Comprender El Juego De Peones En Ajedrez

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Sumario

Introducción

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y semicolgantes. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

42

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Peones aislados

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Pares de peones colgantes

3

Peones pasados.

4

Peones doblados

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Peones retrasados

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Cadenas de peones

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Islotes de peones

Índice de jugadores Índice de aperturas

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. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 187 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 189

Introducción

"(Los peones) son el alma de este juego: ellos solos forman el ataque y la defensa . . . ". Muchos entusiastas contemporáneos de ajedrez deben quedar asombrados al leer esta solemne declaración de Philidor, confiriéndoles tan alto honor a los modestos peones, que los famosos predecesores de aquél, Greco y la Escuela Italiana, tenían en tan poca estima. En 1 749 fue publicado en Londres un pequeño librito de Philidor, que se recuerda por el título de su primera edición, L 'ana/yze du Jeu des échecs. Pasaría mucho tiempo antes de que las ideas expresadas por Philidor pudiesen entenderse plenamente, pero el famoso aj edrecista y músico francés vio el papel de los peones desde un ángulo no convencional, muy por delante de su tiempo. Al insistir en las armoniosas relaciones entre peones y piezas, Philidor arrojó nueva luz sobre el desarrollo y el centro. Philidor practicó lo que predicaba: las formaciones de peones fueron una característica de su estilo. A diferencia de la Escuela Italiana, que enfatizaba en el papel de las piezas, él entendía las profundas relaciones ocultas entre piezas y peones, que condicionaban todo juego serio en el tablero. Su juego no impresionaba ni era elegante. Sin embargo, muy por encima de las trampas y análisis erróneos de Greco, se trataba de un estilo que, al elevar el nivel defensivo, anunciaba que los ataques injustificados, por elaborados que fuesen, podrían fracasar. Como consecuencia, debido sobre todo a la significación de los peones, el juego tomó nuevas características, de equilibrio y restricción, alejándose de los parámetros tan valorados en el siglo XVIII. Todas las corrientes de la vida artística e intelectual en Francia estaban entonces imbuidas de sentido común y moderación. Volviendo al hombre en cuestión, su juego y sus enseñanzas, podemos reconocer la tendencia predominante de los tiempos hacia un juego claro y sencillo, regular y armonioso. No muchos jugadores siguieron los pasos de Philidor. Habría de avanzar mucho el siglo XIX para ver en escena a otro gran jugador, Howard Staunton, que se propuso explorar sutilezas como el avance sopesado de peones, o el juego contra peones doblados y el bloqueo. Staunton amplió los conceptos de Philidor sobre formaciones de peones, formulando ideas que Aaron Nimzovich y Richard Réti desarrollarían un siglo después. Naturalmente, la época de Philidor también tenía sus defectos. La filosofia del orden y la disciplina se había desarrollado desde fines del siglo XVII, dejando sus huellas en la literatura y las bellas artes, pero era en esencia de carácter exclusivamente racional, no dinámico. En el tablero, el período mostraba una tendencia a reducir los intereses del juego a sus valores posicionales estáticos. No debe sorprender, por tanto, que el período del romanticismo en ajedrez que siguió no partiese de esas premisas. La época de Adolf Anderssen y Paul Morphy aportó algunas otras convicciones. En pocas palabras, la suya fue una época marcada por un fuerte movimiento, caracterizado por pasar de una cultura intelectual a otra nueva, emocional, en la que el objetivo del arte, en general, no era enseñar, sino provocar emociones, que prefería la libertad a la disciplina, el gusto personal a los valores consagrados. Los mejores jugadores de aj edrez, que compartían ese clima espiritual, no trataban de formular un marco de principios generales, en la mejor tradición del sentido común, representada por Philidor. Confiaban en sus sensaciones, en su intuición. Una partida de ajedrez era, sobre todo, el fruto del gusto personal, una creación individual. Puesto que no estaba condi-

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INTRODUCCIÓN

cionado por reglas estrictas, el estilo aj edrecístico del período era libre y dinámico. La combina­ ción de ajedrez como símbolo del período era cuestión de fe, de optimismo, podríamos decir que de corazón, ciertamente no de sentido común. Los peones perdieron su significado e importancia en la construcción del juego. Ya no eran quienes conformaban el ataque y la defensa. El centro a menudo se desintegraba, las partidas se convertían en una lucha abierta, con los peones como carne de cafión, y la construcción racional de formaciones centrales había desaparecido. No es dificil reconocer en estos rasgos la oculta relación entre el aj edrez y otras formas en las que el romanticismo inundaba Europa como una oleada arrolladora. En ajedrez llegó con el habi­ tual retraso, pero con gran fuerza y en completa armonía con las tendencias generales del movi­ miento, tal y como se expresaban en la literatura, las artes y, sobre todo, en la música, su forma de expresión más natural. Sin embargo, el final del siglo XIX produj o un nuevo giro. En los fundamentos del siglo XIX había una fuerte tendencia a formular sistemáticamente todo el conglomerado de los conocimien­ tos existentes, y expresar así las leyes generales del desarrollo. No es casual que Steinitz perte­ nezca a esa época. Llegó como un legislador, y el núcleo de sus ensefianzas era la ley del equi­ librio. Según Steinitz, una partida está en equilibrio hasta que un error, o una serie de pequeños errores, lo alteran, inclinando la balanza a favor del otro bando. Esta ley general adoptó la forma de consejo práctico en diversas máximas. Steinitz insistía en la construcción de posiciones y, por consiguiente, en los elementos con que se forjan las ventajas. Junto con casillas débiles, co­ lumnas abiertas, pareja de alfiles, etc., .v olvía a hablar de peones. Los peones habían resucitado. A fin de preservar el equilibrio, había que luchar por el centro, ocuparlo y compartirlo. A l.d4 se contestaba l . ..d5 , los puntos fuertes centrales se mantenían mientras fuese posible un desarrollo normal, al amparo de la estructura central de peones, que era importante. Esa estructura debía ser firme, simétrica, compartiéndose la influencia sobre las casillas vitales del centro. El Gambito de Dama y sistemas similares estaban al orden del día y los peones cobraron nueva vida. Sin embargo, en las primeras décadas del siglo XX comenzaron a producirse cambios en el juego de un grupo de grandes jugadores y teóricos. Se llamaban a sí mismos "hipermodemos", y se rebelaron contra el estilo dominante, árido y un tanto dogmático de los seguidores de Steinitz. Nimzovich y Réti, fundadores de la nueva escuela, publicaron obras maestras, para acabar plas­ mando una auténtica revolución ajedrecística. El primero escribió Mi sistema, y el segundo Nue­ vas ideas en ajedrez. Levantándose contra las reglas y la rutina, los hipermodemos advertían: "No hay reglas generales que sean invariablemente válidas" . "Estamos interesados en las excep­ ciones, no en las reglas", es el lema del movimiento. Examinando el conjunto de nociones y afirmaciones expresadas por Nimzovich, descubrimos que el núcleo de las nuevas enseñanzas ra­ dica en el concepto original del centro y las estructuras de peones. Mientras que el aj edrez clásico insistía en la simetría de peones , los hipermodemos introdujeron el concepto de control del cen­ tro a base de piezas. La limitada implicación de los peones en la primera fase de la partida de­ sembocó en todo un conjunto de nuevos sistemas de apertura. Al mismo tiempo, por primera vez en la historia del aj edrez, se estudiaban a fondo todo tipo de formaciones de peones en todas las fases del juego. Lo que hoy sabemos se lo debemos en gran parte a Aaron Nimzovich. En Mi sistema los peones vivieron sus días de gloria. La nueva enseñanza acerca del centro se concen­ traba en ellos y en su sutil interrelación con las piezas . Sin embargo, irónicamente, la filosofia del centro de Nimzovich era el comienzo de un signi­ ficativo proceso en los fundamentos del aj edrez moderno: la desintegración de las estructuras clá­ sicas de peones y la asimetría de las formaciones de peones modernas. Es característico que, en sintonía con las tendencias generales, intelectuales y artísticas, el proceso se hizo más acusado hacia la mitad del siglo XX Después de la Segunda Guerra Mundial, esa tendencia se manifestó en modernos sistemas de apertura como las defensas Siciliana y Benoni. Ya en las décadas de los afios cuarenta y cincuenta, Bronstein y Boleslavsky dieron un paso más allá de Nimzovich, al manifestar su convicción de que las negras no debían buscar la sime,

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INTRODUCCIÓN

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tría central, ni tampoco controlar el centro. Podría cederse el centro, proclamaban, acabar el desa­ rrollo básico con prontitud y luego tratar de fijar y minar el centro rival con agresiones laterales. La clave era fijar el centro, lo que significaba provocar un bloqueo, y quitarle a ese centro su potencial dinámico. Los dos maestros citados confiaban en una verdad sencilla y universal, a saber, que todo aquello que está fijo, inmóvil, tiende a debilitarse. Fue exactamente gracias a estas nuevas proposiciones como se introdujeron nuevos sistemas de apertura, con la Defensa India de Rey como el más famoso de ellos. Así pues, llegamos a la segunda parte del siglo XX conscientes del flujo constante y cambio de dos tendencias dominantes, que exploran por tumo las posibilidades atacantes y defensivas. Es interesante observar que la historia del arte sigue el mismo modelo. Existe una constante repetición del proceso típico de lo estricto a lo libre, de lo sencillo a lo complejo, de lo cerrado a lo abierto, de lo estático a lo dinámico. En el constante cambio de la moda ajedrecística, entre factores estáticos y dinámicos, veo la lógica inherente del desarrollo del ajedrez. Cada época que hemos analizado llevaba, al transcu­ rrir, el germen del período siguiente, y cada una de ellas estaba dominada por un estilo, un enten­ dimiento. En ese sentido, no obstante, el siglo XX fue, en esencia, distinto. Lo mismo que el arte del siglo XX, el ajedrez moderno está caracterizado por una mezcla de diferentes estilos. Al mismo tiempo y en el mismo lugar coexisten fuertes corrientes estilísticas, componiendo así un complejo tapiz de ideas y actitudes. El destino de los peones en ajedrez, su ascenso y caída, está interrelacionado con los modelos de cambio. Los períodos que los menospreciaban fueron seguidos por otros en que el juego racional se basaba en ellos. Nuestra época ha absorbido finalmente la experiencia de siglos anteriores y entendido plenamente los valores intrínsecos de los peones y los distintos papeles que pueden asumir en una partida de ajedrez. Hoy en día somos conscientes de que los peones constituyen la columna vertebral de los sistemas de apertura, y también que son realmente los peones los que dan forma tanto al ataque como a la defensa. La intención de la obra es explorar la naturaleza de los peones y las formas básicas en que pueden surgir en el tablero. Mi objetivo no es ocuparme de cada aspecto de distintas formaciones de peones, partiendo de innumerables ejemplos de la práctica magistral, y decirle, en consecuencia, al lector qué hacer en cada caso. No hay reglas que puedan definir en su totalidad la compleja vida de un peón, ni ofrecer un consejo seguro que resulte siempre válido. Por otro lado, temo examinar demasiados casos que sólo podrían contribuir a crear confusión. Lo que he tratado de hacer es revelar la naturaleza variable y ambigua de los peones, que siempre dependen del entorno en que deben cumplir su misión. Entender plenamente esa relación nos ayudará a elegir el camino correcto en nuestras propias partidas . Aprenderemos de partidas notables por su claridad y simplicidad de pensamiento. En primer lugar las analizaremos, para ver cómo los peones se comportan en determinadas circunstancias, y luego extraeremos algunas conclusiones valiosas. Creo que es indispensable examinar el fenóme­ no de las cadenas de peones, en particular las creadas en el centro, en columnas centrales, sobre la base de partidas completas, porque sólo entonces podremos comprender todo el proceso. Así veremos cómo surgen las estructuras y cómo se transforman, y las causas que subyacen en el proceso. El resultado es gratificante, pues permitirá asimilar la lección general sobre el tema. Le concedo mucha importancia al entendimiento general, pues, si bien asimilado y organizado en nuestra mente, siempre nos ayudará a elegir el plan correcto, aun cuando no conozcamos lí­ neas concretas ni novedades teóricas, y aunque no seamos conscientes de los procesos mentales que intervienen en nuestras decisiones. Si somos capaces de formular planes generales confiando en conocimientos generales, el cálculo de posibilidades concretas será más fácil y provechoso. Nunca deberíamos olvidar que sólo la profunda comprensión de las leyes generales que rigen la partida de ajedrez nos permitirá alcanzar ese alto nivel de habilidad que hace posible vulnerar las reglas y pasar por encima de ellas. ,

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INTRODUCCIÓN

1 Peones aislados

Procede iniciar nuestro estudio sobre las formaciones centrales de peones con peones aislados, aunque sólo sea porque son una característica común en sistemas modernos. Pueden encontrarse en un número sorprendente de importantes líneas y con una increíble variedad de órdenes de ju­ gadas, desde la Defensa Ortodoxa o el Gambito de Dama a la Defensa Caro-Kann, desde el Gambito de Dama Aceptado a la Defensa Francesa, de la Apertura Inglesa a la Defensa Nimzo­ india, de la defensa Siciliana a la Defensa Tarrasch, etc . Sin embargo, pese al hecho de que a las posiciones que menciono se llega por distintas rutas y de que esconden algunas peculiaridades, siguen estando determinadas, de forma intrínseca, por la existencia misma y la naturaleza de peones centrales aislados. Esa naturaleza es tan inestable que siempr� ha constituido un problema específico.

En este diagrama puede verse el caso más habitual de un peón aislado en el centro. Cada vez que nos enfrentamos a este tipo de posi­ ción, existe la pregunta latente e inevitable : ¿se trata de algo preocupante, o de un arma oculta de ataque? Podría observar, por mi pro­ pia experiencia, que jugamos esas posiciones con un sentimiento de incomodidad, sea cual sea nuestro bando. Pronto aprendemos de nuestra práctica la amenaza que representan para el oponente, pero también lo vulnerables que son y qué estrecha línea separa una pro­ metedora situación central de otra desespe­ radamente pasiva. El hecho de que el peón aislado pueda avanzar en un momento dado es, en sí mismo, aterrador. Por otra parte, al no

tener compañero en las columnas vecinas, los peones aislados, como la gente solitaria, son criaturas aisladas y, por tanto, vulnerables. A fin de distinguir claramente si tenemos un triunfo en el centro sobre el que elaborar nuestro juego, o si lo que tenemos es un mo­ tivo para un futuro incierto, debemos aprender de la rica experiencia existente. Comenzaré nuestro estudio con una partida que constituyó un momento de inflexión en mi propia edu­ cación aj edrecística. Siempre había tenido la impresión de que un peón aislado era una de­ sagradable carga. Para mí era una fuente regu­ lar de ansiedad, hasta que un día vi su otra cara, la cara oculta, en una partida de Alexan­ der Alekhine. . . Euwe - Alekhine Campeonato Mundial (25" partida) La Haya 1937 Defensa Nimzoindia l.d4 ltlf6 2.c4 e6 3.ltlc3 .ib4 4.e3 0-0 5.ltle2 En la Variante Rubinstein de la Defensa Nimzoindia, el caballo puede estar algo pasivo en "e2", ya que a menudo ofrece posibilidades restringidas. Sin embargo, también tiene su aspecto positivo, pues las blancas cuidan su estructura de peones, evitando el par de peo­ nes doblados en la columna "e".

PEONES AISLADOS

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5 d5 6.a3 J.e7 7.cxd5 exd5 8.� g3 J.xc5 1 0.b4 •••

eS

9 .dxc5

Tras haber aislado el peón negro en el cen­ tro, la intención de las blancas es asumir el pleno control de la casilla "d4", lo que será posible tras la retirada del alfil. Al analizar la partida, años atrás, sigo re­ cordando de forma vívida que mi reacción fue la misma: mi mano fue más rápida que mi mente y tomé el alfil para retirarlo. Un vistazo a la jugada que sigue me sorprendió tanto co­ mo debió haber sorprendido al Dr. Euwe durante la partida . . . 10... d4! ¡Un espléndido golpe táctico! Ahora no es dificil concluir que l l . .!Dce4 no da resultado, tras l l . . . ltlxe4 1 2 . .!Dxe4 J.b6. Si las blancas confiaban en ll. .!D a4?, entonces tendrían que afrontar la cruda realidad: l l . . .dxe3 1 2. 'W xd8? pierde rápidamente, por l2 ... exf2+ 1 3 . me2 ig4+. Por consiguiente . . . l l .bxc5 dxc3 12.'Bc2 ? ! Aquí podemos presenciar una metamorfo­ sis habitual en situaciones similares: un golpe central ha transformado un peón aislado en pasado, es decir, un peón cualitativamente su­ perior, más móvil y, a menudo, más peligroso. En nuestra partida, las blancas no comprenden hasta qué punto se ha vuelto peligroso el peón, pues de otro modo habrían seguido el consejo de Alekhine, y jugado 1 2 .'Wxd8 gxd8, y en­ tonces 1 3 . lüe2 .!De4 1 4.0 .!Dxc5 1 5 . ltl xc3, aunque las negras siguen conservando ventaja. En una partida más reciente, Agdamus - Rai­ mundo. García, Buenos Aires 1 972, encontré

1 3 .a4 J.d7 1 4. g a3 c2 l5 . J.b5 a6, que también fue favorable a las negras. Sin embargo, con damas sobre el tablero, las cosas serán aún más difíciles. 12 ...'Ba5 13J !bl En caso de ataque directo, con l3. ltl e2, era posible hacer 1 3 . . . ltl d5 1 4.e4 .!Db4 1s. m 1 .!D4a6. 13 ...J.d7 Capturar el peón pasado no es tan fácil co­ mo pueda parecer. Las negras amenazan hacer l 4 . . . J.a4, que no puede ser prevenido con 1 4.ic4 ia4 l5 . ib3 ibS, ni tampoco con l 4. gb4, debido a la contestación l4 . . . ltl a6 1 5 ..ixa6 %Y xa6. En ambos casos, las blancas no pueden enrocar. Así que tratan de salvarse de otra forma . . . 14J ::ib3 ia4 1 5.%Yxc3 'Wd8

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Puesto que la torre no puede moverse, por el mate en la casilla "dl ", las blancas pierden calidad. Así que la movilidad del peón aislado se ha convertido en un peón pasado lo que, a su vez, se ha traducido en ventaja material. Todo eso sucedió tras una serie de golpes tác­ ticos, resultado de una ruptura en el centro. Lo que continúa es sólo el habitual problema téc­ mco. 1 6.ic4 ltl a 6 L a jugada más fuerte. Las negras evalúan correctamente que el peón pasado blanco de la columna "e" no será peligroso, y que realizar la ventaja material será más fácil sin el alfil blanco. 1 7.J.xa6 bxa6 1 8.0 -0 J.xb3 19.'Bxb3 gb8 20.%Yc2 Wid5 2 1 .e4 %Yb3 22.Wie2 t'ibS 23. �f3

COMPRENDER EL JUEGO DE PEONES EN AJEDREZ

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'l!Yxc5 24.�f5 gbl 25. 'l!Yf4 Si ahora 25 . YNg3, entonces podría continuar 25 . . . g6 26. 'l!Yg5 llJxe4 27. llJe7+ �h8. 25 �xe4 26.h4 ges 27.gel WcJ 28.gd l �d2

Ka sparov - Short Bruselas 1 986 Gambito de Dama

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l.d4 e6 2.�f3 � f6 3.c4 d5 4.llJc3 Ae7 5.i.g5 h6 6.i.xf6 i.xf6 7.e3 0 -0 s.gcl c6 9.i.d3 La continuación empleada por las blancas es una forma de evitar las líneas principales de la Tartakower. Las blancas ceden la pareja de alfiles, pero en una posición cerrada en la que los alfiles negros difícilmente pueden tener un papel importante. 9 �d7 1 0.0-0 dxc4 l l.Axc4 e5 En la partida Kasparov- Karpov, Campeo­ nato Mundial ( 1 2a), Londres 1986, las negras j ugaron ll . c5, tratando de abrir la posición y activar sus alfiles, pero después de 1 2. We2 a6 1 3.l3 fdl cxd4 14. llJxd4, no lograron su obje­ tivo. La textual responde a la misma idea. 1 2.h3 exd4 13.exd4 � b6 14.i.b3 i.f5 1 5.gel i.g5 ? ! ••.

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Una inteligente jugada, que trastóma la coordinación de las piezas blancas para sim­ plificar la posición. 29Jixd2 gxcl+ 30.�h2 Wc7 3 l .gd6 gc5 32 .g3 La última trampa, si podemos llamarla de esta manera, porque después de la captura 32 . ..l::�x f5 la proyectada 33. l3 e6 no es su­ ficiente, en vista de la respuesta 33 . .. fxe6 34. 'l!Yxc7 �xf2+, etc. Alekhine, sin embargo, prefiere evitarla, llevando su barco a aguas más tranquilas . . . 3 2 J:U8 33.g4 f6 34.�h3 h 5 35.Wd2 hxg4+ 36. �xg4 Wfi 37.h5 gxf5 38. �xf5 Wxh5+ 39. �f4 'l!Yh4+ 40. �13 'l!Yh3+ 4l. 'it7e4 ges+ 42 .�d5 'l!Yb3+ 43. 'it7d4 Wxa3 Las blancas se rindieron. Desde que vi esta partida, cada vez que me encontré en una posición caracterizada por el peón central aislado, me planteé la misma pre­ gunta: ¿puede el peón avanzar o no? Se trata de la cuestión básica, crucial, que uno debería plantearse en cada jugada. La segunda lección que aprendemos de la victoria de Alekhine es tan simple como im­ portante: un avance central puede promover el peón aislado, convirtiéndolo en pasado, e in­ crementando a la vez todo tipo de amenazas tácticas. Las partidas que siguen confirmarán nuestras primeras impresiones ...

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Esto parece una mejora, porque el cambio en "g5 " simplifica la situación del tablero. En dos partidas del Campeonato Mundial, contra Kasparov, Karpov opuso su torre en la co­ lumna "e", lo que, tras l3xe8+ YNxe8, hizo po­ sible la maniobra YNd2-f4, que dio al blanco la iniciativa en el ala de rey. Nótese, sin embar­ go, que en ambos casos el problema básico de las negras sigue siendo el mismo. El alfil blan­ co es una pieza poderosa que las negras no pueden neutralizar. Las blancas, por tanto, es­ tán más fuertes en la casilla clave "d5 ", y po­ drán avanzar su peón oportunamente. ¡Nues­ tro peón central aislado es aquí muy fuerte!

PEONES AISLADOS

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1 6 J::la l ! ¡Se requiere paciencia para optar por esta jugada! Dejemos que la dama negra siga en "d8", de paso que se amenaza � eS. 16 �d7 Una reacción pasiva, pero a veces no hay opciones atractivas. Ahora, al menos, queda controlada la casilla "eS". Por desgracia para las negras, lo que planeaba sobre la posición desde la primera fase de la partida va ahora a producirse . . . 1 7.d5 Es el momento adecuado para avanzar el peón. 1 7.. J��c8? Puesto que, obviamente, 1 7 . . .cxdS está fuera de cuestión y a 1 7 . . . tlJ cS seguiría 18 .ic2 .ixc2 1 9.�xc2 cxdS 20.�adl, con ventaja, las negras, como a menudo sucede �n circunstan­ cias parecidas, toman el camino más peligro­ so. 18. lDd4 ig6 •••

1 9. tl:\e6 ! Uno de los motivos tácticos que surgen tras el avance del peón es la penetración del ca­ ballo al amparo del mismo. Utilizando la ca­ silla evacuada como trampolín, las blancas fuerzan los acontecimientos en su beneficio. 19 fxe6 20.dxe6 c.i?b7 2 1.�xd7 �b6 El cambio de damas facilitaría las cosas a las blancas. Con damas sobre el tablero, las negras tienen alguna esperanza, aunque míni­ ma, de contrajuego. Sin embargo, nada puede cambiar el hecho crucial de que, como en la partida de Alekhine, el peón aislado se ha con• ••

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vertido en un peón pasado y avanzado, lo que les costará caro a las negras. 22.e7 Bfe8 22 ...Bxf2 pierde, por 23.lDa4, mientras que 22 . thf2+ 23.�hl �fe8 24.tl:\e4 parece más bien desesperado. 23.�g4 ! Las blancas encuentran una excelente solu­ ción táctica. 23 �c5 Kasparov explicó que tenía in mente hacer 23 . J � c7 24.h4 � cxe7 2SJ!xe7 ixe7 26.h5 id3 27.!Ml .id6 28.if7. Sin embargo, con un peón pasado en séptima siempre hay alguna solución. 24. lDe4 ! �xe7 .

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25.Ac2! No todo el mundo puede captar esta oculta posibilidad. La jugada subraya el hecho de que las negras son vulnerables sobre la diago­ nal "b l -h7", y que poco pueden hacer al res­ pecto. 25 Bf8 26.g3 ! 26.h4 .ixh4 27.tl:\g3 �gS 28.ixg6+ tam­ bién gana, pero con la tranquila jugada textual se acentúa la indefensión negra. 26 �d8 27. Bad l �as 28.h4 ie7 29. loc3 ! La última clave sutil: las torres penetran en séptima. La partida está decidida. 29. .Axc2 30. Bxe7 Bg83 U�dd7 A.f5 32. Bxg7+ c.i?h8 33. �d4 Las negras se rindieron. ¡La misma inquietante metamorfosis! El vigoroso peón aislado se convirtió en pasado, haciendo estragos en la séptima fila. •..

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COMPRENDER EL JUEGO DE PEONES EN AJEDREZ

Smy slov - Karpo v Campeonato de la URSS Leningrado 1 971 Apertura Inglesa l .c4 eS 2.ltlf3 lllf6 3.lll c3 dS 4.cxd5 lllxdS S.e3 e6 6.d4 cxd4 7 .exd4 Esta vez tenemos un caso de peón aislado en la Apertura Inglesa, que muchos jugadores evitarían con 5 . . . tlJxc3 , seguido de . . . g6. En realidad, el j uego ha transpuesto a una Caro­ Kann, Ataque Panov. 7 ie7 8.i.d3 0 -0 9.0 -0 lllc 6 IO.:ille l lllf6 Aquí una frecuente alternativa ha sido el movimiento 1 0 . . . i f6 . No tiene mucha lógica retirarse del centro, ya que la siguiente jugada blanca aborta la proyectada . . . tlJb4, que per­ mitiría un absoluto control del peón central aislado. l l .a3 Esta jugada tiene un contenido adicional, pues hace posible la maniobra estándar .ic2 y Wfd3, causando dificultades al rey de las ne­ gras. l l b6 12.i.c2 .ib7 13.Wfd3 ic8? • ••

de Damocles que pende sobre la cabeza del ri­ val. Obviamente, era indispensable la jugada 1 3 . . . g6. 1 4.i.gS? g6 1 S.iadl llld5 1 6 .i.b6 ie8 1 7.Aa4 a6 17 . . tlJxc3 1 8.bxc3 ixa3 sería muy arr i es­ gado, debido a la variante l9.c4 if8 20 ..ig5 ó 20. Wfe3. 1 8.ltlxd5 WxdS? ! Es mejor hacer 1 8 . . . exd5,.pero como desea mantener despejada la diagonal de casillas blancas para su alfil, Karpov se olvida del pe­ ligro. 19 .'\WeJ J.f6? Este es un grave error. El Dr. Euwe propu­ so 1 9 . . .'1Wh5, mientras que Korchnoi sugirió 19 . . . �ed8. El castigo es inmediato . . . 20.i.b3 '1Wb5?! .

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Es algo extraño que estos dos grandes ju­ gadores sólo percibiesen las consecuencias de este error en los análisis posteriores. Ahora, ya en fase tan temprana, era posible la decisiva ruptura en el centro, 1 4.d5, pues en caso de 14 . . . exd5 , se castigaría moviendo 1 5 . .ig5 g6 16.�xe7, mientras que a 14 . tlJa5 seguiría 15. ig5 g6 16.d6. Como el lector puede ver, si el peón aislado no está bloqueado, es una especie de espada ..

20 . . . '1Wd8 2 l . li:le5 es favorable a las blancas. 2l .d5 li:ld8 22.d6 De nuevo la misma transformación, con las mismas brutales consecuencias. La aparición de este peón pasado avanzado constituye en sí misma una victoria. 22 icS 23.d7 ie7 24.Y!Yf4 J.g7 2S.Y!Yb8 Wxh6 26.'1Wxd8+ .trs 27.ie3 ic6 28.'1Wxf8+ Wxf8 29.d8W Las negras se rindieron. Una derrota tan demoledora debe haber de­ j ado una profunda impresión en Karpov. Sin embargo, un par de años más tarde, de nuevo se encontraría sufriendo contra un peón cen­ tral aislado, y en ese caso nunca se es lo bas­ tante prudente. •••

PEONES AISLADOS

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Por ti sch - Karpo v Milán 1975 Defensa Nirnzoindia

l .c4 � f6 2.�c3 e6 3 .d4 i.b4 4 .e3 eS 5.i.d3 0-0 6.� 0 d5 7 .0 -0 cxd4 8.exd4 dxc4 9.i.xc4 b6 De otra secuencia alcanzamos la misma formación de peones en el centro, pero con las piezas en distintas posiciones. Karpov planea un fianchetto de dama para lograr el control de la importante casilla "d5".

tO J�iel i.b 7

n

.

.td3

Se necesita el alfil en la diagonal más importante.

No hay alternativa. Si l5 ... �a5, entonces

16.i.g5 g6 17 .d6 gana material. 1 6.i.g5 � e4 Ahora es demasiado tarde para

1 6 . . g6, .

por­

que 17."lJ,xe7 decidiría en el acto.

1 7.�xe4 dxe4 18 .Wxe4 g6 19.W h4 h5 Es curioso que un año antes, en la partida

T.

Petrosian- Balashov, Leningrado 1974, se

jugase 19... Y!ic7, pero las negras cayeron bajo

20.i.b3 h5 2l.Y!ie4 cJlg7 22.ht7 cJlxf7 23.ih6 Wd6 24.Yfic4+. En

un ataque devastador tras

lugar de eso, Karpov debilita de inmediato su flanco de rey. ¿Conocía la derrota de Bala­ shov y es posible que considerase una mejora su jugada? Dificilmente puede ser el caso,

l l ... � c6 La experiencia de décadas recientes parece demostrar que la defensa negra es más fun­ dada si se basa en .. .'�Jbd7. En "c6" el caballo ocupa una torpe posición, ya qué bloquea la acción de su propio alfil. Las posiciones con

porque

20 .i.b3

le habría creado dificultades

insalvables. Portisch complica las cosas, y las negras consiguen salvarse con unas tablas.

20 .gad l ? Bc 7 2 1 ..ixg6 fxg6 22.Wc4+ mg7 23..if4 i.a6

un peón central aislado son, por lo general, muy sensibles, y requieren una plena armonía entre piezas y peones. Un detalle que parece no tener importancia puede a veces marcar to­ da la diferencia.

12 .a3 i.e 7 13 ..ic2 l!:e8 14.Wd3

¿Fue esta jugada lo que las blancas omitie­ ron en sus cálculos?

14 gc8? •••

Cuando dama y alfil forman su amenazado­ ra

batería sobre la diagonal "bl-h7", es precisa

24.Wc3+ i.f6 25.J.xc7 i.xc3 26 .l!:xe8 lbe8 27.bxc3 i.e2 28J�el l!:c8 29. l!:xe2 gxc7 30. l!:e6 � d8 3 1 . l!:e3 cJlr6 32 .cJlf1 �e6 33.g3 g5 34. h3 � eS Js.�d2 gd7 36. me2 l!:ds 37.c4 l!:d4 38..!'�e8 h4 39. l!:f8+ cJle7 40 .l!:h8 hxg3 4 l .fxg3 l!:d3 Tablas.

una extrema precaución. Karpov, curiosamen­

El fracaso de Karpov en impedir las ame­

te, reacciona con la misma superficialidad que

nazas de la apertura, amplía nuestra experien­

hemos visto en la partida anterior. Era indis­

cia acerca de peones centrales aislados. Su

pensable 14... g6.

avance en el centro crea amenazas directas al

1 5 .d5 exd5

enroque enemigo. Nótese que en ambas

12

COMPRENDER EL JUEGO DE PEONES EN AJEDREZ

parti-

das, la amenaza se produjo sobre la diagonal "bl-h7". La ruptura central consigue exponer al rey a fuertes ataques. En nuestro ejemplo, se produjo como consecuencia de errores más o menos evidentes. A veces, sin embargo, el peligro está oculto de manera más sofisticada. Tomemos, por ejemplo, una partida reciente . . . Kra mn ik - Anand Dos Hermanas 1 999 Gambito de Dama Aceptado l .d4 d5 2.c4 dxc4 3.�f3 e6 4.e3 � f6 5 ..lxc4 c5 6.0 -0 a6 7 . .lb3 Esta continuación, rescatada del olvido por Kasparov, despertó mucho interés en la década de los noventa. Es una forma tranquila de neu­ tralizar la expansión de las negras en el flanco de dama, puesto que a 7 ... b5, las blancas re­ plicarian en el acto con la molesta 8.a4. · 7 ... �c6 8.� c3 cxd4 9.exd4 ie7 l OJ�el 0 -0 l l. a3 En la partida Kasparov - Anand, Wijk aan Zee 1 999, Kasparov eligió ll.if4 �a5 12.ic2 b5 l3 .d5, demostrando que el avance central no requiere el apoyo directo del alfil, que resulta más útil en otra diagonal. En caso de 1 3 . . . �xd5, sigue l4.�xd5 exd5 1 5 .\Wd3 g6 1 6.ih6 �e8 (o bien l6 . . . if5 17 .\We2 ixc2 1 8.\Wxc2) 1 7.\Wc3 f6 l8.�d4, con fuerte presión. Anand jugó mejor: 1 3 . . . exd5 14.\Wd3 lDc6 ( 1 4 . . . g6 busca problemas, después de 1 5 .ig5), y ahora l5 .ic7 '1Wd7 1 6.�e5 �xe5 1 7. ixe5 g6 1 8.ixf6 J.xf6 1 9.�xd5 ig7 condujo a una posición equilibrada.

l l ... � a5 Un experto en estas posiciones recordará que, en caso de 1 1 . . . b5, se produce una po­ sición de la Defensa Nimzoindia, pero con una diferencia: que el alfil de casillas blancas está en "a2", y las blancas pueden castigar la expansión contraria con 1 2.d5 �xd5 1 3 .�xd5 exd5 1 4.\WxdS ib7 1 5.\WhS, llevando la dama a una posición agresiva. En nuestra partida, sin embargo, el alfil está en "b3", y después de '1 1 . . .b5 l2.d5 �xd5 1 3 .liJxd5 exd5 1 4.\WxdS, las negras tienen a su disposición 1 4 . . . ltJa5, que ofrece a las blancas una elección entre 1 5 .\Wxa8 �xb3 l6.�a2 ie6 17.\Wxd8 �xd8 (o quizá sea más preciso l7 . . . ixd8) y 1 5.\Wxd8 .ixd8 1 6 ..ia2 .ib7. La idea se me ocurrió al analizar la partida Kasparov - Anand, en la que la rápida retirada del caballo a "c6" jugó un papel crucial en la defensa. 12.ic2 b5 13.d5 !

Queda claro de inmediato que la jugada a3 es más útil que la de Kasparov if4. También está claro que la lucha contra "d5" es más di­ ficil. 13 .. J1le8 Una mejora sobre la partida Kasparov lvanchuk, Linares 1 999 (que se analizará más adelante), donde se jugó 1 3 ... ltJc4? ! Aparte de l3 . . . �xd5 , había que considerar la alternativa 1 3 ... exd5 1 4.\Wd3 g6 (l4 ... �c6 no amenaza . . . lDb4, de modo que la simple l5 . .ig5 g6 1 6J�xe7 decide la lucha a favor del blanco), 1 5 . ig5 if5 1 6.\We2 ixc2 1 7.\Wxc2, por ejemplo, que crea serias amenazas, como �xe7.

PEONES AISLADOS

13

14.i.g5 h6 14...llJxd5 15.llJxd5 hg5 16.lDxg5 no puede recomendarse, y 14...exd5 15.'11� d3 g6 16J:!xe7 todavía menos. Algunos comentaris­ tas propusieron 14...llJc4, pero entonces la nefasta 15.llJd4 refuerza la presión de las blancas. 1 S ..ih4 lDxd5 15...g5 invita a tomar medidas represivas, en forma de 16.llJxg5 hxg5 17.hg5, con pe­ ligrosas consecuencias. Si 15...llJc4, entonces de nuevo parece fuerte 16.llJd4. 1 6. lDxd5 exdS 1 7 .Y!1id3 g6 1 8 .Y!1ie 3 .ie6 La secuencia 18...llJc6 19.Wxh6 es ventajo­ sa también para las blancas, mientras que la línea l8...g5 19.llJd4 parece desesperada para las negras. 19. Y!1ix h6 .ix h4 20.i.xg6 Y!1if6 2t.i. h7+ �h8 22.i.g6 + �g8 23. Y!1ih7+ �f8 24. l�h h4 V!lg7

42. .id3, y el caballo no puede salir. 4 1 . gg3 + �h8 42.i.e2 gc2 43.J. h5 gc7

44.f5?! Una extraña jugada, por decirlo suavemen­ te. 44 �h7 45. .ie2 �h6 46. h4 gc2 47.i.f3 �c4 48 .i.d5 lDd6 49. �id 3 �g7 50 .J.f3 �xf5 5 t .i.b7 � x h4+ 52 .�gl ge2 53.J.xa6 ges 54 .gc3 � f5 55.gc5 gxcS 56 .bxc5 � d 4 57.c6 � xc6 58.i.xb5 � a5 59 .�g 2 'ii?f6 60. g¡,f3 �e5 61. �e3 llJb7 62.J.c4 f6 63.a4 � aS 64.J. ti �c6 65 .�d3 �d6 66. g¡,e4 �e7 67 .a5 �c5 68.a6 liJe S 69 ..ih5 g¡,d6 70.i.f3 Las negras se rindieron. El juego en el final incluyó algunos errores, y no resultó impresionante, pero nuestro inte­ rés en esta partida es de distinta naturaleza. Compleja y emocionante desde los primeros compases de la apertura, contiene todo lo que las posiciones pueden ofrecer, incluido el ha­ bitual suspense acerca del avance de peón en el centro, una serie de amenazas tácticas sobre las diagonales que llevan hacia el flanco de rey negro, finales dudosos planeando sobre la cabeza de las negras, el fuerte caballo centrali­ zado, con amenazas y motivos adicionales. ¡Una partida ciertamente instructiva! Como Karpov, Anand sucumbió a las ame­ nazas propiciadas por una inesperada y en apariencia mal apoyada ruptura en el centro. Lamentablemente para sus intereses, la diago­ nal "bl-h7" no fue la única ruta para el ataque blanco. Las partidas que siguen advierten de que la diagonal "a2-g8" juega un papel igual­ mente importante en sus planes ... .•.

Las negras podrían mantener el equilibrio material con 24... Y!1ixb2, pero entonces no podrían forzar el cambio de damas. Su rey está desnudo, así que deciden luchar por su vi­ da en un dificil final, antes que exponer al rey a un tremendo ataque. 25. Y!1lxg7+ �xg7 26.J.d3 llJc 4 27.b4 Innecesario. 27J'!e2 es la jugada natural. 27 llJb2 28.i.fl d4 29. llJf3 gad8 30.geb l llJc4 3 l .gdl i.g 4 32.gd3 lDb2 33.gxd4 i.xf3 34 .gxd8 gxd8 35.gxf3 gcs 36.ga2 Para invalidar 36.. J'!c2, con 37.a4. 36 .. .llJa4 37.gd2 gc6 38.f4 � b6 39. �g2 llJc 4 40 .gd3 liJb2 40.. J:!g6+ 4l.gg3 llJxa3 pierde, debido a •••

14

COMPRENDER

EL JUEGO DE PEONES EN AJEDREZ

()lto

Botvinnik - Vidmar Nottingham 1 93 6 Gambito d e Dama

l .c4 e6 2.�t3 dS 3.d4 �f6 4.�c3 i.e7 S.i.gS 0-0 6.e3 �bd7 7.i.d3 Aunque permite a las negras un temprano ... c5, a Botvinnik le gustaba esta jugada. 7 ... es 8.0-0 cxd4 Una buena alternativa es 8 . .. dxc4 9.ixc4 a6. 9.exd4 dxc4 10.i.xc4 �b6 De nuevo, parece más preciso 10 ...a6, pro­ vocando a4. Vidmar, sin embargo, estaba tan decidido a bloquear el peón central, que no quería esperar. l l .i.b3 i.d7?! Estamos entrando en una fase delicada de la partida. Las negras han bloqueado con éxito el peón central aislado, pero no son conscien­ tes de otra amenaza. Es cierto que en caso de l l ...li.Jbd5 1 2 .li.Je5 , las blancas mantienen una ventaja espacial, pero l l ...li.Jfd5, tratando de simplificar mediante cambios, parece definiti­ vamente mejor. 12.'f!Yd3 �bdS?! Una vez más, era preferible 12 ... li.Jfd5 . Vid­ mar deja escapar su oportunidad de desactivar la presión blanca. Olvida la regla de oro de que los peones centrales aislados suelen per­ der su fuerza con el cambio de piezas. 13.�e5 i.c6 14J'�adl �b4 Otro intento de simplificación, a base de 1 4...li.Jh5, se respondería con 1 5 .li.Jxc6 bxc6 1 6.ic l . Con su torre dama ya desarrollada por la casilla "d l ", la retirada a "e l " resulta natu­ ral. 15.'f!Yh3 i.dS Era demasiado tarde para jugar 1 5 . . . li.Jfd5, que ahora se contestaría con 1 6.ic l . Vidmar, por consiguiente, trata de reducir la presión, entregando su alfil de casillas blancas. 1 6.� xd5 �bxdS Ver el diagrama siguiente

Por tercera vez en la partida, Vidmar juega el caballo equivocado, porque subestima el inminente ataque.

1 7.f4 gc8 Ahora que se ha jugado f4, se entiende por qué hubiera sido mejor 1 6 . . . li.Jfxd5 : porque ahora las negras podrían responder al avance de peón con 1 7 ... f5. También debe observarse que 1 7...g6 falla, por 1 8.ih6 :g e8 1 9.ia4. En caso de 1 7 . . . li.Je4, Botvinnik mostró un golpe demoledor: 1 8.li.Jxf7 'it>xf7 1 9. :g de l . Ahora comenzamos a sentir la fuerza del alfil. 18.f5 exfS 1 9.gxf5 'f!Yd6

Vale la pena observar aquí dos líneas que subrayan los problemas de las negras después de 1 9 ... :g c7 20J'!dfl : a) 20.. . a6 2 l .li.Jxf7 :gxf7 22.i.xd5 li.Jxd5 23. :gxf7 ixg5 24.We6. b) 20 ...li.Jb6 2 1 .Wh4 li.Jbd5 22.li.Jxf7 :g xn 23 .hd5 li.Jxd5 24J'hf7 i.xg5 25.Wxg5, ga­ nando. La presión coordinada sobre la dia­ gonal "a2-g8" y la columna "f' es más de lo que las negras pueden soportar. 20.�xti! gxf7 2 1 .i.xf6 i.xf6 22.gxd5 Wc6

PEONES AISLADOS

15

23 Jid6 Y!!le8 24,gd7 Las negras se rindieron. Vidmar perdió porque no captó en absoluto el peligro que le amenazaba sobre la diagonal "a2-g8". Nótese otro rasgo de la partida: a lo largo de todo el juego no se percibió el peón de "d4" como una debilidad. Por el contrario, aunque bloqueado, su apoyo del dominante caballo de "eS" jugó un papel clave en el ata­ que de Botvinnik. Esta victoria de Botvinnik es muy conoci­ da, quizá algo gastada por los muchos años en que se le ha prestado atención, pero fue jugada con tal claridad de obj etivos que en el tema que estudiamos no puede reemplazarse por nin­ guna otra partida. La siguiente es menos famosa, pero tam­ bién muy instructiva, y en ella la decisiva pre­ sión y amenazas de nuevo se producen a lo largo de la misma traicionera diagonal. Gligoric - Po mar Olimpiada de Niza 1 974 Defensa Nimzoindia

negras del flanco de dama no están situadas de forma natural para frenar el avance central. El alfil está pasivamente ubicado en "d7", el ca­ ballo de "c6" está expuesto al avance d5 , y las negras no han tomado medidas contra esta amenaza básica. 13.ib l ! Est jugada introduce el procedimiento es­ tándar de forzar un debilitamiento en el enro­ que negro con Wf d3 . Sin embargo, no es la única idea que contiene la excelente jugada de Gligoric. 13 ..,ge8 14.Wid3 g6 Con el avance d5 en el aire, las negras tie­ nen que cerrar la diagonal "bl-h7", pero el al­ fil de casillas blancas se situará ahora en una posición más activa. 1 5.ia2 La pasiva posición de Pomar no está prepa­ rada para la evidente ruptura en el centro, que está a punto de hacerse realidad. Con su si­ guiente jugada (al menos, debía haber hecho con rapidez 1 5 ... Wf a5), sólo echa leña al fuego. 15 ... a6 1 6.ih6 Y!Ya5

l.d4 � f6 2.c4 e6 3.�c3 .ib4 4.e3 0-0 5.id3 d5 6.� f3 c5 7.0 -0 d xc4 8 ..ixc4 � c6 En años posteriores, otras líneas ganaron una mayor popularidad. Las negras normal­ mente fianchettan el alfil dama antes de desa­ rrollar el caballo, o bien optan por 8 . . i d7. 9.id3 id7 10.a3 cxd4 l l .exd4 ie7 1 2.ge1 gcs .

Un vistazo a la posición le bastará al ob­ servador experto para concluir que las piezas

16

Contra el claro plan de las blancas, las pie­ zas negras están agrupadas en el centro sin sentido de peligro inminente. Hasta la última jugada de Pomar llega demasiado tarde. 1 7.d5 e xd5 18.� xd5 i f5 Después de 1 8 . .. �xd5 1 9.ixd5, el peón de "f7" se convertiría en objetivo, pero la textual conduce a una rápida derrota. 1 9 ,gxe7 gxe7 A la evidente 19 . . .ixd3 , seguiría 20.lLlxf6+ ® h8 2l.. �xf7, etc.

COMPRENDER EL JUEGO DE PEONES EN AJEDREZ

20.�xf6+ 'itb8 2 l.'Bd2 .ie6 22. � d5 Wxd2 23..ixd2 .ixd5 2 4..ic3+ 'itg8 25..ixd5 gd7 26..ixc6 bxc6 27.� e5 gdd8 28. 'itf1 h5 29. :!!le l gds 30.�xc6 Las negras se rindieron. La lección es sencilla: al enfrentarse a un peón central aislado, no se puede ignorar el tema vital de su avance. Debe impedirse para siempre, o bien prepararse contra el avance. El Gran Maestro Pomar no hizo ni una cosa ni otra. Sin embargo, la amenaza de un avance cen­ tral y sus consecuencias no siempre son tan dramáticas. Lo que el avance a menudo repor­ ta es un mejor final o una pieza centralizada dominante tras una serie de cambios, si bien deberíamos aprender a temer tanto las venta­ jas posicionales como los violentos ataques que hemos visto. El par de instructivas parti­ das que sigue ayudará al lector a ser conscien­ te de ello. Gligoric Eli ska ses Buenos Aires 1 960 Defensa Caro-Kann

cerse lO . tlJf6, con idea de crear un firme blo­ queo en la casilla "d5 " , siguiendo con . . ttJb4, la mejor reacción de las blancas es l l .a3, que impide la maniobra y, al mismo tiempo, hace posible .ic2 y '1W d3, ejerciendo presión contra el enroque negro. l l ..ie4 �ce7 Ahora vemos la idea subyacente en la jugada . . . .if6: las negras contienen el centro con firmeza. 1 2.� e5 .

.

.

-

l.e4 c6 2.d 4 d5 3.exd5 cxd5 4.c 4 �f6 5.�c3 e6 6.�f3 .ie7 7.cxd5 �xd5 8 .id3 � c6 9.0-0 0 -0 Esta vez llegamos a la estructura de peones temática, a partir del Ataque Panov en la Defensa Caro-Kann: todos los caminos condu­ cen aRoma. lO.gel if6 •

Probablemente lo más desagradable para las negras. Apoyado por el peón de "d4", el dominante caballo irrumpe en campo enemi­ go, cuyo ulterior desarrollo queda restringido. En una situación así, '1Wd3, con amenazas so­ bre la diagonal "b l -h7", así como la posible tlJg4, pueden resultar muy molestas para las negras. 1 2 .id7?! Nótese que después de 12 . . lLlxc3, seguido de . . .ixe5 , las negras quedan débiles en las casillas de su color, pero la textual también está considerada inferior. Varios teóricos pro­ ponen 12 . g6. 13.'Bd3 g6 1 4..i h6 .ig7 15 ..ixg7 cbxg7 16.�xd5 tlJxd5?! A 16 . . . exd5, las blancas deben haber tenido in mente 1 7. tlJxd7 '1Wxd7 ( 1 7 . . . dxe4 falla, por 1 8 . '1Wb5) 1 8 ..if3, con un final favorable. El peón de "d5" seguirá estando presionado, lo que puede incrementarse con �e5 o gcl-c5, doblando torres y, al mismo tiempo, apode­ rándose de una de las columnas abiertas, o un avance de peones en ambos flancos. La tex..•

.

.

No es en vano repetir que, en caso de ha-

PEONES AISLADOS

.

17

tual, sin embargo, se encuentra con otros pro­ blemas. 1 7 .i. xdS exdS 1 8 .'1Wb3 !

Karpo v - Uh lmann Madrid 1973 Defensa Francesa l .e4 e6 2 .d4 dS 3 .�d2 eS 4 .exdS exdS S .� gt3 �c6 6 .J.bS i.d6 7 .dxcS i.xcS 8 .0-0 � ge7 9 .� b3 J.d6 lO.i.gS

Esta vez el peón central aislado ha sido debidamente bloqueado, pero gracias a él, las blancas han conseguido un activo juego de piezas, y pueden forzar un mej or final. 1 8 .. .f6 La secuencia 18 . . ..i.c6 19.gac l no es muy tentadora. La textual, por supuesto, debilita la posición del rey negro, de modo que los fina­ les de piezas mayores implicarían dificultades adicionales. t 9 .� d3 J. rs Es demasiado tarde para l 9 . . . J.c6, porque 20.'Llc5 gana material. Las negras deben en­ tregar un peón. 20. \Wxb7+ !!f7 2 1 .'1Wa6 !!b8 22 .!!e2 J.xd3 23 .\Wxd3 Con peón menos y las defensas de su rey comprometidas, las negras han pagado el pre­ cio por su inadecuado tratamiento de la aper­ tura con peón central aislado. Las blancas consiguen ahora demostrar lo dificil que es defender tales posiciones. 23 ...\Was 24 .h3 !!b4 2S .b3 '1Wb6 26 J'�dl aS 27 .\We3 a4 28 .!!d3 axb3 29 .axb3 gb7 30 .\We8 gxb3 3 1 .gxb3 '1Wxb3 32 .ge7+ gxe7 33 .\Wxe7+ �g8 34 .\Wxf6 '!Wbl+ 3S .�h2 '1Wb8+ 36 .f4 \We8 37 .\Wes \Wf7 38 .g4 h6 39 .fS gxfS 40 .gxfS �h7 4 1 .�g3 '1Wb7 42 .�f4 '1Wc6 43 .\We7+ �h8 44.�eS \Wct 4S .f6 We3+ 46 .�d6 Wa3+ 47 .�e6 \Wxh3+ 48 .�f7 Las negras se rindieron.

18

Esta posición de la Variante Tarrasch es una de las más instructivas para el estudiante del tema que nos ocupa. El peón de "d5" está bien protegido por numerosas piezas negras, y debilitarlo es tarea que requiere sutileza. La continuación que Karpov solía aplicar en los setenta está en línea con el plan es­ tratégico general . Volveremos a hablar de ello, pero por el momento mencionaremos de pasada que los cambios minan gradualmente la estabilidad del peón central aislado. Lo que Karpov tenía in mente es la maniobra .i.g5-h4g3, a fin de cambiar alfiles de casillas negras, en detrimento del peón "d5". Esto es per­ fectamente lógico, aunque la experiencia pos­ terior demostró que la maniobra en cuestión es un tanto lenta, prevaleciendo, por tanto, la ju­ gada l l . g e l . 1 0 ...0 -0 l l.i.h4 i.g4 Es de considerar l l . . .\!!!fb 6, pero la textual también es lógica. 1 2 .i.e2 i.hS Mientras haya tantas piezas protegiéndolo, el peón "d5" es un peón saludable, y la presión blanca apenas es perceptible. Sin embargo, un solo paso en falso puede cambiar el cuadro de forma significativa. Aunque, por ejemplo, l 2 . . . \!!!fb6 parece natural, habría dado lugar a

COMPRENDER EL JUEGO DE PEONES EN AJEDREZ

una serie de cambios no deseados por las ne­ gras, desembocando en un fmal en el que el peón "d5" sería muy frágil: l 3 ..ixe7 �xe7 14.�d4 �xd4 1 5.�fxd4. Es satisfactorio, en cambio 1 2 . .. ie8 l 3.ie l �- En tal caso, 14 ..be7 se contestaría con 14 ...ixe7 l 5 .�xd5 ltlb4. 13. iel �b6 14.�fd4 .ig6 Teniendo siempre presente la naturaleza del peón aislado, podemos ver que éstas son reac­ ciones lógicas por ambas partes. Las blancas buscan cambios y las negras tratan de evi­ tarlos. 1 S.c3 Otra medida lógica. La casilla de enfrente del peón central aislado es un punto fuerte pa­ ra las blancas, así que tratan de establecer un firme control sobre ella. 1 S.. ife8 16..ifl .ie 4 1 7..ig3 .ixg3 18.hxg3 aS?! .

casilla "d4" de las blancas, y quizá fuese pre­ maturo abandonar la columna "e". Era de con­ siderar 21...Ag6. 22.g4 �xd 4 Aunque esto sin duda es coherente con su juego precedente, es una de esas posibilidades "obvias" que los jugadores deberían pensarse dos veces antes de decidirse por ella. 23.Wxd4 Wxd 4 24.cxd4 i a c8 Parece más natural 24 .Wf8, a fin de im­ pedir la penetración en séptima, pero no está claro qué pueden hacer las negras contra el doblaje de torres en la columna "e". 2S.f3 .ig6 26.ie7 b6 Aquí merece consideración 26.. ic2. 27.iael h6 Es mejor la inmediata 27...h5. 28.ib7 id6 29.iee7 Las dos torres blancas en séptima son para­ lizadoras. La posición negra es crítica. 29 .. bS 30.gx bS .ixhS 3 l.g4 .ig6 3 2.f4 ..

.

.

Estamos comentando aquí una posición delicada, en la que hasta los errores más imperceptibles pueden cambiar las tornas. La última jugada de Uhlmann es un palo de cie­ go, porque crea una casilla débil ("b5") a cam­ bio de nada. Pronto veremos por qué. 19. a4! �xd4 20.� xd4 �c6 Ahora vemos que 20. . '%Yxb2 no sirve, por 2 1./tlbs (o 2L.ib5), seguido de n, ganando material. Con 1 8 . a5 Uhlmann trataba de ejer­ cer presión sobre "d4", pero no logró su obje­ tivo. Las blancas utilizarán ahora la casilla "b5", apoderándose de la iniciativa. 2l..ib5 ied8 Las negras siguen obstinándose en la firme muy

.

..

La suerte está echada. El plan iniciado con 25.0 ha sido ej ecutado a la perfección. 3 2... i c l+ 33.�1'2 ic2+ 3 4. h s 2S.gxh7+ Las negras abandonaron. von Bardeleben se rindió de hecho, al aban­ donar la sala de juego y no regresar, dejándole a Steinitz que mostrase a Jos espectadores el remate de la bella combinación: 25 ... h2 a3 3 l . �g3+, seguiría 3 l .. .'i!Yg6, y el peón pasado salvaría a las negras. 28 a3 29.'i!Yg5+ c;t>m 30.'i!Yf6 c;t>gs 31 .'i!Yxf5 Y!Yd2 32.fte7 ftf8 33.'i!Yg4+ mb7 34J:�e5 Y!Yh6 3S.fth5 fta8 36.Y!Yf5+ mg7 37.ftxh6 c;t>xb6 38.'i!Yf6+ mh7 39.'i!Yxt7+ mh8 40.'i!Yxb7 Las negras se rindieron. En muchas de las partidas estudiadas hasta ahora, hemos podido ver que la casilla de en­ frente del peón central aislado se convierte en un punto fuerte para el bando contrario. A me­ nudo la influencia que pueda ejercerse sobre esa casilla marca la diferencia entre el éxito y el fracaso. En ese sentido, las partidas de la Francesa Tarrasch son particularmente revela­ doras y merecen nuestra atención. •••

Karpov - Korchnoi Match de Candidatos (48 partida) Moscú 1 974 Defensa Francesa l .e4 e6 2.d4 dS 3.lL! d2 eS 4.exd5 exdS S.� gf3 �c6 6.ib5 id6 7.dxc5 ixcS 8.0-0 � e7 9.� b3 id6 10.c3

Una de las posibilidades lógicas, aplicadas por Karpov en sus matches contra Korchnoi . Las blancas basan s u estrategia d e apertura en conseguir un total control de la fuerte casilla "d4" . I O .. .ig4 Una reacción natural: Clavar el caballo, pa­ ra cambiarlo en cualquier momento. Las negras inician su lucha por contrarrestar la presión

PEONES AISLADOS

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sobre la citada casilla "d4" . l t.lt�bd4 0-0 1 2 . .ie2 En partidas posteriores del mismo match, Karpov prefirió 1 2.%Va4, pero tras 1 2 . . . i.h5 1 3 .i.e3 %Vc7 1 4.h3 o!t:la5 , con idea de . . . o!t:l c4, las negras mantuvieron el equilibrio. 12 ... ge8 13,ge l a6 14.i.g5 h6 15.Ah4 Wb6 Tras haberse desarrollado armoniosamente, Korchnoi toma una decisión correcta, al ejer­ cer toda la presión posible sobre "d4".

1 6.Wb3 i.c5 1 7.Wxb6 i.xb6 18.Ad3 Está claro que no hay forma de que las blancas puedan conservar su punto fuerte en "d4" . 18 .. .'�f8 1 9.a3 o!t:lxd4 20.� xd4 i.xd4 2 1 .cxd4 �f5 22.f3 � xh4 23.fxg4 �g6 El panorama se ha aclarado. Las negras han logrado anular la presión enemiga en el cen­ tro sin hacer concesiones (compárese esta lu­ cha con la partida Karpov - Uhlmann, Madrid 1 973). 24.g3 Con blancas, el jugador a menudo cae en un falso sentido de seguridad, que puede con­ ducirle al abismo. En lugar de asegurarse unas tablas con 24.i.xg6, Karpov entra, sorpren­ dentemente, en un final ventajoso para su ad­ versario. 24... � e7 25.i.fl � c6 26.i.g2 gxel+ 27,gxel gds 28.cJif2 gd6 29.gdl cJie7 30.b4 gds 3l.cJie3 cJid6 32.gfl f6 33,gcl gcs 34.gc5 � e7 35.i.fl ? ! U n grave error. Se requería 35 .l:�xc8, segui­ do de a4 . 35 .. ,ges 36.cJid2 f5 37.i.e2

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37.gxf5 lt:lxf5 activa el caballo, que amena­ zaría entrar en juego por "e3 ". 37 ...fxg4 38.i.xg4 gf8 39,gc2 g6 40.cj}e3 h5 41.i.h3 � c6 42,gd2 b5?! Si las negras preparasen la jugada ... ge8+ con 42 . . . g5 , entonces la defensa blanca no sería fácil. 43.i.g2 a5 44.h4 axb4 45.axb4 ges+ Tablas. Las blancas pensaban seguir con 46. cj} f4 .!i::l xb4 47. @ g5 jg\e3 48 .g4, etc. A veces la fuerte casilla situada enfrente del peón aislado se encuentra por completo en manos del oponente. En tal caso, podemos contemplar cómo evoluciona con sus piezas menores y mayores a voluntad. Cuando es po­ sible, sin embargo, la presión ejercida sobre ella puede recompensar en forma de igualdad posicional, o incluso más, si las circunstancias lo permiten . . . L . Schmid - Portisch Olimpiada de Niza 1 974 Defensa Francesa

l .e4 e6 2.d4 d5 3 . .!i::l d 2 c5 4 .!i::l gf3 �c6 5.exd5 exd5 6.i.b5 i.d6 7.dxc5 ixc5 8.0-0 �e7 9 . .!i::l b3 i.d6 10.ig5 0-0 l l .ih4 Ya hemos visto esta secuencia de jugadas. La idea es cambiar alfiles de casillas negras, con i.g3 . l l ...i.g4 12.i.e2 ges •

Una mejora, en relación con la partida Kar­ pov - Uhlmann, Madrid 1 973, ya comentada al comienzo de este libro.

COMPRENDER EL JUEGO DE PEONES EN AJEDREZ

13J�!:el 1 3 .i.g3 culminaría la planeada maniobra de las blancas, pero entonces l 3 . . . i.xg3 1 4.hxg3 '1Wb6, para seguir con . . J!ad8 y . . . lü f5 , les da a las negras un juego satisfactorio. 13 ...'1Wb6 14.ltJfd4 1 4.c3 se contesta con 1 4 . . . ltJf5 , con pleno control de la casilla "d4", mientras que hacer 1 4 .i.xe7 se vuelve contra las blancas, en vista de 14 . . . .!!x e7 1 5 .'1Wxd5 lüb4. 14 .Axe2 1S.gxe2 .tes ••.

Esto también ha sido posible gracias a 1 2 . . . .!! e 8. La presión ejercida sobre "d4" obli­ gará a las blancas a abandonar el bloqueo. Portisch ha logrado resolver el problema te­ mático de las casillas centrales. 1 6.lüxc6 tL'lxc6 1 7.c3 aS Aquí, en circunstancias algo diferentes, es­ ta jugada se apodera de la iniciativa, pues 1 8 .a4 pierde, por 1 8 i.xh2+. 18.gbl a4 1 9.tL'ld2 Yfbs 20.i.g3 .if6 Las negras han logrado cambiar las tomas. Ahora son ellas quienes dominan el centro. 21 .gxe8+ �beS 22.\Wfl \WcS 23.:Sel :Sd8 Las piezas activas no se cambian volunta­ riamente. 24.a3 h6 2S.Wfd3 '1Wb6 26.Wfc2 Yfbs 27.J.c7? ! E s más natural 27 . lü f3 . 27 gcs 28 .tf4? Era indispensable 28 .i.g3 . La textual pierde un peón. 28 ... lüd4 29.\Wdl lüe6 30.Wfg4 bS 3 1 .Wff5 ges 32.lüt3 Wfxb2 33 .tes J.xeS 34.ltJxeS c!Lld8 3S.h3 g6 36.Wfd7 �xeS 37.Wfxd8+ g7

38.gxeS Wfcl+ 39.h2 Wff4+ 40.g3 WfxeS 41 .\WaS h4 42.\WcS hxg3+ Las blancas se rindieron, en vista de que a 43 .fxg3, sigue 43 . . . b6, etc. Portisch exhibió con maestría otro motivo, en su tentativa por controlar el peón central aislado y mantener el equilibrio posicional. Muy a menudo, sin embargo, el bando que juega contra el peón central aislado puede re­ currir a soluciones tácticas, trastocando los planes estándar de su oponente y comprome­ tiendo la disposición de sus fuerzas. Vale la pena dedicarle una reflexión a los aconteci­ mientos que se produjeron en las siguientes artidas . . . tJ' 'L3 Botvinnik - Euwe OH Hastings 1 934-3 5 Defensa Caro-Kann l.c4 c6 2.e4 dS 3.exdS cxdS 4.d4 c!Llf6 S.lüc3 tL'lc6 6. .igS e6 7.c!Llt3 dxc4 En pocas jugadas, la partida ha pasado de una apertura a otra. El jugador debe mante­ nerse constantemente alerta ante estas posibi­ lidades. Veremos en qué medida fue correcta la decisión de Euwe. 8.i.xc4 .ie7 9.0-0 0-0 lOJ�cl

. . .

•.•





Décadas en la práctica de los Grandes Maestros nos han enseñado que la torre de "e 1 " es poco útil a las blancas, Hoy se prefiere la continuación 1 0.a3 , preparando Wfd3, gad l y !!fe l . Por otro lado, en el Gambito de Dama Aceptado el alfil queda mal situado en "g5 " . Debería estar en "e3 " , haciendo posible lüe5.

PEONES AISLADOS

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Al trasponer de una variante a otra, las negras estuvieron más acertadas. 1 0 a6 Una buena réplica. La planeada . . . bS, se­ guido del fianchetto del alfil dama, correspon­ de con la estrategia general de bloqueo del centro. l l .J.d3 h6 La jugada precedente de las blancas no im­ pidió l l . . .b5, porque después de 1 2.lilxb5 axbS 1 3 J!xc6 J.b7, las negras toman en " a2 " . Por consiguiente, ésa era la opción más simple para las negras. 1 2.J.e3 Hemos llegado a una fase crítica de la par­ tida. Las blancas podrían elegir también la jugada 1 2 .�h4, con idea de crear amenazas con J.b l y '!Wd3 , como hemos visto en buen número de partidas. t2 lilb4 t 3.J.bt bS t4.�es J.b7 t S.'IWd2 ges La apertura ha concluido, y las negras han conseguido sus objetivos estratégicos. Domi­ nan "dS ", y el peón "d4" se ha convertido en una potencial debilidad. 1 6.f4?! Dado que en comparación con la victoria de Botvinnik sobre Vidmar las posibilidades de ataques están considerablemente reducidas, era una opción más saludable la más mode­ rada 1 6.f3. 1 6 � bdS 1 7.� xdS '!WxdS 1 8.fS •••

Las blancas no pueden contemplar 20.lilf3 gae8, ni 20.�f4 ixeS. 20 ge7 2 l .J.h3 J.xeS 22.dxeS BxeS 23.J.f4 'BdS 24.'BxdS En sus cálculos previos, las blancas consi­ deraron el sacrificio 24 . .txh6 gxh6 2S.'Bxh6, pero tuvieron que renunciar a la idea, porque ahora las negras seguirían con 2S ... ge2. 24... �xdS 2S.J.d2 gae8 26.b3 ge2 •••

•••

•••

Las negras han ganado el duelo teórico y se disponen a transformar en victoria su ventaja material. 27.gf2 lilf6 28.J.as fhf2 29. c.f?xf2 lil e4+ 3o.c.t>n � gs 3 t .J.d7 3 l .J.g4 ofrece mayor resistencia. 3l ge7 32.J.fS ges 33.J.bt J.e4 Euwe utiliza su ventaja de modo ejemplar. ¡ Obsérvese la maniobra . . . lil f6-e4-gS ! 34.J.xe4 �xe4 3S.gc6 Más preciso era 35.gc8+, seguido de !e l , a fin de impedir l a penetración de la torre. 3S gf5+ 36.c.f?el gf2 37.a4 gxg2 38.gxa6 Después de 3 8.i.c7, se requiere alguna con­ centración. Lo correcto es 38 . . . gb2, pero no 3 8 ... bxa4 39.bxa4 ga2 40.aS (no 40.gxa6? gal +). 38 bxa4 39bxa4 gxb2 40.ga8+ c.f?b7 4l.J.b6 ga2 42.aS hS 43.a6 h4 44.a7 h3 4S .tgl �f6 46.c.f?dl � g4 47ge8 h2 48.J.xh2 gxa7 49.J.b8 gas SO.gd8 �eS Sl..tc7 gxd8+ S2 ..txd8 c.f?g6 S3.c.f?e2 c.f?rs S4.ci>e3 ci>g4 ss..tc7 �f3 56.c.f?f2 fS Las blancas se rindieron. La fuerza del caballo centralizado de "eS" •••

•••

•••



18

J.d6! Jugada muy fuerte. El punto "eS" es vulne­ rable. 1 9.fxe6 gxe6 20.J.rs

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. . •

COMPRENDER EL

JUEGO DE PEONES EN AJEDREZ

depende del peón "d4", y viceversa. Ambos triunfan o fracasan a la vez. Otra partida de los afl.os treinta también constituye una pequefta lección de juego tác­ tico en la mi sm a variante . . . Hasenfuss - Flohr Kemeri 1 937 Defensa Caro-Kann t.e4 e6 2.d4 d5 3.exd5 exd5 4.e4 t!f6 5.-td te6 6.1115 e6 7.tlf3 dxe4 8abe4 1e7 9.0-0 o-o lO.Id a6 1 1 .a3 La famosa Radio Erevan dirfa: "Las blan­ cas jugaron bien. El único problema es que situaron sus piezas en el lugar erróneo y en el momento inoportuno" . l l .. . bS U .ia2 1b7 13.'1rd3 tld5 •

lt . . . Yrf6 ll.Wht

Jugado en previsión de . . . Wg6.

ll . .. lac8 23.tfbl

No servfa 23J�c l , por 23 ... Wg6 24. g3 Wg4. 23 ... -t xgl 24.tbxg2 tfg5+ 25.Whl Yfxdl l6.le3 Yfxd4 Las blancas se rindieron. Szabo - Petroslan Bamberg 1 968 Defensa Nimzoindia

l.d4 tlf6 l.e4 e6 3.-td .ib4 4.e3 0-0 5..id3 d5 6.-tf.J c5 7.0-0 tl e6 8.a3 cxd4 9.exd4 dxc4 1 O .lxc4 ie7 Confrontado a 8 .a3 , Petrosian ha elegido una continuación arriesgada. Ya hemos exa­ minado posiciones similares en algunas parti­ das, y la comparación le resultará útil al lector. l l .lel .id7 12..ial Una retirada lógica. En "a2" el alfil no pue­ de ser atacado con . . . lOaS, y puede pasar de inmediato a la otra diagonal importante, es decir, "b 1 -h7 " . l l .. . lc8 13.Yid3 1e8 14.tle5 En este punto mej or parece desarrollar el flanco de dama. t4 ... g6 t5.Ag5 Parece preferible 1 5 . .Ü6. •

14.te4? A las blllti.Cilll 11111 ¡ulltlll'f a 1xplotar ht �edut!· debilidad de "�:5 ", p.:ro no ��� a¡tlldaba 1 4 . .ixe7 �&:xe1 1 5,1f)e4 u. �:u.usu dll 1 5 . . . tl f4. Por otra plll'te , 1 4.tlxd5 Axa5 ó 14.i.b 1 f5, cuando la ca11illa ''e4" c11 inalcanzabl•, tampo· co eran po si bilidad es atractivas. Estas consi­ deraciones deben haber llevado a Hasenfuss a dar un paso en falso. Mirando la posición ob­ jetivamente, lo correcto parece 1 4 .ixd5, con lo que o hay ventaj a o no la hay, pero no puede forzarse la posi ción . El castigo es inme­ tora

diato . . .

1 4. .. �cb4! 15.'ffb l Tomar en " b4 " costaría un peón. 1S ... �xa2 1 6.Wxa2 ixg5 17.tlexg5 h6 18.�e4 �f4 1 9Jlcel .id 5 20.b3 f5 2 1 .�ed2

1 5 ... � h5! Las negras eligen el momento apropiado para realizar esta jugada. Las blancas han fi­ nalizado sus preparativos para la ruptura en el centro, pero las negras consiguen atenuar la presión. Su jugada nos recuerda la reacción de

PEONES AISLADOS

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Karpov en una de sus partidas de match contra Korchnoi, ya comentada. Esta jugada simplifi­ cadora es característica de muchas posiciones del Gambito de Dama, y vale la pena recor­ darla. 1 6.i.xe7 Y!!x e7 1 7. � c4 En caso de 1 7.d5, sigue 1 7 . . . ltJxe5 1 8 .:gxe5 Y!! d 6, con juego igualado, pero 1 7 . :gad l pro­ duce mejor impresión que la poco natural ju­ gada del texto. 1 7 ... b5!

Esto mantiene la torre en juego. 23.�ad l i.e8 24.�xe8 No es mej or 24. � e4, en vista de 24 . . . 1Wg7. 24 ... �exe8 La niebla se ha disipado. El peón aislado si­ gue estando bajo presión y no puede moverse. 25.Y!Ia6 � xd4 26.Y!Ixa7 26.axb4 �c2 27.:gxd8 �xd8 28J:ifl .!i:lxM 29.Y!!x a7 Y!lxb2 30. ic4 �c8 no es ningún ali­ vio para las blancas. 26... b3 27..ib l � c2 28.�xd8 �xd8 29.�fl

Puesto que a 1 8 .itJxb5 se replica 1 8 . itJb4, el repentino avance del peón "b" neutraliza el inminente peligro de la ruptura. 18.itJe3 b4 1 9.ltJe4 �f6 Petrosian no deja escapar ni una sola opor­ tunidad: el cambio de caballos aliviará sus dificultades en el centro. 20.ltJc4 �cd8 2 1 . � xf6+? 2 I .itJ ed6 habría sido más molesto para las negras. En general, los cambios ayudan' al bando que carece de espacio. 2 1 ...Y!Ixf6 22. � d6 �e7

29 ...Y!Ixb2 Defendiendo hábilmente una posición pa­ siva y explotando algunas pequeñ.as incoh rencias de las blancas, Petrosian ha vuelto posición en su favor. El peón pasado avan zado le garantiza la victoria. 30.Y!! b6 �d5 3 1 .a4 Y!!c3 32.h3 c;f;lg7 33.g3 �a5 34.h4 �ha4 35.h5 gxh5 36.Y!Id8 h6 Las blancas se rindieron. La maestría defensiva exhibida por Petro­ sian en esta partida j ustifica el análisis en de­ talle de la misma.

..

Observaciones generales

Al estudiar esta corta selección de partidas, hemos aprendido que el peón central aislado ti una vida incierta. El centro caracterizado por un peón de ese tipo requiere, por consiguiente, una sobria evaluación y el tratamiento más preciso. La posición es tan sensible que hasta los más queños errores -que pueden ser imperceptibles al oj o inexperto- pueden causar graves dific tades. Al mismo tiempo, el lector debe ser consciente del hecho de que todas estas situacion centrales, por similares que parezcan, son diferentes. Un avance de peón lateral o una pieza tuada en una distinta casilla pueden cambiarlo todo. Las reglas estrictas, siempre vigentes, ace ·

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COMPRENDER EL JUEGO DE PEONES EN AJEDREZ

de cómo jugar estas posiciones, no existen, por muchos ejemplos que examinemos. No obstante, el lector debe haber percibido que pueden aplicarse ciertas directrices generales, que cubren un amplio número de casos. Estas reglas generales son las únicas guías de que dis­ ponemos. Si las asimilamos estudiando casos típicos, si son fruto de un trabajo analítico, tanto mejor. De modo que para formular algún consejo general en que confiar, debemos comenzar por observaciones sencillas y prácticas. Al estudiar este tema, pronto nos damos cuenta de que existen dos tipos de peones centrales aislados : uno móvil y agresivo; el otro, inmóvil, controlado y bloqueado. Estas categorías se tra­ ducen en situaciones muy diferentes. Si la ruptura es posible, por lo general libera una considerable cantidad de energía, que se ma­ nifiesta en varios casos típicos : a) Ataque al enroque enemigo, ej ecutado mediante amenazas directas, combinadas, sobre las diagonales " b l -h7" y "a2-g8", y a menudo apoyado por amenazas sobre la columna "e" abierta. b) Penetración del caballo rey, propiciada por el avance del peón aislado. e) Transformación de la iniciativa en una pieza fuerte, centralizada y activa. d) Transformación de la iniciativa en un mejor final. En todos estos casos, y los resultados no dejan lugar a duda, el bando que prepara y realiza con éxito la ruptura central consigue un porcentaje muy alto de victorias . La conclusión es evidente: un peón central aislado debe ser bloqueado. Hemos visto que se requiere paciencia, precisión en el orden de jugadas y, a veces, también agudeza si queremos tener éxito. Las medidas contra un peón central aislado se concentran en el absoluto dominio de la casilla delantera del peón. Si se alcanza ese equilibrio de fuerzas en el centro, el bando con el peón aislado creará actividad basada en sus piezas móviles. En primer lugar, con un caballo dominante centralizado, apoyado por el peón, o bien con una maniobra de torre por la tercera fila, junto con la presión que ej ercen los alfiles sobre las diagonales que llevan hasta el rey contrario enrocado. Nótese, sin embargo, que tal actividad no surge por sí sola. Por lo general, es el fruto de un mej or desarrollo, ventaja espacial y piezas activamente situadas. El bando que lucha contra un peón aislado, por el contrario, debe tratar de simplificar la posición mediante cambios, asegurándose de que no sea posible la ruptura central. Es imperativo un incuestionable dominio de la casilla delantera del peón. Teniendo en cuenta todo esto, nunca se repetirán lo bastante estas dos máximas: 1) El bando con el peón central aislado debe conservar las piezas, no cambiarlas a la ligera, porque un peón aislado necesita mucha compañía. Al mismo tiempo, debe mantenerse alerta a todos los posibles golpes tácticos derivados de la ruptura, aun a costa de algún sacrificio. 2) El bando que lucha contra el peón aislado debe tratar de bloquearlo, concentrando sus esfuerzos en dominar la casilla de enfrente del peón, reducir el material (la mayoría de los cam­ bios son bienvenidos) y tratar de alcanzar un final, porque esta fase no es un hábitat natural para el peón central aislado, y porque en los finales, como regla general, se convierte en un objetivo inmóvil y, por tanto, frágil. Por último, sea con blancas o con negras, al jugar una posición caracterizada por la existencia de un peón central aislado, en cada turno debe plantearse una pregunta esencial: ¿puede el peón avanzar o no? La siguiente pregunta es: ¿qué puedo hacer para preparar el avance? O a la inversa: ¿qué debo hacer para que el avance resulte inocuo? En una partida de este tipo el resultado dependerá en gran parte de la seriedad con que se plantee estas preguntas y la eficacia con que sepa responderlas.

PEONES A ISLADOS

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2 Pares de peones colgantes y semicolgantes Una vez estudiados los peones centrales aislados, pasamos a un nuevo tema. Examinaremos en este capítulo un par de peones centrales, que no tienen el apoyo de peones en las columnas veci­ nas. Surgen normalmente como consecuencia de dos cambios de peones en el centro o, muy a menudo, como descendientes de un peón central aislado, tras un cambio en la columna vecina. Sólo se requiere una jugada para que un peón central aislado se convierta en un par (o pareja) de peones semicolgantes, y un paso más para que se produzca lo que llamamos peones colgantes, es decir, un par de peones en la cuarta fila (o en la quinta, si se trata de peones negros). Al ser pa­ rientes tan cercanos, heredan y comparten algunas cualidades similares. En primer lugar, dedi­ caremos nuestra atención a los peones semicolgantes. confirmarán nuestra primera impresión, ofre­ ciendo algunas respuestas básicas.

Aquí tenemos uno de los casos típicos de un par de peones semicolgantes. En "d5" vivía un peón central aislado, y un cambio en "c6" vinculó al segundo peón en un destino común. Lo primero que se observa en el diagrama es el agujero de "c5 ", y un ojo experto lo asocia de inmediato con su potencial debilidad. Por el contrario, si el peón de "c6" avanza a "c5 ", tenemos posición que sigue. Ver el diagrama siguiente

La diferencia es pequeña, sólo un detalle en la formación de peones negros, y sin embargo lo asociamos de inmediato con un agresivo avance en el centro. Las siguientes partidas

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Rubinstein - Salwe Lodz 1 908 Gambito de Dama l .d4 d5 2.c4 e6 3.ttlc3 eS 4.cxd5 exd5 5.ttlf3 ttl c6 6.g3 ttlf6 7 .ig2 Debido sobre todo al entusiasmo de su in­ ventor, el Dr. Tarrasch, algunos problemas cruciales de esta sensible variante fueron re­ sueltos a comienzos del siglo XX, pero aún no se habían entendido algunos matices en la época en que se jugó esta partida. La presión sobre el peón "d5", propiciada por el fian­ chetto del alfil rey blanco, es, obviamente, un .

COMPRENDER EL JUEGO DE PEONES EN AJEDREZ

factor importante en la posición. Hoy lo sabe­ mos y lo tenemos en cuenta. La moderna línea principal sigue así: 7 . . .i.e7 8 .0-0 0-0 9.i.g5, y sólo entonces ceden las negras el centro, con 9 . . . cxd4. Salwe lo cede prematuramente. 7 cxd4?! 8.�xd4 Wb6 Al ejercer presión sobre "d4" en un mo­ mento en que las blancas no pueden fortificar este punto, las negra provocan ltlxc6, en cu­ yo caso el peón "d5 " dej ará de ser aislado. Parece una decisión lógica, pero pronto vere­ mos cuáles son las contrapartidas. 9.� xc6 bxc6 10.0-0 J.e7 l l.�a4! .••

Las negras han logrado unir sus dos peones centrales, pero a costa de tiempo y desarrollo, pues aún tienen que enrocar y la casilla "eS " es débil. Las blancas concentran sus fuerzas precisamente sobre esta casilla. Desde "a4", el caballo controla "c5 " y defiende el peón "b2", haciendo posible una mayor presión sobre "c5 " , con i.e3 y a lo largo de la columna "e ". l l ...Wb5 12.J.e3 0-0 13J�c1 J.g4 A primera vista, ésta es una jugada normal de desarrollo, pero una mirada más detenida permite ver que facilita al blanco una presión rápida y concentrada sobre la columna "e ". 14.0 Fea jugada, pero sólo hasta que comprende­ mos su verdadero propósito. Ya aquí tenía in mente Rubinstein la maniobra �f2-c2, que fi­ jará definitivamente los peones semicolgantes "c6-d5 " , condenándolos a una total pasividad. 14...J.e6 15..ic5 Si disponemos de una casilla fuerte, es útil cambiar las piezas que la defienden. Tales cam-

bios acentuarán la debilidad de dicha casilla. 15 .. J:Ue8 16J'U'2 � d7 1 7.he7 Ihe7 18.'ffd4 Desaparecidos los alfiles de casillas negras, las negras tratan de cubrir la debilidad con su caballo, pero la poderosa dama centralizada refuerza el dominio de las blancas sobre la ca­ silla crítica "c5 " . 1 8.. J�ee8 En caso de 1 8 . . . �c8, las blancas, natural­ mente, no capturarían codiciosamente el peón, •con 1 9.Wxa7, porque 1 9 . . . c5 cambiaría el pa­ norama en su contra. Pero la tranquila 1 9 . ltl c5 impediría todo esfuerzo de las negras por li­ berar su juego. 19.J.fl gec8 20.e3 'ffb 7 21.�c5 � xc5 22.gxc5 De modo que las piezas menores han desa­ parecido del tablero y el bloqueo sobre casi­ llas negras se va haciendo más y más fuerte. 22 .. J::ic7 23J:Uc2 Wb6 24.b4

La amenaza b5 provocará otra debilidad, después de 24 . . . a6. Esto nos ofrece otra im­ portante lección: los peones en tomo a casillas débiles se vuelven débiles y vulnerables, a medida que pasa el tiempo y las debilidades se multiplican. Precisamente a este implacable proceso le debemos numerosas victorias, gra­ cias a las casillas débiles. 24 ... a6 25J�a5 gbs Tras el cambio en "d4", caerá un peón. 26.a3 ga7 27,gxc6 Por fin, la ventaj a espacial de las blancas se convierte en una tangible ventaja material. 27 ... Uxc6 28.1Yxa7 gas 29.Wc5 Wb7 30.cbf2 h5 3 1 .J.e2 g6 32.'ffd 6 'ffc8 33,gcs Wb7 34.h4

PARES DE PEONES COLGANTES Y SEMICOLGANTES

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34 . . . as 3S.E:c7 �b8 36.bS a4 37.b6 gas 38.b7 Las negras se rindieron. En su simplicidad, una partida magnífica para analizar y aprender de ella. Una pareja de peones centrales semicolgantes, una vez blo­ queada con firmeza, muestra la misma debili­ dad que hemos descubierto en el peón central aislado, cuando éste no puede avanzar, y en última instancia cae en una desesperante pasi­ vidad en los finales resultantes. r.r Z. 'f

Balashov - Dreev Copa de Rusia Samara 1 998 Defensa Caro-Kann

l.c4 c6 2.e4 dS 3.exdS tLlf6 4.tLlc3 cxdS S.cxdS tLl xdS 6.tLl t3 tLlxc3 7.bxc3 g6 8.d4 Aquí tenemos la formación de peones de la partida anterior, pero reflejada en un espejo. Nuestro par de peones semicolgantes se en­ cuentra en "c3 " y "d4", mientras que la pre­ sión de las negras procede del alfil de su color y se ejerce en la semiabierta columna "e ". 8 J.g7 9.J.d3 tLl c6 10.0-0 0-0 n.J.e4 En un par de movimientos este alfil re­ gresará a "d3 " , produciendo la impresión de un juego sin sentido. Una alternativa legítima era 1 l .E:e 1 , pero poco cambiaria los hechos básicos, pues la presión sobre la pareja de peones semicolgantes seguiría siendo fuerte, y es dificil imaginar cómo podría mejorarse su situación. Al mismo tiempo, el plan de las ne­ gras es evidente, y el Gran Maestro Dreev lo ejecuta gradualmente en pocas jugadas... l l ...J.d7 12.:E!:el :E!:c8 13.i.gS ges

1 4J1c l ? ! U n momento crítico. Las negras tocan a re­ tirada, con escasas perspectivas ante un final, con el fardo de tres islotes de peones, de los cuales el central quedará expuesto a una per­ manente presión. Y o preferiría la más activa 14.d5 tLl a5 15 .d6, aunque después de 1 5 . . . if6 1 6.hf6 exf6, el peón pasado blanco queda bien bloqueado. Pero con 1 7.id5, el juego precedente de las blancas tendría cierto sen­ tido. 14 ... .!LJaS 1 S ..id3 tLl c4 16.�b3 Las blancas siguen contemplando la degra­ dación progresiva de su posición. Es cierto que 1 6.�e2 no es muy atractiva, en vista de 1 6. . . .Ae6, pero parece indispensable 1 6.ixc4 E:xc4 1 7.lLl e5 . La textual permite a Dreev se­ guir asfixiando a su oponente. 16 bS 1 7 ..Axc4 :E!:xc4 18.tLld2 Ahora, 1 8.lLle5 ixe5 1 9.dxe5 expone el rey blanco al ataque, tras 1 9 . . . E:g4. 18 :E!:a4 19.tLle4 .ic6 20.gcd l ? •••

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.••

La enfermedad s e h a extendido a las casi­ llas blancas y no es fácil recomendar un plan efectivo. Sólo podemos observar que la tex­ tual es un error evidente, que pierde material. 20.lLlc5 E:c4 2 l .f3 ofrece resistencia, aunque en circunstancias adversas. 20 .idS! 2l.�bl 2 l .�xb5 pierde, por 2 l . . . E:a5 . 21 gxa2 La pérdida de material es el castigo por el pasivo esquema adoptado por las blancas en el centro y su visible falta de iniciativa. 22.tLl cS a6 23. tLl d3 ga4 24.tLl b4 .ib7 2S.t3 •..

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2S ...YlYc7 26.'ilYb3 e6 27J3al gcs 28.i.d2 �:'!xal 29.gxal 'ilYd6 30 ..ie3 eS 31.gdl exd4 32.i.xd4 .ixd4+ 33.gxd4 YlYcS 34.li�a2 ges 3S.'ilYdl aS 36.'ilYd2 q¡g7 37.tC!cl .idS 38.tC!d3 'ilYb6 39.h4 hS 40.'it>h2 .ic4 4l.tC!f4 a4 42.%Yf2 'ilYf6 Las blancas se rindieron. No es un caso raro que el bando con la pa­ rej a de peones semicolgantes caiga en situa­ ción desventajosa, a causa de la debilidad la­ tente de los peones. Sin embargo, una de las cuestiones clave es si el peón retrasado puede o no avanzar, a fin de que la pareja se con­ vierta en peones colgantes, pues de ser así los peones reciben una inyección de movilidad y fuerza. Veamos la siguiente partida.

Reshevsky - Donner Santa Mónica 1 966 Defensa Nimzoindia l .d4 tC!f6 2.c4 e6 3.tC!c3 .ib4 4.e3 eS S ..id3 d5 6.tC!f3 0-0 7.0-0 dxc4 8 ..ixc4 tC!bd7 Por entonces también se investigaba inten­ samente 8 . . . lüc6 9.a3 i.aS , pero prevaleció la impresión de que era más preciso desarrollar el caballo por "d7 " . 9 ..id3 En caso de 9.a3 cxd4 1 0.exd4 ixc3 , se­ guido de . . . V!fc7, las negras ejercerían presión sobre la columna "e", que la textual evita. En años posteriores, sin embargo, se hizo más po­ pular 9.VIie2, seguido de !!d l . 9 ... b6 Si 9 . . . a6, entonces 1 O.a3 i.aS l l .VIie2, y las blancas pueden responder a l l . . . bS con 1 2 .b4. 10.a3 cxd4 Después de 1 0 . . . ixc3 l l .bxc3 ib7 1 2.!!e l ie4, las blancas evitan el cambio con l3. i fl , planeando ltld2. l l .exd4 .ixc3 12.bxc3 .ib7 13J;el V!fc7 14.id2 Antes de jugar c4, Reshevsky quiere pre­ parar minuciosamente el avance. La fase de la apertura se ha caracterizado por la atención que ambos jugadores han prestado a la pareja de peones semicolgantes.

14 gfe8 1 S.V!ie2 gac8 16.gacl .idS Puesto que será dificil organizar ninguna presión significativa sobre los peones col­ gantes, provocar su creación constituye una pérdida de tiempo. 1 7.c4 .ib7 .••

Al jugar 1 6 . . . idS, quizá Donner proyectaba 1 7 . . . ixf3 1 8.V!ixf3 eS 1 9.dS liJeS, pero luego entendió que 20.i.fS , seguido de �c3 y i.gS, era desagradable para las negras. Cualquiera que fuese el caso, Reshevsky ha logrado aquello con que Salwe y Balashov sólo podían soñar. Bien apoyado por numerosas piezas (entre ellas la pareja de alfiles), el par de peo­ nes semicolgantes paralíticos se ha metamos­ foseado en un par de agresivos peones colgan­ tes. De ahora en adelante, las negras vivirán bajo una constante preocupación. Lo mismo que su padre, el peón central aislado, estos peo­ nes de la cuarta fila están dispuestos a atacar en el momento propicio. Además de las ame-

PARES DE PEONES COLGANTES Y SEMICOLGANTES

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nazas reales que plantean, también son una amenaza psicológica. 1S.a4 ti'c6 Parece más natural 18 ... h6. La idea de to­ mar el peón de "a2" es excéntrica. 19 ..if4 ti'xa4 20J�al Wc6 2 1.gxa7 gas 22.gxaS �haS 23.h3 Una modesta, pero útil jugada. Las negras deberían responder tomando medidas, por ejemplo, 23 ... h6. En lugar de ello, deciden ju­ gar "activamente" y caen baj o un fuerte ata� que. 23 J:b3? •.

24.d5! El motivo que justifica la ruptura es la debilidad de la última fila. Ahora van a suce­ der acontecimientos decisivos, con la torre de "a3 " como mera observadora. No hay que des­ cuidar nunca esta constante amenaza del avan­ ce, siempre que nos enfrentemos a dos chicos malos en la cuarta fila. 24 exd5 25.cxd5 Wxd5 25... lLlxd5? pierde, por 26..ib5, o bien 26.V;Ve8+ ltJf8 27.ix.h7+. Recuerde que cuan­ do la posición se abre hay, por lo general, al­ gunas diagonales por las que el bando activo puede atacar. 26.J.c4 ti'cS 27.hf7+! q¡xf7 2S.ti'e6+ q¡g6 29 ..id6 Las blancas tenían una forma más simple de ganar: 29.lLlh4+ q¡h5 30.:!�� e5+! Wxe5 3 l ..ixe5 q¡xh4 32 ..ixf6+ lLlxf6 3 3 .We7. 29 ... ti'a5?! Las negras podían ofrecer mayor resisten­ cia con 29... ti'c3, aunque las blancas ganan de

todos modos, con j uego preciso. Después de 30.lLlh4+ q¡h5 3 1 .lLlf5 (amenazando 32.Wf7+ g6 3 3 . g4+ lLlxg4 34.Wxh7+, con mate), las negras tienen que jugar 3 l ... �a4, con pieza de ventaja, pero su rey está indefenso en terri­ torio enemigo. Ahora puede seguir: a) 32.lLlxg7+ q¡g6 33.Wf5+ (33 .�e3 Wxe3 no cambia gran cosa) es una tentativa directa por rematar rápidamente a las negras, que da resultado en caso de 3 3 ... q¡xg7 34.V;Vg5+ q¡h8 35J!!e7 lLl g8 36..ie5+, pero las negras pueden responder 33 ...q¡h6, y 34.�e5 es insuficiente, por 34 ... V;Vc l + 35.@h2 V;Vf4+. Consuela saber que es posible 34.lLle6, y las negras no tienen nada mej or que 34... Wxe l + 35.q¡h2 Wxe6 (no, por supuesto, 35...�a5??, por 36 ..if4++), con una dudosa posición, pese a las envidia­ bles reservas materiales de las negras. Sin embargo, una vez que el rey se ha inter­ nado en posición tan peligrosa, no estamos dispuestos a dej arlo escapar ... b) 32.�e3 ! parece ganar.

.••

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Pero 32 ...Wc l + 3 3 .@h2 g6 ofrece nuevas barreras. 34.f3 se para con 34 . ..Wc2, 34.ie7 con 34...Wc6, y 34.f4 Wc2 (34....ixg2?? 35.lLlg3+ q¡h4 36.ie7 Wc6 37.Wg4++) dista de estar claro. Afortunadamente, 34.lLlg3+ @h4 (34...@g5 pierde, debido a 35.f4+ @h4 36.lLlf5+, y 34 ...@h6 por 35..if8+ lLlxf8 3 6.V;Vxf6) 35.�e5 mantiene al rey expuesto. Si, entonces, 35... lLl xe5 (35...Wc6 3 6.lLle4 fuerza el mate; 35 .. J�a l pierde, debido a 36.lLlfl ), el blanco tiene varias formas de ganar: 36.ix.e5 lLld5 37 ..id6 ! , amenazando ie7+ y lLl e4, o

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bien 36.'Wxf6+ 'Wg5 3 7 .'Wg7, y las negras no pueden parar todas las amenazas. 30.c!De5+ c!Dxe5 3 1.:Sxe5 :Sal+ 32.g¡,b2 'Wa8 33.'Wf5+ cj¡lf7 34.:Se7+ cj¡lgs 35 .ie5 Tras una impresionante secuencia de juga­ das forzadas, el rey negro es arrinconado, sin escapatoria posible. Si 35 . ..'Wf8, las blancas ganan con 3 6.'We6+ g¡,h8 3 7.hf6, etc. 35 J�el 36Jlxg7+ Las negras se rindieron. La partida es una magnífica lección acerca de la diferencia entre el par de peones semi­ colgantes y sus parientes, los peones colgan­ tes. Las partidas que siguen reforzarán esta primera impresión. •

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�' z,q

10 . . . .ixc3? ! Es posible l O . .. llJxd5, manteniendo abierta la gran diagonal "h1 -a8", porque 1 1 .llJxd5 .ixd2 l 2.llJxb6 axb6 no es, obviamente, bue­ no para las blancas. l l.bxc3 'Wxd5 II . . .exd5 12.ig5 tiene sus inconvenientes para las negras, pero la textual plantea el caso típico de dos peones semicolgantes que se convierten de inmediato en peones colgantes. 12.c4 'Wd6 13 ..ic3 c!Dbd7 l 3...llJ g4 obviamente falla ante l 4 . .ixh7+, de modo que las negras deben optar por ju­ gadas rutinarias de desarrollo. 14J�el :Sac8 15.h3 :Sfd8 16J�e3 c!Db5?

Gligoric - Keres Match Yugoslavia- URSS Zagreb 1948 Defensa Nimzoindia

l.d4 c!Df6 2.c4 e6 3.c!Dc3 .ib4 4.e3 c5 5 ..id3 b6 6.c!Dt3 .ib7 7.0-0 0-0 8 .id2 No es muy lógico 8 .a3 , en vista de la sim­ ple 8...ixc3 9.bxc3 ie4. La textual tiene en cuenta la tentativa de simplificación 8 ... ixc3 9 . .ixc3 llJ e4, y Gligo­ ric pensaba responder 1 o.he4 .ixe4 1 1 .dxc5 bxc5 1 2.'Wd6. Sin embargo, las negras tienen a su disposición mejores respuestas, de modo que en años posteriores, las preferencias se decantaron por 8.llJa4. 8... cxd4 8 . . . d6 es una importante alternativa. 9.exd4 d5 10.cxd5 •

En la primera partida del mismo encuentro, Keres hizo 1 6 . . . h6, una jugada sin duda útil y apropiada en tales posiciones. Esta vez, sin embargo, las negras no fueron prudentes. 17.d5! Las blancas pueden atacar, antes de que el caballo llegue a la casilla "f4". El golpe tácti­ co se basa en 1 7... exd5 l8.llJd4, y el caballo aprovecha el avance del peón (un motivo que se repite a menudo en posiciones con peón central aislado). Al mismo tiempo, el avance libera la gran fuerza de los alfiles blancos ha­ cia el rey negro, creando todo tipo de amenazas. 17 c!Dc5 18.c!Dg5 g6 19 .ie2 c!Dg7 20.'Wd4 Ahora es el tumo de la dama para emplear la fuerte casilla "d4". La defensa del rey, ba­ sada en la pareja de caballos de "d7" y "f6", ha sido desordenada. El dominio de las blancas de la gran diagonal "al-h8" hace vaticinar un rápido colapso. •••

PARES DE PEONES COLGANTES Y SEMICOLGANTES



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20 Yff8 2 t .Yfh4 h5 22.i.g4! Se diría que era Keres quien estaba ata­ cando . . . 2 2 ... f5 23.cll:h e6 ttl gxe6 24.dxe6 ges 25..ixh5 Vfh6 26.Yff6 f4 27.Yfti++ Esta partida de nuevo ilustra el caso de un par de peones semicolgantes móviles, que consiguen avanzar antes de que el rival pueda organizar un bloqueo. En la mayoría de los casos, sin embargo, los peones colgantes sur­ gen como consecuencia de un doble cambio de peones en el centro. .•.

P "30

condiciones y su estrategia de apertura debe considerarse deficiente. 1 4.dxc5 fue un error considerable.

Nimzovich - Tarrasch San Petersburgo 1 914 Gambito de Dama

t.d4 d5 2.ttlt3 c5 3.c4 e6 4.e3 ttlf6 5.i.d3 Un orden de jugadas un tanto inusual, que las negras podrían explotar con 5 . . . dxc4, ga­ nando un tiempo sobre una versión del Gam­ bito de Dama Aceptado. 5 ttlc6 6.0-0 i.d6 7.b3 0-0 8 ..ib2 b6 9.ttl bd2 i.b7 10.gcl La posición guarda reminiscencias de una variante de la India de Dama, con la diferencia de que el caballo negro está situado más acti­ vamente en "c6" (en lugar de "d7"), y que el alfil de casillas negras se encuentra en el lugar adecuado, haciendo posible . . . Vfe7. 10 Vfe7 l l.cxd5 exd5 12. ttl h4 Las blancas invierten tiempo en provocar un debilitamiento en el enroque negro. Una temprana inversión en este caso, porque las perspectivas de cualquier acción en la dia­ gonal " a 1 -h8" siguen estando en el reino de los sueños. 12 g6 13.ttlht3 gad8 14.dxc5? bxc5 •.•

15.i.b5 ttle4 16.i.xc6 i.xc6 17.Yfc2 ttl xd2 18.ttlxd2 Quizá las blancas tenían algunas ilusiones acerca de explotar la gran diagonal " a 1 -h8", pero el curso dramático de la partida demues­ tra que su concepción fue desastrosa. 18 d4! •..

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••.

Ver el diagrama siguiente

Así pues, en el momento en que la partida pasa de la apertura al medio juego, ha surgido un par de peones colgantes en la quinta fila. Podemos decir que, en principio, la creación de tales peones sólo tiene sentido cuando se puede presionar sobre ellos de tal forma que su potencial dinámico no pueda explotarse. En esta partida, Nimzovich no ha creado estas

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Además de cerrar la gran diagonal al alfil de "b2", las negras abren diagonales para sus alfiles. Ahora presenciaremos un mecanismo efectivo de los peones colgantes en acción. 1 9.exd4? La precaución natural sugiere 1 9.e4, pero las blancas decidieron erróneamente aceptar el desafio. 19.. ..ixh2+! 1 9 . . ..ixg2 20.xg2 Vfg5+ también es efec­ tivo.

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20.ci>xh2 'l!Yh4+ 2 1 .gl

21 . . . i.xg2! Los expertos deben haber dicho que es algo "déja vu" (ya visto), recordando la combina­ ción de Lasker de un cuarto de siglo antes, pero esta combinación contiene detalles origi­ nales. 22.f3 22.Wxg2 no da resultado, por 22... 'l!Yg4+ 23 .Wh2 l:%d5 24.'l!Yxc5 l:%h5+ 25.'l!Yxh5 'l!Yxh5+ 26.Wg2 'l!Yg5+, y el caballo cae. 22 .. Jl:fe8 Las negras defienden indirectamente el al­ fil, y amenazan hacer ... l:%e2, que no puede pa­ rarse con 23.'l!Yd3 , debido a 23 ... 'l!Yg3 24.tlJe4 l:%xe4. 23.tlJe4 'l!Yh l+ 24.Wf2 .ixfl 25.d5 El último intento desesperado. 25.1:%xfl obviamente pierde la dama, mientras que 25 .tlJf6+ Wf8 26.tlJxe8 l:%xe8 no consigue nada. 25 ... f5 26.'l!Yc3 'l!Yg2+ 27.e3 �be4+ El golpe final. 28.fxe4 f4+ 29.xf4 grs+ 30.e5 Yfh2+ 31 .ci>e6 ge8+ 32.d7 .ib5++ El mate de un condenado.

� �1 ·

Kasparov - Portisch Niksic 1 983 Defensa India de Dama

l.d4 ttJf6 2.c4 e6 3.ttJf3 b6 4.ttJc3 i.b7 5.a3 d5 6.cxd5 ttJxd5 7.e3 ttJxc3 8.bxc3 .ie7 9.i.b5+ c6 10..id3 c5 1 1.0-0 ttJc6 12 .ib2 La casilla "b2" es una posición natural para •

el alfil de casillas negras. Su objetivo eventual es el flanco de rey enemigo, pero entretanto puede apoyar el avance de sus peones, pues cuando se produzcan peones colgantes, éstos necesitarán un pleno apoyo. 12 .. ,gcs 13.'l!Ye2 0-0 14,gadl tfc7 1 4... cxd4 1 5.exd4 mantiene en el tablero los peones "d" y "e ". 15.c4! Esto es claramente más fuerte que 1 5 .e4, que puede contrarrestarse con la natural 1 5 ...tlJa5 . 15 ... cxd4 Observe el lector que 1 5 ... if6 falla por 1 6.d5, y la fuerza del alfil de "b2" se hace sentir a través del tablero. 16.exd4 ttJa5

Portisch contaba con este contrajuego sobre el peón de "c4". Sin embargo, el expuesto flanco de rey negro queda a merced de los alfiles blancos. Un sacrificio en el centro está en el aire, y un jugador experto detecta esas posibilidades al vuelo. 17.d5! Como de costumbre, dadas las circunstan­ cias, esta ruptura se basa en líneas tácticas: 1 7... tLlxc4 se castiga con 1 8.'l!Ye4 g6 1 9.ixc4 'l!Yxc4 20.'l!Ye5 f6 2 l .'l!Yxe6+ l:%f7 22.gc l 'l!Ya6 23.d6, con una gran ventaja de las blancas. El peón pasado y avanzado debe resultar decisi­ vo. Tenemos aquí un excelente ejemplo del daño que pueden hacer los peones colgantes: todo el enroque negro cae bajo un ataque de­ vastador. 17 ... exd5 18.cxd5 i.xd5 1 9.ixh7+! xh7

PARES DE PEONES COLGANTES Y SEMICOLGANTES

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20Jbd5 ®g8 21 ..ixg7! ®xg7 22.c!Lle5 Los motivos se repiten. Estos sacrificios nos recuerdan viejas partidas, cuya sabiduría tratamos de absorber. ¿Cómo defender a un rey desnudo? 22 . . . f5 23 .�d7 empeora las co­ sas. 22 . . . Wfc2 falla, por la continuación 23 .Wg4+ ® h7 24.�d3 �c3 25 .Wf5+ (o sim­ plemente 25 .Wh3+) 25 . . . Wg7 26.�g3+. La más tenaz 22 . . . �h8 se refuta con el movimien­ to 23 .Wg4+ Wf8 24.Wff5 f6 25.�e l . Por con­ siguiente . . . 2 2. . JUd8 23.Wg4+ W f8 24.Wf5 f6 24 . . . id6 se contesta con 25.Wf6. Si las ne­ gras juegan 24 . . . ixa3 , entonces podría seguir 25 .�d7 �xd7 26.lt:lxd7+ We7 27.�e l + Wd8 28 .lt:le5 . 25.c!Lld7+ �xd7 26Jbd7 Wcs 27.Bh7 �c7

Las blancas amenazaban �xe7. Las negras no sólo paran la amenaza, sino que también plantean una astuta trampa: 28.�d3 ? permiti­ ría la terrorífica 28 . . . Wxf2+. ¡ Nunca se es lo bastante precavido ! 28.Wfh8+ i>f7 29.�d3 lt:lc4 30.�fdl c!LleS? Después de 30 . . .id6 (lo mejor) 3 l .�h3 , las negras tienen serios problemas. 3 t .Wh7+ We6 32.Wg8+ ®rs 33.g4+ Wf4 34.�d4+ wo 3S.Wb3+ Las negras se rindieron. Ajedrez emocionante, si bien fue la cons­ trucción racional de la posición, el armonioso desarrollo de las blancas y la plena coope­ ración entre piezas y peones lo que hizo posi­ ble que los acontecimientos parecieran tan simples.

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Korcbnoi - Karpov Campeonato Mundial ( 1" partida) Merano 1 98 1 Gambito de Dama l .c4 e6 2.c!Llc3 dS 3.d4 J.e7 4.c!Llf3 c!Llf6 S.J.gS b6 6.Ab4 0-0 7.e3 b6 8.�cl Ab7 9 ..ie2 c!Llbd7 10.cxd5 exdS l l .0-0 c5 12.dxc5? Kru:pov A msteqlaro,. En la partida Hort � 981. las blancas jugaion Í 2.Wfc2, que es cier­ tamente mejor. Korchnoi comete el mismo error que vimos en la partida Nimzovich- Ta­ rrasch. Por decirlo en pocas palabras, no de­ berían crearse peones colgantes al rival, si las condiciones existentes no los exponen a una fuerte presión, que permita controlarlos. 12 ... bxc5

Aquí se me ocurre una útil comparación. En la partida Yu supov � Ljubojevic, Tilbur� , 1 987, se produjo esta posición, con una dife­ réOC'ia, que no parece importante: el alfil blan­ co estaba en "f4", y no se había jugado . . . h6. Debido a la posición del alfil en "f4", las blan­ cas pudieron continuar con 1 2 .lt:le5, preparan­ do if3 y proponiendo un ventajoso cambio de caballos. Las blancas tenían presión. En la presente partida, los peones centrales negros están fuertemente respaldados por piezas, y de pronto constituyen un peligro inminente. 13.Bc2 l3c8 14.�fdl Wb6 ; Cuando la presión sobre los peones es débil, su dueño, por lo general, puede trasla­ dar sus piezas a posiciones activas. Aquí las negras dominan más espacio. l S.Yfbl

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El comienzo de una maniobra bastante ar­ tificial, lo que nos convence de que, en esen­ cia, hay algo erróneo en la posición blanca. 15 ,gfd8 1 6.gc2 We6 1 7..ig3 17 .E:cd2 se contestaría con 1 7 ... lt:le4. 17 lt:lb5 18.gcd2 �xg3 19.hxg3 �f6 Ahora que el alfil blanco de casillas negras ha sido eliminado, las negras pueden esperar tranquilamente a que se presente el momento oportuno para emprender acciones en el cen­ tro. 20.Wc2 g6 21.Y!Ya4 a6 22 ..id3 Las blancas han perdido mucho tiempo en maniobrar con su dama a "a4", donde, como veremos, no está bien. Esta jugada es el co­ mienzo de otra maniobra, con la que las blan­ cas llevan el alfil a "a2" a fin de incrementar la presión sobre el peón de "d5 ". 22 g7 23 .ib l Y!Yb6 24.a3 ••

..•

•••



blancas omitieron la intermedia ...ic6, y cuando la vieron, era demasiado tarde. Las blancas no tuvieron más alternativa que entrar en una fea situación. 25.�e2 dxe3 26.fxe3 c4 27.� ed4 Wfc7 28. � h4 Wfe5 29.hl g8 La ventaja espacial de las negras, combina­ da con los islotes de peones blancos indefen­ sos, convierten el juego en una tarea rutinaria. 30.�df3 Wfxg3 3 1J:bd8+ i.xd8 32.Wfb4 .ie4 33..ixe4 � xe4 34,gd4 �f2+ 35.gl � d3 36.Wfb7 gb8 37.Wd7 .ic7 38.hl S:xb2 39J'hd3 cxd3 40.Wfxd3 Y!Yd6 41 .Y!Ye4 Wfdl+ 42.� gl Wfd6 43.�hf3 gb5 Las blancas se rindieron.

Keres - Taimanov Campeonato de la URSS, Moscú 1 951 Gambito de Dama l.c4 �f6 2.�f3 e6 3.�c3 d5 4.e3 .ie7 5.b3 0-0 6 .ib2 b6 7.d4 i.b7 8 ..id3 dxc4 Casi un cuarto de siglo más tarde, los mis­ mos oponentes se encontraron en Tallinn 1 975. Estaban sentados cerca de mi tab lero, y é� comenzaron a jugar, recordé este viejo encuentro y observé con interés la apertura. En aquella ocasión, Taimanov fue más pru­ dente: jugó un temprano ...c5, luego ... cxd4, y mantuvo su punto fuerte de "d5 " , rehusando abrir la gran diagonal "a1 -h8". Taimanov ha­ bía aprendido la lección. Aquí crea peones colgantes, olvidando la cantidad de energía que pueden producir. 9.bxc4 c5 10.0-0 cxd4 l l.exd4 � c6 12.Wfe2?! •

Korchnoi, por supuesto, es consciente de que los peones colgantes resultan muy peli­ grosos si se ponen en movimiento, pero cree que no pueden avanzar. Karpov demostrará lo contrario. 24 d4! A primera vista, esta jugada se contempla con escepticismo. Parece que las blancas pue­ den tomar el peón, pero 25.exd4 no da resul­ tado, debido a una tremenda réplica, 25....ic6. Dado que 26.dxc5 no es posible, debido a 26...ha4, seguido de ...hd1, la dama tiene que moverse. 26.Y!Yc2 pierde, por 26....ixf3 27.gxf3 (o 27.dxc5 .ixd1) 27...cxd4 28.lt:la4 Y!Yb5 , mientras que 26.Wfc4 pierde por 26 ...cxd4 27.lt:la4 Y!Yb5. En mi opinión, las •.•

PARES DE PEONES COLGANTES Y SEMICOLGANTES

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En lo que respecta al peón "d4", la jugada es tácticamente correcta, pues tras l 2 . . . lt:lxd4? 1 3 .lt:lxd4 Wxd4, existe la trampa 1 4 .lt:ld5 ! Wc5 1 5 . .ixf6 gxf6 (o 1 5 . . . .ixf6 We4) 1 6.Wg4+ �h8 1 7.Wh4. Sin embargo, después de la textual, las negras tenían a su disposición 12 . . . lt:lb4, y Keres demostró que tras 13 . .ib l .ixf3 1 4.Wxt3 Wxd4 1 5 .a3 lt:la6 1 6.Wb7 falla, por la inesperada 1 6 . . . .id6 1 7 .Wxa6 .ixh2+ 1 8 .�xh2 'Wh4+ 1 9 .�gl lt:lg4. Por consiguien­ te, consideró 1 4.gxf3 Wxd4 1 5 .lt:le4, con pers­ pectivas de ataque. Es curioso que, siguiendo la recomendación de Keres, la partida Grj ­ gorian - Karpov, Campeonato de la IJRSS �oscú 1 976, continuase con 1 5 .. . Wd8 1 6.E!:d l Wc7 1 7.lt:lxf6+ .ixf6, y en lugar de 18 . .ixh7+, buscando las tablas, Grigorian jugase 1 8 . .ixf6 gxf6 1 9 . .ixh7+, quedando en un final desfa­ vorable tras 1 9 ... �g7 20.E!:d4 E!:h8 2 l .E!:g4+ �f8. Naturalmente, permitir el cambio del alfil de "d3 " reduciría el potencial ofensivo de las blancas, y además los peones centrales pier­ den su principal soporte. Podemos, por tanto, concluir que 1 2 .We2 fue un error que, como veremos, Taimanov no supo explotar. 12 .. J3e8?! 13JUdl �c8 14J'�acl �d6

Las negras buscan más espacio vital para llevar su dama a "f4". Después de 1 4 . . . lt:lb4 1 5 . .ib l .ixf3 , las blancas pueden seguir con 1 6.gxf3 . El flanco de rey de las blancas queda deteriorado para siempre, de modo que seguía siendo una mej or opción.

15-i.bl �f4 1 6.d5!

52

A pesar de los posibles inconvenientes en la columna "e", ha llegado el momento de avanzar. Ahora entramos en una lucha caótica, del tipo que le gustaba a Keres desde sus días jóvenes, y que jugaba con asombrosa sangre fría. 16 ... exd5

17.cxd5 Keres pensó durante mucho. tiempo, eva­ luando las consecuencias de 1 7 .lt:lxd5 lt:lxd5 (descartó con razón 1 7 . . . Wh6 1 8.l'!e l ) 1 8.cxd5 .if6 1 9.dxc6 E!:xe2 20.cxb7. Vale la pena señalar lo que vio, y por qué, al final de un largo cálculo, renunció a la variante, en favor de un camino más seguro hacia la ventaja. He aquí lo que escribió el propio Keres: a) 20 . . .E!:xc 1 2 l .E!:xc 1 .id8 (o bien 2 1 . . .E!:e8 22.l'!c8 �a4 23 .g3 'Wd7 24 . .if5 , ganando) 22.l'!c8 'Wd6 23.g3 l'!xb2 24 . .ie4, ganando. b) 20. . . E!:ce8 2I..ixf6 (no 2 l .E!:c8? .ixb2 22.E!:dd8 (podemos añadir que las blancas ga­ nan también con 22. .id3 y 23 . .ib5) 22 . .. Wc l + 23 .E!:xc l E!:xd8 24.E!:c8 E!:ee8) 2 1 ...gxf6 (2 1 . . .'Wxf6 22.E!:c8 We6 23 .E!:cd8, o bien 2 1 . . .'Wb8 22 .lt:ld4!) 22.E!:c8 �g7 23 .b8� (23 .E!:dc l Wd4 !) 23 . . . Wxb8 24.E!:xb8 E!:xb8 25.g3 , con un final ganado. e) 20 . . . l'!b8 2I..ie5 ! E!:xe5 22.lt:lxe5 g6 (o bien 22 . . . Wxe5 23 .E!:c8+ We8 24.E!:dc l .ie5 25 .E!:xe8+ E!:xe8 26.E!:e l , ganando) 23.lt:ld7 (no 23.E!:c8+ �g7 24.E!:xb8 .ixe5 , con peligroso contrajuego) 23 . .. E!:xb7 24.g3 Wt3 25 . .ie4 ! d) 20 . . .E!:f8 2I..ia3 (2 l ..ixf6 Wxf6 22.E!:c8 E!:ee8, y luego 23.b8W E!:xc8 24.Wxa7 'Wb2, ó 23 .E!:de 1 We6, con buenas posibilidades de

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salvar la partida) 2 l ... fJ.e7 22.fJ.xe7 (no 22.�c8 ha3 23.�dd8 Wfc l + ! ) 22 . . . �xe7 23 .�c8 g6 24.b8Wf Wfxb8 25.�xb8 �xb8, y la ventaja blanca en el final puede resultar insuficiente" . Después de 1 7.tüxd5 tüxd5 1 8 .cxd5 fJ.f6, Keres mencionó entre paréntesis la alternativa 1 9.Wfc2 fJ.xb2 20.dxc6 i.xc l ! Sin embargo, Nunn encontró más tarde 2 l .Wfxh7+ Wf8 22.cxb7 �cd8 23 .Wfh8+ �e7 24.�e l + Wd7 25 .fJ.f5+ Wfxf5 26.�xe8 �xe8 27.Wfxe8+ Wxe8 28.b8Wf+, y los peones de "a7" y "b6" caen. Una impresionante serie de líneas especta­ culares. Cito a Keres porque me gustaría que el lector fuese plenamente consciente de la asombrosa cantidad de energía que libera una ruptura central. 17 ... ttlb8 1 7 .. . ltlb4 ! ? puede contestarse con 1 8 .�d4 ( 18.a3 ? ic5 ! ) 1 8 . . . Wfb8 1 9.Wfd2 �cd8 20.ltlh4, con posibilidades de ataque. 18J�d4 �d6 19.gcdl i.f8

29.ttlxd6 �xdl+ 30.Wh2 WfxdS 3t.ttlxb7 �eS+ 32.g3 gc7 33.�h8+ WrJ 34.hS gxb7 3S.�h7+ We6 36.�xb7 �xhS+ 37.Wg2 Las negras se rindieron. La victoria de Keres sobre Taimanov repite los temas estándar de partidas anteriores, y arroja luz sobre las premisas que se requieren para la ruptura, los motivos de ataque sobre las diagonales, la fuerza de los alfiles que libe­ ra el avance y la transformación de una ven­ taj a en otra. Sin embargo, los peones colgan­ tes no siempre tienen el necesario apoyo para tener éxito en su misión básica. Pueden ser utilizados de modo más tranquilo, enfatizando en su valor posicional . Las partidas que siguen ofrecen información sobre este aspecto. Korchnoi - Ivkov Torneo Interzonal Sousse 1 967 Defensa Bogoindia l.d4 ttlf6 2.c4 e6 3.ttlt3 i.b4+ 4.ttlbd2 dS S.a3 i.e7 6.e3 0-0 7.i.d3 b6 El fianchetto es la forma natural de desa­ rrollo del alfil dama negro, preparando, de paso, ... c5. 7 . . . ltlbd7 tiene la misma idea, y si 8.b4, entonces 8 . . . a5 . 8.b3 .ib7 9 ..ib2 eS 10.0-0 cxd4 l l .exd4 ttlbd7 12.gel

La ruptura central ha transformado las pie­ zas más activas de las blancas y su ventaja es­ pacial en otro tipo de ventaja: un peón pasado en la columna "d", móvil, restrictivo y bien apoyado. Al mismo tiempo, la pareja de alfiles blancos ej erce una evidente presión sobre el ala de rey rival. Considerando todo eso, era esencial l 9 . . . ltlbd7, para la protección del rey. 20.ttle4 ttlxe4 2Ube4 gxe4 22.�xe4 �h6 Después de 22 . . . g6 23 .ltl g5 , las blancas también mantendrían perspectivas de ataque. 23.ttl gS .id6 24.h4 ttl d7 2S.�fS ttlf6 26 .ixf6 Es más simple 26.ttlxf7 . 26...gxf6 27.ttlxn �el 28.�xh7+ Wf8 •

Cuando la estructura de peones toma esta forma en el centro, �e2 es una buena elección para las blancas, dejando las casillas "e l " y "di" para las torres, en apoyo de los peones centrales.

PARES DE PEONES COLGANTES Y SEMICOLGANTES

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12 J:teS 13.tlJe5 dxe4 Las blancas tienen ventaja de espacio, lo que incita a las negras a buscar cambios. Por lo general, es una decisión responsable, pero Ivkov, obviamente, espera poder controlar la fuerza dinámica de los peones centrales. 14.bxe4 tlJxe5 15.gxe5 .if8 .•

Las negras evalúan correctamente que su flanco de rey puede caer bajo ataque. En con­ secuencia, se disponen a fianchettar su alfil de casillas negras, que no sólo aportaría seguir­ dad a su rey, sino que también podría presio­ nar sobre el peón blanco de "d4". 1 6.a4 Es dificil imaginar que las blancas puedan realizar el avance central en condiciones razo­ nables. Los peones, por consiguiente, se em­ plearán para controlar espacio en el centro, mientras que se emprenden acciones de flan­ co. El ataque de minorías en el flanco de dama pretende crear debilidades en campo negro. 16 g6 17.a5 Ag7 1S.:Sel Tiene poco sentido 1 8J!b5 . 1S ... tlJh5?! Una jugada atractiva, que pretende atacar tanto "d4" como "g2". Sin embargo, aunque los comentaristas la silenciaron, hemos llega­ do a un momento crítico de la partida. El ul­ terior desarrollo de los acontecimientos de­ muestra, sin lugar a dudas, que la presión so­ bre los peones colgantes blancos debe pre­ pararse con más cuidado. En mi opinión, 1 8. . . '1Wc7 era la elección adecuada. El caballo negro está destinado a "d7 ", no a "h5". 19.J.e4 .ixe4 20.tlJxe4 :SeS 21.'1Wb3! •••

54

Muy bueno. En caso de 2 l . . .ixd4 22.ixd4 '\Wxd4 23.�ad l '1Wxc4 24.'\Wxc4 �xc4 25 .tlJd6 �ec8 (o bien 25 . .. �cc8) 26.a6, las blancas ga­ nan. 2 1 f5?! 22.tlJg3 tlJxg3 23.hxg3 bxa5?! Dos malas decisiones en tres jugadas harán dificil la vida de las negras. 23 . ..f5 debilita la posición, mientras que 23 . . . bxa5 debilita los peones "a" de forma permanente. 24.:Sedl '1We7 25.e5 gbs 26.%Ya2 %Ye6 27..ic3 :Se7 2S.%Yxa5 •.•

Se ha restablecido la igualdad material, mientras que las blancas han conservado una saludable estructura de peones. Observe cómo los peones centrales, bien protegidos todo el tiempo, jugaron el papel de vigilantes, mien­ tras se producían las acciones en el flanco de dama. El resultado es el peón pasado de la columna "e ", y el peón aislado negro de "a7". 2S.. J��d7 29.%Ya6 :SeS 30.'\We4 '1Wd5 3 1 .'1Wxd5 :Sxd5 32.f4 32.�xa7 no se contestaría con 32 ..J'!cxc5 , debido a 3 3 .�xg7+, pero la sencilla 32 . . . e5 bastaría. Lo que sigue es una muestra de la ha­ bitual maestría de Korchnoi en el final, que vale la pena seguir detenidamente. 32 ... :Sd7 33.fl :Sc6 34.e2 .if6 35J'�a4 g5 36.:Sdal gxf4 37.gxf4 :See7 3S.:Sbl :SeS 39.g3 h5 40J�ab4 �f7 41.:Sb7 ci>eS 42.d3 .idS 43. e4 a5 44J�bS :SxbS 45.l3xbS e7 45 ... �a7 provocaría un divertido remate: 46.c6 a4 47 ..ia5 . 46J��aS :Sb7 47.e6 gbl 4SJ;(a7+ ci>d6 49.gd7+ xe6 50.!3xdS ggl 51 .d5+ exd5+ 52.gxd5

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�xg3 53Jba5 h4 54Jbf5 go 55..ie5 ga3 56.ghs h3 57gh6+ �d7 ss.�ds go 59.gh7+ �d8 60.�e6

O. Bernstein - Capablanca Partida de exhibición Moscú 1 9 14 Gambito de Dama

l.d4 d5 2.c4 e6 3.�0 �f6 4.� c3 i.e7 5.i.g5 0-0 6.e3 �bd7 7,gcl b6

La jugada introductoria al llamado "Fian­ chetto ortodoxo". Las negras planean resolver su problema básico de desarrollo: el del alfil dama. Comparando la posición con situacio-f nes similares en la fase de apertura, percibi­ remos que el temprano desarrollo del caballo dama ha dejado un agujero en "c6", que es un motivo a explotar. 8.cxd5 exd5 9.Ba4 Es interesante constatar que en una partida entre Capablanca - Teichmann. Berlín 1913. el propio Capablanca jugó la fuerte 9 . .ib5 .ib7 1 0.0-0, y después de 1 0 . . . a6 1 l ..ia4, quedó claro que el proyectado avance 1 1 . . .eS sería replicado con 1 2 . .ixd7 Wlxd7 1 3 .dxc5 bxc5 14.�a4. Igualmente, en caso de 10 . . . c5, 1 l .ixd7 Wlxd7 1 2.dxc5 bxc5 1 3 .i.xf6 .ixf6 1 4.�e4 refuta el juego negro. Lo que Capa­ blanca sabía, otros no lo sabían. Los jugadores fuertes eran afortunados entonces, porque no había lnformators, ni discos informáticos para enseñarles a sus oponentes a jugar mejor. 9 ...i.b7

En la partida Qapablanca- Lasker, Cam­ peonato Mundial (58), La Habana 1 92 1 , Lasker optó por 9 . . . c5 IO.W c6 �b8 1 1 . 2tíxd5 ib7 1 2.l2Jxe7+ Wlxe7, con compensación por su activa posición y posibilidades de igualar. 10.i.a6 Una jugada lógica, que debilita el complejo de casillas blancas. 10 ... i.xa6 l l .Bxa6 c5 Las negras podrían elegir la más tranquila 1 1 . . . c6 1 2.0-0 Wlc8, pero en esta partida no tenían intenciones pacíficas. 12..ixf6 No era necesario en este momento. Es pre­ ferible 1 2 .0-0. 12 ... tihf6 13.dxc5 bxc5 14.0-0 Bb6 15.Be2 c4!

Una fuerte lógica respalda esta sencilla ju­ gada. Hasta aquí hemos analizado casos clási­ cos de rupturas. En esta posición, la tarea es­ tándar de las negras de preparar . . . d4 es impo­ sible, con su alfil de casillas negras situado pasivamente en "e7 " . Por consiguiente, las ne­ gras evalúan su posición con realismo. Puesto que pueden ejercer presión sobre la columna "b" semiabierta, de esta forma enfatizan en la debilidad del peón de "b2 " . Las negras mue­ ven su peón "e " y crean las premisas para ex­ primir la defensa de su oponente. Al mismo tiempo, la jugada, que cede la casilla "d4" a las blancas, ejerce un excepcional efecto psi­ cológico. En circunstancias normales, sólo tras una eficiente presión pueden bloquearse los peones colgantes. Bemstein lo ha conse­ guido gratis y está encantado de poder situar

PARES DE PEONES COLGANTES Y SEMICOLGANTES

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su caballo en "d4" y formular su plan sobre esta base. Así, como veremos, prosigue en la dirección errónea. 1 6.Elfd l ? ! Aunque los peones colgantes están blo­ queados, son peligrosos, porque ofrecen a las negras una evidente ventaj a espacial, y la con­ siguiente capacidad para maniobrar con sus piezas. Si las blancas hubiesen evaluado co­ rrectamente su posición, habrían optado por 1 6.e4, para dislocar la pareja y buscar la igual­ dad en una secuencia de cambios. 16 Elfd8 17.�d4 Bemstein de nuevo tiene la posibilidad de jugar 1 7 .e4, pero obviamente pensaba que es­ taba mejor. 1 7.. .i.b4 Gracias a la jugada ... c4, el pasivo alfil ne­ gro logra un papel activo. 18.b3 Era de considerar 1 8.Wfc2, pero 1 8.. J�ab8 mantiene la presión. Bemstein debe haber comprendido finalmente que las cosas estaban saliendo de su control, y trata de simplificar por medio de cambios. 18 J��ac8 1 9.bxc4 dxc4 20J��c2

pero incluso con la línea 27 ...Wfa5 28.e4 �b4 29.gxc3 �xa2, sigue conservando alguna ven­ taja. 26 gcs 27.�xc3? Seguía habiendo tiempo para regresar hu� mildemente a "d4". 27 � xc3 28.gxc3 gxc3 29J�xc3 •••

•..

•.•

29 ...Wfb2! Las blancas se rindieron ante este golpe contundente.

.•

Bertok - Fischer Torneo Interzonal Estocolmo 1 962 Gambito de Dama l .d4 d5 2.c4 e6 3.�c3 .ie7 4.� t3 �f6 S ..igS 0-0 6.e3 h6 7 .ih4 b6 8.cxd5 � xdS 9..ixe7 Wfxe7 lO.�xdS exdS l l .J.e2 .ie6 12.0-0 eS 1 3.dxc5? Mi compañero de club, Mario Bertok, esta­ ba jugando claramente a tablas, contra un opo­ nente superior. Sin embargo, y como a menu­ do sucede en tales circunstancias, lo hace de forma equivocada. Podía haber aplicado la maniobra rutinaria contra los peones colgantes negros, basada en la clavada después de Wfa4a3, o bien podía optar por 1 2.�e5 ó 1 3.�e5 . La textual es un error. El cambio en "eS" es prematuro, porque le dej a amplia elección a su oponente, y Fischer no deja escapar la oportu­ nidad de evitar las posiciones estándar y elegir una continuación más prometedora. 13 bxc5 1 4.Wfa4 YlYb7! •

20

.ixc3 El peón pasado es un triunfo importante pa­ ra el negro, así que debe aclarársele el camino. 2Ubc3 �dS 22.Elc2 c3 23J�idcl gcs 24.�b3 gc6 25.�d4 gc7 26.�b5 Las blancas se vuelven codiciosas. Muchos comentaristas propusieron hacer 26.Wfe l gdc8 27.�e2 como lo correcto. Las negras tienen tiempo para responder sin inmutarse 27... gc4,

56

.••

..•

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19 �f5 20J��b dl � f6 2 1J"id2 Después de 2 l .i.f3 , Fischer consideró 2 1 ...Wxb2 22.Wxb2 �xb2 23.l2Jxd5 lLlxd5 24.i.xd5 (o bien 24.�xd5 i.e6 25Jk 5 �c8) 24... �c8 25.e4 i.e6 26.ixe6 fxe6 27.a4 c3 , etc., así como la alternativa 2 l ...ie4 22.ixe4 l2Jxe4. •••

Antes de que el caballo se sitúe en "d7", Fischer lleva su dama a una posición más ac­ tiva. Al omitir el orden correcto de jugadas, Bertok, en lugar de obligar a la dama negra a permanecer pasivamente en "e7", permitió una jugada que es parte del plan estratégico de las negras. El peón de "b2" y la columna "b" semiabierta dictan los futuros acontecimien­ tos. 15.Wa3 �d7 1 6.�el Las blancas se encuentran ya en dificul­ tades. 1 6.�ac l �fb8 1 7.�c2 i.f5 1 8.�d2 lLl f6 es favorable a las negras, pero la textual tam­ poco es efectiva. 16... a5 1 7.�d3 c4 Como Capablanca, Fischer tenía una rara habilidad para encontrar jugadas sencillas y directas que, por lo general, formaban parte de planes igualmente sencillos y directos. Dado que pudo mover su dama a "b7", el curso sub­ siguiente de acción se explica por sí solo. 1 8.�f4 �fb8 1 9.�abl A primera vista, lo más coherente parece 1 9.�f3 l2Jf6 20JHd l . Tras haber gastado va­ rios tiempos en llevar el caballo a "f4", las blancas tenían la posibilidad de ejercer contra­ presión sobre el peón "d5". Lamentablemente, el peón de "b2" es más valioso, y la tran­ sacción, después de 20 ... Wxb2 2 l .Wxb2 �xb2, y los siguientes cambios en "d5 " , no pueden satisfacer a las blancas, pues el peón pasado en la columna "e " se dirige hacia la casilla de promoción con serias consecuencias. Fischer opinaba que la mejor opción de las blancas era 1 9.l2Jxe6 fx.e6 20..ig4.



21 ... g5 Simple, pero decisivo. La pasividad de las blancas se pondrá plenamente de manifiesto, una vez que desaparezca la presión sobre "d5". 22.� xd5 Entregar una pieza por poca compensación es desesperado, pero 22.l2Jh5 �e4 23.�c2 WM, amenazando . .. l2Jg3 , serviría de poco a las blancas. 22 � xd5 23 ..ixc4 .ie6 24J�!!fdl � xe3 25.Wxe3 i.xc4 26.h4 E:e8 27.Wg3 We7 28.b3 i.e6 29.f4 g4 30.h5 Wc5+ 3 1J"if2 i.f5 Las blancas se rindieron. •••

Una vez más, se nos ha enseñado que el momento en que surgen los peones colgantes es de gran importancia. Si cuando se crean no es posible ejercer una presión significativa so­ bre ellos, podemos estar seguros de que no hemos elegido el momento oportuno. Se deben cumplir algunas premisas a fin de controlar sus opciones dinámicas. Las siguien­ tes partidas nos permitirán arrojar luz sobre este tema. A fin de hacer nuestro mensaj e lo más creíble posible, sigamos con la variante empleada por Bertok, pero ahora en manos de dos grandes campeones.

PARES DE PEONES COLGANTES Y SEMICOLGANTES

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Spassky - Pachman Memorial Capablanca La Habana 1 962 Gambito de Dama

pero en circunstancias adversas. 20.J.c4 J.xc4 2 1.Wfxc4+ @b7 O bien 2 l ...@h8 22.tlJg6+ @h7 23.Wfd3. 22.b4!

l .d4 � f6 2.c4 e6 3.�0 d5 4.� c3 J.e7 5.J.g5 0-0 6.e3 h6 7.J.h4 b6 8.cxd5 � xd5 9.J.xe7 frxe7 10.�xd5 exd5 l l .J.e2 J.e6 12.�e5 c5 13.0-0

En comparación con la partida Bertok Fischer, podemos concluir, sin la menor duda, que con tlJe5 las blancas crean mayores difi­ cultades a su oponente. 13 .:!�'ld8? ! Esto dificultará s u ulterior desarrollo. Pare­ ce natural 1 3 ...�d7. En cambio, 1 3 ...c4 puede contestarse con 1 4.b3 , y ahora fallan 1 4...b5, por 1 5.a4, y 14 ... lL!d7, por 1 5 .tLJxd7 Wfxd7 1 6.bxc4 dxc4 1 7.e4, en ambos casos con ven­ taj a blanca. 14J�cl f6? ! Esto e s llevar agua a l molino d e las blan­ cas, pero conviene observar que 14 ... c4 de nuevo falla, esta vez por 1 5 .J.f3 b5 1 6.b3 . 15.�g6 fl'd6 1 6.dxc5 Tras haber acumulado pequeños errores ne­ gros, las blancas finalmente cambian en "c5 " , pero e n u n momento e n que, gracias a s u me­ jor desarrollo, pueden ejercer la máxima pre­ sión sobre los peones. 16 bxc5 17.�f4 J.t7 1 8.Wfc2 tlJd7 1 9J;fdl d4 Si las negras paran la amenaza evidente (tlJxd5) con 1 9 . . . @h8, entonces no hay res­ puesta a 20.if3 . Pachman consigue la ruptura, .•

•..

58

Bajo presión, los peones centrales negros fueron obligados primero a avanzar, y ahora se ven dislocados. 22 .. J'�ac8 Hacer 22... cxb4 pierde material, después de 23.l:!xd4. 23.�e6 Posible porque el rey negro está expuesto a los j aques en la diagonal "b l -h7" . 2 3... � e5 24.frc2+ d 3 25.� xd8 frxd8 26.Wfb2 c4 27.h3 Wb6 28.a4 g5 29.@fl @g7 30.fl'd4 c3 Si 30 ...Wfxb4, 3 l .f4, seguido de l:!xd3.

3Ubd3 ttlxd3 32.fl'd7+ Las negras se rindieron. Después de 32 ...@g6 33.Wfxd3+ f5 34.g4, las blancas ganan fácilmente.

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Fischer - Spassky Campeonato Mundial W partida) Reykjavik 1 972 Gambito de Dama

l.c4 e6 2.«lt'H3 d5 3.d4 �f6 4.�c3 i.e7 5.i.g5 0-0 6.e3 h6 7.i.h4 b6 8.cxd5 � xd5 9.i.xe7 YlYxe7 10.�xd5 exd5 1 U�cl i.e6 Hay que decir que 1 l . . .'!Wb4+ 1 2 .Wd2 con­ duce a un final favorable a las blancas. 12.'ilYa4 c5 13.Wa3 Pasando a la vieja maniobra de dama, las blancas esperan un mejor momento para crear peones colgantes. Entretanto, buscarán la for­ ma de explotarlos. 13 J�c8 14.i.b5

Timman quedó en serias dificultades. 15.dxc5 bxc5 1 6.0-0 ga7 Esta jugada es tan antinatural como parece. 1 7.i.e2 � d7 18.�d4 Compárese la textual con el juego de Ber­ tok, y la importancia del momento oportuno se pondrá de manifiesto. Fischer puede utilizar las casillas centrales en su ventaja, ejerciendo presión sobre la pareja de recién nacidos. 18 'ilYf8 Hubo unanimidad en cuanto a que era más natural l 8 . . . lLl f6. 1 9.«lthe6 fxe6 20.e4 ! •..

••

Una jugada provocadora, descubierta por Furman. La tranquila 1 4 .i.e2 se contestaría con 14 . . . a5 . En la partida Szily - Marovic, )Vijk aan Zee 1 972, despu lS de 15.0-0 V!la7 1 6.dxc5 bxc5 1 7.�c3 � d7 1 8 .�fc 1 �cb8 (im­ pidiendo �d4 y justificando la situación de la dama en "a7 ", con idea de ...'ilYb7 o . . .'!Wb6) 1 9. lLl e 1 a4 20.lLl d3 c4 2 1 .lLlf4 lLl f6 22 . .if3 'ilYb6, las negras quedaron mejor. Conocía la partida de Capablanca contra Bernstein y, al prepararme para esta, descubrí ...V!! a7 y el plan subsiguiente, en cinco minutos. 14 a6? ! Esto resultará inadecuado. Más tarde, en la partida Timman - Geller, Hilversum 1 973, Geller jugó la fuerte 14...'!Wb7, sacrificando un peón por la iniciativa. Después de 1 5.dxc5 bxc5 1 6.�xc5 �xc5 1 7 .V!fxc5 lLl a6 1 8 ..ixa6 'ilYxa6 1 9.Wa3 V!!c4 20.'�d2 V!lg4 2 l .�g l d4, •••

Las blancas han conseguido organizar pre­ sión sobre los peones colgantes. Ahora, mover 20... lLlf6 llegaría tarde, pues 2 l .e5 lLld7 22.f4 da una clara ventaja a las blancas. 20 ... d4? A toro pasado, muchos comentaristas mani­ festaron su opinión de que era mejor 20...c4, a lo que Fischer pensaba responder 2I.V!!h 3, con la iniciativa. Después de la textual, las blancas consiguen lo que, en términos generales, pre­ tenden al luchar contra peones colgantes. Con un firme control de las casillas delanteras, las blancas han minado su potencial agresivo. Aparte de eso, existe la seductora casilla "c4" para el alfil de casillas blancas. 2 1.f4 We7 22.e5 De nuevo lo mejor, fijando la debilidad de "e6". 22 gb8 23.i.c4 q,h8 24.Y!Yh3 �f8 Si Spassky contaba con controlar la fuerte casilla "e4" para su caballo, estaba equivo­ cado. No tuvo respiro hasta que se vio obli..•

PARES DE PEONES COLGANTES Y SEMICOLGANTES

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gado a retrasar el caballo, para defender "e6 " . El alfil de "c4" es el zar del tablero. 25.b3 a5 26.f5

ron la partida de forma contundente. Los te­ mas básicos de esta lucha tienen importancia para el pleno entendimiento de los peones colgantes, y en la siguiente partida proseguiremos nuestro debate. ·•

Romanishin - Psajis Campeonato de la URSS Moscú 1 983 Defensa India de Dama

El comienzo del fin. El rey negro no en­ cuentra refugio seguro. Tras haber ganado la batalla de los peones colgantes, Fischer ha lo­ grado una abrumadora ventaja estratégica. 26 ... exf5 27.gxf5 � h7 28J�cfl Wd8 29.Wg3 ge7 30.h4 gbb7 3 l.e6 gbc7 32.We5 We8 33.a4 Wd8 34JUf2 We8 35.g2f3 Wd8 36.id3 We8 37.Wfe� �f6

38J!xf6 gxf6 39.gxf6 ®g8 40.ic4 �h8 4I.Wf4 Las negras se rindieron. Aunque los peones colgantes tuvieron un pequeño papel en la acción, es su destino lo que queda en la memoria, tras la brillante lec­ ción impartida por Fischer. Desde el momento en que los peones centrales de Spassky queda­ ron bloqueados, se vieron privados de energía, por su falta de movilidad, y las blancas gana-

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1.�13 �f6 2.c4 b6 3.d4 e6 4.g3 ia6 5.� bd2 d5 6.ig2 ie7 7.0-0 0-0 8.�e5 c5 La alternativa es 8 . . . ib7, pero sin temer la presión sobre la gran diagonal, las negras eje­ cutan la rutinaria . . . c5 en una temprana fase de la partida. La pasiva posición del caballo da­ ma blanco (en "d2") debe haber tenido algo que ver con la decisión de Psajis. 9.dxc5

Años atrás, me llamó la atención la partida Sosonko - Portisch. Tilburg 1 98 1 . Sosonko siguió con 9.tt:lb3, que complica el_ desarrollo de las negras. Después de 9... .ib1 1 0.dxc5 bxc5 l l .cxd5 , Portisch tuvo que asumir un peón central aislado y jugar l l . . . .ixd5. De ha­ ber elegido l l . . .exd5 , entonces 1 2.ig5 le ha­ bría causado serios problemas. Los peones colgantes se encuentran bajo fuerte presión, y no hay una solución eficiente. 9 ... bxc5 En numerosas partidas posteriores, las ne­ gras optaron por 9. . . .ixc5 IO.cxd5 exd5 , y en este momento es digno de consideración l l.tt:ldf3, seguido de b3 y .ib2.

COMPRENDER EL JUEGO DE PEONES EN AJEDREZ

10.b3 i.b7 Necesario para completar el desarrollo. Por otro lado, el alfil no pinta nada en "a6". l l.cxd5 exd5 12.i.b2 a5

De modo que de nuevo estamos en una de las innumerables posiciones que dan paso a peones colgantes en el centro. Esta vez se encuentran presionados y podrían estarlo más. Por ejemplo, si las negras hubiesen conti­ nuado con 12 ... lübd7, las blancas podrían ha­ ber jugado 13.lü dc4, explotando la clavada para activar todos sus efectivos. Observe que la clavada es posible con frecuencia en estas formaciones centrales. 13.e4 ! ? d4 Ya hemos concluido que los peones col­ gantes son móviles y peligrosos por naturale­ za, pero si están bloqueados se vuelven débi­ les. Si las negras aceptan el peón, con 1 3 ... lüxe4, entonces 1 4.lüxe4 dxe4 1 5 .Wfc2 f5 1 6 .�ad l Wfe8 1 7 .Wfc3 , y las blancas se apo­ deran de la iniciativa. 14.� ec4 De esto estábamos hablando. El potencial dinámico de los peones centrales se ha evapo­ rado. 14 ... � fd7 15,gel � b6 16.�xb6 Wfxb6 17.�c4 ffd8 18.i.c l ! E s muy importante mejorar l a posición del alfil de casillas negras. Su lugar idóneo es ahora "d2", desde donde obstaculiza la pro­ yectada maniobra . .. lüd7-b6, asegurando una posición dominante para su caballo y "tocan­ do" el peón de "aS " . 18 ... �d7 1 9.i.d2 E:a6

No es fácil encontrar un buen plan para las negras. Evacuan "a8" para la dama, probable­ mente con idea de un ulterior . . . f5. 20.a4 Fijando, otra vez, una potencial debilidad. 20...ffa8 21 .ffc2

21 ...�d8 2l...f5 no da resultado, debido a 22.lüxa5 E:xa5 23.ixa5 Wfxa5 24.exf5 ixg2 25.�xe7, lo que explica la jugada del alfil. 22.i.f4 Amansando a las negras. Ahora 22 ... f5 se contestaría con 23.lü d6. 22 ...i.e7 23 ..ifl La solución final contra . . . f5 . 23 ...ffc8 24.f3 ffd8 25.i.d2 Evitando . . . ig5 . 25 ... :Sa8 26..id3 g6 27,ge2 �b8 28.!Ul � c6 29.f4 El fruto de la buena estrategia de las blan­ cas es una mayoría de peones en el flanco de rey. 29 ... �b4 30.i.xb4 cxb4 3 1 .ffdl gcs 32.E:d2 i.c5 33J��el E:e8 34J'�de2 h2 'Ll fl +, y cae l a dama. 30 ...%Yd6 De nuevo, lo mejor. 3 1 .%Yxc4 %Yxe5 32J'!el ttld6 33.%Ycl %Yf6 34.tl:le4 'Ll xe4 35J'l:xe4 Una excelente defensa les ha permitido a las negras evitar lo peor y, con una serie de jugadas "únicas", alcanzar un final de piezas mayores, esperando poder bloquear el peón pasado. Por desgracia para sus intereses, es una tarea imposible. 35 .. J'!b8 36J'!e2 Acto primero : situar la torre detrás del peón para obligar a las negras a adoptar una postura pasiva. 36 .. J'!a8 37J�a2 :Ba5 38.%Yc7

Acto segundo : lograr el control de la gran diagonal de casillas negras, porque sólo com­ binando amenazas contra el rey con el avance del peón podrán tener éxito las blancas. 38 ...%Ya6 39.'1Mfc3+ 'it>b7 40J'�d2 La amenaza :9:d8 defiende indirectamente el peón. 40 ...%Yb6 4 1J'!d7 Wlbl + Deberíamos percibir que 4 1 . . .:9:a7 está fue­ ra de cuestión, pues el final de damas está fá­ cilmente perdido. 42.'it>h2 %Yb8+ 43.g3 :Sf5 Acto tercero : avanzar constantemente el peón, amenazando mate. 44.%Yd4 La dama ha encontrado una posición domi­ nante, controlando todo el tablero. 44 ... %Ye8 45J!d5 :Bt3 El cambio de torres de nuevo está fuera de

PEONES PASADOS

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cuestión, porque con la dama blanca en la gran diagonal de casillas claras, el rey está bien protegido y la promoción del peón es im­ parable. 46.h4 Amenazando h5, las blancas arrancan nue­ vas concesiones. Nótese también la trampa 46.�g2 se contesta con 46 . J'!a3 47 . :g d8 (47.a5 Wfc6) 47 . . . :g xa4 48 .Wff6 :g a6. 46...Wfh8 47.Wb6! En principio, el cambio de damas conviene a las blancas, pero en el momento en que la torre negra pueda atacar por detrás al peón pasado. Naturalmente, si las negras jugasen ahora 47 . . .Wff6, las blancas cambiarian damas y obtendrían la posición ideal, con :g d2-a2. 47 ...Wfal 48.�g2 gf6 49.W/d4 Acto cuarto: las blancas consiguen un final de torres ganado. 49 ... Wfxd4 50.gxd4 �g7 51.a5 ga6 52.gd5 l:U6 53.gd4 ga6 54.ga4 �f6 55.�t3 �e5 56.�e3 h5 57.�d3 �d5 58.'�c3 �c5 59J;a2 �b5 60.�b3 �c5 61 .�c3 �b5 62.�d4 :ad6+ .

Las negras consiguen liberar a su torre, pe­ ro la penetración del rey blanco resultará deci­ siva. 63.�e5 ge6+ 64.�f4 �a6 65.�g5 :aes+ 66.�h6 l:U5 67.f4 gc5 68.ga3 S:c7 69.�g7 gd7 70.f5 gxf5 71. �f6 f4 72.gxf4 S:d5 73.'i:tg7 l:U5 74.S:a4 �b5 75.:ae4 �a6 76.�h6 l':!xa5 77.ge5 :aat 78.�xh5 l':!gl 79.B:g5 ghl 80.l':!f5 �b6 81 .l':!xti �c6 82.ge7 Las negras se rindieron.

70

Esta lucha de gigantes es otra lección de la vitalidad de un peón pasado. Aunque atacado por fuerzas superiores, logra sobrevivir, y las amenazas en ambos flancos evolucionan sin alteraciones. Naturalmente, no hay reglas sagradas eter­ namente válidas. Incluso en el final su valor cambia según las circunstancias. Podemos de­ cir que, en general, un peón central pasado es menos peligroso que otro distante, lo que se explica fácilmente. Su bloqueador no está per­ dido en el borde del tablero, de modo que pue­ de llevar a cabo otras funciones. A veces, el peón pasado central se encuentra en peligro, y un ej emplo nos ayudará a recordar este hecho.



44

Gipslis - Korchnoi Campeonato de la URS S Riga 1 970 Defensa Francesa

l .e4 e6 2.d4 d5 3.�d2 c5 4.exd5 exd5 5.� gt3 �c6 6 ..ib5 .id6 7.0-0 cxd4 8.�b3 �e7 9.�bxd4 0-0 1 0.b3 .ig4 l l..ib2 Wfb6 12 ..ie2 B:ad8 13.h3 .ih5 1 4.lVd2 gres 1 5.gadl .ig6 1 6.:afel .ic5 1 7.i.fl i.e4 1 8.a3 �xd4 1 9.�xd4 Wfg6

Las negras han neutralizado las tentativas blancas por crear presión sobre el peón central aislado, mediante un hábil contrajuego de piezas y contrapresión sobre "d4". Al tras­ ladar la dama a "g6", evacuan "b6" para el al­ fil y apuntan a un nuevo obj etivo en "c2". 20.B:e3 .ixd4 2 1 ..ixd4 �f5 22J�c3 b6 23.a4 h6 Es erróneo 23 . . . l2J xd4, en vista de 24.Wfxd4

COMPRENDER EL JUEGO DE PEONES EN AJEDREZ

24 . . . hc2 25 .:!'!g3 Wfh6 26..Ek l ixb3 27J'!c6. 24.gcl Wfg5 25.gdl gcs 26.t3 .ti.) xd4 27.Wfxg5 hxg5 28.gxc8 gxc8 29.fxe4 .ti.) xc2 30.exd5?

36.gc3 c!>e6 37 .axb6 axb6 38.gc7 gd7 39J�c6 �bd6 40J:!:c7 g6 4I.c!>e3 4 l . .!'!g7 se contestaría con 4 l . . .l'!d4 42 . .!'!xg6 fl 43 .l'!h6 c!>g7 44 . .!'!h5 l'!b4. 4l ®f5 42J�c4 es 43J�c8 gd5 44.b4 Las negras amenazaban 44 . . . .!'!c5. El pro­ blema de las blancas, .además de encontrarse con un peón menos, es la peligrosa situación del peón "b". 44 J3b5 45.ge8+ c!>d6 46J��d8+ c!>e6 47.gd4 ge5+ 48.c!>t3 b5! Juego preciso. Las blancas no podrán man­ tener su torre en la cuarta fila, lo que significa que el peón "b4" también está perdido. 49.gd8 A 49.g3 , f5 amenaza 50 . . . .!'!d5 , y a 49.g4, .!'!e l no tiene respuesta (50.c!>t2 c!>e5 , etc.). 49 gf5+ 50.c!>e3 gr4 5l .ge8+ c!>d7 52J3g8 c!>e7 •••

••

Jugando bajo el influjo del peón pasado y su excelente currículo en finales. Todo estaría bien si pudiese evitarse el cambio que sigue. Lo correcto es 30.l'!xd5 tLl e3 3 l .l'!d3 , con jue­ go igualado. Después de la textual, el peón queda expues­ to, porque su soporte es débil. Es evidente que el rey negro lo bloqueará, permitiendo así la movilidad de su torre. Cuando se combinan estos hechos, podemos concluir fácilmente que el peón pasado se encuentra en serio peli­ gro. 30 ... .ti.)e3 3 l.gd3 .ti.) xfl 32.c!>xn c!>f8 33.d6 De otro modo, seguiría 3 3 . . . c!>e7 y . . . c!>d6, con lo que pronto se perdería el peón. 33 .. J3d8 34.a5 f6 35. c!>e2 c!>t7

El peón está condenado.

•..

Las blancas ganarán el peón de "g6", pero a costa de que la torre quede marginada en la columna "h". 53.gxg6 c!>t7 54.gh6 c!>g7 55.gh5 fbb4 56.g3 gb3+ 57.f2 b4 58.h4 gb2+ 59.c!>f3 gh2 En esta desesperada situación, las blancas se rindieron. El peón pasado, el orgullo de la posición en tantos finales, fracasó en esta partida. Su rey estaba demasiado lejos y cayó presa de las piezas enemigas. Esto sirve de excelente ad­ vertencia contra los prejuicios de cualquier ti­ po. Debemos tener presente que no hay reglas sagradas, y que cada caso de peón pasado de­ be considerarse un caso único.

PEONES PASADOS

71

��45"

Pills bury - Gunsberg Hastings 1 895 Defensa Eslava

l .d4 d5 2.c4 c6 3.e3 g6 4.�c3 J.g7 5.t0t3 �f6 6.i.d3 0-0 7.t0e5

Las blancas evitan hacer 7.0-0, debido a 7 . . . J.g4, pero no es una buena razón. Aunque el juego es cerrado, antes o después los dos al­ files blancos encontrarán sus diagonales. Des­ pués de 7.0-0, es mejor 7 . . . J.e6, que también podría aplicarse contra la jugada textual. 7 ... dxc4 8.i.xc4 �d5 9.f4 J.e6 10.Y!Yb3 b5 l l .J.xd5 J.xd5 12.�xd5 '!Wxd5 13.'1Wxd5 cxd5 14.t0d3 � d7 15 ..id2 �feS 1 6.g7 32 .. JU"S pierde, por 3 3 . f4. 33.glb7+ gti 34.d6 Ha llegado, por fin, el momento. A medida que el material se ha reducido, las potenciales piezas bloqueadoras son retiradas del tablero. El peón pasado, que ha observado las compli­ caciones del medio juego desde su protegida posición central, inicia, por fin, su marcha triunfal. 34 gxb7 35.gxb7+ i>f6 36.gxh7 É!c8 37.d7 �d8 38.J.xc4 � c5 39J!ti+ i>g5 40 ..ib5 fxe4 41.fxe4 Las negras se rindieron. La partida es una auténtica lección magis­ tral sobre peones pasados y protegidos. El peón "d" de Botvinnik ha estado esperando, emboscado, desde la apertura, para coronar la estrategia blanca en la fase final. Tuvo éxito porque no había bloqueador que pudiera con­ tenerlo. Al pensar en todas las partidas con un peón pasado, siempre llegamos a la misma conclu­ sión esencial. En términos prácticos, es dificil imaginar tener éxito contra un peón pasado sin disponer de un bloqueador fiable. Las partidas que siguen están consagradas al inseparable destino del peón pasado y su bloqueador. .•.

Una vez inmovilizada la masa de peones negros, las últimas jugadas blancas han prepa­ rado el golpe final, que abre una brecha en la muralla. 22 ... bxa4 23.bxa4 a5 24.i>c2 c4 25.gbl J.b4 26.�a2 J.c5 27.J.xc5 gxc5 28.�c3 Algunos comentaristas señalaron que 28.f4 daba resultado, pero, teniendo a su disposición 28 .ll'lc3, ¿por qué deberían las blancas buscar otras jugadas? Además, ll'lc3 encaja perfecta-

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COMPRENDER EL JUEGO DE PEONES EN AJEDREZ

tf 5 Y

14 bxc5 1 5.bxc5

Petrosian - Fischer URSS - Resto del Mundo Belgrado 1 970 Apertura Inglesa

•••

l.c4 g6 2.� c3 c5 3.g3 .ig7 4..ig2 � c6 5.�f3 e6 6.0-0 � ge7 7.d3 0-0 El orden de jugadas es de gran importancia en la Apertura Inglesa. El elegido por Petro­ sian permite a las negras una estructura muy flexible, caracterizada por su fuerte alfil de fianchetto. 8 .id2 d5 9.a3 b6 10J�bl .ib7 l l .b4 •

Hecha en armonía con las jugadas prepa­ ratorias .id2 y E:b 1 , la textual es, aparente­ mente, una tentativa natural por ganar espacio e iniciativa en el flanco de dama. Sin embar­ go, un examen más detenido demuestra que éste es precisamente el momento en que las blancas empiezan a extraviarse del buen ca­ mino. ll cxb4 12.axb4 dxc4 13.dxc4 gcs La primera señal de que el peón de "c4" es vulnerable, pero las blancas seguían mirando con optimismo la posición, como demuestra su próxima jugada. 14.c5? Es más que evidente que 1 4.1Mfb3 ó 1 4.\Wa4, jugadas que de algún modo encajan en este tipo de posición, se contestarían con 14 . . . .!lJd4, y en caso de 14 . .!lJe4, R. Fischer mencionó 14 . . ..!lJa5. Después de la partida, Petrosian vio los acontecimientos desde otro ángulo y pro­ puso la más prudente 14 . .!lJb5, a fin de prote­ ger el peón "e" con .!lJa3 . .••

Justo en el momento en que las blancas pensaban que la columna abierta "b" y el peón pasado avanzado constituían factores ventajo­ sos, las negras demuestran ahora lo contrario, con una brillante maniobra posicional: 15 ... � a5 ! 16.� a4 .ic6! El alfil asume la tarea de bloqueador, mientras el caballo tomará su lugar en "b7", comenzando a ejercer presión sobre el peón. Observe también la bien coordinada actividad de las piezas menores negras, especialmente los alfiles. 1 7.'i!Yc2 �b7 18JUcl 'i!Yd7 19.�el Jugado para responder a 19 ... .ixa4 con 20.E:xb7 . 19 ... � d5 20.�b2 .ib5 La lección de Fischer es tremendamente simple: primero, bloqueo del peón pasado; lue­ go, ¡ ejercer presión sobre el mismo! La presión se hace fuerte, pidiendo 2 l ..!lJbd3 , que aquí parece lo mejor. 2l.�ed3 .id4 La culminación de la estrategia de las ne­ gras contra el peón libre, que ha quedado sen­ tenciado. 22.'i!Yb3 � xc5 23.�xc5 gxc5 24.:Sxc5 .ixc5 25.� d3 25 . .ixd5 falla, por 25 . . .'�xd5. 25 ....ixd3 26.'i!Yxd3 :Sd8 27..if3 'i!Yc7 28 .ig5 .ie7 29..ixe7 Wxe7 30.Wd4 Cambiar alfiles de casillas negras no parece lo más inteligente que pueden hacer las blan­ cas, puesto que el cambio favorece a las ne­ gras. 30 ..ixd5 también podría ser bueno para

PEONES PASADOS



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las negras, recordándonos la 343 partida entre Alekhine y Capablanca. Sin embargo, 30.l:!al merece consideración. 30 ... e5

Buscar sus posibilidades en ambos flancos es, sin duda, una mejor política que confiar sólo en el peón de "a7". 3 1 .YlYc4 �b6 32.ftc2 gcs 33.YlYd3 :Sc4 34 .ig2 ftc7 35.Wa3 gc3 36.Wa5 gcs 37.fta3 a5 38.h4 � c4 39.ftd3 � d6 40.®h2 ®g7 4l,gdl Las negras han mejorado considerablemen­ te la posición de sus piezas, y la idea de cam­ biar damas no reportará ningún alivio. 4 1.h5 podría, al menos, darles a las negras algunos momentos de incertidumbre. 41 ...�e8 42.'flYd7 ftxd7 43Jhd7 � f6 Aún es más fuerte 43 . . . lt:lc7. 44Jb7 � g4+ 45.®gl gel+ 46-i.fl gal 47.e4 a4 48.®g2 ga2 49,gxt7+ Jugada perdedora, pero no las hay mejores. A 49. ® gl, las negras ganan con 49 ... lt:lxf2 (49 ... l:!xf2 se contesta con 50.ih3) 50.ic4 lt:lh3+ 5l.®hl :!:!f2 52.ie6 a3 53 .i.xh3 a2, etc. 49 ... ®xt7 50 ..ic4+ ®e7 5l..ixa2 a3 52.®f3 � f6 53.®e3 ®d6 54.f4 � d7 55.i.bl � c5 56.f5 � a6 57.g4 �b4 58.fxg6 hxg6 59.h5 gxh5 60.gxh5 ®e6 61.®d2 ®f6 62.®c3 a2 63.i.xa2 �xa2+ 64.®b2 � b4 65.®c3 � c6 66.®c4 � d4 Las blancas se rindieron. El bloqueo del peón pasado expuso su de­ bilidad estática, recordándonos que los peones centrales aislados sufren el mismo destino, en circunstancias similares.

N

·SS

Bondarevsky - Smyslov Campeonato de la URSS 1946 Apertura Ruy López

l.e4 e5 2.�f3 � c6 3 ..ib5 a6 4 ..ia4 �f6 5.0-0 J.e7 6.J.xc6 dxc6 7J:!:el En esta línea las blancas normalmente jue­ gan aquí 7.lt:lc3 ó 7.ftel, a fin de evitar la cla­ vada . . . ig4, que es de considerar después de la textual. 7.. .ti�d7 8.d4 exd4 9.ftxd4 0-0 10.i.f4 �c5 ll.'flYxd8 J.xd8 12.�c3 f5 13.e5?



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Las blancas acaban de cometer un error po­ sicional que vale la pena recordar y analizar. Las negras han preservado su pareja de alfiles y, naturalmente, tratan de abrir la posición para activarlos. Las blancas se niegan a ceder, confiando en su peón pasado central, por el momento bien protegido y apoyado. Sin em­ bargo, el ulterior desarrollo de la partida de­ muestra que Bondarevsky debía haber sido más prudente y optado por mantener el equi­ librio con 13 .i.g5. 13 ... � e6! Natural y evidente, pero tan fuerte que me­ rece un signo de admiración. Las negras po­ dían haber jugado 1 3 . . . ie6, pero tras 1 4.b4, seguido de 15.lt:ld4, las blancas habrían su­ primido al bloqueador. El caballo, por el con­ trario, es mucho más fuerte en "e6". Las blan­ cas no pueden atacarlo ni cambiarlo, lo que justifica la conclusión de que la casilla que ocupa un bloqueador así es un punto fuerte, porque también está protegida de un ataque frontal. Al mismo tiempo, no podemos ignorar

COMPRENDER EL JUEGO DE PEONES EN AJEDREZ

que el caballo no sólo bloquea el peón de "e5", sino que sitúa bajo su eficaz control otras importantes casillas del entorno. 14.i.d2 g5 15.�e2 c5

De nuevo, simple y preciso. Las dos últi­ mas jugadas negras aseguran la privilegiada posición del bloqueador. 16.i.c3 b5 1 7.b3 .ib7 Aquí comenzamos a percibir otro fenó­ meno típico del bloqueo: un eficiente bloquea­ dor es una fuente de contrajuego activo. Las negras han conseguido ventaja espacial y es­ tán mejor. 18.�g3 g4 1 9.�d2 J.e7 20.�h5 mf7 21.�fl mg6 22.�f6 gad8 Una vez activado su rey, las negras podrian continuar también con 22 . . . ltld4, pero el pro­ ceso simplificador que provocan en la colum­ na "d" les favorece por completo. 23.:!:ladl gxdl 24.gxdl gd8 25.gxd8 .ixd8 26.ltl e3 Ante la doble amenaza . . . ltlf4 y ... ltld4, las blancas deberían ensayar 26.ib2, pues la textual empeora su posición. 26 f4 Lenta, pero gradualmente, el peón pasado se hace vulnerable. Al mismo tiempo, la posi­ ción de las piezas blancas se va deteriorando. 27.ltldl 27.ltled5 y 27.ltlexg4 pierden pieza, mien­ tras que 27.ltlfl ix.f6 28.exf6 ie4 también es desesperado. 27 . i.xf6 28.exf6 .ie4 La ventaja posicional de las negras se ha transformado en material. Las consecuencias ••.

.

.

del potente bloqueador de "e6", que literal­ mente ha paralizado a las piezas blancas, re­ sultan ahora evidentes. 29 ..ib2 b4 29... Axc2 30.ltlc3 cambiaría significativa­ mente el decorado. El peón de "c2" está con­ denado, y las negras lo tomarán cuando lo crean conveniente. 30.13 .ixc2 31.�f2 gxt3 32.gxf3 .ibl 33.� e4 J.xa2 34.�d2 a5 35.mf2 �d4 36.i.xd4 cxd4 37.me2

37

mxr6 Por fin, el peón pasado ha sucumbido a su destino. 38.md3 mes 39.mc2 a4 40.bxa4 c5 41.a5 c4 42.a6 d3+ Las blancas se rindieron. La lección que podemos extraer es obvia: un fuerte bloqueador es el peor enemigo para el peón pasado. La razón es igualmente obvia, a saber, que la fuerza de un peón pasado ra­ dica en su movilidad, y cuando pierde esa cua­ lidad vital, está condenado a una muerte lenta en el final. El éxito o fracaso de un peón pasado de­ pende, en gran medida, del apoyo que otras piezas puedan prestarle y de la coordinación de su actividad conjunta. En posiciones cerra­ das, el apoyo que pueda recibir está más limi­ tado, y el éxito de su misión es dudoso. En ta­ les circunstancias, el peón pasado a menudo finaliza como un cordero sacrificado. La única cuestión es qué compensación puede obtener­ se a cambio. El contraste de estas reflexiones con la práctica de nuevo nos servirá de ayuda. •• •

PEONES PASADOS

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Marovic - Stupica Campeonato de Yugoslavia Zagreb 1 96 1 Defensa India de Rey

l .d4 � f6 2.c4 g6 3.�c3 J.g7 4.� f3 0-0 5.g3 d6 6.J.g2 � c6 7.0-0 e5 8.d5 � e7 9.e4 �d7 10.J.e3 Más consistente es 1 0.b4, emprendiendo acciones en el ala de dama, el terreno natural de actividad de las blancas. La textual fue pre­ parada por mi oponente, que había jugado mal esta variante en un encuentro anterior. 1 0 ... f5 Esta ruptura temática se prepara a veces con 1 0 . . . h6, pero I I .Wfd2 i>h7 1 2 J!ad l f5 1 3 .exf5 gxf5 1 4.'üh4 'üf6 1 5.Wfc2 muestra sus inconvenientes. l l.�g5 � c5? Lo correcto es 1 I . . .'üf6 ! ? 1 2.exf5 gxf5, a lo que puede seguir 1 3 .'üe6 i.xe6 1 4.dxe6 c6 1 5.Wfb3 Wfc8, dejando en peligro el peón libre. 1 2.Axc5 dxc5 13.�e6 J.xe6 14.dxe6

Internado en las líneas negras, el peón pa­ sado de nuevo corre un grave peligro. Antes de entrar en esta posición, las blancas tenían que evaluar claramente qué podían obtener a cambio.

14... c6 15.Wfd7! Mi oponente había omitido esta jugada. El cambio de damas hará más difícil que las ne­ gras puedan ganar el peón, ofreciéndoles a las blancas mucho tiempo para buscar temas adi­ cionales, explotando la columna abierta, las diagonales de casillas blancas y su caballo. 15 .. .'�xd7 16.exd7 gad8 1 7.gadl gti 18.l:'!d3

Doblando torres, las blancas satisfacen la necesidad de defensa de su peón, pero al mis­ mo tiempo planean un ulterior :ga3, emplean­ do la tercera fila para penetrar en la posición cerrada. 18 ... �f8 1 9.l:'!fdl � g8 20. � a4 b6 2 1 .exf5 gxf5 22.J.xc6 e4 23J�a3 �f6 24.�c3 � xd7 25.gxa7 La acción colateral, sobre la columna "a", llegó a tiempo. 25 ....id4 26 ..ixd7 IUxd7 27.l:'!xd7 Ihd7 28.b3 El caballo es libre, y la ventaja material de­ cisiva. 28 ... �ti 29.a4 e3 30.fxe3 J.xe3+ 3 1 .�g2 l:'!xdl 32.tLlxdl J.d4 33.�fl .ie5 34.tLld3 .ic7 35.�0 J.d6 36.�f4 J.xf4 37.i>xf4 �f6 38.�e3 �e5 39.�d3 b6 40.�e3 �e6 41.�f4 Las negras se rindieron.

Observaciones generales

Al tratar de entender la naturaleza del peón pasado, lo examinamos en situaciones características que revelan sus mejores cualidades, así como sus inconvenientes.

88

COMPRENDER E L JUEGO D E PEONES E N AJEDREZ

Cuando estudiamos su papel en el final, entendimos que, a diferencia de sus ancestros, los -,peones aislados y colgantes, el peón pasado se caracteriza por una diferencia esencial: su fuerza & �ta a medida que el juego se acerca al final. Incluso podemos llegar tan lejos como afirmar que el bando que cuenta con un peón pasado, sobre todo si es distante, ha creado las premisas ne­ cesarias para ganar. Cuando el número de piezas se reduce, es cada vez más difícil contener un peón pasado avanzado en un flanco, lo que requiere la vigilancia constante del bloqueador. He­ mos podido ver por nosotros mismos que no hay "circunstancias atenuantes", cuando intervienen temas como alfiles de distinto color o piezas mayores, es decir, que estos factores no sirven de ayuda al bando que lucha contra un peón pasado distante. Sea cual fuere la pieza que ha asumido el papel de bloqueador, queda prácticamente hipotecada por el peón pasado, y no puede actuar en otro sector del tablero. Cada vez que se producía un caso así, la balanza de fuerzas se inclinaba, inequívocamente, del lado del peón pasado. ij: Por si eso fuera poco, el peón pasado a mel}udo participa en las complicaciones tácticas. Su 1posición en la séptima fila ha inspirado numerosas combinaciones brillantes, lo que le ha valido su reputación de ser una fuente de problemas. A pesar de su excelente registro de resultados en el final, a menudo asociamos mentalmente el peón pasado con su papel en el centro del tablero, donde su movilidad resulta el factor decisivo. En condiciones más favorables (puesto que, por definición, la infantería enemiga no puede oponérsele), el peón pasado es un privilegiado descendiente del peón central aislado y los peones colgantes. Su fuerza se deriva de su movilidad y va en aumento a medida que avanza. Cuanto más lejos llegue, más fuerte resulta, acumulando fuerza por el hecho mismo de su progresión. Cuando alcanza la sexta o séptima fila, nos recuerda a una fuerte cuña que divide el tablero y las desorientadas piezas enemigas en dos partes, ya que pierden coordinación y capacidad de juego. Su movimiento va acompañado de sorpresas tácticas de todo tipo. El pequeño y modesto peón se convierte así en un horrendo monstruo. En muchas ocasiones se requiere bastante más que un juego rutinario para poder frenarlo. :9, Tras cada paso que da, su poseedor amplía el espacio para maniobrar, mientras que el espacio üel defensor se reduce, y se debilita la coordinación de sus piezas. Podemos decir sin exageración que un peón muy avanzado es como una espina clavada en la garganta del contrario. Su avance obliga a una resistencia pasiva en el mejor de los casos, y en un amplio porcentaje de casos impide todo contrajuego significativo. La mera existencia de un peón pasado en el centro tiene amplias connotaciones: ventaja espacial, iniciativa, libertad de maniobra y acción. Naturalmente, su activo papel no sería posible in el activo soporte de otras pie�. Por lo general, el apoyo de las piezas mayores, que impulsan el peón a lo largo de la columna, y también las piezas menores, que le van despejando el camino, a base de cambios. El apoyo es de vital importancia. En el momento en que el apoyo falla, las fuerzas bloqueadoras anulan su energía cinética, y las posibilidades se invierten. Un fuerte blo,...,. ��-por lo general, un caballo o un alfil- puede inclinar la balanza del equilibrio en su favor, y cambiar así las tomas. Cuando eso sucede, la ruta hacia el final es un lento proceso de debilitamiento, que suele ser irreversible y fatal . Considerando todo esto, el peón pasado vrveuna vida emocionante, pero con frecuenc ·a también arriesgada. A menudo es el subproducto de un sacrificio, que carga con altas expecta­ tivas, pero que debe sobrevivir en circunstancias adversas. Depende, por consiguiente, de una clara evaluación y cálculos precisos y, a diferencia de otros tipos de peones temáticos, en tal caso puede confiarse menos en reglas generales. Cada situación, aún más que en el caso de otras for­ maciones centrales, es un caso específico que debe ser evaluado por sus propios méritos.

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PEONES PASADOS

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89

4 Peones doblados En el siguiente diagrama tenemos una estruc­ tura de peones de una variante de apertura muy conocida.

Estas son reflexiones sencillas, inspiradas por la posición del diagrama. Ahora procede­ remos a investigar hasta qué punto la práctica magistral refuerza nuestras conclusiones y es­ peculaciones. No olvidemos que la verdadera sabiduría ajedrecística radica en la práctica.

Capablanca - Janowski San Petersburgo 1 9 1 4 Apertura Ruy López l .e4 eS 2.tiH3 t0c6 3 ..ibS a6 4 ..ixc6 dxc6 s.t0c3 J.cs 6.d3 .ig4 7 .ie3 .ixe3 !? 8.fxe3 .

Esta estructura se caracteriza por los peo­ nes doblados negros de la columna "e". Un vistazo a la formación de peones nos revelará sus pequeños secretos. En el plano positivo, percibimos que el peón de "c6" sigue siendo una parte útil de la estructura, puesto que cubre la casilla central "d5", que de no ser así sería un punto fuerte para las blancas. También podemos ver que al retomar en "c6", las negras han abierto la co­ lumna "b", que pueden utilizar para presionar sobre el flanco de dama. En el plano negativo, podemos concluir de inmediato que el bloque de peones de "c7", "c6" y "d6", que contiene los peones dobla­ dos, difícilmente puede avanzar sin debilitar las casillas de su entorno. Si seguimos espe­ culando, podríamos concluir también que las posibilidades de mejorar la estructura de peo­ nes no son realistas. Por otro lado, el cambio en "c6" ha dejado un peón aislado, potencial­ mente débil, en "a7", que, como es fácil ima­ ginar, quedará expuesto al ataque.

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Estamos en la primera fase de la apertura que, desde el punto de vista de la teoría actual, parece un tanto anticuada. La quinta jugada negra fue muy ambiciosa y se tradujo en el cambio en "e3 " . Los comentaristas condena­ ron el cambio, señalando que es ventajoso pa­ ra las blancas y, en su lugar, recomendaron como mejor 7 . . . Vffe 7. A fin de juzgar obje­ tivamente, debemos percibir los cambios que se han producido en la posición y evaluarlos. Así, podemos ver que el peón de "e3 " está bien, cubriendo las casillas "d4" y "f4", que antes del cambio eran potencialmente débiles.

COMPRENDER EL JUEGO DE PEONES EN AJEDREZ

También percibimos que se ha abierto la columna "f', y que sólo las blancas podrán ex­ plotarla. Podemos concluir, por tanto, que los críticos tenían razón, y que era mejor para las negras 7 . . . V!ie7 . Inmediatamente vemos que, además de los peones doblados blancos, hay un par de peo­ nes doblados en campo negro. Lo mismo que el peón de "e3 ", el de "c6" tiene su impor­ tancia, porque cubre la valiosa casilla "d5 " . La importancia de ambos pares de peones dobla­ dos se basa en su valor estático. 8 V!ie7 9.0-0 0-0-0?! A pesar d e l a columna semiabierta, el flan­ co de rey era un sector más seguro para el rey negro. En este momento o en el turno anterior, Janowski podía haber preparado el enroque corto, a base de . . . f6 y . . . lLl h6-f7 . lO.Vfiel � b6 l l .:Sbl ! .•.

Seguro en su refugio de " g l ", el rey blanco puede dirigir cómodamente dirigir un ataque en el otro flanco. La textual prepara un asalto al enroque enemigo. En este momento percibi­ mos un inconveniente que caracteriza a los peones doblados. Cuando avanzan, dejan agu­ jeros en su entorno, que el oponente podrá ex­ plotar. l l . . . c5 era una útil respuesta, impidien­ do b4, de no ser por el punto débil "d5 " . l l ... f6 12.b4 �ti 13.a4 .ixf3 14,gxf3 b6 Capablanca tiene razón al afirmar que este avance constituye un grave error, indicando 14 . . . b5 como la única jugada que podría parar el inminente deterioro de la posición de las negras. 15.b5 cxb5 16.axb5 a5 17.�d5

El hecho de que las negras no puedan de­ fender la casilla "c6" influye decisivamente en el curso de la partida. El lector no debe pensar que eso sucedió por azar. Los peones dobla­ dos, cuando forman parte integrante de una masa más amplia, pueden ser fuertes y útiles en el aspecto estático, pero tan pronto como se mueven, en general se vuelven más débiles, originando además nuevas debilidades. La ca­ silla "d5 " se ha convertido en un inexpugnable puesto avanzado para las blancas, lo que les permite lanzar el asalto concluyente. 17 ... V!ic5 18.c4 � g5 1 9.:St2 � e6 20.Vfic3 :Sd7 2 1 .:Sdl ®b7 22.d4

Habiendo protegido casillas claves del cen­ tro durante buena parte del juego, el peón de "e3 " apoya el decisivo ataque a la bayoneta. 22 ... V!id6 23.:Sc2 exd4 24.exd4 �f4 25.c5 � xd5 26.exd5 Y!Yxd5 27.c6+ ®b8 28.cxd7 Y!Yxd7 29.d5 :Se8 30.d6 cxd6 3 1.Y!Yc6 Las negras se rindieron.

PEONES DOBLADOS

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La siguiente partida y el análisis de la mis­ ma confirmarán nuestras primeras impresio­ nes acerca de los peones doblados.

N '5 � •

Polugaievsky - A. Zaitsev Match de desempate por el Campeonato de la URSS 2a partida Vladimir 1 969 Apertura Ruy López

l .e4 e5 2.tllf3 tllc6 3.tllc3 d6 4.d4 exd4 5.tllxd4 tllf6 6.J.b5 J.d7 7.0-0 J.e7 8.ixc6 bxc6

Tras las jugadas iniciales, las negras han quedado con peones doblados en la columna " " e , cediendo ventaja espacial a su oponente. El peón de "c6", sin embargo, está bien defen­ dido y, además, bien situado, porque veta la casilla "d5" a las blancas. El problema de la formación negra es que tiene una movilidad muy limitada, pues tanto el avance .. . c5 como . . . d5 crean agujeros en su campo. 9.Wf3 Las blancas flirtean con el avance e5, única forma de incrementar la presión sobre el peón de "c6". Más en línea con la teoría de la variante en las últimas décadas es 9.b3 0-0 1 O . .ib2, alcanzándose una delicada situación que debe jugarse con paciencia. l O . . . �e8 l l .� e l .if8 1 2.YMd3 g6 1 3 .�ad l ig7 1 4.f3 Wb8, oponiéndose al alfil de fianchetto y disponiéndose a emprender contrajuego con . . . a5-a4, lo que les ofrece buenas perspectivas a las negras. Compárese este prudente enfo­ que, recomendado por el Dr. Lasker, con la

92

impaciente reacc10n 1 O . . . d5 l l .e5 tLle8 1 2.YMd2 c5 1 3 .tLlde2 c6, con la que las negras han avanzado sus peones centrales una fila. ganando algún espacio. Un examen más dete­ nido, sin embargo, revela que los peones son aquí más débiles que en su posición inicial. Era dificil atacar el peón de "c6", mientras que el de "c5", por el contrario, es más vulnerable. La partida Bilkat - O. Bemstein, Ostende 1 907, continuó así : 14.�ad l Wc7 1 5.tLlf4 YMb7 (se amenazaba 1 6. tLl xd5) 1 6.ttJa4 (amenazan­ do .ia3) 1 6 . . . c4 1 7 ..id4, y ahora ni 17 . . . YMb5 1 8 .YMe3 , ni 1 7 . . . cxb3 1 8 .cxb3 son satisfacto­ rias para las negras. Al avanzar, los peones, pierden su tenacidad natural. 9 ... 0-0 lO.:Sel 1 O.e5 no es una amenaza, después de todo. ya que puede seguir I O . . . ttJg4 l l .exd6 .ixd6 1 2.if4 (o bien 1 2.g3 ttJxh2) 1 2 . . . ttJxh2, que sería muy desagradable para las blancas. 10 ... c5 tl.tll f5 J.xf5 12.'ilYxf5 1 2 .exf5 les permite a las negras ganar es­ pacio con 1 2 ... d5 1 3 . .ig5 c6. 12 ...tll d7 13.tlld 5 tllb 6 La décima jugada negra cedió la casilla "d5" a las blancas, pero sólo por el momento. La maniobra . . . tLl d7-b6 recupera lo entregado. El cambio en "d5" resolvería todas las difi­ cultades potenciales de las negras. 14.tlle3 Wc8 1 5.e5?! Precipitado. Las blancas tratan de lograr una ventaja que no existe. 15 ... d5 16.Wxc8 :Sfxc8 17.a4

17 . . . d4 Esta vez el avance de peón es lógico, pues

COMPRENDER EL JUEGO DE PEONES EN AJEDREZ

su movimiento no deja debilidades tras él. 18.�f5 if8 t 9.b3 gds 20.a5?! El propio Polugaievsky criticó esta jugada, y con razón, pues las blancas empujan el ca­ ballo enemigo hacia una mejor casilla, y el peón de "aS" queda potencialmente expuesto. Lo correcto era 20.i.d2, y a 20 . . . d3 podía con­ testarse con 2 l .c4, dejando al peón pasado bien bloqueado y privando de la casilla "d5" al caballo negro. 20 ... � d5 2 l .i.d2 gab8 22.gab l Ahora las blancas debían tomar en cuenta . . . d3, porque su peón de "b3 " será vulnerable. 22 ... gb5!

Una excelente reacción. Si las blancas pen­ saban jugar 23.e6 fxe6 24.:!'!xe6, tuvieron que cambiar de idea, a causa de 24 . . . �b4. 23.ge4 g6 24.�h4? Una desafortunada decisión. Con 24. � g3 �b4 25.c3, las blancas siguen estando en la partida. 24 ... �b4 25.c3 dxc3 26.hc3 gd3 27.gc4 �d5 28.i.el gbxb3 29J'�bc l J.b6 30.gal gd4 31 .gaa4 No hay buenas soluciones. 3 l .:!'!xc5 pierde, por 3 l . . . i.f8, mientras que 3 l .:!'!xd4 cxd4 abre paso a los peones "e", que finalmente quedan libres. La textual debilita de forma irremedia­ ble la primera fila. 3l ...gbl 32.�13 J.d2 33.�fl .i.xel 34.�xd4 cxd4 35.gxd4 J.c3+ 36.�e2 hd4 37Jhd4 gb5 Las blancas se rindieron. La lección que podemos extraer de esta partida es simple. El peón doblado es fuerte en

el plano estático y útil en su posición inicial. Por consiguiente, acelerar su avance puede ser peligroso, porque crea debilidades colaterales, y además requiere una cuidadosa preparación.

N" S "l

Sutovsky - Morozevicb Pamplona 1 998-99 Defensa Francesa

l.e4 e6 2.d4 d5 3.�c3 �f6 4.ig5 dxe4 5.� xe4 i.e7 6.i.xf6 gxf6 7.�13

Aquí tenemos otro caso típico de peones doblados. El cambio en "f6" debilitó el flanco de rey negro, pero Morozevich busca compen­ sación en la abierta columna "g", mientras que el bien defendido peón de "f6" asume la tarea de controlar la casilla "e5", vedándola al ca­ ballo de " f3 " . 7... a6 Aquí se requiere un prudente enfoque. 7 . . . f5 8 . � c3 i.f6 9.�d2 sólo debilita a las negras, y no contribuye en nada al desarrollo. Por el contrario, las blancas se disponen a en­ rocar largo y efectuar una ruptura central. 8.�d2 b5 9.�b6 Parece preferible un desarrollo normal, pero es intrigante ver qué puede hacerse con­ tra el debilitado flanco de rey. Sutovsky, ob­ viamente, sintió esa curiosa inquietud. 9 . .i.b7 10.i.d3 Aquí, 1 0.�g7 :!'!f8 l l .�xh7 gana un peón, pero después de l l .. .f5 1 2. � ed2 ( 1 2.�g3? pierde tras 1 2 ... i.xf3 ! 1 3 .gxf3 �xd4) 1 2. . . J.f6, la escena está dominada por la pareja de al­ files.

PEONES DOBLADOS

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Tentadas por la, en apariencia, fuerte cla­ vada, las blancas vuelven al atolladero del que acababan de salir. En lugar de plantear trucos, era hora de pensar en salvar la piel, como por ejemplo en esta línea: 14 . .!Ll xf6+ V!Yxf6 15.We2 0-0-0 16.0-0-0. 14 tLlxh5 15.Wxh8 J.xt3 16.gxt3 tLlf6 •••

Dos ideas confluyen en esta jugada: ie4, para reducir la presión sobre la gran diagonal de casillas blancas, y .!Ll hS, para plantear algu­ nas amenazas concretas y darle algún sentido a la temprana salida de dama. Es útil percibir que l l .0-0-0 podía contestarse con 1 1.. .f5 12 . .!Lleg5 ix.gS+ 13 . .!Ll xg5 Wf6. Tras una cui­ dadosa preparación, el peón doblado avanza sin consecuencias negativas. l l ... f5 En el momento adecuado, el peón negro de "f6" avanza, facilitando así la defensa y, al mismo tiempo, amenazando con 1 2 . . . hf3 . 12.tLlh5 .if8 13.We3?! Era, objetivamente, la mejor respuesta 13 . .!Ll g7+ hg7 14.V!Yxg7 Wf6 15.Wxf6 .!Llxf6 16.ie2, aunque la posición es muy satisfac­ toria para las negras. La retirada es la ad­ misión de que todo el concepto ha fracasado. 13 .!Llf6 14.V!Ye5? •..

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El resultado de la deficiente estrategia blan­ ca se ve a las claras en el diagrama anterior. La dama no sólo está fuera de juego, sino que corre el peligro de no volver a estarlo nunca, pues 17 . . . � e7, seguido de 18 . . . Wd5, es una evidente amenaza. La astuta 17.d5 encuentra una buena réplica en 1 7 . . . We7, amenazando 1 8 . . . 0-0-0. Si completamos el cuadro con la dañada formación de peones y el débil alfil de casillas blancas, podemos decir, sin exagerar, que las blancas están perdidas. Siguen unas tentativas desesperadas por rescatar la dama. 1 7.ggl Wxd4 18J�g8 �e7 19.�fl J.g7 20.V!Yxg7 gxg8 2t .Wh6 Wxb2 22J�fet V!YcJ 23.Wh4 eS 24.:8!dl c4 25..ixf5 Wxt3 26.Wd4 �d5 Las blancas se rindieron. 27.ie4 se castiga con 27 ... .!Ll e3+. Los peones doblados preservan su firmeza y estabilidad estática, y si no se avanzan con precipitación, no son una presa fácil. Las debi­ lidades colaterales tampoco pueden explotarse por medios violentos. Estudiaremos varios casos que se caracteri­ zan por la típica constelación de peones do­ blados, en la que juegan un papel activo, po­ sitivo.

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W . (;O

Spassky - Korcbnoi Match de Candidatos ( 1 4a partida) Belgrado 1978 Apertura Vienesa

l .e4 eS 2.�c3 �f6 3.g3 dS 4.exdS � xdS S..ig2 � xc3 6.bxc3 i.d6 7.�f3 0-0 8.0-0

Las blancas han asumido peones doblados en la columna "e" , considerando que, por el daño que ha sufrido su estructura, tienen com­ pensación en forma de presión sobre la colum­ na "b" y la gran diagonal blanca, así como también en la compacta y flexible masa cen­ tral de peones. 8... cS 9.d3 � c6 1 0.�d2 Los peones cubren importantes casillas cen­ trales y pueden emplearse de forma flexible, según las circunstancias. Más tarde, Spassky puede realizar el avance d4, pero también es posible � c4-e3 , creando un control sobre "d5". to...Wd7 n .Wf3 Para prevenir el movimiento l l ... b6. El al­ fil de "g2" es más fuerte cuando no se le opo­ ne otro alfil que esté fianchettado por la ca­ silla "b7". ll ...Wc7 12.�e4 i.e7 13 .ie3 c4 14.d4 .ie6 14 ... f5 falla, debido a la respuesta 1 5.ltlc5, y si 15 . . . ixc5, entonces 1 6.Wd5+, o bien 1 5 ... e4 16.We2. lSJ':ffd l gad8 16.We2 i.dS 1 7,gabl exd4 18.cxd4 El peón doblado se ha convertido en un peón pasado en una columna central. 18 .. J:Ue8 1 9.ltlc3

Como ya hemos aprendido, los bloqueado­ res del peón pasado deben eliminarse. Al mis­ mo tiempo, el peón de "c4" quedará debili­ tado, forzando al caballo negro a situarse en el borde del tablero. 1 9...i.xg2 20.xg2 � aS 2 1.Wf3 ltl c6 22.We2 � as 23.a4 b6 24.Wf3 Wd7 2SJ:�b5 � b7 26..if4 � d6 27..ixd6 i.xd6 28.�e4 .ie7 29.c3 El peón pasado se ha convertido ahora en protegido y, por lo tanto, en un valioso triunfo de cara al final. 29 ... g6



30.g4! Abortando el contrajuego . . . f5. 30 .. ,gf8 3 1 .gdbl Las blancas quieren jugar a5. 3 l ... a6? Esto es malo, pero 3 l ...f5 32.gxf5 E!:xf5 3 3 J:!:xf5 �xf5 34.�xf5 gxf5 falla, por 35.ltlg3 E!:f8 36.E!:b5 f4 37.ltlf5, etc.

PEONES DOBLADOS

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32Jhb6 fS 33.gxf5 �bf5 34.We2 Wxa4 3S,gb7 ges 36,gc7 .id6 37.gxc4 �he4 Las negras comienzan a jugar flojo en apu­ ros de tiempo. 38J�c8+ �g7 39.Wxe4 Wa2 40Jif1 Wf7 Esta jugada facilita las cosas a las blancas. Era mejor 40 . . .:Sg5+ 4 l .�h l :Sh5. 41.f4 ghs También es desesperado 4 1 . . .hf4 42. �h l . 42,ge8 Wb3 43J�e6 tvb2+ 44.We2 Wb8 4S.We4 tvb2+ 46.We2 Wb8 47,ge4 gbs 48.Effl tvb7 49.Wf3 Wc8 SO.h3 aS Después de 8 . . . exd4 9 .lDxd4 .id7 1 0.�c3 0-0, lo más natural parece I I ..if4. Con :Se l ya jugado, observe que a l l .b3 puede contestarse l l . . . dS 1 2 .eS .ib4. Conviene estar preparado para explotar tales posibilidades. Aunque pa­ recen torpes, los peones doblados son móvi­ les, lo que conviene tener siempre presente. 9.�bd2 f6 1 0.�c4 � b6 Esperando � aS, I O . . . �f8 y . . . � e6 parecen una mejor opción. n.�as .id7 12.'VNd3 ? !

S l.ges .ixeS S2.fxeS YNfS S3.c4 !tb4 S4.We3 Wc8 SS.e6 Etxc4 S6.'VNeS+ �h6 S7.Wf4+ �g7 ss.Wf6+ �h6 S9.Wh4+ Las negras se rindieron. La metamorfosis de un peón doblado en pasado no se produce a menudo, pero convie­ ne mantenerse abiertos a esa posibilidad, y ex­ plotarla cuando surja en el tablero. Keres - Reshevsky Los Angeles 1 963 Apertura Ruy López l .e4 eS 2.�f3 � c6 3 .ibS a6 4..ia4 � f6 S.0-0 .ie7 6.ftel d6 7. .ixc6+ bxc6 Los pares de peones doblados que con ma­ yor frecuencia se producen son en "c3 " , "c6", "f3" y "f6", pues en estas casillas es donde en la primera fase se suelen cambiar los alfiles por caballos. Tales peones forman parte de la masa general, de modo que no pueden con­ siderarse débiles. 8.d4 �d7 •

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L a idea d e hostigar a l peón d e "c6" era bue­ na, pero el caballo de "aS" debería estar apo­ yado por 1 2.c4, explotando la posición del ca­ ballo de "b6". Ahora vemos por qué la maniobra . . . � f8-e6 era preferible: a c4 se contestaría con . . . cS. La textual parece una medida a medias contra la masa de peones negros. 12 ...0-0 13 ..ie3 �h8 14J�adl exd4 1 S.�xd4 eS Las negras deciden avanzar, luchando por

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el espacio, pero pueden permitir 1 6. tt:l dc6 '!We8. 16.tt:lf5 :Se8 1 7.b3 .if8 18. .icl J.e6 1 9.lL!e3 '!Wd7 20.a4 c6 Tras un par de jugadas indecisas de las blancas, las negras aprovechan su oportuni­ dad, y sus peones doblados y retrasados avan­ zan en el centro, bien protegidos por sus pie­ zas. 2 1.lL! ac4 lL! xc4 22.lLlxc4 gad8 23.lL!b6 '!Wb7 24.aS dS 2S ..if4?

2S ... c4! A las blancas se les escapó esta jugada. Ahora, a 26.bxc4 sigue 26 . . . .ib4, mientras que si 26.\Wc3 , 26 . . . cxb3 27.cxb3 d4 también es bueno para las negras. 26.'1Wd2 cxb3 27.cxb3 d4 Los peones doblados han producido un raro fruto : un peón pasado en una columna central. 28.b4 .ib3 Es útil disminuir la presión sobre el peón pasado y eliminar las piezas que se encuentran en su camino. 29.:Sbl '!Wf7 30..ic7 'e:Yxc7 3 1.:Sxb3 fS Junto con el peón pasado, como ya sabe­ mos, suelen aparecer posibilidades tácticas. 32.'e:Yd3 32.exf5 no da resultado, debido a 32 . . . Wff4 33.\Wd l :B:xe l + 34.\Wxe l d3, y el peón llega demasiado lejos. 32...fxe4 33Jbe4 :Sxe4 34.Wxe4 eS 3S.bxcS ft'xcS 36.g3 36.We l no salva el peón, en vista de 36 ... d3 37.:B:b2 '!Wc2 ! El avance de peón ha cambiado sustancialmente la situación. La ventaja mate-

rial y las activas piezas de las negras prevale­ cerán. 36 ... WxaS 37.'e:Yd3 Wel+ 38/�g2 aS 39.Wf3 We6 40.:SbS .ib4 40 . . . d3 4 1 . tt:l d5 d2 42.:B:xa5 We l también gana. Empujar el peón pasado todo lo lejos que se pueda es, generalmente, el mejor méto­ do, pero las últimas jugadas se realizaron en apuros de tiempo. 41.lLldS Wd7 42.Wd3 \Wc6 43.f3 .id2 44.lL! e7 We8 4S.lL!dS 45.tt:lf5 .ib4 46.tt:lxd4 h6 les costará a las blancas el caballo clavado. 4S ... a4 46.:ScS .ie3 47.WfS d3 Una buena defensa contra la amenaza blan­ ca tt:l f6. 48.:Sc3 .id4 49.:Sxd3 We2+ SO.ci>b3 g6 S l.'e:Ye4 Wxe4 S2.fxe4 .ib2 S3.lL!b4 :Sxd3 S4.lL! xd3 ci>g7

Pese a la tenaz resistencia de Keres, las negras se imponen con excelente juego. En el final de piezas menores pueden verse algunos elegantes detalles, en el que el alfil negro es muy superior, debido al peón pasado distante. SS.ci>g4 ci>f6 S6.ci>f3 a3 S7.lL!b4 ci>es S8.ci>e3 .id4+ S9.ci>d3 J.cs 60.lLl a2 .igl 61.h3 hS 62.lL! b4 .leS 63.lL!a2 .if2 64.g4 h4 6S.lL! b4 .icS 66.lL! a2 gS 67.lL!c3 .ia7 68.tLla2 ci>f4 69.lL!c3 .ib8 70.ci>c2 .ieS 71.lLldS+ ci>g3 72.ci>b3 ci>xb3 73.lL!e3 ci>g3 Las blancas se rindieron. Es raro, desde luego, que unos peones do­ blados desemboquen en uno pasado, pero a menudo encontramos peones doblados acti­ vos.

PEONES DOBLADOS

97

Spassky - Gligoric Baden-Baden 1 980 Apertura Vienesa l .e4 e5 2.�c3 �f6 3.g3 i.c5 4.i.g2 � c6 A primera vista, parece que las negras pue­ den construir un fuerte centro de peones, con 4 . . . c6, pero tras 5.tLlge2 d5 6.exd5 cxd5 7.d4 exd4 8.tLlxd4, quedan con un frágil peón ais­ lado. 5.d3 d6? ! Las negras han descuidado l a guardia. Pri­ mero debían jugar 5 . . . a6, a fin de preservar el bien situado alfil. 6.� a4 .ig4 6 . . ..ib4+ 7 .c3 .ia5 8 .b4 también es favora­ ble a las blancas. 7.f3 i.xg l ?

Una decisión apresurada. Era mucho mejor retirarse a "e6" y permitir peones doblados en la columna "e" , sin doblar los peones "g" blancos. La razón pronto resultará evidente . . . 8.fxg4 i.c5 9.tihc5 dxc5 10.g5 Tenemos un instructivo ejemplo de fuertes peones doblados que pueden utilizarse con efectos agresivos. Junto con ellos, las blancas pueden presionar sobre la columna semiabier­ ta. Las negras probablemente entraron en esta pasiva posición contando con el hecho de que la estructura de peones está cerrada para la pa­ reja de alfiles blancos. Pero fue una evalua­ ción errónea. IO ... � d7 l l .J.e3 �e7 1 2.0-0 �f8 13.h4 Un avance natural, antes de que el alfil se sitúe en "h3 ".

98

13 ...tlle6 14.i.h3 0-0-0 1 5.�h5 �df8 16.�fl ci>b8 17.�afl � cd8 18.ci>b2 b6 19.a3!

Una excelente estrategia. Habiendo some­ tido a la máxima presión a las negras y atado sus fuerzas a la defensa, es hora de pasar al otro flanco y abrir la posición. 19 ... a5 20.c3 �d6 2 l .�dl �eS 22.b4 axb4 23.axb4 cxb4 24.cxb4 � d4 24 . . . \Wxb4 falla, por 25.l:!a2 y 26.\Wa l . 25.�a2 �c6 26.i.xd4 exd4 27.�al ge7 28.�a7 �c2+ 29.ci>bl �xd3 30.gcl �c6 31 .�a8+ ci>b7 32.�xh8 �b8 33..ic8++ El lector no debe pasar por alto que esto fue posible por el cambio fxg4 y el avance g5. Al permitir que las blancas exprimiesen a las negras en defensa de su principal debilidad, "fl", este hecho cambió por completo la situa­ ción. Lo que siguió estuvo condicionado por la favorable estructura de peones, dominada por el peón doblado de "g5" . Su sola existen­ cia condicionó todo el curso de la lucha.

Janowski - Capablanca Nueva York 19 1 6 Defensa Eslava l .d4 d5 2.c4 c6 3.�f3 � f6 4.�c3 .if5?! Hoy sabemos que el temprano desarrollo del alfil dama no es tan bueno si el caballo blanco ya está desarrollado por "c3 ". La razón radica en 5.cxd5 cxd5 (o 5... tLl xd5 6.lLl d2) 6.'1Wb3 , ganando un peón u obligando al alfil de "f5" a retroceder a "c8 " . 5.�b3?! �b6 6.�xb6? ! Es mejor 6.c5

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6 axb6 7.cxdS �xdS 8.� xdS cxdS 9.e3 � c6 10.i.d2 .id7 ! ! ..•

Una extraordinaria y profunda idea. Las ne­ gras retiran su bien situado alfil a una posición aparentemente pasiva pero, como veremos, te­ nían in mente un brillante plan estratégico en el flanco de dama. l l ..ie2 Si las blancas hubiesen entendido qué se proponían hacer las negras, entonces habrían continuado con l l.i.d3 ó l l .ib5, seguido de un ulterior 'it>e2. l l ... e6 1 2.0-0 .id6 13J3fcl 'it>e7 14.i.c3 :abeS 1 S.a3 No era necesario. ¡Nunca mueva sus peo­ nes sin ton ni son! l S � aS 16.� d2 fS

Este aparentemente inútil peón doblado de la columna "b" lleva a cabo el papel de actor importante en el flanco de dama. 18.f3 � c4 19 ..ixc4 Es mejor tomar con el caballo, pero en cualquier caso, el modesto peón doblado ha jugado su papel en la creación de una prome­ tedora estructura de peones. 1 9... bxc4 20.e4 'it>t7 2 1 .eS? La casilla "e5" debería preservarse para el caballo blanco, con 2 1 .exd5, seguido de f4 y lLlf3-e5. 2 1. ...ie7 22.f4 bS 23.'it>f2 :aa4 24.'it>e3 gca8 2S.gabl h6 Las negras juegan con maestría, compro­ metiendo sus fuerzas en ambos flancos. 26.llJf3 gS 27.�el :ags 27.'it>f3 gxf4 28.gxf4 gaa8 30.�g2 gg4 3 t .:agt :aag8 32 . .iel b4!

•••

Ha recaído en dos humildes peones dobla­ dos llevar a cabo uno de los planes estratégi­ cos más profundos de toda la historia del ajedrez. El primero, mediante el avance a "b5" y tras el cambio en "c4", creó una disposición de peones muy favorable. El segundo, al sacrificarse a sí mismo, abrirá el paso a las piezas negras hacia el campo blanco. 33.axb4 .ia4 ¡ Eso es! El alfil penetra hacia el puesto avanzado por "c2", y 34J!c l no puede impe­ dirlo, debido a 34 . .l�xf4+. 34.:Sal .ic2 3S ..ig3 .ie4+ 36.'it>f2 hS 37J�a7 .ixg2 38.gxg2 h4 39 ..ixh4 �bg2+ 40.'it>f3 :axh2 41 ..ixe7 Si 4 I .!!xe7+ 'it>f8 42.i.f6, entonces las ne­ gras juegan 42 ... !!gh8. .

Antes de ejecutar su idea, las negras difi­ cultan un posible e4, que activaría a las blan­ cas. 17.g3 bS

PEONES DOBLADOS

99

41 ..J1th3+ 42.'.t>f2 :Sb3 43 .ig5+ ci>g6 44.:Se7 �bb2+ 45.f3 :aas 46.:Sxe6+ h7 Las blancas se rindieron. Los peones doblados consiguen, de cuando en cuando, especiales oportunidades, pero en muchas ocasiones se requiere un jugador de gran clase y una mente abierta para percibir esas posibilidades. Incluso entre los campeo­ nes, la mayoría no habría captado la extraor­ dinaria idea de Capablanca. •

Smyslov - Uhlmann Mar del Plata 1 966 Defensa Francesa l .e4 e6 2.d4 d5 3.�c3 Ab4 4.e5 � e7 5.a3 hc3+ 6.bxc3 c5 7.�f3 .id7 8.a4 En tres partidas de la final de Candidatos de 1 977, Spassky jugó 8 . dxc5 contra Korch­ noi, lo que hizo posible la maniobra gb l -b4g4 con presión en ambos flancos. Esas par­ tidas arrojan luz sobre la importancia del or­ den de jugadas. 8 ...Wa5 9.Wd2 �bc6 1 0.i.e2 A l O ..id3 , las negras disponen de la buena respuesta I O . . . f6 1 1 .0-0 (o bien l l .exf6 gxf6 l 2 .dxc5 e5) l l . . .fxe5 l 2 .�xe5 � xe5 1 3 .dxe5 0-0. 1 0 ... :Sc8

l l.dxc5! ? Las blancas s e infligen tres peones aislados en la columna "e" y dejan la casilla "e5" muy debilitada. Sin embargo, Smyslov demostrará que los aparentemente frágiles peones triplica­ dos de la columna "e" jugarán su papel. l l � g6 12.0-0 Si las blancas juegan l 2 .We3 , entonces las negras siguen con 1 2 . . . d4 con suficiente con­ trajuego. 12 ... 0-0?! Un par de años más tarde, el incansable pa­ ladín de la Defensa Francesa, Wolfgang Uhl­ mann, mej oró el juego con 12 ... � gxe5 . 13.We3 Wc7 14.�d4! •.•

Smyslov muestra una profunda evaluación de la posición: a pesar de su comprometida es­ tructura de peones, las blancas tendrán un me­ jor final. Una decisión ciertamente extraordi­ naria. 14 Wxe5 1 5.�b5 Wxe3 16..ixe3 a6 17.�d6 l3c7 18.a5 Quitándole una importante casilla al caba­ llo de "c6". 18 e5 1 9.:Sfbl �d8 20.:Sdl J.c6 2 1 ..ig4 � e6 22.:!�abl � e7 23.g3 f5 24.J.h3 g6 25.f4 d4 Tanto 25 . . . exf4 como 25 . . . e4 dejan a las ne­ gras en una posición pasiva. Su elección es claramente mejor. 26.cxd4 �d5 27.J.f2 exd4 27 .. .liJc3? pierde, por 28 .fxe5 . 28.ixd4 � xd4 29.:!:txd4 :Se7 30.f2 � c3? Lo correcto era activar la otra torre con 3 0 . . . gf6. •..

••.

Una de las innumerables novedades de Uhlmann por entonces. Las negras amenazan l l . . . cxd4 1 2 . cxd4 Wxd2 l 3 .hd2 �f5 , y puesto que 1 4 . .ic3 no es posible, las blancas deben jugar 1 4.c3, permitiendo la respuesta l 4 . . . � a5.

1 00

COMPRENDER EL JUEGO DE PEONES EN AJEDREZ

3 1 .gel gxel 32.'i!.>xel lll e4 33.lll xe4 .ixe4 34.c3 gr6 Es importante que 34 . . . gc8 y 34 . . . !!f7 fa­ llan, por 3 5 . !!xe4. El alfil de "h3 " , que parece estar fuera de juego, ha preservado una inu­ sual actividad. 35.EM8+ ctJg7 36J�d7+ gf7?

Sin embargo, debemos ser conscientes de que tales peones no son frecuentes en el final, y de que los ej emplos negativos prevalecerán de largo. Pero hablaremos del tema más ade­ lante. Habiendo analizado los peones dobla­ dos en circunstancias favorables, ahora pres­ taremos atención a sus inconvenientes.

Tarrasch - Rubinstein Miihrisch-Ostrau 1 923 Apertura de los Cuatro Caballos l.e4 e5 2.lll t3 lll c6 3.lll c3 lll f6 4 .ib5 .ib4 5.0-0 0-0 6.d3 d6 7..ig5 .ixc3 8.bxc3 V!fe7 9.gel ltl d8 10.d4 .ig4 Una posición muy conocida por la teoría, que se jugó e investigó en las primeras déca­ das del siglo XX . La continuación recomenda­ da es I O . . . lt:l e6 l l .i.c l c5, oponiéndose a las blancas en el centro y manteniendo la posición cerrada y desfavorable a los alfiles blancos. Esta respuesta es posible porque 1 2.dxe5 dxe5 1 3 .lt:lxe5 perdería, por 1 3 . . . lt:lc7. 1 1 .h3 Ah5 t2.g4 .ig6 13.d5 •

El final resultante demuestra que las torres deben conservarse. 37Jhf7+ ctJxf7 38.ctJd2 ctJe6 39.c4 ctJd7 40.ctJe3 ctJc6 41.ctJd4 ctJd7 42.ctJe5 .it3 De otro modo, 43 .g4 decide. 43.ctJf6 ctJc6 44.ctJg7 c!1xc5 45.ctJxh7 .ih5 46 ..ifl ctJb4 47 ..ig2 c!1xa5 47 . . . ctJxc4 pierde, debido a 48.hb7 ctJb5 49.'i!.>h6 ctJxa5 50.ctJg5 ctJb6 5 I ..ixa6 c!1xa6 52.h3, etc. 48 . .ixb7 ctJb6 49 ..ic8 a5 50 .id7 ctJc5 51 .h3 .it3 52.ctJxg6 .ic6 53 ..ixf5 a4 54 ..ib l a3 55.f5 .ie4 56 .ia2 .id3 57.h4 ctJd4 58.h5 ctJe5 59.g4 ctJf4 60.ctJg7 Las negras se rindieron. Incluso en los finales, los peones doblados no están tan indefensos como generalmente se cree. Con una armoniosa actividad de piezas menores y, por supuesto, en manos de un fuer­ te jugador, los peones doblados pueden par­ ticipar de la estrategia general. En esta partida, los peones de "c2" y "c3 " cubrían importantes casillas, y el de "c5" apoyó una invasión de caballo en "d6", lo que abortó todo contra­ juego. Como el peón "g5 " de Spassky en su partida contra Gligoric, la infantería torpe­ mente dispuesta por Smyslov dictó el curso de la lucha. •



13 c6 14 ..ic4? En conjunción con esta jugada, el bloqueo 1 3 .d5 pierde su sentido. Como consecuencia, los peones doblados en la columna " e" siguen aislados, mientras que el caballo de "d8" lo­ grará reactivarse por "e6" . El juego blanco só­ lo puede justificarse si el caballo se mantiene fuera de juego, así que lo correcto es 1 4 .i.d3 . La partida Spassky - Gligoric, Sarajevo 1 986, continuó con 1 4 ... cxd5 1 5 .exd5 e4 1 6.i.xe4 (no es adecuado 1 6.i.fl , en vista de 1 6 . . . lt:l e6) •.•

PEONES DOBLADOS

101

1 6 . . . .ixe4 1 7.Wd4 llJe6 1 8 .Wxe4, y las negras quedaron perdidas. Gligoric concluyó que tomar en "d5 " era dudoso, y que las negras de­ bían haber mantenido cerrada la posición. Después de 14 . . . h6 1 5 ..ih4 es factible jugar 1 5 .. J�:cs 1 6.c4 �e8. Aquí incluso es posible cambiar en "d5 " : 15 . . . cxd5 1 6.exd5 �c8 1 7.c4 e4 1 8 . .ixe4 he4 1 9.Wd4 g5 (si 1 9 . . . �e8, entonces 20.llJd2) 20 ..ig3 llJ e6 2 l.dxe6 ixf3 22 ..ixd6 �fd8 23 . .ixe7 �xd4 24 . .ixf6 �f4 25.e7 �e8, etc. 14 .. J�c8 15.dxc6 bxc6

No hay otra solución que cambiar peones en "c6", pero la actual estructura de peones es peor para las blancas que la anterior. Los peo­ nes doblados y aislados son bastante más dé­ biles que cuando formaban parte de la masa central de peones. En la octava jugada, inme­ diatamente después del cambio en "c3 ", te­ níamos una masa central compacta, no tan mó­ vil, pero firme. Al jugar 1 O.d4, las blancas buscaban la iniciativa en el centro. Su forma­ ción de peones ya no era tan sólida, pero los peones doblados seguían estando juntos y su torpeza no podía explotarse de ninguna forma previsible. En ese momento desempeñaban un papel activo, apoyando la tensión en el centro. Después del cambio en "c6", ya no jugaron ningún papel, aparte de su pasiva lucha por la existencia. 1 6.i.d3 llJe6 17..icl llJ c5 1 8.llJ d2 1 8 . .ia3 falla, debido a 1 8 . . . llJ cxe4 1 9.ixe4 llJxe4 20.l:he4 .ixe4 2 l.ixd6 Wd8 22.ixf8 Wxd l+ 23 .�xd l .ixf3 , etc. 18 h5 •••

1 02

Mientras las blancas tienen que ocuparse de la pasiva defensa de sus peones, las negras atacan las debilitadas defensas del rey blanco. 1 9..ia3 .!i:l e6 20. .!i:l c4 c5 Los alfiles blancos no tienen suerte en su búsqueda de buenas diagonales. La estructura de peones sigue siendo adversa para ellos. 21..icl hxg4 22.hxg4 llJb7 23.�g2 .!i:l bg5 24.f3 �cd8 25 . .!i:l b2 d5!

Las blancas no tienen tiempo de hacer la proyectada ic4. Las negras abren el juego, en total sintonía con el hecho de que sus piezas son más activas. 26.exd5 :!:lxd5 27.c4 gd4 28 .i.e3 28.�xe5 no da resultado, debido a 28 . . . Wf6 29.�e l llJ f4+ 3 0.ixf4 �xf4, etc. 28 .. J:ld6 29.We2 e4 •

La ruptura en el centro de la jugada 25 ha reportado una mayoría de peones en el flanco de rey, que ahora se emplea para abatir la úl­ tima protección del rey blanco.

COMPRENDER EL JUEGO DE PEONES EN AJEDREZ

30.fxe4 �xe4 3 1 .'1Wt3 �4g5 32.'1Wg3 Wb7+ 33.c.tfl a:b6 34.� a4 .ixd3+ 35.cxd3 f5 36.ixg5 fxg4+ 37.c.tgl �xg5 38.� xb6 �t3+ 39.c.tf2 �xel+ Las blancas se rindieron. La pesadilla de las blancas comenzó con 1 4.ic4? A menos que esté bien preparado y en cir­ cunstancias favorables concretas, el avance de los peones doblados implica generalmente riesgos. Como pudimos presenciar en el ejem­ plo anterior, avanzar significa debilitar las ca­ sillas de su entorno, a veces incluso columnas enteras. En la segunda y tercera filas tales peones están menos expuestos a presión. Un peón doblado en "c3 " o "f6", por ejemplo, es más seguro y estable que otro peón doblado en la cuarta o quinta fila. Las siguientes parti­ das nos darán la oportunidad de comparar am­ bos casos.

N · G&

Portisch - Fischer Santa Mónica 1 966 Defensa Nirnzoindia

l .d4 �f6 2.c4 e6 3.�c3 .ib4 4.e3 b6 5.�e2 .ia6 La jugada de David Bronstein o, para ser exactos, la jugada que a Bronstein le gustaba y que popularizó. 6.� g3 ?!

8.cxd5 ixfl 9.c.txfl exd5 1 0.g4, ganando es­ pacio y apoderándose de la iniciativa, como en la conocida partida Botvinnik - Smyslov, Campeonato Mundial (28), Moscú 1 954. 6 .ixc3+ 7.bxc3 d5 •..

Las negras han contestado correctamente a 6.�g3 . Una vez dañada la formación de peo­ nes blancos, las negras provocan ahora que el peón de "c4" se cambie por el de "d5 " , lo que debería conducir a una posición equilibrada, debido a la pérdida, por parte de las blancas, del derecho a enrocar. Las blancas, sin em­ bargo, aspiran a más . 8.'1Wf3 0-0 9.e4 Portisch espera demasiado de este avance. Que esté dispuesto a sacrificar el peón de "c4" es comprensible, dado el potente centro blan­ co de peones y las amenazas tácticas que ob­ tendría a cambio, pero subestima la línea que se produce en la partida . . . 9 dxe4 10.�xe4 �xe4 l l .'!Wxe4 '!Wd7! .••

Incoherente. Después d e la jugada natural, 6.a3 ixc3+ 7.�xc3, las blancas conservan una sana estructura de peones, mientras que en caso de 6 . . . ie7, puede seguir 7.�f4 d5

PEONES DOBLADOS

1 03

Un pequeño y sutil detalle que posiblemen­ te escapó a la atención de las blancas. Al dis­ ponerse a cambiar sus torres por la dama blan­ ca, las negras hacen posible la activa . . . lüc6. 12.ia3 ges 13..id3 f5 14.\WxaS lü c6 15.\WxeS+ YlYxe8 16.0-0 � a5

La solución final. 29J�4xe3 fxe3 30Jhe3 Wxa2 3 1 .gf3+ e8 32 ..ig7 Wc4 33.hxg5 hxg5 34JU'8+ i>d7 35.gas c6 Las blancas se rindieron.

N-

67- Nimzovich - H. Johner Berna 1 93 1 Apertura Nimzovich

l.�f3 �f6 2.b3 d5 3.ib2 c5 4.e3 �c6?! 5.i.b5 .ig4 6.i.xc6+ bxc6 7.h3 .ixf3 8.YlYxf3 YlYc7 9.d3 e6 10.�c3

Finalizadas las complicaciones, las negras vuelven a ocuparse del peón de "c4" . El pro­ blema con peones débiles radica en el hecho de que siguen siendo débiles pese a todas las vicisitudes por las que atraviese la partida y, en última instancia, quedan condenados . Su debilidad es permanente. La estructura blanca de peones quedó dañada en la sexta jugada y, diez jugadas después, cuando las complicacio­ nes han llegado a su fin, el peón inválido de "c4" está a punto de sucumbir. 1 7J�ae1 .ixc4 Aún era más fuerte 1 7 . . . \Wa4. Después de 1 8 . .ib4 i.xc4 1 9.i.xc4 lüxc4 20J::i: x e6 a5 2 l .i.e7 lüd2 22.:B:fe l lü e4, la posición es muy desagradable para las blancas. 18.hc4 �xc4 1 9.J.cl c5 20.dxc5 bxc5 2 l .if4 h6 Las acciones decisivas tendrán lugar en el flanco de rey. 2U�e2 Las blancas no pueden oponerse al avance de peón con 22 .h4, debido a 22 . . . e5 23 .ixe5 lüxe5 24.f4 ltlf3+ 25.gxf3 Wa4, etc. 22 ... g5 23.ie5 '!Wd8 24.lUe1 En caso de 24.f4, continuaría 24 . . . lü d2 y 25 . . . lü e4. 24 ti 25.h3 f4 26.h2 a6 27.ge4 '!Wd5 28.h4 �e3 ..•

1 04

Las negras han jugado superficialmente la apertura. Al desarrollar demasiado pronto su caballo dama, permitieron la creación de peo­ nes doblados en la columna "e" , una debilidad permanente. Su siguiente decisión era propo­ ner un sacrificio de peón, que las blancas rechazaron por principio. Al haber situado su objetivo en el peón de "c5 ", maniobran con su caballo para llevarlo de inmediato a "a4". 10....id6 l l .ltla4 ie5 Las negras creen que la reducción de ma­ terial facilitará su carga. En realidad, su con­ cepción comenzó con 8 . . . Wc7, como con­ secuencia de algún malentendido básico. En general, todas las debilidades de peón, inclui­ dos los peones doblados, se acentúan a medi­ da que el material se reduce. 12.J.xe5 Wxe5 13.0-0 �d7 14.\We2 ! Una jugada sutil. La idea no es liberar el peón de "f2", sino trasladar la dama al otro flanco, incrementando así la presión sobre el peón de "c5 " . Su destino final es "a5 " .

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14 •.• 0-0 1 5.Wd2 f5 En vista de la amenaza blanca, esta jugada parece un tanto negligente, pero Johner creía que contaba con una solución táctica para la defensa del peón de "c5 " . 16.Wa5 gfbs

�- ,s

Staunton - Club de Ajedrez de Bristol Correspondencia 1 844-45 Apertura Bird

l .f4 d5 2.�t3 c5 3.e3 � c6 4 ..ib5 a6? 5..ixc6+ bxc6 La estructura de peones negros ha sido da­ ñada sin ningún tipo de compensación. El temprano desarrollo del caballo dama no pue­ de recomendarse. Hoy día, más consciente de los matices de apertura, todo buen jugador prefiere 2 . . . lLl f6 ó 2 . . . g6, evitando la clavada .ib5 . Por supuesto, 4 . . a6 es un grave error, porque significa una pérdida de tiempo que crea problemas a largo plazo con la formación de peones. 6.0-0 e6 7.c4! .

Esto no defiende el peón como las negras esperaban, pero lo cierto es que también 1 6 . . . %Yd6 las dejaría en una situación pasiva e insatisfactoria. 1 7.�xc5! gb5 18.�xd7 YlYxal Esto se suponía que era el castigo, pero Nirnzovich había visto más lejos. 1 9.YlYc7 YlYc3 20.a4 Una clave sutil y decisiva, basada en la des­ conexión de las torres negras. 20 gb4 Si 20 .. J:!a5, entonces 2 1 .%Yd6 l3e8 22.l0e5. 21.�e5 �U'8?! 22.�xc6 mh8 23.YlYd6 Las negras se rindieron. Una bonita miniatura, basada enteramente en los peones doblados. Un peón doblado ne­ gro en la quinta fila es un fácil objetivo y, por tanto, vulnerable. El hecho de que los peones doblados pier­ dan su fuerza natural al avanzar nos tienta a concluir que una buena estrategia contra los peones doblados debería basarse en provocar su avance. Desde luego, a veces esa estrategia funciona. Sin embargo, no es el único método que consigue resultados contra ese tipo de peones. Muchas veces tenemos que hacer jus­ to lo contrario: bloquear los peones, inmovili­ zarlos y explotar su debilidad más tarde, cuan­ do las circunstancias lo permitan. ..•

Unos 80 años más tarde, Nimzovich reco­ mendaría el bloqueo de los peones doblados antes de atacarlos. Debe acreditársele a Staun­ ton que entendiese perfectamente la posición y encontrase, en consecuencia, esta jugada na­ tural. 7 � h6 Esperando b3 y ib2, las negras eligen esta extravagante jugada, planeando un ulterior . . . f6. Es natural 7 . . . �f6, seguido de . . . l0d7. 8.YlYe2 .id6 9.tDc3 YlYe7 10.b3 Incorporando no sólo el fianchetto, sino también la maniobra típica ia3 y l0 a4, si se presenta la ocasión. 10 ... f6 1 1.d3 0-0 1 2.e4 dxe4? Al comentar esta partida, en su libro sobre Staunton, Raymond Keene tenía absoluta ra­ zón: "Un grave error posicional, que le quita .•.

PEONES DOBLADOS

1 05

toda flexibilidad a la estructura negra de peo­ nes. Igual de malo hubiera sido hacer 12 . . . d4 1 3 . ltl a4, vigilando el frente del peón "e" . La única alternativa jugable en este punto era 1 2 . . . ib7 ! , sosteniendo con firmeza el centro, pero tales necesidades posicionales no eran entendidas, en general, hasta que Nimzovich las explicó en sus libros Mi sistema y Prác­ tica de mi sistema" . Sólo puedo advertir del hecho bien cono­ cido de que los peones doblados son mucho más vulnerables si quedan cortados de la masa general y aislados. 13.dxe4 e5 14.f5 No sólo cerrando el paso al alfil de casillas blancas, sino abriendo también perspectivas de ataque en el flanco de rey. 14 ... ttlti 1 5.ttl h4 Las blancas dejan en paz los peones dobla­ dos por tiempo indefinido . Podrían incremen­ tar la presión sobre ellos con ie3 , Wt2 y ltl a4, pero las negras llevarían su caballo a "b7" y podrían resistir. En el flanco de rey las pers­ pectivas son brillantes, mientras que el peón de "c5" no puede escapar. ¡ Un razonamiento sencillo y lógico ! 15 ....id7 1 6JU3 gfd8 1 7..ie3 .ie8 18Jbfl ttlgS 1 9.gg3 h6 20.Wg4 gd7 2 1 .ttlf3 Las blancas han encontrado, por fin, la llave de la cerradura contraria. 2 1 . g¡,f8 22.ttl xg5 hxgS 23.h4

26.ih6) 25 J�h3 Wf8 26. ttl a4 �ad8 27 .Wt2, y el peón de "c5 " cae. Que tales posibilidades se produzcan no pueden atribuirse al azar. Cierto tipo de debilidades va madurando a lo largo de la partida y, al cabo de algún tiempo, basta con recoger los frutos. Esto también es típico de los peones doblados. 24.hxg5 g¡,e8 25.g6 i.g8 26.gh3 g¡,d8 27.We2 g¡,c7 28.ttla4 )3dd8 29.Wf2 g¡,b7 30.g4 Wc7 3 1 .i.xc5 i.xcS 32.ttlxc5+ g¡,c8 33J�d3 E&xd3 34.ttl xd3 'ilYd6 35.gdl g¡,c7 36.)3d2 'ilYd4 37.Wxd4 exd4 38.g¡,f2 gd8 39.g¡,f3 Un par de jugadas después, las negras se rindieron. Atascado en "c5 ", el peón estaba, eventualmente, perdido.

Geller Smyslov Torneo de Candidatos Zurich/Neuhausen 1 953 Defensa Nimzoindia -

l.d4 ttl f6 2.c4 e6 3.ttlc3 J.b4 4.e3 eS S ..id3 0-0 6.a3 ixc3+ 7.bxc3 ttl c6 8.ttle2 b6 9.0-0 .ia6

•.

23 J.ti Esto pierde sin lucha. Al analizar esta po­ sición, me atraía esta variante: 23 . . . gxh4 24.Wxh4 g¡,g8 (o bien 24 . . . if7 25 .Wh8+ ig8 .••

1 06

La Variante Samisch de la Defensa Nim­ zoindia se caracteriza por el temprano cambio en "c3 " con peones doblados en la columna " " e . Tan pronto como queden bloqueados, las negras se disponen a presionar sobre ellos. 10.e4 ttle8 Antes de proceder con el plan preconce­ bido, las negras deben asegurarse de que pue­ den neutralizar la acción blanca en el flanco de rey. Ahora, l l .f4 se contestaría con l l . . . f5 . Sin embargo, parece una continuación más

COMPRENDER EL JUEGO DE PEONES EN AJEDREZ

lógica que la elegida por Geller. l l .�a4?! �c8! Una buena solución defensiva. l2.dxc5 se castigaría ahora con 12 . . . lLle5. Al mismo tiem­ po, aumenta la presión sobre "c4" . 12.J.e3 d6 13J�adl l0 a5 14.dxc5 dxcS

terial, han perdido la coordinación de sus pie­ zas. Por si eso fuera poco, las negras utilizan ahora la clavada sobre la diagonal "a6-fl" para incorporar refuerzos a la batalla.

28 l0 d5 29.J.d2 l0 xf4 30.J.xf4 gxf4 3 1 .gxf4 �gS 32.g3 c,!lh7 33.c,!Jf2 �d8 34.�h5 gg7 35.�e2 gd7 36.�b5 �gS 37.�e8 �e7 38.�xe7+ :Sxe7 39.J.a2 :Sd7 40.c,!le2 J.b7 .•.

Enfrentadas a una difícil elección, las blan­ cas han decidido asumir un par de peones do­ blados y aislados, cuyo futuro es dudoso. La lección de nuestra partida siguiente es que una posición bloqueada tiene otros inconvenientes para el jugador con peones doblados, pero, en general, es una mejor opción que permitir que los peones queden aislados. Por tiempo inde­ finido, las blancas se ven liberadas de la pre­ sión sobre el peón de "c4", pero es una solu­ ción temporal, que antes o después será puesta en tela de juicio. 15.e5 �c6 16.�c2 f5 1 7.�a2? Esto es demasiado pasivo. Las blancas de­ bían haber buscado sus opciones en la conti­ nuación 1 7 .exf6 l0xf6 1 8 .ig5 , aunque es fa­ vorable a las negras 1 8 . . . hc4 1 9 ..ixf6 .ixd3 20J'hd3 :Sxf6 2 I .:Sfd l �e8 17 �a4 18.l0f4 l0c7 19 ..ic2 �e8 La innecesaria 1 9 . . . �xc4 sólo serviría para complicar las cosas. Las negras dej an los peo­ nes abandonados a su suerte, preparándose pa­ ra abrir un nuevo frente en el flanco de rey. 20.J.b3 gS 2t.l0b3 h6 22.f3 �e7 23.l0 f2 :Sad8 24.l0 d3 �g7 25.f4 gd7 26.l0 c l gfd8 27Jhd7 gxd7 28.�e2 Las blancas han tenido que gastar muchos tiempos con su caballo para liberar a la dama, pero en la lucha por mantener el equilibrio ma•.•

Los jugadores estaban ahora apurados de tiempo, y las blancas no consiguen arreglar su situación. Nada puede hacerse respecto a la deficiente formación de peones, en especial el frágil de "c4". 41 ..ibl c,!lgs 42.g4 fxg4 43.:Sxg4+ gg7 44.:Sh4 ggl 45.c,!ld2 c,!lg7 46.J.d3 J.f3 47.gf4 ihS 48.l0 e2 gg2 49.c,!le3 ggs SO.h4 gxeS+ 5t.c,!ld2 l0b3+ 52.c,!ldt ge3 53.c,!lc2 eS 54.:Sf2 e4 Las blancas se rindieron. Es curioso que tres años más tarde, de nue­ vo en el Torneo de Candidatos, los mismos ju-

PEONES DOBLADOS

1 07

gadores volviesen a enfrentarse y Geller otra vez tuviese que recibir la misma dura lección.

Geller Smyslov Torneo de Candidatos Amsterdam 1 956 Defensa Nimzoindia -

l .d4 �f6 2.c4 e6 3.�c3 .ib4 4.a3 J.xc3+ 5.bxc3 c5 6.e3 b6

garantías, porque 1 O . . cxd4 1 l.cxd4 lLl xd4, 1 2.ib2 reportaría a las blancas una fuerte ini­ ciativa. l l.i.e3 El negro evaluó correctamente que tras l l.d5 lLl a5 1 2.'We2, ni con 1 2 . . . 'Wh4 1 3 .0-0 lLl d6 1 4.e5 lLl dxc4 1 5 .lLle4, ni con 12 . . . tLld6 1 3 .e5 l:!e8 1 4.exd6 exd5 1 5 .ie3 d4 1 6.'Wh5 su posición sería satisfactoria. Así que se disponen a hacer 12 . . . f6, seguido de 13 . . . lLl d6, con mejor juego. ll � a5 12.Yfe2 :Sc8! .

•..

Una reacción lógica: el potencialmente vul­ nerable peón de "c4" es bloqueado, lo que per­ mitirá a las negras presionar más tarde sobre él. Al mismo tiempo, las negras desarrollan su alfil dama de forma natural. 7.� e2 En el gran Torneo de Candidatos de 1 95 3 , Geller n o estuvo afortunado con la Variante Siimisch. Como hemos visto, perdió sin lucha contra Smyslov, y también sufrió una famosa derrota ante Euwe, que siguió así : 7 .id3 ib7 8.f3 lLl c6 9.tLle2 0-0 1 0.0-0 tLla5 l l .e4 tLle8 1 2.lLlg3 cxd4 l 3 .cxd4 :Sc8, y las blancas su­ frieron pérdidas materiales, en fase muy tem­ prana de la partida (a 1 4.Wa4, continuaría 1 4 . . .J.a6), por las que no lograron suficiente compensación. 7 � c6 8.�g3 0-0 La maniobra lLl e2-g3 no es una gran mej ora sobre la partida precedente. Con el inmediato enroque, las negras están preparadas para res­ ponder a e4 con . . . lLle8, con una posición equilibrada. 9.i.d3 .ia6 1 0.e4 � e8 Las negras no podían capturar el peón con ••.

1 08

Un procedimiento típico. Después del blo­ queo, viene la presión. Nótese que después de l 2 . . . lLl d6 1 3 .e5 tLl dxc4 1 4.Wh5 g6 l 5 .Wh6 (con la devastadora amenaza 1 6.lLlh5) 1 5 . . . f5 l 6.J.g5, las blancas tienen un peligroso ata­ que. 13.d5 La presión que las negras están ej erciendo obliga a las blancas a parar las inmediatas amenazas bloqueando el centro. Al principio, los comentaristas creían que las blancas de­ bían haber mantenido la tensión con 1 3 . l:!c l , pero el Gran Maestro Taimanov vio más lejos, y propuso 13 ... tLl d6 1 4.e5 cxd4 15 cxd4 (si 1 5 .J.xd4, entonces sigue 1 5 . . . lLl f5) 15 . . . tLldxc4 1 6.Wh5 g6 1 7 .'Wh6 lLlxe3 1 8.lLlh5 l:!xc l + 1 9 .®d2 tLl fS 20.i.xf5 lLl b3+ 2 1 . ® e3 l:!c3+ 22.®f4 Wh4+, ganando. La elección de Geller anula la tensión, pero su masa central de peones se hace menos móvil y flexible. 13 Vfh4 14.0-0 �d6 15.gadl f5! Un momento instructivo. Smyslov sabe bien que el inmóvil peón de "c4" seguirá sien•••

COMPRENDER EL JUEGO DE PEONES EN AJEDREZ

do tan débil como ahora si no se apresura a capturarlo. Antes de eso, las negras compren­ den que es urgente restringir la actividad de la pareja de alfiles blancos, y desactivar la ini­ ciativa contraria en el flanco de rey. 1 6.dxe6 dxe6 1 7.exf5 exf5 1 8.'\WO .ib7 1 9.'1Wf4 '1Wf6 20 ..ibl lLl e4 2 1.gd7 Después de 2 1 .lt:l xe4 fxe4 22.'1Wxf6 E:xf6 23.E:d7 E:f7 24.E:fd l .ic6, el final sigue carac­ terizándose por el desafortunado par de peo­ nes doblados. 2 1 ...'1Wc6 22Jhb7 O bien 22 .E:e7 lt:lxc3 , etc. 22 ... '1Wxb7 23.lLlxf5 gce8 24.'\Wg4 Wh8 25.lL!g3 lL! xg3 26.hxg3 '!Wf7 27.'1Wh4 h6 28 ..id3 '1Wf6 29.'1Wh5 gds 30..ie2 '1Wf5 3 1 .'1Wh4 '!Wf6 32.'1Wh5 lt:l c6 33.g4 '!Wf7 34.'1Wh4 lL! e7 35.'1Wh3 lL! g6 36.'1Wh2 A 36.g5, las negras contestarían 36 . . . lt:l f4, y a 36.g3 , 36 . . . �g8. 36... lLlf4 37 ..if3 '!Wxc4 Una vez anuladas las amenazas a su rey, ha llegado el momento de capturar el peón. Re­ quirió mucha paciencia y sabiduría práctica saber esperar. 38.g5 gd6 39.gcl gg6 40.gxh6 gxh6 41.'1Wg3 '!We4 ! !

Wh7 46.ie4+ g6 47.g4 gxa3 48.ge6 gxc3 49.Wg2 b5 50.0 b4 51 .g5 gh4 52 .ixg6+ d4 55.'it>b3 :axg3 56.:ad7+ 'it>e4 57.:ab7 'it>d4 58.:axb5 :agt 59.:ab8 :abt+ 60.'it>a4 gal+ 6l .'it>b5 S:bl+ 62.'it>c6 :agt 63.B:d8+ 'it>c4 64,ge8 'it>b4 65.'it>d5 B:dl+ 66.'it>e6 gel+ 67.'it>f7 :!:Ut+ 68.'it>g6 gn 69.h5 gxc2 70.h6 gh2 71 .h7 c2 72.gc8 'it>b3 73.'it>g7 Las negras se rindieron.

�iz.

Karpov - Hort Budapest 1973 Defensa Francesa

l.e4 e6 2.d4 d5 3.ttld2 tLl f6 4.e5 tLl fd7 5.c3 c5 6.i.d3 ttlc6 7.ttle2 Wfb6 8.ttlf3 cxd4 9.cxd4 f6 10.exf6 ttlxf6 1 1 .0-0 .id6

Ejerciendo una fuerte presión sobre el peón "d4" y la cuña de "eS", las negras han roto la cadena de peones blancos, con lo que han lo­ grado más espacio, permitiéndoles finalizar el desarrollo, movilizando sus piezas menores por sus posiciones naturales. El precio a pagar ha sido el peón retrasado de "e6", en la unidad central. Durante mucho tiempo estará bien protegido, lo mismo que la casilla delantera, potencialmente débil. 12.ttlc3 En la década de los cincuenta y comienzos de los sesenta, se tenía la fuerte impresión de que 12..if4 creaba serios problemas a las negras, puesto que es natural debilitar el con­ trol de la casilla "eS", y después de 12 . . . hf4 (12 . . . Wfc7 falla, por la tranquila 13 . .ig3) 13. t2Jxf4, 0-0 14. Wfd2, y las blancas están lis-

tas para aumentar la presión sobre el peón que se encuentra en "e6" . Sin embargo, 13 . . . Wfxb2 14. l'!e l 0-0 dej a a las blancas sin otra cosa que la igualdad. 12 ... 0-0 13.i.e3 Muy a menudo no puede explotarse de in­ mediato una debilidad de peón. En tales casos, los jugadores expertos saben que la paciencia es su mejor aliado, teniendo presente que las debilidades de peones son de naturaleza per­ manente. El firme centro hace posible ganar espacio en el flanco de dama con a3, seguido de b4 o t2Ja4, o incluso explotar la posición de la dama negra en "b6" para actuar en el centro, con tLleS. La textual, desarrollando la última pieza blanca, se basa en la línea táctica 13 ...Wfxb2 14. t2JbS ie7 IS. l'!bl Wfxa2 16. l'!a l Wfb2 17. l'!a4, cazando la dama. 13 ...Wfd8?! Se considera más flexible 13 ... .id7, en cu­ yo caso, si 14.tLleS, entonces sigue 14 ....ixeS IS.dxeS Wfxb2. 14.i.g5 i.d7 1 5.S:el Wlb8 16.i.h4 Las blancas se disponen a jugar .ig3, que es la clave de la maniobra de alfil. El cambio de alfiles de casillas negras reforzará el con­ trol de las blancas de la casilla "eS" , lo que acentuará la debilidad del peón de "e6" . 16... a6 1 7.:act b5?! Para impedir t2Ja4 y ganar espacio en el flanco de dama, pero también representa un debilitamiento sustancial de la columna "e". 18.i.bl i.f4 1 9.ig3 i.xg3 20.hxg3

PEONES RETRASADOS

125

Está claro ahora que las blancas han logra­ do sus objetivos. Ej ercen una evidente presión en las columnas "e" y "e", ventaja espacial y mayor libertad de maniobra. 20 ...'mJ6 21.ltle2 Después de la jugada 18 de las blancas, parece lógico 2 1. 1M'd3, seguido de 22. lt.Je5 . Pero la textual también es buena. lt.Jf4 y quizá lt.Jd3 también son ideas tentadoras. 2 1 ..J�� ae8 22.ltlf4 ltlxd4 Hort comprende que esperar pasivamente, en una posición con debilidades en las casillas centrales "c5 " y "e5 ", sólo puede empeorar su situación, y decide buscar sus opciones en un contrajuego táctico. 23.1M'xd4 Karpov señaló después de la partida que 23. 4Jxd4 e5 24. 4Jxd5 1M'xd4 (o bien 24 . . . 4Jxd5 25. 4Jf3) 25. lt.Jxf6+ E:xf6 26. 1M'xd4 exd4 27. E:xe8+ i.xe8 28. E: c8 f8 1 9.i.f5 We8 20.i.xe6 l&xe6 2 I .'Wg4 '!&h6 22 . ltJ f5 l&e6 23 .lüfe3 , desembocó en una re­ petición de jugadas .

16 e4 .•.

··�

En los últimos años se ha vuelto popular 1 6 . . . �a7, pero expone a las negras al avance 1 7 .a4 ( 1 7 .'Wh5 les crea menores dificultades a las negras, que responden tranquilamente 1 7 . . . �af7 1 8 . f4 lü e7). La partida Zelcic Sennek, Belisce 1 999, continuó con 1 7 . . . lüe7 1 8. lüxe7+ �xe7 1 9.axb5 axb5 20.�a6 d5 2 l .�xe6 �xe6 22 .lü xf5, con iniciativa de las blancas. 1 7 . . . b4, ofreciendo un peón para ase­ gurar un cómodo puesto en "d4", produce me­ j or impresión.

1 7.�f4 .tt7 18..ic2 .tes 19.�fd5

Fianchettado, e l alfil de casillas blancas re­ fuerza el control del punto fuerte "d5 ", pero por "d3 " queda bien situado contra el rey ne­ gro, y también para luchar contra el juego que las negras puedan emprender en el flanco de rey. Además, desde "d3 " una corta maniobra puede llevar el alfil a "b3 ", que suele resultar otro lugar privilegiado.

15 (5 16.0-0 •..

A l 6 .'Wh5 , las negras respondieron (en la partida Adams - Beliavsky, Campeonato de Europa por equipos, Debrecen 1 992) 1 6 . . . e4 1 7 .i.c2 fij e? 1 8 .ib3 fij xd5 1 9 .fijxd5 a5 , im­ pidiendo las tentativas contrarias de llegar a algún final favorable. En conexión con el peón "d" retrasado, pa­ rece más significativo 1 6.i.c2 . En principio, las negras deberían generar contrajuego con sus piezas para compensar su potencial debi­ lidad, pero siempre teniendo presente que "d6" constituye un punto sensible. Después de 1 6 . . . i.h6 1 7 . 0-0 �a7 1 8 .f4 Wh4 1 9.g3 �g7, el optimista juego de las negras en la partida Topalov - Illescas, Linares 1 995, fue casti­ gado con un brillante golpe táctico: 20. fijc7 ! , y después de 2 0 . . . exf4 2 I . fij g2 Wh3 22.�xf4 ixf4 23 . lü xf4 �xg3+ 24.'it>h 1 , las blancas lo­ graron imponerse. Esta idea dio resultado por­ que el peón de "d6" quedó indefenso. La par­ tida Wang Pin - B. Lalic, Linares 1 998, siguió

138

Al centralizar el alfil en "e5 " , las negras se han liberado momentáneamente de posibles presiones sobre el peón retrasado, pero su for­ mación central sigue estando expuesta a la ju­ gada de minado f3 .

1 9 Wg5 20.f4 exf3 21 .'Wxf3 .••

En la partida Topalov - Van Wely, Wijk Zee 1 999, las blancas trataron de mejorar con 2 l .�xf3 i.h5 22 .lüc7, pero 22 . . . i.f4 (22 . . . �ac8 también es satisfactorio) mantuvo el juego equilibrado. aan

2 1 .. ..ih5 22.'i'f2 ? !

Con esta pasiva jugada las blancas s e crean algunas dificultades. Después de 22.'Wh3 f4 23 .'Wd7 (tras 23 . lü c7 fxe3 24 .lü xa8 �xfl + 25.�xfl e2, el peón pasado es poderoso) 23 . . . �a7, el juego está igualado.

22 (4 23.h4 ..•

COMPRENDER EL JUEGO DE PEONES EN AJEDREZ

23 . ctJ c7 falla, por 23 .. J'�ac8 24. ctJ e6 Wfh6 25 .ctJxf8 fxe3 .

23 Wfd8 24.lOfS i.g6 2S.l0d4 l0xd4 26.cxd4 i.xc2 27.dxeS dxeS 28.Wfcs gn .•.

Tablas. Las negras están ahora mejor. La lección es clara: los peones retrasados sucumben fácilmente en posiciones pasivas, pero se mantienen vivos y saludables cuando están rodeados de piezas activas, que les per­ miten ocultar su debilidad posicional. El peón retrasado que se produce normalmente en las variantes Naj dorf y Scheveningen de la Sici­ liana, comparte esa naturaleza dual. Es frágil y firme a la vez. Cuál de sus naturalezas preva­ lecerá, dependerá de la actividad general de las piezas negras, como atestiguan las siguien­ tes partidas.

1\f . q�

K.arpov - Polugaievsky

Match de Candidatos W partida) Moscú 1 974 Defensa Siciliana

l.e4 eS 2.l0f3 d6 3.d4 cxd4 4.l0 xd4 l0 f6 S.l0c3 a6 6 .ie2 eS •

7.l0b3 .ie7 8.0-0 i.e6 9.f4 Wfc7 10.a4 Con esta jugada y la anterior, las blancas tratan de comprimir a su oponente.

lO ... lObd7 l l .�hl 0-0 12�e3 exf4 13.gxf4 lO eS

Al buscar más espacio para respirar, las ne­ gras han creado un puesto ideal para su caba­ llo en "eS " . Sin embargo, al así hacerlo, tam­ bién ceden la importante casilla central "d4" a las piezas blancas.

14.aS

Las blancas ganan espacio. La casilla "b6" quedará disponible para el alfil de casillas ne­ gras y la torre dama podrá entrar en juego por la cuarta fila.

14.. ,gfe8

En la sexta partida del mismo match, Polu­ gaievsky cubrió la debilidad de "b6" con 1 4 . . . ctJ fd7, pero afloj ó el control de la casilla "d5 " . Después de 1 5 .gfl i.f6 1 6 .ctJd5 ix.d5 1 7 .Wfxd5 Wfxc2 1 8 . ctJ d4 Wfxb2 1 9.gab l Wfc3 20.ctJf5 , las blancas lograron excelente com­ pensación por el material sacrificado, en for­ ma de juego activo e iniciativa.

1S.ib6 V9d7 16J�a4 Opocensky, un maestro checo de la vieja generación, solía j ugar esta línea y, años atrás, así se la llamaba. Más tarde se hizo popular en las partidas del GM Miguel Naj dorf. Al jugar 6 . . . e5, las negras debilitan la casilla "d5" y se autocrean un peón retrasado en "d6", pero ga­ nan espacio en el centro, expulsan al caballo centralizado y podrán emplear sus piezas me­ nores para cubrir la potencial debilidad de "d5 " .

La ventaj a blanca radica en su control de espacio, lo que permite mayores posibilidades de maniobrar. La torre jugará a "d4" para acentuar la presión sobre la columna semia­ bierta.

16... gac8

Al considerar los problemas comentados en las tres notas siguientes, Botvinnik pensaba que lo correcto era 1 6 . . . ctJ c6, para impedir gd4.

1 7Jl:d4 �c6?

enfrentarse, en cambio, a una mayoría móvil .

Al efectuar la jugada anterior, Polugaievs­ ky tenía in mente 1 7 .. .:1hc3 , pero abandonó la idea con reticencia, al considerar las conse­ cuencias de 1 8 .bxc3 '1Wc6 1 9 .'\We l .

23 ... tilf6

18J'l:d2! Esta maniobra de torre está bien j ustificada. Las blancas acentúan la presión y amenazan ttJ d4, comprimiendo aún más a las negras. Con el peón de "c2" defendido, también era posible ttJ d5 .

1 8...i.xb3

Polugaievsky criticó esta jugada y propuso, como mejor, la alternativa 23 . . . 2':\ccS, pero de todos modos podría seguir 24.b5 con fuerza.

24.bS :gce6 2S.bxa6 bxa6 26.g3 .igS 27.h4 .ih6 28.i.b6 El peón de "a6" es el obj etivo natural .

28... til ed7 29.i.c4 !:!:eS

Si 29 . . . 2':\6e7 , entonces 30 . .if2. 30.�b3 :gb8 3 t..ixf7+ 'it>h8 32.Wc4 Una solución efectiva.

Mover 1 8 . . . i.c4 1 9 . ttJ d4 Wd7 20.ttJ f5 i.xe2 2 1 .2'fxe2 debilitaría de forma definitiva la casilla "d5 " y también, por supuesto, el peón retrasado. Con sus posibilidades de juego activo que no resultan, las negras deciden que deben eli­ minar el caballo de "b3 ", lo que significa el debilitamiento de la casilla "d5" y ceder a su oponente una peligrosa mayoría de peones en el flanco de dama.

32 ....id2 32 . . . ttJ xb6 3 3 . axb6 2':\e7 pierde, por 34.e5 2':\xe5 3 5 .b7.

33 ..ic7 gcs 34.�xcS tilxcS 3S ..ixb8 .ixc3 36.bxc3 til fxe4 37.c4 til d7 38 ..ic7 g6 39.i.e6 til ecS 40 ..ixd7 tilxd7 41..id6 Las negras se rindieron. El peón de "c5" tiene un alto precio.

Tal - Vogt

1 9.cxb3 til fd7 20.i.gl i.gS?! Esperando l a implacable b4-b5, las negras deciden actuar, pero el cambio de la dama por las dos torres no les reportará mucho alivio, porque la misma amenaza persiste en la posi­ ción.

21 .!l:xd6 i.xf4 22.:gxc6 !l:xc6 23.b4!

Tallinn 1 98 1 Defensa Siciliana

l.e4 eS 2.tilf3 e6 3.d4 cxd4 4.tilxd4 tilf6 s.tilc3 d6 6..ie2 .ie7 7.0-0 0-0 8.f4 til c6 9 ..ie3 eS Está en la naturaleza del "pequeño centro" (como el que las negras tienen aquí) buscar libertad para golpes repentinos en el centro. Las negras confían en los avances . . . d5 o . . . e5 .

10.tilb3

La mayoría de peones puede convertirse en un peón pasado, apoyado por los alfiles. Esa amenaza no puede pararse de forma satisfac­ toria. Nótese la típica transformación de las ventaj as. No hay peón retrasado en la columna "d", ni tampoco presión, pero las negras deben

1 40

Habiendo explorado otras continuaciones, las blancas optan por esta tranquila retirada.

COMPRENDER EL JUEGO DE PEONES EN AJEDREZ

1 0 .4Jf5 no consigue gran cosa, después de I O . . . hf5 l l .exf5 exf4 1 2 J'�xf4 d5 1 3 . � h l !! e 8 1 4 . .ig l .id6 1 5 .!!f3 .ie5 . Tampoco se consigue mucho con I O.fxe5 dxe5 I I . 4J f5 hf5 1 2 .!!xf5 g6 1 3 .!!fl 4J d4.

10... exf4 1 Uhf4 Las negras aceptan el peón retrasado a cambio de un puesto atractivo para su caballo. La debilidad de la casilla "d5 " se protegerá con . . . .ie6. Después de I I . .ixf4 .ie6, las negras están listas para liberar su juego con . . . d5, que ej ecutaron con éxito tras 1 2 . �h l : 12 ... d5 1 3 .e5 4J e4 14 . .id3 f5 1 5 .exf6 hf6 1 6. 4J xe4 dxe4, y ahora 1 7 . .ixe4 Wxd l 1 8 .!!axd l .ixb2, o bien 1 7 . 4J c5 exd3 1 8 . 4Jxe6 dxc2 1 9 .Wxc2 4J d4, etc. La jugada liberadora . . . d5 puede pa­ rarse con 1 2 . .if3 , pero 1 2 . . . .ic4, seguido de 1 3 . . . 4Je5, no es atractivo para las blancas.

1 6 Wh4? .•.

En opinión de Tal, un error importante. Lo correcto es 1 6 . . . Wg5 , pues 1 7 .!!ad l g6 cubre la casilla "f5 " , y la siguiente 1 8 . . . !!ad8 resol­ vería de forma directa la defensa del peón "d6 " .

1 7.c!Llf5 .ixf5

Quizá 1 7 . . . Wxe4 1 8 . c!Ll xd6 Wb4 ofrezca mej ores posibilidades que la triste posición a que conduce la jugada del texto.

1 8.exf5 Wf6 1 9.E:adl gad8 20.c4

l l ....ie6 1 2.Wel

La salida de la dama a "h4" ha terminado mal. El peón de "d6" ha sido bloqueado, convirtiéndose en una permanente debilidad, y la casilla "d5 " está controlada por las blancas .

20 .IUe8 2 U U'2 h6 22.Wf4 Wg5 23.g3 f6 24.h4! Wxf4 25.gxf4 c!Ll f7 26 .it3 •.

.

Esperando . . . d5, las blancas evacuan "d i " para la torre. 1 2. 4J d5 también lo impediría, pero entonces, después de 1 2 . . . .ixd5 1 3 .exd5 4J e5 , el formidable caballo dominaría la es­ cena. Lo mismo sucede después de 1 2. 4J d4 4J xd4 1 3 . .ixd4 4J d7, y de nuevo el caballo negro sería el zar del centro.

12 c!Ll d7 13J' Ul c!Ll de5 14.c!Lld5 .••

A 1 4.!!d l , M. Tal demostró que 14 . . . 4J c4 1 5 . .ic l .ih4 1 6 .g3 .if6 daba a las negras un excelente juego de piezas, haciendo improba­ ble que la debilidad de " d6" se haga sentir.

14 .ig5 1 5.Wd2 .ixe3+ 16.c!Llxe3

La idea de cambiar damas y, sobre todo, la debilidad de las casillas blancas creada por 23 . . . f6, les darán a las blancas un final ven­ taj oso con torres y piezas menores. Una posi­ ción con tantas casillas blancas débiles por atacar es el paraíso para el alfil de " f3 " . El peón de "d6" ha quedado debilitado, mientras que hasta los peones "f' doblados jugarán un papel.

26...E:e3 27.�g2 �f8 A 27 ... 4J b4, las blancas planeaban 28J'�fd2 4Jxa2 29.4Ja5 .

28J!fd2 gde8 29.�f2 h5 30.c5! Las piezas activas siempre ofrecen alguna solución decisiva.

30 d5

•..

.•.

Ahora las blancas no pueden permitir la ju­ gada . . . .ixd5 .

Las negras realizan un sacrificio de peón, pero 30 . . . dxc5 también es desesperado.

PEONES RETRASADOS

14 1

3 1 J:bd5 � e7 32.g.,xe3 � xd5+ 33.g.,f2 � xf4 34J!d4 �h3+ 35.®g2 ge3 36.J.xb7 � h6 37.c6 Las negras se rindieron. En esta partida y en la anterior hemos visto a las blancas asediando el peón "d" retrasado y, tras la acumulación de pequeños errores y el hábil cambio de piezas, obtener impercep­ tibles ventaj as que conduj eron finalmente a la victoria. Al incluir estas partidas quería mos­ trar qué pequeñas diferencias pueden separar una eficiente defensa del peón retrasado de un fmal perdido. Sin embargo, en la mayoría de los casos, el peón retrasado de la Siciliana Scheveningen y de la Naj dorf constituye un hueso muy dificil de roer.

Spassky - Kavalek Match (58 partida) Solingen 1 977 Defensa Siciliana

l.e4 c5 2.�t3 d6 3.d4 cxd4 4.� xd4 � f6 5.� c3 e6 6.i.e2 i.e7 7.0-0 0-0 8.f4 a6 9.i.e3 V!Jc7 l O.V!Jet �c6 l l.a4 Uno de los innumerables órdenes de juga­ das de la Scheveningen. Una vez impedida la expansión de las negras en el flanco de dama, las blancas se disponen a llevar su dama al ala de rey. Desde " g3 " supervisará el centro y apoyará las acciones contra el rey enemigo.

En una versión algo diferente de lo que vi­ mos en la partida Tal - Vogt, las negras de nuevo entran en una posición caracterizada por un peón retrasado. Proyectan utilizar su alfil de casillas blancas para cubrir el punto "d5 " y llevar el caballo a "e5 " . Son maniobras rutinarias de la Scheveningen, que se ej ecuta­ rán gradualmente después de la respuesta blanca.

14.gxf4

Las blancas pueden crear mayores dificul­ tades con 1 4.hf4 ie6 ( 1 4 . . . V!Jb6+ 1 5 .cj;jlh 1 V!Jxb2 no puede recomendarse, debido a 1 6.V!Jg3) 1 5 .V!Jg3 tt:ld7 1 6.ih6 . En la partida Solozhenkin - Hj artarson, Linares 1 995, las negras se defendieron de la mejor manera posible: 1 6 . . . V!Jc5+ 1 7.g.,h 1 '!We5 1 8 .i.f4 '!Wc5 1 9 .tt:ld5 hd5 20.exd5 (o bien 20.ih6 Wd4) 20 . . . tt:l e5 (sacrificando un peón, las negras activan sus fuerzas, bloquean al peón pasado y se apoderan de la iniciativa) 2 l .ixe5 dxe5 22.Wxe5 i.d6 23 .Wf5 �ae8 24 . .id3 g6 25 .Wf3 �e3 26.Wf2 '!Wd4, con buen j uego para las negras. Es instructivo ver diversas formas de defensa con un peón retrasado en "d6", in­ cluido su sacrificio.

14 i.e6 1 5.Wg3 � d7 1 6J��afl � e5 1 7JU5 •.•

l l...� xd4 12.i.xd4 e5 13.i.e3 La clavada, con 1 3 .fxe5 dxe5 1 4.V!Jg3 , se contesta fríamente con 14 . . . �e8 1 5 .g.,h 1 i.d8 .

13 exf4 •••

Enfrentándose a una dura defensa que no ofrece un resquicio evidente, las blancas tras­ ladan su torre a la columna "h". En el mo­ mento la idea es posible porque 1 7 . . . hf5 se castigaría con 1 8 . tt:l d5 Wd8 1 9. exf5 , pero con­ tra las sólidas fortificaciones de las negras pa­ rece un tanto extraña.

17 :Sfe8 18.gh5 g6 1 9.g.,h l i.f8 20.i.h6 •..

142

COMPRENDER EL JUEGO DE PEONES EN AJEDREZ

20 ... .ixh6 2 1 .)3xh6 Vf!e7 22.)3h4 V!!f8 23.)3hf4 La torre pródiga regresa a la columna "f' . 23 .. J�ac8 24J!dl :ac6 25.Vf!e3 :aec8 26.:adfl Vf!d8 27.h3 V!!b 6 28.Vf!cl A juzgar por la inútil maniobra de las torres blancas, es evidente que la iniciativa ha pasa­ do a manos de las negras. El caballo centrali­ zado es fuerte, y su sola posición en el tablero aborta cualquier tipo de acción enemiga, mientras que la presión sobre la columna "e" paraliza el flanco de dama blanco. No hay que decir que en una situación así, el peón retrasa­ do, en su tranquilo papel de apoyo, goza de buena salud.

Después de 35 . . . g7, las blancas fuerzan el mate con 36.Vf!f4 .

36.gxh3 V!!xe4+ 37.@h2 Vf!c2+ 38.@gl Las negras se rindieron. Los apuros de tiempo estropearon esta par­ tida. Las negras emplearon un motivo rutina­ rio de la Scheveningen, con el que obtuvieron un peón retrasado que prestó un excelente apoyo a un caballo centralizado, y debían ha­ ber triunfado por méritos propios.

� · 16

28 ... )3xc3?! Conscientes d e s u superioridad, las negras deciden que pueden sacrificar calidad. Sin duda que pueden, pero no había necesidad de apresurarse. 28 . . . Vf!a5 , por ejemplo, daría paso a otras opciones. Cuando el oponente cae en una posición pasiva, nuestras amenazas son más dificiles de contrarrestar.

Robatsch - Fischer Memorial Capablanca La Habana 1 965 Defensa Siciliana

l.e4 eS 2.ll:\t3 d6 3.d4 cxd4 4.ll:\xd4 lLif6 s.ll:\ c3 a6 6 ..ic4 e6

29.bxc3 :axc3 30.Vf!d2 Vf!c5 3 1..id3 V!!d4 32.)3f6 lLixd3

7.a3

33.�xe6! Las torres blancas han encontrado final­ mente un papel productivo. La posición un tanto expuesta del rey negro ayuda a las blan­ cas. En cambio, 3 3 .cxd3 )3xd3 34.Vf!f4 habría fallado, por 34 . . . É!.d l .

33 ... fxe6 34.cxd3 É!.xd3?? Confundidas por el repentino cambio de los acontecimientos, las negras se suicidan. De­ bían jugar 34 . . . Vf!g7 .

35.Vf!g5 E!xh3+

En el Ataque Sozin, el alfil de rey blanco se desarrolla por " c4", a pesar de la firme for­ mación central de las negras. Sin embargo, su agresiva postura está relacionada con el avan­ ce f4-f5 , que pretende forzar . . . e5 y abrir así una puerta ("d5 ") en el muro de peones. 7 . a3 prepara el plan de las blancas, al impedir . . . b5b4, que reduciría la presión de las blancas sobre el centro. Lamentablemente, en la tensa posición que se produce, cada tiempo tiene su peso específico. Por consiguiente, las blancas tratan de prescindir de a3 , y en la década de los sesenta se investigó 7 . .ib3 b5 8.f4 .ib7 (8 . . . b4 9 . ll:\ a4 ll:\xe4 1 0.0-0 pone de relieve un serio retraso en desarrollo de las negras) 9.6 e5 1 O.ll:\de2, que consigue debilitar la casilla

"d5 " , pues ya no está protegida por el peón. Si las blancas pudieran establecer un dominio duradero en "d5 " , entonces el peón retrasado "d6" también quedaría débil, así como los peones del flanco de dama. En teoría está bien planeado, pero en la práctica no resulta, por­ que las piezas pueden asumir el control de la casilla "d5 " . Tras 1 0 . . . ll:lbd7 l l ..ig5 .ie7 1 2. ll:l g3 l:!c8, 1 3 .0-0 se refutó en la partida R. Byrne - Fischer, Interzonal de Sousse 1 967, con la excelente 13 ... h5 1 4.h4 b4, y la contra­ presión negra resultó irresistible. Más tarde, 1 3 . .ixf6 lLl xf6 1 4."%Vd3 'Wc7 1 5 .0-0-0 0-0 no puso en peligro a las negras, pues ejercían un control suficiente de la casilla "d5 " . En el mo­ mento crítico, siempre existe . . . b4, desbaratan­ do el plan concebido, así que es fácil entender por qué las blancas ensayaron 7.a3 .

15 .ixb6 'Wxb6+ 16.bl •

A primera vista, parece que las blancas han preservado su influencia sobre la casilla crí­ tica "d5 " . Sin embargo . . .

16...'We3 ! Esta jugada resulta tanto más sorprendente cuanto que las blancas podrían responder con 1 7 .l:!f3 , trasladando la torre a "d3 " para reforzar su dominio de "d4 " . Sin embargo, tras 1 7 . . . "%Vg5 , las blancas tienen que contar con . . . l:!xc3 o . . . l:!c5, doblando torres en la co­ lumna " e" . No obstante, esto sería coherente con el juego anterior de las blancas, lo que no puede decirse de la continuación que ahora eligen.

17.c!Zl d5? ! .ixd5 18 ..ixd5 .id8!

7 .i.e7 8.0-0 0-0 9..ia2 b 5 10.f4 .ib7 l l.f5 eS 12.c!Zlde2 c!Zlbd7 •.

El peón de " e4" está seguro. Mover 1 2 . . . ll:l xe4 1 3 . lLl xe4 .ixe4 1 4. ll:l g3 i.b7 1 5 . f6 i.xf6 1 6. c!Zlh5 da a las blancas un fuerte ataque.

13.c!Zlg3 �c8 14.i.e3 Si las blancas se dej asen llevar por la idea de reducir la influencia de las negras sobre el centro, a base de cambios, con 1 4.ll:lh5, que­ darían atascadas en la columna "e", después de 1 4 . . . lLl xh5 1 5 .'Wxh5 l:!xc3 1 6 .bxc3 lLl f6, con excelente compensación.

14 c!Zlb6

Dado que puede contestarse a 1 9 .ib7 con 1 9 . . . l:!b8, las negras aprovechan la ocasión para activar su alfil en la diagonal " g 1 -a7 " . Su plan no puede entorpecerse con 1 9 .l:!f3 YMh6 20 . .ib3 , debido a 20 . . . lLlg4 2 l .h3 ib6.

•••

19.a4 i.b6 20.axb5 Si 20 .ib7, entonces sigue 20 . . . l:!c4, y 20. l:!a3 'Wg5 añade la amenaza 2 1 . . .lLl g4.

20 axb5 2 U�a6 b4 22.c!Zlh5 •..

Nótese que 22.l:!f3 falla, por 22 ... lLlg4, que subraya la fuerza del alfil de "b6". La tentativa de atacar al rey negro tampoco resulta. La posición blanca está ya comprometida.

22 c!Zlxd5 23."%Vg4 g6 24.exd5 gxc2 25.fxg6 hxg6 26.c!Zl f6+ g7 27.c!Zl h5+ h6 28.c!Zlf6 �f2 29.gaal �a8 30.'Wxb4 g7 31.'Wxd6 'We2 32.c!Zl e8+ �xe8 33JUel 'Wg4 .••

Una vez cubierta de nuevo la casilla "d5 " , las negras s e disponen a j ugar 1 5 . . . ll:l c4, en­ cerrando al alfil de "a2", lo que fuerza los acontecimientos.

144

Las blancas se rindieron.

COMPRENDER EL JUEGO DE PEONES EN AJEDREZ

Sax

-

l.

Sokolov

Lugano 1 987 Defensa Siciliana

1.e4 eS 2.�f3 e6 3.d4 exd4 4.� xd4 � f6 5.� e3 d6 6.i.e3 � e6 7.f4 eS

Otra jugada tranquila, que da resultado porque 1 7 .ii.xc6 falla, por 1 7 . . . llJ c4. El equipo de caballos negros realiza un trabaj o de pri­ mera clase, controlando todas las casillas im­ portantes en el sector central del tablero.

17.J.e2 .tf8 18.i.g5 '1Wa5 1 9.'\WxaS � xa5 20.b3 � ae6 21 ..te1 � d7

El caballo se traslada a "c5" para presionar sobre el peón blanco de "e4 " . Al mismo tiem­ po, el peón "d6" se sentirá mejor, y toda la posición resultará perfectamente cómoda.

22.�f4 � es 23.Ad3 � b4 24J!he1

Las negras actúan en el centro, en fase muy temprana, a fin de obstaculizar el plan 8.'1Wf3 , seguido de enroque largo. Ceden una poten­ cial debilidad en la columna "d", confiando en que sus piezas puedan generar un activo con­ trajuego.

8.�f3 8.fxe5 se contesta con 8 ... � g4, y el caballo rey alcanzará su puesto ideal por un atajo.

8 ... � g4 9..id2? !

Las blancas pueden permitirse esta retirada porque a 9 . . . '1Wb6 podrían responder 1 0 .'1We2 '1Wxb2 (de otro modo, 0-0-0, etc.) l l . l'!b l '1Wa3 (o bien I l . . .'IWxc2 1 2 .'1Wb5) 1 2 .llJb5. Sin embargo, 9.'1Wd2 se considera, con jus­ ticia, una mej or opción, a pesar del cambio del alfil de casillas negras. Por ej emplo: 9 . . . llJxe3 1 0 .'1Wxe3 exf4 1 1 .'1Wxf4 fi.e7 1 2.0-0-0 fi.e6 1 3 . llJ d5 ii.xd5 1 4.1'!xd5 , con una ventaj a míni­ ma.

9 ... exf4 10 ..txf4 fi.e7 1 1 .Ylrd2 .te6 12.0-0-0 o-o 13.mb1

El peón "d6" está indirectamente protegido por . . . llJf2 y 1 3 . llJ d5 hd5 1 4. exd5 llJ ce5 no causa problemas.

13 .. J�e8 14.h3 �ge5 1 5.�d5 ges Esta tranquila respuesta es posible porque las blancas no amenazan nada.

1 6.-tbS a6!

Es mejor 24.llJd4. La textual permite a las negras liberar por completo su juego.

24... � exd3 25.exd3 d5 26.�xe6 A 26.e5 sigue 26 . . . llJ c2 27.1'!e2 llJ a3+, con buen juego .

26 .. J3xe6 27.llJd4 :ag6 28.g4 dxe4 29.dxe4 gd6 30 ..tf4 :add8 3 1 .a3? Al j ugar . . . d5 las negras han logrado sus obj etivos, y ahora un fallo, en apuros de tiem­ po, inclina la lucha a su favor. Sigue un rápido final, con errores, en el que las negras acaba­ rán imponiéndose.

3 1 ...fi.e5 32.�f5 � d3 33.1i.d6 1i.xd6 34.:axd3 .txa3 35.:aed1 :axd3 36Jhd3 g6 37.llJe3 I'!e8 38.� d5 ii.e7 39..!:�e3 igs 40.I'!e4 b5 41 J!:d4 :aes 42.:ad1 mg7 43JU1 :ae6 44.:ae1 aS 45.mb2 i!e5 46J'!f1 ih4 47.I'!f3 ge6 48.I'!e3 .tf6+ 49. mbl J.e5 50.I'!e1 a4 51.bxa4 bxa4 52. ma2 ge4 53. ma3 :Sd4 54.h4 ig3 Las blancas se rindieron. En general, los peones retrasados de la Si­ ciliana permanecen sanos y saludables.

PEONES RETRASADOS

1 45

Si analizamos detenidamente esta serie · de partidas, que arroj an luz sobre los peones re­ trasados, aprenderemos que en la mayor parte de los casos resisten. Sin embargo, es raro, aunque no un caso inédito, que los peones re­ trasados puedan jugar un papel activo al avan­ zar, o transformarse en un tipo más activo de peón. Ahora dedicaremos atención a ese tipo de peones.

W �B

ran la dama. La agresiva 1 7 .f4 sólo consigue resultados negativos después de 1 7 . . .éiJ c6 1 8 .Wff2 i.h4 1 9.g3 if6 20.l'=i!d l V!fc7 2 l .�h2 ib7.

17 .if6 18.c!Lle3 .ie6 .••

También es bueno 1 8 . . . l2J c4, pero la del texto, que cubre la débil casilla "d5 " , es más natural.

19.liJdS

A 1 9 . .ib3 seguiría 1 9 . . . l2J c4. Las blancas deciden ganar la pareja de alfiles.

Ivkov - Keres Beverwijk 1 964 Apertura Ruy López

19 .. ..ixdS 20.YfxdS? !

l.e4 eS 2.c!Llt3 c!Lle6 3 ..ibS a6 4 .ia4 c!Llf6 S.0-0 .ie7 6J"!el bS 7 .ib3 0-0 8.e3 d6 9.h3 c!Ll aS 10 .ie2 eS l l .d4 c!Ll d7 12.c!Llbd2 exd4 13.exd4 c!Lle6 14.c!Llfl ?! •





E n años posteriores, las blancas, insatisfe­ chas con el curso de los acontecimientos, die­ ron preferencia a la línea 1 4 . liJb3 a5 1 5 .ie3 a4 1 6. liJ bd2 exd4 1 7 . liJ xd4 liJ xd4 1 8 .ixd4 liJeS 1 9. liJ fl , seguido de liJe3, con mejor con­ trol del centro que en esta partida.

¡ Qué decepcionantes pueden ser las posi­ ciones de ajedrez ! Tomar con la dama parece natural : el peón "d6" sigue estando retrasado y, si las blancas pudiesen trasladar su alfil de "b3 " a "d5 " , o la posición pudiese abrirse de algún modo, entonces los alfiles blancos do­ minarían el tablero. Sin embargo, mirando con más detenimiento, llegamos a la conclusión de que la posición no es favorable a los alfiles blancos y que la humilde 20.exd5 era una me­ jor elección.

20 E!e8 2 t .ib3 liJ e4 22J�e2 �es 23.Yfdl dS! .••

14 ... exd4

Keres descubrió esta idea mientras se preparaba para el Torneo de Candidatos de 1 962, y la idea se hizo popular en los años sesenta. Al cambiar en "d4", las negras asu­ men un peón retrasado en la columna "d", pe­ ro a cambio, su alfil de casillas oscuras logra una diagonal abierta y el caballo un excelente puesto central en "e5 " .

l S.liJ xd4 liJxd4 1 6.Yfxd4 c!Lle s 17.Yfdl Ante la amenaza . . . .ixh3 , las blancas reti-

1 46

La excelente estrategia de las negras ha cul­ minado con este avance, gracias a que el peón retrasado está protegido por sus piezas. Las negras se apoderan de la iniciativa en un mo­ mento en que su rival aún no ha completado su desarrollo. ·

24.exdS B:xdS 2S.Yfel B:d4 26.B:bl Yfd6 27 .ie3 c!Ll xe3 28.B:xe3 g6 29.B:e2 �g7 30.B:dl ges 3 l ,gel gxel 32.Yfxel •

Las blancas han logrado reducir material, y los alfiles de distinto color les conceden algu-

COMPRENDER EL WEGO DE PEONES EN AJEDREZ

nas esperanzas de supervivencia, pero su fmal sigue siendo inferior.

32 ... h5

48 .We3 Wc2+, seguido de 49 . . . ic3 .

45 .. .i.d4 46.We2 Wf5 47.We4 Wxh3+ 48.�e2 Wd7 49.b4 i.c3 50.Wc6 Wd2+ 5t.ci>fl Wel+ 52.�g2 i.d4 Las blancas se rindieron.

N

!

'11

Keres - Flohr Semmering Baden 1 93 7 Defensa Grünfeld

l.d4 �f6 2.c4 g6 3.�f3 i.g7 4.g3 c6 5.i.g2 d5 6.cxd5 �xd5? ! 7.0-0 0-0 8.�c3 �xc3 9.bxc3 c5 10.i.a3 cxd4 l l.�xd4!

32 . . . a5 hubiese creado mayores problemas.

33J!el a5 34J�dl a4 35.i.c2 !bdl+ 36-i.xdl Con poco tiempo, las blancas tratan de mantener la igualdad material, pero omiten la fuerte réplica que sigue a continuación. Era esencial 3 6.Wfxd l .

36 We6 37.Wc2 Wel+ 38.�h2 i.e5+ 39.g3 h4 40.�g2 hxg3 41.i.t3 gxf2 42.Wxfl Wcl 43.b3 •..

Aun presionado por el tiempo, Ivkov en­ cuentra jugadas "únicas" . Lamentablemente, 43 .i.d5 no da resultado, en vista de 43 . . . Wg5+ 44.�hl if6.

43 axb3 44.axb3 Wf4! •.•

Cuando, en la sexta jugada, las negras re­ tomaron de caballo en "d5 " , esa decisión fue a la vez provocadora y arriesgada. La idea empleada por Keres en respuesta es, a primera vista, sorprendente, pero luego, una vez ple­ namente entendida, inspirada. Las blancas es­ tán dispuestas a aceptar algún daño en su es­ tructura de peones (incluido un peón retrasado en "c3"), a fin de obstaculizar el normal desarrollo de las negras. El potente caballo de "d4" será, en buena medida, el responsable de ello. El peón de " c3 " es el soporte del caballo, de modo que contribuye a la actividad general de las piezas menores blancas.

l l Wc7 12.Wb3 i.f6 •••

1 2 . . . ttJ c6 1 3 .ttJxc6 bxc6 1 4.Wa4 es muy desfavorable para las negras, así que, con el fin de preparar . . . ttJ d7, deben invertir un tiem­ po en proteger antes el peón de "e7".

45.�fl

13J!fd l � d7 14.c4

Keres señaló 45 .ig4 Wh2+ 46.fl Wh l + 47. e2 Wfe4+, y después d e 48.�fl ic3 , cae otro peón. Lo mismo sucede en caso de

14 ... �c5 1 5.Wb4 � e6

Evitando la planeada maniobra . . . �b6-c4. Después de 1 5 . . . lt:l a6, las blancas mantie-

nen la presión con 1 6 .Wb5 y oprimen a su oponente con 1 7.c5, pero la textual empeora aún más la posición de las negras.

1 6.r!DbS Y«eS 1 7J�acl !

20.r!D a7! r!D d4 2 1.gxc8+ :!:i:xc8 22.r!D xc8 Y«xe2 23.h4 r!D fS 24.Y«e4 Las negras se rindieron. El peón "retrasado" de "c3 " jugó el papel clave en el profundo plan estratégico de Paul Keres.

N o 1to

Kupreichik - Kasparov

Campeonato de la URS S por equipos Kislovodsk 1 982 Defensa Siciliana

l .e4 eS 2.r!Df3 e6 3.d4 cxd4 4.r!D xd4 r!Dc6 s.r!D c3 d6 6.J.e2 r!Df6 7.J.e3 J.e7 8.f4 0-0 9.Y«d2 eS

Las blancas dej an el peón de "e2" en prise porque son conscientes de la excelente com­ pensación que obtendrían tras la variante 1 7 . . . Y«xe2 1 8 .ltlc3 We5 (o bien 1 8 . . . .ixc3 1 9.Wxc3) 1 9.ltld5, con una fuerte iniciativa y amplia superioridad espacial.

1 7 !M8 18J�dS gxdS •.•

De nuevo, difícilmente puede entrar en con­ sideración 1 8 . . . Wxe2 1 9.ltlc3 .ixc3 20.Wxc3 . Las negras están obligadas a cambiar en "d5 " , lo que mejora al peón blanco.

19.cxdS a6 Aquí es donde las negras vieron su opor­ tunidad: 20.dxe6 Wxb5, o bien 20. ltl c3 lLl d4, con esperanzas. Pero la abierta columna "e" puede ahora utilizarse para romper la resis­ tencia de las negras.

Las blancas acaban de prepararse para en­ rocar largo, pero antes de que puedan hacerlo, las negras atacan en el centro, obligando al caballo a retirarse.

10.r!Df3 1 0. ltl xc6 bxc6 1 1 .0-0-0 no tendría ahora sentido, porque el peón de "c6" cubre la ca­ silla crítica "d5 " , mientras que la semiabierta columna "b" puede emplearse para contraata­ que. l O. lLl f5 .ixf5 l l .exf5 exf4 1 2 . .ixf4 d5 tampoco es atrayente. A l O.lLlb3, las negras juegan primero 1 O . . . a5 , provocando el debi­ litamiento l l .a4, y entonces la rutinaria juga­ da l l . . . .ie6, con ayuda de la parej a de ca­ ballos, cubre los puntos centrales sensibles. Según lo que muevan las blancas, las negras disponen de abundantes opciones, que hacen inocua la presión sobre "d6 " .

1 0 r!D g4 l l .fS? .•.

l l .ltl d5 no satisfacía las ambiciones de las

148

COMPRENDER EL JUEGO DE PEONES EN AJEDREZ

blancas, porque tras l l . . . tDxe3 1 2 .Wxe3 exf4 1 3 .Wxf4 ie6, las cosas se habrían simplifica­ do. Esta es la posición que las blancas buscaban. Aquí tenemos el caso clásico de un peón retrasado y una casilla delantera débil, mientras que la casilla "e6", que normalmente es un puerto franco para el alfil dama negro, en este caso está vedada. Sin embargo, y pese a las apariencias, hay una laguna en el razonamiento de las blancas . . .

l l ... tLl b4! Una réplica brutal. Las negras impiden que el caballo blanco se instale en "d5" y preparan la ruptura liberadora 1 2 . . . d5 , que seguirá en todos los casos.

12.i.d3 Después de 1 2 .0-0-0 es posible 1 2 . . . d5, porque 1 3 .exd5 ixf5 libera al alfil de casillas blancas, y 1 3 .a3 no da resultado, por la línea 1 3 . . . tLlxe3 1 4.Wxe3 d4 1 5 .Wf2 Wc7 . 1 2 .ig l d5 conduce a los mismos resultados .

12 ... d5 13.tLlxd5 Después de 1 3 .exd5 tLl xd3+, las blancas tienen que j ugar 1 4 .cxd3 , pues si 1 4 .Wxd3 ?, 1 4 ... ixf5 es fatal.

13 ... tiJxd5 14.exd5 e4!

Ahora vemos las consecuencias finales del vehemente contraataque negro . El rey blanco ha estado demasiado tiempo en el centro, y ahora las blancas tendrán que pagar un alto precio material para poder enrocar.

15.i.xe4 :aes La oculta jugada decisiva.

16.0-0-0

1 6 .0-0 pierde, por 1 6 . . . id6 1 7 .h3 tDxe3 1 8 .Wxe3 ixf5 1 9. tiJ d2 We7, mientras que el enroque largo, como veremos, falla por 16 . . . if6 . 1 6.h3 sería una solución, de no ser por 1 6 . . . ih4+.

16...if6 1 7.ig5

.

Después de 1 7 .Wd3 tLlxe3 1 8 .Wxe3 ixf5 1 9 .tiJd2 ig5 , el rey blanco de nuevo está en mal sitio. La del texto, por supuesto, equivale a rendirse.

17 .. Jhe4 18.b3 liJeS 19 .bf6 Wxf6 20.c�he5 'e;Yxe5 21.g4 id7 22.:abel ges 23.:Sxe4 Bxe4 24.Wa5 We3+ 25.'if? b l Wxb3 26.Wxa7 Bxg.t 27.:act ixf5 28.Wxb7 h5 29.b3 Wd4 30.a4 •

30 ...Wc3 Las blancas se rindieron. Hay que desconfiar de la apariencia �-.;a de los peones retrasados. Si pueden a,- anz;r :· su avance está respaldado por piezas. en g-eoe­ ral representan un serio peligro. Que el � sea raro, no hace sino justificar la ad\·ertea"i.L

PEONES RETRASADOS

Observaciones generales Hemos analizado una serie de partidas ilustrativas que arrojan luz sobre los peones retrasados. Ahora, espero, podemos ver obj etivamente sus notorios inconvenientes, así como sus virtudes. Los problemas que los peones retrasados causan se deben, en general, a varios factores. En primer lugar, su posición en el tablero. Los encontramos en la segunda o tercera filas. Al margen de algunos casos excepcionales, quedan atascados y expuestos entonces a todo tipo de presiones. A menudo son presionados sobre la columna por las piezas mayores enemigas, a veces con el apoyo de las piezas menores. Su mismo lugar en el tablero indica que el atacante domina mayor espacio y dispone de mayor libertad de maniobra. También sugiere la necesidad de defensa que, puesto que se reduce a las dos últimas filas, significa que inevitablemente será una defensa pasiva. Si un peón retrasado se produce en su segunda fila, es casi un caso desesperado en el que no sólo la posición del peón habla en su contra, sino que resulta especialmente significativa la falta de coordinación de las fuerzas defensivas . Sencillamente, no disponen de espacio suficiente para organizar una defensa efectiva. Las cosas mejoran sustancialmente en el caso de peones retrasados en la tercera fila. En primer lugar, el defensor es entonces más capaz de ofrecer resistencia, pues la coordinación de las piezas puede mejorar mucho. Por otra parte, al encontrarse en la tercera fila, el peón controla algunas casillas centrales, privando de ellas a las piezas contrarias y apoyando a sus propias piezas menores centralizadas, lo que, en general, ejercerá una significativa influencia sobre el curso de la partida. En muchas variantes modernas de .la India de Rey, en la Variante Keres de la Ruy López Chigorin, y en varias líneas de la Siciliana, tales peones juegan un papel positivo, en plena sintonía con otras piezas, como hemos podido ver durante nuestro examen. Naturalmente, siguen siendo potencialmente débiles, pero mientras haya juego activo sus inconvenientes pueden no salir a la luz. Parafraseando a Alekhine, donde hay actividad todas las debilidades posicionales quedan en suspenso. Se debe a la capacidad de desplegar contrapresión y contrajuego por lo que los peones retrasados pueden jugar su papel en el plan estratégico general y, en principio se comportan bien, a pesar de sus defectos. En la evaluación de los peones retrasados mucho depende de esa cualidad: o son blancos inmóviles, que atan sus piezas a la defensa, o bien su posición central e influencia sobre el juego puede apoyar a piezas activas. En la medida en que contribuyan a ello, su papel en la partida será positivo. Junto con un peón retrasado, hay una casilla delantera debilitada, que las piezas enemigas a menudo tratan de explotar para acentuar su ventaja espacial y reforzar la presión. Cuando esa casilla queda a merced de las piezas contrarias, el peón, por lo general, se halla en grave peligro. Cuando la casilla está bien controlada por piezas, el peón, también por lo general, es seguro y saludable. No es una casualidad que en la Siciliana Scheveningen o en la Variante del Fianchetto de la India de Rey, por ejemplo, sea tan difícil amenazar al peón de "d6 " . La razón es que la casilla delantera está bien controlada. El peón y la casilla comparten un destino común y es importante ser conscientes de ello. Para resumir nuestra experiencia de forma más concisa, podríamos decir que los peones retrasados en su segunda fila son, por lo general, una fuente de total pasividad. También podría­ mos afirmar que los peones retrasados en la tercera fila son, son normalmente, más resistentes, aunque suelen quedar expuestos y vulnerables, a menos que formen parte del plan estratégico general, en armonía con las piezas ligeras, y a menos que la casilla delantera se encuentre con­ trolada.

! 50

COMPRENDER EL JUEGO DE PEONES EN AJEDREZ

6 Cadenas de peones En nuestro estudio de las estructuras de peones hemos llegado a un capítulo importante, en el que discutiremos las cadenas de peones, una serie de peones ligados en diagonal. Nimzovich Salwe Karlsbad 1 9 1 1 Defensa Francesa -

l.e4 e6 2.d4 d5 3.e5 c5 4.c3

El diagrama representa la conocida cadena que se produce en la Variante del Avanee de la Defensa Francesa, ampliamente estudiada y debatida por Nimzovich, a quien debemos las primeras observaciones sistemáticas acerca de la cadena de peones. Por tiempo indefinido, debemos concluir justo lo que vemos en el dia­ grama. La cadena de peones divide en dos el tablero. Comienza en la base y finaliza en la cuña que se halla en territorio enemigo. La cuña central define una ventaj a de es­ pacio, garantizando una mayor capacidad de maniobra y restringiendo el normal desarrollo del enemigo. Las cuestiones básicas a que se enfrentan ambos bandos son cómo utilizar la ventaj a espacial y cómo luchar contra ella. Dado que, como veremos, la cadena de peones no es una peculiaridad de la Defensa France­ sa, sino que también se produce en otros sis­ temas de apertura (la Defensa India de Rey, en particular), las respuestas tendrán una signifi­ cación más amplia para la teoría de aperturas. Familiaricémonos primero con algunos co­ nocimientos prácticos sobre el tema.

Tras dos pares de jugadas, tenemos una ca­ dena de peones con base en "b2" y cuña en "e5 " . Es una posición sobre la cual Nimzovich reflexionó y escribió. y que jugó con placer. Consideremos sus características básicas. La tercera jugada blanca ha bloqueado el centro, ganando espacio en el flanco de rey :y dirigiendo sus pensam ientos hacia una inicia­ tiva en ese flanco. Las negras reaccionaron de forma natural, con presión sobre "d4", y las blancas han reforzado la cuña con c3 . Apren­ dimos de NimzO\·ich que en la mayoría de los casos es sobre el apoyo a la cuña sobre el que presionamos, no sobre la cuña en sí. Las ju­ gadas de Salwe siguen ese consejo. 4 � c6 5.�0 Bb6 6..Ad3 Ad7? ! L a experiencia confirmó la primera impre­ sión que deja esta partida, en el sentido de que • • •

CADENAS DE PEONES

17 ....ie8 18J'�ael .ixe5 19.i.xe5 tfc6 20 . .id4 .id7 El alfil regresa a su pasiva obligación, pues el peón de "e6" es retrasado y vulnerable. 21 .Yfc2 !Hi 22.:!�� e3 b6 23.!!i:g3 h8 24.J.xh7!

más fuerte a cargo de piezas. Nimzovich de­ mostró de forma muy convincente su efec­ tividad. La cuestión, sin embargo, continúa siendo ésta: ¿sería mejor atacar de inmediato la cuña de la cadena de peones? La siguiente partida nos aporta algunas respuestas cualificadas. f O¡f.

Además de tener los peones negros centra­ les bajo control, las piezas blancas centraliza­ das ejercen una fuerte presión sobre el flanco de rey enemigo, que comienza a derrumbarse. 24 ... e5 24... ltlxh7 pierde por 25.Wfg6, lo que significa que el peón ha desaparecido. 25 ..ig6 !!i:e7 26.:S:el tfd6 27.i.e3 d4 28.i.g5 !!i:xc3 29.!ixc3 dxc3 30.tfxc3 g8 31 .a3 f8 32.J.h4 J.e8 33 .if5 Yfd4 34.tfxd4 exd4 35J�be7 xe7 36 .id3 d6

Nimzovicb - Levenfisb Karlsbad 19 1 1 Defensa Francesa

l.e4 e6 2.d4 d5 3.e5 c5 4.c3 � c6 5.� 13 f6? Esta temprana tentativa por atacar la cuña de peones fracasa. Las razones son instructi­ vas. 6.i.b5 .id7 7.0-0 Yfb6 Nótese de paso que 7 . . . ll:lxe5 no da resul­ tado, debido a 8.ll:lxe5 hb5 9.Wfh5+, dejando a las negras sin respuesta aceptable. 8.i.xc6 bxc6 9.exf6 �xf6 10.�e5 .id6 l l .dxc5 hc5 12 ..ig5





37 ..ixf6 gxf6 38.h4 Las negras se rindieron. Una importante lección a extraer de esta partida es que el bloqueo a cargo de peones, si es roto, puede convertirse en un bloqueo aún

La partida nos recuerda lo que vimos en el encuentro anterior. Las blancas han logrado ejecutar el bloqueo en el centro de forma muy parecida. Su caballo centralizado es fuerte, mientras que los peones negros centrales re­ sultan frágiles. El temprano ataque a la cuña se ha vuelto contra las negras. No estaba pre­ parado, y cuando la pieza crucial que presio­ naba sobre "e5" se cambió, el fracaso resultó evidente. Es instructivo observar cómo proce­ de Nimzovich para explotar su ventaja. 12 Yfd8 Después de 12 . . . Wfxb2 13.ll:ld2, el superior ••.

CADENAS DE PEONES

1 53

desarrollo de las blancas les concede una ex­ celente compensación. 13.J.xf6 �xf6 14.�hS+ g6 1S.�e2 gds 16.�d2 O-O 1 7J�ael gres

Lastradas con su pasivo alfil de "d7" y el peón retrasado, a las negras les faltan algunos tiempos para liberarse. El dominante caballo de "eS " ejerce un efecto sofocante sobre la po­ sición negra. 18.cbhl .id6 19.f4 eS 20.e4 .if8 A fin de obtener algún contrajuego, las ne­ gras deciden sacrificar un peón. 2 1.exdS .ie8 Obviamente, 2l...exd5 pierde, por 22.lLlxd7. 22.�e4 �g7 23.dxe6 También es fuerte 23.d6. 23 ... .ixe6 24.�a6 cbb8 2S.gdl .ig8 26.b3 El:d4 27Jhd4 exd4 28.�aS Para prevenir ... gd8. 28 .. J;es 29J�Ml l:le2 30.h3 �7 3U�xd4 !es

32.�d8! Al tratar de apoderarse de la iniciativa en­ tregando material, las negras han debilitado seriamente su flanco de rey, y la reacción es inmediata. 32 ....ie7 Después de la línea 32...ixd4 33.1/Mxd4 �g7 34.lLld6, las negras no pueden parar la amenaza lLle8. 33.�d7 �a6 34J'�d3 if8 3S.� t7+ .ixt7 O bien 35...cbg7 36.1/Md4+, etc. 36.�xt7 l:le8 37J!d7 Las negras se rindieron. Esta partida y la anterior se perdieron por errores evidentes, pero no hay que subestimar estos logros de pionero. Siguen conteniendo un valioso material pedagógico, debido a la clara secuencia de pensamiento exhibida por Nimzovich.

fGa.

Bogolj ubov - Alekhine Bad Nauheim 1937 Defensa Francesa

l.d4 e6 2.e4 dS 3.�e3 .ib4 4.eS eS S.dxeS

¿Quién podría decir qué razones incitaron a Bogoljubov a optar por esta continuación? Quizá quería atraer a las negras a la variante 5...d4 6.a3 ia5 7.b4 dxc3 8.bxa5 1/Mxdl+ 9.cbxdl, que es favorable al primer jugador. Cualesquiera que fuesen sus secretos motivos, la idea es contraria a la estabilidad de la ca­ dena de peones, pues la cuña de "e5" pierde apoyo. S... � e6

1 54

COMPRENDER EL JUEGO DE PEONES EN AJEDREZ

Dado que las blancas pueden neutralizar la influencia de este caballo sobre el centro, cla­ vándolo, era más prudente diferir el desarrollo del caballo, dándole preferencia a 5... W!c7 6.ll'lf3 ll'le7 7.id3 ll'ld7, seguido de ...ll'lxc5, con una posición equilibrada. 6.c!l:H3 f6?

18.tfb3 gbs 1 9J�el :ád8 20.c!üxd5 La desesperada posición del rey desnudo admite pequeños trucos tácticos. 20 .. Jbd5 21.tfg4+ gg5 22.Yfc8+ .if8 23 .ixf8 b5 24.f4 �b7 Las negras superaron el límite de tiempo, en una posición perdida. De nuevo hay aquí una lección inequívoca: romper la cadena de peones aporta poco con­ suelo si el oponente logra controlar las mis­ mas casillas con piezas activas. •

ACJ)J

Al tomar en "c5", las blancas debilitaron su cuña, pero no tanto como para permitir el total minado de la misma. Es cierto que en caso de 6...d4 de nuevo sigue 7.a3 ia5 8.b4, y 8...ll'lxb4 9.axb4 ixb4 se refuta con lO.ib5+ id7 ll.0-0 ixc3 12J:�bl. Lo mejor, por tanto, era simplemente desarrollarse con 6... ll'lge7. 7.i.b5 El punto ,;eS" debe sostenerse a toda costa. 7 ... .ixc5 8.0-0 .id7 9J�el No sólo en defensa del peón "e5", sino también para poder responder a 9...f5 con 10.ll'lxd5 exd5 ll.e6 (y si ll...ic8, entonces 12.ll'le5). 9 fxe5 l O.lLlxe5 ll'lxe5 1 U'!xe5 .ixb5 12.ll'lxb5 ll'lf6 13Jbe6+ c8 34.a4

34 g5? ! Ahora e s e l tumo d e las negras d e equivo­ carse. Tras 34... f4+ 35.i>f2 �h5 36.�b3 �f5 37.�c3 �f7 38.�c2 �e7 39.�e2 �xe2+ 40.@xe2, la posición está bloqueada y no hay ningún pasadizo. La textual, sin embargo, no es tan mala como afirmaron los comentaristas. 35.a5 g4 35...a6 cierra la puerta a la torre blanca, que no puede penetrar sin el apoyo de un peón en "a6", pero después de 36. @t2 la torre negra queda en una trampa: 36 ... g4 pierde, por 37.@g3 gxh3 38.gxh3 �h5 39.f4, mientras que después 36...h5 37.@g3 f4+ 38.@h2 g4 39.�a4, la torre penetra en la columna "e". 36.hxg4 fxg4 37.a6 •••

37 gxf3? Kotov señala correctamente que 37...g3? pierde, por 38.f4, pero es extraño que tanto a él como a Euwe, y también al propio Alekhi•••

ne, se les escapase que éste era un momento crítico. Tomar en "f3" es un grave error, por­ que crea un peón pasado en la columna "f', pues las negras se crean problemas adiciona­ les debido al peón pasado que las blancas es­ tán a punto de lograr en la columna "a". Las negras deberían continuar con 37...�h2, pues tanto 38.@f2 gxf3 39.@xf3 �h4, como 38.fxg4 �xg2 conducen a una posición en la que el peón de "g4" está contenido por el de "h6". Obsérvese que el peón de "h6" no puede ganarse, a menos que caiga el de "g4". Las blancas pueden ensayar 38.f4 �xg2 39.f5 (si 39.�b7, entonces 39... �g3+ 40.@e2 �g2+ 4 l .@f l �d2), aunque después de 39... g3 de­ ben tener cuidado, pues 40.�b7? �f2 4 l .�xa7 lleva a la derrota, tras la inesperada 4 1... @b8 42.�b7+ @a8 43.�xc7 �xf5 44.�g7 �g5. Las negras también están seguras en otras conti­ nuaciones. Spielmann probablemente sobresti­ mó su peón pasado y subestimó el peón pasa­ do blanco, algo fácilmente comprensible, por­ que lo que sigue no estaría fuera de lugar en una antología de estudios. 38.gxf3 :abt 39J�b7 :ael+ 40.@f4 40.@d2 �e7 4 l .�xa7 @b8 42.�b7+ @a8, con tablas evidentes. El rey debe permanecer junto a su peón pasado. 40 :adt 41.@e5 :ael+ 42.@f5 gdl 43.:axa7 :axd4 44.Ela8+ @d7 45.f4 ga4 46.a7! •••

De ahora en adelante, la torre blanca queda atascada en "a8", pero es vital limitar los mo­ vimientos de la torre negra a su columna. 46 ... h5 46...d4 está contenido por el rey, y después

de 47. ® e4 h5 48.b3 �a l 49.f5 ® e7 50. ® xd4 h4 5 1. ® e5 �e l + (de otro modo, �h8 gana) 52.i>f4 �al 53. ® g5 h3 54.�h8, la victoria es más fácil que en la partida. 47.b3 Necesario para liberar al rey. 47 .. J3al 48.i>e5 �el+ 49.®f6 �al 50.®e5 �el+ 5 t.®d4 �dl+ 52.i>c3 �al 53.f5 ®e7 Las negras no pueden permitir f6. 54.®d4!

La torre seguirá estando restringida, limi­ tando su movilidad al máximo. 63 .. J!a3 64.'tt> b 2 ga6 65.b4 ®ti 66.®b3 gal 67.f6! El pequeño toque concluyente de un mag­ nífico final. 67 �a6 68.b5 cxb5 69.®b4 Las negras se rindieron. O el rey penetra por "b5", o bien 69...c6 70.l:!h8 cuesta la torre. Estamos lejos de la apertura, pero no olvi­ demos que todo comenzó cuando las negras comprometieron su formación de peones, lo que condujo a un punto débil en la isla "a7". •..

.l{f

Habiendo ganado un tiempo para f5, las blancas vuelven al flanco de rey para eliminar el peón pasado. 54 h4 55.i>e5 �el+ 55...h3 pierde, por 56J�h8 l:!xa7 57.�xh3 �a l 58.f6+, etc. 56.i>f4 �al 57.®g5 �gl+ 57...h3 de nuevo pierde, de modo similar: 58.l:!h8 l:!xa7 59.l:!xh3 l:!a l 60.f6+, etc. 58.i>xh4 gal 59.®g5 . ggl+ 60.®f4 gal 6l .®e5 �el+ 62.i>d4 �al 63.'tt> c3

Capablanca - Kupchik La Habana 19 13 Apertura Cuatro Caballos

l .e4 e5 2.c!Dt3 c!Dc6 3.c!Dc3 c!Df6 4.i.b5 ib4 5.0-0 0-0 6.i.xc6 bxc6 7.c!D xe5 Yfe8 8.c!Dd3 i.xc3 9.dxc3 Yfxe4 lO.gel Yfh4 l l .Yft3 i.a6 12.i.f4 gac8 13.ie5 i.xd3 14.cxd3 Yfg4 15.i.xf6 Yfxt3 16.gxt3 gxf6

•..

Las dificultades negras en la apertura co­ menzaron con 6 ... bxc6, en lugar de la natural 6...dxc6. En ese momento puede haber pare­ cido inesencial para las negras, pero los cam­ bios subsiguientes condujeron a la posición del diagrama, acentuando el hecho negativo de que la estructura de peones negros está fragmentada en más islas que la blanca. Co­ mo en el ejemplo anterior, existe el peón débil de "a7", un peón aislado que requería un apo­ yo constante.

1 78

COMPRENDER EL JUEGO DE PEONES EN AJEDREZ

17Jie4 �Ue8 18J'!ael ge6 19.gle3 gce8 20.cit>fl

más daños a la estructura negra, y 24 ...d4 25.�e4 cit>d6 26.b4 empeora su situación. 24 ... cit>d6 25.c5+ cit>d7 26.d4 f5 A las negras no les gustaba 26.. _gg8, de­ bido a 27.�f l , y la textual parecía la forma más natural de forzar el cambio en "e6", al amenazar 27...�h6. 27.gxe6 fxe6 28.f4 De haber continuado las blancas 28.�a6, las negras se habrían encontrado en proble­ mas. 28 cit>c8 29.cit>d2? ! E n vista de la nota siguiente, en l a que las negras pueden obligar a las blancas a cerrar la tercera fila, las blancas debían haber jugado 29.�a3 de inmediato, ya que entonces a 29...�b8 puede contestarse con 30.b3 cit>b7 3 l .b4 cit>a8 32.�b3, manteniendo abierto el camino hacia "h3". 29 cit>b7?! ..•

La torre de "e4" se dispone a desplazarse por la cuarta fila y atacar el peón de "a7", pero antes de eso las blancas deben reforzar el pun­ to "e3". La textual impide la liberadora 20...f5 con 2 U�d4 �xe3 22.fxe3 �xe3 23.cit>t2 �e7 24.�a4, mientras que 20...d5 falla debido a 2 l .�g4+ cit>f8 22.cit>e2, y �a4 es inevitable. 20 �f8 21.cit>e2 cit>e7 22J�a4 gas 23.:aa5! De forma típica, la torre atacante es móvil, y la última jugada mejora su privilegiada po­ sición en la columna "a". Desde "aS" controla la quinta fila, impidiendo jugadas liberadoras. Al mismo tiempo, la torre defensora es obli­ gada a situarse en el ignominioso puesto de "aS". 23 ... d5

•••

•••

24.c4! Una excelente jugada, que oprime aún más a las negras, porque 24...dxc4 25.dxc4 causa

Ambos jugadores pierden la concentración. 29 ... �b8 habría obligado a las blancas a cerrar la tercera fila con 30. cit>c3, porque después de 30.cit>c2 �b4, las blancas deben jugar a "c3" de todos modos. Jo.gaJ ggs 3 1.gh3 :ag7 Ahora la torre negra está atada a una de­ fensa pasiva de otro peón aislado, y la móvil torre blanca de nuevo domina la escena. 32.cit>e2 cit>a6 33.:ab6 ge7 34.cit>d3 cit>b7 35.h4 cit>cs 36.:abs cit>d7 37.ggs Ganar la columna abierta acerca a las blan­ cas a su objetivo. 37 gn 38.cit>c3 Una vez conquistada la única columna •••

abierta, las blancas pueden crear amenazas en ambos flancos. 38 �e8 39.�b4 �f6 40.�aS �b7 41.a4 a6 42.bS gb6 43.b4 gf6 44.bS? Antes de ejecutar la ruptura, era preciso 44Ji:g7!, a fin de obligar a la torre negra a asu­ mir una postura pasiva en "h6". Podría seguir entonces 44 .. J!h6 45.b5 axb5 46.axb5 cxb5 47.�xb5 l'!xh5 48.c6+, y las blancas ganan. 44 axbS 4S.axbS •.•

••.

de la casilla crítica "c5". Después de 53.Wc3 l'!xt2 54J!e7 l'!xf4 55.h6 l'!h4 56.h7, podría seguir 56... Wa7 57.l'!xc7+ Wb6 58.l'!e7 Wxc6 59.l'!xe6+ Wb5, y el activado rey logra unas tablas. S3.E:e7 E:xf4 Ahora, después de 53... l'!b2+ 54.Wc3 l'!h2 55.l'!xe6 l'!xh5 56.Wb4, es demasiado tarde para las negras. 54.b6 E:xd4+ SS.�bS �dl 55...l'!h4 56.h7 deja sin respuesta a las ne­ gras. S6.h7 �bl+ S7. W eS �el+ S8.�d4 E:dl+ S9. W eS :aet+ 60.�f6 ghl 61 .ge8+ �a7 62.h8Y!Y :axb8 63J:bh8 �b6 64.�xe6 �xe6 6S.�xf5 �es 66. W eS e6 67.E:b6 W bS 68.�d4 Las negras se rindieron. Dos islas de peones aisladas en dos alas re­ sultaron demasiado dificiles de defender. Fiseber - Unzieker Zurich 1959 Apertura Ruy López

4S . . . gf8! ¡Esto marca la diferencia! Las negras ac­ tivan su torre y consiguen hacer retroceder al rey blanco, impidiendo que se produzca el guión del comentario anterior. 46.�g7 E:a8+ 47.�b4 exbS 48.�xbS E:a2 49.e6+ �b8 SOJ::b h7 gb2+ Sl.�aS ga2+ S2.�b4

S2 gxf2? La intermedia 52... l'!b2+! constituiría una diferencia esencial, obligando al rey a alejarse •••

1 80

l.e4 eS 2.lZlf3 t/:} e6 3.i.bS a6 4 .ia4 t/:}f6 S.0-0 .ie7 6J�el bS 7 ..ib3 d6 8.e3 0-0 9.b3 t/:} aS IO ..ie2 eS l l.d4 Y!Ye7 12.t/:}bd2 .id7 t3.t/:}fl gres •

En la Variante Smyslov, tipificada por la jugada 12...id7, la alternativa 13... t/:}c4 no es satisfactoria para las negras tras 14.tLle3 t/:}xe3 15..ixe3 ie6 16.t/:}d2, y las blancas están lis­ tas para jugar f4, Tal - Petrosian, Campeonato de la URSS, Riga 1958. 14.t/:}e3 g6 l S.dxeS dxeS 16.t/:}h2 E:ad8

COMPRENDER EL JUEGO DE PEONES EN AJEDREZ

17.Wf3 .ie6 18.c!D hg4 c!Dxg4 1 9.hxg4 Wc6 La lucha por la potencialmente fuerte casi­ lla "d5" sigue en curso. Las negras tratan de cubrirla plenamente, pero la experiencia pos­ terior indica que era bueno I 9.. •fk4 20. tLJd5 ixd5 2l.exd5 c!Db6. 20.gS c!Dc4 2t.c!Dg4 .ixg4 22.Wxg4 f6? !

32.Wfal. Las blancas mantendrán la iniciativa hostigando a los peones negros. 29.Wb4 .if6 30 ..igS .ixgS 3 t .WxgS gxal 32.:9:xal c!Dd7

.

E s más fuerte 22... c!Db6. En este momento la textual, aunque puede no parecer importante, conduce a que la for­ mación de peones negros se rompa en más is­ las, lo que, generalmente hablando, es desfa­ vorable. En el curso de la partida las negras sentirán las consecuencias de esta decisión. 23.gxf6 .ixf6 24.a4 c!Db6 Era de considerar 24... c!Dd6. 2S.axbS axbS 26 ..ie3 :aas 27.:aedl h8 28.b3

33 ..idl ! Los grandes jugadores captan matices que a otros les pasarían inadvertidos. La idea de cambiar alfiles de casillas negras es ahora más clara. Puesto que 33...Wxe4 no da resultado, debido a 34 .if3, las blancas consiguen trasla­ dar su alfil a una posición mucho más activa. Con un alfil superior y una estructura de peo­ nes más saludable, no hay duda de que las blancas tienen ventaja. 33 ... c!D f6 34J3a7 Wd6 3S..ie2 �e7 Las negras deben aceptar el castigo. 35...b4 36.cxb4 cxb4 pierde, por 37.l:!f7. 35...l:!b8 también falla, por 36.l:!f7 c!Dg8 37.l:!d7. Es di­ ficil defender peones en distintos flancos, so­ bre todo cuando se cuenta con un torpe caba­ llo contra un alfil de largo alcance. 36J:be7 Wxe7 37 .ixbS �g7 38.J.e2 Wc7 39.We3 Was 40.g3 Wa3 4t.g2 Una solución más rápida es 4l.b4 cxb4 42.Wfc5, pero el resultado sería el mismo en cualquier caso. 4t WaS 42.Wd3 Wb6 43.Wc4 Wc6 44.J.d3 Wb6 4S.b4 cxb4 46.cxb4 c!Dg4 47.Wcs WxcS 48.bxcS rJ 49.f4 e7 SO.ci>f3 c!Df6 Sl ..ibS ci>e6 S2 .ic4+ �e7 S3.c6 c!D e8 S4.fxeS h6 SS.ci>e3 c!Dc7 S6.ci>d4 hS S7.ci>e3 gS S8 .ie2 h4 S9.gxh4 gxh4 60 .ic4 c!D e8 6t.f4 ci>d8 62.g4 c7 63 ..it7 c!D g7 64.xh4 xc6 6S.ci>gs Las negras se rindieron. .



•••







28 ..ig7 En caso de 28...:!'%xal 29.l:!xal i!a8, Fischer pensaba seguir con 30J3xa8+ c!Dxa8 3l.Wfdl y .•

ISLOTES DE PEONES

181

do su situación. Con su fuerte rey centraliza­ do, alfil más fuerte y superior formación de peones, las blancas comienzan a pensar en in­ crementar su ventaja.

Smyslov - Golombek Match URSS - Inglaterra Londres 1947 Defensa Siciliana l.e4 eS 2.lL!c3 lL! c6 3.g3 g6 4 ..ig2 .ig7 S.d3 e6 En esta tranquila variante de la Siciliana, 5... d6 es una mejor opción. 6 ..ie3 lL! d4 7.lL! ce2 Este particular orden de jugadas de las ne­ gras ha permitido a las blancas esta útil alter­ nativa. 7 lL! e7 8.c3 lL!xe2 9.lL!xe2 d6 10.0-0 0-0 l l .'ilYd2 ges 12.d4 Wc7 13.dxcS dxcS 14.gfdl Como consecuencia del impreciso juego negro, las blancas han podido apoderarse de la columna abierta, aunque eso no significa gran cosa, debido al carácter cerrado de la posición. 14 b6 1S.Wd6 YlYxd6 16.gxd6 .ia6 17 .ifl .tes 18J�d2 S:ad8 1 9.gad l lL!c6 20.f4 .ib8 21.eS S:xd2 22.gxd2 gd8 23.gxd8+ lL!xd8 24.b3 �g7 2S.c4 f6 26.exf6+ �xf6 27.lL! c3 .ib7 28 ..ig2 .ixg2 29.�xg2 •..

•••



33.lL! d l ! Puesto que ahora puede contestarse a 33 . . . e5 con 34.f5, creando una mayoría de peones en el flanco de rey, es el momento co­ rrecto de trasladar el alfil a "c3", desde donde controlará firmemente "e5" y "b4". Al mismo tiempo, el caballo se dirige a "g4" y "f6", a fin de provocar el avance del peón de "h7" y de­ bilitar aún más la formación de peones negros. 33 ..id6 34.lL!f2 lL! d8 El caballo se dirige a "fl" , donde realizará una útil función defendiendo los puntos dé­ biles "e5" y "g5". 3S ..ic3 lL!t7 36.lL!g4 hS Esto no es malo, pero tampoco necesario. .•

Al pasar a un final, tras una serie de cambios, las negras simplificaron la posición, asumiendo una estructura de peones algo más débil, rota en tres unidades. En las siguientes jugadas tienen la oportunidad de avanzar su peón de "e6", liberándose así de su peón ais­ lado, pero se muestran indecisas. 29 lL! c6 30.�0 lL!b4? ! 3 l ..id2 �e7?! 32.�e4 lL! c6 Las jugadas negras de espera han empeora.••

1 82

37..if6+ Una buena jugada intermedia, con el pro-

COMPRENDER EL WEGO DE PEONES EN AJEDREZ

pósito de controlar la casilla "g5". 37... �d7 38.ltJf2 .ic7?! El alfil es un incordio en "f6", y mejor sería eliminarlo con 38 . . . ie7. Al así hacerlo, con­ trolaría la casilla "h4", adonde pronto moverá el caballo blanco. 39.ltJd3 �c6 40.ltJ el ! Si las negras tenían pensado hacer . . .b5, de­ bieron renunciar a la idea, pues ltJf3-h4 ame­ naza con decidir rápidamente la lucha. En comparación con algunas jugadas sin objeto de las negras, el juego de Smyslov se caracte­ riza por la determinación y la lógica. 40 ltJ d6+ 41 .�d3 ltJ fS 42.ltJ f3 �d7 Las negras deben tener cuidado del peón de "e6", ahora que es posible ltJg5. Los debilita­ dos peones de "e6" y "g6" influyen cada vez más en sus decisiones. 43.�e4 Las blancas tenían in mente 44.ltJe5+ ixe5 45.�xe5, y el rey penetraría por "f6". 43 ltJ d6+ 44.�e3 �f5+ 45.�f2 El rey se necesita aquí para preparar un avance en el flanco de rey con h3 y g4. 45 ....id6 46.h3 .ic7 47.g4 hxg4 48.hxg4 � b6 49.�g3 ••.

.•.

53.�e5 Las negras se rindieron. Un final memorable. Las blancas fueron exprimiendo la victoria a partir de ventajas mínimas, basadas en su mejor estructura de peones y piezas menores algo más activas. Este final me recuerda el hecho de que las posiciones con un peón central aislado pueden conducir a finales difíciles, con tres islas de peones contra dos. Hasta en el final típico de caballo contra alfil, a menudo resulta dificil mantener el equilibrio, aunque muchas de esas posiciones son tablas con un juego correcto. A verbaj - Matanovic Match URSS - Yugoslavia Belgrado 196 1 Apertura Inglesa l .c4 �f6 2.�c3 e6 3.�f3 eS 4.e3 d5 5.cxd5 exd5 6.d4 � c6 7..ie2 .ie7?!

49 ... ltJt7?! Según Smyslov, las negras podrían haber ofrecido mayor resistencia haciendo 49. . . �e8 50.ie5 .id8 5 I .ib8 a6 52.ltJe5 g5, aunque 53.ltJc6 if6 54.i.e5 mantiene la ventaja. 50.g5 El peón de "g6" está perdido y el juego sen­ tenciado. 50 .id8 51 .�g4 .ixf6 52.gxf6 �d6 •..

ISLOTES D E PEONES

1 83

Una clara pérdida de tiempo. Lo correcto es 7...cxd4 8.llJxd4 id6, con una posición igua­ lada. 8.dxc5 J.xc5 9.0-0 0-0 10.b3 a6 l l. � a4 i.e7 12.J.b2 Las blancas están mejor, porque las negras no tienen compensación suficiente por su dé­ bil peón "d". 12 ... � e4 13J:�cl Af6 14..ixf6 �xf6 15.�d4 �eS 1 6.�c5 V!!e7 17.�d3 �xd3 1 8.V!!xd3 Ae6 1 9,gc2 gac8 20,gfcl V!!d 7 2 1 .0 Jugado para controlar la casilla "e4", pero también porque, más adelante, en el final, quedará habilitada la casilla "g4". 2l .. ,gxc2 22.V!!xc2 gcs 23.V!!xc8+ V!!xc8 24,gxc8+ J.xc8

El cambio de piezas forma parte del plan consistente en tales posiciones. Las blancas esperan que el peón aislado quede más ex­ puesto con el material reducido. La partida, por supuesto, sigue manteniéndose dentro de los límites de las tablas, pero con su for­ mación de peones más débil, las negras deben trabajar duro para conseguirlas. 25.'i!?f2 'i!?f8 26.'i!?el 'i!?e7 27.'i!?d2 'i!?d6 28.b4 �eS?! A las negras les atrae la posibilidad de tras­ ladar el caballo a "c7" y luego a "e6". Mejor harían restringiendo las posibilidades de las blancas en el flanco de dama, con 28... id7. 29.J.d3 g6 El deseo del negro de privar a las piezas menores contrarias de la casilla " f5 " es natu­ ral, pero de nuevo era mejor opción 29 ...id7. 30.'i!?c3 � c7 3 1.a4 b6? !

1 84

Después de esto, el peón de "a6" seguirá siendo una debilidad permanente en la estruc­ tura negra de peones, sumándose, como nueva debilidad, al peón de "d5". 32.a5 bxa5 33.bxa5

La debilidad está fijada, y a partir de ahora una de las piezas negras quedará atada a su defensa: una pequeña, pero importante victo­ ria posicional. Conviene aprender a disfrutar de estos pequeños triunfos, con los que se acumulan pequeños factores positivos, en el proceso de materializar una ventaja. 33 ... 'i!?c5 34.� b3+ 'i!?d6 35.'i!?b4 �e6 36.g3 � d8 El caballo está bien situado, por ahora, en "e6", así que no hay necesidad de moverlo. 37.�d4 llJc6+ Con todos los peones en casillas dominadas por el alfil blanco, habría que abstenerse de este cambio, que no solo empeora las cosas. 38.� xc6 'i!?xc6 39.f4

COMPRENDER EL JUEGO DE PEONES EN AJEDREZ

39 f5? El momento crítico. En lugar de fijar todos los peones en casillas blancas, las negras de­ berían intentar situarlos en casillas negras, evitando una situación en la que su alfil tenga que asumir la imposible tarea de defender dos o más debilidades fijas. Era esencial 39...h6, esperando la primera oportunidad para situar los peones del flanco de rey en casillas negras. Preparando ...g5, las negras podrían esperar salvarse, como consecuencia de una reducción de material. 40.h4 ®d6 La mala fortuna de las negras reside en el hecho de que no pueden bloquear la posición. Tras 40...h5, sigue 4 I .ic2 ® d6 42.ia4, ame­ nazando 43.ie8, que decide. 41.h5 gxh5 O bien 4 1...ib7 42.h6 ic8 43.�c3 ®c5 44.ie2 ib7 45.g4 fxg4 (45...ic8 46.g5 ib7 47.ih5, etc.) 46.ixg4, etc. 42.®c3 Las negras se rindieron. Después de 42 ... ®c5 43.if l ib7 44.ie2 .ic8 45..id3, las negras se encuentran en zugzwang y, a fin de impedir la penetración del rey blanco, su mejor opción es 45...h6 46.ifl ib7 47.ie2 ic8 48.id3 (otro zugz­ wang inevitable) 48...d4+ 49.exd4+ ®d5 50.ic4+ ®d6 5 1 .d5 ®c5 52.d6 ®xd6 53.®d4 ib7 54.ie2 ic8 55.id3. •••

Y la lucha queda decidida. Cualquier cosa que se haga con los peones es de naturaleza duradera. Si su formación de peones ha sido fragmentada en varias islas, puede resultarle

dificil defender una estructura así, sobre todo si existe algún otro elemento desventajoso en la posición. En el final que hemos visto, los peones estaban situados en las casillas erró­ neas, lo que resultó decisivo. Hemos analizado distintos tipos de finales, caracterizados por una formación de peones fragmentada. En cada uno de ellos, en cir­ cunstancias de material reducido, el bando con una estructura de peones compacta tenía ven­ taja sobre el bando con una estructura de peo­ nes dañada y fragmentada en un mayor nú­ mero de islas. Naturalmente, para ganar se requiere la existencia de algún otro elemento adicional, pero la debilidad básica de peones existía invariablemente. Sin embargo, el aje­ drez no es tan simple. Nuestra evaluación po­ sicional debe basarse en muchos elementos. Veamos, por ejemplo, la partida que sigue.

DZ-3.

Fischer - Euwe Olimpiada de Leipzig 1960 Defensa Caro-Kann

l .e4 c6 2.d4 dS 3.exd5 cxdS 4.c4 til f6 5.ttl c3 ttl c6 6.ttlf3 ig4 7.cxd5 ttlxdS 8.YlYb3 J.xf3 9.gxf3

9 . . . e6 Entramos ahora en una línea forzada. En cambio, 9 . ..ltJxd4? pierde, por 10.ib5+, mien­ tras que en caso de la principal alternativa, 9... ltJb6, las blancas tienen ideas relacionadas con d5. 10.Y«xb7 ttlxd4 l l .J.bS+ tilxbS 12.YlYc6+ ®e7 13.Y«xb5 ttlxc3?!

ISLOTES D E PEONES

1 85

Después de esta partida, se llegó a la con­ clusión de que las negras deberían jugar 13 . . .�d7 14.tt:lxd5+ �xd5 15.�xd5 exd5, y la ventaja blanca es pequeña. 14.bxc3 �d7 1 5.:Sb l !

Un vistazo a la horrible estructura de peo­ nes blancos sugiere dificultades para este ban­ do. Sin embargo, y a pesar de sus cuatro islas de peones, la textual se apodera de la inicia­ tiva. El mejor desarrollo de las blancas y sus piezas más activas resultan elementos más re­ levantes sobre los que basar la evaluación. 15 :Sd8 Es mejor 15 . . . �xb5 16.�xb5 �d6, pero si­ gue sin ser fácil para las negras, porque puede continuar l 7.�b7 f6 18.�e2 �c6 19.�f7 a5 20.ie3. 16.i.e3 YlYxbS 1 7J:bb5 :Sd7 18.�e2 f6 19.:Sdl Tan sencillo como posible. Al cambiar las piezas activas del oponente, las blancas incre­ mentan su ventaja. 19 :Sxdl 19... �c7 no sirve de mucho, por 20.�c5. ••.

.•.

1 86

20.�xdl �d7 2 U�b8 �c6 22.i.xa7 g5 23.a4 i.g7 24.:Sb6+ �d5 25.:Sb7 i.f8 26.l::!. b 8 i.g7 27J1:!b5+ �c6 28Ji�b6+ �d5 29.a5 f5

29 . ..�a8 no es suficiente, por 30.�b7 if8 3 l .�xh7 ic5 32.ib6, etc. 30.i.b8 :SeS 31 .a6 l::!. xc3 32.l::!. b 5+ �c4 32 . . .�c6 no cambia el desenlace, debido a 33.�a5 i.d4 34.�e2, etc. 33.:Sb7 i.d4 34.:Sc7+ �d3 35.1hc3+ �xc3 36.i.e5 Las negras se rindieron. Una partida breve y sencilla, que apenas requiere explicación. La incluyo al final de nuestras consideraciones como una adverten­ cia acerca de que las reglas no son sagradas y de que no existe ninguna que no tenga excep­ ciones. Hemos tratado de aprender lecciones y ex­ traer conclusiones lógicas, no para respetarlas al pie de la letra, sino para entenderlas de for­ ma tal que nos permitan ver por encima de ellas e ignorarlas llegado el caso. Sólo quien entiende las leyes que rigen el tablero a la per­ fección podrá hacerlo.

COMPRENDER EL JUEGO DE PEONES EN AJEDREZ

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lndice de j ugadores El número se refiere a la página. En negrita significa que el jugador llevaba las piezas blancas. Adams 135 Alekhine 7, 65, 68, 154, 1 76 Anand 13, 137 Andersson 1 15 Averbaj 1 83 Antonomov 2 1 Balashov 44 Bemstein, O. 55 Berthold 159 Bertok 56 Bogo1jubov 1 54 Bo1es1avsky 1 1 0, 126 Bondarevsky 86, 1 56 Botvinnik 1 5, 30, 37, 83, 156 Bristol, Club Ajedrez, 105 Capab1anca 32, 55, 768, 90, 98, 1 18, 1 78 Chigorin 1 73 Cohn, E. 1 70 Calle 12 1 Donner 45, 129 Dreev 44 Eliskases 17 Euwe 7, 37, 65, 1 1 8, 185 Fischer 56, 59, 85, 103, 1 23, 143, 1 80, 1 85 F1ohr 39, 147 Geller 62, 82, 106, 1 08 Gips1is 70 Gligoric 16, 1 7, 25, 27, 47, 98, 165 Golombek 182 Gunsberg 72 Gutman 130 Hasenfuss 39 Hollis 155 Hort 125 Ivanchuk 23 lvkov 53, 146 Janowski 90, 98 Johner, H. 104

Karpov 1 1, 12, 18, 3 1, 34, 35, 50, 67, 109, 1 1 5, 1 17, 1 25, 139 Kasparov 9, 23, 49, 73, 77, 148 Kava1ek 142 Keres 47, 51, 82, 96, 146, 147 Korchnoi 31, 35, 50, 53, 62, 70, 74, 95, 158 Kovacevic, V. 164 Kraidman 1 3 1 Krarnni k 13, 137 Kupchik 178 Kupreichik 120, 148 Kurajica 67 Kuzmin, G. 128 Larsen 120, 1 67 Lasker 32, 122 Levenfish 153 Lombardy 16 1 Marovic 88 Matanovic 1 64, 183 Mikenas 74 Minie 78 Morozevich 93 Najdorf 1 65 Nimzovich 48, 1 04, 151, 153, 163 Pachman 58 Padevsky 1 59 Petrosian 39, 80, 85, 1 1 1, 1 1 3 Pillsbury 72 Planinc 78, 132, 134 Polugaievsky 92, 139 Pomar 16 Portisch 1 2, 25, 36, 49, 1 03 Priby1, J. 77 Psajis 60 Regedzinski 29 Reshevsky 45, 96, 160, 161 Réti 1 21 Rib1i 132

ÍNDICE DE JUGADORES

1 87

Robatsch 143 Romanishin 60, 73, 1 28 Rubinstein 20, 29, 42, 10 1, 170, 17 1 Rukavina 109 Salov 135 Salwe 42, 15 1 Sax 1 45 Schlechter 1 71 Schmid, L. 36 Schmidt, W. 1 13 Spassky 21, 58, 59, 80, 95, 98, 1 1 1, 1 29, 1 42 Short 9 Smejkal 134 Smyslov 1 1, 86, 1 00, 106, 108, 1 10, 1 26, 155, 1 82 Sokolov, l. 145 Spielmann 176 Staunton 1 05 Steinitz 22 Stupica 88

1 88

Suetin 130 Sutovsky 93 Svidler 1 17 Szabó 27, 39, 75, 120 Taimanov 5 1 Tal 83, 120, 1 40, 1 67 Tarrasch 48, 1 01, 122, 163, 173 Tartakower 20 Timman 75, 1 58 Trifunovic 123 Uhlmann 18, 100 Unzicker 180 Vaganian 34, 160 Vasiukov 13 1 Vidmar 15 Vogt 140 Von Bardeleben 22 Zagoriavsky 30 Zaitzev, A. 92

ÍNDICE DE JUGADORES

,

lndice de aperturas

Bird, Apertura Bogoindia, Defensa Caro-Kann, Defensa Cuatro Caballos, Apertura Eslava, Defensa Francesa, Defensa Gambito de Dama Aceptado Gambito de Dama Rehusado Giuoco Piano Grünfeld, Defensa India de Dama, Defensa India de Rey, Defensa Inglesa, Apertura Nimzoindia, Defensa Nimzovich, Apertura Ruy López, Apertura Semi-Eslava, Defensa Siciliana, Defensa Vienesa, Apertura

105 53, 1 15 17, 37, 39, 44, 185 10 1, 178 72, 98 18, 34, 35, 36, 70, 93, 100, 1 1 1, 125, 126, 129, 15 1, 153, 154, 155, 156, 158, 159, 160, 163, 164, 17 1, 176 13, 20, 2 1, 23, 25, 27 9, 15, 29, 3 1' 32, 42, 48, 50, 5 1' 55, 56, 58, 59, 62, 68, 74, 80, 82, 16 1, 170 22 73, 77, 1 17, 147 49, 60, 1 18 75, 83, 88, 130, 13 1, 132, 134, 165, 167 1 1, 30, 85, 109, 1 13, 12 1, 183 7, 12, 16, 39, 45, 47, 103, 106, 108 104 67, 78, 86, 90, 92, 96, 1 10, 122, 123, 146, 173, 180 65 120, 120, 128, 135, 137, 139, 140, 142, 143, 145,148, 182 95, 98

ÍNDICE DE APERTURAS

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