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Spanish; Castilian Pages 240 [244] Year 2006
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Coronel retirado del Ejército colombiano, con amplia experiencia en operaciones de contraterrorismo. En sus 25 años de carrera militar ha M desarrollado las especialidades de paracaidista, inteligencia militar, operaciones psicológicas, policía militar, explosivos y demoliciones, estado mayor en operaciones y contraguerrillas entre otras. El coronel Villamarín cuenta, además, con amplia preparación académica, reflejada en distinciones tales como investigador científico en guerra subversiva, escritor militar del siglo XX en Colombia, graduado en ciencias militares y ciencias políticas, y ganador del 2003 y 2005 Latino Literary Awards en Los Angeles, California y New York con sus obras La Silla Vacía y Martes de Horror. Es conferenciante a nivel internacional en distintos centros de altos estudios políticos y académicos, columnista de la revista Military Review del Ejército de los Estados Unidos y analista de asuntos estratégicos de diversos medios de comunicación colombianos, norteamericanos y europeos. Su amplia labor académica ha sido reflejada en 13 libros de amplia circulación internacional, basadas en sus experiencias personales e investigaciones sobre ternas relacionados con la guerra irregular, el terrorismo, el narcotráfico, la geopolítica y la estrategia; condiciones que lo convierten en una autoridad de primer orden en estos temas.
Conexión Al Qaeda
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Conexión Al Qaeda Luis Alberto Villamarín Pulido
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Colección: A Debate ■www.nowtiIus.com Título: Conexión Al Qaeda Subtítulo: Del Islamismo radical al terrorismo nuclear Autor: © Luis Alberto ViUamarín © 2005 Ediciones Nowtüus, S.L. Doña Juana I de Castilla, 44, 3.° C, 28027-Madrid www.nowtüus.com Editor: Santos Rodríguez Responsable editorial: Teresa Escarpenter Diseño y realización de cubiertas: Carlos Peydró Diseño y realización de interiores: Grupo ROS Producción: Grupo ROS (www.rosmultimedia.com) Reservados todos los derechos. El contenido de esta obra está protegido por la Ley, que establece pena de prisión y/o multas, además de las correspondientes indemnizaciones por daños y perjui¬ cios, para quienes reprodujeren, plagiaren, distribuyeren o comunicaren públicamente, en todo o en parte, una obra literaria, artística o científica, o su transformación, interpretación o ejecución artística o científica, fijada en cualquier tipo de soporte o comunicada a través de cualquier medio, sin la preceptiva autorización. ISBN: 84-9763-237-0 EAN: 978-849763237-9 Fecha: Enero 2006 Prínted in Spain Imprime: Imprenta Fareso, S. A. Depósito Legal: M. 50.848-2005
Indice Introducción.
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Capítulo Uno
Conceptualización general del terrorismo.19
¿Qué es el terrorismo?.24 Globalización del terror.27 Características comunes de las agrupaciones terroristas internacionales.38
Capítulo Dos
El terrorismo islámico.53
El Islam.56 Irán y la primera gran revolución integrista islámica.62 Itinerario del terror islámico.67 El faUido proyecto de la República Arabe Unida y el Panarabismo.74 Terrorismo palestino, primera señal de alerta de la agresión contra Occidente.76 Hizbollah: antesala de Al Qaeda.80 Crecimiento del Islam.83 De la amenaza soviética a la agresión islámica.86 ‘‘■''u' ¡^^¿Connotaciones estratégicas del fiasco soviético en Afganistán.91 El nacimiento de Al Qaeda.94
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¿Quién es Osama Bin Laden y qué hace?.99 Trasiego del terror islámico.110
Capítulo Tres
Del terrorismo crónico al narcoterrorismo.117 De los ideales revolucionarios a la asociación con el crimen organizado.120 El 11-S y la antesala del terrorismo nuclear.121 Afganistán e Irak.126 Efectos psicológicos del narcoterrorismo en Madrid, España.133 Efectos psicológicos de los ataques terroristas en Londres y Sharm el Sheik.137 Narcoterrorismo: ¿Posible inicio del relevo del imperio norteamericano?.138 Las finanzas del terrorismo islámico.139 Algunos grupos terroristas ligados con Al Qaeda.140 Lavado de dinero.144
Capítulo Cuatro
Geopolítica del Terror.149 Componentes clave de la geopolítica del terror.151 La cadena del terror en el submundo islámico.153 El drama de Líbano.161 Siria, as estratégico del equilibrio en el Medio Oriente.164 Bosnia, Kosovo y Chechenia, laboratorios de formación combativa.168 El desangre de Chechenia.169 6
Filipinas, escenario de conflictos centenarios.171 La seguridad hemisférica iberoamericana y la globaüzación del narcoterrorismo.
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InternacionaHzación del conflicto colombiano.176 Brasil: un gigante asediado por el narcoterrorismo.177 Venezuela, convertida en un polvorín.179 Paraguay y BoHvia: Razones de la presencia de las Farc.181 Centroamérica y los paraísos fiscales.181 Las células durmientes de Al Qaeda.182
Capítulo Cinco
Eventualidad del terrorismo nuclear.185 Las armas de destrucción masiva.186 Las armas químicas.186 Las armas biológicas...188 La posguerra y la era nuclear.190
Capítulo Seis
Puntos clave.213 Bibliografía.219 índice onomástico . 224
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Introducción
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ataques terroristas del 11-S, el 11-M, el 7-J, la repetición casi instantánea de
Explosiones en Londres y la masacre de turistas en el balneario de Sharm el
Sheik al sur de la península del Sinaí en Egipto, complementados por la publica¬ ción de agresivas fatipas^ y los hallazgos de pruebas contundentes acerca de la finan¬ ciación y modus operandi de las redes clandestinas de Al Qaeda, así como la innegable posesión de armas nucleares tácticas por parte de las células orientadas por Osama Bin Laden, gracias a la asesoría de científicos soviéticos y pakistaníes, desvelaron la estrategia, los objetivos y el impredecible alcance de los grupos de fundamentalistas islámicos, capaces de perpetrar ataques con armas de destrucción masiva contra los países que conforman la cultura occidental. Pruebas recopiladas por los organismos de inteligencia y por investigadores del tema, indican que producto de la incomprensión mutua entre las llamadas civilizaciones occidental y musulmana, con visión fatalista, los integristas islámicos organizan núcleos terroristas por todo el planeta y estimulan, desde algunas mez¬ quitas o desde la clandestinidad, persistentes llamadas a los seguidores para desatar la implacable yihad^ de vida o muerte contra los infieles cristianos y judíos^.
^ Decretos islámicos. ^ Guerra santa contra los infieles, es decir, contra quienes no son musulmanes. Yihad también significa esfuer2o, compromiso militar, actividad poHtica o religiosa. ^ «Mediante los ataques sobre objetivos en el continente americano, el terrorismo fundamentalista dejó de ser una amena2a distante para convertirse en asunto muy grave para la seguridad nacio¬ nal de los países occidentales, y donde todos deberán colaborar para derrotar a ese enemigo». José Pa2, Elfundamentalismo islámico es el enemigo.
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Pese al cuestionamiento ético de los analistas y de la opinión pública en general, la prueba reina con la que quedó demostrado el creciente fanatismo islámico, surgió a partir de las desafiantes declaraciones públicas pronunciadas por un dirigente de Hamas, grupo terrorista asentado en Israel, al auto-adjudi¬ carse en 1994 el atentado contra un autobús lleno de pasajeros inermes. Las agresivas frases cobran vigencia por constituir criterios compartidos por yihadistas de Al Qaeda, capaces de utilizar armamento nuclear: No manipulamos el nombre de Alá para matar civiles. Alá nos ha ordenado realizar una guerra santa, y nosotros cumplimos sus órdenes... Nuestra guerra venera a Alá.
De manera simultánea, en el complejo mapa geopoHtico mundial de comienzos del siglo XXI, desde otras vertientes de la violencia generacional, grupos terroristas estimulados por teorías marxistas-leninistas pretenden revi¬ vir la intermitente vigencia del socialismo en puntos sensibles del planeta, mientras aumentan los problemas socio-políticos utilizados como combusti¬ ble para justificar las acciones armadas irregulares sorpresivas contra el capita¬ lismo y las democracias occidentales; con la circunstancia agravante que los
Cuando parecía que el fulgor económico y político relumbraba en el horizonte geopoUtico y estratégico norteamericano, y que con la apertura económica de la Unión Europea soplaban vientos de paz y prosperidad en España e Inglaterra, sobrevinieron los atentados terroristas del 11-S, el 11-M y el 7-J, cuyas investigaciones no han arrojado claridad total.
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extremistas musulmanes, poseedores de los mayores flujos de capitales ilícitos, motores de la multinacional financiera del terror, pudieran atraer hacia sí, a mediano y largo plazo todos los resentimientos ideológicos, y explotar a su favor el consecuente caos. Una conclusión primaria infiere que por la dinámica de los acontecimien¬ tos, la frágil balanza de equilibrio entre la paz y la guerra, indica que en breve, el orden mundial será diferente a partir del regreso de extremistas religiosos a los asuntos políticos"^. Las acciones terroristas realizadas por extremistas islámicos en Estados Unidos, el Medio, Cercano y Lejano Oriente y Europa Occidental, corroboran tales aseveraciones, sin que quienes estimulan a los suicidas acepten que sus acciones y orientaciones ideológicas sólo inducen al derramamiento de san¬ gre, el estancamiento económico y la represión social; crítica situación refleja¬ da en las vidas de más de 600 millones de musulmanes analfabetos, obsesionados por la férrea fe religiosa, e inclusive porque una importante porción de ellos se encuentra gobernada bajo presión psicológica, por fanatizados difusores de la Sharia^. La cadena de acontecimientos históricos trascendentales demuestra que pese a las críticas y cuestionamientos de todas las vertientes, el crecimiento del capi¬ talismo junto con el liberalismo global, implicó sustanciales incrementos en importantes sectores de la actividad humana, tales como la diplomacia, el comercio, el turismo, las alianzas estratégicas, las transferencias tecnológicas, las transmutaciones culturales, la convivencia pacífica con el Islam; y sucesivas guerras manifestadas de modo diferente hasta configurar el sorprendente escenario de la globaüzación contemporánea. Dentro de ese marco conceptual surgió, evolucionó y creció el auge del extremismo islámico como una empresa multinacional del crimen, convertida en narcoterrorismo desde finales del siglo XX, con el latente riesgo del terro¬ rismo nuclear, que gravita alrededor de cada uno de dichos elementos, o por lo menos, se afianza en coyunturas derivadas de ellos. Otras acciones terroristas por razones religiosas extremistas fueron ejecutadas por los grupos judíos Leví e Irgún en la guerra contra Inglaterra, los marionitas cristianos libaneses en la guerra civil de 1970-1980, y por los irlandeses y bengalíes durante el siglo XIX. ^ Ley islámica que superpone los asuntos políticos con los religiosos para gobernar en algunas de las naciones musulmanas.
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El advertido y sincronEado ataque terrorista en las calles londinenses demos¬ tró que, producto de la acción corrosiva del fundamentaüsmo islámico, la cultura occidental, y no sólo algunos países en particular, está amenazada por la probabi¬ lidad de que se perpreten acciones terroristas con armas de destrucción masiva*'. En realidad, desde inicios de los años ochenta, con la aparición de HizboUah y la subsiguiente acción internacional de Al Qaeda, los extremistas islámicos re\i\ieron el antiquísimo debate de los dogmas de fe, auspiciadores de la, para sus ideólogos, inevitable guerra entre religiones, que en apariencia habría sido superada con el fortalecimiento de la chólizadón occidental y sus democracias. En la práctica, los escenarios geográficos y los recursos tecnológicos cambia¬ ron para los fundamentalistas musulmanes; pero, con indefinible evolución, el complejo problema crece sustentado en el poder corrosivo del narco terrorismo y el imperio del delito. Las cruentas guerras de los siglos XIX y XX, originadas por motivos geopoKticos, constimyeron apenas un paréntesis, del cual estimula¬ dos por la incidencia soviética, los extremistas musulmanes extrajeron elemen¬ tos de utilidad para renovar, por la razón o por la fuerza, intenciones de globalizar el fundamentalismo islámico. Los esquemas de guerra revolucionaria aplicados entre 1945 y 1991 por la antigua Unión Soviética con el fin de desestabilizar las democracias occidentales mediante sabotaje, subversión, actos despiadados de terror, propaganda, lavado de activos, delincuencia organizada y tráfico de armas, encontraron el espacio ideal y el caldo de cultivo en la guerra santa, difundida por islámicos extremistas seguidores de la escuela wahabbista que se autonombraron predestinados a sal¬ var la humanidad «de ios vicios capitalistas de la descompuesta ci\Tilización occi¬ dental», sin importar los medios utilizados para lograr el fin, ni la üicimd de los mismos, ni mucho menos la repercusión de cada acto de barbarie, incluida la propia inmolación’. El error de cálculo de los analistas occidentales, basados en conceptos geopolíticos, fue suponer que la mayor parte de los conflictos armados, ocurri¬ dos en el mundo durante el commiso lapso 1945-1991, estaban asociados con la guerra fría, verbigracia las guerras revolucionarias en Corea, Viemam, Cambova, * Armas nucleares, radiológicas, biológicas o químicas. ' Los musulmanes no son los primeros terroristas suicidas, pues esta modalidad fue ideada por los Tigres Tamil de Sri Lanka, responsables de la muerte del primer ministro hindú, Rajiv Ghandi, con un hombre-bomba.
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C^iba, Nicaragua, C^Jombía, El Sak^ador, Perú y Guatemala; al igual que U/s
enfrentamíentr^s de árabes e israeHes, Arabia Saudita contra Yemen y Siria
cy/ntra 7 urquíaPero pf/T cy>nveníenda p^jlítíca y estratégica, los propagandistas de la antigua b'nión SfA'íétíca nrj pí^xüan o^rtnprr^eterse con la fundamentación integrista islámica- í-as instruccármes precisas del KremHn para los comisarios políticos destacatk/s cu el Medio C críente estaban diseñadas para expandir la metrniología subversiva en aras de derruir el dominio norteamericano en la región, donde níngunr> de k/s países isláraio'^ profesaba ideología comunista, aunque Yemen practicó durante tres lustros el Uamado ^^socialismo dentífíco», origen de una cruenta guerra dsíl en ese país. A Uj largo del texuj, el lectf^r ce^rrolxjra que el trasiego político y armado del islamísnvj fundamentalista se inició con la muerte violenta del calife Alí, suceso que dividió la religión islámica entre sunitas extremistas y chutas liberales des¬ pués de que el islamismo integrista recr^rriera un largo camino de experimenta¬ ción drcunstandal, cxm el wahabbismo expandido desde el nacimiento de Arabia Saudita * añr>* 80, «im> tanrjbíén p^/r un grup^j terrr/ri.*ta japoné*.
\ja. ó'tvcr\uhíí óc mcf/xk/s y mediV/s para causar terntr es muy amplía. íin murz/j de 1995 la secfa rclígjVtsa jap^/nesa Aum Shínríkyo perpetró un atenta¬ dla c//n tarín en el metro de 7'okío, donde murícrrm 12 persianas y 5.ÍXX) resultari/n heridas-1 íasr^ enr/mees, se citnsíderaba improbable un ataque de ese ripi^, pero análisis pi/steríi/res determínantn que cerca de 4^) países pueden pnxludr y utílí>car armas químicas. igual sucede extn los elevadits ríesgits de la guerra bacteriológica. Pcjcfjs días después del 11-S, la citrrespitndencía que cirntenía espiaras de ántrax prosixj) más terrier entre kts cíudadan/ts esf^ounídenses y generó desazón colec¬ tiva, rcíle|aria en la prokmgada cirntraccíim de la hasta entrences fulgurante ecrmii/mía ni/rteamerícana-
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A menudo se dice que el terrorismo es el arma de los débiles, porque es la columna vertebral de una guerra asimétrica que emplea tácticas de combate no convencionales. Por esta razón, en la actualidad los estados del Primer Mundo temen que las nuevas tecnologías de comunicación y la conversión del planeta en una aldea global puedan fomentar la globalización del terrorismo mediante ataques contra objetivos que traspasan las fronteras nacionales, tales como corporaciones multinacionales, instituciones internacionales y hasta orga¬ nizaciones no gubernamentales.
El ciber-terrorismo, es decir el ataque contra redes informáticas, corresponde a las acciones casi benignas de hackers o mediante virus informáticos de deliberada propagación. Por otra parte, autoridades francesas detectaron que los terroristas de Al Qaeda operan correos electrónicos compartidos, cuya clave de acceso es conocida por todos los miembros de una célula. Sin importar el lugar del mundo donde se encuentren, los terroristas abren el correo y dejan los mensajes en la carpeta de Borradores. De esa manera dificultan su intercepción pues los textos no viajan por la red. Para mayor seguridad utilizan páginas web ficticias con datos escritos en idiomas chino o japonés.
En síntesis, como consecuencia del proceso de globalización mundial que sobrepasa las fronteras, las actuales manifestaciones de terrorismo, político o religioso son supranacionales. Pero en circunstancias especiales, el terrorismo 34
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Desde que Osama Bin Laden vivió en Yemen, la escuela islámica de Dammaj recibe al año un promedio de 800 estudiantes procedentes de Gran Bretaña, Estados Unidos, Alemania, Francia, Argelia, Libia, Turquía, Indonesia, India y Rusia. Aunque difundir dicha información pudiera ser parte de la guerra de nervios, los organismos internacionales de inteligencia han ubicado 650 lugares en los cuales es evidente la presencia de las células de Al Qaeda en permanente labor de reclutamiento y entrenamiento de adeptos.
puede ser apolítico, como en el caso de Theodore Kaczynski, más conocido como el Unabomber&n Estados Unidos, cuyo manifiesto proclamaba la revolu¬ ción contra la base económica y tecnológica de la sociedad actual. En casos más aberrantes puede ser por enfrentamientos entre mafias por razones eco¬ nómicas particulares. Pese a la dimensión del impredecible riesgo, los avances para solucionar el problema marchan a paso lento, aunque apuntan en la dirección correcta. En el discurso de clausura de una cumbre antiterrorista celebrada en marzo de 2005 en Madrid, España, con ocasión del primer aniversario de los ataques terroristas en Atocha^"^, Koffi Annan, secretario general de la ONU, alertó al mundo entero del peligro latente que los terroristas adquieran o posean mate¬ rial nuclear, al anunciar: El aspecto vital es evitar que los terroristas accedan a armas nucleares. El terrorismo nuclear es aún visto como ciencia ficción, y ojalá lo fuera. Un portavoz de Al Qaeda calificó como una reunión de infieles la conferencia internacional celebrada en Madrid para conmemorar el primer aniversario de los atentados del 11-M, y de paso declaró que el Islam prevalecería. 35
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En el mismo evento, el Secretario General de la ONU expuso partes de la nueva estrategia de la integración internacional en la lucha contra el terror, resumida en cinco puntos, a los que denominó «las cinco des», a partir del análisis realizado por un grupo de expertos, encargados de estudiar las amena¬ zas que gravitan sobre el mundo y de recomendar los cambios necesarios para mejorar la paz. La primera «de» implica la necesidad de disuadir a los descontentos para elegir el terrorismo como táctica para alcanzar sus objetivos, pues según sus palabras: Hay grupos que utilizan las tácticas terroristas porque creen que son eficaces y que la población aprobará su utilización. Estas ideas revelan la causa generadora. Por ende, es necesario concluir lo antes posible un nuevo convenio general en la lucha contra el terrorismo, así como formular su definición.
La segunda «de» consiste en la obligación de dificultar a los terroristas el acceso a los medios para cometer atentados. La idea es obstacubzar sus posi¬ bilidades de viajar, recibir financiación y adquirir material radiológico o nu¬ clear. La tercera «de» se refiere a la obligatoriedad para que los estados que ya lo han hecho desistan de apoyar a los terroristas, pues el Consejo de Seguridad «no vacilará en aplicar sanciones» contra cualquier país que facilite apoyo a los terroristas. Al enunciar la cuarta «de», Annan insistió en la imperiosa necesidad de que los gobiernos desarrollen la capacidad para prevenir los ataques, puesto que los terroristas utüizan a los países débiles como refugio para escapar a la deten¬ ción y para su adiestramiento. Por lo tanto, hace falta ayuda para que todos los países combatan con eficacia el terrorismo. Al respecto, Annan hizo hincapié en el terrorismo biológico y resarció la necesidad de fortalecer los sistemas de salud. En la quinta «de», Annan enfatizó el respeto a los derechos humanos, pero lamentó que muchas de las medidas adoptadas contra el terror vulneraran las libertades fundamentales, pilar básico de esta nueva estrategia de la ONU. En el mismo informe, Koffi Annan se refirió a los escenarios de pesadilla como al mayor peligro encarado por todos los Estados y la ONU, con la aparición de una red terrorista mundial con capacidad para utilizar armas nucleares, químicas o biológicas, al aseverar lo siguiente:
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Un grupo terrorista con 50 kilogramos de uranio muy enriquecido, cantidad que podría ocultarse en seis cartones de leche de un litro, sólo necesita transportarlo clandestina¬ mente de un país a otro para improvisar un artefacto nuclear explosivo que podría arrasar una ciudad de mediano tamaño.
En el marco de la misma conferencia, Mohammed El Baradei, Director General de la Agencia Internacional de Energía Atómica de la ONU, negó que la amenaza del terrorismo nuclear haya disminuido, pero aseguró que existe una nueva realidad en los planes sobre seguridad, porque durante los últimos tres años se han logrado importantes avances por medio de la cooperación internacional en el combate contra esa posibilidad^^. Desde marzo de 2003, la AIEA trabaja con distintos países del mundo para fortalecer la seguridad relacionada con materiales nucleares y radiológicos. Según El Baradei, algunos países del Primer Mundo todavía carecen de programas y recursos para responder a la amenaza del terrorismo nuclear y radiológico; por ende, exhortó a las naciones a establecer prioridades para avanzar en ese punto e insistió en que aún existen vulnerabilidades, pues es necesario anticiparse a los hechos para detectar y responder al tráfico üícito, proteger las estaciones de energía, los reactores, así como materiales nucleares y radioactivos relacionados con estas y otras aplicaciones. En la Conferencia sobre Seguridad y Salvaguardas Nucleares de la región Asia-Pacífico, celebrada en Sydney, Australia, Mohamed El-Baradei añadió que la amenaza del terrorismo nuclear es real porque desde 1993 hasta la fecha se han registrado 630 incidentes confirmados de tráfico de materiales nucleares o radioactivos, por lo tanto el combate contra esta amenaza es una carrera contra el tiempo. A renglón seguido, Mohamed El-Baradei subrayó que el mundo no está preparado para responder a una acción de este tipo, por lo tanto es necesario encontrar una alternativa a la doctrina del empleo de las armas nucleares y la necesidad internacional de compartir las tecnologías requeridas para evitar su empleo errado. Ya que las estadísticas de la AIEA sobre tráfico ilícito indican que desde 1993 han ocurrido muchos incidentes confirmados de tráfico de materiales Desde mar2o de 2003, la AIEA trabaja con distintos países del mundo para fortalecer la seguridad relacionada con materiales nucleares y radiológicos.
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nucleares o radioactivos, la ONU ha ayudado a los gobiernos a recuperar fuentes radioactivas vulnerables que habían sido robadas o se habían perdido, las cua¬ les incluyen materiales sellados en desuso provenientes de Bolivia, Costa de Marfil, Haití, Irán, Malasia, Panamá, Sudán y Tailandia, que fueron almacena¬ dos o devueltos de forma segura a los suministradores originales. Con 125 misiones de asesoría y evaluación en'seguridad enviadas a las centra¬ les nucleares de todo el mundo, y financiadas en gran parte por el Fondo de Seguridad Nuclear de la AJEA, que ha recibido más de 35 millones de dólares de 26 países y organizaciones a partir de septiembre de 2001, colabora en la capaci¬ tación de funcionarios de aduanas, en la instalación de mejores equipos de de¬ tección en los cruces fronterizos y revisión de programas generales de seguridad. Dadas las anteriores razones, la Agenda de Madrid, elaborada en la capital española al cabo del primer aniversario de los ataques terroristas del 11-M, establece con precisión que el terrorismo constituye una de las violaciones más graves de la paz, el derecho internacional y los valores de la dignidad humana. Por lo tanto, no existe justificación alguna para atacar civües y no combatientes por medio de la intimidación y de atentados mortales.
Características comunes de las agrupaciones terroristas internacionales Con el propósito de identificar rasgos compartidos y sistematizar la informa¬ ción disponible, los párrafos siguientes examinan algunas de las características comunes de las agrupaciones terroristas y del terrorismo como forma violenta y soterrada de expresión pohtica o religiosa. Diversos analistas coinciden en afirmar que todos los grupos extremistas existen o iniciaron acciones despiadadas por alguna justificación o convenien¬ cia —sin importar si es real o manipulada—, que se arraigan más en cada generación en la medida en que persisten las condiciones sociales, políticas o religiosas que generaron la existencia de la organización terrorista. Quizás esta razón explique, en parte, la prolongada presencia de las Farc en Colombia, ETA en España, IRA en Inglaterra, la OLP“^ en Israel, y la ascendiente espiral de Al Qaeda en el entorno islámico. Organización para la Liberación Palestina.
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Dentro de tal esquema, el denominado terrorismo nacionalista pretende reunificar territorios divididos o liberar pueblos sometidos. Quienes utilÍ2an esta forma de presión psicológica colectiva son los que más éxito tienen en la obtención de réditos poMticos, por ejemplo la OLP, el IRA y los Tigres de Tamil, o los Irgún Zvai Lemui, Haganah y la Banda de Stern, grupos armados judíos que combatieron contra la ocupación británica de Palestina durante los años previos al nacimiento del Estado de IsraeP^. El crecimiento de las estructuras clandestinas compartimentadas, en las que cada individuo conoce sólo lo que le corresponde acorde con su nivel de responsabilidad, refleja la multiplicación por células mediante la selección y el entrenamiento cualificado, gracias a la construcción paulatina y clandestina de pequeños grupos convencidos de la justedad de la causa que pregonan y de la necesidad de destruir al adversario en todos los campos del quehacer humano. Por esa razón, cuando el grupo terrorista aparece en público, ya las células primarias y multiplicativas están asentadas con antelación en las áreas-base y en la retaguardia estratégica, gracias al trabajo pohtico de los comisarios que precedieron a su Uegada^®. El terrorismo religioso, fundamentado sobre ese esquema pero enfocado a buscar reacciones aún más emocionales, es más atroz que el nacionalista. Al Qaeda sirve de ejemplo, para expUcar cómo los extremistas utilizan el miedo para controlar a sus propios auxiliadores por medio de la religión, de la misma manera que Hamas, la organización terrorista palestina cercana a Osama Bin Laden, subyuga a sus fieles^^. Dentro de ese concepto, cada combatiente es un cuadro directivo en po¬ tencia después de acumular amplia conciencia política y habilidad militar para realizar las tareas que imponga el desarrollo del conflicto armado irregular. Esto explica el desprecio por el valor de la vida propia, entregada a una causa robustecida con enorme carga mental, que en nombre de los ideales induce a cometer acciones despiadadas y atroces, inclusive la inmolación con el empleo de armas de destrucción masiva. Barry Davis, Bem, Terrorism, Virgin Books, London, 2003, Páginas 28-29. Una de las acciones terroristas más impactantes fue la realizada por el Irgún en el Hotel Rey David, donde murieron 91 personas. Véase Lm Selva Roja, de mi autoría. Ediciones LAVP 1997 Bogotá, Colombia, segundo capítulo. Barry Davis, Bem, Ob. cit., página 29.
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Mientras los musulmanes se inmolan en nombre de Alá, los integrantes de ETA, IRA, Farc, ELN, Tigres del Tamil, etc., acometen acciones en las que arriesgan su vida para demostrar presencia geopolítica y capacidad bélica para desestabilizar al gobierno que los combate. En todos los casos, los grupos terroristas inculcan entre los correligionarios el mito del heroísmo desplegado por una causa justa.
El discurso político desarrollado sobre la dirección de las tesis-guía fortale¬ ce el espíritu y la razón de la lucha. El 70% del trabajo es ideológico pero, sobre todo, persistente. Imbuidos por el odio repetitivo contra el enemigo mortal, los combatientes comparten un destino fatalista individual pero para¬ disíaco para generaciones venideras, sin importar la gravedad del daño causa¬ do a las víctimas o al futuro de la especie humana. Los musulmanes integristas sustentan la lucha en el Corán y la universalización del Islam. ETA justifica sus acciones en la fundamentación étnica de que pretende separarse de Espa¬ ña para construir un estado independiente. IRA aduce históricas razones religiosas para separarse del Reino Unido y lograr autonomía poHtica-gubernamental. Las Earc argumentan la idea de lu¬ cha armada a favor de los pobres mediante la estrategia guerrillera de avanzar desde el campo hacia la ciudad con el fin de construir un estado comunista similar al de Cuba^°. El terrorismo de las Farc es económico, porque pretende desarticular el sistema agrícola e industrial colombiano.
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Los palestinos piden un estado independiente sumado al objetivo paralelo de destruir el estado de Israel. En todos los casos expuestos, el capitalismo occidental es el enemigo número uno de sus proyectos, lo cual expUca la ten¬ dencia de la unidad terrorista por conveniencia alrededor de delitos como el narcotráfico, la extorsión, el contrabando, el lavado de activos, la piratería, etc. Igual que en todas las guerras que articulan el eje espiral del accidentado curso de la humanidad, cada organización terrorista, desde la óptica interna parcializada, repite hasta la saciedad que sus integrantes actúan dentro de la legitimidad moral, mientras que ios adversarios que les combaten son bárba¬ ros, tiranos, etc. Mediante tal lógica, justifican los actos de barbarie convenci¬ dos de que se defienden de las agresiones y no de que atacan.
La propaganda interna audiovisual es repetitiva con el propósito de incrementar el odio contra el enemigo. Al Qaeda difunde mensajes violentos tales como «Mate a los judíos cuando los vea», escritos debajo de una estrella de David cubierta por una calavera y dos huesos cruzados. Mediante vídeos que los exaltan como héroes, las Farc envían a los niños a primera línea para preservar la integridad de los guerrilleros experimentados.
Todos los grupos terroristas poseen un frente internacional que, además de mantener la intercomunicación permanente con la retaguardia estratégica, los representa y pretende su legitimación. ETA tiene propagandistas asentados en 41
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Cuba, México, Uruguay y Francia. IRA utüiza células infiltradas en diversos países. Al Qaeda utiliza organizaciones de caridad y propaganda diseminadas dentro de las dispersas comunidades islámicas en todo el mundo, además del apoyo disfrazado de periodismo informativo que les proporciona la cadena de televisión árabe Al Jazeera. Las Farc reciben apoyo de organizaciones no gubernamentales como por ejemplo Anncol y Rebelión, asentadas en los países nórdicos, otros propagandistas incrustados en Europa o Latinoamérica, y el apoyo publicita¬ rio permanente e incondicional del semanario
del Partido Comunista
Colombiano. Incluso promueven la unidad comunista internacional, como quedó demostrado con la donación de cinco millones de dólares derivados del narcotráfico a la campaña electoral del Partido de los Trabajadores en Brasil, la cercanía con el gobierno de Flugo Chávez, y las estrechas relaciones con los partidos comunistas latinoamericanos. Algunos países proporcionan a las organizaciones terroristas reconocimiento o facilidades para la difusión de la Knea ideológica. Por ejemplo, el veterano dictador cubano Fidel Castro y el locuaz mandatario venezolano Hugo Chávez encubren y cooperan con las guerrillas comunistas colombianas. Algunos sec¬ tores pohticos de Francia niegan que la OLP sea terrorista y a la vez, en contra de toda evidencia, refrendan la idea de que la guerrilla colombiana tiene justi¬ ficación poKtica e incluso han permitido el Hbre tránsito de los etarras en suelo francés. Dentro del complejo esquema que configura la interacción narcoterrorista, Pakistán fue el primer país en reconocer la legitimidad del gobierno extremista Talibán^^ en Afganistán^^, mientras que los territorios de Siria, Irán, Maruecos,
Plural de la palabra árabe talih, que significa «estrrdiante del Corán». Los Talibán fueron forma¬ dos por el Mulá Ornar, dirigente de la tribu Pashtun, héroe y veterano de 10 años de Yihad contra la Unión Soviética. En una batalla en Singesar, a 30 millas al oeste de Kandahar, Ornar perdió el ojo izquierdo con una esquirla. Consciente de la insuperable lesión, fue hasta la mez¬ quita, donde se lo extrajeron, y de inmediato regresó al campo de batalla a continuar el comba¬ te. Las mihcias Talibán están integradas por niños y jóvenes, e igual que las Farc cobran los impuestos de guerra a los narcotraficantes. Afganistán, que significa tierra de afganos, es uno de los cerrados estados del Asia Central. La información que tenemos sobre él en el mundo occidental es escasa. Fundado en 1747, fue gobernado hasta 1978 por la monarquía Muhammadzai, por el partido comunista entre 1978 y 1992, por la alianza mujaidín entre 1992 y 1996, y por los Talibán entre 1996 y 2001.
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Argelia, Somalia, Tanzania, Kenia, Indonesia, Filipinas, Chechenia, Bosnia, Arabia Saudita, Sudán, Libia, Yemen, Líbano y Túnez han servido de punto de apoyo logístico no sólo a las organizaciones terroristas musulmanas, sino a las de todos los países del mundo. Por su lado, Cuba ha permitido el paso y la permanencia prolongada dentro de la isla caribeña de terroristas y delincuen¬ tes internacionales de todas las pelambres. Las fronteras porosas de los estados vecinos a los países afectados por el terrorismo, proporcionan a las organizaciones terroristas supervivencia, flujo logístico y zonas de recuperación. Así ocurrió con los países centroamerica¬ nos limítrofes con El Salvador y Nicaragua durante los años setenta y ochenta. El mismo fenómeno se observó con los Talibán y los miembros de Al Qaeda en Afganistán, Irán y Pakistán. En el convulsionado escenario israelí, los palestinos cuentan con la misma garantía en Gaza con Egipto, al norte con Siria y Líbano, y al oriente con Jordania, en la llamada West Bank.
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Los ataques terroristas del 11-M y el 7-J demuestran que la activación de la Unión Europea extendió las fronteras a los miembros de ETA e IRA y las demás organizaciones terroristas que visitan esta parte del Viejo Continente para movilizarse con mayor holgura dentro de 25 naciones, y a los musulmanes extremistas para que ingresen a Europa por la amplia frontera turca y el extenso Mediterráneo. La captura efectuada a mediados de noviembre de 2005 en España, de 11 miembros de un grupo argelino vinculado a Al Qaeda, corrobora la tesis.
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Luis Alberto Villamarín Pulido
Dadas las características geográficas de las fronteras terrestres colombia¬ nas, las Farc se movilizan con suma facilidad por las selvas panameñas, perua¬ nas, brasileñas y venezolanas. Además poseen sóHdas estructuras de apoyo logístico en Venezuela, Brasil, Ecuador, Perú, Paraguay, BoHvia, Argentina, Chile, República Dominicana, El Salvador, Nicaragua, Guatemala, Jamaica, Panamá, Costa Rica y México, así como la permanente complicidad de la dic¬ tadura cubana o plenos contactos con los narcotraficantes latinoamericanos y europeos. Tanto las fronteras porosas como el apoyo oficial clandestino de algunos gobiernos facilitan a las organizaciones terroristas conservar las retaguardias estratégicas intactas y libres de presiones, a la vez que la afinidad ideológica de los partidos comunistas de todos los países con el odio compartido contra Estados Unidos y el capitalismo en general facilitan los contactos con narcotraficantes y traficantes de armas, quienes los enlazan con delincuentes que les enseñan métodos y procedimientos para blanquear capitales por me¬ dio de organizaciones tapadera. Para la financiación, en contraste con la pretendida pulcritud moral, todos los grupos terroristas utilizan métodos propios de delincuencia organizada, con quienes se asocian por conveniencia, típica enseñanza del catecismo del buen revolucionario escrito por el soviético Buharim, cuya teoría sostiene que el éxito de la clandestinidad consiste en actuar al estilo del mundo de los bandidos. Sin excepción, todos los grupos terroristas actuales recurren al narcotráfico, el secuestro, la extorsión y al lavado de activos en la banca internacional. Ade¬ más, Al Qaeda y los integristas palestinos trafican con música pirateada y otros elementos de contrabando provenientes de los países del lejano oriente, don¬ de falsifican patentes, elaboran burdas copias de ios productos plagiados y, además, controlan algunas redes internacionales de prostitución e invierten dinero en casinos y casas de juego. Por ejemplo, las mafias japonesas de trata de blancas^^ son controladas por iraníes, algunos de eUos adeptos a Al Qaeda. La globaüzación comercial y la conversión del mundo entero en una aldea global facilitan la fluidez en las operaciones terroristas ya que con tesón, per¬ sistencia, constancia y disciplina fundamentada en prejuicios religiosos o polí¬ ticos, los extremistas actúan de forma sistemática, con efectivos contactos en Tráfico de mujeres con la finalidad de prostituirlas en los países de destino.
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Conexión Al Qaeda
Con el dinero obtenido en diversos negocios ilícitos, las organizaciones terroristas compran armamento Hgero que utilizan para realizar acciones violentas, entrenar células clandestinas o para venderlo a otras agrupaciones delictivas. Parte de ese comercio ilegal se basa en la adquisición de ingentes cantidades de trinitrotolueno, dinamita, composición C-4, anfo y otros explosivos, cuyo empleo demanda métodos sofisticados e intercambio permanente de conocimientos. Por esta razón son similares las técnicas utilizadas para explotar coches bomba en España, en Colombia, en Chechenia, en Inglaterra o en el Medio Oriente.
diferentes partes del exterior del área geográfica, donde establecen el dominio del entorno geo-humano y, al mismo tiempo, se confunden con la población civil del área en donde subsisten. Todos los actos terroristas se caracterizan por la aplicación de la sorpresa y por asumir la iniciativa estratégica a favor del agresor en desarrollo de una guerra calculada para desgastar al adversario con sus propios recursos a partir del concepto de que el fin justifica los medios, lo cual significa que toda acción moral o inmoral es váHda en la guerra, por lo tanto lo único que no se puede aceptar es perderla. Prueba de ello es la muy tenue línea divisoria entre delin¬ cuencia común y casi todos los métodos de guerra subversiva utilizados por los grupos terroristas. La guerra irregular desatada por fuerzas no convencionales soportada en la columna vertebral del terrorismo se caracteriza porque el intempestivo agre¬ sor impone la iniciativa, uno de los principios básicos de la guerra. Por lo general, la respuesta de los estados a la potencialidad enemiga sucede cuando la amenaza se convierte en agresión. 45
Luis Alberto Villamarín Pulido
Los integrantes de las organizaciones terroristas pueden tener la misma dimensión emocional que cualquier persona común, la diferencia reside en que los terroristas se auto convencen de que hacen lo correcto en aras de su visión de la sociedad. Para ellos, la muerte y la destrucción son actos justificados de guerra con los que obtienen los fines políticos que persiguen.
Además, el terrorismo es un componente de la guerra económica. Los que lo ponen en práctica amasan grandes fortunas con el propósito de construir pode¬ rosos aparatos clandestinos y a la vez atacan los centros de poder económico del enemigo, e incluso se nutren de los recursos de aquellos a quienes atacan. La liquidez monetaria da ventajas a los terroristas, pues mientras las fuerzas regulares comprometidas en operaciones de guerra convencional realizan los ataques coordinados mediante la combinación escalonada de lo diplomático, lo poMtico y lo militar, por conducto de procedimientos estratégicos y tácticos hasta determinar objetivos decisivos con menores costes y más facilidades prácticas, el terrorismo ataca directamente al objetivo principal para afectar el núcleo vital del adversario, gracias al trabajo sostenido de inteligencia y a la aplicación del principio de la sorpresa. La actividad político-ideológica constante conduce al odio y el fundamentalismo, complementado con el endiosamiento o culto de la personalidad de los jefes de la organización, que los inducen a pensar con visión colectivista. Por lo tanto, quie¬ nes manejan las tapaderas políticas y financieras, conservan altos grados de lealtad 46
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Geopolítica del terror: la presencia universal de brotes terroristas financiados con el narcotráfico y diversas formas delictivas constituye un
vez más intercomunicado e interdependiente de las empresas multinacionales.
ejercen especial influencia en los flujos migratorios, creciente fenómeno socio-político de impredecibles consecuencias, en un mundo cada
los centros geo-económicos, la mano de obra, las tradiciones culturales y el entorno político. Además, el terrorismo y la guerra irregular
fenómeno geopolítico novedoso, cuyos componentes alteran las relaciones de las comunidades con el medio geográfico, la interacción social,
Conexión Al Qaeda
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gnifxiL nx.itemliTiKii en el ciexiniieniv^ aunátAOW y cuifeinvc* ^ h< nes temmsraí;. l^is fisuras prv^pius de las democracias deí mutKX^ vvcidenrol cvxxhx'en a dh-er^ncias de critefios trente a k moBdavi de li ajrtxrskVv Los velxrmer.tes desei^s de los peritxlisras del llamado mundv^ Kbíe, piira deior o! descubierto o des\*elir los hechos mas allá de la rntbrmacxxi ne«Ti’ul vr^íe transmiTen los esrados o las tuerzas de seguridad ocasionan cvxripíeíidades pohtkos^ cue de manera indirecra casi siempre ta\\>recen a kxs rertv>risras^ Los grandes avances tecnok^cos han t»fiKradv> eí campo de orciñn de ios terrorisras y han ampliado su capacidad destructora. Fai k nxdida en ctíc pnxn^sa la dimensión de la agresión el coofiktv^ se degrado, pv^rotíe inrbuídos pi.^r la sensación de triuntalismvx los tertotisras cv>m«eren acoooes de borbork mis censurables y, desde luego, mis despiadadas Los p^^TbkijkxÑ orrasidos en Cokxnbia. los danK:scos esrxxTOCidos de los inhmtes de m.trina mutilados en Bagdad o los degüeflos y dcX'opitidooes de cx^ troniexos secuestrados por Al Qaeda en Irak. as¿ cooo los aracrses cvxitra IngLuemi. Esp.iña y Esrados Unidos, sumados a li later^te on'sfrura nuclear con¬ tra h chnlización oocidenrol en su conjuntvx indican vpoe U curboñe y U dcsexxiv posición van de k mano con d ens^^berbecin'ienm' de x>s mrrocssris'*. pees codi acción osada es referente de esomuio rura una rrus osada oue k onxrjor. retvetmda por porte de otros mártires vfcpuestos ai sacrtticio supcenxx Dentro del esquema de tecmficacivxa. k audacia dei lerrcicvsri es un reto permanente pora k imaginación del cxxnondame ntihror que lo combate. En «
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Conexión Al Qaeda
Antes de ejecutar cualquier acto terrorista preexiste un amplio trabajo de inteligencia militar sobre el objetivo, que incluye vigilancias, seguimientos, toma de fotografías, filmaciones, consecución de planos topográficos, reconocimiento de rutas, etc., además de la previsión logística para conseguir todos los elementos necesarios y del entrenamiento para perfeccionar todas las técnicas, e incluso de la formulación de planes alternos.
El sistema celular subversivo de los grupos terroristas, estructurado desde los conceptos de compartimentación, conspiración y secreto, dificulta e impi¬ de, en el caso de Al Qaeda, que los organismos de inteligencia extranjeros los infiltren o por lo menos que los penetreA^. La situación respecto a ETA, IRA o las Farc es también compleja, porque son organizaciones incrustadas en corredores estratégicos construidos dentro de la población civñ, dotadas de alarmas tempranas, que advierten al grueso del grupo de la presencia de las autoridades que los buscan o de cualquier actividad de inteligencia militar en los núcleos geo-humanos afectados. Las guerrillas comunistas y los movimientos extremistas islámicos justifi¬ can las acciones terroristas con el argumento de que son rebeldes que no se acogen a la normativa internacional calificada de injusta y contraria a los prin¬ cipios revolucionarios; por ende no son agentes violadores del Derecho Inter¬ nacional Humanitario. El problema no radica en que los terroristas promulguen tal ideario a los cuatro vientos, sino en que encuentran eco en los medios de comunicación y en personas con capacidad de decisión e influencia en la opinión pública na¬ cional e internacional, que les hacen el juego al denominarlos insurgentes po¬ líticos o guerreros de la libertad y no terroristas. Infiltrar es instalar un agente propio dentro del grupo adversario. Penetrar es reclutar un agente enemigo. 49
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Los actos terroristas repetitivos terminan por acostumbrar a la indiferente opinión pública del gobierno agredido a convivir con el terror y, de paso, por extraña coincidencia, a olvidar la suma de coyunturas, pues confunde y complica los conceptos. De esa forma los agresores multiplican la incidencia psicológica contra los agredidos.
Al norte de Kabul, los Talibán asesinaron a miles de civiles, reubicaron a otros bajo amenaza de muerte, incendiaron casas y cultivos y convirtieron la fuerza laboral campesina en apoyo directo a la organización subversiva internacional. Durante las operaciones de desalojo de los Talibán, las tropas aliadas hallaron un enorme campamento de entrenamiento ubicado a 20 kilómetros de la ciudad de Jalalabad, donde determinaron que algunas autoridades pakistaníes los protegían y ayudaban a estimular las eternas diferencias entre sunitas y chiitas.
En síntesis, el terrorismo no puede reducirse a un simple asunto policial, pues los actos de barbarie pretenden generar amenazas contra las libertades civiles de millones de seres humanos inermes. Por ahora es impredecible deli¬ mitar sus alcances, pues de matar pocas víctimas pueden pasar al asesinato de 50
Conexión Al Qaeda
miles, en consonancia con la magnitud y tipo de armas empleadas en acciones futuras. Aunque la organización y los procedimientos son similares no existe un perfil definido para identificar de manera individual a un terrorista, quien sin que medien las circunstancias, puede ser un médico, un religioso, un profesor, una ama de casa, un campesino, un anciano, un niño, un granjero, un comer¬ ciante, etc., que por regla general operan dentro de un territorio conocido con apoyo de otras células o que preparan los actos terroristas allí para ejecutarlos en lugares lejanos. En un intento por desvelar el motivo de la implicación de los jóvenes mu¬ sulmanes árabes en el terrorismo, mediante un artículo publicado por el diario de los Emiratos Árabes \}mAo%A.l-ltihad, el columnista Abdalá Rashid afirmó que el mayor error de los anaüstas sociales y poHticos occidentales es atribuir el motivo de la extensión del fenómeno del terrorismo en el mundo árabe e islámico a la ausencia de justicia social, a la extensión de la pobreza y a las duras condiciones sociales de la mayoría de los países árabes e islámicos, sin tener en cuenta la enorme incidencia del lavado de cerebro religioso dentro de la juventud.
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Dos
El terrorismo islámico
P
or ser una de las tres grandes religiones monoteístas surgidas en el Medio Oriente, el Islam comparte raíces bíblicas con el cristianismo y el judais¬
mo, según las cuales Dios anunció al Profeta Abraham haberlo predestinado para engendrar una gran descendencia gestora de un pueblo elegido, honor que tardó en llegar debido a la esterilidad de su esposa Sara. De acuerdo con la tradición caldea, otra mujer podría prestar su vientre para solucionar el pro¬ blema de la carencia de un heredero. Basándose en esta ley de la cosmmbre, Abraham procreó a Ismael, hijo extramarital de Agar, una de las esclavas egip¬ cias al servicio de Sara. El advenimiento de Ismael generó celos y reticencias por parte de Sara, quien desde el día en que se enteró del embarazo de Agar se opuso con tena¬ cidad a que el hijo de una esclava^*^ fuera nombrado sucesor de Abraham, e inclusive lo desheredó y presionó a su esposo para que lo expulsara de sus dominios, episodio de celos que incidió en que, a la postre, Ismael se convir¬ tiera en el padre de otras tribus nómadas no judías, que con el paso del tiempo poblaron los desiertos del norte del África y el Medio Oriente.
En circunstancias descritas más adelante, surge la coincidencia en la que Osama Bin Laden es llamado de manera despectiva el hijo de la esclava siria.
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Otro suceso que enrareció el ambiente, según consta en la compleja leyen¬ da bíblica en torno a la vida y obra del patriarca Abraham poco tiempo des¬ pués del nacimiento de Ismael, es que Sara recibió la gracia de Dios y quedó encinta a la edad de 99 años. El alumbramiento dio vida a Isaac, para que a partir de él nacieran las doce tribus de Israel, de las cuales surgieron las religio¬ nes judía y cristiana.
La infertilidad de Sara transformó el curso de tres culturas monoteístas y generó insuperables diferencias religiosas. Casi cuarenta siglos después, dicha leyenda es causa y motor de la interminable guerra en el Medio Oriente y el Golfo Pérsico, además de constituir la justificación histórica acomodaticia del terror que evolucionó en el actual narcoterrorismo, con la peligrosa inminencia de una tragedia nuclear ejecutada por terroristas, descendientes del profeta Abraham.
El Antiguo Testamento, texto cuya doctrina básica comparten judíos, cris¬ tianos y musulmanes, es pródigo en relatos de guerras entre pueblos por moti¬ vos religiosos. Así nacen y estimulan las esperanzas de la llegada de un Mesías guerrero que suprimiría al escogido pueblo judío de los castigos y padecimien¬ tos, los libraría del yugo del Imperio Romano, y de paso los conduciría hasta la tierra prometida donde corren ríos de leche y miel, para terminar la obra ini¬ ciada por Moisés, con la particularidad de que las familias que conformaron la descendencia de Ismael, hijo ilegítimo del profeta Abraham, no pertenecían a las doce tribus de Israel ni tenían derecho a esa tierra prometida. Presas de envidia, estupor e incredulidad frente a la novedosa realidad del maestro jesús hijo de Dios hecho carne, los jefes religiosos del cerrado sane¬ drín judío urdieron mil tramas y consejas para negar la divinidad de aquel ser excepcional, humilde y sabio, proveniente de la casa de David, que les retaba y opacaba ante la incrédula sorpresa de quienes testificaron sus milagros. Desesperados por la falta de argumentos para contrarrestar las palabras y las obras del Nazareno mediante una burda maniobra poKtica trascendental para el fumro de la humanidad, los jefes del sanedrín entregaron a Jesús a los 54
Conexión Al Qaeda
El nacimiento y la vida de Jesús de Nazaret alteró todas las esperanzas belicistas de la burocratizada dirigencia religiosa judía, pues en contra de las suposiciones generalizadas, el redentor nazareno fue un rey ajeno a las banalidades materiales, que nació y vivió en la pobreza, predicó en el desierto a campo abierto y no en las cómodas sinagogas, prometió en público derribar y reconstruir en tres días el templo sagrado, desafió la encopetada autoridad eclesiástica infalible hasta la fecha y se presentó como el Mesías integrador de una nueva religión.
invasores romanos, para que estos lo crucificaran por blasfemo, a cambio de salvar la vida de un delincuente. Crucificado Jesús, los judíos presionados por el poderoso sanedrín dirigido por Caifas y los demás sacerdotes, siguieron aferrados a la tesis de esperar la llegada del Mesías guerrero y, por ende, a la doctrina del Uamado Antiguo Testamento, mientras que en pocos siglos el cristianismo se proyectó hacia Roma y convirtió al catolicismo al imperio más poderoso de la antigüedad. En ese conflictivo escenario geopolítico y religioso, las tribus descendien¬ tes de Ismael, el hijo de Agar, que no pertenecían a Israel pero que tampoco se unieron al cristianismo, quedaron errantes, sin religión definida, sustentadas durante seis siglos más en el ámbito espirimal con los mismos credos básicos 55
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de los judíos, hasta cuando los beduinos de Arabia Saudita crearon una nueva doctrina de fe, producto de la habilidad retórica del fundador de su credo religioso. Un ingrediente decisivo que se suma al problema religioso y que dificultó más cualquier solución pacífica al sinnúmero de conflictos regionales hoy con¬ vertidos en detonante de problemas universales de vida o muerte, es el pro¬ ducto de las constantes invasiones y transmutaciones culturales sucedidas en el Oriente Medio y el Golfo Pérsico. Todos los invasores fallaron al tratar de imponer el sello particular de la evolución social y económica del área, en una zona considerada eje del poder geopoHtico terrestre de la humanidad, pues no preservaron ni los valores culmrales milenarios, ni los tesoros arquitectónicos, como ocurrió con la ciudad de Shibama, que existió en la antigüedad en Arabia Saudita, y que fue algo así como la Manhattan del desierto, en la que existieron edificios construidos en arcilla que medían hasta 130 pies de altura.
El Islam Fervientes teóricos musulmanes aseveran que el Islam es un concepto inmuta¬ ble y eterno, presente desde el origen de los tiempos, iniciado a partir de la supuesta revelación de Alá a principios del siglo VII de la era cristiana a un habilidoso negociante de camellos dotado con amplias facultades oratorias, distinguido por sus correligionarios como el Profeta Mahoma, residente en la ciudad de La Meca, centro comercial beduino ubicado en el corazón de la península Arábiga. Perseguido por los osados planteamientos fundamentaHstas de sus férreas ideas religiosas dentro de una sociedad predispuesta a la guerra y la violencia intertribal, la leyenda asevera que a comienzos del año 622 d.C.^^, Mahoma huyó hacia la ciudad de Medina para continuar el incansable peregrinar proselitista entre las tribus beduinas del Medio Oriente, encargadas de trans¬ mitir a los habitantes de las ciudades, los postulados religiosos. Años más tar¬ de, el audaz creador del Islam falleció en Medina, episodio que fue revestido de sobrenaturaHdad por la obvia deformación de la tradición oral.
Fecha que demarca el inicio de la llamada era musulmana. Para el caso, el año 2005 del calenda¬ rio cristiano equivale al 1427 de los musulmanes.
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El itinerario de la agitada vida del fundador del más nuevo de los credos monoteístas identifica eventos trascendentales sucedidos en La Meca, Medina y Jerusalén, razón por la cual son denominadas «Las tres ciudades sagradas» para el Islam, y son causa de muchos enfrentamientos armados y poHticos contra los infieles que ingresen a ellas o residan allí, desde mucho antes de la época de las cruzadas. A partir de la regulación dictada por Mahoma, aferrados a las enseñanzas místicas dentro de un cerrado esquema social que yuxtapone la política con la religión, los musulmanes deducen las enseñanzas para dirigir su vida y la socie¬ dad tanto del Corán, que resume la fuente primordial de la doctrina islámica, la Sunna que representa los hechos de la vida de Mahoma, y los hadiz, que sinte¬ tizan los relatos aprobados por el profeta Mahoma^®.
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Pese a que todos los musulmanes son cobijados por una fe común, perviven múltiples corrientes y sectas derivadas de cismas y diferencias de interpretaciones de la doctrina debido a que no existe jerarquía islámica única. Por ende, cada comunidad sigue su propia ortodoxia. Los grupos sunitas y chiitas, son los más grandes.
A partir de la doctrina básica aparecieron en el entorno los islamistas, considerados extremistas que, con el paso del tiempo, originaron el wahabismo y el salafismo.
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Dependiendo del enfoque con que se traduzca o interprete, la palabra Is¬ lam puede significar paz, armonía o sumisión total a Alá, único Dios dotado con 99 atributos, los cuales van desde la misericordia hasta la sutileza. En ese entorno conceptual de la fe, los preceptos generales del Islam consideran que todo ser humano es un musulmán en potencia, condición que concreta con reconocer la profesión de la fe o shahada, sustento ideológico que asevera que no existe otro profeta diferente a Mahoma. Así lo determina el Corán, texto religioso compuesto por 114 capítulos y 6.226 versículos escritos en idioma árabe pues, por rasgo cultural atávico, la ultra-conservadora y por ende fanática defensa de la doctrina religiosa islámica no admite modificaciones o actualizaciones lingüísticas del texto original, que según la creencia colectiva resume la trascripción exacta de las palabras de Mahoma, ser privilegiado, elegido por medio del arcángel San Gabriel para transmitir a los creyentes las normas que regulan las relaciones de los hombres con Dios y múltiples aspectos de la interacción social. Pese a la difundida armonía entre los seres humanos, algunas partes con¬ cretas del Corán configuran estímulos para la guerra, como por ejemplo el versículo 60 del capítulo 8, que ordena a los fieles musulmanes, supuesta flor de la bondad y las virtudes, desatar oleadas de terror contra los infieles judíos y cristianos, que desde su singular punto de vista son perversos y despiadados, enemigos de Alá^^. Como suele suceder con las abismales brechas que marcan la diferencia entre el deseo y la reaüdad, pues la primera imperfección del autoproclamado paraíso islámico unificado, surge con la división entre sunitas y chiitas después de la muerte del profeta Mahoma. Los sunitas que son fervientes creyentes de la Sunna, en la actualidad constituyen el 90% del Islam, y por credo atávico son seguidores de las enseñanzas de los cuatro califas o sucesores del mundo árabe. Entretanto, los chiitas, surgidos a partir de una disputa pohtica acerca de la sucesión del profeta, rechazan la legitimidad de esos califas, interpretan la Sharia de una manera más liberal y siguen las enseñanzas de AIÍ, el yerno de Mahoma^. La fantasía propia de los textos de la antigua literatura árabe, se repite en las heroicas descripcio¬ nes de combates y sucesos sobrenaturales, mediante los cuales nació y creció la fe islámica, e incluso en cómo sus historiadores y propagandistas describen las fallidas guerras contra Israel. Los cuatro califas fueron Abu Bakú, quien murió cuando llevaba dos años en el cargo; Umar, Utman y AH, que murieron asesinados por sus correHgionarios.
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El fundamentalismo chiita, que constituyó el primer cisma político-religioso del Islam, se diferencia del sunita al considerar que la interpretación infalible de la ley procede sólo de la famüia del profeta, sumado a la espera de la venida del duodécimo imán o el imán escondido, que para muchos integristas es Osama Bin Laden, sin importar que sea suni. Dentro del chiísmo existen dos corrientes. La primera es la Magrebí, que acoge a todos aquellos musulmanes que están sin trabajo, a los que no creen en la educación moderna con el sello de lo extranjero como medio de ascenso social, a los perseguidos por su actitud contestataria al régimen de partido único, y muy en especial, a los que se sienten humillados por el comportamiento y por la riqueza de la burguesía occidentalizada. La segunda vertiente es la Makarresch, cuya máxima expresión la constituye el Estado Islámico iraní, producto de la revolución de los ayatolás, y cuyos segui¬ dores principales se encuentran en Líbano, en el movimiento HizboUah, y en Egipto en los llamados Hermanos Musulmanes, cada uno con su respectivo brazo armado, la Yihad Islámica y el Hamas. Aunque los sunitas son los gestores de los movimientos extremistas por razones geohumanas, los chiitas que constituyen el 99% de la población iraní son el laboratorio generador del integrismo islámico de las dos últimas décadas, pese a que después de casi tres décadas de gobierno teocrático los Mulás no han consolidado ningún avance para mejorar los niveles de vida o los derechos humanos de los gobernados. En consecuencia, ni chiitas ni sunitas han permiti¬ do evoluciones sustanciales de los pueblos musulmanes, acorde con los avances en la calidad de vida del mundo moderno. Por tradición, los fundamentalistas sunitas definen a los chiitas como herejes que debieran morir, como sucedió con la masacre de 53 chiitas ejecutados en juño de 2003 por los Talibán en Pakistán, o con la Yihad encabezada desde 1991 por Osama Bin Laden contra los infieles hermanos islámicos. Sin embargo, des¬ pués de la reunión efectuada en Sudán en 1994 con Imad Mughniya, el jefe de HizboUah'^^ Bin Laden ha limado asperezas y obviado las rencillas históricas
HizboUah significa «Partido de Dios». Es una miücia chiita pro-iraní fundada a comienzos de los 80 por el Ayatolá Khomeini, para apoyar la lucha palestina contra Israel y constituir la organización modelo para la globalización del terror. Imad Mugniyah participó en el planeamiento y ejecución del atentado contra la Embajada de los Estados Unidos en Beirut, en 1983.
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La guerra contra el terrorismo impulsada por Estados Unidos repercutió en que los grupos terroristas HizboUah, pro-iraní, y la Yihad Islámica Palestina se unieran para atacar al mortal enemigo judío, y en que los resentidos chiitas iraquíes se aliaran con células de Al Qaeda para atacar a los invasores norteamericanos durante la etapa posterior a la guerra de Irak.
entre las dos fracciones, unidad que ya había sido lograda durante la tercera cruzada bajo el liderazgo de Paladín, Hl Rectificador de la fe. La reunión inicial de Bin Laden con Mughniya condujo a posteriores acercamientos ideológicos, políticos y financieros para coordinar los envíos de drogas alucinógenas desde Afganistán hasta Turquía, nexos que se fortale¬ cieron con la invasión aliada a Irak en marzo de 2003, cuando más de 500 combatientes talibán trasladaron sus cuarteles hacia Irán, realidad que demo¬ raron en reconocer los gobernantes iram'es pese a tener a algunos de ellos alojados en lujosas mansiones y con todas las comodidades modernas, por tratarse de los guerreros santos. A la creciente alianza se sumó la abierta oposición de los clérigos chiitas a la permanencia de las tropas norteamericanas en territorio iraquí, así como las divergencias internas con el mandatario iraní Mohammad Katami, quien ha soportado el peso de la enorme oposición política de los influyentes Ayatolás^^, por haber escogido una mujer para la fórmula vicepresidencial. Desde su aparición como doctrina religiosa hasta la fecha, el Islam ha cre¬ cido y conservado los legados históricos sobre los escombros de la guerra y el
En árabe, la palabra Ayatolá, significa «sombra o señal de Dios». A la vez, es el título de la máxima autoridad religiosa chiita.
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terrorismo, hacia adentro y hacia fuera, con la consecuente manipulación ideo¬ lógica de los gobernados, sometidos al erróneo convencimiento de que los principios religiosos del Islam establecen profundas diferencias entre el suici¬ dio y el martirio. Mientras el suicida busca su muerte, el mártir creyente musulmán pretende glorificar a Dios, porque alcanza plenamente el mensaje de salvación. Pero además, por razones pragmáticas, Al Qaeda utiliza los misiles humanos para minimizar posibles errores. Prueba del crecimiento geométrico, matemático, geográfico, poKtico y es¬ tratégico del Islam es que en contraste con avances políticos e ideológicos que separan la religión de la política dentro de las sociedades existentes al final del siglo XX, la Sharia, que traduce «camino», fue adoptada en Arabia Saudita, Sudán e Irán como la ley estataP^, mientras que en Afganistán el Mulá Ornar, héroe de guerra contra la Unión Soviética y después lugarteniente de Osama Bin Laden, fortaleció el conocimiento y la aplicación de la Sharia por medio de los estudiantes del Islam, conocidos como los Talibán'^'^. El entorno político islámico es demasiado complejo. Ningún régimen islᬠmico es aceptado y respetado por todos los musulmanes del mundo, pues la orientación general de los gobernantes no implica homogeneidad en las polí¬ ticas que llevan a la práctica. Tampoco existe similimd entre los regímenes de Líbano, Siria o Irak, calificados con frecuencia de laicos, con los de Arabia Saudita, Sudán o Irán. La doble moral es evidente. Nada ni nadie ha impedido o cuestionado ac¬ tos de barbarie por parte del régimen sirio que en 1982 eliminó por la fuerza a la oposición islamista interna al bombardear la ciudad de Hama y matar a más de 13.000 personas para apoyar la milicia radical libanesa de HizboUah y, por ende, mantener una sólida relación con el régimen religioso de Teherán. En¬ tretanto, Arabia Saudita acumula ocho décadas continuas de exportación sis¬ temática del wahabismo hacia los demás países musulmanes, y a la vez fulge como un aliado de Estados Unidos en la zona. Entre 350.000 y 800.000 somalíes han muerto de hambre. No obstante. Irán y Sudán apoyaron el entrenamiento de terroristas islámicos en Somalia con dinero que hubiera podido ser utiliza¬ do en actividades de beneficio social para los sectores más empobrecidos de la población somalí. Los TaHbán destruyeron las enormes estatuas de los budas, consideradas patrimonio histórico de la humanidad, y además obligaron a los hindúes a vestir prendas de color amarillo.
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Irán y la primera gran revolución integrista islámica La amplia coalición de fuerzas que apoyó al Ayatolá Jomeini contra el Sha Reza Pavlevi se disolvió apenas llegó al poder, puesto que desde los primeros días de gobierno integrista la relación entre el Irán de Jomeini y Occidente se caracterizó por las tensiones y las prevenciones mutuas. Casi de inmediato, auto justificados con el argumento de que el deber de todo buen musulmán es purificar el país que alberga a La Meca y Medina y expulsar del poder a los dirigentes corruptos, islamistas radicales inspirados por Jomeini asaltaron la
Mediante la primera revolución en nombre del Islam, cuyo éxito sacudió las estructuras del orden mundial de la época al posicionar el radicalismo islámico como un nuevo actor de las relaciones internacionales, el 16 de enero de 1979, tras el forzado exilio en Francia desde donde luchó por la imposición de un gobierno de base religiosa en Irán, el Ayatolá Jomeini, carismático líder musulmán, derrumbó el régimen del Sha Reza Pavlevi, quien ocupaba el poder en 1953, tras un golpe müitar propiciado con ayuda de la CIA. El autocrático Sha, cuyo gobierno dictatorial se distanció de casi todos los sectores de la sociedad iraní, dio argumentos al Ayatolá Jomeini y al clero chiita para que lo derrocaran, como consecuencia del trabajo sistemático de adoctrinamiento reaUzado en la red de mezquitas y organizaciones de caridad.
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Gran Mezquita de La Meca para demostrar la inestabilidad interna en Arabia Saudita, por extraña coincidencia, el estado más islamista del mundo y gran propagador del islamismo wahabbí y a la vez aliado de Occidente. Por paradoja, la oposición al régimen Saudita es islamista radical. Estados Unidos, a la cabeza del mundo occidental, exteriorizó temores por la seguri¬ dad de sus aliados en el entorno árabe y repudió los esfuerzos de Irán por exportar la revolución islámica. Pero para aumentar las dificultades de las ya tensas relaciones, a finales de 1979 esmdiantes iraníes asaltaron la embajada norteamericana en Teherán y mantuvieron secuestrados a los diplomáticos durante casi un año. El violento ascenso del Ayatolá Jomeini al poder en Irán estimuló un pro¬ fundo cambio de comportamiento político, religioso y social, que en forma integral activó códigos de comunicación inherentes a la crisis de identidad, que hasta esa fecha asediaba al Islam. La revolución islámica en Irán contribuyó al crecimiento de los chutas en Líbano, y en la mayoría de los países musulmanes del Medio Oriente y África, pues desde ese momento comenzó un lento y sostenido proceso de creci¬ miento de estos grupos y de su radicahzación. Al mismo tiempo, su influencia impregnó a la OLP y provocó la creación de grupos afines a los proyectos integristas en su interior, uno de estos grupos es el Hamas, que significa «Movimiento de Resistencia Islámica». Jomeini transmitió un renovado mensaje dirigido al rescate de la tradición islámica, a la par con el desfogue de perfiles propios de un visceral odio y un profundo desprecio contra las costumbres socio-culturales de la civilización occidental, fanatizado esquema ideológico en que Occidente es el enemigo del Islam. Por lo tanto, en seguimiento de esa lógica, todo buen musulmán debe luchar contra los infieles occidentales, con el agravante de que se impone la idea surgida de los fundamentaüstas de que el Islam no sólo es una religión, sino el soporte ideológico de un orden social y de un sistema político en el que el terrorismo es el eje motriz de la estrategia de guerra contra el enemigo infieP^. Desde la década de los 70, el terrorismo religioso fue impulsado por líderes fanatizados, quie¬ nes pese a la limitada capacidad de despliegue tenían claros los objetivos estratégicos y geopolíticos, por lo que influían sobre sus adeptos hasta el extremo de convertirlos en seres humanos capaces de inmolarse en aras del ideal extremista.
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Las diferencias políticas internas iraníes desembocaron en actos de violencia partidista, realÍ2ación de sesgados tribunales revolucionarios contra disiden¬ tes, continuos actos de represión contra las libertades civües, y creciente opo¬ sición civil al régimen. Pese a las presiones, los partidos islámicos que apoyaban al Ayatolá Jomeini salieron victoriosos. Sin embargo, el fin de la violencia no significó el princi¬ pio de la reconstrucción interna, sino el auspicio abierto y clandestino a los odios incubados contra la cultura occidental. A diferencia de la acción circunscrita a la política, adelantada por otros Kderes del mundo árabe como Gaad Abel Nasser en Egipto, Moammar Gadaffi en Libia, Yassir Arafat en Palestina, Hafez Assad en Siria o Saddam Hussein en Irak, el perfil religioso de la guerra contra la cultura occidental esbozada por los difusores de la revolución iram' permitió vislumbrar el inicio de una contienda diferente en estilo y objetivos, pues el Ayatolá Jomeini unió la polí¬ tica con la cultura en la lucha del Islam contra los infieles. La propuesta de Jomeini para proyectar la revolución islámica hacia todos los países islámicos estimuló el surgimiento de nuevas células fundamentalistas orientadas por la HizboUah o partido de Dios en Líbano, Egipto, Siria, Pakistán, Argelia y facciones afines en la guerra de Afganistán, desde donde se difundió a través de las fronteras para conformar núcleos integristas en Azerbaiján, Kirguizistán, Tayikistán, Turkmenistán, y Uzbekistán. Poco tiempo después, la violencia religiosa comenzó a hacer parte del de¬ venir histórico interno del ámbito islámico y luego se esparció en todo el mun¬ do con la agresividad de Al Qaeda y la ambiciosa visión universal de Osama Bin Laden. En un intento por derrumbar el régimen de Jomeini en septiembre de 1980, con el apoyo tácito de Occidente, Saddam Hussein invadió Irán. Al principio. Irán sufrió serias derrotas militares en el campo de batalla, pero el férreo go¬ bierno religioso se mantuvo intacto bajo el liderazgo de Jomeini, quien movi¬ lizó a toda la población iraní hasta ahuyentar a los invasores y conquistar algunas franjas de territorio iraquí. Con el paso de los años y como consecuencia de elecciones parlamentarias y presidenciales, surgió un nuevo concepto político para Irán, apoyado por votan¬ tes jóvenes, inclusive mujeres, deseosos de una profunda reforma política, eco¬ nómica y cultural, que además pretende reducir el papel del clero conservador 64
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en las decisiones sobre el futuro del país; pero aún no se evidencian reformas sustanciales. Al cabo del primer cuarto de siglo del triunfo de la revolución islámica de Irán ronda un extenso ambiente de crisis política. Las profundas divisiones entre el clero conservador, aferrado al poder, y los descontentos políticos que piden cambios se han avivado con la disputa sobre la participación de candi¬ datos reformistas en las elecciones parlamentarias. Irán busca un lugar en el nuevo escenario político en Oriente Medio después de la caída del régimen de Saddam Hussein, pues hace 25 años la simación era diferente: Irán era una referencia para el mundo musulmáM*". La presidencia de Mohammad Jatami ha disminuido un poco la intoleran¬ cia característica del gobierno iraní al liderar un cambio de actimd reflejado en un mayor pluralismo al paliar la influencia de la religión en el entorno político y motivar el respeto de los derechos individuales de los gobernados en Irán, e incluso ha condenado el terrorismo, aunque HizboUah y otras or¬ ganizaciones creadas al amparo de Jomeini continúan la Yihad contra los infieles occidentales.
En absoluto antagonismo respecto de los cacareados preceptos morales islámicos, el régimen Talibán sustentado con el narcotráfico y las relaciones con las mafias rusas promovió el adiestramiento de células terroristas, distribuidas por todo el mundo, con visión geopolítica y estratégica, proyectadas a terminar de construir la revolución musulmana mundial mediante la copia calcada del comunismo al combinar todas las formas de lucha, mecanismo en el que el terrorismo es el eje central de un programa subversivo universal. A 25 años de la revolución iraní, The New York Times, 25 de febrero de 2005, página A-8.
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Por rasgos ancestrales y hereditarios la comunidad árabe y, en general, los musulmanes del Asia Central son personas tímidas y violentas, pues por tradi¬ ción están acostumbrados a imponer toda idea por la fuerza y el terror, liderados por caudillos, guerreros, leyendas épicas y el idealista concepto imbuido por repetición a todas las fuerzas militares del mundo que sus combatientes son los mejores de su género y les corresponde una misión mesiánica para destruir a un enemigo que siempre será inmoral, carente de valores, despiadado, malo, traicionero, cobarde, etc. Es la mecánica de la guerra psicológica dentro del blanco audiencia de las propias tropas, a la que los musulmanes agregan la sobrenaturalidad de Mahoma y el credo de ser una raza única, predestinada e invencible, sin importar los vaivenes que pueda tener la historia. La tradición oral y el repertorio del Corán contribuyen en gran medida a configurar ese imaginario que convence a los extremistas, catalogados como una minoría selecta y predestinada. Desde los inicios de la difusión del Islam, en todos los casos enunciados a continuación el propósito general de la mixmra político-religiosa es preservar las fuentes inspiradoras de la singular pero obcecada teocracia, las cuales esti¬ pulan aspectos básicos de la vida diaria tales como el modo de vestir, bebidas y alimentos prohibidos e incluso reglas sobre la economía y el derecho civil o penal, sin importar la forma de lograrlo.
Igual que sucede con el combate contra la agresión de las guerrillas comunistas en Colombia, el rasgo más significativo del peligro que encarna la intención estratégica de Osama Bin Laden es el desconocimiento por parte de los afectados y de las agencias de seguridad encargadas de combatirlos acerca de cuáles son los planes y proyectos inmediatos y futuros de Al Qaeda.
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Itinerario del terror islámico El itinerario bélico del terror islámico presupone conductas atávicas y no coyunturas temporales ni posiciones particulares de los actuales fundamentalistas, pues demuestra con hechos la tendencia guerrerista y destructiva del extremismo religioso para imponer las particulares ideas por medio del terror interno y externo. En el año 635 d.C., es decir, tres años después de la muerte de Mahoma, los ejércitos de la Media Luna Roja invadieron las poblaciones cristianas en Siria y Palestina. En el año 638 d.C, se apoderaron a sangre y fuego del Santo Sepul¬ cro y de la ciudad de Jerusalén. Un lustro después, conquistaron Persia, Mesopotamia y Armenia, invadieron Egipto y se dispersaron por Túnez, Argelia y Marruecos. En el año 668 d.C., atacaron por primera vez Constantinopla con el claro propósito de destruir el potencial del Imperio Romano y los avances del cris¬ tianismo. Cuarenta y tres años después, durante la primavera del 711 d.C. cru¬ zaron el Estrecho de Gibraltar, y desembarcaron en la península Ibérica para apoderarse de Pormgal y España, donde permanecieron casi ocho siglos, has¬ ta 1492, cuando fueron expulsados de Granada durante el reinado de Boabdil. A lo largo del extenso recorrido de conquistas violentas, incendiaron monasterios y conventos católicos, profanaron iglesias, violaron a todas las mujeres encontradas a su paso e incluso algunas fueron secuestradas para ser integradas en los harenes. Durante el recorrido de sangre y destrucción cruci¬ ficaron cristianos en Córdoba, ahorcaron a cientos de personas en Granada y decapitaron a otras en Toledo, Barcelona, Sevilla y Zaragoza. En desarrollo de la estrategia de terror, reflejo de la absurda crueldad en nombre de Alá, en Sevilla el rey Mutamid adornaba los jardines de su palacio con cabezas cortadas a los infieles. Igual actitud de terror asumió Almanzor rey de Zamora, visir considerado el mecenas de los filósofos, con el calificati¬ vo de «el mayor Hder que haya dado jamás la España islámica». Consolidado el dominio en la península Ibérica, en el año 721 d.C., los arrasadores ejércitos musulmanes incursionaron en Francia por los Pirineos. Para refrendar el poder de las hordas conquistadoras, los guerreros musulma¬ nes masacraron toda la población masculina y convirtieron en esclavos a todos los niños y las mujeres en la ciudad de Narbona.
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En el año 731 d.C., 380.000 soldados de infantería y 16.000 de caballería ocuparon la ciudad de Burdeos, pero en el 732 d.C. fueron derrotados por Carlos Martel en Poitiers-Tours'^^. Pese al estruendoso fracaso bélico, casi un siglo después, en el año 827 d.C., desembarcaron en Sicilia. En el verano del año 846 d.C. entraron en Roma, donde expoliaron las basílicas de San Pedro y San Pablo, además de saquear la ciudad eterna. Para evitar más desgracias el Papa Sergio II accedió a entregar a las hordas musulmanas un tributo anual de 25.000 monedas de plata. De allí siguieron hacia Campania, donde todas las noches violaban a una monja en el altar de la catedraP®. Acciones de barbarie como estas originaron las cuestionadas cruzadas cristianas, para recuperar el Santo Sepulcro y el do¬ minio de la ciudad santa de Jerusalén, además de otros intereses geoestratégicos y económicos del Vaticano. Consumada la toma musulmana de Constantinopla, horrendo y dantesco escenario de las más crueles bajezas humanas, y conformado el imperio otomano, los invasores atacaron a los adversarios con los jem'zaros, también denominados tropas de éHte, que en realidad eran jóvenes reclutados a la fuer¬ za y entrenados para la guerra desde niños en Grecia, Bulgaria, Rumania, Hungría, Albania, Serbia e Italia. Después de ser convertidos al Islam, los jenízaros eran encerrados en los cuarteles islámicos, donde les prohibían casarse o mantener cualquier tipo de relación amorosa o afectiva. En cambio, los jefes fomentaban el estupro entre ellos, además de que los adoctrinaban como ni siquiera Hitler fue capaz de influir en la mentalidad de las Waffen Mientras esto sucedía en Europa, en el por siempre conflictivo Oriente Medio, durante gran parte del siglo XI, el grupo Hachichín, que significa «Or¬ den de los Asesinos», orientada por su fundador Hassan I Sabah, aterrorizó Bagdad, Persia, Siria, y Palestina mediante el asalto sorpresivo y la sangrienta toma de las fortalezas ubicadas en las montañas, acciones de terror que luego extendieron a las áreas urbanizadas.
La victoria de Carlos Martel es una de las razones del odio de Osama Bin Laden contra Occidente. Fallaci, Oriana, Ob. cit, página 58. Fallaci, Oriana, Ob. cit., página 59.
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En el año 1512 d.C. ascendió al trono imperial otomano Seüm o Solimán el Magnífico quien, de acuerdo con las versiones históricas, asesinó a dos herma¬ nos y cinco sobrinos, varios califas y visires para consolidarse en el poder que pretendía fundar el estado islámico europeo. Todo el esplendor del imperio otomano giró en torno a la guerra devastadora y la ocupación sangrienta del territorio de los infieles. Al mando de medio millón de soldados Solimán conquistó Hungría, donde ordenó el secuestro de tres millones de personas, que luego fueron vendidas como esclavos en los mercados de El Cairo, Damasco, Argel y Estambul, nuevo nombre dado a la antigua Constantinopla. Acto seguido, SoHman in¬ tentó dominar Austria, pero como su pretensión fracasó en la retirada ordenó asesinar a mü campesinos, que consideró no servían para venderlos en los mercados de esclavos. La crueldad y la violencia para imponer con las armas las ideas religiosas musulmanas se extendieron por varios países europeos y asiáticos, pero poco a poco el poderoso imperio otomano cayó en decadencia, hasta su desmem¬ bramiento después de la Primera Guerra Mundial en 191 Pese a dicha pérdida de poder musulmán, el reordenamiento geopolítico del planeta después de la Segunda Guerra Mundial motivó el resurgimiento
Con más de 1.200 millones de creyentes, de los cuales el 15% son árabes, el Islam es la religión más extendida en La Tierra después del cristianismo, pero la de mayor crecimiento demográfico. A manera de ejemplo, nótese que en China hay 50 mUlones de musulmanes, en la Unión Europea hay 12 millones, y que Indonesia, con casi 242 millones de habitantes, es el país con mayor cantidad de adeptos a dicha religión.
Otra de las razones del odio de Osama Bin Laden contra Occidente.
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del fundamentalismo islámico, primero para protestar por el nacimiento de Israel y después para atacar la política exterior de los Estados Unidos. Politólogos, historiadores y analistas de la guerra encuentran profunda incompatibilidad de criterios entre la predicación del Corán y la realidad del terrorismo incubado, estimulado y cobijado dentro de los países musulma¬ nes por grupos extremistas y algunos funcionarios oficiales, cuya visión del mundo apunta esfuerzos a ejecutar una guerra integral en los campos reli¬ gioso, económico, social, político, geopohtico y miHtar, mediante un claro mensaje que identifica el enfrentamiento de la cultura musulmana contra la civilización occidental, premeditado por quienes se creen poseedores de la verdad absoluta^b En el intento por resolver la duda, surgen explicaciones valederas tales como el sistemático mensaje de rechazo, arraigado en la mentalidad árabe islámica y en general musulmana tercermundista frente a la civilización occidental, cata¬ logada de infiel, no por carecer de credo religioso, sino por el hecho de no ser practicante del Islam, sumado a la concepción caudilUsta y obsesiva para resol¬ ver cualquier diferencia en torno al fanatismo integrista^^.
La, para los musulmanes extremistas, intolerable diferencia de criterios en la fe, estimula un odio creciente e insepulto contra los cruzados occidentales, que a lo largo de los últimos dos mil años han manejado, permitido o estimulado la presencia de tropas y el traslado de culturas ajenas al Islam dentro del territorio sagrado de Mahoma, o contra sus correligionarios en todo el mundo, principal razón esgrimida por Osama Bin Laden para atacar a los Estados Unidos, España, Inglaterra y los regímenes laicos musulmanes.
Según Oriana Fallaci, el Corán es el nuevo Das Capital, Mahoma es el nuevo Karl Marx, Bin Laden es el nuevo Lenin y el 11-S, la nueva toma de La BasüUa. “ Las lapidaciones contra los inmorales, la persecución a una periodista marroquí que utiHzó trajes occidentales para presentar una noticia en televisión o contra una actriz pakistaní que dio un beso a un hindú en una película, son apenas esbozos de las graves violaciones a los derechos humanos y las libertades individuales en los cerrados sistemas musulmanes.
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Enfrascados en férreos postulados religiosos carentes de esperan2as para generar mejorías sustanciales en la calidad de vida de sus gobernados, acordes con los avances tecnológicos y científicos del mundo contemporáneo, algunos gobiernos musulmanes convirtieron sus estados en espacios cerrados, de difí¬ cil acceso para el resto del mundo e impusieron legislaciones internas aberrantes contrarias a los derechos humanos, tales como el menosprecio por el valor de la mujeE^, la castración femenina, el machismo y el erróneo criterio, según el
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Proseculors say lyman Faris, left, and Nuradin M. Abdi. a Somalí whose indictmeiit was unseaied yesterday, plotted terrorist acts.
El somalí Nuradim Abdi, de 32 años de edad, asilado político desde comienzos de 1999 en Estados Unidos, fue detenido por orden de un juez federal de los Estados Unidos, acusado de apoyar las redes de Al Qaeda y mentir a los oficiales de inmigración, al pedir permiso para saUr del país con destino a La Meca con el supuesto fin de realizar el peregrinaje obligatorio de todo musulmán y luego visitar a un familiar en Alemania. Abdi viajó a Etiopía en compañía de lyman Faris con el fin de recibir entrenamiento militar de guerrillas y manejo de artefactos explosivos para preparar algunos atentados terroristas frustrados contra un centro comercial en Columbus, Ohio. Copiado de The New York Times, 15 de junio de 2004. Página A-14.
En contraste, KLhadijah fue una mujer de origen urbano y avanzada edad que orientó a Mahoma, además de proporcionarle empleo y riqueza. Pese a esa realidad de la importancia femenina en el origen del Islam, los Talibán y los fundamentalistas musulmanes aseguran que la mujer no puede trabajar ni recibir educación, que su rostro no puede ser visto por nadie diferente a los familiares más cercanos, además de que debe someterse a la denigrante castración, pues no tiene derecho a disfrutar del placer sexual reservado para el hombre, o que si el primer hijo es una mujer equivale a una deshonra para la familia.
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cual los combatientes musulmanes, en especial los árabes, son invencibles por¬ que Alá los protege, teoría un poco similar al argumento judío de constituir el pueblo elegido por Dios. Lo extraño es que tales hechos ocurren con el silencio cómpHce de Europa y los Estados Unidos, que inclusive permiten a los musulmanes realizar algu¬ nas de esas prácticas arcaicas dentro del territorio occidental con el discutible argumento del respeto a culturas foráneas y rechazo a la xenofobia, que en la práctica pareciera ser más temor que cautela^'^. Prueba de la exagerada tolerancia es que el 17 de Febrero de 2005 el diario ABC de Madrid denunció que los exmilitares tunecinos miembros del grupo An Nahda de Al Qaeda, comprometidos en un intento de golpe de estado promovido por integristas, ahora controlan algunas mezquitas de Valencia, España, desde donde reclutan más terroristas, que entrenan o envían a recibir entrenamiento en campos clandestinos localizados en los países musulmanes^^.
«Los musulmanes debemos prepararnos lo mejor posible para repeler al enemigo occidental en los campos mUitar, económico, misionero y otras áreas. Es crucial para nosotros ser pacientes, cooperar con rectitud para elevar la conciencia y los postulados de la fe, además de repeler al enemigo que corrompe nuestra religión y el mundo en generab>. Declaraciones de Osama Bin Laden para la revista Nidaul Islam de Arabia Saudita.
Después del 11-S, todos los periódicos y revistas del mundo entero revelan datos o hechos que describen la gravedad del asunto. El 6 de marzo de 2005, John Stevens, ex director de policía metropolitana londinense, desató una
Prueba de esta realidad es que Harakat-ul-Mujahideen, grupo terrorista islámico fundado por Osama Bin Laden y asentado en el Reino Unido, tiene la misión de recolectar dinero para financiar los combatientes musulmanes de Chechenia. “ El grupo terrorista An Nahda se originó en el Movimiento de Tendencia Islámica que infiltró el ejército tunecino con el fin de dar un golpe de estado, pero cuando el plan fue desvelado los terroristas se asilaron en España, y luego se incrustaron dentro de las organizaciones islámicas residentes en Valencia, e inclusive bajo la dirección de Osama Bin Laden, adiestraron más terroristas en Sudán y reclutaron otros en España y Marruecos.
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tormenta poMtica en el Reino Unido al asegurar en un artículo de su autoría publicado en la revista Nem of the World: Hay por lo menos 100 terroristas entrenados por Osama Bin Laden deambulando por las calles de Gran Bretaña, e inclusive la cantidad probablemente se aproxima a los 200, pero la astucia de Al Qaeda nos impide mayor precisión. Todos ellos podrían cometer ataques terroristas devastadores contra nosotros, incluso aquellos que nacieron y cre¬ cieron aquí.
A renglón seguido, el experimentado policía aseguró que es necesario implementar legislaciones más fuertes con algunas restricciones a los dere¬ chos humanos de las personas investigadas, pues la indiferencia y la apatía características de las democracias occidentales para contrarrestar la dimensión de los agresores es repetitiva y peligrosa para la continuidad de las libertades fundamentales de los afectados, como sucedió con los advertidos ataques terroristas el 7 de julio de 2005 en Londres, con la circunstancia agravante de que París, Roma, Alemania y los Países Bajos, son eventuales blancos de accio¬ nes similares.
Los mártires suicidas pululan por todos los estados musulmanes convencidos de que, si se inmolan para destruir al enemigo, llegan a un paraíso de bondades. En medio de esa lógica diabólica, el Uamado enemigo infiel es el malo, mientras que el fiel musulmán siempre será el bueno, creencia repetitiva que transmiten de generación en generación.
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Por la naturaleza de su estructura social y los atavismos culturales, los mu¬ sulmanes estimulan la aparición de caudillos, en quienes cada persona en par¬ ticular quisiera reflejar cualidades propias inexistentes. Mahoma, Ornar el Beduino, Alí el Califa, Soleiman el Magnífico, Gaad Abel Nasser, Anwar El Sadat, Saddam Hussein, Osama Bin Laden, Yassir Arafat, Moammar Gadaffi, el Ayatolá Khomenei, el Mulá Ornar, conocieron a tiempo esta premisa a la perfección. Por ese motivo los muftis, los emires, los imanes, los visires, los sultanes, los ayatollás, los Muías y demás dirigentes religiosos musulmanes, pueden exa¬ cerbar sentimientos y fortalecer polos de atracción desde las mezquitas, para incorporar más mártires a la causa anticruzada, dispuestos a morir por los Mderes o por sus creencias.
El fallido proyecto de la República Árabe Unida y el Panarabismo Las raíces del acmal narcoterrorismo, que para colmo de males puede virar hacia el terrorismo nuclear, provienen del convulsionado escenario de la pos¬ guerra, caracterizado por los llamados conflictos de baja intensidad, cuando Egipto, el estado más moderado y moderno del submundo islámico, presidido por Gaad Abel Nasser pretendió, en la década de los cincuenta, conformar una poderosa nación musulmana denominada la República Árabe Lfnida, que agrupara a Irak, Siria y Egipto^'’, con la intención de promover una enorme alianza panarabista y asfixiar el crecimiento de Israel, o por lo menos para crecer en igualdad de condiciones con el poderoso estado judío. En contraste con la intención unificadora árabe, las pugnas internas de orden poKtico y religioso entre chutas y sunitas, instigadas por recalcitrantes extremistas ultra conservadores del Islam, asentados en gobiernos y dentro de los diferentes niveles de la organización social en el Medio Oriente y el Golfo Pérsico, promovieron la guerra contra los judíos con base en la doctrina sub¬ versiva soviética de la combinación de todas las formas de lucha, e impidieron que se concretara el ambicioso proyecto geoestratégico egipcio, con la cir¬ cunstancia agravante de que pese al poderío bélico en las guerras de 1956, “ Esta es la razón por la cual la franja blanca de la bandera iraquí contiene tres estrellas verdes. 74
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1967 y 1973, los estados musulmanes fueron derrotados por las cohesionadas tropas hebreas, e incluso perdieron territorios que hoy son causa de intensas disputas, para unos ocupados y para otros en discusión.
El carismático Hderazgo de Gaad Abel Nasser, puesto a prueba durante la guerra de 1956, la fallida República Árabe Unida y las tensiones que permitieron el fortalecimiento de Israel como estado, fueron seguidos por el nacimiento de la Organización para la Liberación de Palestina, OLP, más el recrudecimiento de los grupos extremistas musulmanes, además de que los principales líderes fimdamentalistas son de origen egipcio, en contraste con la visión general de sus últimos cuatro gobernantes, abierta hacia occidente.
Adoctrinados por enseñanzas de guerra subversiva transmitidas por ins¬ tructores soviéticos, sin ser comunistas ni tener la intención de serlo, algunos nacionalistas palestinos fundaron el Frente Popular y otros crearon la Organi¬ zación para la Liberación Palestina, con células diseminadas por el Viejo Con¬ tinente con amplias ramificaciones en Alemania, Italia, España, Estados Unidos, Francia, Turquía, Egipto, Sudán, Túnez, Siria, Líbano, Irak, Irán, Jordania y Arabia Saudita, simación coyunmral que marcó el inicio de la globalización del terrorismo. A finales de la década de los sesenta, las células del Frente para la Libera¬ ción Palestina desataron oleadas de terror mediante el secuestro de aeronaves, intifadas^^ y atentados selectivos contra Israel; e indujeron a más facciones islámicas extremistas a atentar contra otros objetivos, por errores de cálculo evaluados por los estrategas de Occidente como actos aislados, pese a estar ligados por un cordón umbilical, como lo demostraron los hechos posteriores con el terrorismo patrocinado por el estado Ubio, la intransigencia violenta del Ayatolá Jomeini y la aparición de Al Qaeda. Levantamiento armado palestino para desarrollar la guerra santa contra Israel.
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En aras de neutralÍ2ar la acción corrosiva de los terroristas inspirados en el odio contra Israel, causa y razón de las cuatro guerras que culminaron con la consolidación y ampliación geográfica del estado judío, en 1977 el presidente egipcio Anwar El Sadat visitó por sorpresa Jerusalén, e inició conversaciones de paz, selladas dos años más tarde con un significativo acuerdo de no agre¬ sión firmado en Camp David, Estados Unidos, osado gesto poMtico que le costó la vida en un atentado terrorista perpetrado durante una ceremonia mi¬ litar por extremistas infiltrados dentro del ejército egipcio, audaz magnicidio que multiplicó los adeptos a las agrupaciones clandestinas integristas orienta¬ das por la escuela wahahi^^, que no admite ninguna solución al problema palestino-israeK, diferente a la guerra santa contra los infieles occidentales y la desaparición del estado hebreo; posición extremista corroborada por los salafistas^^. Las dificultades socio-políticas del Medio Oriente no eran las únicas del planeta, pues durante la década de los años sesenta el mundo entero entró en convulsión. Surgieron movimientos pacifistas en Estados Unidos y Europa, contra la guerra en Vietnam, sucedió la famosa Primavera del 68 en París, prosperó la época de los hippies con la liberación total de la mujer occidental; sobrevino el crecimiento del nacionalismo árabe, matizado de extremismo re¬ ligioso, y el consecuente estancamiento de la idea panárabica surgida en Egip¬ to, al tiempo que se produjo el fortalecimiento de las guerrillas comunistas y de las dictaduras latinoamericanas.
Terrorismo palestino, primera señal de alerta de la agresión contra Occidente El odio contra Israel y el consecuente fracaso del Panarabismo propuesto por Nassar repercutió en la multiplicación de organizaciones subversivas terroristas Línea de pensamiento integrista alrededor de la Sharia establecida en el siglo XVIII en las escuelas de pensamiento islámico, fundada por Muhammad ibn Abd al-Wahab, definida como la ley oficial de Arabia Saudita desde su fundación en 1932. Es uno de los tres componentes principales de la Sunna junto con la Hermandad Musulmana y el Deobandis. Producto de las guerras libradas por esta secta contra los chiitas infieles, los descendientes de al-Wahab son considerados sheiks o guerreros iluminados. Visión ultra conservadora de los wahabbistas, encabezada por Osama Bin Laden en Afganistán, que originó el salafismo marroquí y argelino.
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en el Medio Oriente. Al-Fatah''°, la OLP-ELP, el Frente Popular para la Libera¬ ción de Palestina y el Frente Democrático Popular para la Liberación de Palesti¬ na perpetraron numerosas acciones terroristas de magnimd, tales como los asesinatos de varias personas, entre ellos el Presidente de la American University en Beirut, Malcom Kerr, el 18 de enero de 1970; del embajador norteamericano Cleo Alien Noel y de George Curtís Moore en Khartum, Sudán, en marzo de 1973; el embajador norteamericano Francis E. Meloy y Robert O. Waring en junio de 1976 en Líbano, así como el secuestro, en septiembre de 1970, de un avión de Pan Am en peno vuelo desviado hacia Ammán, Jordania.
Pero el estímulo anti judío y anticapitalista norteamericano adquirió nuevas dimensiones desde mediados de la década de los 70, cuando empezó la ejecución de actos terroristas inspirados por el fundamentaUsmo religioso de origen musulmán, el cual venía en ascenso desde los albores del siglo XX con las luchas de las comunidades árabes contra el colonialismo, y la progresiva identidad intelectual hallada en las enseñanzas religiosas transmitidas a los estudiantes del Islam en las madrasas^’ de Egipto y de algunas regiones del Golfo Pérsico.
“ El principal grupo palestino era Al Fatah, creado en 1962 por Yassir Arafat y Slah Khalaf, con base en cinco principios del nacionalismo palestino: 1. Liberación de Palestina, 2. Lucha arma¬ da, 3. Autoorganización palestina, 4. Cooperación con fuerzas árabes amigas. 5. Fuerzas inter¬ nacionales favorables. Escuelas de estudio del Islam.
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Por ende, los orígenes del integrismo tienen raíces históricas. A partir de 1926, el sunita Abdul Asís Ibn Saúd concretó importantes alianzas de las tri¬ bus de la península Arábiga, con quienes fundó en 1932 el reino de Arabia Saudita para constituir el primer país del mundo árabe que en el siglo XX, situación coyuntural que indujo a la plena aplicación del wahabbismo, el cual establece que las leyes religiosas constituyen la normatividad del Estado, que de paso fortaleció la constante dicotomía que impide diferenciar lo poKtico de lo religioso en el Islam. A partir de ese momento el integrismo musulmán desplegó un inusitado y permanente proceso de crecimiento que, en contraste con la aparente inercia de comienzos del siglo XX, impulsó la lucha ideológica, política y religiosa contra la cultura occidental sin que ningún Kder o conductor de los países afectados haya asumido la responsabilidad histórica de enfrentar el fenómeno en la dimensión integral. En 1972, desde Ammán, Jordania, el médico George Habash, fundador del Frente Popular para la Liberación Palestina^^, responsable directo de la mayor parte de los atentados terroristas de la década de los años setenta, advirtió algo que quedó en el olvido del mundo entero, empecinado en ese momento en resolver los continuos avatares de la guerra fría y en catalogar el conflicto del Medio Oriente como un fenómeno local:
Nuestra lucha es una etapa de la revolución mundial. No se limita a la reconquista de Palestina. Hay que ser honestos y admitir que queremos llegar a una guerra como la de Vietnam, no sólo en Palestina sino en todos los países árabes. Los palestinos formamos parte de la nación árabe, y por lo tanto es necesario que toda esa nación entre en una guerra contra América y Europa. Que desencadene una guerra total contra Occidente. Y la desencadenará. Que América y Europa sepan que estamos apenas en el principio. Que lo mejor está aún por llegar. Que de ahora en adelante no podrá haber paz para ellos.
En el mundo actual nadie es inocente ni neutral. 0 se está con los opresores o con los oprimidos. Quien se desinterese en los asuntos políticos bendice el orden prevale¬ ciente impuesto por las clases gobernantes y las fuerzas explotadoras.
Agrupación terrorista que discrepaba en algunos asuntos ideológicos con la Organización para la Liberación de Palestina, fundada por Yassir Arafat.
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Después de los sucesivos secuestros de aeronaves que viajaban desde Eu¬ ropa hacia Tel Aviv, George Habash y Wadi Haddad crearon la alianza inter¬ nacional que realizó las primeras campañas de terror en Europa a comienzos de los setenta, cuando con el apoyo de millonarios jeques petroleros, fanáticos religiosos, donantes voluntarios y la asesoría militar de la Unión Soviética cons¬ truyeron campos de entrenamiento de guerrilleros con carácter transnacional.
Sin aprender de los errores de los mandatarios árabes de la época, Yassir Arafat comprometió a su pueblo en dos guerras catastróficas. Una en Jordania, en 1970-1971, y otra en Líbano, 19751982. En términos generales su gobierno se caracterizó por la corrupción y la manipulación del sentimiento popular, basándose en un esquema de gobierno similar al de los fracasados nacionalistas de la década de los años cincuenta.
El secuestro y la muerte de los deportistas israelíes en los politizados jue¬ gos olímpicos de Münich- Alemania, en 1972, perpetrado por la célula terro¬ rista septiembre negré'^, puso de manifiesto a los países occidentales que las acciones ofensivas de los extremistas musulmanes no sólo afectaban a los in¬ tereses de Israel, sino que constituían un enorme reto para el mundo entero. El fatal desenlace de las negociaciones y el fallido rescate efectuado por las fuerzas de seguridad alemanas planteó la necesidad de todos los estados de preparar unidades especializadas en operaciones de alto riesgo para rescatar rehenes e impedir que se masificara la práctica de los secuestros a las aeronaves
Grupo terrorista cercano a Yassir Arafat, fundado en septiembre de 1970, luego de una con¬ tundente incursión de las Fuerzas de Defensa Israelíes contra un asentamiento palestino donde se escondían células terroristas que atacaban la frontera de Israel y luego se protegían entre los refugiados de los cuales murieron varios civiles inocentes, desafortunada simación repetitiva a lo largo de la sangrienta guerra.
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para pedir la Liberación de los presos palestinos, encerrados en las cárceles israelíes. Cada acción terrorista palestina generó respuestas inmediatas y contunden¬ tes del Estado de Israel. El espectacular rescate de más de 100 rehenes en el aeropuerto de Entebbe, Uganda, secuestrados en pleno vuelo por terroristas alemanes y palestinos, rayó los límites de la realidad con la ficción y demostró la tecnificación de las fuerzas especiales, la capacidad de sabotaje de los agen¬ tes de inteligencia estratégica en territorio enemigo y la habilidad operacional para coordinar medios tecnológicos de guerra convencional con una situación de guerra irregular en un ambiente hostil.
Hizbollah: antesala de Al Qaeda El fundamentaUsmo islámico o islamismo político es considerado por el mun¬ do occidental como uno de los factores perturbadores para la estabüidad de los frágües gobiernos de África, Asia y el Medio Oriente, pero también para el resto de los países, como lo demuestran los dramáticos atentados en Erancia, Argentina, España, Estados Unidos, Rusia, Filipinas e India. No obstante, las profundas divergencias entre chiitas y sunitas, gran parte de la metodología y los objetivos de Al Qaeda para globaUzar el terror más allá de las fronteras islámicas fueron aprendidos o heredados de Hizbollah, agru¬ pación terrorista creada en 1982 por el Ayatolá Khomenei en Irán, con el velado propósito de destruir al odiado enemigo israeh para propugnar la crea¬ ción de un Estado islámico en Líbano, espacio geoestratégico ideal para la difusión integrista, donde el Islam constituya el único principio que rija tanto la vida pública como privada de sus habitantes. La primera acción terrorista de trascendencia internacional perpetrada por Hizbollah sucedió el 2 de abrñ de 1983, cuando las denominadas células revo¬ lucionarias árabes Al Kassan, hicieron explotar una bomba contra un avión comercial de la compañía norteamericana TWA, ataque en que murieron cua¬ tro pasajeros, tres de ellos griegos y un estadounidense. Dos semanas después, el 18 de abril de 1983, la Embajada de los Esta¬ dos Unidos en Beirut fue atacada por suicidas pertenecientes a la Yihad Islámica, quienes explotaron un coche-bomba que mató a 63 personas e hirió a 120 más. 80
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Seis meses más tarde, el 23 de octubre de 1983, HizboUah demostró con creces mediante dos demoledores ataques terroristas los alcances de las frases pronunciadas por el Ayatolá Khomenei cuatro años antes sobre atacar al ene¬ migo satánico occidental y no sólo a Israel o los Estados Unidos, cuando un camión cargado con cinco toneladas de explosivo fue lanzado contra las puer¬ tas de las barracas del Batallón de Desembarco Anfibio de los Estados Uni¬ dos, estacionado en el Aeropuerto Internacional de Beirut. La explosión causó la muerte de 241 infantes de marina. De manera simul¬ tánea, otra célula terrorista atentó contra un destacamento de paracaidistas franceses, donde murieron 58 militares, lo cual determinó la retirada de las fuerzas militares estadounidenses de Líbano. Dos meses después, fundamentaüstas de HizboUah resarcieron la reaUdad de la agresión contra occidente. El 12 de diciembre de 1983, en Kuwait City, terroristas islámicos chutas hicieron explotar dos coches-bomba que causaron 5 muertos y 86 heridos en cercanías de las embajadas de los Estados Unidos y de Francia. El siguiente acto terrorista trascendental ocurrió el 16 de marzo de 1984, cuando el jefe de estación de la CIA en Líbano, WiUiam Francis Buckley, fue secuestrado, torturado y asesinado tras 15 meses de cautiverio por fundamentaUstas chiitas de HizboUah. La oleada de terror continuó. El 20 de septiembre de 1984 murieron más de 20 personas al explotar una bomba en oficinas di¬ plomáticas de Estados Unidos, en la capital Ubanesa. El 12 de abrU de 1985, la guerra santa de los fundamentaUstas musulmanes se trasladó a España cuando, en coordinación con elementos de ETA contactados en los campamentos conjuntos de Líbano, que les apoyaron con informes de inteUgencia, HizboUah hizo estaUar un artefacto explosivo que causó 18 muertos y 84 heridos en el restaurante El Descanso de Madrid, el cual era frecuentado por mUitares estadounidenses. Después vinieron el secuestro en Atenas del vuelo 847 de la Knea aérea TWA, el ataque contra el buque Achille Lmuto con el asesinato del ciudadano norteamericano León KUnghoffer, el ataque con armas de fuego en el área de chequeo de pasajeros de las aerolíneas TWA y El-M en el Aeropuerto Fiumicino de Roma, donde hubo 16 muertos y 80 heridos. A los anteriores hechos se suman el estalUdo de una bomba dentro de un Boeing 727 de Pan Am, que cubría la ruta Roma-El Cairo, el secuestro 81
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de un avión de Pan Am en Karachi, Pakistán, y la explosión de una bomba trampa oculta en una caja de chocolates en la American University en Líbano. Producto de los resonantes actos de terror contra los infieles realizados por HizboUah, aparecieron nuevas células de integristas palestinas. Así, el 14 de diciembre de 1987 fue fundado el grupo Hamas en Palestina, después del comienzo de la intifada. Acto seguido, milicias pro-iraníes secuestraron y ase¬ sinaron a WiUiam R. Higgins, Jefe de la Misión de las Naciones Unidas de Supervisión de la Tregua. Ese mismo año, estalló sobre Lockerbie, Escocia, un avión de la Knea aérea Pan Am. El atentado fue realizado por una organiza¬ ción terrorista palestina con apoyo iraní y de funcionarios de inteligencia del gobierno libio'^'^. El 3 de junio de 1989 murió en Teherán el Ayatolá Jomeini, y sin que se produjeran signos de inestabilidad poKtica, sus sucesores mantuvieron simila¬ res criterios en torno al terrorismo religioso para desestabüizar a occidente. Ese mismo mes, el general Ornar Hassan Ahmad al Bashir tomó el poder en Sudán con el propósito de afianzar otra nación integrista, base de entrena¬ miento de diversas organizaciones terroristas islámicas, cuyo objetivo princi¬ pal es atentar contra las autoridades e instituciones de los países de la región para impulsar gobiernos fundamentaUstas. El 17 de marzo de 1992 se produjo en Buenos Aires, Argentina, un atenta¬ do suicida contra la Embajada de Israel, atribuido a HizboUah, el cual ocasio¬ nó 29 muertos y 250 heridos*'^. Dos años después fue Uevado a cabo otro atentado terrorista en la misma ciudad, esta vez contra la asociación judía AMIA, el cual dejó 87 muertos y más de trescientos heridos*"^.
17 años después, Moammar Gadaffi indemnizó a las víctimas, renunció al terrorismo, abrió las puertas a diplomáticos y negociantes occidentales y finalizó todos los programas de armamentismo nuclear, biológico y químico en Libia. Años después, por medio de la interceptación de llamadas telefónicas realizadas en Buenos Aires, los servicios de inteligencia establecieron la relación de la Embajada de Irán en 7\rgentina con el atentado contra la Embajada de Israel. Al adjudicarse el atentado suicida contra un autobús cargado de pasajeros en Israel ese mismo año, HizboUah expresó el elevado grado de fanatismo reUgioso al afirmar: «No estamos explotan¬ do a Dios para matar civiles, pero Dios nos ha ordenado reaUzar una lucha santa y estamos cumpUendo las órdenes de Dios. Nuestra guerra con los judíos es como venerar a Dios».
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Crecimiento del Islam Impregnado por el credo colecdvo que presume superioridad guerrera, étnica y de preceptos morales, el férreo esquema político-reHgioso islámico concibe parte de la expansión demográfica basándose en la enorme tasa de natalidad destinada a inundar el planeta de musulmanes, grupo religioso más prolífico del mundo, en especial porque las enseñanzas derivadas del Corán autorizan la poligamia e inducen a pensar que toda mujer es un vientre destinado para parir mínimo cinco hijos^^. Prueba fehaciente de esta conclusión es que las estadísticas de la ONU atribuyen a los musulmanes una tasa de crecimiento anual del 4,6% al 6,4%, mientras los cristianos crecen en promedio el 1,4% durante el mismo período. En forma más explicativa de lo que pareciera una estrategia preconcebida, en 1974 Bumedian aseveró en Argelia: Un día millones de hombres abandonarán el hemisferio sur para irrumpir en el hemisfe¬ rio norte. Y no lo harán precisamente como amigos. Porque irrumpirán para conquistar¬ lo. Y lo conquistarán poblándolo con sus hijos. Será el vientre de nuestras mujeres el que nos de la victoria^®.
Por la misma época, EHjah Muhammad, musulmán nacido en los Estados Unidos y ardoroso líder dentro de las ya crecientes comunidades islámicas norteamericanas, propuso la difusión de los dogmas religiosos con base en la búsqueda de adeptos, complementaria a la estratega del vientre, es decir, a poblar el mundo con musulmanes: Convertir, convertir, convertir. Hermanos, pronto tendremos que convertir incluso a los diablos blancos. Convertir será una necesidad inderogable, porque sólo liberando a los Estados Unidos podremos liberar a Europa, es decir, a todo Occidente.
En dos libros timlados Ym rabia del orgullo y luí fuerya de la ra‘:(ón, la periodista italiana Oriana FaUacci describe con todo lujo de detalles hechos punmales que señalan que la expansión del Islam ha sido constante en Europa, a la que denomina con sarcasmo Idurabia a la vez que señala que no existe ninguna diferencia procedimental entre los musulmanes extremistas y los no funda-
FaUad, Oriana, Imfuerza de la rai^n, Editorial Ateneo, página 58. FaUaci, Oriana, Ob. cit., página 60.
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La conversión al Islam del cristiano Cassius Clay, campeón mundial de boxeo en la categoría de los pesos pesados, tras negarse a ir a la guerra de Vietnam, marcó el comienzo del paso de muchos deportistas y de miles de norteamericanos de raza negra a las sectas islámicas diseminadas por el territorio estadounidense.
mentalistas, pues desde la óptica de la investigadora todos persiguen los mis¬ mos objetivos o forman parte de la misma estrategia. Estos son algunos apartes; En esa Suiza en la que los hijos de Alá son ya más numerosos, más potentes, más arrogantes que en La Meca, se aprobó el artículo 261 del Código Penal en virtud del cual un inmigrante musulmán puede ganar cualquier proceso ideológico, sindical o pri¬ vado si apela al racismo religioso y a la discriminación racial.
Esa ONU que, despreciando olímpicamente la Declaración Universal de los Derechos Humanos, texto que los países musulmanes nunca han querido suscribir, publicó en 1997 un documento que ya en el prólogo dice: «Todos los derechos estipulados en la siguiente declaración están sujetos a la Ley Islámica, la Sharia, única fuente de referen¬ cia en los países islámicos en lo que a derechos humanos se refiere».
... es en Inglaterra y no en Francia donde viven los cerebros de esta ofensiva. Los teólogos, los ideólogos que teorizan sobre ella. Los imanes que la gestionan. Los polí¬ ticos que la apoyan. Los periodistas y los intelectuales y los editores que la propagan. Y los petro-banqueros, y los
Tío Güito que la financian. Es decir, los jeques, los emires,
los sultanes que poseen los edificios y los hoteles más bellos de Londres
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Allí viven los terroristas más peligrosos del mundo. Miembros de Al Qaeda, de Al Ansar o de Mamas, que incluso la islamizadísima Francia ha expulsado. Individuos cuya extra¬ dición llevan años pidiendo sus países de origen -por ejemplo Egipto, Argelia, Túnez o Marruecos-, para poder procesarlos, pero que a la vez Londres no entrega porque son refugiados políticos o ciudadanos ya nacionalizados. Uno de ellos es el Imán de la mezquita de Finsbury, que en 1988 ordenó asesinar a cuatro occidentales en Saná®^ Existe en Inglaterra una organización llamada Parlamento Musulmán, cuyo primer obje¬ tivo consiste en recordar a los inmigrantes que no están obligados a respetar las leyes inglesas... «Para un musulmán, respetar las leyes del país que lo acoge es algo faculta¬ tivo. Un musulmán tiene que obedecer la Sharia y punto». En Alemania la mafia fundamentalista obliga a los inmigrantes a detraer del salario la llamada Tasa Revolucionaria, que sirve para financiar los partidos islamitas de Turquía. El mismo discurso vale para Holanda, donde cada año irrumpen entre treinta y cuarenta mil musulmanes, que de la lengua holandesa ni siquiera aprenden a decir bedankdt, es decir, gracias. Allí tienen, desde 1981, sus propios barrios, sus propios sindicatos, sus propios hospitales, sus propias escuelas, sus propios cementerios y se construyen mezquitas a expensas del estado.
«Pero, sobre todo, el discurso vale para España. Desde Barcelona hasta Madrid, desde San Sebastián a ValladoUd, desde Alicante a Jerez de la Frontera, donde se encuentran los terroristas mejor adiestrados del continente. Y desde Málaga a Gibraltar, desde Cádiz a Sevilla, desde Córdoba a Granada, los ricachones marroquíes, la realeza Saudita y los emires del Golfo Pérsico han comprado las más bellas tierras de toda la región». Oriana Fallacci, La fuerza de la razón. Nota del Autor: De no ser contenida a tiempo, dicha transnacionalización circunstancial pare¬ cería marcar el inicio del derrumbe de la civilización occidental por absorción de materia.
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En Holanda financian la propaganda y el proselitismo, premian con seis mil dólares por cabeza a las conversas que dan a luz un varón, regalan mil dólares a las mujeres y las niñas que llevan hijab en la cabeza. Esa España en la que casi todos los españoles creen todavía en el mito de la Edad de Oro de Andalucía, y consideran la Andalucía Musulmana como un paraíso perdido. Esa España donde existe un movimiento político que se denomina Asociación para el Retorno de Andalucía al Islam, y donde el histórico barrio del Albaicín, a pocos metros del convento en el que viven las monjas de clausura devotas de Santo Tomás, se inauguró el año pasado la gran mezquita de Granada con su centro islámico.
España es el país europeo en el que el proceso de islamización se realiza con mayor espontaneidad y en el que el proceso lleva más tiempo. Los fundadores de la asocia¬ ción para el retorno islámico no fueron musulmanes, sino españoles de extrema iz¬ quierda que, desilusionados por el aburguesamiento del proletariado y, por lo tanto, deseosos de entregarse a otras místicas ebriedades, descubrieron el Dios del Corán y pasaron de Marx a Mahoma. De inmediato, los ricachones marroquíes y la realeza Saudita y los emires del Golfo Pérsico se precipitaron a bendecirlos con dinero y la asociación floreció.
En 1979, el obispo de Córdoba les permitió celebrar la fiesta del sacrificio en la que degüellan corderos dentro de la catedral. Crucifijos arrancados, vírgenes tiradas por el suelo, criadillas de cordero en las pilas bautismales. De allí pasaron a Sevilla y luego regresaron al barrio del Albaicín de Granada, un verdadero estado musulmán dentro del estado español. Un feudo islámico que vive con sus propias leyes, instituciones, mata¬ dero, periódico, bibliotecas, escuelas que enseñan a memorizar el Corán, talleres artesanales, bancos e incluso con su propia moneda, dado que ahí se comercia con monedas de oro y de plata acuñadas según el modelo de los dirham de la época de Boabdil, el último rey árabe en Granada.
De la amenaza soviética a la agresión islámica En asuntos de alta estrategia para la defensa nacional, los estados analizan y evalúan las posibilidades bélicas de los enemigos potenciales y actuales, defini¬ dos entre la amenaza, que implica probabilidad, y la agresión, que equivale a situaciones concretas de guerra. En ese orden de ideas, los ataques terroristas, el tráfico de armas, el lavado de dinero y el narcotráfico son agresiones contra la estabilidad de occidente, pues configuran alteraciones sustanciales de la paz del planeta y no simples problemas policiales aislados. 86
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Desde tiempos inmemoriales las relaciones entre reinos, estados-naciones o bloques económicos han sido tirantes porque encarnan ambiciones geopolíticas particulares. Dentro de ese esquema de interacciones, por lo tan¬ to, ni las naciones o los estados, dotados con poder militar suficiente, han sido ajenos a la expansión geográfica de su poderío económico, político, militar, diplomático y geográfico. El triunfo de la revolución bolchevique que depuso por la fuerza de las armas a los zares en Rusia a comienzos del siglo XX originó la poderosa máquina de guerra ostentada durante siete décadas por la Unión Soviética. Esto constimyó el as bajo la manga para impulsar la bipolarización ideológica al final de la Segunda Guerra Mundial, mediante la continua exportación moscovita hacia todo el planeta de modelos revolucionarios armados con fines subversivos-totalitarios gracias a la combinación de un credo ideológico fuer¬ te y la destreza en acciones terroristas propias de la guerra irregular, que ensoberbecen y hacen reaccionar con torpeza a las fuerzas regulares que com¬ baten contra las guerrillas politizadas. Entre tanto, el poderío político, militar y económico de los Estados Uni¬ dos, desatado a la par con el desarrollo tecnológico y la conveniencia de con¬ trolar los flujos de capital para demostrar integridad y predominio de sus empresas multinacionales sin fronteras, sobreextendió el frente de influencia económica e intereses geopolíticos y estratégicos, lejos del alcance real de sus armas y medios de reacción militar. Por esa razón, y para suplir dicha limitación, los estrategas del Pentágono incrementaron y estimularon la desenfrenada carrera tecnológica del armamentismo, cada día más sorprendente y refinada, en particular para con¬ trarrestar la amenaza de las cabezas nucleares en poder de la Unión Soviética, que les declaró la guerra integral mediante acciones diplomáticas, de investiga¬ ción académica, propagandísticas y de ofensivas tácticas mediante la calculada acción corrosiva de los focos guerrilleros terroristas incrustados en el Tercer Mundo. Así, el denominado mundo Hbre, que en conjunto articula la civilización cris¬ tiano occidental encabezada por los Estados Unidos y la Unión Europea y arti¬ cula al estado de Israel, que enfrentó y superó con éxito la persistente agresión marxista-leninista durante el período de la guerra fría, dejó atrás diferencias ideo¬ lógicas que parecían insuperables en el ordenamiento político-económico, para 87
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enfrentar sin cohesión la nueva realidad, materializada por la agresión islámica extremista, reconocida en forma tardía después de los ataques terroristas del 11Syelll-M. El candente fenómeno geopolítico-religioso se fortaleció a partir de la arbi¬ traria repartición del planeta cuando finalizó la Segunda Guerra Mundial y comenzó la llamada guerra fría, que además de robustecer diferencias ideoló¬ gicas con marcados intereses geopoMticos, estratégicos y económicos de los bloques capitalista y socialista permitió el florecimiento paralelo de odios incu¬ bados durante siglos por el fundamentalismo musulmán contra toda forma de civilización judía o cristiana, acrecentados en particular por el fin del colonia¬ lismo y el nacimiento del estado de Israel en territorio ocupado durante siglos por los palestinos, con la venia de Estados Unidos e Inglaterra. De manera curiosa, mientras Palestina estuvo sometida por los turcos y después por los británicos, los musulmanes no reclamaron que esa franja del planeta llegara a ser un estado palestino autónomo e independiente, pero a partir* del nacimiento de Israel exacerbaron odios religiosos incubados desde orígenes bíblicos entre los dos pueblos, extendidos al mundo entero hasta el extremo de la amenaza del uso de las armas de destrucción masiva con fines terroristas contra cualquier nación occidental.
Todas las organÍ2aciones clandestinas fundadas y financiadas por los musulmanes para desarrollar la Yihad o guerra santa contra los infieles judíos en Palestina durante la década de los setenta recibieron entrenamiento y asesoría política de funcionarios oficiales soviéticos, quienes estaban interesados en generar caos en todos los puntos del planeta para fortalecer la calculada destrucción del capitalismo y construir a largo plazo un sistema totalitario mundial, concordante con las predicciones de Marx y Engels.
El Kremlin no ahorró esfuerzos en aras del pretendido desmoronamiento capitalista. Surtió abiertamente con armas de fabricación rusa a los ejércitos de los nacientes estados-naciones de Egipto, Jordania, Siria, Sudán, e Irak, comprometidos en las diferentes guerras contra Israel en 1948, 1956, 1967 y 1973. 88
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Al mismo tiempo, envió agentes especializados en sabotaje, toma de rehe¬ nes, secuestro de aeronaves, propaganda o desinformación y organización de redes clandestinas para capacitar fedayines, es decir, milicianos musulmanes y simpatizantes o terroristas japoneses, búlgaros, holandeses o alemanes en los campos de entrenamiento de HizboUah en el Valle de Bekka en Líbano, o los facihtados en sus propios países por los gobiernos comunistas en Cuba, Bulgaria, Hungría y Vietnam, con el patrocinio de la Unión Soviética. La metodología desestabilizadora enseñada por los soviéticos les fue como anillo al dedo a los musulmanes extremistas, puesto que encontraron en las enseñanzas subversivas coincidencias procedimentales y similitudes útiles, ta¬ les como la orientación básica a partir de un credo ideológico que para los comunistas eran las tesis de Marx, Lenin y Engels, y para los extremistas fue¬ ron el Corán y la Sharia. Asimismo, copiaron el sistema de la organización celular de guerrillas mó¬ viles incrustadas dentro de la población civil, basado en la conspiración y la clandestinidad para lanzar ataques sistemáticos contra los epicentros locales y nacionales de poder político, económico, militar y psicológico del adversario.
Dentro de ese proyecto articulado de guerra subversiva prevista para desgastar al adversario durante la última parte de la guerra fría, Yassir Arafat, jefe de la OrganÍ2ación para la Dberación Palestina, OLP, mantuvo estrechas relaciones con la Unión Soviética, mientras que los terroristas alemanes de orientación comunista integrantes de la banda Baaden Meinhoff y los italianos de las brigadas rojas participaron en acciones conjuntas con los palestinos y estuvieron muchas veces en los campos de entrenamiento en Líbano, bajo el auspicio del gobierno sirio.
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Por la misma época, el gobierno libio promovió diferentes reuniones inter¬ nacionales en aras de la integración operativa de grupos terroristas de todos los rincones del mundo, casi todos auspiciados por la Unión Soviética o sus satélites, hasta el punto de que intelecmales europeos encabe2ados por el politólogo francés Jacques Berger sugirieron la existencia de una red interna¬ cional del terror, mientras que los guionistas de cine y televisión idearon per¬ sonajes imaginarios como Supermán, Batman, etc., destinados a salvar a la humanidad del caos. Mientras que los gobiernos de los países occidentales se enfrentaban a medias a la persistente acción desestabilizadora de la guerra fría soviética, los fundamentalistas extendieron el estudio calculado de la Sharia entre la Hermandad Musulmana hasta convencer a miles de jóvenes de que la guerra santa es la única solución para universalizar el credo islámico, réplica de conveniencia procedimental aprendida del comunismo, por medio de acciones de guerra subversiva tales como ubicación de áreas base en regiones controladas por los extremistas, incrustación de células multiplicativas de Kderes o difusores de la fe, terrorismo despiadado contra el «enemigo infieb>, articulación de empre¬ sas-tapadera, instalación de células activas y durmientes en el seno del enemi¬ go, propaganda y búsqueda permanente de reconocimiento internacional. Por una u otra razón los afectados fueron incrédulos ante la intencionalidad estratégica de los fundamentalistas islámicos, materializada en osadas acciones terroristas tales como los secuestros de aeronaves en la década de los setenta, las masacres en el aeropuerto de Lod y en la Villa OKmpica de Münich, accio¬ nes audaces que desencadenaron las contundentes respuestas de Israel en Entebbe, el sur de Líbano y más adelante con la eliminación selectiva de los inspiradores de las células terroristas en la franja de Gaza y Cisjordania. Una de las razones que explican dicha indiferencia incubada en las mentes de la culmra occidental es que, antes del 11-S, los grupos terroristas atacaban blancos selectivos representados en dirigentes políticos, aviones comerciales o corporaciones multinacionales por medio de armas convencionales de bajo poder letal, con propósitos políticos definidos a nivel local o regional. A partir de mediados de la década de los noventa, terroristas financiados con dinero suministrado por traficantes de narcóticos apuntaron contra pobla¬ dores civiles con la intención calculada de causar daños con armas de enorme letalidad que les proporcionen amplia difusión internacional. Tal proceso 90
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evolutivo explica la innegable proyección de los terroristas para utilizar armas nucleares, químicas o biológicas de destrucción masiva. Desde comienzos de la guerra subversiva palestina, inspirada en el odio antijudío y estimulada por la frialdad y la doble moral leninista, los comunica¬ dos y el pensamiento de la militancia integrista musulmana esmvieron carga¬ dos de frases con sólido contenido antioccidental, antijudío y anticristiano, contra el bloque infiel representado por Israel, Estados Unidos, Inglaterra y en general los países que no fueran islámicos, e inclusive que practicaran la religión de Mahoma, pero que fueran gobernados por laicos y no por los Mu¡á/° o los ayatolás que regulan la Sharia.
Connotaciones estratégicas del fiasco soviético en Afganistán El ambicioso proceso de alienación psicológica y mental, similar al proyecto de guerra política concebido por Hitier para dominar el mundo, tiene asidero en los países musulmanes donde, en contraste con la riqueza de recursos natu¬ rales, campean la pobreza estructural de las tribus nómadas, la ausencia de liderazgo motivacional en sistemas políticos caracterizados por el caudillismo y el desprecio por los derechos humanos, prevenciones marcadas contra occi¬ dente por la vida hberal, la invasión económica para cooptar al petróleo y la afinidad del capitalismo occidental con Israel. Desconocedores o tal vez indiferentes frente al obsesivo interés clandesti¬ no musulmán extremista de universalizar el Islam, a finales de la década de los setenta tanto la Unión Soviética como los Estados Unidos, ansiosos por afec¬ tarse uno a otro pero inactivos ante otra realidad que se tejía a sus espaldas, cometieron compartidos errores estratégicos de cálculo en Afganistán al faci¬ litar con sus acciones que lo urgente primara sobre lo importante, cuando estaba en pleno furor la lucha por la supremacía mundial entre las dos superpotencias^b Mediante un golpe de estado sucedido en 1978, Nur Mohamad Taraki, aliado ideológico del Kremlin, derrocó a Mohammed Daud y proclamó la Señor, maestro del Islam equivalente a un rabino de los judíos. ’’ La Unión Soviética Uegó a perder 130.000 hombres de combate en Afganistán, cifra equivalen¬ te al 25% de las tropas perdidas por los Estados Unidos en Vietnam.
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Luis Alberto Vilumarín Pulido
República Democrática de Afganistán e inició una reforma marxista que, de inmediato, fue repulsada por todos los sectores islámicos afectados. Sin lograr el consenso de la población con su proyecto político, Taraki requirió ayuda militar de la Unión Soviética, actimd que desató una guerra civil, cuya primera gran acción armada sucedió cuando rebeldes islámicos deljamiat-i-lslami de¬ rrotaron a las tropas gubernamentales en la batalla de Shuncri. Acto seguido, la guerra de guerrillas islámica desató una oleada de terror iniciada con el secuestro y asesinato de Adolph Dubs, embajador de Estados Unidos en Kabul. Uuego, oficiales del ejército encabezados por el capitán Ismail Jan, miembro de la Yamaat, es decir, el Partido Islamista Pakistaní, atacaron la ciudad de Herat durante varios días y mataron a varios asesores soviéticos. En septiembre de 1979, Taraki fue depuesto y asesinado por las fuerzas del Primer Ministro HafizuUa Amin, quien planeaba acercarse a los Estados Uni¬ dos. La Unión Soviética conoció los planes del ministro insurrecto, por lo tanto colaboró en la destitución de Amín y apoyó a Babrak Karmal quien una vez en el poder, reclamó la intervención soviética con base en un tratado de amistad y colaboración entre ambos estados. Acto seguido, la Unión Soviética invadió Afganistán con el claro propósito de sostener al mando del gobierno central a Babrak Karmal, dirigente político afgano de filiación comunista, títere del Kremlin, manipulado para extender los tentáculos de poder de Moscú y controlar una región estratégica del Asia Central. Consciente de que una nación más estaba a punto de caer en las garras del comunismo y, por ende, aumentar el radio de acción de la Unión Soviética, el gobierno de los Estados Unidos ordenó operaciones especiales encubiertas para apoyar a los guerrilleros musulmanes afganos y de otros países que lucha¬ ban en las legendarias montañas contra los invasores rusos, convencidos de que los derrotarían como hicieron un siglo antes contra Gran Bretaña^^. En este sentido, las audaces enseñanzas soviéticas, recibidas por los fundamentalistas musulmanes según las cuales el fin justifica los medios, viraron en un bumerán primero contra comunistas y luego contra capitalistas, para fortalecer El presidente norteamericano Jimmy Cárter ordenó apoyar operaciones encubiertas iniciales evaluadas en 30 millones de dólares, ayuda que se multiplicó por 10 en 1984 y por 30 en 1988, cuando la administración Reagan envió muías criadas en Tennesse para abastecer con armas a los rebeldes distribuidos en lejanos puestos de combate dentro de las montañas.
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CONE/iÓN Al QaEM
Ni
ni rKjríJtmrktríc'dntfti tuvicrtm en cuenta que detrá*» de las guerrillas de
buera fur>dada en Í¿1 Cairo en 1932 preexístía un latente proceso de }írii'>ctrínaroierrtr> pí>lítícr>-religíf>síj, que veía tanto a soviéticos crjmo a norteamericanos cnitívtt infieles enemíg^/s rra^tales, pero que de forma inteligente escogió como aliado a un enemigo paj-a destruir aJ otro, y desde luego para preparar la destrucción de quien fuera su aliado crjyuntural.
el
cxtcmlíílo
credi> atávico de la presumida invencibilidad árabe en combate,
derivarla de la iluminación divina de los guerreros de la Yihad^^. Por querer utílizarlr/í', para fines particulares, los musulmanes afganos revirtieron en la más clara agresión cxtntra «'xxidcntc y en el dolor de cabeza de Moscú con los separatistas checbentts^^ cx^n el grave riesgo del terrorismcj nuclear. s soldador de la 1 lermandad Musulmana que 0'tmltatieriH3atf(^>4!
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