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Spanish Pages [397] Year 2008
VIAJE
Bes DE CflATEAÜBRUm Tomo
úiil«o.
W/?\LitN]©oñ; IMPRENTA
ni: D* HIARIiiiyO DK CABRERISSI», (Editor.)
LOAN STACK
nE MjJl
Nada
EniCMO]%í nE é&^7.
me
de particular se
ofrece decir sobre el
Viaje á América que va á leerse el
argumento de
Natchez
los
nuscrito orijinal de esta
va en
si
En
se
y
su relación j
:
ha sacado del ma-
misma obra. Este
mismo su comentario y su mis varias obras
se
como
viaje lle-
historia.
encuentran con frecuen-
cia recuerdos de mis viajes
por América ^ y en un
principio habia yo pensado en reunirlos y colocarlos
según sus fechas en mi narración
do á
este
;
mas he renuncia-
proyecto para evitar repeticiones y conten-
tándome con recordar dichos pasajes. Con todo he tado algunos cuando
me han parecido
ci-
necesarios pa-
ra la intelijencia del texto ^ y no eran por otra parte
muy
estensos.
En
la introducción
zar al lector con guir á Ultramar rias
de mi vida
,
el y
y
con
el
objeto de familiari-
joven viajero y á quien he de
doy un fragmento de
para
lo
se-
Memo-
las
cual he correjido con parti-
cular cuidado la parle que tenia ya escrita refiere los hechos posteriores al
258
año mil
:
la
que
setecientos
ADVEUTENCIA.
VI
noventa y uno hasta nuestros días
es
enteramente
nueva,
Al hablar de fen todo
lo
que
las
me
es
biera deseado hacer en nacientes^
repúblicas españolas j refiero
permitido referirJ el iíiteres
lo
que hu-
de aquellos estados
cuando mi posición política me daba algu-
na influencia en
los destinos de los pueblos.
Pero no he tenido
la
temeridad de llegar á
grande objeto sin haberme procurado antes
que necesitaba. Muchos volúmenes impresos y rias inéditas
me han
docena de pajinas.
He
servido
este
las luces
memo-
para componer una
consultado personas que han
viajado y residido en las repúblicas españolas] y de-
bo á la atención del caballero de
muy
El prólogo que precede una
Esmenard
noticias
preciosas sobre los préstamos americanos. al Viaje á
especie de historia de los viajes
lector el
cuadro jeneral de
por decirlo asi , globo.
la hoja
y
América
es
que presenta al
la ciencia jeográfica,
y
de ruta del hombre sobre
el
PROLOGO
I-^os
viajes son
una de
porque por medio de la historia
de
las
las
de
la
sociedad.
fuentes de
la historia;
narración de los viajeros,
la
naciones estrañas viene á colocar-
se al lado de la particular
El oríjen de
o
de cada pais.
los viajes se
Los
libros
remonta hasta
la
cuna
de Moisés nos represen-
tan las primeras emigraciones de los hombres: en ellos las
vemos
al
patriarca conduciendo sus rebaños á
llanuras de Canaan
,
al
árabe vagar por los soli-
tarios arenales, y al fenicio esplorar los mares.
Moisés saca de
las
la
montanas de
segunda familia de la
los
hombres
Armenia, punto central con
respecto á las tres grandes razas^ amarilla, negra y
blanca; ó sean los indios, los negros y los celtas,
li
otros pueblos del norte.
Precisado á reducir un cuadro inmenso á los estrechos un prólogo, creo sin embargo no haber omitido ninguna cosa esencial. Pero si algún lector aficionado á esta clase de investigaciones desease saber mas, puede consultar las sabias obras de los D'Anvillc, Robertson, Gosselin, MalteBrun, Walkenacr, Pinkerton, Renuel, Cuvier, Jomard, etc. (1)
límites de
PROLOGO.
VIII
Las pueblos pastores
Moisés pobló fet
Europa de
la
Homero^ nombre
^
los
descendientes de Ja-
que haya existido un poeta de es-
sea
sea que las obras
que se
mas que una compilación de Grecia
un
ideas
sobre
nos ha dejado en
y
viaje
y nos transmite
_,
las tradi-
Odisea la
la
también
que en aquella primera antigüedad la
configuración de
la tierra,
Esta misma es
Herodoto
Homero
el rio
ellas
Océano.
cosmografía de Hesiodo.
la
,
las
se tenian
que según
representaba un disco rodeado por
lo es
atribuyen
le
ciones de
relación de
á Japeto
especie humana.
la
no ofrezcan la
en Jafet.
los militares
romanos consideran
los griegos y los
:
como padre de te
Cam^
comerciantes en
los
encuentran en Sem^
se
que
de
la
es el padre de la historia
mundo
como
como
poesía, era también
viajero, y recorrió todo el
_,
este
conocido en su
tiempo. ¡Con que estilo tan seductor describe las
costumbres de
los pueblos!
existían algunos
fenicios y el
la
mapas costaneros de
los
navegantes
:
,
correji-
Estrabon cita un itinerario del
este ultimo.
Herodoto tierra;
aquella época solo,
mapa-mundi de Anaximandro
do por Hecateo
mundo de
En
solo distingue bien dos partes de
Europa y
el
Asia.
La
Libia y
el
la
África
no parecen en sus relaciones mas que una vasta península del Asia. ravanas
al
Acompaña
interior de
la
las
Libia
,
rutas de algunas ca-
y
la
relación sucin-
PROLOGO. un
ta de
to
,
IX
viaje alrededor del África.
llamado Ñecos
unos fenicios^
Un
rey de Ejip-
hizo partir del golfo arábigo á
,
los cuales volvieron á
Ejipto por
las
columnas de Hércules^ habiendo empleado tres años en su navegación, y á su vuelta refirieron que habian visto
el
sol á su
derecha. Tal es
hecho que
el
Herodoto.
refiere
Los antiguos
_,
pues, tenian como nosotros dos
especies de viajeros, los unos recorrian la tierra y los otros los
cribia
mares. Por
la
misma época en que
Herodoto, acababa su Periplo (1)
es-
el cartaji-
nes Hanon. Todavía conservamos algo de
la
colec-
ción que hizo Scylax de las escursiones marítimas
de su tiempo.
Platón nos ha dejado lántida
que
se
la
novela de aquella At-
ha querido encontrar en
la
América;
y Eudoxioj compañero de viaje del filósofo, compuso un itinerario universal, en el cual enlazó la jeografía con algunas observaciones astronómicas.
Hipócrates visitó
los
pueblos de
la
Escitia, y
aplicó los resultados de su esperiencia al consuelo del jénero
humano.
Jenofonte ocupa un rango ilustre entre aquellos viajeros
nocer
la
armados que contribuyeron
hacernos co-
morada que habitamos.
Aristóteles, que precedía á la
cí;
á
Le incluyo entero en
el
Ensayo
marcha de
hislúrico.
las lu-
X
PROLOGO.
ees, tenia á
la
tierra por esférica ^ y estimaba su
circunferencia en cuatrocientos mil estadios. Creia,
como creyó
Cristóbal Colon
,
que
Hesperia estaban en frente de
las
de
las
costas de la la
India.
Te-
nia una idea confusa de la Inglaterra y la Irlanda, á las
que llama Albion y Jerna: no
cidos los
le
eran descono-
Alpes; pero los confundia con los Pirineos.
Dicearco, uno de sus discípulos, hizo una bedescripción de la Grecia, de
lla
algunos fragmentos,
al
que nos quedan
la
mismo tiempo que
otro dis-
cípulo de Aristóteles, Alejandro el Grande, llevaba el
nombre de
esta Grecia hasta las orillas del Indo.
Las conquistas de Alejandro obraron una revolución tanto en las ciencias
como en
los pueblos.
Androstenes, Nearco y Onesícrito reconocieron meridionales del Asia, después de
las costas
te del hijo de Filipo el
Canjes
vegó por
,
:
y Patroclo
el
Océano
,
Los reyes griegos de
Trapobana; Tolomeo Filadelfo envió
jeógrafos y flotas;
muer-
uno de sus almirantes, na-
índico.
Ejipto abrieron un comercio directo con la
la
Seleuco Nicanor penetró hasta
la
India y
á la India
Timóstenes publicó una descrip-
ción de todos los puertos conocidos; y Eratóstenes
presentó
bases matemáticas
las
para un
sistema
completo de jeografía. Las caravanas penetraron asi
en
la
India por dos caminos:
en Palibotra los
,
bajando
montes Imaüs.
el
Canjes,
el
uno terminaba
el
otro rodeaba
PRÓLOGO.
XI
El astrónomo Hiparco anunció una gran tierra
que debia unir ver,
la
India
al
África, en
se quiere, el universo de
si
La
rivalidad de
Roma
la cual es fácil
Colon.
y de Cartago hizo á Poli-
bio viajero, y le obligó á visitar las costas de África
hasta el
el
monte Atlas, con
el
fin
de conocer mejor
pueblo cuya historia se proponía escribir. Eudo-
xio de Cirico intentó en tiempo de
y de Tolomeo Laturo, dar el
oeste
,
la
Tolomeo Fiscon
vuelta
al
África por
buscando un rumbo mas directo
,
para
pasar de los puertos del golfo arábigo á los de la India.
Entre tanto
los
romanos, estendiendo sus con-
quistas hacia el norte, desplegaron nuevas velas:
Piteas de Marsella había tocado ya aquellas riberas
de donde debían venir los destructores del imperio de los Césares
Escandínavia, del cabo
,
y navegando hasta los mares de la la
fijó
Calbium (Finisterre) en España, recono-
ció la isla TJxisama
de
posición del cabo Sagrado y
las Casitérides
(Ouessant),
de
los
de Albion, una
la
cartajineses, y surjió en
aquella famosa Tule, en que se ha querido recono-
cer á Islandía^ pero que según toda apariencia es la
corte de Jutland. Julio César ilustró la jeografía de las Galias, y
empezó
el
descubrimiento de
la
Jermania y de
costas de las islas de los Bretones: las águilas
romanas
las
Jermánico llevó
á las riberas del
Elba.
riioLOüo.
XII
En
reinado de Augusto comprendió Estrabon
el
en una sola obra viajeros y los
Pero
movimientos anteriores de
los
que por
si
mismo habia
él
los
adquirido.
su jeografía enseña cosas nuevas sobre algu-
si
na parte del globo
también hace retroceder
,
la
ciencia en algunos puntos: Estrabon distingue las islas
Casitérides de
la
gran Bretaña^ y manifiesta
creer que las primeras (que en esta hipótesis no
pueden taño
:
ser otras
que
Sorlingas) producian el es-
las
pues ahora bien
^
el
estaño se sacaba de las
minas de Cornualla^ y cuando escribia_, hacia ya largo
bion llegaba
al
jeógrafo griego
el
tiempo que
estaño de Al-
el
mundo romano atravesando
las
Ga-
lias.
En toda sin
la
la
Galia ó
Céltica, suprime Estrabon casi
la
peninsula armoricana; no conoce
Báltico,
el
embargo de que pasaba ya por un gran lago
lado, á cuya orilla se encontraba amarillo
En palo
la
que es
y
la
la
sa-
Ámbar
la costa del
Prusia actual.
época en que florecia Estrabon ^
navegación de
la
India por
el
fijó
Hi-
golfo arábigo,
esperiraentando los vientos regulares que nosotros
llamamos monzones sud-oeste
,
y
uno de
que conducia
los
cuales, que es el
á la India,
tomó
el
nom-
bre de Hipalo. Algunas flotas romanas partian ordi-
nariamente del puerto do Berenice hacia del
verano, y llegaban cu treinta dias
Oceüs ó
al
de Gané en
la
al
la
mitad
puerto de
Arabia; y desde
alli
en
PRÓLOGO.
xin
cuarenta diasá Muziris, primera escala de
La
vuelta en invierno se verificaba en el
pacio de tiempo
y volvian á
la
de manera que
;
India en
nio y el Periplo del
la India.
mismo
es-
antiguos iban
los
menos de cinco meses. Pli-
mar Eritreno (en
pequeños
los
jeógrafos) suministran estos curiosos pormenores.
Después de Estrabon^
Pomponio Mela nio añaden
tenian de
Isidoro de Charas^
^
naciones. Plinio
las
número de
Cuando
^
el
Perijetes^
Tácito y Pli-
nuevos conocimientos á
cioso por el cita.
Dionisio
los
que ya se
sobre todo_, es pre-
viajes y relaciones
los
deque hemos perdido una
descripción completa del
imperio romano ^ hecha por orden de Agripa
de Augusto el
unos comentarios sobre
;
rey Juba
_,
que
leemos venimos en conocimiento
le
el
_,
yerno
África por
estractados de los libros cartajineses;
una relación de
Afortunadas por Estacio
las islas
Seboso^ unas memorias sobre
la
India por Séneca,
y un Periplo del historiador Polibio
tesoros todos
:
cuya pérdida nunca será bastante deplorada. Plinio sabe algo del Tibet, y
mundo
á la
fija
embocadura
norte las Oreadas
nombre de Golfo
_,
especie de libros de posta
el
el
la
Codan
Los antiguos tenian meros con
punto oriental del
del Canjes
conoce
de
el
al
;
distingue
Escandinavia, y dá
mar
el
Báltico.
á la vez derroteros y :
al
una
Vejecio distingue los pri-
nombre de picta^ y
los
segundos con
de annotata. Todavía conservamos tres de estos
PRÓLOGO.
XIV itinerarios
:
de Anlonino
el Itinerario
de Burdeos á Jerusalen y parte superior de oeste
la
que principiaba
^
al
está rasgada, y falta la península española y
y
el África occidental
;
pero
la
tabla se estiende por
hasta la embocadura del Ganjes_, y señala los
el este
caminos en
lo interior
de
la
India. Este
mapa tiene
veintiún pies de largo y uno de ancho, de es
Itinerario
Tabla de Peutinger, La
tabla
esta
j el
modo que
una zona ó un gran camino del mundo antiguo.
A
esto estaban reducidos los trabajos y los co-
nocimientos de
de aparecer
la
mero era una dada
los viajeros y
de
obra de Tolomeo. El isla
antes
mundo de Ho-
perfectamente redonda, circun-
como hemos dicho, por
,
los jeógrafos
rodoto hizo de este
el
mundo una
rio
Océano. He-
llanura sin límites
precisos; Eudoxio de Guido le transformó en
un
globo de unos trece mil estadios de diámetro
^
Hiparco
y
Estrabon
y
dieron doscientos cincuenta
le
y dos mil estadios de circunferencia, de ochocientos treinta y dos estadios
al
grado.
Sobre este globo
trazaban un cuadrilongo, cuyo lado mayor corría de
occidente á oriente; este cuadrilongo se hallaba dividido por dos lincas, que se cortaban en ángulo recto oeste
la
:
al
una, llamada
el
diafragma ^ marcaba del
éste lo largo^ ó la lonjitud de la tierra, y te-
nia setenta y siete mil ochocientos estadios;
que era una mitad mas sur
el
corta
,
la
otra,
indicaba de norte á
ancho ó latitud de esta misma tierra, empe-
PROLOGO. zando
la
cuenta en
esta jeografía^
que ancha^ de
se ve el orijen
mapa
este
Europa^
el
XV
meridiano de Alejandría. Por
que consideraba á
lonjttud y latitud
En la
el
la
tierra
mas
larga
de impropias espresiones
que todavía usamos.
del
Asia y
mundo habitado el
África;
el
se colocaban
África y
Asia
el
se unian á las rejiones australes^ ó estaban separa-
das por un
mar que reducía estraordinariamente
África. Al
norte los continentes terminaban en la
embocadura Nijer^
al
del Elba^ al sur cerca de las orillas del
oeste en el cabo Sagrado en España, y al
una zona tórrida bajo
este en las bocas del Ganjes: el
el
ecuador, y una zona glacial bajo
los polos
,
esta-
ban consideradas como inhabitables.
Es digno de notarse que
casi
todos aquellos
pueblos, llamados bárbaros, que conquistaron
el
im-
perio romano_, y de los cuales proceden las naciones
modernas, habitaban mas
allá
de los límites del
mun-
do conocido por Plinio y Estrabon ^ en unos países, de los que
ni siquiera se
Tolomeo, que por
sospechaba
la
existencia.
otra parte no dejó de incur-
rir
en graves errores, fundó sobre bases matemáti-
cas
la
posición de los lugares.
En
su obra aparecen
una multitud de naciones sármatas; indica bien Volga, y baja hasta
En acaso cita
el
Vístula.
África confirma
nombra
á
un gran rio,
la
existencia del Nijer
Tombuctu al
el
,
y
en Tucabath; también
que llama Gyr.
PRÓLOGO.
XVI
El pais de los sinos quo pone en Asia^ no es la
China ^ sino probablemente
meo supone que hacia
el
reino de Sian). Tolo-
el
de Asia^ prolongándose
la tierra
mediodía^ se junta con una tierra descono-
cida que se reúne
al
África por
el oeste.
En
la
Sé-
rica de este jeógrafo debe reconocerse el Thibet^
que
es el
que dio
á
Roma
la
primera seda ordi-
naria.
En Tolomeo los
acababa
historia de los viajes de
la
antiguos j y Pausanias es
el
último que nos hace
ver aquella Grecia antigua, cuyo jenio se ha des-
pertado noblemente en nuestros dias á
nueva el
civilización.
Aparecen
las
imperio romano se desploma
godos, los francos, otro
mundo
las
hunos y
voz de
la
naciones bárbaras; y de
la
raza de los
los eslavos, salen
y otros viajeros.
Estos pueblos eran
ellos
caravanas armadas, que de navia y de
;
la
las
fronteras de
mismos unas grandes
las la
rocas de la Escandi-
China ^ marchaban
al
descubrimiento del imperio 'romano. Venian á en-
existian otros
hombres ademas de
arrastraban
yugo de
nes;
Tiber
en
el
el
los Tiberios
mundo
,
que
los esclavos
que
señar á estos pretendidos señores del
y de los Nero-
venian á enseñar su pais á los jeógrafos del :
y preciso fue ya colocar á estas naciones
mapa,
dos y de
los
y creer en la existencia de los go-
vándalos, cuando Alarico y Jenseri-
co escribieron sus nombres en los muros del Capi-
PROLOGO.
No
lolio.
XVII
trato de referir aqiii las emigraciones
y
establecimientos de los bárbaros; procuraré tan
los
buscar entre
solo
eslabones de
las ruinas
que amontonaron
cadena que enlaza á
la
los viajeros
los
an-
tiguos con los modernos.
El trastorno de
blemente
las
los
pueblos desconcertó nota-
Lo que
investigaciones jeográficas.
los
antiguos nos han hecho conocer mejor son los países
que
ellos habitaban;
porque mas
de
allá
las
fron-
teras del imperio romano_, todo eran para ellos de-
y tinieblas. Después de
la
bárbaros nada casi sabemos de
la
siertos
Italia; pero
que dieron
comenzamos el
invasión de los
Grecia
á penetrar
en
ni
de
la
las rejiones
ser á los destructores de
la
antigua
civilización.
Tres causas reprodujeron pueblos establecidos sobre
romano
:
de
el celo
la
relijion
viajes entre los
los
las ,
ruinas del imperio el
ardor de las con-
quistas, y el espíritu de aventuras y empresas^ uni-
do
á la avaricia
mercantil.
condujo á
los
por decirlo
asi,
primeros y á los últimos misioneros á los países mas remotos. El celo de
la relijion
Antes del cuarto
siglo, y
en tiempo
de los apóstoles, que fueron propiamente unos peregrinos, los sacerdotes del Dios verdadero llevaban ¿ todas partes la antorcha de la fe.
Mientras que
la
sangre de los mártires se derramaba en los anfiteatros
^
unos ministros de paz exhortaban
2
á la
mise-
XX
PRÓLOGO.
ciudades y
las
abadías
;
aunque
y
es verdad
que es-
tos dibujos perjudican por una parle á los porme-
nores jeográficos
de
las artes
^
por otra dan una idea del estado
en aquella época.
Las peregrinaciones
á Tierra
parte considerable de los la
Santa forman una
monumentos
gráficos de
edad media. Dichas peregrinaciones empezaron á
conocerse en
el
siglo cuarto
;
pues San Jerónimo
asegura que llegaban á Jerusalen peregrinos de
India nia
;
j
de
la
Etiopia
mismo
y el
^
de
la
Bretaña y de
llinerario de Burdeos
ci
la
la
Hiber-
Jerusalen
parece haberse compuesto para uso de los peregrinos por los años de 333.
Los primeros años tran
del siglo sexto nos suminis-
Itinerario de Antonino de Plasencia. Tras
el
este viene en el siglo séptimo
lación escribió
mos dos
Adamano
Beda; en
al
el
el siglo
siglo octavo tene-
San Guilbaldo
Santos Lugares por
nono
á
décimo y undécimo
leans,
en
viajes á Jerusalen de
relación de los
siglos
;
San Arculfo^ cuya re-
el
^
una
y
venerable
Bernardo Lemoine; en á
los
Olderico^ obispo de Or-
griego Eujisipo^ y en
fin
á
Pedro
el
Er-
mitaño.
En
esta época empiezan las cruzadas, y Jerusa-
len permanece por espacio de ochenta años en po-
der de los principes franceses. Reconquistada aquella
ciudad por Saladino, los
tando
la
fieles
continuaron
Palestina, y desde Focas en
el siglo
visi-
trece^
PROLOGO. hasta Pococke en
rupción
las
Con
las
el
XXI
dieziocho^ se suceden sin inter-
peregrinaciones (1).
cruzadas se vieron renacer aquellos his-
toriadores viajeros, cuyo modelo habia ofrecido la
antigüedad: catedral del
cruzada
Raimundo de Puy en Velay
célebre obispo
al
,
Ajiles, canónigo de la
acompañó
Adhemar
:
á
primera
la
nombrado ca-
pellán del conde de Tolosa^ escribió con el valiente
caballero el
Pons de Balazun todo
camino
que presenció en
toma de Jerusalen. Raúl de Caen,
y en la
Tancredo, nos pinta
servidor de
fiel
lo
Lemoine
caballero; Roberto
vida de este
la
se halló en el sitio de
Jerusalen.
Sesenta años después fueron también á Palesti-
na Foulcher de Chartres y
mero con Balduino do con Luis Vil
^
Odón de Deuil
rey de Jerusalen
^
y
;
el
el pri-
segun-
rey de Francia. Jacobo de Vitry
j,
fue hecho obispo de
San Juan de Acre.
Guillermo de Tiro, que floreció hacia reino de Jerusalen
,
el fin
del
pasó su vida en los caminos de
Europa y Asia. Muchos historiadores d^ nuestras antiguas crónicas fueron ó monjes ó prelados errantes
,
como Raúl, Glaber y Flodoardo; ó guerreros,
como Nithard
,
nieto de
Carlomagno
de Poitiers, VilIe-IIardouin
mas que (í)
rarío.
la
Guillermo y
tantos
cspedicioncs.
Pedro
segunda memoria de mi intiüduccioii
al Ilinc-
refieren
Véase
,
^
sus lejanas
Joinville
,
PROLOGO.
XXII
Dcvaulx Ccrnay era una especie de ermitaño en
los
formidables campamentos de Simón de Monfort.
Llegados ya á
las
debe principalmente
crónicas en lengua vulgar,
fijarse
atención en Frois-
la
sardj que propiamente no escribió jes
:
mas que sus
éste bosquejaba su historia al
que hacia sus correrías: de
mismo tiempo
corte del rey de In-
la
glaterra pasaba á la del rey de Francia la
pequeña corte caballeresca de
»Habiendo permanecido
via-
condes de Foix.
los
tres dias
y de esta á
_,
en
la
ciudad de
Paumiers, me reuní casualmente con un caballero del conde de Foix, llamado
León
,
que
volvía de
Aviñon
tonces cincuenta años de edad. seis dias.
llero cabalgaba (después de
cual era valiente,
^ el
entendido y gallardo caballero
anduvimos juntos
señor Espaing del
el
,
y podía tener en-
Reunime con
él,
y
Luego que dicho cabahaber rezado por
la
ma-
ñana sus oraciones), platicaba conmigo
casi todo el
y cuando yo
se las pedia
día, pidiéndome noticias
me
contestaba
,
grandes castillos
,
&c." Vemos ^
á Foissard llegar á los
comer en corta diferencia
mismas horas que nosotros,
examen de que
los viajes
la civilización
la
invasión de
del norte
,
á la
al
de aquella época
á las
baño, &c. El
me
hace creer
doméstica del siglo catorce esta-
ba mucho mas adelantada de Volviendo
irse
lo
que creemos.
nuestro objeto, en
Europa
el
momento de
civilizada por los pueblos
encontramos á
los viajeros y
á
losjeó-
PRÓLOGO.
X\lll
grafos árabes que señalan en los mares de las Indias algunas costas desconocidas de los antiguos; y
no fueron menos importantes sus descubrimientos en África^ Massudi^ Ibn-Haukal
,
Alouardi^ Hamdoullah
,
unas descripciones
,
muy
Abulféda
Al-Edrisi^ Ibn-
El-üakoui
dan
,
propio pais
estensas de su
y de las tierras sometidas á las armas de los árabes.
Aquellos viajeros veian ,
castillo
de
China
Gog califa
el
^
norte del Asia un pais es-
rodeado de una muralla enorme, y un
pantoso
nando
al
y de
Magog. Por
Walid
,
los
años 715^ rei-
conocieron los árabes
adonde enviaron por tierra algunos merca-
mar
deres y embajadores; y también penetraron por
en aquel imperio en
el siglo
zaid aportaron á Cantón. los
nono
Desde
:
Wahab
Abu-
y
año 850 tenian
el
árabes un ájente de comercio en
este
la
la
provincia de
nombre; trataban con algunas ciudades
del in-
terior, y ¡cosa singular! encontraron en ellas algu-
nas comunidades cristianas.
Los árabes daban el
á la
norte,
el
Sin las del mediodía. Introducidos en
la
Catai comprendia las
Tchin ó
el
India con
China muchos nombres:
el
provincias del
apoyo de sus armas,
los
discípulos de
Mahoma
hablan en sus relaciones de
valles de
Cachemira tan de propósito como de
voluptuosas campiñas de Granada. colonias en
muchas
como Madagascar
islas del
y las
,
hermosos las
Ya habían dejado
mar de
Molucas
los
la
India
en donde
,
tales
los por-
PUÓLOGU.
XXIV lugucscs el
las
ciicontraron después de haber doblado
cabo de Buena Esperanza.
Al mismo tiempo que
comerciantes milita-
los
res del Asia hacian en el oriente y mediodía descu-
brimientos desconocidos á
Europa subyugada por
la
bárbaros que se habian quedado en su primera
los
patria
_,
los
menzaban
suecos, los noruegos y
brimientos igualmente ignorados de
Other
ca y jerraánica.
mar Blanco,
el
Báltico
,
la
Europa fran-
noruego avanzaba hasta
y Wulfstan
llamaban
Wulfstan
refiere
habitaban
al
las
el
el
danés describia
que Ejinardo habia ya descrito
escandinavos
de
daneses co-
los
á hacer en el norte y oeste otros descu-
yeguas
que
y
,
Lago salado
el
los estienos
que
del
el
los
Este,
ó pueblos que
,
oriente del Vístula, se bebían
la
leche
y dejaban su herencia á los mejores
^
jinetes de su tribu.
El rey Alfredo nos ha conservado
de estas relaciones. la
El fue
el
el
Escandinavia en provincias ó reinos
los
conocemos en
Escandinavia fica
se
el día.
En
las
sexto traducía de un
,
y que
el
modo muy
equivalente de estas palabras
:
,
tales
como
lenguas góticas
llamaba Mannaheim
pais de los hombres
compendio
primero que dividió
,
lo
latín
la
que signidel
siglo
enérjico por
el
fábrica del jénero
humano.
Los da
piratas
las colonias
normandos establecieron en Irlan-
de Üublin, Ulster
y
Connaught, es-
PROLOGO. ploraron y sometieron las
Oreadas roer
,
Hébridas
y las
á la Islandia
llegaron á las
archivo de
y
islas
^
las
de Fe-
historia del nor-
la
que desde entonces fue habita-
te^ á la Groelandia^
da y habitable, y
:
XXV de Shedlandia
islas
tal
vez en fin á
la
América. Mas
adelante hablaremos de este descubrimiento y del viaje y
mapa de
Mas
los
dos hermanos Zeni.
habíase desplomado
el
imperio de los cali-
muchas mo-
fas^ y de sus ruinas habíanse formado
narquías:
reino de los aglavitas y luego el de los
el
Ejipto; los despotatos de Arjel
fatimitas en
Fez
^
_,
de
de Trípoli y de Marruecos en las costas de
África.
Los turcomanos, convertidos
sometieron
al
Asia occidental desde
islamismo,
al
Siria hasta
la
Mont-Casbhar. El poder otomano pasó á Europa, borró los últimos vestijios del nombre romano llevó sus conquistas hasta
mas
Aparece Genjis-Kan, y
el
allá del
,
y
Danubio.
Asia queda de nuevo
subyugada. Oktai-Kan destruye
el
reino de los cu-
manos y de los nioutchis; Mangu se apodera del califato de Bagdad; Kublai-Kan invade la China y una parte de
India: y de aquel imperio Mongol,
la
que reunía bajo un mismo yugo nacen todos
los
casi toda el
Asia,
kanatos que los europeos encontra-
ron en la India.
Los príncipes europeos, espantados aquellos tártaros la
á la vista de
que habían estendido
desolación hasta la Polonia,
la Silesia
la
rapiña y
y la
Hun-
PRÓLOGO.
XXVI
gría^ trataron de conocer los puntos de
aquel prodijioso movimiento
los
:
donde partía
papas y los reyes
enviaron embajadores á aquellos nuevos azotes de Dios. Ascelino^ Carpino y Rubruquis penetraron
en
el pais
de
los
mongoles. Rubruquis encontró que
Caracorum^ ciudad
capital de este
Asia^ tenia en corta diferencia
que
el
pueblo de San Dionisio
una muralla de tas y
Ona
tierra
el
estaba rodeada de
y habia en ella dos mezqui-
iglesia cristiana.
Habia algunos para
,
:
kan señor del
misma ostensión
la
itinerarios de la gran Tartaria
uso de los misioneros: Andrés Lusimelo
predicó el cristianismo á los mongoles; Ricold de
Monte-Crucis penetró también en
la
Tartaria.
El Rabino Benjamin de Tudela nos dejó una relación de lo que vio ó de lo las tres
En el
partes del fin
_,
que oyó decir sobre
mundo (1160).
Marco-Polo^ noble veneciano^ recorrió
Asia sin intermisión por espacio de veintiséis
anos, y fue
primer europeo que penetró en
el
China y en
la
en algunas
islas del
Su obra vino
á ser el
océano indiano (1271
manual de todos
los
res del Asia y de todos los jeógrafos de
Marco-Polo
cita á
Pekin y Nankin
ademas una ciudad de Quinsai, do
^
la
India de la otra parte del Canjes, y
pues que se contaban en
sobre los canales que
la
la
ella
— 95).
mercade-
Europa. ,
major
y
nombra
del
mun-
doce mil puentes
atravesaban; y se consumían
PROLOGO.
XXV 11
cada dia noventa y cuatro quintales de pimienta.
El viajero veneciano habla en sus relaciones de porcelana
pero no hace mención del té
;
que nos ha hecho conocer isla
de Borneo, y
el
á
Bengala^
mar de
la
:
él es el
Japón
el
China, en
cuenta siete mil cuatrocientas cuarenta
la
el
^
la
que
islas ricas
en especiería. Aquellos príncipes tártaros ó mongoles, que do-
minaron
Europa mérito
Asia y pasaron á algunas privincias de no dejaban ciertamente de tener algún
el
,
;
pues no sacrificaban ni reducían á
la escla-
vitud á sus prisioneros. Sus campos se llenaron de
obreros europeos
^
de misioneros y de viajeros, que
aun bajo su dominación ocuparon puestos importantes. Penetrábase con
mas
facilidad en su imperio^
que en aquellas comarcas feudales, en donde un abad de Cluñi consideraba á París
como una
rejion tan
que no osaba trasladarse á
Después de Oderico
,
las
inmediaciones de
remota y poco conocida, ella.
Marco-Polo
vinieron
Pegoletti,
Mandeville, Clavijo, Josafat, Bárbaro:
los cuales
acabaron de describir
época era
muy
frecuente
los gastos del viaje
el ir
Asia.
En
aquella
por tierra á Pekín, y
subían de trecientos á trecientos
cincuenta ducados. Había en
neda llamado babisci ó
Los jenoveses y
el
los
cio de la India y de la
la
China un papel mo-
balis.
venecianos hacían
el
comer-
China en caravanas que
par-»
PRÓLOGO.
XXVIll
tian por dos rutas diferentes: Pegoletti nota con la
mayor
de una de
prolijidad las paradas
(1353).
En 1312
rutas
las
encuentra en Pekin un obispo
se
llamado Juan de Monte Corvino.
Entre tanto ción
el
tiempo avanzaba^ y
hacia rápidos progresos
mientos debidos
al
acaso ó
al
la
civiliza-
algunos descubri-
:
jenio del
hombre j
se-
paraban para siempre á los siglos modernos de los antiguos, y marcaban con un sello nuevo vas jeneraciones.
La brújula^
las
pólvora y
la
la
nue-
im-
prenta_, se habian descubierto para guiar al nave-
gante, para defenderle y para conservar de sus peligrosas espediciones.
Los griegos y
los
romanos
se
la
memoria
habian criado á
la
orillado esa ostensión de agua interior^ que mas
bien parece un gran lago que un océano; y cuando el
imperio pasó a los bárbaros,
el
centro del poder
político encontróse principalmente colocado en
paña, en Francia y en Inglaterra aquel
mar Atlántico que bañaba
costas desconocidas.
Fue
^
hacia
Es-
inmediato á el
occidente
preciso, pues, habituarse
á arrostrar las largas noches y las tempestades, á
no hacer caso de lo
las
estaciones, á salir del puerto
mismo en invierno que en verano,
bajeles
,
y á construir
cuya fuerza fuese proporcionada á
la
del
nuevo Neptuno, contra quien tenian que luchar.
Ya hemos
indicado algo acerca de las atrevidas
empresas de aquellos piratas del norte, que según
PñÓLOGO. la
XXIX
espresion de un panejirista, parecía que hubie-
sen visto Y examinado por sus ojos
abismo: por otra parte^ con
Italia
las
vándalos y
los
feccionado
la
fondo del
el
repúblicas formadas en
las
ruinas de los reinos de los godos
^
los
lombardos, habian continuado y perantigua navegación del Mediterráneo.
Las
flotas
los
cruzados á Ejipto, á Palestina, á Constanti-
nopla
venecianas y jenovesas habian llevado á
á la Grecia; y habíanse dirijido á
,
Alejandría y en
de
la
el
mar Negro
producciones
India.
En
fin
los
,
portugueses perseguían en África á
moros lanzados ya de
los
las ricas
buscar en
cesitábanse buques para
las riberas del
Tajo; ne-
seguir y alimentar á los
combatientes. El cabo Nufiez detuvo largo tiempo hasta que
á los pilotos;
al fin
le
dobló Jilianez en
1433. Descubrióse, ó mas bien volvió se, la isla
de
la
Madera;
la
las olas, y
siempre al
de
como
las
Azores salieron del seno
siguiendo á
persuasión de que
África, se creyó que
las
el
Tolomeo dominaba Asia se aproximaba
Azores eran
que según Marco-Polo rodeaban de
las
Corvo
á encontrar-
el
Asia en
Indias. Dijese que en la costa de se
el
islas
mar
la isla
de
había encontrado una estatua ecuestre,
que señalaba con
monedas
las
el
fenicias se
dedo
al
occidente
:
algunas
atribuyeron también á dicha
isla.
Del cabo Nuñez surjieron
los
portugueses
al
XXX
PRÓLOGO.
Senagal, y costearon sucesivamente
bo-Verde,
la
Guinea^
cabo Mesurado,
el
día de Sierra-Leona, el
Benin y
mé
al
Diaz llegó en 1486
las islas
el
al
de Ca-
medio-
Congo. Bartolo-
famoso cabo de
las
Tor-
mentas, que recibió poco después un nombre mas propicio.
Asi fue reconocida aquella estremidad meridional del África, que según los jeógrafos griegos y
romanos debia reunirse
al
Asia. Alli se abrieron las
misteriosas rejiones en donde basta entonces no se
habia entrado sino por aquel
que
huyó: Mare
vio á Dios y
»Nao acabava
,
los prodijios
fugü,
quando huma figura
Se nos mostra no ar
De disforme
mar de vidt't et
,
robusta ó valida,
e grandissima estatura,
O rostro carregado a barba esqualida: Os olhos encovados, e a postura ,
Medonha
e
má
A
e a cor terrena e paluda,
,
Cheios de térra
;
e crespos os cabellos,
boca negra, os denles amarellos.
C'hum tom de voz nos falla horrendo Que pareceo sahir do mar profundo;
c grosso,
Arrepiam-se as carnes e o cabello A mi e a todos só de ouvi-lo e ve-lo. ,
,
,...,.
•
Eu sou aquelle occulto e grande Cabo, A quem chamáis vos outros, Tormentorio; Que nunca á Ptolomeo Pomponio Strabo, ,
,
,
Plinio
A qui
,
e
quantos passaram
,
,
fui notorio:
toda á Africana costa acabo
PROLOGO. Nesle
meu nunca
visto promontorio,
Que para o polo Antárctico
A quem
XXXI se estende,
vossa ousadia tanto offende.
Converte-se-me a carne
em
térra dura,
Em
penedos os ossos se fizeram; Estes membros que vés e esta figura, Por estas tongas aguas se estenderam. Ein fim
,
minha grandissima estatura
Neste remoto cabo comverteram Os deoses e por mais dobradas magoas, ,
Me anda
Thetis cercando destas agoas.
Assi contava
,
e
c'hum medonho choro
Súbito d'ante os olhos se apartou;
nuvem negra e c'hum sonoro Bramido, muito louge o mar soou (1)."
Desfez-se a
,
Vasco de Ganíia^ terminando una navegación de
1498
eterna memoria^ arribó en
á Calicut,
en
la
costa del Malabar.
Todo cambia entonces sobre do de
los
el
globo;
el
mun-
antiguos queda destruido. El mar de
Indias no es ya un
deado por
las
mar
interior^
costas de Asia
y de África;
océano^ que por una parte se reúne por otra á
los
mares de
la
las
un estanque ro-
al
China ^ y
es
un
Atlántico^ y á
un mar del
Este todavía mas vasto. Cien reinos civilizados^
mahometanos ó
idólatras^ islas
embalsamadas de preciosos aromas^
se ofrecen á los
árabes ó indianos^
(1)
Camocs Os Lusiadas canto ,
,
v.
PUüLOGO.
XXXll
pueblos del occidente
:
preséntase una naturaleza
enteraníiente nueva; descorre llares
de siglos ocultaba una parte del mundo: des-
donde
sale todas
mañanas para derramar torrentes de
luz sobre
cúbrese las
que hacía mi-
velo
el
patria del sol^ el pais de
la
la tierra;
vese de manifiesto aquel sabio y esplendo-
roso Oriente, cuya historia
entre nosotros corria
unida á los viajes de P¡tágoras_, á Alejandro, y á los recuerdos de
conquistas de
las
las
cruzadas^ y cu-
yos aromas llegaban hasta nosotros
al
través de los
la
Arabia y de los mares de
La Europa
le
envia un poeta para que le salude,
cante y
pinte: ¡noble embajador, cuyo jenio y
campos de
le
la
Grecia. le
fortuna parecia tuviesen una simpatía secreta con las rejiones y los destinos
de
pueblos de
los
la India!
hermosa voz
El poeta del Tajo hizo oir su
triste y
en
que tomó su esplen-
las riberas del
Canjes, a
las
dor, su celebridad y sus infortunios, dejándolas
únicamente sus riquezas.
Un montes que la
pueblo pequeño encerrado en un círculo de
estremo occidental de
al
se abrió el
morada
Y
del
camino
á la parte
la
Europa,
fue el
mas magnífica de
hombre.
otro pueblo de esta
misma península, un
pueblo que no ha llegado aun á
la
grandeza de que
descendió; un pobre piloto jenoves, despreciado en
todas
las
cortes, fue
universo á
las
el
que descubrió un nuevo
puertas del Ocaso, en
el
mismo mo-
xxxm
PROLOGO.
mentó en que aportaban pos de
Homero mas
la
antiguos
los
colocaba de
allá
América?
la
Elíseo en
el
tradición del Elíseo sucedió
¿seria
manos vieron en
Canarias
las
mas no destruyeron con una
esto
tierra
de
la
las
Hes-
Afortunadas, Los ro-
las islas
existencia de
mar occiden-
el
tinieblas Cimerianas:
las
péridos, y luego de
la
cam-
á los
Colon?
esta la tierra de
A
portugueses
Aurora.
la
¿Conocieron
tal^
ios
Afortunadas,
las islas
creencia popular de
la
mas
retirada hacia el oc-
cidente.
Todo de Platón el
en
Asia y el
mundo ba
el ,
el
que debia
oido hablar de
ser
África reunidas,
Océano
Atlántida
el
cual estaba situado
en frente del estrecho de
occidental
Gades; posición justa de las
la
un continente mayor que
la
América. En cuanto á
ciudades florecientes, y los diez reinos goberna-
dos por reyes hijos de
Neptuno^
etc.
La imajina-
cion de Platón pudo añadir estos pormenores á las
tradiciones ejipcias.
sumerjida en
el
Se dice que
seno de
las
la
Atlántida fue
aguas en un dia y una
noche. Mas esto era desembarazarse á relación de los
navegantes fenicios y de
la
vez de
las
la
novelas
del filósofo griego.
Aristóteles habla de tos ^
que
el
una
isla
tan llena de encan-
senado de Cartago prohibió á sus mari-
neros que frecuentasen sus puertos bajo pena de
la
XXXIV vida.
PRÓLOGO.
Diüdoio nos
refiere
de una
historia
la
isla
considerable y apartada, adonde los cartajineses ha-
bían resuelto trasladar
la silla
de su imperio,
es-
si
perimentaban en África algún infortunio.
¿Que viene
á ser esa
Panchoea de Evhemero^
negada por Estrabon y Plutarco^ descrita por Diodoro y Pomponio Mela, grande
Océano de
al
sur de
la
Arabia ^
fénix construía su
el
situada en el
isla
isla
encantada, don-
nido sobre
del
altar
el
sol?
Según Tolomeo
las
estremidades del Asia se
reunían á una tierra desconocida que se adhería África por
el
al
occidente.
Casi todos los
monumentos
jeográficos de
la
antigüedad indican un continente austral: yo no
puedo convenir con
los sabios
que no ven en este
continente mas que un contrapeso sistemático imajinado
par^i equilibrar las tierras
que este continente era los
mapas
muy
los espacios vacíos;
boreales: sin duda
propio para llenar en
pero es también
posible que fuese designado en ellos
como
el
do de una tradición confusa: su situación la rosa
de
lo seria
mes
los vientos,
un error
mas bien que
insignificante
muy
recuer-
al
sur de
oeste, so-
al
entre
transposiciones de las jeografías de
las la
enoranti-
güedad.
Nos quedan por últimos las medallas fenicias de los
índices las estatuas y
Azores;
si
es
que estas
VUOLOGO. estatuas
XXXV
no son aquellos ornamentos de grabado
aplicados á ios antiguos pretendientes de aquel archipiélago.
Después de
la caida del
construcción de
caron en
la
la re-
sociedad por los bárbaros^ ¿to-
costas de la
las
imperio romano y
América algunos buques
antes de los de Cristóbal Colon?
Parece indudable que los
ron
puertos de la
la
los
Noruega y
rudos esploradorcs de del Báltico^ encontra-
América septentrional en
siglo once.
Ya habian descubierto
por los años de 861
^
Groelandia en 982^ ó
En 1001
,
pasando á
la
la isla
Islandia de
tal
la
primer año del
el
860
de Fcroer á
872^
la
vez cincuenta años antes.
Groelandia un islandés
lla-
fue arrojado por una tempestad al
mado Biorn ,
sud-oeste^ y fue
á
parar á una tierra baja cubierta
de buques. Vuelto á Groelandia^ refiere su aventura: Leif^ hijo de Erico Rauda, fundador de la colonia
Noruega de
la
compañía de Biorn, encontrar llelandia á
la
Groelandia, se embarca en y
ambos buscan
y vuelven á
costa que éste habia visto: llaman
una
isla
pedregosa, y Mardandia
á
Ihuna
costa de arena. Arrastrados hacia una segunda costa,
remontan un
un
lago.
el sol
En
rio, y pasan el invierno á la orilla de
este sitio, en el dia
mas corto
marinero alemán, empicado por
del año,
el
horizonte.
Un
los
dos jefes,
les
permanece ocho horas sobre
muestra algunas viñas silvestres; y Biorn
y Lcif al
XXXVI
PHOLOr.O,
nombre de Vin-
partir de aquella tierra la dejan el
landia.
Desde entonces
frecuentan
Vinlandia
la
los
groelandeses, que hacen con los salvajes de aquel pais el comercio de peletería. El obispo Erico pasa
en 1121 de dicar
el
No
la
Groelandia á
Vinlandia para pre-
desconocer en estos pormenores
es posible
alguna tierra de los
la
Evanjelio a los naturales del pais.
América
la
del
Norte^ situada por
cuarenta y nueve grados de latitud^ puesto que
el sol
permanecia ocho horas sobre
del S.
Lorenzo; y
los
de Terranova
la
A
embocadura
mismos cuarenta y nueve gra-
dos nos llevan también á la isla
horizonte.
el
dicha latitud cae en corta diferencia
la
parte septentrional de
por donde corren pequeños
,
riachuelos que comunican con los multiplicados la-
gos del interior de
Nada mas
la isla. ^
Biorn y Erico. La
los
hechos relativos á
de Leif
se sabe
autoridad mas antigua para aquellos descubridores es
la
colección de los anales
de Islandia de
Hauk^ que
cir, trecientos
años después del descubrimiento ver-
dadero ó supuesto de
la
escribía en
1300;
es de-
Vinlandia.
Los hermanos Zeni, venecianos^ que estuvieron al servicio
de uno de
los jefes
de
las islas
y Shetlandia, se supone que por visitaron
de nuevo
la
groelandeses. Existe un
el
Vinlandia de
mapa
y
de Feroer
año de 1380 los
antiguos
una relación de su
PRÓLOGO, viaje: el
mapa presenta
nord-este de
la
al
XXXVH
mediodía de Islandia y
Grecia^ entre
los
sesenta y cinco grados de latitud norte^ una
mada Frislandia la
:
al
oeste de esta
isla
y
y
isla lla-
sud de
al
Greolandia^ á distancia de unas cuatrocientas
guas^ indica este mapa dos costas con
al
uno
sesenta y
le-
nombre
el
de Estottlandta y de Broceo. Unos pescadores de Frislandia arrojados, dice
la
relación, sobre la Es-
una ciudad bien edificada y cual había un rey y un inter-
totilandia, encontraron
muy
poblada, en
la
prete que hablaba latin.
Los el
frislandeses náufragos fueron enviados por
rey de Estotilandia hacia un pais situado
diodía,
el
cual se llamaba
Droceo
;
y
al
me-
devo-
alli los
raron unos antropófagos, sin poder salvarse mas
que uno solo,
el
cual regresó á Estotilandia, des-
pués de haber sido
mucho tiempo
ceo, pais que representa sion,
esclavo en
el
como de inmensa
Dro-
esten-
como un nuevo mundo.
En
la
Estotilandia deberíamos ver
la
antigua
Vinlandia de los noruegos; y esta Vinlandia seria
Terranova;
la
ciudad de Estotilandia presentaría
resto de la colonia
Noruega, y
ceo ó Drojeo, vendría á ser
Es
cierto
que
la
la
la
comarca de Dro-
nueva Inglaterra.
Greolandia fue descubierta á
mediados del siglo décimo;
lo es
punta meridional de dicho pais está á la costa del
el
Labrador; que
los
también que
muy
la
inmediata
esquimales, coló-
XXX MU
IMIÓLOGO.
cados ciilro
pueblos de Europa
los
do América^
y los
parecen mas semejantes á los primeros que
gundos^ y que pudieron enseñar ruegos establecidos en
a los primeros
no-
rumbo
del
Groelandia
el
nuevo continente; mas á pesar de todo aventuras de
noruegos
los
y
de
á los se-
los
_,
en
las
hermanos Zeni^
se mezclan sobradas fábulas ó incertidumbres para
que
se
tado
el
pueda negar á Colon primero
á las tierras
la gloria
de haber apor-
americanas.
El mapa de navegación de los hermanos Zeni y de su viaje ejecutado en 1380^ no se
la relación
publicaron hasta colo
Zeno
:
celebridad
1558 por un descendiente de Ni-
en este año ya habían adquirido las
maravillas de Colon
mucha
las rivalidades ^ y
nacionales podian estimular á algunos hombres á revindicar
un
honor_,
que ciertamente era digno de
envidia: los venecianos^ pues^ reclamaban la Estotilandia para Venecia^
como
los
noruegos
la
Vin-
landia para Berjen.
Muchos mapas de
los siglos catorce
y quince
presentan descubrimientos hechos^ ó que debían hacerse en
el
mar grande
Europa^ según
al
sud-oeste y
los historiadores
Vivaldi se hicieron á
la
isla
de
español de
la
Madera
se
1384^ bajo
oeste de
la
jenoveses; Doria y
vela con el objeto de diri-
jirse por el occidente á las Indias^ y
La
al
no volvieron.
encuentra en un portularío el
nombre de hola
di Le-
guarne. Las islas Azores aparecen también desde
el
PRÓLOGO. ano 1380; y en
XXXIX
en un mapa trazado en 1436
fin
por Andrés Bianco, venec¡ano_, se designan cidente de las
y
Canarias una tierra de Antilla,
islas
norte de dichas Antillas otra
al
la de la
Ha
Man
oc-
al
isla
llamada
ho-
Salanaxio.
querido suponerse que estas
eran
islas
las
Antillas y Terranova; pero se sabe que Marco-Polo
prolongaba de
ella
el
Asia
al
sud-este^ y colocaba en frente
un archipiélago^ que aproximándose por
el
oeste á nuestro continente^ debia encontrarse en
corta diferencia para nosotros en
de
la
la
misma posición
América. Buscando estas Antillas indianas^ ó
estas Indias occidentales, fue
como Colon descubrió
la
América: de manera que un grande error produ-
jo
una milagrosa verdad.
Los árabes han tenido también algunas pretensiones
al
descubrimiento de
la
América. Los
hermanos Almagurinos, de Lisboa, penetraron, se-
gún
se dice,
dente.
Un
en
las tierras
mas apartadas
manuscrito árabe refiere
del occi-
una tentativa
infructuosa en aquellas rejiones, en donde todo era cielo y agua.
No
disputemos á un hombre grande
su jenio. ¡Quien podria decir
lo
que
cuando habiendo salvado
bal Colon
su viaje j
Europa
sin
obra de
sintió Cristóel
rodeado de una tripulación sublevada, volverse á
la
haber alcanzado
el
descubrió una lucecita en una
Atlántico,
pronto á objeto de tierra des-
PROLOGO.
XL eonockla que
las tinieblas
de
noche
la
le
ocultaban!
El vuelo de las aves le había dirijido á la
América^
resplandor del fogón de un salvaje
descubrió
el
le
un nuevo universo. Colon debió esperimentar algo de aquel sentimiento que
Criador de
la
Escritura atribuye
cuando después de haber sacado
_,
nada^ vio que su obra era buena esset
es lo
demás:
el
tierra
Vtdü Deus
:
inmortal jenovés no dio su
América; y fue
el
es útil á los
cuyas olas habia
_,
medido antes que nadie. Cuando cuando
nombre
primer europeo que atravesó
cargado de cadenas aquel océano
ta clasc^
la
al
bonum. Colon creaba un mundo. Sabido
quod
á la
la
la gloria es
de es-
hombres_, rara vez de-
ja de ser castigada.
Mientras que
portugueses costean
los
los reinos
de Quitévej Sédanda_, Mozambique y Melinda
ponen tributos el
moros
á algunos reyes
mar Rojo^ acaban de dar
la
_,
vuelta
mares de
dia^ surcan los el
Japón
hasta las costas de
la
al
África^ vi-
la
de navegantes siguen
el
del
de
la
el
rumbo
aventuras. Creían
In-
Especiería, y
trazado por los buel
imperio de Méji-
Peni. Aquellos conquistadores
marchaban de sorpresa en sorpresa, y no eran por cierto
la
nueva Holanda; una multitud
ques de Colon. Cortés destruye co y Pizarro
de
China^ tocan en Cantón, islas
^ las
im-
penetran en
sitan el golfo Pérsico y las dos penínsulas
reconocen
,
la
cosa
ellos
mismos
menos admirable de sus
haber csplorado todos los abis-
PRÓLOGO.
mos^ llegando
á
desde lo alto de
las
XLl
últimas olas del Atlántico _,
los
y
montes de Panamá divisaron un
segundo océano que cubria
la
mitad del globo. Bajó
Nuñez de Balboa
,
metióse entre
con agua á
á la playa
la cintura_, y
sacando
la
mar en nombre
sesión de aquel
espada^
tomó po-
del rey de España.
Los portugueses beneficiaban entonces tas de
India y de
la
Gama
Vasco de
ba:
los
China. Los compañeros de
y de Cristóbal Colon se saludaban k
unos habian encontrado un mundo antiguo_,
los otros
de
habian descubierto un
las costas
tos
de
la
América
de Camoéns respondían
munda nuevo
á las del Asia
des-
los
can-
través de las soledades del océano Pacífico. la
Inglaterra
América septentrional; Corteréal hizo conocer
Terranova^, dio nombre trada de
cho de
la
bahía de
Aman,
paso para Vorazani^,
las
Acadia^
arrimado
al
Labrador
Hudson
^
la
_,
notó
la
en-
que llamó eüre^
por donde se esperaba encontrar un Indias orientales.
al
y
Jacobo Cartiel,
examinaron y colonizaron la
Virjinia y las Floridas.
el
Canadá,
Habiéndose
Espitzberg^ pasaron los holandeses los
límites fijados á
la
problemática Tule; Hudson y
Baffin penetraron en las bahías
bres.
á
la
Ponce de Leon_, Walter Raleg, Fernan-
do de Soto la
y
:
á los cantos de Ercilla^
Juan y Sebastian Cabot dieron á la
las cos-
dos orillas del mar desconocido que los separa-
las
al
la
las olas
que llevan sus nom-
PRÓLOGO.
XLU
Las
del golfo Mejicano
islas
fueron colocadas
en sus posiciones matemáticas. Americo Vespucio habia delineado
ra-Firme
las costas
de
la
Guyana^de
Tier-
Brasil; Solís encontró el rio de la
y del
Magallanes, entrando en
Plata_, y
la
nombre, penetró en
el
el
estrecho de su
grande Océano, y fue muer-
to en las Filipinas. Su buque llegó á las Indias por el
occidente
Buena Esperanza vuelta
al
Europa por
y volvió á
,
siendo
,
mundo. Su
viaje
el
cabo de
primero que dio
el
la
duró mil ciento ochenta
y cuatro días, y hoy puede verificarse en
el
espacio
de ocho meses. Creíase todavía que
el
estrecho de Magallanes
era el único canal que daba paso
al
océano Pacífico,
y que al mediodía de este estrecho se reunía la tierra americana á un continente austral. Francisco
Drake primero, y en seguida Souten y Lemaire, doblaron la punta meridional de la América; y entonces se
fijó
por aquella parte
bo: se supo que
la
América y
la
el
jeografía del glo-
África, terminan-
do en los cabos de Hornos y de Buena Esperanza, caian formando puntas hacia
el
polo antartico
bre un mar austral sembrado de algunas
En do
el
se
islas.
,
su golfo y el
mar Bermejo
:
Ca-
subió siguiendo las costas de la Nueva-Cali-
fornia hasta lli
so-
grande Océano habia Cortés reconoci-
la California
brillo
,
los
43^ grados de latitud norte; Ga-
elevó hasta los
57*^
grados; y en medio de
PROLOGO.
XLin
tantos periplos reales colocaron sus viajes quiméri-
Maldonado^ Juan de Fuca y
cos
Fonte. Behring
fijó al
América septentrional do
al
cierra el
nord-oeste los límites de la
camino de
como Lemaire habia
^
de
sud-este los
fija-
La América
meridional.
la
como un
India
la
almirante de
el
largo dique
colocado entre dos mares.
Los primeros navegantes portugueses habian
mundo
descubierto una quinta parte del polo austral
parte que se halla indicada con bas-
;
un mapa
tante corrección en se
hacia el
conserva en
el
del siglo dieziseis
museo británico; mas
que
esta tierra
costeada de nuevo por los holandeses^ sucesores de
portugueses en
los
ellos tierra
las
de Diémen
,
Molucas^ fue llamada por y recibió en fin el
nombre
de Nueva-Holanda, cuando Abel Tasraan acabó de
1642^ en cuyo
rodearla en
conocimiento de
la
viaje ya
tuvo Tasman
Nueva-Zelanda.
Intereses de comercio y guerras políticas no dejaron que los españoles ni los portugueses lograsen
mucho tiempo tas.
En vano
que repartía de
Gama
la pacífica
posesión de sus conquis-
habia trazado el
mundo
el
Papa
la
famosa línea
entre los herederos del jenio
y de Colon. El bajel de Magallanes habia
mas incrédulos que
la
que existían antípodas. La
lí-
probado físicamente á tierra era esférica_, y
nea recta del
los
soberano pontífice no podia dividir
nada en una superficie circular
,
y se perdía en el
XLIV
PllOLOGO.
Las pretcnsiones^ pues
cielo.
muy
ron
derechos fue-
y los
,
pronto mezclados y confundidos.
Estableciéronse en América los portugueses^ y españoles en las Indias
los
ceses
dinamarqueses y
los
_,
también
rieron
al
y
sión de
holandeses^ concur-
los
reparto de
todos juntos en todas las poste
los ingleses^ los fran-
:
costas
enarbolaban una bandera
un mar, de una
presa. Saltaban
la
isla,
y
,
paises pertenecian
aquellos
tomaban pose-
de un continente, en
nombre de un soberano de Europa, si
plantaban un
^
sin cuidarse
de
á algunos pueblos,
reyes ú hombres civilizados ó salvajes. Los misio-
neros discurrian que
en
sentido de
el
fico, debía
mas
los
maban
el
mundo
pertenecia á
someter todas
las
cosa en un sentido
estandarte de
naciones
Evanjclio;
al
su
santificar la
mas material, y creian
avaricia desplegando el
salud en una tierra idólatra: este
signo de un poder de caridad y de paz ces la señal de la persecución y de
Por todos lados :
cruz,
aventureros del siglo quince y dieziseis lola
que podrian
peos
la
que Jesucristo, conquistador paci-
se
hicieron la
la
,
era enton-
discordia.
guerra los euro-
un puñado de estranjeros esparcidos en con-
tinentes inmensos, parecía que no tenían bastante espacio
para colocarse.
Y
no solo
se
aquellos hombres las tierras y los mares
disputaban ,
en donde
esperaban hallar orb^ diamantes y perlas; aquellas rejiones que producen el
marfil
^
el
incienso,
el
PRÓLOGO. aloes^ el té^ islas el
el
café^ la seda, las ricas telasj aquellas
en donde crece
árbol de
la
XLV
canelero^
el
pimienta
^
la
la
nuez moscada,
caña dulce y
palma de
la
sagú; sino que se degollaban también por una roca estéril situada bajo los hielos del
miserable establecimiento en
el
ó por un
polo_,
rincón de un vasto
desierto. Aquellas guerras, que no ensangrentaban
en otro tiempo mas que su cuna, estendiéronse con
europeas á toda
las colonias
y envolvieron á pueblos
nombre de molaba.
,
la
los paises y reyes
Un
superficie del globo^
que ignoraban hasta á
quienes se
el
les in-
cañonazo tirado en España, en Portu-
gal, en Francia, en Holanda, en Inglaterra, en
medio
hacia pasar á cuchillo á una
del Báltico,
tribu salvaje en el
Canadá, cargaba de cadenas á
una familia negra en tornaba un reino en
la costa la
India.
de Guinea
Según
ó tras-
,
los
diversos
tratados de paz, chinos, indianos, africanos y ameri-
canos se encontraban convertidos en franceses, ingleses, portugueses, españoles, holandeses ó dina-
marqueses la
:
algunas partes del África, del Asia y de
América, cambiaban de dueño según
el
color de
la
última bandera que llegaba de Europa. Ni eran so» los los
gobiernos de nuestro continente
los
que
se
arrogaban esta supremacía: simples compañías de
mercaderes
,
cuadrillas de
flibusteros
,
hacían
la
reinos guerra en beneficio propio y gobernaban tributarios , y fértiles islas por medio de una fac.,
PROLOGO.
XLVl
toría^ de iin ájente de comercio ^ ó de
un capitán
de forbantes. Las primeras relaciones de tantos descubrimientos tienen en jeneral una sencillez que
encanta; pues aunque
mezclan en
se
fábulas^ estas no obscurecen la verdad.
ellas
muchas
Los autores
de dichas relaciones son ciertamente sobrado crédulos^
pero hablan en conciencia; y como cristia-
nos poco ilustrados^ escriben comunmente con pasión^ pero con sinceridad^ y
que
ellos
mismos
rineros ^ soldados
si
nos engañan_, es por-
se
han engañado. Relijiosos^ ma-
j
empleados en aquellas espedi-
ciones^ todos refieren sus peligros y sus aventuras
con una piedad y un calor que
comunican. Estos
se
cruzados de nueva especie^ que van en demanda de
nuevos mundos^ refieren sin
que han visto ú oido^ y echarlo de ver pintan admirablemente los objelo
tos^ porque reflejan fielmente
En
la
imájen de
que
lo
han visto sus
ojos.
asombro y
admiración que esperimentaron á
la
vista de aquellos
ras primitivas
sus relaciones se reconoce el
mares virjinales^ de aquellas
que ante sus ojos
la
tier-
se estendian^
de
aquella naturaleza que cubren con su sombra árboles
jigantescos^ que riegan rios inmensos^ y que
pueblan animales desconocidos
:
naturaleza que
Bu-
fon adivinó en su descripción del Kamitchi^ y que
por decirlo asi^ cantó atadas al carro del
mitan
los trópicos;
sol^
al
hablar de aquellas aves
bajo la ardiente zona que
li-
aves que vuelan continuamente
PRÓLOGO.
XLVll
bajo de aquel inflamado cielo ^ sin apartarse nunca de
dos limites
los
estremos del
rumbo
gran
del
astro.
Entre
los viajeros
que escribieron
sus espediciones^ deben contarse algunos
grandes de aquellos tiempos
mos
las
de
el diario
hombres
de prodijios. Tene-
cuatro cartas de Cortés á Carlos
V; una
de Cristóbal Colon á Fernando é Isabel, fechada en las
Indias occidentales
el
7 de Julio de 1503; y
señor Navarrete ha publicado otra dirijida
en
la
cual
el
piloto jenovés
promete
al
el
Papa,
al
soberano
pontífice darle la relación circunstanciada de sus
descubrimientos, y dejar como César unos comentarios.
¡Que tesoro tan grande poseeríamos,
tas cartas y estos
si
es-
comentarios se encontrasen en
la
biblioteca del Vaticano! Colon era también poeta
como César, nos.
y
tenemos de
Es muy natural
sin
él
algunos versos
lati-
duda que un hombre seme-
jante fuese inspirado del cielo; y de ahí es que al
publicar Giustiniani
un
salterio
árabe y caldeo, puso por nota pie del
salmo
Coeli
la
hebreo, griego, vida de Colon al
enarrant gloriam Dei,
una reciente maravilla que pregonaba
la
como
gloria de
Dios.
Es probable que
los portugueses en África y los
españoles en América, rccojieron algunos hechos
que ocultaron entonces res.
los envidiosos
gobernado-
El nuevo estado político de Portugal y
la
eman-
PRÓLOGO.
XLVlll
eipacion de
América española^ serán muy
la
favo-
rables para hacer investigaciones interesantes. El
joven y desgraciado viajero Bowdich publicó
la
re-
lación de los descubrimientos de los portugueses en el interior del Africa_,
sacada de
entre Angola y Mozambique^
manuscritos orijinales
los
tenemos un
:
informe secreto y sobremanera curioso sobre tado del Perú durante el
el
viaje de
señor Navarrete publicó
La Condamine;
cernientes á
historia de la navegación.
Aproximándonos en
fin á
zan esos viajes modernos
nuestra edad^ comien-
en que
_,
ostenta todos sus recursos y
medios. Por tierra^
los
los
Norden^
la
civilización
la
ciencia todos sus
los Chardin,, los Tavernier_, los
Tournefort los
y
con otras memorias inéditas con-
_,
Bernier,
es-
colección de los viajes
la
de los españoles la
el
Shaw
^
y los
los
Niébuhr
^
los Pallas,
Ilornemann, reúnen sus
brillantes trabajos á los de los autores de las Carlas edificantes.
dores
,
La Grecia
tran peligros
caron un ta mil
y
el
Ejipto ven
esplora-
que para descubrir un mundo pasado arroslo
mismo que
los
marineros que bus-
mundo nuevo: Bonaparte
viajeros baten las palmas
en
y sus cuarenlas
ruinas de
Tebas.
En el mar, Drake, Sermiento, Candish, Sebald dcWeert, Spilberg, Noort, Woodrogers, Dampier, Gemelli-Carreri,
la
Barbinais_,
Byron, Wallis,
Anson, Bougainville^ Cook, Carteret, La Perouse,
PROLOGO. Entrecasleaux
XLIX
Vancouver^ Frcycinct y Duperré^
^
no dejan un solo escollo desconocido (1).
El océano Pacífico cesa de
mensa
ser
una soledad
in-
y conviértese en un risueño archipiélago,
y
que recuerda
hermosura y
la
los
encantos de
la
Grecia.
La
India tan misteriosa^ ya no tiene secretos;
sus tres lenguas sagradas se han divulgado^ sus
li-
bros mas reservados están traducidos: nos hemos iniciado en las creencias filosóficas que dividieron la
opinión de aquella antigua tierra;
Bouddhah
patriarcas de
los
Calcuta publica metódicamente ficas
ma
de
la
India
La
las noticias cientí-
y en Londres y en París
;
como
sociedad de
^
en Ro-
y en Bolonia^ en Viena, en Berlín^ en Peters-
burgo
j
en Copenhague y en Estocolmo_, se lee
sanscrito_, y se habla el
ro y el turco, los
sucesión de
tan conocida
es
jenealojia de nuestras familias.
la
la
muertos
dida con
la
el
árabe y
se ha
chino y el
el
javanés^
el
el
tárta-
persa. Hasta la lengua do
encontrado; aquella lengua per-
raza que
la
inventó
:
el
obelisco del de-
sierto ha presentado sus caracteres misteriosos^ y
han sido descifrados; pasaportes de
la
las
tumba, y
momias han mostrado se
han
sus
leido.
Nunca escribo nombres franceses sin esperimcntar un (1) sentimiento de placer y orgullo: no olvidemos en los últimos tiempos. los viajes de Mr. Julien al África occidental. Mr. Caillaud al Ejipto, Mr. Gau á la Nubia, Mr, Drovelli á los Oasis, etc.
PUOLOdO.
L liase restituido
palabra
la
al
pensamiento mudo
que ningún viviente podía ya espresar.
Las fuentes
Webb ,
llaper
penetrado en
malaya con
se
^
el
Canjes han sido buscadas por
del
llearsay y líodgson
pequeño Thibet
han medido^
mayor Renell
el
cosa imposible citar
mil viajeros á quienes debe la
sacrificio
de Mungo-Park en África ha sido
seguido de otros muchos sacrificios le
Belzoni
y
Hy-
de
un eterno reconocimiento.
ciencia
El
es
y
Moorcroft ha
;
los picos
:
Beaufort
,
,
Peddie
Bowdich^ Toó-
:
Woodney
,
^
han
perecido en la demanda; pero sin embargo^ este
continente formidable será
En
al fin
atravesado.
quinto continente se han pasado
el
tes Azules
:
mundo^ donde
corren en sentido inverso del mar los
mos
animales se parecen poco á
donde
_,
ro salta
los cisnes
y
la
rios parece
los
al
interior^ don-
que conocía-
los
son negros, donde
como una langosta; donde
informe, como
Nilo
mon-
va penetrando poco á poco en esta
se
singular parte del
de
los
describe Lucrecio
la
cangu-
el
naturaleza
á la orilla del
alimenta una especie de monstruo_, que par-
ticipa del ave
,
del pez y de la serpiente
,
que nada
bajo el agua, pone un huevo, y clava un aguijón
mortal.
Por boldt
lo
lo
que hace
ha pintado y
á la lo
América,
el ilustre
Hum-
ha dicho todo.
El resultado de tantos esfuerzos^
los
conocí-
PUÓLOGO.
movimiento de neraciones
cambiado
En
,
el
renovación de
la política ^ la
progresos de
los
la
,
el
las jc-
civilización
han
^
cuadro primitivo del globo.
algunas ciudades de
ohora confundidos con
India se encuentran
la
arquitectura de los bra-
la
mas
los
cos
los elegantes carruajes
j
\i
positivos adquiridos en tantos parajes
iTiicntos
monumentos
palacios italianos y los
góti-
de Londres se cruzan
las
caravanas por los caminos
del Tigre y del Elefante.
Magníficos navios surcan
con
las
los
palanquines
y
aguas del Canjes y del Indo
:
Calcuta
Bombay
^
y Bénares^ tienen teatros ^ tertulias de sabios
prentas. El pais de
de Cachemira^
Mil y una Noches
las
imperio del Mogol
el
diamantes de Colconda^
los
las perlas orientales^ ciento
_,
el
,
im-
reino
minas de
las
mares enriquecidos con veinte millones de
bres que Baco^ Sesostris^ Dario^ Alejandro^ ían y
,
hom-
lamer-
Cengis-Kan conquistaron^ han querido conpropietarios y señores A una
quistar; y tienen por
docena de comerciantes ingleses^ cuyos nombres no son conocidos
,
del Indostan^ en
y
que residen
una
calle
á cuatro mil
obscura de
Londres. Estos comerciantes
se
curan
la
leguas
ciudad do
muy
poco de
aquella antigua China vecina de sus ciento veinte
millones de vasallos
:
lord
Hastings
les
propuso
conquistarla con veinte mil hombres. ¡Pero que!
¡entonces bajaría
Támesisl
Y
el
precio del té en
ve ohi lo que ha salvado
las orillas el
del
imperio de
PRÓLOGO.
L!i
Tobi
mil seiscientos treinta
fundado dos
,
años antes de
y
siete
era cristiana (1), de aquel Tobi^
la
contemporáneo de llébu
tercer abuelo de
,
Abra-
ham.
mundo nuevo en
África comienza un
En
el
ca-
bo de Buena Esperanza. El reverendo John Campbell
^
partiendo de este cabo^ penetró en
austral hasta
tró ciudades
muy
pobladas (Macheou_, Kurréchane)^
cultivadas
Al norte de África
propiamente dicho
Denham,
treinta
considerables
el
fundiciones de hierro.
y
_,
reino de
seis
La antigua
MM.
ciudades
civilización
armada como
ballería negra
Bornou
ofrecieron á
_,
y
una
j
capital de
y el Soldán,
Clapperton y
mas ó menos
avanzada, y una ca-
los antiguos caballeros.
un reino negro-mahome-
tano ofrecia ruinas de palacios leones
África
distancia de once mil millas, encon-
la
bien
tierras
el
,
guaridas de ele-
serpientes y avestruces, y sabido es
fantes
y
que
mayor Laing entró en aquel Tombouctou tan
el
,
conocido y tan ignorado. Otros ingleses, atacando el
África por
biendo
la
los rios,
costa de
Benin, van
á reunirse su-
con sus denodados compañeros que
llegan por el Mediterráneo. El Nilo y
descubrirán aquellas el
muy
rejiones abrasadas,
il)
Sigo
la
Nijer nos
En
lago Stad refresca
el
ambiente en los'desiertos arenales de
l>en rebajarse
el
pronto sus fuentes y su curso.
la
zona tor-
cronolojía de los chinos y de consiguiente dede esta cuenta un par de miles de años. ,
PROLOGO. rida^ se
LIH
agua dentro de
hiela el
odres
los
Oudney, muere
célebre viajero^ el doctor
y
,
un
rigor
al
del frió.
Hacia la
polo antartico descubre
el
Nueva-Shetlandia, que es
mosa
innumerables
enorme. Una entre americano Essex^
ellas
los
En
y lo
echó
aquellos mares
_,
1820
navio
al
á pique.
un desierto
es ya
triste:
confinados ingleses_, mezclados con los colonos
voluntarios, han edificado ciudades en aquel
do, último que vando lla,
la fa-
y de un tamaño
atacó en
La Grande Oceánica no
capitán Sraitli
que queda de
lo
de Tolomeo.
tierra austral
son las ballenas
el
la
tierra se ha
sal, pizarra,
bre, todo
lo
que
mun-
ha abierto á los hombres. Ca-
se
encontrado
cal, es
alli el
hierro, hu-
plombajina^ arcilla, alum-
litil
para
el
establecimiento de
una sociedad. La Nueva-Gales del sur tiene por capital á
Sidney, en
está situada en
el
el
puerto de Jackson. Paramata
centro de
de Windsor prospera en
Creek
y del
la
la
abra.
La ciudad
confluencia del South-
Hawkesbury. El considerable pueblo
de Liverpool ha hecho fecundas las orillas de Jeorjes-River
,
que desemboca en
(Botany-Bay)
,
situada
la
bahía Botánica
catorce millas
al
sur
del
puerto de Jackson.
La
isla
de Van-Diemen está también poblada;
tiene puertos soberbios,
y
montañas enteras de
hierro; su capital se llama JInbart.
PROLOGO.
LIV
á la Nucva-llolaiida
Los (Icpuitados
^
según
la
naturaleza de sus delitos^ son puestos en prisión,
ocupados en
las
obras públicas^ ó destinados á los
establecimientos de tierras.
tumbres
Aquellos cuyas cos-
reforman, quedan libres, ó adquieren
se
billetes de autorización para permanecer en
co-
la
lonia.
Esta tiene ya sus rentas: en 1819
21179
á
los
impuestos subian
libras esterlinas, y servían para
disminuir en un cuarto los gastos del gobierno.
En
la
teatros
Nueva-Holanda existen imprentas, pe-
políticos
riódicos
y
literarios
escuelas públicas,
,
grandes caminos,
carreras de caballos,
,
puentes de piedra, edificios relijiosos
y civiles,
má-
quinas de vapor, fábricas de paños, de sombreros y de loza
,
y astilleros de buques.
todos los climas, desde
desde
la
aceituna hasta
te en aquella tierra
la la
crian
alli
^
la Isla
manzana^
anana hasta
que fue de maldición. Los car-
los
el
del cabo
de
puros merinos sobre todo, se
de estremada hermosura.
La Oceánica Cabo
frutos de
la
uva, prosperan igualmen-
neros cruzados del carnero ingles y
Buena Esperanza,
Los
lleva sus trigos á los
sus cueros á
las
mercados del
Indias y sus carnes saladas á
de Francia. Aquel pais, que hace veinte años
no enviaba
á
Europa sino canguros
y algunas plan-
tas^ hoy presenta sus lanas merinas en los mercados de Liverpool en Inglaterra
^
en donde se ven-
PROLOGO. den á once
cuatro sueldos mas de
mismos mercados
Las
las lanas
islas
que
lo
La misma revolución Pacífico.
LV
sueldos y seis dineros la libra;
mas
se
se
que son
pagaban en
finas
los
de España.
ha verificado en
el
mar
de Sandwich forman un reino ci-
Tameama, que
tiene una marina
com-
puesta de veinte goletas y algunas fragatas.
Unos
vilizado por
marineros ingleses desertores se han convertido en príncipes
buena
:
han levantado cindadelas defendidas por
artillería, y
hacen un comercio activo por
una parte con América, y por otra con el Asia. La muerte de Tameama ha puesto el poder en manos de
los
pequeños señores feudales de
Sandwich, pero no ha destruido civilización.
No
hace
mucho que
los
las
islas
jérmenes de
de la
se vieron en el tea-
tro de la ópera de Londres á un rey y
una reina de
aquellos insulares que se habían comido
al
capitán
Cook, y adoraban sus huesos en el templo consagrado al dios Roño. Dichos reyes sucumbieron á la influencia del
húmedo clima de
Byron, sucesor en ta
la
Inglaterra; y lord
dignidad de par del gran poe-
muerto en Missolonghi, fue
el
encargado de tras-
portar á las islas de Sandwich los cuerpos de los re-
yes difuntos. jQue contrastes! ¡que recuerdos! Ota'iti
ha perdido sus bailes, sus coros, sus cos-
tumbres voluptuosas. Las hermosas habitantes de
nueva Citeréa,
tal
la
vez sobrado ensalzadas por Bou-
gainville, son ahora bajo sus árboles de pan y sus
PRÓLOGO.
LVI elegantes [lahncras
món,
leen
pasan
el dia
la
,
unas puritanas que van
en controversias^ y expían con un es-
tremado tedio
la
sobrada alegría de sus madres. Se
imprimen en Otaiti Biblias
Un
al ser-
Escritura con misioneros metodistas^
rey de
la isla,
y libros espirituales.
llamado Pomario
,
se
ha he-
cho lejislador: ha publicado un código de leyes minales
cri-
y ha nombrado cuatrocientos jueces para
,
hacer ejecutar estas leyes, en
que solo
las
el
homici-
dio es castigado con la pena de muerte.
La calumnia
en 'primer gradp tiene señalada su pena:
el
calumnia-
dor está obligado á construir con sus propias manos
un camino de dos de ancho. estar
))E1
combado,
á cuatro millas de largo y doce pres
camino, dice á fin
de que
el
el
real
decreto, debe
agua de
las lluvias se
escurra por ambos lados." Si existiese en Francia
una
ley
semejante^ tendríamos
los
mejores caminos
de Europa.
Los
salvajes de aquellas i^las encantadas
que
Dam-
dejaron admirados á Juan Fernandez^ Anson,
pier, y tantos otros navegantes^ se han transforma-
do en marineros ingleses. Sidney en
la
Un
aviso de la gaceta de
Nueva-Gales, anuncia que
de Otaiti y de
la
Nueva-Zelanda
,
los insulares
Roni, Paoutou,
Popoti, Tiapoa, Moaí, Topa, Fieou
,
Aiyong y
llaouho^ van á partir del puerto de Jackson en navios de la colonia.
En
fin
,
entre los hielos de nuestro polo
,
de
PROLOGO.
LVri
lin,
Ellis^
^
Munk^
Jacob May, Owin
tre estos hielos^
ses, el
Philipp^ Davis,
^
Hudson, Tomas Button
Gilberto
James
Martens
Fródéric^
Gme-
y trabajos
donde salieron con tantos riesgos
^
Fox^
Baffin^
Koscheley; en-
,
donde unos desgraciados holande-
medio muertos de
frió y
de hambre, pasaron
invierno sepultados en una caverna, donde se
veian sitiados por los osos; en esas mismas rejiones
polares, en medio de una noche de el
muchos meses,
capitán Parry, sus oficiales y su tripulación, lle-
nos de salud, encerrados en su abrigado buque
bien abastecidos de víveres
,
la
y
representaban come-
dias, y daban bailes y funciones de máscara.
segura han hecho
^
¡Tan
navegación los últimos descu-
brimientos, tanto han disminuido los peligros de toda especie
,
y tantos medios han dado
para arrostrar
En
el
la
mismo
al
hombre
intemperie de los climas! viaje
que sigue á continuación de
este prólogo, hablaré de las
mudanzas ocurridas en
América. Ahora observaré tan
solo los diferentes
mundo
resultados que han tenido para el
los
descu-
brimientos de Colon y de Gama.
La
especie
los trabajos del cias sin
humana ha sacado poca
felicidad de
navegante portugués; pero
duda han ganado en
ellos
algunos errores de jeografía y de
:
las cien-
han desaparecido física
;
los
pensa-
mientos del hombre se han engrandecido á medida
que
la tierra se
ha estendido ante sus ojos; porque
PROLOGO.
LVlll
ha podido comparar mas visitando mas pueblos;
mismo
se
hacer
ha conocido que
que
;
las
ha apreciado en mas la
él
ver lo que podia
al
humana
especie
crecía;
jeneraciones pasadas habian muerto en
la
infancia; y estos conocimientos, estas ideas, esta
esperiencia, esta estimación de
como elementos
si
mismo, entraron
jenerales en la civilización
ninguna mejora política se obró en nes adonde fue
Gama
;
pero
las vastas rejio-
á recojer sus velas; los indios
no hicieron mas que mudar de amo. El consumo de los jéneros
de su país, disminuido en Europa por
la
inconstancia de los gustos y de las modas, no es ya
un objeto de lucro; en
el día
no se correría de un
estremo a otro del mundo para buscar rarse de las
una
isla
producciones de
que produjese la
la
y
nuez moscada:
India han sido ademas imita-
das ó aclimatadas en otras partes del globo.
palabra, los descubrimientos de nífica
apode-
Gama
En una
son una mag-
aventura^ pero no pasan de aquí; y acaso han
podido tener
el
inconveniente de aumentar
la
pre-
ponderancia de un pueblo, hasta hacerla peligrosa á la
independencia de
los
demás.
Los descubrimientos de Colon, en razón de sus consecuencias que hoy se desarrollan, han sido una
verdadera revolución
como para planar en sin
,
tanto para
el físico: idea la
el
que tendré ocasión de es-
conclusión de mí viaje.
embargo que
el
mundo moral
No
olvidemos
continente descubierto por Ga-
PROLOGO.
LIX
ma no
pidió la esclavitud de otra parte de la tierra^
y que
el
que trazó Colon sobre
mas para
los
mal sobre
rumbo
pobres negros^ este
es el
y el
mencionar
falta
las investigaciones
que
han servido últimamente para completar
Ignorábase aun el
tierras árticas^ ó
guo
si
este continente se estendia
poloj reuniéndose á
á la
dura del
rio
bia visto en
la
Groelandia ó á algunas
terminaba en algún pais conti-
si
Hudson
bahía de
En 1772
la
el
Mina de cobre
1789
á la
Behring.
y al estrecho de
descubrió Hearn
de
la historia
América septentrional.
jeográfica de la
bajo
cami-
muerte
la
abismo.
el
me
rumbo
el
sima profunda del Océano;
la
no que según Milton construyeron
Solo
América
África debe sus cadenas á aquella
ahora tan libre. Bien podemos admirar
;
mar
á la
emboca-
Mackenzie
embocadura
del rio
va su nombre. El capitán Ross, y luego
el
le
ha-
que
lle-
capitán
Parry^ fueron enviados en 1818 y 1819 á esplorar de nuevo aquellas rejiones glaciales. El capitán Parry penetró en el estrecho de Lancastre
bablemente sobre el
fondeadero de
el
,
pasó pro-
polo magnético^ é invernó en
de Melville.
la isla
El mismo reconoció en 1821
la
bahía de
son^ y encontró á Repulsebay. Guiado por ción de los Esquimales
de un estrecho que el
estrecho de la
_,
se presentó
los hielos
en
obstruían
el ,
y
Hud-
la rela-
boquete le
llamó
Fury y del Ilécla^ nombres de
los
PROLOGO.
LX buques que montaba al
nordeste de
la
descubrió
allí
:
el
último cabo
América.
El capitán Francklin^ despachado en América para secundar por tierra los esfuerzos del capitán
Parry^ bajó
mar
el rio
de
Mina de cobre^ entró en
la
polar ^ y avanzó con
dirección
rencia en
la
dirección y á
En una segunda bajó
Ártico jó de
,
espedicion^ verificada en 1825, el
Mackenzie,
nuevo
Mackenzie en 1826.
el
la
demanda
del
otra, á las órdenes del
rio
A la
embocadu-
espedicion inglesa
mitad, provista de dos canoas^ de
la
Mina de cobre
mismo Francklin,
El 9 de Julio se vio
lio
;
y
el
mas que una
costa era tan llana, y
el
una
;
la
y equipaal
oeste.
capitán detenido por los
4 de Agosto empezó
podia avanzar
que rara vez
el
:
se dirijió hacia el
da igualmente de dos canoas, hizo rumbo
hielos
mar
vio el
volvió á invernar en el lago del Oso_, y ba-
ra de este rio se dividió
éste en
éste hasta el
en corta dife-
altura de Repulsebay.
la
capitán Francklin
el
al
IV ,
golfo de la Coronación de Jorje
el
á navegar.
Pero
milla por dia
:
la
agua tan poco profunda,
se podia bajar á tierra.
Espesas nie-
blas y ventarrones oponian nuevos obstáculos á los
progresos de
la
espedicion.
Esta sin embargo llegó ridiano
150,
y á los
el
18 de Agosto
70 grados 30 minutos
El capitán Francklin habia recorrido mas de tad de
la distancia
que separa
la
al
me-
norte. la
mi-
embocadura
del
PRÓLOGO. Mackenzie
del cabo de Hielo
de Behring:
LXl
encima del estrecho
,
intrépido viajero no carecía de ví-
el
veres, ni sus canoas habian sufrido
menor
la
marineros gozaban de buena saluda y
los
taba abierto
;
pero
avería;
mar
el
es-
instrucciones del almiran-
las
tazgo eran precisas, y prohibían
al
capitán que pro-
longase sus investigaciones sino podía llegar á la el
invierno. Vio-
al rio
de Mackenzie,
bahía de Kotzebue antes de entrar se, pues, precisado á volverse
21 de Setiembre entró en
y el
donde
el
lago del Oso,
otra parte de
la
espedicion. las costas
Mackenzie hasta
la del rio
embocadura
la
IV
del
Mina de cobre,
la
navegación hasta je
la
Habia este acabado su esploracion de desde
de
con
se reunió
j
aun habia prolongado su
y
el golfo
de
subiendo con rumbo
diano 118
:
nos puertos
la
Coronación de Jor-
al éste
hasta el meri-
en todas partes habia encontrado bue,
y una costa
habia ponderado
el
mas abordable que
la
que
capitán Francklín.
El capitán ruso Otto de Kotzebue descubrió en 1816
al
nordeste del estrecho de Behring, un
paso ó entrada que hoy lleva su nombre; y á este paso se habia dirijido en una fragata gles
Beechey para esperar
rica
de
el
al
capitán in-
nordeste de la
capitán Francklín^ que se dirijia a
norueste.
La navegación
se habia verificado
en
al
el
1827
al
con
lugar y
al
la
del capitán
mayor
Amé-
él
des-
Beechey
felicidad.
tiempo convenidos^
Llegado las nie-
PRÓLOGO.
LXll
buque
ves solo hablan detenido su gran
á los
72
grados 30 minutos de latitud norte. Obligado entonces á anclar junto á una costa los dias
^
descubria todos
algunos baidars (nombre ruso de
las
embar-
caciones indianas que surcan aquellos mares)^ que
pasaban por los claros que quedaban entre los y la tierra; y cada
del
mismo modo
Hemos
al
momento
los hie-
esperaba ver llegar
capitán Francklin.
dicho ya que este habia llegado
18 de
el
a los
meridiano 150 de Greenwich^ y 70 grados 30 minutos de latitud norte. Solo,
pues
j
Agosto de 1826
jitud
al
10 grados de lon-
distaba del cabo de Hielo
que en aquella
y
latitud elevada, apenas
com-
ponen ochenta y una leguas. El cabo de Hielo solo dista sesenta leguas del paso de
bable que
el
Kotzebue; y
es pro-
capitán Francklin no se hubiese visto
obligado á doblar este cabo
y hubiese encontrado
,
en comunicación
algún canal
inmediata con
entrada de Kotzebue
aguas de
la
en todos
los casos solo habia
las
de manera que
;
que andar ciento vein-
ticinco leguas para encontrar
la
fragata del capitán
Beechey.
A
fines
tiembre
,
es
de Agosto, y durante
cuando
los
el
mares polares
mes de Se-
se hallan
me-
nos cubiertos de hielo. El capitán Beechey no dejó el
el
paso de Kotzebue hasta
el
14 de Octubre
;
y asi
capitán Francklin hubiera empleado cerca de dos
meses
,
desde
el
18 de Agosto
al
14 de Octubre,
PRÓLOGO.
LXlll
para andar ciento veinticinco leguas en
Es muy
estación del año.
marcha
la
afectuosa alegría
,
que
muy humanas^
del capitán Francklin.
¡Cuan
mezclada de un justo orgullo^, no
hubieran manifestado el
mejor
sensible el obstáculo
unas instrucciones, por otra parte opusieron á
la
marinos ingleses
los
al
descubrimiento del paso del norueste
trándose en medio de los hielos _,
acabar
encon-
,
y abrazándose en
unos mares, no surcados aun por ningún buque en
Nuevo-Mundo
aquella estremidad del ces desconocida!
ma
jeográfico
Como
la
bahía de
la
da Melmlle los
la
,
,
la
América termina
wich. Entre este cabo y alli el
presentó
La
al
latitud norte
,
y á
los
lonjitud oeste de Green-
la
tierra
de Cockburn, se
estrecho de la Fiiry y del Eécla,
que solo
capitán Parry una masa sólida de hielo.
península norueste está adherida
nente cerca de
la
bahía de Repulse
ancha en su base^ pues
el golfo
ción de Jorje IV, descubierto por klin
norues-
al
cuya ultima punta ó cabo se coloca á
69 grados 48 minutos de
muy
configuración esterior
Hudson por una península llama-
82 grados 50 minutos de abre
el
América está determinada.
El continente de te en
proble-
el
puede considerarse como resuelto;
paso del norueste existe
de
hasta enton-
quiera que sea,
en su primer viaje
,
el
;
al
conti-
no puede ser
de
la
Corona-
capitán Franc-
baja al sur hasta los
66
grados y medio, y su estremidad meridional solo
PRÓLOGO.
LXIV
dista sesenta y siete leguas de la parte tal
de
bahía de Wajer. El capitán
la
viado á
bahía de Repulse con
la
por tierra desde golfo de
la
el
mas occiden-
Lyon
fue en-
objeto de pasar
centro de esta bahía hasta
el
Coronación de Jorje IV. Los hielos
corrientes y las tempestades, detuvieron
el
,
el
las
buque
de este denodado marino.
Prosiguiendo ahora nuestra investigación, y co-
locándonos á ville ,
IV y
en
el
la
otra parte de la península de Mel-
citado golfo de la Coronación de Jorje
encontramos
de cobre á los
embocadura
la
del rio de la
Mina
67 grados 42 minutos 35 segundos
de latitud norte, y
115 grados 49 minutos 33
á
segundos de lonjitud oeste de Greenwich. Hearn indicó esta embocadura cuatro grados y un cuarto
mas
al
mas
al
norte en latitud, y cuatro grados y cuarto oeste en latitud.
Navegando desde
Mina de cobre largo de
la
la
latitud norte, se dobla del
29 minutos. Desde los
el
un cabo, y
se baja
Mackenzie por alli
la
rio
de
la
los
á la
em-
69 grados
costa se dirije por el
estrecho de Behring, elevándose hasta
70 grados 30 minutos de
latitud norte, bajo el
meridiano 150 de Greenwich^ que es de se detuvo
del
70 grados 37 minutos de
costa hasta los
bocadura oriental
oeste hacia
embocadura
hacia la del Mackenzie, se sube lo
el
capitán Francklin
de 1826. Entonces
^
como
el
el
punto don-
18 de Agosto
ya he dicho
,
solo se en-
LW
PROLOGO. coiitraba á
Hielo
10 grados de lonjitud oeste
que se encuentra en corta diferencia á
j
71 grados de
los
latitud.
Reasumiendo ahora
mos
cabo de
del
diversos puntos^ tene-
los
;
El último cabo norueste del continente de
América septentrional tos de latitud norte
^
Greenwich
tos de lonjitud oeste de
nagain á los
y
en
el
82 grados 50 minu-
y á los
,
grados
de
del rio
la
jitud oeste de Greenwich
los
el rio
de
la
embocadura
29 minutos de
del
latitud
nutos de lonjitud
;
el
pitán Francklin^ á los y
wich; y en
fin^, el
jitud
mas
al
al
la
Fury
hasta
la
60
la
lon-
costa
Mackenzic á
á los
y á los
,
Green-
69 grados
133 grados 24 mise
detuvo
el
70 grados 30 minutos de al
cala-
oeste de Green-
cabo de Hielo 10 grados de lon-
desde
71 grados de latitud norte. el
último cabo norueste de
América septentrional en
de la
el
Mackenzie
punto donde
oeste, á los
De modo que
35 segundos de
latitud norte
y á los
;
á los
lonjitud oeste de
meridiano 15
titud norte
y
^
norte
un cabo sobre
70 grados 37 minutos de
IV ^
de latitud norte,
Mina de cobre y
la
cabo TurJorje
Mina de cobre
;
126 grados 52 minutos de wich;
latitud
49 minutos 35 segundos
y á los 115 grados 49 minutos
entre
el
;
golfo de la Coronación de
68 grados 30 minutos de
embocadura
la
69 grados 48 minu-
á los
el
el
estrecho del fJécla y
cabo de Hielo, mas arriba del
LWI
PROLOGO.
estrecho do Behring^ forma
pero poco profundo ueste de y oeste
la
j
América
mar un
golí'o
la
anclio^
costa nor-
esta costa corre por el este
:
ofreciendo en
,
el
que termina en
el
golfo jeneral tres ó cua-
tro bahías principales^ cuyas puntas é promontorios se
aproximan
á la latitud
donde están colocados^
último cabo norueste de América,
Fury
y del Jlécla y al cabo
el
estrecho de la
al
de Hielo
,
encima del
estrecho de Behring.
Delante de este golfo, de
los
70
75 grados de
á
latitud, se hallan situados todos los descubrimientos resultantes de los tres primeros viajes del capi-
tán Parry,
presumida de Coclihurn^
la isla
lincaciones del estrecho del Principe rejente las del
las ,
de-
las is-
Principe Leopoldo , de Bathurst, de Melville,
y la tierra de Banhs,
Ya no
se trata,
pues, sino de
encontrar entre estas tierras desunidas un paso bre
al
rica,
mar que baña que acaso
oportuna
,
costa norueste de
la
navegable, en
seria
a
estación
la
Mr. Douglas en
des cataratas de Colombia corre paralelo
mar cerca
Amé-
para los buques balleneros.
Mr. Macleod contó
se halla
la
li-
al
,
las
que existe un
gran-
rio
que
de Mackenzie^ y desemboca en
el
del cabo de Hielo. Al norte de este cabo
una
isla^
adonde concurren
los barcos ru-
sos á practicar cambios con los naturales del pais.
Mr. Macleod
visitó
por
sí
só en el espacio de once
mismo
el
mar
meses desde
el
polar, y pa-
océano Pa-
ruÓLOGO.
LWll
clfico á la
bahía de íludson. Según dicho viajero^
pasando
mes de Julio ya
el
mar en
se halla libre el
las rejiones polares.
Tal es
el
estado actual de las cosas en
América septentrional
rior de la
aquel famoso paso que yo
buscar
_,
viajeros en
el
este-
con relación á
,
habia empeñado en
primer móvil de mi viaje a
el
Veamos ahora
ultramar.
mos
que fue
y
me
el
lo
que han hecho
los últi-
misma América.
interior de esta
Al norueste todo está descubierto en aquellos desiertos helados y áridos que rodean el lago del Esclavo y el del
nio de
1789
Oso
(1).
Mackenzie partió
del fuerte de
Montes^ que
go de los
se
Chipiouyan
que desemboca en
el
mar
En
3 de Ju-
sobre
comunica con
clavo por una corriente de agua. el rio
,
el
el
el la-
del Es-
este lago nace
del polo^ y se llama
ahora rio de Mackenzie.
El 10 de Octubre de 1792 partió segunda vez
Mackenzie del fuerte de Chipiouyan; y dirijiendo su y
rumbo
al
remontó
oeste
el rio
,
atravesó
el
lago de los Montes^
de Oungigah^ ó de
la
tiene su oríjen en los montes Roqueños.
Paz
llantes.
nombre de montañas de
Mackenzie
las
atravesó
,
que
Los mi-
sioneros franceses habian conocido ya estos tes bajo el
^
mon-
las
Piedras bri-
y
encontró un
En el análisis que he dado de los viajes de Mackenzie (1) (tomo XV) puede verse la historia de los descubrimientos que precedieron álos de aquel en la América septentrional.
PROLOGO.
LXVIU gran
rio
Tacoutché-Tessé
el
^
mente tomó por y
trasladó
se
llamó
el
océano Pacifico por otro
al
el rio del
que equivocada-
^
Colombia: no siguió su curso^
Salmón.
Encontró multiplicadas huellas couver; observó tos
33 segundos^ y
escribió con
Canadá
:
del capitán
Van-
52 grados 21 minu-
la latitud á los
mellon sobre una roca del
que
rio
un pedazo de vcr-
«Alejandro Mackenzie vino
á este sitio por tierra el
22 de
Julio de
1793." ¿Que hacíamos en Europa en aquella época? Por un mezquino impulso de emulación nacio-
mismos no llegan
nal^ que ellos
á advertir^ los via-
jeros americanos hablan poco del segundo itinerario
de Mackenzie, itinerario que prueba que este ingles
tuvo
el
te de la
honor de atravesar
el
América septentrional^ desde
El 7 de
Mayo
de 1792^
Roberto Gray descubrió en
América
el
el
continen-
mar Atlán-
Océano.
tico hasta al gran
los
primero
septentrional_, la
el
la
capitán americano
costa norueste de la
embocadura de un
46 grados 19 minutos de
latitud norte_, y
rio á
126
grados 14 minutos y 15 segundos de lonjitud oeste del
meridiano de París. Roberto Gray entró en este
rio el 11 del
que era
el
mismo mes,
nombre
Vancouver
del
llega
al
y le llamó la Colombia^
buque que mandaba.
mismo
sitio el
bre del propio ano: Broughton_, con
Vancouver, pasó
la
barra de
la
19 de Octu-
la
conserva de
Colombia, y rcmon-
PROLOGO. tó el rio ochenta millas
LXIX
mas arriba de
la
barra.
Los capitanes Lewis y Clarke^ que llegaron por
el
Missouri
bajaron los montes Roqueños
,
en 1805 edificaron á
un fuerte, que
En 1811
entrada de
la
á su partida fue
la
^
y
Colombia
abandonado.
levantaron los americanos otro fuerte
mismo
á la orilla izquierda del
rio^ y le pusieron el
nombre de Astoriay en memoria de M.
J. J. Astor,
negociante de Nueva- York_, y director de
com-
la
pañía de peleterías del océano Pacífico.
En 1810
reunieron en San Luis del Mississipí
se
varios asociados de
espresados montes
compañía, y atravesando
la ,
hicieron
los
una nueva escursion
posteriormente, en 1812, alguy nos de dichos asociados^ conducidos por Mr. R.
ala Colombia;
Stuart, volvieron desde
Todo, pues, por
la
Colombia
de
la
San Luis.
aquella parte es ya conocido.
grandes afluentes del Missouri^ el
á
el rio
de los Osajes,
Roca-Amarilla, tan caudaloso como
han sido remontados;
el
Ohío,
establecimientos america-
los
nos se comunican por estos ríos tribus indianas
Los
mas apartadas, y
al al
norueste con las sudeste con los
habitantes del Nuevo-Méjico.
En 1820 Mr. del
Cass
edificada sobre el canal el
gobernador del territorio
,
Michigan, partió de
Saint-Clair
,
la
ciudad del Estrecho,
que reúne
siguió la
el
lago Erié con
gran cadena de
los
la-
gos, y buscó las fuentes del Mississipí: Mr. School-
rUOLOGO.
LXX
craft redacto el diario
y de instrucción. pí
por
el rio del
La
espedicion entró en
Lago-de-Arena:
raje tenia doscientos le
remontaron
de este viaje lleno de hechos
y
el
Mississi-
el rio
en aquel pa-
pies de ancho.
Los viajeros
salvaron cuarenta y tres saltos.
El Mississipl iba siempre estrechándose^ y en
Peckagoma
to de
el sal-
solo tenia ochenta pies de ancho.
«El aspecto del pais cambia^ dice Mr. Schoolcraft: ))cl
buque que sombreaba
las
riberas del rio desa-
»parece; aquel describe numerosas sinuosidades en ))una pradera de tres millas de
»cen plantas
muy
ancho ^ don.de cre-
elevadas^ ballueca y juncos^ y
«rodeada de colinas arenosas^ donde ))pinos amarillos.
Hemos navegado
«adelantar mucho: ))al
se
ven algunos
largo tiempo sin
perecia que hubiésemos llegado
nivel superior de las aguas;
la
corriente del rio
pasaba de una milla por hora. Solo veíamos
))no
«cielo y las yerbas^ por entre
el
las cuales se abrian
«paso nuestras canoas^ y que nos ocultaban los ob-
Las aves acuáticas
se encentra-
mucha abundancia; pero no
se veia entre
«jetos apartados. ))ban con
ningún chorlito."
«ellas
La
espedicion atravesó
el
pequeño y
lago Ouinnipec: cincuenta millas
tuvo en puso
el
el
:
lago superior del Cedro-Rojo^
grande se deal
que
nombre de Cassinay en honor de Mr. Cass.
Allí se sissipí
el
mas arriba
el
encuentra
la
principal
fuente del Mis-
lago tiene dieziocho millas de largo so-
PROLOGO. bre
LXXl
de ancho: sus aguas son cristalinas
seis
y sus
_,
sombreadas por arces y pinos. Mr. Pike^ otro viajero que coloca en el lago de la Sanorillas están
uno de
guijuela
Mississipí
pone
,
manantiales mas copiosos del
los
lago Gassina á los
el
47 grados 42
minutos y 40 segundos de latitud norte. El
rio
nombre^
de
Mr, Schoolcraft
dice
media desde
))que es
«Estimando en
y entra en el Cassina.
))senta millas^
))que
Cierva sale del lago del mismo
la
el
distancia
la
^
lago Cassina al de
se-
Cierva^
la
manantial mas remoto del Mississipí,
el
«resultarán de lonjitud total del curso de este rio ))tres
mil treinta y ocho millas. El año anterior
»habia yo bajado ))un
(el Mississipí)
buque de vapor ^ y
el
desde San Luis en
10 de Julio habia pasado
De
»su embocadura para dirijirme á Nueva- York.
«modo que poco mas de un año después ))traba cerca de su oríjen
le
encon-
rae
sentado en una canoa in-
))diana.''
Mr. Schoolcraft observa que de
del lago
por
el rio
la
Cierva corren
las
poca distancia
las
mismas
rejiones.
1823^
ma que del
del lago Cassina ó del
antes de
lago citado
^
él
Mr.
recorrió
Este viajero lleva
fuentes septentrionales del Mississipí
mas arriba
norte
el
Hudson.
Rojo_, que baja á la bahía de
Tres años después^ en Beltrami
á
aguas hacia
cien
Cedro-Rojo;
millas afir-
ninguno habia pasado mas
v describe de este
modo
las
allá
su des-
PUOLOGO.
LXXU cubrimiento de
Cuentes
las
))Nos hallamos en las tierras
»cirlo
colina en donde estoy
la
sirva de observatorio.
))Estendiendo
sur hacia"
el
norte hacia
rcia el Atlántico
en derredor^ se ven cor-
la vista
«rer las aguas por el
no es^ por de-
^
otra cosa que una eminencia formada en
asi_,
«medio para que
«por
mas elevadas deja
Sin embargo todo está
» América septentrional
»llano, y
Mississlpí.
del
_,
el
mar
y por
el
el
Glacial
golfo de Méjico^ ,
por
oeste hacia
el
este ba-
el
mar Pa-
«cífico.
«Esta suprema elevación está coronada por una »gran meseta;
»de
ella se ve
))¿Como
mas admirable
y lo
que en medio
brotar un lago.
ha formado este lago?
se
«vienen aquellas aguas? Solo universo puede
«del
es
decirlo
el
¿De donde
grande Arquitecto
Dicho lago no
«tiene ninguna salida; y mi vista^ que es harto pe-
«netrante
,
no pudo descubrir en todo
»que estaba muy claro
mas
))vase
«rio son ))Ya
«de
la
ninguna tierra que
arriba de su nivel;
muy
hemos
al pie
orilla
todas por
el
se ele-
contra-
inferiores visto las fuentes del
«aqui he remontado
«mente
_,
horizonte^
el
de
la
(el
rio
colina
_,
rio
que hasta
Rojo): están precisay filtran en linea recta
septentrional del lago; estas son las
«fuentes del rio Rojo ó Sangriento. Al otro lado^ «á
la
parte del sur^ brotan otras fuentes
^
y
forman
PROLOGO. »un pequefio «pies
y
LXXIll
gracioso estanque de unos ochenta
circunferencia: estas aguas filtran también
(le
lago^ y son las fuentes del Mississipí.
))del
unas tres millas de circuito;
)^Este lago tiene
))forma
»mia
una especie de corazón conmovió
se
á su vista
»carle del olvido en
que
la
_,
y habla al alma: la
parecióme justo sa-
:
jeografía le dejaba aun
«después de tantas espediciones, y hacerle conocer
Le
))al
mundo de un modo
))el
nombre de aquella dama respetable
distinguido.
))como ha dicho su ilustre amiga ))bany, fue
un curso
_,
di^ pues^
cuya vida,
condesa de Al-
la
de moral en acción, y
muer-
la
))te
una calamidad para todos los que habían tenido
))la
dicha de tratarla
Le llamé
el
lago de Julia]
))y á las
fuentes de los dos rios^ las fuentes Julianas
))del rio
Sangriento,
las fuentes
Julianas del Missi-
))ssipi.
«Parecióme que
sombras de Colon
las
_,
de
«rico Vespucio, de los Cabotto_, Verazani
_,
Ame&c.,
«asistian llenas de júbilo á aquella gran ceremonia, ))y
se felicitaban de
que uno de sus compatriotas
«viniese á renovar con nuevos descubrimientos la
«memoria de
los servicios
que hicieron
al
mundo en-
«tero con sus talentos, sus hazañas y sus virtudes.^'
Es un estranjero reconoce
el
gusto,
el
los
que habla
rasgos,
el
^
y fácilmente se
carácter y el justo
orgullo del jenio italiano.
La verdad
es
que
el
meseta en donde toma su
PROLOGO.
LXXIV
oríjen el Mississipí^ es
una
tierra llana^ pero culmi-
nante^ cuyas vertientes cubrían al este
mediodía y
al
^
meseta
al
las
oeste
aguas
que sobre dicha
;
abren una porción de lagos
se
norte^
al
de donde
^
rebosan rios^ que corren por todos los rumbos del viento. El suelo de esta meseta superior es movedi-
zo ^
como
si
flotase sobre los
ción de las lluvias salen de
abismos.
madre
rios^ y tomaríase aquello por
En
los
un mar,
la
esta-
lagos y los
mar
este
si
no llevase bosques de ballueca de veinte y treinta pies de alto.
Las canoas perdidas en aquel doble
océano de agua y de yerbas, no pueden sino con
el
ausílio
de
la
Cuando sobreviene alguna tempestad^ fluviales se
dirijirsc
brújula y las estrellas.
doblan y caen sobre
las
las
plantas
embarcaciones^
y millones de ánades^ cerzetas^ garzas y gallinetas alzan
de
el
vuelo, y forman una nube sobre
la
cabeza
los viajeros.
Las aguas desbordadas, permanecen por algunos días inciertas en su curso, hasta
que poco
poco
á
van dividiéndose. Una piragua es arrastrada blanda-
mente hacia los
los
mares polares,
grandes lagos del Canadá ó
souri, según
el
punto de
la
los del
mediodía^
los afluentes del
Mi-
circunferencia en que la
inun-
dación; y nada tan majestuoso y admirable
como
se
encuentra cuando ha pasado
aquel
el
medio de
movimiento y aquella distribución
aguas centrales de
la
América
del norte.
de
las
PROLOGO. El mayor Pike en 1806
LXXV
Mr. Nuttal en 1819,
y
recorrieron sobre el Mississipí inferior el territorio
de Arkansa, visitaron
Osajes, y reunieron no-
los
ticias tan litiles á la historia natural
_,
como
á la to-
pografía.
Tal es Viaje
;
mi
Mississipí de que yo hablaré en
el
que
rio
los franceses
bajaron los primeros
viniendo del Canadá; rio que corrió por sus domiy cuyos ricos valles sienten aun
nios_,
la falta
de su
jenio.
Colon descubrió al
América en
la
12 de Octubre de 1492
completó
,
el
y
la
noche del 11
capitán Frarcklin
descubrimiento de aquel nuevo
el
mundo
18 de Agosto de 1826. ¡Cuantas jeneraciones
el
han bajado
al
sepulcro!
¡cuantas revoluciones
se
han verificado! ¡cuantas mudanzas han ocurrido en en este espacio de trecientos treinta y
los pueblos
tres años_,
El
En veía
nueve meses
mundo no
y veinticuatro días!
mundo
se parece ya al
aquellos mares ignorados^ sobre los cuales se
una mano negra ^
la
mano
de Satán (i),
arrebataba durante la noche los buques merjia en
el
antarticas
,
las fábulas;
Hornos y
(1)
de Colon.
fondo del abismo
morada de
y los su-
en aquellas rejiones ,
del espanto
y de
en aquellas furiosas aguas del cabo de
del
Ycanse
la
;
noche
y
que
cabo de
los
las
Tormentas, donde se apo-
antiguos mapas y los navegantes árabes.
PRÓLOGO.
LXXVl
deraba
el terror
de
los pilotos;
en aquel doble océa-
no^ cuyas olas azotan sus dobles riberas; en aquellos parajes los
^
en otro tiempo tan temidos, se ven ahora
buques correos que hacen
en perío-
la travesía
dos determinados para llevar la correspondencia y Besde una ciudad floreciente de Euro-
los viajeros.
pa se convida á comer á un amigo que reside en
una ciudad de América, la
hora convenida.
En
y llega
con puntualidad á
lugar de aquellos buques
groseros, poco limpios^ infectos y húmedos, donde solo se comían carnes saladas, y
raba
al
pasajero
;
el
escorbuto devo-
navios elegantes ofrecen á éstos
cámaras artesonadas de caoba, adornadas con tapices, espejos, flores, bibliotecas, instrumentos de
música, y toda
un
viaje
nes en
la
delicadeza de una mesa fina.
Y
que exija muchos años de investigacio-
las
mas opuestas
latitudes, no causará la
muerte de un solo marinero. Las distancias han desaparecido de
tempestades.
las
para
el
vuelve
Un
polo austral^ y al
,
y nos reimos
simple ballenero da si
no
halla
la vela
buena pesca
se
polo boreal. Para cojer un pez atraviesa
dos veces un diáme-
dos veces
los trópicos; recorre
tro de
tierra, y toca en pocos meses en los dos
la
estremos del universo.
En
las
puertas de las taber-
nas de Londres se ve anunciada por carteles tida del paquebote de la tierra de
Dtémen
,
la
par-
con to-
das las comodidades posibles para los que pasen á
PRÓLOGO. los
Antípodas
anuncio de Calais,
Hay
nuaks para
;
la
LXXVii
y este aviso suele estar después del
partida del paquebote de Douvres á
itinerarios de faltriquera
uso de
el
las
hacer un viaje de recreo alrededor del
nueve ó
te viaje dura
meses
diez
menos. Se parte en invierno en
se toca
Canarias
las islas
las Filipinas
en
^
la
China
bo de Buena Esperanza
,
y
ma-
guias y
personas que se proponen
,
y
al
y es-
\
y algunas veces
^
de
salir
ópera;
la
en Rio-Janairo
^
en el
mundo
las Indias
viajero se
^
en
en
^
el
ca-
encuentra
de vuelta en su casa cuando van á empezar
las ca-
cerías.
Los buques de vapor no conocen ya
vientos
contrarios en el océano^ ni corrientes opuestas en los rios
;
y parecen unos kioscos
tes de dos ó tres pisos ^ desde
miran
los
cuyas galerías se adla
naturaleza en
Nuevo-Mundo. Caminos cómodos
cilitan la subida á la
cumbre de
fa-
montes^ y abren
los
puertas á unos desiertos^ que hace poco eran in-
accesibles se
ó palacios flotan-
mas hermosos cuadros de
las selvas del
las
^
:
cuarenta mil viajeros acaban de reunir-
como en un
gara.
dia de
campo en
Los pesados carromatos
la
catarata del Niá-
del comercio se des-
lizan rápidamente sobre caminos de hierro; y
Francia^
la
Alemania y
la
si la
Rusia conviniesen en es-
tablecer una línea telegráfica hasta
la
muralla de
China ^ podríamos escribir á algún amigo chino recibir la contestación en el espacio de
^
la
y
nueve ó diez
PRÓLOGO.
LXXVni horas.
Un hombre que
á los dieziocho años y
empezase su peregrinación acabase á
la
sesenta^ su-
los
poniendo que no caminase mas que cuatro leguas por dia la
^
daria en este tiempo cerca de siete veces
vuelta de nuestro miserable planeta. El jenio del
hombre
es
verdaderamente sobrado grande para su
pequeña habitación
que está destinado ¿Conviene que
mas
se
municaciones entre ria
mejor
el
por lo que es preciso concluir
;
á
alta
hayan facilitado tanto
hombres ? ¿No
los
relijiosa
á otras
fidelidad los hábitos
de sus padres? oia
las
murmurar
Me á
^
co-
se conserva-
carácter particular de las naciones
estas no se conociesen unas
con
morada.
^
si
y conservasen
y las tradiciones
acuerdo de que en mi juventud
algunos bretones ancianos contra
caminos que se proyectaba abrir en sus bos-
los
quesj siendo
mas
asi
que aquellos caminos debían dar
valor á las propiedades riberiegas.
Yo
bien sé que puede emplearse este sistema
de tiernas declamaciones
,
porque
los
buenos tiem-
pos antiguos tienen sin duda su mérito; pero no de-
be perderse de
vista
que un estado político no es
mejor porque sea caduco ó rutinario; pues en otro caso habríamos de convenir en que
de
la
China y de
la
India
biado en tres mil años
mundo;
^
,
el
donde nada
es la cosa
despotismo se ha
cam-
mas perfecta
del
y ciertamente no se concibe que puede ser
tan grato
el
encerrarse durante cuarenta siglos con
PROLOGO. unos
tiranos
que están en
El gusto y provienen de
verdad de
hombre
:
la
las
la
,
y
unos
decrepitud.
admiración de
la
infancia
la
verdad de
estacionarios,
los
que forman sobre
hechos, y sobre
sobre las
la
los falsos juicios
los
ponen que que
LXXIX
pueblos que se hallan en
la
naturaleza del
la
hechos, porque su-
los
costumbres antiguas eran mas puras
modernas, que
es
un error insigne, y sobre
naturaleza del hombre, porque no quieren co-
nocer que
el
entendimiento humano es capaz de
perfección.
Los gobiernos que atajan
el
vuelo del jenio,
se parecen á aquellos pajareros que cortan las alas al
águila para impedir que se remonte.
En
fin
.,
solo se
la civilización
declama contra
por un efecto de
los progresos
las
todavía se mira á los pueblos
como
en otro tiempo; esto es, aislados y de común en sus destinos. Pero especie al
humana como una gran
mismo objeto;
si
si
de
preocupaciones: se les sin
miraba
tener nada
considera la
se
familia
que camina
se desecha la idea de
que todo
en este mundo está dispuesto para que una pequeña provincia
,
un corto reino
^
permanezcan eterna-
mente en su ignorancia, en
su pobreza y en
instituciones políticas, tales
como
tiempo y
el
acaso las han producido
desarrollo de la industria
,
la ;
barbarie,
sus el
entonces este
de las ciencias y de las
artes, parecerá lo que efectivamente es,
una cosa
le-
PRÓLOGO.
LXXX
En
jítima y natural.
reconocerá
el
de
la
este
movimiento universal
sociedad
y
que acabando su
se
his-
toria particular^ empieza su historia jeneral.
En
otro tiempo
como mises
^
el
que habia dejado sus hogares
era un objeto de curiosidad. Ahora^
esceptuadas media docena de personas que están fuera de toda comparación por su mérito indivi-
dual
^
¿quien puede interesar por
sus viajes?
Yo vengo
á
de los viajeros obscuros
ha visto todo progreso en
el
las
narración de
la
colocarme entre ,
que solo han
la
sento
como
el
que
visto lo
mundo ^ que no han hecho ningún ciencias^ que nada han añadido
tesoro de los conocimientos hum.anos; pero
la tierra
multitud
me
al
pre-
último historiador de los pueblos de
de Colon
^
de aquellos pueblos cuya raza
no tardará en desaparecer; voy
á decir algunas pa-
labras sobre los destinos futuros de
la
bre los otros pueblos herederos de
los
América
dos indios: no tengo otra pretensión que presar pesares y esperanzas.
_,
so-
desventurala
de es-
!istiD!DW^uatro
lenguas principales parece se dividan
América septentrional norte y
al
161
éste,
sioux
el
algonqiiin y
el
:
oeste
al
el
la al
y el chicases al
,
mediodía; pero los dialectos difieren
por decirlo
_,
asi, de tribu á tribu.
hurón
Los creeks actuales hablan
el
chicases mezclado de algonquin.
El antiguo natche no era otra cosa que un dialecto
mas suave del
El natche,
lo
chicases.
mismo que
el
quin, solo conocia dos jéneros, femenino,, y desechaba
hurón
y el algon-
masculino y el neutro. Esto es natural
el
el
en unos pueblos que atribuyen sentidos á todo, que oyen voces en todos los murmullos, que suponen odios y amores en
las
plantas, deseos en las
olas, espíritus inmortales en los animales, y almas
en
rocas.
las
En
el
natche no se declinaban los
nombres; únicamente tomaban en ky 6
e\
monosílabo ki,
si
el
el
plural la letra
nombre acababa por
consonante.
Los verbos la
se distinguian por la característica^
terminación y
el
aumento. Asi los natchez decían andaba ni-ga Tija,
T-ijüy yo ando; ni Tija-han ^ yo
;
yo andaré; niki Tija y yo anduve ó he andado.
Habia tantos verbos como sustantivos sometídos á
la
misma acción;
y asi comer maiz era
un
verbo diferente de comer corzo; pasearse por un
162
VIAJE
bosque^
de otra manera que pasearse por
se decia
una colina; amar á su amigo , verbo napüilima su querida
,
y
que
se espresaba
puede traducirse yo soy
por
verbo nisihia, que
En
pueblos que se hallan inmediatos turaleza, los verbos son ó
muy
el
yo estimo; amar á
el
feliz.
espresaba por
se
significa
las al
lenguas de los
estado de
la
na-
multiplicados, ó po-
co numerosos; pero siempre sobrecargados de una
multitud de letras que varían
padre,
la
madre,
el
las significaciones: el
hijo, la
mujer,
y el marido,
para espresar sus diversos sentimientos,, han bus-
cado también
según
las
espresiones diversas,
humanas, hombre con la
pasiones
que dio Dios
al
la
existencia. El verbo
era uno, y lo comprendía todo:
do de
modificando,
palabra primitiva
el
hombre ha saca-
lenguas con sus variaciones y sus riquezas; lenguas en que se encuentran sin embargo alél las
gunas palabras , radicalmente las mismas, que ha quedado como tipo ó prueba de un oríjen común. El chicases, que es la raiz del natche^ está privado de
la letra
del algonquin
que
se
,
r, fuera de las palabras derivadas
como arrego , yo hago
la
guerra,
pronuncia con cierto rompimiento de sonido.
El chicases tiene aspiraciones frecuentes para
el
lenguaje de las pasiones violentas, tales
ei
odio,
nos
y
la
como
cólera y los celos; en los sentimientos tier-
en
las
descripciones de
la
naturaleza, sus
espresiones están llenas de encanto y de pompa. Los sioux, que según tradición vinieron de Méjico al alto Mississipí
su lengua por
el
,
han estendido
oeste hasta los
el
imperio de
Montes Roqueños,
A AMÉRICA.
163
Rojo, en donde se hallan y por el norte hasta los cipoveses_, que hablan un dialecto del algonquin, el rio
y son enemigos de
La lengua agradable á casi
al
todos
los rios y el
la
modo muy des-
que ha puesto nombres
todos los lugares situados
Mississipí
^
el
Missouri
el
_,
al
Osa-
pero todavía no se sabe casi nada de su
etc.;
_,
sioux.
oido: ella es
oeste del Canadá^ je
los
siouxa silba de un
gramática. El algonquin y
de todos
los
el
hurón son
pueblos de
la
lenguas madres
las
parte de
la
América sep-
tentrional^ comprendida entre las fuentes del Mississipi
la
y
costa de
bahia de Hudson y
la
Carolina.
Un
el
Atlántico^ hasta
viajero
que supiese
la
estas
dos lenguas^ podría recorrer sin intérprete mas de mil ochocientas leguas de pais
_,
entender
y hacerse
de mas de cien pueblos.
La lengua algonquina empezaba en
el
golfo de
en
la
San Lorenzo; y volviendo
te por el norte hasta el sudoeste
_,
Acadia y
del sudes-
abrazaba una es-
tension de mil doscientas leguas. Los indíjenas de
hablaban; y mas allanen las Carolinas la lengua chicasesa. El idio-
la
Virjinia
al
mediodía^ dominaba
ma los
la
algonquin, por cipoveses.
Mas
la
parte del norte, terminaba en
lejos
aun aparece en
trión la lengua de los esquimales;
gonquina tocaba en cuya
orilla
la
al
el
septen-
oeste la al-
ribera izquierda del Mississipí,
derecha reina
la
lengua siouxa.
El algonquin tiene menos enerjia que
el
hurón;
pero es mas dulce, mas elegante y mas claro. Se
emplea ordinariamente en
los tratados, y está re-
164
VIAJE
putado por
lengua pulida ó clásica del desierto.
la
Hablaban
hurón
el
el
pueblo que
le
nombre
dio
y los iroqueses^ que eran una colonia del mismo.
Esta es una lengua completa^ que tiene sus verbos^ nombres^ pronombres y adverbios. Los verbos simples tienen dos conjugaciones^ una absoluta y otra recíproca;
las
dos jéneros
números
j
y los
mecanismo de
terceras personas tienen los y los tiempos siguen el
lengua griega. Los verbos activos
la
infinito^
se multiplican al
como en
la
lengua chi-
casesa.
El hurón no tiene labiales,
se habla
con
gar-
el
guero, y casi todas las sílabas son aspiradas. El diptongo ou forma un sonido estraordinario, que se espresa sin hacer los labios movimiento alguno: los
misioneros, no sabiendo como indicarle, bían con
La
la cifra
índole de esta noble lengua consiste sobre
todo en personificar el
escri-
le
8.
acción
la
pasivo por el activo. El P.
;
esto es, en verter
Rasle lo esplica con
este ejemplo: ))Si preguntáis á un europeo con )^objeto le
ha criado Dios, os contestará
:
qué
Para co-
«nocerle, amarle, servirle, y alcanzar por este me))d¡o la gloria eterna." Un salvaje os respondería en la
lengua hurona
))de nosotros
))que
me
:
Grande-Espíritu ha pensado
Que me conozcan, que me amen
sirvan
»mi suprema
))E1
:
,
y entonces les
y haré participar de
felicidad.''
La lengua hurona
ó
iroquesa tiene cinco dia-
lectos principales.
Esta lengua no tiene sino cuatro vocales
,
á sa-
A AMÉRICA.
bor
:
ay
e
poco de
i y
,
o
,
d
y
diptongo 8^ que participa un y del valor de la w inglesa;
consonante
la
sus consonantes son seis
En
No
hurón
el
,
y
:
el
n
y
,
r
_,
s
t.
,
verbo es
la raiz del
la
prime-
presente de indicativo. Tiene tres
del
tiempos primitivos^ con los otros
k
li ,
:
todos los nombres son verbos.
casi
tiene infinitivo
ra persona
165
los cuales se
presente de indicativo^
definido^ y
el
conocen en
ella los sustantivos
el
forman todos pretérito in-
futuro eimple afirmativo.
Casi no se
abstractos
;
y
si
se
encuentran algunos^ se han formado evidentemente
después de conocido
el
verbo concreto^ modifi-
cando alguna de sus personas. Esta lengua tiene un dual como
el
griego
^ y dos primeras personas plurales y duales. Carece de ausiliares para conjugar los verbos^ de participios y
de verbos pasivos^ que se vierten por activa espresar
&c.
No
:
Yo
amado
soy
la inicial del
veces
5
,
y de tan diversas
números,
que
verbo ^ que
posibles esciten entre tres
:
pora
Me amauy
ks
lo cual es
llegan á
maneras^ como relaciones diferentes personas de los
inmenso;
comprenderse^ para
jas, está vencida toda los verbos
conocen tan solo
se
se modifica diferentes
estas relaciones son la llave de
En
:
tiene tampoco pronombres para espresar las
relaciones de los verbos
por
_,
debe decirse
la
lo
y
de ahí es que
lengua, y cuando cual hay reglas fi-
la dificultad.
debe observarse
la
particularidad
de que los imperativos tienen primera persona.
Todas
las
voces de
componerse entre sí^
la
lengua hurona pueden
y fuera
de contadas esccpcio-
16G
VIAJE
nes_, es lio
es
verbo
^
muy
que
jeneral
objeto del verbo^ cuando
el
un nombre propio^ se incluya en el mismo pero sin formar mas que una sola palabra
entonces
;
verbo toma
el
porque todos
la
conjugación del nombre;
nombres pertenecen
los
á
una de
las
cinco conjugaciones.
las
Tiene esta lengua un gran número de partícuespletivas ^ que sin significar nada por sí solas^
comunican gran fuerza y claridad al discurso. Mas no son las mismas para los hombres
estas partículas
y para las mujeres^ sino que cada jénero tiene las suyas propias.
Se conocen dos jéneros los
hombres
y el
,
,
jénero noble para
el
jénero no noble para
las
mujeres
animales machos ó hembras. Cuando se
y para los dice de un cobarde liniza la voz
que
mujer '^
es
un hombre
^
se
y
si
es
una mujer
se dice de
femeniniza
,
se
mascu-
una mujer que
voz hombre.
la
El signo del jénero noble y del jénero no noble del singular dual y plural , es el mismo en los nombres que en los verbos^ todos los cuales tienen
en cada tiempo y en cada numero dos terceras personas noble y no noble.
Cada conjugación ca
y relativa
:
lo
es absoluta
esplicaré con
_,
refleja, recípro-
un ejemplo.
Conjugación absoluta. SING.
IksSens.
PRES. DEL INDICATIVO.
— Yo aborrezco, etc. DUAL.
TenisSens.
— Tú y yo, etc.
A AMÉRICA.
ÍG7
PLURAL.
— Vosotros y nosotros
To8as8ons.
Conjugación
,
etc.
refleja.
SINGULAR.
— Yo me aborrezco
KatatsSens.
,
etc.
DUAL.
TiatatsSens.
— Nosotros nos
,
etc.
PLURAL.
Te8atats8ens.
Para
la
— Vosotros y nosotros
,
etc.
conjugación recíproca se añade
conjugación
cambiando
retleja_,
la
h la
ic
r en h en las ter-
ceras personas del singular y del plural.
Resulta
,
pues
:
TekatatsSens.— Yo
me
aborrezco, mutuo, con alguno.
Conjugación relativa del mismo verbo en
el
propio tiempo.
SINGULAR.
Relación de la primera persona d las otras.
— Ego
Kons8ens.
te odi
,
etc.
Relación de la segunda persona á las otras.
— Tu me.
Taks8ens.
Relación de
la tercera
masculina á
las otras.
Rask8ens. — Ule me. Relación de la tercera persona femenina á las otras.
8aks8ens.
— Illa me
,
etc.
Relación de la tercera persona indefinida se.
Ionks8ens.
— Me aborrecen. DUAL.
La
relación del dual
al
dual
\ al
plural_, se
17
con-
1G8
VIAJE
vierte en plural
y de consiguiente solo pondré
,
relación del dual
singular
al
la
:
Relación del dual d las otras personas.
— Nosotros 2
KenisSens.
te
,
etc.
Las terceras personas duales son
mismo que
á las otras lo
las plurales.
PLURAL.
Relación de
K8as8ens.
— Nos
la
primera plural á
las otras.
te, etc.
Relación de la segunda plural á las otras.
Tak8as8ens.
—
Vos me.
Relación de la tercera plur. mase, á las otras.
Ronks8ens.
—
lili
me.
Relación de la tercera fem. plur. á
]onsks8ens. —
las otras.
Illw me.
Conjugación de un nombre. SINGULAR.
— Mi cuerpo. — Tu cuerpo. Ilaieronke. — Su — á Kaieronke. — Su — á ella. Jeronke. — El cuerpo de alguno. DUAL. Tenieronke. — Nuestro fmeum tuumj. lakeiieronke. — Nuestro fmeum illumj. Seniieronke. — Vuestro Niironke. — Su 2 de ellos. Kaniironke. — Su 2 de ellas. PLURAL. Te8aieronke. — Nuestro fnost. vest.J lakSaieronke. — Nuestro fnost. Hieronke. Tsieronke.
él.
et
et
2.
et
et illor.J.
A AMÉUICA.
Y asi
de todos
jugación de este nombre con ta del verbo iksSens
1G9
nombres. Comparando
los
la
con-
conjugación absolu-
yo aborrezco
,
la
se ve
,
que
las
modificaciones de los tres números son absoluta-
mente ra
mismas: k para
las
segunda^ r para
la
primera persona_,s pa-
la
tercera noble
la
tercera no noble, ni para
dobla teHa^ seSa rali y kontij
en se8a_, ra en rali
la s
La
,
^
ka para
la
dual. Para el plural se
el
mudando
ka en konti
j
la
k en ie^a,
&c.
relación en los grados de parentesco es siem-
pre del mayor
al
menor. Ejemplo:
rakenika el que me tiene por hijo. (Relatercera persona á la primera). Wi hijo rienha el que tengo por hijo. (Relación de la primera á la tercera persona). Mi tio rahenchaa, rak... (Relación de la tercera persona á la primera). Mi sobrino riotiHatenha, ri... (Relación de la primera á la tercera persona como en el verbo precedente).
Mi padre
ción de
,
,
la
,
,
,
,
,
El verbo querer no puede traducirse en iroqués: se suple
por ¿kire
,
Yo quiero
pensar
;
de este
modo
:
ir allá.
Ikere etho iake.
Yo pienso
ir allá.
Los verbos que espresan una cosa que no en
momento en que
el
se habla^
sino tan solo un imperfecto
_,
existe
no tienen perfectOj
como ronnhekHe
im-
,
perfecto^ ha vivido, ya no vive. Por analojía de esta regla
amo le
:
si
yo he amado
á
alguno, y
si
todavía
le
me serviré del perfecto kenonSehon. Si ya no amo^ me serviré del imperfecto kenonSeskSe yo y
:
170 le
VIAJE
amaba
,
pero ya no
amo. Esto en cuanto
le
á los
tiempos.
En cuanto
á las personas^ los verbos
que espre-
san una cosa que no se hace voluntariamente
,
no
tienen primeras personas, sino una tercera relativa á las otras. Asi
yo estornudo
p
,
lación de la tercera á la primera
teHakttsionhSa y re:
me
esto
estornu-
da^ ó me hace estornudar.
Yo de
la
abre
bostezo
tercera no noble con la
,
no noble con
ra persona
tesaskaraSata
Por
lo
^
la
misma
primera Sak
la
,
relación
esto
me
La segunda persona tú bostezas, tú será la relación de la misma terce-
boca.
estornudas
á los
teSakskaraSata
,
la
segunda tesatsionkSay
&c.
y
quo mira
á los términos de los verbos
_,
ó
rejimenes indirectos, hay en los finales una
suficiente variedad de modificaciones que los espre-
san con claridad, y estas modificaciones están sujetas á reglas fijas.
Kninons
,
yo compro. Kehmnonse
y
yo compro
para alguno. Kehninon, yo compro de alguno.
Kalennielha
,
—
yo envió. Kehniela, yo envió por al-
guno. Ketalenmetenms
yo envió á alguno.
,
Del solo examen de estas lenguas resulta que los
pueblos, á que damos
hallaban
muy
el
nombre de
salvajes,, se
adelantados en aquella civilización,
que proviene de
la
combinación de
que se confirmará mas por
los
las ideas:
verdad
pormenores de su
gobierno (1). (1)
La mayor parte de
dar sobre
la
que acabo de be tomado de una pequeña
las curiosas noticias
lengua burona
,
las
171
A AMÉRICA.
CAZA. c,fuando
los
ancianos han decidido
la
caza del cas-
tor ó del oso, un guerrero va de puerta en puerta
por los pueblos, diciendo: ))que los ))y
«Los
que quieran seguirles
jefes van á partir;
se
pinten de negro,
ayunen para saber del Espíritu de
))donde se
encuentran este año
los
sueños en
los osos y los
cas-
»tores."
Dado
este aviso, todos los guerreros se ennba-
durnan con negro de humo desleido con aceite de oso; empieza el ayuno de ocho noches, y es tan riguroso, que no puede tragarse y se ha de estar
ner sueños
ni
una gota de agua,
cantando continuamente^ para te-
felices.
Cumplido el ayuno, se bañan los guerreros, y se sirve un gran banquete, durante el cual cada indio refiere los sueños que ha tenido: si el número mayor de dichos sueños , designa un mismo punto
gramática iroquesa manuscrita que lia tenido la bondad de remitirme Mr. Marcoux, misionero del Salto de San Luis, distrito de Montreal en el bajo Canadá. Por lo demás los jesuítas dejaron algunos trabajos importantes sobre las lenguas salvajes del Canadá. El P. Chaumont, que habia pasado cincuenta años entre los hurones compuso una gramática de su lengua, y también debemos preciosos documentos al P. Rasle, que vivió diez años en un pueblo de Abenakis. Un diccionario franctís-i roques que está concluido sera un nuevo tesoro para los filólogos. También existe el manuscrito de un diccionario iroqués é ingles mas por desgracia se ha perdido el primer volumen que comprendia desde la letra A hasta la L. ,
,
,
,
;
,
172 para
VIAJE
la
caza^ queda resuelto dirijiíse á aquel sitio.
Se ofrece un
por
sacrificio espiatorio
de los osos muertos en
almas
las
cacerías precedentes, y se les conjura que sean favorables á los nuevos ca-
zadores; es decir
las
que
y
que dejen matar á
ruega á
se
canta sus antiguas hazañas contra
Concluidas
las
canciones
te armados. Cuando llegan á
el
fondo de
ñal del jefe se colocan en
rompe la
el
fila
Cada guerrero
las fieras.
parten completamen-
,
la orilla
guerreros con un canalete en
de dos en dos en
los osos difuntos
osos vivos.
los
de un rio, los
mano,
la
se sientan
canoas, y á una seel que va á la cabeza
las :
esfuerzo del agua cuando se navega contra
corriente.
A
estas espediciones
llevan traillas,
lazos y abarcas para andar sobre la nieve. al
punto convenido,
en donde
las
Llegados
sacan las canoas á tierra,
se
rodean de una empalizada revestida
de césped. El jefe divide
los
indios en compañías
compuestas de igual número de individuos. Divididos
de el
asi los la
cazadores, se procede á repartir
el
pais
caza, y cada compañía levanta una choza en
centro del terreno que
Se separa
la
nieve
,
le
ha cabido.
se clavan
en
el
suelo unos
piquetes, y se arriman á ellos cortezas de abedul.
Estas forman las paredes de se colocan otras inclinadas
man el
el
la
choza, y sobre
ellas
una sobre otra, que for-
techo del edificio; un agujero practicado en
centro sirve de chimenea.
ra los vacíos de
La
nieve tapa por fue-
obra, y las sirve de enlucido ó enjalbegado. Encienden un brasero en medio de la la
cabana; cubren de pieles
el j)iso;
los perros
duer-
A AMÉRICA.
men
á los pies de sus
amos^ y
173
lejos de sentirse frio^
un calor sofocante. El humo
se esperimenta
lo llena
todo^ y los cazadores, sentados ó acostados, proal abrigo de este humo.
curan colocarse
Para dar principio á
la
caza del castor, se aguar-
dan las nevadas, y que el viento de nordeste, serenando el cielo, haya traido un frió seco. Pero durante los días que preceden á este viento
se
,
ocu-
pan en otras cazas menores, como por ejemplo de
las
las
nutrias, zorras y ratones de almizcle.
Las trampas que
se
emplean contra estos ani-
males son unas tablas mas ó menos gruesas y anchas. Se abre un hoyo en la nieve se coloca una :
punta de
la
tabla en el suelo
,
y la otra sobre tres
pedazos de madera armados en forma de
El cebo se pone en uno de
los
número
4.
palos de esta cifra;
y el animal que quiere cojerle, se introduce debajo la
tabla, tira del cebo, hace caer
la
tabla
,
y
queda
cojido.
Los cebos
difieren
según
castor le ponen
destinan:
al
de pobo
á la zorra y al lobo
al
,
los
animales á que se
un pedazo de madera
un trozo de carne
,
y
ratón de almizcle nueces y frutas secas.
Los armadijos para cojer
los lobos se colocan á
entrada de los pasos, y á la salida de una maleza; á las zorras en la pendiente de las colinas^ á alla
guna distancia de
los
conejares; á las ratas de al-
mizcle en los sotos de fresnos, las
hondonadas de
los
estanques.
Se visitan
las
las
y á las nutrias
en
praderas y en los juncares do
trampas por
la
mañana,
y al cfcc-
174 to
VIAJE
parten de
ama-
horas antes de
choza dos
la
necer.
Los cazadores caminan sobre
la
nieve con unas
abarcas de dieziocho pulgadas de largo y ocho de ancho: su forma es oval por delante y puntiaguda
por detras;
la
curbatura de
de abedul doblada
de madera
la elipse es
endurecida
fuego^ y las cuerdas transversales y lonjitudinales^ son unas correas de cuero ^ de seis líneas en todos sentidos, refory
al
zadas con vastagos de mimbre: este calzado se sujeta á los pies por
medio de
máquinas injeniosas
tres correas. Sin estas
seria imposible en invierno dar
un paso por aquellos climas; pero al priíícipio incomodan y fatigan mucho, porque precisan á volver las
rodillas hacia
Cuando
se
dentro
procede
y
separar las piernas.
á visitar y recojer los
cepos
en los meses de Noviembre y Diciembre , se hace ordinariamente en medio de los remolinos de nie-
ve, de granizo y de viento, y distingue medio pie delante de -
el sí.
cazador apenas
Marchan en
lencio; pero los perros que perciben
el
olor de
sila
pieza, lo manifiestan con aullidos. Es necesaria to-
da
la
sagacidad del salvaje para encontrar las tram-
pas sepultadas con las sendas bajo los hielos.
A
un
tiro de piedra de
cazador para aguardar
de ja
al
lazos, se detiene el
permanece
la salida del sol;
en pie inmóvil en medio de vuelta
los
la
tempestad,
la
espalda
viento y los dedos en la boca: en cada pelo
las pieles
en que va envuelto, se forma una agu-
de escarcha
,
y el copete de cabello
que corona
su cabeza se convierte en un penacho de hielo.
A AMÉRICA.
Luego que
raya
el
175
alba^ y se descubren
trampas que han caido, corren á dar cojida.
Un
lobo ó una zorra
magullados^ muestra
con
^
fin
los
de
las
bestia
la
lomos medio
cazador su negra boca y afipero los perros los rematan muy
lados dientes;
al
pronto.
Se separa la
nueva nieve
la
máquina, en
la
que
vuelve á armar
y se
,
un cebo fresco, que
se coloca
se cuida de colocar en la dirección del viento.
Algu-
nas veces sucede que los cepos se sueltan sin cojer la
caza; este accidente es efecto de la astucia de las
zorras,
por
el
las
cuales sacan
lado de
la
el
cebo adelantando
la
pata
tabla, en lugar de meterse bajo la
trampa; por cuyo medio hacen
el pillaje
libres de
todo riesgo. Si la primera
recolección de lazos ha sido co-
piosa, los cazadores regresan triunfantes á
na con una algazara estraordinaria ces de la
madrugada; invocan
:
caba-
la
refieren los lan-
á los
manitiis
;
gri-
tan sin entenderse; desatinan de alegría, y hasta los perros los acompañan con sus ladridos. Del éxito de este primer dia se sacan los presajios
mas
fa-
vorables para lo venidero.
Cuando acaban de caer ce la
el sol
nieves, y resplande-
sobre su endurecida superficie, se publica
caza del castor.
solemne
las
al
Ante todo
se
hace una oración
Gran-Castor, presentándole una ofrenda
de tabaco de hoja. Cada indio se arma de una gran
maza para romper el hielo y una red para cojer la presa; mas por mucho que sea el rigor del invierno, ciertos lagos pequeños del
alto
Canadá^ no
se
176
VIAJE
hielan jamás:
fenómeno que proviene ó de
dancia de algunas fuentes calientes, ó de
abnn-
la
la
esposi-
cion particular del terreno.
Estos depósitos de agua no conjelables^ están
jeneralmente formados por
gún
lo
ral.
Ve
he dicho ya en aqui
como
se
el
los
mismos castores^ se-
artículo de hií^toria natu-
destruyen
las pacificas criatu-
ras de Dios.
En
la
calzada del estanque en
donde viven
los
castores, se practica una abertura bastante ancha
para que
el
agua pueda derramarse, y
la
ciudad
maravillosa quede en seco. Puestos los cazadores so-
macana en la mano y los perros detras, están con la mayor atención mirando como quedan á descubierto las habitaciones, al paso
bre
calzada, con una
la
que va bajando
agua. Alarmado
el
el
pueblo an-
de tan rápido derrame^ y juzgando, sin conocer la causa, que se ha abierto alguna bre-
fibio á
vista
cha en
la
calzada, tratan
Todos nadan minar lla
la
á porfía: los
al
momento de
unos
cerrarla.
se dirijen para exa-
naturaleza del daño, estos acuden á
la
ori-
para buscar materiales, aquellos corren á las ca-
sas de
campo para
avisar á sus conciudadanos.
Los
desventurados se ven cercados por todas partes: so-
bre
la
calzada
la
macana deja tendido
al
obrero que
se esforzaba en reparar la avería- el habitante refu-
los perros le
campo, no está ya seguro; el un polvo que le ciega ^ y ahogan. Los gritos de los vencedores
resuenan por
los
jiado en su casa de
cazador
chan
al
le
arroja á los ojos
asalto de
bosques, la
el
ciudad.
agua
se
agota,
y
mar-
A AMÉRICA. El modo de cojer lados es distinto
:
los castores
177 en
los
viveros he-
practicanse en el hielo algunas
aberturas; y los castores^ aprisionados bajo su bóveda de cristal j corren á respirar á aquellos aguje-
Los cazadores procuran tapar con hojas de ca-
ros.
ña
lugar quebrantado; porque sin esta precau-
el
cion_, los
oculta
bre
el
pero
el
el
castores descubririan la
emboscada que
les
meollo de junco que se ha derramado so-
agua. Aproxímanse
pues
^
^
remolino que forman nadando^
cazador mete
el
brazo por
el
respiradero;
al
los
vende
agujero^ coje
el
:
el
ani-
mal por una pata^ y le arroja sobre el hielo ^ donde un círculo de asesinos_, perros y hombres.
le rodea
Colgado al punto á un árbol, un salvaje le desuella medio vivo, á fin de que su pelo vaya mas allá de los mares á abrigar la cabeza de un habitante de
Londres ó París. Terminada la espedicion contra regresan á al
la
cabana de
Gran-Castor,
al
la
los
castores,
caza^ cantando himnos
ruido del tambor y del chichi-
kué.
La operación de
desollar las reses se hace en
común. Se plantan postes; en cada uno de cuelgan de
las
ellos se
patas dos castores, y colocado un ca-
zador á cada lado, á una voz del jefe abren
el
vien-
tre de los animales muertos y los desuellan. Si en-
una hembra, esto produce una consternación universal; porque el matar las hembras del castor, ademas de crimen relijioso^
tre las víctimas se encuentra
es
también un delito político, una causa de guerra
cutre
las
tribus.
Pero
sin
embargo
el
interés^
la
178
VIAJE de armas
afición a los licores fuertes, y la necesidad
han sobrepuesto á
de fuego j se perstición y
la
fuerza de
su-
la
derecho establecido; un gran núme-
al
hembras han sido ojeadas y muertas, lo que tarde ó temprano producirá la estincion de su raza. La caza termina con una comida compuesta de ro de
la
carne de los castores: en
dor
el elojio
de
los difuntos
tribuido á su muerte
:
pronuncia un ora-
ella
como
si
no hubiese con-
refiere todo lo
que yo he di-
cho de sus costumbres; pondera su talento gacidad ))os
:
y su sa-
que
))Ya no oiréis, dice, la voz de los jefes
mandaban,
á los
que habiais elejido para que os
«diesen leyes entre todos los guerreros castores.
«Vuestro lenguaje, que
los
agoreros comprenden
«perfectamente, no se hablará ya en «lago; ya no daréis
mas
el
fondo del
batallas á las nutrias vues-
«tros crueles enemigos. ¡No, castores! pero vues«tras pieles servirán para comprar armas; nosotros ))llevaremos á nuestros hijos vuestros jamones cura-
«dos
al
humo,
y
no permitiremos que nuestros per-
«ros quebranten vuestros duros Luesos."
Todos
los
discursos y todas las canciones de los
indios manifiestan les
los
que estos
se asocian á los
anima-
suponiéndoles cierto carácter y lenguaje , que miran como unos institutores, como unos seres
dotados de una alma intelijente. La Escritura ofrece
muchas veces
á los
hombres
el
ejemplo del ins-
tinto de los animales.
La
caza del oso es la
salvajes.
mas importante entre
Se verifica en invierno, y empieza por
los
lar-
gos ayunos, purgaciones sagradas y banquetes. Los
A
179
AMÉUICA.
cazadores siguen unos caminos espantosos á orilla
de
los
Iagos_,
y entre
oculta
la
cen
sacrificio
el
nieve.
En
montañas cuyos precipici&s
los desfiladeros
que
se reputa
del desierto, cual es el de
a las ramas de
peligrosos ofre-
mas acepto
al
jenio
suspender un perro vivo
un árbol ^ y dejarle morir
rabian-
alli
do. Algunas chozas dispuestas de pronto cada no-
che^ proporcionan un miserable abrigo:
alli
están
poruña parte y abrasados por otra; para defenderse contra el humo, no hay otro recurso que helados
el
de acostarse boca abajoj cubriéndose
el
rostro
con pieles. Los hambrientos perros aullan, y pasan y vuelven á pasar repetidas veces sobre el cuerpo de
amos; y cuando estos creen que van á tomar un miserable refrijerio, su perro, que ha estado sus
mas alerta, se lo traga. Después de fatigas inauditas,
llegan á unas lla-
nuras cubiertas de bosques de pinos
,
que son
guarida ordinaria de los osos. Alli se olvidan
la
las in-
comodidades y los peligros, y comienza la acción. Divídense los tdzadores^ y situándose á cierta distancia unos de otros, abrazan un grande espacio circular.
circulo,
que
Colocados en
marchan
se dirije al
los
diferentes puntos del
á la hora convenida sobre
un radio
centro, examinando con cuidado to-
dos los árboles antiguos en donde suelen esconderse los osos:
que deja
muchas veces descubre
al
animal
el
señal
su aliento en la nieve.
Luego que el indio ha descubierto las huellas que busca, llama á sus compañeros^ trepa al pino, y á diez ó doce pies del suelo encuentra el agujero
180
VIAJE
por donde el
el solitario se
oso está dormido^
do luego
mero
le
ha retirado á su celdilla: parten
la
cabeza _,
árbol otros dos cazadores, ayudan
al
muerto de
á sacar al
si
y subienal
pri-
su escondrijo y precipi-
tarlo.
El guerrero esplorador y vencedor baja entonces, enciende su pipa, la coloca en la boca del oso, y soplando en el
gargüero
el
braserillo de la pipa, llena de
En
del cuadrúpedo.
gunas palabras
al
humo
seguida dirijo al-
alma del difunto;
le
ruega que
le
perdone su muerte, y no le sea contrario en las caceras. Después de esta arenga ^ corta el frenillo de la
lengua del oso, para quemarla en
de descubrir por en
el
fuego,
si
el el
modo como
el
pueblo, á
fin
cruja y chisporrotee
espíritu del oso está ó no está
aplacado.
El oso no siempre está encerrado en
de un pino, porque habita con
mucha
el
tronco
frecuencia en
una guarida, cuya entrada tapa. Este buen ermitaño suele estar tan repleto, que apenas puede andar ^ sin embargo de haber vivido sin comer una parte del invierno.
Los guerreros que partieron de puntos del círculo dirijiéndose tran
al fin
su presa
:
al
los diferentes
centro, se encuen-
en él, llevando, arrastrando ú ojeando algunas veces se ven llegar jóvenes salva-
jes, que con una varita hostigan á un enorme oso
que trota pesadamente sobre
la
nieve
^
y
cuando ya
están cansados de este juego, clavan un cuchillo en el
corazón del pobre animal.
La
caza del oso, lo
mismo que
todas las demás,
A AMÉRICA. acaba por un convite sagrado
tumbra
á asar
un oso entero^
^
181 en
cual se acos^
el
y servirle á los convi-
dados^ que están sentados alrededor sobre
la
nieve^
cuyas ramas
se
hallan taní^
bien cubiertas de nieve. Alli se ve á
la
punta de un
abrigo de
al
poste
los
pinos
cabeza de
la
la
^
víctima
,
pintada de azul y ro-
algunos oradores le dirijen la palabra^ prodi, y gando alabanzas al muerto ^ al mismo tiempo que
jo
devoran sus miembros. «¡Con que lijereza trepabas ))á lo
¡Con que fuerza acome-
alto de los árboles!
))tias!
¡Con que constancia llevabas adelante tus
em-
»presas! ¡Cuanta sobriedad en tus ayunos! Guerro))ro
de
la
vellosa vestidura^ las jóvenes osas se abra-
asaban de amor por
en
la
primavera. Ahora ya
pero tus despojos hacen aun
))no existes; ))cias del
ti
que
los
las deli-
posee."
Muchas veceSj sentados en compañía de vajes,, se
ios sal-
ven en estos convites algunos perros, osos
y nutrias domesticados. Durante esta caza, contraen los indios algunos
compromisos
,
que con dificultad pueden cumplir:
juran, por ejemplo, no comer hasta haber llevado á su
mujer ó su madre
maten; llan
la
pata del primer oso que
y algunas veces su mujer y su
á tres ó cuatrocientas millas del
En
madre
se
ha-
bosque donde
han muerto
la bestia.
agorero,
cual, mediante un presente, arregla el
el
estos casos se consulta al
negocio. Los imprudentes que hacen estos votos,
quedan
libres
Gran-Liebre do
la
de
ellos
quemando en honor de
la
parte del animal que habían dedica-
á sus parientes.
182
VIAJE
La y
caza del oso acaba liácia
en esta época empieza
del
la
el fin
manadas en
se encuentran en grandes
de Febrero^
Estos animales
alce.
los semilleros
de abetos.
Para cojerlos
se cierra
un terreno considerable
en dos triángulos de desigual ostensión^ formados de estacas altas y muy unidas. Estos dos triángulos se comunican por uno de sus ángulos^ á cuya inme-
La
diación se colocan algunos lazos.
base del trián-
gulo mayor permanece abierta^ y los guerreros se colocan en ella en una sola fila. Desde aquel punto á avanzar dando grandes gritos y batiendo una especie de tambor los alces echan á huir por el cercado que forman las estacas^ buscando en vano una salida^ y cuando llegan al estrecho fatal,
empiezan
:
quedan cojidos en ligro
,
los lazos: los
precipitan en
se
que salvan este pe-
triángulo pequeño, en
el
donde son fácilmente asaeteados.
La
caza del bisonte se verifica en tiempo de ve-
rano en
las
savanas que rodean
Los
afluentes.
indios, recorriendo
huir las manadas hacia el rio. se
pone fuego
á las
el
Missouri ó sus
la
llanura, hacen
Cuando rehusan
huir,
yerbas, y los bisontes se encuen-
el incendio y el rio. Algunos millares de aquellos pesados animales, bramando
tran estrechados entre
á la vez
,
atravesando
las
llamas ó las aguas
^
y ca-
yendo alcanzados por una bala, ó heridos por una , ofrecen un espectáculo admirable.
estaca
Todavía emplean ataque contra de lobos
^
los
los bisontes
á fin
salvajes otros :
medios de
unas veces se disfrazan
de aproximarse mas
;
otras atraen á
A AMÉRICA. las el
183
hembras imitando los mujidos del macho. Hacia fin del átono ^ cuando los rios apenas están hela-
dos^ reunidas dos ó tres tribus^ dirijen los ganados
Un
hacia estos rios.
un bisonte^ pasa engañados
los
sioux^ revestido con rio
el
bisontes
sobre
siguen
le
la piel
de
quebradizo hielo;
el
pero
^
el
frájil
rompe bajo el peso de las enormes reses, que perecen en medio de aquellas ruinas flotantes. puente
En
estas ocasiones se sirven los cazadores de la fle-
cha: y el
se
el
golpe
mudo
cazador recojo
el
de esta arma no espanta la
la
caza^
saeta luego que tiene rendido
animal. El mosquete no tiene esta ventaja^ por-
que en
el
uso del plomo y de
pólvora hay pérdida
la
y ruido.
Se procura cojer á
los
bisontes á contra viento^
porque estos animales ventean distancia.
que
los
Los machos heridos
ha herido^ defienden á
ren muchas veces por
al
Los sioux que vagan por
^
á
gran el
hembra,
y
mue-
savanas a
la
orilla
la
ella. las
derecha del Mississipi^ desde este de San Antonio
hombre
se vuelven contra
rio hasta el salto
adiestran caballos de raza españo-
la, con los cuales persiguen á los bisontes.
res
Algunas veces tienen en esta caza
muy
compañeros^ cuales son
Estos se reú-
nen á
los indios á fin
jan, y en
que
la
los lobos.
de aprovecharse de
lo
singula-
que de-
confusión, suelen llevarse los becerros
se estravian.
Muchas veces cazan también
los
lobos por su
cuenta. Tres ó cuatro de ellos divierten á una vaca
con sus juegos,
v
mientras
ella
observa atentamcn-
18
VIAJE
184 le los juegos la
verba
(le
aquellos trai(lores_, un lobo oculto en
coje por las tetas;
la
animal vuelve
el
cabeza para sacudirse^ y entonces le asaltan llo los Ires cómplices de aquel malvado.
En
el
la
cue-
al
teatro donde se verifica esta caza^ se eje-
cuta algunos meses después otra no menos cruel^
aunque mas
pacífica, cual es
cojen por
noche
la
á la luz
de
la
palomas:
las
las
de una antorcha sobre
los árboles aislados,
en donde reposan durante su
emigración del norte
al
El regreso de
cuando
la
los
mediodía.
guerreros en
la
primavera,
caza ha sido buena, es una gran fiesta.
k buscar sus canoas, las reparan con grasa
Vuelven
de oso y resina de terebinto: las peleterías, las carnes curadas al humo, y los equipajes se embarcan y se saltos
abandonan
de
á la corriente
los
y cataratas han desaparecido
miento de
las
rios, cuyos
con
el
creci-
aguas.
Al acercarse
á
los
pueblos
,
salta
en tierra un
indio, y corre á avisar á la nación. Las mujeres, los niños, los ancianos y los guerreros que han que-
dado en
las
cabanas^ corren todos
á la flota con igual.
un grito que
Entonces rompen
las
al rio
,
es contestado
y saludan
con otro
piraguas su fila, y se
colocan costado con costado, presentando
la
proa.
entran en los pue-
Los cazadores el mismo orden que se observó en la partida , y cada uno de ellos canta sus propias alabanzas ))Es necesario ser muy hombre para atacar á saltan á la orilla,
blos con
:
como yo lo he hecho; ))muy hombre para traer las pieles
»los osos
es
menester ser
y los víveres
que
A AMÉRICA. í)yo
185
he traído en tan grande abundancia. '* Las tri-
bus aplauden, y las mujeres siguen descargando los productos de la caza. Se reparten en la plaza pública las pieles y carnes;
las
enciende
se
se echan en
fuego del regreso
el
de lenguas de oso
los frenillos
él
queman
están secos y se
si
y si
muy buen
son carnosos y chisporrotean bien^ es
agüero;
,
:
sin
ruido, es
señal de que la nación se halla amenazada de alguna
gran desgracia.
Después de
la
danza de
la
caza
tima comida de se
ha traído vivo de
entero^ con caldera.
No
la piel
_,
selva:
la
pipa
la
se sirve la úl-
^
que consiste en un oso que
ponen
le
y las entrañas, en
á cocer
una enorme
ha de dejarse nada del animal
de quebrantarse sus huesos^ como en
todo
la
,
ni
han
costumbre
judaica, y es preciso beber hasta
la
última gola
agua en que ha sido hervido
lo
cual el salvaje
cuyo estómago rehusa siliü á
el
para
:
alimento, llama en su au-
sus compañeros. Esta
comida dura ocho ó diez
horas, y los concurrentes salen de horrible; algunos pagan con
cer que la
la
«Guerreros, ))tlechas:
la
las la
ella
vida
superstición impone.
ceremonia con
el
el
en un estado horrible pla-
Un sachem
cierra
siguientes palabras:
Gran-Liebre ha mirado nuestras
habéis mostrado
«la prudencia del oso
,
la
la
sagacidad del castor,
fuerza del bisonte,
la
ce-
Retiraos, pues, y pasad la lutia pesca y en los juegos." Este discur-
))leridad del alce. ))de
fuego en
la
so termina con
repetido.
el
grito relijioso
¡oah! tres veces
i
86
VIAJE
Los animales que proveen vajes son: el
pecano_,
minio, el
el
el
tejón,
el
gofero,
castor,
la
la
muchas Las
negra
,
peletería á los sal-
liebre gris y blanca,
marta,
gato tigre ó carcajii
la ardilla
ile
zorra gris_, amarilla y roja,
la
,
la
el
nutria,
gris ó listada,
el
ar-
ratón de almi/xie,
el
el
lobo cerval,
oso y
el
lobo de
especies. pieles destinadas á curtir son las del alce,
dante, oveja montes, corzo, gamo, ciervo y bisonte.
GtJJEKKA.
MaA.
J_Jntre
salvajes
los
187
AAIÉUICA.
A
todo
mundo
el
hombres, mujeres, niños; mas
va
cuerpo de los
el
combatientes se compone en jeneral de parte de
armado^
la
La edad
empieza á
le^al para el servicio militar
los
quince años. La guerra es
los
salvajes, y todo el fondo de su política:
mas de
algo los
quinta
tribu.
la
lejítiraa
que
la
gran negocio de
el
tiene
guerra que se hace en
pueblos civilizados; porque casi siempre se de-
clara por la existencia del pueblo
y su objeto es
que
la
emprende,
de conservar los paises de caza,
el
ó los terrenos propios para el cultivo.
Mas por
mismo que
vivir al arte
que
le
dá
el indio
la
muerte
solo se aplica por ^
resultan de ello furores im-
placables entre las tribus. Se disputa la
familia
el
:
noce lean
el
nombre
y el
,
con
y por
,
alimento de y
como
los
y cada enemigo co-
semblante de su enemigo ,
,
pe-
por antipatías
resentimientos particulares; aque-
de un mismo desierto, llevan á sus quere-
llos hijos llas
numerosos
también con encarnizamiento
de carácter,
el
odio se hace individual
ejércitos son poco
lo
los estranjeros la
animosidad propia de
las
discordias civiles.
A
esta primera y jeneral causa de la guerra en-
tre los salvajes, se allegan otras razones
mientos
,
de levanta-
nacidas de cualquier motivo supcrsticio-
i
88
viAJii
so, de una disensión doméstica de algún
procedente del comercio con
que
matar algunas hembras de castores, era un
el
motivo lejítimo de guerra entre te de
interés
europeos. Asi es,
los
hordas del nor-
las
América.
La guerra
se declara de
un modo estraordinario
Cuatro guerreros pintados de negro des-
y terrible.
cabeza, se introducen á favor de
de los pies á
la
noche en
pueblo amenazodoj
y
llegados á las
cabanas, echan en
el
fogón una ma-
el
puertas de
las
cana pintada de rojo
de
al pie
,
la
cual están
la
mar-
cados con caracteres conocidos por los sachems los
motivos de
las hostilidades:
arrojaban una javalina
en
romanos
los primitivos el
enemigo.
territorio
Estos reyes de armas indianos desaparecen
mento como unas fantasmas^ dando
el
ai
mo-
famoso grito
ó icoop de guerra, el cual se forma apoyando una
mano le
sobre
la
boca, de modo que
el
sonido que sa-
temblando, ya mas sordo, ya mas agudo, termi-
ne por una especie de rujido, de que no es posible dar idea. Publicada
guerra,
la
si el
débil para sostenerla, huye; te fuerte, la acepta, y las
si
enemigóos sobrado se considera bastan-
empiezan
los preparativos y
ceremonias de costumbre.
Se enciende en
la
plaza pública
un gran fuego,
y la caldera de la guerra, colocada sobre
ra^ es
la
mete en
marmita ella algo
del jenízaro.
de
lo
tan también dos |)ostes
chaSj macanas
y
que ,
le
la hogueCada combatiente
pertenece
:
se plan-
de donde se cuelgan
ile-
[)lumas, lodo pintado de rojo. Di-
189
A AMÉRICA. postes se colocan al septentrión
chos
mediodía ó
al
gún
occidente de
al
la
oriente^
al
^
plaza pública,
se-
punto jeográfico de donde debe proceder
el
la
batalla.
Flecho esto
se presenta á los guerreros la
,
me-
dicina de la guerra, vomitivo violento desleido en
un azumbre de agua, que debe beberse de un tiLos jóvenes se dispersan por las inmediaciones, aunque sin separarse mucho ^ y el jefe que debe rón.
mandarlos^ después de haberse frotado
el
cuello y el
rostro con grasa de oso y carbón molido^ se retira á la
estufa, en donde pasa dos dias enteros sudando,
ayunando
y
observando sus sueños. Durante estos
dos dias está prohibido á á los guerreros; pero la
espedicion,
te del botín
dudan
del
al
las
mujeres
el
pueden hablar con
acercarse el jefe
de
cual visitan para obtener una par-
que se haga; porque
los salvajes
nunca
buen éxito de sus empresas.
Dichas mujeres llevan varios presentes, quedejan k los pies del jefe; y éste nota con granos ó
conchas
la
pretensión de cada una: una hermana
reclama un prisionero que haga con
ella las
veces
hermano que murió peleando; una matrona
del
de algunas cabelleras para consolarse por
la
pi-
pérdida
de sus parientes; una viuda requiere un cautivo por
marido, ó una viuda estranjera por esclava; una madre pide un huérfano para reemplazar al hijo que ha perdido. Transcurridos
los
dos dias de retiro, los jóvenes
guerreros se dirijen á su vez ante ra
,
y le declaran su designio
el jefe
de
la
guer-
de tomar parte en
la
VIAJE
190
cspedicion; porque aunque
hacer
la
guerra
die ^ pues
Todos
consejo hayo resuelto
puramente voluntario.
es
guerreros se embadurnan de negro y manera que les parece mas adecuada
ios la
para aterrar
el
esta determinación no liga á na-
empeño
el
colorado de
^
enemigo. Unos
al
se
hacen barras lon-
jitudinales ó transversales en los carrillos; estos
fi-
guras redondas ó triangulares; aquellos se pintan serpientes. El pecho descubierto y los brazos des-
nudos de un guerrero^ oTrecen hazañas: algunas
mero de
nú-
cabelleras que ha arrancado^ los combates
en que se ha encontrado rido.
historia de sus
la
cifras particulares espresan el
Estos jeroglíficos
_,
que ha cor-
los peligros
impresos en
el
cutis con
nunca pueden borrarse: son unas picaduras muy finas quemadas con resina de pino. puntos azules
tida
_,
Los combatientes^ enteramente desnudos ó vesuna túnica sin mangas^ adornan de plumas el
único copete de cabello que conservan en de el
la
En
cabeza.
el
cráneo; y
de también del mismo cinturon
izquierdo
arco ó
el la
vértice
su cinturon de cuero llevan ceñido
cuchillo para recortar
cha llevan
el
la
aljaba con
:
macana pen-
la
en
la
mano derehombro
carabina_, y sobre el las flechas
_,
ó el frasco de
cuerno lleno de pólvora y de balas. Asi procuraban hacerse formidables á los ojos de los romanos los cimbrios^
los
El jefe de llar
teutones y los francos. la
guerra sale de
de porcelana rojo en
la
la
hermanos de armas un discurso: »rilu abre mi
boca.
estufa con
mano^ ))E1
un co-
y dirijo á
sus
Grande-Espí-
La sangre de nuestros paricn-
A AMÉIUCA. »tes muertos en
la
191
última guerra^ todavía no se ha
))secado; sus cuerpos no han sido cubiertos^ y es
«menester que vayamos á defenderlos de las mos))cas. He resuelto^ pues^ marchar por la senda de guerra; he visto osos en mis sueños; los mani-
))la
buenos
))tiis
))maIos no
))merme
me han prometido su asistencia^ me serán contrarios: iré, pues_,
á los
enemigos,
á
beber su sangre, á ha-
prisioneros. Si yo perezco
))cer
y los á co-
_,
»que quieren seguirme pierden
ó
algunos de
si
los
vida^ nuestras
la
))almas serán recibidas en la rejion de los espíritus, ))y
nuestros cuerpos no quedarán tendidos en
))vo
ó en
))cerá al
el
el
pol-
lodo, porque este collar rojo pertene-
que cubra
á los muertos.''
Dichas estas palabras, arroja
collar en
el
el
suelo, y los guerreros mas célebres se precipitan
para recojerle: los que todavía no han combatido,
común ^ no
ó que solo disfrutan de una celebridad
El guerrero que
le
levanta queda hecho teniente jeneral del jefe, y
le
se atreven á disputar el collar.
reemplaza en
so.
el
mando,
si
perece en
la
espedicion.
El guerrero que posee el collar hace un discurTraen agua caliente en una vasija los jóvenes :
lavan
al jefe
de
la
guerra, quitándole
gro de que está cubierto, en seguida carrillos, la frente y el
de diferentes colores^ y
el
color ne-
le
pintan los
pecho con gredas y arcillas con su traje mas
le revisten
precioso.
Durante esta ovación canta aquella famosa canción de
que va
el jefe á
media voz
muerte que entona
á sufrir el suplicio del
fuego.
el
192
VIAJE
))Yo soy intrépido y valiente
»me
de
rio
los
no temo morir; los
temen! ¡Son mujeres^ menos que muje-
))que los
¡Ahogue
))res!
^ y
tormentos. ¡Cuun cobardes son
enemigos! ¡Pueda
mis
rabia á
la
»yo devorarlos^ y beber su sangre hasta
última
la
»gota!."
Acabada por pinza su segundo
canción de guerra.
la
í>Yo pelearé por
beberé en
))ras^ y
muerte^ em-
jefe la canción de
el
el
la
patria;
y
arrancaré cabelle-
cráneo de mis enemigos
Cada guerrero^ según su carácter
_,
añade
_,
&.c." á esta
canción algunos pormenores mas ó menos atroces.
Unos dicen
:
))Yo cortaré con los dientes los dedos
mis enemigos; yo
))de
))seguida las piernas."
quemaré
y
en
Otros: »Yo dejaré que
los
les
los pies
«gusanos se introduzcan en sus llagas; yo ))ré la piel ))y
se lo
yo
del cráneo;
meteré en
la
les
arrancaré
el
^
les quita-
corazón^
boca."
Estas canciones infernales solo tre aullidos las hordas del norte.
las
cantaban en-
Las tribus del me-
diodía se contentaban con ahogar á sus prisioneros
en
el
humo.
Habiendo repetido guerra^ recita
en la
el
la
el
canción de familia^ que consiste
elojio de los abuelos.
guerra por
la
guerrero su canción de
Los jóvenes que van
Concluidas estas primeras ceremonias jefe
al
pasa
el
_,
consejo de los sachems^, que están sentados
en círculo con una pipa roja en
gunta
á
primera vez permanecen silenciosos.
si
pieza de
la
boca^ y les preel hacha. Em-
persisten en querer levantar
nuevo
la
deliberación^ y casi siemj)re se
A AMÉIUCA. confirma de
el jefe
los
guerra á
la
jóvenes
la
Desatan
las
de
ancianos^ á lo que
los
con una aclamación.
perro sagrado, que estaba atado á
y le ofrecen á Areskui, dios de la guerra.
un poste, Entre
el
plaza pública^ y anuncia á
la
decisión
los jóvenes
responden
193
resolución primera. Entonces se vuelve
la
naciones del Canadá^ degüellan este per-
ro, y después de haberle hervido en una caldera,
le
hombres que se hallan reunidos, sin que permitido á ninguna mujer asistir á este ban-
sirven á los sea
quete misterioso. Concluida gefe que se pondrá en
ó
al
ponerse
marcha
salvajes, es
al
de
los
momento la
dia al
el
amanecer,
la
indolencia natural de
momento reemplazada por una
actividad estraordinaria: cial
comida, declara
tal
el sol.
Oida esta declaración, los
la
la
alegría y
jóvenes se comunican á
se establecen
el
ardor mar-
nación; y
la
una especie de
al
talleres para
construcción de carretones y canoas. Los carretones empleados en el transporte de
los bagajes,
de los enfermos y de los heridos, se muy delgadas de pie y medio
forman de dos tablas de largo
y
delante.
Tienen unos rebordes en donde
siete pulgadas de
unas correas para sujetar
ancho
^
realzadas por se
atan
los fardos^ y los salvajes ti-
ran de este carro sin ruedas por medio de una doble
banda de cuero ^ llamada metump bre
el
,
que
se pasan so-
pecho ^ y cuyos estremos están atados en
la
delantera del carretón.
Las canoas son de dos especies: unas mas grandes Y otras mas pequeñas
;
y se construyen del
mo-
194
VIAJE
do siguiente:
se
piezas curvas^ de
unen por sus estremidades unas
manera que formen una
cerca de ocho pies y medio en su y veinte
en
se colocan
el
mayor;
unas
costillas
esqueleto de
la
de
sobre estas piezas maestras
y
dro rojo^ reforzadas con
elipse
menor diámetro,
delgadas de madera de ce-
un
mimbres. Este
tejido de
canoa se reviste con cortezas arran-
cadas en invierno á los olmos y
echando agua hirviendo sobre
á los abedules,
tronco de estos ár-
el
boles, cuyas cortezas se unen con raices de abeto,
que son en estremo
flexibles, y tardan
mucho
á se-
carse. La costura se cubre por dentro y por fuera con un baño de una resina, cuyo secreto conservan los
salvajes.
Concluida
la
canoa
^
y
armada de sus
canaletes de arce, se parece bastante á una tejedera ó araña de agua, elegante y lijero
marcha con rapidez sobre
la
insecto, que
superficie de los lagos
y de los rios.
Uu
combatiente debe llevar consigo diez
libras
de maiz, ó de otros granos^ su estera^ su manitii y su saco de medicina.
El dia que precede
al
de
la
partida^ llamado
dia de la despedida, está consagrado á nia
muy
el
una ceremo-
tierna entre las naciones de las lenguas hu-
rona y algonquina. Los guerreros que hasta entonces han estado acampados en la plaza pública ó en
una especie de campo de Marte, los
se dispersan
por
pueblos, y van á despedirse de cabana en caba-
ña^ donde son recibidos con muestras del mas tierno interés: todos quieren tener alguna cosa que haya pertenecido,
y
con este objeto
les
quitan
les el
A AMÉRICA.
195
manto para darles otro mejor cambian con ellos una pipa ^ y en todas partes se ven precisados á comer^ ó apurar una copa. Cada choza ofrece por _,
un voto particular; y es indispensable que contesten á sus huéspedes con un deseo semejante. ellos
Cuando
el
guerrero se despide de su propia ca-
bana^ se detiene primero
umbral de
al
puerta. Si
la
primera^ y su hijo la besa tiene madre^ sale ésta los ojos^ la boca y los pechos. Se presentan en sela
guida sus hermanas y les toca sus pies su mujer
De
nos jenios.
varones
,
frente
la
todos sus hijos solo
el
la
último:
el
sachem^ después de haberle dado un golpe en palda^
le dirije
un discurso para exhortarle
á
la
lgan ))tu
á
mí
^
co-
insultando
^
memoria.'' la
despedida
partida. Al despuntar
jefe de la
guerra^ y da
obscurecido
el cielo la
_,
es el dia
alba sale de su choza
el
grito de muerte. Si ha
menor si
nubecilla_, se
,
se levanta y se
ha ocur-
se difiere el dia
marcha. El campo despertado por
muerte Los
si
el
ha visto algún pá-
jaro ú otro animal de mal agüero la
mismo de
el
rido algún sueño funesto,
de
,
enemigos Me-
harán caldo con mi carne
Al otro dia de la
los
si
es-
honrar
á sus abuelos: ))Yo estoy detras de ti^ le dice
))mo tu estas detras de tu hijo:
los
hacha ó
se presenta el
fin
bue-
á los
presentan
le
sobre los cuales estiende
macana. Su padre en
póstrase á
:
encomienda
j á la cual
el
grito de
arma.
jefes de las tribus
enarbolan los estandartes,
que son unos pedazos de corteza de forma redonda y pendientes de la punta de una lanza, sobre los
196
VIAJE
cuales están groseramente dibujados algunos mani-
tús^ una tortuga^ un oso^ un castor, &c. Los jede
fes
las
campo
á
tribus son una especie de mariscales de
órdenes del jeneral y de su segundo. algunos capitanes no reconocidos por
las
Hay ademas
grueso del ejército: estos son unos partidarios,
el
á
quienes siguen los aventureros.
Procódese luego
alistamiento del ejército:
al
cada guerrero, pasando por delante del jefe
en-
le
,
trega un pedacito de madera marcado con un signo particular. Hasta tivo
,
pueden
los
la
entrega de su símbolo respec-
guerreros retirarse de
la
espcdi-
cion; pero dada esta prenda^ cualquiera que vuelva atrás es declarado infame.
Preséntase luego
sumo sacerdote seguido
el
del
colejio de los agoreros ó médicos, los cuales llevan
unas cestas de junco en forma de embudo, bolsas de piel
llenas de raices
guerreros se sientan en
y
unas
y de plantas. Los
suelo con las piernas cru-
el
zadas, formando círculo, en medio del cual están los sacerdotes
en pie.
El primer agorero llama á sus nombres:
los
combatientes por
guerrero llamado se levanta y entrega su manitii al agorero, que le coloca en una de
las cestas,
algonquinas
,
el
cantando
¡ajouh-oyah-alluya
Los manilús varían sentan pieles
los
mismo tiempo
al
al
estas voces
I
infinito, porque repre-
caprichos y los sueños de los salvajes:
de ratón henchidas de heno ó de algodón^
unos gusanillos blancos
,
p(ájaros
llenos de
paja^
dientes de cuadrúpedos ó peces, pedazos de tela en-
A AMÉRICA. carnada^ raoios de
árboI_,
197
algunas bujerías de vidrio,
ó cualquier adorno europeo; en fin, todas las for-
mas que
se cree
mostrarse á
han tomado
buenos para
los jenios
poseedores de estos manitiis
los
¡di-
:
chosos al menos ^ pues que se tranquilizan atan poca costa, y se creen á cubierto de los reveses de fortuna bajo
la
Bajo
el
la
protección de cualquier bagatela!
réjimen feudal se recibia acta del derecho
adquirido por
el
don de una varita, de una paja^ de
una sortija, de un cuchillo
Los manitús dan confiados á de
los caudillos
De dición
&c.
,
distribuidos en tres cestas, que-
,
la
custodia del jefe de
la
guerra y
de las tribus.
colección de los manitüs se pasa á
la
de
las
mentos de
plantas medicinales y de
los
la
ben-
instru-
cirujía. El gran agorero los saca de
uno
en uno de un saco de cuero ó de pelo de búfalo, los deja en el suelo, baila alrededor de ellos
otros agoreros, se
descompone
el
con
los
semblante, aulla,
pronuncia voces desconocidas, y termina declarando
que ha comunicado
á los simples
una virtud sobre-
natural, y que tiene poder para volver á la vida á los guerreros difuntos. Se abre los labios con los dientes, aplica
luego unos polvos sobre
la
herida ^ cuya
sangre ha chupado con destreza, y aparece súbitamente curado. Algunas veces le presentan un perro
que
se cree
trumento el
muerto; mas
á la aplicación
se levanta el perro
,
de un ins-
y se publica á voces
milagro. ¡Y sin embargo, son unos hombres intré-
pidos los que asi se dejan embaucar por unos prestigios tan groseros! El salvaje
no ve en
la
charlatane-
i
98
VIAJE
de sus sacerdotes mas que
ría
la
intervención del
Grande-Espíritu^ y no se corre de invocar en su ausilio a! que ha hecho la llaga y puede curarla.
Entre tanto ya han preparado
mujeres
las
el
banquete de la partida esta última comida se compone también de carne de perro como la primera. Antes de llegar al manjar sagrado , se dirije el jefe :
á la reunión:
«Hermanos
míos:
))Yo todavía no soy ))go
hombre^
lo sé; y sin
todos saben que he visto algunas veces
))migo.
En
«nosotros
la
embarene-
al
última guerra murieron muchos de
j y los
huesos de nuestros compañeros no
))han sido defendidos de las moscas;
))dispensable que
vayamos
es
pues, in-
^
¿Como
á cubrirlos.
he-
))mos podido permanecer tanto tiempo sobre nues-
esteras? El manitú de mi valor
))tras
«vengar
al
me manda
hombre. ¡Animo pues, ó jóvenes!"
Entona
el jefe la
canción del manitú de
los
com-
bates (1)^ cuyo estribillo repiten los jóvenes. Concluido el cántico , se retira el jefe á la cumbre de
una eminencia^ do en al
la
y se acuesta sobre
mano una
pipa roja
,
una
piel,
tenien-
cuyo braserillo mira
pais enemigo. Se ejecutan las danzas y las pan-
tomimas de llama
el baile
Un cí)
la
guerra,
la
primera de
las
cuales se
de la descubierta.
indio se adelanta solo y á paso lento en
Véanse
los
Nalchez,
me-
AAMÉIU€A. guerreros: se
los al
declinar
le
el día.
,
;,
Descúbrese
á gatas para llegar á él
sionero
109
y representa la partida de ve marchar, y después acampar
dio de los espectadores
muere otro,
ataca
;
enemigo, marcha
el
pelea
^
^
cae uno pri-
retirada precipitada ó tran-
quila, vuelta dolorosa ó triunfante.
El guerrero que ejecuta esta pantomima la dá fin con un canto en honor suyo y gloria de su familia. »llace veinte nieves hice yo doce prisioneros;
»hace diez nieves salvé
Mis antepasados eran
al jefe.
Mi abuelo
«valientes y famosos.
era
la
sabiduría de
mi padre era »fuerte como un pino. Mi bisabuela fue madre de mi abuela valia ella sola por un ))CÍnco guerreros tribu y
))ia
el
bramido de
la
batalla;
;
«consejo de sachems
;
y mi madre hacia una esce-
))lente sagamita. Pero yo soy mas fuerte
bio
que todos mis abuelos." Esta era
Esparta
:
la
y
mas
sa-
canción de
Nosotros fuimos en otro tiempo jóvenes^
valientes y atrevidos.
Tras este guerrero
se levantan los otros, y
tan igualmente sus proezas; se
prodigan
ni tan bello
,
mas
como
les
encima de todo
el
:
las
elojios
nada es tan noble
reúnen todas
ellos; ellos solos
cualidades y todas
mas
y cuanto
felicitan
can-
las
virtudes. El que se colocaba
mundo
,
aplaude
al
que declara
sobrepujarle en mérito. Los espartanos tenian tam-
bién esta costumbre, y discurrian que
que
se dá alabanzas en
público
,
el
hombre
contrae una obli-
gación de merecerlas.
Poco tos para
á
poco dejan todos
tomar parte en
los
los
guerreros sus pues-
bailes
:
se ejecutan al-
19
200
VIAJE
gimas marchas
son del tamboril^ del pífano
al
chichikué. Se aumenta
de un
los trabajos
da
;
el
sitio^ el
movimiento
y
y del
se imitan
ataque de una empaliza-
unos saltan como para salvar un foso, otros
los
parece que se echen á nadar, otros presentan
la
mano
al
sus compañeros para ayudarles á subir
á
Resuenan unas macanas contra otras; el chichikué precipita la marcha los guerreros sacan asalto.
•,
sobre sí mismos, al mas aprisa, y últimamente con tanta rapidez, que desaparecen en el circulo que describen y al mismo tiempo pueblan
puñales, empiezan
á revolverse
principio con lentitud, luego
;
bres feroces se dirijen
que estremece trajes
hom-
puñal que aquellos
el aire horribles gritos. El
pecho con una destreza
al
su rostro negro y abigarrado
,
,
sus
caprichosos, sus prolongados aullidos; todo
este cuadro de una guerra salvaje inspira el
mayor
terror.
Fatigados, jadeando, cubiertos de sudor, ter-
minan
los actores el baile, y se pasa á la
Los insultan
los jóvenes.
nes ultrajantes
,
les
,
cabeza
y es preciso
con
la
les dirijen
les
reconvencio-
cubren de ceniza caliente
dan latigazos,
cabellos ,
,
prueba de
les
echan tizones
que sufran todos estos
los á la
ultrajes
mas perfecta insensibilidad; porque el que el menor signo de impaciencia, seria
dejase escapar
declarado indigno de levantar
el
hacha.
El tercero y ultimo convite del perro sagrado corona estas diversas ceremonias. Solo debe durar
media hora
:
los
guerreros
comen en
sididos por el jefe: éste deja
muy
silencio
pronto
,
el
pre-
ban-
A AMÉRICA.
qnctc los
y
bagajes
toman
y
,
hablar una palabra
,
201
corren todos los guerreros á
y á esta señal
armas. Rodéanlos
las
los
parientes y amigos
dre sigue con sus miradas
sin
,
ma-
la
;
hijo^ ocupado en car-
al
gar los fardos sobre los carretones^ y surcan sus mejillas lágrimas silenciosas.
Algunas familias están
sentadas en
permanecen en
suelo
el
,
otras
todas observan atentas los preparativos de
cha
^
y
,
mar-
y en todos los semblantes parece leerse escrita
misma pregunta hecha interiormente por
esta
versos cariños: i)¿Si ya no
En
fin
,
el
den militar los
guerra
:
jefe de la guerra
sale de
manitús; detras de ,
se
su
viene en pos
marcha
él
cabana
forma en or-
gran agorero se pone á
el
di-
volveré á ver?"
le
completamente armado. El ejército con
pie la
la
cabeza
el jefe
de
la
porta-estandarte de la pri~
el
mera tribu ^ llevando desplegada al aire su bandera, á la que siguen los hombres de dicha tribu. Las demas tribus desfilan después de la primera y y tiran de los carretones cargados de calderas, esteras y sacos de maíz. Algunos guerreros^ de cuatro en cuatro ó de ocho en ocho, llevan en hombros
pequeñas
y
cortesanas tiran
grandes canoas. Las mozas 'pintadas ,
siguen
el ejército
con sus
también de los carretones
llevar el
metump cruzado por
el
á la frente. El teniente jeneral
;
hijos.
las ,
ó
Estas
mas en lugar de
pecho, se
marcha
lo aplican
solo
en
el
flanco de la columna.
El jefe de algunos pasos
la ,
guerra
,
después do haber andado
detiene á los guerreros, y
«Desterremos
la tristeza: el
que va
á ti^
les
dice;
morir dc-
202
VIAJE
Sed dóciles
contento.
estar
))1)C
))que se distinga recibirá
á
mis órdenes
mucho metump. Mi
:
el
estera
N.^ poderoso guerrero. Si yo y mi sepuestos en la caldera^ N. os mandasomos ))gundo llevará
))la
Ea
»rá.
))aullad
pues
^
^
daos palmadas en los muslos^ y
por tres veces."
Dicho esto antrega estera al
éste
el
el jefe
su saco de maíz
guerrero que ha designado
derecho de mandar
la
tropa
^
lo
y su
que dá
á
jefe ó su
si el
segundo perecen. Vuelve
á seguir la
marcha^ y
el
ejército es or-
dinariamente acompañado por todos de
pueblos hasta
los
echarse
al
escena de
agua la
las
rio
el
los
habitantes
ó lago en donde deben
canoas. Entonces se renueva
despedida
:
los
la
guerreros se desnudan^
y reparten sus vestidos entre los miembros de sus familias.
En
este último
momento
es permitido
que
cada uno esprese en voz alta su dolor: cada combatiente está rodeado de sus parientes,, que le prodigan
estrechan en sus brazos_, y le dan los nombres mas tiernos que se conocen entre los hommil
caric¡as_, le
bres. Antes de dejarse tal vez para siempre^ se per-
donan recíprocamente
los agravios
que pueden ha-
berse hecho. Los que quedan ruegan á los manitüs
que abrevien
el
tiempo de
ten conjuran
al
roclo que descienda sobre
natal
,
sin olvidar
la
ausencia; los que parla
choza
en sus deseos de felicidad á los
animales domésticos^ huéspedes del hogar paterno.
Las mujeres que han permanecido en cen desde lejos posos
y
á SUS
las
la orilla^
ha-
últimas senas de cariño á sus es-
padres y á sus hijos.
203
A AMÉRICA. Para sigue
pais
dirijirse al
camino directo
el
^
enemigo, no siempre que algunas veces
sino
mas corto, como mas seguro. La marcha arregla por el agorero, según los buenos ó malos
loma se
el
presajios:
La
si
ha observado algún buho, se detiene.
entra en un ancón; saltan en tierra, arman
ilota
una empalizada, después de
lumbre,
se
ponen
cena
se
pone
la
se se
,
espíritus, y
fuerte.
manitús
;
calderas
al
campo bajo
el
el jefe
tengan cerca de
muy
las
cual, encendida la
lo
recomienda á la
sí
macana
Se suspenden de
,
fuego. Concluida la
los
custodia de los
guerreros que
y que no ronquen las
empalizadas
los
es decir los ratones henchidos de paja, las
piedrccillas blancas, los pedacitos de paja, los pe-
dazos de tela roja, y
el
agorero empieza
la
oración:
))0 manitús, dice, sed vijilantes: abrid los ojos ))y las
orejas. Si los guerreros fuesen sorprendidos,
))esto
redundaría en deshonor vuestro. ¡Gomo! di-
))r¡an los
sachems:
los i
))se
Ya
))go! ))á
manitús de nuestra nación
han dejado vencer por veis
comer, y
si
los
los
manitús del enemi-
esto seria vergonzoso; nadie os daría
guerreros tratarían de obtener otros
mas poderosos que vosotros. En vuestro «ínteres está el guardar bien el campo; porque si
«espíritus
))nos arrancasen la cabellera ))no seria á ))SÍno
durante nuestro sueño,
nosotros á quien podría echarse en cara,
que toda
la
culpa sería vuestra."
Después de esta amonestación á los manitús, el mundo se retira con la mas perfecta seguri-
todo
dad
,
iulimamenle convencido de que nada tiene
que temer.
204
VIAJE
Algunos europeos que han hecho los salvajes, adníiirados de
preguntaban
á sus
compañeros de estera
veces habían sido sorprendidos en los tos
:
))Con
algunas
si
campamen-
mucha frecuencia:" respondian.
))¿Pues
mejor en estos casos^ replicaban aquellos^
))no seria
«colocar centinelas?''
respondía
seria
una virtud de su imprevisión
hay hora
vimiento:
bueno
si el
eso:"
volviéndose del otro lado. El
el salvaje
indio se hace
— ))Muy
pereza^ colocándose bajo
No
guerra con
la
tan eslraña confianza,
la sola
para
fija
el
de su
y
protección del cielo.
descanso
para
ni
mo-
el
agorero esclama á media noche que
ha visto una araña sobre
hoja de un sauce
la
^
es
indispensable partir.
Cuando pasan por un za, se dispersa
la
tores quedan á disposición se presenta;
hostil
que
nerse
el sol ^
que abunda
pais en
la
ca-
tropa, y los bagajes y sus conducde
primera partida
la
pero dos horas antes de po-
todos los cazadores vuelven
con una precisión de que solo
al
campo
son ca-
los indios
paces. Si se cae en
la
senda blazed ó
mercio y todavía es mayor
la
la
senda del co-
dispersión de los guer-
reros: dicha senda está marcada en los troncos de los árboles^ señalados ra.
Este
es el
con un corte
camino que siguen
á la
misma
las diversas
nes rojas para traficar unas con otras ó con
altu-
naciolas
na-
ciones blancas; y es de derecho público que este ca-
mino pertenezca neutro; por á
ninguno de
los
lo cual
que transitan por
La misma neutralidad
se
no se molesta
él.
observa en
h
senda de
205
A AMÉRICA. la sangre-,
la
los matorrales.
ha puesto á fica
cual está trazada por el fuego que se
sobre aquel camino consagrado sus espediciones
tribus en
partidas enemigas
no
Ninguna cabana
la
se
remotas.
Las mismas
encuentran en aquel punto,
jamás; porque violar
se atacan
mercio ó
si
se edi-
tránsito de las
al
la
senda del co-
de la sangre , es una causa inmediata de
guerra contra
la
nación que ha cometido
el sacri-
lejio.
Si una tropa encuentra dormida á otra con la que tiene contraidas alianzas, permanece en pie
fuera de las empalizadas del
campo
hasta que dis-
piertcn los guerreros; y cuando estos salen de su
sueño, se aproxima su jefe á
la
tropa viajera,
le
presenta algunas cabelleras destinadas para estas ocasiones, y les dice:
»Aqm
»rica: podéis pasar, sois
tenéis golpe
»tro honor está á cubierto." los aliados: ))Aqui
,
que signi-
lo
hermanos nuestros; vues-
A
lo
que responden
tenemos golpe."
y
prosiguen su
camino. El que tomase por enemiga á una tribu
amiga, y
despertase, se espondria á una recon-
la
vención de ignorancia ó de cobardía. Si ha
de atravesarse
neutral, debe pedirse
el
el territorio
de una nación
paso, con cuyo objeto se
nombra una diputación, que pasa con
la
pipa
pueblo principal de dicha nación. El orador fiesta
que
árbol de
el
la
al
mani-
paz fue plantado por los
abuelos; que su sombra se estiende sobre los dos
pueblos; que
el
hacha esta enterrada
bol, y que es
menester
tad y fumar
la
al
pie del ár-
estrechar los lazos de la amis-
pipa sagrada. Si
el
jefe de
la
nación
206
VIAJE
neutra recibe y
üe
^
está concedido el paso,
se vuelve bailando hacia los su\os.
modo van aproximándose
este
de llevan
pipa y fuma
la
embajador
el
guerra^
la
pais adon-
al
plan, sin precaución y sin
sin
temor. Ordinariamente se deben á
la
casualidad las
primeras noticias del enemigo: un cazador viene
hom-
corriendo, y declara que ha visto huellas de bre. Al
de
momento
jefe parte con los
ra
manda que
se
que no
á fin de
trarbajos_,
examinar
las
cese toda especie
se oiga el
ruido, y
el
guerreros mas esperimentados pahuellas.
los sonidos á distancias
Los
salvajes que perciben
inmensas^ reconocen
los se-
ñales en las áridas malezas y en las peladas rocas,
donde ningún otro ojo que
Y
da.
el
suyo descubriria na-
no solo descubren estos vestijios, sino que
pueden decir qué tribu indiana qué fecha son. Si
la
considerable, son
los
por
marca
alli; si la
disj
los
ha dejado y de
unción de ambos pies es
iliiieses
los
que han pasado
del talón es profunda, y la
im-
presión de los dedos ancha, se reconoce á los ut-
chipueses;
que
los
si el
pie se ha llevado de lado, es seguro
pontonétamises están en campaña
yerba está apenas ajada, de
las hojas superiores
se
reconoce
la
la
si
;
si
la
solo se hallan dobladas
planta
,
y no las
mas
huella fujitiva de los hurones;
bajas, si
los
pasos están vueltos hacia fuera, y caen á treinta y seis pulgadas uno de otro, son europeos los que
han dejado marcado su tránsito. Los indios caminan con
la
punta
del pie hacia
bre
la
misma
línea.
reros por
la lijereza
dentro, y ambos pies sola edad de los guer-
Se juzga de ^
lo
corto ó lo largo de los pasos.
207
A AMÉRICA.
Cuando
musgo
el
de
las huellas son
cuando
días
musgo
ó
yerba no está húmeda^
la
víspera; cuentan cuatro ó cinco
la
los insectos corren ya por la
yerba ó
el
pisados^ y tienen ya diez ó doce dias cuando
ha reaparecido
fuerza vejetal del terreno^ y apun-
la
tan las nuevas hojas; de
modo que algunos
insectos^
algunas briznas de yerba^ y algunos dias borran los pasos y la gloria del hombre.
Reconocidas ya
las huellas^
ponen
el
oido en el
por un murmullo que el oido europeo no ^ y puede percibir^ juzgan á qué distancia se halla el suelo
enemigo. Vuelto
impone
el jefe al
campo, hace apagar
los fuegos,
silencio, prohibe la caza, y dispone
las
ma-
Se hace una gran comida en silencio,
y se
canoas sean torrales.
que
escondidas en los
sacadas á tierra y
acuestan.
La noche que
sigue
al
primer descubrimiento
Todos
del
enemigo,
los
guerreros están obligados á soñar y á referir
se llama la noche de los sueños.
al
otro dia lo que han soñado, para que pueda juzgarse del éxito de la
El campo lar:
empresa.
ofrece entonces un espectáculo singu-
algunos salvajes se levantan y caminan en las murmurando su canción de muerte, á la
tinieblas
cual añaden algunas palabras nuevas, ))Yo
me
»caré
que
el
ño_^
y
como
estas:
tragaré cuatro serpientes blancas, y arran-
las
alas á
una águila roja." Éste
es el sueño
guerrero ha tenido y mezcla en su canción. Sus compañeros están obligados á adivinar este suesi
no
lo
hacen, queda
el
soñador libre del
208
VIAJE
En
servicio.
den
óste las cuatro serpientes blancas pue-
significar cuatro
europeos que debe matar
un indio
fiador^ y el águila roja^
rancar
so-
cabellera.
la
Cierto guerrero, en
la
noche délos sueños, au-
mentó su canción de muerte con perro que tenia orejas de fuego
obtener
el
quien ha de ar-
á
la
la ;
y
historia
de un
como no pudo
aplicación de su sueño, se volvió para su
cabana. Estas costumbres^ que participan del carácter de la infancia, podrían ser favorables á
co-
la
bardía entre los europeos; pero entre los salvajes del norte de
porque
allí
América no tenían
no
se veía
en
ellas
este inconveniente;
mas que un acto de
aquella voluntad libre y caprichosa de que jamás se desvía
que
indio, quien quiera que sea
el
el
hombre
al
somete un momento por razón ó por ca-
se
pricho.
En
la
cho que
noche de el
los
sueños, los jóvenes temen
agorero haya soñado mal; es decir, que
haya tenido miedo; porque
mal sueño
mu-
,
el
agorero, con solo un
puede hacer retroceder
al
aunque haya andado ya doscientas leguas. guerrero ha creído ver
los espíritus
ejército, Si algún
de sus padres,
ó se ha figurado oír su voz, obliga también
al
cam-
po á retirarse. La independencia absoluta, y la relijion sin luces, gobiernan las acciones de los salvajes. Si no ha desconcertado
dicion
,
ningún sueño
la
espe-
sigue el ejército su marcha. Las mujeres
pintadas se quedan detras con las canoas; y se envían delante veinte guerreros de los que han hecho
209
A AMÉRICA. el
el
amigos (1). El mayor orden y juramento de mas profundo silencio reinan en el ejército; los los
guerreros caminan á
que sigue ^ pone pada
el
la
planta del que le precede
la
evita la multiplicidad de
precaución
,
el
va á la cabeza de
la
la
mayor
marcha va
es-
_,
el
enemigo, recorre sus sinuo-
De cuando
escuchan con
la
la
se
sí
tuto sabueso.
peos es
huellas, y para
como
través de los matorrales
al
lo cual
polvo y hojas secas. El jefe columna y guiado por los ves-
que ha dejado
sidades
las
con
,
guerrero que cierra
parciendo en pos de
tijios
^ de modo que el donde ha quedado estam-
desfilada
pie en
mas
el
as-
en cuando hacen alto^ y mayor atención. Si entre los euro-
caza imájen de
la
guerra, entre
jes es la guerra imájen de la caza;
los salva-
porque
el
indio,
persiguiendo á los hombres, aprende á descubrir á
El mas hábil jeneral en
los osos.
raleza, es
mas
el
el
estado de natu-
fuerte y vigoroso cazador; las cua-
lidades intelectuales, las sabias
combinaciones^
uso perfeccionado del juicio, forman en social los
el
el
estado
grandes capitanes.
Los corredores enviados
á la descubierta traen
algunas veces unos haces de cañas recien cortadas,
que son ñas
,
los carteles
y su
número
de desafío: se cuentan
las
ca-
indica el de los enemigos. Si las
tribus que dirijian en otros tiempos estos desafíos
eran conocidas por su franqueza militar, los
hurones,
te la verdad
(1)
Véanse
;
los si
como
la
de
haces de juncos decían exactamen-
por
el
los ISalchez.
contrario
,
eran célebres por
210
VIAJE
SU jenio político
,
como
la
de
los
ñas aumentaban ó disminuían los
la
¡roqueses
,
las ca-
fuerza numérica de
combatientes.
Luego que
donde
se ofrece á la vista el sitio
el
enemigo ha estado acampado el día anterior, le examinan con el mayor cuidado, y según la construcción de las chozas reconocen los jefes las diferentes tribus de una
misma nación
Las chozas que
y sus
solo tienen
son de los ilineses.
La
diversos aliados.
un poste á
la
entrada,
adición de una sola pértiga,
su mayor ó menor inclinación, es un indicio. Las
chozas redondas son de
los
utueses: una choza con
techo llano y levantado, anuncia carnes blancas. Algunas veces sucede que los enemigos^ antes de el
haber sido encontrados por
han batido
á
la
nación que los busca,
una partida aliada de dicha nación, y los que vienen en su seguimiento,
para intimidar á dejan detras un día se encontró
monumento
de su victoria. Cierto
un corpulento abedul despojado de
blanca y desnuda albura había trazado un óvalo, en donde se destacaban pinsu corteza, y sobre
la
tadas de negro y rojo las figuras siguientes: un oso,
una hoja de abedul roída por una mariposa
,
diez
círculos, cuatro esteras, una ave volando, una lu-
na sobre gavillas de maíz, una canoa y tres chohombre y veinte cabanas; una le-
zas; un pie de
chuza y un sol en el ocaso; otra lechuza, tres círculos y un hombre acostado; una macana y treinta cabezas
hombres en
colocadas sobre una línea recta píe sobre
un pequeño círculo
arco tres cabezas y tres líneas.
j
y
,
dos
en un
\ AMÉRICA.
El óvalo y
21
designaba un jefe
los jeroglíficos
1
¡li-
nés llamado Alabii^ á quien se reconocia por aquellos
señales que eran las que tenia en el rostro; el
oso era
el nianitii
de aquel jefe;
hoja de abedul
la
roida por una mariposa^ representaba cional de los ilineses; el
numero de
presentaba ciento;
villas
la
símbolo na-
mil guerreros^ pues cada círculo re-
cuatro esteras proclamaban
las
cuatro ventajas obtenidas;
caba
el
circuios espresaban
los diez
pájaro volando mar-
el
partida de los ilineses;
la
luna sobre
las
ga-
de maiz significaba que esta partida se habia
verificado en la luna del trigo verde; las tres
chozas espresaban que
los mil
bían viajado tres días por agua;
y la canoa y guerreros ha-
el pie
de hombre y
las veinte
cabanas denotaban veinte días de marcha
por tierra
;
sas; el sol
bían llegado
lechuza^
lechuza era
la
en
el
oeste del
al
el
símbolo de
los
chica-
ocaso mostraba que los ilineses ha-
campo de los chicasas; la hombre acostado^ de-
los tres círculos y el
cían que trecientos chicasas habían sido sorprendí-
dos durante
la
noche;
zas colocadas sobre
la
una
macana
y las treinta cabe-
línea recta
^
declaraban que
muerto treinta chicasas. Los dos anunsobre un pequeño círculo
los ilineses habían
hombres en
pie
_,
ciaban que habían hecho veinte prisioneros;
cabezas en
el
arco contaban tres muertos de
te de los ilineses^
y las tres
las tres la
par-
líneas indicaban tres
heridos.
Un
jefe
de guerra debe saber esplicar con rapi-
dez y precisión estos emblemas,, y por los conocimientos que tiene de la fuerza y de las alianzas del
212
VIAJE
enemigo^ debe juzgar de
mayor ó menor
la
tud histórica de estos trofeos. Si toma
de avanzar
el
exacti-
partido
á pesar de las victorias verdaderas ó
j
supuestas del enemigo^ se prepara
combate.
el
nuevos esploradores
Despíkhanse
avanzan agachándose por
los
cuales
los
,
matorrales^ y algunas
veces tienen que andar á gatas. Se suben á los árboles
mas
^
y
cuando descubren
jefe la presencia del
al
las
chozas hos-
campo
á parti-
enemigo. Si
la posi-
vuelven inmediatamente
tiles ^ se
cipar
altos
al
ción que ocupa es fuerte, se examina por medio de
qué estratajema se podrá hacer que la abandone. Uno de los mas comunes es el de imitar las voces de los animales montaraces. Dispérsanse por los
bosques algunos jóvenes imitando
venados zorras. ta la
;
,
mujir de
el
Los
los
bramido de
el
búfalos y
el
los
gañir de las
salvajes están acostumbrados á esta tre-
pero es
tal
imitación de
su pasión á la caza la
,
y tan perfecta
voz de los animales, que rara vez
dejan de caer en este lazo. Salen de su campo, y caen en emboscada. En este caso se replegan , si
pueden, sobre un terreno defendido por algunos obstáculos naturales, tales
como una
calzada en al-
gún terreno pantanoso^ ó una lengua de
tierra en-
tre dos lagos.
Cercados en este punto
se les ve
entonces
,
en
vez de tratar de abrirse paso, dedicarse tranquila-
mente
á diferentes
sus pueblos; el
juegos^ como
si
estuvieren en
porque dos partidas de indios solo en
último estremo se determinan
á
un ataque
á viva
fuerza, y prefieren luchar con paciencia y astucia;
213
A AMÉRICA. y
como
ni
una
ni otra tienen provisiones^ ó los
bloquean un desfiladero se ven obligados se,,
ó los que se han encastillado en
él se
que
á retirar-
ven
al fin
precisados á abrirse paso.
La
porque es propiamente
refriega es horrible;
un gran duelo comeen
combates antiguos:
los
el
hombre ve al hombre, y en la mirada humana, animada por la cólera, hay algo de contajioso, algo de terrible que se comunica. Los gritos de muerte, las canciones de guerra, los mutuos ultrajes, hacen resonar el campo de batalla: los guerreros se insultan como los héroes de Homero , y todos se conocen por sus nombres. ))¿No te acuerdas, se dicen, «del dia en que deseabas
que tus
pies tuviesen la
«celeridad del viento para poder huir de mi flecha? ))¡Vieja cobarde! yo te haré traer sagamita nueva^
«y
la
ardiente casina en
el
nudo de
la
caña.
—
Jefe
«parlanchín y deslenguado , responden los otros, «bien se ve que estás acostumbrado á llevar ena-
«guas; tu lengua es como
«siempre
se está
la
hoja del poboj que
moviendo."
Los combatientes
se
echan también en cara sus
imperfecciones naturales, y se dan
el
nombre de
cojo, bizco, chiquitin, 8cc.; y estas heridas hechas al
amor propio , aumentan su La horrible costumbre de
aumenta bre
el
el
chillo
ferocidad del
escalpar
el
copete de cabello que
la
mano
enemigo el
pie so-
izquierda
los indios se
dejan
un estrecho cuderecha, trazan un circulo
vértice de la cabeza, y con
que tienen en
al
combate. Ponen
cuello del vencido: con la
afianzan
en
la
rabia.
214 en
VIAJE
cráneo alrededor de
el
suele arrancarse con
dan
la
cabellera: este trofeo
destreza, que los sesos que-
tal
que baya llegado á tocarles
á descubierto sin
la
punta del instrumento.
Cuando dos
partidas enemigas de fuerza des-
campaña rasa, la mas débil mete en ellos, y se
igual se presentan en
abre unos hoyos en bate
alli, á la
la tierra, se
manera que en
yas obras, casi
al
las plazas fuertes^
superficie á las balas.
Los
sitiadores arrojan sus fle-
como unas bombas, con
chas
caen precisamente sobre
A
los
cu-
nivel del suelo, presentan poca
la
tanto acierto, que
cabeza de los sitiados.
que han muerto mas enemigos
se les
con-
ceden honores militares, y se les permite adornarse con plumas de killiou. Para evitar las injusticias^ las flechas
de cada guerrero tienen una marca par-
ticular, por cuyo
cuerpo de
la
medio
víctima
la
conoce
se
mano que
al
las
sacarlas del
ha disparado.
El arma de fuego no puede dar testimonio de
Cuando
gloria de su dueño.
cana ó hacha, se cuentan
las
se
la
mata con bala, ma-
hazañas por
el
número
de cabelleras arrancadas.
Durante ca
el
combate es muy raro que se obedezque por su parte tampoco
jefe de la guerra,
al
trata de otra cosa que de distinguirse personalmen-
Los vencedores
alcance de los
rara vez siguen
el
vencidos, sino que permanecen en
el
campo de ba-
,
atar á los pri-
te.
talla
,
para desnudar á los muertos
sioneroSj y celebrar
el
triunfo con danzas y cancio-
nes. Se llora por los amigos
yos cuerpos, en medio de
que han perecido; cu-
las
m.ayores lamentacio-
215
A AMÉRICA. nes^ se esponcii sobre
cuerpos de
las
ramas de
los árboles: los
enemigos permanecen tendidos en
los
el suelo.
Un nación
guerrero destacado del campo ^ lleva la
noticia de
ejército (1): se
guerra hace
según é\j
al
se
la
reúnen
los ancianos;
consejo un relato de
determina continuar
á la
regreso del
victoria y del
jefe de la
el
espedicion, y guerra ó nego-
la
la
ciar la paz. Si se decide la paz^ se
como un medio de en
la
guerra^
plicio.
los
conservan
los prisioneros
concluirla; pero
si
se obstinan
prisioneros son entregados
Permítaseme remitir á ios lectores
dio de Átala y de los Natchez
^
al
su-
episo-
el
donde podrán ente-
rarse de estos pormenores. Las mujeres se muestran
de ordinario
despedazan á
muy
crueles en estas venganzas
los prisioneros
con
las
:
ellas
uñas^ los hacen
trozos con los instrumentos de los trabajos domésticos^ y disponen
la
comida de su carne. Estas car-
nes se comen asadas ó hervidas^ y los caníbales conocen las partes mas suculentas de la víctima. Los
que no devoran á sus enemigos
beben su sangre el
y se pintorrean
_,
cuando menos con
ella
la
se
cara y
pecho.
Pero
las
vilejio^ cual
mujeres tienen también un bello pries
el
de poder salvar
los
prisioneros
adoptándolos por hermanos ó por maridos^ sobre to-
do
si
te.
(1)
han perdido hermanos ó maridos en
La adopción
confiere los derechos de
Este regreso se describe en
el
el
la
combanatura-
libro xi de los Aalchcz.
20
216
VIAJE
leza, y no hay ejemplo de que un prisionero adoptado haya hecho traición á la familia de que ha ve-
nido á ser miembro^ ni haya mostrado menos ardi-
miento que sus nuevos compatriotas peleando contra su
De
antigua nación.
muy
á
menudo
jo derriba la
primera vez; pero
«y yo te ))te
la
suelen nacer
frente á frente de su
padre en
al
aqui
un padre
aventuras mas patéticas:
el
le
suelo
^
le
dice: ))Tii
liijo, y si el
deja
me
las
encuentra
se
ir
libre
hi-
por
diste la vida,
devuelvo, ya estamos pagados; pero no
presentes otra vez delante de mí, porque te
"arrancaré
cabellera."
la
Sin embargo, los prisioneros adoptados no go-
zan de una completa seguridad; porque
que
la
tribu en
asesinan, y
ño,
le
la
que sirven
mujer que
si
ocurre
sufre algún revés, los
se ha
encargado de un ni-
parte en dos pedazos de un hachazo.
Los iroqueses, tan célebres en otro tiempo por su crueldad con los
prisioneros, tenian una cos-
tumbre que parecia tomada de anunciaba
el
ban en su nación á
la
No
la
todas
romanos^
y
que
incorpora-
nación vencida sin reducirla á
esclavitud, ni siquiera leyes; solo
los
jenio de un gran pueblo:
la
obligaban á adoptar sus
sometian ásus costumbres. las
tribus
quemaban
sus prisioneros;
algunas se contentaban con hacerlos esclavos. Los
sachems,
ríjidos partidarios de las antiguas
costum-
bres, deploraban esta humanidad, que era, según ellos,
una dejeneracion de
la
antigua virtud. El cris-
tianismo, estendiéndose entre
los indios,
había con-
tribuido á suavizar aquellos caracteres. Los misio-
217
A AMÉRICA. ñeros obtenían
nos en nombre de un Dios sacrificado bres: plantaban suplicio j y
la
humapor los hom-
abolición de los sacrificios
la
la
cruz en
el
lugar del
madero
sangre de Jesucristo rescataba
la
del
san-
gre del prisionero.
iic:iii«rio]¥.
r venando
los
europeos arribaron á América^ encon-
traron entre los salvajes algunas creencias relijiosas^ que en
el dia
Los pueblos de
la
están casi enteramente olvidadas.
Florida y de
en jeneral adoraban jicanos.
reros
^
al sol^
como
la
los
Luisiana^ todos peruanos
y
me-
Tenian sus templos^ sus sacerdotes ó ago-
y sus sacrificios; pero á este culto del medio-
día^ unian
el
culto y las tradiciones de alguna di-
vinidad del norte.
Los
sacrificios públicos se verificaban á la orilla
de los rios^ y se hacian en ocasión de la paz ó de la guerra y en los cambios de estación. Los sacrificios particulares se verifican
arrojaban
al
en
las
mismas chozas
j
se
viento las cenizas profanas, y se encen-
La
dia fuego nuevo.
ofrenda que se hacia á los bue-
nos y á los malos jenios, consistia en pieles de animales, utensilios domésticos, armas y collares, to-
do de poco valor.
Pero lodos
los
indios
tenian una superstición
218
VIAJE
ronuiii^ (|uo por decirlo asi es
servado^ cual era tiene su manitú l'éticlie;
,
la
única que han con-
délos mamlús. Cada salvaje
la
mismo que cada negro
lo
tiene su
y suele ser un pájaro^ un pescado^ un cua-
drúpedo, un
reptil
un guijarro, un pedazo de ma-
_,
dera, un jirón de tela^ un objeto colorido, un ador-
no americano ó europeo. El cazador pone cuidado en no matar jido por
manitú,
ni herir al
cuando
y
le
animal que
el
mayor
lia
esco-
sucede esta desgracia,
liace todas las dilijencias posibles para
aplacar los
manes del dios muerto; pero no queda perfectamente tranquilo hasta que ha soñado otro manilú. Los sueños hacen un gran papel en la relijion del salvaje: su interpretación es una ciencia, y sus ilusiones se miran como realidades. En los pueblos civilizados sucede
comunmente
lo
contrario
las
:
rea-
lidades son ilusiones.
Entre
naciones indíjenas del
las
no está distintamente impreso
el
Nuevo-Mundo, dogma de la in-
mortalidad del alma; mas todas tienen de ¡dea confusa, l)ulas, sus
como
lo
muertos. Lejos de negar
ma
,
los salvajes la
el reptil
pedo.
,
En
una
ceremonias fúnebres, su piedad para con
los
concedan
él
atestiguan sus usos^ sus fá-
á las el
almas de
pez y
la
inmortalidad del al-
multiplican; pues parece que
el
desde
los brutos,
ave
,
hasta
el
la
insecto^
mayor cuadrú-
el
efecto, unos pueblos que ven y oyen es-
pinlus por todas partes^ es natural supongan que ellos
mismos
llevan
uno consigo
,
y
que
los seres
animados, compañeros de su soledad, tienen también sus intelijencias divinas.
A AMÉRICA.
Entro
ma completo
219
naciones del Canadá existia un siste-
las
de fábulas relijiosas^ en
cuales se
las
observaban con admiración algunos vestijios de
las
ficciones griegas y de las verdades bíblicas.
La Gran-Liebre reunió un toda su corte y
compuesta
^
dia sobre las aguas á
del alce^ el corzo
demás cuadrúpedos. Sacó
go un grano de arena ^ del cual formó los
^ el
oso
del fondo de un gran lala tierra y
áú
cuerpos muertos de diferentes animales formó
en seguida
los
hombres.
Otra tradición hace de Areskui ó Agresgüe^ dios de
la
guerra
_,
Ser supremo ó Grande-Espíritu.
el
La Gran-Libre el
fue contrariada en sus designios:
dios de las aguas,
Michabii
Gato-Tigre_, se opuso á bre; y
la
llamado
_,
empresa de
el
Gran-
Gran-Lie-
la
como ésta tenia que combatir á Michabií^ no mas que seis hombres, uno de los cua-
pudo crear les
subió
al
cielo, y tuvo comercio con
Athaénsic, diosa de
las
venganzas.
la
notando que Athaénsic estaba en cinta, precipitó en
tierra, en
patada,
y la
sobre
espalda de una tortuga.
la
la
hermosa
La Gran-Liebre, dio
la
una
donde cayó
Algunos agoreros pretenden que Athaénsic tuvo dos hijos, uno de los cuales mató
neralmente cual fue
se cree
que solo dio
madre de Tahuet-Saron
keka mató
á
al
otro
á luz
una
hija
,
la
de Jüskeka. Jus-
y
Tahuet-Saron.
Athaénsic se toma algunas veces por
Juskeka por
pero je-
;
el sol.
ne también á ser sic, diosa de la
Areskui^ dios de
el sol.
Entre
venganza, era
los la
la
luna y guerra, viela
natchez Athaén-
Mujer-Jefe de
los
MAJE
220 malos manitús^
como Juskeka
asi
era
de los
la
buenos.
A
la
tercera jeneracion^
raza de Juskeka casi
la
quedó estinguida enteramente porque el GrandeEspíritu envió un diluvio. Mesú ^ por otro nombre ;
Saketchak
^
viendo aquella inundación^ envió un
cuervo para que examinase pero
el
estado de
el
las cosas;
cuervo desempeñó mal su cometido: enton-
ces Mesii envió
al
ratón de almizcle^ que
un poco de limo. Mesú restableció
le
tierra
la
trajo
en su
primer estado; disparó algunas flechas contra troncos de
los
los
árboles^ que todavía permanecían en
en ramas.
pie^ y aquellas flechas se convirtieron
En
seguida^ movido de reconocimiento^ se casó con
una hembra
de este matri-
del ratón de almizcle ^ y
monio nacieron todos el mundo.
los
hombres que pueblan hoy
Estas fábulas tienen sus variantes: según al-
gunas autoridades^ no fue Mesú la
inundación
y
sino
Athaensic del cielo las
la
que hizo cesar
esta tortuga^
las
cual cayó
la
nadando
descubrió ^ y madre de la nueva raza de
aguas con
modo que
:
el
tortuga sobre
la
patas
la
,
separó
tierra: de
los
hombres
es la venganza.
El Gran-Castor es^ después de
la
Gran-Liebre^
el
mas poderoso de
el
lago Nipisingue: las cataratas que se hallan en el
rio de los los restos
los
Ontaneses de
las
,
manitús
que
:
él es el
sale del
que formó
Nipisingue, son
calzadas que para formar
el
lago ha-
bía construido el Gran-Castor, el cual está enterra-
do en
la
cumbre de un montC;
al
que
dio su forma;
A AMÉIUCA. y ninguna nación pasa por
221
el pie de su
sepulcro sin
fumar en honor suyo. Michabú;, dios de
nakinac, sobre
el
las
De
el lago Michigan.
con
cho^ puso un dique en deteniendo lago
el
nació en Mécliilli-
^
el
alli
lago
Hurón
se trasladó al
Estre-
salto de
el
Santa María
aguas del lago Alimipigon
las
para cojer á los castores.
superior
aprendió de
aguas
estrecho que une
la
araña á tejer redes
,
, y hizo el
,
Michabd
y luego enseñó
mismo arte á los hombres. Hay algunos sitios particularmente amados de
los jenios.
Dos jornadas mas abajo
Antonio^, se ve
la
del salto de
grande Wakon-Teebe
(la
San
caverna
donde hay un lago subterrá-
del Grande-Espíritu)_,
cuya profundidad es desconocida; y cuando se arroja en él una piedra ^ la Gran-Liebre lanza un neo_,
grito espantoso.
bado
En
los espíritus
Al ocaso
piedra de
la
bóveda han gra-
algunos caracteres.
del lago
formadas de piedras las cataratas
la
,
superior hay unas montañas
que
brillan
como
el
hielo de
en invierno. Detras de estas montañas
se estiende un lago mucho mayor que el superior. Michabd tiene particular afición á este lago y á estos montes (1); pero el Grande-Espíritu reside particularmente en el lago superior , donde se le ve pasar á la luz de la luna. También le agrada cojer el fruto de un grosellero que sombrea la costa me-
ridional del lago. Sentado
muchas veces
á la
punta
Esta antigua tradición de una cadena de montes y de (1) un lago inmenso situados al noroeste del lago superior indica bastantemente los montes Roqueños y el océano Pacífico. ,
,
222
VIAJE
de una roca
una
isla
^
desencadena
en donde van á disfrutar de las
almas de
los
tempestades. Habita
las
que lleva su
del lago,
non[ibro_,
los j)laceres
guerreros muertos en
el
de
es
alli
y
la
caza
campo de
batalla.
En
otro tiempo salia del medio del lugo Sagrado
una montaña de cobre, que
Grande-Espíritu arre-
el
bató y trasladó á otra parte hace mucho tiempo; pero esparció sobre aquellas riberas unas piedras del mis-
mo
metal
que tienen
,
invisibles á los
que
singular virtud de hacer
la
las
llevan consigo: bien que el
Grande-Espíritu no quiere que dras.
ridad
toquen estas pie-
se
Unos algonquines tuvieron cierto de llevarse una, y apenas habían
día la
teme-
vuelto a sus
canoas, cuando saliendo de una selva un manitú de
mas de sesenta las olas le
pies de alto,
algonquines á echar en
los
empezó
llegaban apenas á el
á perseguirles:
cintura
la
lago
,
y obligó á
tesoro que ha-
el
bían arrebatado.
A
como un
dio al pájaro azul
Hurón ^
lago
las orillas del
tu hizo cantar
pájaro á
al
la
momento
se estiende
pulga
es atacado
un fuego
plantó también á
blanco
,
las
islas
por
sutil
mo
la
la orilla
para destruir
joven madre
sobre
la vid.
,
,
y
la
la
fiebre
romo
^
y
la
esta yerba, si
la
toca^
sobre su piel. Athaénsic del
mismo
raza de los
vapor de este árbol hace morir de
del lago Erié
un guerrero mira
si
:
liebre blanca
voz de un gato.
la
Athaénsic plantó en
yerba de
Grande-Espíri-
el la
la
al
lago el cedro
hombres
niño en
el
:
el
seno
lluvia destruye el raci-
223
A AMÉRICA.
La Gran-Liebre
dio
y
buho
al
durante
los ratones
go Erié. Esta ave caza no; los mutila^
sabiduría
la
lleva vivos á
se los
en donde cuida de engordarlos para
el
del la-
el
vera-
su guarida^
invierno. Esto
no deja de parecerse algo á los tiranos de los pueblos. En la catarata del Niágara habita el jenio formidable de
los
iroqueses.
Cerca del lago Ontario^ lomas torcaces
se precipitan
los
al
machos de
romper
el
pa-
las
dia en el
Jeneso; y seguidos por la tarde de igual número de hembras se van á buscar á la bella Endaé^
rio
_,
que fue sacada de
morada de
la
las
almas por
el
guerra á
la
canto de su esposo.
La
avecilla del lago
Ontario hace
serpiente negra; y he aqui
la
la
ocasión que dio oríjen
á esta guerra.
Hondiun
que era un famoso caudillo de
^
iroqueses constructores de cabanas
_,
los
vio á la joven
Almilao^ y quedó prendado de sus gracias. Bailó de cólera tres veces y porque Almilao era hija de la nación de los hurones^ enemigos de
los iroqueses.
Volvióse sin embargo á su choza, diciendo
importa ;" pero no hablaba
:
»No
alma del guerrero.
asi el
Dos soles permaneció tendido sobre la estera; mas no pudo dormir al tercer sol cerró los ojos y habiendo visto en sueños un oso ^ se preparó á :
_,
morir.
Levántase
,
toma
las
armas
^
atraviesa las sel-
vas, y llega á la choza de Almilao, que estaba en el pais de los enemigos. Era de noche.
Oye Almilao pasos en
su cabana, y dice: ))Akue-
224 san
y
VIAJE
mi estera." Ilondiun
siéntate sobre
se sienta
Athaensic y su rabia estaban en su corazón. Almilao estrecha sin conosin hablar sobre la estera.
cerlo
al
diun
la
guerrero iroqués^ y busca sus labios.
amó como
Akuesan
abenaqui
el
aliado de
,
aproxima durante
llega y se
se introduce
Ilondiun, que estaba envuelto en
ma
,
de
las tinieblas
lado de Almilao;
al
hurones,
los
Los amantes estaban durmiendo,
che.
Hon-
á la luna.
y
no-
la
Akuesan
sin distinguir á
las pieles
de
la
ca-
y embelesa los sueños su amiga.
Despiértase Hondiun
,
tiende
mano
la
,
y toca
la cabellera
de un guerrero. El grito de guerra hace
estremecer
la
cabana
hurones. Akuesan
Hondiun
,
el
:
acuden
los
sachems de
los
abenaqui ya no existia.
el
caudillo iroqués, es atado al pos-
te de los prisioneros: canta su canción de
muerte^
llama á Almilao en medio del fuego joven hurona á que
le
devore
el
convida á la , y corazón. Almilao
muerte esta-
lloraba y sonreia á la vez; la vida y la
ban en sus labios.
La Gran-Liebre en
la
serpiente negra, y
del lago Ontario.
negra
,
y
la
La
el
alma de Hondiun
de Almilao en
avecilla
acomete
la avecilla
á la serpiente
hombre marino.
La Gran-Liebre gro y verde en
un árbol en
la
el
deja tendida de un picotazo. Akuesan
fue convertido en
la
hizo entrar
hizo una gruta de
el pais
de
los
lago salado (el
mármol ne-
abenaquises; y plantó mar), á la entrada de
gruta. Todos los esfuerzos de las carnes blancas
no pudieron jamás arrancar este árbol. Cuando
aji-
225
A AMÉllICA. tan las tempestades
el
lago sin riberas
la Gran-Liebre^ y viene á Ilondiun^ Almilao y Akucsan.
roca azul árbol á
De al
esta
manera
viajero desde el
las fábulas
medio de
las costas del Atlántico.
de
,
baja de
los salvajes llevan
los lagos del
Canadá á
Moisés, Lucrecio y Ovidio
parecia que hubiesen legado á aquellos pueblos
primero su tradición
,
la
llorar bajo el
el
segundo su errada
y el tercero sus metamorfosis.
,
el
física,
Habia en todo bas-
tante relijion, bastante engaño y poesía para instruirse^ estraviarse y consolarse.
LOS NATCIIEZ. Despotismo en
c.
lasi
estado de la naturaleza.
siempre se ha confundido
turaleza con
nacido
el
el
el
estado salvaje
de figurarse que
;
el
estado de
la
na-
y de este error ha
los salvajes
no tenían go-
bierno y y que cada familia era simplemente gobernada por su jefe ó por su padre; que una cacería ó
una guerra
,
reunía ocasionalmente á las familias
en un ínteres común
;
pero que satisfecho éste, vol-
vían las familias á su aislamiento y á su indepen-
dencia.
Estos son errores manifiestos. Entre
los
salva-
226
VIAJE
jes se encuentra el tipo de todos los gobiernos co-
nocidos en los pueblos civilizados
tismo á
república
la
pasando por
j
desde
,
la
el
despo-
monarquía
li-
mitada ó absoluta^ electiva ó hereditaria.
Los
América septentrional conocen
indios de la
monarquías
las
repúblicas representativas; el
las
y
federalismo era una de
munmente adoptadas
las
formas políticas^ mas co-
por ellos
^
porque
de sus desiertos había hecho para gobiernos
que
lo
ducido para
el
esceso de
la
la
la
estension
ciencia de sus
población ha pro-
los nuestros.
El error en que se ha incurrido acerca de •existencia política del gobierno
salvaje,
la
es tanto
mas estraño_, cuanto que el conocimiento que tenemos de la historia griega y romana, debiera habernos ilustrado; pues dichos imperios tuvieron en su oríjen instituciones
Las leyes tes
que
civiles,
las
muy
políticas
complicadas.
nacen entre
que
á
los
hombres an-
primera vista parece de-
bían preceder á aquellas; pero es un hecho que
el
•poder se establece y reglamenta antes que el dere-
porque
cho'j
los
hombres necesitan defenderse con-
tra la arbitrariedad antes de fijar sus recíprocas re-
laciones.
Las leyes el
hombre, y
esta razón
nacen espontáneamente con
se establecen
las
jiosa
costumbres:
con respecto
mozo,
el
sin
encuentran en
Las leyes civiles, por
ras.
por
se
políticas
al
lo
el
las
antecedente, y por hordas mas bárba-
contrario, se forman
que era una costumbre
reli-
casamiento de una joven y un la muerte de un
nacimiento de un hijo,
227
A AMÉRICA. familia^ se transforma en ley por
curso
jefe
(le
del
tiempo. La propiedad particular^ desconocida
el
de los pueblos cazadores^ es otro oríjen de leyes civiles
que
falta
que entre
es
no
estado de
el
de
la
la
naturaleza.
contra
las cosas y las
y no por
el
de ahí
Los crímenes
personas^ eran castigados por ley;
la
venganza era
derecho natural perseguía entre
cia: el
que
la
Y
América septentrional^
existia código de delitos y penas.
la familia
lo
en
los indios
derecho público alcanza entre
la
justi-
los salvajes los
hombres
civilizados.
Reunamos ante todo los el
gobiernos de
los rasgos
los salvajes, y
comunes
á
todos
luego entrarercos en
pormenor de cada uno de ellos. Las naciones indianas están divididas en tribus,
y cada tribu tiene un jefe hereditario diferente del jefe militar,
como la
que deriva su oríjen de
la
elección,
sucedia entre los antiguos jermanos.
Las tribus tienen un nombre particular, como tribu del Águila, del Oso^ del Castor, &c. Los
emblemas que
sirven para distinguir las tribus^ son
sus estandartes en
la
guerra, y
el sello
con que au-
torizan los tratados.
Los
de
jefes
las
tribus y de las divisiones de
toman sus nombres de alguna cualidad, ó de
éstas,
algún defecto de su entendimiento ó de su persona, de cualquier circunstancia de su vida; y asi el uno se llama el Bisonte blanco , otro la Pierna rola, la
Boca
lisa
hermosa, fuego
,
&c.
el
Dia sombrío, el Saetero, la Voz Matador de castores, el Corazón de
^
el
228
VIAJE
Lo mismo tomó
juntos^ ó de de
historia el
la
Calvo
Coclés
muy
tenian
los
la
industria de su abuelo.
La
moderna nombra sus reyes y sus guerreros^ el Tartamudo , el Rojo y el Cojo, Marlel , ó Capelo j ó cabeza gorda , &c.
Los consejos de lares
que
,
Mar tillo y nen de
los ojos
pérdida de uno de ellos^ y Cicerón^
berruga ó de
la
Roma^
sucedía en Grecia: en
nombre de
su
los jefes
de
las
naciones indianas se compo-
las tribus^
de los caudillos mili-
de las matronas^ de los oradores^ de los pro-
j
fetas ó agoreros^ y de los módicos; pero estos con-
sejos varian según
constitución de los j)ueblos.
la
muy
El espectáculo de un consejo de salvajes es
Cuando pipa^ toma la
ha terminado
ceremonia
pintoresco.
se
de
palabra un orador. Los
la
la
bros del consejo están sentados ó tendidos en lo
miemel
sue-
en diversas actitudes: unos enteramente desnu-
dosj solo están envueltos con una piel de búfalo; otros pintados de pies á cabeza
_,
semejan
á
unas es-
tatúas ejipcias; otros á estos adornos salvajes^ á las
plumas y picos de pájaros^ cuernos de búfalo, á
á las garras de oso^ á los
huesos de castor y dientes de pescado^ agregan adornos europeos. Los rostros los
están abigarrados de varios colores, ó pintorreados
de blanco ó de negro. Escuchan con ción
al
con
el
la
mayor aten-
orador, y cada pausa del discurso es acojida grito de aprobación, ¡oah! ¡oah!
Unas naciones tan
sencillas parece
que no de-
bieran tener nada que debatir en política;
embargo
y sin
un hecho que ningún pueblo civilizado trata de mas cosas á la vez. Hora se ha de enviar es
*
A AMÉRICA.
una embajada torias
_,
á
una tribu para
229
felicitarla
de sus vic-
ya se trata de un pacto de alianza que se ha
de concluir ó renovar_, una esplicacion que ha de pedirse por
la
violación de
un
territorio^
tación que ha de partir á llorar fe^
un voto que
la
en una dieta
se ha de dar
una dipu-
muerte de un je_,
una me-
diación que ha de ofrecerse ó aceptarse para hacer
deponer
las
armas
á dos pueblos
ha de mantenerse. para que
brado fuerte y amenace
la
tal
_,
una balanza que
nación no se haga so-
libertad de las demás.
dos estos negocios se discuten con orden dose con claridad
^
To-
deducién-
razones en pro y en contra.
las
Se han conocido sachems que poseían
á
fondo todas
estas materias, y que hablaban con una profundidad de previsión y de juicio, de que pocos hombres
de estado serian capaces en Europa.
Las deliberaciones
del
consejo
se
marcan en
unos collares de diversos colores^ archivos del estado, que contienen
los
tratados de guerra
^
de paz y
alianza, con todas sus cláusulas y condiciones.
En
otros collares se conservan las arengas pronuncia-
das en los diversos consejos; y ya he mencionado en otra parte la memoria artificial de que usaban los iroqueses para retener un largo discurso. El traba-
que por medio de unos huesecillos aprendían de memoria, ó mas bien escribian en ella^ la parte del discurso que
jo se dividía entre algunos guerreros,
estaban encargados de reproducir (1). (1)
Puede verse en
los
Naíchcz
la
descripción de un con-
sejo de salvajes celebrado sobre la roca del lago, cuyos pormenores son rigurosamente históricos.
230
VIAJE
Los decretos de
los
sachems
se
graban algunas
veces sobre los árboles en signos enigmáticos. El t¡empo_, que roe nuestras antiguas crónicas^ destru-
ye igualmente
las
de los salvajes; pero de otro
mo-
do^ pues estiende una nueva corteza sobre el papiro que conserva la historia del indio. Al cabo de pocos años la
sombra
el
indio y su historia han desaparecido á
mismo
del
Pasemos ahora
árbol.
á la historia de las instituciones
particulares de los gobiernos indios, dando princi-
pio por
despotismo.
el
Debe observarse ante todo que donde quiera que se halla establecido
el
despotismo, existe una
especie de civilización física ^
cuentra en y
como
mayor parte de
la
existia
en
el
Méjico
y
como
tal
en
la
que
se
en-
pueblos del Asia,
los
el
bre que no puede ya intervenir en
Perú. El homlos
negocios pú-
blicos, y que entrega su vida á un dueño como un bruto ó un niño, puede dedicar todo el tiempo á
procurársela felicidad material. esclavitud que somete á este
que
los
En
el
hombre
sistema de
la
otros brazos
suyos j estas máquinas aran su campo, her-
mosean su habitación, fabrican
sus vestidos y pre-
paran su comida. Mas esta civilización del despotis-
mo
_,
cuando
llega á cierto grado,
cionaria; porque
el
permanece esta-
tirano superior que consiente
en tolerar algunas tiranías particulares, se reserva
siempre
el
derecho de vida y muerte sobre sus vauna medianía
sallos, y estos procuran contenerse en
que no
escite la codicia ni los celos del poder.
Bajo
el
imperio, pues, del despotismo, empic-
A AMÉKICA. za el lujo y
que no permite que que
industria se desarrolle^ ni
la
hombre
jenio del
el
231
administración; mas es en una escala
la
llegue á la libertad por las
luces.
Fernando de Soto encontró algunos pueblos de esta naturaleza en
las
orilla del Mississipí. la
dominación de
morir
á
á la
rio se estendia
natchez^ los cuales eran
oriji-
y no dejaron este pais hasta que trono de Motezuma. La época de la emigra-
narios de Méjico
cayó
los
Floridas^ y fue
Sobre este gran
el
_,
ción de los natchez coincide con
de
la
chicase-
los
ses^ lanzados igualmente de su suelo natal por la invasión de los españoles.
Gobernaba
maban
el
del dia.
Sol
natchez un jefe^ á quien llaque pretendia descender del astro
á los
y
La sucesión
al
trono se verificaba por
nea femenina; de manera que no era jo del Sol el
que
le
sucedia^ sino
el
la li-
mismo
el
hi-
hijo de su her-
mas próxima parienta. Esta^ que se llamaba Mujer-Jefe , tenia con el Sol una guardia
mana
_,
ó de su
de jóvenes j llamados ^/weces. Los dignatarios inferiores jefes de la guerra, los dos ciales
que entendian en
al
Sol eran los dos
sacerdotes_,
los tratados^
los el
dos
ofi-
inspector
obras y graneros públicos , hombre poderoso, á quien llamaban el Jefe de la harina , y los cuatro
de
las
maestros de ceremonias.
Las cosechas, que taban bajo la
la
se hacian en
común
causa principal del establecimiento de
porque siendo
^
y es-
custodia del Sol, fueron en su orijen
el
monarca
el
la
tiranía;
único depositario de
21
la
232
VIAJE
riqueza pública, se aprovechó de
ella
para hacerse
partidarios: dio á los unos á costa de los otros, é
inventó esa jerarquía de ennplcos, que por plicidad en
la
hombres en
com-
sostenimiento del poder. El Sol se
el
rodeó de satélites prontos \
la
opresión, interesa á una porción de
á ejecutar sus
órdenes,
cabo de algunas jeneraciones, se formaron cla-
al
ses
en
les
ú
el
estado: los que descendian de los jenera-
de
oficiales
consideraron nobles;
los alueces, se
se les creyó j y entonces se inventaron
tud de leyes
:
una multi-
cada individuo se vio obligado á en-
Sol una parte de su caza ó de su pesca;
tregar
al
aquel
mandaba cualquier
trabajo
,
si
todos estaban
obligados á ejecutarle, sin recibir por ello ningún salario. el
Al imponer esta sirvidumbre,
«Que me
Sol del derecho de juzgar.
apoderó
se
liberten de
ese perro,'' decia, y sus guardias obedecían:
el
des-
go
el
Mujer-Jefe, y luede los nobles; porque cuando una nación cae
en
la
esclavitud, se forma una cadena de tiranos,
potismo del Sol produjo
desde
la
poder de
el
de
primera clase hasta la
la
la
Mujer-Jefe tomó
ultima. El arbitrario
el
carácter propio del
sexo de esta soberana, é influyó notablemente en las
costumbres.
La Mujer-Jefe
se creyó autorizada
para tener cuantos maridos y amantes quisiera^ y en seguida hacia dar garrote á los objetos de sus caprichos; y no tardó en establecerse pio
,
que
el
como
joven Sol en su advenimiento
podia hacer dar garrote á su padre,
si
al
princi-
trono
éste no era
noble.
Esta corrupción de
la
madre
del heredero del
233
A AMÉRICA. trono
_,
mujeres. Los nobles
se estendió á las otras
podían abusar de
las
esposas en toda
la
vírjenes^ y aun de las jóvenes
nación. El
Sol habia llegado
al
estremo de prescribir una prostitución jenernl de las
mujeres,
manera que
á la
se practicaba en cier-
tas iniciaciones babilónicas.
Para colmo de tantos males perstición
y
so á los natchez.
de dar fuerza
pueblo,
,
solo faltaba
la
su-
y también ésta oprimió con todo su pe-
tiranía
degradando
la
el
modo
razón del
un honor insigne^ una acción meri-
y fue
toria para el
Los sacerdotes estudiaron
á la
cíelo el
un noble: habia
jefes
matarse sobre
sepulcro de
el
cuyos funerales llevaban con-
muerte de mas de cien víctimas. Aquellos opresores parecía que no abandonaban el poder ab-
sigo
la
soluto en
la
vida
muerte; porque
,
el
sino para heredar la tiranía de la
pueblo estaba tan amoldado
esclavitud, que hasta á un cadáver obedecía.
á la
Mas
aun: algunas veces se solicitaba con diez años de anticipación
el
honor de acompañar
al
Sol
almas. El cielo permitía una justicia
mos el
alueces que habían fundado
la
:
al
país de las
aquellos mis-
tiranía, recojian
fruto de sus obras, pues la opinión les obligaba
á herirse
con su puñal en
de manera que
las
exequias de su señor;
el suicidio venia á ser el digno orna-
mento de la pompa fúnebre del despotismo. Mas ¿de que servia al soberano de los natchez el llevarse su guardia consigo mas allá de la vida? ¿por ventura podría aquella defenderle contra el eterno ven-
gador de
los
oprimidos?
Habiendo muerto una Mujer-Jeíe
,
su marido,
MAJE
234 no era
(jae
mayor que
fue ahogado^ y la hija
nol)le_,
sucedía á aquella en dignidad^ dispuso se diese garrote á doce niños
estos doce cuerpos fueron colo-
:
cados alrededor de los de
antigua Mujer-Jefe y de
la
su marido; y los catorce cadáveres se espusieron
al
público sobre una camilla
pomposamente adornada. Catorce alueces tomaron en hombros el lecho fúnebre^ y se puso en marcha la comitiva: ante todo iban á paso lento de dos en dos dres de los niños muertos
ban en sus brazos. Seguian
los
padres y ma-
cuyos cadáveres lleva-
;,
lecho fúnebre cator-
el
ce víctimas que se habían consagrado á las
cuales llevaban en
próximos parientes,
de
las
mismas habían
ellas
la
manos
cordón
fatal
que
Rodeábanles sus mas
tejido. y
el
muerte,
la
cerraban
el
cortejo
la
familia
Mujer-Jefe.
De
madres
diez en diez pasos los padres y las
que precedían aquella teoría
dejaban caer en
,
el
suelo los cuerpos de sus hijos, sobre los cuales ca-
minaban los que llevaban la cuando llegaron al templo,
litera; las
de suerte que
carnes de aquellas
tiernas hostias caían á pedazos.
La comitiva tura
:
alli
se
detuvo en
desnudaron
el
lugar de
á las catorce
se sentó
el
sepul-
personas que ha-
bían querido sacrificarse en obsequio de
sentadas en
la
la
difunta;
suelo, sobre las rodillas de cada una
uno de
los
nos por detras;
les
alueces
,
y otro
le
sujetó las
ma-
hicieron tragar tres pedazos de
tabaco y un poco de agua, después de lo cual les echaron el lazo al cuello, y los parientes de la Mujer-Jefe tiraron
,
cantando^ de
los
dos estremos.
235
A AMÉIUCA.
Apenas puede comprenderse que un pueblo que no conocia la propiedad individual ^ y que ignoraba la
mayor parte de
las
necesidades de
llegase á caer bajo semejante jugo.
la
soc¡edad_,
Por una parte
unos hombres desnudos^ la libertad de la naturaleza; por la otra unas exacciones sin ejemplo, un despotismo que escede á
lo
que
se
ha visto de mas
formidable en medio de los pueblos civilizados;
la
inocencia y las virtudes primitivas del estado polí-
corrupción y los crímenes de un gobierno decrépito: ¡que monstruoso maridaje! tico
en su cuna,
la
Una revolución
sencilla, natural^ casi sin es-
fuerzo, libertó en parte á los natchez de sus cadenas. Agobiados bajo el
yugo de
nobles y del Sol,
los
se contentaron con retirarse á los bosques, y la so-
ledad los hizo libres. El Sol permaneció en
pueblo
j
guardias^ pues que no se cultivaba ya
mún ^
el
gran
pero no teniendo ya nada que dar á los
fue
el
campo co-
abandonado por estos mercenarios. Este
Sol tuvo por sucesor á un príncipe razonable, el cual no restableció los guardias;
abolió los usos ti-
llamó de nuevo á sus vasallos, y les hizo amar su gobierno. Un consejo de ancianos, formaránicos
^
do por él, destruyó
el
principio de la tiranía, es-
tableciendo sobre nuevas bases
Las naciones ideas primitivas la
^
salvajes
,
la
bajo
imperio de las
tienen una aversión invencible á
propiedad particular, que es
orden
propiedad común. el
el
fundamento del
De aqui, entre algunos indios, aquella común, aquel campo público de las se-
social.
propiedad
menteras, aquellas cosechas depositadas en unos.
236
VIAJE
graneros
de donde
_,
cada uno
toníia
pero de aquí también
el
lo
que necesita;
poder de los jefes que tie-
cargo estos tesoros^ y que acaban por distribuirlos en beneficio de su ambición.
nen
á su
Los natchez rejenerados encontraron un medio abrigo de
de ponerse
al
caer en
inconveniente de
El
el
campo público
familias habia la
la
propiedad particular^ sin propiedad común.
la
cosecha que producia uno de estos lotes. Por este
medio
destruyó
se
tiempo que
el
mismo campo común; y como
granero público,
se conservó el
cada familia no recojia precisamente
que habia cultivado
del cuadro
dia decir lo
como
fue dividido en tantos lotes
y cada familia se llevaba á su casa
;
No
tierra, sino la del trabajo
era ya la
producto
el
sembrado, no po-
y
que tenia un derecho particular
que habia recibido.
al
la
goce de
al
comunión de
que constituia
la
la
pro-
piedad común.
Los natchez rior y las
sin
embargo conservaron
este-
el
formas de sus antiguas instituciones: no
dejaron de tener una monarquía absoluta, un Sol,
una Mujer-Jefe^ y diferentes órdenes ó clases de hombres; mas todo esto no eran ya mas que recuerdos de
lo
pasado^ recuerdos útiles
á los
pue-
blos, entre los cuales nunca conviene destruir
la
autoridad de los abuelos. Siguieron manteniendo
el
fuego perpetuo en las cenizas
edificio;
de
los
el
templo^ y
ni siquiera
tocaron
antiguos jefes depositados en aquel
porque es un crimen violar
el asilo
de los
muertos: y ademas el polvo de los tiranos datan grandes lecciones como el de los demás hombres.
237
A AMÉUICA.
LOS MÜSCOGULCOS. Monarquía limitada en
el
estado de la naturaleza.
AI oriente del pais de por
en
el
la
despotismo^
los
natchez
los
,
oprimidos
muscogulgos presentaban
escala de los gobiernos de
los salvajes la
mo-
narquía constitucional ó limitada.
Los muscogulgos
forman en
y los siminoles
la
confederación de los creeksj y tienen un jefe llamado Mico_, rey ó majistrado. antigua Florida
Reconocido
la
el
Mico por
el
primer hombre de
la
nación, recibe toda suerte de muestras de respeto.
Cuando
preside
el
consejo^ se
tributan unos ho-
le
nores casi degradantes; cuando se halla ausente^ su silla
está vacia.
El Mico la
paz ó
la
convocad consejo para
guerra, y á
él se
dirijen los
y los cstranjeros que llegan á
ble.
La monarquía Le nombran
cuerpo de
los
del
Mico
los
deliberar sobre
embajadores
nación.
la
es electiva é
ancianos
,
y
le
inamovi-
confirma
guerreros; mas para aspirar á
la
el
dig-
nidad de Mico, es indispensable haber derramado su
sangre en los combates
,
ó haberse distinguido por
su talento, su jenio y su elocuencia. Este soberano,
que solo debe la
el
poder á su mérito
,
se eleva
confederación de los creeks, como se eleva
para animar y fecundar
sobre el
sol
la tierra.
El Mico no lleva ningún distintivo de su dignidad: fuera del consejo es un simple sachcm que
238 se
VIAJE
confunde con
con todos
la
multilud; habla
^
fuma
y
bebe
guerreros; de manera que un estran-
los
jero no podría reconocerle.
En
consejo mismo^
el
donde recibe tantos honores^ no tiene voto_, y toda su
su consejo es jeneralmente seguido^ sejo es casi siempre
el
roas
que su
funda en su saber:
influencia se
porque su con-
mejor.
La veneración con que miran
al
Mico
los
mus-
cogulgos es estremada. Si un joven trata de hacer
una cosa poco decente
,
compañero
su
le
«Guarda^ que
te mira el Mico:'' y el joven se
tiene
el
:
este es
despotismo invisible de
la
dice:
con-
virtud.
El Mico sin embargo goza de una prerogativa peligrosa
entre los muscogulgos
:
hacen en común
y cada familia
:
_,
cosechas se
las
después de haber
una parte á Mico estrae lo que
recibido su lote_, está obligada á llevar
un granero público^ de donde
el
quiere. El abuso de un privilejio semejante produjo^ según
hemos
visto^ la tiranía de los Soles entre
los natchez.
Después do reside en cide de
la
del Mico^ la el
consejo de los ancianos^
paz
nes del Mico
:
el
la
guerra^
cual de-
el
y ejecuta las órde-
pueblos
los ,
y
el
consejo ó
la
monarca hace tal
las leyes ^ y el
En
rey es
civilizados_, el
lo
consejo
el
el
contrario:
las
ejecuta.
vez han discurrido que era
nos peligroso investir con
las
asamblea nacio-
poder lejislativo; aquí sucede
Estos salvajes
del esta-
institución política singular.
poder ejecutivo el
de
y
monarquías de nal
mayor autoridad
poder ejecutivo
meá un
consejo de ancianos^ que depositar este poder en
-
A AMÉRICA.
manos de un hombre do demostrado
solo.
239
Por otra parte
habien-
^
hombre solo propósito que un cuerpo
esperiencia que un
la
de edad madura es mas
á
deliberante para elaborar lasleyes^ los muscogulgos
han colocado en
Mas
el
vicio capital
el
:
el
poder
halla bajo la
se
del gran agorero
de
rey
lejislativo.
consejo de los muscogulgos tiene un
el
_,
los sortilejios y
inmediata dirección
cual le gobierna por
por
la
el
temor
adivinación de los sueños.
Los sacerdotes forman en aquella nación un colejio formidable^ que amenaza invadir todos los poderes. El jefe de
la
guerra^ independiente del Mico^
ejerce un poder absoluto sobre da. Pero sin
embargo^
peligro inminente,
tado jeneral en
el
el
si la
Mico
esterior,
la
juventud arma-
nación se halla en algún es por
un tiempo limi-
como majistrado en
el
interior.
Tal es, ó mas bien gulgo considerado en
sí
tal
era el gobierno
mismo
musco
pero aun
y aislado;
debe examinarse bajo otros aspectos como gobierno federativo.
Los muscogulgos
,
nación altiva y ambiciosa,
vinieron del oeste, y se apoderaron de
la
Florida
después de haber estirpado
,
sus pri-
á los
yamases
meros habitantes (1). Poco después
los siminoles
Estas tradiciones de las emigraciones indianas son obs(1) curas y contradictorias. Algunos autores instruidos consideran á las tribus de las Floridas como restos de la gran nación de los allighewis, que habitaban los valles del Mississipi y delOhio, de donde los arrojaron por los siglos doce y trece los Lennilénaps (los iroqueses y los salvajes dclawares) horda nómada y belicosa venida del norte y del oeste; es decir^ de las costas vecinas al estrecho de Behring. ,
240
VI ají: del éste, se aliaron con los
que llegaron
muscogul-
goSj y como estos eran los mas fuertes, obligaron á aquellos á entrar en una confederación, en virtud
de
la
cual los siminoles envían diputados á la gran
modo que en par-
población de los muscogulgos; de
Mico de
te se hallan gobernados por el
estos úl-
timos.
los
Las dos naciones reunidas fueron llamadas por europeos la nación de los creeks, y divididas en
creeks superiores los muscogulgos, y creeks inferiores los siminoles. los
No
satisfecha
muscogulgos, llevaron
la
ambición de
la
guerra
al pais
de los
cheroqueses y chicasas , y los obligaron á entrar en la alianza común; confederación tan célebre en el
mediodía de
la
los iroqueses
América septentrional
en
el
norte.
¿No
ver á unos salvajes procurando
,
como
la
de
es cosa singular el
reunión de
la
dios en una república federativa, en
el
los in-
mismo lugar
en donde los europeos habían de establecer en ade^
misma clase de gobierno? Los muscogulgos, en algunos tratados que
lante esta
cieron con
los
hi-
blancos, estipularon que estos no
venderían aguardiente á
las
naciones aliadas.
En
los
lugares de los creeks solo se toleraba un mercader
europeo,
el
cual estaba bajo la salvaguardia públi-
Jamás se violaban con respecto á él las leyes de la mas exacta probidad, y podía transitar por donde quería, tan seguro de su fortuna como de su vida. ca.
Los muscogulgos son inclinados
á la ociosidad
tienen ganados y caballos de raza española, y también esclavos. El y á las fiestas:
cultivan
la tierra
;
241
A AMÉRICA. siervo trabaja en los
campos^
las frutas y las flores^
cuida de
bana, y prepara
la
camida.
vestido y alimentado
cultiva en el jardín
limpieza de
la
En cambio
como
la
ca-
es alojado^
sus amos. Si se casa,
sus hijos son libres, y entran por el nacimiento en el
goce del derecho natural.
madre
y la
^
no pasa
á
La
desgracia del padre
su posteridad, porque los
muscogulgos no quisieron que
la
servidumbre fuese
hereditaria: jbella lección que han dado los salvajes á los
hombres
civilizados!
Tal es sin embargo suave que sea, degrada
go
,
la
esclavitud^ que por
las virtudes.
muy
El muscogul-
atrevido, bullicioso ^ impetuoso^ sin poder su-
menor contradicción es servido por el yamase, tímido, silencioso ^ paciente^ abyecto. Este yamase , antiguo señor de las Floridas, es sin emfrir la
_,
bargo de raza indiana, y combatió como héroe para salvar su país de la invasión de los muscogulgos; pero tuvo contraria
la
fortuna.
tan grande diferencia entre
el
¿Quien ha puesto
yamase de otros tiem-
de hoy_, entre este yamase vencido y este muscogulgo vencedor? dos palabras: libertad y ser-
pos y
el
vidumbre.
Los lugares muscogulgos
modo
particular
:
están edificados de
cuatro casas ó cabanas iguales, te unas ó otras
^
un
cada familia tiene casi siempre las
drado de cerca de mil pies
:
cuales dan frensí
un patio cua-
se entra
en este patio
y forman entre
por cuatro ángulos. Las cabanas construidas de tablas, tienen por dentro y por fuera una mano de mortero rojo , parecido á la tierra de los ladrillos.
242
VIAJE
El techo de estos
edificios lo
como
de ciprés colocadas
forman unas cortezas
las
conchas de una tor-
tuga.
En
el
principal
centro^ y punto mas elevado del lugar , hay una plaza pública rodeada de cuatro
Una de
largas galerías.
estas es la sala del consejo,
que celebra sus sesiones todos pacho de
por medio de un tabique longitudinal el
puede entrarse en
él
,
con
por una abertura
En
ja practicada al pie del tabique.
están depositados los tesoros de política
el
des-
el
lo cual
departamento interior queda privado de luz
solo
de
para
los dias
negocios. Esta sala se divide en dos
los
:
chichikucs,
y
ba-
este santuario
la relijion
los rosarios de cuerno de ciervo
medicina,
,
muy
pipa de
,
y
de
la
la
copa
paz, y estandarte nacional, formado de una cola de águila
los
la
la
Mico, el jefe de la guerra y el gran sacerdote pueden penetrar en este recinto formila.
Solo
el
dable.
La cámara
consejo está
esterior de la sala del
dividida en tres partes por tres pequeños tabiques á la altura de la
mano. En estos
tres balcones
elevan tres órdenes de gradas apoyadas contra
paredes del santuario tos de esteras
,
es
,
se las
y sobre estos bancos cubier-
donde se sientan
los sache«is y
los guerreros.
Las otras forman
mente
el
tres galerías,
que con
recinto de la plaza pública
la ^
del consejo
están igual-
divididas cada una en tres partes, pero no
tienen tabique lonjitudinal. Estas galerías se
man
lla-
galerías del banquete , y en ellas se encuentra
243
A AMÉRICA.
continuamente una multitud
bulliciosa
^
que
se
en-
tretiene en diversos juegos.
Los muros
,
los
tabiques y las columnas de
ma-
dera de estas galerías están cubiertos de adornos jeroglíficos
que encierran
secretos sacerdotales
los
y políticos de la nación. Estas pinturas representan
hombres en diversas actitudes^ pájaros dos con cabezas de hombres
_,
y
sin las
y natural;
conocimiento. El orden de
columnas varía en
los habita: en
Otases
en forma de espiral
Otases son de
Hay en La
sangre.
los
la
_,
la
que
tribu
columnas están truncadas
porque
tribu de
esta nación
arquitectura de
la
pueblos según
las
es
vivo^ pero aplicado
color
el
cuadrúpe-
monumentos
zas de animales. El dibujo de estos
animado
y
hombres con cabe-
la
los
muscogulgos de
Serpiente.
una ciudad de paz y otra de
ciudad de paz es
la
capital de
toda la
confederación de los creeks^ y se llama Apalachuda. En esta ciudad jamás se derrama sangre; y
cuando ella los
La
se
trata de una
diputados de
paz jeneral
concurren á
ciudad de sangre se llama Coveta
tuada á doce millas de Apalachucla
donde
_,
los creeks.
,
y
en
;
está si-
ella es
en
se delibera sobre la guerra.
En
la
confederación de los creeks son notables
los salvajes
que habitan
el
hermoso pueblo de Uche, que pueden po-
compuesto de dos mil habitantes ner sobre
las
salvajes hablan
ma que
la
lengua savanna ósavanttca, idio-
difiere radicalmente
aliados del
_,
armas quinientos guerreros. Estos del muscogulgo.
Los
pueblo de Uche son ordinariamente en
244
VIAJE
consejo de diferente parecer que
el
los
los otros
miran con cierta emulación; pero en una
y
que
y otra
parte hay bastante prudencia para no llegar á un
rompimiento.
Los siminoles, menos numerosos que
los
mus-
cogulgos^ solo tienen nueve pueblos^ situados todos
sobre
un
el rio Flint_,
y no puede darse por aquel pais
solo paso sin descubrir savanas
lagos ^ fuentes
^
y arroyos de agua riquísima. El siminol respira ale-
gría, contento y amor; su andar es
tinente franco y sereno
de su vida
la actividad
lidad
;
;
:
ájil ,
y su
con-
sus ademanes descubren
habla
mucho
y con volubi-
su lenguaje es armonioso y fácil. Este carác-
ter amable y lijero es tan pronunciado en este pue-
blo^que con
pueden tomar sus individuos
dificultad
un continente grave en la
asambleas políticas de
las
confederación.
Lor
siminoles y los muscogulgos son de estatura
muy
elevada, y por un contraste estraordinario la talla de sus mujeres es la mas pequeña que se co-
noce en América
:
muy
raras son
que llegan á
las
cuatro pies y dos ó tres pulgadas; y sus pies y manos parecen los de una europea de nueve ó diez los
años. Pero
la
naturaleza
especie de injusticia
;
las
ha indemnizado de esta
pues su
negros^
talle es
elegante y es-
muy
rasgados y llenos de modesta languidez. Bajan los párpados con una es-
belto; los ojos
pecie de voluptuoso pudor
cuando hablan
,
creería
solo pronuncian voces
uno
;
y
si
oir á
no
se
las viese
unos niños que
medio formadas.
Las mujeres creeks trabajan menos que
las otras
245
A AMÉRICA. indianas; pues solo se ocupan en bordados labores propias del sexo.
y otras
evitan sin
el
cuidado de cultivar
embargo,
lo
mismo que
la
los
Los
^ tintes
esclavos las
tierra; pero ellas,
guerreros
,
ayudan
á recojer la cosecha.
Los muscogulgcs son muy celebrados por la poesía y la música. La tercera noche de la fiesta del maiz nuevo, se reúnen en la galería del consejo y se disputan el premio del canto. Este premio , que _,
una rama de encina verde, se concede á pluralidad de votos por el Mico; los helenos solicitaban con empeño una rema de olivo. Las mujeres consiste en
concurren y obtienen muchas veces
la
corona
:
he
aqui una de sus odas, que ha adquirido gran celebridad:
Canción de
«Vino de Virjinia ))tenia
carne blanca.
la
la
carne blanca: era rica, y
telas azules, pólvora y
))La carne blanca vio á
))Yo te
amo,
dijo la carne blanca á la
cuando me acerco
))tada: ))la
médula de
))y
me
veneno francés (1). la Ikuesen (2).
Tibeima
los
moza pin-
á ti, siento derretírseme
huesos; mis ojos se conturban
siento morir.
moza pintada, que quería las riquezas de »la carne blanca, le respondió: Déjame grabar mi » nombre en tus labios; estrecha tu seno contra »mi seno. ))La
(1)
Aguardiente.
(2)
Cortesana.
246
VIAJE
))Tibeíma ))baña.
y la
»estranjero^ y fue •»
carne blanca edificaron una ca-
La Ikuesen
disipó ¡as grandes riquezas del infiel.
La carne blanca
))T¡beíma: cuando
la
supoj
carne blanca recojia un poco
»de fuego líquido (1)^ se
1^
lo
no pudo dejar de arnar^ y mendigaba de «puerta en puerta granos de maiz para alimantar á ))pero
bebia para olvidar su
lo
))dolor.
«Enamorado siempre de Tibe'ima^ y siempre ella^ el hombre blanco perdió el es-
«engañado por
«píritu^ y se puso á correr por los bosques. El pa-
de
))dre ))la
la
moza pintada ^-que
reprendió;
pero
el
era un ilustre sachem^
corazón de una mujer que
))ha
dejado de amar_, es mas duro que
))la
papaya.
»La carne blanca
el
fruto de
regresó á su cabana. Iba des-
anuda y y tenia una barba larga
y erizada
:
ojos
hun-
«didos y labios pálidos: sentóse sobre una estera^
«y pidió hospitalidad en su propia cabana. El hom))bre blanco tenia hambre^ y como habia perdido »la
razón
^
se creia niño^
y
tomaba
á
Tibeíma por
»su madre. ))
Tibeíma^
á
quien habia proporcionado nuevas
«riquezas otro guerrero en
la
antigua cabana de
«carne blanca, miró con horror «do_, y le echó á la calle.
ȇ
la
al
La carne blanca
se
sentó
puerta sobre un montón de hojas y murió:
«Tibeima murió también. Cuando «gunta cuyas son
las
el
siminol pre-
ruinas de aquella cabana, cu-
«bierta ahora de maleza, nadie le contesta." (1)
la
que habia ama-
Aguardiente.
A AMÉRICA.
217
Los españoles colocaron una fuente de Juvencio en
los bellos
desiertos de la Florida.
¿Por que,
pues, no habia yo de estar autorizado para
mismos desiertos para
aquellos
clejir
pais de algunas otras
ilusiones?
Pronto veremos en
lo
que vinieron
á parar los
creeks, y que suerte amenaza á aquel pueblo^ que caminaba con tanta celeridad á la civilización.
LOS HURONES Y LOS IROQUESES. República en
Asi
como
tismo en
el
los
el
estado de la naturaleza.
natchez ofrecen
estado de
tipo del despo-
naturaleza, y los creeks
la
primer rudimento de
el
monarquía limitada
la
el
los
;
hurones y los iroqueses presentaban en el mismo estado de la naturaleza la forma de gobierno republicano.
Tenian, como
los
creeks, ademas de
la
constitución nacional propiamente dicha, una asamblea jeneral representativa y un pacto federativo.
El gobierno de
de
los iroqueses.
los
hurones
diferia
un poco
Después del consejo de
del
las tribus^
habia un jefe hereditario, cuya sucesión se conti-
nuaba por
las
mujeres,
lo
mismo que entre
chez; y cuando llegaba á estinguirse te jefe, la
nuevo.
La
la
los
nat-
línea de es-
matrona mas noble de la tribu elejía uno influencia de las mujeres debia ser muy
considerable en una nación en que tantos derechos las
daban
la
política
y la
naturaleza; y á esta in-
22
2i8
VIAJE atribuyen
lliiencia las
los
historiadores
buenas y malas cualidades
En
las
naciones de Asia
,
una parte do
del
hurón.
las
mujeres son escla-
vas^ V no tienen intervención alguna en
no; pero encargadas de
las
gobier-
atenciones domésticas,
jeneral de los
se libertan en
el
mas rudos trabajos de
la tierra.
En
las
naciones de oríjen jermánico
las
mujeres
eran libres; pero permanecían separadas de los actos de la política
_,
escepto aquellos en que se trata-
honra y del valor. Entre las tribus del norte de
ba de
la
mujeres tomaban parte en
los
la
América
las
_,
negocios del estado;
pero se ocupaban en aquellos trabajos penosos que
en
la
Europa
civilizada están destinados á los
bres. Esclavas y bestias de carga en los
hom-
campos
y
en
caza, eran libres y reinas en las reuniones de la familia y en los consejos de la nación. Es menester la
subir hasta los galos, para encontrar en otra parte
algo que se parezca á esta condición de
las
mujeres
en un pueblo.
Los iroqueses, olas Cinco naciones (1), llamados en lengua algonquina los aganonsioni
_,
eran una
colonia de los hurones, de los cuales se separaron
en una época desconocida, en que abandonaron orillas del rio
Hurón, y
se fijaron
en
la
las
costa meri-
dional del río llochelaga (el San Lorenzo), no lejos del lago ta el
(1)
Champlaín. Mas adelante subieron has-
lago Ontario, y ocuparon
Seis
,
scíiun la división inglesa
el
país situado
en-
A AMÉRICA. trc
lago Erié
el
y
las
249
fuentes del rio de Albany.
Los iroqueses ofrecen un grande ejemplo del cambio que la opresión y la independencia pueden obrar en
el
carácter de los hombres. Después de ha-
berse separado de los hurones^ se dedicaron á cultivar los campos_, y se hicieron
y pacífica^
de donde tomaron
una nación agrícola nombre de Aga-
el
nonsioni.
Sus vecinos cho
los
los
adiroudacos
y
de que hemos he-
algonqumes j pueblo guerrero y cazador^ que un pais inmenso^ des-
estendia su dominación sobre
preciaron á los emigrantes hurones^ cuyas cosechas
compraban. Ocurrió que
los
algonquines convida-
ron á una cacera á algunos jóvenes iroqueses; estos se distinguieron de tal
manera^ que
pero
los envi-
diosos algonquines los asesinaron.
Corrieron
los
iroqueses á las armas por
mera vez^ y batidos cer hasta
el
al
principio
^
la
pri-
resolvieron pere-
último de ellos^ ó ser
libres.
Un
jenio
guerrero^ de que no se habian apercibido^ se desarrolló al
momento en
ellas.
Derrotaron á su vez á
algonquines, y estos se aliaron con los hurones ^ de quienes traian su oríjen los iroqueses. En
los
el
momento en que andaban mas
querellas_, fue
cuando arribaron
encarnizadas estas al
Canadá primero
Jacobo Cartier y luego Champlain. Los algonquines se reunieron á los estranjeros, y los iroqueses tuvieron que luchar contra los franceses
quines y los hurones. A poco tiempo llegaron hata
los
_,
los
holandeses á
algon-
Man-
(Nueva-York). Los iroqueses buscaron
la
250
VIAJE
íimistad de aquellos
armas de fuego nejar con
^
nuevos europeos^ adquirieron
que en poco tiempo supieron ma-
mas destreza que
no hay entre
los
mismos blancos; y
los
pueblos civilizados ejemplo de una
guerra tan larga é implacable cerno pacio de
mas de
la
que por es-
tres siglos hicieron los iroqueses á
algonquines y los hurones. Los algonquines los hurones quedaron redu^ y
los
fueron esterminados
una tribu refujiada bajo
cidos á
la
protección del
canon de Québec. La misma colonia francesa del
Canadá^ en de
el
momento de sucumbir
á los ataques
iroqueses^ no se salvó sino por un cálculo de
los
de aquellos salvajes estraordinarios (1). Es probable que los indios del norte de América
la política
fueron
al
principio gobernados por reyes
^
como
los
Koma
y de Atenas^ y que estas moluego en repúblicas aristocambiaron narquías se
habitantes de
cráticas.
En
las
principales poblaciones huronas é
iroquesas se encontraban algunas familias nobles,
que ordinariamente eran el
tronco de
las tres
tres.
Estas familias eran
tribus principales,
una de
cuales gozaba de cierta preeminencia, cual era
la
las
de
miembros de esta primera tribu se trataban de hermanos ) y los de las otras dos de primos. que
(t)
los
otras tradiciones,
como ya hemos
visto, consideran á
los iroqueses como una columna de aquella grande emigración de los semilapas, procedentes de las costas del océano
Pacifico. Esta columna de iroqueses y hurones se supone que ahuyentaron á las poblaciones del norte del Canadá, entre las cuales se encontraban los algonquines, al mismo tiempo quo los indios delatares, mas al mediodía, bajaron hasta el At-
lántico dispersando los pueblos primitivos establecidos al éste y al oeste de los Aleghanys ,
251
A AMÉIUCA.
Estas tres tribus llevaban
bus hurones:
la tribu del
el
Corzo ^
nombre de las trila del Lobo^ la de
Tortuga^ que se dividía en dos, la de la grande y de la pequeña Tortuga. El gobierno, sumamente complicado, de este la
pueblo se componia de tres consejos:
el
consejo de
de los ancianos y el de los guerreros en estado de hacer un servicio activo; es delos asistentes,
el
cir, del cuerpo entero de la nación.
Cada
familia enviaba al consejo de los asisten-
un diputado nombrado por
tes
les, con
mucha
las
mujeres,
las
cua-
frecuencia, nombraban una mujer
para que las representase. El consejo de los asistentes era el consejo
mer poder que
las
supremo; de manera que
el
pri-
del estado pertenecía á las mujeres, de
hombres como unos consejo de los ancianos pronun-
solo se consideraban los
tenientes;
mas
el
ciaba en último recurso, y ante él se apelaba de las
deliberaciones del de los asistentes.
Pensaron de
la
los íroqueses
asistencia de
que no debían privarse
un sexo cuyo talento vivo
é ín-
jeníoso es fecundo en recursos, y sabe obrar sobre el
corazón humano; pero discurrieron también que
los
acuerdos de un consejo de mujeres podrían ser
apasionados, y quisieron que estos acuerdos fuesen moderados, y como templados por el juicio de los ancianos. Este consejo de
las
mujeres, se encon-
traba también entre nuestros padres los galos.
El segundo consejo, ó nos, era
que
se
el
moderador entre
componia
del
el el
cuerpo de
consejo de los ancia-
de los asistentes y el jóvenes guerreros.
los
252
VIAJE
Pero no todos
los
miembros de
estos tres con-
sejos tenían el derecho de usar de la palabra: algu-
nos oradores escojidos por cada tribu trataban ante los consejos de los negocios del estado
hacían un estudio particular de
para
,
cual
lo
y de
la
Esta costumbre, que seria un obstáculo para
la
la política
elocuencia.
libertad en los pueblos civilizados de
era una medida de orden entre los estos pueblos no se sacrificaba
de
la
Europa, solo iroqueses. Entre
mas pequeña parte
la
libertad particular á la libertad jeneral. Nin-
gún miembro de ligado
los tres consejos
individualmente por
aquellos; pero sin
las
se consideraba
deliberaciones de
embargo no había ejemplo de que
un guerrero hubiese rehusado someterse
La
á ellas.
nación iroquesa estaba dividida en cinco can-
tones, los cuales eran independientes entre
podían hacer separadamente
cuyos casos
los
la
paz ó
cantones neutros
les
la
sí
^ y
guerra^ en
ofrecían sus
buenos oficios. Los cinco cantones nombraban de cuando en cuando unos diputados que renovaban la alianza jeiiera!. En esta dieta, que se celebraba en medio de los
bosques,
interesaban
se trataba
al
honor
de
y á la
ción. Cada diputado hacía
las
grandes empresas que
seguridad de toda
una manifestación
la
na-
rela-
cantón que representaba, y con presencia de todas se deliberaba sobre los medios de asegurar tiva al
la
prosperidad jeneral.
Los iroqueses eran tan fomosos por
como por
las
la
política
armas. Colocados entre los ingleses y
253
A AMÉlUCxV. los IVanceses^
no tardaron
estos dos pueblos.
conocer
á
la rivalidad
do
Comprendieron que su amistad
seria buscada por los unos y por los otros, y se alia-
ron con
los
no amaban contra
á quienes
ingleses^,
los franceses, á quienes estimaban, pero que se ba-
bian unido á los algonquines y á los burenes. Sin
embargo, no querian
el
triunfo completo de ningu-
no de estos partidos estranjeros; y de alii es que estaban prontos á dispersar la colonia francesa del
Canadá, cuando una orden chems detuvo el ejército, y do
los franceses
del
consejo délos sa-
hizo retirar
le
j
cuan-
y
estaban á punto de conquistar
la
Nueva-Jersey, y arrojar de ella á los ingleses, los iroqueses hicieron marchar sus cinco naciones
corro de estos,
y los
El iroqués no conservaba de común con rón mas que
el
al
so-
salvaron.
lenjuaje:
el
el
hurón, alegre,
huinje-
nioso, versátil^ de un valor brillante y temerario, y de una estatura elevada y elegante ^ parecia naci-
do para ser aliado de El iroqués, por
los franceses.
el
contrario, era de cuerpo for-
nido, pecho ancho, piernas musculares y brazos nerviosos. En sus grandes y redondos ojos brillaba la
independencia: todo su aspecto era
el
de un hé-
roe; y veíanse resplandecer en su frente las profundas combinaciones del pensamiento, y los eleva-
dos sentimientos del alma. Aquel hombre intrépido
no
se
manifestó admirado de
cuando por primera vez
armas de fuego
se usaron contra él;
no se
silbido de las balas ni al estrépito del ca-
alteró
al
non
como
,
las
si
estuviese acostumbrado á oírlos toda
254
VIAJE
su vida^ ni manifestó que le llamasen
la
atencioir
mas que una tempestad. Luego que pudo procurar^ se un mosquete^ se sirvió de él mejor que un europeo. No abandonó por eso la macana, el cuchillo ni la flecha; lo
pistola,
que hizo fue añadir
puñaj
al
y
el
la
hacha, como
carabina y si
la
no hubiese
bastantes armas para su valor. Doblemente armado
con los instrumentos mortíferos de Europa rica, adornada de
sangre
el
brazos,
los
el
el
el
la costa
las
rostro, y tintos de
nuevo campeón del Nuevo-
como en
se hizo tan formidable á la vista,
combate en
contra
Amé-
plumas su cabeza, recortadas
orejas, pintorreado de negro
Mundo
y
que defendía palmo
á
palmo
estranjero.
Los íroqueses cimentaban su virtud en la eduJamás un joven se sentaba delante de un
cación.
anciano
:
el
respeto á la edad era igual
al
que había
inspirado Licurgo á los lacedemonios. Acostumbra-
ban a
los
jóvenes á toda suerte de privaciones, co-
mo también
á arrostrar los
mayores peligros. Pro-
longados ayunos mandados por bre de
la
continuo de
las
comunicado
No
la política
en
nom-
relijion, cacerías peligrosas, el ejercicio
al
armas, juegos varoniles, habían
iroqués cierto carácter indomable.
era raro ver á dos niños, que atándose juntos
brazos, ponían encima de ellos un carbón encendido, y apostaban á quien aguantaría el dolor mas largo rato. Si una joven cometía una falta, y los
su
madre
la
echaba un poco de agua en
ta sola reprensión solía llevar á la
de ahorcarse.
joven
la al
cara, es-
estremo
A AMÉRICA. El ¡roques despreciaba
el
255
un sachem de cien años arrostraba hoguera
^
como
dolor
las
la vida:
llamas de
escitaba á sus enemigos á redoblar
la la
crueldad^ y los desafiaba á que le arrancasen un suspiro. Esta magnanimidad déla vejez ^ no tenia
mas objeto que dar un ejemplo
jóvenes guer-
á los
reros^ y enseñarles á hacerse dignos de sus padres.
Todo en aquel pueblo tenia
sello
el
de esta
grandeza: su lengua^ casi toda aspirada^ admiraba oido
al
á
,
y cuando hablaba un iroqués parecia oirse
un hombre que^ espresándose con esfuerzo
ba sucesivamente de las
las
_,
pasa-
entonaciones mas graves á
mas agudas. Tal era
dido sobre
el
iroqués antes
él la
sombra y
que
la
hubiesen esten-
se
destrucción de
la civi-
lización europea.
Aunque he
dicho que
el
derecho
minal eran casi desconocidos de
los
civil
y
indios^
el cri-
uso
el
suplia en algunos puntos por ía ley.
El asesinato^ que entre
los francos se
redimia
por una composición pecuniaria proporcionada
al
estado de las personas^ no se compensa entre los
muerte del asesino. En
salvajes sino con la
de la
la
edad media^
defensa de todo
las familias lo
respectivas
que concernía
á sus
la Italia
tomaban
miembros;
y de aqui aquellas venganzas hereditarias cuando las familias enemigas eran poderosas.
En
las
poblaciones del norte de
la
América
familia del homicida no sale á su defensa
,
la
los
como un deber el venquien la ley no amenaza^ ni la
parientes del muerto miran garlo. El criminal á
;
pero
256
VIAJE
naturaleza defiende, no encontrando asilo ni en los
bosques donde los aliados del muerto ni
en
que
las tribus estranjeras,
en su hogar doméstico, que no
le
la
persiguen,
entregarian
le salvaría
encontrarse en un estado tan miserable
,
^
^ ni
viene á
que un
él un bien; porque menos habria una forma, un modo de conde-
tribunal vengador seria para alli al
nar ó absolver; pues
la ley si
hiere, también conser-
tiempo que siembra y riega. El asesino indiano, cansado de una vida errante, y no encon-
va
,
como
el
trando familia pública que
manos de una defecto de
la
le
castigue, se pone en
familia particular
fuerza
armada,
el
que
le
inmola: en
crimen conduce
al
criminal á los pies del juez y del verdugo.
El homicidio involuntario se espiaba algunas veces con presentes. Entre los abenaqueses
pronunciaba: esponian
el
nado sobre una especie de cañizo colgado en re, y
el
la ley
cadáver del hombre asesiel ai-
asesino, atado á un poste, estaba conde-
nado á tomar aquel patíbulo.
el
alimento y pasar muchos dias en
257
A AMÉRICA.
ESTADO
ACTIJAI4
DE LOS
SALVAJES DE LA AMERICA SEPTENTRIONAL.
s
i
yo presentase
rica salvaje,
al lector
como
este cuadro de la
la iraájen fiel
de
lo
que en
Améel
dia
mas es que existe, porque aunque
existe, le engañarla: lo que yo he pintado
lo
que existió que
es
lo
que todavía se encuentran en las tribus del Nuevo-Mundo muchos rasgos del carácter indiano, cierto
el
conjunto de
usos,
la
palabra,
costumbres ^
las
forma primitiva de el
el
orijinalidad de los
gobiernos; en una
jenio americano ha desaparecido. Refe-
rido, pues j lo pasado
trazando
la
los
cuadro de
Aun cuando
de
debo completar mi trabajo
j
presente.
lo
las
relaciones de los primeros
navegantes y colonos que descubrieron y desmontaron la Luisiana, separásemos la Florida, la Jeorjia, las
dos Carolinas,
ware,
la
la Virjinia, el
Pensilvania,
la
Maryland,
Nueva-Jersey
,
el
la
Dela-
Nueva-
York, y todo lo que se llamó la Nueva-Inglaterra, la Acadia y el Canadá; no podria estimarse en menos de tres millones de individuos
comprendida entre el
el
momento en que
En
el
la
población salvaje,
San Lorenzo y
el Mis&issipi
dia la población indiana de toda la
rica septentrional
,
en
se descubrieron aquellos paises.
no contando
los
Amé-
mejicanos ni
258
VIAJE
los esquimales^ apenas llega á cuatrocientas mil al-
mas. El censo de
los
pueblos indíjenas de aquella
Nuevo-Mundo^ no se ha hecho todavía^ y yo me propongo hacerlo. Muchos hombres y muparte del
chas tribus faltarán á este llamamiento; pero yo,
como último
historiador de aquellos pueblos^ voy á
abrir su rejistro mortuorio.
En 1534^ cuando y en
la
época de
plain, en
la
1608,
llegó
Juan Cartier
al
Canadá,
fundación de Québec por
los
algonquines,
Cham-
los iroqueses, los
hurones, con sus tribus aliadas ó sujetas, á saber: los
etchemines, los suriqueses,
los
bersiamitas, los
papinacletos, los montañeses, los atikamegos, los nipisinges, los temiscamines, cristineses,
los
los
asiniboiles^ los
amikueses, los
puteotamises, los
nokaises, los otchagras y los raiamises, ponían en corta diferencia sobre las armas cincuenta mil guer-
reros,
supone en aquellos salvajes una po-
lo cual
blación de doscientas cincuenta mil almas. Si da-
mos
crédito á
Laboutan, cada una de
des poblaciones iroquesas habitantes.
Canadá
En
el
las
cinco gran-
encerraba catorce
mil
dia solo se encuentran en el bajo
seis aldeas
de salvajes convertidos:
los
hu-
rones de Coreta, los abenaquises de San Francisco, los
algonquines, los nipisingos,
los
iroqueses del
lago de los Dos-Montes y los osuekatchies, débiles reliquias de
muchas
razas
recojidas por la relijion
,
que ya no existen, y que ofrecen la doble prueba
del poder de ésta para conservar y
el
de los
hom-
bres para destruir.
El resto de las cinco naciones iroquesas está
cti-
259
A AMÉRVCA.
clavado en las posesiones inglesas y americanas^ y el número de todos los salvajes que acabo de nombrar,
mas á dos mil quinientas ó tres mil almas. Los abenaquises ^ que en 1587 ocupaban la Acadia (hoy Nuevo-Brunswick y Nueva-Escocia)^ los salvajes del Maine, que destruyeron todos los
llega é lo
establecimientos de los blancos en
y que
1675,
continuaron sus devastaciones hasta 1748,
las
mis-
mas hordas que hicieron sufrir la propia suerte al Nuevo-Hampshire, los wampanoagos ^ los nipmucks, que dieron una especie de batalla ordenada á los ingleses, sitiaron á Hadley^ y asaltaron áBrookfield, en el Masachusets; los indios que en los mismos años 1673 y 1675 combatieron á los europeos; los pequotsde Conecticut; los indios que ne-
gociaron los
la
cesión de una parte de sus tierras con
Estados de Nueva-York, Nueva-Jersey,
silvania, el
Delaware;
los
la
land; las tribus que obedecían á Powhatan Virjinia;
los paroustises,
Pen-
pyscatawayses del Mary-
en
las
^
en
la
Carolinas; todos
estos pueblos han desaparecido (1).
De
las
numerosas naciones que Fernando de
Soto encontró en
Floridas (y bajo este nombre lo que forma hoy los Esta-
las
debe comprenderse todo dos de
la
Jeorjia, Alabamá, Mississipi y Teneseo),
no quedan ya sino
los
creeks, los cheroqueses y
los chicaseses (2).
La mayor parte de
estos pueblos pertenecían á la gran cuyas dos ramas principales eran los iroqueses y los hurones al norte, y los indios delawarcs al (1)
nación de
los lenilénapes,
mediodía. (2)
Por
lo relativo
á
la
Florida pueden consultarse con fru-
260
VIAJE
Los crccks^ cuyas antiguas costumbres he pintado^ no podrían en
dos mil guerreros.
el
De
dia poner sobre las
los vastos paises
que
armas
les
per-
tenecian^ ya no poseen mas que unas ocho mil millas
cuadradas en
Jeorjia, y otro tanto en Alabamá,
la
Los cheroqueses y los chicaseses_, reducidos á un puñado de hombres^ viven en un rincón de los Estados de Jeorjia y de Teneseo; los últimos en orillas del rio
Pero
los
las
dos
Hiwaseo.
creeks, á pesar de ser tan débiles^ pe-
como valientes con los americanos en los años 1813 y 1814. Los jenerales Jackson_, White^ learon
Clayborne^ Floyd^
les
Talladéga
,
,
Hillabes
causaron grandes pérdidas en
Autosées
^
Bécanachaca ^ y so-
bre todo en Entonopeka. Aquellos salvajes habían
hecho progresos notables en
palmente en nejando
muy
el
civilización^ princi-
la
empleando y maHace algunos años
arte de la guerra^
bien
la
artillería.
juzgaron y ajusticiaron á uno de sus micos ó reyes^ por haber vendido unas tierras á los blancos sin el
conocimiento
y
anuencia del consejo nacional.
Los americanos que codician
el
rico territorio
que habitan aun los muscogulgos y los siminoles^ han querido obligarlos á cedérselo por una suma^ proponiéndoles transportarlos luego Missouri.
El Estado de Jeorjia
comprado aquel
al
occidente del
pretendió
territorio; el congreso
haber
americano
una obra titulada Vista de la Florida occidental que comprende en jeografia, topografía ele. seguida de un apéndice sobre sus anligücdades tos títulos de concesión de las tierras y canales y acompañada de un mapa de la costa y los planos de Panzacoia y de la entrada del puerto. Filadelfia 18Í7.
to
:
,
,
,
,
,
A AMÉRICA.
puso algún obstáculo
á esta
2C1
pretensión; pero tarde
ó temprano los creeks^ los cheroqueses y los chicaseses, estrechados por la población blanca del Mis-
Teneseo^ de
sissipí^ del
se verán
Alabamá
la
precisados á obtar entre
y de la Jeorjia, el
destierro y el
esterminio.
Subiendo
el Mississipi
desde su embocadura has-
su confluencia con el Ohío, todos los salvajes que habitaban aquellas dos riberas, los bilasis, los ta
torimaes,
los
los colapisas,
kapaes,
los
sutuis, los bayagoulas,
los tansas_, los
natchez y
los
yazus,
han desaparecido.
En
valle del
el
andaban errantes
Ohío,
naciones que todavía
las
de aquel rio y de sus afluentes, se sublevaron en 1810 contra los ameriá lo largo
canos. Pusieron á su cabeza un agorero ó profeta
que anunciaba
mano,
el
la
victoria mientras peleaba su her-
famoso Thecumeseh. Tres mil salvajes se
habían reunido para recobrar su independencia:
el
jeneral americano Ilarrison se dirijió contra ellos
con un cuerpo de tropas, y
Noviembre de 1811 en noé y el Wabash. Los
la
los
encontró
el
6 de
confluencia del Típaca-
indios mostraron el mayor denuedo, y su caudillo Thecumeseh desplegó una
habilidad estraordinaria; pero sin
embargo
fue ven-
cido.
La guerra de 1812 ingleses
j
renovó
entre los americanos y los
las hostilidades
en
las fronteras del
desierto; los salvajes abrazaron casi todo
de
los
ingleses;
servicio, y
el
Thecumeseh
se había
coronel Proctor
,
el
partido
pasado á su
ingles, dirijía las
262
VIAJE
operaciones. Algunas escenas de barbarie se veriü-
caron en Cikago y en los fuertes Meigs y Milden: el corazón del capitán Wells fue devorado en un
banquete de carne humana. Pero acudió de nuevo el jeneral Harrison, y derrotó á los salvajes en la acción del
Thames^ en que murió Thecumeseh:
coronel Proctor debió
la
vida á
la
el
velocidad de su
caballo.
En 1814, Unidos y
la
asentada
Inglaterra
paz entre los Estados-
la
quedaron definitivamente
,
establecidos los límites de los dos imperios; y los
americanos aseguraron con una cadena de puestos militares su dominio, sobre los salvajes.
Desde la embocadura del Ohío hasta el salto de San Antonio en el Mississipí, se encuentran sobre la
costa occidental de
este último rio los sankis,
cuya población asciende
cuatro mil ochocientas
á
almas; los renardos á mil seiscientas; gos á
rail
cientas.
seiscientas, y los
Todas
los
menomenos
winebe-
á mil dos-
estas tribus son subdivisiones de los
ilineses.
Siguen luego
el
alto
las
de raza mejicana, diviprimera habita en parte
segunda ^ tercera, cuarta y costas del rio de San Pedro , y la
Mississipí;
quinta ocupan
,
la
los sius
didos en seis naciones: la
sexta se estiende hacia
el
Missouri.
La población de
estas seis naciones siusas, se calcula en cuarenta y
cinco mil almas.
Después de
los sius^
aproximándose
Méjico, se encuentran algunos restos de
al
Nuevo-
los osajes,
cansas, octotatas, mactotatas, ajueses y panises.
263
A AiMÉRICA.
Los asiboancs andan errantes bajo diversos nomdesde
l)res,
hasta
de
gran
el
ITudson
las
;
fuentes septentrionales del Missouri
rio
Rojo, que desagua en
bahía de
la
y su población es de veinticinco mil almas.
Los cypowoises, de raza algonquina, enemigos cazan en número de tres ó cuatro mil
los sius,
guerreros en los desiertos que separan los grandes
Canadá del lago Winepic. que se sabe de mas positivo sobre la población de los salvajes de la América septentrional. Si se unen á estas tribus conocidas las menos frecuentadas que habitan mas allá de los Montes lagos del
Esto
es lo
Roqueños, con
dificultad
encontrarán los cua-
se
trocientos mil individuos m^encionados
principio
al
de este empadronamiento. Algunos viajeros reducen á cien mil
almas
la
población indiana de
la
parte de
acá de los Montes Roqueños, y á cincuenta mil
de
la
parte de allá, inclusos los salvajes de
la
la
Cali-
fornia.
Las poblaciones salvajes, acosadas por ropeas hacia
el
noroeste de
la
las
eu-
América septentrio-
nal^ vienen por un singular destino á espirar en
misma
la
costa donde desembarcaron en siglos desco-
nocidos para tomar posesión de
lengua iroquesa bres de siempre
y
de siempre han pasado, y
el
muy pronto á los herederos mundo mas que la tierra de ^
la
América.
En
la
sedan el nombre de homongue-onne. Pero estos hombres
los indios
estranjero no dejará lejítimos de todo
un
su sepulcro.
Las cansas de esta despoblación son conocidas: el
uso de los licores fuertes, los vicios,
las
23
onfer-
264
VI ají:
medades,
guerras que nosotros hemos multipli-
las
cado entre los indios,
precipitado
lian
destruc-
la
ción de aquellos pueblos; pero es de todo punto
que
so
el
estado social
,
introduciéndose en
fal-
las sel-
vas^ haya sido una causa eficiente de aquella destrucción.
No
era salvaje el indio
no obró sobre
europea
civilización
la
:
estado puro de la naturaleza
el
sobre la civilización americana comenzada:
,
si
sino
no
hubiere encontrado nada_, hubiera creado algo; pe-
costumbres
ro encontró
como
era
y las destruyó; porque
_,
mas fuerte, creyó que no debia
Preguntar qué hubiera sido do la
si
América hubiese escapado
tros navegantes curiosa.
,
seria
los
adoptarlas.
americanos
á las velas
una cuestión
¿Hubieran perecido en
inútil
silencio,
naciones mas adelantadas en las artes
,
de nues_,
aunque
como
esas
que según
todas las probabilidades florecieron en otros tiempos
en
las rejiones
el
Teneseo
,
que riega
Mississipí
el
Ohío,
el
inferior
y
el
Muskingum, el Tumbec-
bee ? Prescindiendo por un momento de principios del cristianismo, y no ta los intereses
de
la
Europa
,
los
grandes
tomando en cuen-
un espíritu
podria desear que los pueblos del
filosófico
Nuevo-Mundo
hubiesen tenido tiempo para desarrollarse fuera del círculo de nuestras instituciones.
Nosotros nos vemos en todas partes reducidos (i
las rancias
(no hablo de
formas de una civilización envejecida las
poblaciones del Asia
,
reprimidas
hace cuatro mil años por un despotismo, que cons-
A AMÉRICA.
265
lituyc un estado de infancia). Entre los salvajes del
Nueva-Inglaterra y de las Floridas^ se han encontrado rudimentos de todas las costum-
Canadá^ de
la
bres y de todas las leyes de los griegos
manos y de
Una
hebreos.
los
leza diferente de la nuestra
ducir los hombres de
la
de
,
los ro-
civilización de natura-
hubiera podido repro-
antigüedad^ ó hacer brotar
luces desconocidas de una fuente todavía ignorada.
¿Quien sabe
si
un
dia hubiéramos visto arribar á
nuestras costas algún Colon americano que viniese
Antiguo-Mundo? La degradación de las costumbres
á descubrir el
marchado
Las tradiciones la
indianas ha
á la par con la despoblación de las tribus. relijiosas se
instrucción esparcida
al
han embrollado mas;
principio por los misio-
neros del Canadá^ mezcló ideas estrañas con las ideas nativas de los indíjenas;
y de ahí
es
que
al
través de fábulas groseras^ se perciben hoy las creencias cristianas desfiguradas.
La mayor
adornan con cruces
salvajes se
protestantes
les
ros católicos les
venden ahora
^
y los
lo
que
parte de los
mercaderes los
misione-
daban. Digamos en honor de nues-
que
tra patria y gloria de nuestra relijion
^
dios se habían unido
los franceses;
que todavía
con
los
los
in-
que una túnica negra (un un todavía objeto de veneración en
los lloran, y
misionero) es las selvas
estrechamente á
americanas. Si los ingleses en sus guerras
Estados-Unidos han visto
á los salvajes alis-
tarse bajo la bandera británica, es porque los in-
gleses de
Quebec tienen aun entre
ellos
descendientes de los franceses, y ocupan
el
*
algunos [)ais
que
2G6
VIAJE
gobernó Ononthio (1). El salvaje continúa amándonos en el suelo que hemos pisado, en la tierra de
que fuimos
mos
primeros huéspedes,
los
los sepulcros:
Canadá, permanece
res del
y
donde deja-
sirviendo á los nuevos poseedofiel
á la
Francia en me-
dio de sus enemigos.
He
aqui lo que se lee en un Viaje reciente á
las
fuentes del Mississipí. La autoridad de este pasaje
mas respetable, cuanto que en
es tanto
de su obra se detiene
declamar contra
el
otro lugar
autor de propósito para
los jesuitas
de nuestros dias.
))En honor de la verdad debe decirse que los
«misioneros franceses se han distinguido en todas »partes por una vida ejemplar y conforme á su es-
»tado. Su buena
fe relijiosa, su
caridad apostólica,
»su amabilidad, su heroica paciencia, su alejamien-
fanatismo y del rigor, colocan en aquellas ))rejiones algunas épocas edificantes en los fastos
>)to del
»del cristianismo;
y
al
paso que
la
memoria de
los
«Vilde y los Vadilla , será un objeto de execración »para todos los corazones verdaderamente cristia-
»nos,
la
«jamás
de los Daniel
la
^
Brébeuf, &c., no perderán
veneración que
la
historia de los descu-
))brimientos y de las misiones con tan justo título »les consagra.
De
aqui
la
predilección con que los
«salvajes miran á los franceses; predilección que les
«inspira
naturalmente su alma
,
nutrida con las
«tradiciones que sus padres dejaron en favor de los
(1)
La Gran-Montaña. Nombre que daban
gobernadores franceses del Canadá.
los salvajes á los
-
A AMÉRICA.
267
«primeros apóstoles del Canadá^ oaloiices Nueva ))Francia (1)."'
Esto confirma en favor de
lo
que yo
escribí en otro
tiempo
misiones del Canadá. El carácter
las
brillante del valor francés^ nuestro desinterés^ tra jovialidad, nuestro jenio
tizaban con
el
jenio de los indios; pero también es
menester convenir en que propia que
el
nuesemprendedor^ simpa-
la relijion católica es
culto protestante para
la
mas
educación
del salvaje.
Cuando
el
un
cristianismo empezó en medio de
mundo civilizado y de los espectáculos del paganismo fue sencillo en su esterior austero en su mo_,
_,
ral ^
metafísico en sus argumentos; porque se tra-
taba de arrancar del error á unos pueblos seduci-
dos por los sentidos
cuando pasó de
filosofía; y
de
las
mania
ó estraviados por sistemas de
^
las delicias
de
Roma
escuelas de Atenas á los bosques de ,
se
y
Jer-
la
rodeó de pompas y de imájenes_, para inLos gobier-
teresar á la sencillez de los bárbaros.
nos protestantes de poco en
la
la civilización
de
América
tado de traficar con ellos, y
el
han ocupado
se
los salvajes
:
solo
han tra-
comercio que au-
menta la civilización en los pueblos ya civilizados, en que la intelijencia ha prevalecido sobre las costumbres, solo produce la corrupción en los pueblos en donde las costumbres son superiores á intelijencia.
primitiva:
(1)
La los
relijion
es evidentemente
padres logues
Viaje de Bcltrami
,
1823.
^
Lallemand
la
y
la
ley
Bré-
MAJE
268
beuf eran unos Icjisladores de especie muy distinta los traficantes ingleses y
americanos.
Asi como se embrollaron
las
que
los salvajes, asi
también
ideas relijiosas de
se alteraron las institucio-
nes políticas de aquellos pueblos por
Los
europeos.
los
eran
muy
resortes
del
sutiles y delicados, y
lidado el tiempo; y
la política
yó fácilmente cuando
la
irrupción de
gobierno indiano
no
los había
conso-
estranjera los destru-
los tocó.
Aquellos diversos
consejos^ equilibrando sus autoridades respectivas; aquellos contrapesos formados por
sachems,
los
las
matronas,
los
asistentes,
los
jóvenes guerreros;
toda aquella máquina se ha desordenado
nuestros
:
nuestros vicios, nuestras armas, han
presentes,
comprado, corrompido ó muerto á todos los personaque se componían aquellos diversos poderes.
jes de
Las tribus indianas hoy día por un solo jefe
se :
gobiernan sencillamente
las
que están confedera-
das se reúnen algunas veces en dietas jenerales; pe-
como no
ro
existe ley alguna
que determine
do de celebrarse estas asambleas
,
casi
separan sin haber dictado ningún decreto su nulidad
,
y sienten
el
el
mo-
siempre se :
conocen
acompaña
desaliento que
á la debilidad.
Otra causa ha contribuido también el
gobierno de
los
salvajes.
á
degradar
El establecimiento de
destacamentos militares ingleses y americanos en medio de los bosques , donde un comandante se ios
constituye
el
protector de los indios en
el
desierto:
por medio de algunos regalos hace comparecer tribus delante de
sí;
á las
se declara su j)adre y el envia-
A AMÉRICA.
do
(Je
uno de
designan
tres
;
salvajes
los
asi á los espafioles, los franceses
gleses. El
que va
los
269
mundos blancos
y los in-
comandante hace saber á sus hijos rojos desmontar tal terreno,
á fijar tales límites ^
&c. El
que no es el vertierra; ve que se dispone sin
salvaje llega al fin á creer
dadero poseedor de su beneplácito
se
;
la
acostumbra
una especie inferior bir órdenes
j
á mirarse
como de
blanco^ y consiente en recien cazar y pelear para sus amos. ¿Que al
de gobernar
necesidad hay
y
cuando solo se sabe
obedecer?
Es natural
(}ue los
hayan alterado con
la
todo se haya perdido á
Cuando
los
hábitos y las costumbres se relijion
y la política
,
y
que
la vez.
europeos penetraron en América^
comían y vestían del producto de su cano hacían entre sí ningún negocio. Mas los
los salvajes
za _,
y
estranjeros les enseñaron
armas,
muy
pronto á trocarle por
licores fuertes, utensilios
domésticos, tra-
Algunos franceses á quienes llacorredores maban de bosque y acompañaban al principio á los indios en sus escursiones. Poco á poco se
jes y paños bastos.
formaron compañías de comercio puntos avanzados, dio de
y
los desiertos.
ropea, y por dos, hasta en
la
lo
,
que colocaron
establecieron factorías en
Perseguidos por
la
me-
codicia eu-
corrupción de los pueblos civiliza-
mas oculto de
sus bosques, los in-
dios cambian en aquellos almacenes ricas peleterías
por objetos de poco valor
,
ser para ellos artículos de
pero que han venido á
primera necesidad.
solo trafican con la caza recojida, sino que
No
disponen
270 de
la
VIAJE
que han de
liacei\, á la
manera que
se
vende
una cosecha pendiente. Estas anticipaciüncs que
den^ cargai» de deudas entonces todas
las
nuestras ciudades
traficantes conce-
los
á los indios, los cuales sufren
calamidades del hombre pobre de toda
y
_,
la
penuria del salvaje.
Sus cacerías^ cuyos resultados procuran exajerar, se transforman en una fatiga insoportable: llevan á mujeres, y estas infelices, empleadas en servicio del campo, tiran de los carretones,
ellas á sus
todo
el
buscan las
las reses
muertas, curten
las pieles^ y
carnes. Cargadas de pesados fardos, llevan
pecho ó
sus hijuelos
al
barazadas
próximas
y
á la espalda, y
al
si
curan
ademas
están
em-
parto^ para apresurar éste,
y volver antes al trabajo, aplican el vientre á
una
barra de madera que se eleva á algunos pies del suelo^ y dejando caer las piernas y
la
cabeza, dan á luz
á una desventurada criatura en todo el rigor de la
maldición
:
¡In dolore partes
De manera que
la
filios!
civilización
que se introdujo
por medio del comercio en las tribus americanas,
en vez de desarrollar su ¡ntelijencia, no hizo sino embrutecerlas. El indio se hizo pérfido, interesado,
embustero^ disoluto,
y su cabana fue
culo de inmundicias.
Cuando
iba
un receptá-
desnudo, ó cu-
bierto con pieles de fieras^ tenia algo de altivo
y
grande; mas ahora los harapos europeos, sin cubrir su desnudez^ sirven solo para etestiguar su miseria: ya
no es un salvaje en
digo á
|)uerta de
la
los
bosques, es un men-
una tienda.
Por otra parte^ del comercio de los aventureros
271
A AMÉUICA. europeos
y las
mujeres salvajes^ se ha formado una
especie de pueblo meslizo. Estos
en razón de su color
les
dan
el
hombres^ á quiei» nombre de madera
quemada y son ajenies de negocios ó corredores de cambio entre aquellos pueblos de donde traen su la vez la lengua de sus padres
oríjen; y hablando á y sus
madres
_,
intérpretes de los traficantes y de los
indios, tienen los vicios de las dos razas. Aquellos
bastardos de la naturaleza civilizada y de la naturaleza salvaje^ se
venden alternativamente
á los
ricanos y á los ingleses, para facilitar á estos
nopolio de las
amemo-
el
peletería- alimentan las rivalidades de
la
compañías inglesas de
la
bahía de íludson, del
Nor-Oeste, y de las compañías americanas; Fur Colombian American company , Missouri s fur company y y otros: y también hacen ellos mismos cacepor cuenta de los traficantes, y con cazadores
rías
asalariados por las compañías.
En estos muy diverso
casos ofrece la caza un del
que presentan
las
espectáculo
cacerías india-
hay furgones que
nas: los hombres van á caballo;
llevan provisiones y ropas de abrigo; y las mujeres
y los niños van en unos carritos tirados por perros.
Estos perros, tan útiles en los países septentrionales, son
una carga para sus amos;
pudiendo mantenerlos en pensión en
el
verano,
casas dedicadas á esta
hambrientos animales
los
se salen
cuales, no
los
ponen á
industria.
Los
algunas veces de
la
perrera, y ya que no pueden ir á cazar, van á pesse lanzan en los rios , y cojen los peces hasta car :
en
lo
mas profundo de
las
aguas.
272
VIAJE
En Europa
no se tiene noticia de esa gran guer-á
América que ha dado al mundo un pueblo No se sabe que por los miserables intereses
ra de la libre.
de algunos tratantes de peletería se ha derramado
La compañía de
sangre.
on 181
1
del
llas
á lord Selkirk rio
Rojo:
bahía de íludson vendió á las ori-
establecimiento se hizo en
el
1812. La compañía
la
un vasto territorio
del
Noroeste ó del Canadá
vio con desconfianza y envidia:
aliadas
,
lo
ambas com-
pañías á diversas tribus indianas, y ayudadas por
maderas quemadas, vinieron á
las
guerra doméstica, que fue
muy
las
manos. Esta
sangrienta, se ve-
rificaba en los helados desiertos de la bahía de
son
:
la
Hud-
colonia de lord Selkirk fue destruida en
el
mes de Junio de 1815, precisamente en el momento en que se daba la batalla de Waterloo. En ambos teatros j tan diferentes por la
obscuridad,
eran
las
las
desgracias de
mismas. Agotadas
las
el
esplendor y por
la
especie
humana
fuerzas de las dos
compañías, conocieron ambas que era mejor unirse
que despedazarse, y hoy dirijen de concierto sus el oeste hasta Colombia, y por el norte hasta los ríos que desembocan en el mar
operaciones por
Polar.
En resumen,
las naciones mas belicosas de la América septentrional no han conservado de su ra-
za sino la lengua y
el
vestido; y aun éste
rado: han aprendido un poco á cultivar criar ganados. El salvaje del
muy
alte-
la tierra
y
Canadá, de guerrero
famoso ha pasado á ser pastor obscuro; especie de pastor estraordinario,
que apacienta
las
yeguas ar-
273
A AMÉRICA.
mado de una macana las
,
y los carneros
con
Hechas. Filipo^ sucesor de Alejandro
notario en
Roma; un
el
arco y
^
murió
iroqués canta y baila por al-
gunas monedas en París: no debe mirarse
al dia si-
guietíte de la gloria.
Al trazar este cuadro de un mundo salvaje, hablando continuamente del Canadá y de la Luisiana^ al ver en los antiguos mapas la estension de las antiguas colonias francesas de la
guía una idea
muy
guntaba, que
el
triste.
América, me perse-
¿Como
ha sido,
me
pre-
gobierno de mi pais ha dejado per-
der unas colonias que serian hoy para nosotros un
manantial inagotable de prosperidad?
De
la
Acadia y del Canadá á
embocadura
territorio de la
mó
San Lorenzo
del
la
Luisiana, de
Nueva-Francia rodeaba
en su oríjen
la
á la del Mississipí j el lo
que
for-
confederación de los trece pri-
la
meros Estados-Unidos. Los otros once^ el distrito de Colombia, los territorios del Michigan, del Nor-
Oregon
oeste^ del Missouri^ del
y de Arkansa, nos
pertenecían, y todavía los poseeríamos, así como los poseen hoy los Estados-Unidos por la cesión de los ingleses y
de
los
españoles ^ que fueron nuestros
Canadá y en la Luisiana. de partida entre los 43 y grados de latitud norte sobre el Atlántico en el
primeros herederos en
el
Tomemos un punto
44
cabo de Arena de
la
Nueva-Escocía ^ en otro tiempo
Acadia; fijado este punto, tiremos una línea que pase
por detras de
Maine^ Vernon Virjinia^
la
,
los
primeros Estados-Unidos
Nueva-York,
Carolina y
la
la
Pensilvanía
,
el
,
la
Jeorjia; dirijamos esta
274
VIAJE
Teneseo
línea por el
Nue29 grados^ que es de aqui al Oregon por el
buscar
á
el
Mississipi y la
va-Orleans; subamos luego á los del Mississipi
la latitud
Arkansa
territorio de
, ;
y
hagámosla cruzar por
Montes Roqueños hasta terminar en San Jorje^ sobre
la
42
rio
comprendido entre esta línea
grados de latitud norte:
fico y las
el ^
inmenso territoel
mar Atlántico
mar Polar
al
norte
posesiones rusas
al
noroeste,
nordeste
el
^
los
punta de
costa del océano Pacífico_, hacia
los
al
la
^
océano Pací-
el
el
golfo
Me-
de
la
al mediodía; es decir, mas de los dos tercios América septentrional reconocerían las leyes
de
la
Francia.
jicano
¿Que
hubiera sucedido
si
tales colonias hubie-
sen permanecido aun en nuestro poder en el momento de la emancipación de los Estados-Unidos? ¿Se hubiera verificado esta emancipación? ¿La
hubiera anticipado ó retardado nuestra presencia
en
el
continente americano? ¿Se hubiera hecho in-
dependiente
la
misma Nueva-Francia?
no? ¿Que mal hubiera podido patria
el
por que
madre
ver florecer un inmenso imperio salido de
su seno, un misferio
¿Y
ser para la
la
imperio que estenderia en otro
gloria de nuestro
nombre
he-
y de nuestro
idioma ?
Mas
allá
de los mares poseíamos nosotros vas-
tos países, que podían ofrecer un asilo
de nuestra población
,
al
escódente
un mercado considerable á
nuestro comercio, y un alimento á nuestra marina; y ahora nos
vemos obligados
á sepultar en nuestras
cárceles á los criminales sentenciados por los tribu-
A AMÉRICA. nales
275
por no tener un rincón de tierra donde con-
^
finar á estos desgraciados.
Nos vemos
escluidos del
nuevo universo donde renace el jénero humano. Las lenguas inglesa y española sirven en África en Asia^ en las islas del mar del Sur y en el continen_,
_,
Américas para interpretar
te de las dos
miento de muchos millones de hombres;
que nosotros
desheredados de
,
pensa-
el
al
paso
conquistas de
las
nuestro valor y de nuestro jenio;, apenas oimos hablar en algunas poblaciones de la Luisiana y del
Ca-
nadá^ dominadas por un poder estranjero
len-
^ la
gua de Racine_, de Colbert y de Luis XIV; que solo queda ya en aquellos paises como un testimonio de
los
reveses de nuestra fortuna y de los errores de
nuestra política. aparecido de llas
la
la
Francia ha des^
como aque-
tribus indianas^ con las que simpatizaba
Mas ¿que América Esto es
_,
y de
he descubierto yo algunas ruinas.
las cuales
los
De manera que
América septentrional
del
lo
es
lo
que ha sucedido en aquella
Norte después de que yo
que
me queda que
lectores^ en
la
la
recorria?
decir. Para consolar á
conclusión de esta obra voy á
ofrecerá sus miradas un cuadro admirable^ en don-
de aprenderán
lo
separa de
las ideas relijiosas^
telijente y santa.
libertad por
la
hombres cuando no
se
que puede hacer
felicidad y la dignidad de los
la
cuando
es á la vez in-
276
VIAJE
COI¥CIilISIOJi,
ESTADOS-UNIDOS
s
ahora visitase yo de nuevo los Estados-Unidos,
i
porque
ya no los conocería;
ques
,
alli
donde dejé bos-
encontraria campos cultivados;
abrí una senda
al
través de
anchurosos caminos. El Mississipí,
Ohío
,
no discurren ya por
donde me
maleza, viajaría por
la
la
el
Missouri,
el
soledad: magníficos
navios de tres puentes los remontan, y mas de doscientos buques de vapor vivifican sus riberas. los
NatcheZj en lugar de
la
choza de Celuta
,
En
se le-
vanta una ciudad hermosa de cerca de cinco mil habitantes. Chactas podría ser hoy diputado en
greso, y dirijirse á
caminos, uno de
la
los cuales
sobre el Tumbec-bee, y
un libro de posta
el
con-
habitación de Átala por dos
el
conduce
á
Saint-Etíene,
otro á los Natchítoches:
le indicaría las
doce paradas:
Wa-
shington, Franklin, Ilomochitt, &.c.
El Alabama
y el
Teneseo
se hallan divididos, el
primero en treinta y tres condados, que comprenden veintiuna ciudades; y el segundo en cincuenta y
un condados, con cuarenta y ocho ciudades. Algunas de estas, como Cahawba, capital de Alabama, conservan su denominación salvaje; pero están rodeadas de otras diversamente apellidadas: entre
los
277
A AMÉRICA.
muscogulgos^ chicasescs
se
,
los siminoles
^
cheroqucses y
los
los
encuentra una ciudad de Atenas^
otra de Maratón
^
una de Menfis^ otra de Esparta;
está Florencia, Hampden, los condados de Colombia y de Marengo: la gloria de todos los paises ha colocado un nombre en aquellos mismos desierallí
tos
donde yo encontré
al
P.
Aubry
y á
la
obscura
Átala.
El Kentucky muestra un Versalles; y un con-
dado llamado Borbon
Todos
los
,
tiene
por capital á París.
desterrados, todos los oprimidos que se
han retirado
á la
América^ han llevado
allá la
me-
moria de su patria. Falsi Simoentis
ad undam
Libabat cineri Andromache.
Los Estados-Unidos, pues, ofrecen en su seno, bajo la protección de la libertad, una iraájen y un recuerdo de la mayor parte de los lugares célebres de
mo
antigua y de la moderna Europa; bien asi coaquel jardin de la campaña de Roma, donde
la
Adriano habia hecho repetir tos de su imperio.
los diversos
monumen-
Pero debe notarse que apenas
hay un condado en que no se encuentre una ciuel nombre de Washington tierna conformidad del reconocimiento de un pueblo. El Ohío riega en el dia cuatro estados: el Kentucky, el Ohío propiamente dicho ^ la Indiana y el
dad, un pueblo ó una aldea que lleve :
congreso treinta diputa-
Ilinésj los cuales envían
al
dos y ocho senadores:
Virjinia y
la
el
Teneseo con-
278
VIAJE
finan por dos puntos con
el
Ohio,
el
cual cuenta
en sus orillas ciento ochenta y un condados y doscientas ocho ciudades. to
Un
canal abierto en
el
pun-
en que se dividen sus cascadas^ que quedara
concluido dentro de tres años, hará este rio navegable para los
buques de
alto
bordo hasta Pittsburgo.
Treinta y tres caminos espaciosos salen de Wacomo partían de Roma las vias romanas,
shington
_,
y llegan en diversas direcciones á todos los estre-
mos de los Estados-Unidos. De modo que desde Washington se va á Dover, en el Delaware; á la Providencia, en en
británicos en
en
el
el
distrito del
el
el
Rhode-lslandia; á Robbinstown^ Maine, frontera de los Estados
norte; á Concordia; á Mompellcr, á Albany , y de alli á Montréal Havre de Sackets, junto al lago
Connecticut;
y á Québec;
Ontario;
burgo
al
al
salto y al fuerte de
Niágara; por Pitts-
estrecho y á Michillinachinac, junto
al
go Erié; por San Luis sobre
el
al la-
Mississipí á Couci-
Nueva-Orleans y á la embocadura del Mississipí; á los Natchez á Char-
le-BluíFs del Missouri;
á la
;
lestown
,
á
Savannah y
á
San Agustin; formando
el
todo una circulación interior de caminos de veinticinco mil setecientas cuarenta y siete millas.
Por
los
puntos donde se comunican estos cami-
nos, se echa de ver que recorren terrenos hace poco incultos^ y ahora cultivados y habitados. En muchos de estos caminos se hallan establecidas postas; carruajes públicos trasladan á otro á precios al
al
módicos. Para
salto de Niágara, se
viajero de dirijirse
toma ahora
la
un punto
al
Ohío ó
dilijencia, asi
270
A AMÉRICA.
como en mi tiempo
A
intrópido.
se
buscaba un guia ó un indio
caminos principales se reúnen ra-
los
males de comunicación
,
igualmente de
provistos
medios de transporte^ que en jeneral son dobles; porque como
á
cada paso se encuentran lagos y rios,
por todas partes se puede viajar en buques de remo en vapores.
y vela y
Estos últimos hacen viajes regulares de Boston y de
Nueva-York
hallan
Nueva-Orleans;
á
establecidos en
Ontario^
el
llos lagos
^
el
lago del
y
también se
Canadá^ en
el
Michigan y Champlain_, en aquedonde treinta años atrás se veian apenas Erié_,
algunas piraguas de salvajes, y ahora traban combates los navios de linea.
En
los
Estados-Unidos no solo sirven
ques de vapor para de la
las
los viajeros^ sino
los
bu-
necesidades del comercio y
que
se les
emplea también en
defensa del pais: algunos de ellos, de inmensa
dimensión rios,
mejan
colocados en
_,
las
embocaduras de
los
armados de cañones y de agua hirbiendo, seá la vez á unas cindadelas modernas y á unas
fortalezas de la edad media.
Alas veinticinco mil setecientas cuarenta
y sie-
caminos jenerales, debe añadirse
la es-
te millas de
tensión de cuatrocientos diezinueve caminos canto-
nales^ y
la
de cincuenta y ocho mil ciento treinta Los canales au-
y siete millas de rutas por agua.
mentan
el
número de
Midlesex une
mack; con
los
el
el
estas últimas:
puerto de Boston con
el
canal de
el rio
Merri-
de Champlain hace comunicar este lago
mares
del
Canadá;
el
famoso canal Erió
24
,
ó
280 (le
VIAJE
Nueva- York
lántico
;
mame
se
deben
Virjinia; y
une ahora
^
á los
como
los
rias direcciones^ se
es
muy
caminos para
Chcsapeake la
ríos
y
el
At-
Alhe
Carolina y de
la
que corren en va-
aproximan en sus nacimientos,
dirijirse al
de ellos cruza por
;,
Estados de
anchos
reunirlos entre
fácil
lago Erié con
el
canales de Santo
los
sí:
ya se conocen cinco
océano Pacifico;
el territorio
y solo
uno
españoK
Una ley del congreso votada en la sesión de 1824 á 1825 j dispone el establecimiento de un puesto militar en el Oregon; y de este modo los americanos que tienen algún establecimiento en
Colombia, penetran hasta las Américas inglesa^ rusa
la
grande Océano, entre
el
y española^ por
una zona
de tierra de seis grados de ancho en corta diferencia.
Pero
la
embargo un
colonización tiene sin
mite natural. La frontera de
los
oeste y
en unas llanuras
al
norte del Missouri
,
lí-
bosques acaba
al
in
mensas_, donde no se ve un solo árbol ce se nieguen
bas
que pare^ y aunque cubiertas de yer-
cultivo,
al
abundantes.
Aquella
verde
Arabia
sirve
de
tránsito á los colonos que van en caravanas á los
montes Roqueños y
al
Nuevo-Méjico-, separa
Estados-Unidos del Atlántico de
los
del
mar
los
del
Sur, como aquellos desiertos que separaban rejioncs fértiles en
el
propuso abrir á sus
Mundo-Antiguo. Un amcricaíío costas un gran camino de hierro
desde San Luis del Mississipí hasta del
Colombia,
la
concedían por
embocadura el
congre-
so diez millas de terreno á cada lado del
camino.
si
se
le
A AMÉRICA.
Este projccto jigantcsco
En
año 1789 solo habia en
el
28 i
no fue aceptado. los
Estados-Uni-
dos setefita y cinco administraciones de correos: en el dia hay mas de cinco mil.
De 1790
á
1795
el
número de
dichas adminis-
traciones subió de sesenta y cinco á cuatrocientas
cincuenta y tres^ en 1800 llegaban á novecientas tres^ en 1805 á mil quinientas cincuenta y ocho^
en 1810 á dos mil trecientas^ en 1815
en 1817
á tres
ve, en 1820
á tres mil^
mil cuatrocientas cincuenta y nue-
á cuatro mil treinta,
en 1825
á cerca
de cinco mil quinientas.
Los
pliegos y cartas se transportan en sillas de
posta, que corren cerca de ciento cincuenta millas
por dia
y por correos de á caballo y de á pie.
,
Desde Anson, en el Estado del Maine, á Nashville, en el Teneseo, se estiende, pasando por Washington, una línea de postas de mil cuatrocientas cuarenta
y
ocho millas; otra de mil trecientas se-
Vermont , con Desde Washington á Pitts-
senta y nueve une á Highgate en
Santa María en Jeorjia.
burgo
,
se
el
hallan establecidas paradas de posta en
una distancia de doscientas veintiséis millas, y pronto se establecerán hasta San Luis del Mississipí , por Vincenes, y hasta Nashville , por Lexington , Kentucky. Las posadas son buenas y limpias^ y
algunas de
En
ellas escelentes.
Estados del Ohío y de Indiana, en el territorio del Michigan, del Missouri y de las Arlos
kansasj en pi y
de
la
los
Estados de
la
Luisiana, del Mississi-
Alabama, hay establecidas
oficinas
para
282 la
viAjí:
venia do
las tierras publicas.
Se opina que toda-
quedan mas de ciento cincuenta millones de
vía
acres de tierra propia para cultivo^ sin contar
sue-
el
grandes bosques; y el valor de estos ciento cincuenta millones de acres, se estima en unos lo
de
los
mil quinientos millones de dollares, estimando los acres á diez dollares
y
uno con
otro_, y
no dando
mas valor que el de unos tres francos; muy moderado bajo todos conceptos.
dollar
culo
Se encuentran
veinticinco
en los Estados del norte
al
cál-
puestos militares
y veintidós en los del
,
mediodía.
La población de
1790 de
los
Estados-Unidos era en
tres millones novecientos veintinueve mil
trecientos veintiséis habitantes; en
1800
^
se
con-
taban cinco millones trecientos cinco mil seiscientos sesenta y
seis;
en 1810, siete millones dos-
cientos treinta y nueve mil novecientos tres
1820, nueve millones cientos veintisiete.
Y
;
en
seiscientos nueve mil ocho-
á esta
población es menester
añadir un millón quinientos treinta y un mil cuatrocientos treinta y seis esclavos.
En 1790, el Ohío, la Indiana , el Ilinés, Alabama, el Mississipi y el Missouri, no tenían bastantes colonos para poder hacer un empadronamiento y en 1800 solo el Kentucky presentaba setenta ;
y tres mil seiscientos setenta y siete, treinta
Ohío
,
y el
Teneseo
cinco mil seiscientos noventa y uno. El desierto en 1790 , cuarenta y cinco mil trey
cientos sesenta y cinco en 1800; doscientos treinta mil setecientos sesenta en 1810 quinientos ,
y
-^
283
A A31ÉU1CA. uclioiita y uii mi!
1820;
el
cuatrocientos treinta y cuatro en
Alabama subió en 1810
1820 de
á
diez
mil habitantes á ciento veintisiete mil novecientos
uno.
De manera que Unidos
1790
población de los Estados
la
aumentado de
se ha
diez en diez años_, desde
proporción de treinta y cinco por ciento. Seis años han transcurrido ya desde los hasta 1820_, en
la
diez que se completaron en
presume que
la
1830^ época en que
población de
se
Estados-Unidos se-
los
rá en corta diferencia de unos doce
cientas setenta y cinco mil almas;
millones ochoparte del Ohío
la
tendrá unos ochocientos cincuenta mil habitantes y la del
Rentucky setecientos cincuenta mil.
Si la población continuase doblándose cada vein-
ticinco años, en
1855 tendrian
los
Estados-Unidos
una población de veinticinco millones setecientas cincuenta mil almas; y veinticinco años mas adelante; esto es, en 1880, esta población pasaria de cincuenta millones.
En 1821
el
producto de
las
esportacioncs de los
productos indijenas y estranjcros de los EstadosUnidos ascendió á la suma de 64,974,382 dollares; las
rentas públicas se elevaron en
14,264,000 ción sobre
ademas, en á
dollares;
el
el
gasto fueron
el
89,204,236
el
mismo año
escedente de
3,334,826
propio año se redujo
la
la
á
recauda-
dollares.
Y
deuda pública
dollares.
El ejército ha llegado algunas veces á cien mil
hombres; once navios de
línea
,
nueve fragatas y
cincuenta buques de guerra de diferentes portes,
284
VIAJE
componen Es
ía
marina de
los
Estados-Unidos.
de
los
constituciones de los di-
inútil hablar
versos estados; baste saber que todos son libres.
No hay
relijion
alguna dominante
^
sino que se
supone que cada ciudadano profesa un culto no los
:
cristia-
hace grandes progresos en
relijion católica
la
estados del oeste.
Suponiendo
,
como
yo lo creo, que los resúme-
nes estadísticos que se han publicado en los Esta-
dos-Unidos hayan sido exajerados por cional
,
el
orgullo na-
todavía seria digna de admiración
la
pros-
peridad que quedaría.
Para acabar este cuadro sorprendente
Nueva-York
^
Filadelfia
_,
es
me-
ciudades, como Boston,
nester representarse las ,
Baltimore
Nueva-Orleans, iluminadas por
la
Sabannah,
,
noche
,
llenas de
caballos y carruajes, ofreciendo todos los goces que
introducen en sus puertos millares de buques; es necesario representarse aquellos lagos del Canadá, hace poco tan solitarios, cubiertos ahora de fragatas, corvetas, cuters, barcas y vapores,
zan con
que se cru-
piraguas y las canoas de los indios como los navios de alto bordo y las galeras se cruzan con los
las
pingues,
del Bosforo.
las
chalupas
Templos
y los
caiques en las aguas
y casas embellecidas
con columnas de arquitectura griega se levantan en medio de aquellos bosques, á la orilla de aquellos rios que eran los únicos ornamentos del desierto.
Añádanse
á esto
científicos erijidos en
vastos colejios la
,
mansión de
observatorios la
ignorancia
salvaje; todas las relijiones, todas las opiniones vi-
285
A AMÉRICA.
y trabajando de consumo en el mejoramiento de la especie humana y en desarrollo de
cu
viciiilo
[íaz^
su intelijencia: tales son los prodijiosde la libertad.
El abate Rainal había ofrecido un premio resolviese esta cuestión
))¿Cual será
:
Mundo-Antiguo Nuevo-Mundo?'^
))quc tendrá sobre el
))miento del
Los escritores
se perdieron
la
el
población de
á la perfección
buscó
España,
la
de
la
al
que
influencia
descubri-
en cálculos relativos
esportacion é importación de metales, á
á la
al
aumento
la
des-
del comercio^
marina; y nadie, que yo sepa, descubrimiento de la Améri-
la influencia del
Europa en
ca sobre
la
piíblicas
americanas. Nunca se veia otra cosa que
las
el
establecimiento de
las re-
antiguas monarquías en corta diferencia tales
como eran, la sociedad estacionaria y el entendimiento humano sin adelantar ni retroceder no se tenia la menor idea de la revolución que en el es;
pació de cuarenta años se ha obrado en las ideas.
El tesoro
mas precioso que encerraba
rica en su seno, era
fueron llamados ble. El
la
Ame-
libertad; y todos los pueblos
á beneficiar aquella
descubrimiento de
tiva en los
la
la
mina inagota-
república representa-
Estados-Unidos, es uno de
los
mayores
acontecimientos políticos del mundo. Este aconte-
cimiento ha justificado, como he dicho ya en otra parte, que hay dos especies de libertad practicables:
la
una pertenece
es hija de las la
á la infancia de los pueblos,
costumbres
y
de
la
virtud;
de los primeros griegos y romanos y
vajes de la América: la otra nace de
la
la
y esta
fue
de los sal-
vejez de los
286
VIAJE
pueblos; es hija de
las luces y
de
la
plazado á
la
razón ;
es la libertad de los Estados-Unidos
^
que
lia
y esta
reem-
libertad de los indios. ¡Pais afortunado^
que en el espacio de menos de tres siglos ba pasado de la una á la otra libertad casi sin esfuerzo_, y por medio de una lucba que apenas ba durado cebo años!
América su última especie de libertad? ¿Los Estados-Unidos no se dividirán? ¿No se notan ya los jérmenes de esta división? ¿No Pero ¿conservará
la
ba sostenido ya un representante de
la
Virjinia la
romana con el sistema de esclavitud, contra un diputado del Massacbusets_, que defendia la causa de la libertad moderna sin esclavos, tal como la ba creado el cristiaibesis de la antigua libertad griega y
nismo? estendiéndose mas v Los Estados del oeste mas^ y sobrado apartados de los del Atlántico, ¿no ,
querrán tener un gobierno separado?
En
fin, ¿los
¿no tienen
sus
americanos son bombres perfectos? vicios
como
¿son moralmente superiores
los
á
demos bombres?
los ingleses
de que
traen su orijen? ¿Esta emigración estranjera que iluye sin cesar á sus pueblos de todos los
Europa^ no su raza?
destruirá á
¿No
les
la
larga
dominará
el
la
puntos de
bomojeneidad de
espíritu mercantil?
¿No empieza
ya
el
dominante? Ademas,
es
menester decirlo con dolor:
tablecimiento de
interés á ser su defecto nacional
las
el es-
repúblicas de Méjico, de
Co-
lombia, del Perú, de Cbile^, de Buenos-Aires^ es
287
A AMÉIUCA.
muy
Cuando
peligroso para los Estados-Unidos.
tos no tenían cerca de
mas
sí
es-
de un
(jue las colonias
reino trans-atlántico^ ninguna guerra era probable.
Mas ¿ahora no nacerán guas repúblicas de
la
nuevas repúblicas de
no renunciarán á
Y
ropeas?
la
y las
^
América española? ¿Estas
las alianzas
con
potencias eu-
las
ambos pueblos corriesen
á las armas-
espíritu militar se apoderase de los Estados-
si el
Unidos
podría levantarse un gran capitán
,
ama
ria
si
rivalidades entre las anti-
América septentrional
las
:
la
glo-
coronas; los soldados no son otra cosa
que unos brillantes fabricantes de cadenas_,
y la
li-
bertad no está segura de conservar su patrimonio bajo
tutela de la victoria.
la
Sin embargo^ cualquiera que sea la
el
porvenir^
libertad nunca desaparecerá enteramente de
rica; y aquí
debe notarse una de
jas de la libertad hija
hija
de
las
las
Amé-
grandes venta-
luces sobre la libertad
costumbres.
de
las
La
libertad hija de las costumbres perece cuan-
do su principio
se altera,
y es
propio de
la
natura-
leza de las costumbres el deteriorarse con el tiempo.
La tes
que
libertad hija de las costumbres empieza anel
despotismo en
La las el
de obscuridad
los dias
pobreza; y viene á perderse en dias de lujo y esplendor.
el
de
libertad hija de las luces brilla después de
edades de opresión y de corrupción principio que
la
conserva
y la
:
marcha con
renueva
de que es efecto^ lejos de debilitarse con
como
y
despotismo en los
las
costumbres que producen
la
;
las luces_, el
tiempo,
primera
li-
288
VIAJE
bcrtad, se fortifican por
no abandonan nunca
do; la
siempre
y
á la libertad
fin j los
guardia mas
:
la
tiempo:
que han producila
vez
fuente inagotable.
la
Estados-Unidos tienen una salva-
su población no ocupa una dócimaoc-
tava parte de su territorio.
en
el
lado de esta libertad^ son á
al
virtud jenerativa y
En
contrario con
el
La América
habita aun
soledad; sus desiertos serán aun por
tiempo sus costumbres
,
largo
y sus luces serán su
li-
bertad.
Yo me
holgara de poder decir otro tanto de las
repúblicas españolas de América.
Estas son inde-
pendientes; están separadas de Europa: este es un
hecho consumado
_,
un hecho inmenso
sin
duda en
sus resultados: pero del cual no se deriva inmediata y precisamente la libertad.
289
A AMÉRICA.
c,íuando
la
América inglesa
se sublevó contra la
Gran-Bretaña^ su posición era muy diversa de en que se halla hoy
que formaron
nias
la
la
América española. Las coloEstados-Unidos habian sido
los
pobladas en diferentes épocas por algunos ingleses
descontentos de su pais natal para gozar de
la
del cual se alejaban
^
libertad civil y relijiosa.
establecieron principalmente en ra pertenecian
bajo
el
Los que
se
Nueva-Inglater-
la
á aquella secta republicana^
famosa
reinado del segundo Estuardo.
El odio de
la
monarquía
se conservó en el cru-
do clima del Massachusets^ del Nuevo-Hampshire
Maine. Cuando
y del
revolución estalló en Bos-
la
ton^ puede decirse que no era una nueva revolución^ sino
la
misma de 1649^ que
volvia á apare-
cer después de un aplazamiento de poco mas de un siglo los
^
y que iban á ejecutar los descendientes de
puritanos de Cromwel. Si
que embarcado ya para
la
el
mismo Cromwel,
Nueva-Inglaterra^ se vio
precisado á desembarcar^ hubiese pasado á Améri-
ca, hubiera permanecido obscuro; pero sus hijos hubieran gozado de aquella libertad republicana que buscó en un crimen^ y que no
dio
mas que un
hechos
prisioneros
le
trono.
Algunos soldados
realistas
290 en la
el
VIAJE
campo
como
batalla^ vendidos
tle
esclavos
[)üi
facción parlamentaria^ y que Carlos II no se cuidó la América sep-
de rescatar^ dejaron también en tentrional hijos indiferentes á
Los colonos de ses, estaban ya
los
causa de
la
los reyes.
Estados-Unidos^ como ingle-
acostumbrados
á la discusión pública
délos intereses del pueblo^ á
los
derechos del ciu-
lenguaje y á las formas del gobierno constitucional; estaban instruidos en las artcs^ las le-
dadano^
al
de todas
tras y las ciencias; participaban
de
la
madre
jurado,
luces
las
Gozaban de la institución del tenian ademas en todos sus establecimien-
y
patria.
constitucionales que arreglaban
tos cartas
su
go-
bierno y administración. Estas cartas se fundaban en principios tan jenerosos, que sirven todavía de constituciones particulares á los diferentes Estados-
Unidos. Resulta de todos estos hechos que
los
Esta-
dos-Unidos no cambiaron propiamente de existencia
en
el
momento
de su revolución
un congreso ame-
:
ricano sustituyó á un parlamento ingles; del
rey le ocupó
un presidente;
datorio fue reemplazada por lista,
y
la
el
lugar
cadena del feu-
vínculo del federa-
el
casualidad hizo que se encontrase un
la
grande hombre capaz de estrechar este vínculo.
¿Los herederos de Pizarro á los hijos
do en
la
de
los independíenles'?
antigua España en
de Hernán Cortés
y
hermanos de Penn
se parecerían á los hijos de los
escuela de
la
la
tad? ¿habían encontrado en su antiguo país tituciones^
la
que preparan
á
enseñanza,
los
ejemplos y
un pueblo para
y
¿se habían educa-
el
liber-
las ins-
las
luces
gobierno consti-
291
AMÉRICA.
A
lucional? ¿leninn cartas políticas en aquellas colonias sometidas á la autoridad
militar^ en donde la
miseria se sentaba cubierta de harapos sobre las
minas de oro? ¿La España no llevó
do su
al
Nuevo-Muri-
relijion^ sus costumbres^ sus ideas^ sus prin-
cipios, y hasta sus preocupaciones?
Una
población
un clero numeroso, rico y poderoso; una población formada de una mezcla de católica, sometida á
dos millones novecientos treinta y siete mil blancos, cinco millones quinientos dieziocho mil negros y mulatos^ libres ó esclavos^ y siete millones quinientos treinta mil indios; una población dividida
en clase noble
y
plebeya; una población diseminada
en unas selvas inmensas ^ en una variedad infinita de climas en
las
dos Américas y á
costas de dos océanos;
lo
una población
largo de las casi sin rela-
ciones nacionales, y sin intereses comunes, ¿puede ser
tan propia para las instituciones democráticas
como mos,
la
población homojénea^ sin distinción de ra-
protestante en los tres cuartos y medio de y los diez millones de ciudadanos de los Estados-Uni-
dos? La instrucción españolas casi siquiera leer;
la
el
es jeneral:
en
las repúblicas
totalidad de la población
cura es
el
no sabe
sabio de los lugares: es-
muy
raros, y para ir de una ciudad á otra se gastan tres ó cuatro meses. Ciudades y
tos lugares son
villas
minos varán
han sido devastados por ni canales; los rios la
guerra; no hay cadia lle-
civilización á las partes mas recónditas de
aquellas rejiones^ todavía siertos.
la
inmensos que un
no riegan mas que de-
292
VIAJE
De
aquellos
negros
,
de aquellos indios
y
de
aquellos europeos ha nacido una población mista^ adorníiecida en
suave esclavitud que
la
las
costum-
bres españolas establecen donde quiera que reinan.
En
la
Colombia existe una raza
africano^ que no tienen
principio de
la
libertad délos esclavos,, todos es-
permanecer en casa de sus amos.
tos quisieron
En
hija del indio y del
instinto que el de vi-
de manera que habiéndose proclamado
vir y servir; el
mas
algunas de aquellas colonias que
la
España
tenia olvidadas^ y se hallaban oprimidas por unos
pequeños déspotas llamados gobernadores^ introducido
la
muy común
se habia
mayor corrupción de costumbres: era
encontrar algunos eclesiásticos rodea-
dos de una familia cuyo oríjen no ocultaban; y se ha conocido un habitante que hacia una especulación de su comercio con las negras^ y se enriquecia
vendiendo
los hijos
que tenia de aquellas esclavas.
Las formas democráticas eran tan ignoradas^ tan estraño era en aquellos países
el
nombre mismo
de república^ que sin un volumen de Rollin^ no se hubiera sabido en
el
la
historia
de
Paraguay qué
cosa eran un dictador^ cónsules y un senado. En Guatemala hicieron la constitución dos ó tres jóve-
nes estranjeros; y en unas naciones donde
la
edu-
cación política está tan atrasada^ siempre corre peligro la libertad.
En
Méjico
distinguidas;
puertos^
con
la
las luces
las clases
superiores son instruidas y
mas como aquella república no tiene
población jencral no está en contacto de Europa,
293
A AMÉRICA.
La Colombia^ por
el
contrario, merced
celente disposición de sus rios^ tiene
caciones con
el
estranjeroj y ademas ha producido
un hombre muy notable. Pero ¿será soldado jeneroso pueda dar te
como podria
no reemplaza la
al
á la cs-
mas comuni-
establecer
tiempo
;
la
y
esclavitud?
cuando
primera educación política
puede ser obra de
años.
los
sombra de
que un
cierto
libertad tan fácilmen-
la
falta á
fuerza
un pueblo
educación solo
^ esta
La
La
libertad medraría
dictadura^ y siem[)re seria de temer que una dictadura prolongada inspirase al
poco á
que
la
habia ejercido
la
perpetua. so.
la
En
la
guerra
En
el
gusto de
este caso se
república de
la
y la
de Chile se han vis-
asoladas por las revoluciones:
parte mas civilizada del
Buenos-Aires tiene
se
los
colocadas en
(1).
inconvenientes de su la
y desarrollo del
en donde
las
abatidas por
gobierno popular.
fuerzas físicas del el
la-
temperatura
ó cual rejion puede ser un obstáculo para
marcha
el
hallen escluidas de la
mundo
titud; porque es sobrado cierto que tal
vicio-
civil.
océano Pacífico, parece
de
arbitrariedad
América central existe una
La república Boliviana to
la
comete un círculo
hombre
Un
se
la
pais
hallan
ardor del sol, donde es menester
esconderse durante
el
día, y
permanecer
movimiento tendidos sobre una estera; un
casi sin
pais de
esta naturaleza es poco á propósito para las delibe-
En el momento en que escribo, los papeles públicos do (1) todas las opiniones anuncian las revueltas, divisiones, y bancarrotas de aquellas diversas repúblicas.
294
viAJí:
raciones del foro.
No
es necesario cxajerar
influencia de los climas: en un las
nada
la
mismo punto^ en
zonas templadas se han visto alternativamente
pueblos libres y pueblos esclavos; mas bajo el circulo polar y bajo la linea hay exijencias de clima incontestables^ y que deben producir efectos permanentes. Por esta sola necesidad serán siempre los
en
negros poderosos^ la
Los Estados-Unidos
mos
ya no llegan á ser señores
si
América meridional. se sublevaron por
por haberse relajado
yugo
el
si
mis-
amor á y por
la
y cuando hubieron quebrantado sus cadenas^ encontraron en si mismos las luces sufi-
independencia;
muy
ade-
lantada^ una educación política que contaba ya
muy
cientes para gobernarse.
Una
civilización
larga fecha_, una industria desarrollada^ los elevaron al
grado de
sin
que para
dinero
ello se viesen
ni á la intelijcncia
En
que hoy
prosperidad en
los
vemos^
precisados a recurrir
al
de los estranjeros.
las repúblicas españolas
concurren unos he-
chos enteramente diversos.
Aunque miserablemente
administradas por
la
madre patria, el primer movimiento de aquellas colonias fue mas bien el efecto de un impulso estranjero^ que el instinto de la libertad. La guerra de la revolución francesa
le
produjo. Los ingleses, que
reinado de
la
reina Isabel no habian apar-
desde
tado en
el
la
vista de las
1804
Américas españolas, dirijieron
sobre Buenos-Aires una espedicion, que se
estrelló contra el valor de
tán Liniers.
un solo
frailees, el capi-
A AMERICA.
Para
las colonias
295
españolas
ba entonces reducida á saber
la
cuestión se halla-
seguirían la política
si
del gabinete español, aliado entonces de Bonaparte,
ó
mirando esta alianza como forzada y contra
si
naturaleza, se separarían del gobierno español
el
la
pa-
España,
ra conservarse al rey de
Desde
^
año 1790 había comenzado ya Miran-
da á tratar con
la
Inglaterra el negocio de
la
eman-
cipación. Negociaciones que volvieron á entablarse
1797, 1801, 1804
en
y
1807, en cuya época
se
estaba preparando en Corck una grande espedicion
para Costa-Firme.
randa en
En
1809 se arrojó Miaunque la espeinsurrección de Ve-
en
fin,
españolas; y
las colonias
dicion no fue feliz para él
,
la
nezuela tomó consistencia, y Bolivar
En para
esta época
las
la
la
estendió.
cuestión había ya cambiado
colonias y para la Inglaterra: la España se
había levantado contra Bonaparte;
el
réjimen cons-
titucional se había inaugurado en Cádiz bajo la di-
rección de las cortes
autoridad de
la
y estas ideas de libertad se
comunicado necesariamente
habían
por
;
La
las
mismas
á
la
América
cortes.
Inglaterra por su parte ya no podía atacar
ostensiblemente á
las
colonias
españolas; pues
rey de España, que se hallaba prisionero en cia
,
era entonces
algunos
bilis
dirijidos á
mismo tiempo
prohibir á los vasallos de á
seis ó siete
de los
tener
insurrección de
bilis
los
americanos; pero
mil hombres alistados,
diplomáticos, se diríjian á sos-
á pesar la
Fran-
su aliado; y asi es que publicó
S. M. B. llevasen socorros al
el
la
Colombia.
25
•296
VI ají:
Vuelta España
faltas: el la
su antiguo gobierno después
á
restauración de Fernando^ cometió grandes
la
(le
gobierno constitucional^ restablecido por
insurrección de las tropas de
mostró mas hábil;
se
menos
favorables que
y
el
las
la Isla
de León
gobierno absoluto á
lazos
^
no
la
eman-
,
con su
cipación de las colonias españolas. Bolivar
y sus victorias^ acabó de destruir
actividad
^
cortes todavía fueron
unos
que en un principio no se habia tratado de
romper. Los ingleses contraban
y
_,
que en todas partes
en Méjico^ en Colombia
_,
en
el
en Cbile^ con lord Cochrane^ reconocieron
al
se en-
Perú y fin pú-
que era en gran parte su obra secreta. Se ve^ pues^ que las colonias españolas no han
blicamente
sido j
lo
como
los
Estados-Unidos
impulsadas
^
á
la
emancipación por un principio poderoso de libertad;
que este principio no tuvo^
al
comenzar
las
revuel-
tas^ aquella vitalidad^ aquella enerjia que anuncia la
firme voluntad de las naciones.
do del esterior^ intereses
estremadamente complicados
tos
Un
políticos^ y :
im|)ulso veni-
acontecimien-
estoes loque
á
primera vista se distingue. Las colonias se separaban de la España, porque la España estaba invadida las
,
y
luego se daban instituciones como
daban
á la
madre
patria: en fin
,
las
cortes
nada de razo-
nable se les proponía^ y no quisieron volver al yugo antiguo. Pero aun hay mas: el oro y las especulaciones de los estranjeros propendían también á arrebatarles lo
que podia quedar de nativo y nacional
á
su libertad.
De 1822
á
1826
se habia n
hecho en Inglaterra
A AMÉRICA. empréstitos para
diez
ascendían linas.
á la
297
colonias españolas^ que
las
suma de 20^978,000 de
libras ester-
Estos empréstitos se habian contratado uno
con otro á 75
c.
Después
dos años de interés
se descontaron sobre ellos
6 por 100; luego
al
se retuvie-
ron 7,000^000 de libras esterlinas^ por varios artículos suministrados. tas
_,
7,000^000 de francos sí
De modo que
;
pero
libras esterlinas las
suma real de 175,000^000 de
,
ó
repúblicas españolas tienen sobre
una deuda de 20^,978,000
A
ajustadas cuen-
Inglaterra desembolsó una
la
libras esterlinas.
estos empréstitos, ya escesivos^ se allegaron
esa multitud de asociaciones ó compañías destina-
das á esplotar
las
minas, pescar perlas^ abrir canales
y caminos, y desmontar las tierras de aquel nuevo mundo que parecía descubierto por la primera vez.
Estas compañías llegaron y el capital
nominal de
al
las
número de veintinueve,
sumas impuestas en
ellas
14,767,500 libras esterlinas. Los suscriptores no realizaron mas que una cuarta parte de esta suma, y de consiguiente deben añadirse 3,000,000 de esterlinas (ó sean 75,000,000 de francos) á los 7,000,000 de esterlinas (ó sea 175,000,000 de á
francos) de los empréstitos
250^000,000
:
que forman
de francos adelantados por
al la
todo
Ingla-
terra á las colonias españolas^ y por los cuales repite una suma nominal de 35,745,500 libras esterlinas, tanto de los gobiernos
como de
los particu-
lares.
La
Inglaterra tiene vice-cónsules en las
queñas bahías, cónsules en
los
mas pe-
puertos de alguna
298
VIAJE
importancia
^
y cónsules jenerales
nipotenciarios en
y
ministros ple-
Colombia y en Méjico. Todo
lleno de casas de comercio inglesas^
pais está
el
la
de comisionistas viajeros ingleses^ ajenies de compañías
inglesas para el laboreo de las minas^ mi-
neralojistas ingleses
militares
^
ingleses
^
provee-
dores ingleses^ y colonos ingleses^ á quienes se
han vendido tierras
á tres chelines el
acre,
lo
que
venian á ser doce sueldos y medio al accionista. El pabellón ingles flota en todas las costas del Atlántico y del
mar
Sur
del
todos los rios navegables es-
:
tán cuajados de barcos cargados de productos de las fábricas inglesas, ó del cambio de este producto; pa-
quebotes suministrados por
el
almirantazgo parten
todos los meses en dias señalados de
ña para los diferentes puntos de
la
Gran-Breta-
las colonias
espa-
ñolas.
Numerosas quiebras han sido la consecuencia de estas inmoderadas empresas; el pueblo ha destrozado en muchas partes
boreo de
las
hallado
se
;
negociantes
minas;
las
las
máquinas para
minas vendidas no
han entablado muchos amcrico- españoles y
ingleses^ y entre
los
á
Resulta de estos hechos, que nias españolas, en
el
la-
han
pleitos entre los los
negociantes
gobiernos se han suscitado
también cuestiones con relación
se transformaron
el
se
momento de
los
las
empréstitos.
antiguas colo-
su emancipación,
en una especie de colonias ingle-
Los nuevos señores no son amados ^ porque no ama á los señores; y en jeneral el orgullo britá-
sas.
se
nico humilla á los
mismos
á
quienes proteje; pero
299
A AMÉllICA.
no es menos cierto que esta especie de supremacía cstranjera comprime en las repúblicas españolas el desarrollo del jenio nacional.
La independencia de
los
Estados-Unidos no se
combinó con tan diversos intereses la Inglaterra no habia sufrido como la España una invasión y una revolución política^ mientras que sus colonias se se:
paraban de
Los Estados-Unidos fueron socorrila Francia^ que los trató co-
ella.
dos militarmente por
mo aliados; y no vinieron á ser por una serie de empréstitos^ intrigas y especulaciones^ los deudores y el
En
mercado fin, la
del estranjero.
independencia de
las
colonias espa-
ñolas, todavía no ha sido reconocida por
la
madre
patria (1); esa resistencia pasiva del gabinete de
drid, tiene
inconvenientes de
lo
y produce mayores que puede imajinarse el de-
recho es un poder que
po
el
hecho
,
:
hace vacilar por
aun cuando
sean favorables
al
ha probado. Si
la
los
derecho
los :
Estados-Unidos
j se
lo
mucho tiem-
acontecimientos no
nuestra restauración lo
Inglaterra, sin hacer
la
guerra á
hubiese contentado con no
reconocer su independencia
Unidos
Ma-
mucha mas fuerza,
,
¿ serian los Estados-
que son hoy dia?
Cuantos mas obstáculos han encontrado y encontrarán aun las repúblicas españolas en la nueva carrera que van recorriendo, mas mérito tendrán en superarlos. Aquellos países encierran en sus vastos límites todos
(1)
Lo fue ya en
los
elementos de
1836, (E. E.)
la
prosperidad:
^
300 clima
VIAJE suelos variados
y
bosques para
^
marina^
la
puertos para los buques, un doble océano que abre
les
comercio del mundo. La naturaleza ha pro-
el
digado todos sus bienes á aquellas repúblicas
:
es rico en el interior
la
tierra
superficie de
aque-
que ocupan tierra^
lla
:
los rios
y
y en el esterior de
fecundan
la
oro fertiliza su seno.
el
española^ pues^ tiene delante de
si
todo
La América
un porvenir de
ventura; pero decirle que puede alcanzarle sin esfuerzos
seria alucinarla
,
engañosa seguridad son tan peligrosos
Cuando lo
se crea
pasado,
como
ni el
encantado
el
seria
los
_,
aduladores de los reyes. ,
la
no se toma en cuenta
ni los
carácter^ ni
que
adormecerla en una
aduladores de los pueblos
una utopia
ni la historia
tumbreSj
,
los
;
las
hechos
_,
cos-
ni las
preocupaciones
nes, no se precave contra los acontecimientos echa á perder
He
los
mas
pañolas tías
:
y
_,
y
bellos destinos.
espuesto con franqueza
pueden embarazar
;
imajina con sus propias ilusio-
las dificultades
que
á la libertad de las repúblicas es-
ahora debo indicar igualmente
las
garan-
de su independencia.
Desde luego la influencia del clima y la falta de caminos y de cultura, harian infructuosos los esfuerzos que se intentasen para conquistar aquellas repúblicas. Podria ocuparse por un toral;
momento
pero seria imposible adelantar en
el
el li-
inte-
rior.
La Colombia no
tiene ya en su territorio espa-
ñoles propiamente dichos: les llamaban \o% godos y
han perecido ó han sido espulsados.
En
Méjico se
A AMÉRICA.
301
acaban de tomar medidas contra
los
naturales de
la
antigua madre patria.
Todo
el
clero de la
chos sacerdotes
,
Colombia
es
americano; mu-
por una infracción culpable de
los otros
ciudadanos
,
y ni siquiera
usan
la
como
disciplina de la iglesia^ son padres de familia^
traje
el
propio de su estado. Semejante estado de cosas es
ciertamente poco favorable á
de
ello resulta
las
costumbres
;
pero
mismo tiempo que el clero , sin católico teme que se establezcan
al
embargo de ser relaciones mas íntimas con _,
favorable á
revueltas sos.
la
mas bien han
,
la
corte de
Roma
y es
,
emancipación. Los regulares en sido soldados
que
las
relijio-
Veinte años de revolución han creado derechos^
propiedades y empleos^ quo no será fácil destruir; y la nueva jeneracion , nacida en el curso de la revolución de la
las
colonias^ está nutrida en
independencia.
España de que
En
el
amor
otro tiempo se lisonjeaba
se ponia
el
sol
en sus estados
:
á la
es-
peremos ahora ^ que la libertad no dejará ya de ¡lustrar á los hombres.
Mas
esta libertad^ ¿podria haberse establecido en
América española por un medio mas fácil y mas el que se ha empleado; medio que, aplicado en tiempo útil, cuando los acontecimientos la
seguro que
nada habian decidido todavía, hubiera hecho desaparecer una multitud de obstáculos? Yo creo que sí.
A
mi modo de ver
las
colonias españolas hubie-
mucho en formar monarquías constituLa monarquía representativa es en mi
ran ganado cionales.
concepto un gobierno
muy
superior
al
gobierno re-
VIAJE
302
publicano; porque destruye duales
al
poder ejecutivo
,
pretensiones indivi-
las
y
combina
el
orden con
la libertad.
Me
parece también que
tativa se adopta
de
al
monarquía represen-
la
carácter español y
estado
al
personas y de las cosas en un pais donde do-
las
mina
mas
grande propiedad
la
mero de
los
territorial
europeos es pequeño
_,
;
donde
y el
el
nú-
de los ne-
gros y de los indios considerable; donde está en uso la esclavitud ; donde le relijion del estado es la católica, y
donde
las clases
populares carecen absolu-
tamente de instrucción. Las colonias españolas
madre
^
independientes de
patria, y formadas en
la
grandes monarquías
representativas, hubieran completado su educación política
al
abrigo de las tempestades que todavía
pueden trastornar
las
repúblicas nacientes.
Un pue-
blo que sale de repente de la esclavitud y se precipita en la libertad
,
puede caer en
anarquía produce casi siempre
Pues
si
existia, se
me
el
la
anarquía
,
y la
despotismo.
dirá sin duda, un sistema
propio para precaver estas divisiones: «Vos subisteis »al
poder, y os contentasteis con desear
«felicidad, la libertad de la
la
paz
, la
América española: ¿por
))que os limitasteis á votos estériles
Aquí debo anticipar algo de
lo
?''
que digo en mis
Memorias, para hacer una confesión. Cuando Fernando quedó libre en Cádiz y Luis XVIII escribió al monarca español para empeñarle A que diese un gobierno libre á sus pueblos , creí terminaba mi misión , y tuve la idea de entregar al
303
A AMÉRICA. rey
de negocios estranjeros, y suplidiese al virtuoso duque de Mont-
cartera
la
M.
car á S.
morency.
¡
la
Cuantos cuidados me hubiera evitado
¡cuantas divisiones hubiera podido ahorrar á nión pública!
La amistad
dado entonces un
^
modo mas
poso
resto de mis dias.
Coronado con el
,
el
ministe-
brillante, para entregarme al re-
intereses de esas colonias españolas de
acabo de hablar
\
opi-
poder no hubieran
hubiera dejado
rio del
Los
el
triste ejemplo.
éxito de mis empresas
el
y
la
son los que han producido
que
el últi-
mo juego de mi caprichosa fortuna. Puedo decir que me he sacrificado á la esperanza de asegurar el reposo y la independencia de un gran pueblo. Cuando yo pensaba en retirarme ^ se hallaban muy adelantadas algunas negociaciones del mayor interés
;
yo
habia entablado, y poseia todos los pormenores; habíame formado un plan, que creia útil á los dos
las
mundos, y lisonjeábame de haber sentado una base, sobre
de
las
la cual
podrian colocarse á
naciones
otros paises. este plan
En
,
j el
la
vez los derechos
interés de mi patria y
No puedo
esplicar los
el
de los
pormenores de
y bien se conocerá la razón.
diplomacia, un proyecto concebido no es un
proyecto ejecutado
:
los
gobiernos tienen sus ruti-
nas y su marcha: se necesita paciencia; porque no se
toman por
el
señor Delfín tomaba ciudades (1);
asalto los gabinetes estranjeros,
como
la política
no
Parece que el autor vuelve á aludir á la campaña del (1) duque de Angulema en España en 1823, que llama gloriosa; por lo cual remitimos de nuevo al lector á la nota que pusimos al pie de la pajina 297 del tomo primero. (E, E.j
304
VIAJE
camina tan aprisa como camina
la
gloria
al
frente
de nuestros soldados. Resistiendo por desgracia á
mi primera inspiración
_,
permanecí en
el
ministerio
para terminar mi obra. Creí que habiéndola prepa-
rado
,
la
conoceria mejor que mi sucesor
también que
la
Montmorency
;
cartera no fuese entregada á
y
temí
Mr. de
y que algún otro ministro no adoptase algún rancio sistema con relación á las posesio^
nes españolas. Déjeseme seduir con
mi nombre
comprometer
esta
emancipadas,
y sin
misma
la
idea de unir
segunda América
á la libertad de la
sin
libertad en las colonias
esponer
el
principio
monárqui-
co en los estados de Europa.
Seguro de
la
benevolencia de todos los gabinetes
de Europa, fuera de uno solo, no desesperaba de vencer
la
resistencia que
me
oponía Inglaterra
el
hombre de estado que acababa de morir; resistencia, que menos nacía de él que del ínteres mercantil
nocerá
mal entendido de su nación. El porvenir cotal vez la
correspondencia particular que tu-
vo lugar sobre este grande objeto entre mi ilustre
amigo y yo. Como en los destinos de un hombre todo está encadenado, es posible que Mr. Canning^ asociándose á algunos proyectos estraños^ poco diferentes de los suyos, hubiese encontrado
mas tran-
quilidad, y hubiese evitado las inquietudes políticas
Los talentos
que fatigaron sus últimos
dias.
suran á desaparecer,
va organizándose una pe-
queña Europa las
á
y
gusto de
la
se apre-
medianía; para llegar á
jeneraciones nuevas, será preciso atravesar un
desierto.
305
A AMÉRICA.
Como
quiera que sea^ yo pensaba que
nistración de que era
admi-
dejaría acabar
un
honor ^ y tenia la sende creer que cuando los negocios de un mi-
que
edificio cillez
miembro me
la
me
nisterio
me
solo podia darle
llevaban á
ocuparme en
el
estranjero^
camino que otro ocupaba ya: miraba como astrólogo álos cielos^, y di conmigo en no
lanzaban en
una sima:
el
Inglaterra aplaudió mi caida: es ver-
la
dad que teníamos guarnición en Cádiz bajo ra blanca^ y
que
la
colonias españolas por
de
los
Borbones
,
la
bande-
emancipación monárquica de la
las
jenerosa influencia del jefe
hubiera elevado á
la
Francia
al
mas
grado de prosperidad y de gloria. Tal ha sido el último sueño de mi edad madu-
ra:
creíame en América
alto
^
y desperté en Europa.
Réstame decir como regresé en otro tiempo de esta misma América^ después de haber visto desvanecerse igualmente el primer sueño de mi juventud.
Errando de floresta en floresta^ me había aproximado á los desmontes americanos; y una tarde descubrí á la orilla de un rio una granja formada de troncos
_,
en donde pedí hospitalidad^ y me fue concedida. la noche ^ y no había en la casa mas luz
Llegó que
la
lumbre
rincón de
raba
la
la
del fogón:
senteme^ pues^ en un
cocina^ y mientras mi huéspeda prepa-
cena,
me
entretenía leyendo
al
resplandor
306
VIAJE
del fuego
j
para lo cual tenia que bajar
mucho
cabeza, un periódico ingles que encontró en lo, y en el cual llamaron
muy
gruesas con estas
THE KING
,
evasión de Luis
mi atención unas la
la
sue-
letras
FLIGllT
palabras:
fuga del rey. Era
XVI,
el
OF
relación de la
y del arresto del desventura-
do monarca en Varennes. El periódico referia también los progresos de
de
la
emigración, y
reunión
la
casi todos los oficiales del ejército bajo la
ban-
dera de los principes franceses. Entonces creí oir
la
voz del honor, y abandoné mis proyectos.
Vuelto á Filadelfia, rae embarqué, y una temme arrojó en diezinueve dias sobre la costa
pestad
de Francia, en donde casi naufragué entre
las islas
de Guernesey y Origny. Tomé tierra en el Havre, y en el mes de Julio de 1792 emigré en compaüía de mi hermano. El ejército de
los príncipes estaba
ya en campaña, y sin la mediación de mi desgraciado primo Armando de Chateaubriand, no hubiera
podido conseguir que se cía
me
recibiese.
En
vano de-
yo que acababa de llegar sin otro objeto desde
la
catarata de Niágara; nada querían oír, y estuve á punto de batirme, para obtener el honor de llevar
una mochila
á cuestas.
del rejimiento de
en
el
de
las
campo de
Mis camaradas,
los oficiales
Navarra, formaban una compañía
los príncipes;
compañías bretonas:
pués puede verse en
el
lo
pero yo entré en una
que
me
sucedió des-
nuevo prólogo de mi Ensayo
histórico.
De
esta
manera,
lo
que me pareció un deber,
trastornó los primeros designios que había concebid
307
A AMÉRICA. produjo
do_, y
primera de aquellas peripecias que
la
han señalado mi carrera. Los Borbones no necesitaban ciertamente que un muchacho de Bretaña volviese de Ultramar para ofrecerles su insignificante
adhesión
cuando
como no necesitaron
asi
,
salió
de
obscuridad; y
la
sus servicios
continuando mi
si
mi huéspeda
viaje, hubiera encendido el candil de
con
periódico que cambió mi vida, nadie hubiera
el
notado mi ausencia, porque nadie sabia que existiese.
Un
me
hizo volver
simple altercado entre mi conciencia y yo, teatro del
al
mundo; porque aunque
hubiera podido hacer con seguiridad
querido,
como que
era
el
ta; este testigo es precisamente el
peto en
el
mundo,
lo
que hubiese
único testigo de
la
dispu-
que yo mas res-
y ante cuyos ojos
me
seria
mas
sensible tener que sonrojarme.
Mas ¿en que
consiste
que
las
soledades del
Erié y del Ontorio se presentan hoy á mi pensamiento con mas atractivo que el brillante espectáculo del Bosforo?
Es que en
la
época de mi viaje á los Estados-
Unidos, estaba yo lleno de ilusiones: de
la
Francia empezaron
al
las
revueltas
mismo tiempo que mi
vida, y nada se hallaba todavía completo en mí ni en mi pais. La memoria de aquellos dias es grata á
mi corazón
porque solo
,
me
recuerda
de los sentimientos inspirados por los placeres
de
Quince ó de mi
la
la
la
inocencia
familia y por
juventud.
dieziseis
años mas adelante, después
segundo viaje, la revolución se habia consu-
mado: yo no me alimentaba ya de
ilusiones; y mis
308
VIAJE A AMÉUICA.
recuerdos^ que entonces traían su oríjcn de
socie-
la
dad^ habían perdido su candor. Burlado en mis dos peregrinaciones,, no había podido descubrir el paso del Noroeste^ ni había conquistado la gloría entre
bosques
los
en donde
_,
fui
á buscarla^ sino
que
la
habia dejado sentada sobre las ruinas de Atenas.
Partiendo á América para ser viajero^ y regreal cabo
sando á Europa para ser soldado^ no llegué de una ni otra carrera
:
un jeuio enemigo
me
arre-
espada^ y me puso en la mano una pluma. Cuando en Esparta contemplaba el cielo
bató
báculo y
el
durante
la
noche
la
(!)_,
me
acordaba de
ios
caminos de Alemania_, en
que
los países
habían visto ya mi sueño tranquilo ó ajitado los matorrales
:
en
de In-
glaterra^ en los campos de Italia^ en los mares y las selvas del Canadá^ habia saludado á las mis-
en
mas
estrellas
que veía
brillar sobre la patria
de Ele-
na y de Menelao. Mas ^^de que me sirve quejarme á los astros, inmóviles testigos de mi errante desti-
no? Un
día llegará en
que su mirada no
se fatigará
ya en seguirme^ y se fijará sobre mi sepulcro. Por ahora^ indiferente á mí propia suerte, no pediré á esos astros malignos que se inclinen á mí con
benéfica influencia, ni
me
restituyan
la
mas
parte de
vida que deja el viajero en los sitios por donde pasa. (1)
Itinerario.
Fin del Tiaje á América.
Paj. Advertencia de la edición de
1827
v
Prólogo
VII
Lxxxi
Introducción Viaje á América
1
22 39 47 92 92
Los onondagas Lagos del Canadá Diario sin fecha Historia natural Castores
Oso Ciervo
Alce Bisonte
Fuina Zorras
Lobos
Ratón de Almizcle Carcajú Aves Peces Serpientes
.
Arboles y plantas Abejas
Costumbres de
los salvajes
Casamientos Cosechas
,
fiestas
, ,
hijos
^
funerales.
....
recolección del azúcar de
#-
99 100 100 101 103 103 104 104 105 105 106 106 108 109 111 112
310
índice.
1^8 12B 129 137 139 142 144
arce, pescas bailes y juegos Cosechas. Fiestas
Recolección del azúcar de arce
Pesquerías Bailes
Juegos
Año. División y reglamento
del tiempo.
Ca-
150 150 150 152 154
lendario natural
Año División del tiempo
Calendario natural.
.
*
Medicina Lenguas indianas Caza
161 171
187 217 225 225 237 247
Guerra Relijion
Gobierno
Los natchez Los muscogulgos
Los hurones y los iroqueses Estado actual de los salvajes de
la
América
257 276 276 287
septentrional
Conclusión
Estados-Unidos Repúblicas españolas
Fin
del viaje
•
.
•
305