f in ; p o r consiguiente, n in g u n o de ellos es causado por el fin . L a m ay o r es ciara p o r la definición d el fin ; e n efecto, es aquello p o r cuyo m otivo se hace algo, lo c u a l p ro p iam en te conviene sólo a los m edios. A dem ás, se d a u n a especial y m ay o r dificultad acerca d e los actos q u e se o c u p a n del fin ; p u es éstos d e n in g ú n m odo existen p o r cau sa del f i n ; p o r consiguiente, n o son efectos d e l fin . E l an tec ed en te es claro, p o rq u e es p o r causa del fin aquello q u e p ro c e d e d e l am or o in ten ció n d el fin ; p u e s aquel ser por causa de dice ordenación al fin n acid a d e alg ú n acto an te­ r i o r ; ahora b ie n , la in te n c ió n del fin no n ace d e o tra inten ció n , n i el am or del am o r, p u es d e lo co n trario se d aría u n proceso h a sta e l in fin ito ; p o r consiguien­ te . P or lo cu al, com o el asen tim ien to d e la conclusión viene d e los principios, p e ro el asentim iento d e l p rin cip io n o viene d e l prin cip io , asi la v o luntad d el m ed io p u ed e n a c e r del fin y p o r causa del f i n ; en cam bio, la volu n tad d el fin n o así. E n te rc e r lu g ar se au m en ta la dificultad en los actos q u e versan sobre el fin y a co n seg u id o ; p u es el fin n o causa desp u és q u e h a sido alcanzado, ya q u e su causalidad consiste en la m o c ió n ; ah o ra bien, conseguido el fin descan­ sa ya el án im o ; por ta n to , cesa to d a m o c ió n ; luego ta m b ié n la causalidad del fin . P or lo cual A ristóteles, en e l I De Generat, tcx t. 55, dice que, alcanzado e l fin , cesa la acción, y q u e al cesar la acción, cesa tam b ién la causalidad d e l fin, p o rq u e d o n d e n o h a y causa eficiente, tam p o co p u ede h ab erla final, com o d es­ p u é s enseñarem os.

Resolución de la primera dificultad 5. P a ra q u e em pecem os p o r lo m ás claro h ay q u e d ecir en p rim e r lugar q u e el u so o ejecución de los m edios esencial y p ro p iam en te es efecto d e la cau­ sa final. A cerca d e e sta conclusión n o h a y n in g u n a controversia n i m otivo de d u d a , p o rq u e este acto n o sólo p rocede d e l afecto e in ten ció n d e l fin, sino que ta m b ién p u e d e llam arse v erd ad era y p ro p iam en te m edio p a ra el fin . P o rq u e a u n ­ q u e con el n o m b re d e uso y ejecución d el fin n o en tendam os a q u í sólo el uso o ejecución externa, sino tam b ién el acto in te rn o con el q u e la v o luntad aplica los

4. Est ergo Circa hos actus prima generalis difficultas, quia finis solum est causa mediorum; nullus autem ex his actibus est vere ac proprie medium .''t finem obtinendum; ergo nullus eorum isatur a fine. Maior constat ex definitione .mis; est enim id cuius gratia aliquid fit, quod solis mediis proprie convenit. Deinde est specialis et ma­ ior difficultas de actibus qui versantur circa finem; nam illi nullo modo sunt propter finem; ergo non sunt .effectus finis. Antece­ dei« patet, quia illud est_ propter finem quod procedit ex amore vel intentione finis; nam illud esse propter dicit ordinationem ad finem ortam ex aliquo priori actu; sed intendo finis non oritur ex alia intentione, nec amor ex amore, alioqui esset processus in infinitum; ergo. Unde, sicut assensus conclusions est ex principiis, assensus autem principii non est ex principio, ita vo­ luntas medii potest esse ex fine et propter finem; voluntas autem finis non ita. Tertio, augetur difficultas in iis acribus qui versan-

lur circa finem iam consecutum; nam finis non causai postquam comparatus est; consistit enim eius causalitas in motione; consecuto autem fine iam quiescit animus; ces­ sar ergo omnis modo; ergo et causalitas fi­ nis. Unde Aristóteles, I de Generar, text. 55, dicit adepto fine cessare acdonem; ces­ sante autem actione edam cessat causalitas finis, quia ubi non est causa efficiens, nec finalls esse potest, ut infra docebimus. Primae difficultatis resolutio 5. U t a clarioribus incipiamus, dicendum primo est usum seu exsecutionem mediorum per se ac proprie esse effectual causae finalis. De hac conclusione nulla est controver­ sia nec dubitandi ratio, quia hie actus non solum procedit ex affectu et intentione finis, sed edam vere ac proprie dici potest me­ dium ad finem. Quia, licet nomine usus et exsecutionis finis hic non intelligamus solum externum usum vcl exsecutionem, sed edam internum actum quo voluntas applicai mem-

Disputación X X III.— Sección III

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m iem bros o in stru m en to s p a ra p o n e r en ejecución el m edio, sin em bargo, to d a aquella acción, en cuanto incluye tanto el acto im p e ra n te com o el im perado, se dice verdadera y p ro p iam en te q u e es u n m ed io p a ra el fin ; p o r consiguiente, es ta m b ié n con to d a p ro p ie d a d efecto del fin. Y se confirm a, p o rq u e la elección es acerca d e los m ed io s; p e ro cuando lo s m edios son tales q u e d eb en ejercerse p o r el uso activo de la v o lu n tad , ta m b ié n e l m ism o u so activo cae bajo la elec­ c ió n ; p u e s se elige com o m edio toda aq u ella acción h u m a n a q u e se com pone del acto in tern o y d el e x te rn o ; p o r consiguiente, ta m b ié n el acto in tern o d e la vo lu n tad , con el q u e p ró x im am en te se h ace la ejecución del m edio externo, tiene ra z ó n de m edio p a ra el fin ; p o r consiguiente, es tam b ién efecto d el m is­ m o fin. 6. D ig o en seg u n d o lu g a r: la elección d e ios m ed io s v erd ad era y p ro p ia ­ m e n te es efecto d e la causa final. S e 'p ru e b a e n p rim e r lu g a r p o rq u e aq u el acto es con to d a p ro p ied ad p o r causa del fin ; ahora bien, con estas palabras se ex­ p resa, sobre todo, la causalidad fin al; p o r consiguiente, aquel acto proviene d e la causalidad del fin. E n segundo lugar, aq u el acto p ro c e d e d e la intención del fin y d e la razón q u e o rd e n a el m edio al fin ; ahora b ie n , en esto parece q u e consiste, sobre to d o , la causalidad d el fin ; p o r consiguiente. E n tercer lu g ar, ta l acto d ep en d e esencialm ente d el fin , p o rq u e n o versaría acerca d e los m edios, sino p o r ra z ó n del f in ; m ás todavía, los m ism os m edios elegidos no son efectos del fin sino p o r m edio d e la elección; p o r consiguiente, m ucho m ás necesario es q u e la m ism a elección sea efecto del fin. Y estas razones confirm an casi d e m odo igual la aserción p reced en te. 7. N i contra estas aserciones es u n o bstáculo la p rim e ra razó n de d u d a p ro ­ p u e sta al principio. E n p rim e r lu g a r p o rq u e n o sólo los m edios existen p o r causa d e l fin , sino cu alq u ier cosa q u e dep en d e esencialm ente d e l fin y procede d e su am or. A dem ás, p o rq u e la m ism a elección p u e d e llam arse, sin grave inconve­ n ien te, m edio p a ra el fin . E sto p u e d e ex p licarse a base d e lo q u e dijim os a n te ­ rio rm e n te al tra ta r de la p o ten cia fo rm alm en te lib re, a saber, q u e el acto p ro ­ d u c id o p o r ella es in trín secam en te v o lu n tario o q u erid o p o r m odo d e a cto ; p o r consiguiente, la m ism a elección, al ser u n acto p ro d u c id o p o r la voluntad, es tam b ién q u erid a in trín se c a m e n te ; p e ro n o es q u erid a sino p o r causa del fin q u e se h a d e conseguir, p o rq u e com o la cosa q u e es elegida, es elegida p o r causa del

bra vel instrumenta ad exsequendum me­ dium, tamen tota illa actio, ut includit tam imperantem actum quam imperatum, vere ac proprie dicitur esse medium ad finem; ergo est etiam propriissime effectus finis. Et confirmatur, nam electio est de mediis; quando vero media talia sunt ut per usum activum voluntatis exerceri debeant, etiam ipse usus activus sub electionem cadit; nam eligitur ut medium tota illa actio humana quae ex interno et externo actu coalescit; ergo etiam actus internus voluntatis, quo proxime fit exsecutio externi medii, habet ratiooem medii ad finem; ergo est etiam effectus ipsius finis. 6. Dico secundo: electio mediorum vere ac proprie est effectus causae finalis. Probatur primo, quia file actus est propriissime propter finem; sed per haec verba maxime declarator causalitas finis; ergo file actus est ex causalità te finis. Secundo, file actus procedit ex intentione finis et ex ratione or­ dinante medium ad finem; sed in his vide-

tur putissimum consistere causalitas finis; ergo. Tertio, tabs actus pendet essentialiter ex fine, quia non versaretor circa media nisi ratione finis; quin potius ipsa media electa non sunt effectus finis nisi media electione; ergo multo magis necesse est ut ipsamet electio sit effectus finis. Et hae rationes ae­ que fere confirmant praecedentem assertionem. 7. Neque contra has assertions obstat prima ratio dubitandi in principio posila. Primo, quia non tantum media sunt prop­ ter finem, sed quidquid a fine essentialiter pendet et ex illius amore procedit. Deinde quia ipsamet electio non incongrue dici pot­ est medium ad finero. Quod potest explicari ex iis auae supra diximus tractando de potentia formaliter libera, quod, nimirum, ac­ tus ab ea elicitos est intrinsece voluntarius seu volitus per modum actus; ipsa ergo electio, cum sit actos elicitos a voluntate, est etiam intrinsece volita; non est autem volita nisi propter consequendum finem, 46

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Disputaciones metafísicas

fin , así la m ism a elección es ejercida por causa del fin. A la m an era com o el q u e elige la lim osna p a ra satisfacer p o r los pecados, n o sólo refiere a dicho fin la m ism a lim osna q u e elige, sino tam b ién la m ism a volición p o r la que elige a aq u élla; p u e s p a ra d ic h o fin es necesaria ta l elección, y en ella se encuentra esa bondad y u tilid ad q u e se da en el m edio escogido p a ra el fin q u e se p re te n ­ de. Y se confirm a en p rim e r lu g a r p o rq u e la deliberación es d e los m edios para u n fin, y si sucede q u e la voluntad con u n acto directo y form al q u iere deliberar, lo cual o cu rre con frecuencia, aquella volición en realid ad es d el m ism o m edio p a ra el fin, p o rq u e n o p o r otro m otivo q u iere u n o d eliberar, sino p a ra q u e se p re p a re el cam ino p a ra o b te n e r u n fin ; p o r consiguiente, d e m o d o sem ejante, si con u n a volu n tad p ro p ia y refleja q u isiera eleg ir a q u í y ahora, com o tam bién p u e d e , con aq u el acto q u iere la elección com o u n cierto m edio, p o rq u e tam bién la quiere p o r causa d e u n fin , com o la d e lib eració n ; p o r consiguiente, incluso c u an d o no h a g a esto c o n u n acto d istin to y reflejo, la m ism a elección, en el m o d o e n q u e es in trín secam en te q u erid a, e s in trín secam en te u n cierto m edio p a ra el fin, p o r razón d e l cual h a sido q u e rid a ; es, p o r consiguiente, verdadera y p ro p iam en te efecto d e l fin. 8. D igo en te rc e r lu g a r: los actos q u e se refieren al fin m ism o y p re ­ ced en o p u e d e n p re c e d e r en el ord en d e la in ten ció n a su consecución, son v erd ad era y p ro p ia m e n te efectos del fin. A cerca de esta conclusión encuentro alguna diversidad e n tre los au to re s; p u es algunos la ad m iten acerca del acto de in ten ció n o d e deseo, p e ro n o d el p rim e r acto d e a m o r o d e sim ple voluntad. Y la ra z ó n p u e d e e sta r e n q u e e l deseo o la in ten ció n suponen el am or d el fin y p roceden d e él, y p o r ello p u e d e n ser causados p o r el fin m ed ian te el am or de sí, y con to d a p ro p ie d a d se d iría q u e son p o r causa d el fin , o p o r m otivo deí fin , y p o r ello p u e d e n se r efectos del fin. E n cam bio, e l am or n o supone otro acto, o am or del fin d el cu al p ro ced a, y p o r ello n o nace d el am o r d el fin ; n i tam ­ poco existe fo rm alm en te p o r causa d el fin , cu a n to d e p en d e de la dirección de la m ism a v o lu n ta d ; p o r consiguiente, n o es efecto d el fin e n e l género de causa fin al, sino sólo e n el gén ero d e objeto, eficien te o especificativo, según las va­ rias opiniones. Y esta sen ten cia p arece te n erla el F erra rie n se , I cont. Gent., c. 75 ;

quia, sicut res quae eligitur, propter finem eligitur, ita ipsamet electro propter finem exercetur. Ut qui eligit eleemosynam ad sa­ tisfaciendum pro peccatis, non solum refert in eum finem ipsam eleen:'»«vnam quam eli­ git, sed etiam ipsam voliti, un qua illam eligit; nam ad eum finem necessaria est ilia electio, et in ea reperitur ea bonitas et utilitas quae invenitur in medio ad finem in­ tentimi comparato. Et confirmatur primo, nam consultano est mediorum ad finem, et si contingat voluntatem actu directo et for­ mali velie consultare, quod saepe accidit, 31a volino revera est eiusdem medii ad fi­ nem, quia non ob aliud vult quis consul­ tare, nisi ut paret sibi viam ad finem obtinendum; ergo similiter, si voluntate propria ei reflexa velit hic et nunc eligere, ut etiam potest, ilio actu vult electionem ut quoddam medium, quia edam vult illam propter finem, sicut consultationem ; ergo etiam quando hoc non faciat distincto actu et reflexo, ipsamet electio, eo modo quo est in­ trinseco volita, intrinsece est quoddam me-

dium ad finem, ratione cuius volita est; est ergo vere ac proprie effectus finis. 8. Dico tertio; actus qui versantur circa finem ipsum, et antecedunt vel antecedere possunt ordine intentionis consecutionem eius, sunt vere et proprie effectus finis. Cir­ ca hanc conclusionem inverno nonnullam diversitatem inter auctores; quidam enim eam admittunt de actu intentionis vel desi­ deri!, non vero de primo actu amoris seu simplicis voluntatis. Et ratio esse potest quia desiderium vel intentio supponunt amorem finis et ab eo procedunt, et ideo possunt causan a fine medio amore sui, et propriissime dicentur esse propter finem vel gratia finis, et ideo esse possunt effectus finis. Amor autem non supponit alium actum vel amorem finis a quo proccdat, et ideo non est ex amore finis; nec etiam est formaliter propter finem, quantum est ex directione ipsius voluntatis ; non est ergo effectus finis. in genere causae finalis, sed solum in ge­ nere obiecti, efficientis vel specificantis, iuxta varias opiniones. Et hanc sententiam vi-

D is p u ta c ió n X X I I I .— S e c c ió n III

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p u es dice que aunque la cosa q u e es fin p u e d a ser am ad a n o o rd en an d o n a d a a ella, con todo no ejerce la causalidad 'de fin hasta q u e algo sea am ado p o r causa d e ella, y se fu n d a en las palabras de Santo T o m á s, q u e dice allí que la causalidad del Sn consiste en esto, que p o r causa de él son deseadas otras cosas. C on todo, allí Santo T om ás n o dice que ésta sea la ad ecu ad a causalidad del fin , sino q u e esto perten ece a la causalidad del fin . O tro s, en cam bio, acerca d e todos estos actos ad m iten la conclusión, p e ro con c ie rta m oderación, a sab er, q u e estos actos sean en realidad efectos d e l fin, p e ro n o con ta n ta p ro p ie ­ dad o con tanta perfección com o los anteriores, lo cual p u e d e tom arse d e G ab riel, In II, dist. 38, notab; 2 ; y d e G regorio, a q u ie n él m ism o c ita allí, a. 1 . 9. O tros, en cam bio, afirm an absolutam ente que el fin es p ro p iam en te la cau sa final de estos actos, com o E n riq u e , Summa, I I p ., a. 4 6 , q . 6 . Y en este se n tid o está establecida la aserción, q u e tom o p a ra m í de S an to T o m á s, I-U , q . 1, a. 1, d o nde dice absolutam ente q u e todos los actos hu m an o s e x isten p o r causa d e u n fin, y consiguientem ente son efectos de u n f i n ; p u es estas dos cosas se c o n ­ vierten, com o existir p o r u n agente y ser efecto de u n agente, co m p ren d ien d o bajo el efecto a la acción m ism a. P ero, en cam bio, estos actos de que ahora tra ­ tam os son v erd aderam ente actos h u m a n o s; p u es p ro ced en del h o m b re en c u a n to es ra c io n a l; m ás aún, incluso son libres, al m enos p a ra e l estado de esta vida, como antes se pro b ó en la D isp . X V III, s. 3 ; p o r consiguiente. 10. Y con esto p u e d e establecerse la p rim e ra ra z ó n ; p u es el h o m b re , en cuanto ejerce estas acciones, incluso el p rim e r am or del fin , opera p o r causa d el fin, y n o opera com o m ovido p o r o tro hacia el fin, sino com o m ovido p ró x im a e in m ediatam ente p o r el fin m ism o, según su p ro p ia y fo rm a l ra z ó n ; p o r consi­ guiente, estos actos existen p o r causa del fin, com o causados p o r la p ro p ia m o­ ción d e l fin en cu an to es fin ; p o r consiguiente, son efectos d e l fin en cu an to causa finalm ente. L as consecuencias son evidentes, p o rq u e la causalidad m ás propia d el fin es p o r d ic h a m oción. L a m ayor es ta m b ié n ev id en te, p o rq u e aq u e­ lla acción n o se hace al azar y casualm ente, sino q u e tie n d e de p ro p ó sito a u n fin d efin id o . L a m e n o r es ta m b ién b a sta n te clara, p o rq u e e n cu alq u iera d e d i-

detur tenere Ferrariensis, I cont. Gent., c. 75 ; dicit enim, licet res quae est finis amari possit nihil ad ipsam ordinando, ta­ rnen non exercere causalitatem finis donec aliquid propter ipsam ametur, et fundatur in verbis D. Thomae ibi dicentis causalitatcm finis in hoc consistere, quod propter ipsum alia desiderantur. Tarnen ibi D . Tho­ mas non dicit hanc esse adaequatam causa­ litatem finis, sed pertinere hoc ad causali­ tatem finis. Alii vero de omnibus his actibus conclusionem admittunt, cum quadam tarnen moderatione, scilicet, quod hi actus revera sint effectus finis, non tarnen ita pro­ prie aut non ita perfecte sicut priores, quod sumi potest ex Gabr., In II, dist. 38, no­ tab. 2 ; et Gregorio, quem ipse citat ibi, a. 1. 9. Alii nihilommus simpliciter alfirmant finem esse proprie finalem causam horum actuum, ut Henric., I I p. Summae, a. 46, q. 6. E t in hoc sensu posita est assertio, quam mihi sumo ex D . Thoma, I-II, q. I, a. I, ubi simpliciter ait omnes actus humanos esse propter finem et consequenter esse

effectus finis; nam haec duo convemmtur, sicut esse ab agente et esse effectum agentis, comprehendendo sub effectu actionem ipsam. At vero hi actus de quibus nunc agimus sunt vere actus humani; nam proce­ dimi ab homine ut rationalis est; immo etiam sunt liberi saltern pro statu huius vi­ tae, ut supra, disp. X V III, sect. 3, probatum est; ergo. 10. Atque hinc confici potest prima ra­ tio; nam homo quatenus exercet has actiones, etiam primum amorem finis, operatur propter finem, et non operatur ut ab alio motus in finem, sed ut proxime et imme­ diate motus ab ipso fine, secundum propriam et formalem rationem eius; ergo hi actus sunt propter finem, ut causati ex propria motione finis ut finis e st; ergo sunt effectus fi­ nis ut finaliter causantis. Consequentiae sunt evidentes, quia causalitas finis propriissima est per dictam motionem. Maior etiam patet, quia illa actio non temere et casu fit, sed ad definitum scopum ex instituto tendit; hinc autem colligimus actionem aliquam es­ se propter finem. M inor etiam est saris cia-

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D is p u ta c io n e s m e ta f ís ic a s

. chos actos el hom bre o p e ra atraíd o y a rrastrad o p o r el fin conocido, n o de cual­ q u ie r m an era, sino e n cu an to e s u n cierto b ie n estim able p o r causa d e sí, q u e es u n a cierta disposición y razó n form al d e l fin, y p o r v irtu d de este co­ nocim iento el hom bre op era d e ta l m anera e n dich a acción q u e él m ism o se di­ rig e y se m ueve hacia tal fin y hacia su fo rm a l b ondad. Y esta ra z ó n se tom a d e S anto T o m ás, en el refe rid o a. 1, d o nde n o de o tra m anera p ru e b a q u e el acto h um ano existe p o r causa d el fin sino p o rq u e nace d e l objeto d e la volun­ ta d bajo la razón d e fin , es d ecir, en cuanto ejerce la p ro p ia causalidad fin a l; y e n II I cont. Geni., c. 2 , ra z ó n 5, se expresa a s í: Acerca de los agentes intelec­

tuales no hay duda de que obran por causa de un fin, pues obran concibiendo previamente mediante el entendimiento aquello que consiguen mediante la ac­ ción, y obran desde tal preconcepción. Y estas palabras p u e d e n aplicarse tam ­ b ié n al sim p le am or d e l m ism o fin. 11. E n segundo lu g a r se explica esto m ás am pliam ente en e l m ism o am or; p u es p u e d e considerarse d o b le m e n te : p rim e ro , en cu a n to tien d e directam ente a l o b je to ; segundo, e n cuanto vuelve so b re sí m ism o con reflexión v irtual, es d ecir, d el m ism o m o d o q u e d ecía antes q u e tales actos era n in trín secam en te vo­ luntarios. S egún la p rim e ra consideración es causado p o r la b o n d a d d e l objeto, e n cuanto es conocida y m ueve al apetito a am ar ta l cosa p o r cau sa d e su bon­ d a d , y así es verd ad eram en te causado p o r e l o b jeto com o p o r su fin, no cierta­ m e n te com o p o r u n fin extrínseco a la cosa q u e rid a , sino com o p o r u n fin propio e in trín seco d el m ism o acto de am or, q u e tie n d e hacia él. Y p o r el m ism o mo­ tiv o se d ice v erd ad era y p ro p iam en te q u e ta l acto es p o r causa d e l fin, no como p o r causa d e u n a ex trín sec a ra z ó n d el q u e re r, sino p o rq u e es p o r causa de su b o n d ad in trín seca y p o r la p ro p ia m oción d e la m ism a. E n lo cu al (digan otros lo que quieran) es la m ism a la ra z ó n d el a m o r y d e la incención; p u es tam poco la intención es p o r causa d e u n fin que sea la razó n extrínseca d e q u erer, sino p o rq u e tien d e al fin p o r causa d e sí m ism o y p o r causa de su in trín seca bondad; y aquella diferencia, q u e la in ten ció n su p o n g a u n acto de am or an te rio r, en nada se refiere al caso p resen te, com o explicarem os en seguida. F inalm ente, por el com ún m o d o d e h a b la r consta q u e verd ad era y p ro p iam en te se dice que nos­ otros am am os el fin p o r causa d e si m ism o, o p o r causa de su b o n d a d ; p ues así ra, quia in quolibet illorum actuum homo operatur iUectus et attractus a fine cognito, non utcumque, sed quatenus est bonum quoddam propter se diligibile, quae est pro­ pria quaedam habitudo et formalis ratio fi­ nis, et ex vi huius cognitionis homo ita ope­ ratur in ea actione ut ipst ~ ipsum dirigat et moveat in talem finem t in formaient bonitatem eius. Atque haec ratio sumitur ex D . Thoma, dicto a. 1, ubi non aliter probat actum humanum esse propter finem nisi quia est ab obiecto voluntatis sub ratione finis, id est, ut exercet propriam causalitatem finis; et III com. G ent, c. 2, ratio­ ne 5; sic àit: De agentibus per intellectum

sum cadit, eo, videlicet, modo quo supra dicebam huiusmodi actus esse intrinsece vo­ luntaries. Priori consideratione causatur a bonitate obiecti, ut cognita et movente appetitum ad amandum talem rem propter bonitatem suam, et ita vere causatur ab ob­ iecto ut a fine, non quidem ut a fine extrinseco rei volitae, sed ut a fine proprio et intrinseco ipsiusmet actus amoris, qui in ilium tendit. Atque ob eamdem rationem dicitur vere ac proprie talis actus esse prop­ ter finem, non tamquam propter extrinsecam rationem volendi, sed quia est propter intrinsecam bonitatem eius, et ex propria eius motione. In quo (quidquid alii dicant) • non est dubium quin agent propter finem, eadem est ratio amoris et intentionis; nani agunt enim praeconcipientes per intellectum etiam intendo non est propter finem qui sit id quod per actionem consequuntur, et ex estrinseca ratio volendi, sed quia tendit in tali praeconceptione agunt. Haec autem ver­ finem propter seipsum et propter intrinse­ ba applicari possunt etiam ad simplicem cam bonitatem eius; illa autem differentia, quod intendo supponat priorem actum amo­ amorem ipsius finis. 11. Secundo, hoc amplius declaratur in ris, nihil ad rem praesentem refert, ut sta­ tina declarabimus. Tandem ex communi dio; ipso amore; potest enim dupliciter consi­ do loquendi constat vere ac proprie dia deran: primo, ut directe tendit in obiecamare nos finem propter seipsum, vel proptum; secundo, ut reflexione virtuali in seip-

D is p u ta c ió n X X I I I .— S e c c ió n I I I

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am am os a D io s ; y estas p artícu las, por cansa de, atribuidas al fin con propiedad, declaran su causalidad; p o r consiguiente, estas locuciones son verdaderas p o r la causalidad del fin sobre tal acto. P o r ello, tam bién p o r este m otivo, cuando am am os a D ios sobre todas las cosas se dice q u e le am am os com o a últim o fin, porque e n realid ad ejerce sobre n u e stro am or la causalidad p ro p ia del ú ltim o f i n , .y ta l acto n o tien d e a otro fin, n i es excitado sino p o r la b o n d a d su p rem a de tal fin , p ro p u e sta a la v o lu n tad m ism a. 12. T a m b ié n según la ú ltim a consideración, que in clu y e la reflexión v ír- • tual, consta clarísim am ente q u e tal acto existe p o r causa d el fin , po rq u e a u n cuando p u e d a ser am ado p o r causa del bien h o n esto que posee (lo cual n o está fuera d e la razón d e causa fin al), con todo e n realid ad es am ado p o r causa d e l objeto al q u e tien d e d irectam en te com o p o r causa de u n fin , casi del m ism o m o d o que decíam os antes acerca de la elección. A u n q u e en la elección aparezca m ás cierta ra z ó n de m edio p a ra el fin q u e e n el am or, p o rq u e el am or no se o r­ dena tan to a la consecución del fin com o la elección. E n lo cual tam bién p a­ rece q u e h a y u n a cierta d iferencia e n tre el deseo o in ten ció n y el am o r del fin ; pues el deseo, com o p o r p ro p ia ra z ó n supone la carencia d el fin conseguido, es de alguna m an era m edio p a ra conseguirlo, m ás todavía, es com o u n a cierta : incoación d e su b ú sq u ed a, lo cual, con la m ism a o m ay o r razón, es verdaderoacerca de la in te n c ió n ; p e ro el am or p o r su razó n no supone la carencia d e con­ secución d el fin, y p o r esta p a rte p u ede p artic ip a r m enos d e la ra z ó n d e m edio. Pero esta diferencia e n n ad a e sto rb a p a ra que el m ism o am o r sea v erd ad era­ m ente causado p o r el fin , p o rq u e, com o decía antes, esta cau salid ad n o se lim ita, a solos los m edios, sino q u e se e x tien d e a todo acto q u e e x ista v erd ad eram en te por causa d e l fin y p o r la m oción p ro p ia d e él. T a n to m á s cu an to q u e tam b ién el am or, cu an d o p reced e a la consecución d el fin, e n c u a n to estim ula y m ueve para b uscarlo, p u ede decirse m edio útilísim o p a ra conseguirlo. A ñado fin alm en te que el am or p o r su razó n , p re scin d ie n d o d e este o e l o tro esta d o del am an te, tiende al fin para u n ir y ju n ta r a él al a m a n te ; p o r lo cu al, e n cu an to el m ism o amor v irtu a l o form alm ente e s am ado, es am a d o p o r cau sa d e este fin ; p o r

ter bonitatem suam, sic enim amamus Deum; haec autem partícula p r o p te r , attributa finí cum proprietate, declarat causalitatem eius; ergo hae locutiones verae sisnt propter causalitatem finis circa talem actum. Unde hac etiam ratione, cum Deum super omnia amamus, dicimur ilium amare ut ultimum finem, quia revera exercet circa nostrum amorem propriam causalitatem ultimi finis, et talis actus non in alium finem tendit, ñeque excitatur nisi a suprema bonitate talis finis, ipsi voluntad proposita. 12. Posteriori etiam consideratione virtualem reflexionen! includente, apertissime constat talem actum esse propter finem, quia etsi amari possit propter suam honestatem (quod non est extra rationem causandi finalem). tamen reverá amatur propter obiectum in quod directe tendit tamquam propter fi­ nan, eo fere modo quo supra de electione dicebamus. Quamvis in electione magis appareat quaedam ratio medii ad finem quam in amore, quia amor non ita ordinatur ad consequendum finem sicut electio. In quo etiam videtur esse nonnulla differentia inter

desiderium seu intentionem et amorem finis; . nam desiderium, cum ex sua ratione supponat carentiam finis consecuti, est aliquo modo medium ad consequendum ilium, immo est veluti quaedam inchoatio inquisitionis eius, quod eadem vel maiori ratione verum est de intentione; amor vero ex ratione sua non supponit carentiam consecutionis finis, et ex hac parte minus participate potest ra- . tionem medii. Sed haec differentia nihil obstat quominus ipse amor sit vere causatus a fine, quia, ut supra dicebam, haec causalitas non limitatur ad sola media, sed extenditur ad omnem actum qui vere sit , propter finem et ex propria eius moticne. Eo vel maxime quod etiam amor quando antecedit consecutionem finis, quatenus excitat et movet ad ilium inquirendum, potest d id utilissimum medium ad consequendum ilium. Addo denique amorem ex ratione sua abstrahendo ab hoc vel illo statu amantis tendere ad finem, ut illi uniat et coniungat amantem; unde quatenus ipsemet amor virtualiter aut formaliter amatur, propter hunc , finem amatur; ergo propter finem quern pro

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D is p u ta c io n e s m e ta fís ic a s

ta n to , es am ado por causa del fin q u e tiene com o o b je to ; p o r ta n to , es causado p o r el m ism o fin. 13. L o cu al p u ed e m u y bien confirm arse con la d o c trin a de S anto T o m ás, In IV, .dist. 4 9 , q. 1, a. 1, q u aestiu n c. 2, d o n d e d ic e : como el objeto de la volun­

tad es el fin, esto mismo,' que es querer, y cualquier otro acto de voluntad no es otra cosa que ordenarse algo a un fin, y por ello necesariamente supone algún fin objetivo al cual se ordene. P u e d e tam bién añadirse, tom ándolo d e C apréolo, In I, dist. 1, q . 1, ad 1 co n tra 3 conclus., q u e este am or, p o rq u e precede a la consecución d el fin, se o rd e n a com o a fin a la consecución y fruición de la m ism a cosa am ada, y d e este m odo p u e d e ser ta m b ié n efecto de la causa final. Y e n el decu rso de dicho artículo y de la solución d e los argum entos, dice y acum ula m u ch as cosas to m ad as de la doctrina de S an to T o m á s q u e pueden ayu­ d a r a confirm ar esta o p in ió n . F in alm en te, ta m b ié n este am or p u e d e ordenarse al m ism o am ante, com o a fin para que, en cu a n to q u e le perfecciona y le une d e algún m o d o a su fin o b je tiv o ; luego ta m b ié n en este aspecto p u ede ser e fecto de la causa final. 14 . D igo en cuarto lu g a r : los actos d e la v o lu n tad q u e versan acerca del fin y a conseguido, p u e d e n y d e b e n tam b ién co n tarse e n tre los efectos de la causa fin a l. Se p ru e b a , p o rq u e d ich o s actos sólo p u e d e n ser o am or, o gozo, acerca de ¡os cuales se d iscu te si son actos d istin to s, e n cuanto versan sobre el fin ya alcanzado, lo cual tra ta e x p resam en te C apréolo en el lu g a r c ita d o ; ahora h a­ blem o s d e ellos com o si fu e ra n distintos, ya difieran realm en te o p o r la razón. P o r tan to , el acto de a m o r en cu an to tal es d e la m ism a n a tu raleza cuando se re fie re a u n fin q u e es am ado p o r sí, sea q u e dicho fin esté ya poseído o que n o ; p o r co n siguiente, si e l am or en sí, o sea, el que p recede a la consecución d el fin, es efecto de la cau sa fin al, tam b ién aq u el am or q u e perm anece conse­ g u id o ya el fin , es efecto d e l m ism o fin. L a consecuencia es clara p o rq u e del m ism o m o d o e s causado e l am or e n u n o y o tro estado ñor el objeto conocido q u e atrae a la volu n tad p a ra q u e le am e p o r cau sa d e sí y d e su b ondad. Y así S a n to T o m á s, I-U , q . 2 3 , a. 4, y q. 2 6, a. 2, d el m ism o m odo atribuye a la causalidad fin a l, o d el o b je to b u e n o , su am o r e n u n o y otro estado, m ás aún, obiecto habet amatur; ergo ab eodem fine 14. Dico quarto: actus voluntatis qui eausatur. versantur circa finem iam consecutum, nu­ 13. Quod optime potest confirmari ex merari etiam possunt et debent inter effec­ doctrina D . Thomae, In IV , dist. 49, q. 1, tus finalis causae. Probatur, nam hi actus a. 1, quaestiunc. 2, ubi ait cum voluntatis tantum esse possunt aut amor, aut gaudium, obiectum sit finis, hoc ipsum ''a d . est velie, de quibus controversum est an sint actus et quemlibet alium voluntatis a. um non es­ distincti prout versantur circa finem iam se àliud quam Ordinari aliquid in fìnem, et adeptum, quod tractat late Capreol.,. cit. ideo necessario supponere aliquem fìnem ob- loco; nunc de eis loquamur ut de distinctis, iectivmn in quem ordinetur. Addi etiam pot­ sive re sive ratione différant. Actus ergo est ex Capreol., In I, dist. 1, q. 1, ad 1, amoris, ut sic, eiusdem rationis est circa fi­ contra 3 conclusionem, hunc amorem, quia nem qui propter se amatur, sive ille finis antecedit finis consecutionem, ordinari ut in sit iam possessus, sive non; ergo, si amor secundum se, vel qui antecedit consecutiofìnem in ipsius rei amatae consecutionem et fruitionem, et hoc modo etiam esse pos­ jiem finis est effectus finalis causae, etiam se effectum causae finalis. E t in discursu amor ille qui manet fine iam consecuto, illius articoli et solutionum argumentorum est effectus eiusdem finis. Patet consequenmulta dicit et congerit ex doctrina D. Tho­ tia, quia eodem modo eausatur amor in mae quae ad hanc sententiam confirman- utroque statu ab obiecto cognito alliciente dam conferre possimi. Denique etiam hic voluntatem ut ipsum propter se et propter amor potest ordinari in ipsum amantem, bonitatem suam amet. Atque ita D. Tho­ ut in fìnem cui, quatenus ilium perficit et mas, I-II, q. 23, a. 4, et q. 26, a. 2, eodem unit aliquo modo suo fini obiettivo; ergo modo attribuit causalitati finis seu obietti ex hoc etiam capite potest esse effectus fi­ boni amorem eius in utroque statu, immo nalis causae. et delectationem, ut statim dicam. Unde

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incluso le atribuye la delectación, com o d iré e n seguida. P o r lo cu al tam bién todas las razones con las q u e hem os pro b ad o q u e la p rim e ra v o lu n tad o am or p a ra con el fin es efecto d e la cau sa final, p ru e b a n lo m ism o acerca del últim o am or, principalm ente p o r ser p ro b ab le q u e siem pre sea y p u e d a p ersev erar el m ism o. 15 . Y acerca d el gozo, en cuanto es algo distinto d el am or, parece q u e existe alguna razón d e d u d a , y a p o rq u e es u n a cierta pasión q u e necesariam ente sigue a la posesión d el fin am ado, ya ta m b ién p o rq u e es com o el últim o des­ canso d e l ánim o al q u e se o rd en an los dem ás — incluso el m ism o am or— , m ien ­ tras q u e él n o se o rd en a a o tro , y así n o p arece tener u n fin p o r el q u e p u e d a ser causado. P ero, sin em bargo, tam b ién acerca de este acto se p ru e b a la aser­ ción p ro p u esta, pues en verdad e l gozo no es u n a m era p asió n , sino u n acto vital producido p o r la m ism a v o lu n ta d y causado e n su género p o r u n objeto esen­ cialm ente bueno, y p ro p u esto p o r la razó n y q u e in v ita a la vo lu n tad , d e tal m anera q u e en el m ism o y en su posesión descanse y goce a causa de su b o n ­ d a d ; p e ro esta causalidad d e l objeto n o es o tra que la fin al en cuanto a este m odo d e m oción, p rescin d ie n d o de si p o r o tra p a rte in terv ien e tam b ién la ca u ­ salidad eficiente e n tre aquellos actos, lo cu al nada im p o rta p a ra la cuestión presente. Y se confirm a en p rim e r lu g ar p o rq u e ¡a m ism a delectación p o r su propia n atu raleza se ordena com o a fin a la acción m ism a a la q u e sigue com o perfección y adorno suyo y p a ra co n trib u ir a su constancia y facilid ad ; luego tam bién la delectación que re s u lta d el fin conseguido se ord en a a la m ism a c o n ­ secución del fin com o a fin q u e a su m an era perfecciona y c o n firm a ; p o r con­ siguiente, si la delectación es in telectu al y se sigue de a q u e l fin perfectam ente conocido y p ro p u e sto a la v o lu n tad , será causada por él en e l género de fin. P or lo cual, a u n q u e la delectación se diga q u e es algo ú ltim o e n la vía de g en era­ ción, con to d o en el o rd e n de los fines e n sí n o es lo ab so lu tam en te ú ltim o , aunque a veces p u eda ser tom ado p o r el q u e apetece com o el ú ltim o fin por que. Y entonces incluso la m ism a delectación se o rd e n a a aq u e l m ism o que tom a la delectación com o a fin para que, y p o r este la d o p u e d e ser efecto de la causa final. 16. N i co n tra esta conclusión y la p reced en te u rg e n las razones aducidas antes. P u e s a la p rim e ra se re sp o n d ió ya q u e n o sólo los m ed io s son efectos de etiam rationes omnes quibus probavimus primam voluntatem seu amorem erga finem esse effectual finalis causae* idem probant de ultimo amore, maxime cum probabile sit eumdem semper esse ac perseverare posse. 15. De gaudio autem, quatenus est quid distinctum ab amore, videtur esse nonnulla dubitandi ratio, turn quia est veluti passio quaedam necessario consequens possessio­ nem finis amati, turn etiam quia est veluti ultima quies animi ad quam caetera ordinantur, etiam ipse amor, ipsa vero non ordinatur ad aliud, et ita non videtur habere finem a quo causari possit. Sed nihilominus probatur etiam de hoc acni assertio posita; nam revera gaudium non est mera passio, sed est actus vitalis ab ipsa voluntate elicitus et causatus in suo genere ab obiecto per se bono, et per rationem proposito, et invitante voluntatem, ut in ipso et in posses­ sione eius quiescat et gaudeat propter illius bonitatem; sed haec causalitas obiecti non est alia quam finalis, quantum ad hunc motionis modum, quidquid sit an aliunde in-

terveniat etiam causalitas effettiva inter illos actus, quod nihil ad praesentem quaestionem referti E t confirmatur primo, nam ipsa delectatio ex natura rei ordinatur ut in fi­ nem in actionem ipsam ad quam consequitur, tamquam perfectio quaedam et decor eius, et ut conferai ad constantiam et faci­ litatelo eius; ergo etiam delectatio quae consequitur ex fine consecuto ordinatur ad ipsammet consecutionem finis, ut ad finem quem suo modo peificit et firmat; ergo si delectatio intellectualis sit et consequatur ex ilio fine perfette cognito et proposito volun­ tad, causabitur ab ilio in genere finis. Unde, licet delectatio dicatur esse quid ultimimi via generadoras, tamen in ordine finium se­ cundum se non est simpliciter ultimum, quamvis interdirai possit ab appetente sumi ut ultimus finis c u iu s . Et tune etiam iosa delectatio ordinatur ad ipsummet qui delectationem capii ut ad finem c u i, et ex hao parte potest esse effectus causac finalis. 16. Ñeque contra hanc et praecedentem conclusionem urgent rationes prius factae.

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la causa final, sino todo acto q u e co n trib u y e al fin, o se ord en a a él, sea com o m ed io o com o perfección d e su p o se sió n ; y fin alm en te cu alq u ier cosa q u e su rja d e la p ro p ia m oción d e l fin preconcebido y p ro p u e sto seg ú n la razó n p ro p ia d e bien am able p o r causa d e sí. A lo segundo, negam os q u e estos actos n o sean p o r causa d e l fin, p u es e n verd ad am am os a D io s p o r causa d e E l m ism o, y nos deleitam os en D ios p o r cau sa d e E l m ism o. N i p a ra esto es necesario q u e el acto, p o r ser causado p o r e l fin , o p o r decirse q u e existe p o r causa del fin, sea causado com o consecuencia d el an te rio r am or a l fin , sino q u e basta con q u e sea causado p o r la bondad d e l m ism o fin q u e a tra e a la vo lu n tad . A u n q u e la delec­ ta c ió n en cu a n to es u n acto d istin to d el am o r, e n re a lid a d es causada com o consecuencia d e l am o r; p u es u n o se deleita e n el fin poseído p o rq u e lo a m a ; p e ro aquella causalidad e n cu a n to q u e se d a e n tre los actos, p e rten ece m ás bien a u n cierto m o d o d e eficiencia o d e resu ltan c ia n a tu ra l q u e a la causalidad final q u e ahora indagam os. P o r consiguiente, ésta h a d e ser considerada m ás desd e la relación d e l acto al o b jeto o fin y desde el m o d o p ecu liar con q u e el ser in ­ telectual es m o v id o p o r e l fin hacia tales actos. A lo tercero se resp o n d e q u e a u n q u e la delectación se llam e descanso, c o n to d o n o es d e u n m o d o m u e rto (p o r decirlo así), com o e s e l descanso n a tu ra l q u e consiste e n la sola carencia d e m ovim iento, sino q u e e s u n descanso vital, el cual n o se d a sin u n a acción in te rn a ; sin em bargo, p o rq u e aquél n o es p a ra o b te n e r e in q u irir el fin, sino p a ra gozar d el fin ya p o seíd o , se llam a p o r eso descanso del ánim o. P o r consi­ g u ien te, e n c u a n to q u e es u n acto p ro p io y u n a v erd ad era acción, p u ede ser efecto d el fin. P ero lo q u e dice A ristóteles q u e conseguido el fin cesa el m ovi­ m ien to o la acción, se h a d e e n te n d e r acerca d e l m ovim iento con el q u e se tiende a la consecución del fin , p e ro n o d e la acción in te m a con la que se descansa en el fin . M ás todavía, a ñ a d e S anto T o m á s, In IV, d ist. 48, q . 2 , a 2 , a la p rim era ra z ó n e n c o n tra de lo o p u e sto , q u e p recisam en te cesa el m o vim iento logrado el fin , cuando ta l m o v im ien to n o acom paña al m ism o fin o a su consecución; del m ism o m o d o q u e el cielo consigue su fin m e d ia n te su m ovim iento p ropio, pero n o cesa, p o rq u e p a ra aq u e l fin es necesario aquel m o v im ien to ; así, p o r consi-

Ad primam enim iam responsum est non sola media esse effectus causae finalis, sed omnem actum qui ad finem confert vel ad ilium ordinatur, vel tamquam medium, vel tamquam perfectio possessionis eius; ac denique quidquid est ex propri ' motione finis praeconcepti et propositi se, adiim propriam rationem boni propter se diligibilis. Ad secundum, negamus hos actus non esse propter finem, nam revera amamus Deum propter ipsum, et delectamur in Deo prop­ ter ipsum. Neque ad hoc necessarium est ut actus, quia causatur a fine seu dicitur esse propter finem, causetur ex priori amo­ re finis, sed satis est quod causetur ex bonitate ipsius finis allidentis voluntatem. Quamquam delectatio, quatenus est actus ab amore distinctus, revera causatur ex amore; delectatur enim aliquis in fine possesso, quia amat ilium; illa vero causalitas, quatenus est inter actus, magis pertinet ad quemdam modum efficientiae vel naturalis resultantiae quam ad causalitatem finalem quam nunc inquirimus. Haec ergo magis consideranda est ex habitudine actus ad obiec-

tum seu finem et ex peculiari modo quo res intellectualis movetur a fine ad huiusmodi actus. Ad tertium respondetur quamvis delectatio dicatur quies, non tamen esse morato modo (ut ita dicam), ut est natura­ lis quies, quae consistit in sola carentia motus, sed esse vitalem quietem, quae non est sine interna actione; tamen quia illa non est ad obtinendum et inquirendum finem, sed ad fruendum fine iam possesso, ideo di­ citur animi quies. Quatenus ergo proprius actus est ac vera aedo, potest esse effectus finis. Quod vero Aristoteles ait consecuto fine cessare motum vel aedonem, intelligendum est de motu quo tenditur ad consecudonem finis, non vero de interna actione qua quiescitur in fine. Immo addit D. Tho­ mas, In IV, d ist 48, q. 2, a. 2, ad primam radonem in oppositum, quod tunc cessai motus habito fine, quando talis motus non concomitatur ipsum .finem seu consecutionem eius; sicut caelum consequitur suum finem mediante suo motu, non tamen cessat, quia ad illum finem necessarius est file motus; sic igitur non cessat interna aedo

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guíente, no cesa la acción in te rn a d e l am or o de la delectación conseguido el fin, p o rq u e acom paña a tal fin y es necesaria para su perfecció n ; y p o r ello, respecto de tal acción n o cesa la causalidad del fin. 17. P ero a q u í se originaba u n a d ificu ltad teológica, p rin cip alm en te com o consecuencia de la ú ltim a conclusión, p ues d e ella se sigue q u e el m ism o am or y fru ició n beatífica es verd ad era y p ro p iam en te causada p o r D ios visto, o p o r su visión en el género de causa final, y consecuentem ente q u e aquellos actos v erdad era y p ro p iam en te existen p o r causa d el fin, lo cual p arece inadm isible, ya q u e dichos actos son absolutam ente necesarios. P e ro , com o la cu estió n es teológica, respondo b revem ente concediendo q u e aquellos actos provienen d e la causalidad del fin ; p u e s ello lo p ru e b a n igualm ence to d a s las razones aducidas antes. N i se opone en n ada el que sean necesarios; m ás todavía, d ije en lo q u e antecede q u e la n ecesidad d e dich o am or proviene de. D ios p ercib id o claram ente como ú ltim o fin, cu y a sum a b o n d a d es ta n poderosa p a ra causar incluso e n dicho género, q u e som ete to talm en te a sí la voluntad. F in a lm e n te dicha necesi­ dad n o proviene de u n a im perfección, o de u n m odo d e o b ra r irracional, sino más bien d e la sum a perfección, ya del m ism o fin ú ltim o , ya ta m b ié n d e l m o d o de aplicarlo m ed ian te el conocim iento racional, o sea el intelectual m ás p e r­ fecto p a ra m over la v o lu n tad , y p o r ello e n n a d a se o p o n e q u e aquella m oción de la v o lu n tad , p o r m ás q u e sea necesaria, provenga d e la p ro p ia causalidad del fin . E n cam bio, si aquel a m o r necesario es llam ado con designación sufi­ ciente acto h u m a n o o n o lo es, es cosa q u e tra ta n los teólogos y pertenece m ás bien a la filosofía m oral q u e a la m etafísica.

Sobre los efectos externos de la causa final 18. H em os tra ta d o h a sta a q u í d e los efectos q u e la causa fin al tiene d e n tro de la m ism a v o lu n ta d d e la causa q u e o b ra d e p ro p ó s ito ; ah o ra resta h ab lar acerca d e los efectos q u e salen al e x terio r d e tal causa, es d ecir, fu era d e la m ism a v o lu n ta d h u m an a, d e ta l m an era q u e bajo estos efectos q u e d e n com pren­ didos ta n to lo s actos d e to d as las otras facultades del m ism o h o m b re , es decir, del e n ten d im ien to , d e los sentidos, e tc ., com o tam b ién los efectos externos, si hav amoris vel delectationis consecuto fine, quia concomitatur talem finem et ad ipsius perfectionem est necessaria, et ideo respectu tafis actionis non cessat causalitas finis. 17. Hic vero oriebatur difficultas theologica, praesertim ex ultima conclusione, natn hinc sequitur ipsum amoretti et fruìtionem beatificato vere ac proprie causati a Deo viso, vel a visione eius in genere causae finalis, et consequenter illos actus vere ac proprie esse propter finem, quod videtur inconveniens, cum illi actus sint simpliciter necessarii. Sed quia res est tipo­ logica, breviter respondeo concedendo illos actus esse ex causalitate finis; id enim ae­ que probant omnes rationes superius factae. Nec quidquam obstat quod sint neces­ sari!, immo in superioribus dixi necessita­ telo illius amoris provenire a Deo dare viso ut ultimo fine, cuius summa bonitas tam est potens in causando edam in eo genere, ut omnino sibi subiiciat voluntatem. Denique illa necessitas non provenit ex imperfectione aut ex irrationali modo operandi, sed potius

ex summa perfectione, tum ipsius finis ul­ timi, turn edam modi applicandi ilium per cognitionem rationalem seu intellectualem perfectissimam ad movendam voluntatem, et ideo nihil obstat quominus illa voluntatis modo, quantumvis necessaria, sit ex propria causalitate finis. An vero satis sit ut file amor necessarius dicatur actus humanus necne, tractatur a theologis, et pertinet magis ad moralem philosophiam quam ad metaphysicam.

De effectibus externis finalis causae 18. Diximus hactenus de effectibus quos causa finalis habet intra ipsam voluntatem causae agentis a proposito; mine superest dicendum de effectibus qui exterius prodeunt a tali causa, id est, extra ipsam humanam voluntatem, ita ut sub his effecti­ bus comprehendantur tutn actus omnium aliarum facilitatimi ipsius hominis, scilicet intellectus, sensuum, etc., tum etiam externi effectus, si qui sunt, qui per has actiones résultent. In qua re duo sunt certa et extra

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algunos, q u e re su lte n m ed ian te esas acciones. E n e ste p u n to h ay dos cosas cier­ tas y fu era de discusión. U n a es q u e todas las acciones n atu rales q u e ejerce el h o m b re sin im perio o m oción de la volu n tad n o son efectos de la causa final e n el m odo especial en q u e hablam os a h o ra ; tales son todas las acciones d e la vida vegetativa, e n cuanto son m eram en te n atu rales, y los actos de los sentidos, o tam ­ b ié n d el en tendim iento, e n cu an to a veces p re c e d e n a la m oción de la voluntad. Y la razón está e n q u e la causalidad final en cu a n to versa p ro p iam en te acerca d e lo s seres q u e actúan d e p ro p ó sito , q u e se m u ev en a sí m ism os hacia el fin, esencial y p rim a ria m e n te se d a sobre la v oluntad, y su p o n e la aplicación su­ ficiente de tal causa m ed ian te e l en te n d im ie n to ; p e ro e n las acciones que n o p ro ced en de la m oción de la vo lu n tad , el h o m b re n o es m ovido así p o r el fin, sino q u e ob ra al m odo d e los dem ás agentes n a tu ra le s; p o r consiguiente. Por lo cual, tal m o d o de o b rar d e suyo n o req u iere el propio y racional conocim iento del m ism o fin. M á s aún, in clu so e n el m ism o en te n d im ie n to el conocim iento o ap reh en sió n d el fin m ism o, si es n a tu ra l y de n in g ú n m odo se origina en la vo­ lu n tad , no p ro ced e del conocim iento del fin , sino q u e es el m ism o conocim iento del fin , y p o r ello n o p ro ced e de la causalidad d e l fin com o ta l, en cuanto es p ro p ia de los seres q u e o b ra n d e pro p ó sito . Y e sto lo añado siem pre p o rq u e en estos actos n atu rales opera el h om bre p o r causa d e l fin com o los otros agentes n atu rales, acerca de los cuales verem os después q u é es e n ellos o perar p o r causa d el fin y cuál p u ed e ser en ellos la causalidad d el fin. Y en esta aserción ex­ p u e sta de este m o d o no q u e d a n in g u n a dificultad. 19 . E n segundo lugar, es cierto que todas las acciones y los efectos de éstas q u e p ro ced en d e l im perio y m oción de la v o lu n ta d creada q u e opera p o r causa d e l fin son efectos d e la causa final. Se p ru e b a e n p rim e r lu g ar p o r el m odo d e h a b la r y se n tir d e todos, p u es cu an d o el h o m b re pasea para conseguir la salud, tal p aseo se juzga q u e es u n efecto de la salud preconcebida e intentada, y p o r ello se dice con to d a p ro p ie d a d q u e es p o r causa del fin y n o por la d i­ rección q u e im p rim e algún agente extrínseco, sino el m ism o q u e o pera, el cual p o r e ste m o tiv o se llam a agente de p ro p ó sito ; y lo m ism o o cu rre acerca de todos los casos sem ejantes. Y c u a n d o m ed ian te esas acciones resu lta u n térm ino p e r­ m a n e n te e n su ser co n stitu id o , éste se juzga ta m b ié n efecto del fin preconcebido, controversiam. Unum est actiones omnes naturales quas • homo exercet sine imperio seu motione voluntatis non esse effectus causae finalis eo speciali modo quo nunc loquimur; huiusmodi sunt acC^'es omnes animae vegetativae, quatenus sun. nere na­ turales, et actus sensuum vel etiam intellectus, quatenus interdum antecedunt motionem voluntatis. Et ratio est quia causalitas finis quatenus proprie versatur circa agen­ ç a a proposito, quae seipsa movent in finem, primo per se est circa voluntatem, et supponit sufficientem applicationem talis cau­ sae per intellectum; sed in his actionibus quae non procedunt ex motione voluntatis, non sic movetur homo ex fine, sed agit ad modum aliorum agentium naturalium; ergo. Unde talis modus agendì per se non requirit propri am et lationalem cognitionem ipsius finis. Iremo et in ipsomet inteliectu cognitio vel apprehensio ipsiusmet finis, si naturalis sit et nullo modo a voluntate, non procedit a cognitiooe finis, sed est ipsa cognitio finis, et ideo non procedit ex cau-

sa lita te fin is, u t sic, p r o u t e s t p ro p ria agen­ tiu m a p ro p o sito . Q u o d id c irc o se m p e r a d ­ d o , q u ia in h is a c tib u s n a tu ra lib u s o p e ra tu r h o m o p ro p te r fin em sic u t alia a g e n d a n a tu ra lia , d e q u ib u s p o ste a v id e b im u s q u id i n eis s it o p e ra ri p ro p te r finem , e t qualis in eis esse p o ss it causalitas finis. A tq u e in h a c a sse rtio n e sic e x p o sita n u lla re lin q u itu r d if­ ficili tas.

19. Secundo, certum est omnes actiones et effecta earum quae procedunt ex impe­ rio et motione voluntatis creatae operantis propter finem. esse effectus causae finalis. Probatur primo ex modo loquendi et sentiendi omnium, nam quando homo deambulat propter sanitatem consequendam, ta­ bs deambulatio censetur esse effectus sanitatis praeconceptae et intentae, et ideo dicitur esse propriissime propter finem, non ex directione alicuius extrinseci agentis, sed ip­ siusmet operantis, quod hac ratione vocatur agens a proposito; et idem est de omnibus similibus. E t quando per has actiones fit aliquis terminus permanens in facto esse, file

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sea e n su proceso — m ie n tra s se está actualm ente haciendo— , sea e n su ser cons­ titu id o cu an d o desp u és p e rm a n e c e ; y d e este m odo d ijo A ristóteles q u e los in stru m e n to s son p o r causa d el fin, y d e m o d o sem ejante la casa y dem ás cosas artificiales son efectos d e alg ú n fin p reconcebido. P e ro la ra z ó n está en que el fin m ueve h acia todas estas acciones; p o r consiguiente, to d as son efecto? suyos. Ig u alm en te tales acciones en cu an to son hechas p o r el h o m b re, dep en d en esencialm ente del fin com o d e causante, p o rq u e no p u e d e n ser hechas d e o tro m odo p o r el h o m b re ; p o r consiguiente, son efectos del fin . Ig u alm en te, aquellas acciones son los m edios con q u e se lo g ra e l fin in te n ta d o ; ah o ra b ien , el fin n o sólo causa la in ten ció n , o la elección, sino ta m b ié n la ejec u ció n d e los m e d io s; m ás a ú n , en ésta p arece resp lan d ecer sobre to d o su causalidad. 20. Se d ir á : a veces la acción im p erad a p o r la v o lu n ta d no es u n m edio, sino e l m ism o fin in te n ta d o , d e acuerdo c o n la división d ad a anterio rm en te d e q u e el fin a veces es la cosa h echa, a veces la m ism a acción, com o la citarizació n o la contem p lació n ; p o r consiguiente, entonces al m en o s n o será la acción p o r causa del fin, a u n cuando p roceda de la v o lu n ta d ; p o r consiguiente, n o será causada por el fin . Se resp o n d e, com o ya anotam os a n tes, q u e no h ay n guna acción q u e , si se to m a p ro p iam en te e n cuanto acción, n o ten g a alg ú n térm in o intrínseco p o r causa d el cual se h ag a, com o la m ism a citarización, en cuanto q u e es u ñ a m oción p ro d u c e u n cierto sonido p ro p o rcio n ad o , que es u n a cierta cualidad co m puesta artificiosam ente, y d e este m o d o to d a acción es d e alguna m an era m edio p a ra su térm in o , y p o r dich o m o tiv o p u ed e ser cansada p o r él com o p o r su fin. P e ro si hablam os d e l térm ino m ism o , o si éste q u eda c o m p ren d id o e n la acción com o u n a sola cosa, e n e ste sentido no es p ro p ia­ m ente m edio, su p u esto q u e sea el fin ú ltim o e n su se rie ; sin em bargo, a u n q u e sea el fin por que, p u e d e te n e r u n fin para que; pues la citarización com o hecha p o r el h o m b re, es p o r causa d el m ism o q u e o p e ra ; o si ta l acto es el fin fo r­ m al, p u e d e ser p o r causa d el fin objetivo, com o la contem plación es p o r causa d e la v e rd a d m ism a. Y así siem pre to d a acción q u e está im p e ra d a p o r la volun­ tad , es efecto d e alg ú n fin preconcebido.

edam censetur effectus finis praeconcepti, ta t e ; e rg o n o n e r it c a u s a ta a fine. R e sp o n vel in fieri dum actu fit, vel in facto esse d e tu r , u t ia m s u p r a n o ta v im u s, n u lla m esse cum postea permanet; quo modo dixit Aris- a e d o n e m q u a e s i p ro p rie S u m a tra u t a e d o toteles instrumenta esse propter finem, et est, n o n h a b e a t a liq u e m te rm in u m in trin similiter domus et alias res artificiales sunt se c u m p r o p te r q u e m fit, u t cy th a riz a tìo ipsa, effectus alicuius finis praeconcepti. Rado q u a te n u s est m o d o q u a e d a m , e fficit q u e m vero est. quia finis movet ad has omnes acd a m so n u m p r o p o r tio n a te ly q u i e s t q u a litiones; ergo omnes sunt effectus eius. Item tas q u a e d a m a rtificio se c o m p o sita, e t h o c tales aedones prout ab homine fiunt, pen­ m o d o o m n is a e d o e s t a liq u o m o d o m e d iu m dent essentialiter a fine ut causante, quia a d s u u m te rm in u m , e t ea ra tio n e p o te s t esse non possunt aliter ab homine fieri; ergo c a u s a ta ab ilio u t a fine. S i v ero d e ip so sunt effectus finis. Item illae aedones sunt te r m in o lo q u a m u r, v e l c o m p re h e n d a tra su b media quibus comparatur finis intentus; sed actio n e p e r m o d u m u n iu s , sic n o n e s t p ro ­ finis non solum causat intendonem vel elecp rie m e d iu m , su n p o s ito q u o d s it finis u ltitionem, sed edam mediorum exsecutionem; m u s i n sua s e rie ; ta m e n n ih ilo m in u s licet immo in hac maxime videtur relucere eius sit finis cuius, p o te s t h a b e re fin em cui; n a m causalitas. 20. D ices: interdirai aedo imperata a c y th a riz a tìo u t fit a b h o m in e , e s t p ro p te r ip su m o p e ra n te m ; v e l si talis a ctu s s it finis voluntate non est medium, sed ipse finis in­ fo rm a lis, p o te s t e sse p r o p te r o b ie e d v u m , u t tentus, iuxta quamdam divisionem superius c o n te m p la d o e st p r o p te r v e rita te m ip sa m . datam, quod finis interdum est res acta, inA tq u e ita se m p e r c m n is a ctio q u ae est im ­ terdum ipsamet aedo, ut cytharizado, aut contemplano; ergo tunc saltern non erit ae­ p e ra ta a v o lu n ta te , e s t e ffe c tu s a licu iu s finis p ra e c o n c e p ti. do propter finem, etiamsi procedat a volun-

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2 1 . P ero acerca de e sta ú ltim a aserción se o frecen dos cosas q u e han de ser b rev em en te explicadas. L a p rim e ra h a sido to cad a antes, en la sección i.% p o rq u e de lo dich o se sigue q u e u n a m ism a cosa es causa d e sí m ism a, lo cual p arece ab su rd o . Y la consecuencia es clara, en p rim e r lu g a r p o rq u e la operación im p e ra d a p o r la v o luntad e s con frecu en cia v erd a d e ra causa final, la cual ap re­ h e n d id a m ueve a la ejecución d e sí, y n o sólo al deseo o a la in te n c ió n ; p o r consiguiente, la ejecución d e aquella operación es e fecto de la m ism a operación ap re h e n d id a a m o d o de f in ; ahora b ien , aquella ejecución n o es algo d iferente de la m ism a o p eració n ; p o r consiguiente. A dem ás, p o rq u e la consecución d el fin (ya consista e n una o p eración, ya e n la sola in h e re n c ia de alguna form a o en o tra relación sem ejante) es el efecto ú ltim o de la causa final, com o el fin d e la cu ra c ió n es la salud, n o d e cualquier m odo, sino e n cu a n to in h e re n te a m í, y afectándom e a m í, y esto es lo ú ltim o q u e es causado p o r v irtu d de aquella in ­ ten ció n , y lo m ism o o cu rre pro p o rcio n alm en te e n las dem ás cosas. A hora bien, el p rim e r fin q u e m ueve y causa h a sta llegar a este efecto, es la m ism a conse­ cu ció n del fin e n cuanto a p re h e n d id a ; p o r co n siguiente, se causa a sí m ism a. 2 2 . Se resp o n d e en p rim e r lu g ar q u e no h ay n in g ú n inconveniente en c o n ­ ce d e r todo esto, p o rq u e en la causa final n o in terv ien e esa co ntradicción q u e hay en la causa eficiente, de m o d o q u e n o p u e d a ser causa d e sí m ism a, ya q u e n o re q u ie re la preex iste n cia real p a ra causar, sino q u e b asta con la intencional, por m e d io de la a p re h e n sió n ; p o r consiguiente, com o e! fin causa antes de ten er existencia e n acto, n o es d e m aravillar q u e p u e d a co n cu rrir en su género a su m ism a existencia. Y así concedem os q u e u n a m ism a cosa según diferentes con­ diciones del ex istir p u e d e causarse a sí m ism a, p u es existiendo intencionalm ente se causa a sí m ism a p a ra existir realm ente. N i esto es algo diverso de lo que se a firm a en e l axiom a c o m ú n , aquello que es primero en la intención es lo úl­ timo en la ejecución; o lo q u e dijo tam bién A ristó teles, la forma y el fin coinci­ den en una cosa numéricamente idéntica, a u n q u e la form a y el eficiente sólo p u e d a n co in c id ir en u n a cosa específicam ente id é n tic a . P ues la form a, o su efec­ to fo rm a l, es efecto del agente, y e n cuanto ta l es efecto ta m b ié n del fin q u e e x citó al ag en te a o b rar, y q u e n o es algo d istin to d e la m ism a form a. P ero,

21. Circa hanc vero posteriorem asser- 22. Respondetur imprimis nullum esse tionem occurrunt duo breviter explicanda. inconveniens hoc totum concedere, quia in causa finali non intervenit ea repugnantia Primum est tactum supra, sect. 1, quia ex dictis sequitur idem esse causata sui ipsius, quae in causa efficienti, ut non possit esse quod videtur absurdum. E t s, ' eia patet causa sui ipsius quia non requirit praeexiimprimis quia operado imperata a volún­ stentiam realem ad causandum, sed sufficit intentionalis, media apprehensione ; cum er­ tate saepe est vera causa finalis, quae apgo finis causet priusquam habeat existentiam prehensa movet ad sui exsecutionem, et non tantum ad desiderium vel intentìonem; ergo in actu, minuti non est quod possit in suo exsecutio illius operationis est effectus eius- genere concurrere ad suammet existentiam. dem operationis apprehensae per modum fi­ Atque ita concedimus rem eamdcm secun­ dum diversas conditiones existendi posse nis ; illa autem exsecutio non est aliud ab ipsamet operatione; ergo. Deinde, quia con- causare seipsam, nam intentionaliter existens causat seipsam ut realiter sit. Neque secutio finis (sive in operatione consistat, hoc est diversum ab eo quod communi axiosive in sola inhaerentia alicuius formae, vel in alia simili habitudine) est ultimus effec­ mate dicitur, illud quod est primum in intentione esse ultimum in exsecutione; vel tus causae finalis, ut finis curationis est saquod etiam Aristoteles dixit, jormam et jinitas, non utcumque, sed ut mihi inhaerens et me afficiens, et hoc est ultimum quod nem concurrere in idem numero, quamvis forma et efficiens solum possint concurrere causatur ex vi illius intentionis, et idem est proportionaliter in reliquis. Sed primus fi­ in idem specie. Forma enim, seu effectus nis qui movet et causat usque ad hunc efformalis eius, est effectus agentis et ut sic est etiam effectus finis qui excitavit agens fectum, est ipsamet consecutio finis ut apprehensa; causat ergo seipsam. ad operandum, quique non est aliud ab ipsa

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adem ás, añadim os q u e n o h ay n in g u n a consecución del fin que de algún m odo n o se d é p o r causa d e l fin , ya del objetivo, si lo tie n e , ya al m enos p o r cau sa del fin para que, q u e siem pre se supone p a ra la causalidad fin al, y en cu a n to ta l n o es efecto de e sta ; y d e este m odo siem pre el efecto d el fin, incluso el ú ltim o, se distingue d e alguna m an era de la causa final adecuada. F in alm en te, la consecución del fin últim o , sea ab solutam ente, sea en alg u n a serie, n o se cau sa a sí in m ed iatam en te, sino q u e p ró x im am en te causa e n e l agente in telectu al, d e q u e ah o ra tratam os, el afecto y la in ten ció n y otros actos m ed ian te los cuales llega su causalidad h asta aquella acción con q u e se lo g ra el fin m ism o, y en la q u e consiste, y así siem pre co n cu rre algo d istin to de sí m ism o p a ra ta l causalidad. 23 . P ero entonces se p re se n ta la seg u n d a dificultad p ro p u e sta q u e h a d e ser explicada, concretam en te, d e q u é clase es esta causalidad d el fin sobre las acciones o cosas ex tern as q u e em anan d e la acción d e la v oluntad. P u es existe e n éstas u n a razó n especial d e d u d a , ya q u e los actos in tern o s p roducidos p o r la v o lu n ta d tienen real e in trín seca relación al m ism o fin com o a su propio o b ­ jeto, y a sim ultáneam ente form al y m aterial, com o en la in ten ció n y otros actos q u e pró x im am en te versan sobre el m ism o fin , ya solam ente form al, com o en la elección d e los m edios, y p o r ello se en tie n d e recta m e n te q u e e l m ism o fin esencial y pró x im am en te e stim u la y m ueve h acia tales actos, y co n trariam en te tales actos esencial e in trín secam en te d e p e n d e n d e la cau salid ad d e tal J tn . P ero , e n cam bio, los actos im p erad o s solam ente p o r la v o lu n ta d (y m ucho m ás su s efectos) d e n in g ú n m o d o son estim ulados p ró x im am en te p o r el fin m ism o, ni dicen ellos relación in trín seca al fin, sino q u e sólo p o r denom inación ex trín ­ seca se dice q u e . se o rd en an al fin m ediante los actos in terio res, com o e l paseo e x terio r se o rd e n a d e m o d o m eram en te extrínseco a la salud. D e lo cual p arece q u e se sigue e n p rim e r lu g a r que el fin no es causa per se, sino per accidens d e tales efectos, del m ism o m odo q u e el que aplica o estim u la a la causa eficiente se dice q u e es causa del efecto causado p o r ella, o del m ism o m o d o q u e el abuelo es causa del nieto, p o rq u e en g en d ró a su D adre; p u es así el fin es causa d e la acción ex tern a sóío p o rq u e en g en d ró la in te rn a . A dem ás, parece.

forma. Deinde vero addimus nullam esse finis consecutionem quae non sit aliquo mo­ do propter finem vel cbiectivum, si ilium habeat, vel saltern propter finem c u i, qui semper supponitur ad causalitatem finalem, et ut sic non est effectus eius; atque hoc modo semper effectus finis etiam ultimus distinguitur aliquo modo ab adaequata cau­ sa finali. Tandem consecutìo finis ultimi vel simpliciter, vel in aliqua serie, non causat se immediate, sed proxime causat in intellectuali agente, de quo nunc loquimur, af­ fectum et intentionem et alios actus quibus mediantibus pervenit eius causalitas usque ad Hlam actionem qua finis ipse compatatur et in qua consistit, et ita semper concurrit aliquid distinctum ab ipso ad huiusmodi causalitatem. 23. Sed tunc occurrit explicanda altera difficultas proposita, nimirum, qualis sit haec causalitas finis circa actiones vel res exter­ nas, manantes a motione voluntatis. Est enim in his specialis dubitandi ratio, nam actus interni eliciti a volúntate habent rea­ lem et intrinsecam habitudinem ad ipsum

fin e m u t a d p ro p riu m o b ie c tu m , vel fo rm a le sim u l e t m a te ria le , u t in intencione e t aliis a c tib u s q u i p ro x im e v e rs a n tu r c irc a ip s u m fin em , v el fo rm a le ta n tu m , u t in e le c tio n e m e d io r u m ; e t id e o r e c te in te llig itu r ip s u m fin e m p e r se ac p ro x im e ex citare ac m o v e re a d ta le s actu s, e t e co n v e rso tales ac tu s p e r se e t in trin s e c e p e n d e re a c a u salitate talis finis. A t v ero a c tu s im p e ra ti ta n tu m a v o ­ lú n ta te (e t m u lto m ag is effectus eo ru m ) n u l­ lo m o d o e x c ita n tu r p ro x im e ab ip s o fin e , ñ e q u e ip s i d ic u n t in trin s e c a m h a b itu d in e m a d fin e m , se d so lu m p e r ex trin se c a m d e n o m in a tio n e m d ic u n tu r o rd in a ri in fin e m m e d iis in te rio rib u s a c tib u s , u t d e a m b u la n o ex­ te rio r m e re e x trin se c u s o rd in a tu r a d sa n itä ­ rem . E x q u o v id e tu r se q u i p rim o fin em n o n p e r se, se d p e r accid en s esse ca u sa m h u iu s ­ m o d i e ffe c tu u m , eo m o d o q u o a p p lican s vel e x citan s effic ie n te m c a u s a m d ic itu r esse c a u ­ sa effe ctu s c a u sa ti ab illa, vel eo m o d o q u o avus e s t cau sa n e p o tis q u ia g e n u it p a tre m e iu s ; sic e n im finis e s t cau sa actio n is ex te m a e so lu m q u ia g e n u it in te rn a m . D e in d e

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q u e se sigue p o r v irtu d de esta causalidad del fin q u e n o se pone n ad a real en tales acciones y efectos externos,, h ab lan d o en rig o r, sino sólo la denom inación extrínseca, la cual no es suficiente p a ra la causalidad real. L a consecuencia es clara, p o rq u e solam ente de allí le viene al acto ex te rio r el o rdenarse p o r m edio del in te rio r a ta l fin , y esto e n el m ism o acto e x terio r es sólo u n a denom inación extrínseca. D e lo cual hay u n a señal, pues si sucediese q u e aquella acción ex­ te rio r fuese h e c h a p o r causa d e o tro fin , o casualm ente y sin n in g ú n fin, en sí y e n su entidad no se m u d a ría n i dism inuiría, n i la acción física p o r la que se h ace sería d iv e rsa ; p o r consiguiente, esto es in d icio d e q u e n o es causada esen­ cialm ente p o r aq u e l fin, sino sólo d e m anera rem o ta y accidental. P u e s e n las causas eficientes, aunque su ced a q u e el m ism o efecto q u e es hecho p o r una cau sa p u e d a ser hecho por o tra , con todo, si es u n a causa per se, es m en ester al m en o s q u e la acción sea diversa, com o se dijo en 1c q u e p re c e d e ; p o r lo cual, si d e la m utación de la causa no se sigue m utación n i del efecto n i d e la acción, es señal de q u e tal causa n i esencial n i in m ed iatam en te influye en ta l efecto; p o r consiguiente, lo m ism o, g u ard an d o la d eb id a p ro p o rció n , o cu rrirá e n el caso p re se n te . 24 . E sta dificultad exige q u e expliquem os q u é es la causalidad d e la causa final, o q u é p o n e en sus efectos, lo cual llevarem os a cabo en la sección siguiente, y e n su p a rte final satisfarem os a la dificultad.

SECCION

IV

Q u é e s o en qué c o n siste la razón de causación o causalidad

DE LA CAUSA FINAL 1. N o buscam os ahora la ra z ó n d e causar en acto p rim e ro , p o r llam arlo así, o lo que en la causa fin al es razó n pró x im a p o r la q u e es capaz d e causar así, p u e s de e sto tratarem os en la sección sig u ie n te ; sino q u e buscam os la cau­ sación m ism a en acto seg undo, q u é es co ncretam ente, y en d ó nde o e n q u é su­ jeto o efecto e s tá ; p ues esto , aun siendo difícil d e exp licar en las dem ás causas, e n é sta v erd ad eram en te es dificilísim o, p o rq u e n o aparece q u é cosa o q u é m odo videtur sequi ex vi huius causalitatis finis, nihil rei poni in huiusmodi actionibus et effectibus externis, per se loquendo, sed solam extrinsecam denominationem, qua ■ non est satis ad causalitatem realem. Seqi 'a patet, quia inde solum habet actus extei ,r ut ordinetur medio interiori ad talem finem, quod solum est denominatio extrinseca in ipso exteriori. Cuius signum est, nam si contingeret illam exteriorem actionem vel propter alium finem, vel casu et sine ullo fine fieri, in se et in sua entitate non mutaretur nec minueretur, neque actio physica qua fit es­ set alia; ergo signum est non causari per se ab illo fine, sed tantum remote et per accidens. In causis enim efficientibus, licet contingat eumdem effectum qui fit ab una causa posse causari ab alia, tarnen si sit cau­ sa per se, necesse est saltern actionem esse diversam, ut in superioribus traditum est; unde si ex mutatione causae neque effectus neque actio mutatur, signum est talem cau­ sam nec per se nec immediate influere in

talem effectum; idem ergo, proportione ser­ vata, erit in praesenti. 24. Haec difficultas postulai ut explicemus quid sit causalitas causae finalis, vel quid ponat in suis effectibus, quod sequenti sectione praestabimus, et in fine eius difficultati satisfademus. ■ SECTIO IV

Quid sit vel in quo consistat ratio cabSANDI SEU CAUSALITAS CAUSAE FINALIS 1. Non inquirimus nunc rationem causandi in actu primo, ut sic dicam, seu id quod in finali causa est proxima ratio qua potens est ad sic causandum, de hoc enim dicemus sectione sequenti; sed inquirimus causationem ipsam in actu secundo, quid nimirum sit, et ubi seu in quo subiecto vel effectu sit; hoc enim, cum in caeteris cau­ sis ad explicandum sit difficile, in hac re­ vera est difficillimum, quia non apparet quae res, vel quis modus realis esse possit haec

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X X III.—

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IV

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real p u e d a ser esta cau sa lid a d ; y si n o es n a d a d e esto, tam poco p u ed e ser ca u ­ salidad real.

Análisis de la primera opinión 2. A lgunos, pu es, se escapan fácilm ente d e esta d ificu ltad diciendo que esta causalidad n o es o tra cosa sino el que la acción o efecto sea hecho p o r causa d e u n fin o con m otivo de u n fin. P ues A ristóteles no explicó de otra form a esta causalidad del fin sino diciendo que es aquello por razón de lo cual se hace algo. P o r lo q u e C ayetano, II-II, q. 17 , a. 5, enseña m u y b ie n que, así como en el agente está la razón d e o b ra r q u e existe en el m ism o, y el efecto y la causali­ d ad , q u e es como in te rm e d ia e n tre la razón de o b rar y e l efecto, así en el fin existen aquellas tres cosas, la razó n de finalizar, la finalización y el efecto. P ero dice q u e la finalización es algo innom inado, y q u e sólo se significa con estas palabras ser aquello por razón de lo cual, o ser hecho por razón de otro y q u e n i p u e d e explicarse m ás esta causalidad n i p u e d e en te n d e rse q u é o tra cosa sea, n i tam poco dónde esté. P u es si se dice q u e e stá en la v o lu n tad , contradice a esto e n p rim e r lu g a r q u e n o p u ed e sustentarse e n la v o lu n tad d e D ios, n i en los agentes naturales, los cuales operan tam b ién p o i causa d e u n fin. Y, ad e­ más, h ay q u e in d ag ar en n u e stra voluntad q u é es aquello, p ues o bien es algo que an tecède al acto p ro d u cid o p o r la m ism a voluntad, y esto no es así, según la v erdadera y sana d o ctrina, ya que en la v o luntad n ad a se recibe antes d e l acto p ro d u cid o p o r ella, com o antes se p ro b ó suficientem ente tra ta n d o del con­ curso d e la causa p rim era . P rescin d o de los háb ito s so b ren atu rales, que algunas veces se in fu n d en antes d e to d o acto, p o rq u e éstos tien en el lu g ar de la p o te n ­ cia, o b ie n la com pletan y así n o e n tra n en la consideración presen te. Ig ualm ente, p o rq u e si algo se recibiese e n la v oluntad, d eb ería te n e r a lg ú n p rin cip io eficiente fuera de ella, y no hay n in g u n o excepto la m ism a causa fin a l; p e ro ésta en cu an ­ to tal n o es activa, p u e s entonces se co n fu n d iría n las causalidades. A dem ás d e que el fin sin u n ser real te n d ría eficiencia. Y p o r ello A ristóteles dijo con ra ­ zón, I De Generai., te s t. 5 5 : L a causa por razón de la cual se hacen las demás cosas no es activa, y la misma salud no es activa sino por metáfora. P ero ta m vari potest in voluntate Dei, neque in naturalibus agentibus, quae etiam operantur propter finem. E t deinde inquirendum est Prima sententia expenditur in nostra voluntate quid illud sit, nam vel 2. Quidam ergo ab hac difficultate se est aliquid antecedens actum elicitum ab ipsa facile expediunt, causalitatem hanc nihil voluntate, et hoc non, iuxta veram et sanam aliud esse nisi quod actio vel effectus fiat doctrinam, quia in voluntate nihil recipitur propter finem seu gratia finis. Aristoteles ante actum ab ipsa elicitum, ut supra satis enim non aliter explicuit hanc finis causaprobatum est agendo de concursu primae litatem, nisi dicendo esse id cuius gratia alicausae. Orcitto habitus supernaturales, qui quid fit. Unde Caiet., II-II, q. 17, a. 5, op­ aliquando infunduntur ante omnem actum, quia illi habent locum potentiae, vel comtime docet quod, sicut in agente est ratio plent Mam et ita non veniunt in praesenagendi quae est in ipso, et effectus, et cau­ tem considerationem. Item, quia si quid resalitas, quae est quasi media inter rationem ciperetur in voluntate, deberet habere aliagendi et effectual, ita in fine sunt ilia tria, ratio finalisandi, finalisatio, et effectus. Ait quod principium efficiens extra ipsam, quod nullum est praeter ipsam causam finalem; Vero finalisationem esse quid innominatum, solumque significari per haec verba esse id haec autem ut sic non est activa, alias concuius gratia, seu fieri propter aliud, neque funderentur causalitates. Praeterquam quod posse causalitatem hanc amplius explicari, finis sine reali esse haberet efficientiam. Et ideo Aristoteles mérito dixit, I de Genfer., neque intelligi quid aliud sit, neque etiam text. 55 : Causa cuius gratia caetera fiunt, ubi sit. Nam si dicatur esse in voluntate, contra hoc est imprimis quia hoc nec salactiva non est, et sanitas ipsa non est activa causalitas; quod si nihil horum est, nec realis causalitas esse poterit.

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D is p u ta c io n e s m e ta f ís ic a s

poco p u e d e decirse q u e aquel p rincipio sea el e n ten d im ien to , o u n acto suyo, p o rq u e es im probable q u e el entendim iento, p o r sí solo, p u ed a im p rim ir algo en la voluntad, y después n o p u e d e explicarse q u é es ello. Y adem ás esto es poco conform e con la lib e rta d de la v oluntad. O b ie n lo q u e se dice q u e es la causa­ lid a d del fin en la v o lu n tad es el m ism o acto de la .voluntad, y esto no, p o rq u e éste es u n efecto; y la causación debe se r d e algún m odo d istin ta del efecto. Se añade, adem ás, q u e e n lo s actos im perados n o p o d rá explicarse q u é es esta causalidad, p o rq u e e n tales actos el m ism o fin n o influye en n a d a inm ediata­ m e n te ; y m ucho m enos p o d rá explicarse en los efectos de D ios y d e los agen­ tes natu rales. 3. E sta opinión tie n e u n a g ran d ificu ltad en q u e no explica la cosa, p u es p o r aquellas p a la b ra s: aquello por razón de lo cual, n o se explica tanto la cau­ salidad d e l fin cuanto u n a cierta denom inación q u e re su lta e n el m ism o fin del hecho d e q u e otra cosa se o rd e n e a é l; la cual denom inación n o puede ser la causalidad, y a p o rq u e n o es algo real en e l efecto, sino algo de razón e n la causa o u n a denom inación extrínseca, q u e es lo m ism o;, p ues el q u e D ios sea aquello p o r cuyo m otivo se hace u n a cosa n o es algo intrínseco en las cosas, ni e n D ios m ism o, sino q u e es u n a denom inación extrínseca de D ios tom ada de las cosas m ism as. Y a ta m b ié n p o rq u e en d ich as p alab ras n o se significa el fin com o p rin c ip io , sino m ás b ie n com o térm in o , y p o r ello no se significa una em a­ nación o influjo d e la causa final en el efecto, lo cual p arece p erten ecer a la ra ­ z ó n d e to d a causalidad. Y se confirm a e n p rim e r lu g a r p o rq u e de lo contrario e n todo m ovim iento resp ecto d e su térm in o h ab ría u n a pro p ísim a causalidad d e fin, y en to d o acto respecto de su o b je to ; el consiguiente es fa lso ; por tanto. L a consecuencia es c la ra p o rq u e el te rm in o es aquello p o r cuyo m otivo existe el m ovim iento, y e l o b jeto aquello p o r cuyo m otivo existe el acto. L a m enor, p o r su p a rte ; es clara, p o rq u e d e lo contrario la causalidad final no convendría m ás al objeto d e la v o lu n ta d q u e al d e las otras p o ten cias, n i estaría m ás en la m oción racional q u e e n la n a tu ra l. P o r lo cual se confirm a e n segundo lugar, ya q u e de lo c o n trario to d o el tie m p o q u e u n a cosa existe p o r m otivo de algún fin , otro ta n to sería actu a lm e n te causada p o r tal fin , com o la potencia visiva — que existe p o r causa d e l acto de v e r o p o r causa d el o b jeto visible—■, siem pre sería causada n is i p e r i r a n s ia n o n -’m . N ec vero dici potest illud principino! esse-intellectum vel actum eius, quia improbabile est intellectum se solo posse aliquid imprimere voluntan, et deinde explican non potest quid illi sit. E t praeterea est id parum consent rum libertan. -Voluntatis. Aut vero illud qui l in volúntate dicitur esse causalitas finis est ipsemet ac­ tus voluntatis, et hoc non, quia hic est effectus; causano autem debet esse aliquo modo distincta ab effectu. Accedit praeterea, quod in actibus imperatis non poterit ex­ plican quid sit haec causalitas, quia in huiusmodi actibus nihil immediate influit ipse finis; multoque minus explican poterit in effectibus Dei et naturalium agentium. 3. Haec sententia in eo magnani difficultatem habet quod rem non declarat, nam per illa verba, i d c u iu s g r a tta , non tam declaratur causalitas finis quam denominano quaedam resultans in ipso fine ex eo quod aliud ad ipsum ordiuetur; quae denomina­ do non potest esse causalitas, tum quia non est aliquid rei in effectu, sed aliquid ratio-

nis in causa seu denominado extrínseca, quod idem est; quod enim Deus sit id cu­ ius grada res fit non est aliquid intrinsecum in rebus, ñeque in Deo ipso, sed est deno­ minado extrínseca Dei a rebus ipsis desumpta. Tum edam quia in illis verbis non significatur finis ut prìncipium, sed podus ut terminus, et ideo non significatur emanano aliqua vel influxus causae finalis in effectum, quod videtur esse de ratione omnis causalitans. Et confirmatur primo quia alias in omni motu respectu sui termini esset propriissima causalitas finis, et in omni actu respectu sui obiecti; consequens est falsimi; ergo. Sequela patet, quia terminus est id cuius grada est motus, et obiectum cuius gratia est actus. Minor vero patet, quia alias causalitas finis non magis conveniret obiecto voluntatis quam aliarum potenriarum; nec magis esset in rational! motìone quam in naturali. Unde confirmatur, secundo, quia alias, quamdiu res est gratia alicuius finis, tamdiu actu causaretur a tali fine, ut potentia visiva, quae est propter actum videndi,

D is p u ta c ió n X X I I I .— S e c c ió n I V

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a c tu a lm en te p o r aq u el fin , ya q u e siem pre d u ra aquella denom inación d e q u e esta potencia existe p o r causa de su acto u objeto, denom inación q u e p u e d e e m an a r o de u n a acción p re té rita o de la propensión n a tu ra l de la potencia a su acto u objeto. A hora bien, el consiguiente es falso, p o rq u e la causalidad actual d el fin n o existe sin la causalidad actual d el agente, com o d iré e n se g u id a; p o r consiguiente, con aquella denom inación n o se explica suficientem ente la causa­ lid ad d e l fin. P rin cip alm en te p o rq u e todos p o n e n esta causalidad e n la m oción m etafórica, la cual n o se explica suficientem ente p o r aquellas solas palabras, si n o se expone m ás la cosa.

Análisis de la segunda opinión 4. E l segundo m odo d e explicar esta causalidad p u e d e ser q u e es u n a c ie rta m oción m etafórica; esto está tom ado así e n com ún d e A ristóteles, I De Generat., c. 7, y de S anto T o m á s, I-II, q. 1, a. 1, y d e otros lugares q u e re fe riré inm ediatam ente. C o n to d o , en el m odo d e explicar la m oción, esta sentencia es sin g u la r; p ues dice q u e esa m oción es ta l q u e de suyo antecede al acto p ro d u cid o p o r la voluntad, n o sólo en n aturaleza, sino tam b ién e n tiem p o , ya q u e esta m o ­ ción resu lta, p o r u n a cierta n ecesidad n a tu ra l, de la cau sa final p ro p u e sta su­ ficientem ente; en cam bio, el acto d e la v o luntad perm an ece en su lib ertad . P o r lo cual, au n q u e está m oción respecto de la m ism a causa final sea com o u n acto segundo, con todo, resp ecto d e la v o lu n tad se com porta com o acto p rim ero . L o cual se explica y p ru e b a d e este m odo, pues p o r el m ism o hecho d e q u e la b o n ­ d ad d el fin esté suficientem ente conocida y p ro p u esta a la v o lu n tad , la estim u la y, cu a n to d e ella d ep en d e, la atrae hacia su a m o r; la v o lu n ta d , en cam bio, p o r lo m ism o q u e es libre, p u e d e su sp en d er su p ro p io a c to ; p o r consiguiente, esta m oción del fin es d istin ta del acto m ism o d e la vo lu n tad , y le p re c e d e ; p o r tan to , en esta m oción consiste la p ro p ia causalidad del fin . E l an tec ed en te p a ­ rece q u e consta p o r la experiencia, y su fu n d am en to p a re c e q u e consiste en u n a cierta sim patía n atu ral q u e se d a e n tre el en ten d im ien to y la voluntad, en cu a n to radican en la m ism a esencia d el alm a. L a p rim e ra consecuencia es conocida d e p o r vel propter obiectum visibile, semper actu causaretur ab ilio fine, quia semper durat illa denominano, quod haec potentia est propter suum actum vel obiectum; quae de­ nominano manare potest vel ex actione praeterita, vel ex naturali propensione potentiae in suum actum vel obiectum. Consequens autem est falsura, quia actualis causalitas finis non est sine actuali causalitate agentis, ut ststim dicam; per illam ergo denominationem non satis dedaratur causalitas finis. Praesertim quia omnes ponunt hanc causalitatem in motione metaphorica, quae non satis dedaratur per sola ilia verba, nisi res amplius exponatur.

laris haec sententia: dicit enim hanc mo­ tionem talem esse ut ex se antecedat ac­ tum a voluntate elicitum, non solum natura, sed etiam tempore, quia haec motio naturali quadam necessitate resultat ex causa finali sufficienter proposita; actus autem volunta­ tis in eius manet liberiate. Unde, licet haec motio respectu ipsius causae finalis sit velutì actus secundus, tamen respectu voluntatis se habet ut actus primus. Quod explica tur et probatur in hunc modum, nam hoc ipso quod bonitas finis sufficienter est cognita et voluntati proposita, excitat illam, et quan­ tum in se est, trahit earn ad sui amorem; voluntas autem, eo quod libera sit, potest suspendere suum proprium actum; ergo Expenditur secunda sententia haec motio finis est distincta ab ipso actu 4. Secundus modus explicandi hanc cau­ voluntatis et antecedit ilium; ergo_in hac motione consistit propria causalitas finis. An­ salitatem esse potest illam esse quamdam tecedens experientia constare videtur, et funmetaphoricam motionem; quod ita in com­ muni sumptum est ex Aristotele, I de Gedamentum eius videtur esse positum in symner., c. 7, et D. Thoraa, I-II, q. 1, a. 1, et pathia quadam naturali, quae est inter inaliis locis quae statim referam. Tamen in tellectum et voluntatem, quatenus in eadem modo explicandi hanc motionem est singuanimae essentia radicantur. Prima vero con47

Disputaciones metafísicas

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s í; y la seg u n d a es clara, p o rq u e p o r n in g u n a otra razón parece q u e p u eda en­ ten d erse e sta causalidad, sea p o rq u e lo que sigue in m ed iatam en te tras esta m o­ ción en la v o lu n tad es alg ú n acto suyo, el cual, com o decía antes, n o es la cau­ salidad, sino u n efecto d e la causa final; sea tam b ién p o rq u e , desechada esta m o­ ción, en lo resta n te el fin n o se co m p o rta com o causa, sino m ás b ie n como té r­ m in o especificativo, q u e m ás bien p a rticip a de la causalidad de la form a que tie n e n todos los objetos q u e especifican los actos d e cualesquiera potencias. 5. P ero esta sentencia, en p rim e r lu g ar, es ajena a la m e n te d e Santo T o ­ m ás, en todas p artes e n q u e p o n e la causalidad d e l fin en esta m oción m etafó­ ric a , pues en la q. 22 De Veritate, a. 2, explicando esta m oción, d ic e : Como el

influir de la causa eficiente es obrar, así el influir de la causa final es ser ape­ tecida o deseada; en lo cual m u e stra claram ente que no está en acto la influen­ cia de la causa final, h asta q u e la v o lu n tad sea m ovida apeteciendo o deseando. L o m ism o piensa en la q. 5 De Potentia, a. 1. Y se p ru e b a con la razón, porque es u n a contradicción m anifiesta q u e esté el fin causando en acto segundo, y que n o haya algo actualm ente c a u sa d o ; ahora b ie n , antes de q u e la volu n tad p ro ­ duzca su acto, nada h a y causado en la m ism a ; p o r consiguiente, tam poco la causalidad d el fin p u e d e e sta r e n acto seg undo. L a m ayor es clara, ya porque causar y ser causado son correlativos, ya ta m b ié n p o rq u e la causalidad real debe term in arse e n algo real y d e b e ser en sí algo real, de lo contrario n o sería nada; p o r consiguiente, si e n la v o lu n ta d n o hay n in g u n a n u eva realidad, u operación o efección, tam poco p u e d e h a b e r e n ella causalidad actual del fin ; n i tam poco la hay en el enten d im ien to , com o es claro d e p o r sí; p o r tan to , n o puede en­ ten d erse tal causalidad del fin a n te s de to d o acto de la v o lu n tad Y se confirm a en p rim e r lu g a r p o rq u e el fin n o causa en a c to si el agente n o ob ra ta m b ié n en acto, pu es, com o dijo A ristó teles, IH d e la Metafísica, c. 2 , te s t. 3, él fin y aquello por razón de lo cual, es fin de alguna acción; y p o r ello dijo el mismo A ristóteles, I De Generat., c. 7, q u e al cesar la acción se d e tien e ta m b ién la causa causa algo actualm ente en la v o lu n ta d . P o r ú ltim o se confirm a explicando la causalidad d e la causa final c o n p rio rid a d te m p o ra l a q u e se incoe la acción del a g e n te ; ahora b ien , a n tes d e q u e la v o lu n ta d p ro d u z c a el acto, n in g u n a causa

sequentia per se nota est; secunda autem patet, quia nulla alia ratione videtur intelligi posse haec causalitas, turn quia quod proxime sequitur póst hanc motionem in volúntate est aliquis actus eius, qui, ut supra dicebam, non est causalitas, si d effectus cau­ sae finalis; turn etiam quia, s ’usa hac motione, in reliquis finis non se .abet u t cau­ sa, sed potius ut terminus specificans, qui potius participat causalitatem formae, quam habent omnia obiecta quae specificami actus quarumcumque potentiarum. 5. Haec vero sententia imprimis est alie­ na a mente D. Thomae, ubicumque ponit causalitatem finis in hac motione metaphorica, nam q. 22 de Verit., a. 2, explicans hanc motionem inquit: Sicut influere causae efficientis est ágete, ita influere causae fina­ lis est appetì seu desiderati; ubi clare sentii non esse in actu influentiam causae finalis, donee voluntas moveatur appetendo seu de­ siderando. Idem sentit q. 5 de Potent., a. 1. E t ratione probatur, quia est aperta repugnantia quod sit finis causans in actu secun-

do, et quod non sit aliquid actu causatum; sed antequam voluntas eliciat actum, nihil est causatum in ipsa; ergo neque causalitas finis potest esse in actu secundo. Maior pa­ tet, turn quia causare et causari sunt correlativa, turn etiam quia realis causalitas ad aliquid reale terminari debet et in sese debet esse aliquid reale, alias esset nihil; si ergo in voluntate nulla res nova, vel operatio aut effectio 1 inest, neque actualis causalitas finis in ilia esse potest; neque etiam est in intellectu, ut per se constat; ergo intelligi non potest talis causalitas finis ante omnem ac­ tum voluntatis. Et confirmatur primo, quia finis non causat in actu, nisi agens etiam actu efficiat, nam, ut dixit Aristoteles, III Metaph., c. 2, text. 3, finis et id cuius gra­ tia, alicuius actionis est finis; et ideo dixit idem Aristoteles, I de Gener., c. 7, cessante actione sistere etiam finalem causam; ergo eodem modo prius tempore quam actio agentis inchoetur, Don potest esse in actu secundo causalitas causae finalis; sed an­ tequam voluntas eliciat actum, nulla causa

t En otras ediciones affectio. (N. de los EE.)

Disputación X X III.— Sección IV

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eficien te m ovida p o r e l fin o b ra algo e n acto , y al co n trario , tam poco se h ace n a d a actualm ente p o r causa d e l fin ; p o r consiguiente, tam poco el m ism o fin cau sa algo actualm ente en la v oluntad. P o r últim o se confirm a explicando la cosa m ism a ; p u es an tes d e q u e la v o luntad sea m ovida p ro d u cien d o su p ro p io acto, sólo h ay u n o b jeto b u e n o o u n fin rep resen tad o m ed ian te el conocim iento 0 ju icio d e l en ten d im ien to ;, y e n la v o lu n tad n o hay n a d a q u e n o estuviese a n te s ; p o r consiguiente, e n to d o ese tiem p o n o h a y n in g ú n estím u lo d istin to del ju ic io ; ah o ra b ien , el m ism o juicio n o es la causalidad, sino la aproxim ación su ficiente d el fin p a ra q u e p u e d a c a u sa r; p o r tan to , la causalidad d e l fin n o p u ede e n te n ­ d e rse p u e sta en acto antes d e l acto d e la v oluntad. M ay o rm en te siendo así q u e n i la causalidad p u e d e versar so b re la m ism a potencia, y a q u e ésta n o se com ­ p o rta todavía d e o tro m o d o , sino q u e p erm anece in m u ta d a , n i sobre el acto d e la m ism a voluntad, y a q u e éste todavía n o existe. 6 . D irá tal vez alg u n o q u e estas razones concluyen q u e la causalidad d e l fin es algo nuevo en la m ism a vo lu n tad , q u e es el p ro p io acto elícito o su lib re c o n sen tim ien to ; p e ro , a p e sa r d e todo, q u e p u ed e ser algún n u ev o m odo d e co m p o rtarse, o p a ra decirlo m ás claro, alg ú n afecto sim ple p o r el cual esté ac­ tu a l y vitalm ente in clin ad a al fin, p a ra q u e lo am e o lo p reten d a. P e ro esto n o se afirm a consecuentem ente e n aquella opinión, p ues tal afecto, d e cu alq u ier m o d o q u e se finja en la v o lu n ta d , n o p u e d e d ejar d e ser p ro d u c id o p o r ella, d e lo con­ tra rio n o p o d ría ser u n a afección o m oción vital, sino q u e sería alguna cualid ad p o r m o d o d e h á b ito o acto p rim e ro , la cual d e n in g ú n m o d o p u ed e fin g irse o concebirse, com o p ru e b a n suficientem ente las razones h asta aq u í expuestas. Y si tal m ovim iento es p ro d u c id o p o r la v o lu n tad , es u n cierto acto d e la v o lu n ta d ; p o r consiguiente, n o se d a la causalidad d el fin antes d el acto d e la voluntad. 7 . Y si se dice q u e aq u el acto es im perfecto y a m a n e ra d e veleidad — com o 1 lo llam an— , y q u e la segunda opinión q u e exam inam os h a de ser e n ten d id a acerca d el acto y consentim iento perfecto, en contra d e esto está en p rim e r lu g a r q u e aq u el acto, d e cualquier clase que sea, es u n cierto efecto d el m ism o fin ; por consiguiente, n o es la causalidad del fin ; o bien si en él la causalidad p u e d e distinguirse del efecto, lo m ism o po d rá decirse del p rim e r acto perfecto y co n -

efficiens mota a fine aliquid actu agit, et e mcdum se habendi, vel, ut clarius dicamus, contrario nihil etiam actu fit propter finesa; esse aliquem simplicem affectum per quem ergo ñeque ipse finis aliquid actu causat in sit actualiter et vitaliter propensa in finem, volúntate. Ultimo confirmatur declarando ut ilium amet vel intendat. Sed hoc non est rem ipsam; nam antequam voluntas mo- constanter dictum in ilia sententia, nam taveatur diciendo proprium actum, solum est lis affectus, quacumque ratione fingatur in obiectum bonum seu finis repraesentams per volur.tate, non potest esse non elicitus ab cognitionem seu iudicium intellectus; in vo­ ilia, alias non potest esse vitalis motio aut lúntate autem nihil est quod antea non es- affecdo, sed erit qualitas aliqua por modum set; ergo in toto jilo tempore nulla est ex­ habitus vel actus primi, quae nulla ratione citado distincta a iudicio; ipsum autem iu­ fingi aut cogitari potest, u t satis probant dicium non est causalitas, sed sufficient ap­ rationes hactenus factae. Si autem file mo­ proximate finis ut causare possit; ergo non ms est elicitus a voluntate, file est quidam potest intelligi causalitas finis in actu posita actus voluntatis; non ergo datur causalitas ame actum voluntatis. Máxime cum ñeque finis ante actum voluntatis. illa causalitas versari possit circa ipsam po7. Quod si dicatur ilium actum esse imtentiam, cum ipsa r.ondum aliter se habeat perfectum et per modum veUeitatis, ut vosed immutata maneat, ñeque circa actum cant, secundam autem sententiam quam exaipsius voluntatis, cum ilie nondum sit. minamus esse intelligendam de perfecto .ac­ 6. Dicet fortasse aliquis has radones con­ tu et consensu, contra hoc obstat primo, cludes hanc causalitatem finis esse aliquid quod ilie actus, qualiscumque sit, est qui­ novum in ipsa volúntate, quod sit proprius dam effectus ipsius finis; ergo non est cau­ actus elicitus seu consensus liber eius; ni- salitas finis; vel si in ilio distingui potest hilominus tamen esse posse novum aliquem causalitas ab effectu, idem dici poterit. de

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Disputaciones metafísicas

sum ado, n i será preciso re c u rrir a ta] acto im p erfe cto . E n segundo lugar, se o p one el q u e la causalidad q u e ejerce el fin so b re tal acto tiene e n él su p ro p io efecto, y p o r ello ésta n o es la causalidad p ro p ia y necesaria p a ra o tro acto con­ sum ado y. perfecto, q u e buscam os, sino q u e será sólo u n a ocasión y cierta d is­ posición p a ra aquel efecto u lte rio r. F in alm en te se opone el h echo d e q u e o bien aq u el acto sim ple es necesario, o es lib re ; si es lib re , consiguientem ente, n i siem pre resu lta de la suficiente proposición d e l fin, com o decía aquella opinión, n i tam poco es preciso q u e siem pre p reced a a la efección del acto consum ado d e am or o d e la in ten ció n d e l fin ; p o r consiguiente, n o es necesario de suyo p a ra la causalidad del fin , n i p u e d e consistir e n él tal causalidad. E n cam bio, si d ic h o acto se hace n a tu ra lm e n te y sin lib e rta d , m ucho m enos p u e d e ser re q u e ­ rid o de suyo para la causalidad d el fin sobre el acto lib re y p e rfe c to ; pues tales actos o m ovim ientos im p erfe cto s surgen en nosotros d e la conjunción del ape­ tito , o d e alg u n a causa su p erio r que previene n u e stra deliberación, y por ello sólo son ú tile s o necesarios estos actos, su p u e sta alguna im perfección n u estra, p o r m odo d e disposición o excitación; pero n o p o rq u e sean re q u erid o s d e suyo p a ra la causalidad del fin. P o r lo cual en los ángeles, e n el alm a d e C risto, en la -Santísima V irgen y en otros h u b o u n m o d o perfecto d e o p erar p o r la causa­ lid a d del fin , sin tales actos¿

Se propone y persuade la tercera opmion 8. P o r consiguiente, la te rcera o pinión es la q u e establece tam bién esta causalidad d e l fin en la m oción m etafórica. P ero añade que tal m oción no se p o n e en acto segundo m ás que cuando la v o lu n tad es m ovida en acto segundo, y q u e c u an d o se pone así, en la realidad n o h a y n a d a d istin to del m ism o acto d e la v o lu n tad . P ero d e l m odo q u e antes decíam os q u e u n a y la m ism a acción, e n cuanto fluye del ag en te es su causalidad, p e ro en cu an to está e n la m ateria ¿s tam b ién su causalidad sobre la form a, así d icen q u e u n a y la m ism a acción d e la v o lu n ta d es causada p o r el fin y p o r la v o luntad m ism a, q u e en cuanto proviene d e la v o lu n tad es la causalidad eficien te y e n cuanto p roviene del fin primo acni perfetto et consummate, neque erit necessarium recurrere ad talem actum imperfectum. Obstat secundo quia causalitas quam finis exercet circa talem actum, in ilio habet suum proprium effectum et ideo illa non est causalitas propria et ne­ cessaria ad alium actum col . unatum et perfectum, quam inquirimus, see solum erit occasio et cfispositio quaedam ad ilium ulteriorem effectum. Tandem obstat quia vel file actus simplex est necessaria, aut liber: si est liber, ergo neque semper resultai ex sufficienti propositione finis, ut fila opinio dicebat; neque edam oportet ut semper antecedat ante. effectionem- consummati actus amoris, vel intenrionis finis; non est ergo per se necessarius ad causalitatem finis, ne­ que in filo potest talis causalitas consistere. Si vero file actus naturaliter fit et absque libertate, multo minus esse potest per se requisitus ad causalitatem finis circa actum liberum et perfectum; huiusmodi enim ac­ tus vel motus imperfetti insurgunt in nobis ex coniunctione appetitus, vel ex aliqua su­ periori causa preveniente deliberationem

mostrarti, et ideo solum sunt utiles vel necessarii hi actus, supposita aliqua imperfectione nostra, per modum dispositionis vel excitationis; non vero quia per se siut ad causalitatem finis requisiti. Unde in angelis, in Christi anima, in B. Virgine, et aliis, fuit perfectus modus operandi ex causalitate fi­ nis absque huiusmodi attibus. T e n i a s e n te n tia p r o p o n itu r e t s u a d e tu r

8. Est ergo tertia sententia, quae constituit etiam hanc finis causalitatem in motione metaphorica. Addit vero huiusmodi motionem non poni in actu secundo nisi quando voluntas in actu secundo movetur, et quando sic ponitur in re, non esse aliquid distinctum ab ipsomet actu voluntatis. Sed sicut supra dicebamus unam et eamdem ac­ tionem, prout fluit ab agente, esse causalita­ tem eius, ut vero inest materiae, esse etiam causalitatem eius chea formam, ita aiunt unam et eamdem attioDem voluntatis causari a fine et a volúntate ipsa, et prout est a vo­ lúntate esse causalitatem effectivam, prout

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es la causalidad final- y que en el p rim e r sentido es u n a m oción real y p ro p ia, ya q u e ta l acción em an a d e la p o ten cia com o d e su p ro p io p rin cip io físico, y según el segundo se n tid o es u n a m oción m etafórica, p o rq u e em an a del objeto que atrae y arrastra a la v o lu n tad hacia sí. E sta sentencia se tom a de Santo T o ­ m ás e n los lugares citados y e n I-II, q. 9, a. 1, donde dice q u e el fin m u ev e m etafóricam ente a la vo lu n tad , juzgando q u e en esto consiste su causalidad, a u n q u e n o lo declare ta n expresam ente. C on todo, del lib . I cont. G ent ., c. 75, raz. 5, p u e d e ded u cirse esto m ás c laram en te; pues dice S anto T o m á s que la causalidad, del fin consiste en esto, qu e p o r él sean deseadas o tras ■ cosas. D e las cuales p alab ras infiero q u e el m ism o deseo con el que es d eseado algo por causa del fin , e n cuanto p roviene d el fin es llam ado p o r S an to T o m á s causalidad del fin. P o r o tra p arte, el q u e la causalidad d e l fin consista e n esta m oción m eta­ fórica es u n m odo co m ú n de expresarse e n tre los autores, com o se ve p o r A vicen a , lib . V I d e su M etafísica, tratad o 5 , c. 5 ; A lberto, V M e tap h ., tra ta d o 1, c. 3 ; y H erveo, Quodl. II, q. 1, y m ás claram ente e n la q. 8, § A d ratiories; Soncinas, V M etaph., q. 2. Y se tom a ta m b ién d el A lense, I , q. 17, m iem bro 3. C on to d o , nad ie explicó ta n clara y expresam ente la m en cio n ad a sentencia com o O ckam , In II, q. 3, a. 2 , d o n d e dice que la causación d el fin es m over al efi­ ciente a o b ra r; y q u e aquel m over n o es o tra cosa sino q u e el fin m ism o sea am ado p o r el agente, o algo p o r causa de él. P o r lo cual, poco d espués respon­ diendo a u n a d u d a dice q u e la causalidad fin al n o existe con p rio rid a d tem poral a la m oción del agente, al m enos p o r m edio d el am or o la volición con la q u e quiere e l efecto q u e h a d e ser hecho p o r causa d el fin, o e l fin m ism o por causa de sí. 9. P o r la razó n p arece q u e q u ed a b a sta n te p ro b ad a esta o pinión con las im pugnaciones de las otras y con la en u m eració n su ficiente d e la s p a rte s, p u e sto que n in g u n a otra cosa se p u ed e p en sar q u e sea la causalidad d el fin ; n i tam ­ poco es necesaria o tra cosa p a ra en te n d e r q u e la v o lu n ta d es m o v id a p o r u n fin hacia u n fin y p a ra q u e su acto te n g a d ependencia del fin e n cu a n to que es fin ; por consiguiente, solam ente en lo q u e esta opinión afirm a consiste esta causa­ lidad. Se confirm a y explica p o r u n sím il, p ues el acto d e la p o ten cia cognos-

vero est a fine esse causalítatem finalem, et priori ratione esse motionem realem ac propriam, quia talis actio manat a potentía ut a proprio principio physico, posteriori autem ratione esse motionem metaphoricam, quia manat ab obiecto alliciente et trahente ad se voluntatem. Haec sententia sumitur ex D. ■ñtoma, citatis locis, et I-II, q. 9, a. 1, ubi ait finem movere metaphorice voluntatem, sentiens in hoc consistere causalítatem eius, quamvis non ita expresse id declaren Tamen, ex lib. I cont. Gent., c. 75, rat. 5, id clarius sumi potest; ait enim D. Thomas causalitatem finís in hoc consistere, quod propter illud alia desiderantur. Ex quibus verbis colligo desiderium ipsum quo aliquid propter finem desideratur, quatenus est a fine, vocari a D. Thoma causalitatem finís. Rursus quod causalitas finís in hac motione metaphorica consistat, communis est loquendi modus apud auctores, ut patet ex Avicen., lib. VI suae Metaph., tract. V, c. 5; Alberto, V Metaph., tract. I, c. 3; et Hervaeo, Quodl. II, q. 1, et clarius q. 8, § Ad radones; Sonc., V Metaph., q. 2. Sumitur etiam ex Alensi, I,

q. 17, membr. 3. Nullus tamen ita clare et expresse praedictam declarará sententiam, sicut Ocham, In II, q. 3, a. 2, ubi ait causationem finis esse movere efficiens ad agen­ dum; illud autem movere non esse aliud nisi ipsum finem amari ab agente, vel aliquod propter ipsum. Unde inferios respon­ deos ad quoddam dubium ait non esse prius tempore causationem finis quam motionem agentis, saltern per amorem aut volitionem qua vult effectum exsequendum propter fínem, vel finem ipsum propter se. 9. Ratione videtur satis probari haec sen­ tentia impugnationibus aliarum et a suffi­ cienti partium enumerations, quia nihil aliud cogitari potest quod sit causalitas finis; neque etiam est aliud necessarium ut intelligatur voluntas moveri a fine in finem, et ut actus eius habeat dependentiam a fine ut finis est; 'ergo, in eo tantum quod haec sen­ tentia affirmât, consistât haec causalitas. Confirmatur ac declarator a simili, nam ac­ tus potentiae cognoscitivae pendei et ab ob­ iecto et a potentia; unde causalitas tain ob-

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citiva depende n o sólo del objeto, sino de la p o te n c ia ; p o r lo cual la causalidad ta n to del objeto com o d e la p o ten cia n o es o tra cosa q u e la m ism a acción en c u a n to que fluye del objeto y de la potencia, p ues e n cuanto proviene del ob­ je to se dice su cau salid ad ; en cam bio, en cu an to es de la potencia se dice cau­ sa lid ad de é s ta ; así, p o r tan to , la acción d e la v o lu n ta d al m ism o tiem po que se hace, d e p e n d e n ecesariam ente d e la v o lu n tad y d el fin ; p o r consiguiente, aquella m ism a acción e n cu an to p ro ced e d e la volu n tad es u n a dependencia ac­ tiv a d e ella, y en cu an to n ace del fin, es u n a d ependencia final. E n efecto, en c u a n to a esto existe u n a diversidad e n tre el fin y el objeto d e la potencia cog­ noscente, p u e s el objeto d e la potencia cognoscitiva co n cu rre eficientem ente a s u acto m ed ian te alguna form a real con la q u e r,e une a aq u él, o b ie n por su m ism a en tid a d , si p u e d e u n irse a él p o r ella ; y el bien pro p u esto a la voluntad sólo concurre finalm ente a su acto, p o rq u e sólo m ueve m etafóricam ente atra­ y endo lo q u e h a sido p ro p u e sto p o r el conocim iento, a u n cuando n o exista en la realidad d e o tra fo rm a. S e rechaza la cuarta opinión 10.' P ero h ay q u ienes dicen q u e esta causalidad d el fin n o es u n a acción d e la v o lu n ta d , en c u a n to d e p en d ie n te del fin , sino, p o r el c o n trario , q u e es el fin m ism o p ro p u e sto objetivam ente p o r el e n ten d im ien to , e n cu a n to influye en su género, o c o n c u rre a l acto de la v oluntad. Y si se p re g u n ta q u é es ese con­ cu rso , o q u é añ ad e so b re e l m ism o fin, re sp o n d e n q u e no le añad e n ada in­ trínseco, sino q u e co n n o ta la actual d ependencia d e l efecto resp ecto d e ta l causa. P e ro , au n q u e este m o d o d e h a b la r convenga c o n e l preced en te e n q u e dice que en esta cau salid ad n o in terv ien e n in g u n a o tra cosa fu era d el m ism o fin pro­ p u e sto a la v o lu n ta d p o r m edio d el en tendim iento, y el acto o efecto q u e resulta d e allí en la v o lu n tad , y las denom inaciones q u e su rg en de él p o r las que se dice q u e el fin causa el acto y q u e el acto d e p e n d e del fin , sin em bargo, a pesar de. to d o m e d esa g ra d a p o rq u e dice q u e el m ism o fin es su causalidad o su con­ cu rso al a cto , y a q u e el concurso n u n c a significa la causa m ism a, sino algo que p ró x im am en te fluye d e la causa e n su género, con lo q u e cause el efecto, sea

iecti quam potentiae nihil aliud est quam ipsamet actio, quatenus Suit ab obiecto et a potentia, nam ut est ab obiccto dicitur causalitas eius, ut vero est a potentia est causalitas i l l i u s s i c igitur actio voluntatis simul ac fit, necessario pendet a volúntate et a fine; ilia ergo eadem actio quatenus est a volúntate est dependentia activa ab illa, quatenus vero est a fine, est dependentia finalis. Est enim quoad hoc diversitas inter finem et obiectum potentiae cognoscentis, nam obiectum potentiae cognoscitivae concurrit efficienter ad actum eius, mediante aliqua forma reafi qua illi coniungitur, vel per suammet entitatem, si per illam possit ei uniri; bonum autem voluntati propositum solum finaliter concurrit ad actum eius, quia solum movet metaphorice attrahendo propositum per cognitionem, etiamsi aliter in re non existat.

dependentem a fine, sed e contrario esse ipsummet finem per intellectum obiective propositum, ut influentem in suo genere seu concurrentem ad actum voluntatis i. Quod si inquiras quid sit concursus file, vel quid addat supra ipsum finem, respondent nihil ei intrinsecum addere, sed connotare actuaIem dependentiam effectus a tali causa. Sed, licet hie modus dicendi in hoc cum praecedenti conveniat, quod in hac causalitate nullam aliam rem intervenire dicit praeter ip­ sum finem voluntati obiectum medio intellectu, et actum vel effectum inde resultantem in volúntate, et denominationes inde insurgentes quibus et finis dicitur causare actum et actus pendere a fine, nihilominus tarnen in eo displicet, quod ipsum finem dicit esse suam causalitatem seu concursum suum ad actum, quia concursus nunquam significat causam ipsam, sed aliquid quod Q u a r ta s e n te n tia r e ii c itu r 10. Sunt vero qui dicant hanc causalita- proxime profluit a causa in suo genere, quo tem finis non esse actionem voluntatis ut causet effectum, sive filud distinguatur ali1 Vide Fonsecam, lib. V Metaph., q. 13.

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q u e aquello se distinga d e algún m odo del efecto en la realidad m ism a, sea so­ lam ente con la razón, en cuanto se concibe com o quo y quod. A cerca de lo cual hablam os antes al tra ta r de la causalidad de la causa eficiente; y existe la m ism a ra z ó n proporcional acerca d e la final. M ás aún, e n ésta existe en cie rto m o d o u n a m ayor ra z ó n p o rq u e el fin a veces causa n o existiendo en acto, sino sólo objetivam ente en el entendim iento. 11. P ero agregan q u e no es necesario q u e el co n cu rso de la causa final exista realm en te cu an d o ella m ism a causa actualm ente, sin o q u e b asta con q u e exista objetivam ente. C o n todo, esto no se dice acertadam ente, p o rq u e existir objetivam ente sólo es se r conocido; y, en cam bio, p a ra q u e la causa final cause actu a lm en te, no es necesario que su concurso actualm ente sea pensado o cono­ cido, sino q u e basta p e n sa r acerca de la b o n d ad de tal causa y , p o r el contrario, a u n q u e aq u el concurso exista e n su ser objetivo p o r el form al y expreso p en sa­ m ie n to so b re él y so b re su conveniencia, ello n o b asta p a ra q u e el efecto sea p u e sto en la voluntad, com o consta d e p o r sí, ya q u e m an teniéndose todo aquel pensam iento puede la v o lu n tad n o m overse. P o r tan to , a u n q u e la causa final según su ser o su b o n d a d exista sólo o b jedvam ente en e l e n ten d im ien to , con todo, p a ra que cause actualm ente es preciso q u e su co ncurso a ctu a l se p o n g a en la realid ad m ism a, p o rq u e este concurso e n la realid ad no es o tra cosa q u e la d ep en d en cia del efecto resp ecto de su c au sa; y p a ra q u e la causa cause ac­ tu alm en te es preciso q u e el efecto en la realidad m ism a sea causado actu a lm en ­ te ; p o r tan to , q u e d e p en d a tam bién realm en te d e la c a u sa ; p o r consiguiente, ta m b ién q u e el concurso actual, o lo que es lo m ism o, la d ependencia actual, exista e n la realidad m ism a y no sólo en el e n te n d im ie n to ; m ás aú n , esto ú l­ tim o es inconveniente. P ero p o rq u e tal d ependencia de este efecto d e la causa final respecto d e ella sólo consiste e n u n a cie rta relación in trín seca a ta l causa, la cual relación p u e d e e x istir en la realidad m ism a y p u e d e te n e r com o térm in o la causa e n cuanto existente sólo objetivam ente en el e n ten d im ien to , resu lta de ello q u e p u e d e la causa fin a l causar actualm ente existiendo sólo objetivam ente, y no p u ed e causar actualm ente a n o ser q u e su causalidad exista realm ente, p o r la relación a la m ism a causa existente objetivam ente.

quo modo in re ipsa ab effectu, sive tantum ratione, quatenus concipitur ut quo et quod. De qua re diximus supra, tractando de causalitate causae efficientis ; est autem eadern proportionalis ratio de finali. Immo in hac est quodammodo maior ratio, quia finis in­ terrirai! causai non existens actu, sed tan­ tum obiective in intellectu 11. Sed aiunt etiam non esse necessarium ut concursus finalis causae realiter existât quando ipsa actu causât, sed satis esse si existât obiective. Hoc tamen non recte dicitur, quia esse obiective tantum est cognosci; at vero ut causa finalis actu causet, non est Decesse concursum eius actu co­ gitali aut cognosci, sed sufficit cogitare de bonitate tabs causae, et e converso, quamvis ¡He concursus sit in esse obiectivo per formaient ac expressam cogitationem de ilio et de cius convenientìa, id satis non est ut effectus ponatur in voluntate, ut per se con­ stat, quia stante tota illa cogitatione potest voluntas non moved. Igitur, licet causa fi-

nalis secundum suum esse aut bonitatem suam sit tantum obiective in intellectu, ta­ men ut actu causet, oportet ut actualis con­ cursus eius in re ipsa ponatur, quia hic concursus in re non est aliud a dependentia effectus a sua causa; ut autem causa actu causet, oportet ut effectus in re ipsa actu causetur; ergo et quod dependeat realiter a causa; ergo et quod concursus actualis, seu quod idem est, dependentia actualis in re ipsa existat, et non tantum in intellectu, immo hoc posterius est impertinens. Quia vero haec dependentia huius effectus causae finalis ab ilia solum consistit in intrinseca quadam habitudine ad talem causam, quae habitudo in re ipsa existere potest et terminari ad causam ut existentem tantum ob­ iective in intellectu, inde est quod possit causa finalis actu causare existens tantum obiective, non possit autem causare actu nisi causalitas eius existat realiter, per habitudinem ad ipsam causam obiective existentem.

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Se elige la tercera opinión y se resuelve la cuestión

12. P o r lo cual; con la im pugnación de esta ú ltim a opinión q u ed a m ás ex­ plicad a y confirm ada la tercera, q u e sin d u d a es v erd ad era, y satisface m uy bien e n cu a n to a este efecto q u e tiene el fin d e n tro d e la v o lu n ta d creada, y en cuan­ to a su causalidad. N i se opone en n ada a ella la objeción ad ucida arriba de q u e el acto d e la voluntad es m ás b ie n efecto q u e causalidad del fin. Pues en p rim e r lugar, en el m ism o acto d e la v o lu n tad podem os h acer distin ció n en tre la acción y el acto y direm os q u e el acto es efecto, y q u e la acción, en cam bio, en cu a n to e n su género d e p e n d e del fin , es su causalidad, com o se h a de decir p ro p o rcio n alm en te acerca d e la causalidad eficiente. A dem ás, a u n cuando en a q u e l acto n o se distingan p o r su n atu raleza aquellas d o s razones, sino q u e se fin ja q u e es u n a p u ra acción, a p e sa r d e to d o n o re p u g n a que la m ism a co sa q u e es efecto d e la causa, e n ese género en q u e e s efecto, sea tam b ién causalidad, c u a n d o aquel efecto es la m ism a acción, y b a sta la d istin ció n de razó n para q u e se distin g an p o r m odo d e causalidad o p o r m o d o d e efecto, com o consta m ani­ fiestam en te en la causalidad activa. 13. P u ed e parecerle a alguno m ás difícil q u e u n a cosa e n teram en te la m ism a o u n m odo real sin n in g u n a distin ció n en la re a lid a d sea causalidad del fin y d e la causa eficiente, a p e sa r d e q u e estas causas sean d e n atu raleza distinta. P e ro si se consideran las cosas dichas a n terio rm en te acerca de las causalidades d e las otras causas, cesará la adm iración. P u es ta m b ié n la m ism a u n ió n bajo d i­ versos aspectos es causalidad de la m ateria y d e la fo rm a, a u n q u e aquellas cau­ sas ten g an d iv ersa n a tu ra le z a ; m ás a u n , la m ism a m u tació n , en cuanto es ac­ ción, es causalidad d el agente, y en cuanto es p asió n es causalidad d e la m ate­ ria, au n q u e la acción y la pasión n o se distin g an en la re a lid a d ; y d e m odo se­ m e ja n te , la m ism a acción e n diversos respectos e s causalidad de la causa p ri­ m era y de la segunda. Y la ra z ó n e stá en q u e u n a y la m ism a acción p u ede p o r sí m ism a ser causada in m e d ia ta m e n te p o r m u c h a s causas, e n su gén ero p o r cada u n a ; y así, m e d ia n te ella es causado e l efecto p o r las m ism as causas, y por e llo con referencia a cada u n a d e ellas es causalidad d e cada u n a, y e n sentido in ­ verso es la d ependencia p ro p ia de ta l efecto re sp e c to de tal causa. dem effectus, sicut in causalitate aedva ma­ nifeste constat. Difficilius videri alicui potest quod 12. Unde ex impugnatione huius ultimae 13. sententiae magis expKcata et confirmata ma- eadem omnino res, seu realis modus sine net tertia, quae sine dubio vera est et op­ ulla distinctione in re, sit causalitas finis et tarne satisfacit quoad hunc effectum quem efficientis, cum tarnen istae causae diversafinis habet intra voluntatem creatam, et rum rationum sint. Sed si considerentur suquoad causalitatem eius. Neque contra illam perius dieta de causalitatibus aliarum cauquidquam obstat obiectio supra fatta, quod sarum, cessabit admiratio. Nam edam eadem actus voluntatis potius est effectus quam cau- unio diversis respectibus est causalitas materiae et formae, licet illae causae diversalitas finis. Nam imprimis in ipsomet actu sarum radonum sint; immo eadem mutano voluntatis possumus distinguere actionem ab ut est aedo, est causalitas agentis, ut vero actu, et actum dicemus esse effectum, actio­ est passio, est causalitas materiae, quamvis nem vero, quatenus in Suo genere est a fine, aedo et passio re non distinguantur; et si­ esse causalitatem eius, sicut pr-oportionaliter militer eadem aedo diversis respectibus est dicendum est de causalitate effettiva. Dein­ causalitas primae causae et secundae. Et ra­ de, etiamsi in ilio actu non distinguantur ex do est quia una et eadem aedo per seipsam natura rei illae duae rationes, sed fingatur potest immediate causari a multis causis, ab esse pura actio, nihilominus non repugnat unaquaque in suo genere; atque ita me­ ut eadem res quae est effectus causae, in diante illa causatur effectus ab eisdem cau­ eo genere in quo est effectus, sit edam cau- sis, ideoque per comparationem ad unamsalitas, quando file effectus est ipsamet ae­ quamque earum est causalitas uniuscuiusdo, suffìcitque disdnctìo radonis u t distin- que, et e contrario est propria dependenria guantur per modum causalitatis vel per mo­ talis effectus a tali causa. T e r tia s e n ie n tia e lig itu r e t r e s o lv itu r q u a e s tio

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14. Q u ed a p o r explicar la segunda d ificu ltad , p o rq u e , a u n q u e este m odo d e exp licar la causalidad final satisfaga p a ra los actos p ro d u cid o s p o r la vo lu n ­ ta d creada, con to d o n o satisface en cuanto a las acciones im peradas y efectos ex teriores o tran seú n te s (para om itir d e m o m en to la v o lu n ta d d ivina y la s ac­ ciones d e los agentes, natu rales, sobre los cuales tratarem o s d e sp u é s); p o r con­ siguiente, parece q u e la p reced en te opinión y doctrina n o p u ede aplicarse a las referidas acciones y efectos, p o rq u e la causa final n o m ueve m etafóricam ente las p otencias sujetas a la voluntad, sino sólo a la m ism a v oluntad, la cual d e s­ pués m ueve o aplica las p otencias inferiores a sus acciones no d e m o d o fin al, sino e ficien te; p o r tan to , el fin e n cuanto ta l n o tiene n in g u n a causalidad p ro p ia sobre estas acciones o bien ésta n o consiste e n tal m oción m etafórica. 15. E n este p u n to en p rim e r lu g ar hay q u e establecer q u e lo s efectos ex ­ teriores q u e son p roducidos p o r estas acciones en ta n to p u e d e n se r efectos d e la causa final en cu a n to las acciones p o r las que son h ech o s son causadas de algún m o d o en su género p o r la causa final y dependen d e ella ; p o rq u e , com o antes decíam os con A ristóteles, la causa final no causa actu a lm en te m ás q u e cuando el agente o bra p o r causa del fin . P o r lo cual, del m ism o m o d o q u e el efecto h echo p o r el agente, si no dep en d e de él en la conservación, sino sólo en su hacerse, al cesar la acción ya n o es causado, sino q u e h a sido causado, así el m ism o efecto en cuanto q u e es causado p o r el fin — p o r causa d el cual h a sido hecho— , al cesar e n teram en te la acción del q u e o bra p o r u n fin, y a n o es cau­ sado p o r el fin, sino q u e h a sido causado y q u ed a o rd en ad o al fin , sea p o r u n a in trínseca relación o p ro p en sió n , sea p o r u n a extrínseca denom inación o re la ­ ción fu n d a d a en la acción anterior. 16. Q u eda, p o r ta n to , to d a la d ificu ltad acerca de las acciones im peradas, pues en el m odo e n q u e ellas h ayan sido causadas p o r e l fifi serán causalidades del m ism o fin respecto d e los efectos o térm inos, ya q u e p o r ellas d ep en d erán tales efectos d e la causa final, y sólo p o r razó n de ellas se d irá q u e son hechas p o r causa d e tal fin . P o r ta n to , acerca d e las m ism as acciones im p erad as p u ed e

14. Altera difficultas explicanda manet, quia, licet haec ratio explicandi causalitatem finalem satisfaciat quoad actus elicitos a volúntate creata, non tamen satisfacit quoad actiones imperatas et effectus exte­ riores seu transeúntes (ut interina omittamus voluntatem divinam et actiones naturalium agentium, d c ~quibus infra dicturi sumus); videtur ergo superiorem sententiam et doc­ trin ará non posse applicari ad praedictas ac­ tiones et effectus, quia causa finalis non movet metaphorice potentias subiectas vo­ luntad, sed solum ipsam voluntatem, quae postea non finaliter, sed effective movet aut applicat inferiores potentias ad actiones earum; ergo finis ut sic nullam propriam causalitatem habet in has actiones, vel illa non consistit in tali motione metaphorica. 15. In hac re imprimis •statuendum est effectus exteriores qui per has actiones producuntur in tantum esse posse effectus cau­ sae finalis in quantum actiones per quas fiunt causantur aliquo modo in suo genere

a causa finali et ab ea pendenti quia, ut supra cum Aristotele dicebamus, causa fina­ lis non causai actu nisi quando agens agii aliquid i propter finem. Unde, sicut effectus factus ab agente, si ab eo non pendet in conserva«, sed tantum in fieri, cessante actione iam non causatur, sed causatus est, ita idem effectus prout est causatus a fine propter quem factus est, cessante ratinino actione agentis propter finem, iam non cau­ satur a fine, sed causatus est, et manet ordinatus in finem, vel per mtrinsecam habitudinem seu propensionem, vel per extrinsecam denominationem seu relationem ab actione praeterita. 16 . Relinquitur ergo tota difficultas cir­ ca actiones imperatas, nani, eo modo quo illae causatae fuerint a fine, erunt causalitates eiusdem finis respectu effectuum seu terminorum, nam per illas pendebunt huiusmodi effectus a causa finali et solum ratione iilarum dicentur fieri propter talem fi-

1 La expresión agit actu por agens agit en otras ediciones no nos parece admisible. (N. de los EE.)

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Disputaciones metafísicas

decirse que, a u n q u e físicam ente y según su e n tid a d la acción ex tern a sea dis-. tin ta del acto in terio r de la vo lu n tad , con todo, e n la ra z ó n de acción y en orden a la causalidad del fin tie n e n razó n d e Una sola cosa, y su rg en de la m ism a cau­ salidad o m oción m etafórica, p o rq u e el q u e el fin , p o r ejem plo, m ueva m eta­ fóricam ente a q u e re r e sc rib ir y a la m ism a e scritu ra, no son dos cosas, sino una e idéntica, p o rq u e aquellas dos cosas están ta n u nidas e n tre sí q u e n o pued en sep a ra rse ; h ab lo , e n efecto, sobre la volición q u e es p o r m odo de uso c im pera pró x im am en te la acción e x tern a de escribir. P o r lo cual p u e d e decirse, adem ás, q u e la causalidad final, q u e dijim os q u e estaba e n el acto in te rio r y q u e se iden­ tificaba con la m ism a acción elícita, es al m ism o tiem po causalidad del m ism o acto in te rio r y exterior, q u e está necesariam ente u n id o con aquél, aunque de m o d o diverso, p u es re sp e c to d el in te rio r se co m p o rta d e m odo próxim o e in­ trín se c o ; en cam bio, respecto d el 'e x te rio r, d e m odo m ás extrínseco y rem oto. N i a causa d e esta razón se d irá el fin causa per accidens de la acción externa, ya q u e se sigue de su causalidad d e m odo e n teram en te necesario y esencial, y él m ism o de tal m anera m ueve a la voluntad q u e al m ism o tiem po y como u n a sola cosa m ueve a la ejecución d e la acción q u e h a d e ser im perada p o r la vo­ lu n ta d . N i tam poco obsta q u e tal causalidad no añada n ad a a la acción exterior, sino u n a denom inación extrínseca, p o rq u e ta l acción no se dice efecto del fin sólo p o rq u e aquella denom inación extrínseca pro v ien e d el fin, sino p o rq u e la m ism a acción, en cuanto se hace a q u í y ahora, p ro ced e en realidad de la m oción d el fin en su género, a u n q u e aquella acción ex terio r, tom ada física y entitativam e n te , p u e d a ser hecha sin esa m oción m etafórica y sin la propia causalidad d el fin, p o rq u e sólo m ed ian te la acción in tern a p ro c e d e de tal causa. T a n to m ás cu an to q u e esta causalidad es en cierto m odo m o ral y cuasi artificiosa e inte­ lectu al, y p o r ello se h a d e e q u ip a ra r en todo a la causalidad eficiente, que es m ás física y real. Y así, al m ism o tiem po se h a re sp o n d id o a la d ificu ltad plan ­ te a d a al final d e la sección preced en te y re m itid a a este lugar. 17. E n ú ltim o lu g ar p u e d e añadirse q u e la m ism a acción im perada, en el m o d o en q u e a q u í y ah o ra se desenvuelve a p a rtir d e tal agente, es no sólo efecto d e la causa final p o r m o d o d e acción, sino q u e ta m b ié n es su causalidad

nem. De ipsis ergo actionìbus imperaris dici potest, quamvis physice et secundum entitatem actio externa sit distmcta ab interiori actu voluntatis, tarnen in ratione actionis et in ordine ad causalitatem finis habere rationem unius, et ab cadem eausalitate scu metaphorica motione oriri, quia finem, verbi gratia, metaphorice movere ad volendum scribere et ad scriptionem ipsam, non sunt duo, sed unum et idem, quia fila duo ita sunt connexa ut separali non possint; loquor enim de volirione quae est per modum usus et proxime imperat actionem extemam scribendi. Unde ulterius dici potest causalitatem finalem, quam diximus esse in actu interiori et cum ipsa actione elicita identiiicari, esse simul causalitatem ipsius actus interioris et exterioris, qui cum ilio neces­ sario coniungitur, quamvis diverso modo, nam respectu interioris se habet proxime et intrinsece, respectu vero exterioris, magis extrinsece et remote. Neque propter haue rationem dicetur finis causa per accidens externae actionis, cum omnino necessario ac per se sequatur ex eausalitate eius, et ipse

ita moveat voluntatem ut simul et per mo­ dum unius moveat ad exsecutionem actionis imperandae a volúntate. Neque etiam obstat quod huiusmodi causalitas nihil addat ac­ tion! exteriori nisi denominationem extrinsecam, quia tails actio non dicitur effectus finis solum quia illa denominado extrínseca est a fine, sed quia ipsamet actio, prout hie et nunc fit, revera procedit ex motione finis in suo genere, ctiamsi possit ilia actio exte­ rior, physice et entitative sumpta, fieri abs­ que ifla motione metaphorica et propria causalitate finis, quia solum mediante actione interna a tali causa procedit. Eo vel máxi­ me quod haec causalitas quodammodo est moralis et quasi artificiosa et intellectualis, et ideo non est in omnibus aequiparanda cum causalitate efficient!, quae est magis physica et realis. Atque ita simul responsum est difficultati tactae in fine sectionis praecedentis et in hunc locum remissae. 17. Ultimo addi potest ipsam actionem imperatam, eo modo quo hie et nunc a tali agente progreditur, esse et effectual causae finalis per modum actionis et causalitatem

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Disputación X X III,— Sección V

re sp e c to d e la cosa h ech a p o r causa d e d ich o fin m ed ian te la m ism a acción., p u es m ed ian te ella depende aquel efecto d e tal fin, y n in g u n a o tra cosa es ser causalidad q u e ser cuasi via p o r la que el efecto d e p e n d e d e la causa en tal género d e causa. Y e n esta dependencia n o se h a de co n sid erar el efecto cuasi m aterialm en te, e n cuanto es tal cosa; ya q u e así no siem pre re q u e rirá aquella depen d en cia p o r m ed io de tal causalidad com o esencialm ente necesaria p a ra su ser, sino q u e se h a d e considerar form alm ente en cuanto q u e es u n efecto hecho aq u í y ah o ra d e tal m o d o d eterm in ad o , seg ú n el cual n ecesariam ente incluye ord en a •tal acción y al m odo d e operar de tal causa. Y así esta respuesta casi coincide con la preced en te y a las dos las explicarem os m ejo r después al decla­ ra r la causalidad final en los efectos d e D ios. S E C C I O N

V

C uá l e s en e l f in la razón próxima d e ejercer so causalidad final 1. E l sentido d e la cuestión presen te consta por lo a n te rio r; pues n o b u s ­ cam os la razó n de causar en cuanto dice causación en acto segundo, sino en c u a n ­ to dice e l acto p rim e ro cuasi form al q u e constituye a la causa final pró x im a­ m en te a p ta y su ficiente p a ra causar. P ues com o en la causa eficiente d istin g u i­ m os la cosa que causa d e la razón próxim a de causar, así p arece necesario en la final, p o rq u e u n a cosa totalm ente la m ism a puede ser p rin c ip io eficiente y causa final y fo rm a l; es p reciso, p o r consiguiente, que ejerza estos oficios bajo d i­ versas ra z o n e s; p o r ta n to , aquellá razó n bajo la que ejerce el oficio de causa fin al será la q u e pró x im am en te constituye a la causa final cuasi en acto p rim ero . Resolución de la cuestión 2. A cerca d e este p u n to , p o r tan to , e l consentim iento com ún d e todos los D o cto res p arece ser q u e la b o n d ad es la ra z ó n próxim a bajo la q u e el fin m u e v e ; y a u e d e este m odo es ella la q u e constituye a la causa final, d ándole (por d e ­ cirlo así) v irtu d p a ra causar. A sí piensa Santo T o m á s, I-II, q . 1, a. 1, y m ás am -

eius respectu rei factae propter ilium finem per earndem actionem, nam illa mediante pender ille effectus a tali fine, et nihil aliud est esse causalitatem quam esse quasi viam qua pender effectus a causa in tali genere causae. In hac autem dependentia non est considerando effectus quasi materialiter, ut est talis res; sic enim non semper requiret illam dependentiam per talem causalitatem ut per se necessariam ad suum esse, sed considerandus est formaliter quatenus est effectus hie et nunc tali modo factus, quo modo necessario includit ordinem ad talem actionem et ad modem agendi talis causae. Atque ita haec respnnsio fere coincidit cum praecedente, et utramque melius explicabimus inferius decorando causalitatem finalem in effectibus Dei.

nem causandi quatenus dicit causationem in. actu secundo, sed quatenus dicit actum primum quasi formalem, constituentem causam finalem proxime aptam et sufficientem ad causandum. Sicut enim in causa efficiente distinguimus rem quae causat a proxima ratione causandi, ita in finali videtur necessarium, quia eadem omnino res potest esse et principium efficiens et causa finalis et formalis; oportet ergo ut sub diversis rationibus haec munera exerceat; ergo illa ratio sub qua exercet munus causae finalis, erit quae proxime constituit finalem causam quasi in actu primo. R e s o lu tio q u a e s tio n is

2. De hac igitur re communis consensus DoCtorum omnium esse videtur bonitatem esse proximam rationem sub qua finis moSECTIO V vet; atque ita illam esse quae constituit fi­ Q ü AENAM SIT IN FINE PROXIMA RATIO nalem causam, dans illi (ut ita dicam) virFINALITER CAUSANDI tutem ad causandum. Ita sentit D. Thomas, I. Sensus praesentis quaestionis ex su­ I-II, q. 1, a. 1, et latius III cont. Gent., periori constat; non enim- inquirimus ratio- c. 2 et 3, ubi ostendit idem esse operari

Disputaciones metafísicas

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p liam en te en el I I I c o m í . G e n i., C. 2 y 3, donde m u e stra q u e es lo m ism o obrar p o r causa d el fin q u e o b ra r p o r causa del bien, y e n I, q. 5, a. 4 p ru e b a que el b ie n tiene ra z ó n de fin ; y en el m ism o sitio, e n la solución ad secundum , explica acerca d e esta causalidad aquello de D ionisio, c. 4 D e D ivin is N om inib u s: el bien es difusivo de sí, es d ecir, invitando y atrayendo de m odo final a la v o lu n tad . L a m ism a d o ctrin a tiene A lejandro d e H ales en I p., q. 17, m iem ­ b ro 3, y q. 34, m iem bro 1 ; y h a sido tom ada d e A ristóteles, I I de la F ísica, c. 3, te s t. 31, d o nde dice que el fin y el b ie n son lo m ism o, lo cual re p ite tam bién en el V de la M etafísica, c. 2 , y en el lib. I d e la E tica, c. 7 , dice q u e es bueno p ara cada uno aquello p or cau sa de lo cual obra las dem ás cosas; lo m ism o en el lib . I de la E tica a E u dem o, hacia el fin. Y la razó n es q u e la causalidad del fin consiste en u n a m oción m etafórica de la v o lu n ta d con la q u e atrae a aquélla h acia sí; p e ro n a d a atrae hacia sí a la v o lu n tad m ás q u e e n cuanto e s b u e n o ; p o r consiguiente, la b o n d a d es la ra z ó n de m over a la v o lu n ta d ; p o r consi­ g u ien te, es tam b ién la ra z ó n o el p rincipio d e causar finalm ente. S upongo la m e n o r cierta p o r el consentim iento com ún d e los teólogos y filósofos, q u e dicen q u e la volu n tad n o p u ed e ser llevada hacia algo a no ser bajo la ra z ó n de b ien , seg ú n aq u ello : es bueno lo qu e todos apetecen. S i . el m al como m al puede se r causa final 3. P ero se ofrece in m ed iatam en te la controversia con G ckam y otros n o ­ m inalistas q u e dicen q u e p u e d e la v o lu n tad ser llevada hacia el m al bajo razón d e m al. A sí O ckam , In III, q. 13, d u d a 3. Se in clin a tam b ién E scoto, In I, dist. 1, q. 4, hacia el fin , e In II, d ist. 4 3, q. 2. D e la afirm ación d e los cuales se sigue e n teram en te q u e el m al en cuanto m al p u e d e tam b ién m o v er m etafó­ ricam en te la v o lu n ta d y, p o r consiguiente, ten er causalidad de fin, p ues si el m a l’ p u ed e ser am ado p o r causa d e sí, ta m b ié n p o d rá n las otras cosas ser am adas p o r causa d e él si p a ra o b ten erlo son necesarias y útiles. Y así sucederá q u e n o es la b o n d a d la adecuada ra z ó n y v irtu d del fin p a ra causar finalm ente, sino que será la en tid a d o algo sem ejante, co m o señala O ckam . 4. S in e m b arg o , esta o p in ió n e stá an ticu ad a, y con ra z ó n h a sido rechazada p o r las escuelas com o in c o m p atib le c o n e l sen tir u n á n im e d e A ristóteles, D ioni-

propter finem, quod operar! propter bonum, et I, q. 5, a. 4, probat bonum habere rationem finis; et ibidem, solutione ad 2, de bac causalitate declarat illud Dionysii, c. 4 de Divin, nom., Bonum est diffusivum sui, nimirum, finaliter attrahendo et alliciendo voluntatem. Eamdem doctrinam habet Alex. Alens., I p., q. 17, memb. 3, et q. 34, memb. 1; sumptaque est ex Aristotele, II Phys., c. 3, tex. 31, ubi dicit finem et bo­ num esse idem, quod etiam repetit V Metaph., c. 2, et lib. I Ethiç, c. 7, ait id esse unicuique bonum, cuius gratia caetera operatur; idem lib. I Ethic, ad Eudèmum, sub finem. Ratio autcm est quia causalitas finis consistit in motione metaphorica voluntatis, qua illam ad se allicit; nihil autem ad se allicit voluntatem nisi quatenus bonum est; ergo bonitas est ratio movendi voluntatem; ergo etiam est ratio seu principium causandi finaliter. Minorera suppono ut certam, ex communi consensu theologorum et philosophorum, dicentium voluntatem non posse

ferri in aliquid nisi sub ratione boni, iuxta illud, bonum est quod omnia appetunt. Malum ut malum possitne causa esse finalis 3. Sed occurrit statim controversia cum Ocham et aliis nominalibus dicentibus pos­ se voluntatem ferri in malum sub ratione mali. Ita Ocham, In III, q. 13, dub. 3. In­ clinât etiam Scorns, In I, dist. 1, q. 4, cir­ ca finem, et In II, dist. 43, q. 2. Ex quorum assertione plane sequitur malum ut maltun posse etiam metaphorice movere voluntatem et consequenter habere causalitatem finis, nam si malum potest propter se amari, etiam poterunt alia amari propter ipsum, si ad illud obtinendum necessaria et utilia sint. Atque ita fict u t non sit bonitas adacquata ratio et virtus finis ad causandum finaliter, sed erit entitas vel aliquid huiusmodi, ut Ocham significai. 4. Verumtamen haec sententia antiquata est et ab scholis merito reiecta, utpote repugnans cum Aristotelis, Dionysii, Augus-

Disputación X X III.— Sección V

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sio, A g u stín , Santo T o m á s y d e todos los q u e p iensan rectam en te, com o se ve p o r A ristóteles, lib . I d e la Etica, c. 1 ; D ionisio, c. 4 De Divinis Nominibus; A g u stín , I I Confesiones, c. 6 y 8 ; S an to T o m á s, l- I I , q . 8, a. 1, y los dem ás teólogos, In II, d ist. 4 3 ; E n riq u e , Quodl. I, q. 17. V er tam b ién el c. 2 0 De Opificio hominis, d e G regorio N ise n o ; y D am asceno, lib . I I D e.Fide, c. 2 2 . E l c o m ú n axiom a d e todos éstos e s : Nadie obra pretendiendo el mal. E llo es evi­ dentísim o p o r la experiencia. Y la razó n es q u e la fa c u lta d de la volu n tad esta­ ría c o n stitu id a d e m odo sum am ente desordenado si p u d ie ra ser llevada al m al com o m al. P ues ¿ q u é cosa p u e d e h a b e r m ás d esordenada q u e q u e re r el m al p o rq u e es m al? P e ro la v o lu n ta d n o p u e d e q u e re r n a d a con ap etito elícito m ás q u e aquello que es conform e con alguna inclinación n a tu ra l de la m ism a vo lu n ­ ta d , p o rq u e de tal inclinación nace to d a apetición elícita, al m enos n a tu ra l, ya q u e to d a apetición d e esta clase se refiere al objeto adecuado y proporcionado a la v o lu n ta d o a alguna p a rte su y a ; y la inclinación n a tu ra l d e la v o lu n tad es hacia todo aquel o b je to ; p o r consiguiente, si la v o lu n tad p udiese m overse p o r su acto p ro p io hacia e l m al com o m al, ta m b ié n su inclinación n a tu ra l sería hacia el m al com o m a l; p o r consiguiente, la m ism a inclinación n a tu ra l estaría des­ ordenada. P ero esto re p u g n a en teram en te, ya p o rq u e h a sido in s titu id a . sapieníísim am en te p o r u n a u to r p erfecto , y a tam b ién p o ra u e sería contradictoria c o n ­ sigo m ism a. P u es el fin o in stitu ció n d e la v o luntad es q u e p o r ella b u sq u e el h o m b re las cosas q u e le son convenientes y h u y a las disco n v en ien tes; p o r con­ sig u ien te, si hubiese recibido u n a inclinación p a ra te n d e r hacia lo disconveniente en cu a n to es disconveniente estaría form al y d irectam en te en contradicción con­ sigo m ism a y con su fin, y p o r ello con ra z ó n dijo D am asceno, lib . II, c. 2 2 : La voluntad es llevada a obrar en aquellas cosas que son ' conformes con la na­ turaleza. C om o Séneca dijo en e l lib. IV De Benefic., c. 17: N i se separó nadie

tanto de la ley natural y se despojó de su humanidad hasta el extremo de que sea malo por causa ¡Le su voluntad. 5. Y se confirm a, p o rq u e es im posible q u e el e n te n d im ie n to d é su c o n ­ fo rm id ad a lo falso e n cuanto es fa lso ; p o r consiguiente, ta m b ién q u e la vo­ lu n ta d p ersig a el m al e n cuanto es m al. L a consecuencia es clara, po rq u e igual

tini, D. Thom, et omnium recte sentientium consensu, ut pàtet ex Aristot., lib. I Ethic., c. 1; Dionys., c. 4 de Divia. nom.; August., II Confess., c. 6 et il ; D. Thoma, I-II, q. 8, a. 1, et reliquis theologis, In II, dist. 43; Henric., Quodl. I, q, 17. Vide edam Greg. Nyss., lib. de Opificio hominis, c. 20; et Damas., lib. II de Fide, c. 22. Horum enim omnium axioma commune est, n e m in e m ad m a lu m in te n d e n te m o p e ra r i. Estque id experientia evidentissimum. Et ratio est quia esset inordinatissime instituta voluntatis facultas si in malum, qua malum est ferri posset. Quid enim magis inordinatum esse potest quam velie malum quia malum est? Voluntas autem nihil potest appetitu elicito velie nisi quod sit consentaneum alieni na­ turali inclination! ipsius voluntatis, quia ex tali inclinatione nascitur omnis appetitio eti­ cità, saltern naturalis, quia omnis appendo huiusmodi refertur ad obiectum adaequatum et proportionatum voluntad vel aliquam par­ tem eius; naturalis autem inclinatio volun­ tatis est ad totum illud obiectum; si ergo

-oiuntas posset moveri per proprium actum in malum ut malum, naturalis edam inclinatio eius esset ad malum ut malum; esset ergo ipsa naturalis inclinatio inordinata. Hoc autem omnino repugnat, turn quia ab optimo auctore sapientissime instituta, tuna edam quia esset sibi ipsi repugnans. Nam voluntatis finis seu lnstitutio est ut per earn homo quaerat conyenientia sibi et fugiat disconvenientia ; si ergo accepisset inclinationem ad tendendum in disconveniens qua­ terna disconveniens est, formaliter et directe sibi ipsi et suo fini repugnaret, et ideo recte dixit Damasc., lib. II, c. 22: V o lu n ta s fer­ ito- a d a g e n d u m in illis r e b u s q u a e n a tu r a e c o n s e n ta n e a e s u n t ., U t Senec., lib. IV de Benefic., c. 17, dixit: Nec q u is q u a m ta n tu m a n a tu ra li le g e d e s c iv it e t h o m in e m e x u it, ut a n im i c a u sa m a lu s s it.

5. Et confirmatur, nam impossibile est u t intellectus assensum praebeat falso qua­ terna falsum est; ergo et quod voluntas proseqnatur malum quaterna malum est. Patet consequentia quia, sicut comparatur

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Disputaciones metafísicas

q u e se re fie re e l e n te n d im ie n to a la v erd ad , a sí se re fie re la v o lu n ta d al b ie n ; y ex iste ta n ta re p u g n a n c ia e n sus té rm in o s e n tre te n d e n c ia y m al c u a n ta existe e n tre ase n tim ie n to y false d a d . Y a ta m b ié n p o rq u e si el e n te n d im ie n to n o p u e d e ju z g a r a sin tie n d o a la fa lse d a d , p o r c o n sig u ien te n o p u e d e ju z g a r q u e lo m alo co m o m alo te n g a algo p o r lo q u e sea am ado, p u e s ello es e v id en tem en te y p o r su s m ism os té rm in o s falso y c o n tra d ic to rio p a ra to d o e n te n d im ie n to . Y señal c la ra d e esto es (p ara re so lv e r d e p aso todas las d ificu ltad es q u e su elen p ro p o ­ n e rs e en c o n tra ) q u e n u n c a ju zg am o s q u e h a d e se r am a d o o in te n ta d o algo q u e en o tra o casión h em os co n o cid o q u e es m alo , sin o p o rq u e lo juzgam os v e n ta ­ joso ya p a ra d eleite, y a p a ra to m a r v en g an za, y a p a ra o tra u tilid a d sem ejante. P o r c o n sig u ie n te , tam p o co la v o lu n ta d p u e d e ser llev ad a al m al e n cu an to es ta l, o a lo q u e sólo se c o n o ce q u e e s m al. L a c o n secu en cia es clara p o rq u e , com o se d irá d e sp u é s, la v o lu n ta d n o p u e d e m o v erse sino m e d ia n te u n ju icio d e la ra z ó n con el q u e se le p ro p o n g a su fic ie n te m e n te algo o q u e h a d e ser apetecido, o q u e es ap ete cib le. 6. Y d e a q u í, fin a lm e n te , se to m a la ra z ó n q u e se re fie re a la c u e stió n d e q u e a q u í tra ta m o s, p o rq u e e n el m al com o ta l e n c u a n to es m al n o hay nada q u e p u e d a se r co n ceb id o o e stim a d o com o ra z ó n su fic ie n te p o r la q u e sea m o­ v id a la v o lu n ta d . P u e s o b ie n se c o n sid era en e l m a l la m alicia, o la e n tid a d que su b y ace a la m alicia. L a m alicia to m a d a esen cial y fo rm a lm e n te n o tien e n ada c o n q u e in v ita r o a tra e r a la v o lu n ta d , y a q u e ella n o es n a d a , com o d ijim os en lo q u e p re c e d e . Y la e n tid a d q u e p u e d e su b y a c e r a la m alicia tie n e algo d e b o n d a d ; p o r lo cual, si m u e v e al a p etito , ello es p o r ra z ó n d e la b o n d ad . Y se co n firm a , p u e s e n la elec ció n d e lo s m ed io s es im p o sib le q u e la v o lu n ta d elija algo com o m e d io p a ra u n fin p o rq u e sea d isc o n v e n ie n te , o p o rq u e im p id a la con secu ció n d e l fin , lo cu al sería e le g ir u n m al o p u e sto al b ie n ú til, bajo razón d e m a l; p o r c o n sig u ie n te , e n la in te n c ió n o a m o r d e l fin es im p o sib le q u e sea llev ad a h a c ia algo co m o a fin p o r el h echo d e q u e sea esen cialm en te disconve­ n ie n te , lo cu al es q u e re r b a jo la ra z ó n d e l m a l o p u e sto al b ie n q u e es apetecible p o r causa d e sí. E l a n te c e d e n te p a re c e co nocido d e p o r sí p o r sus p ro p io s té rm i­ n o s ; p u e s ¿cóm o p u e d e e n te n d e rse q u e a lg u ie n p o r la in te n c ió n del fin elija lo q u e re p u g n a al fin e n c u a n to es ta l? E sto , e n efecto , sería u n a co ntradicción

intellectus ad veruni, ita voluntas ad bonum ; tantaque est ex terminis ipsis repugnantia inter prosecutionem et maìum, quan­ ta est inter assensura et falsum. Tum edam, quia si intellectus non potest iudicare assen­ tendo falso, ergo non potest iudicare ma­ lum ut malum habere undé ametur, nam id est evidenter et ex ipsis terminis falsum et repugnans Omni intellectui. Cuius signum apertum est (ut obiter solvamus omnia ar­ guments quae contra fieri solent), quia nunquam iudicamus esse amandum vel prose­ quendum aliquid quod. alias malum esse cognoscimus, nisi quia iudicamus commodum vel ad delectationem, vel ad vindictam sumendam, vel ad aliam similem utilitatem. Ergo nec voluntas potest ferri in malum ut tale est, seu quod tantum cognoscitur esse malum. Patet consequentia, quia, ut inferius dicetur, voluntas non potest moveri nisi me­ dio iudicio rationis quo sufficienter proponatur aliquid vel appetendum vel appeti­ bile. 6. Atque hinc tandem sumitur ratio quae ad rem de qua agimus spectat, quia

in malo ut sic quatenus malum est nihil est quod possit apprehendi aut existimari ut sufficiens ratio ob quam voluntas moveatur. Nam vel in malo consideratur malitia, vel entitas quae malitiae subest. Malitia per se ac formaliter sumpta nihil habet quo voluntatem alliciat vel attrahat, quia ipsa nihil est, u t in superior:!).>5 diximus. Entitas an­ tera, quae malitiae subesse potest, aliquid bonitatis habet; unde si appetitimi movet, id est ratione bonitatis. Et confirmatur, nam in electione mediorum impossibile est voluntatem eligere aliquid ut medium ad finem eo quod sit disconveniens, vel impediat ad consccutionem finis, quod esset eli­ gere malum oppositum bono utili sub ra­ tione mali; ergo in intensione vel amore finis impossibile est quod ferarur in aliquid ut in finem eo quod per se sit disconve­ niens, quod est velie sub ratione mali oppositi bono propter se appetibili. Antecedens videtur per se notum ex terminis; qui enim intelligi potest ut aliquis ex intentione finis cligat quod répugnât fini, quatenus tale est? nam esset hacc contradictio in ipsa volun-

Disputación X X III.— Sección V

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en la m ism a v oluntad. M ás aú n , enseñan todos los q u e p ien san rectam ente q u e cu an d o es único el m edio ú til p a ra el fin n o p u e d e m en o s de o c u rrir que la vo­ lu n ta d lo elija, si p re te n d e v erd ad era y eficazm ente el f in ; p o r consiguiente, es m u ch o m ás im posible q u e elija u n m edio in ú til en cu a n to tal. Y se p ru e b a la p rim e ra consecuencia p o rq u e en tan to rep u g n a el m al — en cu an to es m al en sí— a la intención, com o lo in ú til en cuanto in ú til, a la elección; p u es com o la elección, d e lo in ú til, en cuanto in ú til, rep u g n a a la in ten ció n d el fin, así la in ­ tención d el m al, e n cuanto m al p o r sí, re p u g n a a la p ro p en sió n n a tu ra l y adecua­ da d e la voluntad. S i lo indiferente como tal p uede ser causa final 7. Se dirá q u e estos arg u m en to s p ru e b a n suficientem ente n o sólo q u e el m al com o m al n o p u e d e causar finalm ente sino tam bién q u e el b ie n com o b ie n p u e d e , p e ro que con todo no p ru e b a n que sólo el b ie n p u ed a te n e r sem ejante causalidad, o que la b o n d a d sea la razó n adecuada de finalizar. P o rq u e e n tre lo b u eno y lo m alo p u e d e darse lo in d ifere n te, sea realm ente, sea al m enos p o r la p recisió n de la m e n te , e n cu an to p u ed e considerarse la razó n de e n te o de ver­ d ad ero prescindiendo d e la razó n d e b ie n ; p o r consiguiente, ésta p u ed e ser una razó n suficiente p a ra m over al apetito, y consecuentem ente p a ra causar fi­ nalm ente. R espondo q u e en la realid ad p u e d e ciertam ente darse u n e n te in d i­ feren te seg ú n alguna razó n de bien, pero n o según to d a, p o rq u e no p u e d e el en te n o ser bueno, y así cuando u n en te indiferente bajo alguna razón m ueve la v oluntad, n o la m ueve en cu an to es in d ifere n te, sino e n cu an to tiene alg u n a razó n de bien. Y si sucede que alg ú n e n te b a jo to d a ra z ó n d e bien es in d ife­ re n te resp ecto del ap etente, es decir, que n o sea ni ho n esto , n i vergonzoso, n i ag rad ab le, n i m olesto, n i conveniente a la naturaleza, n i disconveniente (el cual ta l vez n o puede encontrarse), con todo, adm itido esto, tal en te no p o d ría te n e r causalidad final en la v o lu n tad , p o rq u e n o ten d ría con ella n in g u n a convenien­ cia o c o n fo rm id a d ; y la v o lu n tad , al ser esencialm ente apetito, n o se in clin a sino a lo conveniente en cuanto es ta l; p o r lo cual, com o la razó n d e e n te es de suyo in d ifere n te a la razón d e conveniente y disconveniente p a ra el ap etente,

boni considerati potest; ergo haec potest esse ratio sufficiens ad movendum appeti­ timi, et consequenter ad finaliter causandum. Respondeo in re dari quidem posse ens indifferens secundum aliquam rationem boni, non tamen secundum omnem, quia non pot­ est ens non esse bonum, atque ita quando ens sub aliqua ratione indifferens voluntatem movet, non movet illam quatenus in­ differens est, sed quatenus aliquam rationem boni habet. Quod si contingat aliquod ens sub omni ratione boni esse indifferens respectu appetentis, id est, ut nec sit honestum, nec turpe, nec iucundum, nec molesIndifferem ut sic pessime causa esse finaLis tum, neque naturae conveniens, neque dis7. Dices haec argumenta satis probare conveniens (quod fortasse non potest inveet malum ut malum non posse finaliter cau­ niri), tamen filo posito, tale ens non posset sare et bonum ut bonum posse, non tamen habere causalitatem finalem in voluntate; probare solum bonum posse habere huius- quia nullam convenientiam aut conformitamodi causalitatem, aut bonitatem esse adae- tem haberet cum fila; voluntas autem cum quatam rationem finalisandi. Quia inter bo­ sit essentialiter appetitus, non inclinatur nisi num et malum potest dari indifferens vel in conveniens, u t tale est; unde cum ratio reipsa, vel saltem praecisione mentis, qua­ entis de se sit indifferens ad rationem conterna ratio entis aut veri praecisa ratione venientis et disconvenientis appetenti, non

tate. Quin potius docent omnes qui rette sentiunt, quando unicum est medium utile ad finem fieri non posse quin voluntas illud eligat, si vere et efficaciter intendit finem; multo ergo impossibilius est ut eligat me­ dium inutile, qua tale est. Prima vero consequentia probatur, quia tantum repugnat malum ut in se malum est, intentioni, sicut inutile ut inutile, elettroni; nam sicut electio inutilis, ut inutilis, repugnat intentioni finis, ita irttentio mali ut per se mali, re­ pugnat naturali et adaequatae propensioni voluntatis.

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Disputaciones metafísicas

n o es de suyo suficiente p a ra m over el apetito. Y si a veces parece q u e algún en te m u ev e la volu n tad sólo p o rq u e n o se ju zg a disconveniente, ello es po rq u e en to d o e n te se ap reh en d e q u e h a y algo d e b o n d a d y perfección, la cual, si p o r o tr a p a rte n o tiene disconveniencia, p o r esto m ism o se ju zg a conveniente p o r ra z ó n de su perfección. 8. M ás a ú n , com o lo q u e e s e n sí b u en o p u e d e ser o conveniente o d is­ conveniente p a ra el h o m b re, p o r ello n o c u a lq u ie r b o n d ad es razó n suficiente d e finalizar, sino la q u e te n g a alguna conveniencia con el ap etente. P or lo cual d ijo A ristóteles e n el V H I d e la Etica, c. 5 : El bien ciertamente es amable, pero el propio para cada uno. C óm o h ay a de ser en te n d id o esto exige u n a d isp u ta­ c ió n larg a y teológica, y a p o r cau sa del am or d e am istad , ya prin cip alm en te p o r causa del a m o r de D ios sobre todas las cosas. A h o ra brevem ente nótese solam en­ te q u e com o bien p ro p io n o d eb e en tenderse sólo aquel q u e re d u n d a en ventaja p ro p ia , sino ab so lu tam en te lo q u e p o r sí es decoroso o conform e con la n a tu ­ raleza d el ap etente. Y e n este se n tid o q u eda co m p ren d id o todo fin , a u n cuando p e rten ezca al m ás p erfecto am o r d e am istad. 9. P o r o tra p arte, d irá a lg u n o : la v o lu n tad n o siem pre es m ovida p o r u n fin p a ra o b te n e r algo, sino c o n frecu en cia ta m b ié n p a ra e v ita r a lg o ; ahora bien, p a ra esto es m ovida p o r el fin e n razón d e su m alicia; p o r consiguiente, no sólo el bien, sino ta m b ié n el m al, com o m al, p u e d e te n e r alguna causalidad final en la vo lu n tad . Se re sp o n d e q u e c u an d o el m óvil se a p a rta de u n térm in o para acercarse a otro, el térm in o a quo n o es el fin d e aquel m ovim iento, n i excita a l m óvil (hablam os m etafó ricam en te) p a ra q u e se a p arte d e él, sino q u e el fin e s e l té rm in o m ism o h acia e l q u e se m ueve el m óvil, y si p u d ie ra ser excitado finalm ente, solam ente sería a tra íd o p o r él, y co n secuentem ente p o r razón de él se ap arta ría d e l o tro té rm in o . Así, p o r consiguiente, la v o lu n ta d p ro p ia­ m e n te es m o v id a solam ente p o r el bien com o p o r el fin p o r el q u e es atraída, para q u e se acerque a él, p o r el am or, la in te n c ió n , e tc .; p e ro d e allí se sigue el ap artam ien to del m al, el cu al n o es tan to u n a m o ció n al fin cu a n to algo con­ siguiente a la ten d en c ia h acia el fin y cuasi u n cierto m edio p a ra o b te n e r el fin. P o r lo cual, hacia aq u el acto q u e es el odio d el m al n o m ueve el m al m ás que

est de se sufficiens ad movendum appetitimi. Quod si interdum videatur ens aliquod mo­ vere voluntatem splum quia non existimatur disconveniens, ideo est quia in Omni ente apprehenditur inesse aliquid bonitatis et per­ fections, quae si aliunde non habet disconvenientiam, hoc ipso ratione suae perfectionis existimatur conveniens. 8. Immo, quia id quod est in se bonum potest esse vel conveniens vel disconveniens homini, ideo non quaecumque bonitas, sed secundum aliquam convenientiam ad appetentem est sufficiens ratio finalisandi. Prop­ ter quod dixit Arist., V ili Ethic., c. 5 : Amabile quidem bonum, unicuique autem proprium. Quod quomodo intelligendum sit, longam et theologicam postulai _disputationem, turn propter amorem amicitiae, tum maxime propter amorem Dei super omnia. Nunc breviter tantum notetur bonum pro­ prium non debere intelligi solum illud quod cedit in proprium commodum, sed simpli­ citer quod per se decet aut est consentaneum naturae appetentis. Quo sensu com-

prehenditur omnis finis, etiamsi ad perfectissimum amorem amicitiae pertineat. 9. Rursus dicet aliquis : voluntas non semper movetur a fine ad obtinendum aliquid, sed saepe etiam ad vitandum aliquid; sed ad hoc movetur a fine ratione malitiae; ergo non scium bonum, sed etiam malum ut malum potest habere aliquam causalitatem finalem in volúntate. Respondetur quando mobile recedit ab tmo termino ut ad alium accedat, terminimi a quo non esse finem illius motus, ñeque excitare mobile (loquimur metaphorice) ut a se recedat, sed finis est terminus ipse ad quem mobile fertur, et si finaliter excitari posset ab ilio tantum traheretur et consequenter ratione illius ab alio termino recederei. Sic ergo voluntas proprie a bono tantum movetur ut a fine a quo trahitur ut ad se accedat per amorem, intentionem, etc.; inde vero sequitur recessus a malo, qui non tam est modo in finem quam quid consequens ad tendentiam in finem et quasi quoddam medium ad obtinendum fi­ nem. Unde ad ülummet actum qui est

Disputación XXIII.-— Sección V

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en v irtu d d e l b ien , p o rq u e n o se tien e od io al m al m ás q u e p o r ra z ó n d el b ie n am ado, y así ta m b ié n en aq u el acto p u e d e d ecirse la b o n d a d ra z ó n m o tiv a p a ra o d ia r el m a l op u esto . P u e s o d iar al m al b a jo ra z ó n d e m a l n o e s o tra cosa q u e od iarlo p o rq u e p riv a d e l b ie n , y así la b o n d a d es allí la ra z ó n m o tiv a p rin c ip a l, com o e n u n caso sem ejan te d ire m o s d e n tro d e poco acerca d e la elección d e los m edios. . 10. F in a lm e n te d irá a lg u n o ; a veces u n a b o n d a d m e n o r m u e v e m ás a la v o ­ lu n ta d a am ar q u e u n a m alicia m ay o r a ap a rta rse , y , p o r el c o n tra rio , u n a m a ­ licia m e n o r m u ev e a veces a la fu g a m ás q u e u n a gran b o n d a d a p e rse g u ir e l fin ; p o r co n sig u ien te, p o r la m ism a ra z ó n p u e d e su ced er q u e la v o lu n ta d se a p a rte d e l b ie n e n cu a n to es b ie n , o sea, a u n q u e n o sea m a l, y, p o r el co n tra rio , sea llevada al m al, a u n q u e n o sea u n b ie n , p o rq u e , com o d ic e n los dialécticos, lo m ism o q u e lo q u e es e n ab so lu to a lo q u e es e n absoluto, así lo q u e es m ás a lo q u e es m ás, y al c o n trario . S e re s p o n d e : com o sólo el b ie n p u e d e m o v e r la v o lu n ­ ta d , así sólo el b ie n m ay o r, e n c u a n to d e él d ep e n d e , p u e d e m o v e r m ás, c o n tal d e q u e esté p ro p u e sto suficientem ente. Y q u e a veces la v o lu n ta d n o sea m o v i­ d a así, p ro v ie n e d e la lib e rta d d e la m ism a v o lu n tad . P e ro ésta n o b a sta p a ra q u e sea llev ad a al m al bajo ra z ó n d e m al, sea p o rq u e la lib e rta d n o p u e d e e je r­ cerse fu e ra d e l o b jeto d e la v o lu n ta d , sea ta m b ié n p o rq u e p o r el h echo m ism o d e q u e la v o lu n ta d sea llev ad a al m al p a ra e x p e rim e n ta r su lib e rta d , ya n o es llevada b a jo la ra z ó n d e l m al, sino bajo alg u n a ra z ó n d e ú til. A u n q u e e sta e x p e ­ rien cia d e lib e rta d sie m p re su p o n e e n el o b jeto u n a ra z ó n suficiente d e b ie n y d e m al q u e p u e d a fu n d a r p o r p a rte d e él ta l u so d e la lib e rta d . Y p a ra este u so , si es sólo e n cu a n to al ejercicio, b a sta con q u e o b ie n la b o n d a d d e l o b jeto o el acto m ism o , o su m ism o am or, n o sea ju z g a d o necesario, com o e n lo q u e p re ­ cede se e x p u so al tr a ta r d e las causas libres. 11. P o r eso, a u n q u e el b ie n e n cu a n to d e él d e p e n d e se a m ás eficaz en su g é ­ n e ro p a ra c a u sa r fin alm en te, c o n to d o , p o rq u e n o p u e d e cau sar actu a lm e n te si no se d e ja m over la v o lu n ta d m ism a, o co o p era e n su g én ero a su m oción, lo c u a l p u e d e n o hacer e n la m e d id a d e su lib e rta d , p o r ello p u e d e suceder p o r

odium mali, non movet malum nisi in vir- sufficienter propositum sit. Quod autem vo­ tute boni, quia non habetur odio malum luntas interdum non sic moveatur, provenit nisi ratione boni amati, et ita etiam in ilio ex libertate ipsius voluntatis. Haec vero non actu dici potest bonitas ratio movens ad sufficit ut feratur in malum sub ratione odio prosequendum malum oppositum. Nam mali, turn quia libertas non potest exerceri odisse malum sub ratione mali nihil aliud extra obiectum voluntatis, turn etiam quia, est quam odisse illud quia privat bono, et hoc ipso quod voluntas feratur in malum ita bonitas est illic ratio principaliter mo­ ad experiendam suam libertatem, iam non vens, sicut in simili dicemus paulo inferius fertur sub ratione mali, sed sub aliqua ra­ tione utilis. Quamquam hoc experimentum de electione mediorum. 10. Tandem dicet aliquis: interdum mi­ libertatis semper supponit in obiecto suffirationem boni vel mali, quae ex nor bonitas plus movet voluntatem ut amet, cientem quam maior malitia ut recedat, et e con­ parte illius fundare possit huiusmodi usum libertatis. Ad hunc autem usum, si sit tan­ verso minor malitia interdum plus movet ad tum quoad exercitium, sufficit ut vel boni­ fugam quam magna bonitas ad prosequen­ tas obiecti, vel actus ipse seu dilectio eius dum finem ; ergo eadem ratione fieri pot­ non existimetur necessaria, u t in superioriest ut voluntas recedat a bono quatenus bus traditum est cum de liberis causis agebonura est, seu etiamsi non sit malum, remus. et e converso, ut feratur in malum etiam­ 11. Unde, licet bonum quantum est ex si non sit bonum, quia, ut dialectici se efficacius sit in suo genere ad finaliter aiunt, sicut simpliciter ad simpliciter, ita causandum, quia tainen actu causare non magis ad magis, et e converso. Responde- potest nisi voluntas ipsa se moveri sinat, seu tur: sicut solum bonum potest movere vo­ cooperetur in suo genere motioni eius, quod luntatem, ita etiam solum maius bonum, pro sua libertate potest non facere, ideo ex quantum est de se, magis movere, dummodo hoc capite accidere potest ut minus bonum 48

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Disputaciones metafísicas

este m otivo q u e u n b ie n m e n o r actual cause finalm ente, siendo desatendido u n b ie n m ayor. E sto , sin em bargo, n o p o d ría hacerlo si n o tuviese n in g u n a b o n ­ d a d , p o rq u e entonces ya fa lta ría to talm en te la ra z ó n d e causar, sin la cual no b a sta la lib ertad d e la v o lu n tad p a ra q u e sea m o v id a, a u n q u e para q u e no sea m ovida baste (com o dije) la carencia o negación d el bien necesario, aunque no sea m al. P ero o cu rrirá lo co n trario si el uso d e la lib ertad no es sólo en cu an to al ejercicio, sino tam bién en cu a n to a la especificación p o r el acto contrario d e odio, o sem ejante, pues entonces es necesario q u e aparezca en el objeto alguna ra z ó n d e m al, y a q u e el odio to m ad o p ro piam ente, sólo p u e d e versar sobre la ra z ó n d e m al. 12. D igo en segundo lu g a r : n o sólo el v erd ad ero b ie n q u e exista o p u ed a e x istir en la realid ad , sino ta m b ié n el bien ap a re n te o solam ente pensado, p u ede ser suficiente p a ra ejercer su causalidad final. A sí lo enseña S anto T o m ás en I- II, q. 8, a. 1. Y consta suficientem ente p o r la experiencia, p u es con frecu en cia es m ovido el h o m b re a b u sc a r algunas cosas q u e p arecen buenas o deleitables, las cuales en realid ad n o lo son. Y esto es m anifiesto ta m b ié n e n la elección d e los m e d io s; p u es con frecu en cia elegim os algo q u e juzgam os q u e es ú til p a ra el fin, lo cual después co m probam os que es in ú til, o incluso perjudicial. Y la ra z ó n está en q u e la causa final n o causa m ás q u e conocida, com o después d i­ re m o s; y en cuanto se refiere al conocim iento, d el m ism o m o d o se com porta la cosa q u e se juzga b u e n a q u e si en la realidad m ism a fu ese b u en a, p o rq u e el m ism o juicio se d a so b re ella, e igualm ente v erd ad ero se juzga, y finalm ente d e l m ism o m o d o se re p re se n ta o p ro p o n e a la v oluntad. . 13. C on todo, en esta conclusión suele p a re c e r difícil e sto : siendo la cau­ salidad final v erd a d e ra y re a l, cóm o u n a ra z ó n solam ente fingida o concebida p u e d e b astar p a ra esta causalidad. P u es la causalidad real n o p u e d e su rg ir sino d e u n principio re a l; ah o ra b ien , aquella b o n d a d solam ente ap a re n te no es nada real, sino m ás b ie n algo fictic io ; p o r consiguiente, tam poco p u e d e causar real­ m en te. M ás aún, ta l b o n d a d , com o n o está e n las cosas, sino sólo e n la razón, n o parece q u e p u e d a ser suficiente p a ra m over m etafó ricam en te la v o lu n tad , p u es la volu n tad n o es llevada sino hacia las cosas m ism as en cu a n to son buenas.

actu causet finaliter, praetermisso maiori nifestum; eligimus enim saepe quod exibono. Quod tamen tacere non posset si nul- stimamus esse utile ad finem, quod postea lam haberet bonitatem, quia iam tunc omni- experimur esse inutile, vel etiam impediens. no deesset ratio causandi, sine qua' non suf­ Ratio autem est quia causa finalis non cau­ ficit Iibertas voluntatis ut moveatur, quam- sai nisi cognita, ut infra dicemus; quantum vis, ut non moveatur, sufficiat (ut dixi) ca­ autem spectat ad cognitionem, perinde se renza vel negatio boni necessari, etiamsi habet res quae existimatur bona ac si in re malum non sit. Secus vero erit si usus li- ipsa bona esset, quia idem iudicium de illa bertatis non tantum sit quoad exercitium, fertur et aeque verum existimatur, ac denised etiam quoad specificationem per actum que eodem modo repraesentatur seu propocontrarium odii, aut similem, nam tunc ne- nitur voluntari. cesse est ut aliqua ratio mali in obiecto 13. Illud tamen videri solet difficile in appareat, nam odium proprie sumptum so­ hac conclusione, cura causalitas finalis vera lum circa rationem mali versati potest. et realis sit, quomodo ratio tantum conficta 12. Dico secundo : non tantum verum aut existimata possit ad hanc causalitatem bonum quod in re sit aut esse possit, sed sufficere. Nam realis causalitas non potest etiam bonum apparens seu tantum existi- oriri nisi a principio reali; illa autem bomatum, potest esse sufficiens ut finalem nitas tantum apparens nihil reale est, sed suam causalitatem exerciat. Ita docet D. fictum potius; ergo nec potest realiter cau­ Thomas, I-II, q. 8, a. 1. Constatque satis sare. Immo talis bonitas, cum non sit in experientia, nam saepe movetur homo ad rebus, sed in ratione tantum, non videtur inquirendum aliqua quae apparent bona, esse posse sufficiens ad movendam metavel delectabilia, quae revera talia non sunt. phorice voluntatem, nam voluntaS non fer­ Quod etiam in electione mediorum est ma- tur nisi in res ipsas quatenus bonae sunt.

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14. Se responde p rim era m en te q u e esta causalidad final es d e tal m anera real q u e se p roduce de u n cierto m odo m o ral e intelectual, p o r u n a sim patía n a tu ra l q u e se d a e n tre la voluntad y el entendim iento, y p o r esto p a ra ella no se re q u ie re que exista o tra cosa real en la causa m ás q u e lo q u e basta p a ra la m oción en tre estas potencias p o r el n atu ral consentim iento de ellas, y po rq u e para ello 'b a sta , que sea real en cuanto rep resen tad o en el entendim iento, aun cuando en la realidad no sea verdadero, p u ed e tam bién b a sta r p a ra la causalidad final la bon d ad aparente, aunque n o sea verdadera. Y casi esto es lo que Santo T o m ás en el lugar citado dice, q u e el apetito elícito sigue a la fo rm a aprehen­ d id a, y p o r ello p a ra su m oción b asta la b o n d a d ap rehendida o pensada, aun cuando n o sea verdadera. 15. P ero puede añadirse, adem ás, q u e u n a cosa es h a b la r d e la bon d ad y o tra d e la cosa buena, p ues a la voluntad a veces la m ueve u n a cosa q u e v erd a­ d eram en te n o es b u e n a ; en el cual sentido vale la conclusión establecida, a sa-. ber, q u e a veces el bien solam ente aparente causa finalm ente. S in em bargo, a. p esar d e todo, p u ede decirse q u e la voluntad n u n ca es m ovida sino p o r la v e r - . d a ñ e ra b o n d a d ; p ues n u n c a se m ueve sino o p o r el deleite, o p o r la hones­ tid ad , o p o r el provecho d e la n aturaleza, todas las cuales son v erdaderas b o n ­ dades (om ito el apetito d el bien en com ún, en el cual n o hay engaño). P o r lo cu al en la p ro p ia razó n form al q u e m ueve tam poco hay n u n ca engaño, sino q u e ésta interviene en la aplicación de esta ra z ó n form al a esta o aquella cosa, y p o r esta ra z ó n m ueve ciertam ente la realidad q u e p arece b u e n a ; p ero la razón q u e m ueve n o es m ía bon d ad aparente, sino verdadera, a u n q u e se atribuya falsa­ m en te a ta l cosa. C om o, p o r ejem plo, si uno am a el h u rto p a ra hacer lim osna con él, se m ueve ciertam ente p o r u n bien im aginado, p e ro , a p esar d e todo,- se m ueve p o r u n a bondad y honestidad verdadera, a saber, p o r la h o n estid ad d e la m isericordia que pien sa que hay en tal acto. Y lo m ism o ocurre cu an d o el h o m ­ b re b u sca algún objeto que piensa q u e es d eleitable y en realidad n o es delei­ table, p ues aquél bu sca u n a v erd ad era delectación y es m ovido solam ente p o r ella; sin em bargo, y erra al aplicarla a la cosa en la que v erd ad eram en te no está. P o r consiguiente, en este sentido p u ede decirse q u e la razó n d e causar final­ m en te es siem pre alguna bon d ad verdadera, au n q u e n o siem pre sea algún bien

14. Respondetur primo hanc causalitatem finalem ita esse realem ut fiat morali quodam et intellectual! modo per naturalem sympathiam quae est inter voluntatem et intellectum, et ideo ad illam non requiri aliud esse reale in causa nisi illud quod sufficit ad motionem inter has potential per natu­ ralem consensionem earum, et quia ad illud sufficit esse reale, ut repraesentatum in intellectu, etiamsi in re verum non sit, ideo etiam ad causalitatem finalem sufficere pot­ est apparens bonitas, licet vera non sit. Et hoc fere est quod D. Thomas citato loco ait, appetitimi elicitum sequi formam apprehensam et ideo ad eius motionem sufficere bonitatem apprehensam seu existimatam, etiamsi vera non sit. 15. Addi vero ulterius potest aliud esse loqui de bonitate, aliud de re bona, nam voluntatem interdum movet res quae vere bona non est; quo sensu procedit conclusio posita, scilicet, quod interdum bonum tan­ tum apparens finaliter causet. Nihilominus tarnen did potest voluntatem nunquam ¡no­

veri nisi a vera bonitate; nunquam enim movetur nisi vel a delectatione, vel ab honestate, vel a commodo naturae, quae omnes verae bonitates sunt (omitto appetitum boni in communi, in quo non est deceptio). Unde in propria ratione formali quae mo­ vet nunquam etiam est deceptio, sed haec intervenit in applicatione huius rationis formalis ad hanc vel illam rem, et hac ratione movet quidem res quae apparet bona; rado autem movens non est apparens sed vera bonitas, quamvis tali rei falso attribuatur. U t verbi grada, si quis amat furtum ut ex ilio eleemosynam faciat, movetur quidem a bono esistimato, tarnen a vera bonitate et honestate, scilicet, ab ¡¡onestate misericordiae quam in tali actu esse existimat. Et idem est cum homo quaerit aliquod obiectum quod putat esse delectabile, in re tarnen delectabile non est, nam file veram quaerit delectadonem et ab ea tantum movetur, er­ rat tarnen illam applicando rei in qua vere non est. In hoc ergo sensu dici potest rationem causandi finaliter semper esse veram

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v erdadero, p o rq u e no siem p re se aprehende ta l b o n d a d o se juzga e n la cosa e n la q u e verdaderam ente existe. 16. D igo en tercer lu g a r q u e sólo aquel b ie n q u e es b u en o en sí o por sí es suficiente p a ra ejercer la causalidad final. Se explica p o rq u e el b ien, com o hem os explicado antes, sólo es u h o n esto o d eleitable o ú til; d e los cuales los dos prim eros son buenos en sí y p o r sí, y el tercero , en cam bio, sólo p o r relación a aquéllos, cosas todas q u e fu ero n explicadas allí m ism o. P o r tan to , los dos p rim ero s bienes b a sta n p a ra ejercer la causalidad final, lo cual p u e d e p ro b a rse fácilm ente. P ues la causalidad d e l fin consiste en dos cosas, o en u n a d e ellas, a saber, que m u ev a a la v o lu n ta d a q u e am e o ejecute el ñ n p o r sí m ism o, y las dem ás cosas p o r causa del ñ n ; ahora b ien , am bas cosas p u e d e llevarlas a cabo cualquiera de aquellos bienes. P ues el b ie n honesto por sí m ism o es apetecible en sum o grado com o digno p o r sí o conveniente p o r sí m ism o a la n atu ra le z a ; m ás aún, la m ism a razón d e bien h o n esto es ésta, com o e n el refe rid o lu g ar notam os con S an to T o m á s, I, q. 6, a. 6. Y acerca d el b ie n d eleitable dice el m ism o Santo T o m á s I-IÍ, q . 2, a. 6, ad 1, tom ándolo d e A ristóteles, X Etica, c. 2 : es necio

preguntar por qué causa se apetece, pues la misma delectación tiene por sí de dónde ser apetecible. P o r consiguiente, estos dos bienes son suficientes p a ra cau sar la p rim e ra m oción h acia el fin p o r causa d e sí m ism o. 17. D e e sta m oción n ace o tra q u e va a los m edios p o r causa d e l fin ; p u es aq u el m ism o b ie n q u e es am ado p o r causa d e sí, m ueve a am ar o tra s cosas por cau sa d e él, si son necesarias o ú tiles p a ra o b te n e r el b ie n q u e es am ado p o r causa d e si. P o r consiguiente, u n o y otro d e estos bienes es suficiente p o r sí en ra z ó n d e su b o n d a d p a ra ejercer la causalidad final en cu an to a u n a y o tra de su s p artes. E n el cual oficio se com portan m u tu a m e n te com o excedente y ex­ ced id o , p ues e l b ie n deleitable n o solam ente suele m over m ás en cuanto a nos­ o tro s y a rra stra r hacia sí el ap etito , sino q u e la delectación es en cierto m odo la ú ltim a p erfección d e la o p eració n am able p o r s í; en cam bio, el b ie n honesto, c u a n to es m ayor y m ás no b le p o r sí, ta n to es p o r sí y p o r su n atu raleza m ás po­ d ero so p a ra ejercer esta causalidad y p u ed e ta m b ié n causar efectos m ás nobles aliquant bonitatem, quamvis non semper sit I-II, q. 2, a. 6, ad 1, ex Aristot., X Ethic., verum aliquod bonum, quia non semper ap- c. 2, stultum esse quaerere propter quid apprehenditur. talis bonitas aut iudicatur de re peatur, nam ipsa delectatio per se kabet unde appetibilis sit. Haec ergo duo bona in qua vere existât. 16. Dico tertio: solum illud bonum quod sufficientia sunt ad causandum primam moin se seu per se bonum est, est sufficiens tionem in finem propter seipsum. ad causalitatem finalem exercendam. Decla­ 17. Ex hac autem motione n a sc ita al­ rator, nam bonum, u t supra tractavimus, tera, quae est ad media propter finem; nam tantum est aut honestum, aut delectabile, illud idem bonum quod propter se a m a ta aut utile; ex quibus duo priora sunt in se movet ad amandum alia propter ipsum, si ac per se bona, tertium vero solum per ha- necessaria vel utilia sint ad bonum propter bitodinem ad ilia, quae omnia ibidem expli- se amatum obtinendum. Utrum que ergo ex cata sunt. Igitur duo priora bona sufficiunt his bonis per se sufficiens est ratione suae ad causalitatem finalem exercendam, quod bonitatis ad causalitatem finalem exercen­ facile probari potest. Nam causalitas finis in dam quoad utramque eius partem. In quo duobus consistit, vel. in alterutro eorum, sci­ munere sese habent mutuo sicut excedens et licet, quod voluntatem moveat ut finem excessum, nam bonum delectabile et quoad propter se et alia propter ipsum diligat aut nos plus movere solet et ad se trahere ap­ exsequatur; utrumque autem horum prae- petitimi, et delectatio quodammodo est ul­ stare potest utrumque ex illis bonis. Nam tima perfectio operationis propter se amabonum honestum propter se est maxime ex- bibs; at vero bonum honestum, quo maius petibile tamquam per se decens, vel per est et per se nobilius, eo de se et natura sese naturae conveniens; imtno haec est sua potentius est ad hanc causalitatem exer­ ipsa ratio boni honesti, ut dicto loco nota- cendam et nobiliores etiam cffectus potest vimus cum D. Thoma, I, q. 6, a. 6. De in hoc genere causare. Quin potius, si na­ bono autem delectabili ait idem D. Thomas, turae institotionem spectemus, solum horie-

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en este género. M ás aún, si atendem os al designio d e la natu raleza, sólo el b ie n h onesto d eb e ten er ra z ó n p ro p ia d e fin, p u es la delectación p o r la intención d e la n atu raleza no existe p o r causa d e sí, sino p o r causa d e la operación a la q u e se u n e, y p o r ello d eb e ser am ada p o r causa d e ella, acerca d e lo cu al tratarem os m ás extensam ente en otro lugar. 18. Y en cuanto al b ie n ú til, com o no es u n bien p o r sí, parece bastante claro que n o es suficiente p a ra ejercer la causalidad final, p o rq u e el b ie n ú til en cu a n to tal no es am able p o r sí; p o r consiguiente, n o es suficiente p a ra ejercer la p ri­ m era m oción d el fin. A dem ás, en cuanto es ú til no es aquello p o r causa d e lo cual se am a o tra cosa, sino q u e m ás bien él m ism o es am ado p o r causa de o tro ; p o r consiguiente, tam poco p u ed e ejercer la segunda m oción o causalidad ¡final. M ás aún, bajo dicha razón es efecto d el fin, p o rq u e es aquello q u e se hace o am a p o r causa de o tro ; p o r consiguiente, el b ie n ú til com o tal n o p u e d e ejercer la causalidad final. P o r tan to , sola la b o n d a d honesta, sea m o ral o n a tu ra l, y la bon d ad deleitable, p u ed e ser la razón p ro p ia de causar finalm ente, P ero aq u í se ofrecía inm ediatam ente la dificultad de si los m edios p u e d e n ejercer la cau­ salidad final, dificultad q u e tratarem os m ejor en la sección siguiente.

SECCION

VI

Q ué cosas pueden ejercer la causalidad final 1. L a dificultad d e esta cuestión p u e d e nacer de u n do b le capítulo. El p ri­ m ero es acerca d e los m edios, a v er si p u ed en ejercer la causalidad final; pues parece m anifiesto p o r los m ism os- térm inos q u e los m edios n o p u e d e n tener cau­ salidad d e fin, p o rq u e sólo la cosa q u e es fin p u e d e ejercer causalidad de fin ; ahora b ien , el m edio es algo d istin to d e l fin ; p o r consiguiente, n o p u ed e ejercer causalidad de fin. P ero e n co n tra d e esto está el q u e el m edio com o m edio atrae la v o lu n tad p a ra q u e le a m e; p o r consiguiente, en esto e jerce causalidad de fin. Y , so b re todo, p o rq u e ta m b ién a u n m io p u e d e ord en arse o tro ; entonces, p o r tan to , aquel m edio q u e es p rim ero en < o rd en d e la in ten ció n ejerce causalidad d e fin so b re el otro q u e se ord en a a él. stum bonum habere debet propriam ratio- salitatem finalem exercere, quam melius nem finis, nam delectado ex intentione na- tractabimus sectione sequenti. turae non est propter se, sed propter operationem cui adiungitur, et ideo propter ilSE C T IO VI ljm amari debet, de quo alias laiius. Q ü AE RES POSSINT CAUSALITATEM FiNALEM 18. De bono autem utili, cum non sit EXERCERE per se bonum, satis manifestum apparet non esse suíficiens ad causalitatem finalem exer1. Difficultas huius quaestionis ex du­ cendam, quia bonum utiie ut sic non est plici capite oriri potest. Primum est de me­ per se amabile; ergo non est suíficiens ad diis, an illa possint exercere causalitatem primam motionem finís exercendam. Rursus finis; videtur enim ex ipsis terminis mani­ quatenus utile est, non est id propter quod festimi non posse media habere causalita­ aliud amanar, nam potius ipsurn amatar tem finis; nam sola res quae est finis pot­ propter aliud; ergo ñeque secundam motio­ est exercere causalitatem finis; sed medium nem seu causalitatem finis exercere potest. est res distincta a fine; ergo non potest Quin potius sub ea ratione est effectus finis, exercere causalitatem finis. In contrarimi! quia est id quod alterius gratia fit vel ama- vero est quia medium u t medium allicit tur; ergo bonum utile ut sic non potest voluntetem ut ipsum amet; ergo in hoc causalitatem finalem exercere. Sola ergo bo­ exercet causalitatem finis. E t maxime quia nitas honesta, sive moralis sive naturalis, et etiam ad unum medium potest aliud ordina­ bonitas delectabilis, potest esse propria ra- ri; rune ergo illud medium quod est prius tio causandi finaliter. Kic vero occurrebat ordine intentionis exercet causalitatem finis statim difficultas de mediis, an possint cau- circa aliud quod ad ipsum ordinatine

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2. L a seg u n d a dificultad es acerca d e las privaciones o negaciones, a ver si p u e d e n ejercer causalidad d e fin bajo esta razó n , es d ecir, cuando se juzga y considera sin e rro r q u e so n privaciones o negaciones y n o v erdaderos entes. Y lo m ism o p u e d e p reg u n tarse acerca de las relaciones, so b re todo d e las de razó n . Y la razó n de la dificultad está en q u e éstas lo m ism o que no tienen ver­ d a d e ra entidad, así tam poco tienen b o n d ad , sobre todo que sea am able por sí; p o r consiguiente, no tienen v irtu d y ra z ó n pró x im a p a ra causar finalm ente. P ero en co n tra de eso está que c o n frecuencia buscam os d irectam en te tales privaciones, y p o r causa d e ellas elegim os los m edios, com o la m u e rte d e alguno o algo se­ m ejan te. D e ig u al m odo p reten d em o s alguna vez las relaciones d e razó n , com o la dignidades hum anas o la estim ación ante otros, que sólo son u n a relación d e razón.

S i pueden los medios ejercer causalidad de fin 3. Sobre la p rim e ra dificultad h ay varias m aneras d e expresarse. L a p ri­ m era es que los m edios in clu so com o m edios p u e d e n ejercer causalidad de fin; en lo cual esta opinión co n trad ice ab iertam en te a la ú ltim a p a rte d e la tercera aserción p ro p u e sta en la sección p reced en te. P e ro la m an tien e G ab riel, In 1, d ist. 38, a. 1, do n d e, de acuerdo con la opinión d e G reg o rio allí, a. 1, distingue q u e h a y u n fin propísim o, o tro p ro p io , otro co m ú n o com unísim o, y d e este úl­ tim o m o d o dice q u e los m edios tien en razón d e fin y que ejercen su causalidad. P o r lo cual tam b ién aquel m ed io q u e es el ú ltim o e n la in ten ció n y prim ero en la ejecución, p o r causa del cual n in g ú n otro se elige, dice q u e p a rtic ip a d e la causalidad de fin. E l fu n d am en to p arece q u e es q u e to d o objeto d e la voluntad tien e razó n y causalidad de fin ; ah o ra bien, el m edio com o m edio, o sea, el que n o es m ás q u e m edio, es objeto d e la v o lu n ta d ; p o r consiguiente, p articip a de la causalidad d e fin. L a m e n o r consta p o rq u e la volu n tad v erd ad era y propia­ m e n te versa so b re el fin am án d o lo ; y es objeto p ro p io d e la p o ten cia aquello so b re lo q u e versa. Y la m ayor se tom a d e S anto T o m ás, I-II, q. 1, a. 1, donde dice q u e el fin es objeto d e la v o lu n ta d ; p e ro h a b la del objeto adecuado, ya p o rq u e dice q u e se co m p o rta el fin con la v o luntad com o el color con la vista; 2. Secunda difficultas est de privationibus aut negationibu’s , 1an sub hac propria ratione possint exercere causalitatem finis, id est, absque errore iudicatae et existimatae, quod privationes vel negationes sint, et non vera entia. E t idem de relationibus, praesertim rationis. E t ratio difficultatis est quia hae sicut non habent veram entitatem, ita nec bonitatem, et praesertim per se amabilem ; ergo non habent vim et rationem proximam ad causandum finaliter. In contrarium vero est quia saepe per se intendimus huiusmodi privationes, et earum gratia media eligimus, ut alicuius mortem, vel aliquid simile. Similiter intendimus aliquando relationem rationis, u t humanas dignitates, aut aestimationes apud alios, quae in sola relatione rationis consistimi. 1Possintne media causalitatem finis exercere

3. Circa priorem difficultatem sunt varii dicendi modi. Primus est media etiam ut media posse exercere causalitatem finis; in quod haec sententia contradicit aperte ulti-

mae parti tertiae assertionis propositae in praecedenti sectione. Tenet vero illam Ga­ briel, In I, dist. 38, a. 1, ubi ex sententia Gregorii ibi, a. 1, distinguit finem alium esse propriissimum, alium proprimn, alium communem seu communissimum, et hoc ul­ timo modo dicit media habere rationetn finis eiusque causalitatem exercere. Unde etiam illud medium quod est ultimum in inten­ tions et primum in exsecutione, propter quod nuUum aliud eligitur, ait participare causalitatem finis. Fundamentum esse videtur quia omne obiectum voluntatis, habet rationem et causalitatem finis; sed médium ut medium, seu quod non est nisi medium, est obiectum voluntatis : ergo participât causa­ litatem finis. Minor constat, quia voluntas vere ac proprie versatur circa finem amando ipsum ; illud autem est proprium obiectum potentiae circa quod ipsa versatur. Maior autem sumitur ex D. Thoma, I-II, q. 1, a. 1, ubi ait finem esse obiectum volunta­ tis; loquitur autem de obiecto adaequato, tum quia dicit ita se babere finem ad vo-

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y el color es el objeto adecuado de la vista. Y a tam bién p o rq u e d e allí infiere q u e la v o lu n tad am a todas las cosas bajo ra z ó n de fin, p o rq u e am a todas las cosas bajo la razó n d e su o b jeto ; la cual in feren cia no sería b u en a si el fin n o fuese objeto adecuado. Se inclina a ella tam b ién A ristóteles, I I d e la Física, c. 3, al decir q u e el fin y el bien son lo mismo; y el bien es el o bjeto adecuado d e la v o lu n ta d ; p o r consiguiente, tam b ién el fin. 4. E l segundo m o d o de expresión es q u e la cosa que es m edio, aun cuando p o r causa d e sí no sea am ada n i sea am able, p u ede ejercer causalidad de fin; con todo, no en cu an to es m edio, sino en cuanto que p o r causa de ella otro m edio p u e d e ser apetecido. Así, pues, aquel m edio que n o es el p rim e ro en la ejecución, sino q u e in terced e entre el fin y el p rim er m edio, se dice q u e p a r­ tic ip a de la causalidad d e l fin, no en cu a n to es amado p o r causa del fin sino e n cu an to q u e o tro m edio es am ado p o r causa d e él, ya q u e bajo esa razón es aquello p o r razón d e lo cual y, por tanto, tie n e razón de fin próxim o y n o d e m edio. P ero aquello q u e es p rim e r m edio, p o r causa d el cual n in g ú n otro es am ado, n o p a rticip a d e la causalidad d el fin. E sta sentencia la m an tien e E gidio In II, d ist. 38, q. 2, a. 2 ; G abriel, In II, dist. í , q. 5, a. 1, y O ckam , In II, q. 3, y parece q u e la favorece Santo T o m ás, III cont. Geni., c. 2, d o n d e dice en la ra z ó n c u a rta : Todos los medios que se interponen entre el agente y el último

fin son fines respecto de los anteriores, y principios activos respecto de los si­ guientes, y en el II d e la Física, lee. 5, dice que a la razó n d e fin n o p ertenece q u e sea el últim o absolutam ente, sino sólo respecto del p reced en te. Y lo m ism o p ie n sa en el I d e la Etica, c. 7, donde A ristóteles se inclina m u ch o a este p a re ­ cer, p ues dice q u e n o todos los fines son perfectos y apetecibles p o r causa d e sí, y en el V de la Metafísica y II de la Física enum era e n tre los fines los in s­ tru m en to s d el arte y las riquezas, ya q u e se hacen o se a d q u ieren p o r otros m e ­ dios, aun q u e ellas sean tam b ién m edios p a ra fines ulteriores. P ero la razón h a sido ya tocada, p o rq u e en ellos existe razó n suficiente p a ra m over la voluntad p a ra q u e q u ie ra algo, p o r causa d e los m ism os, y esto b a sta p a ra ejercer algún oficio d e causa final, a u n q u e no los ejerzan todos. luntatem sicut color ad visum; color autem est obiectum adaequatum visus. Tum etiam quia inde inferi voluntatem amare omnia sub ratione finis, quia amat omnia sub ratione sui obiecti; quae consecutio bona non esset nisi finis esset obiectum adaequatum. Favet etiam Aristot., I l Phys., c. 3, dicens }inem et bonum idem esse; bonum autem est obiectum adaequatum voluntatis; ergo et finis. 4. Secundus modus dicendi est rem quae est medium, etiamsi propter se non ametur neque amabilis sit, posse exercere causalitatem finis, non tamen quatenus medium est,' sed quatenus propter illam aliud me­ dium appetì potest. Itaque illud medium, quod non est primum in exsecutione, sed intercedit inter imeni et primum medium, dicitur participare caus2litatem finis, non quatenus amatur propter nnem, sed quate­ nus aliud medium amatur propter ipsum, quia sub ea ratione est id cuius gratia, et consequenter habet rationem finis proximi, et non medii !. Illud vero quod est primum 1

medium, propter quod milium aliud amatur, non participa! causalitatem finis. Hanc sententiam tenet Aegit., In II, dist. 38, q. 2, a. 2; Gabr., In II, dist. 1, q. 5, a. 1, et Ocham, In II, q. 3, et videtur. favere D. Thom., I l l cont. Gent., c. 2, ubi in ratione quarta dicit: Omnia intermedia inter agens

et ultimum jinem sunt fines respecta priorum, et principia activa respecta sequentium, et in II Phys., lect. 5, ait de ratione finis non esse quod sit ultimum simpliciter, sed solum respectu praecedentis. Idem sentit I Ethic., c. 7, ubi Aristóteles multum favet huic sententiae, dicit enim non omnes fines esse perfectos et propter se expetibiles, et in V Metaph., et II Phys., inter fines numerat instrumenta artis et divitias, quia per alia media fiunt vel acquiruntur, quamvis ipsa etiam sint media ad , ulteriores fines. Ratio verb est iam tacta, quia in illis est sufficiens ratio ad movendam voluntatem, ut aliquid velit propter ipsa, et hoc satis est ad exercendum aliquod munus causae finalis, etiamsi non exerceant omnia.

1 Nos apartamos de la edición Vives y de otras, porque juzgamos que éstas han omitido una línea que se halla en varias ediciones. (N, de los EE.)

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Disputaciones metafísicas Se establece un principio necesario para la resolución de la cuestión

5. Sin em bargo, pienso q u e se ha d e afirm ar q u e no p u ed e propiam ente y (p o r decirlo así) p o r in trín seca denom inación ejercer la causalidad d e fin n in ­ g u n a cosa q u e p o r sí no sea b u e n a y apetecible. P o r q u é añado esas partículas propiamente y por intrínseca denominación, lo aclararé después. P o r tanto, tom o e sta aserción d e A ristóteles, I I d e la Metafísica, c. 2, d o n d e afirm a q u e p e rte ­ n ece a la ra z ó n del fin q u e otras cosas sean apetecidas p o r causa d e él m ism o y q u e él n o lo sea p o r causa d e otras cosas; en d o n d e p o r esta ú ltim a negación expresa con u n circunloquio aquella razón q u e nosotros explicam os positivam ente diciendo q u e el fin d eb e ser apetecible p o r sí p o r la b o n d a d p ro p ia que tiene en sí. P ues n o pertenece a la razó n d e fin, h ab lan d o en g eneral, no ser apetecido p o r causa d e o tro , sino q u e esto es propio d e l fin absolutam ente últim o . P o r lo cual, en el I d e la Etica, c. 7, dice q u e en cad a serie es fin aquello q u e se ape­ tece com o ú ltim o , es d ecir, aquello en q u e se d e tien e la in ten ció n de todos los m edios q u e son apetecidos p o r causa d el fin. A sí ta m b ién en el II de la Física, c. 3, dice q u e todos los m edios q u e están su b o rd in ad o s en tre sí existen p o r causa d e u n único fin. F in a lm e n te , en el lib. I Magn. Moral., c. 2, d istin g u e:

D e los bienes, unos son fines, otros no; del mismo modo que la salud cierta­ mente es un fin y la causa de la salud de ningún modo es fin, d o nde llam a causa d e la salud al m edio p a ra la salud. Y se p ru e b a con la razó n p o rq u e en cada género de causa p u ed e cau sar en tal género aquella cosa q u e tie n e v irtud o p rin cip io fo rm al q u e la co nstituye en acto p rim e ro com o causa d e ta l g én ero ; ah o ra bien, la b o n d a d es la razó n form al d e la causa final, q u e la constituye en acto p rim e ro suficiente p a ra c a u sa r; p o r consiguiente, solam ente aquella cosa q u e tien e b o n d a d p u e d e ser causa final p o r in trín se c a p o ten cia o denom inación; y to d a realid ad — y sólo ella— q u e tien e b o n d ad en sí y conveniencia respecto d e l ap ete n te es b u e n a p o r sí y ap etecib le; p o r consiguiente, solam ente la cosa q u e es b u en a p o r sí y apetecible p u ed e ejercer causalidad d e fin. 6. Se d irá : tam b ién la cosa ú til com o ta l tien e b o n d ad en sí, ya que en sí tie n e u tilid a d , pues la u tilid a d es u n a cierta especie d e b o n d ad . P e ro en contra

Statuitur principium ad resolutionem quaestionis necessarìum5 5. Nihilominus dicendum censeo nullam rem posse proprie et (ut ita dicarn) per intrinsecam denornmationem exercere causalitatem finis nisi quae per se bona sit et expetibilis. Cur addam Sias particulas, proprie et per intrinsecàm denomìnationem, infra declarabo. Sumo igitur hanc assertionem ex Aristot., II Metaph., c. 2, ubi dicit de ratione finis esse u t alia appetantur propter ipsum, ipsum vero non propter alia; ubi per hanc posteriorem negationem circumloquitur. illam ratiohem quam nos positive explicamus dicendo fraern debere esse per se expetibilem per propriam bonitatem quam in se habeat. Nam non est de ratione finis, generatila loquendo, ut propter aliud non appetatnr, sed hoc est proprium finis omnino ultimi. Unde in I Ethic., c. 7, dicit in unaquaque serie illud esse finem quod a p p e tito u t ultimum, id est, in quo sistit intendo mediorum omnium quae propter finem appetunto. Sic etiam II Phys., c. 3,

dicit omnia media quae inter se subordinata sunt, esse propter unum finem. Denique, lib. I Magn. Moral., c. 2, distinguit: Bono-

rum alia sunt fines, dia non; quemadmodum sanitas quidem finis, atque sanitatis causa neutiquam finis est, ubi sanitatis causam vocat medium ad sanitatem. E t probatur ra­ tione, nam in unoquoque genere causae ilia res potest causare in tali genere quae habet virtutem seu formale principium constituens in actu primo causam talis generis; sed bonitas est ratio formalis causae finalis, constituens illam in actu primo sufficiente:» ad causandum; ergo tantum res ilia quae bonitatem habet esse, potest causa finalis per intrinsecàm potentiam seu denominationem; omnis autem res, et illa sola, quae in se ha­ bet bonitatem et convenientiam respectu appetentis est per se bona et appetibilis; ergo tantum res quae est per se bona et appe­ tibilis potest causalitatem finis exercere. 6. Dices: etiam res utilis, ut sic, habet in se bonitatem, cum in se habeat utilitatem , nam utilitas quaedam species bonitatis est. Sed contra hoc est quod supra di-

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d e esto está lo q u e dijim os antes al tra ta r d e la b o n d ad , D is. X , que el bien ú til com o tal no es algo enteram en te intrínseco a la cosa q u e se ju zg a ú til; p ues a u n q u e la utilidad, en cuanto sólo dice u n a cierta v irtu d o eficacia, sea algo en la cosa q u e se denom ina ú til, sin em bargo to d a aquella u tilid a d n o es b u en a ni apetecible como ú til, sino p o r causa de la b o n d ad del fin p re te n d id o y en c u an ­ to se o rd e n a a ella. P o r lo cual Santo T o m ás, I, q. 5, a. 6, d ijo con razón q u e las cosas útiles no son amables por causa de sí, sino sólo por razón del fin. Y p o r ello tam poco el b ie n ú til com o tal se juzga b u en o absolutam ente n i p o r denom inación intrínseca, p o rq u e no es conveniente p o r sí, sino sólo en c u a n to se o rd en a a tal fin y recibe de él cuasi form alm ente la conveniencia. 7. E n segundo lu g ar, p o r tan to , argum ento d e este m o d o ; p o rq u e la cosa q u e n o es b u e n a p o r sí n o p u ede m over la v o lu n tad a am arla a ella p o r causa d e s í; p o r consiguiente, tam poco p u ed e m over la v o lu n ta d a am ar otras cosas p o r causa d e sí m ism a ; p o r ta n to , n o p u e d e ejercer n in g u n a causalidad d e fin. E sta segunda consecuencia es clara p o r lo d icho, ya q u e to d a la causalidad d el fin se contiene en esos dos capítulos. P ero el p rim er an tec ed en te parece ta m ­ bién p o r sus térm inos evidente, ya que com o sólo el b ie n atrae el apetito a su am or, solam ente aq u ella cosa q u e es b u en a en sí m ism a y sin ord en a otro fin p u e d e a tra e r el apetito a q u e la am e p o r sí m ism a. P o r lo cual en la razón d e d u d a p ro p u e sta al principio n o se to m ab a rectam ente q u e el m edio com o m edio atrae la voluntad a su a m o r; y, adem ás, h a b ría q u e d ecir q u e el fin m ism o atrae la voluntad a am ar el m edio, p u es en realidad q u e re r el m edio por causa d el fin n o es o tra cosa sino q u e to d a la razó n de qu ererlo sea el m ism o fin ; y la razó n d e q u erer es la que m ueve a la v o lu n tad y la atrae, y p o r ello tam bién suele llam arse m otivo d e la v o lu n ta d ; el m edio, en cam bio, es com o el objeto m aterial q u e se am a p o r razó n d el fin. Y con esto se p ru e b a fácilm ente la p ri­ m era consecuencia, p o rq u e lo q u e n o basta p a ra atraer la v o lu n ta d hacia su am o r, m ucho m enos p u ed e atra e r la v o lu n tad p a ra am ar o tra cosa p o r causa de sí m ism o ; ahora bien, aquella cosa q u e n o es b u e n a p o r sí n o p u e d e atraer la v o ­ lu n ta d a am arla, com o m o stra m o s; p o r ta n to , m enos p u e d e atra e r a la volu n tad ximus tramando de bordiate, disp. X, bonum utile, ut sic, non esse aliquid omnino intrinsecum rei quae utilis censetur; nam licet militas, ut solum dicit vim aliquam vel efficacitatem, sit aliquid in re quae - deno­ minatin' utilis, tamen tota illa militas non est bona neque appetibilis ut utilis, nisi propter bonitatem finis intenti, et ut illi sub­ est. Propter quod D . Thomas, I , q. 5, a. 6, merito dixit u tilia n o n e s s e a m a b ilia propter se, s e d s o lu m r a tio n s fin is . Et ideo etiam bonum utile ut sic non censetur bonum simpliciter, nec per intrinsecarti denominationem, quia non est per se conveniens, sed solum ut substat taü fini et ab ilio quasi formaliter convenientiam accipit. 7. Secundo igitur argumentor in hunc modum; nam ea res quae non est per se bona non potest movere voluntatem ad amandum se propter se; ergo nec potest voluntatem movere ad amandum alia prop­ ter ipsam; ergo nullam causalitatem finis exercere potest. Haec secunda consequentia patet ex dictis, quia tota causai iras finis in

illis duobus capitibus continetur. Primum vero antecedens etiam videtur ex termims per se notum, quia cum solum bonum trahat appetitimi ad sui dilectionem, illa tan­ tum res potest trahere appetitum ad amandmn se propter se quae secundum se et sine ordine ad alium finem bona est. Unde non recte in ratione dubitandi in principio posita sumebatur medium ut medium tra­ here voluntatem ad sui dilectionem; ulteriusque 1 diceretur finem ipsum trahere vo­ luntatem ad diligendum medium, nam re­ vera nihil aliud est velie medium propter finem nisi quod tota ratio volendi illud sit ipse finis; ratio autem volendi est quae voluntatem movet et attrahit, et ideo etiam motivum voluntatis appellari solet; medium autem est tamquam materiale obiectum, quod ratione finis amatur. Atque hinc fa­ cile probatur prior consequentia, quia quod non sufficit voluntatem trahere ad se aman­ dum, multo minus potest trahere volunta­ tem ad amandum aliud propter ipsum; sed res illa quae non est per se bona non pot-

1 En otras ediciones, esta palabra se ve sustituida por utriusque; es claro que carece de sentido en el presente contexto. (N. de los EE.)

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a am ar otras cosas p o r causa d e sí m ism a. L a m aj'o r es clara, ya p o r aquel p rin c ip io aquella por lo que una cosa es tal, lo es en mayor grado; y así si se am a el m edio p o r causa d e l fin, m ás se am a el fin ; p o r consiguiente, la cosa q u e hace q u e otro sea am ado p o r causa de ella, es preciso que h aga que ella m ism a sea m ás am ada; p o r tan to , contrariam ente, la que no p u e d e arrastrar a s u am or, m u ch o m enos p u e d e a rra stra r a am ar otras cosas p o r causa de sí. Y a ta m b ié n p o rq u e el am or d el m edio p o r causa d el fin p rocede del am or dél fin; p o r consiguiente, si el a m o r d e u n a cosa com o fin n o p u e d e se r causado por aq u ella cosa, tam poco el am or d e o tra cosa p o r causa d e tal fin p u e d e ser cau­ sado finalm ente p o r aq u el fin ; lo cual es decir q u e aquél no p u e d e ser fin, si c o n e l n o m b re d e fin se significa la v erd ad era causa final, tal com o ahora h a­ blam o s d e ella e n ord en a la v o lu n tad creada.

Respuesta general a la cuestión propuesta 8. D e este p rincipio se colige p rim era m en te la resp u esta general a la c u e s -. tió n p ro p u esta en el títu lo d e la sección, a saber, q u e p u ed e ejercer propia­ m e n te causalidad final la cosa q u e tiene en sí bon d ad p o r la cual sea am ada (o verd ad eram en te, o e n el pensam iento, lo cual, en tiéndase añadido en todas las expresiones sem ejantes p a ra q u e no tengam os q u e re p e tir lo m ism o). E sta conclusión es evidente p o r el p rin cip io p reced en te y p o r sus pru eb as. P or lo c u a l n o podem os descender en p a rticu lar a señalar las cosas q u e p u e d e n causar fin alm en te; a saber, si D io s, o el ángel, o el h o m b re , o la sustancia, o el acci­ d e n te , o las riquezas, o el h o n o r u otras cosas sem ejantes p u e d e n causar final­ m e n te ; sino q u e en todas y e n cada u n a hay q u e considerar qué b o n d a d o con­ veniencia tien en p o r sí, y si tie n e n alguna, seg ú n ella p o d rá n ser causa final, y si n o tien en n in g u n a n o p o d rá n . P ero solam ente dos clases d e b ie n son por sí y e n sí buenos, a saber, el d eleitab le y el ho n esto , co m prendiendo bajo el ho­ nesto cuanto es p o r sí co n v en ie n te a la n a tu raleza, y p o r ello lo q u e fuere tal, p o d rá bajo esa razó n ejercer causalidad d e fin ; y lo que n o es ta l, n u n ca ejer­ cerá causalidad d e fin sin o p o rq u e es juzgado tal, y de este m odo las riquezas sectionis propositam, scilicet, earn rem posse proprie exercere causalitatem finalem quae in se habet bonitatem propter quam ametur (aut vere, aut in existimatione, quod intelliter quod unumquodque tale, et illud ma- gatur adiectum in omnibus similibus locugis; et ita si medium amatur propter fi­ tionibus, ne oporteat idem repetere). Kaec neta, rnagis amatur finis; ergo res quae conclusio est evidens ex praecedenti prinfacit aliud am an propter ipsam, oportet ut cipio et probationibus eius. Quocirca non magis faciat amari seipsam; ergo, e con­ possumus in particulari descendere ad deverso, quae non potest trahere ad amandum signandas res quae possunt finaliter causare, se, multo minus poterit trahere ad amandum nimirum, an Deus, vel angelus, vel homo, aliud propter se. T um etiam quia amor me- vel substantia, vel accidens, vel divitiae, vel honor, vel aliae huiusmodi, possint finaliter dii propter finem procedit ex amore finis; ergo si amor alicuius rei ut fines non pot­ causare; sed in omnibus et singulis conest causari ab illa, peque amor alterius rei siderandum est quam bonitatem vel conpropter talero finem potest ab filo fine fina- venientiam per se habeant et, si aliquam liter causari; quod est dicere ilium non habuerint, secundum illam poterunt esse posse esse finem, si nomine finis vera cau­ finalis causa, si vero nullam habeant, non sa finalis significetur, prout nunc de illa lo- poterunt. Solum autem duplex bonum est per se et secundum se bonum, nempe dequim ur in ordine ad creatam voluntatem. lectabile et honestum, sub honesto compreResponsio generalis ad quaestionem hcndendo quidquid esr per sc naturae con­ propositam veniens, et ideo quidquid tale fuerit, poterit 8. Ex hoc principio colligitur primo ge­ sub ea ratione causalitatem finis exercere; neralis responsio ad quaestionem in titulo quod autem tale non est, nunquam exercet

est trahere voluntatem ad amandum se, ut ostendimus; ergo minus potest trahere vo­ luntatem ad amandum aliud propter ipsam. Maior patet, tum . ex illo principio prop­

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y los honores son apetecidos con frecuencia com o fin, a u n cuando dichas cosas, si se establece u n juicio recto acerca de ellas, n o sean p o r sí am ables o c o n v e ' nien tes, sino sólo p o r causa d e otro. 9. S e d irá : p o r la m ism a razó n el b ie n deleitable n o será v erd ad eram en te suficiente p a ra causar finalm ente, p o rq u e si se juzga rectam ente acerca d e él, n o es am able p o r causa d e sí, sino p o r causa d e otro. M ás aún, tam poco la ciencia, n i la salud, n i cosas parecidas p o d rán ejercer la causalidad final, ya q u e no son am ables p o r sí, sino p o r causa del hom bre. A la p rim e ra p arte se responde negando la consecuencia; pues la razón es m u y diversa, ya que el b ie n d eleitable separado d e todo o tro fin extrínseco tiene v erd ad eram en te en sí d e d ó n d e ser am ado, y p o r ello es capaz y suficiente p o r sí p a ra ejercer la causalidad d e fin ; au n q u e si h a d e ser apetecido p o r el h o m b re con razó n recta, es d ecir, ho n esta, n o haya q u e deten e rse en él com o en u n fin, sino q u e se h a de ordenar, a algún fin su­ p e rio r, lo cual se h a d e e n ten d e r no sólo d el bien deleitable, sino tam bién d e l bien conveniente a la n aturaleza, o n atu ral, en cuanto se distin g u e del m oral ho n esto . P o r lo cual, p o r claridad se p o d ría decir q u e el b ie n d eleitable según u n verd ad ero juicio especulativo o físico, es p o r sí am able, cosa q u e basta p a ra q u e p o r sí sea suficiente p a ra ejercer la causalidad de fin, y no sólo p o r la falsa estim ación d e l q u e o b ra, sino tam b ién p o r la p ro p ia v irtu d q u e tien e en s í; a u n q u e seg ú n u n verdadero juicio práctico y m oral, q u e se em ite de acuerdo con la conform idad al apetito recto y honesto, n o haya d e ser apetecido com o fin p o r el h om bre que o b ra honestam ente. P ero o cu rre lo c o n trario con las o tras cosas q u e carecen d e to d a bon d ad d e esta clase; p ues ellas, n i seg ú n u n juicio p ráctico , n i tam poco según u n o especulativo v erdadero, p u e d e n ser causas finales, sino sólo p o r u n pensam iento falso. 10. A la segunda p a rte se resp o n d e negando la consecuencia; pues aque­ llas cosas son verdaderam ente am ables p o r causa de sí, ya q u e p o r sí son con­ venientes a la naturaleza. N i im p o rta que sólo sean am ables p a ra el h o m b re ; p u es d e a q u í resu lta sólo q u e n o son am ables c o n am or d e am istad, sino d e con­ cupiscencia, lo cual n o im p id e la verdadera y p ro p ia causalidad final, diga lo causalitatem finis nisi quia tale existimatur, telfigendum est. Unde claritatis gratia dici et hoc modo divitiae aut honores appetun- posset bonum delectabile secundum verum tu r saepe u t finis, quamvis illae res, si rec­ iudicium speculativum seu physicum esse tum de illis feratur iudicium, non sint per per se amabile, quod satis est ut per se sufficiat ad exercendam causalitatem finis, et sese amabiles aut convenientes, sed tantum non tantum ex falsa aestimatione operands, propter aliud. 9. Dices: eadem ratione bonum delecta- sed edam ex propria vi quam in se habet; bile non erit vere sufficiens ad causandum quamvis secundum verum iudicium practifinaliter, quia si rectum de ilio feratur iudi­ cum et morale, quod attenditur per conforcium, non est amabile propter se, sed prop­ mitatem ad appetitum rectum et honestum ter aliud. Im ma neque scientia, sanitas, et non sit appetendum ut finis ab homine hores similes poterunt cxcrcere causalitatem neste operante. Secus vero est de aliis re­ finalem, quia non sunt amabiles propter se, bus quae omni huiusmodi bonitate careni; illae enim nee secundum iudicium practised propter hominem. Ad priorem partem respondetur negando sequelam; est enim cum, nec etiam secundum speculativum ve­ ratio longe diversa, quia bonum delectabile rum, possunt esse finales causae, sed solum praecisum ab omni alio fine estrinseco vere ex falsa existimatione. habet in se unde ametur, et ideo potens 10. Ad posteriorem partem respondetur est et sufficiens de se ad exerccndam cau- negando sequelam; nam illae res vere sunt salitatern finis; quamvis si ab homine recta, propter se amabiles, nam per se sunt natu­ id est, honesta ratione appetendum sit, non rae convenientes. Nec refert quod tantum sit in eo u t in fine sistendum, sed ad alisint amabiles homini; nam hinc solum fit quem superiorem finem ordinandum, quod non esse amabiles amore amicitiae, sed connon solum de bono delectabili, sed etiam cupiscentiae, quod non impedit veram et de bono convenienti naturae, seu naturali, propriam causalitatem finalem, quidquid G a­ prout condistinguitur a morali honesto, in- briel loco supra citato signified. E t patet,

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q u e q u iera G ab riel en el lu g ar citado. Y es claro, p o rq u e tales cosas p o r la b o n d ad q u e tienen en sí v erd ad eram en te atraen y a rra stra n hacia sí la voluntad,, seg ú n su m e d id a y capacidad. P ues p o rq u e ellas son tales que p o r su naturaleza se ad ap ta n al hom bre y son perfecciones suyas, p o r ello, au n q u e se am en por sí, con todo se am an p a ra el h o m b re ; y estas dos relaciones n o re p u g n a n e n tre sí n i se relacionan com o el m edio al fin, sino com o fin por que y fin para que,.q u e in teg ran u n ñ n com pleto, com o vim os antes.

Resolución acerca de la causalidad de los medios 11. E n segundo lu g ar, p rin cip alm en te se colige d e dicho p rin cip io la reso­ lución de la p rim e ra dificultad acerca de la causalidad d e los m edios. P ues u n a cosa que es m edio p a ra otro fin p u e d e bajo alguna o tra razó n ser apetecible p o r ■sí, p o r razón d e alguna b o n d a d q u e tiene verd ad eram en te en sí a u n prescindien­ d o d e la relación a aquel fin, y bajo aquella razó n n o h a y d u d a d e q u e puede la cosa q u e es m edio te n e r causalidad final, p o rq u e n o la tiene com o m edio. M á s aú n , resp ecto d e ella, es algo m aterial y per accidens q u e tal cosa sea m edio o q u e sea am ada p o r causa d e o tro fin ; n i acerca de esto existe controversia alguna. P o r tan to , p u ed e m an ifestarse d e otro m o d o la cosa q u e es m edio, es d ecir, n o te n ien d o n in g u n a ra z ó n p o r sí d e b ien , o al m enos n o c a u sa n d o ' p o r ella, n i siendo am ada p o r causa de ella, sino sólo en cuanto es ú til; y bajo este aspecto ab so lu tam en te d e b e n egarse q u e aquella cosa com o tal sea sufi­ c ien te p a ra ejercer la causalidad final. Y c iertam en te si aquella cosa es tal q u e sólo sea am ada p o r causa del fin, la cuestión p arece evidentísim a, p o rq u e enton­ ces es am ada p u ra m e n te com o m edio, y esto lo d istin g u en todos los filósofos d e l fin com o fin y p ie n sa n q u e ello pertenece al efecto d el fin m ás b ie n q u e tener ra z ó n d e causa. Y esto lo confirm a tam b ién todo lo q u e adujim os en la prueba de la p rim e ra aserción. P ero cu an d o esta cosa q u e es m edio ad q u iere la relación de té rm in o resp ecto d e o tro m edio, el cual es am ado p o r causa d e ella m ism a, pa­ re c e q u e p a rtic ip a ya d e alg ú n m o d o d e la ra z ó n d e fin. 12. Y p o r eso, p a ra m a y o r claridad y p a ra explicar las expresiones de al­ g u nos graves au to res, p o dem os acom odar a q u í la distin ció n q u e G ab riel aduce quia tales res per bonitatem quam in se vere habent, alliciunt et ad se trahunt voluntatem, iuxta modum et capacitatem earum. Nam quia ipsae tales sunt u t natura sua coaptentur homini et sint perfectiones eius, ideo licet propter se diligantur, homini ta­ rnen diliguntur; et istae duae habitudines non repugnant inter se, neque comparantur u t medium ad finem, sed ut finis c u iu s et finis c u t, qui integrant unum completum finem, ut supra vidimus. R e s o lu tio

d e c a u s a lita te m e d i o r u m

11. Secundo, principaliter colligitur dicto principio resolutio prioris difficultatis de causalitate mediorum. Res enim quae est medium ad alium finem, potest sub aliqua alia ratione esse per se appetibilis, ratione alicuius bonitatis quam in se vere habet etiam praecisa relatione a d ' ilium finem, et sub ea ratione non est dubiran quin possit res quae est m edium habere causalitatem finalem, quia non habet illam ut medium. Immo respectu illius, materiale quid et per

accidens est quod talis res sit medium seu ametur propter alium finem; neque de hoc est ulla controversia. Alio ergo modo potest se habere res quae est medium, ita ut nullam habeat rationem per se boni, vel saltern quod per illam non causet nec propter illam ametur, sed tantum quatenus utilis est; et sub hac consideratione simpliciter negari de­ bet rem illam ut sic sufficientem esse ad exercendam causalitatem finalem. Et quidem si ilia res. talis sit ut solum ametur propter finem, res videtur evidentissima, quia tunc amatur ut pure medium, quod omnes phiexlosophi a fine ut fine distinguimi, et potius censent pertinere ad effectum finis quam habere rationem causae. Et hoc etiam con­ firman! omnia quae in probatione primae assertionis adduximus. At vero quando haec res quae est medium induit habitudinem ter­ mini respectu alterius medii quod amatur propter ipsam, videtur iam participare aliquo modo rationem finis. 12. E t ideo maioris claritatis gratia, et ad declarandas locutiones nonnullorum gra-

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e n el referid o lu g a r; p u es u n a cosa es h a b la r d el fin en cu an to tie n e p u ra razón d e térm in o , y o tra cosa en cuanto tiene p ro p ia razó n d e causa fin a l; aquí, en efecto, hablam os d e él bajo esta ú ltim a razón. Y de este m odo negam os q u e tal m edio, a u n cuando o tro se ord en e a él, ejerza u n a v erd ad era causalidad final hab lan d o pro p iam en te y según u n a denom inación intrínseca, p o r decirlo así. Y esto lo p ru e b a n todas las cosas aducidas en la anterior aserción, p o rq u e el m edio incluso considerado bajo esta razó n n o tiene e n sí de d ó n d e atraer a la voluntad p a ra q u e lo am e p o r causa de sí, sino que el m ism o fin al q u e se o rd en an todos los m edios m ueve a la voluntad a am ar todos los m edios y la subordinación de ellos e n tre sí, o, lo q u e es igual, el m ism o fin m ueve la v o lu n tad a am ar alg ú n m edio inm ediatam ente p o r causa d e sí, p e ro a otro in m ed iatam en te p o r causa d e o tro m edio, y m ediatam en te o en ú ltim o térm in o p o r causa d e sí. P o r con­ siguiente, la m ism a b o n d a d d el fin es la q u e próxim a y finalm ente m ueve, a u n ­ q u e n o siem pre te rm in a próxim a e inm ediatam ente la relación o respecto d el m edio al fin ; ahora bien, la causalidad final consiste en u n a m oción m etafó rica; p o r tan to , ésta no está en el m edio, incluso en cuanto q u e otro se ord en a a él m ism o, sino que está sólo en el fin. Y se confirm a p o r la especificación de los actos d e la voluntad o d e las elecciones d e todos los m edios q u e tien d en al m ism o fin ; pues todas ellas recib en la especie y h o nestidad o m alicia del m ism o fin, com o extensam ente tra ta n los teólogos, I-II, q. 18 ; p o r consiguiente, es señal d e que, au n q u e u n m edio se o rd en e a otro, sin em bargo, si todos se apete­ cen solam ente com o m edios, únicam ente t el fin p o r causa d el cu al todos son apetecidos es el q u e p o r su bon d ad causa finalm ente to d a s aquellas elecciones. 13. P ero , en cam bio, si hablam os del fin sólo en cu an to es térm ino d e la o rdenación o relación de otro a él m ism o, así u n m edio se dice fin d e otro q u e se o rd en a a él m ism o, p o rq u e es el térm in o al que p ró x im a m e n te se refiere. P ues el m edio rem oto, en cuanto es tai, no tiene conveniencia y p roporción con el fin m ás q u e intercediendo el m edio p ró x im o ; y p o r ello se o rd en a a él p ró ­ x im am en te; p o r consiguiente, bajo esta razó n p a rticip a ta l m edio d e la razó n d e fin próxim o. Y esto lo confirm an los testim onios de A ristóteles y de Santo vium auctorum, possumus hic accommodare distioctionem quam Gabriel citato loco adducit; nam aliud est loqui de fine ut puram rationem termini induit, aliud vero ut habet propriam' rationem causae finalis ; hic enim d e ilio loquimur sub hac posteriori ratione. E t hoc modo negamus tale medium, etiamsi aliud ad ipsum ordinetur, exercere veraci causalitatem finalem proprie loquendo et secundum intrinsecam denominationem, ut ita dicam. Et hoc probant omnia in priori assertione adducta, quia medium etiam sub bac ratione consideratine non ha­ bet in se unde trahat voluntatem ad amandum se propter se, sed ipse finis ad quem omnia media ordinantur movet voluntatem ad amandum omnia media et subordinationem eorum inter se, seu, quod idem est, idem finis movet voluntatem ad amandum aliquod medium immediate propter se, aliquod vero immediate propter aliud medium, mediate vero seu ultimate propter se. Ipsa ergo bonitas finis est quae proxime et finaliter movet, quamvis non semper terminet proxime et immediate relationem seu habitudìnem medii ad finem, causalitas autem

finalis in motione metaphorica consistât; haec ergo non est in medio, etiam quatenus aliud ad ipsum ordinatur, sed est tantum in fine. E t confirmatur ex specificatione actuum voluntatis, seu electionum omnium mediorum tendentium ad eumdem finem; nam orrmes illae recipiunt speciem et honestatem vel malitiam ab ipso fine, ut latius tradunt theologi, in I-II, q. 18; ergo signum est, licet unum medium ordinetur ad aliud, tamen si omnia appetuntur tantum ut me­ dia, solum finem propter quem omnia ap­ petuntur esse qui per bonitatem suam cau­ sât finaliter omnes filas electiones. 13. At vero si de fine loquamur solum prout est terminus ordinationis seu habitudinis alterius ad ipsum, sic unum medium dicitur finis alterius quod ad ipsum ordina­ tur, quia est terminus ad quem proxime refertur. Medium enim remotum, ut taie est, non habet convenientiam et proportionem cum fine nisi intercedente proximo medio; et ideo ad illud proxime ordinatur; ergo sub hac ratione participât taie medium ra­ tionem proximi finis. Atque hoc confirmant testimonia Aristotelis et D. Thomae in fa-

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T o m á s aducidos en favor d e ia segunda sen ten cia; tam bién, lo favorece el m odo co m ú n de h a b la r; en efecto, absolutam ente se dice q u e u n m edio es am ado p o r cau sa de o tro ; d e este m o d o de h ablar colige A ristóteles en todas p artes la razón d e fin. Se d irá : sí el m edio p a rticip a del oficio y razó n d e ñ n bajo la razón d e té rm in o al q u e se ordena o tro m edio, ¿p o r qué n o p articip ará tam b ién de la cau­ salidad d el fin, q u e consiste en u n a m oción m etafórica? P u e s parece q u e . ex iste la m ism a razón. Sobre todo, p o rq u e igual q u e, p o r ejem plo, e l am or de la, salud m u ev e a p ro c u ra r la evacuación o la- digestión o algo sem ejante, así el deseo d e la evacuación m ueve a to m a r u n a poción, o a andar, o a o tro m edio sem ejante. 14. Se resp o n d e en p rim e r lugar q u e la diferencia está en q u e la ord en a­ ció n próxim a d e u n m edio a o tro se estim a según lo q u e es m aterial en los m ism os, a saber, en cuanto u n m edio p u ed e ser causa eficiente de aquel efecto, y así p u ede ordenarse bien u n m edio a otro y, p o r el contrario, ser uno el térm in o pró x im o d e la ordenación d e otro, según lo q u e en el m ism o existe v erd ad era y rea lm e n te ; y así p u ed e p a rtic ip a r de la razó n d e fin, com o té rm in o. Y la causalidad final form alm ente proviene d el fin en cuanto es bueno, y p o rq u e la bon d ad d el fin no es p articip ad a in trín secam en te p o r el m edio m ás p ró x i­ m o, a u n cuando otro se o rd e n e al m ism o, p o r ello n o es p a rticip ad a p o r él la causalidad d e fin com o la ra z ó n o relación d e térm in o . Y n o se ha de confundir la m oción o resultancia n a tu ra l q u e se d a e n tre los m ism os actos dé la voluntad (en cuanto la voluntad es excitada d e u n o a otro) con la causalidad final; p u e s aquella causalidad en tre los actos es m ás b ie n eficiente q u e final, ya sea p o r p ro p ia eficiencia física, ya p o r n a tu ra l sim p atía y consenso, d e lo cual tra ta re ­ m os en o tra p a rte , pues no in teresa p a ra el t a n a p resente. L a ra z ó n de fin, en cam bio, proviene del m ism o o b je to ; y p o r ello, a u n q u e el deseo de u n m edio cause o excite el deseo d e otro, sin em bargo e n el género d e causa final to d a aquella m oción pro v ien e d e l m ism o fin. 15. A n o s e r finalm ente q u e alguien q u ie ra d ecir q u e d e l m ism o m o d o q u e ¿1 m edio p o r la u n ió n c o n el fin se hace am able y apetecible, así se hace capaz d e causar finalm ente, al m enos la elección d e o tro m edio p o r causa de él, y que así p artic ip a d e la causalidad final. L o cual, ciertam ente, en realidad vorem secundae sententiae adducta; favet ut termini. Causalitas autem finalis forma­ etiam communis loquendi m odus; absolute liter provenit a fine quatenus bonum est, et enim dicitur unum medium amari propter quia bonitas finis non participatur intrinsece aliud; ex quo genere locutionis colligit Aris- a medio propinquiori, etiamsi aliud ad iptoteles ubique rationem finis. Dices: si me­ sum ordinetur, ideo non ita participatur ab dium participai mrmus et rationem finis sub eo causalitas finis sicut ratio vel habitudo ratione termini ad quem aliud medium or- termini. N on est autem confundenda motto dinatur, cur etiam non participabit causali- vel naturalis re su lta n ti quae est ínter ipsos tatem finis, quae in metaphorica motione actus voluntaos (quatenus ex uno excitatur consistit? Videtur enim esse aequalis ratio. voluntas ad alium) cum causalitate finali; Maxime quia sicut, verbi gratia, sanitatis nana illa causalitas inter actus potius est ef­ amor mover ad procurandam evacuationem fectiva quam finalis, sive sit per propriam vel digestionem, aut aliquid simile, ita de- efficientiam physicam, sive per naturalem siderium evacuationis movet ad sumendam sympathiam et consensionem, de quo alias, potionem, vel ad ambulandum, aut aliud nam ad praesens non refert. Ratio autem finalis est ab ipso obiecto; et ideo, quamvis simile medium. 14. Rcspondetur imprimis differentiam desiderium unius medii causet vel excitet esse quia proxima ordinario unius medii ad desiderium alterius, nihilominus tarnen in aliud attenditur secundum id quod est ma­ genere finalis causae tota fila motio provenit ab eodem fine. teriale in ipsis, nimirum, quatenus unum medium potest esse causa effectiva iUius ef15. Nisi quis tandem velit dicere quod fectus, et ita potest bene ordinari unum sicut medium ex coniunctione ad finem St medium ad aliud, et e converso unum esse amabile et appetibile, ita fit potens ad cauterminus proximus ordinationis alterius, se­ sandum finaliter, saltem electionem alterius cundum id quod in ipso vere et realiter est; medii propter ipsum, et ita participare cauatque ita potest participate rationem finis, salitatem finalem. Quod quidem in re non

Disputación X X III.— Sección VI

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n o es diverso de lo q u e d ijim o s; p u es a lo sum o esto p u e d e atrib u irse al m edio p o r u n a cierta denom inación extrínseca. E n efecto, igual q u e el m edio no re ­ cibe del fin n in g u n a bon d ad intrínseca p o r la q u e se h aga apetecible, sino q u e sólo p o r denom inación extrínseca y cuasi p o r inform ación recibe d e aquél la conveniencia y apetibilidad objetiva, así a lo sum o por sem ejante denom inación extrínseca puede p a rtic ip a r de la causalidad fin a l; con todo, en realidad de v e r­ d a d to d a aquella causalidad p roviene del m ism o fin y d e su b o n d a d ; y p o r ello con frecuencia d ije en lo que p recede q u e p ro p iam en te y p o r denom inación, in trín seca sólo el fin ejerce la causalidad final. 16. Se satisface a una objeción.— Se d irá : p o r consiguiente, d el m ism o m odo q u e la razón d e fin se atrib u y e a aquellos m edios a los q u e se o rd en an o tro s, así p u ed e a trib u irse a aquel m edio q u e es el p rim ero en la ejecución y el ú ltim o en la vía de la in te n c ió n ; p ues a u n q u e a él no se ord en e otro m edio ex­ trínseco, con todo se o rd en a a él el m ism o acto d e la v o lu n tad q u e se term in a en é l; p o r lo cual p u e d e decirse tam b ién que es por causa d e él, según la d o c­ trin a expuesta anterio rm en te en la sec. 3. P o r o tra p a rte , aunque aquel m edio p o r su in trín seca b o n d ad n o atraiga a la voluntad, con todo, en cuanto u n id o al fin, d e la m ism a m an era que p o r él se hace apetecible y conveniente m ediante u n a denom inación extrínseca, así p o r la m ism a p u ede decirse que causa final­ m en te, n o p o r sí m ism o, sino p o r el fin com o p o r su fo rm a extrínseca. Se re s­ p o n d e en p rim e r lu g ar q u e n o existe gran inconveniente en conceder todo esto, q u e se refiere m ás al m odo d e expresión q u e a la cosa. Y si alguien quiere sos­ te n e r d e esta m an era la opinión d e G ab riel, p o d rá hacerlo fácilm ente; p u es ta m b ién Santo T om ás, I, q. 5, a. 6, llam a b ie n ú t i l com o tal al té rm in o próxim o d e la m oción d e la voluntad. C on todo, aquel m odo de hab lar, prin cip alm en te en cu an to a la participación d e la causalidad p o r la denom inación extrínseca, m e parece a m í m uy im propio, ya q u e en rig o r n o m ueve el m edio, sino el fin hacia el m edio, com o decía antes. Sin em bargo, en cuanto a la relación d e térm ino p u ed e decirse que es p articip ad a p o r el p rim e r m edio en calidad d e objeto m a­ te ria l en el que se d esarrolla el acto d e la vo lu n tad , que es lo único q u e p re te n d e Santo T o m ás en el lu g ar citado. M ás aún, bajo aquella ra z ó n p o r la que se dice est diversum ab eo quod diximus; nam illud medium per intrinsecam bonitatem non ad summum hoc potest attribuì medio trahat voluntatem, tamen ut coniunctum fini, per quamdam extrinsecam denominationem. sicut ab illo redditur appetibile et conve­ Nam, sicut medium non accipit aliquam in- niens per extrinsecam denominationem, ita trinsecam bonitatem a fine qua fiat appe­ per eamdem potest dici causare finaliter, non tibile, sed solum per extrinsecam denomi­ per seipsum, sed per finem tamquam per nationem et quasi informationem accipit ab suam formam extrinsecam. Respondetur priilio convenientiam et appetibilitatem obiec- mo non esse magnum inconveniens hoc totivam, ita ad summum per similem denomi­ tum concedere, quod magis spectat ad m onationem extrinsecam potest participare cau- dum loquendi quam ad rem. Quod si quis salitatem finalem; re tarnen vera, tota illa velit hoc modo sustinere opinionem Ga­ causalitas provenit ab ipso fine eiusque bo- brielis, facile poterit; nam et D. Thomas, nitate; et ideo saepe dixi in superioribus, I, q. 5, a. 6, vocat bonum utile ut sic terproprie et per intrinsecam denominationem minum proximum motionis voluntatis. Vesolum finem exercere causalitatem finalem. rumtamen modus file loquendi, praesertim 16. O b ie c t io n i s a tis f it .—■ Dices: ergo, eo quoad participationem causalitatis per ex­ modo quo ratio finis attribuitur mediis ad trinsecam denominationem, mibi videtur valquaè alia ordinantur, ita potest attribui illi de improprius; nam in rigore non movet medio quod est primum in exsecutione et medium, sed finis ad medium, ut supra diultimum via intentionis; nam, licet ad illud cebam. Tamen quantum ad habitudinem non ordinetur aliud medium extrinsecum, termini potest dici participari a primo me­ ordinatur tarnen ad illud $sem et actus vo­ dio, quatenus est materiale obiectum in quo luntatis qui ad illud term inatur; unde etiam versatur actus voluntatis, quod solum D. dici potest esse propter illud, iuxta doctri­ Thomas loco citato intendit. Isnmo sub ea nara superius traditam, sect. 3. Rursus, licet ratione qua dicitur actus esse propter ipsum,

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Disputaciones metafísicas

q u e el acto es p o r causa d e l m ism o, ya no tiene razó n d e p rim e r m e d io ; p ues el m ism o acto se sujeta en cierto m odo a las razones del m edio precedente, com o en la sec. 3 expliqué.

Se satisface a los fundamentos de otras opiniones 17. Cuál es el objeto adecuado de la voluntad — L o s fu n d am en to s d e las o tra s opiniones casi no n ecesitan n u eva solución, p o rq u e al explicar la verdadera o p in ió n en p a rte h a n sido solucionados, en p a rte se h a n acom odado para con­ firm ar lo q u e dijim os. S olam ente respecto a aquello q u e en favor d e la prim era sen ten cia oponíam os sobre el objeto adecuado d e la v o lu n tad h ay q u e decir que e s d o b le el o b je to d e u n a potencia, m aterial y fo rm a l; p o r consiguiente, el fin n o p u e d e llam arse objeto m a te ria l adecuado d e la v o lu n tad , p o rq u e tam bién los m ed io s son m ate ria sobre la q u e versa la v o lu n tad , com o se dijo;, en cam bio, p u e d e llam arse el fin o b jeto form al adecuado p o rq u e cuanto am a la voluntad e s fin o p o r causa d el fin ; y a esto se refiere S an to T o m á s e n el lu g ar citado. P o r consiguiente, cuando se dice q u e todo objeto d e la volu n tad tie n e causalidad final, se h a d e e n ten d e r acerca d e l objeto form al, n o del m aterial. Y d el m ism o m o d o se h a d e e n ten d e r lo q u e dice A ristóteles q u e el fin y el b ie n son lo m is­ m o ; p ues lo en tien d e d el b ie n absolutam ente, q u e es en sí y p o r sí b u e n o ; en e l c u a l sentido d ijo tam b ién , I d e la Etica, c. 7, q u e el b ie n d e cada cosa es aquello p o r lo q u e obra. Y a lo m ism o se re d u c e lo que d icen o tro s, q u e el fin es e l adecuado objeto m otivo d e la v oluntad, p e ro n o el term inativo, y q u e la cau salid ad final p ro p iam en te conviene al objeto m otivo, p ero n o al p u ram ente te rm in ativo. P e ro C onrado, I-II, q. 1, a. 1, dice q u e el fin es el objeto adecuado per se d e la v oluntad, y q u e el m edio es el o b je to per acciáens; lo cual viene a ser lo m ism o, con tal d e q u e aquel per accidens n o se e n tien d a de ta l m anera q u e se juzgue q u e la v o lu n tad n o alcanza en sí al m edio m ism o ; p ues en este se n tid o sería falso que los m edios son objetos per accidens, y a q u e son am ados p ro p iam en te y e n sí; sino q u e hay q u e e n ten d e r per accidens en sentido de por o tro , a saber, p o r el fin, y d e este m odo sólo el objeto per se d e la voluntad p u e d e ten er causalidad final. iam non habet rationem prim i medii; nam ipsemet actus subit quodammodo radones prioris medii, ut in sect. 3 declaravi. S a t i s f i t f u n d a m e n tis a lia r u m

o p in io n u m

XI. Q u o d s i t o b ie c tu m a d a e q u a tu m v o ­ lu n t a t i s .-— Fundamenta aliarum opinionum

fere non indigent nova solutione, quia de­ clarando verana, sententiam paxtim soluta, partial ad ea quae diximus confirmanda accommodata sunt. Solum ad id quod in favorem prioris sententiae obiiciebamus de obiecto adacquato voluntatis, dicendum est duplex esse obiectum potentiae, materiale et formale; finis ergo non.potest dici adaequa­ tum obiectum materiale voluntatis, quia etiam media sunt materia circa quam volun­ tas versatur, u t dictum est; finis autem dici potest formale obiectum adaequatum, quia quidquid voluntas amat est finis vel prop­ ter fincm; et hoc intendit D. Thomas citato loco. Cum ergo dicitur omne obiectum vo­ luntatis habere causalitatem finalem, intelligendum est de obiecto formali, non de

materiali. E t eodem modo intelfigendum est quod Aristoteles ait finem et bonum idem esse; intelligit enim de bono simpliciter, quod in se ac per se bonum est; quo sensu dixit edam, I Ethic., c. 7, bonum uniuscuiusque rei esse cuius gratia operatur. Et in idem redit quod alii aiunt. finem esse adaequatum obiectum motivum voluntatis, non autem terminativum, et causalitatem fi­ nalem proprie convenire obiecto motivo, non autem pure terminativo. Conradus vero, I-II, q. 1, a. 1, dicit finem esse adaequatum ob­ iectum per se voluntatis, medium autem es­ se obiectum per accidens; quod in idem redit, duramodo illud p e r a c c id e n s non ita intelligatur u t existimetur voluntas non at­ tingere ipsum medium in se; sic enim fal­ simi esset inedia esse obiecta per accidens, nam proprie et in se am antur; sed intelligendum est p e r a c c id e n s , id est, per aliud, nempe per finem, atque hoc modo solum obiectum per se voluntatis potest habere causalitatem finalem.

Disputación X X III.— Sección VI

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18. S i hay algún acto de la voluntad que no sea causado por el fin.— Se d ir á : p o r consiguiente n o hay n in g ú n a c to 1d e la v o lu n tad q u e n o p roceda de la causa final, p o rq u e no hay n inguno q u e no p roceda d e su objeto form al ade­ c u a d o ; p e ro esto p arece falso, ya po rq u e h ay algún acto e n la v o lu n tad q u e no versa n i sobre el fin n i sobre los m edios, com o E scoto y algunos otros teólogos p re te n d e n , In 7, dist. 1 ; ya tam bién po rq u e la sim ple com placencia o el deseo ineficaz d e u n a cosa im posible no es causado p o r el fin, p u e sto q u e d e n in g ú n m odo m ueve a la consecución del fin. E sta objeción exigía u n a larg a d isp u ta­ ción so b re si en la voluntad existe u n acto n e u tro qu e n o sea causado p o r el fin ; p e ro po rq u e n o es éste n u estro propósito se responde b rev em en te al arg u ­ m ento concediendo la consecuencia, a saber, q u e no existe n in g ú n acto en la v o lu n tad q u e op era con la razón y alguna deliberación, q u e n o sea efecto d el fin, com o rectam ente p ru e b a la razón aducida y p u ede confirm arse p o r todo lo dicho en la sección 3. P ero respecto a la p rim e ra p arte d e la objeción negam os q u e exista u n acto en la v o luntad q u e no verse de algún m o d o o sobre el fin o so b re u n m edio p o r causa d el fin, lo cual p ru e b a extensam ente G regorio, In I, d ist. 1, q . 1, tom ándolo p rincipalm ente d e A gustín, I D e Doctrina Christiana, c. 8, d o n d e todos los bienes am ables los reduce a los bienes d e q u e se h a d e gozar o usar, es decir, los q u e son fines o m edios. E sto piensa tam bién A ristó­ teles, I I I d e la Etica, c. 3 y 4, y se tom a tam bién de Santo T o m á s, I cont. Gent., c. 86. Y la razón está en q u e en tre el bien am able p o r cau sa d e sí o el q u e lo es solam ente por causa de otro n o p u e d e hallarse m edio. P u es lo q u e E scoto pensó, q u e el bien tom ado en com ún o en abstracto p u e d e ser m edio, no es v erdad, p o rq u e el bien en co m ú n no se abstrae m ás q u e com o am able p o r sí, ya q u e cualquier o tro q u e es am ado solam ente p o r causa de u n fin extrínseco no es u n bien sim plem ente, sino analógicam ente y p o r denom inación extrínseca, en la cual no se da u n concepto com ún abstracto, com o consta p o r lo anterior. A la segunda p a rte d e la objeción se responde q u e e n aquel acto sim ple o in ­ eficaz so b re u n objeto im posible, n o se am a al objeto m ism o im posible p o r m odo d e fin que se h a d e buscar o alcanzar, sino q u e o b ie n se am a la delectación m ism a q u e se saca d e aquel acto p o r m odo d e fin, o se am a alguna razón d e

18. A rt sit actus aliquis v o lu n ta tis a fin e n o n cau sa tu s .— Dices: ergo nullus est ac­

tus voluntatis qui non sit a causa finali quia nullus est qui non sit ab obiecto formali adacquato eius; hoc autem videtur falsum, turn quia aliquis est actus in volúntate qui nec circa finem nec circa media versatur, ut Scotus et nonnuUi alii theologi contendunt, In I, dist. 1; turn etiam quia simplex complacentia, vel inefficax desiderium rei impossibilis, non causatur a fine, cum nullo modo moveat ad consecutionem finis. Haec obiectio petebat longam disputationem, an in volúntate sit actus neuter qui non sit causatus a fine; sed quia hoc non est nostri instituti, breviter respondetur ad argumen­ tum concedendo sequelam, nimirum, nullum esse actum in volúntate cum ratione et aliqua deliberations operante qui non sit effectus finis, ut recte probat ratio facta et ex omnibus dictis in sect. 3 confirmari pot­ est. Ad priorem vero partem obiectionis, negamus esse actum in volúntate qui non sit aliquo modo vel circa finem vel circa me­ dium propter finem, quod late probat Greg.,

In I, dist. 1, q. 1, praesertim ex Aug., I De Doctrina Christiana, c. 8, ubi omnia bona amabilia revocat ad bona quibus est inten­ dimi vel utendum, id est, quae sunt fines aut media. Quod etiam sentit Arist., I ll Eth., c. 3 et 4, et sumitur etiam ex D. Thoma, I cont. Gent., c. 86. Et ratio est quia inter bonum propter se amabile 2Ut tantum prop­ ter aliud non potest reperiti medium. Nam quod Scotus putavit bonum in communi seu abstracte sumptum posse esse medium, ve­ runi non est, quia bonum in communi non abstrahitur nisi ut per se amabile, quia aliud quod solum propter extrinsecum finem amatur non est bonum simpliciter, sed ana­ logue et per extrinsecam denominationem, in qua non datur communis conceptus ab­ stractors, ut ex superioribus constat. Ad al­ teram partem obiectionis respondetur in ilio actu simplici seu inefficaci circa obicctum impossibile, non amari obiectum ipsum im­ possibile per modum finis inquircndi vel assequendi, sed vel amari delectationem ipsam quae ex ilio actu capitur per modum finis, vel amari rationem aliquam boni quae 49

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Disputaciones metafísicas

b ie n q u e se re p resen ta en aquel objeto im posible, ya sea d e m odo absoluto, ya condicionado. P u es ella es la q u e m u ev e a la v o lu n tad a aquel afecto sim ple y ella es tam b ién la que p artic ip a d e la causalidad d el fin, no ciertam en te en cuan­ to a la intención o elección, sino sólo cuanto al sim ple afecto, p u es éste versa tam ­ bién sobre el fin.

De qué modo las privaciones participan de la causalidad del fin 19. P o r ú ltim o es facilísim a p o r lo dicho a rrib a la solución de la segunda d ificu ltad p u e sta al p rin cip io sobre los objetos negativos o privativos. A la cual resp o n d en algunos q u e el b ie n que p u e d e causar finalm ente n o h a de ser tom ado ta n e strictam en te q u e se convierta con el verd ad ero ente real, sino m ás am plia­ m e n te en cu an to se convierte con el ente, que analógicam ente co m p ren d e tam ­ b ié n las privaciones y negaciones, seg ú n lo dicho an terio rm en te, D isp . X I, sec. 3, n . 3. P ues, com o dijo A ristóteles, V d e la Etica, c. 1, el mal menor en cierto modo es un bien; p o r consiguiente, las privaciones y negaciones, a u n cuando en realidad n o a p o rten b o n d ad , con to d o en cu a n to ap artan algún inconveniente se ju z g a q u e tien en alguna ventaja, p o r razó n d e la cual p u e d e n causar final­ m e n te , opinión q u e en re a lid a d es v erd ad era; p e ro podem os añadir que la ca­ re n c ia de m al n o tiene p o d e r d e causar finalm ente m ás q u e e n v irtu d de algún b ie n positiv o ; y con ra z ó n p u e d e decirse q u e la privación es am ada m ás como m e d io p a ra o b te n e r u n b ie n o p a ra gozar p len am en te d e él q u e propiam ente com o fin, y q u e p o r ello esa causalidad d el fin q u e está en el efecto de alguna priv ació n h a d e ser atrib u id a m ás al bien por ra z ó n del cual aquella privación es am ada q u e a la m ism a privación. P u es u n o am a carecer d el d o lo r p o r causa d el deleite o puesto a aq u él, o ciertam en te p o r causa del am or d e su naturaleza y d e l estado conveniente a ella, cu al es la caren cia de dolor, aun cuando falte o tra voluntad positiva. Sólo p arece q u e se o p one a esta do ctrin a el q u e a veces alguien p u ed e am ar el n o existir absolutam ente, y este am or no p u e d e ser cau­ sado p o r el am or d e alg ú n b ie n positivo, ya q u e n o existir absoluta y sim ple­ m e n te no d e ja n in g ú n fu n d a m e n to d e bien positivo. P ero hay q u e d ecir q u e in -

non afferant bonitatem, tamen quatenus removet aliquod incommodum, censentur ha­ bere aliquam convenientiam, ratione cuius possunt finaliter causare, quae sententia in re vera est; addere vero possumus carentiam mali non habere vim causandi finaliter nisi in virtute alicuius positivi boni; meritoque dici posse privationem magis ama­ ri ut medium ad obtinendum bonum vel ad Quomodo privationes participent piene ilio fruendum quam proprie ut finem, causalitatem finalem ideoque illam causalitatem finis quae est in 19. Ultimo facilis piane est ex supra dic- effectu alicuius privadonis magis esse tritis resolutio secundae difficultatis in prin­ buendam bono ratione cuius illa privatio cipio positae de obiectis negativis vel pri- amatur, quam ipsi privationi. Amat enim vativis. Ad quam aliqui respondent bonum quis carere dolore propter delectationem illi quod potest causare finaliter non esse su- oppositam, vel certe propter amorem suae mendum ita stricte ut cum vero ente reali naturae et status convenientis fili, qualis est convertatur, sed latius quatenus convertitur indolentia, etiamsi alia voluntas positiva de­ cum ente, prout analogice comprehendit siti Solum videtur huic doctrinae obstare, ; etiam privationes vel negationes, iuxta su- quod interdirne amare potest aliquis non esse perius dicta, disp. XX, sect. 3, n. 3. Ut simpliciter, qui amor non potest causati ex enim dixit Aristoteles, V Ethic., c. 1, mi­ amore alicuius boni positivi, quia non esse nus malum quodammodo bonum est; pri­ simpliciter et absolute nullum fundamentum vationes ergo et negationes, quamvis revera positivi boni relinquit. Dicendum vero est, in ilio obiecto impossibili repraesentatur vel absolute vel sub conditione. Nam illa est quae movet voluntatem ad ilium simplicem affectum, et illa edam est quae participât causalitatem finis, non quidem quantum ad intentionem vel electionem, sed solum quan­ tum ad simplicem affectum; hic enim etiam versatur circa finem.

Disputación X X III.— Sección VI

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cluso el m ism o n o e x istir no p u e d e ser am ado n i p u ed e te n e r fu e rz a p a ra m over el afecto, sino p o r el am or del provecho del m ism o s e r; ya q u e nadie am a el n o ser sino p a ra ev itar algún grave inconveniente del m ism o ser, el cual se juzga m ay o r, resp ecto d e la m ism a n atu raleza a la que am a p o r sí, q u e el ca­ recer enteram ente d e l ser. Y así sucede (cosa adm irable) q u e p o r el am or des­ m ed id o d e su ser p u e d a alguien apetecer el no ser. L éase a S anto T om ás, I, q. 5, a. 2 ; H erveo, Quodl. V IIÍ, q. 8 ; D u ra n d o , In IV , d ist. 50, q, 2 ; F e rra riense, I I I cont. Geni., c. 19; S oncinas; IX Metaph., q. 16.

De qué modo la relación participa de la causalidad del fin 20. S obre el o tro p u n to d e las relaciones p re te n d e n u nos q u e no sólo las relaciones, reales, sino tam b ién las d e razó n p u ed en ejercer causalidad d e fin. O tro s niegan tam b ién dicha v irtu d a las relaciones reales, com o H erveo, Ouodl. II, q. 1, y bastan te consecuentem ente, si m an tien e q u e la relación real no tiene n in g u n a perfección. Y ciertam ente pienso q u e n inguna relación, sea d e razó n o de aquellas reales q u e se llam an predicam entales y q u e se juzga q u e existen solam ente com o resu ltad o del fundam ento y el térm ino, n in g u n a d e estas rela­ ciones — digo— es am able p o r causa de sí m ism a, sino sólo p o r razó n de su fu n ­ d am en to o p o r causa d e la concom itancia d e su té rm in o ; p ues qu ien am a la fam a n o am a la relación resultante, sino la estim a real d e sí, la cual juzga que le es m u y conveniente, y así en las otras cosas. P o r ello, si n o interviene u n a falsa estim ación, n u n c a p u ed en ejercer la causalidad final estas cosas. P ero ocurre lo contrario con las relaciones trascendentales, que tien en p o r sí sus entidades, o q u e se incluyen en los conceptos de algunas cosas ab so lu ta s; p u es p o r ello p u e d e n ser buenas y convenientes p o r sí, com o es claro en el h áb ito d e la cien­ cia, d e la vista, y sem ejantes, y así p u e d e n ejercer esta causalidad. O m ito tam ­ bién las relaciones divinas, q u e p u e d e n te n e r esta causalidad p o r o tra razón su-, p erio r, m ayorm ente siendo así q u e in clu y en esencialm ente toda la bondad y perfección d e la esencia.

ex iis realibus quae praedicamentales dicuntur et solum censetux esse per resultantiam ex fundamento et termino, nullam (inquam) ex his relationibus esse propter se amabilem, sed solum ratione sui fundamenti vel prop­ ter concomitantiam sui termini; nam qui amat famam, non amat relationem resultantem, sed realem existimationem sui, quam censet sibi esse valde convenientem, et sic de aliis. Quare, si falsa existimatio non in­ tercédât, manquant haec possunt causalita­ tem finalem exercere. Secus vero est de re­ lationibus transcendentalibus, quae per sese habent suas entitates vel in conceptibus aliQuomodo relatio panicipet causalitatem finis quarum rerum absolutarum includuntur; 20. Ad aliud de relationibus, aliqui con- ideo enim per se bonae ac convenientes esse tendunt non solum relationes reales, scd possunt, ut patet de ha’oitudine scientiae, etiam rationis posse causalitatem finis exer- visus, et similibus, et ita possunt hanc cau­ cere. Alii etiam relationibus realibus earn salitatem exercere. Omitto etiam relationes vim negant, ut Kervaeus, Quodl., II, q. 1, divinas, quae alia superiori ratione possunt et satis consequenter, si tenet relationem hanc causalitatem obtinere, maxime cum esrealem nullam habere perfectionem. Et sane sentialiter includant totam essentiae bonitaexistimo nullam relationem vel rationis, vel tem ac perfectionem.

etiam ipsum non esse non posse amari, neque habere vim movendi affectum, nisi ex amore commodi ipsius esse; non enim amat aliquis non esse nisi ut evitet aliquod grave incommodum ipsius esse, quod apprehenditur maius respectu propriae naturae, quam propter se diligit, quam omnino carere esse. Atque ita fit (quod est mirabiie) ut ex nimio amore sui esse appetere possit aliquis non esse. Lege D. Thomatn, I, q. 5, a. 2; Hervaeum, Quodl. VIII, q. 8; Durand., In IV, dist. 50, q. 2; Ferrar., Ill cont. Gent., c. 19; Soncin., IX Metaph., q. 16.

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D is p u ta c io n e s m e ta f ís ic a s

SECCION

VII

S i e l se r conocido constituye para e l f in una condición necesaria

PARA PODER EJERCER SU CAUSALIDAD FINAL 1. E sta cu estió n parece co in cid ir con aquella q u e súele tra ta rse acerca del objeto d e la v o lu n tad , sobre si la v o lu n tad p u ed e ser llevada hacia lo desco­ nocido ; c o n todo, en realidad n o son enteram en te iguales, a u n cu an d o estén m u y vinculadas, p u es aun q u e la volu n tad fuese llevada a lo desconocido, no p o r ello la causa final causaría com o n o conocida, sino q u e m ás b ie n h a b ría que decir entonces q u e la volu n tad p ro d u c e su acto sin la causalidad p ro p ia d el fin sobre la m ism a, ya q u e entonces e n realidad sería m ovida la v o lu n tad , no arra stra d a n i m ovida p o r el objeto, sino ten d ien d o hacia el objeto p o r sola su eficacia. Y así la presente cu estió n n o d e p en d e e n teram en te d e aquella otra, au n q u e, p o r el contrario, si la v o lu n tad no p u e d e ser llevada a lo desconocido, se infiere rectam ente q u e tam p o co p u e d e causar el fin si no es conocido pre­ viam ente.

El fin no causa más que conocido 2. P o r consiguiente, digo en p rim e r lu g a r: p a ra q u e el fin cause es total­ m en te necesario q u e sea p rev iam en te conocido. E s ta es la opinión adm itida de todos los los filósofos, a los q u e d esp u és, y p rin cip alm en te en la sección siguiente, enum erarem os. Y se p ru e b a en p rim e r lugar a priori p o r el m odo d e causar d e esa causa, q u e es m oviendo y atray en d o m etafóricam ente al apetito. P u es esta m o­ ción m etafórica, cóm o antes se explicó, se fu n d a en el n a tu ra l consentim iento y sim p atía d el entendim iento y la v o lu n ta d , la cual n o p u e d e entenderse m ás que p o r m edio de los actos d e tales p o te n c ia s; p u es m ie n tra s n o operan, n i m ueven n i so n m ovidas, n i tienen n in g ú n consentim iento vital. P ero en este consenti­ m ien to es m en ester que p reced a el acto d el en ten d im ien to , ya q u e él p o r m edio d e su acto o d el objeto se co m p o rta com o m o to r, y la v o lu n tad com o m ovida; por consiguiente, para esta m oción m etafórica q u e ejerce la causa final sobre la volu n tad es necesario su previo conocim iento.

SECTIO VII

F inis n o n causai nisi cognitus

2. Dico ergo primo: ut finis causet, necessarium omnino est ut praecognitus sit. Haec est omnium philosophorum recepta 1. Haec quaestio coincidere videtur cum sententia, quos inferius, et praesertim secilla quae de obiecto volvmtatis trattari solet, tione sequenti, recensebimus. Et probatur an voluntas possit le m in incognitum; re primo a priori ex modo causandi huius cau­ tarnen vera non omnino sunt eaedem, licet sae, qui est metaphorice movendo et affi­ valde connesse sint; nam, licet vclimtas fer- ttendo appetitimi. Haec enim metapborica. motio, ut supra esplicatimi est, fundatur in retur in incognitum, non propterea causa naturali consensione et sympathia intellecfinali* causaret non cognita, sed potius di- tus et voluntatis, quae intelUgi non potest cendum tune esset voluntatem elicere actum nisi mediis attibus talium potentiarum; nam suum sine propria causalitate finis circa ip- dum non operantur, neque movent neque sam, quia tunc revera moveretur voluntas moventur, neque ullam vitalem consensionon tratta neque mota ab obiecto, sed ex nem habent. In hac vero consensione, nesola sua efficacitate tendens in obiectum. cesse est ut praecedat actus intellectus, quia, Atque ita praesens quaestio, non omnino ille per suum actum vel obiectum se habet pendet ab illa alia, quamvis e converso si ut motor et voluntas ut mota; ergo ad hanc voluntas non potest ferri in incognitum, rec­ metaphoricam motionem quam causa finate inferatur nec finem posse causare nisi lis exercet circa voluntatem necessaria est sit praecognitus. praevia eius cognitio. A n esse c o g n it u m srr f in i c o n d it io NECESSARIA UT POSSIT FINALITER CAUSARE1

.Disputación X X III.— Sección VII

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3. E n segundo lu g ar, p o rq u e p a ra q u e la causa real cause n e cesita d e algún s e r; ahora bien, la causa final n o pid e necesariam ente el ser d e la existencia re a l p ro p io y en s í; p o r consiguiente, al m enos req u iere el ser en el conoci­ m ien to , y así sucede q u e el fin con frecuencia causa cu an d o n o existe, com o a rrib a se v io ; p e ro n u n c a si n o es conocido. Y esto h asta ta l p u n to que a u n q u e a veces exista realm ente, si n o h a sido aprehendido, n o m u ev e e n n a d a al afecto. D e fo rm a q u e p o r esta causa, e n tre otras, se h a dicho con ra z ó n : El tesoro oculto y la sabiduría invisible, ¿qué utilidad hay en ambos? Y d e la m ism a raíz n ace q u e el fin, a u n q u e en la realidad sea bueno, con todo, si n o es conocido com o ta l, sino q u e es aprehendido falsam ente com o m alo, n o atrae, sino q u e m ás b ie n retra e a la voluntad. 4. Afirmación de Aristóteles.— E n te rc e r lu g ar se confirm a esto a posteriori p o r el hecho d e que la v o luntad no p u e d e ten d er m ás q u e hacia el b ie n conocido. E sta verdad es com o el p rim e r p rincipio y axiom a d e to d o s los filó­ sofos y teólogos. P ues A ristóteles, m D e _Anima, c. 10, d ic e : lo apetecible no mueve sino, percibido por la mente o la imaginación; con el cual están de acuer­ do allí todos los in térp re tes, y m u y bien S anto T o m ás en I , q. 82, a. 4, y en I-n, q. 3, a. 4, ad 4 y q. 9, a. 1. Y es la opinión expresa d e A gustín, lib. X De Trin., c. 1 y 2 : Una cosa — dice— completamente desconocida, nadie en absoluto puede amarla; lo m ism o en el lib. X V , c. 26, d o n d e dice que el amor surge en nosotros por el conocimiento de la mente; lo m ism o en el lib. V III, c. 4, y e n el lib. n i De Líber, arb., c. 25, y en otros sitios con frecu en cia; y G reg o rio , lib . V Moral., c. 23, y lib. X X III, c. 12, y lib. X X X I, c. 1 2 ; y m u y b ie n B ern ard o , lib. De Interiori domo, c. 18 y 19, y en el libro De Grat. et lib. arb., n o m u y lejos d e l principio, y en el serm ón 7, 8 y 52 In Cántica; y A n­ selm o en e l Monologio, c. 4 8 : Ninguna cosa es amada sin memoria o inteligen­

cia de la misma. 5. P ero la ra z ó n a priori d e esta verdad se h a d e to m a r d el p rin cip io esta­ blecido p o r nosotros en la aserción, a saber, q u e la causa final n o p u e d e causar si n o es conocida; añadido otro, concretam ente, que la volu n tad n o p u ede m o ­ verse si n o es d e algún m odo m ovida finalm ente, y p o r ello n o p u ed e ser con­ d u c id a m ás q u e con u n conocim iento previo. L a m en o r, o segunda proposi-

3. Secundo, quia, ut realis causa causet, aliquo esse indiget; sed causa finalis non necessario postula; esse existenriae realis proprium et in se; ergo saltern requirit esse in cognitione, atque ita fit ut finis saepe causet quando non existit, ut supra visum est; nunqu3m autem si non sit cognitus. Sic adeo ut, licet interdum realiter existat, si non sit apprehensus, nihil rnoveat affec­ tum. U t propter hanc causam, inter alias, merito dictum sit: thesaurus occultus et sapientia invisa, quae utilitas in utrisque? At­ que ex eadem radice fit ut finis, etiamsi in re bonus sit, si tamen ut tafis non cognoscatur, sed falso apprehendatur ut malus, non alliciat, sed potius retrahat voluntatem. 4. Aristotelicum pronunciatum.— Tertio a posteriori hoc confirmatur ex eo quod vo­ luntas ferri non potest nisi in bonum cognitum. Quae veritas est quasi priroum principium et axioma philosophorum omnium et theologorum. Aristoteles enim, III De Anim., c. 10, ait appetibile non movere nisi mente aut imaginatione perceptum; cui con-

sentiunt ibi omnes interpretes, et op ¡une D. Thomas, I, q. 82, a. 4, et I-II, q. 3, a. 4, ad. 4, et q. 9, a. I. Estque expressa sententia D. Augustíni, lib. X De Trin., c. 1 et 2: Rem (inquit) prorsus ignotam amare omnino nullus potest; idem, lib. XV, c. 26, ubi ait amorem oriri in nobis ex men­ tis notitia; idem, lib. VIII, c. 4, et lib. III De Liber, arb., c. 25, et alibi saepe; et D. Gregor., lib. V Moral., c. 23, et lib. XXIII, c. 12, et lib. XXXI, c. 12; et oprime Ber­ nard., lib. De Interiori domo, c. 13 et 19, et lib. de Grat. et lib. arb., non longe a principio, et serm. 7, 8 et 52 in Cántica; et Anselm., in Monolog., c. 48: Nulla res amatur sine sui memoria aut intelligentia. 5. Ratio autem a priori huius veritatis sumenda est ex principio a nobis posito in assertione, nimirum, quod causa finalis non potest causare nisi cognita; adiuncto alio, videlicet, quod voluntas non potest se mo­ veré nisi aliquo modo finaliter mota, et ideo ferri non potest nisi praevia cognitione. Mi­ nor seu secunda propositio experiencia con-

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Disputaciones metafísicas

ción, consta p o r te experiencia; p u es n o p u ede el apetito vital iniciar su apetic ió a vital sólo desde sí m ism o, si n o es de alg ú n m o d o atraído o m ovido por lo apetecible. Y p u ede darse la razó n o bien p a rtie n d o cíe la condición general de la potencia vital, sobre todo de la que actúa con acción in m an en te, la cual n o p u e d e a c tu a r m ás q u e m ovida d e algún m odo, o d eterm in ad a por su objeto; y esta m oción respecto del ap etito es m etafórica. O bien p u ed e ciarse la razón p a rtie n d o d e la condición d el a p e tito ; p ues todo apetito sigue a algún ser y a alg u n a form a o n atu ra le z a ; p e ro la apetición elícita n o se sigue inm ediatam ente d e l m ism o se r n a tu ra l, o d e la fo rm a n atu ral, com o consta, y p o r ello es ne­ cesario q u e siga a la fo rm a ap re h e n d id a y al ser conocido q u e p ro v ien e de ella; p o r lo cusí, lo m ism o que sin ser n a tu ra l no se sigue el apetito n a tu ra l, así tam ­ poco sin conocim iento se sigue el elícito. P ero existe la diferencia d e q u e el ap etito n atu ral, p o rq u e en la realidad n o es d istin to de la m ism a n atu raleza o facu ltad n a tu ra l, acom paña a aquélla de m odo cuasi form al o com o por una consecuencia n atu ral, según n u e stro m odo d e c o n c e b ir; e! apetito elícito, en cam bio, es d e clase -m uy d iferen te, y es un acto d istin to d e la form a aprehendi­ d a , o del concepto, tan to form al com o o b jetiv o ; y p o r ello no es causada p o r él form alm ente, sino finalm ente p o r el objeto b ueno aplicado m ed ian te el cono cí o»lento.

¿Puede hacer Dios que la voluntad ame lo desconocido? 6. Y d e estas razones infieren con bastan te frecuencia los teólogos q u e no sólo según el ord en d e la n a tu raleza es necesario que el conocim iento preceda a la apetición elícita, sino tam b ién que de p o ten cia absoluta es im posible q u e se haga d e o tra m anera, o sea, que la v o lu n tad sea llevada a lo desconocido. O p in ió n q u e insinúa S anto T o m ás en los lugares citados, y m ás abiertam ente la enseña E n riq u e , Ouoál. I, q. 15 ; y G abriel, In II, d ist. 25, q. 1, a. 3, d u d a 3 ; D ionisio C artujano, ¡ib. De Laudihus viiae solit., a. 36 y 37. Y esta opinión m e parece a m í verdadera y q u e se p ru eb a suficientem ente con las razones exp u estas antes. P ero se esp lica m u y bier i p a rtie n d o d e aquelios dos prm cipios, a saber, que la v d u n ta d en su acto depe: nde esencialm ente d e la causalidad final, stat; non enim potest appetiius vitalis inchoare suam viialera appetitionem solum ex seipso, nisi aliquo modo alliciatur et moveatur ab appetibili. Ratio autem recidi potest vel etc generali conditionc potentiae vitalis, .praescrtitn eius quae agit actione immanenti, quae agere non potest nisi mota aliquo mo­ do vel determinata a suo obiecto; haec au­ tem motio respectu appetitus metaphorica est. Vel reddi potest ratio ex conditone ap­ petitus; omnis enim appetitus sequitur aliquod esse et aliquant fortnam seu naturam; appetito autem elicila non sequitur imme­ diate et: ipso naturali esse seu naturali for­ ma, ut constat, et ideo nccesse est ut sequatur formam apprehensam et esse cognitma quod ab illa provenit; unde siati abs­ que naturali esse non sequitur appetitus naturalis, ita nec sine cognitione sequitur elicitus. Sed est discrimen quod appetitus naturalis, quia in re non est distinctus ab ipsa aspira vei facilitate naturali, comitatur illam quasi formaliter seu quasi per natu­ ralism sequelam, nostro modo concipiendi; appetitus autem elicitus est longe alterius

rationis, et est actus distinctus a ferma apprehensa seu a conceptu, tatti formali quam obiectivo; et ideo non causatur ab ilio for­ maliter, sed finaliter ab obiecto bono per cogniticnem applicato. Deusne possit efficere ut amet voluntas incognitum 6. Atque ex his rationibus inferunt frequentius theologi non solum secundum na­ turae ordinerò esse necessarium ut cognitio praecedat appetitionem elicitam, sed etiam de potentia absoluta impossibile esse ut aliter fiat, seu quod voluntas feratur in inco­ gnitum. Quam sententiam insinuai D. Tho­ mas locis citatis, et apertius id docet Henris cus, Quodl. I, q. 15; et Gabriel, In II, dist. 25, q. 1, a. 3, dub. 3; Dionysius Carthus., lib. De Laudib. vitae solit., a. 36 et 37. Et haec sententia mihi vera videtur satisque probari rationibus superius factis. Optime vero declaratur ex illis duobus principiis, scilicet, quod voluntas in suo actu essentialiter per Jet ex causalitate finali, quia non potest appetere nisi metaphorice mota

Disputación X X III.— ,Sección VII

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ya que. no puede apetecer m ás que m ovida m etafóricam ente o excitada p o r el bien q u e h a de am a r; y que la causa final d e m odo enteram en te necesario y esencial requiere el ser conocido para q u e cause, ya q u e la m oción m etafórica no p u e d e ni entenderse sino m ediante el conocim iento, com o h a sido suficien­ tem e n te expuesto. 7. C on todo no faltaron teólogos que dijesen q u e p u ede D ios hacer q u e la v o luntad am e sin previo conocim iento. Así piensa P aludano, In IV, d ist. 4 9, q. 1 , a. 2, n. 2 9 ; suele tam bién atribuirse a G regorio allí mism o, y a O ckam , q. 25, ad 7 y 15. T am b ién algunos teólogos m ísticos afirm aron que en la con­ tem plación m ás alta se llega a veces a un estado e n q u e la voluntad am a sin previo conocim iento. C on cedo, estos autores no e x p lic a n si entonces tam b ién la causa final causa sin conocim iento, o es que la v o lu n ta d am a entonces sin. el concurso propio de la causa final; y ciertam ente c o n m ás consecuencia d i­ rían esto ú ltim o ; pues entonces el objeto seria sólo el térm ino del acto d e la' voluntad, pero n o el principio, ni consecuentem ente tam poco la causa. Y si fuese verdad que la voluntad puede am ar recibiendo u n acto que ella n o h i­ ciese, seria m ás inteligible dicha sentencia; pues en to n c e s bastaría con que aque­ lla acción, en cuanto proviene de una causa ex trín se c a , tuviese tam bién causa final. C on todo, com o la voluntad no puede amar m ás que produciendo vital­ m en te el am or, y m oviéndose a sí m ism a p o r él e inclinándose de m odo vital, no p u e d e en ten d e rse q u e ella m ism a inicie en sí ta l m ovim iento m ás que ex­ citada y atraída p o r el objeto m ediante la cau salid ad final, la cual no p u ede existir sin el conocim iento.

Qué clase de conocimiento ss necesario para la causalidad del fin 8.

P e ro in m ed iatam en te se ofrecen aquí varias cuestiones, las cuales, p o r te ­ n e r tam b ién cabida al tra ta r del objeto de la v o lu n ta d , sólo insinuará y rem i­ tiré a su propio lugar. U n a es de qué clase es e ste conocim iento q u e se req u iere p a ra causar finalm ente, a saber, si es necesario el intelectivo, o basta el sensiti­ vo. E n la cual p u e d e n incluirse d o s : u n a es si el conocim iento sensitivo basta

seu exciîsta a borio quod amatura est; et te n posse amare redolendo actum quern quod causa finalis omnino necessario et es- ipsa nen einceret, esset magis intelligibüis sentialiter requirit esse cognitum ut causet, ilia sententia; nani tunc satis esset quod fila quia metaphorica modo neque intelligi pot­ actio, quatenus est a causa extrmseca, habeest nisi media cognitions, ut satis declora­ ret etiam causam finalem. Tarnen, cum vo­ luntas non possit amare nisi vitaliter eli­ timi est. 7. Non defuerunt tarnen theologi qui di- dendo amorem et seipsam per ilium mo­ vendo et inclinando vitali modo, intelligi cerent posse Deum sincere ut voluntas atnet sine praevia cognitione. Ita sentit Palud., nen potest quod ipsa in se inchoet huiusIn IV, dist. 49, q. 1, a. 2, n. 29; solet edam —iodi riorum, nisi excitata et iUecta ab obattribuì Gregorio ibi, et Odiamo, q. 25, ad iecto per causalitatem finalem, quae sine 7 et 15. Nonnulli etiam theologi mystici cognitione esse non potest. asseruerunr i in altissima contemplations Q u c lis c o g n itio a d c a u s a lita te m { in is pervenir! interdum ad eum statum in quo n e c e s sa r ia s it voluntas 2mat sine praevia cognitione. Non tarnen explicant hi auctores an tunc etiam 3. Statina vero occummt hic variae causa finalis causet sine cognitione, an vero quaestiones, quas quia eaedem tractantur de voluntas tunc arnet sine concursu proprio odicelo voluntatis, solum insinuabo et in causae finalis; et quidem magis conséquen­ proDriimn locum remittam. Una est, qualis te- hoc posterius dicerent; nana tunc ob- sit haec cognitio quae ad finaliter causan­ iectum solum esset terminus actus volunta­ doti requiritur, an scilicet necessaria sit intis, non Pu'em principium, et consequenter teilectiva, vel sensitiva sufficiat. In qua duae neque causa. Quod si verum esset volunta-1 includi possunt; una est, an sensitiva co1 Bonavent., in Itiner. mentis in Deurn, cap. u]t.> et in quandatn quaest. quae habetur in fine libri de mystica Theologia.

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D is p u ta c io n e s m e ta f ís ic a s

para m o v er la v oluntad, y esta p a rte n o se refiere a lo p re s e n te ; y supone­ m os q u e es necesario el conocim iento intelectual p a ra q u e la v o lu n ta d sea m o ­ vida, y a que sólo la potencia in telectiv a es pro p o rcio n ad a a la voluntad para m o v e rla ; sobre lo cual se tra ta en I, q. 9, a. 1 y 2, y lo to ca C ayetano en la q. 10, a. 3, a causa de u nas palabras d e Santo T o m á s allí, ad 3, q u e dice que

la voluntad no solamente es movida por el bien universal aprehendido por el entendimiento, sino también por el bien particular aprehendido por el sentido, las cuales n o se h a n d e en te n d e r d e m odo q u e la aprehensión d el sentido se ju zg u e suficiente p a ra tal m oción, sino d e tal m odo q u e estos bienes m ate­ riales, q u e aprehende el sentido, p u e d a n m over tam bién la volu n tad en cuan­ to q u e p o r m edio del sentido llegan h a sta la razón. L a segunda p a rte inclui­ d a en dicha cuestión p o d ría ser hipotética, es decir, si en el caso d e q u e la v o lu n ta d fuese m ovida p o r u n objeto aprehendido solam ente p o r el sentido, bas­ taría aquella m oción para la causalidad final, o (lo q u e es lo m ism o) si aquella m oción sería causalidad final, p ro b lem a sobre el q u e existe la m ism a razó n que acerca d e la cuestión absoluta sem ejante, si la m oción d el ap etito sensitivo a p a rtir d e u n bien conocido p o r el sentido es causalidad final, la cual explicare­ m os en la sección ú ltim a d e esta disputación. 9. O tra cuestión, q u e es consecuencia de la p reced en te, es q u é clase d e co­ nocim iento intelectivo es necesario, es decir, si b asta con el aprehensivo, com o E scoto, In II, dist. 6, q. 1, p a re c e opinar, o es necesario el judicativo. S obre lo cual se tra ta en I-II, q. 9, a. 1. Y apenas p u ed e ser dudoso q u e el conocim iento judicativo es necesario acerca d el objeto en la razó n d e conveniente, y acerca d e su conveniencia. E sta es la o pinión m anifiesta del Filósofo, I I De Anima, c. 3, q u e afirm a en este sen tid o q u e la fantasía a solas n o m ueve el ap etito , sino la o p in ió n ; y en el c. 7 niega q u e el ap etito se m ueva hasta q u e haya u n juicio d e l b ie n o del m a l; y el lib. IV d e la Metafísica, c. 4, text. 18, es un testim onio óptim o. P ues p ien sa q u e es cosa ta n averiguada q u e p a ra u n d eter­ m inado m ovim iento d e la v o lu n ta d es necesario u n determ inado juicio acerca d e la conveniencia de la cosa h acia la que se m u ev e la v o lu n tad , q u e con esta experiencia re b a te a los filósofos q u e niegan el p rim e r p rincipio y m u estra que

gnitio sufficiat ad movendam voluntatem, et haec pars ad praesens non spectat; supponimus autem necessariam esse intellectus cognitionem ut voluntas moveatur, quia sola potentia inteilectiva est proportionata voluntati ad movendam illam; de qua re disseritur in I, q. 9, a. 1 et 2, et tangitur a Caiet., q. 10, a. 3, propter quaedam verba D. Thomae ibi, ad 3, dicentis v o lu n ta te m m o v e r i n o n s o lu m a b o n o u n iv e r s a li a p p r e h e n s o p e r in te lle c t u .n , s e d e tia m a b o n o p a r tic u la r i o .p p re h en so p e r s e n s u m , quae non

sunt ita intelligenda ut apprehensio sensus putetur sufficiens ad talem motionem, sed ita ut haec bona materialia quae sensus apprehendit, possint movere etiam voluntatem quatenus medio sensu usque ad rationem perveniunt. Altera pars in dicta quaestione inclusa esse posset hypothetica, an si vo­ luntas moveretur ab obiecto per sensum tantum apprehenso, ilia motio sufficeret ad causalitatem finalem, vcl (quod idem est) an iila motio esset causalitas finalis, de qua quaes­ tione eadem est ratio ac de simili quaes-

tione absoluta, an motio appetitus sensitivi a bono cognito per sensum sit causalitas finalis, quam explicabimus sectione ultima. huius disputationis. 9. Altera quaestio, ad praecedentem consequens, est, quaenam cognitio intellectiva necessaria sit, an, nimirum, apprehensiva sufficiat, ut Scorns In II, dist. 6, q. 1, opi­ nar! videtur, vel iudicativa necessaria sit. De qua re tractatur in I-II,. q. 9, a. 1. Er vix potest cadere in dubium quin iudicativa cognitio necessaria sit de obiecto sub ratione convenientis et de convenientia eius. Quae est aperta sententia Philosoph!, I I de Anim., c. 3, qui hoc sensu ait phantasiam nudam non movere appetitum, sed opinionem; et c. 7 negat moveri appetitum donee adsit iudicium boni aut mali; et lib. I V Metaph., c. 4, text. 18, est optimum testimonium. Nam ita comperami esse putat ad determinatum voluntatis motum necessarium esse determinatimi iudicium de convenientia rei in quam voluntas movetnr, ut hoc experi­ mento redarguat philosophos negantes pii-

Disputación X X III.— Sección V II

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n in g u n a realid ad sim u ltá n e a m e n te es y n o es, sino q u e es u n a d e las dos cosas d ete rm in a d a m e n te . E l m ism o es el p a re c e r d e l D am ascen o , lib. I I De Pide,. c. 2 2 ; y S a n to T o m á s, I - II, q. 9, a. 1, y I, q. 53, a. 3, y con fre c u e n c ia en o tras p a rte s. Y la ra z ó n es clara, p o rq u e , h a sta q u e el e n te n d im ie n to ju z g a q u e el objeto es co n v en ie n te, todavía n o conoce su c o n v en ie n cia; p u es la ap re h e n ­ sión p u ra y sep a ra d a d e to d o juicio es in d ife re n te p a ra q u e aquello q u e se ap re ­ h e n d e se ju z g u e q u e es así o q u e n o e s ; y p o r ello el q u e so lam en te a p re h e n d e y n o ju z g a q u e los astro s so n p a re s, n o conoce q u e sean p a re s , sin o q u e p e r­ m an ec e e n d u d a e ig n o ra n te ; p o r ta n to , tal a p re h e n sió n acerca d e la conve­ n ien cia d e la cosa n o p u e d e ser su ficiente p a ra m o v er la v o lu n ta d , co m o m u e s­ tr a ta m b ié n b a sta n te la m ism a e x p e rie n c ia ; p o r ta n to , ta m p o c o p a ra causar fi­ n a lm e n te ; p o r c o n sig u ien te, se re q u ie re el juicio. 10. S e d ir á : el a p e tito sensitivo se m u e v e sin juicio p o r la a p reh en sió n d el o b je to ; p o r c o n sig u ien te, ta m b ié n la v o lu n ta d p o d rá m o v erse así. S e re s ­ p o n d e q u e el an te c e d e n te es fa lso ; p u e s, com o d ice S an to T o m á s, I, q . 59, a. 3 :

L a oveja huye del lobo gracias a un cierto juicio, por el cual piensa que le es perjudicial. P e ro ta l ju ic io e n el b ru to n o se h a c e p o r m e d io d e u n raciocinio,, n i p o r com posición, n i p o r el con o cim ien to fo rm a l d e a q u e lla ra z ó n p o r la q u e la cosa es co n v en ie n te, sino q u e es p o r la sim p le y n a tu ra l e stim ació n d e la c o n ­ ven ien c ia d e ta l cosa. E l e n te n d im ie n to h u m a n o , e n cam bio, sigue al juicio p e r­ fecto acerca d e la co n v en ien cia y d e la ra z ó n fo rm a l d e ta l conv en ie n cia, y a sea co m p o n ien d o , y a ta m b ié n ra c io c in a n d o ; p o r s u p a rte , las in telig en cias su p e rio ­ res ju z g a n d e u n m o d o su p e rio r m e d ia n te actos sim ples. E m p e ro , e stá en d is­ cu sió n e n tre los teólogos si a veces e n el h o m b re , p a ra q u e la v o lu n ta d sea m o ­ v id a, b a sta el con o cim ien to d e l o b je to p o r u n acto sim ple, q u e a u n q u e n o d ig a q u e es así o q u e n o lo es p o r com posición y d iv isió n fo rm a l, n o sea, sin em ­ b a rg o , u n a p u ra ap re h e n sió n , sino q u e in c lu y a u n juicio v irtu a l y el co n o cim ien ­ to d e q u e ta l objeto es c o n v e n ie n te ; y es p ro b a b le q u e p u e d a b a s ta r tal m odo d e co nocim iento p a ra alg ú n afecto sim p le d e la v o lu n ta d ; y ta l v e z e n este se n ­ tid o h a b ló E scoto m ás a rrib a , y c o n m ás ex te n sió n M a rsilio , In II, q . 16, a. 1 ;

mum principium et ostendat quod nulla res ex quodam iudicio, quo existimat eum sibi simul sit et non sit, sed alterum tantum de­ noxium. Tale autem iudicium in bruto non terminate. Eadem est sententia D. Damas­ est per ratiocinadonem, nec per composiceni, lib. I l De Fide, c. 22; et D. Thomae, tionem, ncque per formalem cognidonem I-II, q. 9, a. 1, et I, q. 53, a. 3, et saepe illius rationis propter quam res est convealias. Et ratio est clara, quia donee intellec- niens, sed est per simplicem et naturalem tus iudicet obiectum esse conveniens, non- existimadonem de convenienda talis rei. InHnm cognoscit convenientiam eius; m m ap- tellectus vero humanus consequitur perfecprehensio pura ac praecisa ab onani iudicio tum iudicium de convenientia et de formali indifferens est ut id quod apprehenditur ratione talis conveniendae, tum componen­ ita esse aut non esse existimetur; et ideo do, tum edam ratìocinando; superiores vero qui apprehendit tantum et non iudicat astra intelligentiae superiori' modo iudicant per esse paria, non cognoscit esse paria, sed simplices actus. An vero interdirai in hodubius manet et ignorans; huiusmodi ergo mine, ut moveatur voluntas, sufficiat cogniapprehensio de convenientia rei non potest tio obiecri per simplicem actum, qui licet esse satis ad movendam voluntatem, ut non dicat ita esse vel non esse per formaipsa edam experientia satis docet; ergo nec lem composidonem et divisionem, non sit ad finaliter causandum; requiritur ergo iu- tamen pura apprehensio sed virtuale iudi­ dicium. cium includat et cognidonem quod tale ob­ 10. Dices : appedtus sensidvus movetur iectum conveniens sit, disputatur a theolosine iudicio ex 1 apprehensione obiecti; ergo gis; et probabile est posse sufficere talem et voluntas porerit ita moveri. Respondetur cognitionis modum ad aliquem simplicem falsum esse antecedens; nana, ut D. Tho­ affectum voluntatis; et fortasse hoc sensu mas ait, I, q. 59, a. 3 : Ovis fugit lupum locutus est Scotus supra, et ladus Marsil., 1 Otras ediciones ponen et. El sentido variaría. (N. de los EE.)

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Disputaciones metafísicas

ta m b ié n M ay o r y G a b rie l, In II , dist. 6. C o n todo, p a ra la p ro p ia y fo rm al m o­ ción p o r causa de u n fin, d e la q u e ahora tratam os, es necesario u n juicio m ás perfecto, el cual n o se tiene sin raciocinio o com posición o división, ya q u e es preciso conocer o b ie n la p ro p ia y form al conveniencia q u e h ay en el fin, o la p ro p o rció n de los m edios p a ra el fin, el cual conocim iento no se tiene m ás que p o r la com paración d e u n o con otro, cosa q u e n o se hace sin la com posición y e l raciocinio y el p erfecto juicio q u e a p a rtir d e allí se logra. Y p o r ello las ope­ raciones indeliberadas d e la voluntad n o se juzga q u e sean p ro p iam en te por cau sa del fin, com o n o tó Santo T o m ás, I - II, q. 1, a. 1, ad 3, ya que, a u n q u e no se hagan sin algún conocim iento del entendim iento, con todo, es im perfecto, y e n el m o d o es sem ejante a u n pensam iento im aginario. P ero aquí surgía inm e­ d ia ta m e n te la d u d a acerca d e la voluntad d e los locos, sobre si en ella tiene lu g ar la causalidad p ro p ia del fin, p u n to so b re el q u e tra ta ré en seguida. 11. P e ro , p o r o tra p a rte , suele d u d a rse de si este juicio d eb e ser práctico, o basta el especulativo, acerca d e lo ’ cual discuten tam b ién m uchas cosas los teólogos en los lugares citados. P ero de lo q u e antes hem os dicho acerca del u so d e la lib e rta d h u m a n a y del m odo com o la v o luntad p u ed e ser d eterm inada p o r el juicio del e n ten d im ien to , p u ed e sacarse u n a solución suficiente de la re ­ ferid a d u d a , cuanto es necesaria p a ra el caso p resente. Y p o rq u e d ep en d e m u ­ c h o del u so d e las p ala b ra s, es preciso d istin g u ir éstas. P o r tan to , si p o r juicio práctico entendem os u n acto d e l e n ten d im ien to q u e juzga de ta l m an era acerca d e l fin q u e p o r sí m ism o y p o r su p ro p ia v irtu d es capaz d e d eterm in ar eficaz­ m en te a la v oluntad, e n este caso h a y q u e d ecir q u e n o se req u iere tal juicio práctico p a ra la causalidad final, p o rq u e la m oción del fin, o el juicio p o r el q u e el fin es aplicado, n o im pide el uso d e la lib e rta d ; p ues ta l m oción práctica sería e n teram en te c o n tra ria a la vo lu n tad , com o a rrib a m ostram os. P ero si p o r juicio práctico se e n tie n d e u n juicio acerca de la conveniencia d el fin, n o sola­ m e n te e n sí m ism o, sino tam b ién respecto d el h o m b re q u e juzga, n o sólo en co m ú n y en abstracto, sino tam b ién e n p artic u la r aq u í y ahora, y que consi­ guien tem en te juzga n o sólo acerca del m ism o objeto o fin, sino tam b ién del m ism o acto o tendencia al fin, es d ecir, q u e no sólo se juzgue q u e el objeto es

In II, q. 16, a. 1; Maior etiam et Gabriel, putantur a theologis in citatis locis. Ex his In II, dist. 6. Tarnen ad propriam et for­ autem quae superius dieta sunt a nobis de malem motionem propter finem, de qua nunc usu libertatis humanae, et de modo quo agimus, perfectius iudicium necessarium est, voluntas potest a iudicio intellectus deter­ quod non habetur sine ratiocinatione vel minati, stimi potest sufficiens resolutio diccompositione aut divisione, quia oportet tae dubitationis quantum ad praesens ne­ cognoscere vel propriam et formalem con- cessaria est. Et quia multum pendet ex usu venientiam quae est in fine, vel proportio- vocum, eas distinguere Decesse est. Si ergo nem mediorum ad finem, quae cognitio non per iudicium practicum intelHgaraus aliquem habetur nisi per collationem unius ad aliud, actum intellectus, ita iudicantem de fine ut quae non fit sine compositione et ratiocina­ per se et vi sua potens sit determinare eftione et perfecto iudicio quod inde compa­ ficaciter voluntatem, sic dicendum est non ratili. Et ideo operationes voluntatis indeli- requiri tale iudicium practicum ad causaliberaiae non censentur esse proprie propter tatem finalem, quia motio finis, aut iudicium finem, ut notavit D. Thomas, I-II, q. 1, per quod finis applicane, non impedit usum a. 1, .ad 3, quia, licet non riant sine aliqua libertatis; talis enim motio practica onerino cognitione intellectus, tarnen est imperfecta, contraria esset voluntati, ut supra ostendiet in modo est similis existimationi imagi- mus. Si autem per iudicium practicum innariae. Hic vero statini oriebatur dubium de telligatur iudicium de-convenientia finis, non voluntate amentium, an in ea locum habeat tantum secundum se sed etiam respectu hocausalitas propria finis, de qua re statini minis iudicantis, non tantum in communi dicaci. et abstracte, sed etiam in particulari hic et 11. Rursus vero dubitari soler an hoc iu­ mine, et consequenter iudicantis non tan­ dicium debeat esse practicum vel specula- tum de ipso obiecto seu fine, sed etiam de tivum sufficiat,.de qua re multa etiam dis- ipso actu seu tendentia in finem, id est, ut

Disputación X X III.— Sección VII

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conveniente, sino tam b ién q u e aq u í y ahora es co nveniente q u ererlo , si tal juicio — digo— se significa con el n o m b re d e juicio p ráctico , es v erd ad q u e el juicio q u e es práctico d e este m odo se req u iere p a ra la causalidad final; y en el m ism o sentido, q u e el juicio especulativo d istin to d e este juicio p ráctico no basta. 12. Y en este sentido entiendo el dich o de A ristóteles, I I I D e A n im a , c. 9, tex t. .42; E l e n ten d im ien to contem plativo no dice nada en absoluto respecio de si hay que h u ir o hay que tender; pero el m o vim ien to siem pre es del q u e h u ye o del q u e tiende. Q ue h ab la allí d e l juicio o im perio práctico de. este últim o m odo y no d el p rim ero es claro por el texto 47, en el q u e a ñ a d e : E l e n te n d i­ m ie n to y la razón a veces m anda evitar una cosa o perseguirla, pero el h om bre no obedece n i se m u e v e , sino que obra p o r la concupiscencia,,com o en el incon­ tin e n te m ism o. Y la razón de por qué se req u iere ta l juicio es clara, ya que, com o tam bién se h a dicho antes, la volu n tad cu an d o se m ueve no solam ente q u ie re el objeto, sino q u e tam b ién a su m anera q u ie re aq u í y ahora su p ro p io acto y m o ció n ; p o r consiguiente, es necesario q u e se d é u n juicio acerca de todo esto y d e ta l conveniencia. P ero q u e tal juicio baste es p aten te, p o rq u e aplica suficientem ente no sólo la conveniencia d el objeto, sino tam bién la d e la m oción práctica h acia el m ism o ; en cam bio, cu alq u ier o tra cosa que se exija n o p u e d e fu n d arse n i en la razón d e causa final n i en el m odo d e o b ra r d e la v o lu n ta d ; m ás todavía, bajo la razón en q u e es lib re le re p u g n a ; p o r consi­ guiente. 13. S i los locos quieren algo por causa del fin .— P ero in m ediatam ente se ofrece u n a dificultad, p o rq u e tam poco ta l juicio práctico parece n ecesario : d e lo co n trario la causalidad final n o te n d ría lu g ar en los locos o en los n iñ o s antes d e l u so perfecto d e razó n , lo cual p arece q u e está e n c o n tra de la experiencia, p o rq u e m u estran con palab ras q u e conocen la razó n d e l b ie n p o r la q u e son m o­ vidos, y la u tilid a d del m edio p a ra el fin. Se resp o n d e negando ab so lu tam en te la consecuencia; p u es, au n q u e estos h o m b re s no p u e d a n ejercer los juicios p rá c ­ ticos en o rd en a la costum bres honestas o perversas, p o rq u e el conocim iento d e la h o nestidad re q u ie re e l u so perfecto de la ra z ó n y el juicio ín te g ro , con to d o p u ed en te n e r u n juicio práctico acerca de la cosa en cu an to o p erab le aquí

non solum iudiceîur obiectum esse conve­ et nunc proprium actum et motionem suam; niens, sed etiam hic et nünc esse conveniens ergo necesse est ut de hoc toto et de tali illud velle, si taie (inquatn) iudicium signi- convenientia feratur iudicium. Quod vero ficetur nomine iudicii practici, verum est tale iudicium sufficiat, patet, quia sufficieniudicium hoc modo piacticum requiri ad ter applicat et convenientiam obiecti et causalitatem finalem; et eodem sensu, iu- practicae motionis in ipsum; at quidquid dicium speculativum huic iudicio practico aliud esigitur, neque in ratione causae finalis fundari potest, neque in modo operandi condistinctum non sufficere. 12. Quo sensu intelligo dictum Aristo-voluntatis; quin potius ex ea parte qua telis, III De Anizn., c. 9, text. 42: I n t e l - libera est, ei repugnat; ergo. 13. A m e n t e s n e v e l i n t a liq u id p r o p t e r f i le c tu s c o n te m p la tio n s n o n d i c i t q u id q u a m n e m . — Sed statim occurrit aifficultas, quia o m n i n o s i s it f u g ie n d u r n a u t p r o s e q u e n d u m ; nec tale iudicium practicum necessarium via t m o t u s s e m p e r f u g ie n tis a u t p r o s e q u e n û s detur, alioqui non habebit locum in amenq u id p ia m . Quod enim loquatur ibi de iu­ tibus vel pueris ante perfectum usum ratiodicio vel imperio practico hoc posteriori modo et non priori, patet .ex text. 47, in nis causalitas finis, quod videtur esse contra quo subdit: I n t e l l e c t u s n o n n u n q u a m iu b e t, experientiam, quia verbis ostendunt se cognoscere rationem bohi a qua moventur et r a tio q u e fu g e r e a liu d , a u t p e r s e q u i d ic it, a t utilitatem medii ad finem. Respondetur ab­ n o n o b te m p é r â t h o m o a tq u e m o v e tu r , s e d solute negando sequelam; nam, licet hi ho­ a g it c u p id ita te , u t i n ip s o f i e r i s o le t in c o n ­ mines non possint exercere iudicia practica tin e n te . Ratio autem cur taie iudicium requiratur, clara est, quia, u t supra etiam dic­ in ordine ad mores honestos aut pravos, quia tum est, dura voluntas movetur, non tantum cognitio honestatis requirit perfectum ratiovuit obiectum, sed etiam suo modo vult hic nis usum et integrum iudicium, possunt ta-

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Disputaciones metafísicas

y ahora, y conveniente bajo alg u n a razó n in ferio r, com o es la razó n d e delei­ ta b le , o la ra z ó n d e conveniente o inconveniente p a ra la n atu raleza anim al, q u e se h alla en la salud, p o r ejem plo, y en la u tilid a d , q u e está en el m edio res­ p e c to d e tal fin. P ues a u n q u e éstos sean locos, n o están privados d e todo d is­ c u rso y raciocinio p o r e l q u e se ap liq u e suficientem ente la causa final, d e m odo q u e p u e d a ejercer alguna causalidad suya, a u n q u e n o la m ás perfecta. 14. Si el conocimiento es causa “ per se" de finalizar.— E n últim o lugar p u e d e p re g u n ta rse acerca d e este conocim iento, q u e decim os q u e es necesario p a ra causar finalm ente, si se re q u ie re sólo com o u n a condición necesaria para e sta cuasalidad, o tam b ién com o p rin cip io o causa per se. Y esta d u d a p u ede te n e r u n do b le sentido. U n o es si el conocim iento del fin, adem ás d e la nece­ sidad q u e se to m a d e p a rte d e la causa final, tie n e o tra causalidad per se sobre el acto d e la v o lu n tad , p o r la cu al sea ta m b ié n necesario. E n este sentido n o h a y q u e tra ta r d e m om ento la p resen te cuestión, p u es coincide con aquélla d e si el conocim iento concurre eficientem ente al acto d e la v o lu n tad com o prin ci­ p io p ro p io q u e influye per se e n aquel, la cu al en n a d a se refiere a la cuestión p resen te d e la causa final. E n efecto, es cierto, com o antes dije, q u e la causa final q u e se aplica m ed ian te el conocim iento no influye eficientem ente en el acto d e la v o lu n ta d ; pero q u e el acto m ism o d e conocim iento con q u e se aplica tal causa ten g a p o r otro lado v irtu d p a ra causar suficientem ente el acto de la v o lu n ta d no tien e q u e v e r con la causalidad final, a u n q u e es m ás pro b ab le que el conocim iento n o ten g a d ic h a v irtu d eficiente so b re el acto d e la voluntad, com o se refirió en lo q u e an tecede y se h a d e d isc u tir m ás extensam ente en la ciencia del alm a. E l o tro se n tid o d e aquella d u d a e ra si el ser conocido que la causa final tien e m ed ian te el conocim iento es p a ra ella la ra z ó n d e causar fi­ nalm ente, y q u e p o r ello el conocim iento no sólo sea condición necesaria, sino tam b ién p rincipio per se d e esta c a u salid ad ; y e sta d u d a suele re p u ta rse com o g rave, reclam ando la sección siguiente.

men habere iudicium practicum de re nt haec quaestio; coincidit enim cum ilia, an hic et nunc operabili et convenienti sub cognitio concurrat effective ad actum volun­ aliqua inferiori ratione, ut est ratio delec- tatis tamquam proprium principium per se tabilis vel ratio convenientis aut disconve- iniluens in ilium, quae nihil ad praesentem nientis animali naturae, quae reperitur in quaestionem de causa finali refert. Certum sanitate, verbi gratia, et utilitate, quae est est enim, ut supra dixi, causam finalem, in medio respectu talis finis. Nam, licet hi quae per cognitionem applicatur, non inamentes sint, non privantur omni discursu fluere effective in actum voluntatis; quod et ratiocinatione, per quam sufficienter ap- vero actus ipse cognitionis quo talis causa plicetur causa finalis ut habere possit ali­ applicatur, aliunde habeat vim ad sufficienquant causalitatem suam, quamvis non per- ter causandum voluntatis actum, impertifectissimam. neris est ad causalitatem finalem, quamquam 14. Cognitio .an causa per se finalisan- probabilius est non habere cognitionem earn di.— Ultimo inquiri potest circa hanc cognitionem, quam necessariam dicimus ad fi- vim efficiendi in actum voluntatis, ut in sunaliter causandum, an requiratur solum ut perioribus est tactum et latius in scientia de conditio necessaria ad hanc causalitatem, an anima disputandum est. Alius sensus illius vero edam ut principium seu causa per se. dubitationis est an esse cognitum quod fi­ Quae dubitatio duplicem potest habere sen- nalis causa habet per cognitionem sit illi sum. Unus est an cognitio finis, praeter earn ratio causandi finaliter, ideoque cognitio non necessitatem quae ex parte causae finalis su- solum sit conditio necessaria, sed etiam prin­ mitur, habeat aliam causalitatem per se circa cipium per se huius causalitatis ; et hoc duactum voluntatis, ob quam etiam necessaria bium grave censeri solet, quod sequentem sit. Quo sensu in praesenti non est tractanda sectionem postulat.

7tfl

D i s p u ta c ió n X X I I I .— S e c c ió n V i l i

S E C C I O N

V I I I

S i e l f in mueve según s u s e r real o según su s e r conocido 1. Primera opinión.— L a p rim e ra opinión afirm a q u e el fin m u ev e según e l ser q u e tien e en el conocim iento, n o según el ser re a l; y q u e , p o r tan to , el conocim iento n o sólo es la condición sine qua non, sino q u e es la ra z ó n form al d e causar finalm ente. E sta parece q u e es la d e A vicena, V I Metaph., c. 5, y la m ism a m an tien e Soncinas, V Metaph., q. 3, y algunos otros tom istas m o d ern o s; y la atrib u y en a S anto T o m á s, I-EE, q. 31, a. 3, ad 1, d o n d e dice q u e el ob­

jeto del apetito animal es el bien aprehendido, y que, por tanto, la diversidad de la aprehensión pertenece en cierto modo a la diversidad del objeto. Y d e m odo sem ejante, I, q . 8o, a. 1 y 2, dice q u e el apetito v a ría seg ú n la form a o apreh en sió n a la que sigue, y así d istingue tre s ap e tito s: e l n a tu ra l, el sensitivo y la v o lu n ta d ; pues el p rim e ro sigue a la fo rm a n a tu ra l sin aprehensión, el se­ g undo sigue a la fo rm a apreh en d id a p o r el sentido, el tercero sigue a la form a ap reh en d id a p o r el entendim iento. 2. D e dicha d o c trin a p u e d e sacarse la p rim e ra ra z ó n en favor d e esta sen te n c ia : p ues aquello q u e d e p a rte d el objeto distin g u e esencialm ente al ape­ tito n o es solam ente u n a condición, sino q u e es tam b ién la ra z ó n form al d e m over, o d e l objeto q u e m u e v e ; ahora b ien , la diversa ap reh en sió n es razó n su ficiente d e d istin g u ir esencialm ente el a p e tito ; p o r consiguiente. L a m enor es d e S an to T o m ás, arriba. L a m ayor, p o r su p a rte , consta p o r la com ún d o c­ tr in a d e q u e las potencias se d istin g u en p o r los objetos form ales, n o p o r las condiciones d e los objetos. P o r lo cual, Santo T o m ás, en el lugar referido, h a­ bien d o dicho e n el cu erp o d el artículo q u e el apetito es p o ten cia m ovida, y q u e es m ovida p o r lo apetecible q u e h a sido ap reh en d id o , y q u e , p o r ta n to , se d is­ tin g u e p o r ello, añ ad e en la solución ad primum: A lo apetecible no le ad­

viene accidentalmente ser aprehendido por el sentido o por el entendimiento, sino que le conviene esencialmente. Pues lo apetecible no mueve el apetito más que en cuanto es aprehendido, por lo cual las diferencias de lo aprehendido son diferencias esenciales de lo apetecible. Por ello las potencias apetitivas se disdus sequitur formam apprehensam per sensum, tertius sequitur formam apprehensam per intellectum. 2. Ex qua dottrina potest concipi prima 1. P r io r s e n te n tia . — Prima sententia af- ratio pro hac sententia; nam id quod ex firmat finem movere secundum esse quod parte obiecti distinguit essentialiter appeti­ habet in cognitione, non secundum esse rea­ tus, non est tantum conditio, sed etiam forle; atque adeo cognitionem non tantum es­ malis ratio movendi, seu obiecti moventis; se conditionem sine qua non, sed esse for­ sed apprehensio diversa est sufficiens ratio malem rationem causandi finaliter. Haec distinguendi essentialiter appetitus; ergo. censetur esse Avicen., VI Metaph-, c. 5, Minor est D. Thomae supra. Maior vero eamque tenet Soncinas, V Metaph., q. 3, constat ex communi dottrina, quod potenet nonnulli alii modemi thomistae; et attri- tiae distinguuntur per obietta formalia, non buunt D. Thomae, I-II, q. 31, a. 3, ad 1, per conditiones obiectorum. Unde D. Tho­ ubi ait o b is c t u tn a p p e titu s a n im a lis e s s e b o - mas citato loco, cum dixisset in corpore articuli appetitum esse potentiam motam, mon u m a p p r e h e n s io n , e t id e o d iv e r s ita te m a p veri autcm appetibili apprehenso et ideo per p r e h e n s io n is p e r tin e r e q u o d a m m o d o a d d i­ illud distingui, subdit in solutione ad pri­ v e r s ita te m o b ie c ti. Et similiter I, q. 80, a. 1 et 2, ait appetitum variari iuxta formam vel mum: A ppetibili non accidit esse apprehenapprehensionem quam sequitur, et ita di- su m per sensum vel intellectum , sed per stinguit tres appetitus, naturalem, sensitivum se ei convenit. N a m appetibile non m o vet et voluntatem; nam primus sequitur natu­ appetitum nisi in quantum est apprehensam , ralem formam absque apprehensione, secun- unde differentiae apprehensi su n t per se SECTIO V III

UXRUM FINIS M0VEAT SECUNDUM SUUM ESSE REALE, VEL SECUNDUM ESSE COGNITUM1

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Disputaciones metafísicas

tinguen por las diferencias de las cosas aprehendidas, como por sus propios ob­ jetos. Y lo m ism o m antiene S anto T o m ás, I-II, q. 30, a. 3 , ad secundum, d onde de m o d o sem ejante, según la diversa aprehensión, distin g u e las concupiscencias n atu rales d e las n o n a tu ra le s; y C ayetano no ta allí q u e d e aquella respuesta ge saca m anifiestam ente que la aprehensión respecto del objeto del apetito no se

comporta como una aproximación de lo activo a lo pasivo, sino corno razón ob­ jetiva. 3. Y se confirm a esta ra z ó n ; p ues en u n m ism o a p etito intelectivo, el efecto de la causa final varía m u ch o según la div ersid ad del conocim iento; y la sola condición o aplicación d e la causa no p o d ría b astar p a ra ta n ta diversi­ dad. E l antecedente es m anifiesto, p u es el conocim iento' d e D ios p o r la visión clara u oscura, in tu itiv a o abstractiva, causa, seg ú n q u ieren m uchos, la diversi­ d a d específica en el am or, y, com o m ínim o, actúa com o causa d e q u e u n am or sea lib re y o tro necesario. P o r o tra p a rte , el m ism o bien apreh en d id o absoluta­ m e n te causa el am o r; com o ausente y q u e se h a d e a d q u irir causa el deseo o la in te n c ió n ; com o p resente, en cam bio, causa el gozo, los cuales actos son es( pecíficam ente d iversos; y en la m ism a pro p o rció n se d istin g u en acerca del m al apreh en d id o com o ausente o p resen te, la tristeza y el tem or. P o r su p arte, los actos d e v irtu d y de vicio en la volu n tad no se d istin g u en p o r el objeto según su ser real, sino según su se r a p re h e n d id o ; p u es d e aq u í resu lta q u e si alguien p o r conciencia errónea q u iere hacer lim osna p en san d o que o b ra m al, éste no es u n acto d e v irtu d , sino d e vicio ; y, p o r el co n trario , q u ie n p o r u n a ignoran­ cia invencible q u iere h u rta r p a ra hacer lim osna p ensando q u e ob ra bien, no h ace u n acto d e vicio, sino d e v irtu d , p ro p iam en te y según u n a verdadera es­ pecie real d e v irtu d . F in alm en te, u n argum ento sem ejante es q u e el bien no m ueve tal com o es, sino tal com o es a p re h e n d id o ; y p o r ello dijim os antes con A ristóteles q u e p a ra la causalidad final n o im p o rta cóm o es algo, sino cóm o es ju z g a d o ; y ser juzgado es lo m ism o q u e ser aprehendido. 4. L a seg u n d a razón p rin cip al en favor d e esta o pinión es q u e aquel ser q u e esencial y únicam ente re q u ie re la causa final p a ra causar no es solam ente u n a condición, sino el p rin cip io fo rm al d e c a u sa r; ah o ra b ien, el ser d e la exisd iffe re n tia e a p p e tib ilis. U n d e p o te n tia e app e titiv a e d is tin g u u n tu r se c u n d u m d iffe re n tia m a p p re h e n so ru m sic u t s e c u n d u m p ro p ria o biecta . E t idem habet D . Th o m as, I - I I ,

q. 30, a. 3, ad 2, u b i sim ilite r ex diversa apprehensione d istin g u it concupiscentias n aturales a non n atu ralib u s; et C aiet. ib i notat ex illa responsione m anifeste haberi q u o d a p p re h en sio re sp e c tu o b iecti a p p e titu s n o n se ha b et u t a p p r o x im a te a ctivi a d p a ssiv u m , s e d u t ratio o b iectiva.

3. E t confirm atur haec ra tio ; nam eodem appetitu intellectivo , effectus causae fin a lis plurim um variatu r ex diversitate cog n itio n is; sola àutem co nditio ve l applicatio causae non posset sufficere ad tantam d iversitatem . Antecedens patet, nam cognitio D e i per visionem claram ve l obscuram , in tu itivam aut abstractivam , causat, u t m u lti vo lu n t, diversitatem specificano in am ore, et, u t m inim um , est in causa u t unus am or sit lib e r et alter necessarius. R u rsu s idem bonum apprehensum absolute causat am orem , u t absens et acquirendum causat desiderium v e l intentionem ; u t praesens vero causat

gaudium , q u i actus specie d ive rsi su n t; et eadem proportione d istin gu u n tu r circa ma­ lu m apprehensum u t absens ve l praesens, tristitia et tim or. R u rsu s actus virtu tis et v itii in volúntate non d istingu u ntur ex ob­ ietto secundum eius esse reale, sed secun­ dum eius esse apprehensum ; h in c enim fit ut, s i q u is ex conscientia erronea ve lit eleem osynam tacere putans se m alefacere, file non sit actus virtu tis sed v it ii; et e con­ verso, q u i ex ignorantia in v in c ib ili v u lt fu ­ in ra ri u t eleem osynam faciat, putans se bene facere, non fa cit actum v itii, sed v irtu tis, proprie et secundum veram speciem realem v irtu tis. D enique sim ile argum entum est, quod bonum non m ovet quale est, sed quale apprehenditur; et ideo supra dixim u s cum A risto tele ad causalitatem fin is non referre qualis sit, sed qualis e x istim e tu r;. esse autem existim atum idem est quod esse aprehensum . 4. Secunda ratio p rin cip a lis pro hac sententia est quia illu d esse quod per se ac solum re q u irit fin a lis causa u t causet, non est tantum co nd itio , sed form ale p rincipium

Disputación X X II!.— Sección VIII

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tencia n o es u n re q u isito en el fin p a ra c a u sa r; en cam bio, el ser conocido es necesario esencialm ente y él solo b a sta ; p o r consiguiente. L a m ayor parece co­ nocida p o r süs térm inos, p o rq u e ser el p rin cip io form al d e causar n o es o tra cosa q u e ser aquello q u e esencial, p rim a ria y form alm en te se re q u ie re en la causa p a ra que p u e d a causar. P o r lo cual en lo q u e antecede d ijim os con fre ­ cuencia, y lo direm os ta m b ién después, q u e el ser de la existencia respecto d e la causa eficiente no es u n a condición req u erid a, sino la m ism a razón d e causar, p o rq u e es la m ism a en tid a d d e la cosa y el p rim e r ser q u e se re q u ie re p a ra causar. Y la m en o r, en cu an to a su p rim e ra p a rte , h a sido suficientem ente pro­ b ad a en la sección an terio r, y q u e aquella necesidad d e a p reh en sió n se derive esencialm ente d e la v irtu d de la causa final, consta p o r el m o d o d e su causali­ d ad , q u e es p o r m oción m etafó rica; p u es ésta p ro ced e esencialm ente d el ser o b ­ jetivo, no del ser d e la cosa en sí. T a m b ié n en cu an to a la seg u n d a p a rte consta p o r lo dicho, p ues se h a m o strad o con frecuencia q u e el fin causa antes de exis­ t i r ; m ás aún, incluso aquel q u e n u n c a h a d e ex istir, o incluso a veces el que n i siquiera p u e d e existir, con ta l d e q u e a p e sa r d e to d o se a p reh en d a com o posible. 5. Segunda opinión contraria.— L a segunda o pinión es q u e el fin m ueve según su ser real, y q u e él es la razó n form al d e m over, y co n secu en tem en te q u e el conocim iento d e l fin es solam ente u n a condición o aproxim ación nece­ saria d e ta l causa. E sta o pinión la enseñó p o r extenso C ayetano, I-II, q. 1, a. 1, a prop ósito de ad 1, y piensa q u e es la o pinión d e A verroes, X II Metaph.y com . 36, en cu an to dice q u e la salud q u e existe en la cosa causa finalm ente, a u n q u e en cu an to está en el alm a p ro d u c e el deseo d e sí. Y p u e d e tom arse de Santo T o m ás, I, q. 82, a. 3, cu an d o dice q u e la voluntad se inclina a la cosa misma como es en sí: y d el Filósofo, a quien c ita allí, en el V I Metaph., text. 8 q u e dice q u e el bien y el mal, que son objeto de la voluntad, están en las cosas. Y la m ism a opinión m a n tie n e e l F errarien se, I cont. Gent., c. 44, cu an d o dice q u e el estar en la m e n te es sólo u n a condición re q u e rid a p a ra finalizar. L o m an tien e ta m b ié n Iavello, V Metaph., q. 6 ; O ckam , In II, q . 3, a. 2, y G ab riel, ln II, dist. 1, q. 1, a. 3 ; y se to m a tam b ién de E scoto, In I, d ist. 1, q. 4. causandi; sed esse existentiae non est re qu isitu m in fine ad causandum ; esse autem cognitum est per se necessarium et illu d solum su ffic it; ergo. M aior vid etu r nota ex term in is, quia n ih il aliu d est esse form ate p rin d p iu m causandi quam esse id quod per se prim o ac form aliter re q u iritu r in causa u t causare possit. U nde in superioribus saepe d ixim u s, et in fe riu s etiam dicem us, esse existentiae respectu causae efficien tis non esse conditionem requisitam , sed ipsam ra tionem causandi, quia est ipsa entitas rei et prim um esse quod ad causandum re q u i­ ritu r. M in o r autem quoad priorem partem satis probata est in superiori sectione, er, quod ilia nécessitas apprehensionis sit per se ex v i causae fin a lis, constat ex m odo causalitatis eius, q u i est per m etaphoricam m otionem ; haec enim per se procedit ex esse obiectivo, non ex esse re i in se. Q uoad al­ teram etiam partem constat ex d ictis, nam ostensum est saepe finem cau sais antequam s it; im m o et iliu m q u i nunquam futurus est, v s l etiam interdum q u i nec esse potest, s i tam en u t p o ssib ilis apprehendatur.

5. P o sterio r se n te n tia contrario. — Secu n da sententia est finem m overe secundum es­ se reale illu d q u e esse rationem form alem m ovendi, et consequenter cognitionem fin is esse tantum conditionem seu approxim ationem necessariam h uiusm odi causae. H a n c opinionem do cu it late C aietanus, I - I I , q. 1, a. 1, circa ad 1 , existim atque esse sententiam A verro is, X I I M etaph., com . 36, quatenus a it sanitatem quae est in re causare fin alite r, lice t prout est in anim a efficiat desiderium sui. E t potest sum i ex D . T h o m a, I, q. 82, a. 3, quatenus a it v o lu n ta te m in clin a ri a d ip sa m r e m p ro u t in se est; et ex Philosopho, quem ib i citat, in V I M e­ taph., text. 8, dicentem b o n u m e t m a lu m , quae s u n t o biecta v o lu n ta tis, esse in rebus.

Eam dem opinionem tenet Fe rrarie n sis, I cont. G en t., c. 44, u b i d ic it esse in mente tantum esse conditionem requisitam ad f inalisandum . Ten et etiam Ia ve llu s, V M e­ taph., q. 6 ; O cham , In I I , q. 3, a. 2 ; et G ab r., In I I d ist. 1, q. 1, a. 3 ; et sum itur etiam ex Scoto, In I, d ist. 1, q. 4.

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Disputaciones metafísicas Se juzga entre las referidas opiniones

6. D e e n tre estas opiniones, esta últim a m e p arece a m i absolutam ente ver­ d a d e ra ; y to d a la cuestión aparece ta n clara q u e apenas p u ed e h a b e r m otivo d e disensión si n o se en trem ezcla e n los m ism os térm inos alguna equivocidad. E sto se verá fácilm ente si distinguim os aquellas cosas en las q u e convienen los au to res d e u n a y o tra op in ió n , o q u e son ta n m anifiestas q u e en. ellas deben n ecesariam ente convenir. 7. El fin para causar no necesita existencia actual.— E n p rim e r lugar, por consiguiente, convienen todos e n q u e el fin no necesita la existencia real, o ejercida (com o la llam an), p a ra causar finalm ente, y en este sentido es claro q u e el ser de la existencia n o es la razó n de causar finalm ente, m ás aún, ni condi­ ción necesaria. A ñado tam b ién q u e n i el ser v erd ad ero de la esencia, o el ser posible de la existencia, es necesario p a ra causar finalm ente, p ues basta con q u e sea aprehendido, y sólo esto es lo que p ru e b a n en g ran p a rte las razones de la p rim e ra opinión. 8. L a voluntad no tiende a la consecución del fin en su ser conocido, sino en su ser real.— E n seg u n d a lugar, es cierto q u e la v o lu n tad no tien d e hacia el fin para alcanzarlo e n su ser conocido com o tal, sino p a ra conseguirlo en su p ro p io ser real, el cual a p reh en d e en aquél seg ú n su condición, y en este sen­ tid o es m u y cierto que el ser en el conocim iento no es la ra z ó n d e finalizar, sino sólo la condición necesaria. L a p rim era p a rte se hace evidente con ejem ­ plos y con la explicación d e la cosa m ism a. P u es el q u e p re te n d e la salud o las riquezas, no p re te n d e conocerlas, o p en sar acerca d e ellas, sino conseguirlas re alm en te según su v erd ad era existencia real, y lo m ism o en las dem ás cosas. P ero la razón se h a de to m a r d e lo que dije en la sección 5, q u e la razó n fo r­ m al d e causar la causa final es su b o ndad y conveniencia; ahora bien, la cosa q u e m ueve com o fin n o tien e su b o ndad y conveniencia en su ser objetivo o conocido, sino en ord en a su ser re a l; p u es la sa lu d es conveniente q u e esté en u n o , n o q u e sea a p re h e n d id a ; p o r consiguiente, la razó n form al d e m over es su ser real, en cuanto es conveniente o bueno, o su real conveniencia, en cuanto Fertur inter praedictas sententias iudicium 6 . In te r has sententias haec posterior m i­ h i vid e tu r sim p licite r, vera; et res tota tarn clara apparet u t v ix possit esse dissentiendi ratio, n is i in vocibus ip sis aliqua aequivocatio m isceatur. Q uod patebit fa cile , si ea in quibus auctores utriusque op in io nis conven iun t, ve l 'tarn m anifiesta sunt u t in eis convenire necessario debeant, d istinxerim us. 7. Finis ut causet non eget existentia actuali.— Prim o itaque conveniunt om nes finem non indigere existentia re a li, seu exercita (u t vocant) ad. causandum fin a lite r, quo sensu darum est esse existentiae non esse rationem causandi fin alite r, im m o nec conditionem necessariam . A ddo etiam neque esse essentiae verum aut esse existentiae po ssibile reipsa esse necessarium ad causan­ dum fin a lite r; nam apprehensum su fficit, et hoc tantum m agna ex parte probant ratio nes prim ae op in io nis. é 8 . Voluntas non fertur ad assequendum finem in esse cognito, sed in esse reali.—

Secundo certum est voluntatem non tendere in finem u t iliu m in esse cognito u t sic assequatur, sed u t in proprio esse re ali, quod in eo apprehendit iu xta eius conditionem , illu d assequatur, atque hoc sensu ce rtissim um est esse in cognitione non esse ratio ­ nem fin a lisa n d i, sed solum conditionem ne­ cessariam . P rio r pars exem plis et ip siu s rei declaratione fit evidens. N am q u i inten d it sanitatem aut d ivitia s, non inten d it illa s cognoscere aut de illis cogitare, sed reipsa consequi secundum veram existentiam rea­ lem , et idem de a liis. R atio autem sum enda est ex d ictis sect. 5, quod ratio form alis causandi fin a lis causae est bonitas eius et convenientia ; res autem quae m ovet ut fi­ n is non habet suam bonitatem et convenientiaro in esse obiectivo seu cognito, sed in ordine ad suum esse reale ; sanitas enim est conveniens u t in sit, non u t apprehendatu r; ergo form alis ratio ' m ovendi est reale esse eius, quatenus conveniens seu bonum , seu realis convenientia eius, quatenus in ipso esse re a li fundatur et illu d reddit bonum et

Disputación X X III.— Sección V ili

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se fu n d a en su m ism o ser real y le convierte en b u eno y apetecible. Se confir­ m a p o rq u e el fin m u ev e según aquel ser p o r el cual sacia al a p etito d el agente d espués q u e éste lo h a conseguido, y sin el cual no d escan sa; ahora bien, d e este m o d o se com porta el fin con la v o lu n tad según su ser real y n o según su ser ap re h e n d id o ; p o r consiguiente. L a m ayor consta, sea p o rq u e es lo p rim e ro en la in ten ció n aquello q u e es lo últim o en la ejecución, sea tam b ién p o rq u e el fin es aquello hacia lo q u e tiende el ím p etu d e l a g en te ; y tien d e hacia aquello en q u e descansa u n a vez conseguido. L a m enor es ta m b ié n clara, p o rq u e n o descansa el ánim o c o n la aprehensión del fin si no lo consigue en la realidad, y sin ta l consecución se juzga que se fru stra la intención d el agente. Y esto n o lo niegan los autores d e la p rim era opinión, com o finalm ente confiesa M e d in a, I-II, q. 1, a. 1, a u n q u e ta l vez no dem asiado consecuentem ente, com o constará p o r lo q u e se h a d e decir. 9. .Y dije q u e la volu n tad tien d e al fin según su ser real d e acuerdo con su condición, p o rq u e a veces sucede que el m ism o fin d e la v o lu n tad que op era no es o tro q u e el conocim iento de algún objeto, como cuando p retendem os o deseam os v er a D io s ; p u es entonces aquel ser visto pertenece a la razón fo r­ m al d e tal causa fin a l; y es algo parecido cuando el h o m b re apetece com o fin la sola contem plación o especulación de alguna verdad. Y tam b ién d e este m odo d icen los teólogos q u e a veces el h om bre p u e d e deleitarse en el solo conoci­ m ien to y n o en la cosa conocida, a no ser d e acuerdo con su ser conocido, del cual recibe entonces el acto su bondad o m alicia. P ero, au n q u e en estos y sem e­ jan tes ejem plos el conocim iento m ism o sea apetecido com o u n fin, con todo, él m ism o tiene su p ro p io ser real, según el cual es apetecido, y tal m n n r i r m V n t n , incluso entonces, n o es la razón d e finalizar en cuanto es algo p rerreq u erid o de p a rte d e l fin para m over la v oluntad, sino en cuanto es u n a cierta acción q u e p o r sí se juzga conveniente y com o tal es p ro p u e sta a la voluntad com o sufi­ ciente p a ra m overla, o com o térm in o al cual tienda. Y así, distribuyéndolo ade­ cuadam ente, es verdad en general q u e el fin m ueve seg ú n su ser real, el cual se ofrece a la volu n tad p o r m edio d e la ap reh en sió n ; p u e s según él se le juzga conveniente, y en cu a n to se le juzga conveniente, m ueve. appetibile. C onfìrm atur, quia fin is secundum illu d esse tnovet secundum quod satiat ap­ petitam i agentis postquam iliu m est consecutus et sine quo non quiescit; sed ita com ­ parator fin is ad voluntatem secundum esse reale et non secundum esse apprehensum ; ergo. M aior constat, turn quia illu d est p rim um in intentione quod est ultim um in exsecu ticn e; tum etiam quia fin is est id in quod ten dit im petus agentis; in id autem tendit quo consecuto quiescit. M in o r etiam est clara, quia non qu iescit anim us apprehensione fin is n is i iliu m in re ipsa consequatur, et absque huiusm odi consecutione fru stra ti censetur intentio agentis. E t hoc non negant auctores prim ae o p in io n is, ut tandem fatetur M edina, I - I I , q. 1, a. 1, quam quam fortasse non adm odum consequenter, u t ex dicendis constabit. 9. D ix i autem voluntatem tendere in finem secundum esse reale iu xta eius co nd itionem , q uia interdum co n tin git ipsum finem voluntatis operands non esse alium quam o biecti alicu iu s cognitionem , u t cum intendim us seu desideram us videre D e u m ; tum enim illu d esse visum pertinet ad ra -

tionem form alem ta lis causae fin a lis; et s i­ m ile est quando hom o ap petii nt finem solam contem plationem ve l speculationem a li­ cu ius veritatis. E t hoc etiam m odo dicun t theologi interdum hom inem posse delectari in sola cognitione et non in re cognita, n isi secundum esse cognitum , a quo tunc actus accip it suam bonitatem vel m alitiam . Q uam ­ quam vero in h is et sim ilib u s exem plis co gnitio ip sa appetatur u t fin is, tarnen ipsa habet suum proprium esse reale, secundum quod appetitur, et ta lis co gnitio etiam tune non est ratio fin alisan d i in quantum est quid praerequisitum ex parte fin is u t vo ­ luntatem m oveat, sed in quantum est actio quaedam quae per se iu d icatu r conveniens et ut sic proDonitur vo iuntati tam quam su fficiens 2 d m ovendum illa m , seu tam quam term inus in quem tendat. Atque ita secun­ dum accommodatam distributionem verum in universum est finem m overe secundum esse reale, quod m edia apprehensione o b iicitu r vo iu n tati; nam secundum illu d iu d i­ catur conveniens, et quatenus conveniens iu d icatu r, movet. 50

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Disputaciones metafísicas

10. El conocimiento es sólo condición necesaria para causar finalmente.— E n terc e r lugar hay q u e d e c ir q u e la ap rehensión o juicio d e aquella convenien­ cia real, h ablando propia y form alm ente, no es la razón de m over o d e finali­ zar, sino que es u n a condición necesaria p o r m odo d e aproxim ación necesaria p a ra tal género de causalidad. E n cuanto a esto, con m ás verd ad y p ro p ied ad h a b la la segunda opinión, y se p ru e b a p o rq u e el ser en el conocim iento n o es la bon d ad o conveniencia seg ú n la cual m ueve el fin, com o se p ro b ó ; p o r con­ siguiente, tam poco el conocim iento m ism o es razó n form al p a ra el fin m ism o en o rd e n a m o v e r; por consiguiente, será condición necesaria. E s clara la conse­ cuencia p o r la enum eración suficiente d e las p artes. -Por lo cual, del m ism o m o d o q u e en la causa eficiente la aproxim ación local es u n a condición req u erid a, así en la causa final la aproxim ación cuasi anim al o vital es condición req u erid a p a ra tal m odo de cau sar, p o rq u e com o la m oción de esta causa es m etafórica, d e b e hacerse p o r el n a tu ra l consentim iento de las potencias cognoscitivas y ape­ titiv as, com o con frecuencia se h a dicho. 11. D e aquí se h a d e añadir, en cuarto lugar, q u e este conocim iento es tal q u e p or razón del m ism o, o m ejor m ed ian te el m ism o p u ed a variar la razón o p rin cip io form al de finalizar, no p o rq u e él sea la razón form al m otiva, sino p o r­ q u e aplica diversa razón fo rm al d e m over. Y en esto parece q u e h an padecido u n a equivocación los autores d e la p rim e ra opinión. Y se declara con la a n terio r sem ejanza d e la causa eficiente; pues au n q u e aquel q u e aplica u n a cau sa esen­ cialm ente agente sólo sea u n a causa accidenta!, con todo, si es capaz d e aplicar diversas causas q u e tienen diversos principios d e o brar, po d rá p o r aquella p a rte v ariar la razó n form al d e o b ra r y, p o r consiguiente, ser causa de diversidad e n el efecto. A sí, p o r consiguiente, p o rq u e la v irtu d aprehensiva es universal, p u ed e aplicar diversos objetos y diversas razones form ales d e m o v e r; y, p o r ello, a u n ­ q u e ella m ism a n o sea ra z ó n d e finalizar, p u e d e ser causa u ocasión d e que tal razó n varíe. Y de m odo sem ejante p u ed e la v irtu d aprehensiva apreh en d er u n a m ism a cosa m aterial bajo diversas razones, sea d e m odo verdadero o a p a re n te ; y d e aquí proviene tam b ién q u e p o r la div ersid ad d e la ap rehensión o d el juicio se cam bie la m oción o causalidad fin al; n o p o rq u e fo rm alm en te y p o r sí aquella H in c addendum est quarto hanc co10. Cognìtio tantum est conditio neces­ I I . saria ad causandum finaliter.— T e rtio d i- gnitionem talcm esse ut raiione illiu s , vel cendum est apprehensionem seu iu d iciu m illiu s convenientiae realis p ro p rie ac form a­ lite r loquendo .non esse rationem m ovendi seu fin alisan d i, sed esse conditionem necessariam per m odum ap pro xim atio n s necessariae ad tale genus causalitatis. Q uoad hoc verius ac proprius lo q u itu r secunda sententia, et probatur quia esse in cognitione non est bonitas seu convenientia secundum quam fin is m ovet, u t probatum e st; ergo nec co g n itio ipsa est ratio form alis ip si fin i u t m oveat; e rit ergo necessaria co nd itio . Patet consequentia a su fficie n ti p artium enum eratione. Q u o circa, sicut in causa efficien ti appro xim ate lo calis est co nditio requisita, ita in causa fin a li approxim atio quasi a n im alis seu v ita lis est req u isita conditio ad talem causandi m odum , quia cum m odo hu iu s causae m etaphorica sit, debet fie ri per naturalem consensionem potentiarum co gnoscitivae et appetitivae, u t saepe dictum est.

potius m ediante ilia , possit va ria ri ratio seu p rin cip iu m form ale fin alisan d i, non quia ipsa sit ratio form alis m otiva, sed quia applicat diversam rationcm form alem m o ven d i E t in hoc vid entur aequivocatione laborasse auctores prim ae sententiae. D eclarato r autem ex praedicto s im ili causae e fficie n tis; quam vis enim is q u i applicat causam per se agentem solum sit causa per accidens, tam en si pa­ tens sit ad applicandas diversas causas h abentes diversa p rin cip ia agendi, poterit ex ea parte variare rationem form alem agendi, et consequenter esse causa d iversitatis in e ffectu. S ic ig itu r, quia v is apprehensiva u n i­ versalis est, potest applicare diversa obiecta et diversas rationes form ales m ovendi; et ideo, lice t ipsa non sit ratio fin alisan d i, potest esse causa ve l occasio ut huiusm odi ratio varietur. E t sim ili ratione potest vis apprehensiva eamdem m aterialem rem sub d ive rsis rationibus apprehendere, aut vere aut apparenter; et inde etiam provenit ut ex diversitate apprehensionis vel iu d ic ii m u -

. Disputación X X III.— Sección V ili

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variedad p rovenga d e la aprehensión, sino p o rq u e aplica u n fin form alm en te di­ verso, com o h a sido declarado. S e resuelven los fundam entos de la prim era opinión 12. Y d e acuerdo con esta ú ltim a aserción se explican m u y b ie n y se re ­ suelven todos los testim onios y razones q u e aducía la p rim e ra opinión. P ues siem p re q u e S anto T o m á s dice q u e la diversidad d e la ap rehensión p e rten ece a la diversidad d el objeto, h ay q u e e n te n d e r que perten ece n o fo rm alm en te, sino d e m odo aplicativo, p o r decirlo así. O , d e o tro m odo, p u e d e decirse (y se viene a lo m ism o) q u e la diversidad de la aprehensión, n o la q u e se da d e p a rte del su jeto , sino la q u e se d a d e p a rte d e l objeto, varía el apetito y su objeto, y la causalidad d e l fin. Y llam ó condiciones d e la aprehensión d e p a rte d e l su jeto el q u e sea clara u oscura, cie rta o p ro b ab le, y sem ejantes, las cuales n o re p e rc u te n e n la aplicación d el objeto bajo la div ersa razó n d e b o n d ad o d e conveniencia; y cuando la diversidad d e aprehensión alcanza a esto, se dice q u e es d iv ersa in ­ cluso d e p a rte del objeto. 13. P o r lo cual, con respecto a la p rim e ra razó n se h a d e distinguir la m a­ y o r; pues lo q u e d e p a rte del objeto d istingue esencialm ente el apetito, si hace esto esencial y p rim ariam ente, será la razó n form al d el o b je to ; pero si sólo lo h ace en cu an to q u e aplica u n diverso objeto form al, p o d rá ser sólo u n a condi­ ció n re q u e rid a ; y d e este m odo c o n cu rre la ap rehensión a esta diversidad. Y d e acuerdo con la m ism a d o ctrin a se h a d e en te n d e r q u e se distin g u en el apeti­ to intelectivo y el sensitivo, p o rq u e siguen a la ap reh en sió n d el sentido o del e n te n d im ie n to ; p u es si esta distin ció n se h a de re d u c ir al objeto ap reh en d id o , consiste en q u e m ed ian te el sentido se aplica el objeto bajo diversa razón d e con­ veniencia a la n a tu raleza sensitiva o racional. Y a u n q u e a veces el en ten d im ien to p u e d a ap re h e n d e r y p ro p o n e r la razó n d e conveniencia a la n atu raleza sensitiva, con to d o , esto es resp ecto d e aquél algo cuasi m a te ria l; p u es su razón adecuada es m ás un iv ersal, y en él m ism o aplica la razó n fo rm al d e tal bien d e m u y dis­ tin ta m an era que el sentido, y así to d a aquella diversidad — en cuanto d esd e la ap rehensión re p e rc u te e n el o bjeto— n o tien e lugar m ás q u e com o p o r u n a c o n tetu r m otio v e l causalitas fin is ; non quia form aliter ac per se ilia varietas proveniat ex apprehensione, sed quia applicat finem form aliter diversum , u t declaratum est.

13. U nde ad prirnam rationem d istin guenda est m aio r; nam quod ex parte ob­ ie tti d istin g u it essentialiter appetitus, si id per se prim o faciat, erit ratio form alis ob-' ie t t i; s i vero so lim i id faciat u t applicane Fundamenta prions sententiae expediuntur 12. E t iu xta hanc ultim arti assertionem diversum obiectum form ale, esse poterit tan­ tum co nditio req u isita; atque hoc m odo condeclarantur optim e at expediuntur testim onia cu rrit apprehensio ad hanc diveraitatem . E t om nia et rationes quas p rio r sententia affeiu xta eamdem doctrinara in telligendum est rebat. Quandocum que enim D . Thom as ait appetitim i in te lle ttivu m et sensitivum d istin ­ diversitatem apprehensionis pertinere ad d ig u i, quia consequuntur apprehensionem senversitatem o biecti, intelligendum est p erti­ sus vel in te lle ctu s; nam si haec d istin ttio nere non form aliter, sed applicative, ut sic reducenda est ad obiectum apprehensum , in dicam . V e l alite r d ic i potest (et in idem reeo consistât quod per sensum applicatur d it) diversitatem apprehensionis, non quae obiectum sub diversa ratione convenientiae se tenet ex parte subiecti, sed quae se te­ net ex parte obiecti, variare appetitim i et ad naturane sensitivam vel rationalem . E t quam vis interdum intellectus possit appreobiectum eius et causalitatem fin is. Voco hendere et proponera rationem convenientiae autem conditiones apprehensionis ex parte ad naturam sensitivam , tam en hoc est re sub iecti quod sit clara vel obscura, certa spectu illiu s quasi m ateriale; nam adacquata aut p ro b ab ilis, et sim iles, quae non redun­ ratio eius u n iversalio r est, et in eo ip so lo n ­ dant in applicationem o b iecti sub diversa ge aliter a p p lica i rationem form alem talis ratione bonitatis vel convenientiae ; quando boni quam sensus, et ita tota illa d ive rsi­ autem diversitas apprehensionis ad hoc pertas, quatenus ex apprehensione in obiectum tin g it, d icitu r esse diversa etiam ex parte redundat, non fit n is i u t per conditionem o biecti.

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Disputaciones metafísicas

dición aplicativa. Y lo m ism o h ay q u e re sp o n d er a todos lo s ejem plos que se aducen e n la confirm ación; p u e s la visión y e l conocim iento abstractivo, si tal vez se hallan en la causa p a ra q u e los am ores sean diversos en especie, se d ebe a q u e la b o ndad d e D ios m e d ia n te la visión se aplica d e m u y d ife re n te m anera incluso d e p a rte suya, de ta l su e rte q u e seg ú n to d as sus perfecciones conocidas de m o d o form al y distin to e n u n a perfección sim plicísim a vista c laram en te m ueva la v o lu n ta d del q u e ve, a p e sa r d e q u e en el conocim iento abstractivo sólo m u e­ ve e n cn an to conocida bajo la ra z ó n d eterm in ad a de algún a trib u to , o bajo alguna razón d e bien m u y confuso. Y d e m odo sem ejante si la n ecesidad, q u e es m ayor en u n am or q u e en otro, pro v ien e del objeto, se d eb e a q u e p o r la visión se apre­ h e n d e n n o sólo el objeto, sino su am or, en cuanto aq u í y ahora m ás necesarios. A sí ta m b ié n el b ie n ausente o el p re se n te n o v a ría n los actos p o r causa de las solas aprehensiones, sino p o rq u e la m ism a cosa y condición ap re h e n d id a en ella es a p ta p o r su n atu raleza p a ra causar u n diverso m ovim iento en el a p e tito ; y la m ism a razón ex iste acerca d e lo s dem ás ejem plos, com o fácilm ente cada u n o p o d rá e n te n d e r aplicando c ad a u n a d e las cosas a la d o c trin a expuesta. 14. A la seg u n d a razón se resp o n d e q u e e n u n a y o tra d e las prem isas ad­ m itid as p u e d e h a b e r equivocidad. P u es cu an d o en la m ayor se dice q u e aquel ser d e la causa q u e esencial y solam ente se re q u ie re p a ra causar es la razón form al d e causar, si se en tie n d e d e l ser ejercido d e la existencia, es falso tra ­ tán d o se de la causa final, p o rq u e , com o se h a dich o con frecuencia, n o siem pre req u iere este ser p a ra causar. P e ro si se en tie n d e d e l ser d e la existencia abso­ lu tam en te, a saber, prescin d ie n d o d e q u e exista entonces cuan d o causa, o que haya d e existir, o que sea p en sad o , e n este sen tid o es v erd ad q u e la razón d e causar es en la causa algún se r d e este género. E n cam bio, en este sentido es falsa la m enor, p o rq u e a u n q u e la p rim e ra vez q u e m ueve el fin c o n frecuencia n o te n g a tal existencia en la realid ad m ism a, sino en la aprehensión, del m odo com o se dice q u e es lo p rim e ro en la inten ció n , con todo, e n aquella aprehen­ sión se ofrece y se rep resen ta seg ú n otro ser real, p o r causa d e l cual se m ueve la voluntad.

applicantem . Atque idem - dicendum est ad om nia esem pla quae in confiim ationem add u cu n tu r; nam visio et abstractiva co gnitio, s i fonasse in causa sunt, ut am ores sin t d i­ v e rsi in specie, ideo est quia bonitas D e i per visìonem longe aliter applicatur etiam ex parte eius, ita u t secundum om nes perfectiones suas form aliter ac d istin cte co gn itas in una sim p licissim a perfectione d are v isa m oveat voluntatem vid entis, cum tamen in cognitione abstractiva solum m oveat ut cognita sub determ inata ratione alicu iu s at­ trib u ti vel sub aliqua ratione b o n i valde co nfu si. E t sim ilite r s i necessitas, quae est m aior in uno amore quam in alio , provenit ex obiecto, ideo est quia per visionem et obiectum et am or eius apprehenduntur ut h ic et m ine m agis nécessaria. S ic etiam bonum absens ve l praesens non varian t actus propter solas apprehensiones, sed quia ipsa res et co nditio in ipsa apprehensa nata est diversum m otum causare in appetitu; eadem que ratio est de caeteris exem plis, ut

facile unusquisque in te llige re poterit ap p li­ cando sin gula ad doctrinam trad itaci. 14. A d secundam rationem respondetur, in utraque praem issa sum pta posse esse aequivocationcm . C u m enim in m aiori d id tu r illu d esse causae quod per se ac so­ lu m re q u iritu r ad causandum esse rationem form alem causandi, s i in te llig atu r de esse existentiae exerdto, falsum est in causa fi­ n a li, quia, u t saepe dictum est, non sem per re q u irit hoc esse ad causandum . S i vero in ­ te llig a tu r de esse existentiae absolute, s c ili­ cet abstrahendo ab eo quod tunc sit quando cau sai, ve l quod futurum sit, aut existim etu r, sic verum est rationem causandi esse in causa aliquod huiusm odi esse. In hoc vero sensu falsa est m inor, quia, lice t fin is cum prim o m ovet in re ip sa saepe non habeat hanc existentiam n is i in apprehensione, quom odo d icitu r esse prim um in intentione, tam en in ilia apprehensione o b iicitu r et re praesentatur secundum aliu d esse reale, propter quod voluntas m ovetur.

Disputación X X III.— Sección IX

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S E C C I O N ¿S e

da

c a u s a l id a d

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IX

a c c io n e s

y

efecto s

d iv in o s ?

1. L a razó n d e d u d a se to m a d e lo dicho h asta aq u í acerca d e los agentes intelectuales cread o s; p ues en éstos n o tien e lu g a r la causalidad d é l fin en cuanto a las acciones externas m ás que, p o r m edio d e la causalidad sobre la m ism a vo­ lu n ta d d e la causa a g en te ; ah o ra b ien, el fin no puede te n e r su causalidad so­ b re la volu n tad de D io s ; p o r consiguiente, tam poco sobre los efectos o acciones externas q u e p roceden d e d ic h a voluntad. P ero está en c o n tra el q u e D ios con to d a p ro p ied ad es fin d e todas las c ria tu ra s; p o r lo cual ta m b ié n se dice con to d a p ro p ied ad que op era todas las cosas p o r causa d e sí m ism o ; p o r ta n to ; es causa final d e todas las cosas y acciones q u e p ro ced en de él m ism o.

¿Hay en los decretos libres de la divina voluntad causalidad jirtal? 2. A cerca d e esta d u d a h a y q u e d ecla rar b rev em en te dos cosas. P rim ero , si el fin ejerce y d e q u é m odo su razó n o causalidad sobre las m ism as d e te rm i­ naciones lib res d e la divina v o lu n tad , q u e son com o actos in m an en tes en la m is­ m a. S egundo, q u é h a y q u e d ecir d e las acciones tran seú n te s q u e salen d e la divina potencia y, consiguientem ente, ta m b ié n d e los efectos e n los q u e te rm i­ na. S o b re la p rim e ra p a rte , S oncinas, V Metaph., q. 2, pien sa q u e en la divina v o lu n tad se halla la p ro p ia causalidad d el fin. Su fu n d a m e n to es q u e la m o ­ ción d e l fin es solam ente m e tafó rica; ahora bien, en D ios tien e lu g ar esta m o­ ció n m etafórica, p o rq u e la b o n d a d divina, p o r causa d e la cual o b ra D ios, m ueve la v o lu n ta d d e D io s; p o r consiguiente, ta m b ién la causalidad final e n tra d en tro d e la d iv in a v oluntad. E n seg u n d o lugar, p o rq u e D ios am a p o r causa de su b o n d ad com o p o r u n fin ; ahora bien, con esto n o se significa o tra cosa sino q u e la d iv in a b o n d ad m u ev e la volu n tad d e D ios hacia el am or d e su esencia; p o r consiguiente. E n te rc e r lu g a r, p o rq u e D ios am a a las criatu ras p o r causa d e su b o n d a d ; ahora b ien , am ar u n a cosa p o r causa de o tra n o es m ás q u e ser m o ­ vido m etafóricam ente d esd e el am or d e u n o al am or de o tro ; p o r tan to , d e este S E C T IO U

trum

c a u s a l it a s f i n i s

IX locum

ha bea t

in

DIVINIS ACTIONIBUS ET EFFECTIBUS

1. R a tio dubitandi sum ituT' ex hactenus d ictis de agentibus inteU ectualibus creatis; nam in h is non habet locum causalitas fin is quoad actiones externas, n isi m edia causalitate in ipsam voluntatem causae age n tis; sed fin is non potest habere causalitatem suam in voluntatem D e i; ergo neque in effectus v e l actiones externas quae ab illa vo luntate procedim i. In co ntrarium vero est, quia D e u s p ropriissim e est fin is creaturarum om nium , unde et proprie d icitu r om nia propter seipsum o p e ra li; ergo est causa fin alis rerum om nium et actionum quae ab ipso procedunt. S itn s in d e c rstis liberis d ivin a e v o lu n ta tis causalitas fin is

2. C irc a hanc dubitationem duo breviter dedaranda sunt. Prim um an et quo m odo fin is exerceat rationem suam v e l causalita­

tem circa ipsas lib eras determ inationes d i­ vinae voluntatis, quae sunt ve lu ti actus_ im ­ m anentes in ipsa. Secundum , q uid d icen dum s it de actionibus transeuntibus quae a d ivin a potentia egrediuntur, et consequenter etiam de effectibus ad quos term inantux. C irca priorem partem , So n cin ., V M etaph., q. 2 , sentit in d ivin a voluntate re p eriri p ro priam causalitatem fin is. Fundam entum eius est, quia m otio fin is tantum est m etaphoric a ; sed in D eum cad it haec m etaphorica m otio, quia d ivin a bonitas, propter quam D eus agit, m ovet voluntatem D e i; ergo et causalitas fin a lis cad it in d ivin ata volunta­ tem . Secundo, quia D eus amat propter bo nitatem suam tam quam propter finem ; sed per hoc n ih il a liu d s ig n ific a n t n isi quod d ivin a bonitas- m ovet voluntatem D e i in am orem suae essentiae; ergo. T e rtio , quia D eus am at creaturas propter suam b onitatem ; sed am are unum propter aliu d n ih il aliu d est quam ex am ore unfits m etaphorice m overi ad am orem a lte riu s; ergo ita m ovetu r D eus m etaphorice a seipso ut fine.

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Disputaciones metafísicas

m odo se m ueve D ios m etafóricam ente por sí m ism o, com o p o r fin. E n cuar­ to lu g ar, p u ed e aducirse la ra z ó n insinuada antes, p o rq u e d e lo contrario los efectos d e D ios en cuanto p ro ced en d e E l no te n d ría n causa fin al; p ues la causa final n o tiene n in g ú n efecto sino p o r m edio del agente, al q u e m ueve a o b ra r; por tan to , si so b re el agente m ism o n o tiene causalidad, tam poco p u ed e tener causabilidad so b re los efectos d el agente. 3. S e responde negativamente.— P ero esta o pinión es enteram en te falsa. P o r lo cual se h a d e decir q u e el fin no p u ede ejercer su causalidad sobre la di­ vina v o luntad en cuanto a los actos inm anentes o determ inaciones libres d e la m ism a voluntad. E sto se to m a d e Santo T o m ás, I , q . 19, a. 5, en d o n d e niega en este sentido en general q u e se d é alguna causa d e la divina vo lu n tad , y en I cont. G ent., c. 86 y 87, dice que, aunque h ay a alguna razó n d e la divina v o lu n tad , c o n to d o n o hay n in g u n a causa. L o m ism o el A lense, I p ., q. 35, a. 5 ; D ried o , D e C oncord. lib. arb., lib. I, tract. 1, c. 4, m em b. 1, ad 4. L o m ism o piensa el F e rra rie n se en el referid o c. 87, qu ien advierte q u e a u n q u e la divina b o n d ad , según n u e stro m odo d e e n te n d e r, sea causa d e la d iv in a v o lu n tad , con todo n o seg ú n u n a causalidad real. L o cual se h a d e e n te n d e r tam b ién de u n m odo apropiado e n cuanto a su p rim e ra p a rte ; p ues no h ay q u e p ensar que objetivam ente o d e p a rte d e D ios h aya en el m ism o causalidad, incluso según n u e stro m odo d e entender, p u e s d e lo contrario en ten d eríam o s falsam e n te; sino que d e p a rte n u e stra en tendem os y explicam os n o so tro s la razó n d e la divina volu n tad a m odo d e causalidad, p o rq u e n o podem os concebir o explicar las cosas divinas sino a la m a n e ra d e las cosas creadas. A dem ás, en el m ism o sen­ tido, S. A gustín, lib. L X X X 1 I1 Q uaestionum , q. 28, n ieg a q u e se haya d e buscar la cau sa d e la d iv in a v o lu n tad p o r la q u e quiso c re a r el m u n d o , y d a la razón, porque toda causa es eficiente, y esto pienso q u e se h a d e e n te n d e r así, como expuse tam b ién antes, es decir, p o rq u e en to d a v erd ad era causalidad interviene alguna causa eficiente. 4. Y d e a q u í se tom a la p rim e ra razó n d e e sta v erdad, p o rq u e en la divina voluntad no h a y n in g u n a v erd ad era eficiencia so b re el acto in m an en te e n la m is­ m a, incluso en cuanto term in ad o lib rem en te e n los objetos e x terio ers; p o r con­ siguiente, tam poco la v erd ad era causalidad del fin p u e d e te n e r lu g ar sobre tal Q uarto, a ffe rri potest ratio supra insinuata, quia alias effectus D e i ut ab ipso sunt non haberent causam finalem ; nam causa fin alis n ullum effectum habet n is i m edio agente, quod ad agendum mo ve t; s i ergo circa agens non habet causalitatem , neque circa effectus agentis potest causalitatem habere. 3. Negative respondetur.— K a e c vero sententia falsa om nino est. U nde dicendum est finem non posse exercere causalitatem suam in divin am voluntatem quantum ad actus im m anentes seu determ inationes lib e ras eiusdem voluntatis. H aec sum itur ex D . Th o m a, I, q. 19, a. 5, ub i in hoc sensu generaliter negat d ari aliquam causam d ivinae vo lu n tatis, et I cont. G en t., c. 8 6 et 87, d ic it quod, lice t divinae vo lu n tatis sit aliq u a ratio , non tarnen aliqua. causa. Idem A le n sis, I p ., q . 35, a. 5 ; D rie d o , de C o n ­ cor. lib . arb ., I lib ., tract. 1, c. 4, m em b. 1, ad 4. Id em sen tit F e rra r., in died c. 87, q u i ad vertit quod, lice t d ivin a bonitas se­ cundum nostrum m odum in te llig e n d i sit causa divinae voluntatis, non tarnen secun-

dum realem causalitatem . Q uod etiam est sano m odo in telligendum quoad priorem par­ tem ; non enim existim andum est obiective seu ex parte D e i esse in ipso causalitatem , etiam nostro m odo in te llig e n d i, alio q ui fa lsum in telligerem us, sed ex parte nostra in telligere et explicare nos rationem divinae voluntatis ad m odum cau salitatis, quia non possum us d ivin a concipere aut explicare n isi ad m odum rerum creatarum . Praeterea, in eodem sensu, D . A u gu st., lib . L X X X I I I Q uaestionum , q . 2 8 , negat quaerendam esse causam divin ae vo lu n tatis, ob quam vo lu it m undum creare, et rationem re d d it quia omnis causa efficiens est, quod ita in te llig e n ­ dum puto, u t supra etiam exposui, id est, quia in om ni vera causalitate in terced it a li­ qua efficiens causa. 4. A tq u e h in c sum itur prim a ratio huius veritatis, q uia in d ivin a volúntate nu lla est vera efficien tia circa actum im m anentem in ip sa, etiam u t libere term inatum ad obiecta extern a; ergo nec vera causalitas fin is ha­ bere potest locum circa talem actum . C o n -

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Disputación X X III.— Sección IX

acto. L a consecuencia es clara p o r lo dich o a n te s ; p u es la causalidad del fin no tiene lugar sino en o rd e n a la causalidad eficiente. E n segundo lugar se explica m ás p o rq u e el acto d e la divina v o lu n tad , en cuanto a la en tid a d q u e le es esen­ cial y necesaria, n o p u e d e te n e r nin g u n a v erd ad era causa en alg ú n género, p o r­ q u é com o ta l es e n te p o r esencia y e n teram en te in d ep en d ien te. N i tam poco aquel acto com o term inado lib rem en te en las criatu ras p u e d e te n e r causa real, p o rq u e com o tal no añade n a d a real a la e n tid ad necesaria d el m ism o a c to ; n i p u e d e im aginarse u n a causa real q u e te n g a com o efecto solam ente u n a relación d e razón. P o r lo cual, los q u e pien san q u e la determ inación lib re añad e a la d iv in a volu n tad algo real q u e absolutam ente p o d ría no estar e n la m ism a, b astan te consecuentem ente p u ed en , o incluso d eb en , p o n er este género d e causalidad so b re aquel a cto ; pu es, según yo pienso,, se ven forzados ta m b ié n a ad m itir la causalidad eficiente, cosa q u e es ta n ab su rd a cuanto es falso aq u e l fu n d am en to d el q u e se sigue, com o después m o straré en su lugar. N i Soncinas p rocede p o r este cam ino, p o rq u e n o sólo acerca de las determ inaciones libres, sino ta m b ién acerca d el m ism o acto, com o es el am or necesario d e D io s, ad m ite aquella cau­ salidad final, cosa q u e tom ada en rigor es p o r cu alq u ier m otivo im probable, ya q u e aquel acto com o ta l es el m ism o ser p o r esencia, y p o r ello in d ep en d ien te y no causado bajo cualquier razón. D e d o n d e resu lta, adem ás, q u e si la d e te r­ m inación lib re , en cuanto q u e es algo d e la cosa no es n a d a fu e ra d el m ism o acto, y e n cuanto es algo d e razó n en realidad n o es sino q u e se concibe o finge seg ú n n u e stro m odo d e concebir, bajo n in g ú n aspecto p u e d e aq u el acto te n e r u n a verdadera causa.

Se responde a los argumentos en contra 5. A los arg u m en to s se resp o n d e q u e d e igual m odo q u e D ios se am a a sí m ism o d e m odo em inentísim o p o r sí m ism o sin n in g u n a causalidad, sea eficiente acerca d e l am or en cuanto q u e es concebido p o r nosotros com o acto vital, sea fo rm al acerca d el m ism o am ante en cuanto q u e p o r tal am or q u ed a c o n stitu id o am ante, así se h a d e en te n d e r q u e D ios d e m o d o em inentísim o se am a a sí m ism o y a las dem ás cosas ta m b ié n por su b o n d a d sin n in g u n a sequentia patet ex superius d ic tis ; nam cau salitas fin is non habet locum n is i in ordine ad causalitatem efficientem . Secundo d ecla­ rator am plius, quia actus divinae voluntatis, quoad entitatem sib i essentialem ac necessariam , non potest habere ullam veram cau­ sam in aliquo genere, quia ut sic est ens per essentiam et om nino independens. N e que etiam file actus, ut lib ere term inatus ad creaturas, potest habere realem causam , quia ut sic n ih il reale addit entitati necessariae eiusdem actus; nec potest fin g i cau­ sa re alis quae habeat pro effectu solum re spectum ratio n is. Q uocirca, qu i putant determ inationem liberam addere aliq u id reale d i­ vinae vo lu n tati quod sim p liciter posset non esse in ip sa, satis consequenter ponere possunt, ve l etiam debent, hoc causalitatis ge­ nus circa iliu m actum ; nam , ut ego e x istim o, coguntur ponere etiam causalitatem effectivam , quod, quam est absurdum , tarn est falsum illu d fundam entum ex quo seq u itu r, u t in fra suo loco ostendam . N eque So n cinas hac via procedit, quia non solum circa

lib eras determ inationes, sed etiam circa ip sum actum , u t est necessaria dilectio D e i, ad m ittit illam causalitatem finalem , quod, in rigo re sum ptum , est om ni ratione im proba­ b ile , quia file actus u t sic est ipsum ens per essentiam , et ideo independens, et non causatus sub quacum que ratione. U nde u lte riu s, s i d e te rm in a ti lib era, u t est aliq u id re i n ih il est praeter ipsum actum , et u t est q u id ratio n is revera non est sed co ncip itur aut fin g itu r ex m odo nostro co ncipiendi, fit u t sub nulla ratione p o ssit file actus veram causam habere. R e sp o n d e tu r

a rg u m e n tis

in

o p p o sìtu m

5. A d argum enta respondetur quod, sicut D e u s em inentissim o m odo se per seipsum am at sine u lla causalitate, ve l effectiva circa am orem quatenus a nobis co ncip itur u t v ita lis actus, ve l fo rm ali circa ipsum amantem quatenus ta li am ore am ans co nstitu itu r, ita intelligendum est D eum em inentissim o modo am are se propter se et alia etiam propter bonitatem suam absque u lla causalitate fi-

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Disputaciones metafísicas

causalidad final sobre el m ism o am or, sea d el am or d e sí, sea de las otras cosas. Y d e esta m an era, cuando se dice q u e se am a m ovido m etafóricam ente o atraído p o r su b ondad, la locución es m etafórica, to m ad a d el m odo com o nosotros con­ cebim os las cosas divinas al m o d o d e las hum anas. D e este m odo d ijo tam bién Boecio, lib. II I D e C onsolat., p ro s. 3, que su intrínseca bondad carente de en­ vidia em pujó a crear las cosas exteriores. 6. P o r lo cual, a lo p rim e ro se niega q u e la m oción m etafórica d el fin ten g a lu g ar en la divina v o lu n tad d e l m ism o m o d o que en la n u e s tra ; p ues en la n u e stra se d ic e aquella m oción m etafórica d e tal m odo que a pesar d e todo hay v erd ad era causalidad, p o rq u e en el acto p ro d u cid o p o r causa del fin hay u n a v erd ad era dependencia c o n respecto al m ism o fin ; en .cam bio, e n la divina v o lu n tad n o h ay tal m oción m etafórica, sino q u e hay u n a cierta razó n em inente de am ar, la cual, del m ism o m o d o q u e se da sin distinción de actos o de p o ­ tencias, así ta m b ién se da sin n in g u n a v erd ad era m oción incluso m etafórica. P o r lo cu al hay q u e precaverse c o n tra la equivocidad en la locución moción meta­ fórica ; pues resp ecto d e n o sotros, aquella p a la b ra metafórica se añade para dis­ tin g u ir esta m oción d e la m oción d e la causa eficiente, p ero n o p a ra excluirla d e to d o el ám b ito d e la m oción y causalidad real p ro p iam en te d ic h a ; pero cuan­ d o se dice q u e D ios es m ovido o es atraído p o r su b ondad, to d a aquella locu­ ción es m etafórica, p a ra explicar la sola razón de la divina voluntad. 7. D e qu é m odo se dice qu e D io s se am a a sí o a las otras cosas por cau­ sa de su m ism a bondad.— Y con esto se h a re sp o n d id o a la segunda y tercera ra z ó n ; pues aquella expresión p or causa de, cuando se dice que D ios se ama a sí o a las otras cosas p o r causa d e su b ondad, no significa la verdadera causa d el am or m ism o, sino la razó n solam ente (com o dije) d e la volu n tad divina. P ero es falso que D ios se am e a sí p o r causa d e sí com o p o r causa d e u n fin, ya que D ios n o es fin d e sí m ism o, p u es ¿q u ié n h a h ab lad o n u n c a d e este m odo? O ¿de q u é m odo p u ed e te n e r fin el q u e no tiene p rin cip io ? A n o ser ta l vez que d e m o d o negativo se diga fin d e sí p o rq u e no tien e otro fin ; p ues asi se dice q u e D io s existe p o r sí. P ero en este sentido no es fin d e sí p o r la causalidad final, d e l m ism o m odo q u e n o existe p o r sí p o r la eficiente. E s asim ism o falso q u e am ar a uno p o r causa d e o tro sea lo m ism o q u e m overse desde el am or de m otione efficientis causae, non vero ad e xcludendam illa m a tota latitu d in e m otionis et causalitatis re alis proprie d ictae; cum ve­ ro D e u s d icitu r m overi aut aU ici a bonit2 te sua, tota lo cutio est m etaphorica, ad e x p licandam solam rationem divinae voluntatis. 7. D e u s q u aliter d ic a tu r se v e l alia am a­ b o n ita te m livore c a ren tem p e p u lisse D e u m , re p ro p te r su a m ip siu s b o n ita te m . — E t per u t res extern a s operaretur. haec responsum est ad secundam et tertiam 6. U nde ad prim um negatur m etaphori- rationem ; nam illa particu la p ropter, quan­ cam m otionem fin is ita habere lo cum in d i­ do D e u s d icitu r amare se ve l alia propter vin a voluntate sicu t in n o stra; nam in nos­ bonitatem suam , non sign ificat veram cau­ tra ita illa m otio d icitu r m etaphorica ut tasam ip siu s am oris, sed rationem tantum (u t m en s it vera causalitas, quia est vera ded ix i) voluntatis divinae. Falsu m autem est pendentia, in actu propter finem e licito , ab D eum se amare propter se tam quam prop­ ipso fin e ; in d ivin a autem voluntate non est ter fin e m ; D e u s enim non est fin is su i ip ­ tabs m otio m etaphorica, sed est em inens sius ; q u is enim unquam ita locutus est? ; quaedam am andi ratio, quae, sicut est sine aut quom odo potest habere finem qu i non distinctio ne actuum ve l potentiarum , ita habet p rin cip iu m ? N is i fonasse negative d i­ etiam est sine uba vera m otione etiam m e­ catur fin is su i quia non habet alium finem ; taphorica. Q uare cavenda est aequivocatio sic enim d icitu r D eus esse a se. Sed hoc in vocabulo m sta p h o rica e m o tio n is; nam re­ sensu non est fin is su i per causahtatem fi­ spectai n o stri illa particu la, m eta p h o rica e, ad­ nalem , sicu t ñeque est a se per efficientem . d ita r ad distinguendam illam m otionem a Falsu m item est amare unum propter aliu d nati circa eum dem amorem vel su i, vel aliorum . Atque ita, cum d icitu r se am are, m etaphorice m otus vel ille ctu s a bonitate sua, lo cutio est m etaphorica, sum pta ex m o­ do quo nos concipim us res d ivin as ad m odum hum anarum . Quom odo d ix it etiam B oetiu s, lib . I l i de Con so lât., pros. 3, in sita m

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Disputación XXIII.— Sección IX

u n o al am or d e o tro , si aquel desde significa propia causalidad o distinción en la realidad e n tre u n am or y o tro ; pues, en rig o r, p a ra la verd ad d e aquella lo­ cución b asta con q u e uno sea la razón de am ar a otro. P o r lo cual, lo m ism o q u e cuando D ios se dice q u e es inm ortal p o rq u e es inm aterial, aquella p a rtíc u ­ la porque señala n o la verdadera causa, sino la razón, así se dice que am a a las criatu ras p o r causa d e su b ondad, no p o rq u e sea la causa, sino p o rq u e es la razó n d e am arlas. Y com o D ios con aquel acto con q u e se am a necesariam ente am a lib rem en te a las criatu ras sin añadidura o aum ento real, así el m ism o acto en cu an to term inado en D ios p u ede llam arse, según n u estro m odo d e concebir, la razó n de p o r q u é se extiende (por decirlo así) a las c riatu ras, sin in te rv e n ir n in g u n a causalidad pro p ia. P ues igual que aquella term inación se hace de u n m odo em inentísim o sin aum ento real, así tam bién sin causalidad real. D el m o d o q u e dijo D ionisio, D e D ivin. N om ., c. 4, que el am or divino no perm itió que D ios estuviese sin germen.

S i se da la causalidad final en las acciones externas y efectos de D ios

8. L a c u a rta razó n d e aquella opinión exige que expliquem os el segundo p u n to p ro p u esto al principio, a saber, de qué m odo en las acciones y efectos de D ios ad extra se d a u n a verd ad era causalidad final, supuesto q u e en la m ism a vo­ lu n ta d de D ios n o se halle tal causalidad. Y la razón d e d u d a h a sido suficien­ tem en te p ro p u e sta al p rincipio y en aquella razón cuarta, p o r la cual podría conceder alguno que en los efectos d e D ios se halla propiam ente el fin al q u e se o rd en an y p o r causa d el q u e son hechos, pero que no se halla u n a p ro p ia cau ­ salidad final. P u es, com o n o ta G ab riel, In II, dist. 1, q. 5, al principio, el fin y la causa final no son en teram ente lo m ism o, ya que el fin com o tal sólo dice el térm in o a q u e tien d e la operación o al que se o rd en an los m ovim ientos; la causa final, en cam bio, es la q u e m ueve al agente a o brar. P o r lo cual, si se da u n fin q u e n o m ueva al agente p o r p ro p ia causalidad, p o d rá darse u n fin q u e esse idem quod ex amore unius m overi ad amorem alteriu s, si iilu d ex sign ificet causalitatem propriam v e l distinctio nem in re in ­ ter unum am orem et a liu m ; nam in rigore, ad veritatem illiu s lo cu tio nis su fficit quod unum sit ratio am andi aliud. U n d e, sicut quando D eus d icitu r esse im m ortalis quia est im m aterialis, fila p articu la quia designai non veram causaci, sed rationem , ita d icitu r amare creaturas propter bonitatem suarn, non quia sit causa, sed quia est ratio aman­ d i illa s. E t sicu t D e u s, filo actu quo se amat necessario, lib ere am at creaturas sine addinone vel augm ento re ali, ita idem actus ut term inatus ad D eum potest d ic i ratio, nostro m odo co ncipiendi, cu r extendatur (ut ita dicam ) ad creaturas, n u lla interveniente causalitate propria. N am , sicut illa term ina­ no fit em inentissim o m odo sine augm ento re ali, ita etiam sine causalitate re ali. Q uom odo d ix it D io n ys., c. 4 de D iv in . nom ., q u o d d iv in u s am or n o n d im isit D e u m esse sin e g e n u in e .

S iin e causalitas fin is in extern is actionibus et e jfe c tib u s D e i 8. Q uarta ratio illiu s opinionis postulât ut explicem us secundum punctum in p rin ­ cip io propositum , scfiicet, quomodo in ac­ tionibus et effcctibus D e i ad extra detur vera causalitas fin alis, s i in ipsam et D e i vo lú n ­ tate non reperitur talis causalitas. E t ratio dubitandi satis proposita est in p rin cip io et in illa ratione quarta. Propter quam posset a liq u is concedere in effectibus D e i in ve n iri proprie finem ad quern o rd inan ìur et p ropter quem fiunt, non tamen re p eriti propriam causalitatem Snalem . U t enfin notât G ab rie l, In I I , dist. 1, q. 5, in p rin c., fin is et causa fin a lis non om nino sunt id em ; nam fin is ut sic solum d icit term inim i ad quem tendit operatio, vel ad quem m otus o rd inan tu r; causa autem fin alis est quae m ovet agens ad operandum . Q uapropter, si detur fin is q u i non moveat agens per propriam causa­ litatem , poterit d ir i fin is qui non sit causa fin a lis in proprietate et rigore sum pta. Sic

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Disputaciones metafísicas

no sea causa final to m ad a con to d a p ro p ied ad y rig o r. P o r tan to , d e este m odo p u ede decirse c o n v erd ad que D io s ob ra todas las cosas p o r si, com o p o r últim o fin al q u e se o rd e n a n todas, p ero n o p o r la causalidad, d e l fin, sino p o r u n m odo m ás em in en te lib re d e to d a causalidad. Sin em bargo, este m o d o de h a b la r n o sa­ tisface en teram en te. P rim ero, ciertam en te, p o rq u e seg ú n la o pinión d e todos los teólogos D ios es la causa final d e todas las cosas, com o enseña S an to T om ás, I, q. 44, a. 4. E n segundo lu g ar, p o rq u e A ristóteles define q u e la causa final es aquello p o r causa de lo cual se hace algo; ahora b ien , D ios, v erd a d e ra y p ro ­ piam ente, es aquello p o r causa d e lo cual, son hechas las criaturas, según aque­ llo d e los Proverbios, 6 : Todas las cosas hizo el Señ or por causa de sí m ism o. E n te rc e r lugar, p o rq u e la causa final como tal n o incluye n in g u n a im perfec­ c ió n ; m ás aún, se piensa que es la p rim e ra y m ás p erfecta d e todas las causas, d el m odo q u e se explicará d e sp u é s; p o r consiguiente, conviene a D io s propia y fo rm alm en te y con sum a p erfe c c ió n ; pero no le conviene sino con relación a los efectos ad extra; p o r consiguiente. 9. P o r lo cu al h ay q u e afirm ar que a u n q u e la causa final n o cause propia­ m en te sus efectos m ás que en cierto m odo p o r m edio d e u n agente q u e m ueve y atrae p a ra o b ra r, con todo, p a ra q u e el fin sea la causa p ro p ia d el efecto del agente n o es necesario que ten g a p rim e ro e n el agente m ism o alguna causalidad propia. E n efecto, a u n q u e esto su ced a en los agentes intelectuales creados, dado q u e in m ed iatam en te se m ueven o aplican a o p erar o a am ar p o r alguna m oción real y causalidad p ro p ia, con to d o , en el agente in telectu al increado n o es ello necesario, puesto q u e sin n in g u n a m u tació n d e sí n i real adición, dependencia o causalidad, de u n m o d o sím plitisim o. y em inentísim o se aplica (p o r decirlo así) o se d ete rm in a a am ar y obrar lib rem en te. Pero la causalidad final d e D ios con­ siste, resp ecto d e los efectos ad extra, e n e sto : que D io s, p o r la visión y el am or d e su b o n d a d , p ro d u c e los efectos a d extra; p o r lo cual la m ism a operación que tien e ad extra dep en d e esencialm ente d e D io s ta n to en la razón de eficiente com o en la razó n d e fin, y a q u e se refiere a D ios com o a o m n ip o ten te y com o a sum o b ie n , el cual, por ra z ó n d e su b o n d ad , n o sólo es digno d e q u e todas las cosas se o rd en en a é l m ism o com o a su fin, sino q u e ta m b ié n se inclina a sí ig itu r vere d ici potest D eus om nia operari propter se u t propter finem ultim u m in quem om nia o rd inan tu r, non tarnen per csusalitatem fin is, sed per • em inentiorem m odum ab om ni causalitate lib erum . Sed hie m odus d icen d i non om nino satisfacit. Prim o quidem , quia ex om nium theologorum sententia D e u s est causa fin a lis om ­ nium rerum , u t trad it D . Thom as, I , q. 44, a. 4. Secundo, quia A risto teles d efin it cau­ sam fin alem esse id propter quod a liq u id fit; D eus autem vere ac proprie est id prop­ ter quod creaturae fiu n t, iu xta illu d P ro v., 6 : Universa propter semetipsum operatus est Dominus. T e rtio , quia causa fin a lis u t sic nullam in clu d it im perfectionem , ranno censetur esse prim a et perfettissim a om ­ niu m causarum , modo in fe riu s e xplicand o ; ergo co nvenit D eo proprie ac fo rm aliter et cum sum m a perfectione; non convenit au­ tem illi n is i respectu effectuum ad e xtra; ergo. 9. Q uare dicendum est quod, lic e t causa fin a lis non causet proprie effectus sùos n is i quodam m odo m edio agente quod m ovet et

a liic it ad operandum , tarnen, u t fin is sit pro­ p ria causa effectus ageutis, necessarium non est u t p riu s habest in ipso agente aliquant causalitatem propriam . N am , lice t hoc contingat in agentibus in te lle ctu alib u s creatis, eo quod im m ediate ipsa se m ovent seu ap­ p lican t ad operandum v e l am andum per a li­ quant realem m otionem et propriam causa­ litatem , tarnen, in agente in te lle ctu ali increa­ to id non est necessarium , quia sine ulla su i m utations vel re ali additione, dependentia aut causalitate, sim p licissim o et em i­ nentissim o m odo sese a p p lica i (u t ita dicam ) seu determ inai ad libere am andum et ope­ randum . C o n sistit autem causalitas fin alis D e i respectu effectuum ad extra in hoc quod D e u s, in tu itu et amore suae bonitatis, effec­ tus extra se p ro d u cit; unde, ipsam et ope­ rano quam ad extra habet, essentialiter pen­ d ei a D eo tum in ratione efficien tis, tum etiam in ratione fin is, quia re sp icit Deum et u t om nipotentem et ut sum m e bonum, q u i ratione suae b o n itatis, et d ign us est ut om nia ad ipsum u t ad finem ordinentur, et seipsum dicto em inenti m odo in c lin a i ad

Disputación X X III.— Sección IX

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m ism o del m odo em in en te dicho a com unicar a otros su b o n d ad p o r sí m ism a. Y así es fácil la re sp u e sta a la razó n d e d u d a ; pues negam os que sea siem pre necesaria la causalidad d el fin d en tro del m ism o agente, p a ra q u e p u e d a te n e r lu g ar fu e ra del m ism o sobre otros efectos suyos, del m odo q u e m ás abajo d e­ clararem os después q u e tien e lugar en los efectos d e D ios la causalidad ejem plar,sin n in g u n a causalidad p ro p ia d e n tro del m ism o D ios. 10. Se resuelve una duda que se presenta.— Y con esto se soluciona fácil­ m en te la d u d a q u e to ca C ayetano sobre el referid o a. 4, q . 44 d e la I p., sobre si p u e d e concederse q u e D ios, en cuanto es agente, tiene causa final, lo cual es lo m ism o que p re g u n ta r si la acción de D ios ad extra tien e causa final p ro ­ pia. P u es h ay q u e d ecir q u e ciertam en te tien e causa final. E n efecto, D ios v erd ad era y p ro p iam en te ejerce aquella acción p o r causa de algún fin q u e p reten d e. A sim ism o p o rq u e , com o dice S anto T o m ás e n dicho artículo, u n o m ism o es el fin d el agente y el d el paciente, au n q u e de m odo d iv erso ; p ero se tra ta d el agente en cu an to es agente, y d e l paciente en sentido am plio, en cu an to se extiende al efecto hecho p o r el ag en te ; ah o ra b ien , el efecto d e D ios com o tal tien e u n a causa final p ro p ia ; por consiguiente, la acción d e D ios com o tal tie n e la m ism a causa final, la cual, a u n q u e no sea fin de D ios, es, con todo, el fin d e los efectos d e D ios y , consiguientem ente, ta m b ién de su acción; p ues el fin a q u e se o rd en a el efecto es el q u e m u ev e al agente a o b ra r; p o r lo cual ordena al m ism o su acción. 11. Objeción.— P ero in m ed iatam en te surge u n a d ificu ltad : p ues la acción d e D ios es la m ism a esencia d e D io s ; p o r consiguiente,- no p u e d e te n e r causa final. E n esta objeción se en re d a n y d eb ate n los to m ista s; y C ayetano resp o n d e q u e aquella acción, en cu a n to a la realidad q u e es la acción, no tien e causa final; p ero form alm ente, en cu an to es u n a acción, tie n e com o cau sa final a la m ism a b o n d ad d e D ios. S in em bargo, la resp u esta n a satisface, p o rq u e o b ie n aquella acción en cu an to acción añade algo real al m ism o D ios, y así n o estará en D ios, o n o le añade n a d a real, y en tal caso no p u e d e ten er causa final. R esp o n d en al­ gunos m odernos q u e la acción com o ta l sólo añade u n a relación d e razó n in ­ trín se c a a ella, y q u e en cuanto a ésta tiene causa final. Y añaden q u e com o el habet propriam causam fin ale m ; ergo actio com m unicandatn a liis suam bonitatem prop­ D e i u t sic habet eamdem causam finalem , ter ipsam . Atque ita fa c ilis est responsio ad quae, lice t non sit fin is D e i, est tarnen fin is rationem d u b ita n d i; negam us enim esse effectum D e i, et consequenter etiam actiosem per necessarism causalitatem fin is in tra n is e iu s; fin is enim ad quem ordinatur ef­ ipsum agens u t habere p o ssit locum extra fectus est q u i m ovet agens ad operandum ; ipsum in alios effectus eiu s, quom odo in fe unde ad eum dem ordinat actionem suam . riu s etiam dedarabim us habere locum in 11. Obiectio.— Sed statirn in su rg it d ife fiectibu s D e i causalitatem exem plarem sine fic u lta s: nam actio D e i est ipsa essentia u lla causalitate propria in tra ipsum D eum . 10. Dubium occurrens expeditur.— A t­ D e i; ergo non potest habere causam fin a­ que h in c expeditur facile dubium quod at- lem . In qua obiectione haerent et laborant thom istae; et Caietanus respondet illam ac­ tin g it Caietanus circa dictum a. 4, q. 44, I, tionem , quantum ad rem quae est actio, non an p o ssit concedi D eum , u t agens est, ha­ bere causam finalem , quod idem est ac quae- habere causam fin alem ; form aliter tarnen in quantum actio est habere causam finalem rere an actio D e i ad extra habeat propriam ipsam bonitatem D e i. Sed non satisfacit re­ finalem causam . D icen du m est enim habere sponsio quia ve l illa actio u t actio aliq u id quidem causam finalem . N am D e u s vere ac re i ad dit ip s i D eo, et sic non e rit in D e o ; proprie exercet illa m actionem propter a liv e l n ih il rei addit, et secundum id non pot­ quem finem quem in tendit. Ite m , quia, ut est habere causam finalem . Respondent n onD . Thom as a it in ilio articu lo , idem est n u lli m oderni actionem u t sic solum addere fin is agentis et patientis, lice t diversim ode ; est autem serm o de agente u t agens est, et respectum ratio n is iili in trin secu m , et quan­ de patiente late, u t se extendit ad effectum tum ad iliu m habere causam finalem . A d ab agente factu m ; sed effectus D e i u t sic duntque, cum fin is m oveat agentem m eta-

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Disputaciones metafísicas

fin m ueve al agente m etafóricam ente, n o es necesario q u e é n tre el fin y el agen­ te, o su operación, baya distin ció n real, sino q u e b asta la distinción d e razón y q u e e l agente sea d eterm in ad o p o r el fin a la acción, y a se d é esa d eterm in a­ ción p o r u n m odo real, ya p o r u n m odo d e razó n . P ero e sta d o ctrin a es falsa y cae e n la o p in ió n d e S oncinas, y d e ella se sig u e e n teram en te q u e el am or d e D ios, e n cu an to term inado lib re m e n te en las c ria tu ra s, tien e causa final p ro p ia, lo cual, sin em bargo, se h a m o strad o q u e es e n teram en te faf?o. Y la consecuen­ cia es cla ra ; p ues en aquella determ inación lib re h a y ta m b ién id en tid ad real y u n m o d o de razó n que p ro v ien e a su m anera d e D io s com o d e fin. Igualm ente es falso q u e la relación d e ra z ó n p ertenezca a la in trín seca ra z ó n d el acto real, ya q u e aquélla no es nada. Y p o r ello tam poco p u e d e en ten d e rse q u e sea cau­ sada m ás p o r la causalidad final p ro p ia q u e p o r la p ro p ia eficiencia. Y , en con­ secuencia, otros tom istas niegan io q u e dijim os, a sab er, q u e D io s op ere d e tal m odo p o r causa d e l fin que aq u el fin sea la causa d e la acción d e D io s, sino que lo es solam ente de la pasión, p o r decirlo así, o d el efecto, o de la m ism a producción. E n lo cual ciertam en te p arecen h a b la r co n secu en tem en te; pu es, se­ g ú n ellos, la acción de D ios n o es otra cosa que la volición d e D io s ; ah o ra bien, la volición de D ios no p u ed e te n e r causa final. P e ro p artien d o d e u n fu n d am en to falso se h a n visto obligados a ap artarse de la o pinión verdadera. 12. Respuesta verdadera.— Y p o r ello se re sp o n d e m ás fácilm ente negando el a n te c e d e n te ; p u es la acción tran seú n te de D ios n o es D ios, n i está en D io s, sino e n la c ria tu ra ; y por ello p u ede te n e r causa final y ord en arse a u n 'fin. Y así, a u n q u e D ios no tenga fin de su ser, tiene, con todo, fin d e su acción tra n ­ seú n te, el cual, si es fin p róxim o, p u ede ser algo fu e ra de D io s ; p u es D io s opera ad extra p a ra com unicarse, la cual com unicación es algo fu e ra de D ios, y, en general, la acción p u ede decirse q u e se o rd en a al térm in o com o a su fin ; p e ro si se tra ta d e l fin últim o es el m ism o D ios, n o p o rq u e p re te n d a ad q u irir p a ra sí algún provecho o algún b ien , sino p o rq u e o b ra p a ra com unicar y m anifestar su b o n d ad . Y esta opinión la explica bien D u ra n d o , In II, d ist. 1, q. 6, au n q u e m ezcle algunas cosas q ü e n o son verdaderas, las cuales n o es necesario exam inar ahora. phorice, non esse necessarium u t in te r finem et agentem seu ciu s operationem s it realis d istin ctio , sed sufficere distinctio nem ratio n is et quod agens determ inetur a fine ad actionem , sive illa determ inano sit per m odum realem sive per m odum ratio n is. Sed haec d o ttrin a falsa est et in c id it in o p in io nem So n cin atis, et ex illa piane sequitur am oretti D e i, u t libere term in atim i ad creaturas, habere propriam causam finalem , quod tam en esse om nino fa lsim i osteusum est. E t sequela patet; nam in illa determ inatione lib era est edam identitas realis et m odus ratio n is proveniens suo m odo a D eo u t a fine. Ite m , fa lsim i est relationem ratio n is esse de in trin seca ratione actus re a lis, cum illa n ih il sit. Ideoque etiam non m agis pot­ est in te llig i quod per propriam causalitatem finalem causetur, quam quod p er propriam efficientiam . E t ideo a lti thom istae negant quod d ixim u s, nem pe D eum ita operati propter finem , u t ille fin is sit causa actionis D e i, sed tantum p assio nis, u t sic dicam , seu effectus, aut etiam ip siu s fie ri. In quo q u idem vid entur consequenter lo q u i; nam iu x -

ta illo s, actio D e i non est aliu d quam vo­ lin o D e i; v o litio autem D e i non potest ha­ bere causam finalem . Se d ex falso funda­ m ento co atti sunt recedere a vera sententia. 12. Vera respensio.— E t ideo fa ciliu s respondetur negando antecedens; nam actio D e i transiens non est D e u s, nec in D eo, sed in creatu ra; et ideo habere potest cau­ sam finalem et o rd in ari in finem . Atque ita, lice t D e u s non habeat finem su i esse, habet tam en finem suae actionis transeuntis, q u i, s i sit fin is p ro xim u s, esse potest aliq u id ex­ tra D e u m ; agit enim D e u s ad extra u t sese com m unicet, quae com m unicatio a liq u id est extra D eum , et in universum actio d ic i pot­ est o rd in ari in term inum u t in suum finem ; s i vero sit serm o de fine u ltim o , est ipsem et D e u s, non q uia intendat a liq u id cómm odum v e l bonum s ib i acquirere, sed quia agit prop­ ter suam bonitatem com m unicandam et m anifestandam . E t h anc'sen te n tiam bene dé­ clarât D u ran d u s, In I I , d ist. 1, q. 6, quam v is nonnulla m isceat quae vera non sunt, quae n u uc exam inare non est necesse.

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Disputación X X III.— Sección X SE C C IO N

X

. S i en las acciones de los agentes naturales e irracionales

EXISTE VERDADERA CAUSALIDAD FINAL 1. Motivo de la duda.— E s ta cuestión es general acerca de. todos los agen­ tes q u e carecen d e e n ten d im ien to y vo lu n tad , a todos los cuales es com ún n o p o d e r referirse u o rd e n a r sus acciones o m edios a u n fin. Y d e aq u í su rg e el m otivo d e d u d a ; p u es la causalidad p ro p ia d e l fin no se d a sin esta ordenación, com o declaran suficientem ente aquellas p a rtíc u la s: por cuyo motivo, y por causa de lo cual se hace algo, con las cuales suele explicarse la causalidad del fin ; y 'p o r ello es difícil d e hallar o d e explicar la causalidad final en las acciones de estos agentes y e n sus efectos, en cu an to proviene d e ellos. P e ro está en c o n tra q u e estos agentes o b ra n p o r u n fin, com o extensam ente p ru e b a A ristóteles en el I I de la Física, c. 7 ; ah o ra bien, n o p u ed e entenderse u n a operación p o r causa d e u n fin sin la causalidad d el fin. Y acerca d e los b ru to s h ay u n a dificultad especial; p ues ellos se m ueven verd ad eram en te a am ar p o r algún conocim iento d e l b ie n ; p o r consiguiente, in terv ien e en dicho efecto y ob ra u n a m oción m e ­ tafórica del bien co n o cid o ; p o r tan to , p e rten ece a la v erd ad era causalidad final. Y esto lo confirm a la experiencia; p u es vem os a la g olondrina re u n ir pajas o h acer alguna cosa parecid a ta l com o conviene a su fin, y así en lo dem ás.

Opinión antigua acerca de los agentes naturales 2. E n este p u n to h u b o u n a vieja o p in ió n de los antiguos filósofos q u e n e ­ gaban q u e las obras d e la n atu raleza p ro v en g an d e la in ten ció n d e algún fin, sino q u e se h a b ía n establecido así ■casualm ente, ya sea p o r el en cu en tro d e los átom os q u e chocan así al azar, ya p o r la necesidad d e la m ateria, com o en el citado lu g ar del I I d e la Física, c. 7 y 8, discu te A ristóteles e n co n tra de A n axágoras, E m pédocles, D em ócrito y E picuxo. Y esta o pinión es ab su rd a h a sta el extrem o d e no necesitar refutación. C on todo, es preciso a d v e rtir q u e u n a cosa es tra ta r d e la constitución d e to d o el u n iv erso v d e la acción d e to d a la n a tu cultas; nam ilia vere moventur ad amandum ex aliqua cognitione boni; ergo inter cedit in eo effectu et opere motio metaphorica boni cogniti; ergo illa pertinet ad veram causalitatem finalem. Atque hoc con­ 1. Ratio dubitandi.— Haec quaestio ge­ firmât experientia; nam videmus hirundineralis est de omnibus agentibus carentibus nem ita congregare paleas vel aliquid simile intellectu et voluntate, quibus omnibus com­ efficere sicut expedit ad finem suum, et mune est ut non possint actiones suas vel sic de aliis. media ad finem referre seu ordinäre. Et hinc Vêtus opinio de agentibus naturalibus oritur dubitandi ratio; nam propria causalitas finis non est sine hac ordinatione, ut 2. In hac re fuit antiqua opinio veterum satis declarant illae particulae cuius gratia, philosophorum negantium opera naturae et propter quod aliquid fit, quibus causa- provenire ex intentione alicuius finis, sed iitas finis solet declarari; et ideo difficile casu ita constitisse, vel ex concursu atomoest invenire aut declarare causalitatem fina­ rum temere ita concurrentium, vel ex ne­ lem in actionibus horum agentium et in cessitate materiae, ut citato loco II Phys., effectibus eorum, prout ab ipsis provenit. In c. 7 et 8, contra Anaxagoram, Empedoclem, contrarium vero est quia haec etiam agenda Democritum, et Epicurum disputât Aristoagunt propter finem, ut late probat Aristo­ teles. Quae sententia adeo est absurda ut teles, in II Phys., c. 7; non potest autem refiitatione non egeat. Oportet tamen adverintefiigi operatio propter finem sine causa- tere aliud esse agere de constitutione totius litate finis. Et de brutis est specialis diffi- universi, et de actione universalis naturae SECTIO X U trum in actionibus naturalïum et IRRATIONALIUM AGENTIUM VERA CAÜSALITAS FINALIS INTERCEDAT1

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Disputaciones metafísicas

raleza p a ra com ponerlo y gobernarlo d e m odo q u e p u ed a conservarse, y o tra cosa tra ta r d e las acciones p ro p ias d e cada u n o d e los agentes natu rales. L a p ri­ m era acción o erección en realidad no es la acción d e algún agente n a tu ra l ca­ re n te d e entendim iento, sino q u e es la acción d e l a u to r su p rem o d e la n a tu ra ­ leza, q u e con su sabiduría estableció y gobierna to d a la n atu raleza del u niverso; y p o r ello dicha acción n o se refiere a la cuestión p resente, n i acerca d e ella p u ed e du d arse d e q u e haya surgido p o r causa d e u n fin p re te n d id o p o r su autor, y, p o r tan to , p o r u n a causa final, de acuerdo con la d o ctrin a d e la sección p re ­ cedente. Y esto lo m u estra evidentísim am ente la m ism a h erm o su ra d el universo y la adm irable arm onía y o rd e n de sus p artes y d e todas las causas. D e la cual n o sólo los S antos P adres, sino tam b ién los filósofos m ás Sabios d ed u jero n que h ab ía u n autor y gobernador d e todo este universo q u e estableció y ordenó todas las cosas hacia u n fin p re te n d id o p o r E l, com o m ás extensam ente tratarem os desp u és dem ostrando que D io s existe, y m uchas cosas in d icaro n los C onim bricenses acerca de este pun to e ru d ita y brevem ente, lib. II Phys., c. 9, q. 1. 3. P o r consiguiente, sólo investigam os aq u í acerca d e las acciones d e las causas naturales, ya sean ellas enteram en te p articulares, com o el fuego, las plan ­ tas, e tc ., ya sean d e algún m o d o universales, com o los cielos. A cerca d e las cua­ les es, adem ás, cierto y claro q u e n o ejecutan acciones d eterm in ad as d e m odo casual o contingente, sino q u e cada agente n a tu ra l p o r la inclinación d e la p ro p ia n a tu raleza tiene u n a operación definida y u n m o d o d e o b ra r y térm ino cierto, al q u e tien d e p o r su operación. L o cual es tam b ién evidente p o r la experiencia, p ues la piedra p o r su m ovim iento n a tu ra l siem pre es llevada hacia abajo, el fuego siem pre calienta, d e diversas sim ientes n acen diversos vivientes, y unas potencias y órganos están destinados p a ra u n a fu n ció n y otras p a ra o tra ; y cada u n a d e las cosas tiene la fo rm a, sitio, y todo lo dem ás q u e se necesita p a ra la operación, en u n a p ro p o rció n ta l com o se req u iere p a ra tales acciones o efectos. L o cu al p u ede verse en to d as las cesas n atu rales y, sobre todo, en los vivientes y anim ales. Y -esto fu e necesario p a ra la conveniente disposición y gobierno del m ism o universo, p ues com o co n sta de cosas div ersas y contrarias, q u e ejercen

ad ipsum componendum et ita regendum ut cannino particulars, ut ignis, plantae, etc., conservan possit, aliud vero de actionibus sive aliquo modo universales, ut caeli. De propriis singulorum agentium natmalium. quibus praeterea certum et clarura est' non Prior actio seu efíectio revera non est actio casu aut coniingenter certas actiones opealicuius agentis naturalis inteUectu carentis, rari, sed unumquodque agens naturale ex sed est actio supremi auctoris naturae, aui propensione propriae naturae habere definisua sapientia tetara universi naturam con- tam operationem, et operandi modum, ac "didit ac modera tur; et ideo actio illa ad certum terminum in quem per suatn opepraesentem quaestionem non spectat, nec rationem tendit. Quod etiam est evidens exde illa dubitari potest quin propter finem ab perientia, nam lapis suo morn naturali sem­ auctore suo intentum, atque adeo ex cau- per ferrar deorsum, ignis semper calefacit, salitate finís profecía sit, iuxta doctrinara ex diversis seminibus diversa viventia propraeccdentis sectionis. Atque hoc evidentis- creantur, et alias potentiae et organa ad hoc sime docet ipsa universi pulchritudo et mira munus, aliae vero ad alia destinatae sunt; partium eius et causarum omnium consen- et earn formarti, situm, et reliqua omnia ad sio et ordinario. Ex qua non solum sancti Paires, sed etiam sapientiores philosophi operandomi necessaria in ea proportions haunmn esse huius universi auctorem et gu- bent res singulae, quae ad tales actiones vel bernatorem, qui in finem a se intentum om- effectus necessaria sunt. Quod in omnibus nia constituit et ordinavit, intellexerunt, ut rebus naruralibus, et praesertim in viventilatius infra tractabimus demonstrando Deum bus et animalibus videre licet. Fuitque hoc esse, et multa de hac re erndite et breviter necessarium ad convenientem ipsius universi indicarunt Conimbricenses, lib. II Phys., compositionem et gubernationem, nam cum ex variis rebus et contrariis constet, quae c. 9, q. 1. 3. Solum ergo hic inquirimos de actio- varias etiam et interdum contrarias actiones nibus naturalium causarum, sive illae sint exercent, si non essent omnia ita constituta

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Disputación X X III.— Sección X

tam bién acciones diversas y a veces contrarias, sino estuvieran todas las cosas establecidas de tal m odo que cada una desem peñara su oficio o rdenadam ente, en el universo m ism o existiría u n a gran confusión y las cosas m ism as d e n in g ú n m odo p o d ría n co n serv arse; y p a ra que sem ejante arm onía y ord en pudiese su rg ir d e tan tas cosas, fu e necesario q u e cada u n a d e ellas tendiese con su acción a los fines o térm inos asignados, d e los cuales surgiría el b ie n de to d o el universo. Igualm ente d e este m odo vem os que los m ovim ientos n atu rales reg u larm en te se term in an del m ism o m odo, y rara ■vez fallan, y ello n o sin algún im p ed im en to ex tern o q u e se p resen ta. A sim ism o en sus obras d e tal m o d o se co m portan las cosas n atu rales com o conviene p a ra llegar a u n térm in o con n atu ral, conseguido el cual térm ino cesan en su operación. P o r tan to , todas estas cosas son señales m anifiestas d e q u e estos agentes naturales ob ran no p o r casualidad y al azar, sino ten d ien d o a u n determ inado fin d e m o d o determ inado. 4. Rechazado el error, en qué radica la dificultad.— A hora bien, sólo résta­ la cuestión (que en p a rte parece q u e p u e d e referirse a la fo rm a d e expresión) d e si p o r razó n de esta d eterm in ación se h a de decir que estos agentes obran p o r cansa d e u n fin, y (lo q u e nos toca m ás a nosotros) si sus acciones pu ed en d e­ cirse p ro p iam en te causadas p o r la causa final. P ues u nos niegan absolutam ente u n a y o tra form a d e hablar, p o rq u e dichos agentes no se m ueven p o r u n fin, en lo que p ro p iam en te consiste la causalidad del fin. A sim ism o el fin respecto d e estas acciones no se com porta com o prin cip io , sino sólo com o té rm in o ; p u es el lu g ar d e abajo respecto d e la p ie d ra n o es el principio d e l m ovim iento conel q u e desciende, sino sólo el té rm in o ; y el fin, com o con frecuencia hem os d i­ cho, no es causa en cuanto tiene sólo razón d e térm ino, sino en cu an to q u e d e algún m o d o es principio. O tros, en cam bio, p ien san absolutam ente q u e hay q u e ad m itir dichas locuciones, p o rq u e A ristóteles afirm a absolutam ente q u e los agen­ tes n atu rales ob ran p o r causa de u n fin, y dice q u e la fo rm a es el fin d e la ge­ neración n a tu ra l, e indica que es p ropiam ente la causa final. Ig u alm en te p o rq u e la n aturaleza, con gran artificio y diligencia, parece que ejerce estas operaciones suyas c o n m edios m u y proporcionados al fin.

ut singula ordinate sua munera obirent, in ipso universo summa confusio esset et res ipsae minime conservati posseat ut autem huiusmodi concentus et ordo ex tot rebus ccnsurgere posset, necessarium fuit res singulas in destinatos fines seu terminos suis actionibus tendere, ex quibus totius univer­ si bonum consurgeret. Item hac ratione videmus naturales motus regulariter eodem modo perfici, raroque deficere, idque non absque aliquo estrinseco impedimento occurrente. Item, in suis operibus ita se gerunt res naturales sicut expedit ut ad connaturalem terminimi perveniant, quo termino consecuto cessant ab operando. Haec ergo om­ nia sant manifesta signa haec agentia na­ turalia operari non casu ac temere, sed de­ finito modo tendendo in certum aliquem scopum. 4. Reiecto errore, in quo sita difficultas.— lam vero solum superest quaestio (quae ex parte videtur pertinere posse ad loquendi modum), an ratione huius deter-

minationis dicenda sint haec agenda agere propter finem, et (quod ad nos magis spectat) an eorum acciones dici possint proprie causatae a finali causa. Aliqui enim simpliciter negant utrumque loquendi modum, quia ipsa agentia non naoventur a fine, in quo proprie causalitas finis consistit. Item, finís respectu harum actionum non se haber ut principium, sed tantum ut terminus; locus enim deorsum respectu lapidis non esr principium motus quo descendit, sed tantum terminas; finis autem, ut saepe diximus, ut fcabet solum rationem termici, non est cau­ sa, sed ut aliquo modo est principium. Alii vero simpliciter putant admittendas esse illas locutiones, quia Aristóteles absolute ait agen­ tia naturalia operari propter finem, et for­ mara dicit esse finem naturalis generadoras, et significat esse proprie causam finalem. Item, quia natura summo artificio et indu­ stria has suas operationes exercere videtur, per media valde proportionata finí.i

i Vide Lactant., lib. de Opific. Dei, et D. Thomam, III cont. Geni., c. 2.

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Disputaciones metafísicas

Resolución acerca de la causalidad final en los agentes meramente naturales 5 . Sin em bargo, el m odo p ro p io d e h ab lar en esta m ateria es q u e las ac­ ciones de estos agentes n a tu rales existen p o r causa d e u n fin y son efectos de la causa final. C o n todo, n o en cu an to precisam ente salen d e los m ism os agen­ tes natu rales, sino en cu an to al m ism o tiem po p ro ced en d el p rim e r agente, que o b ra en todas y a través d e todas las cosas. O , p o r el co n trario (q u e casi viene a d e c ir lo m ism o), en cu a n to los m ism os agentes p róxim os están sujetos a la -d i­ recció n e intención del ag en te su perior. Y p o r ello los m ism os agentes naturales n o ta n to se dice que o b ra n p o r causa d e u n fin, cu an to 1 q u e son dirigidos al fin p o r u n agente superio r. A sí explicaron esto los m ás sabios teólogos y filósofos, S a n to T o m ás, I, q. 103, a. 1, y I I I cont. Gent., c. 25, d o n d e se vale del ejem ­ p lo com ún d e la saeta q u e tie n d e a u n d eterm in ad o blanco, p e ro q u e , con todo, no se dirige ella hacia él, sino q u e es dirigida p o r el arq u ero . L o m ism o A lberto, e n el I I Phys., c. 2; y allí otros filósofos, y Sim plicio, te x t. 7 8 ; y se tom a de A ristóteles allí, y en el I De Cáelo, c. 4, text. 32, en d o n d e , al u n ir a D ios y a la n a tu raleza, diciendo q u e n o h a c e n a d a en vano, indica suficientem ente que la natu raleza, cuando o bra p o r causa d e u n fin, se su b o rd in a a D ios. Y del m ism o m o d o , lib. II De Partib. animal., c. 13, dice q u e la n a tu raleza n o hace n ada en v a n o ; y en el m ism o sitio dice q u e la n a tu raleza q u ie re esto o aquello p o r causa d e u n fin, lo cual no p u e d e e n ten d e rse acerca d e la n a tu raleza, a n o ser p o r causa de su autor. Y en el m ism o sentido dice, IV De Generat. animal., c. 2 :

Todas las cosas que son hechas por la guna razón. Y d e aquí ta m b ié n surgió naturaleza es obra de la inteligencia, com . 18; y T em istio , I Phys., te x t. 81,

naturaleza o por el arte, existen por al­

aquel axiom a ta n trilla d o : la obra de la com o está e n A verroes, X II Metaph., y I D e Anim., te x t. 23. F inalm ente, p o r ello H ip ó crates, a qu ien im ita G aleno, lib. I De usu part., llam a a los agentes n a tu rales doctos e in d o c to s: in d o cto s e n sí, doctos en la dirección d e la causa prim era . 6. Y así sucede que en estas acciones, e n cu an to p ro ced en d e los agentes n atu rales, n o h ay u n a p ro p ia causalidad final, sino sólo relación a u n d e te rm i­ n ado té rm in o ; pero en cuanto p ro ced en de D ios, h a y e n ellas causalidad final

ubi, dum coniungit Deum et naturam, dicens nihil facere frustra, satis indicat naturam in agendo propter finem subordinari Deo. Et 5. r Nihilominus, proprius modus loquendi eodem modo, lib. II de Partib. animal., in hac materia est actiones horum agentium c. 13, ait naturam nihil agere frustra; et ibi­ naturalium esse propter finem et esse effec­ dem ait naturam velle hoc vel illud propter ts causae finalis. Non tamen ut praecise finem, quod non potest intelligi de natura, egrediuntur ab ipsis naturalibus agentibus, nisi propter auctorem suum. Et eodem sensed ut simul sunt a primo agente, quod in su ait, IV de Generat. animal., c. 2: Omnia omnibus et per omnia operato. Vel e con- quae natura vel arte fiunt, ratione aliqua verso (et fere in idem redit), prout ipsa pro- sunt. Et hinc etiam manavit illud trito n xima agentia substant directioni et intentio- axioma, opus naturae esse opus intelligenni superioris agenris. Et ideo ipsa agentia tiae, ut est apud Averroem, XII Metaph., natuxalia non tam dicuntur operari propter com. 18; et Themistium, I Phys., text. 81, finem, quam dirigi in finem a superiori et I de Anim., text. 23. Denique, ideo Hip­ agente. Ita explicarunt rem hanc sapientio- pocrates, quem imitatur Galen., lib. I de res theologi et phiiosophi, D. Thom., 1. Usu part., naturalia agentia docta et indocta q. 103, a. 1, et III cont. Gent., c. 25, ubi vocat, indocta in se, docta in directione priutitur communi exemplo de sagitta quae in mae causae. certum scopum tendit, non tamen in ilium 6. Atque ita fit ut in his actionibus, ut se dirigit, sed a iaculante dirigito. Idem sunt a naturalibus agentibus, non sit pro­ Albertus, in II Phys., c. 2; et ibi alii phi­ pria causalitas finalis, sed solum habitudo iosophi, et Simplicius, text. 78; sumiturque ad certum terminum; ut vero sunt a Deo, ex Aristotele ibi, et I de Caelo, c. 4, text. 32, ita sit in ¡His causalitas finalis sicut in aliis Resolutio de causalitate finis in agentibus mere, naturalibus5

Disputación XXIII.—Sección X

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del m ism o m odo q u e en las otras acciones externas y tran seú n te s d e D ios. P ues el principio adecuado de estas acciones no es sólo el agente n a tu ra l próxim o, si n o es acaso relativam ente, a saber, en u n ord en d e te rm in a d o ; con todo, ab ­ solutam ente el p rin c ip a l es la causa p rim e ra ; y p o r ello en el p rin cip io adecuado d e tales acciones se incluye la causa in telectu al q u e p re te n d e el fin d e ellas. 7. 1 Por qué las cosas naturales están afectadas de diversas disposiciones.— P o r lo cual, adem ás, concluye rectam ente A ristóteles q u e la p rim e ra raíz p o r la q u e las cosas n a tu rales tienen estas disposiciones, o estos órganos, o estas p a r­ tes y sem ejantes, n o se h a d e to m ar d e sola la m ateria, sino d el fin. P ues si la m ateria se considera en sí, es indiferente y n o tiene n in g u n a necesidad d e estas disposiciones o p ro p ie d a d e s; p e ro si se la su p o n e com o ya afectada p o r éstas o aquellas disposiciones, éstas h a n sido y a introducidas p o r causa d e algún fin o form a, y la m ism a form a necesita d e ellas p o r causa d e su conservación o de alguna o p eració n ; en cam bio, la m ism a operación es, p o r su p a rte , o p o r causa de la conservación d e la especie o d el m ism o individuo, o al m enos p o r causa de la com unicación d e su perfecció n ; pues en estos agentes n atu rales n o h a y ope­ raciones q u e ellas m ism as sean fines, ya q u e esto es p ro p io de los seres intelec­ tuales. Y así to d a la conexión y necesidad co n n atu ral q u e existe p o r sí en estas cosas naturales se to m a del o rd e n al fin. N i se opone el q u e las propiedades n a tu rales convengan necesariam ente p o r causa d e la in trín seca dim anación de la form a, ya que u n a relación no rep u g n a a o tra, sino q u e tie n e n en tre sí su b ­ ordinación, p ues aquella dim anación necesaria se reduce a la causa eficiente, la cual está su b o rd in ad a a la fin a l; ya q u e p o r ello precisam ente dio la n atu raleza v irtu d a tal form a, a fin d e q u e d e ella d im anasen tales p ro p ied ad es, puesto que ellas están acom odadas al fin p o r causa d el cual existe la cosa q u e q u eda cons­ titu id a p o r tal form a. P o r consiguiente, d e este m odo, tanto en la constitución y form ación d e estas cosas com o en la acción d e ellas, se e n cu en tra el concurso de la causa final; p e ro la in ten ció n p ro p ia d e tal fin n o está en los m ism os agen­ tes n atu rales, sino en la p rim e ra causa.

extemis et transeuntibus actionibus Dei. vidui, aut saltern propter communicationem Adaequatum enim principium haium actio- suae perfectionis ; in his enim naturalibus num non est solutn proximum agens natu- agentibus non sunt operationes quae ipsaerale, nisi forte secundum quid, scilicet in met sint fines; hoc enim proprium est intali ordine; tamen, absolute praecipuum est tellectualium rerum. Atque ita omnis conprima causa; ideoque in adaequato princi­ nexio et necessitas connaturalis quae per se pio talium actionum includitur intellectualis est in his rebus naturalibus, sumitur ex or­ causa intendens finem earum. dine ad finem. Neque obstat quod naturales 7. Cur res naturales diversis dispositio- proprietates necessario conveniant propter rnbus affectae.— Unde ulterius recte con- intrinsecam dimanationem a forma, quia una cludit Aristóteles prirnam radicem ob quam habitudo non repugnat alteri, sed habent res naturales habent has dispositiones, vel inter se Subordinationen!, nam illa necessa­ haec organa, aut has partes et similia, non ria dimanatio reducitur ad efficientem cau­ esse sumendam ex sola materia, sed ex fine. sam, quae subordinata est finali; ideo enim Nam si materia sumatur secundum se, in- natura dedit tali formae vim, ut ab ea dimadifíerens est et Dullam habet necessitatem harum dispositionum seu proprietatum; si narent tales proprietates, quia illae sunt acvero supponatur ut iam affecta his vel illis commodatae ad finem propter quem est res dispositionibus, iam illae introductae sunt quae per talem formam constituitur. Sic igipropter aliquem finem seu formam, et ipsa tur, tarn in constitutione et formatione ha­ forma indiget illis propter suam conserva- rum rerum quam in earum anione, repetionem vel propter aliquam operationem; ritur concursus finalis causae; intendo auipsa vero operatio rursus est vel propter tem propria talis finis non est in ipsis natu­ conservationem speciei aut ipsiusmet indi- ralibus agenribus, sed in prima causa. 51

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Disputaciones metafísicas

8. Qué necesidad hay de afrimar la conexión de las cosas naturales y la dirección al fin.— P ero p u ed e p arecer a alguien q u e este m odo d e o b ra r p o r causa d e u n fin es im aginado sin causa y q u e está fu e ra d e la intención de A ris­ tóteles. P o rq u e, e n p rim e r lugar, A ristóteles, en el lib. X II d e la Metafísica, parece p en sar q u e D ios n o conoce estas cosas inferiores, y q u e m ucho m enos cuida d e ellas; y en el libro De Mundo ad Alexandrum in d ica q u e n o piensan rectam ente acerca d e D ios los q u e juzgan q u e D ios se ocupa en c u id ar de estas acciones inferiores. A dem ás, si p o r u n im posible D ios n o concurriese a las ac­ ciones de los agentes naturales, sino que las dejase o b r^ r p o r sus m ovim ientos in d ep endientem ente, a pesar d e todo, la piedra descendería hacia abajo, el fuego en g endraría otro sem ejante a sí, y así en lo d em ás; p o r consiguiente, ésta no es u n a causalidad final, sino u n a m era necesidad n a tu ra l. Y se confirm a, p ues si los agentes n atu ra le s obrasen p o r la intención divina n o e rra ría n n u nca en sus acciones, n i fallarían en la consecución d e sus té rm in o s; el consiguiente está en contra de la experiencia, ya que frecuentem ente se en g en d ran m o n stru o s, q u e se llam an pecados d e la n aturaleza. L a consecuencia es clara p o rq u e la intención d iv in a n o p u ed e n i fru strarse n i errar. 9. Se re s p o n d e : sobre el pensam iento de A ristóteles consta ya suficiente­ m ente p o r lo dicho, y m ás extensam ente m ostrarem os d espués q u e, según su opi­ nión, D ios tiene ciencia y providencia de estas cosas singulares e inferiores; lo cual indica d e m odo inequívoco m ás abajo, lib. X II, al fin, cuando som ete todo el universo a D io s, com o a suprem o principio y guía. E n cam bio, a la p rim era razón se resp o n d e en p rim e r lugar q u e de aquella hipótesis im posible se sigue q u e la n atu raleza obra de m o d o ordenadísim o ten d ien d o al fin sin n inguna di­ rección o in ten ció n del fin, cosa que es p o r sí b a sta n te absurda. P ues d el m ism o m odo podría" alguien arg u m e n ta r que au n q u e este m u n d o n o h ubiese sido crea­ do p o r otro, si fuese p o r sí tal com o es ahora, te n d ría u n o rd e n convenientísim o sin causalidad d e fin. C on todo, esto no es obstáculo p a ra q u e de hecho, del m ism o m odo q u e no p u ed e ser sino causado, tam poco p u e d e ser si no es cau­ sado p o r u n fin. Así, p o r consiguiente, decim os q u e el m ovim iento y las ac­ ciones de las cosas naturales, d e la m ism a m an era q u e n o p u e d e n existir sin el concurso d e algún agente intelectual, así tam poco p u e d e n existir sin la causali-

8. Quae nécessitas asserenili connexio- turae appellantur. Sequela patet, quia divina nem rerum naturaliüm et directionem in }i- intentio nec frustrari potest nec errare. 9. Respondetur: de Aristotelis mente iam nem.— >Sed videri potest alicui sine causa confictus hic modus agendi propter finem, satis- ex dictis constat, latiusque infra ostenesseque praeter Aristotelis intentionem. Nam demus, ex eius sententia, habere Deum imprimís Aristóteles, in XII Metaph., vide- scientiam et providentiam harum rcrum sintur sentire Deum haec inferiora non agno- gularium et infcriorum; quod non obscure scere, nedum curare illa; et in lib. de Mun­ indicat infra, lib. XII, in fine, dum totum do ad Alexan., significat non recte sentire universum subiicit Deo tamquam supremo de Deo qui putant Deum in curandis his principi et duci. Ad primam vero rationem inferioribus actionibus occupar! Deinde si, respondetur primo ex illa hypothesi impos­ sibili sequi naturarti ordinatissime operari per impossibile, Deus non concurreret ad tendendo in finem sine lillà diiectione vel actiones agentium naturalìum, sed eas in- intentione 'finis, quod per se est satis ab­ dependenter suos motus agere sineret, nihil- surdum. Etenim eodem modo posset quis ominus lapis descenderet deorsum, ignis ge­ argumentari quod, licet hic mundus non es­ nerare sibi simile, et sic de caeteris; non set ab alio conditus, si ex se ita esset sicut est ergo haec finalis causalitas, sed mera nunc est, habere convenientissimum ordinem naturalis nécessitas. Et confirmatur, nam si sine causalitate finis. Hoc tarnen non obstat agentia naturalia agerent ex intentione divi­ quominus de facto, sicut non potest esse nisi na, nunquam errarent in suis actionibus, nec causatus, ita non potest esse nisi causatus a deficerent a consequendis terminis earum; fine. Ita ergo dicimus motus et actiones re­ consequens est contra experientiam ; cum rum naturalium, sicut non possunt esse sine saepe generentur monstra, quae peccata na- concursu alicuius intellectualis agentis, ita

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d ad d el fin. A ñado, adem ás, q u e si p o r u n im posible D ios n o concurriese por sí e inm ediatam ente a todas las acciones de los agentes natu rales, sin em bargo, m ediatam ente d eb erían decirse ordenadas a u n fin p o r el a u to r d e la naturaleza, que no sólo dio a los agentes n atu rales tales v irtu d es por causa de tales accio­ nes, sino que quiso q u e existiesen las m ism as acciones- p o r causa de determ inados fines y, en general, p o r causa del b ie n y conservación del universo. 10. H ay muchos efectos en la naturaleza de los cuales no puede darse nin­ gu n a causa suficiente si no es el fin intentado por la causa prim era.— P o r lo cual añado finalm ente q u e existen m uchos m ovim ientos o acciones en estas cosas n atu rales de las cuales no p u ed e darse razón suficiente p o r las pro p ied ad es o inclinaciones p articu lares d e cada u n a d e las cosas; p ues el agua su b e arriba p a ra llenar el vacío, de lo cual n o p u e d e darse razón p a rtie n d o d e la peculiar n atu raleza d el agua y d el p ro p io ím p e tu , sino p a rtie n d o d el fin que está puesto en la perfección d e todo el universo, el cual es preciso q u e sea p re te n d id o por o tro agente su perior. A lgo parecido o c u rre acerca d e l agua d el m ar, q u e d e tal m anera contiene en el litoral su ím p etu y sus olas encrespadas, q u e n u n ca c u b re n la tie rra ; evidentem ente, p o r causa de la salud d e los com puestos y vivientes, el cual fin lo p re te n d ió el suprem o G o b ern ad o r de la naturaleza. P or consiguiente, a p a rtir de esas cosas entendem os q u e cuando estos seres naturales se m u even u operan de acuerdo con sus inclinaciones propias y peculiares, com o m ed ian te ellas sirven ta m b ién al provecho y conservación d e todo el universo y d e sus especies, e incluso tam b ién d e los individuos y p rin cip alm en te del h o m b re, en ellas operan tam bién con dirección a u n fin, m ed ian te la subordinación a u n agente superior. 11. A la confirm ación se resp o n d e negando absolutam ente la consecuencia; m ás todavía, A ristóteles, en el I I d e la F ísica, te s t. 82, confirm a con ello que estos agentes n atu rales o b ra n p o r causa ' de u n fin, p o rq u e del m ism o m odo q u e u n a rte q u e p ersig u e u n fin a veces n o lo alcanza, igualm ente en las accio­ nes d e la n aturaleza, p o r el hecho de q u e p re te n d a n u n fin determ inado, se si­ guen d e ello los m o nstruos o pecados d e la n aturaleza, ya q u e no siem pre p u e ­ den alcanzar su fin, p o r causa de u n im pedim ento q u e se interpone. D e lo ccn-

non posse esse sine csusalitste finis. Addo fiuctus suos, ut terram nunquam coopérait; deinde quod, si per impossibile Deus per se utique propter mixtcrum et viventium saluet immediate non concurreret ad omnes ac- tem, quem finem intendit supremus naturae tiones agentimn naturalium, nihilominus me­ Gubemator. Ex his ergo inteliigimus, quandiate dici deberent ordinatae in finem ab do hae res naturales moventur vel operanauctore naturae, qui et naturalibus agentibus tur iuxta proprias et peculiares inclinationes dedit tales virtutes propter tales actiones et suas, cum per illas etiam deserviant comipsas actiones esse voluit propter certos fines modis et conservation! totius universi et et generatim propter bonum et conservatio- suarum specierum, vel etiam individuorum hem universi. et praecipue hominis, in eis etiam operari 10. Multi in natura effectus quorum nul­ ex directione in finem, per subordinationem la reddi potest suffìciens causa praeter finem ad superius agens. intention a prima causa.— Unde tandem 11. Ad confirmationem respondetur simaddo plures esse motus vel actiones in his pliciter negando sequelam ; quin potius Arisrebus naturalibus quarum non potest suffi- tot., II Phys., text. S2, inde confirmât haec ciens ratio reddi ex privatis proprietatibus vel inclinationibus singularum rerum; aqua agenda naturalia agere propter finem, quia, enim sursum ascendit ad replendum va­ sicut ars intendens finem interdum ilium cuum, cuius ratio ex peculiari aquae natura, non assequitur, ita in actionibus naturae, eo ac proprio impetu reddi non potest, sed ex quod certum finem intendant, inde sequi fine qui in perfezione totius universi sit monstra seu peccata naturae, quia non sem­ positus, quem oportet ab alio superiori agen­ per possunt finem suiim assequi propter imte intendi. Simile est de aqua maris, quae pedimentum occurrens '. Aiioqui, si natura ita in littore continet impetum et tumentes1 non tenderet in certum finem, nulla essent 1 Leg. Arist., II Phys., c. 8; et II de Anim., c. 4; et I Pol., c. 5.

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Disputaciones metafísicas

tra rio , si la n atu raleza n o ten d iese a u n fin cierto, n o existirían ning u n o s m ons­ tru o s en la n aturaleza, ya q u e n o se ap arta ría m ás del fin al hacer u n m ons­ tru o q u e al hacer cu alq u ier o tra cosa; p u es el m o n stru o p ro p iam en te es u n defecto de la n atu raleza q u e se aparta d e su fin. P ero lo- q u e se objetaba d e la in ten ció n del a u to r d e la n atu raleza en n ad a se opone, ya q u e aquella intención n o siem pre es absoluta y eficaz, o (para h ablar según la c o stu m b re d e los teólo­ gos) p o r v o lu n tad d e beneplácito o consiguiente, sino p o r volu n tad general o antecedente, q u e es u n a cuasi in te n c ió n . condicionada, la cual consiste en q u e D io s quiere q u e se siga u n efecto perfecto cu an to p u e d e seguirse según el o rd e n d e las causas naturales, con las cuales, en cu an to d e E l dep en d e, q u iere concurrir. P ero al m ism o tiem po, o bien p erm ite o a veces incluso q u ie re y p reten d e los m o n stru o s o pecados d e la n aturaleza, sea p o r causa d e la h e rm o su ra y variedad d e l universo, o para p e rm itir q u e sigan sus cursos y m ovim ientos las cosas n a­ turales. Y p o r ello n i q u ie re co n cu rrir de u n m o d o extraordinario con una causa im p ed id a p o r otra, ni tam poco a p a rta r la causa im p ed ien te con u n cuidado o providencia peculiar, h ab lan d o en general, a u n q u e a veces lo haga por causa d el b ie n co m ún, sobre lo cual tr a ta n 'm á s extensam ente los teólogos, p arte In I, dist. 45, p a rte In II, d ist. 3 7 ; y Santo T o m ás en I, q. 22, y en la q. 105; y p u ede leerse San A gustín, X V I De Civitate, c. 8, y lib. LXXX1I1 Quassiionum, q . 24.

De qué modo operan los animales por causa de un fin 12 . R esta q u e digam os u n as pocas cosas acerca de los anim ales, p ues en ellos aparece u n a m ayor participación d e la causalidad final. P rim ero, cierta­ m en te, p o rq u e son atraídos m etafóricam ente p o r u n bien conveniente p a ra ellos y conocido, y d e este m o d o tien d en h acia él m ed ian te el acto p ro d u cid o p o r ellos y causado por aquella m oción m etafó rica; p o r consiguiente, aquella m o­ ción es alguna causalidad real, y n o es o tra q u e la final. A dem ás, p a ra conse­ guir aquel objeto co n v en ie n te q u e apetecieron, apetecen con tan ta destreza y p ru d en cia ciertos m ed io s tam b ién conocidos p o r ellos, q u e p arece enteram en te no sólo q u e conocen la u tilid a d d e los m ism os p a ra el fin, sino q u e los apetecen

monstra in -natura, quia non magis aberraret ab scopo efficiendo monstrum quam efñciendo quodlibet aliud; nam monstrum proprie est vitium naturae a fine suo deficientis. Quod vero obiiciebatur de intentione aucto­ ris naturae nil obstat, quia ilia intentio non semper est absoluta et efficax, seu (ut theologorum more loquamur) per voluntatem beneplaciti vel consequentem, sed per vo■luntatem generalem vel antecedentem, quae est quasi conditionals intentio, quae in hoc consistit quod Deus vult effectum perfectum sequi quantum iuxta ordinem naturalium causarum sequi potuerit, cum quibus, quantum in ipso est, vult concurrere. Simul autem vel permittit, vel etiam interdum vult et intendit monstra vel peccata naturae, vel propter universi pulchritudinem et varietatem, vel ut causas naturales suos motus et cursus agere sinat. Et ideo, ñeque cum causa impedita ab alia extraordinario modo vult concurrere, ñeque etiam impedientem cau­ sam peculiari cura aut providentia removere,1

regulariter loquendo, quamvis ob commune bonum interdum id efficiat, de quo latius theologi, partim In I, dist. 45, partim In II, dist. 37; et D. Thomas, I, q. 22, et q. 105; et legi potest August., XVI de Civit,, c. 8, et lib. LXXXIII Quaestionum, q. 24. Q uom odo bruta ammalia propter finem » operentur

12. Superest ut de brutis animantibus pauca dicamus, in eis enim maior quaedam apparet participatio causalitatis finalis *. Pri­ mo quidem, quia a bono sibi conveniente et cognito metaphorice alliciuntur, atque ita in illud tendunt per actum a se elicitum et ab illa motione metaphorica causatimi; illa ergo motio aliqua realis causalitas est et non nisi finalis. Deinde, ut consequantur illud obiectum conveniens quod appetivere, certa media etiam a se cognita appetunt tanta in­ dustria et prudentia ut videantur piane et cognoscere utilitatem eorum ad finem, et propter illam ea appetere. De qua sagacitate

1 Lege Plin., lib. VI suae Hist.; Plutarc., in proprio lib. de Industr. animai.

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p o r causa d e ella. S obre esta sagacidad y destreza d e los anim ales escriben m u ­ chas cosas los filósofos y nos consta suficientem ente p o r la experiencia cotidia­ n a ; cosas q u e d e ta l fo rm a excitaron a algunos filósofos, q u e p ensaron q u e los b ru to s tien en u so d e razó n , aun q u e m ás débil e im p erfe cta q u e los hom bres. E sta opinión suele referirse tom ándola d e Porfirio, lib . II I De Abstinentia. Sin em bargo, n o sólo es ajena a la do ctrin a d e n u estra fe, sino tam b ién a to d a razón y sentido com ún d e ios h o m b re s; p ues la potencia racional, com o dijo A ristó­ teles, lib. IX d e la Metafísica, es capaz p a ra los opuestos, ya que p o r m edio d e l discurso e n las cosas q u e ■tien e q u e h a c e r usa ah o ra u n m edio y después o tro ; en cam bio, las fieras no ob ran así, sino siem pre d el m ism o m odo, lo cual es señal suficiente d e q u e son llevadas n o p o r la razó n , sino p o r el ím p e tu de naturaleza. A gregúese q u e si las alm as d e los b ru to s fuesen racionales, serían tam b ién inm ortales. 13. Es absurdo que los animales no conozcan nada verdaderamente ni ape­ tezcan vitalmente.— O tro s, en cam bio, p a ra evitar este inconveniente, cayeron en o tro erro r extrem o, negando q u e los b ru to s conozcan v erd ad eram en te algo o q u e lo apetezcan con apetito elícito, sino que sólo son llevados p o r el peso n atu ra l, com o la p ie d ra ; o bien que son m ovidos y atraíd o s desd e fu e ra com o el h ierro es atraíd o p o r el im án . P ero esto es ig u alm en te ab su rd o y c o n tra la experiencia e v id e n te ; m ás a ú n , incluso co n tra la D iv in a E scritu ra . P ero co n tra estos dos errores se h a de tra ta r m ás ex tensam ente en la ciencia d el alm a. 14. Los animales no conocen formalmente la razón de fin .-— P o r tan to , p o r lo q u e hace al tem a p resente, h ay q u e decir q u e los anim ales n o conocen form alm ente la ra z ó n d e fin o d e m edio, p o rq u e n o p u e d e n com parar u n o con o tro ; p o r lo cual, n i en el m ism o fin conocen la p ro p ia razó n de conveniencia, p o r causa d e la cual es am able p o r sí; m ás todavía, n i disciernen entre el objeto e n cu an to es co nveniente p o r sí o p o r causa de otro, p o rq u e to d o esto req u iere u n gran discernim iento d e la razón. S in em bargo, d e alg ú n m odo conocen y a p reh en d en u n a cosa o m oción com o conveniente p a ra ellos y con in stin to na­ tu ra l ju zg an q u e tie n e n q u e apetecer ta l objeto, o p erseg u irlo , o h u ir d e él. E se

et industria animalium, et multa scribunt petitu elicito, sed solum naturali pondere philosophi, et quotidiana experientia nobis ferri, ut lapidem, aut extrinsecus mota et satis constat. Quae adeo moverunt nonnullos attratta, sicut ferrum trahitur a magnete. philosophos, ut existimarent bruta uti ratio- Verum hoc aeque absurdum est, et contra ne, licet imbecilliori et imperfection quam evidentem experientiam, immo et contra di­ homines. Quae sententia referri solet ex Por- vinaci Scripturam. Verumtamen, contra hos phyr., lib. I l l de Abstinentia. Est tamen non duos errores in scientia de anima agendum solum a dottrina nostrae fidei aliena, verum est latius. 14. Bruta rationem finis formaliter non etiam ab Omni ratione et communi homihum sensu; nam potentia rationalis, ut Aris- norunt.— Quod ergo ad praesens attinet, ditoteles dixit, IX Metaph., valens est ad op­ cendum est bruta non cognoscere formaliter posta, nam medio discursu in rebus agendis rationem finis aut medii, quia non possunt nunc hoc medio, postea alio utitur; belluae nniim cum alio conferee ; unde nee in ipso autem non ita operantur, sed semper eodem fine cognoscunt propriam rationem convemodo, quod sufficiens signum est non ra­ nientiae propter quam est per se amabilis, tione, sed impetu naturae duci. Adde quod, immo nec discernunt inter obiectum quasi animae brutorum rationales essent, edam tenus est conveniens per se vel propter essent immortales. aliud, quia hoc totum magnata discretionem 13. Bruta nihil vere cognoscere, aut vi- rationis requirit. Aliquo tamen modo cogno­ taliter appetere, absurdum.— Alii vero, ut scunt et apprehendunt rem aliquam aut mohoc vitarent incommodum, in alium extre­ tionem ut sibi convenientem, et naturali inmum errorem inciderunt, negantes bruta stinctu iudicant sibi esse appetendum, pro­ quidquam vere cognoscere aut appetere ap-1 sequendum, vel fugiendum tale obiectuml. 1 Lege D. Thom., I, q. 78, a. 4, et q. 87, a. 1, ad 3, et

II-II, q. 72, a. 7, ad. 3.

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Disputaciones metafísicas

instinto n a tu ra l no es o tra cosa que u n cierto acto de la fantasía o estim ativa, que fluye d e ella c o n 'n e c e s id a d n atu ral p u e sta la im agen de ta l cosa; con este acto, p rácticam en te (p a ra h a b la r d e m odo hum ano) ju zg a el b ru to q u e tiene que ev itar esto, o p erseg u irlo , o apetecerlo, a u n q u e no sea capaz d e d iscern ir la razón d e conveniencia o disconveniencia. Y puesto este juicio n atu ral, el ape­ tito le sigue tam bién natu ralm en te. 15. De qué causalidad final participan los animales.— D e lo cual resulta en p rim e r lugar q u e la causalidad del fin es de alguna m an era p a rticip ad a p o r los anim ales, como p ru e b a el argum ento aducido, ya q u e aquella apetición elícita es sin d u d a causada p o r la m oción m etafórica objetiva d e l bien conveniente, la cual no puede red u cirse a o tro género d e causalidad. A p e sa r de to d o , hay que añadir que aquella causalidad es h a sta tal p u n to im perfecta en ese género, q u e es la m oción cuasi m aterial del fin m ás b ie n q u e la form a, com o señaló S an­ to T o m ás, I-II, q. 1, a. 2, y q. 6, a. 2. Y la ra z ó n está en q u e n o conocen la razón form al d e conveniencia o u tilid a d ; p o r consiguiente, no se m u even de u n a m a ­ nera ta l q u e pued an o rd e n a r u n a cosa a o tra, n i tam poco apetecer algo form al­ m ente com o am able p o r causa de sí; p o r tan to , no tie n d e n form alm ente al fin como fin, n i al m edio com o m edio, n i al fin por causa d e sí y al m edio p o r causa del fin, sino q u e en cu an to está en su m odo d e o b rar tien d en igualm ente a uno y o tro , y p o r ello se dice con razó n q u e o b ra n p o r causa d e l Sn m ás bien m aterial q u e form alm ente. P o r lo cual, en lo que se refiere a la relación form al al fin, se h a de juzgar d e las acciones d e los anim ales d e l m ism o m odo q u e de los otros agentes natu rales. Y el m ism o juicio se h a d e d a r so b re el apetito sen­ sitivo d el hom bre, si se considera solam ente p o r sí y no en cuanto se subordina a la m oción de la v o luntad o de la razón, d e lo cual tratarem o s en o tra ocasión.

Qui naturalis instinctus nihil aliud est quam motio finis potius quam formalis, u t signiquidam actus phantasiae seu aestimativae ficavit D. Thomas, I-II, q. 1, a. 2, et q. 6, necessitate naturali ab illa profluens posito a. 2. Et ratio est quia non cognoscunt for­ phantasmate talis rei; quo actu practice (ut malem rationem convenientiae vel urilitatis; humano modo loquar) iudicat brutum hoc ergo non ita moventur ut possint ordinäre esse sibi vitandum, vel prosequendum, aut unum in aliud, nec etiam aliquid formaliter appetendum, quamvis non valeat rationem appetere ut propter se amabile; ergo non convenientiae vel disconvenientiae discerne- tendunt formaliter in finem ut finem, nec re. Hoc autem naturali iudicio posito, appe- in medium ut medium, neque in finem prop­ titus edam naturaliter illud sequitur. ter se et in medium propter finem, sed IS. Bruta' quam finis causaliiatem parti- quantum est suo modo operandi, aeque ten­ cipent.— Ex quo fit primo ut causalitas fi­ dunt in utrumque, et ideo merito dicuntur nis aliquo modo participetur a brutis, ut materialiter potius quam formaliter propter argumentum factum convincit, quia ilia ap- finem operari. Quapropter, quantum ad for­ petido elicita sine dubio causatur ex meta- malem relationem in finem, ita existimanphorica motione obiectiva boni convenien- dum est de actionibus brutorum sicut aliotis, quae non potest ad aliud genus causa- rum agentium naturalium. Idemque iudilitatis revocari. Nihilominus tarnen, adden­ cium est de appetitu sensitivo hominis, si dum est illam causalitatem adeo esse imper- per se solum consideretur et non ut subest fectam in eo genere ut sit quasi materialis motioni voluntatis vel rationis, de quo alias.

IN D IC E D E L A S D ISP U T A C IO N E S C O N T E N ID A S E N E S T E TO M O I I I

P á g s,

D isputación XVI. — L a ” 5S

XVII. —

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XIX. —

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X X III.— L a

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