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Spanish Pages [522] Year 1995
WILLIAM W ALKER EL PREDESTINADO DE LOS OJOS GRISES
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0I0GRAFíA Por
ALEJANDRO BOLAÑOS GEYER
WILLIAM W ALKER EL PREDESTINADO DE LOS OJOS GRISES BIOGRAFíA Por
ALEJANDRO BOLAÑOS GEYER
IMPRESiÓN PRIVADA Sto Charles, Missouri 1995
Derechos reservados. Queda estrictamente prohibida la reproducción total o parcial por cualquier medio, incluyendo la fotocopia, sin autorización escrita del autor.
Copyright 1989, 1993, 1994, Alejandro Bolaños Geycr
Segunda Edición library of Congress Catalog Card Numbers 89-91113, 92-97533, 93-73352, 93-74558,94-96146 ISB~ 1-877926-16-7 Impreso en Estados Unidos de América
A. Bolaños G. 209 Canary Lane Sto Charles. MO 63301
SEGUNDA EDICIÓN HABIENDO PUBUCADO en 1994 la biografía completa de William Walker en
cinco tomos en español, y en 1992 la condensación y síntesis en un solo tomo, sale ahora esta segunda edición de la biografía completa, en dtferente formato y sin ilustraciones, logrando así juntar los cinco tomos en uno. En esta segunda edición se ha conservado íntegro el texto original; algunas erratas que se detectaron en la primera edición se corrigen aquí.
* * * REITERO MI GRATITUD a quienes han contribuido con sus consejos y con su atención personal a la tarea que involucra este trabajo, en particular: Al poeta bibliócrata Mario Cajina-Vega, por sus excelentes traducciones, su esmerada revisión crítica del manuscrito, que mejoró notablemente, y su valiosa asesoría técnica; al profesor Steven Blal{cmore, por su esmerada revisión crítica del borrador en inglés; a mi yerno Julio Velázquez por los mapas; a mi cuñado Tommy Bacott (q.e.p.d.) por la fotomecánica de las ilustraciones; al doctor Andrés Vega Bolaños (q.e.p.d.) -nuestro querido tío Andrés-, ejemplo y estímulo de la historiografía nicaragüense, guía insigne de mis pasos en la Historia junto con mi hijo Alex; a Miss Margaret lindsley Warden; aJean Wells; a Frederic Rosengarten; a John C. Moran; a Tony Falcon; a Carlos Martínez Rivas; a Alberto Mantilla Serrano; a mis hermanos Nicolás y Enrique; a mi esposa Patricia y a nuestros hijos -Alex, Michael, Amanda, Patrick (constante como su Pentax), Robert, Ricardo y Carla- quienes me demostraron gran amor y comprensión con su apoyo continuo y numerosos sacrificios.
A.B.G.
Se Charles, Missouri, 1 de enero de 1995.
íNDICE GENERAL INTRODUCCJON, 1 El Predestinado de los Ojos Grises, 1 UBRO 1 : LA CIUDAD MEDIALUNA, 4 1: BILLY, 4 1. Niño de mamá, 4 2. El doctor, 6 3. Crisis en París, 7 II : EL DESTINO MANIFIESTO, 11 4. El Coloso del Norte, 11 5. Al sur de la frontera, 13 6. Vientos de guerra, 16 1I1 : EU~EN, 18 7. Embrujado, 18 8. Pensador positivista, 21 9. Demócrata jacksoniano, 24 IV ; EDIPO, 27 10. Manfredo descubre a Edipo, 28 11. El periodista, 31 12. El fin del mundo, 33 V : LA SOMBRA, 36 13. La despedida de Jahn Janes, 36 14. La lanza de Billy, 38 15. Desfile de personalidades, 41 VI: WALKER, 43 16. Dobs y el destino, 43 17. Gumbo & Cía., 45 18. El diario de Tucker, 48 19. La estrella de ElIen, 50 20. La estrella se cruza al Oeste, 52 Ac'lEXO A, 55 El Mississippi a medianoche, 55 Bosquejos de ciudadanos prominentes, 56 John 13rown, 56 John Smith, 56 John Jones, 56 James Jenkins, 57 Gabriel Gumbo, 58 Timothy Tucker, 58 Dick Dobs, 59 Personalidad múltiple de William Walker, 59 Billy, 60 Walker, 60 ANEXO B, 60 Psicograma grafológico, 60 Retratado en su escritura, 61 NOTAS, 62 UBRO Ir ; LAS CALIFORNIAS, 69 1 : UNA TIERRA NUEVA, 69 1. La conquista de California, 69 2. Expansionistas, ¡adelante!, 71 3. Filibusteros, ¡adelante!, 75 4. Williarn Walker, ¡adelante!, 77 n: EL PERIODISTA TIMOTHYTUCKER, 79 5. El Paraíso de Itúriel, 79 6. Revólveres a diez pasos, 81 7. Cómo acabar con el crimen, 84 8. Tucker en la cárcel, 86 III : DOBLE TRANSFOR.,\IACIÓN, 88 9. Derrota de Gumbo, 89
10. La ciudad en ruinas, 90 11. Refugio en Mary's-ville, 93 12. Fantasma bicéfalo, 96 IV: RICA CENA PARA DICK, 98 13. Apaches y argonauus, 98 14. Presagio para Sonora, llXJ 15. Los franceses al rescate, 102 16. La Conexión Sureña, 104 V: EL CORONEL DICK DOBS, 107 17. Misión de Dobs en Guaymas, 108 18. Cuarenta y cinco inmortales, 109 19. La República de Baja California, 111, 20. Presidente de Sonora, 114 VI: REPUDIO, 117 21. La Conexión Gadsden, 117 22. Proscrito en Ensenada, 120 23. l.ealud al usurpador, 122 24. Sale la Nueva República, 125 25. Sale el Sultin de Sonora, 128 VII: DE GUMBO A TUCKERA DOBS, 130 26. Paladín de Broderick, 130 27. Absuelto, 132 28. ItÚriel muestra al Autócrata, 134 29. La contrata de Cale, 137 30. Los inmortales del "Vesta", 139 ANEXO, 142 Defensa de Walker en el juicio, 142 NOTAS, 145 UBRO III : NICARAGUA, 153
1: EL PARAÍso PERDIDO DE MAHOMA, 153 1. Infierno en la tierra, 153 2. 3. 4. 5.
El fabuloso reino mosco, 156 Una esperanza fugaz, 159 Y vino un gran cambio ..., 162 Ensayo de gala en 1851, 164 6. Tres socios se reparten el botín, 167 7. Al matadero, de nuevo, 169 8. El pulpo del tránsito, 173 9. Diplomacia de cañoneras, j 76 10. "EI.l\-finistro Filibustero'" 178 11. Triste Rómulo para la Mosquitia, 181 Ir : EL PREDESTL"lADO DE LOS OJOS GRISES, 184 12. La Falanb'" Americana, 184 13. Rivas, 29 de junio de 1855, 185 14. La Virgen, 3 de septiembre de 1855, 187 15. Granada, 13 de octubre de 1855, 189 16. "Ángel tutelar de la paz", 191 17. El terrorista fIrma un tratado, 193 18. ¡Tú eres ese hombre!, 194 19. La estrella del imperio, 197 III : COMANDAc'lTE EN JEFE, 200 20. La conexi6n de Wall Street, 21XJ 21. La Conexión Know-Nothing, 203 22. El dinero es una necesidad, 206 23. Los poderosos hermaniticos, 209 24. Walker destierra a sus rivales) 213 25. La verdad sobre Nicaragua, 214 26. Descalabro en Santa Rosa, 217 27. Invasi6n inminente, 219 28. Las estratagemas del general Walker, 221 29. Rivas, 11 de abril de 1856, 223
30. Dia de sol, 225 31. I1Monstruo en forma humanan, 227 32. El horizonte se viste de paz, 231
ANEXOS, 233 A. Proclama de don Pedro Joaquín Chamarra, 233 B. InslIucciones de Joseph L. White, 233 C. Capitulación de Diego Gutiérrez, 234 D. Proclama del Presidente Mora, 236 E. La verdad sohre Nicaragua, 236 F. Discurso de WaJker, 238 NOTAS, 240 llBRO IV: LA GUERRA NACIONAl, 251 1: EL "PRESIDENTE" WALKER, 251 1. Los vecinos del Norte, 251 2. Abrazos en León, 253 3. Prematuro para la Historia, 254 4. La hora del Destino, 256 5. Rompimientocon Rivas, 258 6. Farsa en Granada, 260 7. Camhiando el cristal, 262 8. No existe la palahra [racaso, 263 9. Ejército Americano de Ocupación, 265 II : LA GUERRA, 267 10. Conatos de Liheración, 267 11. Amanecer en San Jacinto, 269 12. El nuevo cristal, 271 13. La eslIategia de Belloso, 274 14. Avalancha de blancos, 277 15. Retirada de Masaya, 279 16. Oportuna victoria naval, 281
17. "Aquí fue Granadau, 282 18. La venganza de Vanderbil~ 286 III : LA LIBERACIÓN, 288 19. Costa Rica decide la guerra, 288 20. La Puerta se cierra, 291
21. Acorralado en Rivas, 292 22. La última IIinchera, 294 23. Capitulación, 297 ANEXOS, 300 A. Toma de posesión de Walker, 300 B. De las cuevas de Segovia, 302 C. San Jacinto, 14 de septiembre de 1856, 304 D. 'Tema para un novelista, 305 E. Enero de 1857 en Rivas, 306 F. Situación desesperada, 308 G. Rivas, 8 de marzo de 1857, 309 H. La Capitulación, 309 1. El hospital en Rivas, 310 J. A la juventud de Nicaragua, 311
K. Los filibusteros en cifras, 312
NOTAS, 315
II : CENIZAS Y RUINAS, 337 7. "Nicaragiienses Buenos para Nada", 337 8. lns codiciosos hermaniticos, 338 1II : EL POSESO, 342
A. SEGUNDA EXPEDICIÓN -EL FASHION, 342 9. Nicaragua en la bolsa del pantalón, 342 10. Golpe de gracia al filibusterismo 344 B. CONTRA TODA ESPERANZA, 346 11. Gallo muerto en la gallera, 346 12. Enterrado en el Capitolio, 348 13. Politiqueando, 349 14. El hombrecitode los ojos grises 351 C. DAVID Y GoUAT, 353 15. La «escritura de venta}} de Nicaragua 353 16. El hombrecito de los ojos negros 355 17. Galería de los pillos del Tránsito, 356 18. Sorteando la tormenta 358 D. TERCERA TENTATIVA -LA SU5AN, 361 19. El «generalísimo)) Joseph L. White, 361 20. Naufragio providencial, 363 E. CUARTO FRACASO -EL PHILADEll'HIA, 365 21. Casado con Nicaragua..., 365 22. Mendi!W'do la limosna, 366 IV : EL ADIOS, 368 23. Washington inmola a EsparUlca, 369 24. Hora de rememorar, 371 V: UN ALMA EN PENA, 373 25. Don Juan y la novia, 373 26. Edipo en Rivas, 375 27. Ugolino en el Infierno, 376 28. El héroe se dispone a partir, 377 VI: LA PARTIDA DEL HEROE, 379 29. San Juan decide las cosas, 380 30. A Nicaragua, a como sea, 382 31. Su suerte estaba sellada..., 384 32. Amanecer el 12 de septiembre de 1860 en Trujillo, 386 EPíWGO,388 ANEXOS, 391 A. Discurso de Walker en Nueva Orleáns, 391 B. Primera carta al Presidente Buchanan, 393 C. Los filibusteros en el Hospital Bellevue, 396 D. Carta a Charles]. Jenkins, 399 E. Segunda carUl al Presidente Buchanan, 401 F. La justicia y la misericordia de WaJker..., 403 G. Discurso en Mobile, 404 H. La conspiración centroamericana, 409 1. Carta al Register, 409 ]. Marilliesto al Pueblo Americano, 410 K. La novia de Abidos, 41 ¡ L. Proclama del proto-filibustero, 412 M. Inútil defensa, 414 N. Informaciónad perpetuamen A1ajuela, 414 O. La derrota de la esclavitud en Centroamérica, 417 NOTAS, 417
llBRO V : TRUJILLO, 325 1 : EL HÉROE CAíDO, 325 1. El retorno del héroe, 325 2. Vestido de rojo, blanco y azul, 326 3. EnlIe colegas en Washington, 328 4. Aguacero en Nueva York, 330 5. El favorito de los dioses 332 6. Tirano frío, corazÓn de piedra, 334
CRONOWGíA, 431 CAlENDARIO SINÓPTICO, 434 MAPA DEL CALENDARIO SINÓPTICO, 434 BIBllO-HEMEROGRAFíA DE WIUlAM WALKER, 436 BIBllOGRAFíA GENERAl, 444 NOTA DEL AUTOR, 453 OBRASDEALElfu~DROBO~OSGE\TIR, 455 íNDICE ONOMAsTICO, 456
DEDICATORIA
A LA MEi\1.0RlA y
~"10R
DE MIS PADRES NICOLÁS BQLA]i:¡os CORTÉS y AMANDA GEYER ABAUNZA, EN OJOS.
A.B.G.
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INTRODUCCIÓN [traducción] Canto a este hombrequc hacer el bJen qwsoJ
Que con abnegaci6n por la paz luch6, Que sin un gemldo en sJ1encio cay6, Este hombre a quien nadie ha comprendido" Este gran hombre a quien ya casi se olvid, ¡cuán grande es frecuentemente el p:xier de la voluntad humana! Es esa mezcla de ~deza y pequeñez, de, fuerza y debilidad, la 4 que confunde.
La introspección y la nostalgia que caracterizan esta carta, transmiten la melancolía de Billy a su arribo en Londres, brindándonos una pista sobre su crisis en Francia. liCuando te escribo, ]ohnll , inicia una serie de reflexiones evocadas por el pesar de París que se agudizó en h encapotada frigidez del invierno londinense. Solo y angustiado, Billy añoraba la presencia de un amigo "que sepa escuchar y compadecerse y aconsejarll • Las citas blblicas se mezclaron con las reminiscencias nostálgicas de una lejana niñez junto al río Cumberland: "¡Que volvieran esos tiempos felices!" Y los versos que cit6 de JI Penserosode J\.1ilton concordaban con su estado de espíritu, pues es el Roema en que Milton can1f: '¡Salve! oh dJosa? sabia y santa 7 ¡Salve! dJlina .Jlelí:fIlcoUa,~4 Billy entonces revel6 el pensamiento que 10 atormentaba: liCuando miramos dentro y vemos los movimientos del coraz6n ... qué va) el escuchar una sola palabra puede cambiar el curso entero de una vida". Al verlo sumergido en la depresión or.iginada por los eventos que le hicieron abandonar la medicina en París, la pregunta surge de inmediato: ¿cuál fue h pahbra que cambió h vida de Billy? ¿quién se h dijo? La respuesta es un secreto que no podía comunicarle a John en la carta _"¡Qué bueno será, ]ohn, cuando nuestros labios ... puedan decir lo que las palabras de esta tierra jamás podrán comunicar! ... ahora cada uno ve apenas los reflejos del aJma del otro". Uno de los reflejos del alma de Wa1ker -un poema creado muy hondo en su psiquis, lo escribió en su siguiente carla de Londres a )ohn, fechada el 17 de mayo de 1844. Conformeh pauta establecida en las misivas anteriores, en ésa tampoco aludió Billy a ningún tópico médico y manifestó profusamente su interés en la política, pero lo más importante de la carta es el poema, que se presenta y analiza en el capítulo diez: Manfredo descubre a Edipo. La siguiente carta de Billy a John, su última de Europa, se la envió de Italia: Venecia, 19 de noviembre de 1844
Mi querido John, Recibí tu muy agradable carta -sin fecha- ayer en la mañana. Al comienzo de la carta pareces indeciso sobre lo que
vas a decir; pero, por :fin. entras de lleno en lo que más me interesa --el Ego. Las noticias de Dena a.dentro --a la que yo tontamente considero tan civilizada como los viejos pa!ses europeos -si no más civilizada- son siempre agradables, ya se trate de asuntos generales o estrictamente locales. :Mas, como bien dices, hoy en dia recibimos las noticias en los peri6dicos y no ror cartas. Sin embargo, John, hay 1lI1a cosa que s6Jo un amigo me puede conlar -los sentimiemos del coraz6n del
ami¡p ..
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AJ"EjANDRO BOLAÑoS
Desde que abandoné Inglaterra, he pasado ¡:or Bélgica, la Prusia Renana., do arriba en el R.in y por Suiza a lt.alia_ Mas ahora no tengo espacio ni riemro para cont2rte todas las
maravillas que he vis to .. Qué bello es el viejo mito del Tiempo devorando a sus hijos. Un IDomento nace, es devorado -¿y ad6nde se ha ido? N o obstante, cuánto depende de un momento, la vida entera de un
hombre puede depender de un instante. '" Si fuéramos maes tras en la ciencia de los cómputos del ~ ¿no sería un problema plausible el partir de cualquier momento en la vida de un hombre para encontrar todo su pasado y futuro? .. Los astrólogos han tomado un momento ---el nacimientocomo el mejor para hacer los cómputos de la vida, la falsedad de sus pronósticos proviene de que no tOIlllill en cuenta del todo el elemento más imPJrtante del problema -la indole del niño... Ahí está la dificultad ---conocer el estado de la mente del niño. ¡Qué cantidad y variedad de causas perturbadoras entran entonces necesariamente en los cálculos! Enfin, es un
problema desconcertante. Tal es la nanualeza de nuestras reflexiones cuando llegarnos a una de las vueltas en la vida y echamos una mirada atrás sobre el camino que hemos recorrido. Estamos demasiado jóvenes, sin embargo, para tener mucho camino por detrás, y miramos más hacia adelante que a nuestras espaldas. Por lo menos así me pasa a mí. ¡El futuro! ¡El futuro! Algo que siempre viene p::ro nunca llega. Algunos pedazos del pasado son también muy interesantes; pero el presente casi siempre es aburrido ... El gran placer es el de la lmaginaci6n; las formas de la Esperanza y la Memoria son bellas cuando se cubren con los colores de la fantasla -sin ese colorido, son cosas muy ordinarias. Estos son los que p:xjríamos llamar placeres puramente menta.Jes~· hay otros más arriba Y mas allá -los placeres morales --el placer de venerar y adorar a Dios --el placer de hacer el bien. Ya estoy cansado de la vida errante que he llevado desde hace algún tiempo, y espero ansioso el dia en que estaré de nuevo en el activo, emocionante mundo del Oeste. No sé exactamente cuándo llegaré a casa; probablemente en abril o mayo pr6ximo. E18 de mayo cumpliré 21 años; y desearía pasar ese día en casa. Para esta fecha ya debes saber mucha teolog{a; en año y medio de estudios se puede aprender bastante. Espero que hayas descartado la idea de hacerte misionero y que hayas decidido radicarte en algún Jugrr civilizado del mundo donde uno pueda tener la oportunidad de verte de vez en cuando. ¡Ay! Jo1m, es muy duro vivir en el mundo sin nuestros amigos naturales -los que se nos dieron al nacer. .A..sí pues, espero que te hayas enamorado,. o pronto te enamores, de alguna muchacha cerca de Nashville y que te cases; asimismo espero, que como auténtica cara sposa, te g:Jbieme totahnente y no te deje emigrar a ninguna región remota donde sohmenre te acompañen salvajes parlanchines y paganos a medio civilizar. Aupialsir de vous revoir---eomo enseñan a decir a las niñas en las escuelas de Francia- Soy Tu amigo, afectuosamente, WM.. WALKER.«
Casi un año después de haber abandonado París, BiJly seguia deprimido y obsesionado con la idea de que algo aparentemente trivial -una simple palabra- le cambió radicalmente su vida. Seguia meditabundo, absorto en la introspección, abrwnado por conflictos internos que no podía resolver. Su imaginación soñaba con un futuro enigmático y glorioso que siempre se alzaba fuera de su alcance. El ansiosamente esperado futuro continuaba oculto cuando
GEYER
Billy regresó a Nashville en 1845, pero los dos años en Europa habían dejado huellas indelebles en él. El galeno adolescente que zarpó en el Emcrald lleno de ilusiones en abril de 1843, vio morir sus esperanzas en París, y resucitando los Il espec tras" de los udifuntos" sueños de la niñez, fuertemente coloreados con tintes de fantasía, regresó a América dispuesto a construirse un glorioso destino en el escenario político de su patria. Tras dos años de introspección)' observaci6n atenta de la situación sociopolítica del Viejo Mundo, sus creencias y objetivos habían cristalizado. En sus cartas a Lindsley ya vimos sus tentativas de auto análisis. Antes de seguir sus siguientes pasos en Estados Unidos, conviene considerar ciertos relevantes factores europeos que ejercieron influencia tangible sohre él. El mapa de Europa, elaborado en el Congreso de Viena en 1815, parecía haber estancado la corriente de la historia, mostrando una sola masa homogénea de gobiernos monárquicos medio siglo después de la Revolución Francesa. El zar Nicolás 1 de Rusia; la reina Victoria de Inglaterra; Isabel Ir de España; Maria II de Portugal; Luis Felipe de Francia; Leopoldo 1 de Bélgica; GuiJlenno II de Holanda; Cristián VIII de Dinamarca; Carlos XIV y Oscar 1 de Suecia; Federico Guillermo IV de Prusia; el archiduque Luis, Regente de Austria (y el príncipel\{etternich, árbitro de Europa); el papa Gregario XVI de Roma, y el sultán Abdul Mechid de Turquía, fonnaban un sólido bloque monárquico mientras las fuerzas revolucionarias se movilizaban en el Continente, preparando el terreno para las explosiones generalizadas de 1848. La Era Romántica llegaba a su fin, y la glorificación de los Derechos del Hombre por los librepensadores rápidamente cedía lugar a las nociones nacionalistas que subordinan al individuo a los intereses del Estado. La amplia gama de corrientes de pensamiento y el patrimonio cultural que embebió Walker en Europa lo proveyeron de notable ilustración. En París, BiJly oyó la Misa Gresoríana en la catedral de Notre Dame y escuchó la Marsellesa Junto a la tumba de Napoleón en Los Inválidos. Vio a Augusto Comte a raíz de haber publicado el último tomo de su Cours de PhiJosophiePositive. Se cruzó en las calles con Karl Marx (quien residia en la capital francesa en esa época) precisamente cuando en 1844 proclamó en París su famoso aforismo de que la religión es el opio del pueblo. En Europa, Billy leyó a Maquiave!o, Montesquieu y Rousseau, y sintió los presagios de las inminentes revoluciones. Leyó a Adam Smith, Jeremy Bentham, Bacon, Aristóteles, Shakespeare y ByrOfi y en Venecia estuvo donde este último escribió l.lfanfred. Admiró catedrales góticas, ruinas romanas, esculturas clásicas y lienzos renacentIstas; asimismo, se dejó extasiar por la ópera y comulgó con la causa de los carbonarios en Italia. En 1845, a los 21 años de edad, BiJly conocia y probablemente dominaba cuatro idiomas -inglés, francés, alemán e italiano, y tenía conocimientos básicos de latín y griego. Además del fundamento científico y cultural adquirido en Nashville, Filadelfia y París, había asimilado en dos años las fuerzas e ideas reinantes en Europa. La aguda crisis psicológica que le hizo abandonar la medicina había pasado, dejando a BiIly sumergido en grandiosas fantasías de poder. En consecuencia, cuando regresó a Nashville le anunció a sus padres su decisión de estudiar leyes -profesiónimportante para lidiar con éxito en la arena política de los Estados Unidos. J
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1I , El DESTINO MANIFIESTO Bajo el sol del tróp1co en elluclcnted/a
Los fundadores del Imperio emprenden su gloriosa v1á: iPasa~ COflstrudores de nac.iones!¡Adelante ahora! ¡Toda la Tierra sabrá VlJestro triunfo en esta hora.!
LADY EMMEUNE STUART WORTIEY.
A Jos .1.meric:anos que Cruzan el Istmo. [traducci6n de Mario Cajina-Veg.] Se nece5itar.ía~ RooscveJt" ser por DJOS mismo.} el RiBero temble y el fuerte Cazador,
para poder tenemos en vuestras férreas garras. .I: pues conti.is con todo.} f21ta una cosa: ¡Dios.' RUBÉN DA/Uo. A RoosevelL
4. El Coloso del Norte EL PANORAMA POÚTICO de los Estados Unidos en 1845 era rawcalmcnte distinto a ]0 que \Valkcr había vislo en Europa. Las trel:e colonias inglesas yue en 1776 habían inteiado el exrerimentode un gobieino republicano en la costa atlántica
de continente, al aproximarse a los setenta años de \-;da independiente continuaban la expansión hacia el oeste que las caracterizó desde un principio. A los territorios recibidos de Gran 13rct.aña habían agregado la vasta extensi6nde la Lu.isiana francesa, comprada a Napoleón en 1803, y enseguida la Florida, adquirida de Espafia en dos tantos. Su poblaci6n de dos y medio millones de habitantes en 1776, se había multiplicarlo a veinte millones para 1845. La inmigración europea ese año pasó de cien mil, y en la siguiente década alcanzaría cifras arriba de medio millón anuales. El gobierno ventila las inagotables tierras vírgenes a $1,25 el acre~ al crédito, a quienes d~searan trabajarlas. La producción agrícola y las actividades comerciales ascendían sin cesar mientras la incipiente revolución industrial sentaba las bases para el futuro. Milhres de millas de líneas ferroviarias seguían alargándose, tupiendo las redes entre las ciudades. Más y más vapores surcaban los ríos y los canales artificiales. El toneb.je de la marina mercante se acrecentó diez veces en menos de 30 años. El telégrafo comenzÓ a transmitir el pensamiento a la velocidad de la luz. El arado de vertedera, las cosechadoras McComück, el uso de la anestesia en cirugÍa, la máquina de coser, el telar mecánico, la hielera, la cocina de hierro, Jos revólveres CoIl )' las miles de herramientas que facilitaban toda chse de labores, revolucionaron la faz d.el país a la vez que se forjaba el típico pionero individualista norteamericano -producto de la intetll.cci6n de la herencia y el medio ambiente, ambos variados y complejos. Sin embargo, el horizonte continental entero-la sensaci6n de amplitud, la invitaci6n a la movilidad, la atm6sfe· ra de independencia,los estímulos para la gente emprendedora y optimista, produjeron un norteamericano homogéneo. Su retrato lo brinda Henry Steel~ Commager en The Amencan Mind(La Mente Americana):' El noneamericano era un optimista incurable; para él, el progreso no era una idea filosóf1ca sino una experiencia cotidiana. Ninguna nación en la historia había tenido el éxito de su "América", y todos los ttamericanosft lo sabían. En ninguna otra parte del mundo babla sido la naturaleza a la vez t.an rica y pródiga, y sus riquezas estaban al alcance do todo aquél que se esforzara en conseguirlas y tu\;era la suerte de ser blanco.
El norleamencano vivía en el futuro, preocupándose poco por lo que el día de boy traería pero mucho por los sueños -y ganancias- del mañana. Junto con su opLimismo albergaba una sensación de poder y vastas reservas de energía, mientras que su imaginación vagaba por todo un continente, receptiva a los grandes planes y heroicas especulaciones. El norteamericano predicaba el evangelio del trabajo arduo, daba por sentada la comodidad y consideraba .inferiores a quienes no alcanzaban su nivel de vida. Había obtenido un bienestar general superior al de cualquiera otra parte del mW1do. Se había acostumbrado a la prosperidad, le molestaba todo lo que interfIriera con ella y veía su ausencia prolongada como un ultraje a la naturaleza. Automáticamcntemiraba como bueno todo lo que prometiera un aumento de riqueza. El norteamericano era intensamente práctico en casi todos los campos~ mas no en todos. Era incesantement.eingcnioso y fértil en recursos, siempre listo a improvisar nuevas herramientas y técnicas para resolver nuevos problemas -nunca más feliz que cuando les encontraba soluciones med.n.icas. Fue de los primeros en concederle a la tecnología su lugar en la educación superior. Al norteamericano le fastidiaban las teorías y especulaciones, y rehuía las filosoffas abstrusas de gobierno y conduela al igual que una persona sana evita tomar medicinas. El norteamericano era un utilitario incurable. Era m.is bien creyente que devoto. La santidad no era la cualidad más conspicua de sus líderes religiosos, y obstinadamenteoponía su fe en la salvación por sus obras a la doctrina de la salvaci6n por la gracia. También desconfiaba profundamente de lo abstracto y doctrinario en política. Sus partidos políticos eran organizaciones pragmáticas a las que podía enganCharles prmcipios misceláneos~ y no principios sobre los cuales habría que construir organizaciones. Plenamente dedicado a su vida en el uevo MW1do y extasiado con sus riquezas y recompensas, el norteamericano albergaba la convicción incuestionable y ciega de que su patria era el mejor país del globo. Para el norteamericano, su tierra inculta era de hecho suficiente paraíso. Para él, la superioridad moral de su patria era igualmente axiomática. Esta actitud de superioridad iba acompañada de la idea de destino y misión, y generaciones sucesivas rivalizaron en el ahinco con que se empeñaban en difundir el ideario lIamericano" por el mundo. Su actitud hacia la cultura era a la vez recelosa e indulgenle. Por lo general, exigía que la cultura sirviera para algo útil. La educaci6n era para él W1a religi6n, y a ella le pagó el tributo de su dinero y afecto; esperaba que la educación preparara para
12 ~-con lo cual quería decir, cada vez más empleos y profesiones. Ese norteamericano descrito por Commager,forjó.al Coloso del Norte, donde el progreso explotó exuberante en todas direcciones. La fundación de la Academia Naval en AnnapoJis en 1845, las primeras reglas del bcisbol, la Institución Smithsonian, la Break Farm y demás experimentos socialistas bajo las normas de Fourief, los mormones de Brigham Young, las innumerables ligas antialcoh6licas, las organizaciones y convenciones en defensa de los derechos de la mujer. más de cincuenta sociedades antiesclavistas, el periódico LIbcrator de William Doyd GarrisoD, con su lema llnuestra patria es el mundo -nuestros compatriotls son la humanidad", las 36.000 iglesias censadas en el Sexto Censo Nacional de 1850, los 78 millones de ejemplares de revistas literarias, 5 millones de ejemplares de revistas científicas y 30 millones de ejemplares de publicaciones religiosas cada año, pintan un cuadro caleidosc6pico de progreso que no se puede valorar en dólares y centavos. La triste situación de los dos grandes grupos minorüarios del país -los indios y los negros, tampoco se puede medir en cifras. El indio norteamericanopennanecíaaislado de la civilización anglosajona en 1845. los pobladores ingleses del siglo XVII estlblecieron sus comunidades separadas de los 250.000 aborígenes que residJan al este del .Mississippi, cuya densidad de población no llegaba a un habitlnte por cada diez kilómetros cuadrados de territorio y cuyas costumbres primitivas, heredadas de sus antepasados, los ponían en gran desventaja en sus relaciones con el hombre blanco. Al expandirse, los enclaves europeos desplazaban a los indios, a veces por medio de convenios formales, pero también a menudo por la fuerza. Sirva de ejemplo el decreto del 28 de mayo de 1830, que en menos de diez años acabó de expulsar a las tribus índíhrenas de Georgia y otros Estados vecinos -aproximadamentecien mil seres humanos- y los trasladó a las soledades de üklahoma en la antigua Luisiana. al oeste del .M:ississippi En ese sendero de lágrimas, los bravos que opusieron resistencia cayeron asesinados; otros perecieron. víctimas de epidemias y los sobrevivientes sufrieron innumerables penalidades, frecuentemente agravadas por las injusticias de los agentes federales. Pero aun los sufrimientos de los pieles rojas en 1845 palidecen ante la atroz suerte de los tres millones de negros en los Estados Unidos, casi todos ellos esclavos desde antes de nacer, sin derechos civiles, sin educación y sin derecho al respeto de sus lazos familiares. Cuando las trece colonias inglesas declararon su independencia en 1776, la esclavitud africana era una institución legal no s610 en todo el continente americano sino también en todo el mundo, y la trata de esclavos que los africanos mismos comenzaron y los europeos del siglo XVI introdujeron en América, era un negocio floreciente y lucrativo. Los primeros nebrros norteamericanos fueron introducidos, en Virginia, en 1619; su número sumaba ya 700.000 cuando los trece Estados originales de la Uni6n prohibieron la trata de esclavos a raiz de la independencia, poniendo así fin a la importación de africanos. Massachusetts, Pennsylvania y los demás Estados norteños, donde la esclavitud no era rentable y había pocos negros, inmediatamenteabolieronla servidumbre forzosa. En los Estados sureños se penniti6 que continuara, pues la cantidad de negros (658.000) era grande y su liberación masiva habría sido catastrófica para el orden socio-económico existente.
la vida
ALEJANDRO EOLAc,"OS GEYER
La desmotadora de algodón ~un cilindro de madera rodeado de hileras de finas púas aptas para quitlrle la semilla a la fibra corta del algodón de tierra altl- inventlda por Eli \Xlhitneyen 1793, aceleró el proceso del desmote, de seis libras diario a mil. Ello generó una gran demanda para la variedad de fibra corta y abrió extensas zonas del interior a su cultivo, consolidando así a la esclavitud como c1emento integral indispensable en la sociedad sureña. La producción de algodón se multiplicó cien veces en la última década del siglo XVIII. Las exportaciones subieron de 1.890 quintl1es en 1791 a 210.000 quintl1es en 1801, y luego se duplicaron de nuevo en menos de tres años. El llRey Algodón tl reinó supremo en el Sur, irremisiblemente encadenando con mayor fuerza a los esclavos. Mientras inicialmente los caballeros sureños deploraban su Jnsúlución pecu¡iarcomo un mal inevitable, con el paso del tiempo y el desarrollo del algodón, la esclavitud llegó a ser tan indispensable que ya muchos no la veían mala. El crecimiento nacional se desequilibró. Los Estados libres tenían dos millones de habitantes (1,9 millones blancos) en 1790; los Estados esclavistas también tenían dos millones (1,3 millones blancos). Para 1820 el Norte había aumentldo a 5,2 millones (5 millones blancos) y el Sur a 4,5 millones (2,8 millones blancos). Tremta años más t.arde. el Norte saltaba a 13,4 millones (13,2 millones blancos) mientras el Sur llegaba apenas a 9,6 millones (6,2 millones blancos). la diferencia se debió en gran parte a que los inmigrantes europeos abrumadoramente preferían radicarse en los Estados libres. La producción agrícola, que al comienzo era mayor en el Sur, para 1840 se había revertido: 285 a 279 millones de dólares en favor del Norte, y diez años después la diferencia era ya de $859 millones en los Estldos libres contra $631 en los esclavistas. Ello, a pesar de la mayor extensión de las fmcas sureñas: 180 millones de acres contra solamente 108 millones en el Norte. .Mientras las fincas norteñas ocupaban 2,5 millones de brazos. las sureñas requerían 3,7 millones, incluyendo 2,5 millones de esclavos --que produdan $7,94 contra $3,49 por acre y $342 contra $171 por trabajador, ambas estadísticas en favor del Norte. La expansión industrial abrió una brecha aún mayor. En 1820, la producción industrial de Jos Estados libres ascendió a $32 millones; en los Estados esclavistas. a $20 millones. En 1840, las cifras fueron $375 y $106 millones respectivamente. En 1850 la producción industrial del Norte subió a $843 millones y la del Sur se quedó en $165 millones. El censo de 1850 abunda en cifras que revelan enormes diferencias en prácticamente todos los campos. Las estadísticas de comercio interno muestran $1,4 millones para el Norte y $0,4 millones para el Sur. El tonciaje registrado de navegación costera, lacustre y fluvial, 1,5 y 0,5 millones de toneladas; marina mercante, 1,33 y 0,25 millones de toneladas; vías férreas, 13.105 y 4.212 millas, todas estas cifras en favor de los Estldos libres. Ese año, 47.752 alwnnos se matricularon en 61 wllversidades en el Norte; 19.648 alumnos se matricularon en 59 universidades en el Sur. En el Norte, 2.769.201 niños estudiaron en 62.433 escuelas públicas; en el Sur, la cifra fue de 581.861 niños en 18.507 escuelas. En los Estldos libres, 15.000 bibliotecas tenían cuatro millones de volúmenes; en los Estldos esclavistls, 700 bibliotecas tenían 650.000. En los norteños, 1,790 periódicos y revistas publicaron 334 millones de ejemplares en 1850; en los sureños, 784 sacaron 81 millones.
LA CIUDAD MEDIALUNA
I
f;)
'EL DESTINO MAN1FIESTO"
Casi la única estadística que favoreció al Sur ese año fue la forma de vestir en el mundo occidental, desplazando 3. la lana
Bretaña, eran todos Estados libres en potencia que eventualmente otorgarían al Norte una supremacía abrumadora en ambas cámaras en Washington. Bajo esas circunstancias. la República de Texas, recién
y demás fibras, llegando eventualmente a generar dos tercios
segregada de México, solicitó ser admitida en la Unión como
de las exportaciones norteamericanas.
Estado esclavista, exacerbando de nuevo las tensiones entre el
de Lts export2ciones ($81,1 a $70,7 millones), naturalmente debido al algodón, cuya expall5ión habla alterado tOWmente la
la producción de algodón babía conti.~uado ascendiendo y
Norte y el Sur. Antes de abordar la cuestión de Texas, sin
sentando nuevos récords, saltando a 16 millones de quintales en 1820 y luego a 32, 70, lOO Y 230 millones de quintales anuales en cada una de Lts siguientes décadas. En 1850, cuando todavía no existían tractores, más de la mitad de los esclavos
embargo, debemos echar una mirada a los vecinos al sur del
sureñ05laboraban en los algodonales. la siembra del algodón, que babia comenzado en Georgia y South Carolina, tras
EN 1845, un cuarto de siglo después de independizarse de
atravesar Alabama y Missr,sippi había penetrado en la antigua Luisiana francesa para enseguXla extenderse sobre l2.s llanuras tejanas. El algodón fue dejando atrás miles y miles de hectireas de suelos agotados por las ruinosas prácticas agrícoLts de la
época. Teniendo a mano tierras vírgenes aparentementeínagolables, no babia interés en aplicar métodos cientificos para la
conservación del suelo; y
3
medida que las plantaciones de
Georgia y Carolina una tras aira dejaban de producir, las inmensas praderas deshabitadas de Texas atraían a los
Río Bravo, de quienes Texas había sido parte.
5. Al sur de la frontera España, el panorama político en Hispanoamérica contrastaba fuertemente con el de Estados Unidos. La Gran Colombia.} ya fragmenta~a en ueva Granada, Venezuela y Ecuador. era el escenario de luchas intestinas: las contiendas partidistas, activas o latentes, conLinuaban incesantes en Nueva Granada después de la guerra civil de 1840-42. En Ecuador llegaba a su fin la dictadura del general venezolano Juan José Flores (1831-35 y 1839-45). El General se habla mantenido en el poder cambiando la constitución
ecuatoriana a su antojo hasta que fue depuesto y desterrado. En Venezuela, el caudúJo de lurno era el general José Antonio
finqueros sureños con sus esclavos. Ese impulso expansion.i5ta de los intereses algodoneros sureños y, claro está, la creciente preponderancia demográfica y económica de los Estados libres, necesariamente rompieron el equilibrio politico, originando reajustes sucesivos en un esfuerzo por mantener el precario balance de poder entre el Norte y el Sur. El primer reajuste politico importante ocurrió en 1819~20 cuando Missouri, que pertenecía a la Luisiana, solicitó su admisión como Estado de la Unión. La constitución
Páez, quien tomÓ las riendas en 1831 y gobernó, personalmente o por medio de titeres, hasta 1846 cuando su protegrlo José Tadeo Monag.s se le volteó y lo exilió. Perú caía hajo la holJl del general Ramón Casulla (1845-51 y 1855-62) tras haber sufrido una serie de revoluciones. Bolivia, liajo la del general José BaIlivián, instalado por las armas, y otra revuelta le sucedería al dejar el poder en 1848. En Chile, el gene,al Manuel Bulnes (1841-51)gozaba de pode-
adoptada por Missouri, bajo la illf1uencia de los finqueros
res dictatoriales.
sureños dentro de sus fronteras, permitía la esclavitud. La Unión entonceS contaba con 22 Estados, la mitad de ellos libres y la aira mitad esclavistas, dándole a cada bando 22
senadores en Washington, dos por cada Estado. Los once Estados norteños o libres, situados entre los 37" y 47" de
latitud norte, eran Connecticut.lllinois, Indiana, .Massachusetts, New Hampshire,New Jersey, New York, Ohio, Pennsylvani>, Rhode Island y Vermont Los once Estados esclavistas f1
sureños. simados entre los 29 y 40°, eran Alabama, Del:tware, Georgia, Kentucky, Louisiana, Maryland, I\!ississippi, Nonh
Carolina. South Carolina, Tennessee y Virginia. La posición de Missouri. entre los 36°30' y 4{f. era inr.ermerna, y Jos norteños inicialmente rehusaron admitir al nuevo miembro del bloque esclavista. Las tensiones en juego de los intereses creados de ambos bandos condujeron a que el Congreso en \Vashington aprobara el "Pacto de Missouriu en 1820, por el cual se pareó la admisión del nuevo Estado
esclavista con un nuevo Estado libre, J\.1aine, segregado de Massachusetts. Además, se prohibió la esclavitud en los territorios bajo control federal a! norte del paralelo 36"30'. El
pacto produjo un intervalo de relativa coexistencia pacífica durante el cual se admitieron dos Estados esclavistas adicionales, Arkansas (1836) y Florida (1845), pareándolos con los Estados libres de Michigan (1837) Y Iowa (1846).
En 1845. el Territorio de üklahoma era la única comarca federa! debajo del paralelo 36"30' disponible para fonnar Estados esclavislJls. Arriba de dicho paralelo, por el contrario,
las vasus regiones que luego formarían Wisconsin. Minnesota. Kansas, Colorado, Nehraska, Wyoming, Nonh Dakota, Soulh
Dakota y Montana, además del todavía impreciso territorio de Oregon entonces en litigio entre Estados Unidos y Gran
En Argentina, el mctatar Juan Manuel de Rosas (1829-52)
mandaba con desmán y terror. Se estima que su policía secreta, La Mazorca.} asesinó a más de 15.0Xl opositores, cosechando para Rosas el apodo de Lllis XI alaDo) "El Terrible': En Paraguay el pueblo tenía su segundo dictador, Carlos Antonio López (1840-62), quien en 1845 libró una guerra con Argentina. El déspota anterior, doctor Gaspar Rodrfb",ez
Francia, había sido El Supremo por un cuarto de SJglo (1814-1840).En 1845 Uruguay sufría una guerra civil de nueve años (l843-51),en la que el partido Coloradodel ex-presidente Fructuoso Rivera y el Blanco del ex-presidente Manuel Oribe Se disputaban el poder. Brasil tenia emperador, Dom Pedro n. A1aska pertenecía al Zar de Rusia. Panamá era apéndice de Nueva Granada. Cuba y Puerto Rico eran posesiones de España. Canadá y Jamaica, colonias de InsJaterra. la isla Hispaniola, único pedazo de
tierra indcpendlenteen las Indias Occidentales. era el escenarlO de sucesivos baños de sangre que comenzaron con la insurrección de los esclavos en Haití en 1791. Centroarnéricaen 1845 era también teatro de crueles luchas
intestinas. Descollaba
icaragua, asolada por una intermínable
guerra civil e invadida por los ejércitos de El Salvador y Honduras. En Gualemala gobernaba el general Rafael Carrera, que aunque analfabeta, continuó de Presidente PerpellJo de la República hasta su muerte veinte años más tarde. En 1845, México era también desgarrado por fuerzas
internas turbuIentls. Durante los primeros ;5 años de vida independíente(1821-1876),la nación azteca tuvo no menos de 74 gobiernos. En sólo la década anterior a 1846, tuvo quince
presidentes de la república y doce revoluciones. A comienzos del siglo XIX, México era más grande que los
14 Estados Unirlos tanto en extensión territorial corno en poblaci6n. Al independizarse de España en 1821, México
media más de cuatro millones de kilómetros cuadrados, aproximadamente el área de los Estados Unidos después de adquirir la Luisiana y Florida. Pero mientras la poblaci6n
norleamericanasall..Uidas después por los caballos de los conquist.adores y más tarde por las acémilas del penoso
tráfico mercantil Apt!nas si en las postrimerías de su mando, el gobierno virreinal llegó a dar cima, con la ayuda de los esfuerzos privados. al camino carretero para Veracruz y a otro para Toluca. Las vIas de comunicación, tan urgentes en el país
montañoso. no adelantaron nada duranle los largos años de revoluciones continuas; por el contrario. las operaciones miliwes aconsejaban muchas veces su obsuucci6n, y lo que un ejército destruía en pocas horas DO se reparaba en mucho tiempo.
En 1832 los rroductos del correo eran meDores que en 1808. Aunque e primer conlratD para la construcción del ferrocarril de Veracruz a México se hizo en 1837. para 1850 ni un solo silbido de lowmotora nabí:! aún despertado las energías dormidas de la naci6n )' ni una sola señal lelegráfica
había roto su silencio. Numerosos impuestos maniataban al comercio, A los derechos de importación se añadían los derechos adicionales llamados ffitlllicipales) de mejoras, de contrarresguardo, de internación y de amortización, a la vez que se pagaban en los puertos los de toneladas, muelle, aguaje, practicaje, capitanía, sanidad y otros que se mudaban y restablecían de un gobierno al siguiente. Un observador norteamericano comentó esta situación, diciendo: "El libre comercio resulta Lan odioso para el mexicano, que ni sj~uiera lo tolera enlIe los diversos Estados de la república". La yarda de manta que en Nueva York valía diez centavos, en la capital mexicana costaba setenta. Naturalmente, floreció el contrabando. El historiador me:ricano Don Emilio Rabasa examina estos y otros aspectos del problema en La EvolUCión Hist6nca de México, donde explica la ruina econ6mica de la nación:
En los once años que dwó la guerra de independencia, debIan venir, con el desorden y el aumento de gastos, el empobrecimiento de las rentas y la inmoralidad en su recaudación. El trabajo abandonado en las minas 'i en la Agr1culrura por los hombres que se~ .a los rebeldes o eran
requeridos jX)r el Gobierno; el tráfico im~rrumpido ¡:or los riesgos del campo; la inseguridad en las pobla.ciones, siempre amernzadas }X)r los combatientes y agitadas por el sentimiento insurrecciona!; todo eonoibuyá a reducir la producción y con ella los ingresos habiruales, hasta llegar éstos a cifras muy bajas. Para compensar la reducción, se apel6, como sucede siempre, al aumento de cuotas; el aumento inspiró la idea del contrabando en las alcabalas, en l3 exfXIrtaei6n de metales yen los comercios prohibidos; y con el contrabando vino la venalidad de los agentes del fLSCO, a quienes la situación revuelta dejaba libres de la vigilancia superior y comunicaba el espfriru de rebeldía, de crtaba ~or que nunca Ella lloraba: Muggins era impermeable a la cura de agua. Ella le rogaba que se quedara en casa, ¡mas él se iba, pues le repugnaban los clramiJ.s domésticos! Ella crataba de hacerlo f.1oqueu-promeda asistirlo en sus dolenCJ3s y penas hasra acompañar su féretro; pero él era demasiado ron·mano para ceder. Echó sus consejos "en un cuernd' y su oPJsición creció, cada vez más arWente. En esa forma pasaron los meses hasta que se ag::nó la paciencia de Mary; y cuando ella insisti6 la otra noche en llamar al vigilante para que la protegiera de los ataques de Peter a su cabeza y corazón, éL para salvar el pellejo, se convirtió en Salt PeleI [nitro] y la roció de suficiente cantidad para hacer explotar el vecindario. La p:>tencia de su aplicación envió a Peter rápidamente al ciilalxJZo. La lóbrega celda lo hizo volver en sí y "darse cuenta de su situac:i6n", trayéndole a la memoria su lIM.:1IY en el rielo" en comparación con dicho lugar. Por la mañana lo pusieron en libertad, tras prometer solemnemente que nunca más violarla la paz de su paraíso terrenal con esa clase de explosiones. Le recomendm1os a su esposa, sin embargo, que !,ruardc las llaves y que lo obligue a cambiar de
paso. Si vuelves a presentarte palpablemente en el espíriTU, Peter} serás s't. Peter [San PedTO]} donde tu derecho a V:l~lar no se respeta.
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Peter MugginsJ el 27 de abril, lI solitario y 5010 11 , l1feliz en su gloria de soltero ll• glorificó el amor de sí mismo que entonces predominó. l/Paso" y "vagar'~ que el propio Billy puso en bastardillas, nos advierten que Muggins es en realidad 'L·aminante'~ es decir, en inglés, Waiker. 1IAl igual que el autor
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ALEJANDRO BOLAJ;'¡oS GEYER
de «Chille Harold», Muggins amaba el nombre de pidiéndolea! Crescentque cesaran 'Ilos incesantes ataques" contra persona tan respetable. Billy no hizo caso. Es más, antes de terminar mayo atacaba tambiéil a h Junta de Sanidad, acusándoh de "magistral inactividad H al haberse limitado a contar cadáveres durante la epidemia del cólera. En un solo día (el 28 de mayo), Billy descargó su hostilidad contra el clérigo-ingeniero, los cadetes de West Paint, los médicos sanitarios, los banqueros de Wall Street, los corredores de bolsa de Lombard Street, los agentes financieros de Bishopgate, los fabricantes de Manchester y los comerciantes de Liverpool Entre los blancos de su pluma. en mayo se cuentan el capitán Fomo de la policía, el gobernador John;on de iouisiana, varios colegas period~tas, un acto~ de teatro y otras personalidades de menor magnItud. Los tópJCos escogidos, la forma de enfocarlos y las palabras que usa~a, indican que Billy proyectaba en otros su hdo oscuro. Billy detestaba y condenaba airadamente las fl:aquezas y malda~es que veía en otros cuando su Lanza ltúnel de la proyección descargaba en ellos su propia sombra y contemplaba en ellos su propio Satanás. S. F. Wilson, el cuarto socio condueño del Crescent tardó en arreghr sus cosas en Mobile y no arribó a Nueva Orleáns sino hasta fines de mayo. Billy entonces tomó un merecido descanso tras tres meses de constantes y arduas labores periodísticas. En junio escribió pocos artículos y no intervino en polémicas, pero el 13 de ese mes salió la siguiente noticia en la columna "Nueva Orleáns": SOBRESEIMIENTO. -El caso de William Walker, arrestado recientemente tDr estafa, terminó ayer cuando el Juez Baldwin m dictó sobreseimiento definitivo.
El Crescent no dio detalles, pero el Ficayune informó que a William Walker lo detuvieron "porque J. Kock lo acusó de habe;le 'JllÍtado h suma de $10 valiéndose de! fraude y el lo reducido de la suma mdIca que qUIZás se engano". trataba de otro \Xlilliam Walker. Desafortunadamente, los expedientes del Juzgado del juez Baldwin del año 1849 no se encuentran en los archivos judiciales de la ciudad de Nueva Orleáns. Sea como fuere, hacia [males de junio Billy estuvo en Nashville, cuando John Berrien Lindsley anotó en su diario
:19 personal: nLunes 25. Me visit3 William Walker. Después de cena le correspondí su visita".1 De regreso en Nueva Orleáns, en julio, Billy de nuevo embrolló al Crescentcn agrias polémicas como lo había hecho antes. Primero se lanzó contra el BuDetin y luego reanudó sus ataques al Delta, supuestamente por haber publicado unas "Rcvelaciones del Banco Canal". Sin embargo, sus diatribas no se referían a hechos concretos ni a personas de la vida real, sino que eran simples variantes de un tema que había enunciado en un editorial en abril, de que la prensa no tiene el derec.:ho de publicar la conducta privada de los funcionarios públicos} lI as í como tampoco puede invadir el hogar sagrado para expQner las querellas y conflictos íntimos de la vida farniliar ll .1:I8 .La postura apasionada de Billy y las frases que usaba, muestran a la cuerda sensible del Edipo vibrando en su sombra y activando los mecanismos de defensa. "Nombre de infamia1', "periodista despiadado", "asquerosa mosca que irrita nuestras llagas y agrava nuestras enfermedades u, lucen fuera de lugar cuando se hs aplica a! Delta. Obviamente se deben a que Billy empuñaba su lanza mágica de la proyección. Su contrincante del Del{¡¡~ Alexander Walker, naturalmente le respondía airado, por lo que ambos Walkers se enfrascaron en una acre polémica. El Courierse unió a! Delta en contra de Billy, hasla que finalmente se enfriaron los ánimos con un intercambio de mensajes amables el 28 de julio. Para esa fecha, el escenario del siguiente episodio estaba ya montado. Los preliminares habían comenzado en abril, en las lóbregas mazmorras de la prisión El Prlncipe en la Habana. Don Vicente Fernández, reo por estafa, y el prisionero político don Cirilo Villaverde, sobornaron al carcelero Juan Garda, alias Francisco Re~ y los tres se escaparon. Don CiriJo viajó a Nueva York, a juntarse con los exiliados que conspiraban "para liberar a Cuba del yugo español". Don Vicente siguió rumbo a México, presumiblemente para gozar los doscientos mil pesos de la estafa. Rey se quedó en Nueva Orleáns, desvalido, pues sus amigos descuidaron remunerar sus servicios. A Rey le dió albergue un español caritativo, don José MoranteJ dueño de una chocolatería. Pronto le entró la nostalgia. Un agente secreto, Fulgencio IJorente, lo puso en contacto con don Carlos de España, el cónsul español en Nueva Orleáns. Ultimaron un trato: Rey ofreció cantar lo que sabía acerca de la conjura revolucionaria cubana, a cambio de que lo repatriaran con amnistía y protección a su persona. Aprobado el trato por el Conde de Alcoy, Gobernador y Capitán Genera! de la ish, Rey zarpÓ de incógnito e! 5 de julio a bordo de un carguero con destino a la Habana. Su desaparición alarmó a don José Morante, quien creyó que a su huésped lo había secuestrado el cónsul español para enviarlo al paúbulo en Cuba. Don José naturalmente denunció sus temores: la policía arrestó a IJorente y la prensa publicó toda clase de rumores y especulaciones. El supuesto secuestro de Rey por el cónsul español y sus "esbirros monárquicos tl en el "sagrado suelo libre de los Estados Unidos" enardeció la indignaci6ngeneral contra don Carlos de España. El Crescentfue el único diario que le otorgó al c~nsul el benef.iciode la duda en esp.era de la invest;i~ gaci6n oficial, lo cual al mstante enfrascó a Billy en otra agna disputa con sus colegas. Pronto demostró que seguía annado de su lanza mágica con sus referencias a Ismael, maldiciones bíblicas y otras frases fuera de lugar. El motivo era obvio: Rey había viajado a h Habana en un barco de carga llamado Mary
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ALEJANDRO IJOLAI-.'oS GEYER
El/en. El impacto de dicho nombre en la sombra de BiIly quedó impreso en el Crescent el 28 de agosto, cuando Rey regresó a Nueva Orleáns en la Salvadora para servir de leslihro en el juicio que se incoaba contra don Carlos de España. ¡ÚLTIMAS NOTlCI!IS DE LA HABANA!
¡¡Rey en el calaoozo!! ¡¡Las terribles y horrendas coIÚesiones del Gran Raptado!! Ayer arribó de la Habana la baICa Salradora del capitán Evans. La gran cosa que trajo la Salv.JdOI2 fue Juan Gan:h Rey~ quien
ya se encuentra en la CáIcel Mun.lcipal-"recluido, enjaulado, confinadotl en el ca.lalxno. De diversas fuentes hemos logrado juntar las confesiones de Rey y nos apresuramos a presenurlas a nuestros lectores. Estas revelaciones exponen un sistema de crueldades y vilezas que estremecen y espanr.m a la humanidad. Cnmenes tan horrendos en sus í!.spectos, tan hondos y terribles en sus consecuenci:o.s, destruyen roda confLaI1.Za del hombre en sus semejantes y nos enseñan qué clase de demonio esconde la figura humana. Pero preferimos no hacer cornenwIDs. Las atrocidades que vamos a narrar no necesitan que las realce la retórica. Confesiones de Rey. En un día. del mes de junio me llevaron a la fuerza al Consulado de España. Tenían listo un cuarto para recibirme. Todo estaba preparado para infuOOie miedo y terror. El cuano era una encone sala con las paredes tapizadas de negro. En un extremo pendían las armas de España; en el otro, la calavera y huesos cruzados. En los ruchos de las paredes los esqueletos bailaban en el aire. La única luz la daba un incensario de hierro que colgaba del lecho. Cuando entré aJ cuarlO, el C6nsul estaba en el otro extremo, ataviado en traje de Mago Oriental Portaba en una mano la espada desenvainada y en la otra una larga varita blanca que según me dijo mi gula, Llorente, era una varita mágica. El Cónsul se me acercó y me preguntó en voz alra: _'l¿Ercs tú el carcelero Rey?" Todo lleoo de nuedo y tembloroso, le COnll:!:Slé que "Sr', en voz casi ininteligible. ahogada por la emoción. -"¿Eslás dispuesto a ir a la Habana?" me pregum6 el Cónsul No supe qué contestar. La pregunta era imprevista, extraña y desconcertante. Corriendo un albur y casi sin saber lo que decía. por fin logré articular que "No". _"Pero tendrás que ir", dijo el Cónsul, lIy debes fIrmar este consentimienlo para viajar". Yo titu1x.>é, pues ignoraba las consecuencias de dicho acto Al verme vacilar, el Cónsul se me acerc6 más, con la espada en alto. Simultáneamente, el traidor Lbrente sacó una daga, y diciéndome que estaba envenenada, me la puso sobre el corazón que se me salía del pecro. La última gota de valor se me escuroo cuando llero de terror sentí un cheque eléctrico en lodo el cuerpo. Tbla sellado rrú sino. Después de esa enlIevista, me rendí a mi suerte. El S de julio por la noche me llegS a decir Uorenle que todo estaba listo para el viaje. Ya el Cónsul me habla tocado con la varita mágica y desde entonces yo obedecía ciegamente a Llorence. Al acercarnos al muelle. mi acompañante emiti6 un bajo y hondo silbido. Seis hombres aVanz.uon inmediatamente en silencio hacia nosotros. Me ataron de manos y pies, me amordazaron y me vendaron k>s ojos. No pude o¡:oner resistencia: la varita mágica del C6nsul me h>bla paralizado. Todos mis ruegos fueron en VaIX); los compinches raptores parecían no rener
piedad ni remordimiento. Me llevaron alIado de la .AbIy Ellen enmedX> de las burlas de Jos Insensibles espectadores y me tiraron a tordo como un costal de carga. Yo abrigaba tiernas esperanzas de que una vez a rordo mis sufrimientos cesa:r:!an y que al menos afJojaIÍan mis amarres. Pero ¡NO! Pronto me di cuenta de que McConnell [el Capitán de la iM:lry EJlen ] era tan cruel como el Cónsul y sus agentes. Me colocaron bajo el piso del camarote, medio-ahogándome en el agua de pantcx:¡ue de un tufo insop::m.able. S610 me dejaban salir a la hora de comida. En una ocasi6J\ cuando navegábamos en el río, le ofrecí quince doblones a McCormell por una. camisa limpia. Pero el canalla e!IlpedertOOo no me la quiso dar. Durante toda la aavesia me trataron conforme a esos acles del Capitán. Ambulado y desfallecido por las ve¡ae,mes que me infligían mis enemigos, aguanté con la mayor paciencia que pooe todos los ultrajes que me hicieron. Resolví, sin embargo, en la soledad de mi alma., que tarde o lempra.'lO me vengaría. de tantoS males. Aunque sumiso y sufrido, ya mi copa de aflicción se había. rebasado. ¡Quién podrá culparme sí en la amargura de mi corazón rnaklije a mis opresores y los mandé al Infiernol 159 El relato prosigue, con varios párrafos narrando la est2dla de Rey en la Habana y finalmente su regreso a Nueva Or1eáns:
Al bajar a tierra me sorprendl de la multitud que llegó a recibirme y todos daban muestrns de reconocer mi influencia y presencia. Todos se pusieron a mi dis JX)sici6n; cada uno ansioso de verme y conocerme. Al entrM en la ciudad, en la caJle ,ti a mi vicjo amig:> MOraDte y le dí un calwoso abrazo en éxtasis de gozo. Pero ahora que soy un gran hombre, he decidido hospedarme a expensas del público, en la cárcel; y aquí estoy p::>r fin, mirando los viejos barrotes familiares del calabozo. Después de todo, creo que fui hecho para vivir en la cárcel. 1C4 El relato continuÓ al dla siguiente, bajo "Las últimas noticias de la circel municipal-Boletinde la salud, condición y estado general del prisionero":
Nos complace infomw- al público que hemos hecho los arreglos mis extensos y detallados para recibir las noticias más frescas y veraces de la Cárcel Municipal. Nuestros informes provienen de un observador muy astuto, versado en todos los fen6menos de h vKla animal Yveget2.l, quien los elabora con toda exactitud; además, nos los transmiten agentes fidedignos y hábues que no admiten competencia ni se dejan descubrir. ... Nuestro periódico es el único que ha establecido comurocaci6n con el Gran Rey Raptado Recibimos infannes cada tres horas. PRIMER INFORME - ... Al desperLar se vera algo pesado y embotado; pero pi:lió palangana Ypiche, se lavó la cara y su semblante recobró la expresión seria y solemne, a la vez que serena y benévola, que caracteriza a ese oombre. SEGUNOO INFORME -9 A M. -Poco después de h>ber enviado mi primer irúorme, el prisionero tenninó de vestirse. Es Significabvo que la primera prt::nda de vestir que se PJne sea siempre su sombrero de Panamá. Después del sombrero siguen los zapatos. No se cambió camisa, pues dice que se apeg6 a la. camisa que lo acompañó en todas sus desgracias y tribulacKmes ... .Alberga vivos y conmovedores recuerdos de cwndo 10 obligaban a pasar horas sentado en el agua de pantoque de la MJryEUen. ... TERCER INFORME -Mediodía. -Hace pocos minutos entré al c\W"tO de Rey. Acababa de despertarse del ensueño en que se !labra. ensimismado. En realidad, su imaginación está siempre activa y él nunca parece interesarse en lo que sucede a su alrededor. Siempre apalenta estar medio dormido. La comida
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"LA SOMBRAI!
'f el vino son los únicos estimulantes que lo sacan del mundo de los sueños hacia el mundo de la realidad. Cuando entré, estaba almorzaOOo. Creo que el almuerzo le gusta mucho _prueba adicional de su =viJlosa sagacidad. Cuando l."Stá comiendo no le habla a nadie. Creo que esaí toralmente absorto en las operaciones de su est6mago -rtante tener de nuestro lado: al propio pueblo cubano. Cuando tengamos Cuba y hayamos construido el ferrocarril a través del istmo de Tehuantepec, el Golfo de México será tan nuestro como lo son los lagos Erie y Ontario. Entonces el Golfo será el centro de un comercio más rico que el que p::dría jamás presumir el Mediterráneo, y Nueva Orleá.ns será la Alejandria y Habana la Constantinopla de nuestro Imperio -mucho más p::xieroso y extenso que el romano.l~S
La visi6n que embriagó a Walker fue la de un Imperio sureño, como lo reiteró muy bien poco después en "Nueva Orleáns y la Civilización Americana": El Único ri"a1 de Nueva OrJeáns en el Continente Americano, p:x1ría ser Nueva York; pero aunque su movimiento comercial sea mayor, Nueva York jmnás tendr.á el ¡xxier que tiene Nueva
plan. El 3 de octubre, su nombre figuró en el Crescententre los signatarios de una "nota especialll anunciando lluna reunión de los ciudadanos de Louisiana partidarios de la comunicación interoceánica a través del istmo de Tehuanteped,.197 Al día siguiente escribi6 un artículo promoviendo el proyecto de Tehuantepec, que lIacarreará enormes beneficiosa los Estados Unidos, será una bendición para todas las naciones y hará de Nueva Orleáns el emporio del Continente Americano, el centro de un comercio prodigioso que la enriquecerá sobrepasando todos los sueños de opulencia oricntal".198 La reuni6n se efectu6 el 5 de octubre en el edificio de la Bolsa de Nueva Orleáns. La cr6nica del Crescentla catalogó como lIentusiasta" y narró los pormenores de los discUl'sos, las resoluciones y los 199 comités nombrados para avanzar el proyecta. WaIker y sus amigos 10hn C. Larue y]. D. B. De Bow figuraron entre los doce delegados que el 17 de octubre por la tarde zarparon en un vapor fluvial para representar a Louisiana y abogar por la ruta de Tehuantepec en la Convenci6nde Memphis del 23 al 26 de ese mes. Los delegados de diversos Estados propugnaron por otras rutas en la convenci6n. Asa Whitney propuso su plan del ferrocarril norteño, de Chicago al Pacífico. Los de Missouri abogaron por la ruta central que había explorado el coronel Fremont, de St Louis a San Francisco. Los de Kentucky preferían la terminal en Cairo, Illinois. El senador de Arkansas Salan Borland (futuro Ministro de Estados Unidos en Nicaragua) y los delegados de TennesseequerJan la terminal en Mcmphis. Los tejanos preferían la ruta del Gila, de San Diego a El Paso y de ahí a cualquier punto en el valle del Mississippi. El teniente de marina M. F. MaWYJ de Virginia, insisti6 en la construcci6n inmediata del ferrocarril de Panamá. Los delegados de Ahbama y Louisiana presentaron el proyecto de Tehuantepec. la. "correspondencia editorial" de Walker desde Memphis llen6 varias planas con sus cr6nicas detalladas de las discusiones y resoluciones. En sus comentarios rebatió la propuesta de Panamá del teniente Maury y denunció todos los proyectos del ferrocarril al Pacífico como "imprácticos y utópicos'" ya que se tardaría por lo menos veinte años en construirlos. La Convenci6n de Memphis no produjo ningún resultado favorable a pesar de que los delegados aprobaron varias resoluciones por unanimidad, inclusive una en favor de las
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"WALKER"
rutas de Panamá y Tehuantepec. Walker comentó que "el pasar
resoluciones en una convenC1ón es poca e.osa; un obJe.uvD grandioso se logra cuando todos los convenoonalesse dedIcan
con ahinco y celo a ~ner en práctica el plan propuesto en dichas resoluciones". En esto, Memphis fue un fracaso. Los delegados de Tennessee, Texas, Missouriy demás Estados regresaron a casa, cada uno entuslasmado con su proplO proyect solamente. La.propuesta de Tehuantepec no bJ. El primero que tuvo que ttpararsell fue John Thompson, un caballero a quien nuestros lectores deben ya conocer desde hace tiempo, pues tiene extensas conexiones familiares. El señor 1bompson parecía el hijo degener.ado de su padre. Su
figura lucia:
Naturalmente, le pidi6 al Juez que guiñara un poco los ojos ante sus faltas, pero su defensa era renea y Su Señoría no podía. hacer la vista. {pIda a su conducta. Lo envió a la escuela de trabajos manuales. Francis Theophilus Smith fue el siguiente en contestar a los carg;:>s por actos cometidos en el espíritu. Francis decluó que
aunque
No respiramos jXJf mortal medlCia, ¡>:)r ella bebemos, y sujeto a errar, como mortal, el había sobrepasado la qU3l2tum sufljcit que bgraba aguantar el cuerp:J hwnano. El vigilante not6 algo ruin en su aspecto y le coartó su libertad. El Juez ,emenci6 que podia agwmLuU!l poco más y lo envi6 a que acompañara al señor Tbompson en su refugio del asilo. Brían McDonald respondió a la. acusación con suma pronrirud, parándose tan enhiesco que nadie lo hubiera creído capaz de desviarse un ápice del camino recto. Acept6 que habla usado una grada del Hotel Sl. Chades como almohada. So¡;.ó que vivía en palacio de mármoL pero muy tempraoo en la mañana reconoci6 su error. A Brian se le permitió partir, tras promeler que se reformarla. A Timothy Brown lo acusaron de haber insultado al sereno, mas al asegurarle al Juez que él ~ .. .N"o qwso decir nada Un mero jueg:> de palabras y no más"
siguió las huellas del señor McDonaki. El resto de La .abigarrada pandilla recibió el mísmo 2JO tratamiento de "los ejemplos anceriores".
Ninguno de los indiciados -ni Thompson, ni Smith, ni McDonald ni llrown apareció en el Picayune. El caso notable del 6 de agosto en el Tribunal de PolicJa de la Segunda Municipalidad fue el de Mary Roebucken y Williarn H. Reed, por haberle robado $4.500 a [ames Cassidy.21l Mary, Williarn y James parecen haber reforzado a Mary EUen en el subconsciente de Wal.k.er para que Tucker asentara la crónica imaginaria llena de mensajes simbólicos. Sólo él sabía todos los significados ocultos. pero los veinticinco indivlduos pregonan la edad exac12 de Walker. Los bosquejos de John Brown y John Smith salieron el 20 de agosto; los de John Jones y James Jenkins el 23; y el 25 parece ser Peter Muggins (disfrazado de Charles Cailaghan) en el cementerio de la ciudad de Nueva Orleáns, en la esquina de Treme y Bienville, armado de un garrote fálico para volver a
ser el
mandam~s:
B. Callaghan regres6 el jueves en la noche para ejercer brevemente un poco de aucoridad y hacer unas cuantas travesuras fantásticas: para ello se armó de un pesado garrote como insignia de su puesto y comenzó sus operaciones en la esquina de Treme y Bienville a eso de las once de la noche, reuniendo a todos los vigilantes del vecindario. Pon -pon -pon -sonaba el garrote de Callaghan, recibiendo al instance igual contestación de los alertas serenos que promo se congregaron en el lugar, anric.ipando capturarlo. "Buenas noches, muchachos; tenéis un oficio muy agradable y yo lo puedo hacer muy bien wnbién'\ EXclamó Callanhan, b1a.rulierxl.o en éxtasis de deleite la varita mágica que liab!a realizado cosas tan maravi1bsas. "¿Quién eres tú? ¿Qué significa esto?' replicó uno de los enfwecrlos vigilantes nocrumos, acercindose baslame a POBRE TIPO. -Charles
CalIaghan.
LA CIUDAD MEDIALUNA
I "wAlXER"
tlAl demonio todos menos yo, infelices", resp:mdi6 nuestro héroe, indignado, aprestándose a tocar diana arra vez. "Claro que yo lo hago con elegancia y los avergüenzo a todos, granujas; así es que apártense de mi camino hasta que yo sea el JDandamás de nucvd. Pero, jay! para la apetencia de montar del señor Callaghan, ese ejercicio de autoridad no podían permitirlo sujetos celosos de sus derechos y conocedores de cómo mantenerlos. Lo enviaron a .la cárcel, aunque él protestaba que era p:x pma
envidia de su destreza profesional El juez Genois decidirá 212 sobre los méritos de su aCluación.
En el simbolismo del lenguaje OnIDCO de Tucker, pudiera ser Muggins otra vez el 31 de agosto en el cementerio, disfrazado de Norman Benson: -La esquina de Treme y Biemille el miércoles en la noche fue escenario de una e:xhibici6n
ENTRAÑABLE DIVERSIÓN.
gratuita de terrenales y elevadas volteretas ejecutadas nada menos que por el renombrado N011TILill Benson. Los ejercicios gimnásticos fueron amenizados con explosiones de elocuencia digna de mejor causa. "¿Qué diablos haces, levantando el :¡x>lvo en esa forma?1! exc1am6 el plañidero sereno al concluir Benson una serie de saltos mortales emulando a Rave!. "10 imito lo que hace el mundo", replicó Benson
''r el ojo de águila de Jones paralizado! No así la infeliz hija de Eva, bañada en sangre de sus hendas, fue a traer agua, y, presto como un rayo caído del cielo, cmpap6 al p:Jbre Jones -¡el balde estaba seco!2l1
El 26 de septiembre, el Picayune informó que William Me Cormick denunció ante el juez Genois que lo habían 11limpiado" de cincuenta dólares. 218 William se hospedaba en casa de Mary Hawkins y sospechaba que otra buésped, Ellen Dorman, le babla robado el dinero. William, Mary y Ellen activaron una vez más la pluma de Tucker para anotar los anales de la Ciudad Medialuna Interior en la crónica del juzgado cuando al día siguiente el juez Baldwin envió una 219 docena de vagos al calabozo: EL]UZGAIXJ DEL JUEZ BAlDWIN. -CaSI l/Un BosqueJo'~
Ayer el banquillo de los acusados estaba lleno de individuos que no promerlan gran cosa para una crónica p:Jlicial, pero las
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ALEJANDRO BOLmOS GEYER
luces y sombras de la vida humana se veían claramente en los roslrOS de la abigarrdc1a pandilla -las narices rojas cornÚlUÍ2n el p...;mer plano y los ojos negros proveían los tintes oscuros del cuadro. Tres pillos fueron los primeros en comparecer, buscando evitar ser enviados a. la penitenciada PJ[ rreima días. Sin duda alguna perlenecían a las primeras familias. pues dos eran de apellido Brown y el otro Thompson. A falla de mejores cargos,
todos fueron acusados de vagancia. A los indiciados los habían encontrado a medianoche en un esquife, adonnecidos y meciéndose .al murmullo de las olas, la pálida luna bañando en rayos de plata a .os devotos de Vacuna, y los espíritus de la noche, vestidos en trajes de zancudos, abanicando con sus mirladas de alas a los aletargados mortales.
¡Era una escena digna de la pluma del I/InimiubJe"j Lástima que la captura no la captó el lápiz gráfico del artista en un oosquejo animado. jQué camFO más oportuno para ejercitar las facultades magistrales del gema! Pomero la quietud del do de51izándose en silencio hacia el océano; Luna paseando en
l/Su senda principetiO enlIe los astros con suave y soseg;«lo fulgoT'~· el Dique -una franja negra bordearxio la ciudad dormida; con lámparas, "corno torvos Y altos fantasmas", titila.ndo aquí y allá en las vastas inmensidades del espacio; tila lengua de hierro de merlianochell dando bs doce; iY el paso sordo, meswado del soñohento sereno haciendo su mon6tona rondaJ Entonces el aire sagaz que asume, cuando la brisa le lleva el olor de --una rala.
"Una rata de muclle't, grita con renovada ener~ a h vez que husmea el vienro, ¡ímpacienre por el ataquJ La escena rápido cambia ---r Igual en la excltaC16n del viaje. .Mas llegará el dIa en que "después de pensarlo bied', los que van en busca de El Dorado habrán de despertar y harán cuentas del costo. Antes de que pase mucho tiemp:l, los que ayer partieron alramente entusiasmados comprenderán que el corazón; al igual que las olas, reoota entre el temor y la esperanza. Y cuando lleguen a la Tierra Prometida, aun cuando ya tengan en sus lllil.IlOS el fruto dorado de tedas sus sacnficlos, se darán cuenta de que su vida es allá un desierto estéril La mujer, cuya presencia despoja al desierto de su soledad, alivia las horas de trabajo y consuela al hombre en sus penas .-no estará ahí cuando la necesIten para infundrrle con su ejemplo renovada energía al corazón desfallecido y sustentar con dulces consejos 226 al aventurero agotado por el viaje.
A finales de agosto arribaron a Nueva Orleáns Jos primeros ejemplares de una novela, Lady Alice,,' o 1il nueVil Una" publicada en Inglaterra. La obra cautivó a Walker. Su crítica en el Crescentseñala el motivo: Walker se identific6con el héroe, Clifford, y vio a su sordomuda, Ellen, en Lady Alice, la heroína, pues tlaunque casi no se cruzaron palabras, al separarse ya se conocían muy bien. Su conver~ción la efectuaron más bien por señas que con palabras ll • En la novela, Lady Alice perece en un naufragio, pero años más tarde reaparece disfrazada de hombre. La idea de la muerte de Alice estaba tan fIrme en la mente de su novio, que éste jamás soñó que ella pudiera estar viva. Ambos residen bajo el mismo techo y traban una tlamistad intensa" sin que Clifford la reconozca. Para WaIker, eso era imposible, (pues era como si su Ellen regresara a la vida): "el autor trata de explicar el fenómeno; mas debemos admitir Hue su psicología es demasiado sutil para nuestra mente'l.22B Ese mismo día, el Crescent reprodujo un artículo del Buffalo Republié: sobre liLas estrellas y la tierra, o ideas sobre el espacio, el tiempo y la etemidadu• El t6pico tambiéncautiv6 a Walker, quien lo usó para su editorial del 18 de octubre, el
día en que cumplió seis meses el Abandonado: No hace mucho publicamos la singular especulaci6n de un
51 filósofo europeo, basada en la teoría de la transmisi6n de la luz, que nos brinda un ejemplo imaginario de c6mo todos Jos eventos del pasado se le pueden presentar de nuevo a un espÍritu ya separado dd cuerpJ. La idea fundamental es que tedas nuestros pensamientm, palabras y acciones se transmiten ror el espacio a una velocidad cons tante, como las ondas de luz, lo cual determina el tiemIXJ que tardarán en salvar la distancia necesaria hasta llegar ante un intelecto capa:¿ de recibirlos La distancia entre la tierra y las estrellas da la base para el cálculo, pues la luz tarda muchos años en franquearla; muchos siglos para llegar a las más remotas. Supongamos que un ahlla separada de su cuerp:J terrenal viaje instantáneamente a la estrella más cercana; ah! podrá ver de nuevo tcxla la sucesi6n de eventos, pasiones y obras de su vida en la tierra, y p:xirá juzgarse a sí misma con infinitamente mayor seguridad y libertad que la que nosotros tenemos para juzgar l~s hechos y ~s pers,;mas de gsadas generaciones Es un pensanuento raro e lIUpreslonante. Ellen, desprovista de su cuerpo terrenal, posada en una estrella en el firmamento, era sin duda un pensamiento raro e impresionante. La misión de Wa1ker y la eslrella de Ellen entonces se juntaron en otro editorial: "Cuando hayamos convertido al mundo a la democracia, podríamos tomar alas y
volar a la luna o al planeta más remoto que gira alrededor de la estrella más lejana, y los principios de gobierno bajo los cuales vivimos, se aplicarían allí igual que en la tierra que ahora 230 habitamos u•
E14 de octubre, el Crescentpublicó una noticia tomada del Herald de Nueva York, acerca de una muchacha llamada
m Susana, !lUna mujer triste", en filadelfia.: La joven denunció que un viejo comerciante, lIWlO de nuestros más antiguos y respetables ciudadanos", la había molestado una tarde al pasar frente a su tienda. El 11 de octubre, el Crescent Irajo la crónica de la regata del día anterior en el Lago Pontchartrain, supervisada por el capitán McConnell, de la
Mary EUen, y ganada por la balandra Mary EeUa. 232 Mary y Ellcn se juntaron con Susana esa noche en la Ciudad Medialuna Interior de Wa1ker para otra creación literaria, que apareció al día siguiente en el Crescent· CARRERA EN U
TIERRA PARA COGER-LA A EllA
No un Bosquejo de la Re¿'J7ifa en el La~J() Pontcha.rtrain ¡Susana Sykesy decldió levantar el nento lallegar dinero, causar agitación] ayer en la mañana! ¡Oh, SUiana! ¿C6mo te atreviste a agitar los elementos en conuenda? ¿Fue para cabalgar sobre la [Qrrnenta? -¿para retozar sobre las olas? -¿para mecerte en los giros del céfiro o para remontarte y traspasar '~ .. lo.'> tintes celestIales que dJbu¡a.J2 el arcolris sobre Lev.:mtc?fl ¡Ohdoncell.a de ca'bellos rubios! ¿Te imaginaste que frágiles formas como la tuya podrían dirigir al remolino o guiar a la tormenta? ¡Oh señora del espacial ¡Podrías invocar un tifón tirano que te vuele IXJr los aires, al otro mundo! ¡Agenlc falaz es el viento! ----deslizándose por vetustas rendijas -silbando en las ranuras de los vidrios de ventanas rotas -suave como can.ción de cuna -presto, padre del bosque, estallando en rugidos de tormenta -suspirando en los huecos del arpa eólica o la.n1.ando a millares a la muerte con la furia del torbellino. Pero detente. Sécate, pluma de veloz vuelo. ¿Por qué trazas líneas tan candentes sobre el papel inmaculado? Aguántate, inquieta auxiliar del pensamiento. Que los dedos sujeten fuertemente a la que es !'más ¡xxlerosa que la espada", no sea que cornera travewras t.an fantásticas que la gente deje de leerlas y las tire, diciendo' ¡tonterías! Susana Sykesy quería levantar el viento, es verdad, mas no en la forma que se imaginan -¡Susana necesitaba dinero! ¡Ay, ahí está el
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ALEJANDRO BOLAÑOS GEYER
detalle! La Pobreza, de ro~tro demacrado, marchaba asida de la mana do la pálida MiserIa. Ellas avanzan -¡Atrás, vosotras tentadoras! -Ellis avanzan y se acercan a cubrir con el manto de la Necesidad a la suave, débil voz de la Conciencia. Escuchen el quejido apagado --el estertor que se extingue -¡El hecho está. consumado! Se le atragantan las buenas intenciones -no pueden llegar al cerebro. ¡Potestades, aleJaosl ¡Susana está perdida! ¡LA CAllE! Ahí va ella, de prisa, de ojos lince -metiéndose entre la gente que le obstruye el paso -saliendo rápido y mirando ansiosa a todos lados. ¿Qué ves, Susana, junto a la puerta de ese tendero? Cual halcón que cae sobre su presa, veloz como el fluido eléctrico de las nubes, agarra una pieza de manta -¡la mujer desaparece!
Aprisa -vuela- cunde la alarma -jla pohcla la persigue! ¡Desesperanza, dale alas, o apresan a Susana! ¡Ah. qué lindo dobló esa esquina! -jY la otra.! jY la DUal ¡No desfallezcas! La persecución se extiende. ¡Huye, Susana, huyee!
l/Que cada baldosa bajO tus pIes Auxme}¡¡ ca.usa. de la. mda1guhl~ ¿Y dónde están los palicias? Los veo venir -"Ladr6n, paren al ladránl!, es la consigna --Sykesy sigue corriendo --ellos siguen atrás. ¡Oigan los gritos! ¿La atraparon? ¡No! Su falda todavía flamea en la brisa. Ella se les escurre de 10 lindo. Sube fOr la calle, baja por el callejón, entra IX)! una puerta abierta, sale detras p:>r el zaguán -muy bien, bella Susana -la llama de la E5'peranza aún alumbra tu camino. n Apúrense, mostrencos, o perderan sus huellas para siempre". Otro grito ----cambia la escena -los ¡:xJlidas se acercan -los pies de la joven se han vuelto de plomo. , El drama llega a su fin. Ellos ganan terreno. liTe pisan los talones". ¡Oh, Susana Sykesyl jAy, te echan el guante y estás perdidal El Juez se apresta a dictar sentencia -la pieza de manta robada es el tesri.gJ mudo -¡Susana es la reo! No presentan más testigos contra ella ---¿D6nde esta la evidencia? Demándala, Susana, y te salvas. Esperen. Le lanzan otro cargo: "v.agancia". ¡Adi6s a la vida en la ciudad por treinta díasf33
Desde su morada tras la puerta de la cárcel -esa linde al país desconocido del que ningún viajero rewesa-Ia estrella de Ellen iluminó la columna "Nueva Orleáns ' el 3 de diciembre: EL ROMANCE DE OTROS TIEMPOS. -La hiclalgula de antaño
dio origen a muchas bellas supersticiones y costumbres; algunas de las cuales se apegan a nuestras frías formas y ceremonias en esta edad romintica. Una de las más conmovedoras era la del amante y su amada que al despedirse acongojados por una temIXJlada, escofi1an una estrella luminosa para que con sus rayos de plata guiara IXX las noches y w1iera en el éter sus pensamientos. Fijaban la hora en que ambos mirarían al lejano astro para entrar en comunión en las inmensidades del espacio. Era h edad clarividente del amor que sustentaba al corazón con su alimento nocturno: la imperecedera esperanza. Ya fuere ¡nr :mar o tierra, la estrella polar de su compromiso de fe guiaba al viajero, a menudo entonces de 10 que el débil e inconstante mortal puede 1Joypresumir, ¡ilumíriaba a su retorno el enCUentro y la lxxla! Estos casos aún ocurren, pero son m p:xos y aislados.
y mas
Al igual que Bem y los magiares que leian su suerte en las estrellas, el cuerpo celestial de Ellen guiaba los instintos del alma de Walker. En las tiniebas de la Ciudad Medialuna Interior, sus rayos de plata sustentaban al corazón del Abandonado con su alimento nocturnO: la imperecedera esperanza. En otras palabras, el amor o energfa psicosexualque Walker antes dedic6 a Mary/Ellen, ahora se concentraba en la
nlisión que habría de cumplir. Pero al llegar a su fin 1849, el futuro glorioso continuaba alejándose tras el horizonte,sicmpre fuera de su alcance. Como símbolo apropiado de su vida, uno de los últimos esfuerzos de su plwna en 1849 fue un obituario: DE UN SUJETO BIEN CONOClOO. -A los transeúntes en la calle Royal les llamaba la atenci6n un viejo que durante años se pas6 todos los días caminando para arriba y para abajo detrás de la Vieja Catedral. Se han trazado 1xJsquejos y se han escrito cuartillas sobre su manía peculiar y movimientos insensatos. Mas nadie interfería con él ni lo molestaoo, pues era obvio que sus caminatas eran totalmente inofensivas. Su obsesión s610 admitía una idea -un solo pensallÚento que monoPJ1izó su exístencia: él creía ser el guardián de un tesoro enterrado en ese sitio y permaneci6 siempre en su puesto cuidándolo, murmurando frases incoherentes en sus rondas. Pasaba largas horas de pie, dibujando diagramas y haciendo cálculos, usando al hidrante de pizarr6n -pero nunca nadie pudo resolver sus problemas ni entender sus ecuaciones. Al fúbre viejo vagabundo 10 encontraron muerto ayer en la. mañana. en el mercado Poydras. El veredicto del forense fue tlaIXlplegíatf; esperamos que así haya sido y no Necesidad. Era un desconocido --sin amigos- su vida un secrelO y su muerte igual. Ni siquiera. su nombre se conoce. So1lm 1.Iam.arlo "El Mago de la Catedrall! y con dicho apelativo .apuntamos la. partida de este mundo de alguien que ya llinnutó sus horas de tribulaciones p::¡r la quietud de la tumb.a. ~s
:MUERTE
y el día de Año Nuevo, TimothyTucker escribió el mensaje de la sombra en la columna "Nueva Orleáns ll : TRIBUNAL DE POUeJA -Segunda Mumcipa1Jdad- Ayer el banquillo estaba lleno de espedmencs miserables de humanidad -tres de cad.a cuatro de ellos sometidos a la tiranía de la
intemperancia. Desprovistos de recursos ----carentes de salud -perdidos de carácter- ahí estaban, en ruinas todo lo que pudier.a hacerlos dignos ante el mundo El último d1a del Año Viejo fue en verdad negro para estos panas --el primero del Nuevo no ¡xxirfa producir cambio alguno en eJJos. 2:10>
Las bastardillas, por Tucker, no dejan duda de quiénes son eDo5. Ni siquiera su nombre se conoce -podría ser )cnkins. Jones, Muggins, Gumbo, Tucker o Dobs, para no mencionar a WaIker, Smitb y Brown. Todos vagabundos perdidos en la soledad narcisista del Abandonado. El pensamiento que monopolizó su existencia los condujo a un futuro lleno de amarguras hasta que permutaron sus horas de tribulaciones por la quietud de la tumba. Su vida un secrelo y su muerte igual. Mas eso será once años después: a la entrada del otoño de 1860. Al comenzar 1850, los guiaba la estrella de EUen que entonces se cruzaba al Oeste.
20. lo estrello se cruzo 01 Oeste HACIA FINALES DE 1849, un elemento clave tomaba forma en el gran plan que germinaba en el cerebro de Walker. En octubre el Crescentpublicó un resumen de la Constituci6ndel Estado de Deseret que los mormones se proponían establecer en la región del Gran Lago Salado. Walker la alabó, señalando "lo razon.able que era y la total ausencia de lenguaje delirante. 237 prejuicios religiosos o apasionamiento en sus cláusulas l1 • La moderación era crucial para Walker en ese momento en que el problema de la esclavitild en los nuevos territorios monopolizabaIa atención del país. En MQnterey, California) la Asamblea Constituyente en septiembre había demarcado los limites del futuro Estado y habla prohibido la esclavitud dentro
LA elUDAD MEDlALUNA /
"WALKER"
de sus fronteras. La solicitud de California para ingresar a la Unión como Eslado libre, desató la violenta oposición del campo sureño. Los abolicionistas, por su parte, no solamente exigian la admisión inmedi.la de California sino también la aprobación de la Cláusula de Wilmot para Jos demás territorios.
En el Deseen!" Walker siempre defendió Jos intereses
sureños, oponiéndose a la Cláusula y propugnando posponer la admisión de California, porque. para él, era primordi;¡1 preservar la unidad nacional Los párrafos [males de su editorial del 1 de dlClembre definen su postura: Por lo tanto, el problema de la esdavitud acompañará en forma exagerada a la. constituóón de California ante el Congreso. Se desatará una violenta lucha que excitará agrias pasiones, y sea cual fuere la dec~ión, el problema seguirá para desemoocar en otra~ luchas aún rMS enconadas y de perturbadoras comecuencias. Ante esLl triste perspectiva, la única espeLmZa para el país es que triunfe la moderación sobre la pasión y el prejuicio; que se reviva el viejo espíritu de devoción fraternal a la urúón de los Estados que formó a este gobirnlO, lo ha pres~rvado hasta la fecha yes la sangre vilal de su furura existencia A los divisionistas y extremistas de aIDOOs bandos se les debe enseñar, y se les habrá de enseñar, que en las grandes masas del pueblo exisle W1a virrud poderosa que calma y salva cuando se da cuenta clara del riesgo que corren nuestras liberrades y nuestra Uni6n.:Df;
La "triste perspectiva" que vaticinaba Walker se realizaría al eslallar la guerra civil en 1861. Mas su postura excitó la ira de los extremisw de ambos bandos, además de provocar ataques
de los sureños moderados en desacuerdo con sus ideas. El Picayune, por ejemplo, apoyaba la admisión rnmedi.ta de Califomiacon todo y su constitución antiesclavista. Esto inició otra polémica en la que ambos periódicos alegaban velar por la integridad nacional. 1...a animosidad entre Walker y sus colegas en Nueva Orleáns subió de tono 0112 de diciembre cuando la Corte de Investigación en el caso de Rey determinó que no había motivo para enjuiciar al Cónsul español El conflicto se agravó enseguida cuando el Mississippi se creció hasta casi su nivel máximo, por lo que el alcalde de Nueva Orleáns envió un mensaje urgente
al Concejo pidiéndole tomar medidas para protejer a la ciudad de una probable inundación. El Concejo consideró la petición del alcalde el18 de dieiembre--el di;¡ que cumplía ocho meses de muerla Ellen y siete de baberse inundado su tumba. I. dotado de un intelcclO maravillosamente claro y de gran fuerza de carácler. Lo último que supinos de é~
LA CIUDAD MEDlALUNA /
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"WALKER"
e!> que habla swnado el apoyo de su ~biemo a su éxito en adquirir (erritorios e influencia; y con su sagacidad acostumbrarla. el g::¡biemo británico lo había adoptado, cubnéndolo con
sU oondera.=5
Esa idea atrayente para WaJker se detecta tambi6n en "Inglaterra y sus colonias", su editorial del 31 de enero, su último en
el CrcscenL' La misma idea básica asume diferemes formas en los diversos pueblos en que aparece. Los grarxies principios democráticos,
en Francia tienden hacia una. organización social más perfecta y _equitativa ~n Italia se extienden a la expulsi6n de los bárbaros del ¡orle y al establecimiento de la unidad nacional ----SlC número 7, el ClJer¡:xJ de un hombre blanco, de nombre desconocido. El occiso vestía pmuhnes de dril, camisola. de franeIa. camisa blanca de algodón, levita negra y oot.;.s. Un tatuaje en ttnla cruna en su brazo derecho mostraba un cmazan, y en el izquierdo, un ágwla con cmco cstrellds La encuesla judicial rirrli6 el veredicto conforme 10 . anteOQr.
'"
El PJi:ayune habla publicado la noticia dos días antes: "Ayer se verificó1a encuesta judicial en el cadáver de un desconocido que encontraron abogado frente al Poste ~o. 72 en la Segun~a Municipalidad. Veredicto: tismo; ni su amor p::>r los ídolos ha sido tan intenso como el de los jap:::meses para que expulsen a los misioneros cristianos coma éstos lo hicieron _._ Pero así como el geólogo, aunque la tierra sea frh y muda, extrae de sus silenciosos estratos la historia de .las numerosas revoluciones producidas por el agua y el fuego, as' el mjero en las Islas del Mar del Sur puede leer en las capas raciales la historia de muchas batallas libradas y ganadas -de muchas conquistas sufridas y logradas. Y el carácter de la historia de la Polinesia no ha cambiado mucho en su contacto con los europeos. La crueldad, la rapiña y la lujuria han caracterizado la conducta de los blancos para con bs salvajes; y así como la raza amarilla ha expulsado a las tribus negras de diversos puntos de la costa hacia las montañas, así a su vez los conquistadores blancos expulsan a los amarillos_ _.. El pueblo de Estados Unidos asume la protecci6n de los polinesios. Les inculcamos la idea de que no llegamos a robarles, ni a despojarlos ni a saquearlos, sino que llegamos en pos del beneficio mutuo. Una vez que esa idea prevalezca entre ellos, verán nuestro poderlo tan conspicuo como nuestra justicia y amor al derecho. Núcleos de americanos aparecerán entonces gradualmente a lo largo de la costa en las diversas islas; y a medida que los nativos se retiren hacia las momañas del interior, rápidamente disminuirán en número ante el oleaje de inmigrantes blancos. Ese úJtimo torrente de civilizaclón barrerá a todas las razas de color y con ellas desaparecerán los últimos vestigios de las anteriores revoluciones en las islas. 7J
Ahl tenemos, de labios del propio Walker, el destino del indio norteamericano bajo el gobierno de jliSticia y amor al derecho anglosajón; e! destino que aguarda a los nativos de piel oscura en las tierras Illiberadas de la opresión l ' por el
destino manifiesto --en los países que conquiste Walker en su delirio de! imperio sureño en el Caribe. Y la estrella que guia la misión del futuro filibustero, ilumina su editorial el dIa de navidad:
... La raza anglosajona concentra en la navidad todos los sentimientos que los países continentales de Europa vuelcan en las fiestas de los santos ilustres.... y situados aqui en la costa del Pacífico, vemos cruzar en los cielos la visión profética, de que en un tiempo no lejano, tedas las naciones y tribus de la tierra semicln los beneficios de las grandes doctnnas de libertad e igualdad. ~~ Por la navidad hubo una especie de "tregua de Dios" en los embates de Walker contra sus semejantes. Los artículos injuriosos desaparecieron del Heraldhaci:4 [m de año, como si otra personalidad hubiera tomado el control de la Ciudad Medialuna Interior de El Predestinado. En la víspera del Año Nuevo hasta nLas medallas" r€(:ibieron comentarios moderados; el Día de Reyes el tema explosivo del crimen no provocó ninguna descarga emocional en I1El crimen y los altos alquileres"; y ese 6 de enero de 1851 Walker llegó al extremo de elogiar a los franceses en "Conciertos dominicales": Los emigrantes franceses han intrcx:lucido entre nosotros los conciertos matutinos dominicales que par algún tiemPJ han sido una peculiaridad de la vida parisiense. Desde hace algunos años, el famoso compc;.sitor Herz ha dado esos conciertos en la capital francesa, y han sido las sesiones musicales más de moda de que se pueda jactar París. Hasta las audiciones de los italianos y la Gran Opera cedieron en elegancia y refinamiento a las de la SaJa de Hen. ... Los conciertos en la Bolsa de California son, claro está, muchísimo mejores que la música que hasta ahora hemos tenido en San Francisco, y esperamos que monsieur de Monrort coseche ganancias mientras hace g::¡zar a 1s nuestros ciudad;mas.
Pero el domingo siguiente Ilnuestros ciudadanos ll de la Ciudad Medialuna Interior no pudieron gozar el concierto de mons.íeur de Monfort en la Bolsa de California, debido a que Walker estaba atareado en un combate a muerle en otro sitio, en el camino a la Misión Dolores. El lance cerró un nuevo capítulo en el embrollo de la herencia de Leidesdorff, el cual se había abierto hada tres meses con la muerte común y corriente de uno de tantos aventureros en San Francisco. Entre los millares de defunciones durante la epidemia del cólera en California en el otoño de 1850, los obituarios en los periódicos dieron e! nombre de Eli Coleman, de 33 años, fallecido de tifoidea ellO de octubre en San Francisco. Contrastando con la oscuridad de su vida, los bienes de Coleman se hicieron famosos después de su muerte cuando quedaron en poder del coronel James Collier, Recaudador de Aduanas del puerto. El administrador público Joseph Henríquez pronto demandó su posesión y sin problema ganó la batalla judicial en el juzgado del juez Morrison. .Mientras tanto. los herederos de Colernan en Boston enviaron un poder a sus agentes en San Francisco para que recibieran la herencia. El documento llegó en el vapor de Panamá el8 de enero de 1851. William Walker, ni corto ni perezoso. aprovechó la oportunidad para difamar a sus adversarios Henríquez y Morrison en el Herald del 10 de enero: EL ADMI.."'lISTRAOOR PUBUCO -Nuestros lectores recordarán que hace algún tiempo un juez le quitó al recaudador de aduanas los bienes de Coleman, un extranjero fallecido aquí, y
LAS CALIFORNIAS
I
"EL PERlODISTA TIMOTHY TUCKER"
se los entreg6 al administrador pú.blico. Ya vino a esta ciudad un p:xler de los representantes de Coleman, autorizando a los poderhabientes para que actUen. En consecuencia, dentro de pocos días el público tendrá la o¡:ortunidad de juzgar qué tan
bien
consen~a
los bienes ajenos el administrador público. Se
teme que a la !!conservall de Coleman la "cocinaron" y se 'Iahumo", y de ser as4 el público tendrÁ que saber la verdad. Pronto sabremos el motivo que tuvieron el susodicho juez
yel administrador público para quitarle al recaudador Collier los bienes de Calernan. Los agentes de los herederos de Co]eman se encargarán de ver que se examine a fondo la cucsti6n. 7~
El AJI2 infonnóla secuela: ... Los hechos del caso son singulares. Como consecuencia de un artículo del Herald expresando temor de que el Administrador Público y un juez "cocinaron" una herencia y ésta se uahum6't, es decir, llse hizo humo", el Administrador, de apellido Hem1quez, se presentó acompañado de un amigo en las oficinas del I-ferald para azotar al editor, según dice. Sin embargo, de acuerdo a la esquela que public6 al día siguiente, no lo azotó, El siguiente paso lo dio Mr. W.H. Graham, quien envió al editor una nota que' se dice está llena de palabras injuriosas e insultos. en lenguaje que ningún caballero puede recibir de otro caballero sin inmutarse. Mr. Walker se encontró entonces en una posición singular, insulmdo ¡>Jr alguien con quien nunca había lenido la menor dificultad a quien jamás había visto en su vida. Viéndose acorralado. ret a MI. Graham, quien aceptó .al instante, habiendo asumido la defensa del susodicho juez, de quien ha sido empleado. según nos TI cuentan.
l
El juez Roderick N. Morrison era mayor de 50 años. pero su paladín, William Hicks Graham era un joven temerario, oriundo de FiladelfIa y cobrador de impuestos en San Francisco. Siendo el retado. se escogieron a su conveniencialas armas y condiciones "casi inexcusablementesalvajes1' del duelo: "revólveres eolt a diez pasos, avanzando un paso después de cada tiro hasta disparar cinco, a menos que antes mane la 78 sangre ll • El lance de honor se verificó el domingo 12 de enero de 1851 a las diez y media de la mañana a la orilla del camino a la Misión Dolores. en una parcela en el bosque aledaño a la casa del sheriff, por donde hoy queda el Civic Centerde San Francisco. Apadrinaron IIMr. Pixley y el doctor Nottll • pero el capitán Folsom les ayudó a cargar las armas porque ellos no sabían hacerlo. En el selecto grupo de espectadores estaban dos magistrados de la Corte Suprema y el sheriff, además de un policía, John K Slidell, oculto entre los matorrales para luego servir de testigo en el juzgado. Cada duelista hizo dos disparos. El primer tiro de Graham le pasó a Walker entre las piernas y el segundo lo derribó, perforándole el muslo. WaJker no pegó ninguno. La herida fue seria pero no puso en peligro su vida. El Pacific NewsJ defensor acérrimo del juez Morrison y adversario perenne de Walker, publicó la noticia al dla siguiente: OTRO DUELO -lJ'N DUEusr..... HERIDO.
Ayer en la :rruñ.a.n.a se vieron en el camp:::> del honor :MI. William H. Graham y Mr. William Walker del Herald. El origen de la dificultad fue un artículo denigrativo del juez Morrison en dicho diario del viernes en la mañana, el cual Mr. Graham, en 1.ma nota a Mr. Walker. denunci6 que era un tejido de mentiras. El resultado fue que M"r. Walker lo retó. .Se encontraron ayer a las diez de la mañana en un campo abIerto situado entre la Casa del Medio Camino y la Mision, con sus padrinos, cirujanos y amigos. Mr. F. PixIey apadrinó a
Mr. Graham y el Dr. Nott a:MI. WaIker. Escogieron rev61veres colt a diez pasos de disLmcia; amoos contendientes avanzando un paso después de cada tiro hasta vaciar los cinco del tamoor. o antes si el resultado dejaba satisfecho a uno o ambos rivales. El (apicin Folsom cargó las pistolas, y a las diez y media los duelistas se colocaron en la posición asignada ¡>Jr los padrinos, uno de los cuales dio la señal, lIFuego, uno, dos, tres" para que comenzaran a disparar entre la primera y la última palabra. Amoos dispararon casi al unísono .al oír "fuegoll, y la bala de Mr. Graham le perforó los pantalones a Mr. Walker, a media disr;mcJa entre la rodilla y ellobillo i:tquierdo, rozándole la piel. Ambos avanzaron un paso y dispararon de nuevo. A Mr. Walker le entró 14 bala propiamente debajo del muslo izquierdo, haciendolo bambolear para atrás, pero sus amigos 10 sujetaron antes de caer al suelo. Ahí terminó el lance y todos regresaron a la ciudad. La herida de :MI. Walker, 'aunque algo seria, no se considera grave Mr. Graham es de Filadelfia y MI. Walker de Nueva Orleáns. Amoos mostraron ser hombres de sangre frla, coraje y temple, y esperamos ~ue como caballeros hayan quedado satisfechos del resultado. 9
El HeraId del lunes no trajo una sola palabra sobre el duelo. Ese día corrió en San Francisco la noticia de que II rncdia docena de jóvenes que eran O hablan sido empleados del juez Morrison,entre ellos un pariente suyo, se habían asociad0sf?ara dar una tunda al periodista que osara criticar al juez!1. El Alta lo calificó de llmonstruoso; tan prepósteroJ que es casi increíble", y al día siguiente Wa1ker lo comentó en el Herald' .. No necesitamos decir -pues creemos que seis de cada slete redactores de esm ciudad ----noventa y nueve de cada cien hombres en la comunidad dirían lo mismo bajo similares circunstancias- repetimos que no necesitamos decir que miramos con desden y desafiantes esa amenaza para impedir que cumplamos con nuestro deber. No es en espíritu de balandronada, pues tal es cosa ajena a nuestro gusto·~ sino en armonía con el sentir de todo hombre que tiene pizca de hombría en su pecho, que decimos que si quinientos o seiscientos en vez de cinco '8 seis nos lanzaran el guante. nuestra respuesta sería. igual. Siempre que consideremos digna de censura la conducm de un funcionario -----sea juez del juzgado local o magistrado de la Corte Suprema- la censuraremos prédigamente, sin parar en las consecuencias. Si p:>r ello nos van a atacar cinco o seis individuos, pues que comiencen desde
ya."
Los seis nuevos paladines del juez Morrison no tuvieron ocasión de actuar, mas Graham no se perdió de vista. El] de julio al mediodía armó una bronca a pistoletazos con un tal MI. Geor¡,'" Frank Lemon en una esquina de la plaza, llena de gente. Se volaron nueve tiros. dos transeúntes salieron heridos y aunque a Graham le entró una hala en el brazo y otra en el cuello, salió con vida. Cuando sanó de las heridas, reanudaron la lucha en el campo del honor: !lEn el lance dispararon siete veces. El último tiro dejó seriamente herido a MI. Lemon y 82 terminó el asunto ll • A Graham lo enjuiciaron II por asalto con arma mortífera en un duelo con William Walkerll y "por asalto con ... intención de matarlt a Frank Lemon, pero salió libre 83 en am bos ¡WClOS. Al juez Morrison no le fue tm bien. El 29 de marzo se vio forzado a renunciar del cargo. presionado por illla investigación judicial instigada por WaJker. Resultó que el juez Morrison recibía de salario $6.000 anuales, pero se los pagaban en vales municipales depreciados. forzándolo a buscar ingresos adicionales para resarcirse. La investigación reveló que el cobrador de impuestos, William Graharn, le compraba al juez
84
ALEJANDRO BOLAÑOS
los bonos a la par y se los entregaba al erario en vez de monedas, lo cual los investigadores consideraron deshonesto. Además, el Administrador Público Joseph Henríquezcomparlia
los emolumentos de su cargo con Morrison. Al informar la renuncia del Juez, Walker, mordaz, le puso de comentario una cita de Hamlet
Palomo. -¿Queréis venir, señor, a donde no os dé el aire? J-úmJet. -¿A mi tumba? Palomo. -Verdaderamente, .alli no da el aire. jQué ingeniosas son a veces sus respuestas! Ocurrencias felices que suele tener la locura, y que ni la más sana. razón y lucidez podrían soltar con 12nta suerte. Voy a dejarle y conectar en seguida los medios de hallarse con mi hija. :Mi respetable señor, humildemente, tomo de vos licencia. Hmllet. No podéis, amigo, tomar de mí cosa alguna de que
quiera yo con más gusto desprenderme; excepto mi vida, ¡excepto mi vida, excepto mi vida! Palomo. ¡Adiós, señorJ HMniel. ¡Viejos fastidiosos y mentecalOs!1>4
Ésa fue la última estocada de Tucker contra el juez Morrison, cuya figura se desvaneció en la penumbra de un
bufete intrascendente sólo para reaparecer cinco años más tarde en las noticias, al morir. La cita de Hamlet fue un presagio misterioso y cruel En noviembre de 1855 metieron a Roderick Morrison en el manicomio de Stockton, y ahí falleció el 15 de enero de 1856, de 60 años de edad;
enloquecido tras su desafortunado encuentro con la lanza mágica de T ticker que la evocación de Fanny Dale inició en septiembre de 1850.
7. Cómo acabar con el crimen LA TREGUA EN LOS ATAQUES de William Walker cont,.. sus semejantes, que había comenzado en la navidad, continuó
durante varias semanas después del duelo COD Graham. Aunque siguió abordando el tema de los litigios de tierras y criticando a los jueces, no lanzó invectivas como las de diciembre. Su pluma también abord6 lILos yacimientos auríferos", liLas proteccioniswl!, nLa legislación comercial'!, liLa ópera italianall , "Las artes", IIEl telégrafo transoceáníco'!,
"La cárcel" y otros tópicos. La ley del divorcio que se debatía en la Legislatura de California provocó varios editoriales suyos en los que expresó con clarmad su pensamiento: Ciertamente, no es deseable rratar el conuato matrimonial con ligereza o frivolidad.. ¿11as, el hacer el contrato indisoluble por ninguna causa DO acarrea consecuencias tan lamentables como el extremo opuesto? ¿No huCo en Francia tantas esposas infieles antes de la Revolución como en Roma bajo los emperadores?S5 No hay duda alguna de que la ley debe disunguir al contrato matrimonial de los conrratos ordinarios. ¿Pero, será necesario para ello que ponga sobre la puerta de la alcoba nupcial la inscripción que Dante vio en las puertas del infierno, IIAl entrar, deja atrás toda esperanzallts Jo encierren en un cuarto oscura y lo metan en la cama.. es imperdonable que esos hombres sean tan malos con sus adversarios, acusándolos de motivos impuros y prácticas corruptas, a menos que las pruebas sean claras y kJs testimonios dignos de con:fian7..a.... Es indecente que un hombre -mucho menos un senador- diga con rodeos lo que no drría 6il abierlamente, cara a cara.
Al día siguiente,: en una noticia local se mencion6 una carta del senador de Missouri Thomas H. Benton,11a un amigo en esta ciudad t '. WaIker comentó que la carta era probablemente dirigida "al Gran Explorador" Mr. Frémont, y que merecía un lugar prominente entre los papeles 'lque tratan de los Muertos"." Esas palabras aluden a la carta de Frémont que penetró en su subconsciente al comienzo del duelo por Ellen (p. 35), Ydicha reminiscencia viene acompañada de renovados asaltos contra sus semejantes. En la misma página, en la columna adyacente, arremete contra el San José.A..rgus y contra Frémont en "Hecho a la medida" y "Estupidez sublime"; contra el Senado, la Asamblea y el Concejo en 'IMagistrados magisterialesllj contra los senadores y el Alta en uVn par de osos pardos"; y contTa el impresor estatal y el Scntinelcn otTa gacetilla. La repentina ráfaga de su lanza mágica sefiala una vez más al conflicto edipal de Walker, en esta ocasión exacerbado al leer "de parte de la esposa, cuando el marido mate al hombre que violó su lecho" en la crónica de Nugcnt Y los lanzazos siguen en los dfas subsiguientesJ encontrando blancos fáciles en los delincuentes yen las autoridades de California. El robo de cien dólares por un caco en una panadería mueve a Walker a comentar el miércoles 19 de febrero: J
Es necesario que nuestras ciudadanos se mantengan en guardia contra los ladrones de todo tipo que infestan la ciudad. Tenemos entre nosotros individuos que han hecho su largo aprendizaje en toda clase de crímenes. San perfectos maestros
profesíonales en su ocupa.ci6n. 90
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"EL PEIUODISTA TIMOTHY TUCKER"
Esa noche, dos maleantes entran en la tienda de .Mr. c.]. Jan sen en San Francisco, le parten el cráneo con un rompecabezas. y ~e roban dos mil d6~e~. Wa1kc~ reacciona a la mañana SIgruente con otro editorial, aludIendo a las 11atrocidades asquerosas que difamarían a un semilla}'!: .. ¿l-Iasta dónde vamos a llegar? ¡Si un hombre no está seguro en su propia casa, con centenares de personas a pocas yardas
de distancia. dónde va a estar seguro! El incremento de los crímenes Y la audacia de los criminales son ya espantosos. Se debe hacer algo que infunda el terror en el alma de esos malvados. Se dcbe dar un ejemplo. ¿Pero quién ha oído decir alguna vez que colgaron legalmente a alguien en California, ni aún p:JI el crimen más atroz, a sangre fría? Hablen de ahorcar .a los grandes _ladrones -pero cuelguen primero a quienes cometen atrocIdades asquerosas que difamarían a un semmol Les pedirnos a los jueces y a los jurados que consideren el estB.do del crimen en nuestro medio, que recuerden que peligran.Bs vidas de m:lcstros ciu~dan~s, y qu~ impartan justicia ngurosa a Jos delincuentes. SI los Jueces y Jurados no nos protegen,. pues que ~~ pueblo mismo se encargue de hacerlo con sus propIas manos.
Ahí Walker en efecto propone la idea que luego producirá a los infames Vigilantes de San Francisco. Dos días después prosígue con el tema, explicándole al pueblo IICómo acabar con el crimen", cómo impartir Hjusticia" rigurosa con sus propias manos: ¿Cuáles son entonces nueslIOS recursos para prevenir el crimen? ¿De quién debemos depender para que libre a la ciudad de los abandonados y desesperados brib::mes que hoy la infestan? Indiscuublemenre, el unico remedio para el mal actual está en los brazos fuertes y corazones intrépidos de los propios ciudadanos. Pero debemos organizarnos para ser fuertes, Ixuque nos enfrentamos a un enemigo bien entrenado y disciplinado. Por 10 tanto, necesitamos dar algunos pasos para actuar en concierto y acabar con los negros y atroces crímenes que se cometen en nuestro medio. Organicemos una banda de 200 a 300 "reguladoresl!, integrada por individuos que tengan algo que perder en la ciudad y que se interesan en el bienestar de la comunidad La existencia misma de dicha banda espamará a los ma.lhechores y limpiará de criminales a la ciudad. Si llegan a agarrar a dos o lres ladrones y rateroS y los linchan, en el futuro sus camaradas se cuidarían mucho de no volver a robar."
La receta de Walker para acabar con el crimen la siguieron sin dilación en San Francisco. Según narra el mismo Hera1cl el viernes la policía aprehendió a un tal James Stuart, "reo convicto del asesinato del sheriff de Auborn, a quien había robado $4.000, y prófugo de la circel de Sacramento". Junto con él arrestaron a un compañero de apellido Windred, y al encararlos con :Mr. Jansen, éste "instantáneamente los reconoció que eran los mismísimos villanos que lo atacaron a él Ellos le rogaron cuatro veces que se fijara bien, insistiendo en que estaba equivocado, pero Mr. Jansen las cuatro veces aseguró po~itivamente que ellos eran. Todo comentario es 9 superfluo". El sábado en la mañana llevaron a los reos ante el juez en los propios momentos en que voceaban en la calle el Herald con el articulo de Walker sobre "Cómo acabar con el crimen", En cuestión de rnínutos se congregó una turba frente al juzgado, y a los gritos de "¡Ya es hora!", "¡Agárrenlos!", se abalan.z6 sobre los prisioneros. Mesas, escritorios y barandillas cedieron ante la furia de la gente, ansiosa de linchar a Stuart y Windred. Al tiempo preciso los
salvaron los milicianos nWashington Guards" que entraban en prote~erlos, sacando a la turba del juzgado. Para Walker, ésa fue I una de las escenas más excitantes que jamás se ha visto en San Francisco.... No era 94 una turha.! sino enfáticamente el pueblo en movimiento". Esa tarde hubo un mitin en la plaza, al que acudieron "cinco o seis mil personas", y tras diversas resoluciones y discursos, se formó un comité para decidir si linchaban a Stuart y Windred: cuatro votos a favor y seis en contra, decidieron que no. Entonces el comité organizó una cuadrilla de veinte ciudadanos l1 para que vigilaran a los reos durante la noche", y se levant6la sesi6n para reanudarla al día siguiente. El domingo en la mañana, "entre ocho y diez mil hombres" se congregaron en la plaza, frente al juzgado. De nuevo se puso a votación la propuesta de linchar a los reos, y de nuevo el comité decidió que no. Enseguida montaron un "juicio ll en el que después de varias horas de acalorados debates, el '1 jurad o tl no se pudo ponerde acuerdo: nueve dijeron "culpables" y tres dijeron que tenían dudas. El mitin se prolongó hasta la madrugada, entre gritos de "cuélguenlos, a como sea -ahórquenlos-la mayoría manda". La crónica de Walker llenó tres columnas en el Herald el lunes, cerrando con: "Asi tennin6 esta excitante manifestación pública. Quienes la presenciaron no la olvidarán nunca. Sus efectos se harán sentir 9 aunque no se ha.b13. nada más". ' En la misma página, su editorial se titula "La justicia no ha muerto":
la armería vecina y corrieron a
Por fin despert6 el pueblo. Por fin los hombres de San Franci~co mostraron que están decididos a ver que se administre justicia ---que aunque nuestros tribunales sean débiles y nuestros funcionarios corruptos, que aunque el crimen sea osado y "la ley enfermiza y úmida, en esta ciudad deben prevalecer las reglas inmutables del derecho de las que dependen toda genuina fuerza y prosperidad... Los ladrones impudentes y atrevidos, los rateros y los asesinos, al igual que las moscas de Egipto, nos persiguen PJr todas partes -nos ~iguen los pasos entre la gente, pisan nuestras huellas en los parajes soliwios; y durante semanas hemos confiado en las autoridades constituidas para que nos libren de los males que nos siguen acosando. Pero hemos confiado en una caña rota. ... Ahora es el momento de des truir las f.,ruaridas de lo~ ladrones que durante meses han saqueado a los ciudadanos activos y laoorio~os de San Francisco; y ahora debemos resolvemos a limpiar de brioones a la ciudad ... Terrible es el castigo que nuestros ciud3.danos propinarán a los funcionarios indignos que los han obligado a defenderse por sí solos de los inmigrantes que vinieron de la colonia penal y de ~us asociados. ... Hace doce meses renhmos abundantes recursos y enormes energias para ~ostener el gobierno municipal. Ahora estamos ¡Dstrados .. ' Bien sena que se acobarden los individuos a quienes se les ha conftado el bienestar público y la seguridad pública, ante sus amos indignados que demandan que caiga todo el peso de la ley sobre el criminal culpable de deli[Qs horrendos... Sí ya perdieron la conciencia, si es que han violado tanto las leyes del derecho y la. razón que ya no sienten remordimiento, deben aprender la lección de ayer y darse cuenta de que el pueblo ya no permitirá que los delincuentes sigan siempre sin castigo; y que aunque el público puede aguantu mucho, su paciencla no % es eterna.
Debajo del editorial, sigue otro artículo de Walker, explicando: ... Los individuos nombrados JXlr el pueblo para juzgar a Stuart y sU compinche, eran en realidad un comité de Seguridad
ALEJAi'TIRO ooLAÑos GEYER
Públiu, Yno fueron escogidos sólo para que decidieran si Jos reos habían atacado o 00 a Mr. Janson, sino para determinar si esos sujetos son culpables de delitos capitales que exigen un condigrx:¡ castigo. .. El objetivo primordial del pueblo es el infundir terror a los malhechores ---4enLa.r W1 ejemplo que convenza a los criminales en esta ciudad de que no podr.án seguir
jugando con nosotros.. ,"1
El martes insiste en que se organice la banua de
lIReguladores tl : .. Con artificios dilatorios y lentitud intencional, algunos de los
que intervinieron el domingJ pasado pueden haber impedido que el pueblo castigue a Stuart y su socio.... Como dijimos el
sábado, nuestra única seguri:hd escl en organi7.ar una banda de llReguladores" -de hombres decididos a actuar cuando lo requiera la ocasi6n y que no tarden veinticuatro horas en decidir la culpabilidad O inocencia de quien caiga en sus rn.mos"
El martes y miércoles salieron noticias de dos intentDs de linchamiento de rateros, ambos frustrados por la policía. Cuando e! miércoles alguien trató de pegarle fuego al molino de viento en Telegraph HiIl. Walker lo aprovecha en su articulo UAudacia del crimen" para pedir de nuevo un castigo sumario, cerrando con este pensamiento: "Que la ira del pueblo sea profunda, seria y ardiente -no ligera ni frivola; y cuando se presentela ocasión prllPicia, que el castigo del delito sea agudo, severo e inmediato". La "ocasión propicia" ya se había presentado en Sacramento y el castigo fue agudo, severo e inmediato, como pedía Walker. El espectáculo repitió el de! sábado anterior en San Francisco, pero el martes 25 de febrero en Sacramento la turba logró colgar al reo, un desafortunado apellidado Roe, y Walker lo aplaude e!1 de marzo en "Nuestra deuda con Sacramento": Los sucesos del martes en Sacramento han surtido efecto indiscuribl.e en S.m Frarn::isco y cscln destinados a ejerc.er aún mayor e indudablemente saludable influencia en 1000 el Estilla. . Esperamos que el terrible espectáculo de Roe meciéndose en el .aire en el Mercado de los Caballos ante los ojos del pueblo enardecido y con justicia indigna.do, nos salve de la. necesidad de repetir 13. lecci6n en San Francisco.. El castig:> de Roe-la muerte del malvado que eIa- pareced. liviana como una. pluma comparada con la infamia que California le propinará de cas ti~ a cienos funcionarios judiciales. Así como Dante pasó en s~encio ante algw-¡os enernig::ls en el Infierno, así pasará el hisloriador paai6tico ante estos jueces par.a no mancillar con sus nombres Jos anales de la patria. 100
El lunes 3 de marzo, el juez
4vi ParsoDs dio instrucciones
al "Gran Juradd' de su distrito.
01 Previno a los jurados de que en sus investigaciones no debían acusar a nadie de un crimen, a menos que las pruebas fueren suficientes para que el 'Jurado de Juicio' lo declarase culpable. Asimismo, les encargó 'investigar a la prensa de la ciudad'. La reacción instantánea de Walker, "La prensa, una peste", salió a ~ calle el martes por la mañana:
El juez del distriro de San Francisco instruyó ayer al Gra.T); JUIado, y entre ouas cosas les pidió .a los jurados que investiguan a. la prensa de la. ciudad. Según el rep:;>rte del juez, los periódicos de este pueblo son una peste . El juez, "conocedor de 1& ley" como lo exige prédigamente la Constitución, inSll'\Jyá al Gran Jurado que no debe acusar a nadie a menos que las pruebas fueren sufx:iemes para que el
Jurado de Juicio lo declarase culpable. Con ello el juez inslluye al Gran Jurado que ayude a escapar a los criminales. . No hoy que extrañarse de que al senw una ley favorable .a los cri.minales, el juez se dedue conEra la prensa. La "ieja frase de "locura. judicialll cada día toma un nuevo significado más incenso en California. NuesIrOS jueces ¡:mece que se empeñan en llembaucar" al pueblo l'hasta la coronilla"; y al igual que el hindú en su frenesl supersticioso, se anejan hoja las ruedas de la Opinión Pública para que los apiaste el cano sagrado. Cubren al crimen con el manto del armiño; levantan sus imp::.tentes brazos para flagelar a la prensa libre con el látigo de la justicia. como lo llaman ellos. Derraman lágrimas de misericordia bastarda sobre los ladrones y asesinos que amenazan nuestras vidas y bienes; se viran ceñudos de ira y armados de venganza contra la prensa que se atreve a quejarse de la ternura con que traLan a 1:>5 delincuentes. ... Si nosotros fuéramos el Ángel de la Guarda del juez, le susurraríamos, lI¡Cuidadopr ¡Cómo es PJsible que haya hombres W1 ciegos o tan débiles como parece son .algunos de nuestros jueces! ¿Acaso creen que la paciencia del pueblo es eterna JXXspúblicos y de premiar a quienes han actuado honestamente hasta la fecha. el resultado de la reciente contienda es de esperar que produzca mucho daño. Confesamos que la administraci6n entrante ha recibido de manos de los electores una licencia ampli.a para actuar mal ... Hay muchas quejas de corrupción y de fraude que explican el resultado. Aunque no somos totalmente incrédulos de lo que se dice en algunos casos, les sugerimos a los vencidos que se olviden de lamentos inútiles y se preparen para actuar mejor la próxima vez. J2~ En resumen, en cuestión de días, a finales de abril, a Timothy Tucker lo venció el juez Parsons en la Asamblea Legislativa de San José ya Gabriel Gumbo lo aplastaron en lo, comicios en San Francisco. El cielo se oscureció en la Ciudad Medialuna Interior, mas ante, de que Gumbo & Cía. pudieran resarcirse y reagruparse, la desgracia golpeó de súbito de nuevo en mayo.
10. La ciudad en fuinas EL SÁBADO 3 DE MAYO de 1851 fue fatídico en lo, primeros anales de San Francisco: por la noche, un incendio destruyó gran parte de la ciudad. Las llamas devoraron una ZOna de mil doscientos metros de norte a sur y quinientos de este a oeste, dejando en escombros dieciocho manzanas enteras y partes de otras seis. Con excepción del Alta} todas las imprentas se quemaron, aunque el Balance~ el News y el Herald ,alvaron parte de sus tallere,. Cuando el Her:Jd salió
ALEJANDRO BOLAÑOS GEYER
92 puestn un rótulo informándole al mundo que se llama Vall"bundo (o Walker es decir, Caminante), cuando el 31 de mayo de 1851 espera ~n el muelle de San Francisco el vapor que lo lleve a Marysville (Marr's-viDe, pueblo de Mary, su madre), llamándose a si mismo miserable huérfano. El corazón en su brazo derecho y el águili con cmea e.s't7ellas .en el izquierdo, tatuados en tinta china cuando se despidió de Nueva Orleáns en 1850, ya DO se ven, pues ahora va tatuado peor que un isleño de Fidji, cubierto de betún hasta la punta de los pelos. Mas él va inconsciente por completo de su Ildículo aspecto. dejando siempre su sombra proyectada y preservada para la posteridad en el Herald . Pero elñnpacto de su lanza ltúriel en San FrancISCO ~o es nada ridículo, y continúa haciendo mucho d~o despues de que Wa1ker abandona la ciudad. Antes de partIr, en mayo, sus tl últimos lanzazos por fIn procrean a los !1Reguladores que habla propuesto en marzo. Su editorial del 12 de mayo sobre "Los siniestros y los incendiarios -el. re~eillott concluye diciendo que "para evitar la desmoralizacl6~ absoluta ?e nuestra sociedad, nosotros mismos debemos aplicar el remedio. El mej?:r momenlo para comenzar a actuar es h~y mismo'l. 33 Los vecinos de San Francisco siguen el conse~o de Walker al instante, decididos por [m a aplicar el remedio ellos mismos. Se efectúan reuniones en los diversos barnos para organizar la policla de voluntarios conforme la pauta d,e "Reguladores" que él ha instado en las págmas del Herald El viernes 16 de mayo, se complace en mformar: POucÍA DE VOLUNTARIOS
Un buen número de caballeros firmaron. ayer un compr~mll5o, junr.mdosc para formar un cuerpo de pobcía de voluntanos qu.e permanecerá organizado p?r un tiemp? con el fin. de preverur el crimen y proteger los blenes y las vidas en la ciudad. contra los asaltos de los asesinos e incendiarios.... En las oficmas de este periódico hay una copia del compromiso para que lo 1 firmen quienes deseen unirse a la cruzada. :J.4
Un amago de incendio en un hotel, sofocado al instante, provee a Walker de munición fresca para su campaña el 16 de mayo. Tras narrar con lujo de detalles la IITentativade quemar el Verandahll, concluye:
De haber tenido exito todas las tiendas nuevas sobre. Ia calle Washington hubieran sido pasto de las llamas Y sólo ,DIOS sabe cuántas más No cabe duda. de que el Ultimo incendio atroz se origin6 en igual forma que éste. Entre ;nosotros hay un.; banda de mcendiarios desenfrenados en medio de la desoIaclon, q~e no tienen nada que perder y para quiene.s todo es ~c~. Nuestros ciudadanos deben estar en guardia. No hay VIgi1anCla . 1J5 exceSIva. Al día siguiente destaca otro incid~nte de . esca~~ importancia, la liT entativa de quemar el hospItal de la CJ.udad , que también aprovecha para avanzar su proyecto favonto:
. Ésta, siguiendo tan cerca de la tentati-:a de quemar el Veranclah, apenas la noche anterior, prueba sm lugar ~ duda la existencia en nuestro medio de una banda orgaruzada de incendiarios, cUfo prop6siro decidido parece ser el ?,e de~olar Duema ciudad yarruinarla mas allá de tOOa red~ncIon 51 no tuviéramos prueba indisputAble de ello, parecería mcr~le que la naturaleza humana fuera culpable de vileza tan maldita, por muy degradada y baja que este. Mas cuando recordamos que los graduados del crimen, pira12S que ~ declarado la guerra a la humanidad, se han vaciado de las pnsIones y cloacas del mundo
sobre nuestras costas, no debemos sorprendernos. En esta emergencia. donde el enemigo se oculta en medio de nosotros, todo buen ciudadano debe ser tan vigilante de preservar como el incendiario 10 es de destruir. l..a idea que se ha sugerido de una p..1licía de voluntarios, es buena. Hoy en día esa fuerza es indispensable. El principio de auto-pre:;ervación la requiere. La pequeña inconveniencia que significa para cada uno no es nada comparada con el beneficio incalculable que acarrearfa. 1:l6
El fuego en la bodell" del bar del batel Verandah quemó apenas un baúl de madera y un tonel de coñac; en cuanto el cantinero vio el humo, lo apagó al instante. En el hospital, las llamas comenzaban a chamuscar un catre en la caseta del patio, cuando el cehdor lo apagó con un balde de agua. El daño fue mínimo en ambos casos yen ninguno de los dos hubo base para sospechar mano criminal Pero la frase de WaIker, "graduados del crimen ... se han vaciado de las prisionesll la
escribe precisamente cuando Peter Muggins salia libre en la Ciudad Medialuna Interior. Y en ese momento, la proyección constante de la sombra de Walker en las páginas del Herald fmalrnente enciende en San Francisco la llama de los llReguladores" que él pro~onía desde hacía meses. Los vecinos deIS' y 7 distritos se reúnen el sábado 17 de mayo en el Cuartel de Bomberos, forman una patrulla de tres voluntarios y les ordenan ll~roceder de inmediato a cumplir con su deber ll •137 Los del 3 y 4° distritos se reúnen el lunes 19 en el Hotel Jones y organizan "un cuerpo de policla de voluntarios para protección de vidas y bienes ll ; Nugent, del Herald. es miembro del comité que redacta los estatutos, y se designa lila Casa Tontine para la próxima reunión el miércoles en la noche. lI138 Ambos organismos luego se funden y el lunes 9 de junio de 1851, en el Cuartel de Bomberos,aprueban la IIConstituciónll del llComité de Vigilancia ... para la preservación del orden, para el castigo del vicio y para el propósito de propinar a los139criminales la justicia que ha largo tiempo se les ha negado ll . Como 200 personas firman el documento ese dla y más de lOO se sumarán más tarde. Los Vigilantes no pierden tiempo, apresando la primera víctima en menos de veinticuatro horas. El pobre sujeto se llama Jobn Jenkins. El martes en h tarde se robó la caja de hierro de una agencia naviera en el muelle; suena la alarmaj huye bahla adentro en un bote de un solo remo, pisándole los talones una docena de embarcaciones que pronto lo alcanzan y capturan para llevarlo ante el Comité Secreto de los Vigilantes. A eso de medianoche, la campana del Cuartel de Bomberos toca a muerto, anunciando la condena del prisionero a la horca. A las dos y diez de la madrugada del miércoles 11 de junio de 1851, Jenkins queda meciéndose en el aire, colll"do de una vill" en el costado sur de la casa de adobe en la Plaza. Es un hombr6n fornido, alto y pesado, y forcejea con violencia por varios minutos. Se debilita poco a poco hasta quedar dando vueltas y vueltas, despacio. Los verdugos sostienen tilinte la soga, halándola entre varios, y no dejan que nadi.e interfiera. A las cuatro de la mañana sigue colgado, pero ya sm mecerse. Las siguientes victirnas, James Stuart, Samuel Whittaker y Robert McKenzie caen poco tiempo después. A 'Whittaker y McKenzie, llbribones notorios", los ahorcaron juntos después de que los Vigilantes los HrescataronH de la cárcel municipal donde los hablan metido las autoridades. McKenzie se apegó a la vida un ratito más que su compañero: ... A amoos reos los condujeron en cuerp:::l de camisa. Les ajustaron la soga al cuello y en un dos por tres los colgaron en
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ALEJANDRO BOJ.mOS GEYER
sentenciado a muerte", tras lo cual, el19 de abril, el juez falla: ,.. que al susodicho George Tanncr se lo lleven ?e aq~ .allUijU de dome lo trajeron y de ahI se lo lleve el Sheriff el Vleme5 28 de mayo de mil ochocientos cincuenta 'j dos entre las diez de la mañana Y las dos de la tarde de rucho dla al lugar de la ejecuci6n y alli lo cuelguen del cuello hasta que esté muerto -muerto --muerto. Esre tribunal además ordena y adjudica que dicho George Tanner pague todas las costas del juicio. Tras lo cual el susodicho reo por medio de su defensor notificó que
jurado y lo declararon culpable. Votaron 2 a 1 en favor de la horca. Al reo lo colocaron bajo un árbo~ parado sobre W1 c.mer6n y le pusieron la soga al cuello. Hasta. entonces se dio cuenta de que en realidad lo iban a colgar. Sobrecogido de r.;.vor, lodo consternado comenzó a gritar en tooos lastimosos. '¡Dios mío, apiádate de mi pobre almaJ" Echaron a corrcr el carrelón y dejaron al p:¡bre infeliz meciéndose en el aire hasta que expiró estrangulado. Hoya las diez de la mañana bajaron el cadáver y 10 ent~rraron bajo el mismo árl::oll~ MEXICANO
CONDENAOO
A
MUERTE
f'OR
HABERSE
apela el fallo de este tribunal lO)
ROBADO SI00 -A un mexiCAOO lo condenaron a muerte en el
La corte de apelaciones de Yuba confumó el fallo de la
puebli(o de ManÚlez por habcIle robado cien dólares a un americano oorraoo. Tras un juicio imparcw 'j Justo, al reo lo declaraxon culpable y lo coooenaron a muerte. La ejecución lenc!r' lugar el Bde julio.'"
primera instancia; Walker luego apela a la. Corte Suprema de California y el 14 de mayo de 1852 éslJl ratifica la sentencia de muerte de Tanner. la ejecución se pospone cuando Walker solicita reabrir el caso. Alega que el proceso es nulo porque el estado no tenía derecho de indagar de antemano cómo ejercer.ía un jurado su discreción de imponer la pena de muerte a un ladrón. Tras intenninablesdiscusiones y dilaciones, el16 de julio de 1852 la Corte Suprema deniega las objeciones de Walker y ordena que el viernes 23 del mismo mes ejecuten a Tanner en la [onna antes prescrita. La vida humana era barata eo California entonces. Es verdad q.ue el caso de. Tanner fue una exce¡x:i?~, ya que era raro utilizar los trámItes legales. Pero Jos Vigilantes y Jos malhechores rondaban a sus anchas, y los asesinatos y ejecuciones ilegales eran frecuentes. Entresacando de las póginas del San Francisco HeraId y limitándonos a Jos cuatro meses que Tanner pasó engrillado en la cárcel de Marysville. he aquJ algunos ejemplos: lt
A JIM. "EL fEO!l -AJim "El Feo lo colgaron en Yankee]im Jos ciudadanos p:Jr haber maL1d.o a un sujeto llamado Chamberlin. Al p::>nede la soga le preguntaron si tenIa algún mensaje que enviarles a sus amigos. Contestó que no SAbía que tenia .a.migos.l~ COLGARON
EJECUTAN A UN INDIO lLAMADO CHARlEY -El MuysVJ1k HenJd da bs detalles del juicio y ejecución de un indio llamado Charley, ~r asesinara, por un comité de ciUl:la1 J d.mos en el río Fealher. ' EJECUTA!'! A DOS UDRONES -En CoIoI11B, el populacho ayer "resc.ató" de las autoridades a dos reos que tenían presos y los colgó de un ári:xJL Uoo era blanco, el otro negro. Eran
ladrones. La rurba. casi a~a a un tercero, supuesto cuatrero, pero el sheriff lo previno. l # ASESINATO Y LEY DE LYNCH EN SAN ANDREAS -Un mexicano de apellido Flores degolló a ouo mex:icano el jueves en la noche. El pueblo sc lo quitó a las autoridades que lo {enían preso y lo ahorcó. Era bien joven. 1~7 EjECUCJÓN DE UN INDIO -A un indio Ilamado "cabeza de lord" JXJr votación p'pular lo declararon culpable de roto en despoblado, \o sentenciaron a morir en la horca e inmediatamente ejecutaron la sentencia..'" EJECUCiÓN EN MOROEVIllE -Aun tipo llamado Bowman lo condenaron por asesinaro y lo ahorcaron Cuando le preguntaron si renia algo que decir, eonrestó que estaba demasiado excitado para hablar, pidió que otro lo hiciera p:lr él y asi se hizo. Enseguida. cortaron la soga y cayó como cuatro y medio pies, pero no se desnucó y quedó colgado inm6viL Al cabo de media hora lo bajaron, le quitaron la capucha 'j el rostro lo tenía intacto -parecía que estaba vivo. Algunos opinaron que no estaba muerto. pero estuviera o no, a las dos horas lo enterraron:., COLGARON A UN ASESINO -Un sujeto de Missouri maró a otro a pu.ii.abdas. 150 mineros se congregn-on, nombraron un
A.SE.SINAIX> POR INDIOS Y EJECUCiÓN DE ID5 ASESI· NOS --emuo indios mataron a un hombre en el camino a
Marysville. Los mineros le exigieron al cacique de la canchena que: entregara a bs asesinos, amenazándolo con matar.lo a él si no lo hacía. El cacique los idenrific6 p:::lr las flechas y los entregó. Los mineros Jos juzgaron. Declararon culpables a !.res y los ahorcaron. Al otro lo soltaron. 1:a !LY DE LYNCIl -EJECUCIÓN DE DOS INDIOS -A dos indios los acusaron de haber matado a un blanco. El juicio se verific6 con lDl grado de corrección e impan:ialidad jamás superado ror ningún tribunal, espedalmenre Jos de California Alos reos les asignaron dcfensor. Los declararon culpables. Los condujeron a un ,,-jeja ártol de pioo y los suspendieron del cuello hasta que murieron. Los es~udores se dispersaron en silencio. Los cadáveres de los indios fueron entregados a sus deudos pua que dispusieran de ellos como les diera la gan•.'u EJECUCIÓN -Jackson, distrito dc Calaveras. A un mexicano acusado de haber matado a un francés, "lo rescaró" de la cárcel UIU turba y lo colgaron del viejo roble frente al Hotel Astor en la calle principal Fue una escena brutal. Al reo primero 10 suspendieron en el aire sin atarle Jos brazos por la espalda. Se agarró de la sog¡ con ambas manos, con lo que logró rrwuenerse vivo por unos cW-l. minutOS; mas erneguida lo bajaron, le fijaron las manos.. . atrás y 10 volvieron a subir, lerminaD:lO así la lIagedia-'~ ME~CANO AHORCAOO -{Detalles adicionales del caso i.7Uerior). Cheverino era jovencilo, como de 19 años de edad, y deja a su madre, Icspc[3ble señora, a una hermana y dos hermanos menores. Con lágrimas corriéndoles ror las mejillas imploraron que lo juzgaran con justicia. Los, prolongados imerrogatorios durante día y medIO no prodUjeron prueba alguna que indicara culpabilidad ni complicidad de su parte en el asesinato del frsado como eS[3ba. y con croeklad diabólica se lo D!::varon flente.a la casa donde se hospedaban su adoJorida madre y su hennana, ya la vls[3 de eIhs lo colgaron de la. rama. de un á.ri:xJl Tras forcejar p'r unos minutos, lo bajaron al sueh Como aún estaba vivo, b volvieron a colgar haSla que se extinguió la vida. En vano les imp!Or~n la madre 'j la hermana que se esperaran a que .amanecIera' AHORCAN A OTRO MEXICANO EN jACKSON -A Mariano ya Cruz Flores, supuestos cómplices del asesinato del francés, se los llevó el populacho y los juzgó un jttrado de doce hombres designados a toda. prisa para ello. El jurado decidió entregarlos a las autoridades. Centenares de franceses ahl presentes, armados y enfurecidos, vociferaron al unisono pidiendo sangre. Tras media hora de lucm en la que se vieron escenas nunca vi\w desde el Reino deJ Terror, los franceses lograron llevarse a. amP':>s jóvenes al irtxJI del patíbulo, quebráOOole un bra.zo a Cruz en la refrieg¡; le ajustaron la soga
LAS CJillFORNLAS /
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"OOBLE TRANSFORMACIÓN"
al cuello y lo ascendieron, mientras un demonio en forma humana se le colgaba de las piernas. Así ajustició a Cruz la turba, contrariando el veredicto de su propio jurado. El otro joven logró escapar y se entreg6 al sheriff del distritO.l~
AHORCAOO EN NICHDLAUS -Al negro que mató a Mr. Hoo6ns se 10 quitaron a las autoridades, lo juzgó un jurado del pueblo, lo declar6 culpable e inmediatamente Jo ahorcaron'51 EL PIJEBW AJU5TIUA A UN CUATRERO - ... Un medico presente reclamó el cadáver para d.i5ecarl0, aduciendo que había hecho un trato con el. difunto antes de que lo
mataran, pero como sólo le interesaba la cabeza, si nadie se
oPJnÍa procedería a cortarla, lo cual hizo con un gran cuchillo -la metió en un costal, la colg6 en la albarda, Yse la llevó a caballo. Entonces cavaron una fosa pxo profunda y etharon
en ella el cuerp:J descabezado. l53 AHORCAN
TRES
VECES
A PRESUNTO
LADRON
PARA
QUE CONFIESE -A un sospechoso de haberse robado $25 ()(X) lo ahorcaron tres veces en el arroyo Cache para hacerlo confesar. El experimento fracasó.1S~ ASESINATO -Un canadiense mató a un rnisuriano en Yuba 1M City -eran amigoS. CUATREROS ·-OOS 1fEXlCANOS :MUERTOS -Unos mexicanos se robaron una mula en el Rancho de Carndieff. Los ló1 persiguieron --mataron a das. EJECUCIÓN
DE
UN FRANCÉS
-En Eig Ear, por haber
asesmado a un chino Pidió que lo fusilaran pero nadie qUlSO hacerlo Sugirió a un chino pero no se lo concedieron. Pidió la soga y la enJalxmó ..y habló y siguió hablando hasta que lo colgaron. 162 SOBRESEfoo -Joseph Fields mató a un chileno en una 163 mesa de juegos en El Dorado Lo juzgaron y s.ali6 libre. ASESINATO y LO AHORCA EL PUEBLO -Shannon apuñal6 a Trusdale. Lo juzgaron los ciudadanos. Lo ahorcaron. Era un crimipal empedemido. 1Ó'i AHORCAN 11. UN ~EGRO -A un negro acusado de 165 asesinar a un blanco lo ahorcó el pueblo. No confesó. EJECUCIÓN SlJt\.fARIA DE CUATREROS -Un vecino de Sama Cruz que llegó ayer nos informa dd castigo sumario a dos cuatreros en dicho lugar. Doming:::¡ Hcmández, un californiano de pésima reputación, llegó a la Misión el jueves, se supuso que con el fin de librar fianza para sacar de 1:.1 cárcel a un sonorense preso por robar caballos. Cincuenta jinetes rodearon la casa donde se hospedó, lo sacaron de la cama y lo ahorcaron frente al juzgado -en un cadalso que erigieron con p:Jlea y todo lo necesario. Fue una operación rutinaria, sin conmoción al!,>lJ.I1a A la noche siguiente, sacaron al sonorense de la cárcel y esposado 10 colgaron en la misma horca. El forense dictaminó que lIEncontró la muerte a través de una l66 sOgi, etc, ¡:or personas desconocidas ll •
Frente a esa UEjecución sumaria de cuatreros ll , el San Francisco Heraldtrac la crónica de la ejecución de Tanner: EJECUCIÓN
DE TA..'\'NER
!Ilarysville, 23 de julio de 1852. Señores Editores: -Hoy, exactamente al medicdía, Tanner recibió el castigo máximo de la ley Setenta y cinco ciudadanos armados hasta los dientes lo escoltaron desde el calaoozo hasta el patíbulo. El prisionero lha Jivido como una sábana, tan sobrecogido de pavor que no se pudo sostener de pie. Lo llevaron en un cano, y a pedimento suyo vestido de ciudadano -·levita verde oliva, chaleco negro de seda floreada y pantalón negro Lo subieron cargado al cadalso, custodiado p::>r los sheriffs de Nevada y Yuba y otras autoridades. Cuando le preguntaron si deseaba dirigirle la palabra a la concurrencia, en tono casi inaudible dijo que no. Luego lo colocaron en ¡::osición, soltaron el pestillo fatal y quedó meciéndose en el aire. Cayó como cinco pies y aparentemente murió bien fácil;
se le encogieron ligeramente los hombros una o dos veces, se
le estremeció el cueI"fO, y qued6 sin vida. Lo dejaron suspendido como treinta minutos, 10 bajaron y lo declararon muerto. Enseguida lleg5 el sepulturero con el ataúd y una orden de la viuda ¡;ara que le entregaran el cadáver. Se lo dieron y se Jo llevó.)
Georgc TanncrJ quien proclamó su inocencia hasta el último minuto y rehusó confesar crimen algunoJ fue la primera vicLirna de h ley califomianaque impuso h pena de muerte al ladrón. El dia en que lo ahorcaron,los notlbles de Marysville presentaron una petición al concejo para que prohibiera enterrar a Tanner en el cementerio municipal. los concejales accedieron al instante y el enterrador se vio obligado a abrir a toda prisa una fosa superficial en h que depositó el cadáver afuera del camposanto. Al día siguiente en la noche arrestaron a dos sujetos que estaban profanando la tumba, lo que dio origen a crónicas humorísticas en los periódicos, de que el sábado en la noche había resucitado Tanner. Al encontrar abierta la fosa, el domingo en la mañana el sepulturero se llevó a enterrar el ataúd en el patio de la casa del carretonero para que la viuda cuidara a su muerto. Esa !1jU5ticia" cruel prodigada a alguien cuyo delito, si es que 10 hubo, consistió en robarse unos cuantos sacos de papas, macarela y cebada, contrasta con la ausencia total de castigo para quienes masacraban comunidades enteras de seres humanos. Drnante el juicio de Tanner en abril, por ejemplo, la prensa californiana trajo las crónicas macabras de una matanza de indios en Klamath: "¡Cuarenta indios muertos -dos blancos heridos]" Y mientras Tanner, engrillado, aguardaba ansioso el resuItldo de h apehción de Walkcr a h Corte Suprema, el 4 de mayo de 1852 los periódicos de California narraron otra masacre de indios en retribución por h vila de un bombre bhnco: MATAN A ClENTO CINCUENTA IND10S
Hace roca ocurri6 una terrible...matanza de indios en el disLrito de Shasta ... El capicln Dixon dividió sus fuerzas en tres columnas para rodear a los indios y atacarlos desde diversas direcciones. Al romper el alba todos estaban en sus puestos, y al dar la señal comenzó el ataque. Cada rifle marcó a su víctlma con precisión ineludible -la pistola y el cuchillo completaron la larea de destrucci6n y vengdIlZa, y en cuestión de minutos todo esruvo consumado. De los ciento cincuenta indios de la rancherú, sólo se escaparon dos o tres, y ésos iban malheridos; así es que probablemente no queda con vida ninguno de, los que mataron al pobre Anderson Hombres, mujeres y nmos corrieron la misma suerte; no se perdonó a nadie, excepto a l6S una mujer y dos niños que trajeron prisioneros.
Demás está decir que ninguna autoridad investigaba ni mucho menos castigaba tales atrocidades. En cuanto al consenso de la opinión pública en la California "cristiana, civilizada" de entonces, el comentario de John Nugent en el San Francisco Herald sirve de ejemplo: "El envio brusco de ciento cincuenta semejantes a la eternidad -aunque sean indio&- implica una grqn responsabilidad y esperamos que no · . ,,169 haya sido mnecesano . El envío brusco de ciento cincuenta semejantes a la eternidad implica una gran responsabilidad, pero no más. Para Nugent y sus coetáneos californianos, no se ha cometido un crimen; no se pide castigo para quienes masacran comunidades enteras de hombres, mujeres y niños inocentes. Después de todo J las víctimas son sólo indios. Por el contrarioJ el supuesto
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ladrón de unos cuantos sacos de papas pierde la vida en el patlbulo y a sus restos mortales se les niega el reposo en el
ante la Legislatura estatal en Sacramento, como abogdda de :Mr. MeCann, demócrata. en disputa con Mr. CookJ whig, por
cementerio municipal Ésa es la escala de valores que reina en California a raíz de la conquista anglosajona -la escala que guiará las acciones y decisiones de Walker y sus seguidores en las subsiguientes expediciones filibusteras a México y Nicaragua.
el asiento de Yuba en la Asamblea. Walker pronuncia un poderoso discurso de una hora entera en favor de Mr. McCann. Mr. McCarty responde en favor de Mr. Cook. Al dla siguiente, la Asamblea declara vacante el asiento y ordena efectuar una nueva elección. Un mes después, Walker es el delegado de MarysvilJe en la Convención Estatal demócrata "en la iglesia del reverendo lvir. Benton~' en Sacramento. El AJÚJ de San Francisco publica la crónica el 24 de febrero de 1852;
12 Fantasma bicéfalo EL CAKJ DE GEORGE TANNER sobresale entre los muchos que atendió William Walker (peter Muggins) para ganarse la vida en Marysville. En los archivos judiciales de Yuba, el nombre de Walker aparece en numerosas ocasiones entre el 3 de junio de 1851 yel 10 de marzo de 1853. En 27 casos litigó de acusador y en 30 de defensor. Representó a clientes en diversos litigios mineros y delitos menores; a dos por desafíos de honor; un divorcio; varios casos por daños y perjuicios; uno por robo (fanner); disputas por una presa en el río Yuha y por un vapor en el Feather, y diversas multas que en algunos casos sobrepasan los diez .mil dólares. Entre sus colegas en el foro se encuentra Stephen Johnson Field, de Nueva York, pionero y primer alcalde de Marysville, enseguida magistrado de la Corte Suprema de California y más tarde, durante 35 años, magistrado de la Corte Suprema de los Estados Unidos. En sus Memorias (hacia finales del siglo) Field escribe:
CONVENCIÓN ESTATAL DEMÓCRATA -Primer Día. Los delegados demócratas iniciaron las sesiones ayer a las once de la mañana. La Convención está dividida p8r el problema de San Francisco. Ambas facciones estaban alertas desde el comienzo, yen mociones simultáneas los señores Coffroth de Tuolumne y Walker de Marysville corrieron a sentarse en la silla presidencial; la silla resultó ser sofá y, claro está, amoos se sentaron y la asamblea resultó ser una monstruosidad -un cuerpo bicéfalo. Al instmte se armó la discusión número uno. sobre cuál de las dos cabezas se cortaría. Finalmente, se decidió PJI votación que amoos presidentes se retirasen para enseguida decidir a cuál de los dos escogería la asamblea¡ pero Mr Broderick se las sabía todas y antes de que se dieran cuenta propuso a :MI. Van BUTen para presidente y en el acto lo declar6 electo. Discusión número dos, pero:MI. Van Buren se sentó solo en el sofá. :MI. Walker entonces propuso a Mr. Fairfax, de Yuba, para secretario. Los ánimos estaban candentes
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William Walker, quien después figuró como proLagonista prominente en las cxpl.'Cliciones filibusteras a Nicaragua, y a quien sus seguidores lhmaban 'IEl Pred.cst:inado de los Ojos Grises'f, ejerció la abogacía en 1hrysville en 1851-52. Era un orador brillante y de inteligencia aguda pero no muy profunda. Con sus sutilezas, a menudo dej~ba perplejos a jueces y jurados, mas casi nW1ca los convencía. ,o
Contrario a la opinión de Field, los registros judiciales indican que WaJker logró convencer a jueces y jurados la mayoría de las veces. Es imposible tabular su actuaciÓn, debido a que en los dieciocho tomos de registros judiciales de esa época hay numerosos casos en los que no se dan los nombres de los abogados litigantes. Pero de los cincuenta y siete casos en que aparece el nombre de William Walker, ganó veinticuatro} perdió dieciséis, en once hubo arreglo extrajudicial, tres quedaron en manos de otros abogados cuando se fue de Marysville y de otros tres no aparece el resultado en los documentos que se conservan. Al comienzo, Walker trabajó en sociedad con J. W. McCorkle, Stephen Johnson Field y otros, pero después su socio fue casi s;empre Henry P. Watkins, el juez que pistola en mano defendió de la turba a T anner. La actuación de Walker resultó excelente en los once casos en que trabajó solo: ganó ocho, perdió dos y se arregló extrajudicialmente una vez. Esto es aún más impresionantecuando leemos en las Reminiscencias del pionero H. S. Hobliuell. que el foro de Marysville era considerado t'el mejor de California en cuanto a la aptitud de los juristas ll , contando entre sus miemhros lilas luminarias más brillantes de la profesión legalu. 171 . Durante esa época, WaJker utilizó como siempre la abogacía para [mes políticos. El 11 de octubre de 1851 representa ante el foro de Marysville al demócrata G. M. Mott, en disputa con W. T. Barbour por el cargo de Juez del Décimo Distrito; varios días después lleva el caso de Mott ante la Corte Suprema de California. El 23 de enero de 1852 se presenta
La actuación cómica en Sacramento coloc6 a Walker en posición tal cual él era, encabezando un cuerpo bicéfalo. llEI problema de San Franciscoll que dividió a la Convenci6n conceroJa a Edmund Randolph, candidato oficial del partido demócrata en las elecciones primarias el 26 de diciembre de 1851. En el precinto de Randolph, el jefe de la mesa electoral y un inspector eran del bando oficial; el otro inspector era opositor. Al momento de contar los votos J ocurre "un pequeño disturbio ll en el que varios sujetos distraen la atenci6n del inspector opositor. El recuento enseguida arroja 650 votos cuando s610 habia 452 votantes inscritos. El inspector opositor se niega a firmar las credenciales de Randolph y los demás candidatos oficiales que resultaron electos con los votos fantasmas. Ambas facciones presentan su caso en la Convenciónde Sacramento y Mr. Walker, de Marysville, es del bando oficial de Randolph cuyo líder es David Colbreth 1Jroderick. La disputa termina en batalla campal, con los delegados tirándose botellas y tinteros hasta que una herida profunda en la mejilla de Mr. Brodericklos obliga a suspender la sesión. Al dla siguiente, Mr. Randolph habla en favor del bando oficial y el Gobernador Smíth por la oposición. Los opositores ganan al final por mayorla de 102 contra 64, y tornan sus asientos en la Asamblea. Edmund Randolph se va de Sacramento, derrotado en la escaramuza, (y regresa a su casa a sus labores de abogado y político para enseguida asumir la presidencia del Comité General Demócrata de San Francisco). La asamblea en la iglesia de Mr. Benton luego elige los delegados a la Convención Nacional del partido a celebrarse en BaJtimore, comprometiéndosea apoyar la papeleta que ahí se escoja para Presidente y Vicepresidente de la nación, siempre y cuando dichos candídatos no sean abolicionistas. Terminada la Convención el 26 de febrero, William Walker retoma de inmediato a su refugio en Marysville.
LAS CALIFORNIAS
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En realidad, WaIker parece acarrear un cuerpo bicéfalo en Ciudad Medialuna Interior, con Peter Muggins y Gabriel Gumbo al unísono en el mando. Cuando en abril de 1852 el abogado Muggins defiende a Tanner en el juzgado, el político Gumbo si¡¡c;e activo en h arena política del partido demócrata. Cuando Williarn Wa1ker celebra su 28" cwnpleaños el 8 de mayo, Muggins aboga por Tanner ante h Corte Suprema de California mientras Gumbo labora asiduo tras bastidores para ir de congresista de Califomia a Washington. El Alta publica la noticia el12 de mayo en San Francisco: SU
POLÍTICA
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"OOBLE TRANSFORMACIÓN"
receso de la Legislatura ha echado buen número
de PJIíticos sobre nuestra ciudad ... El tópico principal del momento es el de las nominaciones para el Congreso, y los
amigos de los diversos candidatos laooran solícitos para promover sus intereses. La mayor agitaci6n existe en el bando demócrata. ... En el norte de California se mencionan al DI.
Keene de El Dorado, Presidente del Senado, M. S. Latham de Sacramento y W. WaIkcr de Yuba 171
En busca de la nominación al Congreso, WaIker logra que la convencióndem6crata distrital en Sacramento el19 de junio lo nombre delegado a la convención estatal del 20 de julio en Benicia. En Benicia, Williarn Wa1ker (Gabriel Gwnbo) continúa alineado en el campo de Broderick Cuando se introduce una resolución de que "el Partido Demócrata está en favor de donar terrenos del estado a los ciudadanos americanos ll, Broderick propone que diga tia quienes están en posesiónll en vez de Ha los ciudadanos americanos lt ; otros se oponen, pero
Wa1ker apoya el cambio:
Mr. Walker, de Yuba, se dirigió a la convención en los siguientes términos: EsTOY tan sorprendido como el caballero de San Francisco [Mr Broderick] de que se pro:¡:onga en una convención democrara lo que prop:=me el delegado de Sacramento [Mr. Henley]. Y no me sorprenden menos las palabras de otro caballero de San Francisco [Mr. Mclliugal], de que la política del partido aquí debe ser diferente que en otras partes. Yo siempre he sostenido que Jos principios del particlo demócrata son los mismos en tedas las é¡xx:as y bajo cualesquieras circunstancias: los mismos ayer, hoy y siempre; los mismos en las costas del Pacífico y en las del Atlántico. [Aplausos]. Y siempre ha s¡do la doctnna del parrido demócrata, sostenida y aíinm.da en diversas é¡:ocas y recientemente resosterrida y reafirmada en la Convenc¡ón de Baltimore de este año, de que no se debe hacer nada que desaliente a la gente de tod.os los paL~es a emigrar hacia nuestras costas. [Tremendos aplausos]. Siempre ha sido la ¡:x:>1ítica de nuestro parrido el alentar, por Lodos los medios razonables, la inmigración de los extranjeros a nuestro país; los whigs son los únicos que se han opuesto a esta ¡:olirica Nuestros antaJPDlstas, con esa falta de Y1S16n que los distingue, con frecuencn han buscado subir al p:xjer halagando a los votantes actuales a costa de los votantes p:.tenciales, mas tal política jamás ha sido la de las grandes lum.illanas, líderes de la democracia. [Aplausos]. Muchos de nosotros hemos visto con insatisfacci6n Y tristeza que funcionarios electos por el partido dem6crata en los últimos meses han tratado de excitar en California sentimientos hostiles hacia cierta clase de inmigrantes; que algunos que se dicen demócratas se han identificado con los whigs y prácticamente adoptado los principios más extremistas de nuestros adversarios. Pero las masas del partido -los mineros en las montañas y los finqueros en los valles- han decidldarnente repudiado a esos traficantes en el mercado político --a esos mercaderes de votos, ávidos de puestos y prebendas.
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remendos aplausos]. Y esperamos, para el bien de nuestro parndo y del pais que ha gobernado desde hace sesenta años que ése s~ ~i~mpre el des~o de esos alcahuetes que ministr~ a los prejillCJos -esos ag¡.tadores de malos sentimientos e influencias impropias entre diversas raza." [Continuos aplausos]. Como castigo para dichos demócratas y para sus esfuezos de engendrar enemistad de raza contra raza y clase contra clase, esperamos que no sea aprobada la resoluci6n propuesta por el comité. [Grandes aplausos].lH
La resolución modificada pasó confonne lo propusieron Broderick y Wa1ker, pero en otro asunto éstos salieron derrotados cuando la convención nominó a otro en vez de Crittenden para magistrado de h Corte Suprema de Cali-
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fornia. En el momento crucial de la .votación, un deleblJ.do acusó a Crittenden de haber apoyado a la oposición en Jos últimos comicios para Gobcrnadorde California. A peticiónde WaIker, lo invitaron a que explicara el asunto y Crittenden
admitió haber votado contra Mr. Bigler, el candidato oficial del partido. Al airIo, varios delegados le retiraron su voto y la convención nom~6 a. Mr. Wells para magistrado de la Corte Suprema. La reaCCIón mstantáneH de WaIker vino en dos largas "Cartas al gobernador Bigler -Por qué votaron contra él",
publicadas en el San Francisco Herald el 25 y 26 de julio de 1852. Basta copiar unas cuantas frases para mostrar la lanza ltúricl de Walker volando lanzazos en Benicia en los precisos instantes en que su cliente George T anner subia a la horca en
Marysv:ille: ... Para usted son dulces las aguas robadas;176 y el puesto público sin duda perderla la mitad de su atractivo para usted si lo hubiera obterVdo honradamente . ¿Será por el bien del partido dem6crata que usted. mantiene a su alrededor, empleados, a los infelices más infames que contaminan esta tierra? ¿Será IDr el bien del partido que usted se queda con quienes desechan las L'l.bernas, las casas de juegos y los prosóbulos para que le realicen sus fines innobles y venganzas? ¿Fue ID! el bien ·,del parudo demócrata que W1 sujeto cuyo nombre da vergLienza mencionar fue enviado a propalar informes contra los actos de un hombre como MI. Crittenden? Los pacientes del lazareto no se atreverían a usar los instrumentos que usted usa; y, sin embargo, usted se coloca tomo ejemplo a la cabeza del partido democrata en California, ¿y debemos acaso considerarlo un Da.lai lama ante quien todos se deben hincar y a quien todos del-:en adorar bajo ptna de salir excomulgados del partido demócral..1? . Yo podría decirle a usted que alguien en su posición es mejor que atienda los deberes de su puesto en vez de lDyolucrarse en las intrigas de los buscadores de prebendas. Usted en adelante cosechará los fruros de su conducta; y, créamdo, que el partido demócrata no wdará en pagarle a l77 usted su merecido. Aunque el destino no tard6 mucho en pagarle a Walker su merecido, el futuro filibustero tuvo la suerte de eludir una dosis inmediata de plomo en retribución por sus ataques al gobernador Bigler en esa época en que los periodistas eran
blanco permisjlile para hs balas de los políticos en California. Apenas una semana después, por ejemplo, Edward Gilbert, director del AJt3~ cayó muerto con un boquete en el abdomen cortesía de un senador (rifles Wesson a cuarenta pasos) por una g'lDRO BOrM:iOS GEYER
Defraudando sus expectativas, a Walker no lo nominaron para el Congreso ni para ningún puesto en el distrilo de Yuba en 1852, pero en octubre de ese afio lo nombraron presidente del comité demócrata encargado de escoger los candidatos en el sexto precinto de San Francisco. Enseguida laboró conspícuo en la convención en que se nominaron los candidatos para los comicios de noviembre, tras lo cual retomó otra
vez a ejercer su profesión en Marysville. Un coetáneo retratará su figura en total aislamiento afectivo en dicho pueblo:
El general William WaIker, "el predestinado de los ojos grises" que figuró tan prominente en las expediciones filibusreras, fue socio del coronel Watkins en el ejercicio de la abogacía. A menudo oímos comentar que durante su residencia en Marysville, cuyos moradores eran cordiales y hospitalarios,
WaIker siempre mantuvo una impasible indiferencia hacia sus 179 semejantes y no confiaba en nadie.
A pesar de la indiferencia impasible de Walker hacia sus semejantes, la gran idea que agitó todo su ser se la transmite a su socio Henry P. Watkins. El resultado es la expedición a Baja California y Sonora en 1853 y 54 que se narrará en las siguientes páginas. La chispa inicial se enciende cuando fallece la primera y última persona que Walker amó: a su madre la enterraron en Nashvillee18 de enero de 1852. No se conserva ningún asiento del diario Último de TimothyTucker durante la estailla de Walker en Marysville para poder juzgar el impacto que la muerte de su madre produjo en la Ciudad Medialuna Interior de William. Asimismo, se ignora e! efecto que haya producido la presencia de Eliza Biscaccianti en e! teatro de Marysville en junio de 1852. Lo que si se sabe es que Walker inicia su expedición militar a Sonora poco después de su última intervención en el [oro en marzo de 1853. Una "doble transformación" ha, pues, ocurrido en la Ciudad Medialuna Interior en dos años -la transformación de Tucker a Muggins ya Dobs.
IV , RICA CENA PARA DICK ¡RICHAlWDOBS es un tipo de Jo más alenudor! Digno Did: Dobs, ¡c1J6cala! Siempre te llamaremos Dick, y esperamos que j'amás seas "el difunto Djck'~ ¡Qué biografh haría tu VIda! ¡Cuin irresislI'bie el diario intimo de tu maravúJosa existencia!Hace veinte años eras un niño y te encantaba elpan con melaza.; hoylas mis exquisitas ~iandas aderezan la mesa del hombre. Asombroso progreso de la época -¡Singular avance en la gastronomfa!Estos argumentos) usados a su debIdo tiempo) pueden esgrimirse con enorme fuerza en tu favor. Esaú vendió su derecho de progeniturapor un plato de lentejas) y nosotros abandonar/amos ahora nuestra ocupaCIón actual para disfrutar contigo de una cena digna del nombre. WILLIAM: WAIKER. 't.Bosquejos de ciudadanos prominentesl~
13. Apaches y Arqonautas AL TERMINAR LA GUERRA de EstaOos Unidos con México. el estado de Sonora se extendía al norte hasta la frontera internacional del río Gila; al oeste. el río Colorado y el Golfo de Cortés lo separan de las Californias; al este, la cordillera de la Sierra Madre Jo aisla de Chihuahua; y el ángulo sureste cortado por el río Fuerte lo divide de Sinaloa y el resto de la nación. Sus cien mil millas cuadradas de territorio albergan entonces una población apenas superjor a los cien mil habitantes~congregados en angostos valles donde cultivan sólo 10 necesario para su consumo personal Con escasas lluvias, a menudo mellaS de cinco pulgadas al año, la mayor riqueza potencial de Sonora radica en sus yacimientos minerales. Historias legendarias de vetas de oro y plata cautivan la imaginación. atrayendo como imanes irresistibles a los argonautas de California. Su atención la dirigen a Sonora desde el comienzo de la fiebre del oro, pero aunque millares de aventureros cruzan por la ruta del Gila, pocos se aventuran a permanecer en su suelo. Por el contrario, gran número de sonorenses abandonan sus hogares y engrosan las huestes de los argonautas hacia el nuevo El Dorado californiano. El motivo: los apaches, a como lo esboza con claridad en 1849 1111 corresponsal del New Orleans Picayune: La mayor parte de la PJblaci6n mexicana de este esrado [Sonora} ha abandonado sus hogares; corno 15.00J personas se han ido por tierra a California. Al llegar a su destino han dicho
que emigran huyendo de ]05 salvajes y no en busca de oro, ya que los yacimientos de Sonora son más ricos que bs del Sacramento. Además, todos los informes y tradiciones de México son de que Sonora tiene bs yacimientos más ricos del mundo. Pero las minas no se pueden explorar debido a las
incursiones anuales de los apaches, quienes vencen a las tropas 1u mexicanas y saquean y asesinan a los habitrntes. Los apaches no eran muchos ----quizá menos de 6.000-- pero sus extraordinarias dotes de guerreros los hicieron temibles en toda la frontera mexicana. Desde tiempo inmemorial fueron el terror de los habitantes hispanoamericanos. ya que nj España ni México habían logrado controlarlos nunca. Las correrías de saqueo eran su vocación normal y su fuente principal de sustento. El objetivo ordinario de sus irrupciones era el robar ganado vacuno y caballar. pero con frecuencia también se llevaban cautivos, en especial a mujeres y niños para hacerlos esclavos o venderlos. Una larga serie de guerras civiles entre las facciones del Comandante General José Urrea y de! Gobernador don Manue! Maria Gándara, debilitaron tanto a Sonora, que en 1848 era incapaz de resistir a los apaches que bajaban hacia el sur desde e! valle del Gila y desde sus baluartes en la Sierra Madre. Los desfiladeros y picos de las montañas eran de hecho para ellos una carretera de 400 kiló~ metros de largo a sus refugios. base de operaciones para sus correrías. y a la vez barrera mfranqueable para las tropas norteamericanas y mexicanas. Una clánsula de! Tratado de paz obligaba a Estados Unidos
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LAS CAllFORNIAS / "RICA CENA PARA DlCK"
a impedir que los indios incursionaran por
la frontera
int.ernacional, pero eso le sirvi6 muy poco a México ya que pasaron seis años antes de que Washington adoptara una politica bien defmida para con los indios en cuestión. Basle señalar que dw.mle el periodo de 1848 a 1852, nunca hubo más de 180 jinetes guardafronteras para cuidar los dos mil y pico de kilómetros de línea fronteriza entre ambos países. Por SU parte, el gobierno mexicano elaboró planes para establecer dieciocho colonias militares en la frontera norte, pero para
1850 las de Baja Califomia y Sonora exisúan sólo en el decreto de su creación y no se vislumbraba esperanza de que se
establecieran en un futuro cercano. En julio de ese año, el de Sonora)osé de A~ le reclama ayuda al gobJerno central, adVlrtiéndole que La frontera está desierta, sU riqueza perdida, y 105 campos antes bien cultivados retienen sólo los vestigios de lo que hubo y los restos de las numerosas victimas sacrificadas a la furia de los salvajes",18I Más aún, la
gob~ador
destrucción se extiende ya al interior del estado pues los
apaches conocen la debilidad de sus defensas e incursionan al sur hasta la vecindad de Ures. Para complicar el infortunio de Sonora, no todas las atrocidades fronterizas eIlIn cometidas por Jos indios. Ca~i desde el comienzo de la emigración por tierra por la ruta del GiJa a las minas californianas, comenzaron las denuncias de que bandas de forajidos violaban el territorio mexicano y depredaban a sus habitantes. En 1848-49, los emigrantes a California saquearon el pueblo de Nuri en el distrito de AJamos y el campamento minero de Cieneguita en el dislrito de Altar, entre otros. Un contingente de indios pápagos enviado por las autoridades a batir a los apaches, se encontró con que una banda de emigrantes norteamericanos defendía la ranchería apache que iba a atacar. De acuerdo a los pápagos, los norteamericanos habían enviado a los apaches a robar ganado para luego comprárselo y usarlo ellos en el viaje. En abril de 1850, don Luis de la Rocha, Ministro de México en Washington, notificó al Secretario de Estado John M. C\alton que bandas armadas de norteamericanos en ruta a California habían repetidamente entrado en Sonora e incitado y ayudado a los apaches en sus ataques a los pobladores indefensos de la re~6n . fronteriz~. Algunos de estos forajidos dedan ser emlSanos del gobJernode Washington. Además de suministrar armas y municiones a los apaches, los emigrantes les compraban el botin que sacaban. los viajeros atravesaban por territorio apache en el norte de Sonora y entraban a California en la confluencia del Gila con el Colorarlo, en tierras de los indios }umas. Éstos sumaban apenas alrededor de 500. Eran "un pueblo guerrero, fiero y saIvaj~", que había silo casi anjquilado en 1828 por los ataques combmados de las tribus vecinas. Los sobrevivientes de la masacre huyeron río arriba, se refugiaron entre los mojaves y ~ permanecieron hasta 1845, cuando ya algo recuperados en numero retomaron a su suelo am:estral Su contacto inic.ialcon los argonautas lo narra el Alta en mayo de 1850: .'\1 comenzar la emigrad6n Mce un año, cuando cruzaron los primeros viajeros no Luvieron mayor dificultad con los yumas, fuera de su inclinaci6n ror el robo que despojá de sus bestias
buen número de emigrantes .. A diferencia. de los amistosos pUnas y maricopas. los yumas conocen el valor del dinero y reclt:ntemente han sido tan buenos "negociantestl como el más asnllo buhonero de Cor'.Iiecticul Su sagaódad salvaje les ha ~eñado adeuús la superioridad de las armas de fuego, y con s,:! mgenio natural han logrado obtener comiderable cantidad de p15rolas y fusiles de los viajeros a cambio de sus servicios a
ayudándoles a cruzar Jos mimales en las turbulentas corrientes del formidable ColoI4do y ouas tareas similares 151
A fmales de 1849, una banda de maleantes norteamericanos establece un transbordador en el cruce del Colorado. El cabecilla, un tejano llamado John GlantOI¡¡, es un famoso enroma! ~ sus SOCIOS, no de mejor calaña. Las ganancias del negocIO son enormes: la avalancha de mexicanos que pasa en esa época camino a California excede a los 30.000, y el cobro de la compañJa de transborde es exorbjtante. Cuando el general Anderson~ de Tcnnessee, llega con una caravana de norteamericanos en abril de 1850J rehusa pagar lo que cobra Glanton, construye su propia barca y cruza a todos en ella. Ensegurla se la regala a los indios y éstos la uulilan para abrir su propio negocio transbordanilo pa>ajeros en los "..Algodones", a c0,rta dislancia río abajo de~ puesto de Glanton. Éste y sus compmches no tardan en baJar al campo de los mdlos, se apoderan de su barca y la destruyen~ y a un irlandés empleado de los yurnas lo echan atado de pies y manos y lo ahogan en el río. Los yumas se vengan en la madrugada de! 24 de abril: sorprenden dorm¡dos a Glanton y di., de sus hombres y ]os matan antes de que puedan disparar un sajo tiro. Se escapan sólo tres que andaban cortando leña y corren a conw la noticia a San Diego. La noticia del asesinato de Glanton y sus compinches produce gran revuelo en California. En esa primavera se espera el arribo de multitudes de emigrantes por tierra y se cree necesario que las autoridades hagan algo para protegerlos de los yumas en el cruce de! Colorado¡ El gobernador Burnert pronto ordena a los sberiffs de Los Angeles y San Diego que recluten cien ~ilidanos y los envíen sin dilación al río. Le dan el mando de la expedición al "general" Joseph c. Morehead, recién nombrado Intendente del Ejército de California. El "General", de 26 años de edad, es oriundo de Kentucky, y se dice que es hijo o sobrino del gobernador Morehead de dicho estado. Arribó a California en 1&47 de leniente en e! Regimiento de Voluntarios de Nueva York. En 1&49 lo eligieron diputado a \a primera Legislatura y en 1850 fue socio en el qllfete de abogado del Procurador estatal E. J. c. Ke\i,lcn. Las órdenes del Gobernador no dicen nada acerca del espinoso lema de cómo sufragar los gastos. El general Morehead resuelve la emergencia firmando vales en nombre del estado, pero los vecinos de Los Angeles y San DieS'" no confían en ese nuevo circulante; los hacendados están renuentes a entregar bestias ni nada a cambio de los llbiHetes de Morehead'1, y éste al comienzo tampoco encuentra voJuntariosque enganchar. No es sino hasta en septiembreque logra organizar la milicia, tras el arribo de emigrantes de Texas y Arkansas, a quienes enrola a razón de cinco dólares diario en Ubilletes de Moreheadll y con comida. Por fin, a [males de septiembre de 1850, los 104 milicianos de Morehead salen de San Diego para el río, cuando ya las caravanas de emigrantes que llegan del Colorado informan que todo es quietud y paz en la región. Durante el verano, Wla compañía de norteamericanos ha construido tres transbordadores, una casa y un fuerte en un punto que bautizaron "Colorado City" a una milla de la boca del Gila. Han "hecho \a paz" con los yumas que a su vez siguen transbordando pasajeros ocho millas río abajo en las barcas que fueron de Glanton. Otra compañía norteameranase apresta ji enlIar en la compelenciay "todos ellos viven en armonía" con los inJios que se comportan más amigables y sociables que nWlca.1
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ALEJANDRO BOLmOS GEYER
Al llegar al río, Morehead LOma posesi6n del antiguo caropamentodc Glanton, llamado ltGila CitYr; pero "esa tarde, cuando ~U5 hombres arriaban el ganado, según alegan, sin provocaci6n alguna los indios les186dispararon. Respondieron el fuego y mataron a un indio ..." Unos 150 yumas armados de arcos y flechas enseguida cruzan a nado frente al campamento de Morchead y lo at:2.cao. Como veinte indios mueren. Al día siguiente, Mnrehead cruza el Cnlorado hacia el principal pueblo indfgcna: Al verlo venir, los yumas rápidamente recogieron sus pertenencias, cargaron sus bestias y huyeron.. Morehcad los atacó y toda la carga para persigui6 de cerca" obligándobs a salvar la ro. Los siguló [XlI muchas millas -mlt6 a varios indios y se ap:xieró de algunos animales. De ah! en adelante, ya
rotar
huOO yumas en el cruce; se retiraron río arriba, dejaIXio sus siembres y posesiones en poder de Morehead, quien se apropi6 de todo para ~I uso de su tropa.: ech6 a sus animales y los de !os einigranles que llegaban, a pasrar en los siembras; saqueó las chozas y de~tru;ó lodo lo que habla en ellas, incluyendo grandes cantidades de frijoles mezquites, alimento principal de dichos indios -los que ellos muelen mezclados con calabazas ,ocidas 1;'¡1" hacer el pan- y que habían almacenado par' el DO
mVlerno.
Morchcad desbanda a sus voluntarios en noviembre. dejando sólo ocho hombres en el cruce del Colorado en espera de las tropas del ejército norteamericano que llegarían de San Diego. Cuando éstas Uegan en diciembre, el ma}'or Samuel P. Heintzelman constru}'e el Fuerte Yuma en la confluencia del Gila, fIrma un tratado con los indios "y les re~6 alimentos
para suplir los que injustamente les había destruido Morehead".1B8 Y, de acuerdo a las cifras dadas al Alta por el Gobemadorde Califomi>, la expedición de Morehead le cost6 al fIsco la suma de $120.000. En su mensaje anual de diciembre de 1850, e! gobernador Burnett acusa a Morehead de haber prolongado en exceso su misión y de haher además desobedecido sus 6rdenes. En enero de 1851, Morehead tiene que explicar sus actos ante una Corte de Investigación en San Diego, pero el 21 de febrero se encuentra de nuevo en su puesto de Intendente del Ejército en San Francisco, viendo que le alquilen W1 local para el menal de! estado.
14. Pre:;agio pora Sonora A PRlNOPlOS DE ABRIL de 1851, las noticias de Los Ángeles informan que pasó por la ciudad una banda de hombres armados de rilles y revólveres. Se dice que son "parte de un cuerpo de 300 hombres que iban a buscar oro en el Gila. El verdadero objeto de la expedici6n es el de invadir Sonora".a9 Enseguida comienzan a c.ircular en San Francisco noticias de la "expedición secretlll• El líder resultl ser el intendente Morehead, quien el 20 de ahril desaparece de la ciudad jW1tO con 400 fusiles y 90.000 cartuchos que tenía a su cargo en el menal del estado. Había comprado W1a balandra para viajar al sur, pero el 23 de ahrillas autoridades federales detienen la embarcación Y" lista a partir para Mazatlán. A bordo iba Iluna pandilla de aventlll'eros inlIépidos y temerarios, con todos los pertrechos, bajo el mando de una o más personas de nota e influ}'entes, con miras a americanizar, es decir, a l90 revolucionar, el sur de California y el norte de Méxicou. El 25 de ahril, e! gobernador McDougal pide a la Legislatura autorización para detener a Morehcad. En la Asamblea, el mensaje del Gobernador es enviado a comité mientras
Morehead a toda prisa fleta una barca, la josephine, y zarpa con cuarenta hombres hacia San Diego. Pasan la inspecci6nde
las autoridades portuarias de San Francisco porque e! único armamento que Uevan a bordo son dos fusiles viejos. la josephine arriba a San Diego el 5 de mayo. Los expedicionarios apenas llevan provisiones para una semana. Morehead desembarca y viaja por tierra a Baja California, donde pennanece un par dc días; a su regreso, desbanda a su gente y la josephine prosigue sin ellos a Mazatlán. Los rumOres que llegaban a dicho puerto mexicano hablaban de ccntenares de norteamericanos armados aprestándose a invadir México, y la Noticiosa de Mazatlán comenta: n¡Ya sean yanquis, o comanches y apaches, vienen a conquistamos! Ambas cosas son sin6nimas. ¡Que el pueblo mexicano . 1"191 escoJa! La columna filibustera terrestre contra Sonora no corrió mejor suerte que el contingente naval La vanmardia de unos treinta hombres acampó en los alrededores de Los Ángeles durante var~ semanas. Los comandaba un tejano. el capitán John Irving, llamado 'Red lrving" [el Pelirrojo), quien aseguraba que los había invitado e! Gobernador de Sonora para que le ayudaran a exterminar a los apaches. Sus expec:tativasde 300 h9mbres nunca se materializaron, y cuando se supo en Los Angeles que se había desbandado el contingente naval. la compañía de Irvinglevanta el campo y se dedica a robar caballos, destazar reses, y cometer toda clase de depredaciones en el valle. Los indios de una ranchería cercana, entre 400 y 500, salen en persel:uci6n de los maleantes. Algunos indios van bien montados y todos van bien armados con arcos, flechas y lanzas. Irving y sus hombres van armados hasta los dientes; todos portan rifle, rev6lver y cuchillo; pero él y once camaradas pierden la vida cuando toman un atajo que Jos conduce a un barranco, callejón sin salida en las montañas: Los infuso emboscados enfrente y a ambos lados de los paredones, les bloquearon también la reragtWdia. y los atacaron, arrojándoles sobre las cabezas centenares de flechas, lanzas y piedras de todo tamaño. La batalla fue corta y desesperada. Irving y sus hombres pelearon como tigres acorralados; todos vaciaron su úlrimo cartucho y todos murieron. 111
Así termin6 la primera expedición filibustera lanzada desde California contra México. En sentido estricto, el episodio de Morehead se puede llamar incruento, pues no se derramó sangre en territorio mexicano y llegó a su fm antes de comenzar. No obstante, en los anales de la Historia quedó bien encajonado entre dos masacres de malhechores norteamericanos que destacan su verdadera dimensión. Se origin6 en la matmza de once maleantes de John Glanton en 01 de j6venes ambiciosos e inquietos para excursionar hacia el sur, ya sea en p::¡s de fama o fortuna. Hasta hoy no se conoce con exactitud su objetivo, y a menudo se asegura que ni él mismo lo sabe con certeza. Baste decir que el General, cualesquiera que fueren sus prOpJsítos, ha comprado, aprovisionado y alistado una barca en la que su contingente viene ya navegando río abajo en el Sacramento. M EXPEDICIÓN
En esa ocasión Morehead se esfuma de vista antes de pasar por San Francisco y sus hazañas, si las hubo, no atrajeron la atención de la prensa. Sus actividades posteriores durante la Guerra de Secesión, sin embargo, ameritan mencionarse aqui
Al estallar la guerra estaba en Jackson, Mississippi, solicitando un nombramient.o en el ejército sureño. En una carta al Presidente jefíerson Dav1s, le explica que su experiencia luchando contra los indios en California lo capacita para comandar un regimiento. Davis no le dio el nombramiento, por lo que Morehead se fue a Kentucky a organizar por su cuenta un regimiento de voluntarios. Mas antes de que pudiera comandarlo en el campo de bataIL, las tropas federales lo capturan en septiembre de 1862 y lo internan en un campo de prisioneros de guerra, acusándolo de espía. En cuanto lo sueltan al año siguiente, regresa a Mississippi a pedir otta vez el nombramiento en el ejército sureño; y está ya organizando sus nBatidores de Kentucky", cuando fallece en 1864. Viéndolo en retrospectiva y basados en señales indirectas, se puede argumentar que la extensión de la esclavitud formó part.e de los planes de Morehead sobre Sonora. El periódico New York CourJer md Enquirelj "generalmente bien
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ALEJANDRO BOLI.l'r líderes del partido demócrata con el objeto de dividir este estado con miras a introducir la esclavitud en la parte sur del mismo. Hasu hace diez o quince días rnirá· b.!mos ese movimiento como el engendro de la ima~dón enfermiza de unos cuantos ambiciosos e inquietos desunioMitas ultrasureños, cuyo fruto sería sólo una farsa ridícula que acarreada sobre sus menlores el desdén del público. Cuando primero se concibió el proyecto, la índole de sUs cabecillas nos hizo penur que jamás perturbarían la paz ni pondrlm en peligro el bienestar del estado. Pero desde que p..;¡ s)do acogido por muchas de las lumbreras y personas responsables en el partido dem6crara -p:n quienes son los exp::mcnres reconocidos de los principios y la política de dicho partid.o- ha asumido un aspectO más serio y demanda el escrutinio y la atención seria de quienes se interesan par el honor y la prosperilid del estado. .. El plan b condbieron en primer lu~ unos cuantos espúitus inquietos Después se les han unido emisarios de Jos desunionistas de South CArolina, Alabama Y Texas, a quiene5 han enviado aquí a crear la discordia, la división y WJa cabeza de playa para la esclavitud.:l2
Desde los propios comienzos de la fiebre del oro, los mineros controlaron de hecho la legislación del nueVo estado. Claro está que promulgaron leyes favorables a sus intereses.
Como resultado, bajo el dominionort.eamericanolos ganaderos nativos en las zonas de San Diego y Los Ángeles prontD sintieron sobre sus hombros una desproporción onerosa de la carga fiscal, creando una situación intolerable que los impelió a querer separarse. Las bases reales de sus quejas quedaron rehJistradas en el primer informedel Tesorero del Estado, cuyas cifras oficiales las examina e! gobernador John McDougal en su mensaje anual a la Legislatura de California a! cerrar el año 18S1: Los distritos agrícolas del sur del estado, con 79.778 habitantes, enteraron $246.247,71 en impuestos durante el reciente año fiscal, mientras que los distritos mineros del norte, coa 119.917 habitantes, pagaron s6lo !21.253,66. El movimiento en el sur de California para dividir el estado ganó fuerza en el verano de 1851. Cuando los líderes celebran una Convención Sureña en Santa Bárbara, hay periodistas simpatizantes que le ven prohabilidades de 6ito a! plan, mas durante tres días de sesiones surgen fuertes divergencias de opinión a! demarcar la frontera entre el estado y el territorio que se proponen crear. Tras animados dcbates, eJ presidente de la asamblea y varios de!el,'.dos de San Diego se retiran de la Convención. Cuando clausura sus sesiones el 23 de octubre, la asamblea fragmentada no ha logrado el objetivo para el que se había reunido. El Alta observa que "los sureños mismos se pelean entre si en cuanto a 10 que desean hacer y en cu~~to a los medios que se deben emplear para conseguirlo". De hecho, algunos en el sur de California recurren a las armas, buscando conseguir lo que desean. Las hostilidades se rompen en noviembre cuando el sher1ff de San Diego, en pa¡¡o de impuestos se incauta de los bienes de una ranchería de mdios cahuilla. Los indios se vengan matando a cuatro norteamericanos. en Aguas Calientes, y el cacique Antonio Garra a! frente de su tribu ataca la finca del senador John 11. Wamer C1Juan Largo!!, para los hispanohablantes),matan a un empleado, destruyen diversos enseres y ahuyentan el ganado. A Garra enseguida lo capturan, lo someten a juicio en una corte marcial, lo condenan a muerte y ejecutan. En su ,onfesión nombra personas pIominentesde San Diego como los instigadores de la revuclta, y el 30 de noviembre el corresponsa! del Alu informa de Los Ángeles: No se puede ocuhar que los indios están en f:,'Uerra COOlla los americanos solameme. Prácricarnente toda. la. población de California muestra desafecto .a nuestras instituciones -o, mejor dicho, anuestro S1S[ema de impuesfOS ... El fuego lento se está avivando para convertirse eIl una guerra general con los indios, azu:ados, como ellos mismos 10 dict:n. por emisarios _.l.r·
l.AWorruanos.
ZI_
la rebelión termina en la batalla del 21 de diciembre en la que fuerzas de! ejército norteamericano aplastan a los cahuillas, dejándoles ocho muertos en el campo y ahuyentando el resto a las montañas, perseguidos de cerca pero en vano por las tropas. El Los Angeles Star condensa la guerra en la siguiente noticia: Los hechos que diario sak:n a hrz establecen claramente Que acabamos de e5cap.'U' de un peligro inminente. El vasto pian que urdieron era el de unir a los indios desde el rlo Colorado hasta. el Merced pua un atnque simulclneo sobre los .eres distritos sureños del estado, y de haberse consumado dicha unión duch.mos que ningún residente americano hubiera salido con vida para conw la historia. Con todo y todo, doce de
nuestl'os compatriotas fueron masacrados. 21~
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ALEJANDRO llOLANüS GEYER
Una vez sofocada la insurrección indígena, las autoridades californimas dirígen su atención a modificar las leyes para aliviar la pesada carga fIScal de Jos distritos sureños. Políticos influyentes propugnan por modificar la constitución estatal para lograrlo, y el 3 de febrero de 1852 introducen en la Asamblea una propuesta de Convención Constitucional. El AJIJl YolIos periódicos al instante seBaIan que el verdadero propósito de quienes desean modificar la constitución estatal es el de permitir la inlIoducción de la esclavitud en el sur de California. Numerosos editoriales hicen hincapié sobre el tema, desenmascarando y denunciando las maniobras tras bastidores de Jos agentes esclavistas en el Pacífico. Bajo "Propagandistas de la esclavitud", el AJ/;] explica: Existe un conjunto de ID.:::l.ivrloos en este estado, imbuidos en la creencia de que la esclavirud de los negros es una bendición para la hUIllAIlilid. Yque se debe transpwl1.ar a estas coslaS.... Comenzaron su auque sistemático desde anles de la .admisión de California, celebrando en la pute sur del est2do micines de protesta (Dotta la inclusión del Sur en las actwJe.s fronteras
esracaJes y pKliéndole al C..ongreso que (amura un Territocio con los disuitos sllleños. Al fracasar en esto ... han tratado de persuadir al Sur que se separe. Lo han hecho con Lanto éxito, que la gente de la pute sur del eslado ha llegado a creer que en
realidad promueve sus pcopios intereses al pedir h división. mientraS bs individuos que han estado más activos diseminando wes sentimientos abrigan desde un principio la idea de establecer la esclavitud enIJe ellos, manejand.o cuidadosa y hábilmente dicho plan de separación ... Envalentonados p:lr lo bien que han engatusado al Sur en que ap::¡ye su est.ratagema rojo el subterfugio de aliviarle h carga fisc¡¡~ ... señalan con beneplácito la aprobaci6n reciente fOr la Asamblea del proyecto de ley de esclavos fugitivos de Mr. Crabb ... Dicho proyecto es ostensiblemente una ley para recobrar esclavos fuginvos en este estado, cuando de hecho su cuarta secci6n tolera la esclavitud en California en abierto desafío de la. constituciOn ... Los propagandistas de la esclavitud fijan grandes esperan:z.as en la Convención ConstitucionaL ... Confian p::xier engañar a los del sur del estado a que la aPJyen, iluc;ionándoJos con que conseS'Jl!Ía!l: un gobierno territorial que les alivie la carga . .. 1IDpc>slO.va.
~,~
En la Asamblea, Jos promotores principales de la propuesta de ley para la Convención Constitucional son dos buenos amigos de William Walker: A. Parker Crittenden,dem6crata de Santa Clara, y Henry A. Crabb, whig de San JoaquIn. Los comentarios de Walker en La Guerra en Nicaragua con claridad lo colocan a él en el campo de los "Propagandistas de la esclavitud" de Crittenden y Crabb sefialados por el Al/;]: Crabb y Walker se conocían desde la niñez y abritfban ideas similares en cuanto a la sltuaóón de Cenrmamcria y los medios necesarios para su regeneración. .. Quienes han estudiado la legislación de California --no las leyes ev;mescentes engendradas por las pasiones partidistas o los intereses impuros. sino aquéllas que modelan la soc.iedad y forman sus háblrosp:.drán apreciar mejor la (apacida>~ replic6 el visitante, con una especie de amable severidad () más bien firmeza. «¡Te conozco hasta el fondo del almaJ» ROBERT lOUIS STEVENSON.
Markbeim.
tOO
ALEJANDRO OOLAiíOS GEYER
17. Misión de Dobs en Guaymos EN LOS COMICIOS DE NOVIEMBRE DE 1852, el equipo
dem6craÚl de Franklin Pierce barri6 a la administraci6n whig del Presidente Millard Fillmore, augurando mejores días para los filibusteros sureños. Píerce pertenecía al ala oriental del partido dem6craÚl que, en busca de armonla y prosperidad, se inclinaba a frenar la agitación antiesclavista y en general a apaciguar al Sur. Pierce era proSur no s610 por estrategia política sino también por conveniencia comercial. Su gabinete incluía al ministro de la guerra Jefferson Davis de Mississipp~ al del tesoro James Guthrie de Kentucky y al de la marina James C. Dobbin de North Carolina. En su discurso al tomar posesi6ne14 de marzo de 1853, el nuevo Presidenteprometi6 una política exterior agresiva, presagiando otra era de expansión territorial como la realizada antes por Po1k: La PJlítica de mi administración
DO
será controlada :PJ! ningún
presentimJento úmido de los males de la expansión. En realidad no tengo por qué ocultar que nuestra actitud corno nación y
nuestra PJsición en el g1000 hacen que la adquisic16n de ciertas IDsesiones que hoy no están bajo nuestra jurisdicción, sea eminentemente importante para protegemos y quizá. esencial en el futuro p.3!a preservar nuestros. derechos comerciales y la paz del mundo.22~
Por otro lado, las noticias de .México continuaban desenvolviendo llla tantas veces repetida antigua historia de incontables rebeliones y revoluciones u, que mueven al Alta a exclamar: ¡Pobre México! Su suerle está echada. Acosado pJT todos lados --presa de hombres civilizados y de los salvajes -desgarrado PJr las discordias intestinas -----en bancarrota e impotente, se desliza rápida e irremisiblemente hacia la ruina Dentro de ~o se p:mdrá su sol nacional para no volver a salir Dunca más. m
Tras la rendición de los franceses y su evacuación de Guaymas J cunden en California los rumores de una inminente expedición contra Sonora. Cuando el conde Raousset se restablece en Mazatlán y regresa a San Francisco el 9 de marzo de 1853, lo reciben como héroe: el "héroe de Hermosillo". Un mes después se dice que es ellider de una nueva expedición a Sonora que cuenta con 1.500 hombres, incluyendo Dorteamericanos, franceses y alemanes, y que estará listo a zarpar en muy corto tiempo. El cónsul francés Dillon se opone a la expedici6n.EI 4 de mayo le escribe a Joseph Calvo, cónsul francés en Guaymas, narrándole sus esfuerzos por detenerla. Asímismo le revela que además de la de Raousset, se fraguan planes para otra expedición contra Sonora, la cual es "exclusivamente americana'" cuenta con el apoyo de personajes en 11altos puestos" en California y entre sus lideres hay "miembros importantes de la Legislatura estatal en Benicia".22b Varios meses después, cuando la expedición de Walker halla ya el suelo mexicano, el Alt;¡ divulgará c6mo había comenzado: J
Ya en el invierno pasado se fraguaba el gran plan para apcx:lerarse del esr.a.do de Sonora e implantar la institución de la esclavitud en el Pacífico. El cuartel general de estos suíetos del "destino manifiesto" que previeron que el, pueblo de los Estados Unidos debe llevar los principios de libertad, igualdad Yrepublicanismo a todas partes del comincnte de Norteamédca, estaba en Benicia. Un deleznable corrillo de parásitos se encontraba en la capital. cuyo principal objetivo era el de madurar los planes de la campaña. Vieron claro el deber ante
sus ojos, de llevar a ptlllta de bayoneta la instituci6n gloriosa de la esclavitud a territorio donde hoy no existe. Se reunieron en Benicia a perfeccionar sus planes, y, como hombres prudentes y sensatos que son, consiguieron cargos de oficinistas en la Legislatura. donde sin hacer nada c.ada uno recibh de $10 a $20 diario. Desde entonces han laborado cautelosa y hábilmente elaoorando sus planes, y la fiesta ya comenzó. La gran faena está en marcha y nuestros ciud.1danos corren hacia el campo de acción a participar del totin, la belleza y la g1oria. ZZ1
Para recaudar fondos para la aventura, Henry A. Crabb y sus maquinadores camaradas esclavistas venden "los terrenos estatales" de la futura "República de Sonora" a $500 la legua cuadrada. Los recibos de los "Fondos del Prés!JJ.mo de la Independencia", emitidos el 1 de mayo de 1853, los firma "William Walker, Coronel del Regimiento de la Indepen· dencia".22lI Así, en visperas de su 29° cumpleaños, su digno Dick Dobs está al mando de la Ciudad Medialuna Interior, listo por .fin a asombrar al mundo con las maravillosas proezas de su genio militar. El plan original de Walker es el de invadir el norte de Sonora por tierra con su llRegimicnto de la Independencial1 •m Para facilitar la invasión, los legisladores proesclavistas introducen un proyecto de ley en la Asamblea en Benicia !1 au torizando a ciertas personas a organizar y equipar ciertas compañías militares para proteger nuestra frontera orjenta1 y meridionalI1• 230 El Comité de .Asuntos :Militares rechaza el proyecto en la Asamblea. Una medida similar que introducen en el Senado bajo el pretexto de aprehender al famoso y elusivo "handido l1 Joaquín Murrieta, falla también al quedar engavetada el 16 de mayo. Ya a principios del mes, las noticias de San Diego habían anunciado en San Francisco que el Comandante General del Ejército iba a cumplir las 6rdenes dadas por el Presidente Fillmore antes de dejar la presidencia y que !la la expedición jamás se le permitirá pasar el cordón de puestos militares del distrito meridional!1. 231 ImposibiliÚldo de ir por tierra, William Walker tiene que cambiar planes e invadir México por mar. En m~~o celebra pláticas I1confidenciales" con Raousset-Boulbon. 23 Le hace una propuesta de cooperación; mas el conde declina según diío después, porque prefería seguir su propio plan y, además l la presencia de norteamericanos en sus filas le atraerla el antagonismo del pueblo de Sonora. De hecho, el proyecto de Raousset se desmoronó cuando los capitalistas que lo financiaban dejaron de hacerlo. Además, por esos dlas recibió "cartas urgentes" del ministro francés en México. De acuerdo a Raousset, el ministro le Vasseur le pidi6 que llegara lo antes posible porque el Presidente Santa Anna lile había expresado al Ministro el deseo de verme ahf'.'" le Vasseur le había ofrecido a SanÚl Arma que él pondría la espada del conde al servicio de México; y a los encarecidos ruegos de Monsieur Dillon, Raousset zarpó de San Francisco en el Caiden Cate el 16 d,e junio para entrevistarse con el Presidente en la capital meXlcana. Walker parti6 para Guayrnas el 11 de junio a bordo del bergantín británico Arro~ a reconocer el campo para un nuevo plan de acción. Confiaba poder "visitar al Gobernador de Sonora en pos de una concesión en beneficio de los pueblos y aldeas de la frontera lt• 234 Lo acompañan su antiguo socio Heniji' P. Watkins,James L Springer, un hijo de Watkins "y otros". Al desembarcar en Guayrnas el 30 de junio, las autoridades les niegan permiso de viajar al interior. liDesafortunadamente para Mr. Walker ... el cónsul de México en San Francisco habla prevenido a las autoridades de Guaymas de que bajo ningún pretexto le permitieran a Mr. J
LAS CALIFORNIAS /
"EL CORONEL DICK DOBS"
Walker visitar el interior ya que sus designios eran .. "'''Wlk ' 1 norteamerIcano . tralCloneros . a er acude al consu en Guaymas, don Juan Robinsan, en busca de ayuda, 1110 que
originó una correspondencia voluminosa entre las autoridades y el cónsul", pero todo en vano. Tobin Robinson Warren, sobrino de don Juan, anota en sus Memorias la impresi6nque
le produjo Walker: . Durante la corta visita de este después famoso filibustero, el autor tuvo la oportunidad de verlo a menooo y qued6 fuertemente impresionado de su astucia y firmeza de carácter; p:Jrque aunque de temperamento optimista y fe ciega en el éxito, fue sin embargo tan cauteloso que casi desvaneció el recelo de los mexicanos mismos antes de partir. Al ver a Williarn Walker, uno jamás se hubiera imaginado que era el originado! y principal promotor de empresa tan desesperada como la invaúón del estado de Sonora. Su apariencia no era del todo la de un jefe militar. De "baja estatura y bien delgado, no creo que pesara más de cien libras. Su cabdlo claro y liso; cejas y pestañas blancuzcas sobre un ojo gris, .fria, sin pupilas casi y el rostro una rn.asa de pecas amanllentas, la expreslón en conjunto muy pesada. Su ropa era apenas menos singular que su persona Le cubría la cabeza un enorme sombrero de piel con la copa ondeando en la brisa, que junto con una chaqueta azul de Lille corto muy mal hecha, con ootones dorados y un par de pantalones grises sin tirantes, completaban los elementos de un tiPJ tan roca atractivo como uno encontraría caminando por la calle un día entero. Dejo al lector que se imagine la figura que presentó en Guayrrus cuando el term6metro marcaba 100° Farenheit y todo el mundo andaba de blanco. Sin duda, gran parte del terror que los mexicanos les teman a los filibusteros se desvaneci6 cuando vieron a su líder máximo --un espécimen tan insignificante. Pero aquél que valoraba a 11r. Walker por su aspecto persona.L comerla un grave error. Extremadamente taciturno, p:xiía pasar sentado junto a uno una hora entera sin abrir los labios; pero una vez interesado, le cautivaba a uno su atención con la primer palabra que decía y a medida que proseguía uno quedaba convencido de que él no era persona ordinaria A unos :¡::ocas amigos íntimos les hablaba con entl.l5iasmo de su anhelado proyecto, pero fuera de a aquéllos involucrados, jamás mencionaba el tópico. 237 Tobin Robinson Warren es
lUlO
de los involucrados a quien
Walker le habl6 de su anheJado proyecto y quien colabor6 en su ejecución, como se verá, WaIker en apariencia deseaba proteger de los apaches a Sonora, aunque su verdadero objetivo fuera el de realizar su sueño de un imperio en el Caribe con Sonora de puente a Tehuantcpec y después a Cuba; los apaches le sirven de excusa para la empresa, Durante su estadía en Guaymas, las noticias de las depredaciones de los
salvajes son en realidad alannantes. E/ Nacional, peri6dico del gobierno en Ures, el 22 de julio de 1853 trae la cr6nica detallada de las recientes incursiones bajo el titular: "¡los Apaches! -80 Muertos en Una Semanat1, y la cierra con las frases: liLas últimas noticias son de que los apaches se aprestan a atacar Noria del Valle, cerca de Guaymas. Como todo el mundo sabe, el gobernador Gándara no sólo encontró vacías las arca~ del estado, sino además grandes deudas por pagar!1.:B Dicha situación decide el nuevo plan de operaciones de Walker. En sus propias palabras: .. Los apaches habían visitado una finca a pocas leguas de Guayrnas, donde mataron a todos los hombres y los niños, llevándose a las mujeres a un cautiverio peor que la muerte. Los indios avisaron que pronto visitarían el pueblo "donde
109 acarrean el agua sobre los .lomos de los asnos~t -es decir, Guaymas; y la gente de dicho puerto, atemonzada por el ffieDsa¡e l parecía presta a acoger a quien fuera que la salvara del enemig:J salvaje. De hecho vanas mujeres del lugar le rogaron a Walker que fuera inmediatamente a California y regresara con americanos suficientes para repeler a los apaches. Lo que Walker vio y oyó en Guaymas lo convenció de que un pequeño cuerp:J de americanos se ¡:odrfa sostener en la frontera de Sonora y proteger de los apaches a las familias de la región 23' Se puede reconstruir la escena con la ayuda de 10 que Tobin Robinson Warren narra en sus Memorias: William Walker llega a la residencia del cónsul norteamericano, una casa larga de corredores inmensos y forma irregular, frente al mar. Lo reciben en la gran sala enladrillada de mármol, con lujosos muebles parisienses, las paredes llenas de cuadros, un magoífico piano de Collard & Callara y un arpa gigantesca de famosa marca francesa. Se abre una puerta de vidrio y aparece la señora Robinson seguida de ill1 cortejo de jovencitas que lo saludan todas asustadas. Aunque las niñas Robinson no hablan una palabra de inglés, la alarma en sus semblantes basta para convencer a William de que debe regresar con suficientes americanos para repeler a los apaches. Ya está claro su nuevo plan de acci6n y se apresura a regresar a San Francisco para ponerlo en práctica. El 23 de julio se reembarca en el
bergantfn AnOw. La barca Caro/ine, del c6nsul don Juan Robinson, zarpa de Guaymas tras el bergantín, con el sobr.ino
Tobin a bordo. Justo antes 'de partir, Walker recibe permiso del gobernador Gándara para viajar a Ures, capital de Sonora, pero para entonces ya no le interesa visitar el interior,
El Anowtoca en La paz en Baja California antes de dar la vuelta al Cabo de San Lucas para surcar hacia el norte. Cuando navegan paralelo a la costa occidental de la península, el 19 de abJOsto aparece un cometa al noroeste en el cielo, cerca del horizonte, presentando un núcleo definido y una ancha cola de gran luminosidad. Sigue apareciendo durante diez noches seguidas y luego se torna invi5ible para los pasajeros del Arrow: Pero su mensaje profético se dilata, iluminando las
sombras de la Ciudad Medialuna Interior de Walker; iPasai constrUctores de fl¡1ClOnes! ¡Adelante ahora! ¡Toda la nena sabrá vuestro triunfo en esta hoIa! Para los reclusos de la Ciudad Medialuna Interior, ese heraldo celeste es la estrella de Ellen ~como el cometa que apareció en los cielos en julio de 1850 cuando Walker iba al encuentro de "la nueva ]ertL'ialén, que bajaba del cielo, de la presencia de Dios" en el Oeste. Es un presagio portentoso para Dick Dobs en los inicios de su carrera filibustera. Y Dobs, al igual que Bem y tantos capitanes y predestinados del mundo, lee su suerte en las estrellas.
18. Cuarenta y cinco inmortales DURANTE EL VERfu'\lO, mientras William WaJker reconocía el campo en Guayrnas, sus amigos andaban en campaña política en los distritos mineros de California. Aunque
pertenecían a partidos diferentes, I-Ienry A. Crabb y Tod Robinson (whigs), Edmund Randolph (dem6crata opositor) y Parker Crittenden (partido de reforma estatal) a menudo estuvieron juntos en mitines políticos en Sacramento, Stockton, Columbia, Tuolumne y otros lugares, unánimes en su oposici6n a la maquinaria dem6crata del gobernador Bigler y
el cacique Broderick. El día de las elecciones,7 de septiembre,
110 resultó desastroso para Jos amigos de WalkeT, quienes no lograron ganar ni una snla. Sólo Crabb continuó de senador de San Joaquín en la siguiente Legislatura po"!ue no se le había vencido el perlado. Mas a todos se 1., alegró el espíritu con el arribo del Arrow el 9 de septiembre y de inmediato se pusieron a trabajar ayud:lndole a William WaIker a realizar su nuevo plan. Cuando la Caroline ancló en la balúa tres días después, ya la prensa le hablll infonnado al pueblo de San Francisco que "En corto tiempo se formará en California un contingente -quizás dos o tres contingentes- para una 240 excursión costera hacia el surll • y los cuentos pertinentes de fabulosas riquezas enseguida comienzan a engatusar y enganchar aventureros para la expedición a Sonora: Un caballero que salió de Guayrnas el 23 de julio y lleg6 ayer a esta ciudad, trajo la noticia de que las minas de Arizona, las mismas ?JI las que R.:lOusset tuvo dificultades con las autoridades mexicanas hace algún tiem¡x>. han resultado ser de una riqueza sin paralelo. Poco antes de su partida, se recib:eron noticias en Guaymas anunciando que se habían descubierto
yacimientos inmensos de plata en Arizona en los que cada tres libras de mineral dan un dólar de plala pura L. noticia produjo gran revuelo entre los habitantes y mis de mil hombres habían ya partido de Guayrnas y Hermosilb hacia las minas.~'
Aunque Walker y sus amigos sureños intentan or~ una "expedición secreta" y son "muy juiciosos en eUo",242 el corresponsal del New YorkHeralden San Francisco pronto da detalles exactos de sus actividades y planes: San Francisco, 1 de octubre de 1853. El t6pico principal del momento, aunque casi no lo mencionan en los peri6d.icos, es el proyecto de invasión a Sonora. No cabe ninguna duda de que ya se organizó una expedición con el propósito de ap:xierarse del estado de Sooora por la fuerza Los 1XJercs de la expedición son Williarn Walker, antes conecooo con el San lT.anc1scO HeraJd y el coronel J. Walkins de esta ciudad. Walker irá a la vanguardia y Watkins lo seguicl. con una fuerza mayor en cuanlo se sepa de su arribo Ya tie.r:len reclUl:ados como 200 hombres que saldrán de aquí con W.alker una de estas noches. Intentan ir ¡>Jr mar al Golfo de Californ.ia y desembarcar cerca de Guaymas. Los llieres del proyecto dicen que en el eslado de Senora sólo hay 200 soldados y que Sama Arma no les podrá envi:u' refuerzos antes de noventa cUas. Los lK!eres de la expedición ya elaoor.u:on aquí una constilución paza la "República de Sonora" f emitieron 00005, pagaderos después de su anexión a los Eslados Unidos. Ya han recogido has lance dinero y no hay duda de que zarpará la expedici6n. El 'Miniscro de los Estados Unidos en México les pidió a las aUlOridades de aquí que es tén a.1er!..as, pero lo probable es que las autoridades no interfIeran en el asunto. La mayoría de los lideres del proyecto son sureños y su designio es el de hacer a Sonora lerritorio esclavista. El objeto ostensible de la expedición es el de expulsar a los indios de la región minera de Sonora.~43
Lo que sablll y divulgó el corresponsal era verdad, pero cuando puso su carta en la valija del correo que salió de San Francisco a bordo del vapor Pacifica las 2 p.m. el sábado 1 de octubre de 1853, habian transcurrido otros eventos que condenaban a la expedición a un seguro fracaso. El viernes 30 de septiembre a las 10 p.m., por órdenes del general Ethan AlJen Hitehcock, comandante en San Francisco de la División del Pacífico del ejército norteamericano,sus soldados se habían posesionado del berganÚD Anvwen el muelle de la calle Clay.
AlEJANDRO BOLAtlOS GEYER
Sólo el capitán, su esposa, un niño y el piloto estaban a bordo, pero en la bodega del barco los soldados hallaron gran cantidad de armas y municiones además de un lote de ollas y otros utensilios de cocina del ejército. Mucbos cajones ¡¡.nían visible la marca "Regimiento del coronel Stevensonu • La inesperada captura del Arrow p'or Hitehcock trastornó por completo los planes de WaIker. El y sus amigos presto tratan de recobrar posesión del barco y la carga, y entablan demanda judicial contra el general por $}O.OOO en daños, con los abogados Edmund Randolph y Tod Robinson representando a Wallcer en el juicio. Hitchcock en su Diario íntimo dejÓ una crónica detalhda de los sucesos; el 9 de octubre anota: Durante la noche del lunes [3 de octubre], le ínfonnaron confidencialmente al mayor .t\ndrews, en posesión del barco, que el martes por la mañana los hombres que Walker había concratado para la expedici6n iban a intentar quítirselo, por lo que enseguida levó anclas y se lo llev6 lejos del muelle. Esa misma noche me visiló el Recaudador, visib..le o aparentemente alarmado por la silwci6n Dijo sufrir de gran ansiedad, elc.• etc. y terminó aconsejándome que les ordenara a mis subalternos que en caso de ser at.ac.ados se rindieran sin oponer resistencia. Presumo que los directores secretoS de la expedición habían infundilo la. alarma, si e.o; que era real, en la mente del Recaudador. Yo lo 13bia. visto a él junto con el senador Gwin y lenia motivos para dudar de la leallad de Gwin al gobiemo.2• S
El senador William M. Gwin, oriundo de Tennessee, era el lider del ala proesclavista (antiBroderick)del partido demócrata en California. A su facclón sus adversarios la llamaban "el partido de la aduana", debido a la gran cantidad de puestos federales de la aduana que cayeron en su~anos en 1853 al comienzo de la aclminstración de Pierce. Es obvio que el general Hitchcock se refiere a los sureños propagadores de la esclavitud cuando menciona a Gwin entre los udirectores secretos" de la expedición de Walker y al agregar que "tenía motivos para dudar de la lealtad de Gwin al gobierno". Su Diario continúa: VieOOo que mi consentimiento a la prOPUe5ta del Recaudador servirla para asegurar el ataque, perentoriunente y con muestras de real indignaci6n. le negué mi consentimiemo. Ensegukia fui donde el Fiscal Federal del Dislrilo y me enconcré con que wnb:én a é~ como me h suponía, lo hablan corrompido, probablemente el senador Gwin Olla cosa.; Un l:a.1 Mr. Crabb, miembro de la Legislarura, ha comenzado lDl movimiento independentista en Sonora y me ha pedido pasaporte. Yo rehusé dárselo. Entonces el propio senador Gwin me visit6 urgiéndome que le diera pasalxme o "salvoconduclo" al"hooorable Mr Crabb", ya que "¡Crabb le JXXI.da ser útil a nuestro g:Jbiemo, disipando prejuicios!!l O son unos tontos o creen que yo lo soy. Me reprimí la ira y me negué a darlo. lQué lindo, verdad, el que me exijan a mí darle esa protecci6n a un IkIer de las fuerzas hostiles a Sonora! IY a petici6n de un senador de los Estados Unidos! Pero no 10 lograron. Como eslÁn las cosas ahora, en esla. comunidad. soy casi el único que se opone a la expedici6n.t007
En esa hoja del Diario del general Hitehcock, el demócrata proesclavista Gwin aliado del whig proesclavista Crabb expone un eslabón de la cadena esclavista y los "directores secretos" de la expedición de WaIker a Sonora. Su proyecto ., un "secreto" bien conocido por el público ellO de octubre cuando el San Francisco Hera/d transcribe los "Planes de los ExpedicioDistas" que el Sl3le ¡ouma/había publicado tres días
LAS CAUFORNJAS /
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"EL CORONEL DlCK lJOBS"
antes en Sacramento, "basado en los rumores que CITcUlan ll .
Los organizadores esperan invadir y conquistar Sonora, donde enseguida:
de Octubre había de ser un día memorable ante las naciones cultas y civilizadas", y excitando I1á sus soldados para que se batieran contra unos ft~vajes, &c.; cuya arenJfd fue salud.ada
por muchos ¡hurras!'.
inmediaramentc se orgrnizará un gobierno (ya está hecha y aprobada la consrirución y la llevan en la l:oisa, Yya eligieron a las autoridades principales) y la bandera de la nueva república (también ya hecha) de lindos colores que izarán en el asta de la tienda de campaña que tendrá el honor de llamarse capital de la nación recién nacida.. Ya tienen los fondos para qu~ opere el gobierno. Se dice que cuenran con sesenta y cinco millones en papel roon"l. (belhmente impresos en papel bancario) respaldados ¡:o! los terrenos nacionales, !.as preciosas minas y el honor de la nuev.a meiOn ... Una vez que dcclaren la independencia y emitan los billetes amoo indicados, ciertas personas los llevarán a San Francisco, Nueva YOTk y Washington a convencer a los capitalistas de lo fácil que gmarán treinta millones comprando papel moneda a la mitad. de su valor nominal. y usando enseguida su influencia en el
Congreso para admitir a Sonora en U. Confcder.a.ción.24
Pero pasan los días en trámitos judiciales sin que los filibusteros puedan recobrar p05esi6n del AiTOW ni su carga, a pesar de la concertxión de csfuerLOS de jueces y políticos influyentes. Ni tos argumentos en privado de los senadores
William M Gwin YHenry A- Crabb ni los autos de la Corte Superior hacen ceder al general Hitehcock, dispuesto a renunciar antes que ceder. Aunque casi nadie lo acuerpa en la comuni:Jad en su oposición 3 la expedición, en sus propias
palabras 'yo sé que hago lo correcto y "'o es suficiente para l
mr . Cuando el 17 de octubre anota esa frase en su Diario íntimo, sin embargo, ya es irrelevante el problema del Arrow:-
la expedici6n de Walker había partido de San Francisco ese día a la 1 a.m. en la barca Carolinela Carolinetraficaba la ruta entre San Francisco y Guaymas. Walker contrató con su capitán, Howard A. Snow, para que lo llevara a raz6n de 520 por cabeza, poniendo él las provisiones de su gente. la barca zarpa del muelle al filo de medianoche hacia Guayrnas con pasajeros y carga como de costumbre; los filibusteros salen en un vapore ita y se transbordan en la bahia. Algunos casi caen al mar, de tan borrachos. Media docena de expedicionarios, 18 cajas de p6lvora, 4 barril", de plomo, 300 libras de balas y cantidades de fulminantes se quedan en el muelle cuando aparece una patrulla del ejército norteamericano y se apodera de la carga que faltaba embarcar. Al amanecer, al toque de diana por el tambor, pasan revista en cubierta: cuarenta y cinco aventureros en fila encabezada por el capitán John Chapman (cuya e~posa norteamericana lo acompaña a bordo), hajo el mando de Williarn Walker a quien dan el titulo de Gobernador de Sonora. Uevan veinticinco rifles, setenta fusiles, cien libras de p6lvora y varios barrotes de plomo, además de los dos cañoncitos del barco. En la Caroline van también los pasajeros normales -ochenta y cinco mericanos y alemanes, todos ajenos a cuak¡uier designio hostil contra Sonora_ Henry A. Crabh deberla haber ido a hordo, pero a última hora cambió de parecer, sac6 su equipaje del barco y le reembolsaron el valor del pasaje. Sin duda no vio posibilidades
de éxito o su olfato y los amigos lo previnieron a tiempo. Al coronel Dick Dobs no le preocupan las posibilidades, pues está seguro del triunfo. Un pasajero mexicano anota los
IIlcident",del viaje_ El segundo dla de trav",ía, al amanecer, el toque de diana del tambor pone de nuevo en fonnaci6n sobre
cubierta a los cuarenta y cmco filibusteros; les distribuyen las armas y Walkcr los arenga, diciéndoles: Itque el d1a diez y seis
De ahí en adelante, Walker manbene
a sus hombres "casi constantemente en formaci6n u y antes de
que la Caroline doble la punta de la península de Baja California, ya el capit.án Snow se ha adherido a la exJil,edici6n y los filibusteros lo llaman "Almirante de la Marinan. Snow les pide a los demás pasajeros que le entreguen a él las armas
y cosas de valor que llevan, para goardárselas_ Los mexicanos
y alemanes acceden, encregándole cincuenta y pico revólveres, varios fusiles de repetici6n y más de treinta armas blancas. El "almirante Snow" enseguida rifa las armas entre los filibusteros y se las reparte a los nuevos dueños .. Pasan varios dias navegando cerca de la costa en espera de refuerzos de San Francisco. Walker d",embarca en el Cabo de San Lucas con Chapman y diez hombr", en busca de infor· mación y provisiones, y al día siguiente regresa a 13 barca con un poco de carne y algWlOS quesos. Cansado de esperar, viendo que no llega. ninguna nave, el 28 de octubre zarpa del Cabo rumbo a La Paz, 11domle creían encontrar los buques que decían les faltaban, y talvez se habían dirigido a ese puerto, por ser el punto de reuni6n convenido entre eUos desde San Francisco".Zil Hasta Dick Dobs sabe que es \ID suicidio invadir Sonora con 1.:m escasa tropa, y por lo tanto, al no aparecer los refuerlos que espera, decide desembarcar en La Paz, capital de Baja Califomia_ En las propias palabras de
Walker: El prop:Ssito de estos hombres al salir de California era el de ir a Sonora; m.a.s la pequeñez de su fuerza hizo que decidieran desembarcar en La Paz. Obligados así a hacer de Baja California su camp::> de operaciones mientras acumulaban fue:nas para entrar en Sonora, se encontraron con que era necesario establecer en la penfnsula una orgarozación
poHIica'"
Ahí nace entonces la "República de Baja California", y cuarenta y cinco filibwteros escalan la fama en noviembre de 1853 cuando entran en las páginas de la Historia en el papel
de sus "pr6eeres fundador","_
19. La República de naja California EL JUEVES 3 DE NOVIEMBRE DE 1853 en la mañana, la Carolineentr6 en el puertecito de Piían acerca de la expedición de Walker. Al día slgwente el teruente coronel Francisco Xavier del Castillo Negrete ;'Jarcbó a la cabeza de cincuenta y ocho hombres con un canonclto de campaña de a cuatro libras montado en un par de vetustas ruedas de cureña y sólo seis balas de cañón (e! arsenal entero del distrito). El 5 de diciembre al amanecer Castillo Negrete atacÓ el c~pamento de Wa1ker en Ensenada. Walker tenía treinta y cmco hombres aptos para empuñar armas en la casa de adobes. Tras tres horas de lucha en los matorrales los mexicanos forzaron a los filiblliteros a replegarse dentro la casa y le pusieron sitio. Les cortaron el suministro de agua y les h~dieron la única. lancha ,de que disponían para comunICarse con la Carofine anclada en la bahía a kilómetro y medio de la costa. Walker tuvo una docena de bajas. El caplt\n Charles H. Gihnan, jefe del costado norte de la casa cayó herido. El teniente John McKibben, jefe del ala sur, cayÓ muerto; de ahi en adelante, en su honor la casa de adobes se llamó "Fuerte McKibben". El capitán John Challman parece haber caído antes, en la "Batalla de la Paz".~l El 6 de diciembre se regresó Castillo Negrete a Santo Tomás en busca de refuerzos para dar el golpe de gracia, dejando a Melendres al mando de la tropa. El sitio continuó durante varios dlas. En tres ,?casiones, Melendres le ofrece garantías a Wallcer para que se rmda, pero Walker ni siquiera se digna contestar los mensajes. Durante el sitio. la señora Chapman se mantuvo "constantemente en los puntos de peligro", atendió a los enfermos y ~eridos~ cargó y pasó armas a l~l hombres. !ly hasta ella mISma dISparó por las troneras!!. El ahnirante Snow, aislado. de su barca, quedó hecho soldado raso. El contramaestre de la CarohiJe (y Teniente de Marina de la Nueva República), un inglés llamado Alfred Williams, con la trIpulaCIón de cmco marTI:teros estaba a cargo del navío y de los dos gobernadorescaut1vOS a bordo. Al ver a los filibusteros en ~ costa sitiados por fuerzas superiores, Rebolledo y Espmosa le hacen 1!ciertas delicadas sugerencias" al contramaestre acerca de lo que le pasará a su persona cuando los mexicanos acaben con Walker. "Estas sugerencias, y otras especiales que influyeron en~u mente", lo convencen de que debe abandonar Ensenada. El 9 de diciembre, Williams leva anclas y se lleva la Carolinepara entregarla a su dueño en Guaymas tras liberar en el Cabo a los dos gobernadores que lleva. El mismo 9 a las 2 a.m., el teniente Brewster se arrastra a gatas por la ladera de una loma al sur de la casa, reconoce las pos.íciones enemigas y regresa sin ser detectado. Él y el tenIente Cracker luego conducen una patrulla en un ataque sorpresivo que desaloja a los mexicanos de. la loma. Dos días después se repite la operación en el sector norte, y en la madruh",da del 14, la misma patrulla sorprende y barre a los únicos n;~xicanos que quedaban, en otra loma, frente al reducto filibustero. Antes del último combate, según el cronista subteniente filibustero Samuel Ruland, 11 nuestro coronel había pedido estos veinte voluntarios para comandados en persona, pero lo disuadieron sus hombres que consideran sus servicios 2ti4 De indispensables en la defensa de nuestro Fuertetl • acuerdo a las cifras de Ruland, en los últimos combates murieron veinte mexicanos y salieron heridos otros veinte, contra s6lo un norteamericano herido. Aunque esas cifras estén infladas, la realidad es que los mexicanos se vieron forzados a levantar el cerco el 14 de diciembre. Sin recursos en la despoblada región norte de Baja California, Castillo Negrete
de
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ALEJANDRO JlJUOOS GEYER
y Melendres no lograron reunir fuerzas para desalojar a WaIker de Ensenada y no lo volvieron a atacar. A los dos meses de haber zarpado los cuarenta y cinco inmortales de San Francisco, la bandera de las dos es1rellas ondeaba victoriosa en el Fuerte McKibben. La República de Baja California se asentaba en tierra firme, aunque su marina había desaparecido con la Caroline llevándose todas las provisiones y pertrechos militares, y su población entera sumaba apenas treinta hombres sanos, seis heridos y una mujer en una sola casa de adohes. Pero todos tenían plena confIanza
en el coronel Walker, quien habia mostrado ser un líder valiente en los combates. Y todos confiaban en que la misión del Minisuo de Relaciones Exteriores Fred.erick Emory a la hennana República del Norte, pronto daría frutos.
20. Presidente de Sonora CUANDO WllllAM W ALKER zarpó de San Francisco en la Caroline, el fiscal del distrito S. W. Inge, excongresista de Alabama en Washington y miembro del "partido de la aduana" puesto en el cargo por el Presidente Pierce, ignoró las pruebas acumuladas por el general Hítehcock y sin su consentimiento 265 retiró los cargos contra el .ArrOw.: El bergantín entonces se fue a Sydney mientras Crabb y sus socios no hadan ningún esfuerzo por reforzar a Walker, sin duda convencidos de que estaba condenado al fracaso. En noviembre de 1853, los propagadores de la esclavitud en California reclondeaban más bien o1ro plan para la conquista de Sonora. Se organizaron dos sociedades anónimas, la Gua Steam Navigaáon Company [Compañfade navegación a vapor de! GilaIY la Gm MinirJg&
Manu!iJcturing Company [Compañia minera y manufácturera de! Gila], "con un capiW de dos y medio millones de dóhres para establecer la navegaci6n a vapor en el Gila -explotar las minas en los alrededores, tanto las de Sonora como las del lado americanoir cultivar el suelo en soporte de los mineros e inmigrantes u. Cuando Freclerick Emory llegó de Ensenada no se había hecho ningún esfuerzo en California para suplir o reforzar a los expedicionariosde la Carojine~ pero las noticias asombrosas que él llevó a San Francisco el 7 de diciembre produjeron una instantánea oleada de apoyo popular para Walker. En pocos días sus patrocinadores organizaron cuatro compañías de cincuenta hombres cada una, al mando de oficiales veteranos de la Guerra de México, reclutados, armados y equipados a la luz del día sin interferencia de las autoridades. Sus filas las llenaron en su mayoría los !1 vagos, borrachos y pendencieros 267 de toda índole 11 • Henry P. Watkins compró una vieja barca de 235 toneladas, la bautiz6 Amia, la puso bajo la bandera británica, la llenó de abundantes provisiones y pertrechos y en menos de una semana la tuvo lista para zarpar. A la 1:15 a.m. el13 de diciembre, el remolcador ThomasHuntse la llevó del muelle en la calle Clay hasta sacarla de la bahía, con 150 (algunos dicen 230) filibusteros sobre cubierta, cada uno con su rifle, revólver y cuchillo, y todos borrachos. Al separarse, el remolcador rompió el casco del Anjta~ le dañó la cubierta e hizo trizas el velacho y el foque. Soplaba una fuerte brisa que pronto se convirtió en ventarrón, y, como nadie iba sobrio, no hubo quien sujetara los barriles y cajas sobre cubierta y todo cayó al mar, llevándose las olas a dos o tres hombres y por milagro no se ahogaron muchos otros. Nada se pudo hacer para salvarlos porque las lanchas salvavidas también se perdieron. Navegando a velocidad promedio de cien millas diario, el Amia arribó a Ensenada el 18 de diciembre y desembarcó las
tropas. Al siguiente día Walker envió sesenta y cinco hombres a Santo Tomás, que tomaron sin encontrar resistencia apoderándose del ganado, bestias y maíz que pudieron. Castillo Negrete huy6 a San Diego y Melendres hacia el Suf. Walker los declaró fuera de la ley y les confiscó sus propiedades, es decir, en especial las bestias y ganado en La Grulla. Otros vecinos huyeron a San Vicente, de donde el 23 de diciembre le dirigen un Memorial al "coronel don William Walker', pidiéndole protección y garantJas para sus personas y bienes Il en la situación crítica en que se encuentra la frontera", Le ofrecen a cambio lino tomar parte en los actuales asuntos políticos de 268 dicha frontera". El coronel William Walk.er, lIPresidente de Baja California", al instante responde con una uProclama al Pueblo" en la que, entre otras cosas, promete que: Bajo la Nueva República, a ningún bandido se le pennirirá que se p:mga al frente de su banda de salteadores para deshonra de nuestra bandera; el castigo más severo se reserva para quienes bajo el pretexto de lealtad y patriotismo busquen impunidad para la rapiña yel crimen ... Bajo el nuevo gobierno, todas las personas de buena voluntad serán protegidas en la libertad de su persona y el g:.zo de sus bienes. Se respetará la religi6n y se fomentará el que lodos nndan reverenCia al Ser Supremo sin cuya ayuda todo esfuerzo terrenal fracasa y bajo cuya protecci6n se logran tcxias las mejoras nacionales. Y los invitamos a. ustedes, buenos ciudadanos, a que nos asistan en la realiz.a.ción de los principios que reconocemos son el fundamento de todos nuestros derechos y todos nuestros recursos. 26'1
r
Walkcr entonces convoca a los habitantes a celebrar una convención constitucional, mas nadie le hace caso. La víspera de navidad emite un decreto estableciendo los salarios de los soldados de la república, que van desde $4 diario para los rasos hasta $10 diario para el coronel (en teoría, pues de hecho nadie recibió un centavo). Luego reorganiza el gobiemode la Nueva República: H. P. Watkins asume la vicepresidencia y el ahnirante Snow, sin flota, queda de Recaudador de Aduanas. En vista de que los derechos de importación y exportación fueron abolidos por decreto en noviembre, lo que Snow recaudaría era un fantasma, al igual que lo eran la "marina" y la "República" entera de Baja California. El 29 de diciembre, el vicepresidente Henry P. Watkins, el intendente Oliver T. Baird y 1res ayudantes zarpan de Ensenada en la Amia a conseguir en San Francisco provisiones, pertrechos, refuerzos y un vapor para Walker. Pocos días después, el secretario de estado Freclerick Emory sale de Ensenada a explorar la ruta terrestre hacia el do Colorado y Sonora. Es id6neo para la misión, ya que habia sido el top6grafo oficial del distrito de Yuba en 1851; y su hermano, el mayor del ejército norteamericano William H. Emory, es el Top6grafo Principal y Jefe A51r6nomo de la Comisi6nNorteamericanade Límit.es en la frontera de Sonora. Mientras aguardan los resultados de las misiones de Watkins y Emory, el Ayudante subteniente Samuel Ruland y sus cam3l:adas filibusteros mantienen bien infonnados a los periódicos de San Diego y San Francisco con la entusiasta propaganda de la Nueva República: Todo está quieto en Ensenada .. lo único que se hace es el satisfacer las necesidade~ animales que nos suple el abundante ganado que posee la expedición ... se han recibido cartas ... de los hacendados más ricos e influyentes del país, ofreciéndole su ayuda a la expedición en todo lo que se desee. Los habitantes se relacionan libremente con los oficiales y soldados del
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"EL CORONEL DICK 1XJB5"
comando y 10005 expresan sus desL'OS de unirse a los libertadores a{X)yando al nuevo gobierno ... Se han establecido puestOS miliwes en Samo Domingo y La Grulla. . laboriosamente dedicados, con la ayuda de gran cantidad de indios, a constrUir fortificaciones duraderas ... H.ay abundantes provisiones para las napas y están bien protegidas _. los soldados tienen el esplritu muy en alto .. El Presidenre es infatigable en su devoción p:n el bienesm del pueblo y sU ejército .. A los soldados los entrena..'1 consLa.nrcmente en el campamento bajo la dirección experta de los comandantes de las compañías, [cxios los cuales sin excep:i6n son oficiales experimentados .m El Presidente WaIker acaba de salir con tma. escolta hacia San Rafael -en una excursión cuya naturaleza. ninguno de DQsotrOS conoce. De hecho, el Coronel no le habla mucho a
a punta de carne y maíz Yde esos dos aróculos hicimos una buena variedad de platos. Carne frita para el desayuno, carne cocida para el a1muc:rLO, carne asada para la cena, maíz quemado par' el café, ma1z 10,000 para el pan -.:le! malz lostado y molido salen excelentes (ortillas, y del ma1z tostado con .azúcar se hacen magníficos c.;;nmelos. Había además otros plafos combinados de maíz con carne que no renían nombre, y ~ que no meredao tenerlo, pelO de todos modos los ttagabamos; y las faenas princiraJcs del campamento desde el amanecer hasta el anochecer er.mlas de cocinar maíz con carne y carne con maíz. Y cuando sorprendimos a los oficwes consumiendo un ¡:oco de pan de trigo sin compartirlo con los r~os, alguien o algunos se encargaron de alterar la monotonía
ninguno de nosotros, pero a pesar de ser tan callado, su
Dicha situaciÓn produjo mucho descontento y comenzaron a multiplicarse las deserciones en la Nueva República. Mas para
o ••
actividad es mayor que la de cualquier otro hombre de esta era ¿Dónde está ese otro hombre que hubiera tratado de hacer lo que ha hecho él? Y, sobre lodo, ¿dónde está ese otro hombre que hubiera tenido el éXIlo que él ha tenido? El úniro de{ecro que tiene es que sus soldados tienen deJIUJS.Wia confianza en é~ es imposible hacerles creer que ningún ejérci(o por grande que sea podrá derroramos mientras lo tengarnos a él con nosonos, -y quizás as! sea. .g::>rque hemos fJl'obado a nuestro líder y creemos conocerlo 1
Al cronisU Ruhnd se le olvidó mencionar que la Caroline se había nevado las provisiones y que las de la Amia habían caldo al mar. El primer indicio de la verdadera situación en la Nueva República aparece en el San Diego Herald e! 7 de enero de 18j4 cuando informa que "una cuadrilla de 15 jinetes e5pañoles e indios" habian perseguido al sur de la frontera al llexpreso especial de Ensenada", logrando éste apenas escapar 272 al cruzar la línea frontenza. Por entonces regresa a San Diego don Juan Bandini tras una visita de varias semanas en la Nueva República y cuenU cómo los hombres de Walker habían incursionado varias veces en La Grulla Y Santo Tomás, apropiándose de los caballos, monturas y las pocas pertenencias de los vecinos. Narra el caso de don José Sácz quien rehusó someterse, opuso resistencia y le pegaron un tiro: .. Aforrunadamenle la bala, que le fu en la freme, se des\ a su Prt$idente como prueba de sus proezas. El aspecto lastimoso de Sáez, herido, al cabo de diez leguas de penoso viaje apretujado en la c:a.rret..a, no podía dejar de conmover a nadie. El Presidente, por lo tamo, mosu6 su indulgenciaJIdonándole el crlme.r'J. d 13 vlct:ima y
dejándolo en hberlad. El incidente origina un duelo entre dos soldados de Walker, el mayor Timothy Crocker y el teniente ]oseph Ruddach, uno de ellos a favor y el otro en contra de Sáez. Se enfrentan a diez pasos con revólveres colt de la marina)' ambos van a dar heridos de gravedad al "Hospital Militar". El incilentede Sáez ilustra la impolUncia de! maíz y la carne de res en la dieU monótona de los filibusteros en Ensenada. Un desertor revela la escasez de alimentos: ... Sin embargo, las provisiones promo comenzaron a escasear y en poco tiempo ya no tuvimos más que mazorcas y bueyes. El pan (las galletas del barco) se consumi6 en dos o tres senun.as junto con todo lo demás. Entonces oos las meglaroos
del campamento destrozando a hurtadillas el homo.'"
el trío gobernante en la Ciudad Medialuna Interior de Walker, tales difICultades eran insignificantes y pasajeras, y se acabarian cuando regresara de San Francisco el vicepresidente Watkins con el vapor, provisiones, pertrechos y refuerzos para invadir Sonora. Preparándose pan!. la invasión, al recibir por mensajero
de San Diego la noticia de que "la ayuda material" le llegaría pronto, el 18 de enero Walker emite cuatro decretos lirlicionales: DECRETO N° 1 -Todos los dmetos de Indole goneraJ publicados hasta la fecha como DecreIos de la República de
Baja California, quedan.por este medio republicados como Decretos de la República de Sonora. DECRETO W 2 -La República de Sonora queda jXlr eSl_ medio dividida en dos estados, que se llamarán respectivamente el "Estado de Sonod' y el tlEstado de Baja Californian , ... [Sé defmen los límites]. DECRETO N° 3 -Se cambia por este medio e¡ nombre de la República, y en adelante todos Jos Decretos, Leyes y Procedimientos emitidos, regirán bajo el nombre de la llRepública de Sonaran, DECRETO N" 4 -El Estillo de Sonora ... r.;r este medio se constlrwe en una porci6n de la Republica de Baja
Califorrua.2
Cada decreto concluye con la frase llDado con mi firma en Fuerte McKibben este dieciochoavo día de enero del año de Nuestro Señor mil ochocienloscicuenta y cuatro". Ell yel2 los suscnbe "William Walkcr, Presidente de Sonora-; el 3 y el 4, "William Walker, Presidente de Baja California". Dichos decretos reciben el repudio universal del mundo exterior. Hasla el cro~ta Ruland se queda mudo de sorpresa ante ellos. pues
los transmite a la hermana República del Norte sin comentario. Otros 1 como el AluJ ridiculizan el insólito comportamiento de Walker: ¡...., noncias del pals de .bajo que hoy publicamos son l.s más asombrosas que han s.a.hdo 31 mundo desde los días de Mungo Park. Cuando el pinche príncipe de un puñado de negros eoopcs, tras llenarse el esrómag;:J con leche de camello y granos de maíz. le ordeoo a su Primer Ministro que fuera a tocar duro el cuerno para anunciar que ya todo el mundo p:xlía. comenzar a comer. dicho viajero cre}'Ó luber presenciado el clímax de lo ricUclllo. Pero el Presidente WaIker se le fue arriba al Pclncipe Gumoo. Walker es Wl verdadero Napole6n. de quien se puede decir al igual que del poderoso corso, que "él ~pone de .cortes y coronas y de gabinetes y gobiernos como SJ fuesen sunples piezas del tablero de ajedrez". Sama Anm debeTÚ. agrad.~cer!e al nuevo Presidente el que no haya anexado de su terntono
116 más que Sonora Le hubiera sido tan barato y fácil el anexar de una vez tooo México, ahorrándose así el trabajo de lanzar más proclamas en el futuro ...m
Claro esti que el editorialista del Alta no podía saber que su feliz comparación con el Príncipe Gumbo le cae corno anillo
al dedo al "Gabriel Gumbo" en la sombra de Walker. Asimismo desconocía el significado especial de "este clieciochoavo dfa" en cada decreto -el día en que murió Ellen. Con acierto llama a Walker "un verdadero Napoleón", aunque ignora la existencia del genio militar Dick Dobs y de las llamas edipales que ardcn en la Ciudad Medialuna Interior del Predestinado. Esas llamas internas saltan al exterior el 20 de enero de 1854, proyectadas en el "Mensaje al Ejército" de Walker: SOWAOOS DE SONORA.: Estáis a punto de emprender una
empresa SUlIlMllente gloriosa. Estáis en vísperas de cruzar el rÍo Colorado para defender a un pueblo inerme de los ataques de salvajes despiadados. Durante años Jos habil:antes de Sonora han sido presa de los indios apaches. Atormentados por el
fuego de un enemigJ implacable que les han quitado sus propledades -les han masacrado a sus esp::>sas e hijos o los han enviado a un cautiverio -peor que la IDuerte. Los hombres de Sonora han sido forzados a ver la violación de sus esPJsas e hijas; y los bebés han sido arrebatados de los pechos de sus IDE.dres y asesinados ante los ojos de sus progenitores cautivos Tcxios estos ultrajes, que hacen sonrojarse a la cjvilizaclón de todo un continente, los ha permitido el gobierno que pretende controlar al pueblo de Sonora. México los ha presenciado. y su silencio e inactividad han alentado a bs apaches que ahora amenazan con entrar en Guayrnas y someter al prls entero desde las montañas hasta el mar. rindiéndolo tribut.ario a sus deseos bestiales. ¡A vosotros. soldados! se os llama a que liberéís al país del dominio apache y 10 convirclis en morada del orden y la civilización. Es posible que a vuestros esfuerzos cahillerosos se oponga el gobierno mexicano. Si así fuere, que la santidad de vuestra causa dé fuerza a vuestros brazos y conforte vuestras almas cuando os enfrentéis al enemigo. Cuando ataquéis a los mexicanos. acordaos de que atacáis a los auxiliares de los apaches --a los cómplices de quienes asesinan a niños inocentes y violan a mujeres indefensas. Llenaos la mente con estas ideas y encontrareis la victoria en las praderas de Sonora En causa como ésta, el fracaso es imfXJsible y el triunfo es seguro. El Dios de las batallas os acompaña y vosotros seréis fuertes y prevaleceréis contra las huestes enemigas. (firmad'i William Walker, Comandante en Jefe del EjérciLo de Sonora.
El mundo exterior reacciona catalogando el Mensaje de Walker como Hel mero clímax de lo ridículo", y el Alm r.idiculiza de nuevo su comportamiento megalómano: Él es el pilidln de los oprimidos de tcx:b.s partes y cuando haya liberado a los pobres mexicanos se irá a ayudarles a los turcos. Es el auténtico Don Quijote de esta era; el caballero andante que deshará los entuertos "de todo el mundo y el resto de la hurnani.dadll 278
Pero el coronel Dick Dobs, Comandante en Jefe del Ejército de Sonota, iba muy en serio. Al crecer el descontento y
ALEJANDRO BOLAÑOS GEYER
continuar las deserciones, Wa1ker pasa revista a su ejército en la mañana del 24 de enero "y les diri¡pó una poderosa y animada alocución a sus tropasll • Concluyó tomándoles el juramento de lealtad a sus soldados: Les pidió levantar la mano derecha y jurar liante Dios Todopoderoso,lealtad incondicional en la felicidad y el infortunio hasta que plantara su bandera en las murallas de Sonora,..zr9 Casi todos levantaron la mano y le juraron lealtad -algunos, según dijeron más tarde, se dejaron arrastrar por la excitación que les produjo la alocución de Walker y no se dieron cuenta del significado del juramento solemne que prestaron; pero como cincuenta soldados rehusaron hacerlo. Entonces Walker, muy excitado, les dijo que estaban en libertad de regresarse a Calilomia. El resultado fue que cuarenta y seis de ellos salieron a pie de Ensenada para San Diego, llevando cada uno el rifle al hombro y la ración de maíz sancochado en la bolsa. Walker se quedó con 140 filibusteros leales. Un grupo de los más impetuosos corrió a cargar de metralla un cañón, dispuestos a dispararlo sobre los que se iban, pero Walker lo prohibió. En vez de eso, se fue tras ellos con quince oficiales bien annados y, según narraron luego los desertores: Al alcanzarlos en el camino, Walker les rog6 con vehemencia en nombre de los que se que:hba.n -unos ciento cuarenta, según nos informan- pidiéndoles que le dejaran sus armas, no como regaJo, sino para que con ellas se defendieran quienes realmente las necesitaban ya que sin ellas se verían expuestos a la venganza salvaje de los mexicanos. Parece que la compañia del capitán Cuttrell no tiene más armas que los revólveres. Walker les hab16 con amabilidad y les dijo que podían volver al campamemo a proveerse de alimentos antes de iniciar e1largo viaje, si es que decidian hacerlo. La única agresión fue de parte del capitán Brewster, quien derrioo de illl culatazo a Un hombre desarmado, de apellido Jackson, abriéndole una gran herida en la cabeza. Los desertores se negaron a regresar y sohmente dos entregaron sus rifles, los demás bs escondieron en la maleza o los rompieron contra las rocas. Wa1ker retomó con su grupo de oficiales al carnparnent~ los amotinados prosiguieron su marcha. hacia San Diego. Bajo las circunstancias, lo extraño es que tres de cada cuatro hombres le juraron lealtad a Walker y se quedaron con él en el Fuerte McKibben, prestos a conquistar Sonora para el Sur. Como individuos, en su mayoría se oponen a la esclavitud, pero a todos los inspira el ardor de la aventura y los atrae el señuelo del oro. A pesar de la pléyade de señales ominosas, el carismático Walker mantuvo intacto su pequeño ejército. Y ese carisma no era más que la expresión externa de la inextinguible llama edipal que arde en la Ciudad Medialuna Interior del Predestinado. Pero sin saberlo Walker y sus hombres, ya habían ocurrido eventos inexorables que sellaron su suerte. Justo el 18 de enero, el dla en que Williarn Walker se autoproclamó Presidente de Sonora, el Presidente de la República del Norte Frank1in Pierce proclamó la destrucción de la república de Walker. En otras palabras, para esa fecha la expedición de WaIker no le es ya útil a su patria ni a los propagadores de la esclavitud. Por consiguiente. sus camaradas sureños al instante lo descartan y repudian sin el menor escrúpulo.
117
VI : REPUDIO Un pr./ncipeprudente no puede ni debe mantener fidelidad en las promesas.. cuando t:J1 fidelidad redunda en perjuicio propio} y cuando las razones que la hicieron prometerya no existen. ... Nunca le faltan a un pr/nciperazones legitimas para cohonestar la inobservancia. Los hombres son tan simples y se someten hasta tal punto a las necesldades presentes" que qu/en engaña encontrar1 siempreqmen se deje engañar. NICOLÁS MAQUlAVEID. El Prfncipe. o ••
21. la Conexión Gadsden EL
AÑo
GADSDEN,
1853 FUE
EL
AÑo
DE
LA
COMPRA
DE
mojón que señala el fin de una era en las
relaciones de Estados Unidos con México. EI"Territorio de Gadsden" fue la postrera porción de tierra que le quitó a México el Destino Manifiesto. Y el historial de la Compra añade eslabones importantes a la "conexión sureñalt de la incursión de Walker en Baja California con destino a Sonora. Una disputa fronteriza precedió a la Compra. Provino de un error en el mapa del Tratado de Trist que ubicó la frontera sur de New Mexico en el paralelo 32° 22' ocho millas al norte de El Paso cuando en realidad el paralelo queda más arriba. Los coro ~ionados John It BarDctt y Pedro Garda Conde trazaron la raya internacionalen la posición correcta del paralelo, treinta y dos millas al norte de El Paso. El gobierno del Presidente Pillmore aceptó la decisión de los comisionados, pero no así el Con.bJI'eso de los Estados Unidos, insistiendo en 1852 que la frontera debía ser ocho millas al norte de El Paso sin tomar en cuenta la posici6n del paralelo de latitud que requería el Tratado de Trist. Estaba en juego el Valle de La Mesilla, cinco mil millas cuadradas de territorio en su mayoría árido e improductivo, pero en esa época se crcia que dicha área era indispensable para construir el ferrocarril del Rio Grande a California. Al tomar posesión el Presidente Pierce el 4 de marzo de 1854, uno de sus primeros actos fue el de destituir al comisionado Bartlett y repudiar la linea fronteriza por él trazada. Y el13 de marzo, el Gobernador de New Mexico) William Carr Lane, emitió una proclama declarando que en nombre de los Estados Unidos tomaría posesión inmediata del territorio en disputa. El general Angel Trías, Gobernador de Chilmahua, contest6 con su propia proclama el 6 de abril y avanzÓ a El Paso con 700 hombres, en su mayoría indios armados con arcos y ilechas. La guerra se evitó cuando el coronel E. V. Sumner, del Departamento Militar de New Mexico, rehusó acatar la orden del gobernador Lane de invadir el Valle de La Mesilla con sus tropas federales. El gobierno de Pieree enseguida sustituy6 a Lane y Sumner, nombrando a David Meriwether gobernador de New Mexico y al general John Garland comandante militar de la zona. Ambos salieron juntos a tomar posesión de sus puestos en julio. El ministro de la guerra Jefferson Davis ponía entonces en movimiento un plan para adquirir una tajada mayor de territorio mexicano para el Sur. Ya en los debates del Senado en las postrimerias de la Guerra con 1:1éxico, el futuro Presi?ente de los Estados Confederados propuso que la frontera Internacional se trazara en las montañas de la Sierra Madre en el centro y se extendiera hacia el este y el oeste de manera que quedaran dentro de los Estados Unidos, enteros o en parte, los departamentos mexicanos de Tamaulipas, Nuevo León, Coahuila, Chihuahua, Sonora y Baja California. Desde su
puesto en el l'v1inisterio de Guerra, Davis en 1853 trató de convertir en realidad esa idea. En maYal Davis escogió al general James Gadsden para enviarlo de ministro a negociar con México, le infonnó a Gadsden su nombramiento, le dio las instrucciones pertinentes a la compra de más de 300.000 kilómetros cuadrados de territorio y sostuvo correspondencia con él durante su misión en México. Como 10 señala el profesor]. Fred Rippyen su estudio sobre La NegociaCl6n del Tratado Gadsden.1 nLas ideas expresadas por el l\1inistro [Gadsden] respect.o a la frontera natura~ dejan entrever que es Davis quien habla por su medio". 1 El general James Gadsden de South Carolina, lIun «tragafctos)} extremist.a z8 sureño", 2 era persona idónea para esa misión. En 1850 fue uno de los líderes del movimiento secesionista en South Carolina: Para él la esclavilud era una'bendición social y los abolicionistas norteños eran la mayor maldici6n de la naci6n En consecuencia, él favorecía extender la esclavitud. En 1851 fue elUder de un gruPJ de hacendados sureños que envió un memorial a la Asamblea de California, pidiendo penniso para fundar una colonia en la parle sur de ese estado. A un amigo le confió que los colonos llevarían de 500 a 800 esclavos a California.28~ Además de sus auténticas credenciales esclavistas, Gadsden había sido presidente del Ferrocarril de South Carolina de 1840 a 1850 y habia usado su posición para impulsar un proyecto de ferrocaril sureño al Océano Pacífico. Por medio de la prensa, de cartas y de convenciones, le dio publicidad a su plan. Decidió que la ruta por el do Gila era la más corta y práctica para el ferrocarril Cuando el 24 de mayo de 1853 fue nombrado ministro en México, seguía siendo el abanderado de la rut.a sureña. Al llegar Gadsden a Veracruz el 4 de agosto de 1853, el tablero politico de Estados Unidos y México era muy similar al de noviembre de 1845 cuando llegó Slidell a Veracruz. En particular, los propagadores de la esclavitud en California encabezados por Gv..rJn, Crabb y Walker buscaban jugar W1 papel calcado sobre el de la !1 república de la bandera del osan de la década anterior. Jacques A. Morenhout,cónsul francés en Monterey de California durante ambos períodos, señaló la similitud en su despacho del 15 de noviembre de 1853 al Ministerio de Relaciones Exteriores de Francia: . El general california José Casao, el mismo que comandó las tropas mexicanas en este pafs en 1846, está ahora en Monterey y confldencialmente me dijo que dos norteamericanos, uno de ellos General y el otro CoroneL 10 vinieron a ver .a principios de septiembre para proponerle que se pusiera a la cabeza de una expedici6n de dos mil hombres que invadirían Sonora; mil saldrían de California y los otros mil de Texas y New Mexico. ... Querían usar el nombre del general Castro para congraciarse con los habitantes de Sonora.... El general Cama se negS.
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ALEJANDRO BOLAl\IoS GEYER
No cabe duda de que eso es parte del plan de quienes desean invadir esa provincia de México. :Mas encontraron grandes obstáculos en su ejecución. La expedición de aquí no es lo formidable que anunciaron En vez de los mil hombres que saldrían de California, no creo que hayan logrado reunir más de dasciemos. Le digo, Señor .Ministro, que el gobierno de los Estados Unidos .. protege hoy las empresas de estos aventureros en .la m1slllil. forma y p:x h misma razón que .a comienzos de 1846 protegió a las huestes que penetraron a la fuerza de las armas en Alta California y proclamaron tm PaVJ1hl1 independiente, las que comandadas p:x oficiales del ejército norteamericano, los señores Frémont y Gilispie [Gillespie], fueron además asistidas y protegidas abiertamente p:::>r una carreta de guerra anclada en la bahía de San o ••
o ••
FraTIcisco.23oI
Tras presentar Gadsden sus credenciales al Presidente Santa Anna el17 de agosto, la correspondenciaolicial del Millisterio de Relaciones Exteriores de México se inicia el 20 como es debido, relatmdo la visita de Walker a Guayrnas y los informes de su proyectada invasión a Sonora. Gadsden contesta el 22, diciendo: El subscrito ha enviado la Substancia de la comunicación de Su Excelencia a las Autoridades Federales en California y confía plenamente que al recibirla ellas tomarán todas las medidas legales eficaces para frenar cualquier combinación o movimiento de carácter hostil de parte de individuos irrespetuosos de las leyes en dicho Estado de la Unión. ZlIS
Lo que Gadsden en realidad les escribió a las Autoridades Federales en California --a sus camaradas propagadores de la esclavitud que apoyaban la exped.ici6n de WaJker a Sonora, es que "los hablan denunciado y los estaban vigilando"."" Y el 26 de agosto Gadsden le escribe una carta nA cualquier capitán o comandante de la Marina norteamericana en el Pacífico";287 pidiendo que un barco de guerra vaya sin dilación a Acapulco a proteger a ciudadanos norteamericanos supuestamente ultrajados y agraviados por las autoridades. Es significativo que en dicha carta no menciona a Walker ni a los filibusteros ni a Sonora. En ese momento, la fragata norteamericana SL Lawrenc~ barco insignia de la escuadra del Pacífico, y la corbeta Portsmouth se encuentran en la bahía de San Francisco. .Mas cuando Walker prepara su expedición en el .Arrowen contubemiocon el senador Gwin y su partido de la aduana en la ciudad, la Portsmouth zarpa hacia Honolulu el15 de septiembre y la St Lawrence zarpa para Acapu1co el 20, rumbo a Panamá, Perú y Chile, dejando las rutas marftimas de California convenientemente abiertas para la incursión de Walker a México. El 5 de septiembre Gadsden le escribe al secretario de estado Marcy solicitando diez millones de dólares que dice necesitar con urgencia para dar de prima en la compra de los cinco est.ados septentrionales de México. Al recibirse la petición de Gadsden en Washington, el 22 de octubre envian un Mensajero Especial a Ciudad México con instrucciones detalladas para la compra de territorio mexicano. En ellas, el Presidente Pierce le autoriza a Gadsden pagar hasta cincuenta millones de dólares por 125.000 millas cuadradas de territorio que incluye Baja California y partes de Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas y Durango. Si Santa Anna rechaza la propuesta, Gadsden deberá ofrecer sumas menores por porciones más pequeñas de territorio, hasta un mínimo de 18.000 millas cuadradas (que incluyen el Valle de Mesilla) para la ruta del ferrocarril a California.
Habiendo así asegurado la aprobación del Presidente Pierce, el panorama luda brillante para el plan del ministro de la guerra ]efferson Dav:is de agregarle tres o cualro estados esclavistas a la Uni6n. Santa Anna tenía urgente necesidad de dinero y se creía que cincuenta millones de dólares lo convencerían a vender la mitad de su país. La incursión de Walker a Sonora en ese preciso momento le mostraba asimismo a Santa Anna que México de todos modos perdería el territorio a como había antes perdido Texas, New Mexico y California. Además, durante el verano Davis reforzó las tropas del ejército norteamericano en la frontera, y en octubre el general Garland estaba listo a invadir Chihuahua "a c0'lf¡ plazo ... presto a atacar o repeler, según fuere necesario". Sus recuerdos de San Jacinto, Angostura y Cerro Gordo le enseñaban en vivo a Santa Anna lo que sucedía cuando se le enfrentaba al Destino Manifiesto. Pero precisamente por esos recuerdos, Santa Anna le habia dado orden terminante al general Trías de que se retirara de la región fronteriza, previniéndole que 1Ino debía hacer ninguna demonstraci6n hostil contra las tropas de los Estados Unidos bajo ninguna circunstancia ... que en la situación en que se encontraba la república, sería un crimen cualquier indiscreción que211lr lanzara Ello le a una guerra para la cual no estaba preparada". privó al general Garland de la oportunidad de emular las hazañas del general Taylor en suelo mexicano y de recibir I'el máximo reconocimientode sus méritos por su patria, como lo 290 hizo su ilustre predecesorl1 • Entretmto, la captura inesperada del Arrow por el general Hitchcock el 30 de septiembre paró en seco la expedición de Walker a Sonora. Cuando el Mensajero Especial del gobierno de Washington llega a Ciudad México a mediados de noviembre, ya Gadsden sabe de la captura del Anowy de que un Walker precario tuvo que zarpar de San Francisco en la Caroline I1precipitadamente, con apenas parte de los pasajeros previstos y ~on preparación insuficiente para el éxito de la expedici6n l1 • 1 No obstante, Gadsden aún trata de convencer a Santa Anna de que los filibusteros triunfarán, tarde o temprano, y que por lo tanto a México le conviene vender las extensos territorios en el norte del país, que de todos modos va a perder. Todavia el 29 de noviembre le repite ese argumento al ministro de relaciones exteriores mexicano: .. LBs tramitaciones recientes, contra las cwJes Su Excelencia, en anticipación, había con frecuencia y justamente protestado,
y las que el Gobierno de los Estados Unidos con toda la solicitud y vigilancia de las autoridades no había logrado eficazmente detener; y cuyo resultado, instigado tanto por ciudadanos de los Estados Unidos en cooperación con individuos de todas las naciones, embarcándose en California y p:Jr lo tanto aparentando ser ciudadanos del gobierno vecino, nadie puede presagiar -Podría ser que ahora estén ellos en posesion de uno o mÁs estados desafectos de esta república o que quizás hayan sido tem¡:oralmente desconcertados, aunque jamás sometidos ... Esas arriesgadas aventuras, bajo la res¡:onsabilidad individual, van de acuerdo con el espíritu de la épxa ... Ese espíritu, por errático e impaciente que sea, solamente precipita. el desarrolb de los sucesos; (el arco en el Oriente) que no será amedrentado ni sojuzgado por ninguna resistallcia impolítica e ineficaz, de la que deriva únicamente esómulo adicional sino por una polftica más aconsejable que concilia y legirimiza -El Gobierno de bs Estados Unidos, previendo sabiamente, siempre preferirá, a toda costa, los esfuerzos pacíficos y legales, anticipando los resultados inevitables; en vez de verse forzado a aceptar las operaciones irregulares e ilegales de individuos ardientes e impacientes.:m
LAS CAUFORNlAS /
"REPUDIO"
La enrevesada pero reveladora prosa de Gadsden cayó en
119 esos delincuentes .. :l'I5
oídos sordos en México. Sus argumentos sonaban especial·
La fecha de la proclama confirma sin lugar a dudas la
mente rid.lculos par. los mexicanos después de que ell\"neral Hitebcock había reducido los grandiosos planes filibusteros ("el
complicidad de la administración Pierce con la "empresa
arCO en el Oriente") a un puñado de merodeadores en un mísero velero. De acuerdo a Santa Anna, en su primera
criminal" de Walker. Desde el 17 de mayo de 1853, el Ministro de Relaciones Exteriores de México había informado al gobiernonorteamericanoacerca de la expedis medios legales tales empresas criminales; y les pid.o a los funcionarios civiles y militares de ~[e gobierno que usen todos los medios en su poder para arrestar, juzgar y castigar a codos
est3ban organizando en San Francisco contra Sonora.
Washington no hizo nada para impedirla. En los meses subsiguientes, múltiples despachos mantuvieron informado al gabinete de Pierce sobre el desarrollo de la expedición, sin producirse reacción alguna. El viaje de Walker a Guaymas lo denunció el Ministro de Relaciones Exteriores mexicano el 20
de agosto de 1853. La partida de los filibusteros de San Francisco en la Caroline se supo en Washington el 29 de noviembre y la noticia del desembarco de WaJker en La paz se recibió en Washington el 4 de diciembre -pero ninguno de esos eventos suscitó una reacción apropiada de parte del Presidente Pieree ni de su gabinete. Juan N. Almonte, Ministro mexicano en los Estados Unidos, en una nota al Secret.ario de Estado William I. Marcy fechada en Washington el 21 de diciembre de 1853, denunció "los sucesos escandalosos que ocurren act.uaJm.ente ne la península de Baja California".296 No recibió respuesta del Departarnentode Eslado. Almontele escribió de nuevo a Marcy el 3 de enero de 1854, iniciando la misiva con estas palabras: El
subscrito,
Enviado
Exuaordinark>
y
Ministro
Plenipotenciario de la República de México, tiene el honor de recordarle al honorable Secretario de Estado de los Estados Unidos de América, que hasta la fecha no ha recibido respuesta a su nota del 21 del mes pasado, en la que le pedía al Secretario de Estado que le hiciera el favor de informarle si el gobierno de los Estados Unidos había. adoptAdo medidas para perseguir y aprehender a los filibusteros que habían zarpado del p'uerto de San Francisco con el propSsito de invadir Baja California ~,
Pero el Presidente de los Estados Unidos guardó silencio; los funcionarios civiles y militares de Califomiadejaron zarpar a la Anitasin obstáculo, sin hacer esfuerzo alguno para arre~tar ni castigar a los filibusteros; y la marina de guerra norteamericana no hizo nada para impedir su partida ni mucho menos para perseguir y capturar a los delincuentes. Todo cambia de súbito cuando se sabe en Washington que el general Gadsden ha arribado en Nueva Orleáns con el tratado. La proclama del Presidente Pierce pocos días después agrega otro eslabón concreto a la conexión Gadsden con la expedición de Walker. Los hechos indican que a Walker se le permitió proseguir con impunidad para presionar así a México a que vendiera territorio. Una vez completada la venta, se descart6 y repucüó a Walker al instante. Y los observadores coetáneos atentos señalaron el contubernio del gobierno norteamericano con la empresa de WaJker. Por ejemplo, en su editorial del 22 de febrero de 1854, el New York HeraJdanotó: No nos sorprenderla si causas similares a las que efectuaron la independencia y me:ri6n de Texas laboraran lIas esta empresa libertadora del coronel Wa1ker. La Aduana de Nueva York suministró los fondos pan los gastos béIkos del b~neral Sam Houston; y la Aduana y los funcionarios del g:>bjemo en San Francisco han segurameme suministrado los pertrechos requeridos por el general WaIker ...1:'1#,
El senador Gwin, quien estaba en posición para saberlo, el
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AIEJANDRO
roLAÑos GEYER
19 de enero de 1854, en el Senado, le echó la culpa de la expedici6n de Walker a la administraci6n de Pieree:
Panamá el 12 de noviembre, rumbo al Perú y Chile. Cuando la Caroline zarpó de San Francisco el 17 de octubre, nadie le
Mr. Gwin deseaba llamar la atención del país a una materia
en pleitos judiciales por su captura del Arrow, obligado a litigar con un fiscal federal hostil ante jueces poco amistosos. Walker lo demandó por $30.000 en daños, un juez lo acusó de desacato, y la prensa Jo ridiculizó e insultó. Al fmal de cuentas, el fiscal federal Samuel W. Inge retir6 todos los cargos contra el Arrow y liberó al navío sin consultarle a él Habiendo aprend1do su lección, un Hitchcock prudente se abstuvo de interferir con la AnJtacuando ésta zarpó el12 de diciembre. Comenzando en esa fecha, el Alta publica una serie de articulos descubriendo con detalles la conspiración esclavista tras la expedición de Walker. Los articulos relatan los esfuerzos de los propagadores esclavistas por dividir el estado de California y revelan la forma como se organizó en Benicia, en el invierno anterior, la invasión a Sonora. Entre los hechos pertinentes, el reportero expone la cooperación franca de las autoridades federales locales (del partido de la aduana del senador Gwin) con los filibusteros:
escribi6 a Dulany. Hitcbcock se encontraba entonces enredado
relacionada con la procJa.zru¡. Era de que cuando la expedición se organizó en California, los Estados Unidos no tenían fuerza alguna alú para impedir que zarpara ... Si el Presidente hubiera deseado impedir tales expediciones l deberla haber tenido una fuerza que impidiera su partida. En la ép:JCa en que las embarcaciones salieron de San Francisco, solamen[e había dos barcos de guerra en servicio activo en toda la costa del Pacífico --uno en las Islas Sandwich [HaWal] y el otro, supuestamente en el Golfo de California, resultó que le habían ordenado irse a la costa del Perú ...~ o ••
No siéndoles ya útiles Walker y sus hombres,sus patrocinadores sureños los repudiaron. El Presidente Pierce los llamó criminales y pidió la aplicaci6n in1lexiblede la ley contra ellos. El general Gadsden, en una entrevista con el Charleston Courier el 21 de enero de 1854, catalogó la expedición de Walker como "locura" y le ech6 al filibustero la culpa P%no haber podido comprar él [Gadsden] la Baja California. El senador Gwin, sin embargo. recordando quizás su intercesión ante el general Hítchcock en septiembre y creyendo que a Walker lo habían matado los mexicanos, pareció justificar a los filibusteros durante los debates en el Senado:
.0 Aunque el general Hitchcock supiera que intentaban partir [en el Anit.aj también sabIa que cualquier acción que tomara contra ellos la frustraría el fIscal y el oficial de justicia federal que, según hemos visto, ha sido totalmente negligente de sus deberes Éste es uno de los muchos funcionarios nombrados }Xlr el Presidente Pierce que no representan a la mayor:ía del partido en este estado. Fue un gran golpe político de parte de quienes desean cambiar nuestras instituciones, el conseguir que casi todos los nombramientos federales fueran de su conveniencia. En esa forma consiguieron el patrocinio del g:,bierno federal para su empresa, ya que los funcionarios son de aquéllos que no harán nada para impedir que realicen sus planes, por ilegales que sean. Para nosotros es merid:ian.amente claro que en su conducta Mr. Inge, lejos de op:merse a ellos, ha totahnente dejado de cumplir con su deber; y que si el Presidente tiene la menor idea de ser fiel a los tratados, debe hacer cambios inmediatos. No vemos cómo ¡xxirían seguir en sus puestos esos funcionarios que han grmitido se cometan actos tan ilegales ante sus propios ojos. o ••
Mr. Shields (demócrata) de Illinois, dijo 9ue .el senador de Califorcia había justificado la expedicion ilegal de lo, :despreciables, desgraciados vagabundos contra el pueblo tranquilo y pacífico de Sonora. MI. Gwin -No he tratado de justificarla. Mr. Shields dijo que le alegraba. oír decir al senador que no la justificaba.. MI. Shields continuó diciendo que él personalmente condenaba la expedici6n y sus objetivos como algo sumamente desdeñable. 11:r. Gwin comentó que el senador Shields no debería g;::t5tar su desdén en los expedicionarios, pues ya todos habfan encontrado la muerte y habían recibido el castigo de su cnmen. 301
* * * NUEVAS DE LA MUERTE DE WALKER eran prematuras. El filibustero se encuentra vivo, aunque como un extraño derrelicto ajeno al lugar, aún en Ensenada de Todos Santos, efimera capital de su delirio californiano. El papel de William Walker en la Compra de Gadsden ya se daba por concluido, sin su consentimiento ni conocimiento ... y Gwin y los demás mentores le volvieron las espaldas inescrupulosa· mente, uniendo de inmediato sus voces a la grita universal de condena contra la aventura de Sonora, causa sin ley. LAS
22 Proscrito en Ensenada EL GENERAL HITCHCOCK y el Recaudador del Puerto de San Francisco, mayor Richard P. Hammond, el 30 de septiembre de 1853 le enviaron mensajes confidenciales al comodoro Bladen Dulany, del St Lawrence, informándole acerca de la expedici6nde Walker y solicitando la presencia de su navío en las aguas del Golfo de California. Dulany recibió los mensajes en Acapulco junto con la nota de otro oficial, fechada elIde octuhre, narrando la toma del Arrow y diciéndole que ya no era necesaria su presencia en el Golfo. El
St Lawrence se fue de Acapulco el 31 de octubre y llegó a
Inge continu6 seguro en su puesto de flScal federal, pero enseguida ocurrió un cambio en el ejército que agrega otro eslabón a la conexi6n de la expedición de Walker con la Compra de Gadsden. El general Hitchcock lo anotó en su Diario: 16 de dJciembre de 1853. - ... Solicité permiso para viajar al Oriente, vía China,. India, etc. 2 de febrero de 1854. - ... El general Wool viene a reemplazarme aquí. La orden la dio el Ministro de la Guerra ITefferson Davis] sin consultarle al general Scon y sin que éste se diera cuenta. ¿Qué harán conmigo? 16 de febrero de 1854. - ... Mi solicitud del penntso para regresar por el Oriente vía China, India, Persia, etc., que hice en noviembre y que aprotó el General en Jefe del Ejército, no la sancionó el Ministro de la Guerra, coronel Jefferson Davis. No sé };XIr que me denegó el permiso Debo acatar su decisibIl, aunque no veo el motivo que tuvo para negármelo.JqJ o ••
Aunque el general Hitchcock no vio e! motivo, es lógico suponer que el Ministro de la Guerra lo destituyó y le negó el permiso de visitar el Lejano Oriente en represalia por su captura de! Arrow que arruinó los planes del Ministro de
añadir tres o cuatro estados sureños a la Uni6n. La cronologia
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ALEJANDRO BOLAJ':JoS GEYER
mampara de lona. El piso es el que fue creado cuando Baja California obedeció el mandato divino: tlQue el agua que está debajo del cielo se junte en un solo lugar ..." El Ayudante inadvertidamente descuidó presentarnos al coronel Walker, y como había dos o tres personas en su oficina, no p:xiíamos
distinguir quién era quién. Tras iniciar h conversación general, le pregunté al caballero con que hablaba si él era el coronel WaIker, a lo que contestó afinnativamente, y presentándole a
mi a.mi~ Yél a mi, continuamos cómooos nuestra interesante conversación Me impresionaron mucho el aspecto y bs modales del coronel Walker. Es un hombre pequeño, de no
más de cinco pies cinco pulgadas, ni más de ciento treinta y cinco librasj pero bien sabes que ni la estatura ni el peso ni la edad hacen al hombre. De cabellos rubios, complexión sanguinea, ojos azul claro. No es inquisitivo ni comunicativo ni descortés en sus respuestas. Su uniforme consiste en una g:¡na como la que usan los oficiales de la marina; chaqueta gris, como la que antes usaban los bomberos de Nueva York; y pantalones azules con los ruedos recogidos dentro de las
ootas
a como lo acostumbran los californianos. La entrevista que tuve con él me convenció de que es un oombre de marcado carácter -de voluntad --de educaci6n -de valor frío y deliberado- y "alguien que con una buena causa y probabilidades a su favor, sería ellkier formidable en un movimiento revolucionario.... Se ha exagerado mucho la fuerza que aqui tiene el coronel Walker. Estoy convencido de que nunca han sido más de 206 hombres, los que.las deserciones han reducido a alrededor de 160. Como 100 de ellos están ahora en este campamento, y forman un magnifico conjunto de seres humanos, y el resto se encuentra esparcido en pequeños gruJXlS de exploradores. Tienen bastante carne de res y cordero, pero en cuanto a verduras y pan no es lógico sUJXlner que los consigan con facilidad. Tienen dos cañoncitos de hierro que vi en el campo. mas no vi barricadas ni fortificaciones para repeler un allique ni resistir el asedio. De ser atacados p.x una fuerza del interior, sería una lucha a muerte -pues no teniendo lanchas, no podrían e~capar P:JI el mar.... El litoral de esta costa es ante los ojos el más árido, estéril y menos atractivo país montañoso que se pueda imagi. Dar. El coronel Walk.er, sin embar¡p, me informa que los valles del interior contienen mucha tierra fértil ... Hasta aquí te he dado una idea rápida de la JXlsición del coronel Wa1ker. No p:mgo en duda las buenas intenciones de ese hombre. Quienes lo conocen hablan muy en alto de la integridad de su carácter y la pureza de sus móviles. Pero ese hombre esci fuera de si ... Mi opinión personal es que ésta es la expedición más descabellada y quijotesca que jamás se ha hecho. ... Sería absurdo entretener la idea de que el coronel Wa1ker pueda hacer una nueva república de Baja California y Sonora. Dejemos que nuestro g:¡bierno actúe solo, sin estorbar sus negociaciones con demostraciones ilicitas como ésta, y no hay duda de que obtendremos rápida y pacíficamente estos estados mexicanos. El gobierno del coronel Walker es un "fil.ius nuJlius" ----jamás podrá ser reconocido- y jamás rendrá sucesión 3ll Para todos era obvio entonces que la causa de Wa1ker no tenía futuro. Hasta su amigo John Nugent escribió en el
Herald el 16 de febrero que la expedición a Sonora tocaba ya a su [m. Pero para desgracia de los involucrados, Walker no lo creía asi Los cincuenta reclutas del intendente Baird habían llegado a Ensenada el 7 de febrero y Walker esperaba más reclutas junto con un vapor que el vicepresidente Henry P. Watkins estaba consiguiendo en San Francisco para su república. Con la marina de guerra norteamericana bloqueando Ensenada. Walker se ve forzado a trasladarse a otro lugar, en espera del vapor. Desaloja e! Fuerte McKibben el 13 de febrero, dejando ahí a los enfermos y heridos y ocho hombres
cuidándolos. Estos últimos lo siguen al día siguiente, y a los
pacientes los evacúa el Colwnbusel 15J rumbo a San Diego y San Francisco. Entonces se constata la carencia increíble en el asqueroso "hospital militartl de WaJker en Ensenada. Por ne1f.gencia de alguien o por las peripecias de la campaña. en el 'has pitar' no había un solo instrumento quir~W~~' En consecuencia, el cirujano se las tuvo que arreglar , do el mango de un cubo con el que tentó heridas, extrajo balas y hasta sacó muelas. En e! botiquln solo había ruibarbo y calomel Cuando los marinos de! capitán Dornin desembarcaron para evacuar a los enfermos y heridos: Se encontraron con 10 que el coronel Walker llamaba su hospital militar, una choza miserable de piso de tierra, húmeda, fría, sin luz, fuera de la que entraba p::lr la única puerta, y ahí yacía en una miserable tabla el teniente coronel Charles H. Gilman en la más abyecta condición La herida que recibió en uno de los encuentros no er.a seria al inicio, pero se agravó por f.alta de atención, de medicinas y de alimento adecuado, convir~ tiéndase en una de las más espantosas jamás vistas. El coronel Gilman se había consumido hasta quedar hecho un esqueleto, con la pierna horriblemente inflamada y las carnes del tobillo y del pie desprendiéndose en pedazos de pura gangrena. Tenia ochenta y cuatro dias de estar rendido ahí, a menos de diez pies de distancia del cuarto del coronel W.a.lker, pero éste sólo lo había visitado tres veces en tooo ese lapso de martirio. m
A su arribo en San FranciscoJ moribundo casi, a Gihnan le amputaron la pierna en el tercio superior del fémur y tras una larga convalescencia recobró la salud. En octubre del año siguiente viajó a Nicaragua, a servirle una vez más a Walker como uno de sus mejores y más fieles oficiales, y en diciembre falleció víctima del cólera morbo. En La Guerra en Nicaralflla, Walker llama la muerte de Gilman "una pérdida several1 y
explica: El coronel Charles GiJman, uno de los compañeros de Walker en Baja California ,.. era un hombre de mente fuerte, con too.os los sentimientos del soldado y buen caudal de conocimientos militares. fubla perdido una pierna en Baja Califorrua, y la herida que 10 hizo sufrir largo y cruelmente antes de que le amputaran la extremidad, manteniéndolo en cama por muchos meses, parece haberle madurado la inteligencia rápidamente m durante la enfermedad.
Ésa es una reminiscencia descarnada, fria e intelectual, desprovista por completo de compasiónJ exhibiendo el rasgo característico de las personalidades narcisistas al mando de la Ciudad MediJUuna Interior del Predestinado después de la muerte de Ellen. Y, con todo J Gilman siguió a Walker a Nicaragua pese a sus sufrimientos y a la frialdad de Walker para con él en Baja California -mostrando una vez más el notable carisma que permitió al Predestinado captarse la lealtad de sus hombres. En las palabras de uno de sus seguidores, el carisma de Walker era tan fuerteJ que él ttgobernó y controló a sus hombres de manera que no sólo desalentó tilda oposición, sino que además se ganó su fIrme lealtadll. 14 Gilman transmite idéntico mensaje desde el silencio de la twnba.
23. Lealtad al usurpador EL COLUMBUS SE LLEVÓ DE ENSENADA A SAN DIEGO a ]05 enfermos y heridos y al cirujano -nueve personas. Walk.er se fue hacia el sur en espera del vapor y refuerzos para la invasión a Sonora. Viajó con su república entera -unos montados, otros a pie- bandera, bueyes, vacas, ovejasJ Y artillería Oos dos cañoncitos de la Caro!ine) en carretas jaladas
LAS CALIFORNIAS
I
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"REPUDIO"
por yuntas de bueyes cimarrones. Acamparon en un valle donde enterraron vano, barrile, de pólvora que les era difícil tran,portar. Do, día, después pasaron por la Grulla hacia Santo Tomá, y de ahí a la antigua misión de San Vicente, adonde llegaron el 20 de febrero. Con WaJker viajaba "en
términos amistosos y confidenciales" don Manuel Femández de C6rdova, uno de los dueños de la casa de adobes en Ensenada, sjrviéndole al filibustero de agente privado, espfa e intérprete.'" El 21 de febrero, en San Vicente, WaJker lanzó una proclama convocando a los vecinos a una reunión, la que don Manuel puso en español para los nativos: A ID5 HABITANTES DE SAN VICENTE ----COn esta fecha he dado órdenes, rransmiti:las de acuerdo con mis dos Ministros,
mandando reunir a todos los habitantes de esta Frontera de
Baja California en el término de cinco d1as desde esta fecha, y as:linismo yo os ordeno y exijo a vosotros, habitantes de este lugar de San Vicente, que os congregueis en el plazo especificado. a sabiendas de que si cualquiera de vosotros deja de hacerlo, será castIgado con suma SEVERIDAD. WIlliAM WALKER, Presidente de Sonora. San Vicente, 21 de febrero de 1854. 316
Don Manuel le llevó una carta de WaJker a Melendres, quien se encontraba cerca de San Vicente con unos cuantos adeptos. WaJker le garantizó la vida y bienes a Molendres y le ofreció nombrarlo Gobemadorde Baja Califomia,si se presen~ taba en San Vicente. Melendre, rehusó. El 28, tras considerables esfuerzos para reunir a los aterrorizados habitmtes, Wa1ker lanzó otra amenazante proclama presidencial:
La Comanda,ncJa Militar y Q"v:zl de la RepúbJ¡ca de Sonora: A las tres de la tarde de hoy se disparará un cañonazo, tras
lo cual tOOos los ciudadanos de San Vicente se reunirán en este campamento Sln excerx:i6n ni excusa de ninguna clase. Por orden de Su Excelencia, el Presidente (Firmado) JOSEPH w. SMITH, .Ministro del Interior y de Relaciones Exteriores. 311 SAN VICE1\l'fE, 28 de febrero de 1854.
La "Convenóónll se celebró a la hora señalada. Colocaron una mesa enmedio de un patio cercado de filibusteros en los cuatro costados. Frente a la mesa tendieron en forma de arco dos banderas de la 'IRepública" (que servirían luego de horcas caudinas). A un lado se paró WaJker con su Gabinete y el Estado Mayor, y al otro los "magistrados de la Corte Suprema" con un intérprete, don Agustín Horn, vecino de San Vicente a quien Walker tenía prisionero y quien logró escapar pocos días después y dio a la prensa californiana la crónica de los eventos en que participó: Les diré algo acerca de esa supuesta convenci6n. Ese ardid de bribonería tuvo lugar el 28 de febrero en la antigua misión de San Vicente. Walker, PJr medio de amenazas, convocó una reW"lión de los habitantes ese día. llegaron como veinte indios y dieciséis blancos, cinco de ellos terratenientes. Los soldados de WaIker, todos armados, formaron en fila un cuadro de 120 bayonetas en los cuatro costados, en el que encerraron corno en un corral a los treinta y seis inermes habitantes. Tras tomar nota de los nombres de los presentes, Wa1ker les dirigió la palabra, mejor dicho una orden, que concluyó diciendo: ny os ordeno que juréis lealtad a esta bandera, etc. Os lo manda yuestro Presidente de la República". Ocho indios prestaron el Juramento. Mas permitidme que haga justicia a Walker en su conducta hacia ellos: tooos recibieron tma ración completa de carne antes y después de la ceremonia en que hicieron la señal.
de la cruz, le besaron la mano a Su Excelencia y quedaron inscritos como su1xlitos leales. Los otros veintiocho, al ser lhmados a prestar el juramento rehusaron hacerlo p:x lo que se les dejó aparte y Su Excelencia les echó otro discurso, diciendo: "Sabed que os trataré como rebeldes y enemigJs; que ten,lP vuestras vidas y bienes en mis manos". El efecto de sus palabras fue mágico. Los PJbres vecinos, algunos de ellos jefes de familia numerosa, se vieron así obligados por la fuerza a jurar la bandera extraña y a renunciar a su querida patria, o a jurar en falso. .Al día siguiente, Walker los obligó a firmar un documenlo dirigido a su persona y redactado por él mismo, en el cual los mexicanos ratificaron lo actuado en la supuesta ., 318 convenclOn ...
La Deduaci6n o Petici6n de los Habitantes del Estado de Baja Califomia, de la República de Sonora, a Su Excelencia el Presidente de la República, fecbada en San Vicente el 1 de marzo de 1854, arrancada por la fuerza a los amedrentados
nativos, dice en su parte medular: .. Ayer, en vuestro campamento, nosotros renunciamos solemnemente a toda otra bandera o gobierno que no fuera el de la República de Sonora, que se nos present6 entonces, y volW1tariarnence juramos lealtad a la NuevaRepública, pasamos bajo las dos banderas [tendidas en forma de arco de triunfo] en señal de sumisi6n, y ofrecimos serviros fielmente hasta la muerte. ... Por lo tanto, le rogamos a Su Excelencia que se establezca una autoridad que reconoceremos, y a la cual sostengan las fuerzas armadas que Su' Excelencia estime conveniente. Le suplicamos a Su Excelencia que las provisiones que tenemos a mano, y las que obtengamos en el futuro, estén suíetas a vuestras 6rdenes cuando las requisiciones estén debidamente firmadas ¡:or vuestro Comisario, requisiciones que siempre acataremos con alegría .. La gentil respuesta de Su Excelencia el Presidente, vino el mismo día: COPIA DE LA RESPUESTA DEL PRESIDENTE
San Vicente, 1 de marzo de 1854. CIUDADANOS -He tenido el gusto de recibir la petición que me habéis hecho, y los soldados de la República aprecian la lealtad y devoción que expresáis hacia el nuevo Gobierno. Espero y creo que el Estado de Baja California prosperará y mejorará bajo la República de Sonora, y sus recursos serán in.ís fructiferos que bajo el desgobierno de México. Tendré el gusta de cumplir con vuestro deseo en cuanto al establecimiento de una autoridad local y de una constitución bajo la cual serm respetados y garantizados todos vuestros derechos. Con mis votos para el bienestar individual de cada uno de vosotros y para la prosperidad nacional de la República, Soy, vuestro Presidente, WIillAM WfJ..KER,
Presidente de Sonora. m
la realidad es que los filibústeros de Wa1ker ya se habían apoderado a punta de pistola de todos lo, caballos, vacas, ovejas y provisiones que pudieron. Gran parte de la población andaba en el exilio; alrededor de cien personas habían escapado a pie, desvalidas, por la frontera, y los caritativos vecinos de San Diego habían recaudado fondos, socorriéndolas. Casi todo el ganado de la región babía desaparecido o estaba en manos de Walker. Las pretensiones y proclamas del "Presiclentel1 no s610 eran ridículas en extremo, sino que no servían ningún propósito práctico. El mundo exterior se rio a
124 carcajadas: IIWilliam Walker, Pres1c!ente de Sonora'· eclipsa y deja muy acrás a (OOOS los grandes capltanes que le precedieron, con excepción de uno que fue Gobernador de la Is!.t de B.uawia. que se ~ó
Sancho Panza. Es una lástima que estos dos héroes rembJes no hayan vivido en la misma épx.a pan enfrentar al uno contra el ouo. Enlonces se habrlan visto escenas como las que jamás ha visto el mundo.:;xI Hasta su amigo JallO Nugent en e! San Francisco Herald llamó a todo el asunto 'una sublime farsa' y 'una encamación de lo ridlculo".''' Pero el comportamiento cómico de Walker ese 28 de febrero tiene una explicación psicológica. Yo ... de acuenio COIJ DUS dos Ministros representa al trío en e! mando de la Ciudad Medialuna Interior. El juramento de lealtad con el fin de reunir a todos Jos hahit;mtes de esu ¡rontera, al igual que la realizaCIón del deseo en un sueño, trata de satisfacer el anhelo muy hondo de unir en un todo congruente a las personalidades fra~entarias. Cualquier obstáculo en el desarroUo de dicha comedia bloquea la realización de una necesidad psicológIca VItal y desata una reacción violenta en Walker. y en realidad as! sucedió,convirtiendode sóbito la farsa en tragedia. Theodore Ryan, un Irlandés que Uegó a Ensenada en el Aniu tuvo la suerte de salir vivo de San Vicente para contar ~ historia: .. Edward C. Bar,nes, de Filadelfia, T. F. Nelson y Anhur Momson, de lllinolS, un amencano llamado Smüh y yo, fuimos llevados el 28 de febrero ante un autoconstituido Consejo de Guerra, acmados de los supuestos delitos de intentar desertar, de coger cada uno un caballo del campamento, de explorar el p::>lvorín y de comet~ asesinatos. El Consejo lo integraron el mayor Emory, presidente; el mayor Cracker, los capitanes CuttreL Douglass y Brewster, los tenientes Griswald y Lawrence, y Samuel Ruland, Auditor Militar. Después de tres cllis de sesiones, el tribunal sentenclÓ a N cIsan y Morrison a muer,re, a Bar:nes y a mi a 25 y 50 latigazos respectivamenre, y a ?muh lo dejaron libre en vista de que era muy buen vaquero, E¡ecutaron la sentencia el 3 de marzo, el d.ía que yo salí del campamento; a Nelson y Morrison bs: fusilaron, y a B.unes y a mí nos vapulearon. En una ocasi6n anterior, enjuiciaron JX>r deserción y condenaron a muerte a un muchacho de 19 años de edad a quien en el campamento llamábamos uFiladelfull. No lo fusilaIon JX>rque casi todos inre[cedimos p:diendo demencia ~ co~ideraci6~ a su corra edad. Al perdonark>. W.alker de mmediaro mando fonnar a la (Tapa yabi juró "ante Dios" que a, c,wJc¡uier otro que imentanl desertar en el futuro, Even o VlCJO, el en persona lo matarla. con sus propias IIWlOS.:lZ:l Ryan y sus compañeros no podJan haber escogido un momento peor para desertar, pues su infidelidad y falta de devoción a la República contradijo y anuló el juramento de lealtad prestado ese mismo día en la antigua misión de San VlCen~e; En consecuencia, tenían que recibir el castigo anunoado por el Presidente Gabriel Gumbo; y sus dos .Ministros. T. F. Nelson y Anhur Morrison son sólo los prImeros en una larga cadena de vIctimas inmoladas por orden directa de Walker durante su carrera filibustera. El sacrificio insensato de sus vidas apenas si mere06 un comentario en la prensa d~ la époc.a, cuando las matanzas ilegales ocurrían con frecuenCia en California. Pero los cuerpos sin vida de ambos hombres, sepultados en e! subconsciente de! Predestinado grabaron una imagen compleja que Tirnothy Tucker transmit~ al exterior años más tarde Uenando con su pluma una larga
ALEJANDRO BOLAJ'ios GEYER
pá&ina de reminiscencias en la introducción de La Guerra en NKaragua. En las palabras de Tucker, Nelson y Morrison se hablan 'confabulado para desertar y pasar saqueando ~ haoend" de ganado en e! cammo hacia Alta California'. Por eso.Jos s~t~nció a mLl;erte. Sin embargo, dicha explicación -la raclona1izaoón consoente de Walker no satisface los hechos del caso. El saqueo de las haciendas de ganado era la ocupación rutmana de sus hombres, y las deserciones elan comunes en su ejército; en otras ocasiones él DO castigó el delito. ¿Por qué. entonces, en esa 0f0rtunidad? Tueker da la respuesta al final de párrafo, en la pérdida del derecbo a la pleItesía con que narra la historia de la Ciudad Medialuna Interior en el lenguaje simbólico acostumbrado. La figura. furtiva del indio semidemudo, degenerando hacia el salvajISmo en campos desolados con hueo.. de la anterior cultura, representa a los reclusos edipales, sometidos a la autoridad del Presidente Gabriel Gumbo y sus dos Ministros que encabezan la expedición. El simbolismo ya había salido a luz durante la actuación en San Vicente, cuando Walker emitió otro decreto asombroso, broche de oro y folklore apropiado para la farsa: su
EXCEI.l'.NOA EL PRESiDENTE DE SONORA: - Hoy he denetado lo SlgUlf;me: Aquellos iOOios que lengan amos y vivan en la condición de sirvientes, observarán buena conducta y rerxilián la más perfecta obectiencia. Cualquier infracción de esta orden será castigada a petición de sus amos. En virtud de mi cargo, yo así b suscribo y ordeno en San Vicente hoy primero de mano de 1854.
[Firma]
WM.
WALKER, Presidente de Sonora.:l2'
Con sus actos, !'Jelson. Morrison, Ryan y Barnes negaban el derecho del PreSldente Gumbo a recibir la pleitesía de los reclusos. Los infractores recibieron el castigo sumario: dos fueron fusilados y enterrados, los otros dos, flagelados y expelidos a toque de tambor. Muchos nativos huyeron a San Diego y otros lugares. Los indios escaparon aterrorizados a las montañas, Don Manuel F. de Córdova y el ministro de relaciones Frederick Emory salieron para Alta California en ' misión oficial de la Nueva Repóblica.
• • • LoS AGENTES DE WAI.KER hablan gozado de liberlad total de acción en California. No obstante, e! vicepresidenteHenry P. \Vatkins no había conseguido el vapor ni Jos refuenos que urgían en su República de Sonora. En un acto final de desesperación, e!B de febrero despachó de San Francisco todos los reclutas que pudo -sesenta "aventureros empedernidos", alem~C5. americ~os e ingleses- en el AnJt1) al que rebautizó PetrJta y puso balO bandera chilena para despistar. William GiIlam, excap,tán del Arrow y capitán de! AnJia, iba de "pasajero" y el contramaestre]. Springer hada de "capitán" como parte del ardid para disfrazar la identidad del barco ante los mexicanos. El velero zarpó con los papeles en regla para Guaymas. no se pudo comunicar con Walker aJ pasar por Ensenada, bloqueada por e! PorlsmourJ¡, y siguió costa abajo hasta la punta de la penlnsula. Los filibusteros sostuvieron ah! una "conferencia secreta" con un tal Riche, dueño de lila casa blanca" en el C.bo de San Locas, y luego Ji/0siguieron la travesía y el 4 de marzo Uegaron a Guaymas. Pretendieron pasar c?mo pac.ffieo~ colonos, mas las autoridades pronto descubneron su identidad y los apresaron. A Gillam, Sprin~r y tres más los Uevaron bajo guarda al barco mercante inglés
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LAS CALlFORNLAS / "REFUDIO"
Eche/ber!, para tras]¡¡darlos a Mazatlán. El comandante N. H. Morshead de ]¡¡ oorbeta británica Dido, surta en Gual"'as, enseguida envió un pelotón de marinos al Echelberty s~có • los cinco filibusteros, alegando que eran prlSloneros poliucos a quienes protegla la bandera inglesa del barco mercante. Los mexicanos protestaron con vehemencia. pero en vano. A los demás filibusteros se los llevaron engrillados a Mazatlán en el Petri13; después fueron liberados a petición del cónsul norteamericano en dicho puerto, respaldado por el capitán Thomas A. Dornin con los cañones del Portsmouch. Asl terminó ]¡¡ gestión de WaL1cins para Walker. En San Francisco, ]¡¡ situación cambió de súbito tras ]¡¡ llegada del generalJohn E. Wool el 14 de febrero con. nuevas órilenes de Washington y]¡¡ publicación el 16 en el Af13 de]¡¡ proclama del Presidente Pierce contra los filibusteros. El [¡scal federal del distrito Samuel W. Inge al instante acató las nuevas instrucciones e inició los procesos judiciales contra el vil:epresidente Henry P. Watkins, el mayor Oliver T. Baird y el capitán George R. Davidson de ]¡¡ República de Walker. A Watlcins lo arrestaron el 23 de febrero y el 27 comenzó ]¡¡ indagatoria, con Edmund Randolph de abogado defensor. El 1 de marzo el Gran Jurado mandó enjuiciar a los tres reos 'por tomar parte en lanzar una expedición h~stil en este Estado para hacerle ]¡¡ guerra a México'." Ese dla detuvieron al doctor David Hoge, el cirujano evacuado de Ensenada. A Emory y Fernández de CÓrdova los apresaron en San Diego el 8 de marzo y los enviaron en el CoIumhusa San Francisco para juzgarlos por violar ]¡¡ ley de neutralidad. Así las autoridades "desbarataronll la "empresa criminal" de Walker en California seis meses tarde --se lavaron las manos enterrando el cadáver. El juicio de Watlcins se inició el 20 de marzo en el Juzgado Distrital Federal del juez Hoffman. El jurado declaró culpable al indiciado el 24, y dos semanas después el Juez lo sentenció a pagar $1.500 de multa. Emory eotonces confesó haber cometido el delito y recibió igual pena. El Af13 lo ap]¡¡udió, comentando: "Hasta donde nosotros sabemos, ha habido una sola reacción en nuestra ciudad al veredicto del jurado en el caso de Watlcins, y es la de una entera aprobación. Ellu.blo se siente aliviado, se siente liberado de responsabilida , se ha ]¡¡vado del Filibusterismo las manos".'" Habiendo ]¡¡vado del Filibusterismo]¡¡s manos de California, el fiscal decidió no enjuiciara Davidson en vista de que "no babla podido obtener pruebas que Cl!lIvencieran al jurado ni sabía dónde conseguir tales pruebas". El Juez concurrió y ordenó liberar al reo. Watlcins y Emory siguieron custodiados por e! alguad, pendiente el pago de ]¡¡s multas, pero todos los demás salieron libres. A Emory por fin lo soltaron en junio, al presentar un escrito 'en el que atesti~a su imposibilidad de pagar ]¡¡ multa ni parte alguna de ella".
* A MEDIADOS DE MARZO DE 1854, ]¡¡ 'República de Sonora" agonizaba en San Vicente. Gran parte de sus habitantes andaban en el exilio; sus arcas seguían vacías; su ejército, reducido por las deserciones a 120 efectivos; e! Vice Presidente, el Ministro de Relaciones Exteriores, el Intendente del Ejército, el Médico Mayor, el Espla Principal y el Jefe Reclutador estaban tras las rejas en San Francisco; ]¡¡ flota enemiga bloqueaba su puerto; fuerzas expedicionarias mexicanas se aprestaban a asestar el golpe de gracia; y Antonio Marla Melendres con su banda de "rebeldes" acechaba en los
alredcdoresJ esperando, paciente, el momento oportuno para entrar en acción. Mas e! Presidente William Walker no estaba pensando en rendirse o retirarse. Al contrario, él se preparaba a pasar a ]¡¡ ofensiva. En ]¡¡ Ciudad Medialuna Interior, el Presidenle Gabriel Gumbo, de acucrdo con sus dos ~finistros -el corone! ·Dick Dobs y el escritor Timothy Tucker e]¡¡boraba los planes y emitía las 6rdenes pertinentes para ]¡¡ campaña en que culminar:ía victorioso, izando su bandera de dos estrellas en las murallas de Sonora misma.
24. Sale lo Nuevo República DIVERSAS FUENTES DIFIERE acerca de ]¡¡ fccha exacta -e! 16, 17, 20 ó 22 de marzo- en que Walker partió de San Vicente a ]¡¡ cabeza de noventa hombres a ]¡¡ conquista de Sonora. El ministro de re]¡¡ciones y de ]¡¡ guerra John M. Jarnigan, el almirante ministro de ]¡¡ marina Howard A. Snow, el cirujano-en-jefe S. S. Richardson, el m~~~:" del ejército Timothy Cracker, el capitán de ]¡¡ marina W" T. Mann Y otros oficiales acompañaron a Su Excelencia el Presidenle, comandante·en-jefeWilliarn Walker. El edecán Sarnuel Ruland llev6 el registro oficial de los acontecimientos;el carretero G. Glasscock se encargó de transportar ]¡¡ artillería -ya sólo un ca~oncito-- y el intendente Narval Douglas arreó ]¡¡s, cien cabezas de ganado que constitulan]¡¡s vituallas de ]¡¡ nación. Nadie habló de ]¡¡ tesorerla, simplemente porque no habla. En San Vicente quedaron veinte hombres al mando del Dr. Joseph W. Smith, Ministro del Interior y Exterior, además de Comandante de la Frahtera Septentrional Otros doce hablan salido hacia el sur en dirección a El Rosario a principios del mes, en una misión exploradora y de pillaje de la que no regresaron. Yen cuanto Walker se perdió de vista, Smith y sus soldados se fueron a El Rosario donde se rindieron al suegro de Melendres, el Juez de,!'az del Distrito de la Frontera don José Luciano Espinosa' El Dr. Smith y trece filibusteras le entregaron sus armas a Melendres por orden de Espinosa, mas no antes de que los mexicanos mataran a media docena de filibusteros rezagados en el carnina. Melendres remitió al doctor y un compañero a La Paz, puso a seis prisioneros a trabajar en su rancho en U. GruJ]¡¡, y el 7 de abril liberó a los seis restantes con salvoconductos para que se regresaran a Alta California. A su arribo en San Diego, el corresponsal del AI13 comentó que Mclendres habla actuado "con magnanimidad digna de un General de una nación más civilizada. Le honra mucho su humanidad".3!! En]¡¡ marcha de San Vicente al río Colorado, Walker cubri6 una distancia de 200 kiJ6metros. En enero, el Ministro de Re]¡¡ciones Exteriores (y agrimensor) Frederick Emory había examinado las diversas rutas a través de las montañas y el desierto, y le había indicado a Walker el camino a seguir. De San Vicente salió por ]¡¡ ruta del arroyo U. Calentura, cruzÓ al noroeste de ]¡¡ sierra San Pedro Mártir, siguió por el valle de U. Trinidad y el Arroyo Grande, y luego por el desierto bordeando la sierra de Las Pintas Ypor las lagunas junto al Rlo Nuevo, hasta el Colorado. En ]¡¡ marcha pas6 lechos de arroyos secos, tupidas malezas y desfiladeros y pedregales, subiendo y bajando cuestas abruptas. Los cuarenta kilómetros del desierto" con agua abundante pero casi sin paslo, fueron jornadas muy difkiles para ]¡¡s bestías. Al crtI2ar las montañas desertaron dos filibusteros y se perdieron veinle rcses. Ahí se le juntaron a Walker treinta indios eocopas y 10 acompañaron hacia el río para en la primera oportunidad Uevársele treinta reses más. Los filibusteros lograron apresar cinco indio, y los retuvieron de rehenes para recuperar los animales; enseguida J
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ALEJANDRO
les aplicaron la ley fuga a tres de los cinco cocopas y los mataron a balazos. A finales de marzo o el primero de abril, WaIker llegó al Colorado y se dirigió a Howard's Poin!, el embarcadero donde atracaban las embarcaciones que llegaban del Golfo, diez kilómetros arriba de la boca del río. Emory había acampado ahí en enero, y vio arribar al bergantin Gen. VeJ1con carga de San Francisco que un vaporcito fluv:ialluego se llevó a Fort
y urna, 130 kilómetros río arriba. Walker esperaba encontrar en Howard's Point al Petrim y quizá al vapor con refuerzos de California para proseguir por mar a la isla Tiburón, como 160 kilómetros al norte de Guaymas, que sería su base de operaciones contra Sonora. Según los rumores circulantes a fines de enero en San Francisco, sus amigos habían "comprado un vapor para enviarlo inmediatamente al Golfo de California y ponerlo al servicio de la República".'" En un despacho fechado en Ensenada el 7 de febrero, el edecán Ruland habla de "un movimiento de nuestras fuerzas a corto plazo, en una dirección que literalmente «asombrará a los nativos»u.))) El Alm luego infonnó sobre la base de operaciones en la isla Tiburón, y que sus amIgos habían conseguido un vapor para el transporte. Pero en febrero la Marina de Guerra norteamericana bloqueó Ensenada y Walker se trasladó a San Vicente. A
principios de marzo, envió una patrulla de qUInce filibusteros a la babía de San Quintin, costa abajo de San Vicente, en busca del Petrita y el vapor. Mas no 105 encontró en San Quintin ni en el Colorado. Pasó varios días en Howard's Point, esperando contra toda esperanza que apareciera alguna nave. Había llegado al fro de la línea. Tenía enfrente a la Tierra Prometida, al otro lado del río Colorado, ancho y hondo. Pero el abismo que lo separaba del soñado lIfuturo" era aún más ancho y más hondo, porque su "República de Sonora" yacía yerta en la misma tierra que pisaba. Los lIsoldados de Sonora tl con sus andrajos parecían espantapájaros, pues no se hablan mudado de ropa desde el arribo a Baja California. Walker mismo no iba mejor vestido que el resto; calzaba una bota y un resto de bota. El ganado de tan flaco no pudo cruzar el rJo. El rancho de la tropa consistía en Wl pedazo de carne magra y nada más. Del maíz ya sólo quedaban unas pocas raciones para el paladar de Su Excelencia. Un incidente muestra clara la sItuaclón: en el Colorado, algunos filibusteros construyeron balsas para trasladarse a la ribera opuesta. En la primera balsa van, entre otros, el capitán Douglas y un inglés de apellido Smith. El capitán lleva Wla porrita de maíz sancochado, la que pone en el suelo y en un descuido se la roban. Creyendo que Smitb es el ladrón, Douglas saca su pistola y a sangre fría lo mata de un balazo. "Así, ¡una porrita de maíz sancochado valía igual que la vida de un hombre!" 334 Arrepentidos, exhaustos, famélicos y casi desnudos, más de cincuenta desertaron ahí mismo y se fueron río arriba a Fort Yuma, camino a San Diego y Los Ángeles. En el trayecto, algunos, muy amargados, dan rienda suelta a sus sentimientos con vehemencia ante un corresponsal del Alta~ "acusando a Walker de embustero, cobarde, malvado y otras «virtudes negativas»". El corresponsal agrega: "Creo que todos consideran aún a Walker un individuo capaz, y casi todos concuerdan en que es un hombre resuelto, aunque aparentemente cegado por delirios de grandeza. Dicen que le gosta hacer gestos napoleónicos,y que suele pasearse con 1~3\ brazos cruzados y la mirada al suelo, la Napoleón". Otros filibusteros desafectos cuentan igoal historia de la megalomanía
a
roLAJ'¡os
GEYER
de Walker que se exhibe más ridfcula al empeorarse su situación. Cuando los desertores del Colorado arriban a Los Ángeles, hacia finales de abril, el diario SUr infonna:
La reputación de Walker entre sus soldados no es muy buena que se dig:¡. Ellos lo describen excesivamente vano, mentecato y ambicioso. Su vanidad lo torna tirano ---su debilidad lo vuelve cruel; su loca ambición descomunal lo ha hecho creerse que naci6 para mandar. Su gran orgullo era "mantener su dignidad"; a sus soldados los incomodaba constantemente con enojosas órdenes sobre puntillos de etiqueta. No habIa un sólo hombre en su sano juicio en la tropa que no lo vilipendie de coraz6n.3~
Pero más de un tercio de la tropa no eran hombres en su sano juicio, y treinta y ocho "soldados de Sonaran se quedaron con Walker en el Colorado, reduciendo los restos de la República de Sonora a su persona, un ministro, ~ almir~te, el cirujano, el carretero, un mayor, tres capItanes, cmco tenientes, cuatro sargentos, dos cabos y diecinueve rasos. Con la tropa así convertida en una mera h'llardia personal y sin perspectiva alguna de refuerzos, el 6 de abril iniciaron el viaje de retorno a San Vicente, en ruta a San Djego. En la hacienda La Calentura, el13 de abril, dos filibusteros quedaron muertos en una primera escaramuza con Melendres. En San Vicente, el 17, de acuerdo al edecán Ruland, Melendres "congregó toda su tropa --treinta y cinco jinetes y cuarenta y cinco en huarachesen una loma a buena distancia de nosotros, y comenzó a arrastrar nuestra bandera en el polvo, gritándonos insultos y desafiándonos hasta que diez de los nuestros se le acercaran lo suficiente para que con sus valientes pusiera los pies en 337 polvorosa". No habiendo encontrado al Dr. Smith y su guarnición en San Vicente, Walker se trasladó al Rancho Guadalupe, mejor posición defensjva desde cuya casa controlaba el único espacio abierto en que podía operar la caballería de Melendres. El 19 en la noche, al frente de un pelotón tomó de sorpresa Santo Tomás, matando a dos mexicanos e hiriendo a varios, retornando enseguida a Guadalupe.Pocos días después arribaron en Santo Tomás treinta mexicanos enviados por don Juan Bandini, de San Diego, para que ayudaran a extenninar a los filibusteros. Ya reforzado, el 26 de abril Melendres envió un mensaje a Walker, ofreciéndoles a él y su gente vía libre hasta Calfomia a cambio de la rendición. Walker leyó la propuesta "y respondió pisoteándola y sacando a patadas al . " 338 mensaJero. Melendres atacó esa misma tarde, pero se retiró después de tres horas de combate en el que tuvo la suerte de sufrir sólo tres muertos ya que, a corta distancia, los filibuste;os disparaban doce balas de revólver por cada una de los fusiles mexicanos. Un filibustero cayó muerto y otro sufrIÓ una henda leve. Walker enseguida prosiguió hacia la frontera, con Melendres "a la defensiva, persiguiendo de cerca a los invasores y hostigándolos cada vez que podia, buscando privarlos de recursos pero dejándolessíempre la vía libre a Alta California y obstruyéndoles el paso hacia posiciones en que 339 pudieran fortificarse con facilidad't. En el camino a La Grulla Melendres les tendió una emboscada de la que los filibusteros escaparon casi por milagro y se refugiaron en el bosque. Más adelante, e130 de abril, los obligó a tomar refugio de nuevo, estA vez en los matorrales de un potrero; le prendió fuego a la hierba en dos costados y forzó a !os invaso~es a salir 'tvolando bala en tal forma, que Jos meXIcanos tuVIeron que retirarse a toda prisa, dejando varios muertos y heridos en
127
LAS CAlJFORNlAS / "REPUDIO" ,,340
el campo. Walker retomÓ a Ensenada el I de mayo al amanecer y descansÓ un par de días antes de continuar la marcha a la frontera. El sábado 6 de mayo se encontró de nuevo con Melcndres y mantuvieron una lucha intermitente de quince kilómelrcs a galope tendido hasta las diez de la noche cuando eifilibusteroacampó en la hacienda La Tíajuana (hoy Tijuana), a cuatro kilómetros de la línea fronteriza, y el guerrillero se situó en una colina aledaña, a doscientos metros de la raya, dominando el camino a San Diego. El domingo, un contingente del ejército norteamericano al mando del capitán Henry S. Burton amaneció en la raya. Temprano del lunes, el mayor J. McKinstry, del ejército norteamericano, entregó a Walker en La Tíajuana un paquete de cartas de sus amigos en .Alta California, y al evaIuar la situación, le aconsejó convenir los términos de su rendición ante Estados Unidos, a quien él representaba. Luego el Mayor envió a caballo un mensajero
con una carta al capitán Burton, comunicándole que: Conforme le aconsejé, Mr. Wa1ker ha aceptado rendirse él y su gente ante nú, quedando prisioneros mios, y yo he garantizlJdo en nombre de Est3dos Umdos que los alojaré y proveeré. sus necesJdades en el Nuevo San Die,l¡}q y Jos enviaIé en el pnmer vapor fa San FrdflcJswj al general Woo~ como prisioneros [énfas~ mio. AB.GY'
En los precisos momentos en que el capitán leía esa carta de McKinstry, se le presentó Melendres, quejándose de que un
representante del gobierno norteamericano habia entrado en territorio mexicano y arreglado con Walker los términos su rendición. Burton le aseguró que "eso era imposibleU• 2 A
1r
renglón seguido, le pidió a Melendres bajo qué condiciones permitiriaque Walker y su gente cruzaran la raya. El mexicano respondió: "Que entregue sus armas y municiones. y a un sujeto que anda con él, de apellido Carrillo, [¿Quién sería este Carrillo, 1:Jm así reclamado? ..] y podrá pasar". Burlan en
persona llev6 a Walker las condiciones de Melendres, Walker las rechazó, y el capitán regresó a su puesto a comunicarle a Melendres el rechazo. Entonces Walker inició su marcha de La Tíajuana a la frontera. mientras McKinstry y Hurtan aguardaban junto al monumento fronterizo en el Rancho La Punta. En su informe oficial, McKinstry narra lo que enseguida
sucedió: ." Entonces yo regresé a la raya" donde presencié la tentativa del general Melendres de interceptar al coronel Walker. DOSCIentas yardas .al sur de la raya" el camino hacia acá oordea una lOII11 de unos doscientos pies de altura Las fuerzas
mexicanas (caballería) cruzaron el valle 'f tomaron ¡:osiciones en la cima de la loma con las banderas al viento y con evidentes intenciones de atacar a Walker. A nuestro lado de la raya se habían congregado numerosos espectadores a presenciar el combate que se avecinaba. Al aproximarse Walker a la p::>sici6n mexicana, su vanguardia de nueve rifleros escaramuzadores, avanzó al trote y dando alaridos escalaron la cima de la loma justo a tiempo para ver desaparecer la bandera mexicana hacia el sur en el valle, en manos de jinetes que espoleaban sus bestias a galope tendido. El coronel Wilker lue!§) prosiguió la marcha hacia el monumento, detuvo la tropa en territorio
mexicano. cruzó solo la ra'f~ Yarregló conmigo los términos del documento marcado A)4
J.
El Documento A es un "Convenio\! finnado por el mayor McKinstry y el capitín H. S. Burton "representando al
Gobierno de los Estados Unidos", y el I1coronel W.i.11iam
Walker Presidente de la República de Sonora". En él, Walker
acepta rendirse con su tropa a los Estados Unidos, para someterse a una investigación de su nsupuesta violaci6n" de la
Ley de Neutralidad. Los oficiales del ejército norteamericano se comprometen a dar albergue y manutención en San Diego a Walker y su gente, y de transportarlos en un vapor a San Francisco. En un anexo titulado "Palabra de Honorll, los soldados de Walker --treinta y tres firmas- se comprometen a presentarse ante el general Wool en San Francisco.
* * * EL CONVENIO ES LA PARTIDA DE DEFUNCIÓN de la imaginaria República de Sonora, l;:\l-Yo nacimiento fue inscrito
un año antes en los recibos del Préstamo para la Independencia firmados por William Walker ell de mayo de 1853. La partida de defunciÓn la firmó Walker a las 4 P.M. el lunes 8 de mayo de 1854, el día mismo en que él cumplía treinta años de edad. La nación fantasma tomó vida cuando
los cuarenta y cinco inmortales zarparon de San Francisco envueltos en las sombras a medianoche, y la perdió cuando los 33 famélicos soldados de Sonora echaron tres vivas a Jos Estados Unidos. y otros tres al coronel WaIkerJ al cruzar la
raya en San Diego. Aunque el documento se fIrmó en el Rancho La Punta. en territorio de Estados Unidos, el gobierno norteamericano de hecho hizo el convenio con el llamado Presidente de la seudorepública de Sonora en La Tíajuana, dentro de la jur~dicción de un país reall1amado México. La esencia del sainete la notó el editor del Alta, quien tilda de natroz" al Convenio, explicando que el documento lles Wl insulto a todas las naciones civilizadas, y ultraja nuestra credibilidad de nación que profesa ser respetuosa de la ley internacional y cumplidora de sus deberes hacia olLas naciones,
a quienes pretendemos igualar en refinarnientoll • En total, menos de 300 hombres acompañaron a Walker en Baja California. Por lo menos veintitrés perdieron la vida y
otros tantos salieron heridos. Las bajas mexicanas se desconocen. pero se presume que fueron mayores. Según el juicio de don Juan Bandini: "La conducta de Walker en la península creÓ un antagonismo generalizado contra Estados Unidos, produjo pérdidas económicas a los invasores; causó
ruina en la región; dejó en la miseria a algunas familias ... y, finalmente, en vista del resultado, quedaron en ridículo
1 en
vergüenza los gestores de una expedición tan mal hechall. s Cuando ell5 de mayo Walker y sus filibusterosregresaron
a San Francisco en el vapor de San Diego, no hubo banda de música en el muelle ni alabanzas en la prensa. En la columna editorial del Herald, su amigo Nugent se limitó a anotar: "En otra columna se encuentran los detalles de la rendición de Walker XJus hombres ante las autoridades de los Estados El editorial del Alta sobre la defunción de "la Unidos'"
gran república de Sonora, con todos sus pecados de extensión de la esclavitud, robos y asesinatosll,347 fue más explícito y puso el dedo en la llaga:
Se reventó el gloro. La "República de Sonorall .con su Presidente, Ministros de Relaciones, Guerra y Marina, sus proclamas, sus esperanzas y sus promesas, }Xlr lo menos en cuanto concierne al coronel William Walker y su par:rlilla, es ya una "cosa que fue'" es decir, si es que alguna vez t.uvo existencia salvo en l;i imaglnación de los bombásticos filibusteros. Tras meses de penalidades, fati~s, carencias y sufrimientos, los restos del ejército de la Republica retornaron a su lugar de ori~n arrastrando las banderas en el polvo, sin corona de laurel
f2{}
AlEJANDRO IlOLWos GEYER
en la hente, sin canto alguno de bienvenida a su encuentro.... Apenas pcxiemo~ alegramos de que haya te~ esta empresa ¡:mI que absurda.. o., Los hoga.res des1ertos de bs pacíficos e inofensivos rancheros sudcalifornianos, las fincas despo¡.das del ganado y los campos de sus frutos, hablan en voces más fuenes de condena que las que nosotros pudiéramos pronunciar en coorra de quienes causaon r..al estado de cosas. .. Ellos ahora tendrán que rendir cuenlaS ¡:.oI ~. leyes que violaron pero el mal que meleron y los sufrimieO[os que causaron ... nunca podrán ser reparados en pleno. o., Esperamos que dicha historia. de bcura, crimen y dolor prOOuzca o ••
w:a
mayor y eficaz tendencia a frenar en el futuro el temermo
espíritu del filibusterismo.l4&
Desafortunadamente para todos los involucrados, el trio me¡(a1ómano al mando de la Ciudad MedIaluna lntenor de Walker no compartia las ideas ni los anhelos del sensato editorialista del AfÚ. En pocos meses más, el coronel DICk Dobs estarí. Olr. vez protagonizando una historio aún peor de 1=, crimen y dolor en cierto pals del centro de AmérICa.
25. Sale el Sultán de Sonora AL REGIffiS() DE WALKER A SAN FRANasco, el 15 de
m.yo de !854, un embrollo intemacionalmás urgente alraÚlla atención de la prensa, y su Nueva República al instante se perdió de vista. El propio 15 de mayo, el juez O~en Hoffman del Juzgado Dislrital Federal emitió un. orden de ..ptur:l contra el cónsul de Francia monsieur Patrice Dillon. acusado de haber violado la Ley de Neutralidild al organizar una expedici6nfilibusterafrancesa a Sonora en conrubemiocon el conde Gastan Roou! de Roousset-Boulbon. En la visita del conde a México en junio de 1853, le propuso a Santa Anna un plan para introducir seis mil franceses en Sonora. Pero Santa Ann. no deseaba salir de Guatemala para ir a Guatepeor. Las negociaciones se efectuaron al mismo tiempo que las de Gadsden, y la conlJ4propuesta mexicana al conde fue la de introducir quinientos franceses que. al mando de las autOrld.des de Sonar> y Chihuahua, lucharían conlJ4 los apllChes. Rooussetrechazó airado la ofem de Santa Anna, pues impon!> restricciones que frustraban sus grandiosos planes. p""'. la "liberaciónu de Sonora. En noviembre regresó a Californla a realizar su propio proyecto. Raousset desembarcó en San Francisco el 6 de diciembre. El ministro de relaciones Frederick Emory arribó al dÍ> siguiente con las sorprendentes noticias de ~ República de Walker en B.ja Califomi>. Ambos campos filibusteros prooto gravitaron el uno hacia el otro. cada c~al bu~ando ernp~Jar sus propios intereses. Cuando el vICepresidente Watkins regresó de Ensenada el 12 de enero de 1854, cundieron rumores de que Walker y Raousset habfan fonnalizado "un contrato solemne" para proceder unidos a la conquista de Sonora. Financiado por comerciantes franceses interesados en las minas de Arizona. el conde consiguió hacia ftnales de enero la fragata de 1.200 toneladas República de Gua/emala, otro barco de 700 toneladas y otro de menor calado "ca~az de entrar en pequeños puertos del Golfo", en los que V13Jar.fan 800 filibusteros con peruechos 'We inc!ul:ln "un cañón de bronce girztorio de cahbre de 40'. ' Tros el arribo del ofICial de marina Slamm en San Francisco y el cambio brusco de actitud de los funcionarios del "partido de la aduanan. que se toman hostiles a los filibusteros, éstos se ven fonados a tomar medidas para camuflar sus activXJades. La Anita de Watkins, disfrnzada de Petrita, zarpó hacia Guaym>s d 8 de febrero. Dos d!as después los agentes de
Roousset subastan la República de Guatemala, la reb.utizan Challenge y la ponen bajo bandern británica Los nue~os dueños, Hector ChauVlteau y Edouud c.V>llier, son también amigos íntimos y socios del conde. Antes de que la Challenge esté lista a zarpar, se publicó en San Francisco la proclama del Presidente Pierce; Watkins y sus cofrades filibusteros cayeron en la cá...ce~ y el cónsul de Franci> monsieur P.trice Dillon previene en público a sus conciud.danos que no dará protección ni pasaporte a ningún filibustero. En consecuenCla, Roousset tiene que .bandonar sus planes y. fmales de febrero todas las actividades filibusteras han cesado en San FrancISCO. El gobierno mexicano hs revivi6 sin darse cuenta en marzo, con las precisas medidas con que intentab. frenarlas. El presidente Santa Anoa le ordena a don LUIS M. del Vane, Cónsul de México en San Francisco. que reclute franceses en CalifornÍll par> el ejército meuano y los envle en pequeños grupos de no más de cincuenta hombres a los puertos de Gwyrnas, M;,zatJán y San Bias. En cuanto. recibió diclw instrucciones a principios de marzo. don Luis le explica al cónsul francés lo que se proponÍ> Santa Anna: AC4tandO instrucciones que acabo de recibir de mi gobierno, de comunicarme con usted. a quien la Legación de México envia las instrucciones reservadas pertinentes, para que colaboremos con el fin de conseguir que se separen del conde Raousset los frAnCeses que integran s\1 ex~ción. ~freciéndoJes en¡¡mcharlos en el servicio militar de DJI pals ...
Don Luis M. del Vane em "un viejo achacoso' recién llegado a San Francisco, ignorante de las leyes norteamericanas y dek idioma inglés, lo cual lo deja a merced de su colega galo. I Monsieur Dillon no pierde tiempo en concertar ~a entrevista entre don Luis y los dueños de! ChaUenge. Sm dilación se finna tul contrato, el 5 de marzo. para transportar mil reclutls a Guayrnas • $42 por cabeza. Del Vane paga por adelantado $42.000 en giros del Tesoro mejicano. Y com? es "muy tequioso" para don Luis reclutar soldados. ChauVlteau complacienteconsiente h.cerlo por él En pocos dlas engancha sao hombres casi todos franceses leales al conde. Entretanto, éste alrnacen; las armas y municiones cerco de Telegraph Hill, listo a embarcarlas a última horo en el ChaUenge. Alguien le sopla al general Wool Jo que sucede y el General investiga por su cuenta. A del Valle le entran resquemores de que los rmnceses lo estén engañando y le pide a Wool que detenga al ChaUenge, Y" • punto de zarpar el 20 de. marzo. Detienen el barco. Oficiales del ejércIto norteamerlC.no lo rcgis.tran de punta a Punta, mas no encuentran ann.as J?-Í señales de organizaci6n militar. Los pasajeros son en apanencJa pacíficos colonos que llevan pasaportes del consulado de Franc", visados por el de Méuo. El conde Roousset brilla por su ausencia. En consecuencia. se le da el penmso de zarpar al ChaUenge, y se aleja del muelle el 29 de marzo. Un guardacostas lo interceptl en el Golden Gate, al salir de la b>hía, Ylo devuelve al muelle, diz que por no llevar suflcientes ni adecuadas literas par> los pasajeros a bordo, e,\ VlOlaCIÓ~ de leyes que nunca o casi nunca hacían cumplir en San Fr~clS~. Dos dlas después, arrestan a don Luis del Vane por Vlobclón de la Ley de Neutralidad. La acusoción la atestlguan Hector Chauviteau y Edouzrd c.vallier, dueños de! ChaUenge, qwenes afirman que el cónsul mexicano fletó el barco para llevar soldados a Guayrnas. A don Luis 10 dejan libre b.jo fianza de diez ",jJ dólares el mismo dJ>. Los dueños del ChaUenge arreglan las litem y reducen el número de pasajeros para
LAS CALIFORN!AS /
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"REPUD10"
cwnplir con los requisitos legaJes; y el barco zarpa el2 de abril al amanecer. Ueva 400 aventureros a bordo: entre 70 y 80 irlandeses, alemanes y chileno., y 330 franceses. Como resultado, lo. filibusteros de Raous.et \oiajaron a Guaymas con todo. lo. gastos pagados por cortesía del gobierno mexicano, mientras a don Luis del Vane lo enjuician en San Francisco "por haber contratado y retenido lm2 gran cantidad de pcrson~,para engancbarlas en el ejército de una potencia extranjera". El jurado lo condena el 28 de abril, pero el Fiscal del Distrito entonces pide suspender el proceso y dejan libre a don Luis. El juicio del cónsul francés, en mayo, se suspende con el jurado dividido, lO a 2 en favor de la condena. y no hubo veredicto. Cuando el ChaUengellega a Guayrnas el 19 de abril de 1854, el arribo de 400 extranjeros alarma al comandante general José María Yañez, quien no esperaba más de 50 reclutas a la vez. Sus tropas .uman apenas 200 hombre•. Yañez aloja a lo. franceses en dos casas grandes en Guaymas. organiza con enos un hatallón, los provee de fu.iles para entrenarlos y diario los pone a marchar en las afueras de la ciudad. Con )05 alemanes,
lIlande.es y chileno., distanciado. de los franceses durante el viaje, forma UD par de compañías aparte. La falta de dinero alrasa la partida de Raousset de San Francisco. Al fin consigue ayuda financiera del banquero italiano Felix Ar\l':nti, compra la BeUe, una goletita de die2 toneladas escondida entre los botes pesqueros en la bahJa, Y el 25 de mayo pasa en ella por el Golden Gate con varios compañeros, rumbo a Sonora. Sobrecargado con 180 carabinas y un buen lote de municiones, bordea la costa de Baja California a vela de tortuga, cruza el Golfo, y el 27 de junio ancla en Punta Colorada, junto a Guayrnas. Raou"et envía dos mensajeros con instrucciones para su confidente Léon
De.marais, comandante del batall6n francés, ordenándole que tome posesión de la ciudad esa misma noche y reduzca a prisi6n a Yañez con todas sus tropas y a todos los ciudadanos prominentes que encuentre. Pero las autoridades mexicanas capturan a los mensajeros antes de que entreguen las instrucciones y los meten en la cárcel Cuando al cabo les permiten hablar con los ofICiales del batallón francés, ya era demasiado tarde para ejecutar las órdenes del conde, pues las autoridades saben de su presencla y están alertas. En la oscuridad de la noche del 1 de julio la BeUeentr6 en la babía de Guaymas y descargó lo. pertrechos en un paraje solilario. Raousset envía una nota a Yañez, SOliCllando una entrevista. Se la concede y enseguida sostienen una serie de conversaciones mientras ambos bandos se preparan para la
guerra: Yañez refu.",a .us tropas y Raous.et distribuye en sigilo los pertrechos de la BeUe a los franceses. El conde propuso el mismo plan que Santa Auna habia recbuado el año anterior; Yañez también lo rechazó, pidiéndole a la vez a Raoussetgue se aleje de Sonora de inmediato. La crisis reventó el 12 de Julio; enciende la chispa UJU riña entre franceses y mexicanos que dejó varios heridos. Ambos ejércitos pasan la noche en vigilia, alertas, con armas en mano en sus respectivos cuarteles. Raousset atacó el 13 en la tarde. Irlandeses y chilenos acuerparon a los 350 defensores mexicanos, y algunos residentes franceses en Guayrnas se unieron al conde, au."ll.entando sus fuerzas a cerca de 400 hombres. La mayoría de los alemanes permanecen neutrales y no hubo un solo mexicano que apoyara a los franceses. La batalla comenzó a las 2:30 P.M. Y terminó justo antes de ponerse el sol cuando los amcantes .e desbandan, habiendo fracasado en su intento de desalojar del cuartel a lo. soldados
de Yañez. Los mexicanos dispararon noventa cañonazos y
J5.000 cartuchos en tres horas. Raousset dejó cuarenta y ocho muerto. y setenta y ocho heridos en el campo. Quince de los herido. también murieron. La nutad de las tumbas francesas quedaron marcadas con nNo~bre :Jsici6n, un sentimiento que más que ningún otro caracteriza al partido demócrata, es el de que siempre está dispuesto a trabajar. Nunca para, el punto adonde arriba hoyes el punto en que comienza :mañana -sigue hacia adelante hoy y siempre, como el judío errante- el tiemPJ no lo debilitaj más bien_lo fortalece, y su espíritu crece con los años; y si hubiere una parte del mundo en la que esto fuere más yerdadero que en otra, la palma se la lleva la democracia amencana... Seoc.res: .1qui tenemos a dos hombres que descuellan peculiarmente como representativos de todas las ideas que caracterizan no sólo a la democracia de California, sino también a la democracia de la Uni6n. ¿Y quién se atreve a decir que ellos no son demócratas? ¿Y quién que se llame a sí mismo demócrata se atreveria a decir que no va a afOyarlos? ~los señores McDougal y Latham, los paladines del ferrocarril del M Atlántico y Pacífico, y para la anexi6n de Cuba. Walker enseguida presentó una serie de resoluciones, El discurso y las resoluciones fueron aprobados, y se levantó la sesión, Los convencionales del Musical Hall nominaron otros candidatos y aprobaron otras resoluciones. Ese día el partido demócrati de California se dividió en dos, quedando una brecha que no se zanjó durante medio siglo. Pero en ese momento, lo que importaba eran las elecciones que se avecinaban, y Walker regresa aprisa a su mesa editorial en San Francisco. En el Advertiser, proyecti su necesidad de unidad interna en el ala de Broderick de la democracia, y salpica su propio Satinás en los architraidores del partido de la aduana de Gwin. Bajo "La pandilla de la aduanan, anota:
«La. naturaleza del débil es el ser violento e inlIansigente». Así le sucede al cuerpc cuando lo debilita la enfermedad. Igual le sucede a la mente cuando el individuo ve repetidamente frustrados sus esfuerzos ¡>:Jr conseguir el objeto que anhela.... Cuando el ambióoso o el avaro se frustra, le lmpacientan las lIabas, y mientras más frustrado, más decidido y desesperado se vuelve. Con cada derrota se apresta a cambiar su modo de operar, mas jamás cambia su prop6sito. Eso les pasa a los políticos de la Escuela de la Aduana,36-4 En la sátira que titula "La Nueva Compra", se vislumbra la fracasada Nueva República de Walker:
1:32
ALEJANDRO l3OLAilOS GEYER
._. En cuanto a nosotros, creemos que la AdminisLraci6n compró el nuevo territorio [de Gadsden] para lugar de retiro de la facción de la aduana de California. La gente de la aduana podrá ejercitar too05 sus talentos y Ixmer en pcl:ctica sus peculiares teorías en el territorio que han conseguido para ellos. Podrán llevar consig:> suficientes individuos para ejercer control palítico total del país. Los cargos públicos --el paraíso celestial al que todos ellos aspiran- estarán too05 El su disfúsici6n No habrá. nadie, salvo grE2Sers36S e indios, que compita con ellos. También podrán introducir su "institución peculiar" que es el caba.llico de palo de la Coalición. :l6/; o ••
Los ataques de Walker a la facción de la aduana se pueden malinterpretar, ya que dan la impresión falsa de que él era antiesclavista. Pero como él mismo previene en nEI Ardid de la Convención": ltLos votos y acciones, no las palabras y frases, son las ¡eñales verdaderas de las opiniones polfticas de un hombrett.~ Lo mismo repite con distintas palabras en "El Sonido del Crespón", uno de sus últimos editoriales preelectorales: Las pruebas del concierto de acción y designios entre la faccÍón de la aduana y aquellos whigs que desean dividir al Estado, son cada día más y rrds fuertes. Es inútil que lo nieguen los facciosos. Ellos serán juzgados p::¡r sus actos y no por sus declarac.iones. Para citar las propias palabras de nuestro vecino de la aduana: uYa llegó el d.ía del juiciolt •ua Walker sabla lo del "concierto de acción" porque habla sido parte de ello hasta que sus cofrades de la facción de la aduana lo descartaron y repudiaron. En agosto y septiembrecontinu6 haciendo propaganda polftica en las páginas del AdverlÍser hasta el propio día de los comicios, y a la vez participó en los mítines de la campaña electoral, dirigiendo todas sus energías contra los de la aduana. El 6 de septiembre, día de las elecciones, la atmósfera en San Francisco está cargada de IWDores de corrupción, sobornos y votantes fantasmas, y ocurren disturbios en los que varias personas salen heridas. En algunos barrios andan matones tratando de destruir las urnas. En el Primer Precinto, los sufrag;¡ntes enardecidos se aprestan a linchar a los jueces electorales, y éstos se protegen colocando cañones en las esquinas aledañas con cargas de clavos, pernos y demás piezas de metal que tienen a mano. Al efectuarse el cómputo en San Francisco, un nuevo partido político llamado Know-Nothingbarre, eligiendo a todos sus candidatos con la excepción de un concejal y un suplente. En el resto del estado, los de la facción de la aduana arrollan a los de Broderick en proporción de cuatro a uno. Ese "día del juiciotlle da a Walker tUl W1pe demoledor; en consecuencia, enseguida fija sU mira en 'La Nueva Organización":
Hasta hace poco, ningún hombre reflexivo e inteligente hubiera creído que una asociación organizada bajo los principios de los Know Nothing p::xlría seducir a grandes cantidades de americanos a que la acuerpen. La doctrina, principios y prácticas de esa orden son tan repulsivas a nuestras ideas del derecho y la justicia, que muy pocos daban crédito a la supuesta fuerza de dicha asociación... Ante los terrores del Know Nothingismo, todos los olIOS se desvanecen y desaparecen. El Free Soilismo,m y aún el Aoolicionismo terrible como es en sus dogmas, y como p.:xlría llegar a ser en sus consecuencias- todos pah::lecen ante el fueg::> destructor del Know Norhingisrno. Los aoollcionisras buscan la destrucción de la esclavirud, e intentan lograr su fin a sangre y fuego. Pero pOr diaMlico que sea dicho princifio, sus raslPs no son ffin repulsivos y ternbles como lo es e espíritu de la persecución
religiosa. Ni las doctrinas americanas nativas de Esta nueva orden, PJr malas que sean, pueden compararse con lo repugnante de su anticatolicismo. El Orangeismo de Irlanda no es tan malo como el Know Nothingismo, ya que jamas tendra fuerza para controlar el Parlamento y el trono. m Timothy Tucker había encontrado un nuevo blanco, y promete que pronto publicará una lista completa de Jos miembros de la orden Know Notbing en San Francisco, "para mostrar quiénes pertenecen a la organización venenosa capaz de contaminar hasta el aire del desierto.,.371 Ese inconíun· dible olor a azufre que contamina el aire, emana del desierto de la Ciudad Medialuna Interior a raíz del deceso de la Nueva República y de la aplastante derrota de la facción de Broderick en los comicios. Con los Know Nothing en el poder, el AdveráSerperdió el patronazgo de las autoridades municipales 372 que 10 sostenían. Con los cuarenta y ocho periódicos que se publican en California en esa época, la competencia es demasiado fuerte y Broderick cierra el diario. El Commeraal AdveráSerdejó de eristir el 27 de septiembre de 1854. John Nugent)o despide con un lisonjero obituario en el Herald· Ayer se dejó de publicar el CommercJai AdVeI(JStT de esta ciudad. Aunque disentimos con él en muchas de sus opiniones sobre asuntos PJliticos. nos complace atestiguar la notable habilidad con que su reciente director Mr. Walker sostuvo dichas opiniones. Bajo su dirección. el diario adquirió un tono nuevo muy superior. Deploramos que la actual depresión en el negx:io del pericxiismo haya conducido a su suspensi6n.313 Broderick manda a Walker de nuevo a Sacramento, a asumir otra vez la dirección del Slale¡ouma/. "Redding & Snowden", dueños del diario, le pagarán alrededor de $250 mensuales. Mas antes de comenzar a ganarse el salario, Walker tiene que atender el asunto del proceso en el juzgado en San Francisco.
27. Absuelto MR. OGDEN HOFFMAN, Juez del Juzg;¡do Federal del Distrito Septentrionalde California, partió de San Francisco en el vapor del I de agosto de 1854 hacia Panamá, rumbo a los Estados del Atlántico, en prolongadas vacaciones a recobrar la salud. Cuando Walker se presenta en el juzgado el 14 de agosto, no hay Juez en funciones. El juez Isaac S. K. Ogier, del Distrito Meridional, lleg;¡ a San Francisco el 11 de septiembre a hacerse cargo interino del juzg;¡do del Septentrión, y enseguida fija el caso de Walker para el primer lunes de octubre. El lunes 2 de octubre se presentan en el juzgado los interesados, pero el fiscal dice no estar listo y el juez Ogier pospone de nuevo el proceso. El Alta comenta: "Por lo que alegaron ... deducimos que con la desidia del fiscal y el escaso interés que muestran en el asunto tanto las autoridades como el público, a dicho caso lo eliminarán del calendario, si es que llegan a hacer la pantomima del juicio, al fmal terminará en nada, que quizá sea el resultado más razonable que en la actualidad se le pueda pedir a ese tribunal". l74 El juicio comenzó por fin el 9 de octubre, cinco meses después de la rendición de Walker en La Tlajuana. Los abog;¡do$ Edmund Randolph y CalhounBenham se encargaron de la defensa. Casi no hubo espectadores en la sala durante la selección de los jurados, que duró tres dJas. El tercer día, Mr. Randolph hizo algunos comentarios acerca de la manera correcta de examinar a las personas para integrar el Jurado, y el juez lo echó preso por desacato. Estuvo encerrado como una hora en la cárcel municipal El cuarto día, la sala estaba
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LAS CALIPOfu'lli\S /
"DE GUMBO A TUCKER A DOES"
llena de bote en bote. y los presentes escucharon largos debates sobre la petición de la defensa de citar como testigo al cónsul francés. Al concluir los argumentos, el Juez dijo necesitar por lo menos dos o tres días para decidir el punto, y suspendió el proceso, enviando a los jurados a casa hasta el siguiente lunes. El martes 17 de octubre, Ogier dictaminó en contra de la citación pero aceptó enviarle una nota a monsieur DilloDJ invitándolo a presentarse en el juzgado como testigo voluntario de Walker. Dillon se excusó, alegando motivos urgentes fuera de su control y que, de todos modos, DO sabía nada que pudiera militar en favor o en contra del acusado, fuera de los rumores y las cosas de oídas. El fiscal Samue! W. Inge comenzó explicándole al Jurado que a Walker se le juzgaba bajo la sexta secci6n de la ley de 1818, la cual leyó. Su primer testigo, Henry A. Crabb, declaró que el 16 de octubre de 1853 él iba de pasajero a Guayrnas en la Dll'oline, pero que sacó su equipaje del barco antes de zarpar y se quedó en San Francisco cuando supo que en la goleta viajaría un grupo de individuos con inteneioneshostiles hacia Sonora. El segundo testigo de Inge, James Hamilton, era uno de los cuarenta y cinco inmortales. Declaró que cuando iban en la Caroline"eilos reconocían a Walker como su coman~ dante. A Sonora iban a explotar las minas, pero no llevaban herramientas de minería, s610 suficientes armas para todos, y casi diario desde que salieron de San Francisco, recibieron entrenamiento militar con armas individuales en el barco. Hamilton narró los eventos de La paz YEnsenada, y otros tres testigos corroboraron su testimonio. Inge luego introdujo como prueba el acuerdo McKinstry-Walkerdel8 de mayo. Su último testigo, un empleado aduanero" constató que la Caroline había zarpado para Guayrnas con ochenta y cinco pasajeros varones. Una gran muchedumbre se apretuja en la sala a la mañana siguiente, cuando Walker en persona conduce su propia defensa y comienza diciendo: Señores del Jurado, en defensa de los cargos que me hacen, espero probar que al momento de zarpar en la Caroline. alrededor de esta fecha, hace un año, mis intenciones eran ir a Guayrnas y de ahí seguir p:lr tierra a 13 frontera de Sonora; que ya en alta mar, y fuera del territorio y de la jurisdicción de este tribunal, concebí 13 intención de desembarcar en La paz en forma hostil; y que nunca tuve antes de entonces tal intención Ésta es p?!'te de la defensa que esperamos hacer contra la m acusación Walker presentó e interrogó a tres testigos. En resumen:
1) James 1. Springer declaró ser el capitán de la Petril1J;que en febrero de 1853 residía en Marysville cuando Walker y Emory le propusieron un plan de ir por tierra a las fronteras de Sonora a posesionarse de terrenos baldíos para fincas; que viaj6 con Walker y Watkins a Guayrnas en julio de 1853; con Watkins a Ensenada en diciembre; y a Guaymas en la Petri!J1 en febrero de 1854. 2) Howard A. Snow declaró que era e! capitán de la Caroline cuando conoció a Walker en Guayrnas en julio de 1853; que ltizo e! contrato con Emory para llevar los pasajeros en octubre; que la decisión de desembarcar en La paz se tomó en alta mar; y que acompañó a Walker hasta que capituló. . 3) Williarn Godfreydeclar6 que e112 de diciemlire de 1853 JInprimi6 en San Francisco los vales en blanco que se usaron de papel moneda en la República de Baja Califomia. Ahi cerrÓ la defensa su presentación de pruebas, y comenzaron los debates:
133 Mr. In, dijo que el Jurado tendría que determinar cuál era la intencion del acusado al momento de salir del territorio de los Estados _Unidos. La ley s6b castiga la intención, y la prohibic¡on en que se basa la acusación es la de organizar o iniciar una expedición contra un gobierno extranjero. Él creía que las pruebas presentadas eran niás que suficientes para demostrar las intenciones hosl..iles de la expedición antes de zarpar la Caroline. y antes de que el acusado376se encontrara fuera de la jurisdicción de los Estados Unidos.
Los abogados Benham y Rando1ph hablaron por la defensa, desarrollando diversos argumentos para cerrar con las siguientes frases:
.. Mr. RmIdolph sigui6 diciendo que la expedici6n de Mr. Wa1ker era de un cará.cter de lo más elevado, y gloriosa. Su intención era expulsar a los apaches salvajes; fue precedida p:Jr la noble empresa del conde de Raousset BouIoon; y cuando a él lo sacaron, a Walker le toco proseguir la misma empresa. AÚh hay héroes en el mundo, y los habrá. en el futuro, aunque el gallardo BouJhon haya caído victima de las balas de sus verdugos en las arenas de Guayrnas. El gobierno de los Estados Unidos, en este proceso judicial es, de hecho, aliado de los salvajes. Es en verdad un consorcio extraño --¡el ejército y la marina Y los tribunales de justicia de los Estados Unidos en 77 alianza con los apaches sanguinariosf
A continuación Walker se pone de pie y le dirige la palabra al Jurado. reforzando, entre otras cosas, su identificaci6ncon Raousset (véase su afocuci6n en el Anexo). Inge, Benham y Randolph reanudaron los alegatos al día siguiente, explayándose en sus discursos, pero la realidad es que el caso ya se h~bía decidido cuando Randolpb cubrió a Walker con e! manto del conde Raousset Boulbon. la noticia de la muerte del conde se recibió en San Francisco el 14 de octubre, llevada de Guayrnas por los sesenta y ocho pasajeros del bergantín Mf1I'ía Trinidad" en su mayoría los sobrevivientes de la desdichada expedición de! ChalJenge. Durante varios días, los incidentes del proceso de Walker comparten las columnas de los diarios con las cr6nicas sobre el "gallardo y desdichado caballero fusilado 0112 de agosto al amanecer, en la playa, a corta distancia del pueblo de Guayrnas r la sed de sangre o por cobardia y miedo irracional. Lo cdiaban p)!que era inconmensurablemente superior; le temían aún teniendolo es:[X)sado y engrillado. Han cometido un acto que recibirá las execraciones del mundo civilizado entero Han apagado una vicia que valia más que un millar de las mejores entre ellos. Para satisfacer sus viles y brutales pasiones, al mundo lo han desp:ljado de uno de los hombres más insignes ' , m de la época.. ... Que a sus asesmos los hagan expm pronto p:lr su sangre.
En esa atmósfera, ningún tribunal pudo haber condenado a Walker en San Francisco el 19 de octubre de 1854. En consecuencia, los jurados salen de la sala, deliberan ocho minutos exactos, regresan, y el presidente, con voz firme, rinde
e! veredicto de Inocente. la Sala lo recibe con aplausos y muchos corren a darle la mano a Wa1ker, felicitándolo. Se puede decir que el conde Raousset acompañ6 a Walker en e!
f34 recinto. Desde la tumba hizo lo que jamás hubiera soñado hacer cuando estaba vivo. Aun cuando se informó que ambos lideres se habían aliado, en diciembre de 1853, no había posibilidad alguna de que ninguno de los dos en realidad le ayudara al otro en Sonora. Sus personalidades y nacionalidades lo hacían imposible. Desde la crisis en París, Walker era antifrancés hasta la médula de los huesos. El conde Raousset era anti-norteamericano.CuandoWalker desembarcó en Ensenada, Raousset trataba de persuadir al general Francisco de la Vega, exgobernador de Sinaloa, que se uniera a los franceses para bolar a Santa Anna, y le escribió a un amigo en México: Debes haber oído la noticia de la partida de algunos americanos para Sonora. Ninguna persona de nota en San Francisco está involucrada en esa aventura. Puedes usar este punto para
convencer a Vega. aunque desde aquí no te puedo decir exactamente cómo. Tendría que saber 10 que piensa Ve[§!- ... Si le teme a los americanos, dile que intentan ¡:osesionarse de Sinaloa ... Si favorece a los americanos, lo que espero que no
sea as~ hazle ver que fácilmenle podríamos conseguir el afOYo de ellos. En otras palabras, en vez de ver este evento como obstáculo, trata de aprovecharlo en nuestras negociaciones con Vega.'M'/)
Raousset trató de aprovechar la locura de Walker para sacarle ventaja, pero al fin de cuentas Walker le sacó ventaja
a la locura del conde para salir absuelto en el juicio. El profundo significado psicológico del proceso judicial se vislumbra en su alocución al Jurado, en particular en el siguiente pasaje: En esta aCUSiici6n el gJbierno busca adentrarse en la conciencia del individuo --esculcarla muy hondo y averiguar cuáles eran sus intenciones. Me avengo a que me la esculquen; estoy deseoso de que comprueben cuáles eran mis objetivos e intenciones -p,orque eran de los que ningún hombre debe averg:l11zarse. Ese fue el motivo ¡:or el que acepté que este tribunal me examinara en forma tan quijotesca; aún adoptando la moralico, probable segundo en el mando); James ShackJeford (sobrino del &"neral futell); R. T. Merriman (hermano del teniente Merriman de la goleta Marcy, de la marina norteamericana);Edwand Riggs, Charles Tumbull (de Sacramento); Edward Rawl (de Nueva Orleám); el coronel Homsby,lames McNab, B. F. WilIíamson,F. Anderson,James ConneUy, Geo Leonand, John Marcum, Thomas Kennedy, Charles Brogan, lames Sands -56 en total, según el Alta. En la realidad, cuando se contaron cabezas en alta mar, se encontró que en el bergantín iban cincuenta y ocho pasajeros
hacia un nuevo hogar en los trópicos. En agosto de 1856, el periódico El NiCluaguensede Walker publica la lista de los 58 "Fundadores de la República" que se enrolaron en San Francisco el 4 de mayo de 1855, cada uno, incluyendo a
Walk.er, por un salario nominal de cien dólares mensuales que la mayoría de ellos (Walker incluido) nunca recibió. Casi todos los 58 'próceres" eran veteranos de la Guem de Méxi::o; algunos habían peleado bajo López en Cuba o bajo Walker en Baja California. Para enrolarse en la expedición,todos tuvieron que presentar prueba de servicio militar previo o tener fama de valiente en San Franci>co. Cada uno debió pagar S40 por el pasaje a El Realejo, y la mayoría sufragó sus propios gastos. A los indigentes se los pagó Walker, quien a su vez pidió prestado cuanto dinero pudo a quien estuviera dispuesto a dárselo. A ralz del arribo del Vesta en Nicaragua, un corresponsal del NeIV York Heraid informa que la expedición Ufue hecha muy pobre, que andaban regados muchos vales de Walker que mostrágan que aceptó préstamos de S50 de diversas personasll ."3 y de acuerdo al New York Tribune~ entre los que le dieron dinero figuran como prominentes los propagadores de la esclavitud: Es un hecho notorio que los amigos especiales que le ayudaron a Wa1ker en California son parlrl1rios celosos de exterxler la
esclavirud. Descuella entre ellos Mr. Solomon Heydenfell~ magistrado de la Cone Suprema de dicho estado, de quien se dice haber contribuido con largueza. a los fondos con que comenzaron las expediciones. de WaIker.'~ No obstante, el editorialista del Alta vio la partida de! Vesta a través del lente de aumento del Destino ManifIesto, sin del[o to the People of the United Sr.ares", NYH,22/9/1852,p.2, ej. 28.lbid. 29. "Expedition Against Cuba --creat News", NYH, 19/1/1850, p.2, e.2. 30. IIImportant Manifes[Q ...11 31. liMare on !he Cuban Expedition -COl E.B. Gaither, of Kentueky", NYH, 12/1/1850,p.1, e.2. 32. "The CubanExpedition -what is it?" NYH, 12/5/1850,p.2, ej.
33. "The Threatened Invasion 01 Cuba", NYH, 18/5/1850, p.2,
c.!. 34. "The Relation of the United States with Spain ~R.:!.ther Squally", NYH, 6/5/1850, p.2, e.1. 35. "The South, and!he Nashville Convention", NYH, 10/4/1850, p.2, ej. 36. lbid. 37. "Our Washington Correspondenee", NYH, 3/4/1850, p4, e.1.
146 38. "MI. Clay', Compromise, &e.", NYH, 30/1/1850, p.2, cA 39. "Tbe Great Speech of the Han. Daniel Webstd', NYfi 9/3/1850, p.l, e.5. 40. "Speeeh of Gen. Lopez", NOC, 10/6/1850, pJ, c.1. 41. "Passengers by tbe Georgia", NOp, 22/5/1850, p.2, ej. 42. "Port of New Orleans", NOC, 14/6/1850, pJ, e2. 43. "Very Late from Havana", NYH, 25/6/1850,pA, e S. 44. "Ineidents of Travel", NOp, 9/6/1850, p.1, e.6. 45. "Tbe Panarna Star", NOC, 26/7/1850,p.2, e 1. 46. "California Correspondenee", NOC, 8/8/1850, p2, e.4. 47. "Addirional Intelligenee from California", NYH, 24/9/1850, p.6, e.1. 48. Jonathan DanieJs, The RimdoJphs oi Vn-g¡iJJá, (Gatden Ciry, New York: Doubleday & Company, Ine., 1972), p. 289. 49. "Washington Correspondence", NO?, 11/5/1848,p.2, c.4. 50. En las hemerotecas se conserva 5610 un tercio de los números del SFHde 1850, dejando grandes lagunas en los comienzos de la carrera periodistica de WaJker en California. Para los antecedentes del casa de Leidesdorff, se consultaron las siguientes fuentes: !IInteresting frem Our New Territory in the
Pacific'\ NYR 27/9/1848,p.4, cJ; I!The Leidesdorff Estate", Ibid., 27/8/1850, p.7, c.1; "The Le1desdorff Estate", SFH, 1/8/1850, p.1, c.1; "Tbe Leidesdmff Estate", AC, 17/7/1850, p.2, e.3; 18/7/1850, p.2, c.1; "Tbe Leidesdorff Affair", Ibid., 23/7/1850,p2, c.l; "Tria! of JOOge Morrison for Malfeasanee", Ibid., 28/8/1850, p.2, 0.3; "Tria! of Rederick N. Morrison fm Malfeasance", Ibid., 29/8/1850, p.2, e 3; "Tria! of JOOge Morrisod', Ibid., 31/8/1850, p.Z, cJj "Districl Courtlf, lbid., 1/9/1850, p.2, 0.3. 51. !lThe Morrison Trial. -Exclusion of Evidence", SFH, 4/9/1850, p.2, eA. 52. "The Case of Bradley", NDC, 19/4/1849,pJ, c.5. 53. "California Correspondence", NOC, 7/11/1850,p.2, e.2. 54. "Candidates", SFH, 28/9/1850, p.2, e.4; 1/10, p.3, e.1; 3/10, p.2, e.5. 55. "Qualifiearions of an Assemblyman", SFH, 27/9/1850, p.2, ej. 56. "Tbe Medica! Soeiety", SFH, 23/10/1850,p.2, e.2. 57. !IThe Mornson Tria! -Exclusion of Evidence!l, SFH; 4/9/1850, p.2, c.4. 58. !IThe Supreme Court Squinring at Squanerismll, SFH; 7/12/1850 [Documento fehaciente #2 en la p. 49 del Re¡x;rt fívm me Selcct Committee presentado p:Jr D.P. Baldwin en la Legislatura de California]. 59.Ibid. 60. "Land Titles in San Franciscd\ SFH, 9/12/1850 [Documento fehaciente #3, p. 52J. 61. "Tbe JOOges", SFH, 11/12/1850 [Documento fehaciente #4, p. 53]. 62. "Tbe JOOge,", SFH, 12/12/1850 [Documento fehaeiente #5, p. 55J. 63. "The Supreme Court in DOOgeon", SFH, 14/12/1850 [Documento fehaciente #6, p. 56].
64. "Tbe Judieiary aod the Press", SFH, 20/12/1850 [Documento fehaciente #7, p. 59J. 65. "Finanees of San Frane~co", NYH, 9/1/1851, pJ, e.5; "SurtlIlllij' of Two Weeks News", Ibid., 22/111851, p.2, c.2.; 1I0 ur Californ.ia Correspondence", Ibid, 29/1/1851,p.3, c.1; "Ibe California :Markets", Ibid., 8/2/1851, p.3, c.2; "The California Legialature", lbid., 8/3/1851,p.l, e.6; "Meda1s", SFH,
ALEJANDRO BOLAIDs GEYER
20/12/185D,p.2, eJ; "Not Faeing tbe Musie", Ibid., 21/12/1850,p.2, e.2; "Who Ordeted tbe Meda1s?" Ibid., 21/12/1850,p.2, e.l; "Meda! Rerumed", Ibid., 23/12/1850,p2, c.1. 66."Perseverance", SFli 24/12/1850,p.2, eJ.
67. "Warrants Issuecl", SFH, 18/12/1850,p.2, e.5. 68. "Personal", SFH, 25/12/1850,p.2, e.2. 69. "The Meda!, Again", SFH, 27/12/1850,p2, e.2. 70. "Gold and Government", 5FH, 21/12/1850,p.2, c.!. 71. "Russia and Japan", SFH, 26/12/1850, p.2, ej. 72. "Russia aod tbe Unitecl States", SFH, 27/12/1850,p.2, e.l. 73. "Polynesian Poliries", SFH, 23/12/1850, p.2, ej. 74. "Christmas", SFH, 25/12/1850,p.2, e.1. 75. "Sunday Concerts", SFH, 6/1/1851, p.2, e 1. 76. "The Publie Administratm", SFH, 10/1/1851,p.2, c.1. 77. "Muzzling the Pre,,", AC, 14/1/1851,p.2, c.1. 78. "Duel", AC, 13/1/1851,p.2, e.1. 79. ItAnother Duel--Qne of the Parties Wmillded", PN[S.an Frane~eoJ, 13/1/1851; transerito en el MH del 17, pJ, e.3. 80. "Muzzling tbe Press", AC, 14/1/1851,p.2, ej. 81. "Snaffling Publie Senrimenr", SFH, 14/1/1851,p.2, eJ. 82. "Mfair of Honor", AC, 15/9/1851, p.2, e.2. 83. "Record,,'s Court", SFH, 16/1/1851,p.2, e.5; "Law InteIligenee--Aug. 9", lbid., 11/8/1851,p.2, e.s; "Court of Ses,ions", AC, 26/7/1851,p.2, e.4. 84. "Resignarion of Judge Morrison", SFH, 17/4/1851,p.2, d. 85. "Divorces", SFH, 30/1/1851, p.2, eJ. 86. "Progre" Baekwards", SFH, 1/2/1851, p.2, ej. 87. "Divmces aod Christianity", SFH, 1l/2/1851,p.2, e.1. 88. "Legislatoria! Courtesies", SFH, 17/2/1851, p.2, eJ. 89. En inglés, "dealing with the Deadll, que literalmente también significa "que tratan d~ la Muerta". 90. "Robbery", SFH, 19/2/1851,p.2, e.6. 91. "Daring Attaek aod Robbety", SFH, 20/2/1851, p.2, e.2. 92. "A Way to Stop Crime", 5FH, 22/2/1851, p.2, ej. 93. "Important Developments -Arrest af the Assallants of Mr. Jansen'!, Ibid., p. 2, c.2. 94. "Tbe Exeitement in tbe City", SFH, 24/2/1851, p.2, 0.3.
95. ¡bid. 96. "Jusrice not Extinet", SFH, 24/2/1851, p.2, e.2. 97. uDid Sruart slung·shot Mr. Jansan?" Ibid. 98. "Feeling Against CrimiruUs", SFH, 25/2/1851,p2, e.1. 99. "Audaeiry of Crime", SFH, 27/2/1851, P 2, ej. 100. "Our Debt to Sacramentan, SFli 1/3/1851, p2, c.l. 101. GrandJury, El Gran Jurado, jurado de acusación; consiste de doce a veintitres miembros, doce de los cuales PJr lo menos han de estar de acuerdo para que haya acusación con fuerza legal. Peor ¡ury, Jurado de Juicio, encargado de declarar y determinar el hecho. 102. "Tbe Pess a Nuisanee", SFH, 4/3/1851, p.2, c.1. 103. "Tbe Beneh and the Bat', SFH, 6/3/1851, p.2, c.1. 104. lbid. 105. '}udg¡wdo en el camino hacia Alta California. Uno de bs comprometidos delat6 el plan Ylos propósitos de los consplradores, los que fueron sometidos a un consejo de guelTa¡ declarados culpables y sentenci3dos a morir pasados }Dr las armas. Una ejecución militar es una buena prueba de la disciplina militar; porque ningún deber repugna tanto al sokiado como el de quila! la vida al camarada que ha arrostrado con él los peligros Y privaciones de su ardoo servicio. Además, el clDllJ:iimiento del deber fue aún más dificil en esa ocasión, (X>rque Jos americ.anos erw pocos 'j su número disminuía a diario. Pero ¡:or dobroso que haya silo, los soldados encargados de ejecutarlos no vacilaIon en cumplir con su deber; yel propn terreno dome las desvenruradas vktimas expiaron el delito con la. vida, incitaba a comparar la diversa forma en que los expedicionarios y el gobierno mexicano cumplían con el deber de proteger 2. la sociedad. La fuerú expedicionaria, llamada a vindicar la ley, por medio del máximo castig:J que inflige al delincuente, fonn6 filas casi en las sombras de las ruinas de la iglesia de los padres de la misión. Los edificios desentejados del viejo monasterio, Jos arcos desmoronados de la espaciosa capilla, Jos campos desol3.dos mostrando bs huefbs de b anlenor eultura, y b figwa fúra'va del indIo sermdesnudq degenerando hacia. el sdlvajismo del que Jo habían rescatado los santos padres, todo denunciaba la clase de protecci6n que México le habr. dado o las personas y o las propiedades de la Península, En cuanto a. las funciones vita.les del ¡pbiemo. los expedicionarios pueden confiados exigir la compar.a.ci6n de sus actos con los de México en Baja California; y la ruina Ydesolzci6n que sobrevino nas la insensata e injusta medida. de secula.rizar las misiones, eran suficiente para nep¡¡.rle a México el derecho a b /ealud de b penfnsula" [énf..~ rnh, A.B.G.]. WilIiam Wa1ker T~ (Mobile. S. H. Goeczel & Co.), 1860, p- 22. 324. "Wa1ker's PwcJarn¡¡tions", SFH, 28/4/1854,p.1 c.3. 325. "Extracto de c.ar,¡ps que resultan contra Guillermo Gillam", ENa (Akance) 2O/5/1854,pA ej. 326. "Law Repon", AC; 2/3/1854,1'2 e.4. 327. "So lilr as we know", ¡bid., 2613/1854,p.2 e.1. 328. "Discharge of Dovidson", SFH, 4/4/1854, p.2 e.2. 329. 'V.s. Distriet Court', lbid., 2/6/1854, p.2 c.s. 330. El docror Smirh era un médico nortemlericano que acompañó al gobernador Rebolledo en su viaje .. B2ja California y enseguida se unió a Wa.Iker. En 1856 presem6 un reclamo al gobierno de Méxito, pidiendo indemnización por supuestos daños y peljuicios. alegand.o que cay6 prisionero de Walker con Rebolledo y se t!sc.ap:í en cuanto se lo permitieron las cireunstancias. El reclamo no pcosper6. Joseph W. Srnith,
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LAS CAUFORNlAS / "liorAS" expediCIÓn FIÓbuslertl de W.z/hi¡m Walker en /;l Bap CaIúomta, (México, D.F, Biblioleca Aponaei6n His,órica, 1944). 331. "From Our Corresponden,", Ac; 26/4/1854,p2, e2. 332. "Sreamer for the New Republic", Ac; 301111854, p 2, eS. 333," e'NS from the Lower Countt¡l', SDH, 11/2/1854,p2, e2. 334. "Still Later -Wris(ortunfS of Ambitious Vanity", Ac; 2614/1854,p2, d. 335. "Lene! from San Felipe", Ac; 6/5/1854, p.2, e.4. 336. "Still La'er -Misfonunes of Ambitious Vanity", Ac; 26/4/1854,p.2, e.2. 337. "Rerum o( the Invaden", SDH, 13/5/1854, p.2, e.4. 338. "Arrival of the Southemer", AL; 16/5/1854, p.2, ej. 339. Roben G. CleJand, "Bandini's Account of William Walker's Invasion of Lower California", Huntington LJbrary Qwrleriy. VoL VII (1944), p. 165. 34D. ''Rerum of Ihe Invaden", SDH, 13/5/1854, P 2, e.4. 341. "Official Report of Ihe Surrender of CoL Walker's Pan)''', SFH, 18/5/18S4,p.2, e2. 342.lbid 343, Hi.d. La súbita retirada final de Melendres e,ité un insensato derramamiento de sangre¡ pero en esr.a ocasión nadie not6 su humanidad. Para los norteameriCaIDS del destino manifiesto, el mexicano fue más bien un coba..rde: \lAl a.proximarse al enemigo, Walket desplegS su vanguardia de nueve rifleros, quienes, dando alaridos, embisrieron a los mexkanos; éstos, sin disp:uar un solo carrucho al ad..·ersario. espoJearon sus bestias y desaparecieron en una nube de polvo, erunedio de la cual se podla cliseemiI la bandera mexicana ondeando sobre la mayor pandilla de cobardes que jat:rW se pu50 a (~ugar a la guerra». Un coro de risas burlonas resonó en el valle, hondamente expresivo de la opini6n filibustera acerca de la valentía mexicana". "From Our Speeial Reporter", SFH, 16/5/] 854, p.2, e.2. 344. "We scareely know in what terms te speak", AG; 18/5/1854, p.2, c.l. 345. Robert G. Cleland, "Bandini's Aewunt ...", p. 165. Don Juan Bandi.~ destacado terrateniente de San Diego. recibió con júbilo a las tropas norreamericanas dunmre la guerra y anhelaba la anexión de Baja California a los Estados Unidos. En su cr6nica detallada de la inv..i6n de Walker (fechada en San Diego el 25 de mayo de 1854), Bandini acusa a las autoridades de Alta California de haber tolerado y consentido la expedición de Walker, la cual él vio como un absclculo para la anexi6n pacifica de Baja Califomi> (p 156). 346. "The details of the surrender", SHf, 16/5/1854, p.2, e.1. 347. "The Reporr tNt Melendre.", AL; 6/5/1854, p2, e.l. 348. "The bubble has burst", AG; 16/5/1854,p2, e.1. 349. "Importante", EN. [Ures, Sonora], 10/3/1854, pA, e.2. Eso le inform6 a las autoridades de Sonora el Cónsul de México en San Francisco. Por otro lado, los filibusteros de Walker en la pernnsu1a supieron de su alianza con Raousset. !modere Ryan. expulsado a latigazos de San Vicente el 3 de marzo, declaró bajo jUIamcnta en San Francisco: nCerrifir.o que la ímpresión general entre la geme de Walker en Ensenada. era de que la retirada de dicho puerto fue con el prop6sito de jUnlArse .a los refuerzos que llegarían a la Bahía de San Quintín o a la de San Vicen,e. Dichos refuerzos llegarían de San Francisco -sedan principal· mente franceses. al maIrlo de un ofici.a.l francés con el rango de Brigadier General CtWxlo salf del campamento de Walker el 3 de marzo, toda la tropa esperaba dic~ supuestos refuertOs, y
151 de fallarJes, Walker deber. abandonar toda esperanza de lograr el obietivo de su invasión a Baja California o Sonora". 'Deposition of Theodore Ryan", SFH, 28/4/1854,p.l, e.4. 350. "lnstruerions of Ihe Mexican Consul", Al:; 27/4/1854, p.2, ej. 351. Rufus Kay WyUy" The French in Sonora, (Berkeley: University of California Press, ]932), p. 174. 352. "Law Reporl", Al:; 6/4/]8S4,p.2, e.5. 351 Rufus Kay Wyl1ys, The French in Sonora, p- 297. 354. "The SLate Convention", DSj 8/6/1854, p.2, d. 355. 'Whig SLate Convention", DSj 9/6/1854, p2, c.2. 356. "Very Good", DSj 10/6/]854, p.2, e.2. 3S7.l.ately Thomas [R. V. P. SteeJe], BelWeen Two EmpiIes, (Baston: Houghton Mifflin Compai,y, 1969), p. 105. 358. "Democratic Convention", WAc; 22/7/1854,p.5, e.1. 359.l.ately Thornas, BelWeen Two Empires, p. 106. 360. "Democrarie Convention", WAc; 22/7/1854,p.5, e.1. 361. "Demoeratic SLa'e Convention", DSj 1917/1854,p.2, e.2. 362 "DelllOCtarie Convention", WAL; 2217/1854,p.5, eJ. 363. lIRern.ark.s of Mr. WaIker a.t me Democr.atic Ra.tiñcarion Meeting on Wednesday Evening", DSj 2217/1854,p.2, cA. 364. "The Custom House Crowd" {CA) copiado en el DSj 1317/1854,p.2, c.3. 365. "grasosos" (despectivo): mexicanos, hispmoameric.ams. 366. "The New Purchase", {CA) copiado en el DSj S/8/18S4,p2,
eJ. 367. "The Convention Seheme", {CA}. copiado en el DSj 23/8/1854, p.2, cA. 368. "Sound on the Crape", {CA}. copiado en el DSj 4/9/1854, p.2, cJ. 369. El panido Free-SoI!, organizado en ]848 en oposición a extender la esclavitud. 370. "The New Organizaoon', {CA}. copiado en el DSj 9/9/1854, p.2, e.2. 371. "The Adverri,er says", DSj, 11/9/1854, p.2, eJ. 372. Entre las cuentas que la Junta :-.lunieipaJ de Supervisores orden6 pagar el 11 de septiembre de 1854, hay una a William Walker por ¡8S6 )' o"" a Byron Cole & Co. (el dueño anterior del CA) por ~4(1 Dos días después, el eorniré de audirores aprooo que el Concejo p.aga.ra diversas cuentas de la administración anterior, entre las que hay una de S600 a. WIlliam Walker. El 9 de noviembre el Concejo ordené pagar una última cuenta de $78.50 al difunlO C4 "Board of SupeC\"isors", SFH, 12/9/1854,p. 2, eJ; 10/11/1854,p. 2 cA; "Cornmon Couneil", SFH, 14/9/1854, p.2, e.S. 373. "Topies of the Da1', SFH, 28/9/18S4,p2, c.l. 374. "The Tria! ofM!. William Walke,", WAc; 7/1O/18S4,p.7, d. 375. "Trial ofCoL Walker", SFIi, 19/1O/]8S4,p2, cA. 376. "Tria! ofWm. Walker for Fillibuslering", AL; 19/10/1854, p.2, c.3. 377 .lhirl. 378. "Topies of Ihe Day", SFH, IS/1O/1854,p.2, c.l. 379.1bid 380 Rufus Kay WyUys, The French in SononJ, p 278381. Véase en el Anexo el texto completo de la abcuci6n. 382. "lnrercsting Congressiorial Proceedings", NYH, 20/1/1854, p.1, el. 381Jetemiah Lyneh, Lúe ofD3vxJ e Brodenck. (New York: The
152 Saker & Taylor Company, 1911), p. 6. 384. Lately Thomas, Between Two Empires, p. 29. 385. Ibid., p. 381. 386. "CongratuJatory', D5j 23/10/1854,p.2, c.l; "The Virgin", Ibid., p.2, e.2. 387. "The Deseent on El Dorado", D5j 24/10/1854, p.2, ej. 388. "The Au'ocra''', D5j 8/11/1854,p.2, e.l. 389. "The Diet1>tor", D5j 21112/1854,p.2, eJ. 390. "The Contest", D5j 9/11/1854,p.2, c.1. 391. "WaIkerian", D5j 8/12/1854,p.2, c.1. 392. "The Issue Met", D5j 1111111854,p.2, el. 393. "Gen. Wool', D5j 20/12/1854,p.2, c.1. 394. "The Columbus ConlIae''', D5j 28112/1854,p2, ej. 395. "5trange 5trategy", D5j 12/1/1855,p2, c.1. 396. Lately Thomas, Between Two EmpiIes, p. 103. 397. "Judicial Reput1>tion", D5j 11112/1854,p.2, e.l. 398. "The Consequene05", DSJ, 12/12/1854,p.2, e.l. 399. "Who AJe Agitators", D5j 27/1111854,p.2, ej. 400. "BalefuI", D5j 25/1O/1854,p.2, e.l. 401. "5""05' Ríghts Republiean", D5j 16/1/1855,p.2, ej. 402. "5ympathy for Russía", D5j 7/12/1854, p.2, e.l. 403. "We understand that Wm. WaIker, Esq.", AL; 12/211855,p.2, e.5. 404. "Colonizatíon in Central American, D~ 14/211855,p.2, c.4. 405. WiIliam V. WeI1s, Waiker' Expeditlon ro MC!ll71f!U', (New York: Slringer & Townsend, 1856), p. 42. 406. Carta de Francisco Castellón a Byron Cole, Le:Sn, 11 de octubre de 1854, con los términos del contrato aceptados :¡x:.r Cale el 28 de diciembre. :Manuscrito en la. colección particular del Dr. Jer6nimo Agui1ar Canés en San Salvador. 407. WiIliam WaIker, Tllw, p. 25. 408.Ibid. 409. WiIliam V. Wells, Waiker' ExpedJiJon ..., (New York: Slringer & Townsend, 1856), p. 43. 410. WiIliam WaIker, Tllw, p. 28. 411. uTbe Origin of Walker's Nicaragua Expediriontl, Ac; 7/2/1856, p.2, e.2. 412. De acuerdo a los registros oficiales del ejército sureño en The Narional Archives, en 1863 las autoridades federales arrestaron a Fisher por espía sureño en Nueva ürleáns, y lo tuvieron preso basta el 29 de mano de 1865, liberándolD al terminar la guerra. 413. "The New Party", AL; 12/2/1855,p.2, c.1. 414. El capitán Hornsby, oriundo de Wake City en North Carolina, comandó una compañia tejana y recibió el rango de capitán del 12~ Regimiento de Infantería en la Guerra con Méxíco. En la Guerra de Secesión, fue capitán de la Compañía D del Primer Batallón de Infantería de Mississippi. DeBrissot era comandante de barcos mercantes, capitán del Austerlit.z en 1849, del 5y1phxiJs en 1852, de El Dando en 1853 y de otros veleros en las rutas de Nueva ürleán.s con el Caribe. De acuerdo al NYH; entre 1852 y 1854 DeBrissDt le sirvió al magnate naviero George Law, transportándole grandes cantidades de fusiles para
ALEJANDRO BOLAillS GEYER
los revolucionarios y filibusteros. llInteresting fram Nicaragua", NYH, 26/311855, p.2, e.2. 415. WaIker, Tllw, p. 26; "Consis'eney", EM, 5/7/1856,pA, eJ. 416. WaIker, Tllw, p. 27. 417. "The Union Party", AL; 1118/1855,p.2, c.1; "The Plaúorrn and 5aforth", ¡bid., 9/811855, p.2, c.1. 418. Thomas F, Fisher fue el Gran Secretario Supremo de la IlRed.
Star League" [Liga de la Estrelh Roja] organizada en Nueva Orleáns en abril de 1860 "para defender los Estados de la Unión donde existe la esclavirud contra las varias formas de hostilidad con que se les ataca; para conservar, perpetwu y extender la instituci6n de la esclavitud de los negros como la base del sistema social é industrial más sólido, durable y benéfico que existe en el mundo...u La Liga de la Estrella Roja le ayudó a Walker en su última expedición, y entre sus papeles cuando lo capturaron en Honduras en septiembre de ese año, él andaba la Constitución y Leyes Orgánicas de la Liga. 419. "Important from Central Ameriea", NYH, 26/7/1855,p.6, e.5. 420. "Prospective Duel", AL; 13/3/1855,p.2, cA 421. "Duel", 5FH, 14/3/1855,p.2, c.2. 422. "Duel between CoL WaIker and Mr. Carrer", DSj 14/3/1855, p.2, e.s. 423. "The Duel", AL; 14/3/1855,p.2, e.2. 424. "Mfair of Honor", D5j 15/3/1855,p.2, e.2. 425. Walker tuvo más suerte que su colega H. A DeCourcey, directordel Ce a quien la bala del mismo William Caner le traspasó el abdomen en un lance de honor el 8 de mayo de 1852. 426. "Sumrnary of the Fortnight's News", AL; 31/3/1855,p.1, e.l. 427. WiIliam WaIker, Tllw, p. 29. 428. "Marine In'elligenee", 5FH, 22/4/1855,p.2, c.4. 429. WiIliam WaIker, Tllw, p. 29. 430. "WaIker's Party", AL; 3/5/1855, p.2, ej. 431. "The Lunar Eclipse", AL; 215/1855,p.2, ej. 432. "Sailing af the Nicaragua Exped1non", AL; 5/5/1855,p.2, e.2. 433. "Another Accaunt", NYH, 26/7/1 855, p.6, e.5. 434. "If doubr were possible", NIT, 28/11/1856, p.4, cA. 435. "WaIker and His Exped1tion", AL; 5/5/1855,p.2, ej. (El AC cambió de dueños en enero de 1855,10 cual explica la diferente opini6n editorial sobre la expedición a Nicaragua y la de Sonora). 436. "Frem Our Own CorresIXlIldent", NJ7;14/5/1855,p 5, cA. 437. "Though not mueh has been said oflate", NIT, 13/4/1855, p.4, c.5. 438. "The Kinney Exped1tion", NYH, 9/6/1855, p.1, e.4. 439. "Sailing of the WaIker Exped1tion", 5FH, 5/5/1855, p.2, c.2. 440. WaIker, Tllw, p. 33. 441. Byron, Mmfied 203.16-25 (traducción de Carlos Martinez Rívas). 442. "The Aequittal of CoL Wm. WaIker", 5FH, 20/10/1854, p.2, e.2-3.
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"'y. Now the DClIItX'ratio p:lrf)" i:t to he, conTeltcu ¡lito :m :auluCI':ll'Y. ,Atg Rica traú> de sacar ventaja de la ocupación briúnica de San Juan de NIcaragua. Malina está enlonces negociando varios contratos en Londres. Uno de eUos para un canal interoceánico por el do San Juan, el Gran Lago de Nicaragua y el río Sapoá - l l parec iera", dice Squier, "que Costa Rica presupone poseer el derecho de dominio sobre esas aguas y sobre los territorios aludidos'. Otro, un contrato para mejor41la navegación del río SarapX¡w -"¡como si Costa Rica fuera dueña absoluta de ese IÍo!1l Otro más, un plan de colonización en las tierras ribereñas del do San Juan y el Gran Lago de Nicaragua -"¡como si ~osta ~a tuviera un título incuestionable sobre dichas Uerras!lt Finalmente, un préstamo británico de un millón de pesos a Costa Rica ... con lodo lo cual (contratos y libras esterlinas) Malina concuerda y firma así en Londres el 11 de julio de 1849. La. emprendedora Costa Rica y la poderosa Indaterra se alfan en sus esfuerzos por despojar a NÍC4lagua de la ruta entera del canal. Mientras unto. los incorregibles ocupantes del Paraí.so Perdido de Maboma persisten en su insensato
159 comportamiento que los hace presa fácil de quien sea. El cónsul general británico Frederick Chatfield COnoce muy bien a Nicaragua, habiendo residido en la región desde 1832. yel18 de junio de 1849 esboza la sitllación interna del paí.s en un despacho a Palmerston: Mi Lord He IecibDo vuias carlaS del vicec6nsul en funciones Manníng. trasmitiendo su alarma. ante las posibles consecuencias de la irritación que el putido del gobiemo en LOOn promueve contra los sujetos británicos ... En contrapeso a la enemistad de Le6n, parece que Granada (que se 0IX'ne sistemáticamente a tedo 10 que emana. de las 3.uroridades en Le6n), está en favor de la influencia inglesa, y busca aliane con Costa Rica cuya
pcHtibiemo, (a quien mataron al comienzo del conflicto), lo desenterraron, 10 amarraron a la cola de un caballo, y 10 arrastraron desnudo por el pueblo Luego lo mutihron en saña de salvajismo. De hecho, el episodio entero está plagado de atrocidades sin paralelo hoy en día en éste ni en ningún otro país, y ha excitado sentimientos del más profundo horror.:'It
El general Muñoz derrota a Jos revolucionarios en El Obraje yen Rivas, matando a SO rebeldes en la última batalla el 14 de julio de 1849. Al cabecilla Bernabé Somoza Jo capturan. someten a consejo de guerra y fusjian. Su cadáver queda insepulto durante tres dIas, colgado de un poste en la calle principal de Rivas. A varios lugartenientes Jos ejC4:utan,
tambiéD, "después de Somoza y con un día de interrnediop~ hacer más dilatado el holocausto sangriento de la juslicia". Restablecido el oroen, Squier prosigue hacia León, ía capital, recibiendo en todas partes la mis efusiva bienvenida de los nx:as: Mi viaje de Granada para ad me brindó abundamos pruebas de los sentimientos amistosos del pueblo de este país haCJa los Estados Unidos. En cada JX'b1ación, me dieron la. b:envenida con los más ememes testimonios de alto aprecio, y al acerca..rn05 a esLa ciudad salieron a encomrarme bs principales. funcionarios civiles, militares y ed~iáscicos del Estado, encabezados por el Obispl. Y acompañados por lUla gran procesión de ciOOadanos prominentes a caballo. Casi todo León se aline6 en las calles por dQnde pasamos, gritando "Vivan los Estados Unidos de Norte América". al compás de las campanas de Ir Catedral Y d~ iglesias, al vuelo. y repetidas salvas de artillerla ...52 .
N1CARAGUA /
"EL pARAiso PERDIDO DE MAHOMA"
Hay fiesta y banquete, en el que se suceden en forma casi interminable los brindis a los Estados Unidos y su gobierno. El Correo del Istmo en León informa que durante la recepción en el palacio nacional, lILas banderas de Nicaragua y de NorteAmérica se tocaban en el remate, formando al parecer un solo
pabel1on ll, y enseguida
~ota n~
afectuosa d.emostracion que
hizo el Excmo. Sr. SqUler al [¡empo de salir, tomando una extremidad de nuestra bandera entre sus manos y dirigiendo al
que la tenia una penetrante mirada, como si quisiese denotar, que estaba ya resuelta una eficaz y decidida proteccion en favor nuesg:o ... nos alegramos al comenzar una era feliz para nosotros".; Al ver las grandes esperanzas que albergan los
nicaragüenses, Squier comenta en su correspondencia con Clayton: "Dichas esperanzas son en extremo vagas, y aquí conocen tan poco de la naturaleza, poderes constitucionales y política de nuestro gobiem'?i que me temo que muchos de ellos se llevarán un chasco". El diplomático norteamericano acierta de lleno en el blanco, y bajo circunstancias tan propicias maneja con maestría la situación para cumplir su misión de inmediato. Primero, convence a Nicaragua que anule el contrato Brown-Muñoz, alegando que la compañia no lo ha ratificado con la prontitud requerida. Enseguida interviene en las negociaciones entre el gobierno de Nicaragua y Mr. David L. White, agente de Vanderbilt en León. Cuando se firma el contrato canalero el 27 de agosto, Squier ha insertado en sus artículos todas las sugerencias que a él le hace el Departamento de Estado. A petición de Squier, Nicaragua anula también el convenio Hise-Selva. En su lugar se redacta un nuevo tratado ajustado a las normas impuestas por CJayton, el que Squier retrasa y completa hasta después que Nicaragua suscribe el contrato del canal Asi le informa a Clayton ellO de septiembre: liMe complace .informar al Departamento de Estado que logré cumplir los objetivos de mi misión a esta república. El comisionado de la «American Atlantic and Pacific Canal Company}) concertó su contrato; y tanto el tratado como el contrato esperan ahora la aprobación de las Cámaras Legislativas, que han sido convocadas y se reunirán en Managua el 15 de los corrientes en sesión extraordinaria para ello" .55 En el contrato, Nicaragua le concede a la compañía neoyorquina derechos exclusivos para construir un canal, ferrocarril o carretera, en términos mucho más favorables que las concesiones anteriores para el mismo fin. El tratado cobija al futuro canal bajo la protección de los Estados Unidos, reconoce la soberania nicaragüense sobre la ruta del canal y garantiza su neutralidad mientras esté bajo el control de ciudadanos norteamericanos y goce de los privilegios concedidos por Nicaragua. Ésta desea que la garantía abarque todo el territorio nacional -lo cual incluiría a la Mosquitia y la provincia de Guanacaste- pero Squier limita la protección norteamericana a la zona del canal. El Congreso en Managua ratifica al instante ambos documentos, creyendo que Nicaragua logra con ello la promesa oficial de Estados Unidos de expulsar a los ingleses de San Juan del Norte, la terminal del Atlántico del soñado canal De hecho, la concesión de Nicaragua a la compañía canalera es válida de inmediato, mas la protecci6n norteamericana contra Inglaterra es ilusoria mientras el Senado en Washington no ratifique el tratado. Mientras le da los toques fmales a su misión en León y Managua, Squier se enfrenta al cónsul inglés Frederick Chatfield cuando éste le ordena a la marina de guerra británica que ocupe la Isla del Tigre en el Golfo de Fonseca, de gran valor estratégico por su proximidad a la terminal del Pacífico
161 del futuro canal La isla le pertenece a Honduras, y Squier a toda prisa le pide al gobierno hondureño que se la ceda a los Estados Unidos. Honduras lo complace, mas antes de que Squier pueda plantar las barras y estrellas en su suelo, el barco de guerra británico Cargan desembarca marinos ingleses que se posesionan del Tigre el 16 de octubre de k849, "para Su Majestad la reina Victoria y en su nombre". Sin un solo barco de guerra norteamericano en el vecindario, las protestas airadas de Squier no surten ningún efecto. Chatfield prosigue en el Cargan hacia Costa Rica, a canjear las ratificaciones del tratado de febrero de 1848 entre ese país y Gran Bretaña, celebrado cuando los ingleses de apoderaron de San Juan. Desde San José, elIde diciembre le envía una nota al Ministro de Relaciones Exteria,res de Nieara9::a, notificándole del tratado y advirtiéndole que Gran Bretaña 'no permitirá,de parte de Nicaragua, ninguna alteración de la posición actual de S7 Costa Rica". La reacción refleja de Squier sale en una carta al :Ministro de Relaciones Exteriores costarricense, el 19 de diciembre, informándole del reciente contrato canalera y previniéndole a Costa Rica que tleste contrato, en todas sus estipulaciones,está bajo la protección especial y garantía de los Estados Unidos: y que los Estados Unidos no reconocerán ni permitirán pretensión alguna que Costa Rica pueda urdir sobre S8 cualquier parte del territorio nicaragüense ahí aludido tl, etc. Squier al lado de Nicaragua, y Chatfield con Costa Rica, parecen dispuestos a arrastrar a los Estados Unidos e Inglaterra a un choque frontal en Cencroamérica. El primero gana un round cuando el almirante inglés Phipps Homby, llhabiendo desaprobado los actos de Mr. Chatfield", el 2~ de diciembre de 1849 devuelve la Isla del Tigre a Honduras. 9 Al infonnátselo a Clayton, Squier comenta gozoso: lIHemos triunfado en el Oeste, y con la fIrmeza que el derecho y la justicia nos autorizan a desplegar, triunfaremos en el Este."w Pero los truenos y rayos en los trópicos s610 sirven de cortina de humo para distraer la atención de lo que en realidad sucede tras bastidores en Londres y Washington. Desde un comienzo, Squier espera que Inglaterra nefectúe algún arreglo con la compañía canalera por medio del cual permita abrir el canal bajo ciertas condiciones favorables a sus intereses\l.61 Dicho arreglo se hace visible cuando Mr. David L. White regresa de Nicaragua el 10 de octubre y le comunica a la prensa en Nueva York que "no existe en absoluto ninguna base para temer interferencia o interrupción alguna 2el proyectado canal por parte de las autoridades británicasl'. 2. Y a su arribo en Washington, pocos días después, las señales del concierto aparecen en los reportes de los corresponsales: Hoy hay tal oscuridad y misterio en el Departamento de Estado, y tan frecuentes alusiones a Nicaragua entre los miembros del gabínete, cuando salen de la Casa Blanca, que, sin duda alguna, hay algo que no calza. La historia entera de ese negocio de Nicaragua es una de las curiosidades de la diplomac12, tan conspicuas en este gabinete. .. La doctrina de MI. Momoe ... 110 parece ser la doctrina de :MI. Clayton. Apúntenlo, si no es que hay una evasiva en el asunto. Del cariz que ha tomado el caso, me temo que Brother Jonathan [Estados Unidos] busca cómo echar pie atrás.H
Brother Jonathan echa pie atrás, entra en componendas con Inglaterra y anula el tratado de Squier con Nicaragua, todo de acuerdo con la compañia canalera. Las negociaciones preliminares con Palmerston en Londres, continúan en Washington tras el arribo del Ministro inglés Sir Henry Lytton Bulwer a finales del año. El resultado es el Tratado Claj10n
162 Bulwer, suscrito el19 de abril de 1850. El artífice principal de dicho esfuerzo diplomático es el abol,'ado de la compa5la canalera Joseph L White, según revela el New York Her¡¡}rJ en sus reportajes del tratado:
.. Estamos listos a probar que Mr. CJayton no sabia de Nicaragua más de lo que sabe de !as regiones p:>lares .., En
cuanto al tratado, no intervino del tm en las negociaciones iniciales. Ni é~ Yni siquiera en el Depmamento de Estado se compuso una sola cláusula ni se escribió una sola línea dd documento. El tratado lo urdi6 Yelaboro Mr. Joseph L. White, de esta ciudad, a quíen le imeresaba muchísimo que se suscnbiera, y él se lo mostr6 a Sir Henry Bulwer. y luego a Mr. Secretaria de &irado Clayron, a quien se lo explicó. :&e fue el mismísimo tralado que fum6 Mr. CJayton.~
El articulo Primero del !Jatado CIa)10n-Bulwerestipula que ni Gran Breuña ni Estados Unidos "mantendrá ni obtendrá para sí mismo ningún control exclusivo" del canal; y que ninguno de los dos "coostruirá ni manteodrá fortificacióo alguna que domine el canal ... ni ocupará, fortificará o colonizará, ni tomará O ejercerá d~m.in.io alguno sobre Nicaragua. Costa Rica o la Mosquitian.' EUo se ensalza como el fmal del odioso protectorado de Gran Bretlila sobre la Mosqujtia y San Juan de Nicaragua; el trar.do pasa de inmedÍ>to a todo treo por el Senado en un solo día; y el 4 de julio se canjean rápido las ratifICaciones eo Washingtoo. La proclama del Presidente Zachary Taylor del tratado Clayton-Bulweres su postr~r acto oficial. cuatro días antes de morir el 9 de julio. Millard Fillmore toma en sus manos las riendas del gobierno. Daniel Webster sustituye al secretario de estado Claytoo. A Squier lo retiran. Su tratado con Nicaragua se envia al Senado, mas un año después de suscrito no se ha hecho nada para ratificarlo. El 4 de septiembre de 1850, Squier le presenta una exposición detallada al senador H. S. Foote, presidente del com.i~ de relaciones exterioresJ urgiéndole la ratificación de su tratado. Squier se5aJa que: Al neg:xiar el tratado con Nicaragua, ésta le otorgó a los Estados Unidos y sus ciudadanos derechos y privilegios de lo más liberales y amplios, debido a y en consideración del ap::>yo mora! que el reconocLmiento de su soberanía. territorial le brindaba a Nicaragua en su lucha desigual con Gran Bretaña. La. misma consideración influyó en las concesiones otorgadas en el contrato con la American Allantic and. Pacmc Shíp Canal Campany, que son infinitamente más favorables que cualquier concesión anterior, En consecuencia. seda un acto de ma.I.a fe hacia Nicmgua, si retirásemos nuestro reconocimiento de sus derechos, y eso la justificaóa a negarse a cumplir con las obligaciones que contrajo en vista de elb.(\j
El Departamento de Estado se opone al tratado de Squier, y el Senado lo rechaza. Mientras tanto, la Gran Breuña 00 sólo continúa ocupando San Juan de Nicaragua, sino que estaciona dos barcos de guerra adicionales eo la balúa,los que someten al comercio del país a vejaciones y exacciones de toda e1.se. Cuando Nicaragua protesta, Inglaterra simplemente explica que "el tratado de los sefiores Clayton y Bulwer ... explícitamente reconoce a! reino de la Mosquitia y descarta lo! derechos que Nicaragua pretende tener sobre dicha costall .' Eo el oloño de 1850, los nicaragüeoses de súbito despiertan del ensueño y comienzan a achacarle a Estados Unidos cobardía y maJa fe. Se ha esfumado el fugaz arcoíris de esperanza que eo 1849 les llevara Ephrairn George Squier. y al desvanecerse el espejismo, los nubarrones que ensombrecen
ALEJANDRO llO~ GEYER
la bóveda celeste del Paraiso Perdido de Mahoma, son ahora más negros que nunca.
4. Y vino un gran cambio __ DOs P.lSAJEROS -la vanguardia de los buscadores de oro hacia California vía San JU>n de Nicaragua-, zarpan de Nueva York a bordo del bergantin FrilDcerel4 de eoero de 1849. El segundo contingeote, 116 persooas, sale de Nueva York en el bergantín Maryel18 de febrero y arriba a San Juan el 11 de marzo. Para el ot050 de 1850, 2.000 viajeros han cruzado Niearagoa, bacia y desde California, y sus oleadas siguen aumeotando. De San Juan, Jos emignntes navegan eo bongos nativos los 300 kilómetros del río San Juan y el Gran Lago hasta Granada; luego cruzan 240 kilómetros por tierra, a caballo y en carretas, pernoctando en Masaya, Managoa, Le6o, Chichigalpa, Cbinandega y otros pueblos intermedios hasta el puerto de El Realejo, en el Pacífico. Con los atrasos normales del viaje, con frecuencia pasan más de un mes, y a veces mucho más, en suelo nicaragüense. El amanecer de una oueva era sobrecoge a! pais, atrapándolo y lanzándolo de súbito eo el torbellino de la fiebre del oro californizno. En un día de ooviembre de 1850, treinr. y siete embarcaciones se apretujan en El Realejo, casi todas con destino a San Francisco o provenientes de ahi Cuatro compañías de transporte compiten en el negocio de llevar pasajeros de un océano a! otro en Nicaragua, donde las labores agrícolas en 1850 exceden por mucho a las de cualquier 050 anterior desde la Independencia de Centroamérica: la cosecha de maíz duplica a la de 1849; la producción de añil, azúcar y café se espera que aumente entre 30 y 50 por ciento. Los nicaragüenses reciben a los viajeros californianos c2n los 8 brazos abiertos: la gente es "afable y servicialn. Las autoridades desbordan su amistad con los estadunidenses. les donan tierras a quienes las solicitan, y un centenar de norteamericanos establecen negocios en la ruta, entre ellos, ]05 agentes ntes y transeuntes pacificas", pero "los que directa o inclirectamenteauxilien al tinmo del Estado [don Fruto Chamorro), serán considerados como traido~ a la Patria, y traUdos conforme a las reglas de la guerra".' El Presidente Chamorra marcha a Le6n con su ejército y el 12 de mayo ataca a Jerez en la hacienda de El Pozo, en el camino a Chinandega. Ataca de noche, pensando sorprender al enemigo, pero Jerez lo está esperando; y durante la batalla, al disparo de un cañonazo, a Chamorro lo bota el caballo. Algunos dicen que iba borracho; otros lo niegan. Mas lo fuera o no, sus soldados, al verlo en el suelo, lo creen muerto y se desbandan, dándole a la revolución una resonante vittoria sobre el gobierno. Al correr la noticia de la derrota (y muerte) de Chamorro, unidades enteras del ejéróto se pasan al bando rebelde; Le6n y Managua enseguida caen. Tras andar extraviado por el monte, don Fruto regresa a Granada, donde reina el desaliento y la confusión, la gente corriendo en todas direcciones, algunos llevando sus alhajas y bienes personales a guardarlos en las residencias de los extranjeros y en las iglesiasj otros abandonando todo y huyendo a los pueblos vecinos o a sus fincas, para salvar la vida. El arribo de Chamarra restaura la confianza, y la ciudad se comienza a preparar para resistir al enemigo; se construyen con adobes barricadas en las calles, y se montan cañones en las principales vfa.s de acceso. El ejército de Jerez, ya de 800 hombres, avanza sobre Granada el 26 de mayo, en pleno mediodla, marchando en dos columnas, con bandas de música tocando aires marciales y con la bandera de Nicaragua ondeando al viento,creyendo sin duda que no habrá resistencia; pero para gran ..ombro de Jerez, 300 defensores abren fuego y la batalla por Granada comíenza. Los rebeldes instalan su cuarte1 general en ]a1teva tras ocupar las primeras manzanas de la población, mientras la tropa saquea el barrio y queda diezmada cuando muchos 'sol:lados" leoneses se regresan felices a su casa a gozar del botín. Jerez DO le paga a su gente, sino que los deja que se apropien de lo que puedan robar. Chamorro les paga diario a sus soldados y es estricto en castigar alladr6n. Antes de que termine mayo, los rebeldes han tomado Chinandega, León, Managua y Masaya, o, mejor dicho, dichas ciudades se han unido a la revoluci6n. El Prefecto y el Gobernador Militar de Rivas y el Comandante de San Juan del Sur, abandonan sus puestos, y el 10 de junio los insurrectos toman Rivas sin problema: "Todos los soldados del gobierno huyeron, y todos los varones de la zona -rciones aparentemente iguales.. Los muertos en los numerosos combates en bs alrededores de la ciudad les pertenecían a Jos zopilotes, los que, aunque constantemenle acudían en grarrles bandadas, no lograban sin embargo engullir todo el alimento que la guerra y la pesle les arrojaban. Se creía que el trabajo de enterrar a hs muertos era muy pesado para dárselo a los soldados, y la costumbre de maw a todos los p....is):¡neros -común a amoos banJos- nos dejaba sin esa fueme de mano de ot::ea. 10 que se acosrurnbtaba. hacer era dejar a quien moría de noche. de cualquier causa, frente a la pueru de la cau... Al amanecer, los carretones recorrían las calles principales, reoogiendo cadáveres, y los llevaban a un guindo cerca del Poh'ón, como a una milla de la ciu:lad. Y ah! los tiraban. convirtiéndose promo todos en una sola masa putrefacta, cuyos gases se 22nos merlan en los puhnones con el aire que respirábamos.l o ••
Una división hondureña "compuesta de excelente tropa y excelente ofICialidad" bajo los generales Francisco Gómez y Marcelino licona, env~~a por el Presidente Cabañas, refuerza a Jerez el 15 de julio. Dos días después sufren el grueso de las pérdidas en la acción ya narrada por Doubleday, llamada del cuadro, fuera de la línea al sur de la ciudad, sobre una allura que domina el barrio de Pueblo Chiquito. La división auxiliar enseguida es de hecho aniquilada por el V6IDJio pn'elo que se desata en el campamento de Jalteva; ambos generales hondureñ05 fallecen víetlmas de la peste que arrasa a la tropa. De ah! en adelante, Jerez permanece en Jalteva semanas y meses, sin poder tomar la plaza de Granada. La prolongación de la guerra arruina al país entero. Ambos bandos imponen fuertes contribuciones, de las que no se
171 escapa nadie. Todos los habitantes de la zona de Rivas que pueden hacerlo se nevan sus bienes muebles al Guanacaste en la vecina Costa Rica, y muchos no piensan regresar. Los cacaotales se arruinan por no haber gente que haga las labores de! campo. En Granada, cuando alguien rehusa pagar la contribución que te impone el gobierno, envían tropas a sitiar la c-..sa, y no dejan pasar ni un vaso de agua para su familia mientras el dueño no entere el impuesto a la escolta. Si el dueño está ausente, subastan sus bienes, y si nadie los compra, pasan a propiedad del gobierno por dos tercios de su valor. La facción de Castellón financia la guerra en la misma forma que Chamorra; claro está que los sospechosos de ser partidarios del enemigo pagan más, y con el correr del tiempo, numerosas personas que han huido de Gra..cienda de Santiago Mercher, ~28.0c0; Manning y Glenton, $90.00J; gobierno de Guatemala, $8 OOJ;
gobierno de Cosla Rica, $1000J; vales del gobierno válidos pan pagar imeueslos y mulLaS, compw terrenos, ele., $315.COO; hacieOOa de John Bayly, ~1.700; además de la paga de los militares de 1845 a 1851, que asciende a $150.0c0, y varios r«lamos franceses y norteimericanos que están [>Jr adjudicarse.
Las casas que incendiaron en esta ciOOad ....alIan ror lo menos ~200.000; bienes que cogió la facción de Caste1l6n en la Aduana de .San Carlos, $30.0CXl¡ bienes que cogieron en la casa del ciudadano español Cayetano Ybarguen, $20.lXXl; del Departamento de RiV.1S, cacao y dinero, más de $SO.OCO; de la ciudad de Masaya, $10 OCO; gmado de las fincas de Chamorro y orros, $20.oco; y de la "ud"d de León, todavía nadie sahe cuánto. En esu ciudad, se llevaron más de $60.COO en pertenencias robadas a las clases bajas.... Siete de cada. ocho oongJs o rotes de los que trans??rlaD víveres y mercancías en el do, están desttUidos_. 'z•
El curso de los acontecimientos se inclina poco a poco a favor de Chamorro. Varios norteamericanos del comando del Dr. Segur, que surca el lago en tres goletas artilladas, se van de Nicaragua disgustadoscuando la facción democráti, en su congoja. Urtechito se abrió paso y continuó ascendiendo; el autor regresó con aquellos desgraciados con objeto de salvarlos auxiliado del valiente y humano oficial Duarte. Tan luegw vieron a los prisioneros en el suelo, unos p:xos soldados cargaron sobre ellos con mirada famélica, intentando matarlos; pudimos los dos defensor~s sacarlos ilesos hasta el atrio; pero allí se juntaron otros exaltados, que con más furia pretendian vengar con su sangre la de Urtechito que habían matado; aquel aserto era inventado para motivar el sacrificio .., Los soldados se quejaron al Coroll;el Xarruch, que se acerc6 montado al lugar del altercado, y este Coronel les dijo: "Mitenlos". No había sonado la última sflaba de esa fatal palabra cuando los hidrófooos soldados dispararon simultáneamente sobre la sarta de prisioneros que, cayendo unos sobre otros, fueron las últimas victimas de aquella hecatombe humana. ¡Horrores de la guerra! El montón de aquellos ag:::¡nizantes hombres formaba un cuadro espeluznante. catorce pies y catorce manos se movían convulsos con los estertores de la muerte. m
Con la toma de Masaya por Chamarra, Jerez abandona Jalteva y se repliega a León enmedio de otra terrible carnicería al d1a siguiente dejando otro montón de muertos que hubo IJi que incinerar. Para el fin de febrero, los charnorristas han recobrado La Virgen, San Juan del Sur, Rivas y Managua, y avanzan más allá de Mateare, camino a León. Pero don Fruto Chamarra no vive para alcanzar y saborear la victoria: el 12 de marzo de 1855 fallece de una dolencia hepática crónica. Sus sucesores, heredando su autoridad inflexible, se dedican a la tarea de hacer escarmientos entre quienes han auxiliado a los leoneses en la guerra. Las cárceles se llenan de prisioneros políticos: más de 300 mujeres y 400 hombres, "muchos de ellos inocentes, á quienes se sacaba diariamente con una cadena al pie á trabajos públicos, unidos con los criminales .'. Una infeliz, sin otro delito que ser la esposa de uno de los revolucionarios más activos, fué mantenida con grillos; y
NICARAGUA /
"EL PARAíso PERDIDO DE MAHOMA"
aquella desgraciada, que se hallaba en vJsperas de alumbrar, no p~do consesuir, ni en el a~to wpremo. d.el nacimiento ~e su hiJo, que le libertaran los pIes". El mlDIStro norteamencano ]ohn Hill 'Wheeler fija, en su Diario íntimo, algunas escenas que presencia desde su puerta frente a la plaza de Granada: Mlyo de 1855... Martes 8 - ... Nuestros ojos vieron con dolor cuando las tropas conducían al prisionero Irimo [Ireneo] :M:atus hacia la Altava Ualteva], donde Jo van a fusilar. El pobre hombre pasó ante nuestra puerta apretujando el crucifijo en sus manos, mientras un sacerdote le iba leyendo las oraciones de la Iglesia ]ueves 10 -Dobles de campanas hoy JXlI otro fusilamiento
militar... Viernes 11 -Tropas sobre las armas hoy --otra ejecuci6n,
un joven de Massiah [Masaya]. Yal alejarse de Granada el campo de batalla, Whee1er anota en su Diario: Domingo 20 -Disparos de cañ6n y gran regocijo PJ! una victoria obtenida en la Hacienda Santa Arma, como a 10 leguas de León ... Martes 22 - ... Gran regocijo PJI otra victoria. l34
Pero enseguida, cuando el general Ponciano Corral se apresta a lanzar la ofensiva final sobre León, un nuevo azote mata a millares de nicaragüenses en cuestión de semanas. El c6lera morbo entra por la ruta del Tránsito en junio y se
extiende veloz al norle, aniquilando en pocos dias al ejército legitimista concentrado en Managua y sembrando de cadáveres insepultos la ciudad y caminos aledaños. Un periodista norteamericano pinta el cuadro de Granada después de un año de guerra: Me encuentro aquí en esta ciudad de Grenada {slC} afamada de bella, otrora joya y orgullo de Centroamérica, pero ahora estampa de ruina y decadencia. La guerra civil con todos sus horrores, ha dividido a casi todos los hogares de esta tierra, y no es nada raro encontrar al padre luchando contra el hijo, y al hermano contra el hennano, que añadido al cad.cter ff::IOZ y sanguinario del conflicto, a diario produce espectáculos horripilantes. Muchas calles de la ciudad están casi desiertas mientras se siguen derrumbaOOo las casas y se cierra el paso al acumularse los feos montones de escombros sobre la vía. Tcxías las casas muestran las cicatrices de los daños sufridos durante el reciente sitio. En la que estoy alojado, un cañonazo dejó sus huellas al destrozar los barrotes de hierro que protegen las ventanas frente a la calle. Las barricadas siguen en pie; porque este pueblo no conoce la paz ni el comercio, y el horrible espectro de la guerra aún se cieme por todas partes. Asimismo el c6lera, en su marcha de muerte, ha venido a aumentar la espantosa aflicci6n en que vive esta gente, habiendo ya segado cuatro mil victimas con su guadaña, y todavía no se ha ido de :Managua y :Masaya, y aUn no ha llegado a León y poblaciones aledañas a cobrar su cuota de cadáveres.m
Dividida, destrozada, desvalida y exhausta, en 1855 Nicaragua es una presa fácil requetemadura para una banda de
filibusteros extranjeros. En ese momento interviene Wa1ker~ y Parker H. French, el periodista que escribe el reportaje anterior, juega un papel importante en su aventura. Pero antes de traer a Walker, debemos echar una mirada a otros filibusteros norteamericanos que también entrarán en escena.
173
8. El pulpo del Tránsito
CORNELlUS vANDERBILT (1794-1877), el llamado llComodoro", fundador de la famosa dinastía de su familia, es el prototipo del millonario norteamericano hecho por sí solo. El Comodoro hace su fortuna en las lineas de vapores y ferrocarriles, en un mundo de estafadores. Según él mismo atestigua, llen el negocio de los vapores, las estafas son horrendas. Si el capitán del barco es vivo, él me estafa a mi, y
si es dundo, los suplidores lo estafan a él, ~or lo que de todos modos hay estafa y yo salgo perdiendd'. 36 Y Cornelius, rey de los capitalistas norteamericanos del siglo XIX, sabe muy bien cómo defenderse en ese mundo de estafadores. Poco
antes de iniciar e! proyecto del Canal de Nicaragua en 1849, tras décadas de continuas labores
en el vecindario del puerto
de Nueva York, su capital asciende a $1.200.000; de ahí en adelante, defraudando a Nicaragua y manipulando las acciones de la Compañía del Canal y la Compañia Accesoria del Tránsito en Wall Street, en cuatro escasos años lo multiplica por diez, a $11.000.000 en 1853. Y lo hace con una inversión
inicial minima en el proyecto de! Canal Según narra el New York Herald en 1850, hasta el día en que los emisarios de la compañia viajan a Londres: ... no se ha hecho nada relacionado con el gran canal Nadie ha comprado acciones -no se han abierto los libros- no se ha suscrito ni pagado un solo centavo ... El proyecto era s610 un experimento, iniciado principalmente por unos cuantos aoogados de Wall Street ~on el prop6sito de conseguir una concesi6n para luego venderla a buen precio. Es verdad que obtuvieron una especie de semi·apoyo de parte de uno o dos. capitalistas, pero éstos tuvieron buen cuidado de no comprometerse mientras no vieran que iba a haber ganancias. Con costo lograron reunir unos pocos centenares de dólares para enviar un agente a Nlcaragua, y fue de agente uno de los suscxlichos aoogados.m
Vanderbilt y sus socios recuperan con creces todo lo
invertido en cuanto se inaugura con éxito la ruta del Tránsito de Nicaragua en agosto de 1851. Para diciembre de 1852, los vapores lacustres y fluviales en treinta viajes de ida y vuelta han transportado 19.000 pasajeros a través de Nicaragua a $35 por cabeza, más $5 cada uno por el equipaje y otros $5 por la mula en el trayecto terrestre, más un millón de libras de carga a quince centavos la libra, más un mill6n de dólares del DIO de
las minas californianas a medio centavo por dólar, más los cobros a los pasajeros y carPi' locales. Restando $20.000 mensuales en gastos. la ganancia neta del tránsito por Nicaragua al terminar 1852 supera el medio millón de dólares. Las ganancias personales de Vanderbiltson mucho mayores, varios millones de dólares, pues es el dueño de los vapores marítimos que en el Atlántico y el Pacifico transportan los 19.000 pasajeros cobrando tarifas que van hasta $300 por primera, $270 por segunda y $200 por tercera. A comienzos de ll 1853~ el Comodoro le confía a un amigo que su capital está
mejor invertido que cualesquiera otros $11.(X)().~ en los Estados Unidos. Produce el veinticinco por ciento". Vanderbilt y sus socios aprovechan el éxito inicial de la empresa para sacar enormes ganancias manipulando la compra-
venta de las acciones en Wall Street Aparentando estar a punto de construir el canal, emiten y se reparten 192 acciones preferentes de los ".s
por sus servicios! Entre ell de enero y el 27 de junio de 1853, los vapores de la Compañía del Tránsito de Nicaragua transportan 5.650
pasajeros a San Francisco y 4.272 californianos de regreso al Atlántico. las entradas brut>.s suman millones, pero las ganancias le quedan casi todas al agente Vanderbilt durante ese semestre, él le entrega a la Compañía sólo $49.000. Con su
capital ascendiendo vertiginosamente, el Comodoro zarpa de Nueva York el 20 de mayo en su yate de lujo North Star, en un viaje de placer a Europa. Los rivales aprovechan su
ausencia y acaparan suficientes acciones para elegir una nUeva
Entonces, en febrero de 1854, Vanderbiltorganíza una "Unea la ruta de Panamá y reduce
por Nicaragua tarda menos que por las otras rutas. Las estadísticas portuarias de ese trimestre, rnuestt:an que la Compañfadel Tránsito de Nicaragua transpor!>. 9.586 pasajeros entre Nueva York y San Francisco, contra 9.134 pasajeros sumando todos los vapores de Panamá. En los libros de la Compañia del Tránsito de Nicaragua, los activos suben de $2.265.355 en enero a $2.847.250 en julio de 1854. las entradas brutas del semestre suman $860.000. Después de pagar todos los gastos y distribuir un dividendo del 3%, el 30 de junio quedan en el banco y caja $140.000. Para el segundo semestre se espera un dividendo del 6%.
* * * SIN DUDA ALGUNA, el monopolio del Tránsito les produce
millones de dólares a Vanderbilty otros norteamericanos,pero a Nicaragua no Je dan un centavo, aunque la Concesión del Canal y el Tránsito obliga a la Compañía a pagarle al Estado lI
un diez por ciento sacado de los productos netos, sin
deducción alguna de interés". Dicho contrato =bién obliga
a la Compañía "a hacer y presentarle al gobierno de Nicaragua la cuenta anual que manifieste las entradas y salidas" del
negocio, y estipula que nen caso que alguna disputa ó controversia se suscitase entre el Estado y la Compañía, se resolverá remitiéndola a cinco comisionados", dos nombrados por cada una de las partes y el quinto electo "por los cuatro así nombradosll.¡4Z En consecuencia, cuando la Compañía ha estado ya operando por más de un año sin pagar su cuota al Estado ni presentarle cuenta alguna, en agosto de 1852 Nicaragua
nombra dos comisionados "para que vayan a Nueva York a investigar la causa del incumplimiento y el estado del negocio
del Tránsito U,I43 Los comisionados son el Ministro de Nicaragua en Washington don José de Marcoleta y el vicecónsul inglés en León Mr. Thomas Manning (fuerte acreedor del Estado por préstamos que ha hecho). Al examinar
los libros en Nueva York, Marcoleta y Manning se encuentran con que se distribuyó un dividendo de dos dólares por acción;
y como el dividendo implica que hay ganancias. estiman que la Compañía le debe a Nicaragua más de $8.000. Piden ver el Balance o Estado de Cnent>.s, y después de evasivas y retrasos,
Junta Directiva el 18 de julio. El nuevo presidente es Charles Margan (después fundador de la línea de vapores que lleva su nombre), yanque de Connecticut que ya en 1853 tiene un capital de varios millones de dólares. Al asumir el control del
les dan uno en el que aparecen gastos exorbitantes y cero ganancia, Marcoleta se lo enseña a la prensa, y el New York
Tránsito de Nicaragua, lo hace de común acuerdo con el abogado de la Compañfa ]oseph L. White y el agente en San
.., Quiiás en los anales de la finanza no exista otro documento tan extraordinario como éste. De ser verdad, sólo muestra que la CompañIa no sólo estaba hondamente involucrada, sino que a pesar de los cobros exorbitantes, el negocio arroja pérdidas. Pero en lo que concierne a Nicaragua, gran pane de los gastos
Francisco Comelius K Garrison. la nueva directiva de inmediato deja de pagarle el 20% a Vanderbilt Cuando el Comodoro regresa de Europa el 23 de septiembre, y un empleado le comunica en detalle lo sucedido, explota, y entre palabrot>.s dicta una carta a Margan y
HeraIdlo analiza y comenta el 18 de noviembre:
son inadmisibles y absurdos. Por ejemplo, la desafortunada expedición de los señores Vanderbilt y White a Inglaterra, buscando convencer a kls capitalistas ingleses a que invirtieran
NlCARAGUA / "EL PARAíso PERDlOO DE MAHOMA" en una empresa totalmente distinta (la del canaI), :;¡e la CaI~ al TIánsito, ¡cobrándole la m6dica suma de $9.lXXl! Ésta es solo una muestra de una serie de débitos que nada tienen que ver con la Compañía del Tránsito y sus gastos, así como tampxo con el Ferrocarril Erie y sus cuent:4s _. Enlre los débitos aludidos, 9ue la Compañia pretende contabilizar como gastos del Transito, estA el valor de los vapores, el costo de construir lo que IJaman el camino entte
San Juan del Sur y La Virgen, el costo del esrudi:> que alegan haber hecho del Canal, los gastos de bs a8"nles que consiguieron las divmas concesiones de Nicaragua. etc., etc., y todo cobrado a precios fabulosamente extravagantes. Los peritos mercantiles y los comerciantes de esta ciudad que han visto el balance, tminimes concuerdan con la opirri6n de k:ls comisionados} de que dichos débitos son incorrectos. 1044
El Neraid publica ínte~ la correspondencia cruzada entre Marcoleta y la Compañta. En resumen, White y sus socios tratan de desacreditar al Ministro "con imputaciones y calumnias ve~nzosastl, tras lo cual Marcoleta cierra la polémica con ]as siguientes observaciones: y ahora que el asUnLO ha lomado esta forma, sólo tengo que agregar que me prop:mgo exponer (X>r entero la naturaleza de las diferencias que existen entre el estado de Nicara~ y las Compañlas del Canal y del Tránsito, y de cÓmo esw han vioiado el comraro, como advertencia y justificación de las medidas que mi gobierno ha lomado, o tome en el futuro, para defender sus derechos y vindicar su honor. Mientras tanto, el
público debe comprender que usarán de todos los medios buscando desacreditar e impedir el efecto de estas revelaciones; pero verá que los hechos son de tal índole, que desafian los l4j sofismas de esos especuladores interesados y sin prindpios. En diciembre de 1852, Nicaragua contempla en serio revocar la concesi6n, pero el Departamento de Estado acude en auxilio de los especuladores sin principios y demanda la destitución del Ministro Marcoleta. El pretexto que da es el incidente de la ConvenciónCrampton-Websterdel30 de abril, pero el momento que escoje Washington para pedir b destitución del Ministro es el 9p0rtuno para Joseph L WhJle y la Compañia del Tránsito. Esta es una muestra más de la politica bien conocida de la AdminislJación Fillmore, que ya vimos antes, y que un nica, corresponsal en Granada del New York Herald, denuncia con claridad: La pclioca de la admirllslIaci6n actual de los Est>dos Unidos parece ser la de reparorle nuesrro lerDtooo a nuestros veclOOS y la Compañia del Canal, creyendo sin duda que somos incompetentes para manejar nuestros asuntos e inclign:os de ser consultados en la disposición de nuesrras pertenencias. l '"
La Compañía enseguida manda a Nicaragua un agente especial, J. W. Edmonds, a demandar Ja sustitución del comisionado Marcoleta, mientras el Secretario de Estado Edward Everett le informa al Ministro de Nicaragua en Washington que de ahí en adelante el gobierno norteamer.icanono aceptará ninguna comunicación suya. En Managua, el Ministro Kerr admite con candidez que "Ja conducta de Mr. White parece andar
algo
desviada", pero a pesar de ello, en esa coyuntura
Kerr continúa sumiso apoyando de lleno a los espe2n ser castigados y exterminados PJr quien sea capaz de hacerlo; y, en mi opinión, los intereses del buen gobierno y de la humanidad imponen el deber a quien ha sido ofendido por M
ellos, de propinarles un ejemplar castigo
SumarlO.
En ese momento, los intereses "del buen gobierno y de la humanidad" coinciden con los de la Compañía del Tránsito, por lo que Joseph L. White acompaña a Borland en Washington, urgiéndole al Presidente Pierce que le propine un ejemplar castigo sumario a los vecinos de Greytown. Tras convencer al Presidente, White le envfa las instrucciones a J. W. Fabens, el Agente Comercial norteamericano en San Juan de Nicaragua:
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ALEJANDRO l3OUÑOS GEYER
que esa gente escape el cas!igJ huyendo. Su atento y seguro
servidor, etc. -J.L WHITE. 1'1
"Acatando los deseos del Presidente", el Departamento de la Marina le ordena al comandante George N. Hollins dirigirse en la Cyane a San Juan, con Mr. Joseph L White dirigiendo tras bambalinas la misión de Hollins. White, desde Nueva
York, le transmite al agente comercialFabens las instrucciones de último minuto: Nueva Ymk, 16 de junio de 1854 Muy Señor Mio: -El próximo lunes zarpará de aquí el capitán Hollins. Por sus ins!IUCciones verá que a usted se le da bastante libertad de acci6n. la cual espero que no ejercerá para mostrar la menor misericordia. a GreytmVl1 ni a sus habitantes. Si 105 brioones reciben un castigo severo, nosotros p:>dremos tornar JXlsesi6n del lugar y desarrollarb como sirio comercial Pondremos nuestras propias autoridades -traspasaremos la jurisdicci6n. y ya usted sabe el resto. Es de suma importancia que los vecinos del pueblo
aprendan a tememos. El castig:¡ les d1rá la lecci6n, tras lo cual usted se pondrá de acuerdo con ellos para organizar el nuevo gobierno y nombrar las autoridades. Todo depende de usted y Hollins. Hollins es de fiar; comprende a plenitud el ultraje, y no vacilará en obligar }Xlr la fuerza a que lo reparen. Espero oírle decir que todo sa1i6 bien. Su atento y seguro servidor, etc., -],L, W'HITE.
1tll
Las cartJls de White a Fabens exhiben y patentizan una vez más las relaciones íntimas entre los especuladores del monopolio del Tránsito y el gobierno de los Estados Unidos. Cuando se leen a la luz de los sucesos previos y los subsiguientes. revelan el contubemiocorrupto entreMr. White y la administraci6nde Pierce. lI¡Greytown será destruidaJlI y los tlbribones" serán expulsados y "nosotros podremos tomar posesión del lugar y desarrollarlo como sitio comercial". El regio "nosotros" significa la Compañía del Tránsito en sociedad con politicos prominentes-un1ándolela mano nada menos que al Presidente Pierce, según afinna el agente comercial Fabens, uno de los socios- todos ellos accionistas especuladores de una gigantesca concesión de tierras en la Mosquitia denominada "Central American Land Company" [Compañia de Tierras Centroamericana].1~9 La Cyane llega a San Juan el 11 de julio, y Fabens y Hollins ejecutan las instrucciones de White, evitando el derramamiento de sangre pero sin mostrar la menor misericordia a Greytown ni a sus habitantes. A los vecinos del lugar se les notifica con tiempo para que abandonen sus bogares antes de que la corbeta los destruya a cañonazos. En el informe de Hollins a sus superiores, suena tan natural como abrir y cerrar la ducha en el baño: A las 9 A.M. del 13 de los corrientes, abrimos nuestras baterfas sobre la ciudad, lloviendo sobre ella baJas y metralla por tres cuartos de hora., seguido de un receso de igual duración. tras lo cual las abrimos de nuevo por media hora, seguido de un segundo receso de tres horas. Transcurrido ese intervalo, recomenzamos a disparar y continuamos por veinte minutos hasta cesar el bombardeo. El objetivo de los varios recesos en el oombardeo era el de dar una ofDrrunidad :para platicar y arreglar satisfactoriamente el asunto con los habItantes de la ciudad. Ellos no aprovecharon la consideración que les mostramos, y a las 4 P.M. desembarcamos un contingente al mando de los tenientes Pickering y Fauntleroy con órdenes de pegar fuego a los escombros hasta completar la destrucci6n de la ciudad.... Nuestras balas y metralla habían casi totalmente destruido las
casas; pero se creyó conveniente incendiar las ruinas para inculcarles a los vecinos del lugar una lección de castigo ejemplar que jamás olvidarán ... Y para que el mundo entero se dé cuenta de que Estados Unidos tiene el pxler y la voluntad de obligar como gobierno a que 10 respeten y le den las reparaciones debidas en cualquier punto del gloh::> en que se cometan ultrajes. 170
La salvaje destrucciÓn de Greytovm por la cañonera de Hollins, recibe la aprobación incondicional del Departamento de La Marina, del Presidente Pieree y de su gabinete. Naturalmente, también desata una tormenta de airadas prolestas en la prensa norteamericana. El editorial del 11 de agosto de 1854 en el New York Herald, elocuente transmite "El veredicto público del suceso de San Juan": Durante el período entero de nuestra carrera periodistica, no recordamos ningún acto del gobierno que haya recibido una condena tan generalizada y completa como la del ultraje cometido, bajo la autoridad de la actual Administración. contra la población de San Juan de Nicaragua. La publicación de los documentos oficiales, que se esperaba atenuaría el acto, ha servido más bien para confirmar lo justificado de las denuncias que las primeras noticias provocaron; y los sucesivos esfuerzos del órgano del gobierno de paliar la acción con falsedades de los hechos y burdas calumnias contra los habn.antes de San Juan, no sólo han fracasado por completo, sino que han cubierto de vilipendio a dicho órgano y a la prensa estipendiaria 171 que le sirve de eco.
La realidad de los hechos es que los marinos de la Cyane han ejecutado a pie juntillas las órdenes de Mr. White, de que "¡Greytown será destruidaJ u A los sanjuaneños les han inculcado una lección ejemplar que jamás olvidarán; toda oposici6n al Monopolio ha sido volada na los infiernos u, dejando as! a la Compañia del Tránsito en controlcompletode toda la ruta. Asimismo, con la destrucción de Greytown el camino ha sido allanado, conforme lo expresara Mr. White, para poner sus propias autoridades y traspasar la jurisdicción, al prepararse a ocupar el territorio los especuladores 172 concesionarios de la Compañía de Tierras de la Mosquitia.
10. "El Ministro Filibustero" LAs NOTICIAS SOBRE WS ESPECULADORES de tierras en la Mosquitia aparecen en los diarios de Estados Unidos en el otoño de 1853. Mr. David Francis Keeling, de Norfolk, Virginia, ha adquirido una concesión de unos veinte millones de acres originalmente otorgada por el Rey Mosco a Samuel y Peter Shepberd, oriundos de Savannab, Georgia. Se dice que el suelo en la Mosquitia es tan fértil como el que más en el globo terráqueo, pero que aún más valiosos son "el carb6n, cobre, oro y plata que ah! abundan". Las visiones de fabulosas riquezas atraen a los incautos a invertir en el proyecto. Keeling y otros socios de Virginia, Pennsylvania y Nueva York organizan una empresa reputada como la mayor de su género en el último siglo y medio. Y cuando la raza anglosajona "ponga el pie en el suelo centroamericano y lo oeupe en deíinitivall, la industria y el progreso, claro está, iniciarán "una nueva era en la historia de los estado~ centroamericanos ... de los Estados Unidos ... y del mundo". ' James Gordon Bennelt, sin embargo, enseguida desinfla ese globo del Destino Manifiesto con un articulo bien documentado en el New York Herald del 16 de enero de 1854. Ah! Bennettdemuestra a plenitud que las concesionesde tierras del
NICARAGUA
I
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"EL PARAíso PERDIOO DE MAHOMA"
Rey Mosco no valen un centavo. La patraña de la Mosquitia presto desaparece de la vista del público, pero los promotores del fraude siguen desarrollando en privado su grandioso proyecto de colonización, y les regalan acciones de la l1Central
L. White, Charles Margan y otros conectados con la línea del Tránsito, tras lo cual cena en la casa de \X1h.ite con Charles]. Faulkner, de Virginia. El 26 de octubre conversa una vez más con Fabcns, recibe sus instrucciones finales del Departamento
American Land and Mining Company" a los funcionarios claves del gobierno de Estados Unidos y a los accionistas principales de la Compañía del Tránsito. Joseph 1. White y Cbarles Margan entran así a formar parte de la Junta Directiva de la Compañía de Tierras Centroamericana, la que también
de Estado, visita al PresidentePierce en compañía del Ministro de la Marina Dobbin, y con afecto se despide de ambos.
cuenta entre sus accionistas de nota: al senador de PennsyI-
Mosquitia. El Coroneles persona idónea para ello: "un hombre perfecto ... con los poderes de resistencia de un indio y toda
vania James Cooper; al abogado de Baltimore William Cost Johnson; a Sidney Webster (Secretario Privado del Presidente
En los momentos en que el Ministro Wheeler sale de Washington en su misión a Nicaragua, el coronel Henry L. Kinney llega a la capital a hacerse cargo del proyecto de la la experiencia en la ardujl¡ vida aventurera del soldado y del 1
Pierce) y a su Il socio", el Presidente en persona; a Fletcher y
pionero en la frontera n.
Daniel Webster (hijos del anterior Secretario de Estado); al Agente Comercial norteamericano en San Juan del Norte J. W.
Kinneyes uno de los primeros pobladores de Chicago antes de emigrar a Texas a establec~r -una factoria que al crecer se convierte en la ciudad de Corpus Christi. Durante la guerra con México, Kinney es el Cuartehnaestre del general Taylor, y
Fabens; a A. O. P. Nicholson, del diario Washmgton Unian;
al coronel John W. Forney, Secretario de la Cámara de Representantes y redactor principal del Unian)" y Uotros .. . IIIU caballeros en pOSICIones prommentes . El Ministro de Nicaragua don José de Marcaleta, reintegrado en su puesto durante la administración del Presidente Pierce, denuncia con ahínco la agresión que gesta contra
Nacido en Pennsylvania, el joven
enseguida se dedica al floreciente negocio de exportar a Chihuahua los sobrantes de la campaña; su factoría es un puesto importante en la ruta por Chihuahua a California durante la fiebre del oro, hasta que una epidemia desastrosa de fiebre amarilla le cierra el negocio en el verano de 1854. A
Nicaragua la Compañía de Tierras Centroamericana en contu~ bernia con la Compañía Accesoria del Tránsito, pero el
fines de septiembre viaja hacia el norte vía Nueva Orleáns y
gobierno de Estados Unidos no le pone atención. El Secretario
establecer ill1 negocio con el coronel Hiram H. Pearson en San 178 Francisco. Pero en vez de ello, un mes después aparece en
de Estado Marcy ni siquiera se digna contestar las cartas apremiantes de Marcoleta del 7 de febrero, 20 de marzo y 4 de mayo de 1854. Y enseguida la revolución contra Chamorroque
comienza el 5 de mayo y el bombardeo de Greytown por la CJ"ll'e el 13 de julio dejan abiertas en pampa las puertas para el proyecto de colonización. El 30 de agosto se anuncia en Washington que la Compañía de Tierras está casi lista a iniciar
las operaciones, y que el senador Cooper, uno de los principales accionistas, viajará a San Juan en el siguiente vapor de la Compañía del Tránsito. El Ministro británico Mr. Crampton, Il
Mobile, y la prensa informa que va rumbo a California a Washington, nombrado líder del proyecto de la Mosquitia por
los especuladores. na· sugerencia del Presidente Pierce. su antiguo compañero de annas en la Guerra de México".179 ws especuladores anuncian la noticia en noviembre: De Nueva York, Texas y otros puntos zarparán los expedicionarios que fundarán una nueva república en el país de la Mosquitia, y el célebre coronel Kinney será su Presidente. La escogencia de Kinney por el Presidente Pierce, asegura el
triunfo. Un periodista comenta:
reiteradamente les ha asegurado a los directores de la
American Land and Mining Company que a su gobierno le
complacerá verlos en posesión incontestable de todo el país, con la aprobación del Rey Mosco.
!1¡
Presidente y al Secretario de Estado".]
mismo le ha dicho al
5
Tal anuncio de la aprobación británica les da alientos a lbs especuladores de la Mosquitia, y los que ocupan altos cargos
en la administración de Pierce redoblan sus esfuerzos para conseguir el apoyo de su gobierno al proyecto. Sus maniobras se pueden leer entre Uneas en el Diario íntimo de John HiJl
"Wheeler, subsecretario privado del Presidente Pierce, que renuncia a dicho cargo a principios de agosto al ser nombrado Ministro Residente ante la República de Nicaragua. En las
semanas subsiguientes, antes de partir hacia su nuevo destino, Wheeler en consecuencia sostiene varias conversaciones largas, íntimas y nconfidenciales ll con el Presidente Pierce, el Secretario de Estado Marcy y el Ministro de la Marina Dobbin.
Los asientos en que anota sus actividades en el Diario, podrían servir para compilar la lista de Quién es Quién en la Compañía de la Mosquitia en 1854. Como se verá adelante, la colaboración de Wbeeler con los filibusteros señala que desde un
comienzo pertenece a su campo. Wheeler pasa una mañana entera con el coronel Forney y Sidney Webster, "y de ellos apren9} mucho acerca de nues1ras relaciones con Centroamérica. nI 6 Luego cena en el restaurante Willard con Cost ]ohnson,Fabens y Hollins, y por segunda vez con Fabens y su esposa. Visita al Juez Nicholson del diario
Union, se entrevista
de nuevo con el coronel Forney, va con Fabens adonde ]oseph
Esto augura bien para la empresa. Un hombre como éste -que ha dejado su huella indeleble donde ha estado, y en todo lo que ha hecho- no es probable que fracase. ¿Sabrá la gente en CenlIoamérica lo que es el "destino manifiestd' y lo que es bueno para sus países?liO El Ministro de Nicaragua don José de Marcoleta sabe muy
bien lo que es el 11destino manifiesto" y lo que es bueno para el país que representa. El 22 de noviembre le dirige otra carta más a Marcy, rogándole al Secretario de Estado que vea que
se emitan las órdenes pertinentes para impedir que los expedicionarios zarpen de los puertos de Estados Unidos, es decir, de Nueva Orleáns y Nueva York. La respuesta de Marcy, el 30 de noviembre,deniega la petición de Marcoleta, alegando que
la expedici6nde Kinneyes "pacífica'" estrictamente "de índole l8l comercialu. Marcoleta insiste, el 11 de diciembre, llamándole la atención a Marcy acerca de la notoria y verdadera índole de la empresa de Kinney: ¡cuyo "negocian es el de establecer una "nueva república", con un Presidente ex1ranjero en territorio nicaragüense! El Ministro costarricense don Felipe Molina, temiendo el desbordamiento de los colonos al territorio tico, también le escribe a Marcy, y éste de nuevo replica que el gobierno de Estados Unidos no interferirá con la padfica empresa comercial, agrícola y minera de Kinney. El Washington UnioD"claro está, repite los argumentos de Marcy, a la vez que otros periódicos señalan que tales sentimientos son propiedad exclusiva de quienes tienen intereses creados en
1(}Q el asunlD. El Her¡¡/d, el TTlbuney olros diarios llaman fihbustero a Kinney, y reiteradamente destacan que es del conocimiento público que la administración de Pierce está involucrada en la empresa. El corresponsal del New York Heraid en Washington lo dice claro el 22 de diciembre de 1854: El proyecto de la expedición de colonizaó6n del coronel Kinney a Centtoamérica está causando gran sensación aq~ al igual que en olIas partes. Genenilinente se c[ee que la Administraci6n está virtualmente comprometida a ver que el coronel Kinney astlmJ. sin tropiezos las riendas del gobierno en su
nueva' regública. Es indudable que los miembros del Kitchen Cabinee le tienen gran simpatú a esta grandiosa aventura, y quizá tienen en ella también gran cantidad de acciones. El plan es mandar mil o dos mil hombres, a¡mados y equipados, a planw la colonia. Con el pie así metido y asentado en la Mosquina. de inmediato comenzarán "a expardir el área de la libertadl" y lo continuarán haciendo hasLl injerir a toda CenlrOamérica en esta república de Cooper, Cosl Johnson y Kinney. Los recursos para la cam¡nña Jos sacarán de las acciones respakhdas p:>r treinta y cinco millones de aCles de tierras que la Compañia alega poseer ahi Aqu! se cree que el Minisrro de la Marina Dobbin movilizará la flota en favor de la nueva cobnia, concentrando en la zona tcx:los los barcos disponibles de la. escuadra.. del Canh; con el fin. de contrarrestar a las fhras de Inglucrra y Francia, que como bien se sabe, están en el proceso de aumen[ar las fuerzas en el área. Asl pues. se percibe que el bombardeo de Greytown (ezm en mente un
significado y un objetivo de máximas dimensiones y belige• 18)
ranCIa.
A pesar de la extensa publicidad, los dirigentes de la
empresa no logran amasar los recursos para la campaña. Sobreviene una de las tantas crísis en el mercado de valores, que arruina a numerosos inversionistas al bajar de precio las mejores,acciones, y no hay quien desee desperdiciar un centavo en la aventura de la Mcsquitia. Además. el asunto sensible de la esclavitud está coneclado con la empresa, y ello redunda en detrimento de Kinney en el Norte. El New York HeraJd informa el 30 de diciembre: Hemos conseguXio de la. mejor fuente un relaro cabal de los pro¡xJsitos y Mes que persigue la. eJ::ped.ici6~ Es de índole parecida a la elpedición que se fragué> aquí hace más de veinte años, la que al mando del general Sam Houston logró colonizar T ex.as, para enseguida quitarle el territorio al gob:emo de México y finalmente aneurlo a EsL1dos Unidos como esL1d.o sobernno de la Confederación ... La expedición original. Texas inrrodujo la .,clavitul africana en dicho eSLado, b cual ha result.a.do benefió::)so tanto para los blancos como para los negros. El objetivo de la expedición de Kinney es similar. Sus lIderes se prop::men establecer la esclavitud africana en Cehtroa..méric:¡.llcvando los esclavos probablemente de los estados sureños.'
Name contradice al Heraldacerca de los fines esclavistas de la expedici6n, aunque algunos no Jo consideran llbeneficioso" para nadie. En particular, Horace Greeley,quien al divulgar en el Trihune la trama del proyeclD, con nombres y detilles, comenta: ... no ohitante, a pesar de la notoriedad y de las reiteradas declaraciones en público. MIster Secreuri:::l de Estado Marcy finge ignorar los designios de los expedicionarios, y les responde al Seflor Mucolw. y al Señor Mo1ina, ambos represenuntes de Centroamérica en Washington, que él no ha
hLEJANDRO EO~OS
GEYER
recibido ningún informe oficial sobre el asunto. Qué frase más conveniente. ésa de "informe oficialU• El Ministro de un pa1s amigo le comunica al Secretario de Estado que en nuestras ciudades se está OIga.niz.an::iO una expedioon hostil contra el país gue él representa; y el Serrewio le responde que él 00 ha recibi:io ningún infocne oficial sobre el asunto. Es como si alguien denuncia ante el Jefe de Policía que se está fraguando un pIan para f.aQueaI" e incendiar la casa de Wl vecino, y el Jefe le teSfX>ooe que no puede hacer nada para evitar el crimen porque no ha recibido ningún informe oficial La inft=rencia es tan válida en un caso como en el Otro, de que el funcionario que en esa forma rehusa acruat, está. bien anuente a que se cometa el crimen De si el aspecto recientemenle desarrollado del plan del coronel Kinney -de introoucir la esclavitud en los paises conquistados para luego anexarlos como estados esclaYÍsw- úene algo que ver con esta tolerancia de parte del Ejecutivo, es un punto sobre el cual no haremos hincapié aquL Basta señilir: que ambas cosas se han divulgado simultánea· mente, y que el paniio que está en el Poder es el mismo que se hizo de la vista gorda cuarKJo la transacción oriF' en Tew, de la que ésta en Centroamérica es una copia.'
La "Conexión Esclavista' de la empresa de Kinney·naturalmente se extiende a la CostA del Pacifico, tejiendo en la trama a Henry A. Crabb y demás propagadores de la esclavitud en California. Este punto se esbozó ya en el segundo tomo de esta biografía, donde se relata la forma como Crabb, Fisher, Homsbyy DeBrissotentran en escena, y cómo Jos tres últimos l se enganchan en la empresa de Walker " y el Minislro Wheeler, claro está. inicia su carrera filibustera en Nicaragua con el trío Fisher-Homsby- DeBrissot El 15 de enero de 1855, Wheeler se encuentra en San Juan del Norte cuando dichos SI¡jetos negan de Nueva Orleáns en el DanieJ Webster. 1 Ese día cena en privado con Fisher y Homsby. Los cuatro amigos prosiguen juntos por la via del TránsilD, con el trío convertido en séquito oficiJ¡\ del Ministro, sus nombres insc:ritDs como tales en el pasaporte. Los cuatro van rombo a León via El Realejo, pero como en San Juan del Sur no encuentran embarcación que los Ueve. se ven forzados a carobiar de planes, y viajan a Granada por tierra. Cuando Whee!er y sus acompañantes cruzan por el campamenlD leonés que sitia la capital legitimista. el filibustero DeBrissot marcha al frente como portaestAndarte del Ministro, con la bandera norteamericana en sus manos ondeando al viento. \Vheeler llega a Granada el 29 de enero. se entrevista COD el Presidente Chamarra, y al día siguiente zarpa por el lago en un velero del gobierno, hacia Ometepe y La Virgen. Fisher, Homsby y DeBrissot, provisto> del pasaporte del Ministro, viajan a Rivas por tierra. En Jalteva, Fisher fmna una contrata con JC!ez para enganchar en California 500 rifleros norteameri~ canos para el ejércilD leonés, y sin dilación se la neva a Crabb en San Francisco; a Ilornsby y DeBrissot, Jerez les da $500 para armar una pandilla de aventureros en San Juan del Norte y con ellos recuperar eJ Castillo y San Carlos para los leoneses. El4 de febrero, en La Virgen, Hornsby y DeBrissotse reúnen con Wheeler, y dos d1as después los tres negan a San Juan del Norte en un vaporcito fluvial del Tránsito. En San Juan, 'los tres viven y comen juntos". UII Wheeler visita a Peter Shepberd. con quien sostiene "una conferencia cabal acerca de las conce5ionesque le otorgó el Rey MOSCO".l89 Homsby y DeBrissot organizan la pandilla, y deciden apoderarse de un lote de pertrechos comprado en Jamaica por don Rosario Vivas, agente del gobierno legitimista, y despachado por él do arrib., en un bongo, rombo al Castillo y Granada. Siete meJ"cenanos. comandados por DeBrissot, salen
NICARAGUA
I "EL PARAiso PERDIOO DE MAHOMA"
de San J= en una lancha ell8 de febrero, en persecución del bongo con los pertrechos. Otros tres bongos, con cu.arenla nicaragüenses vecinos de San Juan. salen en persecucIón de DeBrissot Hornsby se alarma y le pide a Wheeler que envíe rápido un vapor en auxilio de sus camaradas filibusteros. Ya a punto de zarpar el vapor, DeBrissotregresa, sano y salvo. Los cuarenta nicas lo hablan alcanzado a seis millas de San Juan y sin disparar un tiro lo hablan obli,gado a desistir. D.on Ros,,:i? Vivas, agente del gobIerno de NIcaragua (del gobIerno legJumista ante el que esti acreditado Wheeler), al instante denuncia las actividades de los filibusteros en un documento que en persona le entrega al Ministro, y éste anota en su Díario: Lunes 19. Mañana lluviosa. R. Vivas y otros llegaron y me presentaron un documento. Yo les informé que consideraba la conducta de la gente de Greytown para con el Capitán DeBrissot altamente reprensible -y de que :ú se le tocaba un cabello a un ciudadano Americano o se saqueaba su propiedad, puesto que no había ley que los protegiese en Greytown, yo apresana al agresor y tan pronto llegara un barco de guerra., lo ahorcaría. Gran excítación todo el dla. Amenaza de incendiar mi casa, etc.¡~
Wheeler de inmediato le escribe un despacho al Secretario de Estado Marcy, denunciando "un ultraje de carácter muy extraordinario" cometido por gentes de Greytown cantIa un ciudadano estadunidense, Julius DeBrissot, "vecino de Nueva Orleáns, excomandante del vapor correo de Estados Unidos The United States y bien conocido del honorable J. P. Benjamin, Senador de Louisiana". Tras ese preámbulo le urge l1encarecidamentell a Marcy que "un barco de guerra Amen· cano de cualquier tamaño" visite San Juan con regularidad para evitar lIUna catástrofe" como sería el que un ciúdadano norteamericano pierda la vida o sus "valiosos bienes" a manos de lila indigencia avariciosa y la furia temeraria de esos rufIanes sin ley".191 Al arribo del Star oi!he West de Nueva York el 22 de febrero, Wheeler y sus compinches filibusteros abordan el vaporcito fluvial (con los pasajeros rumbo a California) y transbordan al lacustre, hacia La Virgen, con el equipaje lleno de rifles, pólvora, ete. para los leoneses. Su sorpresa es enorme al desembarcar en La Virgen y constatar que durante su ausencia las fuerzas de Chamarra se han apoderado del Departamento Meridional. Hornsbyy DeBrissotcruzan a toda prisa a San Juan del Sur y se escabullen a Californla en el Cortes, dejando atrás los pertrechos -excepto la pólvora, que se va con ellos en sus baúles. Pero las armas y mumCloneS,en cajones rotulados como propiedad de W1teelerJ caen en manos de Chamarra. 'Wheeler anota en su Diario: Sábado 24. Llegamos a Babia de la Virgen, donde el Juez Cushing [agente de la Compañia del Tránsito] nos recibió como a un hermano. El Dr. Gauffreau [c6nsul norteamericano en El Realeío, nombrado por Wheeler] con nosotros. Hornsby y DeBrissot salieron para California y Fabens para Nueva York.
Escribí por medio del Sr. Young a Rich>rd P. Ashe, Agente Naval de San Francisco e incluí una carta para el Comandante del Escuadr6n del Pacífico para que un barco de guerra visite San Juan del Sur. Muy mortificado. de encontrar algunas municiones de Iferra marcadas con ID! nombre, las que el Juez Cushing entrego al Sr. Chamorro. 1'i'2
La inmunidad diplomática protege al Ministro, y éste a su vez protege a sus camaradas filibusteros: Los fun.0ona,nos ~e Chamarra dejan salir a Hornsby y DeBnssot hacla Califorma, cuidándose muy bien de aprehender o maltratar a ningún
181 ciudadano norteamericano tras ser advertidos de terribles
represalias por el Ministro de Estados Unidos. Los recuerdos de la Cyane están aún frescos en la memoria, y además es
público el contubernio de Wheeler con los filibusteros. Otro corresponsal del New York HeraId preg¡mta desde Rivas el 6 de marzo de 1855: ¿Cuándo dejará la Administraci6n de enviar :Ministros al extranjero que no tienen la capacidad para ejercer el cargo, y que son incapaces de sostener la dignidad de su patria? A Nicaragua han mandado un señor que desde el primer momento que lleg6 aquí mostró ser un filibustero y algo mas ... Los rucaragüenses están muy mdignados ... a él lo consideran el A1inistro F¡J¡bustero. 1')
Wheeler se gana as! el mote de El Ministro filibustero en cuanto arriba a Nicaragua, y sus actividades futuras durante el perlado de Walker confmnarán a plenitud que lo merece.
11. Triste Rómulo para la Mosquitia EL FRACASO DE LOS FlUBUSTEROS DE CMEB en Nicaragua coincide con dificultades más serias en Nueva York y Washington, en el cuartel general de los aut01larnados "libertadores" de Centroamérica. Todo gira alrededor de un pequeño problema al comienzo: la apremiante falta de dinero, pues los especuladores van en pos de muchos dólares pero sin invertir uno solo. En diciembre de 1854, cuando Whlle, Kinney, Johnson y Coaper se reúnen en el Hotel Metropolitan de Nueva York, sus socios le ofrecen a White abundantes títulos promisorios de tierrasj mas nadie está dispuesto a sacar un centavo de la bolsa con que sufragar los gastos de la empresa.·La pobreza de la Compañía le disgusta a White, quien además "aborrece la ambición y vanidad de Kinney", y l94 está convencido de que éste lo arruinará todo. White ve de golpe que Kinney piensa destruir a la Compañía del Tránsito para quedarse él con el negocio. Ambos lideres se pelean: White se separa de la Compañía de Tierras; Kinney y Cooper nombran Presidente a Cost Johnson; Cooper y Johnson nombran a Kinney Teniente General de la Mosquitia. 'White corre hacia Washington. a comunicarle su decisión a Marcy y Crampton. La separación de White de súbito vuelca a la Compañía del Tránsito, convirtiéndola en antagonista de Kinney. El 2 de enero de 1855, el Tránsito le informa oficialmente a Marcoleta que han roto relaciones con el proyecto de la Mosquit0. La antigua amistad del Secretario de Estado Marcy con Whlte, y las sustanciales acciones del Tránsito del Procurador Caleb Cushing, enseguida transforman también a ambos funcionarios en antagonistas de Kinney. En enero de 1855, los filibusteros de pronto han perdido el control del Gabinete y con ello el apoyo de la admirllstración de Pierce. El corresponsal del New York HeraId informa desde Washington: :M.arcy envi6 instrucciones a los Marshals en todos los puertos del Atlántico de Estados Unidos, de que estén alertas a deteclaI a los barcos de Kinney para impedirles la parridaj Y Crr lo tanlo, con unos pocos compañeros. vine a ,Nicaragua intentando impartir mayor fuerza y vigor al fPbiemo democrático. Mi meta y la de mis subordinados es .la de establecer el gJbiema sobre una base fume y liberal -asegurar los derechos del pueblo mientras mantenemos la. ley y el ordenH_~
Ésa es pura propaganda para conswno externo, pues en esos mismos dlas WaIker define su verdadera meta y esboza sus planes de conquista a su edecán y confidente, Charles W. DoubIeday, quien luego los asienta en sus Remiaiscences. En largas caminatas sobre la playa, Walker expone sus monomaniáticos planes para un Imperio E~lavista Sureño, englobando a México y Centroamérica. Doubleday le objeta, y \VaIker se resiente: su reacción una vez más desenmascara al Aut6cra~ confirmando sin quererlo que Doubleday dice la verdad. En San Juan del Sur, Walker, el Autócrata, impone tributos y toma lo que le place de nativos y extranjeros por igual Un residente norteamericano le escribe a su socio en San Francisco: Walker nos está. imponierr.do leves contribuciones a todos. para sufragar los gasIOS actuales -la nuesa. fue de $200.... Walker es en realidad insocial; ya nos debía haber visitado ¡x:>r las muchas pequeñas 31enciones que hemos tenido p.ya con él. mas parece que no se separa de "mis hombrestl • Él tiene ro mula favorita y mi cabaIlo. Claro eslá qlJe nosotros no se los preSlamos. No obstaíue, nos satisface que sirven en una buena causa..... Aquí se mantiene un orden perfecto. y así seguirá, pues la palabra de Walker es ley.~'
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ALEJANDRO roLAÑOS GEYER
los pasajeros de la CompañJa del Tránsito cuentan lo mismo al llegar a San Francisco: los soldados de Walker confían ciegamente en él, y aceptan como ley suprema su palabra. iUr.m el caso de un alto oficial en el ejército de Valle, que en una borrachera, quiebra unas botellas de licor en la Casa del Medio Camino. Walker lo echa preso. lo somete a consejo de guerra, y en menos de veinticuatro horas 10 fusila
en la playa un pelotón de pasajero comenta:
fus~amjento
norteamericano. Un
Se cree que en un día no muy lejano el coronel WaJker será Presidente de Nicaragua, y entonces sus seguidores recibirán la recompensa p)[ sus faenas. Varios pasajeros se enrolaron bajo su bandera, y muchos más se arrepienten de no haberlo hecho. Yo me sorprendí al contemplar los modales sosegados y modestos del Coronel. pero un hombre más valiente es raro encontrarlo. Es un hombre de gran talento, y bien apto para el DUndo. En la convers.aci6n no desperdicia p;dabra, y sus seguidores afirman que jamás bIa... fema ni echa palah.."'Otas; mas su autoridad sobre sus soldados --de los tipos más desenfrenados de Califomia- es completa. Que lo corone el éxito, digo yo."
A raJz de la partida de Doubleday. la prensa de San Francisco informa que "el capitán DeBrissot y el coronel
Hornsby acompañan constantemen~e a Walker y esperan confIados el triunfo de su partido'. ' Ambos pertenecen al campo esclavisla de French-Crabb-Fisher que acuerpa a la expedición de Walker, y ambos apoyan con entusiasmo Jos lImovimientos" mismos que repelen a Doubleday. Frcach, que zarpa de San Juan la víspera del triunfo de Walker en La Virgen. arriba en San Francisco el 14 de septiembre. De los 650 pasajeros en el Unc!e SIllD, el cólera mala 106 durante la travesia, pero la vida del agente esclavista en realidad no está en peligro }'3 que él viaja en primera clase y 102 de las muertes ocurren en los de tercera. A éstos los contagian en San Juan
del Sur las tropas MtiVas de Vaneo que llevan la peste de El Realejo. (lJama la atención que aunque algunos nicaragiienses y los norteamericanos de Walker viajan juntos en el Vesta, el cólera no cobró víctimas en la Falange en esa ocasión; parece que los contlgiados iban todos en el quecbe). En cuanto desembarca en San Francisco. French COmleD.23 a esparcir su propaganda en los diarios, con la que atrae recursos y reclutas para los designios de los Know-Nothingen apoyo de Walker. El capitán Parkcr H. French, que es" destinado a figu.' que los de un jefe militar. Se dice que es notoria su templanza --que raramente tiene dinero y que éste no le irn¡xma., y que ni el vino ni la compa.ñia de 1a5 damas ejercen atractivo para iD. En cada vapJI de California y Nueva York recibe nuevas remesas para sus filas, y para el primero de junio espera tener cmco mil rifleros. m o ••
Lo que le cuentan de Walker impresiona tanto a Paulding, que luego deposita toda su confianza en la administración de
justicia del Predestinado de los Ojos Grises. Cuando un compatriota norteamericano asesina a un marino del PQlomac
en El Castillo, Paulding le escribe a Wheeler: ... La investigaci6n que el Gener.al ha ordenado hacer, sera muy imp:Jrtmte para averiguar los hechos del caso ... El carácter del general Walker es una garantía suficiente de que dicha conducta no dejará de recibir el castigo merecido, y conociendo ya él del asunto, estoy más que satisfecho de dejarlo en sus manos. Le ruego expresarle .al General, mi honda gratirud, y mis mejores deseos para quel18tenga éxito en brindarle seguridad y rep:Jso a Centroamérica.
Al llegar a su fin 1855, Walker goza del apoyo firme de El Ministro filibustero en Granada, y en consecuencia cree que tiene también el respaldo de los buenos amigos de Wbeeler en Washington, en especial del Presidente Pierce y del Ministro de h Marina Dobbin. Viendo al Potomacen San Juan del Norte, decide agregar Greytown a sus dominios, calculando que h fragata norteamericana neutralizará a los barcos de guerra ingleses en el puerto. Pero el comodoro Paulding rehusa
colaborar, y Walker se ve obligado a desistir, conforme Paulillng le informa a Dobbin: Cuando el cirujano Dillard lleg6 a Granada, Walker tenia listos doscientos rifleros para enviarlos a Greytown a izar la bandera de Nicaragua en el asta en que los ingleses ondean el pabell6n de la Mosquitia, pero cambi6 de idea en cuanto sUp:J que yo no colaoora..na. :319 A finales de noviembre, Walker le escribe una carta a su amigo de la niñezJ el doctor John Berrien Iindsley, solicicindole que persuada a a1g1Ú1320experto en geología y botánica para que vaya a Nicaragua. En esos dfas, mientras
Fry inspecciona la región septentrionalde la república, Walker le ordena al juez George H. Campbell, fogueado minero californiano,que conduzca una brigada al otro lado del lago y explore las regiones mineras de Chontales; y mientras aguarda
el informe de Campbell, asienta en El J.Vicaraguense: UNA CIUDAD EN RtJ1NAS EN CHüNT.ALE.S
Ésta es una edad ubérrima en descubrimientos imp::>rtantes. Bajo las planicies cubiertas de hierba en la Mesop:Jtamia, un curioso viajero occident.a1 ha expuesto para nuravillarnos, los fragmentos de la gloria oculta del antiguo Nínive Justo entonces, en el otro extremo del globo. un puñado de intrépidos pioneros, en sus laoores cotidianas en el suelo arenoso, sacaban las relucientes partículas del metal más valioso de la tierra en tal profusi6n, que se veían precisados a detenerse a contemplar, todos pasmados de asombro ... Hoy la tierra es tan rica como en los días de Asher y Belus, mas el destino de las ciudades que ellos construyeron, nos advierte que no debemos pasar, todo el tiemp:¡ luchando p:>r honores y galardones ... ast tras contemplar las ciudades en ruinas, tras investigar sus artes perdidas y su pasada grandeza, y estudiar los jeroglfficos aún visibles en las paredes, pcdremos agregar algunos datos al mapa que esperamos nos ayude a navegar a salvo sobre los peligrosos mares en los que ellas naufragaron. Nos ha llevado a reflexionar en esta forma, la descripción de una dudad en ruinas que nos ha dado un viejo explorador del clistnto chontaleño. La imagen que nos pinta de dicho lugar perdido sumergido en la selva, nos trae a la mente las elocuentes descripciones que hace Stevens de Copán. P.alenque y Uxmal (este último sitio también visitado p:>r nuestro amigJ), cíl.ld.1des construidas PJr gentes cuyo nombre ha desaparecido de la memoria del hombre. Se nos dice que queda en direcci6n norte noreste de La Libertad; a una distancia de 25 a 3D millas. Algunas de las nrinas muestran señales de haber sido palacios, por la solidez de los escombros de las paredes y la calidad de las esculturas en los dinteles de las puertas; otras parecen haber sido templos; con irunensos ídolos en los umbr.ales, ric.a.rnente decorados, con alas y p:>rtando lo que parecen ser armas; los que probablemente representan ángeles o santos guerreros. En un punto hay una escalinata que conduce a un amplio terraplén, y aquí y allá, cubiertos de tupida maleza, se ven los restos de piramides y torres rectangulares, en cuyas bases los ídolos caídos yacen dispersos, formando montones irregulares. Todos estos objetos están ricamente esrcionado una escolta paza la recua especial que en el amioo del Tránsito transporta el oro proveniente de California.. En conjunto, el esudo de cosas en Nicaragua es favmable a los ln[ereses de la Compañía, y necesariamenle debe continuar ast sea cual fuere el part:i4o político que soslenga las riendas del g:>biemo en esa nación. m
El Secretario, Mr. Lea, enseguida lee un resumen del balance fmanciero de la Compañía: Pasivo, $259.854; Activo, S2.749.684, indul'endo más de ¡3oo.000 en efectivo. Mas es sospechoso que los Ingresos y Egresos continúan en se~reto, lo cual se siente al instmte en Wall Street. donde las aCCIones del Tránsito de Nicaragua bajan de valor después de la asamblea. Además, en esos días sobreviene un pánico en la bolsa de Nueva York al llegar noticias de que han subido los intereses en Londres y París, y de que hay un gran malestar comercial·en Europa producido por la Guerra de la Crimea. En las ,emanas subsiguientes, el bajón general en WalI Street afecta fuertemente al Tránsito de Nicaragua, que a principios de noviembre otra vez se hunde a cifras debajO de 14. En 10 fino de esa crisis financiera, la Compañia del Tránsito confronta la tarea de conseguir S115.ooo para el 1 de diciembre, para cancelarle a Vanderbilt la deuda incurrida en el año anterior, cuando se retiró del negocio. La Compañía en efeclo le cancela la deuda a Vanderbilt ea la fecha señalada, pero no sin que Margan y sus amigos se echen más dinero a
la bolsa: le facilitzn el dinero a la Compañía, comprándole bonos a menos del valor nominal, pagaderos en seis meses y requetc garantizados con la hipoteca ~e los barcos N.0rthem
Lighl y Star ofthe Wes, que valen varl3S veces la cantidad del préstamo. El HeraJd comenta: Los peores
en~
de la Compañia son los propios
miembros de la Junta Directiva oo. Se han .mbolsado buenas sumas en concepro de salarios y comisiones, y hasta la {echa la empresa ha sido ~ejada para el solo bene~kl de unos ¡:ocas indivrluas, que rapido le chupan la sangre \'1r.al. .,. Ésta e~ otra transacción inicua de parle de los directores de la Compañía. ... En algún lugar o en alguna forma debe haber algún remedio para semejanre I!financierismo" al por mayor...: Nosotros ¡xxirlamos se.iia1u a varias personas en esta com~d que en. los. últimos años han hecho de un cuartO a medio millón de dólares cada una a COS13 de esta Compañía. ... Alguien debe p:merle fin al enorme s.aqu';g que ocune en todos los depanamemos de esa_ empresa.
El tan esperado informe de los Ingresos y Egresos del período del 1 de julio de 1854 al 6 de octubre de 1855, se lo entregan por fin a los accionistas de la Compañía Accesoria del Tránsito alrededor del 20 de noviembre. Es tan escueto y
202
ALEJANDRO BOlAl'\ios GEYER
deficiente, que convenientementeoculta mucho más de lo que revela. Todas las operaciones del transporte de pasajeros, carga )' oro se condensan en una sola suma, en la siguiente frase:
Efectivo recibido de los señores Mor~ Garrison & Templeton, agentes navieros [en Nueva York, San Francisco y Nueva Orlcins, respeyar a Walker. Si al ingeniero 10 vuela par los aires su propio petardo, la culpa es suya nada más. La simpatía es demasiado valiosa para gastarla en sujetos tan malos; y de todos modos no la necesi~ ya que los especuladores se resarcirán de las pérdidas a costa de otros en la Bolsa. l &
de gran cant:Xiad de emigrantes alemanes, algunos de ellos artesanos. El gobierno les. brinda rodo estímulo y auxilio a los nuevos colonos, pues. conoce a cabalídad la necesidad de avanzar con el espúiw de la era, y es
evidente que ha Lomado el liderazgo de la civilización centroamericana y que se propone conservarlo.!~
El barco Ant01nett",de Bremen, nega a San Juan del Norte el 14 de diciembre de 1853 con el primer contingente de 200 coloI'JOS alemanes para Costa Rica. La mayoria se queda en la meseta central, pero 35 se van a Puntarenas. Dichos colonos proveen de valiosos artesanos y mecánicos a la emprendedora nación y además suministran tecnoJoRfa europea moderna a la Milicia y al cuerpo de artillerfa. Porque, llena de paz y prosperidad, Costa Rica se prepara sin embargo para la guerra. Por ley, todos los varones de 15 a 60 años de edad están enrolados en la Milicia, obligados a prestar servicio activo cuando se requiera a menos que los ampare una exenci6nlega1. En 1849, las filas activas constan de 5.000 milicianos e incluyen cuerpos de caballería y artillerfa. Su armamento es con mucho el mejor y e! más moderno de Centroamérica. EI16 de abril de 1852, el cónsul costarricense Eduardo Wallerstein adquiere en Londres una docena de rifles Minié, de último modelo, mucho antes de que esa arma certera se popularice en el mundo. En 1854, Wallerstein envía tres remesas de pertrechos a Puntarenas en los barcos Time5~ Amerka~ y Esperanza. Las ocho páginas de manifiestos enumeran 500 rifles Minié, 11.200 libras de balas, 100.000 cartuchos, 10.000 libr.!s de pólvora, 8 piezas de artillería de diversos calibres (de 3,9 Y18 libras) con cureñas, diversos accesorios y abundante metralla y balas sólidas.'" Los cañones provienen del arsenal real en Woolwich, y los envíos le cuestan cinco mil libras eSlerlinas al erario costarricense. Tal estado de preparación militar respalda con la fuerza a las labores diplomáticas de don Felipe Molina, incansable en adelantar los designios de incorporar la ruta de! canal de Nicaragua dentro de las fronteras costarricenses. Siendo comisionado de su pais, en septiembre de 1848 Molina le propone a Nicaragua una "compensación pecuniaria" a cambio de que acepte trazar la fronter.! sobre la costa meridional del
NICARAGUA /
"COMANDANTE EN )EFE"
Gran Lago de,de el río La Flor hasta el San Juan, y ''lJIre el río San Juan en toda 'u exten"ón h.,u el Atlántico. La, autDcidades nicaragüenses con Grmeza rechazan la propuesta. Malina va a Londre" y después a Washington. En Europa contraU a1español don José Maria Gutieues para que busque en el ArchIVO de Ind1llS de Sevilla cualquier docwnento en que apoyar las pretensiones costarricenses sobre la rula del canal Gutierres labora con tan buen éxito, que ~~ gana un premio de quinientos dólares de su empleador. El fruto de las pesquisas aparece en una Memoir on the Boundary QUestiOD pendmg between the Republic of Cosf3 Rica Jllld /he Sf3le of Nicarag¡;a {MemoriE sobre 1a. cuesti6n lim/trofependienteentre él Republica de c'0sf3 Rica y el Estado de Nicuaguaj, publicada por don Felipe en Washington en 1851. El singular docwnento en el [olleto, piedra angular de las preteI15iones costarricenses de don Felipe sobre las aguas del Gran Lago y el RJo S:" Juan de NICaragua, .es una Capitulación que el Rey de Espana manda tomar con DIego Gutiéuezpara la conquisu de la proVInCia de Veragua, firmada en Madrid el 29 de noviembrede 1540 y transcrita aquí en el Anexo C. En el Anexo C se ve claro que la Capitulación no tiene valor alguno, pues nace sin vda, y los nicaragüenses a mediados del siglo ill saben muy bien que Cosu Rica jamás ha e[ercilo autoridad alguna en ningún punto aledaño al río San Juan y el Gran Lago de Nicara~a. En las palabras de los com15lOnados Juan José Zavala y José Laureano Pineda a la contraparte costarricense en 1846, Hni la historia ni los recuerdos de la tradicion señalan ningun hecho d; que se pueda colejir que la autoridad del Gobernador de Cartago se e~tet:diera mas acá de Matina hacia el Norte por una legua mas SIqUIera, y mucho menos para haber traido su jurisdiccion hasu la orilla derecha de la Babia de San Juan."'" (El mapa en la págma 315 de la primera edición transmite igual mensaje a sunple VISta). Pero la caduca CapItulacIón real de Malina y el refrendo de Crampton y Webster, visten con un falso traje de legalidad a los designios costarricenses sobre la ruta del Tránsito y del Canal de Nicaragua; ello refuerza la po,iciónde Costa Rica e impele a N.icaragua a ceder el Guanacaste, en W1 esfuerzo desesperado por retener posesión de su río y lago. En enero de 1854, don Fruto Chamarra envía a su hermano Dionisio, acr~itado Ministro Plenipotenciario,a San José, a prop~ner que NICaragua cederá el Guanacasle a Cosu Rica a camblo de una compensación pecuniaria, y además le cede el pleno uso y dominio de las aguas del Sarapiquí concediéndole umbién el tráfico hbre por el río y puerto 'de San Juan; y que la frontera se trazará varias leguas al ,ur de1lago y del San Juan. paralela a sus márgenes. Las pláticas se inician en San José ellO de enero y Chamarra presenusu propuesta. Los Plenipotenciarios costarricenses Joaquín Bernardo Calvo y Manuel José Carazo, el 12 de enero 'sostienen la posesion del Guanacaste.y la linea de demarcacion territorial que recOnoce CostarJCa desde la desembocadura del cio de San Juan en el Atlántico por él ribera de dicho rio y litoral ~ Lago á la desemb0C3duradel rio de la Flor en el PaclfJCo". Cuatro dJas después (el 16 de enero), no habiendo llegado a nmgún acuerdo. Calvo y Carazo modifican ligera pero substanciahnente la postura costarricense y alegan que la República de Costa Rica, ... se halla en posesion legítima y IegU Y por treinJa años de lo que se llamó Partido de Nicoya y en el día Provincia de Guanacasle; y que ademas reconoce por lfmiles Occidentales de su territorio al Narre la desemlxxadura del rio de San Juan en
211 el A~tico; y de alJi las 2.~S de dJcho no hasta el gran Lago de Nicaragua y tomando el litoral de este á un punco en linea recta sobre el rio de la "Flor" hasta su desemb.x.adun en el Pacífico: que por consiguiente la República se considera con derecho al libre uso de las aguas del San Juan y PUL'1'lo de este JX)mbre en el None y a dislxmer como mejor le convenga.lM
Por primera vez, Costa Rica expande su frontera ese 16 de
enero de 1854 para atrapar las aguas del río San Juan y del puerto San Juan de Nicaragua. engulléndolas dentro de sus d~m..ID..105. Tras vanas conferencias infructuosas, don Dionisia pJerde la paciencia y el 22 de febrero le dirige una [uerte noM de protesta .al gobierno co.s~iccnse y se ~cgre5a a casa. Tres días después, el Ministro de RelaCIOnes Exteriores co,UuicenseJoaquln Bernardo Calvo, debidamenteautorizado por el Presidente Mora, firma un contrato (que preparó sunultánearnente a las pláticas con Chamarra), otorgándole prIvilegIOS exclusivos de navegación en el río San Juan y Lago de NICaragua a una "Costa Rica Transit Company" (Compañía del TránSIto de Costa Rica] pertenecIente a ,,}Jí'illiam P. Kirkland, William B. Geering y ,us socios. En este ,egundo bocado, CosU Rica engulle además las aguas del Gran Lago de N~gua denero de sus dominios; y fos despachos ~esde "Washmgton de don Felipe Malina informan que el SOCIO ~6nnnode Mr. Geenng es nada menos que Comelius Vanderbi1t. afartado en desposeer a la Compañfadel T"\¡¡sito de J:"caragua que esti en manos de Margan y Garrison. En marzo, el PreSIdente Juan Rafael Mora visita el distrito de Guanacaste, ucorf objeto de afirmar a los pueblos en la adhesi6~ a Costa Rica, y de poner en seguridad su frontera" Ahí sostJene una entrevista con el licenciado don Buenaventura Selva, emigrado granadino y uno de los más cooperadores con los que promu~venIa guerra a la administración Chamorro, en cuya conferenCIa Mora le asegura que, al estallar la revolución Costa Rica ~e ningún modo obraría a favor del gobierno d~ Nicaragua", Cuando Selva les comunica a sus amigos en Honduras que hay luz verde de Cosu Rica, eUo elimina el principal obsticulo, el Presidente Cabañas arma a los exiliados leoneses, y éstos se embarcan para El Realejo. Ya con NICaragua en guerra fratricida, en mayo de 1854, el Congreso de CosU Rica decreta la anexión formal del Guanacaste y le cambIa el nombre a Maraca en honor al Presidente. El Congreso, además, sumiso, cumple con la [onualidad de aprobar la concesión del ! ránsito oto!gada por el Ejecutivo a la Compañia de Vanderbilt El New York Herald denuncia la usurpación)' comenta: Ésta. no es la primera vez que Costa Rica da coocesiones de tránsito y de lo que sea, a través de territorios que no son suyos.l-:face un afí.o o dos otorg6 un.1 concesi6n para construir un carnmo entre la Laguna ChID:¡uJ y el Golfo Dulce, en el tem[o~ de . lleva Granada. Dicha accci6n fue objeto de un mensaje es~~ial d~.Presiden[e de Nueva Granada al Congreso esa república., pidiendo tODlM medidas para confinar a Costa Rica. dentro de sus legítimas fronteras. En controversia con Nic~~gua por ~ ~o. y con Nueva Granada por el otro, esa CcdiclOSa republiqUlta (con meoos de 100.0c0 habitantes, s~1os t.ooos), pronto sufri!á una iOOigestión de apuros.
d:
,. Costa. Rica está requetcpreparada para sortear cual¡uier ~dJgestJ6n de apuros" que Je pueda provenir de una NICaragua perturbada, swnergida en una salvaje guerra mtestma. Además, enormes toneladas de modernos pertrechos
212
ALEJANDRO
mlIirnrcs se envían con urgencia de Inglaterra a San José,
mientras don Felipe Molina y los agentes de Vanderbiltentran en arreglos con el Departamento de Estado en Washington para facilitM la conqUÍ5ta de la ruta del Tránsito de Nicaragua. Malina promete que un piquete de quince a veinticinco soldados y un oficial portando la bandera nacional acompañarán a los pasajeros en el primer vapor para
enfrentarse al resguardo de tropas nicaragüenses en el Castillo de la Inmaculada. Enseguida le comunica a Calvo: "Este número les pareció mas que suficiente para efectuar el paso,
considerando que los pasageros mismos, que van casi siempre annados, compondrán por sí una fuerza respetable",4Ol En los despachos subsiguientes, Molina le relata a Calvo sus
pláticas con Marcy, en las que le pide al SecretMio de Estado que lila nueva empresau sea Uprotegida por el Gobierno de los Estados Unidos en iguales términos que la Compañía de Nicaragua"; le advierte a Calvo que sólo dando "wi golpe de manan se podrá establecer I1 nues tra compañialt ; le indica y reitera cómo Costa Rica debe arreglar un plan de operaciones militares con Geering y sus socios, y estar lista a repeler un ataque de parte de Nicaragua y a Ilapayar activamente tl a llnuestra compañia": "El interés que se cruza es demasiado grande, para que los que estan en poseciondel monopolio,se lo dejen arrebatar humildementen• Claro, Costa Rica lIno hará mas que contestar a injustas provocaciones, ~ejando a Nicaragua la responsabilidad de un rompimiento". :> Don Felipe está tan ennrsiasmado, que previendo que el pueblo costarricense use mantiene consagrado á ocupaciones
industriales, lo que hace muy dificil el reclutamiento de tropas" para combatir contra Nicaragua, le pregunta a Geering, "si seria practicable llevar alguna gente de afuera para el servicio del Gobierno:una partida de doscientos hombres, flSr ejemplo, y si la compañia se encargaria de procurárlos u. Es decir, Costa Rica busca contratar fuertes contingentes filibusteros que
le ayuden a apoderarse del Tránsito. Pero todos los planes cuidadosamente elaborados se esfuman cuando Vanderbilt, cambiando de táctica en agosto, vende sus vapores y recibe
una gran cantidad de acciones del Tránsito de Nicaragua en pago. Con el Comodoro de nuevo interesado en la línea
roLAÑos
GEYER
completo, mientras Costa Rica continúa progresando en poderío y prosperidad. Bajo esas circunstancias, no es nada extraño ver a los costarricenses aprovechándosede la debilidad de la vecina. :Mientras Jerez y Chamarra se destruyen el uno
al airo en Granada, el barón Alejandro Van Bülow, Jefe Ingeniero de Caminos del gobierno de Costa Rica, tranquilamente abre un camino en la margen meridional del Gran Lago de Nicaragua, entre el pueblo de Tortuga Iboy Cárdenas] en el departamento de Rivas y el río Sapoá, Yotro prusíano, don Bruno Van Natzmer, al frente de un contingente de soldados costarricenses, en silencio planta la
bandera tica en la isla San Carlos, en la margen izquierda del 408 TÍo San Juan. Tales flagrantes usurpaciones furtivas de la soberanía nicaragüense, echan a andar el proyecto de la llCosta Rica Transit Companyl, y tales violaciones premeditadas se
ejecutan con impunidad. Por otro lado, cuando las tropas legitimistas persiguen en caliente (tras la batalla de Rivas de129 de junio de 1855), y capturan a ocho soldados leoneses en el Guanacaste, las autoridades ticas ponen el grito en el cielo, protestando "el allanamiento del territorio de la República". La noticia dd Guanacaste, claro está, desata en Costa Rica una ola de indignación popular contra Nicaragua. Una carta fechada en San José el 25 de julio de 1855, muestra a los ticos impacientes por librar una guem de verdad y estrenar en el campo de batalla los cañones de campaña y los rifles Minié recién
llegados de Inglaterra: ... Bueno, a causa de la invasi6n de nuestro territorio hemos enviado a Mr. Cañas al Guanacaste a que de inmediato levante un ejército de 5.00J hombres y exija una disculpa., devoluci6n de los prisioneros, y entrega de las auroridades que orden:uon la invasi6n. Si Nicaragua no accede, al instante enviaremos de aqu:l 1.500 hombres a que marchen a Granada y dicten ahí nuestros términos. No ¡x>drás imaginarte lo mucho que han mejorado nuestras trop4s desde :la última vez que las viste. Hoy tenemos 5.000 hombres a las treinta horas del aviso, mejores en todo sentido, con armas nuevas, mejor entrenados, arrillería y cañones nuevos, 500 rifles nuevos, etc. --en verda~deseamos ansiosos la guerra, y creemos que ya llegó la hora.
nicaragüense, Mr. Geeringno logra reunir los cinco mil dólares
La hora de la guerra no ha llegado, sin embargo, ni e,ti
de prima que le debe pagar a Costa Rica, y la difunta "Costa
considerando el Alto Mando costarricense marchar a Granada a dictar ningún ténnmo. Como bien expresa don Luis Molina, el buscar "obtener satisfaccion por medio de las armas, del agravio recibido ... trae consigo graviolimas dificultades ... [y
Rica Transit Company' presto se desvanece en el arre. Molina entonceS entra en contacto epistolar con los directores de la Compañía Accesoria del Tránsito de Nicaragua, velando celoso los I1derechos" de la "soberanían costarricense
en San Juan del Norte y el río San Juan (incluyendo el Castillo de la Inmaculada), pero al mismo tiempo enfatizando que a Costa Rica "no le repugnaría hacerIe a la cOIDJañía las conce· siones necesarias para facilitarle el negocio".
5
En su última
carta a Joseph L. White, el 6 de enero de 1855, agradece y alaba la postura de White contra Kinneye inserta una posdata muy significativa: uMe sería muy grato sostener correspondencia mivada con usted sobre este o cualquier otro asunto'l. Don Felipe ciertamente está atareado cebando el
señuelo para atraerse a la Compañía del Tránsito de Nicaragua al campo costarricense. La muerte lo sorprende y le frustra el proyecto: la tuberculosis avanzada se lo lleva de este mundo el 1 de febrero de 1855, a los 43 años de edad."" Su henmano Luis, que lo sustituye como Ministro en Washington, aunque capaz, no tiene el talento ni la experiencia para coronar con
éxito tan dificillsimalabor. A medida que discurre 1855, los estragos de la prolongada y cruel guerra civil van dejando a Nicaragua arruinada por
pondría] á Costa Rica en la dura necesidad de conqUÍ5tar palmo á palmo todo el territorio de Nicaragua".'1O Así pues, cuando el Ministro de Relaciones nicaragüense Mateo Mayorga hace una !!espIanacion franca y sincera de los hechosl/ las 41 i autoridades josefinas la aceptan y se cierra el caso. El gobierno costarricense naturalmente les da socorros a Mariano
Méndez y demás soldados leoneses del coronel Ramirez internados en el Guanacaste (49 en total), mediante los cuales regresan presto de Puntarenas al Realejo para unírsele otra vez a Wa1ker, pues antes de la batalla de La Virgen, Costa Rica no
ve peligro en él. En San José más bien consideran a los filibusteros como aliados fortuitos que distraen la atención del gobierno de Granada, facilitándole a Costa Rica el avance de sus planes para posesionarse de la ruta del Tránsito. Pero la imagen de WaIker cambia de la noche a la mañana tras la captura de Granada, cuando de súbito se convierte en amenaza real, y el 20 de noviembre el Presidente Mora da la alarma en una proclama patriótica:
NICARAGUA /
2f:J
"COMAl\'DANTE EN JEFE"
COSTARRICENSES;
La paz, esa paz venturosa que, unida a vuestra laoor1osa perseverancia, ha aumentado tanto nuestro crédito, riqueza y
felicidad, está pérfidamente amenazada. Una gavilla de advenedizos, escoria de todos los pueblos, condenados par la justicia de la uni6n Americana, no encontrando ya donde hoy están con qué saciar su voracidad, proyectan invadir a Costa Rica para buscar en nuestras esp:Jsas e hijas, en nuestras casas y haciendas, gJces a sus feroces paslones, alimento a su desenfrenada codicia.
¿Necesitaré pintaros los terribles males que, de agu.u-chr friamente tan bárbara invasión, pueden resultaras? Nó: vosotros los comprendéis, vmotros sabéis bien qué puede esperarse de esa horda de avenrureros apóstatas de su patriaj vosotros conocéis vuestro deber. ¡Alerta, pues, costarricenses! No interrurnpfu vuestras nobles faenas, pero preparad vuestras a.rm.a.s. Yo velo PJI vosotros, bien convencido de que en el instante del peligro, apenas retumbe el primer cañonazo de aIa.rnu. todos, todos os reuniréis en torno mío, bajo nuestro libre pabellón nacional. Aquí no encontrarán jamás los invasores, partido, espías ni traidores. ¡Ay del nacional o extranjero que intentare seducir la inocencia, fomentar discordias o vendemos! Aqui no encontIarán más que hermanos, verdaderos hermanos, resueltos irrevocablemente a defender la patria como a la santa madre de todo cuanto aman, y a esterrninar hasta el último de sus enemigos.
San José, noviembre 20 de 1855.
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JUAN RAFAEL MORA
Una propaganda incesante enardece al pueblo costarricense contra los filibusteros al unísono con la proclama del Presidente Mora después de la caída de Granada. Mora, sin embargo, no mueve un dedo para marchar en auxilio de Nicaragua, pues está comenzando el corte y en los cafetales hay una excelente cosecha: noventa mil quintales, equivalentes a un millón de dólares. El Presidente Juan Rafael Mora y sus dos bermanos José Joaquín y Miguel son los mayores cafetaleros de Centroamérica y saben que se debe recoger la cosecha antes de comenzar la guerra. Con el corte ya avanzado, en la víspera de navidad el Presidente pasa revista a sus tropas en la Sabana, en hs afueras de San José: ... soldados o milicianos, de todas partes. Tiendas de campaña, puestos de venta de refrescos ... docenas de mujeres cocinando ... un par de cañones de bronce de dieciocho libras, y como veinte cañones más de bronce y de hierro .. un frente de SJXXJ hombres anm.dos. Hicieron ejercicios militares y practicaron con los cañones, y tras disparar varias andanadas se dispersaron, todos aparentemente satisfechos ... todos tomaron las debidas precauciones y regresaron a sus casas sanos y salvos. m
Prevenido de la situación a! sur de la frontera, el 17 de enero de 1856 Walker le escribe a! Presidente Mora, asegurándole que no alberga intenciones hostiles hacia las repúblicas deseos de paz centroamericanas y expresando sus "fervienter. 4 y concordia entre Costa Rica y Nicaraguall • '( Al no recibir contestaciónJdos semanas después Walker envía una comisión a cargo del mayor Louis Schlessinger a dialogar con Mora, buscando, según él, llcorregir alguIlos de los errores que se hablan propalado en Costa Rica"; en realidad, buscando posponer el ataque que ve venir mientras continúaamnentando sus fuerzas. SchIessinger, uno de los pocos filibusteros que saben algo de español. "altamente recomendado por personas dignas de creditoO y poseedor de lIalgo de tacto y elocuencia", viaja acompañado del capitán W. A. Surter y del coronel
Manuel Argüello (el jefe legitimista en la batalla de Rivas), a quien Walker le encarga convencer a los nicaragüenses exiliad os en C asta Rica para que regresen a sus hogares. 415 Los comisionados de Walker viajan por tierra a Guanacaste (entonces llamado Moracia) a principios de febrero, cuando el corte de café llega a su fm y Costa Rica está lista para la guerra. El gobernador de Moracia don José María Cañas (cuñado del Presidente Mora), a! instante expulsa del paJs a Schlessinger y su comitiva, poniéndolos a bordo de la goleta Amapala, que el 23 de febrero zarpa de Puntarenas hacia San Juan del Sur -menos Argüello, quien se enrola en el ejército costarricense para luchar contra Walker. Con la cosecha de café asegurada y exportándose, el 27 de febrero de 1856 el Congreso de Costa Rica autoriza a! Presidente la guerra "contra la. república de Nicaragua", para defender a sus habitantes nde la ominosa opresión de los 416 filibusteros y arrojar a éstos del suelo de Centroaméricall • Mora de inmediato decreta aumentar el ejército de 5.000 hombres a 9.000 y ordena organizar en Alajuela y Heredia divisiones de 1.000 hombres cada una. Al dla siguiente les impone un préstamo de guerra de 100.000 pesos a los capitalistas de la nación. ElIde marzo lanza otra proclama: ICSJMPATRlOTAS! -¡A las armasJ Ha llegado el momento,,, Marchemos a Nicaragua a destruir esa falange impía . No
vamos a lidiar por un pedazo de tierra .. No. Vamos a luchar
ror redimir a nuestros hermanos de la más inicua tiranía ... m
Li pobre Nicaragúa ha encontrado un segundo redentor extranjero en el Presidente Mora... Los poderosos hermaniticos van a expulsar de su territorio al Predestinado de los Ojos Grises y, de paso, apoderarse de la ruta del canal y el tránsito. El genera! Walker enfrenta un formidable rival en la persona del Presidente Mora.
24_ Walker destierra a sus rivales "EL PRL\lERO DE MARZO DE 1856" da inicio a! análisis detallado de Walker en el capítulo 5 de La Guerra en Njcaragua~ en el que examina "algunas de las causas" que inducell a! Presidente Mora a declararles la guerra a los filibusteros.'H nEl primero de marzo de 1856" inicia el capítulo 6, y la repetición de la fecha forma un paréntesis visual que encierra el análisis de doce páginas) en el que Walker examina sucesos ocurridos fuera de Centroamérica, para concluir: lIPasemos a Mora en el exilio, como a Ugolino en el infierno, 419 de lejos y en silencio". Al hacer eso, Wa1ker enfoca su catalejo en la periferia y deja en tinieblas a! objeto de su pesquisa. Además, se equivoca, porque la frase de Dante liNo hablemos de ellos; mira y pasa de lejos", en el Canto III del Infíemo, se refiere a Los Oportunistas, en el Vesubulo del precipicio. El conde Ugolino está en el propio fondo del abismo, y Dante narra en de:rne su historia en una serie de estrofas en el Canto XXXII.' Walker presto se deshace de otro rival durante la tregua concomitante al corte de café en Costa Rica. A pesar de su explícita amenaza del noviembre anterior, de colgar a Kinney, los amigos mutuos creen que es posible un entendimiento y conciliación entre ambos líderes filibusteros. Carlos Thomas y Thomas F. Fisherinvitan a Kinneya Granada, diciéndole "que Wal~er está amistoso y desea verlo para entenderse con él".' Kinney llega sin avisar a Granada el 11 de febrero en la mañana, apenas tres días después de que el gobierno ha emitido un decreto declarando que la soberanía de Nicaragua
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ALEJANDRO BOLAJ'los GEYER
en el Territorio de la Mosquitia, incluyendo San Juan del Norte, es "evidente e incontrovertible"; que la compra hecha por Kinney a Shepherd & Haley es nula y sin valor; y que
cualquier reclamo basado en dicha compra ilefl es
nun
.tentado contra la integridad de Centroamérica '.'" En la crónica de 1:.1Nicaraguense: El hInes amaneció despejado y deleitable. Los oficios reti~ llena.ron de ~me h pla7..a. Diez mil FOllaS ~ezaron las DraGones matinales. Los acordes de la mUSlCa marcial subieron hacia el firmamento a la hora de montar la guardia, cuando, ¡he aquí!, se escucha el agudo silbato del vapJr, y a poco cunde el rumor de que el coronel H. L. Kinney ha llegada a Granada. De cómo o por qué vino, nadie 10 logra explicar. Pareciera que h:t perdido la chaveta, y ahora muchos, al referirse a él, se tocan ~ sien con el dedo y arrugan la .cara en f~mna muy expresiva Su conducta hoy aquí, 00 ha me)Orado esa ~presión. El Coronel entró a pie a la cil..llhd. y después de hacerse la. ro¡Je(f~, se dispuso a hacerle una visita formal al general WaIker, o ''Unde Billy" [fío Memo]. como se le llama en esta vecindad. En consecuencia, e1lunes a eso de las 10 A..U, cuaOOo el general WaIker e.sr.aba sentado frente a su escritorio, leyendo la correspoooencia de un Estado vecioo, el coronel Kinney enrró al despacoo se presentó a sí mismo al Comandante en Jefe. Éste b invito a tomar asiento, lo cual hiw; y como el general WaJker habla poco y durante las horas de oficina nunca pierde su tiempo en aSWltos triviales, el visitante se vio obligado a iniciar la conversación, de la cual brindamos lo esenóal: Coronel JC!nney -Las dificultades que confrontamos para darle un gobIerno de paz a Nicaragua, p:>drlan eliminarse dividiendo al pafs Ycreando dos Estados, uno de bs cuales se 1IaI=la MoSqUltia. General W.alker -Si Nicaragua decide dividir su territorio, lo hará sin pedir consejo a nadie, y mucho menos a Mr. Kinney. El visitante quedó desconcertado, pero no por ello perdi6 el ánimo, como ¡xxirá vene enseguida: Coronel Kinney -He venido a ofrecede mis servicios a la República y estoy seguro que mi t.1lertto de finandsta le será de gran utilidad para conseguir dinero. negxiar empréstitos y cosas poI el estilo. En tales asuntos mi érito fue rotwxio en Texas. General Wall-er-Sus antecedentes hacen imp::>sib!e que el Estado lo coloque en ningún carg:J oficial El coronel Kinney quedó consternado; la entrevista concluyó cuando el ger>.er:al Walker te hizo a su visitante la. solemne advertencia de medir muy bien sus palabras, no fuera su boca a traicionarlo. En la tarde hubo otra entrevista, pero fue corta y no corxiujo a nada.. Apenas terminada la primera enaevista, el oficial del dh recibl6 órdenes de que a Mr. Kinney no le era permitido salir de los límites de la ciudad -Kinney era un prisionero del Estado. 423
r
Según narra un testigo presencial, al concluir la segunda entrevista Walker manda echar preso a Kinney y éste pregunta: "¿Por qué?" Wallcer le da las espaldas sin contestar y sale del cuarto. "No fue sino hasta que Jos amigos del prisionero le contaron las circunstancias que indujeron a Kinneya visitarlo, que Wallcer le p~itió regresar a Greytown custodiado por el c.pitán Martin".·· Al expul,.,. Walleer a Kinney de sus dominios, el New York Tribune titula la noticia de huen humor. "¡El" coronel Kinney desterrado de tod.s las Nic:araguas!'" Y el Corone! tiene suerte de salir deportado con vid., gracias a las garantfas dadas por don Carlos Thomas y el corone! Thomas F. Fisher; de no ser por ello, Wallcer le
facilita a Kinney su salida involuntaria de este mundo con la ayuda de un instrumenlo hecho de cáñamo. confonne le advirtiera. ]oseph W. Fabens en noviemhre. En cuanto al otro rival, Walker nunca logra apoderarse del Presidente Mora para facilitarle su partida, mas corrige la deflCiencia y Jo destierra en La Guerra en Nicaragua cuando lo 4 pasa en el exilio, de lejos y en silencio. ][j
25. La verdad sobre Nicaragua LA PROFUSA PROPAGANDA PERlOD1STJCA incita Can facilidad al pueblo norteamericano a suplir la corriente de emigrantes que Wallcer desea. De confiar en los despachos de Granad. publicados por el New York Herald en febrero de 1856, creeríamos que en los dominios del general Walker,
... todo 10 que se ha dicho de la feracidad del suelo y de los frutos que produce es en veroad. correcto; lo único que hace (aha es su desarrollo. Cuando eso lo efectúe la comente de colonos, este país será el Paraíso de Norte América. El clima es delicioso ... La ciudad de Granada está saludable ._ Por la noche hay tranquilidad en las calles, y uno puede caminar de la costa del lago a los arrabales con menos teIDor p:n su seguri::1ad personal que la que generalmente se siente durante una caminata de igual distancia en la ciudad de Nueva York ... Granada tiene ahora un buen hore!, acirnim;tIado por un Americano, y varios restaurantes donde el menú ofrece todos los productos del país. Se han ameno varias tiendas Americanas, y hay buenas perspectivas para el establecimiento de fuerre.s empresas comerciales ... Los terrenos son muy baratos en esta ciudad, y los capitalistas que inviertan en esa línea harán grandes fortunas ... La ciudad de Granada será el emporio mercantil de la nación ... El capital y la iniciativa p~v.ada .acelerarán el desarrollo que ya ha comenzado, y Jos pnmcros que se embarquen en ello cosecharán los más tempranos y más ricos frutos de sus esfuerzos ... Todos los dias a las 5 P.M. hay una parada militar en la plaz.a, Yla tropa ha mejorado mucho en los ejercicios militares dwante mi corta estadía aquí. Si estuvieran uniformados y todos con iguales armas, serían no sólo los mepres combatientes del mundo sino también de los mejores y más vistosos en las paradas Aquf todo el mundo esrima muchísimo al geoeral Walker, los ciudadanos lo resperan y los soldados lo idolarr.m. Todas los nativos con quienes he conversado están satisfechos de la situación y se deshacen en alabanzas del general Walker. En cuanto al General. es pxo lo que puedo decir que me conste personalmente. He tenido el honor de varias entrevíst.1S y he aprendido a admirarlo. Está siempre ocupadIsimo; no o~tante, ejerce sus laoores con gran tranquilidad. Es circunspecto en sus movimientos y conversacXm, sopesando bien cada palabra que dice u oye, y escudriñando todo movimiento. Su figura es pequeña, cabello y complexión rubios, ojos azules, tendiendo más bien a castaños; extremadamente modesto en su ropa, modales y acciones, y parece haber salido del mismo molde que le ha dado al mundo hombres idóneos para guiar y mandar. Su éxito está decidido, y si la Providencia le permite seguir siendo el cerebro líder de este país, estoy seguro 'lue Nicar.agua en corto tiempo lomará un pue$to entre las melOnes que será la envidia de otros Estados más anriguos..n
WaIker, corno siempreJ está segudsimo del éxito. En marzo, en Nashville, e! Patriat puhlic. una carta que el 28 de febrero él le escnbe"a un pariente" en su dud.d natal: Supongo que en los periódicos lees ,odas las noticias de Nicaragua -probablemente muchas más que las correctas.
NICARAGUA /
"COMANDANTE EN JEFE"
Ahora todo. está tranquilo en la R~púb1ica. En cada vapor vienen cantldades de colonos, y creo que dentro de p::>cos
meses tendremos una ¡::oblación permanente vigorosa. Aunque los Estados vecinos se prop::mga.I?:4Zi molestarnos, ninguno de ellos nene el ¡xxierío para hacer1o.
A raíz de esa carta, el hermano menor de Walker, James, se despide de su padre y hermana y se va a Nicaragua a juntarse con Williarn y Lipscomb Norvell. La situación que encuentra a su arribo, es muy diferente a la que sugieren las misivas
anteriores. Un asiento en el Diario del Millistro John H. Wheeler resume lo que sucede: "Lunes 25 de febrero -Mucha enfermedad en Granada -Diez ataúdes pasaron por mi casa
a la lúgubre música del aje confJdencial del Comandanle de Rivas mayor A. S. Brewster, con las primeras noticias apresuradas de la derrota
en Santa Rosa tres dlas anles. Walker y el Estado Mayor esUn a bordo del vapor al fllo de medianoche y desembarcan en La Virgen el Lunes de Pascua al amanecer. El coronel Fry y sus tropas los siguen en el San Carlos, por lo que prácticamente todo el ejército iilibustero escl en la vía del Tránsito cuando los derrotados de Santa Rnsa empiezan a llegar a La Virgen el miércoles 26 de marzo. Previendo un inminente ataque costarricense, el coronel Fry se dedica a poner a La Virgen en estado de defensa. Desembarcan la .pólvora a toda prisa; colocan el ea5oncito de bronce del San Carlos en la calle (rente a las oficinas de la Compa.ñíadel Tránsito; apastan dos líneas de centinelas avanzados; les distribuyen armas a los ~iviles que se ofrecen de voluntarios: en la emergcn~iaJ lI a ningún hombre se le pennite permanecer indiferente".~ La noche del miércoles pasa sin alanna y el jueves en la ma.ñana el coronel Fry manda gran parte de la pólvora al Cuartel General que se establece en Rivas. Rívas se ve tétrica cuando comienzan a Uegar las tropas de \X'alkcr. Corren rumores de que los costarricenses estin por entrar a San Juan del Sur, y en consecuencia cunde el pánico entre la gente: las vendedoras del mercado recogen SllS trastos y dejan vacías las mesas; las puertas se cierran y enl1avan; en todos los cammos se ven filas de mulas llenas de carga y mujeres con motetes, huyendo de la guerra que se avecina. Walker le ordena al coronel Fry trasladarse a Rivas con el ejército entero, pues su pos.ici6n en La Virgen es expuesta y vulnerable. Su plan es enfrentlrse al enemigo ya sea en Rivas o en el camino del Tránsito. Establece el Cuartel General en la plaza, que es "un cuadrilátero sucio y sin ornato, flari:queado a un lado por un montón de escombros, y rodeado en la mayor parte por Una sarta de casas despreciables que parecen estar en posesión de las clases más bajas del pueblo. Sólo un costado, que el general Walker se ha apropiado J¡Na él y las oficinas del gobierno, tiene un exterior decente". El 27 y el 28 pasan sin novedad; Jo único digno de nota es la apertura de la Corte de Investigación de Schlessinger y el arribo del general Goicouría,de Granada J con la noticia de que Guatemala. El Salvador y Honduras se han aliado contra Walker y que ya sus ejércitos avanzan sobre León. El decoro del campamento filibustero deja mucho que desear, con algunos oficiales entregados de lleno a !luna continua borrached'. Walker le ponefm el 29: hace tl un ejemplo severo ... de su propio hermano, degradándolo de capiUn a raso, por 4ó7 el delito de ser desordenado en sus hábitos como oficial". El 29 Walker desbanda las compa.ñlas francesa y alerna.~a y asigna a los soldados a otras unidades, dando de baja a los que no hablan inglés. Sesentl nativos annadas, vecinos de San Jorge. que se presentan voluntarios ante el Comandante en Jefe. forman una unidad aparte. El 30. el evento notable es el discurso de Walker durante la revista de las tropas frente al cuarlel en la plaza. En dicha arenga (transcrita en el Anexo F), Walker se autorretrata como adalid de la civilización Americana para la "redención' de la América cspa.ñola 'y los intereses de la humanidad'. Cuando a.ños más tarde lo narn en La Cueaa en Nicuagu3, cierra el episodio con estos pensamientos: Las ¡:aIabras fueron pxas y sencillas. y les imprimí6 poca fuerza la forma en. que las dijo el orador; pero swtieron el efeno deseado, infundiendo un nuevo espIriru a la napa. Sólo apelando constantemente a las cualidades más nobles del hombre es que uno lo puede hacer un buen soldado; y toda la disciplina militar es un mero esfuerzo para con~ que la virNd sea constante y segura, haciéndola habitual.
NICARAGUA / "COMANDANTE EN JEFE"
A pesar de apelar con ahínco a las cualidades más nobles del hombre, Walker no logra infundirles el nuevo espíritu a! par de centinelas frente a su propia habitación, uno de ellos inmortal del VestE, e! cbileno Carlos Travilla. Esa noche encuentran dormidos a ambos guardianes. Un consejo de
guerra los condena a muerte. Walker aprueba la sentencia y ordena que los ejecuten a la puesta del sol el I de abril. A la hora señalada el oficial de! dfa conduce a los reos entre dos hileras de soldados y la solemne procesión pasa frente al cuartel de Walker con la banda tocando la Marcha Fúnebre. Se detienen frente a la iglesia. El pe!otón de fusilamiento se coloca en posición. El sacerdote confiesa a los condenados, los vendan, y cuando ya los ponen de espalda a la pared, Walker anuncia el perdón "y al instante mil voces proclaman la palabra mágica. Los soldados cargan al chileno sobre los hombros, se lo llevan hasta la puerta del aposento del General y echan una serie de vivas. La demencia del General toc6 una fibra acorde 46l1 en todos los corazones n. La clemencia antes jamás oída del General no la menciona Walk:er en La Guerra en M'caragua.. y nunca o casi nunca se repite ni antes ni después.
28. las estratagemas del general Walker HACIA FINALES DE MARZO, Wa1ker espera fuertes refuerzos de Nueva York, Nueva Orleáns y San Francisco, y dedica su 470 gente Ita preparar grandes cantidades de municiones". El I de abril al atardecer, La Vúgen está anclado junto al raudal del Toro mientras el San Carlos espera en La Virgen, ambos vapores listos a transportar los centenares de pasajeros del Tránsito que llegarán de un momento a otro. En Rívas los ruJIlores propalan que la guarnición de San Juan del Sur -250 filibusteros- tiene órdenes de apoderarse del Cortes de la Compañia del Tránsito, cuando llegue de California en esos dfas, y que Walker lo usará para atacar Puntarenas. El Cortes sale de San Francisco el 20 de marzo con 400 pasajeros¡ de los 47 cuales la cuarta parte intentan fmcarse en Nicaragua. Entre ellos van 40 reclutas para Walker al mando del capitán Horaco Bell, acompañados de W. R Garrison. Justo al avistar su destino, el barco aparea al Golden Gate, de la Compañfa del Pacífico, que va de Panamá a San Francisco y del cual recibe un viajero proveniente de Nueva York, Mr. George S. Porter que dice desea quedarse en San Juan del Sur. En realidad Porter es un agente de Vanderbilt con instrucciones peren· torias para el capitán Napoleon CoUins [Callens] del Cortes, de que no toque San Juan y se lleve los pasajeros a Panamá. El Cortes entra en la bahia de San Juan del Sur elIde abril a las 9 P.M.; Garrison baja a tierra, pero pasajeros y filibusteros pennanecen a bordo, esperando que amanezca para desembarcar a la luz del dfa. El capitán CoUins sostiene una conferenciasecreta con los capitanes de tres barcos carboneros en el puerto y a las 2 A.M. las cuatro embarcaciones levan anclas al unisono y salen silenciosas al mar, sin izar las velas para que ningún ruido delate su partida. Se alejan de la costa al amanecer e! 2 de abril, ya fuera del alcance de Walker, y el Cortes se lleva a Panamá de remolque al Day/igb!, uno de los carboneros:m El escape imprevisto del vapor desbarata todos los planes de Walker de atacar Puntarenas. Además, le corta la conexión vital con California en un momento crítico, y varios meses pasarán antes de que Garrison pueda enviar otro barco y restaurar la conexión. En esos mismos días, Wa1ker recibe una carta de su paisano de Tennessee John L. Marling, Ministro norteamericano en
221 Guatemala, enviada a través de los inviolables canales diplomátl~os del.Ministro Wheeler junto con mensajes urgentes del PreSIdente Patricio Rivas en León, infonnindole que Guate~ mala y El Salvador se aprestan a entrar en la guerra contra él VIendo que dos semanas después de Santa Rosa los costarricenses no dan señales de traspasar la frontera del Guanacaste, Wa1ker reacciona cambiando de táctica. En Rivas ordena la movilización general del ejército y envía a Edmund Randolph a León, a que vigile de cerca lo que sucede ahL Mas Walker no le comunica a nadie su plan de operaciones; sus subalternos se dan cuenta de! plan una vez que lo ejecutan. Hasta el Ministro Wheeler vive a oscuras en Granada. El 4 de abril, Wheeler anota en su Diario: "Vino Payton [Sic] Randolph -lo visité -no muy comunicativo-laS tropas salieron de Rivas ..."; el 5: "Randolph va para León ..."; el 7: "Informes de que el general WaJk.er va para San José ll • Cuando el3 de abril Walker le ordena al ejército marchar de Rívas a La Virgen, limitando a quince libras el bagaje de cada soldado, la opinión general es de que va rumbo a San José. El sábado 5 de abril se embarcan en el San Carlos todas las tropas y todo el personal en lUla u otra fonna conectado con el ejército. Sólo la guarnición nativa queda en Rivas, al mando del coronel Machado, cubano, bajo la vigilancia de! teniente coronel Byran Cale y un puñado de norteamericanos. De La Virgen, el vapor cruza el lago hacia San Carlos, donde recoge a.la Compañia D de Infanteria ligera al mando del capitán Linton y prOSIgue en el río San Juan. Al aproximarse al Raudal del Toro, las tropas se transbordan a dos vaporcitos fluviales. Todos creen que van camino a San José. vía el Sarapiqui, pero pronto se desengañan cuando s610 el general Walker con una compañía de soldados y unos cuantos pasajeros COD destino a Nueva York y Nueva Orleáns cruzan e! rauda! y se dirigen al Castillo. WaJker inspecciona las defensas del río, dejando ahí al capitán Kelly con 40 hombres mientras el capitán Baldwin con otros 30 resguarda la Trinidad [Hipp's Point] río abajo, en la desembocadura del Sarapiqul. Retomando al Raudal del Toro el lunes 7 de abril en la tarde, Walker reembarca a sus soldados en el San Carlos. Le ordena al La Vúgen (que tiene dos semanas de aguardar ahí en vano a los pasajeros para California que nunca llegan) que se vaya vado a La Virgen. Ambos barcos salen juntos y comienzan a cruzar el lago al ponerse el sol, pero para sorpresa de todos. el San Carlos con WaJker y las tropas navega paralelo a la costa de Chontales y al amanecer están en Granada. En cuatro horas desembarcan y descargan el barco, por lo que el miércoles 8 de abril al mediodía, lilas diversos departamentos están ya funcionando en sus antiguos locales".'173 Entretanto, Mora, al saber que Walker está con su ejército en Rívas, espera en calma, vigilándolo. El Cuartel General del ejército costarricense permanece en Liberia hasta el 28 de marzo, día en que Mora avanza a Sapoá. Cuando WaPter sale de Rivas, Mora avanza a Peña Blanca, a ocho leguas del camino del Tránsito. Cuando WaIker embarca, los costarricenses siguen avanzando: el 6 de abril pasan por Santa Clara, y el 7 dos divisiones de 300 hombres cada una ocupan San Juan del Sur y La Virgen'" La guarnición que Walker dejó en Rivas, abandona la ciudad y Mora la ocupa el martes B de abril a las 10 A.M, sin disparar un tiro. Los costarricenses matan a nueve norteamericanos y se posesionan del codiciado camino del Tránsito sufriendo sólo una baja en la escaramuza con los empleados norteamericanos de la Compañia del tránsito en La Virgen (partidarios de Walker). Enseguida queman
222 el muelle, para impedir el desembarco de los filibusteros que sw en Rivas. El viernes reCIbirnos noticias de que se le umeron 300 vohmr.arios nativos de Ma.saya y la guamici6n nativa de Riyas. Entonces descubrimos que el viaje al río San Juan fue un rose de guerre de pute del general Walker pan auaer al ejérciro de Costa Rica dentro de este territorio. Tuvo un éxito admirable. Hoy tenemos rumores de una teniHe batalla, y estamos espe.rarxio an5K>sos el amoo de mensajeros con los despachos. ¿Será una victoria, o una derrota? Si fuere derrota., ¿quién logrará escapar? ¿Qué curso deberemos seguir aqu1? ¿Por cUánto riemp:J podremos soslener la ciudad? éQué tan pronto veOOrán refuerzos de Le6n? Estas pl'eguntAS f orras similares pasan de boca en boca en tOOas las boc.aalles. ¡Qué jubileo presemará la plaza cuando el estampido del cañón anuncie una victoria! ¡Qué firmeza de ánimo rn.anifeswá todo Americaoo si el mensajero Anuncia una derrota! No he okio a un solo Americano en esta ciudad que hable de irse -la decisión unánime es defender la ciudad y luchar hasta la muerte si derrotan a Walker 'i el enemigo avanza a atacamos. if?ánto depende ahora de la vida de un hombrel Si el..i.minan a Walker, el ejército se queda sín IXier y :Os Americ.anos aquí sin Cs en Nueva York logran poner en orden este corretear desoIdenado de pensamientos ... apreciarán la p:Jsición de doscientos Americanos en esta. citxiad que esta noche esperan ansiosos ofr del triunfo o saber lo peor y prepar=e para elJo"~
Los 300 voluntarios nativos de Masaya que se dice se unen a Walker existen sólo en la imaginación del que inventa la noticia; y el comandante nativo de la guarnición de Rivas, José
AlEJANDRO roL~OS GEYER
Bcrmúdez, se queda en la ciudad y se enrola en el ejército de Mora para luchar contra los filibusteros. SU5 subalternos, sin embargo, siguen al coronc1 cubano Machado cuando evacúa Rivas; cerca de Nanclaime se encuentran con WaIker y dan media vuelta para aeuerpar a los norteamericanos contra los costarricenses. Esa noche el ejército de Walker acampa junto al rfo Ochomogo. Ahf una mujer de Rivas les informa que pOr lo menos 3.000 costarricenses ocupan la ciudad, "pero como las ideas de Ja gente del país acecea de números son bastante vagas, no se le dio mucho crédito al aserto tl • m Al dla siguiente avanzan hacia el Gil González. En el camino Walker captura a un rivense que lleva proclamas de Mora a los legitim.istas de Masaya, Il y, tras algunas amenazas, se obtuvo del mensajero bastante infonnaci6n acerca de la posición y fuerza
del enemigo".'" A media legua del río, el grueso de la tropa se desvía hacia la izquierda del camino real y se aden tra por una trocba que se aleja bastante del camino. Al ponerse el sol, acampan "en la ribera sur del Gil González, guardando el debido silencio,para evitar que el enemigo se dé cuenta de su 4 presencia ahr. La crónica de WaIker prosigue: Un P:JCo antes de negar al sitio donde se acamp6, un vaquero que buscaba ganado para los costarricenses fue hecho prisionero, y los sold.ados acababan de ocupar los dj'¡ersos punlOS que se les asignaron en el campamento, cuando un hombre que fue encontrado escondiéndose cerca del río fue llevado ante el General en Jefe. Al 'principio negS saber nada del enernig=> en Riva&¡ pero recobro ráprlamente la memoria cuaOO.o se le puso una soga al cuello y se pasó el atto extremo sobre una rama del árool más cercano. Entonces. dio una descripción exacta y detallada de los diversos puntos ocupados por los costarricenses. Inclic6 las casas en que estaban Mora y sus f'rincipales oficiales, el lugar donde se almacenaban las muruciones y la c.antidad que habra de ellas, sin olvidarse de mencionar dos preciosas pie:z.as de artillería que dominaban algunas calles. Tuvo la mala. suerte que se le zafó decir que fue ~nviado a recoger informa.ción de Jos Americanos, y por lo tanto recibió el castigo como espIa. Pero su información era tan completa, y, tras una severa sesión de repreguntas hulx> tan JX>C¡ contradicción en sus asertos, que Wa1ker fonnuló su plan de alaque basándolo en los dalos as! obtenido,. El resultado mosO'Ó que la. informaci6n dada por el espía era totalmente correcta. El miedo a la muerte 10 desconcertó tanto, que no pudo inventar una. so11 menlira...oo
En los párrafos de La Guerra en Nicaragua que preceden a ése, Walker ",Jau los acontecimientos desde el arribo del Cortes a San Juan del SU! el I de abril hasta el vivac del ejército filibU5tero en la ribera sU! del Gil González ellO. La remembranzacomien~a y termina en la zona de Rivas, pasando por La Virgen, San Carlos, el Raudal del Toro, el Castillo Viejo, Granada, Nandaime, el Ochomogo y el Gil González. El episodio lo abre la Marcha Fúnebre junto a los escombros de La Parroquia en la plaza al ponerse el sol ell de abril, y lo cierra la figura tiesa del cadáver meciéndose al viento en el bosque en la noche del !O, testigo mudo de que los ruegos a WaIker para que le perdone la vida han sido inútiles. Otras escenas macabras quedan sepultadas en la mente de El Predestinado de los Ojos Grises en el Interin, como la del vaquero que busca ganado para los tX:os, "hecho prisionero"; o las lIamenazas" al rivense que lleva las proclamas de Mora, ambas narradas frescas en otra forma por un corresponsal del New York TrJbune:
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NICARAGUA / "COMA.'lDANTE EN JEFE"
El ordenar..7.a de Wa1ker, un irlandés de apellido McCarty, me ;lató un acoruecimiento de Úldole muy grave. El día antes de que WaIker (l.tacara Rivas, se encontraron a un hombre arreando una manada de caba.llos, supuestamente de bs costarricenses. McCarty le aló W1ll soga al cuello al españo( fijó el OlIo eXcremo al pescuezo de su prop:o caballo. y lo JmeteD haclendo cabriol>s y ¡¡dopando. Con el español a la tal!" h>sl> que lo rolÓ al suelo. Tras arrastrarlo por lL'1. [[echo en el camino, el gener.al W41ker dijo que el castigo era suf!cien(~ y que mejo~ lo dejarn ir; pero McCarl)'. viendo que era unpoSlble que el apo se repusiera del tr3.t.mnento que había. rentido, lo despachó de un balazo. OlIO incidente en la marcha hacia Rivas fue la captura de un mensajero que nevaba cartas a Granada, a quien colgaron de un árbol.al
Walker no revela eD LJ GUeJT3 en Nicaragua que peDsaba apoderarse del Cortes para usarlo en operaciones militlres. De haber tomado el vapor, su mera posesión habría modifICado e! balance de fuerzas: casi seguro habría obligado a los costarricenses a retirar tropas del Guanacast.e para defender punfa.renas, alterando así el curso de la guerra. la toma del Cortes parece formar parte de la estIategia de Walker desde el comienzo de la campaña contra Casti Rica. El descalabro eD Santi Rosa a manos de Mora, y la escapada del vapor, ingeniada por Vanderbilt, desbaratan por completo los planes militare, del geDera! Walker. las a«Jones de Vanderbilt y Mora, cortan en cierne su concepción grandiosa. No obstante, a pesar de esas pérdidas, a principios de abril. e! dominio dictltorial de Walker sobre NlCaragua contmua "eDdo absoluto. Desestimando o quizás desconodendoel poderío del ejército que Mora tie~e en la frontera, WaIker abandona Rivas para enfrentarse a la amenaza en el norte e inspirarles confIanza a los leoneses. La confIanza ilimitada que tiene en sí mismo, nunca está en duda, ni siquiera cuando sabe que Mora está en Rivas con un numeroso ejército: por lo menos 3.000 hombres, de acuerdo a la mujer que Jos vio. Pero los millares de costarricenses no. pesan en la balanza cuando en el otro platillo está la megalomanía de El Predestinado.
29. Rivas. 11 de abril de 1856 EL ENFRENTAMIENTO DEL GENERAL W.ill extranjero bolla nuestro suelo -que está cortada la comunicao6n (;Gn nuestros amigJS de .afuera ~ue el ejército está desprovisto de las necesidades vitales -jy que n.a.da nos espera sino la denota y la muerle! ¡Consoladores de Job, son ellos! ¿Qué pretenden estos respetables caballetos? ¿Creen acaso que el logrr la libertad? ¿Acaso han siquiera leído la historia de la gran república del None' ... ¿Saben acaso de c6mo el héroe inmortal aba..."ldooo la tra.JX1Ulla umbría encantadora de su propio Mount Vernon ... ? Un enemig::l extranjero sin duda. halla nuestro suelo. impulsado por maquinaciones que se tejieron s6b para ~u ruina, y engreído por un éxito temporal, causado por un melancólico acto de traici6n -Mora ~l Presidente y Comandante en Jefe de las tropas de Costa Rica l es innegable que está denno de nuestras fronteras ... Quizás hoy se sienta, como el anoga.TJ.re persa. en la ladera de la colina. y su vista contempla las riendas de campaña en el vaDe, p::>bhdo con los muchos millares de soldados y falanges de mercenarios extranjeros, imaginándose que le basta venir para conquistar. ¿lúbrá leido Mora las a1enw!oras lfneas d. B1'on narrando la secuela de esa presuntuosa campaña?
sin hacer ninguna pregunta. La taciturrlrlad, cualidad que en él siempre ha sido ootoria, es [¡U1 grande como nunca, y jamás comunica ningún pIOyeclo O combinaó6n que forma, ni siquiera a sus principales oficiales, sino que sólo da las 6rdenes pertinentes y nadie se da cuenta de la natwa!eza e.x3.Cl3 de la expedici6n sino hasta que se está ejecutando. Su &eII1blante pensativo y pálido, SU ojo gris claro, su manera de hablar, y su aspecto general quieto y reservado, cuando se contrasLm con su célebre energía 'f asombrosos
logros.
excÍLan sentimientos de sorpresa. en todos los que lo
miran por primera vez. Se veía en excelente ánimo, como también lo están tedas sus tropas. debido, me parece, al saberse que los Estados de San Salvador y GuaterMla han expresado su dec~ión de permanecer en 'lazos de amistad con Nicaragua, mientras que Honduras está. lo bastanle ocupada con sus propios asuntos inIemos, b que
le imprle camamos problemas. Los nativos del pals cuando ven al general WaJker caminando solo por las calles, sin escolta, sienten una mezcla de sorpresa y asomlxo. Acostumbrados a la vanidad. ¡:omp:m de sus previos m.m:iatuios militares, les es dificil creer que el hombrecito en la chaqueta miliciana sin rraslapar, con el pardusco sombrero gacho con una esCArapela roja en el ala voheada, pueda ser el mismo que con S6 hombres venció a la oligarquía rica y ¡x>der0S3. que los g>bemaba con mano de hierro. res~da p:>r un gran ejército y todos los recursos de la naci6n... 11
Ese martes 22 de abril de 1856, los 230 pasajeros del Chules Morgan, los 20 de la LoweU y los 400 del Orizaba agregan 650 residentes a los dominios de Wa!ker. Más menOS la mitad de ellos son viajeros rwnbo a California. La
°
mayoria del resto son reclutas para el ejército, y 200 forman un
nuevO batallón de infantería al mando del mayor Leonidas McIntosh, con James Walker de Capitán de la CompañlaA. La Compañía de Cahallería del capitán Charles Davenport de Nueva Orleáns se engancha por cuatro meses, y "los soldados tendrán sus caballos en cuanto sea posiblell, es decir, en cuanto las redadas de requis~s de los nuevos amos les roben las 51 bestias a los nativos. Los recién negados y las noticias que traen del do, robustecen a Unde Billy y sus seguidores. En consecuencia, ese sábado El NÍcuaguense cabal bautiza a! martes 22 de abril, un "Día de Sol": . DlA DE SOL
El lWles fue sombrlo -la. lluvia y las nubes nos echaron encima una sombrA soliraria, húmeda y deprimente.. El martes vino lleno de sol ... En todo su conjunto el d1a fue brillante así como fue l6brega la noche 1l1teoor. ~ nuevo todo era satisfacción, y a todos los rm.tros los ilumiD6 ur.a nueva sonrisa, si excepruamos al hombre misrerioso cuya mente impele a esta revoluo:m y cuya alzna, llena de confianza examina. las corpplicaciones que nos rodean, y del aparente caos deduce una. 513 rutina de simeaia y oroen.
Aunque a William Walker, el hombre misterioso, no le ilumine el rostro una sonrisa, su lIalma llena de confianza" examina las complicaciones que lo rodean. y como por arte de magla las hace desaparecer con úna estIofa de Byron en otro
editorial.1 mismo dla: LA PERSPECOVA
Siempre ha.brá gruñidores. El cuadro en el "Hombre Amable" de Goldsmith no está. exagerado. En consecuencia, no nos sorprende el que ahora en Granada haya quJenes se puan lúgubres en las esquinas y auguran cosas terribles. ¡Esos tipos
"ijn rey sent3do en la cima rocOS3 Que contempla Ji Salamina mena del 1114.4 Y b:J.rCO$ ¡xx nulla.res yacen abajo. y hombr.~ en melOnes todos enm suyosÉllos conl6 '" romper el d!a, Yal p::merse el so~ ¿d6nde est.aban?1! 514
La predicción de Walker el 26 de abril, asegurando que (a! igual que la escuadra persa en 480 a. de J,c.) las tropas de Mora están a punto de desaparecer, resulta ser correcta. Su certeza se basa en hechos conocidos por él desde el11, desde que llenó los pozos de cadáveres durante la batalla de Rivas.
Ji. 'Monstruo en formo humana' EL 26 DE ABRlL DE 1856, El NicaraguenseanaJiza en retrospectiva la estrategia de Walkcr y lo coloca llentre los mejores Generales de la era". Con Wla serie de diestros movimienlOsWalker ha engañado a Mora haciéndole creer que ha abandonado Nicaxagua, tras lo cual el Predestinado lo coge desprevenido y en dos horas 600 costarricenses caen víctimas del feroz ataque norteamericano: 'El movimiento a! otro lado del Lago, el regreso a Granada sin ser visto por el enemigo, la rápxJa marcha sobre Rivas, la batalla sorpresiva en las calles, el descalabro y la terrible matanza de los costarricenses,cuando se ven en conjunto y se consideran y sopesan cuidadosamente, forman una de las campañas más brillantes y uno de los capitulos más centelleantes en los anales de las operaciones militares"m A El Nicaraguense se le olvida mencionar la decisiva maniobra maquiavélica de Wa!ker de llenar de cadáveres los pozos. Pero en primera plana esa misma mañana un WaIker sigiloso subsana la deíicienciacuando se 3utorretrata y se revela por medio de la proyección a! llamar a Mora "Monsnuo en forma humana": Así como los cometas periódicamente cruzan relampagueando p::>r el firmamento, asustando y espanwuio momentáneamente a la gente. así en el mWldo moral la humanidad a veces se llena de terror ante la aparición y las acciones de un monstruo en form.a huma.na, que Watisfecho del derrotero comente pero
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ALEJANj)RO BOLAf!OS GEYER
)aooriaso hacia la fama, brinca de un salto a colocarse ante la mirada ardiente del mundo civilizado, y con los actos de un solo día llena la medida de su notoriedad. A la larga lista de los sanguinarios monstruos inhumanos que en diversas épJCas han aparecido en el camp:J de acci6n y aturdido los okios de las naciones con el ruido de sus actos de crueldad y sangre, se debe agregar el nombre de Juan Rafael Mora, Presidente de Costa Rica y General en Jefe de sus ejércitos en la actual guerra con Nicaragua. ", ~Ha perdido ya tanto el sentido común que no puede ver los cícetos de sus acciones crueles y sangumarias? ... ¿No le quedan ya sentimientos humanitarios que ldentifiquen a su raza y 10 aten a él con la hum..midad entera en su responsabilidad a Dios? El ac~ jefe costarricense se ha herrado a sí mismo con el fierro de CaIn. y p::¡r donde vague en el futuro, o cm1quiera que sea su suerte, la voz de la execraci6n 516 le sonará en los oídos y lo perseguirá hasta la tumba. o ••
Con Walker --el verdadero monstruo en forma humanaejerciendo el poder en Granada y gran parte del paJs, los nicaragüenses aún no logran unirse contra él. Los rencores partidistas lo impiden. Probablemente no más de 100 nicaragüenses luchan en Rivas el 11 de abril al lado de los filibusteros. Después de la batalla, el Presidente Patricio Rivas transmite desde León "las gracias de la República" a Walker por "la gallardía Ybuena conducta" de sus hombres I1durante 517 el prolongado combatell • .Al recibir el mensaje del Presidente, Walker ordena leerlo en público al ejército en una Parada Miliw en la plaza de Granada el jueves 24 en la noche. Por otro lado, inspirados por la victoria rica en Santa Rosa y el avance subsiguiente, los patriotas nicas reúnen fuerzas en Chontales, al otro lado del lago, El 22 de abril por la noche La Vugen zarpa de Granada con el general Goicouría al frente de cien hombres, y a la mañana siguiente desembarcan en San Ubaldo. Cuando retoman a Granada por tierra el 30 de abril, el corresponsal del New York Tribune reporta lo que han hecho en Chontales: ... y para ilustrar la crueldad a sangre fría, mencionaré un
suceso que ocurrio al mando del general cubano Goicuiria {slC} .. Al General lo mandaron con un destacamento de unos 100 soldados nativos y Americanos a Chontales, donde se sabía que los ChirnrOSta5 [chamorristas] se estaban organizando. Al avanzar a Juigalpa se encontraron con gente armada, los atacaron y mataron corno una docena, y entraron en la población y la saquearon. Luego siguieron para Acayapa [Acoya¡:>a], donde hicieron vanos arrestos, y colocaron a dos de los prisloneros contra la pared de la iglesia y los fusilaron, con miras a intimidar a los demás. Podría mencionar muchos otros incidentes similares. En Acayapa residían la viuda y dos hijas de Chímora [Chamarra], el Presidente anterior. Todas habían salido huyendo de la ciudad al camPJ. Los Americanos rompieron las puertas y entraron en la casa, y el oficial que me narr6 el evento me dijo que habla como cincuenta baúles llenos de atavíos, los que abrieron y robaron dejando desparramados en el piso los artículos que no se pudieron llevar, A su regreso a Granada venían con caballos, relojes, joyas, etc. De hecho no fue más que una expedici6n de pillaje. l8
rucas
Los que intentan rebelarse en la zona de León son frustrados fácilmente por las tropas nativas del Presidente Rivas; en Matagalpa, por el comisionado Mariano Salazar; yen las Segovias por el Chel6n Valle. Se dice que los patriotas al mando de Fernando Chamarra ascienden a 400: 100 armados de fusiles de chispa y 300 indios con arcos y flechas. Tras una corta pero violenta refriega, Valle los derrota y dispersa. nAhi
terminó la revuelta en esa dirección, y gor el presente, al menos, la paz reina en toda Nicaragua. u 19 En las palabras del propio Walker: nAsi en pocas semanas se restauraron el orden y la tranquilidad en la República entera, y los mandatos del gobierno provisorio se respetaron en todas partes del Estado".'"' Cuando Schlessinger huye de Granada a mediados de abril, se dice que está escondido en la hacienda de don Gabriel Lacayo, a seis millas de la ciudad. Walker manda un pelotón a arreswlo. La patrulla regresa sin SchJessinger pero trae a don Gabriel en su lugar. Walker tilda a Lacayo de traidor y lo somete a un consejo de guerra integrado por extranjeros, encabezados por el general Homsby, acusándolo de organizar una fuerza para ataCar Granada en liga con los costarricenses. Junto con él echa en la cárcel a otros miembros de la familia Lacayo capturados por Goicouría en ChantaJes, a don Hilario Selva, don Antonio Falla y varios otros patriotas nicaragüenses que logra agarrar, Pero los ticos no están pensando en atacar Granada. Están demasiado ocu~ pados cuidando a los 300 heridos y fortificando Rivas en previsión de un futuro ataque filibustero. Convierten a Rivas en una "ciudad de barricadas", como la llamará un corresponsalde ElN1Caraguensecuando Walker recobre posesión de la ciudad a principios de mayo: J
J
Ahora Rivas decididamente es una "ciudad de barricadas", pues está tan fuertemente amurallada ror dentro y amurallada por fuera que uno no puede pasar de una a otra calle sin escalar más de media docena de barricadas de uno ti otro tip:>. Primero está amurallada la plaza; es decirl en todas las calles que salen de la pla1.a, los costarricenses levantaron muros o parapetos de unos cuatro pies de altura. y lue¡p fortificaron los edificios adyacentes para detener el avance de cualquier atacante antes de llegar al parapeto. Las casas circundantes a la plaza están cuajadas de aspilleras JX>r las que pensaban disparar los fusiles en caso de que el general Walker regresara y atacara su baluarte. A sus muertos del 11 de abril los sepultaron en los PJzos; y cuando abandonaron la ciudad no delgron cadáveres corrompiendo el aire, como se ha refXlrtado. 1 La noticia de que los costarricenses después de la batalla lI11enaron de muertos los pozosu, la publica El Nicaraguenseel 19 de abriL'22 En La Guerra en Nicaragua, Walker afirma que "los costarricenses se vieron agobiados con tantos cadáveres que en vez de enterrarlos como de costumbre lbS echaron en los pozos de la ciudadt!.,2J Por otro lado, en sus despachos oficiales al Ministro de la Guerra el 15 de abril, Mora le comunica que él sepultó a sus muertos como de costumbre y que WaIker echó a los suyos en los pozos durante la batalla:
... Contábamos 260 heridos, entre ellos varios Jefes notables. Mi primer cuidado fué preparar el hospital, hacer enterrar los muertos y organizar nuevamente el Eiército,~ ... Del enemigo se contaron tendidos en la plaza Ycalles 81 cadáveres, y como 150 que declaran los prisioneros que ellos sepultaron en varios p8'zos de los de esta ciudad, los cuales mandé reconocer y se encontraron llenos de muertos.= El suministro de agua putrefacta (contaminada con mirladas de vibriones del cólera en los intestinos de los cadáveres) desaÚl una epidemia de cólera morbo en el campamento de Mora a los pocos días del combate. ElNicaraguenselo anW1eia el 26 de abril:
)\~CARAGUA / "COMANDANIE EN JEFE"
-De las fuentes más fidedignas a nuestro alcance, sabemos que el ejército costarricense continúa ocupmdo Rivas, La Virgen y SanJuan del Sur.... Una epidemia alarmante azota a las tropas en Rivas, y numerosos soldados están muriendo a causa de ella. La enfermedad es una disentería que mata rápido a las víctimas. S26 POSICIÓN DEL ENEMGO.
Sabiendo que hasta ese momento la epidemia del cólera no ha afectado a la poblaci6n costarricense, pero sí a la de Nicaragua y a los filibusteros/es de suponer que los cadáveres en los pozos son del ejército de Walker, pues los ticos aún no llevan víbriones en los intestinos. Todo el conjunto de datos sugiere que Wa1ker llena de muertos los pozos de Rivas durante la batalla y luego calumnia a los costarricenses acusando de ser ellos los que 10 hacen. Charles Callahan reporta el 29 desde Granada que la población entera está excitadísima tras recibirse esa mañana noticias importantes: la mortandad causada por el cólera a los costarricenses en Rivas es enorme, y cuando le llegan a Mora informes de San José de que se fragua una revuelta "jefeada por el general CastroJ conocido lider democrático y expresidente de la República", al instante decide retornar a casa. De inmediato retira a las tropas de Rivas, La Virgen y San Juan del Sur, "dejando así de nuevo abierta la ruta del Tránsito".5Z1 Walker sin pérdida de tiempo ordena a los batallones de los coroneles Sanders y Piper que se preparen a partir, y a la medianoche 362 soldados van a bordo del La Vúgen, rumbo a La Virgen. El general Walker comanda la Brigada, asistido por el general Homsbyy el coronel Natzmer. Varias compañías van armadas con rifles Mississippimejorados por el capitán Rawle, del Departamento de Pertrechos, para disparar balas Minié. El brigadier general Fry queda al mando de 250 hombres en Granada, los del batallón del mayor McIntosh y la caballería del capitán Davenport (aún a pie, en espera de las bestias que Goicouría les llevará de Chontales). Cuando WaIker desembarca en La Virgen el 30 de abril al amanecer. el ejército costarricense en retirada ha evacuado ya la ruta del Tránsito y la bandera norteamericana les da la bienvenida a Jos filibusteros, ondeando en el asta frente a las oficinas de la Compañía del Tránsito. Walker avanza hacia San Juan del Sur, y a tres millas de La Virgen un mensajero le entrega una carta del general José María Cañas, cuñado de Mora y General en Jefe del Ejército durante la ausencia del Presidente. El mensajero le informa que los ricos abandonaron San Juan el día anterior, "y que el país entero se ha librado de 52B ellos". Walker manda dos compañías a acupar San Juan. y se regresa a La Virgen con el resto de las tropas. En la carta, Cañas explica que se ha visto forzado a abandonar en Rivas a los enfermos que no pueden ser transportados sin poner sus vidas en peligro, y que espera de la generosidad de Walker que serán tratados con todas las atenciones y el cuidado que su situación exige. Según narra Walker, "es innecesario agregar, que los cirujanos inmediatamenterecibieron6rdenes de atender 529 a todos los enfennos del enemigo que encontrasen". Ese alarde de clemencia, sin embargo, Walker lo confina a unos pocos costarricenses inermes gravemente enfermosJ y rápido la compensa matmdo a otros al mismo tiempo. Dos de las victimas son isleños de Ometepe. Cuando los ticos ocupan La Virgen en abril, los indios de Ometepe se rebelan contra Walker y queman la leña cortada y ahnacenada en la isla para el uso de los vapores. cuyo valor se estima en unos $500. Los isleños además matan a un fili·
229 bustero rezagado en Rivas después de la batalla, que llega huyendo a la isla. A principios de mayo, Walker manda al teniente Charles Tyler con veinticinco hombres a Moyogalpa, a capturar al "asesino o asesinos tl del filibustero y a enganchar cuadrillas de indios para que repongan la leña. Tyler cumple ambas misiones y el 7 de mayo regresa a La Virgen con tres prisioneros, uno de ellos un viejo sacerdote de Moyogalpa, a quien acusan de haber incitado a la rebelión. Ni el nombre del cura ni la suerte que corre se conocen, pero Charles Callahan narra el ajusticiamiento de los Itasesinos" en La Virgen esa tarde: A los dos asesinos los colgaron hoy en la tarde en presencia de toda la tropa. Murieron con entereza, y los asistió hasta el último momento el cura que arrestaron con ellos, a quien se acusa de haberlos incitado a cometer el crimen.. Entre los
espectadores estaba don Gabriel Lacayo, a quien llevaron de la d.tcel para que viera el espectáculo, y cuya suerte no se ha decidido, pues no se ha publicado la sentencia del consejo de guerra en su caso.~:l\I
WiIliarn Walker preside los ahorcamientos en La Virgen el miércoles 7 de mayo de 1856, la visperade su 32" cumpleaños. A la mañana siguiente. los rasos Handwick y Davis, de la Compañia D del Primer Batallón de Rifleros son juzgados en Consejo de Guerra por el delito de deserción. El tribunal los declara culpables y los sentencia a ser pasados por las annas. El caso se lo presentan al Comandante en Jefe ese día de su cumpleaños; s.in pensarlo dos veces aprueba lo actuado y ordena que los fusilen en Granada dentro de las veinticuatro horas de .llegada la orden. Para asegurar su cumplimiento, el General y su Estado Mayor con una escolta de diez Batidores, personalmente llevan la orden de La Virgen a Granada. Arriban en la capital por sorpresa a las 9 P.M. el viernes 9 de mayo. El sábado, El Nicaraguense informa:
.
DESERTORES
EJECUTAOOS. -Esta
mañana,
a las 6:30 A.M,
fusilaron en la plaza a dos deserlOres, en el mismo sitIO donde fusihron al traidor Corral Los dos desertaron inmediatamente después de la batalla de Rivas l y ]ueg::; fueron capturados en el camino a Loon por los soldados del coronel Méndez. Iban para El Realejo, con 1L intenci6n de embarcarse en dicho puerto rumoo a California, o quizás iban hacia Honduras. Los trajeron de vuelta y el consejo de guerra ordinario los sentenCló a ser pasados por las armas. Hoy en la mañana ejecutaron la s.entencia. Ambos sujetos se enfrentaron a la muerte con valenda, y es inexplicable que hayan salido huyendo de un peligro tan :unaginario como el que presenta Costa Rica Amoos eran catolieos, y anoche les administr6 los solemnes ritos de la confesión el padre ... [roto] ... Todos 105 Americanos en Granada presenciaron la ejecución, y la plaza estaba llena con la gente de la ciudad. Ambos aconsejaron a los soldados que permanezcan fieles en sus filas y que jamás se les ocurra desenar, ya que casi seguro recibirán el castigo de su crimen..$31
Expresando "sUIlla satisfacción con la dirección de los asuntos!! en Granada, Wa1ker y su Estado Mayor salen otra vez el lunes 12 de mayo en la mañana por tierra hacia la vía del Tránsito. Mientras tanto, el libro de bitácora del vapor registra viajes de ida y vuelta entre La Virgen y Ometepe del 9 al 11 y del 11 al 13 de mayo, los que el corresponsal de El Mcaraguense explica en su despacho fechado en La Virgen el 14: ... El vsesionado de las que han quendo, yaro Viven ahora. Sus soldadas na reciben paga ... Ni siquiera las primeros que lleg3Ion con él han recibido nada --es decir, nada que valga. algo. A uno le oí decir que ha recibido $7; y huoo una ép:JCa en que les daban 75 centavos semanales para lavar la ropa; y a los oficiales les daban un pequeño estipendio para el fuerte consuma de licores ... . Cualquier clase de bienes que quieran las tropas, de rnmed.iato los cogen. Dicho sistema se extiende a las menudencias. Al agricultor que trae a vender sus productos al mercado, cuando un oficial le pregunta el precio y le parece ml,ly cara, y si el vendedor no acepta en pago vales del gobierno, el militar simplemente se apropia de ellos y no hay amparo. Lo que quieran lo toman sin vacilar, ya sea propiedad de un ciudadano Americano o de un nicaragüense. En el país no hay más ley que la voluntad de Walker. Alguien que no ha visto con sus propios ojos la sitilll.ción en esos Estados turbu·
231 len lOS, es dificil que se forme una idea del absolutismo que prevalece ahí. ~...os corresp::msales de prensa norteamericanos no se atreven a diyulgar la verdad. El correslxmsal de uno de los principales dJarios de Nueva Orleáns me dijo que para ~l sería peligroso hacerlo. La impresi6n generalizada es que abren las cartas en el caromo, PJr lo que me dieron muchas carras los oficiales para que yo las trajera a poner en el correo en Nueva York. El proyecto de colorllzaci6n es pura pantalla. A como están las cos~, no ~y la menor op::>rtunidad para que alguien se gane la vida dedicándose a ninguna ocupaci6n industrial. El único recurso es enrolarse en el ejército.... El solitario periódico que se publica está. bajo el control total de Walker, y todo lo que en él sale tiene que recibir primero su aproba~ión De ~ muertes qt1e ocurren, muy ¡::ocas aparecen en las listas publicadas. En un solo día en la última semana de abril, hubo quince defunciones, pero ninguna salió en letras de ~olde .... Hay un descontento generalizado en el ejército, no sob entre los soldados, sino que rengo buenas razones para creer que algunos de los más altos oficiales han entrado en pláti~s con otras personas para suplantar a Walker; pero su palluca parece ser el no dejar que nadie ocupe un puesto en el que p.ueda llegar a ser más popular que él _.. No es probable que mnguno de los que están bajo su mando lo suplante.... Se sabe muy bien que el Gobierno de Nicaragua es un hombre, y que ~se hombre e.s ~ g:neral WaIker. Rivas es apenas un títere, a qUlen WaIker nI SIqUIera le da a conocer sus intenciones ... . Para salir de Nicaragua bay dos rutas, ambas vigiladas, y los msa~fechos y desertores no se pueden ir del país sin el penruso de Walker ...,No importa PJr cuánto tiemp::> se enro16 uno_ en el ejército; una vez enganchado lo obligan a quedarse, sm Importar del tooo el que ya se haya vencido el té:rm1no. A los oficiales que renuncian los fuerzan a continuar en las filas. ... ~jci las c~.cunstancias actuales, no puede haber más que un ~bIemo militar -aunque el de ahora no es más que pura plIaterla- pues existe un o::lio mortal entre los dos antiguos partidos, los "democráticosll y los llserviles" --ambos sin ninguna organización, claro está, porque la única organización el! Nicaragua~s el ejército de Walker. En el pais no hay dinero, ro comerCIO nI seguridad para la propiedad. De aliarse Honduras, San Salvador y Guatemala, con facilidad someterian a Walker. Es más, si él no recibiera refuerzos las enfennedades pronto destruirían su ejército. Gran parte de sus armas son inservibles, pues son carabinas inglesas viejas y fusiles de chispa Americanos, y además hay deficiencia de munic}ones ... No hay nada de carácter militar en su ejército; no es mas que una turba arrna~ eso es todo lo que es. Las enfermedades se han cebado en sus filas; los cálculos más bajos dan que por lo menos SOO hombres han muerto en el año que tiene de ocupar el país. El general Walker sabe que hay muchos desafectos contra é~ y se alarm6 tanto a su regreso de Rivas que nombró un custodio que lo escolta. Temía ?Jr su propia seguridad, cuando a nadie ¡xxirla temer más que a sus propios soldados. En cuanto a la colonización, no hay ninguna,. exceptuando a aquéllos -y no son {X)cos- que ocupan lotes en el suelo de dos pies ?Jr seis pies. ... Wheeler no es más que un instrumento de Walker, y a los Aniericanos de nada les sirve recurrIr a él en busca de amparo ?Jr los males que sufren. Desde el momento que el general WaIker tom6 el g::>biemo en sus manos, después del tratado con el gobierno de Estrada, comenz6 a imPJnerIes fuertes contrIbuciones a los del bando Charnorrista ... Instauró un sistema de pillaje de los habitantes en vez de cumplir con lo estipulado en el tratado. Ha inspirado tal desconfianza en la gente, que las laoores agrícolas y otras actividades se descuidaron este año, pues los agricultores no estID dispuestos a recoger cosechas para que lueg.::¡ se las quiten a la fuerza.. Entre los nativos y los Americanos ha surgido una
2;)2 Ix:lstilid.ad terrib~e que del todo no existía mIes de la venida de WaIker. Dificilmente podría un gobierno ser más impopular que el de Willer en rodo el país. Cuando yo negué. Granada en septiembre del año pasado, habla por lo menos B.OOJ habitantes en la ciudad, y ahora no quedan 500. Todos han salido huyendo ...5041
En !JI página editorial ese día, Horace Greeleycomenta: "Es difícil decir qué situaci6n es más deplor:!ble, !JI de los desdichados nicaragüenses o la de los aventureros Americanos que actualmente tienen posesión militar del pals".>tz Pero aunque agobiado por las circunstancias c~tosasJ Wa1ker
jamás pienie la conrlanza, y su contagIosa megalomanJa mesiánica sigue inoculando a la culturalmente sensibilizada pandilla de seguidores filibusteros. Uno de los viajeros del Orizaba, detenido en Granada, lo expresa de modo sucinto: lIProbablemente no hay un solo soldado en el ejército que no haya sido indoctrinado a creer que Walker está predestinado a ser el jefe de una federaciÓn de estados centroamericanos. Imbuidos en esa idea, lo miran con un respeto casi rayano en reverencialtl.S4~
Walker hace lo que puede para mantener viva la llama en sus seguidores por medio de la propaganda en El Nicaraguense. En articulas que muestran los rasgos característicos de su plwna: "Democracia universal" el 3 de mayo y un ramillete de cuatro ellO -"El asunto'l, "El tiempo hace justicia-, liLa gloria de la guerrall y "Poesía de N.icaragua"- WaJker registra los eventos en la forma
acostumbrada cuando nega a una de las vueltas de !JI vida: su 0 32 cumpleaños.>« Refiriéndose a sí mismo en tercera persona (al igual que siempre, como en La Guerra en ..Vic.uagua)S45 se pmta como paladín de la democracia -estadista y guerrero- dedicado a su misión, y advjerte que Walker no tendrá biografia sino hasta después que !JI cumpla: ... Afortunadamente, un estadista y guerrero guía a la actual revolución en Nicaragua; ... el cerebro que la impele y dirige no puede ser desviado p::or la fuerza ni descarriado por la calumnia; sino que .¡miase> y ardiente seguirá avanzando hasta consumar la misi6n para la que fue creado. Y en el fururo, cuando se lea correctamente a Cromwell --euarrlo el mundo reconoz.c¿ como
una pura y santa profetisa a Juana de Arco- entonces el general Willer podrá parme en el umbral de la Hisroria y sentirse orgullosp al escuc.har 13. decisión de la posteridad.. Mientras laDto no tiene biografia.5-" . . y cuando el lápiz de hierro cincele las palabras en las (olwnnas del fuMO ~uand.o a los niños les enseñen el dfa de fiesta en que nacieron los hbertadores de la naci6~ los nombres de muchos dem6cratas sonarán con dulzura en las canelones patrióticas, y el riernp:l celebrará g::¡zoso el aniversario. La gloria de la naci6n continuará aumentando hasta que no p:xiamos p::merle limite a su carrera. La lucha ha durado toda una larga noche, pero la. cortina blanca de la paz viste el horizonte, y ya cuando estemos muertos la tierra estará sonriente bajo la influencia mágica de esa regeneración que
surgió del terrible conflicto.S47 ... hemos puesto nuestra luz en la cima de la colina, y el mWld.o te!'l.drá que verla. ¡Ya al futuro no lo cubre La obscuridad!Ma
La lucha de Walker para cumplir su misi6n ha dUr:ldo una . larga noche, pero en mayo de 1856 la cortina blanca de la paz viste el horizonte. El futuro siempre inalcanzable parece estar
ALEJANDRO BOLAilos GEYER
a mano; ya no lo cubre la obscuridad. De5pués, en La Guerra en Nicaragua, recordará que en mayo de 1856, "Para el observador casual los elementos políticos se ve.ían en reposo, y todo parecJa más tranquilo que nunca antes desde ellr:ltado del 23 de octubre. La gente del pueblo, con su fuerte instinto religioso, pens6que !JI Providencia había enviado el c6lera para Sol9 expulsar a Jos coslarricenses de su suclO". De hecho, el c61era aniquila a! ejército de Mora:
[El cóleral ... Persiguió a .las tropas costarricenses haSla San José, e hizo tan bien su trabajo de destrucci6n, que de Jos millares de valientes que salieron de la capital de la República a exterminar a los "filibusteros", no más de 500 regresaron. Lueg:¡ la peste, habiendo ya casi devorado a todo el ejército. se dedicó a cobrar víctimas entre las familias pacífIcas de la nación. jóvenes y viejos, mujeres y niños, sucumbieron ante el contagio, y hay quienes estiman que 14JXYJ fallecieron en la epidemia. Sin embargo, la cifra conservadora de 10.00J probablemente cubre la pérdida toral de la poblaci6n del Estado.5.Sf Eliminado Mora, no queda un riva! de WaIker a la vista que se le oponga a que posea Nicaragua. En sus propias palabras: ItLos Americanos con la fe en si mismos que los ha llevado en un período maravillosamente corto de un océano al otro, consideraban su establecimiento en Nicaragua como fijo y fuer:! del control de los azares de la fortuna".'" En la superficie todo parece tranquilo, pero "en esa época hubo por lo menos un hombre en Nicaragua que vio que el sendero de los Americanos estaba aún entonces lleno de espinas. Edmund fundolph ... "ss, fundolph ha estado en Le6n desde principios de abril Padece de tuberculosis puhnonar que se complica con una afecci6n hepática, y el 17 de mayo, junto al obituario de James Walker, El Nicaraguense anuncia que fundolph está grave en León. Pront2 mejora, y el 22 está en Granada,lIen franca convalecencia". 53 Sin detenerse, sube al vapor que lo lleva a! cuartel geoera! del ejé",ilo en La Virgen. Ah11e dice a Walker que "algo anda ma! en Le6n; pero que confinado en cama com~ estaba, no pudo averiguar la naturaleza exacta del mal". WaIker sabe que el Presidente Patricio Rivas le ha escrito a! Presidente Mora a r¡¡Jz de la batalla de Rivas, sondeando propuestas de paz a espilias de WaIker, "y el hecho de haber em"iado dichas cartas a Mora sin consultar con el General en m Jefe era sospechoson . Asl pues, precisarnente cuando Walk.er vislumbra la paz en el horizonte. los acontecimientos inician una nueva fase de su guena en Nicaragua. que al fin de cuentas lo expulsará del país. fundolph parte para Nueva York el 22 de mayo, !ten viaje de negocios relacionados con el Gobierno".'" Walker regresa de La Virgen a Granada el 29, y dos días después marcha a Le6n con su Estado Mayor. Él mismo lo explica muy bien a! cerrar el capftulo 6 de su libro: Para los Americanos se hizo importanúsimo conocer lo que sucedía en León. En consecuencia, en cmmto se despach6 la corres¡:ondencia para California 'j los Eslados del Atlántico, Walker decidió ir al.Deparumenlo OccidenCl1. Los eventos que ocurrieron en León como resultado de esa visita presentan una nueva fase de la guerra en Nicaragua.!>51 En Centroamérica esa nueva fase se llamará liLa Guerra Nacional".
ANEXO A
Proclamo de don Pedro Joaquín Chamarra El Prefecto y Subdelegado de Hacienda del DeparÚJIlJento Orfentú Compatriotas: Hoy he sido nombrado Prefecto y Subdelegado de Hacienda del Departamento, y en estas circunstancias no he vacilado en aceptar, porque no seré yo quien abandone al Gobierno cuando la independenciade mi país está en inminentepeligro.
Por el contrario, cooperaré en cuanto me sea posible por sostener una causa tan santa; y aunque no tengo las capacidades necesarias, tengo sí un corazón que es todo de mi patril. Cuento para llenar mis deberes con vuestro patriotismo y desprendimiento, porque sin vuestra cooperación nada
podríamos hacer. Nicaragüenses: un suceso desgraciado nada significa cuando el patriotismo no se abate; la toma de Granada no debe anonadarnos, pues no fué por efecto de una acción de annas;
Madrid y las principales provincias españolas fueron ocupadas por las huestes victoriosas de la Francia. y los españoles fueron libres. porque quisieron serlo; nosotros descendemos de ellos. y debemos imitar su ejemplo. y vosotros. campeones ilustres, soldados de la patria;
vosotros que tantas veces habéis humillado a vuestros enemigos allí en ese mismo terreno testigo de vuestras glorias,
en donde habéis derramado vuestra sangre por la liber1:.'ld; allí están vuestros enemigos. allí vuestra religión. vuestras propiedades, la independencia centroamericana; allí los restos de
vuestro General Chamarra, los de tantos próceres de la independencia del país. los de vuestros antepasados y amigos. preparados todos a levantarse de sus sepulcros a presenciar el triunfo de vuestro heroísmo o a enseñaros a morir por la
patril. Si para lograr tan noble ohjeto fuese necesario derramar la sangre de mi familia y amigos que allí existen, sangre adorada para mí, en buena hora, si ella sirve para regar el árbol de la independencia. Marchad. pues, que el triunfo será vuestro; mas si la suerte nos fuese adversa, bajemos a la tumba sin llevar un remordimiento. Dejemos la ignominia a los traidores, a esos hijos ingratos. a los egoístas y a los Estados vecinos por su criminal indiferencia. Ellos pensarán como yo. y conocerán su error cuando sean esclavos; y entonces, ¿de qué les servirá?
Masaya octubre 19 de 1855. PEDRO
J.
CHAMORRO.
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ANEXO B
Instrucciones de Joseph L. White 01 agente Cortlandt Cushing N. Y. Oct. 2 / 55 (Confidencial). Querido Sr. - Por e! "Star of the West" (Estrella de Occidente) que llegó e! 31 último, leí sus varils comunicaciones, las que se refieren á su entrevista con el Coronel Walker y á la derrota de las fuerzas del Gobierno
Gobierno tiene coneccion con ella y la defenderá tambien. La reciente carta del Coro Wheeler indica que los EsLs UU.s puede tomar á Nicaragua bajo su defensa, aunque no obstante todo esto creo que teniendo dinero y hombres nosotros podemos con Jos médios suficientes que posemos defenderla contra cualquier asalto de cualquier parte que venga.
llegaron oportunamentecausandome suma satisfaccion. Los comisionados estan tan persuadidos con la idea de la insuficiencia de las tropas del Gobierno que ya rallan en insolencia é intolerancia sus necias demandas, pero fui invulnerable á sus repetidas proposiciones, lo que trajo por resultado un rompimiento. Ahora estan listos á hacer cualquier arreglo bajo cualesquiera términos. pero yo me escusaré hasta recibir órdenes.
Por lo que he oido de! Coro Walker y por lo que he sahido de caballeros tanto de aquí como de Californil, estoy persuadido que el Coro WaJker es un hombre en cuya palabra
El pueblo y especilhnentelos oficiales de Nicaragua son sin fe é ignorantes y presuntuosos y tan pronto como un hombre con sentido comun adquiera 6 ejerza poder absoluto sobre ellos. mas pronto les será posible proporcionar al pueblo elemento de regocijo, como tambien á todos aquellos que reclaman algun derecho del presente Gobierno.
Esta medida la he adoptado con mucha lentitud como U. sabe, aunque hace mucho tiempo he pensado en la contingencia, para la cual ya he estado preparado, cuando nuestra compañia tubiera por obligacion que tomar ese estado como negocio propio de defenza 6 como precaucionnecesaria.
Si el Coro Walker nos puede evitar este trahajo, él recibirá mis gracias y obtendrá todas aquellas ventajas y honores que
él demande de tal empresa. Todo á lo que yo aspiro y pido es
la preservacionde nuestra Carta y esa será preservada. Nuestro
se puede depositar entera confianza, lo cual es bastante conocer de cualquier hombre. En cuanto á Kidnney es un hombre que aborrezco. Es un hombre de un caracter demaciado malo, me ha hecho varias proposiciones,pero se las he rechazado como merecía. El Coro Walker, no obstante, es una persona enteramente deficiente. segun he sabido de los que le conocen y sus cartas de U. me confirman la opinion que de él ya me habia fonnado.
Quiero que U. vea al Cor., quiero que le hable y vea si algun arreglo se puede hacer, "siempre que sea condicional!1 tomando por base lo siguiente: 1 que nuestra Carta sea enteramente reconocida. como tambíen las obligaciones del estado para con nosotros. 2° no hacer la compañia pago alguno al presente Gobierno sinó reservarse hacerlo para el nuevo. que debe ser establecido por el Coro - "Digo el Coronel por que no será el hombre por quien ahora le tomo si despues que él arroje al viejo Gobierno permitiera otro que sí mismo ponerse á la cabeza del nuevo constituido Gobiemo. 11 - 3° que el Coro Kinneyy sus secuases sean repudiados y que
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ALEJANDRO BOLAÑOS GEYER
la jurisdicciondel nuevo gobierno se estienda hasta la costa de Mosquito. Esta última es la que mas nos conciernel siempre que se efectúe sin un peso de costo al Estado y sin incurrir en hostilidad alguna contra poder alguno. N o pido mas que lo arriba espresado; de conseguirse si el Coro conviene en los términos arriba espresados me prepararé para darle la mayor ayuda que me sea posible, para que su plan tenga buen resultado con nuestra secreta ayuda, pues la pública no la podemos dar, por haber adoptado formalmente y proclamado nuestra entera neutralidad en las guerras civiles de Nicaragua. Naturahnente el Coronel necesitará cañones y municiono Nosotros tenemos cuatro cañones de á 6 lbs. con sus cajas de balas y todo lo ciernas completo. Si él consiente en nuestros términos, puede U. manejar de tal manera los negocios que él pueda tomarlo todo, siempre que sea bajo su pública protesta contra semejante violencia, y al mismo tiempo notificará U. al Gobierno de Nicaragua que el Coronel le será responsable por la pérdida. Cuanto mas picante sea el lenguaje mejor. Ademas. sI el Coro quiere transportar sus tropas á cualquier parte del Lago "como naturalmente necesitará hacerlo antes del último suceso" él puede tomar I1del modo que á U. mejor le convenga" uno de nuestros vapores y transportes, siempre bajo su pública protesta. Despues de tal acontecimiento debe pedirse otra vez del Gobierno de Nicaragua una pronta indemnidad. Sí el Coro necesita mas gente envieme U. inmediato aviso y le enviaré por cuenta nuestra ochenta 6 cien hombres Como pasageros para California. Él conoce los negocios mejor que yo pero yo conozco el pueblo y recursos de Nicaragua mejor que él El puede tomar el Estado con 150 americanos y 250 nativos en el actual estado de cosas - Si el partido de Castellon
puede dar empleo á las tropas de Gobierno por 60 dias mas. El puede conseguir los nativos naturalmente de Lean. Los americanos se los puedo enviar: con esta fuerza deberá necesitar artilleria y esa está á su alcance. Conseguido esto, no se necesitará pelear, pues las granadas y balas haran todo el trabajo. Tales mi opinion y tal es mi proposicion que debe hacerse al Coro con el mayor cuidado pues no es hombre que hay que burlar. Acerqueselefrancamentepero con atrevimiento comuniqueselotodo en confianza. Si él reusa la confianza será preservada y entonces pondré en efecto otro plan que no puede dejar de tener buen resultado sea quien fuere el que intervenga. Tardaré todo lo mas posible toda negociacion con los Comisionados, hasta que reciba carta de U. - En el entre tanto espero que Walker permanecerá firme y que arroje á Kinney, Fabens y Ca. -La ambision y vanidad de Kinney lo echaría á perder todo. Ya estoy cansado de la duplicidad, estupides y extorcion incipiente de Nicaragua. Estoy resuelto á establecer un Gobierno respetable, en cuya palabra y fe pueda confIar y contra los ultrajes de los cuales no estaré oblig¡do á pedir constantes peticiones á mi Gobierno para intervencion. En [m quiero dormir con la conviccion de que el temeroso público de Nicaragua no sea violado en la mañana. Este es un lujo del cual no he becho uso hace seís años. Impida que Walker escriba mas cartas. Su última al Gobierno de Marcy solo ha provocado hostilidad que hubiera sido mejor evitar. Ademas, él ha ofendido a Wheeler con eso. persona con quien hubieramos podido contar sin trabajo y que aun con empeño podemos contar. Esta carta es enteramente confidencial Dé U. mis recuerdos al Coro Wheeler y Cottrell y soy su anilgo ].L. ~re Hon. C. Cushing.'"
ANEXOC Capitulación de Diego Gutiérrez A MEDIAIXJS DEL SIGLO XIX, la piedra angular de las pretensiones costarricenses sobre las aguas del río San Juan y el Gran Lago de Nicaragua es una Capitulación sobre la provincia de Cartago que el Rey de España tomó con Diego Gutiérrez para la conquista de la provinciade Veragua, firmada en Madrid el 29 de noviembre de 1540. Don Felipe Molina expone el argumento costarricense en su Memoir on the
Boundary Quesúon pending between !he Republic of Costa Rica and !he Stale ofNicaragua (Washington: Gideon & Co., Printers, 1851), p. 7, en la siguiente forma: llMITES DE U ANTIGUA PROVINCIA DE COSTA RICA. CÉDULA DADA A GUTlÉRREZ.'
[* Documentos inéditos en bs a,rc/u"vos de Españ;J. de los cuides Ieng:> en nu poder Wla copia cerlificad:J. F.M] Conforme Wla cédula d:Jd:J fXJr el Rey de Esp.ña, fechad:J en Madrid el 29 de nOVJembre de 1544 a don Dlego GUtlérr~ FUá la conqlJlsla y colonizaCl6n de la entonces provinCia de Carlab1f4 Jos lfmites y la jurisdlccJ6n de dlCm provinCia se descnben que se exa"enden de mM a ffJ3.J", y de la frontera de Veragua mCla el oeste hasta. el Rfo Grande. estipubndo que la
ribera de dicho rIo al lado de HondUIaS deberá permanecer tEJo el ¡pbIemo de Honduras? faculI2I1do a GutJérrez para conqwstaI' y colonizar cuidqwer isla en chcho rIo que no haya SIdo de preV10 localizada jXJr los españoles; y el derecho a la fJ!ivegaci6n, pesca yotras ventajas del rIo~· bajo la condICJ6n de que GutJérrez no se acerque /1 quince legwls del Lago de Nicaragua, jXJrque esas quince legws y el dlCho b,go. deben seguir en ¡x;sesJ6n del GobJemo de Mcaragua; pero la navegacl6n y pesc~ tanto en b. parte del ro otorgada /1 GutiérrC4 como en las quince leguas IeservadE.s, y en el lago. deben ¡x;seerse en común. mancomunadamente con los habilanles de Mcaragua. fb.bJendo ocupado el pafs Diego Guaérrez, en virtud de dicha cédula, y asunudo el titulo de Gobernador y CapIián Genem1 de la ProvinciJI de Cartago, le infOI11J.!J al Emperador Carlos V, en um cartJ1 fechada en C:nt!J[p el 30 de nOVlemhre de 1543, que ha cumplido con el mand:ito de Su Majestad de no acercarse 3 quince legw¡s del La[p de Mca.ragua; fJeIo que el Desaguadero** f** Nombre que generalmente se le da al rlo San Juan en los anab'lJOS documentos. F.M] de dicho lago desemooc.a. en el cenlIo de la costa. de su gobI{}Inq y que si no se le permite acercarse a quince leguas del h¡p, la concesIón valc1rl.3 muy pxo y él habm gast3do su fortuna sin recibir la
NICARAGUA /
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"ANEXO C"
debJd,3 l'emune14Cl6n. Por lo !.:mIO. so1Jcit.:J. que Su Afl¡estad dé }¿¡s ó.rdenes necesarJiis. El pnncipe reinante, entonces en Val1JdoJid, oroem el 9 de mayo de 1545, "que todas las partes se deberán explof.u y proveer deb1d2.mente, y que mientras tanto Guúmez se debe guiar ¡xx su cédula e instruCCKJnes'~
Basado en esos ''documen tos inéditos en Jos archivos de España, de Jos cuales tengo en.mipoder una copia certificaC!a'~ Molina reclama para Costa Rica el derecho a la llnavegaclón
mancomunada del río San Juan y el Lago de Nicaragua" (Memoir, p. 37). Sus argumentos convencen al Secretario de Estado Daniel Webster y al Ministro británico John F. Crampton cuando los tres diplomáticos gestan a puerta cerrada la ConvenciónCrampton·Websterdel30 de abril de 1852, la cual le da a Costa Rica la navegación mancomunada de las aguas del rlo y lago de Nic~agua. Si Crampton y Webster hubieran podido leer en espanollos documentos ongmales en el Archivo de Indias de Sevilla, diffcilmente hubieran colaborado en apoyar las pretensiones equivocadas de Molina sobre las aguas nicaragüenses. En resumen,habrían sabido que: 1. El Gobernadorde Nicaragua Rodrigo de Contreras envía de Granada una expedición bajo Diego Machuca de Suazo y Alonso Calero, quienes cruzan el Lago Y descubren, navegan y toman posesión del río San Juan O Desaguadero, de un extremo al otro, en 1539. 2. Al saber de la capitulación con Gutiérrez, el Gobernador de Nicaragua Rodrigo de Contreras promueve un juicio reclamando contra ella, el que se inicia ante el Real Consejo de las Indias en Madrid el3 de marzo de 1541. 3. Tras oIr a ambos litigantes, el 6 de mayo de 1541 el Consejo de las Indias dicta en Talavera la sentencia defmitiva que dice: ... declaramos e mandarnos que vos el dicho diego gutierrez p::xlays entrar ¡:xx la ooca del dicho desaguadero de h mar del norte y :¡x:.blar Y repartir en la costa de anvas partes del dicho deSAguadero avnqueste descubieno por el dicho Rcxrrigo de contreras y por los capitanes que oviere enviado con Lillt? que no entreis en b quel dicho Rod.rig:l de conterras o los dichos capitanes ovieren PJbhdo o re¡:arrido o JX'seyeren los comenderos realmente en todo el dicho desaguadero en anvas las dichas costas p:>rque ansy vos esta proveydo PJI la dicha capitulalfion que con vos mandamos tomar e s:erca de lo suso dicho entre vosotros oviere algunas dudas mandamos que ocurrays a los nuestros aydores de la nuest1a avdienIJia y chanrilleria real que resyde en la ~ibJad de panama. de la provms:ia de 1:lerra firme a los quaJes mandamos que aydas las partes 10 declaren e lo que amy declararen e ~en mandamos a vos el dicho diego gutierres e al dicho rrodrigo de cont1eras que anvos a dos seays obligados a lo cunp~ e ansymisma praibimos defendemos y mandamos a vos el dicho diego gutierres que vos ni los capitanes y ~ntes que nevarede~ agora ni en tiemp:> alguno no pcdays ru puedan entrar ru entren en la dicha laguna ni en las quinze leguas del dicho desaguadero que por la dicha vuestra capjtula~ion os esta
sr
proybido y vedado avnque no este PJblado ni descubierto por el dicho Rodrigo de contreras ... 4. Cuando Diego Gutiérrez viene a América, en 1541, el Gobernador de Nicaragua Rodrigo de Contreras ya tomó posesión de la boca del Desaguadero y ya estableció ahI la población de San Juan de la Cruz; los bergantines y fragatas de Granada ya abrieron el tráfico río abajo, inaugurando el comercio con Nombre de Dios en la costa atlántica de Panamá. 5. El 30 de noviembre de 1543, Diego Gutiérrez le suplica al Emperador que lo nombre Gobernador de Nicaragua; el 9 de mayo de 1545, el PrIncipe le deniega la petición y le ordena a Gutiérrez obedecer sus instn¡.cciones (confonne la sentencia del Real Consejo del 6 de mayo de 1541). 6. Al fin de cuentas Diego Gutiérrez no conquista ni coloniza territorio alguno: alrededor de diciembre de 1544J los indios 10 matan a él junto con unos veinte compañeros en algún lugar de Costa Rica, y el resto de sus conquistadores (otros veinte hombres) salen huyendo y se regresan a Nicaragua. Así termina la "conquista. y colonizaci6n de la entonces provincia de Cartago n por Diego Gutiérrez, sin haber fundado una sola poblaci6n y sin dejar vivo a un solo co10nizad~EJ en Costa Rica. Y ah! caduca la concesión citada por Molina. 7. Cinco años más tarde, Pedro Gutiérrez de Aya1a como hijo y heredero de Diego Gutiérrez nombra a Juan Pérez de Cabrera para que vaya a poblar la provincia de Cartago, pero el Rey, en cédula fechada en Valladolid el31 de diciembre de 1549, le prohibe a Pére~l de Cabrera entrar en ella ni enviar gente alguna a poblarla. 7. El) de diciembre de 1573, en la Capitulación que el Rey toma con Diego de Artieda y Chirinos,lo autoriza "á descubrir y poblar la provincia que llaman de CostE Rica'; fijando ahI "los lImites que habrían de regir durante todo el régunen colonial y que fue la base para la '!j'tual demarcación polItica y jurisdiccional" de dicha nación. 2 En ese documento, al definir la longitud de la provincia de Costa Rica, el Rey explícitamente excluye de ella a los '1 confmes de Nicaragua" que ya están descubiertos, y expresamente declara que las bocas del Desaguadero (es decir el rlo San Juan, el Tauro y el Colorado) son de Nicaragua: "las bocas del Desa.5'lladero, ques . á las partes de Nicaragua" -reza la Real Cédula. ' 8. Cuando España por fin ensegwda conqUlsta y colonJza Costa Rica, ésta en consecuenciano mantiene ningún nexo con el lago de Nicaragua ni el río San Juan. Su raquítico comercio del Atlántico durante el periodo colonial lo efectúa por el puerto de Matina, más de cien kilómetros al sur de San Juan de la Cruz de Nicaragua. Desafortunadamente, a mediados del siglo XIX Nicaragua no contaba con recursos para investigar en EspañaJ .!' hubo de transcurrir un largo siglo antes de que uno de sus hIJOS por fm desempolvara una gran cantidad de v'Ui0sos documentos en el Archivo General de Indias en Sevilla. 4
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ANEXO D Proclama del Presidente Mora a todos Jos habitantes de Costa Rico: ¡COMPATIUOTJoS! lA las armas! Ha llegado el momento que os anuncié. Marchemos a Nicaragua a destruir esa falange impla que la ha reducido a la más oprobiosaesclavitud: marchemos a combatir por la libertad de nuestros hermanos. Ellos os Ilaman, eDes os esperan para alzarse contra sus tiranos. Su causa es nuestra causa. Los que hoy los vilipendian. roban y asesinan. nos desafían audazmente e intentan arrojar sobre nosotros las mismas ensangrentadas cadenas. Corramos a romper las de nuestros hermanos y a extenninar hasta el último de sus verdugos. No vamos a lidiar por un pedazo de tierra; no por adquirir efímeros poderes; no por alcanzar misérrimas conquistas, ni
mucho menos por sacrílegos partidos. No. Vamos a luchar por redimir a nuestros hermanos de la más inicua tiranía, vamos la ayudarlos en la obra fecunda de su regeneración. vamos a decirles: "Hermanos de Nicaragua, Ievancios! aniquilad a vuestros opresores. ¡Aquí venimos a pelear a vuestro lado. por vuestra libertad, por vuestra patria! ¡Unión nicaragüenses.
uniónl Inmolad para siempre vuestros enCODOS. ¡No más parlidos, no más discordias fratricidas! ¡paz, justicia y libertad para todos! ¡Guerra sólo a los filibusteros!". A la lid, pues, costarricenses. Yo marcho al frente del ején:ito nacional. Yo que me regoc~o al ver hoy vuestro noble entusiasmo, que me enorgullezco al llamaros mis hijos, quiero compartir siempre con vosotros el peligro y la gloria. Vuestras madres, esposas, hermanas e hijos os animan. Sus patrióticas virtudes nos harán invencibles. Al pelear por la salvación de nuestros hermanos, combatiremos también por ellas, por su honor, por su existencia, por nllestra patria idolatrada y la independenciah.ispanoamerlcana. Todos los leales hijos de Guatemala, El Salvador y Honduras, marchan sobre esa horda de bandidos. Nuestra cawa es santa: el triunfo es seguro. Dios nos dará la victoria, y con ella la paz, la concordia, la libertad y la unión de la gran familia cenlroamericana".
JUAN
R. MORA.
San José, 1 de marzo de 1856.'"
ANEXO E La verdad sobre Nicaragua Al redactor del New York Tnbune. Señor: Desde que llegué a esta ciudad en el Northem Light, procedente de Centroarnérica, me he dado cuenta de que la inquietud por emigrar a ese país ha aumentado enormemente, y que multitudes se aprestan a embarcarse pronto, con miras a residir ahí. Yo tengo la experiencia de haber vivido este año durante varias semanas en Nicaragua. y me parece que la reseña de esa experíenciaserá de interés para sus lectores; pero como mi relato discrepará en muchos detalles importantísimos de otros que pintan penpectivas espléndidas para los emigrantes, en crónicas publicadas por la prensa de esta. y otras ciudades, comenzaré advirtiendo que viajé a ese país sin ninguna ambición personal para servir en el campo o la esfera de la politica, y sin intención de quedarme a residir ahi Soy un agricultor de mediana edad, de Greenwich, Connecticut, y encontrándome desocupado en el invierno, fui a Nicaragua simplemente a ver la regiÓn y conocer los alicientes que en realidad habla para los agricultores, mecánicos, comerciantes y demás personas de oficios respetables que desearan trasladarse a vivir allá. En consecuencia, al discrepar de otros que han escrito desde ese país, no me anima ningún prejuicio ni mala voluntad, sino sólo el deseo de trasmitirle la verdad al mundo. De hecho, decidJ escribir este articulo desde qu~ estaba en Nicaragua, al presencíar los sufrimientos, no s6lo de los soldados sino también de agricultores honestos y laboriosos, muchos de los cuales vendieron sus c6modas casas, y de mecánicos, artesanos y oflCinistas que abandonaron buenos empleos en los Estados Unidos. El 24 de enero recién pasado zarpé para San Juan en el
Northem Lighl íbamos como cien pasajeros en los camarotes y doscientos d~ tercera. Tuvimos una travesía muy agradable a San Juan> donde nos transbordaron a un vaporcito de hélice en el que subimos por el río. El paisaje en las riberas del río San Juan, para nosotros que llegábamos de las costas llenas de nievede Nueva York y Nueva Inglaterra, era en realidad bello; y el primer dla en el río lo pasamos muy contentos a pesar de que encallamos muchas veces. Ya entrada la noche pernoctamos junto a un depósito de leña, y por la mañana DOS vimos obligados a caminar un par de millas, a tomar otro vapor, debido a la poca prorundidad del agua; y cuando entramos en el Lago de Nicaragua, después de tres dlas en el río, si la memoria no me falla hablamos cambiado de embarcación cuatro veces. Durante ese lapso no pudimos conseguir casi nada de comer, excepto en El Castillo, donde pasamos una noche, y nos dieron buena comida a $1 el servicio, y SS por la habitación donde dormimos. De "ez en cuando abrlan el bar a bordo, dándonos la oportunidad de comprar un bocado de jamón y una galleta de marinero por SO centavos. En el Lago transbordamos a otro vapor y seguirnos el viaje. Sin embargo, esa noche se desató una fuerte tormenra y tuvimos que metemos en una bahía. Continuamos a la mañana siguiente, y por fin nos acercarnos a La Virgen, donde iban a desembarcar los viajeros hacia California. Hicimos tres tentativas de desembarco infructuosas, las que fracasaron por el fuerte viento que teniamos en contra. Los pasajeros, y particularmente los soldados de Walker, iban muertos de hambre y declarando que no podrlan aguantar más tiempo sin comer. Ya habíamos devorado hasta el última bocado de alimento a bordo. Entonces se decidió ir a una isla cercana en el lago,
NICARAGUA
I
"ANEXO E"
donde un alemán de apellido Meyers tiene algún ganado. Ahi desembarcaron los pasajeros nicaragüenses. Se compró un buey, lo mataron, pelaron y colgaron, y cada un.o cogió su cuchillo, cortó un pedazo de carne y asó su raCIón en una fogat1 que encendimos en e! suelo. Yo compré un pollo y lo cociné en la mISma forma. Mientras tanto el barco regresó a La Virgen y desembarcó a los pasajeros para California. Los que íbamos para Granada pasarnos esa noche en la isla. El barco regresó en la mañana, subimos a bordo y seguimos hacia Granada, adonde llegamos con la puesta del sol, babiendo tardado como dos semanas en el viaje desde Nueva York. Desembarcamos en una lancha plana, pues no habían terminado de construir el muelle. El último pasajero desembarcó casi a las once P.M. Mi amigo y yo cogimos el equipaje que pudimos acarrear y en la oscuridad caminamos los tres cuartos de milla basta la ciudad. No había ninguna luz exceptoWla que otra candela en alguna pulpería; el camino era angosto y muy arenoso, bordeado a ambos lados de tupida y pesada maleza. Por fin entramos en la ciudad y encontramos un centinela del ejército de WaIker que nos mandó apurarnos o nos meda en la cárcel Yo llevaba cartas de introducción para el Cónsul Americano, por lo que me dirigí a su residencia, y sin detenerme a presentárselas, le pregunté si sabía dónde nos podríamos alojar. Gentilmente envió 1.Ul sirviente a que nos acompañara, y después de indagar durante una hora, nos ofrecieron el privilegio de colgar una hamaca en el patio de una casa. Como no teníamos hamacas, nuestro siguiente paso fue conseguirlas, y tras una larga búsqueda lograrnos comprar un par, a $2 cada una. Regresamos, hs colgamos, nos acostamos en ellas y pasamos el resto de la noche mirando a las estrellas y mat1ndo zancudos. A la mañana siguiente nos dimos cuenta que tuvimos suerte de encontrar tan buen alojamiento, ya que muchos de nuestros compañeros durmieron en el cuartel y algunos en los escaños en la plaza. Uno de los pasajeros que llegó con su familia, el carpintero Mr. Squires, consiguió una casa, y durante el resto de mi estadía ahí, junto con el agricultor amigo de Mr. Squires, Mr. Jackson de Sharon, Connecticut, me quedé con ellos y gozamos de la mejor vida que el pais podla brindar. Sin embargo, continuarnos durmiendo en hamacas, hs que colgamos bien alto para evadir las lagartijas que ahl abundan. Las siguientes dos semanas me dediqué a recorrer el campo en los alrededores. Tuve abundantes oportunidades de observación, y ahora relataré escuetamente los hechos de importancia que deseo comunicar. Así pues, en primer lugar me propongo mostrar los incentivos para que los agricultores emigren a la tierra que ha sido llamada "Jardfn del mundo". Al buen granjero le ofrecen de regalo un terreno de 250 a 300 acres; y a bordo del Northem Light me encontré a ocho agricultores que hablan abandonado sus hogares en los Estados Unidos, atraídos por las doradas promesas de Nicaragna. Mr. Jackson, que se hospedó conmigo donde Mr. Squires, había vendido su finca en Connecticutpara emigrar, pero enseguida se desilusionó, se enfermó yen tres d1as estaba muerto. Otros cuatro salieron de Granada con varios compañeros para explorar la regi6n y se ausentaron por más de tres dJas. Alquilaron mulas en las que fueron a Messiab [Masaya]. Dos de ellos contrajeron la fiebre antes de su regreso y se murieron. Los otros dos retornaron a Granada, pero a uno lo mató la fiebre tres dJas después. Los tres que quedaban decidieron abandonar el pais a la mayor brevedad posible. Otro grupo de agricultores, algunos de ellos californianos, fueron a examinar una regIón reputada muy
2;)7 fértil, situada entre Rivas y La Virgen. Dos de! grupo cayeron con la calentura en el viaje, y los demás regresaron a Granada a inscribir las propiedades que habían estacado; luego volvieron a Rivas a iniciar las operaciones. Pero cuando pasé por La Virgen, a mi regreso, me encontré a uno de ellos y hablé con él Estaba postrado con la fiebre, ya desahuciado. Me contó que en cuanto regresaron a sus tierras a comenzar los trabajos, todos cayeron con calentura, y que cuando él abandonó el lugar había dejado a cuatro compañeros en cama con fiebre, demasiado enfermos para viajar. Un empleado púbhco me cont6 que esas eran las primeras fincas registradas desde que se estableció el gobierno de Walker, y que hasta esa fecha ningún Americano babía hundido un azadón en el suelo en los terrenos públicos que regalaba el gobierno. En cuanto a la feracidad del suelo, algunas partes del Estado son muy fértiles; pero no creo que un Americano pueda ganarse la vida en ninguna parcela, del tamaño que sea. Por lo que logré a,preciar, los terrenos publicas no sirven para las labores agrfcolas. Creo que la tarea de limpiar de la maleza suficiente campo para que una persona pueda ganarse la vida en él (si es que lo pudiera hacer en cantidad alguna de tierra), si esa labor se le dedicara a un predio de cinco acres cerca de aquJ para fertilizarlo y sembrar árboles frutales, haría de su dueño una persona independiente. Creo que un individuo está mucho mejor laborando en una finca por cincuenta centavos diario con comida, que 10 que estaría en Nicaragua con mil acres de tierra. Si es que logra tomar posesión de la finca y sobrevive lo suficiente para construir una casa, se encontrará que la tarea de limpiar el terreno para sembrar un acre de maíz está fuera de su alcance. El suelo está recubierto de una maleza impenetrable que es morada de innumerables culebras y escorpiones. Cantidades de agricultores que llegaron con intenciones de adquirir fincas, estaban en Granada cuando me vine, unos enfennos, algunos ya muriéndose, y otros desilusionados y abatidos, y sin los medios para volverse. Yo hice lo posible por saborear todas las frutas tropicales del pais, y no daría nuestra manzana y melocotón por el catálogo entero. ios alicientes para los mecánicos no son nada mejores. Mr. Squires, e! carpintero que llegó conmi{l" en e! Northem Light --que tenía una buena caja de herramientas y era un excelente artesano- ganaba de $3 a $5 diario; pero me dijo qne eso no duraría más que unas pocas semanas, pues no había nada que hacer en su línea fuera de reparar ventanas, algunos trabajos de poca monta y uno que otro mostrador para las tiendas. A otro carpintero joven, que llegó con su hermano, lo empleó e! gobierno para hacer ataúdes, que es el empleo más lucrativo en Granada. Se enfermó a las 6 P.M., Ya las 4 A.M., en menos de diez horas, estaba muerto, y ese día lo enterraron en un ataúd que él mismo hizo. Era perfectamente moderado en sus hábitos, y gozó de excelente salud hast1 e! momento de caer enfermo. Su hermano volvió a Nueva York hace pocos dfas en el Northern Light; venia postrado con la fiebre, y fue sólo por el cuidadoso tratamiento que recibió en la travesía que logró regresar vivo a su casa. Mr. R. T. Starr, durante muchos años cortador de telas y capataz en la sastrería de Wm. T. Jenning.; & Co., de Broadway, es la única persona en Granada que está haciendo dinero en su profesión, pues tiene de cliente al gobierno y a casi todos los ciudadanos de la ciudad. Muchos mecánicos que no logran encontrarempleo,gastan sus ahorros, no tienen forma de ganarse el sustento, y se ven obligados a irse del pais. Hay ofIa clase de emigrantes, enardecidos de entusiasmo militar, a quienes tengo muy poco que decir. Generalmenteno
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ALEJANDRO llOL\ÑOS GEYER
tienen ocupaci6n honesta aquíJ ni quieren tenerla. Por Jo menos seis de esa clase, que zarparon de Nueva York el 24 de enero, fallecieron al día siguiente de su arribo cuando iban de Granada a León, adonde les ordenaron marchar, fusil al hombro, bajo el ardiente sol No supe cuántos más murieron antes de Uegar a León, pero me contaron que el capitán de la compañl> apareció en dicha ciudad montado en una muJa, buscando un doctor. El filibustero sale de Nueva York rebosando optimismo, pero en cuanto cae en poder del general \X1alker se toma dócil y sumiso como un corderito enclenque. Andando entre las tropas; he visto a los soldados en lágrimas por lo arruinado que están, siéndoles imposible salirSe del ejército. Walker DO suelta a nadie, por apremiante que sea la necesXlad. Vi a un joven muy estimable solicitar permiso de ausentarse para atender a su madre enferma y desamparada, y la única respuesta que recibió fue una orden perentoria de reintegrarse a su batallón. Hay jóvenes muy apreciables en el ejército, pero a todos ellos los agobia una insatisfacción y desilusión general u comida es muy deficiente, y la paga ni siquiera cubre los gastos de lavar la ropa. Un capitán recibe sólo seis dólares semanales, y las enfermedades se propagan en el ejército en forma alarmante. Los incentivos para que emigren trabajadores son igual de escasos. Un hombre que salió de Granada conmigo a mi regreso, cayó con calentura en la travesía del lago. En La Virgen lo trató un doctor, que creyó que podl> aventurarse a regresar a su casa. Asi lo hizo, y se murió al segundo día de haber salido de San Juan y su cadáver lo echaron al mar. Entiendo c¡ue era u". antiguo policía de esta ciudad. Dos hennanos ltlandeses vu)aron allá en el Northem Light pero uno de ellas se arrepintió al Uegar a San Juan y se regresó. El otro hermano siguió conmigo hasta Granada. Consiguió empleo a dólar y medio diario conduciendo el carretón del gobierno. Era un hombre sano y totalmente abstemio, pero a la semana de haber llegado le dio calentura y se murió. Para un Americano es imposible trabajar en ese clima, especialmente para los de los estados septentrionales. Se debilitan y flaquean, y las que acostumbran tomar lo suficiente para que les irrite el estómago, casi invariablementese mueren. Granada es la gran
margue de la nación. A tres millas de la ciudad hay una !aguneta que en la estación seca se pone putrefacta, y el viento que casi siempre sorla de esa dirección, cubre de miasma ciudad; y eUo, con e ron y el polvo, es la causa de lo malsano del lugar. Cuando me vine. en Granada habl> como 4()() Americanos. y se estaban muriendo en promedio cinco diarios. Se dice que León, que queda 100 millas al norte, y adonde se Uega en muJas, es mucho más saludable. La Virgen, El Castillo y San Carlos son relativamente sanos. Ahora vuelvo a hablar de mi ex.periencia.A las dos semanas de haber Uegado a Granada, alrededor del 21 de febrero, me dio calentura. Rehusé el tralarniento usual -pOdaras de mercun'o con quinina,; me brindaron toda clase de atenciones los miombrosdel Club de Pioneros de la Joven América, que se formó en el Northern Light en el viaje de ida; y de no haber silo ¡ior eUo no hubiera podido salir de Granada. Can todo y todo, sali contra el consejo de médicos y amigos, que opinaban que era ímposible que yo viviera debido a que no reterua ningún alimento en el estómago. Pero como yo insistía en Uegar a San Juan a tiempo para lomar el Northern Lightel 5 de marto, a petición ml> el capitán del puerto mandó el carretón del gobierno a recogerme ta de nuestra sangre y pereceremos todos, hasta el último hombre! (Fuertes vitores).
239 Soldados. ~ t;area gue se nos ha conf1ado es ardua. Esci ll.erra de sacrificIOS, nesg:¡s y sufrimientos, pero al mismo nem¡:o está llena de esperanzas. Se extiende más allá de los ~tes de la. visi6n corriente y abarca el destino, no sólo de Nlcaragua, s~ talvez..la redenci6n y civilización apropiada de toda la Aménca Espanola. (Vítores entusiastas). ,SOkiados: esta. tarea, como ya os dije. es una tarea ardua. Aun ~y obstáculos que enfrentar y dificultades p:>r vencer, que pondran a prueba nuestra entereza y valor, con experiencias más duras tod.av&. de las que hemos vivido. Y nos debemos resignar a tener que realizarlas solos. Aunque deberían alentarnos quienes proclaman servir la causa del progreso, hasta la fecha no hemos escuchado una voz que nos anime en las naciones vecinas, y aquélla a ]a cual acudimos al comienzo con un anhelo casi filial, nos mira fríamente y de lejos. Pero es más noble para nosotros el vencer sin ayuda. La conciencia de nuestra. rnisi6n es todo el estímulo que necesitamos y aquí no hay un solo hombre tal vil que desee abandonar la faena antes de haber hecho su parte. (Vítores). Solda.dos: en vista de las grandes verdades confiadas a V?~otro~, no necesito recalcaros la imp:mancia que tienen la VIgilanCIa Yel orden Espero de oficiales y rasos, sin distinción, la obediencia y la disciplina que son requisitos indispensables en un ejército; y con esas virtudes militares y la ayuda de aquel Poder que jamás abandona a los valientes y a. los justos, ']a victoria y el honor serán nuestra segura recompensa'.
Los vítores más atronadores resonaron al concluir el discurso, y bañado en la ovación el General dio media vuelta y se retiró. El efecto fue electrizante, y la tristeza, o a lo menos seriedad, que exhibian en sus rostros las tropas desde el desastre de Santa Rosa, cedió lugar a un hrillante ardor de entusiasmo y de alegre confianza. Los soldados hlandlan en alto los rifles y coreaban los gritos al dispersarse en pelotones por la plaza; y hasta los oficiales, que están supuestos a actuar más serios, espontáneamente se daban apretones de manos y se palmoteaban las espaldasJ dando rienda suelta a la excitación que llevaban adentro. Ni yo mismo me escapé de la influencia; y no puedo dejar de rendir mi tributo de admiración al homhre que, rodeado de peligros y complicaciones que consternarían a un cerebro ordinario. jamás ha bajado su mirada audaz de la conquista de un continente. ltCiertamentell, me dije para mis adentros, tlcualesquiera que fueren los errores que haya cometido en las decisiones secundarias de la política. él es un hombre de sublime coraje. ambición sin límite y alma noble, y hay demasiado de él y de su causa parij¡ permitir que lo arrolle la gentuza de negros de esta región". '
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NOTAS Fuentes históricos y comentarios. siguiendo lo numeración sucesivo en el texto. AI3REVIATURA5 ANCR Archivo Nacional, San José de CosÚJ Rica AfÚJ CalifornÍi1 AC Belize Gazette BG Boletln Oficj¡¡J{CosÚJ Rica] BO Correo del Islmo CI Caja de Relaciones CR DSJ Democratic SÚlteJoumal EDO El Defensor del Orden EN El Mcaraguense Fayssoux Collection FC HN Historia de Mcaragua Las CalifomÍas LC LCM La Ciudad Medialuna
1. John H:i11 W'heeler, !'Nicaragua", The Papers of John Hill Wheeler, vol 21, LCW, p. 1. 2. " - QUileque ipse nuserrima VJdJ, I Et quorum f"IS {magna) fuJlI VIRGIL [Virgilio, La. EneJr14 libro Segundo, l1nea 8]; /ITlns regon surely is nor ai[the} elll'th; / ~s ir: nol áIopt from J-Ieaven? No! a grave. /OlrOI:4 DI pine OI ced2r; nor 11 gro!. / S",-wom and II2!lllded. wúh me gadding vine; IBut breames enchantment'~ ROGERS. [Samuel Rogers (1763-1855),ltafy (1822-28)J.E1 poeta inglés Samuel Rogers visitó Italia en 1814, y de nuevo en 1820, con Byron y Shelley en Pisa. 3. John H. \X1heeler, "Nicaragua", p. 33. 4. Thomas Gage, A New Survey o[ me West lnmes, 1648, (LandaIL George Routledge & Sons, Ltd, 1928), p. 340. Traducción de Jaime Íncer Barquero en Mcaragw: Vii¡es y EncuentlOS 1502-1838, lJian José, C. R.: Libro Libre, 1990), p. 241). 5. John Hill Wheeler, !!Diary". The Papers of John Hill 'Wheeler, OOx 1, LCW, p. 26 (23/12/1854). Traducción de Orlando Cuadra Downing en Diano de¡ohn liII1 W1>ee1er, (Managua: Colección Cultural Banco de América, 1974), p. 54. 6. Wheeler, "Nicaraguall, p. 25. 7. lbid., p. 27. 8. Ibid., p. 38. 9. lbid., p. 43. 10. Wheeler, lIDiaryll, p. 26. Traducción de Ml1cberh FDr Luis Astrana lv1arln en W.zl.ha.m ShMespeare: Obras Complef11s, (Madrid: Aguilar S.A, 1974), tomo n, p. 533. 11. Eduardo Pérez Valle, ed., MCarJigua en los Cronistas de IndiE.s: OV1edO, (Managua: Fondo de Promoci6n Cultural del Banco de América, 1976), pp. 310-342. 12. Ibid., p. 445. 13. ¡bid., p. 442. 14. Ibid, p. 444. 15. José Dolores Gámez, H1sroria de McaraguJl, (Managua:
LCW Library o[ Congress, Washington. D. e NA W National Archives, Washington, D. e NOP New Orleans Picayune NYH New York Herald NIT New York Tnbune OHC Obras Hist6ricas CompleÚJS OR Ojeada Retrospectiva PRO Pub1ic Record Office. wndon Revisu Conservadora RC SFB San Francisco BuUetin SFH San Francisco Herald TWN The War in Mcaragua
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65. 24. Gámez, J-DV; p. 255. Los documentos fidedignos de la é¡:xxa señalan que el Castellano fallecido en El Casúllo el 15 de julio de 1762 se llama Don Joseph de Herrera y Sotomayor; que al atacar los ingleses el 29 del mismo mes y pedir la rendición de la fortaleza, el Alférez comandante del Castillo don Juan de Aguilar y Santa Cruz se neg6 a entregar las llaves; y que al aproximarse un cayuco enemig:>, tlpidiendo licencia al Teniente la hija del difunto Castellano para dispararle un cañonazo, concedida, lo apuntó y disparó con tanto acierto, que de los muchos enemigos que estaban juntos, se vieron salir corriendo pocos. Con la confusión y estrago que causó este tiro con bala y metralla, pudo uno de los dichos caribes mansos escaparse al Castillo, en donde aseguró el destroso grande que hizo el caño· nazo, y que entre los muertos uno había sido un ynglés de los principales, a quien le dió una bala en los pechos". 'IRelación de los sucedido en el sirio que pusieron al Casrillo del río de San Juan, de esta provincia de Nicaragua, los ingleses, zamoos, mas· quitos y caribes en fines del mes de julio de este presente año de 1762", AG.!. Guatemala, 425, Re, VoL 4, No. 22 Gulio
NICARAGUA /
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"NOTAS"
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aquel fúnebre recintoll . IbKi.• p. 219. 133. José Dolores Gámez, HN, (Managua: Tipografla de "El Pals", 1889), p. 597. 134. Joho Hill Wheeler Papera, !tems I & 2, LCW. 135. Parket H. Freru:h, "Lerters from Central America", SlJ1le Tobune [Sacramenlo], 19/9/1855. 136. Wayne Andre.,., The VilDder!hJJl Legend, (New York; Harres del Tránsito, un refugiado p.:>rtugués, que 0010 poI la imerferencia. de un apasio~do embajador americano logr6 evadir el castigo que merec[a". E. G. Squier, \\NbIagua~'. fIa..rper's Neu' Monthly A{'¿,'22in. LXV, (octubre 1855). p. 582. 163. "Williarn H. Redgers' Staternent", S. S. Wood y W. P. Kirklanl, .A MemorW lo !he CoD¡Jress of che Unired Slales (New York: John A. Gray, Printer & Stereotyper, 1859). p. 34. 164. Colonel Frérnon~s Starernenr, .A MemorW ... p32. 165. Testimonio del Marcha! de la ciudad de Greyrown, lbid. p. 36. 166. Borland a Marsy, (Washington, 30 mayo 1854), 33rd Congress, 1sr Session, Senale Ex. Doc. #85, p.3. 167. "The Nicaragua Filibuster Case". NYH, 28/2/1857. p.8, e.l. 168. ¡bid. 169. Testimonio juramentado de Fabens. lbid. 170. Hollins a Dobbin, (San Juan de Nicaragua, 16 julio 1854).
"Haose of Representatives". NYH, 1/8/1854, p.l. cA. 171. "The Public Verdict on !he San Juan Aifait", NYH, 1l/8/1854.p.4. e.2. 172. El socio Fabens desp~ se arrepiente y declara en la United 5wes Commissioner's Court, en Nueva York: "Desouido Greyrown, (¡ay! que en mi ignorancia de los propósilos de los lXIeres del asunlD, me dejé convencer de que era una. acción justa), y libre ya la vla, a como lo expresa MI. White, para un nuevo búbiem::>, los especuladores de tierras de la Mosquitia se arxeslarOn a ocupar el territorio cuya ciudad principal habían converlido en pilones de negras cenizas. Cuando llegó el coronel Kinney a Washington, en agosto [sJCj de 1854. él, a sugerencia del Presidente Pieree. dingió su atención a la Mosquitia, y la o,nrraf Amenc.m Lwd Compmy 10 escogió de líder para colonizar dicho territorio. Él sería. el R6rnulo de nuestro Imperio Sureño". uThe Nicaragua. Filibuster Casel\ NYH, 2U2/18S7.p.8. e l. 173. II Americans in me Mosquito. Shore -Yankee Enterprise in Nicaragua", NYH, 1O/11I1853,p.2. d. 174. Testimonio juramentado de Fabens en la USO CommisSJOlJeá Col1rt ''The Nicaragua., Filibus,er (".ase". NYli 28/2/1857, p.8. c.1. 175. ''The Central American Quesrion", NYH,2/9/1854,p.2. e.6. 176. John Hill Wheeler. "Diary", 13 agosto 1854. 177. Ni=agua.n Land and Mining Company, The Kinney Expedition, (New York: W. C. Bryant & Co.• 1855). p. 4. 178. "New York". NDp, 1211111854.p.2. eJ. 179. Testimonio juramenrado de Fabens. 180. "A New Angb-American Republic in Central America -Whatls in lhe Wind?' NYH, 17/11/1854.p.l, c.l. 181. "The Great Mosquito Scheme". NYH,6/1/1855.p.3. c.!. 182. Kitchen úbinet: Grup::> de asesoreS extraoficiales del Presidente, que ejercen sobre él mayor mtluencia que ~os ministros. ]83. "Lively News fram Washington". NYH, 23/]2/1854,pA. c.5. 184. "The Kinney Expeditioli. to Central America -Irs Aims and Objects", NYH, 30/12/1854, pA, eJ.
185. "The Plot of lhe Da1". NYT, 5/1/1855.p.4. e.3. 186. Véase p. 138. 187.1ohn Hill Wheeler. "Diary". Lo que sigue lo relata eL corresponsal en RiV:i.S en IIImeresring hom Nica· raguall, NYH, 2613/1855,p2, c.2, versibn que Wheeler corrobora en su Diario Intimo Y en sus despachos al Secretario de Estado Marcy. 188_ "Interesting from NiCMagua... NYH 189. Wheeler. "Dia.ry". 9 febrero 1855. 190. Ibid, 19 febrero 1855. 191. Whee!er a Marcy (San Juan del Norte, 19 febrero 1855), ~crofilm M-219-1O. NAW. 192. ¡bid., 24 febrero 1855. 193. "Interescing from Nicanlgua". 194. Joseph L. White a Hon. C. Cushing (New York, 2 octubre 1855). CR, 1855. ANCR. 195. Bubble'bUIbuja; engañifa. 196. "The Kinney Expedition -The Blowing and Burstingof OUT WalI street Bubbles", NYH, 18/3/18S5. p.4. ej. 197. "From Waslling)on", NYH, 30/1/1855. p.4, e.5. 198. "Mr. Marcy's Reply to CoL Kinney, of!he Central American Expedi-tion", NYH, 7/211855.pA. e.s. 199. "TIIe Kinney Expedirion -The Finale". NYH, 11/2/1855. p.4. e 4. . 200. "More About lhe Cuban Expedition", NYH, 25/211855. p.l. c.6.
244 201. !IWe Notice in the NatioruU Ingelligenccrll, NYJ; 1/3/1855, p.4, c5. 202. Testimonio juramentado de Fabens. 203. "Our Nicaragua Correspondence", NYH, 2/9/1854, p.2, c.3; Cad Scherzer, Tnlvels in the Free St:Jles ofCentral Amenca: Mcarat:,Vi!, Honduras, ami San Salvador (Londan: Longma.n, Brown, Green, Longrnms, & Roberts, 1857), pp. 126-129. 204. Testimonio juramenIBdo de Fabens. 205. ¡bid. 206. "The Americanization of Nicaragua", NYI; 19/4/1855, p5, 0.6. 207. "The Nicaraguan Filibusters'l, lbid., p.4, c.4. 208. "The Kinney Expedition", NYH, 22/5/185.1, p 2, c.3. 209. "Though not much bar been saíd of late", NYT, 13/4/1855, p.4 c5. 210. "The Nicaragua Expedition -The Arrest of Cobnel Kinney", NYH, 29/4/1855,p 1, c.4; "The Kinney Nicaragua Expedinon", Ibid., 6/5/1855, p.8, c.2. 211. "The Case af Colonel Kinney", NYH, 22/5118.1.1,pA, c 5. 212. "The Kinney Expedition", NYH, 5/6/1855, p.8, cA; "The Kinney Expedition", NYT, 7/6/1855, pA, c.4. 213. "Interesting News from Kinney's Expedirion", NYJ; 19/7/1855,p.6,02. 214. "The EIoped Fíllibusters", NYI; 19/6/18.1.1,p.7, c.2. 215. "Col Kinney having outwitted", Ibid., p4, e 4. 216. "The War in Nicaragua", AL; 8/611855,p.2, 0.3. 217. Mayorga a Wheeler, Granada, Junio 2 de 18.1.1,219-10 218. Doubleday, Rermmscences, p 109. 219. Wa1ker, TIWY, p. 37. 220. ¡bid, p. 36. 221. 'Nicaragua", El Rol [San Vicente], 9/211855,p 3. cJi lIJosé Trinidad Muñoz a los nicaragüenses", Ibid, 16/2/1855, P 3, ej. 222. Doubleday, Remimscences, p. 110. 223. Ibid, p. 109. John Bozman Kerr ve en Muñoz "un hombre excesivamente vano" (Kerr a Webster, Le6n, 15 diciembre 1851). Otro cronista norteamericano, anota: "El general José Trinidad Muñoz ... había visitado los Estados Unidos y había est.ado en el ejército mexicano bajo Santa Anna ... Medía como cinco pies ocho o nueve pulgadas de estatura, bastante delgado, de figura imp::mente, hermosa cabeza intelectual, ojo lleno y muy expresivo, voz clara, presteza, rara en Centroamérica, para anticipar las conclusiones de su interlocutor, risueño, y t.m cortés y afable en su hogar como iamás he conocido a hombre alguno. Su esposa es una notable muestra de belleza rucara· gi.i.ense ... Él era admirador del gran Nap31eón, y vestía de capa, sobrebotas y chaqueta ala Bonaparte. En la sala de su casa terna varios cuadros de las batallas principales de ese distinguido héroe, y es evidente que deseaba imitarlo guiándose p:x lo que le mostraban los artistas". Peter F. Stout, Mcaragua' PES!. Present Md Future (phiJadelphia: John E. Poner, 1859), p. 122. 224. WaIker, TIWY, p. 42. 225 Ibid., p. 4.1. En la cifra de Wa1ker faltan cuatro pasaJeros del Vesta.. que parecen haber abandonado las filas, además de otros dos que él no cuenta p::.r no ser de raza blanca. De los 58 pasajeros orig1nales, uno (E. B. Luther) se fractura una pierna durante la travesía de San Francisco, pero por lo menos dos filibusteros (Charles W. Doubleday y Williarn Hughes) se unen a la Falange en León, subiendo el total a 59. AdeIlJás, deben agregarse dos pasajeros de piel oscura: Kanaka Jolm (HaWaLmO, de San Francisco) y Old Nelse (negro, que se le une a Walker en la isla del Tigre el 15 de junio). 226. Francisco Ortega Arancibia, Cuarenta Años~ p. 221.
ALEJANDRO BOLAÑOS GEYER
227. lbid, p. 227 228. Ibid. 229. Doubleday, Remimscences, p. 120. 230. ¡bid., p. 124. 231. El GoberrJ¡¡dor militar del Departamento Mendicnal Eduardo Castillo al Ministro de la Guerra, Rivas, 1 julio 1855, EDo, Granada, 10/7/1855. El compañero de MongaJo se llama Neri Fajardo. Franci!>co Vigil, Ul1lJ. Gloria OlVJdada (Granada: Diario Nicaragüense, 1935), p. 48. 232. WaIker, TIWY, p. 62. Emeguída explica: "He narrado minuciosamente las circunstancías relacionadas con la muerte de Dewey, p::>rque causaron una profunda impresi6n en la mente de los nativos, dándoles a los americanos en el ejército democr3ta la reputación de ser resueltos y fumes. De estos eventos, los nicaragüenses concibieron una idea respetuosa de la justicia americana. Vieron que los hombres a quienes les han enseñado a llamar «filibusteros}), intentan sostener la ley y mantener el orden dondequiera que van; que se prop:::men impartir justicia, y que cuando tienen el p:xler de hacerlo, protegen al débil yal inocente de los desmanes de los delincuentes, viciosos y criminales. Y dicho sentimiento, impreso muy hondo en el pueblo de Nicaragua, hace que a los malhechores de esa tierra les espante que regresen los americanos al país't. (p. 63). 233. ¡hid., p. 65. 234. Un año después, Walker acusa de traidor a Salazar y]o fusila. Vb.se p. 60. 235. Wa1ker, TIWY, p. 75. 236. Jer6nimo Pérez, OHL; (Managua. Editonal y Lítograffa San José, S. A, 1975), p. 126. 237. Douhleday, Remimscences, p. 152. 238. Wa1ker, TIWY, pp. 80-81. 239. ¡hid., p.227. 240. Pérez, OHL; p. 127. 241. Wa1ker, TIWY, p. 74. 242. ¡bid., p. 85. 243. Véase p. 138. 244. ¡bid., p. 39. 245. Horace BeJI. Reminiscences ofII .&nger, (Santa Barbara: Wallace Herbero, 1927), p. 272246. George W. Davis, Leslie J. Perry, Joseph W. Kirkley, eds., The W.,. ai the Rebe1JJon: A CampJ1ation ai the Oificlli Records ai the Umon and Confederare Annres Series II - Volume !l, (Washington: Government Ptinting Oflíce, 1897), pp. 1275-1277. 247. "Inreresting from Santa Barhara", AL; 16/1O/1852,p.2, c 3. 248. "Filibusteting", DS), 20111/1855, p.2, c.1. 249. WaIker, TIWY, p. 87. 2.10. "Central Ametican CoIonization", D5), 27/6/1855,p.2, c 1. 251. "The Expeditian to Central America", Al.:; 30/6/1855,p.2, c.2. 252. "The Friends of CoL Wa1ker", D5), 27/6/18.1.1,p 2, cA. 253. Parker H. French, 'IEditorial Correspondencel ' (Granada, 13 agosto 1855), 5tJ1te Tnbun~ 19/9/1855. 254. Wa1ker, TIWY, p. 9l. 255. Doubleday, Remimscences, pp. 159-160. 256. Wa1ker, TIWY, p. 94. 257. ¡bid., p. 97. 258. "Lener from Colonel Wa1ker to Han William L. :Marcyi! (San Juan del Sur, 11 septiembre 1855), NYH, 1/1O/1855,p.1, c.4. 259. En sus Remimscence~ (pp. 165-169), Doubleday rememora: "En esos dIas fui el receptor de muchas confidencias del
NICARAGUA /
"NOTAS'
hombre cuya. «eXtraña. extraordinaria cmeWi])Oc poco marca una época en la historia americana.. ... Realizamos largas caminatas sobre la playa, en las que e! ritmO de las olas parecia enfatizar los gigantescos planes imperiales que él expuso. Seg{m sus planes, el mo..-irn..iento popular acrw.l tendría éxito lernpoi>lrnente par' demostrarle a la onguquia jerárqui"" la ""cesilid de su.yuJa, por lo que al fir.il él ejercerla e! poder temp:rr.a1 sobre CenlJ'oamérica y México al unísono con la poHrira e inIIuencia. de la Madre Iglesia. Lue!!" J;¡ facción y la Iglesia combinadas conquistarlan una unrlad de poder sobre los Estados centroamericanos, con éL claro está, como figura central. Una vez unido$, el viejo asunto fronterizo -si es que fuere necesario- brindarla los pretextos para anexar México al Imperio Centroamericano. Los Estados Unidos, bajo el dominio de ideas surems, que supuestamente favorecían la medida, se encargarían de virdicar la al Niágara que contuviera las caca.ratas. Él se resintió '" Yo le puse mi renuncia. ... Cedí, aceplando licencia para ausemarme indefinidamente, en vez de renunciar". 260. En The W., in Nnragua (p. 107), Walker exp""" asIla partida de Doubleday: "El capitán Doublerhy, que por algún tiempo habia servido al mando de Jerez, y que habia desempeñado con diligencia hs laoores de Comisario de Guerra bajo W.a1ker, solich6 y obtuvo licencia para retornar a los Estados Unidos. lndustrioso y exac[O en el cumplimiento de sus deberes, y durante su larga resid.encia en Nicaragua habiendo adquirido conDCimientos de la lengua y las costumbres de! país, hizo mucha. falla ttaS su partida. Se fue en[onces porql,Je, sin que se le preguntara, le expresó a Walker su opinión acerca de ciertos movimientos que se hach..Tl, a lo que el comandante le observ6 que «cuando se requiera. la opinión del comisario, se le pedirá». En esos d1as era de primordial ""cesidad que la tropa se diera cuenta de que sólo babía UD jefe". 261. 'Leaer from SanJwn del Sud", SFfI, 15/9/1855, p2, cA 262. 'LeCler from a Passenger", /bid., p2, c.3.
245 263. 'lnteresting from CenlIaI Amerir.', Al:; 22/10/1855, p.2, c.4. 264. "Nic.raguan Affairs", DSj 18/9/1855, p2, c2. 265. "LeCler from San Juan del Sud', SFH, 15/9/1855, p.2, c.4. 266. Véa5e p. 122. 267. "Nicaragua. Imelligence", DSj, 12/10/1855, p.2, c2. 268. 'Interesting from Centnl Ameri",,", AC; 22110/1855,p2, c.4. 269. 'The Position of Colone! Walke~', SFH, 23/10/1855,p.2, c.2. En la carta, Walker dice estar "en la cima de la montaña". Al narrar el episodio en The W.... (p. 103), pone 'en J;¡ ladera de la colina hacia La Virgen". 270. 'Nicaragua. Imelligence", DSj, 12/10/1855,p.2, c.2. La gacetilla agrega: "pocos dias después apareciO el hermano del g::>bemadOI [don Guadalupe Sáenz] y desembarcaron las armas sin problema, en cajas rotulaqas «oro en p::.lvOl>H. 271. Walker, TWN, p. 111. 272. Wheeler, 'Diary", 13 octubre 1855. 273. 'Progress of Gen. Walke,'s Expedition", EN, 20/10/1855, p.I, eJ. 274. Walker, TWN, pp. 114-115. 275. Wm. Walke" "W,.m¡¡esto a !os Nicaraguenses" (GranadIa, J0I13/1855),M-219-10, NAW. 276. "ACLl de Murúcipes Granadino." (Granada, 10/14/1855), M-219-IO, NAW. 277. ¡bid. 278. Francisco Vijil, El Padre V;iil (Granadia, Nicaragua.: Tip. de "El Centro-AmeriClL'1O", 1930), p. 154. 279. Walker, TWN, p. 118. 280. Anselmo H. Riva" OR, (Managua.: Taneres de La Prensll, 1936), p. 122. 281. Carta de Cushing a Corral (La Virgen, 2 septiembre 1855), fotocopia en el Archivo Genera! de la Naci6n. .Managua. Mencionarla en el despacho de Paulding a Dobbin el 22 enero 1856, M-89-96, NAW. 2B2. Anselmo H. Rivas, Ol?, p. 120; Anexo A en el despacho #26 de Wheeler a Marcy (Granada, 23/JO/1855),M-219-IO, NAW. 283. Anexo B en el despacho #26 de Wheeler a Marcy (GranadIa, 23 octubre 1855), M-219-10 NA 284. Parker H French, "Card", Al:; 5/1O/1855,p.2, c.2. 285. "Departure of a.... Ne. t'' 17:
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llORO IV: LA GUERRA NACIONAL I : EL "PRESIDENTE" W ALKER Con desprecio los Yankccs nos miran De sus artes soberbiosy vanos, Nos contemplan cualraza de enanos A quien pueden de un soplo destruir. Ignorantes seremos y pohres, Pero Dlll1Ca colonos ni esc/avos/ Somos bbres, y altivos, y bravos
Por la patria sabremos morir. UN CHONrALEJ'lo UUAN IRlBARREN]. •
Boaco, Setiembre 28 de 1856.
1. Los vecinos del Norte LAS TRES REPúBUCAS centroamericanas al nortcde Nicaragua reaccionan ante la amenaza de Walker mucho después que Costa Rica. Las distancias y barreras geográficas brindan a Guatemala, El Salvador y Honduras cierta sensación de seguridad que disminuye la urgencia del peligro. Además, ningtma de la tres repúblicas comparte los designios costarricenses sobre la ruta del canal en el rlo San Juan, por lo que no tienen ese poderoso incentivo para intervenir. El Salvador, donde están en el poder los liberales amigos de los leoneses, al inicio desea relaciones amistosas con el gobierno Walker-Rivas. Al recibir la circular enviada por Jerez el 3 de noviembre de 1855, anunciando los términos del tratado del 23 de octubre, el Ministro de Relaciones Exteriores salvadoreño en nombre de su gobierno le da su aprobación inmediata a la paz lograda en Nicaragua. Aunque actuando por diversos motivos, el gobierno de Honduras transmite un mensaje igual de amistoso al de Granada y nombra Comisionado al Lic. don Manuel CoImdres 'para que ajuste con él, un tratado de amistad y reciproco interés para ambos paises". l Los conservadores acaban de subir al poder en Honduras, habiendo Guanliola botado al Presidente Cabañas en octubre de 1855 con la ayuda de tropas guatemaltecas. Ideológicamente se oponen al nuevo orden de cosas en Nicaragua. pero care ciendo de recursos militares y econ6m.icos, no albergan pensamientos de atacar a Walker bajo las circunstancias del momento. De hecho, las autoridades hondureñas lemen una invasión de Cabañas con el auxilio de sus amigos leoneses y los filibusteros norteamericanos; de ahJ el ramo de olivos que le tienden al régimen Walker-Rivas. Guatemala, bajo el presidente vitalicio y capit1n general don Rafael Carrera, es el bastión del conservatismo en Centroamérica. Carrera tiene .suficientes recursos y se da perfecta cuenta de la amenaza filibustera,pero encontrándoseGuatemala separada de Nicaragua por El Salvador y Honduras, no tiene prisa por embarcarse en una costosa campafla bélica lejos de sus fronteras. Cuando la Cámara de Representantes guatemalteca le urge a Carrera ac.:tuar en defensa de la nacíonalidad centroamericana, el Pres.idente responde tique la Cámara debe confiar en su vi.ciau. Algunos diputados J insatisfechos de la respuesta, el 1/ de diciembre introducen un proyecto de ley "llamando a la movilización general de los habitantes del país para su defensa". Tras considerables debates, la Cámara rechaza la propuesta y la engaveta indefmidamente, pues la mayoría de sus miembros no creen que la nación esté "en 4
peligro inminente".2 Entretanto, mientras los legisladores guatemahecos debaten el asunto de Nicaragua, el general Trinidad Cabañas visita Granada en busca de auxilio para recobrar la presidencia de Honduras. Walker lo recibe como huésped de la Naci6n y pone a sus órdenes una guardia de honor. Pero a pesar de los ruegos de Jerez de que acceda a la petición del general hondureño, record~dole lilas señalados servicios que el exPresidente le rindiera a CastelJón y al ejército democrático", ni Walker ni el Presidente Rivas están "dispuestos a acceder a los ruegos de Cabañas". Ambos ven con claridad que si "las tropas Americanas entran en Honduras, sería el toque del c1.TI'ID para la coalición de los otros cuatro estados contra Nicaragual1 • WaIker sabe que la guerra es inevitable. pero aún no está-listo para librarla; además, nera convenienley atinado dejar ~ue los enemigos de los Americanos dieran el primer golpe". En Granada, Cabañas ve negar a Randolph con más de cien reclutas californianos y se a1arrna ante la posible destrucción de la nacionalidad centroamericana. Sostiene largas conversaciones con el Ministro 'Wheeler, quien anota en su Diario íntimo los temores del general hondureño: Ayer sostuve una larga y confxfencw entrevista. Con el general Cabañas '" Don Pedro Selva actu6 como intérprete cuando era necesario. Cabañas me preguntó si los Estados Unidos aprueban el curso de acción de bs ciudadanos Americanos que vienen a Centroomérica _y que si mi gobierno imenwía impedir que ~sas peTSOTW traten de destruir la nacionalidad de loda Cennoamérica. Le contesté que los Escados Unidos no apru~ba.n ni ¡x:xiían, por las leyes, aprobar como naci6n la condUCla de sus CilXiadanos que ataquen la nacionalidad de nin-'lÚn Gobierno --que nuestra férvida pJlítica desde bs días de ~ashington es de no interferir en los asuntos internos de nin~ naci6n - que nuestras leyes de neutra.lir lo menos dos pulgadas 'i sus ojos grne5 soñadores le brillan del fuego que les imparte el hombre que llevan denlIo. Su cabeza es más alta que el promedio, algo grande en pro)Xlcci6n al cuerpo. y se expande a medida que sube. El cabeIk> es de color claro; la freme ancha y lisa, desarrollada en i2.l forma que los frenólogos lo cai2.logarlan un idealis.., de mente especulativa. La cara. es delgada. la nariz ligeramente aguileña, la roca bien faunada, expresando gran firmeza, y DS labíos tienen esa compresi6n peculiar de los que son fastidiosos 'i sistemáticos. Los ojos son más bien pequeños, y siruados bastante debajo de las cejas. Habla con mucha dehberaclón, escogiendo cuidadosamente las palabras. Mas cuando se interesa en la conversaci6n y lo arrebata el tema., su emonaciOn es fácil y hasta eleganle. Su rostro, sin ser particularmente galán, tiene una expresi6n inrelectual agradable, y el big:>te que se está dejando crecer contribuirá dentro de poco a darle garbo a su semblante. No hay duda de que su ambici6n es grande; pero su aspecto es el de un escolar sencillo y apocado. Al verlo medio t:í:m.irlo y retraído, nadie sospecha el desesperado coraje que posee ni se imagina que esas manos pequeñas yesos dedos delicados y finos a menudo se han abierto ~so con la cacha de la pistola por entre torrentes de enemígos:
El bozo que los cálidos abrazos de las leonesas hacen genninar en la cara de Walker, no llega a crecer. Enseguida rompe con León y su bigotito desaparece de pronto, sin dejar traza.
3. Prematuro para la Historia
SIMULTÁNEOS AL recibimiento de WaIker en León, ciertos eventos también propicios a su causa oc.'1lrren en Estados
Unidos, tras el arribo el 29 de abril en Nueva York del Omaba con el mayor Heis¡,y su esposa. el padre Vijil y los pasajeros que se regresan.' Durante la travesía el Mayor asiste al capicin Tinklepaugh a preparar una protesta formal contra Inglaterra por la intervención del capicin TarJeton en favor de Birdsall varios dfus antes en San Juan del Norte. Heiss también parece ser el autor de "nuestra correspondencia
especial", la crónica de Nicaragua que llen'j,!0da la primera plana del New York HerakI el 30 de abril. Dichas noticfus de que millares de cosl2rrÍcenses armados ~or los ingleses tratan de expulsar 2 los norteamericanos al grtto de \lOem de 1'¡Muerte a tOOos los yanquis'''J naturalmente despJertan un fervor patriótico a favor de Walker. Cuando las leen los neoyorquinos, ya Heiss va camino a Washington a entregar los despachos oficiales del Ministro Wheeler al Secretario de
LA GUERRA NACIONAL /
"EL «PRESIDENTE» WAlJ Ramirez también está en la lid, tl pero su voto es pequeñd '. Ésa es la situaci6n cuando Walker y Goicouríasalen de Granada el sábado 31 de mayo de 1856, hacia León. Hasta ese día, e! nombre de Walker no sale
LA GUERRA NACIONAL / "EL «PRESIDENTE» WALKER"
en El NicanguenseentIe los candidatos para "l'residente ll (en
realidad "Supremo Director" conforme la constitución de 1838). Esa tarde Goicouría cae enfermo en Masaya mientras WaIker y el Estado Mayor. y 200 soldados, siguen para León el domingo en la mañana. El coronel Jacques arriba en Granada el lunes y sale de inmediato para León en mula. En Masaya se le une Goicouría, ya convaleciente. Acaba Walker de Uegar a León el miércoles
4 de junio, con las campanas resonando al vuelo. cuando Goicouría y Jacques le dan la misma tarde las noticias del recibimiento de! padre Vijil por el Presidente Pierce en Washington y del arribo en Granada de 200 reclutas -la vanguardia del torrente de refuerzos que después le lloverán del Sur. Ese día determinado por e! destino, en el que noticias
trascendentales se suman a los abrazos. salvas. repiques, canclones y poemas del apoteósico recibimiento en Le6n, WaIker se convencede que ha llegado la hora de apartar a don Patricio y tomar posesión en persona como Presidente de
Nicaragua. Las consecuencias de su decisión las asienta el Bofetin Oficial (el órgano oficial del gobierno de Rivas en Le6n) en una ¡'efemérides" pormenorizaciade los eventos.'7 El jueves 5 de junio, WaIker le pide la renuncia a Rivas.
Don Patricio se niega a renunciar. Walker entonces le pide a Goicouría que trabaje con los lileres leoneses para asumir él
la presirlenciade la república. GoicoUIíase lo propone a Jerez el 6 y Jerez se opone airado. El cubano enseguida manda citar
a varios notables a una reunión en la que les hace saber que conviene el que Walker sea Presidente. El 9 de junio, en conversación privada con el Ministro de Relaciones, GoicourIa le revela que la propuesta de WaIker para presidente na es obra suya sino de Walker mismo. Simultáneamente. el 6 Walker se presenta ante el Gabinete para que le aprueben las bases de un empréstito de $250.000 por ciudadanos norteamericanos, hipotecando las mejores tierras de la república a razón de cuatro reales acre. El Presidente y sus Ministros se niegan a acceder. Al dIa siguiente Wa1ker se presenta de nuevo anle el Gabinete con la misma propuesta, con igual resultado. Entonces pide poderes omnlmodos para confiscar los bienes de los enemigos (los legitimistas). vendérselos a capitalistas norteamericanos y con ese dinero pagar a sUs soldados 10 que se les debe. Rivas y sus Minisaos le dicen que no. El 9 de junio en la noche WaIker visita a don Patricio en su casa y trata de persuadido a que renuncie la presidencia antes que se lance sobre él el General José María Che16n Valle. quien esLi listo a botarlo bajo el pretexto de no lener sueldo en moneda corriente la tropa norteamericana, "imputándole { aquel Jeneralla vileza del designio infame que él abrigaba".' Cuando Rivas continúa negándose a renunciar, Walker, en presencia de Jerez. le intima que al día siguiente debe alxlicarle el mando, O él lo tomará por la fuerza. La noche anterior. Goieouría (quien es sobrino del Arzobispo de la Habana) visita al "Sr. Gobernador del Obispado, Canónigo Don José Hilario Herdocia', para proponerle la separación de la Iglesia nicaragüense de la de Roma. Herclocia le contesta Con la pregunta; "De qué pals es U?'. y al replicar GoicourJa que es cubano, el prelado responde: ny por qué quiere U. arrancarnos la fé, que es Jo único que nos ha quedado?.... El 10 de junio. GOieOUIía se presenlJl ante el Gabinete con dos solicitudes perentorias de Walker: que le otorguen a GoicourIalos poderes para el préstamo y que 'debía convocarse al Pueblo á elecciones directas de Presidente":
... Esta preténsion era de todo punto ínadmisible; peTO por otra
259 pute se hada necesario adoptar un medio que sin comprometer la República ni al Gobierno, salvára á este de la compre5ion dd momento i preservára á aquella de los graves males de un choque intempestivo. Se :redactó, pues un decrclo de elecciones que en si contuviera la imposibilidad de llevarlas á caro. fuera del propSsito fume que se tuYO de revocarlo antes que aqueIhs comenzaran á verificaISe, como así se efecNé> cuatro dias despues de su emision, i cuando aun no había circulado en todos Jos departamentos. En seguida, se redactaron los ¡xxIeres á Goicouría. relativos al empréstito; pero reducidos en último análisis á fOrmal un arreglo, en virnxi del cual debiera crearse una comision que á su tiempo fuese oombrada p:>r el Gobierno, para que por ella se extendiesen los oonos del empréstito, de suerte que, mela existiera hasta su nombramiemo; i en este paso se tuvo igualmente el propósito de revocar én tiempo oportuno . los tales poderes, como se practic6, lo mismo que al respecto á los que se le habían conferido . M 1f para representar .á Nicaragua en Inglaterra i Frmoa . En síntesis, para soslayar la dificultad del momento, el
gobierno de Rivas por último aparenta cedcr mientras en realidad continúa rechazando con firmeza las prelensiones inadmisibles y usurpadoras de Walker. El martes 10 de junio, el Gabinete emite el decreto electoral Walker piensa salir para Granada en la madrugada del 11. Jerez lo visita varias veces la noche anterior a su partida. "mostrando una ansiedad y un nervios.is~w no raros en él Hizo tres visitas en igual número de horas". Jerez tiene en mente asesinar a Walker. pero lo detiene Cleto Mayorga. yerno del Presidente Rivas. El doctor J. L Cale revela los detalles en una carta a Mirabeau Buonaparte Lamar, Ministro Residente de los Estados Unidos en Nicaragua después de Wheeler: ... Antes de romper abiertamente Terez con el general Walker, él y otros decidieron asesinarlo. gn consecuencia, una noche, mientras Walker estaba de visita donde el Presidente Rlvas, Jerez llegó y les orden6 a los centinelas estacionados en la puerta, que cargaran sus armas para dispararlas contra WaIker cuando saliera de la casa. La familia de Rivas se dio cuenta de lo que sucedía e intervino en defensa de WalkeI. Cleto Mayorga, yerno del Presidente Rivas, buscó a Jerez. y le dijÚt que él no ~mitida que bajo su techo se le hiciera el menor daño a W;Uker, a quien le debía una deuda de gratirud por haberle salvado la vida con la toma de Granada. (Mayorga esuba preso alú 'f condenado a ser fusilado en ttes dIa.s cuando Walker se apoderó de la ciudad) Y que él, Mayorga. es..ba decrlid.o a prOleger!o, a [oda riesSO. Al oír eso, ferez monló su caballo y se fue disgustado. Esto me b (om6 f\.fayorga. quien es amigo personal de Jerez, y también me lo 7Zcontaron otros miembros de la familia del expresidente Rivas.
Ajeno a tan cercano encuentro con la muerte. Wa1ker parte de vuellJl al amanecer del día 11, conforme sus planes. y entra en Granada a las 6 P.M. el viernes 13 de junio de 1856 acompañado del Estado Mayor y escoltado por 12 batidores. Lo sigue una división de 200 soldados leoneses, dejando en León al coronel Bru."lo von Natzmer con 200 rifleros norteamericanos y unos cuantos soldados del pals. Con Walker ya lejos, los miembros del gabinete. Mariano Salazar y otros lileres propagan por la ciudad los detalles de las pretensiones e imposicionesdel filibustero. y esa noche comienza a sentirse una grave exaltación del pueblo. El 12 en la mañana Natzmer se apodera del cuartel Principal; los soldados del pals se retiran y dispersan. El Presidente Rivas y sus Ministros abandonan en carrera la Casa Nacional al recibir noticia de que Natzmer
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AlEJANDRO BOLAN:Js GEYER
intenta prenderlos; huyen a esconderse en las haciendas y
Aunque WaIker los narra en La Guena en Nicaragua} su versión (The War, pp. 218-223) es incompleta y engañosa. Oculta el hecho crucial obvio que la elección que él ex.i¡¡e es inconstilUcionaly en violación directa del tratado que élllllSmo firmara con Corral Guarda silencio sobre el asunto del
Walker, General en Jefe del Ejército de Nicaragua', es un soporte ficticio en el que trata de 'legalizar' su usurpación del poder basándola en seis premisas espurias: 1. Que el poder de que está investido el Presidente Provisorio don Patricio Rivas es lluna emanacion" de las facultades conferidas a Walker por el gobierno de CasteUón como "Jral Expedicionario". 2. Que cuando el Presidente Rivas traslada el gobierno de Granada a León, delega en Walker "todas las facultldes que á él se le confiaron para mantener el órden en los Departamentos Oriental y Meridional de la República". 3. Que el Presilente Rivas ha nombrado al Ministro de Hacienda don Fermín Ferrer, "Comisionado en los Departamentos reíeridos con todas sus propias facultades, para auxiliar mi administracionen los casos oportunos n• 4. Que el Presidente Rivas, "traicionando sus deberes en perjuicio de los derechos y bienestar de la República', ha huXlo a Chinandega, "con objeto de desmantelar todas las fronteras de Occidente y entregar el país á las fuerzas de Carrera que están para invadirlo; a cuyo efecto ha comisionado al Sr. Mariano Salazar·. 5. Que el "señor' Rivas el 14 de junio ha dado un decreto derogando el decreto del 10 que convoca a elecciones. 6. Que en el tratado del 23 de octubre 'se consignó esplfcitamente" que Walker garantizaba que el Presidente Rivas "mantendría la paz y el órden en la República". No obstante, "Don Patricio Rivas no solamente promueve la anarquia interior, sino que llama á que la invadan los enemigos de fuera". "Y por último, que estándome confiada la seguridad de la República y siendo un sagrado deber salvar la Patria de la anarquia y de sus enemigos esteriores é interiores, he tenido á
préstanio, enfocando más bien su atención en cosas
bien decretar y decreto ...
secundarias como la venta de madera de brasil por Salazar y el supuesto odio de Jos nicaragüenses hacia los españoles, que juegan un papel minimo, por DO decir ninguno. en la brecha. Walker, a su ingrC50 en Granada, recibe carta de Natzmer infonnándole que Rivas y sus Ministros han escapado a Chinandega. De inmediato ordena al coronel ¡aoques, en Masaya, que se prepare a marchar; y el14 de junIo Jaoques y los batidores marchan con Walker a Managua y de ahí hacia León. En el camino, cada pocas boras un mensajero lo mantieoe al tanto de lo que sucede en Occidente. En Nagarote, Walker recibe carta de Natzmer informándole 'lue Jerez, el Ministro de Guerra, le ha ordenado retirar a os rifleros de las torres de la catedral Walker le ordena a Natzmer replegarse a Nagarote. Al Uegar Natzmer, Walker marcha con el ejército -infantería, rifleros y batidores- de regreso a Managua, dejando el Departamento Occidental (León y Chinandega) en manos del Premente Rivas y sus fuerzas del pals. El general José María Chel6n Valle y el coronel Mateo
Abusando flagrantemente sus poderes de Jefe del Ejército, Walker ah! procede a decretar como soberano: nombra de facto a FerrnÍD Ferrer "Presidente Provisorio de la Repúblicall
huertas vecinas y el 13 aparecen en Chinandega. Del 14 en adelante, el gobierno de Rivas en Chinandega se dedica a abrir relaciones y sostener pláticas con las hennanas repúblicas centroamericanas y con los ejércitos aliados de Guatemala y El Salvador, que ya se encuentran en la frontera nicaragüense; declara traidor a Walker; revoca los poderes fictos dados a Goicouría; anula el decreto de elecciones de Presidente; y reúne las fuerzas que puede para defenderse de un posible ataque de Walker y para sacar de León a los rifleros de Natzmer.
* * * EL ROMPIMIENTO del gobierno de Rivas con Walker es ya
total, Ydon Patricio le echa toda la culpa al fibbuslero.En sus instrucciones del 14 de junio al comisionado Gregorio Juárez, que tras haber sXJo retirado en mayo por el gobierno todavía
permanece en San Migoel, El Salvador, don Patricio lo explica diciendo: IlWalker vino a León con pretensiones tan atrevidas que fueron bastante para desvanecer el buen juicio que
equivocadamente hablamos formado de él Pretendió usurpar el poder público, queriendo que el actual Gobierno le diera su puesto"; por consiguiente, "dirigimos comuni:aciones a los
gobiernos de los Estldos, uniendo nuestras fuerzas a las de ellos para librarnos de esa canalla".73 El Nicaraguense no menciona los eventos que conducen al rompimiento en leÓn.
Pineda, con unos cuantos soldados nativos que los acompañan,
permanecen leales a Walker. Éste retorn' a Granada el viernes 20 de junio, acompañado del Estldo Mayor y los batidores. No volven ya a León.
6. Farsa en Granada EN EL TRAYECTO, Walker prepara un Decreto Reconstruyendo el Gobierno, una Proclama al Pueblo de Nicaragua y otra al Ejército. Firma cada documento 'Suscrito en Granada el 20 de junio' en cuanto Uega a la ciudad esa noche, se los da a El Nicar.guense, y éste se los da al mundo a la mañana siguiente. El decreto, lanzado por "William
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mientras se realizan las elecciones convocadas por el decreto
del 10 de junio, que el Presidente Rivas ya h. anulado el 14, y que El Predestinado ahora declara, por sr y ante sí, "vijente en todas sus partes". Wa.Jker asimismo declara lInulos y de ningun valor' todos los decretos, acuerdos y órdenes del Presidente Rivas desde el 12 de junio en adelante. Finahnente, les prevlene a "nativos Ó estranjeros", que quienes suministren
a Rivas "cualquiera clase de ausilio ya por medio de empréstitos Ó contratas mercantiles, serán considerados como lf,Uiores
á la Patria y juzgados conformeá las !eres marciales'. s En la "Proclama al Ejército" ese 20 de junio, en inglés, Walker alega que "la credJbilXlad, fe y honor' del gobierno de Rivas están "en bancarrota" y que dicho gobierno n~ merece lila confianza ni el respeto de Jos valientes soldados". 6 En su "Manifiesto a los pueblos de icaragua", en inJllés y español, anuncia que "el pasado Gobierno Provisorio ldel Presidente Rivas] no merece mas existencia. En nombre del pueblo, he por consiguiente dedarado, su disolucioD, y hé organizado un nuevo Gobierno Provisorio, miéntras que la Nacian ejerfP sus derechos nalllrales elijiendo sus propios gobernantes". Las decisiones ~egales de Walker se ejecutan al instante. Su Presidente Provisorio Ferrer toma posesión en cuestión de horas .....,1 sábado 21 de junio de 1856- y 'el pueblo', por arte de magia, 'elige' a Walker Presilente de Nicaragoa en los siguientes tres días; esto es. si aceptamos la noticia publicada por El Nicar.guense el sábado 28:
LA GUERRA NACIONAL /
"EL