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Spanish; Castilian Pages [240] Year 2013
Rafael Casanova Fuertes
Bordes ocultos. El entretejido de nuestra historia
Ensayos y artículos sobre la historia de Nicaragua
La Biblioteca Nacional de Nicaragua en calidad de Agencia de ISBN, declara que bajo el siguiente número de ISBN quedará registrado el siguiente título, identificando como editor responsable a: Rafael Casanova Fuertes. N 972.85 C335
Casanova Fuertes, Rafael Bordes ocultos. El entretejido de nuestra historia / Rafael Casanova Fuertes. –-1a ed. -- Managua, 2013 242 p. ISBN 978-99964-0-204-3 1. NICARAGUA-HISTORIA-COLECCIONES DE ESCRITOS 2. HISTORIA-FUENTES
c Rafael Casanova Fuertes
Créditos Edición: Selene López Montoya Diagramación: Norvin Rosales B. Impresión: Copy Express Managua, Nicaragua, Febrero 2013.
Agradecimientos Al Banco Central de Nicaragua, Institución que me permitió en los últimos años (2007-2012), la elaboración de los contenidos de esta obra, -que como es notorio- fueron preparados indistintamente, como publicaciones en forma de ensayos y artículos, conferencias, ponencias, etc., que se impartieron en los mismos auditorios del BCN, a estudiantes en centros de educación superior y a colectivos obreros, de algunas empresas productivas. Todo esto inscrito dentro de la promoción cultural que esta institución, ha venido desarrollando desde su fundación. En particular, agradezco a las máximas autoridades de esta institución, durante estos años, al Dr. Antenor Rosales Bolaños y al Dr. Alberto José Guevara Obregón. A mi familia, principalmente a Selene López, quien dedicó buena parte de su tiempo a la revisión formal, de los materiales. A los colegas, que me animaron constantemente a compilar lo ya publicado y dar a conocer los ensayos inéditos, principalmente al Profesor Bolívar Téllez, Dr. Aldo Díaz Lacayo, Lic. Wilmor López, Ing. Jerónimo Sequeira G., y Guillermo Baltodano. A todos y todas muchas gracias.
Bordes ocultos. El entretejido de nuestra historia
INDICE Prólogo.................................................................................................................. 7 Introducción.......................................................................................................... 9 I La independencia y la Guerra Nacional........................................................ 13 1. Las Fechas de independencias de Centroamérica y Nicaragua.................15 2. La derrota total de Walker en 1857, ¿olvido u omisión dentro de la tradición?............................................................................................18 II La expansión de Costa Rica a Costa de Nicaragua (1824-1888)................ 25 III La Revolución Liberal (1893-1910)................................................................ 49 1. Un centenario y dos revoluciones................................................................51 2. La caída de la revolución Liberal, desde la óptica de sus actores..............53 3. Comentarios sobre lo expresado por El Sr. Embajador Callahan de los EE UU................................................................................66 4. El Menismo en Nicaragua. Pendencias y tendencias..................................70 IV Sandino y su gesta libertaria....................................................................... 91 1. Los precursores de Sandino........................................................................93 2. Sandino ante sus detractores....................................................................108 3. Las mujeres en el Pequeño Ejército Loco.................................................121 4. La persecución al EDSN tras la muerte del Gral. Sandino........................126 5. Un reencuentro con Candelario Segura O. un intelectual Antiimperialista desconocido en Nicaragua (1932)...................................130 “Cada uno de nosotros se convertirá en su propio verdugo…” 6. Las rebeliones GN contra la intervención norteamericana (1928-1932)...133 V. El otro lado de la historia........................................................................143 1. El otro lado de la historia o la historia a partir de nuevas reflexiones........145 2. La masacre del 22 de enero de 1967 y sus entretelones..........................159 3. La huelga de la UCA en julio de 1969.......................................................169 4. Las revoluciones de Cuba y Nicaragua: 20 años después........................171 5. Los actores invisibles. El caso de las FARN (1966-1969).........................176 6. Criterios de los protagonistas de las FARN...............................................197 7. La verdad sobre la muerte de Jacinto Baca, el fundador de las FARN.....204 8. La corriente socialista............................................................................... 207
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Rafael Casanova junto al Periodista Wilfredo López Balladares en el homenaje que se le hizo a este último
Bordes ocultos. El entretejido de nuestra historia
Prólogo. Como toda historia, la convencional tiene visos de acabada, inmutable, con la ventaja de ser asumida como oficial o proyectarse como tal, por su reiteración ad infinitum. Releerla críticamente es tarea de los historiadores alternativos. Son ellos los responsables, de validar conceptualmente, cada vez mejor, los acontecimientos abordados por la historia convencional, o de rectificarlos cuando se requiere. Esto último, es mucho más frecuente de lo que parece. La relectura crítica de la historia, es en efecto, la única forma de descubrir el hilo conductor de las luchas sociales, la estructura de la historia, la tendencia hacia la liberación humana, que va marcando a lo largo del tiempo, la superación de las contradicciones. Solo así es posible rectificar el sesgo coyuntural de las narraciones presenciales o contemporáneas, base de toda historia y de su reiteración acrítica por los historiadores que nacieron a lo largo del sistema dominante. La mayoría de los historiadores, la reiteran entonces por el peso de la tradición, porque la consideran natural. Pero otros lo hacen conscientemente por su identidad ideológica, incluso la reelaboran y –aparentemente- la actualizan, para reafirmar el sistema de organización social que esa historia refleja. Lo hacen honestamente -a veces con pasión fundamentalista —para rectificar posiciones ideológicas y reafirmar la categoría de consumada de la historia convencional. Esta es una contradicción flagrante, pero ignorada, por la generalidad. No existe historia acabada. Siempre aparecen uno o varios datos, nuevos, o que en su momento, no fueron considerados importantes por el historiador, o porque no disponía de suficientes elementos para desarrollarlos. O se descubre uno que otro documento, hasta entonces desconocido, o viejo pero igualmente con pocos méritos para divulgarlo, porque entonces no encajaba en la narración. Y si no apareciera ninguno de estos nuevos elementos, algo altamente improbable, el avance de la humanidad es razón suficiente para la relectura crítica de la historia. Porque este avance aporta nuevos elementos para recontextualizarla. Pero no termina allí la labor del historiador alternativo. La categoría alternativa también proyecta posiciones políticas y/o ideológicas distintas, a las que rigen un determinado sistema social imperante, legitimado por la historia convencional. Esta diferencia, es la que permite conjugar mejor, todos los elementos mencionados anteriormente, para iluminar desde otra perspectiva, la narración oficial que detentan los historiadores del sistema. 7
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Aquí surge la pregunta obligada: ¿tiene ideología la historia? La respuesta igualmente obligada es sí y no. Si porque la ideología del narrador incide en la forma de describir los hechos. No, porque si bien la historia crítica, parte de descubrir la superación, o diferimiento de las contradicciones sociales, que marcan la tendencia de la historia. Esta no puede una labor particular de los historiadores de izquierda, en teoría, debe ser una tarea de todos los historiadores. Sin embargo hasta hoy los historiadores de derecha, al menos en Nicaragua, se conforman con la narración acrítica de la historia. La narración lineal. Rafael Casanova Fuertes es uno de los pocos historiadores alternativos de Nicaragua, con una doble ventaja. Es rivense cuasi fundador, heredero de la tradición bolivariana fundacional, la del propio Libertador, por ascendencia paterna. Y es un historiador profesional, formado en Cuba y Costa Rica. Por rivense, está connaturalmente comprometido con la historia de Nicaragua: por las luchas de la población originaria contra el conquistador, las independentistas, y sobre todo por la Guerra Nacional. Y por historiador, Casanova Fuertes, conoce muy bien las técnicas de la historiografía alternativa. Desde esta perspectiva, he leído la obra de Rafael Casanova Fuertes que ahora presenta al lector aficionado y a la lectura crítica de los historiadores profesionales. Bordes ocultos. El entretejido de nuestra historia el título que él eligió para su nuevo trabajo. Por cierto un título propio de historia alternativa, que constituyen una compilación de ensayos y artículos de su autoría sobre temas varios, algunos inéditos y otros ya publicados en diversos medios, además de ponencias que ha presentado en distintos foros científicos. Con esas calificaciones de rivensehistoriador-alternativo Rafael Casanova Fuertes enfoca lo que él llama la textura tradicional de la historia, encontrando datos poco visibles y por lo mismo poco conocidos. Cuestiona hechos considerados como verdades establecidas, incontrovertibles —apodícticas, como las llaman los lingüistas. Además él tiene la virtud (para otros defecto) de ser un historiador polémico, lo cual enriquece su enfoque alternativo. Por su propia naturaleza recopilativa, Bordes ocultos. El entretejido de nuestra historia, no es una obra histórica homogénea, pero contribuye desde su perspectiva a la historia alternativa. Estas son entre otras las razones, por las que considero, que vale la pena, leer este nuevo aporte histórico de Rafael Casanova Fuertes.
Aldo Díaz Lacayo
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Bordes ocultos. El entretejido de nuestra historia
Introducción A lectores hemos de advertirle que la presente obra: Bordes ocultos en el entretejido de nuestra historia, constituye una compilación de artículos, ensayos y conferencias sobre la historia contemporánea de Nicaragua, realizadas por el autor, en los últimos cinco años, pero son a la vez el resultado de muchos años de investigación y de revisión serena de fuentes primarias y secundarias. Está agrupada en cinco capítulos, expuestos de forma cronológica, que se inician con una valoración sobre la independencia de Centroamérica, seguida de una reinterpretación, sobre la Guerra Nacional (capítulo I). Sin embargo a lo largo del trabajo hay suertes de retornos y avances, que tienen que ver principalmente con el hecho, de que es una miscelánea histórica, que se distancia del orden convencional, que se ha establecido para abordar la temática histórica en el país. El agrupamiento de los capítulos, fue una de las mayores dificultades que enfrentamos, entre otras razones por la mencionada diversidad temática, razón por la cual un tema como “La expansión de Costa Rica a costa de Nicaragua” quedó solitario en el capítulo II. Los temas son selectos y responden a los objetivos y modelos, pero sobre todo los retos, que hemos propuesto a lo largo de nuestra labor profesional: el ataque sobre los puntos oscuros, describir lo inédito, lo que nadie o pocos se atreven a abordar, más allá de lo repetitivo y esto, es quizás, lo que torna más atractivo la selección de trabajos. Se examinan, desde una perspectiva crítica, acontecimientos -como los mencionados- la Independencia de Centroamérica y Nicaragua y la Guerra Nacional. Lo que tiene continuidad en una visión interpretativa y comparativa, de fenómenos trascendentes, hasta nuestros días, tales como las revoluciones Liberal (1893-1910) y Sandinista (1979-1990);El Menismo, tendencias y pendencias (1912) en el Capítulo III :“Artículos sobre la Revolución Liberal”. Los contenidos están marcados, por una fuerte dosis polémica, tal como se denota en: “Comentarios al Señor Embajador Callahan” (capítulo III) y en un diálogo obligado con “Los Detractores de Sandino” en el Capítulo IV “Sandino y su gesta Libertaria”. Parte en la que hacemos un breve inventario de las acusaciones más conocidas, que se le hicieron al Héroe, tanto en la época de acción libertaria como las que se hicieron y reiteraron, durante los años de la Dictadura Somocista, los diez años de la RPS, en los años ochenta, y los gobiernos neoliberales, que se sucedieron a partir de 1990. Este capítulo (el IV), está dividido a su vez en seis temas, poco conocidos, que iniciamos con los “Los precursores de Sandino”, desde las luchas de los caciques Diriangén y Nicaragua, hasta las rebeliones GN, contra la Intervención 9
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Norteamericana entre 1927 y 1933.La beligerancia de los caciques las planteamos obviando las dicotomías tradicionales,(que acomodan un cacique pacífico-preguntón y un guerrero), a partir de lo que nos arrojan objetivamente los documentos originales. Un estudio, que a su vez, nos llevó a concluir -según estas fuentes-, que ambos caciques, recibieron de forma protocolaria y pacífica a los conquistadores, pero también ambos, lo combatieron militarmente, una vez conocidas las verdaderas intenciones del capitán Gil González. Por primera vez hay una referencia sobre Candelario Segura, un anti imperialista desconocido de filiación conservadora, de la misma época de Sandino. Segura, originario del Departamento de Rivas, partió al exilio antes de la Guerra Constitucionalista y se quedó residiendo en Colombia, razón por la cual, se le conoce muy poco en Nicaragua. Por tanto su pensamiento anti intervencionista, fue conocido, de igual modo, en la arena internacional. Esta parte, finaliza, tal como lo expresamos, con un relato sobre las rebeliones GN en tiempos de la intervención norteamericana de 1927 a 1933 Como cierre de esta compilación, el Capitulo V, titulado: El otro lado de la Historia o sucesos casi olvidados de la historia reciente, está basado en una serie de artículos, algunos publicados en El Nuevo Diario, a partir del año 2007 y los demás son complemento de ensayos inéditos, como: “Los actores invisibles de la Revolución. El caso de las FARN (1966-1969)”, que fue una ponencia realizada en 2010, en el Xº Congreso Centroamericano de Historia, celebrado en julio de 2010 en la UNAN-Managua. En este caso consideramos necesario incluir dos trabajos complementarios: “Algunos criterios de los protagonistas de las FARN” y “La verdad sobre la muerte de Jacinto Baca, el fundador de las FARN”. El primer artículo “El otro lado de la historia” sirvió además de base para una ponencia en el Iº Congreso de Ciencias Políticas, celebrado en agosto de 2011 en la UNAN por tanto, al igual que el ensayo anterior sobre las FARN, ha sido sometido a cambios y correcciones, que no transforman en esencia su contenido original. Este tiene como secuencia, dos temas muy conocidos, pero poco abordados de forma objetiva, tales como: “La masacre del 22 de enero de 1967 y sus entretelones”; y “La huelga de la UCA en julio de 1969”. Finalmente se ubica: ”La Corriente Socialista” que constituye una breve historia de la fuerza política, que proyectó las ideas socialistas desde los años cuarenta del siglo XX, es decir, el Partido Socialista Nicaragüense (PSN). Un Partido, producto de las luchas de las clases populares, que no ha sido objeto de estudio, por parte de especialistas en la materia, un partido que a pesar, de las limitaciones en que surgió y se proyectó, fue una de las matrices principales de las fuerzas de izquierda, en la historia contemporánea de Nicaragua. Con este resumen invitamos a lectores e interesados a introducirse en las siguientes líneas, no con la idea de encontrar la verdad absoluta, sobre la historia del país, sino nuevas pistas para el conocimiento de esas partes oscuras, de 10
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la misma. En síntesis, una invitación a la búsqueda de espacios claros, en lo intrincado e incomprensible del pasado lejano y principalmente el reciente. Constituye, una apertura- para ir superando los prejuicios sectarios y las omisiones innecesarias que impusieron determinadas circunstancias, que afectan sin pretenderlo, el conocimiento objetivo e integral de nuestro pasado. Por tanto la presente obra, no solo es una invitación a la lectura por la lectura, sino una invitación a la reflexión y preguntarnos ¿cuánto nos queda por aclarar? ¿Cuánto nos queda por reconstruir en lo adelante?
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Revista de las tropas filibusteras en Granada
I. La independencia y la Guerra Nacional
General Benjamín Zeledón
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1. Las Fechas y Nicaragua.
de
independencias
de
Centroamérica
Un 15 de septiembre de 1821 en ciudad de Guatemala, en medio de una gran algarabía los representantes de la entonces Capitanía General del Reino de Guatemala proclamaron la separación definitiva de España. Incorporada esta fecha, al panteón heroico centroamericano, ha sido celebrada hasta los tiempos actuales, con desfiles y actos oficiales que recuerdan a esta gesta y sus próceres. Pero, hechos que ocurrieron posteriormente, siembran confusiones sobre si hubo realmente un suceso que pudiéramos calificar como tal y una pregunta que surge es ¿Fue el 15 de septiembre de 1821 la verdadera independencia de Centroamérica? Y si no fue esta fecha ¿cuál fue la verdadera independencia de Centroamérica y Nicaragua? Esto se puede explicar volviendo momentáneamente a la época. 1.- Un antecedente inmediato del 15 de septiembre, fue el levantamiento en 1820 del General español Rafael del Riego, quien con sus tropas, se negó a venir a combatir a los patriotas americanos en Sudamérica y regresa del puerto de Cádiz a Madrid y obliga a Fernando VIII a restituir la Constitución liberal aprobada en 1812 llamada “Cortes de Cádiz”. Este suceso atemorizó no solo a los realistas españoles sino también a los Criollos Ricos de las colonias americanas, opuestos a cualquier tipo de cambio que afecte todo un sistema de privilegios, garantizados bajo el régimen absolutista español. Temían también a los movimientos de carácter radical similares a los de Sudamérica o los iniciados por Hidalgo en 1810 en el mismo México 2.- En estas circunstancias, el jefe militar español en Nueva España, Agustín de Iturbide, tomó la iniciativa de llamar a los independentistas mexicanos y al alto clero mexicano para la realización de un acuerdo, lo que dio como resultado el Plan de Iguala celebrado el 24 de febrero de 1821. En este acuerdo se consignaban tres garantías: Independencia, Religión y Unidad. Esta última garantía debería concretarse en un nuevo gobierno monárquico– constitucionalista, (que podría hasta ser encabezado por el mismo Fernando VII) en el que participarían la aristocracia terrateniente, los ex funcionarios peninsulares y el alto clero. Esto se materializó en agosto de 1821, al coronarse Iturbide como Emperador del México independiente, aunque en medio de fuertes contradicciones, principalmente, entre los partidarios de la monarquía y quienes pugnaban por un sistema republicano en México. 3. La situación de España y principalmente la de México trascendió en Ciudad de Guatemala. El capitán General Gabino Gainza convocó a una reunión extraordinaria de autoridades de la Capitanía para el día 15 de septiembre, el 15
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problema principal era el de la provincia de Chiapas que en agosto reciente se había adherido al Plan de Iguala, separándose desde entonces de Guatemala, para ser parte de México. Al circular fuertes rumores de esta convocatoria se empezó a producir un estado de agitación en los barrios, desde el mismo día 14, sobre cual eran las verdaderas intenciones de los funcionarios peninsulares y los criollos ricos de Guatemala, encabezados por el Marqués Mariano de Aycinena, que era el de realizar la separación de España a espaldas de la población. De hecho esto fue lo que se puso en práctica y aún en uno de los artículos del acta lo dejaron plasmado, que había que realizarla “para prevenir las consecuencias que serían temibles en el caso de que la proclamase el mismo pueblo”. El acta de Independencia de las Provincias Unidas, de la Capitanía de Guatemala se dio entonces, el 15 de septiembre de 1821. Uno de los principales acuerdos que se tomó, fue el que quedasen las mismas autoridades peninsulares, civiles y eclesiásticas en todo el territorio, hasta marzo de 1822 en que debería de darse una reunión de diputados. Todo esto, como observamos, fue similar al plan de Iguala en México. Es decir el acta del 15 de septiembre de 1821, fue, un primer paso en la separación de España, pero los próceres o gestores, se reservaron para más adelante la proclamación (o no) de un nuevo Estado, sustituto del poder español, de allí que solo se habló en este momento de la separación de las Provincias Unidas de la Capitanía. 4. No había pasado mucho tiempo, cuando quedó en evidencia el objetivo principal de los protagonistas del Acta, en los primeros días de enero de 1822 la mayoría de representantes de las provincias proclamaron la anexión al Imperio Mexicano. Es decir que lo que se pretendió por parte de los mismos, fue una maniobra para ganar tiempo en la que valoraron dos posibles salidas: a) que las situación en España se superara, tornando el absolutismo al poder y así reincorporar de nuevo el territorio al mundo colonial; c) la posibilidad de incorporar las provincias a una nueva entidad territorial que preservara intacto el statu quo existente antes de 1821.Como observamos esta última fue la opción que prevaleció. 5. El movimiento anexionista, fue una especie de señal para que explotaran las contradicciones que habían estado reprimidas en la región. Los republicanos representados en las capas medias ilustradas partidarios de la independencia total de Centroamérica, marginados de los mencionados acuerdos se levantaron en armas contra la anexión. En el interior hubo ciudades que se declararon republicanas otras imperialistas .En León, Nicaragua se concentraron los anexionistas dirigidos por don Crisanto Sacasa, mientras que los republicanos acaudillados por Cleto Ordóñez se tomaron la ciudad de Granada. Es válido destacar, que en estas pugnas político-ideológicas, se vertieron con todo su furor las animosidades localistas y los resentimientos sociales que se habían 16
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mantenido latentes a lo largo de la dominación colonial, en Granada por ejemplo resonaron consignas radicales como: “se acabaron los dones” dirigida contra los criollos ricos por parte de los indígenas y mestizos pobres. 6. La violencia colectiva que explotó en Centroamérica provocó la intervención en 1823 de tropas imperiales al mando del General Vicente Filísola su misión era pacificar el “anexado” territorio centroamericano, pero en plena campaña en El Salvador le llegaron noticias de la caída y fusilamiento de Iturbide en México, por lo que su lucha en Centroamérica perdió razón de ser. En plena retirada hacia México, a Filísola, le tocó -sin pretenderlo- ser protagonista de un célebre tratado, cuando el 1º de julio de este mismo año, ante los delegados de las provincias unidas, convocados en Ciudad de Guatemala, reconoció la independencia de Centroamérica de México, España y cualquiera otra nación. Acto que pasó a ser de hecho, la segunda y verdadera independencia de Centroamérica, valga destacar, que desde esta acta, queda establecido, de forma oficial, el nombre de Provincias Unidas de Centroamérica. 7. La derrota de los anexionistas conservadores, provocó el ascenso al poder en 1823 de los republicanos partidarios de un Estado Federal para la región, hecho que se materializó al año siguiente, con la constitución de la República Federal Centroamericana. Pero, cómo se conoce, la federación se derrumbó en 1838, en medio de cruentas guerras entre unionistas y autonomistas. Nicaragua se separó de la federación el 30 abril de este mismo año, pero no se puede considerar a esta fecha como un día de independencia, sino como el día de la escisión de Nicaragua del contexto centroamericano. Es más, durante muchos años los nostálgicos de la unión centroamericana, consideraron esta fecha, un hecho doloso para el ideal unitario de la región. 8. Razón por la cual, se puede asegurar que con el 15 de septiembre de 1821, se inició el proceso de independencia de C. A. y sus protagonistas fueron los peninsulares y criollos ricos de Ciudad de Guatemala, con el objeto de impedir un movimiento separatista de carácter radical y popular. Empero la independencia política se materializa de forma total el 1º de julio de 1823, Cuando el General mexicano, Vicente Filísola, firma con los delegados centroamericanos la independencia de España y México y cualquier otra potencia. Con ello fueron derrotadas las tendencias conservadoras partidarias del anexionismo, por parte de las tendencias republicanas. En lo adelante la clase terrateniente demostró su incapacidad para sustituir el vacío de poder dejado por España, tal como lo demostraron el predominio de los localismos disolventes. No es sino hasta tres décadas después en que empezaron a imponer sus proyectos estatales en las cinco parcelas que surgieron de la Antigua Capitanía. *Septiembre de 2009. Sala de investigadores del BBCN 17
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2. La derrota total de Walker en 1857, ¿olvido u omisión dentro de la tradición? El 27 de enero de 1857 una columna exploradora de filibusteros al mando del Coronel O´neal sostuvo una escaramuza en Belén de “El Obraje” con las tropas aliadas centroamericanas, lugar donde estas últimas pernoctaban en su avance sobre Rivas, el reducto final de Walker. Poca significación pudo haber tenido este enfrentamiento, sino fuera, el primer hecho de armas de la última y decisiva batalla de la Guerra Nacional, la cual habría de prolongarse hasta el primero de mayo de 1857. A pesar de su significación, este acontecimiento, ha sido omitido hasta los tiempos actuales en las conmemoraciones convencionales. Mas, una rápida ojeada a la historia de la de la Guerra Nacional, nos remite al hecho de que no solo la mencionada batalla está entre los sucesos olvidados en el inventario de héroes y efemérides patrióticas. Tal observación, nos obliga a realizar una pregunta ¿Qué razones han existido para que persistan estas omisiones, hasta los tiempos actuales? Esta interrogante puede tener distintas respuestas, no deben de desestimarse entre otros motivos, la dimensión que se le otorgó a otros hechos de armas, a los que no se les puede negar su importancia. En esto hay que tomar en cuenta, que son los constructores del Estado-Nación -en cualquier tiempo y lugar- quienes han determinado que hechos históricos y que actores individuales son más importantes- incluso- convenientes para recordarlos, elevarlos a la condición de efemérides y de héroes respectivamente. Esto como se sabe se acomoda o se certifica según los intereses coyunturales de los mismos constructores del Estado-Nación, que en caso de Nicaragua le correspondió ser protagonistas, a los presidentes de los treinta años Conservadores del periodo 1858-1893.
Los conservadores de los 30 años y la invención de la tradición. Para comprender este comportamiento no se debe encaminar a una valoración maniquea, sino por el contrario se tiene que ubicar a los promotores de la tradición heroica de ese entonces, en su debido contexto histórico y de acuerdo con el historiador Eric Hosbawm se tiene que entender que dentro del proceso de invención de la tradición los mismos actores que establecen la cohesión social, son los que están en posibilidades de construir la legitimidad del poder y por tanto aprovechar los espacios que provienen de esta legitimidad (el acceso al poder) para construir la lealtad o referencia hacia este centro político que se ha establecido y definido como legítimo. Esto último pueden acometerlo a través de la enseñanza escolar, los festejos oficiales, la publicación periódica etc., mecanismos que son útiles para inculcar valores creencias y formas de comportamientos que según su creencia deberán ser asumidos y practicados por la colectividad. Es conocido el hecho de que los conservadores (legitimistas) salieron fortalecidos políticamente después de la Guerra, ellos de forma unilateral asumieron por su 18
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propio peso la lucha contra los filibusteros desde 1855, mientras que los liberales (democráticos) arrastraban sobre sus hombros la misma traída de los filibusteros al país y se mantuvieron como sus aliados hasta septiembre de 1856. También los conservadores acumulaban en su expediente el haber actuado con más firmeza en el intento de imponer el orden en el territorio desde la Independencia de 1821, en contraste con los partidarios de liberalismo acusados de ser los promotores del desorden y la anarquía. Estas afirmaciones se basaban principalmente cuando en el punto más álgido de las confrontaciones Inter.-élites en las décadas de 1840 y 1850, los granadinos a través de José León Sandoval (1845-1847) trataron a través de diversas medidas de fortalecer la autoridad del Estado esta iniciativa se vio boicoteado por el jefe militar liberal de León, Trinidad Muñoz. A este caudillo también se le acusó de ser el promotor de las rebeliones indígenas y campesinas de 1848 y 1849 en Granada y Rivas en perjuicio de los conservadores y un intento de reforma constitucional. Similares señalamientos se hicieron a los liberales por el intento de golpe de Estado en 1851 y provocar la guerra de 1854 - 1855. Por tanto, es este sector (el conservador) el que además de tener más prestigio que los liberales leoneses, estuvo con más posibilidades de cohesionarse en 1858 y construir la legitimidad requerida para sostenerse en el poder hasta el año de 1893. Dentro de esta lógica y utilizando los mecanismos requeridos, a ellos les corresponderá determinar o seleccionar, que hechos serán trascendentes para incluirlos en su panteón heroico y a su vez quienes serán excluidos o vistos a menos. Esto es lo que especialistas como Hosbawm denominan “la invención de la tradición”. Igual tratamiento reciben en este caso los actores individuales cuya condición de héroes va a estar condicionada cuando fue demasiado evidente su proyección (caso de Andrés Castro), pero sobre todas las cosas cuando posterior a los hechos fue útil y/o se acomodó a los intereses circunstanciales de los ocupantes del poder. Un ejemplo de ello es la sobre dimensión que se le ha dado a personalidades como el general José Dolores Estrada, en menoscabo de otros que aún permanecen en el anonimato.
La Guerra Nacional: hechos, simbologías y omisiones. La Guerra Nacional se inició con la batalla del 29 de junio de 1855 en Rivas en donde más de 200 nacionales al mando del coronel Manuel del Bosque se enfrentaron y derrotaron a 55 falanginos, la misma pasa a ser significativa por ser la primer prueba de fuego que protagonizan los nicaragüenses en contra de los filibusteros; Otra batalla de relevancia fue la derrota que propinó Walker en la Virgen, Rivas en fecha 3 de septiembre de 1855 con la participación de 50 falanginos y 120 auxiliares leoneses, al veterano militar hondureño Santos Guardiola, aliado de los legitimistas. Esta victoria le permitió a Walker otro éxito, tal como fue la ocupación sorpresiva de Granada el 13 de octubre de este mismo 19
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año, Por esos mismos días Walker, logró nutrirse con los primeros envíos de California (35 hombres) y refuerzos similares del bando democrático. Estos dos últimos hechos de armas, son poco mencionados, en tanto fueron victorias del filibustero. Pasó a ser simbólica también, la batalla del 11 de abril de 1856 en el mismo Rivas donde 3.000 costarricenses rechazaron el ataque de 600 filibusteros, provenientes de Granada. Finalmente el referente simbólico más importante de la Guerra Nacional, es la batalla de San Jacinto desarrollada el 14 de septiembre de 1856. Es calificada como tal, primero por haberse dado dos días después del pacto patriótico del 12 de septiembre; segundo fue el primer enfrentamiento entre filibusteros y nicaragüenses, (es decir sin la participación de tropas de ningún otro país); y tercero, se produjo un día antes de la conmemoración de la Independencia (el 15 de septiembre) por lo que, además de significativa, en términos prácticos, facilitó en años posteriores la celebración en bloque de ambas efemérides, en lo se conoce como las fiestas patrias nacionales del 14 y 15 de septiembre. Algunos analistas en historia militar, incluso califican a este enfrentamiento, como un combate y no como una batalla propiamente dicha, dado que la involucraron (160 nicaragüenses y entre 200 y 300 filibusteros). Pero por encima de todo, pasa a ser la gesta de San Jacinto la batalla que simboliza la derrota del filibustero Walker en la Guerra Nacional. Esta batalla que duró cuatro horas, tuvo también la característica de que fue el primer enfrentamiento entre filibusteros y nicaragüenses, sin la presencia de auxiliares nacionales en el bando filibustero, ni tampoco la presencia de centroamericanos en el bando nicaragüense, como había sucedido hasta ese día. Sin embargo hubo otros acontecimientos de mayores dimensiones, que desafortunadamente han sido desestimados y han estado al margen de la simbología oficial. Ejemplo de tales omisiones, son además de la tercera batalla de Rivas de 1857, los largos enfrentamientos de Masaya y Granada que se dieron entre octubre y diciembre del mismo año de 1856.La primera batalla MasayaGranada el 12 y 13 de octubre rompió el esquema estratégico de Walker dado que pretendía sorprender y derrotar a los aliados y pasar a la ofensiva sobre León. Para ello aglutinó 1.000 de sus mejores hombres entre sus tropas, ya con ellos, bien apertrechados logró entrar a Masaya el día 12 de octubre y tomó posiciones estratégicas logrando avances sustanciales en el sitio. Mas los Aliados en una hábil maniobra atacan Granada débilmente resguardada, informado de esta situación Walker se ve obligado a cambiar de planes y aún cuando sorprende y logra derrotar a los aliados en Granada pierde la perspectiva estratégica de pasar a la ofensiva sobre León, teniendo como primer paso la ocupación de Masaya. En lo adelante pasará a la defensiva, sobre sus posiciones en Granada Rivas y la Vía del Tránsito. Aquí notamos que las dimensiones de las batallas son sustancialmente diferentes a todas las batallas anteriores, desde 1855: 2.300 20
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guatemaltecos, hondureños, salvadoreños y nicaragüenses se enfrentan a 1.600 filibusteros en ambas poblaciones. Los filibusteros compensan su inferioridad numérica, con su superioridad en armamento de mayor volumen y más moderno. En noviembre de este mismo año Walker vuelve a hacer otro intento infructuoso sobre Masaya con un nuevo revés, que habría de repercutir en lo sucesivo en otra derrota en Granada, cuando los aliados pasaron a una ofensiva total entre noviembre y diciembre. Lo que tuvo como resultado el conocido incendio de Granada y la retirada del general filibustero Charles Frederick Henningsen hacia Rivas. Tampoco pueden ignorarse otros hechos de armas como lo que pudiera llamarse la Batalla por el Río San Juan que tuvo como protagonistas al marino Spencer al servicio de Vanderbilt y el grueso de ejército costarricense (3.000 hombres), bien apertrechado y encabezado por el General José Joaquín Mora. Esta lucha que se prolongó desde el 20 de diciembre de 1856 hasta el 2 de abril de 1857 con la derrota definitiva de los jefes filibusteros Lockridge y Titus fue determinante para bloquear el abundante flujo de refuerzos (en armas avituallamiento y hombres) que tuvo Walker hasta ese momento. Los costarricenses además de contar con la colaboración de Vanderbilt, tuvieron desde el inicio el apoyo de los ingleses en avituallamiento de armas modernas. Estos, con fuertes intereses en la Costa Atlántica de Nicaragua, y sobre todo rivales de Walker y los norteamericanos por el control de la Vía del Tránsito, estaban interesados en la expulsión de Walker, resultando los costarricenses, los aliados inmediatos e idóneos. Paralelo a todos estos hechos hasta agosto de 1856 se dieron en el Norte y Occidente del territorio distintos enfrentamientos, principalmente, entre Democráticos y Legitimistas Todo ello como parte de la transición de Guerra Civil a Guerra Nacional lo que por su naturaleza sería otro tema de estudio.
La tercera batalla de Rivas entre enero y mayo de 1857. La tercera batalla de Rivas entre enero y mayo de ese mismo año, es de singular importancia no solo para la Guerra Nacional sino que también para todo nuestro proceso histórico, porque constituyó la derrota definitiva del intento esclavista en Nicaragua. En estas circunstancias, la situación ha cambiado totalmente, los filibusteros aunque mantienen la superioridad técnico-militar con armamento moderno y militares capaces como Henningsen, tras su retiro de Granada están a la defensiva, con sus efectivos reducidos a la mitad (entre 1.000 y 1.200 hombres) moralmente desanimados, mas prestos a la deserción que al combate. Los aliados por su parte contaban al inicio de esta batalla con 2.500 efectivos los que vinieron aumentando hasta llegar a ser más de 4.000 (entre nicaragüenses y centroamericanos).
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La confrontación tuvo dos fases: • - Las ofensivas de Walter que se dieron desde el mismo 29 de enero en el ataque de El Obraje y los intentos sucesivos de los filibusteros entre los días 4,7 y 16 de febrero hasta el 16 de marzo por desalojar a los aliados de su cuartel general establecido en el puerto lacustre de San Jorge. Todos estos ataques son frustrados y Walker fue incapaz de obtener una victoria que le impidiera el cerco que se le estaba imponiendo. La situación de Walker estaba en deterioro tras las batallas de Masaya y Granada en diciembre de 1856. El fluido de refuerzos que le estuvieron llegando a lo largo de este año se vio mermado bruscamente al perder el control de la Vía del Tránsito en la fecha señalada del mes de abril. • - Los aliados, que contaban con más recursos humanos, materiales y morales pasaron a la ofensiva el 5 de marzo. El general Fernando Chamorro a la cabeza de 500 hombres derrota en una batalla campal al General filibustero Sanders, con lo que se asegura el control de la Vía del Tránsito, quedando Walker bloqueado. El general hondureño Xatruch lanzó un ataque de distracción nocturna sobre las posesiones de Walker en Rivas, bien atrincheradas las tropas filibusteros causan grandes bajas a los aliados. Walker lanzó su última ofensiva el mencionado día 16, pero se vio obligado a retirarse con muchas bajas. Los aliados ponen sitio a la ciudad los días 23 y 24 atacan por varios flancos, son rechazados con muchas pérdidas, logrando a pesar de ello, completar el cerco sobre la plaza. En estas circunstancias, los aliados tenían muchas ventajas, todo operaba a favor de la derrota total de un enemigo totalmente cercado, cuando en desacuerdo con los demás jefes, el general costarricense Mora impuso la realización de una ofensiva para el día 11 de abril. Walker a sabiendas de que Mora iba a conmemorar en este día, la batalla del año anterior, en el mismo Rivas preparó las defensas e hizo una matanza (más de 300 hombres) de tropas centroamericanas en su mayoría nicaragüenses. Esta victoria, dentro de la derrota total le permitió a Walker más movimientos y ventajas, pudo contactarse con el Almirante norteamericano Charles Davis quién había fondeado su corbeta en San Juan del Sur y pudo negociar su capitulación. Él no quiso capitular ante los aliados ni reconoció como interlocutor al General Mora, sino que lo hizo ante Davis el 1° de mayo de 1857. En base a estos acuerdos él pudo retirarse con su cuerpo de oficiales y soldados a EEUU. La última y más sangrienta batalla de la Guerra Nacional había concluido, más de mil muertos y otro tanto de heridos lo testimoniaban. En lo adelante las posteriores intentonas de Walker no tuvieron eco ni en Nicaragua ni el resto de Centroamérica, las facciones en pugna se dieron cuenta de su error y se abocaron a solucionar sus conflictos por la vía del entendimiento político.
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Tal como lo expresamos anteriormente, este hecho, si bien es conocido y mencionado por los narradores de su época, fue obviado como efemérides, a pesar de su trascendencia por las razones antes señaladas. Primero por los constructores del Estado de entonces y después por las generaciones subsiguientes de la clase política. No se tiene conocimiento por ejemplo de la celebración en su centenario en 1957 y en los tiempos actuales vimos como pasó desapercibido el 150 aniversario, a pesar de sugerencias que le hicieron algunos profesionales a algunas autoridades locales y a representantes políticos de la ciudad de Rivas. Finalmente, queremos expresar a manera de reflexión que no se trata de agregar más y más fechas gloriosas a una Nicaragua que ha soportado muchas pruebas, un país constantemente intervenido y defendido por sus mejores hombres y mujeres en distintas etapas de su historia. Pero hoy, cuando la injerencia y presiones externas por los nuevos filibusteros de las Transnacionales, son el pan de cada día, los 150 años de la derrota definitiva del esclavismo en Nicaragua, no deben olvidarse.
Bibliografía básica utilizada y consultada. 1. Bolaños Geyer, Alejandro. William Walker. El Predestinado. CIRA. Managua, 1999. 2. Casanova Fuertes, Rafael. “Entre la Anarquía y el Orden” (Capítulo II de Tesis Magistral Inédita).UCR. San José CR.1995. 3. Gámez, José Dolores Historia de Nicaragua. Colección Banco de América Managua, 1975. 4. Hosbawm, Erick y Otros. The Invention of Tradition. Cambridge University Press New York.1988. 5. Palma Martínez, Ildefonso. La Guerra Nacional Imprenta Aldina. México, 1956. 6. Pérez, Jerónimo. Obras. Colección Cultural Banco de América Managua, 1975. Managua, BBCN Mayo de 2007
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Desembocadura del Rio San Juan
II. La expansión de Costa Rica a costa de Nicaragua (1824-1888).
El Castillo- Rio San Juan
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1. La expansión de Costa Rica a costa de Nicaragua (1824-1888). Introducción. Desde su existencia como nación independiente el territorio de Nicaragua ha sido objeto de impunes despojos por parte de sus vecinos. En este proceso han intervenido diversos factores entre los que no se puede ignorar el arribismo inescrupuloso de los vecinos, conjugado con quienes desde la perspectiva del poder (en sus distintos momentos) no utilizaron los debidos mecanismos para defender la soberanía nacional. De este modo se perdió el Guanacaste en 18251858; San Andrés y Providencia, en 1928; y el Territorio en Litigio, en 1960. En este caso, haremos referencia en particular al conflicto con Costa Rica, que continúa aún sin resolverse de forma definitiva puntualizaciones básicas sobre los orígenes y evolución del conflicto.
La oportunidad de Costa Rica. Poco tiempo después de la independencia en 1823, cuando el mexicano Agustín Iturbide decidió anexar las cinco parcelas de la América Central al Imperio Mexicano, se desató una guerra civil en Nicaragua.. Los republicanos dirigidos por Cleto Ordóñez, dieron lo que se llamó “El cuartelazo de Granada”, en enero de 1823, contra los Sacasistas partidarios del Imperio Mexicano, iniciándose la Guerra Civil que duró hasta 1825. En medio de este estado de cosas que no habían afectado para nada a los atemorizados habitantes de Nicoya, Guanacaste y Santa Cruz, delegados costarricenses se personaron en septiembre de 1823, en León ante uno de los representantes de la facción Sacasistas, para solicitarle la incorporación de Guanacaste y Nicoya. La respuesta de este funcionario muy ligera y desatinada fue de que una solicitud como esa, la resolvería el Congreso Federal. Esta displicencia del funcionario leonés, más ocupado en el conflicto con los ordoñistas, fue ampliamente aprovechada por los del Valle Central de Costa Rica. Previa una amplia labor de proselitismo, en complicidad con una minoría de comerciantes del Partido de Nicoya, el 5 de marzo de 1824 el gobierno de Costa Rica invitó a los ciudadanos de estos pueblos, a incorporarse a su territorio, mientras pasaba la situación bélica y tornaba el orden a Nicaragua. La población de Guanacaste (después llamada Liberia), en cabildo abierto celebrado el 23 de mayo del mismo año, se manifestó en contra de la solicitud de Costa Rica; lo mismo hizo la población de Nicoya el 4 de julio siguiente. Sin embargo, 20 días después, el 25 de julio, un nuevo cabildo como resultado de presiones y halagos por parte de las autoridades costarricense a los pobladores, decidió lo contrario, con el agravante de que a la población de Nicoya se sumó la de la municipalidad de Santa Cruz, quedando la población de Guanacaste (hoy 27
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Liberia) en minoría. ) En la instigación a la anexión actuó un pequeño grupo de nicoyanos, captados por Costa Rica y rivenses resentidos, que se habían llegado a refugiar allí por desavenencias con uno de los dirigentes de las fracciones en pugna. (Pérez, Jerónimo. Obras 1975. P.501-502).
La tardía y pasiva reacción de Nicaragua. En 1825, pasados los conflictos internos por las luchas de independencia, Nicaragua procedió a recuperar los territorios que se habían anexado temporalmente a sus vecinos. Las autoridades de Honduras procedieron a devolverle el distrito de Segovia en agosto de 1825, además de que tenían serios problemas internos, no estaba para nada interesado en preservar este territorio para sí contra la voluntad de Nicaragua y de los propios vecinos segovianos. Pero las gestiones para hacer retornar Guanacaste y Nicoya, se estrellaron ante la negativa de las autoridades costarricenses, quienes no habían perdido tiempo y llevaron la moción al Congreso Federal de mantener integrados los distritos de Nicoya y Guanacaste en su territorio. El Congreso de la República Federal, mediante decreto del 9 de diciembre de 1825 en medio de la protesta de Nicaragua resolvió que “por ahora y hasta que se haga la demarcación, el Partido de Nicoya continuará separado del Estado de Nicaragua agregado al de Costa Rica”. (Álvarez Lejarza, 2001.P1415) El Estado de Nicaragua elevó su protesta ante el Congreso Federal y solicitó la revocación del decreto, solicitando la devolución del territorio a Nicaragua. Las poblaciones nicoyanas a su vez, reaccionaron elevando actas ante las autoridades de federales protestando esta decisión. El Congreso prestó oídos sordos a estas protestas. La actitud de las autoridades nicaragüenses, fue la de enviar notas al Gobierno Costarricense, carentes de la energía que requería el caso, en contraste con la agresividad que denotaban los costarricenses contra los nicoyanos. Esto se puede ejemplificar con la carta enviada por el Ministro de Estado José Miguel de la Quadra al Gobierno de Costa Rica con fecha el 19 de junio de 1826…No cesan las quejas de los vecinos de Santa Cruz y Guanacaste, por insultos que sufren solo por haber manifestado adhesión a este Estado, y no siendo culpables de esta conducta, (…) y como mi gobierno no puede intervenir en ello, me previene me dirija a usted con recomendación de que excite al suyo para que se aplique en el particular el conveniente remedio. (Álvarez Lejarza, 2001.P. 19-20).
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Por fin Nicoya reacciona. Costa Rica a la carga, Nicaragua a la calma. El estado de animosidad de los vecinos nicoyanos, guanacastecos subió de tono a lo largo de 1826 y en agosto de este año, enviaron sendas cartas al Congreso Federal solicitando la revocación del decreto de 1825, insistiendo que los anexionistas eran una minoría de nicoyanos con fines eminentemente particulares. Exasperados ante la falta de respuestas, los nicoyanos recurrieron a solicitar el auxilio de los vecinos de la Villa de Nicaragua (Rivas), con quienes los ligaban ancestrales relaciones, incluso familiares. Estos no esperaron mucho y a lo inmediato respondieron, preparándose con las armas para hacer respetar por la fuerza los derechos de los nicoyanos, quienes hicieron los aprestos necesarios para rebelarse. Al tener conocimiento de esta situación, en fecha 3 de septiembre, Costa Rica protestó ante el Gobierno de Nicaragua, expresando que tenían conocimiento de “que las autoridades de la Villa de Nicaragua, han ofrecido auxilios militares a los pueblos disidentes del Partido de Nicoya, para que por las fuerza hagan valer sus opiniones de agregación a Nicaragua y segregación de Costa Rica”. (Álvarez Lejarza, 2001.P21). Quienes esperaron quizás otro tipo de respuesta, de parte del gobierno de Nicaragua, sobre todo los nicoyanos víctimas de los más infames vejámenes, se tienen que haber ido de espalda ante la respuesta oficial de Nicaragua. Si en los meses anteriores no amenazó con responder con energía ante los abusos contra los nicoyanos por parte de las autoridades ticas. En este caso apegada a la “legalidad y a lo deseos de paz”, las autoridades nicaragüenses expresaron en su respuesta, para satisfacer a Costa Rica que no se podía “obrar hostilmente por un asunto, cuya resolución pende del Congreso Federal de la nación… el 1 de octubre (de ese año) Por tanto jamás surtirán efecto los criminales designios del vecindario de Nicaragua (Rivas) quien en fuerza de las dichas providencias entrará desde luego en sus deberes.” (Álvarez Lejarza, 2001.P22) Pero como respondió Costa Rica, ante la ponderada respuesta y medidas de Nicaragua, para contener a nicoyanos y rivenses, dejemos que sea una misma autoridad de la Villa de Santa Cruz, quien nos de las evidencias de la conducta de las autoridades de Costa Rica. Cuartel General de Santa Cruz Nicoya, Septiembre de 1826.Por esta mi orden comparecerán todos los vecinos de Santa Cruz (digo los que hubieren jurado a este pueblo el diez y seis de este) a celebrar la jura el diez y siete, prometiendo a los que así lo hicieren verlos como vecinos obedientes, y los que no, pasar con las bayonetas a esta costa, embargar sus bienes, quemar sus casas y traer sus familias a morar a este pueblo. F (Pedro Zamora) Álvarez Lejarza, 2001.P.22-23) 29
Ensayos y artículos de la historia de Nicaragua
En otras palabras, se exigía obediencia al Estado Costarricense de lo contrario, los disidentes corrían el riesgo de ser asesinados, despojado de tus bienes, quemadas sus viviendas y en caso de no ser apresados sus familiares pasaban a ser rehenes de las autoridades costarricenses.
Vuelve Nicaragua a la calma, Costa Rica a la carga. La ingenuidad e ineptitud de aquellos dirigentes, apegados a la ley y con deseos de paz, contrastó con la ilegalidad y la violencia de sus vecinos costarricenses, quienes amenazaban de muerte a los nicoyanos y consideraron un acto criminal la iniciativa de los vecinos de Rivas, de defender los derechos de sus hermanos nicoyanos. En resumen, muchos vecinos temerosos, prefirieron perder sus propiedades y no, perder sus vidas y se refugiaron con sus pocos haberes en la vecina Villa de Rivas, el Congreso Federal extraordinario no se reunió en Octubre. Los problemas internos de Nicaragua, condujeron en 1827 a la sangrienta guerra civil entre Manuel Antonio de la Cerda y Juan Arguello, que se prolongó hasta 1829. Esta conducta continuó en los años subsiguientes, finalizada la guerra, en mayo de 1830 una resolución del Legislativo y el Ejecutivo de mayo demandó al Congreso Federal en Guatemala, el retorno de estos territorios argumentando entre otras razones 1- Porque han variado las circunstancias (de Guerra en 1824) que obligaron a su separación de este (Nicaragua) y su agregación al Estado de Costa Rica; 2-Porque la reincorporación (a Nicaragua)contribuye al restablecimiento de la paz y a la reorganización completa del Estado.(Perez Zeledón 1887, p.48). No se conoce de respuestas de Costa Rica a estas solicitudes, ni del debilitado Gobierno Federal con residencia en Guatemala. Sin embargo Costa Rica aún cuando nombra autoridades en los territorios incorporados. Prohibió a estas, la venta de tierras a particulares Tampoco se atreve a incluirlo como parte de su territorio en la definición de límites en la Primera Constitución política de 1825 en el art. 15 del Cap. III dice así textualmente: El territorio del Estado se extiende de Este a Oeste del Río El salto que lo divide Nicaragua al Chiriquí de la República de Colombia (Álvarez Lejarza, 2001.P.16). Es decir que por estos primeros años aún cuando el Congreso Federal nunca hizo demarcación de límites, no toman una decisión definitiva. Están conscientes también del descontento de la población Guanacasteca como lo demuestra una instructiva a un funcionario costarricense en 1834.según su criterio “existe desmoralización de estos territorios; bien por la falta de energía de las autoridades locales; bien por el no cumplimiento de las leyes y providencias superiores; y por la insubordinación que inculcan muchos emigrados del Estado de Nicaragua”.(Doc. cit. Pérez Zeledón 1887, p.115).
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Recordemos que hay al menos hasta ese año tres generaciones de nicoyanos nacidas y crecidas dentro del arraigo de sus tradiciones nicaragüenses. No había surgido una generación que se sintiera identificada como costarricense, no hay según las fuentes una migración masiva de nicaragüense son los mismos nicoyanos quienes rechazaban el ser costarricenses. Los conflictos de esos años, primero la rebelión de las villas contra Dionisio Herrera en 1833 y la rebelión de Cándido Flores en 1834, si bien lograron sin pretenderlo seguir distrayendo a Nicaragua de ocuparse de la recuperación de su territorios en el Sur, no causaron trastornos tan grandes como en otras ocasiones un exilio forzoso de nicaragüenses hacia estos territorios. En marzo de 1835 por medio de una reforma le dan categoría de Departamento, con el nombre de Guanacaste y le agregaron los poblados de Bagaces y Cañas (Pérez Z. 2001.P.118-119). Al año siguiente le otorgan a la villa de Guanacaste el título de ciudad. Pero tales medidas iban acompasadas de halagos a los habitantes tales como la exención por un año de la contribución de caminos (marzo de 1936). La entrega de solares a particulares, ocupación y posesión de ejidos y tierras para pastos a los pueblos. Esto, por supuesto, no estaba exento de las presiones y amenazas a los habitantes por parte de los funcionarios del Valle Central a quienes se les instruía, a ser implacables “castigando a los contraventores de las leyes” (doc. cit Perez Z. 2001.P.122-123). En 1838, al separarse Nicaragua de la Federación, en la Asamblea Constituyente se introdujo una propuesta formal por parte de los diputados, de rescatar las antiguas fronteras del Estado, en la nueva Constitución Política. Al percatarse de esta situación en el mes de noviembre fue enviado por Costa Rica, Francisco Mª Oreamuno a convencer a los Asambleístas de desechar a perpetuidad sus pretensiones de reincorporar Guanacaste. Su labioso mensaje de unidad centroamericana contra las amenazas externas, de luchar contra el enemigo común: el caudillo unionista Francisco Morazán, no pudo obtener que Nicaragua cediera el territorio a Costa Rica. (Álvarez Lejarza, 2001.P.26-27) Sin embargo, los ingenuos asambleístas, consideraron, que era impolítico en aras de esa unidad con Costa Rica, incluir de forma absoluta al Guanacaste como parte del territorio nacional, en la Carta Magna. De allí que además de dejarlo pendiente en la solución de un tratado bilateral, en la División Política del Territorio, al Departamento Meridional lo redujeron a Rivas, mientras se resuelve la cuestión entre este Gobierno y el de Costa Rica sobre a la reincorporación del Distrito del Guanacaste.(Esgueva, 1995.P.327). Costa Rica se apuntó un nuevo triunfo con la habilidad de Oreamuno y la decisión ingenua de los Congresistas Nicaragüenses, la que a su vez cayó como un balde de agua fría sobre los desesperados nicoyanos. Tal como lo asegura Álvarez 31
Ensayos y artículos de la historia de Nicaragua
Lejarza, era ridículo pensar en la amenaza de Morazán para Nicaragua, cuando éste, estaba enfrascado en un engorroso conflicto con Guatemala, desde su último reducto en El Salvador, en una posición eminentemente defensiva, desventajosa, sin ninguna posibilidad de invadir Nicaragua o Costa Rica.
La incorporación unilateral de Guanacaste. Los círculos de poder en Costa Rica llegaron a la conclusión, tras haber convencido a los nicaragüenses de no incluir el Guanacaste, como parte integral de su territorio, que Nicaragua, tenía poco interés en la recuperación del territorio, y como lo habían demostrado, escasa beligerancia por atender las demandas de los guanacastecos y nicoyanos. Aunque no prosperó su objetivo inicial, lograron ganar tiempo. En marzo de 1841 en la reforma legislativa que se denominó: Bases y Garantías promulgadas por el jefe de Estado Braulio Carrillo, se incorporó de forma unilateral al Guanacaste como parte integral del territorio nacional costarricense. El Artículo 2º de esta ley reza de esta manera: “El territorio del Estado se comprende entre los siguientes límites. Por el Oeste, el río de la Flor, continuando su línea por el litoral del lago de Nicaragua y río San Juan hasta el desagüe de este en el mar Atlántico; Por el Norte el mismo mar desde la desembocadura del río San Juan, hasta el Escudo de Veragua; Por el Sur desde este río siguiendo la costa del mar Pacífico hasta el río de la Flor.” (Doc. Cit. por: Pérez Z., 1887.p.130). En las fuentes revisadas no se localiza en lo absoluto una nota de protesta de Nicaragua contra el Estado de Costa Rica. Es válido señalar que en estos momentos que las contradicciones de este país con Gran Bretaña están en sus momentos más álgidos. Por lo que no puede ser casual como veremos más adelante que Costa Rica aproveche estas circunstancias de Nicaragua, pero también las estrechas relaciones comerciales y políticas que vino estableciendo, con Gran Bretaña, para acercarse a la misma y hasta llegar a tener coincidencias estratégicas.
El episodio de Morazán en 1842 y las debilidades del Estado Nicaragüense No es, sino hasta que se produjo el desembarco de Morazán en Costa Rica, en abril de 1842 y su inmediata alianza con los círculos de poder en Costa Rica, en que la Cámara Legislativa de Nicaragua, autorizó en el mes de mayo al Ejecutivo a proceder por la fuerza para recuperar el territorio. Nicaragua reclamaba que la que concesión hecha a Costa Rica en su Constitución de 1838, se basaba en una alianza anti morazanista y que esta había perdido vigencia al aliarse Costa Rica, con el supuesto enemigo común de ambos países. (Álvarez Lejarza, 2001.P.29-30) 32
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Dentro de esta contradicción, en defensa de Costa Rica para impedir la reincorporación por la fuerza del Guanacaste, apareció el héroe unionista Morazán, erigido en Jefe de Estado de este país. Poco habría de valer este gesto de Morazán, porque menos de un mes después en este mismo año (15 de septiembre de 1842), moriría fusilado, en medio de una intriga montada por los mismos políticos costarricenses. Estos hechos demostraron la fragilidad del sistema político nicaragüense que asumió hasta 1842 una posición extrema contra Costa Rica, cuando por lógica debió haber tomado medidas de fuerza desde marzo de 1841, como reacción a la incorporación unilateral de los territorios a Costa Rica, por parte de las reformas de Braulio Carrillo. Esta carencia de visión estratégica, como la de posponer a través del tiempo la recuperación de 13.000 Km. Cuadrados, por parte de las élites, puede explicarse, en la lógica de que las mismas, no tenían prioridad en esos años, en la fronteras y territorios del Sur. El epicentro de sus relaciones y conflictos interestatales estaba con los estados vecinos del Norte como en los tiempos de la Colonia. La capital del Estado, León, uno de los principales centros de poder, estaba mucho más cerca de Honduras y El Salvador. Razón por la cual todos los conflictos interestatales -que por supuesto involucraban a Guatemala- tenían serias resonancias en Nicaragua. Los efímeros gobiernos que se sucedieron en estos años no tenían definida aún, una política de fronteras. A esto se agregaba el hecho de que las facciones internas focalizadas principalmente en León y Granada, empezaron, sobre todo de la década de 1840 en lo adelante a establecer alianzas con sus afines políticos en estos países. De allí que la que la posición de fuerza del Gobierno de Nicaragua en 1842 y no en 1841, estaba más orientada a neutralizar a Morazán, en contubernio con los gobiernos antimorazanistas de El Salvador, Honduras y Guatemala, que a recuperar la península de Nicoya. Las élites costarricenses más avispadas, aprovecharon los errores políticos de Morazán para desplazarlo y eliminarlo físicamente, impidiendo con ello, la perspectiva de una alianza centroamericana en su contra, que tuviera como líder a Nicaragua, lo que le hubiera permitido recuperar a este país el Guanacaste. Los gobernantes nicaragüenses, por su parte, demostraron su inconsistencia, al no continuar presionando por la vía militar a Costa Rica para cumplir con el mandato constitucional y obligarla bajo a negociar una solución definitiva del conflicto. Por el contrario al morir Morazán tornaron a dar la espalda de nuevo a la Frontera Sur, dejando el problema en el terreno en que los costarricenses habían demostrado más habilidad: la vía político-diplomática. El gobierno de Nicaragua de entonces liderado por el militar leonés Casto Fonseca, además de aumentar la coerción contra sus rivales granadinoorientales, se preparó en una aventura bélica contra El Salvador y Honduras, 33
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cuyos gobiernos acusaban al de Nicaragua, de proteger a los exilados de estos países (partidarios del Gral. Francisco Morazán). Esto tuvo como consecuencia, la desastrosa Guerra de Malespín entre los años de 1844 y 1845, que tuvo a su vez, como escenario la ciudad de León.
La misión de Tijerino en 1843 y los violentes pacifiticos. Con la trágica muerte de Morazán, se suspendió por parte de Nicaragua el proyecto de invadir la península d Nicoya, a lo inmediato se estableció comunicación con el nuevo Gobierno de Costa Rica y el Gobierno de Nicaragua procedió a enviar, como delegado especial a Don Toribio Tigerino (sic), quien es pariente ascendiente del actual Ministro de seguridad costarricense José María Tijerino. No había pisado tierra tica Don Toribio, cuando las autoridades costarricenses, apropiadas del entusiasmo abierto que ocasionó esta noticia en los guanacastecos -quienes a 16 años de ocurrida la anexión, no habían perdido las esperanzas de retornar al terruño original- tomaron una medida que como dice Álvarez, asustaría al mismo Dracon. Un decreto del 24 de diciembre de 1842, firmado ya no por una autoridad local como el ejemplo de Zamora, sino por el mismo Jefe de Estado José Mª Alfaro y su Mtro. Gral. José Mª Castro que rezaba de esta manera: “que todo el que en cualquier punto del Estado, a presencia de tropas o de gente reunida con armas o sin ellas levantase la voz desconociendo al gobierno o alguna otra autoridad legítima (…) queda ipso facto fuera de la ley (…) en consecuencia, cualquiera puede quitarle la vida, y el que lo verifique será gratificado con quinientos pesos que se le pagarán del tesoro público (…) se le daría empleo a juicio del e gobierno. (Álvarez Lejarza, 2001.P.33-34). Es decir que con este doble premio incitaban a que cualquier persona se convirtiera en sicario y quitara la vida a quien expresara sus deseos, de retornar a su patria original. Pero para estar más seguros de cómo convertir a cualquier ciudadano en un frío asesino -con tal de acallar o prevenir cualquier mínimo intento de protesta- y de malhechor en bienhechor, tras haberse ensuciado las manos con el crimen de un nicoyano. Véase lo que dice el Art.3 de este mismo decreto “Declarar benemérito, además un premio de cinco mil pesos al que de muerte al individuo que por golpe de sedición se apodere del mando supremo”. (Álvarez Lejarza, 2001.P.34).
Fracaso de la misión de Tijerino y los tratados de Masaya en 1846. En los primeros días de enero de 1843, llegó Don Toribio Tijerino a San José, recibido en medio de una actitud casi hostil, por los funcionarios ticos, presentó su protesta formal por la retención de parte del territorio nicaragüense por parte de Costa Rica. El Gobierno de este país expresó su consideración a que las 34
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legislaturas de ambos países decidieran los términos de un arreglo definitivo. El objetivo de este último país, no era una solución inmediata, sino darle largas al asunto para ganar tiempo. La respuesta de Nicaragua en medio del punto álgido de conflictos internos entre las élites y su vínculo con los conflictivos vecinos del Norte, fue en un tono diplomático a Costa Rica (Álvarez Lejarza, 2001.P.34-35). Según Álvarez L. en este año el intercambio de notas entre ambos gobiernos, se dejó entrever una nueva urdidumbre de Costa Rica, para ganar a la larga el diferendo. Esto era constituir con Nicaragua una nueva confederación, paralelo a ello, su alegato se basó en que su derecho para retener Nicoya era la decisión del Congreso Federal de 1825 y que solo podría abandonar la posesión ante la misma autoridad. Nicaragua basaba su argumento en que ambos países habían aceptado la disolución de la Federación Centroamericana por tanto al desaparecer el depositario deberían retornar a su dueño original la posesión. La falacia de unidad con Nicaragua la dejó totalmente en entredicha un fragmento del diálogo entre el encargado de negocios norteamericano William Carey Jones en C. R. y el político costarricense Juan Rafael Mora. Cuando este le preguntó de que si en verdad iba a realizarse la unidad entre Nicaragua y Costa Rica Mora le respondió “que el carácter turbulento de los habitantes de Nicaragua y la condición de ser propensos a las guerras civiles en contraste con las disposiciones generales, de orden y sumisión (de los habitantes ticos) a las autoridades costarricenses, hacía imposible esa unión” (Álvarez Lejarza, 2001.P36) Finalizada la Guerra de Malespín el Gobierno de Costa Rica, en 1846 envió sus delegados para entenderse con el nuevo Gobierno, este puesto sobre aviso nombró como delegados a los señores Laureano Pineda y Juan José Zavala, doctores en derecho y conocedores a fondo del problema. Es válido acotar aquí que el primero era originario de Rivas, muy cercano a las familias afectadas del Guanacaste. En la reunión, no exenta de incidentes ante la tenacidad de los costarricenses, con la devolución de Nicoya. Nicaragua llegó incluso a amenazar con recurrir a la guerra, para hacer valer sus derechos, sino se llevaban a concretizar los acuerdos. Por fin se firmaron los tres tratados propuestos por Costa Rica. Que en general se sintetizaban en los siguientes puntos: 1- en caso de agresión inglesa a Nicaragua, Costa Rica apoyaría a Nicaragua; el establecimiento de un Gobierno Federal. 2- regular la navegación del Río San Juan, Costa Rica podría trasladar sus mercaderías a través del Río de conformidad con las regulaciones que podría establecer Nicaragua, Costa Rica, podría establecer una aduana en San Alfonso, 25 a 30 millas al sur de la confluencia con el San Juan, con el Río Sarapiquí. 3- Derechos de Nicaragua sobre el Río San Juan y 25 millas al Sur entre las fronteras del río Salto y el Atlántico; someter a un arbitraje las fronteras de Guanacaste y Nicoya, con árbitros centroamericanos, de Guatemala Honduras y El Salvador. Mientras tanto el territorio no podía ser enajenado; uso del territorio deshabitado, sin afección de las partes y ante la no definición de las fronteras en la parte sur del San Juan, se propuso que la línea fronteriza debería establecer 35
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partiendo de punto medio de los puntos que habían servido de referencia durante la administración Colonial. Esto es un punto medio entre Matina que era la máxima aproximación hacia el Norte controlada por Costa Rica, durante la Colonia y San Juan del Norte que era hasta donde había llegado el control histórico por parte de Nicaragua. (Álvarez Lejarza, 2001.P.39-42). La Asamblea Legislativa de Nicaragua ratificó estos tratados, pero el gobierno de Costa Rica no. El intercambio de comunicaciones revela la ansiedad de Nicaragua por resolver este problema de forma definitiva con Costa Rica, dado el peso cada vez mayor que tenían las contradicciones con Gran Bretaña. Los países concluyeron, que fuera punto de agenda, en la reunión de países centroamericanos, convocada para julio de 1847 en Nacaome, Honduras. Pero, Costa Rica no asistió a la dieta de Nacaome, y respondió con evasivas, prolongando el arreglo definitivo del Guanacaste y el San Juan. (Gamez1975.P.426-427) En la práctica los costarricenses, estaban claro del peso de las contradicciones británico –nicaragüense, por el territorio de la Mosquitia. Ellos tenían otros planes en perspectiva estratégica y no estaban interesados en un arreglo, en el que Nicaragua podía tener ventajas, condicionado en esos años por la relativa cohesión política que se dio alrededor del Gobierno de José León Sandoval.
Gran Bretaña en escena. EL avance hacia el Lago y el San Juan. Costa Rica desde la década de 1820 había incursionado exitosamente en la producción de café, favorecida por la estabilidad política, con menos habitantes y sin los problemas de los vecinos del Norte, hacia 1840 había alcanzado un auge económico, con en el crecimiento de las exportaciones de café hacia los mercados europeos. Sin embargo uno de sus mayores problemas era que las salidas de sus productos las realizaba por el Pacífico, lo que les resultaba muy costoso. De allí que las medidas de 1841, de considerar a Guanacaste, como parte integral de su territorio tenga como objetivo principal su acercamiento (y apropiación del) al Gran Lago y el Río San Juan. Las fronteras de Guanacaste como se expresa anteriormente se extendían desde el río la Flor en el Istmo de Rivas en línea recta por las costas del Gran Lago hasta la desembocadura del San Juan. Este último, teniendo una salida por el puerto de San Juan del Norte, era la ansiada vía para sacar las cargas de café por el Océano Atlántico. En esta última dirección, deberían de contar con un aliado poderoso con fuerte contradicciones con Nicaragua. Gran Bretaña, desde el siglo XVII había patrocinado el establecimiento de la llamada “Monarquía Misquita” en el litoral Atlántico. Ahora en el siglo XIX, en nombre de del Rey Mosco los ingleses, reclamaban como parte de la Mosquitia el Puerto de San Juan del Norte y en 1848 procedieron a ocuparlo militarmente avanzaron por el río hasta El Castillo. Esto dio como resultado en marzo de este año el tratado de la Isla de Cuba, en Granada, entre Inglaterra y Nicaragua. Costa Rica expresó públicamente 36
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su agrado por este hecho, la prensa oficial en San José exaltó “Las ventajas inmediatas que derivaría Costa Rica de la ocupación de San Juan por un gobierno ilustrado”, todo esto se da en medio de la visita oficial W. D. Christie, nombrado por la reina Victoria cónsul inglés ante la Mosquitia. Los misquitos a instancia de Inglaterra ya no extienden su reclamo a todo el litoral Atlántico costarricense hasta el Escudo de Veragua, como lo habían hecho históricamente. Esto fue posible gracias a un tratado entre el gobierno de Costa Rica y el Cónsul General inglés para Centroamérica, en donde además de reconocer su calidad de estado independiente, Inglaterra le “reconoce sus derechos sobre el San Juan”. (Bolaños G., 2000. P.14) En 1849, el diplomático costarricense Felipe Molina se niega a ayudar a Francisco Castellón en Londres en sus reclamos sobre la Mosquitia, porque como él mismo lo explicará años después: ¿habrá persona con dos dedos de frente, que conociendo los antecedentes del litigio del Guanacaste, espere que el representante de Costa Rica secunde los reclamos de Nicaragua acerca de la Mosquitia?. (Bolaños G.2000.P.15). Por estos años se incrementó la preocupación de las grandes potencias por construir un canal interoceánico y Nicaragua ocupaba una geografía estratégica y privilegiada, por los potenciales accesos del Río San Juan y el Gran Lago entre el Atlántico y el Pacífico. De allí en creciente interés de Inglaterra, por controlar la vía del San Juan, por supuesto que los costarricenses no podían quedarse atrás y trataron de sacar provecho de esta situación. Nicaragua, también despertó el interés de los Estados Unidos, cuyo poderío venía en creciente. Entre 1849 y 1850 estuvo en el país, el célebre diplomático norteamericano E. G. Squier, el descubrimiento de oro en California, acrecentó el interés por la comunicación interoceánica. En agosto de 1849, el Gobierno de Nicaragua realizó un tratado con una compañía privada norteamericana, cuyo principal socio era el comodoro Vanderbilt. En esencia consistió en el derecho por parte de la compañía a construir un canal a través del territorio y la navegación por medio de vapores por el río y el lago. (Gamez1975.P.484-493) El funcionamiento de esta compañía entre 1850 y 1868, trasladando viajeros de la Costa Este hacia la Costa Oeste Norteamericana, implicó que a esta parte de la geografía nicaragüense se le denominara la Vía del Tránsito. Costa Rica en estas circunstancias no descansó en sus maniobras alegando sus derechos sobre el Gran Lago y el Río San Juan. J. T. de Marcoleta, ministro de Nicaragua en Washington logró en 1852, develar una patraña, cuando al conocer el texto del conocido tratado Crampton –Webster, y envía una protesta al Secretario de Estado norteamericano, Daniel Webster. Cual fue el contenido de este tratado?, los contenidos básicos eran los siguientes: Inglaterra y EE.UU. reconocen la soberanía de Costa Rica sobre Guanacaste y el derecho de navegar por el Gran Lago y el San Juan; el derecho del rey Mosco, de un tercio de Nicaragua 37
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que ya ocupaba ilegalmente; garantías totales para la Compañía del Tránsito; derechos de soberanía total de los norteamericanos en San Juan del Norte; respetar las concesiones del soberano mosco a los ingleses y reconocimiento del Protectorado Mosquito por parte de los ingleses. Al tomarse estos acuerdos no hubo presencia de una representación de Nicaragua, aunque se toma en cuenta a este país (el dueño del territorio) tan solo como socio de Costa Rica. El tratado no prospera por distintas razones, entre ellos desacuerdos de Costa Rica por exigencias compensatorias que le hicieron ingleses y norteamericanos, pero Costa Rica persistió en su alianza con Inglaterra en los años subsiguientes.
Los preparativos de Guerra de 1853-1856., ¿contra quién? Mucho se ha hablado de los aportes sustanciales que realizó Costa Rica durante la Guerra Nacional, para que Nicaragua se librara de la amenaza de Walker, pero en las historias convencionales, no se reflejan los antecedentes inmediatos de este suceso, los que pueden poner en tela de duda de la desprendida y sacrificada ayuda de los costarricenses. Esto no niega en lo absoluto el respeto que se merecen los miles de pobladores y soldados costarricenses, que participaron y dieron su vida para librar a Nicaragua y Centroamérica de la amenaza filibustera. Las versiones discursivas no dejan entrever las maniobras de los círculos de poder, que en esta república maquinaban, -desde antes de Walker a fines de 1840- para aprovechar el estado de conflictos en Nicaragua e intervenir de forma ventajosa para ocupar por la fuerza la llamada línea del tránsito o potencial ruta canalera por el Gran Lago y el San Juan. En septiembre de 1848, durante la Administración de Don José Guerrero, Nicaragua reclamó al enviado especial Don Felipe Molina, entre otras cosas la falta de ratificación de Costa Rica de los tratados de 1846; el uso indebido del Sarapiquí y el San Juan; la retención ilegal del Guanacaste; contra la intervención extranjera (de Inglaterra) que proponía la desmembración del territorio a favor de Costa Rica. (Gámez, 1975.P.426-428) Molina salió trasquilado, porque su conducta inicial fue, la de desentenderse de los tratado de 1846 y proponer una compensación pecuniaria, a cambio de que Nicaragua cediera una línea fronteriza siguiendo en dirección del río La Flor en el Pacífico, hasta la desembocadura del San Juan. Tras el fracaso de estas pláticas Nicaragua tuvo conocimiento de una misión de este diplomático en Londres, para solicitar apoyo a Inglaterra, y dos meses después de la misma llegaron noticias de que Costa Rica, se preparaba para la guerra. Hubo evidencias de la compra de mil fusiles en Puntarenas destinados a Nicaragua; del apostamiento de partidas de tropas en la frontera; y el avituallamiento embarcaciones armadas. Según el historiador Gámez”: “las cosas, solamente allí llegaron”. (Gámez, 1975.P.434-435). 38
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Pero cuan equivocados estaban los políticos locales, Costa Rica se percató de que la posición de Nicaragua ya no era la misma de los años anteriores, y procedieron a prepararse para garantizar por la fuerza lo que ya ellos consideraban como, propio (Guanacaste) y lograr su expansión hacia el Gran Lago y el San Juan. Desde 1849 por ley todos los varones entre 15 y 60 años están obligados a prestar servicio militar, por tanto cuentan en sus filas activas con 5.000 milicianos, con cuerpos de caballería y artillería , su armamento era el mejor y más moderno de Centroamérica. Hasta un ciego podría observar a todas luces que esos preparativos de guerra, no eran para otra cosa que no fuera para agredir a Nicaragua. En 1852 el cónsul costarricense, Eduardo Wallestein obtuvo las primeras muestras de 12 rifles “Minié” en 1852 mucho antes que lo tuvieran otras naciones del mundo. En 1854, se completa la dotación del “Minié” para las tropas generales, las remesas llegadas de Inglaterra, incluyeron modernas piezas de artillería con grandes cantidades de municiones y pólvora (Bolaños G, 2000.P.20-21). En este mismo año, el Estado Costarricense, -representado por Juan Rafael Mora- en una posición de fuerza, primero: rechaza la propuesta de arreglo que le hace el delegado del mandatario legitimista nicaragüense Fruto Chamorro. Quien propone resolver el problema de Guanacaste por medio de una venta de Nicaragua a Costa Rica, por valor de 500.000 pesos, pero además otorgar la libre navegación de Costa Rica por el Sarapiquí y el San Juan, pero que la frontera deberá trazarse varias leguas al Sur paralelo al Lago y el San Juan en toda la línea fronteriza. Costa Rica contrapone que no va a comprar lo que es suyo; segundo que su límite fronterizo va sobre el río La Flor y la ribera del Lago, hasta la salida del San Juan en el Atlántico. (Bolaños G, 2000.P.21-22). Los delegados nicaragüenses entre los que se encontraba Dionisio Chamorro, hermano de don Fruto, señalaron con indignación, que estaban cediendo parte del territorio que pertenecía legítimamente a Nicaragua, en aras de darle una solución definitiva al problema y responsabilizaron al Gobierno de Costa Rica, por un futuro derramamiento de sangre de ambas naciones. Pero su contraparte tenía otros cálculos en su beneficio a costa de Nicaragua. El segundo paso de Mora, quien le dio el nombre de Moracia a Guanacaste, al “territorio adquirido”, fue la de entrevistarse con el líder opositor Buenaventura Selva en el mismo Guanacaste, para informarle que en caso de revolución en Nicaragua su gobierno no apoyaría al gobierno de Chamorro, con quien su Gobierno, no tenía buenas relaciones. Animado por esta situación, Selva quien días antes había prometido a Mora, ceder Guanacaste a cambio de su neutralidad, corrió a informarles a los emigrados residentes en Honduras de esta situación, para solicitar los auxilios que necesitaban del General Cabañas para invadir Nicaragua por Occidente. (Gámez, 1975.P.709-710; Bolaños G, 2000.P.24-25). Esto, tal como lo había calculado Mora, dio paso a una nueva y sangrienta guerra civil en Nicaragua, entere los años de 1854 y 1855. Es decir, los ticos avivando el fuego de la guerra en Nicaragua. 39
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El paso tercero, suponía, entre otras, distintas variantes a partir de los dos momentos anteriores. Costa Rica mejor armada y cohesionada, puede intervenir a favor de una de las facciones, inclinar la victoria de esta, para obligarla a negociar en beneficio de las aspiraciones de Costa Rica. Dejar que los acontecimientos transcurrieran porque el estado de guerra civil, iba a dejar debilitado a Nicaragua y a las facciones. La facción vencedora de la contienda,(tanto los democráticos, comprometidos a hacer concesiones a Costa Rica, así como los legitimistas opuestos a la concesión total) tendría que negociar en una posición de debilidad, siempre a favor de Costa Rica, de lo contrario tendría que enfrentarse a una nación fortalecida, en condiciones de derrotar militarmente a Nicaragua.
William Walker: el villano oportuno Mientras la guerra continuaba en Nicaragua, en 1855 el Estado tomó medidas para la apropiación de lo que consideraba como propio. Se construyen caminos de penetración hacia poblados adyacentes al Gran Lago y los ríos; plantan una bandera en una isla del río San Juan. Están impacientes por guerrear contra Nicaragua, esta posibilidad se presentó cuando tras la batalla de Rivas en junio de 1855, tropas legitimistas capturaron en Guanacaste a 8 democráticos leoneses. Las autoridades a través de los medios de prensa avivan el odio de la población contra los nicaragüenses que “violaron la soberanía costarricense en Guanacaste”. El Gobierno de Mora reclamó enérgicamente al Gobierno legitimista. Una carta citada en junio de 1855 citada por Bolaños G. dice entre sus partes lo siguiente: Si Nicaragua no accede, al instante enviaremos 1.500 hombres a que marchen a Granada y dicten nuestros términos (…) Hoy tenemos 5.000 hombres a las treinta horas del aviso,(…) con armas nuevas, mejor entrenados artillería y cañones nuevos, 500 rifles nuevos, etc. – en verdad, deseamos ansiosos la guerra y creemos que ya llegó la hora. (Bolaños G, 2000.P.24). El filibustero Walker, en este momento, no representaba ningún peligro para Costa Rica, por el contrario distraía al gobierno de Granada, a favor de los objetivos de las élites costarricenses, fue visto como un concurrente oportuno. Los aliados nicaragüenses del filibustero refugiados en Guanacaste, son atendidos por el gobierno de Mora, en el fondo en esta primera etapa hasta favorecieron al filibustero. Porque aceptaron las explicaciones del gobierno granadino, considerando que había que esperar más tiempo, para que Nicaragua se debilitara aún más, no era el momento de ir a la guerra. Pero esta posición cambió, cuando el filibustero se fortaleció, sobre todo, con la toma de Granada en octubre de 1855, porque no era mismo negociar con un gobierno nicaragüense debilitado que con un filibustero fortalecido sobre todo con la toma de Granada a fines de 1855 con intereses extra -regionales. Porque Walker, demostró un interés apremiante, -como el Estado Costarricense- en controlar la línea del Tránsito.
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En noviembre de este mismo año se dio la enardecida proclama patriótica de Juan Rafael Mora, refiriéndose a la amenaza de Walker a Costa Rica pero no declara la guerra al filibustero sino hasta la finalización de los cortes de café en febrero del año siguiente. Organiza un ejército de 9.000 hombres. Es interesante el contenido de la segunda proclama…marchemos a Nicaragua a destruir esa falange impía…no vamos a lidiar por un pedazo de tierra…no vamos a luchar por redimir a nuestros hermanos de la mas inicua tiranía.(Bolaños G, 2000.P.26). Estos fueron los principales argumentos que utilizó Mora para convencer y lograr participación del pueblo costarricense en la Guerra Nacional y que estimuló a su vez la participación de los demás estados centroamericanos entre 1856 y 1857 permitiendo la derrota del total filibustero en Nicaragua. Salvo que tras la fachada de conjurar la amenaza de Walker, la alta beligerancia de Costa Rica en la guerra antifilibustera, tiene como principal objetivo, cobrar con creces los costos invertidos en la “Campaña patriótica”.
El tratado Cañas –Jerez de abril de 1858. Costa Rica aprovecha ventajosamente la guerra contra Walker, para afianzar su dominio en lo que desde 1836, denominan Guanacaste (en tanto su movimiento de ocupación terminó por anular los intentos anti-anexionistas de los pobladores nicoyanos) y para ampliar su conquista sobre el río San Juan y el Gran Lago, entre diciembre de 1856 y febrero de 1857. En este afán concertaron una alianza con el Comodoro Vanderbilt, interesado personalmente en arruinar a sus ex socios de la Compañía Accesoria del Tránsito, aliados de Walker. Este personaje fue quien le facilitó al gobierno tico: armas y guías para ocupar los principales puestos militares; una gran cantidad de dinero para comprar las deserciones filibusteras. (Bolaños Geyer, 1999. P.145-151). Lograda la rendición y derrota total de Walker en mayo de 1857, los cálculos de Mora y la élite costarricense se basaban principalmente en la lógica, de que las facciones partidistas nicaragüenses iban a entrar en guerra y ellos aprovecharían para pasar a controlar toda la Ruta del Tránsito, desde San Carlos a San Juan del Norte, sus puestos principales y los transportes. Uno de sus principales cuadros militares el Gral. José Mª Cañas se quedó en Nicaragua realizando gestiones a favor de este objetivo, lo cual logró con suma facilidad al convencer a Martínez y Jerez de que las tropas costarricenses en Nicaragua, iban a impedir por este puntos una nueva amenaza de Walker. Pero los caudillos de las facciones concertaron un acuerdo de gobernabilidad, Costa Rica sin embargo continuó adelante con sus planes, poniendo en práctica otros mecanismos. Había salido fortalecida de la guerra, su ejército fue el de mayor tamaño y mejor armado de Centroamérica (5.000 hombres) a pesar de
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tener de ser la porción geográfica más pequeña de C.A. y con menos habitantes. Esto le permitió jugar un rol beligerante por encima de sus vecinos en la victoria sobre las huestes filibusteras. Era el momento de reclamar el premio. En la política costarricense fueron notorias cuatro iniciativas, aprovechando la situación de debilidad del Estado Nicaragüense. Primera: intento de segregar una parte del territorio nicaragüense a favor de construir un artificio de Estado en la Línea del Tránsito, que en el futuro pudiera agregarse a Costa Rica. Segunda: ampliar el sentimiento anexionista hacia otros departamentos cercanos a la vía, para aumentar su proyecto expansivo. Tercera: concertar un ventajoso tratado con el Estado Nicaragüense para lograr la concesión definitiva de Guanacaste y el control total o parcial del Gran Lago y el Río San Juan hasta la desembocadura. Cuarta: Aprovechar las ventajas militares para ocupar por la fuerza las mencionadas posesiones y obligar a negociar por vía de la fuerza a una Nicaragua debilitada, pero sobre todo dividida en bandos políticos. Esto último, incluía la posibilidad de invadir militarmente el País. La primera fracasó al no obtener el necesario entre la población, deseos territorios y respaldo internacional,(Alvarez,2001.p,59), la segunda se restringió a un grupo prominente de propietarios granadinos, que solicitaron sin éxito su adhesión a Costa Rica (Lanuza,1983.P.101). Pero donde lograron éxito fue en la tercera opción, al concertar tratados como el Juárez-Cañas, en el mes de julio, en los que Nicaragua, cedía el Guanacaste a Costa Rica. Gregorio Juárez un representante Occidental, más influido por las circunstancias de la Guerra en donde aparecían los costarricenses como libertadores y sin tomar en cuenta la opinión de nicoyanos y guanacastecos, se comprometió a ceder a Costa Rica, Guanacaste y a hacer concesiones sobre el Río San Juan. Mas, estas concesiones de Nicaragua, estaban basadas en la emotividad e ingenuidad de agradecer a su vecino su papel en la lucha contra Walker, fue comprendida como debilidad por parte de los costarricenses y en octubre pusieron en práctica la cuarta opción. Cañas en comunicación al gobierno nicaragüense declaró, que él y sus tropas estaban en Nicaragua, para garantizar el cumplimiento de un tratado que Costa Rica había realizado en junio de este año, con los señores Harris y Webster. Quienes iban a entregar a Costa Rica 250.000ºº dólares a cambio de la Ruta del tránsito y todos sus vapores. Un convenio con elementos extra regionales, a espaldas de Nicaragua. Entonces demostraron que “no habían lidiado por un pedazo de tierra” era por la apropiación de un vasto territorio: Guanacaste, Nicoya, el Gran Lago y el San Juan. Tras reforzar las guarniciones que ocupaban la Vía del Tránsito, en octubre, procedió Cañas a desalojar a las tropas nicas de las guarniciones de puntos estratégicos como San Carlos. En decreto de 19 de octubre Nicaragua declaró públicamente, que estaba en guerra con Costa Rica, argumentando sus derechos 42
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sobre Guanacaste, sus ríos, sus bosques y la Vía del Tránsito. Escasos de armas y municiones, con el arrojo que les caracterizaba los nicaragüenses se prepararon para la guerra. Los costarricenses, bien apertrechados con el armamento más moderno y con un ejército casi intacto al darse cuenta del avance las tropas de vanguardia de los nicaragüenses, optaron por abandonar las posiciones en Nicaragua. Pero desde San José sacaron el as de la manga, que siempre les había dado resultado: la gestión político-diplomática. En este terreno habían demostrado mucha experiencia, malicia y astucia en contraste con la inexperiencia e indolencia de la clase gobernante de Nicaragua. A fines de noviembre, Cañas es comisionado por su cuñado, el Presidente Mora para que en compañía de un señor Emiliano Cuadra de origen nicaragüense, para buscar un arreglo con Nicaragua. Estos enviaron mensajes de paz al Gobierno nicaragüense formado por el binomio Martínez –Jerez. La reunión de las delegaciones se dio en la ciudad de Rivas, y firmaron el 8 de diciembre, lo que llamó el Convenio Martínez –Cañas. En este acuerdo a pesar de la posición de fuerza que llevaba Nicaragua y los temores de los costarricenses, Martínez y Jerez acordaron mantener las concesiones del Tratado Juárez- Cañas a Costa Rica que era la cesión del Guanacaste y la prioridad a Costa Rica de proponer las demarcaciones al Norte de su territorio. (Álvarez, 2001.p, 79 81).
De nuevo Walker, el villano oportuno. Hubo un factor que incidió en la apresurada firma de este tratado, que sentó las bases del Tratado Cañas- Jerez de abril de 1858. He aquí el mismo personaje funesto Walker, quien al tener conocimiento de la situación entre ambos países, cuando la situación estaba en su apogeo, aceleró sus planes de invasión a Nicaragua y en noviembre de 1857, desembarcó con más de 600 hombres por San Juan del Norte y penetró sobre el Río derrotó a la guarnición tica de El Castillo. Esto hizo que los gobernantes nicaragüenses entraran en zozobra e hicieron las concesiones que solicitaron los costarricenses. La amenaza de Walker no prosperó al ser capturado por el comodoro Pauling y enviado a los EE.UU. Tampoco Walker si bien podía causar problemas, no estaba en la posición de 1855, porque las facciones nicaragüenses unidas no iban a repetir el error de esos años. Pero si como puede observarse claramente, este acto, obró en beneficio de los costarricenses. En abril de 1858, se celebró el tratado de límites en San José Costa Rica. Nicaragua concedió a Costa Rica, el Departamento del Guanacaste y el derecho de navegación sobre el Río San Juan, la margen derecha del mismo Río a partir de El Castillo hasta la desembocadura incluidas las islas del delta. Nicaragua conservaba por su parte la soberanía del Gran Lago y el San Juan. 43
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Hay criterios en torno a ponderar la misión de Jerez en tanto aseguran que aunque entregó Guanacaste, logró garantizar la soberanía del Gran Lago y el Río San Juan. Este punto de vista es tan absurdo y revela un gran desconocimiento de las raíces del problema. Por el Utis Possidetis Jure todo lo que comprendía los antiguos partidos de Nicoya y Guanacaste pertenecían a Nicaragua hasta la 1821 y su límite se extendía hasta el río El Salto por el Pacífico y la línea recta de este río hasta el Atlántico, estaba alejada de la desembocadura del Atlántico. Haciendo alusión a estos derechos durante los tratados de 1846, los juristas nicaragüenses: Laureano Pineda Y J. J. Zavala con la debida firmeza le replicaron al delegado tico, que “ni la historia, ni los recuerdos de la tradición señalan ningún hecho de que se pueda colegir que la autoridad del Gobernador de Cartago se extendiera más acá de Matina hacia el Norte por una legua mas siquiera, y mucho menos para haber traído su jurisdicción hasta la orilla derecha de la Bahía de San Juan” (Zavala y Pineda cit. por Bolaños, 1998. p.21). En esencia, las demandas de los costarricenses, fueron satisfechas, en esta decisión primó la habilidad y halagos de sus representantes en contra de la contraparte de Nicaragua, atemorizada ante una nueva invasión de Walker, a la emotividad que lograron trasmitir de forma reiterada los ticos a al Gral. Jerez, recalcando el excesivo sacrificio que habían hecho durante la Guerra Nacional, para salvar a Nicaragua del dominio filibustero. Otro elemento que primó fue la estrecha amistad que había existido entre Jerez y Cañas, ambos partidarios de la Unión Centroamericana. Jerez dentro de su perspectiva emocional, añorando, su eterno sueño de la utópica unión centroamericana, no supo distinguir entre el entusiasta joven salvadoreño, partidario -como él- del Gral. Morazán, que había conocido años antes y el avispado General, encargado en estas circunstancias de maniobrar a favor de los intereses de la familia Mora (con quien estaba emparentado) y de los círculos de poder de Costa Rica. Según las versiones de la época, además de Cañas, el selecto grupo de delegados ticos, tenía un mismo discurso, para engolosinar a Jerez con lo del sacrificio de la flor y nata de la juventud costarricense, en la Guerra Nacional y el aporte que podría hacer él (Jerez) a la construcción de la patria grande: la Unión Centroamericana. (Álvarez, 2001.p.89-92). Nuevamente Nicaragua sucumbió ante la habilidad, astucia e inescrupulosidad, de la que habían hecho gala, sus vecinos desde 1824, solo que esta vez, fue de forma definitiva. Nicaragua perdió en este tratado a cambio de nada, una décima parte del territorio. Costa Rica ganó un tercio de su territorio actual, una fértil y estratégica extensión geográfica que le permitió acrecentar su desarrollo económico político y social.
El reclamo del Presidente Cuadra en 1871. Este tratado, dejó abierta la posibilidad de mayores expectativas a Costa Rica con una línea trazada al borde de la ruta canalera, por tanto con ciertos derechos 44
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sobre la misma y sin definiciones precisas. En 1871 el presidente Vicente Cuadra, desconoció el tratado de 1858, igual postura sostuvo su sucesor Pedro Joaquín Chamorro entre 1875 y 1879, provocando, la reacción brusca del mandatario Gral. Tomás Guardia. Al no poder convencerlos por la vía diplomática, recurrió al viejo ardid de sus predecesores. Primero en 1872 invirtiendo recursos para sublevar a la oficialidad de Cuadra para asesinarlo; después en 1876 utilizando al mismo general Máximo Jerez, para que encabezara una rebelión contra Chamorro. Ambos movimientos fracasaron, no había mucho espacio, para que las asonadas y complots, tuvieran resonancias en la época. Los problemas persistieron, porque Costa Rica exigía su participación en los proyectos del canal interoceánico. Durante el Gobierno de don Evaristo Carazo, previas tensiones, ambos países, se sometieron a un laudo que tendría como árbitro al presidente de los EE.UU. Stephen C. Cleveland en el año de 1888.
El Laudo Cleveland y los laudos Alexander (1888-1900). El Laudo Cleveland en 1888 y los posteriores laudos Alexander, fueron producto de una solicitud de ambos países de someter las interpretaciones del Tratado Cañas Jerez a un arbitraje internacional, ante la insistencia de Costa Rica de obtener derechos sobre el proyectado canal interoceánico por el San Juan y el Gran Lago, lo cual rebasó en provocaciones tales como la navegación en 1886 de un buque de guerra sobre el río. Estos laudos en su conjunto dieron la razón a Nicaragua sobre su soberanía total sobre el San Juan y reafirmaron el carácter netamente consultivo de Costa Rica, con respecto a cualquier proyecto, relacionado con el Río San Juan. Los laudos Alexander (entre 1897 y 1900) en particular, fueron, una interpretación minuciosa en el terreno, definieron una serie de particularidades técnicas del mencionado Tratado. E. P. Alexander, un experto ingeniero, nombrado por Cleveland para trazar la línea divisoria entre ambos países, hizo un estudio sobre los puntos de disputa que hasta hoy son objeto de agudas contradicciones. La línea divisoria la trazó del extremo Noroeste de tierra firme de Punta de Castilla “Su dirección será recta y Suroeste a través del banco de arena desde el Mar Caribe hasta llegar a la Laguna de Harbour Head (…) Al llegar a las aguas de la Laguna del Harbour Head, la línea divisoria dará la vuelta a la izquierda, o sea al Suroeste y continuará marcándose en el primer caño que encuentre”(Alexander cita) Esta línea según el experto llega hasta el propio río San Juan. La interpretación actual de Costa Rica, es que la línea que da vuelta sobre partes de tierra, que se han encenagado a través del tiempo, ignorando el primer caño que también fue obstruido con el paso de los años. Desde el mismo año del Tratado en octubre de 1858, una tormenta inició un proceso de obstrucción casi 45
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total del río, desviándose sus aguas hacia el ramal del Colorado. En el año 2010, tras un minucioso estudio por parte de expertos Nicaragua inició el proceso de dragado en el sitio del primer caño, provocando lo que hoy está siendo discutido y decidido en el Tribunal Internacional de Justicia de La Haya. El mismo experto Alexander, quien estudió los cambios que se habían dado durante treinta años, y previniendo los que iban a darse en el futuro, sentenció:..el Río San Juan debe ser considerado un Río navegable, yo por consiguiente declaro, ser la exacta línea de división entre la jurisdicción de los países, el borde de las aguas sobre la margen derecha, cuando el río se halla en estado navegable…” En sus reclamos, Costa Rica ignora la existencia de este caño argumento que puede ser refutado por los mapas anteriores al desastre de 18598 que revelan la existencia de este y otros caños cuando el caudal del río estaba en su estado normal.(Aguirre S. Managua 2002.P.90,148 y 158; Bolaños 2000p. 70-100). Es decir que a Nicaragua le favorecen el Derecho y la Historia.
Conclusiones. 1. Los grupos dominantes, en el actual territorio de Nicaragua, al quedar repentinamente separados de España, se abocaron a tratar de llenar el vacío dejado por el régimen colonial, mas, el predominio de sentimientos localistas, las animosidades políticas y sociales, condujeron a un estado de violencia colectiva que se inició en 1823 y se prolongó hasta el año de 1857. Las facciones volcadas en sus conflictos internos no estuvieron en capacidad ni de consolidar el Estado, la posesión los territorios heredados de las viejas fronteras coloniales, ni el apoyo que requirieron los habitantes de estas jurisdicciones. 2. Por tanto fueron incapaces de contener desde los albores de nuestra vida independiente, el proceso expansivo de Costa Rica, a costa del territorio nicaragüense. La ocupación de los mismos, les permitió a los costarricenses, primero medir la falta de cohesión de la política interna y externa de Nicaragua; segundo les permitió acercarse a su objetivo estratégico la ocupación de la vía acuática del Río San Juan (incluso el Gran Lago) para trasladar sus productos por el mismo, hacia los mercados europeos. 3. Hacia la década de 1840, cuando las élites locales reaccionaron y empiezan a tratar de darle repuesta a los problemas de límites, sobre todo a partir de la administración de José León Sandoval en 1845: los problemas se habían tornado complejos en tanto Gran Bretaña empezó a presionar con más énfasis y a realizar acciones militares, para hacer “valer los derechos del reinado Mosquito” sobre el San Juan y la vía del Canal. Mientras Costa Rica se preparó para consolidar el territorio ganado (El Guanacaste) y conquistar sobre seguro los bordes del Gran Lago y el San Juan hasta la desembocadura. Es decir, que nuestra incipiente diplomacia tuvo que combatir en dos frentes. 46
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4. Costa Rica con una unidad política lograda desde los años veinte, del siglo XIX, supo moverse hábilmente, manejando un discurso unitario con las vecinas centroamericanas, pero sin comprometerse realmente en los conflictos del Área, lo que obró también para impulsar su desarrollo económico por estos mismos años. Mientras las vecinas del Norte, estaban en guerras y querellas partidistas. Por otro lado, pudo neutralizar políticamente a Nicaragua, con ardides para ganar tiempo, mientras estallaban los problemas internos en este país, en algunos casos hasta ayudó a incentivarlos (como en 1854). Desarrolló alianzas extra regionales (con Inglaterra y aventureros de toda laya), con tal de lograr sus objetivos. En su auxilio ocurrió la repentina llegada Walker y con él la Guerra Nacional, lo que permitió negociar en 1858, en una ventajosa situación, el Tratado Cañas–Jerez frente a una Nicaragua destruida por la guerra y temerosa de una nueva invasión filibustera. 5. Por el contrario en Nicaragua el concepto de unidad Estado Nación estuvo distorsionado en esos años, las élites que controlaban el poder, vivían más apegadas a los intereses particulares y locales que a la idea defender los intereses de una colectividad o territorio, más allá de sus propiedades. Esto lo pueden comprobar muchos ejemplos, en marzo de 1850, un grupo de grandes propietarios del Departamento Occidental, de apellidos Venerio, Plazaola, Cosío, Robelo y Gasteazoro, llegaron a León a solicitar ante el encargado de negocios de España, ser admitidos como súbditos del Rey de España, renunciando a su nacionalidad nicaragüense con el objeto de “quedar exentos de cargos concejiles, de contribuciones de guerra, empréstitos y toda clase de servicios en virtud del tratado celebrado entre España y Nicaragua” (Gámez 1975.P.649). Pero sus oponentes Orientales no se quedaron atrás, en 1857, recién pasada la guerra patriótica contra Walker, miembros prominentes de la élite granadina solicitaron al General tico José Mª Cañas, que el Departamento Oriental pasara a ser parte integrante del territorio de Costa Rica. (Lanuza, 1983. P.101). 6. El concepto de Estado - Nación que se mantuvo dentro de una idea transitoria desde 1821 a 1857, se va a desarrollar hasta después de la Guerra Nacional, producto del pacto ínter elite de 1856, que es refrendado en la Constitución política de 1858, este sentimiento había prendido en la colectividad durante la misma guerra antifilibustera. No es casual, que fue hasta 1871, en una coyuntura diferente, durante la administración de Don Vicente Cuadra, Nicaragua desconozca el Tratado Cañas -Jerez y solicite los conocidos arbitrajes internacionales, es decir que ya tienen definida- desde su perspectiva ideológica- una visión estratégica de nación y de proyectos también estratégicos a partir de sus posesiones territoriales. En esta dirección es que en 1894, además de tomarse iniciativas por parte del Estado para delimitar sus fronteras, se proceda a incorporar La Mosquitia, durante la Administración del Gral. José santos Zelaya. Esto no excluyó en años posteriores, conductas 47
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interferentes como, los intentos de dividir la Costa Atlántica en 1909. (JSZ 1910. p.41).o la entrega o la entrega de San Andrés en 1928, en función de intereses antinacionales y de circunstancias, por parte de políticos oportunistas.
Bibliografía y Otras Fuentes Consultadas. 1. Álvarez Lejarza, Miguel: De cómo Perdimos las Provincias de Nicoya y Guanacaste. Managua AGHN. Printed. 2001.143 p. 2. Aguirre Sacasa, Francisco. Un Atlas Histórico de Nicaragua. Managua. Fundación Vida. 2002.250 p. 3. Bolaños Geyer, Alejandro. San Juan de Nicaragua. Managua, Banco Central de Nicaragua 1998(2ª edición).54 p. 4. ----------. Sepultado en el olvido: el cadáver de San Juan de Nicaragua. Alias San Juan del Norte. Alias Greytown (1539-1984).Masaya,(S.E.) .2000.123 p. 5. William Walker, El Predestinado. Managua CIRA. 1999.232 P. 6. Chamorro Z., Pedro Joaquín. Límites. Su Formación Histórica Geográfica Durante la Conquista y el Periodo Colonial. San José C. R. Imprenta Lehman 1938. 127 p. 7. Esgueva, Antonio. Las leyes electorales en la Historia de Nicaragua. Managua, Consejo Supremo Electoral de Nicaragua 1995. 3 tomos. 8. Gámez, José Dolores. Historia Moderna de Nicaragua. Colección Cultural banco de América. Managua 1975. 9. García Herdocia, Eduardo. Las disputas Internacionales de Nicaragua y otras Situaciones. Managua .Hispamer. 2006. 344 p. 10. Incer Barquero, Jaime Descubrimiento y Exploración del Río San Juan. Managua. Hispamer. 1999. 200 p. 11. Lanuza, Alberto. Economía y sociedad en la construcción del Estado en Nicaragua. ICAP. San José C.R. 1983. 280 p. 12. Madriz Fornos, Manuel. El Río San Juan, una Vía de Comercio Perpetua: la Aplicación del Régimen Jurídico de la Frontera Sur. Managua Impresiones Troqueles 2008 152 p. 13. Nicaragua. Exposición y alegato de Comisión Nicaragüense al Árbitro E. P, Alexander sobre la Cuestión de Límites entre Nicaragua y Costa Rica. Managua s.l.e.1897. 148 p. (incluye el Texto en inglés y español del laudo Alexander en 1897). 14. Pérez Zeledón, Pedro. Replica al alegato de Nicaragua. Gibson Bross, Printed and Booker under. Washington 1887. 15. Ramírez R., Luis. Límites entre Costa Rica y Nicaragua. Cartago Costa Rica Tecnológica de C.R. 2003. 211 p. 16. Pérez, Jerónimo. Obras. Managua. Colección Cultural Banco de América., 1975. 875 p. 17. Zelaya, JS. La Revolución de Nicaragua y los Estados Unidos. Madrid, España. 1910. Imprenta Bernardo Rodríguez.
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III.
La Revolución Liberal (1893-1910)
General José Santos Zelaya
Bordes ocultos. El entretejido de nuestra historia
1. Un centenario y dos revoluciones (1910-2010). Introducción. En días pasados el 20 de agosto se cumplieron cien años de la renuncia del Dr. José Madriz a la presidencia de la República, que fue a su vez el fin del primer proyecto autonomista impulsado en el territorio por el General José Santos Zelaya desde julio de 1893. Los esfuerzos realizados desde el año pasado por parte de quien escribe en función de que este acontecimiento no pasara desapercibido, como un hecho histórico y se hiciera una especie de panel, mesa redonda, etc., sobre el mismo, no encontraron eco, en una comunidad profesional encasillada, que no alcanza a comprender que hechos como el mencionado, por su trascendencia pertenecen a la historia del país. Por tanto, los mismos deben ser analizados de forma objetiva e integral, por profesionales en el campo de la Historia, con independencia de las opciones políticos ideológicos de los mismos. En las siguientes líneas no vamos a exponer un estudio exhaustivo de los sucesos, sino por las limitaciones que nos impone el espacio una comparación básica entre la Revolución Liberal y otro acontecimiento más cercano, pero de trascendencia similar, tal como fue, la Revolución Popular Sandinista, el gran segundo proyecto de construir un Estado Nacional autónomo entre los años de 1979 y 1990.
Dos revoluciones diferentes un enemigo común. En la historia contemporánea del país, se registraron dos acontecimientos que en términos convencionales son conocidos como la Revolución Liberal (de 1893 – 1910) y la Revolución Popular Sandinista (de 1979-1990) con independencia de cuales puedan ser los criterios de apologistas y detractores de tales eventos se puede asegurar que ambos procesos fueron los dos grandes experimentos que se orientaron por la vía de construir una alternativa autónoma de desarrollo nacional. Registran esta similitud, aún cuando ostentan diferencias sustanciales en el tiempo histórico y en su contenido y forma. La Revolución Liberal encabezada por el Gral. José Santos Zelaya represento el ascenso al poder de una burguesía agrícola que impulsó profundas reformas políticas tales como la separación de la Iglesia y el Estado; la laicización y ampliación de la educación en los distintos niveles; la creación de importantes obras de infraestructura (telégrafos , vapores, ferrocarriles, los puertos de aguas profundas) la unidad y defensa del territorio nacional (incorporación de la Costa Atlántica en 1894, el intento frustrado en 1909 de comunicar el Atlántico con el Pacífico, etc.); la creación de Instituciones políticas modernas (los Ministerios , la Academia Militar, el Archivo y la Biblioteca Nacional, etc.,).Ochenta y seis años después, en julio de 1979, en medio de una gran euforia, como producto también, de una insurrección armada contra el sistema, un 51
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grupo de jóvenes entusiastas organizados en el Frente Sandinista de Liberación Nacional, inició en otro tiempo histórico un proceso de profundas reformas sociales y políticas, tales como: el pluripartidismo, el no alineamiento en términos de relaciones internacionales; la economía mixta, la reforma agraria, la educación gratuita en todos los niveles, gratuidad también de la atención médica a través del Sistema Único de Salud, etc. Esta generación de revolucionarios representó a las clases populares y a diferencia de los revolucionarios burgueses liberales, optaron en concordancia con su tiempo histórico por una alternativa política (y un modelo) de carácter socialista. Los procesos en su expansión interna, si bien son evidentes las diferencias político- ideológicas, además de las temporales tuvieron como elemento común de que ambos procesos fueron atacados y frustrados por la intervención militar, política, económica e ideológica de los Estados Unidos de América. La nota Knox planteada primero a Zelaya en 1909 y después la amenaza del Depto. de Estado a su sucesor Madriz en agosto de 1910 de considerar un acto de guerra contra EEUU el ataque de las fuerzas del gobierno a los rebeldes conservadores pro yanquis rodeados por mar y tierra en sus tres únicas posiciones: El Rama, Laguna de Perlas y Bluefields. Estas plazas, fueron declaradas zonas neutrales por las fuerzas de marines yanquis, para evitar la derrota total de los mismos, los rebeldes, carentes de apoyo popular en el resto del país, se abastecían y se apoderaban de los recursos de las aduanas bajo la protección del “Paduca” un buque de guerra norteamericano. La administración Madriz, aún con todo esto tenía evidentes ventajas sobre los acorralados rebeldes, se vio obligado a renunciar el 20 de agosto de este año entregando la presidencia en manos de José Dolores Estrada, hermano del rebelde liberal Juan José Estrada. De este modo fue que la contrarrevolución conservadora pudo imponerse con el apoyo moral y material de los EEUU. Madriz. Así llegó a su fin el proyecto autonomista de los liberales en 1910. En 1990, la Administración guerrerista de George Bush al igual que sus antecesores en 1910, en medio de una vasta campaña mediática contra el proyecto sandinista, chantajeó en esta situación no a los mandatarios, sino al pueblo nicaragüense. Éste consistió en preconizar que si ganaba el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) las elecciones, continuaría la guerra contrarrevolucionaria apoyada y financiada por la CIA. La población nicaragüense, aunque favorecida por los beneficios sociales de la RPS, era la que ponía los muertos en la guerra, las filas por el desabastecimiento y sufría en carne propia otras secuelas de la misma, ocasionado por el bloqueo, optó por la paz, votando por la alianza electoral financiada por los EE.UU.: la UNO. Los conocidos resultados electorales, permitieron el retorno al poder de una contrarrevolución conservadora, la que encubierta con un ropaje cubierto de civilismo, al igual que 1910 inició una marcha retrógrada, contra el progreso histórico del país. Entre otras cosas, puso en 52
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práctica el desmantelamiento de los beneficios sociales de la Revolución. Por ejemplo la salud y la enseñanza fueron privatizadas, la tierra volvió a manos de viejos y nuevos latifundistas, se perdió el derecho al empleo, etcétera. En fin fue y ha sido la intervención norteamericana hasta nuestros días el mayor obstáculo externo para que este país emprenda un auténtico desarrollo y progreso social sin interferencias externas. Hasta cuando se acabaran estas intervenciones y odiosas interferencias, en nuestros asuntos internos, y permitan que el desarrollo económico y social del país marche dentro de los requisitos de un país soberano, libre e independiente, con derecho a la autodeterminación.
Bibliografía y Otras Fuentes Consultadas. 1. Cuadra, Pedro Rafael. El Partido Conservador y la Intervención Americana en Nicaragua (folleto s.p.i) Managua 1915. 2. Plutónomo (seudónimo).El Gobierno y el comercio.(folleto s.p.i.) Managua 20 de octubre de 1902. 3. Selser Gregorio. La Restauración Conservadora y la Gesta de Benjamín Zeledón Managua ALDILÁ 2001 (p.11 del prólogo de Aldo Díaz Lacayo). 4. Zelaya, JS. La Revolución de Nicaragua y los Estados Unidos. Madrid, España. 1910. Imprenta Bernardo Rodríguez. 5. Comunicado de ciudadanos centroamericanos al Sr Philander Knox En Washington DC México DF11 de dic. de 1909 de: En: JSZ, 1910 p.81).
2. La caída de la revolución Liberal, desde la óptica de sus actores. Los relatos de los eventos de la historia, desde la perspectiva de un historiador o estudioso no tienen sentido, si no se compenetra claramente de las concepciones ideológicas de la época. la Revolución liberal de 1893-1910 fue un hito en la historia y sigue siendo objeto de estudio y de controversiales opiniones, por parte de estudiosos de la misma. Pero dentro de la lógica, hemos considerado de gran utilidad hacer una breve ojeada a la óptica de los participantes o contemporáneos de este acontecimiento y en particular a lo acontecido entre los años de 1909 y 1910. Es importante, que los lectores conozcan o recuerden, de que la en octubre de 1909, el General Juan José Estrada, quien era la máxima autoridad del Gobierno de la Región Atlántica del País -previo acuerdo con los dirigentes conservadores: Adolfo Díaz, Emiliano Chamorro y sobre todas las cosas, estimulado por el Cónsul Moffat de Estados Unidos en Bluefields- procedió a rebelarse contra el presidente legítimo de Nicaragua. La rebelión, desde la perspectiva de sus gestores, no tuvo la expresión de alzamientos internos en el territorio nacional, sino que se localizó 53
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principalmente en el Atlántico del país. Pero, como veremos en las siguientes líneas, los gestores del levantamiento estaban más interesados en el papel de Washington, que en la evolución de la situación interna del país.
Los conservadores y la Intervención de EE.UU. Los caudillos conservadores de este movimiento contra Zelaya: Adolfo Díaz, Emiliano Chamorro, Carlos Cuadra Pasos y otros, desde mucho antes de estos acontecimientos había pensado en un acercamiento con EE.UU. para colocar al país bajo su égida. En su autobiografía Chamorro confesó muchos años después de ocurridos los hechos : Puede ser que con el sereno análisis que Adolfo (Díaz) hacía de todos los elementos presentes de un problema y el examen realístico de sus factores llegara al convencimiento de que la política norteamericana con relación a Nicaragua daría frutos a la larga que la orgullosa nacionalidad salpicada de sangre que hemos padecido (…)creo que Adolfo descartaba las cuestiones muy particulares de patriotismo con la crudeza de un científico.(Selser 2001.p.11). Pedro Rafael Cuadra otro miembro de la oligarquía conservadora, justificó la intervención de la siguiente manera: Los últimos actos de la Administración liberal de Nicaragua obligaron a los Estados Unidos a tomar esos pasos decisivos con respecto al país. Zelaya y su partido que nunca habían encontrado obstáculos para sus actos desaforados, cuando se vieron ligados por los compromisos contraídos en la conferencia de Paz celebrada en Washington en 1907 por llamamiento de Mr. Root entonces Secretario de Estado sintieron profunda irritación contra el poder intruso. Enloquecidos por sus anteriores éxitos en tierras extrañas creyeron que podían jugar con el Gobierno americano. Con motivo de la reclamación Emery, adoptaron una política de dilatorias que cansaron al Departamento de Estado. Ni acabaron aquí todas las molestias: otras mil contrariedades, (…)hicieron que la Administración de Mr. Taff viera en la revolución de octubre, iniciada por Estrada en Bluefields, un acto de patriotismo que destruiría aquel régimen que Mr. Knox calificó de borrón de nuestra historia (...)(P.R. Cuadra 1915 p11-13). La visión de Pedro Rafael Cuadra, sobre el “patriotismo” de la llamada “revolución de octubre”, no merece comentarios, porque son evidentes sus raíces antinacionales, en tanto no fue iniciada por Estrada, sino por el Cónsul Moffat. Por otro lado “los revolucionarios conservadores” muestran abiertamente su debilidad política, al encomendar al Gobierno norteamericano, la solución de la
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salida de Zelaya. Es decir que ellos aceptan, que con quien no pudo jugar Zelaya fue con “el gobierno americano”. Algunos estudiosos calculan en 16 los intentos frustrados de los conservadores, contra Zelaya, antes de 1909.Esto nos recuerda la frustración reciente de los opositores políticos y armados al proyecto sandinista en los años ochenta, esperanzados en una intervención militar de Estados Unidos durante la administración Reagan, para que les resolviera el problema de, librarlos del “odioso sistema sandinista”. En tanto los hechos demostraban su incapacidad para resolver ellos mismos la situación interna. Oportunamente, como lo reflejamos en el trabajo anterior, llegaron la elecciones de 1990 y con ello el chantaje a la población de Nicaragua. Pero volviendo a la época, dos años después de la caída del proyecto autonomista liberal, los hechos de julio a agosto de 1912, durante el estallido revolucionario, demostraron no solo la falta de cohesión y debilidad del gobierno conservador del dúo Díaz –Chamorro, quienes para sobrevivir solicitaron de nuevo la intervención militar de los E.E.UU. Con la nota Knox empiezan los Estados Unidos a interesarse directamente en los asuntos políticos de Nicaragua (...) Las actitudes asumidas por las administraciones siguientes de los Estados Unidos, con respecto a la política nicaragüense, han sido mas que lógicas, en todo justas; y el gobierno del Presidente Díaz no ha hecho más que sacar de ellas meritorio provecho, procurando que se encaminen solo al hacia el mejor establecimiento de la paz, del orden y la libertad de Nicaragua. (P.R. Cuadra 1915 p11-13). Desde mucho antes de la nota Knox en diciembre de 1909, se había despertado el interés creciente de los Estados Unidos, por la reconocida posición estratégica de Nicaragua, y sobre todo las posibilidades de construir un canal interoceánico. En los primeros tiempos trataron de acercarse a Zelaya. Como se conoce los EE.UU. se decidieron por la opción de Panamá, Esto irritó a Zelaya quien buscó desde entonces, otras opciones, con otras potencias extranjeras.. Esta actitud independiente de Zelaya, se convirtió en un serio problema para los intereses estratégicos de los Estrados Unidos. Entonces se dio una comunidad de intereses entre los conservadores imposibilitados de enfrentar a Zelaya y el Estado Norteamericano ansioso de acabar con el incómodo Proyecto autonomista de Zelaya. Pero los protagonistas se dieron cuenta de que tenían que romper la cohesión del liberalismo involucrando al General Juan José Estrada, a quien sonsacaron (Díaz y Moffat) con la promesa de la presidencia del país. Sin embargo la mayor parte del liberalismo se mantuvo leal a Zelaya primero y después de su renuncia continuaron leales a Madriz.
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El secesionismo de la Costa Atlántica, ante los fracasos de los conservadores. Los contrarrevolucionarios libero- conservadores solo lograron obtener la victoria de “El Recreo” en 1909 sobre las fuerzas del Gobierno, los demás encuentros contra Zelaya y Madriz, les fueron adversos y en su desesperación trataron construir un nuevo Estado en la Costa Atlántica en complicidad con el Cónsul Estadounidense Moffat, es decir que no tuvieron escrúpulos en dividir el país a costa de cumplir sus ambiciones personales y satisfacer los intereses de los EE. UU. Esta iniciativa solo pudo ser impedida entre otras cosas, por la mencionada renuncia de Madriz lo que les permitió una marcha sin resistencia al interior. Aunque este aspecto lo retomaremos más adelante veamos una comunicación de la Embajada Nicaragüense en Honduras a Zelaya que deja en evidencia esta iniciativa: Tegucigalpa, a las 8.10 a.m. del 9 de noviembre. – Presidente Zelaya, Managua .Picayune Time Democrat y otros periódicos de los Estados Unidos tratan de nuevo, en serio y con gran entusiasmo del establecimiento de la nueva República en Centroamérica, que se llamará Atlántida, bajo la dirección del general Juan Estrada. Dicen que se compondrá de una rica y extensa región que se halla en el Atlántico, que puede tener vida propia, y que el general Estrada es un gran estadista que convertirá la nueva República en un paraíso, que no dudan hará la República soñada por Platón.(JSZ 1910. p.41). Estos cálculos, de crear, un nuevo Estado, no estaba fuera de lógica, si acudimos no solo a la debilidad del movimiento contrarrevolucionario, sino también al hecho de que en la Costa Atlántica, había un fuerte resentimiento contra el Pacífico, y particularmente contra Zelaya por parte de la población criolla y misquita. Debe de recordarse de que fue el principal protagonista de la incorporación forzosa de la Región en 1894, en base al reclamo histórico de Nicaragua ante Gran Bretaña, pero en la población criolla de origen africano y las etnias autóctonas existía un rechazo latente hacia el Pacífico, como lo demostraron algunos incidentes años después durante la Administración Conservadora. No se puede ignorar tampoco que Zelaya, influido tanto por su visión europeísta, como por su formación en el seno de una familia oligárquica era racista, al considerar a esta población, como seres inferiores, quienes deberían ser incorporados al progreso por la fuerza, como se puede reflejar en algunos documentos referentes a la reincorporación de la Mosquitia en 1894. Pero es más, en esos días de la rebelión, dejó entrever expresiones como las siguientes: “De los trece departamentos de la República doce estuvieron de parte de Zelaya y en aquel (Departamento de Zelaya) que aparecieron los revolucionarios (Díaz Chamorro-Estrada), estos tuvieron que recurrir para 56
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engrosar sus filas a cierta parte de los negros pescadores del litoral. Así decía una información en aquellos días: Los soldados que se han alistado en las filas de la revolución, sin saber ellos porqué ni para que, son negros de los cayos de la costa que viven de la pesca y de los cangrejos que cogen en las rocas de la playa. Con excepción de unos pocos ladinos, los otros, es decir la mayoría, pertenecen a aquella raza. A esos negros les gusta el merodeo, son cobardes y en su mayor parte analfabetos.”(Zelaya 1910 p.24). Aunque es válido reseñar que este punto de vista no era una posición individual de Zelaya, sino propio de las élites oligárquicas libero-conservadoras, quienes habían sustentado su dominación en un fuerte sentimiento de superioridad racial heredado de la colonia, sobre la mayoritaria población indígena y mestiza pobre del Pacífico – Centro Norte. Pero en el caso de la población de esta Región Atlántico, el trato y consideración eran mucho más despectivos, que los anteriores, en tanto concebían a las personas de origen africano en una escala totalmente inferior al provenir de esclavos. Pero además consideraban inferiores a las etnias indígenas originarias, porque al conservar éstas, buena parte de su cultura originaria, eran vistas como salvajes. Es decir que un hipotético dominio de los conservadores-como se demostró- no estaba pensado en una reivindicación de las aspiraciones de los costeños sino en los intereses inmediatos de las élites y las compañías norteamericanas. En esta dirección, no se pueden establecer conclusiones sobre lo no acontecido, no hay documentos que prueben si el proyecto secesionista, era temporal, como parte de un plan estratégico para ganar tiempo y esperar el desgaste político de Zelaya y su proyecto. En términos especulativos, podemos asegurar, sobre la base de otras experiencias, en otras partes del mundo, que una secesión de Nicaragua pudo ser posible en aquellas circunstancias.
Los liberales partidarios de la intervención. Los puntos de vista partidarios de la intervención norteamericana los resumió, el General José María Moncada, quien es el único liberal de relevancia, que se sumó al General Estrada. Moncada, conocido por su conducta de eterno saltimbanqui en la política nacional, en una obra que escribió en 1942, es decir a más treinta años, después de los acontecimientos. En su óptica no solo justifica los hechos de 1909-1910, sino toda la intervención norteamericana en su conjunto, por supuesto que debe recordar que su acceso a la presidencia en 1928 a 1932, fue debido a su aceptación de la intervención de 1927, que derivó en la Guerra de liberación Sandinista en esos años.
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Por las premisas presentadas en la obra el autor debe de pensar de los Estados Unidos de igual manera que respecto a otras naciones poderosas. Según Moncada EE UU “Tiene necesidades, ideal de grandeza que realizar en el mundo aunque sea a costa de Nicaragua, aún a costa de otras naciones del Caribe del Asia y de Europa. (...) Nicaragua por suerte o por desgracia (...) con el Río San Juan y el Gran Lago es decir el probable canal. Su situación conviene a la defensa de Estados Unidos y del continente entero. José María Moncada. Estados Unidos en Nicaragua. Tipografía Atenas. Managua 1942.P. 135-136). Desde su concepción entreguista Moncada asumió que el error de Estados Unidos eran las formas violentas de ejecutar la intervención o intervenciones, porque debe de recordarse que para la época que escribió Moncada ya habían tres intervenciones violentas, además de la de 1909-1910 y 1912 -1925, estaba la intervención de 1927 a 1933, combatida por Sandino. No está ajeno el autor a la forma de intervención indirecta que se manifestó a través de la Dictadura Militar de Somoza García, esta podía ser la forma ideal de la intervención yanqui. “Error pueden ser los medios .El problema es claro, en cuanto a que estados Unidos de América tiene una misión que cumplir, como todas las naciones en su propia existencia y por el bien de otras naciones de América, si le fuere posible, ya que ha sido la primera República bien constituida en el mundo moderno.(Moncada, 1942.P. 135-136). El General Moncada, quien -como los hechos lo demostraron-años después, sería un gran respetuoso de las necesidades de la nación estadounidense, en otra parte de su relato a exalta su protagonismo en la defensa de la integridad territorial, en tanto acusa a los conservadores de aceptar en un momento de su desesperación -al no ver progresos en su movimiento contra Zelaya- la propuesta del cónsul Moffat y el Departamento de Estado Norteamericano, de crear la mencionada nueva República, separada de Nicaragua, en la Costa Atlántica Mr. Knox no tuvo el don de pensar en otro sistema que el empleado por Teodoro Roosevelt en el Darién: tomar Panamá. El secretario Knox que cercenaba nuestra costa Atlántica quiso pues partir a Nicaragua y se refiere que ya había hecho una raya en el mapa de nuestra patria..(Moncada, 1942.P.133) Sigue narrando Moncada, que los revolucionarios al mando de Mena, habían logrado derrotar a las fuerzas de Zelaya en el Recreo. Pero que Chamorro había sufrido una derrota en San Juan del Norte y deja entrever que desde entonces se pensó en la secesión costeña, por parte de E.E.U.U. Deja entrever también Moncada lo ya conocido por la generalidad, la debilidad interna de los rebeldes anti-zelayistas, quienes sin la participación de los EEUU, no hubieran tenido 58
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ninguna oportunidad, ni contra Zelaya ni contra su sucesor José Madriz. Pero nos van a dispensar los lectores que esta misma parte la aclare en detalles el mismo Gral. Moncada: “En los Consejos del presidente provisional Estrada, tomaba participación el cónsul americano Moffat, quien daba informe al departamento de Estado sobre la marcha y los descalabros de la revolución” (Moncada, 1942. p.147). “Es conveniente referir en este punto porque ello viene a colación en cuanto al Departamento de Estado, que Madriz, el sucesor de Zelaya había cobrado energía después de la batalla de Tisma, y que dirigió dos ejércitos a Bluefields, al mando de los Generales Godoy y Chavarría, por tierra y una expedición por mar en un vapor comprado en New Orleans llamado Fénix bajo el mando del General Irías. La situación revolucionaria se encontró seriamente comprometida. El General Godoy se hallaba a las puertas de Bluefields; Chavarría amagaba a Mena en el Rama, e Irías había llevado a cabo felizmente una expedición tomando el Bluff. Aquí echó sus arrestos el Departamento de Estado en la balanza declarando zona neutral la ciudad de Bluefields (...) y permitiendo la creación por parte de los revolucionarios de un nuevo puerto, con lo cual se le ahogó la victoria al general Irías añádase a esto que Moffat se oponía, después de las victorias de Bluefields y de El Rama a nuestra marcha al interior. Así habló al General Conrad de New Orleans que peleaba de nuestro lado, que el problema debía resolverse en Bluefields. Nada para el interior.(Moncada, 1942 p.152-153). Según el autor, la creación de la nueva República, nació de la siguiente manera: Un día ya de regreso en el Rama, medio organizadas las tropas, peleando en Bluefields y El Rama contra numerosas fuerzas de Madriz, visitó a Mena, Don Adolfo Díaz y le refirió que el cónsul Moffat había presentado a Estrada un borrador de un radiograma dirigido al Secretario Knox que contenía la declaración de Independencia de nuestra Costa Atlántica y su reconocimiento como República. (...) Tarde se supieron bien los hechos. Mas no solo el borrador referido le presentó Mr Moffat a Estrada, sino que los principales conservadores le llevaron un acta, para qué la firmara con la misma petición dirigida al Departamento de Estado.(Moncada,1942. P.151-152). En su confesión Moncada, deja al desnudo la trama urdida por Moffat con autorización del Departamento de Estado Norteamericano, quienes con tal 59
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de preservar sus intereses tramaron en complicidad con los conservadores la segregación del territorio nicaragüense. Los liberales americanistas en esta ocasión no fueron premiados por su entreguismo, reducidos a una ínfima minoría, ocuparon algunas oposiciones durante el efímero gobierno de Estrada, tras lo cual desaparecieron de la escena política o como el caso de Moncada, a esperar mejores oportunidades, en años posteriores.
Zelaya ante la intervención. Mucho se ha escrito sobre la personalidad de Zelaya, pero lo más de las veces los narradores, se limitan a exaltar las reformas progresistas de su época y muy poco se dice sobre su postura y sus razonamientos ante la intervención estadounidense. Es más, muy recientemente el académico suizo Michel Gobat lo presenta como “un americanista”. En verdad Zelaya como los liberales de su tiempo consideró la inversión extranjera como fuente de progreso y desarrollo. Pero esto no significa que haya pensado enajenar la soberanía nacional a como lo hicieron sus oponentes. Tiempo atrás antes de estos sucesos Zelaya y los integrantes de su administración se dieron cuenta de que las compañías extranjeras no eran lo que él había pensado inicialmente. Con el seudónimo de Plutónomo en 1902 se dio a conocer esta reflexión: Es oportuno aquí señalar que los autores principales de esta ruina de la nación son en su mayor parte extranjeros a quienes no importándole que el pueblo gima en la miseria más espantosa, en tanto que el Gobierno se halle imposibilitado de ponerle coto a sus desafueros, proseguirán sin duda imperturbables en su tarea de explotar como un rico filón el agio llevado a su más exageradas manifestaciones, a costa de un pueblo que al parecer no se da siquiera cuenta de lo que está pasándole por más que lo enerven y lo desmayen sus efectos. (Plutónomo 1902. P. 20). Años después, la Casa Emery al no cumplir sus obligaciones fiscales, provocó un largo conflicto, aprovechado por la dirigencia norteamericana para presentar al Gobierno de Zelaya como un elemento conflictivo ante la opinión norteamericana. Zelaya en 1910 ya fuera del poder y en el exilio, razonó sobre cuál era el papel de lo Estados Unidos en Nicaragua y en América Latina esto lo deja claro en el siguiente fragmento: Los Estados Unidos cuyo imperialismo es ya demasiado famoso, desde hace tiempo venían persiguiendo ejercer allá un protectorado y apropiarse principalmente de la faja del Canal por territorio nicaragüense para lo cual no encontraban facilidades con el presidente Zelaya, puesto que este exigía ante todo que se garantizase la soberanía de Nicaragua y, además una cantidad correspondiente a la importancia de la concesión. Apresuraronse (sic) a aceptar ofrecimientos de Estrada Cabrera, y desde luego diéronles 60
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(sic) de la familia Mora, toda clase de facilidades para que por sí, y en nombre de ellos, llevase la revolución a Nicaragua. Para ello se indujo a la traición al gobernador del Departamento de Zelaya, general Juan J. Estrada a quien se ofreció la presidencia de la república, y dar como en efecto lo han hecho, todos los elementos necesarios (dinero, armas y gente) para lograr el éxito (JSZ1910.p.7). Zelaya, cuyo proyecto se correspondió-como hemos expresado- con el de una emergente burguesía agraria en el país, estuvo claro desde el principio, de que esta contrarrevolución encabezada por Estrada era inventada y creada por Estados Unidos; y de que su gestión con independencia de los defectos que tuviera, gozaba de respaldo popular: Como se ve por los documentos anteriormente reproducidos el país entero por medio de sus principales ciudadanos, se puso desde el primer momento del lado del gobierno. De los trece departamentos de la República doce estuvieron de parte de Zelaya.(Zelaya 1910 p.24). Desde su perspectiva ideológica propia de un burgués nacionalista, Zelaya, asimiló antes que Zeledón y Sandino, una posición antiimperialista que llegó a identificarse en buena medida, con el antiimperialismo más radical de su tiempo. En su obra- protesta, publicó textualmente este comunicado de los residentes centroamericanos en México, que exponemos a continuación: El crimen de Zelaya para con el gobierno americano, no es otro que el de defender la autonomía de Nicaragua contra los avances del imperialismo; y en este sentido cuanto mas execrado sea el gobierno de Zelaya por el americano, mayores simpatías tendrá entre los pueblos de Centroamérica, y aún de toda la América Latina. Cual quiera que sean por otra parte sus errores y sus defectos y porque nosotros, que formamos una colectividad (residentes centroamericanos en México) con opiniones personales muy diferentes respecto a la apreciación que nos merece por separado el Presidente Zelaya-(...) estamos completamente de acuerdo que este gobernante en la actual emergencia, representa la causa de la dignidad de la independencia de América Central en contra de un Gobierno hostil a su soberanía.(México DF11 de dic. de 1909 de C. centroamericanos al Sr Philander Knox En Washington DC: En JSZ p.81). Sus opositores (y críticos en la actualidad) descalificaron como un autócrata a Zelaya, y es innegable que desde los cánones que el defendió correspondientes al liberalismo doctrinario, su gestión fue autoritaria y contradictoria. Pero dentro de su concepción, que se caracterizó por su pragmatismo político, asumía que era necesario el Estado Fuerte, que él representaba para poder consolidar las instituciones. Las leyes según su concepción, deberían aplicarse dentro del contexto social, de acuerdo a las circunstancias y que en el devenir del tiempo 61
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era que se iba a desarrollar o fortalecer el marco jurídico de la nación.“De otro modo no sería dable el progreso de la legislación, ni habría la humanidad alcanzado muchas conquistas que en el momento de ser decretadas, parecieron utopías generosas o especulaciones abstractas de la Filosofía Política.(mensaje del Jefe del Poder Ejecutivo (José Santos Zelaya) a la Asamblea Nacional constituyente. Managua 1896 P.VIII). Insistió Zelaya en esta ocasión, de que era necesario darle poderes especiales al ejecutivo centralizar mas el poder para lograr el ensanche de las fuerzas vitales del país esto se lograba solo con el orden. Debe de recordarse que desde su establecimiento en el poder en 1893, enfrentó distintas formas de rebelión, impulsadas por diversas fuerzas políticas y sectores (conservadores, liberales, Iglesia Católica, inversionistas extranjeros etc.) que fueron afectados tanto por las reformas modernizantes así como por las medidas coercitivas, que tomó a lo largo de los 17 años de administración. “Si en todo tiempo la conservación del orden público constituye la más alta necesidad y el más grave deber de un gobierno nunca como en el presente en Nicaragua, porque un periodo de revoluciones sucesivas, ha relajado de tal manera los resortes sociales y debilitado el respeto que se le debe a la autoridad, que se hace muy difícil mantener la confianza y la tranquilidad pública, si no es viviendo con el arma al brazo y siempre atento a reprimir conspiraciones y desórdenes. De allí que se imponga como primera necesidad social la de investir al Ejecutivo, que es el encargado de garantizar a los asociados y conservar la paz interior y la integridad nacional de todos aquellos poderes que hagan eficaz su acción, y corten, si fuere posible a raíz, los gérmenes de la anarquía e infundan el respeto que se debe a los delegatarios de la soberanía popular (.Zelaya 1896 p. IX).
El Contexto centroamericano. Cuando Zelaya hace referencia al apoyo que tuvo su gobierno en el concierto nacional no deja de tener toda la razón, los informes que dan las representaciones diplomáticas sobre la actividad enemiga de los emigrados demostró que estos no pudieron realizar como era su objetivo con el concurso de Estrada Cabrera invasiones combinadas desde Costa Rica y Honduras para apoyar el movimiento de Estrada en la Costa Atlántica. Toda esto aún cuando el Gobierno de Costa Rica le prestó todo tipo de facilidades a los rebeldes conservadores para moverse en suelo costarricense sumándose a la política de Mr. Merry, quien a su vez era el propalador de una campaña mediática contra el Gobierno de Zelaya (Comunicación de Alceo Fazera. Encargado de Negocios de la República de Nicaragua en Costa Rica, en Zelaya 1910 p 28-31).
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Honduras no se prestó al juego ni a la campaña mediática, es más, observando una política de neutralidad detuvo contingentes de rebeldes conservadores armados por Estrada Cabrera, resistió las presiones del procónsul yanqui, Mr. Brown, El mandatario civilista costarricense Rafael Iglesias, hizo lo propio a la manera costarricense, haciéndose la vista gorda con las actividades de los conspiradores en Costa Rica, para no quedar mal con los norteamericanos. Limón se convirtió en una salida muy importante para abastecer y avituallar Bluefields (comunicaciones de Horacio Aguirre Muñoz a J.S. Zelaya 1910 34-39). La siguiente comunicación - que va en forma de comentario- nos da una idea del “estado anímico” de una oposición que no prosperó mas allá de las posiciones en la Costa Atlántica y por sobre todas las cosas reconocen en su momento la fortaleza interna del Gobierno de Zelaya. Hacia noviembre, la revolución no tenía prosperidad según el estado anímico de los rebeldes. lo habían prometido; y además porque Zelaya es hombre de pantalones José María Valladares(Comandante de Amapala) dice que la emigración no ha invadido porque esperan que prospere el movimiento de Nicaragua y agrega que este movimiento no ha prosperado porque faltaron las combinaciones que tenían en el interior y en las que estaban comprometidas jefes y empleados de importancia y porque Estrada Cabrera y los yanquis no dieron el auxilio en la escala que y que no se duerme...(Aguirre Muñoz Tegucigalpa 7 de noviembre Zelaya 1910 P. 39). Por otro lado había una reacción de intelectuales fuerzas vivas contra la intervención de Estados Unidos en el País. Un grupo de residentes centroamericanos en México llamaba la atención, comentándola nota Knox. Merece especial atención el párrafo de la nota del ministro Knox en que dice que el gobierno de Zelaya ha sido un borrón para la historia de Nicaragua, y un desengaño para un grupo de repúblicas que solo necesitan la oportunidad para llenar las aspiraciones de un gobierno libre y honrado. Si a naciones cultas y progresistas como México la Argentina, el Brasil y Chile que van a la vanguardia de la civilización y de la prosperidad en la América Latina se las supone aspirando apenas a constituir Gobiernos libres y honrados, o, lo que es lo mismo se da a entender que no los tienen ¿que podremos esperar nosotros los pequeños cuando se nos juzga sin oírnos y se nos condena por solo el dicho de adversarios empeñados en desacreditarnos y perdernos? ¡Abran los ojos las naciones de todas las naciones de la América Latina, y vean que solo los débiles están amenazados por el garrote vil del imperialismo americano...”Diario de Nicaragua del 10 de diciembre de 1909(p.74-75). 63
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Los casos de Cannon y Groce y la renuncia de Zelaya. La noticia del fusilamiento de Cannon y Groce en fecha 20 de noviembre hizo que cambiara la balanza político militar a favor de los objetivos de los EE.UU. y sus cómplices los rebeldes conservadores y Estrada. Los mercenarios Leonard Groce y Lee Roy Cannon fueron condenados y fusilados el 16 de noviembre de 1909 por haber sido capturados infraganti en un intento de volar un buque del gobierno que navegaba sobre el Río San Juan. Con ellos fue juzgado un tercero: Edmundo Couture a quien el consejo de guerra condenó a un año de prisión por ser parte de las filas revolucionarias y no comprobarse su participación en la voladura del buque. Desde 1903 existía según los mismos contemporáneos una vasta campaña mediática contra el Gobierno de Zelaya. Este hecho permitió exacerbar los ánimos en los medios de difusión norteamericanos y con ello vino la mencionada nota del Secretario de Estado Norteamericano Philander Knox. Zelaya tras presentar su renuncia partió hacia México, en donde fue recibido por el General Porfirio Díaz, mandatario de la Nación Mexicana. En su manifiesto de 1909 Zelaya señala claramente que ha sido un opositor de la tutela imperialista de los Estados Unidos, pero hasta donde considerar que era su persona el pretexto y no su sistema, por ello decidió renunciar en diciembre de 1909, con el objeto d eliminar el pretexto de la intervención norteamericana y esto lo dejó bien claro en su exposición en el mismo diciembre, Entre otras cosas expuso lo siguiente: “Aunque hace mucho tiempo he venido anunciando a mis correligionarios y amigos políticos la firme resolución de separarme del mando que he ejercido durante varios años con el apoyo del pueblo y el Partido Liberal, he creído conveniente no esperar la terminación de mi periodo, por evitar a Nicaragua humillaciones y ultrajes de un poder extraño y colosal, empeñado en ejercer una influencia decisiva en los destinos del país, cosa que no he podido ni debido tolerar permaneciendo frente al Gobierno. Y como mi resistencia para aceptar esa tutela indebida y mi firmeza en mantener en alto la dignidad de la República han llegado a violentar la mala voluntad del gobierno imperialista que trabaja por convertir en comarcas feudatarias a las naciones latinas de este continente hasta el grado de conceptuar mi permanencia en el Gobierno como un pretexto para desembarcar tropas en nuestro territorio resigno gustoso al mando y me separo de la gestión de los negocios públicos, convencido de que así evito calamidades y baldón para la patria.(Zelaya, 1909 P.3 y 4). Los hechos demostraron, que no era tan solo la persona de Zelaya, la que los Estados Unidos cuestionaban ante los destinos de Nicaragua, sino el sistema implantado por Zelaya, que se reñía con los intereses geoestratégicos de los Estados Unidos, no se concebía en la época del Gran Garrote y la Diplomacia de Dólar, a un Gobierno autónomo y ajeno a sus objetivos globales en lo que consideraban su traspatio en el Subcontinente Americano. 64
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El poder fue asumido por José Madriz, a quien le correspondería continuar la lucha contra los rebeldes y tratar de normalizar relaciones con los E.E. U. U. quienes, se negaron a reconocer a su gobierno. Ante esta situación Madriz en conjunto con su gabinete optaron por realizar una ofensiva decisiva para liquidar el foco rebelde en las posiciones controladas por estos, en la Costa Atlántica. La historiadora María Gámez, en su compendio vio de esta manera los acontecimientos. “El 27 de mayo de 1910, las tropas madricistas, tomaron por asalto El Bluff y procedieron a recuperar la plaza de Bluefields, que se hallaba desguarnecida. El capitán del barco de guerra americano Paduca les intimó que se opondría a la toma de la ciudad, y al efecto desembarcó marinos para ocuparla, con lo cual quedó asegurada la base de operaciones de la revolución conservadora”(...) (Gámez., 1936. P263). Continúa en su versión Gámez: “El delegado del Ejecutivo, General don Julián Irías acompañado de sus tropas, se embarcó abordo del vapor “Máximo Jerez” con la determinación de bloquear el puerto de Bluefields lo cual no pudo efectuar por oposición abierta de que le hizo la marina americana, que permitió a los revolucionarios adueñarse de las rentas aduaneras de El Bluff, creando otra aduana en Schooner key (...). El doctor Irías delegado del Ejecutivo notificó al comandante del Paduca la determinación del Gobierno de Nicaragua, de impedir la entrada al puerto a las embarcaciones que conducían elementos de guerra para los revolucionarios conservadores. Este le contestó: que sus cañones harían respetar el comercio americano, y que, cualquier disparo de armas contra dichas naves significaría una declaración de guerra al Gobierno de los Estados Unidos de América. (Gámez 1936.p.263. En vano fueron la circular que envió el Secretario de Estado Dr. Francisco Baca a los Gobiernos de Europa y América dándoles a conocer la intervención militar de los EEUU en Nicaragua. En lo interno de Nicaragua fue evidente que los rebeldes no tenían una gran capacidad ofensiva a pesar del avituallamiento de los EEUU en complicidad con el Gobierno de Guatemala de Estrada Cabrera. Los desastres militares de los conservadores dirigidos por Chamorro en Tisma y Tipitapa, quienes animados por la victoria de El Recreo se habían lanzado al interior, con resultados totalmente adversos. Por lo que no les quedó más remedio que refugiarse en sus bases de El Rama, Bluefields y Laguna de Perlas, solo les tocaba esperar el asalto final de las tropas del Gobierno Liberal. Las fuerzas de los generales Paulino Godoy y Antonio Lara se abrieron brechas desde el interior para ubicarse frente a Bluefields; sobre la plaza de El Rama estaba el General Benito Chavarría. El general Fernando 65
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Rivas avanzando sobre el Río San Juan lo dejo limpio de rebeldes. Estos se encontraban presionados por mar y tierra era cuestión de tiempo su derrota total. En estas circunstancias intervino el actor intelectual de la revolución conservadora de 1909-1910 Estados Unidos cuando sus jefes militares notificaron al Gobierno nicaragüense del Dr. José Madriz de que no permitiría la ocupación militar en las tres únicas plazas en manos de los rebeldes, (Gamez1936 p.264- 266). Madriz se convenció de que en estas circunstancias era una pelea difícil de definir con un árbitro interventor como los Estados Unidos quien actuaba violando todas las convenciones internacionales y llamó el 20 de agosto de 1910 al General José Dolores Estrada, hermano del General rebelde Juan José Estrada, para entregarle la primera magistratura de la nación de forma provisional. De esta manera sin ningún peligro los generales rebeldes libero-conservadores pudieron salir de sus refugios, en las zonas neutrales y avanzar en pocos días a la Capital. El día 29 de este mismo mes Juan José Estrada asumió la presidencia de la República. El Primer experimento autonomista de Estado nación en manos de los liberales había llegó a su fin, gracias a la abierta intervención norteamericana.
Bibliografía Básica 1. Cuadra, Pedro Rafael. El Partido Conservador y la Intervención Americana en Nicaragua (folleto s.p.i) Managua 1915. 2. Gámez, María. Compendio de Historia de Nicaragua. Tipografía Pérez. Managua, 1936. 3. Halftermeyer, Gratus. Historia de Managua. Edición Definitiva (reimpresión) Managua 2005 4. Moncada, José María. Estados Unidos en Nicaragua. Tipografía Atenas Managua 1942. 5. Zelaya, José Santos. “Manifiesto al Pueblo Nicaragüense”. Tipografía y Encuadernación Central. Managua, diciembre de 1909. 6. Zelaya, José Santos. “Mensaje del Jefe del Poder Ejecutivo a la Asamblea Nacional Constituyente”. Managua, 1896 P.VIII.
3. Comentarios sobre lo expresado por El Sr. Embajador de los EE UU Robert Callahan, referente a la Historia de Nicaragua. En días muy recientes el Señor embajador de los Estados Unidos Robert Callahan, hizo una larga exposición ante un grupo de empresarios y otros sectores representativos de la sociedad nicaragüense, en ella se hicieron alusión a las históricas relaciones entre Nicaragua y los Estados Unidos. En la mención de algunos de estos acontecimientos he de expresar muy respetuosamente mis discrepancias con el Sr. Callahan a partir de mi perspectiva profesional. Por razones de tiempo y espacio nos limitaremos a comentar las referencias a las intervenciones de los Estados Unidos en 1855-1857; 1912; y 1927-1933, 66
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dejando para otra oportunidad los criterios que tenemos sobre el sostenimiento de Somoza García y los Somoza entre 1936 y 1979, y el papel de Estados Unidos entre 1978 y 1979, con respecto a la caída de Somoza, en el último año.
El episodio de Walker Primero: tenemos que decir, que tiene razón el Sr. Callahan, cuando afirma que William Walker no fue enviado por el Gobierno de EE UU. de la época, pero los Estados Esclavistas del Sur le dieron su apoyo a Walker en pleno auge de su campaña en el año de 1856 cuando se proclamó Presidente de Nicaragua y no en su peor momento _ como asegura Callahan- en estas circunstancias, los refuerzos materiales y humanos le llegaron en abundancia tanto por el Atlántico como por el Pacífico, sin que oficialmente se haya detenido una sola nave de los esclavistas. No fue sino hasta en mayo 1857, en que el Almirante Charles Davis intervino para salvar a Walker de una derrota y muerte segura a manos de los ejércitos centroamericanos en Rivas. También hay que destacar que en dos ocasiones posteriores (1858 y 1860) el Gobierno de Estados Unidos, detuvo a Walker en sus afanes por regresar a Nicaragua con su estela de muerte y destrucción. En los mismos años de Walker hubo otros aventureros, cuyas hazañas fueron célebres y la postura de los Estados Unidos fue la de hacerse la vista gorda. Estas fueron las famosas expediciones filibusteros de los años 40 y 50 del siglo XIX, apoyadas también por los Esclavistas del Sur. Éstas, fueron Inspiradas por el éxito logrado por el “Gran Borrachón” Samuel Houston en la anexión de Texas en 1836 y la Doctrina del Destino Manifiesto. (En este caso los aventureros, filibusteros anexionistas, se tomaron Texas, en 1936 que pertenecía a México y el Gobierno del Presidente Polk entre 1845 y 1847, de la mitad del territorio mexicano). Entre estas expediciones se destacaron, las de los anexionistas cubanos Domingo Goucuría, Narciso López a Cuba y las del mismo Walker a Nicaragua. En Cuba fracasaron Goucuría y López (1845-1853), porque la Isla estaba dominada aún, por la Corona Española la que fue intransigente y lo suficientemente fuerte, para actuar con energía contra los anexionistas. En nuestro país la aventura filibustera no funcionó, porque hubo toda una resistencia popular y nacional de los centroamericanos contra Walker (1855-1857). Valga destacar, en este caso el acto solidario e identitario de Goucuría, quien al mando de 250 cubanos, vino en 1856 a reforzar a Walker en Nicaragua, consciente en aquel entonces de que el objetivo común era fortalecer a los Estados Esclavistas del Sur de los Estados Unidos. Goucuría era un fiel creyente en que la anexión de Cuba a Estados Unidos, iba a convertir a Cuba en un gran emporio económico. Una idea compartida por un sector de los grandes propietarios de esclavos en la mayor de las Antillas. 67
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No se puede descartar tampoco que los círculos de poder del Norte Capitalista, aunque no vieron con malos ojos las posibilidades de Walker, - como no vieron con malos ojos la apropiación de territorio mexicano de Texas- en última instancia, temieron a su vez el fortalecimiento del Sur Esclavista, si este filibustero se hubiera apoderado de Centroamérica, a pocos años de la Guerra de Secesión entre 1861 y 1864. Entonces hubiese sido posible que los esclavistas del Sur con el dominio de los mares y puntos estratégicos en el Continente hubieran ganado la Guerra o al menos prolongar los sacrificios del pueblo, en los Estados Unidos. No es difícil de imaginar que hubiera pasado, si hipotéticamente, los vencedores de San Jacinto hubieran sido las huestes de Walker y Cole, y si la ofensiva de Walker sobre Masaya en octubre- noviembre de 1856 hubiera tenido éxito. Esto le pudo haber permitido avanzar hacia León, colocar a los centroamericanos a la defensiva y derrotarlos. Walker no estuviera recogido en la historia como pirata, ni mucho menos como megalómano, ni demente, sino que como sucedió con el “Gran Borrachón” Samuel Houston, en Texas, tuviera una estatua que perennizara su hazaña, de haber integrado Centroamérica y Nicaragua a los Estados Unidos. Entonces la Capital del Estado de Nicaragua hubiera sido Walker City, a como en Texas la ciudad de Houston es un referente obligado, para perennizar la hazaña del “Gran borrachón”.
Las intervenciones de 1909, 1910 y 1912 Por otro lado, pasando a años posteriores, cuando estuvo en boga el Gran garrote y la Diplomacia del Dólar en el Siglo XX. A ojos de buen cubero se puede observar que en una aparente autocrítica de su relación histórica con Nicaragua, el Sr. Embajador, sigue sosteniendo en coincidencia con los títeres y traidores locales de aquella época (Díaz, Cuadra Pasos, Chamorro) de que “Estados Unidos envió a los marines con buenas intenciones: poner fin al caos político imperante en la época y ayudar a Nicaragua a establecer una democracia estable”. Desconozco si el señor embajador se refiere a la intervención militar de 1909-1910, en donde se frustró el primer intento de desarrollo de un proyecto nacional autónomo del territorio, al promover la caída del Gobierno del presidente José Santos Zelaya. Un gobierno, que con todas las limitaciones y errores que se le puedan señalar, trajo el progreso económico, cultural y social al país. Sobre todas las cosas, la administración de Zelaya, con independencia del autoritarismo que se le señaló en su momento, se caracterizó por un alto grado de estabilidad, en todos los aspectos. En Nicaragua había problemas como en todos los países, pero no había caos de ninguna especie. La rebelión de la Costa, inventada por el cónsul Moffat de EE UU, en Bluefields se limitó a uno de los 13 departamentos del país y era cuestión
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de tiempo la derrota de los rebeldes Solo la intervención militar y política de EE UU. -sobre todo su Nota Knox- fue capaz de interrumpir el desarrollo normal del país e iniciar el proceso de caos, con la apropiación de las finanzas, de los ferrocarriles, de las aduanas que fueron entregados en garantías a los banqueros norteamericanos a partir de las administraciones conservadoras, impuestas por la intervención norteamericana de 1909-1910. Nicaragua entonces perdió en aquella época la posibilidad de tener una evolución política autónoma y pasó a ser una semicolonia de Estados Unidos. O quizás el señor embajador se refiera a la intervención militar de agosto a octubre de 1912, en donde las tropas norteamericanas encabezadas por el Almirante Pendletton vinieron a salvar de una segura derrota al gobierno pronorteamericano de don Adolfo Díaz, ante un vasto movimiento insurreccional del pueblo contra el binomio Díaz –Chamorro. Señor embajador los marines no vinieron a salvar a Nicaragua del caos, vinieron a salvar al gobierno de Díaz, pero sobre todas las cosas, a proteger los intereses económicos y geoestratégicos de los Estados Unidos. A proteger aduanas correos, ferrocarriles, enajenados a los socios capitalistas Brown Brothers; a proteger los intereses de las compañías en los enclaves mineros y madereros en el territorio. Esos marines, combatidos heroicamente por el General Benjamín Zeledón -señor embajador- no venían con buenas intenciones. La historia los acusa. La historia los condena. No sé qué pensaría el señor embajador si otra potencia invadiera su país y le impusiera por la fuerza un presidente ajeno al agrado de su propia población. Ni la lógica ni la historia le dan la razón a una actuación como, la que hizo EE UU, en los años de 1909-1910 y 1912. No sé qué comentarios le pueden merecer tanto lo que ocurrió en 1909-1910 y 1912, si lo comparamos con la posición actual de EE. UU. con respecto a Libia, cuando el Presidente Obama, está hablando de ayudar militarmente a los insurgentes contra el Gobierno constituido del Coronel Kadaffi, solo porque no es un adherente a la política de los Estados Unidos. Esto cuando no hay una dirección definida en los rebeldes. ¿Se les olvidó acaso, la lección de Afganistán? En donde para derribar a un gobierno progresista en 1978, que entre otras cosas, impulsó reformas modernas para sacar a este país del atraso feudal, se aliaron con los extremistas musulmanes del Talibán, los mismos autores del ataque a las Torres Gemelas de New York. O Acaso ya tienen un Adolfo Díaz en Libia, como en 1909-1910, en Nicaragua? En otra parte de su intervención el Sr. Embajador Callahan se refiere a la figura del General de hombre Libres Augusto C. Sandino, quien junto al poeta Rubén Darío, constituyen los máximos valores que nos identifican en el mundo. Pero esta parte, la retomaremos más adelante en la parte que se refiere al General Sandino. 69
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4. El Menismo en Nicaragua. Pendencias y tendencias políticas de la época (1910-1912).* Introducción. A cien años de ocurridos los acontecimientos, que se conocieron en la historia de Nicaragua, como la Guerra de Mena, entre los meses de julio y octubre del año de 1912, los estudios o menciones se han centrado principalmente en la figura del General Benjamín Zeledón. Muy poco se ha hecho hasta ahora, por analizar con la debida serenidad, el protagonismo del General Luis Mena. Por supuesto, que también son casi inexistentes los estudios sobre el movimiento que giró alrededor de este último personaje, es decir el Menismo. En la mayoría de las fuentes que abordan estos acontecimientos se ha presentado al Menismo, como un movimiento que se redujo a defender e imponer la candidatura presidencial del General Mena en las frustradas elecciones de 1912. Esto implica, que no tuvo ningún tipo de propuestas políticas alternativas en aquellas circunstancias. El Menismo, que en términos históricos constituyó, una fuerte escisión en las filas del conservatismo tradicional ha sido opacado por diversas razones 1. Al momento de la confrontación, de julio a octubre de 1912, el papel de Mena y de los menistas, fue de lo más pálido. Todo esto a pesar de contar a) con la mayoría de los recursos bélicos del país, concentrados en Granada; b) con mandos militares, simpatizantes que podían organizarse en todo el país; c) y finalmente, con una alianza, que pudo ser más sólida, con el liberalismo. 2. Los hechos más relevantes de la guerra, desde principio a fin, estuvieron a cargo de los liberales y su principal dirigente, el General Benjamín Zeledón: el ataque a Managua, las insurrecciones en Occidente y la defensa heroica del Coyotepe. Mientras esto ocurría Mena se dejó sorprender por los norteamericanos, en Granada, siendo capturado él y todo su armamento, por los marines. 3. Debe de recordarse un viejo adagio que reza de la siguiente manera: la historia es una historia de vencedores, y Mena el gran perdedor, en circunstancias que frustraron –entre otras-sus aspiraciones individuales, pasó a ser satanizado por los vencedores desde el poder: el Conservatismo tradicional. Por otro lado, pasó a ser un traidor, por los liberales, quienes resintieron en estos hechos, la muerte del ya mencionado patriota Benjamín Zeledón Estas son entre otras, las razones por las que el Menismo, pasó a ser un episodio casi olvidado en la historia nacional contemporánea. Por este motivo, en la presente exposición vamos a presentar el surgimiento y ascenso del Menismo, desde su proyección en 1910, hasta su culminación y caída en medio de los sucesos de 70
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agosto y octubre de 1912. Se soporta nuestro esfuerzo, en fuentes documentales de la BBCN “Roberto Incer Barquero”, del Programa Cultural del BCN y fuentes Hemerográficas del Archivo Nacional de la República. La meta principal que tenemos es la de determinar si el Menismo constituyó una ruptura total con el “Cacho” o conservatismo tradicional, pero además los factores que propiciaron tanto su ascenso como su caída. Una segunda dirección principal es ubicar al Menismo, como un fenómeno, que contribuyó al desarrollo de una fuerte tendencia política en el Partido Conservador, que rompió con los postulados del Conservatismo tradicional. Situación que se presentó principalmente en los años posteriores. Esto se puede explicar, al trazarnos la meta de responder, una serie de interrogantes, que permitirán esclarecer de forma objetiva, el papel de Mena y el Menismo en estas circunstancias históricas. ¿Qué factores favorecieron el ascenso del Menismo? ¿Tuvo el Gral. Mena y su movimiento una alternativa opuesta, en términos ideológicos al Conservatismo Tradicional, representado principalmente por Adolfo Díaz, Emiliano Chamorro y Carlos Cuadra Pasos? ¿Mena y el Menismo pensaron en una perspectiva de desarrollo autónomo del País, opuesto a la concepción intervencionista y favorable a los EE.UU. del Conservatismo Tradicional? ¿Qué factores incidieron en el desgaste y caída del Menismo? ¿Fue el Menismo, una de las principales premisas de las tendencias conservadoras, que se presentaron abiertamente contra la intervención norteamericana en el País, en los años subsiguientes? Al momento de entrar en los contenidos de la presente exposición deben de tomarse en cuenta las siguientes aclaraciones. Primero que no constituye un análisis exhaustivo de los acontecimientos, sino más bien una propuesta para ir comprendiendo, dimensiones poco conocidas de los mismos. En segundo lugar, que la presente exposición, forma parte de un trabajo que hemos venido desarrollando, desde el año 2009, sobre las ideologías que enarbolaron las distintas corrientes políticas (conservadoras, liberales, socialistas, sandinistas, etc.) del país.
1. Surgimiento del Menismo Muy poco se conoce sobre el gestor de esta corriente, que en cierta coyuntura se expresó como un abierto rival del conservatismo tradicional, conocido también como “El Cacho”. Se conoce generalmente que Luis Mena Vado, fue originario de Nandaime, por ciertos datos documentales se conoce también, que fue dueño de algunas propiedades rurales, en tanto en noviembre de 1916, desde Costa Rica, solicitó la intervención al Presidente Adolfo Díaz para solucionar el problema de una propiedad, en el Departamento de Chontales. El Dr. Jorge Eduardo Arellano, nos facilitó de forma oral algunos datos: que fue casado con una hija natural del General Eduardo Montiel, de nombre Margarita, con quien tuvo descendencia, 71
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pero que además, tuvo participación destacada en la Reincorporación de la Mosquitia en 1894. Conducta que estuvo determinada -porque al igual que otros coterráneos granadinos- por las posesiones personales y fortunas adquiridas en esta Región. Es evidente, su participación destacada, en las conspiraciones e intentonas militares, que se dieron contra la Administración del General José Santos Zelaya. Así como también su mediana figuración en el Partido Conservador tradicional, en esos años. Emiliano Chamorro, su principal rival tras la caída del liberalismo en 1910, es quien más lo menciona, en su Autobiografía, publicada por la Revista Conservadora (Chamorro, abril de 1966). En 1897, ya ostentaba rango de General, y actuó como segundo al mando de Emiliano, en la llamada Revolución del Mombacho (1897-1898) es decir que tenía antecedentes y experiencia militar. En este movimiento que tuvo características guerrilleras, en los departamentos de Granada Carazo y Rivas, jugaron un papel muy destacado, los conservadores de Nandaime, lugar de origen de Mena, quien se proyectó como su principal dirigente, aún cuando, el jefe expedicionario era el mismo Emiliano Chamorro. Tras estas acciones, junto a Chamorro y otros expedicionarios, retornó a Costa Rica a continuar en el camino de las conspiraciones. Pero Mena se nos pierde de vista, después de estos sucesos, válido, es suponer, que tuvo una participación destacada en las subsiguientes y frustrados movimientos que se dieron contra Zelaya. Esto tuvo que ser una razón de peso, para que en la llamada Revolución de Octubre de 1909, haya sido el principal mando militar de la contrarrevolución libero-conservadora. El mismo Chamorro revela en la mencionada fuente, que pasados los acontecimientos de 1912 y su permanencia como prisionero en Panamá pasó a residir a Costa Rica, en donde permaneció durante algún tiempo. Tras su retorno a Nicaragua nunca más participó en la vida política, siendo muerto en un incidente personal con un vecino en año de 1928 (Chamorro 1966.P.60). Como podemos observar, existen muy pocos datos sobre el General Mena, una de las razones, puede explicarse, en que tras su protagonismo en 1912, y su brusca desaparición del escenario, los narradores de tales acontecimientos -en otras palabras- sus enemigos, lo borraron de sus memorias viéndolo como un leve incidente indigno de recordarlo. Por tanto queda un reto para los estudiosos de esta parte es conocer más a fondo la historia individual de este protagonista (véase punto 4). Sin embargo, si del Gral. Mena se conoce poco, hay un conocimiento amplio sobre el surgimiento del Menismo, en tanto todo lo ocurrido entre 1910 y 1912, tuvo que ver con Mena y el Menismo.
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La generalidad de las pruebas demuestra, de que la evolución interna de la llamada Revolución de la Costa fue un desastre, en los términos de lo que calcularon sus gestores internos y externos. Se supuso en 1909, que como réplica al levantamiento libero-conservador en Bluefields, se iban a producir diversos levantamientos en el Interior del País contra Zelaya. Más el Gobierno de Zelaya con los señalamientos que le hicieron en su tiempo, demostró tener un fuerte respaldo popular, la rebelión se focalizó, principalmente en la Costa Atlántica del País. Desde sus inicios, los revolucionarios conservadores, no tuvieron un rol tan brillante, en el aspecto militar, la derrota de los generales Chamorro y Masis, en San Juan del Norte, fue una especie de referente. Empero, el pírrico éxito militar de los rebeldes, en El Recreo, cerca de El Rama -en momentos en que se producía la renuncia de Zelaya a favor de Madriz- animó al General Emiliano Chamorro, a realizar un segundo intento, para llevar la guerra al interior penetrando por el Departamento de Chontales. Como se conoce este fue el segundo gran desastre militar de Chamorro, reafirmado con la derrota de Tisma a manos de las fuerzas del Gobierno Liberal de José Madriz, Chamorro hubo de retornar derrotado, por donde vino a la capital de los rebeldes, instalada en Bluefields, con la protección de los marines quienes ya desde 1909 habían desembarcado en el país con el pretexto de proteger intereses y vidas norteamericanas. Aún cuando, quedó en evidencia ante la historia, que la caída de Madriz y del liberalismo, no fueron producto de una victoria militar de los rebeldes sino de la intervención militar norteamericana, le correspondió al General Mena obtener los pocos éxitos militares de los rebeldes. Entre junio y julio de 1910, paralelo a las presiones militares, norteamericanas por proteger a los rebeldes, de una inminente derrota en Bluefields, el Gral. Mena inició su exitosa marcha al interior, partiendo del mismo Chontales, logrando obtener las victorias de Comalapa y Hato Grande en este Departamento, y aunque no tuvo mayores encuentros militares, logró introducirse al interior del país. Aunque estas acciones no constituyeron, un desgaste sustancial, para las fuerzas del Gobierno, sirvieron para proyectar la popularidad de Mena. Porque este General, al momento de la renuncia de Madriz, ya se encontraba con sus fuerzas en las sierras de “El Crucero” y fue, quien en nombre de la totalidad de las fuerzas “revolucionarias” hizo su entrada triunfal en Managua en agosto de de este año. Este ingreso se hizo, como se conoce sin disparar un tiro, en tanto las fuerzas armadas liberales, obedeciendo órdenes superiores procedieron a entregar las plazas, a unas tropas rebeldes casi huérfanas de victorias, contra su enemigo desplazado, pero avaladas y apuntaladas por un poderoso padrino: los Estados Unidos, quienes hicieron posible la caída del primer intento autónomo de desarrollo en el País, entre los años de 1893 y 1910. 73
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Tras la victoria, de los libero conservadores, se constituyó un gobierno Provisional presidido por Estrada e integrado por los ex participantes en la contienda, salvo el Gral. Moncada, el resto del gabinete fue integrado por conservadores, entre los que se destacaba el civil Adolfo Díaz, con fuertes relaciones entre funcionarios del Departamento de Estado de los Estados Unidos y empresarios de este mismo país, con fuertes inversiones en la Costa Atlántica. Se celebraron los pactos Dawson, que garantizaban el nuevo orden, la forma en como se vería establecer el nuevo Estado y las relaciones de este nuevo Estado con los Estados Unidos. Estos fueron firmados por los generales Juan José Estrada, Luis Mena, Emiliano Chamorro y los civiles: Fernando Solórzano y Adolfo Díaz. Entre los acuerdos políticos estaban, la convocatoria a una Asamblea Constituyente, establecimiento del libre sufragio, en nuevas elecciones; la garantía del no retorno al poder, de quienes hubieran ocupado cargos durante los gobiernos de Zelaya y Madriz. Como Ministro de Guerra quedó el Gral. Mena, teniendo como Subsecretario del ministerio al Gral. Liberal José Mª Moncada. Fuera del nuevo Gabinete, quedó el Gral. Chamorro, quien apoyado por sus partidarios y amigos, empezó a dar pasos para su candidatura presidencial una vez que se hiciera la convocatoria a elecciones.
2. Diferencias y pendencias entre los Revolucionarios Desde los primeros días empezaron también a aflorar las contradicciones entre Mena y Chamorro los amigos del caudillo -en su mayoría pertenecientes a la “Calle Atravesada” de Granada- alertaron a Chamorro, sobre el peligro de la popularidad de Mena y supuestas alianzas de este, con Moncada y los liberales. En octubre de 1910 David Arellano en carta a Octaviano César exaltaba el liderazgo de Chamorro por encima del de Estrada y Mena. (Arellano, octubre1910 en 201007120 BBCN). Chamorro en sus memorias da a entender que fue engañado por Mena, al ser él, quien recomendó a Mena ante Díaz para que ocupara el cargo de Ministro de Guerra, a cambio de su apoyo y que fue aceptado por este (Chamorro 1966 P.54) Pero que ya Mena tenía su propio proyecto de candidatura y no se lo comunicó a Chamorro. Aunque el caudillo en sus memorias, obvia la popularidad de Mena y exalta la propia. La documentación acumulada -principalmente las cartas- revelan, situaciones y confusiones de la época, en algunos casos los amigos de Chamorro ligaron a Mena con Díaz y Estrada. Mientras tanto Mena movió sus tentáculos en todo el territorio para a hacerse de adeptos a su favor de su campaña presidencial. Desde su posición logró colocar amigos y partidarios en puestos gubernamentales. Desde noviembre de 1910, los partidarios de Chamorro lo alertaron de que Mena estaba sustituyendo a los chamorristas, en las jefaturas políticas por adeptos a él (Wheelock, nov.de 1910 en Doc. 20100721). Puede resultar extraño que 74
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una figura tan poco conocida lograra extender sus influencias casi en todo el territorio. Es evidente que Mena estaba explotando la popularidad a su favor pero las fuentes dejan entrever de forma implícita que había un estado de fisuras latentes en las filas del conservatismo. De acuerdo con Robleto un testigo de los acontecimientos “Alrededor de Chamorro estaban los conservadores rancios de familias de abolengo. Rodeaban a Mena los jefes de la campaña triunfante y los conservadores reformistas” (Robleto, 1960.P. 228) Las situaciones se definieron hasta abril y mayo de 1911 en que primero fue disuelta la constituyente y posteriormente el encarcelamiento de Mena, por orden de Moncada apoyado por Estrada, que provocó la caída de este último y el ascenso de Díaz a la presidencia. Los conservadores depusieron sus diferencias y se apresuraron a apoyar a Mena y a Díaz. La intervención del ministro norteamericano Northcott, fue determinante en la salida a la crisis y de la misma salió electo presidente Díaz y como Ministro General Mena. Desde esta posición el poder de Mena se vino fortaleciendo al extremo que la nueva Asamblea constituyente lo nombró como virtual candidato presidencial, sus partidarios, pasaron a ocupar posiciones claves en los departamentos. Al desaparecer del escenario los ex aliados liberales, quedaron frente a frente Mena y Díaz. Este último más confiado y ecuánime dado sus relaciones externas y el apoyo de la calle atravesada, mientras Mena tratando de ganar más espacios a lo interno y darles confianza a los representantes de EE.UU. Díaz, a su vez desde su posición provisional, no daba a conocer abiertamente, sus aspiraciones presidenciales. Efectivamente esta lucha se desarrolló, aunque no muy visiblemente porque Adolfo Díaz con su habilidad acostumbrada, ocultaba sus propósitos que eran indudablemente, el buscar como dominar a Mena para evitar que este llegara al poder. (Chamorro, 1966.P.56) Chamorro quien había salido del país hacia Honduras, desde la disolución de la Constituyente en abril de 1911, tornó a Nicaragua en diciembre de este mismo año. El auto exilio de Chamorro, fue una especie de jugada política del caudillo, a quienes algunos de sus partidarios, lo animaron en distintas ocasiones a tomar las armas (Véase Chamorro, 1966 p.56). Desde Honduras movió sus influencias en Estados Unidos para desgastar políticamente a Mena y desde aquí empezó a tener un acercamiento con Díaz y el también político conservador pro norteamericano Carlos Cuadra Pasos. Por supuesto, que en esas circunstancias todo se movía a obtener el visto bueno de los Estados Unidos, sus altos funcionarios eran los grandes electores “A eso contribuían los trabajos de Moffat, que llegó a Nicaragua muy enemigo de Mena y consiguió formar una atmosfera adversa al Menismo, a lo cual colaboraron otros viajeros que vinieron a Washington…”(Cuadra, agosto 1911. En Doc.201007120) 75
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El paso dado por Mena y los menistas de proclamarlo candidato presidencial, fue considerado una violación de los acuerdos Dawson, en tanto estos acuerdos, reflejaban que los candidatos para las próximas elecciones deberían ser selectos entre (y por) los firmantes de los Pactos, razón por la cual tanto Díaz como Cuadra Pasos en contubernio con Chamorro, quien -como expresamos -desde un inicio guardó distancia de Mena. Este argumento fue clave para presentar ante los representantes norteamericanos a Mena, como un peligro para la estabilidad política del país, al violar los acuerdos Dawson. En la medida en que se agudizaban las contradicciones, algunas publicaciones del desplazado bando liberal zelayista, no ocultaron sus simpatías por Mena y sus partidarios, en tanto se percataron de sus diferencias con el conservatismo tradicional Una publicación como esta titulada en el Diario Moderno “La muerte del Cacho” no podía ser más convincente: Los verdaderos liberales debemos felicitarnos de ver surgir en las filas opuestas jóvenes de la talla de Tomás Martinez, Joaquín Gómez, Eduardo Doña, Federico J Lacayo, Ricardo Lopez Callejas, los Buitrago Díaz y tantos más. (Medina 1912 p.2) Estas publicaciones y hechos concretos, alertaron al Departamento de Estado, no podían darle le visa presidencial a alguien que el futuro pudiera conciliarse con los remanentes del zelayismo. Sin embargo los norteamericanos no podían separar bruscamente a Mena, porque estaban convencidos de su popularidad, tenían que por su parte dar muestras de apoyo moral a Díaz y buscar la manera de consolidar la alianza de los sectores tradicionales pro norteamericanos del conservatismo. Los partidarios de Chamorro alentaban esta situación, enviando informes sobre la concesión de puestos en los departamentos del Norte a personas de reconocida filiación liberal, por parte de Mena (Martinez agosto de 1911 en 201007120).Los medios de difusión a su vez, exacerbaban los actos de corrupción, de algunos funcionarios menistas. Mena y sus amigos trataron de conciliarse con Chamorro en aras de la unidad del Partido y en agosto de este mismo año, propusieron a través de un acta de caballeros (firmada por Mena y los amigos de Chamorro) a Chamorro ser el vicepresidente de Mena (periodo 1912-1916). Pero además, Mena como presidente debería de apoyar la candidatura presidencial de Chamorro en el siguiente periodo (1916-1920). Chamorro rechazó esta propuesta basado en la ilegalidad de la candidatura de Mena (acta de agosto de 1911 en Doc. 201007120) Todo esto pasaba por acuerdos y reuniones con los elementos más representativos de esta fracción dirigida principalmente por el trío Díaz -Chamorro Cuadra Pasos. Chamorro, se contuvo de aceptar las propuestas de resolverlo por la vía militar en dos momentos. Entre estas estuvieron la de abril de 1911(Chamorro1966.P56) y después en noviembre de 1911, cuando sus amigos le propusieron aprovechar 76
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que algunos mandos militares que le eran leales en Corinto y Chinandega, para ocupar militarmente puestos y plazas claves en Occidente. A continuación harían una concentración de fuerzas en esta parte, para garantizar su retorno a Nicaragua e iniciar su marcha hacia Managua, con el pretexto de apoyar al presidente Díaz de las ambiciones e intrigas de Mena. Hubo dos situaciones, para que Chamorro no aprobara los planes de sus amigos. 1. Estaba claro no solo del consenso político favorable de su rival, sino también del control que tenía Mena, sobre el ejército y el armamento. 2. como la mayoría de la totalidad de los políticos conservadores, estaban pendientes de la aprobación del empréstito que se negociaba con los banqueros estadounidenses. Según sus perspectivas, el empréstito que incluía la creación de una nueva moneda con paridad del dólar iba a estabilizar la economía. A lo largo de 1911, las cartas de los amigos de Chamorro insisten que después del empréstito, la situación iba a cambiar, la situación política. Joaquín Cuadra Z. un partidario de Gral. Chamorro decía con gran sinceridad: Creo que después de que se firme el empréstito y que este sea en efectivo la situación de Nic. Mejorará (…) cuando existan en Nic. Intereses americanos de esa magnitud, este gobierno tomará participación muy inmediata en nuestros asuntos políticos..”(Cuadra, agosto de 1911) De esta manera, fue que una vez aprobado el empréstito por el poder Legislativo y ejecutivo en noviembre de ese mismo año Chamorro regresa al país y coincide con Díaz, en que resuelta la situación económica, se debería pasar a resolver la situación política, en otras palabras la eliminación de Mena, como aspirante presidencial. Para lo cual Chamorro concertó reuniones con sus “tíos” Chamorro y otros elementos representativos de la Oligarquía Granadina, para asegurar su apoyo contra las pretensiones de Mena (Álvarez Lejarza 1968 P.6). Esto era en otras palabras, el apoyo a Díaz contra Mena.
3. La guerra de Mena de 1912 y el fin del Menismo. La situación que sigue es más o menos conocida Chamorro revela en sus memorias que el día 29 de julio le fue entregado por Cuadra Pasos el nombramiento de Gral. en jefe de las fuerzas militares del Gobierno de Díaz y junto con el nombramiento “se me daba la orden de destituir al General Mena del Ministerio de la Guerra y (…) en caso necesario (…) ponerlo prisionero (Chamorro, 1966.P.56). Los hechos demostraron que Chamorro y Díaz, le tomaron la delantera a Mena quien estaba haciendo una sustitución total de las pocas tropas leales que le quedaban a Díaz en Managua. Mena, logró evadir la captura de Chamorro y con sus amigos se dirigió a Granada donde tenía concentrada sus recursos 77
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militares en el Convento San Francisco, a cargo de su hijo el Coronel Daniel Mena. En estas circunstancias recurrió a la lógica de la época, al fracasar la negociación política, (con los conservadores tradicionales y los norteamericanos) recurrió a las armas, lo que lo llevó a una alianza con el liberalismo desplazado en 1910. Hecho que materializó de forma total, su distanciamiento con el Ministro americano Weitzel y los Estados Unidos. Es este movimiento decisivo en donde empieza a opacarse la estrella de Mena, desde el mismo mes de agosto, en que fuerzas combinadas de Mena y del General en Jefe del Liberalismo Benjamín Zeledón se lanzaron a la toma de la capital. Las fuerzas de Mena demostraron suma debilidad. Mena debió ser quien encabezara las fuerzas de ataque a la capital acompañado de Zeledón, se declaró enfermo. La presencia de Mena era clave para animar moralmente a sus propios partidarios. En su avance hacia la capital las fuerzas liberales encabezadas por Zeledón, detuvieron a los desbandados menistas del General Calixto Talavera, quienes huían de Tipitapa, tras ser derrotados, por los chamorristas. Los aliados liberales, los animaron a regresar y en su avance hacia Managua propinaron una tremenda derrota al General Chamorrista Frutos Bolaños en esta población, Tipitapa era la puerta hacia Managua. Por tanto las fuerzas de Zeledón iniciaron el día 11 su ataque hacia Managua por el borde Oriental. Los generales menistas Andrés Murillo y Dionisio Thomas, no cumplieron su parte de presionar desde las Sierras de Managua para realizar el cerco sobre Managua, desde Occidente.. Al ser sorprendidas y atacadas por los conservadores gobiernistas quienes les infligieron pérdidas en algunos de los mandos, emprendieron la retirada, en desorden. Chamorro mismo, quien reconoce en esta fuerza, el principal contingente del Menismo, dice que a partir de la mañana del 13 de agosto el General Andrés Murillo, no reorganizó sus tropas para continuar el ataque y abandonó a Zeledón, favoreciendo a las tropas del Gobierno, quienes con el flanco Occidental libre de enemigos, pudieron concentrar todas sus fuerzas, contra Zeledón en el Oriente. Como se conoce, Zeledón, tras tres días de intensos combates, se retiró de Managua hacia las elevaciones del Coyotepe y la Barranca en Masaya. Mientras que fueron también fuerzas liberales las que en Occidente asumieron el control de Chinandega y León y convirtieron esta parte del País -en medio de la escasez de recursos bélicos-, en verdaderos bastiones del movimiento. Fueron también, huestes liberales las que llevaron la guerra al Istmo de Rivas y al Departamento de Carazo, incluidas algunas poblaciones de Norte, hacia donde fueron liberales leoneses a tratar de coincidir con liberales del Norte (Carta de B. Martinez, 1915).
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La situación del Gobierno de Díaz, aún con la victoria de Managua no era la mejor, los rebeldes tenían la ventaja de ocupar Occidente y Oriente. Solo conservaban el control de Managua y algunas plazas del Norte, donde se esperaban estallidos rebeldes, dado la influencia del liberalismo en las regiones segovianas. Su derrota era cuestión. El Gobierno de Díaz recurrió previo pláticas con sus padrinos: amigos y funcionarios norteamericanos a solicitar la intervención militar para “proteger intereses y vidas de norteamericanos y nicaragüenses” (C.de Rees, a Díaz 1916). El desembarco de los marines no se hizo esperar en el puerto de Corinto. Díaz sin mando alguno al principio (…) aún en algunos cuarteles. Entonces fue Importante el papel de la influencia norteamericana en este aumento de prestigio y autoridad. (de Díaz)Toda la fuerza moral del Gobierno americano se puso en su favor. Al hacerlo así no se violaba ningún derecho; antes se acataba su ley constitucional en manos del presidente (Pedro Rafael Cuadra. 1915 p. 15- 16). El General Luis Mena, quien tenía concentrado en su fortaleza de San Francisco la mayor parte de los recursos bélicos del País, se dejó sorprender por los marinos ocupantes a fines de septiembre… siendo llevado prisionero a la Zona del Canal de Panamá y con ello murió el Menismo como fuerza alternativa del conservatismo. La otra parte de la historia que entiendo ha sido (y seguirá siendo) abordada por otros expositores. Corresponde a un capitulo muy conocido en la historia el pendón de la dignidad nacional, va ser defendido por nuestro héroe nacional Benjamín Zeledón, quien muere heroicamente un 4 de octubre de 1912, tras defender la dignidad nacional en los cerros de la Barranca y el Coyotepe. Con este episodio finalizó lo que llamamos la Guerra de Mena iniciada el 29 de julio de este año.
4. ¿Fue el Menismo una fuerza alternativa o una premisa del conservatismo progresista?. Como suele suceder en la historia, los protagonistas de los acontecimientos, son los impulsores, -sin pretenderlo- de cambios sustanciales que trascienden en el campo de las ideas, por tanto de bruscos virajes, ajenos totalmente a las perspectivas o metas individuales que los mismos se trazaron. Es decir, que en determinadas circunstancias emergen alternativas políticas diferentes en determinadas coyunturas, como la de 1912. Mena con sus pretensiones presidenciales en aquella situación, fue sin pretenderlo, uno de tales sujetos. Se debe de partir del hecho de que el Menismo, fue un movimiento, de lo más heterogéneo que incluyó desde miembros desprendidos de las familias de la Calle Atravesada, propietarios no tradicionales, oportunistas en busca de posiciones, hasta profesionales progresistas o conservadores evolucionistas. 79
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En algunas opiniones actuales, se sigue satanizando a Mena, por las razones antes apuntadas, pero en 1915 siendo aún prisionero de los norteamericanos, en que en una carta dirigida desde Panamá a Wilson, reclama por su condición de prisionero y por la injusta conducta interventora de los norteamericanos en Nicaragua, contra “los patriotas defensores de la autonomía” pero al mismo exalta los valores de Estados Unidos, como potencia, una especie de llamado a cambiar su política hacia Nicaragua. En esta dirección no ataca al sistema sino a los representantes norteamericanos de 1911-1912. Le expresó entre otras cosas lo siguiente: …cabe suponer pues que la intervención armada de estos últimos (los marines de EE.UU) en los negocios internos de Nicaragua, no obedecía a causas justas de reivindicación nacional, sino a intereses privados de otro orden, que no debieron ser escudados jamás en los cañones de la armada de ese gran país…” (Navarro, 2012.P56-61). Después de esta carta, no se ha localizado un solo comunicado o carta de Mena que permita catalogarlo como un conservador progresista, o dirigente de una alternativa propiamente diferente al conservatismo tradicional. Esta posición como se entiende es hasta después de ocurridos los acontecimientos. Pero las fuentes dejan en evidencia que a su alrededor se vinieron configurando elementos que vinieron guardando distancia del conservatismo tradicional y es el mismo año de 1912, el año de la intervención militar de los Estados Unidos, que funcionó como una especie de parte aguas, que dividió a los conservadores americanistas encabezados principalmente por el trío Cuadra Pasos, Díaz y Chamorro y los conservadores progresistas que incluyó contradictoriamente a ex partidarios abiertos de Chamorro, como Bartolomé Martínez, que pasaron a tener una posición abiertamente anti injerencista, derechazo abierto a la intervención norteamericana. En un medio liberal, el Diario Moderno Francisco J. Medina, reconocido liberal opinaba de este modo” decía en enero de 1912 “la pérdida del poder ha sido provechosa para el conservatismo evolucionista. Mientras el “Cacho” conspiraba y bregaba con tenacidad digna de mejor causa por reconquistar el mando… en el seno del partido no cachureco seguía fermentando la evolución iniciada por el General Zavala”(Medina, Diario Moderno, 8 de enero de 1912.P2) Destaca Medina como ejemplo la conducta del menista Sebastián Uriza, quien públicamente se arrepintió de haber firmado al concertación de los empréstitos. Medina hizo una larga referencia de la evolución del conservatismo y en todo ve como positivo el papel del Menismo. Pero hubo un conservador Manuel Calderón Ramírez, quien con el título “Un conservador progresista” en una larga exposición dirigiéndose a Medina, estableció implícitamente, cual debería ser la postura de un conservatismo renovado. Partió Calderón de exaltar las virtudes patrióticas de los conservadores de San Jacinto en la Guerra Nacional: Pide Ud 80
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libertad para que Don Pedro Rafael Cuadra, reviva las perdidas tradiciones de patriotismo de nuestros patriarcas de la honradez y haga el milagro de Lázaro (…) que esa libertad sea el patrimonio de todos sin distingos regionales ni políticos, bajo los pliegues de nuestra bandera…” (Calderón, Diario Moderno, 11 de febrero de 1912) Es notable que desde una postura cuidadosa, Calderón, hizo un llamado a la unidad, de forma distinta a los tradicionales, en tanto pudo concebir la unidad, hasta con los liberales zelayistas, algo inadmisible en los tradicionales. Pero además al abandono dentro de ese llamado a la unidad, se trata de superar los bien arraigados sentimientos localistas. Otro elemento es el llamado al americanista P.R. Cuadra para que reaccione -lo que sería una especie de resurrección- y adopte una posición patriótica.
5. Las corrientes políticas de la época. Válido es reseñar, que desde fines de los treinta años conservadores, los partidos tradicionales liberal y conservador no fueron homogéneos ideológicamente, una tendencia que tuvo continuidad a la sombra del modelo reformista, autonomista nacionalista de Zelaya. En el liberalismo emergieron los doctrinarios o constitucionalistas de Occidente quienes como Francisco Baca y Paulino Godoy pasaron a ser opositores al pragmatismo positivista de Zelaya, pero sobre todo al modelo autoritario del caudillo. A fines del periodo de Zelaya algunos doctrinarios constitucionalistas como el mismo Jose Madriz, se reconciliaron con Zelaya. También emergieron los liberales nacionalistas quienes radicalizaron su pensamiento hasta rechazar de forma total, la intervención extranjera en los asuntos internos del país, además de Zelaya fueron representativos de esta tendencia, elementos jóvenes del liberalismo como Benjamín Zeledón, Rodolfo Espinoza, Leonardo Argüello, Marcelo Castañeda y Horacio Portocarrero. El comunicado de Zeledón el 10 de agosto de 1912, en plena guerra, no pudo ser más evidente: porque la libertad nos de vida, porque la igualdad nos de luz y porque la autonomía nacional efectiva reconquistada, haga desaparecer el caos en que navegamos. No más intervención en nuestros asuntos internos. (Zeledón, agosto de 1912) Casi paralelo, a estas tendencias, una minoría liberal, representada por el José María Moncada, quien vislumbró el desarrollo del país, pero reconociendo el liderazgo continental de los Estados Unidos, a quien estaba Nicaragua obligada hacerle concesiones, en base a sus necesidades como potencia y en compensación EE.UU. debería de proteger al País y ayudar a Nicaragua a fortalecer sus instituciones. “…he sido amigo de la influencia de los Estados Unidos en Nicaragua para que crezcamos a su sombra en las prácticas republicanas”(Moncada,1932. RCPCA Nº78P.33) Esta fracción liberal, 81
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permaneció sometida a los dictados norteamericanos, aún después de la marcha de Zelaya, en diciembre de 1909, a pesar de que el pretexto de su rebelión era la permanencia de Zelaya, en el poder no optaron por concluir su rebelión, e integrarse al Gobierno de Madriz en 1910, sino que continuaron apegados a los dictados de Moffat. En el conservatismo se operó una especie de relativa regresión al evolucionismo, que se había iniciado durante la Administración del Gral. Joaquín Zavala. Esto se expresó cuando jóvenes conservadores granadinos, representados por Adolfo Díaz, Carlos Cuadra Pasos y otros, durante la administración de Zelaya empezaron a ver con desdén los valores patrióticos que habían configurado la historia del país (un nacionalismo salpicado de sangre) y desde una óptica que llegaron considerar científica asumieron que una de las formas de llevar la paz, progreso y desarrollo del país, era establecimiento de una alianza subordinal con los Estados Unidos de América. Esto pasaba necesariamente por hacerle concesiones económicas políticas y sociales a esta potencia, a la que a su vez debería de asumir el papel de salvaguarda de los intereses del país y de la misma región latinoamericana. Esta idea se consolidó, a partir de que el conservatismo pasó a ser la principal fuerza de oposición a Zelaya, pero fue muy importante sobre todo la relación laboral de Adolfo Díaz, empleado como contador en una compañía norteamericana, en la Costa Atlántica. Chamorro lo resumía de este modo (…) Creo que Adolfo descartaba las cuestiones muy particulares de patriotismo mal en tendido y enfocaba todo con la crudeza de un científico. (Selser 2001 p.11). En síntesis ellos miraban: a los Estados Unidos como un mundo moral y material muy superior a todo lo pasado, el ápice del progreso y en cierto modo la meta de la historia, un nuevo ensayo de vida justo (Selser Gregorio.2001. p.10 del prologo de Aldo Díaz Lacayo). Este modelo, fue el que los americanistas encabezados por Adolfo Díaz, pusieron en práctica una vez derrotado Zelaya y consolidada su posición con la intervención militar de 1912. Sus iniciativas se materializaron como se conoce con hechos muy conocidos como los pactos Dawson de 1911; el tratado Chamorro – Bryan de 1914, los empréstitos de banqueros norteamericanos que tuvieron como garantía las aduanas y los telégrafos, el Plan económico Lansing, la permanencia de un contingente de marines hasta 1925 como fuerza disuasiva y represiva si las circunstancias lo requerían. En el aspecto político el candidato electoral de ambos partidos tenía que ser evaluado y aceptado a la conveniencia del Srio de Estado Norteamericano, pero también implementaron mecanismos para “modernizar” el sistema político del país uno de estos fue la puesta en práctica de La Ley electoral Dods. 82
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Los altos dirigentes del Partido Conservador, no ocultaban su satisfacción por la intervención y la presencia militar norteamericana, pero más que eso la justificaban, como un gran logro. Pedro Rafael Cuadra decía en 1915 lo siguiente: Hay razones de alta ciencia política para que el Gobierno de Nicaragua vea con gusto que los Estados Unidos tengan en el país por ahora ese escaso número de marinos (…) que viven en Managua en su Cuartel sin ser perturbados ni perturbar a nadie; pero cuya sola presencia es una educación para nuestro pueblo (Cuadra. (Folleto S.P.I) Managua 1915 p 23).
6. El Anti intervencionismo Conservador. Como una reacción a este comportamiento un grupo de conservadores, comenzó a organizarse y a manifestar una tendencia opositora al intervencionismo norteamericano en Nicaragua, y por tanto su rechazo a la tendencia americanista de la Calle Atravesada. Esta tendencia pasó a denominarse Partido Conservador Progresista o Republicano representada por Toribio Tijerino, Salvador Calderón Ramírez, Edelberto Torres Espinosa, Candelario Segura y otros. En perspectiva histórica también rechazaban al zelayismo, porque consideraron a Zelaya, el culpable de la intervención norteamericana de 1909-1910. Entonces, hacían un llamado a la unidad de los partidos para impulsar el desarrollo nacional, librar al país de la intervención económica de los EE.UU. y lograr acuerdos que permitieran al país vivera en paz sin pretextos para que se diera la intervención militar de los Estados Unidos. Esta posición aunque se empezó desarrollar desde el año de 1911, cuando se produjo la Asamblea Constituyente que apoyó y sostuvo la candidatura del General Luis Mena, a quien consideraban un líder independiente del círculo conservador de la Calle Atravesada de Granada. No es sino hasta en los años subsiguientes en que adquirió forma, cuando la figura que ellos apoyaron estaba totalmente fuera del escenario político Con fecha 1º de abril de 1914 uno de estos conservadores, con las iniciales A.T.M. publicó en el Diario de El Salvador un artículo titulado: “A cada uno lo suyo” en el que condenan las iniciativas que realizaban Díaz, Chamorro, Cuadra Pasos y otros conservadores, que según su criterio, estaban convirtiendo a Nicaragua en un Protectorado de los Estados Unidos, lo cual era condenado por la generalidad de la opinión pública en Centroamérica y era achacado al Partido Conservador. Entre sus partes decía lo siguiente: La Ruina de Nicaragua no es obra del Partido Conservador, el cual fue hasta cierto punto separado e la gestión de la cosa pública (…) con la disolución del Asamblea Nacional Constituyente (…) fue disuelta a instancias del Señor Ministro Americano (embajador), cuando ya estaba firmada la Constitución de 5 de abril de 1911, que es el verdadero programa del (…) 83
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Partido Conservador; y cuando después de haber sondeado a varios de sus miembros más importantes se convenció el círculo pequeño del conservatismo, abandonado en los brazos del Ministro Americano que esos hombres (Los miembros de la Asamblea) no eran instrumentos propicios para el desarrollo de sus traidores fines. Ese pequeño círculo, compuesto de los señores Pedro Rafael y Eulogio Cuadra, Don Diego Manuel Chamorro, Don Alfonso Ayón, Doctor Máximo H. Zepeda, Doctor Salvador Castrillo H, , y otros forman el consejo áulico que desde entonces vienen disponiendo a su albedrío de los destinos de la Nación, apoyados en las bayonetas americanas que ocupan el Campo de Marte ( Chamorro, RCPCA Nº 78, 1967. P.55) Desde esta época se concibe el surgimiento de una fracción conservadora anti intervencionista, que ya es independiente de la línea tradicional y también el rol beligerante que jugaron personajes como Toribio Tijerino. A pesar de que el articulista insiste en que la mayoría del partido conservador está con ellos y en contra de los desmanes del grupo dominante. El grupo que rodeaba a los Chamorro – Díaz, siguió jugando un papel preponderante en lo interno además del apoyo de los Estados Unidos. Por otro lado identifican a los partidarios del Menismo como los verdaderos conservadores. El Partido Conservador en su inmensa mayoría ha protestado indignado y enérgicamente contra el actual orden de cosas; el dictamen mismo del senador Báez es la prueba elocuente de la actitud patriótica de uno de tantos; y no solo Báez; allí está en la misma agrupación independiente el Doctor Toribio Tijerino, que protestó enérgicamente contra los empréstitos de 1911 y que prefirió ser preso por las fuerzas americanas que habían desembarcado en Corinto a raíz de la Revolución de 1912, antes que dar un acuerdo como lo pretendía el Cónsul, dejando en poder de estos, aquel puerto. El Doctor Tijerino lanzó valiente protesta ante los Gobiernos todos, por tan inaudito atentado, pues como Delegado del Ejecutivo en Occidente representaba la Soberanía Nacional. (Chamorro. (RCPCA 1967. P.55). El mensaje de este artículo, escrito en el Salvador, iba dirigido a la comunidad intelectual y clase política centroamericana, de la época quienes condenaron y protestaron por la intervención norteamericana en el país, tal como lo explicitó, en su conclusión el propio escrito, insistían que: Conozcan pues los centroamericanos a los verdaderos responsables de la triste situación de Nicaragua, que implora la protección de sus hermanos del Istmo, para ver de conseguir libertarse de tan ominoso yugo, que se lo han puesto para mayor vergüenza unos pocos nicaragüenses desnaturalizados. . (Chamorro RCPCA Nº 78, 1967. P.55). 84
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Esta fracción jugó un papel muy importante en los años de 1920, cuando rechazaron los candidatos de la Calle Atravesada y apoyaron primero la candidatura de Don Diego Manuel Chamorro, un granadino quien aún siendo parte del círculo mencionado, en aras de la unidad conservadora, llevó en común acuerdo a un auténtico representante de la clase media, un propietario del Norte del país Don Bartolomé Martínez como Vice- Presidente. Años después estos conservadores, se convirtieron en el principal apoyo ideológico y político de la administración de Don Bartolomé Martínez durante los años de 1923- 1924 cuando falleció don Diego Manuel Chamorro. Fueron a su vez los artífices de la fórmula de la transacción en 1924 que consistió en una alianza con el Partido Liberal .llevando como candidato a Don Carlos Solórzano Como Presidente y al liberal Juan Bautista Sacasa. Lo que como se conoce provocó el Golpe de Estado de Octubre de 1925 por parte de Emiliano Chamorro y a su vez la Guerra Constitucionalista de 1926 a 1927. Posteriormente en el periodo de 1927 1933 algunos de sus dirigentes además de condenar la intervención, apoyaron la lucha de Sandino y lo acompañaron hasta su muerte en los pactos de febrero de 1934. Incluso Toribio Tijerino se convirtió después en protector de los sobrevivientes del EDSN en Honduras y fue uno de los gestores de las acciones de estos veteranos en las intentos de 1948 y 1958. Don Toribio en un artículo que tituló mi pelea, expresó claramente cuál fue su forma de pensar en esos años: Debo usar este lenguaje hasta rudo, para que la juventud sepa que no es cierto que nuestras penas fueron inevitables, porque fueron también los conservadores “mengalos” los que entregamos a Nicaragua libre de todo compromiso con los explotadores extranjeros, recuperadas todas las propiedades nacionales y de pie la República ante la pretensión de dictarnos “a quien debía el ignorante pueblo nicaragüense aprender a elegir como buenos” según el decir de Roosevelt, el cazador de fieras y de pueblos. (Chamorro RCPCA Nº 78, 1967. P.55). Con respecto a esto último, según Tijerino, ellos desde antes de la fórmula de la transacción que ya fue una unidad abierta con los liberales nacionalistas, ellos lograron imponer en las elecciones de 1920, la fórmula de Diego Manuel Chamorro y Bartolomé Martínez contra las propuestas reeleccionistas de Emiliano Chamorro o como opciones otros candidatos incondicionales de él o aceptados por el Departamento de Estado Norteamericano. Con esto se pretendió la unidad del Partido Conservador dividido en fracciones desde la rebelión de Mena en 1912 y a su vez fortalecer la línea del Partido del Conservatismo Progresista, a la sombra de Don Diego. Según Tijerino la nueva Administración de Don Diego Manuel Chamorro tenía la tarea: de asegurar el fiel pago de capital e intereses del Plan Lansing, en 85
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el cual se fijaba que si la república no pagaba hasta el último centavo en la fecha fijada, los prestamistas de don Adolfo podrían vender en subasta privada las acciones del Ferrocarril del Pacífico de Nicaragua pignotadas en garantías. B) Preparar el país para la retirada de las fuerzas de ocupación extranjera, creando un clima de convivencia política de los Partidos sobre la base de un programa de proyecciones patrióticas, no de simple repartición de puestos públicos, que hicieran imposible el retorno de los Marinos y sus consecuencias. c) Continuar la obra de la liberación de la “política del dólar” a que estábamos sometidos aún. (Chamorro RCPCA Nº 78, 1967. P.55). El conservatismo progresista, se debilitó totalmente después de “El Lomazo” de 1925, no solo porque el sucesor de Martinez -Solórzano- no tuvo los bríos y coraje del mismo Don Bartolomé, sino también por los hechos que se sucedieron entre 1926 y 1934, en que se desarrollaron la Guerra Constitucionalista y la Guerra de Liberación. En que –como señalamos- algunos se opusieron abiertamente a la nueva intervención militar norteamericana, hasta identificarse con la lucha del Gral. Sandino, mientras que otros retornaron a las raíces del conservatismo tradicional. Razón por la cual hacia fines de la década de 1930, no se mencionaba para nada a esta tendencia del conservatismo nicaragüense.
Conclusiones. El General Luis Mena y el Menismo, sus aliados y rivales, se proyectaron en una especie de situación transitoria, un proceso, en que fue trastocado, por la intervención militar de los Estados Unidos, quienes con la intervención militar de 1909-1910 habían también truncado anteriormente, el modelo nacional de desarrollo, impulsado y defendido por los liberales J.S. Zelaya y J. Madriz. Los dirigentes “revolucionarios” que emergieron en el escenario de 1909-1910, eran huérfanos de legitimidad ante la opinión pública nacional e internacional en tanto, carecían de méritos propios. Razón por la cual pasan por un proceso de contradicciones y pendencias, en que por un lado trataban de ganar espacios a lo interno, pero por otro lado, trataban de aparecer como más fieles y no tener contradicciones con el gran elector. Una situación que recuerda la tesis del sociólogo Norteamericano Charles Tilly, en que grupos de actores invierten recursos, a la búsqueda de ganancias, pero este escenario es una especie de mercado en donde los recursos están limitados y en disputa. Las motivaciones individuales llevan a los individuos a participar en la acción colectiva, estos pueden tienen intereses compartidos, con otros actores o protagonistas y ponen en función de ellos los recursos disponibles. Su movilización está supeditada a las oportunidades y la efectividad de decisiones tácticas, en el tipo de movilización adoptada (Jiménez. P.12 y 13)
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Los primeros en ser desplazados en estas circunstancias fueron los liberales Estrada y Moncada. Mena, quien jugó un papel muy importante en la anulación de los anteriores- a pesar del aparente poder que acumuló, no pudo ni ganarse la confianza ni de la Calle Atravesada, ni de los norteamericanos, entre otras razones, por su origen de clase. Mena con más carisma que los demás, logró desplazar a Chamorro, pero al final, fue una medida, que terminó favoreciendo a Díaz, quien desde antes de esta situación, gozaba primero de la confianza y beneplácito de los funcionarios norteamericanos. Una vez libre de los liberales, Díaz estuvo en capacidad de concentrarse en la eliminación de Mena, para lo cual contó con los intereses compartidos de Emiliano Chamorro, de la Calle Atravesada, el apoyo moral y material de los Estados Unidos. Desde su perspectiva Díaz fue el gran ganador y Mena el gran perdedor, es decir que de acuerdo con Tilly el primero estuvo en mejores posibilidades de invertir recursos a su favor que el segundo. Antes de la ruptura total (en agosto de 1911), Mena trató de neutralizar a Chamorro, proponiéndole la Vicepresidencia, y el apoyo a una candidatura presidencial en el siguiente periodo, pero este, lo rechazó, más confiado en una alianza con Díaz y en el apoyo de la Calle Atravesada. Esto fue lo que condujo en 1912 a otro escenario, lo que todos conocemos: la llamada Guerra de Mena, en que este último, se vio obligado por las circunstancias a aliarse con el liberalismo nacionalista desplazado en 1910, con quienes comparte su rechazo a Diaz y Chamorro e implícitamente a los norteamericanos. Esta decisión táctica fue muy repentina y tardía, imprevista por Mena. La guerra civil entre julio y septiembre devino en una Guerra de resistencia contra la intervención norteamericana. Movimiento que fue soportado por los liberales al mando del General Benjamín Zeledón, con los resultados conocidos el 4 de octubre de este año. Finalmente es notorio destacar que si bien el Menismo y Mena no fueron en la practica un movimiento político, que se trazó, una alternativa diferente al conservatismo tradicional, pero sin pretenderlo sentó las bases para que posteriormente surgiera en las filas del conservatismo una fuerte corriente anti intervencionista, que jugaría un rol beligerante en la década de los años veinte y treinta. Ellos llegaron a concebir dentro de sus concepciones un modelo de autónomo de desarrollo nacional incluso algunos de sus integrantes como Toribio Tijerino, Edelberto Torres Espinoza, Salvador Calderón y Candelario Segura se identificaron plenamente finalmente con la lucha del Gral. Sandino, entre 1927 y 1934.
*Historiador Nicaragüense. Programa Cultural del BCN
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Bibliografía Básica y otras fuentes. 1. Álvarez Lejarza, Emilio. “Recorrido histórico de las principales figuras de la familia Chamorro” En: Revista Conservadora del Pensamiento Centroamericano( en lo adelante: RCPCA) Nº. 91Publicidad de Nicaragua Managua, abril de 1968 P. 2-8 2. Barahona Amarú. Estudio sobre la Historia contemporánea de Nicaragua. INIES.1987. 3. Cole Chamorro Alejandro.145 años de historia política NICARAGUA. Editora Nicaragüense. Managua,1967. 4. Cuadra Pasos, Carlos Explicación de mi conducta Política.-Opúsculo de 12 páginasManagua 1948. 5. Cuadra, Pedro Rafael. El Partido Conservador y la Intervención Americana en Nicaragua (folleto s.p.i) Managua 1915. 6. Chamorro, Emiliano. “Autobiografía Completa del General Emiliano Chamorro” En : RCPCA) Nº 67(Edición Especial) Publicidad de Nicaragua Managua, abril de 1966. 7. Chamorro, Diego Manuel. “Quien trajo la intervención a Nicaragua” En. RCPCA Nº 78. Marzo ,1967.P.34-55. 8. Esgueva, Antonio. Las Leyes Electorales en la Historia de Nicaragua. Consejo Supremo Electoral. Managua, 1966.TomoII. 9. Jiménez Solares, Carlos. “Acción colectiva y Movimientos Sociales. Nuevos Enfoques Teóricos” Universidad Autónoma de Chapingo. Depto. de Sociología Rural. E [email protected] (sf). 10. Moncada, José María.”Estados Unidos en Nicaragua”(Libro del mes) En: RCPCA Nº119.Managua agosto de 1970. 11. Navarro M, Wilfredo. Zeledón Vida y Legado. Asamblea Nacional. Managua ,2012. 12. Robleto, Hernán. Nido de Memorias. Libro Mex Editores México, 1960 ( Reproducción del Original Managua, BCN. 2011). 13. Selser Gregorio. La Restauración Conservadora y la Gesta de Benjamín Zeledón Managua 2001 p10 del prologo de Aldo Díaz Lacayo). 14. Zelaya, JS. La Revolución de Nicaragua y los Estados Unidos. Imprenta Bernardo Rodríguez. Madrid España. 1910 15. 15-Zelaya, José Santos. “Mensaje del Presidente”. Tipografía Nacional. Managua, 1 de diciembre de 1905.
Documentos y otros materiales. Cartas • Carta de Bartolomé Martínez a Emiliano Chamorro. Matagalpa 5 de enero de 1911 en: Folder de Documentos Nº 201007120 Patrimoniales BBCN. • Carta de Bartolomé Martínez a Emiliano Chamorro 29 de enero de 1911; Folder de Documentos Nº 201007120 Patrimoniales BBCN. • Carta de Bartolomé Martínez a Emiliano Chamorro 7 de marzo de 1912; Folder de Documentos Nº 201007120 Patrimoniales BBCN. • Carta de Bartolomé Martínez a Emiliano Chamorro 9 de marzo de 1912; Folder de Documentos Nº 201007120 Patrimoniales BBCN. 88
Bordes ocultos. El entretejido de nuestra historia • Carta de Emiliano Chamorro a Philander Knox Granada 1º de diciembre de 1911. Folder de Documentos Nº 201007120 Patrimoniales BBCN. • Carta de David Arellano a Octaviano Cesar. Washington D.C. 26 de octubre de 1910. Folder de Documentos Nº 201007120 Patrimoniales BBCN. • Carta de Joaquín Cuadra Z. a Emiliano Chamorro Washington D.C 19 de agosto de 1911. Folder de Documentos Nº 201007120 Patrimoniales BBCN. • Carta de Bartolomé Martínez a Emiliano Chamorro 28 de agosto de 1912; Folder de Documentos Nº 201007120 Patrimoniales BBCN. • Carta de Salvador Chamorro a Emiliano Chamorro Managua 17 de mayo de 1911. Folder de Documentos Nº 201007120 Patrimoniales BBCN. • Carta de Salvador Chamorro a Emiliano Chamorro Managua 21 de julio de 1911. Folder de Documentos Nº 201007120 Patrimoniales BBCN. • Comunicación de George Weitzel al Gral. Luis Mena 14 de septiembre de 1912. Folder de Documentos Nº 201007120 Patrimoniales BBCN. • Carta de Luis E. Rivas a Emiliano Chamorro. 15 de julio de 1911.Folder de Documentos Nº 201007120 Patrimoniales BBCN. • Carta de Salvador Castrillo a Emiliano Chamorro Washington D.C 9 de julio de 1911. Folder de Documentos Nº 201007120 Patrimoniales BBCN. • Carta de James Rees al Presidente Adolfo Díaz.. Pittsburg, EE.UU., 15 de febrero de 1916.
Otros materiales. • Artículos Publicados en el Diario Moderno con autoría de FJ, Medina y M. Calderón, en los meses de enero, febrero y marzo de 1912. En Hemeroteca de Archivo Nacional de Nicaragua. • Acta del 9 de agosto de 1911 firmada por Pedro Joaquín Chamorro, Fernando Solórzano y Luis Mena, para una propuesta de acuerdos del Gral. Mena al Gral. Emiliano Chamorro. Washington D.C (Copia que envió E. Chamorro a Weitzel, recomendando que no se acepte a Mena como candidato, no se localiza fecha, de esta acta, pero puede ser en los inicios de 1912 al agudizarse las contradicciones entre menistas y diistas chamorristas). • Parte de Guerra del General Benjamín Zeledón del 10 de agosto de 1912.
*Conferencia dictada por el autor en Simposio titulado: “Los 100 años de la Guerra de Mena y la gesta de Benjamín Zeledón”, realizado en los días 28,29 y 30 de agosto de 2012 en el Auditorio de la BBCN
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General Augusto César Sandino
IV. Sandino y su gesta libertaria.
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1. Los precursores de Sandino. Introducción “Era yo un muchacho de 17 años y presencié el destace de nicaragüenses en Masaya y otros lugares de la república, por fuerzas filibusteros norteamericanas. Personalmente miré el cadáver de Benjamín Zeledón, quien fue sepultado en Catarina, pueblo en Catarina pueblo vecino al mío. La muerte de Zeledón me dio la clave de nuestra situación nacional frente al filibusterismo norteamericano; por esa razón, la guerra en que hemos estado empeñados, la consideramos una continuación de aquella”. (Selser, 2004p.774) Esta reflexión realizada por Sandino un año antes de su muerte tiene singular importancia en tanto es hasta ese momento el primer actor político contemporáneo en entender de forma correcta su papel ante la historia es decir que su lucha no es la solución el encaramiento de una circunstancia inmediata sino la confrontación de un conflicto que tenía raíces históricas, en este caso la conocida intervención militar de los Estados Unidos en Nicaragua, que había sido resistida gallardamente por su Ejercito Defensor de la Soberanía Nacional desde 1927 a 1933, él más que nadie, estaba claro que estaba dando respuesta a una intervención que tenía causas económicas, políticas y sociales. Él conocía a fondo, como lo ha demostrado la documentación, de que la soberanía nicaragüense estaba enajenada desde la intervención yanqui de 1909, la que dio al traste con el proyecto nacional autónomo iniciado en 1893 por el General José Santos Zelaya. Los círculos de poder de los EE. UU., basados en el corolario Roosevelt consideraron la gestión de Zelaya cómo una amenaza para su proceso expansivo por América Latina, y lo echaron del poder en el año señalado. Para lograr este objetivo los EE. UU., contaron con la complicidad de la desplazada oligarquía conservadora representada por dirigentes políticos e intelectuales de la “Calle Atravesada” de Granada como, Adolfo Díaz, Emiliano Chamorro, Carlos Cuadra Pasos, etc. Tales dirigentes miraron en el coloso del Norte la tabla de salvación para recuperar el poder perdido en 1893, a cambio de ello concedieron a EE. UU. y a sus banqueros los derechos exclusivos para construir un canal interoceánico, empréstitos onerosos que tenían en garantía ferrocarriles ,correos, aduanas, etc. los derechos de intervenir militarmente cuando sus intereses estuvieran amenazados, el control de las finanzas y la “banca nacional”. Por tanto, el héroe tenía –insistimos- claridad completa de lo que su lucha representaba.
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Ensayos y artículos de la historia de Nicaragua
Pero Sandino a su vez dejó implícita también algo que no era nuevo en el proceso histórico del país, tal como era la reacción violenta de las clases populares en contra las clases dominantes lo que se remonta hasta los tiempos de la Dominación española y los Gobiernos Republicanos que le sucedieron a la primera en 1821. Sin pretenderlo deja en evidencia la naturaleza y diferencias étnico–sociales que habían marcado a Nicaragua a través de su historia en su manifiesto del 10 de julio de 1927: Soy nicaragüense y me siento orgulloso de que en mis venas circule más que ninguna otra la sangre india americana, que por atavismo encierra el misterio de ser leal patriota y sincera. (Selser, 2004 p. 250) En este mismo comunicado sigue agregando: Que soy plebeyo dirán los oligarcas (...) No importa mi mayor honra es surgir del seno de los oprimidos que son el alma y nervio de la raza , los que hemos vivido postergados y a merced de los desvergonzados sicarios que ayudaron a incubar el delito de alta traición.( Selser, 2004. P.250) Desde el establecimiento de la dominación española en el siglo XVI, La población indígena y mestiza pobre cargó sobre sus hombros distintas formas de explotación y sinnúmero de humillaciones a manos de funcionarios peninsulares y la casta de criollos ricos, todo esto, sustentado en el derecho de conquista y la superioridad racial. Este sistema tuvo continuidad durante los gobiernos republicanos después de la independencia, nuevos o peores calvarios recayeron sobre las amplias mayorías. Las élites locales iniciaron un proceso de despojo legal y violento de la propiedad comunal y ejidal de los pueblos de indios en todo el territorio bajo su control (Pacífico Centro- Norte). Los indígenas y mestizos pobres fueron a su vez obligados por onerosas leyes de agricultura a trabajar en los latifundios de los grandes terratenientes que se solazaban de su descendencia española. Para colmo esta parte de la población era arrastrada por medio de la recluta forzosa a las sangrientas guerras civiles que protagonizaban las élites por el control del poder político. Sandino nacido de una madre campesina de ascendencia indígena había vivido y observado esta explotación y discriminación en el propio escenario de una ex comunidad indígena el pueblito de Niquinohomo, no tuvo la posibilidad de estudiarlo y analizarlo a profundidad, pero sobre todas las cosas lo había vivido. A estas frases y expresiones que son parte en esencia de la contradicción histórico-social que ha vivido Nicaragua los especialistas en Sandino, centrados más en el aspecto político, no le han puesto la debida atención. En la presente exposición -que corresponde a una ponencia que preparamos para el simposio Darío Sandino en septiembre de 2009- pretendemos destacar brevemente algunas de las luchas que precedieron al movimiento de Sandino a lo largo de la Historia de Nicaragua. Sobre todo haremos énfasis sobre aspectos poco conocidos y/o tergiversados en la Historiografía Nicaragüense. Por lo que 94
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algunos de los más conocidos como la lucha de Cleto Ordóñez en 1823 y la de la Guerra Nacional en 1855-57 no serán presentados en esta exposición, Por lo que solamente describiremos el inicio de la resistencia a la dominación foránea que se expresó en abril de 1523 por parte de la población indígena al conquistador español Gil González Dávila, los movimientos sociales de la década de 1840 en el siglo XIX y la Guerra de las comunidades en 1881, dado la connotación social que tienen tales eventos. Presentamos además, un artículo, que dedicamos al patriota Benjamín Zeledón en octubre del año pasado (2011).
Los movimientos precursores durante la Dominación Española. La Resistencia Indígena de los caciques Nicaragua y Diriangén en abril de 1523. Para poder entender esta situación es necesario romper con el esquema establecido tanto por la historiografía tradicional como por algunos puntos de vista difusos que se hicieron al respecto. En la historiografía tradicional se presenta el inicio de la historia, como producto de un dialogo entre un conquistador y un cacique preguntón (Nicaragua), después un valiente cacique (Diriangén) que responde al requerimiento presentándoles combate a los conquistadores. La segunda versión, mas reciente, defiende la inexistencia del dialogo (entre González y el cacique Nicaragua) uno de los argumentos de esta posición es la imposibilidad de que se hayan comunicado en tanto se carecía de interpretes y que se comunicaron por señas. Hasta Sandino cae en esta trampa “qué diablos de diluvio ni que calavera de gatos, si solo se comunicaban por señas” le dijo el héroe a José Román (véase: José Román 2007 p. 203). Otro argumento es la inexistencia de estos caciques, por su ausencia total en los acontecimientos posteriores (después de Hernández de Córdoba) de la Conquista y colonización del territorio. Estas confusiones tienen que ver con la falta de rigurosidad de los libros de texto que se escribieron en los inicios siglo pasado o versiones acomodadas al estilo de autores conservadores que intentaban vender la imagen del ser nicaragüense “hombres del diálogo y también de armas tomar” y que Nicaragua estaba construida por esa dicotomía. Mas, tanto en fuentes primarias como la misma carta del expedicionario Gil González, las Crónicas de Oviedo, así como fuentes secundarias como Gámez ((véase Gámez 1975.p.97-111), aparecen datos que estos autores soslayan -desconocemos porque razones- que describen tanto el encuentro Nicaragua – Gil González, así como otros acontecimientos. Uno de ellos, la existencia de traductores de lengua chorotega y nahuat (Raíz o versión más primitiva del Náhuatl) capturados en la expedición de Bartolomé Hurtado en 1517, quienes 95
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sirvieron de intérpretes en las entrevistas con los caciques; otro dato es la batalla que dan las gentes del “pacifico y traidor” Cacique Nicaragua a González Dávila, el 18 de abril al pasar por su territorio, en una lucha que se prolonga desde la mañana hasta el anochecer. Entonces ¿Quiénes y por qué tienen la intención de sobreponer a este jefe indígena como pacífico cuando su enfrentamiento es más prolongado que el mismo combate de Diriangén el día anterior?. Con independencia de las motivaciones y criterios de estos autores, existe mucho desconocimiento en la generalidad de la población, porque más que emprender el camino de aclarar los hechos, es más cómodo acomodarse a los estigmas establecidos por las interpretaciones tradicionales, que a revisar de nuevo las fuentes originales. Es válido denotar que hasta tiempos recientes, algunos aficionados al estudio de la historia nacional, siguen -a pesar de las evidencias documentales- manejando este desfasado discurso: “Nicaragua un cacique traidor”, que tuvo como contrapartida un cacique guerrero “Diriangén”. En los años de 1990 nuevas interpretaciones, sobre estos acontecimientos fueron dados a conocer. Entre ellos los de Silvia Padilla Altamirano y quien escribe, a quienes correspondió explorar, por primera vez la percepción mental de la población autóctona del continente -en particular los indígenas- a partir de su sistema de creencias religiosas. En estos estudios (el Encuentro entre dos Mundos, el caso de Nicaragua de Padilla; y el Encuentro según el otro de Casanova) llegamos entre otras, a las siguientes coincidencias y conclusiones: 1. La población autóctona de territorio se vio afectada por el ingreso repentino de seres extraños, que a través de sus traductores, hablan de un monarca y un dios poderoso. Sus bestias y sus vestidos son también extraños. Los ritos que proponen como requisito para salvar el alma son también ajenos y extraños a sus prácticas. Pero amenazan con la guerra sino se acepta a su rey y a su dios por soberanos. 2. Los caudillos indígenas y consejos de ancianos se reúnen y deciden recibir en paz, a esos seres extraños para escuchar sus puntos de vista. Las entrevistas se realizan primero en Quaccapolca (Rivas) el 5 de abril de 1523 con el Teyte Nicaragua y el 14 de este mismo mes con el Teyte Diriangén en Noctari (cerca de Ochomogo). Los caudillos escuchan el requerimiento y contraponen sus puntos de vista. Nicaragua acepta bautizarse pero de acuerdo con sus tapaleguis (militares) y ancianos se niega a abandonar las armas y las danzas como lo exigían los forasteros. Durante todos estos días observan atentamente el comportamiento de los extranjeros. En Noctari las noticias sobre los mismos, llegan más rápido, porque el principal escenario el actual Istmo de Rivas en
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el área del pacífico –a diferencia del actual territorio de Costa Rica- era un área mayor concentración poblacional. El jefe Diriangén va directo hasta Noctari, donde se encuentra el conquistador, tras escucharlo, solo pide tres días de plazo para observarlos de cerca y estudiar los planes, para un ataque militar contra ellos. Él y sus gentes no lo combaten por instinto, tienen pleno conocimiento de quienes se tratan, González y sus gentes. 3. A estas alturas ya existe una percepción totalmente negativa sobre los extranjeros, la novedad ha desaparecido, los extranjeros tienen un físico extraño, sus vestimentas y armas son también raras, hablan de un Dios poderoso y bondadoso pero actúan como demonios. Ellos ultrajan a la población violan a las mujeres, demuestran codicia por los ornamentos religiosos de los habitantes, los indígenas concluyen que ellos, no son ni seres divinos ni dioses, se enferman, comen como todos los demás, sus bestias son extrañas, pero no son sobrenaturales al igual que ellos. Convencidos de que estos sujetos amenazan sus costumbres su identidad, su libertad, se deciden a enfrentarlos. Aunque no tienen una cohesión, entre etnias y comunidades esta percepción, los Nicaraguas, se lo comunican, a las etnias vecinas, principalmente a sus vecinos chorotegas, para que no sean sorprendidos como ellos. 4. El primer combate muy breve (media hora) se dio el 17 de abril encabezado por Diriangén, los extranjeros Castellanos se retiran de Noctari y se dirigen a Las tierras de Nicaragua. Al percibir el estado de hostilidad de esta población a su llegada el día 18 se tratan de alejar también de esta lugar, pero las fuerzas de Nicaragua entablan un combate, que se prolonga desde el medio día hasta el anochecer. Gil González se vio obligado a retirarse terminando de este modo la primera batalla de la población autóctona contra fuerzas extranjeras. Ésta lucha no se puede calificar como una resistencia nacional en tanto no existe el Estado-Nación en esta época, pero si es una lucha por preservar el territorio tradicional, la preservación de su identidad y costumbres. (Padilla 1992; Casanova 1993) En el proceso de conquista continuada por Hernández de Córdoba y otros conquistadores se dieron numerosos enfrentamientos en los que se impuso la superioridad militar y técnica de los europeos, Los conquistados fueron sometidos a crueles tratamientos , la Corona Española estableció la llamada encomienda que constituyó una forma legal para esclavizar a la población indígena y utilizarla como bestia de carga, en trabajos extenuantes en los placeres auríferos, los indígenas además eran vendidos como esclavos y trasladados a otras regiones del continente como Perú y Antillas. Harto conocidas, fueron las denuncias que hicieron en su momento funcionarios eclesiásticos como De las Casas y Valdivieso, de igual modo los recientes estudios revelan que más de un 90% de la población fue exterminada en el siglo XVI. 97
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Es válido destacar, que buena parte de la población siguió resistiendo las “entradas” de las columnas expedicionarias españolas, a lo largo de lo que se llegó a denominar como “Territorio fuera de la civilización” Comprendido desde una línea que partía del Departamento de Jinotega, sobre los actuales departamentos de Matagalpa, Boaco, Chontales, hasta Río San Juan. Este territorio abarcaba, además de parte de los departamentos mencionados, la totalidad de la “Mosquitia”, es decir, las actuales regiones atlánticas (Sur y Norte) del País.
Las rebeliones dentro del Sistema Colonial. Un hito muy importante en la historia de la dominación colonial, lo constituyó la creación por la corona española de las Leyes Nuevas de 1542, estas consistían principalmente en la abolición de la Encomienda con los que se ponía legalmente fin al sistema de esclavitud de la población autóctona. Los indígenas que pasaron a ser vasallos del Rey de España, fueron agrupados en pueblos de indios. Cada pueblo tenía derecho-y acceso según esta misma legislación indiana a dos formas de propiedad: a) La tierra ejidal que podía ser usufructo de todo el pueblo, es decir que se podía entre cosas extraer leña, maderas para usos de mueblerías y otro tipo de artesanías, otros recursos para uso cotidiano etc., pero en estas no se podía cultivar b) La tierra del común consistía en parcelas asignadas a las familias constituidas en cada pueblo, el resto se convertía en reserva. Se podían sembrar, criar aves, cerdos y otros tipos de actividades de auto subsistencia (Romero 1992 p.18-20) tenían además su propio gobierno pero controlado por el sistema colonia. Los maltratos si bien disminuyeron, no concluyeron lo largo de la dominación colonial. La encomienda fue sustituida por dos tipos de instituciones: El repartimiento y el tributo. El primero consistía en la obligación que tenían los indígenas de trabajar en cierta época del año para los españoles. Estos tenían la obligación de pagarles. Pero esta institución se prestó para muchos abusos, ejemplo, algunos pueblos tenían la obligación de hilar telas y además teñirlas con un molusco, las telas se pagaban bien en el mercado internacional, pero a los indios se les pagaba una bagatela. La obligación de pagar el tributo como vasallos de la Corona fue una carga difícil de llevar a lo largo del dominio colonial muchos se rezagaban en el tributo debido a distintas calamidades naturales. Los trabajos que podríamos llamar públicos como la construcción y reparación de fuentes, la construcción y mantenimientos de templos, transporte de armas estaban a cargo de los indígenas por medio del repartimiento. A los indígenas no solo no se les pagaba sino que se les obligaba a suministrar los materiales de construcción, las herramientas y los animales (Romero 1992 p. 25-27) Los funcionarios eclesiásticos, políticos y militares se disputaban los abusos de la coerción laboral, los sacerdotes además del “servicio de raciones” obligaban a 98
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estos a trabajar en sus haciendas particulares, algo que no pareciera correcto o una protesta era castigada con palos o con azotes. La Corona hacía caso omiso de estos problemas y presionaba para el pago del tributo, todo esto provocó rebeliones como la de El Viejo en 1756 y la de Xalteva en 1769 (Romero, 1987 p. 89-91; p.146-150) El indígena, lo más de los casos tuvo que recurrir con sus quejas antes funcionarios rivales políticos para amortiguar su situación y en otros casos hasta rebelarse o amotinarse como sucedió a fines de la dominación española (Ayón, 1993, p.327-363)
Las rebeliones populares en el siglo XIX. Después de la Independencia. La Independencia de España de 1821 en adelante no acabó con este sistema discriminatorio por el contrario se puede asegurar que en algunas dimensiones la situación la población indígena y mestiza pobre se agudizó. En los primeros años de vida independiente en la medida que se venían configurando las instituciones y el proyecto de las élites locales, dentro de la asimilación ideológica de los valores de la ilustración, los caudillos libero-conservadores, aún cuando tenían fuertes diferencias, asumieron que era necesario para el progreso del país la eliminación total de las propiedades ejidales y comunales para lograr dos objetivos: convertir toda la tierra fértil y cultivable en productora de rubros de exportación (como el café) y la población indígena y mestiza y pobre que constituía el 95% de la población convertirla en seres productivos (es decir que ya sin tierras para el autoconsumo pasarían a ser mano de obra libre en el mercado laboral). Por otro lado el proceso de institucionalización del Estado que se implementó a partir de 1845 partía de monopolizar productos claves como el tabaco y el aguardiente pasó a ser usufructo del Estado en sociedad con grandes terratenientes. De la realización de estos productos, libres de estanco tras la independencia subsistía gran parte de la población, por lo que la persecución a los cultivos de tabaco y las sacas de aguardiente y chicha provocó gran descontento. Todo esto coadyuvó para que se dieran las poco conocidas rebeliones sociales de 1845-1849 que abarcaron en distintos momentos casi todo el territorio de lo que se conocía como Nicaragua. El movimiento en sus distintas fases tuvo claros matices anti estatales, con implicación de otras dimensiones, entre las que se pueden destacar las demandas agrarias, políticas y en algunos casos (como el de Matagalpa) hasta raciales (ladinos contra indígenas). A estas revueltas, al igual que al movimiento de Sandino, se le dieron atribuciones bandoleriles, por parte de los medios de difusión del Estado en manos de la oligarquía. Razón por la cual, mantienen los prejuicios sobre ellas, hasta los tiempos actuales.
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En la dirección de estos movimientos, se involucraron propietarios medianos que tenían a su vez contradicciones con el estado como Bernabé Somoza y José María Valle, liberales radicales como Rosa Pérez de Rivas, auténticos líderes indígenas y campesinos como los norteños Natividad Gallardo y Francisco Sancho, Los hermanos Álvarez de la casta indígena de Matagalpa, los xaltevanos: Miguel Cisneros y Juan Gaitán, el Sutiava Mariano Méndez, Juan Góngora de Occidente, los hermano Ruiz, e Hilario Vásquez de La Puebla, Nicolás Valdez de Popoyuapa, los hermanos Morales, Juan de Dios Casanova y los hermanos Cantón de San Jorge, Magdaleno Carranda de Buenos Aires. Juan Lugo y Juan “Veintiuno” Marenco de Granada, el “negro” Santamaría de Nandaime, Mercedes Chano de Masaya. Los nuevos estudios han rebelado los preceptos ideológicos que alimentaban los rebeldes de esa época. De acuerdo con George Rudé se debe de localizar la leche materna en lo ideológico es decir, lo que los actores colectivos han venido definiendo, como justo e injusto desde su propia experiencia empírica; y además la asimilación e interpretación de las corrientes ideológicas que llegan desde fuera. En 1849, en una conversación que tuvo el encargado de negocios norteamericano con un miembro del consejo de ancianos de Sutiava, Simón Roque se sorprendió al escuchar que ellos los sutiavas tenían “300 años de ser explotados pos los españoles del Centro” (de León). En los pocos comunicados de los rebeldes es notoria la interpretación que tienen del liberalismo José María Valle por ejemplo señala en un comunicado el “pillaje de aristócratas” de sus enemigos. Felipe Sáenz un propietario afectado por la rebelión de 1848 en Rivas expresó que las “turbas” reclamaban “el comunismo de la propiedad” (la devolución o el mantenimiento de la propiedad comunal heredada de España). La tendencia de estos movimientos según los teóricos de los movimientos sociales, es mas reactivo que propositivo estallan ante el agravamiento de las condiciones y como tendencia general se aferran al mantenimiento de su forma tradicional de vida, la mayor parte de las veces amenazado por el Estado, pero no tienen una propuesta alternativa de cambiar el viejo Estado por un sistema diferente. Los Movimientos, que se dieron entre 1845 y 1846, tuvieron distintas modalidades, se produjeron rebeliones de gran amplitud que combinaron los enfrentamientos convencionales de fuerzas del Gobierno con tropas rebeldes encabezadas por los caudillos Bernabé Somoza y José María Valle en Occidente; motines armados como el de Matagalpa; y la acción de pequeñas partidas campesinas contra patrullas y transportes estatales, contra las propiedades y los propietarios terratenientes, encabezadas por Juan Góngora y Natividad Gallardo, entre otros. Estas tuvieron como principal escenario el Norte, el Occidente y los pueblos de la Meseta en el Oriente del Territorio. 100
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Entre 1848 y 1849 hubo cambios en el escenario y de modalidad las principales mecanismos de rebelión fueron la acción de turbas urbanas que se aglutinaban en los barrios para atacar las casonas de los centros de las poblaciones en donde vivía la clase pudiente, éstas se combinaron con otros mecanismos, tales conspiraciones cuartelarias, ejecución de partidarios del Gobierno hasta desembocar en insurrecciones armadas. Los escenarios se trasladaron a los actuales Departamentos de Managua, Granada, Carazo, Masaya y Rivas. Focos de agitación muy importante fueron: los pueblos de Carazo, los barrios de Masaya, de Granada principalmente Xalteva, los pueblos indígenas como Diriomo; en Rivas el barrio mestizo de La Puebla, las comunidades indígenas de San Jorge, Los Cerros, Veracruz, El Coyotepe y otras circundantes. En los meses de abril, mayo y junio de 1849, tras fuertes combates en Xalteva, contra la coalición Timbuco – Calandraca de Granada y León, las fuerzas calandracas populares, de todos estos pueblos se concentraron en Rivas al mando del carismático caudillo Bernabé Somoza. Éste último le imprimió organización militar al movimiento, permitiendo la derrota del gobierno y la ocupación de las plazas de Rivas y San Jorge. Atemorizados ante esta situación, las élites dirigentes de León y Granada, depusieron temporalmente sus diferencias y se unieron para aplastar esta facción “enemiga del orden y la propiedad”. El desenlace se dio en julio de 1849 cuando las fuerzas unidas de la coalición dirigidas por los caudillos Trinidad Muñoz y Fruto Chamorro, lograron tras muchas horas de combate la derrota de las fuerzas de Somoza en Rivas. Lo que siguió fue una violenta cacería contra los derrotados, el jefe rebelde Somoza se entregó en San Jorge a Chamorro confiado en la amistad de muchos años que tenía con este caudillo, este sin tardanza, lo entregó a su enemigo Trinidad Muñoz, quien ordenó su ejecución el 14 de julio junto a treinta de sus compañeros. Pocas veces en la historia se vio tanta saña y revanchismo contra un bando vencido, los juicios sumarios sin derecho a la defensa, condenaron a muerte a los acusados, el líder rebelde Somoza tras su ejecución fue colgado durante varios días en un árbol ubicado en el centro de la ciudad, hasta que la fetidez obligó a los vecinos a sepultarlo.(Casanova, 1995) No obstante esta unidad temporal, las élites no pudieron superar sus diferencias y volvieron a confrontándose hasta provocar en 1855 la intervención del filibustero William Walker un conocido episodio de la historia nicaragüense llamada Guerra Nacional que finalizó en mayo de 1857 con la derrota definitiva de Walker en Rivas.
La rebeliones indígenas de 1881 en Matagalpa. Una vez derrotado Walker, las élites locales entraron en una suerte de acuerdo político que se materializó en la Constitución política de 1858 cuya vigencia se mantuvo hasta el año de 1893.La historiografía tradicional y algunas 101
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interpretaciones contemporáneas trata de presentar este periodo como de paz progreso y civilización y como un modelo de democracia. Si bien se produjo el traspaso pacífico de distintos presidentes tras los entretelones del sistema se manifestaron una serie de mecanismos coercitivos y excluyentes que favorecieron el fortalecimiento y enriquecimiento de una ínfima minoría en deterioro de las amplias mayorías de la población. La misma Guerra antifilibustera había permitido que ganara legitimidad y prestigio la élite conservadora granadina la que con el concurso de sus opositores liberales procedieron a poner en práctica lo que se les había dificultado en el periodo de la anarquía. Esto era entre otras cosas, extender los latifundios a costa de las tierras comunales y ejidales para impulsar el cultivo de productos de exportación y como estos productos requerían en ciertos periodos del año de abundante mano de obra, se necesitaba incorporar a la población indígena y mestiza pobre a la civilización, esto era operarios asalariados en las estancias agrarias de los terratenientes. Para lo primero se implementaron mecanismos legales como las leyes agrarias de 1877 que apuntaron a disolver las comunidades sobrevivientes y en segundo lugar se le dio vigencia a las llamadas leyes se agricultura por medio de la cual se posibilitaba el reclutamiento forzoso de operarios tanto para las labores agrícolas privadas, como para obras de infraestructura como la construcción de líneas ferroviarias, caminos carreteros, tendido telegráfico, etc. Paralelo a ello, las comunidades sobrevivientes fueron sometidas a una vasta ofensiva ideológica para que los comuneros se avergonzaran de su identidad indígena la discriminación socio-cultural heredada de la dominación española tuvo continuidad en estos gobiernos, cuyos miembros se solazaban de sus orígenes europeos. Ser indio significaba ser inculto, inferior, holgazán. La incorporación del indio al progreso partía en aquella época de negar su propia condición de autóctono, y desintegrar sus formas tradicionales de congregación, en otras palabras hacerlos desaparecer como comunidad indígena y convertirlos en operarios asalariados. Este proceso de aculturación trajo como resultado la pérdida de identidad ancestral y por ende traía la desaparición de comunidades indígenas tradicionales como la de Diriomo en 1860. La expansión de la producción cafetalera en la década de 1870 hacia el Norte tuvo como resultado la incorporación de la población indígena de las cañadas a labores como las señaladas. Pero una de las causa es de que los funcionarios locales se excedieron porque de acuerdo con las mismas leyes de agricultura, se debería pagar por el trabajo realizado. Estos, no solo los obligaban a trabajar gratuitamente a los indios, sino que efectuaban cobros a los que no podían asistir a las labores. En la documentación queda claro que la primera rebelión fue una protesta armada contra el trabajo forzoso 102
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“…pues el que no iba a trabajar al camino tenía que dar nueve reales. En el trabajo del Cabildo, el que no iba tenía que dar seis reales, en el trabajo de los puentes debalde y en el campo santo debalde (…) nunca hemos sido criados ni esclavos de estas autoridades pues hoy le decimos (…) que no le damos un solo hombre para que vallan a trabajar de balde...(Guerrero, 1982 p.101) Los indígenas además expresaron en su protesta tenían que llevar sus propias herramientas y sus comidas dejando desamparada a la familia la carta que ellos entregan al padre Cáceres denota la discriminación social y racial de que es objeto la población autóctona: “como estos señores nos ven que nosotros somos indios nos quieren tener con el yugo,…”(Guerrero,1982P.101) Los indígenas eran obligados entre otras cosas a llevar sobre sus espaldas grandes rollos de alambre del tendido telegráfico Managua- Matagalpa, por lo que también deberían caminar largas distancias, bajo un sol inclemente, de igual modo les tocaba construir un camino carretero entre Matagalpa y León trabajar en la construcción del edificio del Cabildo Municipal, en el cementerio construcción y reparación de puentes etc. Además eran obligados a prestar servicio militar. Es evidente que tanto a las labores agrícolas como en la recluta militar eran llevados amarrados es decir que además de maltratados eran víctimas de muchas vejaciones y humillaciones. La primera rebelión se dio el 1° de marzo de 1881 unos mil indígenas cayeron en las primeras horas de la mañana, aún cuando figuran otros capitanes indígenas todo parece indicar que el principal dirigente fue Lorenzo Pérez los indígenas fueron repelidos por las tropas gubernamentales mejor armadas y posesionadas como parte oficial se reportaron 25 muertos y 25 heridos por parte de los indígenas y 3 muertos y 7 heridos por parte del gobierno (Guerrero, 1982 p.9295). Según estas mismas fuentes cada carga era acompañada con gritos que revelaban la causa de la rebelión ¡Allá va el alambre! Allá va el telégrafo! Allá van los seis reales¡ Allá van los pilares!.(Guerrero 1982 P.91) La segunda rebelión ocurrió entre los meses de agosto y octubre de este mismo año y según los cálculos se habla hasta de cinco y seis mil indios armados en su mayoría de arcos y flechas los que se concentraron alrededor de Matagalpa y se enfrentaron tanto a una guarnición reforzada y bien armada de esta ciudad, como a los refuerzos llegados de Managua. Esta última rebelión ya no es una protesta armada contra el maltrato sino que por sus dimensiones y la conocida consigna de ¡muera la gobierna! Está orientada a acabar con el control del gobierno sobre el territorio indígena, aprovechando la animadversión que creó el Gobierno de Zavala por la expulsión de los jesuitas en junio de ese mismo año. El gobierno de Zavala no atendió tampoco las demandas 103
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de los indígenas se limitó a culpar sin presentar ninguna prueba, a los jesuitas, de la rebelión de marzo, tomando la decisión de expulsarlos del país. La lucha por ocupar Matagalpa, se dio entre los días 8 y 10 de agosto, siendo desalojados los indígenas por los refuerzos de Managua, que llegaron bien apertrechados, hasta con armas de artillería. Según algunas fuentes la rebelión se extendió hasta Occidente (Wheelock 1980 p.113-114). Los enfrentamientos en lo adelante, tuvieron un carácter defensivo por parte de los indígenas al desatarse una violenta persecución en las cañadas, se habla de miles de muertos incluidos los dirigentes Lorenzo Pérez y Toribio Mendoza fusilados sin ningún tipo de juicio, otros líderes lograron sobrevivir como Higinio Campos, porque según versiones se refugiaron en la profundidad de las montañas norteñas hasta el fin de sus días, sin que el Estado oligárquico de Zavala pudiera poner la mano sobre ellos. Las tropas de Zavala, hicieron gala de un salvajismo pocas veces. Hubo escenas en Matagalpa, donde los indígenas, prisioneros, tan solo se les permitía unas horas de oración, para después ser llevados a los improvisados paredones de fusilamiento. Mientras tanto en Managua, un periódico bajo la dirección del italiano Fabio Carnavallini, exaltaba en sus páginas el papel de las fuerzas del Gobierno, en su lucha por la civilización, contra la barbarie. De acuerdo con Jaime Wheelock la guerra de 1881 ha representado una de las más explosivas reacciones clasistas que ha conocido Nicaragua. Los indios se enfrentaron solos contra la oligarquía y sus poderosos recursos materiales y militares, en los momentos en que quizás era más fuerte (Wheelock, 1980 p.116).
Conclusiones. Los actos de resistencia de abril de 1523 deben de ser considerados el primer acto de rechazo a la dominación externa del territorio que hoy es Nicaragua y es parte de una acción colectiva de la población indígena en la que participan como dirigentes los caciques Nicaragua y Diriangén por lo que no se le debe atribuir solo a este último a como se ha venido sobreponiendo sin ningún tipo de objetividad. Los movimientos sociales y en particular los dos últimos se expresaron como movimientos reactivos anti estatales siendo más heterogéneo el de los años cuarenta tanto por su composición social como por las distintas dimensiones que llegó a aglutinar es decir como movimiento anti-fiscal, agrario, étnico y político. Más homogéneo el de 1881 en que la población indígena del Norte tiene demandas contra el trabajo forzoso y posteriormente en la segunda rebelión desafía al mismo sistema pero sin tener una propuesta alternativa y es por ello que 104
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aún cuando son distantes en el tiempo tienen coincidencias como movimientos propiamente reactivos que tienen como demanda principal, la preservación de su mundo tradicional amenazado por el Estado y los terratenientes. Sandino un luchador e intérprete de la situación que le tocó, aunque no profundizó en el conocimiento de las luchas sociales del país - lo que es comprensible por razones obvias- tenía total claridad sobre este nivel de contradicción. En la conocida entrevista concedida a Ramón Belausteguigoitia hizo una expresión como la siguiente: “En distintas ocasiones se ha tratado de torcer este movimiento de defensa nacional convirtiéndolo en una lucha de carácter más bien social. Yo me he opuesto con todas mis fuerzas. Este movimiento es nacional antiimperialista (...) por lo demás en el terreno social este movimiento es popular y preconizo un avance en las aspiraciones sociales” (Ramírez, 1981 p.471) Finalmente nuestra reflexión apunta a llamar la atención sobre la necesidad de profundizar en el estudio de las luchas sociales que protagonizaron distintos actores sociales a través del tiempo en Nicaragua, los que a pesar de su evidencia, han sido omitidos o invisibilizados por la historiografía tradicional. Mucho se ha hecho hasta ahora por una nueva generación de historiadores pero aún es insuficiente, por ejemplo pocos estudios existen sobre las luchas sociales de los años que median entre la caída de Zelaya en 1909 y el surgimiento de Sandino en 1927 y se pone más énfasis en los movimientos políticos o de otra naturaleza sin ignorar otras aristas y dimensiones de la historia, se deben de orientar estudios que en el futuro llenen estos vacíos.
Bibliografía Básica y otras fuentes. 1. Casanova Fuertes Rafael. Los conflictos políticos y sociales entre 1845 y 1849 en Nicaragua. UCR. San José Costa Rica 1995 (Tesis Inédita). 2. -------------------------------------.El encuentro según el otro…una aproximación a la versión indígena en Nicaragua. (Versión inédita, corregida y aumentada) Managua, 2002. 3. Fernández de Oviedo, Gonzalo. Nicaragua en los Cronistas de indias (serie N0 3) Banco de América, Managua, 1876, 4. Gámez, José Dolores. Historia de Nicaragua. Colección Cultural Banco de América. Managua 1975. 5. Guerrero, Julián N. Caciques Heroicos de Centroamérica. Boaco, (s.n.), 1982 6. Padilla, Silvia “El primer encuentro entre dos mundo”: El caso de Nicaragua. En: Talleres de historia N0 2 7. Ramirez, Sergio. El Pensamiento Vivo de Sandino. Imprenta Nacional, Managua, 1981. 8. Román, José. Maldito País. Colección Amerrisque. Managua,2007. 9. Romero, Germán. Persistencia Indígena Managua CIDCA-UCA 1992 105
Ensayos y artículos de la historia de Nicaragua 10. Vega Bolaños, Andrés Colección Somoza Imprenta Viuda de Galo, Madrid 1954, Tomo I. 11. Wheelock Román, Jaime Raíces indígenas de la lucha anticolonial en Nicaragua México, siglo XX, 1980.
Otros. 1. Artículo “el señor Squier y los indios de Subtiava” En: La Gaceta del Gobierno de Costa Rica Nº 76. San José mayo 11 de 1850.
*Ponencia presentada el 17 de febrero de 2009 en el simposio “DaríoSandino” en la BBCN.
BENJAMÍN ZELEDÓN: Un patriota y revolucionario de su época En días pasados, el 4 de octubre de 1912, se cumplieron 99 años de la heroica muerte, del Doctor y General Benjamín Francisco Zeledón Rodríguez en la defensa de la soberanía nacional. Sobre su destacada actuación, se han escrito muchos perfiles, incluidos los de célebres escritores como el argentino Gregorio Selser, además de que su calidad de héroe fue reconocida por la generalidad de las distintas corrientes políticas del país. Su figura y su gesta sintetizaron la justa reacción del pueblo, ante la intervención económica política y militar de los Estados Unidos en el territorio de Nicaragua. El sentimiento anti intervencionista y anti-oligárquico. Válido es hacer un retorno a las circunstancias históricas, en que se dio su gesta heroica, para explicarnos la importancia de su papel como patriota y revolucionario. El liberalismo derrotado y desplazado entre 1909 y 1910, Zelaya -muy criticado por su autoritarismo- sentó las bases de un proyecto autónomo nacional.(entre los años de 1893 y 1910) reñido con los intereses económicas y estratégicos de los Estados Unidos y su política imperial, tal como lo demostraron los escritos de del mismo Zelaya en 1910.Desde este año había asumido el poder, la oligarquía granadina, la cual enajenó la soberanía a favor de los banqueros y los mencionados intereses de los Estados Unidos. Los dirigentes liberales, pasaron al exilio. Mientras estos hechos, se desarrollaban en el país, tanto en la dirigencia como en las masas del liberalismo, se empezó a madurar un fuerte rechazo a la Política Norteamericana. Pero, el sentimiento anti intervencionista prendió no solo en las bases del liberalismo sino también, en amplios sectores del mismo conservatismo. Es abundante la documentación que así lo demuestra, en el mismo archivo personal de Díaz. Esto se hizo evidente, cuando en el año de 1911, el embajador norteamericano en abierta injerencia y de forma desvergonzada disolvió la Asamblea Legislativa, dominada por la fracción conservadora, que encabezaba el Gral. Luis Mena, quien además de ser un advenedizo para la oligarquía de la Calle Atravesada de Granada, había demostrado no ser dócil a las políticas estadounidenses en el país. Mena, quien había participado en la lucha contra Zelaya, era hasta ese 106
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momento el candidato a la presidencia, con más fuertes posibilidades, pero su aspiración chocaba con los intereses de Díaz, de los banqueros y del mismo departamento de Estado Norteamericano. La Rebelión Mena-Zeledón de 1912. Documentos como las cartas de Bartolomé Martínez -en ese tiempo al lado de Chamorro- demuestran la fuerza del “Menismo” en varios departamentos. La repentina y violenta exclusión de Mena de la jefatura del Ejército, en julio de 1912, condujo al estallido de la rebelión en la que este caudillo hizo una alianza con el liberalismo, encabezado por el Gral. Benjamín Zeledón, un joven con gran carisma entre sus seguidores, dado su papel como militar y jurista durante la Administración de Zelaya. A inmediato se dieron estallidos en distintas partes del país. Los rebeldes pasaron a controlar las posiciones estratégicas de Oriente y Occidente y prepararon su ofensiva sobre Managua. La derrota del dúo: Chamorro –Díaz era cuestión de días.
La intervención norteamericana. Díaz y Chamorro, conscientes de lo difícil de su situación, recurrieron a solicitar la intervención norteamericana, esta no se hizo esperar. Tres mil marinos entraron por Corinto, el 15 de agosto al mando del Almirante Pendletton, desde entonces empezaron a combatir, con todos sus recursos a las fuerzas rebeldes. Fracasada la ofensiva sobre Managua, los insurrectos dirigidos por Zeledón y Mena tuvieron que retirarse a Masaya y Granada, respectivamente. Mena, quien había demostrado habilidad para escapar de Chamorro y del procónsul norteamericano en Managua, quien contaba además con la mayor parte del armamento nacional en el cuartel de “La Pólvora” en Granada no demostró la debida hidalguía, ante los marines y se entregó a Pendletton, a la primera intimidación que este le hizo. Para lo cual no tuvo el cuidado de avisar a Zeledón de su decisión. Este se colocó entonces a la cabeza del movimiento contra las tropas interventoras yanquis y las del chamorrismo conservador, luchas que tuvieron como escenario la ciudad de Masaya y sus alrededores. El resto de la historia es más o menos conocido, la figura de Zeledón se sublima ante la posteridad, cuando escaso de recursos y acompañado de unos pocos valientes prefirió inmolarse antes que rendirse, en la elevación de “El Coyotepe”. Rechazó una u otra vez los ofrecimientos de rendición o las garantías que le ofrecieron sus enemigos, hasta utilizando a su propio suegro. Cayó a manos de las tropas chamorristas, cuando ejecutaba la ruptura del cerco, en las cercanías de Masaya, para continuar la lucha. Había cumplido un día antes 33 años de vida, su convicción de preferir la muerte en defensa de la patria a vivir en la deshonra, lo resumió en varios documentos, entre ellos su conocido parte de guerra del 10 de agosto al inicio de la lucha: Sin libertad no hay vida; sin igualdad no hay luz; sin autonomía nacional impera el caos (…) no mas intervención en nuestros asuntos internos. 107
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En una carta, enviada-pocas horas antes de su muerte- a Esther Ramírez, su esposa dejo plasmado lo que podría considerarse su testamento político: “El destino parece haber pactado con Chamorro y demás traidores para arrastrarme a un seguro y cruel fin con los valientes que me quedan. Carecemos de todo: víveres, armas y municiones, rodeados de bocas de fuego:..y miles de hombres listos al asalto, sería una locura esperar otra cosa que la muerte, porque yo y los patriotas que me siguen de corazón, no entendemos de pactos y menos aún, de rendiciones, puesto que defendemos la dignidad y la soberanía de Nicaragua: somos la República y su libertad que hasta el último momento de nuestras vidas mantendremos… Chamorro acaba de mandarme a tu papá para convencerme de que estoy perdido y de que mi única salvación está en que yo claudique, rindiéndome. Que Chamorro lo haya hecho se comprende porque me cree como él, y claro está, si él se viera en mi caso se correría como se ha corrido otras veces y vería que se le pagara en dinero y en honores lo que es incapaz de conquistar de otro modo… Tu papá agotó los razonamientos que su cariño y su claro talento le sugirieron. Me habló del deber que tengo de conservar la vida para proteger la tuya y la de nuestros hijitos, esos pedazos de mi corazón para quienes quiero legar una Nicaragua libre y soberana; pero no pudimos entendernos porque mientras el pensaba en la familia, yo pensaba en la patria es decir la MADRE de todos los nicaragüenses… Dejo al destino la terminación de esta que escribo con el alma mandándote con ella, para ti y nuestros angelitos todo el amor de que es capaz, quien por amor a la patria está dispuesto a sacrificarse a ti y a nuestros hijos” . (Briones Torres1982. P.2). No fue casual entonces que Sandino en 1927, haya considerado el inicio de su propia gesta, el Año XV, de la lucha anti imperialista en Nicaragua.
2. Sandino ante sus detractores. Como todas las grandes figuras de la historia, Sandino no solo fue personaje de carne y hueso, sino también un ente mixtificado desde distintos ángulos, tanto por sus detractores como también por sus admiradores. El predominio total de medios locales libero-conservadores (La Noticia, La Prensa, etc.), facilitó esta contra propaganda desde el mismo año de 1927. Los mencionados medios hicieron coro con las agencias internacionales de noticias, controladas a su vez por las transnacionales capitalistas. Su objetivo principal fue: presentar una imagen distorsionada de Sandino y de su gesta heroica. Entre estas elucubraciones malignas, estuvo la presentación de Sandino como un vulgar bandolero, a sus hombres y seguidores como tales. Posteriormente, en la medida en que su lucha fue más conocida, hubo otros recursos como el 108
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de reconocerlo como patriota y nacionalista, pero a la vez, existió el mecanismo de ignorar sus propuestas revolucionarias. En otros extremos, sus detractores lo presentaron, como un individuo desequilibrado. Con el ascenso del FSLN en 1979, y por tanto el principal referente simbólico de la RPS, surgieron nuevos mecanismos o recurrencias para que se dudara del papel del héroe. Una práctica que tuvo su continuidad después de los años noventa, con el retorno de las fuerzas conservadoras al poder político. Nosotros hemos aglutinado y desmenuzado cinco de estas disparidades, algunas de ellas muy conocidas: a) Sandino: un bandolero; b) Sandino: un incongruente c) Sandino un irracional; d) Sandino un nacionalista liberal; e) Sandino: igual a los sandinistas. Finalmente nuestra conclusión en términos profesionales además de aclarar estas distorsiones, en Sandino un revolucionario de su época, lo presentamos, como un ser humano que le tocó encarar, su época como individuo y como un auténtico revolucionario.
a) Sandino: un bandolero. Desde el mismo momento en que inicia su gesta libertaria en 1927 se le atribuyeron dotes bandidescas y hasta antecedentes de tal naturaleza, algunas versiones lo colocaron en el Norte de México acompañando al caudillo mexicano Pancho Villa (ver cita de W. C Sandino 2009 p.133) hoy considerado un héroe por los mexicanos y la generalidad, pero en aquel tiempo fue calificado como bandido por la opinión pública norteamericana y las élites oligárquicas del Subcontinente. La prensa local apuntó a minimizar la causa de Sandino, a hacer caso omiso de sus propuestas, así como también presentar las actividades militares de las columnas sandinistas contra los marines, como leves escaramuzas o correrías bandoleriles. Posterior al asesinato de Sandino en 1934, se dio la publicación en 1936 de un libro de su victimario, el General Somoza García llamado El verdadero Sandino o el calvario de las Segovias. En esta obra -que según versiones fue realizada por dos oficiales de la GN- se presenta al movimiento sandinista como un bandolerismo vulgar, un azote de la población civil del Norte. Los integrantes del EDSN, son presentados como incultos delincuentes, carentes de escrúpulos y de principios ideológicos. Mientras duró el somocismo en el poder, esta fue la imagen oficial que se presentó sobre Sandino. En algunos textos escolares no solo se exaltó a Somoza García como el portador del progreso, sino que además se le atribuyó entre los méritos de su gestión: la pacificación de las Segovias. Esto último, no fue más que una apología al asesinato selectivo de Sandino en febrero de 1934 en Managua y masacre de civiles en los campamentos de Wiwilí. En los años ochenta, los medios de difusión conservadores, retomaron los ataques, contra el General Pedro Altamirano (La 109
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Prensa, 30 de julio de 1980 p. 12; 27 de agosto de 1980 p.2), tratando de demostrar, que Sandino no pudo ejercer control sobre algunos de sus generales. Es prácticamente imposible, que no haya habido injusticias en una confrontación de estas dimensiones, entre ellas los excesos muy conocidos de los marines. Pero Sandino no fue ajeno a la acusación que le hacía la prensa nacional e internacional de la época y en una entrevista a Carleton Beals dejaba en claro lo que pasaba en el escenario de Las Segovias: Si todo se lo debemos al enemigo… si no hubiéramos sido atacados, no tendríamos ropa ni munición y habríamos perecido, pero no sabemos vivir como bandidos. No hemos quitado nada a los campesinos. En El Chipote, los campesinos nos llevaban hasta nuestras trincheras, ganado y alimentos para nuestros hombres. No nos ha faltado nada. ¿Cree usted que si fuéramos bandoleros podríamos haber resistido medio año en un puesto fortificado como ese contra el poder inmenso de los Estados Unidos?... el enemigo olvida que el pueblo de Nicaragua nos mantiene, olvida que las municiones y las armas nos las da él. (Ramírez, 1981 p.145). Está demostrado además, que hubo fuertes sanciones, como el fusilamiento del Coronel Juan Altamirano en Jinotega, por haber violado a una jovencita jinotegana. Haciendo alusión a la disciplina en el año de 1931, escribió lo siguiente: “Nuestro ejército es el más disciplinado, abnegado y desinteresado en todo el mundo terrestre...). No importa que plumas rastreras nos den el calificativo de “bandidos”. El tiempo y la historia se encargaran de decir si los bandidos están en las Segovias nicaragüenses, en donde reinan el amor y la fraternidad humanas.”(Ramírez 1981 p. 395).
b) Sandino: un incongruente. Muy recientemente el señor embajador de los Estados Unidos en Nicaragua Robert Callagan en una referencia a la historia reciente del país y sus relaciones con Estados Unidos Expresó textualmente lo siguiente: “Augusto César Sandino, quien tomó las armas y lideró una guerrilla efectiva contra ellos (los marines norteamericanos). Sin embargo, llegada la paz de Tipitapa y a la hora de elegir un nuevo gobierno, según un libro que he leído que cita una carta de Sandino, Sandino escribió al jefe de los marines de Jinotega proponiendo deponer las armas si los Marines permanecían para garantizar elecciones libres y limpias.” Es decir que aparentemente descubre incongruencias en la actuación de Sandino, a partir de esta comunicación. La carta a la que hace alusión el señor embajador, no es nueva, fue ampliamente utilizada por sus detractores en su tiempo y muchos años después, por Somoza García y Bolaños Geyer. Esta carta fue suscrita, al finalizar la Guerra 110
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Constitucionalista, cuando ya Sandino ha decidido con sus hombres iniciar la lucha contra la intervención. Y el mismo Sandino se encargó de explicar la razón de esta comunicación al jefe militar departamental de los marines en Jinotega. Sandino explicó que la misma fue redactada por el señor José Moral, quien en esos días (mayo de 1927) acompañó a su padre: Gregorio Sandino con las propuestas de desarme de sus tropas, ofreciéndole garantías, para él y sus hombres. Don Gregorio por parte del Gral. José Mª Moncada. Vistas las propuestas se necesitaba según Sandino de enviar una contestación por escrito ante el requerimiento de su contraparte –el envió por su parte una respuesta contundente al Gral. Moncada- pero se requería de enviar una propuesta a los autores materiales e intelectuales de la intervención. y segundo, la hizo con el objeto -como el mismo lo explica- de demostrar de que no sería contestada por los yanquis –tal como sucedió- una manera convencer a sus hombres “del bandidaje yanke, que cuando se les abren las puertas, no entran, porque ellos están acostumbrados a asesinar por las espaldas en las encrucijadas de los caminos”. (Sandino, Walter C., 2009.p.106-107) El tras leerla autorizó su envío al mencionado jefe militar. “con el convencimiento que tengo de lo hipócritas que son los yanquis y de la subterránea y macabra política que han desarrollado en Nicaragua, dije estas palabras: al ladrón hay que darle las llaves. Abrámosles las puertas de par en par y veremos si entra. Ya se convencerán ustedes de que no hay sinceridad de parte de esos bandidos” (Sandino, Walter C., 2009.p.105). Por otro lado, estaba el compromiso del gobierno norteamericano con los dirigentes títeres de los partidos liberal y conservador y los colocaba en un dilema de hacer una nueva negociación con Sandino, -que no iban a hacerla- dado los compromisos con los Díaz –Moncada-. No iban a aceptar esta oferta de Sandino : que en esencia proponía la abstención de los partidos políticos en la política interna y que la dirección del país la asumiera un Gobernador Norteamericano, mientras se realizaban las elecciones, las fuerzas de Sandino entonces se desarmarían si recibir un centavo. Tampoco es una propuesta dirigida, ni a un embajador, ni a otro representante o Ministro de Estado de los EE.UU., sino al jefe de marinos de Jinotega. Era una proposición hecha a -lo que llamaríamos bajo nivel de- un jefe departamental de la marinería, alguien que no está en capacidad de dar una respuesta ni inmediata, ni definitiva, ni de alto nivel. Sus detractores insisten en que la negativa de los norteamericanos a esta propuesta de Sandino fue la que lo hizo iniciar su lucha lo cual es una gran falsedad. Colocan en mayúscula y letras grandes esta parte, pero nunca han mostrado la respuesta de los marines. Por estos mismos días Sandino, engañó también a Moncada al emplear todo un ardid para alejarse lo más distante posible de sus fuerzas y evitar ser desarmado y capturado por las fuerzas de este. Además de comunicarle verbalmente que iba a aceptar la rendición, le escribió una carta 111
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desde la hacienda “El Cacao” en Boaco que se iba dirigir a Jinotega, inventando un pretexto para después el 12 de mayo anunciar públicamente ya en Jinotega que no entregaría sus armas a los interventores yanquis (Ramírez 1981.P.130131-134). Sandino explicaría años más tarde el 10 de abril de 1929, esta situación ante los detractores de la época: “Dos miserables y cobardes intelectuales de Managua de quienes por sentir desprecio no digo sus nombres, han seguido con minuciosidad los pasos que he dado durante mi vida y no encontrando nada de que acusarme se han detenido frente a dos cartas de carácter político que he escrito en la historia de la guerra constitucionalista. (Walter C. 2009 p.107). ”. Estas son según el héroe la carta enviada a Moncada el 9 de mayo de 1927 y la referente del 24 de mayo al jefe de marinos de Jinotega en la que se supone una absurda exposición de Sandino, para desprestigiar su omnipresente papel de Héroe Nacional. Sandino sigue aclarando que “Alrededor de esas dos notas se han detenido con la lengua de fuera babeantes, los ojos encendidos como un par de reses rabiosas incapaces de comprender ni apreciar el soplo divino que ilumina el cerebro de los hombres que aceptan el sacrificio de su vida en momentos culminantes, para salvar del oprobio aún a las mismas reses que se dejan marcar y que todo y que todo quieren babearlo y alejarlo con sus cascos sucios y asquerosos herrados con el oro que el amo les ha puesto para que con sus servicios reporten más ventajas a las cajas fuertes del Wall Street (Las Segovias Cuartel General El Chipotón, Nicaragua, C.A. abril 10 de 1929 y año décimo séptimo de lucha antiimperialista en Nicaragua. (Walter C. 2009 p.107). Estos son los días en que está preparando su ataque militar a Ocotal en julio de 1927. El actuar del Gueguense, ha estado presente en toda nuestra historia, Sandino estaba ganado tiempo en el terreno de los hechos, para acometer con efectividad la defensa del decoro nacional, mancillado por los Estados Unidos. Por esos mismos días en mayo de 1927 el martirizado Gral. Francisco Sequeira “Cabuya” antes de ser asesinado en esos días, se comprometió a desarmarse y lo primero que hizo fue atacar a los marines en la Paz Centro. Sandino hizo lo propio en ese mismo tiempo y mantuvo con las armas en la mano el pendón de la dignidad durante seis años contra los interventores norteamericano. ¿Significó esta insignificante misiva un momento de vacilación de Sandino para emprender lo que ya había decidido: luchar con las armas hasta el final contra los marines yanquis? ¡No! Además de la explicación que en su momento, dio el mismo héroe, los hechos demostraron todo lo contrario, siendo más propia aquella afirmación que le hiciera la periodista Carleton Beals “nosotros iremos hacia el sol de la libertad o hacia la muerte y si morimos, nuestra causa seguirá viviendo.”(Ramírez, 1981.P.214) Sandino fue consecuente con su discurso hasta su martirio en 1934, por encima de lo, que dijeron y digan sus viejos y nuevos detractores. 112
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c) Sandino: un irracional En una exposición más reciente, se proyectó a un Sandino, como una persona con problemas psicoemocionales, de amargura social, producto principalmente de ser un hijo bastardo. Por tanto, su rebeldía fue un pretexto para volcar estas emociones. Estos puntos de vista, que ya los enuncia Somoza García en la obra mencionada anteriormente, son retomados por el siquiatra e historiador Alejandro Bolaños Geyer (Q.E.P.D.) en sus obras: el Iluminado y Sandino. Sus argumentos basados en principios freudianos tuvieron por objeto, demostrar “la falsedad de Sandino como héroe”, Quien según su criterio fue producto de una imagen creada por la propaganda que se desarrolla primero en el exterior cuando se dieron los acontecimientos y después por sus seguidores en lo interno del país. No fueron casuales estas obras, al retornar al poder los representantes de las élites conservadoras que apoyaron la intervención norteamericana en tiempos de Sandino y en los años ochenta. En tanto no solo apuntaron a desmantelar las reformas sociales y políticas de los ochenta, sino a trastocar los símbolos de la Revolución. En esta dirección, se puede recordar la fuerte campaña que desató la administración del Gobierno de Enrique Bolaños Geyer, para cambiarle el nombre al Aeropuerto Augusto C. Sandino, por el nombre de Rubén Darío. Una iniciativa que fue rechazada abiertamente por la comunidad intelectual, consultada. Los funcionarios de este Gobierno, se limitaron a llamarle Aeropuerto de Managua, en documentos oficiales, pero. La comunidad en general, no dejó de llamarle Aeropuerto Internacional Augusto C. Sandino. Somoza García, retrata en su introducción a Sandino con frases como las siguientes: a) Deambuló erradamente en los campos de la teosofía sin ninguna guía... b) Se creía un iluminado psíquico, un predestinado apóstol de las alturas... c) En muchos aspectos Sandino era un caso digno de estudio freudiano. Solo la psiquiatría podría orientarlo debidamente. (Somoza G. 1976 P. VI y VII) ¿Tomaría entre otras cosas, la palabra al Gral. Somoza García, el Dr. Alejandro Bolaños Geyer, para escribir su propia versión sobre Sandino, casi setenta años más tarde? Veamos en esta cita textual lo que dice el Dr. Bolaños Geyer: a) Para cerrar esta primera parte transcribo dos cartas de Sandino en los anexos A y B en las que vierte la sarta de disparates que leyó en las obras de Trincado. Dichas cartas muestran el desequilibrio mental de Sandino. (Bolaños 2001P.37). Estas dos cartas son una dirigida al Coronel Abraham Rivera y otra al José Hilario Chavarría (Bolaños2001p.70-78) Bolaños no aborda con objetividad las concepciones de la Escuela Magnética Universal -que Sandino asume 113
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como propias- sino que dentro de la lógica de Somoza García, aprovecha el desconocimiento que existe sobre esta sociedad y el atraso cultural que persiste, para tratar de desprestigiarlo ante la opinión pública. Obviando mañosamente, que quienes han asumido distintas formas de pensamiento (como el gnosticismo, la teosofía, etc.) a través de la historia, han tratado hasta ahora de racionalizar el origen del mundo y el papel de ellos como individuos en el mismo, con independencia de sus perspectivas. Bolaños aborda a Sandino a partir de dos dimensiones de su vida: la niñez, parte de su juventud y Sandino ya en su proceso de madurez, convertido en Héroe por la propaganda. En la primera da énfasis en lo que denomina la tragedia de Sandino como hijo bastardo de Don Gregorio Sandino y su madre abandonada por este. Bolaños transforma la bastardía en una tragedia, obviando la historia y la geografía de su país (y en el Subcontinente), en donde la bastardía y los hijos naturales es algo generalizado, producto de los libertinajes de los señores de la clase pudiente y las abundantes uniones libres entre los sectores populares. Según Bolaños eso y nada más, es lo que hace que Sandino se venga de México en 1926 a pelear en la Guerra Constitucionalista, cuando el amigo mexicano le dijo que los nicaragüenses eran unos “vende patria”. Mi interpretación psicológica es que Sandino de pronto sublima la gran tragedia de su vida que roe lo más íntimo de sus entrañas: Vendepatria significa el deshonor de su madre, el estigma que en el fondo de su alma lo atormenta desde su tierna infancia. En el sótano del subconsciente, luchar contra el vendepatria significa lavar el deshonor de su madre. (Bolaños, 2002, P.15). Bolaños en su análisis freudiano, comete un error, al ver la bastardía como el móvil principal de la rebeldía social del individuo. Por otro lado, omite, que hubo connotados bastardos en la historia política del país, como Emiliano Vargas Chamorro, quien pasó a la historia como Emiliano Chamorro, hijo natural de Don Segundo Chamorro, o el caso del ex presidente Fernando Guzmán, en los treinta años conservadores., ellos fueron, además de mandatarios, destacados dirigentes del Partido Conservador,- el mismo partido al que ha pertenecido la familia Bolaños-sin que en las referencias biográficas aparezca el “complejo de bastardía” que atribuye a Sandino. Ellos, como otros connotados bastardos, jugaron un papel muy importante en la preservación de los intereses de las clases dominantes de este país. Es decir, que no por ser bastardo, se es revolucionario o se es reaccionario, es por otras razones, -que no tiene cabida abordarlo en este espacio- que un individuo, adopta una postura política (reaccionaria o revolucionaria) en un tiempo y espacio determinado. Bolaños Geyer, en su afán desmitificador, para demostrar que Sandino fue producto de la propaganda, recurrió entre otros, una obra del ex oficial GN 114
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Edmundo Delgado y a un trabajo mecanografiado de Abelardo Cuadra, que ninguna editorial, ni ningún patrocinador tomó en serio, tanto por su forma como por su contenido. Cuadra, es el mismo que en buena parte de su conocida obra testimonial “El Hombre de el Caribe” exalta el papel de Sandino como héroe en expresiones como las siguientes: a) Fue precisamente al ver al yanki (sic) que yo me sentí mas sandinista. (Cuadra, 1977.P.155); b) vimos que había una falta de preparación cívica en los nicaragüenses, porque de haber existido tal preparación, todos tendrían que haber abandonado sus casas para irse a las filas de Sandino en las montañas. (Cuadra, 1977.P.142) En la otra versión mecanografiada que escribió en los ochenta “Sandino ¿patriota? Farsante, paranoico y mentiroso”, presentó un perfil totalmente contradictorio de Sandino, acomodado a la postura que asumió en estos años (Bolaños, 2002, P.64-151). Pero -como se expresa anteriormente- nadie, tomó en serio esta nueva versión, por razones que no necesitan explicación. Aunque cabe destacar, que Bolaños Geyer, quien como historiador realizó uno de los mejores estudios sobre la Guerra Nacional de 1855-1857, en su enfoque sobre Sandino, tuvo una arista de honestidad que no se debe de desconocer. Aún cuando su eje central es desnaturalizar a Sandino como héroe, publicó el resultado de una encuesta realizada por el mismo en el año 2000 entre profesores de geografía e historia de Nicaragua. Esta encuesta, arrojó resultados, -que quizás Bolaños jamás calculó- que fueron los siguientes: A la pregunta Sandino es un héroe el 82% respondió que sí; un 16 % respondió que no; un 2% no contestó. Mientras que solo un 6% respondió que fue un bandolero, contra un 78% que respondió negativamente y un16% no contestó. Un 61% afirmo que fue él quien sacó a los marines de Nicaragua, contra un 29% negativo y 10% que prefirió no contestar. Esto nos da una idea que ante la mayoría de los nicaragüenses, Sandino es un héroe, aún con todos los mecanismos de distorsión mediática, que se dieron (y se dan) en su contra. (Bolaños, 2001, P.13).
d) Sandino un nacionalista liberal. En esta dirección, predominó la idea de rescatar al Sandino, como un nacionalista alejado de las ideas redentoras del socialismo, para librarlo del FSLN y los izquierdistas “marxista leninistas” quienes lo utilizaron para justificar sus “proyectos comunistas”. En esta dirección se sobredimensionaron los problemas que tuvo el héroe, con la Internacional Comunista (IC), los comunistas mexicanos durante su viaje a México. En síntesis, se trató de presentarlo como alguien, que no rebasó las concepciones del liberalismo. Esto puede parecer lógico, si fue evidente que entre 1926 y 1927 participó como parte de la Revolución Liberal constitucionalista. Sandino no negó en ningún momento su apego inicial al liberalismo y su participación como tal en 1926-1927. Pero los acuerdos del 115
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Espino Negro obran como una especie de parte aguas, en términos políticos e ideológicos. Resulta convincente que desde antes el 19 de mayo, en que define claramente su posición, al explicarles a los principales de Jinotega dijo entre otras cosas las siguientes: “que lanzaríamos una protesta contra los Estados Unidos en nombre del Partido Liberal de las Segovias, ya que no podíamos hacerlo en nombre del Partido Liberal de Nicaragua, porque en esos días estábamos desmembrados.”(Ramírez 1979, p.83). Ante unos interlocutores liberales, Sandino aún cuando hace uso de un lenguaje muy sutil, les aclaró que ya él y sus seguidores, no son parte del liberalismo tradicional, sino de un liberalismo revolucionario, que él llamó muy sutilmente el liberalismo de las Segovias, desligado de Moncada y su grupo. Por otro lado, Sandino no necesariamente tenía que proclamarse comunista o ser parte de la IC, para llegar a entender la principal contradicción política y de clase que predominó, en su tiempo histórico. Las contradicciones que tuvo con IC, no lo empujan hacia una posición derechista a pesar de que también entra en contradicciones con el Gobierno Mexicano. El rechaza y critica la postura inadecuada del dirigente comunista Hernán Laborde, quien basado en un esquema dogmático, quiso comprometer a Sandino contra el Gobierno Mexicano. (Ramírez 1984.p. 135). Sandino tuvo claridad sobre la contradicción principal del momento, que era la lucha contra la intervención, aún cuando el Gobierno Mexicano no había cumplido su compromiso de ayudarle con recursos económicos y avituallamiento para continuar la lucha en las Segovia. Sandino, estuvo en capacidad de definir, que su guerra contra la intervención norteamericana, requería del concurso no solo de los comunistas, sino de un conglomerado más amplio de personalidades y sectores que no solo rechazaban la conducta del Imperio yanqui sino que también habían estado apoyando su lucha contra el mismo. A pesar de esto, Sandino tuvo siempre una buena imagen del dirigente comunista salvadoreño Farabundo Martí, quien por la disciplina que le guardaba a la IC, se separó de él en México. Pero esta ruptura, no lo llevó a asumir posturas derechistas o de prejuicios, contra las posiciones del movimiento revolucionario mundial. La posición revolucionaria de Sandino se puede resumir en el siguiente comunicado en el año de 1930: “Hasta el presente nuestro ejército reconoce el apoyo que los sinceros revolucionarios le han prestado en su ardua lucha; pero con la agudización de la lucha, con la creciente presión por parte de los banqueros yanques, los vacilantes, los tímidos, por el carácter que toma nuestra lucha, nos
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abandonan, porque solo los obreros y campesinos irán hasta el fin, solo su fuerza organizada logrará el triunfo” (Ramírez 1981. p.357).
e) Sandino y el sandinismo son iguales. En los años ochenta, los detractores establecieron una vinculación que remarcaron como negativa para la historia del país la relación simbólica de Sandino con el FSLN. Es decir el rechazo a Sandino fue extensivo a sus reivindicadores y viceversa. Esta conducta se proyectó en la medida en que se desarrolló la oposición al proyecto revolucionario y se polarizaron las contradicciones. Si al menos los anteriores rescataban a Sandino como un héroe nacionalista, en este caso no se reconoció en Sandino ningún valor positivo. Por el contrario, se presentó a Sandino como un “destructor de la propiedad” “autoritario” “militarista”, “comunista” “sectario” al igual que sus predecesores los sandinistas de la nueva generación. Un ejemplo de esta óptica fue el trabajo realizado en 1984 por Juan Matagalpa (seudónimo del militar EX-GN Edmundo Delgado) titulado: SANDINO LOS SOMOZA Y LOS NUEVE COMANDANTES SANDINISTAS. Edmundo Delgado, quien fue un participante activo en la sangrienta operación “limpieza de bandoleros”, a la orden del Gral. Somoza García, en las montañas del Norte, siguiendo la línea de la obra, de quien fuera su jefe, describe de este modo la calidad de un guerrillero: a) “El papel de un guerrillero es hacer el mayor daño posible sembrando el terror, pero sin exponerse...” b) “Esta clase de guerrilleros formados por Sandino, constituyo su fuerza criminal y combativa”. (Matagalpa 1984 P. 167-168) Delgado un ex- oficial GN -quien se rebeló contra Somoza años después y fue el tío carnal del conocido mártir Ajax Delgado-. En sus catilinarias escritas en 1984 y dirigidas contra la administración sandinista de los años ochenta, no se olvida además de desnaturalizar la figura de Sandino para vincularlo, a los que él considera, sus discípulos la Dirección Revolucionaria de los años ochenta. a) “Las grandes batallas de Sandino contra los marinos... que repercutieron en todas las naciones latinoamericanas con resonancia de epopeya Homérica... se redujeron a simples escaramuzas...pero sirvieron para la creación de un mito de leyenda fabulosa, con carisma de héroe verdadero y necesario”. b) “Así nació Sandino como un dios mitológico, de un mar de mentira que era un mar de sangre igual que los nueve comandantes de ahora en
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Nicaragua que heredaron ese mismo carisma sandinista para destruir al pueblo...” (Matagalpa 1984p. 168-169). Es innegable que Sandino y el Frente Sandinista de Liberación Nacional, como alternativas de las clases populares y para las clases populares (en sus distintas épocas) no iban a ser vistos con beneplácito por las clases pudientes del país (empresarios y terratenientes). Delgado quien años después de su retiro forzoso de la GN, devino en un exitoso empresario, en su obra, no solo justifica su asesinato, su propia participación en la represión que siguió a febrero de 1934, sino que también vierte su posición de clase, contra Sandino extendida hacia el Frente Sandinista, desde antes de la caída de Somoza. Le dije --a un opositor organizador de los movimientos de 1978- que si no se daba cuenta como segoviano de quien había sido Sandino, de que como capitalista (…) como yo(…) que éramos un ejemplo y estímulo para la sociedad(…) que si apoyábamos a los comunistas (del FSLN), nos lo quitarían todo cuando se posesionaran del poder. (Matagalpa 1984p.241249). En su entrevista con Belasteguigoitia, Sandino deja entrever un programa que propone profundas reformas sociales que de hecho eran rechazadas por los representantes de la gran propiedad terrateniente y esto no puede ser asimilado por Delgado, alienado por las concepciones ideológicas del capitalismo. Dentro de esta lógica tampoco el FSLN va a ser bien visto, por Delgado. Primero al tener a Sandino como su referente ideológico y segundo por realizar las conocidas reformas políticas y medidas sociales que favorecieron a las clases populares en los años ochenta. Al menos, en el mencionado testimonio “El Hombre del Caribe” de Cuadra se expresa un arrepentimiento sincero. Porque al leer su frustrada segunda parte, de los años ochenta en donde se contradice, se le puede otorgar la duda de que la senilidad haya afectado su raciocinio. En el caso de Delgado, éste, no muestra ninguna señal de arrepentimiento de haber sido parte de un aparato represivo criminal como la GN, ni de haber sido cómplice y participante en masacres contra civiles como las de Wiwilí y las expediciones punitivas dirigidos contra los miembros del EDSN, tras el asesinato de Sandino en 1934. (Matagalpa 1984p.241-249).
Sandino un Revolucionario de su época. Como resultado de los conocidos esfuerzos de Carlos Fonseca Amador por sistematizar en distintas cartas, comunicados y otros documentos, se ha logrado consensuar sobre cual era básicamente su ideario. Sandino fue fuertemente influido por las ideas del socialismo libertario (de allí proviene la bandera rojinegra) 118
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más conocido como anarquismo que asimiló de su estadía en México. Yo le dije (a Moncada) que yo consideraba un deber morirnos o libertarnos. Que con ese fin yo había enarbolado la bandera rojo y negra simbolizando libertad o muerte. Que el pueblo nicaragüense de aquella guerra constitucionalista había esperado su libertad” (Ramírez 1979 p.72). Pero Sandino tampoco llegó ideológicamente virgen a México, llevaba de Nicaragua la influencia del liberalismo nacionalista de Zelaya y Zeledón, opuesto en su época al intervencionismo foráneo. Cuando Sandino retornó a Nicaragua en 1926, se encontró con un liberalismo totalmente castrado, que no guardaba muchas diferencias, con la actitud entreguista de los caudillos conservadores, esta reflexión la deja plasmada en este fragmento: Sin embargo ya en el teatro de los acontecimientos nos encontramos que los dirigentes conservadores y liberales eran una bola de canallas, cobardes y traidores.(Sandino, 2009p.42). Hay un fuerte apego, a su origen e identidad étnico-social: “Soy nicaragüense y por mis venas circula más que cualquiera otra la sangre india americana que por atavismo encierra el misterio de ser patriota leal y sincera” (Sandino 2009, p.114). En Sandino se presenta también la influencia del nacionalismo mexicano, del panamericanismo bolivariano y del morazanismo centroamericano. Es por ello, que en su manifiesto deja entrever explícitamente su papel, en el manifiesto del 1º de julio de 1927 expresó: El vínculo de nacionalidad, que me da derecho a asumir la responsabilidad de mis actos en las cuestiones de Nicaragua y, por ende de la América Central y de todo el Continente de nuestra habla... (Castillo, 2009p.114). ; Los hombres dignos de América latina, debemos imitar a Bolívar… (Castillo, 2009p.259). Sandino adecuó los contenidos de la misma de Escuela Magnética Universal de Joaquín Trincado, al momento histórico que le correspondió encarar. Antes de los acuerdos de 1933, antes de la elección del Dr. Sacasa, en una circular enviada el 27 de agosto a la tropa expresaba…Nuestro ejército se prepara para tomar las riendas de nuestro poder nacional, para entonces proceder a la organización de grandes cooperativas de obreros y campesinos nicaragüenses, quienes explotaran nuestras propias riquezas naturales en provecho de la familia nicaragüense en general. (Ramírez 1979 p. 254). Esta integración de los contenidos lo deja claro en 1933, en una carta a Alfonso Alexander : Estamos organizando en este puerto fluvial del Coco una sociedad de trabajo y mutua ayuda basada en la fraternidad que UD. Conoce y practicó en nuestro ejército denominada cooperativa del Río Coco (Dospital, Michelle. 1996 p.174) ; y en una carta a Abraham Rivera : “De manera que la injusticia desaparecerá de la tierra y solamente triunfará la justicia” (Ramírez 1984 p.147). 119
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Entre la distorsión y la realidad. Es innegable, que de acuerdo con lo que decía Goebels el teórico de propaganda nazi, de que la mentira repetida varias veces se convierte en verdad, y que algunas de estas versiones distorsionadas sobre Sandino, fueron aceptadas como tal por una parte de la población. Pero reiteramos que Sandino sobrevivió en la clandestinidad a ese terrorismo mediático, primero como un verdadero patriota antiimperialista y después como un auténtico revolucionario de su tiempo, que propuso una alternativa de cambios sociales y políticos radicales en representación de las clases populares. Además del mérito indiscutible de Carlos Fonseca -el principal estudioso de su gestasobrevivientes sandinistas, intelectuales y hombres progresistas por medio de testimonios orales y otros mecanismos hicieron posible que ese otro Sandino no desapareciera, y por el contrario emergiera como una figura emblemática, a la par de Darío y otros elementos representativos de nuestra nación. Pero más que eso, su figura y su gesta se proyectaron más allá del país de lagos y volcanes como certeramente lo asegura Salvador Calderón Ramírez: Dígase lo que se quiera, su figura llegó a ser símbolo de un gran ideal y sus hechos heroicos adquirieron resonancias épicas y marciales, y al fundirse en una onda armoniosa colmaron la conciencia de América. (Calderón R., Salvador Últimos días de Sandino. Ediciones Botas. México, 1934 p.17 cit. por Lejoune, 1985 p.165).
Bibliografía. 1. Bolaños Geyer, Alejandro. El Iluminado Masaya Edición personal 2001 2. --------------------------------------. Sandino. Masaya, Nicaragua, Edición Personal.2002. 3. Callahan, Robert., “Presentación Hechos y Fantasías : Estados Unidos y sus Políticas hacia Nicaragua.” (Discurso del miércoles 2 de marzo de 2011. Hotel Intercontinental Managua) 4. Cuadra, Abelardo. El Hombre del Caribe. EDUCA San José, C.R. 1977. 5. Cummis, Lejoune. Don Quijote en burro. Editorial Nueva Nicaragua. Managua 1985 6. Dospital, Michelle. Siempre más allá. El Movimiento Sandinista en Nicaragua 19271934.., Managua.1996. 7. Juan Matagalpa. Sandino Los Somoza y los nueve Comandantes. Honduras Industrial, Tegucigalpa, 1984. 8. Ramirez, Sergio. El pensamiento Vivo de Sandino. EDUCA San José C.R., 1979. 9. Ramirez, Sergio. Imprenta Nacional, Managua, 1981. 10. Ramirez, Sergio. El pensamiento Vivo de Sandino. ENN. Managua, 1984 11. Sandino, Walter C. El Libro de Sandino. El bandolerismo de Sandino en Nicaragua. INPASA. Managua, 2009. 12. Somoza García, Anastasio. El Verdadero Sandino o El Calvario de las Segovias. Tipografía Robelo. Managua, 1976. 120
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3. Las mujeres en el Pequeño Ejército Loco. Introducción. La participación de la mujer en los grandes eventos de la historia ha sido constante, en Nicaragua, un estudioso como El Dr. Alejandro Dávila Bolaños nos remite hasta la legendaria huelga de úteros de las mujeres indígenas durante la conquista española en que las mujeres se negaron a seguir teniendo hijos para no darle más esclavos al conquistador español. Posteriormente tanto en luchas políticas como sociales las féminas jugaron un papel muy importante, en las luchas por la independencia, en las movimientos populares de la década de 1845- 1849, los medios hacen referencia a las turbas femeniles y a mujeres con nombre y apellidos que apoyaban y hasta acompañaban a los rebeldes facciosos de esos años. Leandra Luna de Jinotepe apoyó hasta el final la lucha de su marido Bernabé Somoza, o Francisca Boza quien aparece animando a los calandracas encabezados por el “Negro” Santamaría en diciembre de 1848 en Nandaime, Dolores (Lola) Cantón, quien hizo compañía al caudillo Somoza García montada a caballo y sable en mano, durante las rebeliones de junio a julio de 1849 en Rivas (Gámez 1975 p.471-472). Durante la Guerra Nacional, se destacaron mujeres como Francisca “Pancha” Carrasco y muchas vivanderas que abastecían a los patriotas en la guerra antifilibustera. En la Guerra de las comunidades indígenas de 1881, las indígenas además de abastecer de alimentos y municiones a los hombres, ellas mismas iban armadas de “masas de chile” para untárselas a los enemigos del Centro de Matagalpa.
La participación femenil en el EDSN Por supuesto que en la guerra de liberación protagonizada por el Ejército Defensor de la Soberanía Nacional EDSN y el Gral. Sandino, hubo participación de muchas mujeres. Sin embargo aún cuando hay muchos estudios de nacionales y extranjeros sobre esta gesta heroica, es válido acotar que hasta ahora no se ha hecho un estudio sistematizado de la participación de la mujer en el EDSN, lo mas de las veces hay breves menciones en algunos documentos. Hasta el momento tampoco se conoce de una recopilación oral, que pudo haberse realizado cuando las sobrevivientes (en su mayoría campesinas analfabetas) estaban vivas. Lo cual obviamente era difícil de acometer, cuando se encontraban en el poder, los protagonistas de la orgía sangrienta que siguió al 21 de febrero de 1934, es decir el mismo Somoza García y sus hijos(Luis y Anastasio Somoza Debayle). Debe de recordarse además -a como lo comprueban testimonios y documentosque durante la matanza no se distinguió ni edad ni sexo en todo lo que se relacionara con el EDSN. La tierna hija de Sandino fue ocultada en un templo 121
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religioso y hasta allí llegaron a buscarla, salvándose de milagro de las bandas de asesinos de la GN, no se ha hecho hasta ahora un inventario de cuantas mujeres fueron asesinadas en los meses siguientes junto a sus maridos, compañeros e hijos. Por otro lado en lo que se refiere a la reconstrucción de los hechos, más que preocuparse por reconstruir la historia en los años posteriores la generación de luchadores revolucionarios y sobrevivientes sandinistas de ambos sexos, estuvieron abocados a organizarse y luchar contra la dictadura somocista. No es sino hasta después de la caída del somocismo, en la década de los ochenta, en que escritoras como Margaret Randall, llamaron la atención con algunos trabajos sobre las mujeres en EDSN. Sin embargo una ojeada a los trabajos históricos no se ha realizado un estudio sistematizado de la participación femenil en el ejército de Sandino. En la misma documentación publicada del héroe (cartas, comunicados, etc.) las menciones a las mujeres son escasas, no obstante es en las entrevistas realizadas en el periodo de desmovilización antes de su asesinato, en que el mismo Sandino exalta el rol de la mujer en su lucha. En la entrevista concedida a José Román, el autor de Maldito País el héroe dedica buena parte de sus párrafos a la participación femenina. Comienza por destacar el papel de Gabriela Mistral cuando asegura En el ala femenina Gabriela Mistral es la abanderada, nombrada por aclamación benemérita del Ejército Defensor de la Soberanía Nacional” (Román 2007 175-176). Debe de recordarse que la poetisa chilena y Premio Nobel de literatura fue una de las que le dio su apoyo en el mundo y quien calificó a Sandino y a sus huestes como el Pequeño Ejército Loco implicados en una gesta libertaria difícil de acometer contra la potencia más poderosa del mundo. En esta misma entrevista recalca el héroe entre otras cosas las siguientes Los actos de heroísmo de las mujeres que colaboraron en el ejército no solo son muchísimos, sino que además la mayoría requieren largas historias para explicar los sacrificios que sufrirían (sufrieron) y los peligros que enfrentaron por amor a la patria y todas, campesinas, maestras de escuela, enfermeras, amas de casa aún señoritas de sociedad, rindieron servicio sin los cuales nuestra guerra no hubiera sido posible. De todas estas mujeres y sus actos heroicos guardamos minucioso detalle en el archivo. Tras este párrafo que pudiera considerarse introductoria el héroe continúa describiendo ejemplos de mujeres colaboradoras del ejército. Por el momento debo al menos mencionar las siguientes: “Blanca Aráuz de Sandino. No porque sea mi esposa, sino porque en los servicios de enlace que nos prestó como telegrafista, son imponderables. Además en la última etapa de la guerra sirvió como secretaria privada mía”. 122
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Señora Juana Cruz. Tenía una cantina en Jinotega y cambiaba licor por tiros con los guardias y obtenía información confidencial con los marinos por medio de sus muchachas adiestradas. También fue una importante directora de correo y espionaje en la región. No solo no cobraba por sus servicios sino que ayudaba económicamente (…). Señora Tiburcia García Otero. Natural del Cuá, donde poseía una hacienda grande que fue destruida, al igual que sus hijos según ella misma contó, por los aviones y tropas de los marinos. La destrucción fue tan bárbara que no dejaron un perro vivo. Además, le aterraron el pozo. Desde entonces se volvió gran partidaria nuestra. Fue encarcelada y vapuleada en la penitenciaría de Managua por órdenes de Moncada, para que dijera sobre mí pero esa mujer prefirió la tortura y la muerte si fuese necesario. No lograron sacarle nada, y muy enferma tuvieron que sacarla de la cárcel, lo que aprovechó para escaparse para Costa Rica. Luego dando una gran vuelta por Honduras volvió al ejército a servir de cocinera, enfermera y lavandera. Actualmente se encuentra atendiendo a mi esposa hasta después del parto, cuando regresará a rehabilitar su hacienda. (Román 2007 175-182) Sandino coloca en su relato tres ejemplos concretos pero insiste en la participación masiva de la mujer. Además reitera la necesidad de rescatar la historia de la participación femenil en su gesta y el habló textualmente de realizar una publicación especial para incorporar el protagonismo de las mujeres en su gesta, lo que se encontraba recogido en documentos del archivo del EDSN.
¿Es posible rescatar la participación femenina? Esta demás recalcar que Sandino no pudo lograr este objetivo dado su asesinato en la fecha señalada, por lo demás debe de recordarse, que muerto Sandino, su archivo se convirtió en un objetivo del enemigo y gran parte del mismo fue a parar a manos del dictador Somoza García y la GN quienes además de utilizar la información para reprimir a quienes aparecían en los documentos, procedieron a destruir las huellas de su legado entre estas la participación de la mujer. Pero si en los tiempos actuales, le tomamos la palabra a la idea y preocupación del Gral. Sandino. Creemos que es posible al menos rescatar los nombres y los aportes de las mujeres en el EDSN, utilizando documentación de la época y las fuentes orales. Esto último, por supuesto es imposible realizarlo con las participantes directas porque en su mayoría ya fallecieron, pero si es posible acometerlo con sus descendientes. Sin pretenderlo, en algunos testimonios sobre la reciente lucha antisomocista encontramos las huellas de la masiva participación femenil (principalmente campesina) en el EDSN sobre todo en actividades de logística y otras tareas de apoyo. El FSLN en su proceso organizativo en la zona Norte recurrió a contactar a veteranos sandinistas y se encontró con ancianas que también habían participado 123
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en la gesta de 1927 a 1933. Ejemplo de ello fue la célebre Amanda Aguilar (Petrona Hernández) de las mujeres del Cuá, cuya ancianidad no le impidió ser mancillada y torturada por la GN en 1968, fue cocinera y colaboradora del General Sandino en los años entre 1928 y 1933. Filomena Loza (abuela del combatiente Salvador Loza Talavera), indígena del Pire Depto. de Madriz fue también cocinera y lavandera del ejército desde los tiempos de San Albino, a esta lista podemos agregar a María López, Ramona Loza, Susana y Angélica Vallecillo de la comarca de Rodeo Grande en el Depto. de Estelí.
Señoras y señoritas de la clase alta. También hubo mujeres que no eran precisamente de origen campesino como la Doña Dolores Ramos Munguía, poetisa, comerciante y dueña vastas extensiones de tierra en el Departamento de Madriz, quien fue detenida por las autoridades norteamericanas, Doña Lola tiene además un su expediente haber sido una de las feministas más activas de su tiempo (La Boletina Nº 77.p.2-8) De este mismo departamento no se puede desconocer tampoco la participación de Hilda Uclé quien fuera compañera de vida de un hermano del Coronel. Rufo Marín. “Emilia” (cuyo nombre y apellidos siguen en el anonimato) quien según los datos suministrados por Román pertenecía a una de las familias más acomodadas del Departamento de Estelí, no solo fue enfermera del Gral. Sandino sino participante en combates contra los interventores (Román 2007p.234-236). Este mismo informante notó la presencia de mulatas de Puerto Cabezas, en los campamentos sandinistas (Román 2007.p.1193-194). Sandino mismo destaca el papel de mujeres de la clase pudiente en las labores de inteligencia. Gran parte del servicio secreto estuvo a cargo de mujeres (…) Parece mentira que quienes más efectivos y constantes servicios prestaron a la Causa fueron señoras y señoritas de las más ricas y viejas de Nicaragua de Matagalpa, Managua, León y Chinandega, quienes por medio de sirvientas pasaban sus informes verbales a nuestros agentes (…)Muchas emboscadas entre ellas dos de las más importantes, la de El Embocadero y la de El Bramadero fueron debidas a informaciones precisas de las mencionadas jóvenes. La jefe en Matagalpa es una de las jóvenes más ricas y cultas. Muy conservadora y absolutamente insospechable. En la ciudad de León dos jóvenes y una viuda de los más antiguos abolengos. En Chinandega dos señoras casadas con grandes terratenientes. Sigue diciendo Sandino que… por su posición la que más importantes servicios prestó, fue la esposa de uno de los miembros del Gabinete del General Moncada… (Román2007 p181-182).
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La persecución contra las fuerzas desmovilizadas de Sandino después de 1934, también dejó en evidencia la presencia de la mujer. En un combate en la comarca de Wina, Jinotega el 1º de abril de 1934 fueron hechas prisioneras tres mujeres incluida la esposa del General Juan Pablo Umanzor; El 10 de abril de este mismo año se reporta la muerte del General sandinista José Lagos, dos soldados y dos mujeres ; Al momento de la captura y asesinato del General Abraham Rivera a las orillas del río Coco fueron ejecutadas seis mujeres entre ellas Angelita González, joven de menos de 20 años de edad, en quien se ensañaron, al atribuirle ser la compañera de vida del Gral. Sandino, en el Campamento de Wiwilí, tras la muerte de su esposa, en junio de 1933.
Sandino y el feminismo. Para comprender la óptica de Sandino no se puede obviar el tiempo histórico que le tocó vivir en las primeras décadas del siglo XX, en donde algunos de los presentes, hemos de recordar anécdotas como el rechazo que hubo por parte de los estudiantes y la comunidad de la ciudad de León a Concepción Palacios, cuando ingresó a la Escuela de Medicina. La lucha de Chepita Toledo de Aguerri dentro del feminismo eran elementos anómalos desde el universo de valores de la época, con fuerte predominancia del machismo. Las pocas feministas de esa época reclamabas sus derechos (de manera incipiente) de ser ciudadanas con derecho a elegir y ser electas, las más relevantes como la mencionada Chepita terminaron en las filas del liberalismo somocista (años después) y no sería hasta años mas tarde en que habría mujeres organizadas en los gremios de los emergentes partidos obreros u otras organizaciones (el PTN, el PSN, PSCN y el FSLN) hayan reclamado su participación como, género y como clase en los movimientos sociales a fines de los años treinta, cuarenta y principalmente en los sesentas, cuestionando abiertamente al sistema opresor. No hay señales claras de que Sandino haya absorbido dentro de su ideario el feminismo tal como lo conocemos en los tiempos actuales(o habría que seguir investigando en documentos) mas, es evidente que no es el caudillo machista clásico pocas veces en un movimiento hay mujeres que pasan a jugar un rol tan beligerante en un movimiento político y social tal como su misma esposa: Blanca Aráuz, María de Altamirano quien aunque no es nombrada para ningún cargo él le llama cariñosamente la “Generala” por el rol que juega al lado de su marido el General Pedro Altamirano y el respeto que se ganó ella ante las tropas, con Pedrón andaban compartiendo todo los riesgos y problemas toda la familia: hijas e hijos de Pedrón. Sandino y el respeto a los derechos de la mujer Hay otro aspecto que es muy importante, válido de reseñar por su significado, en la misma entrevista a Román Sandino hace una reflexión sobre su visión y relación con las mujeres. A una pregunta del entrevistador respondió Quiero serle franco con respecto a las mujeres ¡Claro que me gustan! (…) aquí mis soldados tienen libertad para 125
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enamorar a las que quieran, zambas u otras y también para conseguirlas por las buenas, pues es una ley terminante en el ejército que al que viola o estupra una mujer, se le fusila sin contemplaciones…” (Román 2007, p. 109-110). Quizás esto último no se comprenda, si no nos ubicamos en el contexto histórico de los acontecimientos, en que tras un combate durante las guerras civiles, se veía como normal que los soldados violaran de forma individual y masiva no solo a las mujeres (principalmente campesinas, obreras etc.) de los enemigos políticos, sino también a cualquier cristiana que tuviese el infortunio de encontrarse con una patrulla montonera de entonces. Sandino rompió con esta práctica al castigar con severidad estos abusos, que siguieron siendo cometidos por los marines y los guardias nacionales en las Segovias. Para concluir nos resta decir que se requieren de distintos iniciativas para rastrear en la Historia de la gesta heroica de Sandino para rescatar los nombres y apellidos de estas valientes mujeres quienes dentro del atraso cultural del país comprendieron su justeza dieron su energía y hasta su sangre para lograr la expulsión definitiva de las tropas interventoras. Planteamos que es urgente cumplir con una meta que se trazó el General de Hombres Libres cuando en 1933 le aseguró al escritor José Román: Oportunamente me encargaré de una publicación especial para rendirle a estas mujeres el homenaje que merecen, pues sus nombres y sus hechos constituyen una verdadera gloria para Nicaragua y deben incorporarse a la Historia Patria
Fuentes Consultadas 1. Gámez, José Dolores. Historia de Nicaragua. Banco de América. Managua,1975 2. Matagalpa, Juan. Sandino. Los Somoza y los nueve comandantes. Honduras Industrial S. A. 3. Román, José. Maldito País. Colección Amerrisque. Managua,2007 4. Informe anual de la Guardia Nacional de Nicaragua, durante el año fiscal del 1º de octubre de de 1933 al 30 de septiembre de 1934. 5. Revista la Boletina Nº 77. Managua, marzo de 2010. 6. Conversación con Salvador Loza Talavera. Managua, Los Arcos, 26 de febrero de 2010. 7. Marzo de 2010. Sala de investigadores de la Biblioteca del Banco Central de Nicaragua.
4. La persecución al Ejército Defensor de la Soberanía Nacional Con la retirada de los marines y los acuerdos de paz en febrero de 1933, entre el gobierno del presidente Juan Bautista Sacasa y el General Augusto C. Sandino, la naciente Guardia Nacional (GN), imposibilitada de abatir a las tropas del Ejército Defensor de la soberanía Nacional (EDSN) en la guerra anti intervencionista, 126
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empezó a elaborar distintos planes para tratar de liquidar físicamente a Sandino y lanzar una ofensiva contra sus fuerzas, aprovechando que tras los mencionados pactos éstas quedarían desarmadas. En otras palabras, se trataba ejecutar una cobarde ejecución masiva y selectiva, además del asesinato del héroe. En este afán estaban implicados el jefe director de la GN, Anastasio Somoza García, y el embajador norteamericano Arthur Bliss Blane. En sus memorias, el ex teniente primero Abelardo Cuadra recuerda que a pocos días de firmado el armisticio en febrero, cuando se encontraba de servicio en el norte del país, el capitán GN Gabriel Castillo le solicitó 15 guardias para aumentar el contingente que atacaría y asesinaría a Sandino en el campamento de Saraguasca. Pero Castillo (quien recibía órdenes inmediatas de Rigoberto Reyes, y éste a su vez de Somoza) fracasó en su intentona criminal al ser repelido fuertemente, sufriendo numerosas bajas efectivas, y él mismo resultó con una herida en el rostro (1). En los documentos oficiales de la época (tales como los informes anuales de la Guardia Nacional ubicados en la sección de Patrimonio de la Biblioteca del Banco Central) es abundante la descripción sobre las operaciones de la GN contra las fuerzas de Sandino preparadas desde antes del 21 de febrero de 1934. Las descripciones, además de acomodadas a la versión de la GN, demuestran que desde un inicio esta institución no estuvo dispuesta a reconocer los acuerdos del 2 de febrero de 1933; por el contrario, el alto mando GN razonó como que estaba en posición beligerante contra otro ejército, por tanto no iba a permitir el cumplimiento de los acuerdos finales de 1934 entre Sacasa y Sandino. En el informe de 1933-1934 se narra, entre otras cosas, lo siguiente: el ataque de una patrulla GN en Las Pilas, León, a un grupo de “bandoleros” el día ocho de febrero de 1934; en éste reportan dos bajas sin sufrir ninguna la GN. Es notorio que esto se dio 13 días antes del 21 de febrero. Pero la operación más connotada y preparada con mucho cuidado y tiempo de antelación, fue el ataque a Wiwilí. El 27 de febrero, según los mismos informes, a las 10:00 p.m., un contingente de centenares de guardias al mando del coronel Rigoberto Reyes atacó por sorpresa el campamento, informan de veintidós muertos, de no haber sufrido ninguna baja, sin detallar, por supuesto, que la mayoría de las bajas eran mujeres y niños, porque salvo el resguardo de cien hombres armados, el resto del campamento eran campesinos desarmados y familiares (niños y mujeres) de los soldados y oficiales del EDSN. Los mismos informes nos hablan claro de esto: el primero de abril, tras un combate en Wuina, fueron hechas prisioneras tres mujeres, incluida la esposa del general sandinista Juan Pablo Umanzor; en un combate el diez de abril en Caño Guiso mueren el general sandinista José Lagos, dos soldados y dos mujeres (2). Hasta agosto de este año los reportes oficiales están llenos de datos sobre esta labor de “limpieza” en las montañas segovianas. 127
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La contraposición de otras versiones, como la del ex oficial GN Edmundo Delgado, nos indican que la misma fue hecha al estilo de los marines yanquis, quienes durante la intervención militar en la zona asesinaban indiscriminadamente a los prisioneros y civiles, sin importarles de que se tratara de mujeres, niños etc. En ese mismo reporte se dice que el primero de mayo de ese mismo año iban a recibir las armas que serían entregadas por el coronel Abraham Rivera, pero por el contrario, “fue emboscada” la patrulla GN al mando del capitán Callejas. La GN, al responder el fuego, causó dos muertos a los “bandoleros”, entre ellos al propio Rivera. “La Guardia --como sucedió la mayor parte de las veces-- “no tuvo bajas” (3). El relato de Delgado, un implacable perseguidor de la gente de Sandino, es totalmente distinto: “Como dos o tres meses después de la muerte de Sandino, cuando apresaron al coronel Abraham Rivera, un pequeño grupo como de seis personas (a excepción de Rivera, todas mujeres) fue asesinado por la Guardia Nacional en un lugar que se llama Playa Hermosa, a la orilla del Río Coco, entre Wiwilí y la desembocadura del Río Poteca”. Sigue diciendo en su relato el ex GN, que en este grupo los guardias se ensañaron con la joven Angelita González, a quienes ellos atribuían, haber sido la compañera de vida del General Sandino en el campamento de Wiwilí, tras el fallecimiento de su esposa Blanca Aráuz (4). En síntesis, el coronel Rivera, quien logró escapar de la celada criminal del primero de mayo, en donde él y sus hombres fueron atacados a mansalva, días después no le quedó más remedio que rendirse para proteger la vida de (las mujeres) civiles que se encontraban con él, pero de todas maneras fue asesinado junto al resto de acompañantes. Este hecho es comprensible, porque paralelo al proceso de aniquilamiento, la GN enviaba constantes mensajes a los jefes y oficiales sobrevivientes, con promesas de garantías para sus vidas a familiares y soldados que les acompañaban, pero con el único objeto de liquidarlos a menor costo. Igual suerte que Rivera, corrieron en distintas circunstancias sandinistas, que estaban hasta en otros departamentos, haciendo vida normal con sus familiares: fueron presos arbitrariamente, como el caso del general José León Díaz, quien fue sacado de la cárcel de Ocotal para ser ejecutado en las afueras del pueblo; el coronel Marcial Rivera fue sorprendido en el río El Cacao con restos de lo que fuera su columna, en septiembre de 1936 (5). Nunca se supo la cantidad exacta de las víctimas de esta cacería criminal, que se prolongó hasta la década de 1960 (6). En adelante los sobrevivientes del EDSN tuvieron entre sus alternativas: vender cara su vida en caso de ser localizados, retirarse y resguardarse en territorio hondureño o permanecer en lo más profundo de las zonas montañosas del país, como fue el caso de Pedro Altamirano, quien permaneció hasta su muerte a traición en 1936, entre las Segovias y la Costa Atlántica.
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Los autores de estos hechos, según esta misma fuente, entre ellos el mayor Alberto Baca, sobredimensionaron y se jactaron en Managua de estos crímenes, porque así, “a la Guardia le iban a tener miedo” (7). El tiempo le dio la razón a la afirmación de estos oficiales, porque uno de los mecanismos que sostuvieron a la Dictadura Somocista, fue el terror criminal implantado por la Guardia Nacional sobre la población, desde la noche fatídica del 21 de febrero de 1934 hasta el 19 de julio de 1979. En la aclaración de estos hechos es valioso el uso de estas fuentes, por su carácter primario, pero lo recomendable es que su explotación esté sometida a la crítica, acompañada de comparaciones con otros tipos de fuentes, también de carácter primario, para establecer la veracidad de los acontecimientos.
Citas Bibliográficas. 1. Cuadra, Abelardo. Hombre del Caribe. San José C.R. EDUCA, 1981 (pp. 96-97). 2. Informe Anual de la Guardia Nacional de Nicaragua. Durante el año fiscal del 1° de octubre de 1933 al 30 de septiembre de 1934. pp. 211-212. 3. Informe Anual de la Guardia... pp. 212-213 4. Matagalpa, Juan (seudónimo de Edmundo Delgado). Sandino. Los Somoza y los Nueve Comandantes. Honduras Industrial S. A. 1984, p.188. 5. Informe Anual de la Guardia Nacional de Nicaragua. Durante el año fiscal del 1° de octubre de 1935 al 30 de septiembre de 1936. pp. 192-193. 6. Muy conocidas fueron las muertes sucesivas de Gregorio Colindres en 1948 y Heriberto Reyes en 1959. Mas la persecución a los restos del EDSN se mantuvo; un participante en la guerrilla de Raití-Bocay, Francisco Fuertes, se sorprendió que los hermanos Castro de Jinotega, sobrevivientes de 1934, aún fueran perseguidos por jueces de mesta y guardias en el año de 1964. 7. Matagalpa, op. cit. p. 261.
Managua, Biblioteca del Banco Central de Nicaragua, junio 2009
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5. Un reencuentro con Candelario Segura O., un intelectual Antiimperialista desconocido en Nicaragua. Introducción. El nombre de Candelario Segura, me fue familiar desde la infancia, cuando escuchaba a mi padre con otros contemporáneos, hacer remembranzas sobre hechos pasados. La sala de mi casa natal allá en La Puebla, Rivas, era escenario de pequeñas e improvisadas tertulias dominicales, en la que no faltaban, los amigos, los compadres, antiguos veteranos de las guerras civiles y algunos activistas políticos de la localidad entre los que se encontraban liberales, conservadores y algunos simpatizantes del sandinismo y el socialismo. Las mismas carecían de libaciones dado la naturaleza abstemia del anfitrión, en su lugar estaba el pinolillo, el café negro acompañado de rosquillas y tortillas dulces. Los temas eran variados testimonios o referencias sobre los conflictos pasados, las guerras de 1912, 1926, la guerra de Sandino, temas actuales de ese entonces, como la Revolución Cubana, la Guerra en Vietnam. Cuando se hacía referencia a este personaje en las mismas, se le colocaba, como un digno ejemplo de aquello que se dice, de que: “nadie es profeta en su tierra” y Segura un rivense nacido en el área rural de Rivas en el Municipio de Tola, era una muestra de ello. Hablaban de sus peripecias como político conservador en Nicaragua, siendo su exilio en Colombia, lo que le dio más éxito, como reportero en uno de los diarios más leídos de este país. Se remarcaba el hecho de que al producirse su muerte, a sus masivos funerales, asistió el mismo presidente de Colombia. Años después, allá por los mediados de los años noventa, en una conversación con el ex militante socialista Ronald Maltez y el jurista rivense Víctor Selva tocamos el tema, Maltez, quien resultó ser un conocedor de parientes de Segura, nos dio algunos datos, tales como su salida al exilio en tiempos de Zelaya, su matrimonio con una señora de apellido Somoza emparentada con el Dictador Somoza García, pero de filiación conservadora y ligada a la oposición anti somocista. Maltez, aunque compartió conmigo la necesidad de investigar a fondo sobre esta individualidad, al igual que los demás no aportó más allá de señalar su proyección en Colombia y Sudamérica como escritor y periodista. Fueron estos amigos quienes expresaron que a pesar de su conservatismo, era opuesto a la intervención norteamericana, pero afirmaron también, que esto había que comprobarlo. No fue sino que hasta el cumplimiento de una labor orientada por la administración del Banco Central, que consistió en la clasificación documentos originales, resguardados en La sección de Patrimonio de la BBCN en que se produjo mi reencuentro con Candelario Segura. 130
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En octubre del 2008 encontramos una única hoja de la revista colombiana de Barranquilla “Letras” con fecha 28 de febrero de 1932, en la cual se le realizó una entrevista a Segura , en la sección que los editores llamaban la “Página Americanista” titularon la entrevista como “Un rato de Charla con Candelario Segura”. Los entrevistadores de quienes no localizamos sus nombres se identifican abiertamente con la gesta heroica del General Augusto César Sandino y llaman a Segura, “un patriota y escritor de la tierra de Darío y de Sandino” además de ser- “un representante en Colombia de la causa libertadora de Nicaragua”. Esta entrevista que vamos a dar a conocer textualmente, fue casi coincidente con el combate de “Poza Honda, en el mismo Norte del país el 24 de febrero, además con la captura en estos días por parte de la policía yanqui de más de treinta ciudadanos en Managua acusados de colaborar con los “bandoleros”. Queda mucho por investigar sobre la proyección de este personaje, quien siendo de origen conservador se manifestó como un abierto e intransigente opositor a la intervención norteamericana y apoyó de forma beligerante la lucha armada del General Augusto César Sandino. Nos inclinamos a creer que su posición coincida con el conocido dirigente conservador Toribio Tijerino quien desde la óptica del conservatismo rechazó el ideal y práctica del trinomio entreguista pro yanqui representado por Carlos Cuadra Pasos, Adolfo Díaz y Emiliano Chamorro. Mas la posición de Segura como lo revela el texto a continuación expresa un horizonte más amplio en tanto no ve la intervención como algo circunscrito a la realidad nicaragüense sino como una amenaza para toda la América. Condena a los Gobernantes y diplomáticos títeres del Continente “Esos hombres amigos míos, son los que han hecho y están haciendo de la soberanía un negocio, de la libertad ciudadana un escarnio (…) son los judas modernos (…) cáfila de ilotas de los nuevos fenicios cuando dicen ufanamente: nadie puede ser presidente sino es con la venia de la legación yanqui”. Finalmente podemos asegurar que en la lectura de los contenidos encontramos trazados una especie de paralelos entre la época en que escribió Segura hace más de setenta años y los tiempos actuales, en que los sectores más conservadores en el contexto latinoamericano continúan adoptando una posición cipaya con respecto al fortalecimiento de tendencias e iniciativas progresistas que como el ALBA constituyen una realidad para rescatar la dignidad de los pueblos que vivimos al Sur del Río Bravo. El ALBA no es una solución mágica, no es perfecta, tiene sus defectos, pero es una alternativa americanista y debe ser tomada en cuenta por las actuales generaciones para romper con la dependencia de EE.UU. Mientras tanto Nicaragua y el Subcontinente entero enfrentan el dilema, entre quienes no han rebasado la vocación de títeres del imperialismo yanqui de sus abuelos y quienes proponen la justa evolución autónoma de los pueblos latinoamericanos. Por ello los invitamos a los lectores a hacer una lectura serena y meditada de este casi desconocido patriota, a pocos días del 75 aniversario del 131
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martirio del Héroe de las Segovias General Augusto Cesar Sandino y con ello sean capaces de extraer sus propias conclusiones.
Un rato de Charla con Candelario Segura O. Tuvimos el gusto de recibir en nuestra oficina de redacción, la visita del fogoso escritor nicaragüense C. Segura O. Después de charlar sobre cosas varias, le preguntamos: -¿Cómo marchan sus trabajos anti imperialistas y, cómo la compaña libertadora de su patria. -Mis trabajos, como ustedes ya lo habrán visto, son de liberación racial. No se concretan solamente a la liberación de Nicaragua. El imperialismo Yanke amenaza de muerte a toda nuestra América. Naturalmente, que la chispa libertaria debe levantar su llama abrazadora, en uno de los pueblos de habla española más oprimidos, más esclavizados, y este es Nicaragua. Mis trabajos van siempre rodando, como la bola, siempre rodando. ¿No cree usted en un pronto despertamiento de la dignidad de la presente generación y recuperen la libertad pérdida y la autonomía mancillada de los pueblos, por opresores extranjeros? - Ay, amigos míos. Esta presente generación nació esclava y morirá esclava…., Sí, acariciando sus cadenas con resignación nazarénica!... Miren ustedes continuó el compañero Segura—Los hombres que llamamos prestantes en nuestra América, todos, absolutamente todos, viven de rodillas delante del imperialismo sajón. Nuestros Diplomáticos llegan a Washington meciendo el incensario de la adulación y encorvados hasta el suelo en actitud de pordioseros (sic). Esos hombres, amigos míos, son los que han hecho y están haciendo de la Soberanía de nuestros pueblos, un mercado de negocios, de la libertad ciudadana, un escarnio y de la dignidad de nuestra raza, un verdadero fracaso. Son los judas modernos sin arrepentimiento, que por treinta miserables monedas, vendiendo están al yanke (sic), los Cristos, que son los pueblos, y es de oír a esa cáfila de ilotas al servicio de nuevos fenicios cuando dicen ufanamente: “Nadie puede ser Presidente en América si no cuenta con la venia de una legación yanke. (sic)” ¡Envilecidos! Sobre su conciencia ha caído el hacha demoledora de las dignidades; y van como cerdo al fango, como el carnero al matadero de la desvergüenza…! Ni una palabra más sobre tales infamias! A este tiempo, nuestro visitante se paseaba de un extremo al otro del salón de recibo haciéndose aire con el sombrero. Y continuó produciéndose en los siguientes términos: - A los que somos anti-imperialista por celo patriótico, por amor a la raza y a la libertad, se nos acusa de ser enemigos sistemáticos del Yanke, 132
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porque no podemos ser tan ricos como ellos, NO, señores: nosotros combatimos en el Yanke sus vicios, sus atentados; los desmanes, de sus Diplomáticos quienes han hecho de la Diplomacia un fiel de explotación en todo el mundo, Sí Señores: Hoover y sus Diplomáticos están negociando con la sangre de sus conciudadanos, como en Nicaragua. Que nos digan cuando vale un yanke vivo y les pagaremos su valor para que no los sigan mandando a morir a los campos de batalla nicaragüense, y de esta manera, negociarán con los vivos, y no con los muertos; y habrán dado una nota de alta diplomacia en los ramos de las relaciones internacionales con los países latinos, lo mismo que en el ramo de las finanzas mundiales. Nuestra América no da señales de vida. Está de rodillas delante del coloso nórdico. La palabra de fuego y la voz de bronce de la protesta no se escucha: Qué hacer!. Es el destino de los esclavos! Estas fueron las últimas lapidarias palabras del patriota y escritor de la tierra de Darío y Sandino. Nosotros estamos con él, en cuerpo y en espíritu. Y para despedirse, nos dijo: Tengo concertada una serie de conferencias por Radio, ahora que se aproximan las Conferencias Internacionales en la hermana República de Costa Rica. Hace un año que en “La Nación”, de esta ciudad, escribí un largo manifiesto pidiendo la colaboración patriótica de los periodistas libres del continente para la conformación de una plebiscito internacional para pedir a Hoover el retiro de los marinos yankes de Nicaragua y de todo el país latino ocupado de la misma manera que en Nicaragua. Las Conferencias las dictaré en la Radio del Señor Amorteguí en la Calle Caldas. Asistiremos gustosos a escuchar la palabra encendida y elocuente del representante de la causa libertadora de Nicaragua en Colombia. Managua, BBCN febrero de 2009.
6- “Cada uno de nosotros se convertirá en su propio verdugo…” Las rebeliones GN contra la intervención norteamericana (1928-1932). “Cada uno de nosotros se convertirá en su propio verdugo” esta expresión –para evitar traiciones-estuvo presente en el juramento de sangre, que hizo el destacamento GN de Telpaneca, al preparar una de las rebeliones más conocidas, que se dio contra los interventores norteamericanos, entre los años de 1928 a 1933. Al aproximarse el 21 de febrero, el 78º aniversario del asesinato del Héroe Nacional, Augusto C. Sandino, hemos considerado válido, hacer una breve reflexión sobre estos movimientos, que reflejan ante todo de como el pensamiento y práctica del Gral. Sandino, trascendió hasta en las mismas filas del enemigo. 133
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La rebelión de Telpaneca, en octubre de 1929, aunque la más conocida, no fue la única, están registradas, diez rebeliones motines e incidentes, cuyos protagonistas fueron: oficiales, clases y soldados de la naciente Guardia Nacional (GN). En tanto se ha puesto más énfasis en las operaciones e incidencias libradas desde las fuerzas del General Sandino. Estos motines de la GN, han sido casi obviados, por los estudiosos de la gesta heroica de Sandino. En las siguientes líneas vamos a presentar una especie de inventario, sobre los hechos más relevantes de las rebeliones más destacadas.
1. Motín de Somotillo, 8 de enero de 1928. Fue encabezado por el cabo Manuel Chaverri en el destacamento de esta población. Chaverri inició el alzamiento, apoyado por un soldado raso, ocho alistados y un número no determinado de civiles de esta población combinados con otras personas de Villanueva. El plan consistía en apoderarse de las armas y recursos de Somotillo y Villanueva, constituir con estas guarniciones y los civiles, una columna, para después marchar a Nueva Segovia y sumarse a las fuerzas de Sandino. Chaverri procedió a la toma del cuartel de Somotillo, se ascendió general y a su segundo (el raso) le dio el rango de coronel. Posteriormente, sublevados y civiles saquearon los almacenes del pueblo y se dirigieron a Villanueva. El complot se frustró en esta segunda parte, cuando, los seis alistados restantes del Comando, que no se sumaron al motín, situados en una elevación del camino, les tendieron una emboscada, dando muerte a cuatro GN (incluidos Chaverri y su segundo al mando) y a un civil. Los sobrevivientes, tomaron rumbo a la frontera, sin hacer contacto con los civiles, que los esperaban en Villanueva. (Toledo, 1972.P.44) No hay noticias, de la reacción de la guarnición, de esta población, en donde los amotinados también tenían vínculos.
2. Conspiración de Telpaneca, 6 de octubre de 1929. (Primera parte). El comandante de la plaza por la GN Sargento Fernando Larios, en compañía del cabo de comunicaciones Alberto Toledo, los rasos: Carlos Cedeño, Enrique Sánchez, Octavio Zúñiga, Pedro Pablo Navarro, Horacio Lacayo y con el apoyo del resto del destacamento, tras haber hecho un juramento de sangre, procedieron a eliminar al comandante de la tropa de marines, Teniente Levis H. Trogler en medio de un falso combate. Las causas inmediatas fueron el maltrato del yanqui a los GN y a la población civil. Antes, Larios había entrado en contacto, con Miguel Ángel Ortez y coincidieron en la necesidad de eliminar la intervención norteamericana, Larios haría lo suyo desde la GN y Ortez se comprometió a no atacar a la GN en la zona, y dirigir sus ataques exclusivamente contra los marines. (Toledo, 1972.P.34) Pero esta acción de Larios, no estuvo coordinada con Ortez. 134
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La investigación en el terreno, realizada por los oficiales norteamericanos concluyó, que Trogler había sido asesinado por la misma tropa GN y que no había habido tal ataque de “bandoleros” al puesto militar. A esto se sumaba el hecho, de que eran evidentes los mecanismos que realizaron los sublevados, para evitar ser sorprendidos por las tropas de escolta que llevaron los oficiales yanquis. A través de una cautelosa maniobra, los mandos superiores de la marinería, lograron primero el traslado del Sargento Larios, para descabezar la conspiración, y después hacerlo reo en Managua. Pero los acontecimientos, demostraron que la acción de Larios, no era individual, sino producto de un consenso colectivo en la tropa. El juicio de Larios al año siguiente, tuvo un fuerte impacto en la vida nacional.
3. Conspiración de Telpaneca, 21 de octubre de 1929 (segunda parte). Consciente de que iba a quedar en manos de los marinos y que era posible su muerte, Larios, antes de partir trasmitió a uno de sus subordinados que fuera vengado, en caso de ser muerto, a manos de los norteamericanos. Los sublevados, al percatarse de que los oficiales yanquis tramaban su captura y hasta su asesinato, por medio de distintos ardides, tomaron medidas, para evitarlo, ya antes no habían permitido el desembarco de una tropa de marinos que llegaba de refuerzo por el Río, también habían inutilizado, los fusiles de los relevos. Concluyeron de que en la situación peligrosa que se encontraban, había que rebelarse de forma total, lo que pusieron en práctica el día 21. Tras organizar un Estado Mayor, que nombró coronel a Salinas hicieron reos a los dos oficiales yanquis: Charles Levonski y James Rimes. Ante una exhortativa en formación a los refuerzos, estos se les sumaron, llegando a constituir la tropa de rebelde: 39 hombres. Aunque el jefe de la rebelión era el Sargento Adrián Salinas, los intelectuales de la rebelión eran los rasos Carlos Cedeño, Enrique Sánchez Ramírez. Cedeño un joven maestro de escuela, de Managua, metido a militar, esbozó un plan que había socializado muchas veces con Larios. Esto era concentrarse el cerro del Chipotón y desde allí llamar al Guardia Nacional a asumir los mandos militares en sustitución de los norteamericanos. (Toledo, 1972.P.19) Con lo cual, según sus cálculos, cesaría la intervención norteamericana en el país. Los amotinados pidieron a algunos habitantes de Telpaneca (y a otros les exigieron), contribuciones en especies y en metálico, para lograr sus objetivos. De este modo iniciaron la marcha del pueblo casi medio centenar de GN llevando de rehenes a los dos oficiales yanquis. (Toledo, 1972.P.44) La rebelión no terminó en El Chipotón, tal como lo habían previsto, porque los principales dirigentes Cedeño y Salinas se adelantaron con los vaquéanos, introduciéndose en Honduras, llevando en sus bolsillos la mayor parte de las 135
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contribuciones. El resto de la tropa, se vino reduciendo a trece individuos, quienes lograron cruzar la frontera con Honduras, donde auxiliados por partidarios de Sandino lograron establecerse en este país. El apoyo popular en Honduras impidió a la vez su extradición a Nicaragua. Mientras el Sargento Larios tras un complicado proceso, en que figuró la brillante defensa del Dr. Rosendo Arguello,quien logró salvar su vida- pasó a cumplir una condena a prisión con el cargo de amotinamiento. Uno de los detenidos, en Honduras el raso Carlos Gabuardi, un joven de 19 años originario de Rivas, declaró días después ante los medios: “El dieciocho de octubre nos sublevaron (sic) los treinta y seis individuos que componíamos la Guardia Nacional acantonada en Telpaneca. Esta sublevación era contra el Gobierno que preside el General Moncada, como protesta contra los crímenes que siguen cometiendo y sus secuaces nicaragüenses y yanquis allá en Nicaragua” (Toledo1972, P.29)
4. La muerte del capitán yanqui, 9 de marzo de 1930. Ocurrida en Paso Real, Jinotega, fue atribuida a un GN de escaso entrenamiento, en un confuso incidente. El Capitán marine Edward Selby, en horas de la noche, mientras hacía un recorrido de rutina en el entorno del cuartel, no escuchó los requerimientos del centinela y recibió un disparo de este muriendo instantáneamente. (Toledo, 1972.P.44). Se desconocen los resultados de la investigación o si fue sancionado el centinela
5. El incidente del Jícaro, 17/18 de abril de 1930. Según las fuentes el cabo GN Simón Ortiz, a quien se le había llamado fuertemente la atención la noche del 17, por acto grave de indisciplina en las primeras horas de la madrugada del día 18 de abril, disparó con una ametralladora Browning, contra los oficiales del destacamento. Lo que tuvo como resultado, la muerte inmediata del capitán Veryl H. Dartt, heridas graves que causaron el deceso del Tnte. James Young y heridas leves al Sargento GN Rodolfo González. Los soldados del comando que presenciaron el hecho, no tomaron ninguna acción contra Ortiz, quien después cometió acto de suicidio.(Toledo, 1972.P.44-45).
6. La conspiración de Somoto, 8 de diciembre de 1930. En Somoto, fueron detenidos dos miembros del destacamento, al ser parte de una conspiración. El plan de los conspiradores, consistía en aprovechar la madrugada del día 8, para desarmar a los sargentos, abrir las puertas de la prisión liberar a los 18 prisioneros, armarlos, liquidar toda la oficialidad, excepto a uno. Con el resto del armamento se procedería a armar a los civiles de Somoto, saquear los comercios y unirse a las fuerzas del EDSN. El plan fracasó cuando dos de los rasos, además de no apoyarlos procedieron a denunciarlos. Después 136
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de su captura, además de encontrarle gran cantidad de dinero a uno de ellos, se comprobó que había vínculos con contactos de Sandino en la población y sospechas de relación con el General sandinista, José León Díaz. (Toledo, 1972.P.45).
7. La muerte de Pigg en Managua,4 de abril de 1931. El Tnte de marines de apellido Pigg fue acribillado a balazos, en el campamento de la guardia presidencial, por alistados GN. Según la referencia, el teniente, primero desarmó a un sargento, cuando este negó a cumplir con una orden de detener a un alistado y después disparó a otro suboficial creyendo que este le iba a disparar. Los alistados que estaban en uno de los flancos de Pigg, en defensa del Sargento sin esperar órdenes hicieron fuego sobre el oficial yanqui, quien murió en el acto. La muerte de Pigg se explicó en su momento, por el estado de nerviosismo, en que se encontraba la tropa cuatro días después del terremoto del 31 de marzo de 1931. (Toledo, 1972.P.45). Aunque según la descripción, fue evidente, el alto grado de nerviosismo e inseguridad del oficial yanqui entre la tropa de nicaragüenses. 8. Rebelión de Kisalaya, 4 de abril de 1932. Ocurrida en los confines de la Región Atlántica. Alistados GN en número de quince, descontentos con el tratamiento que le daban los jefes norteamericanos, entre ellos el ex rehén de Telpaneca Teniente Charles Levonski, se sublevaron al mando del Sargento Sebastián Jiménez. Tras desobedecer las órdenes de este oficial y ser conminados a entregarse por Levonski y su segundo, los amotinados dispararon sus armas, siendo muerto Levonski en el acto y herido de gravedad el Tnte. Carlos Reyes Ruiz. (Toledo1972.P.45) Con el cuartel en sus manos, saquearon los pertrechos bélicos, las provisiones y se dirigieron a la frontera integrándose con sus las armas a las fuerzas de Sandino. De este hecho, existe otra versión, tal como es, de que los auxiliares misquitos, dispararon contra los oficiales en venganza por el asesinato, meses atrás, a manos de oficiales yanquis de Adolfo Cockburn, Diputado Nacional, pero partidario y colaborador de Sandino, con gran ascendencia entre la población indígena de la Región.(Somoza,1936.P.319-320) quien -según fuentes oficiales- estaba en preparativos de provocar una vasta rebelión de los nativos, a favor de la causa de Sandino. Con lo que concluían los informes de que su muerte había evitado una rebelión de “graves consecuencias” (Somoza, 1936.P.240-242). 137
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Los hechos demostraron, que hubo una combinación de los dos factores: el descontento y animosidad de la tropa GN del Pacífico, hacia los yanquis; a la se sumó la disposición a rebelarse de los alistados misquitos. Quien encabeza el amotinamiento, es un suboficial GN seguro de que va a ser apoyado por la casi totalidad de la tropa. La cual, en su mayoría no solo desertó, sino que se unió a las fuerzas del EDSN. Porque según las fuentes los interventores, se vieron obligados a reponer con nuevos efectivos la posición de Kisalaya, la que fue atacada pocos días después por fuerzas de la columna del General Juan Santos Morales. .(Somoza,1936.P.-320)
9. El intento frustrado de Quilalí, 11 de abril de 1932. El Sargento García, el Cabo Cornejo en compañía de otro raso, trataron de tender una trampa al Subteniente Joseph K. Roberts, para ejecutarlo en las afueras del pueblo. Al fracasar el plan, los tres se desertaron con sus armas automáticas, y se dirigieron al Cerro Guambuco integrándose a las filas del General Carlos Salgado. Los tres según plena identificación tuvieron una actuación destacada en el resto de la guerra luchando contra los marines y la Guardia Nacional. (Toledo, 1972.P.46) En su testimonio, el coronel Santos López, mencionó a dos de estos desertores: entre nosotros iban dos sargentos que habían desertado de Quilalí con sus armas nombrado(s) Antonio García y Antonio Cornejo (SNPEP, 1980 P.27), continuó relatando López que en una ocasión, los mencionados desertores fueron útiles para lograr que el abastecimiento aéreo a la GN, cayera en sus manos, gracias a que ellos conocían las claves. (SNPEP, 1980 P.28),
10. La rebelión de San Isidro, Matagalpa. 30 de junio de 1932. Un teniente GN de apellido González, al mando de cuatro guardias se insubordinó, contra su superior, el Subteniente de marinos Edward H. Schmierer, cuando este ordenó su transferencia el día 29 de junio. Al día siguiente, González, formó al resto de la tropa -incluidos cuatro GN captados para sus planes - con el pretexto de salir de patrulla y se dirigió a la covacha de Schmierer a quien no le dio tiempo de hacer uso de su arma, le descargó su pistola matándolo. A lo inmediato pasaron a apropiarse de los pertrechos bélicos, las provisiones del Comando, ingirieron licor y se marcharon del pueblo, con rumbo desconocido. Nunca se volvió a saber del teniente González, el militar de mayor graduación involucrado en los mencionados motines. Cinco de los GN, que le acompañaron, se entregaron posteriormente en el Cuartel General de Managua. (Toledo, 1972.P.46)
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Conclusiones. Estas, fueron entre otras, las rebeliones, motines e incidentes, más conocidos que ocurrieron en los cuarteles, durante la intervención norteamericana. Los principales protagonistas fueron, suboficiales y soldados de la naciente Guardia Nacional, quienes en escenarios diferentes manifestaron, -en algunos casos sin pretenderlo- el rechazo generalizado que tenía la población nicaragüense contra la intervención político-militar de los Estados Unidos. Como puede interpretarse, esta es una relación parcial, de los hechos más connotados y que fueron dados a conocer por los medios de difusión oficial. Quedando en el anonimato muchos actos de rechazo a la intervención, que como las deserciones individuales, no eran reflejados en los partes oficiales del mando norteamericano. Un ex oficial GN Cuadra Vega asegura en su testimonio: “y no solo cantaban los himnos sandinistas los soldados, sino que también se pasaban a sus filas, sin que un solo guerrillero desertara nunca para pasarse a la Guardia Nacional”. (Cuadra,1981.P.143). Otro aspecto poco estudiado es el de las infiltraciones que hizo el EDSN a la guardia. El Coronel Santos López revela que “los campesinos y gente del pueblo ingresaban a la Guardia Nacional. Sandino entonces escoge dentro de los campesinos que le eran más fieles (…) para infiltrarlos en las aldeas para que sirvieran de contraespionaje”. (SNPEP, 1980 P.30), Esto aconteció regularmente en el territorio de las Segovias, en donde los marinos reclutaban guardias auxiliares y guías, entre los que no podían evitar las infiltraciones de personas leales a Sandino. Una valoración general de los hechos, nos remite a diferenciar casos como la primera rebelión, ocurrida en Somotillo, muy importante porque se dio desde los inicios en que los nacionales son enviados a combatir a las fuerzas de Sandino. Pero a diferencia de la Telpaneca no hubo cohesión entre la tropa, lo que permitió su derrota a manos de quienes no se sumaron. Reviste especial atención, también, la participación activa de civiles que se trazaron la meta de unirse al EDSN. La de Telpaneca al año siguiente, es más compacta y de mayores proporciones. No involucran a civiles y aunque su principal dirigente el Sargento Larios, había tenido contacto con el General Ortez, los sublevados, coinciden con el ideal de Sandino de luchar contra la intervención, no plantean la unidad con sus fuerzas. En los casos de Somoto y Quilalí fue evidente, que se trató de conspiraciones combinadas entre suboficiales que rechazaban la intervención norteamericana y contactos de Sandino entre la población civil, incluso hasta con mandos del EDSN. Estas fueron menos espontaneas que la de Somotillo, aunque tenían objetivos similares.
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Es notorio que en los incidentes, los soldados dispararon contra los oficiales yanquis, protegiendo a sus jefes o compañeros nacionales (como en el caso de Pigg) o no procedían contra sus compañeros (como el caso de Ortiz), en defensa de los marines. Siendo esta una evidencia, de que hubo un sentido de identidad contra la presencia extranjera en el país, es decir que no solo fue una reacción contra los malos tratos, que sufrían los nacionales por parte de los ocupantes. En la medida en que se prolonga la intervención y la extensión de la lucha de Sandino hacia ocho departamentos del país (la mitad del territorio), las conspiraciones vienen siendo más frecuentes con la participación de la población civil de estos territorios. Pueden señalarse como ejemplos las conspiraciones y acciones de Somoto, Quilalí y Kisalaya entre 1930 y 1932, esto revela que viene en creciente, la descomposición la GN, del cuerpo militar, creado por los marines, para prolongar la intervención en el país. Es decir, que aunque fue la imposibilidad de vencer a Sandino, el motivo principal, para desocupar el país en enero de 1933, hubo otras razones aditivas. El alto mando norteamericano, se percata, de que la prolongación de su presencia, se puede tornar más compleja, en términos políticos y militares con fuerzas del EDSN que inciden en Departamentos de Occidente y el Centro, más allá de Las Segovias. Pero que también su misma presencia en el país ha provocado, descomposición en las filas de la misma Guardia Nacional, creada a su imagen y semejanza para sustituir a sus fuerzas militares dentro de la misma intervención, en contubernio con las oligarquías locales. (Cuadra Pasos, 1967.P.8). Esto no contradice el hecho, de que una vez desaparecida la intervención, desde los inicios de 1933 hasta los años siguientes, los altos mandos GN, que giraban alrededor de Somoza García, en alianza con las elites libero -conservadoras, consolidaron su control sobre los oficiales, clases y soldados GN –estos últimos, los más afectados, por los malos tratos de la marinería- para colocar a este cuerpo armado contra Sandino, considerándolo el mayor enemigo del la GN. En esto operaba el atraso cultural y político de la sociedad, la disposición de todos los medios de difusión a favor del mantenimiento del sistema y darle continuidad al modelo interventor, sin la presencia militar de los marines. Salvo algunas excepciones, todos estos medios, dedicaron todo el año de 1933 a presentar una imagen deformada de Sandino y su gesta heroica, pero además en coincidencia con Somoza y otros extremistas libero-conservadores daban a entender que Sandino era un peligro para la paz en Nicaragua. Todo esto, como se conoce, condujo al vil asesinato el 21 de febrero de 1934 del Héroe Nacional, ordenado por Somoza y ejecutado por la GN. Tras la muerte de Sandino, Somoza García, terminó de depurar a la GN de evidentes y potenciales opositores, hasta convertirla en una guardia pretoriana al servicio del imperio y de sus intereses familiares. Negro capítulo de cuatro décadas, cerrado en la historia, con el triunfo revolucionario de julio de 1979. 140
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Bibliografía básica utilizada. 1. Cuadra, Abelardo. Hombre del Caribe. San José C.R.EDUCA,1981. 2. Ramirez, Sergio. El Pensamiento Vivo de Sandino Managua Imprenta Nacional.1981. 3. Somoza García, Anastasio El Verdadero Sandino o el Calvario de las Segovias. Managua. Tipografía Robelo. 1936. 4. Toledo Ortiz, Alberto. Grandes Reportajes Históricos de Nicaragua. Editorial Alemana. Managua. 1972. 5. Secretaría Nacional de Propaganda y Educación Política (SNPEP) del FSLN. Memorias del Coronel Santos López.(Folleto) Managua 1980. 6. Cuadra Pasos, Carlos. “Introducción a la Historia de la Guardia Nacional” En: Revista Conservadora Nº 11. Editorial Alemana. Managua agosto de 1967. Managua BBCN, febrero de 2012.
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V. - El otro lado de la historia de Nicaragua
Bordes ocultos. El entretejido de nuestra historia
1. El otro lado de la historia o la historia a partir de nuevas reflexiones. Introducción. En el año 2007 en un artículo titulado: “El otro lado de la Historia” que tenía como objetivo principal, hacer una valoración crítica a algunos reportajes históricos, sobre la historia reciente del país. Manifestamos nuestra preocupación, por la forma sesgada sectaria e imprecisa, con el que distintos autores explicaban los acontecimientos. Dentro de este afán, dimos a conocer, una propuesta metodológica para abordar hechos específicos, tales como la lucha antisomocista entre los años de 1936 y 1979. Para entender esta situación es válido señalar que fue a partir de este año en que se dio el repunte de las obras testimoniales, las que tuvieron cierto auge en los años ochenta y habían entrado en decadencia desde 1990, al derrumbarse el proyecto revolucionario en el caso de Nicaragua. Los trabajos narrativos se manifestaron en artículos, en libros (Como la biografía de José Juárez Espinosa -2010 - ) de Orient Bolívar Juárez y Mística y Coraje de Salvador Loza-2009-) En el caso de estos últimos, me llamó la atención el hecho, de que no se superaran lo que nosotros definimos como elementos de interferencia que afectaron a buena parte de la literatura histórica de los años ochenta y noventas. A su vez no se podría pasar por alto, otras formas reactivas, sobre los mismos los procesos, que presentan una visión totalmente contrapuesta En síntesis estas tendencias, se pueden explicar de la siguiente manera: 1- Una visión apologética de los procesos, que involucraban al FSLN y sus referentes simbólicos, (Sandino, Carlos Fonseca, el mismo FSLN, etc.). Esto pasó necesariamente en un punto álgido de la polarización política, historiar para algunos narradores era por ejemplo exaltar el papel de Sandino y el FSLN. Esto pasaba necesariamente por ignorar o disminuir el papel de otros actores políticos y sociales que incidieron desde sus propias particularidades en la lucha contra el somocismo y el esquema dominación, desde antes de la existencia de FSLN. 2- La visión contestataria, que apunta a desvalorizar el papel del FSLN, además de los referentes simbólicos del sandinismo, tales como la figura del Gral. A.C. Sandino. En algunos de estos trabajos, se plantea una imagen totalmente destructiva, que poco aporta al conocimiento, más orientado a una visión propagandística.(ejemplo: La obra de Edmundo Delgado en 1984). En otros casos, desde una visión más serena, mas argumentada, aunque se retoman a figuras de héroes como Sandino, se desvalorizan las propuestas políticas del FSLN (Véanse: Romero y Buitrago. En busca de la Democracia. Programa de 145
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Educación para la Democracia-Estudio y Enseñanza. Managua 1994.P.385460). Al igual que lo anterior, en estos casos, son evidentes las omisiones e imprecisiones (Álvarez Montalván Emilio. Cultura Política Nicaragüense. PAVSA. Managua, 1999. P.152-154), que afectan principalmente el conocimiento integral y objetivo de esta etapa.
Los reportajes de Blandón y Suarez. En las páginas de El Nuevo Diario se han estado publicando por entregas, interesantes reportajes en donde se presentan detalles sobre la historia reciente de Nicaragua, en particular los años en que se dio la lucha contra la dictadura somocista. Las versiones sobre estos acontecimientos por ser parte del pasado inmediato, generan polémicas por distintas razones, entre éstas, están las proyecciones que se le dan a ciertos actores colectivos e individuales, las imprecisiones y desacuerdos con relación a hechos y fechas, incluso se llega a lastimar sin pretenderlo la sensibilidad de sobrevivientes o familiares de quienes fueron protagonistas de estos sucesos. Los autores de estos trabajos son, el conocido escritor e icono de la radiodifusión nicaragüense Jesús Miguel “Chuno” Blandón y el sobreviviente sandinista de la guerrilla urbana de los años 60s Jacinto Suárez. El primero abordó a través de una serie de reportajes la acción de Rigoberto López de 1956, sus antecedentes y su entorno, hasta la Guerrilla de El Chaparral en 1959, los personajes centrales son además de Rigoberto, Carlos Fonseca, Julio Alonso y Rafael Somarriba. Blandón presentó por primera vez, acontecimientos inéditos como el involucramiento directo del “Che” Guevara en El Chaparral y reivindica el papel de Somarriba, personaje, que fue víctima de críticas destructivas durante el período revolucionario. Suárez por su parte, en un muy ameno relato testimonial, describió las experiencias guerrilleras de los años 60 con un título muy llamativo “La generación de los sesenta llegó a los 64”. A diferencia de Blandón cuyo trabajo revela la explotación de distintos tipos de fuentes, Suárez se basa principalmente en sus vivencias. Ambos autores en sus distintos estilos y dimensiones, apuntan a llenar un vacío sobre una etapa muy controversial y poco conocida de la historia y dejan la posibilidad de generar un altercado constructivo para conocer y aclarar estos hechos. Decimos esto, por dos razones: la primera es que tanto los profesionales de la historia, así como quienes protagonizaron los hechos tenemos la misión de describir y develar los acontecimientos por muy controversiales – como la acción de Rigoberto - que parezcan, tal como fueron, nos guste o no nos guste a unos y a otros. Pero sobre todas las cosas, las nuevas generaciones tienen derecho a conocer la experiencia pasada no podemos vivir sumergidos en las historias, 146
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acomodadas a nuestro gusto, o sentimientos más a flor de piel a cómo queremos creerlas, sin el debido rigor científico. La segunda razón, es que en este país – salvo excepciones - no ha existido cultura de polemizar sin que vaya de por medio la ofensa y la descalificación personal. En particular, hemos tratado hasta ahora, de guardar distancia de esta práctica, sin menoscabar la valoración crítica, que tenemos que hacer como profesionales de la ciencia histórica. En esta dirección expresaremos primero nuestros criterios sobre algunas imprecisiones de las mencionadas publicaciones y después plantearemos el modelo de interpretación que hemos venido utilizando en nuestra experiencia en la docencia y la investigación, para explicar el periodo que media entre el ascenso de Somoza García en 1936 y el la caída del tercer Somoza en 1979.
Carlos Fonseca y su viaje a Moscú. Blandón en los mencionados y ponderados artículos que rescatan la acción de Rigoberto en 1956 y la relación histórica de Carlos Fonseca, sigue repitiendo el error de otros escritores al plantear de que su viaje a Moscú de Fonseca en 1957 fue a través de la gestión del poeta Manolo Cuadra (ver END….) esto ha sido aclarado públicamente en distintas ocasiones por protagonistas de los hechos, de que Carlos fue enviado como representante del Partido Socialista Nicaragüense (PSN) y que lo de Manolo, fue una coartada armada con Carlos y otros dirigentes de este partido para justificar, por razones obvias esta extraña y peligrosa incursión a un país comunista por parte de un mortal nicaragüense. En el fondo se sigue la lógica de negar el paso del joven dirigente por el PSN como si fuera un crimen o algo incorrecto de Fonseca. Esto es producto de un sectarismo ingenuo o absurdo, en tanto el mismo dirigente nunca lo negó, o nos inclinamos a creer que quienes han analizado este periodo de la historia en particular, no han hecho un correcto manejo del método dialéctica en la perspectiva histórica. El, como parte del proceso se incorpora a la fuerza política más avanzada de ese tiempo histórico, en este caso el PSN, y es, en el seno de esta organización, donde además de foguearse, tuvo la suficiente perspicacia de observar con más claridad las limitaciones de esta izquierda y se aboca más adelante, a inicios de los años sesenta, a conformar un movimiento, que desde su óptica debería ser más efectivo en la lucha contra el sistema.
La izquierda socialista. En este marco, aborda Blandón la misma debilidad de la izquierda socialista, la trata de forma despectiva, pero obvia las difíciles condiciones históricas de estos años (1950-1956), en que predominaban en el país, además del atraso cultural y la represión, la feroz campaña anticomunista del aparato de dominación 147
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somocista, compartida con la oposición conservadora e incluso, por algunos de los dirigentes del también opositor Partido Liberal Independiente. Tampoco se debe de confundir el auxilio fraterno que la vecina izquierda costarricense prestó en 1939-1944 a los bisoños socialistas nicas, con el intento de crear un apéndice suyo en Nicaragua, es más, en los años que refiere el autor, los comunistas ticos se vienen recuperando de los golpes sufridos después la Guerra Civil de 1948 en Costa Rica. Por tanto, esta apreciación de Blandón, peca, entre otras cosas, de imprecisa. Blandón, olvida que estos años los cincuenta es que militaron en el PSN, además de Carlos Fonseca, Noel Guerrero Santiago, Tomás Borge Martinez, Silvio Mayorga y otros fundadores del FSLN.
Los líderes campesinos. Suárez, por su parte, rescata hechos poco conocidos sobre la guerrilla urbana de los sesenta, más, siguiendo la lógica de algunas de las versiones de los años ochenta en donde abundaron las omisiones y “acomodos”, aparentemente justificados para no afectar la proyección del FSLN, como fuerza beligerante en ese momento. Esto es notorio, cuando menciona algunos acontecimientos como los movimientos de protesta, antisomocista en años 60, los presenta como espontáneos y también incurre en algunas imprecisiones. Ejemplo: menciona a Gladys Báez una destacada dirigente social de la época - cuya proyección fue principalmente en el movimiento femenil, la Federación de Mujeres de Nicaragua. (Socialista) y la Alianza Patriótica de Mujeres (Sandinista).- como compañera de lucha de Bernardino Díaz Ochoa dirigiendo marchas campesinas en el Norte e ignora a su vez, a auténticos líderes campesinos como Catalino Flores, Bernardo Arauz, Denis Ortega, Lino Centeno y Alonso Díaz Ochoa, quienes trabajaron a la par de Bernardino, en este movimiento y continuaron luchando, aún, mucho después de la muerte del mismo en 1971. También Suarez menciona repetidas veces el papel de la Comisión Nacional Campesina (CNC), que fue fundada por los socialistas de la CGT (i) en los inicios de 1960, esta Comisión jugó un papel muy importante primero en la I Conferencia Nacional Campesina, que constituyó a su vez el olvidado primer encuentro nacional del campesinado, como fuerza organizada en Nicaragua (realizado los días 13,14 y 15 de septiembre de 1965 en la Casa del Obrero). A este evento, a pesar de las represiones y amenazas llegaron 800 delegados de 65 organizaciones campesinas. Un proceso, que dio como segundo y culminante resultado, la creación de la conocida Central de Campesinos y Trabajadores Agrícolas de Nicaragua (CCTAN) en enero de 1967, con más de 100 organizaciones(sindicatos y uniones campesinas) de todo el país. Destaca Suarez, el trabajo de hormiga del mártir sandinista Pablo Úbeda, cuyo principal mérito fue, el aprovechamiento del trabajo organizativo de la CCTAN, para organizar las redes de apoyo que permitieron fortalecer la experiencia 148
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guerrillera de Pancasán, es decir que Suárez olvida que Úbeda se movió en un terreno fértil, en que se había desarrollado desde los inicios de los años sesenta, un proceso organizativo del PSN a través de los gremios campesinos. Existía una sola clientela que compraba en las dos pulperías en el Partido y en el Frente y el FSLN, como lo dejó claro en una exposición el Comandante Daniel Ortega S. no estaba en condiciones ni tenía posibilidades, ni era su objetivo fundar sindicatos, cuando estaban ocupados sus cuadros en estructurar la fuerza guerrillera y el FSLN no hizo más que aprovechar el trabajo organizativo que ya existía en la zona, para realizar el intento de Pancasán. Es aquí donde Pablo Úbeda jugó un papel muy importante.
El uso de las fuentes. Uno de los mayores problemas es la falta de un uso correcto de las fuentes escritas, ejemplo muchos de los autores que analizan estos procesos, se restringen al uso de fuentes secundarias y no en fuentes primarias que les permitan actualizar sus conocimientos. Ejemplo en el caso de las historias referente s a las izquierdas se tiende a repetir una versión unilateral, y lo que es más marcado, reencauchan la versión de un rival político, sin hacer una crítica de las fuentes. Ejemplo asumir como propios planteamientos que se hicieron, en un momento en que las contradicciones entre dos organizaciones (FSLN versus PSN), estaban en su punto más álgido. Con respecto al uso de fuentes orales, se debe de señalar, que, en un testimonio individual, no solo se presentan problemas en la memoria, sino que también se vuelcan sentimientos y hasta la misma pasión político-ideológica que ha asumido el participante en un tiempo histórico distante de los hechos que describe. Por tanto al igual que las fuentes escritas estos testimonios deberán someterse a la rigurosidad de los métodos utilizados en este campo, uno de estos mecanismos es el cotejamiento o corroboración con otros testimonios y la utilización de otras fuentes. Además de lo antes señalado, todo este periodo de la historia reciente por su propia naturaleza le resulta difícil abordarlo a un buen intencionado narrador, cada cual lo acomoda según la literatura a la que tiene acceso, decimos esto porque esta parte de la historia es la que tiene menos estudios sistemáticos e integrales. Muchos trabajos entre ellos los testimoniales – salvo excepciones- están hechos más al calor de la pasión política que a tratar de aclarar los hechos. En todo caso se repite el error de la visión parcializada de los acontecimientos enmarcados en una fuerte dosis de sectarismo en que los escritores (que no es el caso de Blandón y Suárez) sueltan con suma facilidad las bilis de su opción partidaria, que incide en lo que llamamos una omisión innecesaria de los hechos. Como se puede notar a simple vista las formas de lucha no armadas, son casi invisibles, porque los autores ponen más énfasis en los movimientos armados, de allí que autores como Suárez, carezcan de suficiente información sobre los mismos. 149
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En nuestra experiencia profesional hemos puesto en práctica un modelo de explicación, que pretende ser incluyente en particular a lo que se refiere a la lucha antisomocista. En esta dirección consideramos, que se manifestaron principalmente tres modelos de oposición o formas de lucha: políticas, sociales y armadas, cada una de las cuales aunque autónoma se manifestó de forma paralela e interrelacionadas con las otras. Es válido recalcar, que la mencionada propuesta no constituye la verdad absoluta, sino un aporte muy modesto, con el que se pretende lograr en el futuro, una explicación objetiva e integral de los acontecimientos mencionados. Es más, invito a quienes estén de acuerdo o en desacuerdo con mi posición a exteriorizar sus puntos de vista en este mismo medio, para ir aclarando esta etapa, tanto polémica como controversial de nuestra historia.
La Lucha Política En primer lugar se pudiera plantear la oposición Política, que se inició desde el mismo momento en que surgió la dictadura somocista en1936, cuando sectores dentro del mismo liberalismo más conocidos como Sacasistas se opusieron al golpe militar de Somoza García, hasta la formación y actividad de los bloques opositores Unión Democrática de Liberación (UDEL) Movimiento Pueblo Unido (MPU) y Frente Amplio Opositor (FAO) entre 1974 y 1979. Todo esto pasó necesariamente por la beligerancia que a su manera desarrolló el Partido Conservador, sus caudillos (Chamorro, Agüero) y el surgimiento y proyección de nuevas fuerzas políticas. El partido Liberal Independiente (PLI) el Partido Socialista Nicaragüense (PSN) nacidos ambos en 1944; el Partido Socialcristiano de Nicaragua (PSCN) y Movilización Republicana (MR) en 1957.Cada uno de estas fuerzas además de su ideología tenía su propio estilo, forma de proyectarse, modelo organizativo, además de que sus proyectos políticos y vínculos internacionales fueron absolutamente distintos. Por tanto a lo largo de sus existencias hubo polémicas y desacuerdos. Esto no impidió que se dieran alianzas políticas, que como las señaladas -además del propio trabajo de cada partido- incidieran en la adquisición de fogueo y conciencia política del pueblo. En 1964-1967 la alianza Movilización Republicana, integrada por el FSLN, PSN y el mismo MR como partido; entre 1966 y 1967 la Unión Nacional Opositora UNO, integrada por socialcristianos, conservadores y liberales independientes, que giró alrededor de la candidatura presidencial de Fernando Agüero y que devino en un vasto movimiento contra el continuismo de Somoza Debayle.
Las luchas Sociales El segundo modelo de esta oposición es el Social. Por su naturaleza, estos movimientos no se proponían el derrumbe del sistema, se orientaban a la obtención de reivindicaciones inmediatas, mejoras salariales, libertad de prisioneros 150
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políticos, etc., pero fueron en sus distintas etapas, formas de aglutinamiento de colectivos que impactaron a la sociedad, con sus demandas sociales, a veces, mezcladas con las políticas. Con relación a los demás movimientos es el menos conocido, menos estudiado y contradictoriamente en ciertas situaciones tuvo mayor amplitud y beligerancia que los otros. Ejemplo: el movimiento estudiantil a través del Centro Universitario de la Universidad Nacional (CUUN) en situaciones como la de 1959 se colocó a la cabeza de las movilizaciones anti dictatoriales por encima de los movimientos políticos. 10 años después en julio de 1969, el Centro Estudiantil de la Universidad Centroamericana (CEUCA) dirigió la huelga estudiantil más larga contra la dictadura, tras los sucesos de julio de 1969, en que cayera en combate el Cdte. Julio Buitrago. En 1973 la gran huelga de la construcción protagonizada por decenas de miles de albañiles y carpinteros organizados en la Confederación General de Trabajadores (Independientes) CGT(i), que obligó a las cámaras patronales y al mismo Somoza, en pleno Estado de Sitio a suspender la jornada obligatoria de 60 horas semanales. En términos cronológicos estos movimientos y sus acciones (en el periodo señalado) se ubican desde las primeras organizaciones sindicales y mutualistas, organizadas por el primer partido obrero nicaragüense el PTN, en la década del 1930, hasta los movimientos que entre 1978 y 1979 confluyeron con otras formas de lucha, en los estertores del régimen somocista. Todo esto pasó necesariamente por movimientos sociales de cierta magnitud como los estudiantiles y sindicales de 1944- 1948; los juveniles, femeniles, agrarios sindicales y comunales de las décadas de 1960 y 1970. Hacia la década de 1970 hasta 1979, es notorio el aumento de la organización y la movilización sindical. Esto se explica con el fortalecimiento de sindicatos como el SCAAS de la CGT (I) el cual desde 1973 logró aglutinar entre 30.000 y 40.000 obreros de la construcción siendo por tanto el movimiento social más aglutinante y más combativo. Seguido muy de cerca por su beligerancia por los hospitalarios cuya dirección es compartida por la Central de Trabajadores de Nicaragua CTN y la misma CGT (i). En estas circunstancias también surgen nuevas centrales y sindicatos como la Central de Acción y Unidad Sindical CAUS (Comunista), el Frente Obrero FO(maoísta) y la confederación de Unidad Sindical CUS (ligada a la ORIT) que no llegaron a prosperar como la CGT(i), la que se mantuvo como la principal central obrera organizada. En algunos casos, estas últimas llegaron a contar con un solo sindicato o como el caso del mismo FO, que fue una central sin sindicatos, ni federaciones, con unos pocos. Hubo además movimientos discontinuos, demasiado efímeros, por su naturaleza contracultural. Ejemplo: en 1976, un pequeño grupo de activistas de los Comités de Luchas Estudiantiles Universitarios (CLEU), auxiliados por algunos, carpinteros 151
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y albañiles del FO, inició la lucha contra los púcheres (distribuidores de droga) de la UNAN-Managua. Pero la dirección, les fue arrebatada, por los FERs GPP Y ML, con más arraigo y configuración organizativa en los centros universitarios. El Frente Estudiantil Revolucionario (FER) desde los años 60 y el Movimiento Cristiano en los años 70 Como organismos intermedios del FSLN, realizaron una labor agitativa y organizativa muy importante e incidió en la concientización de estratos muy importantes de la sociedad nicaragüense.
La Lucha Armada. La lucha Armada. Tuvo sus inicios en los complots cuartelarios contra Somoza, en los años de 1934 y 1935. Los protagonistas fueron oficiales egresados de la Academia militar, descontentos con el nombramiento de Somoza García como su superior y el empleo de la GN en sus aspiraciones políticas. En lo adelante se manifestó a través de diversos mecanismos, además de los señalados complots estuvieron: la resistencia contra el golpe de estado de Somoza en 1936; las lucha de los sobrevivientes sandinistas en movimientos de autodefensa hasta 1948;movimientos invasionistas como los de septiembre de 1944; los intentos de 1947,1948,y 1954; el atentado contra Somoza ejecutado por un solo hombre en 1956 ; la conspiración militar de la FAN en 1957.Tomas de cuarteles como los de 1960 en Diriamba y Jinotepe; sublevaciones populares como la del 22 de enero de 1967. Finalmente se pueden destacar los movimientos guerrilleros que se dieron desde 1958 hasta 1979. La lucha armada, estuvo llena de muchos sacrificios y durante mucho tiempo las sucesivas derrotas que sufrieron los opositores, llevó a que algunos protagonistas de las luchas políticas sobre todo los más conservadores la vinieran desechando como alternativa. La modalidad guerrillera se inició en 1958 en el Norte con el movimiento del veterano sandinista Ramón Raudales. Desde este año hasta 1962 se produjeron entre 18 y 23 alzamientos inspirados en el éxito que tuvo la Revolución Cubana en 1959. Sin embargo no es sino, hasta mediados de 1960, en que una organización político-militar el Frente Sandinista de Liberación Nacional gestada entre 1961 y 1963 le imprime niveles organizativos a la lucha armada organizando células armadas en el campo y la ciudad. Mérito acumulado por su principal dirigente y fundador Carlos Fonseca Amador, quien retoma tanto la experiencia marxista así como el legado de Sandino. El FSLN se identificó como una organización de izquierda partidaria, de una revolución social, lo que lo hizo guardar distancia del resto de opositores de la derecha libero-conservadora, quienes pusieron énfasis total en la lucha política legal. En el campo de la izquierda guardó distancia del PSN que tenía como eje principal de confrontación, la organización política de las masas, aprovechando los mismos espacios legales del sistema. 152
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La oposición armada desde los años sesenta en lo adelante fue hegemonizada por el Frente Sandinista, aunque se debe reconocer que desde otras instancias hubo algunos intentos, los mismos socialistas organizaron las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Nicaragua (FARN) que fue el más conocido por su connotación pública entre los años de 1966 y 1970; y los poco conocidos esfuerzos de 19781979 de la fracción socialista de Álvaro Montoya Lara en coordinación con las estructuras del FSLN, de la Organización Militar del Pueblo (OMP). Experiencia, heroica que tuvo entre otros resultados, la muerte en combate de sus dos máximos dirigentes y fundadores: Jacinto Baca Jerez en 1969 y Montoya Lara en 1979. A pesar de haber sufrido fuertes reveses entre 1964 y 1967 el FSLN se mantuvo presente en medio de una tenaz represión, hasta pasar a una ofensiva militar en 1977 y (a través de la tendencia Insurreccional). Con la muerte de de la principal figura opositora el Dr. Pedro Joaquín Chamorro, Se puede asegurar que se impuso la lógica de la lucha armada por encima de las demás alternativas. Después aconteció lo que se conoce de forma general en donde el FSLN se colocó a la cabeza de la población hasta el derrumbe de la dictadura en julio de 1979 por medio de una insurrección popular.
Los mitos y los falsos axiomas Sin embargo al momento de analizar estos acontecimientos se obvia de forma casi total la interrelación dialéctica que existió entre estas tres formas diferentes de lucha y su progresión histórica pasando de una forma a la otra en la medida que se acerca el derrocamiento de la dictadura, en lo que podría denominarse, como unidad en la acción. Todo esto se ha explicado, desde dos conclusiones extremas que podemos llamar de “cajón” en dependencia de la posición partidaria que ocupen los “analistas”. En los partidarios del Frente es común escuchar o leer “las masas se organizaban espontáneamente inspiradas por la lucha que encabezaba el FSLN”; para referirse a los movimientos sociales. Para explicar los cambios en la correlación de fuerzas políticas se llega a conclusiones tan generales como: “que el desencanto con la oposición tradicional después de los sucesos de 1967 hizo que los sectores populares se vinieran plegando al FSLN”. En las posiciones antisandinistas son típicas expresiones como las siguientes: “el pueblo fue el que peleó contra Somoza y el Frente se aprovechó del mismo para tomar el poder.”; “a Somoza lo botó Jimmy Carter”. En esta dirección no se debe caer en las imprecisiones o recurrir a las suposiciones para llenar vacíos de información o lo que es peor “pensar con el hígado” lo que conduce a deformar la realidad y crear falsos estigmas. Un análisis sereno y basado en el cotejamiento de diversos testimonios y de otras fuentes es lo que nos puede conducir a una valoración objetiva de las circunstancias y los acontecimientos. Todo proceso histórico está lleno de contradicciones en concordancia con las leyes de la dialéctica y Nicaragua no es la excepción. 153
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Dentro de esta lógica, ninguna de las dimensiones mencionadas están separadas rígidamente, la una de la otra, y en situaciones políticas muy particulares confluyeron. En este caso, no se puede ignorar la presión internacional que tuvo Somoza entre 1977-1979 orquestada principalmente por las denuncias y en coincidencia con la política en contra de la violación de derechos humanos del presidente Carter. Pero esta presión externa no es la decisiva, a nivel interno las cosas ya no fueron como antes. Se había alcanzado la madurez política había un alto nivel organizativo en el pueblo nicaragüense, y esto fue decisivo para lograr el derrocamiento de Somoza. La mayoría de los analistas que ostentan este argumento, omiten, que en la historia del país, hubo situaciones externas difíciles para la Dictadura. En mayo de 1947, después del descarado fraude electoral contra el candidato opositor Enoc Aguado, seguido del Golpe de Estado contra su propio candidato el Dr. Leonardo Arguello, la mayoría de los países (incluido EEUU) desconocieron al títere impuesto por Somoza García (Benjamín Lacayo). Esta situación que se prolongó hasta 1948, pudo ser superada por el Dictador, quien, con hábiles maniobras y sobre todo haciendo uso de una brutal represión, ahogó en sangre los esfuerzos de la oposición. Por tanto, la política de Carter, como la de Kennedy en los años sesenta, no hubiera tenido ninguna trascendencia sin que las contradicciones internas en el país se hubiesen profundizado en todas las esferas, a como se dio en los años setenta. Por encimas de todas las cosas como la coincidencia de la política de Carter, Somoza III a diferencia de Somoza García, se encontró en lo interno con una oposición más amplia y mas organizada, con independencia, de sus diferencias y distancias político – ideológicas. El somocismo por su parte, se vino aislando políticamente, hasta quedar tan solo sostenido por la GN. Por tanto, el plantear que fue gracias a una intervención externa, es decir, la ayuda norteamericana que cayó Somoza, no es un razonamiento lógico si nos atenemos objetivamente a comparar 1947 -1948con los años de 1978-1979.
1974: Un Año Decisivo para la Oposición. Para comprender esta situación, retornemos a 1974, en este año hay un fuerte repunte de los movimientos sociales y políticos, la oposición antisomocista, se unifica y se fortalece en lo que fue la Unión Democrática de Liberación (UDEL), surgida en diciembre de este año. Ya no es la alianza electorera de otras situaciones como la de 1967, los antisomocistas unidos demandan la salida incondicional de Somoza. También tuvo la característica esta alianza de ser heterogénea, porque además incluyen a la izquierda, del Partido Socialista, la CGT (i) de filiación socialista (comunista). Este último fenómeno, tuvo que ver con el crecimiento y fortalecimiento del movimiento sindical, sobre todo a partir de la gran huelga de la construcción en 1973 y las huelgas hospitalarias de 154
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1973-1974. En estos eventos, los obreros lograron resistir la represión militar del sistema y obtener reivindicaciones de las cámaras patronales y del Estado. La empresa privada expresa por su lado, una abierta oposición a Somoza y condena los negocios sucios, de sus allegados, sobre todo después del terremoto de diciembre de 1972. Se fortalecieron los organismos intermedios del mismo Frente Sandinista, el Frente Estudiantil Revolucionario (FER) se consolida como la principal organización en la Universidad Nacional y el Movimiento Cristiano (MC) en los barrios. Trabajo que impulsaron principalmente sacerdotes progresistas, con lo que se logra la incorporación de jóvenes provenientes de las clases acomodadas y de los sectores populares en los barrios, los activistas estudiantiles participan de forma solidaria en los movimientos huelguísticos de los obreros. Aunque dividido resurge el movimiento estudiantil de secundaria en colegios, liceos e institutos nacionales. Es válido anotar - para no pecar de excluyentes - que por esta misma época es que también empiezan a repuntar otras fuerzas de izquierda de menor tamaño, como el Movimiento de Acción Popular (MAP), el Partido Comunista de Nicaragua (P. C. de N.) (Escisiones del FSLN y del PSN respectivamente) y la Liga Marxista Revolucionaria (LMR) de filiación trotskista. Cuya actividad se restringió lo más de las veces a algunos planteles obreros de la construcción en Managua y a un pabellón en el Recinto Universitario Rubén Darío. En este mismo ámbito, hubo grupos tan efímeros como el HLRP (Hacia la Revolución Popular) expresión organizativa de los trotskistas y el FRIA (Frente Revolucionario Independiente), que tras participar en las elecciones estudiantiles en un año, no volvieron a aparecer en lo sucesivo. Es válido hacer un paréntesis aquí, para señalar que si bien la oposición política se fortalece en términos generales, a estas alturas se percibe un desgaste de las fuerzas políticas más conservadoras como los liberales independientes, los mismos conservadores y los socialcristianos. Estos últimos, los socialcristianos son un claro ejemplo de esta aseveración, cuando hacia 1971 habían perdido totalmente su influencia en las universidades. Menudearon su influencia en los sindicatos, al ser pirateados por los socialistas y por carecer de agresividad para organizar a los sectores productivos. Los somocistas fracasaron totalmente en su intento de formar el FEL (Frente Estudiantil Liberal) en este mismo año. En lo adelante, la disputa por el poder en el ámbito universitario va a ser primero: entre el mismo FER y la Unión Democrática de Estudiantes (UDE) de filiación socialista adscrita al PSN (entre 1971 y 1975) y después(1976 - 1978) entre los frentes estudiantiles, que representaban a las tendencias del FSLN (principalmente el FER que apoyaba la Guerra Popular Prolongada y el FER de la Tendencia Proletaria, llamado FER –Marxista-Leninista).Con lo que se puede asegurar, que hay un fortalecimiento del pensamiento de izquierda, en este sector de la sociedad. 155
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Los artistas e intelectuales como el canta-autor Carlos Mejía Godoy hicieron lo suyo divulgando a nivel nacional canciones testimoniales y de protesta en todo el país. El cuarto poder, los periodistas, y organismos de la sociedad civil denuncian la constante violación de los derechos humanos, en las zonas urbanas y rurales. En esta dirección jugó un papel muy importante el diario “La Prensa” dirigido por el Dr. Pedro Joaquín Chamorro Cardenal.
¿El triunfo Revolucionario fue un mérito solo del FSLN? En estas circunstancias fue que el Frente Sandinista rompió el silencio con una acción militar: el golpe a la casa de “Chema” Castillo en diciembre de 1974 provocando un gran impacto en la vida nacional en un momento álgido de las contradicciones sociales y políticas. El aparato de dominación militar reacciona violentamente, se establece la Ley Marcial y el Estado de Sitio, hubo miles de detenidos, centenas de desaparecidos, el núcleo guerrillero en el Norte aislado y cercado, resiente la caída de cuadros valiosos como Carlos Agüero, pocas veces en la historia de Nicaragua se había visto una represión de tal magnitud. Esta ofensiva del sistema, se dio en el marco de un proceso de replanteamiento tanto de la táctica como de la estrategia a seguir, lo que condujo a una división del FSLN en tres tendencias en 1976. Los socialcristianos y los mismos socialistas también se dividieron (en dos fracciones).Todo esto da la impresión de una derrota, los corifeos del régimen aunque fuertemente cuestionados nacional e internacionalmente por la constante violación a los derechos humanos, se llegaron a jactar de haber “derrotado a la guerrilla”. Mas contra sus pronósticos, tanto la población como todas las fuerzas de oposición logran resistir (en medio del Estado de Sitio que se prolonga hasta septiembre de 1977, hubo huelgas obreras y estudiantiles, marchas contra la represión, mítines políticos, denuncias a nivel internacional sobre la violación de los Derechos Humanos etc.). Es más, el FSLN aunque dividido y fuertemente golpeado por la represión militar, no solo logra sobrevivir contra las apuestas de su enemigo sino que reapareció a través de una de sus tendencias (La Tercerista Insurreccional) en octubre de 1977, con el sorpresivo ataque a cuarteles militares GN, en algunas ciudades del Pacífico y Norte del País. Si estos hechos fueron impactantes, porque por primera vez el FSLN atacó y le hizo bajas al enemigo en sus propias madrigueras urbanas, el ataque al Cuartel de Masaya, y la emboscada en el Km. 13 ½, a escasos kilómetros de Managua, el 17 de este mes, tuvieron gran significación. Pero además esta situación, coincidió con operativos GN contra casas de seguridad en Managua, que a su vez, dieron como resultado violentos tiroteos en el centro de la capital el mismo día 17. Todo esto se presentó como una especie de estado de guerra en el país, pero sobre todas las cosas, demostraron que el FSLN, no solo estaba vivo, sino también, 156
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lo suficientemente fuerte para golpear al sostén principal del somocismo: su aparato armado y en esta ocasión en las ciudades.. En enero de 1978, se produjo un hecho sin precedentes, tal como fue, la violenta reacción del pueblo, ante el asesinato del periodista y dirigente político: Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, las protestas se generalizaron durante varios días en todo el país, hasta desembocar en una huelga que involucró a los gremios obreros, la empresa privada y todas las fuerzas de oposición política. Nunca como entonces, se materializó la cohesión de fuerzas políticas y sociales, en algunos casos tan disimiles, enfiladas contra el somocismo. El movimiento político social no logra su objetivo principal: la renuncia de Somoza, pero es toda una experiencia. En estas circunstancias, emerge de nuevo la tendencia insurreccional del FSLN con los ataques a las plazas GN de Granada y Rivas, reafirmando la lógica de la lucha armada (el modelo militar) por encima de las otras opciones (políticas y sociales), como única forma de derrotar al aparato de dominación somocista. Pero las demás formas de lucha, no deben desestimarse, ni mucho menos ridiculizarse, por el contrario intervinieron como un sólido complemento de la lucha armada. Es notorio lo que siguió a enero de 1978, hay todo un movimiento de confluencias (de los tres modelos), aumentan no solo la agitación política, las deserciones en el somocismo y las acciones armadas, sino también el número de sindicatos, el fortalecimiento de las centrales sindicales, hay una especie de fiebre participativa en los distintos estratos de la sociedad, estos movimientos al final vinieron favoreciendo al FSLN. Aún cuando no se ha hecho un estudio de cifras, para especificar cantidades exactas, es evidente que los nutrientes de las células y columnas sandinistas,provenían de una experiencia política de otras organizaciones, que no eran precisamente sandinistas y su conducta – al contrario de lo que se ha afirmado hasta ahora - en estos gremios obreros o cualquier otro tipo de asociación u otro partido político no fue espontánea , fue una actitud consciente, organizada y dirigida a su manera contra el aparato de dominación, por tanto – insistimos - no fue espontánea. Esta actividad paralela (principalmente de otras fuerzas de izquierda) favoreció a veces sin pretenderlo a la lucha armada y al mismo Frente Sandinista, en tanto concientizaron a amplios sectores del pueblo nicaragüense, por lo que, es incorrecto estigmatizar de forma negativa a quienes provenían o desarrollaron su trayectoria en otras fuerzas políticas.
El FSLN el principal actor político en la derrota del Somocismo. En esta ofensiva el FSLN ataca en poblaciones del Pacifico como Masaya le hace considerables bajas a la GN, causando un gran impacto a nivel nacional e internacional. En este caso, ya no fueron los solitarios movimientos 157
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guerrilleros, de los fines de los años cincuenta que dejaron tan solo su heroico recuerdo, las ofensivas guerrilleras urbanas de octubre 1977, de agosto y septiembre de 1978, tuvieron donde amortiguar, las columnas guerrilleras del FSLN ya no solo fueron admiradas por la población -como en las experiencias anteriores- sino que fueron apoyadas y nutridas por esta misma población que ya tenía suficientes niveles de conciencia y experiencia política(por mínima que fuera) para actuar. En hechos como el asalto al Palacio y la recepción del “Grupo de los Doce”, las gentes salieron en masa, a las calles sin miedo a la represión. Todo esto, gracias a todo un proceso acumulativo, en el que intervinieron y aportaron todas las formas de lucha, que implementó el pueblo nicaragüense a través de varias décadas de confrontación, contra el sistema. Los sectores populares organizados en el MPU, y los no organizados se integraron masivamente a la lucha insurreccional de 1979 y la única organización, que está autorizada moralmente y con capacidad de conducirlos hacia la victoria, es el FSLN ya unificado, no es el pueblo por sí solo. El vehículo insurreccional – para emplear un nombre- no podía caminar sin un conductor y en este caso fue el Frente Sandinista, el actor político que estuvo en capacidad de aglutinar y conducir, el vehículo insurreccional, que no era otro que, esa vasta unidad política y social, que habría de desembocar a su vez en una insurrección popular victoriosa, que tumbó a la dictadura somocista en julio de 1979. Pero, los sobrados méritos del FSLN, reconocidos en todos los niveles, en términos objetivos no deben de opacar de forma total, los aportes que a su manera y en su tiempo histórico hicieron otras fuerzas políticas, llámense conservadores, liberales, socialcristianos, socialistas, etc.
Necesidad de un análisis Dialéctico Para finalizar es pertinente anotar, que todo proceso histórico es contradictorio y de acuerdo con las leyes de la dialéctica, nada es estático y las fuerzas políticas en Nicaragua, no estuvieron a salvo de esas contradicciones. En cada una de ellas, en concordancia con el tiempo histórico hubo posiciones y prácticas diferentes. Por ejemplo: en el partido conservador hubo siempre una tendencia intransigente y radical - que algunos llamaron jacobina - representada entre otros por los sectores que ejecutaron las acciones del 11 de noviembre de 1960, las de enero de 1967 y remanentes de este sector, representados por Fernando “El Negro” Chamorro llegaron a coincidir entre 1977 y 1979 con la tendencia insurreccional del Frente. Los ejecutores de acciones como las de abril de 1954, fueron militares progresistas; los protagonistas de septiembre de 1956 como Edwin Castro y Rigoberto López, estaban a la izquierda de PLI y coexistieron con posturas moderadas, como la de su principal dirigente el General Carlos Pasos.
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En las fuerzas de izquierda como el PSN, coexistieron durante mucho tiempo dos posiciones una representada por los hermanos Lorío, Pérez Estrada hasta 1967 que tuvo continuidad con Luís Sánchez Sancho en los años setenta - más inclinados a pervivir dentro del sistema con métodos de lucha excesivamente conservadores, como el gremialismo y la alianza con la derecha antisomocista. Esto, en contraste con la posición radical, de dirigentes como Nicolás Arrieta, Abdul Sirker y Álvaro Montoya, quienes desde las filas de este partido, impulsaron entre otras iniciativas, la organización y movilización combativa de las masas, la lucha armada y la alianza de la izquierda contra el sistema, hasta separarse totalmente en 1977 de las posiciones conservadoras. Incluso, esta tendencia socialista revolucionaria, mantuvo desde los años sesenta cierto contacto con cuadros dirigentes del FSLN y desarrollaron la unidad en la acción con el mismo entre 1978 y 1979, hasta fusionarse definitivamente con el FSLN en 1980, en los inicios del periodo revolucionario. En el mismo somocismo, hubo desprendimientos, altos funcionarios como P. J. Quintanilla y Orlando Trejos Somarriba, se colocaron a la izquierda del liberalismo somocista, hasta separarse definitivamente de Somoza a fines de la década de los sesenta, fundando el liberalismo constitucionalista, movimiento, que jugó un rol muy importante en la alianza antisomocista UDEL. Todas estas contradicciones que vivimos y observamos en la historia, nos invitan a no ser estáticos en nuestros análisis y a realizar un esfuerzo por desprendernos de estigmas, estereotipos, mesianismos y prejuicios sectarios, para presentar a las generaciones actuales y venideras, una versión más objetiva e integral de los acontecimientos mencionados. La Versión original del 11 de noviembre del 2007, fue corregida y aumentada para presentarla en el Congreso de CCPP UNAN-Managua celebrado del 15 al 19 de agosto 2011
2. La masacre del 22 de enero y sus entretelones. Eran los inicios de 1967, la oposición antisomocista, aglutinada en la Unión Nacional Opositora (UNO) e integrada por los partidos Conservador de Nicaragua, Socialcristiano y Liberal Independiente, se aprestaba a realizar su cierre de campaña. “Tachito” Somoza Debayle se preparaba, para formalizar la continuidad al régimen dinástico, en medio de un proceso electoral violento y lleno de irregularidades. Gobernaba el país el Dr. Lorenzo Guerrero, quien había sustituido al fallecido Dr. René Schick, el lapso civilista del somocismo, llegaba a su fin. En la dirigencia opositora predominaron los prejuicios anticomunistas, razón por la cual excluyeron a la alianza de izquierda: Movilización Republicana (MR), integrada por los socialistas del PSN, al mismo partido MR y al FSLN.(1) este último se apartó de esta última alianza, para darle prioridad a la formación de la base guerrillera de Pancasán y a la lucha armada en general. No obstante, por diferentes razones los cuadros miembros de estas fuerzas políticas, participaban 159
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en las manifestaciones y mítines de la UNO. Unos, exigiendo su participación en el movimiento opositor u otros tratando de canalizar la actitud combativa de las masas, hacia posiciones efectivas, contra el aparato de dominación somocista. Motivos por los cuales, es comprensible, que las concentraciones, opositoras fueran tan heterogéneas. Para contrarrestar estas actividades, Somoza Debayle ordenó la creación de grupos paramilitares como los AMROCS (Asociación de Militares Retirados, Obreros y Campesinos Somocistas), estos, vapuleaban y hasta asesinaban a opositores de forma impune. Como contrapartida la oposición organizó los CIVES (Comités Cívicos de Vigilancia y Defensa del Sufragio Electoral), la JAN (Juventud Agüerista Nicaragüense) y la JUNO (Juventud de la Unión Nacional Opositora). De todos ellos, el que tenía un tendido más amplio eran los CIVES, su labor principal fue la de jugar un limitado rol de autodefensa, en marchas y mítines de la UNO contra las agresiones de AMROCS y otras fuerzas de choque como los nicolasianos. El plan de Agüero y la UNO. Sin embargo, la convocatoria pública al cierre, del domingo 22 de enero, no fue concebida como un acto convencional. La dirigencia opositora había llegado a la conclusión, de que era imposible, vencer en la contienda electoral del próximo mes de febrero, a un Somoza apoyado en la GN y el control total del Tribunal Supremo Electoral. Por tanto, la concentración de decenas de miles de opositores en la Avenida Roosevelt, se debería de convertir en una fuerza de presión para demandar principalmente ante el mando GN y la sociedad en general: a) la suspensión de las próximas elecciones a celebrarse el día 5 de febrero; b) la prolongación del Gobierno del Dr. Lorenzo Guerrero y la convocatoria a nuevas elecciones; c) la vigilancia electoral internacional por parte de la OEA. El máximo dirigente opositor, Fernando Agüero, habló hasta de contactos con el Gral. Gustavo Montiel, el jefe de inteligencia de la GN y con la Iglesia Católica. Por supuesto que no se podía concebir cualquier cambio–según la óptica de esta oposición- sin la venia de los Estados Unidos y el mismo Dr. Agüero había realizado una gira en diciembre de 1966 y se había entrevistado con funcionarios del Gobierno de Lyndon B. Johnson. No se conoce hasta ahora específicamente los resultados de estas gestiones. Lo que fue evidente, que Agüero presentó este plan, a la dirigencia de la UNO y sus colaboradores más cercanos en los primeros días de enero tras su regreso de Washington. En la UNO figuraban como máximos dirigentes además de Agüero, los conservadores: Fernando Zelaya Rojas, Pedro Joaquín Chamorro C., Luis Pasos Arguello, Carlos Agüero Rocha; por los liberales independientes: Víctor Manuel Ordóñez, Juan Manuel Gutiérrez y Macario Estrada; y los socialcristianos: Orlando Robleto, Manolo Morales y Eduardo Rivas Gasteazoro.
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La concentración en la Roosevelt. El resto de la historia, es más conocida. Desde primeras horas de la mañana, de ese domingo 22 de enero, decenas de miles de manifestantes se concentraron en la arteria principal de la vieja Managua, la Avenida Roosevelt. Rodeando al caudillo opositor, estaban los principales dirigentes de los partidos de la UNO, Agüero fue breve en su disertación, planteó que no se iban a retirar de la Roosevelt, hasta tanto no se marchara Somoza del país. En tribuna libre hicieron uso de la palabra, en distintas partes de la avenida, representantes de distintas fuerzas políticas, entre otros: Michelle Najlis, por el FSLN (2); Dionisio Marenco y Julio López por los socialcristianos; Luis Sánchez Sancho y Adolfo Everst por los socialistas (3) Participaron además las organizaciones gremiales estudiantiles como el CEUCA y el CUUN controlados por los socialcristianos, las centrales obreras y campesinas socialistas: CGT(i) y CCTAN; y el MOSAN de los socialcristianos. De igual modo se coreaban diferentes consignas, aunque las más repetidas eran ¡Basta Ya! ; Que se van se van… cueste lo que cueste; ¡No más Somoza! Pero entre las consignas salían vivas a las diversas organizaciones y mueras a Somoza, hubo incluso vivas al Frente Sandinista. A las 10.00 a.m. los manifestantes avanzaron sobre la Roosevelt en dirección a la “Loma de Tiscapa” llegando la vanguardia, hasta la esquina del Banco Nacional.
Inicio de la masacre. Hasta las 4.30 de la tarde en medio de las advertencias de la GN de que el permiso para la manifestación se había vencido, Agüero, ubicado frente al edificio, Carlos Cardenal, hizo una alocución llamando a un diálogo al alto mando GN para solucionar el problema nacional. Fácil es de imaginar, que no obtuvo respuesta de ningún miembro del alto mando GN, por el contrario hubo nuevas y violentas advertencias para desalojar la Plaza y la Roosevelt. Algunos elementos opositores, con armas de guerra, empezaron a ocupar posiciones en las alturas de los edificios en los alrededores. Se tomó la decisión de avanzar hacia la “Loma de Tiscapa”, los manifestantes de atrás empezaron a presionar a los de adelante, en aglomeración cerrada, estos se, encontraron a los soldados GN, alineados, con bayonetas caladas, bala en boca, quienes, les cerraron el paso, adonde fue el Banco Central. El mayor Lee Wong hizo revisión de la fusilería, para que esta estuviera lista para disparar. Un grupo de GN se aprestó a hacer uso de una pipa de bomberos, pero ante ellos, se adelantó el Teniente Sixto Pineda para lanzar personalmente, los chorros de agua sobre los manifestantes, un disparo, atribuido a los manifestantes, lo hirió mortalmente. Este incidente, fue una especie de señal para desencadenar el violento tiroteo, todo fue una confusión entre los disparos de los manifestantes y el alto volumen de fuego de los guardias, con sus Garand y de todo tipo de armas de guerra, contra una masa de civiles desarmados. En los árboles de laurel de la india, cercanos al 161
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Banco se habían subido algunos jóvenes y niños quienes descolgaban pancartas con las consignas de “Basta Ya; No más Somoza”, etc., La GN hizo un fuego nutrido contra los arboles, quizás con la sospecha de que allí había francotiradores, los civiles caían como moscas de los arboles. Los francotiradores, y manifestantes de la UNO, lograron diezmar y dispersar a la primera fila de los soldados GN. Los que repuestos de la sorpresa, iniciaron una mortal cacería por la Avenida y sus alrededores, en medio de los gritos de heridos y moribundos que clamaban por auxilio. Disparaban de forma indiscriminada a mujeres, niños, ancianos, personas desarmadas, que corrían buscando como protegerse. (4)
El Gran Hotel y el fin de las hostilidades. Distintas versiones, calculan en trescientos el número de muertos y el de heridos en miles, (5) a lo se pueden agregar decenas de bajas, por parte de las fuerzas armadas. Se calculan también, en miles el número de capturados en todo el país, incluidos opositores reconocidos que no estaban en el escenario, quienes, fueron detenidos en sus casas y llevados a las cárceles esa misma noche. Su delito:ser opositores. Los francotiradores empezaron a desalojar sus posiciones, a las 6.00 p.m. lo mismo hicieron otros, que se parapetaron en las esquinas adyacentes. Agüero Rocha y resto de la dirección de la UNO, protegidos de sus más estrechos colaboradores, algunos de los cuales, estaban fuertemente armados, se refugiaron en el Gran Hotel, tras ellos fueron gran cantidad de manifestantes, en su mayoría campesinos, en busca de refugio. El número de refugiados llegó a ser de casi 2.000 personas, de distintos estratos sociales. La reacción de la GN encabezada por el Coronel Iván Alegret, no se hizo esperar y tras rodear el edificio con 500 hombres, procedió a ataque, incluyendo el disparo de cañonazos con los tanques blindados, como si se tratara de una guerra contra otro ejército, los del edificio, en su mayoría con las pocas armas de guerra, armas cortas y de cacería respondieron el fuego. Esta situación se mantuvo alterna con breves lapsos de tregua, que imponía el traslado heridos a los hospitales, por parte de la Cruz Roja. La instalación, estaba a su vez, llena de huéspedes, dado que estaba en pleno la celebración del Centenario del nacimiento de Rubén Darío. Con la venia de Agüero y demás dirigentes de la UNO, procedieron a tomar como rehenes a todos los huéspedes extranjeros entre los que se encontraban algunos norteamericanos.(6) Esta situación, obligó al mando GN a cesar disminuir la presión y a parlamentar con los sitiados, el diálogo se inició entre Jacinto Vélez Bárcenas, como delegado de Agüero y el mismo Alegret por la GN, acordándose una tregua, mientras se negociaba una salida definitiva. (7) El tercer Somoza asumió el poder. El epílogo de este capítulo de nuestra historia se cerró días después, el día 23 en horas de la noche, previo acuerdo, con la mediación de representantes Iglesia Católica y personeros de la Embajada Norteamericana, 162
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se produjo la deposición de las armas de los últimos combatientes opositores y refugiados del Gran Hotel, quienes obtuvieron garantía de sus vidas y el traslado a sus lugares de origen. De la dirigencia nacional de la UNO el único detenido fue el Dr. Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, quien permanecería en prisión durante casi dos meses, acusado de ser el promotor de la “Intentona Agüero –comunista”. (8) Las embajadas de México, Venezuela y otros países estaban atestadas de refugiados. Las cárceles, llenas de opositores, capturados de forma indiscriminada, con independencia de su filiación política ideológica. A pesar de esta desventajosa posición, el Dr. Agüero, llamó a votar a su electorado el 5 de febrero, los resultados fueron los previstos: el tercer Somoza, ganó las elecciones y asumió el poder, reafirmando el carácter militarista y autoritario del somocismo.
Necesidad de una versión más objetiva e integral. En términos investigativos, no se ha avanzado lo suficiente en tanto, muchas versiones son dispersas y contradictorias. Salvo algunos testimonios editados en 1972 (9) junto a otros reportajes, no se ha realizado hasta ahora un estudio monográfico, a pesar de la constante referencia y la gran cantidad de menciones al acontecimiento. Mucho se ha especulado sobre las causas, sin avanzar en profundizar en ellas, por medio de estudios empíricos, pero además se ha hecho mucho más uso de las consecuencias, para victimizar a algunos de los protagonistas y culpabilizar a otros. Sin ánimos de presentar una versión definitiva, consideramos válido compartir con los lectores algunas reflexiones a partir de la revisión parcial de las fuentes escritas y orales, sobre el particular. a. Todo apunta que al fallar la presión política para obtener un acuerdo, para un desplazamiento pacífico de Somoza, la burguesía opositora, tenía una segunda opción tal como era el desatar una insurrección popular estilo “Bogotazo” en Managua. Para lo cual iban a utilizar la alta disposición combativa, demostrada por la población en el año electoral, un ex -dirigente socialista recordaba una anécdota : “al momento de tratar de convencer a un sobrino mío -que encontré de casualidad en una de las esquinas - para que se retirara temprano se levantó la camisa y me mostró una pistola automática, mientras me decía: “de aquí no me voy tío y si las cosas se tornan malas pues vengo preparado” Esto era un ejemplo de la alta disponibilidad de la población, ese día estaba dispuesta a todo”(10). Este proyecto fue urdido en los entretelones, de la dirigencia opositora, la que manejó públicamente, que sería una manifestación pacífica. Otro testigo directo recordaba a pocos días de ocurridos los hechos: “Nadie se molestó en explicar por qué, si era tan pacífica la manifestación, estaban tan bien armados con 38,s, 45,s, rifles carabinas, escopetas y ametralladoras. Casi sin excepción alguna, todos los que vimos así estaban armados, en cuenta los Chamorro y hubo quienes –como el Dr. Agüero- tenían dos armas”. (11) 163
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b. Esta insurrección debería de conducir a una situación incontrolable por parte del Estado Somocista, hasta provocar la deserción los altos mandos de la GN. Motivo suficiente para provocar una intervención militar por parte de la OEA (léase EE.UU.), similar a la que se había dado dos años antes, en República Dominicana. De esta intervención podría gestarse un proceso transitorio, que le hubiera permitido a esta oposición, el desplazamiento del somocismo a favor de la UNO y el mismo Dr. Agüero. c. Hay una expresión que dice “a la victoria le sobran padres, pero la derrota es huérfana”, válida para valorar el papel de los protagonistas en enero de 1967. Porque, aun cuando, se ha tratado de hacer recaer toda la responsabilidad sobre Agüero Rocha – quien tuvo, la mayor cuota de culpa, al ser el principal dirigente- no se puede exonerar de la misma al resto de la dirigencia de la UNO, esto es, la responsabilidad en el fracaso y la masacre del 22 de enero. Las fuentes apuntan a que hubo falta de cohesión y coordinación, entre los dirigentes, pero no hay ninguna revelación de que haya habido desacuerdos sustanciales en el plan insurreccional. Agüero, fue afectado sobre todo, por el pacto con Somoza en 1971, enfatizando su responsabilidad. Salvo el caso de personas como Luis Pasos Arguello, la mayoría de los dirigentes andaban armas personales, es decir que había claridad sobre lo que iba a ocurrir en toda la dirigencia opositora. No hay señales, en ninguna que revelen una oposición o rechazo que haya sido argumentado con seriedad, al plan de Agüero. El plan fue aceptado por la máxima dirigencia de la UNO y la directiva del Partido Conservador de Nicaragua. d. Porque con independencia de los objetivos de esta oposición que no era otro, que el de sustituir el modelo de dominación autoritario del somocismo por otro modelo democrático –burgués capitalista. Actuaron de forma casi improvisada, a pesar de tener un amplio tendido organizativo en todo el territorio y haber organizado fuerzas como los CIVES, la JAN, etc., no aprovecharon, para seleccionar y darle entrenamiento militar a tanto recurso humano disponible, el que hubiera jugado un papel más adecuado al momento del estallido. Confiaron en la experiencia militar de unas pocas decenas de ex participantes en experiencias armadas anteriores (como las de Olama en 1959, Carazo 1960, etc.,) del conservatismo e incluso la integración de cuadros militares de otras organizaciones, como pasó con algunos militantes del FSLN, quienes, como Efraín Sánchez, David Tejada y otros, en circunstancias inesperadas, optaron por poner en práctica, su experiencia militar para defender al pueblo.(12) e. En esta dirección hubo mucha improvisación, y falta de cohesión. A pesar de que la mayoría de los dirigentes intermedios, sabían lo de los “morralitos”, no lo informaron claramente a las bases sea por compartimentación o por temor. No todos los campesinos, acostumbrados a portar armas de cacería, 164
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las llevaron, porque no agarraron bien la seña. Hubo -según los participantesquienes botaron la pistola y los tiros, entregadas por algunos activistas, que los seleccionaron al “bolsazo” antes de la refriega,(13) en contraste de quienes, corrían atropellados en medio de la confusión, a buscar, donde estaban repartiendo armas, para combatir. Porque allí mismo se corrió el rumor, de que se estaban repartiendo armas.(14) . Las distintas versiones reflejan que hubo una distribución limitada de armas, a cargo de estrechos colaboradores de Agüero, tales como René Saldaña, Juan B. Parodi, Los hermanos Chamorro Rapacciolli, Jacinto Vélez B ., Ronald Abaunza. Pero que esta se hizo de forma desordenada, daban una carabina con pocas municiones o tiros de uno u otro calibre. A los campesinos se le agotaron rápido las municiones de los fusiles “22”, salvo en el caso del Gran Hotel en donde Jacinto Vélez, tomó la iniciativa, como espontaneo organizador de la defensa del edificio, en toda la refriega, hubo mucha improvisación individual o grupal, pero nada organizado, ni dirigido debidamente.(15) f. Las cifras son contradictorias. Vélez asegura que en el Gran Hotel habían 1800 refugiados incluidos mujeres y niños, y que solo el 10% (180) de ellos tenían armas de todo calibre.(16) Si esto lo hacemos extensivo a toda la manifestación unas 80.000 personas y extraemos el 10% nos daría unas 8.000 personas armadas. Pero tomando en cuenta los miles que se retiraron antes de las 5.00 p.m., es una cantidad considerable, incluso, si reducimos esa cantidad a un 5% a la mitad, es una cantidad suficiente para resistir a la GN de forma organizada y algunos de los colaboradores de Agüero había gente con experiencia militar. Arosteguí por su parte no habla de cifras, pero si se refiere al escaso volumen de fuego de los manifestantes al momento de ser registrados y desarmados por la GN el día 23, en el Gran Hotel “Fuera uno o dos Garand, lo demás eran rifles 22 y pistolas de corto calibre” (17) aunque refiere que parte del armamento no fue entregado y fue lanzado a un pozo del Gran Hotel. Gaudet, sostiene que en el Gran Hotel se decomisaron 500 rifles y pistolas (18) Ésta última cifra puede ser exagerada, siendo más acertada la de Vélez, en coincidencia con otras fuentes.
Conclusiones. Todo lo anterior nos plantea una pregunta ¿Estuvieron el Dr. Agüero y la dirigencia de la UNO en 1967, de acuerdo en desatar una verdadera insurrección, contra la dictadura? . Quienes además de leer estas líneas o cotejen otras versiones, concluirán primero que no, pero si usando un cálculo muy conservador y otorgamos el beneficio de la duda, se podría razonar, que si hubo esa intención, esta fue muy limitada a pesar de que tuvieron a su favor la disposición combativa de las masas. ¿Por qué en una insurrección mucho más limitada, en recursos, como la de Monimbó en 1978, los indígenas con armas rústicas y de cacería, 165
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pero bien organizados, lograron mantener a raya a fuerzas superiores en número y armas, pertrechados todos con armas de guerra, incluidas las tropas élites de la EEBI?; ¿Y las insurrecciones de los años de 1978 y 1979, tampoco se iniciaron con grandes cantidades de individuos?, la insurrección de final en Managua, se inició con 110 combatientes regulares a los que se sumaron 1.000 milicianos y mantuvieron a raya a 6.000 efectivos de la GN(19) pero cada una de estas columnas, en campos y ciudades actuaron como una especie de pequeño motor para generar todo un vasto movimiento que al final terminó dando al traste con la misma sanguinaria dictadura, en julio de 1979. Aunque las circunstancias son diferentes en el tiempo y el espacio pueden ser comparables los altos niveles de disponibilidad para combatir del pueblo, en ambas situaciones, fueron iguales. Pero la diferencia sustancial es que en 1978 y 1979, las masas tuvieron una dirección dispuesta a asumir los costos, riesgos, sacrificios para conducir a las masas hasta su objetivo final: el derrocamiento definitivo de la dictadura. Estas auténticas insurrecciones populares, son explicables porque hubo una organización surgida de las clases populares, con cuadros de dirección, probados en el combate contra el somocismo en circunstancias, harto difíciles -reconocidas por la generalidad- que le costaron la vida a la mayoría de sus cuadros fundadores. De igual modo no tuvo temor de entregar las armas –en su mayoría recuperadas al enemigo- al mismo pueblo, que se integró masivamente a la lucha. Esta organización, el Frente Sandinista, a quienes algunos analistas escépticos, no le daban mucha vida política, tras la derrota de la base guerrillera de Pancasán, en agosto del mismo año de 1967, fue la que asumió esta responsabilidad histórica. Porque, el FSLN como organización revolucionaria, sobrevivió a estos embates, al refugiarse en medio de la clandestinidad, en las mismos sectores populares, que frustrados en enero de 1967, empezaron a desprenderse de las opciones conservadoras y a confiar en una alternativa revolucionaria, para provocar un desplazamiento del aparato de dominación capitalista. Una condición histórica que fructificó años después, en las autenticas insurrecciones populares de 1978 y 1979. Estas, constituyen dimensiones totalmente opuestas a la insurrección limitada que trataron de promover los opositores burgueses de 1967, las masas con su alta disposición deberían de poner los muertos –tal como sucedió- mientras ellos sin asumir muchos riesgos, confiaron en una imaginaria rebelión del aparato armado del somocismo, pero sobre todo, en que una intervención militar norteamericana, les iba a entregar el poder, tras obligar al somocismo a retirarse y establecer y darle continuidad en esencia al modelo de dominación capitalista. Estas, son entre otras las razones por las cuales la intentona de la UNO el 22 de enero de 1967, devino en una frustrada aventura y las insurrecciones populares de 19781979, lograron derrotar política y militarmente al 166
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Citas y Notas. 1. La alianza Movilización Republicana(MR) se fundó en 1964 y la integraron el Frente Sandinista de liberación Nacional(FSLN), el Partido Socialista Nicaragüense (PSN) y el Movilización Republicana (MR), este último, era a su vez un frente político del mismo PSN, para aglutinar a intelectuales y profesionales, de ideas progresistas que no tuvieran cupo dentro del PSN. Como se puede apreciar este Partido sirvió a su vez, para denominar la mencionada alianza. 2. Aunque el FSLN no orientó, a sus cuadros a participar en la manifestación, algunos lo hicieron de forma espontanea. Hubo participantes como Edén Pastora, Dionisio Marenco y Samuel Santos, que pertenecían a partidos de la UNO y posteriormente se integraron al FSLN. 3. Aunque desde la fundación de la UNO, nos habían rechazado, orientamos a nuestros cuadros a participar en las marchas opositoras en todo el país para tratar de darle una orientación política a las masas en el mismo terreno de confrontación contra la dictadura. Entrevista al dirigente del PSN Jorge Galo Espinosa 15 de enero de 1996); Tras la reunión de un pleno el 21 de enero en el Partido, se dividieron radicalmente dos posiciones los Lorío que dijeron que había que denunciar el plan irresponsable de Agüero y quienes en mayoría, además de rechazar rotundamente la posición del grupo de los Lorío, acordamos asistir a la manifestación y orientar a las masas para evitar que estas cayeran en la provocación de la burguesía opositora, esto era, entre otras cosas, lograr que se retiraran temprano de la marcha. Entrevista a Onofre Guevara, mayo de 2003). 4. Yo estaba allí, cerca de los palos, andaba con el brazalete del CIVES, vi caer a esa pobre gente como moscas. Testimonio del Ing. Manuel Matus Méndez, en esa época Sindicalista de la Federación de Trabajadores de Managua, afiliada a la CGT(i).Local CGT(i) Barrio San Cristóbal Managua, enero de 1977. 5. Entrevista a: Gustavo Ortega en: “La atroz masacre del 22 de enero” en: El Nuevo Diario jueves 22 de enero de 1987. P.8. 6. Relato de Jacinto Vélez Bárcenas, cercano colaborador del Dr. Fernando Agüero Rocha. En: Toledo Ortiz, Alberto. Grandes Reportajes Históricos de Nicaragua. Managua. Editorial Alemana. 1972. P.157. 7. Velez B. op.cit. P.158. 8. Versiones en: La prensa y Novedades de enero y febrero de 1967. 9. Nos referimos al mismo trabajo de Toledo Ortiz, citado en la Nº 6 entre las páginas 153-169. 10. Entrevista a O. Guevara, mayo 2003. 11. Nadie se molestó en explicar por qué, si era tan pacífica la manifestación, estaban tan bien armados con 38,s, 45,s, rifles carabinas, escopetas y ametralladoras. Casi sin excepción alguna, todos los que vimos así estaban armados, en cuenta los Chamorro y hubo quienes –como el Dr. Agüero- tenían dos armas. Versión del testigo William G. Gaudet. En: Toledo Ortiz. Op.Cit.P.167. 12. Distintas testigos recuerdan haber visto a David Tejada, incluso algunos oficiales somocistas lo señalaron como el que disparó contra Pineda. Lo cual pudo ser un pretexto para justificar su asesinato en abril de 1968, a manos del Mayor Oscar Morales. Por su parte Efraín Sánchez, le narró al autor algunos detalles, sobre su participación el 167
Ensayos y artículos de la historia de Nicaragua 22 de enero de 1967. N. del A 13. Me contó el hombre, que el cómo conservador agüerista, fue a la manifestación, y que temprano como a las tres de la tarde, se le acercó un desconocido, de de los que se veía que andaban organizando y le entregó una bolsa negra pequeña y le dijo : tomá no la abrás todavía, nosotros te vamos a avisar. La bolsa la sintió algo pesada para su tamaño sentía como aserrín. Al momento de los disparos el manifestante buscó al tipo, no lo vio por ningún lado y en medio de ver a la gente corriendo y todo. El se decidió a abrir la bolsa y cuál es su susto, cuando mira en medio de un aserrín, una pistola de tambor, quien sabe de qué calibre y una bolsita más pequeña llena de tiros. Contaba el hombre que al no saber manejar pistola, le entro miedo, la tiró por allí y buscó donde capearse. Relato de Ramón Chavarría, Rivas enero de1971. 14. Cuando comenzaron los tiros, a esa hora nos lanzamos a buscar armas, porque desde temprano se nos dijo que si la guardia nos disparaba, se le iban a dar armas a todo el mundo. Una voz dijo: allí por el Edificio Cardenal están repartiendo y pegamos la carrera y no había nada, allí mismo nos decía otro: por el Palacio y en medio de aquella tiradera corríamos de un lado a otro, eran pandillas de gente corriendo buscando armas, estábamos enchilados, queríamos pelear contra la guardia jodida, pero nunca encontramos las benditas armas. Por allá en horas de la noche, junto con un poco de gente busqué como salir y dije hasta hoy me consiguieron para meterme en una m… (Relato de Hilario Herrera, miembro del Partido Conservador y participante en la Manifestación del 22 de enero de 1967.Managua enero de 1992). 15. A nosotros no nos dijeron nada oficial, venimos a la reunión de la CCTAN a Managua desde Rancho Grande, Matagalpa y después nos fuimos a la manifestación. En el Partido había distintos punto de vista, después, en abril se dividieron. Unos, solo nos dijeron que había que irse al finalizar las intervenciones, pero otros que había que plantarnos y si la cosa se ponía fea, había que contestarle a la guardia, todos nosotros andábamos unas pistolas viejas 38.Andabamos con Bernardino, meses atrás, nos habíamos entrenado con Roger Cabezas, El Barbero (Rosa Isabel Galeano) y otros. Ya existía las FARN, hasta nos dijeron, que nos iban a dar armas de guerra. Allí vimos a algunos compañeros del Partido como El Negro (Cesar Ramírez) uno de de Carazo, a quien después encontramos en los sindicatos, enfrentarse a tiros con la guardia, nosotros le volamos los tiros que andábamos. Pero todo esto lo hicimos por nuestra cuenta, no hubo organización, orientación, nada. Con mucho trabajo volvimos a las comarcas todo aquel campesinado del Norte. (Relato de Bernardo Arauz, ex dirigente campesino de la CCTAN, Waslala, Zelaya Central agosto de 1987). Yo vine por el CIVES con una camada de campesinos de Santa Teresa, todos éramos hombres en esa camioneta y de primas a primeras nos dijeron que le íbamos a volar bala a la guardia. Ya en Managua me dijeron: no te despegués de ese Jeep, y así fue, donde iba el Jeep allí iba agarrado caminando a pie. Cuando comienzan los tiros, yo tengo una 38 y los guardias en fila los agarrábamos al pulso, vos sabés que los tereseños teníamos experiencia en armas por lo de las vendettas y esos indios agarraban pulso con los guardias, porque a esa hora la guardia tiraba a la loca, pero la gente corriendo nos estorbaba el pulso y nos regamos, la guardia se empezó a dispersar pero aún así andaban a la loca. Los del Jeep nos pasaban tiros yo cargué varias veces y le agarraba pulso a la guardia y me cubría. Hasta que ya replegado en una esquina, me quedé sin tiros, los del jeep se me perdieron. Serían entre las once y las doce de la noche, cuando hago viaje. Camino para acá arriba, se me habían perdido todos los conocidos, busco para el lado de San Judas, donde un familiar, todo eso para allá eran predios vacíos 168
Bordes ocultos. El entretejido de nuestra historia y monte. Cuál es mi susto, cuando por allí por donde es ahora el Cívico, me sale de pronto, un hombre con una pistola, pero no sé, si del susto brinco para adelante y le arranco la pistola de la mano al hombre, una chiripa, él, estaba nervioso, con la mano floja. Resulta que el hombre era del AMROCS y se me c… lo amenazo, lo hago pegar carrera y más adelante, ya con la escuadra que era “45” boté mi “38”sin tiros, así llegué hasta San Judas. (Relato de César Ramírez Estrada, Managua, noviembre de 1977. N. del A.) 16. Velez B. En Toledo Op.Cit.p158 17. Relato de Hernán Arosteguí Ex secretario de Información y Prensa de la República de Nicaragua. En Toledo Op.Cit.P.136. 18. Gaudet, En: Toledo Op.Cit.P.167. 19. Barreto Pérez, Pablo Emilio Insurrección Sandinista Victoriosa. Managua. Asamblea Nacional 2009.P.212) *Managua, BBCN, enero de 2012.
3. La Huelga de la UCA en julio de 1969. Estamos a 28 días de que finalice el presente año de 2009, un año que podríamos calificar de cierre de muchos acontecimientos sobresalientes en la accidentada historia del país (y quizás al momento de la publicación de este artículo queden aún menos días). Algunos de estos hechos fue posible reseñarlos en publicaciones periódicas y en obras testimoniales o compilaciones como “Entre Sandino y Fonseca de Jesús Miguel Blandón, otros hechos e individualidades no corrieron la misma suerte. Fue durante este año en que se cumplió el cincuenta aniversario de la masacre estudiantil del 23 de julio de 1959, fue por supuesto también el cincuentenario de tantos movimientos guerrilleros de este mismo año como el de El Chaparral, el de Olama y Mollejones, el de Manuel Díaz y Sotelo, el de Chale Haslam y de otros acontecimientos marcados con sangre. A estos le siguen otros como el cuarenta aniversario de la caída heroica de Julio Buitrago Urroz y otros militantes del FSLN en Las Delicias del Volga y Santo Domingo, ocurridos el 15 julio de 1969. Hubo sucesos mucho más lejanos como la ejecución del caudillo anti oligarca Bernabé Somoza Martínez un 14 de julio de 1849 y la guerra civil de 1869, pero que también tuvieron trascendencia en su época. Más, por razones de la distancia en el tiempo, de estos últimos es normal que sólo sean parte de un breve episodio en la historia política nacional, recordado y datado principalmente, por especialistas en el campo de la misma historia. Lo que puede resultar sorprendente es que, acontecimientos mucho más cercanos y también trascendentes, como la huelga estudiantil de julio a septiembre de 169
Ensayos y artículos de la historia de Nicaragua
1969 de la Universidad Centroamericana UCA, pasen a ser parte de las historias olvidadas o poco conocidas, aún cuando algunos de los participantes y dirigentes, están aún entre nosotros. La huelga estudiantil se inició en la misma tarde del 15 de julio, cuando se escuchaban los disparos de los combates de Las Delicias del Volga y Santo Domingo, y los estudiantes, encabezados por Carlos Agüero Echeverría, Roger Cerda y Luís Medal se tomaron las instalaciones de la Universidad e izaron simbólicamente el pabellón del Ejército Defensor de la Soberanía Nacional de Sandino. La toma fue apoyada por la mayoría de los estudiantes y profesores; los huelguistas demandaron la entrega del cadáver de Julio Buitrago (ex -alumno del centro) y que se respetara la integridad física de las detenidas Doris Tijerino Haslam y Gloria Campos Traña. Las máximas autoridades de la UCA, representadas entre otros por el Rector somocista León Pallais, reaccionaron decretando la expulsión de cinco de los dirigentes de la huelga, siendo dentro del cuerpo de profesores Manolo Morales y Ernesto Castillo los únicos que se atrevieron a condenar abiertamente esta medida. Fue entonces que la huelga tuvo continuidad, exigiendo el reintegro de los expulsados, convirtiéndose en el paro estudiantil más prolongado en tiempos de la dictadura, en tanto cesó hasta el día 12 de septiembre de ese año 1969. Las autoridades aceptaron por fin el reintegro de todos menos uno, el del principal dirigente: Roger Cerda, estudiante de 5° año de Derecho. Un movimiento de esta naturaleza, desde la perspectiva del sistema, resultaba anacrónico, dado que la UCA había sido creada años atrás, para contrarrestar el papel de la UNAN como “principal foco y semillero subversivo del país”. Sin embargo, los hechos demostraban todo lo contrario. Además de las circunstancias externas, como el papel del movimiento estudiantil a nivel mundial, no se puede comprender este comportamiento de los estudiantes de la UCA si no nos remitimos a hechos ocurridos en los años anteriores en esta Alma Mater y principalmente el año de 1966, -un año de mucha agitación política- en que junto a connotados oficiales GN y OSN como Nicolás Valle Salinas, Juan Lee Wong, Humberto Lagos, Sergio Calderón y otros, también hicieron su ingreso toda una generación que habría de jugar un rol muy importante en hechos que trascendieron en la historia política del país. Entre estos se pueden mencionar: Daniel Ortega S., Julio López Campos, Edmundo Jarquín, Harold Solano, Melvin Wallace, el ya mencionado Roger Cerda y otros. Es decir que si bien la UCA se llenó de “chicos bien”, de oficiales GN, y empleados somocistas, no pudo evitar el ingreso de elementos de avanzada y beligerantes en la sociedad, porque esta generación no hizo más que reforzar a otros que, como Casimiro Sotelo, Julio Buitrago, Dionisio Marenco, Danilo Aguirre Solís, David Tejada, etc., desde años anteriores habían venido fortaleciendo al 170
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Centro Estudiantil Universitario de la Universidad Centroamericana (CEUUCA), convirtiéndolo no sólo en un centro de discusión y polémica sobre la problemática nacional e internacional, sino también en un centro de acción política contra el aparato de dominación somocista. Aún cuando no fue relevado este suceso en los días exactos de su cuarenta aniversario, en mi opinión como profesional, no se debe de considerar una página leída de la historia, sino por el contrario, deben ser los días y meses del año 2010 los que deben estar dispuestos por parte de los sobrevivientes, e interesados, para reconstruir estos acontecimientos de forma objetiva e integral, para que se preserven junto a otros hechos de carácter cívico, que son parte intrínseca de nuestra historia política contemporánea.
4. Las Revoluciones de Cuba y Nicaragua: 20 años después. Al conversar con un amigo, un protagonista de la lucha antisomocista en las filas del Frente Sandinista, me aseguraba que algunos procesos históricos no admiten comparación y esto vino a colación cuando tocamos el tema de dos procesos revolucionarios triunfantes: las revoluciones de Cuba y Nicaragua los cuales, como se sabe, se dieron con 20 años de diferencia en enero de 1959 (Cuba) y en julio de 1979 (Nicaragua). El tema central estaba, en porque la Revolución Cubana había logrado sobrevivir desde 1959 hasta los tiempos actuales y porque la Revolución Nicaragüense se había truncado tras una década de iniciada en 1990. Esto nos introdujo, sin pretenderlo, además del método comparativo en el retrospectivo para poder comprender el presente. La discusión, como suele suceder en estas situaciones, quedó inconclusa con la idea de continuarla otro día. Mientras tanto, dado el interés que deben de tener estos temas de cara al 50 aniversario del triunfo de la Revolución cubana el 1º de enero próximo y el 30 aniversario de la RPS en julio de mismo 2009, vamos a compartir con los lectores algunos de los aspectos básicos que asemejan y diferencian a ambos procesos. Veamos primero cuales son entre otras, algunas semejanzas: 1 Los movimientos vanguardias de estas revoluciones, surgieron al margen de la izquierda tradicional (Los Partidos comunistas) la que sustentada en el modelo de la Revolución Rusa de 1917, concebía que para la toma del poder político se deberían agotar las formas político – organizativas, basadas en las tres formas de lucha del marxismo leninismo (económica, ideológica y política) . En Cuba esta corriente estuvo representada por el Partido Socialista Popular (PSP) y en Nicaragua por el Partido Socialista Nicaragüense (PSN). Esta nueva izquierda por el contrario en su replanteamiento aglutinó a sectores más amplios de la población alrededor de un programa que no planteaba abiertamente la construcción del socialismo e impulsó como eje principal de 171
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lucha, la violencia armada revolucionaria logrando derrotar a los ejércitos regulares que sostenían a las dictaduras derechistas pro-yanquis de Batista y Somoza. 2 Aunque sus basamentos ideológicos fueron marxistas incorporaron la experiencia de lucha de sus propios países para construir y proponer sus propios modelos político - ideológicos. En el caso cubano los revolucionarios que después adoptarían el nombre de Movimiento Revolucionario 26 de Julio (MR-26-7), se reconocían como martianos es decir que su referencia fue el ideario de José Martí. En Nicaragua de igual modo, se rescató la gesta heroica y el pensamiento del General Augusto Cesar Sandino y de allí devino la denominación de Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN). 3 El origen social de los dirigentes y militantes de estos movimientos no fue propiamente obrero o campesino, sino más bien integrado por capas medias urbanas. 4 Lograron la toma del poder con un amplio respaldo popular (un 90% de la población) y reconocimiento internacional. Esta legitimidad, les permitió realizar profundas reformas sociales que favorecieron a los sectores más desposeídos de la sociedad, campañas de alfabetización, gratuidad en la atención médica, extensión de la seguridad social a toda la población, reformas agrarias, etc. Entre las diferencias podemos destacar las siguientes: 1 La duración de la lucha guerrillera contra Batista en la Revolución Cubana fue más breve (1956 – 1959) que la nicaragüense y con el triunfo revolucionario, tanto los círculos de poder de los EE.UU. así como la gran burguesía cubana fueron tomados de sorpresa no estuvieron en capacidad de prever en 1959 la evolución de los acontecimientos, lo que permitió la consolidación del proceso revolucionario y del liderazgo de Fidel Castro Ruz. La lucha en Nicaragua tuvo mayor duración (1961-1963-1979) debido entre otras razones a la prolongación del modelo dictatorial durante más de cuatro décadas sostenido moral y materialmente por EE.UU. Por tanto los sacrificios fueron mucho mayores no solo para los sandinistas sino para distintas generaciones de luchadores antisomocistas desde antes del surgimiento del FSLN. Otra de las razones, es que la experiencia cubana de 1959, fue aprovechada por las fuerzas más conservadoras de Latinoamérica y los centros de inteligencia norteamericana para tratar por todos los medios de impedir una “nueva Cuba” en todo el continente. No fue sino hasta 1977 – 1979 en una coyuntura política favorable, en que el FSLN pudo lograr el aislamiento nacional e internacional del Somoza de turno y vanguardizar el movimiento antisomocista. Es válido anotar que en esta experiencia, a diferencia de la cubana, se incorporaron de lleno al proceso, sacerdotes y laicos de la Teología de la Liberación. 172
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2- Los revolucionarios cubanos encabezados por el MR-26-7 desde el mismo año de 1959, impulsaron la unidad de las fuerzas revolucionarias y progresistas que habían luchado contra la Dictadura Batistiana. En esta dirección se fundaron en este mismo año, las Organizaciones Revolucionarias Integradas (ORI) conformadas además por el PSP (comunista) con influencia en los movimientos de masas (sindical, campesino, comunal, etc.) y el Directorio revolucionario 13 de marzo (del movimiento estudiantil). Las tres organizaciones entraron en un comedido proceso de autodisolución y construcción de una nueva estructura organizativa, basada en los principios Marxistas-leninistas, la experiencia, honestidad y capacidad de los cuadros. De este proceso devino primero el Partido Unido de la Revolución Cubana (PURC) y finalmente el Partido Comunista de Cuba (PCC) en 1965. Este proceso no estuvo exento de dificultades como los conocidos problemas sectarios de las ORI en 1959- 1960 y la conspiración de la micro-fracción en 1968. Mas la misma organización mayoritaria, el MR-26-7 encabezada por Fidel, no solo reconocieron y respetaron el papel jugado por las otras organizaciones en la lucha contra el sistema, sino que iniciaron un proceso de depuración en sus filas. Además la dirigencia revolucionaria, utilizó su prestigio para fortalecer la unidad otorgando las debidas posiciones de dirección, a cuadros como Blas Roca y Carlos Rafael Rodríguez que provenían del PSP en el partido y del Estado. Todo esto, tuvo entre otras consecuencias que se consolidaran una amplia base social alrededor de la Revolución y el liderazgo de Fidel. Las organizaciones políticas de la derecha que representaban los intereses de la gran burguesía azucarera y los terratenientes, se debilitaron al extremo que no les quedó más camino que la conspiración y la realización actividades contrarrevolucionarias desde el exterior, a la sombra de los gobiernos de los EE. UU. En el caso de Nicaragua, se logró dar un importante paso en medio de la lucha antisomocista con la creación del Movimiento Pueblo Unido (MPU) en 1978. A esta alianza se integraron las organizaciones gremiales y de masas de las tres tendencias del FSLN dividido desde 1976, la tendencia mayoritaria del antiguo PSN (comunista) y una fracción desprendida de este último en 1967, el Partido Comunista de Nicaragua (PC de N). Además en marzo de 1979 las tendencias (los Insurreccionales, los Proletarios, los de la GPP) del FSLN se reunificaron. Esta unidad del sandinismo y de la izquierda nicaragüense fueron determinantes para organizar debidamente al amplio caudal de participación popular antisomocista, y poder llevar a cabo la victoriosa insurrección final, acompañada de una huelga general en todo el país, entre mayo y julio de 1979. Este proceso unitario no fue posible continuarlo a lo largo del proyecto, debido entre otras razones a la dificultad que hubo para romper con la cultura sectaria, inserta en nuestra tradición histórica, que afectó a la misma dirección revolucionaria. Aunque hubo al inicio la voluntad de entendimiento y trabajar 173
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sobre objetivos comunes, pesaron más los celos y las mutuas recriminaciones, esto llevó primero a la disolución de la alianza MPU en 1979, al fracaso de otros intentos unitarios, como el Frente Patriótico de la Revolución. Salvo el caso de una de las tendencias del PSN(dividido en dos desde 1976) que se fusionó con el FSLN en 1980, se produjo el alejamiento del proyecto de toda la izquierda no sandinista representada por las agrupaciones PSN, PC de N, Movimiento de Acción Popular (MAP) y la Liga Marxista Revolucionaria (LMR). Es válido destacar para no pecar de imprecisos que algunos de estas organizaciones –como las dos últimas- eran muy pequeñas, pero contaban con suficiente experiencia en organización política y movimientos de masas. Igual camino tomaron otras expresiones políticas de las capas medias, que como el Partido Liberal Independiente (PLI) y el Partido Popular Social Cristiano, habían tenido un acercamiento hacia posiciones progresistas. En síntesis la unidad democrática- popular que se requiere en todo proceso revolucionario fue incompleta, en Nicaragua. Tampoco, fue completa la depuración interna, en tanto permanecieron en las filas del FSLN, desde individuos que no superaron el esquema y los vicios pequeño burgueses, hasta intelectuales que nunca rebasaron sus prejuicios anti socialistas. Sin embargo el FSLN, convertido en partido político con una dirección revolucionaria, creó sus propios organismos de masa y emprendió la realización de reformas sociales que favorecieron a la población en general, principalmente a las grandes mayorías. Estas medidas, le permitieron contar con una amplia base social que pudo mantenerse en más de un 70% de la población, todo esto en medio de la oposición abierta y boicot de los sectores más conservadores de la sociedad, quienes organizados en gremios empresariales, partidos políticos y en alianza con la alta jerarquía católica, aprovecharon al máximo los espacios legales para boicotear el proyecto revolucionario. Es decir que a diferencia de la reacción cubana que se trasladó a conspirar al exterior, en Nicaragua la derecha combinó la lucha legal interna con la acción militar externa de las fuerzas contrarrevolucionarias provenientes de Honduras y Costa Rica. Por otro lado la derecha apoyada económicamente por EEUU, logró cohesionarse políticamente, hasta constituir en 1989 la alianza opositora UNO. 3 La Revolución cubana triunfó en 1959 en el marco de una situación mundial favorable, cuando lo que definimos como fuerzas progresistas mundiales encabezadas por el Campo Socialista estaban en pleno ascenso, al igual que los Movimientos de Liberación Nacional, por otro lado las tendencias “extremistas” de la “Guerra Fría” en EE: UU., estaban en una suerte de declive tras la caída de Eugene McCarthy en 1953. Si bien se dieron acontecimientos de sumo peligro tales como la Invasión de Playa Girón en 1961 y la Crisis de los cohetes en octubre de 1962, la Guerra de Viet nam, vino acaparando la atención del Imperio y del Mundo, Cuba, pudo entonces en medio de no pocas 174
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dificultades y con ayuda del Campo Socialista, poner en práctica sustanciales reformas políticas y sociales que le permitieron consolidar el proyecto socialista. Por el contrario, cuando se dio la Revolución Popular Sandinista (RPS) en 1979 el Movimiento Revolucionario Internacional estaba en reflujo, las democracias populares europeas estaban en franca decadencia y en la potencia líder la poderosa URSS, las reformas de la Perestroika no tuvieron como resultado la modernización del “socialismo real” sino su dramático derrumbe entre 1989 y1991.La RPS si bien tuvo desde sus inicios el apoyo moral y material del Campo socialista, las Socialdemocracias europeas y de los sectores progresistas del Mundo, no pudo consolidar este respaldo. Todo esto, incidió en el deterioro social y económico a mediados de los años ochenta. En estas mismas circunstancias, las tendencias más extremistas de la derecha norte-americana se fortalecieron sobre todo con el ascenso al poder de Ronald Reagan en 1981 y pasaron a una nueva ofensiva, contra lo que consideraban la “peor amenaza comunista”: Nicaragua y los revolucionarios centroamericanos. Este país y el resto de C. A. se convirtieron en centro de atención mundial insertados gracias a la histeria anticomunista reaganiana en parte del conflicto Este y Oeste. Por lo que las proporciones de la agresión fueron mucho más amplias que las que se dieron contra Cuba, valga tan sólo señalar que la invasión de Bahía de Cochinos en 1961 a este país, que tiene como ventaja su condición insular, consistió en 1.500 efectivos y pudo ser aplastada en escasos tres días, mientras que contra Nicaragua con una población considerablemente menor que la de Cuba se lanzó un contingente de más de 20.000 contrarrevolucionarios bien armados, que se introdujeron a las áreas montañosas por las fronteras Sur y Norte, creando propiamente una situación de guerra civil que se prolongó desde 1981 hasta 1990 e involucró a su vez a masas campesinas desafectas a la RPS, arrastradas por la propaganda contrarrevolucionaria, hacia las posiciones de la derecha. No es difícil imaginar que las consecuencias sufridas, fueron mucho más devastadoras en términos de costos materiales y humanos que la cubana, un desgaste político y social que entre otros factores propició la derrota electoral del FSLN 1990. Este Partido como heredero del proyecto ha pasado por una serie de divisiones y desprendimientos, pugna por fortalecerse y rescatar desde el acceso al gobierno en el 2006 la base social que ostentaba en los años 80. Por su parte, en Cuba, los revolucionarios cubanos han logrado eludir miles de dificultades impuestas por el bloqueo y entre otras cosas han logrado principalmente dos objetivos: a) realizar profundas reformas sin sacrificar el proyecto socialista; b) crear el relevo histórico que le dará continuidad a la revolución socialista en el futuro. En Nicaragua, debe recordarse que es un proceso revolucionario más contemporáneo, los problemas particulares del proceso, son mucho más complejos - además de los señalados- que el cubano, uno de ellos las dificultades 175
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para emprender transformaciones radicales dentro de un marco jurídico- político burgués y el atraso político –cultural de la población, (aún afectada por las heridas de la guerra y sus consecuencias), lo que es aprovechado al máximo, por la manipulación que realizan las tendencias más conservadoras de la sociedad. *Managua, Biblioteca del BCN, julio de 2009.
5. Los actores invisibles de la Revolución (1936-1979). El caso de las FARN (1966-1969). Introducción En los primeros días de noviembre de 1969, cuando aún no dejaba de ser noticia el espectacular secuestro aéreo de LANICA ejecutado por los militantes sandinistas Juan José Quezada y Pedro Aráuz Palacios, otra noticia impactó en los medios a lo inmediato de este acontecimiento: la muerte Jacinto Baca Jerez, ocurrida el 9 de noviembre tras un violento tiroteo con la GN y unos paramilitares en Rota, Departamento de León. Este hecho trajo a colación otro acontecimiento relevante ocurrido en el mes de mayo de este mismo año, el secuestro de los terratenientes Aquileo Venerio Plazaola y Victoriano Arguello, sobre todo porque se dio a conocer la existencia de otra organización armada opuesta a la dictadura somocista, además del Frente Sandinista de Liberación Nacional. Los plagiarios resultaron ser miembros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias FARN y las indagaciones de la OSN concluyeron que el jefe de este comando y de la misma nueva organización era Jacinto Baca Jerez. Demás está decir que los órganos represivos de la Dictadura desataron una vasta represión que incluyó decenas de de detenidos y torturados en varios departamentos del país, aunque se pronunció mas en el Occidente escenario del secuestro de Venerio. Muchos de los detenidos eran de conocida filiación socialista y aunque en su momento no se pudo comprobar públicamente el hecho de que esta nueva organización, era un brazo armado del Partido Socialista Nicaragüense PSN, vinculado tradicionalmente a la organización de movimientos sindicales y gremiales, lo que le valió el señalamiento de “pacifistas” por la dirigencia del FSLN. A más de cuarenta años de ocurridos estos hechos, es necesario hacerse tres preguntas para ubicarnos en el tiempo primero: ¿cual fue esta organización? Segundo: ¿cómo surgió? y por supuesto una última pregunta es: ¿cómo se produjo su desaparición del escenario político y de la historia reciente del país, sin aparentemente dejar huellas de su existencia? En la presente ponencia basada en un rescate de los actores invisibles de la revolución vamos a hacer una especie de esbozo de lo investigado hasta ahora sobre esta experiencia y sus protagonistas. Las FARN constituidas a mediados de los años de 1960, fueron producto, entre otras cosas, de la suma integrantes del ala radical del PSN y un desprendimiento 176
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de militantes del FSLN como Jacinto Baca. Por tanto, en nuestra exposición partimos: de los antecedentes del Partido; del surgimiento de su ala radical y la relación de esta con el Frente Sandinista. Segundo el proceso que lleva a la constitución de las FARN, su estrategia, algunas de sus acciones y finalmente los factores que propiciaron su desaparición. Cabe aclarar ante todo, que es un tema en proceso de investigación basado hasta ahora en entrevistas orales, conversaciones con protagonistas y testigos y el rastreo en las fuentes periódicas, por lo que debe de comprenderse que no es un trabajo acabado sino que está en proceso de investigación.
Antecedentes. El PSN, desde la década de 1940 a pocos años de su fundación, se involucró en experiencias armadas poco mencionadas, tanto Domingo Sanchez como Jorge Galo ex dirigentes de este Partido, coincidieron en recordar que entre 1947 y 1948, se involucraron en los complots que se organizaron contra Somoza García, por parte de los militares constitucionalistas, liberales independientes y conservadores. Domingo Sánchez “Chagüitillo” nos relataba en una entrevista, lo siguiente: “Era el año de 1947, en Matagalpa un buen número de militantes y simpatizantes del Partido por órdenes de Managua, armados de revólveres, nos apostamos en las cercanías del cuartel GN, el objetivo era acuerpar y apoyar al comandante de la ciudad que se iba a voltear contra Somoza a favor de Arguello (Leonardo). La señal nunca llegó y tuvimos que esconder las pistolas y regresarnos a las casas.(Sánchez, marzo de 1997). También hubo participación del Partido junto a las izquierdas del PLI y el PSC, en el montaje de la frustrada guerrilla de “El Chaparral” en 1959. Mas, la tendencia conservadora que controlaba la dirección del Partido (representada principalmente por su Srio General: Manuel Pérez Estrada, los hermanos Augusto y Ramón Lorío y otros), nunca tomó en serio la preparación militar del Partido, para impulsar la lucha armada. Pero no fue sino hasta fines de los años cincuenta en inicios de los sesenta, en que se produjo un proceso de dinamización interna en las estructuras socialistas, en que con el ingreso de una nueva generación de militantes jóvenes al Partido, en que se dio una especie de revolución interna en las estructuras del mismo. Lo que estuvo determinado a su vez, por circunstancias muy particulares: a) en lo interno del País hubo un resurgimiento y dinamización de la oposición antisomocista en sus distintas dimensiones (política, social y armada) determinado por profundas alteraciones que se produjeron en la sociedad nicaragüense a partir de de 1950.b) en lo externo, no se puede ignorar el impacto que tuvo en el país, el triunfo de la Revolución Cubana, como producto de un movimiento guerrillero, en el año de 1959. Esta nueva generación de dirigentes y activistas, empezaron a romper con los viejos métodos artesanales de trabajo de los dirigentes de los años de 1940. 177
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Pero fue sobre todo la influencia de la Revolución Cubana en enero de 1959, la que incidió sustancialmente en un cambio de mentalidad y estilo, en las formas de actuar y de pensar de la nueva generación de revolucionarios socialistas. Aunque en lo interno de Nicaragua –como consecuencia inmediata de la situación planteada en el inciso a)- hubo una especie de despertar a partir de movimientos, como la liga de inquilinos y las huelgas de chóferes y de zapateros desde 1957. El auge revolucionario se expresó a través de movimientos guerrilleros, juveniles, huelgas obreras, masivas manifestaciones. Además del crecimiento de sindicatos y federaciones de trabajadores, se inició el proceso de organización del movimiento campesino, además del femenil. En medio de esta situación, surgió la Juventud Patriótica Nicaragüense (JPN) fuertemente influenciada por el embajador cubano Quintín Pino Machado. Esta organización logró extenderse por todos los rincones del país, fue de corta duración (1959-1960) al disolverse se convirtió en la nutriente de dos organizaciones revolucionarias: del naciente Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y del ya existente PSN. En estas circunstancias los elementos jóvenes, desarrollaron más agresividad, no solo en las tareas organizativas, sino también en la proposición nuevos métodos de lucha para derrotar a la dictadura. El PSN logró en estos años, un tendido organizativo en las áreas rurales y urbanas de 13 de de los 16 departamentos del país. El elemento juvenil, va a reforzar a quienes en las estructuras del Partido, tienen una posición diferente, al grupo dirigente tradicional, entre estos se pueden señalar a: Rigoberto Palma, Abdul Sirker, Nicolás Arrieta, Julio Briceño Dávila, Adolfo Everts Vélez, César Cortés Téllez, Álvaro Montoya Lara, Guillermo y Félix Baltodano Serrano, Roberto Arévalo, Roger Cabezas, Álvaro Ramírez González. Algunos como Everts, Palma y Cortez habían sido participantes en experiencias armadas recientes como las guerrillas del Chaparral y la de Julio Alonso Leclair. Se dio el caso de elementos como Abdul Sirker que había sido preparados militarmente en Cuba e ingresado al país en 1960. Este grupo que puede considerarse el ala radical del PSN va a presionar primero y después va a romper con el grupo conservador que conservaba el control de la dirección del Partido. Un protagonista del ala radical de esta época recuerda: “hacia 1965 un grupo de compañeros empezamos a revisar con más atención los estatutos y el programa del Partido, porque nos preocupaba el hecho de que aún cuando habíamos hecho una labor organizativa muy importante, estábamos a la defensiva, solo encarcelamiento y torturas. Allí en el programa encontramos un punto y era de que el Partido debería estar preparado para toda forma de lucha. Esto nos sirvió de base para discutirlo en las estructuras del Partido, pero para ser justos, todos 178
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estuvimos de acuerdo con la lucha armada, incluido los mismos hermanos Lorío y Pérez Estrada, aunque estos sostenían que no era el momento. Pero las posiciones de la mayoría -entre los que puedo recordar estaban Abdul Sirker, Álvaro Montoya, Onofre Guevara, Federico Krauddy, Julio Briceño, Luís Sánchez, Rigoberto Palma, Wilfredo López Balladares., César Cortez Téllez y otros- era que se debería estar preparado para ese momento en que el pueblo respondiera con las armas en la mano a la dictadura, por tanto había que preparar de inmediato militarmente a los cuadros y constituir un brazo armado del Partido. Esta posición prevaleció en la Comisión Política y otros organismos de dirección del PSN”. (entrevista a Roger Cabezas 26 de noviembre 2009, El Crucero, Managua). Vista esta referencia encontramos entre los protagonistas algunos detalles, que no son precisos en términos de exactitud y hemos de recordar que es una investigación en proceso. Rubén Jiménez otro ex participante nos decía: “que fueron dos personas claves en la fundación de las FARN Abdul Sirker Urroz y Nicolás Arrieta, ellos vieron dentro del contexto de Nicaragua que la única forma de lograr el derrumbe de la Dictadura era la lucha armada y que el Partido tenía que crear un brazo armado”(Conversación con Rubén Jiménez, Rivas 11 de marzo de 1991) Sin embargo, los datos obtenidos por medio de la vía oral no arrojan una fecha exacta, entre las discusiones sobre la necesidad de fundar brazo armado y la constitución del mismo como tal, pero se puede asegurar que el establecimiento del ala radical del PSN se constituyó entre 1959 y 1965. Sin embargo y antes de continuar con la evolución de las FARN no se puede ignorar dentro de este proceso un hecho bastante conocido tal como fue: el surgimiento del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y la influencia que tuvo en la sociedad nicaragüense en general.
Surgimiento del FSLN. Mucho se ha escrito sobre el surgimiento del FSLN, pero la mayor parte de las versiones tienden a marcar distancia sobre el origen socialista de los fundadores Otro mecanismo usado por algunos escritores, es el de separar la célula estudiantil en la que militaron antes de 1959 Carlos Fonseca, Silvio Mayorga, Tomás Borge Noel Guerrero y otros como un cuerpo independiente del Partido, lo cual no está ajustado a la verdad histórica, la célula estudiantil era del PSN. El mismo Carlos Fonseca no negó su militancia socialista desde su adolescencia en Matagalpa, ni la de sus compañeros (mencionados anteriormente), pero más que eso, la gran mayoría de los primeros militantes fueron miembros del Partido y hasta destacados dirigentes en sus filas, para mencionar algunos nombres tenemos a : Jorge Navarro, Francisco Buitrago, Doris Tijerino Haslam, Roberto Amaya, Oscar Turcios, etc. Fueron militantes del partido y hasta fundadores y dirigentes del órgano juvenil del Partido la Juventud Socialista Nicaragüense (JSN) (Casanova 9 de dic. 2007). 179
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Es válido anotar que el desconocimiento del modelo y concepción leninista, de la autonomía y praxis de los organismos de base en función de sus condiciones particulares, llevó a serias confusiones de los narradores oficiales de los años ochenta. Ejemplo no podía realizarse el mismo trabajo político en una fábrica que en una Universidad, en una zona rural que una urbana, los organismos de base aunque estuvieran estrechamente vinculados al organismo superior, tenían una gran autonomía, según la concepción leninista sobre la organización partidista. En esta dirección es que se puede explicar la exagerada autonomía que le otorgan a la célula estudiantil a la que perteneció Carlos Fonseca, en esos años. Pero no se pueden obviar, las concepciones y prácticas sectarias, insertas en las raíces históricas de nuestra cultura política, desde el surgimiento de Nicaragua a la vida independiente. En esta dirección ambas organizaciones, en su actuar paralelo, fueron incapaces de superar esta limitante. A lo largo de las décadas de los sesenta y setenta estas dos organizaciones fueron las que se proyectaron principalmente en el movimiento revolucionario local. Tenían a su vez, dos concepciones distintas el FSLN sosteniendo que la lucha armada era el eje fundamental de la estrategia revolucionaria, mientras que el PSN sostenía en términos generales que la lucha armada era una forma de lucha y como una continuidad de la lucha política cuando de hubieran agotado ya las otras formas de lucha para la toma del poder político por parte de la clase obrera. En su programa político planteaban que el peso fundamental de la estrategia revolucionaria (en aquella coyuntura) debería ser la modalidad políticoorganizativa sustentada por tres mecanismos básicos la lucha económica, la lucha política y la lucha ideológica. La primera se centraba en la organización de las masas (en los sindicatos, uniones campesinas, organizaciones comunales, estudiantiles, femeniles, etc.), para demandar y obtener reivindicaciones de carácter social, afán en que se deberían aprovechar al máximo los espacios legales y semilegales del mismo sistema dominante. Dentro de esta misma lógica sostenían que todo lo anterior debería de servir como elemento aglutinante para educar a las masas e introducir en ellas la ideología revolucionaria basada en el marxismo-leninismo, para desprenderlas de la ideología capitalista dominante, en síntesis aplicar la lucha ideológica. Finalmente estaba la lucha política, que según esta línea debería de basarse en su primera etapa, en una política de alianzas contra el sistema somocista, sostén principal del capitalismo. Esta unidad debería incluir a sectores de la burguesía opositora para provocar el derrumbe del somocismo y posteriormente (la 2ª etapa) la alianza revolucionaria para derribar el sistema capitalista e iniciar la construcción del socialismo.
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El FSLN no desdeñaba la organización de las masas, pero preconizaba que esta (la organización popular) debería ser un sostén del eje fundamental de la confrontación contra el sistema dominante: la lucha armada. Por otro lado consideraban su desacuerdo en cuanto a la concepción de la organización de la clase obrera. Cuando Nicaragua era un país agrícola y no industrial, en el Frente se utilizó más el término de “pueblo trabajador” para hacer referencia a las amplias mayorías de la población. Tampoco concebían como correcta una alianza con la burguesía opositora, sino la unidad revolucionaria entre organizaciones revolucionarias, pero teniendo siempre como soporte la lucha armada. La alianza con una burguesía debía de ser en última instancia con el predominio de las fuerzas revolucionarias y la vanguardia político-militar del pueblo. La discusión vino subiendo de tono y se convirtió en una profunda animadversión entre las dos organizaciones los socialistas empezaron a acusar de “aventureros, ultraizquierdistas” a los sandinistas y estos acusaron a los socialistas de “reformistas, economicistas”. Como fue lógico los primeros trataron por todos los medios a desdeñar, incluso hasta negar sus orígenes socialistas, y a diferencia de otras experiencias en el ámbito internacional en donde se llegó a considerar a otras organizaciones revolucionarias como hermanas en el caso de Nicaragua, el FSLN en su trató más cariñoso les llamó “primos” a los socialistas, estos a su vez le llamaron cariñosamente: “la ultra” o los Ultra. Aunque a fines de los setenta hubo cambios en el trato y las relaciones, pero estas fueron circunstancias totalmente ajenas a las que estamos analizando. En otro de sus ejes de ataques contra los socialistas, el FSLN ligó la postura internacional del PCUS de la coexistencia pacífica enunciada por el XXV Congreso en 1955 y aseguraban que esta fue impuesta por el PCUS a los Partidos Comunistas del mundo y que esta era la línea que seguían los socialistas nicaragüenses. Sin ánimos de entrar en detalles en esta situación, el PCUS y los socialistas alegaron que no se debería de confundir una postura internacional para evitar el peligro de una nueva Guerra Mundial, con los programas y las situaciones internas de cada país, en donde cada partido debería adoptar la forma y estrategia más adecuada para plantearse la toma el poder político. En los casos de Guatemala (las FAR), Filipinas (el NEP), Colombia (las FARC), Angola (el MPLA), etc., por ejemplo, los partidos comunistas impulsaron por aquella época (y encabezan actualmente en Colombia y Filipinas) la lucha armada en estos países y en plena política de coexistencia pacífica, la URSS, los dotó de ayuda solidaria. Entonces, las FARN en Nicaragua, surgieron como producto de una decisión interna del ala radical del Partido y por esta misma época el PSN mandó a preparar militarmente a sus cuadros a la URSS.
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En el fondo de todas estas versiones lo que puede observarse a simple vista es la falta de estudios empíricos, que se orienten más al terreno de los hechos, para evitar una explicación esquemática, más basada en los prejuicios aquel tiempo histórico. Tiempos, en que se pensaba mas en el quehacer revolucionario, que en profundizar en los estudios y aún, no alcanzamos a comprender en la actualidad, de que tales afirmaciones fueron producto de las fuertes contradicciones que existieron en la diferencia de líneas y de prácticas contrapuestas de ambas organizaciones. Esto no contradice que en la práctica interna, hubo partidos que en circunstancias políticas factibles para el desarrollo de la violencia armada adoptaron posiciones acomodaticias. Es evidente además -como lo estamos demostrando- que en la dirección del PSN se manifestaron abiertamente conductas acomodaticias, en algunos cuadros de dirección. Por tanto algunos de estos señalamientos de la nueva a la vieja izquierda, estuvieron justificados, pero, esta crítica no debe ser esquemática ni axiomática, ni generalizada a todos los partidos, ni a todo el PSN. El FSLN impulsó sus focos guerrilleros en áreas rurales de base social socialista, los núcleos y extensiones de trabajo fueron disputados, pero fueron de predominios diferentes. El PSN hasta 1979 mantuvo su hegemonía en el movimiento sindicalurbano y la organización campesina, el FSLN en el movimiento estudiantil principalmente el universitario. Todo esto obedeció principalmente al origen social de donde provenían sus integrantes, los socialistas de origen obrero-artesanal y los del frente de clase media urbana en su mayoría estudiantes. Esto no implicaba que una organización no invadiera el terreno de la otra, por ejemplo los socialistas tenían a través de la organización juvenil, influencia en los estudiantes de secundaria. Incluso entre 1972 y 1976 llegaron a ser la segunda fuerza en las universidades. El FSLN aprovechó en gran medida las bases campesinas organizadas por los socialistas para reclutamiento y la creación de la logística de los núcleos guerrilleros en el Norte. En las ciudades para la captación individual de cuadros, militantes y simpatizantes socialistas. (Casanova 1994)
Relaciones entre el ala radical del PSN y el FSLN. A pesar de las diferencias planteadas, era imposible que se diera un largo distanciamiento entre ambas organizaciones, en una geografía tan pequeña como la de Nicaragua. Analizando esos años, un miembro de la DN en los años ochenta, dijo que era una especie de clientela que compraba en dos pulperías, esto era aplicable para las bases sociales, para militantes, amigos y colaboradores de ambas organizaciones. Es decir, que un militante del partido podía ser al mismo tiempo, un colaborador del Frente, sin que la compartimentación y las diferencias de líneas, le causaran algún problema. En las entrevistas y conversaciones con
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los involucrados se deja entrever que en ciertos periodos de indefinición fueron hasta doble militantes. Desde la configuración del FSLN, entre sus militantes y cuadros existió la idea de un acercamiento con el Partido lo que contrastaba con la posición de quienes rechazaban cualquier tipo de relación. Esto era similar en lo interno del Partido en que hubo consideraciones diferentes. Los socialistas más conservadores (entre quienes estaban los fundadores de la década de 1940) llegaron por su parte a considerarlos “enemigos”, pero los socialistas radicales entre los que se contaban los más jóvenes y a la vez ex compañeros de los entonces militantes del Frente, existieron buenas relaciones, con los “muchachos” del frente. El hecho de que la gran mayoría de los fundadores y militantes del FSLN fueran ex militantes del PSN, condicionó estos acercamientos. En la historia del Frente fue considerable el número de colaboradores que eran a la vez, militantes y hasta dirigentes intermedios del Partido. Esto se mantuvo en el área rural como urbana. El caso más notorio, fue el del dirigente campesino Bernardino Díaz Ochoa. En las casas de dirigentes del PSN como Abdul Sirker y Roger Cabezas se refugió el máximo dirigente del FSLN Carlos Fonseca. Guillermo Baltodano asegura que en los inicios del Frente, cuando no se manifestaban claramente las diferencias, hubo militantes de JSN que participaron en operativos conjuntos con miembros del FSLN, y puso como ejemplo la toma de “Radio Mundial” y que a él le tocó leer el comunicado el jefe del comando fue Jorge Navarro y participaron Guillermo Mejía, una persona de apellido Tercero por el FSLN y Baltodano por la JSN. En la a actividad del 21 de febrero de 1963, en conmemoración del asesinato de Sandino, Baltodano relata que también hubo coordinación en esta actividad entre las dos organizaciones: que cuando el mando GN declara públicamente que no va a permitir la conmemoración, nos reunimos con Jorge Navarro y tomamos la decisión de abrir la Escuela de Economía de la UNAN y hacer allí la actividad. Se hizo la convocatoria y nos comprometemos a lo siguiente si la GN ataca nosotros vamos a responderle de forma violenta. El Frente va a garantizar con sus escuadras, el uso de armas de fuego (metralletas pistolas) y nosotros (la JSN y el Partido) el programa de la actividad y los cócteles molotov. La actividad fue un éxito, se reunieron mil personas. Todo el dispositivo estuvo listo: el Frente con sus escuadras, nosotros con los molotov, pero extrañamente la GN no nos agredió, ni llegó (Conversación con G. Baltodano, Managua 26 de mayo 2010. Sirker aporta en su reflexión: “En verdad se daban pleitos entre nosotros y el Frente, pero se mantuvo un nivel de comunicación. Yo no me podía ver la cara con Oscar Turcios por los problemas que tuve con él en la URSS, cuando él adoptó la posición maoísta, pero entonces para comunicarnos, se le mandaba a Luís Sánchez, con quien Turcios mantuvo buena relación, por otro lado, yo me 183
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comunicaba con Carlos. Cuando las cosas estaban más duras entre nosotros (FSLN- PSN) y la represión también, allá por el 67. Nos salen aquí en Managua con el clavo de un herido -que no recuerdo quien era-pidiéndonos casa y atención médica. Nosotros en un inicio nos negamos, pero recuerdo que se nos pegan y nos dicen que si no son ustedes quienes nos ayuden ¿quién nos va a ayudar? Bueno nos tocaron ese lado, le buscamos casa y atención al herido, con todos los riesgos que eso implicaba. Ahora hay muchas habladurías que no son ciertas, que no los ayudábamos, que le volábamos penca. (Sirker…)” De todos los elementos es importante destacar que aún cuando en las versiones oficiales de la historia del Frente se obvien este tipo de relaciones, es imposible que no se hayan dado, porque solo con estos vínculos personales y orgánicos se pudieron hacer dos cosas: a- la captación de cuadros del PSN para ser militantes de la organización. b- constituir una red de colaboradores entre militantes y cuadros del Partido y las redes logísticas del FSLN.
Surgimiento y Desarrollo de las FARN La mayoría de los testimoniantes coincide en que las FARN se fundaron en 1965 y que empezaron a desarrollar actividades tendientes a la preparación de sus cuadros entre 1965 -1967 de manera muy discreta dentro de las filas del Partido y tras la ruptura con las posiciones conservadoras y entre 1967 y 1968 de una manera más amplia (siempre dentro del Partido) y que se dieron a conocer ante la opinión pública en 1969. Existen hasta ahora distintos puntos de vista con respecto al nombre de la organización, unos expresan que surgió con el nombre de Frente de Acción Revolucionaria de Nicaragua y después se le puso el Frente Armado Revolucionario. Pero fue hasta 1969 en que con la propaganda fue que se le denominó Fuerzas Armadas Revolucionarias de Nicaragua. Con el paso del tiempo, también hubo diferencias para especificar, quiénes fueron los gestores. Por ejemplo Roger Cabezas ubica entre sus fundadores a Luís Sánchez Sancho, mientras que César Cortez Téllez asegura reiteradamente que nada tuvo que ver Sánchez con las FARN. Debe de recordarse en esta dirección las diferencias y animadversiones personales que se dieron tiempo después entre protagonistas como Sánchez y otros ex -participantes por ejemplo pueden incidir para que las versiones sean alteradas, por ejemplo: Cortez Téllez fue expulsado del Partido siendo el Secretario General Sánchez en 1971, pero porque no decir si influyó en la posición de Cortez esta circunstancia, pero además la posterior involución como renegado y derechista de Sánchez , desde los años noventa.
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Cortez Téllez en coincidencia con otros participantes coincide que los artífices de las FARN fueron Arrieta y Sirker. Este último afirmó en una entrevista al traer formación militar desde Cuba y después de su ingreso en 1960 fue él quien convenció a uno de los máximos dirigentes del Partido, uno de los hermanos Lorío quien tenía el seudónimo de “Segovia” para que incidiera sobre el resto de dirigentes para que se preparara a un grupo de compañeros en todas formas de lucha, incluida en este caso la militar. Esto fue aceptado y se utilizaron los fines de semana para entrenar a unos compañeros. Recuerdo que íbamos a la laguna de Apoyeque que en ese tiempo estaba montosa, allí se les enseñó a armar y desarmar pistolas y fusiles de caza y algunos de guerra. Se hacían prácticas de tiro, ejercicios físicos. (Conversación Con Abdul Sirker Managua 19 de diciembre de 1994; Entrevista 30 de dic. 1994) Siguió diciendo Sirker, que aunque todo esto se hacía de manera compartimentada no dejaban de darse situaciones: En cierta ocasión un compañero del movimiento sindical, un hombre alto de apellido Poveda, se quejó ante Domingo “Chagüitillo” en una conversación: que no había ido a otras actividades del sindicato porque tuvo que hacer otra cosa, pero comentó que también los entrenamientos eran bien duros y estaba molido físicamente” Sigue contando Sirker: y pega el brinco aquel “Chagüite” le sonsaca información al compañero -que hasta después se dio cuenta de que metió las patas-. A los días Chagüite, con el clavo en una reunión y dijo una cosa como esta: cómo es eso de que se están entrenando militarmente a la gente y a los dirigentes no nos dicen nada. Va a haber un clavo y nosotros sin darnos cuenta. Como esto ya estaba hablado, allí le dieron una explicación a Sánchez de qué solo se trataba de preparar militarmente a la gente para toda forma de lucha y nada más. Las cosas no pasaron más allá de separar del grupo al compañero y tener más cuidado en la selectividad. (Sirker…). En otra parte de su relato Sirker asegura: Hubo otras dificultades para ser continuo a veces caía preso o salía del país un compañero ya se discontinuaban los entrenamientos. Es comprensible esta situación dado que no existía ni un cuadro militar a tiempo completo, casi todos los involucrados en los entrenamientos, tenían asignadas tareas en los distintos frentes de lucha político -organizativos del Partido. En 1963 se envía a preparar militarmente a la URSS a Cesar Cortez y a Guillermo Baltodano; al año siguiente, salió el mismo Sirker con Arnoldo y Amanda Pastrán y Álvaro Montoya Lara a la misma URSS. El retorno de este grupo entre los años de 1965 y 1966 fortaleció la decisión de la constitución del brazo armado y ya había un equipo para multiplicar los entrenamientos. Estructuración de las FARN a nivel nacional. Sin embargo todo parece indicar que este trabajo realizado por Sirker y otros entre 1961 y 1964, sirvió para que se acordara en una reunión plenaria en 1965, la creación un brazo armado del 185
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Partido, aunque esta propuesta contó con la oposición del ala conservadora no tuvieron más remedio que someterse a la decisión de la mayoría. Allí se tomó la decisión de enviar a un grupo de cinco compañeros a prepararse militarmente a la URSS entre los que fueron seleccionados Téllez y Cabezas. Coinciden estos que a su retorno entre 1966 y 1967 y en los años subsiguientes fue que se logró hacer una especie de tendido organizativo en los territorios utilizando las estructuras que ya tenía el Partido, entonces se inició un proceso de selección. Carmelo Lacayo Briceño, de El Viejo Chinandega, joven estudiante de 21 años, uno de los detenidos y torturados tras el secuestro de Aquiles Venerio Plazaola en 1969, declaró a los medios lo siguiente: “Uno pertenece al Partido Socialista y de aquí nos mandan al otro grupo (las FARN). Los del socialismo hacen la escogencia… Roger Cabezas quien actualmente está preso me enseñó el arme y desarme de una metralleta” (Declaración de Carmelo Lacayo B. en: Novedades 12 de junio de 1969 P.1 y 8). Una interrogante que puede quedar en el aire hasta aquí ¿es de donde surgió Jacinto Baca Jerez en las FARN? Jacinto había sido hasta entonces militante del Frente y había participado en distintas acciones armadas urbanas. Sobre esto podemos revisar distintas opiniones, Baca Jerez había nacido en el seno de una familia leonesa de clase media el 1° de noviembre de 1944 es decir que contaba al morir 25 años de edad. A escasos 16 años de edad ya era conocido por su participación en acciones armadas contra el régimen. Los reporteros del diario somocista “Novedades” utilizando una foto lo popularizaron con el mote de “el muchacho de la metralleta”. (notas referentes a Jacinto Baca relacionados con su muerte el día 9 de noviembre de 1969. La Prensa -p.1 y 12- y Novedades -p. 1 y 8- del 11 de noviembre de 1969) Ex participantes de estos hechos aseguran que hasta 1967 mantuvo una militancia orgánica con el Frente Sandinista, pero que en este mismo año en que se separó del Frente, se contactó con dirigentes del Partido Socialista Nicaragüense (PSN) interesados -y que habían dado pasos- en la creación de una nueva organización. Sin embargo hay criterios no coincidentes que contrastan los distintos informantes Humberto Ortega Saavedra asegura que las FARN fueron creadas por el mismo Jacinto Baca Jerez quien en 1964 “junto con Lenin Cerna, Regis Mairena, René Maradiaga y con Adolfo Espinoza veterano comunista que funge como asesor, crean las FARN. En otras de sus partes dice que: “cuentan con el apoyo de Faustino Aragón Pichardo”.(Ortega Saavedra, Humberto La Epopeya de la Insurrección. Lea Grupo Editorial. Managua 2010.P.196-197). Una versión que carece de fuentes primarias. Daniel Ortega por su parte dice que: “Jacinto Baca es contactado en la Cárcel por “El chele” (Adolfo) Espinosa, quien lo desalinea del Frente,… salido de la cárcel hizo una alianza con los socialistas y formó las FARN”.(Ortega Saavedra Daniel, 186
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notas… 1984) En otra oportunidad Sergio Baldelomar llamado “China Roja” habló de una reunión que tuvieron con Jacinto para lograr que volviera al Frente “y dejara el camino desviado, pero no fue posible hacerlo recapacitar, días después cayó víctima de una traición”(Baldelomar. Conversatorio julio de 1987 UCA Managua). La primera versión (de Humberto) no hace ninguna referencia a los vínculos con el PSN, sino que ubica a Baca como el fundador de las FARN y dice que fue en 1964, mientras que los socialistas hablan de que la decisión de tener un brazo armado fue en 1965 pero que la constitución como tal, fue en los años de 1966-1967; mientras que en la segunda (de Daniel) si habla de una alianza con los socialistas, pero ambas tienen como referente a Adolfo Espinoza, quien por esta época ya estaba totalmente distanciado del PSN y sostenía posiciones maoístas reñidas con el prosovietismo de las socialistas. Pero además según los testimonios de los sobrevivientes, Espinosa no participó en las FARN, su vínculo con Jacinto fue personal y se inició en la cárcel. Con relación a esto en una breve conversación que sostuvo Espinoza, con el autor y al abordarle el tema aseguró que él fue quien convenció a Jacinto, que para dirigir la guerra revolucionaria se necesitaba de un partido revolucionario y que esa era la gran falla del Frente Sandinista que era un frente armado, que no tenía una organización partidaria detrás, que toda organización revolucionaria, con independencia de sus métodos de lucha, tenía que organizarse en un partido (Conversación con Adolfo Espinoza. León 20 de agosto de 1986). Jorge Galo Espinoza. En una parte de su narración afirmó que el contacto con Jacinto fue facilitado por su esposa Juanita Navarro muy vinculada el partido. “A ella y a su hermana Cristina les llamábamos “las paquitas”, ellas estaban vinculadas al Frente pero siguieron militando en el Partido” (Entrevista a Jorge Galo. Managua 12 de enero de 1996) Sirker por su parte afirmó: “que se tenía que aprovechar en aquel momento la experiencia de Jacinto así como la atracción de otros cuadros del FSLN hacia nuestras filas”( Sirker,1994…).Tanto Galo como Cabezas afirmaron que ese contacto con Jacinto a través de la Juanita, se logró estando él aún detenido en la Modelo. Cesar Cortez Téllez por su parte dice que: “Jacinto estaba por esa época marginado del Frente y por eso se acerca a nosotros”. (Entrevista a César Cortez Téllez Santa Teresa, Carazo 21 de dic. 2009). Estas y otras versiones indican que en su relación con los socialistas, Baca tenía antecedentes y facilidad de comunicación, pero además, es evidente, que tuvo diferencias con la línea del Frente Sandinista. Cuanto pudo haber influido su relación con Espinosa en la cárcel, para separarse del FSLN y pasar a ser uno de los fundadores de las FARN con el ala radical del PSN. Esto es difícil de precisarlo en este momento. Valga agregar que Jacinto no se va solo, se lleva a algunos de sus compañeros del Frente como los mencionados. Algunos como Lenin Cerna permanecen por un tiempo y posteriormente retornaron al Frente, cuando Cerna es capturado por la OSN ya estaba en las estructuras del Frente. 187
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Hasta ahora la falta de estudios sobre el particular, implica que quienes mencionan el tema se guían más por fuentes periódicas, más la falta de fuentes confiables, conduce a aproximaciones que llevan a conclusiones incorrectas y no a como fueron realmente los hechos. Ejemplo: Faustino Aragón Pichardo era un veterano militante de las estructuras del Partido de Chinandega al igual que muchos de los involucrados en el Secuestro de Venerio, aunque estaba involucrado en el trabajo militar, no tuvo una relación individual con los mencionados -a como lo deja implícito en su obra el Gral. Ortega-, son militantes selectos -como deja claro el viejano Carmelo Lacayo- para trabajar en el brazo armado del Partido, y salidos de cárcel continuaron en el mismo. No dejan de tener efecto en estas versiones los reiterados prejuicios negativos, que se crearon contra el mismo PSN “de que nada tuvo que ver con la lucha armada, que era pacifista”. Prejuicios que no han sido superados hasta ahora, por la generalidad de los relatores oficiales del FSLN. En conclusión de esta parte, se puede asegurar que las FARN fue configurada entre los años de 1965 y 1967 por el ala radical del PSN y desprendidos del FSLN como el mencionado Jacinto Baca Jerez, quien pasó a su vez a ser el dirigente mas connotado. A la pregunta que hemos hecho a los sobrevivientes ¿Quienes integraban la dirección nacional de las FARN? O tuvo las FARN una suerte de Estado Mayor. En esta línea hacen falta pruebas documentales además de entrevistas a algunos de los que ocuparon responsabilidades para Jorge Galo nos asegura que el jefe de la Comisión Militar Nacional era Abdul Sirker Urroz, con él habían otros compañeros de la comisión, quienes eran los encargados de dirigir las actividades y mantener el vínculo con el Partido. Pero el brazo armado era autónomo para proteger la seguridad del Partido. Según Cesar Cortez, hubo una especie de Coordinadora Nacional que funcionaba como estado mayor integrada por: Abdul Sirker, Wilfredo López Balladares, Cesar Cortez Téllez, Onofre Guevara*, Álvaro Montoya y Roger Cabezas. “Después estaban los jefes regionales que a la vez eran parte del mando militar con los que se hacían reuniones y coordinaciones: Jacinto Baca Jerez estaba a cargo de Occidente; Félix Baltodano de Carazo; Isabel “Chabelo” Galeano de Chontales y Río San Juan. En el Norte no recuerdo bien pero estaban Ricardo Osejo y Federico Krauddy en Matagalpa, en la montaña: Bernardino Díaz Ochoa, un hermano de él, Bernardo Aráuz y Lino Centeno; de Managua Wilfredo López y Cabezas.”(Cortez 1994…). Baltodano por su parte asegura que hubo una Comisión Especial que en la práctica era la Comisión Militar, que el jefe era Sirker, pero que estuvo integrada por Álvaro Montoya y Rigoberto Palma y estos eran el contacto entre el Partido y el brazo armado. Al igual que otros ex participantes sostiene que Sirker era la máxima autoridad política y militar, pero que Jacinto Baca, era una especie de jefe de operaciones militares, porque las operaciones militares estaban a su cargo. (Baltodano 2010…). 188
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Miguel Bejarano Ruiz quien era a la vez secretario General del Partido de Rivas, pasa a ser el jefe militar en el Departamento y se le encomienda crear la estructura en el mismo, con personas idóneas del Partido y de la Juventud, pero además a elementos que no siendo del Partido estuvieran dispuestos a incorporarse a la lucha armada contra la dictadura. Este último informante nos da una idea de cómo empezaron a organizarse las FARN. Entonces me aboqué con los compañeros más dispuestos del Partido, para crear una célula armada en Rivas esto tenía que verse como parte del Partido desde lo interno, pero sin afectar el trabajo político del Partido y sin vincular al Partido como organización, esto era trabajar como FARN. Así nos reunimos con Salvador Lara, con Rubén Jiménez, con Miguelito (Somarriba) y otros así como con compañeros jóvenes que no eran de la estructura pero que habían demostrado gran disposición a meterse a cosas serias en ese momento, tales como Juan Guerra, hablamos con Adolfo Morice. Estos a su vez tocaron a otra gente, para incorporarla, creo que Rubén tocó a Carlos Torrentes, (…). Todo esto era compartimentado. Una noche como a las 7.00 p.m. tal como habíamos quedado, iba a haber una reunión en mi casa con un compañero, pero para mi sorpresa, no solo vino Rubén Jiménez, sino también Roger Cabezas y se aparecen con una metralleta, para enseñarme su manejo, nos fuimos a los caminos de La Chocolata y allí la estuvimos manipulando. Esto fue allá por 1967 después de los Lorío (abril de 1967), aunque mi captación fue en 1966, las FARN fueron, antes de la división con los Lorío (Entrevista a Miguel Bejarano Ruiz. La Puebla, Rivas 12 y 13 de sept. de 1997). A diferencia del caso de Bejarano, en que el mismo responsable del Partido podía ser el jefe y organizador militar, en otros departamentos no fue así. En una entrevista al ex Responsable Político (Primer Secretario del Seccional) de Santo Tomás, Chontales, Augusto Gutiérrez Parrales, -quien a su vez era miembro del Comité Central- nos informó, de que solo supo de la actividad de las FARN, hasta cuando se dieron las capturas en Occidente, él cree hasta la actualidad, que esta fue una actividad, restringida a Occidente, y no se percató de que hubo actividades de las FARN en Chontales. Es decir, que los encargados del trabajo militar, lo hacían de forma compartimentada, dentro de las mismas estructuras del Partido, el jefe militar del Departamento podía ser el mismo Secretario político o podía ser un compañero idóneo del Seccional. Pero éste debía de realizar su actividad, paralela y compartimentada, sin informarle nada al Secretario Político del Seccional. Si hacemos un cálculo basado en el tendido organizativo del Partido, las FARN estuvieron organizadas en 12 de los 16 departamentos del País, que eran en donde estaban consolidados los seccionales (Managua, Masaya, Granada, Carazo, Rivas, Chontales, Boaco, Jinotega Matagalpa, Estelí, León y Chinandega). Hasta 189
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el momento en que se encuentra la investigación, no podemos hacer un cálculo exacto, del número de personas involucradas, en esta actividad, pero es evidente que eran más de un centenar de individuos entre militantes y simpatizantes del PSN y partidarios de la acción armada contra el somocismo.
Estrategia y organización de las FARN. Debe de recordarse, que lo que creó la diferencia entre construir un brazo armado para estar preparado para “cuando las condiciones estuvieran dadas” y la de realizar acciones inmediatas fueron los mismos dirigentes del ala radical. Estos, ya con el refuerzo proveniente del Frente y la buena cantidad de gente entrenada, pensaron en hacer acciones directas contra el sistema y en esta dirección organizar células de combate urbanas y también la creación de núcleos guerrilleros rurales. Pero según Galeano se requería de recursos para mantener e impulsar la actividad militar y de allí es que se plantea la necesidad de un golpe más grande, porque según esta misma fuente se habían hecho algunas acciones de recuperación pero pequeñas y sin hacer ruido(Conversación con Juan Isabel Galeano Managua, 7 de mayo de 2004).. Todo cabía dentro de los planes estratégicos trazados. De estas iniciativas nos deja constancia el testimonio de Cortez Téllez. “Se experimentó la formación de tres frentes en la zona montañosa uno en Occidente, otro en el Norte y uno en Nueva Guinea. El de Nueva Guinea me tocó a mí con Jacinto fuimos unos nueve hombres de León, Chinandega, con campesinos de la estructura de Chontales que servían de baqueanos y en la logística estuvimos varios meses si no mal recuerdo en 1968. El otro frente fue por La Dalia allí estuvo a cargo de la gente de allá eso fue entre 1967 y 1970” (Cortez 2010…). Galeano por su parte asegura que tuvo participación en la agrupación de Nueva Guinea, “pero que además de una gente que llevó Baca y Cortez de Chinandega, estuvieron miembros del Partido y de la Juventud de Chontales y que llegaron a ser unos 12 o 14 hombres los involucrados, entre ellos estuvo mi propio hermano Uriel, en esa época de 15 años, estos participaron no como colaboradores estuvieron en las marchas y los entrenamientos” (Galeano, mayo de 2004). Con respecto a las células urbanas, se organizaron células en donde el Partido tenía presencia organizativa en Municipios y cabeceras departamentales. La represión de 1969 dejó en evidencia la existencia de tres células en El Viejo, Chinandega, el número de integrantes de célula, varió entre 3 y 5 miembros. A estos le seguía un grupo de colaboradores. Es válido anotar que hasta el momento no tenemos una cifra precisa sobre los integrantes de la organización a nivel nacional, ni departamental, recordemos que es una investigación en proceso.
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Según estos mismos informantes, el objetivo estratégico de las FARN era experimentar un crecimiento cualitativo y cuantitativo en recursos humanos y materiales, ir preparando y fogueando un contingente armado para preparar las condiciones para la insurrección nacional contra la dictadura y el sistema capitalista. La insurrección a su vez, solo podía ser producto de un movimiento de masas contra el sistema resultado del trabajo político-ideológico del Partido, entonces allí ya estaba el Partido preparado para la lucha armada, como continuación de la lucha política.
Acciones de las FARN. Para el estudio de las acciones y otros aspectos de las FARN se pueden utilizar tres tipos de fuentes: a) las periódicas; b) las orales; c) y las documentales a) en las fuentes periódicas se dio a conocer por primera vez ante la sociedad en mayo de 1969 la existencia de esta organización con el mencionado caso del secuestro de Venerio Plazaola. Y tras este hecho hubo otras acciones y hechos concatenados que hasta hoy son poco conocidos por la falta de estudios( e interés), entre estos podemos mencionar las siguientes: el 4 de junio de 1969 se informa en los medios de la captura de 15 estudiantes del Instituto Nacional de El Viejo, Chinandega al verse involucrados en un intento de extorsión al propietario Pablo Ubilla, en días posteriores se habla de hasta 30 detenidos en Corinto ,Chinandega, León , Managua y Jinotega: las autoridades logran encontrar relación entre lo de Ubilla y el secuestro de Venerio Plazaola. Seis detenidos son presentados ante los medios de prensa por la OSN y sindican que son de las FARN. Las declaraciones involucran como responsables a Roger Cabezas, Wilfredo López, Rubén Jiménez, Carlos Caballero, Leonardo Real Espinales y Antonio Soto quienes son detenidos, mientras que permanecen prófugos y clandestinos Jacinto Baca, Abdul Sirker, Manrique Arteaga, Edwin Meléndez, y César Cortez; (conocido con el seudónimo de “José Antonio”) el ataque a tiros de una patrulla GN desde un vehículo en León el 4 de agosto de 1969 posteriormente la GN informa de haber localizado el vehículo utilizado por “los subversivos” identificados como parte de las FARN ; 6 de agosto se informa que extremistas de las FARN buscaban contacto con Noel Pereira Majano; septiembre de 1969 miembros de las FARN disparan desde una motocicleta en marcha a una patrulla GN, se entabla un tiroteo y los dos guerrilleros logran evadir a la GN y dejan abandonada la motocicleta ; abril de 1970: encuentro casual de una patrulla GN en la zona de La Dalia con un agrupación rural de las FARN que realizaba una caminata, la GN es sorprendida y sufre algunas bajas. La GN no los identifica como FARN, sino como parte de la agrupación guerrillera de Zinica 191
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b) Una fuente de gran importancia la constituyen los sobrevivientes, entre los que se encuentran quienes ocuparon responsabilidades en la estructura. Cortez Téllez en coincidencia con lo recogido en los medios, refiere que antes de Venerio se planificó la toma de la mina “El Limón” se logró concentrar 12 hombres al mando de Jacinto, pero que se suspendió porque hubo detección por parte de las autoridades. Jiménez y Galeano, en coincidencia con un hermano de Manrique (Victoriano) sostienen que antes de lo de Venerio se hicieron algunas acciones de recuperación de menor envergadura tales como el asalto a negocios en Managua y planillas de pago rural disfrazadas de acciones delictivas comunes, porque no convenía dar a conocer la existencia de la organización. c) con respecto a las fuentes documentales y otros materiales escritos hasta el momento no se ha podido acceder. Se sabe que existen documentos en manos privadas de ex dirigentes del FSLN y del PSN. Tenemos conocimiento que hubo cartas comunicados públicos y comunicaciones internas de estas organizaciones. Para el futuro serán de vital importancia para comprender aspectos desconocidos y específicos de esta organización.
Aclaraciones de Cortés Téllez Cortez Téllez aclarando infundíos que se lanzaron contra él tras la muerte de Jacinto refiere lo siguiente: “Se dijeron en la época, cosas sin sentido: que el Partido había traicionado a Jacinto, que yo, que el “Patón” (apodo) lo había llevado a la muerte. Esto fue un absurdo, producto de los prejuicios contra el PSN, habladurías”… el 9 de noviembre cuando matan a Jacinto, yo estoy con Carlos Orozco -quien todavía está vivo- en un lugar que llaman “La Montañita” cerca de El Sauce. Porque se estaba planificando la toma de “El Sauce” con gente de León y Chinandega. A Jacinto lo matan ese día, en un encuentro casual en la estación de “Rota”, un pueblo chiquito, su presencia como extraño, es detectada por unos paramilitares, y el guardia lo llama y lo quiere detener, Jacinto se ve obligado a dispararle y lo mata en el comandito, pero los paramilitares que no eran otros que unos asesinos, los famosos López, estaban alertas, avisan a León, lo persiguen a él y a su acompañante que era Reinaldo Puertas, ellos se enfrentan a balazos en desventaja, allí es donde lo pegan y lo matan. Puertas, logra salir para León, logrando burlar un intenso operativo de la guardia y según supe después pasó un informe de lo ocurrido a la estructura de León (Cortez…) (Jesús Vílchez le leyó años después, este informe al autor, que Puertas entregó a una compañera, quien era hermana de Álvaro Montoya). En su informe a la compañera Montoya Lara, Puertas relata que al encontrarse en Rota y enfilar para la cordillera le llaman la atención a los curiosos, por ser 192
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forasteros, de esta situación, no es ajeno el guardia raso Ruperto Salmerón de la Estación. Ante esta situación, ellos tienen la opción de desentenderse y continuar rápido alejándose del pueblo, pero que Jacinto decide encarar con calma el problema y deciden ir a una pulpería a comprar gaseosas y detenerse como si nada. Allí el guardia los conmina a que pasen al comandito. Al entrar ambos comandito Jacinto le presenta la coartada, le dijo que eran buhoneros, pero el guardia sorpresivamente hizo un movimiento y trató de desarmar a Jacinto, según Puertas, el GN parece que notó que estaba armado, entonces Jacinto sacó rápido la pistola y le disparó. Que al darse los disparos, se dio la alarma y ellos emprenden la retirada enfrascados en un tiroteo a campo abierto contra los paramilitares, allí es donde Jacinto es herido, que él logra salir hacia León y le informa de lo ocurrido a la compañera Montoya Lara, en la misma tarde del 9 de noviembre. Según Cortez, Jacinto iba para la Cordillera (Los Maribios) donde se iba a encontrar con una gente de cara a la formación del núcleo guerrillero de Occidente para dar un golpe que reafirmara la existencia de las FARN “del que hice referencia antes, con su muerte se vino abajo este proyecto, y el ataque a El Sauce, porque se desató una fuerte represión y presencia militar en la zona”(Cortez…). Cortez insiste en aclarar lo de Jacinto: hay cosas que se pueden decir ahora que ya estoy casi de viaje (muy enfermo) hay que decirlo: en verdad él caminó mucho conmigo, por las responsabilidades que tuvimos y nos hicimos buenos amigos. Por ejemplo la balacera de León desde una moto contra una patrulla que quiso detener a dos guerrilleros según La Prensa, fuimos nosotros dos, él iba manejando y yo detrás. Salimos vivos volándonos pija con la guardia. Nosotros caminábamos juntos, pero ese día él no andaba conmigo, ahí está vivo Orozco él que andaba conmigo ese día, el lo puede decir. Ahí está vivo Puertas que andaba con él, pero Puertas está vivo de milagro… no hay en lo absoluto ninguna prueba de que haya sido traicionado por alguien, cuando andás en la runga la muerte te puede llegar por algo inesperado…casual. No sé de donde salió ese infundio, sin ningún sentido de racionalidad, de que yo lo traicioné… (Cortez…).
A manera de conclusión: la desaparición de las FARN. Sobre este aspecto, hay mas especulaciones, que versiones aproximadas a la realidad producto de que se hace difícil encontrar una explicación al hecho de que una organización que -según los informes del enemigo y los hechos- tuvo una estructura casi nacional y con la connotación que tuvo en el mismo haya desaparecido del escenario político sin aparentemente dejar huellas. En los años siguientes solo se mencionaban en los medios, los juicios y resultados de los procesos de los detenidos de esta organización. En este sentido, no se puede dejar de señalar la actitud casi huidiza de testigos y ex participantes. 193
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A la luz de las entrevistas y conversaciones con sobrevivientes y participantes de esta experiencia se puede arribar a ciertas conclusiones: a) En primer lugar, fue evidente, que las FARN se debilitaron con la caída de Jacinto Baca Jerez, porque era un dirigente que había logrado acumular gran carisma entre la militancia, no solo de Occidente, sino en las estructuras nacionales. Su muerte causó desconcierto e incertidumbre y la dirigencia de las FARN no estuvo en capacidad de asimilar su caída. Algunos de sus connotados militantes, se fueron de la organización para integrarse al Frente Sandinista, siendo los casos más conocidos los de: Manrique Arteaga, Edwin Meléndez y Leonardo Real Espinales, quienes cayeron en combate, ya en las filas FSLN. Esto pasó a nivel de combatientes y colaboradores, quienes también se fueron hacia el FSLN. Pero, quedaría un singular vacío, si no se entiende que pasaba en esos años, en lo interno de la organización gestora, de este brazo armado (el PSN), lo que nos enviaría a la segunda conclusión. b) Este periodo fue de grandes problemas internos para el Partido, que por supuesto trascendieron en la experiencia del experimento armado. Desde la renuncia del Secretario General Onofre Guevara en julio de 1969, se manifestaron una serie de problemas y reacomodos. Válido es destacar, que Onofre, le alegó al resto de dirigentes, que él no fue informado de la acción contra Venerio, que además él, no hubiera estado de acuerdo con el plagio, porque este señor, era opositor a Somoza y que no se podía hacer cargo (ante los tribunales somocistas), de algo que no había cometido. Según Miguel Bejarano, miembro de las FAR y autoridad intermedia del Partido, la explicación que dieron sobre la conducta de Onofre en los organismos del partido, fue, que él tenía que rechazar la acusación haber participado en el secuestro a Venerio, pero mantener su firmeza con respecto a su posición en el Partido y entre otras cosas, asumir las consecuencias que de los hechos se derivaran. Venerio era opositor, pero era un terrateniente capitalista, enemigo de clase (Bejarano). El ala radical del PSN entró en un proceso de declive, dado que la dirección la asumió Luís Sánchez Sancho, quien en la voz del mismo Onofre, años después vino a reencauchar poco a poco las concepciones y prácticas conservadoras, que se creían superadas con la salida de Manuel Perez Estrada y los hermanos Lorío en 1967. Esto no fue un paso brusco, en esas circunstancias Sánchez -quien al poco tiempo de asumir la dirección del PSN fue encarcelado- no habló de oponerse a la lucha armada abiertamente. Pero desde entonces, empieza a propagar la idea de que la forma en que se está llevando a cabo la lucha armada con las FARN, era aventurera, que la forma en cómo estaba llevando a cabo la lucha armada el Frente Sandinista, era también aventurera “que había que preparar seriamente 194
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la lucha armada” que la aventura podía liquidar al partido revolucionario y a la revolución misma. A su salida de la cárcel en 1971 esta fue entre otras, la idea que muy sutilmente se propagó entre cuadros y militantes del PSN hasta plantearse abiertamente en una reunión plenaria en este mismo año. Estas y otras proposiciones se reafirmaron años después en el X Congreso. En auxilio de esta iniciativa ocurrieron otros acontecimientos tales como fueron el encarcelamiento primero por la OSN de César Cortez y a su salida de la cárcel, su expulsión de las filas partidistas por razones disciplinarias; la acusación contra Abdul Sirker -quien había salido clandestino para la Unión Soviética- de ser agente de la CIA. Esta acusación propagada por los expulsados hermanos Lorío y Manuel Pérez Estrada, a pesar de que resultó ser a todas luces infundada, tuvo serias consecuencias en la imagen de Sirker entre las bases del Partido y de las FARN. A su regreso además de ser detenido por la OSN, tras su cautiverio, ya no retornó ni a dirigir la Comisión Militar ni a reactivar el aparato armado, ni al mismo Partido. Por esos años falleció otro de los grandes impulsores del brazo armado: Nicolás Arrieta. Bajo la conducción de Luis Sanchez Sancho, otros dirigentes del aparato armado fueron ubicados en actividades partidarias de carácter legal, o fueron enviados al exterior (URSS) a realizar estudios, como el caso de Roger Cabezas a realizar estudios políticos, a la URSS; Porfirio García y Rubén Jiménez a hacerse cargo de una dirección ejecutiva del trabajo Juvenil (JSN) del Partido, Álvaro Montoya a representar al partido, ante otras fuerzas políticas opositoras. La Comisión Militar, pudo hasta 1975 enviar un pequeño contingente a prepararse militarmente a la URSS. Otros cuadros incluidos miembros de la JSN se incorporaron a las estructuras del FSLN tales como Leonardo Real Espinales, Edwin Meléndez, Manrique Arteaga o los casos de Isidro Téllez, Pablo Martinez y Mercedes Espinosa, quienes pasaron a ser parte de pequeñas fuerzas de izquierda (como el Movimiento de Acción Popular). Es decir que la tendencia radical del PSN se debilitó y la idea de las FARN se vino diluyendo. La tendencia de Luís Sánchez Sancho se fortaleció en la dirección del Partido, en la práctica, esta dirección no pasó a preparar seriamente la lucha armada como lo predicó Sánchez, sino que por el contrario se produjo un acercamiento o alianzas con fuerzas de la oposición burguesa (CON, UDEL, etc.,). en el marco de un fin estratégico y no como una táctica. Por esos años contradictoriamente, el PSN incrementó su influencia en el sector sindical (principalmente en el sector de construcciones) logrando espacios cuantitativos y cualitativos nunca antes alcanzados. A mediados de 1976 siendo responsable de la Comisión Especial (Militar) Álvaro Montoya, se convocó a un Pleno extraordinario de la Comisión Política del Partido. En ella hubo un fuerte reclamo por el abandono del trabajo
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militar en el Partido y se tomó la decisión de retomarlo.(Baltodano 2010…) El no cumplimiento de este acuerdo – entre otros problemas de funcionamiento- condujo a una nueva división del PSN entre los radicales (que se llamaron bolcheviques) que retomaron la lucha armada y los conservadores (que tomaron el nombre de mencheviques). Todo lo cual forma parte de otra historia. En síntesis el ala radical del PSN se debilitó de manera tal manera en estos años(1969-1971), que las tendencias conservadoras que asumieron la conducción del Partido lograron debilitar el brazo armado al extremo de hacerlo desaparecer. Los radicales tendrían que acumular fuerzas para dar un último empuje hasta el año de 1976. Entonces a las FARN la hace desaparecer la tendencia conservadora del PSN y no el Partido como tal. En estas circunstancias el FSLN como organización político-militar tras los golpes sufridos entre 1967 y 1969, planteó la estrategia de acumulación de fuerzas en silencio asimilando los restos de la estructura y logística de la desaparecida FARN, principalmente en los Departamentos de Occidente. No fueron, por tanto inútil los esfuerzos del ala radical del PSN y de Jacinto Baca Jerez al fundar las FARN, en tanto favorecieron el desarrollo del FSLN. Vistas las conclusiones, se puede asegurar que los datos obtenidos a través de entrevistas y conversaciones con ex participantes y su comprobación en los diarios de la época y otros documentos, demuestran, que aún cuando fue muy efímera la proyección de las FARN tuvo existencia como tal en una coyuntura muy compleja para la historia política del país. Por lo que es un hecho digno de ser conocido por las nuevas generaciones. Esto se puede acometer cuando existen sobrevivientes, que ocuparon responsabilidades en esta organización, además de documentos y otras fuentes. Pero sobre todas las cosas a pasado suficiente tiempo para que se superen los prejuicios sectarios que incidieron para que se hicieran estas omisiones y en los tiempos actuales en que ha repuntado el testimonio como género narrativo, es tiempo de retomar las vivencias de las FARN como parte de una experiencia colectiva, que aportó al movimiento revolucionario nicaragüense en general.
Bibliografía básica y otras fuentes consultadas y utilizadas. 1. Borge, Tomás. La paciente impaciencia. Managua, Editorial Vanguardia.1990. 2. ----------------- “La formación del FSLN” en la Revolución a través de nuestra Dirección Nacional.(folleto,s.n) Managua, 1980 3. Guevara, Onofre y Pérez, Carlos. El Movimiento Obrero en Nicaragua, Managua, Ediciones Dávila Bolaños,1981. 4. Guevara, Onofre. Sea Moderado tu Sueño. Managua. Editorial CIRA.2002. 5. Ramírez, Sergio. La marca del Zorro. Managua, Editorial Nueva Nicaragua 1989. 6. Ortega Saavedra, Humberto. La Epopeya de la Revolución. Managua, LEA grupo Editorial, 2010.
Fuentes Periódicas. 196
Bordes ocultos. El entretejido de nuestra historia La Prensa y Novedades entre mayo de 1969 y abril de 1970.
Fuentes Orales 1. Entrevistas a: Abdul Sirker, Jorge Galo Espinoza, César Cortez Téllez, Miguel Bejarano y Álvaro Ramírez González 2. Conversaciones con: Rubén Jiménez, Juan Isabel Galeano, Francisco Brenes, Adolfo Espinoza, Abdul Sirker y Guillermo Baltodano.
Otras Fuentes a)
Casanova Fuertes, Rafael. “El Malo de la película. Medio siglo de mitos tabúes y verdades sobre el Partido Socialista Nicaragüense” (1944-1 994). (material Impreso de 7 páginas). Managua julio de 1994
------------------------------.”El otro lado de la historia”. En: El Nuevo Diario. Managua, 9 de diciembre de 2007. 3. Notas tomadas de Video grabación del Comandante Daniel Ortega Saavedra, presentada a militantes y cuadros del Partido FSLN. Casa Departamental del Partido Managua septiembre de 1984. 4. Notas sobre conversatorio realizada por un grupo de viejos militantes del FSLN. UCA Julio de 1987.
*Tanto en conversaciones así como en su obra testimonial Onofre Guevara no reconoce haber sido parte de las FARN, aunque como Secretario General debió haber tenido conocimiento de su existencia. Todo parece indicar que se le daban informes muy generales de las actividades. Es más el no haber sido informado del plagio a Venerio, algo con lo que él no estuvo de acuerdo, es uno de los argumentos de su renuncia a su responsabilidad en el PSN en julio de 1969.
6. Criterios de los protagonistas de las FARN. Rafael Casanova Fuertes: Guillermo, recibe ante todo, un fuerte abrazo. Como lo platicamos en días pasados, estoy en la quijotesca misión de rescatar algunos aspectos invisilizados de la historia reciente. Siento que antes de bajar a la tumba (que espero no sea tan pronto) que tengo el deber moral de hacerlo por los muertos y los que están vivos, sometidos hasta hoy, al más criminal olvido. Traté de ponerme en contacto el fin de semana pasado pero parece que ese celular suyo se lo robaron o me dio al número equivocado porque el mensaje me lo respondió otra persona. Pero, veremos cómo nos puede ser útil la comunicación a través de este medio. Comienzo explicando de que mi ponencia en la UNAN, se denomina Los Actores invisibles el caso de las FARN. Pedí un plazo para que me permitieran entregar el contenido es decir que necesito unos datos lo más breve posibles previos a una entrevista futura. Yo le mandaré unas preguntas y comentarios y usted me hace 197
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el gran favor de darme su opinión y aclaración. Recordemos que son posiciones y versiones individuales que se alteran con el peso de los años. Cuando fue fundada las FARN?, en qué año? Quienes fueron sus gestores y fundadores? En que departamentos de Nicaragua se extendió? Que acciones realizó? Que compañeros la integraron como militantes que número aproximado de militantes llegó a tener en todo el país? Porque se produjo su desaparición y en qué año? Le envío una síntesis de las entrevistas y conversaciones con otros participantes, que queremos socializar con usted. Esto con el objeto que se pueda socializar la información. Roger Cabezas Gómez asegura lo siguiente: Nace con el nombre de Frente de Acción Revolucionario Nicaragüense (el FARN) en 1965, otros después le llamaron las FARN, pero usando el nombre de Fuerzas Armadas Revolucionarias de Nicaragua, copiando lo de Guatemala; Para organizarla se utilizó la misma estructura del partido a nivel nacional. A algunos compañeros, no se les informó del todo sobre la existencia del brazo armado, ni mucho menos de sus acciones por razones de compartimentación. Se involucraron Abdul Sirker, Nicolás Arrieta, Jorge Galo, Álvaro Montoya, Julio Briceño, Rubén Jiménez, Wilfredo López Balladares, otras personas que no recuerdo y yo. Con relación a Luís Sánchez, él participó y estuvo de acuerdo con las FARN, muchas cosas se dicen ahora que el tiempo ha pasado, Luis cambió después, pero hubo una etapa radical en él y en eso hay que ser objetivo. A él lo mata después el guaro, lo despersonaliza, después sus desviaciones complacientes hacia la derecha, en tiempos de UDEL y se termina derechizando totalmente en los ochentas y noventas. Pero en honor a la verdad, el tuvo que ver en la fundación de las FARN, que nacieron como el FARN. Se usó la misma estructura del Partido, pero compartimentando la actividad militar (Roger Cabezas Gómez). Cesar Cortez Téllez por su parte afirmó: Nació con el nombre de las FARN y Luis Sánchez nada tuvo que ver, fue opuesto todo el tiempo a la lucha armada, se funda en 1965 y sus fundadores fueron: Sirker, Baca, Cortez, Arrieta, Baltodano y otros. A Jacinto lo está estrechando el Frente y por eso se viene con nosotros El estado mayor lo integramos Onofre Guevara, Sirker, Cabezas, Montoya, Wilfredo López B. y yo ; hubo intento de crear tres frentes rurales: uno entre Río San Juan y Chontales. A Chontales fuimos Jacinto Baca, Cortés, era un grupo de 9, eran de Occidente, los de Chontales eran colaboradores del Partido; otro en La Dalia Matagalpa también a cargo de Cortez y Baca con militantes de la zona unos 15 hombres; 3-el de Occidente que fracasa al ser muerto Jacinto en un encuentro casual ; el Partido tuvo que ver en desbaratar las FARN nosotros un poco antes de la muerte de Jacinto, estábamos acercándonos al Frente, el Partido me mandó a eliminar a mí a través de Sirker porque querían acabar con las FARN, pero 198
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Roger Cabezas que era mi amigo no cumplió la orden que le habían dado de matarme; las FARN se desbaratan cuando yo caigo preso entre 1971 y 1972. Nosotros como FARN, nos quisimos acercar al Frente pero tuvimos un enemigo: Efraín Sanchez, siempre dijo un poco de mentiras de las FARN, porque nunca nos quiso, no sé por qué razón, él era anti FARN, cuando por alguna razón, buscábamos acercamiento con el Frente y en particular con él, nos evadía, era fácil localizarlo, porque tanto su papá como su hermano fueron toda la vida dirigentes del Partido y hacía vida social con muchos militantes del Partido. Hasta bebía guaro con ellos. Ya después de pasadas las cosas en los ochenta, ya siendo mi vecino, yo quise aclarar eso con él, pero siempre me evadió. Venerio nos dio un poco de datos sobre una cantidad de terratenientes y somocistas corruptos, cuando le explicamos de que se trataba el secuestro era una lucha contra Somoza, él era un terrateniente, pero era conservador opositor a Somoza, una frase que él dijo una cosa como esta: ideay me van a sangrar solo a mí, si ese es el objetivo de ustedes la lucha contra Somoza, pues aquí hay unas cosas que les pueden servir , nos tiró toda una información muy útil para alimentar a la organización, lo que pasa que el después del secuestro, a los medios, él no les fue decir todo lo que platicó con nosotros, la misma OSN lo podía presionar, porque recordemos que él era un opositor reconocido. Con las FARN había muchas oportunidades, se entrenó gente en la ciudad y en la montaña (César Cortes Téllez). Juan Isabel Galeano dijo por su parte :Nosotros tuvimos tres intentos de hacer campamentos rurales uno en Chontales buscando Nueva Guinea hubo militantes de Occidente y de Chontales en 1967, en lo de Chontales estuvo mi hermano Uriel, estaba chavalo en ese entonces; a mí me tocó trabajar también en el montaje y entrenamiento del Norte llegamos a ser entre 30 y 40 personas aprovechando las redes del Partido, nos movimos en la zona de la Dalia, Yaosca allí estuvieron involucrados Bernardino, un hermano de él, los Arauz, los Centeno, los Flores, los González, Rommel López, esto fue entre 1968 y 1970 a inicios de este año tuvimos un encuentro casual con la guardia, le hicimos dos bajas ellos creyeron que era el Frente. Porque la guardia se movilizó en esos días para lo de Zinica y topó con nosotros por casualidad. Eso salió en los periódicos, vos lo podés comprobar. Fue un esfuerzo frustrado del Partido para la lucha armada, a Rommel y a Efraín (González) los matan por eso, eran parte del núcleo organizador de la parte urbana en Matagalpa. Quien tuvo peso para que se desapareciera las FARN fue Luis (Sánchez) entre 1971 y 1972, él fue enemigo de la lucha armada. Él tuvo mucho que ver, porque él fue Secretario General del Partido cuando las FARN desaparecieron. Yo estuve involucrado directamente en lo del secuestro a Venerio, porque necesitábamos plata para la compra de armas y otras cosas. Hicimos un estudio 199
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de posibilidades de una acción de recuperación, de individuos que tuvieran recursos y que se les pudiera sacar plata, vimos Managua, León Chinandega. Entonces el blanco más vulnerable y productivo fue Venerio. Se realizó la acción, de la cual se habló mucho. Esto lo ejecutó un comando a cargo de Jacinto Baca, se le agarró a la salida de la finca, el clavo fue que andaba con Victoriano Arguello, otro terrateniente, que no era objetivo, entonces lo usamos de mensajero. El comando lo lleva a un sitio ya estudiado en las montañas de Chinandega. Los enlaces le señalan a la familia donde entregar el dinero, Venerio pidió rebaja y se la concedimos, era de quinientos mil córdobas, se la dejamos en trescientos mil. En eso no hubo problemas todo se hizo bien, como se planeó. El encabe fueron unos muchachos días después, sin autorización del mando, allí en El Viejo, quisieron extorsionar a otro terrateniente, este le avisó a la guardia, les tendieron una trampa y allí vino la cadena de capturas.- Lo interrumpo y le pregunto si este era un señor Ubilla el me responde: creo que sí, era un tal Ubilla-. Recuerdo que a mí me tocó ir a traer el dinero, allá a Chinandega. Por esos días se dio un fuerte operativo de la guardia, la seguridad y todo. Una patrulla se colocó una mañana propiamente frente a la casa de seguridad, donde estamos, listos para salir, cuando se parquea la patrulla. Entonces repartí las armas y hubo uno que era el más chavalo aquí está velo –y señala a- Francisco Brenes y ya lo que nos quedaba era un machete y se lo doy, si quieren entrar con eso les da -le digo-, se detiene y se dirige a Francisco Brenes- vamos a preguntarle: verdad Brenes ¿te acordás que cuando lo de Venerio allá en Chinandega yo te di un machete en aquella casa, cuando la guardia se paró frente a la casa? Le dice- Aquel asiente con la cabeza. -Continúa Chabelo Galeano – Pero eso era pura casualidad la guardia anda eriza buscando, pero no tiene nada de información, cuando se fueron de allí salimos nosotros de la casa yo salí para Managua. (Conversación con Juan Isabel Galeano durante el entierro de Jorge Galo Espinoza. Villa Rubén Darío Managua, 21 de febrero de 2003) Como vemos estos y otros datos necesitamos conversarlos aclararlos complementarlos me gustaría tu opinión adjunto mi ponencia en proceso de elaboración
Gracias.
Rafael Casanova Fuertes. Correo enviado a Guillermo Baltodano Serrano Managua, 19 de mayo de 2010
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Guillermo Baltodano: Camarada Rafael: como historiador y como amigo, te agradezco que me hayas tomado en cuenta. Lo primero que he de decirte, que esto hay que platicarlo con la cabeza bien fría. Coincido con los anteriores que todo comenzó de lleno en 1965, porque, hay otros antecedentes. Desde la fundación del FLN hubo buenas relaciones con el Frente, lo que sucede, que muchos cabezas calientes, sectarios, quieren presentan un panorama sombrío y esto no está ajustado a la verdad histórica. La relación con el FLN era fácil porque todos los del Frente, habían sido de la Juventud Socialista, y nos comunicábamos con ellos. Con Jorge Navarro, con Francisco Sanchez, con Payín, con Selim, con el mismo Carlos. Después de que se fueron ellos, en la Juventud, quedamos gran cantidad de partidarios de la lucha armada, y abiertamente hablábamos en el Partido, de que la única forma de tumbar a la dictadura era por medio de la lucha armada. Desde entonces estábamos opuestos a la línea de Perez Estrada y esto también se hablaba abiertamente en la estructuras, pero lo que nos diferenciaba del Frente, era que nosotros queríamos empujarla desde el Partido y ellos se fueron a hacerla desde fuera y formaron primero lo que te dije el FLN o Frente de Liberación Nacional y después Frente Sandinista de Liberación Nacional. Lo otro que nos diferenciaba era que había que combinar las distintas formas de lucha. Del exterior llegó Abdul Sirker al Partido, quien lo planteó a la dirección, pero además mucha gente joven y decidida empezó a ejercer presión, desde abajo. De este modo, nos venimos fortaleciendo, incluso hubo en un pleno de 1962, en el que se presentaron fuertes diferencias, esto fue en la casa de Jorge Galo. Ya entonces en ese Pleno, se planteó la destitución de Perez Estrada y nombrar a Onofre (Guevara) como Secretario General, pero esto no se pudo realizar en esos años por distintas razones, el problema era el de siempre, el partido debe estar listo para toda forma de lucha, que no era otra cosa que prepararse militarmente y hacer acciones contra el sistema y los Lorío y Perez Estrada, no decían que no, pero siempre lo boicoteaban. No podían corrernos, éramos una fuerza, pero ellos tenían a partir de sus posiciones, gran capacidad de maniobra y uno de sus mecanismos fue posponer y posponer. Algo que se ha olvidado y es poco conocido fue que hubo acciones que las hicimos en conjunto con el Frente, por ejemplo la toma de Radio Mundial y la celebración de un aniversario de Sandino, en la Escuela de Economía de la UNAN no recuerdo si fue en 1962 o 1963 en que cuando la guardia dice que no va a permitir que se celebre a Sandino, nosotros acordamos con el Frente la toma de la Escuela de Economía esto era la Juventud se la iba a tomar y va a poner la gente y vamos a estar listos con cócteles molotov y otros cosas para resistir en caso de que la guardia nos disparara, no íbamos a permitir otro 23 de julio, el Frente iba a poner comandos armados en cuatro taxis. Así estaban las cosas 201
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Manuel Espinoza abrió la escuela a las 7.00 p.m. a Guillermo Baltodano le tocaba cerrar nosotros estuvimos listos, el Frente con su gente afuera y nosotros con cócteles, algunas armas cortas y hasta piedras la actividad fue un éxito completo, pero para sorpresa de nosotros la guardia ni se asomó parece que la olió”, o tuvo información antes y no quiso comprometerse en un enfrentamiento de esta envergadura. No se sabe hasta ahora porque no se presentó la Guardia, pero hubiera sido la del diablo ese día. La otra acción fue la toma de Radio Mundial, allí participamos dos miembros de JSN y dos del FSLN, por la jota participé yo y otra persona y por el Frente,, un compañero que no recuerdo y Jorge Navarro quien era a la vez el jefe del comando. A mí me tocó leer el comunicado. La formación de las FARN se dio con los Lorío, ellos autorizaron desde antes a Sirker, para que formara el equipo militar, estoy de acuerdo con Cabezas de que Luis participó en esta etapa, en lo de las FARN. La opinión de Cortés tiene relación, con las diferencias que se dieron después y Luis fue odiado, pero hay que ser objetivo. Eso es diferente a la postura que asumió cuando comenzó a dirigir el Partido, a fines de los años sesenta, en que ya se inclina hacia posiciones conservadoras. También estoy en desacuerdo con lo que dice Cortez, de que lo mandó a matar Abdul Sirker, allí no se mandó a matar a nadie, esas son expresiones en el tiempo, sin ningún fundamento producto de animosidades que se produjeron más tarde, por desacuerdos de posiciones y otras cosas. A Cortez mi aprecio y mi respeto pero esto no es cierto. Ni tampoco el Partido como tal se decidió a terminar con las FARN, esta fue una postura de un grupo que tenía posiciones liquidacionistas, pero este es otro tema. En verdad, que al derrumbarse las FARN, sobre todo después de 1969, hubo compañeros que se fueron para el Frente, pero fueron algunos de los captados (por el Partido)para la acción armada como Real, como Meléndez, como Arteaga, pero que se haya estado empujando hacia el Frente, no es correcto, si la dirección de las FARN, era del Partido. Cortez por ejemplo, salido del Partido por esa época no se fue para el Frente, no sé porque el “Patón” dice eso. No fue sino hasta que entre 1979-1980 a la sombra del mismo PSN de Álvaro Ramírez, es que el “Patón” pasa definitivamente al Frente En 1964, Sirker nos manda a Róger, a Cortez y a mí a un curso de estudios políticos pero él había amarrado con los rusos, para que se nos impartiera un curso militar al concluir los estudios políticos. Al año siguiente se mandó a los dos hermanos Pastrán: Amanda y Arnoldo (hijo) y otros dos compañeros para que le dieran continuidad al curso. El objetivo general era que esta gente ya preparada, entrenara los compañeros selectos y captados para el aparato militar a nivel nacional.
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Cuando se dio La ruptura con los Lorío en el 67 (1967) ya hay un estado mayor o comisión militar nacional formada por Sirker, Rigoberto Palma, Álvaro Montoya, Cortez Téllez, Nicolás Arrieta y en los mandos operativos estaban Jacinto Baca Jerez. Guillermo Baltodano capta elementos de la UNAN Managua Félix Baltodano fue el responsable de Carazo, por tanto organizador de la zona. Hay una organización a nivel nacional. Yo no te puedo decir cuántos eran, pero todos los seccionales de los departamentos tenían una estructura militar. Después vino lo de Jacinto en Rota y todo lo que ya has mencionado. Cuando se dio el abandono de las FARN por parte de Luis Sánchez Sancho, empezó a darse una nueva presión por parte de nosotros y recuerdo que en diversas oportunidades yo le dije directo a él: Luis, tenemos que retomar la lucha armada, porque cuando lo de UDEL teníamos fuerza, y había que aprovecharla, gente bien organizada políticamente en todos los departamentos, en el movimiento sindical. Yo le insistí después de las actividades de UDEL, en algunos encuentros sociales: Luis hay que retomar la lucha armada no dejemos pasar este momento. El nunca me dijo que no, solo me asentía y me decía si vamos a ver eso, pero nunca lo hizo. No solo yo se lo decía también otros compañeros. La paciencia con él se vino agotando. En 1975 (en los datos encontrados este hecho se dio en junio de 1976 y no en 1975) vamos a una reunión de la Comisión Política, en donde se a discutir en la agenda lo de UDEL y lo del abandono de otras formas de lucha. En esa reunión estábamos Rigoberto Palma, Álvaro Montoya, Jorge Galo, Federico Krauddy, Domingo Vargas y Guillermo Baltodano. Habían dos únicos puntos de agenda: que eran como dije la debilidad de convertir la alianza con la burguesía(en UDEL) en un fin, no en un medio como se había acordado; y el otro era de que el Partido pasara a la lucha armada como se había acordado también en años anteriores. Lo que resultó extraño, fue que a la salida de la reunión, en el Callejón Zelaya fueron capturados Luis Sánchez y Rolando Alvarado, el chofer -quien no estuvo en la reunión, pero acompañaba a Luis-. A Rolando, lo empujan violentamente contra el suelo y le dicen no es con vos, allí quedate hijueputa, es con este, que vamos a hablar. Esposan a Luis y se lo llevan. Esto provocó un revuelo en las estructuras el Secretario General es capturado en una reunión supuestamente secreta, con medidas de seguridad extremas, pero esta captura demostró que la seguridad no solo conocía el local y hora de la reunión, sino también la agenda que se iba a discutir en la misma. Los interrogatorios a Luis así lo demostraron, nos percatamos que teníamos una infiltración a alto nivel. (Correo enviado a Rafael Casanova Fuertes por Guillermo Baltodano el 26 de mayo de 2010 desde La Pitahaya, Managua.).
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7. La verdad sobre la muerte de Jacinto Baca Jerez. En días pasados (21 de junio de 2010 Opinión. END) escribimos sobre la desaparición de la organización guerrillera Fuerzas armadas Revolucionarias de Nicaragua FARN(1965-1971),una efímera experiencia revolucionaria, ligada al conocido dirigente revolucionario Jacinto Baca Jerez. En el contenido del mismo artículo dimos a conocer los móviles que -según sus participantes- condujeron a la desaparición de las FARN. Debida entre otras razones, al debilitamiento de sus gestores: los radicales del socialismo nicaragüense y la muerte del mismo Baca Jerez, un cuadro desprendido de las filas del FSLN. Es válido señalar, que tras la muerte de alguien connotado, se producen normalmente distintas especulaciones que trascienden en el tiempo y la muerte de Baca Jerez, no fue una excepción. En esta dirección pretendemos dejar aclaradas, las circunstancias que condujeron a la muerte de Jacinto Baca Jerez en la estación de Rota, departamento de León, aquella mañana del domingo 9 de noviembre de 1969. Todo esto, a partir de la información obtenida, de fuentes orales y escritas, no explotadas debidamente hasta hoy. Los hechos. En el diario La prensa del martes 11 de noviembre del año señalado, se expresó en su primera página lo siguiente: los habitantes del pueblo de Rota a 25 kilómetros de León fueron alarmados por la acción temeraria de dos jóvenes que dieron muerte al guardia, raso Ruperto Martinez a eso de las 11.30 de la mañana, cuando trató de desarmarlos, al notar que eran extraños y que andaban con maletas. Uno de ellos, que más tarde fue identificado, como Jacinto Baca Jerez en lugar de aceptar la conminatoria abrió fuego con una pistola automática 45 matándolo instantáneamente. Continúa el relato señalando que la reacción de los auxiliares de la Guardia no se hizo esperar y mientras unos atacaban a los extraños, otros hablaban por teléfono al Comando de León informando de lo ocurrido. El resto de la historia es más o menos conocido, en el intercambio de disparos una bala calibre 38 hirió gravemente a Jacinto Baca Jerez en los costados falleciendo poco tiempo después, en la misma estación de Rota. El compañero de Jacinto logró escapar en medio de la balacera, mientras la GN ya sobre aviso, a las pocas horas, desató una brutal cacería por la zona para lograr su captura, con resultados negativos. El entierro de Jacinto, quien acababa de cumplir 25 años de edad, a pesar del sigilo de las autoridades, que autorizaron a su familia a realizarlo en altas horas de la noche, no fue solitario a como se pretendió. Partidarios, familiares y amigos lo acompañaron a su última morada en el Cementerio Guadalupe de León, dando vivas a su nombre, entonando consignas y canciones revolucionarias. Las especulaciones. No pasó mucho tiempo después para que se dieran una serie versiones, no solo sobre su muerte, sino también, que se especuló respecto 204
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a los motivos que tuvo Jacinto para dirigirse a esta población de apenas 300 habitantes. Incluso en una nota periodística se especuló, de que la intención de Baca y su compañero fue la de robar el arma del único guardia del mencionado caserío. Pero más allá de la producción mediática, más interesada en producir noticia que en aclarar los hechos, hubo otras hipótesis sobre su presencia en el mencionado sitio y los móviles de su muerte, que no hicieron otra cosa que sembrar confusiones. Se llegó a hacer deducciones sobre su posible acompañante y hasta asegurarse que había sido víctima de una traición. Versiones como esta, provinieron de distintas fuentes, pero fueron avivadas principalmente en el entorno político de la lucha contra la dictadura, que protagonizaban las dos principales organizaciones de la izquierda local (PSN Y FSLN), las cuales en medio de los golpes sufridos, se hacían mutuas recriminaciones sobre cuál era la línea y la estrategia correcta a seguir, para la toma del poder político. Los del Frente señalaban al Partido que ellos no tomaban la lucha armada en serio, y los segundos, a su vez le señalaban al primero que al totalizar la lucha armada, como única forma de lucha, era aventurerismo político. Es más, aunque nunca fue una versión oficial, hubo señalamientos, de que Jacinto había sido víctima de una delación “de un cuadro del Partido y que no era otro que propio acompañante” de quien dieron, hasta nombre y apellidos, profesión y apodo. Otro rumor que se dio, fue que había sido víctima de la ineptitud de esta misma persona, que no lo acompañó en esa ocasión, pero fue quien lo envió a un sitio tan remoto, facilitando su muerte. Estas versiones, continuaron siendo manejadas hasta en los mismos años ochenta, mientras el señalado ocupaba cargos de responsabilidad en el Estado Revolucionario. Tales criterios sin ningún fundamento, fueron comunes, provenientes de una época en donde la desconfianza campeaba y la misma inteligencia del sistema somocista, fue lo suficientemente hábil para echar a correr rumores sobre “traidores” en las propias filas de las organizaciones, al acecho de los combatientes clandestinos, en una condición harto difícil. La muerte de Jacinto según las fuentes. La GN y demás aparatos represivos de régimen, nunca tuvieron una claridad meridiana sobre la presencia de Jacinto en la zona y tanto sus propias fuentes de información consideraron este hecho como una casualidad que les permitió eliminar a lo que consideraron uno de sus mas “peligrosos enemigos”. Tampoco hubo un interés particular por investigar no precisamente la muerte de Jacinto en los años ochenta, sino el origen y accionar de las FARN como organización armada revolucionaria, lo que hubiera permitido hacer muchas aclaraciones sobre los sucesos. En la consulta a las fuentes orales y otras fuentes pudimos arribar a algunas conclusiones:
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1. La presencia de Jacinto Baca y su compañero estuvo ligada a una acción militar que se iba a realizar en breve contra el comando GN de “El Sauce”. También dentro de esta lógica estaba la idea de constituir un frente guerrillero en la Cordillera de los Maribios (cercana a Rota), actividad en la que iban a participar gente de Chinandega y León. 2. Jacinto como jefe de operaciones de las FARN no pudo haber sido enviado por nadie su misión es producto del consenso y una decisión del mando militar de las FARN. 3. El acompañante de Jacinto no fue la persona que se señaló. (Un conocido periodista) sino que tiene nombre apellidos y probidad de revolucionario en aquella época, fue: Reinaldo Puertas, un leonés integrante de las FARN. 4. Tanto el informe oficial de la GN como el punto de vista de los sobrevivientes, no indican en lo absoluto que hubo una denuncia o traición, sino que todas las evidencias apuntan a un encuentro casual con el aparato represivo. Dada esta situación ambos(los dos guerrilleros) reaccionan contra el GN, se lían a tiros con los paramilitares asesinos, cayendo Baca Jerez, logrando escapar milagrosamente, Puertas. El quehacer del revolucionario fue así en la época, de riesgos que podían conducir a la muerte en el lugar menos esperado. 5. La lógica apunta, como se dio en otros casos, muy conocidos, de que cuando existe una delación, el enemigo informado, se prepara, se ubica bien en el terreno, dispara primero, ejecuta el objetivo sin sufrir ninguna baja. Un ejemplo de este fue el asesinato de Noel Arguello Pravia, Orlando Castillo y Edwin Meléndez el 15 junio de 1970 en la zona rural de Matagalpa, previa denuncia e información detallada, la GN se preparó para emboscar a los tres compañeros y les disparó a mansalva sin darles tiempo a defenderse. En este caso, fue lo contrario, el único GN en Rota no se percató al observar a los extraños, de la posibilidad de que fueran guerrilleros, es sorprendido por la reacción de Jacinto. Si hipotéticamente hubiera sospechado, su primer paso debió ser, el de pedir refuerzos a León y nunca se hubiera atrevido él solo, a requerirlos. Ellos, quizás una vez liquidado el GN, tampoco calcularon, la rápida reacción de los paramilitares, quienes no eran otros, que una familia de célebres asesinos, de apellido López. 6. La muerte de Jacinto significó el principio del fin de las FARN, golpeadas por la represión de junio de 1969 y murió cuando con sus acciones y actividades organizativas, apuntaba según los testimonios a recuperar la proyección de las FARN a nivel nacional, con una acción de envergadura (ataque al cuartel de El Sauce). Al caer la figura más carismática y decidida de esta organización, se debilitaron, a su vez, las posiciones de los radicales del PSN imponiéndose desde entonces en la dirección del Partido, las posiciones de los opositores a la lucha armada. Sin embargo, es pertinente, reiterar, lo que hemos expresado 206
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en otros trabajos, que la (casi desconocida) actividad organizativa de Jacinto Baca Jerez, caído hace 41 años fue fructífera para el surgimiento de estructuras logísticas, que servirían en el desarrollo posterior del FSLN en Occidente y por tanto fueron un sustancial aporte al triunfo revolucionario de 1979.
Fuentes Periódicas. La Prensa y Novedades de los meses de abril mayo junio y noviembre de 1969.
Fuentes Orales Entrevistas a: Abdul Sirker, Roger Cabezas, Jorge Galo Espinoza, César Cortez Téllez y Álvaro Ramírez González Notas extraídas de conversaciones con: Jesús Vílchez, (y la lectura del informe de Puertas) Rubén Jiménez, Juan Isabel Galeano, Francisco Brenes, Adolfo Espinoza, Abdul Sirker y Guillermo Baltodano. Managua, BBCN, agosto de 2010
8. La corriente socialista. (El presente trabajo es parte de una versión corregida de la conferencia: EL pensamiento Político filosófico de Nicaragua. Las Corrientes Dominantes (conservadores, liberales, sandinistas, etc.) de los siglos XX y XXI. Dictada por el autor, en el local de la Fundación Frederick Ebert. Managua 17 de junio de 2010).
Introducción. Hasta los tiempos actuales, salvo los trabajos del historiador norteamericano Jeffrey Gould poco conocidos en el país (Amigos mortales enemigos peligrosos(1944-1946); y por su resistencia y pericia : las relaciones laborales en el ingenio de San Antonio (1912-1936), las obras de Guevara-Pérez Bermúdez y la tesis de Gustavo Mayorga, los estudios e interpretaciones serias sobre el papel de esta corriente, -que estuvo representada principalmente por el Partido Socialista Nicaragüense (PSN)-, son casi inexistentes. Los autores que abordan o mencionan, algunos hechos concatenados al socialismo marxista, lo hacen a partir de fuentes secundarias. Pero además de ello, las citas que hacen sobre el particular, provienen de fuentes en las que predominan los criterios negativos, elaboradas en tiempos polémicos, por parte de los rivales, tanto de la izquierda como de la derecha de esta corriente y su fuerza política fundadora: el PSN. Incluso en algunos trabajos históricos, se omite totalmente, a esta corriente, como si nunca hubiera existido. Esto último puede resultar incomprensible cuando aún sobreviven, muchos protagonistas, que fueron parte integrante de sus filas, algunos de los cuales, ocuparon diversas posiciones, dentro del Gobierno del FSLN en los ochenta y ostentan suficiente criterios para hacer al menos alguna 207
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referencia sobre su experiencia, en las filas del socialismo nicaragüense. Otra tendencia ha sido la de presentar al Frente Sandinista de Liberación Nacional, como la única fuerza de izquierda que enfrentó a la dictadura somocista hasta 1979. O en una visión menos sesgada, se reconoció la existencia de los socialistas pero a través de un partido “que nunca tuvo gran desarrollo” (Suñol, 1982.P.36). En criterios que aspiran a ser equilibrados nos encontramos versiones como la siguiente: Por un lado el Partido tributario de la línea soviética, que privilegiaba “la vía pacífica” se hallaba dividido; y aunque controlaba importantes sindicatos, como el de los obreros de la construcción, no superaba las reivindicaciones salariales y cada vez más claudicaba en sus posiciones clasistas, hasta que finalmente se sumó al proyecto político de centro que encabezaba el editor del diario La Prensa, Pedro Joaquín Chamorro, quien apelaba a la lucha cívica en contra de la Dictadura.(Blandón, 2002, P. 211). Entre las omisiones y desconocimientos de este autor, es que tras la fundación de UDEL en 1974 hubo fuertes huelgas contra el Estado y las patronales capitalistas, que son expresiones de la lucha de clases en el plano económico. El mismo, no especifica el aspecto de la división, ve a las dos tendencias fusionadas con el proyecto de Chamorro, obvia –como veremos más adelante - que una de las dos tendencias en que se dividió el PSN, se lanzó a la lucha armada, con el FSLN desde 1978 contra el somocismo. Son evidentes las confusiones, producto de la misma escasez de estudios. Por ejemplo el politólogo Emilio Álvarez Montalván, en su obra: Cultura Política Nicaragüense, asegura lo siguiente “Así como en 1970 surge el Partido Comunista con nombres y apellidos, que consigue relacionarse con partidos similares en América Latina y Europa y muchos de ellos viajan repetidamente a la Ex Unión Soviética, particularmente jóvenes a estudiar e indoctrinarse a la célebre Universidad de los Pueblos Patricio Lumumba de Moscú” .(Álvarez M., 1999 p.152-154).Montalván comete –entre otros- tres errores: 1) Las relaciones internacionales con el movimiento comunista interno de Nicaragua estuvieron monopolizadas por el PSN desde 1959 y el PC de N. no fue más que una pequeña fracción desprendida del PSN en 1967, la cual surgió como Partido Obrero Socialista Nicaragüense (POSN) y en 1970 tomó el nombre de Partido Comunista de Nicaragua (PC de N) y durante su existencia, nunca tuvo relaciones internacionales, ni con el PCUS y ningún otro Partido. 2) La Universidad de los Pueblos nunca constituyó un centro de adoctrinamiento, sino que fue un centro de estudios superiores en la que se estudiaban carreras profesionales, becarios de distintas partes del mundo, por supuesto que en la selección de becarios participaban las dirigencias de los partidos comunistas, 208
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cuando no era el caso de gobiernos progresistas en que se gestaban convenios interestatales. Muchos nicaragüenses fueron a estudiar a la URSS y otros países socialistas desde 1960 hasta el año de 1978. 3) De acuerdo con los convenios de colaboración entre el PCUS y demás partidos -incluido el PSN- también se enviaron todos los años cuadros a realizar estudios de capacitación -que duraban un año- en las Escuelas de Cuadros de la Juventud y del Partido de Moscú y no en la Patricio Lumumba. Pero este y otros descuidos, no solo lo ostentan, quienes provienen de posiciones conservadores como Álvarez Montalván. En una entrevista concedida en 1979, por el dirigente político Moisés Hassan, -quien representó en la primera Junta de Gobierno, tras el triunfo revolucionario en 1979 a la alianza de izquierda: Movimiento Pueblo Unido (MPU)- en la parte que explicaba sobre las fuerzas integrantes del MPU, explicó que en ese entonces, existían dos partidos socialistas, uno de los cuales, fue parte de la alianza mencionada (el PSN de Álvaro Ramírez). Pero cuando el periodista indagó, sobre cuál de ellos era, el partido Socialista oficial, ¿el moscovita? O el que estaba adscrito a la línea de los partidos comunistas del mundo, Hassan respondió: Había dos partidos socialistas en Nicaragua; los dos pretendían seguir la línea de Moscú, pero la verdad es que a mi entender Moscú no daba reconocimiento a ninguno de los partidos” (Suñol, 1982.P.204) Es decir, que Hassan, en una declaración al extremo ligera, demostró también un total desconocimiento, al ignorar las relaciones históricas del PSN con el PCUS y demás partidos del Campo Socialista. Valga destacar que altos dirigentes de la tendencia GPP, -como Henry Ruiz- la misma a la que perteneció Hassan, habían realizado estudios en la antigua URSS, como parte del PSN. Se desconoce si Hassan confundió la posición del PCUS mantenida hasta 1979, después de la división del PSN en 1976-1977, en dos fracciones. En esta oportunidad, el PCUS cautelosamente, mantuvo relaciones con ambas tendencias, sin reconocer oficialmente a ninguna. Tras el triunfo revolucionario de 1979, el PCUS retomó las relaciones, con la Fracción encabezada por el Dr. Álvaro Ramírez, de forma muy breve, porque esta al poco tiempo del triunfo revolucionario, ésta, se fusionó con el FSLN. En otras situaciones se llega al colmo de negar los méritos del PSN, en el plano organizativo, para atribuírselos a una organización que, como se conoce, le sobran méritos. En una entrevista, el veterano militante sandinista, Jacinto Suarez refiriéndose a los movimientos sociales de los años sesenta aseguró lo siguiente: “…todas esas marchas campesinas que venían del Norte y que aparecían como del Partido Socialista, era realmente un trabajo de estos compañeros del Frente Sandinista. (Baltodano, 2010.T.I.P.223). En una conversación con otro participante de estos hechos: Francisco Fuertes Olivera (mencionado por Suarez con el nombre de William Fuerte) nos relataba en 1976, que en esa época, ellos se metían a las manifestaciones populares que montaban los “gordos” (apodo de los socialistas) y hasta lanzaban vivas al Frente Sandinista, pero que 209
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su trabajo era relacionarse con los obreros y campesinos para seleccionar y captar personalmente a campesinos y obreros para el Frente Sandinista, ya fuera como militantes o colaboradores. Es decir, que lo que se hacía era aprovechar el trabajo de los socialistas, -como también lo demuestran otras fuentes-para la captación de miembros, para las filas sandinistas. Además de contradecirse con otras fuentes orales, Suarez carece de fuentes escritas que lo respalden, y poder comprobar: integrantes de las directivas que pertenecieran al Frente o que llevaran la línea del Frente a los sindicatos campesinos, etc. Una valoración más adecuada sobre el particular, la dio el propio Comandante Daniel Ortega en 1984 cuando hablando de la experiencia de Pancasán, afirmó entre otras cosas: “dejábamos que los campesinos siguieran en los sindicatos socialistas, porque el Frente Sandinista no disponía de cuadros, con capacidad para organizar sindicatos u organizaciones campesinas, ni era ese nuestro objetivo, cuando estábamos organizando el contingente guerrillero”. (Ortega, 1984) Sin embargo, en el mismo periodo de lucha contra la dictadura y en los mismos años ochenta, hubo puntos de vista que visualizaron y caracterizaron al socialismo marxista nicaragüense, de una forma diferente. Doris Tijerino Haslam, quien reconoce como positivo su paso por el PSN a inicios de los años sesenta, relata que en cierta ocasión el máximo líder del FSLN Fonseca Amador le enfatizó lo siguiente “No todo lo que hicieron los socialistas ha sido negativo hasta ahora, solo el hecho, de haber divulgado las ideas socialistas en el País, es un aporte” (Tijerino, 2009).Este criterio de Fonseca fue expresado en 1966, cuando ya estaban claramente definidas la diferencia de posiciones entre socialistas y sandinistas. El dirigente sandinista de origen obrero José Benito Escobar Pérez, aseguró al final de su folleto “El Principio del fin” escrito en 1976, que “Sandino y Rigoberto y la lucha que hoy encabeza el Frente Sandinista de Liberación Nacional(FSLN) son junto al Partido Socialista Nicaragüense (PSN) eslabones de nuestra historia” (Escobar, 1976.P.62). Es decir, que Escobar dentro de las diferencias que existían entre ambas organizaciones, asumió en ese momento de la historia (tres años antes de la caída de Somoza), que el PSN era una fuerza revolucionaria. En esta misma dirección, Amaru Barahona sostiene en sus estudios sobre historia contemporánea que “la expresión política autónoma de las clases populares (desde el inicio de la 2ª generación dinástica hasta 1971) giró en torno a dos organizaciones políticas: el Partido Socialista Nicaragüense (PSN) y el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN)”. (Barahona 1987 p.70). Henry Ruiz en una entrevista, al referirse al papel dirigente del FSLN en 1979, deja explícita la participación de los socialistas (del PSN de Álvaro Ramírez) en la insurrección final “…y toda la nación bajo la bandera del FSLN, no había otra bandera, no había otra fuerza alterna. Por ejemplo, el Partido Socialista 210
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Nicaragüense al final puso sus fuerzas, nadie decía que era del Partido Socialista, si se encontraba allí era bajo el FSLN” (Baltodano, 2010.T.I P.606) Estos exponentes están entre los pocos (dirigentes revolucionarios, el primero y el tercero, escritor el segundo) exponentes que se alejan de la visión sesgada y sectaria, que ha predominado hasta los tiempos actuales. Razón por la cual, hay distintas motivos para abordar con la debida objetividad la proyección del socialismo y a la organización impulsora de esta corriente, el PSN. En perspectiva histórica, las relaciones entre ambas organizaciones, nunca fueron las mejores, porque aunque ambas se identificaban como marxistas leninistas, competían por ganar la misma clientela, que eran los sectores populares. La primera le dio énfasis al trabajo político-organizativo como medio de acumulación de fuerzas y consideró la lucha armada como una expresión final de la lucha política, para plantearse la toma del poder. El FSLN por el contrario consideró que la lucha armada debería ser el principal frente de lucha y eje aglutinante de las masas, para lograr este mismo objetivo. El triunfo del pueblo contra la dictadura dirigida por el FSLN, puso en entredicho, el papel de su principal rival, expresado de otra manera, se puede decir, que tan reconocida circunstancia, restó razón histórica al PSN. O en otras palabras: ¿el hecho de que ésta, no haya sido la organización que vanguardizó el triunfo revolucionario del 19 de julio de 1979, la hace merecedora del olvido o del desprestigio? ¿Dentro de sus limitaciones, tuvo esta fuerza política algunos méritos que se le puedan reconocer?. Aunque hay que destacar, que las versiones de los historiadores o relatores oficiales de los años ochenta descansaron por un lado, en apologías al Frente Sandinista y por el otro a desnaturalizar u omitir lo no vinculado al sandinismo histórico (1927-1933) y con el mismo FSLN (1961-1979). Pero como es notorio, estos procedimientos, lo más de las veces se alejaron de la objetividad científica, condición “sine quanón” para abordar los procesos históricos, razón por la cual, hemos considerado necesario, hacer una excepción al referirnos a esta corriente, nos sentimos obligados a hacer un poco de historia. Válido es señalar, que no se trata en las siguientes líneas, de contraponer esta versión, con otra apología sobre el particular, tratamos desde nuestra perspectiva profesional, tal como lo hemos hecho con las otras corrientes (conservadores, liberales etc.) de presentar una versión objetiva e integral de la misma, tratando en lo posible de alejarnos de los sesgos sectarios, que han predominado hasta los tiempos actuales.
¿Cómo y cuando surgieron los socialistas? El desarrollo de las ideas marxistas, estuvo íntimamente vinculado también, al surgimiento del movimiento sindical. Por lo que, tanto el nacimiento del primer partido obrero así como del segundo partido obrero, se dieron en el marco 211
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de relativos auges de la lucha sindical, el Partido Trabajador Nicaragüense (PTN) en los años treinta y el mencionado PSN en los años cuarenta. El PTN surgió en el año de 1931 y su fundación fue gestada por un grupo de jóvenes artesanos, simpatizantes del socialismo, algunos profesionales e intelectuales y desprendidos de los partidos tradicionales. Entre sus fundadores se pueden mencionar Manuel Vivas Garay, Carlos Pérez Bermúdez, Alejandro Bermúdez Alegría, Andrés Castro Wassmer, Jesús Maravilla, Emilio Quintana, Daniel Calvo, Andrés Murillo y otros. Algunos de ellos, tuvieron una relación personal con las ideas marxistas como Jesús Maravilla y Roberto González, en El Salvador, con el naciente Partido Comunista Salvadoreño. El PTN, cuya base social la integraban los artesanos, de distintos oficios y ocupaciones, además de los sectores mencionados, fundó los primeros sindicatos, extendió su red organizativa partidista y social, en algunas de las principales ciudades del Pacífico, además de la Capital, incluso en Masaya, llegaron hasta participar en una campaña electoral con su propio candidato a Alcalde. Hubo un intento -frustrado por la represión- de crear una Central de Trabajadores de Nicaragua(CTN) No obstante de que se proclamaban partidarios del socialismo la composición de sus fuerzas, unas pocas decenas de militantes, era muy heterogénea. Razón por la cual en la evolución de sus actividades, se vinieron definiendo dos posiciones una de izquierda, representada entre otros por Daniel Calvo, Manuel Vivas Garay, Alejandro Bermúdez Alegría, Efraín Rodríguez, Carlos Pérez, Manuel Herrera, etc., y una de derecha y colaboracionista, encabezada por el poeta Emilio Quintana, Absalón González y Jesús Maravilla Almendarez. Este esfuerzo organizativo llegó a su fin en el año de 1938 al darse una vasta represión en este año por parte de el aparato represivo somocista, la mayoría de los integrantes de la izquierda petenista fueron encarcelados, pero algunos pudieron huir a Costa Rica. Estos últimos serían el principal núcleo de fundadores del segundo partido obrero de Nicaragua, el Partido Socialista Nicaragüense. Los historiadores, en su mayoría establecen como punto de partida oficial el PSN, el 3 de julio de 1944, aunque su proceso gestativo se inició en 1939, su formación –como expresamos anteriormente- estuvo a cargo, de los artesanos y obreros progresistas sobrevivientes a la mencionada experiencia organizativa del primer partido obrero socialista: el Partido Trabajador Nicaragüense (PTN) de 1931 y 1938. Este núcleo que sumaba menos de una decena de integrantes, una vez refugiado en Costa Rica, bajo la sombra de los comunistas costarricenses del Partido: Vanguardia Popular Costarricense (VPC), Arnoldo Ferreto, Eduardo y Manuel Mora Valverde, formaron el núcleo inicial, del PSN. Una vez terminado su “adiestramiento” los integrantes del grupo, asumirían la misión de divulgar las ideas marxistas-leninistas entre la población nicaragüense y organizar a los sectores populares, para prepararlos estratégicamente hacia la toma del poder político, por parte de “la clase obrera”. Esto pasaba necesariamente por 212
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la formación del partido, al que llamaron inicialmente: Partido Comunista de Nicaragua. A su retorno al país en 1941, los novatos comunistas, coincidieron con otro grupo de dirigentes encabezado por Manuel Pérez Estrada y Armando Amador que ya trabajaban tanto en la formación del movimiento sindical, así como en la creación de un órgano de difusión de la clase obrera el semanario “Índice”, mientras que los exiliados fundaron el “Hoy”. Ambos grupos se unieron y el núcleo, estuvo conformado entre otros por: Efraín Rodríguez, Manuel Pérez Estrada, los hermanos Juan y Augusto Lorío, Francisco Hernández Segura, Armando Amador Flores, Manuel Herrera, Carlos Pérez Bermúdez, Alejandro Bermúdez Alegría, Juan José Meza, Pedro Turcios y otros. Desde su ingreso a las fronteras nicaragüenses, los bisoños organizadores también se dieron cuenta de que el nombre de “comunista” no era adecuado para las condiciones de Nicaragua y optaron por llamar con distintas denominaciones a la organización partidaria, en un proceso que vino aglutinando a otros entusiastas en las principales poblaciones del país. Se presentaron en 1942 con el Comité Pro-Democracia y en 1943, fundaron el Bloque Antifascista de Trabajadores y es hasta el 3 de julio de 1944 que tomaron el nombre de Partido Socialista Nicaragüense. Desde 1940 se dio un amplio proceso de crecimiento organizativo de los sectores populares urbanos en las nacientes industrias textiles, talleres artesanales de zapatería, imprentas, puertos y enclaves mineros del Pacífico- Centro del país. Esto causado entre otras cosas, por las mismas consecuencias de la Segunda Guerra Mundial, cuando en todo el Subcontinente americano surgieron las llamadas industrias sustitutivas, al ser bloqueadas las vías de acceso marítimo de los productos industriales europeos, por los submarinos alemanes. Las huelgas y manifestaciones obreras demandaban reivindicaciones económicas, libertad de organización sindical, derecho de reunión, etc. Somoza García, desde entonces vio el potencial que representaba esta fuerza social organizada, y con sus propios agentes los sindicalistas somocistas Roberto González, Absalón González, Jesús Maravilla y otros, trató por todos los medios de ejercer control sobre el naciente movimiento obrero. El dictador, trataba de imitar el modelo populista de Juan Domingo Perón, razón por la cual no solo toleró las actividades organizativas de los obreros, sino que también, llegó a presentarse en mítines obreros y referirse a los capitalistas nicaragüenses como “sus enemigos” y reiterar su compromiso con la “clase trabajadora nicaragüense”. Empero, los sindicatos, las federaciones y la proyectada Central o Confederación de Trabajadores de Nicaragua (CTN), se convirtieron en escenarios de confrontación entre socialistas y somocistas, los primeros lograron ejercer el control de las bases y los intermedios, los somocistas acapararon la mayoría de los cargos directivos nacionales de la CTN, sin tener contacto con las bases. 213
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Los líderes somocistas más interesados en proyectarse ante Somoza García en los cargos nacionales, se vinieron desentendiendo del trabajo con las bases. Por tanto, el naciente socialismo, en estas circunstancias, logró extender su actividad, a las principales ciudades del Pacífico-Centro Norte del País. En estos mismos años el PSN y el sindicalismo independiente, se vieron fortalecidos con la participación e ingreso de una membrecía más joven y combativa tales como: Mario Flores Ortiz, Domingo Sánchez Salgado, Fernando Centeno Zapata, Guillermo Briceño, Rigoberto Palma, Ernesto Martinez Robelo, Alejandro Bermúdez Alegría, Jorge Galo Espinoza, Alejandro Dávila Bolaños, Onofre Guevara, Miguel Medina, etc.
En la cuerda floja de julio de 1944. El clímax de este proceso se dio el 3 de julio de 1944, al gestarse la mencionada fundación del Partido, lo cual se dio en un momento histórico muy complejo, en medio del auge de los movimientos antisomocistas, y de crecimiento del movimiento popular. El PSN, que se reconocía como producto de las clases populares y de la lucha de clases, habría de pasar por muchas pruebas. La complejidad de este momento, estuvo dictada por circunstancias en que se tenía que escoger, entre sumarse al vasto movimiento antisomocista que encabezaban los estudiantes o abstenerse de participar en las manifestaciones, que significaba un apoyo tácito al Dictador. El movimiento, demandaba la renuncia de Somoza García, había participación masiva del pueblo, y jugaban un rol beligerante los estudiantes universitarios, pero estaba encabezado principalmente por la oposición conservadora, cuyos dirigentes lanzaban lo mismo consignas antisomocistas, como clichés anticomunistas contra el naciente movimiento obrero, es decir que era un movimiento opositor, que expresaba abiertamente más prejuicios anticomunistas y anti obreros, que el mismo dictador Somoza García. En estas circunstancias, el Partido optó por aceptar la oferta social demagógica del dictador Anastasio Somoza García, quien hasta ese momento no solo “se había hecho de la vista gorda” con el trabajo políticoorganizativo de los trabajadores, sino que ofrecía a los trabajadores la introducción de una reforma para imponer constitucionalmente el “Código del Trabajo”. Dentro de esta lógica, el Partido a través del Consejo Ínter gremial Obrero (CIO), optó por no apoyar a la oposición. Gracias a esto Somoza García, estuvo en capacidad de reprimir con la GN, las masivas manifestaciones encabezadas por los opositores: liberales independientes y conservadores Esto, fue aprovechado por la oposición conservadora, para endilgarles el cliché de colaboracionistas y aunque posteriormente, el PSN buscó un acercamiento en los años de 1946,1947 y 1948 con otras fuerzas, en los movimientos 214
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antisomocistas, no se lograron superar por parte de los dirigentes opositores, incluido los del PLI, los prejuicios anticomunistas y antipesenistas. Razón por la cual, en situaciones como la campaña electoral de 1946, el PSN participó por su cuenta, no en unidad, porque la oposición siempre rechazó un entendimiento formal con los socialista; tanto, que éstos hicieron su propia campaña electoral en el 46 y lanzaron sus propias pre-candidaturas para diputados: Juan Lorío, Ricardo Zeledón, Mario Flores Ortiz y Fernando Centeno Zapata, estos últimos estudiantes entonces de medicina y derecho, respectivamente. Aunque en los frustrados intentos armados de 1947 y 1948, los socialistas, realizaron alianzas de hecho, con sectores progresistas del exilio y sobrevivientes del sandinismo. La falta de estudios sobre el particular, influyen todavía para que algunos escritores contemporáneos, omitan a los socialistas o no haya un manejo correcto de estas situaciones. Ejemplo el político René Herrera Zúñiga en su tesis: Relaciones Internacionales y poder político, prolonga hasta los años sesenta “la colaboración o alianzas tácticas del PSN con el somocismo”, sin evidencia de fuentes, que fundamenten, estas afirmaciones. Es totalmente cierto que los primeros años de la década de los cuarenta, el dictador Somoza García, dentro de sus aires social demagógicos se hizo de la “vista gorda” de la labor de sus dirigentes y activistas, mientras trató de controlarlos, por medio de sus títeres obreristas. Pero, cuando esto se hizo imposible, en el marco de las políticas anticomunistas de Guerra Fría y la histeria anticomunista que propagandizaban los Estados Unidos y los medios libero-conservadores, procedió a reprimirlos, violentamente. En 1948, desató una vasta represión encarcelando a 80 dirigentes y 300 militantes socialistas en todo el país. El dictador, hizo efectiva, la prohibición del Partido como organización comunista, unos pocos lograron escapar o refugiarse en embajadas y no volvieron a regresar al país. A los encarcelados, les propuso la firma de un documento de compromiso, de no involucrarse más en ningún tipo de actividad política y conexa al Partido, so pena de continuar encerrados de forma indefinida. Los dirigentes y militantes socialistas tomaron la decisión de retar al dictador, firmaron el documento y se comprometieron a reunirse dentro de unos meses en un punto señalado de la Capital para reorganizarse sindical y partidariamente. Así lo hicieron, aunque a esta convocatoria hubo quienes por temor a las amenazas, ya nunca regresaron ni a la reunión, ni al Partido en los años subsiguientes. Por lo que la misma represión somocista, propició una suerte de depuración en las filas socialistas. Hay dos elementos externos, que pesaron en la conducta de los socialistas de esos años : La línea del comunista norteamericano Earl Browder quien confundió la alianza táctica internacional contra el fascismo preconizada por la URSS, con el llamado a la colaboración de clases, en lo interno de los países, porque el 215
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enemigo inmediato era el fascismo, es decir que era un abandono de la lucha de clases en lo interno de los países, para luchar contra el enemigo común de capitalistas y comunistas :el fascismo ; y la influencia inmediata de los comunistas costarricenses, quienes en circunstancias muy particulares para su país, establecieron una hábil política de alianzas con el Partido Republicano de Rafael Ángel Calderón Guardia (de tendencia reformista) y el jefe de la iglesia Monseñor Sanabria. Esto les permitió a los comunistas ticos, ampliar sus espacios de participación y ser protagonistas de las garantías sociales (Reforma Política de 1943) en beneficio de los sectores populares y continuar hasta los sucesos de 1948 realizando su trabajo político- organizativo en un marco jurídico político, adecuado a las condiciones particulares de Costa Rica. (Guevara y Perez ,1985; Entrevista a Efraín Rodríguez Vanegas, San José Costa Rica 5 de abril de 1994)). Como notamos, el planteamiento de Browder, no es la línea de la Internacional Comunista, (desaparecida en 1943) de los frentes únicos antifascistas, que llamaba a la alianza con todos los sectores antifascistas, incluidas las burguesías locales, para luchar contra el enemigo común. Esta corriente (la de Browder) afectó en estos años, la línea política de algunos de los partidos comunistas de America Latina y el Caribe. Un ejemplo de estos fue el caso colombiano, en que el Partido además de cambiar de nombre, rechazó la alianza con los sectores radicales anti oligárquicos como el “populismo gaitanista” al calificarlos de fascistas, en tanto era el momento de la “unidad nacional contra el fascismo” a nivel internacional y por el contrario buscó acercamiento con la oligarquía colombiana, aliada de los EE.UU. Entonces en Nicaragua los novatos socialistas de esta época, descalificaban como fascistas a los opositores a Somoza García, encabezados por el Partido Conservador. Pronto, una vez pasada la II G. Mundial, y derrotado el fascismo, los regímenes dictatoriales y los gobiernos derechistas, sustentados en el anticomunismo “macartista” lanzarían una vasta campaña de terror, contra los partidos comunistas y organizaciones populares. Nicaragua no fue una excepción de la regla. Pero el error de algunos de sus críticos, es asegurar, que el PSN surgió en 1944 inspirado por Browder. Esto es borrar de un plumazo la experiencia interna de las clases populares, desde los años veinte y treinta, en que se hicieron los primeros sindicatos como producto de una reacción interna de las clases oprimidas contra las clases opresoras. En el caso de la lucha del Gral. Sandino, a través del Ejercito Defensor de la Soberanía Nacional (EDSN) los principales protagonistas fueron los campesinos, en el PTN-PSN, fueron, los sectores urbanos de la población, quienes desde los años veinte se venían organizando en gremios artesanales y que a su vez protagonizaron dramáticos –y poco conocidos- movimientos huelguísticos en los enclaves madereros y mineros. En otra dimensión se puede asegurar que el Movimiento del Gral. Sandino, provino de un proceso de radicalización del liberalismo tradicional, iniciado en 1912, como movimiento de liberación nacional, ante la intervención imperialista, mientras que el PTN y el PSN 216
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fueron producto de la evolución de las organizaciones mutualistas de artesanos y las luchas de los obreros de los enclaves, de los inicios del siglo XX, hasta su radicalización en las décadas de 1930 y 1940. Ambos movimientos, asimilaron las ideas redentoras del socialismo (en sus distintas variantes), salvo que el movimiento de Sandino, al carecer de una dirección colectiva al ser asesinado su máximo dirigente e inspirador en 1934, estuvo imposibilitado de reorganizarse. La vasta represión criminal que desarticuló y dispersó a los mandos y bases campesinas del EDSN, carentes de experiencia organizativa y formación político ideológica, tampoco permitieron su resurgimiento en las décadas subsiguientes. Esta conclusión no obra en demérito de los heroicos movimientos armados, que protagonizaron veteranos del EDSN, como Juan Gregorio Colindres en 1948 y Ramón Raudales en 1958, pero si analizamos sus propuestas políticas -cuando las tuvieron- estas no son propiamente una continuidad o resurgimiento específico de las propuestas políticas del EDSN de los años de 1927 a 1934. El PTN y el PSN, dentro de las limitaciones, que se le señalan, fueron parte del desarrollo dialéctico de la lucha de clases dentro en el país, influenciadas (ideológicamente) a su vez, por las corrientes internacionales del socialismo, que fueron asimiladas dentro del atraso político y cultural de la época. A diferencia del movimiento de Sandino, por su propia evolución particular, sus formas organizativas no fueron el modelo militar del EDSN, sino que su énfasis fue la organización político social de los sectores populares (principalmente urbanos) del país. Esto se puede comprender, en términos comparativos, en el hecho de que el EDSN, surgió en el marco de la Guerra Civil de 1926-1927 y evolucionó una protesta armada contra la intervención militar norteamericana de esos años. De allí, que al finalizar la intervención militar directa en 1933, el movimiento integrado en su mayoría por campesinos, pasó a ser desmovilizado por los acuerdos de paz y es dentro de este mismo periodo, cuando Sandino trataba de imprimirle formas políticas el movimiento, en que se produjo la brutal represión de febrero de 1934, que incluyó el asesinato de su máximo dirigente. Para concluir esta parte, es válido responder la siguiente interrogante ¿Pasada la II Guerra Mundial y desaparecidas los argumentos de Browder, en medio de la persecución que siguió a la política de Guerra Fría, desapareció el PSN? Los acontecimientos demostraron lo contrario. En síntesis el PSN con independencia de sus limitaciones, fue la segunda fuerza política construida por las clases populares del país y su surgimiento –aunque parezca reiterativo-es producto de una reacción interna de las clases explotadas contra las clases explotadoras. Aunque también es pertinente denotar, que ya los socialistas, en el señalado año de 1948, habían guardado distancia de Somoza García, pero además a nivel latinoamericano, los partidos comunistas en su totalidad se habían desprendido 217
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de las tesis de Browder, una vez finalizadas las condiciones que propició la Segunda Guerra Mundial y como señalamos anteriormente, ya eran fuertemente reprimidos dentro de este mismo marco de la política de Guerra Fría. Los socialistas de esta generación lograron avances muy importantes en el proceso organizativo de las masas, presentándose como los primeros marxistas leninistas y entre los logros que se pueden mencionar, están los siguientes: la divulgación de las ideas socialistas en un amplio segmento de la población; la organización de los sectores populares en sindicatos, que por primera vez presentaron -de forma organizada- batallas a las patronales capitalistas demandando reivindicaciones sociales; lograron despertar a sectores juveniles de la época, quienes en las décadas subsiguientes, desarrollarían una política más agresiva contra el sistema. Pero los socialistas, no definieron con claridad cuál era su programa de lucha y de igual modo, los métodos correctos para ejecutar en términos estratégicos, la toma del poder político por parte de los trabajadores y su “partido de clase”. Por otro lado, el PSN también siguió las formas organizativas artesanales de los partidos tradicionales del país. Por ejemplo, las organizaciones de bases eran los “Comités de Barrio” integrados por decenas de personas y a pesar de no ser legales funcionaban de forma casi abierta en sus reuniones y actividades, la integración según lo reconocen fuentes de la misma Embajada Norteamericana, fue numerosa para su tiempo (de más de 1.200 miembros) aunque carecía de selectividad, el trabajo abierto de los sindicatos y del partido, les permitió captar a miles de simpatizantes, en las principales ciudades del País. Finalmente, es evidente que el Partido superó las formas organizativas del PTN, se identificó de forma plena con la ideología marxista y la propagó entre sus cuadros, militantes y simpatizantes.
Del reflujo de 1948 al auge de 1959. Entre 1948 y 1957 el Partido pasó por una especie de reflujo, en donde de más de un millar de militantes entre 1944 y 1948 -por razones antes explicadas- se redujo á una plantilla básica de unas pocas centenas de militantes, en todo el país, porque también existía la idea de dotar a las estructuras, de un carácter propiamente clandestino. Se tornó también más selectivo el ingreso, porque se logró determinar que la efectividad en las capturas había sido producto de la delación del infiltrado Tulio Tablada un militante “muy activo” en los sindicatos. (Entrevista a Efraín Rodríguez Vanegas. San José Costa Rica 5 de abril de 1994)). En estos años, el PSN creó la Unión General de Trabajadores (UGT) y se mostraron muy activos los sindicatos de zapateros, choferes antisomocistas, la Liga de Inquilinos y los constructores.
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En la segunda oleada organizativa, que se inició entre los años de 1957 y 1959 en que surgió una nueva generación de dirigentes y activistas, quienes empezaron a romper con los viejos métodos artesanales de trabajo de los dirigentes de los años de 1940, los comités de base o células –por ejemplo- aunque se siguen organizando por barrios, son estructurados de forma selecta y clandestina. En estas circunstancias el Partido se había recuperado de los golpes de 1940 con una nueva camada de militantes que habrían de prosperar en el futuro como la siguiente generación de dirigentes y hasta fundadores y dirigentes de otras organizaciones revolucionarias. Entre estos se pueden mencionar: Carlos Fonseca, Tomás Borge, Miguel Somarriba, Ramón Chávez, Silvio Mayorga, Eleuterio Téllez, Pablo Martinez, Roger Cabezas, Álvaro Ramírez González, Noel Guerrero, Heriberto Carillo, Gonzalo Navarro, Manuel Domínguez, Gustavo Tablada, Guadalupe Téllez, Arnoldo Pastrán, Nicolás Arrieta . Cabe destacar que es en este lapso, en que se establecieron los vínculos internacionales con el Partido Comunista de la Unión Soviética y demás partidos comunistas del mundo, las que se oficializaron en 1959. En 1957 fue enviado a Moscú, el joven Carlos Fonseca al Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes, quien una vez finalizado, se trasladó a Leipzig, Alemania para participar, en el Congreso de la Federación Sindical Mundial, representando a los trabajadores nicaragüenses. Fonseca asume esta última representación, al no lograrse la salida clandestina (desde Costa Rica) de Jorge Galo Espinoza, joven dirigente de Unión General de Trabajadores (UGT). En los años subsiguientes se envían cuadros del Partido, Juventud, movimientos sindicales campesinos y femeniles a eventos y cursos de capacitación a la URSS. De igual modo que al fundarse la Universidad Patricio Lumumba en Moscú, en 1960, se empezaron a enviar a jóvenes estudiantes a cursar carreras profesionales. Pero fue sobre todo la influencia de la Revolución Cubana en enero de 1959, la que incidió sustancialmente en un cambio de mentalidad y estilo, en las formas de actuar y de pensar de la nueva generación de revolucionarios socialistas, ejemplo se empezó a darle el carácter de organización clandestina al Partido, las células tuvieron un carácter más cerrado y se hizo una captación más rigurosa y selectiva de la militancia. Aunque en lo interno de Nicaragua, hubo una especie de despertar de nuevos movimientos sociales como la liga de inquilinos y las huelgas de chóferes y de zapateros a partir de 1957. El auge revolucionario se expresó también a través de movimientos guerrilleros, juveniles, huelgas obreras, masivas manifestaciones. Los sindicatos se organizan en federaciones departamentales de trabajadores, adquirió un carácter territorial, el movimiento campesino, el femenil y juvenil.
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En estas circunstancias el PSN se va a nutrir de elementos jóvenes que van a desarrollar más agresividad no solo en las tareas organizativas, sino también que empiezan a plantearse la necesidad de proponerse nuevos métodos de lucha para derrotar a la dictadura. El PSN a su vez logró un tendido organizativo en la mayoría de los departamentos del país. Entre estos se pueden mencionar: Oscar Danilo Rosales, Jorge Navarro, Francisco Buitrago, Roberto Amaya, Guillermo y Félix Baltodano, Miguel Bejarano, Abdul Sirker, Carlos y Salvador Lara, Dámaso Picado, Doris Tijerino Haslam, Gladis Báez, Gladis Avilés, Julio Briceño Dávila, Roger Cabezas, Enrique Ruiz Mendoza, Adolfo y Alberto Everts, Alfredo Valencia, Salvador Suárez, Félix Contreras, Faustino Aragón Pichardo, Bernardino Díaz Ochoa, Catalino Flores, Efrén y Denis Ortega Flores, Leopoldo Guevara, Oscar Benavides, Denis Enrique Romero, Augusto Gutiérrez y otros. Se incorporan al PSN, hasta quienes habían adversado al partido como los sindicalistas: Guillermo Aguirre, Guillermo Pérez y otros Los elementos jóvenes que pasan a las filas del PSN van a reforzar, a quienes desde dentro de las estructuras del Partido tienen una posición diferente, al grupo dirigente tradicional, una tendencia radical, que tuvo, entre otros, como representantes a: Rigoberto Palma, Abdul Sirker, Nicolás Arrieta (quien regreso al país en 1956-57, después del ajusticiamiento de Somoza García), Julio Briceño Dávila, César Cortés Téllez, Álvaro Montoya Lara, Guillermo y Félix Baltodano Serrano, Roberto Arévalo Alemán, Luís Sánchez Sancho. Algunos como Everts, Palma y Cortez, habían sido participantes en experiencias armadas recientes como las guerrillas del Chaparral y la de Julio Alonso Leclair. Se dio el caso de elementos como Abdul Sirker que había sido preparados militarmente en Cuba e ingresado al país en 1960. Este grupo que puede considerarse el ala radical del PSN va a presionar primero desde los inicios de 1960, para que el Partido optara por la lucha armada. Finalmente, van a romper con el grupo conservador, que conservaba el control de la dirección del Partido en 1967. Entre los conservadores se pueden mencionar a: Manuel Pérez Estrada (Srio General), los hermanos Augusto y Ramón Lorío, Miguel Ángel Flores, Eliseo Altamirano y Ariel Bravo Lorío. En medio de esta situación surgió con la influencia del embajador cubano: Quintín Pino Machado, la Juventud Patriótica Nicaragüense (JPN). Esta organización que logra extenderse por todos los rincones del país, va a ser de corta duración (1959-1960) al disolverse, y convertirse en la nutriente de dos organizaciones revolucionarias: 1º del naciente Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y 2ºdel ya existente PSN, formando el núcleo fundamental de la Juventud Socialista Nicaragüense (JSN) en todos los territorios.la JSN se constituyó el 5 de noviembre de 1961, después de un año de trabajo organizativo en todo el país iniciado a finales de 1960. 220
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Del triunfo de la Revolución Cubana a la división de 1967. Los socialistas lograron en este lapso fundar la Confederación General de Trabajadores Independientes (CGTi), la Federación de Mujeres de Nicaragua (FMN), el Frente Estudiantil Revolucionario (FER), Los Comités de Defensa Popular (CDP) la Central de Campesinos y Trabajadores Agrícolas de Nicaragua (CCTAN). Algunas de estas cambiaron de nombre como la FMN que pasó a denominarse Organización de Mujeres Democráticas de Nicaragua (OMDN). La organización se extendió de forma considerable se fundaron seccionales en todos los departamentos del país, exceptuando Madriz, Río San Juan y la Costa Atlántica (esta última hasta 1974). De igual modo fundaron en las estructuras territoriales la Juventud Socialista Nicaragüense (JSN), para mantener una cantera partidaria y su influencia en los sectores juveniles. Entre 1961- 1963 al darse las contradicciones por diferencias de línea político ideológica, jóvenes socialistas encabezados por Noel Guerrero, Carlos Fonseca Amador, Tomás Borge Martínez Silvio Mayorga y otros, se separaron del PSN y tras varios intentos organizativos fundaron, el Frente de Liberación Nacional (FLN). Esta organización que a partir de 1964 se denominaría Frente Sandinista de Liberación Nacional, planteó la lucha armada como el eje fundamental para la toma del poder político. Válido es anotar que la principal fuerza en el movimiento estudiantil, el FER, pasaría desde entonces a ser regido por la línea política del FSLN y una buena parte de la naciente JSN entre los que se encontraban dirigentes fundadores, como Jorge Navarro y Francisco Buitrago, pasaron a ser parte de la nueva organización, en los inicios de 1963. Otros, en este proceso de indefinición conservarían una especie de doble militancia hasta los años de 1967 tal como fueron los casos de Oscar Danilo Rosales y Roberto Amaya. De igual modo, muchos militantes y dirigentes intermedios del PSN, se convirtieron en colaboradores de la nueva organización. El PSN por su parte, sostuvo que el eje fundamental era el político-organizativo, basado en tres principales formas de lucha: la económica, para organizar a las masas en contra de la patronal capitalista; la ideológica para educar a los sectores populares en la ideología socialista revolucionaria; la lucha política era el planteamiento de la lucha por el poder político, esta implicaba el fortalecimiento del Partido, el desarrollo de una política de alianzas tácticas como el impulso de coaliciones anti dictatoriales que deberían involucrar a los sectores opuestos al somocismo, incluida la burguesía opositora; y estratégicas como era la consolidación de la alianza Obrero-campesina y la unidad con las otras fuerzas revolucionarias. La lucha armada era vista como la expresión más desarrollada de la lucha política, para plantearse la toma del poder político por la clase obrera, esta debería ser por medio de la insurrección popular de las masas, con una interrelación muy estrecha con las demás formas de lucha y debería impulsarse cuando las condiciones objetivas y subjetivas estuvieran lo suficientemente maduras. 221
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Por estos mismos años el Partido lanzó una vasta campaña organizativa, formando las federaciones y centrales sindicales en más de diez departamentos, sus activistas se desplazaron en distantes comarcas del Pacífico Centro- Norte, formando hasta más de noventa uniones campesinas, sindicatos, patronatos escolares, organizaciones femeniles, las que realizaban marchas hacia la capital en demanda de mejores condiciones de vida.
La división de 1967 y la experiencia de las FARN. En 1967 la situación demandaba cambios, el proceso de discusión de la línea política condujo a la primera división del partido, siendo desplazados de la dirección los hermanos Lorío y Manuel Perez Estrada, pasando a ocuparla una nueva generación de socialistas encabezada por Onofre Guevara, Álvaro Ramírez, Abdul Sirker y otros. El detonante de esta división fue la manifestación del 22 de enero, por la causa siguiente: los primeros, en una reunión convocada de urgencia la noche del 21 de enero, se mostraron partidarios de denunciar públicamente los planes insurreccionales de los conservadores para el siguiente día 22; los segundos se opusieron a eso, porque aparecerían como soplones del régimen, ante la opinión pública, más bien acordaron, ir a la manifestación a prevenir a las masas sobre el peligro a que se exponía a la gente desarmada e ignorante de la maniobra conservadora, para evitar al máximo la masacre, que efectivamente se produjo. Este esfuerzo fue insuficiente, la gente del partido fue a la manifestación, pero fue rebasada por las masas agitadas, e incluso lamentó la muerte del compañero militante Manuel Aburto, obrero de la construcción. Valga reiterar que una denuncia pública, hubiera implicado una preparación más efectiva del aparato represivo GN, y la masacre hacia el pueblo hubiera sido mucho mayor. Los desplazados pasaron a formar lo que sería primero: el Partido Obrero socialista (POSN) entre 1967 y después el Partido Comunista de Nicaragua (PC de N) en 1970. Este partido tendría una proyección muy limitada, su actividad se limitó principalmente a la capital Managua, en algunos talleres artesanales (particularmente los metalúrgicos). Lograron conservar algunos organismos de base en León y Matagalpa después de la división, pero su militancia quedó reducida a un poco más de cien militantes a nivel nacional. Aunque hacia fines de los años setenta sobre todo a partir de 1978, en que la lucha antisomocista se acrecentó, lograron un relativo crecimiento. A pesar, de que invadían de documentos a las representaciones de Partidos Comunistas afines en el Continente y el Campo Socialista, principalmente el PCUS, no logró obtener ningún reconocimiento internacional. Tras el triunfo revolucionario de 1979, mientras el FSLN pasó a ocupar las responsabilidades en el Estado y otras fuerzas de izquierda se encontraban dentro del dilema de fusionarse o actuar como aliados u opositores del nuevo 222
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sistema, el PC de N actuó como fuerza independiente, aprovechó los nuevos espacios para extender su red organizativa por todo el territorio, organizando sindicatos y otros frentes de masas. Una situación que lo llevó a confrontarse con el Estado Revolucionario a lo largo de los años ochenta, pasando desde 1985 a ser parte de las alianzas opositoras antisandinistas. En los años noventa, tras el triunfo reaccionario de la derecha opositora se inició su proceso de defunción, al pasar algunos de sus líderes a ser cuadros de las nuevas opciones de la derecha y la pérdida de control de las bases creadas en los ochenta, lo llevaron a una situación más, reducida que la de los años setenta. El ala radical de los socialistas dirigida primero por Álvaro Ramírez y después por Onofre Guevara, experimentó con la actividad armada a través de lo que se conoció como Fuerzas Armadas Revolucionarias de Nicaragua (FARN). Esta fue concebida como un brazo armado que debería realizar acciones que no deberían desnaturalizar el eje fundamental de la estrategia del partido, sustentado en el trabajo políticoorganizativo de las masas para educarlas y prepararlas para la toma del poder, por la clase obrera. Con la caída de Jacinto Baca Jerez, el jefe de operaciones militares de esta organización, en 1969, el partido fue objeto de una vasta represión, que se prolongó hasta 1971. Valga redundar de que al ser las zonas organizadas del Norte, las mismas en que el FSLN impulsó su actividad guerrillera en 1967, la represión de la GN se acentuó contra las bases del PSN, destruyendo de forma casi total las organizaciones de masas campesinas de la Zona. Todo esto, propició el ascenso de Luís Sánchez. A lo que se podría agregar, la repentina renuncia de Guevara a la dirección y militancia del Partido, tras su encarcelamiento en julio de 1969 Sancho, representante de una nueva tendencia conservadora a la dirección del Partido*, él y su círculo asumieron que la lucha armada como estaba planteada en el partido era una aventura, que la forma en cómo también la llevaba a cabo el Frente Sandinista, era una aventura. Que había que preparar seriamente, la lucha armada. Estos argumentos incidieron para que se procediera a desmantelar las FARN, en lo adelante Sánchez Sancho y su grupo -como los Lorío y Pérez Estrada en los inicios de los sesenta- pospusieron la lucha armada y la preparación militar de sus cuadros.
Del auge del sindicalismo en 1973 hasta 1976. Sin embargo el Partido Socialista desde 1971, hasta 1977 experimentó un proceso de crecimiento interno y externo. A pesar de las duras represiones que incluyeron el asesinato de dirigentes nacionales como Bernardino Díaz Ochoa, Rommel López y Efraín González en 1971, logró mantener la plantilla de más de 2.000 militantes en todo el país, las relaciones internacionales con los partidos comunistas, las organizaciones gremiales y colaboración con el PCUS; ampliar su base social en el campo y la ciudad, el crecimiento del movimiento sindical pasando a dirigir los sindicatos más fuertes y combativos del país, como el 223
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Sindicato de Construcciones (SCAAS)y el de los hospitalarios (compartido con la CTN en Managua) desarrollando huelgas y otros movimientos en las principales poblaciones del Pacífico. Siendo por añadidura los dirigentes socialistas, quienes encabezaron, las principales movimientos huelguísticos del país en los años setenta (construcciones en 1973 y 1975, las hospitalarias de 1974 y 1975).El SCAAS, integrado por decenas de miles de afiliados estaba estructurado en 12 de los 16 departamentos. Además, los socialistas, fueron integrantes de alianzas opositoras antisomocistas, como la Unión Democrática de Liberación (UDEL) en 1974, una unidasd, muy criticada por su rival en la izquierda: el FSLN Por estos años el PSN, aumentó el tendido organizativo en casi todos los departamentos del país, incluida la región Caribe. El órgano juvenil del Partido, la JSN a crecentó su acción en los departamentos tales como: Chinandega, Matagalpa, Carazo, Rivas, Chontales, y Río San Juan. En la Universidad logra insertarse como la segunda fuerza política entre 1971 y 1974 y se extiende en la secundaria y movimientos juveniles de los departamentos del interior., tales como los de Matagalpa, Chontales, Carazo y Rivas.
La división de 1976-1977 A fines de 1975, en medio de la represión contra las estructuras del Partido, tras la acción del FSLN contra la Casa de Chema Castillo, empezaron a asomar las diferencias de posiciones, lo que condujo a una división definitiva. En junio de 1976 se efectuó el sexto Pleno del Partido donde se abordó temas de fondo, como la decisión de las formas de lucha incluyendo la armada para la toma del poder político, pues se consideraba que las condiciones subjetivas y objetivas en Nicaragua, estaban listas para que se diera una situación revolucionaria: entre otras cosas se abordó la búsqueda y acercamiento con el FSLN para hacer una alianza estratégica, así como con otros sectores anti somocistas (representantes de la clase media y la burguesía que se separó de Somoza después del terremoto de 1972). En algunos departamentos se dieron incluso, algunas tareas conjuntas con organismos intermedios del FSLN, particularmente en el movimiento estudiantil. En Rivas, el FER y la JSN se pusieron de acuerdo en 1974, para organizar a los estudiantes de secundaria y coincidieron en el Comité Juvenil Pro-salud y Cultura (Casanova 2009). La documentación capturada tras los sangrientos sucesos de noviembre de 1976, en que cayeron altos dirigentes del FSLN, dejó en evidencia los acuerdos de Masaya, firmados entre representantes del FER y la JSN de esta localidad, lo que el órgano del somocismo “Novedades”, destacó como “Maridaje y contubernio terrorista” En sus contenidos se planteó la “realización de una alianza táctica de ambas organizaciones dentro del concepto
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de actividades prácticas en la laucha revolucionaria por la liberación del pueblo nicaragüense” (Novedades 9 de noviembre de 1976. P. 2 y 3 ; Maltez y Mairena 2004)). Los procesos de discusión a lo largo de este año dieron como resultado, la división definitiva en abril de 1977, entre una nueva tendencia conservadora encabezada por Luís Sánchez Sancho y la tendencia progresista encabezada primero por Julio Briceño Dávila y después por Álvaro Ramírez González. A diferencia de la anterior división de 1967 este fraccionamiento, se dio en dos partes más o menos iguales, tanto a nivel de estructuras internas intermedias como en organizaciones de masas. Los primeros (los Sánchez) alegaron ser representantes de la línea socialista proletaria pura, contra el espíritu pequeño burgués y aventurero de los segundos y que era necesario darle un carácter estratégico a la alianza opositora UDEL, de mantener la autonomía del movimiento sindical de la línea partidista. Los segundos (Briceño-Ramírez) por su parte acusaron a los primeros de liquidacionistas, de abandonar totalmente la preparación del Partido para otras formas de lucha (lucha armada) de convertir el gremialismo en un fin y no en medio de organizar a la clase obrera, para el fin estratégico que era la toma del poder político, bajo la dirección del Partido; de privilegiar la alianza tácticas con la derecha antisomocista y alejarse de las alianzas estratégicas: las fuerzas progresistas y revolucionarias (el FSLN) de la sociedad y el aliado natural de la clase obrera, el campesinado. Estas acusaciones y contra acusaciones iban acompañados en concordancia con la subcultura política del país de los llamados “golpes bajos” es decir señalamientos individuales. Los Briceño-Ramírez acusaban a los Sanchez de “mal manejo de los fondos del Partido, de mal aprovechamiento de la cooperación y convenios internacionales; de favoritismos familiares y personales en la distribución de responsabilidades y recursos materiales”. Los Sanchez a su vez exaltaban los vicios, las indisciplinas, el aventurerismo pequeño burgués, hasta el origen burgués de algunos de los dirigentes de los Briceño-Ramírez.” Las agresiones verbales y físicas, en concordancia con la cultura política del país, estuvieron presentes en los planteles obreros y otros espacios de coincidencia de ambas fracciones. Ambos, siguieron usando la misma denominación y siglas: PSN, con los apodos de mencheviques(los Sánchez) y bolcheviques (los Briceño- Ramírez), y desarrollaron una vasta propaganda internacional (con resultados parciales) para ser reconocidos cada uno por los partidos homólogos de otros países, como la fuerza legítima. Algunos de los partidos como el PVC de Costa Rica optó por abstenerse de tomar una decisión, porque alegaron “no ver diferencia de líneas entre las tendencias”; otros como el P. mexicano una posición mediadora para la “reunificación”. En el Campo Socialista se optó por mantener el no reconocimiento 225
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de los dos grupos, pero manteniendo mejores relaciones con el de los BriceñoRamírez, principalmente el Partido Comunista Cubano. Ejemplo de esto último, fue, el convenio de becas en 1977 y el entrenamiento militar de de dos contingentes de jóvenes socialistas, entre 1978 y 1979 en campamentos guerrilleros cubanos. En lo interno el grupo de Briceño - Ramírez pasó a fundar la alianza de Izquierda: Movimiento Pueblo Unido (MPU) en unidad con los organismos intermedios de las tendencias del Frente Sandinista y el Grupo: P. C. de N. El MPU, fue al mismo tiempo, el eje central que permitió la formación de una alianza más amplia, en el que participarían otras fuerzas como los socialcristianos (Mairena 2004). Además, en el mismo año de 1978, los Briceño–Ramírez, activaron los viejos fierros y cuadros de la antigua FARN y empezaron a actuar, configurando la Organización Militar del Pueblo (OMP), bajo la dirección de Álvaro Montoya, grupo que en 1979 se integró como fuerza operativa socialista a las columnas y frentes guerrilleros del FSLN en el Occidente, Oriente, Norte, Sur del país y Managua. En el Norte del País (Matagalpa y Jinotega) los seccionales socialistas siguieron manteniendo la sigla FARN y fueron muy activos en la toma de Jinotega. En Managua se destacaron en los combates de Bello Horizonte, la toma de Sierra Trece y el Aserrío de Morales en Carretera Norte (Casanova-Téllez 2004); En los combates de la Inca y el Coyotepe en Masaya; en las tomas de Diriamba y Jinotepe Carazo; en el Frente Sur los apodados “especialistas”, dirigidos por Álvaro Montoya Lara (Molina, 2005). Cabe destacar que en todo este tiempo, el órgano juvenil del Partido la JSN, mantuvo una comunicación y coordinación fluida, con las estructuras del Frente, en los territorios, principalmente con las tendencias GPP e Insurreccionales, las que tenían un tendido más amplio que los Proletarios. Por lo general las fuerzas de los Briceño-Ramírez, actuaron disueltas en las columnas y demás fuerzas operativas del Frente, en todo el país. Mientras que el de PSN de los Sánchez, continuó en UDEL y después en el FAO apoyando hasta julio de 1979 en plena insurrección final, propuestas conservadoras como el plebiscito, para librarse del somocismo, por la vía pacífica, por un gobierno de unidad nacional incluidas las fuerzas de la derecha más extremista del país. En sus declaraciones a nivel nacional e internacional insistían condenando las acciones de la guerrilla, es decir del FSLN, la que según su criterio paralizaba al movimiento de masas, porque justificaban la represión de la dictadura somocista, contra la organización de los sectores populares. (Declaración del PSN de Luis Sánchez. Doc. Sin clasificar. ARCF) Esto le granjeó el rechazo de toda la izquierda nacional e internacional.
La fusión con el FSLN en 1980. Tras el triunfo revolucionario de 1979 el grupo de Ramírez terminó fusionándose con el FSLN en 1980, sus cuadros, militantes (entre 800 y 1.000 personas) candidatos (unos 4.000 registrados), amigos y simpatizantes (en gremios y 226
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otras organizaciones populares) fueron disueltos en las estructuras del Estado Revolucionario, desapareciendo de forma definitiva del escenario político, buena parte del contingente histórico del antiguo PSN. Cuadros nacionales de este grupo como Federico López, Álvaro Ramírez y Nathán Sevilla, pasaron a ocupar altos cargos en el Gobierno, el Partido y el Estado, otros cuadros y militantes, a pesar de que su perfil era político-organizativo fueron ubicados en las fuerzas armadas (policía y ejército). Algunos cuadros juveniles, ocuparon algunas responsabilidades intermedias en el plano partidario Rubén Pasos Cedeño pasó a ser (temporalmente) el Secretario Político de Rivas, Jacobo Casanova Fuertes en el movimiento de masas del mismo Rivas; Arturo y Gabriel Aguirre en Río San Juan; Dagoberto Pérez pasó a ser el Srio. de Organización de II Región(Occidente);Fernando Zúñiga, Denis Espinoza y Hector Mairena pasaron a ser parte del equipo nacional del Departamento de Organización y Propaganda. Roberto Aguirre, Gloria Bacon y Gloria González, en la parte artístico-cultural. En general los “disueltos integrados” del PSN (sobre todos los de la vieja guardia) fueron vistos como advenedizos por los cuadros y militantes del FSLN, quienes en algunos casos, vieron la oportunidad de seguirles echando en cara su “pacifismo-reformismo” de los años anteriores. Esta repentina fusión, tuvo distintas consecuencias en las bases. Favoreció por un lado a un amplio sector de simpatizantes e integrados al PSN, quienes paralelamente se sentían atraídos y hasta involucrados en el proyecto revolucionario sandinista, pero por otro lado, afectó a otro sector de candidatos (algunos con un año en proceso de militancia) y amigos, quienes tuvieron que integrarse a los trabajos de la RPS, por sus propios medios, guardando en algunos casos, un fuerte resentimiento con sus ex dirigentes. La fusión con el FSLN, en este lapso tan breve y de forma tan repentina, fue facilitada entre otras por cuatro razones fundamentales: a) A los dirigentes del Partido en estas condiciones, se les hizo difícil enfrentar una dualidad de direcciones en las condiciones del triunfo revolucionario, porque la mayoría de sus cuadros y militantes integrados a la alianza política MPU(desaparecida en esos días) y la militar a través de la OMP con el FSLN, estaban inmersos desde julio de 1979, por un lado en las tareas del Partido cuyo crecimiento lo concebían en estas condiciones como fundamental para el fortalecimiento de la Revolución. Por otro lado, el propio cumplimiento de las responsabilidades en el Estado Revolucionario Sandinista, que se les impuso como parte de la alianza política con el FSLN. Este proceso estuvo no estuvo exenta de dificultades, algunas de ellas complejas tales como los roces abiertos con miembros de las bases y las estructuras intermedias del FSLN. Ejemplo: en la Escuela de Instrucción Militar “Oscar Turcios”, hubo choques sobre todo con cuadros de la Tendencia Proletaria, quienes “confundieron” las reuniones y asambleas ordinarias de los instructores y cuadros socialistas, como una 227
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“labor proselitista” dentro del Ejército Sandinista y de esto los acusaron. El proceso de consolidación y reorganización de los sindicatos en los territorios, por parte de los socialistas -quienes volcaron su experiencia a acometer esta labor- se encontraron con la oposición de los nuevos cuadros del Estado Revolucionario, los que carentes de experiencia en este sentido (además de su inmadurez política), muchos casos al hostigamiento y el boicot sin distinguir al resto de “enemigos” a los “aliados socialistas”. La documentación sobre este particular es abundante entre agosto de 1979 y los inicios de 1980. b) Aún con todos los problemas de esos días, los miembros de la dirección de esta fracción no estuvieron en capacidad de calcular o avizorar, de que los prejuicios sectarios en contra del PSN los iban a afectar en el futuro, tampoco estuvieron en capacidad (ni tuvieron la debida autoridad) de condicionar que se respetara políticamente a sus cuadros, militantes y candidatos. Por el contrario insistir en que se debía aprovechar la experiencia organizativa y madurez ideológica de los socialistas para beneficio del mismo Frente, y la construcción del Proyecto Socialista en el país. Sino que en un acto voluntarista, entregaron sus cuadros y militantes confiando, que en las filas intermedias y dirección del FSLN ya existían suficientes condiciones, para asimilar de forma madura su integración al sandinismo. Los mencionados incidentes fueron el termómetro, de lo que podría ser más adelante. La experiencia demostró que la fusión debió ser producto de una decisión serena y meditada entre las dos organizaciones y no el resultado de una decisión precipitada. Pero además no existió un acuerdo de compromisos, firmado entre las partes, Por tanto, todo se hizo dentro de una visión voluntarista, confiando en la madurez de la dirección revolucionaria del Frente. Los altos dirigentes de esta fracción pasaron a ocupar los cargos y entregaron al FSLN un listado de cuadros nacionales y territoriales, de militantes, acompañado de la especificación de sus capacidades. En estas circunstancias, los integrados, fueron ubicados en distintas estructuras del Estado, Gobierno, Partido y su tratamiento y proyección, fue en lo adelante, determinada por su relación subordinal a las propuestas y práctica del FSLN, en la construcción del nuevo Estado Revolucionario. c) La dirección del FSLN en las condiciones del triunfo revolucionario, no había adquirido la debida madurez para impulsar una correcta política de alianzas en este nuevo contexto nacional, que demandaba de una amplia política de unidad popular, revolucionaria, progresista, y sobre todas las cosas: una alianza política y social, para aislar a las fuerzas de la derecha interna y externa. Pero además, la asimilación de otra organización entre sus filas, era también una experiencia desconocida en la historia del FSLN como organización, su práctica había sido, más orientada a la captación individual de cuadros de otras organizaciones, que a la fusión e integración de colectivos a sus filas. En la práctica consideraron como suficiente ceder algunas posiciones a los dirigentes de los integrados, desentendiéndose de las bases de estos. Afectando sin 228
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pretenderlo la perspectiva estratégica de la unidad popular. A las bases del Partido Sandinista, tampoco se le informó de esta integración desprendida de los socialistas y los cuadros socialistas fueron ubicados en cargos del Estado y el Partido según el criterio o nivel de madurez de los responsables inmediatos en los territorios, organizaciones e instituciones. En casos muy particulares como el del Frente Femenino, se tomó en cuenta la experiencia acumulada por las dirigentes de la Organización de Mujeres Democráticas de Nicaragua, pero fueron casos muy excepcionales (Dávila,2000). Salvo el caso de un material de breve circulación, elaborado por las compañeras de la OMDN, en 1980, en que se mencionó de forma positiva el papel del Partido,(Mairena 2004) no hubo a lo largo del decenio revolucionario, ningún tipo de reconocimiento oficial sobre el papel jugado por el PSN en la lucha contra la dictadura. Por el contrario, quienes se encargaron de hacer los materiales de propaganda histórica del FSLN, no cejaron sus ataques a las fuerzas antisomocistas no sandinistas incluidos los socialistas, sin medir que dentro de sus filas estuvieran “los integrados socialistas” quienes en algunos casos extremos, fueron objeto hasta de “puyas” por los nuevos compañeros. Las quejas, cuando se hicieron llegar sobre este comportamiento, nunca fueron atendidas debidamente, es mas “siempre hubo cosas más importantes que atender” en todo el universo de la Revolución, que resolver “problemas de poca importancia como la inmadurez de algunos compañeros”. La mayoría de los integrados socialistas a pesar de todo, continuaron hasta el final con el proyecto revolucionario, derrotando con estoicismo, los sectarismos y malos entendidos. Algunos (y algunas) pasaron a ocupar cargos, en las organizaciones específicas del Partido u organizaciones gremiales, en el Estado y el Gobierno. Onofre Guevara pasó a ser co- editorialista y a ocupar la página de opinión del órgano oficial del FSLN “Barricada”; las conocidas hermanas Dávila Navarrete, en la dirección del movimiento femenil AMLAE. En algunos casos llegaron a alcanzar posiciones de mando en la policía, como el caso de Roger Cabezas (único que alcanzó el rango de Comandante del MINT) alcanzando rangos de subcomandantes, posteriormente Comisionados, algunos de ellos (como Eva Sacasa, Arnoldo Pastrán, Isabel Galeano, Rodrigo Medrano, Nubia Obando y Guillermo Vallecillo); otros estuvieron en posiciones claves en órganos intermedios de inteligencia (DGSE, Dirección 5ª, como Rolando Zelaya, Mario Lezama, Martín César etc.), en menor grado en el ejército, donde algunos, como el ex dirigentes juveniles Bolívar Téllez, Francisco Medrano; los ex sindicalistas César Ramírez, César Dávila y Cesar Cortés Téllez, lograron obtener rangos de mayores, por debajo de personas de menor trayectoria, capacidad y méritos, y escala de valores revolucionarios, ningún hasta donde se conoce, alcanzó un rango más allá de mayor. 229
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d) Se consideró como algo traumático el tema de los infiltrados de la OSN y el Servicio de Acción Anticomunista (SAC) en el PSN, que desmoralizó a las bases, una situación que según algunos criterios, aceleró el proceso de fusión con el Frente. La dirigencia socialista no percibió con la debida serenidad, el hecho de que al ser el PSN, una fuerza política revolucionaria, iba a ser objeto de atención por parte de los aparatos de inteligencia del somocismo, que como el SAC, tenían apoyo de la CIA norteamericana. Por tanto, no debió resultar extraño el tener infiltrados en sus filas, eran los riesgos de una fuerza revolucionaria. Otros partidos revolucionarios en el contexto internacional, con más desarrollo y experiencia las habían sufrido, el mismo FSLN, con una experiencia mucho más amplia, en clandestinidad cerrada, fue víctima de infiltraciones, que le costó la vida a altos dirigentes como Eduardo Contreras y José Benito Escobar. Valga destacar que los objetivos de infiltración de los aparatos de inteligencia del somocismo, se centraron en estas dos fuerzas (FSLN_PSN) y en ninguno de los micro partidos de izquierda y demás partidos antisomocistas. Es decir que desde la perspectiva del sistema, sus personeros, tenían claridad de quienes eran sus verdaderos enemigos. La difusión excesiva de este acontecimiento en los medios, impulsada por quienes no habían superado sus prejuicios contra el PSN, no fue asimilada de forma ecuánime por los dirigentes de esta fracción. Aunque se debe de reconocer que el Srio. Gral. hizo algunas aclaraciones en uno de los medios, no hubo una declaración enérgica ante la opinión pública, destacando principalmente el papel del Partido, ante la historia y como podía interpretarse la infiltración de agentes enemigos en una fuerza revolucionaria(Ramirez,1979). En síntesis, la fusión con el FSLN, que era un requerimiento necesario, para fortalecer la RPS, no fue un proceso comedido y sereno, sino acelerado. Razón por la cual, el contingente humano del Partido, no estuvo en condiciones de volcar de forma integral y organizada, su experiencia político ideológica, durante los años del proyecto revolucionario (entre 1979 y 1990).
La Fracción Socialista de los Sánchez. El grupo de Sánchez pasó primero entre 1979 y 1987 a una alianza primero con el FSLN y después a una oposición crítica y finalmente a una oposición total al proyecto revolucionario hasta ser parte de la alianza opositora UNO que ganó las elecciones en 1990. Algunos de sus cuadros como Adolfo Everts, Luís Sánchez y Gustavo Tablada, pasaron a ocupar ministerios y diputaciones en el Gobierno de Violeta Barrios. Por estos años como se conoce, se produjo la disolución del Campo Socialista debilitándose las ya deterioradas relaciones internacionales del Partido. A diferencia del grupo Ramírez, estos conservaron su independencia durante los años ochenta, pero si bien rechazaron el “hegemonismo sectario” del 230
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sandinismo, su posición no fue la de mantenerse como opositores de izquierda y que pudo ser una actitud de presión sobre el sandinismo para incidir en la radicalización del proceso. Por el contrario su posición crítica se hizo cada vez coincidente con los sectores más conservadores de la sociedad, hasta llegar a ser parte de la mencionada alianza UNO, instrumento de la derecha internacional para liquidar el proyecto revolucionario del sandinismo, sin percatarse que un triunfo de la derecha nacional e internacional, iba obrar en su propio deterioro y no solo del proyecto revolucionario, por lo que su liquidación política como fuerza beligerante, fue también, cuestión de tiempo.
¿Sobrevivieron los socialistas? Al margen de que como individuos, ni como cuadros, pudieron influir sustancialmente -por las características de su integración- en la línea de la revolución, una gran mayoría de socialistas quedaron disueltos en las estructuras territoriales del FSLN. De los antiguos dirigentes nacionales, solo figuraron en los últimos tiempos, el Dr. Ramírez González y Nathán Sevilla. El primero como precandidato a la nominación por el FSLN en 1996 y el segundo quien se destacó como legislativo del mismo FSLN hasta el año de 2006. Otro caso, fue el del conocido periodista Onofre Guevara, quien pasó a ser un disidente del FSLN desde 1995, reconociéndose en esta posición, como escritor en la página de opinión de El Nuevo Diario. En las filas del FSLN actual, no quedaron recuerdos del socialismo integrado y del socialismo en general, por su parte, los antiguos ex -militantes socialistas, han perseverado en su lealtad al mismo FSLN, en sus distintas etapas. Muy recientemente empezó a perfilarse un ex miembro de la comisión Política en los años setenta, Porfirio García, como coordinador nacional de la Unión Nacional de Adulto Mayor (UNAM). Razón por la cual a algunos de los viejos ex -militantes socialistas, ni se les ocurre mencionar su pasado socialista, ante los nuevos compañeros. Finalizado la administración Barrios en 1996, se inició una especie de diáspora en la otra facción del socialismo. Años antes de su retiro Sánchez, como -Srio General- le imprimió al partido el perfil socialdemócrata renunciando a las posiciones marxistas –leninistas, lo que no fue aceptado por la generalidad de la militancia. Por esta misma época, Sánchez renunció al partido y terminó siendo el encargado de la página editorial del diario conservador “La Prensa”. El Partido Socialista (de los Sánchez) pasó entonces a ser dirigido por el médico psiquiatra Dr. Gustavo Tablada, bajo cuya gestión a fines de los años noventa se produjo la disolución del histórico PSN. Sin embargo sobreviven aún fracciones del mismo: la primera encabezada por el mencionado Dr. Tablada, quien ha mantenido hasta ahora una alianza con el Partido Liberal Constitucionalista que dirige el Dr. Arnoldo Alemán, lo forman el núcleo de ex dirigentes nacionales y 231
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defienden esta alianza alegando el maltrato que históricamente han sufrido a manos del FSLN y que al menos el liberalismo –a diferencia del sandinismo- les ofrece la oportunidad de sobrevivir; el grupo que encabeza Enrique Ruiz Mendoza quien logró reunir parte de la antigua membrecía de Managua, Rivas, Carazo y otros departamentos, participando hasta ahora en la alianza con la disidencia del FSLN (el MRS y Movimiento por el Rescate del Sandinismo), a nivel internacional logran mantener relaciones con el Partido Comunista Cubano y el Partido Socialista Obrero Español; el grupo de Salvador Suárez y Alejandro Gutiérrez que lo forman un reducido número de viejos ex militantes de los seccionales de Granada y Masaya, en las últimas elecciones participaron como aliados del FSLN y asumieron el nombre de Nuevo Partido Socialista(NPS) pero en los últimos tiempos han tenido un acercamiento con la oposición al actual gobierno. Estos dos últimos coinciden en proclamar la reivindicación de las posiciones históricas y revolucionarias del antiguo PSN y su propuesta es reconstruir las estructuras nacionales del mismo. En esta dirección también se podrían señalar los intentos que desde 1990 realizó un grupo de militantes sandinistas provenientes del histórico socialismo fusionado de 1980. Quienes pretendieron desde dentro y fuera del FSLN constituir una tendencia marxista-leninista con la instancia: los Amigos del Socialismo y la Paz. Posteriormente con algunas decenas de ex militantes, lograron estructurar una organización que llamaron el Partido Unidad Popular (PUP) de efímera duración. El principal dirigente fue el médico Julio Briceño Dávila, acompañado de cuadros ex socialistas dirigentes como Federico Krauddy, Fernando Zúñiga, Porfirio García, Francisco Brenes, Lombardo Aburto y los fallecidos dirigentes: Mauricio Lacayo, Jorge Galo Espinosa y Abdul Sirker. Sus ejes de justificación estuvieron orientados primero a preservar los valores morales del proyecto revolucionario sandinista desde adentro del FSLN y después (en la década del 2.000) a la construcción de un verdadero partido marxista leninista, fuera de la estructura del Frente. En los últimos años, solo se conocen algunas reflexiones críticas personales, que ha presentado en los medios de difusión el Dr. Briceño, pero no se presume actividad de esta agrupación. Como tendencia general estas iniciativas han tenido hasta ahora serias dificultades para recuperar el brillo de las décadas anteriores, el derrumbe de la RPS en 1990, la caída del Campo Socialista entre 1989 y 1991, el discurso de la derecha moderada y recalcitrante contra las ideas socialistas, los triunfos de la derecha mundial, que “demuestran la inconsistencia del socialismo” como proyecto y a la vez el discurso apologético al nuevo orden neocapitalista. Todo esto, entre otras cosas, hace difícil aglutinar a nuevas generaciones de jóvenes, convertidos en consumidores de discursos distorsionados sobre los valores y las propuestas del socialismo.
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Los postulados ideológicos de los socialistas. Desde su surgimiento en 1944, los socialistas dijeron ser marxistas leninistas. “La lucha de clases es el motor que impulsa el progreso social y material de los pueblos” (Juan Lorío en prólogo a: Socialcristianismo. Su forma y su contenido de Onofre Guevara. Managua 1964,P 5).Así como esta expresión que los identificaba con los llamados partidos de nuevo tipo de orientación socialista el PSN a través de su historia se consideraba a sí mismo como el partido de los comunistas de Nicaragua, es decir dentro de una concepción mesiánica como el llamado a dirigir la revolución socialista en el país, la cual era considerada como algo inevitable “Justamente, nuestra época, en la que se resumen las mejores y más grandes creaciones del hombre en millones de años, está definida como la época en que se opera revolucionariamente la transición del capitalismo al socialismo”(Guevara Onofre 1965. P6). Los socialistas se proponían la toma del poder (siguiendo el modelo leninista de la revolución por etapas) pero en los años sesenta dentro de su concepción etapista, este objetivo lo dejaban demasiado implícito como lo deja entrever la siguiente cita “desde luego que los socialistas nicaragüenses no pretendemos en las actuales condiciones histórico- sociales hacer la socialización científica y verdadera. Creemos, y en eso encaminamos nuestras luchas, que en lo inmediato es necesario luchar por los derechos sociales para los trabajadores (seguro social, aplicación y ampliación de las conquistas laborales, mejores salarios, reducción del costo de la vida), por la democratización de nuestra vida pública y por la liberación nacional del tutelaje extranjero. Pero esas conquistas las planteamos no como el objetivo final, sino como un medio de aliviar las miserables condiciones económico –sociales en que el capitalismo sume a los trabajadores, mientras logran estos la liberación social definitiva.(Guevara 1965,p.30-31). Esta postura va a irse transformando, es la época que los socialistas llamaban el loriismo en donde el economicismo o la lucha sindical estaba en el centro y se obviaba públicamente en lo posible la contradicción clasista con el sistema, para definir que se perseguía como objetivo estratégico, la toma del poder político por la clase obrera.. Esto lo sustituían al plantear que la lucha inmediata era entre otras cosas por la democratización de nuestra vida pública y por la liberación nacional del tutelaje extranjero. Es decir la democracia que no definían como democracia popular o democracia burguesa y la liberación nacional del dominio imperialista. En el otro objetivo se plantean las conquistas anteriores para mejorar las condiciones de los trabajadores (seguro social, aplicación y ampliación de las conquistas laborales, mejores salarios, reducción del costo de la vida), dentro del sistema capitalista mientras logran estos la liberación social definitiva. Es decir que la lucha por el socialismo debería de pasar necesariamente por las dos etapas anteriores. 233
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En 1972 en medio de una profunda confrontación con las posturas del FSLN, en una de sus publicaciones argumentaban sus puntos de vista defendiendo las tesis de los tres frentes, que según su concepción eran en los que descansaban los postulados básicos del marxismo – leninismo. Valga destacar que esta fue un planteamiento de los socialistas a través de la CGT (i) su frente sindical, es decir que desde esta posición gremial sustentan la toma del poder político a partir de la lucha, en las tres dimensiones que veremos a continuación. “La enconada lucha por resolver el antagonismo existente entre la burguesía y el proletariado y que unas veces adquiere las características de un enfrentamiento solapado y otras veces toma formas de huelga, de choques sangrientos y crueles, se desarrolla de manera permanente y tenaz en tres frentes fundamentales: el ideológico, el político y el económico. La Lucha de Clases, el sindicalismo y Revolucionarismo Pequeño Burgués. Folleto de la CGT (i) Managua,1972 s.p.i. p. 4) Comienzan explicando la confrontación en el campo de la ideología: La lucha ideológica. Se manifiesta en el esfuerzo que desarrolla la burguesía (…) por mantener sometido al proletariado a sus concepciones idealistas del mundo y la sociedad (…) el desarme ideológico de los explotados (…) con la introducción del conformismo y demás sedantes a la lucha de la clase obrera. Esto por una parte y, por la otra (…) el esfuerzo del proletariado revolucionario por arrancar a las masas de la sumisión a la ideología reaccionaria de la burguesía y dotarlo de su propia ideología que es la concepción materialista de los fenómenos del mundo y de la sociedad con el objeto de transformarse en ella para transformar el mundo y la sociedad. ( CGT(i) Managua,1972 p. 4) Esta concepción lo llevaba a una lucha en un escenario difícil de librar dentro de una población mayoritariamente analfabeta, con fuerte influencia religiosa, con una jerarquía eclesiástica fuertemente arraigada a una alianza con la burguesía y el capital, pero además aferrada a concepciones anticomunistas, que propagandizaban en los púlpitos la amenaza del comunismo ateo, como un nuevo demonio. Es decir que la confrontación más que contra los teóricos del capitalismo, era contra el atraso cultural, sin negar la ideología conformista e individualista que el somocismo y los medios del sistema trasmitían y reproducían a la población. Con respecto a la lucha política siguen diciendo en el material que el escenario de lucha es la que desarrolla …la burguesía como clase dominante para mantener su dominio en el poder estatal y utilizarlo para someter y reprimir al proletariado y demás sectores sociales oprimidos y que a su vez el también el proletariado y todos los oprimidos utilizan la lucha política con el propósito de arrebatarle a la burguesía el poder estatal y convertirlo en 234
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instrumento para ejercer su voluntad y concluyen que El problema central de la lucha política es la toma del poder político.(CGT(i) ,1972 p. 4). La lucha económica vista en esta época, siete años después, se diría que no presenta cambios sustanciales con respecto a lo planteado por Onofre en 1965, aunque es notorio que ya no hablan de mejorar condiciones de vida de los trabajadores, sino de confrontar a los patronos capitalistas y derrotarlos, en el terreno de la lucha económica. La lucha económica es la que llevan a cabo los capitalistas contra los trabajadores con el objeto de vencer la resistencia de estos a la explotación asalariada; y de la que se valen los trabajadores para “oponer resistencia a los capitalistas” para obtener condiciones ventajosas de venta de fuerza de trabajo(lucha exclusivamente sindical)en sus relaciones con grupos determinados de la clase patronal, pero no solo eso; la lucha económica es la que conocemos comúnmente como “tradeunionista”gremial o sindical. (CGT (i) Managua,1972 p. 5). Esta posición fue criticada por sus rivales, principalmente el FSLN, señalándole que aunque controlaran los sindicatos, solo planteaban la reivindicación salarial y que desde 1974 habían claudicado al pasar a ser parte de la unión opositora UDEL, encabezada por el Dr. Pedro Joaquín Chamorro. Los socialistas, se defendieron de estos ataques, planteando que para la situación de Nicaragua la etapa de la lucha contra la dictadura se justificaba la unidad de todas las fuerzas anti dictatoriales y que rebasada esta etapa se pasaba a la de liberación nacional, que la llevaría a chocar con los sectores burgueses de la oposición y que de aquí devendría la unidad estratégica con las fuerzas revolucionarias, de igual modo esta alianza, debería continuar en la construcción del socialismo. Además, es evidente que la confrontación en el plano de la lucha económica no cesó con la alianza con la burguesía, en los años setenta las huelgas de la construcción y las hospitalarias se dieron entre los años de 1973 y 1975, contra las patronales capitalistas, se dieron de forma más cruda, cuando ya se había conformado la unión opositora UDEL. Aunque es válido denotar que en las posiciones, de la línea conservadora, algunos conocidos dirigentes sindicales, insistían abiertamente, que “el movimiento armado provocaba la paralización del movimiento de masas”, al desatarse la represión del sistema y ponían como ejemplo, la desaparición de los sindicatos del Norte, en el mismo territorio de la guerrilla. Aunque ha pasado mucho tiempo, los críticos de esta posición del Partido, no establecen diferencias entre las posturas socialistas de una etapa y otra. Ejemplo no separan en sus análisis a la corriente de los Lorío que predominó hasta el año de 1967 y cuál fue la posición la corriente, que surgió de esta división. No explican la división -señalada anteriormente- que se dio entre los conservadores 235
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(el grupo de Sánchez) que plantearon que era necesario “respetar los derechos del aliado burgués” y concibieron el gremialismo en un fin y los radicales (BriceñoRamírez) rompieron con los primeros y fueron a una alianza con las tendencias del FSLN. Esta fracción como se sabe, terminó fusionándose con el mismo Frente en 1980, con todo su contingente y las organizaciones intermedias que estaban bajo su control. Pero sus críticos de la izquierda no actualizaron su pensamiento, para diferenciar la postura y práctica en perspectiva histórica de los RamírezGuevara y los Pérez Estrada –Lorío (entre 1967-1971); de los Briceño – Ramírez, de los Sánchez (entre 1976-1979), cuando fueron evidentes las diferencias, en concepciones y prácticas. Los rivales del PSN también ligaron la postura internacional de la Coexistencia Pacífica, enunciada por el Congreso partidario del PCUS en 1955 y aseguraban que esta fue impuesta por el PCUS a los Partidos Comunistas del mundo y que esta era la línea la que seguían los socialistas nicaragüenses. La coexistencia política, fue una política enunciada por el PCUS en su proceso de distensión mundial con el sistema capitalista para evitar una conflagración mundial con las potencias capitalistas y procurar el desarrollo pacífico de su sistema socialista, en plena Guerra Fría. La URSS tenía en su poder la bomba atómica y la bomba H y según su dirigente N. Kruschev la distensión consistía entre otras cosas, en evitar la confrontación directa y aminorar los focos de tensión entre ambos sistemas. Según esta misma concepción, en un periodo de paz menor de veinte años la URSS, iba a superar económicamente al Mundo Capitalista. Por esa razón y no por otras, se lanzó propuesta de coexistencia pacífica de estados con distintos régimen, pero no se observa en la documentación una negación de las contradicciones internas de clase de cada país y las contradicciones antagónicas del socialismo de la URSS con el Capitalismo Mundial. Lo más de las veces, se aplicaron de forma mecánica, las contradicciones chino-soviéticas en el campo internacional que se dieron a la larga o de los años sesentas y setentas. Porque al plantearse la línea de la coexistencia pacífica, fue considerado por el Partido Comunista Chino como una traición a la Revolución Mundial de la dirigencia soviética. Las contradicciones entre estas dos propuestas propiciaron la primera división en el Campo Socialista y se denominaron: la línea maoísta y la línea pro-soviética, que ocasionó a su vez divisiones en todo el movimiento revolucionario mundial. Los socialistas nicaragüenses, aunque proclamaban su eterna amistad y admiración por el PCUS y el papel rector de la URSS en el Movimiento Revolucionario Mundial y su lucha por la paz, condenaban las posiciones del Partido Comunista Chino y el Maoísmo. Alegaban que la posición y actuación de cada partido, obedecía a las particularidades internas de cada país y estos tenían 236
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su propia estrategia, totalmente independientes de la línea del PCUS y que no se debían confundir las contradicciones clasistas internas, con las contradicciones mundiales. Dentro de esta lógica, negaron que la URSS y el PCUS les trazaran la línea interna que deberían seguir en Nicaragua: “A la URSS íbamos a la Escuela de Cuadros del Partido en Moscú, estudiábamos filosofía y otros materiales, nos entrevistábamos con funcionarios de Partido Comunista de la URSS que atendían América Latina, hablábamos de nuestra experiencia interna, del trabajo político, ellos hacían algunas recomendaciones sobre la base de su experiencia, pero es falso,(…) son habladurías, eso que dicen, de que nos decían, lo que teníamos que hacer en Nicaragua”. (Entrevista a Jorge Galo Espinosa 19 de enero de 1996) Los socialistas consideraban dentro de esta misma lógica, que desde la desaparición de la Internacional en 1943, que orientaba una dirección vertical a los partidos comunistas, el PCUS no estuvo, desde entonces (ni fue su objetivo), en capacidad de implantar líneas específicas, acerca de cómo debería orientarse la estrategia de un partido a nivel interno. Aunque la prensa obrera y otros documentos muestran claramente la identificación del PSN, con el proyecto y modelo del sistema y soviético. Es evidente, que al revisar la documentación de la época, los comunistas -incluidos los socialistas nicaragüenses- llegaron a considerar erróneamente a los movimientos guerrilleros, como versiones latinoamericanas del trotskismo y el maoísmo, por tanto enemigas de la Coexistencia Pacífica. En esta dirección, estaban las acusaciones de ultra izquierdistas al absolutizar la lucha armada como única forma de lucha.(Orientación Popular Nº 266, abril de 1966). Sin negar que dentro de algunos movimientos guerrilleros hubo influencias -no generalizada- de estas corrientes, éstos (los frentes de liberación), a su vez, relacionaban de forma mecánica, las acusaciones de pacifistas a los comunistas, con la mencionada declaración de Coexistencia Pacífica del PCUS. Una necesaria digresión sería, destacar que al final de la lucha contra la dictadura como se relata, la situación compleja que siguió al terremoto de 1972, en los años subsiguientes. Los socialistas, no fueron ajenos a las rupturas que provocaron estas circunstancias y se puede asegurar que ideológicamente, la fracción socialista de Álvaro Ramírez, -con todas las limitaciones que se le puedan señalarfue consecuente con la aplicación de todas las formas de lucha (económica política e ideológica) al pasar a la lucha armada entre 1978 y 1979, considerando esta, como continuidad de la lucha política, en combinación con las demás modalidades. La documentación que justificó esta transición es abundante pero es poco conocida (documentos en el ARCF). A pesar de ser un hecho conocido, la dirección del FSLN en los ochenta, nunca hizo un reconocimiento público al respecto. Un 1989 casi a finales del proyecto revolucionario, se hizo mención de este hecho, pero personalizando la participación del dirigente sindical Roger 237
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Cabezas, como jefe de la OMP, en la carretera Norte. A lo que se puede agregar la mención sobre la participación de algunos jóvenes combatientes socialistas, en el Frente Occidental de Managua (Barricada, julio de 1979). Empero, es evidente que algunas explicaciones de otros autores sobre la proyección de los socialistas nicaragüenses, siguen siendo esquemáticas, prejuiciadas y desfasadas, no han sido superada hasta los tiempos actuales. En aquel tiempo histórico, se pensaba más en el quehacer revolucionario, que en profundizar en los estudios. Por lo que no se alcanza a comprender en la actualidad, de que afirmaciones como las anteriores, que fueron producto de las fuertes contradicciones que existieron en la diferencia de líneas y de prácticas contrapuestas, sigan campantemente vigentes. El reto, para encontrar una óptica más serena y actualizada, lo pueden asumir, en esta dirección, nuevas generaciones de investigadores, ajenos a los prejuicios que hemos señalado.
¿Hubo o no aportes de los socialistas a la sociedad nicaragüense? Para finalizar estas notas orientadas a realizar una aproximación al estudio de los partidos políticos en Nicaragua, y en particular el papel de los socialistas nicaragüenses y la corriente socialista, se hace necesaria una sustancial aclaración. Es válido advertir no solo el Partido Socialista representó a la corriente socialista, hubo tras agrupaciones identificadas con el socialismo marxista, sobre todo, las surgidas en los años setenta, como el mencionado Partido Comunista de Nicaragua (PC de N), El Movimiento de Acción Popular (MAP), la Liga Marxista Revolucionaria(LMR), o Partido Trabajador Nicaragüense (PRT de filiación troskquista).Aunque su proyección fue limitada con relación al PSN en los años que estudiamos, lograron aprovechar los espacios de los años ochenta para tener un crecimiento relativo. Pero a partir de de los años noventa se redujeron al mínimo o desaparecieron de la escena política. Las mismas deben, de ser objeto de estudio en una ampliación de este mismo trabajo o posteriores estudios. Finalmente consideramos pertinente señalar que este trabajo va dirigido a la sociedad en general y es un modesto aporte para romper desde la perspectiva de la izquierda, con los esquemas sectarios que aún nos restringen y no nos permiten ver con la debida amplitud e integralidad, los procesos históricos contemporáneos. En esta dirección consideramos: Que con independencia de sus errores y limitaciones, fueron los socialistas organizados en el Partido Socialista Nicaragüense (PSN), los primeros en divulgar desde los años cuarenta, las ideas redentoras del socialismo en Nicaragua e
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imprimirle un contenido organizativo territorial a los movimientos populares de obreros, empleados, campesinos, mujeres, jóvenes etc. Que es evidente, que fue la presión de los trabajadores organizados en los sindicatos y organizaciones de los socialistas, los que hicieron posible conquistas sociales en distintas etapas de la historia, tales como el mencionado Código del Trabajo en 1945, la Ley de Inquilinato en 1957, los distintos ajustes salariales logrados en las mencionadas huelgas de 1973,1974 y 1975, etc. que favorecieron a las clases populares en general. Que contrario a lo que se ha reafirmado el PSN, participó en la lucha armada a partir de dos experiencias político-militares las FARN entre 1966- 1971) y la OMP entre 1978-1979, aunque es válido señalar que no tuvieron las debidas dimensiones que se requirió para confrontar efectivamente al sistema. La primera muy efímera y la segunda fue el aporte de una de las fracciones en que se dividieron los socialistas, entre 1976-1977 y se integró a la lucha armada hasta el año de 1978. Esta organización armada, aunque más extensa y mas experimentada que la primera, realizó pocas actividades como fuerza independiente al coordinar y realizar sus actividades, con las tres tendencias del FSLN. Que las divisiones y contradicciones internas, las conductas inestables y vacilantes de sus máximos dirigentes a lo largo de su existencia (dejaron en evidencia el vacío de liderazgo y carisma individual que se requería para una dirección revolucionaria), no permitió al Partido jugar un rol más beligerante en torno a vanguardizar la toma del poder. Pero no se puede desconocer, que los movimientos sociales no armados, de mayor consistencia durante la dictadura, los dirigió el Partido Socialista Nicaragüense. Ejemplo de ello fueron: el movimiento de los inquilinos las huelgas de los zapateros, y los transportistas en los años 50s y 60s, los movimientos campesinos en el Norte del país, tomas de tierras, como las de Mancarrón y Virgen Morena en Rivas en 1965(Sánchez S.1998), Sirama y Tonalá en 1977(Zúñiga, 1993), las grandes huelgas de la construcción, y las hospitalarias en 1973 y 1975. Participación en los movimientos estudiantiles de 1966, 1967, 1971-1972, 19781978.Los movimientos comunales de los años 50s, 60s y 70s. Luchas que fueron dirigidas en la práctica por organización sociales intermedias del PSN y la JSN,: como la CCTAN, la CGT(i). , la OMDN, la FES, y los CDP, etc. Que fue también esta fuerza política -a partir de ser la primera organización definida como marxista- el principal semillero de todas las fuerzas de izquierda del País, siendo el principal beneficiado el FSLN. Porque fue el trabajo paralelo en escenarios ajenos a la lucha armada de los socialistas -de lo que no se debe excluir a las otras tendencias marxistas- las que alimentaron al FSLN y le permitieron encontrar bases sociales politizadas tanto en la insurrección armada antisomocista de 1978- 1979, así como en la ejecución del proyecto revolucionario de los años ochenta. 239
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