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Spanish Pages [181] Year 2011
Revista del Instituto para la Investigación Educativa y el Desarrollo Pedagógico, IDEP Revista No. 18. Primer semestre de 2010 7HPDPRQRJUi¿FR&XOWXUDVMXYHQLOHVGHOVLJOR;;, Director: Subdirector Académico: Consejo Directivo:
Olmedo Vargas Hernández Hernán Suarez Carlos José Herrera, Clara Inés Rubiano Zornoza, Myriam Lucía Ochoa Piedrahita, Jorge Iván González, María Cristina Cermeño
Comité Editorial:
Adela Molina Andrade, Rosalba Pulido de Castellanos, Manuel Caicedo Ruiz, Alejandro Álvarez Gallego, Olmedo Vargas Hernández, Hernán Suárez
&RPLWp&LHQWt¿FR
Eloísa Vasco, Federico Revilla, Jaume Trilla Bernet, José Ángel López Herrerías, Rocío Rueda Ortiz, Araceli Teresa de Tezanos Castiñeiras, Inés Dussel, Javier Ocampo López
Coordinación académica y temática: Edición: Corrector de Estilo: Evaluación de contenidos: Coordinación Editorial y de Comunicación IDEP: Diseño, diagramación e iconografía: Impresión: Tiraje: Precio por ejemplar:
Germán Muñoz Editorial Jotamar Ltda. Martín Cruz Ramírez Manuel Caicedo Ruiz Diana María Prada Romero Cristian Pérez Sánchez Subdirección Imprenta Distrital - DDDI 1.000 Ejemplares Colombia, $ 10.000. América Latina, US 15
Publicación semestral del IDEP Subdirección Académica - Comunicación, Divulgación y Socialización Correspondencia, información, canjes y suscripciones Avenida El Dorado No. 66-63, Piso 1º. Teléfonos 324 12 62 - 324 12 63 Bogotá, D.C. Colombia Correo electrónico: [email protected] Página Web: www.idep.edu.co Los conceptos y opiniones de los artículos son de exclusiva responsabilidad de sus autores y no comprometen la política institucional del IDEP. El Comité Editorial agradece los artículos enviados voluntariamente y se reserva la decisión de su publicación en la revista. Se autoriza la reproducción de los artículos citando la fuente y los créditos de los autores; se agradece el envío de la publicación en la cual se realice la reproducción. Impreso y hecho en Colombia
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Contenido
Escuela y cultura juvenil: ¿matrimonio mal avenido o pareja de hecho?
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Carles Feixa
De las culturas juveniles a las ciberculturas del siglo XXI
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Germán Muñoz González
La ciudad como escenario de acción educativa de las organizaciones juveniles
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Humberto Cubides Cipagauta / José Aladier Salinas Herrera
Las culturas juveniles: una forma de la cultura de la época
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Marco Raúl Mejía J.
De la cultura juvenil a la cibercultura juvenil: más allá del prefijo del ciber Antonio Quintana Ramírez
77
El viaje de los cabeza dura
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Humberto Alexis Rodríguez
¿Cómo ha sido la vuelta?
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Diego Sánchez González
Ser joven y el mundo metalero
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Ricardo Castaño Támara
Cultura escolar y bullying: hipótesis sobre la relación violencia-juventud
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Luis Evelio Castillo Pulido
Rash Bogotá. La contracultura juvenil
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Gina Claudia Velasco Peña
Escribir para la Revista Educación y Ciudad
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educación
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Editorial Las culturas juveniles constituyen diversas manifestaciones de los jóvenes que confrontan al statu quo cultural, lingüístico, industrial, político, etc. Históricamente, las culturas juveniles han ideado, creado y desarrollado las propuestas transformadoras que han marcado los cambios en las épocas de la sociedad: el retorno al uso del cabello largo, por ejemplo, después de más de medio siglo de gueUUDV\FRQÀLFWRVLQWHUHVWDWDOHVGXUDQWHHOVLJOR;;HVWXYR OLJDGRDXQDDFWLWXGSDFL¿VWD\OLEHUWDULDGHORVMyYHQHVTXH se expresó, también, a través de la emergencia de nuevos géneros musicales, con características sincréticas; la adopción y adaptación de nuevas tecnologías en el diseño de los instrumentos musicales (guitarra eléctrica, bajo, etc.) y de las formas poéticas de crear y combinar música y literatura; la posibilidad de asumir la práctica de la fe y otras creencias en forma diversa, relativa; la adaptación de atuendos y formas de vestir, de caminar, del reconocimiento corporal; la creación y uso de nuevas-diversas y sincréticas expresiones en el lenguaje oral, y de otras maneras de relacionarse con la naturaleza y con el medio ambiente, como una actitud GH YLGD HWF KDVWD SHU¿ODU \ FRQVWLWXLU XQD QXHYD pSRFD cultural.
industria diseña modas, los jóvenes crean nuevos ambientes culturales. Muchas veces, las formas que adquieren algunas culturas juveniles no traspasan las fronteras de la moda adaptada por la industria, aunque permanezcan subsumidas, latenWHV\DWUR¿DGDVSRU\HQHOPHUFDGR2WUDVPX\SRFDVYDQ siendo incorporadas en la psique social, hasta llegar a constituir una nueva época cultural, en la que la industria busca y crea su mercado. Las culturas juveniles no son propias, únicamente, de la época del capital. En el medievo como en la antigüedad clásica, también existieron como agentes de cambio. Pero es en la época del gran capital, cuando su carácter mundial se expanGHDORVFRQ¿QHVGHOPXQGR\ODFLXGDG\ODVIRUPDVGHOD vida urbana se constituyen en el espacio temporal y físico en HO TXH ODV FXOWXUDV MXYHQLOHV VH FRQ¿JXUDQ FRPR XQD QXHYD tendencia cultural mundial, una nueva época social.
/DVFXOWXUDVMXYHQLOHVHQWDQWRTXHPRYLPLHQWRPDQL¿HVWDQ los procesos de ruptura, transformación y diferenciación de las épocas culturales de la sociedad. Es la identidad cultural en crisis, pero no crisis de identidades etarias, aunque se inFXEHQHQpVWDV(VODUHD¿UPDFLyQGHOSURFHVRGHFUHDFLyQGH Mientras los jóvenes crean y organizan sus imaginarios nuevos cánones socioculturales que anidan en y se alimentan culturales (mediante procesos espontáneos individuales y de la vida urbana a la vez que la transforman, la dinamizan. sistemáticos colectivos), la industria se encarga de crear y propagar, a través del mercado, el ambiente social en el que Las culturas juveniles no revelan un enfrentamiento entre éstos se expresan, se organizan y consolidan. Mientras la jóvenes y viejos –en términos etarios-, es lo nuevo recono-
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Editorial
ciendo la obsolescencia del statu quo. Quienes representan el statu quo –los cuales también pueden ser jóvenes-, con frecuencia estigmatizan las manifestaciones de las culturas juveniles, porque temen que su orden de valores y contravalores sea subvertido. Y al contrario, muchos viejos -en términos etarios-, ven y sienten, en las manifestaciones de las culturas juveniles, opciones de cambio que nunca pudieron realizar por otros medios. De ello son ejemplo, entre muchos otros, la Enciclopedia, la Ilustración, los movimientos independentistas de América colonial, el realismo y el subrealismo en el arte y más recientemente los movimientos ambientalistas.
formación de la vieja cultura, en las más diversas manifestaciones de la vida social, y en virtud a la representación que de éstas difunden los medios de comunicación. Es de esta manera como las TIC´s se han convertido en la placenta de su ciclo vital universal.
La crisis de la escuela rebasa la obsolescencia de la institucionalidad escolar, como cuerpo social, y simultáneamente UHYHODODSHUVRQDOL]DFLyQGHOFRQÀLFWRGHORVVXMHWRVHVFRlares en un ambiente en el que el interés meramente individual se resiste al movimiento social, propio de la dinámica vida urbana, o se conjuga con éste.
El IDEP agradece los aportes académicos de los integrantes del Comité Editorial, particularmente la gestión de la Directora del Doctorado en Educación de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas, la profesora Adela Molina Andrade, y la coordinación temática de Germán Muñoz, profesor del Seminario Culturas juveniles y culturas escolares.
En su representación práctica, las culturas juveniles no conservan un prototipo clásico, pues están alimentadas de nuevos ingredientes que las renuevan permanentemente. Es el arte, particularmente las expresiones del rock en la música, uno de los ejemplos más vivos. No obstante, en la personalización de las culturas, el ingrediente individual se esfuerza por conservatizarlas. Son frecuentes los estereotipos que buscan reglar, al estilo de los vetustos cánones gremiales, la identidad de las Es en este escenario cultural e industrial de la vida urbana culturas juveniles, y la industria se encarga de propagarlos en donde la institución escolar asiste a dos grandes dilemas: el mercado. ÀH[LELOL]DVXVFiQRQHVSHGDJyJLFRVSDUDSHUPLWLUODVPiV diversas manifestaciones culturales y de saberes, para re- Por lo anteriormente planteado, resulta de particular interés crear así los impactos de transformación que introduce la para el IDEP contribuir a esclarecer, mediante el diálogo abierto, desprevenido y diverso, las distintas interpretacioFUHDWLYLGDGGHORVMyYHQHVVRSHQDGHSHWUL¿FDUODLPDJLQDnes que sobre culturas juveniles se expresan en los círculos ción; o, la fuerza de los cambios la relegan a la reproducacadémicos nacionales e internacionales. El espacio de esta ción de lo viejo – en tanto que manifestación de procesos edición, de la Revista Educación y Ciudad, es un aporte a ese y valores consolidados- en el crónico círculo de la crisis. propósito.
Las culturas juveniles no son tanto subculturas, de grupos o de individuos, sino manifestaciones prácticas de la trans-
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Carles Feixa
Escuela y cultura juvenil
Resumen: Las relaciones entre escuela y cultura juvenil pueden equipararse a las que se dan en un matrimonio mal avenido (que se pasa la vida discutiendo aunque no se atreva a divorciarse) o en una pareja de hecho (que no quiere formalizar su relación aunque estén condenados a convivir). La escuela mira a la cultura juvenil con temor y suspicacia, y a su vez la cultura juvenil mira a la escuela con animadversión y rechazo. Pero también hay momentos en que una y otra se miran cara a cara y establecen relaciones fructíferas. En este artículo evocamos las interacciones que se dieron entre la escuela secundaria \ODFXOWXUDMXYHQLOHQWUHVPRPHQWRVFODYHGHOVLJOR;;DSULQFLSLRVGHVLJORFXDQGRHQ$OHPDQLDVHVHQWDURQODVEDVHV para una reforma educativa que integrara la cultura juvenil en la llamada ‘comunidad escolar libre’; a mediados de siglo, cuando en los Estados Unidos el auge de la high school introduce muchos elementos de una cultura juvenil que empieza DFRQVWUXLUVHHQORVLQVWHUVWLFLRVGHOVLVWHPDHVFRODU\D¿QHVGHVLJORFXDQGRODHPHUJHQFLDGHODVRFLHGDGUHGFUHDXQD brecha educativa que empieza a percibirse como una brecha generacional. Estos tres momentos representan una ruptura con los tres modelos de transmisión cultural propuestos por Margaret Mead: (1970): la escuela SRVW¿JXUDWLYD (donde los adultos educan a los jóvenes); la escuela FR¿JXUDWLYD (donde los jóvenes se educan entre ellos); y la escuela SUH¿JXUDWLYD (donde son los jóvenes quienes empiezan a educar a los adultos).
Palabras clave: Escuela, Cultura juvenil, Educación digital, Generación Red.
Abstract: The relationship between school and youth culture can be seen as those that occur within an ill-assorted couple (who spend their lives discussing but not dare to divorce) or a partner (who does not want to formalize their relationship but are doomed to live). The school looks at youth culture in fear and suspicion, and in turn looks at youth culture school with hostility and rejection. But there are times when both look again and the face and establish meaningful relationships. In this article we refer to the relationships noted between high school and youth culture in three moments of the twentieth century: at the beginning fo the century, when in Germany were the basis for educational reform to integrate youth culture in the so-called ´free school community`; in mid-century, when in the United States the rise of high school introduces many elements of a youth culture that is beginning to be built in the interstices of the school system; and at the end of the century when the emergence of the network society creates an educational gap that looks like a generation gap. These three stages represent a break with three models of cultural transmission proposed by Margaret Mead (1970): SRVW¿JXUDWLYH school (where adults educate young), FRQ¿JXUDWLYH school (where young people are educated among them), and SUH¿JXUDWLYH school (where young people were beginning to educate adults).
Carles Feixa
Keywords: School, Youth Culture, Digital education, Network Generation.
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Correo electrónico: [email protected] Doctor en Antropología Social por la Universidad de Barcelona y Honoris Causa por la de Manizales (Colombia). En la actualidad es profesor titular en la Universidad de Lleida. Ha sido investigador visitante en centros académicos de Roma, México, París, Buenos Aires y California -en Berkeley. Se ha especializado en el estudio de las culturas juveniles, llevando a cabo investigaciones sobre el terreno en Cataluña y México. Es autor de más de 25 libros, entre los que podemos destacar De jóvenes, bandas y tribus (Barcelona, 1998), El Reloj de Arena (México, 1998), Culturas juveniles en España (Madrid, 2003), Jovens na America Latina (Sao Paulo, 2004) y Global Youth? (London & New York, 2006).
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Introducción Imaginemos tres fotografías de un instituto cualquiera en tres épocas diferentes: la primera de hace cincuenta años (hacia 1960, la generación de los abuelos), la segunda de hace veinticinco años (hacia 1985, la generación de los padres) y la tercera actual (2010, la generación de los hijos). Más allá del soporte de la fotografía (en blanco y negro la primera, en color la segunda y digital la tercera), de algunos elementos del entorno visual (el mobiliario, las paredes, la ropa), y de la composición sexual y social de los actores retratados (de la separación de sexos a la coeducación, de la homogeneidad étnica y de clase al multiculturalismo), las cosas parecen haber cambiado poco: la pizarra es el centro del aula, en la que un profesor enseña (desde una tarima) y unos alumnos aprenden (sentados en pupitres o mesas individuales). La ubicación de los centros y los horarios escolares son casi idénticos, y las dinámicas que se dan en el aula, similares (aunque viejos problemas como el acoso entre iguales pasen a llamarse EXOO\LQJ y susciten alarma social). A pesar de las sucesivas reformas educativas, la escuela de posguerra, la de la transición y la actual parecen guardar entre ellas más elementos de continuidad que de ruptura.1 Escuela y adolescencia son una especie de matrimonio mal avenido: se pasan el tiempo discutiendo, pero saben que de grado o por fuerza han de convivir. Desde la implantación de la reforma educativa en España en los años 90 (con la extensión del periodo de escolaridad obligatoria hasta los 16 años), la escuela secundaria ha sido un terreno de juego donde se han enfrentado visiones a menudo contrapuestas sobre el hecho educativo y sobre el periodo adolescente. Por un lado, la transformación del medio escolar (con los cambios en las culturas docentes y en la composición del DOXPQDGR KDQVXSXHVWRXQDUHGH¿QLFLyQGHODVIXQFLRQHV GHODHVFXHOD\GHVXVLJQL¿FDGRVRFLDO3RURWUDSDUWHOD transformación de la cultura adolescente (con el acceso masivo a la sociedad de consumo y el impacto de la cultura
GLJLWDO KDQSURGXFLGRXQDUHGH¿QLFLyQGHORVULWRVGHSDVR (y también de los ritos GH LPSDVVH) hacia la edad adulta. La interacción entre la cultura juvenil escolarización puede parecer un tema novedoso, pero en realidad es un objeto GH UHÀH[LyQ FRQVWDQWH HQ OD KLVWRULD GHO SHQVDPLHQWR pedagógico y en la investigación sobre la juventud contemporánea. En este texto recuperaremos algunas obras y autores que abordan esta relación en tres momentos muy diferentes: hace un siglo, cuando en Alemania se sientan las bases para una reforma educativa que integre la cultura juvenil en la llamada “comunidad escolar libre”; hace medio siglo, cuando en Estados Unidos el auge de la high school introducen muchos elementos de una cultura juvenil que comienza a construir en los intersticios del sistema escolar; y el presente, cuando la emergencia de la sociedad red crea una brecha educativa que empieza a verse como una brecha generacional. Los tres momentos representan una ruptura con los tres modelos de transmisión cultural propuestos por Margaret Mead (1970): la escuela SRVW¿JXUDWLYD (donde los adultos educan los jóvenes), y la escuela FR¿JXUDWLYD (donde los jóvenes educan a los jóvenes); y la escuela SUH¿JXUDWLYD (donde son los jóvenes los que educan a los adultos).
1(OWH[WRVHUH¿HUHDODUHDOLGDGHVSDxRODPiVFRQFUHWDPHQWHDODUHDOLGDGFDWDODQD DXQTXHODVUHÀH[LRQHVFRQWHQLGDVHQHOPLVPRSXHGDQH[WHQGHUVHDRWURVFRQWH[WRV
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Escuela y cultura juvenil
1. La escuela postfigurativa: la comunidad escolar libre Sería ridículo creer aun, respecto a esta desesperada situación total de las cosas, que nos hacía falta un poco de reforma escolar. Lo que necesitamos es una nueva cultura de la juventud, en último término, una cultura de la juventud, pues nunca ha existido nada semejante entre nosotros. (Gustav Wyneken, 6FKXOHXQG-XJHQGNXOWXU, 1914) En 1914 -justo antes de que comenzara la I Guerra Mundial- el pedagogo alemán Gustav Wyneken publicó (VFXHOD \ FXOWXUD MXYHQLO XQ LQÀX\HQWH HQVD\R TXH HQ 1927 la editorial Espasa Calpe traduciría al castellano en la colección “Ciencia y Educación” (donde también aparecerían otros libros clásicos de la renovación SHGDJyJLFD FRPR ORV GH 0DUtD 0RQWHVVRUL TXH LQÀX\HQ en los proyectos educativos impulsados durante la II República española). El autor era uno de los impulsores de ODUHIRUPDHVFRODUDOHPDQDTXHFRQÀX\yHQHOPRYLPLHQWR de la llamada “comunidad escolar libre”. Fue maestro de Walter Benjamin y militó en la rama de la socialdemocracia TXH DERJDED SRU XQD UHYROXFLyQ SDFt¿FD XWLOL]DQGR OD educación como instrumento de reforma social. Pero WDPELpQKDEtDVLGRLQÀXLGRSRUHOPRYLPLHQWRURPiQWLFR alemán que, desde Ghoete, se sentía admirado por el ardor juvenil y sus potencialidades. Este movimiento dio lugar a 9DQGHUZ|JHO (los pájaros migrantes), un importante movimiento de educación en el ocio, contemporáneo de los %R\6FRXW, pero más orientado a los adolescentes que a los niños, y de naturaleza mucho menos jerárquica y militarizada. Wyneken comienza su libro diseccionando la naturaleza de la juventud. Para él la vida humana se desarrolla en tres grados: el primero corresponde a la infancia, y representa el pasado del hombre, su prehistoria biológica, que se supera con la adquisición del lenguaje (que lo transforma de animal individual en ser social), el segundo grado corresponde a la etapa educativa propiamente dicha, durante la cual
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el individuo entra en oposición con su naturaleza y se desarrolla constituyendo un microcosmos y una imagen de OD VRFLHGDG KXPDQD HQ GH¿QLWLYD VH KXPDQL]D HO WHUFHU JUDGR¿QDOPHQWHFRUUHVSRQGHDODMXYHQWXGGXUDQWHHVWD etapa el individuo pasa de ser objeto a ser sujeto de este SURFHVRGHKXPDQL]DFLyQ³(OFRQWHQLGRHVSHFt¿FRGHHVWD edad no debe ser, pues, la aplicación, es decir, la repetición práctica de lo que ha aprendido en el segundo Grado, sino la ampliación de aquel dominio espiritual Objetivo; con esto llega a ser necesaria una nueva generación, porque hay ahí algo nuevo que tiene que ser aprendido y adquirida socialmente” (1927:23). La parte central de su obra está dedicada a legitimar una nueva concepción pedagógica que ponga de relieve el papel activo de la juventud en el proceso de aprendizaje. De entrada, comienza reconociendo que la ampliación del periodo de escolaridad obligatoria es un avance social fundamental: “¿Sería, pues, tan absurda la idea de que la sociedad humana concentrará toda su capacidad de trabajo para emanciparse de la lucha por la existencia al menos a una parte de la vida, los años de infancia y juventud, y para crearse y tener a la vista en su joven generación una humanidad más noble, pura y bella? ¿Sería realmente DEVXUGRLPDJLQDUVHTXHODVRFLHGDGKXPDQDVHVDFUL¿TXH SRU VX SURSLD MXYHQWXG"´ 3DUD MXVWL¿FDU HVWH principio, cita el mito del “niño renacido” (los rituales de iniciación de las culturas primitivas): “Lo que aquí se supone haberse realizada en tres meses, se lleva acabo entre QRVRWURVHQRFKRRGRFHDxRVPHQRVFDWDVWUy¿FDPHQWHVH incierto, pero más profunda e irremediablemente” (:66). La educación se convierte, pues, una especie de ceremonia de iniciación social que modula la personalidad del adolescente. Sin embargo, del modo en que se aplica en la mayor parte de escuelas de las clases cultas, esta posibilidad supone una desnaturalización de la adolescencia y un modelo más parecido al del ejército que al del diálogo socrático vigente en la efebía griega: “¿No debiera llenarnos de espanto el pensar que estos hombres jóvenes están sometidos la mayor parte del día en el adiestramiento de una erudición
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uniforme, que vestidos con trajes ridículos, con las señales de la miopía de su época en el rostro, trotan diariamente de casa a la escuela y de la escuela a la casa, despiertan nuestra compasión y nuestra cólera?” (:67). Esta visión crítica inspira al autor el neologismo “cultura juvenil” (MXJHQGNXOWXU en alemán), que supone un reconocimiento de la capacidad creativa y no meramente imitativa de los adolescentes, y que no será recuperado hasta medio siglo más tarde (en un contexto social y educativo muy diferente). Como ejemplo de cultura adolescente cita los :DQGHUY|JHO, un movimiento que ha asumido la cultura de los jóvenes, pero que “se halla por completo indiferentes respecto a la escuela o está en interna oposición con ella” (:68-9). Por eso la MXJHQGNXOWXU debe completarse con una “nueva escuela” que use la juventud en el centro de su sistema de valores: “La escuela, pues, en la que la juventud puedo instalarse comodamente, la escuela que en medio del convencionalismos burgués le ofrezca un refugio en su propia naturaleza, y que no vea su misión en HQYHMHFHU VLQRHQGHVFXEULUD¿UPDU\DFUHFHQWDUHO MXYHQLO en nuestra juventud (...) ¿Cuando se fundará la santa alianza de nuestra juventud y el futuro educador, en la cual se reúnan par rejuvenecerse dentro de la escuela?” (:69).
(.XOWXUVFKXOH), con precedentes en el Renacimiento y las Luces, basada en la autonomía del espíritu y el impulso de la creatividad de los alumnos, una escuela que fomenta la innovación pero que en general queda limitada a las élites ilustradas. La comunidad escolar libre aparece como una síntesis de la escuela del trabajo y de la escuela cultural, FRPR XQD ³HVFXHOD XQL¿FDGD´ TXH GHEHUtD LQWHJUDU ODV innovaciones de algunas escuelas culturales de las élites con los avances democratizadores de la escuela pública popular. Huelga decir que el III Reich eliminó de cuajo este intento de reforma escolar.
En la Alemania de principios de siglo esta nueva escuela se bautizó con el nombre de “comunidad escolar libre”. El autor distingue tres tipos de escuelas que conviven durante este periodo. La primera es la escuela memorista (/HUQVFKXOH), surgida en la Edad Media, basada en la repetición de los conocimientos hasta que aprendan de memoria las enseñanzas. La segunda es la escuela primaria popular (9RONVVFKXOH), creada por la reforma protestante y basada en el autoexamen, en la necesidad de examinar por sí mismo y rechazar las pretensiones de la jerarquía, se trata de una escuela del trabajo, en la que los conocimientos son adquiridos por los alumnos mediante los su propio esfuerzo, obtenidos de la materia del mundo de los fenómenos naturales y sociales que están a su disposición. Esta escuela favorece la autonomía de los individuos, crea capacidades y fuerzas, “pero no educa propiamente, no determina la dirección de las fuerzas, el espíritu” (:144). La tercera es la escuela cultural
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Escuela y cultura juvenil
2. La escuela cofigurativa: la sociedad adolescente Para decirlo en pocas palabras: estos jóvenes hablan un idioma diferente. Y lo que es más relevante: el idioma que hablan se diferencia cada vez más de lo que habla el resto (los adultos): la sociedad adolescente es cada vez más fuerte (...) Entre los padres se está extendiendo la sensación de que el mundo de los WHHQDJHUV es un mundo aparte. (James Coleman, 7KH$GROHVFHQW6RFLHW\, 1961: 3-4) En el periodo posterior a la II guerra mundial, cuando el alargamiento de la permanencia de los jóvenes en instituciones educativas y la aparición del “consumidor adolescente” consagran el nacimiento de una nueva clase de edad en los países industrializados, las teorías sobre la existencia de una “cultura juvenil” autónoma e interclasista VH JHQHUDOL]DQ \ VH GRWDQ GH OHJLWLPLGDG FLHQWt¿FD (Q Estados Unidos, la escuela secundaria-la high school-se había convertido en el centro de la vida social de una nueva categoría de edad (típicamente americana): el WHHQDJHU (Levi & Schmitt 1996). La escuela no sólo ofrecía un cultura académica, sino un espacio de sociabilidad compuesto de una serie de rituales con los que las películas de esta época nos han familiarizado: deportes, clubes, sororidades y fraternidades (una especie de corporaciones estudiantiles PX\SRGHURVDV EDLOHV\¿HVWDVGHJUDGXDFLyQODVIDPRVDV SURP¶ SDUWLHV), cines al aire libre, coches, limusinas y motocicletas, etc. Los que tenían menos de dieciocho años, pero ya no eran niños, formaban una nueva generación que consumía sin producir, y que por primera vez tenían como modelos de referencia no a sus padres, sino a ídolos de su edad: estrellas del cine como James Dean (en 1955 se estrena 5HEHO:LWKRXWD&DXVH), de la música como Elvis Presley (en 1956 se estrena 5RFN$URXQGWKH&ORFN), o lo que podía ser más preocupante: sus compañeros de clase. En Estados Unidos, el tema de la cultura juvenil había emergido mucho antes, en el periodo de entreguerras,
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pero quedó truncado primero por FUDFN del 29 y después SRUHOFRQÀLFWREpOLFR(QVHSXEOLFDURQGRVHVWXGLRV trascendentes en esta línea: 7KH*DQJ, de Frederik Trasher y 0LGGOHWRZQ, de Robert y Helen Lynd. El primero se centraba en el estudio de las “bandas” juveniles emergentes en los barrios populares de Chicago, trazando un vivo panorama de la “cultura de la esquina”. El segundo abordaba el estudio de una pequeña ciudad del medio oeste americano, dedicando todo un apartado a las culturas formales e informales de la high-school. Ambas obras retrataban dos caras contrapuestas, pero complementarias, de la naciente “cultura juvenil”. Thrasher (1929) estudiaba a los chicos de la calle (VWUHHWFRUQHU ER\V) y los chicos de la escuela (FROOHJHER\V). Los Lynd (1929) comenzaban señalando la creciente relevancia de las divisiones generacionales en la cultura norteamericana: el retraso en la inserción profesional, el papel de la institución escolar y de la sociedad del ocio, estaban ampliando la brecha generacional entre jóvenes y adultos (entre padres e hijos, PDHVWURV \ DOXPQRV R¿FLDOHV \ DSUHQGLFHV YHWHUDQRV \ noveles). La high school se había convertido en el centro de la vida social de los chicos: la escuela es un mundo con una lógica propia que genera “una ciudad dentro de la ciudad”, en la que la edad es más importante que la clase social. Por primera vez en la historia, los jóvenes comparten más cosas con sus compañeros -incluso los de orígenes sociales diferentes- que con sus propios padres (Lynd & Lynd 1957:211). El estudio de los Lynd preparaba el terreno para teorizaciones estructural-funcionalistas sobre los grupos de edad como factor de cohesión social, que el decano de los sociólogos norteamericanos, Talcott Parsons, desarrollaría en un artículo publicado en 1942. Para Parsons, la emergencia de los grupos de edad era la expresión de una nueva conciencia generacional, que cristaliza en una cultura interclasista centrada en el consumo hedonista: “En contraste con su énfasis en la responsabilidad, la orientación de la cultura juvenil es, de forma más o menos HVSHFt¿FDLUUHVSRQVDEOH³3DUVRQV /DLPDJHQ
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predominante se basaba, pues, en la uniformidad de la FXOWXUD MXYHQLO TXH UHÀHMDED ORV YDORUHV XQLYHUVDOHV GH lo que los estructural-funcionalistas percibían como una sociedad altamente integrada. Su cultura era la de una generación que consumía sin producir, cuya permanencia en las instituciones educativas no sólo le separaba del trabajo, sino incluso de la estructura de clases. El acceso nominal a los estilos de ocio parecía cancelar las diferencias sociales: la adolescencia preparaba el cambio sin amenazar el consenso. A pricipios de los años 60, Parsons llegó a la conclusión de que si la juventud tenía sus descontentos, esto provenía más de las excesivas expectativas por el futuro que vocación disidente. Poco después, nacían los KLSSLHV y comenzaba el movimiento contra la guerra de Vietnam. En 1961 el sociólogo James Coleman publicó 7KH $GROHVFHQWH6RFLHW\, que pronto se convertiría en una obra de referencia sobre la emergente subcultura adolescente en la sociedad industrial. El subtítulo de la obra -”La vida social del teenager y su impacto en la educación”- ponía de relieve el punto de vista adoptado, alternativo al dominante KDVWD HQWRQFHV VH WUDWDED GH DQDOL]DU OD LQÀXHQFLD GH la cultura juvenil en la escuela y no al revés. El autor se había basado en una gran encuesta realizada en diez high schools ubicadas zonas rurales, urbanas o suburbanas del estado de Illinois (con Chicago como capital), que cubrían una amplia gama social que iba desde hijos de granjeros y obreros hasta las clases medias. El autor comenzaba UHÀH[LRQDQGR VREUH HO FDPELR FXDQWLWDWLYR \ FXDOLWDWLYR que se había producido desde la época en que los Lynd y Parsons empezaron a investigar las high schools: no sólo iban la inmensa mayoría de los adolescentes, sino que éstos tenían como modelo de referencia a personas de su edad, en vez de a personas mayores, “en una edad en que chicos y chicas viven en una especie de limbo, entre la infancia y la vida adulta” (1961:vii). El número de inscritos en los institutos es un buen índice de este proceso de escolarización de la juventud (o más bien de juvenilització de la escuela): mientras en 1900 sólo el 11% de la población en edad escolar iba a la high school, en 1930 esta proporción había
VXELGRDO\D¿QDOHVGHORVDxRVODSUiFWLFDWRWDOLGDG de los adolescentes norteamericanos iban al instituto. La conclusión era que en torno a la escuela secundaria estaba emergiendo una auténtica “sociedad adolescente”, donde imperaban normas diferentes a las de la “sociedad adulta”: “Este ‘poner aparte’ los chicos y chicas en las escuelas -que asumen cada vez más funciones y actividades extracurriculars’ -durante un periodo cada vez más largo de formación, tiene un impacto singular en los adolescentes de la high school. Separados del resto de la sociedad, forzados a vivir con el propio grupo de edad, su vida social se aleja cada vez de los que no tienen su edad. Con sus compañeros, comienza a constituir una pequeña sociedad, que tiene la mayor parte de sus interacciones dentro de ella misma, y mantiene pocos vínculos con el resto de la sociedad adulta. En nuestro mundo moderno de comunicación de masas y rápida difusión de ideas y conocimientos, es duro darse cuenta de que pueden existir subculturas separadas bajo la nariz de los adultos -subculturas con lenguajes propios, con símbolos especiales, y, más importante aún, con sistemas de valores diferentes a los de los adultos. Cualquier padre que haya intentado hablar con su hijo o hija adolescente recientemente conoce esto, como lo conoce cualquiera que haya visitado recientemente una high school por primera vez desde su adolescencia” (1961: 3).
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Escuela y cultura juvenil
Estas tendencias de cambio en el seno de la institución escolar eran reforzadas por las tendencias de cambio que se estaban dando en el entorno social, con la emergencia de la llamada sociedad de consumo y la consecuente cultura de masas, que tenía precisamente a los adolescentes como protagonistas en tres ámbitos privilegiados: el consumo de ocio, la música y la televisión. En las diversiones comercializadas (discotecas y clubes, GUXVJWRUHV y autocines, etc), en la industria musical (discos, conciertos y revistas) y en la consolidada oferta televisiva (con SURJUDPDV HVSHFt¿FRV SDUD WHHQDJHUV), los adolescentes iban interiorizando la conciencia que los modelos a imitar no eran los de sus padres, sino los de sus coetáneos. La consecuencia es que “el adolescente es expulsado hacia una sociedad de coetaneos, una sociedad cuyos habitantes viven en las paredes y aulas de la escuela, los comedores de los WHHQDJHU, la tienda de la esquina, el automóvil, y muchos otros lugares de consumo” (1961:4). Como decía un padre entrevistado por el autor: “nuestros hijos... viven en un mundo separado de la comunidad adulta”. Coleman describía y medía el impacto de esta separación, \UHÀH[LRQDEDVREUHODVLPSOLFDFLRQHVTXHHOORSRGtDWHQHU en la teoría y la praxis de la educación (que ya no podía limitarse a la escuela y mucho menos a la familia). Pero no parece que las autoridades norteamericanas -ni las de otros países occidentales donde se produjeron transformaciones similares -captaran el mensaje.
3. La escuela prefigurativa: el aprendizaje en red La actual generación de niños y jóvenes es la primera que ha sido educada en la sociedad digital: por eso la llamo generación red. (Dan Tapscott, *URZLQJ8S'LJLWDO, 1998: 11) Durante la última década, la relación entre escuela y cultura juvenil se ha vuelto a dislocar como consecuencia de diversos cambios en el entorno social. Si la última JHQHUDFLyQ GHO VLJOR ;; IXH EDXWL]DGD FRQ HO QRPEUH GH *HQHUDFLyQ;SRUHVWDUPDUFDGDSRUODVLQFHUWLGXPEUHV\ ODV SDUDGRMDV GH OD FULVLV GH ODV LGHRORJtDV\ GHO ¿Q GHOD historia), en 2000 propuse bautizar la primera generación GHOVLJOR;;,FRQHOQRPEUHGH*HQHUDFLyQ#)HL[D cfr. Castells 1999, Buckingam 2002; Feixa et al. 2005). El término pretendía expresar tres tendencias de cambio que están actualmente en juego: en primer lugar, el acceso universal-aunque no necesariamente general-a las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación, en segundo lugar, la erosión de las fronteras tradicionales entre los sexos y los géneros, y en tercer lugar, el proceso de globalización cultural que conlleva necesariamente nuevas formas de exclusión social a escala planetaria. Esto corresponde con la transición desde una cultura analógica, basada en la escritura y en un ciclo vital regular (continuo), a una cultura digital basada en la imagen multimedia y en un ciclo vital discontinuo (binario). Conviene recordar que el símbolo @ es utilizado por muchos jóvenes en su HVFULWXUD FRWLGLDQD SDUD VLJQL¿FDU HO JpQHUR QHXWUR FRPR LGHQWL¿FDGRU GH VX FRUUHR HOHFWUyQLFR SHUVRQDO \ FRPR referente espacio-temporal de su vinculación a un espacio global (vía chats por Internet , viajes por Interrail, o audiciones por la MTV). En 1998 Don Tapscott, uno de los profetas de la revolución informática, publicó un estudio dedicado a lo que llama la Generación Red (*URZLQJ8S'LJLWDO7KH5LVHRIWKH1HW *HQHUDWLRQ). Para este autor, así como los EDE\ERRPHUV de posguerra protagonizaron la revolución cultural de los 60,
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basada en la emergencia de los PDVVPHGLD y de la cultura rock, los niños de hoy son la primera generación que llegará a la mayoría de edad en la era digital. No se trata sólo de que sean el grupo de edad en un acceso mayor a los ordenadores ya internet, ni que la mayor parte de sus componentes vivan rodeados de bites, chats, emails y webs, sino que el esencial es el impacto cultural de estas nuevas tecnologías: desde que tienen uso de razón han sido rodeados de instrumentos electrónicos (de videojuegos a relojes digitales) que han FRQ¿JXUDGR VX YLVLyQ GH OD YLGD \ GHO PXQGR 0LHQWUDV en otros momentos la brecha generacional venía marcada por grandes hechos históricos (la guerra civil, mayo del 68) o bien por rupturas musicales (los Beatles, los Sex Pistols), en autores hablan antes de la generación bc (EHIRUH FRPSXWHU) y ac (DIWHU FRPSXWHU). Esto genera nuevas formas de protesta, como las que se dieron en las movilizaciones antiglobalización, donde jóvenes de todo el mundo participaron en una manifestación convocada por internet, propagada por À\HUV y gestionada por teléfonos celulares. Pero también nuevas formas de exclusión social que podríamos llamar cibernéticas. Y es que aquel invento de principios de siglo-un período juvenil dedicado a la formación y el ocio-empieza a no tener sentido cuando los jóvenes están en la casa de los padres pasados los 30 años y están obligados a reciclarse toda la vida. ¿Asistimos quizá DO¿QDOGHODMXYHQWXG"
*RRJOH). Mientras la televisión es un medio unidireccional, internet se basa en la interacción: “Las herramientas de los nuevos medios ofrecen grandes promesas para un nuevo modelo de aprendizaje, basado en el descubrimiento y la participación. Esta combinación de una nueva generación con nuevas herramientas digitales implica repensar la naturaleza de la educación –tanto de sus contenidos como de sus medios. A medida que la 1*HQ vaya entrando en el mercado laboral, empezará a reclamar nuevos entornos para el aprendizaje a lo largo de la vida” (1998: 127). El autor acaba señalando ocho tendencias para este aprendizaje interactivo, que propone tomar como una brújula para orientarse en el caos (1998:140): 1) Del aprendizaje lineal al aprendizaje hipermedia. 2) De la instrucción a la construcción y descubrimiento. 3) De la educación centrada en el profesor a la educación centrada en el aprendizaje. 4) Del material absorbente a aprender cómo navegar y cómo aprender. 5) Del aprendizaje escolar al aprendizaje a lo largo de la vida. 6) De la talla única al aprendizaje adaptado. 7) Del aprendizaje como tortura al aprendizaje como juego.
Para Tapscott, una de las consecuencias más notables de la generación digital son los cambios en el sistema de transmisión cultural: la “cultura de la interacción” en que se basa la generación de la red (N-Gen: Net Generation) se traduce en una determinada “mentalidad” y sobre WRGRHQXQD³IRUPDGHDSUHQGL]DMH´HVSHFt¿FDDPHQXGR contradictoria con las que se quieren transmitir desde la escuela. Mientras los EDE\ERRPHUV (protagonistas del libro de Coleman) son la generación de la televisión (de %RQDQ]D) los segundos son la generación de internet (de
8) Del profesor-transmisor al profesor facilitador. Sea como fuere, este proceso provoca un cambio de fondo en el proceso educativo, que la escuela debe tener en cuenta si no quiere convertirse en algo irrelevante: Cuando se pasa de una brecha generacional -JHQHUDWLRQJDS- a un giro generacional -JHQHUDWLRQ ODS- los adolescentes sobrepasan a los adultos en la carrera tecnológica, desplazándolos en muchas áreas de la vida diaria (Tapscott 1998: 36).
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Conclusiones
Agradecimientos
Paradójicamente, el modelo de HVFXHODGLJLWDO o DSUHQGL]DMHLQWHUDFWLYR de Tapscott recuerda mucho a la FRPXQLGDG HVFRODUOLEUH de Wynecken, como si las nuevas tecnologías KXELHVHQ¿QDOPHQWHDSRUWDGRODVKHUUDPLHQWDVSDUDVXSLRnero modelo de reforma docente, aplicado GH IDFWR en el modelo de la KLJKVFKRROH[WUDHVFRODU. Ciertamente, laa cultura juvenil nunca ha sido una cultura SDVLYD, meramente receptiva de formas y contenidos provistos por otras instancias (la escuela, el mercado, la televisión, los medios). En la era digital, la naturaleza pro-DFWLYD de la cultura juvenil se convierte en inter-DFWLYD, es decir, los jóvenes de la generación @ pasan de ser receptores a ser emisores. No se trata de poner ordenadores en todas las aulas, sino de romper el modelo de relación jerárquica y unidireccional entre el adulto que enseña y unos adolescentes que aprenden. Las llamadas «tribus urbanas» son uno de los temas estrella de los trabajos de investigación escogidos por los estudiantes de bachillerato.2 En cambio, su simbología (lenguaje, estética, música, objetos, actividades, etc) es a menudo vista con sospecha, cuando no prohibida, en los centros escolares. Del mismo modo, no deja de ser una paradoja que elementos tan importantes en la vida cotidiana de los jóvenes, como la música o las tecnologías, sean a menudo una “maría” en el curriculum escolar. Para ser coherente con mi planteamiento, me gustaría acabar no con concluciones sino con nuevas preguntas: ¿Cómo pueden adaptarse la escuela y la cultura digital? ¿Cómo aprovechar la cultura juvenil como factor de creatividad? ¿Cómo aprovechar la escuela secundaria para democratizar la sociedad red?
El artículo fue inicialmente un encargo de la )XQGDFLy -DXPH%R¿OO de Barcelona para proponer un informe crítico sobre la situación de la cultura juvenil tras la reforma escolar en Cataluña. En el mismo conté con la inestimable ayuda de Albert Grau y Josepa Feixa, director y jefa de estudios de uno de los institutos más activos de Barcelona, a quienes agradezco sus ideas, informaciones y comentarios. Por diversas circunstancias, el estudio no se publicó, aunque ha sido un placer constatar al cabo de un tiempo la situación que en él se describía parece no haber cambiado demasiado.
20HUH¿HURQDORV75(&VORV7UDEDMRVGH,QYHVWLJDFLyQGHWHPDOLEUHTXHDSDUWLU de la implantación de la reforma escolar secundaria en España, deben hacer los alumnos del último curso de bachillerato. Cada año recibo decenas de propuestas de entrevista por parte de alumnos que han escogido estudiar las tribus urbanas, que según reconocen se han convertido en un tema estrella de estos TRECs. En FDPELRODDGROHVFHQFLD\ODVWULEXVXUEDQDVDSHQDVWLHQHQOXJDUHQHO0DVWHU2¿FLDO en Educación Secundaria que deben cursar todos aquellos graduados que quieran convertirse en profesores de este nivel educativo: por lo visto los docentes deben tener muchos conocimientos de su especialidad y también muchos conocimientos pedagógicos –o más bien de la retórica pedagógica que varía cada equis años- pero en cambio no es importante que conozcan cómo son los alumnos a quienes deben enseñar y de quienes podrían, si quisieran, aprender.
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En cuanto a la educación que recibe este tipo de organizaciones por parte de otros, por lo general proviene de talleres y programas a nivel de diplomados que organizan entidades privadas y estatales, ya sea desde actividades ¿QDQFLDGDV SRU ODV DOFDOGtDV ORFDOHV R SRU SDUWLFLSDFLyQ en proyectos de la ciudad, entre otros. No obstante, en algunas ocasiones, se vincula la formación profesional que se elige con la actividad singular del grupo, como en el caso de los JUDI¿WHURV. Así la vida no se desliga del rol que se pretende asumir socialmente, de modo que aquello que se extiende a la ciudad se pueda ofrecerse como don HVWpWLFRFXDOL¿FDGR12. Para este grupo, también es relevante OD H[SHULHQFLD TXH EULQGDQ ORV JUDQGHV DUWLVWDV GHO R¿FLR ORFXDOHVXQDIRUPDHVSHFt¿FDGHIRUPDFLyQTXHLQFOX\H el conocimiento y análisis de la técnica propuesta por ellos como maestros reconocidos13.
Distinto es el caso de la agrupación que, acudiendo a la expresión estética, tiene como propósito la formación político-social de su comunidad de origen. Entonces, las actividades culturales y artísticas que realizan se dirigen a “crear conciencia”, aun cuando no se desligan del aprendizaje propio que esto conlleva; al intentar pensarse y hacerse políticos se pretende enseñarle a otros lo que se VDEHGHHOORHVGHFLUHOVLJQL¿FDGRTXHOHGDQDORSROtWLFR En consecuencia, asumen el papel de educadores bajo la manera de un deber ser, lo que resulta coherente con el reconocimiento de la importancia otorgada al liderazgo, al punto que ello implica dejarse orientar por quienes ejercen esta condición14.
En estas organizaciones fue menos relevante la preocupación por una “educación de otros”, en el sentido de tener planes concretos de formación hacia una comunidad o un colectivo HVSHFt¿FR%XVFDQPiVELHQFUHFHUGHQWURGHODH[SUHVLyQ GHODFRPSRVLFLyQHVWpWLFDFRQVROLGDUOD¿JXUDFUHDWLYDTXH comunica a la ciudad y en ello imprimen su sentir, es decir lo que quieren decir al mundo. En el caso del grupo de rap sucede algo distinto, pues en ellos fue evidente la idea de cambiar la imagen de esta cultura formando a otros mediante talleres, en donde el dominio de la técnica se traduzca en una elaboración positiva del género, articulando, incluso, otras modalidades de expresión emparentadas, como el caso del esténcil. Adicionalmente, la práctica cotidiana se asume desde la experiencia de vivir lo estético, lo artístico y lo cultural, en relaciones de encuentro con pares para discutir y opinar sobre los procesos de crecimiento a nivel individual y colectivo, en lo que puede reconocerse cierto proceso de formación de otros. 12
Lo común en este caso es que el estudio del diseño, la arquitectura o la publicidad sirven para ofrecer mayor calidad en lo que se pinta en los muros de la ciudad, particularmente al difundir el propio nombre. De esta manera se observó en OKC que la experiencia en la creación estética junto a artistas experimentados, es una posibilidad de formación relevante para este tipo de organizaciones: “Loomit es más rígido, usa colores fuertes, duros, como el rojo, el negro y el gris, maneja la perspectiva; mientras la pintura de Peeta, sin perder la disciplina, muestra un arte más fresco, con colores suaves, cálidos, neutros…”. Ver documento P 136:12. 14 Expresiones como “ellos [los líderes] tienen derecho a que uno los escuche”, y “nos tocó lo de la formación de líderes”, dichas por los integrantes más chicos del grupo, PDQL¿HVWDQFODUDPHQWHHVWDDFWLWXG(QDFXHUGRHOPLHPEURPD\RUGHOJUXSRDVXPHFRPRVXPLVLyQODGHIRUPDU\SUHSDUDUDVXVFRPSDxHURVPiVSHTXHxRV 13
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La ciudad como escenario de acción educativa
El ideal socio-comunitario Para las organizaciones reconocidas en el estudio como socio-comunitarias, la educación en la ciudad es un tema fundamental, pues la ciudad, y en particular el tejido social local, constituyen los escenarios en donde realizan y GLULJHQODDFFLyQTXHORVGH¿QHFRPRFROHFWLYRV/DFLXGDG les ofrece la posibilidad de formarse dentro de los planes educativos que tiene la administración pública y la oferta académica de diversas entidades; pero también la ciudad dispone de espacios sociales de los cuales los grupos se apropian para realizar sus acciones y proyectos educativos. De este modo, algunos grupos no sólo acuden a escenarios urbanos como parques, espacios naturales, recreativos y deportivos, sino que demuestran de manera acentuada un interés por la formación política desde el re-conocimiento de la ciudad, sus problemas y posibilidades, y cómo estos son asumidos por la administración y la planeación pública; este propósito lo evidencian en la realización de recorridos locales junto a otros grupos e instancias a nivel local. De estas experiencias las organizaciones adquieren un conocimiento sólido sobre la realidad en que se desenvuelven, la estructura social correspondiente, sus problemáticas, los proyectos de la ciudad; entonces integran con mayor certeza estos conocimientos en los propósitos de la organización. En otras ocasiones, la realidad local y sus componentes están en un proceso de observación permanente, se despliegan entonces capacidades como la reportería y el análisis social, en busca de asuntos que ameriten tratamiento o difusión pública; consiste en un ejercicio que IRUPD GREOHPHQWH D ORV MyYHQHV SRU XQ ODGR LGHQWL¿FDQ los vacíos y contradicciones de las políticas públicas en relación con la realidad local y sopesan la validez de los
canales de participación que se ofertan; por otro lado, HPHUJHODRSRUWXQLGDGGHD¿DQ]DUFRQRFLPLHQWRVGHVWUH]DV FDSDFLGDGGHUHÀH[LyQ\GHJHVWLyQFRQMXQWDSDUDHQIUHQWDU por su cuenta los innumerables desequilibrios de la ciudad y las injusticias sociales que emergen de allí. Por otra parte, estas organizaciones tienen una decidida postura educativa hacia la comunidad, ya que su actuar está centrado en la idea de mejorar las condiciones sociales del contexto en el que desarrollan sus actividades y generar conciencia sobre dicho tema15. El asunto de lo social-comunitario impulsa a cada uno de estos grupos a asumir procesos de formación; es decir, son colectivos que demuestran inquietud por una orientación académica, de profundización sobre las diversas temáticas que abordan, por ejemplo el clima, la tierra, las políticas públicas relacionadas con la ecología, historia y desarrollo local, etc. La educación al interior de la organización,
7DOFRPRORD¿UPDXQDLQWHJUDQWHGH*pQHVLV5DGHV³«FRPRORGLMR$QGUHDHVGHVGHDEDMRGHVGHGRQGHVHSXHGHHPSH]DUDJHQHUDUFDPELRV\UHYROXFLRQHVDVtVHD de estructuras mentales”. Cfr. documento P47: 4.
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“educación propia”, es una necesidad permanente en estos grupos, impulsada por los problemas que los convoca; debido a ello asisten a seminarios, diplomados o programas GH FDSDFLWDFLyQ D QLYHO ORFDO R VRQ EHQH¿FLDULRV GH SUR\HFWRV¿QDQFLDGRVSRUOD$OFDOGtD En aquellos grupos en donde el nivel intelectual es más alto, en virtud de que sus integrantes tienen un promedio de edad mayor, cada uno aporta sus conocimientos en las discusiones de carácter formativo, lo que les da claridad respecto de los temas y asuntos públicos que abordan \ OHV SHUPLWHQ GH¿QLU SODQHV \ DFFLRQHV SURSLRV GH OD organización. Así, formarse en la disertación y poner en juego especialidades académicas diferentes se convierte en XQDYHQWDMDGHSRUVtDJUXSDUVHVLJQL¿FDFUHDUXQHVSDFLR para dilucidar ideas que permitan actuar conjuntamente con propiedad. En un caso distinto, la organización conformada por JHQWHPHQRUPDQL¿HVWDSHUPDQHQWHPHQWHODQHFHVLGDGGH FXDOL¿FDUVH\DVHDEXVFDQGRDVHVRUtDHLQIRUPDFLyQTXHOHV permita fundamentar sus acciones, o al crear sus propios espacios de auto formación, acudiendo a estrategias distintas como grupos de estudio y cine foros. Esto les ayuda a comprender los problemas que enfrentan y prepararse para formar a otros; así, se educan en la interacción, el encuentro, la amistad, alrededor del trabajo sobre temas que hacen parte central de su preocupación: el consumo, el cuidado ambiental, la defensa de los humedales, la venta ilegal de tierras. Se trata de un grupo en donde la pasión por la información y el conocimiento sobre los temas que los atrae, no se desliga de su conducta práctica16. Alrededor de la producción de un medio de comunicación, uno de los grupos asume “la educación propia” desde el interés por temas de la localidad y en los ejercicios de redacción del periódico; puede decirse que la “educación propia” aquí tiene dos componentes: por un lado hay
una formación constante en la escritura apropiada para la producción de los artículos publicados en el periódico, y por otro lado, una formación en la comprensión crítica de la realidad local, pues las reuniones asumen como problemas analizar los temas objeto de edición. Es claro, también en este ejemplo, que la formación del grupo se da al tiempo que se desarrolla la práctica comunicativa hacia fuera. En aquellos grupos en donde el nivel intelectual es más alto, en virtud de que sus integrantes tienen un promedio de edad mayor, o son universitarios, cada uno aporta sus conocimientos en las discusiones de carácter formativo, lo que les da claridad respecto de los temas y asuntos públicos; HOOR OHV SHUPLWHQ GH¿QLU SODQHV \ DFFLRQHV SURSLRV GH OD organización. Así, formarse en la disertación y poner en juego especialidades académicas diferentes se convierte en XQDYHQWDMDGHSRUVtDJUXSDUVHVLJQL¿FDFUHDUXQHVSDFLR para dilucidar ideas que permitan actuar conjuntamente con propiedad.
$VtXQRGHORVLQWHJUDQWHVGH7KLPRVD¿UPD³7RGRVVLHQWHQXQDJUDQQHFHVLGDGGHDSUHQGHUPiV\GHVDEHUFRVDVTXHHQHOFROHJLRRHQODFDOOHQRSRGUtDQDSUHQGHU Un día dijo Lourdes que ellos trataban de empaparse de diferentes temas para defenderse y poder enfrentar problemáticas actuales”, documento P38: 9.
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La ciudad como escenario de acción educativa
En cuanto a la “educación con otros”, estas organizaciones asumen procesos de formación desde instancias gubernamentales y, en algunos casos de ONG’s; ello está motivado por la necesidad de adquirir información y capacitación relacionada con el tema que abordan y desde el cual estructuran su acción. En el caso de quienes atienden al tema ecológico, su actuar los mueve a conocer los programas de la administración local y de la ciudad, y a participar en charlas y cursos más formales como diplomados organizados por algunas universidades. (Q RWURV FDVRV VH UHDOL]DQ FRQVXOWDV ELEOLRJUi¿FDV R búsquedas de información sobre los temas de su interés en el medio académico en el que se desenvuelven. Quienes asumen directamente como tarea la educación popular SDUWLFLSDQ HQ DFWLYLGDGHV IRUPDWLYDV HVSHFt¿FDV HQ HO medio universitario. Mientras que los responsables del PHGLRGHFRPXQLFDFLyQORFDOUHFLEHQIRUPDFLyQHVSHFt¿FD en competencias de escritura periodística y en gestión, desde un programa de apoyo a este tipo de agrupaciones por parte de las alcaldías locales, en este caso el proceso responde a una programación externa, pero se incorpora sin desatender los propósitos que ha construido la organización juvenil; por tanto, su aporte se sopesa en esa perspectiva. También, otro colectivo educa a través de campañas, por ejemplo de reciclaje, dirigidas a la comunidad; en este tipo de actividades utilizan distintas estrategias didácticas como títeres, lunadas o encuentros grupales. Desde el tema ambiental conectan otros asuntos que tocan VX¿EUDVRFLDOSRUHMHPSORHOPDOWUDWRLQIDQWLOODYLROHQFLD intrafamiliar, el uso del tiempo libre, el consumo de sustancias psicoactivas en la juventud, etc. El gran interés que tiene este grupo en la educación de niños y jóvenes, lo lleva a la búsqueda permanente de asesoría e información que le brinde los elementos necesarios para su actuar como organización; en ese sentido, no descartan la vinculación 17
a instituciones formales, como tampoco la realización de acciones educativas en la escuela convencional. La “educación de otros” es relevante en el actuar de estas DJUXSDFLRQHV GDGR TXH VX LQWHUpV FRPR OR PDQL¿HVWDQ todas, de una u otra manera es formar a la sociedad para generar conciencia y cambio social. Algunos grupos coinciden en centrar su objetivo en lo educativo, acudiendo al usual concepto de “educación integral” de niños y jóvenes, concretado desde actividades que les pueden resultar llamativas como el deporte o la formación artística. Pero en todo caso el énfasis se coloca fuertemente en la formación en valores, con la idea de que educar axiológicamente permite enfrentar los riesgos a los que están expuestos los menores actualmente17. Extender el proyecto educativo a las familias es la manera que encuentran de fortalecer los lazos familiares y la integración a la comunidad. En otro ejemplo, las acciones educativas se dirigen a propiciar la construcción de un “proyecto de vida” para los chicos, desde el fomento de distintas potencialidades, mediante acciones que integran componentes físicos, lúdicos, artísticos y culturales, los cuales se unen en la apuesta académica que orienta toda la labor educativa, sustentada en estrategias didácticas que se apoyan en la formación especializada de los integrantes GHODRUJDQL]DFLyQ(QFRQVHFXHQFLDODSURSXHVWDVHGH¿QH como “contra-cultural”, pues busca cambiar la perspectiva a la que se ven abocados los jóvenes desde los estereotipos fomentados por los medios masivos de comunicación, para que descubran sus propias capacidades y valoren lo que su medio particular les ofrece; de allí se explican los ejes de la acción educativa del grupo: territorio, memoria e identidad18. De igual manera, el hecho de acudir al conocimiento ligado a la experiencia de la gente. La formación asume su
En este caso, Thimos, el nombre de la agrupación, se asocia a la perspectiva griega que alude a la voluntad y tesón de transformar las situaciones: “…es que es una manera de ayudar a combatir la problemática de la localidad y brindarle a esos muchachos otra actividad para hacer”, documento P 65:6. (VWDHVXQDIRUPDGHUHVSXHVWDDODVQHFHVLGDGHVTXHHOORVPLVPRVKDQYLYLGRGHVGHQLxRVHQXQFRQWH[WRVLPLODUWDOFRPRORPDQL¿HVWDQ³«ODPD\RUtDGHQRVRWURV somos pelados que venimos de las mismas condiciones, que hemos pasado por las mismas situaciones, pero pues gracias a este tipo de trabajo nosotros hemos salido de cierta manera de ese riesgo que nos implicaba estar en esas condiciones…”, (documento P146: 7).
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carácter crítico al realizar un cuestionamiento permanente de lo “real” y defender los derechos de los marginados, mostrando a cambio la necesidad de construir una vida digna, concepto en el que se combina lo económico, lo cultural y lo social19. De otra parte, otro colectivo educa, principalmente, a través de campañas, por ejemplo de reciclaje, dirigidas a la comunidad; en este tipo de actividades utilizan distintas estrategias didácticas como títeres, lunadas o encuentros grupales. La “Educación de otros” se ejerce también desde la producción de un medio de comunicación, por ejemplo un periódico de circulación local, pues se considera que la publicación genera una posible formación, en cuanto que puede forjar conciencia social, desde los temas que integran los artículos realizados, según sus propias palabras, con autonomía, análisis y sentido crítico. Para ellos, asumir los problemas bajo una óptica propia es ya un aporte en la educación ciudadana de los lectores, a la participación, a la veeduría sobre los temas de la administración y la política local.
Un estilo de vida para una ciudad ecológica Aquí nos referimos a dos grupos para quienes su actividad, junto con los conocimientos que incorporan y propician, no se desligan del cambio personal y la búsqueda por un estilo de vida más auténtico. En este caso, reconocen que la ciudad y sus espacios públicos son escenario de la actuación grupal, HQORTXHHOORVGH¿QHQFRPRXQ³DFWLYLVPRGHSURWHVWD« GH FRQFLHQFLDU PiV TXH WRGR´ Todas sus actividades de expresión, a través de los distintos medios a los que acuden, encuentran en la ciudad el escenario correspondiente para cuestionar y, a la vez, para promover sus principios. Consideran que sus acciones son importantes para generar un proceso de formación en la sociedad en la que viven: ³(VFRPRTXHODJHQWHFRMDFRQFLHQFLDGHTXHFXDQGRFRPH GHWHUPLQDGRVDOLPHQWRVGHWHUPLQDGRVSURGXFWRVOHKDFH GDxR D RWUR VHU´20. Se trata, en todo caso, de una ciudad unida al planeta en razón de los problemas que comporta: la discriminación, el deterioro, la desigualdad. En el otro caso, se busca reterritorializar la ciudad, recuperar el sentido de lo local y del valor que tiene conservar tradiciones y conocimientos ancestrales (por ejemplo HO VLJQL¿FDGR GH OD SDODEUD QDWLYD TXL]iV PiV DFRUGHV con una idea de cuidado, anticipando las consecuencias del maltrato a los ríos, las montañas y, en general, a los recursos de la tierra. Pero puede entenderse esta orientación también como otra forma de cosmopolitismo, pues la acción no se cierra a una comunidad en particular, lo cual se demuestra en el permanente establecimiento de nexos con grupos semejantes, con redes de trabajo en distintos espacios locales, de la ciudad y nacionales; igualmente, con la apertura que conlleva el reconocimiento de otras propuestas ecológicas y culturales.
19 Este actuar de la Fundación Vida y Liderazgo parte de reconocer la ausencia estatal en cuanto a programas de formación en los contextos urbanos marginados, alejados y, hasta cierto punto, olvidados: “…si no hay un Estado que la haga, si no hay quien lo haga, pues entonces intentemos en hacerlo nosotros …”, (documento P 147:17). 20 Ver documento P 101:5.
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La ciudad como escenario de acción educativa
En esta ocasión, una de las organizaciones intenta rescatar el saber ancestral de la comunidad muisca, precolombina, como forma de preservar un territorio, antes sagrado, desde XQDYLVLyQDPSOLDGHORHFROyJLFRPDQL¿HVWDHQODFRQVLJQD que orienta su labor: QRKDFHUGDxRTXHSDUDHOORV³VLJQL¿FD tener buenas relaciones con nosotros mismos, con los demás y con la naturaleza”. Este principio marca tanto las acciones dirigidas a otros jóvenes del sector marginado EDMRVXLQÀXHQFLDFRPRODVDFWLYLGDGHVDFDGpPLFDVSURSLDV que integran indagación, lectura y profundización en los temas relacionados con los proyectos que emprenden con la comunidad; en ese sentido, reconocen la necesidad de un aprendizaje mutuo, constante, múltiple, que conlleve una evolución personal y colectiva permanente. En el otro caso, la organización despliega una propuesta educativa particular por cuanto su acción está centrada en la creación de estrategias de interpelación a la sociedad, de cuestionamiento a la ciudad, mediante expresiones y manifestaciones que integran mensajes centrados en los derechos del no humano, es decir de las especies DQLPDOHV (O FROHFWLYR VH GH¿QH FRPR XQ JUXSR TXH busca educar sobre problemáticas de discriminación, tales como el sexismo, el racismo, el especismo, para mostrar alternativas a ello216X¿ORVRItD\HVWLORGHYLGD³YHJDQR´ genera en sus miembros una “educación propia”, en cuanto están en permanente búsqueda de información sobre estos temas, información a la que acceden a través de internet, de charlas y encuentros; pero sobre todo por la capacidad de DXWR UHÀH[LyQ TXH HOOR SURYRFD VXV DFWLYLVWDV GHVSOLHJDQ
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un cuestionamiento permanente sobre sus costumbres y la mala educación que los marca, de tal manera que ello les dé autoridad para enseñar a otros. Así, tienen claro que deben estar en un proceso de formación permanente22. Al mismo tiempo, su obsesión por diferenciarse de otros movimientos locales que, según su opinión, aun cuando tienen objetivos parecidos no son coherentes en su conducta, impulsa también su formación y el cambio personal. En ambas propuestas la educación se dirige especialmente a jóvenes y niños en el tema ecológico. Uno de los grupos realiza actividades que incluyen propuestas lúdicas, didácticas y recreativas y, en especial, itinerarios por la localidad, en los que se acude al conocimiento tradicional para comprender el pasado y el presente de la zona. Integra, entonces, a los “Ecoamigos”, grupo infantil con el cual busca acrecentar su presencia, ampliar la sensibilidad sobre los temas abordados y garantizar la continuidad de su acción23. Asimismo, el grupo realiza campañas de orientación ecológica dirigidas a la comunidad en general, las cuales son bien estructuradas, documentadas y, algunas veces, cuentan con apoyo institucional. No desestiman tampoco llevar sus propuestas educativas a las instituciones formales, pues encuentran allí un público atento y una organización que provee soporte a sus actividades. El otro colectivo pretende formar a otros “atrapados” en el consumo; por eso enfatizan la educación de los menores y el hecho de acudir a propuestas que vinculen lo artístico. Para ello no basta adquirir un conocimiento y ser vegano.
Como lo menciona uno de sus integrantes. “Lo genuino es generar conciencia: mostrar lo que hay detrás de las costumbres. Mostrar a otros la verdad del capitalismo: cómo atenta contra la vida del planeta”, documento P 99: 53. “Carlos habló sobre los objetivos del colectivo haciendo énfasis en tres momentos para el activista vegano: la formación, la educación y la manifestación como baluartes de los integrantes…”. Documento P 93: 10. Los propios niños asumen su tarea como una lucha por mantener los recursos: “Que la gente recapacite y no contamine más…todo el mundo se hace esta pregunta: ¿cómo? Y yo respondo con algo muy sencillo; reciclando”. Tomado de un diario de campo.
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Es necesario desarrollar un trabajo que muestre “la verdad del capitalismo”, en cuanto atenta contra la vida del planeta, y las opciones de cambio que se presentan desde las propias personas cotidianamente. Se consideran jóvenes con un alto ideal, lo cual les exige estar informados y actualizados en temas como el abolicionismo, especismo e individualismo24. En consecuencia, tienen una clara postura de interpelación ante la sociedad y no de imposición o subversión: “… los activistas veganos poseen mentes inconformes más no mentes rebeldes”25 Esto los lleva a acudir a diversos lenguajes para ampliar la difusión de sus ideas: la radio, los sitios virtuales, fanzines, volantes, presentación de videos, en donde se ponen en juego distintas competencias y habilidades de sus integrantes, lo cual propicia riqueza y pluralidad de las prácticas educativas. Para ellos todo lugar o situación es buena para exponer su visión; no obstante su preocupación por el destino de las jóvenes generaciones hace que le den cierta relevancia al trabajo en instituciones educativas. Entonces se proponen abrir espacios en colegios y universidades para dar conferencias, cuestionar y motivar al público escolar en la importancia de sus planteamientos. Se trata de una manera de combatir la “mala educación” a la que están expuestos los menores.
través del acceso que tienen a las tecnologías de información y comunicación, acorde al nivel del estrato social al que pertenece la mayoría de los miembros. La otra propuesta educativa integra el sentido histórico para comprender el actual caos ambiental26. En consecuencia entiende que no puede actuar de manera aislada y por eso se conecta con otros colectivos e instituciones, sobre todo locales, pues la relación con la naturaleza la comprende desde la valoración del territorio y la remembranza de los pueblos nativos27. También participan de la discusión y estructuración de políticas públicas ambientales, a pesar de que tienen claro que se trata de una acción limitada28.
La perspectiva de “educación con otros” de esta agrupación HVWiGH¿QLGDSRUHOFDUiFWHUJOREDOGHVXVDFFLRQHVGHHVWD PDQHUDVXYLVLyQVHFRQ¿JXUDHQGLiORJRFRQPRYLPLHQWRV similares a nivel mundial, en una interacción permanente a
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Abolicionismo: es la meta última a la que aspiran los veganos respecto al maltrato animal; especismo: es cualquier prejuicio o discriminación basada en la especie; individualismo: es el reconocimiento que se le ha de dar a todos los seres vivos como únicos e irremplazables y como poseedores de derechos tan valederos como los asignados a los animales humanos. Explicación de un joven integrante de Acti Vegan, tomada de un diario de campo. Ver documento P93: 10. De allí que la primera iniciativa de los fundadores del grupo fue crear un Centro de Información Histórico sobre la cultura muisca, empeño que ha terminado en un pequeño museo sobre este tema. “Estamos en territorio sagrado muisca, el ecosistema sagrado en las montañas, junto al agua, eran sitios prohibidos para cazar, para construir, para vivir. Los muiscas venían acá era a tener sus cultos en ofrenda a su madre tierra, a la “Icha Waya”. Las madres se metían en el agua fría de la laguna hasta la cintura, se les adormecían las caderas y ahí parían a sus bebés. Primer contacto con el agua, que la dadora de vida”. Documento P109:9. Como lo expresa uno de sus líderes: “No nos podemos quedar en acciones de movilización y resistencia, porque realmente lo político es un espacio de decisión”. En documento de entrevista CA, No. 01.
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Conclusiones Es evidente que la ciudad contemporánea dispone de múltiples escenarios educativos. Al mismo tiempo, no se puede desconocer que la construcción del sujeto pasa hoy por los espacios públicos, los ambientes comunitarios y los vínculos que se establecen en diversas redes. De esta manera, los entornos socio-urbanos con los que se relacionan los jóvenes juegan un papel determinante en sus procesos de educación. Pensar en las modalidades de formación desde las experiencias organizativas de los jóvenes conlleva el reconocimiento de esos espacios y acciones formativas, pero también de las maneras de ser y de comunicar de las agrupaciones juveniles. En otras palabras, nos referimos a las tácticas, estrategias y recursos comunicativos, expresivos y prácticos que ponen en juego los jóvenes para intentar dar fuerza a sus SURSXHVWDV\HQIUHQWDUODOHJLWLPDFLyQGH¿QHV\SUR\HFWRV educativos, tendientes a normalizarlos y a minimizar los problemas actuales. No se puede negar que con sus acciones estos grupos llevan a cabo de manera permanente procesos de interpelación, de autoformación, que muestran distintas formas de resistencia a la situación de desigualdad y marginación, generalmente impulsada por el Estado y sus proyectos formadores. En esa tarea, los colectivos despliegan su capacidad para crear nuevas modalidades de relación y establecer múltiples redes y alianzas, distantes de formas autoritarias y jerarquizadas, aunque algunas veces se apoyen en dispositivos institucionales. Asimismo, el estudio ha mostrado que existe en los grupos de jóvenes una gran preocupación por llevar a cabo propuestas educativas a la ciudad, y una gran variedad en ellas. Sólo en los colectivos de expresión estética, esta clase de intención es difusa, quizás porque el eje de su interés es el goce de la creación, pero incluso este goce se extiende a la ciudad en un intento por componer el territorio de otra manera. En las demás agrupaciones se presenta una decidida actitud de formarse al tiempo que se forma a otros,
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medida el potencial imaginativo de estos colectivos les lleva a construir nuevas combinaciones de lo real, en donde aparecen y se efectúan otras visiones de mundo. Por último, con sus procesos formativos, las agrupaciones dan cuenta de que emergen continuamente formas de colectividad y comunidad que no anulan la singularidad subjetiva, sino que, más bien, gracias a la interpelación constante, a la problematización de realidades, acciones y conductas, al compartir conocimientos y experiencias diversas, y al colocarse en circunstancias de mutua afectación, se abre la posibilidad de construcciones subjetivas singulares y autónomas, aquellas que la modernidad, precisamente, no ha propiciado.
GLVSRVLFLyQ TXH VL ELHQ HVWi YLQFXODGD D ¿QHV HVSHFt¿FRV (los problemas ambientales, el rechazo al consumo, potenciar ciertas capacidades, etc.), en la mayoría de casos QRSUHWHQGHGLULJLUODFRQGXFWDKDFLDXQPRGHORHVSHFt¿FR \PHQRVGH¿QLUXQWLSRLGHDOGHVRFLHGDGDDOFDQ]DU Con sus iniciativas educativas los jóvenes aportan a la UHFRQ¿JXUDFLyQGHORVRFLDOHQHVSHFLDODOWUDQVIRUPDUODV interacciones con sus pares y al plantear otras modalidades pedagógicas para la formación, lenguajes más apropiados a ODHGXFDFLyQ\RWURV¿QHVTXHQRVHDMXVWDQQHFHVDULDPHQWH a la sincronización de las ideas y a la estandarización de la conducta, propios del capitalismo contemporáneo y evidentes en la ciudad global fragmentada y caótica. Estos jóvenes muestran que existe RWUD FLXGDG, menos inequitativa, más compleja y articulada, tanto social, como espacial y temporalmente. Llama la atención, en particular, cómo desde sus acciones educativas algunos grupos vinculan al presente otros tiempos y otras costumbres, inventando nuevas formas de sentido común y recuperando desde su presencia pública la dimensión política de lo plural, de lo diferente. No se trata de la existencia de una novedad absoluta, pues en varias ocasiones se dan prácticas y acciones muy cercanas a lo convencional, pero en buena
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La ciudad como escenario de acción educativa
Bibliografía Butler, J.(1997). Mecanismos psíquicos del poder. Teorías sobre la sujeción. Valencia: Ediciones Cátedra. Universitat de Valencia, Instituto de la Mujer. Cortés Salcedo, R.(2009). “La noción de gubernamentalidad y su uso en la investigación educativa”. Bogotá: (mimeo). Jorques Jiménez, D. (1996). Interpelación y espacios comunicativos, Tesis doctoral publicada en Anexa 10. Valencia: Universidad de Valencia. Huergo, J. (2005). Una guía de Comunicación/Educación, por las diagonales de la cultura y la política. La Plata: Universidad de La Plata. Focault, M. (2006). Seguridad, territorio y población, la reimpresión. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica. León, E. y Zemelman, H. (1997). Subjetividad: umbrales del pensamiento social, Barcelona: Anthropos. Virilio, P. (2006). Ciudad pánico. El aiuera comienza aquí. Buenos Aires: Libros del Zorzal, 2OO6. Zemelman, H. (1987). Conocimiento y sujetos sociales. México. UNAM.
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Marco Raúl Mejía J.
Las culturas juveniles: una forma de la cultura de la época
Resumen: El artículo desarrolla una visión del impacto de la tecnología en el cambio de ser y de pensar de los jóvenes. Más allá de una época de cambios, lo que la tecnología ha hecho en cabeza de la sociedad (adultos y jóvenes) es un FDPELRGHpSRFD. Las revolución tecnológica (microelectrónica, cibernética, informática, telemática, robótica) está dejando su impronta en la cultura juvenil emergente en el mundo globalizado y local (glocalización). Así, aparece un “nuevo sujeto” joven adscrito D³RWURVVXMHWRVOyJLFRV´/DDXWRULGDGVHGHVPLWL¿FD\ODGHVLJXDOGDGVHRSDFDDQWHHOLPSDFWRGHODVWLFVHQORVVHFWRUHV pobres de la sociedad. Nuevos programas (Ondas) recogen los aspectos democráticos de la novedosa insurgencia juvenil.
Palabras clave: Cultura juvenil, cambio de época, época de cambios, prácticas cognitivas, tecnología, digitalización, reticularidad, hipertextualidad, comunicabilidad, nuevos sujetos, sujetos lógicos, infopobreza, globalización, glocalización.
Abstract: This article provides an overview of the impact of changing technology and thinking of young people. Beyond a time of change, what technology has done in the head of society (adults and youth) is a new era. The technological revolution (microelectronics, cybernetics, informatics, telematics, robotics) is leaving its mark on the emerging youth culture in the globalized world and local (glocalization). Thus, it appears a “new subject” youth assigned to “other logical subjects ³'HP\VWL¿HVWKHDXWKRULW\DQGLQHTXDOLW\DUHRSDTXHWRWKHLPSDFWRI7,&6RQWKHSRRURIVRFLHW\1HZSURJUDPV2QGDV UHÀHFWWKHGHPRFUDWLFDVSHFWVRIWKHQHZ\RXWKLQVXUJHQF\
Key words: Youth culture, time of change, new era, cognitive practices, technology, digitization, networking, hypertext, communicability, new subjects, logical subjects, infopoverty, globalization, glocalization.
Marco Raúl Mejía J. Licenciado en Filosofía. Magíster en Educación y Desarrollo. Candidato a Doctor en Investigación Educativa. Actualmente es Asesor Pedagógico del Programa Ondas de COLCIENCIAS. Además, está vinculado a la Expedición Pedagógica Nacional y al proyecto Planetapaz. Es autor de publicaciones en temas educativos, entre otras, de los libros: (GXFDFLRQHVHQODVJOREDOL]DFLRQHV(QWUH HOSHQVDPLHQWR~QLFR\ODQXHYDFUtWLFD(GXFDFLyQ3RSXODUKR\; /D VLVWHPDWL]DFLyQHPSRGHUD\SURGXFHVDEHU\FRQRFLPLHQWR.
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Introducción (VWHJUD¿WWLXELFDGRHQODVSDUHGHVGHODVPiVGLYHUVDVFLXdades del mundo, sirve de abrebocas para plantear la tesis en la cual me moveré en este texto, y es el que vivimos tiempos de cambios profundos, lo que algunos autores han denominado como un cambio de época, no sólo una época de cambios. Asistimos a una reestructuración profunda de la manera de existencia de la sociedad. Pero además, a un cambio de fondo en la composición de lo humano y del poder en sus maneras de ver, sentir, conocer, interactuar, DPDU\TXL]iVHOOXJDUPiVYLVLEOHGHHVDVPRGL¿FDFLRQHV son las culturas juveniles13RUHOORSRGHPRVD¿UPDUTXH ser joven y en la perspectiva de sus múltiples culturas, es una forma particular de ver el mundo, de interpretar la realidad, y dar cuenta de las formas prácticas que toman sus apuestas y sentidos. Es desde estos entendimientos de las múltiples culturas juveniles en las cuales muchos comportamientos adultos sobre ellas conforman una mirada discriminatoria y excluyente, que puede ser caracterizada en algunos casos como etnocéntrica, en cuanto se acercan a esa cultura desde el PXQGRDGXOWRVLQUHFRQRFHUVXVHVSHFL¿FLGDGHV\GLIHUHQcias, convirtiendo a ésta, su cultura y su manera de ser y el mundo adulto como la mirada verdadera y referente único y siempre válido. Por ello es necesario detener la mirada y reÀH[LRQDUSDUDGDUFXHQWDGHODPDQHUDHQTXHHVWRVFDPELRV FLHQWt¿FRVWHFQROyJLFRVSROtWLFRVHFRQyPLFRV\VRFLDOHV van construyendo una nueva manera de lo humano, gestando las diferencias particulares de este tiempo entre mundos adultos y mundos juveniles. En ese sentido, reconocemos un mundo de cambios profundos para el adulto y de contradicciones para el mundo juvenil. Los dos están haciendo el aprendizaje de un nuevo
mundo, con la diferencia básica de que el joven ya viene con muchos de los elementos de esta época incorporados como dotación que se le entrega en la temprana socialización. No en vano los estudios muestran cómo un niño o joven de esta época gasta su tiempo vital dos o tres veces más frente a la televisión o alguna pantalla de diversión (web 1) o red social (web 2)2 , que asistiendo a la escuela. Desde esta perspectiva no es posible entender el mundo juvenil sin dar cuenta de los cambios que en la sociedad están LQÀX\HQGRHQODFRQIRUPDFLyQGHHVWDQXHYDPDQHUDGHVHU joven. En ese sentido, eso que hemos llamado “nueva dotación”, de ese “nativo digital”, requiere ser entendido desde ORVSURFHVRVPiVDPSOLRVHQORVFXDOHVVHFRQ¿JXUDHVWH cambio de época para intentar entender esos nuevos nexos sociedad-cultura-subculturas-organizaciones. Pudiéramos HQWRQFHV D¿UPDU TXH HO SUREOHPD HV HQWHQGHU HO PXQGR actual y los elementos de él que están dando forma a esas culturas juveniles, las cuales se vuelven múltiples, híbridas, en una composición propia hecha de nexos invisibles entre lo local, lo regional, lo nacional, lo internacional, dando IRUPDDORJOREDOHQODHVSHFL¿FLGDGGHHVWDVFXOWXUDV
1. Lo global, realidad ineludible3 Es muy común en este tiempo, escuchar discursos que demonizan los cambios en marcha derivados de una confuVLyQ HQWUH ODV PRGL¿FDFLRQHV HSRFDOHV \ OD JOREDOL]DFLyQ en singular como el proyecto de control del capitalismo de HVWRVWLHPSRVOOHJDQGRHQPXFKRVFDVRVDLGHQWL¿FDUODFRQ el neoliberalismo, el cual desde nuestra perspectiva es la manera dominante de administrar la globalización. Sin embargo, es necesario hacer una separación analítica de estos dos procesos, el del cambio epocal (lo global) y la globali]DFLyQFDSLWDOLVWDFRQHO¿QGHRULHQWDU\GLVFHUQLUORVGLIHrentes fenómenos que acontecen en la globalización.
8VRHVWHWpUPLQRGHFXOWXUDVMXYHQLOHVHQHOSOHQRVHQWLGRGHORTXHHVXQDFXOWXUD\DTXHQRVHQFRQWUDPRVIUHQWHDXQOXJDUVRFLDOFRQWH[WRHVSHFt¿FR TXHOHVGDXQD percepción particular de la realidad; -un proceso de socialización donde aprenden e interactúan construyendo nuevas dimensiones de sí mism@s; -una simbolización constituida DWUDYpVGHYDULDGRVOHQJXDMHV\FRQPiVpQIDVLVKR\HQORVHQWUHJDGRVSRUHOPXQGRFRPXQLFDWLYRXQVLVWHPDJHQHUDOGHFRGL¿FDFLRQHVHQGRQGHH[LVWHXQDXQLGDGLQWHJUDGRUD que les da pertenencia; -un compartir diferenciadamente (no homogéneo) la manera de ser joven; por ello sus culturas son variadas, otros hablarían de subculturas al interior de VXFXOWXUDVXVSUiFWLFDVVHYHQPRGL¿FDGDVQRVRQHVWiWLFDVYDQVXUJLHQGRRWUDVTXHPRGL¿FDQDVSHFWRVGHHVDGLIHUHQFLDVXUJHGHODLQWHUUHODFLyQGHORVHQWRUQRVPDWHULDOHV simbólicos e institucionales. 2. Piscitelli, A. (2002). Ciberculturas 2.0. En la era de las máquinas inteligentes. Buenos Aires. Paidós. 3. Para profundizar en esta visión sobre el fenómeno de la Globalización, ver mí libro Educaciones en las globalizaciones. Entre el pensamiento único y la nueva crítica. Bogotá. Ediciones Desde Abajo. 2007.
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Este ejercicio ayudará a comprender cómo, en este momento de cambios, cada concepción y manera de realizar cualquier actividad y de plantearse de manera crítica y alternativa frente a ella, tiene que ver con una manera de entender el capitalismo globalizado. Tal separación es básica para dar cuenta de cómo opera hoy esa globalización, establecer las distancias de las posiciones críticas y, desde la especi¿FLGDGGHHGXFDGRUHVSRSXODUHVKDFHUXQDUHÀH[LyQDSURpiada permitiendo el surgimiento de los nuevos campos en los cuales hoy se libran las luchas de poder, siendo uno de los centrales la comprensión de las culturas juveniles como manifestación y materialización de unos cambios que no pueden ser leídos en blanco y negro, hecho que exige una nueva mirada (de arco iris) para su comprensión.
1.1 Recuperando el contexto Se dice que el momento actual de globalización no es más TXH OD LQWHQVL¿FDFLyQ \ OD SURIXQGL]DFLyQ GH XQD GH ODV características principales del capitalismo: su internacionalización, en la búsqueda de ser “sistema mundo”, (originariamente centrada, para algunos autores, en el momento de la expansión colonial española, holandesa, portuguesa y europea en general) y la mundialización de los mercados derivada de la generación del transporte marítimo y posteriormente de otros medios de él. En esa secuencia histórica el fenómeno de la constitución de lo global actual sería una segunda revolución al interior GHOFDSLWDOLVPRHQHOFXDOVHLQWHQVL¿FDHOWLHPSR\HOHVSDcio a través de la creación de nuevas formas de energía que potencian tecnológicamente un nuevo lugar de la productividad y de la ganancia capitalista. En tal sentido, muchos autores la entienden como un nuevo estadio del desarrollo del capitalismo cuya característica principal es la transformación de las fuerzas productivas a partir del trabajo inmaWHULDOODPRGL¿FDFLyQGHODVUHODFLRQHVVRFLDOHVJHQHUDOHV QRVyORGHSURGXFFLyQ \ODLQWHQVL¿FDFLyQGHODH[FOXVLyQ y de la monopolización del capital4 EDMRFRQWURO¿QDQFLHUR Esa globalización produce una serie de cambios que mo-
GL¿FDQORTXHWUDGLFLRQDOPHQWHKDEtDVLGRHQWHQGLGRFRPR el cotidiano de las personas. Algunas de sus características son: /DLQWHQVL¿FDFLyQGHODVUHODFLRQHVVRFLDOHVHQWUHORV humanos: comienzan a ser a escala mundial. /RORFDO\ORXQLYHUVDOVHDUWLFXODQYLQFXODQGRDWRGRV los sujetos a lo lejano desde nuestro mundo cercano, construyendo la idea de lo “glocal”. /RVSURFHVRVSURGXFWLYRVVHWUDQVIRUPDQVXSHUDQGR los modelos tayloristas, fordistas, post-fordistas y las formas post-industriales, e instaurando el “toyotismo”. 6HFRQVWUX\HXQPXQGRLQWHUFRPXQLFDGRHLQWHUGH pendiente donde el fenómeno virtual produce transfor maciones tanto en el lenguaje como en la cultura. /DSURGXFFLyQVHUHRUJDQL]DGHVGHHOFDSLWDOFRQVWDQ te (ahora centrado en la tecnología y el conocimiento), generando una transformación del capital variable. Esto explica en parte el desempleo en el mundo y las nuevas formas del trabajo asalariado. /DVFRQGLFLRQHVGHOWUDEDMRVHWUDQVIRUPDQKDFLHQGR real el surgimiento del nuevo asalariado del conoci miento a partir del lugar del trabajo inmaterial y con ello la reestructuración de las clases sociales en el mundo. Con la globalización surge un nuevo fenómeno con una cierta originalidad frente a los procesos de mundialización anterior. Se requiere entonces una comprensión de qué es lo que la produce para así poder abordar los otros tipos de relaciones que se dan cuando el fenómeno toma forma en la vida cotidiana de las personas, en la vida institucional y en los procesos sociales.
4. Ianni, O. (2007). Teorías da globalização. Rio de Janeiro. Civilização brasileira. 4ª. Edición. REBELLATO, J. (1999). La globalización y su impacto cultural. El nuevo horizonte posible. La Paz, Bolivia, CEBIAE, 1999.
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/DWHFQRORJtDPRGL¿FDODinteracción de los actores Se viene desarrollando una concepción que muestra cómo la tecnología va mucho más allá de los aparatos y artefactos y, en ese sentido, deja ver que se está asistiendo a una profunda transformación de lo humano y ella está marcada por la emergencia de esas nuevas herramientas mediadoras que producen en quien las utiliza no sólo transformación en sus SURFHVRV PHQWDOHV \ DSUHQGL]DMHV VLQR PRGL¿FDFLRQHV HQ el nexo realidad-pensamiento a través de las mediaciones. Esas herramientas no corresponden a un proceso de opción individual, sino a una dinámica cultural haciendo que la UHÀH[LyQ OD LQWHOLJHQFLD OD FRQFLHQFLD VHDQ FRQVWUXLGDV por el uso que de estas herramientas hacen los actores en el juego comunicativo. Para algunos autores como Pierre Lévy5, estamos llegando a una planetarización de la expansión de la conciencia en la cual las conexiones entre los seres humanos se dan más al interior de su sistema de constitución de lo humano, que hacia el exterior produciendo XQ IHQyPHQR GH DXWRUUHÀH[LYLGDG GH RWUR WLSR \ GH RWUDV características generando una nueva dinámica de hominización (construcción de lo humano) mucho más profunda.
y derrumba el paradigma de mundo adulto, mundo joven, en el cual la persona mayor todo lo sabe y tiene claro hacia dónde van las cosas, porque tiene un mayor control de su entorno. Sin duda para nosotros, los adultos, las nuevas tecnologías no representan nuestro medio natural, mientras en lo que podemos llamar el mundo juvenil los jóvenes han crecido HQXQDLQWHUDFFLyQSHUPDQHQWHFRQORDUWL¿FLDOFRPRPHGLR natural; ellos han llegado a la tecnología más desde su paisaje cotidiano. Por ello, es urgente abandonar la prevención y abrirnos a un mundo que nos enseña que aprendemos desde la gestación hasta la tumba. En ese sentido, es necesario deconstruir (desaprender) muchas de nuestras miradas sobre los cambios tecnológicos y ganar una mirada para entender los nuevos fenómenos. Observemos algunas de esas características que van a hacer muy nuevo el encuentro adulto-joven, derivado de las transformaciones tecnológicas y que van a tener sus correlatos para la conformación de las nuevas formas pedagógicas que incluyen los componentes tecnológicos y conforman XQDVFXOWXUDVMXYHQLOHVFRQHVSHFL¿FLGDGHV\SDUWLFXODULGDGHVTXHH[LJHQXQDLQWHUDFFLyQPRGL¿FDGD
2.1 Lo digital: una nueva realidad7 La corporeidad más acabada de estas transformaciones tiene su manifestación en los jóvenes de hoy6 , quienes van HQFRQWUDQGR HQ HVWD VLWXDFLyQ XQD GH ODV GL¿FXOWDGHV PDyores para relacionarse con el mundo escolar, el mundo del adulto. Esas realidades de nuevos artefactos y herramientas derivadas de la revolución microelectrónica, hacen visible cómo el adulto se tiene que enfrentar a situaciones que eran desconocidas para él en su mundo, como por ejemplo: cambios acelerados, nuevos lenguajes, identidades fragmentadas, su comprensión de los adelantos tecnológicos, el lugar de ella en la sociedad. Esta situación genera incertidumbre
Pierre Lévy propone considerar todo el proceso gestado en los computadores y en la microelectrónica como una tecnología intelectual. Para Lévy el advenimiento de estos IHQyPHQRVGHODLQWHOLJHQFLDDUWL¿FLDOHVFRPSDUDEOHDOGH la escritura y está afectando la mayoría de nuestras actividades cognitivas. Del mismo modo, señala que el uso técnico de éstos elementos incorporados en la vida cotidiana, nos muestra que la vieja disociación ciencia-tecnología-uso técnico tiene que ser recompuesta de otra manera8 , ya que nunca como ahora es urgente reconocer en toda la tecnolo-
5. Lévy, P. (1993). As tecnologias da inteligência, O futuro do pensamento na era da informatica, traducción de Calos Inineu da Costa, Editora 34, Rio de Janeiro. 6. Este material es una ampliación, remito a mi texto, publicado conjuntamente con Pérez, D. (1997). De calles, parches, galladas y escuelas. Transformación en la socialización en los jóvenes de hoy. Bogotá. CINEP. $SDUWHVGHOFDStWXOR³/DVHGXFRPXQLFDFLRQHV´GHPLOLEURGHSUy[LPDDSDULFLyQ/DVHVFXHODVGHODJOREDOL]DFLyQ(OFRQÀLFWRSRUVXUHFRQ¿JXUDFLyQHQ(GLFLRQHV'HVGH Abajo. 9. Sabrovsky, E. “Tecnología y teoría crítica”, en Tecnología y modernización en América Latina: Ética, política y cultura, Ediciones Pedagógicas Chilenas, S.A., Santa Magdalena, 1992. En este texto, el autor ve un desplazamiento de la idea de la racionalidad instrumental habermasiana.
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gía hechura humana desde necesidades e intereses de los JUXSRVHVSHFt¿FRVSRUORWDQWRFXOWXUDHQHOSOHQRVHQWLGR de la palabra. Desde esta mirada, algunas de las funciones antes repreVHQWDGDVFRPRHVSHFt¿FDVGHORKXPDQR\QRVyORGHWLSR físico, comienzan a ser realizadas por máquinas. Los principales elementos que permitirían ver este fenómeno serían: a. Máquinas que trabajan en textos reemplazando la lec tura y la escritura (máquinas inteligentes) b. Telemática y bancos de datos, que desplazan la me moria y la constituyen de otra manera. c. La síntesis numérica y la infografía, que permiten la HODERUDFLyQ\FRGL¿FDFLyQGHLPiJHQHV d. El acto del lenguaje en sí mismo, que es desplazado por las máquinas y los idiomas semi-mecánicos (soft ware) y los sistemas icónicos. e. Tareas de concepción, decisión, precisión y organiza ción que se hacen posibles a través de todos los ins WUXPHQWRVGHODLQWHOLJHQFLDDUWL¿FLDO (V GHFLU HVWDPRV DQWH XQD UHGH¿QLFLyQ SUiFWLFD GH ODV DFWLYLGDGHV FRJQLWLYDV HQ OD FXDO OD LQWHOLJHQFLD DUWL¿FLDO instituye a la inteligencia humana y se constituye ella, la LQWHOLJHQFLDDUWL¿FLDOFRPRKLVWyULFD$OGHFLUGH/pY\³OD inteligencia simulada por las computadoras, no es la perspicacia concreta y focalizada de la oralidad, sino el entendimiento formal y abstracto de la cultura escrita”.
2.2. Lo digital: más allá de los tecnofactos y aparatos En el emerger de las nuevas herramientas o tecnologías de la inteligencia existe una técnica que para algunos autores poco a poco se ha ido convirtiendo en un lenguaje y es lo digital como forma que vehiculiza el paso de los procesos entre las máquinas y las realidades que emergen de ellas. Es decir, en ese lenguaje que se constituye en el surgimiento
9. Woolley, B. (1994). El universo virtual. Madrid. Acento Editorial.
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GHODLQWHOLJHQFLDDUWL¿FLDOQRVOOHYDDHQWHQGHUTXHODLPDgen, los computadores, las realidades virtuales, la telemática, etc., son posibles por la existencia de lo digital, a la vez que son soportes9. Por ejemplo, la imagen ya no responde al dictado del mundo natural, sino a unos postulados abstractos, discursivos y libres de la mente y la imaginación. Esto convierte a la imagen en alternante, que goza de la omnímoda arbitrarieGDGGHOVLJQRJUi¿FRVHGHVDWLHQGHGHODOLWHUDOLGDGTXHOR referencia, es decir, es la superación del discurso audiovisual tradicional, que ya no es la imagen-movimiento, pues lo que se recompone no es el objeto sino el movimiento mismo. Es interesante ver por ejemplo las diferencias entre Internet (web 2) y televisión (web 1). En esta última, uno ve lo que quiere la programadora; en el Internet, la búsqueda potencia una situación menos pasiva, uno ve lo que quiere. Igualmente, uno va al mundo, mientras la televisión nos trae el mundo. Es decir, con la llegada del Internet el espacio se ha reducido, el tiempo se ha acelerado.
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La imagen construida en lo digital se margina de los compromisos con el contexto y con la ideología, produciendo un intratexto, permitiéndose el lujo de destrozar la integraFLyQIRUPDO\ODLGHQWLGDGVLJQL¿FDWLYDJHQHUDQGRXQQXHvo universo de percepción y de conocimiento, con nuevas claves ideológicas. Curiosamente, su narrativa va a ser una representación simSOL¿FDGDTXHVLHPSUHWLHQHSRUREMHWRVIHQyPHQRVFRPSOHjos. Allí los relatos digitales muestran que sus textos tienen relación con un nuevo contexto. Es decir, sus imágenes son símbolos y síntomas de una nueva cultura (función iconológica), y sus indicios muestran allí una particular visión GHO PXQGR QRFRQ¿JXUDGDHQSURFHVRVDQWHULRUHV QXHYD función ideológica). El tiempo tiene la apariencia de ser muy real, porque se cree que por los bancos de datos el trabajo de acumulación y de conservación que ha sido realizado en la escritura dejando la sensación de que todavía tiene nexos con lo escrito. Sin embargo, en su función, el banco de datos tiene los conocimientos que pueden ser utilizados con sentido práctico, especializado. Es un informe para el/la especialista, en donde se toma sólo lo que se necesita y su núcleo es una evolución sin límites que no necesito en mi memoria pero en cualquier momento puedo requerir. Lévy dice que dos tercios de los datos actualmente almacenados en el mundo tienen información económica, coPHUFLDO \ ¿QDQFLHUD GH FDUiFWHU HVWUDWpJLFR (VWR HV XQD LQIRUPDFLyQ FRQ¿DEOH UiSLGD SDUD WRPDU OD PHMRU GHFLsión, sentido totalmente diferente al acumulativo del texto escrito. Es decir, estamos ante un tiempo puntual gestado en el nuevo lenguaje. La memoria se transforma de su forma anterior, en cuanto queda objetivada en los dispositivos automáticos, separada del cuerpo y de los hábitos colectivos, no busca la verdad,
sólo le interesa la rapidez en la ejecución y la celeridad en el cambio operativo. Plantean quienes trabajan estos aspecWRVYHUELEOLRJUDItD TXHDFiHOVHU¿ORVy¿FR\ODKLVWRULD quedan subsumidos en la rapidez y en la aceleración. El pensamiento se va a dar en un nuevo espacio expresivo, en donde el aspecto puntual del presente es lo central, lo opuesto al medio, es decir, en lo digital hay una transformación del proceso alfabetizador y un cambio radical en la forma de pensar. Por ejemplo, hay una temporalidad por la electrónica, en la que se controlan los aspectos del texto, en donde están conectados todos los conocimientos a través de un código único y en donde la abundancia de posibilidades dinámicas saltando, en los elementos de la web 2, de un lugar a RWURFRPRSRVLELOLGDG&DPELDOD¿MH]DGHODIRUPXODFLyQ contemplativa de las ideas, esto es, velocidad y multiperspectividad. Esto es lo que ve el/la joven o toda persona que se sienta frente a la pantalla y detalles de la manera como está la imagen allí. (VWR FRQVWLWX\H WDPELpQ HO ¿Q GH ODV YHUGDGHV FHUUDGDV \ autovalidantes, que crean un contexto de negociaciones interminables, de referencias cruzadas, de sincretismos, situación que permite una cierta emergencia de lo diverso. En ese sentido, lo digital cambia el soporte de lo escrito, así como las maneras de acceder a él, pues busca en esa multiperspectividad ligar todo con todo (el hipertexto10 es un buen ejemplo). Estos dos elementos afectan la lectura y la manera cómo se produce sentido creando, necesariamente, otros valores y otra forma de insertarse en la realidad. Muchos de estos cambios han sido vehiculizados por la interacción cultural constituida por los procesos de la revoluFLyQFLHQWt¿FRWpFQLFDHQFXDQWRpVWDKDFHHQVXSHUVSHFtiva hacer de sus aparatos técnicos herramientas para ser usados en la cotidianidad de la vida de las personas. Para HOOR VH GHVDUUROOD XQD HVWUDWHJLD GH PDVL¿FDFLyQ FRQVWUX-
10. Una excelente síntesis de hipertexto se puede ver en: Passarelli, B. “Hipermidia e a educação, algumas pesquisas e experiências”. Em: revista Contexto e Educação, No. ,MXLRFWXEUHGLFLHPEUHSiJVD(QpOQRVHQFRQWUDPRVIUHQWHDXQDPHWDPRUIRVLVGHOWH[WRLPSUHVRHPHUJLHQGRHOWH[WRHOHFWUyQLFRFRPRXQDPRGL¿FDFLyQGH la forma tradicional de realizarse la lectura y la escritura. El hipertexto es el mismo, desterritorializado, siempre alimentado y abierto a nuevos textos, mezcla culturas orales, auditivas, escritas, relaciona diferentes redes, multiplica la posibilidad de producir y agregar sentido, siempre abierto, y desde allí, a miradas plurales. La persona puede ser autora sobre un texto aparentemente ya constituido, pero a la vez nunca cerrado, siempre constituyéndose. Por estas características, cuando es usado en el trabajo pedagógico se insiste en que esto requiere “otro y nuevo despliegue de lo humano”, en cuanto hay un cambio no sólo en los modos de narrar, sino también en las lógicas: lectora y escritora.
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\HQGRXQXVRFRP~QTXHWLHQHFRPRFRQVHFXHQFLDPRGL¿caciones en procesos lógicos y de subjetivación en hábitos, costumbres y procesos de socialización. Por ejemplo, basta con mirar el lugar donde colocaron la televisión cuando llegó por primera vez a la casa de nuestros abuelos y la manera como transformó las relaciones sociales al interior de la esfera doméstica en ese espacio que antes ocupó el encuentro de personas y hoy es el lugar para: “ver televisión”. (VWDPRVIUHQWHDPRGL¿FDFLRQHVGHIRQGR1RVyORFDPELD el paisaje cotidiano de hogares, hoy llenos de aparatos o herramientas tecnológicas, también la cultura de una época que encuentra a su manera una apropiación de los cambios del desarrollo tecnológico y éstos a su vez van produciendo XQDUHHVWUXFWXUDFLyQGHODVRFLHGDG\GHODFXOWXUDPRGL¿cándola y construyendo los procesos nuevos de socialización. Éstos a su vez van requiriendo el perfeccionamiento de esas tecnologías para su uso cotidiano11. Desde esta mirada, se reconoce que en este último período GHKLVWRULDVRFLDOGHRFFLGHQWHVHKDHVWDGRYLYLHQGRLQ¿QLGDGGHPRGL¿FDFLRQHVYHKLFXOL]DGRVSRUODPDQHUDFRPROD tecnología logra introducirse en la cultura por su uso cotiGLDQRPRGL¿FDQGRWDPELpQFRPSRUWDPLHQWRVHQODHVIHUD de lo humano, ampliando su entendimiento y produciendo un fenómeno de complejización de lo humano que para alJXQRV DXWRUHV VLJQL¿FD XQ UHSODQWHDPLHQWR IUHQWH D PLUDGDVDQWHULRUHV\XQDQXHYDFRQ¿JXUDFLyQGHVGHODPDQHUD como se produce la interacción con su nuevo medio.
2.3 Las revoluciones tecnológicas En una forma muy sintética, visto desde las revoluciones tecnológicas al interior de la revolución productiva de la microelectrónica, podríamos resumir de la siguiente manera esos cambios que en los últimos sesenta años han transformado nuestras realidades; han ayudado a dar forma a ODVFXOWXUDVMXYHQLOHVPRGL¿FiQGRODVJHQHUiQGROHVQXHYDV formas de subjetivación; y han afectando también la socialización de los adultos:
a. La transistorización. Desarrollada en la década del 40 y visible en los radios transistor que reemplazaron a los eléctricos, a través de este cambio se produce una primera globalización cultural, en cuanto pone en contacto las culturas locales de los sitios más alejados en un proceso de internacionalización con los lugares más lejanos. Además, representa un cambio y un inicio de ruptura con la cultura “culta” representada en el texto escrito. Es la primera descentración fuerte de las culturas terrígenas. Igualmente, de una mirada empírica del conocer, donde la verdad es asimilable a lo que se veía. (VWRVLJQL¿FDXQFDPELRHQORFRWLGLDQRHQFXDQWROD persona a través de su oído tiene que construir referencias a lo lejano en su mundo. En las culturas juveniles, consumidoras de radio, se establece una cultura auditiva que va a tener su manifestación en el género musical, no sólo como un pasatiempo, VLQRFRPRXQDUHSUHVHQWDFLyQFRQVLJQL¿FDGRVSURIXQdos que le dan sentido e identidad a algunos agrupamientos de los jóvenes, pues trae consigo una representación de la vida y manifestación de una cosmovisión y una manera de representarse en lo público masivo. b. La imagen. Desarrollada en la década del 60 para su uso masivo en la vida doméstica de las personas, visible HQ OD WHOHYLVLyQ YD D VLJQL¿FDU XQ FDPELR LPSRUWDQWH en lo humano en cuanto se introduce a un nivel masivo la interacción humana con mediación e interacción WHFQROyJLFD(VWRVLJQL¿FDWDPELpQODHPHUJHQFLDGHOR virtual en el mundo cotidiano y como otra realidad, lo que implica para las personas un umbral de separación HQ VX UHÀH[LyQ HQWUH OR UHDO \ OR YLUWXDO SURGXFLHQGR cambios en la manera como se construye y se produce el juicio, ya que esa diferencia entre lo virtual y lo real organiza otra forma de él dando paso a la ambigüedad. En las culturas juveniles se da la emergencia de las culWXUDVYLVXDOHVORTXHHQHOPXQGRGHODHVFXHODVLJQL¿FD distancia con el texto escrito y la ambigüedad produce un relativismo moral tanto a nivel de comportamientos
11. Pagels, H. (1999). Los sueños de la razón. El ordenador y los nuevos horizontes de las ciencias de la complejidad. Barcelona. Gedisa.
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como de juicios. Los caminos de lo bueno y lo malo toman otro sendero, menos dicotómicos (el famoso “depende”). Esto como manifestación de una lógica paradójica que comienza a regir sus actuaciones en donde cabe no sólo lo que es, sino también lo que niega y FRQWUDGLFHDTXHOORTXHVHD¿UPDWDQWRHQHOMXLFLRFRPR la acción. También trae un mundo de representación y simbolización muy fuerte en imágenes, lo que los conduce por caminos de una estética visual, algunas hechas de collage, rompiendo los cánones de las formas tradicionales de lo bello y lo feo. c. La informática. En este proceso de revolución tecnológica se hace visible en los computadores, con un uso social inicialen la década de los 60 y ampliado en su versión PC en la década de los 80. Con este desarroOORODPHPRULDGHMDGHVHUXQDIXQFLyQHVSHFt¿FDPHQWH humana y es sacada del cuerpo humano (más allá de la descentración del texto escrito) para ser colocada en una máquina, que por su potenciación hace que la información y el conocimiento se multipliquen a niveles nunca vistos. Algunos estudios muestran cómo se ha producido una profundización de algunas facultades GHOFHUHEURORTXHOOHYDDPRGL¿FDFLyQGHFULWHULRVGH acción y crítica ampliando los procesos de hominización, generando para la educación una separación entre información y conocimiento. En las culturas juveniles es la emergencia de la cultura digital en pleno, con cambios en la manera de representarse que van a incidir sobre un tipo de conocimiento
que algunos llaman de abducción, caracterizado por no estar centrado sólo en la razón sino abarcativo de toda la corporalidad de las personas, avanzando hacia la constitución de un cierto tipo de integralidad humana que entra en disputa con otras concepciones de ella propias del mundo adulto. En la producción de los actores juveniles es fácil ver esto a través de los distintos bricolage que organizan para dar respuestas y construir algunos procesos con múltiples opciones de respuesta. d. La telemática. Emergente en los años 80 como una de las herramientas de la revolución tecnológica que se caracterizan por unir lo escrito, lo digital y lo oral. Expresión máxima de la web 2.0, su lugar más visible es la Internet en nuestras vidas cotidianas. Se dice que da pie al surgimiento de un mundo glocal donde el encuentro de todas las características de lo global se hace realidad en un escenario doméstico, dando pie a la construcción de una industria cultural de masas que reordena las formas de la cultura produciendo una hibridación real y permanente en la inmensa mayoría de los procesos culturales construido en una tensión que en cada momento reconstruye las relaciones entre lo lejano y lo cercano, además de que da forma a procesos de redes sociales y construcción de formas participativas en la web. En las culturas juveniles es visible todo este fenómeno en cuanto su mundo de intereses y necesidades en muchos casos tienen una modelización de esa industria cultural de masas, generando una modelización y una dinámica propia de formas de ser, pensar y actuar, haciendo real en el encuentro cotidiano el surgimiento de las identidades fragmentadas, ya que habitando su territorio, así como los imaginarios pueden ser de otro lugar, sus hábitos cotidianos con otros referentes diferentes a los anteriores y sus comportamientos en el territorio (glocal) una mezcla híbrida conformada por el encuentro de unos y de otros sobre su vida. Estos elementos hacen que la subjetividad también sea reordenada y descentrada de la manera como en el pasado fue entendida, como una unidad, abriéndose el campo de subjetividades desterritorializadas y fragmentadas.
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e. La biotecnología. Gestada en la segunda parte de la década del 90 y en el comienzo del nuevo milenio y que se ha hecho visible a través de la cultura masiva, de las clonaciones y las noticias en este último tiempo VREUHHOJHQRPDKXPDQRKHFKRFLHQWt¿FR\WHFQROyJLco que trae profundos cambios en las representaciones e imágenes sociales de la vida y lleva la ética a lugares que algunos autores han caracterizado como de vacío y pluralización ética, anunciándonos grandes cambios en la esfera de los valores, Jonas llega a sostener que .DQWHVLQVX¿FLHQWHSDUDH[SOLFDUODVQXHYDVUHDOLGDGHV en este aspecto. Es demasiado reciente esta discusión para darse cuenta de cómo afecta el mundo de las culturas juveniles pero debemos estar prestos a escuchar sus voces allí.
En esta perspectiva, cuando trabajamos en educación, no podemos separar la selección de las herramientas para su uso y el proyecto pedagógico o la concepción crítica en formas separadas, como si fueran sólo un uso instrumental. (OODVVRQXQDXQLGDGTXHGHEHVHUSHQVDGDSODQL¿FDGD\ desarrollada al mismo tiempo, ya que si no logro realizarlas integrándolas desde la perspectiva educativa, la lógica en la cual está construido el aparato devora a quienes lo usen y en alguna medida terminamos haciendo un uso instrumental del conocimiento y de la tecnología de manera como si ésta estuviera exenta de crítica e intereses. Es decir, ayudando a construir sin querer el pensamiento y control ideológico de lo tecnocrático.
Todos estos cambios muestran cómo estamos frente a unos procesos culturales reorganizados desde las nuevas realidades por la manera como la ciencia y la tecnología han comenzado a incidir en la esfera cotidiana de acciones y pensamientos constituyendo un mundo que se organiza desde una cultura tecnológica que toma cuerpo en los diferentes SURFHVRVGHQXHVWUDYLGD3RUHOORKHPRVD¿UPDGRTXHHVtamos ante un cambio de época, en donde la comprensión GHODVFXOWXUDVMXYHQLOHVVLJQL¿FDUHFRQRFHU\FRPSUHQGHU la manera como ellas se constituyen siendo construcción y parte de estos tiempos. Por eso, levantar planteamientos críticos requiere de un acto previo y es la capacidad de reconocer la manera como inciden los procesos más generales de la sociedad sobre la constitución de dichas culturas y cómo asistimos hoy a una lucha de concepciones sobre el hacia dónde y cómo orientar un proyecto de nueva humanidad, nueva democracia y ante todo nueva producción de vida con sentido en una sociedad transformada y sin desigualdades e inequidades.
Si pudiéramos sintetizar se reconocería la existencia de lugares en los cuales esta entrada de lo digital transforma la lógica de los procesos escritos y orales no acabándolos sino PRGL¿FiQGRORV \ FRQVWLWX\HQGR QXHYDV PDQHUDV GH HOOR (siguiendo a García Jiménez.).
2.4 Cambios frente a miradas anteriores
Innumerables puntos de vista sobre el objeto. Es una especie de entrada de la escuela cubista en pintura, [también en la mirada biológica de los rizomas y física de los fractales], ahora colocada en la mirada de los jóvenes, en la cual algo puede ser visto en distintas dimensiones, extensible a todos los puntos de vista posibles y en ocasiones simultáneos. Una imagen sintética que destruye la primacía cultural del concepto. Siempre, desde el renacimiento, la perspectiva había planteado que sólo podíamos percibir cada vez una parte del objeto y que percibir la totalidad
12. Jonas, H. (1995). El principio de responsabilidad. Ensayo de una ética para la civilización tecnológica. Madrid. Editorial Herder. En este texto se reconoce la técnica como un ejercicio de poder humano, por lo tanto de actuación, con un hecho nuevo, que introduce una dimensión adicional y nueva en el marco de la acción humana, esos elementos que llevan a reformular la ética anterior (Kant), serían soportados en: a. La ambivalencia de sus efectos, hoy ya no es de buenas razones, ni de intenciones, ni de distinciones cualitativas. b. La automaticidad de su aplicación. La lógica de masividad exige su aplicación a escala, negándose su neutralidad ética. c. El espacio y el tiempo han entrado en dimensiones globales, su acción es más allá de lo humano, se extiende su acción por el planeta, implicando el futuro. d. La ruptura del antropocentrismo, lo humano, ha sido vinculado con la biosfera del planeta, en donde toda extinción de especies es un crimen, generándose una responsabilidad cósmica. e. Nuevas preguntas metafísicas. La forma y responsabilidades vuelve a colocar las preguntas sobre si debe haber y por qué una humanidad. Y desde allí, “colocarle al galope tecnológico, unos controles extra-tecnológicos”. 13. Dyer-Witheford, N. (1999). Ciber-Marx. Cycles and Circuits of Struggle in High Technology Capitalism.University of Illinois. Press Urbana. 14. García Jiménez, Jesús, “La realidad virtual, el nacimiento de una nueva narratividad”. En: revista Telos, No.34, Madrid, junio-agosto 1993, págs. 26 a 35.
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era imposible, ya que ella se halla fragmentada obligatoriamente en el tiempo. Acá la imagen focalizada [y con diferentes puntos en la pantalla] va a ser la esencia del fenómeno narrativo, transformando la mirada. La imagen asume funciones narrativas, convirtiéndose en objeto de una función lingüística. Curiosamente, el lenguaje del computador no tiene relación de sentido con la imagen que se construye, a pesar de que la articulación de imágenes depende de un acto de computación [haciendo visibles las diferentes perspectivas]. Es un conocimiento de naturaleza operativa. Es decir, hay una pérdida de cierta gratuidad [y de ganancia estética] de él y son incorporados en los sistemas informáWLFRV FRQ ¿QHV RSHUDFLRQDOHV EXVFDQGR RSWLPL]DU ORV procedimientos de gestión. En ese sentido, es diferente del conocimiento teórico y del saber hermenéutico, más ligados a la escritura [ampliando el sentido de esta última a partir de la simulación]. Trae una nueva situación comunicacional, en cuanto hay una innovación en las condiciones de producción GHGLIXVLyQ\GHFRQVXPRGHORVSURGXFWRVGH¿FFLyQ que consume. Curiosamente, los supranarradores de lo escrito se han despersonalizado, [un buen ejemplo de ello en escritura es Roberto Bolaño, el literato chileno15@SHURVHKDQDPSOLDGRKDFLHQGRTXHORV¿OWURVODV consignas ocultas, estén más disimuladas en cuanto a la difusión y el consumo, haciendo que la libertad humana cumpla otro papel. La acción sustituye al discurso. Ésta va a resultar de la H¿FDFLD RSHUDWLYD GH OD LPDJHQ FRQVWUXLGD HQ XQ HQWRUQR DUWL¿FLDO SHUR TXH ORJUD FUHDU HQ HO HVSDFLR GHO sujeto el lugar del espectáculo, logrando convertir esa actividad en la verdadera representación y dando paso a una nueva disposición de la estética.
Se avizora un nuevo paradigma. Wittgenstein, en sus LQYHVWLJDFLRQHV ¿ORVy¿FDV KDEtD SODQWHDGR TXH OD FRmunicabilidad aparecía como un elemento nuevo, aplicable a la investigación del comportamiento lingüístico. Esto ya es una realidad en lo digital, en cuanto las reglas de ella están construidas en otra lingüística de la comunicación y de la acción representada. Aparece clara la diferencia con el texto escrito y el lenguaje oral, mientras éstos son lineales, es decir, las ideas no se dan como en la mente ya que ésta trabaja por asociación, HVWHDXWRUD¿UPDTXHHOWH[WRKLSHUPHGLDOVHDFHUFDPiVD cómo funciona el cerebro: “abrir ventanas diferentes y relacionadas, es una manera de ello”. Esto, algunos lo llegan a plantear como el reencuentro de la mente con el texto a través de Internet y de la manera como se produce el hipertexto16. (VWRV HOHPHQWRV DQWHULRUHV QRV SRQHQ GH PDQL¿HVWR TXH asistimos a una transición mucho más fuerte que un simple cambio en procesos de teorías, ya que asistimos a otra manera de posicionarse las representaciones y los modelos narrativos17 , dando forma a las nuevas maneras de ellos. Es un cambio de época que reestructura la manera como occidente ha construido sus procesos básicos de socialización. Las cuatro grandes instituciones que la han realizado ven interpelados parte de sus elementos constitutivos, lo que los lleva a reconocer y construir nuevas formas de mediación: la política y el Estado, la iglesia y las religiones, la familia, y la escuela.
3. Un cambio epocal que construye culturas juveniles de acuerdo con los contextos (glocal) La juventud es una conjunción de diferentes procesos y conceptualmente existen múltiples entradas, unos la determinan por la edad, otros por las relaciones sociales en las
15. Bolaño, R. (1998). Los detectives salvajes. Madrid. Editorial Anagrama. Ver también como referente la obra 2666, publicada en el año 2005. 16. Rueda, R. (2007). Para una pedagogía del hipertexto. Una teoría de la deconstrucción y la complejidad. Barcelona. Ánthropos. 5HFRUGHPRVTXHVHUHFRQRFHQWUHVD HOGHPRGHORVYHUEDOHVSRUHMHPSORORIHQRPHQROyJLFRE HOPRGHORGHÀXMRVOyJLFRVHQGRQGHHVWiXELFDGRWRGRORVLQWiFWLFRJUDPDWLFDO\F XQRVPRGHORV matemáticos de resoluciones analíticas (ecuaciones) o informáticamente simulados (Lógica formal).Hoy asistimos a un nuevo tipo de narración, muchas veces fragmentada en construcción con un peso JUDQGHGHORQRYHUEDOHQGRQGHODUHSUHVHQWDFLyQHVPX\LPSRUWDQWH3RUHVRSRGUtDPRVD¿UPDUTXHQRKD\PRGHORFRQVWUXLGRWRGDYtDGHORGLJLWDO\ORTXHDSDUHFHVRQKXHOODVGHHVDQXHYDQDUUDFLyQ todavía sin establecerse totalmente.
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cuales viven y las formas culturales del grupo en el cual existe; otros colocan su fuerza en un proceso biológico el cual le determina una temporalidad en términos de maduración. Muchos de los discursos sobre ellos los colocan en lo que ha sido denominado como: “la moratoria social”. Es el lugar de tránsito en el cual se vive la experiencia antes de asumir la condición de adulto.
3.1 Un poco de historia 3XGLpUDPRV D¿UPDU TXH OD MXYHQWXG HV XQ FRQFHSWR GH constitución reciente. Po, en cuanto por mucho tiempo, durante todo el período anterior de la llamada modernidad (surgimiento y desarrollo del capitalismo) y también parte de ésta, los niños, niñas y jóvenes eran vistos como adultos pequeños. El inicio de atención a este grupo de edad toma forma en la contrarreforma católica, en donde se comienza a enseñar a los jóvenes que asisten a procesos educativos tutoriales, como formas de escolarización para las clases altas, reelaborando parte de los procesos que habían reali]DGRORVKXPDQLVWDVD¿QHVGHOVLJOR;9 La emergencia de la juventud se da en las postrimerías del VLJOR;9,,,FRQODHPHUJHQFLDGHODQLxH]18 y la infancia. En la atención a estos grupos se da la perspectiva de que serán futuros adultos y humanos a los cuales se debe otorgar un cuidado especial para garantizar que puedan llegar a serlo y esto todavía en una visión de predominio de lo masculino, ya que las mujeres se hacían adultas en el ejercicio práctico y comprensión y desarrollo de los roles domésticos, lo cual les permitía hacer ese tránsito de niña-adulta sin pasar por ser jóvenes. Esto, de la mano de la consolidación de una forma de familia que salía de los procesos ligados a la tierra (señores, siervos, etc.) y el inicio de la construcción de un nuevo orden más ligados a los comerciantes y a las formas iniciales de la burguesía, individuos que sacarían a las mujeres de sus casas para colocarlas bajo la égida de un hombre con el cual construirían su núcleo familiar. En una perspectiva desde los procesos escolares, la educación de jóvenes en Europa seguía siendo un privilegio 18. Cáceres.
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GHODVFODVHVDOWDVDORODUJRGHOVLJOR;9,,,(OGHUHFKR\ surgimiento de la escuela única, laica, gratuita y obligatoria de la Revolución Francesa (1792) apenas se desarrollaba a partir de los grupos de infancia. Por ello, el espacio de la juventud se modela en la etapa posterior en la cual se forma la infancia, y ella se va a dar paralela a la industrialización que requería unos niveles de formación como pre-requisito para la constitución de la edad adulta. La expansión de la secundaria para esos grupos de edad, que requerían una formación diferente para vincularse a la producción en su condición adulta va a marcar la emergencia de la juventud en ORV¿QDOHVGHOVLJOR;,;\DORODUJRGHOVLJOR;;SHURGH una manera diferenciada, en cuanto estaba ligada a sus destinos de la clase social de la que proviniera, muy diferente en lo rural, lo urbano, y en las clases altas, medias y bajas. Si pudiéramos valorar esto debiéramos reconocer un antecedente lejano de estos grupos que se constituyen a partir de la segunda guerra mundial y que debe ser estudiado, y VRQORVJUXSRVTXHVHJHQHUDQD¿QDOGHOVLJOR;,;\FRPLHQ]RVGHO;;TXHKDFHQORVSULPHURVDFHUFDPLHQWRVD los jóvenes como sujetos, muchos de ellos organizados desde confesiones eclesiales como redes de consejos juveniles, organizaciones de juventudes católicas y grupos civiles tipo scouts, y que bajo la forma de participación política irrumpe en América Latina en el movimiento estudiantil de Córdoba, en Argentina, en el año de 1918.
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3.2 Breve reseña y caracterización de los grupos juveniles Curiosamente, por las revoluciones tecnológicas, éstas en nuestro tiempo van a constituirse en uno de los elementos que caracterizan a las culturas juveniles en cuanto a lenguaje, lógica, narrativas. Estos aspectos se adquieren no sólo por la posesión de los aparatos de punta sino por la incluVLyQHQHVDFXOWXUD3RUHOORHVTXHVHKDYHQLGRD¿UPDQGR desde diferentes posiciones y concepciones que los jóvenes de este último período de tiempo, nacidos después de 1988, son determinados como “nativos digitales19” , elemento que determina que existen múltiples y variadas formas de ser jóvenes, y en ese sentido los colectivos a los que ellos se adscriben como proceso de identidad y de diferenciación están constituidos a partir de las nuevas realidades de los medios de comunicación, de las nuevas tecnologías de la información, donde ellos han sido colocados y ellos las han apropiado. Una de las características de estos nuevos medios vehiculizados por lo digital, lo interactivo y mediado por la red de Internet es que están trayéndonos nuevos lenguajes y nuevas formas de comunicación que en algún sentido están hablando de nuevas formas culturales, las cuales estructuran una nueva subjetividad, que es el factor fundamental desde el cual se va a ser joven en el mundo de hoy. En las últimas investigaciones que se han realizado más desde la perspectiva de la constitución en América Latina sobre juventudes, en las que se estudiaron 20 ciudades (“Ventana a los adolescentes20” ), plantean que los nacidos
después de 1988 se constituyen con características propias que los diferencian de los grupos y generaciones anteriores. Ello les permite hacer una caracterización21 , en la cual ubican tres generaciones en los últimos 60 años, descritas brevemente de la siguiente manera: a.La generación del “Baby boom”. En esta , que se ubican son los nacidos entre 1945 y 1955, constituidos en el mundo americano en torno a los high schools (teenagers). Se, los cuales se caracterizarían por unos ideales basados en tener un trabajo y una familia, hijos y luego en algunos sectores de ellos por una rebeldía a repetir la historia de los padres que luego se trasladó al mundo de la política y construyeron los movimientos en torno a la organización contra la guerra del VietNam, el mundo hippie, etc. La música de referencia para estos grupos fue el rock y algunas formas del jazz. b./D JHQHUDFLyQ ³;´ QDFLGRV HQWUH HO \ HO GHO siglo pasado, que se va van a caracterizar por un cansancio sobre la política, una despreocupación por los derechos y un vivir para sí mismo, lo cual desencadena dos formas particulares de esa relación y es el mundo de los “yuppies” de parte de un sector caracterizado por cierta vinculación a grupos universitarios privados y, como forma del agrupamiento social, el mundo de las tribus urbanas22 ligados a procesos interclasistas. La reivindicación del heavy metal y el rap van a marcar a estos grupos. c.La generación de Einstein, nacidos entre el 88 y el 95 del siglo anterior, que han sido catalogados como
19. Nombre que acuñó Marc Prensky para referirse a la generación nacida en el entorno digital. Prensky, M. Digital Natives, Digital Immigrants. En: On the horizon. MCB UniversityPress, Vol. 9 No.5, October 2001. Disponible en internet en: http://www.marcprensky.com/writing/Prensky%20-%20Digital%20Natives,%20Digital%20Immigrants%20-%20Part1.pdf 20. Welch, Richard. Ventana a los adolescentes… 21. Las características son múltiples. En un reciente texto de CLACSO en su introducción, el especialista español Carles Feixa, a partir de los estudios sobre participación política los divide en cinco fases: 'HWLSRLQWHOHFWXDOSULPHUDPLWDGGHOVLJOR;;XQDVPLQRUtDVMXYHQLOHVPHVRFUiWLFDV\GHLQWHOHFWXDOHV 2. Emergencia de organizaciones juveniles de variado tipo, de base corporativa (estudiantiles, políticas, guerrilleras) protagonistas 3. Dirección militante, posterior al movimiento del ’68, con cariz revolucionario 4. Reconocimiento del joven como sujeto, a partir del Año Internacional de la Juventud, y de estudios con diferentes matrices conceptuales, por ejemplo, foucaultianos 5. Cambio de siglo, despertar de nuevas subjetividades, gran papel de los medios de comunicación y los elementos de la era digital. En: Alvarado, S. V; Vommaro, P. (Eds.) Jóvenes, cultura y política en América Latina. Algunos trayectos de sus relaciones, experiencias y lecturas (1960-2000). Santa Fe. Rosario. CLACSO. Homo Sapiens. 2010. 0HWDOHURVSXQNHURVURFNHURVORVHPRVORVÀRJJHUKDFNHUV\PXFKRVRWURV
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grupos que no tienen como centro de referencia tribus, tienen un mosaico de referentes múltiples, no se encierran, son de generaciones más abiertas, no ven la necesidad de adscribirse a solo un grupo. Tienen una visión PXFKRPiVSRVLWLYDVREUHHOIXWXURKDQGHVPLWL¿FDGR la autoridad a tal punto que ni siquiera la ven como legítima para rebelarse contra ella. Sus padres son cercanos y ellos reconocen que vivieron tiempos más difíciles, ahora establecen con ellos diálogos a partir de las preguntas ¿por qué no? y nace apegada a la tecnología, abierta a sus incalculables posibilidades, lo cual los coloca en un mundo de velocidad donde todo se consume ya y se desborda, teniendo una valoración de la autenticidad con una pertenencia fuerte a equipos de fútbol y musicales, así como a grupos que se le propongan como parte de la constitución de socialización. /RLQWHUHVDQWHGHDQRWDUHVTXHGHVGHGRVHVWXGLRVFRQ¿nes tan diferentes, el uno el consumo y el otro en la participación política, coinciden las subjetividades constituidas desde lo comunicativo y lo digital para este último período de tiempo. Lo que nos interesa es reconocer que siempre el gregarismo y el agrupamiento ha sido una constante en la constitución de las culturas juveniles y que cuando se trabaja éstas se reconoce la existencia de grupos desde las formas de las pandillas que les permite organizarse para tener una identidad desde formas delincuenciales pasando por las búsquedas estético-culturales y los procesos comunitarios, que tienen características de ellos y en relación a su identidad o a la participación en un lugar que les genera ese vínculo social23.
3.3 Transformaciones epocales con cuerpo de joven La vehiculización de estos nuevos lenguajes y formas de comunicación que articulan nuevas subjetividades, visibles
en la manera como se constituye las mediaciones de ellas en las culturas juveniles a través de esos procesos tecnológicos, nos dejan ver temas tan profundos como otras formas de consolidar la experiencia, otra manera de autotematización de sus acciones, de relacionarse con el mundo, con los otros grupos etáreos, de constitución de identidades y del yo mediadas por las TICs, ello va a generar unas particularidades que comienzan a ser trabajados para dar cuenta de la manera como estas culturas aparecen descentradas, dispersas, inestables, frente a lo que antes era señalado como las formas prioritarias del comportamiento y de la socialización24. Urresti25 ha llamado a esto, la constitución de un “nuevo sistema de objetos”, el cual tiene como elementos básicos: ser nómadas, ya que van a múltiples sitios llevados por su portador; cumplen múltiples funciones, imagen, archivo, texto visual, cámara, etc.; y como tercero, poseen el don de la ubicuidad, se conectan en redes desde cualquier sitio. En ese sentido, pudiéramos decir que el fenómeno tecnológico produce una serie de transformaciones, las cuales vamos a enumerar a continuación pero desarrollaremos sólo una de ellas dejando las otras para futuros escritos: a. Construye lo social con base en la información y lo comunicativo (cultura mediática) b. Produce una semiotización de la vida cotidiana, cons truye nuevos códigos culturales, simbología, a partir de la emergencia del lenguaje digital. c. Circulación social. El consumo reestructura el lugar de la producción, ya que sus productos objeto no son físicos26. G0RGL¿FDODOyJLFDGHDFFLyQTXHYDPiVDOOiGHOD lógica racional con un entramado de emoción. e. Emergencia de la idea de red, rompe formas organi zativas anteriores en cuanto trae otro tiempo, otra dis tancia y otras formas de relación.
3HUHD& 'HODLGHQWLGDGDOFRQÀLFWR/RVHVWXGLRVGHMXYHQWXGHQ%RJRWi 24. Muñoz, G. La comunicación en los mundos de vida juveniles. Hacia una ciudadanía comunicativa. En: Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales, Niñez y Juventud. Enero-junio, año/vol. 5, No. 1. Versión impresa. Manizales. Universidad de Manizales. 2007. 25. Urresti, M. (editor). (2008). Ciberculturas juveniles, los jóvenes, sus prácticas y sus representaciones en la era del internet. Buenos Aires. Editorial La Crujía $OYLQ7RIÀHUKDSODQWHDGRHOFRQFHSWRGH³SURVXPLGRU´SDUDLQGLFDUXQDWHQGHQFLDGHOPHUFDGRTXHWLHQHVXPDQLIHVWDFLyQHQODSHUVRQDOL]DFLyQGHORVSURGXFWRVWRPDQGR parte el consumidor en el diseño y la producción de aquello que consume.
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f. Rompe la razón dualista, la organiza y constituye con múltiples opciones. g. Emerge una reestructuración de lo público, los espa cios tienen menos plaza pública y más imagen, con una esfera pública internacional de ciberciudadanos y los medios como un nuevo intelectual colectivo. h. Construye una nueva espacialidad, las identidades se descentran del territorio físico con una desterritoriali zación fragmentada y múltiple. i. Construye otra forma del tiempo, nuevos mapas menWDOHVFRQXQDD¿QFDFLyQPX\IXHUWHHQHOSUHVHQWH con un pasado y un futuro relacionados en forma débil j. Descentra el aprendizaje de la escuela y del tiempo escolar organizado en torno a lo curricular-hora-clase. Todos estos cambios están a la base de la conformación de las culturas juveniles de nuestro tiempo y hacen de ellos aspectos a ser trabajados para su comprensión.
0RGL¿FDFLRQHVHQHOOHQJXDMH Como lo plantea en su investigación Edgar Erazo: “En la interacción con los medios masivos de comunicación ya conocidos, así como con los new media (…) los y las jóvenes logran acceder y sostener un conjunto de relaciones con valores y sentidos más amplios que aquellos provenientes de los agentes tradicionales de socialización (familia, escuela, comunidad, iglesia) transformando la integraciónconstrucción de sus procesos de subjetivación, tanto en la dimensión social como individual, sin desconocer que otras mediaciones como etnia, territorio, género, religión y clase siguen siendo de gran importancia27.” Es el sentido que le otorga Jesús Martín-Barbero28 a la meGLDFLyQ HQ FXDQWR HVWD FRQ¿JXUD \ SUR\HFWD LPDJLQDULRV en los cuales nos constituimos pues en ellos la sociedad se PDQL¿HVWDHQ\DWUDYpVGHHVRVPHGLRV3RUHOORQRHVWDmos sólo frente a aparatos novedosos, sino frente a nuevos
modos de percepción, lenguajes, lógicas, sensibilidades, fruto de esa transformación cultural que se está gestando bajo mediación tecnológica. Es un potencial, que es tomado por el proyecto capitalista de control de este tiempo para redirigirlo de acuerdo a sus intereses. En él esa tecnología es direccionada para mediar las transformaciones de la cultura en y desde las condiciones del mercado, haciendo de esas nuevas representaciones mercancías, construyendo comunidades transnacionalizadas de consumo. Esto genera confusión en parte del pensamiento crítico, ya que en el análisis al no realizar la separación en esas nuevas realidades constituidas por el cambio de época y que no PRGL¿FDODVRFLHGDGHQVXFRQMXQWRGHODPDQHUDFRPRpVtos son retomados por el capitalismo, desarrolla una crítica JHQHUDOGHGHVFDOL¿FDFLyQORFXDOQROHYDDSHUPLWLUGLIHUHQFLDU\FXHVWLRQDUFRQHVSHFL¿FLGDGPiVDOOiGHVXXVR sus lógicas de producción, almacenamiento y circulación, y ello también requiere una ampliación categorial, conceptual, teórica, para reconstituir también el pensamiento crítico. Uno de los elementos centrales en esta constitución de los nativos del mundo digital en su versión de un aspecto común a las múltiples culturas juveniles es la manera como se están construyendo unos con otros a través de las mediaciones tecnológicas y comunicativas, y un elemento central para ello es el lenguaje, el cual comienza a construirse con características particulares del mundo digital y en esa diferenciación comienza a constituir de otra manera el espacio, el tiempo, las lógicas, como podemos ver en el siguiente cuadro, ampliado de unas notas tomadas de una conferencia, al profesor William Fernando Torres: Además, ese lenguaje a través de sus soportes crea otras nuevas condiciones de interacción con contenidos propios. Scolari29 reconoce:
27. Erazo, E. “De la construcción histórica de la condición juvenil a su transformación contemporánea”. En: Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales, Niñez y Juventud Vol. 7 Núm. 2. Manizales. Universidad de Manizales-CINDE. 2009. 28. Martín-Barbero, J. “Tecnicidades, identidades y alteridades, des-ubicaciones y opacidades de la comunicación en el nuevo siglo”. En: PEREIRA, José Tecnocultura y FRPXQLFDFLyQ%RJRWi3RQWL¿FLD8QLYHUVLGDG-DYHULDQD3iJV 29. Scolari, C. (2008). Hipermediaciones: elementos para una teoría de la comunicación digital interactiva. Barcelona. Ed. Gedisa.
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a. Digitalización: Transformaciones tecnológicas: es la nueva materia prima de las nuevas formas de comu nicación. E5HWLFXODULGDG(VSDFLDOLGDGFRQFRQ¿JXUDFLyQPX chos a muchos. c. Hipertextualidad: Procesos y dispositivos no secuen ciales. d. Multimedialidad: Reencuentro en una unidad de me dios y lenguajes. e. Interactividad: Participación dinámica y colaborativa de los usuarios. Ese lenguaje ha creado también una dinámica de él en los procesos sociales, los cuales a más web 2.0 son más participativos, dinámicos e interactivos, transformando en formas de la mediación.
3.5 Emergencia de otros procesos lógicos El lenguaje tiene tras de sí un soporte, que le da fundamentación, ya que están presentes en sus mediaciones cotidianas, a través de las cuales se hace visible la lógica en la cual están constituidos estos nuevos procesos comunicativos, aparatos y mundo mediático. Uno de los elementos más importantes es que se produce un desplazamiento de los procesos lógicos anteriores que estaban soportados sobre lo oral y lo escrito. Al advenir un soporte digital al lenguaje trae consigo uno con características de representación tecnológica y crea la tecnicidad, la cual hace visible la técnica como una mediación social, la cual debe dejar de ser vista sólo como herramientas y entendida como un cambio
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cognitivo, producido por esa nueva mediación estructural, diferente al libro y a la palabra. Los aparatos al tener como fundamento ese lenguaje y esa lógica diferente a los procesos orales y escritos, hacen visible es esa nueva numeración de base digital, la cual tiene una nueva forma de interacción entre la abstracción y lo sensible. La numeración anterior era de tipo secuencial, la cual era la manifestación del dominio y control de la naturaleza constituyéndola como mediadora universal del saber y del operar técnico, con primacía de lo senso simbólico sobre lo senso motriz. 3RUHOORVHYLHQHD¿UPDQGRTXHHVWDPRVHQRWURHVSDFLR\ otra relación, la red, la cual sale de constituir los procesos como causa-efecto, antecedente-consecuente. Para algunos DXWRUHVHVWHVLJQL¿FDXQGHVSOD]DPLHQWRSRUHOFXDOVHVDOH de la razón dualista, la cual se constituye de juicios y análisis en cadena. Con estas nuevas realidades se da forma a la complejidad y la interrelacionalidad, más propia de lo disciplinario y lo transdisciplinario. La lógica en la cual había sido constituido el mundo de lo oral y lo escrito estaba dada a través de procesos en los cuales la lógica era aritmética, en base diez (10) 1, 2, 3, 4, 5, 6, etc., razón por la cual las relaciones causa-efecto era bastante sencillo, había un lugar de llegada y uno para devolverse o para avanzar y no había sino un punto de vista sobre las cosas. En cambio la lógica sobre la cual está constituido el mundo de los aparatos es binaria, 2, 4, 8, 16, 32, HWFKDVWDHOLQ¿QLWRORFXDOLQGLFDODVDOLGDGHO~QLFRSXQWR
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de vista y el emerger diferentes lugares de referencia frente a aquello de lo que se habla. Esto va a tener profundas imSOLFDFLRQHVHQORTXHVHUH¿HUHDODSURGXFFLyQGHMXLFLRV entendimiento de la verdad y puntos de vista. 'HRWUDPDQHUDHVWRVLJQL¿FDWDPELpQXQDHVFULWXUDVLQWptica, no sólo fundada en la letra, sino en una multiplicación de símbolos de la información. Si lo vemos en Internet, allí se escribe con letras, sonidos, imágenes y una serie de nuevos lenguajes a partir de emoticones que nos hablan también de una escritura mosaico como un nuevo modo de escribir y producir un saber diferenciado. Las TIC en ese sentido están propiciando nuevos procesos GHVLPEROL]DFLyQ\VLJQL¿FDFLyQORVFXDOHVHVWiQHQQXHYRV formatos y géneros narrativos, es decir, son nuevas “tecnicidades” que permiten procesar información y cuya materia prima son abstracciones y símbolos.
3.6 La emergencia de un nuevo sujeto Para nuestra caracterización de la manera como se da el impacto de estos procesos descritos anteriormente y que se están viviendo en las culturas juveniles, es necesario empezar por reconocer la manera como las subjetividades de estos jóvenes y adultos se están reorganizando a partir de un entorno que siendo virtual, a la vez es múltiple, masivo y personal, local y global, posicional y nómada, tanto así que Huergo30ORVGH¿QHFRPR³QyPDGDV´DGVFULWRVD diferentes tribus o a ninguna, en donde la cultura mediática es muy importante. Ella hace referencia al conjunto de prácticas, saberes, representaciones sociales que tienen en la actualidad los medios masivos y las nuevas tecnologías, \ODPDQHUDFRPRVXLPSDFWR\SURGXFFLyQGHVLJQL¿FDGRV siendo su campo de operación la vida cotidiana. Esos símbolos y abstracciones que se convierten en materias primas de nuevos procesos sociales son el fundamento de un nuevo proceso mente-información, que trae aparejadas nuevas formas de subjetivación de un saber que
desterritorializado se relocaliza en espacios donde se entremezclan lógicas y temporalidades diversas, emergiendo un mundo de imágenes y sonidos el cual había sido relegado en el logocentrismo (predominio del pensamiento lógico racional) moderno. Esta situación que hoy han creado las nuevas realidades es que producen la ligazón de los dos hemisferios del cerebro (derecho e izquierdo) dando paso a una estética desde lo digital que es discontinua, interactiva, efímera, etérea. Éstas son manifestaciones de un nuevo orden visual y él VH HVWi FRQVWLWX\HQGR GHVGH OR YLUWXDO PDQL¿HVWR D WUDYpV de la emergencia en estos cambios de la simulación que se dan en un tiempo espacio diferente a la de la copia y la imitación. El hecho tecnológico y comunicativo del mundo digital nos hace visible el cómo los aparatos no pueden ser vistos como tales ni sólo como herramientas, sino que ellos al tener lenguaje, lógica, narrativa, manera de orientar la acción, están generando un nuevo sujeto de desarrollo, de aprendizaje, de socialización, el cual trae un cambio cognitivo producido por la nueva mediación estructural diferente a la del libro y la oralidad, y que es más compleja que el simple uso instrumental de las herramientas generadas por la tecnología. Éstas replantean el sujeto de la modernidad, el cual estaba caracterizado en tematizaciones en las frases de “pienso, OXHJRH[LVWR´GH'HVFDUWHVFRQHOPpWRGRFLHQWt¿FRFRQR]co a la manera de Dios (Galileo), las leyes son las verdades de la naturaleza (Newton), la anatomía del mono es la clave de la anatomía del hombre (Darwin), y el conocimiento desde la unidad de apercepción pura (Kant). Todo este sujeto ha estado fundado sobre un centro, es la posesión de la verdad por medio de la razón, certeza que se la da una identidad propia, la cual pertenece a la esfera de su interioridad. Por ello, el conocimiento se da siempre en un yo que es interior.
30. Huergo, J. (1999). Cultura escolar, cultura mediática/intersecciones. Bogotá. Universidad Pedagógica Nacional.
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Las culturas juveniles: una forma de la cultura de la época
En las realidades virtuales y la manera de construir realidades en este tiempo desaparecen algunas formas y se replantean elementos de las instancias centrales de la autorregulación generadas en los procesos de socialización, Estado, iglesia, familia, escuela, fábrica, esos elementos que me dotaban de una identidad en cuanto otorgaban un lugar, con un espacio y un tiempo determinados. Nos encontramos IUHQWHDXQDVPRGL¿FDFLRQHVGHDPSOLRHVSHFWURHQWDQWR esos referentes únicos se vuelven múltiples, hoy no hay un único centro de referencia. Existen múltiples caminos, el consumo de imágenes de lo digital coloca a las personas frente a nuevos lugares de experiencia y conocimiento, lo cual trae como consecuencia la reorganización de: a. La corporeidad como un nuevo lugar para la sensibilidad y la emoción. Nuevos lugares de interacción hacen más complejo el encuentro. Ya no es el cuerpo subordinado que le sirve a la razón (“mente para conocer”). b. La tecnología como extensión de lo humano hace que esa corporeidad produzca una organización desde afuera hacia adentro (principio de abducción). c. Un nuevo sujeto de aprendizaje generado sobre nuevas bases cognitivas que replantean formas de acercamiento y relación al conocimiento. d. Los soportes del conocimiento son múltiples, se FUHDQ¿JXUDVGHUD]yQPiVDPSOLDVHOOLEURGHMDGHVHU la única, produciendo una transición de las subjetividades, construidas en esos nuevos soportes. Estos elementos dan forma a la construcción de subjetividades sobre nuevas bases materiales y simbólicas, las cuales amplían las maneras particulares como se han conformado éstas en la cultura occidental. Estas nuevas subjetividades y el peso social representado en la cantidad de niños, niñas y jóvenes como grupo etáreo hacen que la industria cultural de masas reelabore su estrategia sobre estos grupos de edad para constituir parte de esos cambios (bio) en parte de la estrategia de consumo transformando esos aspectos nuevos
31. Debord, G. (1996). La sociedad del espectáculo. Madrid. Anagrama.
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en dinámicas de mercado y construyendo unos consumos juveniles que comienzan a tener un peso grande en la economía al convertir sus gustos, deseos, en mercancías. Es en esta perspectiva que elementos como el cuerpo, el afecto, el hedonismo (placer), lo visual, sufren una mercantilización por la cual se busca incorporar a los jóvenes en esas lógicas de biopoder del capitalismo de estos tiempos. Debord ha planteado en estas nuevas realidades de un yo en relación al cuerpo, que requiere ser visibilizado, lo que él denomina “la sociedad del espectácul31”. En ésta, el ser que se proyecta es el de la apariencia corporal y la exposición de la intimidad, constituyendo un yo que es reconocido a partir de su visibilidad, en donde lo que se muestra pareciera ser su esencia, produciendo un desplazamiento de la subjetividad interiorizada del pasado hacia una exposición pública del yo visible en sus peinados, formas del cuerpo al bailar, los colores de sus vestidos, los aderezos que pegan a sus cuerpos (piercings, tatuajes, etc.), las camisetas con referencia a equipos de algún deporte, músicos o personajes como a través de ello lo que están exponiendo son sus sentidos y sus maneras de producirlos. Todas estas realidades aparecen mediadas por procesos de clase social, género, etnias, orígenes culturales, mundos familiares, haciendo que nos encontremos en esta perspectiva frente a multitud de culturas juveniles, lo cual abre una diversidad que debe ser pensada y trabajada en sus partiFXODULGDGHV \ HVSHFL¿FLGDGHV VDFiQGROD GH OD ¿FFLyQ GH que es “una” cultura juvenil. En muchos casos, los estudios se centran en los grupos que muestran particularidades de enfrentamiento y confrontación a lo establecido, sobredimensionándolos, olvidando ese día a día que viven muchos jóvenes con un sustrato básico de este tiempo, pero con sus HVSHFL¿FLGDGHVFRWLGLDQDVGHWHUPLQDGDVSRUHOQLFKRHVSHFt¿FRGHYLGDHQHOFXDOHOMRYHQYLYH\FUHFH Por ello, trabajar experiencias que tienen prácticas con este tipo de joven que es el común y corriente, también va a ser
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El Programa Ondas se plantea como una propuesta que recuperando las lógicas de los jóvenes de estos tiempos y los planteamientos de la transformación de los procesos educativos y pedagógicos, elabora una dinámica para niños, niñas y jóvenes en la cual puedan potenciar sus capacidades a la vez que van construyendo en ese ejercicio una cultura ciudadana y democrática a través de unas actividades en las cuales retomando los elementos centrales de la forma como se dan los cambios societales y epocales en el conocimiento, la tecnología, la información y la comunicación, los coloca en relación crítica con ellos a través de la IEP, a la vez que propone nuevos procesos metodológicos para aportar en la transformación de la escuela actual con una perspectiva crítica y transformadora.
VLJQL¿FDWLYRHQFXDQWRYDDPRVWUDUODPDQHUDFRPRHVWDV realidades los impactan a ellos y por lo tanto la emergencia de nuevas formas de generar reconocimiento, identidad, agrupación, sentidos de lo personal y de lo público con parWLFXODULGDGHVHVSHFt¿FDV
4. La experiencia del Programa Ondas Este Programa busca construir cultura ciudadana y democrática en los grupos infantiles y juveniles a partir de la investigación como estrategia pedagógica (IEP). En él se organiza una movilización social de actores que promueven la práctica investigativa en estos grupos de edad. Para ello se conforman grupos y se parte de las preguntas con las cuales estas culturas interpelan su contexto, y a través de las preguntas que con ayuda de sus maestros y asesores(as) las convierten en problemas de investigación, la cual diseñan con la compañía de un/a acompañante co-investigador/a (maestras/os), los resultados son presentados a sus comunidades locales y ferias de ciencia regionales, nacionales e internacionales. Todo el proceso está fundamentado desde la negociación cultural y el diálogo de saberes promovidos por la educación popular32.
Plantearse estas transformaciones en un escenario concreto como el Programa Ondas en el cual reconociendo esa resigQL¿FDFLyQTXHVHUHDOL]D\ODPDQHUDFRPRVHGDHVHFRQRFLmiento a través de lo digital múltiple, paralelo, paradójico, construye en la apuesta de la investigación como estrategia SHGDJyJLFDXQDPDQHUDGHGDUOHVHQWLGR\VLJQL¿FDGRDORV jóvenes desde su identidad cultural pero en una relación con el conocimiento en la manera como él se convierte en un elemento central para entender cómo se producen las desigualdades de estos tiempos. En esta perspectiva, revisar la proyección social de los jóvenes del Programa nos va a permitir abrir puertas no sólo para construir las características de lo juvenil de este WLHPSRVLQRSDUDD¿UPDUORHQXQDUHODFLyQFUtWLFDHQODFXDO el conocimiento se hace importante y se aprovechan esas transformaciones de las culturas juveniles para generar una valoración y una relación con un mundo que se constituye desde el conocimiento, la tecnología, la información y la comunicación, en la cual la investigación ha sido un elemento central de esta reorganización societal. En ese VHQWLGRHVWDVSULPHUDVUHÀH[LRQHVVREUHHO3URJUDPDVRQ recogidas de conversaciones con grupos de jóvenes participantes en él.
32. COLCIENCIAS-FES-ONDAS. (2009). La reconstrucción colectiva del Programa Ondas. Informe de gestión 2006-2008. La investigación como estrategia pedagógica. Bogotá.
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4.1 Características de lo juvenil en la construcción del Programa Ondas Por ello, recuperado el espíritu y el sentido gregario de estas culturas, reconociendo que su fundamento son los agrupamientos que le construyen identidad, el punto de partida del programa es una movilización social en la cual el niño, la niña y el joven participan construyendo grupos para realizar la actividad, la cual se descentra de la forma tradicional del concepto de escuela y busca que el joven salga de sí mismo, se sienta parte de algo, refuerce su propia manera de ser potenciando vínculos afectivos y creando redes de acción que le permiten constituirse desde las identidades de este tiempo. En ese sentido, esa perspectiva de pertenencia y correspondencia es trabajada a través de unas características que están a la base de su propuesta metodológica. Mirémoslas de manera muy rápida: a. Se hacen miembros de un colectivo en el cual se decide en donde cada uno es parte de un proceso de auto y co-gestión, lo cual los coloca en una interacción en donde cumplen tareas precisas y acordadas. El ser corresponsable con el grupo da un despliegue de la autonomía asumiendo la responsabilidad y construyendo un juego social de acción. En ese sentido, el grupo se constituye como una forma de acción, ya que le entrega procesos particulares de vincularse, de articularse, de coordinarse a la vez le otorga roles en los cuales construye de otra manera una forma de acercamiento al proyecto sobre el cual trabajan. b. Mezcla de proyecto-afecto. El trabajar sobre un pro\HFWRHVSHFt¿FR\FRQVWLWXLGRFRPRXQDFRUUHVSRQVDELlidad del grupo en donde no sólo cumple un rol, sino que lo convierte en actor vinculado a un proceso en el cual él debe reconocer y construir las mediaciones y ellas van realizando un ejercicio de construcción de subjetividad, en cuanto colocarse objetivos comunes a partir
33. Debord, G. (1996). La sociedad del espectáculo. Madrid. Anagrama.
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del problema de investigación establece la complicidad del proyecto que debe realizar, en donde el sentido del grupo va generando dinámicas de encuentro personal y de empatías en una lógica afectiva de encuentro y desarrollo de la tarea personal. c. Emerge el “otro diferente y colectivo”. Éste se le hace presente a través de las preguntas planteadas en forma inicial y del tema trabajado y lo obliga a ponerse en jueJRVDOLHQGRGHVXHJRFHQWULVPRLQWHQVL¿FDQGRVXFDSDcidad de acción en el mundo. Este estar juntos enfrenta la dispersión y conoce una manera de sentir en el estar con el otro y asumirlo. Es interesante ver cómo reconocen una nueva fuerza al ser partícipes de una red más grande. Esto les permite construir un espacio común y un territorio en el cual, reconociendo las capacidades y potencias de otros enFXHQWUDQHQHOFRPSDUWLUXQRVVHQWLGRV\XQRVVLJQL¿cados en donde los temas de investigación les entregan ese territorio desterritorializado para moverse y allí la presencia de la diferencia establece esa nueva forma de relacionamiento y reconocimiento. d. Construyen posturas críticas. Es interesante reconocer cómo al estar la propuesta centrada sobre la negociación cultural se requiere tener punto de vista propio, reconocer el del otro, para poder construir los signos de comunicación en los cuales establece la distancia con lo SURSLR\FRQORDMHQR8QRGHORVKHFKRVVLJQL¿FDWLYRV es que propone otros mundos para sí, para el grupo y para su realidad. Este reconocimiento de otro tipo de experiencias sociales y la manera como el problema de investigación se relaciona con su lugar de origen, lo local, le da una identidad desde la cual al estar inserto en XQJUXSRFRQXQDDFFLyQHVSHFt¿FDOHSURSRQHHQODGLVtancia que le permite establecer la diferencia construir discursos y enunciados33.
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Uno de los elementos más apasionantes es la manera como emergen propuestas de formas de vida, de proyectos colectivos de futuro y unos colectivos en donde la multiplicidad es la prolongación de la singularidad, ya que cooperan en el logro de ese objetivo, ejercicio que les permite ir constituyendo en la dinámica de la investigación su autonomía. A través de este camino se va hacia la construcción de una nueva individuación. e. Emerge otra forma de constituir lo social. Esa vecindad con las otras singularidades con las cuales coopera para lograr el objetivo, le permite desde lo inmediato y por vía del afecto que se construye en el grupo una estrategia en la cual se visibilizan como sujetos y actores en lo social. Pudiéramos aventurar que emerge aquí otra forma de lo político que tiene un contenido más emocional no verbal, más de tipo estético en muchos casos cuando hace la presentación y socialización, que marca distancias mostrando una forma de la ciudadanía joven. f. Visibiliza sus resistencias. De igual manera aparecen las formas en las cuales hay una expresión de las resistencias en cuanto en la toma de distancia les permite reconocer lo que no les gusta, que tienen más un encuentro para denominar lo institucional frente a lo cual tienen distancia y pueden explicitarlo a partir de la experiencia vivida en el proceso de la Investigación Como Estrategia Pedagógica. En ese sentido, es mucho más emocional, mucho más estética y que rompe en alguna medida esa forma opuesta y de contrarios de la racionalidad moderna, ya que él encuentra que es un trabajo con goce, lo cual le permite construir de otra manera su acercamiento al conocimiento. g. Otra manera de la utopía. Cuando se observa con detenimiento el trabajo de estos jóvenes en el grupo de investigación y la manera como proyectan el futuro, aparece clara la idea que a medida que van encontrando en el quehacer de su discusión elementos que les proporcionan sentido y dimensión de futuro, éstos aparecen muy ligados a lo que están haciendo, lo relacionan
a su quehacer inmediato, en esos escenarios futuros que plantean, visibilizándose en ellos como actores directos y sujetos de esas prácticas que mencionan. El componente afectivo juega un papel importante, en cuanto se inscriben allí con otros de sus círculos cercanos y adquiere manifestaciones más emocionales, en una construcción que rompe los dualismos y se ve en un trabajo que le produce goce y con el cambia su suerte o la de su grupo más íntimo de referencia, encontrando que lo puede hacer a través de mantener el futuro esa acción que realiza actualmente proyectada en un escenario mucho más amplio y macro. h.$SDUHFHQ FRQ HVSHFL¿FLGDG ORV JUXSRV LQGtJHQDV \ afros, los cuales a su manera y desde sus perspectivas étnicas nos van exigiendo también la necesidad de FRQVWUXLUODSURSXHVWDFRQODHVSHFL¿FLGDGGHHVDVFXOturas y la manera de relacionarse con el nuevo mundo de mediaciones. Como vemos, las apuestas que se vienen dando desde el Programa Ondas tiene una relación que le otorga al joven una constitución de individuación en el escenario de la construcción de nuevas subjetividades que se dan por el cambio de época y desde la singularidad de su pregunta él realiza las apuestas de sentido y construye de otra manera un entorno en el cual él se relaciona con el mundo macro afectando su mundo cotidiano con ciertas particularidades. Por ello construye sus escenarios y los coloca en juego con otros como una manera de hacer de la socialización un esfuerzo para posicionarse en el mundo y reconocerVH FRPR DJHQWH GH WUDQVIRUPDFLyQ \ GH PRGL¿FDFLyQ Esa expresión le permite construir unos agenciamientos en donde acciones y signos interactúan de una manera que hace visibles las particularidades de esas culturas juveniles en el ejercicio de investigación misma, dándole forma a que el pertenecer al proyecto se le convierta en una lucha de ellos por el reconocimiento, la inclusión frente a modelos prescriptivos de identidad.
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5. Buscando otros caminos para la escuela Desde múltiples entradas en la esfera de la investigación, la comunicación, el conocimiento, la educación, la pedagogía, existe un gran acuerdo sobre el impacto de estas transformaciones en la escuela, la educación y la pedagogía, presentándose las más variadas posiciones desde quienes ven HO¿QGHODHVFXHOD34 , a quienes proponen sólo la introducción de estos aparatos en el escenario escolar. Sin embargo, podemos decir que hoy existe un acuerdo en reconocer que WRGDVHVWDVGLQiPLFDVVHKDOODQHQUHFRQ¿JXUDFLyQDSDUWLU de las nuevas realidades y a la luz del papel que éstas han tenido en la modernidad: fundamentar lo humano, construir las bases del conocimiento, darle forma a las identidades y subjetividades hacen que hoy la formación y construcción del conocimiento se desplace a múltiples ámbitos de la sociedad, lo que algunos han llamado sociedad educadora35. En esta perspectiva, el fundamento de la formación y del cambio de las estrategias para su desarrollo, va a estar dado por la capacidad de vinculación real a esa sociedad dando respuesta a la manera como se construye lo humano y la subjetividad en un mundo de trabajo inmaterial, y ello va a requerir volverse a hacer la pregunta por la pertinencia de instituciones, saberes, mediaciones y procesos de información y aprendizaje, lo cual exige repensar cuáles son las necesidades, capacidades y estilos de aprendizaje de estos sujetos y de sus contextos para dar forma a la nueva institucionalidad educativa y escolar.
5.1 Lo educomunicativo exige otra escuela En la esfera de las nuevas realidades comunicativas y digitales, surgen los contextos que tienen un soporte de red y que algunos han denominado de hipermediación, produciendo una descentración de los ambientes, tiempos, espacios, institucionalidades con las cuales habíamos trabajado los últimos 200 años, trayendo consigo nuevas propuestas y conceptos de educación, ya que una de las preguntas cen-
trales de la pertinencia es ¿a quién se educa? Y ahí emerge este nativo digital con todas sus características, mediaciones, lenguajes, que constituyen un nuevo entorno mediático-cultural y aparece mucho más ligado a procesos de interacción de múltiples tipos que a procesos de recepción pasiva En este sentido, no estamos en el tiempo que anuncian alguQRVSHQVDGRUHVGHORTXHVHGHQRPLQD³HO¿QGHODHVFXHOD´ no, a lo que asistimos es a unos cambios y transformaciones TXHHVWiQUHFRQ¿JXUDQGRWRGRVVXVSURFHVRVVXVVHQWLGRV\ mediaciones y a través de ello construir las nuevas instituFLRQDOLGDGHVGHHOODHQHOVLJOR;;, Creo que estos elementos trabajados anteriormente nos plantean claramente el cuestionamiento del modelo educativo en donde los adultos enseñan a los niños y jóvenes en una forma unidireccional y que fue el fundamento de la constitución del proyecto educativo y escolar en Occidente. De igual manera, emergen posiciones críticas de cierta relación y mirada sobre lo juvenil, las cuales han venido planteando que los jóvenes en estos cambios ya se forman entre ellos o quienes han cambiado la mirada unidireccioQDOPRGL¿FDQGRVXVXMHWR\DKRUDQRVSODQWHDQTXHORVMyvenes enseñan a los adultos. Creo que asistimos a un replanteamiento de la manera y sentido de las mediaciones y el reconocimiento de múltiples formas de interacción en los procesos educativos y formativos frente al nuevo lugar de la escuela y en alguna medida si no es necesario construir otros procesos más fundado en el principio freireano de “nadie educa a nadie, nos educamos entre todos mediatizados por el mundo.” En ese sentido, las profundas transformaciones que estamos viviendo y de las cuales damos cuenta en este texto, QRVSODQWHDQWDPELpQHOSUREOHPDGHODUHFRQ¿JXUDFLyQGH la escuela y en ese sentido nos muestra que su contradicción y su impugnación no puede ser con el mundo virtual, sino con ella misma que debe repensarse a la luz de las
34. Piscitelli, Op. Cit., 2010 35. Martín-Barbero, J. (2002). La educación desde la comunicación. Buenos Aires. Editorial Norma.
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nuevas realidades. Por ello, la solución no es llenar de computadores las aulas y las escuelas, todos vinculados a Internet, sino construir la mediación educativa y pedagógica con otras características, en donde el uso de esas realidades es sólo un aspecto de una nueva manera de entender la escuela y lo educativo. Se hace necesario repensar la manera como la educación es transformada por las culturas juveniles por los elementos epocales y ella da respuesta a esto constituyéndose en un horizonte de organización de otro tipo. Repensar la educaFLyQ\ODHVFXHODDODOX]GHHVWDVUHFRQ¿JXUDFLRQHVVLJQL¿FDFUHHUTXHHVSRVLEOHKDFHUODHVFXHODGHRWUDPDQHUD\ para ello se hacen necesarios unos desplazamientos que la constituyan con sentido para este tiempo. Mencionemos rápidamente algunos de ellos, los cuales quedan enumerados para ser elaborados y ampliados posteriormente: a. De la institucionalidad escuela a una educación en la vida y a lo largo de ella b. La ruptura de las fronteras entre lo formal, lo no for mal, y lo informal c. Del aprendizaje lineal a un aprendizaje en red d. De la instrucción y la enseñanza a la construcción colaborativa e. Del aprendizaje como información al conocimiento como construcción f. De la centralidad del profesor a mediaciones cons tructivas del aprendizaje unilineal al aprender cómo aprender g. Del maestro como transmisor al constructor de me diaciones h. Un maestro que sale de ser portador a productor de saber y conocimiento i. De la centralidad de la información y su transmisión a los procesos de investigación j. Entre el conocimiento y sus sistemas de producción (investigación)
5.2 Nueva construcción de desigualdad Toda esta problemática tiene como particularidad el que se convierte en fundamento social y, por lo tanto, en constructora de las nuevas culturas juveniles y de igual manera esos elementos son trabajados y recibidos en forma desigual en los diferentes países y al interior de los países por grupos, regiones, dando forma particular a la emergencia de los “infopobres”. No podemos dejar de recordar que existen más teléfonos en la isla de Manhattan que en toda el África, que la vinculación a la web la tiene el 83% de la población norteamericana y sólo entre el 25 y el 28% de la población latinoamericana. Siendo conscientes de estas desigualdades este hecho marca la manera como se construyen y se hacen hoy las culturas juveniles. También las estadísticas muestran cómo se han ido constituyendo estas desigualdades entre personas, países y regiones, en cuanto estas realidades comunicativas y virtuales producen también limitantes muy graves para el uso de los artefactos más de punta, lo que incide también en una reorganización de las clases sociales y la desigualdad a partir de estos nuevos fenómenos, generando asimetrías con características particulares de ellos, las cuales tienen expresión en la apropiación del capital cultural simbólico e inmaterial GHHVWRVWLHPSRVPDUFDQGRODEUHFKDFRQHVSHFL¿FLGDGHV\ particularidades muy precisas.
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Cuando se piensa en la importancia de todos estos artefactos en la constitución de las culturas juveniles, se hace necesario reconocer que el acceso a ellos se produce de manera diferenciada a través de los procesos de lenguaje, lógicas, subjetivación generados en ellos como mediaciones y por el uso de cualquiera de los artefactos constituidos en la revolución microelectrónica y en sus cinco procesos tecnológicos (transistorización, imagen, informática, telemática y biotecnología) y es acá donde la diferencia y la desigualdad se generan en el uso y el consumo y se dan en parte por las características socioeconómicas de sus miembros. No es lo mismo acceder a estas nuevas realidades por la imagen de televisión nacional o videojuegos de consola en las tiendas de barrio popular, que tener el acceso total por las condiciones de las instituciones educativas a las que se asiste y de capital cultural del núcleo familiar en el cual se vive, las cuales generan las bases para el relacionamiento con ellas. Esta condición en la cual la relación y el acceso se convierte en el fundamento de nuevas desigualdades en la sociedad produciendo exclusión a través de la falta de capital cultural para estar en estos nuevos ámbitos en donde se constituye parte importante de lo simbólico y cognitivo de la sociedad actual, reiteramos que así se tenga la plataforma básica otorgada por las relaciones a esos procesos, el acceso a sus desarrollos va a ser uno de los elementos que deben ser tenidos en cuenta para construir democracia, justicia y ciudadanía estos tiempos. Castells36VHxDOD³(QHVWHPRPHQWR>¿QDOHVGHOVLJORSDsado] estamos en torno a los 350 millones de usuarios en el mundo, las previsiones conservadoras prevén que para mediados del año 2001 llegaremos a 700 millones y en torno al 2005-2007 a los mil millones como mínimo. En
verdad, constituye sólo una tercera parte de la población del planeta, pero esto quiere decir ponderando en términos de las sociedades más desarrolladas, que en las sociedades de nuestro contexto las tasas de penetración estarán entre el 75% u 80%.37” En un estudio de Sunkel38 para América Latina, muestra cómo los países que más computadores tienen por hogar, &KLOH8UXJXD\&RVWD5LFDÀXFW~DHQWUHHO\HO En el último estudio de Telefónica39 se señala que el 65% de los adolescentes (10-18 años) dicen tener un ordenador en su casa. En este estudio, como dato curioso, los hombres dicen usarlo más para cosas de acción y las mujeres para relacionarse. Las cifras de penetración de Internet a junio de 2009 muestran que el número de usuarios en el mundo, por continentes, es de 1,966’514,816. De éstos, el 80% se encuentran concentrados en sólo tres regiones: Asia 42%, Europa 24.2%, y Norteamérica 13.5%. Latinoamérica y el Caribe ocupan el cuarto puesto con el 10.4% de usuarios en el mundo40. En cuanto a la penetración total, es del 28.7% y ostentan las mayores cifras Norteamérica 77.4%, Oceanía y Australia 67.3%, Europa 58.4%, Latinoamérica y el Caribe 34.5%, siendo Colombia a junio de 2009 el cuarto país a nivel de penetración con un 48.7%. El último informe del Ministerio de Tecnología y Comunicaciones de Colombia publicado en agosto de 2010, indica que el número de suscriptores contados a marzo del mismo año, ha aumentado a 3’309,530 y se dice que existen 8’009,745 usuarios residenciales. Esta cifra excluye usuarios en móviles, de centros colectivos y usuarios corporativos41.
36. Castells, M. (2002). La galaxia de internet. Barcelona. Plaza y Janés. 37. El tema del software libre es otro aspecto que debe ser pensado a la luz de todas estas nuevas realidades. 38. Sunkel, G. Las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) en la educación en América Latina. Una exploración de indicadores. Santiago de Chile. División GH'HVDUUROOR6RFLDOGH&(3$/'LVSRQLEOHHQLQWHUQHWHQKWWSZZZHFODFRUJSXEOLDFLRQHV[POWVHULH¿QHSGI&RQVXOWDGRHQVHSWLHPEUH %ULQJXH;6DGDED&+FRRUG /DJHQHUDFLyQLQWHUDFWLYDHQ,EHURDPpULFD1LxRV\DGROHVFHQWHVIUHQWHDODVSDQWDOODV%DUFHORQD)XQFDFLyQ7HOHIyQLFD(GLtorial Ariel. 40. Estas cifras y las siguientes, tomadas del sitio de internet: WorldStats, en: http://www.internetworldstats.com/stats.htm Consultado el 5 de octubre de 2010. 41. Informe trimestral de conectividad No.19. Ministerio de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones. República de Colombia. Agosto 2010. En: http://www. intic.gov.co consultado en septiembre de 2010.
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Como vemos, el reto está planteado y los caminos apenas se abren, las búsquedas toman múltiples formas. Este mismo texto es un borrador para tratar de explicar procesos que se dan en la sociedad y que tienen impactos en la práctica GHXQSUR\HFWRHVSHFt¿FRHQHOFXDOHODXWRUSDUWLFLSD6LQ embargo, el reto es mucho mayor en cuanto tenemos la responsabilidad social y ética siendo la generación paréntesis que nacimos en un mundo que ya no es y vivimos en un mundo que no acabamos de comprender, lo cual exige una corresponsabilidad y una relación diferente con estas culturas para construir el mundo como proyecto común. Los cambios son tan fuertes que desde los diferentes lugares en los cuales se vienen estudiando estas realidades, nos hablan de ellas y nos plantean la necesidad de pensarlas para dar respuesta a los actores con los cuales trabajamos. Estas dos citas con las que cierro este documento, nos muestran claramente desde dos horizontes esas manifestaciones, de un lado McLuhan, el pensador de la “aldea JOREDO´\GHORWUR3DXOR)UHLUHDUWt¿FHGHOGHVDUUROORGHO Paradigma Educativo Latinoamericano. McLuhan, en un texto publicado póstumamente nos invitaba a pensar estos problemas de la tecnología en una forma PXFKRPiVSURIXQGDHQFXDQWRHVWDEDPRGL¿FDQGRORKXmano y nos decía:
³/D DFWXDO pSRFD HOHFWUyQLFDHQ VX LQHYLWDEOHHYRFDFLyQ GHODVLPXOWDQHLGDGSUHVHQWDODSULPHUDDPHQD]DJUDYHDO SUHGRPLQLRTXHOOHYDDxRVGHOKHPLVIHULRL]TXLHUGR1RHVGHVRUSUHQGHUTXHORVHVWXGLDQWHVFX\RFHUHEUR GHUHFKROOHYDDxRVGHHGXFDFLyQSRUWHOHYLVLyQWHQJDQ SUREOHPDVFRQORVSURJUDPDVHVFRODUHVGHOKHPLVIHULRL]TXLHUGR/DDFWXDOUDFKDGHGLVOH[LD\RWUDVGL¿FXOWDGHVGH OHFWXUDFHUFDGHOGHODVYtFWLPDVVRQGHOVH[RPDVFXOLQR HV UHVXOWDGR GLUHFWR GH OD SUHVLyQ TXH VREUH QRVRWURVHMHUFHQODWHOHYLVLyQ\RWURVPHGLRVHOpFWULFRVSDUD TXH UHWRUQHPRV DO KHPLVIHULR GHUHFKR /D GLVOH[LD HV OD LQFDSDFLGDGGHDGRSWDUXQ~QLFR\¿MRSXQWRGHYLVWDFRQ UHVSHFWRDWRGDVODVOHWUDV\SDODEUDVDODLQYHUVDFRQVLVWH HQHQIRFDUODVOHWUDV\SDODEUDVGHVGHPXFKRVSXQWRVGH YLVWD VLPXOWiQHDPHQWH D OD PDQHUD GHO KHPLVIHULR GHUHFKR PHQRVHOGHVXSRQHUTXHFXDOTXLHUDGHHVDVIRUPDV VHD OD ~QLFD FRUUHFWD $O FRQWLQXDU OD SUHVLyQ WDPELpQ FRQWLQXDUiQORVSUREOHPDVGHQXHVWURDOIDEHWRGHQXHVWUR KHPLVIHULRL]TXLHUGR42´ Paulo Freire, por su parte, nos dice: “Lo que necesitamos es la capacidad de ir más allá de los comportamientos esperados, es contar con la curiosidad FUtWLFDGHOVXMHWRVLQODFXDOVHGL¿FXOWDQODLQYHQFLyQ\OD reinvención de las cosas. Lo que necesitamos es el desafío a la capacidad creadora y a la curiosidad que nos caracterizan como seres humanos, y no abandonarlas a su suerte RFDVLRSHRUD~QGL¿FXOWDUVXHMHUFLFLRRDWUR¿DUODVFRQ una práctica educativa que las inhiba. En este sentido, el ideal para una opción política conservadora es la práctica educativa que “entrenando” todo lo posible la curiosidad del educando en el dominio técnico dejen en la máxima ingenuidad posible su conciencia, en cuanto a su forma de HVWDUVLHQGRHQODSROLVH¿FDFLDWpFQLFDLQH¿FDFLDFLXGDGDQDH¿FDFLDWpFQLFDHLQH¿FDFLDFLXGDGDQDDOVHUYLFLRGHOD minoría dominante.43”
42. Mcluhan, Eric y Marshall. Leyes de los medios. La nueva ciencia. México. Alianza/Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. 1990. Citado por Aníbal Ford en “Navegaciones”, revista David y Goliath, Buenos Aires, octubre 1991, pág. 51. 43. Freire, P. Pedagogía de la indignación. Madrid. Ediciones Morata. 2001. Página 137.
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Antonio Quintana Ramírez
Ciber cultura juevenil
Resumen: En este artículo se presenta una revisión del tema ciberculturas juveniles, para lo cual se parte de una introducción sobre la cultura y la emergencia del concepto de cibercultura, en tanto las condiciones de nuestra época hacen que el conjunto de sistemas culturales que han aparecido estén fuertemente vinculados con las tecnologías digitales. A partir de la consideración que la cultura es el resultado de la interrelación de los entornos materiales, los entornos simbólicos y los entornos organizativos (la sociedad), estos tres elementos se retoman como elementos estructurantes de la revisión del tema HQUHODFLyQFRQORVMyYHQHVHODUWtFXORFLHUUDFRQXQDEUHYHSUHVHQWDFLyQGHODFLEHUFXOWXUDÀRJJHUFRPRSURSLD\SURGXFWR de la intersección propuesta.
Palabras clave: &XOWXUDVMXYHQLOHVFLEHUFXOWXUDFLEHUFXOWXUDVMXYHQLOHVÀRJJHUV
Abstract: This article presents an overview of the topic of youth cyberculture. It begins with an introduction to the concept of culture and the emergence of the cyberculture concept, where much of the emerging cultural systems appear to be strongly associated with digital technologies. Starting with the assumption that culture is the result of the intersection of physical environments, symbolic environments and organizational settings (society), these three elements have been incorporated as VWUXFWXUDOHOHPHQWVRIWKHUHYLHZRIWKHWRSLFLQUHODWLRQWR\RXQJSHRSOH7KHSDSHUHQGVZLWKDEULHISUHVHQWDWLRQRIÀRJJHU cyberculture as distinct sub-culture that emerges from this intersection.
Keywords: