A hombros de gigantes [Primera edición] 9788483537145
Después de la Escritura, los Santos Padres son el “segundo estrato” del terreno sobre el que se sustenta y del que saca
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Spanish; Castilian Pages 168 [82] Year 2015
ÍNDICE
Presentación............................................................ 7
1. San Atanasio y la fe en la divinidad de Cristo....................................................................11
2. San Basilio y la fe en el Espíritu Santo...27
3. San Gregorio Nacianceno, maestro de la fe en la Trinidad................................................47
4. San Gregorio de Nisa y el camino para el conocimiento de Dios ..............................65
5. San Agustín: «Creo en la Iglesia una y santa» ..................................................................83
6. San Ambrosio y la fe en la Eucaristía.....101
7. San León Magno y la fe en Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre ....119
8. San Gregorio Magno y la inteligencia espiritual de las Escrituras........................139
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RANIERO CANTALAMESSA
espués de la Escritura, los Santos Padres
D
son el "segundo estrato" del terreno sobre el que se sustenta y del que saca savia la teología, liturgia, exégesis bíblica y espiritualidad de la Iglesia.
Por mi parte, tras habernos puesto a la escucha en la Casa Pontificia de los grandes doctores de Oriente (Atanasio, Basilio, Gregorio Nacianceno y Gregorio de Nisa), en presencia de Benedicto XVI, lo hemos hecho en presencia del papa Francisco con los Pa dres de Occidente (Agustín, Ambrosio, León Magno y Gregorio Magno).
Con idéntico objetivo: redescubrir detrás de ellos la riqueza, belleza y felicidad de creer pasando, como dice san Pablo, "de fe en fe" (Rom 1, 17). De una lo creída a otra vivida. El título de la obra lo tomo de un pensamiento de Juan de Salisbury: "Somos -nos decía- como enanos sentados sobre los hombros de gigantes, ¡le modo que podemos ver más allá y mas cosos que ellos no por la agudeza de nuestra mirada..., sino poique so mos levantados a una altura gigantes! a", Los gltjan tes eran para aquellos teólogos medievales, como lo son para nosotros, los Padres de la Iglesia
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