Viaje á América

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VIAJE

Bes DE CflATEAÜBRUm Tomo

úiil«o.

W/?\LitN]©oñ; IMPRENTA

ni: D* HIARIiiiyO DK CABRERISSI», (Editor.)

LOAN STACK

nE MjJl

Nada

EniCMO]%í nE é&^7.

me

de particular se

ofrece decir sobre el

Viaje á América que va á leerse el

argumento de

Natchez

los

nuscrito orijinal de esta

va en

si

En

se

y

su relación j

:

ha sacado del ma-

misma obra. Este

mismo su comentario y su mis varias obras

se

como

viaje lle-

historia.

encuentran con frecuen-

cia recuerdos de mis viajes

por América ^ y en un

principio habia yo pensado en reunirlos y colocarlos

según sus fechas en mi narración

do á

este

;

mas he renuncia-

proyecto para evitar repeticiones y conten-

tándome con recordar dichos pasajes. Con todo he tado algunos cuando

me han parecido

ci-

necesarios pa-

ra la intelijencia del texto ^ y no eran por otra parte

muy

estensos.

En

la introducción

zar al lector con guir á Ultramar rias

de mi vida

,

el y

y

con

el

objeto de familiari-

joven viajero y á quien he de

doy un fragmento de

para

lo

se-

Memo-

las

cual he correjido con parti-

cular cuidado la parle que tenia ya escrita refiere los hechos posteriores al

258

año mil

:

la

que

setecientos

ADVEUTENCIA.

VI

noventa y uno hasta nuestros días

es

enteramente

nueva,

Al hablar de fen todo

lo

que

las

me

es

biera deseado hacer en nacientes^

repúblicas españolas j refiero

permitido referirJ el iíiteres

lo

que hu-

de aquellos estados

cuando mi posición política me daba algu-

na influencia en

los destinos de los pueblos.

Pero no he tenido

la

temeridad de llegar á

grande objeto sin haberme procurado antes

que necesitaba. Muchos volúmenes impresos y rias inéditas

me han

docena de pajinas.

He

servido

este

las luces

memo-

para componer una

consultado personas que han

viajado y residido en las repúblicas españolas] y de-

bo á la atención del caballero de

muy

El prólogo que precede una

Esmenard

noticias

preciosas sobre los préstamos americanos. al Viaje á

especie de historia de los viajes

lector el

cuadro jeneral de

por decirlo asi , globo.

la hoja

y

América

es

que presenta al

la ciencia jeográfica,

y

de ruta del hombre sobre

el

PROLOGO

I-^os

viajes son

una de

porque por medio de la historia

de

las

las

de

la

sociedad.

fuentes de

la historia;

narración de los viajeros,

la

naciones estrañas viene á colocar-

se al lado de la particular

El oríjen de

o

de cada pais.

los viajes se

Los

libros

remonta hasta

la

cuna

de Moisés nos represen-

tan las primeras emigraciones de los hombres: en ellos las

vemos

al

patriarca conduciendo sus rebaños á

llanuras de Canaan

,

al

árabe vagar por los soli-

tarios arenales, y al fenicio esplorar los mares.

Moisés saca de

las

la

montanas de

segunda familia de la

los

hombres

Armenia, punto central con

respecto á las tres grandes razas^ amarilla, negra y

blanca; ó sean los indios, los negros y los celtas,

li

otros pueblos del norte.

Precisado á reducir un cuadro inmenso á los estrechos un prólogo, creo sin embargo no haber omitido ninguna cosa esencial. Pero si algún lector aficionado á esta clase de investigaciones desease saber mas, puede consultar las sabias obras de los D'Anvillc, Robertson, Gosselin, MalteBrun, Walkenacr, Pinkerton, Renuel, Cuvier, Jomard, etc. (1)

límites de

PROLOGO.

VIII

Las pueblos pastores

Moisés pobló fet

Europa de

la

Homero^ nombre

^

los

descendientes de Ja-

que haya existido un poeta de es-

sea

sea que las obras

que se

mas que una compilación de Grecia

un

ideas

sobre

nos ha dejado en

y

viaje

y nos transmite

_,

las tradi-

Odisea la

la

también

que en aquella primera antigüedad la

configuración de

la tierra,

Esta misma es

Herodoto

Homero

el rio

ellas

Océano.

cosmografía de Hesiodo.

la

,

las

se tenian

que según

representaba un disco rodeado por

lo es

atribuyen

le

ciones de

relación de

á Japeto

especie humana.

la

no ofrezcan la

en Jafet.

los militares

romanos consideran

los griegos y los

:

como padre de te

Cam^

comerciantes en

los

encuentran en Sem^

se

que

de

la

es el padre de la historia

mundo

como

como

poesía, era también

viajero, y recorrió todo el

_,

este

conocido en su

tiempo. ¡Con que estilo tan seductor describe las

costumbres de

los pueblos!

existían algunos

fenicios y el

la

mapas costaneros de

los

navegantes

:

,

correji-

Estrabon cita un itinerario del

este ultimo.

Herodoto tierra;

aquella época solo,

mapa-mundi de Anaximandro

do por Hecateo

mundo de

En

solo distingue bien dos partes de

Europa y

el

Asia.

La

Libia y

el

la

África

no parecen en sus relaciones mas que una vasta península del Asia. ravanas

al

Acompaña

interior de

la

las

Libia

,

rutas de algunas ca-

y

la

relación sucin-

PROLOGO. un

ta de

to

,

IX

viaje alrededor del África.

llamado Ñecos

unos fenicios^

Un

rey de Ejip-

hizo partir del golfo arábigo á

,

los cuales volvieron á

Ejipto por

las

columnas de Hércules^ habiendo empleado tres años en su navegación, y á su vuelta refirieron que habian visto

el

sol á su

derecha. Tal es

hecho que

el

Herodoto.

refiere

Los antiguos

_,

pues, tenian como nosotros dos

especies de viajeros, los unos recorrian la tierra y los otros los

cribia

mares. Por

la

misma época en que

Herodoto, acababa su Periplo (1)

es-

el cartaji-

nes Hanon. Todavía conservamos algo de

la

colec-

ción que hizo Scylax de las escursiones marítimas

de su tiempo.

Platón nos ha dejado lántida

que

se

la

novela de aquella At-

ha querido encontrar en

la

América;

y Eudoxioj compañero de viaje del filósofo, compuso un itinerario universal, en el cual enlazó la jeografía con algunas observaciones astronómicas.

Hipócrates visitó

los

pueblos de

la

Escitia, y

aplicó los resultados de su esperiencia al consuelo del jénero

humano.

Jenofonte ocupa un rango ilustre entre aquellos viajeros

nocer

la

armados que contribuyeron

hacernos co-

morada que habitamos.

Aristóteles, que precedía á la

cí;

á

Le incluyo entero en

el

Ensayo

marcha de

hislúrico.

las lu-

X

PROLOGO.

ees, tenia á

la

tierra por esférica ^ y estimaba su

circunferencia en cuatrocientos mil estadios. Creia,

como creyó

Cristóbal Colon

,

que

Hesperia estaban en frente de

las

de

las

costas de la la

India.

Te-

nia una idea confusa de la Inglaterra y la Irlanda, á las

que llama Albion y Jerna: no

cidos los

le

eran descono-

Alpes; pero los confundia con los Pirineos.

Dicearco, uno de sus discípulos, hizo una bedescripción de la Grecia, de

lla

algunos fragmentos,

al

que nos quedan

la

mismo tiempo que

otro dis-

cípulo de Aristóteles, Alejandro el Grande, llevaba el

nombre de

esta Grecia hasta las orillas del Indo.

Las conquistas de Alejandro obraron una revolución tanto en las ciencias

como en

los pueblos.

Androstenes, Nearco y Onesícrito reconocieron meridionales del Asia, después de

las costas

te del hijo de Filipo el

Canjes

vegó por

,

:

y Patroclo

el

Océano

,

Los reyes griegos de

Trapobana; Tolomeo Filadelfo envió

jeógrafos y flotas;

muer-

uno de sus almirantes, na-

índico.

Ejipto abrieron un comercio directo con la

la

Seleuco Nicanor penetró hasta

la

India y

á la India

Timóstenes publicó una descrip-

ción de todos los puertos conocidos; y Eratóstenes

presentó

bases matemáticas

las

para un

sistema

completo de jeografía. Las caravanas penetraron asi

en

la

India por dos caminos:

en Palibotra los

,

bajando

montes Imaüs.

el

Canjes,

el

uno terminaba

el

otro rodeaba

PRÓLOGO.

XI

El astrónomo Hiparco anunció una gran tierra

que debia unir ver,

la

India

al

África, en

se quiere, el universo de

si

La

rivalidad de

Roma

la cual es fácil

Colon.

y de Cartago hizo á Poli-

bio viajero, y le obligó á visitar las costas de África

hasta el

el

monte Atlas, con

el

fin

de conocer mejor

pueblo cuya historia se proponía escribir. Eudo-

xio de Cirico intentó en tiempo de

y de Tolomeo Laturo, dar el

oeste

,

la

Tolomeo Fiscon

vuelta

al

África por

buscando un rumbo mas directo

,

para

pasar de los puertos del golfo arábigo á los de la India.

Entre tanto

los

romanos, estendiendo sus con-

quistas hacia el norte, desplegaron nuevas velas:

Piteas de Marsella había tocado ya aquellas riberas

de donde debían venir los destructores del imperio de los Césares

Escandínavia, del cabo

,

y navegando hasta los mares de la la

fijó

Calbium (Finisterre) en España, recono-

ció la isla TJxisama

de

posición del cabo Sagrado y

las Casitérides

(Ouessant),

de

los

de Albion, una

la

cartajineses, y surjió en

aquella famosa Tule, en que se ha querido recono-

cer á Islandía^ pero que según toda apariencia es la

corte de Jutland. Julio César ilustró la jeografía de las Galias, y

empezó

el

descubrimiento de

la

Jermania y de

costas de las islas de los Bretones: las águilas

romanas

las

Jermánico llevó

á las riberas del

Elba.

riioLOüo.

XII

En

reinado de Augusto comprendió Estrabon

el

en una sola obra viajeros y los

Pero

movimientos anteriores de

los

que por

si

mismo habia

él

los

adquirido.

su jeografía enseña cosas nuevas sobre algu-

si

na parte del globo

también hace retroceder

,

la

ciencia en algunos puntos: Estrabon distingue las islas

Casitérides de

la

gran Bretaña^ y manifiesta

creer que las primeras (que en esta hipótesis no

pueden taño

:

ser otras

que

Sorlingas) producian el es-

las

pues ahora bien

^

el

estaño se sacaba de las

minas de Cornualla^ y cuando escribia_, hacia ya largo

bion llegaba

al

jeógrafo griego

el

tiempo que

estaño de Al-

el

mundo romano atravesando

las

Ga-

lias.

En toda sin

la

la

Galia ó

Céltica, suprime Estrabon casi

la

peninsula armoricana; no conoce

Báltico,

el

embargo de que pasaba ya por un gran lago

lado, á cuya orilla se encontraba amarillo

En palo

la

que es

y

la

la

sa-

Ámbar

la costa del

Prusia actual.

época en que florecia Estrabon ^

navegación de

la

India por

el

fijó

Hi-

golfo arábigo,

esperiraentando los vientos regulares que nosotros

llamamos monzones sud-oeste

,

y

uno de

que conducia

los

cuales, que es el

á la India,

tomó

el

nom-

bre de Hipalo. Algunas flotas romanas partian ordi-

nariamente del puerto do Berenice hacia del

verano, y llegaban cu treinta dias

Oceüs ó

al

de Gané en

la

al

la

mitad

puerto de

Arabia; y desde

alli

en

PRÓLOGO.

xin

cuarenta diasá Muziris, primera escala de

La

vuelta en invierno se verificaba en el

pacio de tiempo

y volvian á

la

de manera que

;

India en

nio y el Periplo del

la India.

mismo

es-

antiguos iban

los

menos de cinco meses. Pli-

mar Eritreno (en

pequeños

los

jeógrafos) suministran estos curiosos pormenores.

Después de Estrabon^

Pomponio Mela nio añaden

tenian de

Isidoro de Charas^

^

naciones. Plinio

las

número de

Cuando

^

el

Perijetes^

Tácito y Pli-

nuevos conocimientos á

cioso por el cita.

Dionisio

los

que ya se

sobre todo_, es pre-

viajes y relaciones

los

deque hemos perdido una

descripción completa del

imperio romano ^ hecha por orden de Agripa

de Augusto el

unos comentarios sobre

;

rey Juba

_,

que

leemos venimos en conocimiento

le

el

_,

yerno

África por

estractados de los libros cartajineses;

una relación de

Afortunadas por Estacio

las islas

Seboso^ unas memorias sobre

la

India por Séneca,

y un Periplo del historiador Polibio

tesoros todos

:

cuya pérdida nunca será bastante deplorada. Plinio sabe algo del Tibet, y

mundo

á la

fija

embocadura

norte las Oreadas

nombre de Golfo

_,

especie de libros de posta

el

el

la

Codan

Los antiguos tenian meros con

punto oriental del

del Canjes

conoce

de

el

al

;

distingue

Escandinavia, y dá

mar

el

Báltico.

á la vez derroteros y :

al

una

Vejecio distingue los pri-

nombre de picta^ y

los

segundos con

de annotata. Todavía conservamos tres de estos

PRÓLOGO.

XIV itinerarios

:

de Anlonino

el Itinerario

de Burdeos á Jerusalen y parte superior de oeste

la

que principiaba

^

al

está rasgada, y falta la península española y

y

el África occidental

;

pero

la

tabla se estiende por

hasta la embocadura del Ganjes_, y señala los

el este

caminos en

lo interior

de

la

India. Este

mapa tiene

veintiún pies de largo y uno de ancho, de es

Itinerario

Tabla de Peutinger, La

tabla

esta

j el

modo que

una zona ó un gran camino del mundo antiguo.

A

esto estaban reducidos los trabajos y los co-

nocimientos de

de aparecer

la

mero era una dada

los viajeros y

de

obra de Tolomeo. El isla

antes

mundo de Ho-

perfectamente redonda, circun-

como hemos dicho, por

,

los jeógrafos

rodoto hizo de este

el

mundo una

rio

Océano. He-

llanura sin límites

precisos; Eudoxio de Guido le transformó en

un

globo de unos trece mil estadios de diámetro

^

Hiparco

y

Estrabon

y

dieron doscientos cincuenta

le

y dos mil estadios de circunferencia, de ochocientos treinta y dos estadios

al

grado.

Sobre este globo

trazaban un cuadrilongo, cuyo lado mayor corría de

occidente á oriente; este cuadrilongo se hallaba dividido por dos lincas, que se cortaban en ángulo recto oeste

la

:

al

una, llamada

el

diafragma ^ marcaba del

éste lo largo^ ó la lonjitud de la tierra, y te-

nia setenta y siete mil ochocientos estadios;

que era una mitad mas sur

el

corta

,

la

otra,

indicaba de norte á

ancho ó latitud de esta misma tierra, empe-

PROLOGO. zando

la

cuenta en

esta jeografía^

que ancha^ de

se ve el orijen

mapa

este

Europa^

el

XV

meridiano de Alejandría. Por

que consideraba á

lonjttud y latitud

En la

el

la

tierra

mas

larga

de impropias espresiones

que todavía usamos.

del

Asia y

mundo habitado el

África;

el

se colocaban

África y

Asia

el

se unian á las rejiones australes^ ó estaban separa-

das por un

mar que reducía estraordinariamente

África. Al

norte los continentes terminaban en la

embocadura Nijer^

al

del Elba^ al sur cerca de las orillas del

oeste en el cabo Sagrado en España, y al

una zona tórrida bajo

este en las bocas del Ganjes: el

el

ecuador, y una zona glacial bajo

los polos

,

esta-

ban consideradas como inhabitables.

Es digno de notarse que

casi

todos aquellos

pueblos, llamados bárbaros, que conquistaron

el

im-

perio romano_, y de los cuales proceden las naciones

modernas, habitaban mas

allá

de los límites del

mun-

do conocido por Plinio y Estrabon ^ en unos países, de los que

ni siquiera se

Tolomeo, que por

sospechaba

la

existencia.

otra parte no dejó de incur-

rir

en graves errores, fundó sobre bases matemáti-

cas

la

posición de los lugares.

En

su obra aparecen

una multitud de naciones sármatas; indica bien Volga, y baja hasta

En acaso cita

el

Vístula.

África confirma

nombra

á

un gran rio,

la

existencia del Nijer

Tombuctu al

el

,

y

en Tucabath; también

que llama Gyr.

PRÓLOGO.

XVI

El pais de los sinos quo pone en Asia^ no es la

China ^ sino probablemente

meo supone que hacia

el

reino de Sian). Tolo-

el

de Asia^ prolongándose

la tierra

mediodía^ se junta con una tierra descono-

cida que se reúne

al

África por

el oeste.

En

la

Sé-

rica de este jeógrafo debe reconocerse el Thibet^

que

es el

que dio

á

Roma

la

primera seda ordi-

naria.

En Tolomeo los

acababa

historia de los viajes de

la

antiguos j y Pausanias es

el

último que nos hace

ver aquella Grecia antigua, cuyo jenio se ha des-

pertado noblemente en nuestros dias á

nueva el

civilización.

Aparecen

las

imperio romano se desploma

godos, los francos, otro

mundo

las

hunos y

voz de

la

naciones bárbaras; y de

la

raza de los

los eslavos, salen

y otros viajeros.

Estos pueblos eran

ellos

caravanas armadas, que de navia y de

;

la

las

fronteras de

mismos unas grandes

las la

rocas de la Escandi-

China ^ marchaban

al

descubrimiento del imperio 'romano. Venian á en-

existian otros

hombres ademas de

arrastraban

yugo de

nes;

Tiber

en

el

el

los Tiberios

mundo

,

que

los esclavos

que

señar á estos pretendidos señores del

y de los Nero-

venian á enseñar su pais á los jeógrafos del :

y preciso fue ya colocar á estas naciones

mapa,

dos y de

los

y creer en la existencia de los go-

vándalos, cuando Alarico y Jenseri-

co escribieron sus nombres en los muros del Capi-

PROLOGO.

No

lolio.

XVII

trato de referir aqiii las emigraciones

y

establecimientos de los bárbaros; procuraré tan

los

buscar entre

solo

eslabones de

las ruinas

que amontonaron

cadena que enlaza á

la

los viajeros

los

an-

tiguos con los modernos.

El trastorno de

blemente

las

los

pueblos desconcertó nota-

Lo que

investigaciones jeográficas.

los

antiguos nos han hecho conocer mejor son los países

que

ellos habitaban;

porque mas

de

allá

las

fron-

teras del imperio romano_, todo eran para ellos de-

y tinieblas. Después de

la

bárbaros nada casi sabemos de

la

siertos

Italia; pero

que dieron

comenzamos el

invasión de los

Grecia

á penetrar

en

ni

de

la

las rejiones

ser á los destructores de

la

antigua

civilización.

Tres causas reprodujeron pueblos establecidos sobre

romano

:

de

el celo

la

relijion

viajes entre los

los

las ,

ruinas del imperio el

ardor de las con-

quistas, y el espíritu de aventuras y empresas^ uni-

do

á la avaricia

mercantil.

condujo á

los

por decirlo

asi,

primeros y á los últimos misioneros á los países mas remotos. El celo de

la relijion

Antes del cuarto

siglo, y

en tiempo

de los apóstoles, que fueron propiamente unos peregrinos, los sacerdotes del Dios verdadero llevaban ¿ todas partes la antorcha de la fe.

Mientras que

la

sangre de los mártires se derramaba en los anfiteatros

^

unos ministros de paz exhortaban

2

á la

mise-

XX

PRÓLOGO.

ciudades y

las

abadías

;

aunque

y

es verdad

que es-

tos dibujos perjudican por una parle á los porme-

nores jeográficos

de

las artes

^

por otra dan una idea del estado

en aquella época.

Las peregrinaciones

á Tierra

parte considerable de los la

Santa forman una

monumentos

gráficos de

edad media. Dichas peregrinaciones empezaron á

conocerse en

el

siglo cuarto

;

pues San Jerónimo

asegura que llegaban á Jerusalen peregrinos de

India nia

;

j

de

la

Etiopia

mismo

y el

^

de

la

Bretaña y de

llinerario de Burdeos

ci

la

la

Hiber-

Jerusalen

parece haberse compuesto para uso de los peregrinos por los años de 333.

Los primeros años tran

del siglo sexto nos suminis-

Itinerario de Antonino de Plasencia. Tras

el

este viene en el siglo séptimo

lación escribió

mos dos

Adamano

Beda; en

al

el

el siglo

siglo octavo tene-

San Guilbaldo

Santos Lugares por

nono

á

décimo y undécimo

leans,

en

viajes á Jerusalen de

relación de los

siglos

;

San Arculfo^ cuya re-

el

^

una

y

venerable

Bernardo Lemoine; en á

los

Olderico^ obispo de Or-

griego Eujisipo^ y en

fin

á

Pedro

el

Er-

mitaño.

En

esta época empiezan las cruzadas, y Jerusa-

len permanece por espacio de ochenta años en po-

der de los principes franceses. Reconquistada aquella

ciudad por Saladino, los

tando

la

fieles

continuaron

Palestina, y desde Focas en

el siglo

visi-

trece^

PROLOGO. hasta Pococke en

rupción

las

Con

las

el

XXI

dieziocho^ se suceden sin inter-

peregrinaciones (1).

cruzadas se vieron renacer aquellos his-

toriadores viajeros, cuyo modelo habia ofrecido la

antigüedad: catedral del

cruzada

Raimundo de Puy en Velay

célebre obispo

al

,

Ajiles, canónigo de la

acompañó

Adhemar

:

á

primera

la

nombrado ca-

pellán del conde de Tolosa^ escribió con el valiente

caballero el

Pons de Balazun todo

camino

que presenció en

toma de Jerusalen. Raúl de Caen,

y en la

Tancredo, nos pinta

servidor de

fiel

lo

Lemoine

caballero; Roberto

vida de este

la

se halló en el sitio de

Jerusalen.

Sesenta años después fueron también á Palesti-

na Foulcher de Chartres y

mero con Balduino do con Luis Vil

^

Odón de Deuil

rey de Jerusalen

^

y

;

el

el pri-

segun-

rey de Francia. Jacobo de Vitry

j,

fue hecho obispo de

San Juan de Acre.

Guillermo de Tiro, que floreció hacia reino de Jerusalen

,

el fin

del

pasó su vida en los caminos de

Europa y Asia. Muchos historiadores d^ nuestras antiguas crónicas fueron ó monjes ó prelados errantes

,

como Raúl, Glaber y Flodoardo; ó guerreros,

como Nithard

,

nieto de

Carlomagno

de Poitiers, VilIe-IIardouin

mas que (í)

rarío.

la

Guillermo y

tantos

cspedicioncs.

Pedro

segunda memoria de mi intiüduccioii

al Ilinc-

refieren

Véase

,

^

sus lejanas

Joinville

,

PROLOGO.

XXII

Dcvaulx Ccrnay era una especie de ermitaño en

los

formidables campamentos de Simón de Monfort.

Llegados ya á

las

debe principalmente

crónicas en lengua vulgar,

fijarse

atención en Frois-

la

sardj que propiamente no escribió jes

:

mas que sus

éste bosquejaba su historia al

que hacia sus correrías: de

mismo tiempo

corte del rey de In-

la

glaterra pasaba á la del rey de Francia la

pequeña corte caballeresca de

»Habiendo permanecido

via-

condes de Foix.

los

tres dias

y de esta á

_,

en

la

ciudad de

Paumiers, me reuní casualmente con un caballero del conde de Foix, llamado

León

,

que

volvía de

Aviñon

tonces cincuenta años de edad. seis dias.

llero cabalgaba (después de

cual era valiente,

^ el

entendido y gallardo caballero

anduvimos juntos

señor Espaing del

el

,

y podía tener en-

Reunime con

él,

y

Luego que dicho cabahaber rezado por

la

ma-

ñana sus oraciones), platicaba conmigo

casi todo el

y cuando yo

se las pedia

día, pidiéndome noticias

me

contestaba

,

grandes castillos

,

&c." Vemos ^

á Foissard llegar á los

comer en corta diferencia

mismas horas que nosotros,

examen de que

los viajes

la civilización

la

invasión de

del norte

,

á la

al

de aquella época

á las

baño, &c. El

me

hace creer

doméstica del siglo catorce esta-

ba mucho mas adelantada de Volviendo

irse

lo

que creemos.

nuestro objeto, en

Europa

el

momento de

civilizada por los pueblos

encontramos á

los viajeros y

á

losjeó-

PRÓLOGO.

X\lll

grafos árabes que señalan en los mares de las Indias algunas costas desconocidas de los antiguos; y

no fueron menos importantes sus descubrimientos en África^ Massudi^ Ibn-Haukal

,

Alouardi^ Hamdoullah

,

unas descripciones

,

muy

Abulféda

Al-Edrisi^ Ibn-

El-üakoui

dan

,

propio pais

estensas de su

y de las tierras sometidas á las armas de los árabes.

Aquellos viajeros veian ,

castillo

de

China

Gog califa

el

^

norte del Asia un pais es-

rodeado de una muralla enorme, y un

pantoso

nando

al

y de

Magog. Por

Walid

,

los

años 715^ rei-

conocieron los árabes

adonde enviaron por tierra algunos merca-

mar

deres y embajadores; y también penetraron por

en aquel imperio en

el siglo

zaid aportaron á Cantón. los

nono

Desde

:

Wahab

Abu-

y

año 850 tenian

el

árabes un ájente de comercio en

este

la

la

provincia de

nombre; trataban con algunas ciudades

del in-

terior, y ¡cosa singular! encontraron en ellas algu-

nas comunidades cristianas.

Los árabes daban el

á la

norte,

el

Sin las del mediodía. Introducidos en

la

Catai comprendia las

Tchin ó

el

India con

China muchos nombres:

el

provincias del

apoyo de sus armas,

los

discípulos de

Mahoma

hablan en sus relaciones de

valles de

Cachemira tan de propósito como de

voluptuosas campiñas de Granada. colonias en

muchas

como Madagascar

islas del

y las

,

hermosos las

Ya habían dejado

mar de

Molucas

los

la

India

en donde

,

tales

los por-

PUÓLOGU.

XXIV lugucscs el

las

ciicontraron después de haber doblado

cabo de Buena Esperanza.

Al mismo tiempo que

comerciantes milita-

los

res del Asia hacian en el oriente y mediodía descu-

brimientos desconocidos á

Europa subyugada por

la

bárbaros que se habian quedado en su primera

los

patria

_,

los

menzaban

suecos, los noruegos y

brimientos igualmente ignorados de

Other

ca y jerraánica.

mar Blanco,

el

Báltico

,

la

Europa fran-

noruego avanzaba hasta

y Wulfstan

llamaban

Wulfstan

refiere

habitaban

al

las

el

el

danés describia

que Ejinardo habia ya descrito

escandinavos

de

daneses co-

los

á hacer en el norte y oeste otros descu-

yeguas

que

y

,

Lago salado

el

los estienos

que

del

el

los

Este,

ó pueblos que

,

oriente del Vístula, se bebían

la

leche

y dejaban su herencia á los mejores

^

jinetes de su tribu.

El rey Alfredo nos ha conservado

de estas relaciones. la

El fue

el

el

Escandinavia en provincias ó reinos

los

conocemos en

Escandinavia fica

se

el día.

En

las

sexto traducía de un

,

y que

el

modo muy

equivalente de estas palabras

:

,

tales

como

lenguas góticas

llamaba Mannaheim

pais de los hombres

compendio

primero que dividió

,

lo

latín

la

que signidel

siglo

enérjico por

el

fábrica del jénero

humano.

Los da

piratas

las colonias

normandos establecieron en Irlan-

de Üublin, Ulster

y

Connaught, es-

PROLOGO. ploraron y sometieron las

Oreadas roer

,

Hébridas

y las

á la Islandia

llegaron á las

archivo de

y

islas

^

las

de Fe-

historia del nor-

la

que desde entonces fue habita-

te^ á la Groelandia^

da y habitable, y

:

XXV de Shedlandia

islas

tal

vez en fin á

la

América. Mas

adelante hablaremos de este descubrimiento y del viaje y

mapa de

Mas

los

dos hermanos Zeni.

habíase desplomado

el

imperio de los cali-

muchas mo-

fas^ y de sus ruinas habíanse formado

narquías:

reino de los aglavitas y luego el de los

el

Ejipto; los despotatos de Arjel

fatimitas en

Fez

^

_,

de

de Trípoli y de Marruecos en las costas de

África.

Los turcomanos, convertidos

sometieron

al

Asia occidental desde

islamismo,

al

Siria hasta

la

Mont-Casbhar. El poder otomano pasó á Europa, borró los últimos vestijios del nombre romano llevó sus conquistas hasta

mas

Aparece Genjis-Kan, y

el

allá del

,

y

Danubio.

Asia queda de nuevo

subyugada. Oktai-Kan destruye

el

reino de los cu-

manos y de los nioutchis; Mangu se apodera del califato de Bagdad; Kublai-Kan invade la China y una parte de

India: y de aquel imperio Mongol,

la

que reunía bajo un mismo yugo nacen todos

los

casi toda el

Asia,

kanatos que los europeos encontra-

ron en la India.

Los príncipes europeos, espantados aquellos tártaros la

á la vista de

que habían estendido

desolación hasta la Polonia,

la Silesia

la

rapiña y

y la

Hun-

PRÓLOGO.

XXVI

gría^ trataron de conocer los puntos de

aquel prodijioso movimiento

los

:

donde partía

papas y los reyes

enviaron embajadores á aquellos nuevos azotes de Dios. Ascelino^ Carpino y Rubruquis penetraron

en

el pais

de

los

mongoles. Rubruquis encontró que

Caracorum^ ciudad

capital de este

Asia^ tenia en corta diferencia

que

el

pueblo de San Dionisio

una muralla de tas y

Ona

tierra

el

estaba rodeada de

y habia en ella dos mezqui-

iglesia cristiana.

Habia algunos para

,

:

kan señor del

misma ostensión

la

itinerarios de la gran Tartaria

uso de los misioneros: Andrés Lusimelo

predicó el cristianismo á los mongoles; Ricold de

Monte-Crucis penetró también en

la

Tartaria.

El Rabino Benjamin de Tudela nos dejó una relación de lo que vio ó de lo las tres

En el

partes del fin

_,

que oyó decir sobre

mundo (1160).

Marco-Polo^ noble veneciano^ recorrió

Asia sin intermisión por espacio de veintiséis

anos, y fue

primer europeo que penetró en

el

China y en

la

en algunas

islas del

Su obra vino

á ser el

océano indiano (1271

manual de todos

los

res del Asia y de todos los jeógrafos de

Marco-Polo

cita á

Pekin y Nankin

ademas una ciudad de Quinsai, do

^

la

India de la otra parte del Canjes, y

pues que se contaban en

sobre los canales que

la

la

ella

— 95).

mercade-

Europa. ,

major

y

nombra

del

mun-

doce mil puentes

atravesaban; y se consumían

PROLOGO.

XXV 11

cada dia noventa y cuatro quintales de pimienta.

El viajero veneciano habla en sus relaciones de porcelana

pero no hace mención del té

;

que nos ha hecho conocer isla

de Borneo, y

el

á

Bengala^

mar de

la

:

él es el

Japón

el

China, en

cuenta siete mil cuatrocientas cuarenta

la

el

^

la

que

islas ricas

en especiería. Aquellos príncipes tártaros ó mongoles, que do-

minaron

Europa mérito

Asia y pasaron á algunas privincias de no dejaban ciertamente de tener algún

el

,

;

pues no sacrificaban ni reducían á

la escla-

vitud á sus prisioneros. Sus campos se llenaron de

obreros europeos

^

de misioneros y de viajeros, que

aun bajo su dominación ocuparon puestos importantes. Penetrábase con

mas

facilidad en su imperio^

que en aquellas comarcas feudales, en donde un abad de Cluñi consideraba á París

como una

rejion tan

que no osaba trasladarse á

Después de Oderico

,

las

inmediaciones de

remota y poco conocida, ella.

Marco-Polo

vinieron

Pegoletti,

Mandeville, Clavijo, Josafat, Bárbaro:

los cuales

acabaron de describir

época era

muy

frecuente

los gastos del viaje

el ir

Asia.

En

aquella

por tierra á Pekín, y

subían de trecientos á trecientos

cincuenta ducados. Había en

neda llamado babisci ó

Los jenoveses y

el

los

cio de la India y de la

la

China un papel mo-

balis.

venecianos hacían

el

comer-

China en caravanas que

par-»

PRÓLOGO.

XXVIll

tian por dos rutas diferentes: Pegoletti nota con la

mayor

de una de

prolijidad las paradas

(1353).

En 1312

rutas

las

encuentra en Pekin un obispo

se

llamado Juan de Monte Corvino.

Entre tanto ción

el

tiempo avanzaba^ y

hacia rápidos progresos

mientos debidos

al

acaso ó

al

la

civiliza-

algunos descubri-

:

jenio del

hombre j

se-

paraban para siempre á los siglos modernos de los antiguos, y marcaban con un sello nuevo vas jeneraciones.

La brújula^

las

pólvora y

la

la

nue-

im-

prenta_, se habian descubierto para guiar al nave-

gante, para defenderle y para conservar de sus peligrosas espediciones.

Los griegos y

los

romanos

se

la

memoria

habian criado á

la

orillado esa ostensión de agua interior^ que mas

bien parece un gran lago que un océano; y cuando el

imperio pasó a los bárbaros,

el

centro del poder

político encontróse principalmente colocado en

paña, en Francia y en Inglaterra aquel

mar Atlántico que bañaba

costas desconocidas.

Fue

^

hacia

Es-

inmediato á el

occidente

preciso, pues, habituarse

á arrostrar las largas noches y las tempestades, á

no hacer caso de lo

las

estaciones, á salir del puerto

mismo en invierno que en verano,

bajeles

,

y á construir

cuya fuerza fuese proporcionada á

la

del

nuevo Neptuno, contra quien tenian que luchar.

Ya hemos

indicado algo acerca de las atrevidas

empresas de aquellos piratas del norte, que según

PñÓLOGO. la

XXIX

espresion de un panejirista, parecía que hubie-

sen visto Y examinado por sus ojos

abismo: por otra parte^ con

Italia

las

vándalos y

los

feccionado

la

fondo del

el

repúblicas formadas en

las

ruinas de los reinos de los godos

^

los

lombardos, habian continuado y perantigua navegación del Mediterráneo.

Las

flotas

los

cruzados á Ejipto, á Palestina, á Constanti-

nopla

venecianas y jenovesas habian llevado á

á la Grecia; y habíanse dirijido á

,

Alejandría y en

de

la

el

mar Negro

producciones

India.

En

fin

los

,

portugueses perseguían en África á

moros lanzados ya de

los

las ricas

buscar en

cesitábanse buques para

las riberas del

Tajo; ne-

seguir y alimentar á los

combatientes. El cabo Nufiez detuvo largo tiempo hasta que

á los pilotos;

al fin

le

dobló Jilianez en

1433. Descubrióse, ó mas bien volvió se, la isla

de

la

Madera;

la

las olas, y

siempre al

de

como

las

Azores salieron del seno

siguiendo á

persuasión de que

África, se creyó que

las

el

Tolomeo dominaba Asia se aproximaba

Azores eran

que según Marco-Polo rodeaban de

las

Corvo

á encontrar-

el

Asia en

Indias. Dijese que en la costa de se

el

islas

mar

la isla

de

había encontrado una estatua ecuestre,

que señalaba con

monedas

las

el

fenicias se

dedo

al

occidente

:

algunas

atribuyeron también á dicha

isla.

Del cabo Nuñez surjieron

los

portugueses

al

XXX

PRÓLOGO.

Senagal, y costearon sucesivamente

bo-Verde,

la

Guinea^

cabo Mesurado,

el

día de Sierra-Leona, el

Benin y



al

Diaz llegó en 1486

las islas

el

al

de Ca-

medio-

Congo. Bartolo-

famoso cabo de

las

Tor-

mentas, que recibió poco después un nombre mas propicio.

Asi fue reconocida aquella estremidad meridional del África, que según los jeógrafos griegos y

romanos debia reunirse

al

Asia. Alli se abrieron las

misteriosas rejiones en donde basta entonces no se

habia entrado sino por aquel

que

huyó: Mare

vio á Dios y

»Nao acabava

,

los prodijios

fugü,

quando huma figura

Se nos mostra no ar

De disforme

mar de vidt't et

,

robusta ó valida,

e grandissima estatura,

O rostro carregado a barba esqualida: Os olhos encovados, e a postura ,

Medonha

e



A

e a cor terrena e paluda,

,

Cheios de térra

;

e crespos os cabellos,

boca negra, os denles amarellos.

C'hum tom de voz nos falla horrendo Que pareceo sahir do mar profundo;

c grosso,

Arrepiam-se as carnes e o cabello A mi e a todos só de ouvi-lo e ve-lo. ,

,

,...,.



Eu sou aquelle occulto e grande Cabo, A quem chamáis vos outros, Tormentorio; Que nunca á Ptolomeo Pomponio Strabo, ,

,

,

Plinio

A qui

,

e

quantos passaram

,

,

fui notorio:

toda á Africana costa acabo

PROLOGO. Nesle

meu nunca

visto promontorio,

Que para o polo Antárctico

A quem

XXXI se estende,

vossa ousadia tanto offende.

Converte-se-me a carne

em

térra dura,

Em

penedos os ossos se fizeram; Estes membros que vés e esta figura, Por estas tongas aguas se estenderam. Ein fim

,

minha grandissima estatura

Neste remoto cabo comverteram Os deoses e por mais dobradas magoas, ,

Me anda

Thetis cercando destas agoas.

Assi contava

,

e

c'hum medonho choro

Súbito d'ante os olhos se apartou;

nuvem negra e c'hum sonoro Bramido, muito louge o mar soou (1)."

Desfez-se a

,

Vasco de Ganíia^ terminando una navegación de

1498

eterna memoria^ arribó en

á Calicut,

en

la

costa del Malabar.

Todo cambia entonces sobre do de

los

el

globo;

el

mun-

antiguos queda destruido. El mar de

Indias no es ya un

deado por

las

mar

interior^

costas de Asia

y de África;

océano^ que por una parte se reúne por otra á

los

mares de

la

las

un estanque ro-

al

China ^ y

es

un

Atlántico^ y á

un mar del

Este todavía mas vasto. Cien reinos civilizados^

mahometanos ó

idólatras^ islas

embalsamadas de preciosos aromas^

se ofrecen á los

árabes ó indianos^

(1)

Camocs Os Lusiadas canto ,

,

v.

PUüLOGO.

XXXll

pueblos del occidente

:

preséntase una naturaleza

enteraníiente nueva; descorre llares

de siglos ocultaba una parte del mundo: des-

donde

sale todas

mañanas para derramar torrentes de

luz sobre

cúbrese las

que hacía mi-

velo

el

patria del sol^ el pais de

la

la tierra;

vese de manifiesto aquel sabio y esplendo-

roso Oriente, cuya historia

entre nosotros corria

unida á los viajes de P¡tágoras_, á Alejandro, y á los recuerdos de

conquistas de

las

las

cruzadas^ y cu-

yos aromas llegaban hasta nosotros

al

través de los

la

Arabia y de los mares de

La Europa

le

envia un poeta para que le salude,

cante y

pinte: ¡noble embajador, cuyo jenio y

campos de

le

la

Grecia. le

fortuna parecia tuviesen una simpatía secreta con las rejiones y los destinos

de

pueblos de

los

la India!

hermosa voz

El poeta del Tajo hizo oir su

triste y

en

que tomó su esplen-

las riberas del

Canjes, a

las

dor, su celebridad y sus infortunios, dejándolas

únicamente sus riquezas.

Un montes que la

pueblo pequeño encerrado en un círculo de

estremo occidental de

al

se abrió el

morada

Y

del

camino

á la parte

la

Europa,

fue el

mas magnífica de

hombre.

otro pueblo de esta

misma península, un

pueblo que no ha llegado aun á

la

grandeza de que

descendió; un pobre piloto jenoves, despreciado en

todas

las

cortes, fue

universo á

las

el

que descubrió un nuevo

puertas del Ocaso, en

el

mismo mo-

xxxm

PROLOGO.

mentó en que aportaban pos de

Homero mas

la

antiguos

los

colocaba de

allá

América?

la

Elíseo en

el

tradición del Elíseo sucedió

¿seria

manos vieron en

Canarias

las

mas no destruyeron con una

esto

tierra

de

la

las

Hes-

Afortunadas, Los ro-

las islas

existencia de

mar occiden-

el

tinieblas Cimerianas:

las

péridos, y luego de

la

cam-

á los

Colon?

esta la tierra de

A

portugueses

Aurora.

la

¿Conocieron

tal^

ios

Afortunadas,

las islas

creencia popular de

la

mas

retirada hacia el oc-

cidente.

Todo de Platón el

en

Asia y el

mundo ba

el ,

el

que debia

oido hablar de

ser

África reunidas,

Océano

Atlántida

el

cual estaba situado

en frente del estrecho de

occidental

Gades; posición justa de las

la

un continente mayor que

la

América. En cuanto á

ciudades florecientes, y los diez reinos goberna-

dos por reyes hijos de

Neptuno^

etc.

La imajina-

cion de Platón pudo añadir estos pormenores á las

tradiciones ejipcias.

sumerjida en

el

Se dice que

seno de

las

la

Atlántida fue

aguas en un dia y una

noche. Mas esto era desembarazarse á relación de los

navegantes fenicios y de

la

vez de

las

la

novelas

del filósofo griego.

Aristóteles habla de tos ^

que

el

una

isla

tan llena de encan-

senado de Cartago prohibió á sus mari-

neros que frecuentasen sus puertos bajo pena de

la

XXXIV vida.

PRÓLOGO.

Diüdoio nos

refiere

de una

historia

la

isla

considerable y apartada, adonde los cartajineses ha-

bían resuelto trasladar

la silla

de su imperio,

es-

si

perimentaban en África algún infortunio.

¿Que viene

á ser esa

Panchoea de Evhemero^

negada por Estrabon y Plutarco^ descrita por Diodoro y Pomponio Mela, grande

Océano de

al

sur de

la

Arabia ^

fénix construía su

el

situada en el

isla

isla

encantada, don-

nido sobre

del

altar

el

sol?

Según Tolomeo

las

estremidades del Asia se

reunían á una tierra desconocida que se adhería África por

el

al

occidente.

Casi todos los

monumentos

jeográficos de

la

antigüedad indican un continente austral: yo no

puedo convenir con

los sabios

que no ven en este

continente mas que un contrapeso sistemático imajinado

par^i equilibrar las tierras

que este continente era los

mapas

muy

los espacios vacíos;

boreales: sin duda

propio para llenar en

pero es también

posible que fuese designado en ellos

como

el

do de una tradición confusa: su situación la rosa

de

lo seria

mes

los vientos,

un error

mas bien que

insignificante

muy

recuer-

al

sur de

oeste, so-

al

entre

transposiciones de las jeografías de

las la

enoranti-

güedad.

Nos quedan por últimos las medallas fenicias de los

índices las estatuas y

Azores;

si

es

que estas

VUOLOGO. estatuas

XXXV

no son aquellos ornamentos de grabado

aplicados á ios antiguos pretendientes de aquel archipiélago.

Después de

la caida del

construcción de

caron en

la

la re-

sociedad por los bárbaros^ ¿to-

costas de la

las

imperio romano y

América algunos buques

antes de los de Cristóbal Colon?

Parece indudable que los

ron

puertos de la

la

los

Noruega y

rudos esploradorcs de del Báltico^ encontra-

América septentrional en

siglo once.

Ya habian descubierto

por los años de 861

^

Groelandia en 982^ ó

En 1001

,

pasando á

la

la isla

Islandia de

tal

la

primer año del

el

860

de Fcroer á

872^

la

vez cincuenta años antes.

Groelandia un islandés

lla-

fue arrojado por una tempestad al

mado Biorn ,

sud-oeste^ y fue

á

parar á una tierra baja cubierta

de buques. Vuelto á Groelandia^ refiere su aventura: Leif^ hijo de Erico Rauda, fundador de la colonia

Noruega de

la

compañía de Biorn, encontrar llelandia á

la

Groelandia, se embarca en y

ambos buscan

y vuelven á

costa que éste habia visto: llaman

una

isla

pedregosa, y Mardandia

á

Ihuna

costa de arena. Arrastrados hacia una segunda costa,

remontan un

un

lago.

el sol

En

rio, y pasan el invierno á la orilla de

este sitio, en el dia

mas corto

marinero alemán, empicado por

del año,

el

horizonte.

Un

los

dos jefes,

les

permanece ocho horas sobre

muestra algunas viñas silvestres; y Biorn

y Lcif al

XXXVI

PHOLOr.O,

nombre de Vin-

partir de aquella tierra la dejan el

landia.

Desde entonces

frecuentan

Vinlandia

la

los

groelandeses, que hacen con los salvajes de aquel pais el comercio de peletería. El obispo Erico pasa

en 1121 de dicar

el

No

la

Groelandia á

Vinlandia para pre-

desconocer en estos pormenores

es posible

alguna tierra de los

la

Evanjelio a los naturales del pais.

América

la

del

Norte^ situada por

cuarenta y nueve grados de latitud^ puesto que

el sol

permanecia ocho horas sobre

del S.

Lorenzo; y

los

de Terranova

la

A

embocadura

mismos cuarenta y nueve gra-

dos nos llevan también á la isla

horizonte.

el

dicha latitud cae en corta diferencia

la

parte septentrional de

por donde corren pequeños

,

riachuelos que comunican con los multiplicados la-

gos del interior de

Nada mas

la isla. ^

Biorn y Erico. La

los

hechos relativos á

de Leif

se sabe

autoridad mas antigua para aquellos descubridores es

la

colección de los anales

de Islandia de

Hauk^ que

cir, trecientos

años después del descubrimiento ver-

dadero ó supuesto de

la

escribía en

1300;

es de-

Vinlandia.

Los hermanos Zeni, venecianos^ que estuvieron al servicio

de uno de

los jefes

de

las islas

y Shetlandia, se supone que por visitaron

de nuevo

la

groelandeses. Existe un

el

Vinlandia de

mapa

y

de Feroer

año de 1380 los

antiguos

una relación de su

PRÓLOGO, viaje: el

mapa presenta

nord-este de

la

al

XXXVH

mediodía de Islandia y

Grecia^ entre

los

sesenta y cinco grados de latitud norte^ una

mada Frislandia la

:

al

oeste de esta

isla

y

y

isla lla-

sud de

al

Greolandia^ á distancia de unas cuatrocientas

guas^ indica este mapa dos costas con

al

uno

sesenta y

le-

nombre

el

de Estottlandta y de Broceo. Unos pescadores de Frislandia arrojados, dice

la

relación, sobre la Es-

una ciudad bien edificada y cual había un rey y un inter-

totilandia, encontraron

muy

poblada, en

la

prete que hablaba latin.

Los el

frislandeses náufragos fueron enviados por

rey de Estotilandia hacia un pais situado

diodía,

el

cual se llamaba

Droceo

;

y

al

me-

devo-

alli los

raron unos antropófagos, sin poder salvarse mas

que uno solo,

el

cual regresó á Estotilandia, des-

pués de haber sido

mucho tiempo

ceo, pais que representa sion,

esclavo en

el

como de inmensa

Dro-

esten-

como un nuevo mundo.

En

la

Estotilandia deberíamos ver

la

antigua

Vinlandia de los noruegos; y esta Vinlandia seria

Terranova;

la

ciudad de Estotilandia presentaría

resto de la colonia

Noruega, y

ceo ó Drojeo, vendría á ser

Es

cierto

que

la

la

la

comarca de Dro-

nueva Inglaterra.

Greolandia fue descubierta á

mediados del siglo décimo;

lo es

punta meridional de dicho pais está á la costa del

el

Labrador; que

los

también que

muy

la

inmediata

esquimales, coló-

XXX MU

IMIÓLOGO.

cados ciilro

pueblos de Europa

los

do América^

y los

parecen mas semejantes á los primeros que

gundos^ y que pudieron enseñar ruegos establecidos en

a los primeros

no-

rumbo

del

Groelandia

el

nuevo continente; mas á pesar de todo aventuras de

noruegos

los

y

de

á los se-

los

_,

en

las

hermanos Zeni^

se mezclan sobradas fábulas ó incertidumbres para

que

se

tado

el

pueda negar á Colon primero

á las tierras

la gloria

de haber apor-

americanas.

El mapa de navegación de los hermanos Zeni y de su viaje ejecutado en 1380^ no se

la relación

publicaron hasta colo

Zeno

:

celebridad

1558 por un descendiente de Ni-

en este año ya habían adquirido las

maravillas de Colon

mucha

las rivalidades ^ y

nacionales podian estimular á algunos hombres á revindicar

un

honor_,

que ciertamente era digno de

envidia: los venecianos^ pues^ reclamaban la Estotilandia para Venecia^

como

los

noruegos

la

Vin-

landia para Berjen.

Muchos mapas de

los siglos catorce

y quince

presentan descubrimientos hechos^ ó que debían hacerse en

el

mar grande

Europa^ según

al

sud-oeste y

los historiadores

Vivaldi se hicieron á

la

isla

de

español de

la

Madera

se

1384^ bajo

oeste de

la

jenoveses; Doria y

vela con el objeto de diri-

jirse por el occidente á las Indias^ y

La

al

no volvieron.

encuentra en un portularío el

nombre de hola

di Le-

guarne. Las islas Azores aparecen también desde

el

PRÓLOGO. ano 1380; y en

XXXIX

en un mapa trazado en 1436

fin

por Andrés Bianco, venec¡ano_, se designan cidente de las

y

Canarias una tierra de Antilla,

islas

norte de dichas Antillas otra

al

la de la

Ha

Man

oc-

al

isla

llamada

ho-

Salanaxio.

querido suponerse que estas

eran

islas

las

Antillas y Terranova; pero se sabe que Marco-Polo

prolongaba de

ella

el

Asia

al

sud-este^ y colocaba en frente

un archipiélago^ que aproximándose por

el

oeste á nuestro continente^ debia encontrarse en

corta diferencia para nosotros en

de

la

la

misma posición

América. Buscando estas Antillas indianas^ ó

estas Indias occidentales, fue

como Colon descubrió

la

América: de manera que un grande error produ-

jo

una milagrosa verdad.

Los árabes han tenido también algunas pretensiones

al

descubrimiento de

la

América. Los

hermanos Almagurinos, de Lisboa, penetraron, se-

gún

se dice,

dente.

Un

en

las tierras

mas apartadas

manuscrito árabe refiere

del occi-

una tentativa

infructuosa en aquellas rejiones, en donde todo era cielo y agua.

No

disputemos á un hombre grande

su jenio. ¡Quien podria decir

lo

que

cuando habiendo salvado

bal Colon

su viaje j

Europa

sin

obra de

sintió Cristóel

rodeado de una tripulación sublevada, volverse á

la

haber alcanzado

el

descubrió una lucecita en una

Atlántico,

pronto á objeto de tierra des-

PROLOGO.

XL eonockla que

las tinieblas

de

noche

la

le

ocultaban!

El vuelo de las aves le había dirijido á la

América^

resplandor del fogón de un salvaje

descubrió

el

le

un nuevo universo. Colon debió esperimentar algo de aquel sentimiento que

Criador de

la

Escritura atribuye

cuando después de haber sacado

_,

nada^ vio que su obra era buena esset

es lo

demás:

el

tierra

Vtdü Deus

:

inmortal jenovés no dio su

América; y fue

el

es útil á los

cuyas olas habia

_,

medido antes que nadie. Cuando cuando

nombre

primer europeo que atravesó

cargado de cadenas aquel océano

ta clasc^

la

al

bonum. Colon creaba un mundo. Sabido

quod

á la

la

la gloria es

de es-

hombres_, rara vez de-

ja de ser castigada.

Mientras que

portugueses costean

los

los reinos

de Quitévej Sédanda_, Mozambique y Melinda

ponen tributos el

moros

á algunos reyes

mar Rojo^ acaban de dar

la

_,

vuelta

mares de

dia^ surcan los el

Japón

hasta las costas de

la

al

África^ vi-

la

de navegantes siguen

el

del

de

la

el

rumbo

aventuras. Creían

In-

Especiería, y

trazado por los buel

imperio de Méji-

Peni. Aquellos conquistadores

marchaban de sorpresa en sorpresa, y no eran por cierto

la

nueva Holanda; una multitud

ques de Colon. Cortés destruye co y Pizarro

de

China^ tocan en Cantón, islas

^ las

im-

penetran en

sitan el golfo Pérsico y las dos penínsulas

reconocen

,

la

cosa

ellos

mismos

menos admirable de sus

haber csplorado todos los abis-

PRÓLOGO.

mos^ llegando

á

desde lo alto de

las

XLl

últimas olas del Atlántico _,

los

y

montes de Panamá divisaron un

segundo océano que cubria

la

mitad del globo. Bajó

Nuñez de Balboa

,

metióse entre

con agua á

á la playa

la cintura_, y

sacando

la

mar en nombre

sesión de aquel

espada^

tomó po-

del rey de España.

Los portugueses beneficiaban entonces tas de

India y de

la

Gama

Vasco de

ba:

los

China. Los compañeros de

y de Cristóbal Colon se saludaban k

unos habian encontrado un mundo antiguo_,

los otros

de

habian descubierto un

las costas

tos

de

la

América

de Camoéns respondían

munda nuevo

á las del Asia

des-

los

can-

través de las soledades del océano Pacífico. la

Inglaterra

América septentrional; Corteréal hizo conocer

Terranova^, dio nombre trada de

cho de

la

bahía de

Aman,

paso para Vorazani^,

las

Acadia^

arrimado

al

Labrador

Hudson

^

la

_,

notó

la

en-

que llamó eüre^

por donde se esperaba encontrar un Indias orientales.

al

y

Jacobo Cartiel,

examinaron y colonizaron la

Virjinia y las Floridas.

el

Canadá,

Habiéndose

Espitzberg^ pasaron los holandeses los

límites fijados á

la

problemática Tule; Hudson y

Baffin penetraron en las bahías

bres.

á

la

Ponce de Leon_, Walter Raleg, Fernan-

do de Soto la

y

:

á los cantos de Ercilla^

Juan y Sebastian Cabot dieron á la

las cos-

dos orillas del mar desconocido que los separa-

las

al

la

las olas

que llevan sus nom-

PRÓLOGO.

XLU

Las

del golfo Mejicano

islas

fueron colocadas

en sus posiciones matemáticas. Americo Vespucio habia delineado

ra-Firme

las costas

de

la

Guyana^de

Tier-

Brasil; Solís encontró el rio de la

y del

Magallanes, entrando en

Plata_, y

la

nombre, penetró en

el

el

estrecho de su

grande Océano, y fue muer-

to en las Filipinas. Su buque llegó á las Indias por el

occidente

Buena Esperanza vuelta

al

Europa por

y volvió á

,

siendo

,

mundo. Su

viaje

el

cabo de

primero que dio

el

la

duró mil ciento ochenta

y cuatro días, y hoy puede verificarse en

el

espacio

de ocho meses. Creíase todavía que

el

estrecho de Magallanes

era el único canal que daba paso

al

océano Pacífico,

y que al mediodía de este estrecho se reunía la tierra americana á un continente austral. Francisco

Drake primero, y en seguida Souten y Lemaire, doblaron la punta meridional de la América; y entonces se

fijó

por aquella parte

bo: se supo que

la

América y

la

el

jeografía del glo-

África, terminan-

do en los cabos de Hornos y de Buena Esperanza, caian formando puntas hacia

el

polo antartico

bre un mar austral sembrado de algunas

En do

el

se

islas.

,

su golfo y el

mar Bermejo

:

Ca-

subió siguiendo las costas de la Nueva-Cali-

fornia hasta lli

so-

grande Océano habia Cortés reconoci-

la California

brillo

,

los

43^ grados de latitud norte; Ga-

elevó hasta los

57*^

grados; y en medio de

PROLOGO.

XLin

tantos periplos reales colocaron sus viajes quiméri-

Maldonado^ Juan de Fuca y

cos

Fonte. Behring

fijó al

América septentrional do

al

cierra el

nord-oeste los límites de la

camino de

como Lemaire habia

^

de

sud-este los

fija-

La América

meridional.

la

como un

India

la

almirante de

el

largo dique

colocado entre dos mares.

Los primeros navegantes portugueses habian

mundo

descubierto una quinta parte del polo austral

parte que se halla indicada con bas-

;

un mapa

tante corrección en se

hacia el

conserva en

el

del siglo dieziseis

museo británico; mas

que

esta tierra

costeada de nuevo por los holandeses^ sucesores de

portugueses en

los

ellos tierra

las

de Diémen

,

Molucas^ fue llamada por y recibió en fin el

nombre

de Nueva-Holanda, cuando Abel Tasraan acabó de

1642^ en cuyo

rodearla en

conocimiento de

la

viaje ya

tuvo Tasman

Nueva-Zelanda.

Intereses de comercio y guerras políticas no dejaron que los españoles ni los portugueses lograsen

mucho tiempo tas.

En vano

que repartía de

Gama

la pacífica

posesión de sus conquis-

habia trazado el

mundo

el

Papa

la

famosa línea

entre los herederos del jenio

y de Colon. El bajel de Magallanes habia

mas incrédulos que

la

que existían antípodas. La

lí-

probado físicamente á tierra era esférica_, y

nea recta del

los

soberano pontífice no podia dividir

nada en una superficie circular

,

y se perdía en el

XLIV

PllOLOGO.

Las pretcnsiones^ pues

cielo.

muy

ron

derechos fue-

y los

,

pronto mezclados y confundidos.

Estableciéronse en América los portugueses^ y españoles en las Indias

los

ceses

dinamarqueses y

los

_,

también

rieron

al

y

sión de

holandeses^ concur-

los

reparto de

todos juntos en todas las poste

los ingleses^ los fran-

:

costas

enarbolaban una bandera

un mar, de una

presa. Saltaban

la

isla,

y

,

paises pertenecian

aquellos

tomaban pose-

de un continente, en

nombre de un soberano de Europa, si

plantaban un

^

sin cuidarse

de

á algunos pueblos,

reyes ú hombres civilizados ó salvajes. Los misio-

neros discurrian que

en

sentido de

el

fico, debía

mas

los

maban

el

mundo

pertenecia á

someter todas

las

cosa en un sentido

estandarte de

naciones

Evanjclio;

al

su

santificar la

mas material, y creian

avaricia desplegando el

salud en una tierra idólatra: este

signo de un poder de caridad y de paz ces la señal de la persecución y de

Por todos lados :

cruz,

aventureros del siglo quince y dieziseis lola

que podrian

peos

la

que Jesucristo, conquistador paci-

se

hicieron la

la

,

era enton-

discordia.

guerra los euro-

un puñado de estranjeros esparcidos en con-

tinentes inmensos, parecía que no tenían bastante espacio

para colocarse.

Y

no solo

se

aquellos hombres las tierras y los mares

disputaban ,

en donde

esperaban hallar orb^ diamantes y perlas; aquellas rejiones que producen el

marfil

^

el

incienso,

el

PRÓLOGO. aloes^ el té^ islas el

el

café^ la seda, las ricas telasj aquellas

en donde crece

árbol de

la

XLV

canelero^

el

pimienta

^

la

la

nuez moscada,

caña dulce y

palma de

la

sagú; sino que se degollaban también por una roca estéril situada bajo los hielos del

miserable establecimiento en

el

ó por un

polo_,

rincón de un vasto

desierto. Aquellas guerras, que no ensangrentaban

en otro tiempo mas que su cuna, estendiéronse con

europeas á toda

las colonias

y envolvieron á pueblos

nombre de molaba.

,

la

los paises y reyes

Un

superficie del globo^

que ignoraban hasta á

quienes se

el

les in-

cañonazo tirado en España, en Portu-

gal, en Francia, en Holanda, en Inglaterra, en

medio

hacia pasar á cuchillo á una

del Báltico,

tribu salvaje en el

Canadá, cargaba de cadenas á

una familia negra en tornaba un reino en

la costa la

India.

de Guinea

Según

ó tras-

,

los

diversos

tratados de paz, chinos, indianos, africanos y ameri-

canos se encontraban convertidos en franceses, ingleses, portugueses, españoles, holandeses ó dina-

marqueses la

:

algunas partes del África, del Asia y de

América, cambiaban de dueño según

el

color de

la

última bandera que llegaba de Europa. Ni eran so» los los

gobiernos de nuestro continente

los

que

se

arrogaban esta supremacía: simples compañías de

mercaderes

,

cuadrillas de

flibusteros

,

hacían

la

reinos guerra en beneficio propio y gobernaban tributarios , y fértiles islas por medio de una fac.,

PROLOGO.

XLVl

toría^ de iin ájente de comercio ^ ó de

un capitán

de forbantes. Las primeras relaciones de tantos descubrimientos tienen en jeneral una sencillez que

encanta; pues aunque

mezclan en

se

fábulas^ estas no obscurecen la verdad.

ellas

muchas

Los autores

de dichas relaciones son ciertamente sobrado crédulos^

pero hablan en conciencia; y como cristia-

nos poco ilustrados^ escriben comunmente con pasión^ pero con sinceridad^ y

que

ellos

mismos

rineros ^ soldados

si

nos engañan_, es por-

se

han engañado. Relijiosos^ ma-

j

empleados en aquellas espedi-

ciones^ todos refieren sus peligros y sus aventuras

con una piedad y un calor que

comunican. Estos

se

cruzados de nueva especie^ que van en demanda de

nuevos mundos^ refieren sin

que han visto ú oido^ y echarlo de ver pintan admirablemente los objelo

tos^ porque reflejan fielmente

En

la

imájen de

que

lo

han visto sus

ojos.

asombro y

admiración que esperimentaron á

la

vista de aquellos

ras primitivas

sus relaciones se reconoce el

mares virjinales^ de aquellas

que ante sus ojos

la

tier-

se estendian^

de

aquella naturaleza que cubren con su sombra árboles

jigantescos^ que riegan rios inmensos^ y que

pueblan animales desconocidos

:

naturaleza que

Bu-

fon adivinó en su descripción del Kamitchi^ y que

por decirlo asi^ cantó atadas al carro del

mitan

los trópicos;

sol^

al

hablar de aquellas aves

bajo la ardiente zona que

li-

aves que vuelan continuamente

PRÓLOGO.

XLVll

bajo de aquel inflamado cielo ^ sin apartarse nunca de

dos limites

los

estremos del

rumbo

gran

del

astro.

Entre

los viajeros

que escribieron

sus espediciones^ deben contarse algunos

grandes de aquellos tiempos

mos

las

de

el diario

hombres

de prodijios. Tene-

cuatro cartas de Cortés á Carlos

V; una

de Cristóbal Colon á Fernando é Isabel, fechada en las

Indias occidentales

el

7 de Julio de 1503; y

señor Navarrete ha publicado otra dirijida

en

la

cual

el

piloto jenovés

promete

al

el

Papa,

al

soberano

pontífice darle la relación circunstanciada de sus

descubrimientos, y dejar como César unos comentarios.

¡Que tesoro tan grande poseeríamos,

tas cartas y estos

si

es-

comentarios se encontrasen en

la

biblioteca del Vaticano! Colon era también poeta

como César, nos.

y

tenemos de

Es muy natural

sin

él

algunos versos

lati-

duda que un hombre seme-

jante fuese inspirado del cielo; y de ahí es que al

publicar Giustiniani

un

salterio

árabe y caldeo, puso por nota pie del

salmo

Coeli

la

hebreo, griego, vida de Colon al

enarrant gloriam Dei,

una reciente maravilla que pregonaba

la

como

gloria de

Dios.

Es probable que

los portugueses en África y los

españoles en América, rccojieron algunos hechos

que ocultaron entonces res.

los envidiosos

gobernado-

El nuevo estado político de Portugal y

la

eman-

PRÓLOGO.

XLVlll

eipacion de

América española^ serán muy

la

favo-

rables para hacer investigaciones interesantes. El

joven y desgraciado viajero Bowdich publicó

la

re-

lación de los descubrimientos de los portugueses en el interior del Africa_,

sacada de

entre Angola y Mozambique^

manuscritos orijinales

los

tenemos un

:

informe secreto y sobremanera curioso sobre tado del Perú durante el

el

viaje de

señor Navarrete publicó

La Condamine;

cernientes á

historia de la navegación.

Aproximándonos en

fin á

zan esos viajes modernos

nuestra edad^ comien-

en que

_,

ostenta todos sus recursos y

medios. Por tierra^

los

los

Norden^

la

civilización

la

ciencia todos sus

los Chardin,, los Tavernier_, los

Tournefort los

y

con otras memorias inéditas con-

_,

Bernier,

es-

colección de los viajes

la

de los españoles la

el

Shaw

^

y los

los

Niébuhr

^

los Pallas,

Ilornemann, reúnen sus

brillantes trabajos á los de los autores de las Carlas edificantes.

dores

,

La Grecia

tran peligros

caron un ta mil

y

el

Ejipto ven

esplora-

que para descubrir un mundo pasado arroslo

mismo que

los

marineros que bus-

mundo nuevo: Bonaparte

viajeros baten las palmas

en

y sus cuarenlas

ruinas de

Tebas.

En el mar, Drake, Sermiento, Candish, Sebald dcWeert, Spilberg, Noort, Woodrogers, Dampier, Gemelli-Carreri,

la

Barbinais_,

Byron, Wallis,

Anson, Bougainville^ Cook, Carteret, La Perouse,

PROLOGO. Entrecasleaux

XLIX

Vancouver^ Frcycinct y Duperré^

^

no dejan un solo escollo desconocido (1).

El océano Pacífico cesa de

mensa

ser

una soledad

in-

y conviértese en un risueño archipiélago,

y

que recuerda

hermosura y

la

los

encantos de

la

Grecia.

La

India tan misteriosa^ ya no tiene secretos;

sus tres lenguas sagradas se han divulgado^ sus

li-

bros mas reservados están traducidos: nos hemos iniciado en las creencias filosóficas que dividieron la

opinión de aquella antigua tierra;

Bouddhah

patriarcas de

los

Calcuta publica metódicamente ficas

ma

de

la

India

La

las noticias cientí-

y en Londres y en París

;

como

sociedad de

^

en Ro-

y en Bolonia^ en Viena, en Berlín^ en Peters-

burgo

j

en Copenhague y en Estocolmo_, se lee

sanscrito_, y se habla el

ro y el turco, los

sucesión de

tan conocida

es

jenealojia de nuestras familias.

la

la

muertos

dida con

la

el

árabe y

se ha

chino y el

el

javanés^

el

el

tárta-

persa. Hasta la lengua do

encontrado; aquella lengua per-

raza que

la

inventó

:

el

obelisco del de-

sierto ha presentado sus caracteres misteriosos^ y

han sido descifrados; pasaportes de

la

las

tumba, y

momias han mostrado se

han

sus

leido.

Nunca escribo nombres franceses sin esperimcntar un (1) sentimiento de placer y orgullo: no olvidemos en los últimos tiempos. los viajes de Mr. Julien al África occidental. Mr. Caillaud al Ejipto, Mr. Gau á la Nubia, Mr, Drovelli á los Oasis, etc.

PUOLOdO.

L liase restituido

palabra

la

al

pensamiento mudo

que ningún viviente podía ya espresar.

Las fuentes

Webb ,

llaper

penetrado en

malaya con

se

^

el

Canjes han sido buscadas por

del

llearsay y líodgson

pequeño Thibet

han medido^

mayor Renell

el

cosa imposible citar

mil viajeros á quienes debe la

sacrificio

de Mungo-Park en África ha sido

seguido de otros muchos sacrificios le

Belzoni

y

Hy-

de

un eterno reconocimiento.

ciencia

El

es

y

Moorcroft ha

;

los picos

:

Beaufort

,

,

Peddie

Bowdich^ Toó-

:

Woodney

,

^

han

perecido en la demanda; pero sin embargo^ este

continente formidable será

En

al fin

atravesado.

quinto continente se han pasado

el

tes Azules

:

mundo^ donde

corren en sentido inverso del mar los

mos

animales se parecen poco á

donde

_,

ro salta

los cisnes

y

la

rios parece

los

al

interior^ don-

que conocía-

los

son negros, donde

como una langosta; donde

informe, como

Nilo

mon-

va penetrando poco á poco en esta

se

singular parte del

de

los

describe Lucrecio

la

cangu-

el

naturaleza

á la orilla del

alimenta una especie de monstruo_, que par-

ticipa del ave

,

del pez y de la serpiente

,

que nada

bajo el agua, pone un huevo, y clava un aguijón

mortal.

Por boldt

lo

lo

que hace

ha pintado y

á la lo

América,

el ilustre

Hum-

ha dicho todo.

El resultado de tantos esfuerzos^

los

conocí-

PUÓLOGO.

movimiento de neraciones

cambiado

En

,

el

renovación de

la política ^ la

progresos de

los

la

,

el

las jc-

civilización

han

^

cuadro primitivo del globo.

algunas ciudades de

ohora confundidos con

India se encuentran

la

arquitectura de los bra-

la

mas

los

cos

los elegantes carruajes

j

\i

positivos adquiridos en tantos parajes

iTiicntos

monumentos

palacios italianos y los

góti-

de Londres se cruzan

las

caravanas por los caminos

del Tigre y del Elefante.

Magníficos navios surcan

con

las

los

palanquines

y

aguas del Canjes y del Indo

:

Calcuta

Bombay

^

y Bénares^ tienen teatros ^ tertulias de sabios

prentas. El pais de

de Cachemira^

Mil y una Noches

las

imperio del Mogol

el

diamantes de Colconda^

los

las perlas orientales^ ciento

_,

el

,

im-

reino

minas de

las

mares enriquecidos con veinte millones de

bres que Baco^ Sesostris^ Dario^ Alejandro^ ían y

,

hom-

lamer-

Cengis-Kan conquistaron^ han querido conpropietarios y señores A una

quistar; y tienen por

docena de comerciantes ingleses^ cuyos nombres no son conocidos

,

del Indostan^ en

y

que residen

una

calle

á cuatro mil

obscura de

Londres. Estos comerciantes

se

curan

la

leguas

ciudad do

muy

poco de

aquella antigua China vecina de sus ciento veinte

millones de vasallos

:

lord

Hastings

les

propuso

conquistarla con veinte mil hombres. ¡Pero que!

¡entonces bajaría

Támesisl

Y

el

precio del té en

ve ohi lo que ha salvado

las orillas el

del

imperio de

PRÓLOGO.

L!i

Tobi

mil seiscientos treinta

fundado dos

,

años antes de

y

siete

era cristiana (1), de aquel Tobi^

la

contemporáneo de llébu

tercer abuelo de

,

Abra-

ham.

mundo nuevo en

África comienza un

En

el

ca-

bo de Buena Esperanza. El reverendo John Campbell

^

partiendo de este cabo^ penetró en

austral hasta

tró ciudades

muy

pobladas (Macheou_, Kurréchane)^

cultivadas

Al norte de África

propiamente dicho

Denham,

treinta

considerables

el

fundiciones de hierro.

y

_,

reino de

seis

La antigua

MM.

ciudades

civilización

armada como

ballería negra

Bornou

ofrecieron á

_,

y

una

j

capital de

y el Soldán,

Clapperton y

mas ó menos

avanzada, y una ca-

los antiguos caballeros.

un reino negro-mahome-

tano ofrecia ruinas de palacios leones

África

distancia de once mil millas, encon-

la

bien

tierras

el

,

guaridas de ele-

serpientes y avestruces, y sabido es

fantes

y

que

mayor Laing entró en aquel Tombouctou tan

el

,

conocido y tan ignorado. Otros ingleses, atacando el

África por

biendo

la

los rios,

costa de

Benin, van

á reunirse su-

con sus denodados compañeros que

llegan por el Mediterráneo. El Nilo y

descubrirán aquellas el

muy

rejiones abrasadas,

il)

Sigo

la

Nijer nos

En

lago Stad refresca

el

ambiente en los'desiertos arenales de

l>en rebajarse

el

pronto sus fuentes y su curso.

la

zona tor-

cronolojía de los chinos y de consiguiente dede esta cuenta un par de miles de años. ,

PROLOGO. rida^ se

LIH

agua dentro de

hiela el

odres

los

Oudney, muere

célebre viajero^ el doctor

y

,

un

rigor

al

del frió.

Hacia la

polo antartico descubre

el

Nueva-Shetlandia, que es

mosa

innumerables

enorme. Una entre americano Essex^

ellas

los

En

y lo

echó

aquellos mares

_,

1820

navio

al

á pique.

un desierto

es ya

triste:

confinados ingleses_, mezclados con los colonos

voluntarios, han edificado ciudades en aquel

do, último que vando lla,

la fa-

y de un tamaño

atacó en

La Grande Oceánica no

capitán Sraitli

que queda de

lo

de Tolomeo.

tierra austral

son las ballenas

el

la

tierra se ha

sal, pizarra,

bre, todo

lo

que

mun-

ha abierto á los hombres. Ca-

se

encontrado

cal, es

alli el

hierro, hu-

plombajina^ arcilla, alum-

litil

para

el

establecimiento de

una sociedad. La Nueva-Gales del sur tiene por capital á

Sidney, en

está situada en

el

el

puerto de Jackson. Paramata

centro de

de Windsor prospera en

Creek

y del

la

la

abra.

La ciudad

confluencia del South-

Hawkesbury. El considerable pueblo

de Liverpool ha hecho fecundas las orillas de Jeorjes-River

,

que desemboca en

(Botany-Bay)

,

situada

la

bahía Botánica

catorce millas

al

sur

del

puerto de Jackson.

La

isla

de Van-Diemen está también poblada;

tiene puertos soberbios,

y

montañas enteras de

hierro; su capital se llama JInbart.

PROLOGO.

LIV

á la Nucva-llolaiida

Los (Icpuitados

^

según

la

naturaleza de sus delitos^ son puestos en prisión,

ocupados en

las

obras públicas^ ó destinados á los

establecimientos de tierras.

tumbres

Aquellos cuyas cos-

reforman, quedan libres, ó adquieren

se

billetes de autorización para permanecer en

co-

la

lonia.

Esta tiene ya sus rentas: en 1819

21179

á

los

impuestos subian

libras esterlinas, y servían para

disminuir en un cuarto los gastos del gobierno.

En

la

teatros

Nueva-Holanda existen imprentas, pe-

políticos

riódicos

y

literarios

escuelas públicas,

,

grandes caminos,

carreras de caballos,

,

puentes de piedra, edificios relijiosos

y civiles,

má-

quinas de vapor, fábricas de paños, de sombreros y de loza

,

y astilleros de buques.

todos los climas, desde

desde

la

aceituna hasta

te en aquella tierra

la la

crian

alli

^

la Isla

manzana^

anana hasta

que fue de maldición. Los car-

los

el

del cabo

de

puros merinos sobre todo, se

de estremada hermosura.

La Oceánica Cabo

frutos de

la

uva, prosperan igualmen-

neros cruzados del carnero ingles y

Buena Esperanza,

Los

lleva sus trigos á los

sus cueros á

las

mercados del

Indias y sus carnes saladas á

de Francia. Aquel pais, que hace veinte años

no enviaba

á

Europa sino canguros

y algunas plan-

tas^ hoy presenta sus lanas merinas en los mercados de Liverpool en Inglaterra

^

en donde se ven-

PROLOGO. den á once

cuatro sueldos mas de

mismos mercados

Las

las lanas

islas

que

lo

La misma revolución Pacífico.

LV

sueldos y seis dineros la libra;

mas

se

se

que son

pagaban en

finas

los

de España.

ha verificado en

el

mar

de Sandwich forman un reino ci-

Tameama, que

tiene una marina

com-

puesta de veinte goletas y algunas fragatas.

Unos

vilizado por

marineros ingleses desertores se han convertido en príncipes

buena

:

han levantado cindadelas defendidas por

artillería, y

hacen un comercio activo por

una parte con América, y por otra con el Asia. La muerte de Tameama ha puesto el poder en manos de

los

pequeños señores feudales de

Sandwich, pero no ha destruido civilización.

No

hace

mucho que

los

las

islas

jérmenes de

de la

se vieron en el tea-

tro de la ópera de Londres á un rey y

una reina de

aquellos insulares que se habían comido

al

capitán

Cook, y adoraban sus huesos en el templo consagrado al dios Roño. Dichos reyes sucumbieron á la influencia del

húmedo clima de

Byron, sucesor en ta

la

Inglaterra; y lord

dignidad de par del gran poe-

muerto en Missolonghi, fue

el

encargado de tras-

portar á las islas de Sandwich los cuerpos de los re-

yes difuntos. jQue contrastes! ¡que recuerdos! Ota'iti

ha perdido sus bailes, sus coros, sus cos-

tumbres voluptuosas. Las hermosas habitantes de

nueva Citeréa,

tal

la

vez sobrado ensalzadas por Bou-

gainville, son ahora bajo sus árboles de pan y sus

PRÓLOGO.

LVI elegantes [lahncras

món,

leen

pasan

el dia

la

,

unas puritanas que van

en controversias^ y expían con un es-

tremado tedio

la

sobrada alegría de sus madres. Se

imprimen en Otaiti Biblias

Un

al ser-

Escritura con misioneros metodistas^

rey de

la isla,

y libros espirituales.

llamado Pomario

,

se

ha he-

cho lejislador: ha publicado un código de leyes minales

cri-

y ha nombrado cuatrocientos jueces para

,

hacer ejecutar estas leyes, en

que solo

las

el

homici-

dio es castigado con la pena de muerte.

La calumnia

en 'primer gradp tiene señalada su pena:

el

calumnia-

dor está obligado á construir con sus propias manos

un camino de dos de ancho. estar

))E1

combado,

á cuatro millas de largo y doce pres

camino, dice á fin

de que

el

el

real

decreto, debe

agua de

las lluvias se

escurra por ambos lados." Si existiese en Francia

una

ley

semejante^ tendríamos

los

mejores caminos

de Europa.

Los

salvajes de aquellas i^las encantadas

que

Dam-

dejaron admirados á Juan Fernandez^ Anson,

pier, y tantos otros navegantes^ se han transforma-

do en marineros ingleses. Sidney en

la

Un

aviso de la gaceta de

Nueva-Gales, anuncia que

de Otaiti y de

la

Nueva-Zelanda

,

los insulares

Roni, Paoutou,

Popoti, Tiapoa, Moaí, Topa, Fieou

,

Aiyong y

llaouho^ van á partir del puerto de Jackson en navios de la colonia.

En

fin

,

entre los hielos de nuestro polo

,

de

PROLOGO.

LVri

lin,

Ellis^

^

Munk^

Jacob May, Owin

tre estos hielos^

ses, el

Philipp^ Davis,

^

Hudson, Tomas Button

Gilberto

James

Martens

Fródéric^

Gme-

y trabajos

donde salieron con tantos riesgos

^

Fox^

Baffin^

Koscheley; en-

,

donde unos desgraciados holande-

medio muertos de

frió y

de hambre, pasaron

invierno sepultados en una caverna, donde se

veian sitiados por los osos; en esas mismas rejiones

polares, en medio de una noche de el

muchos meses,

capitán Parry, sus oficiales y su tripulación, lle-

nos de salud, encerrados en su abrigado buque

bien abastecidos de víveres

,

la

y

representaban come-

dias, y daban bailes y funciones de máscara.

segura han hecho

^

¡Tan

navegación los últimos descu-

brimientos, tanto han disminuido los peligros de toda especie

,

y tantos medios han dado

para arrostrar

En

el

la

mismo

al

hombre

intemperie de los climas! viaje

que sigue á continuación de

este prólogo, hablaré de las

mudanzas ocurridas en

América. Ahora observaré tan

solo los diferentes

mundo

resultados que han tenido para el

los

descu-

brimientos de Colon y de Gama.

La

especie

los trabajos del cias sin

humana ha sacado poca

felicidad de

navegante portugués; pero

duda han ganado en

ellos

algunos errores de jeografía y de

:

las cien-

han desaparecido física

;

los

pensa-

mientos del hombre se han engrandecido á medida

que

la tierra se

ha estendido ante sus ojos; porque

PROLOGO.

LVlll

ha podido comparar mas visitando mas pueblos;

mismo

se

hacer

ha conocido que

que

;

las

ha apreciado en mas la

él

ver lo que podia

al

humana

especie

crecía;

jeneraciones pasadas habian muerto en

la

infancia; y estos conocimientos, estas ideas, esta

esperiencia, esta estimación de

como elementos

si

mismo, entraron

jenerales en la civilización

ninguna mejora política se obró en nes adonde fue

Gama

;

pero

las vastas rejio-

á recojer sus velas; los indios

no hicieron mas que mudar de amo. El consumo de los jéneros

de su país, disminuido en Europa por

la

inconstancia de los gustos y de las modas, no es ya

un objeto de lucro; en

el día

no se correría de un

estremo a otro del mundo para buscar rarse de las

una

isla

producciones de

que produjese la

la

y

nuez moscada:

India han sido ademas imita-

das ó aclimatadas en otras partes del globo.

palabra, los descubrimientos de nífica

apode-

Gama

En una

son una mag-

aventura^ pero no pasan de aquí; y acaso han

podido tener

el

inconveniente de aumentar

la

pre-

ponderancia de un pueblo, hasta hacerla peligrosa á la

independencia de

los

demás.

Los descubrimientos de Colon, en razón de sus consecuencias que hoy se desarrollan, han sido una

verdadera revolución

como para planar en sin

,

tanto para

el físico: idea la

el

que tendré ocasión de es-

conclusión de mí viaje.

embargo que

el

mundo moral

No

olvidemos

continente descubierto por Ga-

PROLOGO.

LIX

ma no

pidió la esclavitud de otra parte de la tierra^

y que

el

que trazó Colon sobre

mas para

los

mal sobre

rumbo

pobres negros^ este

es el

y el

mencionar

falta

las investigaciones

que

han servido últimamente para completar

Ignorábase aun el

tierras árticas^ ó

guo

si

este continente se estendia

poloj reuniéndose á

á la

dura del

rio

bia visto en

la

Groelandia ó á algunas

terminaba en algún pais conti-

si

Hudson

bahía de

En 1772

la

el

Mina de cobre

1789

á la

Behring.

y al estrecho de

descubrió Hearn

de

la historia

América septentrional.

jeográfica de la

bajo

cami-

muerte

la

abismo.

el

me

rumbo

el

sima profunda del Océano;

la

no que según Milton construyeron

Solo

América

África debe sus cadenas á aquella

ahora tan libre. Bien podemos admirar

;

mar

á la

emboca-

Mackenzie

embocadura

del rio

va su nombre. El capitán Ross, y luego

el

le

ha-

que

lle-

capitán

Parry^ fueron enviados en 1818 y 1819 á esplorar de nuevo aquellas rejiones glaciales. El capitán Parry penetró en el estrecho de Lancastre

bablemente sobre el

fondeadero de

el

,

pasó pro-

polo magnético^ é invernó en

de Melville.

la isla

El mismo reconoció en 1821

la

bahía de

son^ y encontró á Repulsebay. Guiado por ción de los Esquimales

de un estrecho que el

estrecho de la

_,

se presentó

los hielos

en

obstruían

el ,

y

Hud-

la rela-

boquete le

llamó

Fury y del Ilécla^ nombres de

los

PROLOGO.

LX buques que montaba al

nordeste de

la

descubrió

allí

:

el

último cabo

América.

El capitán Francklin^ despachado en América para secundar por tierra los esfuerzos del capitán

Parry^ bajó

mar

el rio

de

Mina de cobre^ entró en

la

polar ^ y avanzó con

dirección

rencia en

la

dirección y á

En una segunda bajó

Ártico jó de

,

espedicion^ verificada en 1825, el

Mackenzie,

nuevo

Mackenzie en 1826.

el

la

demanda

del

otra, á las órdenes del

rio

A la

embocadu-

espedicion inglesa

mitad, provista de dos canoas^ de

la

Mina de cobre

mismo Francklin,

El 9 de Julio se vio

lio

;

y

el

mas que una

costa era tan llana, y

el

una

;

la

y equipaal

oeste.

capitán detenido por los

4 de Agosto empezó

podia avanzar

que rara vez

el

:

se dirijió hacia el

da igualmente de dos canoas, hizo rumbo

hielos

mar

vio el

volvió á invernar en el lago del Oso_, y ba-

ra de este rio se dividió

éste en

éste hasta el

en corta dife-

altura de Repulsebay.

la

capitán Francklin

el

al

IV ,

golfo de la Coronación de Jorje

el

á navegar.

Pero

milla por dia

:

la

agua tan poco profunda,

se podia bajar á tierra.

Espesas nie-

blas y ventarrones oponian nuevos obstáculos á los

progresos de

la

espedicion.

Esta sin embargo llegó ridiano

150,

y á los

el

18 de Agosto

70 grados 30 minutos

El capitán Francklin habia recorrido mas de tad de

la distancia

que separa

la

al

me-

norte. la

mi-

embocadura

del

PRÓLOGO. Mackenzie

del cabo de Hielo

de Behring:

LXl

encima del estrecho

,

intrépido viajero no carecía de ví-

el

veres, ni sus canoas habian sufrido

menor

la

marineros gozaban de buena saluda y

los

taba abierto

;

pero

avería;

mar

el

es-

instrucciones del almiran-

las

tazgo eran precisas, y prohibían

al

capitán que pro-

longase sus investigaciones sino podía llegar á la el

invierno. Vio-

al rio

de Mackenzie,

bahía de Kotzebue antes de entrar se, pues, precisado á volverse

21 de Setiembre entró en

y el

donde

el

lago del Oso,

otra parte de

la

espedicion. las costas

Mackenzie hasta

la del rio

embocadura

la

IV

del

Mina de cobre,

la

navegación hasta je

la

Habia este acabado su esploracion de desde

de

con

se reunió

j

aun habia prolongado su

y

el golfo

de

subiendo con rumbo

diano 118

:

nos puertos

la

Coronación de Jor-

al éste

hasta el meri-

en todas partes habia encontrado bue,

y una costa

habia ponderado

el

mas abordable que

la

que

capitán Francklín.

El capitán ruso Otto de Kotzebue descubrió en 1816

al

nordeste del estrecho de Behring, un

paso ó entrada que hoy lleva su nombre; y á este paso se habia dirijido en una fragata gles

Beechey para esperar

rica

de

el

al

capitán in-

nordeste de la

capitán Francklín^ que se dirijia a

norueste.

La navegación

se habia verificado

en

al

el

1827

al

con

lugar y

al

la

del capitán

mayor

Amé-

él

des-

Beechey

felicidad.

tiempo convenidos^

Llegado las nie-

PRÓLOGO.

LXll

buque

ves solo hablan detenido su gran

á los

72

grados 30 minutos de latitud norte. Obligado entonces á anclar junto á una costa los dias

^

descubria todos

algunos baidars (nombre ruso de

las

embar-

caciones indianas que surcan aquellos mares)^ que

pasaban por los claros que quedaban entre los y la tierra; y cada

del

mismo modo

Hemos

al

momento

los hie-

esperaba ver llegar

capitán Francklin.

dicho ya que este habia llegado

18 de

el

a los

meridiano 150 de Greenwich^ y 70 grados 30 minutos de latitud norte. Solo,

pues

j

Agosto de 1826

jitud

al

10 grados de lon-

distaba del cabo de Hielo

que en aquella

y

latitud elevada, apenas

com-

ponen ochenta y una leguas. El cabo de Hielo solo dista sesenta leguas del paso de

bable que

el

Kotzebue; y

es pro-

capitán Francklin no se hubiese visto

obligado á doblar este cabo

y hubiese encontrado

,

en comunicación

algún canal

inmediata con

entrada de Kotzebue

aguas de

la

en todos

los casos solo habia

las

de manera que

;

que andar ciento vein-

ticinco leguas para encontrar

la

fragata del capitán

Beechey.

A

fines

tiembre

,

es

de Agosto, y durante

cuando

los

el

mares polares

mes de Se-

se hallan

me-

nos cubiertos de hielo. El capitán Beechey no dejó el

el

paso de Kotzebue hasta

el

14 de Octubre

;

y asi

capitán Francklin hubiera empleado cerca de dos

meses

,

desde

el

18 de Agosto

al

14 de Octubre,

PRÓLOGO.

LXlll

para andar ciento veinticinco leguas en

Es muy

estación del año.

marcha

la

afectuosa alegría

,

que

muy humanas^

del capitán Francklin.

¡Cuan

mezclada de un justo orgullo^, no

hubieran manifestado el

mejor

sensible el obstáculo

unas instrucciones, por otra parte opusieron á

la

marinos ingleses

los

al

descubrimiento del paso del norueste

trándose en medio de los hielos _,

acabar

encon-

,

y abrazándose en

unos mares, no surcados aun por ningún buque en

Nuevo-Mundo

aquella estremidad del ces desconocida!

ma

jeográfico

Como

la

bahía de

la

da Melmlle los

la

,

,

la

América termina

wich. Entre este cabo y alli el

presentó

La

al

latitud norte

,

y á

los

lonjitud oeste de Green-

la

tierra

de Cockburn, se

estrecho de la Fiiry y del Eécla,

que solo

capitán Parry una masa sólida de hielo.

península norueste está adherida

nente cerca de

la

bahía de Repulse

ancha en su base^ pues

el golfo

ción de Jorje IV, descubierto por klin

norues-

al

cuya ultima punta ó cabo se coloca á

69 grados 48 minutos de

muy

configuración esterior

Hudson por una península llama-

82 grados 50 minutos de abre

el

América está determinada.

El continente de te en

proble-

el

puede considerarse como resuelto;

paso del norueste existe

de

hasta enton-

quiera que sea,

en su primer viaje

,

el

;

al

conti-

no puede ser

de

la

Corona-

capitán Franc-

baja al sur hasta los

66

grados y medio, y su estremidad meridional solo

PRÓLOGO.

LXIV

dista sesenta y siete leguas de la parte tal

de

bahía de Wajer. El capitán

la

viado á

bahía de Repulse con

la

por tierra desde golfo de

la

el

mas occiden-

Lyon

fue en-

objeto de pasar

centro de esta bahía hasta

el

Coronación de Jorje IV. Los hielos

corrientes y las tempestades, detuvieron

el

,

el

las

buque

de este denodado marino.

Prosiguiendo ahora nuestra investigación, y co-

locándonos á ville ,

IV y

en

el

la

otra parte de la península de Mel-

citado golfo de la Coronación de Jorje

encontramos

de cobre á los

embocadura

la

del rio de la

Mina

67 grados 42 minutos 35 segundos

de latitud norte, y

115 grados 49 minutos 33

á

segundos de lonjitud oeste de Greenwich. Hearn indicó esta embocadura cuatro grados y un cuarto

mas

al

mas

al

norte en latitud, y cuatro grados y cuarto oeste en latitud.

Navegando desde

Mina de cobre largo de

la

la

latitud norte, se dobla del

29 minutos. Desde los

el

un cabo, y

se baja

Mackenzie por alli

la

rio

de

la

los

á la

em-

69 grados

costa se dirije por el

estrecho de Behring, elevándose hasta

70 grados 30 minutos de

latitud norte, bajo el

meridiano 150 de Greenwich^ que es de se detuvo

del

70 grados 37 minutos de

costa hasta los

bocadura oriental

oeste hacia

embocadura

hacia la del Mackenzie, se sube lo

el

capitán Francklin

de 1826. Entonces

^

como

el

el

punto don-

18 de Agosto

ya he dicho

,

solo se en-

LW

PROLOGO. coiitraba á

Hielo

10 grados de lonjitud oeste

que se encuentra en corta diferencia á

j

71 grados de

los

latitud.

Reasumiendo ahora

mos

cabo de

del

diversos puntos^ tene-

los

;

El último cabo norueste del continente de

América septentrional tos de latitud norte

^

Greenwich

tos de lonjitud oeste de

nagain á los

y

en

el

82 grados 50 minu-

y á los

,

grados

de

del rio

la

jitud oeste de Greenwich

los

el rio

de

la

embocadura

29 minutos de

del

latitud

nutos de lonjitud

;

el

pitán Francklin^ á los y

wich; y en

fin^, el

jitud

mas

al

al

la

Fury

hasta

la

60

la

lon-

costa

Mackenzic á

á los

y á los

,

Green-

69 grados

133 grados 24 mise

detuvo

el

70 grados 30 minutos de al

cala-

oeste de Green-

cabo de Hielo 10 grados de lon-

desde

71 grados de latitud norte. el

último cabo norueste de

América septentrional en

de la

el

Mackenzie

punto donde

oeste, á los

De modo que

35 segundos de

latitud norte

y á los

;

á los

lonjitud oeste de

meridiano 15

titud norte

y

^

norte

un cabo sobre

70 grados 37 minutos de

IV ^

de latitud norte,

Mina de cobre y

la

cabo TurJorje

Mina de cobre

;

126 grados 52 minutos de wich;

latitud

49 minutos 35 segundos

y á los 115 grados 49 minutos

entre

el

;

golfo de la Coronación de

68 grados 30 minutos de

embocadura

la

69 grados 48 minu-

á los

el

el

estrecho del fJécla y

cabo de Hielo, mas arriba del

LWI

PROLOGO.

estrecho do Behring^ forma

pero poco profundo ueste de y oeste

la

j

América

mar un

golí'o

la

anclio^

costa nor-

esta costa corre por el este

:

ofreciendo en

,

el

que termina en

el

golfo jeneral tres ó cua-

tro bahías principales^ cuyas puntas é promontorios se

aproximan

á la latitud

donde están colocados^

último cabo norueste de América,

Fury

y del Jlécla y al cabo

el

estrecho de la

al

de Hielo

,

encima del

estrecho de Behring.

Delante de este golfo, de

los

70

75 grados de

á

latitud, se hallan situados todos los descubrimientos resultantes de los tres primeros viajes del capi-

tán Parry,

presumida de Coclihurn^

la isla

lincaciones del estrecho del Principe rejente las del

las ,

de-

las is-

Principe Leopoldo , de Bathurst, de Melville,

y la tierra de Banhs,

Ya no

se trata,

pues, sino de

encontrar entre estas tierras desunidas un paso bre

al

rica,

mar que baña que acaso

oportuna

,

costa norueste de

la

navegable, en

seria

a

estación

la

Mr. Douglas en

des cataratas de Colombia corre paralelo

mar cerca

Amé-

para los buques balleneros.

Mr. Macleod contó

se halla

la

li-

al

,

las

que existe un

gran-

rio

que

de Mackenzie^ y desemboca en

el

del cabo de Hielo. Al norte de este cabo

una

isla^

adonde concurren

los barcos ru-

sos á practicar cambios con los naturales del pais.

Mr. Macleod

visitó

por



só en el espacio de once

mismo

el

mar

meses desde

el

polar, y pa-

océano Pa-

ruÓLOGO.

LWll

clfico á la

bahía de íludson. Según dicho viajero^

pasando

mes de Julio ya

el

mar en

se halla libre el

las rejiones polares.

Tal es

el

estado actual de las cosas en

América septentrional

rior de la

aquel famoso paso que yo

buscar

_,

viajeros en

el

este-

con relación á

,

habia empeñado en

primer móvil de mi viaje a

el

Veamos ahora

ultramar.

mos

que fue

y

me

el

lo

que han hecho

los últi-

misma América.

interior de esta

Al norueste todo está descubierto en aquellos desiertos helados y áridos que rodean el lago del Esclavo y el del

nio de

1789

Oso

(1).

Mackenzie partió

del fuerte de

Montes^ que

go de los

se

Chipiouyan

que desemboca en

el

mar

En

3 de Ju-

sobre

comunica con

clavo por una corriente de agua. el rio

,

el

el

el la-

del Es-

este lago nace

del polo^ y se llama

ahora rio de Mackenzie.

El 10 de Octubre de 1792 partió segunda vez

Mackenzie del fuerte de Chipiouyan; y dirijiendo su y

rumbo

al

remontó

oeste

el rio

,

atravesó

el

lago de los Montes^

de Oungigah^ ó de

la

tiene su oríjen en los montes Roqueños.

Paz

llantes.

nombre de montañas de

Mackenzie

las

atravesó

,

que

Los mi-

sioneros franceses habian conocido ya estos tes bajo el

^

mon-

las

Piedras bri-

y

encontró un

En el análisis que he dado de los viajes de Mackenzie (1) (tomo XV) puede verse la historia de los descubrimientos que precedieron álos de aquel en la América septentrional.

PROLOGO.

LXVIU gran

rio

Tacoutché-Tessé

el

^

mente tomó por y

trasladó

se

llamó

el

océano Pacifico por otro

al

el rio del

que equivocada-

^

Colombia: no siguió su curso^

Salmón.

Encontró multiplicadas huellas couver; observó tos

33 segundos^ y

escribió con

Canadá

:

del capitán

Van-

52 grados 21 minu-

la latitud á los

mellon sobre una roca del

que

rio

un pedazo de vcr-

«Alejandro Mackenzie vino

á este sitio por tierra el

22 de

Julio de

1793." ¿Que hacíamos en Europa en aquella época? Por un mezquino impulso de emulación nacio-

mismos no llegan

nal^ que ellos

á advertir^ los via-

jeros americanos hablan poco del segundo itinerario

de Mackenzie, itinerario que prueba que este ingles

tuvo

el

te de la

honor de atravesar

el

América septentrional^ desde

El 7 de

Mayo

de 1792^

Roberto Gray descubrió en

América

el

el

continen-

mar Atlán-

Océano.

tico hasta al gran

los

primero

septentrional_, la

el

la

capitán americano

costa norueste de la

embocadura de un

46 grados 19 minutos de

latitud norte_, y

rio á

126

grados 14 minutos y 15 segundos de lonjitud oeste del

meridiano de París. Roberto Gray entró en este

rio el 11 del

que era

el

mismo mes,

nombre

Vancouver

del

llega

al

y le llamó la Colombia^

buque que mandaba.

mismo

sitio el

bre del propio ano: Broughton_, con

Vancouver, pasó

la

barra de

la

19 de Octu-

la

conserva de

Colombia, y rcmon-

PROLOGO. tó el rio ochenta millas

LXIX

mas arriba de

la

barra.

Los capitanes Lewis y Clarke^ que llegaron por

el

Missouri

bajaron los montes Roqueños

,

en 1805 edificaron á

un fuerte, que

En 1811

entrada de

la

á su partida fue

la

^

y

Colombia

abandonado.

levantaron los americanos otro fuerte

mismo

á la orilla izquierda del

rio^ y le pusieron el

nombre de Astoriay en memoria de M.

J. J. Astor,

negociante de Nueva- York_, y director de

com-

la

pañía de peleterías del océano Pacífico.

En 1810

reunieron en San Luis del Mississipí

se

varios asociados de

espresados montes

compañía, y atravesando

la ,

hicieron

los

una nueva escursion

posteriormente, en 1812, alguy nos de dichos asociados^ conducidos por Mr. R.

ala Colombia;

Stuart, volvieron desde

Todo, pues, por

la

Colombia

de

la

San Luis.

aquella parte es ya conocido.

grandes afluentes del Missouri^ el

á

el rio

de los Osajes,

Roca-Amarilla, tan caudaloso como

han sido remontados;

el

Ohío,

establecimientos america-

los

nos se comunican por estos ríos tribus indianas

Los

mas apartadas, y

al al

norueste con las sudeste con los

habitantes del Nuevo-Méjico.

En 1820 Mr. del

Cass

edificada sobre el canal el

gobernador del territorio

,

Michigan, partió de

Saint-Clair

,

la

ciudad del Estrecho,

que reúne

siguió la

el

lago Erié con

gran cadena de

los

la-

gos, y buscó las fuentes del Mississipí: Mr. School-

rUOLOGO.

LXX

craft redacto el diario

y de instrucción. pí

por

el rio del

La

espedicion entró en

Lago-de-Arena:

raje tenia doscientos le

remontaron

de este viaje lleno de hechos

y

el

Mississi-

el rio

en aquel pa-

pies de ancho.

Los viajeros

salvaron cuarenta y tres saltos.

El Mississipl iba siempre estrechándose^ y en

Peckagoma

to de

el sal-

solo tenia ochenta pies de ancho.

«El aspecto del pais cambia^ dice Mr. Schoolcraft: ))cl

buque que sombreaba

las

riberas del rio desa-

»parece; aquel describe numerosas sinuosidades en ))una pradera de tres millas de

»cen plantas

muy

ancho ^ don.de cre-

elevadas^ ballueca y juncos^ y

«rodeada de colinas arenosas^ donde ))pinos amarillos.

Hemos navegado

«adelantar mucho: ))al

se

ven algunos

largo tiempo sin

perecia que hubiésemos llegado

nivel superior de las aguas;

la

corriente del rio

pasaba de una milla por hora. Solo veíamos

))no

«cielo y las yerbas^ por entre

el

las cuales se abrian

«paso nuestras canoas^ y que nos ocultaban los ob-

Las aves acuáticas

se encentra-

mucha abundancia; pero no

se veia entre

«jetos apartados. ))ban con

ningún chorlito."

«ellas

La

espedicion atravesó

el

pequeño y

lago Ouinnipec: cincuenta millas

tuvo en puso

el

el

:

lago superior del Cedro-Rojo^

grande se deal

que

nombre de Cassinay en honor de Mr. Cass.

Allí se sissipí

el

mas arriba

el

encuentra

la

principal

fuente del Mis-

lago tiene dieziocho millas de largo so-

PROLOGO. bre

LXXl

de ancho: sus aguas son cristalinas

seis

y sus

_,

sombreadas por arces y pinos. Mr. Pike^ otro viajero que coloca en el lago de la Sanorillas están

uno de

guijuela

Mississipí

pone

,

manantiales mas copiosos del

los

lago Gassina á los

el

47 grados 42

minutos y 40 segundos de latitud norte. El

rio

nombre^

de

Mr, Schoolcraft

dice

media desde

))que es

«Estimando en

y entra en el Cassina.

))senta millas^

))que

Cierva sale del lago del mismo

la

el

distancia

la

^

lago Cassina al de

se-

Cierva^

la

manantial mas remoto del Mississipí,

el

«resultarán de lonjitud total del curso de este rio ))tres

mil treinta y ocho millas. El año anterior

»habia yo bajado ))un

(el Mississipí)

buque de vapor ^ y

el

desde San Luis en

10 de Julio habia pasado

De

»su embocadura para dirijirme á Nueva- York.

«modo que poco mas de un año después ))traba cerca de su oríjen

le

encon-

rae

sentado en una canoa in-

))diana.''

Mr. Schoolcraft observa que de

del lago

por

el rio

la

Cierva corren

las

poca distancia

las

mismas

rejiones.

1823^

ma que del

del lago Cassina ó del

antes de

lago citado

^

él

Mr.

recorrió

Este viajero lleva

fuentes septentrionales del Mississipí

mas arriba

norte

el

Hudson.

Rojo_, que baja á la bahía de

Tres años después^ en Beltrami

á

aguas hacia

cien

Cedro-Rojo;

millas afir-

ninguno habia pasado mas

v describe de este

modo

las

allá

su des-

PUOLOGO.

LXXU cubrimiento de

Cuentes

las

))Nos hallamos en las tierras

»cirlo

colina en donde estoy

la

sirva de observatorio.

))Estendiendo

sur hacia"

el

norte hacia

rcia el Atlántico

en derredor^ se ven cor-

la vista

«rer las aguas por el

no es^ por de-

^

otra cosa que una eminencia formada en

asi_,

«medio para que

«por

mas elevadas deja

Sin embargo todo está

» América septentrional

»llano, y

Mississlpí.

del

_,

el

mar

y por

el

el

Glacial

golfo de Méjico^ ,

por

oeste hacia

el

este ba-

el

mar Pa-

«cífico.

«Esta suprema elevación está coronada por una »gran meseta;

»de

ella se ve

))¿Como

mas admirable

y lo

que en medio

brotar un lago.

ha formado este lago?

se

«vienen aquellas aguas? Solo universo puede

«del

es

decirlo

el

¿De donde

grande Arquitecto

Dicho lago no

«tiene ninguna salida; y mi vista^ que es harto pe-

«netrante

,

no pudo descubrir en todo

»que estaba muy claro

mas

))vase

«rio son ))Ya

«de

la

ninguna tierra que

arriba de su nivel;

muy

hemos

al pie

orilla

todas por

el

se ele-

contra-

inferiores visto las fuentes del

«aqui he remontado

«mente

_,

horizonte^

el

de

la

(el

rio

colina

_,

rio

que hasta

Rojo): están precisay filtran en linea recta

septentrional del lago; estas son las

«fuentes del rio Rojo ó Sangriento. Al otro lado^ «á

la

parte del sur^ brotan otras fuentes

^

y

forman

PROLOGO. »un pequefio «pies

y

LXXIll

gracioso estanque de unos ochenta

circunferencia: estas aguas filtran también

(le

lago^ y son las fuentes del Mississipí.

))del

unas tres millas de circuito;

)^Este lago tiene

))forma

»mia

una especie de corazón conmovió

se

á su vista

»carle del olvido en

que

la

_,

y habla al alma: la

parecióme justo sa-

:

jeografía le dejaba aun

«después de tantas espediciones, y hacerle conocer

Le

))al

mundo de un modo

))el

nombre de aquella dama respetable

distinguido.

))como ha dicho su ilustre amiga ))bany, fue

un curso

_,

di^ pues^

cuya vida,

condesa de Al-

la

de moral en acción, y

muer-

la

))te

una calamidad para todos los que habían tenido

))la

dicha de tratarla

Le llamé

el

lago de Julia]

))y á las

fuentes de los dos rios^ las fuentes Julianas

))del rio

Sangriento,

las fuentes

Julianas del Missi-

))ssipi.

«Parecióme que

sombras de Colon

las

_,

de

«rico Vespucio, de los Cabotto_, Verazani

_,

Ame&c.,

«asistian llenas de júbilo á aquella gran ceremonia, ))y

se felicitaban de

que uno de sus compatriotas

«viniese á renovar con nuevos descubrimientos la

«memoria de

los servicios

que hicieron

al

mundo en-

«tero con sus talentos, sus hazañas y sus virtudes.^'

Es un estranjero reconoce

el

gusto,

el

los

que habla

rasgos,

el

^

y fácilmente se

carácter y el justo

orgullo del jenio italiano.

La verdad

es

que

el

meseta en donde toma su

PROLOGO.

LXXIV

oríjen el Mississipí^ es

una

tierra llana^ pero culmi-

nante^ cuyas vertientes cubrían al este

mediodía y

al

^

meseta

al

las

oeste

aguas

que sobre dicha

;

abren una porción de lagos

se

norte^

al

de donde

^

rebosan rios^ que corren por todos los rumbos del viento. El suelo de esta meseta superior es movedi-

zo ^

como

si

flotase sobre los

ción de las lluvias salen de

abismos.

madre

rios^ y tomaríase aquello por

En

los

un mar,

la

esta-

lagos y los

mar

este

si

no llevase bosques de ballueca de veinte y treinta pies de alto.

Las canoas perdidas en aquel doble

océano de agua y de yerbas, no pueden sino con

el

ausílio

de

la

Cuando sobreviene alguna tempestad^ fluviales se

dirijirsc

brújula y las estrellas.

doblan y caen sobre

las

las

plantas

embarcaciones^

y millones de ánades^ cerzetas^ garzas y gallinetas alzan

de

el

vuelo, y forman una nube sobre

la

cabeza

los viajeros.

Las aguas desbordadas, permanecen por algunos días inciertas en su curso, hasta

que poco

poco

á

van dividiéndose. Una piragua es arrastrada blanda-

mente hacia los

los

mares polares,

grandes lagos del Canadá ó

souri, según

el

punto de

la

los del

mediodía^

los afluentes del

Mi-

circunferencia en que la

inun-

dación; y nada tan majestuoso y admirable

como

se

encuentra cuando ha pasado

aquel

el

medio de

movimiento y aquella distribución

aguas centrales de

la

América

del norte.

de

las

PROLOGO. El mayor Pike en 1806

LXXV

Mr. Nuttal en 1819,

y

recorrieron sobre el Mississipí inferior el territorio

de Arkansa, visitaron

Osajes, y reunieron no-

los

ticias tan litiles á la historia natural

_,

como

á la to-

pografía.

Tal es Viaje

;

mi

Mississipí de que yo hablaré en

el

que

rio

los franceses

bajaron los primeros

viniendo del Canadá; rio que corrió por sus domiy cuyos ricos valles sienten aun

nios_,

la falta

de su

jenio.

Colon descubrió al

América en

la

12 de Octubre de 1492

completó

,

el

y

la

noche del 11

capitán Frarcklin

descubrimiento de aquel nuevo

el

mundo

18 de Agosto de 1826. ¡Cuantas jeneraciones

el

han bajado

al

sepulcro!

¡cuantas revoluciones

se

han verificado! ¡cuantas mudanzas han ocurrido en en este espacio de trecientos treinta y

los pueblos

tres años_,

El

En veía

nueve meses

mundo no

y veinticuatro días!

mundo

se parece ya al

aquellos mares ignorados^ sobre los cuales se

una mano negra ^

la

mano

de Satán (i),

arrebataba durante la noche los buques merjia en

el

antarticas

,

las fábulas;

Hornos y

(1)

de Colon.

fondo del abismo

morada de

y los su-

en aquellas rejiones ,

del espanto

y de

en aquellas furiosas aguas del cabo de

del

Ycanse

la

;

noche

y

que

cabo de

los

las

Tormentas, donde se apo-

antiguos mapas y los navegantes árabes.

PRÓLOGO.

LXXVl

deraba

el terror

de

los pilotos;

en aquel doble océa-

no^ cuyas olas azotan sus dobles riberas; en aquellos parajes los

^

en otro tiempo tan temidos, se ven ahora

buques correos que hacen

en perío-

la travesía

dos determinados para llevar la correspondencia y Besde una ciudad floreciente de Euro-

los viajeros.

pa se convida á comer á un amigo que reside en

una ciudad de América, la

hora convenida.

En

y llega

con puntualidad á

lugar de aquellos buques

groseros, poco limpios^ infectos y húmedos, donde solo se comían carnes saladas, y

raba

al

pasajero

;

el

escorbuto devo-

navios elegantes ofrecen á éstos

cámaras artesonadas de caoba, adornadas con tapices, espejos, flores, bibliotecas, instrumentos de

música, y toda

un

viaje

nes en

la

delicadeza de una mesa fina.

Y

que exija muchos años de investigacio-

las

mas opuestas

latitudes, no causará la

muerte de un solo marinero. Las distancias han desaparecido de

tempestades.

las

para

el

vuelve

Un

polo austral^ y al

,

y nos reimos

simple ballenero da si

no

halla

la vela

buena pesca

se

polo boreal. Para cojer un pez atraviesa

dos veces un diáme-

dos veces

los trópicos; recorre

tro de

tierra, y toca en pocos meses en los dos

la

estremos del universo.

En

las

puertas de las taber-

nas de Londres se ve anunciada por carteles tida del paquebote de la tierra de

Dtémen

,

la

par-

con to-

das las comodidades posibles para los que pasen á

PRÓLOGO. los

Antípodas

anuncio de Calais,

Hay

nuaks para

;

la

LXXVii

y este aviso suele estar después del

partida del paquebote de Douvres á

itinerarios de faltriquera

uso de

el

las

hacer un viaje de recreo alrededor del

nueve ó

te viaje dura

meses

diez

menos. Se parte en invierno en

se toca

Canarias

las islas

las Filipinas

en

^

la

China

bo de Buena Esperanza

,

y

ma-

guias y

personas que se proponen

,

y

al

y es-

\

y algunas veces

^

de

salir

ópera;

la

en Rio-Janairo

^

en el

mundo

las Indias

viajero se

^

en

en

^

el

ca-

encuentra

de vuelta en su casa cuando van á empezar

las ca-

cerías.

Los buques de vapor no conocen ya

vientos

contrarios en el océano^ ni corrientes opuestas en los rios

;

y parecen unos kioscos

tes de dos ó tres pisos ^ desde

miran

los

cuyas galerías se adla

naturaleza en

Nuevo-Mundo. Caminos cómodos

cilitan la subida á la

cumbre de

fa-

montes^ y abren

los

puertas á unos desiertos^ que hace poco eran in-

accesibles se

ó palacios flotan-

mas hermosos cuadros de

las selvas del

las

^

:

cuarenta mil viajeros acaban de reunir-

como en un

gara.

dia de

campo en

Los pesados carromatos

la

catarata del Niá-

del comercio se des-

lizan rápidamente sobre caminos de hierro; y

Francia^

la

Alemania y

la

si la

Rusia conviniesen en es-

tablecer una línea telegráfica hasta

la

muralla de

China ^ podríamos escribir á algún amigo chino recibir la contestación en el espacio de

^

la

y

nueve ó diez

PRÓLOGO.

LXXVni horas.

Un hombre que

á los dieziocho años y

empezase su peregrinación acabase á

la

sesenta^ su-

los

poniendo que no caminase mas que cuatro leguas por dia la

^

daria en este tiempo cerca de siete veces

vuelta de nuestro miserable planeta. El jenio del

hombre

es

verdaderamente sobrado grande para su

pequeña habitación

que está destinado ¿Conviene que

mas

se

municaciones entre ria

mejor

el

por lo que es preciso concluir

;

á

alta

hayan facilitado tanto

hombres ? ¿No

los

relijiosa

á otras

fidelidad los hábitos

de sus padres? oia

las

murmurar

Me á

^

co-

se conserva-

carácter particular de las naciones

estas no se conociesen unas

con

morada.

^

si

y conservasen

y las tradiciones

acuerdo de que en mi juventud

algunos bretones ancianos contra

caminos que se proyectaba abrir en sus bos-

los

quesj siendo

mas

asi

que aquellos caminos debían dar

valor á las propiedades riberiegas.

Yo

bien sé que puede emplearse este sistema

de tiernas declamaciones

,

porque

los

buenos tiem-

pos antiguos tienen sin duda su mérito; pero no de-

be perderse de

vista

que un estado político no es

mejor porque sea caduco ó rutinario; pues en otro caso habríamos de convenir en que

de

la

China y de

la

India

biado en tres mil años

mundo;

^

,

el

donde nada

es la cosa

despotismo se ha

cam-

mas perfecta

del

y ciertamente no se concibe que puede ser

tan grato

el

encerrarse durante cuarenta siglos con

PROLOGO. unos

tiranos

que están en

El gusto y provienen de

verdad de

hombre

:

la

las

la

,

y

unos

decrepitud.

admiración de

la

infancia

la

verdad de

estacionarios,

los

que forman sobre

hechos, y sobre

sobre las

la

los falsos juicios

los

ponen que que

LXXIX

pueblos que se hallan en

la

naturaleza del

la

hechos, porque su-

los

costumbres antiguas eran mas puras

modernas, que

es

un error insigne, y sobre

naturaleza del hombre, porque no quieren co-

nocer que

el

entendimiento humano es capaz de

perfección.

Los gobiernos que atajan

el

vuelo del jenio,

se parecen á aquellos pajareros que cortan las alas al

águila para impedir que se remonte.

En

fin

.,

solo se

la civilización

declama contra

por un efecto de

los progresos

las

todavía se mira á los pueblos

como

en otro tiempo; esto es, aislados y de común en sus destinos. Pero especie al

humana como una gran

mismo objeto;

si

si

de

preocupaciones: se les sin

miraba

tener nada

considera la

se

familia

que camina

se desecha la idea de

que todo

en este mundo está dispuesto para que una pequeña provincia

,

un corto reino

^

permanezcan eterna-

mente en su ignorancia, en

su pobreza y en

instituciones políticas, tales

como

tiempo y

el

acaso las han producido

desarrollo de la industria

,

la ;

barbarie,

sus el

entonces este

de las ciencias y de las

artes, parecerá lo que efectivamente es,

una cosa

le-

PRÓLOGO.

LXXX

En

jítima y natural.

reconocerá

el

de

la

este

movimiento universal

sociedad

y

que acabando su

se

his-

toria particular^ empieza su historia jeneral.

En

otro tiempo

como mises

^

el

que habia dejado sus hogares

era un objeto de curiosidad. Ahora^

esceptuadas media docena de personas que están fuera de toda comparación por su mérito indivi-

dual

^

¿quien puede interesar por

sus viajes?

Yo vengo

á

de los viajeros obscuros

ha visto todo progreso en

el

las

narración de

la

colocarme entre ,

que solo han

la

sento

como

el

que

visto lo

mundo ^ que no han hecho ningún ciencias^ que nada han añadido

tesoro de los conocimientos hum.anos; pero

la tierra

multitud

me

al

pre-

último historiador de los pueblos de

de Colon

^

de aquellos pueblos cuya raza

no tardará en desaparecer; voy

á decir algunas pa-

labras sobre los destinos futuros de

la

bre los otros pueblos herederos de

los

América

dos indios: no tengo otra pretensión que presar pesares y esperanzas.

_,

so-

desventurala

de es-

!istiD!DW^uatro

lenguas principales parece se dividan

América septentrional norte y

al

161

éste,

sioux

el

algonqiiin y

el

:

oeste

al

el

la al

y el chicases al

,

mediodía; pero los dialectos difieren

por decirlo

_,

asi, de tribu á tribu.

hurón

Los creeks actuales hablan

el

chicases mezclado de algonquin.

El antiguo natche no era otra cosa que un dialecto

mas suave del

El natche,

lo

chicases.

mismo que

el

quin, solo conocia dos jéneros, femenino,, y desechaba

hurón

y el algon-

masculino y el neutro. Esto es natural

el

el

en unos pueblos que atribuyen sentidos á todo, que oyen voces en todos los murmullos, que suponen odios y amores en

las

plantas, deseos en las

olas, espíritus inmortales en los animales, y almas

en

rocas.

las

En

el

natche no se declinaban los

nombres; únicamente tomaban en ky 6

e\

monosílabo ki,

si

el

el

plural la letra

nombre acababa por

consonante.

Los verbos la

se distinguian por la característica^

terminación y

el

aumento. Asi los natchez decían andaba ni-ga Tija,

T-ijüy yo ando; ni Tija-han ^ yo

;

yo andaré; niki Tija y yo anduve ó he andado.

Habia tantos verbos como sustantivos sometídos á

la

misma acción;

y asi comer maiz era

un

verbo diferente de comer corzo; pasearse por un

162

VIAJE

bosque^

de otra manera que pasearse por

se decia

una colina; amar á su amigo , verbo napüilima su querida

,

y

que

se espresaba

puede traducirse yo soy

por

verbo nisihia, que

En

pueblos que se hallan inmediatos turaleza, los verbos son ó

muy

el

yo estimo; amar á

el

feliz.

espresaba por

se

significa

las al

lenguas de los

estado de

la

na-

multiplicados, ó po-

co numerosos; pero siempre sobrecargados de una

multitud de letras que varían

padre,

la

madre,

el

las significaciones: el

hijo, la

mujer,

y el marido,

para espresar sus diversos sentimientos,, han bus-

cado también

según

las

espresiones diversas,

humanas, hombre con la

pasiones

que dio Dios

al

la

existencia. El verbo

era uno, y lo comprendía todo:

do de

modificando,

palabra primitiva

el

hombre ha saca-

lenguas con sus variaciones y sus riquezas; lenguas en que se encuentran sin embargo alél las

gunas palabras , radicalmente las mismas, que ha quedado como tipo ó prueba de un oríjen común. El chicases, que es la raiz del natche^ está privado de

la letra

del algonquin

que

se

,

r, fuera de las palabras derivadas

como arrego , yo hago

la

guerra,

pronuncia con cierto rompimiento de sonido.

El chicases tiene aspiraciones frecuentes para

el

lenguaje de las pasiones violentas, tales

ei

odio,

nos

y

la

como

cólera y los celos; en los sentimientos tier-

en

las

descripciones de

la

naturaleza, sus

espresiones están llenas de encanto y de pompa. Los sioux, que según tradición vinieron de Méjico al alto Mississipí

su lengua por

el

,

han estendido

oeste hasta los

el

imperio de

Montes Roqueños,

A AMÉRICA.

163

Rojo, en donde se hallan y por el norte hasta los cipoveses_, que hablan un dialecto del algonquin, el rio

y son enemigos de

La lengua agradable á casi

al

todos

los rios y el

la

modo muy des-

que ha puesto nombres

todos los lugares situados

Mississipí

^

el

Missouri

el

_,

al

Osa-

pero todavía no se sabe casi nada de su

etc.;

_,

sioux.

oido: ella es

oeste del Canadá^ je

los

siouxa silba de un

gramática. El algonquin y

de todos

los

el

hurón son

pueblos de

la

lenguas madres

las

parte de

la

América sep-

tentrional^ comprendida entre las fuentes del Mississipi

la

y

costa de

bahia de Hudson y

la

Carolina.

Un

el

Atlántico^ hasta

viajero

que supiese

la

estas

dos lenguas^ podría recorrer sin intérprete mas de mil ochocientas leguas de pais

_,

entender

y hacerse

de mas de cien pueblos.

La lengua algonquina empezaba en

el

golfo de

en

la

San Lorenzo; y volviendo

te por el norte hasta el sudoeste

_,

Acadia y

del sudes-

abrazaba una es-

tension de mil doscientas leguas. Los indíjenas de

hablaban; y mas allanen las Carolinas la lengua chicasesa. El idio-

la

Virjinia

al

mediodía^ dominaba

ma los

la

algonquin, por cipoveses.

Mas

la

parte del norte, terminaba en

lejos

aun aparece en

trión la lengua de los esquimales;

gonquina tocaba en cuya

orilla

la

al

el

septen-

oeste la al-

ribera izquierda del Mississipí,

derecha reina

la

lengua siouxa.

El algonquin tiene menos enerjia que

el

hurón;

pero es mas dulce, mas elegante y mas claro. Se

emplea ordinariamente en

los tratados, y está re-

164

VIAJE

putado por

lengua pulida ó clásica del desierto.

la

Hablaban

hurón

el

el

pueblo que

le

nombre

dio

y los iroqueses^ que eran una colonia del mismo.

Esta es una lengua completa^ que tiene sus verbos^ nombres^ pronombres y adverbios. Los verbos simples tienen dos conjugaciones^ una absoluta y otra recíproca;

las

dos jéneros

números

j

y los

mecanismo de

terceras personas tienen los y los tiempos siguen el

lengua griega. Los verbos activos

la

infinito^

se multiplican al

como en

la

lengua chi-

casesa.

El hurón no tiene labiales,

se habla

con

gar-

el

guero, y casi todas las sílabas son aspiradas. El diptongo ou forma un sonido estraordinario, que se espresa sin hacer los labios movimiento alguno: los

misioneros, no sabiendo como indicarle, bían con

La

la cifra

índole de esta noble lengua consiste sobre

todo en personificar el

escri-

le

8.

acción

la

pasivo por el activo. El P.

;

esto es, en verter

Rasle lo esplica con

este ejemplo: ))Si preguntáis á un europeo con )^objeto le

ha criado Dios, os contestará

:

qué

Para co-

«nocerle, amarle, servirle, y alcanzar por este me))d¡o la gloria eterna." Un salvaje os respondería en la

lengua hurona

))de nosotros

))que

me

:

Grande-Espíritu ha pensado

Que me conozcan, que me amen

sirvan

»mi suprema

))E1

:

,

y entonces les

y haré participar de

felicidad.''

La lengua hurona

ó

iroquesa tiene cinco dia-

lectos principales.

Esta lengua no tiene sino cuatro vocales

,

á sa-

A AMÉRICA.

bor

:

ay

e

poco de

i y

,

o

,

d

y

diptongo 8^ que participa un y del valor de la w inglesa;

consonante

la

sus consonantes son seis

En

No

hurón

el

,

y

:

el

n

y

,

r

_,

s

t.

,

verbo es

la raiz del

la

prime-

presente de indicativo. Tiene tres

del

tiempos primitivos^ con los otros

k

li ,

:

todos los nombres son verbos.

casi

tiene infinitivo

ra persona

165

los cuales se

presente de indicativo^

definido^ y

el

conocen en

ella los sustantivos

el

forman todos pretérito in-

futuro eimple afirmativo.

Casi no se

abstractos

;

y

si

se

encuentran algunos^ se han formado evidentemente

después de conocido

el

verbo concreto^ modifi-

cando alguna de sus personas. Esta lengua tiene un dual como

el

griego

^ y dos primeras personas plurales y duales. Carece de ausiliares para conjugar los verbos^ de participios y

de verbos pasivos^ que se vierten por activa espresar

&c.

No

:

Yo

amado

soy

la inicial del

veces

5

,

y de tan diversas

números,

que

verbo ^ que

posibles esciten entre tres

:

pora

Me amauy

ks

lo cual es

llegan á

maneras^ como relaciones diferentes personas de los

inmenso;

comprenderse^ para

jas, está vencida toda los verbos

conocen tan solo

se

se modifica diferentes

estas relaciones son la llave de

En

:

tiene tampoco pronombres para espresar las

relaciones de los verbos

por

_,

debe decirse

la

lo

y

de ahí es que

lengua, y cuando cual hay reglas fi-

la dificultad.

debe observarse

la

particularidad

de que los imperativos tienen primera persona.

Todas

las

voces de

componerse entre sí^

la

lengua hurona pueden

y fuera

de contadas esccpcio-

16G

VIAJE

nes_, es lio

es

verbo

^

muy

que

jeneral

objeto del verbo^ cuando

el

un nombre propio^ se incluya en el mismo pero sin formar mas que una sola palabra

entonces

;

verbo toma

el

porque todos

la

conjugación del nombre;

nombres pertenecen

los

á

una de

las

cinco conjugaciones.

las

Tiene esta lengua un gran número de partícuespletivas ^ que sin significar nada por sí solas^

comunican gran fuerza y claridad al discurso. Mas no son las mismas para los hombres

estas partículas

y para las mujeres^ sino que cada jénero tiene las suyas propias.

Se conocen dos jéneros los

hombres

y el

,

,

jénero noble para

el

jénero no noble para

las

mujeres

animales machos ó hembras. Cuando se

y para los dice de un cobarde liniza la voz

que

mujer '^

es

un hombre

^

se

y

si

es

una mujer

se dice de

femeniniza

,

se

mascu-

una mujer que

voz hombre.

la

El signo del jénero noble y del jénero no noble del singular dual y plural , es el mismo en los nombres que en los verbos^ todos los cuales tienen

en cada tiempo y en cada numero dos terceras personas noble y no noble.

Cada conjugación ca

y relativa

:

lo

es absoluta

esplicaré con

_,

refleja, recípro-

un ejemplo.

Conjugación absoluta. SING.

IksSens.

PRES. DEL INDICATIVO.

— Yo aborrezco, etc. DUAL.

TenisSens.

— Tú y yo, etc.

A AMÉRICA.

ÍG7

PLURAL.

— Vosotros y nosotros

To8as8ons.

Conjugación

,

etc.

refleja.

SINGULAR.

— Yo me aborrezco

KatatsSens.

,

etc.

DUAL.

TiatatsSens.

— Nosotros nos

,

etc.

PLURAL.

Te8atats8ens.

Para

la

— Vosotros y nosotros

,

etc.

conjugación recíproca se añade

conjugación

cambiando

retleja_,

la

h la

ic

r en h en las ter-

ceras personas del singular y del plural.

Resulta

,

pues

:

TekatatsSens.— Yo

me

aborrezco, mutuo, con alguno.

Conjugación relativa del mismo verbo en

el

propio tiempo.

SINGULAR.

Relación de la primera persona d las otras.

— Ego

Kons8ens.

te odi

,

etc.

Relación de la segunda persona á las otras.

— Tu me.

Taks8ens.

Relación de

la tercera

masculina á

las otras.

Rask8ens. — Ule me. Relación de la tercera persona femenina á las otras.

8aks8ens.

— Illa me

,

etc.

Relación de la tercera persona indefinida se.

Ionks8ens.

— Me aborrecen. DUAL.

La

relación del dual

al

dual

\ al

plural_, se

17

con-

1G8

VIAJE

vierte en plural

y de consiguiente solo pondré

,

relación del dual

singular

al

la

:

Relación del dual d las otras personas.

— Nosotros 2

KenisSens.

te

,

etc.

Las terceras personas duales son

mismo que

á las otras lo

las plurales.

PLURAL.

Relación de

K8as8ens.

— Nos

la

primera plural á

las otras.

te, etc.

Relación de la segunda plural á las otras.

Tak8as8ens.



Vos me.

Relación de la tercera plur. mase, á las otras.

Ronks8ens.



lili

me.

Relación de la tercera fem. plur. á

]onsks8ens. —

las otras.

Illw me.

Conjugación de un nombre. SINGULAR.

— Mi cuerpo. — Tu cuerpo. Ilaieronke. — Su — á Kaieronke. — Su — á ella. Jeronke. — El cuerpo de alguno. DUAL. Tenieronke. — Nuestro fmeum tuumj. lakeiieronke. — Nuestro fmeum illumj. Seniieronke. — Vuestro Niironke. — Su 2 de ellos. Kaniironke. — Su 2 de ellas. PLURAL. Te8aieronke. — Nuestro fnost. vest.J lakSaieronke. — Nuestro fnost. Hieronke. Tsieronke.

él.

et

et

2.

et

et illor.J.

A AMÉUICA.

Y asi

de todos

jugación de este nombre con ta del verbo iksSens

1G9

nombres. Comparando

los

la

con-

conjugación absolu-

yo aborrezco

,

la

se ve

,

que

las

modificaciones de los tres números son absoluta-

mente ra

mismas: k para

las

segunda^ r para

la

primera persona_,s pa-

la

tercera noble

la

tercera no noble, ni para

dobla teHa^ seSa rali y kontij

en se8a_, ra en rali

la s

La

,

^

ka para

la

dual. Para el plural se

el

mudando

ka en konti

j

la

k en ie^a,

&c.

relación en los grados de parentesco es siem-

pre del mayor

al

menor. Ejemplo:

rakenika el que me tiene por hijo. (Relatercera persona á la primera). Wi hijo rienha el que tengo por hijo. (Relación de la primera á la tercera persona). Mi tio rahenchaa, rak... (Relación de la tercera persona á la primera). Mi sobrino riotiHatenha, ri... (Relación de la primera á la tercera persona como en el verbo precedente).

Mi padre

ción de

,

,

la

,

,

,

,

,

El verbo querer no puede traducirse en iroqués: se suple

por ¿kire

,

Yo quiero

pensar

;

de este

modo

:

ir allá.

Ikere etho iake.

Yo pienso

ir allá.

Los verbos que espresan una cosa que no en

momento en que

el

se habla^

sino tan solo un imperfecto

_,

existe

no tienen perfectOj

como ronnhekHe

im-

,

perfecto^ ha vivido, ya no vive. Por analojía de esta regla

amo le

:

si

yo he amado

á

alguno, y

si

todavía

le

me serviré del perfecto kenonSehon. Si ya no amo^ me serviré del imperfecto kenonSeskSe yo y

:

170 le

VIAJE

amaba

,

pero ya no

amo. Esto en cuanto

le

á los

tiempos.

En cuanto

á las personas^ los verbos

que espre-

san una cosa que no se hace voluntariamente

,

no

tienen primeras personas, sino una tercera relativa á las otras. Asi

yo estornudo

p

,

lación de la tercera á la primera

teHakttsionhSa y re:

me

esto

estornu-

da^ ó me hace estornudar.

Yo de

la

abre

bostezo

tercera no noble con la

,

no noble con

ra persona

tesaskaraSata

Por

lo

^

la

misma

primera Sak

la

,

relación

esto

me

La segunda persona tú bostezas, tú será la relación de la misma terce-

boca.

estornudas

á los

teSakskaraSata

,

la

segunda tesatsionkSay

&c.

y

quo mira

á los términos de los verbos

_,

ó

rejimenes indirectos, hay en los finales una

suficiente variedad de modificaciones que los espre-

san con claridad, y estas modificaciones están sujetas á reglas fijas.

Kninons

,

yo compro. Kehmnonse

y

yo compro

para alguno. Kehninon, yo compro de alguno.

Kalennielha

,



yo envió. Kehniela, yo envió por al-

guno. Ketalenmetenms

yo envió á alguno.

,

Del solo examen de estas lenguas resulta que los

pueblos, á que damos

hallaban

muy

el

nombre de

salvajes,, se

adelantados en aquella civilización,

que proviene de

la

combinación de

que se confirmará mas por

los

las ideas:

verdad

pormenores de su

gobierno (1). (1)

La mayor parte de

dar sobre

la

que acabo de be tomado de una pequeña

las curiosas noticias

lengua burona

,

las

171

A AMÉRICA.

CAZA. c,fuando

los

ancianos han decidido

la

caza del cas-

tor ó del oso, un guerrero va de puerta en puerta

por los pueblos, diciendo: ))que los ))y

«Los

que quieran seguirles

jefes van á partir;

se

pinten de negro,

ayunen para saber del Espíritu de

))donde se

encuentran este año

los

sueños en

los osos y los

cas-

»tores."

Dado

este aviso, todos los guerreros se ennba-

durnan con negro de humo desleido con aceite de oso; empieza el ayuno de ocho noches, y es tan riguroso, que no puede tragarse y se ha de estar

ner sueños

ni

una gota de agua,

cantando continuamente^ para te-

felices.

Cumplido el ayuno, se bañan los guerreros, y se sirve un gran banquete, durante el cual cada indio refiere los sueños que ha tenido: si el número mayor de dichos sueños , designa un mismo punto

gramática iroquesa manuscrita que lia tenido la bondad de remitirme Mr. Marcoux, misionero del Salto de San Luis, distrito de Montreal en el bajo Canadá. Por lo demás los jesuítas dejaron algunos trabajos importantes sobre las lenguas salvajes del Canadá. El P. Chaumont, que habia pasado cincuenta años entre los hurones compuso una gramática de su lengua, y también debemos preciosos documentos al P. Rasle, que vivió diez años en un pueblo de Abenakis. Un diccionario franctís-i roques que está concluido sera un nuevo tesoro para los filólogos. También existe el manuscrito de un diccionario iroqués é ingles mas por desgracia se ha perdido el primer volumen que comprendia desde la letra A hasta la L. ,

,

,

,

;

,

172 para

VIAJE

la

caza^ queda resuelto dirijiíse á aquel sitio.

Se ofrece un

por

sacrificio espiatorio

de los osos muertos en

almas

las

cacerías precedentes, y se les conjura que sean favorables á los nuevos ca-

zadores; es decir

las

que

y

que dejen matar á

ruega á

se

canta sus antiguas hazañas contra

Concluidas

las

canciones

te armados. Cuando llegan á

el

fondo de

ñal del jefe se colocan en

rompe la

el

fila

Cada guerrero

las fieras.

parten completamen-

,

la orilla

guerreros con un canalete en

de dos en dos en

los osos difuntos

osos vivos.

los

de un rio, los

mano,

la

se sientan

canoas, y á una seel que va á la cabeza

las :

esfuerzo del agua cuando se navega contra

corriente.

A

estas espediciones

llevan traillas,

lazos y abarcas para andar sobre la nieve. al

punto convenido,

en donde

las

Llegados

sacan las canoas á tierra,

se

rodean de una empalizada revestida

de césped. El jefe divide

los

indios en compañías

compuestas de igual número de individuos. Divididos

de el

asi los la

cazadores, se procede á repartir

el

pais

caza, y cada compañía levanta una choza en

centro del terreno que

Se separa

la

nieve

,

le

ha cabido.

se clavan

en

el

suelo unos

piquetes, y se arriman á ellos cortezas de abedul.

Estas forman las paredes de se colocan otras inclinadas

man el

el

la

choza, y sobre

ellas

una sobre otra, que for-

techo del edificio; un agujero practicado en

centro sirve de chimenea.

ra los vacíos de

La

nieve tapa por fue-

obra, y las sirve de enlucido ó enjalbegado. Encienden un brasero en medio de la la

cabana; cubren de pieles

el j)iso;

los perros

duer-

A AMÉRICA.

men

á los pies de sus

amos^ y

173

lejos de sentirse frio^

un calor sofocante. El humo

se esperimenta

lo llena

todo^ y los cazadores, sentados ó acostados, proal abrigo de este humo.

curan colocarse

Para dar principio á

la

caza del castor, se aguar-

dan las nevadas, y que el viento de nordeste, serenando el cielo, haya traido un frió seco. Pero durante los días que preceden á este viento

se

,

ocu-

pan en otras cazas menores, como por ejemplo de

las

las

nutrias, zorras y ratones de almizcle.

Las trampas que

se

emplean contra estos ani-

males son unas tablas mas ó menos gruesas y anchas. Se abre un hoyo en la nieve se coloca una :

punta de

la

tabla en el suelo

,

y la otra sobre tres

pedazos de madera armados en forma de

El cebo se pone en uno de

los

número

4.

palos de esta cifra;

y el animal que quiere cojerle, se introduce debajo la

tabla, tira del cebo, hace caer

la

tabla

,

y

queda

cojido.

Los cebos

difieren

según

castor le ponen

destinan:

al

de pobo

á la zorra y al lobo

al

,

los

animales á que se

un pedazo de madera

un trozo de carne

,

y

ratón de almizcle nueces y frutas secas.

Los armadijos para cojer

los lobos se colocan á

entrada de los pasos, y á la salida de una maleza; á las zorras en la pendiente de las colinas^ á alla

guna distancia de

los

conejares; á las ratas de al-

mizcle en los sotos de fresnos, las

hondonadas de

los

estanques.

Se visitan

las

las

y á las nutrias

en

praderas y en los juncares do

trampas por

la

mañana,

y al cfcc-

174 to

VIAJE

parten de

ama-

horas antes de

choza dos

la

necer.

Los cazadores caminan sobre

la

nieve con unas

abarcas de dieziocho pulgadas de largo y ocho de ancho: su forma es oval por delante y puntiaguda

por detras;

la

curbatura de

de abedul doblada

de madera

la elipse es

endurecida

fuego^ y las cuerdas transversales y lonjitudinales^ son unas correas de cuero ^ de seis líneas en todos sentidos, refory

al

zadas con vastagos de mimbre: este calzado se sujeta á los pies por

medio de

máquinas injeniosas

tres correas. Sin estas

seria imposible en invierno dar

un paso por aquellos climas; pero al priíícipio incomodan y fatigan mucho, porque precisan á volver las

rodillas hacia

Cuando

se

dentro

procede

y

separar las piernas.

á visitar y recojer los

cepos

en los meses de Noviembre y Diciembre , se hace ordinariamente en medio de los remolinos de nie-

ve, de granizo y de viento, y distingue medio pie delante de -

el sí.

cazador apenas

Marchan en

lencio; pero los perros que perciben

el

olor de

sila

pieza, lo manifiestan con aullidos. Es necesaria to-

da

la

sagacidad del salvaje para encontrar las tram-

pas sepultadas con las sendas bajo los hielos.

A

un

tiro de piedra de

cazador para aguardar

de ja

al

lazos, se detiene el

permanece

la salida del sol;

en pie inmóvil en medio de vuelta

los

la

tempestad,

la

espalda

viento y los dedos en la boca: en cada pelo

las pieles

en que va envuelto, se forma una agu-

de escarcha

,

y el copete de cabello

que corona

su cabeza se convierte en un penacho de hielo.

A AMÉRICA.

Luego que

raya

el

175

alba^ y se descubren

trampas que han caido, corren á dar cojida.

Un

lobo ó una zorra

magullados^ muestra

con

^

fin

los

de

las

bestia

la

lomos medio

cazador su negra boca y afipero los perros los rematan muy

lados dientes;

al

pronto.

Se separa la

nueva nieve

la

máquina, en

la

que

vuelve á armar

y se

,

un cebo fresco, que

se coloca

se cuida de colocar en la dirección del viento.

Algu-

nas veces sucede que los cepos se sueltan sin cojer la

caza; este accidente es efecto de la astucia de las

zorras,

por

el

las

cuales sacan

lado de

la

el

cebo adelantando

la

pata

tabla, en lugar de meterse bajo la

trampa; por cuyo medio hacen

el pillaje

libres de

todo riesgo. Si la primera

recolección de lazos ha sido co-

piosa, los cazadores regresan triunfantes á

na con una algazara estraordinaria ces de la

madrugada; invocan

:

caba-

la

refieren los lan-

á los

manitiis

;

gri-

tan sin entenderse; desatinan de alegría, y hasta los perros los acompañan con sus ladridos. Del éxito de este primer dia se sacan los presajios

mas

fa-

vorables para lo venidero.

Cuando acaban de caer ce la

el sol

nieves, y resplande-

sobre su endurecida superficie, se publica

caza del castor.

solemne

las

al

Ante todo

se

hace una oración

Gran-Castor, presentándole una ofrenda

de tabaco de hoja. Cada indio se arma de una gran

maza para romper el hielo y una red para cojer la presa; mas por mucho que sea el rigor del invierno, ciertos lagos pequeños del

alto

Canadá^ no

se

176

VIAJE

hielan jamás:

fenómeno que proviene ó de

dancia de algunas fuentes calientes, ó de

abnn-

la

la

esposi-

cion particular del terreno.

Estos depósitos de agua no conjelables^ están

jeneralmente formados por

gún

lo

ral.

Ve

he dicho ya en aqui

como

se

el

los

mismos castores^ se-

artículo de hií^toria natu-

destruyen

las pacificas criatu-

ras de Dios.

En

la

calzada del estanque en

donde viven

los

castores, se practica una abertura bastante ancha

para que

el

agua pueda derramarse, y

la

ciudad

maravillosa quede en seco. Puestos los cazadores so-

macana en la mano y los perros detras, están con la mayor atención mirando como quedan á descubierto las habitaciones, al paso

bre

calzada, con una

la

que va bajando

agua. Alarmado

el

el

pueblo an-

de tan rápido derrame^ y juzgando, sin conocer la causa, que se ha abierto alguna bre-

fibio á

vista

cha en

la

calzada, tratan

Todos nadan minar lla

la

á porfía: los

al

momento de

unos

cerrarla.

se dirijen para exa-

naturaleza del daño, estos acuden á

la

ori-

para buscar materiales, aquellos corren á las ca-

sas de

campo para

avisar á sus conciudadanos.

Los

desventurados se ven cercados por todas partes: so-

bre

la

calzada

la

macana deja tendido

al

obrero que

se esforzaba en reparar la avería- el habitante refu-

los perros le

campo, no está ya seguro; el un polvo que le ciega ^ y ahogan. Los gritos de los vencedores

resuenan por

los

jiado en su casa de

cazador

chan

al

le

arroja á los ojos

asalto de

bosques, la

el

ciudad.

agua

se

agota,

y

mar-

A AMÉRICA. El modo de cojer lados es distinto

:

los castores

177 en

los

viveros he-

practicanse en el hielo algunas

aberturas; y los castores^ aprisionados bajo su bóveda de cristal j corren á respirar á aquellos aguje-

Los cazadores procuran tapar con hojas de ca-

ros.

ña

lugar quebrantado; porque sin esta precau-

el

cion_, los

oculta

bre

el

pero

el

el

castores descubririan la

emboscada que

les

meollo de junco que se ha derramado so-

agua. Aproxímanse

pues

^

^

remolino que forman nadando^

cazador mete

el

brazo por

el

respiradero;

al

los

vende

agujero^ coje

el

:

el

ani-

mal por una pata^ y le arroja sobre el hielo ^ donde un círculo de asesinos_, perros y hombres.

le rodea

Colgado al punto á un árbol, un salvaje le desuella medio vivo, á fin de que su pelo vaya mas allá de los mares á abrigar la cabeza de un habitante de

Londres ó París. Terminada la espedicion contra regresan á al

la

cabana de

Gran-Castor,

al

la

los

castores,

caza^ cantando himnos

ruido del tambor y del chichi-

kué.

La operación de

desollar las reses se hace en

común. Se plantan postes; en cada uno de cuelgan de

las

ellos se

patas dos castores, y colocado un ca-

zador á cada lado, á una voz del jefe abren

el

vien-

tre de los animales muertos y los desuellan. Si en-

una hembra, esto produce una consternación universal; porque el matar las hembras del castor, ademas de crimen relijioso^

tre las víctimas se encuentra

es

también un delito político, una causa de guerra

cutre

las

tribus.

Pero

sin

embargo

el

interés^

la

178

VIAJE de armas

afición a los licores fuertes, y la necesidad

han sobrepuesto á

de fuego j se perstición y

la

fuerza de

su-

la

derecho establecido; un gran núme-

al

hembras han sido ojeadas y muertas, lo que tarde ó temprano producirá la estincion de su raza. La caza termina con una comida compuesta de ro de

la

carne de los castores: en

dor

el elojio

de

los difuntos

tribuido á su muerte

:

pronuncia un ora-

ella

como

si

no hubiese con-

refiere todo lo

que yo he di-

cho de sus costumbres; pondera su talento gacidad ))os

:

y su sa-

que

))Ya no oiréis, dice, la voz de los jefes

mandaban,

á los

que habiais elejido para que os

«diesen leyes entre todos los guerreros castores.

«Vuestro lenguaje, que

los

agoreros comprenden

«perfectamente, no se hablará ya en «lago; ya no daréis

mas

el

fondo del

batallas á las nutrias vues-

«tros crueles enemigos. ¡No, castores! pero vues«tras pieles servirán para comprar armas; nosotros ))llevaremos á nuestros hijos vuestros jamones cura-

«dos

al

humo,

y

no permitiremos que nuestros per-

«ros quebranten vuestros duros Luesos."

Todos

los

discursos y todas las canciones de los

indios manifiestan les

los

que estos

se asocian á los

anima-

suponiéndoles cierto carácter y lenguaje , que miran como unos institutores, como unos seres

dotados de una alma intelijente. La Escritura ofrece

muchas veces

á los

hombres

el

ejemplo del ins-

tinto de los animales.

La

caza del oso es la

salvajes.

mas importante entre

Se verifica en invierno, y empieza por

los

lar-

gos ayunos, purgaciones sagradas y banquetes. Los

A

179

AMÉUICA.

cazadores siguen unos caminos espantosos á orilla

de

los

Iagos_,

y entre

oculta

la

cen

sacrificio

el

nieve.

En

montañas cuyos precipici&s

los desfiladeros

que

se reputa

del desierto, cual es el de

a las ramas de

peligrosos ofre-

mas acepto

al

jenio

suspender un perro vivo

un árbol ^ y dejarle morir

rabian-

alli

do. Algunas chozas dispuestas de pronto cada no-

che^ proporcionan un miserable abrigo:

alli

están

poruña parte y abrasados por otra; para defenderse contra el humo, no hay otro recurso que helados

el

de acostarse boca abajoj cubriéndose

el

rostro

con pieles. Los hambrientos perros aullan, y pasan y vuelven á pasar repetidas veces sobre el cuerpo de

amos; y cuando estos creen que van á tomar un miserable refrijerio, su perro, que ha estado sus

mas alerta, se lo traga. Después de fatigas inauditas,

llegan á unas lla-

nuras cubiertas de bosques de pinos

,

que son

guarida ordinaria de los osos. Alli se olvidan

la

las in-

comodidades y los peligros, y comienza la acción. Divídense los tdzadores^ y situándose á cierta distancia unos de otros, abrazan un grande espacio circular.

circulo,

que

Colocados en

marchan

se dirije al

los

diferentes puntos del

á la hora convenida sobre

un radio

centro, examinando con cuidado to-

dos los árboles antiguos en donde suelen esconderse los osos:

que deja

muchas veces descubre

al

animal

el

señal

su aliento en la nieve.

Luego que el indio ha descubierto las huellas que busca, llama á sus compañeros^ trepa al pino, y á diez ó doce pies del suelo encuentra el agujero

180

VIAJE

por donde el

el solitario se

oso está dormido^

do luego

mero

le

ha retirado á su celdilla: parten

la

cabeza _,

árbol otros dos cazadores, ayudan

al

muerto de

á sacar al

si

y subienal

pri-

su escondrijo y precipi-

tarlo.

El guerrero esplorador y vencedor baja entonces, enciende su pipa, la coloca en la boca del oso, y soplando en el

gargüero

el

braserillo de la pipa, llena de

En

del cuadrúpedo.

gunas palabras

al

humo

seguida dirijo al-

alma del difunto;

le

ruega que

le

perdone su muerte, y no le sea contrario en las caceras. Después de esta arenga ^ corta el frenillo de la

lengua del oso, para quemarla en

de descubrir por en

el

fuego,

si

el el

modo como

el

pueblo, á

fin

cruja y chisporrotee

espíritu del oso está ó no está

aplacado.

El oso no siempre está encerrado en

de un pino, porque habita con

mucha

el

tronco

frecuencia en

una guarida, cuya entrada tapa. Este buen ermitaño suele estar tan repleto, que apenas puede andar ^ sin embargo de haber vivido sin comer una parte del invierno.

Los guerreros que partieron de puntos del círculo dirijiéndose tran

al fin

su presa

:

al

los diferentes

centro, se encuen-

en él, llevando, arrastrando ú ojeando algunas veces se ven llegar jóvenes salva-

jes, que con una varita hostigan á un enorme oso

que trota pesadamente sobre

la

nieve

^

y

cuando ya

están cansados de este juego, clavan un cuchillo en el

corazón del pobre animal.

La

caza del oso, lo

mismo que

todas las demás,

A AMÉRICA. acaba por un convite sagrado

tumbra

á asar

un oso entero^

^

181 en

cual se acos^

el

y servirle á los convi-

dados^ que están sentados alrededor sobre

la

nieve^

cuyas ramas

se

hallan taní^

bien cubiertas de nieve. Alli se ve á

la

punta de un

abrigo de

al

poste

los

pinos

cabeza de

la

la

^

víctima

,

pintada de azul y ro-

algunos oradores le dirijen la palabra^ prodi, y gando alabanzas al muerto ^ al mismo tiempo que

jo

devoran sus miembros. «¡Con que lijereza trepabas ))á lo

¡Con que fuerza acome-

alto de los árboles!

))tias!

¡Con que constancia llevabas adelante tus

em-

»presas! ¡Cuanta sobriedad en tus ayunos! Guerro))ro

de

la

vellosa vestidura^ las jóvenes osas se abra-

asaban de amor por

en

la

primavera. Ahora ya

pero tus despojos hacen aun

))no existes; ))cias del

ti

que

los

las deli-

posee."

Muchas veceSj sentados en compañía de vajes,, se

ios sal-

ven en estos convites algunos perros, osos

y nutrias domesticados. Durante esta caza, contraen los indios algunos

compromisos

,

que con dificultad pueden cumplir:

juran, por ejemplo, no comer hasta haber llevado á su

mujer ó su madre

maten; llan

la

pata del primer oso que

y algunas veces su mujer y su

á tres ó cuatrocientas millas del

En

madre

se

ha-

bosque donde

han muerto

la bestia.

agorero,

cual, mediante un presente, arregla el

el

estos casos se consulta al

negocio. Los imprudentes que hacen estos votos,

quedan

libres

Gran-Liebre do

la

de

ellos

quemando en honor de

la

parte del animal que habían dedica-

á sus parientes.

182

VIAJE

La y

caza del oso acaba liácia

en esta época empieza

del

la

el fin

manadas en

se encuentran en grandes

de Febrero^

Estos animales

alce.

los semilleros

de abetos.

Para cojerlos

se cierra

un terreno considerable

en dos triángulos de desigual ostensión^ formados de estacas altas y muy unidas. Estos dos triángulos se comunican por uno de sus ángulos^ á cuya inme-

La

diación se colocan algunos lazos.

base del trián-

gulo mayor permanece abierta^ y los guerreros se colocan en ella en una sola fila. Desde aquel punto á avanzar dando grandes gritos y batiendo una especie de tambor los alces echan á huir por el cercado que forman las estacas^ buscando en vano una salida^ y cuando llegan al estrecho fatal,

empiezan

:

quedan cojidos en ligro

,

los lazos: los

precipitan en

se

que salvan este pe-

triángulo pequeño, en

el

donde son fácilmente asaeteados.

La

caza del bisonte se verifica en tiempo de ve-

rano en

las

savanas que rodean

Los

afluentes.

indios, recorriendo

huir las manadas hacia el rio. se

pone fuego

á las

el

Missouri ó sus

la

llanura, hacen

Cuando rehusan

huir,

yerbas, y los bisontes se encuen-

el incendio y el rio. Algunos millares de aquellos pesados animales, bramando

tran estrechados entre

á la vez

,

atravesando

las

llamas ó las aguas

^

y ca-

yendo alcanzados por una bala, ó heridos por una , ofrecen un espectáculo admirable.

estaca

Todavía emplean ataque contra de lobos

^

los

los bisontes

á fin

salvajes otros :

medios de

unas veces se disfrazan

de aproximarse mas

;

otras atraen á

A AMÉRICA. las el

183

hembras imitando los mujidos del macho. Hacia fin del átono ^ cuando los rios apenas están hela-

dos^ reunidas dos ó tres tribus^ dirijen los ganados

Un

hacia estos rios.

un bisonte^ pasa engañados

los

sioux^ revestido con rio

el

bisontes

sobre

siguen

le

la piel

de

quebradizo hielo;

el

pero

^

el

frájil

rompe bajo el peso de las enormes reses, que perecen en medio de aquellas ruinas flotantes. puente

En

estas ocasiones se sirven los cazadores de la fle-

cha: y el

se

el

golpe

mudo

cazador recojo

el

de esta arma no espanta la

la

caza^

saeta luego que tiene rendido

animal. El mosquete no tiene esta ventaja^ por-

que en

el

uso del plomo y de

pólvora hay pérdida

la

y ruido.

Se procura cojer á

los

bisontes á contra viento^

porque estos animales ventean distancia.

que

los

Los machos heridos

ha herido^ defienden á

ren muchas veces por

al

Los sioux que vagan por

^

á

gran el

hembra,

y

mue-

savanas a

la

orilla

la

ella. las

derecha del Mississipi^ desde este de San Antonio

hombre

se vuelven contra

rio hasta el salto

adiestran caballos de raza españo-

la, con los cuales persiguen á los bisontes.

res

Algunas veces tienen en esta caza

muy

compañeros^ cuales son

Estos se reú-

nen á

los indios á fin

jan, y en

que

la

los lobos.

de aprovecharse de

lo

singula-

que de-

confusión, suelen llevarse los becerros

se estravian.

Muchas veces cazan también

los

lobos por su

cuenta. Tres ó cuatro de ellos divierten á una vaca

con sus juegos,

v

mientras

ella

observa atentamcn-

18

VIAJE

184 le los juegos la

verba

(le

aquellos trai(lores_, un lobo oculto en

coje por las tetas;

la

animal vuelve

el

cabeza para sacudirse^ y entonces le asaltan llo los Ires cómplices de aquel malvado.

En

el

la

cue-

al

teatro donde se verifica esta caza^ se eje-

cuta algunos meses después otra no menos cruel^

aunque mas

pacífica, cual es

cojen por

noche

la

á la luz

de

la

palomas:

las

las

de una antorcha sobre

los árboles aislados,

en donde reposan durante su

emigración del norte

al

El regreso de

cuando

la

los

mediodía.

guerreros en

la

primavera,

caza ha sido buena, es una gran fiesta.

k buscar sus canoas, las reparan con grasa

Vuelven

de oso y resina de terebinto: las peleterías, las carnes curadas al humo, y los equipajes se embarcan y se saltos

abandonan

de

á la corriente

los

y cataratas han desaparecido

miento de

las

rios, cuyos

con

el

creci-

aguas.

Al acercarse

á

los

pueblos

,

salta

en tierra un

indio, y corre á avisar á la nación. Las mujeres, los niños, los ancianos y los guerreros que han que-

dado en

las

cabanas^ corren todos

á la flota con igual.

un grito que

Entonces rompen

las

al rio

,

es contestado

y saludan

con otro

piraguas su fila, y se

colocan costado con costado, presentando

la

proa.

entran en los pue-

Los cazadores el mismo orden que se observó en la partida , y cada uno de ellos canta sus propias alabanzas ))Es necesario ser muy hombre para atacar á saltan á la orilla,

blos con

:

como yo lo he hecho; ))muy hombre para traer las pieles

»los osos

es

menester ser

y los víveres

que

A AMÉRICA. í)yo

185

he traído en tan grande abundancia. '* Las tri-

bus aplauden, y las mujeres siguen descargando los productos de la caza. Se reparten en la plaza pública las pieles y carnes;

las

enciende

se

se echan en

fuego del regreso

el

de lenguas de oso

los frenillos

él

queman

están secos y se

si

y si

muy buen

son carnosos y chisporrotean bien^ es

agüero;

,

:

sin

ruido, es

señal de que la nación se halla amenazada de alguna

gran desgracia.

Después de

la

danza de

la

caza

tima comida de se

ha traído vivo de

entero^ con caldera.

No

la piel

_,

selva:

la

pipa

la

se sirve la úl-

^

que consiste en un oso que

ponen

le

y las entrañas, en

á cocer

una enorme

ha de dejarse nada del animal

de quebrantarse sus huesos^ como en

todo

la

,

ni

han

costumbre

judaica, y es preciso beber hasta

la

última gola

agua en que ha sido hervido

lo

cual el salvaje

cuyo estómago rehusa siliü á

el

para

:

alimento, llama en su au-

sus compañeros. Esta

comida dura ocho ó diez

horas, y los concurrentes salen de horrible; algunos pagan con

cer que la

la

«Guerreros, ))tlechas:

la

las la

ella

vida

superstición impone.

ceremonia con

el

el

en un estado horrible pla-

Un sachem

cierra

siguientes palabras:

Gran-Liebre ha mirado nuestras

habéis mostrado

«la prudencia del oso

,

la

la

sagacidad del castor,

fuerza del bisonte,

la

ce-

Retiraos, pues, y pasad la lutia pesca y en los juegos." Este discur-

))leridad del alce. ))de

fuego en

la

so termina con

repetido.

el

grito relijioso

¡oah! tres veces

i

86

VIAJE

Los animales que proveen vajes son: el

pecano_,

minio, el

el

el

tejón,

el

gofero,

castor,

la

la

muchas Las

negra

,

peletería á los sal-

liebre gris y blanca,

marta,

gato tigre ó carcajii

la ardilla

ile

zorra gris_, amarilla y roja,

la

,

la

el

nutria,

gris ó listada,

el

ar-

ratón de almi/xie,

el

el

lobo cerval,

oso y

el

lobo de

especies. pieles destinadas á curtir son las del alce,

dante, oveja montes, corzo, gamo, ciervo y bisonte.

GtJJEKKA.

MaA.

J_Jntre

salvajes

los

187

AAIÉUICA.

A

todo

mundo

el

hombres, mujeres, niños; mas

va

cuerpo de los

el

combatientes se compone en jeneral de parte de

armado^

la

La edad

empieza á

le^al para el servicio militar

los

quince años. La guerra es

los

salvajes, y todo el fondo de su política:

mas de

algo los

quinta

tribu.

la

lejítiraa

que

la

gran negocio de

el

tiene

guerra que se hace en

pueblos civilizados; porque casi siempre se de-

clara por la existencia del pueblo

y su objeto es

que

la

emprende,

de conservar los paises de caza,

el

ó los terrenos propios para el cultivo.

Mas por

mismo que

vivir al arte

que

le



el indio

la

muerte

solo se aplica por ^

resultan de ello furores im-

placables entre las tribus. Se disputa la

familia

el

:

noce lean

el

nombre

y el

,

con

y por

,

alimento de y

como

los

y cada enemigo co-

semblante de su enemigo ,

,

pe-

por antipatías

resentimientos particulares; aque-

de un mismo desierto, llevan á sus quere-

llos hijos llas

numerosos

también con encarnizamiento

de carácter,

el

odio se hace individual

ejércitos son poco

lo

los estranjeros la

animosidad propia de

las

discordias civiles.

A

esta primera y jeneral causa de la guerra en-

tre los salvajes, se allegan otras razones

mientos

,

de levanta-

nacidas de cualquier motivo supcrsticio-

i

88

viAJii

so, de una disensión doméstica de algún

procedente del comercio con

que

matar algunas hembras de castores, era un

el

motivo lejítimo de guerra entre te de

interés

europeos. Asi es,

los

hordas del nor-

las

América.

La guerra

se declara de

un modo estraordinario

Cuatro guerreros pintados de negro des-

y terrible.

cabeza, se introducen á favor de

de los pies á

la

noche en

pueblo amenazodoj

y

llegados á las

cabanas, echan en

el

fogón una ma-

el

puertas de

las

cana pintada de rojo

de

al pie

,

la

cual están

la

mar-

cados con caracteres conocidos por los sachems los

motivos de

las hostilidades:

arrojaban una javalina

en

romanos

los primitivos el

enemigo.

territorio

Estos reyes de armas indianos desaparecen

mento como unas fantasmas^ dando

el

ai

mo-

famoso grito

ó icoop de guerra, el cual se forma apoyando una

mano le

sobre

la

boca, de modo que

el

sonido que sa-

temblando, ya mas sordo, ya mas agudo, termi-

ne por una especie de rujido, de que no es posible dar idea. Publicada

guerra,

la

si el

débil para sostenerla, huye; te fuerte, la acepta, y las

si

enemigóos sobrado se considera bastan-

empiezan

los preparativos y

ceremonias de costumbre.

Se enciende en

la

plaza pública

un gran fuego,

y la caldera de la guerra, colocada sobre

ra^ es

la

mete en

marmita ella algo

del jenízaro.

de

lo

tan también dos |)ostes

chaSj macanas

y

que ,

le

la hogueCada combatiente

pertenece

:

se plan-

de donde se cuelgan

ile-

[)lumas, lodo pintado de rojo. Di-

189

A AMÉRICA. postes se colocan al septentrión

chos

mediodía ó

al

gún

occidente de

al

la

oriente^

al

^

plaza pública,

se-

punto jeográfico de donde debe proceder

el

la

batalla.

Flecho esto

se presenta á los guerreros la

,

me-

dicina de la guerra, vomitivo violento desleido en

un azumbre de agua, que debe beberse de un tiLos jóvenes se dispersan por las inmediaciones, aunque sin separarse mucho ^ y el jefe que debe rón.

mandarlos^ después de haberse frotado

el

cuello y el

rostro con grasa de oso y carbón molido^ se retira á la

estufa, en donde pasa dos dias enteros sudando,

ayunando

y

observando sus sueños. Durante estos

dos dias está prohibido á á los guerreros; pero la

espedicion,

te del botín

dudan

del

al

las

mujeres

el

pueden hablar con

acercarse el jefe

de

cual visitan para obtener una par-

que se haga; porque

los salvajes

nunca

buen éxito de sus empresas.

Dichas mujeres llevan varios presentes, quedejan k los pies del jefe; y éste nota con granos ó

conchas

la

pretensión de cada una: una hermana

reclama un prisionero que haga con

ella las

veces

hermano que murió peleando; una matrona

del

de algunas cabelleras para consolarse por

la

pi-

pérdida

de sus parientes; una viuda requiere un cautivo por

marido, ó una viuda estranjera por esclava; una madre pide un huérfano para reemplazar al hijo que ha perdido. Transcurridos

los

dos dias de retiro, los jóvenes

guerreros se dirijen á su vez ante ra

,

y le declaran su designio

el jefe

de

la

guer-

de tomar parte en

la

VIAJE

190

cspedicion; porque aunque

hacer

la

guerra

die ^ pues

Todos

consejo hayo resuelto

puramente voluntario.

es

guerreros se embadurnan de negro y manera que les parece mas adecuada

ios la

para aterrar

el

esta determinación no liga á na-

empeño

el

colorado de

^

enemigo. Unos

al

se

hacen barras lon-

jitudinales ó transversales en los carrillos; estos

fi-

guras redondas ó triangulares; aquellos se pintan serpientes. El pecho descubierto y los brazos des-

nudos de un guerrero^ oTrecen hazañas: algunas

mero de

nú-

cabelleras que ha arrancado^ los combates

en que se ha encontrado rido.

historia de sus

la

cifras particulares espresan el

Estos jeroglíficos

_,

que ha cor-

los peligros

impresos en

el

cutis con

nunca pueden borrarse: son unas picaduras muy finas quemadas con resina de pino. puntos azules

tida

_,

Los combatientes^ enteramente desnudos ó vesuna túnica sin mangas^ adornan de plumas el

único copete de cabello que conservan en de el

la

En

cabeza.

el

cráneo; y

de también del mismo cinturon

izquierdo

arco ó

el la

vértice

su cinturon de cuero llevan ceñido

cuchillo para recortar

cha llevan

el

la

aljaba con

:

macana pen-

la

en

la

mano derehombro

carabina_, y sobre el las flechas

_,

ó el frasco de

cuerno lleno de pólvora y de balas. Asi procuraban hacerse formidables á los ojos de los romanos los cimbrios^

los

El jefe de llar

teutones y los francos. la

guerra sale de

de porcelana rojo en

la

la

hermanos de armas un discurso: »rilu abre mi

boca.

estufa con

mano^ ))E1

un co-

y dirijo á

sus

Grande-Espí-

La sangre de nuestros paricn-

A AMÉIUCA. »tes muertos en

la

191

última guerra^ todavía no se ha

))secado; sus cuerpos no han sido cubiertos^ y es

«menester que vayamos á defenderlos de las mos))cas. He resuelto^ pues^ marchar por la senda de guerra; he visto osos en mis sueños; los mani-

))la

buenos

))tiis

))maIos no

))merme

me han prometido su asistencia^ me serán contrarios: iré, pues_,

á los

enemigos,

á

beber su sangre, á ha-

prisioneros. Si yo perezco

))cer

y los á co-

_,

»que quieren seguirme pierden

ó

algunos de

si

los

vida^ nuestras

la

))almas serán recibidas en la rejion de los espíritus, ))y

nuestros cuerpos no quedarán tendidos en

))vo

ó en

))cerá al

el

el

pol-

lodo, porque este collar rojo pertene-

que cubra

á los muertos.''

Dichas estas palabras, arroja

collar en

el

el

suelo, y los guerreros mas célebres se precipitan

para recojerle: los que todavía no han combatido,

común ^ no

ó que solo disfrutan de una celebridad

El guerrero que

le

levanta queda hecho teniente jeneral del jefe, y

le

se atreven á disputar el collar.

reemplaza en

so.

el

mando,

si

perece en

la

espedicion.

El guerrero que posee el collar hace un discurTraen agua caliente en una vasija los jóvenes :

lavan

al jefe

de

la

guerra, quitándole

gro de que está cubierto, en seguida carrillos, la frente y el

de diferentes colores^ y

el

color ne-

le

pintan los

pecho con gredas y arcillas con su traje mas

le revisten

precioso.

Durante esta ovación canta aquella famosa canción de

que va

el jefe á

media voz

muerte que entona

á sufrir el suplicio del

fuego.

el

192

VIAJE

))Yo soy intrépido y valiente

»me

de

rio

los

no temo morir; los

temen! ¡Son mujeres^ menos que muje-

))que los

¡Ahogue

))res!

^ y

tormentos. ¡Cuun cobardes son

enemigos! ¡Pueda

mis

rabia á

la

»yo devorarlos^ y beber su sangre hasta

última

la

»gota!."

Acabada por pinza su segundo

canción de guerra.

la

í>Yo pelearé por

beberé en

))ras^ y

muerte^ em-

jefe la canción de

el

el

la

patria;

y

arrancaré cabelle-

cráneo de mis enemigos

Cada guerrero^ según su carácter

_,

añade

_,

&.c." á esta

canción algunos pormenores mas ó menos atroces.

Unos dicen

:

))Yo cortaré con los dientes los dedos

mis enemigos; yo

))de

))seguida las piernas."

quemaré

y

en

Otros: »Yo dejaré que

los

les

los pies

«gusanos se introduzcan en sus llagas; yo ))ré la piel ))y

se lo

yo

del cráneo;

meteré en

la

les

arrancaré

el

^

les quita-

corazón^

boca."

Estas canciones infernales solo tre aullidos las hordas del norte.

las

cantaban en-

Las tribus del me-

diodía se contentaban con ahogar á sus prisioneros

en

el

humo.

Habiendo repetido guerra^ recita

en la

el

la

el

canción de familia^ que consiste

elojio de los abuelos.

guerra por

la

guerrero su canción de

Los jóvenes que van

Concluidas estas primeras ceremonias jefe

al

pasa

el

_,

consejo de los sachems^, que están sentados

en círculo con una pipa roja en

gunta

á

primera vez permanecen silenciosos.

si

pieza de

la

boca^ y les preel hacha. Em-

persisten en querer levantar

nuevo

la

deliberación^ y casi siemj)re se

A AMÉIUCA. confirma de

el jefe

los

guerra á

la

jóvenes

la

Desatan

las

de

ancianos^ á lo que

los

con una aclamación.

perro sagrado, que estaba atado á

y le ofrecen á Areskui, dios de la guerra.

un poste, Entre

el

plaza pública^ y anuncia á

la

decisión

los jóvenes

responden

193

resolución primera. Entonces se vuelve

la

naciones del Canadá^ degüellan este per-

ro, y después de haberle hervido en una caldera,

le

hombres que se hallan reunidos, sin que permitido á ninguna mujer asistir á este ban-

sirven á los sea

quete misterioso. Concluida gefe que se pondrá en

ó

al

ponerse

marcha

salvajes, es

al

de

los

momento la

dia al

el

amanecer,

la

indolencia natural de

momento reemplazada por una

actividad estraordinaria: cial

comida, declara

tal

el sol.

Oida esta declaración, los

la

la

alegría y

jóvenes se comunican á

se establecen

el

ardor mar-

nación; y

la

una especie de

al

talleres para

construcción de carretones y canoas. Los carretones empleados en el transporte de

los bagajes,

de los enfermos y de los heridos, se muy delgadas de pie y medio

forman de dos tablas de largo

y

delante.

Tienen unos rebordes en donde

siete pulgadas de

unas correas para sujetar

ancho

^

realzadas por se

atan

los fardos^ y los salvajes ti-

ran de este carro sin ruedas por medio de una doble

banda de cuero ^ llamada metump bre

el

,

que

se pasan so-

pecho ^ y cuyos estremos están atados en

la

delantera del carretón.

Las canoas son de dos especies: unas mas grandes Y otras mas pequeñas

;

y se construyen del

mo-

194

VIAJE

do siguiente:

se

piezas curvas^ de

unen por sus estremidades unas

manera que formen una

cerca de ocho pies y medio en su y veinte

en

se colocan

el

mayor;

unas

costillas

esqueleto de

la

de

sobre estas piezas maestras

y

dro rojo^ reforzadas con

elipse

menor diámetro,

delgadas de madera de ce-

un

mimbres. Este

tejido de

canoa se reviste con cortezas arran-

cadas en invierno á los olmos y

echando agua hirviendo sobre

á los abedules,

tronco de estos ár-

el

boles, cuyas cortezas se unen con raices de abeto,

que son en estremo

flexibles, y tardan

mucho

á se-

carse. La costura se cubre por dentro y por fuera con un baño de una resina, cuyo secreto conservan los

salvajes.

Concluida

la

canoa

^

y

armada de sus

canaletes de arce, se parece bastante á una tejedera ó araña de agua, elegante y lijero

marcha con rapidez sobre

la

insecto, que

superficie de los lagos

y de los rios.

Uu

combatiente debe llevar consigo diez

libras

de maiz, ó de otros granos^ su estera^ su manitii y su saco de medicina.

El dia que precede

al

de

la

partida^ llamado

dia de la despedida, está consagrado á nia

muy

el

una ceremo-

tierna entre las naciones de las lenguas hu-

rona y algonquina. Los guerreros que hasta entonces han estado acampados en la plaza pública ó en

una especie de campo de Marte, los

se dispersan

por

pueblos, y van á despedirse de cabana en caba-

ña^ donde son recibidos con muestras del mas tierno interés: todos quieren tener alguna cosa que haya pertenecido,

y

con este objeto

les

quitan

les el

A AMÉRICA.

195

manto para darles otro mejor cambian con ellos una pipa ^ y en todas partes se ven precisados á comer^ ó apurar una copa. Cada choza ofrece por _,

un voto particular; y es indispensable que contesten á sus huéspedes con un deseo semejante. ellos

Cuando

el

guerrero se despide de su propia ca-

bana^ se detiene primero

umbral de

al

puerta. Si

la

primera^ y su hijo la besa tiene madre^ sale ésta los ojos^ la boca y los pechos. Se presentan en sela

guida sus hermanas y les toca sus pies su mujer

De

nos jenios.

varones

,

frente

la

todos sus hijos solo

el

la

último:

el

sachem^ después de haberle dado un golpe en palda^

le dirije

un discurso para exhortarle

á

la

lgan ))tu

á



^

co-

insultando

^

memoria.'' la

despedida

partida. Al despuntar

jefe de la

guerra^ y da

obscurecido

el cielo la

_,

es el dia

alba sale de su choza

el

grito de muerte. Si ha

menor si

nubecilla_, se

,

se levanta y se

ha ocur-

se difiere el dia

marcha. El campo despertado por

muerte Los

si

el

ha visto algún pá-

jaro ú otro animal de mal agüero la

mismo de

el

rido algún sueño funesto,

de

,

enemigos Me-

harán caldo con mi carne

Al otro dia de la

los

si

es-

honrar

á sus abuelos: ))Yo estoy detras de ti^ le dice

))mo tu estas detras de tu hijo:

los

hacha ó

se presenta el

fin

bue-

á los

presentan

le

sobre los cuales estiende

macana. Su padre en

póstrase á

:

encomienda

j á la cual

el

grito de

arma.

jefes de las tribus

enarbolan los estandartes,

que son unos pedazos de corteza de forma redonda y pendientes de la punta de una lanza, sobre los

196

VIAJE

cuales están groseramente dibujados algunos mani-

tús^ una tortuga^ un oso^ un castor, &c. Los jede

fes

las

campo

á

tribus son una especie de mariscales de

órdenes del jeneral y de su segundo. algunos capitanes no reconocidos por

las

Hay ademas

grueso del ejército: estos son unos partidarios,

el

á

quienes siguen los aventureros.

Procódese luego

alistamiento del ejército:

al

cada guerrero, pasando por delante del jefe

en-

le

,

trega un pedacito de madera marcado con un signo particular. Hasta tivo

,

pueden

los

la

entrega de su símbolo respec-

guerreros retirarse de

la

espcdi-

cion; pero dada esta prenda^ cualquiera que vuelva atrás es declarado infame.

Preséntase luego

sumo sacerdote seguido

el

del

colejio de los agoreros ó médicos, los cuales llevan

unas cestas de junco en forma de embudo, bolsas de piel

llenas de raices

guerreros se sientan en

y

unas

y de plantas. Los

suelo con las piernas cru-

el

zadas, formando círculo, en medio del cual están los sacerdotes

en pie.

El primer agorero llama á sus nombres:

los

combatientes por

guerrero llamado se levanta y entrega su manitii al agorero, que le coloca en una de

las cestas,

algonquinas

,

el

cantando

¡ajouh-oyah-alluya

Los manilús varían sentan pieles

los

mismo tiempo

al

al

estas voces

I

infinito, porque repre-

caprichos y los sueños de los salvajes:

de ratón henchidas de heno ó de algodón^

unos gusanillos blancos

,

p(ájaros

llenos de

paja^

dientes de cuadrúpedos ó peces, pedazos de tela en-

A AMÉRICA. carnada^ raoios de

árboI_,

197

algunas bujerías de vidrio,

ó cualquier adorno europeo; en fin, todas las for-

mas que

se cree

mostrarse á

han tomado

buenos para

los jenios

poseedores de estos manitiis

los

¡di-

:

chosos al menos ^ pues que se tranquilizan atan poca costa, y se creen á cubierto de los reveses de fortuna bajo

la

Bajo

el

la

protección de cualquier bagatela!

réjimen feudal se recibia acta del derecho

adquirido por

el

don de una varita, de una paja^ de

una sortija, de un cuchillo

Los manitús dan confiados á de

los caudillos

De dición

&c.

,

distribuidos en tres cestas, que-

,

la

custodia del jefe de

la

guerra y

de las tribus.

colección de los manitüs se pasa á

la

de

las

mentos de

plantas medicinales y de

los

la

ben-

instru-

cirujía. El gran agorero los saca de

uno

en uno de un saco de cuero ó de pelo de búfalo, los deja en el suelo, baila alrededor de ellos

otros agoreros, se

descompone

el

con

los

semblante, aulla,

pronuncia voces desconocidas, y termina declarando

que ha comunicado

á los simples

una virtud sobre-

natural, y que tiene poder para volver á la vida á los guerreros difuntos. Se abre los labios con los dientes, aplica

luego unos polvos sobre

la

herida ^ cuya

sangre ha chupado con destreza, y aparece súbitamente curado. Algunas veces le presentan un perro

que

se cree

trumento el

muerto; mas

á la aplicación

se levanta el perro

,

de un ins-

y se publica á voces

milagro. ¡Y sin embargo, son unos hombres intré-

pidos los que asi se dejan embaucar por unos prestigios tan groseros! El salvaje

no ve en

la

charlatane-

i

98

VIAJE

de sus sacerdotes mas que

ría

la

intervención del

Grande-Espíritu^ y no se corre de invocar en su ausilio a! que ha hecho la llaga y puede curarla.

Entre tanto ya han preparado

mujeres

las

el

banquete de la partida esta última comida se compone también de carne de perro como la primera. Antes de llegar al manjar sagrado , se dirije el jefe :

á la reunión:

«Hermanos

míos:

))Yo todavía no soy ))go

hombre^

lo sé; y sin

todos saben que he visto algunas veces

))migo.

En

«nosotros

la

embarene-

al

última guerra murieron muchos de

j y los

huesos de nuestros compañeros no

))han sido defendidos de las moscas;

))dispensable que

vayamos

es

pues, in-

^

¿Como

á cubrirlos.

he-

))mos podido permanecer tanto tiempo sobre nues-

esteras? El manitú de mi valor

))tras

«vengar

al

me manda

hombre. ¡Animo pues, ó jóvenes!"

Entona

el jefe la

canción del manitú de

los

com-

bates (1)^ cuyo estribillo repiten los jóvenes. Concluido el cántico , se retira el jefe á la cumbre de

una eminencia^ do en al

la

y se acuesta sobre

mano una

pipa roja

,

una

piel,

tenien-

cuyo braserillo mira

pais enemigo. Se ejecutan las danzas y las pan-

tomimas de llama

el baile

Un cí)

la

guerra,

la

primera de

las

cuales se

de la descubierta.

indio se adelanta solo y á paso lento en

Véanse

los

Nalchez,

me-

AAMÉIU€A. guerreros: se

los al

declinar

le

el día.

,

;,

Descúbrese

á gatas para llegar á él

sionero

109

y representa la partida de ve marchar, y después acampar

dio de los espectadores

muere otro,

ataca

;

enemigo, marcha

el

pelea

^

^

cae uno pri-

retirada precipitada ó tran-

quila, vuelta dolorosa ó triunfante.

El guerrero que ejecuta esta pantomima la dá fin con un canto en honor suyo y gloria de su familia. »llace veinte nieves hice yo doce prisioneros;

»hace diez nieves salvé

Mis antepasados eran

al jefe.

Mi abuelo

«valientes y famosos.

era

la

sabiduría de

mi padre era »fuerte como un pino. Mi bisabuela fue madre de mi abuela valia ella sola por un ))CÍnco guerreros tribu y

))ia

el

bramido de

la

batalla;

;

«consejo de sachems

;

y mi madre hacia una esce-

))lente sagamita. Pero yo soy mas fuerte

bio

que todos mis abuelos." Esta era

Esparta

:

la

y

mas

sa-

canción de

Nosotros fuimos en otro tiempo jóvenes^

valientes y atrevidos.

Tras este guerrero

se levantan los otros, y

tan igualmente sus proezas; se

prodigan

ni tan bello

,

mas

como

les

encima de todo

el

:

las

elojios

nada es tan noble

reúnen todas

ellos; ellos solos

cualidades y todas

mas

y cuanto

felicitan

can-

las

virtudes. El que se colocaba

mundo

,

aplaude

al

que declara

sobrepujarle en mérito. Los espartanos tenian tam-

bién esta costumbre, y discurrian que

que

se dá alabanzas en

público

,

el

hombre

contrae una obli-

gación de merecerlas.

Poco tos para

á

poco dejan todos

tomar parte en

los

los

guerreros sus pues-

bailes

:

se ejecutan al-

19

200

VIAJE

gimas marchas

son del tamboril^ del pífano

al

chichikué. Se aumenta

de un

los trabajos

da

;

el

sitio^ el

movimiento

y

y del

se imitan

ataque de una empaliza-

unos saltan como para salvar un foso, otros

los

parece que se echen á nadar, otros presentan

la

mano

al

sus compañeros para ayudarles á subir

á

Resuenan unas macanas contra otras; el chichikué precipita la marcha los guerreros sacan asalto.

•,

sobre sí mismos, al mas aprisa, y últimamente con tanta rapidez, que desaparecen en el circulo que describen y al mismo tiempo pueblan

puñales, empiezan

á revolverse

principio con lentitud, luego

;

bres feroces se dirijen

que estremece trajes

hom-

puñal que aquellos

el aire horribles gritos. El

pecho con una destreza

al

su rostro negro y abigarrado

,

,

sus

caprichosos, sus prolongados aullidos; todo

este cuadro de una guerra salvaje inspira el

mayor

terror.

Fatigados, jadeando, cubiertos de sudor, ter-

minan

los actores el baile, y se pasa á la

Los insultan

los jóvenes.

nes ultrajantes

,

les

,

cabeza

y es preciso

con

la

les dirijen

les

reconvencio-

cubren de ceniza caliente

dan latigazos,

cabellos ,

,

prueba de

les

echan tizones

que sufran todos estos

los á la

ultrajes

mas perfecta insensibilidad; porque el que el menor signo de impaciencia, seria

dejase escapar

declarado indigno de levantar

el

hacha.

El tercero y ultimo convite del perro sagrado corona estas diversas ceremonias. Solo debe durar

media hora

:

los

guerreros

comen en

sididos por el jefe: éste deja

muy

silencio

pronto

,

el

pre-

ban-

A AMÉRICA.

qnctc los

y

bagajes

toman

y

,

hablar una palabra

,

201

corren todos los guerreros á

y á esta señal

armas. Rodéanlos

las

los

parientes y amigos

dre sigue con sus miradas

sin

,

ma-

la

;

hijo^ ocupado en car-

al

gar los fardos sobre los carretones^ y surcan sus mejillas lágrimas silenciosas.

Algunas familias están

sentadas en

permanecen en

suelo

el

,

otras

todas observan atentas los preparativos de

cha

^

y

,

mar-

y en todos los semblantes parece leerse escrita

misma pregunta hecha interiormente por

esta

versos cariños: i)¿Si ya no

En

fin

,

el

den militar los

guerra

:

jefe de la guerra

sale de

manitús; detras de ,

se

su

viene en pos

marcha

él

cabana

forma en or-

gran agorero se pone á

el

di-

volveré á ver?"

le

completamente armado. El ejército con

pie la

la

cabeza

el jefe

de

la

porta-estandarte de la pri~

el

mera tribu ^ llevando desplegada al aire su bandera, á la que siguen los hombres de dicha tribu. Las demas tribus desfilan después de la primera y y tiran de los carretones cargados de calderas, esteras y sacos de maíz. Algunos guerreros^ de cuatro en cuatro ó de ocho en ocho, llevan en hombros

pequeñas

y

cortesanas tiran

grandes canoas. Las mozas 'pintadas ,

siguen

el ejército

con sus

también de los carretones

llevar el

metump cruzado por

el

á la frente. El teniente jeneral

;

hijos.

las ,

ó

Estas

mas en lugar de

pecho, se

marcha

lo aplican

solo

en

el

flanco de la columna.

El jefe de algunos pasos

la ,

guerra

,

después do haber andado

detiene á los guerreros, y

«Desterremos

la tristeza: el

que va

á ti^

les

dice;

morir dc-

202

VIAJE

Sed dóciles

contento.

estar

))1)C

))que se distinga recibirá

á

mis órdenes

mucho metump. Mi

:

el

estera

N.^ poderoso guerrero. Si yo y mi sepuestos en la caldera^ N. os mandasomos ))gundo llevará

))la

Ea

»rá.

))aullad

pues

^

^

daos palmadas en los muslos^ y

por tres veces."

Dicho esto antrega estera al

éste

el

el jefe

su saco de maíz

guerrero que ha designado

derecho de mandar

la

tropa

^

lo

y su

que dá

á

jefe ó su

si el

segundo perecen. Vuelve

á seguir la

marcha^ y

el

ejército es or-

dinariamente acompañado por todos de

pueblos hasta

los

echarse

al

escena de

agua la

las

rio

el

los

habitantes

ó lago en donde deben

canoas. Entonces se renueva

despedida

:

los

la

guerreros se desnudan^

y reparten sus vestidos entre los miembros de sus familias.

En

este último

momento

es permitido

que

cada uno esprese en voz alta su dolor: cada combatiente está rodeado de sus parientes,, que le prodigan

estrechan en sus brazos_, y le dan los nombres mas tiernos que se conocen entre los hommil

caric¡as_, le

bres. Antes de dejarse tal vez para siempre^ se per-

donan recíprocamente

los agravios

que pueden ha-

berse hecho. Los que quedan ruegan á los manitüs

que abrevien

el

tiempo de

ten conjuran

al

roclo que descienda sobre

natal

,

sin olvidar

la

ausencia; los que parla

choza

en sus deseos de felicidad á los

animales domésticos^ huéspedes del hogar paterno.

Las mujeres que han permanecido en cen desde lejos posos

y

á SUS

las

la orilla^

ha-

últimas senas de cariño á sus es-

padres y á sus hijos.

203

A AMÉRICA. Para sigue

pais

dirijirse al

camino directo

el

^

enemigo, no siempre que algunas veces

sino

mas corto, como mas seguro. La marcha arregla por el agorero, según los buenos ó malos

loma se

el

presajios:

La

si

ha observado algún buho, se detiene.

entra en un ancón; saltan en tierra, arman

ilota

una empalizada, después de

lumbre,

se

ponen

cena

se

pone

la

se se

,

espíritus, y

fuerte.

manitús

;

calderas

al

campo bajo

el

el jefe

tengan cerca de

muy

las

cual, encendida la

lo

recomienda á la



macana

Se suspenden de

,

fuego. Concluida la

los

custodia de los

guerreros que

y que no ronquen las

empalizadas

los

es decir los ratones henchidos de paja, las

piedrccillas blancas, los pedacitos de paja, los pe-

dazos de tela roja, y

el

agorero empieza

la

oración:

))0 manitús, dice, sed vijilantes: abrid los ojos ))y las

orejas. Si los guerreros fuesen sorprendidos,

))esto

redundaría en deshonor vuestro. ¡Gomo! di-

))r¡an los

sachems:

los i

))se

Ya

))go! ))á

manitús de nuestra nación

han dejado vencer por veis

comer, y

si

los

los

manitús del enemi-

esto seria vergonzoso; nadie os daría

guerreros tratarían de obtener otros

mas poderosos que vosotros. En vuestro «ínteres está el guardar bien el campo; porque si

«espíritus

))nos arrancasen la cabellera ))no seria á ))SÍno

durante nuestro sueño,

nosotros á quien podría echarse en cara,

que toda

la

culpa sería vuestra."

Después de esta amonestación á los manitús, el mundo se retira con la mas perfecta seguri-

todo

dad

,

iulimamenle convencido de que nada tiene

que temer.

204

VIAJE

Algunos europeos que han hecho los salvajes, adníiirados de

preguntaban

á sus

compañeros de estera

veces habían sido sorprendidos en los tos

:

))Con

algunas

si

campamen-

mucha frecuencia:" respondian.

))¿Pues

mejor en estos casos^ replicaban aquellos^

))no seria

«colocar centinelas?''

respondía

seria

una virtud de su imprevisión

hay hora

vimiento:

bueno

si el

eso:"

volviéndose del otro lado. El

el salvaje

indio se hace

— ))Muy

pereza^ colocándose bajo

No

guerra con

la

tan eslraña confianza,

la sola

para

fija

el

de su

y

protección del cielo.

descanso

para

ni

mo-

el

agorero esclama á media noche que

ha visto una araña sobre

hoja de un sauce

la

^

es

indispensable partir.

Cuando pasan por un za, se dispersa

la

tores quedan á disposición se presenta;

hostil

que

nerse

el sol ^

que abunda

pais en

la

ca-

tropa, y los bagajes y sus conducde

primera partida

la

pero dos horas antes de po-

todos los cazadores vuelven

con una precisión de que solo

al

campo

son ca-

los indios

paces. Si se cae en

la

senda blazed ó

mercio y todavía es mayor

la

la

senda del co-

dispersión de los guer-

reros: dicha senda está marcada en los troncos de los árboles^ señalados ra.

Este

es el

con un corte

camino que siguen

á la

misma

las diversas

nes rojas para traficar unas con otras ó con

altu-

naciolas

na-

ciones blancas; y es de derecho público que este ca-

mino pertenezca neutro; por á

ninguno de

los

lo cual

que transitan por

La misma neutralidad

se

no se molesta

él.

observa en

h

senda de

205

A AMÉRICA. la sangre-,

la

los matorrales.

ha puesto á fica

cual está trazada por el fuego que se

sobre aquel camino consagrado sus espediciones

tribus en

partidas enemigas

no

Ninguna cabana

la

se

remotas.

Las mismas

encuentran en aquel punto,

jamás; porque violar

se atacan

mercio ó

si

se edi-

tránsito de las

al

la

senda del co-

de la sangre , es una causa inmediata de

guerra contra

la

nación que ha cometido

el sacri-

lejio.

Si una tropa encuentra dormida á otra con la que tiene contraidas alianzas, permanece en pie

fuera de las empalizadas del

campo

hasta que dis-

piertcn los guerreros; y cuando estos salen de su

sueño, se aproxima su jefe á

la

tropa viajera,

le

presenta algunas cabelleras destinadas para estas ocasiones, y les dice:

»Aqm

»rica: podéis pasar, sois

tenéis golpe

»tro honor está á cubierto." los aliados: ))Aqui

,

que signi-

lo

hermanos nuestros; vues-

A

lo

que responden

tenemos golpe."

y

prosiguen su

camino. El que tomase por enemiga á una tribu

amiga, y

despertase, se espondria á una recon-

la

vención de ignorancia ó de cobardía. Si ha

de atravesarse

neutral, debe pedirse

el

el territorio

de una nación

paso, con cuyo objeto se

nombra una diputación, que pasa con

la

pipa

pueblo principal de dicha nación. El orador fiesta

que

árbol de

el

la

al

mani-

paz fue plantado por los

abuelos; que su sombra se estiende sobre los dos

pueblos; que

el

hacha esta enterrada

bol, y que es

menester

tad y fumar

la

al

pie del ár-

estrechar los lazos de la amis-

pipa sagrada. Si

el

jefe de

la

nación

206

VIAJE

neutra recibe y

üe

^

está concedido el paso,

se vuelve bailando hacia los su\os.

modo van aproximándose

este

de llevan

pipa y fuma

la

embajador

el

guerra^

la

pais adon-

al

plan, sin precaución y sin

sin

temor. Ordinariamente se deben á

la

casualidad las

primeras noticias del enemigo: un cazador viene

hom-

corriendo, y declara que ha visto huellas de bre. Al

de

momento

jefe parte con los

ra

manda que

se

que no

á fin de

trarbajos_,

examinar

las

cese toda especie

se oiga el

ruido, y

el

guerreros mas esperimentados pahuellas.

los sonidos á distancias

Los

salvajes que perciben

inmensas^ reconocen

los se-

ñales en las áridas malezas y en las peladas rocas,

donde ningún otro ojo que

Y

da.

el

suyo descubriria na-

no solo descubren estos vestijios, sino que

pueden decir qué tribu indiana qué fecha son. Si

la

considerable, son

los

por

marca

alli; si la

disj

los

ha dejado y de

unción de ambos pies es

iliiieses

los

que han pasado

del talón es profunda, y la

im-

presión de los dedos ancha, se reconoce á los ut-

chipueses;

que

los

si el

pie se ha llevado de lado, es seguro

pontonétamises están en campaña

yerba está apenas ajada, de

las hojas superiores

se

reconoce

la

la

si

;

si

la

solo se hallan dobladas

planta

,

y no las

mas

huella fujitiva de los hurones;

bajas, si

los

pasos están vueltos hacia fuera, y caen á treinta y seis pulgadas uno de otro, son europeos los que

han dejado marcado su tránsito. Los indios caminan con

la

punta

del pie hacia

bre

la

misma

línea.

reros por

la lijereza

dentro, y ambos pies sola edad de los guer-

Se juzga de ^

lo

corto ó lo largo de los pasos.

207

A AMÉRICA.

Cuando

musgo

el

de

las huellas son

cuando

días

musgo

ó

yerba no está húmeda^

la

víspera; cuentan cuatro ó cinco

la

los insectos corren ya por la

yerba ó

el

pisados^ y tienen ya diez ó doce dias cuando

ha reaparecido

fuerza vejetal del terreno^ y apun-

la

tan las nuevas hojas; de

modo que algunos

insectos^

algunas briznas de yerba^ y algunos dias borran los pasos y la gloria del hombre.

Reconocidas ya

las huellas^

ponen

el

oido en el

por un murmullo que el oido europeo no ^ y puede percibir^ juzgan á qué distancia se halla el suelo

enemigo. Vuelto

impone

el jefe al

campo, hace apagar

los fuegos,

silencio, prohibe la caza, y dispone

las

ma-

Se hace una gran comida en silencio,

y se

canoas sean torrales.

que

escondidas en los

sacadas á tierra y

acuestan.

La noche que

sigue

al

primer descubrimiento

Todos

del

enemigo,

los

guerreros están obligados á soñar y á referir

se llama la noche de los sueños.

al

otro dia lo que han soñado, para que pueda juzgarse del éxito de la

El campo lar:

empresa.

ofrece entonces un espectáculo singu-

algunos salvajes se levantan y caminan en las murmurando su canción de muerte, á la

tinieblas

cual añaden algunas palabras nuevas, ))Yo

me

»caré

que

el

ño_^

y

como

estas:

tragaré cuatro serpientes blancas, y arran-

las

alas á

una águila roja." Éste

es el sueño

guerrero ha tenido y mezcla en su canción. Sus compañeros están obligados á adivinar este suesi

no

lo

hacen, queda

el

soñador libre del

208

VIAJE

En

servicio.

den

óste las cuatro serpientes blancas pue-

significar cuatro

europeos que debe matar

un indio

fiador^ y el águila roja^

rancar

so-

cabellera.

la

Cierto guerrero, en

la

noche délos sueños, au-

mentó su canción de muerte con perro que tenia orejas de fuego

obtener

el

quien ha de ar-

á

la

la ;

y

historia

de un

como no pudo

aplicación de su sueño, se volvió para su

cabana. Estas costumbres^ que participan del carácter de la infancia, podrían ser favorables á

co-

la

bardía entre los europeos; pero entre los salvajes del norte de

porque

allí

América no tenían

no

se veía

en

ellas

este inconveniente;

mas que un acto de

aquella voluntad libre y caprichosa de que jamás se desvía

que

indio, quien quiera que sea

el

el

hombre

al

somete un momento por razón ó por ca-

se

pricho.

En

la

cho que

noche de el

los

sueños, los jóvenes temen

agorero haya soñado mal; es decir, que

haya tenido miedo; porque

mal sueño

mu-

,

el

agorero, con solo un

puede hacer retroceder

al

aunque haya andado ya doscientas leguas. guerrero ha creído ver

los espíritus

ejército, Si algún

de sus padres,

ó se ha figurado oír su voz, obliga también

al

cam-

po á retirarse. La independencia absoluta, y la relijion sin luces, gobiernan las acciones de los salvajes. Si no ha desconcertado

dicion

,

ningún sueño

la

espe-

sigue el ejército su marcha. Las mujeres

pintadas se quedan detras con las canoas; y se envían delante veinte guerreros de los que han hecho

209

A AMÉRICA. el

el

amigos (1). El mayor orden y juramento de mas profundo silencio reinan en el ejército; los los

guerreros caminan á

que sigue ^ pone pada

el

la

planta del que le precede

la

evita la multiplicidad de

precaución

,

el

va á la cabeza de

la

la

mayor

marcha va

es-

_,

el

enemigo, recorre sus sinuo-

De cuando

escuchan con

la

la

se



tuto sabueso.

peos es

huellas, y para

como

través de los matorrales

al

lo cual

polvo y hojas secas. El jefe columna y guiado por los ves-

que ha dejado

sidades

las

con

,

guerrero que cierra

parciendo en pos de

tijios

^ de modo que el donde ha quedado estam-

desfilada

pie en

mas

el

as-

en cuando hacen alto^ y mayor atención. Si entre los euro-

caza imájen de

la

guerra, entre

jes es la guerra imájen de la caza;

los salva-

porque

el

indio,

persiguiendo á los hombres, aprende á descubrir á

El mas hábil jeneral en

los osos.

raleza, es

mas

el

el

estado de natu-

fuerte y vigoroso cazador; las cua-

lidades intelectuales, las sabias

combinaciones^

uso perfeccionado del juicio, forman en social los

el

el

estado

grandes capitanes.

Los corredores enviados

á la descubierta traen

algunas veces unos haces de cañas recien cortadas,

que son ñas

,

los carteles

y su

número

de desafío: se cuentan

las

ca-

indica el de los enemigos. Si las

tribus que dirijian en otros tiempos estos desafíos

eran conocidas por su franqueza militar, los

hurones,

te la verdad

(1)

Véanse

;

los si

como

la

de

haces de juncos decían exactamen-

por

el

los ISalchez.

contrario

,

eran célebres por

210

VIAJE

SU jenio político

,

como

la

de

los

ñas aumentaban ó disminuían los

la

¡roqueses

,

las ca-

fuerza numérica de

combatientes.

Luego que

donde

se ofrece á la vista el sitio

el

enemigo ha estado acampado el día anterior, le examinan con el mayor cuidado, y según la construcción de las chozas reconocen los jefes las diferentes tribus de una

misma nación

Las chozas que

y sus

solo tienen

son de los ilineses.

La

diversos aliados.

un poste á

la

entrada,

adición de una sola pértiga,

su mayor ó menor inclinación, es un indicio. Las

chozas redondas son de

los

utueses: una choza con

techo llano y levantado, anuncia carnes blancas. Algunas veces sucede que los enemigos^ antes de el

haber sido encontrados por

han batido

á

la

nación que los busca,

una partida aliada de dicha nación, y los que vienen en su seguimiento,

para intimidar á dejan detras un día se encontró

monumento

de su victoria. Cierto

un corpulento abedul despojado de

blanca y desnuda albura había trazado un óvalo, en donde se destacaban pinsu corteza, y sobre

la

tadas de negro y rojo las figuras siguientes: un oso,

una hoja de abedul roída por una mariposa

,

diez

círculos, cuatro esteras, una ave volando, una lu-

na sobre gavillas de maíz, una canoa y tres chohombre y veinte cabanas; una le-

zas; un pie de

chuza y un sol en el ocaso; otra lechuza, tres círculos y un hombre acostado; una macana y treinta cabezas

hombres en

colocadas sobre una línea recta píe sobre

un pequeño círculo

arco tres cabezas y tres líneas.

j

y

,

dos

en un

\ AMÉRICA.

El óvalo y

21

designaba un jefe

los jeroglíficos

1

¡li-

nés llamado Alabii^ á quien se reconocia por aquellos

señales que eran las que tenia en el rostro; el

oso era

el nianitii

de aquel jefe;

hoja de abedul

la

roida por una mariposa^ representaba cional de los ilineses; el

numero de

presentaba ciento;

villas

la

símbolo na-

mil guerreros^ pues cada círculo re-

cuatro esteras proclamaban

las

cuatro ventajas obtenidas;

caba

el

circuios espresaban

los diez

pájaro volando mar-

el

partida de los ilineses;

la

luna sobre

las

ga-

de maiz significaba que esta partida se habia

verificado en la luna del trigo verde; las tres

chozas espresaban que

los mil

bían viajado tres días por agua;

y la canoa y guerreros ha-

el pie

de hombre y

las veinte

cabanas denotaban veinte días de marcha

por tierra

;

sas; el sol

bían llegado

lechuza^

lechuza era

la

en

el

oeste del

al

el

símbolo de

los

chica-

ocaso mostraba que los ilineses ha-

campo de los chicasas; la hombre acostado^ de-

los tres círculos y el

cían que trecientos chicasas habían sido sorprendí-

dos durante

la

noche;

zas colocadas sobre

la

una

macana

y las treinta cabe-

línea recta

^

declaraban que

muerto treinta chicasas. Los dos anunsobre un pequeño círculo

los ilineses habían

hombres en

pie

_,

ciaban que habían hecho veinte prisioneros;

cabezas en

el

arco contaban tres muertos de

te de los ilineses^

y las tres

las tres la

par-

líneas indicaban tres

heridos.

Un

jefe

de guerra debe saber esplicar con rapi-

dez y precisión estos emblemas,, y por los conocimientos que tiene de la fuerza y de las alianzas del

212

VIAJE

enemigo^ debe juzgar de

mayor ó menor

la

tud histórica de estos trofeos. Si toma

de avanzar

el

exacti-

partido

á pesar de las victorias verdaderas ó

j

supuestas del enemigo^ se prepara

combate.

el

nuevos esploradores

Despíkhanse

avanzan agachándose por

los

cuales

los

,

matorrales^ y algunas

veces tienen que andar á gatas. Se suben á los árboles

mas

^

y

cuando descubren

jefe la presencia del

al

las

chozas hos-

campo

á parti-

enemigo. Si

la posi-

vuelven inmediatamente

tiles ^ se

cipar

altos

al

ción que ocupa es fuerte, se examina por medio de

qué estratajema se podrá hacer que la abandone. Uno de los mas comunes es el de imitar las voces de los animales montaraces. Dispérsanse por los

bosques algunos jóvenes imitando

venados zorras. ta la

;

,

mujir de

el

Los

los

bramido de

el

búfalos y

el

los

gañir de las

salvajes están acostumbrados á esta tre-

pero es

tal

imitación de

su pasión á la caza la

,

y tan perfecta

voz de los animales, que rara vez

dejan de caer en este lazo. Salen de su campo, y caen en emboscada. En este caso se replegan , si

pueden, sobre un terreno defendido por algunos obstáculos naturales, tales

como una

calzada en al-

gún terreno pantanoso^ ó una lengua de

tierra en-

tre dos lagos.

Cercados en este punto

se les ve

entonces

,

en

vez de tratar de abrirse paso, dedicarse tranquila-

mente

á diferentes

sus pueblos; el

juegos^ como

si

estuvieren en

porque dos partidas de indios solo en

último estremo se determinan

á

un ataque

á viva

fuerza, y prefieren luchar con paciencia y astucia;

213

A AMÉRICA. y

como

ni

una

ni otra tienen provisiones^ ó los

bloquean un desfiladero se ven obligados se,,

ó los que se han encastillado en

él se

que

á retirar-

ven

al fin

precisados á abrirse paso.

La

porque es propiamente

refriega es horrible;

un gran duelo comeen

combates antiguos:

los

el

hombre ve al hombre, y en la mirada humana, animada por la cólera, hay algo de contajioso, algo de terrible que se comunica. Los gritos de muerte, las canciones de guerra, los mutuos ultrajes, hacen resonar el campo de batalla: los guerreros se insultan como los héroes de Homero , y todos se conocen por sus nombres. ))¿No te acuerdas, se dicen, «del dia en que deseabas

que tus

pies tuviesen la

«celeridad del viento para poder huir de mi flecha? ))¡Vieja cobarde! yo te haré traer sagamita nueva^

«y

la

ardiente casina en

el

nudo de

la

caña.



Jefe

«parlanchín y deslenguado , responden los otros, «bien se ve que estás acostumbrado á llevar ena-

«guas; tu lengua es como

«siempre

se está

la

hoja del poboj que

moviendo."

Los combatientes

se

echan también en cara sus

imperfecciones naturales, y se dan

el

nombre de

cojo, bizco, chiquitin, 8cc.; y estas heridas hechas al

amor propio , aumentan su La horrible costumbre de

aumenta bre

el

el

chillo

ferocidad del

escalpar

el

copete de cabello que

la

mano

enemigo el

pie so-

izquierda

los indios se

dejan

un estrecho cuderecha, trazan un circulo

vértice de la cabeza, y con

que tienen en

al

combate. Ponen

cuello del vencido: con la

afianzan

en

la

rabia.

214 en

VIAJE

cráneo alrededor de

el

suele arrancarse con

dan

la

cabellera: este trofeo

destreza, que los sesos que-

tal

que baya llegado á tocarles

á descubierto sin

la

punta del instrumento.

Cuando dos

partidas enemigas de fuerza des-

campaña rasa, la mas débil mete en ellos, y se

igual se presentan en

abre unos hoyos en bate

alli, á la

la tierra, se

manera que en

yas obras, casi

al

las plazas fuertes^

superficie á las balas.

Los

sitiadores arrojan sus fle-

como unas bombas, con

chas

caen precisamente sobre

A

los

cu-

nivel del suelo, presentan poca

la

tanto acierto, que

cabeza de los sitiados.

que han muerto mas enemigos

se les

con-

ceden honores militares, y se les permite adornarse con plumas de killiou. Para evitar las injusticias^ las flechas

de cada guerrero tienen una marca par-

ticular, por cuyo

cuerpo de

la

medio

víctima

la

conoce

se

mano que

al

las

sacarlas del

ha disparado.

El arma de fuego no puede dar testimonio de

Cuando

gloria de su dueño.

cana ó hacha, se cuentan

las

se

la

mata con bala, ma-

hazañas por

el

número

de cabelleras arrancadas.

Durante ca

el

combate es muy raro que se obedezque por su parte tampoco

jefe de la guerra,

al

trata de otra cosa que de distinguirse personalmen-

Los vencedores

alcance de los

rara vez siguen

el

vencidos, sino que permanecen en

el

campo de ba-

,

atar á los pri-

te.

talla

,

para desnudar á los muertos

sioneroSj y celebrar

el

triunfo con danzas y cancio-

nes. Se llora por los amigos

yos cuerpos, en medio de

que han perecido; cu-

las

m.ayores lamentacio-

215

A AMÉRICA. nes^ se esponcii sobre

cuerpos de

las

ramas de

los árboles: los

enemigos permanecen tendidos en

los

el suelo.

Un nación

guerrero destacado del campo ^ lleva la

noticia de

ejército (1): se

guerra hace

según é\j

al

se

la

reúnen

los ancianos;

consejo un relato de

determina continuar

á la

regreso del

victoria y del

jefe de la

el

espedicion, y guerra ó nego-

la

la

ciar la paz. Si se decide la paz^ se

como un medio de en

la

guerra^

plicio.

los

conservan

los prisioneros

concluirla; pero

si

se obstinan

prisioneros son entregados

Permítaseme remitir á ios lectores

dio de Átala y de los Natchez

^

al

su-

episo-

el

donde podrán ente-

rarse de estos pormenores. Las mujeres se muestran

de ordinario

despedazan á

muy

crueles en estas venganzas

los prisioneros

con

las

:

ellas

uñas^ los hacen

trozos con los instrumentos de los trabajos domésticos^ y disponen

la

comida de su carne. Estas car-

nes se comen asadas ó hervidas^ y los caníbales conocen las partes mas suculentas de la víctima. Los

que no devoran á sus enemigos

beben su sangre el

y se pintorrean

_,

cuando menos con

ella

la

se

cara y

pecho.

Pero

las

vilejio^ cual

mujeres tienen también un bello pries

el

de poder salvar

los

prisioneros

adoptándolos por hermanos ó por maridos^ sobre to-

do

si

te.

(1)

han perdido hermanos ó maridos en

La adopción

confiere los derechos de

Este regreso se describe en

el

el

la

combanatura-

libro xi de los Aalchcz.

20

216

VIAJE

leza, y no hay ejemplo de que un prisionero adoptado haya hecho traición á la familia de que ha ve-

nido á ser miembro^ ni haya mostrado menos ardi-

miento que sus nuevos compatriotas peleando contra su

De

antigua nación.

muy

á

menudo

jo derriba la

primera vez; pero

«y yo te ))te

la

suelen nacer

frente á frente de su

padre en

al

aqui

un padre

aventuras mas patéticas:

el

le

suelo

^

le

dice: ))Tii

liijo, y si el

deja

me

las

encuentra

se

ir

libre

hi-

por

diste la vida,

devuelvo, ya estamos pagados; pero no

presentes otra vez delante de mí, porque te

"arrancaré

cabellera."

la

Sin embargo, los prisioneros adoptados no go-

zan de una completa seguridad; porque

que

la

tribu en

asesinan, y

ño,

le

la

que sirven

mujer que

si

ocurre

sufre algún revés, los

se ha

encargado de un ni-

parte en dos pedazos de un hachazo.

Los iroqueses, tan célebres en otro tiempo por su crueldad con los

prisioneros, tenian una cos-

tumbre que parecia tomada de anunciaba

el

ban en su nación á

la

No

la

todas

romanos^

y

que

incorpora-

nación vencida sin reducirla á

esclavitud, ni siquiera leyes; solo

los

jenio de un gran pueblo:

la

obligaban á adoptar sus

sometian ásus costumbres. las

tribus

quemaban

sus prisioneros;

algunas se contentaban con hacerlos esclavos. Los

sachems,

ríjidos partidarios de las antiguas

costum-

bres, deploraban esta humanidad, que era, según ellos,

una dejeneracion de

la

antigua virtud. El cris-

tianismo, estendiéndose entre

los indios,

había con-

tribuido á suavizar aquellos caracteres. Los misio-

217

A AMÉRICA. ñeros obtenían

nos en nombre de un Dios sacrificado bres: plantaban suplicio j y

la

humapor los hom-

abolición de los sacrificios

la

la

cruz en

el

lugar del

madero

sangre de Jesucristo rescataba

la

del

san-

gre del prisionero.

iic:iii«rio]¥.

r venando

los

europeos arribaron á América^ encon-

traron entre los salvajes algunas creencias relijiosas^ que en

el dia

Los pueblos de

la

están casi enteramente olvidadas.

Florida y de

en jeneral adoraban jicanos.

reros

^

al sol^

como

la

los

Luisiana^ todos peruanos

y

me-

Tenian sus templos^ sus sacerdotes ó ago-

y sus sacrificios; pero á este culto del medio-

día^ unian

el

culto y las tradiciones de alguna di-

vinidad del norte.

Los

sacrificios públicos se verificaban á la orilla

de los rios^ y se hacian en ocasión de la paz ó de la guerra y en los cambios de estación. Los sacrificios particulares se verifican

arrojaban

al

en

las

mismas chozas

j

se

viento las cenizas profanas, y se encen-

La

dia fuego nuevo.

ofrenda que se hacia á los bue-

nos y á los malos jenios, consistia en pieles de animales, utensilios domésticos, armas y collares, to-

do de poco valor.

Pero lodos

los

indios

tenian una superstición

218

VIAJE

ronuiii^ (|uo por decirlo asi es

servado^ cual era tiene su manitú l'éticlie;

,

la

única que han con-

délos mamlús. Cada salvaje

la

mismo que cada negro

lo

tiene su

y suele ser un pájaro^ un pescado^ un cua-

drúpedo, un

reptil

un guijarro, un pedazo de ma-

_,

dera, un jirón de tela^ un objeto colorido, un ador-

no americano ó europeo. El cazador pone cuidado en no matar jido por

manitú,

ni herir al

cuando

y

le

animal que

el

mayor

lia

esco-

sucede esta desgracia,

liace todas las dilijencias posibles para

aplacar los

manes del dios muerto; pero no queda perfectamente tranquilo hasta que ha soñado otro manilú. Los sueños hacen un gran papel en la relijion del salvaje: su interpretación es una ciencia, y sus ilusiones se miran como realidades. En los pueblos civilizados sucede

comunmente

lo

contrario

las

:

rea-

lidades son ilusiones.

Entre

naciones indíjenas del

las

no está distintamente impreso

el

Nuevo-Mundo, dogma de la in-

mortalidad del alma; mas todas tienen de ¡dea confusa, l)ulas, sus

como

lo

muertos. Lejos de negar

ma

,

los salvajes la

el reptil

pedo.

,

En

una

ceremonias fúnebres, su piedad para con

los

concedan

él

atestiguan sus usos^ sus fá-

á las el

almas de

pez y

la

inmortalidad del al-

multiplican; pues parece que

el

desde

los brutos,

ave

,

hasta

el

la

insecto^

mayor cuadrú-

el

efecto, unos pueblos que ven y oyen es-

pinlus por todas partes^ es natural supongan que ellos

mismos

llevan

uno consigo

,

y

que

los seres

animados, compañeros de su soledad, tienen también sus intelijencias divinas.

A AMÉRICA.

Entro

ma completo

219

naciones del Canadá existia un siste-

las

de fábulas relijiosas^ en

cuales se

las

observaban con admiración algunos vestijios de

las

ficciones griegas y de las verdades bíblicas.

La Gran-Liebre reunió un toda su corte y

compuesta

^

dia sobre las aguas á

del alce^ el corzo

demás cuadrúpedos. Sacó

go un grano de arena ^ del cual formó los

^ el

oso

del fondo de un gran lala tierra y

áú

cuerpos muertos de diferentes animales formó

en seguida

los

hombres.

Otra tradición hace de Areskui ó Agresgüe^ dios de

la

guerra

_,

Ser supremo ó Grande-Espíritu.

el

La Gran-Libre el

fue contrariada en sus designios:

dios de las aguas,

Michabii

Gato-Tigre_, se opuso á bre; y

la

llamado

_,

empresa de

el

Gran-

Gran-Lie-

la

como ésta tenia que combatir á Michabií^ no mas que seis hombres, uno de los cua-

pudo crear les

subió

al

cielo, y tuvo comercio con

Athaénsic, diosa de

las

venganzas.

la

notando que Athaénsic estaba en cinta, precipitó en

tierra, en

patada,

y la

sobre

espalda de una tortuga.

la

la

hermosa

La Gran-Liebre, dio

la

una

donde cayó

Algunos agoreros pretenden que Athaénsic tuvo dos hijos, uno de los cuales mató

neralmente cual fue

se cree

que solo dio

madre de Tahuet-Saron

keka mató

á

al

otro

á luz

una

hija

,

la

de Jüskeka. Jus-

y

Tahuet-Saron.

Athaénsic se toma algunas veces por

Juskeka por

pero je-

;

el sol.

ne también á ser sic, diosa de la

Areskui^ dios de

el sol.

Entre

venganza, era

los la

la

luna y guerra, viela

natchez Athaén-

Mujer-Jefe de

los

MAJE

220 malos manitús^

como Juskeka

asi

era

de los

la

buenos.

A

la

tercera jeneracion^

raza de Juskeka casi

la

quedó estinguida enteramente porque el GrandeEspíritu envió un diluvio. Mesú ^ por otro nombre ;

Saketchak

^

viendo aquella inundación^ envió un

cuervo para que examinase pero

el

estado de

el

las cosas;

cuervo desempeñó mal su cometido: enton-

ces Mesii envió

al

ratón de almizcle^ que

un poco de limo. Mesú restableció

le

tierra

la

trajo

en su

primer estado; disparó algunas flechas contra troncos de

los

los

árboles^ que todavía permanecían en

en ramas.

pie^ y aquellas flechas se convirtieron

En

seguida^ movido de reconocimiento^ se casó con

una hembra

de este matri-

del ratón de almizcle ^ y

monio nacieron todos el mundo.

los

hombres que pueblan hoy

Estas fábulas tienen sus variantes: según al-

gunas autoridades^ no fue Mesú la

inundación

y

sino

Athaensic del cielo las

la

que hizo cesar

esta tortuga^

las

cual cayó

la

nadando

descubrió ^ y madre de la nueva raza de

aguas con

modo que

:

el

tortuga sobre

la

patas

la

,

separó

tierra: de

los

hombres

es la venganza.

El Gran-Castor es^ después de

la

Gran-Liebre^

el

mas poderoso de

el

lago Nipisingue: las cataratas que se hallan en el

rio de los los restos

los

Ontaneses de

las

,

manitús

que

:

él es el

sale del

que formó

Nipisingue, son

calzadas que para formar

el

lago ha-

bía construido el Gran-Castor, el cual está enterra-

do en

la

cumbre de un montC;

al

que

dio su forma;

A AMÉIUCA. y ninguna nación pasa por

221

el pie de su

sepulcro sin

fumar en honor suyo. Michabú;, dios de

nakinac, sobre

el

las

De

el lago Michigan.

con

cho^ puso un dique en deteniendo lago

el

nació en Mécliilli-

^

el

alli

lago

Hurón

se trasladó al

Estre-

salto de

el

Santa María

aguas del lago Alimipigon

las

para cojer á los castores.

superior

aprendió de

aguas

estrecho que une

la

araña á tejer redes

,

, y hizo el

,

Michabd

y luego enseñó

mismo arte á los hombres. Hay algunos sitios particularmente amados de

los jenios.

Dos jornadas mas abajo

Antonio^, se ve

la

del salto de

grande Wakon-Teebe

(la

San

caverna

donde hay un lago subterrá-

del Grande-Espíritu)_,

cuya profundidad es desconocida; y cuando se arroja en él una piedra ^ la Gran-Liebre lanza un neo_,

grito espantoso.

bado

En

los espíritus

Al ocaso

piedra de

la

bóveda han gra-

algunos caracteres.

del lago

formadas de piedras las cataratas

la

,

superior hay unas montañas

que

brillan

como

el

hielo de

en invierno. Detras de estas montañas

se estiende un lago mucho mayor que el superior. Michabd tiene particular afición á este lago y á estos montes (1); pero el Grande-Espíritu reside particularmente en el lago superior , donde se le ve pasar á la luz de la luna. También le agrada cojer el fruto de un grosellero que sombrea la costa me-

ridional del lago. Sentado

muchas veces

á la

punta

Esta antigua tradición de una cadena de montes y de (1) un lago inmenso situados al noroeste del lago superior indica bastantemente los montes Roqueños y el océano Pacífico. ,

,

222

VIAJE

de una roca

una

isla

^

desencadena

en donde van á disfrutar de las

almas de

los

tempestades. Habita

las

que lleva su

del lago,

non[ibro_,

los j)laceres

guerreros muertos en

el

de

es

alli

y

la

caza

campo de

batalla.

En

otro tiempo salia del medio del lugo Sagrado

una montaña de cobre, que

Grande-Espíritu arre-

el

bató y trasladó á otra parte hace mucho tiempo; pero esparció sobre aquellas riberas unas piedras del mis-

mo

metal

que tienen

,

invisibles á los

que

singular virtud de hacer

la

las

llevan consigo: bien que el

Grande-Espíritu no quiere que dras.

ridad

toquen estas pie-

se

Unos algonquines tuvieron cierto de llevarse una, y apenas habían

día la

teme-

vuelto a sus

canoas, cuando saliendo de una selva un manitú de

mas de sesenta las olas le

pies de alto,

algonquines á echar en

los

empezó

llegaban apenas á el

á perseguirles:

cintura

la

lago

,

y obligó á

tesoro que ha-

el

bían arrebatado.

A

como un

dio al pájaro azul

Hurón ^

lago

las orillas del

tu hizo cantar

pájaro á

al

la

momento

se estiende

pulga

es atacado

un fuego

plantó también á

blanco

,

las

islas

por

sutil

mo

la

la orilla

para destruir

joven madre

sobre

la vid.

,

,

y

la

la

fiebre

romo

^

y

la

esta yerba, si

la

toca^

sobre su piel. Athaénsic del

mismo

raza de los

vapor de este árbol hace morir de

del lago Erié

un guerrero mira

si

:

liebre blanca

voz de un gato.

la

Athaénsic plantó en

yerba de

Grande-Espíri-

el la

la

al

lago el cedro

hombres

niño en

el

:

el

seno

lluvia destruye el raci-

223

A AMÉRICA.

La Gran-Liebre

dio

y

buho

al

durante

los ratones

go Erié. Esta ave caza no; los mutila^

sabiduría

la

lleva vivos á

se los

en donde cuida de engordarlos para

el

del la-

el

vera-

su guarida^

invierno. Esto

no deja de parecerse algo á los tiranos de los pueblos. En la catarata del Niágara habita el jenio formidable de

los

iroqueses.

Cerca del lago Ontario^ lomas torcaces

se precipitan

los

al

machos de

romper

el

pa-

las

dia en el

Jeneso; y seguidos por la tarde de igual número de hembras se van á buscar á la bella Endaé^

rio

_,

que fue sacada de

morada de

la

las

almas por

el

guerra á

la

canto de su esposo.

La

avecilla del lago

Ontario hace

serpiente negra; y he aqui

la

la

ocasión que dio oríjen

á esta guerra.

Hondiun

que era un famoso caudillo de

^

iroqueses constructores de cabanas

_,

los

vio á la joven

Almilao^ y quedó prendado de sus gracias. Bailó de cólera tres veces y porque Almilao era hija de la nación de los hurones^ enemigos de

los iroqueses.

Volvióse sin embargo á su choza, diciendo

importa ;" pero no hablaba

:

»No

alma del guerrero.

asi el

Dos soles permaneció tendido sobre la estera; mas no pudo dormir al tercer sol cerró los ojos y habiendo visto en sueños un oso ^ se preparó á :

_,

morir.

Levántase

,

toma

las

armas

^

atraviesa las sel-

vas, y llega á la choza de Almilao, que estaba en el pais de los enemigos. Era de noche.

Oye Almilao pasos en

su cabana, y dice: ))Akue-

224 san

y

VIAJE

mi estera." Ilondiun

siéntate sobre

se sienta

Athaensic y su rabia estaban en su corazón. Almilao estrecha sin conosin hablar sobre la estera.

cerlo

al

diun

la

guerrero iroqués^ y busca sus labios.

amó como

Akuesan

abenaqui

el

aliado de

,

aproxima durante

llega y se

se introduce

Ilondiun, que estaba envuelto en

ma

,

de

las tinieblas

lado de Almilao;

al

hurones,

los

Los amantes estaban durmiendo,

che.

Hon-

á la luna.

y

no-

la

Akuesan

sin distinguir á

las pieles

de

la

ca-

y embelesa los sueños su amiga.

Despiértase Hondiun

,

tiende

mano

la

,

y toca

la cabellera

de un guerrero. El grito de guerra hace

estremecer

la

cabana

hurones. Akuesan

Hondiun

,

el

:

acuden

los

sachems de

los

abenaqui ya no existia.

el

caudillo iroqués, es atado al pos-

te de los prisioneros: canta su canción de

muerte^

llama á Almilao en medio del fuego joven hurona á que

le

devore

el

convida á la , y corazón. Almilao

muerte esta-

lloraba y sonreia á la vez; la vida y la

ban en sus labios.

La Gran-Liebre en

la

serpiente negra, y

del lago Ontario.

negra

,

y

la

La

el

alma de Hondiun

de Almilao en

avecilla

acomete

la avecilla

á la serpiente

hombre marino.

La Gran-Liebre gro y verde en

un árbol en

la

el

deja tendida de un picotazo. Akuesan

fue convertido en

la

hizo entrar

hizo una gruta de

el pais

de

los

lago salado (el

mármol ne-

abenaquises; y plantó mar), á la entrada de

gruta. Todos los esfuerzos de las carnes blancas

no pudieron jamás arrancar este árbol. Cuando

aji-

225

A AMÉllICA. tan las tempestades

el

lago sin riberas

la Gran-Liebre^ y viene á Ilondiun^ Almilao y Akucsan.

roca azul árbol á

De al

esta

manera

viajero desde el

las fábulas

medio de

las costas del Atlántico.

de

,

baja de

los salvajes llevan

los lagos del

Canadá á

Moisés, Lucrecio y Ovidio

parecia que hubiesen legado á aquellos pueblos

primero su tradición

,

la

llorar bajo el

el

segundo su errada

y el tercero sus metamorfosis.

,

el

física,

Habia en todo bas-

tante relijion, bastante engaño y poesía para instruirse^ estraviarse y consolarse.

LOS NATCIIEZ. Despotismo en

c.

lasi

estado de la naturaleza.

siempre se ha confundido

turaleza con

nacido

el

el

el

estado salvaje

de figurarse que

;

el

estado de

la

na-

y de este error ha

los salvajes

no tenían go-

bierno y y que cada familia era simplemente gobernada por su jefe ó por su padre; que una cacería ó

una guerra

,

reunía ocasionalmente á las familias

en un ínteres común

;

pero que satisfecho éste, vol-

vían las familias á su aislamiento y á su indepen-

dencia.

Estos son errores manifiestos. Entre

los

salva-

226

VIAJE

jes se encuentra el tipo de todos los gobiernos co-

nocidos en los pueblos civilizados

tismo á

república

la

pasando por

j

desde

,

la

el

despo-

monarquía

li-

mitada ó absoluta^ electiva ó hereditaria.

Los

América septentrional conocen

indios de la

monarquías

las

repúblicas representativas; el

las

y

federalismo era una de

munmente adoptadas

las

formas políticas^ mas co-

por ellos

^

porque

de sus desiertos había hecho para gobiernos

que

lo

ducido para

el

esceso de

la

la

la

estension

ciencia de sus

población ha pro-

los nuestros.

El error en que se ha incurrido acerca de •existencia política del gobierno

salvaje,

la

es tanto

mas estraño_, cuanto que el conocimiento que tenemos de la historia griega y romana, debiera habernos ilustrado; pues dichos imperios tuvieron en su oríjen instituciones

Las leyes tes

que

civiles,

las

muy

políticas

complicadas.

nacen entre

que

á

los

hombres an-

primera vista parece de-

bían preceder á aquellas; pero es un hecho que

el

•poder se establece y reglamenta antes que el dere-

porque

cho'j

los

hombres necesitan defenderse con-

tra la arbitrariedad antes de fijar sus recíprocas re-

laciones.

Las leyes el

hombre, y

esta razón

nacen espontáneamente con

se establecen

las

jiosa

costumbres:

con respecto

mozo,

el

sin

encuentran en

Las leyes civiles, por

ras.

por

se

políticas

al

lo

el

las

antecedente, y por hordas mas bárba-

contrario, se forman

que era una costumbre

reli-

casamiento de una joven y un la muerte de un

nacimiento de un hijo,

227

A AMÉRICA. familia^ se transforma en ley por

curso

jefe

(le

del

tiempo. La propiedad particular^ desconocida

el

de los pueblos cazadores^ es otro oríjen de leyes civiles

que

falta

que entre

es

no

estado de

el

de

la

la

naturaleza.

contra

las cosas y las

y no por

el

de ahí

Los crímenes

personas^ eran castigados por ley;

la

venganza era

derecho natural perseguía entre

cia: el

que

la

Y

América septentrional^

existia código de delitos y penas.

la familia

lo

en

los indios

derecho público alcanza entre

la

justi-

los salvajes los

hombres

civilizados.

Reunamos ante todo los el

gobiernos de

los rasgos

los salvajes, y

comunes

á

todos

luego entrarercos en

pormenor de cada uno de ellos. Las naciones indianas están divididas en tribus,

y cada tribu tiene un jefe hereditario diferente del jefe militar,

como la

que deriva su oríjen de

la

elección,

sucedia entre los antiguos jermanos.

Las tribus tienen un nombre particular, como tribu del Águila, del Oso^ del Castor, &c. Los

emblemas que

sirven para distinguir las tribus^ son

sus estandartes en

la

guerra, y

el sello

con que au-

torizan los tratados.

Los

de

jefes

las

tribus y de las divisiones de

toman sus nombres de alguna cualidad, ó de

éstas,

algún defecto de su entendimiento ó de su persona, de cualquier circunstancia de su vida; y asi el uno se llama el Bisonte blanco , otro la Pierna rola, la

Boca

lisa

hermosa, fuego

,

&c.

el

Dia sombrío, el Saetero, la Voz Matador de castores, el Corazón de

^

el

228

VIAJE

Lo mismo tomó

juntos^ ó de de

historia el

la

Calvo

Coclés

muy

tenian

los

la

industria de su abuelo.

La

moderna nombra sus reyes y sus guerreros^ el Tartamudo , el Rojo y el Cojo, Marlel , ó Capelo j ó cabeza gorda , &c.

Los consejos de lares

que

,

Mar tillo y nen de

los ojos

pérdida de uno de ellos^ y Cicerón^

berruga ó de

la

Roma^

sucedía en Grecia: en

nombre de

su

los jefes

de

las

naciones indianas se compo-

las tribus^

de los caudillos mili-

de las matronas^ de los oradores^ de los pro-

j

fetas ó agoreros^ y de los módicos; pero estos con-

sejos varian según

constitución de los j)ueblos.

la

muy

El espectáculo de un consejo de salvajes es

Cuando pipa^ toma la

ha terminado

ceremonia

pintoresco.

se

de

palabra un orador. Los

la

la

bros del consejo están sentados ó tendidos en lo

miemel

sue-

en diversas actitudes: unos enteramente desnu-

dosj solo están envueltos con una piel de búfalo; otros pintados de pies á cabeza

_,

semejan

á

unas es-

tatúas ejipcias; otros á estos adornos salvajes^ á las

plumas y picos de pájaros^ cuernos de búfalo, á

á las garras de oso^ á los

huesos de castor y dientes de pescado^ agregan adornos europeos. Los rostros los

están abigarrados de varios colores, ó pintorreados

de blanco ó de negro. Escuchan con ción

al

con

el

la

mayor aten-

orador, y cada pausa del discurso es acojida grito de aprobación, ¡oah! ¡oah!

Unas naciones tan

sencillas parece

que no de-

bieran tener nada que debatir en política;

embargo

y sin

un hecho que ningún pueblo civilizado trata de mas cosas á la vez. Hora se ha de enviar es

*

A AMÉRICA.

una embajada torias

_,

á

una tribu para

229

felicitarla

de sus vic-

ya se trata de un pacto de alianza que se ha

de concluir ó renovar_, una esplicacion que ha de pedirse por

la

violación de

un

territorio^

tación que ha de partir á llorar fe^

un voto que

la

en una dieta

se ha de dar

una dipu-

muerte de un je_,

una me-

diación que ha de ofrecerse ó aceptarse para hacer

deponer

las

armas

á dos pueblos

ha de mantenerse. para que

brado fuerte y amenace

la

tal

_,

una balanza que

nación no se haga so-

libertad de las demás.

dos estos negocios se discuten con orden dose con claridad

^

To-

deducién-

razones en pro y en contra.

las

Se han conocido sachems que poseían

á

fondo todas

estas materias, y que hablaban con una profundidad de previsión y de juicio, de que pocos hombres

de estado serian capaces en Europa.

Las deliberaciones

del

consejo

se

marcan en

unos collares de diversos colores^ archivos del estado, que contienen

los

tratados de guerra

^

de paz y

alianza, con todas sus cláusulas y condiciones.

En

otros collares se conservan las arengas pronuncia-

das en los diversos consejos; y ya he mencionado en otra parte la memoria artificial de que usaban los iroqueses para retener un largo discurso. El traba-

que por medio de unos huesecillos aprendían de memoria, ó mas bien escribian en ella^ la parte del discurso que

jo se dividía entre algunos guerreros,

estaban encargados de reproducir (1). (1)

Puede verse en

los

Naíchcz

la

descripción de un con-

sejo de salvajes celebrado sobre la roca del lago, cuyos pormenores son rigurosamente históricos.

230

VIAJE

Los decretos de

los

sachems

se

graban algunas

veces sobre los árboles en signos enigmáticos. El t¡empo_, que roe nuestras antiguas crónicas^ destru-

ye igualmente

las

de los salvajes; pero de otro

mo-

do^ pues estiende una nueva corteza sobre el papiro que conserva la historia del indio. Al cabo de pocos años la

sombra

el

indio y su historia han desaparecido á

mismo

del

Pasemos ahora

árbol.

á la historia de las instituciones

particulares de los gobiernos indios, dando princi-

pio por

despotismo.

el

Debe observarse ante todo que donde quiera que se halla establecido

el

despotismo, existe una

especie de civilización física ^

cuentra en y

como

mayor parte de

la

existia

en

el

Méjico

y

como

tal

en

la

que

se

en-

pueblos del Asia,

los

el

bre que no puede ya intervenir en

Perú. El homlos

negocios pú-

blicos, y que entrega su vida á un dueño como un bruto ó un niño, puede dedicar todo el tiempo á

procurársela felicidad material. esclavitud que somete á este

que

los

En

el

hombre

sistema de

la

otros brazos

suyos j estas máquinas aran su campo, her-

mosean su habitación, fabrican

sus vestidos y pre-

paran su comida. Mas esta civilización del despotis-

mo

_,

cuando

llega á cierto grado,

cionaria; porque

el

permanece esta-

tirano superior que consiente

en tolerar algunas tiranías particulares, se reserva

siempre

el

derecho de vida y muerte sobre sus vauna medianía

sallos, y estos procuran contenerse en

que no

escite la codicia ni los celos del poder.

Bajo

el

imperio, pues, del despotismo, empic-

A AMÉKICA. za el lujo y

que no permite que que

industria se desarrolle^ ni

la

hombre

jenio del

el

231

administración; mas es en una escala

la

llegue á la libertad por las

luces.

Fernando de Soto encontró algunos pueblos de esta naturaleza en

las

orilla del Mississipí. la

dominación de

morir

á

á la

rio se estendia

natchez^ los cuales eran

oriji-

y no dejaron este pais hasta que trono de Motezuma. La época de la emigra-

narios de Méjico

cayó

los

Floridas^ y fue

Sobre este gran

el

_,

ción de los natchez coincide con

de

la

chicase-

los

ses^ lanzados igualmente de su suelo natal por la invasión de los españoles.

Gobernaba

maban

el

del dia.

Sol

natchez un jefe^ á quien llaque pretendia descender del astro

á los

y

La sucesión

al

trono se verificaba por

nea femenina; de manera que no era jo del Sol el

que

le

sucedia^ sino

el

la li-

mismo

el

hi-

hijo de su her-

mas próxima parienta. Esta^ que se llamaba Mujer-Jefe , tenia con el Sol una guardia

mana

_,

ó de su

de jóvenes j llamados ^/weces. Los dignatarios inferiores jefes de la guerra, los dos ciales

que entendian en

al

Sol eran los dos

sacerdotes_,

los tratados^

los el

dos

ofi-

inspector

obras y graneros públicos , hombre poderoso, á quien llamaban el Jefe de la harina , y los cuatro

de

las

maestros de ceremonias.

Las cosechas, que taban bajo la

la

se hacian en

común

causa principal del establecimiento de

porque siendo

^

y es-

custodia del Sol, fueron en su orijen

el

monarca

el

la

tiranía;

único depositario de

21

la

232

VIAJE

riqueza pública, se aprovechó de

ella

para hacerse

partidarios: dio á los unos á costa de los otros, é

inventó esa jerarquía de ennplcos, que por plicidad en

la

hombres en

com-

sostenimiento del poder. El Sol se

el

rodeó de satélites prontos \

la

opresión, interesa á una porción de

á ejecutar sus

órdenes,

cabo de algunas jeneraciones, se formaron cla-

al

ses

en

les

ú

el

estado: los que descendian de los jenera-

de

oficiales

consideraron nobles;

los alueces, se

se les creyó j y entonces se inventaron

tud de leyes

:

una multi-

cada individuo se vio obligado á en-

Sol una parte de su caza ó de su pesca;

tregar

al

aquel

mandaba cualquier

trabajo

,

si

todos estaban

obligados á ejecutarle, sin recibir por ello ningún salario. el

Al imponer esta sirvidumbre,

«Que me

Sol del derecho de juzgar.

apoderó

se

liberten de

ese perro,'' decia, y sus guardias obedecían:

el

des-

go

el

Mujer-Jefe, y luede los nobles; porque cuando una nación cae

en

la

esclavitud, se forma una cadena de tiranos,

potismo del Sol produjo

desde

la

poder de

el

de

primera clase hasta la

la

la

Mujer-Jefe tomó

ultima. El arbitrario

el

carácter propio del

sexo de esta soberana, é influyó notablemente en las

costumbres.

La Mujer-Jefe

se creyó autorizada

para tener cuantos maridos y amantes quisiera^ y en seguida hacia dar garrote á los objetos de sus caprichos; y no tardó en establecerse pio

,

que

el

como

joven Sol en su advenimiento

podia hacer dar garrote á su padre,

si

al

princi-

trono

éste no era

noble.

Esta corrupción de

la

madre

del heredero del

233

A AMÉRICA. trono

_,

mujeres. Los nobles

se estendió á las otras

podían abusar de

las

esposas en toda

la

vírjenes^ y aun de las jóvenes

nación. El

Sol habia llegado

al

estremo de prescribir una prostitución jenernl de las

mujeres,

manera que

á la

se practicaba en cier-

tas iniciaciones babilónicas.

Para colmo de tantos males perstición

y

so á los natchez.

de dar fuerza

pueblo,

,

solo faltaba

la

su-

y también ésta oprimió con todo su pe-

tiranía

degradando

la

el

modo

razón del

un honor insigne^ una acción meri-

y fue

toria para el

Los sacerdotes estudiaron

á la

cíelo el

un noble: habia

jefes

matarse sobre

sepulcro de

el

cuyos funerales llevaban con-

muerte de mas de cien víctimas. Aquellos opresores parecía que no abandonaban el poder ab-

sigo

la

soluto en

la

vida

muerte; porque

,

el

sino para heredar la tiranía de la

pueblo estaba tan amoldado

esclavitud, que hasta á un cadáver obedecía.

á la

Mas

aun: algunas veces se solicitaba con diez años de anticipación

el

honor de acompañar

al

Sol

almas. El cielo permitía una justicia

mos el

alueces que habían fundado

la

:

al

país de las

aquellos mis-

tiranía, recojian

fruto de sus obras, pues la opinión les obligaba

á herirse

con su puñal en

de manera que

las

exequias de su señor;

el suicidio venia á ser el digno orna-

mento de la pompa fúnebre del despotismo. Mas ¿de que servia al soberano de los natchez el llevarse su guardia consigo mas allá de la vida? ¿por ventura podría aquella defenderle contra el eterno ven-

gador de

los

oprimidos?

Habiendo muerto una Mujer-Jeíe

,

su marido,

MAJE

234 no era

(jae

mayor que

fue ahogado^ y la hija

nol)le_,

sucedía á aquella en dignidad^ dispuso se diese garrote á doce niños

estos doce cuerpos fueron colo-

:

cados alrededor de los de

antigua Mujer-Jefe y de

la

su marido; y los catorce cadáveres se espusieron

al

público sobre una camilla

pomposamente adornada. Catorce alueces tomaron en hombros el lecho fúnebre^ y se puso en marcha la comitiva: ante todo iban á paso lento de dos en dos dres de los niños muertos

ban en sus brazos. Seguian

los

padres y ma-

cuyos cadáveres lleva-

;,

lecho fúnebre cator-

el

ce víctimas que se habían consagrado á las

cuales llevaban en

próximos parientes,

de

las

mismas habían

ellas

la

manos

cordón

fatal

que

Rodeábanles sus mas

tejido. y

el

muerte,

la

cerraban

el

cortejo

la

familia

Mujer-Jefe.

De

madres

diez en diez pasos los padres y las

que precedían aquella teoría

dejaban caer en

,

el

suelo los cuerpos de sus hijos, sobre los cuales ca-

minaban los que llevaban la cuando llegaron al templo,

litera; las

de suerte que

carnes de aquellas

tiernas hostias caían á pedazos.

La comitiva tura

:

alli

se

detuvo en

desnudaron

el

lugar de

á las catorce

se sentó

el

sepul-

personas que ha-

bían querido sacrificarse en obsequio de

sentadas en

la

la

difunta;

suelo, sobre las rodillas de cada una

uno de

los

nos por detras;

les

alueces

,

y otro

le

sujetó las

ma-

hicieron tragar tres pedazos de

tabaco y un poco de agua, después de lo cual les echaron el lazo al cuello, y los parientes de la Mujer-Jefe tiraron

,

cantando^ de

los

dos estremos.

235

A AMÉIUCA.

Apenas puede comprenderse que un pueblo que no conocia la propiedad individual ^ y que ignoraba la

mayor parte de

las

necesidades de

llegase á caer bajo semejante jugo.

la

soc¡edad_,

Por una parte

unos hombres desnudos^ la libertad de la naturaleza; por la otra unas exacciones sin ejemplo, un despotismo que escede á

lo

que

se

ha visto de mas

formidable en medio de los pueblos civilizados;

la

inocencia y las virtudes primitivas del estado polí-

corrupción y los crímenes de un gobierno decrépito: ¡que monstruoso maridaje! tico

en su cuna,

la

Una revolución

sencilla, natural^ casi sin es-

fuerzo, libertó en parte á los natchez de sus cadenas. Agobiados bajo el

yugo de

nobles y del Sol,

los

se contentaron con retirarse á los bosques, y la so-

ledad los hizo libres. El Sol permaneció en

pueblo

j

guardias^ pues que no se cultivaba ya

mún ^

el

gran

pero no teniendo ya nada que dar á los

fue

el

campo co-

abandonado por estos mercenarios. Este

Sol tuvo por sucesor á un príncipe razonable, el cual no restableció los guardias;

abolió los usos ti-

llamó de nuevo á sus vasallos, y les hizo amar su gobierno. Un consejo de ancianos, formaránicos

^

do por él, destruyó

el

principio de la tiranía, es-

tableciendo sobre nuevas bases

Las naciones ideas primitivas la

^

salvajes

,

la

bajo

imperio de las

tienen una aversión invencible á

propiedad particular, que es

orden

propiedad común. el

el

fundamento del

De aqui, entre algunos indios, aquella común, aquel campo público de las se-

social.

propiedad

menteras, aquellas cosechas depositadas en unos.

236

VIAJE

graneros

de donde

_,

cada uno

toníia

pero de aquí también

el

lo

que necesita;

poder de los jefes que tie-

cargo estos tesoros^ y que acaban por distribuirlos en beneficio de su ambición.

nen

á su

Los natchez rejenerados encontraron un medio abrigo de

de ponerse

al

caer en

inconveniente de

El

el

campo público

familias habia la

la

propiedad particular^ sin propiedad común.

la

cosecha que producia uno de estos lotes. Por este

medio

destruyó

se

tiempo que

el

mismo campo común; y como

granero público,

se conservó el

cada familia no recojia precisamente

que habia cultivado

del cuadro

dia decir lo

como

fue dividido en tantos lotes

y cada familia se llevaba á su casa

;

No

tierra, sino la del trabajo

era ya la

producto

el

sembrado, no po-

y

que tenia un derecho particular

que habia recibido.

al

la

goce de

al

comunión de

que constituia

la

la

pro-

piedad común.

Los natchez rior y las

sin

embargo conservaron

este-

el

formas de sus antiguas instituciones: no

dejaron de tener una monarquía absoluta, un Sol,

una Mujer-Jefe^ y diferentes órdenes ó clases de hombres; mas todo esto no eran ya mas que recuerdos de

lo

pasado^ recuerdos útiles

á los

pue-

blos, entre los cuales nunca conviene destruir

la

autoridad de los abuelos. Siguieron manteniendo

el

fuego perpetuo en las cenizas

edificio;

de

los

el

templo^ y

ni siquiera

tocaron

antiguos jefes depositados en aquel

porque es un crimen violar

el asilo

de los

muertos: y ademas el polvo de los tiranos datan grandes lecciones como el de los demás hombres.

237

A AMÉUICA.

LOS MÜSCOGULCOS. Monarquía limitada en

el

estado de la naturaleza.

AI oriente del pais de por

en

el

la

despotismo^

los

natchez

los

,

oprimidos

muscogulgos presentaban

escala de los gobiernos de

los salvajes la

mo-

narquía constitucional ó limitada.

Los muscogulgos

forman en

y los siminoles

la

confederación de los creeksj y tienen un jefe llamado Mico_, rey ó majistrado. antigua Florida

Reconocido

la

el

Mico por

el

primer hombre de

la

nación, recibe toda suerte de muestras de respeto.

Cuando

preside

el

consejo^ se

tributan unos ho-

le

nores casi degradantes; cuando se halla ausente^ su silla

está vacia.

El Mico la

paz ó

la

convocad consejo para

guerra, y á

él se

dirijen los

y los cstranjeros que llegan á

ble.

La monarquía Le nombran

cuerpo de

los

del

Mico

los

deliberar sobre

embajadores

nación.

la

es electiva é

ancianos

,

y

le

inamovi-

confirma

guerreros; mas para aspirar á

la

el

dig-

nidad de Mico, es indispensable haber derramado su

sangre en los combates

,

ó haberse distinguido por

su talento, su jenio y su elocuencia. Este soberano,

que solo debe la

el

poder á su mérito

,

se eleva

confederación de los creeks, como se eleva

para animar y fecundar

sobre el

sol

la tierra.

El Mico no lleva ningún distintivo de su dignidad: fuera del consejo es un simple sachcm que

238 se

VIAJE

confunde con

con todos

la

multilud; habla

^

fuma

y

bebe

guerreros; de manera que un estran-

los

jero no podría reconocerle.

En

consejo mismo^

el

donde recibe tantos honores^ no tiene voto_, y toda su

su consejo es jeneralmente seguido^ sejo es casi siempre

el

roas

que su

funda en su saber:

influencia se

porque su con-

mejor.

La veneración con que miran

al

Mico

los

mus-

cogulgos es estremada. Si un joven trata de hacer

una cosa poco decente

,

compañero

su

le

«Guarda^ que

te mira el Mico:'' y el joven se

tiene

el

:

este es

despotismo invisible de

la

dice:

con-

virtud.

El Mico sin embargo goza de una prerogativa peligrosa

entre los muscogulgos

:

hacen en común

y cada familia

:

_,

cosechas se

las

después de haber

una parte á Mico estrae lo que

recibido su lote_, está obligada á llevar

un granero público^ de donde

el

quiere. El abuso de un privilejio semejante produjo^ según

hemos

visto^ la tiranía de los Soles entre

los natchez.

Después do reside en cide de

la

del Mico^ la el

consejo de los ancianos^

paz

nes del Mico

:

el

la

guerra^

cual de-

el

y ejecuta las órde-

pueblos

los ,

y

el

consejo ó

la

monarca hace tal

las leyes ^ y el

En

rey es

civilizados_, el

lo

consejo

el

el

contrario:

las

ejecuta.

vez han discurrido que era

nos peligroso investir con

las

asamblea nacio-

poder lejislativo; aquí sucede

Estos salvajes

del esta-

institución política singular.

poder ejecutivo el

de

y

monarquías de nal

mayor autoridad

poder ejecutivo

meá un

consejo de ancianos^ que depositar este poder en

-

A AMÉRICA.

manos de un hombre do demostrado

solo.

239

Por otra parte

habien-

^

hombre solo propósito que un cuerpo

esperiencia que un

la

de edad madura es mas

á

deliberante para elaborar lasleyes^ los muscogulgos

han colocado en

Mas

el

vicio capital

el

:

el

poder

halla bajo la

se

del gran agorero

de

rey

lejislativo.

consejo de los muscogulgos tiene un

el

_,

los sortilejios y

inmediata dirección

cual le gobierna por

por

la

el

temor

adivinación de los sueños.

Los sacerdotes forman en aquella nación un colejio formidable^ que amenaza invadir todos los poderes. El jefe de

la

guerra^ independiente del Mico^

ejerce un poder absoluto sobre da. Pero sin

embargo^

peligro inminente,

tado jeneral en

el

el

si la

Mico

esterior,

la

juventud arma-

nación se halla en algún es por

un tiempo limi-

como majistrado en

el

interior.

Tal es, ó mas bien gulgo considerado en



tal

era el gobierno

mismo

musco

pero aun

y aislado;

debe examinarse bajo otros aspectos como gobierno federativo.

Los muscogulgos

,

nación altiva y ambiciosa,

vinieron del oeste, y se apoderaron de

la

Florida

después de haber estirpado

,

sus pri-

á los

yamases

meros habitantes (1). Poco después

los siminoles

Estas tradiciones de las emigraciones indianas son obs(1) curas y contradictorias. Algunos autores instruidos consideran á las tribus de las Floridas como restos de la gran nación de los allighewis, que habitaban los valles del Mississipi y delOhio, de donde los arrojaron por los siglos doce y trece los Lennilénaps (los iroqueses y los salvajes dclawares) horda nómada y belicosa venida del norte y del oeste; es decir^ de las costas vecinas al estrecho de Behring. ,

240

VI ají: del éste, se aliaron con los

que llegaron

muscogul-

goSj y como estos eran los mas fuertes, obligaron á aquellos á entrar en una confederación, en virtud

de

la

cual los siminoles envían diputados á la gran

modo que en par-

población de los muscogulgos; de

Mico de

te se hallan gobernados por el

estos úl-

timos.

los

Las dos naciones reunidas fueron llamadas por europeos la nación de los creeks, y divididas en

creeks superiores los muscogulgos, y creeks inferiores los siminoles. los

No

satisfecha

muscogulgos, llevaron

la

ambición de

la

guerra

al pais

de los

cheroqueses y chicasas , y los obligaron á entrar en la alianza común; confederación tan célebre en el

mediodía de

la

los iroqueses

América septentrional

en

el

norte.

¿No

ver á unos salvajes procurando

,

como

la

de

es cosa singular el

reunión de

la

dios en una república federativa, en

el

los in-

mismo lugar

en donde los europeos habían de establecer en ade^

misma clase de gobierno? Los muscogulgos, en algunos tratados que

lante esta

cieron con

los

hi-

blancos, estipularon que estos no

venderían aguardiente á

las

naciones aliadas.

En

los

lugares de los creeks solo se toleraba un mercader

europeo,

el

cual estaba bajo la salvaguardia públi-

Jamás se violaban con respecto á él las leyes de la mas exacta probidad, y podía transitar por donde quería, tan seguro de su fortuna como de su vida. ca.

Los muscogulgos son inclinados

á la ociosidad

tienen ganados y caballos de raza española, y también esclavos. El y á las fiestas:

cultivan

la tierra

;

241

A AMÉRICA. siervo trabaja en los

campos^

las frutas y las flores^

cuida de

bana, y prepara

la

camida.

vestido y alimentado

cultiva en el jardín

limpieza de

la

En cambio

como

la

ca-

es alojado^

sus amos. Si se casa,

sus hijos son libres, y entran por el nacimiento en el

goce del derecho natural.

madre

y la

^

no pasa

á

La

desgracia del padre

su posteridad, porque los

muscogulgos no quisieron que

la

servidumbre fuese

hereditaria: jbella lección que han dado los salvajes á los

hombres

civilizados!

Tal es sin embargo suave que sea, degrada

go

,

la

esclavitud^ que por

las virtudes.

muy

El muscogul-

atrevido, bullicioso ^ impetuoso^ sin poder su-

menor contradicción es servido por el yamase, tímido, silencioso ^ paciente^ abyecto. Este yamase , antiguo señor de las Floridas, es sin emfrir la

_,

bargo de raza indiana, y combatió como héroe para salvar su país de la invasión de los muscogulgos; pero tuvo contraria

la

fortuna.

tan grande diferencia entre

el

¿Quien ha puesto

yamase de otros tiem-

de hoy_, entre este yamase vencido y este muscogulgo vencedor? dos palabras: libertad y ser-

pos y

el

vidumbre.

Los lugares muscogulgos

modo

particular

:

están edificados de

cuatro casas ó cabanas iguales, te unas ó otras

^

un

cada familia tiene casi siempre las

drado de cerca de mil pies

:

cuales dan frensí

un patio cua-

se entra

en este patio

y forman entre

por cuatro ángulos. Las cabanas construidas de tablas, tienen por dentro y por fuera una mano de mortero rojo , parecido á la tierra de los ladrillos.

242

VIAJE

El techo de estos

edificios lo

como

de ciprés colocadas

forman unas cortezas

las

conchas de una tor-

tuga.

En

el

principal

centro^ y punto mas elevado del lugar , hay una plaza pública rodeada de cuatro

Una de

largas galerías.

estas es la sala del consejo,

que celebra sus sesiones todos pacho de

por medio de un tabique longitudinal el

puede entrarse en

él

,

con

por una abertura

En

ja practicada al pie del tabique.

están depositados los tesoros de política

el

des-

el

lo cual

departamento interior queda privado de luz

solo

de

para

los dias

negocios. Esta sala se divide en dos

los

:

chichikucs,

y

ba-

este santuario

la relijion

los rosarios de cuerno de ciervo

medicina,

,

muy

pipa de

,

y

de

la

la

copa

paz, y estandarte nacional, formado de una cola de águila

los

la

la

Mico, el jefe de la guerra y el gran sacerdote pueden penetrar en este recinto formila.

Solo

el

dable.

La cámara

consejo está

esterior de la sala del

dividida en tres partes por tres pequeños tabiques á la altura de la

mano. En estos

tres balcones

elevan tres órdenes de gradas apoyadas contra

paredes del santuario tos de esteras

,

es

,

se las

y sobre estos bancos cubier-

donde se sientan

los sache«is y

los guerreros.

Las otras forman

mente

el

tres galerías,

que con

recinto de la plaza pública

la ^

del consejo

están igual-

divididas cada una en tres partes, pero no

tienen tabique lonjitudinal. Estas galerías se

man

lla-

galerías del banquete , y en ellas se encuentra

243

A AMÉRICA.

continuamente una multitud

bulliciosa

^

que

se

en-

tretiene en diversos juegos.

Los muros

,

los

tabiques y las columnas de

ma-

dera de estas galerías están cubiertos de adornos jeroglíficos

que encierran

secretos sacerdotales

los

y políticos de la nación. Estas pinturas representan

hombres en diversas actitudes^ pájaros dos con cabezas de hombres

_,

y

sin las

y natural;

conocimiento. El orden de

columnas varía en

los habita: en

Otases

en forma de espiral

Otases son de

Hay en La

sangre.

los

la

_,

la

que

tribu

columnas están truncadas

porque

tribu de

esta nación

arquitectura de

la

pueblos según

las

es

vivo^ pero aplicado

color

el

cuadrúpe-

monumentos

zas de animales. El dibujo de estos

animado

y

hombres con cabe-

la

los

muscogulgos de

Serpiente.

una ciudad de paz y otra de

ciudad de paz es

la

capital de

toda la

confederación de los creeks^ y se llama Apalachuda. En esta ciudad jamás se derrama sangre; y

cuando ella los

La

se

trata de una

diputados de

paz jeneral

concurren á

ciudad de sangre se llama Coveta

tuada á doce millas de Apalachucla

donde

_,

los creeks.

,

y

en

;

está si-

ella es

en

se delibera sobre la guerra.

En

la

confederación de los creeks son notables

los salvajes

que habitan

el

hermoso pueblo de Uche, que pueden po-

compuesto de dos mil habitantes ner sobre

las

salvajes hablan

ma que

la

lengua savanna ósavanttca, idio-

difiere radicalmente

aliados del

_,

armas quinientos guerreros. Estos del muscogulgo.

Los

pueblo de Uche son ordinariamente en

244

VIAJE

consejo de diferente parecer que

el

los

los otros

miran con cierta emulación; pero en una

y

que

y otra

parte hay bastante prudencia para no llegar á un

rompimiento.

Los siminoles, menos numerosos que

los

mus-

cogulgos^ solo tienen nueve pueblos^ situados todos

sobre

un

el rio Flint_,

y no puede darse por aquel pais

solo paso sin descubrir savanas

lagos ^ fuentes

^

y arroyos de agua riquísima. El siminol respira ale-

gría, contento y amor; su andar es

tinente franco y sereno

de su vida

la actividad

lidad

;

;

:

ájil ,

y su

con-

sus ademanes descubren

habla

mucho

y con volubi-

su lenguaje es armonioso y fácil. Este carác-

ter amable y lijero es tan pronunciado en este pue-

blo^que con

pueden tomar sus individuos

dificultad

un continente grave en la

asambleas políticas de

las

confederación.

Lor

siminoles y los muscogulgos son de estatura

muy

elevada, y por un contraste estraordinario la talla de sus mujeres es la mas pequeña que se co-

noce en América

:

muy

raras son

que llegan á

las

cuatro pies y dos ó tres pulgadas; y sus pies y manos parecen los de una europea de nueve ó diez los

años. Pero

la

naturaleza

especie de injusticia

;

las

ha indemnizado de esta

pues su

negros^

talle es

elegante y es-

muy

rasgados y llenos de modesta languidez. Bajan los párpados con una es-

belto; los ojos

pecie de voluptuoso pudor

cuando hablan

,

creería

solo pronuncian voces

uno

;

y

si

oir á

no

se

las viese

unos niños que

medio formadas.

Las mujeres creeks trabajan menos que

las otras

245

A AMÉRICA. indianas; pues solo se ocupan en bordados labores propias del sexo.

y otras

evitan sin

el

cuidado de cultivar

embargo,

lo

mismo que

la

los

Los

^ tintes

esclavos las

tierra; pero ellas,

guerreros

,

ayudan

á recojer la cosecha.

Los muscogulgcs son muy celebrados por la poesía y la música. La tercera noche de la fiesta del maiz nuevo, se reúnen en la galería del consejo y se disputan el premio del canto. Este premio , que _,

una rama de encina verde, se concede á pluralidad de votos por el Mico; los helenos solicitaban con empeño una rema de olivo. Las mujeres consiste en

concurren y obtienen muchas veces

la

corona

:

he

aqui una de sus odas, que ha adquirido gran celebridad:

Canción de

«Vino de Virjinia ))tenia

carne blanca.

la

la

carne blanca: era rica, y

telas azules, pólvora y

))La carne blanca vio á

))Yo te

amo,

dijo la carne blanca á la

cuando me acerco

))tada: ))la

médula de

))y

me

veneno francés (1). la Ikuesen (2).

Tibeima

los

moza pin-

á ti, siento derretírseme

huesos; mis ojos se conturban

siento morir.

moza pintada, que quería las riquezas de »la carne blanca, le respondió: Déjame grabar mi » nombre en tus labios; estrecha tu seno contra »mi seno. ))La

(1)

Aguardiente.

(2)

Cortesana.

246

VIAJE

))Tibeíma ))baña.

y la

»estranjero^ y fue •»

carne blanca edificaron una ca-

La Ikuesen

disipó ¡as grandes riquezas del infiel.

La carne blanca

))T¡beíma: cuando

la

supoj

carne blanca recojia un poco

»de fuego líquido (1)^ se

1^

lo

no pudo dejar de arnar^ y mendigaba de «puerta en puerta granos de maiz para alimantar á ))pero

bebia para olvidar su

lo

))dolor.

«Enamorado siempre de Tibe'ima^ y siempre ella^ el hombre blanco perdió el es-

«engañado por

«píritu^ y se puso á correr por los bosques. El pa-

de

))dre ))la

la

moza pintada ^-que

reprendió;

pero

el

era un ilustre sachem^

corazón de una mujer que

))ha

dejado de amar_, es mas duro que

))la

papaya.

»La carne blanca

el

fruto de

regresó á su cabana. Iba des-

anuda y y tenia una barba larga

y erizada

:

ojos

hun-

«didos y labios pálidos: sentóse sobre una estera^

«y pidió hospitalidad en su propia cabana. El hom))bre blanco tenia hambre^ y como habia perdido »la

razón

^

se creia niño^

y

tomaba

á

Tibeíma por

»su madre. ))

Tibeíma^

á

quien habia proporcionado nuevas

«riquezas otro guerrero en

la

antigua cabana de

«carne blanca, miró con horror «do_, y le echó á la calle.

ȇ

la

al

La carne blanca

se

sentó

puerta sobre un montón de hojas y murió:

«Tibeima murió también. Cuando «gunta cuyas son

las

el

siminol pre-

ruinas de aquella cabana, cu-

«bierta ahora de maleza, nadie le contesta." (1)

la

que habia ama-

Aguardiente.

A AMÉRICA.

217

Los españoles colocaron una fuente de Juvencio en

los bellos

desiertos de la Florida.

¿Por que,

pues, no habia yo de estar autorizado para

mismos desiertos para

aquellos

clejir

pais de algunas otras

ilusiones?

Pronto veremos en

lo

que vinieron

á parar los

creeks, y que suerte amenaza á aquel pueblo^ que caminaba con tanta celeridad á la civilización.

LOS HURONES Y LOS IROQUESES. República en

Asi

como

tismo en

el

los

el

estado de la naturaleza.

natchez ofrecen

estado de

tipo del despo-

naturaleza, y los creeks

la

primer rudimento de

el

monarquía limitada

la

el

los

;

hurones y los iroqueses presentaban en el mismo estado de la naturaleza la forma de gobierno republicano.

Tenian, como

los

creeks, ademas de

la

constitución nacional propiamente dicha, una asamblea jeneral representativa y un pacto federativo.

El gobierno de

de

los iroqueses.

los

hurones

diferia

un poco

Después del consejo de

del

las tribus^

habia un jefe hereditario, cuya sucesión se conti-

nuaba por

las

mujeres,

lo

mismo que entre

chez; y cuando llegaba á estinguirse te jefe, la

nuevo.

La

la

los

nat-

línea de es-

matrona mas noble de la tribu elejía uno influencia de las mujeres debia ser muy

considerable en una nación en que tantos derechos las

daban

la

política

y la

naturaleza; y á esta in-

22

2i8

VIAJE atribuyen

lliiencia las

los

historiadores

buenas y malas cualidades

En

las

naciones de Asia

,

una parte do

del

hurón.

las

mujeres son escla-

vas^ V no tienen intervención alguna en

no; pero encargadas de

las

gobier-

atenciones domésticas,

jeneral de los

se libertan en

el

mas rudos trabajos de

la tierra.

En

las

naciones de oríjen jermánico

las

mujeres

eran libres; pero permanecían separadas de los actos de la política

_,

escepto aquellos en que se trata-

honra y del valor. Entre las tribus del norte de

ba de

la

mujeres tomaban parte en

los

la

América

las

_,

negocios del estado;

pero se ocupaban en aquellos trabajos penosos que

en

la

Europa

civilizada están destinados á los

bres. Esclavas y bestias de carga en los

hom-

campos

y

en

caza, eran libres y reinas en las reuniones de la familia y en los consejos de la nación. Es menester la

subir hasta los galos, para encontrar en otra parte

algo que se parezca á esta condición de

las

mujeres

en un pueblo.

Los iroqueses, olas Cinco naciones (1), llamados en lengua algonquina los aganonsioni

_,

eran una

colonia de los hurones, de los cuales se separaron

en una época desconocida, en que abandonaron orillas del rio

Hurón, y

se fijaron

en

la

las

costa meri-

dional del río llochelaga (el San Lorenzo), no lejos del lago ta el

(1)

Champlaín. Mas adelante subieron has-

lago Ontario, y ocuparon

Seis

,

scíiun la división inglesa

el

país situado

en-

A AMÉRICA. trc

lago Erié

el

y

las

249

fuentes del rio de Albany.

Los iroqueses ofrecen un grande ejemplo del cambio que la opresión y la independencia pueden obrar en

el

carácter de los hombres. Después de ha-

berse separado de los hurones^ se dedicaron á cultivar los campos_, y se hicieron

y pacífica^

de donde tomaron

una nación agrícola nombre de Aga-

el

nonsioni.

Sus vecinos cho

los

los

adiroudacos

y

de que hemos he-

algonqumes j pueblo guerrero y cazador^ que un pais inmenso^ des-

estendia su dominación sobre

preciaron á los emigrantes hurones^ cuyas cosechas

compraban. Ocurrió que

los

algonquines convida-

ron á una cacera á algunos jóvenes iroqueses; estos se distinguieron de tal

manera^ que

pero

los envi-

diosos algonquines los asesinaron.

Corrieron

los

iroqueses á las armas por

mera vez^ y batidos cer hasta

el

al

principio

^

la

pri-

resolvieron pere-

último de ellos^ ó ser

libres.

Un

jenio

guerrero^ de que no se habian apercibido^ se desarrolló al

momento en

ellas.

Derrotaron á su vez á

algonquines, y estos se aliaron con los hurones ^ de quienes traian su oríjen los iroqueses. En

los

el

momento en que andaban mas

querellas_, fue

cuando arribaron

encarnizadas estas al

Canadá primero

Jacobo Cartier y luego Champlain. Los algonquines se reunieron á los estranjeros, y los iroqueses tuvieron que luchar contra los franceses

quines y los hurones. A poco tiempo llegaron hata

los

_,

los

holandeses á

algon-

Man-

(Nueva-York). Los iroqueses buscaron

la

250

VIAJE

íimistad de aquellos

armas de fuego nejar con

^

nuevos europeos^ adquirieron

que en poco tiempo supieron ma-

mas destreza que

no hay entre

los

mismos blancos; y

los

pueblos civilizados ejemplo de una

guerra tan larga é implacable cerno pacio de

mas de

la

que por es-

tres siglos hicieron los iroqueses á

algonquines y los hurones. Los algonquines los hurones quedaron redu^ y

los

fueron esterminados

una tribu refujiada bajo

cidos á

la

protección del

canon de Québec. La misma colonia francesa del

Canadá^ en de

el

momento de sucumbir

á los ataques

iroqueses^ no se salvó sino por un cálculo de

los

de aquellos salvajes estraordinarios (1). Es probable que los indios del norte de América

la política

fueron

al

principio gobernados por reyes

^

como

los

Koma

y de Atenas^ y que estas moluego en repúblicas aristocambiaron narquías se

habitantes de

cráticas.

En

las

principales poblaciones huronas é

iroquesas se encontraban algunas familias nobles,

que ordinariamente eran el

tronco de

las tres

tres.

Estas familias eran

tribus principales,

una de

cuales gozaba de cierta preeminencia, cual era

la

las

de

miembros de esta primera tribu se trataban de hermanos ) y los de las otras dos de primos. que

(t)

los

otras tradiciones,

como ya hemos

visto, consideran á

los iroqueses como una columna de aquella grande emigración de los semilapas, procedentes de las costas del océano

Pacifico. Esta columna de iroqueses y hurones se supone que ahuyentaron á las poblaciones del norte del Canadá, entre las cuales se encontraban los algonquines, al mismo tiempo quo los indios delatares, mas al mediodía, bajaron hasta el At-

lántico dispersando los pueblos primitivos establecidos al éste y al oeste de los Aleghanys ,

251

A AMÉIUCA.

Estas tres tribus llevaban

bus hurones:

la tribu del

el

Corzo ^

nombre de las trila del Lobo^ la de

Tortuga^ que se dividía en dos, la de la grande y de la pequeña Tortuga. El gobierno, sumamente complicado, de este la

pueblo se componia de tres consejos:

el

consejo de

de los ancianos y el de los guerreros en estado de hacer un servicio activo; es delos asistentes,

el

cir, del cuerpo entero de la nación.

Cada

familia enviaba al consejo de los asisten-

un diputado nombrado por

tes

les, con

mucha

las

mujeres,

las

cua-

frecuencia, nombraban una mujer

para que las representase. El consejo de los asistentes era el consejo

mer poder que

las

supremo; de manera que

el

pri-

del estado pertenecía á las mujeres, de

hombres como unos consejo de los ancianos pronun-

solo se consideraban los

tenientes;

mas

el

ciaba en último recurso, y ante él se apelaba de las

deliberaciones del de los asistentes.

Pensaron de

la

los íroqueses

asistencia de

que no debían privarse

un sexo cuyo talento vivo

é ín-

jeníoso es fecundo en recursos, y sabe obrar sobre el

corazón humano; pero discurrieron también que

los

acuerdos de un consejo de mujeres podrían ser

apasionados, y quisieron que estos acuerdos fuesen moderados, y como templados por el juicio de los ancianos. Este consejo de

las

mujeres, se encon-

traba también entre nuestros padres los galos.

El segundo consejo, ó nos, era

que

se

el

moderador entre

componia

del

el el

cuerpo de

consejo de los ancia-

de los asistentes y el jóvenes guerreros.

los

252

VIAJE

Pero no todos

los

miembros de

estos tres con-

sejos tenían el derecho de usar de la palabra: algu-

nos oradores escojidos por cada tribu trataban ante los consejos de los negocios del estado

hacían un estudio particular de

para

,

cual

lo

y de

la

Esta costumbre, que seria un obstáculo para

la

la política

elocuencia.

libertad en los pueblos civilizados de

era una medida de orden entre los estos pueblos no se sacrificaba

de

la

Europa, solo iroqueses. Entre

mas pequeña parte

la

libertad particular á la libertad jeneral. Nin-

gún miembro de ligado

los tres consejos

individualmente por

aquellos; pero sin

las

se consideraba

deliberaciones de

embargo no había ejemplo de que

un guerrero hubiese rehusado someterse

La

á ellas.

nación iroquesa estaba dividida en cinco can-

tones, los cuales eran independientes entre

podían hacer separadamente

cuyos casos

los

la

paz ó

cantones neutros

les

la



^ y

guerra^ en

ofrecían sus

buenos oficios. Los cinco cantones nombraban de cuando en cuando unos diputados que renovaban la alianza jeiiera!. En esta dieta, que se celebraba en medio de los

bosques,

interesaban

se trataba

al

honor

de

y á la

ción. Cada diputado hacía

las

grandes empresas que

seguridad de toda

una manifestación

la

na-

rela-

cantón que representaba, y con presencia de todas se deliberaba sobre los medios de asegurar tiva al

la

prosperidad jeneral.

Los iroqueses eran tan fomosos por

como por

las

la

política

armas. Colocados entre los ingleses y

253

A AMÉlUCxV. los IVanceses^

no tardaron

estos dos pueblos.

conocer

á

la rivalidad

do

Comprendieron que su amistad

seria buscada por los unos y por los otros, y se alia-

ron con

los

no amaban contra

á quienes

ingleses^,

los franceses, á quienes estimaban, pero que se ba-

bian unido á los algonquines y á los burenes. Sin

embargo, no querian

el

triunfo completo de ningu-

no de estos partidos estranjeros; y de alii es que estaban prontos á dispersar la colonia francesa del

Canadá, cuando una orden chems detuvo el ejército, y do

los franceses

del

consejo délos sa-

hizo retirar

le

j

cuan-

y

estaban á punto de conquistar

la

Nueva-Jersey, y arrojar de ella á los ingleses, los iroqueses hicieron marchar sus cinco naciones

corro de estos,

y los

El iroqués no conservaba de común con rón mas que

el

al

so-

salvaron.

lenjuaje:

el

el

hurón, alegre,

huinje-

nioso, versátil^ de un valor brillante y temerario, y de una estatura elevada y elegante ^ parecia naci-

do para ser aliado de El iroqués, por

los franceses.

el

contrario, era de cuerpo for-

nido, pecho ancho, piernas musculares y brazos nerviosos. En sus grandes y redondos ojos brillaba la

independencia: todo su aspecto era

el

de un hé-

roe; y veíanse resplandecer en su frente las profundas combinaciones del pensamiento, y los eleva-

dos sentimientos del alma. Aquel hombre intrépido

no

se

manifestó admirado de

cuando por primera vez

armas de fuego

se usaron contra él;

no se

silbido de las balas ni al estrépito del ca-

alteró

al

non

como

,

las

si

estuviese acostumbrado á oírlos toda

254

VIAJE

su vida^ ni manifestó que le llamasen

la

atencioir

mas que una tempestad. Luego que pudo procurar^ se un mosquete^ se sirvió de él mejor que un europeo. No abandonó por eso la macana, el cuchillo ni la flecha; lo

pistola,

que hizo fue añadir

puñaj

al

y

el

la

hacha, como

carabina y si

la

no hubiese

bastantes armas para su valor. Doblemente armado

con los instrumentos mortíferos de Europa rica, adornada de

sangre

el

brazos,

los

el

el

el

la costa

las

rostro, y tintos de

nuevo campeón del Nuevo-

como en

se hizo tan formidable á la vista,

combate en

contra

Amé-

plumas su cabeza, recortadas

orejas, pintorreado de negro

Mundo

y

que defendía palmo

á

palmo

estranjero.

Los íroqueses cimentaban su virtud en la eduJamás un joven se sentaba delante de un

cación.

anciano

:

el

respeto á la edad era igual

al

que había

inspirado Licurgo á los lacedemonios. Acostumbra-

ban a

los

jóvenes á toda suerte de privaciones, co-

mo también

á arrostrar los

mayores peligros. Pro-

longados ayunos mandados por bre de

la

continuo de

las

comunicado

No

la política

en

nom-

relijion, cacerías peligrosas, el ejercicio

al

armas, juegos varoniles, habían

iroqués cierto carácter indomable.

era raro ver á dos niños, que atándose juntos

brazos, ponían encima de ellos un carbón encendido, y apostaban á quien aguantaría el dolor mas largo rato. Si una joven cometía una falta, y los

su

madre

la

echaba un poco de agua en

ta sola reprensión solía llevar á la

de ahorcarse.

joven

la al

cara, es-

estremo

A AMÉRICA. El ¡roques despreciaba

el

255

un sachem de cien años arrostraba hoguera

^

como

dolor

las

la vida:

llamas de

escitaba á sus enemigos á redoblar

la la

crueldad^ y los desafiaba á que le arrancasen un suspiro. Esta magnanimidad déla vejez ^ no tenia

mas objeto que dar un ejemplo

jóvenes guer-

á los

reros^ y enseñarles á hacerse dignos de sus padres.

Todo en aquel pueblo tenia

sello

el

de esta

grandeza: su lengua^ casi toda aspirada^ admiraba oido

al

á

,

y cuando hablaba un iroqués parecia oirse

un hombre que^ espresándose con esfuerzo

ba sucesivamente de las

las

_,

pasa-

entonaciones mas graves á

mas agudas. Tal era

dido sobre

el

iroqués antes

él la

sombra y

que

la

hubiesen esten-

se

destrucción de

la civi-

lización europea.

Aunque he

dicho que

el

derecho

minal eran casi desconocidos de

los

civil

y

indios^

el cri-

uso

el

suplia en algunos puntos por ía ley.

El asesinato^ que entre

los francos se

redimia

por una composición pecuniaria proporcionada

al

estado de las personas^ no se compensa entre los

muerte del asesino. En

salvajes sino con la

de la

la

edad media^

defensa de todo

las familias lo

respectivas

que concernía

á sus

la Italia

tomaban

miembros;

y de aqui aquellas venganzas hereditarias cuando las familias enemigas eran poderosas.

En

las

poblaciones del norte de

la

América

familia del homicida no sale á su defensa

,

la

los

como un deber el venquien la ley no amenaza^ ni la

parientes del muerto miran garlo. El criminal á

;

pero

256

VIAJE

naturaleza defiende, no encontrando asilo ni en los

bosques donde los aliados del muerto ni

en

que

las tribus estranjeras,

en su hogar doméstico, que no

le

la

persiguen,

entregarian

le salvaría

encontrarse en un estado tan miserable

,

^

^ ni

viene á

que un

él un bien; porque menos habria una forma, un modo de conde-

tribunal vengador seria para alli al

nar ó absolver; pues

la ley si

hiere, también conser-

tiempo que siembra y riega. El asesino indiano, cansado de una vida errante, y no encon-

va

,

como

el

trando familia pública que

manos de una defecto de

la

le

castigue, se pone en

familia particular

fuerza

armada,

el

que

le

inmola: en

crimen conduce

al

criminal á los pies del juez y del verdugo.

El homicidio involuntario se espiaba algunas veces con presentes. Entre los abenaqueses

pronunciaba: esponian

el

nado sobre una especie de cañizo colgado en re, y

el

la ley

cadáver del hombre asesiel ai-

asesino, atado á un poste, estaba conde-

nado á tomar aquel patíbulo.

el

alimento y pasar muchos dias en

257

A AMÉRICA.

ESTADO

ACTIJAI4

DE LOS

SALVAJES DE LA AMERICA SEPTENTRIONAL.

s

i

yo presentase

rica salvaje,

al lector

como

este cuadro de la

la iraájen fiel

de

lo

que en

Améel

dia

mas es que existe, porque aunque

existe, le engañarla: lo que yo he pintado

lo

que existió que

es

lo

que todavía se encuentran en las tribus del Nuevo-Mundo muchos rasgos del carácter indiano, cierto

el

conjunto de

usos,

la

palabra,

costumbres ^

las

forma primitiva de el

el

orijinalidad de los

gobiernos; en una

jenio americano ha desaparecido. Refe-

rido, pues j lo pasado

trazando

la

los

cuadro de

Aun cuando

de

debo completar mi trabajo

j

presente.

lo

las

relaciones de los primeros

navegantes y colonos que descubrieron y desmontaron la Luisiana, separásemos la Florida, la Jeorjia, las

dos Carolinas,

ware,

la

la Virjinia, el

Pensilvania,

la

Maryland,

Nueva-Jersey

,

el

la

Dela-

Nueva-

York, y todo lo que se llamó la Nueva-Inglaterra, la Acadia y el Canadá; no podria estimarse en menos de tres millones de individuos

comprendida entre el

el

momento en que

En

el

la

población salvaje,

San Lorenzo y

el Mis&issipi

dia la población indiana de toda la

rica septentrional

,

en

se descubrieron aquellos paises.

no contando

los

Amé-

mejicanos ni

258

VIAJE

los esquimales^ apenas llega á cuatrocientas mil al-

mas. El censo de

los

pueblos indíjenas de aquella

Nuevo-Mundo^ no se ha hecho todavía^ y yo me propongo hacerlo. Muchos hombres y muparte del

chas tribus faltarán á este llamamiento; pero yo,

como último

historiador de aquellos pueblos^ voy á

abrir su rejistro mortuorio.

En 1534^ cuando y en

la

época de

plain, en

la

1608,

llegó

Juan Cartier

al

Canadá,

fundación de Québec por

los

algonquines,

Cham-

los iroqueses, los

hurones, con sus tribus aliadas ó sujetas, á saber: los

etchemines, los suriqueses,

los

bersiamitas, los

papinacletos, los montañeses, los atikamegos, los nipisinges, los temiscamines, cristineses,

los

los

asiniboiles^ los

amikueses, los

puteotamises, los

nokaises, los otchagras y los raiamises, ponían en corta diferencia sobre las armas cincuenta mil guer-

reros,

supone en aquellos salvajes una po-

lo cual

blación de doscientas cincuenta mil almas. Si da-

mos

crédito á

Laboutan, cada una de

des poblaciones iroquesas habitantes.

Canadá

En

el

las

cinco gran-

encerraba catorce

mil

dia solo se encuentran en el bajo

seis aldeas

de salvajes convertidos:

los

hu-

rones de Coreta, los abenaquises de San Francisco, los

algonquines, los nipisingos,

los

iroqueses del

lago de los Dos-Montes y los osuekatchies, débiles reliquias de

muchas

razas

recojidas por la relijion

,

que ya no existen, y que ofrecen la doble prueba

del poder de ésta para conservar y

el

de los

hom-

bres para destruir.

El resto de las cinco naciones iroquesas está

cti-

259

A AMÉRVCA.

clavado en las posesiones inglesas y americanas^ y el número de todos los salvajes que acabo de nombrar,

mas á dos mil quinientas ó tres mil almas. Los abenaquises ^ que en 1587 ocupaban la Acadia (hoy Nuevo-Brunswick y Nueva-Escocia)^ los salvajes del Maine, que destruyeron todos los

llega é lo

establecimientos de los blancos en

y que

1675,

continuaron sus devastaciones hasta 1748,

las

mis-

mas hordas que hicieron sufrir la propia suerte al Nuevo-Hampshire, los wampanoagos ^ los nipmucks, que dieron una especie de batalla ordenada á los ingleses, sitiaron á Hadley^ y asaltaron áBrookfield, en el Masachusets; los indios que en los mismos años 1673 y 1675 combatieron á los europeos; los pequotsde Conecticut; los indios que ne-

gociaron los

la

cesión de una parte de sus tierras con

Estados de Nueva-York, Nueva-Jersey,

silvania, el

Delaware;

los

la

land; las tribus que obedecían á Powhatan Virjinia;

los paroustises,

Pen-

pyscatawayses del Mary-

en

las

^

en

la

Carolinas; todos

estos pueblos han desaparecido (1).

De

las

numerosas naciones que Fernando de

Soto encontró en

Floridas (y bajo este nombre lo que forma hoy los Esta-

las

debe comprenderse todo dos de

la

Jeorjia, Alabamá, Mississipi y Teneseo),

no quedan ya sino

los

creeks, los cheroqueses y

los chicaseses (2).

La mayor parte de

estos pueblos pertenecían á la gran cuyas dos ramas principales eran los iroqueses y los hurones al norte, y los indios delawarcs al (1)

nación de

los lenilénapes,

mediodía. (2)

Por

lo relativo

á

la

Florida pueden consultarse con fru-

260

VIAJE

Los crccks^ cuyas antiguas costumbres he pintado^ no podrían en

dos mil guerreros.

el

De

dia poner sobre las

los vastos paises

que

armas

les

per-

tenecian^ ya no poseen mas que unas ocho mil millas

cuadradas en

Jeorjia, y otro tanto en Alabamá,

la

Los cheroqueses y los chicaseses_, reducidos á un puñado de hombres^ viven en un rincón de los Estados de Jeorjia y de Teneseo; los últimos en orillas del rio

Pero

los

las

dos

Hiwaseo.

creeks, á pesar de ser tan débiles^ pe-

como valientes con los americanos en los años 1813 y 1814. Los jenerales Jackson_, White^ learon

Clayborne^ Floyd^

les

Talladéga

,

,

Hillabes

causaron grandes pérdidas en

Autosées

^

Bécanachaca ^ y so-

bre todo en Entonopeka. Aquellos salvajes habían

hecho progresos notables en

palmente en nejando

muy

el

civilización^ princi-

la

empleando y maHace algunos años

arte de la guerra^

bien

la

artillería.

juzgaron y ajusticiaron á uno de sus micos ó reyes^ por haber vendido unas tierras á los blancos sin el

conocimiento

y

anuencia del consejo nacional.

Los americanos que codician

el

rico territorio

que habitan aun los muscogulgos y los siminoles^ han querido obligarlos á cedérselo por una suma^ proponiéndoles transportarlos luego Missouri.

El Estado de Jeorjia

comprado aquel

al

occidente del

pretendió

territorio; el congreso

haber

americano

una obra titulada Vista de la Florida occidental que comprende en jeografia, topografía ele. seguida de un apéndice sobre sus anligücdades tos títulos de concesión de las tierras y canales y acompañada de un mapa de la costa y los planos de Panzacoia y de la entrada del puerto. Filadelfia 18Í7.

to

:

,

,

,

,

,

A AMÉRICA.

puso algún obstáculo

á esta

2C1

pretensión; pero tarde

ó temprano los creeks^ los cheroqueses y los chicaseses, estrechados por la población blanca del Mis-

Teneseo^ de

sissipí^ del

se verán

Alabamá

la

precisados á obtar entre

y de la Jeorjia, el

destierro y el

esterminio.

Subiendo

el Mississipi

desde su embocadura has-

su confluencia con el Ohío, todos los salvajes que habitaban aquellas dos riberas, los bilasis, los ta

torimaes,

los

los colapisas,

kapaes,

los

sutuis, los bayagoulas,

los tansas_, los

natchez y

los

yazus,

han desaparecido.

En

valle del

el

andaban errantes

Ohío,

naciones que todavía

las

de aquel rio y de sus afluentes, se sublevaron en 1810 contra los ameriá lo largo

canos. Pusieron á su cabeza un agorero ó profeta

que anunciaba

mano,

el

la

victoria mientras peleaba su her-

famoso Thecumeseh. Tres mil salvajes se

habían reunido para recobrar su independencia:

el

jeneral americano Ilarrison se dirijió contra ellos

con un cuerpo de tropas, y

Noviembre de 1811 en noé y el Wabash. Los

la

los

encontró

el

6 de

confluencia del Típaca-

indios mostraron el mayor denuedo, y su caudillo Thecumeseh desplegó una

habilidad estraordinaria; pero sin

embargo

fue ven-

cido.

La guerra de 1812 ingleses

j

renovó

entre los americanos y los

las hostilidades

en

las fronteras del

desierto; los salvajes abrazaron casi todo

de

los

ingleses;

servicio, y

el

Thecumeseh

se había

coronel Proctor

,

el

partido

pasado á su

ingles, dirijía las

262

VIAJE

operaciones. Algunas escenas de barbarie se veriü-

caron en Cikago y en los fuertes Meigs y Milden: el corazón del capitán Wells fue devorado en un

banquete de carne humana. Pero acudió de nuevo el jeneral Harrison, y derrotó á los salvajes en la acción del

Thames^ en que murió Thecumeseh:

coronel Proctor debió

la

vida á

la

el

velocidad de su

caballo.

En 1814, Unidos y

la

asentada

Inglaterra

paz entre los Estados-

la

quedaron definitivamente

,

establecidos los límites de los dos imperios; y los

americanos aseguraron con una cadena de puestos militares su dominio, sobre los salvajes.

Desde la embocadura del Ohío hasta el salto de San Antonio en el Mississipí, se encuentran sobre la

costa occidental de

este último rio los sankis,

cuya población asciende

cuatro mil ochocientas

á

almas; los renardos á mil seiscientas; gos á

rail

cientas.

seiscientas, y los

Todas

los

menomenos

winebe-

á mil dos-

estas tribus son subdivisiones de los

ilineses.

Siguen luego

el

alto

las

de raza mejicana, diviprimera habita en parte

segunda ^ tercera, cuarta y costas del rio de San Pedro , y la

Mississipí;

quinta ocupan

,

la

los sius

didos en seis naciones: la

sexta se estiende hacia

el

Missouri.

La población de

estas seis naciones siusas, se calcula en cuarenta y

cinco mil almas.

Después de

los sius^

aproximándose

Méjico, se encuentran algunos restos de

al

Nuevo-

los osajes,

cansas, octotatas, mactotatas, ajueses y panises.

263

A AiMÉRICA.

Los asiboancs andan errantes bajo diversos nomdesde

l)res,

hasta

de

gran

el

ITudson

las

;

fuentes septentrionales del Missouri

rio

Rojo, que desagua en

bahía de

la

y su población es de veinticinco mil almas.

Los cypowoises, de raza algonquina, enemigos cazan en número de tres ó cuatro mil

los sius,

guerreros en los desiertos que separan los grandes

Canadá del lago Winepic. que se sabe de mas positivo sobre la población de los salvajes de la América septentrional. Si se unen á estas tribus conocidas las menos frecuentadas que habitan mas allá de los Montes lagos del

Esto

es lo

Roqueños, con

dificultad

encontrarán los cua-

se

trocientos mil individuos m^encionados

principio

al

de este empadronamiento. Algunos viajeros reducen á cien mil

almas

la

población indiana de

la

parte de

acá de los Montes Roqueños, y á cincuenta mil

de

la

parte de allá, inclusos los salvajes de

la

la

Cali-

fornia.

Las poblaciones salvajes, acosadas por ropeas hacia

el

noroeste de

la

las

eu-

América septentrio-

nal^ vienen por un singular destino á espirar en

misma

la

costa donde desembarcaron en siglos desco-

nocidos para tomar posesión de

lengua iroquesa bres de siempre

y

de siempre han pasado, y

el

muy pronto á los herederos mundo mas que la tierra de ^

la

América.

En

la

sedan el nombre de homongue-onne. Pero estos hombres

los indios

estranjero no dejará lejítimos de todo

un

su sepulcro.

Las cansas de esta despoblación son conocidas: el

uso de los licores fuertes, los vicios,

las

23

onfer-

264

VI ají:

medades,

guerras que nosotros hemos multipli-

las

cado entre los indios,

precipitado

lian

destruc-

la

ción de aquellos pueblos; pero es de todo punto

que

so

el

estado social

,

introduciéndose en

fal-

las sel-

vas^ haya sido una causa eficiente de aquella destrucción.

No

era salvaje el indio

no obró sobre

europea

civilización

la

:

estado puro de la naturaleza

el

sobre la civilización americana comenzada:

,

si

sino

no

hubiere encontrado nada_, hubiera creado algo; pe-

costumbres

ro encontró

como

era

y las destruyó; porque

_,

mas fuerte, creyó que no debia

Preguntar qué hubiera sido do la

si

América hubiese escapado

tros navegantes curiosa.

,

seria

los

adoptarlas.

americanos

á las velas

una cuestión

¿Hubieran perecido en

inútil

silencio,

naciones mas adelantadas en las artes

,

de nues_,

aunque

como

esas

que según

todas las probabilidades florecieron en otros tiempos

en

las rejiones

el

Teneseo

,

que riega

Mississipí

el

Ohío,

el

inferior

y

el

Muskingum, el Tumbec-

bee ? Prescindiendo por un momento de principios del cristianismo, y no ta los intereses

de

la

Europa

,

los

grandes

tomando en cuen-

un espíritu

podria desear que los pueblos del

filosófico

Nuevo-Mundo

hubiesen tenido tiempo para desarrollarse fuera del círculo de nuestras instituciones.

Nosotros nos vemos en todas partes reducidos (i

las rancias

(no hablo de

formas de una civilización envejecida las

poblaciones del Asia

,

reprimidas

hace cuatro mil años por un despotismo, que cons-

A AMÉRICA.

265

lituyc un estado de infancia). Entre los salvajes del

Nueva-Inglaterra y de las Floridas^ se han encontrado rudimentos de todas las costum-

Canadá^ de

la

bres y de todas las leyes de los griegos

manos y de

Una

hebreos.

los

leza diferente de la nuestra

ducir los hombres de

la

de

,

los ro-

civilización de natura-

hubiera podido repro-

antigüedad^ ó hacer brotar

luces desconocidas de una fuente todavía ignorada.

¿Quien sabe

si

un

dia hubiéramos visto arribar á

nuestras costas algún Colon americano que viniese

Antiguo-Mundo? La degradación de las costumbres

á descubrir el

marchado

Las tradiciones la

indianas ha

á la par con la despoblación de las tribus. relijiosas se

instrucción esparcida

al

han embrollado mas;

principio por los misio-

neros del Canadá^ mezcló ideas estrañas con las ideas nativas de los indíjenas;

y de ahí

es

que

al

través de fábulas groseras^ se perciben hoy las creencias cristianas desfiguradas.

La mayor

adornan con cruces

salvajes se

protestantes

les

ros católicos les

venden ahora

^

y los

lo

que

parte de los

mercaderes los

misione-

daban. Digamos en honor de nues-

que

tra patria y gloria de nuestra relijion

^

dios se habían unido

los franceses;

que todavía

con

los

los

in-

que una túnica negra (un un todavía objeto de veneración en

los lloran, y

misionero) es las selvas

estrechamente á

americanas. Si los ingleses en sus guerras

Estados-Unidos han visto

á los salvajes alis-

tarse bajo la bandera británica, es porque los in-

gleses de

Quebec tienen aun entre

ellos

descendientes de los franceses, y ocupan

el

*

algunos [)ais

que

2G6

VIAJE

gobernó Ononthio (1). El salvaje continúa amándonos en el suelo que hemos pisado, en la tierra de

que fuimos

mos

primeros huéspedes,

los

los sepulcros:

Canadá, permanece

res del

y

donde deja-

sirviendo á los nuevos poseedofiel

á la

Francia en me-

dio de sus enemigos.

He

aqui lo que se lee en un Viaje reciente á

las

fuentes del Mississipí. La autoridad de este pasaje

mas respetable, cuanto que en

es tanto

de su obra se detiene

declamar contra

el

otro lugar

autor de propósito para

los jesuitas

de nuestros dias.

))En honor de la verdad debe decirse que los

«misioneros franceses se han distinguido en todas »partes por una vida ejemplar y conforme á su es-

»tado. Su buena

fe relijiosa, su

caridad apostólica,

»su amabilidad, su heroica paciencia, su alejamien-

fanatismo y del rigor, colocan en aquellas ))rejiones algunas épocas edificantes en los fastos

>)to del

»del cristianismo;

y

al

paso que

la

memoria de

los

«Vilde y los Vadilla , será un objeto de execración »para todos los corazones verdaderamente cristia-

»nos,

la

«jamás

de los Daniel

la

^

Brébeuf, &c., no perderán

veneración que

la

historia de los descu-

))brimientos y de las misiones con tan justo título »les consagra.

De

aqui

la

predilección con que los

«salvajes miran á los franceses; predilección que les

«inspira

naturalmente su alma

,

nutrida con las

«tradiciones que sus padres dejaron en favor de los

(1)

La Gran-Montaña. Nombre que daban

gobernadores franceses del Canadá.

los salvajes á los

-

A AMÉRICA.

267

«primeros apóstoles del Canadá^ oaloiices Nueva ))Francia (1)."'

Esto confirma en favor de

lo

que yo

escribí en otro

tiempo

misiones del Canadá. El carácter

las

brillante del valor francés^ nuestro desinterés^ tra jovialidad, nuestro jenio

tizaban con

el

jenio de los indios; pero también es

menester convenir en que propia que

el

nuesemprendedor^ simpa-

la relijion católica es

culto protestante para

la

mas

educación

del salvaje.

Cuando

el

un

cristianismo empezó en medio de

mundo civilizado y de los espectáculos del paganismo fue sencillo en su esterior austero en su mo_,

_,

ral ^

metafísico en sus argumentos; porque se tra-

taba de arrancar del error á unos pueblos seduci-

dos por los sentidos

cuando pasó de

filosofía; y

de

las

mania

ó estraviados por sistemas de

^

las delicias

de

Roma

escuelas de Atenas á los bosques de ,

se

y

Jer-

la

rodeó de pompas y de imájenes_, para inLos gobier-

teresar á la sencillez de los bárbaros.

nos protestantes de poco en

la

la civilización

de

América

tado de traficar con ellos, y

el

han ocupado

se

los salvajes

:

solo

han tra-

comercio que au-

menta la civilización en los pueblos ya civilizados, en que la intelijencia ha prevalecido sobre las costumbres, solo produce la corrupción en los pueblos en donde las costumbres son superiores á intelijencia.

primitiva:

(1)

La los

relijion

es evidentemente

padres logues

Viaje de Bcltrami

,

1823.

^

Lallemand

la

y

la

ley

Bré-

MAJE

268

beuf eran unos Icjisladores de especie muy distinta los traficantes ingleses y

americanos.

Asi como se embrollaron

las

que

los salvajes, asi

también

ideas relijiosas de

se alteraron las institucio-

nes políticas de aquellos pueblos por

Los

europeos.

los

eran

muy

resortes

del

sutiles y delicados, y

lidado el tiempo; y

la política

yó fácilmente cuando

la

irrupción de

gobierno indiano

no

los había

conso-

estranjera los destru-

los tocó.

Aquellos diversos

consejos^ equilibrando sus autoridades respectivas; aquellos contrapesos formados por

sachems,

los

las

matronas,

los

asistentes,

los

jóvenes guerreros;

toda aquella máquina se ha desordenado

nuestros

:

nuestros vicios, nuestras armas, han

presentes,

comprado, corrompido ó muerto á todos los personaque se componían aquellos diversos poderes.

jes de

Las tribus indianas hoy día por un solo jefe

se :

gobiernan sencillamente

las

que están confedera-

das se reúnen algunas veces en dietas jenerales; pe-

como no

ro

existe ley alguna

que determine

do de celebrarse estas asambleas

,

casi

separan sin haber dictado ningún decreto su nulidad

,

y sienten

el

el

mo-

siempre se :

conocen

acompaña

desaliento que

á la debilidad.

Otra causa ha contribuido también el

gobierno de

los

salvajes.

á

degradar

El establecimiento de

destacamentos militares ingleses y americanos en medio de los bosques , donde un comandante se ios

constituye

el

protector de los indios en

el

desierto:

por medio de algunos regalos hace comparecer tribus delante de

sí;

á las

se declara su j)adre y el envia-

A AMÉRICA.

do

(Je

uno de

designan

tres

;

salvajes

los

asi á los espafioles, los franceses

gleses. El

que va

los

269

mundos blancos

y los in-

comandante hace saber á sus hijos rojos desmontar tal terreno,

á fijar tales límites ^

&c. El

que no es el vertierra; ve que se dispone sin

salvaje llega al fin á creer

dadero poseedor de su beneplácito

se

;

la

acostumbra

una especie inferior bir órdenes

j

á mirarse

como de

blanco^ y consiente en recien cazar y pelear para sus amos. ¿Que al

de gobernar

necesidad hay

y

cuando solo se sabe

obedecer?

Es natural

(}ue los

hayan alterado con

la

todo se haya perdido á

Cuando

los

hábitos y las costumbres se relijion

y la política

,

y

que

la vez.

europeos penetraron en América^

comían y vestían del producto de su cano hacían entre sí ningún negocio. Mas los

los salvajes

za _,

y

estranjeros les enseñaron

armas,

muy

pronto á trocarle por

licores fuertes, utensilios

domésticos, tra-

Algunos franceses á quienes llacorredores maban de bosque y acompañaban al principio á los indios en sus escursiones. Poco á poco se

jes y paños bastos.

formaron compañías de comercio puntos avanzados, dio de

y

los desiertos.

ropea, y por dos, hasta en

la

lo

,

que colocaron

establecieron factorías en

Perseguidos por

la

me-

codicia eu-

corrupción de los pueblos civiliza-

mas oculto de

sus bosques, los in-

dios cambian en aquellos almacenes ricas peleterías

por objetos de poco valor

,

ser para ellos artículos de

pero que han venido á

primera necesidad.

solo trafican con la caza recojida, sino que

No

disponen

270 de

la

VIAJE

que han de

liacei\, á la

manera que

se

vende

una cosecha pendiente. Estas anticipaciüncs que

den^ cargai» de deudas entonces todas

las

nuestras ciudades

traficantes conce-

los

á los indios, los cuales sufren

calamidades del hombre pobre de toda

y

_,

la

penuria del salvaje.

Sus cacerías^ cuyos resultados procuran exajerar, se transforman en una fatiga insoportable: llevan á mujeres, y estas infelices, empleadas en servicio del campo, tiran de los carretones,

ellas á sus

todo

el

buscan las

las reses

muertas, curten

las pieles^ y

carnes. Cargadas de pesados fardos, llevan

pecho ó

sus hijuelos

al

barazadas

próximas

y

á la espalda, y

al

si

curan

ademas

están

em-

parto^ para apresurar éste,

y volver antes al trabajo, aplican el vientre á

una

barra de madera que se eleva á algunos pies del suelo^ y dejando caer las piernas y

la

cabeza, dan á luz

á una desventurada criatura en todo el rigor de la

maldición

:

¡In dolore partes

De manera que

la

filios!

civilización

que se introdujo

por medio del comercio en las tribus americanas,

en vez de desarrollar su ¡ntelijencia, no hizo sino embrutecerlas. El indio se hizo pérfido, interesado,

embustero^ disoluto,

y su cabana fue

culo de inmundicias.

Cuando

iba

un receptá-

desnudo, ó cu-

bierto con pieles de fieras^ tenia algo de altivo

y

grande; mas ahora los harapos europeos, sin cubrir su desnudez^ sirven solo para etestiguar su miseria: ya

no es un salvaje en

digo á

|)uerta de

la

los

bosques, es un men-

una tienda.

Por otra parte^ del comercio de los aventureros

271

A AMÉUICA. europeos

y las

mujeres salvajes^ se ha formado una

especie de pueblo meslizo. Estos

en razón de su color

les

dan

el

hombres^ á quiei» nombre de madera

quemada y son ajenies de negocios ó corredores de cambio entre aquellos pueblos de donde traen su la vez la lengua de sus padres

oríjen; y hablando á y sus

madres

_,

intérpretes de los traficantes y de los

indios, tienen los vicios de las dos razas. Aquellos

bastardos de la naturaleza civilizada y de la naturaleza salvaje^ se

venden alternativamente

á los

ricanos y á los ingleses, para facilitar á estos

nopolio de las

amemo-

el

peletería- alimentan las rivalidades de

la

compañías inglesas de

la

bahía de íludson, del

Nor-Oeste, y de las compañías americanas; Fur Colombian American company , Missouri s fur company y y otros: y también hacen ellos mismos cacepor cuenta de los traficantes, y con cazadores

rías

asalariados por las compañías.

En estos muy diverso

casos ofrece la caza un del

que presentan

las

espectáculo

cacerías india-

hay furgones que

nas: los hombres van á caballo;

llevan provisiones y ropas de abrigo; y las mujeres

y los niños van en unos carritos tirados por perros.

Estos perros, tan útiles en los países septentrionales, son

una carga para sus amos;

pudiendo mantenerlos en pensión en

el

verano,

casas dedicadas á esta

hambrientos animales

los

se salen

cuales, no

los

ponen á

industria.

Los

algunas veces de

la

perrera, y ya que no pueden ir á cazar, van á pesse lanzan en los rios , y cojen los peces hasta car :

en

lo

mas profundo de

las

aguas.

272

VIAJE

En Europa

no se tiene noticia de esa gran guer-á

América que ha dado al mundo un pueblo No se sabe que por los miserables intereses

ra de la libre.

de algunos tratantes de peletería se ha derramado

La compañía de

sangre.

on 181

1

del

llas

á lord Selkirk rio

Rojo:

bahía de íludson vendió á las ori-

establecimiento se hizo en

el

1812. La compañía

la

un vasto territorio

del

Noroeste ó del Canadá

vio con desconfianza y envidia:

aliadas

,

lo

ambas com-

pañías á diversas tribus indianas, y ayudadas por

maderas quemadas, vinieron á

las

guerra doméstica, que fue

muy

las

manos. Esta

sangrienta, se ve-

rificaba en los helados desiertos de la bahía de

son

:

la

Hud-

colonia de lord Selkirk fue destruida en

el

mes de Junio de 1815, precisamente en el momento en que se daba la batalla de Waterloo. En ambos teatros j tan diferentes por la

obscuridad,

eran

las

las

desgracias de

mismas. Agotadas

las

el

esplendor y por

la

especie

humana

fuerzas de las dos

compañías, conocieron ambas que era mejor unirse

que despedazarse, y hoy dirijen de concierto sus el oeste hasta Colombia, y por el norte hasta los ríos que desembocan en el mar

operaciones por

Polar.

En resumen,

las naciones mas belicosas de la América septentrional no han conservado de su ra-

za sino la lengua y

el

vestido; y aun éste

rado: han aprendido un poco á cultivar criar ganados. El salvaje del

muy

alte-

la tierra

y

Canadá, de guerrero

famoso ha pasado á ser pastor obscuro; especie de pastor estraordinario,

que apacienta

las

yeguas ar-

273

A AMÉRICA.

mado de una macana las

,

y los carneros

con

Hechas. Filipo^ sucesor de Alejandro

notario en

Roma; un

el

arco y

^

murió

iroqués canta y baila por al-

gunas monedas en París: no debe mirarse

al dia si-

guietíte de la gloria.

Al trazar este cuadro de un mundo salvaje, hablando continuamente del Canadá y de la Luisiana^ al ver en los antiguos mapas la estension de las antiguas colonias francesas de la

guía una idea

muy

guntaba, que

el

triste.

América, me perse-

¿Como

ha sido,

me

pre-

gobierno de mi pais ha dejado per-

der unas colonias que serian hoy para nosotros un

manantial inagotable de prosperidad?

De

la

Acadia y del Canadá á

embocadura

territorio de la



San Lorenzo

del

la

Luisiana, de

Nueva-Francia rodeaba

en su oríjen

la

á la del Mississipí j el lo

que

for-

confederación de los trece pri-

la

meros Estados-Unidos. Los otros once^ el distrito de Colombia, los territorios del Michigan, del Nor-

Oregon

oeste^ del Missouri^ del

y de Arkansa, nos

pertenecían, y todavía los poseeríamos, así como los poseen hoy los Estados-Unidos por la cesión de los ingleses y

de

los

españoles ^ que fueron nuestros

Canadá y en la Luisiana. de partida entre los 43 y grados de latitud norte sobre el Atlántico en el

primeros herederos en

el

Tomemos un punto

44

cabo de Arena de

la

Nueva-Escocía ^ en otro tiempo

Acadia; fijado este punto, tiremos una línea que pase

por detras de

Maine^ Vernon Virjinia^

la

,

los

primeros Estados-Unidos

Nueva-York,

Carolina y

la

la

Pensilvanía

,

el

,

la

Jeorjia; dirijamos esta

274

VIAJE

Teneseo

línea por el

Nue29 grados^ que es de aqui al Oregon por el

buscar

á

el

Mississipi y la

va-Orleans; subamos luego á los del Mississipi

la latitud

Arkansa

territorio de

, ;

y

hagámosla cruzar por

Montes Roqueños hasta terminar en San Jorje^ sobre

la

42

rio

comprendido entre esta línea

grados de latitud norte:

fico y las

el ^

inmenso territoel

mar Atlántico

mar Polar

al

norte

posesiones rusas

al

noroeste,

nordeste

el

^

los

punta de

costa del océano Pacífico_, hacia

los

al

la

^

océano Pací-

el

el

golfo

Me-

de

la

al mediodía; es decir, mas de los dos tercios América septentrional reconocerían las leyes

de

la

Francia.

jicano

¿Que

hubiera sucedido

si

tales colonias hubie-

sen permanecido aun en nuestro poder en el momento de la emancipación de los Estados-Unidos? ¿Se hubiera verificado esta emancipación? ¿La

hubiera anticipado ó retardado nuestra presencia

en

el

continente americano? ¿Se hubiera hecho in-

dependiente

la

misma Nueva-Francia?

no? ¿Que mal hubiera podido patria

el

por que

madre

ver florecer un inmenso imperio salido de

su seno, un misferio

¿Y

ser para la

la

imperio que estenderia en otro

gloria de nuestro

nombre

he-

y de nuestro

idioma ?

Mas

allá

de los mares poseíamos nosotros vas-

tos países, que podían ofrecer un asilo

de nuestra población

,

al

escódente

un mercado considerable á

nuestro comercio, y un alimento á nuestra marina; y ahora nos

vemos obligados

á sepultar en nuestras

cárceles á los criminales sentenciados por los tribu-

A AMÉRICA. nales

275

por no tener un rincón de tierra donde con-

^

finar á estos desgraciados.

Nos vemos

escluidos del

nuevo universo donde renace el jénero humano. Las lenguas inglesa y española sirven en África en Asia^ en las islas del mar del Sur y en el continen_,

_,

Américas para interpretar

te de las dos

miento de muchos millones de hombres;

que nosotros

desheredados de

,

pensa-

el

al

paso

conquistas de

las

nuestro valor y de nuestro jenio;, apenas oimos hablar en algunas poblaciones de la Luisiana y del

Ca-

nadá^ dominadas por un poder estranjero

len-

^ la

gua de Racine_, de Colbert y de Luis XIV; que solo queda ya en aquellos paises como un testimonio de

los

reveses de nuestra fortuna y de los errores de

nuestra política. aparecido de llas

la

la

Francia ha des^

como aque-

tribus indianas^ con las que simpatizaba

Mas ¿que América Esto es

_,

y de

he descubierto yo algunas ruinas.

las cuales

los

De manera que

América septentrional

del

lo

es

lo

que ha sucedido en aquella

Norte después de que yo

que

me queda que

lectores^ en

la

la

recorria?

decir. Para consolar á

conclusión de esta obra voy á

ofrecerá sus miradas un cuadro admirable^ en don-

de aprenderán

lo

separa de

las ideas relijiosas^

telijente y santa.

libertad por

la

hombres cuando no

se

que puede hacer

felicidad y la dignidad de los

la

cuando

es á la vez in-

276

VIAJE

COI¥CIilISIOJi,

ESTADOS-UNIDOS

s

ahora visitase yo de nuevo los Estados-Unidos,

i

porque

ya no los conocería;

ques

,

alli

donde dejé bos-

encontraria campos cultivados;

abrí una senda

al

través de

anchurosos caminos. El Mississipí,

Ohío

,

no discurren ya por

donde me

maleza, viajaría por

la

la

el

Missouri,

el

soledad: magníficos

navios de tres puentes los remontan, y mas de doscientos buques de vapor vivifican sus riberas. los

NatcheZj en lugar de

la

choza de Celuta

,

En

se le-

vanta una ciudad hermosa de cerca de cinco mil habitantes. Chactas podría ser hoy diputado en

greso, y dirijirse á

caminos, uno de

la

los cuales

sobre el Tumbec-bee, y

un libro de posta

el

con-

habitación de Átala por dos

el

conduce

á

Saint-Etíene,

otro á los Natchítoches:

le indicaría las

doce paradas:

Wa-

shington, Franklin, Ilomochitt, &.c.

El Alabama

y el

Teneseo

se hallan divididos, el

primero en treinta y tres condados, que comprenden veintiuna ciudades; y el segundo en cincuenta y

un condados, con cuarenta y ocho ciudades. Algunas de estas, como Cahawba, capital de Alabama, conservan su denominación salvaje; pero están rodeadas de otras diversamente apellidadas: entre

los

277

A AMÉRICA.

muscogulgos^ chicasescs

se

,

los siminoles

^

cheroqucses y

los

los

encuentra una ciudad de Atenas^

otra de Maratón

^

una de Menfis^ otra de Esparta;

está Florencia, Hampden, los condados de Colombia y de Marengo: la gloria de todos los paises ha colocado un nombre en aquellos mismos desierallí

tos

donde yo encontré

al

P.

Aubry

y á

la

obscura

Átala.

El Kentucky muestra un Versalles; y un con-

dado llamado Borbon

Todos

los

,

tiene

por capital á París.

desterrados, todos los oprimidos que se

han retirado

á la

América^ han llevado

allá la

me-

moria de su patria. Falsi Simoentis

ad undam

Libabat cineri Andromache.

Los Estados-Unidos, pues, ofrecen en su seno, bajo la protección de la libertad, una iraájen y un recuerdo de la mayor parte de los lugares célebres de

mo

antigua y de la moderna Europa; bien asi coaquel jardin de la campaña de Roma, donde

la

Adriano habia hecho repetir tos de su imperio.

los diversos

monumen-

Pero debe notarse que apenas

hay un condado en que no se encuentre una ciuel nombre de Washington tierna conformidad del reconocimiento de un pueblo. El Ohío riega en el dia cuatro estados: el Kentucky, el Ohío propiamente dicho ^ la Indiana y el

dad, un pueblo ó una aldea que lleve :

congreso treinta diputa-

Ilinésj los cuales envían

al

dos y ocho senadores:

Virjinia y

la

el

Teneseo con-

278

VIAJE

finan por dos puntos con

el

Ohio,

el

cual cuenta

en sus orillas ciento ochenta y un condados y doscientas ocho ciudades. to

Un

canal abierto en

el

pun-

en que se dividen sus cascadas^ que quedara

concluido dentro de tres años, hará este rio navegable para los

buques de

alto

bordo hasta Pittsburgo.

Treinta y tres caminos espaciosos salen de Wacomo partían de Roma las vias romanas,

shington

_,

y llegan en diversas direcciones á todos los estre-

mos de los Estados-Unidos. De modo que desde Washington se va á Dover, en el Delaware; á la Providencia, en en

británicos en

en

el

el

distrito del

el

el

Rhode-lslandia; á Robbinstown^ Maine, frontera de los Estados

norte; á Concordia; á Mompellcr, á Albany , y de alli á Montréal Havre de Sackets, junto al lago

Connecticut;

y á Québec;

Ontario;

burgo

al

al

salto y al fuerte de

Niágara; por Pitts-

estrecho y á Michillinachinac, junto

al

go Erié; por San Luis sobre

el

al la-

Mississipí á Couci-

Nueva-Orleans y á la embocadura del Mississipí; á los Natchez á Char-

le-BluíFs del Missouri;

á la

;

lestown

,

á

Savannah y

á

San Agustin; formando

el

todo una circulación interior de caminos de veinticinco mil setecientas cuarenta y siete millas.

Por

los

puntos donde se comunican estos cami-

nos, se echa de ver que recorren terrenos hace poco incultos^ y ahora cultivados y habitados. En muchos de estos caminos se hallan establecidas postas; carruajes públicos trasladan á otro á precios al

al

módicos. Para

salto de Niágara, se

viajero de dirijirse

toma ahora

la

un punto

al

Ohío ó

dilijencia, asi

270

A AMÉRICA.

como en mi tiempo

A

intrópido.

se

buscaba un guia ó un indio

caminos principales se reúnen ra-

los

males de comunicación

,

igualmente de

provistos

medios de transporte^ que en jeneral son dobles; porque como

á

cada paso se encuentran lagos y rios,

por todas partes se puede viajar en buques de remo en vapores.

y vela y

Estos últimos hacen viajes regulares de Boston y de

Nueva-York

hallan

Nueva-Orleans;

á

establecidos en

Ontario^

el

llos lagos

^

el

lago del

y

también se

Canadá^ en

el

Michigan y Champlain_, en aquedonde treinta años atrás se veian apenas Erié_,

algunas piraguas de salvajes, y ahora traban combates los navios de linea.

En

los

Estados-Unidos no solo sirven

ques de vapor para de la

las

los viajeros^ sino

los

bu-

necesidades del comercio y

que

se les

emplea también en

defensa del pais: algunos de ellos, de inmensa

dimensión rios,

mejan

colocados en

_,

las

embocaduras de

los

armados de cañones y de agua hirbiendo, seá la vez á unas cindadelas modernas y á unas

fortalezas de la edad media.

Alas veinticinco mil setecientas cuarenta

y sie-

caminos jenerales, debe añadirse

la es-

te millas de

tensión de cuatrocientos diezinueve caminos canto-

nales^ y

la

de cincuenta y ocho mil ciento treinta Los canales au-

y siete millas de rutas por agua.

mentan

el

número de

Midlesex une

mack; con

los

el

el

estas últimas:

puerto de Boston con

el

canal de

el rio

Merri-

de Champlain hace comunicar este lago

mares

del

Canadá;

el

famoso canal Erió

24

,

ó

280 (le

VIAJE

Nueva- York

lántico

;

mame

se

deben

Virjinia; y

une ahora

^

á los

como

los

rias direcciones^ se

es

muy

caminos para

Chcsapeake la

ríos

y

el

At-

Alhe

Carolina y de

la

que corren en va-

aproximan en sus nacimientos,

dirijirse al

de ellos cruza por

;,

Estados de

anchos

reunirlos entre

fácil

lago Erié con

el

canales de Santo

los

sí:

ya se conocen cinco

océano Pacifico;

el territorio

y solo

uno

españoK

Una ley del congreso votada en la sesión de 1824 á 1825 j dispone el establecimiento de un puesto militar en el Oregon; y de este modo los americanos que tienen algún establecimiento en

Colombia, penetran hasta las Américas inglesa^ rusa

la

grande Océano, entre

el

y española^ por

una zona

de tierra de seis grados de ancho en corta diferencia.

Pero

la

embargo un

colonización tiene sin

mite natural. La frontera de

los

oeste y

en unas llanuras

al

norte del Missouri

,

lí-

bosques acaba

al

in

mensas_, donde no se ve un solo árbol ce se nieguen

bas

que pare^ y aunque cubiertas de yer-

cultivo,

al

abundantes.

Aquella

verde

Arabia

sirve

de

tránsito á los colonos que van en caravanas á los

montes Roqueños y

al

Nuevo-Méjico-, separa

Estados-Unidos del Atlántico de

los

del

mar

los

del

Sur, como aquellos desiertos que separaban rejioncs fértiles en

el

propuso abrir á sus

Mundo-Antiguo. Un amcricaíío costas un gran camino de hierro

desde San Luis del Mississipí hasta del

Colombia,

la

concedían por

embocadura el

congre-

so diez millas de terreno á cada lado del

camino.

si

se

le

A AMÉRICA.

Este projccto jigantcsco

En

año 1789 solo habia en

el

28 i

no fue aceptado. los

Estados-Uni-

dos setefita y cinco administraciones de correos: en el dia hay mas de cinco mil.

De 1790

á

1795

el

número de

dichas adminis-

traciones subió de sesenta y cinco á cuatrocientas

cincuenta y tres^ en 1800 llegaban á novecientas tres^ en 1805 á mil quinientas cincuenta y ocho^

en 1810 á dos mil trecientas^ en 1815

en 1817

á tres

ve, en 1820

á tres mil^

mil cuatrocientas cincuenta y nue-

á cuatro mil treinta,

en 1825

á cerca

de cinco mil quinientas.

Los

pliegos y cartas se transportan en sillas de

posta, que corren cerca de ciento cincuenta millas

por dia

y por correos de á caballo y de á pie.

,

Desde Anson, en el Estado del Maine, á Nashville, en el Teneseo, se estiende, pasando por Washington, una línea de postas de mil cuatrocientas cuarenta

y

ocho millas; otra de mil trecientas se-

Vermont , con Desde Washington á Pitts-

senta y nueve une á Highgate en

Santa María en Jeorjia.

burgo

,

se

el

hallan establecidas paradas de posta en

una distancia de doscientas veintiséis millas, y pronto se establecerán hasta San Luis del Mississipí , por Vincenes, y hasta Nashville , por Lexington , Kentucky. Las posadas son buenas y limpias^ y

algunas de

En

ellas escelentes.

Estados del Ohío y de Indiana, en el territorio del Michigan, del Missouri y de las Arlos

kansasj en pi y

de

la

los

Estados de

la

Luisiana, del Mississi-

Alabama, hay establecidas

oficinas

para

282 la

viAjí:

venia do

las tierras publicas.

Se opina que toda-

quedan mas de ciento cincuenta millones de

vía

acres de tierra propia para cultivo^ sin contar

sue-

el

grandes bosques; y el valor de estos ciento cincuenta millones de acres, se estima en unos lo

de

los

mil quinientos millones de dollares, estimando los acres á diez dollares

y

uno con

otro_, y

no dando

mas valor que el de unos tres francos; muy moderado bajo todos conceptos.

dollar

culo

Se encuentran

veinticinco

en los Estados del norte

al

cál-

puestos militares

y veintidós en los del

,

mediodía.

La población de

1790 de

los

Estados-Unidos era en

tres millones novecientos veintinueve mil

trecientos veintiséis habitantes; en

1800

^

se

con-

taban cinco millones trecientos cinco mil seiscientos sesenta y

seis;

en 1810, siete millones dos-

cientos treinta y nueve mil novecientos tres

1820, nueve millones cientos veintisiete.

Y

;

en

seiscientos nueve mil ocho-

á esta

población es menester

añadir un millón quinientos treinta y un mil cuatrocientos treinta y seis esclavos.

En 1790, el Ohío, la Indiana , el Ilinés, Alabama, el Mississipi y el Missouri, no tenían bastantes colonos para poder hacer un empadronamiento y en 1800 solo el Kentucky presentaba setenta ;

y tres mil seiscientos setenta y siete, treinta

Ohío

,

y el

Teneseo

cinco mil seiscientos noventa y uno. El desierto en 1790 , cuarenta y cinco mil trey

cientos sesenta y cinco en 1800; doscientos treinta mil setecientos sesenta en 1810 quinientos ,

y

-^

283

A A31ÉU1CA. uclioiita y uii mi!

1820;

el

cuatrocientos treinta y cuatro en

Alabama subió en 1810

1820 de

á

diez

mil habitantes á ciento veintisiete mil novecientos

uno.

De manera que Unidos

1790

población de los Estados

la

aumentado de

se ha

diez en diez años_, desde

proporción de treinta y cinco por ciento. Seis años han transcurrido ya desde los hasta 1820_, en

la

diez que se completaron en

presume que

la

1830^ época en que

población de

se

Estados-Unidos se-

los

rá en corta diferencia de unos doce

cientas setenta y cinco mil almas;

millones ochoparte del Ohío

la

tendrá unos ochocientos cincuenta mil habitantes y la del

Rentucky setecientos cincuenta mil.

Si la población continuase doblándose cada vein-

ticinco años, en

1855 tendrian

los

Estados-Unidos

una población de veinticinco millones setecientas cincuenta mil almas; y veinticinco años mas adelante; esto es, en 1880, esta población pasaria de cincuenta millones.

En 1821

el

producto de

las

esportacioncs de los

productos indijenas y estranjcros de los EstadosUnidos ascendió á la suma de 64,974,382 dollares; las

rentas públicas se elevaron en

14,264,000 ción sobre

ademas, en á

dollares;

el

el

gasto fueron

el

89,204,236

el

mismo año

escedente de

3,334,826

propio año se redujo

la

la

á

recauda-

dollares.

Y

deuda pública

dollares.

El ejército ha llegado algunas veces á cien mil

hombres; once navios de

línea

,

nueve fragatas y

cincuenta buques de guerra de diferentes portes,

284

VIAJE

componen Es

ía

marina de

los

Estados-Unidos.

de

los

constituciones de los di-

inútil hablar

versos estados; baste saber que todos son libres.

No hay

relijion

alguna dominante

^

sino que se

supone que cada ciudadano profesa un culto no los

:

cristia-

hace grandes progresos en

relijion católica

la

estados del oeste.

Suponiendo

,

como

yo lo creo, que los resúme-

nes estadísticos que se han publicado en los Esta-

dos-Unidos hayan sido exajerados por cional

,

el

orgullo na-

todavía seria digna de admiración

la

pros-

peridad que quedaría.

Para acabar este cuadro sorprendente

Nueva-York

^

Filadelfia

_,

es

me-

ciudades, como Boston,

nester representarse las ,

Baltimore

Nueva-Orleans, iluminadas por

la

Sabannah,

,

noche

,

llenas de

caballos y carruajes, ofreciendo todos los goces que

introducen en sus puertos millares de buques; es necesario representarse aquellos lagos del Canadá, hace poco tan solitarios, cubiertos ahora de fragatas, corvetas, cuters, barcas y vapores,

zan con

que se cru-

piraguas y las canoas de los indios como los navios de alto bordo y las galeras se cruzan con los

las

pingues,

del Bosforo.

las

chalupas

Templos

y los

caiques en las aguas

y casas embellecidas

con columnas de arquitectura griega se levantan en medio de aquellos bosques, á la orilla de aquellos rios que eran los únicos ornamentos del desierto.

Añádanse

á esto

científicos erijidos en

vastos colejios la

,

mansión de

observatorios la

ignorancia

salvaje; todas las relijiones, todas las opiniones vi-

285

A AMÉRICA.

y trabajando de consumo en el mejoramiento de la especie humana y en desarrollo de

cu

viciiilo

[íaz^

su intelijencia: tales son los prodijiosde la libertad.

El abate Rainal había ofrecido un premio resolviese esta cuestión

))¿Cual será

:

Mundo-Antiguo Nuevo-Mundo?'^

))quc tendrá sobre el

))miento del

Los escritores

se perdieron

la

el

población de

á la perfección

buscó

España,

la

de

la

al

que

influencia

descubri-

en cálculos relativos

esportacion é importación de metales, á

á la

al

aumento

la

des-

del comercio^

marina; y nadie, que yo sepa, descubrimiento de la Améri-

la influencia del

Europa en

ca sobre

la

piíblicas

americanas. Nunca se veia otra cosa que

las

el

establecimiento de

las re-

antiguas monarquías en corta diferencia tales

como eran, la sociedad estacionaria y el entendimiento humano sin adelantar ni retroceder no se tenia la menor idea de la revolución que en el es;

pació de cuarenta años se ha obrado en las ideas.

El tesoro

mas precioso que encerraba

rica en su seno, era

fueron llamados ble. El

la

Ame-

libertad; y todos los pueblos

á beneficiar aquella

descubrimiento de

tiva en los

la

la

mina inagota-

república representa-

Estados-Unidos, es uno de

los

mayores

acontecimientos políticos del mundo. Este aconte-

cimiento ha justificado, como he dicho ya en otra parte, que hay dos especies de libertad practicables:

la

una pertenece

es hija de las la

á la infancia de los pueblos,

costumbres

y

de

la

virtud;

de los primeros griegos y romanos y

vajes de la América: la otra nace de

la

la

y esta

fue

de los sal-

vejez de los

286

VIAJE

pueblos; es hija de

las luces y

de

la

plazado á

la

razón ;

es la libertad de los Estados-Unidos

^

que

lia

y esta

reem-

libertad de los indios. ¡Pais afortunado^

que en el espacio de menos de tres siglos ba pasado de la una á la otra libertad casi sin esfuerzo_, y por medio de una lucba que apenas ba durado cebo años!

América su última especie de libertad? ¿Los Estados-Unidos no se dividirán? ¿No se notan ya los jérmenes de esta división? ¿No Pero ¿conservará

la

ba sostenido ya un representante de

la

Virjinia la

romana con el sistema de esclavitud, contra un diputado del Massacbusets_, que defendia la causa de la libertad moderna sin esclavos, tal como la ba creado el cristiaibesis de la antigua libertad griega y

nismo? estendiéndose mas v Los Estados del oeste mas^ y sobrado apartados de los del Atlántico, ¿no ,

querrán tener un gobierno separado?

En

fin, ¿los

¿no tienen

sus

americanos son bombres perfectos? vicios

como

¿son moralmente superiores

los

á

demos bombres?

los ingleses

de que

traen su orijen? ¿Esta emigración estranjera que iluye sin cesar á sus pueblos de todos los

Europa^ no su raza?

destruirá á

¿No

les

la

larga

dominará

el

la

puntos de

bomojeneidad de

espíritu mercantil?

¿No empieza

ya

el

dominante? Ademas,

es

menester decirlo con dolor:

tablecimiento de

interés á ser su defecto nacional

las

el es-

repúblicas de Méjico, de

Co-

lombia, del Perú, de Cbile^, de Buenos-Aires^ es

287

A AMÉIUCA.

muy

Cuando

peligroso para los Estados-Unidos.

tos no tenían cerca de

mas



es-

de un

(jue las colonias

reino trans-atlántico^ ninguna guerra era probable.

Mas ¿ahora no nacerán guas repúblicas de

la

nuevas repúblicas de

no renunciarán á

Y

ropeas?

la

y las

^

América española? ¿Estas

las alianzas

con

potencias eu-

las

ambos pueblos corriesen

á las armas-

espíritu militar se apoderase de los Estados-

si el

Unidos

podría levantarse un gran capitán

,

ama

ria

si

rivalidades entre las anti-

América septentrional

las

:

la

glo-

coronas; los soldados no son otra cosa

que unos brillantes fabricantes de cadenas_,

y la

li-

bertad no está segura de conservar su patrimonio bajo

tutela de la victoria.

la

Sin embargo^ cualquiera que sea la

el

porvenir^

libertad nunca desaparecerá enteramente de

rica; y aquí

debe notarse una de

jas de la libertad hija

hija

de

las

las

Amé-

grandes venta-

luces sobre la libertad

costumbres.

de

las

La

libertad hija de las costumbres perece cuan-

do su principio

se altera,

y es

propio de

la

natura-

leza de las costumbres el deteriorarse con el tiempo.

La tes

que

libertad hija de las costumbres empieza anel

despotismo en

La las el

de obscuridad

los dias

pobreza; y viene á perderse en dias de lujo y esplendor.

el

de

libertad hija de las luces brilla después de

edades de opresión y de corrupción principio que

la

conserva

y la

:

marcha con

renueva

de que es efecto^ lejos de debilitarse con

como

y

despotismo en los

las

costumbres que producen

la

;

las luces_, el

tiempo,

primera

li-

288

VIAJE

bcrtad, se fortifican por

no abandonan nunca

do; la

siempre

y

á la libertad

fin j los

guardia mas

:

la

tiempo:

que han producila

vez

fuente inagotable.

la

Estados-Unidos tienen una salva-

su población no ocupa una dócimaoc-

tava parte de su territorio.

en

el

lado de esta libertad^ son á

al

virtud jenerativa y

En

contrario con

el

La América

habita aun

soledad; sus desiertos serán aun por

tiempo sus costumbres

,

largo

y sus luces serán su

li-

bertad.

Yo me

holgara de poder decir otro tanto de las

repúblicas españolas de América.

Estas son inde-

pendientes; están separadas de Europa: este es un

hecho consumado

_,

un hecho inmenso

sin

duda en

sus resultados: pero del cual no se deriva inmediata y precisamente la libertad.

289

A AMÉRICA.

c,íuando

la

América inglesa

se sublevó contra la

Gran-Bretaña^ su posición era muy diversa de en que se halla hoy

que formaron

nias

la

la

América española. Las coloEstados-Unidos habian sido

los

pobladas en diferentes épocas por algunos ingleses

descontentos de su pais natal para gozar de

la

del cual se alejaban

^

libertad civil y relijiosa.

establecieron principalmente en ra pertenecian

bajo

el

Los que

se

Nueva-Inglater-

la

á aquella secta republicana^

famosa

reinado del segundo Estuardo.

El odio de

la

monarquía

se conservó en el cru-

do clima del Massachusets^ del Nuevo-Hampshire

Maine. Cuando

y del

revolución estalló en Bos-

la

ton^ puede decirse que no era una nueva revolución^ sino

la

misma de 1649^ que

volvia á apare-

cer después de un aplazamiento de poco mas de un siglo los

^

y que iban á ejecutar los descendientes de

puritanos de Cromwel. Si

que embarcado ya para

la

el

mismo Cromwel,

Nueva-Inglaterra^ se vio

precisado á desembarcar^ hubiese pasado á Améri-

ca, hubiera permanecido obscuro; pero sus hijos hubieran gozado de aquella libertad republicana que buscó en un crimen^ y que no

dio

mas que un

hechos

prisioneros

le

trono.

Algunos soldados

realistas

290 en la

el

VIAJE

campo

como

batalla^ vendidos

tle

esclavos

[)üi

facción parlamentaria^ y que Carlos II no se cuidó la América sep-

de rescatar^ dejaron también en tentrional hijos indiferentes á

Los colonos de ses, estaban ya

los

causa de

la

los reyes.

Estados-Unidos^ como ingle-

acostumbrados

á la discusión pública

délos intereses del pueblo^ á

los

derechos del ciu-

lenguaje y á las formas del gobierno constitucional; estaban instruidos en las artcs^ las le-

dadano^

al

de todas

tras y las ciencias; participaban

de

la

madre

jurado,

luces

las

Gozaban de la institución del tenian ademas en todos sus establecimien-

y

patria.

constitucionales que arreglaban

tos cartas

su

go-

bierno y administración. Estas cartas se fundaban en principios tan jenerosos, que sirven todavía de constituciones particulares á los diferentes Estados-

Unidos. Resulta de todos estos hechos que

los

Esta-

dos-Unidos no cambiaron propiamente de existencia

en

el

momento

de su revolución

un congreso ame-

:

ricano sustituyó á un parlamento ingles; del

rey le ocupó

un presidente;

datorio fue reemplazada por lista,

y

la

el

lugar

cadena del feu-

vínculo del federa-

el

casualidad hizo que se encontrase un

la

grande hombre capaz de estrechar este vínculo.

¿Los herederos de Pizarro á los hijos

do en

la

de

los independíenles'?

antigua España en

de Hernán Cortés

y

hermanos de Penn

se parecerían á los hijos de los

escuela de

la

la

tad? ¿habían encontrado en su antiguo país tituciones^

la

que preparan

á

enseñanza,

los

ejemplos y

un pueblo para

y

¿se habían educa-

el

liber-

las ins-

las

luces

gobierno consti-

291

AMÉRICA.

A

lucional? ¿leninn cartas políticas en aquellas colonias sometidas á la autoridad

militar^ en donde la

miseria se sentaba cubierta de harapos sobre las

minas de oro? ¿La España no llevó

do su

al

Nuevo-Muri-

relijion^ sus costumbres^ sus ideas^ sus prin-

cipios, y hasta sus preocupaciones?

Una

población

un clero numeroso, rico y poderoso; una población formada de una mezcla de católica, sometida á

dos millones novecientos treinta y siete mil blancos, cinco millones quinientos dieziocho mil negros y mulatos^ libres ó esclavos^ y siete millones quinientos treinta mil indios; una población dividida

en clase noble

y

plebeya; una población diseminada

en unas selvas inmensas ^ en una variedad infinita de climas en

las

dos Américas y á

costas de dos océanos;

lo

una población

largo de las casi sin rela-

ciones nacionales, y sin intereses comunes, ¿puede ser

tan propia para las instituciones democráticas

como mos,

la

población homojénea^ sin distinción de ra-

protestante en los tres cuartos y medio de y los diez millones de ciudadanos de los Estados-Uni-

dos? La instrucción españolas casi siquiera leer;

la

el

es jeneral:

en

las repúblicas

totalidad de la población

cura es

el

no sabe

sabio de los lugares: es-

muy

raros, y para ir de una ciudad á otra se gastan tres ó cuatro meses. Ciudades y

tos lugares son

villas

minos varán

han sido devastados por ni canales; los rios la

guerra; no hay cadia lle-

civilización á las partes mas recónditas de

aquellas rejiones^ todavía siertos.

la

inmensos que un

no riegan mas que de-

292

VIAJE

De

aquellos

negros

,

de aquellos indios

y

de

aquellos europeos ha nacido una población mista^ adorníiecida en

suave esclavitud que

la

las

costum-

bres españolas establecen donde quiera que reinan.

En

la

Colombia existe una raza

africano^ que no tienen

principio de

la

libertad délos esclavos,, todos es-

permanecer en casa de sus amos.

tos quisieron

En

hija del indio y del

instinto que el de vi-

de manera que habiéndose proclamado

vir y servir; el

mas

algunas de aquellas colonias que

la

España

tenia olvidadas^ y se hallaban oprimidas por unos

pequeños déspotas llamados gobernadores^ introducido

la

muy común

se habia

mayor corrupción de costumbres: era

encontrar algunos eclesiásticos rodea-

dos de una familia cuyo oríjen no ocultaban; y se ha conocido un habitante que hacia una especulación de su comercio con las negras^ y se enriquecia

vendiendo

los hijos

que tenia de aquellas esclavas.

Las formas democráticas eran tan ignoradas^ tan estraño era en aquellos países

el

nombre mismo

de república^ que sin un volumen de Rollin^ no se hubiera sabido en

el

la

historia

de

Paraguay qué

cosa eran un dictador^ cónsules y un senado. En Guatemala hicieron la constitución dos ó tres jóve-

nes estranjeros; y en unas naciones donde

la

edu-

cación política está tan atrasada^ siempre corre peligro la libertad.

En

Méjico

distinguidas;

puertos^

con

la

las luces

las clases

superiores son instruidas y

mas como aquella república no tiene

población jencral no está en contacto de Europa,

293

A AMÉRICA.

La Colombia^ por

el

contrario, merced

celente disposición de sus rios^ tiene

caciones con

el

estranjeroj y ademas ha producido

un hombre muy notable. Pero ¿será soldado jeneroso pueda dar te

como podria

no reemplaza la

al

á la cs-

mas comuni-

establecer

tiempo

;

la

y

esclavitud?

cuando

primera educación política

puede ser obra de

años.

los

sombra de

que un

cierto

libertad tan fácilmen-

la

falta á

fuerza

un pueblo

educación solo

^ esta

La

La

libertad medraría

dictadura^ y siem[)re seria de temer que una dictadura prolongada inspirase al

poco á

que

la

habia ejercido

la

perpetua. so.

la

En

la

guerra

En

el

gusto de

este caso se

república de

la

y la

de Chile se han vis-

asoladas por las revoluciones:

parte mas civilizada del

Buenos-Aires tiene

se

los

colocadas en

(1).

inconvenientes de su la

y desarrollo del

en donde

las

abatidas por

gobierno popular.

fuerzas físicas del el

la-

temperatura

ó cual rejion puede ser un obstáculo para

marcha

el

hallen escluidas de la

mundo

titud; porque es sobrado cierto que tal

vicio-

civil.

océano Pacífico, parece

de

arbitrariedad

América central existe una

La república Boliviana to

la

comete un círculo

hombre

Un

se

la

pais

hallan

ardor del sol, donde es menester

esconderse durante

el

día, y

permanecer

movimiento tendidos sobre una estera; un

casi sin

pais de

esta naturaleza es poco á propósito para las delibe-

En el momento en que escribo, los papeles públicos do (1) todas las opiniones anuncian las revueltas, divisiones, y bancarrotas de aquellas diversas repúblicas.

294

viAJí:

raciones del foro.

No

es necesario cxajerar

influencia de los climas: en un las

nada

la

mismo punto^ en

zonas templadas se han visto alternativamente

pueblos libres y pueblos esclavos; mas bajo el circulo polar y bajo la linea hay exijencias de clima incontestables^ y que deben producir efectos permanentes. Por esta sola necesidad serán siempre los

en

negros poderosos^ la

Los Estados-Unidos

mos

ya no llegan á ser señores

si

América meridional. se sublevaron por

por haberse relajado

yugo

el

si

mis-

amor á y por

la

y cuando hubieron quebrantado sus cadenas^ encontraron en si mismos las luces sufi-

independencia;

muy

ade-

lantada^ una educación política que contaba ya

muy

cientes para gobernarse.

Una

civilización

larga fecha_, una industria desarrollada^ los elevaron al

grado de

sin

que para

dinero

ello se viesen

ni á la intelijcncia

En

que hoy

prosperidad en

los

vemos^

precisados a recurrir

al

de los estranjeros.

las repúblicas españolas

concurren unos he-

chos enteramente diversos.

Aunque miserablemente

administradas por

la

madre patria, el primer movimiento de aquellas colonias fue mas bien el efecto de un impulso estranjero^ que el instinto de la libertad. La guerra de la revolución francesa

le

produjo. Los ingleses, que

reinado de

la

reina Isabel no habian apar-

desde

tado en

el

la

vista de las

1804

Américas españolas, dirijieron

sobre Buenos-Aires una espedicion, que se

estrelló contra el valor de

tán Liniers.

un solo

frailees, el capi-

A AMERICA.

Para

las colonias

295

españolas

ba entonces reducida á saber

la

cuestión se halla-

seguirían la política

si

del gabinete español, aliado entonces de Bonaparte,

ó

mirando esta alianza como forzada y contra

si

naturaleza, se separarían del gobierno español

el

la

pa-

España,

ra conservarse al rey de

Desde

^

año 1790 había comenzado ya Miran-

da á tratar con

la

Inglaterra el negocio de

la

eman-

cipación. Negociaciones que volvieron á entablarse

1797, 1801, 1804

en

y

1807, en cuya época

se

estaba preparando en Corck una grande espedicion

para Costa-Firme.

randa en

En

1809 se arrojó Miaunque la espeinsurrección de Ve-

en

fin,

españolas; y

las colonias

dicion no fue feliz para él

,

la

nezuela tomó consistencia, y Bolivar

En para

esta época

las

la

la

estendió.

cuestión había ya cambiado

colonias y para la Inglaterra: la España se

había levantado contra Bonaparte;

el

réjimen cons-

titucional se había inaugurado en Cádiz bajo la di-

rección de las cortes

autoridad de

la

y estas ideas de libertad se

comunicado necesariamente

habían

por

;

La

las

mismas

á

la

América

cortes.

Inglaterra por su parte ya no podía atacar

ostensiblemente á

las

colonias

españolas; pues

rey de España, que se hallaba prisionero en cia

,

era entonces

algunos

bilis

dirijidos á

mismo tiempo

prohibir á los vasallos de á

seis ó siete

de los

tener

insurrección de

bilis

los

americanos; pero

mil hombres alistados,

diplomáticos, se diríjian á sos-

á pesar la

Fran-

su aliado; y asi es que publicó

S. M. B. llevasen socorros al

el

la

Colombia.

25

•296

VI ají:

Vuelta España

faltas: el la

su antiguo gobierno después

á

restauración de Fernando^ cometió grandes

la

(le

gobierno constitucional^ restablecido por

insurrección de las tropas de

mostró mas hábil;

se

menos

favorables que

y

el

las

la Isla

de León

gobierno absoluto á

lazos

^

no

la

eman-

,

con su

cipación de las colonias españolas. Bolivar

y sus victorias^ acabó de destruir

actividad

^

cortes todavía fueron

unos

que en un principio no se habia tratado de

romper. Los ingleses contraban

y

_,

que en todas partes

en Méjico^ en Colombia

_,

en

el

en Cbile^ con lord Cochrane^ reconocieron

al

se en-

Perú y fin pú-

que era en gran parte su obra secreta. Se ve^ pues^ que las colonias españolas no han

blicamente

sido j

lo

como

los

Estados-Unidos

impulsadas

^

á

la

emancipación por un principio poderoso de libertad;

que este principio no tuvo^

al

comenzar

las

revuel-

tas^ aquella vitalidad^ aquella enerjia que anuncia la

firme voluntad de las naciones.

do del esterior^ intereses

estremadamente complicados

tos

Un

políticos^ y :

im|)ulso veni-

acontecimien-

estoes loque

á

primera vista se distingue. Las colonias se separaban de la España, porque la España estaba invadida las

,

y

luego se daban instituciones como

daban

á la

madre

patria: en fin

,

las

cortes

nada de razo-

nable se les proponía^ y no quisieron volver al yugo antiguo. Pero aun hay mas: el oro y las especulaciones de los estranjeros propendían también á arrebatarles lo

que podia quedar de nativo y nacional

á

su libertad.

De 1822

á

1826

se habia n

hecho en Inglaterra

A AMÉRICA. empréstitos para

diez

ascendían linas.

á la

297

colonias españolas^ que

las

suma de 20^978,000 de

libras ester-

Estos empréstitos se habian contratado uno

con otro á 75

c.

Después

dos años de interés

se descontaron sobre ellos

6 por 100; luego

al

se retuvie-

ron 7,000^000 de libras esterlinas^ por varios artículos suministrados. tas

_,

7,000^000 de francos sí

De modo que

;

pero

libras esterlinas las

suma real de 175,000^000 de

,

ó

repúblicas españolas tienen sobre

una deuda de 20^,978,000

A

ajustadas cuen-

Inglaterra desembolsó una

la

libras esterlinas.

estos empréstitos, ya escesivos^ se allegaron

esa multitud de asociaciones ó compañías destina-

das á esplotar

las

minas, pescar perlas^ abrir canales

y caminos, y desmontar las tierras de aquel nuevo mundo que parecía descubierto por la primera vez.

Estas compañías llegaron y el capital

nominal de

al

las

número de veintinueve,

sumas impuestas en

ellas

14,767,500 libras esterlinas. Los suscriptores no realizaron mas que una cuarta parte de esta suma, y de consiguiente deben añadirse 3,000,000 de esterlinas (ó sean 75,000,000 de francos) á los 7,000,000 de esterlinas (ó sea 175,000,000 de á

francos) de los empréstitos

250^000,000

:

que forman

de francos adelantados por

al la

todo

Ingla-

terra á las colonias españolas^ y por los cuales repite una suma nominal de 35,745,500 libras esterlinas, tanto de los gobiernos

como de

los particu-

lares.

La

Inglaterra tiene vice-cónsules en las

queñas bahías, cónsules en

los

mas pe-

puertos de alguna

298

VIAJE

importancia

^

y cónsules jenerales

nipotenciarios en

y

ministros ple-

Colombia y en Méjico. Todo

lleno de casas de comercio inglesas^

pais está

el

la

de comisionistas viajeros ingleses^ ajenies de compañías

inglesas para el laboreo de las minas^ mi-

neralojistas ingleses

militares

^

ingleses

^

provee-

dores ingleses^ y colonos ingleses^ á quienes se

han vendido tierras

á tres chelines el

acre,

lo

que

venian á ser doce sueldos y medio al accionista. El pabellón ingles flota en todas las costas del Atlántico y del

mar

Sur

del

todos los rios navegables es-

:

tán cuajados de barcos cargados de productos de las fábricas inglesas, ó del cambio de este producto; pa-

quebotes suministrados por

el

almirantazgo parten

todos los meses en dias señalados de

ña para los diferentes puntos de

la

Gran-Breta-

las colonias

espa-

ñolas.

Numerosas quiebras han sido la consecuencia de estas inmoderadas empresas; el pueblo ha destrozado en muchas partes

boreo de

las

hallado

se

;

negociantes

minas;

las

las

máquinas para

minas vendidas no

han entablado muchos amcrico- españoles y

ingleses^ y entre

los

á

Resulta de estos hechos, que nias españolas, en

el

la-

han

pleitos entre los los

negociantes

gobiernos se han suscitado

también cuestiones con relación

se transformaron

el

se

momento de

los

las

empréstitos.

antiguas colo-

su emancipación,

en una especie de colonias ingle-

Los nuevos señores no son amados ^ porque no ama á los señores; y en jeneral el orgullo britá-

sas.

se

nico humilla á los

mismos

á

quienes proteje; pero

299

A AMÉllICA.

no es menos cierto que esta especie de supremacía cstranjera comprime en las repúblicas españolas el desarrollo del jenio nacional.

La independencia de

los

Estados-Unidos no se

combinó con tan diversos intereses la Inglaterra no habia sufrido como la España una invasión y una revolución política^ mientras que sus colonias se se:

paraban de

Los Estados-Unidos fueron socorrila Francia^ que los trató co-

ella.

dos militarmente por

mo aliados; y no vinieron á ser por una serie de empréstitos^ intrigas y especulaciones^ los deudores y el

En

mercado fin, la

del estranjero.

independencia de

las

colonias espa-

ñolas, todavía no ha sido reconocida por

la

madre

patria (1); esa resistencia pasiva del gabinete de

drid, tiene

inconvenientes de

lo

y produce mayores que puede imajinarse el de-

recho es un poder que

po

el

hecho

,

:

hace vacilar por

aun cuando

sean favorables

al

ha probado. Si

la

los

derecho

los :

Estados-Unidos

j se

lo

mucho tiem-

acontecimientos no

nuestra restauración lo

Inglaterra, sin hacer

la

guerra á

hubiese contentado con no

reconocer su independencia

Unidos

Ma-

mucha mas fuerza,

,

¿ serian los Estados-

que son hoy dia?

Cuantos mas obstáculos han encontrado y encontrarán aun las repúblicas españolas en la nueva carrera que van recorriendo, mas mérito tendrán en superarlos. Aquellos países encierran en sus vastos límites todos

(1)

Lo fue ya en

los

elementos de

1836, (E. E.)

la

prosperidad:

^

300 clima

VIAJE suelos variados

y

bosques para

^

marina^

la

puertos para los buques, un doble océano que abre

les

comercio del mundo. La naturaleza ha pro-

el

digado todos sus bienes á aquellas repúblicas

:

es rico en el interior

la

tierra

superficie de

aque-

que ocupan tierra^

lla

:

los rios

y

y en el esterior de

fecundan

la

oro fertiliza su seno.

el

española^ pues^ tiene delante de

si

todo

La América

un porvenir de

ventura; pero decirle que puede alcanzarle sin esfuerzos

seria alucinarla

,

engañosa seguridad son tan peligrosos

Cuando lo

se crea

pasado,

como

ni el

encantado

el

seria

los

_,

aduladores de los reyes. ,

la

no se toma en cuenta

ni los

carácter^ ni

que

adormecerla en una

aduladores de los pueblos

una utopia

ni la historia

tumbreSj

,

los

;

las

hechos

_,

cos-

ni las

preocupaciones

nes, no se precave contra los acontecimientos echa á perder

He

los

mas

pañolas tías

:

y

_,

y

bellos destinos.

espuesto con franqueza

pueden embarazar

;

imajina con sus propias ilusio-

las dificultades

que

á la libertad de las repúblicas es-

ahora debo indicar igualmente

las

garan-

de su independencia.

Desde luego la influencia del clima y la falta de caminos y de cultura, harian infructuosos los esfuerzos que se intentasen para conquistar aquellas repúblicas. Podria ocuparse por un toral;

momento

pero seria imposible adelantar en

el

el li-

inte-

rior.

La Colombia no

tiene ya en su territorio espa-

ñoles propiamente dichos: les llamaban \o% godos y

han perecido ó han sido espulsados.

En

Méjico se

A AMÉRICA.

301

acaban de tomar medidas contra

los

naturales de

la

antigua madre patria.

Todo

el

clero de la

chos sacerdotes

,

Colombia

es

americano; mu-

por una infracción culpable de

los otros

ciudadanos

,

y ni siquiera

usan

la

como

disciplina de la iglesia^ son padres de familia^

traje

el

propio de su estado. Semejante estado de cosas es

ciertamente poco favorable á

de

ello resulta

las

costumbres

;

pero

mismo tiempo que el clero , sin católico teme que se establezcan

al

embargo de ser relaciones mas íntimas con _,

favorable á

revueltas sos.

la

mas bien han

,

la

corte de

Roma

y es

,

emancipación. Los regulares en sido soldados

que

las

relijio-

Veinte años de revolución han creado derechos^

propiedades y empleos^ quo no será fácil destruir; y la nueva jeneracion , nacida en el curso de la revolución de la

las

colonias^ está nutrida en

independencia.

España de que

En

el

amor

otro tiempo se lisonjeaba

se ponia

el

sol

en sus estados

:

á la

es-

peremos ahora ^ que la libertad no dejará ya de ¡lustrar á los hombres.

Mas

esta libertad^ ¿podria haberse establecido en

América española por un medio mas fácil y mas el que se ha empleado; medio que, aplicado en tiempo útil, cuando los acontecimientos la

seguro que

nada habian decidido todavía, hubiera hecho desaparecer una multitud de obstáculos? Yo creo que sí.

A

mi modo de ver

las

colonias españolas hubie-

mucho en formar monarquías constituLa monarquía representativa es en mi

ran ganado cionales.

concepto un gobierno

muy

superior

al

gobierno re-

VIAJE

302

publicano; porque destruye duales

al

poder ejecutivo

,

pretensiones indivi-

las

y

combina

el

orden con

la libertad.

Me

parece también que

tativa se adopta

de

al

monarquía represen-

la

carácter español y

estado

al

personas y de las cosas en un pais donde do-

las

mina

mas

grande propiedad

la

mero de

los

territorial

europeos es pequeño

_,

;

donde

y el

el

nú-

de los ne-

gros y de los indios considerable; donde está en uso la esclavitud ; donde le relijion del estado es la católica, y

donde

las clases

populares carecen absolu-

tamente de instrucción. Las colonias españolas

madre

^

independientes de

patria, y formadas en

la

grandes monarquías

representativas, hubieran completado su educación política

al

abrigo de las tempestades que todavía

pueden trastornar

las

repúblicas nacientes.

Un pue-

blo que sale de repente de la esclavitud y se precipita en la libertad

,

puede caer en

anarquía produce casi siempre

Pues

si

existia, se

me

el

la

anarquía

,

y la

despotismo.

dirá sin duda, un sistema

propio para precaver estas divisiones: «Vos subisteis »al

poder, y os contentasteis con desear

«felicidad, la libertad de la

la

paz

, la

América española: ¿por

))que os limitasteis á votos estériles

Aquí debo anticipar algo de

lo

?''

que digo en mis

Memorias, para hacer una confesión. Cuando Fernando quedó libre en Cádiz y Luis XVIII escribió al monarca español para empeñarle A que diese un gobierno libre á sus pueblos , creí terminaba mi misión , y tuve la idea de entregar al

303

A AMÉRICA. rey

de negocios estranjeros, y suplidiese al virtuoso duque de Mont-

cartera

la

M.

car á S.

morency.

¡

la

Cuantos cuidados me hubiera evitado

¡cuantas divisiones hubiera podido ahorrar á nión pública!

La amistad

dado entonces un

^

modo mas

poso

resto de mis dias.

Coronado con el

,

el

ministe-

brillante, para entregarme al re-

intereses de esas colonias españolas de

acabo de hablar

\

opi-

poder no hubieran

hubiera dejado

rio del

Los

el

triste ejemplo.

éxito de mis empresas

el

y

la

son los que han producido

que

el últi-

mo juego de mi caprichosa fortuna. Puedo decir que me he sacrificado á la esperanza de asegurar el reposo y la independencia de un gran pueblo. Cuando yo pensaba en retirarme ^ se hallaban muy adelantadas algunas negociaciones del mayor interés

;

yo

habia entablado, y poseia todos los pormenores; habíame formado un plan, que creia útil á los dos

las

mundos, y lisonjeábame de haber sentado una base, sobre

de

las

la cual

podrian colocarse á

naciones

otros paises. este plan

En

,

j el

la

vez los derechos

interés de mi patria y

No puedo

esplicar los

el

de los

pormenores de

y bien se conocerá la razón.

diplomacia, un proyecto concebido no es un

proyecto ejecutado

:

los

gobiernos tienen sus ruti-

nas y su marcha: se necesita paciencia; porque no se

toman por

el

señor Delfín tomaba ciudades (1);

asalto los gabinetes estranjeros,

como

la política

no

Parece que el autor vuelve á aludir á la campaña del (1) duque de Angulema en España en 1823, que llama gloriosa; por lo cual remitimos de nuevo al lector á la nota que pusimos al pie de la pajina 297 del tomo primero. (E, E.j

304

VIAJE

camina tan aprisa como camina

la

gloria

al

frente

de nuestros soldados. Resistiendo por desgracia á

mi primera inspiración

_,

permanecí en

el

ministerio

para terminar mi obra. Creí que habiéndola prepa-

rado

,

la

conoceria mejor que mi sucesor

también que

la

Montmorency

;

cartera no fuese entregada á

y

temí

Mr. de

y que algún otro ministro no adoptase algún rancio sistema con relación á las posesio^

nes españolas. Déjeseme seduir con

mi nombre

comprometer

esta

emancipadas,

y sin

misma

la

idea de unir

segunda América

á la libertad de la

sin

libertad en las colonias

esponer

el

principio

monárqui-

co en los estados de Europa.

Seguro de

la

benevolencia de todos los gabinetes

de Europa, fuera de uno solo, no desesperaba de vencer

la

resistencia que

me

oponía Inglaterra

el

hombre de estado que acababa de morir; resistencia, que menos nacía de él que del ínteres mercantil

nocerá

mal entendido de su nación. El porvenir cotal vez la

correspondencia particular que tu-

vo lugar sobre este grande objeto entre mi ilustre

amigo y yo. Como en los destinos de un hombre todo está encadenado, es posible que Mr. Canning^ asociándose á algunos proyectos estraños^ poco diferentes de los suyos, hubiese encontrado

mas tran-

quilidad, y hubiese evitado las inquietudes políticas

Los talentos

que fatigaron sus últimos

dias.

suran á desaparecer,

va organizándose una pe-

queña Europa las

á

y

gusto de

la

se apre-

medianía; para llegar á

jeneraciones nuevas, será preciso atravesar un

desierto.

305

A AMÉRICA.

Como

quiera que sea^ yo pensaba que

nistración de que era

admi-

dejaría acabar

un

honor ^ y tenia la sende creer que cuando los negocios de un mi-

que

edificio cillez

miembro me

la

me

nisterio

me

solo podia darle

llevaban á

ocuparme en

el

estranjero^

camino que otro ocupaba ya: miraba como astrólogo álos cielos^, y di conmigo en no

lanzaban en

una sima:

el

Inglaterra aplaudió mi caida: es ver-

la

dad que teníamos guarnición en Cádiz bajo ra blanca^ y

que

la

colonias españolas por

de

los

Borbones

,

la

bande-

emancipación monárquica de la

las

jenerosa influencia del jefe

hubiera elevado á

la

Francia

al

mas

grado de prosperidad y de gloria. Tal ha sido el último sueño de mi edad madu-

ra:

creíame en América

alto

^

y desperté en Europa.

Réstame decir como regresé en otro tiempo de esta misma América^ después de haber visto desvanecerse igualmente el primer sueño de mi juventud.

Errando de floresta en floresta^ me había aproximado á los desmontes americanos; y una tarde descubrí á la orilla de un rio una granja formada de troncos

_,

en donde pedí hospitalidad^ y me fue concedida. la noche ^ y no había en la casa mas luz

Llegó que

la

lumbre

rincón de

raba

la

la

del fogón:

senteme^ pues^ en un

cocina^ y mientras mi huéspeda prepa-

cena,

me

entretenía leyendo

al

resplandor

306

VIAJE

del fuego

j

para lo cual tenia que bajar

mucho

cabeza, un periódico ingles que encontró en lo, y en el cual llamaron

muy

gruesas con estas

THE KING

,

evasión de Luis

mi atención unas la

la

sue-

letras

FLIGllT

palabras:

fuga del rey. Era

XVI,

el

OF

relación de la

y del arresto del desventura-

do monarca en Varennes. El periódico referia también los progresos de

de

la

emigración, y

reunión

la

casi todos los oficiales del ejército bajo la

ban-

dera de los principes franceses. Entonces creí oir

la

voz del honor, y abandoné mis proyectos.

Vuelto á Filadelfia, rae embarqué, y una temme arrojó en diezinueve dias sobre la costa

pestad

de Francia, en donde casi naufragué entre

las islas

de Guernesey y Origny. Tomé tierra en el Havre, y en el mes de Julio de 1792 emigré en compaüía de mi hermano. El ejército de

los príncipes estaba

ya en campaña, y sin la mediación de mi desgraciado primo Armando de Chateaubriand, no hubiera

podido conseguir que se cía

me

recibiese.

En

vano de-

yo que acababa de llegar sin otro objeto desde

la

catarata de Niágara; nada querían oír, y estuve á punto de batirme, para obtener el honor de llevar

una mochila

á cuestas.

del rejimiento de

en

el

de

las

campo de

Mis camaradas,

los oficiales

Navarra, formaban una compañía

los príncipes;

compañías bretonas:

pués puede verse en

el

lo

pero yo entré en una

que

me

sucedió des-

nuevo prólogo de mi Ensayo

histórico.

De

esta

manera,

lo

que me pareció un deber,

trastornó los primeros designios que había concebid

307

A AMÉRICA. produjo

do_, y

primera de aquellas peripecias que

la

han señalado mi carrera. Los Borbones no necesitaban ciertamente que un muchacho de Bretaña volviese de Ultramar para ofrecerles su insignificante

adhesión

cuando

como no necesitaron

asi

,

salió

de

obscuridad; y

la

sus servicios

continuando mi

si

mi huéspeda

viaje, hubiera encendido el candil de

con

periódico que cambió mi vida, nadie hubiera

el

notado mi ausencia, porque nadie sabia que existiese.

Un

me

hizo volver

simple altercado entre mi conciencia y yo, teatro del

al

mundo; porque aunque

hubiera podido hacer con seguiridad

querido,

como que

era

el

ta; este testigo es precisamente el

peto en

el

mundo,

lo

que hubiese

único testigo de

la

dispu-

que yo mas res-

y ante cuyos ojos

me

seria

mas

sensible tener que sonrojarme.

Mas ¿en que

consiste

que

las

soledades del

Erié y del Ontorio se presentan hoy á mi pensamiento con mas atractivo que el brillante espectáculo del Bosforo?

Es que en

la

época de mi viaje á los Estados-

Unidos, estaba yo lleno de ilusiones: de

la

Francia empezaron

al

las

revueltas

mismo tiempo que mi

vida, y nada se hallaba todavía completo en mí ni en mi pais. La memoria de aquellos dias es grata á

mi corazón

porque solo

,

me

recuerda

de los sentimientos inspirados por los placeres

de

Quince ó de mi

la

la

la

inocencia

familia y por

juventud.

dieziseis

años mas adelante, después

segundo viaje, la revolución se habia consu-

mado: yo no me alimentaba ya de

ilusiones; y mis

308

VIAJE A AMÉUICA.

recuerdos^ que entonces traían su oríjcn de

socie-

la

dad^ habían perdido su candor. Burlado en mis dos peregrinaciones,, no había podido descubrir el paso del Noroeste^ ni había conquistado la gloría entre

bosques

los

en donde

_,

fui

á buscarla^ sino

que

la

habia dejado sentada sobre las ruinas de Atenas.

Partiendo á América para ser viajero^ y regreal cabo

sando á Europa para ser soldado^ no llegué de una ni otra carrera

:

un jeuio enemigo

me

arre-

espada^ y me puso en la mano una pluma. Cuando en Esparta contemplaba el cielo

bató

báculo y

el

durante

la

noche

la

(!)_,

me

acordaba de

ios

caminos de Alemania_, en

que

los países

habían visto ya mi sueño tranquilo ó ajitado los matorrales

:

en

de In-

glaterra^ en los campos de Italia^ en los mares y las selvas del Canadá^ habia saludado á las mis-

en

mas

estrellas

que veía

brillar sobre la patria

de Ele-

na y de Menelao. Mas ^^de que me sirve quejarme á los astros, inmóviles testigos de mi errante desti-

no? Un

día llegará en

que su mirada no

se fatigará

ya en seguirme^ y se fijará sobre mi sepulcro. Por ahora^ indiferente á mí propia suerte, no pediré á esos astros malignos que se inclinen á mí con

benéfica influencia, ni

me

restituyan

la

mas

parte de

vida que deja el viajero en los sitios por donde pasa. (1)

Itinerario.

Fin del Tiaje á América.

Paj. Advertencia de la edición de

1827

v

Prólogo

VII

Lxxxi

Introducción Viaje á América

1

22 39 47 92 92

Los onondagas Lagos del Canadá Diario sin fecha Historia natural Castores

Oso Ciervo

Alce Bisonte

Fuina Zorras

Lobos

Ratón de Almizcle Carcajú Aves Peces Serpientes

.

Arboles y plantas Abejas

Costumbres de

los salvajes

Casamientos Cosechas

,

fiestas

, ,

hijos

^

funerales.

....

recolección del azúcar de

#-

99 100 100 101 103 103 104 104 105 105 106 106 108 109 111 112

310

índice.

1^8 12B 129 137 139 142 144

arce, pescas bailes y juegos Cosechas. Fiestas

Recolección del azúcar de arce

Pesquerías Bailes

Juegos

Año. División y reglamento

del tiempo.

Ca-

150 150 150 152 154

lendario natural

Año División del tiempo

Calendario natural.

.

*

Medicina Lenguas indianas Caza

161 171

187 217 225 225 237 247

Guerra Relijion

Gobierno

Los natchez Los muscogulgos

Los hurones y los iroqueses Estado actual de los salvajes de

la

América

257 276 276 287

septentrional

Conclusión

Estados-Unidos Repúblicas españolas

Fin

del viaje



.



305