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Roberto G. Grau
Editorial La Casa del Ajedrez Calle San Marcos, 41 Teléfono 91 521 2008 - Fax 91 531 3880 Madrid - 28004 Email: [email protected] Dirección Internet: http://www.lacasadelajedrez.com
Supervisión Técnica: Daniel Elguezabal Varela Dirección Editorial: Andrés Tijman Marcus Transcripción y Maquetación: Gustavo Gonzalez Martín Diseño de portada: Claudia Tijman I.S.B.N.: Obra Completa I.S.B.N.: Tomo II
84-923612-5-5 84-923612-7-1
Depósito Legal:
M-44351-2000
Impresión: Lettergraf S.L. Impreso en España - Printed in Spain
Todos los derechos relativos a las mejoras técnicas incorporadas en ésta obra respecto del original quedan reservadas para la Editorial La Casa del Ajedrez. Queda prohibida su reproducción parcial o total.
¿Clásicos o modernos? Los Tarrasch,
ilustres ajedrecistas de los años veinte, treinta y cuarenta, como Capablanca, Nimzowich, Reti, Botvinnik, o Alekhine, nos han fas
cinado con sus
partidas, con sus enseñanzas, con su forma de entender el
ajedrez, con su inmenso legado. Ellos fueron hijos de un tiempo que hoy juzgamos incierto, caótico, aunque de una riqueza de ideas prodigiosa. Una vez más, los genios parecen resistirse a ser encerrados en los estrechos límites de una definición. Sin embargo, un interrogante surge cuando pensamos en el papel que les ha correspondido representar en la historia del ajedrez. ¿Eran clásicos o modernos? Estos Grandes Maestros completaron la labor iniciada por Philidor en las postrimerías del siglo XVIII: diseñar la geometría del juego que todavía hoy continúa vigente. Las novedades que se fueron incorporando durante el siglo XX no hubieran podido producirse sin sus enseñanzas. Roberto Grau
se nutrió de la luminosidad de los brillantes talentos de
aquellos días. Con ellos compitió con absoluta sensatez y dignidad, y recogió de esa generación lúcida y atrevida las simientes del ajedrez de hoy. La intensidad y la forma en que Grau comprendió el ajedrez ha dejado huella en muchas generaciones de amantes del juego, porque les
proporcionó
herramientas claras y concluyentes: las formas de organizar el pensamiento q¡edrecístico, cómo operar los temas tácticos, cómo valorar las fuerzas propias y las del rival, cómo prever los finales, en definitiva, que
los
Maestros
repasan
de forma
un sinnúmero de elementos
automática
antes
de
realizar
cada
jugada ... Grau nos los desgrana en palabras, en diagramas, en conceptos. Así,
hoy los amantes del ajedrez,
y quienes sienten curiosidad por
conocerlo, pueden contar con las enseñanzas que ayer guiaron a las generaciones pasadas. La presente obra está separada en cuatro tomos:
l.
Rudimentos,
2.
Táctica y Estrategia*, 3. Conformaciones de peones y 4. Estrategia Superior.
*
El contenido del libro responde realmente a táctica y estrategia, aunque su
denominación original era Estrategia.
PRÓLOGO Cuando inicié mi libro Tratado General de Ajedrez anuncié que esa obra era sólo el primer paso de un esfuerzo completo a favor de la bibliografía ajedrecística de habla hispana. Ese tomo fue trazado para facilitar el conocimiento del ajedrez e iniciar a los aficionados que desearan penetrar en el aparente laberinto de la técnica del juego. Pude haber escrito inmedia tamente la segunda parte, pero una obra de ajedrez de ese tipo requiere muchos años de esfuer zo. Hacer un libro para buscar sólo el éxito editorial puede ser fácil, pero es tarea compleja el escribir uno que, antes que a nadie, satisfaga al propio autor. Quizá no lo habría escrito nunca, a no mediar la solicitud del diario a que pertenezco para que creara una sección técnica de ajedrez. Así nació hace siete años la sección Frente al Tablero del diario "la Nación" y en ella fui volcando ordenadamente todo cuanto he aprendido y he comprendido del ajedrez a través de una larga vida deportiva y periodística. Ese curso, largo y prolijo, con algunas modificaciones y con las necesarias correccio nes, es en realidad la médula de los tres tomos sobre Estrategia que se inician con el presente, y con los cuales pretendo aportar a la bibliografía ajedrecística la obra más completa sobre el tema que se haya escrito en idioma alguno. Sin duda carece de la magistral autoridad de algu nas de las obras consagradas, pero ofrece como novedad la serie de temas prácticos que se han considerado, el sistema metódico con que se exponen para llevar lentamente al (Jficionado a través del laberinto de la técnica, y, en especial, la forma extensa con que sé explican los pro blemas, con preferente preocupación a favor del razonamiento. En este estudio de la estrategia se explican los detalles de la partida práctica, no para encandilar a los aficionados con la habilidad de los maestros, ni con el fúlgor de sus combina ciones, cómo se gestan y cuáles son las razones que permiten descubrirlas. Es un libro de aje drez y un libro de razonamiento. Y como éste es la base del pensamiento ajedrecista, si he logra do mi propósito, habré contribuido, de la más honesta de las maneras, a facilitar el progreso de la masa anónima de jugadores. En su primera parte, este libro, que está concatenado al primer tomo que todos cono cen, trata problemas de/juego de combinación. Es el segundo volumen, que ahora se ofrece. En él se estudiarán las razones que provocan las combinaciones y el jugador aprenderá a navegar en el delicioso mar de la maniobra táctica atrevida, de los sacrificios espectarnlares y de las combinaciones de mate. Y verá, a lo largo del libro, que éstas no son tan difíciles ni tampoco inaccesibles. Y, lo que es más importante, observará que por medio del razonamiento se llega a descubrirlas en casi todas las posicionesfavorables para este tipo de ajedrez. El tercer tomo será un estudio sobre la parte fimdamental de la estrategia propiamente dicha: la armazón de peones; en él veremos cómo toda la arquitectura del juego, todos sus pro blemas y todas sus dificultades desde el planteo, nacen de la colocación que demos a nuestros peones. El cuarto y último tomo, tercero de la Estrategia, será un estudio superior sobre los problemas técnicos más complejos de/juego, la lucha de piezas menores entre sí, los cambios de piezas, los puntos débiles, la bondad y desventaja de ciertas piezas trabadas en su acción, a más de una leve incursión en un tipo de finales: el de torres y peones. Es precisamente esta clase de finales la que se produce en el sesenta por ciento de los casos en que se provoca la simplifica ción. En estos tres tomos he vertido ejemplos de gran interés. Para hacerlo he recurrido a lo mejor de cada uno de los textos existentes. Pero como tengo especial yjust!ficada simpatía hacia el ajedrez argentino, he tratado de dar la mayor cantidad de ejemplos locales, algunos de los cuales son de primera calidad y han merecido los honores de la publicación en libros europeos de gran jerarquía.
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Ofrezco con esta obra lo mejor de mi capacidad ajedrecística y vuelco en ella mi expe riencia añeja de periodista y profesor, para darle el estilo que necesita toda la obra escrita y para asignarle el valioso aderezo didáctico que requiere la explicación clara y simple de todo problema técnico, por complejo que éste parezca. Escrita para quienes no saben y para quienes suponen saber, posee finalmente el mérito de ser el producto de seis años de labor y el extracto de treinta años de vida deportiva vinculada al primer plano del ajedrez de mi patria.
Roberto G . Grau
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CAPÍTULO I TEMAS BÁSICOS DE COMBINACIÓN 1.-
MATERIAL CONTRA TIEMPO
La creencia de que el aj edrez es un j uego demasiado compl icado no ha logrado ser desaloj ada de la mente de los profanos y aun de aquel los que, sin serlo, están en los balbu ceos de la técnica del mismo. En real idad, el aj edrez no es más ni menos complejo que la mayoría de las especulaciones mentales que hacen las delicias del hombre desde siglos atrás. De lo ún ico que ha carecido el juego es de métodos de enseñanza y, el hombre, de tiempo para hacerse un autod idacto . Lógico es, pues, que ante el cruce de dos difi cultades tan serias sean pocos los que hayan logrado comprender de manera cabal el por qué de las combinaciones que el juego ofrece y cuáles son los sistemas de razonam iento de que se valen los maestros para desentrañar, en posiciones aparentemente equilibradas, el enigma de la victoria. En consecuenc ia, nuestra primera intenc ión es explicar el origen de muchos triunfos aparen temente incomprens ibles, y cómo, a la sola luz de ese magn ífico compresor que es la lógica, se puede llegar, si no a la verdad abso luta, a disipar muchas de las brumas con que tropieza el afic ionado bisoño en sus incursiones aj e drec ísticas.
Entend iéndolo así, nos dedicaremos al co mentario razonado del porqué de las combina ciones, para tratar de probar que la dificultad del aj edrez es un espej ismo que desaparece al primer impulso serio de la vo luntad de vencer. MATERIAL CONTRA TIEMPO Puede afirmarse que en este subtítu lo está el verdadero secreto del arte de combinar. Las piezas valen en ajedrez por lo que hacen y no por su simple existencia en el tablero . Esto es una verdad que todos comprenden, pero que casi ningún jugador novicio practica. En el afán de capturar algún peón di latan el desa rrollo de sus piezas y resulta que, si aparente mente tienen ventaj a material, están en des ventaj a de tiempo, ya que han perd ido varios en procura de una hipotética superioridad . Esta es la razón que da vida a todos los gam bitos (sacrificio de peón en la apertura para acelerar el desenvolvim iento de las piezas y abrir l íneas a las prop ias fuerzas) y la que justifica las combinac iones. Veremos, a través de un simple ej emplo del notable maestro Spielmann, hasta qué grado es fác il compren der una combinación y una partida a poco que se reconozca la verdad irrefutable de que la ventaj a de tiempo es superior en los planteos a la ventaja de material.
LA COMB INACI ÓN La técnica del aj edrez comprende muchos aspectos, pero el más agradable de considerar es el de la combinación, que es la técn ica de la belleza obj etiva del j uego. Para el j ugador experto, para aque l que ha superado esta etapa intermedia de la sensación ajedrec ística, quizá resulte mucho más hermo sa la suti leza de un planteo o la perfección de un estud io, pero para la enorme masa de afi cionados será siempre más emocionante la "Inmortal " de Anderssen que un final de Ber ger.
TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA
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Se llegó a la posición del diagrama de la pági na anterior en la j ugada 1 2ª de las blancas en una partida disputada entre Schories con las blancas y Rudolf Spielmann con las negras en el torneo de Scheveningen de 1 90 5 . La situa ción es instructiva. Las blancas amenazan ganar un peón con .ixe4 . Éste podría ser defendido con 1 2 . . . �fS , pues si 1 3 . tt:l bd2 seguiría 1 3 . . . tt:l xc3 ! , y si 1 3 . tt:l g S tt:lxg5 1 4 .�xfS tt:l e6 , seguido de . . . d4; pero la ver dad es que esta variante perm itiría a las blan cas alcanzar una buena posición de ataque. CÓMO RAZONÓ SPIELMANN
¿Cuál fue la deducción de Spielmann? Pues que la carencia de desarrollo de las piezas del flanco dama enemigo y una posible apertura de la columna " f" val ían mucho más que un peón y optó por segu ir con: 12 . . .fS ! 1 3 .exf6 1 5.�xe4 .ib3!
�xf6
1 4 ..ixe4
dxe4
Magn ífica maniobra. Spielmann le qu ita a la dama adversaria la retirada a "c2" y prepara la gananc ia de tiempo que surgirá de . . . !!ae8 . Obsérvese que tiene e n j uego todas sus piezas menores, que pondrá económicamente en acc ión la torre y que el caballo adversario de "f3" está inmovil izado, porque debe obstruir la conjugación de las amenazas del alfil rey, la dama y la torre sobre el peón " f2 " . Las blancas tienen superioridad material (un peón de ventaj a) pero prácticamente están en neta inferioridad, porque sus fuerzas del ala dama se hal lan inertes. 1 6 .c4
Un error. El que está peor desarrollado debe evitar en lo posible avanzar peones, pues éstos acentúan su pérdida de tiempo. Era sin duda mejor 1 6 . .ie3, pero lo que desea el blanco es obstruir la diagonal del alfil dama adversario y brindar un punto fuerte para la dama en "d5 " . 1 6 . . . �d6 1 7. tt:l bd 2
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Cuando se tiene desarrollo inferior hay gran peligro de ser atacado. En este caso es siem pre prudente la simplificación, que favorece al que se debe defender. Por esa razón estraté gica era mej or 1 7 .�dS + , devo lviendo el peón
arribando a un final inferior, pero por lo menos largo y, por lo tanto, más propicio a las reacciones.
y
1 7 .. J�!aeS 1 8 .�b 1
Obsérvese a lo que debe llegar el blanco para mantener la ventaj a material. La lucha entre espacio y material está haciendo crisis. Vemos cómo, a medida que la partida avanza, el ne gro está asegurándose la fiscal ización de ma yor número de cuadros en el tablero, lo que equivale a decir que domina estratégicamente la situac ión. 1 8 . . . tt:ld4! CÓMO SE COORDINAN DOS PLANES
Con habil idad ha logrado Spielmann coordi nar la ventaja en espac io con la debil idad de la casilla "f2" enemiga. Ahora no es posible seguir con la maniobra natural 1 9 .tll xd4 �xd4 2 0 . tll xb3 por la conocida y bon ita comb inación 2 0 . . . �xf2 + 2 1 .!!xf2 !!e1 + + , en tanto que si 2 0 . tll f3 füf3! 1 9 .tll e4 tt:lxf3+ 20.gxf3 �g 6+ 2 1 . © h 1 gxf3
Maniobra simple y defin itiva que no sólo recobra el peón para las negras, sino que pone térm ino a una lucha de clásica factura estraté gica. Si ahora 2 2 . tll xcS sigue 22 . . . �c2 23.�a2 !!xf2 ! , con mate inevitable en tres movim ien tos como máximo, pues si 24.!!g 1 !!e1 , et cétera. 22.ge1 gxf2 23 . .ig S �h 5 24.tt:lf6+ gxf6 25.gxeS+ ©f7 Y las blancas abandonaron.
ROBERTO G GRAU .
I I . - TIEMPO CONTRA MATERIAL Hemos visto de qué manera se logra triunfar en aj edrez mediante la sabia transformación de material en tiempo. El misterio del sacri fi cio está encerrado en ese principio, que es simplemente la ciencia de entregar piezas para retardar el desarrollo enemigo, y vencerlo, antes que éste pueda hacer valer la teórica superioridad de material. El aj edrecista bisoño debe compenetrarse de un princ ipio que ya esbozamos, y es el de que las piezas de aj edrez tienen un valor relativo. La simple existencia de el las en el tablero nada sign ifica, como no significa en una bata lla la posesión de mayor número de efectivos si no hay posibilidad de hacerlos actuar. Las piezas valen por lo que hacen y por la fac ili dad que pueden tener para entrar en el com bate, y el sacri ficio de material es uno de los procedimientos más eficaces para retrasar el desenvolvim iento del adversario. UN FINAL REALMENTE EXTRAORDINARIO Para ponerlo en evidencia insertaremos un final magnífico, pertenec iente a una partida Fox-Bauer, en el que para triunfar se hace necesario aprem iar al adversario mediante una serie de sacrificios de material que le impiden poner en acción sus demás piezas :
brechas sobre el enroque enem igo. Las negras están amenazando cambiar el caballo dama por el de "e5" adversario, que es la pieza más agresiva, y luego j ugar . . . c5, contraatacando. Además, en un final estaría mejor el negro, por la más prudente colocación de sus peones. El aj edrec ista norteamericano Mr. Fox ideó aquí una combinación magnífica, que respon día al plan de ganar tiempo a costa de mate rial, y para real izarla efectuó la jugada si guiente: 1 7 . .!Li d c4 !
Apoyando el caballo de "e5", para retomar con un caballo en caso que las negras hicieran la j ugada lógica . . . lll ce5 . Tienden, además, una magnífica celada. 1 7 . . . dxc4
Error. En el deseo de ganar material, Bauer no vacila en abrirle l íneas al adversario. Veremos ahora de qué manera conj uga Fox las amena zas directas de la torre sobre el enroque, con la posesión de la diagonal a2-g8. 1 8 .Wxg 6 ! !
U n nuevo sacrificio, y perfecto, y a que pone al adversario en el di lema de capturar y per mitir que la combinación siga, o, en su defec to, dej arse dar mate mediante Wxh 7 + + o Wxf7+ y lLi g 6 + + . 1 8 . . . hxg6
Si 1 8 .. .fxg6 1 9 .i.xc4+ Wf8 2 0 . lll xg6+ hxg6 2 1 .l:!h8++. Si en cambio 1 8 . . . i.f6 1 9 .Wxf?+ ©ha 2 0 . lll g 6 + + . 1 9 . .!Li xg6 ! !
La posición es equil ibrada en apariencia. Las blancas tienen el ataque y presionan el ala del rey adversario, pero para ganar necesitan abrir
TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA
Y
E l tercer sacrificio, que acaba de abrir brechas en el j uego enemigo y que tiene la enorme fuerza de amenazar mate en una j ugada, o sea, la obligación de ser aceptado. Y, entretanto, las otras piezas están inactivas, en mérito a la habil idad con que el blanco transforma el
ESTRATEGIA
II
material (las piezas que entrega) en tiempo (imposibilidad de que el adversario ponga en acción sus efectivos y remedie la s ituación). 1 9 .. .fxgG 20 ..ixc4+
Seguido de �h8 mate. Si el j ugador que conducía las blancas no hubiera conocido lo relativo del valor de las piezas en aj edrez y la importancia que tienen los tiempos en las posiciones abiertas, no habría podido idear la notable combinación de sacrificio que lo condujo a la victoria. Ha entregado la dama y los dos cabal los para reducir al rey adversario a una posición de mate con el material imprescindible para rea lizarlo, mientras las negras, con su enorme ventaj a de material, eran simplemente espec tadoras de la agresión adversaria. UNA PARTIDA IN STRUCTIVA Veamos ahora una partida del maestro Spiel mann, que muestra cómo desde el planteo puede jugarse con ese plan y cómo los sacrifi c ios de peón se j ustifican cuando con el los se ganan tiempos o se obl iga al adversario a perderlos, que es por cierto una forma de ganarlos . Defensa Alekhine (802) Amsterdam, 193 3 Blancas : R. Spielmann Negras: S . Landau 1 .e4 lll f6 2 . tll c3 d 5
E n lugar d e entrar e n una Apertura Vienesa, e l negro prefiere seguir las rutas típicas d e l a Defensa Alekhine. 3.e5 lll fd 7
Primera pérd ida de tiempo. Lo j usto es 3 . . . d 4 , atacando a la vez al caballo enemigo. Esta retirada y la conciencia exacta de la importan cia de los tiempos en la apertura permiten a Spielmann hal lar un método de bloquear el
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j uego enem igo, y exigirle de esta suerte una man iobra larga para que ponga en acción las piezas. Para el logro de esto entrega un peón y otra vez estamos frente a una lucha de mate rial contra tiempo.
4.e6!
Entrega típica de peón, recomendada en todos los casos simi lares en que el adversario, para capturarlo, debe hacerlo con un peón, lo que anula la acción de los alfiles, debilita el ala de rey y da ventaja en espacio al que entrega material. 4 ... fxe6 5.d4 lll f6
En cambio el holandés Landau no está com penetrado de la mayor importancia del tiempo en el planteo. Debió devolver el peón me diante S . . . es 6 . dxeS e6 . Ahora tendrá graves dificu ltades en el desarrollo de sus piezas y el blanco, en cambio, las pondrá en acción ráp i damente. 6.lll f3 c5 7.dxc5 tll c6 8 . .ib5
Para liberar su pos ición, las negras devolvie ron el peón haciendo un sacrificio de desvia ción (sacar el peón central de "d4" adversario y llevarlo a "c5"), pero es tarde. Ahora Spielmann se concreta a evitar . . eS, que facil itaría la movil idad del alfil dama adversario. .
8 . . . .id7 9 .0-0 �c7 1 0 J3e1 h 6
ROBERTO G. GRAU
Para evitar la amenaza de tll g5, que está im pidiendo . . 0-0-0 . .
1 1 .ixc6 bxc6 1 2 . tll eS 9 5
Subsiste l a influencia d e l a notable entrega de peón de las blancas en la cuarta jugada. Para poner en acc ión al desventurado alfil rey, y además imped ir if4, las negras siguen debi litando su pos ición. No pueden enrocarse largo por la amenaza de tll f7 , y el caballo blanco dom ina la casilla vital del combate : "e5 " . 1 3 .\Wd 3 � 9 8 1 4.b4 i 9 7 1 5 .\W96+ ©d8 1 6.\Wf7
Amenaza 1 7 . tll xd? y 1 8 . !!xe6 . 1 6 . . .i e 8 1 7 .\Wxe6 m 8 1 8 .bS tll e4
La aparentemente excelente jugada 1 8 . . . tll g4 sería refutada con 1 9 . tll xd 5 . Ahora veremos cómo otra vez Spie lmann recurre al expe diente de la entrega de material para ganar tiempo. Y ahora es tanto más necesario, por cuanto el negro, también mediante la entrega de un peón, está a punto de zafarse de sus dificu ltades y aun quedar mejor.
Spielmann quiere abrir la columna "d" para dar jaque con la torre, y para hacerlo necesita ganar tiempos med iante sacri ficios de mate rial. 19 . . . dxe4
Si 1 9 . . . ixe5 20 .füe5 fü6 2 1 .füd 5 + , etcé tera. 20.if4!
El segundo sacrificio, orientado sólo por el deseo de ganar tiempos. 20 ... ixeS 2 1 .ixeS \Wd7 22.�d 1
cxb S
23 .�xd7+
Era mejor aún 2 3 . c 6 . 23 . . . ixd7 26. tll xbS
24.\Wxh6
�98
25.c6
ie8
Las negras abandonaron. Notable ej emplo. Toda la partida ha girado alrededor de la j ugada clave del planteo: 4 . e6 , que definió s u estrategia y entorpec ió la mo vil idad del negro a costa de un peón, pero permitió ganar tiempo en el desarrol lo, al reduc irle al enem igo la posibil idad de sacar las piezas . 111.-
LOS ATAQUES AL EN ROQUE
El tema que vamos a tocar no es, por cierto, una novedad . Ha sido encarado por la casi totalidad de los técn icos, y esta misma fre cuencia con que ha preocupado a quienes pretenden aclarar los aparentes misterios de la estrategia del juego revela hasta qué punto es valioso para el aficionado. Tiene además otro aspecto, que lo hace agradable de leer y de considerar, y es que los problemas que en él se debaten son de una trascendencia tal en la vida de la partida (nada menos que dar mate), y los proced imientos tan impresionantes (sa crificios y jugadas permanentes de inic iativa), que resu lta bon ito y de fác il comprensión. No sucede con él como con los problemas de alta técnica, en los que sólo se lucha por ventajas suti les, por conqu istar simples cas i l las o por lograr un aparente e innocuo cambio de pie zas, que si son notab les para el erudito, no logran conmover a la masa de jugadores, que aún no está preparada para gustar de tan suti les proced im ientos. EL ATAQUE DI RECTO SOBRE EL REY El sacrificio es la nota vibrante del aj edrez; tiene el brillo que embellecía la guerra anti gua, donde se luchaba de frente y cara a cara, lo que sin duda era menos hábil que lo actual, pero mucho más digno y emocionante . Eran problemas de vida o muerte, y los ataques sobre el enroque en aj edrez son un símil de
TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEG IA
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esto. En el los se lucha abiertamente en pos de una victoria, con planes claros que el adversa rio conoce y que en muchos casos no puede evitar. Pero esas combinaciones no son miste riosas y pueden expl icarse. Para llevar a efecto un ataque sobre el flanco donde el adversario está enrocado es fácil establecer algunos principios estratégicos indispensables para que el ataque tenga perspectivas de éxito. Veamos cuáles son esos principios. LOS PUNTOS ATACAB LES Las características del enroque que se desea atacar señalan el tipo de ataque que debe lan zarse. S i se trata de un enroque debil itado ya por el avance de un peón, la manera de ata carlo reside en el avance de los propios peo nes. Si, en cambio, es un enroque con la con figuración perfecta de peones (todos en su casilla inic ial), el medio para vulnerarlo es más pel igroso para quien lo intenta: el sacrifi cio de material. Nos ocuparemos pri mero y exclusivamente de este último tipo de ataque y estableceremos algunos principios estratégicos indispensables para llevarlo a efecto : 1 º Lo principal que debe poseer quien ataca es ventaja en espacio en el centro del tablero, lo que equivale a decir que debe dominar mayor número de casillas que el adversario. 2° Poseer un peón en "e5" contra un peón en ··e6" (o "e4" contra "'e3" en el caso de las negras) adversario es una de las posiciones típicas de ataque sobre el enroque. 3° La importancia del principio anterior está en que el peón en "e5" ("e4 ") elimina de la casilla 'f6" ("j3 '') al caballo adversario, pieza que defiende casi definitivamente todo ataque sobre el enroque. 4° Hay que dominar alguna diagonal sobre el enroque y debe poseerse, en la generalidad de los casos, el propio caballo en "j3" ('f6''). 5° La existencia del alfil rey, que es el alfil más agresivo, pues ataca el punto "h7" ("h2'') enemigo. 6° Esto puede completarse y hasta reempla zarse con la posesión de las columnas abier tas sobre el enroque adversario.
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7° Cuando esto no es posible, se debe reem plazar con la colocación de las torres en la tercera línea. Esto para los ataques por medio de piezas, cuando los peones del que ataca permanecen inmóviles, que es el tipo de ata que rápido, del que vamos a ocuparnos. 8° El dominio de las casillas 'f6", "g6" y "h6" ("j3", "g3 " y "h3'') asegura el éxito de cualquier ataque. 9° El dominio de la quinta (cuarta) horizontal, especialmente la colocación de un caballo en 'f5", "g5" ó "h5" ('f4", "g4" o "h4''), y en ese mismo orden de importancia. 1 0° Finalmente, ventaja de material móvil en la zona donde se desarrolla el ataque. UN
EJ EMPLO DE M I ESES
Para dar un poco más de vida a nuestras afir maciones comenzaremos por mostrar un bo nito ejemplo, en el que le tocó actuar al vete rano maestro alemán Mieses, en una sesión de simultáneas. Apertura Vienesa (C27) Liverpool, 1 900 B lancas: J. Mieses Negras: N . N . 1 .e4 e s 2.lLic3 lLif6 3 .ic4 lLi xe4
Antigua variante de las negras contra la Apertura Vienesa, que tiene el defecto de sacar el caballo de su punto natural de " f6 " . Veremos cómo este detalle, ahora intrascen dente, es el primer hilo sutil de que se pose siona Mieses para ganar la partida. 4.'ªh5
Más agresivo que 4 . tli xe4 , por la répl ica 4 . d5, hac iendo la "fourchette" . . .
4 . . . lLid6
Apoya el punto fl ataca el alfil y remedia la situac ión, pero tiene un defecto fundamental: aleja el caballo de la casilla "f6" y lo com promete para el caso de un eventual enroque. "
",
ROBERTO G. GRAU
LAS NEGRAS TRAZAN SU DESTINO
eventual avance del peón "d", lo que perm itirá que el alfil dama actúe.
5.�b3 �e7 6 . d 3 0-0
Esta j ugada de las negras equivale a un desa fio. Es un enroque que viola algunos princi pios fundamentales que hemos esbozado. Las negras no poseen el caballo en "f6" y su enro que adquiere, por eso, el máximo de vulnera bil idad. Están peor desarrol ladas y tienen dificu ltades para l levar las piezas a la defensa por la obstrucción que el caballo hace del peón de "d6" • . 7.ll:\f3 ll:\ c6 8 . ll:\ g S
Las blancas se aj ustan en u n todo a l proced i miento clásico para atacar. Ahora, med iante la aplicación del principio noveno, del dominio de la quinta línea, comienza el ataque, que luego derivará hacia otros típicos temas de ofensiva sobre el enroque.
1 O . ll:\ d S !
Planeando la combinación c lás ica. 1 o . . . ll:\ts PERO Y A ES TARDE ...
Las negras han logrado llevar el caballo a "f6", pero ya es tarde. Ahora Mieses apela también a un recurso clásico en este tipo de posiciones, que basa su éx ito en el principio octavo. Entregará la dama en la casilla "g6", para abrir la diagonal larga al alfil y preparar un mate magn ífico.
LA TRANSFORMACIÓN DE LOS PLANES
8 . . . h6
Las negras se ven obl igadas a acentuar su debil idad . 9. h4!
Otro método típico. Ahora se apoya el caballo sacrificándolo, pero para conseguir abrir la columna "h" y permitir que, a cambio de un caballo perd ido, entre a actuar la torre. Como se ve, una generosidad pel igrosa. TRATANDO DE REPARAR LA FALLA
9 . . . ll:\eB
Las negras tratan de reparar la falla estratégi ca. Procuran situar el caballo en "f6" para rechazar la ofensiva y además facil itan el 6. ..0 - 0 es un error. En cambio, con 6... �c6 7.�f3 g6 8.1/:Vh3 �f5, el negro se queda con un sano peón de ventaja y sin problemas. Por este motivo se considera más precisa 6.�f3. •
TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA
Y
1 1 .Y*/g6 ! !
La superioridad en espac io y la racional dis posición de las piezas en el ataque hacen po sible esta jugada aparentemente sorprendente, pero que no lo es para quien se compenetre con los princ ipios que hemos esbozado. Ya veremos otras combinaciones simi lares que demuestran que el tema es característico y sólo requiere la habil idad del maestro para saber cuándo puede ej ecutarse. 1 1 . . .fxg6
Triste necesidad . Las blancas amenazaban ll:\xf6+ seguido de Wh 7++. Si 1 1 . . . hxgS 1 2 . hxgS, y la torre reemplaza ventaj osamente
ESTRATEGIA
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al caballo, pues resta al rey la posibilidad de huir a " h 8 " . Y
MATE E N DOS JUGADAS
1 2 .!Dxe7+ .
A la descubierta. 12
...
© h S 1 3 .!DxgG++ .
EL M I SMO TEMA TRATADO POR MARSHALL Veamos ahora un ej emplo excepcionalmente notab le. Para no extendemos excesivamente daremos el final de una partida j ugada entre el maestro que durante tantos años fue campeón de los Estados U nidos, Frank James Marshall (con negras), y Levitzky, en el torneo de Breslau de 1 9 1 2 .
de ventaja. Es necesario tomar l a dama por la form idable amenaza de . . . Wxh 7 + + . Como s e ve, l a idea central d e las d o s combi naciones insertadas, y la de la notable partida de Fox, es la misma, pero llevada a efecto por distintas vías tácticas. IV.- EL SACRIFICIO Vimos la simil itud de ideas que hay en mu chas partidas magistrales y aprendimos que los ataques al enroque están regidos por una serie de principios inalterab les que hacen fác il la tarea de quien los comprende y ap lica sa biamente. El ataque contra el enroque es, quizá, el pri mer obstáculo que halla el aj edrecista princi piante en su marcha a tientas por la estrategia del juego. A falta de guía, el aj edrec ista bisoño dej a todo librado a su intuic ión y, desgrac iadamente, la experiencia enseña en la vida y en el aj edrez a desconfiar del sexto sentido . LAS DIFICU LTADES DEL PRINCIPIANTE
Lo insertamos por cuanto el sacrificio que se realiza en esta partida tiene gran simil itud con el anterior y también con el diagrama de la partida entre Fox y Bauer (al principio del presente capítulo). En ambas ocasiones las blancas sacrificaron la dama en "g6" para rematar la lucha. En el caso actual el ej emplo es más gráfico, pues las negras j ugaron 23 . . . Wg 3 ! ! , entregán dola a tres piezas distintas y ganando en todos los casos. Si 24. hxg3 .!De2 ++; si 24.fxg3 .!De2+ 25. c;t> h 1 �xf1 ++, y finalmente, si 24.Wxg3 lt:Je2+ 25. c;t>h 1 lt:Jxg3+ 26. c;t>g 1 (26.fxg3 �xf1 ++) 2 6 . . . lt'ie2+ , con una pieza
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Una vez que el jugador aprende el movi miento de las piezas comienza su odisea. Dispone de elementos para combatir y no sabe manejarlos, y éstos se convierten, no sólo en inútiles en sus manos, sino que la mayoría de las derrotas se deben a que las propias piezas entorpecen su acción. El jugador se va enre dando con sus planes y cuando quiere acordar se entrega inerme, envuelto en la madej a de sus propios desac iertos, con lo cual nada le cuesta al adversario vencerlo. Estas partidas term inan generalmente por medio de ataques directos sobre el rey, y sólo cuando la expe riencia es mucha, y un poco a tientas, el j uga dor aprende a defenderse. Lo primero que se le ocurre es avanzar el peón "h" para desalojar al alfil adversario de la casilla "g5", o para evitar que esa pieza o un caballo se sitúen en ese cuadro y colaboren en los ataques. Veremos ahora una partida en la que se produce esto y se repiten los detal les estratégicos que esbozamos en el capítu lo anterior.
ROBERTO G. GRAU
UNA OBRA DE ARTE DE JANOV SKY El maestro Janovsky, que fue uno de los más grandes j ugadores de combinación de la época moderna, se encarga de vulnerar un enroque, y cuando su adversario apela al recurso de avanzar el peón "h", realiza uno de los típicos sacrificios, que basa precisamente su bondad en la debil idad de ese avance de que tanto gustan los principiantes.
8.exd4 ie7 9 . lLi c4
Comienza el plan elemental a desarrollarse en esta apertura y en todas aquel las posiciones en las que haya una columna abierta: colocar un cabal lo en la casilla que está delante del peón adversario. 9 ... 0-0 1 0 .�e2 �c7 1 1 .h4! COMIENZA EL ATAQUE SOBRE EL ENROQUE
Ataque Torre (A46) Marienbad, 1 925 B l ancas: D. Janovsky Negras: F. Saemisch 1 .d4 lLif6 2 . lLi f3 e6 3 . .ig S es 4.e3
El apoyo permanente del punto avanzado central es el tema estratégico de los planteos, que nadie ha podido nunca debi l itar. Podrá en este momento j ugarse 4 . e4 (el ataque Wag ner), podrán algunos técnicos audaces soste ner que en los planteos deben colocarse, con las blancas, por lo menos dos peones centrales en la cuarta línea, pero lo que no se ha podido demostrar es que el sostén del peón central por medio del otro peón central ofrezca debi lidades de ninguna índole. 4 ... lLi c6 5 . lLi bd2
El blanco desea plantear una especie de siste ma Colle, con el alfil dama fuera de la cadena de peones. Sólo eso j ustifica esta jugada, ya que en las posiciones corrientes de la apertura del peón dama es conveniente desarrol lar este caballo por "c3 " , luego de haber efectuado c4. 5 .. b6 6.c3 .ib7 7 . .id3 cxd4 .
Este cambio de peones es un error. Conviene dilatar esa definición central, porque la posi bil idad de este cambio impide el avance del peón "e", que es en real idad lo que tarde o temprano intentarán hacer las blancas. Al cambiarse los peones se consolida la situación central del primer jugador y se le asegura ventaj a de espacio.
Un tipo característico de ataque. Parecerá de difícil concepción este movim iento, pero no lo es. Basta observar la cantidad de fuerzas de que dispone el blanco sobre el rey adversario para ver la enorme desproporción de material . Mientras éste posee los dos alfiles, ambos caballos y la dama en excelente posición para atacar, el negro tiene reducidos sus efectivos de defensa a sólo dos piezas : el cabal lo de "f6" y el alfil de "e7 " . Este desequil ibrio provoca el plan. Ahora Janovsky amenaza �xf6 , seguido de �xh?+ y ti:J g 5 + , con ataque irresistible. Podría observarse por qué causa el blanco ataca antes de enrocarse largo, y la razón también es muy lógica. Puede enrocarse en cualquier momento, y prefiere efectuarlo, si fuera necesario, una vez que su rival acumule sus piezas sobre la columna "e", para hacer de todo ese plan una pérdida de tiempo. Si se enrocara primero, fác il le sería al negro em plazar un contraataque, que ahora es mucho más problemático por la posibil idad que tiene el rey blanco de sustraerse a las amenazas. 1 1 . . . h6
Este avance de peón facil ita el ataque blanco: cada peón avanzado de un enroque es una posibilidad más que se le brinda al adversario por la mayor facilidad de atacarlo, pero la verdad es que ahora resu ltaba difícil evitar la combinación de las blancas sin incurrir en esta debil idad. Esta es, en real idad, la fuerza que se desprende de las posic iones ventaj osas : forzar al rival a incurrir en debilidades tácticas que facil iten la preparación de planes ganadores.
TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA
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1 2 .�d2
1 5...hS
Las blancas emplazan sus baterías sobre el peón avanzado. Este sacrificio de alfil es típi co y clásico. Siempre que se posea la torre en "hl" ("h8 " para las negras) y el alfil en "d3" ("d6''), es posible entregar el alfil apoyado por el peón "h". La razón es simple, porque al retomar el peón que captura el alfil, se ataca al caballo, y, al irse éste, la acción conj ugada de ambas piezas sobre la casilla "h7" ("h2") debe ser decis iva. El único reparo que se puede formular a este principio existe cuando las negras pueden colocar su caballo atacado por el peón (luego de . . . hxg5) en "e4 " , obstruyendo al alfi l.
Evitando el sacrificio, pero dando un nuevo tiempo a las blancas.
12 . . . ll:\g4 1 3 .if4 d 6 1 4 .ll:\e3
Esta jugada tiene por obj eto eliminar al caba llo de "g4 " , que es la única pieza que impide el sacrificio del alfil en "h6 " . Es, pues, abso lutamente consecuente, ya que cambia la úni ca pieza menor blanca que no atacaba direc tamente el enroque por otra que lo apoya. Y luego de este camb io el desequ il ibrio de mate rial en la zona de la futura ofens iva será ab solutamente decisivo. 1 4 . . . ll:\xe3
Si las negras eluden el cambio med iante 1 4 . . . lll f6 , las blancas prepararían el plan g4 y g5, explotando rápidamente la debil idad que ha producido el avance del peón "h" negro.
1 6.ifü3 !
Nuevos refuerzos. 1 6 . . . es
El negro se defiende de la mej or manera. Cuando el enem igo ataca y no se pueden transportar tropas a la zona atacada, es princi pio elemental en aj edrez, como en la guerra, contraatacar en otro punto, especialmente en el centro, pues de esta manera se consigue distraer la atención y además abrir brechas en la zona cercana a la atacada para acudir luego en apoyo de la misma. Pero ahora es tarde. 1 7 .dxe5 dxe5 1 8 .ll:\xeS ll:\xe5 1 9 .ixe5 id6
Aparentemente la posición de las negras se ha estabil izado, porque además de haber simpli ficado la situac ión han abierto brechas sobre el rey enem igo y amenazan . E:e8. Pero ahora surge la jugada típica de sacrificio, que me diante la amenaza de un mate inevitable crea otro de más pura factura. Véase la similitud que también tiene la j ugada que se efectúa con la que caracterizó a las partidas que inserta mos anteriormente. . .
1 5.�xe3
Y ahora el enroque negro carece del apoyo del caballo de "f6" y ofrece la tentadora posibili dad de un sacrificio por la debil idad que ha significado el avance del peón "h". Obsérvese q u e e l blanco lo ataca con los dos alfiles, que el caballo rápidamente puede acu dir, y que también puede situar la torre de rey en la tercera l ínea, que es otro de los impor tantes detalles estratégicos de estos ataques, según lo hentos expl icado en la tabla de prin cipios.
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20.YMh 6 ! !
ROBERTO G. GRAU
Sencilla pero elegante j ugada que remata una partida de impecable calidad. Si ahora sigue 20 . . . gxh6, entonces 2 1 .:B:g3 mate, y en caso de 20 .. .f6 2 1 .�h?+ 'iiif7 22 .Wxh5+ f1 , quedan con grandes recursos de contraataque, por las pérd idas de tiempo que se derivarán de la situac ión inocua de la dama en "h4 " . 3 . . . llic6 4.llif3 g S
S i n duda, l o más lógico. Las negras han gana do un peón, mas para hacer esto han debido cederle al blanco la posibilidad inevitable de jugar d4 y asegurarse el dom inio del centro. Justo es que por lo menos traten de compensar esto con superioridad material .
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5.0-0 d6 6.d4 .ig7 7 .c3 h 6
A primera vista parece que Grünfeld h a logra do su propósito, ya que el peón que ganó está sólidamente apoyado, posee una cadena de peones aparentemente inexpugnable y, ade más, las piezas del ala de la dama blanca tie nen dificultades en el desarrollo, especial mente a causa de la fuerza de contención que significa el peón negro de "f4 " . Pero el aficionado n o debe conformarse con esto. Debe tratar de hallar, por sus propios medios, un plan de acción, y fáci l mente lo hal lará si ha seguido atentamente este curso. Verá que hay un punto en la posición negra que está atacado por el alfi l rey y que, de no existir el peón de "f4 " , estaría vulnerado ade más por la torre. Ese punto es siempre el lugar de conj unción de dos líneas geométricas : la acción diagonal del alfil se encuentra con la vertical de la torre, casualmente en esa casilla; es lo que nosotros llamamos el punto de coin cidencia de las piezas : el cuadro " t7 " . Enton ces ya tenemos atrapado el plan. Lo que de bemos hacer, pues, es tratar de desalojar el peón "f', y bueno es hacerlo pronto, ya que a medida que la partida avance se hará más poderosa la fuerza que significa la ventaja material de un peón que el negro posee y, además, ya no estará atacado el peón " f7 " . Así debe haber razonado Spielmann cuando jugó :
Se amenaza . . . ixh4, elim inando el incómodo, a pesar de estar copado, cabal lo blanco. Pero Spielmann ha visto esto y ahora abrirá por la fuerza la columna "f', que vale mucho más que la pieza que entrega, ya que se sumará la dama a las piezas agresivas que la presionan. Y si se razona un poco, se verá la simplicidad y lógica del sacrificio. El caballo de "b l " no servía para otra cosa que para entorpecer su propia torre . Las blancas tienen un plan general que está dificu ltado por un bloque de peones que sólo puede ser destruido por el sacrificio y el ad versario no ha desarrol lado aún sus piezas, preocupado como estuvo en avanzar sus peo nes; y bien sabemos que el principio de Ta rrasch, que los movimientos de peones en los planteas significan pérdidas de tiempo, es una verdad indestructible. Entonces la superiori dad en tiempo es la que j ustifica este sacrifi cio, que ha de asegurar, además, ventaja en espac io, pues las blancas dom inarán un am plio sector del tab lero · . 1 1 .lll dxf3 gxf3 1 2 .Wfxf3 g h 7
El primer error serio de Grünfeld. L o justo era 1 2 . . . ih3, segu ido de . . \Wd7 y . . . 0-0-0, para huir con el rey de la zona atacada. Pero Grün feld no está hecho al ritmo urgente de este tipo de estrategia, y su lentitud para defenderse será hábilmente explotada por Spielmann . .
8.g3
1 3 .lll g G
Sin temor a debil itar su enroque, pues es consciente que necesariamente del dominio de la columna "f' debe surgir algo mucho más val ioso.
Una notable maniobra para salvar el caballo y co locarlo en un cuadro más poderoso.
8 ... g4
El negro no quiere ceder al blanco la fiscali zación de la columna "f', y no sólo la cierra, sino que pasa un peón en sexta, que es en apariencia inexpugnable, porque no puede ser atacado por otro peón, pero . . . 9.lll h4 f3 1 0 . lll d 2 .if6
1 3 ... gg7 1 4.lll f4 ig4 1 5 .Wfg2 ig S
• Lo recomendado en la actual idad es 1 O . . . li:lf6 1 1 .li:lfS (es inferior 1 1 .�b3? �e7 1 2 .li:lfS ixf5 1 3 .\Wxb? 0-0 1 4 .�xc6 li:lxe4 1 5 . li:lxe4 ixe4 1 6 .�a4 d5, con gran ventaja de las negras, Santasiere-Evans, EEUU 1 950.)
1 1 ... ixfS 1 2 .exfS 0-0 1 3 .�d3 d5! 1 4 . h 3 h5 1 5 . hxg4 hxg4, y ahora no es claro el sacri ficio temático 1 6 . li:lxf3 por 1 6 . . . gxf3 1 7 .\Wxf3 li:le4! 1 8 .�xe4 dxe4 1 9 .�xe4 li:lxd4 20 .f6 ixf6 2 1 .\Wg4+ ig? 22.ih6 li:le6 2 3 .l:!ae 1 f5, y el ataque del blanco esta controlado por el segundo
jugador.
TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA
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Es interesante observar que las blancas han entregado una pieza y que los resultados de este sacrificio no se han visto aún. Ha sido simplemente un sacrificio con finalidad estra tégica y hecho para desorganizar la posición del adversario. No tiene nada de común, pues, con los que hemos visto en anteriores ej em plos, que sólo persegu ían el propósito de dar mate directo.
tan simple, es la causa de muchas derrotas de aficionados que, a menudo, por amenazar un mate, atacar la dama, o dar un j aque, obl igan a que el rival mej ore la situación de sus piezas. Desconfiad de las jugadas lógicas, d ij o una vez Reti, y esto es una verdad definitiva. 1 8 .eS!
Si 1 6 . . . ixf4 1 7 .ixf4 id ? 1 8 .l:!ae 1 , con buen ataque.
Dándole a la dama la casul la "e4 " , magn ífica, porque desde ella se podrá atacar la torre de rey, que es toda la esperanza defensiva negra. Nuevamente, la importancia de la apertura de líneas.
1 7 . c!Li h S l3 h 7
1 8 . . . dxeS 1 9 .Wle4 f5 20.l3xf5 !
1 6. h 3 id7
OTRA VEZ EL SACRIFICIO COMO TEMA ESTRATÉGICO
Obsérvese la posición, que es m u y instructiva. Las negras tienen una pieza más, pero en realidad las blancas poseen superioridad agre siva en la zona central del combate . Han lo grado librar íntegramente las líneas, para que su torre y su alfil presionen el peón de " f7 " , y ahora, conocedoras de la importancia de las líneas abiertas, en las partidas de ataque, reali zarán una maniobra maestra, que es, sin duda, lo más medular de toda la partida, ya que en lugar de acumu lar fuerzas sobre el punto ata cado, tratan de abrir nuevas brechas antes que su adversario puede hal lar solución a sus ma les por medio del enroque largo. Por esta razón sería malo 1 8 .Wff3, a causa de que las negras realizarían la j ugada 1 8 . . . W!e? , que deben intentar ·siempre, para poder enrocarse. ¿Para qué, pues, obl igar al adversario a que haga un buen movim iento? Y esto que parece
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Spielmann sigue entregando material para definir la lucha a su favor antes que su rival logra afirmar su posición defensiva. Obsérve se cómo ha aumentado la fuerza agresiva del alfil rey blanco y cómo la torre será reempla zada con ventaj a con la dama. ¿Que se pierde una torre? Pues, ¿qué importa esto si se logra eliminar un alfil poderoso, se deshace la con figuración de peones que pod ían apoyar al rey y existe el recurso de traer rápidamente la otra torre a la acción? 20 . . . ixfS 2 1 .WfxfS l3e7
Si 2 1 . . . W!d ? 22 .ie6 , segu ido de ixg8 . 22 .ixg S ! hxg5 23.fü1
Las blancas no se han apresurado a capturar el caballo, amparadas en el hecho de que éste no tiene donde ir, ya que está atacado, y es nece sario, para evitar la formidable amenaza de c!Lif6+, y que, por otra parte, de irse a "h6", podría ser capturado igualmente. Tienen una torre menos, pero todas sus piezas coinciden en el ataque sobre el enroque y las negras no pueden coordinar sus fuerzas para defenderse medianamente bien. No hay, pues, en realidad tal desventaj a de material, porque las fuerzas
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blancas que atacan son superiores a las que defienden y el adversario no puede reunir rápidamente sus efectivos para defenderse. 23 . . . °§'d 6 24 . .ixgS exd4 2S.'§'f8+ ©d7 26.'§'xaS
Y las blancas han recobrado el material y quedado con pieza de ventaja. El resto ya no tiene importancia para el tema que tratamos. 26 ... '§'cs 27.lDf6+ ©d6 28 .'§'fS 29.©g2 d3 30.fü2 °§'e 1 3 1 .°§'h6
C Ó MO LE GAN Ó SPIELMANN A FLAMBERG Para dar mayor realidad a lo afirmado comen zaremos por estudiar una partida j ugada por Rudolf Spielmann con el maestro ruso Flam berg, en el torneo de Mannheim iniciado en j u l io de 1 9 1 4, y que se debió interrumpir por la declaración de guerra mundial, el dramático 4 de agosto de ese afio.
'§'es
Apertura Vienesa (C29) Mannheim, 1 9 1 4 B lancas: R . Spielmann Negras: A. Flam berg
Y las negras abandonan . V I I I . - EL DOMINIO DEL CENTRO, BASE DE TODA OFENSIVA
1 .e4 es 2 . lD c 3 lDf6 3.f4
Hasta el presente hemos estudiado el aj edrez a través de su primaria final idad, que es dar jaque mate al monarca adversario. Nos hemos ocupado de diversos tipos de ataques sobre el rey, tema que, por otra parte, no hemos agota do ni mucho menos y sobre el cual vo lvere mos oportunamente. Ahora veremos cómo la combinación es también un instrumento mag nífico en la etapa intermedia del planteo, cuando se hace necesario abrir líneas para dom inar el centro del tablero, o para obtener ventaja en espacio. Es simplemente una varia ción del tema que hemos tratado en nuestros primeros capítulos, o sea la lucha del tiempo contra el material. Esta es la base de casi toda la estrategia del j uego de combinación y es la idea animadora de casi todos los gambitos, especialmente los del alfil de rey. Generalmente, para este tipo de estrategia, la pieza que se sacrifica es el peón, por ser la menos valiosa. Aun en el caso de que el pro pósito de ganar tiempo fracase, fácil es hallar, con ventaja posicional, un procedim iento para compensar su pérdida. El maestro Pablo Mor phy fue el primero que halló en este detalle un tema para la estrategia, y sus victorias fueron en real idad producto de su habil idad para especular con el sacri ficio de material como medio para asegurarse ventaja en los planteos y en el desarrollo.
TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA
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La idea de la Apertura Vienesa en esta va riante es la que anima casi todos los gambitos. Se entrega un peón para desviar al de "e5" adversario del dominio del centro, obl igar a su rival, si quiere mantener el material, a efectuar j ugadas ilógicas por el flanco, y asegurarse de esta suerte una posic ión estratégica dominante en el centro del tablero. Pero las negras no deben capturar el peón, sino hacer una de mostración central para asegurarse el equ ili brio en la zona vital del combate. 3 . . . d S 4.fxeS lDxe4 S.lDf3 .ig4
La experiencia aconseja como mej or la j ugada menos agresiva 5 . . . �e7 , preparando el enro que y el avance liberador .. .f6, que permitirá equil ibrar las acciones en el centro y ala del rey. 6 .°§'e2 lD c S
E s mej or 6 . . . ti:J x c 3 . 7.d4! .ixf3 8.°§'xf3 °§'h4+
Las blancas han inic iado en la j ugada 7ª una man iobra audaz que le costará nada menos que los dos peones centrales. Pero, en cambio, les perm itirá ganar tiempos y abrir l íneas para
ESTRATEGIA
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sus alfiles y sus torres, y de esta suerte asegu rarse ventaja en el desarrollo, que vale más que los dos peones entregados. Es c laro que aun Spielmann podría j ugar 9 .Wf2 , defen diéndose, pero el maestro austriaco prefiere la compl icación. LO QUE BUSCABA SPIELMANN
9 . g 3 ! Wxd4 1 O .J.e3 ! Wxe5 1 1 .0-0-0
Simplemente esto es lo que deseaba Spiel mann a cambio de los dos peones entregados. No fue se plan dar mate ni atacar al rey direc tamente como en anteriores ej emplos. Lo único que lo guió fue sacar ventaja de desa rrollo sufic iente, en la conciencia de que esto necesariamente debe gravitar de manera defi nitiva en el transcurso de la partida. 1 1 ... c6 1 2 . c!Li x d S I
Si 1 3 . . . We4 1 4 . .ib5+ c!Li c6 1 5 . .ixc5! Wxf3 1 6 .�e 1 + J.e7 1 7 .�xe?+ @fa 1 a .�e3+ , ganando. Si 1 3 . . . Wc? 1 4 . .if4 Wb6 1 5 . .ixb a ! �xba 1 6 .Wf4 ! �ca 1 7 .J.b5+ Wxb5 1 a .�e 1 + fa.e? 1 9 .�xe7+ ! i>xe7 20 .Wd 6 + @ea 2 1 .�e5+ c!Lie6 22 .�xb5 , ganando. Si a 1 3 . . . Wc? 1 4 . .if4 sigue 1 4 . . . Wa5, enton ces continuaría 1 5 . .ib5 + ! Wxb5 1 6 . � e 1 + .ie7 1 7 .�xe?+ rll x e7 1 a .We3+, ganando. Si en lugar de 14 . . . Wb6 o 1 4 . . . Wa5, siguiera el negro con 1 4 . . . Wca, entonces 1 5 .ixba füba 1 6 . .ib5+ i>e7 1 7 .�e 1 + c!Li e6 1 a .Wa3+ @f6 1 9 . fü1 + i>g6 2 0 .Wd 3+ i>h6 2 1 .We3+ g5 2 2 . �xg5! lll xg5 2 3 . fü6+ , ga nando. Recomendamos al afic ionado que estudie estas variantes, partiendo de la posición del diagrama anterior, para que vea de qué mane ra se conjuga la acción de las piezas en las posic iones de líneas abiertas, y observe lo poco que vale la ventaja material en este caso. 1 4.J.c4
Amenaza �xc5. 1 4 . . . We4 1 5 .J.xcS
Y ahora siguen l o s sacri ficios lógicos. Las blancas tienen prácticamente todas las piezas en j uego y las negras sólo dos, y escasamente apoyadas. Ahora el problema está en atacar antes que logran atenuar esos defectos básicos de su posición. 12 . . . cxd S 1 3 J!xd5 We6
La posición es muy interesante y digna de análisis. Evidel}temente Flamberg no ha j uga do lo mej or, pero en verdad era muy difícil el problema.
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Y las negras abandonan . Si 1 5 . . . Wxf3 1 6 .�e 1 + J.e7 1 7 .�xe? + , y mate a la siguiente . Partida corta, pero demostrativa de lo val ioso de la ventaja en el desarrollo en los planteas y de lo pel igroso que resulta perder tiempos para ganar peones en las aperturas. Queda, pues, en pie el famoso contrasentido del Dr. Tarrasch, que dice así: Ganar un peón en la apertura es siempre un error. EL GAMBITO ALLGAIER Ahora aprovecharemos este tema para pasar revista a otra partida de Spielmann, en la que practica el famoso Gamb ito Al lgaier, una de las más extraord inarias concepciones que nos brindó la técn ica antigua. Este gambito halla asidero casualmente en el tema que estamos
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tratando, ya que las blancas entregan material para sacar al rey de su sitio de origen. Se entra así en el tema que trataremos inmediatamente, del sacrificio en " f7 " para poner al rey adver sario en pel igro y además para lograr el domi nio de importantes líneas y columnas por las cuales se fi ltrará la victoria antes que el adver sario tenga tiempo para poner sus piezas en acción. No es simplemente la final idad del sacrificio el dar mate, sino el de obl igar al adversario, para neutralizar el ataque, a que devuelva el material entregado, en posición desventaj osa. La partida que damos a continuación fue j u gada por Spielmann contra Eljaschov en el torneo de Munich de 1 903 . Fue as í: Gambito de Rey (C3 9) Munich, 1 903 B lancas: R. Spielmann Negras: Elj aschov
faci litar la implantación de un ataque. Sin embargo, la técnica moderna ha demostrado que este excesivo liberal ismo es imprudente. Pero esto es sólo teoría, pues en la práctica, aun j ugadores muy experimentados no saben cómo defenderse. 6 . . . ©xf7 7 . .ic4+ d S
Lo mejor. Contra todos los gambitos el verda dero antídoto radica en la real izac ión de este sacrificio que da juego al alfi l dama. 8 .�xd S+ ©g7 9.d4 W/f6
Lo j usto es 9 . . . tt:l f6 , para segu ir, si 1 0 . tt:l c3 , c o n 1 0 . . . �b4 . Ahora las blancas atacarán con gran energía · . 1 O.es Wg 6 1 1 . h S W/fS 1 2 .llic3 �b4 1 3 .0-0 f3
Por la amenaza l::\ xf4 .
1 .e4 es 2.f4
El Gambito de Rey, que sólo se justifica como tema estratégico de planteo, tendiente a abrir líneas antes que el adversario se desarrolle.
1 4. lli e4 W/xh S 1 S . lli g 3 W/h4
2 .. exf4 3 . llif3 gS .
UN MAL NEGOCIO Y vemos lo que mencionamos al expl icar la apertura Vienesa. Si el negro quiere conservar el peón debe hacer j ugadas ilógicas en el flan co descuidando el " leitmotiv" de la estrategia de todas las aperturas en aj edrez: el dominio del centro. Y esto bien vale un peón. Lo mejor es en estos casos capturar el peón y luego entregarlo nuevamente, jugando . . . d5 y de sahogando rápidamente el juego.
4.h4 g4 S . lli g S h6 6.llixf7
Esta jugada es la que da lugar al famoso Gambito Al lgaier. El blanco ha entregado su única pieza en acción para sacar al rey de su casilla de origen y especu lando con que la desmantelada situación del monarca ha de
TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA
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Ahora parece que son las negras las que tienen el ataque, ya que amenazan . . . W/xg3 y even tualmente . . g 3 . Pero Spie lmann conoce el princ ipio de las columnas abiertas y ahora .
Aunque esta es una l inea que se ha jugado poco en los últimos a1l os, la teoría actual indica; 9 . . f3 ! 1 0.gxf3 li:lf6 1 1 .li:lc3 (si 1 1 .ib3 li:lc6 1 2 .c3 -Keres- 1 2 . . . Wt'd6 ! 1 3 .e5 li:lxe5 1 4 .dxe5 Wt'xe5+, con ataque) 1 1 . . . ib4 •
.
1 2 .ic4 gxf3 1 3J'1g 1 + li:lg4 1 4 .Wt'xf3 Wt'xh4+ 1 5 .E!g3 fü8 1 6 .if4 ie7 ! , con excelente partida (Korchnoi).
ESTRATEGIA
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seguirá sacrificando material para hacer eficaz la acción que está desarrollando el alfil de "d5" sobre " f7 " . 1 6.gxt3 ! gxt3 1 7 .Wxt3 c!Llt6
Triste necesidad . Si 1 7 . . . We7 , para evitar Wf7 mate, entonces 1 8 . lll h S + , seguido de We4 o i.e4 , mate . 1 8 .extG+ ©ta 1 9 . .it4 ! lll a6
Si 1 9 . . . Wxf6 2 0 .i.d 6+ cll g 7 2 1 . lll h S + , etc. Si 1 9 . . . i.d 6 20 .i.xd6+ cxd6 2 1 .We3 :B:h7 22 .:B:e 1 i.d7 2 3 . .ixb 7 , etcétera. 20.We4 Wg4 21 . .ixb7 .ixb7 22 . .ixh6+ gxh6 23 .Wxg4
Las blancas han ganado la dama a cambio de una torre y dos alfi les, lo que sería poco en situac iones normales. Pero las piezas negras están inconexas. No pueden apoyarse entre sí y existe la poderosa amenaza de Wg7 + .
ajedrez e n Europa han girado alrededor de este tema y sólo en los últimos sesenta años se observó una reacción contra esa unilateralidad de la técnica del juego. Vista la imposibilidad de llegar a buen fin por medio de ese tipo de ataques, los maestros fueron comp l icando la técnica del j uego y surgió, llena de vida, la escuela moderna. Pero esto no acabó con la combinación directa, ya que habría sido in fantil repudiarla por sistema; lo único que se hizo fue radiarla de la práctica en la mayoría de las posiciones que no la j ustificaban, y los maestros modernos se dieron a buscar nuevas variaciones a la misma idea, para compl icar su realización y hacerla menos accesible a los ojos del inexperto. Una de las maniobras más interesantes de este tipo fue la del sacrificio en "f7'', no para dar mate inmediatamente, sino para colocar al monarca enem igo delante de su cadena de peones. Veremos ahora dos cortas partidas en las que bulle idéntica idea. Defensa Húngara (C50) Hamburgo, 1 9 1 O Blancas : Holzhausen Negras: S. Tarrasch
Si 23 . . :B:xf6 24. lll fS fü7 25.Wh S , ganando. .
24.WgG gt1 25.c3 .id6 26.c!LltS .ie4
1 .e4 es 2.c!Llt3 c!Ll c6 3 . .ic4 .ie7 4.d4 exd4 5.lll xd4 c!Llt6 6.c!Llc3 d6 7.0-0 0-0 s .g e 1 g e s 9.b3 c!Ll d 7
Para evitar lll h 6 . 27.WhG+ © g 8
Si 27 . . . @ e B 2 8 . :B:e 1 , etc. 28.WgS+ ©ta 29. lll h 6
Ganando. Las negras abandonaron. IX.- LOS ATAQU ES A L PUNTO "f7" ("t2") El ataque sobre el punto "f7" ("t2") es uno de los temas pri m itivos de la técnica aj edrec ísti ca. El mate Pastor es su primera expresión y el " Legal" la segunda prueba del ingenio, del talento aj edrecista, que nos ha brindado nues tro juego. Los cuatro siglos que ha vivido el
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Esta es la posición típica d e l o s sacrificios d e q u e vamos a ocupamos: el peón "f' se en cuentra carente de sólido apoyo, lo que obl iga al rey a capturar la pieza que se entregue y la
ROBERTO G. GRAU
casilla "e6", igualmente sin otra fiscalización que la del peón que va a ser capturado. Co mienza la extracción forzada del rey, para obligarlo a colocarse en una situación desde la cual puede ser fácilmente atacado.
9 . .!Li gf3 b6 1 0.id3 ib7 1 1 .0-0 ges 1 2 .c4 .!Lif6 1 3 .if4 .!Li b d 7 1 4.'!We2 es
1 0 .ixf7+ ©xf7
Para no perder peón y cal idad. 1 1 .c!Ll e6 ! !
E l segundo sacrificio típico. L a fuerza del mismo radica en la situación en que se halla la dama negra bloqueada. Por esto debe tenerse en cuenta, al realizar el sacrificio, si el adver sario puede replegarse con la dama o si puede elim inar con otra pieza, que no sea el rey, el caballo de "e6". 1 1 ... ©xe6 1 2 .'!Wd 5+ Y
mate a la siguiente.
VARI ACIONES SOBRE EL MISMO TEMA Veamos ahora este mismo tema manejado por Alekhine contra Feldt en una sesión de parti das simu ltáneas : Defensa Francesa (C 1 1 ) Odessa, 1 9 1 6 B lancas: A . Alekhine Negras : Feldt 1 .e4 e6 2.d4 dS 3 . c!Ll c3 c!L\f6 4.exd5 .!LixdS 5.c!Lle4 fS 6 . .!Li g S !
Muy bien j ugado. Como el caballo n o puede ser económicamente desaloj ado por medio de . . . h6 , a causa de '!Wh S+ (consecuencia de la debil idad que origina el avance del peón "f"), las blancas com ienzan a atacar el flanco de rey enemigo. 6 ... ie7 7 . .!Li 1 f3 c6 8 . .!Li e S ! 0-0
Si 8 . . ixgS seguiría 9 .WhS+. .
Alekhine está preparando desde hace varias j ugadas su combinación. Ahora el punto "f7" está apoyado sólo por el rey, y el peón de "e6" también está pobremente defendido. Se inicia el asalto final. 1 5 . .!Lif7 !
Exactamente igual a l a partida anterior. Se entrega el caballo y éste debe ser capturado, pues no es posible defender, en una sola juga da, la dama y el peón de "e6". 1 5 ... ©xf7 1 6.'!Wxe6+ ! !
Notable y sorprendente sacrificio de dama. 1 6 . . . ©g6
Si 1 6 . . . 'ktixe6 1 7 . .!Li g S + + ! 1 7 .g4
Y mate a la j ugada siguiente. Como se ve, hay extraordinaria simil itud entre un ej emplo y otro. LA TERCERA COINCI DENCIA Y ahora veremos otra partida en la que se debate la misma idea estratégica. El campeón del mundo la j ugó también en una exhibición de simultáneas, contra el aficionado News.
TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA
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Defensa Sem i eslava (D45) Boston, 1 923 Blancas : A. A lekhine Negras: News 1 .d4 d5 2 . c!LJf3 c!LJf6 3 .c4 e6 4 . c!LJ c3 c6 5.e3 fJ.e7 6 .fJ.d 3 c!ü bd7 7 . 0-0 0-0 S .e4 d xc4 9 .ixc4 b6 1 O .'!Wc2 fJ.b7 1 U�e1 ges 1 2 .ig 5 ges 1 J .gad 1 gc7 1 4. c!LJ e S c!LJ h 5
E n esta partida l a combinación es mucho más dificil, por cuanto se ha entregado una pieza y la maniobra ganadora no es absolutamente clara, pero si se considera que el rey negro está reducido en su acción por el dominio de la diagonal a2-g8 que ej erce el alfil, y las posibil idades que brindan al blanco su ventaja en espacio y la acción de la dama sobre los cuadros "f5 " y "h7", se hace claro que el por venir de las negras no es muy halagüeño. 1 7 . . . 96 1 S .ih6+ c!üg7 1 9 .geJ c5 2 0 . c!LJ d S ! fJ.xd 5 2 1 .ixd 5 cxd4 22 .fü3+ c!LJf6
Y ahora se produce un bonito desenlace de partida en el que se conj ugan dos temas. Pri mero, el del doble sacrificio de piezas para extraer al rey, y luego la acción combinada de los alfiles sobre el monarca, de que nos ocupá ramos anteriormente. 23.gxf6+ fJ.xf6 24. exf6 ges
L a posición e s típica. Tiene gran parecido con la de la partida de Tarrasch, que vimos en primer término. El peón "f7" está sólo apoya do por el rey, y el de "e6" también solamente por el de " f7 " La dama negra está sem ib lo queada por la existencia de una torre en "e8", el alfil en "e7" y el cabal lo en "d7'', situación de piezas que da fisonom ía propia a la manio bra de sacrificio. Y ahora, sin agregar más, cualquier afic ionado que observe la posición hallará la maniobra ganadora.
No era posible 24 . . . füc2 por 25 .ixg 7 + + .
1 5 .c!LJxf7 ! @xf7 1 6.fJ.xe6+! @fS !
Las negras abandonaron por no poder evitar la doble amenaza de \Wf7 mate y \Wg 8 + , ganan do la partida en pocas jugadas .
El alfil no puede ser capturado por la notable réplica 1 7 .\Wb3+ @d6 1 8 .e5 mate • Obsér vese cómo en cada caso el mate ha s ido dis tinto, pero siempre especulando con los recur sos que brinda el rey, delante de sus propias piezas, pues éstas le cortan la retirada. 1 7 .e5 ! ! ' En realidad e l mate s e hace esperar dos jugadas más: A la jugada 1 8 .e5+ seguiría 1 8 . . . tüxe5 1 9 .dxe5+ l!lc5 20.tüa4++ .
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25 .fxg7+ gxg7 26.fJ.bJ
Igual que en el enfrentamiento Rabinovich Romanovsky, que insertamos en el subcapí tulo VI, se retira el alfil para rematar la lucha mediante la co locac ión de la dama delante de esa pieza. 26 . . . d J 27.'\Wc4
X.- DOS MONUMENTOS DE COMBINACI ÓN : LA " EVERGREEN " Y LA " INMORTAL" A pesar de que la partida entre Anderssen y Kieseritzky, conoc ida por el nombre de la " I nmortal", que insertaremos más adelante, es la que mayor prestigio tiene -sin duda por influencia de su pomposo nombre-, es en nuestra opinión mucho más valiosa, por la
ROBERTO G. GRAU
factura menos vulgar de su combinación y por la crítica situación que para ambos adversarios se crea, la segunda inmortal de Anderssen, que en A lemania fue bautizada con el nombre de "Eveergreen" (la " S iempreviva"). Uno de los aspectos más valiosos de la belleza en aj edrez es casualmente el grado de riesgo que corre quien hace la combinación. A ma yor abundancia de sacrificios, mayor emoción, y a mayores probabi lidades de una derrota apenas el sacrificio fracase, mayor mérito. O sea, que en el concepto antiguo de la impor tancia de una partida en aj edrez el mayor poder emocional radicaba para el j ugador en la audacia que desplegaba y en la temeridad que lo destacaba de los demás. Claro que había gran profundidad en los análisis, pues al menor error todo ese monumento de trabajo se viene abaj o en ese tipo de aj edrez. Pero los maestros antiguos preferían ganar, combinan do con pel igro, en lugar de hacerlo por las vías más naturales y tranqui las. Había en el los un placer singular en j ugar con el pel igro y una vanidad, creada por el ambiente, que les impedía "achicarse", renunciar a la comb ina ción y hacer un aj edrez más especulativo.
derrota, o cuando no se corre ningún riesgo de contraataque o cuando el material se recobra con rapidez. Este es el aj edrez moderno, y no hay duda de que, si carece del poder emocio nal del antiguo, es mucho más generoso en solidez y está mucho más a tono con la inte l i gencia y el razonam iento. La mecánica y las matemáticas dieron mayor solidez a las cien cias y, de reflejo, esta transformación del espíritu humano se h izo sentir - ¡ y, de que intensa manera ! - en la técnica del aj edrez. Lo que antes era un problema de audacia, ahora es un método de análisis y de lógica. LA "SIEM PREVIVA" Pero comenzamos a alejamos del tema y j usto es que no defraudemos a los lectores. Entre mos, pues, a recrearnos con esta magn ífica partida que, mal que pese a quienes conciben el aj edrez de otra manera, perdurará siempre como una j oya del aj edrez. Gambito Evans (C52) Berlin, 1 852 Blancas: A. Anderssen Negras : J. Dufresne
LA INFLU ENCIA DE STEINITZ Cuando surgió Steinitz no se despreció la combinación ni mucho menos, sino que se consideró que antes de lanzarse en una aven tura semejante era necesario haberse asegura do la propia posición. Es decir que surgió en primer plano el principio de la propia seguri dad, que no debe estar en ningún caso supe ditado a los recursos heroicos, especialmente cuando no hay necesidad. A lo que renunció el aj edrez moderno, pues, es a comprometer el futuro tras una lum inosa aventura, y por cierto que si en la vida se pensara de esta manera, se evitarían muchos errores fundamentales. LA COM B INACI ÓN MODERNA La combinación de sacrificio debe real izarse, pues, a pesar de la bel leza que tiene y del irresistible encanto que la hace tan tentadora, cuando no hay otro recurso para evitar la
TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA
Y
1 .e4 es 2.lDf3 lDc6 3 .i.c4 �es 4.b4
Esta j ugada se denom ina Gambito Evans. Su autor, el capitán Evans, la introduj o en la práctica de las partidas rápidas en 1 832, sin suponer, sin duda, la trascendencia que algún día tendría en la técnica del aj edrez. Se trata de un gambito que tiene por objeto ganar tiempo en el desarrollo, a costa del sacrificio de un peón lateral. La técnica ha probado que no es tan eficaz como se creyó en un principio y ahora su práctica es casi nula. Sin embargo, llegó a merecer que libros como el " Handbuch des Schachspiels" le dedicaran 60 páginas de amplio formato para anal izar sus compl icaciones. 4 . . .i.xb4 S . c3 .iaS 6.d4 exd4 7.0-0 d3
Una de las variantes más lógicas. Las negras devue lven el peón sin favorecer el desarrollo
ESTRATEGIA
33
del adversario, lo que sucedería después de 7 . . . dxc3 8 .Wi'b3, seguido de ia3 y li:J xc3. 8 .Wi'b3 Wf6 1 1 .ia3
9.e5
Wfg 6
1 0 .ge1
li:J g e7
Las blancas tienen dos peones de menos, pero obsérvese qué magnífica movil idad poseen . La dificultad máxima de las negras es el desa rrollo del alfil dama y ahora, en procura de resolver ese problema, entregan un peón para buscar a la vez una contraofens iva.
1 9 .gad 1 ! !
Finísima jugada que a primera vista parece una barbaridad. A una amenaza tan directa como la de . . . Wxf3, con su desagradable derivado de un mate en "g2 " , las blancas replican con una maniobra preparatoria, pero que encierra un propósito muy recóndito. 1 9 ... Wfxf3 20.gxe?+! li:Jxe7
1 1 . . . bS 1 2 .Wfxb S gbs 1 3 .Wfa4 ibG 1 4.li:Jbd2 ib7 1 5 . li:J e4 Wff5 1 6.ixd 3 Wfh5
Y en este momento se inicia una de las com binaciones más extraordinarias que registra la historia del aj edrez. El valor de la misma estriba en el hecho de que, para l levarla a efecto, las blancas deben colocarse en una posición de mate . 1 7 .li:JfG+ gxf6 1 8 .exfG ggs
La variante más bonita se habría producido si las negras jugaran 20 . . . ©d8. A esto segu iría 2 1 .füd?+ ©ca (si 2 1 . . . ©xd ? 2 2 .ie2 + gana la dama, o 22.ifS+ da mate en seis jugadas) 2 2 . l!d 8 + . Si ahora 22 . . . füd8 2 3.gxf3, etc. Si 22 . . . @xd8 23.ie2+ , etc . , y finalmente s i 22 . . . li:J x d 8 23.Wi'd ?+ @xd 7 24 .ifS+, segui do de id? mate. 2 1 .Wfxd?+ ! !
Las negras parecen tener ahora un ataque más directo por la grave amenaza de . . Wxf3. Un jugador moderno habría hal lado el expe diente de la victoria de más simple manera que Anderssen. Habría seguido, sin duda, con la prudente jugada indicada por Lasker: 1 9 .ie4 , defendiendo el caballo previamente, pero esto habría sido una claudicación para el impetuoso Anderssen, y lo que la partida perdió en sencil lez lo ganó en emoción y brillo.
L a segunda sorpresa. Ahora las blancas sacri fican la dama para poder dar un mate tan bo nito como original.
.
34
2 1 . . . ©xd? 22.ifS+ ©es
Si 22 . . . ©c6 23.id ? + + . 23.id?+ ©ta o 23 . . . ©d8.
24.ixe? mate
ROBERTO G. GRAU
LA " INMORTAL"
evidente que la desproporción de material en acción debe dar sus frutos.
Gambito de Rey (C33) Londres, 1 85 1 B lancas: A . Anderssen Negras : L. Kieseritzky 1 .e4 es 2 .f4 exf4 3 .ic4 b 5
Esta jugada s e l lama Contragamb ito Kieserit zky, aun cuando la Federación Internacional de Aj edrez la haya omitido en su definitiva clasificación de nombres de aperturas y con una transposición de jugadas se designe como Gambito Bryan . Se trata de un sacrificio de desviación, que tiene, además, la finalidad de ganar tiempo en el desarrollo. Kieseritzky fue el primer maestro que lo practicó. 4.ixb5 Wfh4+ 5.©f1 �f6 6.�f3 Wfh6 7.d3 c!i)hS
Amenaza . . . c!i) g 3 + y además apoya el peón de "f4 " . 8 . c!i) h4 c6 9 . �fS Wfg 5 1 0 .g4
Este tipo de jugadas hacía la delicia de los aj edrec istas de entonces, y, por qué no decirlo, también agrada a la multitud de aficionados de hoy en día, que buscan más la bel leza que la corrección fría de la técnica. 10 ... �f6 1 1 J�g 1 ! cxb5 1 2 . h 4 Wfg 6 1 3 . h S Y:lfg S 1 4.Wff3 � g 8
Ú nica para salvar l a dama. 1 5.ixf4 Wff6 1 6. � c 3 icS 1 7 . � d S
Anderssen sigue la magnífica combinación que empezó en la jugada 1 1 ª y ahora define la partida de impresionante manera. Pero es
1 7 ... Wfxb2 1 8 .id6 ! ! ixg 1
Si 1 a . . .Wxa 1 + 1 9 . i>e2 Wfxg 1 2 0 . � xg7+ @da 2 1 .ic7++. Si 1 a . . .ixd6 1 9 . c!i) xd6+ @da 2 0 . c!l) xf7 + @ea 2 1 . c!l) d 6 + @da 22.Wffa+ + . 1 9 .eS Wfxa 1 + 20. ©e2 � a 6 2 1 .�xg7+ ©d8 22.Wff6+!
Digno y magn ífico broche final . 22 . . . �xf6 2 3 .ie7++
Las blancas han dado mate con sólo tres pie zas menores y poseen nada menos que dos torres, la dama y un alfi l de menos, pero las p iezas valen por lo que hacen y no por su simple existenc ia. La partida es, sin duda, notable, pero los errores de planteo han s ido muy graves de parte de Kieseritzky. Con sólo seguir la jugada lógica 5 . . . ib7 en la apertura, en lugar de incurrir en el error de encerrarse la dama con el caballo, nada habría pasado. Pero esto no atenúa el mérito de Anderssen, que explotó de la manera más espectacular posible los yerros de su rival.
TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA
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CAPÍTULO 11 TEMAS TÍPICOS DE COMBINACIÓN 1.-
MATES DE ALFIL Y TORRE
Un tema que ya hemos considerado en casos aislados iniciaremos ahora. Se trata de la base medular de una serie de combinaciones típicas y de la posibil idad de lograr captar, por medio de algunos detalles, la idea de la combinación decisiva que suele ocultarse tras la hoj arasca de jugadas intermedias. El tema resulta agradab le y no entra en los terrenos puros de la alta estrategia. Es más bien el aj edrez en su aspecto táctico; es la considerac ión del juego en las posiciones en que, terminada la labor estratégica central, se han cosechado los frutos de la m isma y la ventaja alcanzada obl iga a buscar una defini ción táctica. En estos casos tiene especial importancia el orden de las j ugadas, pues el plan estratégico se posee. Lo difícil es llevarlo a la práctica, pues un leve error basta para destru ir toda la tarea sefialada. Adqu ieren en estas posiciones gran importancia las jugadas con que se da realidad a la victoria, y esto es táctica pura. Pero se trata, como se verá, de un instante vital de la partida y sin duda el que más emo ciones ofrece: aquel que permite alcanzar la victoria para coronar toda la labor posicional anterior. Es el momento en que se acaba el período de las maniobras, para entrar en el terreno de las batal las decisivas, que no siem pre son lo más difícil de una lucha. Para concretar esta serie de capítulos nos dará abundante tema un libro del aj edrecista ale mán Richter, que habla de la combinación en aj edrez y que posee, como elemento de mérito apreciable, la hab i l idad con que han sido bus cados muchos ej emplos que iremos reprodu ciendo, comentándolos de acuerdo con el espíritu de esta parte de nuestra obra y adere zados con la experiencia en nuestro país y aun en el terreno magistral, pues Richter hace una selección de posic iones típicas y no un curso didáctico verdadero.
36
COMBINACIONES DE MATE CON ALFIL Y TORRE Pero antes, haremos una resefia de las posi ciones típicas de mate, que son en realidad el tema que ha originado infinidad de combina c10nes. 1ª
2ª
Posición 1ª l'! en columna "a" y � en la dia gonal h2-b8 contra W en "a7" y !:, en "b7". Posición 2ª l'! en columna "h" y � en la dia gonal a2-g8 contra W en "h8 " y !:, en "g7". En ambos casos se trata de una posición típica de mate muy común, que vista así adquiere muy poca importancia, pero que en realidad ha dado motivo a centemrres de triunfos a lo largo de la historia. Es una posición caracte rística de mate con torre y alfil, piezas que para dar mate neces itan siempre del auxil io, ya de otra propia pieza que quite alguna casi l la, o de algún peón rival que lim ite el campo de huida del rey. Torre y alfil solos no dan mate si alguna otra pieza no coopera con el las, pero como casi siempre el rey enemigo se encuentra rodeado por algún peón, basta la presencia de éste para dar real idad al presente tema de mate. Es éste uno de los tantos mates típicos de torre y alfil que iremos estud iando a través del curso que seguiremos. Y para mostrar cómo esta posición tan clara se encuentra a menudo ocu lta en la partida viva, daremos el primer ej emplo (véase diagrama en la página siguiente) de comb inaciones con esta base:
ROBERTO G. GRAU
Lo primero que analizará el j ugador avezado es el movimiento 1 . . J'�xh2+, para seguir a 2 . .bh 2 (no puede ser 2 . xh2, debido a 2 . . . Wih8 y mate) con 2 . . . Wih8, pues amenaza entonces . . Wfxh2 + y luego . . �h8++, y tam bién . . . lli g 3 mate directamente, dado que el alfi l enemigo está clavado y no puede defen der ese mate. Pero esto obligaría a las negras a real izar una jugada intermedia, que en este caso sería 2 . . . Wih8, y habitualmente los movimientos preparatorios después de los sacrificios son imprudentes, ya que brindan al rival el tiempo necesario para defenderse. En esta caso la defensa surge de la réplica 3 . lli g 4 , apoyando el alfil y clavando el caballo de "e4" negro, que no puede dar ninguno de los mates esbo zados, porque el rey, en "e7", quedaría en jaque. Hay, por tanto, que proceder con más energía y como maniobra enérgica surge una que es, en realidad, la conjugac ión de las dos amena zas. .
Esta posición se produj o en una partida dis putada en los Estados Unidos entre el maestro H. Stoner, con las negras, y un aficionado. Es interesante que el aficionado la estudie y trate de seguir posteriormente el raciocinio que haremos. Si se mira con algún criterio el juego, se verá que de no existir el peón de "h2", la posición de las piezas sería exactamente igual a su base fundamental que dimos en el esquema de posición antes mencionado. CÓMO DEBE REFLEXIONARSE
Tiene, pues, el jugador atrapada la idea del mate. Lo difícil es darle realidad, pero no tanto si se anal iza con atención el juego . De no existir el alfi l "f4 " blanco, habría mate en una jugada por medio de . . . llig3+. Además, de no existir ese alfil, y tampoco el cabal lo negro de "e4", habría mate mediante . füh2 + , ya que a xh2 s igue . Wih8+, y mate, o sea el esquema típico dado al iniciar este tema. Es decir que para que se pueda dar jaque mate es necesario que desaparezca el alfil de "f4" y tenemos ya el plan de las negras en toda su extensión. Ahora hace falta ver si hay posibi lidades de ej ecutar la combinación típica, que no ha de resultar difícil por la serie de piezas negras que actúan sobre el monarca enemigo. Además, tenemos dos ideas distintas de mate : la típica del ej emplo y la que nace del movi miento . . . lli g 3 , que sólo está anulada por el alfil. . .
. .
TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA
Y
.
1 . . . gxh2+ 2 .ix h2 c!LJg3+
Esta jugada de sacrificio permite que la dama vaya a "h8" con jaque y no deja al blanco ningún tiempo para que ensaye una maniobra defensiva. 3 .J.xg 3 gha+
'WhB+
4.ih2
Wix h2+
5.xh2
Y mate, sólo prorrogable una jugada más med iante : 6.'Wh5 gxh 5++
Observamos que, en realidad, desnudada la posición de sus maniobras intermedias, es la misma que dimos al mostrar el esquema de mate con que iniciamos esta serie de ejem plos. La idea es idéntica y las negras han encontra do la combinación que estaba oculta entre la maraña de jugadas y répl icas posibles, sim plemente porque ten ían el plan causante de la m isma.
ESTRATEGIA
37
DEL TORNEO DE RIGA DE 1 90 1 Veamos una nueva combinación en la que bulle la m isma idea, pues desnudada de juga das intermedias, se l lega a la posición típica.
primero podría segu ir if4 , defendiendo la casilla crítica. En cambio, ahora se obliga .a que el rey vaya a "h2" para colocar luego el alfil en "f2", y l legar a la posición típica que esbozamos, o sea: 25.@xh2 .if2+
Con mate inevitable, ya que no es defensa 26.ih6+ füh6++ (o 26 . . . !'!h4 + + ) .
A esta posición se l legó en una partida entre Von Ehlert y el profesor Bohl, en el torneo mencionado. Las negras tienen parte de la idea del mate desembozada. Dominan la co lumna " h " , pero no la diagonal g l -a7 . En cambio, hay coincidencia entre la acción de la torre de rey y la dama sobre el punto "h2 ", aun cuando ésta se halle obstruida por las propias piezas negras. Y con tales hi los de la combi nación, el negro p lanea la maniobra ganadora, no por simple menos bonita:
Si se observa se verá que es exactamente la misma posición de la combinación anterior en lo que se refiere a las piezas protagonistas del desenlace, que son el rey vencido y la torre y alfil agresores, que en ambos casos han conta do con los buenos oficios del peón de "g2 " , que ha limitado el campo d e huida del propio rey. LA CASI LLA DE ESCAPE Ahora veremos otros dos ej emplos de factura parecida, en los que ha gravitado la m isma idea, con algunas alteraciones en la forma, ya que la casilla de huida del monarca, en lugar de estar quitada por un propio peón, lo ha estado por una pieza rival, que ha cooperado en la consecución del mate.
23 . . . ti:)g4
Amenaza . . . Wh2 mate, pero el propósito es eliminar una de las piezas que obstruyen la acción de la dama, con una jugada de gran inic iativa que dism inuye las répl icas del blan co, que debe lim itarse a salvar el mate amena zado. 24.fxg4 Wi h 2+ ! !
Y ahora l a transposición típica d e movim ien tos que sue le escapar al jugador de escasa experiencia. Todos los aficionados que estu dien la posición que damos saben que la casi lla "h2" es la base de la victoria, porque en ella coinciden dos poderosas piezas negras, pero si se pierde un tiempo sacando el alfil
38
Esta situación se produj o en un torneo dispu tado en Rusia en 1 923 . La posición tiene algunas reminiscencias con las anteriores, ya que hay un alfil que bloquea al rey en "h I ", pero, en cambio, no hace lo mismo la torre desde la columna " h " . Existe,
ROBERTO G. GRAU
sin embargo, la amenaza . �xg 3 , seguido de . . . lll g4, que amenaza �h3+ y Wh2 mate. Como se ve, una idea parecida, ya que el mate se produce de la misma manera, con la dife rencia de que la dama, al darlo, quita la casilla de escape "g2 " . Para evitarlo e iniciando una combinación, las blancas juegan : .
. . .
.
EL AUXILIO DE UN PEÓN
. . .
Y finalmente veremos otro ej emplo, también compl icado, de la misma fam ilia de mates, que es el que surge de una partida ganada por Richter, y que es así:
1 . lll fS WxfS 2 . .ixc6
Esto ataca a la dama, pero permite a las negras realizar una bonita combinación, conjugando la idea del mate que acabamos de mostrar con la de los dos alfiles sobre el enroque, y jue gan : 2 . . . Wh3+! 3.gxh3 .ixc6+ 4.©h2 llig4+!
Para abrir la columna "h" y darle entrada a la torre que dará el mate típico en la columna abierta. 5. hxg4 hxg4 6.Wxe3
Ú nica para evitar el mate típico, que tiene la sola diferencia de que la cas i l la de escape "g2" está tomada por el alfil. 6 . J�h8+ 7.©g1 dxe3 .
Y ahora ya no es posible evitar el jaque mate en el escaque "h 1 ", que es otra familia de los mates de torre y alfi l contra rey, que ya estu diaremos en su momento, pero que en real idad ha surgido ún icamente como un detalle de la idea fundamental, que era la misma de los mates típicos que hemos estudiado anterior mente • .
Aunque la idea es perfecta, la línea tiene una falla táctica: 7.í!lg 1 ? es un grave error, ya que las blancas se salvan con 7.\Wh6! (la dama se sacrifica e impide así la jugada . dxe3, con lo que la casilla "f2", vital para la salvación de su rey, no queda vulnerada) 7 .. .!"lxh6+ 8.\f;>g 1 � h 1 + 9.í!lf2, etc., y ¡ las blancas ganan ! Sin embargo, las negras resuelven la papeleta con una oportu na transposición de movimientos: en lugar de 6 . . . �h8+? juegan primero 6 . dxe3 ! 7 .\f;>g 1 �h8, y ahora sí es inevitable el mate.
Esta posición tiene ya la base de estructura típica para el mate : diagonal dominada por el alfil, que reduce la acción del rey, y columna abierta sobre el monarca. La dificu ltad estriba, para dar mate, en el hecho de que el alfil de fiende al peón y al irse esa pieza el rey negro contará con la casilla de huida "g7 " . Pero esto perm ite a Richter hal lar la maniobra táctica ganadora: 1 .Wd 8+ Wf8 2 J�xh6+
Éste es el secreto del plan. Para abrir la co lumna "h", especulando con que hay otra torre de reserva en "d 1 ", se hace clara la jugada típica de sacrificio que hemos visto. Ahora queda el cuadro "f6" para dar un jaque muy fuerte, que no puede ser cubierto con el alfil debido a �h 1 mate, lo mismo que en los ej emplos anteriores y que obl iga, en conse cuencia, a:
•
.
.
..
2 . . . .ixh 6 3.Wf6+ Wg7
Y en este momento el alfil de "h6" sólo cuenta con el apoyo de la dama clavada y se hace posible ganar mediante: 4J! h 1 Wxf6 5 .exf6 !
TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA
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Esta jugada quita al rey la huida a "g7" y hace inevitable el movimiento E:xh6 mate, que es en realidad la misma idea que la de los ej em plos anteriores, ej ecutada con algunas varia ciones. Pero en los cuatro mates vistos ha bull ido el mismo plan básico, que ha dado lugar a un sinnúmero de combinaciones preciosas pero fáciles de captar para quien tenga presentes las ideas típicas de mate que iremos desarrollando al correr de estos capítulos. Seguiremos estudiando posiciones caracterís ticas de mate con esos dos elementos básicos, alfi l y torre, pero de otra fami lia, que también todos conocen. Los mates que veremos son los que nacen de las siguientes posiciones: l"
2ª
Como se observará, son dos mates muy pare cidos que pueden suftir modificaciones, ya que lo mismo se apl ican en el ala dama que en el ala rey, y, además, el alfil que apoya la torre en todos los casos puede estar en cualquier casilla de la gran diagonal, pues ej erce igual mente su acción típica de sostén. UN EJEMPLO DE BERGER Sobre estos dos mates girarán los ej emplos que daremos, que podrían sumar centenares, ya que los dos, pero especialmente el primero, han sido y son un genéroso venero de combi naciones de gran espectáculo, que al final de cuentas se resumen en ese mate típico. La primera posición que exam inaremos es muy antigua. Se produj o en una partida entre Berger, el famoso autor de finales, y Koss, y es en real idad una mezcla de las dos ideas de mate que hemos señalado. Se originó así:
40
Evidentemente, la desproporción de material entre ambos bandos es grande, pero la dama y la torre negras están presionando seriamente a las blancas. Las negras obstruyen con el caballo los mates en la casilla "g7 " , pero el blanco no se resigna a que una sola pieza enemiga desmorone toda la máquina ofensiva de su poderoso alfil en la diagonal vital y la torre y la dama cooperando con él, y esto le hace concebir un mate típico que funda su razón de existir en la posibilidad de obl igar al caballo a que se vaya del escaque "g6" y le quite al rey la casilla posible de escape. Veamos: 1 .WaB+ 'itih7
Si en este momento fuese posible j ugar E:g7 sería jaque mate, piensa el jugador que lleva las blancas, y esto le permite concebir un sacrificio de dama que obl igue al caballo a dejar vía libre a la torre y le quite al monarca enem igo la única casilla posible de huida ante un jaque de la torre en "g7", y surge nítida la jugada: 2.Wh8+ .!Llxh8 3.�g 7++
Como se puede observar, el mate ha resultado fácil y no es por cierto una obra de arte. Pero únicamente puede concebirlo rápida mente quien tenga clara idea de la gama de recursos que nacen de estas posiciones típicas de piezas.
ROBERTO G. GRAU
LOS MATES MÁS U SUALES DE ALFIL Y TORRE Veremos ahora otro ejemplo interesante que tiene relación con la tercera fami l ia de mates de alfil y torre en el medio j uego, que estamos estudiando. Se trata de mates similares a los que bosquej amos, pero que tienen una mayor riqueza de variantes de lo supuesto, ya que no sólo se producen en las columnas "a" o "h". Estos mates se originan cuando un rey es jaqueado por una torre en la casilla al costado de la que ocupa, y la torre está sostenida por un alfil que toma, además, la casilla que está delante del rey. En esos casos sólo le queda al monarca como cas i l la de escape la que lo sitúa a salto de caballo de la torre. Por ej emplo:
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� F'Í' �., • !&" ��
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� La casilla d e escape es "g7".
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La cas i l la de escape es "c2". Estas posiciones se pueden trasladar a cual quier cuadro de la banda del tablero y el mate que se produce es el mismo. Lo único que es necesario para que se produzca es que la casi lla de escape esté tomada por una pieza o, como sucede habitualmente, tomada por un peón . La posición que ahora destacamos en el dia grama s iguiente es clásica y se produj o en una partida Marshall-Scheve, en el torneo de Montecarlo de 1 904.
Un jugador de experiencia, al juzgar la posi ción en este momento, en que le corresponde jugar al primer j ugador, hará la sigu iente composición de lugar: "Me atacan la dama y yo ataco a la dama adversaria. El cambio de estas piezas no me daría ninguna ventaja, como tampoco el jaque en el punto "c8", puesto que la torre enemiga se retira a "e8" y cubre la amenaza. ¿Pero en real idad hay razo nes para que yo pretenda ganar? Sí que las hay, pues mi adversario no tiene ninguna pieza en la primera (octava) l ínea que defien da a su monarca y además mi torre domina una importante columna. Las retiradas del rey negro en caso de dar un jaque que no pueda ser cubierto son pocas, pues sólo puede ir a "g7", ya que la cas i l la "h7" está ocupada por su propio peón " . Enseguida le asalta la idea típica de mate que él conoce, y esta serie de detalles le perm iten desentrañarlo. Veamos cómo se produce, pero antes invita mos a los aficionados a que lo encuentren por sus propios medios: 3 1 .J.h G !
Amenaza fü8 mate. Esa jugada decide la partida, pues si la torre se retira a "e8", enton ces seguiría 32. hxg6. Las negras abandonaron. Se observa claramente de qué manera ha gra vitado la idea de mate que estamos estudiando en el desenlace de esta lucha, por cierto sim ple para cualquier aficionado.
TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA
41
UNA OBRA MAESTRA Más complicada es ya la ej ecución aquí:
1 . . .§'xg S
Hemos l legado a la posición antes menciona da, en la que la columna "e" es libre para la torre y el mate que nace de !l:xd 8 + , seguido, si . . . @xd 8 , de !l:e8 ++, es más visible. Pero surge un nuevo inconveniente, que, por otra parte, estaba previsto por Anderssen: la dama defiende a la torre, y si 2 .!l:xd8 + seguiría 2 . . . §'xd8 . Pero hay una forma para sacar la dama de ese sector, que es: 2 .§'fS+! §'xfS
Esta posición se produj o en una partida An derssen-H illel. La idea del mate es menos clara, pero no puede pasar inadvertida para un jugador de calidad. Puede que no encuentre el procedimiento y desista, pero la verdad es que tiene bases sobradas para buscar la victoria por esa vía, por dos causas fundamentales. La falta de desarrollo del caballo rey, que anula a la torre rey y deja la primera l ínea negra sólo apoyada por una torre que puede ser elimina da, y luego la situación de la dama negra, que permite ganar algún tiempo, pues el alfil pue de salir agrediéndola. Si a esto se une la ac ción posible de ambos alfiles, que pueden sostener la cas i l la de acceso de las torres en la octava, se tendrá una idea más clara de la serie de recursos que la posición brinda. Por lo pronto, de no estar la dama negra en la co lumna "e", ni el alfil blanco en "e3 " , habría tras !l:xd8 + mate con !l:e8 . Tácticamente e l anál isis se entorpece porque la dama negra ataca el alfil de "b5 " ; para re solver el problema, Anderssen apela a j ugadas de gran energía. Opta por amenazar otro mate típico mediante:
Y ahora, a costa de la dama blanca se ha lo grado que la dama negra dej e de apoyar a la torre de "d8" y el mate típico surge sin obstá culos. 3 .gxd8+ ©xd8 4.ges++
Y luego de la hojarasca táctica de la partida, que ha tenido un desenlace de gran interés, ésta ha quedado reducida a un simple mate típico de alfil y torre de la fam ilia de los ante riores y de los que seguiremos estudiando. La bonita combinación ha sido en real idad una simple cuestión táctica, ya que la idea del mate es vulgarísima. UN EJEMPLO SIM PLE La misma idea de mate debió guiar en este final que se produj o en una partida entre Grünfeld y el profesor Becker. Es así:
1 .�g S !
Amenaza !l:xe5 o !l:xd 8++. E l negro n o tiene nada mejor que capturar el alfil de "g5 ", per mitiendo al blanco conservar el de "b5 " , que es en real idad el eje de la combinación:
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ROBERTO G. GRAU
La posición no es fáci l a primera vista, pues si no se logra ganar rápidamente, las negras deben imponer el peón de ventaj a que tienen . No es bueno 1 . :B:b8+, por 1 . . . ©a7. Pero hay un detalle muy valioso para descubrir la ame naza inmediata de mate que surge de la acción del alfil de "g3 ", unida a la torre negra de "d7 " , que le quita al rey esa casilla típica de retirada. Y se ve que la victoria es fácil por esto, mediante :
posible de la torre en la columna "d" abierta, que podría conj ugar su acción con el alfil de "g5 " sobre el punto "d8", permite a Morphy hallar la combinación decisiva, que es así: 1 O.tlixb5 cxb5 1 1 .ixb5+ tli bd7 1 2 .0-0-0 gds
No 1 . . . ©xc8 , por 2 . :B:b8++.
Única ante la grave amenaza de ixd 7+. En este momento se produce el sacrificio típico de calidad en estas posic iones, en que una pieza está clavada por un alfil y atacada a la vez por una torre, y hay otra torre de reser va.
2 .ibB+ ©as 3 .ie5+ ©a7 4.ixd 4+
1 3 .gxd7 gxd7 1 4.gd 1 �e6
Ganando. La victoria se produce en este caso de otra manera; sin embargo, el ej e de la mis ma está constituido por la amenaza de :B:b8++ en la variante inicial.
Ú nica para dar elasticidad al caballo y antici parse a la amenaza de :B:xd ? . Pero a medida que estas j ugadas se suceden, el alfil de "g5 " v a cobrando mayor fuerza, pues se elim inan las piezas que impiden unir su acción con la torre en "d8 " . Y esto permite a Morphy rema tar la partida de impres ionante manera:
1 .�fü 1 + rlia7
LA IDEA TRABAJADA POR MORPHY Más oculta es la idea en la partida que todos conocen, pero que reproduciremos igualmente en su posición típica, y que jugó Pau l Morphy contra el duque de Brunswich y el conde Isouard en 1 85 8 en el Palacio de la Ó pera de Paris, durante un descanso de la representa ción de la obra "El Barbero de Sevi l la" .
1 5.ixd7+ tlixd7 1 6.�bB + ! !
Entrega la daffia para sacar el caballo de la columna abierta. 1 6 . . . tlixbB 1 7 .gds++
Como se observa en esta partida, ha habido que j ugar con maestría suma para atrapar · 1a idea del mate, que por cierto existe y no podía escapar a una vista tan afinada como la de Morphy. I I .- LOS PUNTOS DE COINCI DENCIA DE LAS PIEZAS AGRESORAS
En esta posición j uegan las blancas, que tie nen la partida ganada por la mala situación de la dama negra en "e7", que obstruye el alfil y entorpece el enroque. Esto, unido a la acción
Abundantes ej emplos típicos de mates con alfil y caballo en el medio j uego hemos visto. Sabemos que muchas de las partidas famosas han surgido porque el j ugador avezado capta la idea de la combinación por el conocimiento de estas sugestiones que estamos explicando y que forman gran parte del acervo aj edrecístico de cada uno.
TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA
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El hilo de la idea surge del hecho de que las dos piezas -torre y alfil- conj uguen su acción en la octava l ínea, en un punto vital de la situación del monarca enemigo. Una vez comprobado eso, hay que ver de qué medios es posible valerse para desaloj ar o distraer tácticamente a las p iezas adversarias de apoyo del sector amenazado. A veces ello no es factible, y el j ugador desecha la combi nación. En otros casos hay que maniobrar sutilmente, y en la capacidad de cada uno de el los se encuentra la solución del problema. Pero la idea fundamental debe tenerse antes, ya que sabiendo el itinerario del plan es más fácil captar las maniobras intermedias para concretarlo en una victoria.
coincidencia geométrico de la acción de am bas piezas. Se observa que gd8 sería mate si no existieran la dama, la torre y el caballo negros. Hay que elim inar, pues, a tres enemi gos para dar el mate, y por cierto Skalicka halla el procedim iento hábilmente :
UNA MANIOBRA BONITA
Seguido de !!d8 mate. Como se advierte, no ha sido tan dificil el camino del triunfo. Sólo era necesario tener presente la idea del mate para llevarla a cabo sin dificu ltad.
Esto se observa con mucha claridad en el desenlace de la partida que el Dr. Skalicka le ganó a Haida en un match entre Praga y Brno, disputado en 1 93 3 . La posición era la que sigue :
1 . . . Y;Yxb5 2.llic7+!
La dama se ha apartado de la diagonal y no fiscal iza más el punto "d8". Ahora se desaloj a rá a la torre y para rad iar el caballo hay un procedimiento atrevido, pero que todos serán capaces de captar luego de esta expl icación : 2 . . . gxc7 3 .Wxc6+ 1
UNA PARTIDA DE 1 894 Vamos a ver otra posición cuya idea es la misma que la anterior, y que ha dado lugar a victorias sonadas aun en partidas de grandes maestros. El ejemplo que mostramos es el de un en cuentro atribuido al príncipe Dadian de M in grel ien, y que se jugó en Odessa en el año 1 894.
En esta posición j uegan las negras. Las blan cas se han dej ado dar un j aque en "a5 ", que aparentemente pierde un alfil, con el solo objeto de separar la dama adversaria de la diagonal que ocupa actualmente. ¿Y por qué quieren alej ar a la dama de esa diagonal? Quien haya comprendido lo que dij imos al iniciar estas líneas lo entenderá enseguida: el tema de la partida está en la acción de la torre blanca de "d l ", que conj uga el movim iento con el alfil de "g5 " en la casilla "d8", punto de
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En esta posición la idea del mate es más oculta. Surge igualmente de la posibil idad de
ROBERTO G. GRAU
dar mate en "d8", por medio de la acción combinada de la torre y la dama en esa casil la. Pero las blancas observan que si sacan el alfil y el cabal lo para preparar la j ugada lentamen te, las negras dispondrán del tiempo necesario para que el punto "d8" esté debidamente apo yado. Hay que proceder, pues, con energía, y esto, unido al conocimiento del tipo de com binación característico en estos casos, les permite hal lar el camino del triunfo. Como para ganar especulan con una posición de jaque doble descubriendo el alfil de "d2", que será, en real idad, el que reemplazará a la dama en su tarea de colaborar con la torre, deben primero quitarle al rey la retirada de "c7 " , de la que dispondrá apenas se saque el caballo para dar el mate. El dilema, pues, se agrava. Para dar mate es necesario sacar el caballo, y si éste se va el rey podrá huir. En tonces surge la idea de la combinación basada en el sacrificio del cabal lo en ese punto vital, que a la vez permite ganar un tiempo, y es bien sabido que en las posiciones de ataque de este tipo vale mucho más el tiempo que el material. Por eso las blancas j uegan primero: 1 .lll c7+ lll xc7 2 .Wfd S+!
Un sacrificio de dama espectacular y bonito, pero que se ha repetido muchas veces en estas posiciones, cuando es posible sacar el alfi l con descubierto para crear automáticamente la acción focal de la torre y el alfil sobre "d8". 2 . . . ©xdS 3 .ig S+! ©es
Ahora se ve para qué era necesario evitar la retirada del rey a "c7". 4.l':ldS++
Con pocas variaciones se ha tratado la idea anterior. Como en la música, en ajedrez un mismo tema puede trabaj arse de distinta manera, lo que se observa en forma más acentuada en los finales compuestos que en los de partida, donde no dejan de menudear.
LA MISMA I DEA EXPLOTADA POR RETI La m isma idea de este mate se origina en la partida entre Reti y Tartakower, que term inó en sólo 1 1 j ugadas y fue así: Defensa Caro Kann (B 1 5) Viena, 1 9 1 0 Blancas: R. Reti Negras: X. Tartakower 1 .e4 c6 2.d4 dS 3 .lll c3 d xe4 4. lll xe4 lll f6 S .Wfd3 eS 6.dxeS WfaS+ 7.id2 WfxeS S.00-0
Con esta jugada las blancas entregan una pieza en la hipócrita apariencia de querer seguir, si 8 . . . lll xe4 , con 9 . � e 1 , recobrando la pieza, pero con la más artera de dar el mismo mate que vimos antes, embozado en la situa ción que ocupa el alfil de "d2 " . S . . . lll xe4 9.WfdS+! © x d S 1 0 .ig S+ ©es 1 1 .l':ldS++
Como se ve, el mismo mate anterior, que se produce con otro tipo de partida. Pero la idea es exactamente idéntica, pues en ambos casos se ha entregado la dama en "d8" para sacar el alfil y montar rápidamente la "máquina" que produce el mate. Esta partida tiene el agrega do interesante de que si 1 0 . . ©c?, también era mate con 1 1 .�d 8 . .
VARIACIONES SOBRE UN ANTIGUO TEMA De la misma fam ilia que éste es el mate que se produjo en la partida Distl-Rossipal, jugada en 1 900 en Praga. Se desarrolló así: Apertura Escocesa (C45) Praga, 1 900 B lancas: Distl Negras: Rossipal 1 .e4 es 2 .lll f3 lll c6 3.d4 exd4 4.lll xd4 lll xd4
TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA
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Mala j ugada, pues centraliza la dama blanca.
oculta una idea de mate muy parecida a las anteriores.
5.�xd4 .!Li e7 6 .ic4 c6 7 . .!Li c3 d6 8 .ig S �b6 9 .�xd 6 �xb2 1 0 J�d 1 !
Este movimiento revela que las blancas cono cen la idea del mate que estamos tratando, pues entregan el caballo con j aque para cons truir la "máqu ina" . 1 0 . . . �xc3+ 1 1 .id 2 ! !
El secreto de la combinación está en la retira da. Las blancas se han dado cuenta de que el alfil no puede dar mate desde "g5 " combinado con la torre en "d8", por la acción del caballo de "e7", y ahora intentarán darlo por otra ruta y precisamente sacando provecho de la situa ción del caballo, que le quita al rey esa vía de escape. 1 1 . . . �xc4
Las negras siguen engullendo piezas sin repa rar en la ind igestión . . . 1 2 .�dS+!
Otra vez el sacrificio de dama en la octava. 1 2 . . . ©xdS 1 3 .iaS+ ©es 1 4J�d8++
Como se observa, la combinación es idéntica en sus bases a las anteriores, y si hemos bus cado estas tres partidas disputadas en tan dis tintas épocas y por j ugadores de variada cali dad, ha sido para destacar cuál es el grado de importancia que adquiere en el j ugador aveza do el conocer las posiciones típicas de mate y la suces ión de maniobras que con esa base pueden proyectarse si se tiene construido el esquema del mismo.
La posición de mate en "d8" está construida. Pero hay muchos obstáculos en el cam ino. Hay que elim inar el peón de "d6", la torre de "a8" y la dama de "c7". No es fácil hacerlo, pero con el plan que hemos sin querer diseña do, un aficionado podría hal lar el camino del triunfo. Mackenzie lo hace con suma hab i l i dad. 1 .id S �'k8 2J�xe5+
Comienza el drama. Las blancas queman todos sus cartuchos para eliminar las barreras que se oponen a su triunfo. Conocía Macken zie perfectamente este tema de combinación, y sabiendo cuál es la meta, no es tan dificil hallar el itinerario. En cambio, los j ugadores bisoños y muchos que no lo son nunca tienen una meta y navegan a tientas, simplemente a la espera de que el rival incurra en un error grueso que desnivele la lucha. 2 . . . dxe5 3.�xe5+!
Ahora también se entrega la dama. 3 . . . �xe5 4.ic6+ gxc6 s.gds++
EL CAPITÁN MACKENZI E Finalmente veremos otra posición, en la que el capitán Mackenzie, notable ajedrecista britá nico del siglo XIX, venció en 1 89 l a un afi cionado londinense. En esta posición bulle
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Con una rápida sucesión de j ugadas enérgicas las blancas han eliminado todos los obstáculos que se oponían a su triunfo, para dar e l mismo mate simple y característico que hemos visto en un variado conj unto de paradigmas.
ROBERTO G. GRAU
Ha sido abundante la serie de ejemplos que hemos insertado para mostrar de qué manera se puede explotar la idea del mate en el medio juego mediante la acción combinada de la torre y el alfil, si las piezas coinciden en una casilla crítica y la posición tiene determ inadas características . Observamos que cuando el rey está en la banda del tablero las posibil idades se acentúan si un peón propio le quita una de las casillas diagonales de su huida y que mu chas de las combinaciones más famosas hal lan asidero prec isamente en el conocimiento de esta fam i l ia de mates. Los maestros inician siempre combinaciones con el conocimiento pleno de la meta buscada. Saben dónde van, y así sólo resta hal lar el itinerario más corto y seguro para sus planes. Esto es, en real idad, la táctica del ajedrez y la mayor o menor belleza de los ejemplos que hemos dado. Cuanto más oculta fue la maniobra tendente a desnudar la posición, despoj arla de la hojaras ca, mej or; pero en todos los casos la base de la victoria fue el mate simple y puro de torre y alfi l. Veamos dos nuevos ej emplos para terminar el tema.
samente porque la idea del mate comb inado de la torre y el alfil les era fam il iar. Jugaron: 25 . .ifS+ .i h 5 26.'i;Yx h S+ gxh5 27 J3h6++
Como se observa, el mate es elemental, pero sólo para quien esté fam iliarizado con la idea que estamos desarrol lando, y es inaccesible para los aj edrecistas bisoños que navegan a tientas en las dificultades tácticas del juego, por no haber ningún texto c laro que expl ique los problemas estratégicos que estamos consi derando. OTRO EJEMPLO SIMPLE En una partida entre Wiefgerber y Re llstab, disputada en el torneo de Pyrmont de 1 93 3 , se llegó a la siguiente posic ión :
UNA VICTORIA DEL Dr. DURAS En el torneo de Carlsbad de 1907 se disputó una partida entre Duras y Ol land que l legó a la siguiente posición: Las blancas disfrutan de mej or posición por la situación del monarca enem igo, pero nada autoriza a suponer que se debe ganar en pocas j ugadas. Sin embargo, la victoria existe, pues hay posi bilidades de l levar al rey negro a la casilla "h6" y dar un j aque con la dama blanca en el escaque "h8", lo que obligará a las negras a tapar con la torre y permite el mate caracterís tico. Ya sabemos la idea; ahora sólo resta darle forma, y ésta es así: En esta posición j ugaban las blancas y halla ron un mate inevitable en tres j ugadas, preci-
1 .Wd8+ ©g7 2.gxgS+ hxg5 3.h6+ �xh6 4.Wh8+ g h 7 5 .Wxh7++
TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA
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EL MATE T Í PICO EN UNA PARTIDA DE G RAN CATEGORÍA Y finalmente vemos bullir la m isma idea en la partida que Bogoljubow (con negras) le ganó a Sultan Kahn.
e n la octava, siempre que u n peón le quite la casilla que está delante de su rey, pues el caballo puede sacarle simultáneamente las dos laterales.
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1ª
•• �- � .t. � ;%í""�
g
Esta partida, que también parece larga, se definió rápidamente por medio de un mate típico amparado en la misma idea. Es evidente que el mate se produciría de poder dar j aques las negras con el alfil en "d7" para l levar al rey adversario a la banda y seguir con . . . Elh2. No es posible eso por el caballo, y entonces las negras sacrifican primero una torre para arribar a la meta. Veamos : 1 . . ge4+ 2 . lli xe4 .
Si 2. ©h3 seguiría 2 . . ..if1 + , y mate en cuatro. 2 . . . .id7+ 3 . © h 4 gh2+ 4.gh3 gxh3++
LOS MATES T Í PICOS DE TORRE Y CABALLO De todos los mates de cabal lo y torre, sin duda los dos más típicos son los que nacen de las siguientes posiciones : llif6-Elh7 contra @ h 8 . Este mate puede producirse e n cualquiera de los ángulos del tablero, y lo mismo se da con la torre en "h7" que en "g8 " . También es fre cuente el que nace de esta situación: llie7 y torre en la columna "h" contra ©h7 y 8g7 . Este mate se puede repetir en todas las casillas de las bandas del tablero en la primera línea o
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�
• ,
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•
•
A estas dos fami l ias y algunas ramificaciones de las m ismas pertenecen casi todos los mates de caballo y torre en el medio j uego, y en su conocimiento se fundan infinidad de victorias sonadas entre jugadores de cartel . A lgunos ej emplos aclararán más el concepto de estas posiciones típicas. Por lo pronto, podemos anticipar un detalle que quizá haya escapado a muchos : que torre y caballo pueden dar mate sin la colaboración de ninguna otra pieza propia o extraña, y que alfil y torre no. Para dar mate con alfil y torre, como hemos visto, es necesario que la casilla de escape del rey (la que está a salto de caballo del punto en que da mate la torre) esté ocupada por un peón adversario para quitarle la retirada al monarca agredido. En cambio, torre y caballo dan mate puro y económico en la segunda de las dos posicio nes que señalamos, pues el caballo de "f6" quita la casil la de retirada "g8" o "h2" al rey adversario, a la par que apoya a la torre, que da mate en "h7" o "g8 " . UN RECUERDO D E L TORNEO INCONCLUSO DE MANNHEIM Este mate de torre y caballo es bastante co mún, y si bien no siempre perm ite ganar la partida, el conocimiento del mismo suele ser muy eficaz, pues la amenaza de l levarlo a cabo puede ser un recurso táctico que compli que la tarea mental del adversario. Entre los muchos ej emplos simples que podrían mos trarse está el de una partida que el maestro alemán Pons ganó en el torneo de Mannheim
ROBERTO G, GRAU
del afio 1 9 1 4, inolvidable para los aj edrecis tas, ya que se interrumpió por causa de la gran guerra, que se declaró cuando faltaban tres o cuatro ruedas para la total definición del con curso. Marchaba primero en ese momento el Dr. A lekh ine, a quien se le adj udicó la victo ria, y, además, se le tomó prisionero, pues era en ese entonces oficial de la armada imperial rusa. La partida que nos ocupa l legó a la siguiente posición:
Obsérvese que la casilla " g 8 " está s i n sostén y que hay dos piezas blancas que indirectamente actúan sobre este punto del tablero. Sobra, pues, una, y esto, unido al conoc im iento de los mates conjugados de cabal lo y torre, sugieren al Dr. Treybal, que jugaba con las blancas, la simple combinación que nace de: 29.gxf6 1 Wf e2
Para que e l aficionado tenga clara idea del mate que estamos considerando, la solución del problema de las blancas en esta posición es muy c lara. El caballo está en la cas i l la típica y el mate que la mayoría intentaría dar en base a E:h3 falla por la répl ica ... Wfxh 3 amparada en que el peón de "g2 " no puede moverse por la ac ción de la torre de "g7 " . Pero a la vez el caballo d e "f6" ataca el punto "g8 " y esto sugiere a las blancas el simple, pero bonito mate, de : 1 .Wfxh7+ gxh7 2.gxg8++
No 29 . . . gxf6 , a causa de 30. lll xf6+ ©h8 3 1 .Wfg8++. 30.gxh6+! gxh6
Si 30 ... ©g 8 , seguiría entonces 3 1 . lll f6+ ©f7 32.Wfg6+ + , y si 30 . . . @xh 6 , simplemente 3 1 .Wfg6++. 3 1 . .!LifG+ @ h S 32.WfgS++
Se objetará que este mate es con la dama, pero también se reconocerá que lo mismo habría sucedido si la dama fuera una torre, pues en este caso obra como esa pieza, cuyos movi mientos posee.
DEL TORNEO DE LA HA Y A EN 1 928 TEMA PARA FINALES ART Í STICOS Entre el Dr. Trybal, de Checoslovaquia, y el suizo Henneberger se j ugó en el Torneo de las Naciones de La Haya, el afio 1 928, una parti da que l legó a la siguiente posición, que nos ofrece los elementos necesarios para iniciar una combinación con la base de un caballo en f6 "
".
El tema ha dado asimismo lugar a una serie de finales artísticos que no es del caso repetir, pero parar mostrar hasta qué punto puede prepararse desde lejos el mate sin más ele mentos que las dos piezas protagonistas de l a lucha, veremos una posición d e u n fi n a l d e
TRATADO GENERAL D E AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA
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Troitzky, que aconsejamos resolver antes de ver la solución para que e l lector practique y vea si con los datos suministrados puede ha l lar por sus propios medios el camino de la victoria.
Juegan las blancas y ganan, es el enunciado, y pronto se observa que el camino del triunfo no es claro. Pero la posición tiene ya una de las características para el mate, que es el rey ne gro emparedado en la columna torre y la posi bil idad de ir con el cabal lo en dos saltos a " f6 " . Pero se observa que si se juega ensegu i da 1 . lll g4 seguma 1 . . . �a2 + , y luego 2 . . . c;t>g?, zafándose con el rey de la precaria situación. Hay que buscar una man iobra in termedia y se hace ya más claro el cam ino del triunfo, que nace del avance del peón de "d6", que tendrá por obj eto simplemente alejar el caballo de "b4", para que la torre carezca del punto de apoyo para dar el jaque en "a2". La jugada es, pues : 1 .d7 c!Li c6
Y ahora hay que analizar nuevamente, pues si 2 . lll g4 seguiría 2 ... �d2 y no bastaría 3 . lll f6 , porque 3 . . . lll e7 defendería el mate de la torre en "g8 " . Por e llo, conviene quitarle al caballo negro esa posibilidad, y como el peón "d7" no hace falta para e l mate que se está proyectan do, es necesario hacer otra jugada intermedia antes de iniciar el p lan ganador. Y se juega: 2.d8'§'+ c!Lixd8 3 . c!Li g 4 gh7 4.c!Lif6 i;g7 s.i;h 1 + g h 7 6 .i;xh7++.
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Otra vez e l mate típico que n o s ocupa, que a tanta cantidad de planes ha dado lugar. La sucesión de combinaciones típicas que estamos comentando constituyen elementos valiosos para el aj edrecista. Le muestran cómo una serie de detalles coincidentes faci l itan la labor del jugador y cuáles son los orígenes de una serie de combinaciones singulares en aj edrez; pero la gran mayoría de las m ismas pertenece a famil ias perfectamente definidas y pondrían en graves riesgos a un jurado encar gado de entregar a plena conciencia un premio de brillantez. ¿Quién no recuerda la fam i l ia de combinaciones de la "Inmortal", aquella com binac ión famosa en base a la entrega de las dos torres en la octava o primera línea, que ya hemos comentado para final izar la primera parte de este tomo? Luego de aque lla partida se produj eron una sucesión de combinaciones basadas en la misma idea con mayores o me nores variantes. Pero quedó grabada en la mente del jugador la posibil idad de esa entre ga típica de piezas para distraer la dama rival y ganar tiempos en el ataque. Lo mismo pasa en casi todas estas combina ciones que estamos expl icando, de famil ias más o menos comunes, pero conocidas en su base por los aj edrecistas fuertes y, por lo tan to, menos val iosas técnicamente de lo que se supone. Lo dificil y meritorio no es, pues, en estos casos el mate en sí, sino la mayor o menor dificultad táctica que haya debido ven cerse para desenmascarar el mate, que casi siempre está oculto entre la maraña de com pl icaciones de una posición. UNA COMBINACI ÓN T Í PICA, PERO FALSA Proseguiremos ahora con los mates de torre y caballo que hemos visto, pero correspondien tes a otra fami l ia que la que hasta ahora nos ha ocupado. Veremos en el diagrama que insertamos en la página siguiente una posición de mate que motivó una combinación de Chigorin, tan falsa como instructiva. Se produj o en el torneo de Moscú de 1 900.
ROBERTO G. GRAU
simple maniobra táctica, errónea, pero que ha prosperado en mérito al desconocimiento que de la misma tenía el jugador que conducía las negras. EL M I SMO MATE EN LA ESPAÑOLA Más típicamente se observa este mate en la siguiente partida del Dr. Emanuel Lasker, que es en realidad una maniobra conocida de la Española.
Las blancas tienen el esqueleto de una posi ción de mate que detallamos anteriormente, basándose en la siguiente situación : 4Je7g h 1 contra ©h7-g7 de las negras. Para lo grarla, haría falta poder dar jaque en "e7" con el caballo, y tras . . . © h 8 , seguir con W/xh 7+, y luego gh 1 . Pero hay dos obstáculos serios. Primero, la dama negra que evita el jaque del caballo, y luego, el rey blanco, que obstruye la acción de la torre. Chigorin sabe esto y obser va que si 1 .gxa7 perderá la torre después de 1 . . .W/b6+, pero vincula ambas ideas y logra ganar la partida en notable forma, especulando con la ingenuidad de su rival. S imula incurrir e n un error y tiende una celada en base a la idea que estamos expl icando. Veamos: 1 .l'!xa7 ! ? Wfb6+?
Esta es la j ugada que las blancas esperaban y que de un golpe resuelve los dos obstáculos que se oponían al mate, pues al dar el jaque la dama dej a de fiscal izar la casilla "e7" y las blancas sacarán su rey de la primera línea. En cambio, las negras ganaban fáci lmente por medio de 1 . . ixf5 primero. .
2.©g2 W/xa7
Aún la j ugada j usta era 2 . ixf5 . . .
3.llie7+ c.!? h S 4.Wxh7+ c.!? xh7 5 J'� h 1 ++
Como se observa, se ha l legado al mate típico que estamos considerando por medio de una
Apertura Española (C67) B lancas: E. Lasker Negras: N. N . 1 .e4 e5 2.llif3 llic6 3 .�b5 llif6 4.0-0 lli xe4 5.l'!e1 llid6 6 . lli c 3 ll:\xb5 7 .llixe5 llixe5 8 .l'!xe5+ J.e7 9 . ll:\ d 5 0-0 1 0 . llixe7+ c.!? h S 1 1 .Wh5 d 6 1 2 .W/xh7+ ©xh7 1 3 .l'! h 5++
Se observa en esta partida exactamente la m isma idea. Las negras poco han hecho por evitarlo, ya que la j ugada 1 1 . . . d6 sólo ha servido para facil itar la tarea al blanco; pero lo que a nosotros nos interesa es mostrar cómo el conocimiento de estas posiciones típicas de combinación orienta las maniobras de muchos jugadores, aun cuando se l lamen Lasker, y que gran parte de las combinaciones extraordina rias que se registran en la historia del aj edrez son en realidad ideas simples y añej as, más o menos confusas en su realización táctica. LA V I CTORIA DE POLLOCK EN 1 893 Otro tipo común de mate de torre y caballo es el que se produj o en una conocida partida disputada por Pol lock contra Al lies en el tor neo de Buffalo, de 1 893 . En la posición de la página siguiente el es queleto del mate de caballo y torre es el que sigue: 4J f7-i!d8 contra �c8-L'l,b7-Lk7. No es fácil aparentemente l legar a esa posi ción, pero la mala situación del rey negro, propenso a una serie de descubiertos, faci lita la maniobra, en apariencia muy compleja.
TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA
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La forma de llegar a esa posición -que invita mos a los lectores a que traten de hal lar antes de segu ir adelante, para fami l iarizarse con este tipo de anál isis- es como sigue: 1 5 .V;Yd7+ ixd7 1 6 . c!Ll d 6 +
Como se observa, el primer obstáculo se salva fácilmente. Ahora el rey debe irse a "d8", y se puede optar entre recobrar la dama o seguir investigando para ver si es posible cosechar un fruto más importante. Y esto se logra si se tienen presentes las posibilidades de mate a que da lugar una primera -octava- línea que carezca de la protección de las torres . En este caso la torre rey está obstruida por el alfil rey, y esto faci l ita la tarea de quien desea explotar esta deficiencia de la primera l ínea. Sigue, pues, con :
Que hay identidad de posiciones y de ideas en ajedrez nos lo muestra la posición que se produjo en una partida entre el alemán Pons y un aficionado en el torneo de Berlín de 1 923 . Fue exactamente la m isma situación anterior, con las únicas diferencias de que las negras tenían el peón en "a7" y no en "a5 " , y que las blancas no tenían un alfil en "h4" y el peón en "c3 " y no en "c2 " . Lo demás era exactamente igual, así como el mate que se produjo. Y lo más probable es que Pons no recordara esta partida, sino que encontró el mismo camino de la victoria por su conocimiento de este tipo de posiciones. UNA OBRA MAESTRA BRA S I LEÑA Parecida combinación se produj o en el final de la famosa partida entre el maestro brasi leño Caldas Vianna, una de las legítimas glorias del ajedrez sudamericano, y Si lvestre.
1 6 . . . ©ds 1 7 .lll f 7+ ©es
Y se ha l legado a colocar al rey en la posición deseada y el cabal lo agresor también. Sólo resta eliminar el alfil de "d7", que impide el mate de l%d8, y esto ya es más fáci l . Para algo existe el recurso táctico del sacrificio. 1 8 .:!'!eS+ ! ixe8 1 9 .:!'!dS++
Combinación notable, difíci l de hal lar, pero facilitada para quien tenga siempre presentes estas posiciones características de mate, que son las que han iluminado la senda de muchos aj edrecistas.
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En este momento las blancas hallaron una jugada notable, de problema, que crea innu merables dificultades a las negras. Invitamos al lector a estudiar la posición antes de seguir adelante y ver si capta la idea del maestro. Las blancas deben sacar provecho de la posi ción defectuosa del monarca negro que está, en realidad, "a tiro de mate" . Es decir, que el primer jaque podría ser fatal para las negras, y esto permite a Caldas Vianna hallar la si guiente bonita jugada: 1 .lll d 6 ! !
ROBERTO G. GRAU
Se apoya la dama, que no puede ser capturada, pues luego de 1 . . . Wxb? 2 . tt'lxb? las blancas ganan una pieza. No puede ser eliminado el caballo con la torre por 2 . E:e8++. Tampoco con el peón por 2 .Wd5 o 2 .Wf? mate. Asi mismo, la dama no puede capturarlo por 2 .Wb3+, seguido si 2 . . . Wd5 de 3.Wxd 5+ y luego E:e8 + + . Hay, pues, un perfecto engra naj e de mates que nacen de la nada envidiable situación del monarca negro; pero, en reali dad, todo esto no se j ustificaría si el blanco no tuviera algo más que la subalterna idea de explotar el error de cálculo del rival. Lo que desea el blanco es poder dar un jaque en "d5 " con la dama, y para eso ha puesto la barrera del caballo. 1 . . . dxc3+ 2 . © h 1 h6 3 .WdS+ ©h7 4.We4
Amenaza un descubierto ganador. 4 . . . © g 8 5.We6+ © h 7 6.fü6
ocupada por un peón propio, para que le reste una de las vías de escape. Es decir, que, como en el caso del mate típico de alfil y torre, no se puede dar con el exclusivo concurso de esas solas piezas. A lgunos peones rivales deben entorpecer la huida del monarca. No sucede lo mismo con el caballo y la torre, que pueden dar mate por sus propios medios sin ningún otro elemento. POS ICIONES T Í PICAS DE ESTE MATE Las posiciones de mate por medio de alfil y caballo se producen, como las otras que he mos visto, con el rey en la banda, es decir, en la primera línea o en la octava, en la columna "a" o en la " h " . En su mayoría estas posiciones pueden plantearse en otras casil las de la pri mera (octava) línea. Por ej emplo: %.
•
lª
Esta j ugada amenaza E:xh6+ y luego Wf? + + .
• :%:,,,,!& D ii. .tb . m ���
6 . . . ghf8 7.WfS+ © g 8 s .gxf8+ 9 .Wxf8+! ©xf8 1 0 .ges++
•
gxf8
una vez más todas las amenazas de mate anteriores han sido para finalizar la lucha con este mate típico de cabal lo y torre, muy simi lar en su idea a los antes estudiados.
No son, por cierto, tan frecuentes las posicio nes de mate típicas en las que por únicos ele mentos para consumar la victoria el vencedor dispone de alfil y caballo, luego de una serie de maniobras intermedias para alcanzarla. No nos referimos al final de alfil y caballo contra rey, final teórico que en cualquier texto está más o menos bien tratado, sino a las combina ciones de mate que tienen por tema central la acción conjugada de estas dos piezas. Para que el mate de alfil y caballo contra rey se produzca es necesario, por lo menos, que una de las cas i llas del bando del rey agredido esté
3ª
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III.- MATES DONDE GRAVITAN ALFI LES Y CABALLOS
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Estas son las cuatro posiciones más usuales en este tipo de mates y las que han dado lugar a una mayor serie de desenlaces y combinacio nes lucidas. Debe tenerse en cuenta que el mate no se produce exclus ivamente por la acción del alfil en las posiciones del diagrama precedente. Lo mismo sucede con el alfil en cualquier otra casilla de la gran diagonal, ya que ej erce idéntica función fiscal izadora. En realidad, se trata de aquel las posic iones en que el alfil le quita al monarca dos de sus casil las de escape. Y si lo hemos puesto (por ej emplo en la 3ª) en "f6", como podría haber estado en "e6" o "d6 " , es porque era necesario fij arle una casi lla dentro de las diagonales típicas que se combinan con la posición del cabal lo.
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SACRIFICIOS FÁC I LES DE HALLAR
SACRIFICIO DE DESV IACIÓN
Iniciamos unos ej emplos que permiten ver surgir la idea del mate con el conocimiento de estas posiciones características y cómo se hace más fáci l combinar en esos casos.
En una partida disputada en el torneo de París durante el año 1 928 entre los maestros Gudin y Bogdanovsky, se l legó a la siguiente posi ción:
En esta posición jugaban las blancas, que tenían una torre y un peón de menos. La posi ción no es muy halagüeña, pero la acción dominante del alfil en la gran diagonal y el conocimiento de los recursos que brotan de esa acción conjugada con la de otras piezas permiten a las blancas idear una maniobra que es en realidad una celada. Veamos:
La posición es crítica. Las negras amenazan la torre de "e2", el caballo de "h5" y el alfil de "h6 " . Se debe analizar cuidadosamente, pues existen detalles característicos de una posición de jaque mate con caballo y alfil. Si la dama negra no estuviera en la casilla " f5 " , se podría seguir con .!Lif6++. ¿No habrá alguna manera de alejar la dama de ese sector, puesto que para dar ese mate sólo son necesarios el alfil y el caballo? Esta última parte de la reflexión perm ite encontrar la combinación vencedora en base a un doble sacrificio de piezas valio sas. I nvitamos a que el lector trate de descubrirla por sus propios medios luego de la expl ica ción que acabamos de dar, ya que en e l la está el hilo del problema.
1 . c!LifS !
Con esta jugada se entrega la torre, aparente mente sin compensación. 1 ... ixe 1 ? 2 . c!Li h6+ 'iti h 8
No sería bueno 2 . . . g x h 6 a causa d e 3.\Wf6 , con mate inevitable. 3.Wff6 !
Esta bonita j ugada de sacrificio es el secreto de la celada y funda su fuerza en la posición típica de mate, que se produciría luego de: 3 . . . gxf6 4 .�xf6 + + . Como es natural, l a s negras abandonaron, pues si 3 . !!g8 seguiría 4 . c!Li xf7++. . .
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1 8 .ges+ gxe8 1 9 .Wfg4+ Wfxg4 20. c!Lif6++
Como se puede observar, la man iobra ganado ra no ha resultado dificil , porque las blancas conocían claramente la meta a que deseaban llegar. La tarea se vio faci l itada, no obstante, por el hecho de que la dama negra estaba sin apoyo, y, en realidad, la j ugada \Wg4 era un jaque doble al rey y a la dama que forzaba la captura.
ROBERTO G. GRAU
LA VENTAJA EN DESARROLLO Muy ingeniosa es la maniobra que se produj o e n la partida Wishniakov-Owen en N ijni Novgorod de 1 904 :
pero tiene relativo mérito por lo vulgar de la idea de mate. Vulgar, se sobreentiende, para los jugadores experimentados . Simi lar idea, pero magistralmente explotada, la hemos visto en la partida de Mieses del subcapítu lo " Los Ataques al Enroque" , y en el final Fox-Bauer del subcapítulo "Tiempo contra Material " . I V . - COMBINACIONES BASADAS EN DOS CABALLOS Y MATES CON DOS ALFI LES
En esta posición jugaban las blancas, que tienen superioridad de material ofensivo, ya que las fuerzas negras están sin juego, mien tras que su adversario dispone de cuatro pie zas sobre el monarca negro. Esto, unido a la idea de mate conocida, sugie re a las blancas la siguiente combinación ga nadora: 1 .�g8 + 1 ©xg8
No servía 1 . . !!xg8 por 2 . ll:\f7++, dando el conocido mate Greco-Ph il idor. .
De la fam ilia de mates real izados con la base exclusiva de piezas menores no cabe duda que son los dos cabal los las piezas menos eficaces para l legar a ese fin. Pocas son, en realidad, las posiciones típicas de mate realizadas por medio de esas piezas; pareciera que la caracte rística natural de las mismas, que les impide l legar al mate en los finales del rey y dos caballos contra rey, subs istiese en gran parte de las posiciones. A pesar de esto, es posible señalar algunas pos iciones típicas ; pero antes es prudente que establezcamos algunas carac terísticas de las mismas. Para dar mate con dos caballos es necesaria la cooperación de tres o cuatro piezas adversa rias, y, precisamente, las maniobras interme dias para obligar a que el rival ocupe con fuerzas propias los cuadros de escape son la parte valiosa de algunas combinaciones que mostraremos.
2.ll:\e7+
UN EJEMPLO DEL P RÍ NCIPE DADIAN La fuerza de este jaque doble descubierto es muy grande. Obliga a mover el rey, que no puede regresar a "h8" por 3 . ll:\f7++, y en con secuencia lo fuerza a colocarse en "f8", donde se l lega a una de las posiciones típicas que señalamos al iniciar este capitulo. 2 ... �f8 3 . ll:\ 5g6+ hxg6 4.ll:\xg6++
El mate se ha producido con el caballo en "g6" y el alfil en la diagonal a2-g8, pero es exactamente el mismo que esbozamos con el caballo en "h6", el alfil en la gran diagonal y el rey en "g8 " . La combinación final es bonita,
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El prmc1pe Dadian de Mingrelien, que se caracterizó por su estilo agresivo y que ha legado a la bibliografía aj edrecística una serie de partidas bonitas, aunque técnicamente defectuosas, disputó en 1 892 una partida que llegó a la s ituación reproducida en el diagrama de la página anterior. Jugaban las blancas, que conducía el príncipe Dadian, quien halló una bonita posición de mate, que invitamos a los lectores a que bus quen para aguzar de esta suerte las ideas típi cas de combinación que estamos considerando a través de nuestros últimos capítulos El mate se produce de la siguiente manera:
d í a j ugar e n este momento, y halló una ma niobra que le permitió dar mate en dos j uga das basado en la acción de ambos caballos. Se observará que el rey negro tiene cuatro cas i llas de escape tomadas por sus propias piezas, y que otras dos están fiscalizadas por el caballo blanco en "d6 " ; bastaría, pues, qui tarle con el otro caballo la casilla "f8" y a la vez darle jaque en "e7", lo que se logra fácil mente desde "g6". Pero surge un obstáculo, que es el peón "h7" de las negras. Dicho todo esto, poco ha de costar a la mayo ría de los aficionados estudiosos encontrar la ruta de la victoria, que es la simple j ugada de sacrificio:
1 .lll g6+ c.ftg8 2 .Wfg7+ gxg7 3 .lll h6++ 1 .Wfxh7+
Hemos visto con qué hab i lidad las blancas, mediante el sacrificio de la dama, han obliga do a la torre negra a colocarse en "g7", restán dole de esta suerte el cuadro de escape al rey. EL SACRIFICIO COMO MANIOBRA INTERMEDIA Veremos ahora otra posición típica de mate con dos caballos, y no por cierto difícil de producirse, ya que se trata de una situación a la que es fáci l arribar en ciertas variantes de la Defensa Francesa en cuanto las negras no jueguen con exactitud:
A esta posición se l legó en una partida que se disputó en un torneo holandés, realizado en Amsterdam en el año 1 902. Conducía las blancas el maestro Speyer, a quien correspon-
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Seguido de lll g6++. Para completar esta breve reseña de mates en base a la acción de los dos caballos veremos este final de la partida que se produj o en una sesión de simultáneas realizada en nuestro país en 1 93 5 . UN EJEMPLO NUESTRO
En esta posición jugaban las blancas, condu cidas por el autor, quien en base al conoci miento de estas posiciones típicas de mate, halló una combinación decisiva, mediante la siguiente maniobra: 1 .lll dxe7+ ©f8 2 .lll xg6+ gxf8 4.lll g e7++
©g8
3.Wff8+
ROBERTO G. GRAU
Hemos visto una combinación bonita, cuyo principal secreto ha residido en la maniobra de sacrificio Wff8+ , que tenía por idea central la de quitarle al rey negro la casilla de escape "f8". Se trata de uno de los mates típicos de dos caballos, más apl icables en determinado tipo de posiciones: cuando el rey adversario ve entorpecida su movil idad por la congestión de las propias fuerzas en derredor de él.
zas cuando están solas en e l tablero en su acción contra el monarca adversario, estriba en que deben ahogar al rey antes de darle mate. En este caso, de Musset aprovecha una idea tendente a obligar a que el caballo adversario quite una casilla vital al rey y tenga la desa gradable obligación de jugar, para permitir un mate típico de dos cabal los, que se produce con :
EL PROBLEMA DE MUSSET 1 .gd7 c!lixd7 2 . c!li c6 ! c!li
Hemos observado cómo infinidad de combi naciones se producen porque determinados defectos de desarrollo las faci l itan. Sabemos que la no fiscalización amplia de la primera línea es muy grave; que un enroque sin un cabal lo en "f6" (o " t3 " ) es fáci lmente atacable; que las propias piezas, entorpeciendo la huida del rey, acaban de faci l itar las combinaciones y que aun dos cabal los, los vilipendiados dos caballos, suelen dar mate por sus propios medios si la posición del rival ofrece algunos defectos serios. Y precisamente hablando de mate de dos cabal los no resistimos a la tenta ción de reproducir el famoso e instructivo problema atribuido al poeta francés Alfredo de Musset, que fue un entusiasta y cal ificado aj edrecista.
.
···�·
m u eve
3 .c!lif6++
Pero más usuales que los mates de dos caba l los que hemos visto y que no tienen muchos antecedentes en la bibliografía aj edrecística, son los de dos alfiles. La característica de estas piezas, que pueden agredir desde lejos al rey adversario y quitarle varias de las casil las de huida, ha dado lugar a una serie considera ble de mates, aunque todos de muy parecida factura. EL MATE DE DOS ALFI LES En lugar de dar la posición típica de los mis mos, mostraremos una posición que se pro duj o en una exhibición de simultáneas reali zada por el maestro Canal en Budapest en 1 934. Y damos esta posición porque se trata del esqueleto de una serie de temas de combi nación más complejos que desarrollaremos progresivamente .
• •ttJ• • •
•
Juegan blancas y dan mate en tres j ugadas. Interesante resultará que el aficionado trate de resolverlo antes de seguir adelante, para captar la idea de que es en real idad un ingenioso mate de dos caballos. Como se sabe, la difi cultad única para dar mate con estas dos pie-
En real idad lo que a nosotros nos interesa de esta posición es la situac ión de cinco piezas en
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el tablero, a saber: el rey negro, cuya posible huida está anu lada por el alfil blanco de "f4 " ; el a l fi l d e "e2", que daría mate en "a6" d e no existir el peón "b7" negro; la torre y el caballo negros de "d8" y "d7" respectivamente, que hacen las veces de una pared que impide al rey negro alejarse del lugar donde está situa do, y, finalmente, la dama blanca, que amena za el peón de "c6", que en real idad no está defendido, ya que el peón de "b7" es impres cindible para evitar .ia6++. Dicho lo cual, simple ha de resu ltar encontrar la maniobra típica ganadora, que se produce mediante la senc i l la jugada:
EL PORQUÉ DE UNA COMB INACIÓN
1 3 .Wxc6+
Hemos visto, en real idad, más que una posi ción ganadora, el esqueleto de las posiciones típicas ganadoras basadas en la acción combi nada de dos alfiles. Varios son los ej emplos que mostraremos, coinc identes con el tema, pues abundan las partidas bonitas en las que gravitó de poderosa manera el plan que nos ocupa. UNA PARTI DA T Í PICA Inic iaremos los ej emplos de partidas con una que se real izó el 1 0 de septiembre de 1 9 1 7, en un torneo interno del Círculo de Aj edrez. La partida, a pesar de algunos defectos técn icos de apertura, tiene especial valor por la forma en que las blancas crearon una posición de mate de la fami l ia que nos ocupa. Apertura Vienesa (C25) B uenos Aires, 1 9 1 7 B l ancas: R. G . Grau Negras: L. Palau 1 .e4 es 2 . lü c 3 icS 3 .lDf3 d6 4.d4 exd4 5.lDxd4 .ixd4 6 .Wxd4 Wf6 7 .We3 lDe7 8 ..id 3 lD g 6 9 . lD d S Wd 8 1 0 .h4 c6 1 1 .lDf4 lDeS 1 2 . lD h S g 6 1 3 .lDg3 .ie6 1 4 . .id2 lDbd7 1 5 . h S . Wf6 1 6 . .ic3 �98 1 7 . hxg6 hxg6 1 8 .f3 We7 1 9 .0-0-0 lDcS 20 . .ie2 b6 21 .f4 lDg4 22.Wf3 .id7 23.�he1 lD h2
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24.We3 0-0-0
No hemos hecho ningún comentario a todas las j ugadas anteriores de la partida, porque en real idad lo que a nosotros nos interesa ahora, de acuerdo con el tema que estamos conside rando, es el momento de ella en que se inicia la combinación que tenga por base el mate típico de los dos alfiles. Y el momento es precisamente éste. Las blancas observan los sigu ientes detal les fundamentales que les perm iten realizar la combinación, aparentemente atrevida. Los enumeramos a continuación: 1 º El rey negro no puede huir hac ia el flanco rey, porque la barrera característica de las propias piezas se lo impide. 2º El alfil blanco de "e2 " puede dar jaque en "a6" en el momento oportuno, ya que el único obstáculo que se opone, el cabal lo de "c6", puede ser elim inado mediante el sacrifi cio de la dama. 3° El dominio de la diagonal e5-b8 puede ser logrado mediante el sacrificio de la torre de "d i " . Queda ahora, que tenemos las ideas dispersas y poseemos los distintos eslabones del plan ganador, la tarea más sim ple, que es la de hal lar el proced im iento tácti co para ordenar las jugadas a real izarse. La partida se gana as í : 25.�xd6 Wxd 6 26 ..i e S We6
Es evidente que la torre blanca debió ser cap turada para no perder un peón el negro sin ninguna compensación, y que ahora 26 . . We? .
ROBERTO G. GRAU
habría sido un grave error, pues luego de 27.Wxc5 las blancas amenazarían mate y atacarían la dama. 27.§'xcS §'xa2
En real idad, la partida se desvía ahora por otro curso. Las negras evitan el mate por medio de una maniobra que sólo sirve para dilatar la derrota. Pero aun cuando el mate de los dos alfiles no se haya producido, es a todas luces claro que él ha sido el tema estratégico de la victoria blanca. 28.Wíd 6 Wía 1 + 29.©d2 §'as+ 3 0 . b4 ie6
Ú nica para evitar el mate.
las novelas de otrora. En aj edrez tampoco hay estocadas secretas. Lo que hay es un mayor o menor conocimiento de detalles para captar posiciones típicamente ganadoras y realizar, en mérito a estos detal les, el p lan ganador. MATES CON LA DAMA Estudiaremos ahora el anunciado mate típico por medio de la dama en la columna "h" cuando el rey adversario está en "g8 " (o " g l ") y fiscaliza la cas i l la "h7" ("h2"). Por ej emplo: �96 contra @g8-�g7-fü8 . Se observa en este caso que un j aque con la dama en "h7" sería mate, y la idea simple que hemos señala do ha originado algunas combinaciones luci das. Por ejemplo, la del final que insertamos:
31 .bxaS gxd6+ 32.ixd6 gda 33.eS b S 34.©c3 lüg4 35.if3 @ b 7 36.©b4 lü h 6 37 .©cs g e s 3 8 .g h 1 lüfS 39.lüxfS ixfS 40 .gh7 ie6 4 1 .g4 Y
las negras abandonaron.
V.- EL DOMINIO DE LA COLUMNA "h" SOBRE EL EN ROQUE No insistiremos en el mate combinado de los dos alfiles, si bien podrían citarse infinidad de partidas donde la idea del mismo fue la ani madora de combinaciones famosas, ya que, de hacerlo, deberíamos extender demasiado este curso sobre los temas de combinación que nos ocuparon. Ahora mostraremos primero, es cuetamente, algún mate típico, especulando en el dominio de la columna torre sobre el enro que, para considerar enseguida la generosa familia de los llamados "mate Phi lidor" , que han dado origen a infinidad de victorias es pectaculares, pero fáciles para quien tenga grabada la posición típica de estos mates. En esta serie de capítulos estamos expl icando cuáles son las armas de que hacen uso los jugadores fuertes para triunfar. A menudo se encuentra algún ajedrecista novato que cree en la existencia de j ugadas raras que no se expli can y atribuyen a el las la victoria. Son éstas lo mismo que las famosas estocadas secretas de
En esta posición, vulgar por cierto, las blancas tienen tres piezas menos, pero una acción de ataque recta sobre el monarca enem igo. Si la dama estuviera en "h l ", el mate sería en una j ugada, pero desgraciadamente está la torre en ese lugar y las negras amenazan . . . fxg6, ha ciendo desaparecer el peón de "g6", ej e de toda pos ible combinación. La única posibil idad de ganar radica en j ugar con la máxima energía para anticiparse a ese cambio de peones y no es difícil hal lar la man iobra ganadora, especialmente si recor damos las palabras antedichas para esta posi ción: Si la dama estuviera en "h l " habría mate en una jugada. Pues ¿quién nos impide colo carla, ya que disponemos del milagroso expe diente del sacrificio, que suele facil itar tantas man iobras a primera vista impos ibles?
TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA
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La forma de ganar es, pues: U '!h8+ @xh8 2 J � h 1 + @gs 3J�h8+ @xh8 4.Wh 1 + @gs 5.Wh7++
Visto el mate, parece muy simple, como en realidad lo es. Lo único que hace falta para aplicarlo en todos los casos similares es com prender que en estas posiciones de mates típicos las únicas p iezas fundamentales son las dos que deben dar el mate (en el presente ej emplo !':, y 'IW) y que el sacrificio de las de más debe ser considerado siempre en aquel los casos en que sólo así sea posible evitar la jugada niveladora del rival. El sacrificio es, en este final, un simple plan táctico para ganar tiempos, pues, como en el caso precedente, sirve para limitar al extremo las répl icas del adversario. EL MAL LLAMADO MATE PHILIDOR UNA INJUSTICIA H ISTÓRICA
Veremos ahora el antiguo mate mal llamado Ph i l idor, ya que en realidad su origen es muy anterior. En los tiempos de Greco ya se conocía, como lo demuestra la siguiente partida que en 1 6 1 9 jugó e l j ugador italiano entonces campeón del mundo : Apertura Italiana (50) 1619 Blancas: N . N. Negras: Greco 1 .e4 es 2.llJf3 llJ c6 3 .ic4 J.cs 4.0-0 llJf6 5J�e1 0-0 6.c3 \We7 7.d4 exd4 8.es llJg4 9.cxd4 llJ xd4 1 O . llJ xd 4 Wh4 1 1 .llJf3 Wxf2+ 1 2 . W h 1 Wg 1 + 1 3 .gxg 1
esta idea de encerrar al rey adversario, para rematarlo con un j aque de cabal lo. Sabemos que la posición desnuda de nuestro mate es la siguiente: B lancas: We6 (o cual quier casilla de la diagonal desde "a2"), y un caballo en "g5" (o "e5" o "d6 " , o cualquiera otra desde la que pueda ir a "t7"). Negras : W h 8 , fü8 , t:,g7, t:, h 7 . EL MATE GRECO
Es decir, que este mate exige que el rey no pueda moverse ni a "h7" ni a "g7 " , y que el caballo que da jaque en " t7 " no pueda ser capturado, por la posibil idad de que la dama dé mate en la octava línea, o que al menos se gane calidad. Conocemos la posición base que permite dar el conocido mate que nos ocupa, en este caso un poco más trabajado que en la posición anterior, por med io de . . . 1 .llJf7+ @gs 2 . llJ h6+ W h 8 3 .Wg 8+ gxg8 4.llJf7++
Este es, en realidad, el mate característico, que tiene la particularidad de la maniobra del jaque descubierto con el caballo, para llevarlo a "h6", desde donde domina la cas i l la "g8 " y obl iga así que al jaque de Wg8 sea la torre la que se vea en la triste necesidad de ahogar a su propio rey, y favorecer el mate ahogado, que es base de nuestro tema.
O 1 3 . tiJ xg 1 .
UN EJEMPLO DE ALEKHINE
1 3 . . . llJf2++
En la posic ión que insertamos en la siguiente página las blancas, conducidas por el Dr. Alekhine (contra Lista, en el torneo de Bra tislava de 1 93 3), planearon el mismo mate que hemos visto antes.
Esta partida, que se encuentra insertada en el libro del propio Greco, muestra cómo ha sido de injusta la designación de mate Phil idor a
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ROBERTO G. GRAU
La dificultad de que el peón negro esté en la casilla "h6" en lugar de en "h7" se halla sub sanada por el hecho de que el alfil blanco, situado en "d3 " , quita la casilla "h7" al mo narca rival. Las negras atacan la dama y, por lo tanto, el blanco debe dar mate por medio de una larga maniobra de caballo, que le permita capturar, con jaque, el peón "h6 " . ¿Cómo hacerlo? Pues muy fác ilmente, así: 2 1 . .!!J g6+ @ h 7 22 . .!!J eS+ @h8 23 . .!!J f 7+ @ga 24 . .!!J xh6+ © h a 25.Wg S+ .!!J x g8 26 . .!!J f7++
La posición es típica. El caballo blanco está en "e5 " , el rey negro se encuentra limitado por los peones de "g7" y "h7" y sólo sería necesa rio poder j ugar Wxe6+ para que el mate pu diera producirse. Hay, pues, que tratar de hallar una maniobra que obligue a retirar la torre negra de "e8", y surge con meridiana claridad la j ugada típica !!c8 , que ataca la torre de "e8" con un aparente sacrificio de torre, pues, en cambio, obl iga a colocar la torre negra en "c8" y faci l ita la combinación de mate, ya que la dama desde "e6" también ej erce acción sobre ese cuadro, como se pro duciría después de 1 . . . !!xc8 2 .Wxe6+ @h8 3 .!!J f7 + !!xf7 4 .�xc8 + , y mate a la siguiente. Si en vez de 3 . . . !!xf7 siguiera 3 . . 'iti g 8 , llega ríamos al mate que nos ocupa con 4 . lll h6+ ©h8 5 .Wg8+ !!xg8 6 . .!!J f7 + + . Las negras jugaron para evitar e s o así: .
Acabamos de observar, pues, el mismo j aque mate con algunas variantes accesorias, pero en realidad típicamente el mate de un caballo después de la entrega de la dama apoyada por el propio caballo, para obligar de ese modo a que una pieza rival le qu ite la casilla de escape al rey. En este caso, como en todos los del mal l la mado mate de Philidor, la casilla de escape única del monarca y que se le quita, es la de "g8". VARIACIONES SOBRE EL TEMA DE G RECO Ya más complicada es la idea en la posición que ahora insertaremos. En ella se produce otro mate, pero la idea central de toda la maniobra es la del mate típico que nos ocupa:
.
1 .�c8 �e7 2 .Wd 8 ! �ef7 3 . .!!J d 7
Forzando a las negras a decidirse y ganando fác ilmente. La maniobra final no pertenece a la fam ilia que nos ocupa, pero ha sido posible merced, precisamente, al conoc imiento de aquél la, que fue el primer eslabón de la victo ria. DI STINTA POSICI ÓN, PERO LA MI SMA IDEA Finalmente exam inaremos (véase el diagrama de la página sigu iente) otro mate de parecida factura, pero en otro ala del tablero. Veamos:
TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA
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VI.- LOS MATES EN LA OCTAVA L Í NEA
En esta posición j uegan las negras y ganan, por la misma maniobra que hemos visto a,nte riormente. Se objetará que ahora el rey de las blancas no está situado en la primera línea, pero se podrá ver que, si en real idad se hal la en la tercera, no puede retroceder a la segunda por la acción de la torre negra desde la casilla "e2", que le quita esa posibilidad. Quiere esto decir que se encuentra reducido a la tercera l ínea y sólo dispone de las casillas "h3 " y "g3 " , que equivalen a las de "h 1 " y "g l " del mate Phil idor. El caballo negro de "d5 " domina la cas i l la "f4 " , en este caso equi valente a "f2" por la posición del rey blanco, y el mate que se produce es igual a los anterio res. 1 . . . '!Wd 6+ 2.@h3 l!Jf4+ 3 . © g 3 4.©h3 Wg 3+ s.gxg3 l!Jf4++
l!J h S+
Se observa una maniobra idéntica, porque la situac ión de la torre negra crea al blanco los mismos problemas que cuando está en la ban da del tablero. Muchos más son los ej emplos de mate de esta m isma familia y de combina ciones lucidas que se han originado por med io de este tipo de j ugadas, que tanto asombran a los jugadores principiantes y que en realidad técnicamente sólo tienen un mérito muy re la tivo. Revelan conocimiento pero no ingenio, y si bien deben ser conocidas y aprovechadas en cada oportunidad que se presenta, no pueden ser aplaudidas como obras superiores de la técnica aj edrecística.
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No serán pocos los aficionados que, al cono cer el tema que vamos a considerar, crean que el mismo es inferior a sus conocimientos. ¿Quién no sabe dar un mate con una torre en la octava línea cuando el rey adversario está inmovilizado? Sin duda, todos los que hayan aprendido a mover las piezas, y probable mente no habrá ninguno que no haya ganado o perdido varias partidas con ese infantil proce dimiento. Pero, en cambio, no serán tantos los que ha yan efectuado con tema tan simple una com binación de gran cal idad. Nuestro objeto no es, por cierto, enseñar que cuando un rey está en "g 1 " con tres peones en "h2", "g2" y "f2", mediante !! e 1 , el adversario da mate. Esto es un mate vulgar. Pero casi todas las combina ciones tienen metas vulgares y el valor de las mismas radica en las j ugadas intermedias para producirlas. Con un tema así de vulgar, de ingenuo, se puede construir una verdadera sinfonía aj edrec ística de valor técnico induda ble y de bril lantes alternativas. La habil idad del ajedrecista está en descubrir rápidamente las pos ibil idades de mate en esas posiciones; no precisamente para darlo, sino para sacar ventajas de esas posibil idades. De esta manera la amenaza de mate se convierte sencil lamente en un recurso táctico. Lo que debe explotarse en esas posic iones es la inmo vil idad obligada a que están sometidas ciertas piezas en la pri mera línea, que se convierten en piezas sobrecargadas muchas veces. Pieza sobrecargada es, como alguna vez dij i mos, aquel la que desempefla dos funciones simul táneamente en distintos sectores. Por ej emplo, en el caso espec ial que vamos a considerar, la torre que debe cuidar horizontalmente la pri mera línea para evitar el mate y además de fiende alguna pieza verticalmente, falla en su función; pues, apenas capturan la pieza que está en vertical, no puede retomar, porque le dan mate en la horizontal. Por ej emplo: 'tt> g 1 , h 2 , g 2 , f2 , l"! e 1 y e4 contra l"! b 8 y ll:J f6 . El peón de "e4" no está en real idad defendido, por cuanto si ll:J xe4 l"! xe4 seguiría l"! b 1 , j aque mate.
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Este es un esqueleto de posición que puede calificarse como el primer paso en la comp li cación del tema simple que consideramos ahora. Seguiremos, pues, con algunos ej em plos que irán aumentando progresivamente en complej idad, para mostrar hasta qué punto es posible hallar combinaciones compl icadas con bases vulgares.
Si 2 .Wa 1 , eludiendo la agresión y defendien do la torre, sigue simp lemente primero 2 . . . E:xc 1 +, eliminando una de las defensas, y luego 3 . . . E:e 1 + , etcétera. LA APERTURA DE L Í NEAS Más compl icado es el ejemplo siguiente de una partida entre Schne ider y el Dr. Escrich.
SACRI FICIO APARENTE QUE ES UN DOBLE En una partida entre el Dr. Rodl y Bogolju bow (con las blancas), disputada en el torneo de Nuremberg de 1 93 1 , se llegó a la siguiente posición:
Les correspondía j ugar en esta posición a las negras, que tienen al rey adversario en posi ción teórica de mate, pues está encerrado y hay columnas abiertas pel igrosas. Pero la casilla crítica de "e 1 " , atacada por dos piezas, está perfectamente sostenida, pues la defien den la dama de "c3 " y la torre de "e l " . Pero esto obl iga a las blancas a no sacar las piezas de ese lugar, para no dejar de evitar la amenaza . . . E:e 1 ++ y sugiere a las negras una combinación simple. ¿Por qué no atacar si mu ltáneamente a la dama y la torre con la aparentemente absurda jugada 1 . . . E:c2? es, en real idad, decisiva, por cuanto ataca precisa mente a las dos piezas defensoras con una tercera que nada tiene que ver en la amenaza fundamental. No puede segu irse con . . . 2 .füc2 , por . . . 2 . . . E:e 1 + , n i con 2 . 1l;Vxc2 por 2 . . . E:e 1 + o 2 . . . 1l;Ve 1 + , con mate a la siguiente.
En este ej emplo no existe la posición caracte rística de los peones, pero, si se analiza con detención, se observa que ofrece mucha simi litud. El rey negro está sin defensa en la pri mera l ínea y el peón blanco de " f7 " puede ser defendido con la torre de "f3". La torre negra de "e7" evita la huida del rey a esa casilla y, de no existir el peón "c7", la amenaza de E:c8+ sólo tendría como defensa . . . E:d8 o . . . �d 8 . Esta deducción simple sugiere al blanco la combinación ganadora, que estriba en el sacrificio de dama por la torre de "d6", que, al par de abrirle a la torre de "c2" la co lumna para poder agredir al rey, el imina la única pieza que puede replegarse para conte ner esa amenaza o para sostener la pieza que la obstruya. Se gana, pues, así: 1 .Wxd 6 ! cxd6 2 . .!De6+!
El detalle intermedio que permite a la torre rey sostener el peón de " f7 " • . 2 . . �xe6 3 .�c8+ ©e7 4.f81f;V+ .
· Con 2 .'Dg6+ hay mate en dos jugadas. .
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Y gana fácilmente. En este caso la amenaza de mate ha servido para ganar de otra manera, pero la idea ha sido la misma. VARIACIONES SOBRE EL M ISMO TEMA
En este lugar el rey negro se encuentra en una posición distinta en apariencia, pero no en realidad, pues si bien no está encerrado por sus propios peones, la casilla de escape "g7 " se halla dominada por un alfil adversario. En cambio, la primera l ínea no tiene torre que la protej a y en consecuencia e l alfil de "e5 " , que hace las veces de una barrera para que la torre blanca no pueda ir a "e8", está inmovilizado. Quiere decir entonces que la diagonal a l -h8 no está defendida por el citado alfil, y es as í una pieza típica sobrecargada, ya que real iza dos funciones simultáneamente. Está dada la idea de la combinación y es pro bable que los lectores que analicen la posición y lo que hemos dicho hal len sin dificultad la maniobra ganadora. Las negras j ugaban en este momento y efectuaron : 1 . . . Wxb2 2.Y:lff6
Amenaza 3.Y:lfg 7 + , pues si 3 . . . ixg 7 sigue 4 . �e8 + , con mate inevitable, y además 3.füe5.
EL SACRIFICIO PARA JUGAR DOS VECES SEGUIDAS Veamos una nueva posición, en la que la idea del mate que nos ocupa da lugar a otro mate de la misma fami l ia:
Le correspondía j ugar al blanco, que rápida mente ve que de no estar el caballo en "e4" podría dar mate en "e8 " . Pero si saca e l caba llo, el rival tendrá tiempo de evitar la amenaza precitada con . . id ? o avanzando uno de los peones que está delante del rey encerrado. Un j ugador novicio se desan imaría, pero un aj edrecista avezado no, ya que entendería que su ventaja en desarrol lo para algo debe servir. Estudia la j ugada más agresiva 1 . liJf6+, pero al principio la desecha por la circunstancia de que luego de 1 . . . gxf6 el rey tiene una cas i l la de escape en "g7 " . Si pudiera j ugar dos veces seguidas ganaría igual, siguiendo con 2 .ih6 y luego �e8 , y esto le sugiere la combinación ganadora, ya que generalmente el sacrificio es en aj edrez un sistema para j ugar práctica mente dos veces seguidas. Como en este caso las piezas del mate serán la torre en "e8" y el alfil, las otras están de más y pueden ser los elementos intermedios de la combinación que permite dar mate en cuatro j ugadas. .
1 .liJf6+ gxf6 2 .Y:lff8+! 2 ... Wxc3 · s.gxf8++
3.Y:lfg7+
ixg7
4.ges+
El sacrificio que permite ir a "h6" con j aque, que aquí equivale a jugar dos veces segu idas.
Las negras tienen una jugada inesperada con la que salvan el expediente: 2 . \Wc 1 ! •
..
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if8
2 . . . xh7 , con lll g5+ y luego '1Wh5 . Veamos el ej emplo más común : .
1 .e4 e6 2.d4 d5 3 .lll c3 lll f6 4.ig5 ie7 5.e5 lll fd 7 6.ixe7 '1Wxe7 7 .lll b 5 Wfd B 8 . c3 a6 9 . lll a3 es 1 O .f4 lll c6 1 1 .llif3 O-O 1 2 .id3
Se puede llegar a la misma posic ión en infini dad de variantes de la Defensa Francesa y en este momento la mayoría de los j ugadores confiados, que no conocen el esqueleto de la combinación que estamos explicando, suelen ser vertiginosamente derrotados .
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Es necesario anticiparse a la amenaza de las blancas ixh 7 + , pues estamos, precisamente, en la posición típica antes señalada: el rey negro l ibrado a sus propias fuerzas ; el caballo, el alfil y la dama blancos l i stos para realizar el engranaje de maniobras que antes señalamos, y un peón en el escaque "e5 " , que evita la defensa . . . lll f6 y toma al monarca negro las casil las de huida de "f6" o "d6 " . Habría, pues, que j ugar 1 2 . . .f6, y aún mejor 1 2 .. .fS . Las negras no lo harán y veremos cómo se define rápidamente la lucha:
1 6.\!;Yxf7+ ©h8 1 7.\!;YhS+ @gB 1 8.Wh7+ ©ta 1 9.WhB+ ©e7 20 .Wxg7++
Hemos visto el mate típico de este tema. Las negras, para evitar Wh 7 mate, debieron sacar la torre del sostén del peón " f7 " y en este caso el mate se produce tomando primero ese peón, para que cuando el rey vaya a "e7" carezca de protección. También debe efectuarse la com binación cuando la dama negra está en "e7 " , pues e n e s e caso el mate es m á s rápido, y a que el rey carece de esa casilla de huida, y cuando la torre se marcha de "f8" hay mate en Wh7+ seguido de Wh8. VARIACIONES SOBRE UN MISMO TEMA Y ahora que conocemos el mate típico con el cual se ganan aún infinidad de partidas en sesiones de simu ltáneas, veremos algunos ej emplos de combinaciones más o menos complejas que, en síntesis, sólo han s ido ori ginadas por el conocimiento pleno de este tipo de mate elemental .
1 2 . . . b5
El optimismo en marcha. 1 3 .ixh7+ @xh7 1 4. lU g S + @gs
Nada lograría el segundo j ugador con 1 4 . . . ©h6 por la répl ica 1 5 .Wd 3 con la ame naza de Wh7 mate, que no puede ser evitada con la j ugada 1 5 . . . :gha por 1 6 . lll xf? + , doble, ni tampoco con 1 5 . . . g 6 por 1 6 .Wh3+ y mate a la siguiente. Tampoco sería defensa 1 4 . . . @g6 por 1 5 .Wg4 fS (hay que anticiparse a la amenaza de lll xe6 con j aque descubierto) 1 6 .Wg3 We7 1 7 . h4 :gha 1 8 . h S + :gxhS 1 9 .fühS @xhS 20.Wh3+ ©g6 2 1 .Wh ? + + . 1 5.Wh s g e s
En esta posición jugaban las blancas y se observan las mismas características anteriores. El rey negro solo, con la torre en "f8" que le impide huir rápidamente, contra la armazón agresiva del caballo en " f.3 " , el alfil en la dia gonal que vulnera el punto "h7" y la dama l ista para cooperar. Se gana así:
Ú nica.
1 .ixh7+ ©xh7 2.lll g S+ ©g6
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En este caso tampoco era bueno 2 . . . @g8 por 3.Wh5 füd8 4 .Wh7+ @fa 5 .Wh8+ h? 33 . .ixfS+ gxf5 34.W/xfS+ @ga 35.W/g6+ i>f8 36 . .id6 ganando la dama. Como además las blancas amenazan Wi'h 5 , es necesaria la jugada que acaban de efectuar las negras. 32.gxgS @xg8 33 . .ixfS ! gxf5 34.W/g4+ ggs 35.hxg5 W/xe5 36.gxh6+
Y las negras abandonaron algunas j ugadas después. Los ej emplos dados bastan para demostrar de qué manera gravitan los alfi les en este tipo de posic iones de ataque, y lo gra ve que es crear debilidades en el enroque m ientras existen piezas, tan valiosas, en las posiciones agresivas. XV.- LOS PEONES AVANZADOS EN 6ª Ó 7ª COMO TEMAS DE ATAQUE
Interesa, antes de ver la combinación, estudiar la situación de las piezas y tratar de averiguar por qué causa las blancas, a las que les corres ponde jugar, tienen derecho a aspirar al triun fo. Pronto se observa que existen varias razones poderosas : primero, el hecho de que poseen dos alfiles, lo que es muy valioso; además, porque uno de el los, precisamente el que do mina la gran diagonal, no puede ser contra rrestado. A esto se agrega la acción agres iva de la torre de "g3 ", que ataca un peón, al que sólo sostiene el rey; la del alfil, de "d3 ", que indirectamente coincide en su acción sobre el punto "g6", y la de la dama, pronta a entrar en juego sobre el mismo sector. La primera mi sión es la de debilitar el bloque de peones que sostiene el rey, mediante : 30.d 51 exd 5 3 1 J�xg 6 ! gga
Uno de los temas de combinación menos estudiados por los textos, pero más generosos en recursos, es el que surge de los peones avanzados que amenazan coronarse, aun cuando aparentemente no puedan hacerlo. Un peón así colocado, en sexta o séptima y en muchas ocasiones aun en la quinta línea, es el punto de origen de mu ltitud de victorias, siempre que reúna la valiosa característica de ser libre, es decir que no esté trabado por ningún peón adversario. Hace mucho tiempo fue planteado el debate del peón l ibre y aislado. La sola enunciación de la característica de ese peón constituye la definición de sus virtudes y desventajas: es fuerte porque es libre, y es débil porque está aislado. Tartakower, que tiene mucho de téc nico y mucho de humorista, cada vez que comenta una partida en la que se l lega a una situac ión de ese tipo hace la reflexión sobre el distinto concepto que un peón así colocado provoca en los jugadores. Los optimistas, que forman legión en aj edrez, lo denomi nan siem pre peón l ibre; los pesimistas, que abundan, especialmente cuando juzgan la posición ad versaria, lo cal ifican de peón aislado. Muchas
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veces se escucha al final de una partida e l famoso: "Sí, perdí u n a partida ganada. Hice l o que se me dio la gana. L o presioné, luego le aislé un peón y se me escapó" . La misma partida, de parte del ganador, suele ser co mentada así: "Fue muy divertido. Ensayó un ataque absurdo que me dejó un peón libre y, como es natural, le gané" . Y l a verdad e s que ambos tienen u n poco de razón, con la única diferencia que exageran un poco. Un peón l ibre es una fuente de recursos muy valiosa, pero es también una grave preo cupación. Podríamos mostrar infinidad de ej emplos, pero como ahora estamos encarando temas de combinación, es decir, el aj edrez desde el punto de vista optimista del vence dor, consideraremos los recursos que brinda el peón l ibre para ganar partidas. Que ya llegará la oportunidad en que mostraremos las posi ciones típicas en que los famosos peones li bres son la base de las derrotas.
"g6", porque el rey impide su marcha y, ade más, porque un sólido bloque de piezas evita que el monarca sea atacado. Pero e l rey negro está muy relativamente seguro. Las cas i llas de avance del peón ("g7" y "g8") no están fiscali zadas por ninguna pieza negra y esto aumenta la misión del rey. El peón de "g6" b lanco, en cambio, es muy fuerte, porque está_ sostenido por dos piezas, apoyado en su avance por la torre de "gl " , y el peón entra en cas i l la blanca, de la que el alfil de "e4" puede desaloj ar al monarca negro si éste quiere interponerse desde ese punto al avance del peón. Todo esto sugiere al blanco una corta y bonita combina ción, que funda su fuerza en la amenaza de coronar el peón . Los aficionados harán bien en tratar de hallarla por sus propios medios antes de seguir adelante, para tener una idea cabal de su fuerza aj edrecística y ver s i los datos suministrados les aclaran el horizonte. La combinación es ésta:
EL REY CONTIENE DEFECTUOSAMENTE LOS PEONES
1 .\Wh8+! ©xh8 2.g7+ ©g8 3 .ih7+! Wxh7 4.g8\W++
Veamos primero un final que nos permitirá aclarar cuáles son los tipos de recursos tácti cos que consideraremos más adelante, y que entran en el generoso título de "Temas de combinación " , que estamos desarrol lando.
Como se observará, el mate en cuatro era inevitable y la combinación muy simple. Pero ya sabemos cuál es el espíritu del tema, que seguiremos considerando.
A esta posición se l legó en una partida que se jugó en el torneo de Lemberg de 1 926. Las blancas, conducidas por un aficionado llama do Pietrovsky, tienen aparentemente pocos recursos para hacer valer su peón libre de
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El siguiente ej emplo terminará por aclararlo:
É sta es una posición muy instructiva para la finalidad que persegu imos. Las blancas tienen dos peones menos y el peón que poseen en "e7" no tiene aparente-
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mente mucha fuerza, porque está atacado por dos piezas y contenido su avance por la torre. Un j ugador adocenado seguiría en este mo mento con las blancas con !l:e 1 , para apoyar el peón atacado, y las negras, mediante el avance ... c3, conseguirían obligar, tarde o temprano, a capturar ese peón, lo que les per mitiría ganar el de "e7" y l legar a un final muy favorable. Pero el j ugador experimentado sabe que un peón en séptima es un venero de combinacio nes y, a pesar de la poca abundancia de piezas que hay en j uego, no es difícil atrapar algunos detalles estratégicos que permitan la maniobra táctica ganadora. Lo primero que se puede observar es que el rey negro, si bien no puede ser j aqueado, se encuentra en una posición un tanto desguarne cida, y también que si mediante un j aque se pudiera enviar al rey a la cas i l la "h8", la ma niobra fü8+ tendría gran fuerza, pero en cam bio 1 . fü8 + , directamente, fracasa en aparien cia, porque el rey domina la cas i l la " f8 " . Y sin querer hemos dado en el punto neurálgico de la partida. ¿Y si entregamos más tarde la da ma para alej ar al rey de ese punto y colocarlo en "h8", precisamente en posición típica de mate? ¿Cómo? Pues así: 1 .ms+ �xfB 2 .\!;Yh B + ! iixhB
Si 2 . . . 'i!?f? 3 . exf8\!;Y+ , etc. 3.exfB\!;Y++
El sistema ha sido senc i l lo, ya que se ha gana do en sólo tres j ugadas y de categórica mane ra. Pero los j ugadores bisoños se habrían visto en dificultad para valorizar el peón en séptima por la falta de fami l iaridad con este tipo de posiciones. EL SACRIFICIO PARA GANAR TIEMPOS En la siguiente posición se ve la fuerza de un peón en sexta que puede colaborar en una posición de mate, y cómo se hilvana la victo ria por medio de é l .
Juegan l a s blancas, q u e no tienen en aparien cia una situación fácil, por la superioridad de un peón de las negras y la grave amenaza que significan los j aques, apenas la dama salga de " f5 " . Pero hay un peón en sexta, providencial recurso que permite concebir esperanzas. El rey negro puede ser j aqueado, pero sólo por la torre. Se marcha a "a7" y todo parece haberse extinguido. En cambio, si el rey negro estuvie ra en "a8" habría un jaque con la dama en "c8", segu ido de Wxb 7 + + , por obra y gracia del peón de "a6", l leno de posibi l idades, pero que, como los fuegos artificiales, ha de ser de poca duración si no se explotan sus recursos rápidamente. Y sin querer hemos dado la idea de la primera combinación que se le ocurre al princ ipiante. ¿Por qué causa no podemos l levar al rey a esa situación, precisamente por med io del sacrifi cio de la torre en "a8", luego de 1 .!l:e8+ iia? 2 . !l:a8+? Porque el rey no captura la torre, sino que se alej a a "b6 " . Nuevo obstáculo que surge para el optim ismo del blanco. Más de un j ugador en estos casos se desan ima y abandona el anál isis, pero el más avezado sabe que debe persistir en sus anál isis, ya que la posición exige recursos heroicos. Si no existiera el peón de "a6", luego de 2 . . . 'i!?b6 se podría seguir con Wa5++. No hay tiempo de j ugar primero 3 . axb?, por la agre siva posición de las piezas negras, que darían mate apenas se perdiera un tiempo en j ugadas preparatorias. Pero existe el mágico recurso de la inversión de j ugadas, que tanto hemos visto
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en los anteriores capítulos. Ya que tenemos la torre en "a8" y un peón que amenaza coronar se al menor descuido de las negras, ¿por qué no sacrificar la dama primero para entrar a dama con j aque?, y surge íntegro el plan ga nador, que es así: 1 J3e8+ ©a7 2 .13a8+ ©b6
S i 2 . . . ©xa8 3 .\Wc8 + y mate a la s iguiente. 3.\Wa5+ ©xa5 4.axb7+ ©b6 5 . b 8\W+ ©es 6.13a5+ \Wb5
Ú nica. 7.13xb5+ cxb5 8.\Wxf4
Ganando. UNA OBRA DE ARTE DE TEICH MANN De mucha más j erarquía aún es el magn ífico ej emplo de Teichmann en una partida j ugada en el torneo de Berlín de 1 93 0 . Se produj o la siguiente posición:
que luego de 2 .E!:xe6 , seguido de 3 .\Wh7+ y 4 . g8\W+, las blancas ganarían siempre en mérito a la fuerza latente del peón, contenido por ahora, de "g7 " . Pero las negras repl icarían a 1 .WfS con 1 . . .�b7 , dándole a la torre dama acción sobre el punto "g8" y evitando así todas las combinaciones basadas en la entrada de la dama. Hay que buscar otro proced i m iento y como la torre de "e6" negra está prácticamente clavada, ya que si se moviera seguiría �xf7+ y g8W, las blancas preparan la siguiente combinación: 1 .13xh 6 ! , con la amenaza de l'! h 8 + . 1 . . . lll xh6 2.Wg 5 !
Esta simple répl ica amenaza y a Wd8+ o Wxh 6 , en ambos casos con posición fáci l mente ganadora. 2 . . . lll f7 , ún ica, 3.Wd 8+ ! !
Form idable répl ica. Esto alej a e l caballo de la zona de influencia de los peones blancos avanzados, y Teichmann logra desaloj ar por medio del peón "h" al rey negro de su pos i ción defensiva delante del peón de "g7 " . 3 . . . lll xd8 4 . h 6
Con la amenaza d e h 7 + , segu ido d e g7\W+ * . Hemos visto, a través d e una serie d e ej emplos de distinta dificu ltad, pero igualmente valio sos, los recursos abundantes que para combi nar nacen de la situac ión agresiva de los peo nes avanzados cuando están cerca del rey rival y se pueden ganar tiempos mediante jaques intermed ios. Sigamos con el tema. Esta posición es muy instructiva y también muy difici l . Las blancas dominan evidente mente, pero tienen dos piezas menos, por lo que se hace necesario obrar con energía. La verdadera compensación radica en el peón de "g7", que amenaza coronarse apenas se pueda sacar el rey de "g8 " . A primera vista parece ganadora la répl ica 1 .\Wf5 , que amenaza \Wxf7 + , seguido de la coronación del peón. No es defensa contra esa amenaza 1 . . . \We7 , por-
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• Como indica M. Dvoretsky en su excelente libro Secrets of Chess Tactics, el negro se puede salvar con 4 . �d4!!, dándole la casilla d6 a su rey y dejando coronar al blanco dos veces ! ! 5 . h 7+ 1Íif7 6 . 9 8�+ 1Íie7 7 . h B� 1Íid6, ahora son las blancas las que tienen que jugar con exacti tud, ya que tienen atacado el alfil y la torre 8 J'! g 7 1 , sí 8 .ie6 llidxe6; o 8 .�f8+ 1Íic7 9.�xd8+ 1Íib7, las negras no tienen nada que temer. 8 ... �xd2, otras jugadas no valen: 8 . . . lll b 7? 9.ixe6 lll x e6 1 o .�xe6 + ! ! lt>xe6 . .
( 1 0 . . . dxe6 1 1 .�fB++) 1 1 .�h6++; 8 . . . ib7? 9.�xd8! :!'!xd8 1 0 .�xd B etc.; 8 ... bxc4? 9 .�xd 8 etc. 9.�fB+ lt>c7 1 0 .�xdB+ lt>b7 con igualdad, ya que si el blanco se come la torre hay jaque continuo.
ROBERTO G. GRAU
UN EJEMPLO NEGATIVO El ej emplo que ahora presentamos es de me nor j erarquía, por cierto, que el de Teichmann, pero demuestra cómo no es prudente dejarse encandilar con las ventaj as aparentes que brinda un peón libre, y enseña los detal les tácticos que deben tenerse en cuenta. Se trata de un ej emplo negativo, ya que pierde quien tiene un peón pasado y pretende imponerlo, porque no repara en la posición de mate que el adversario tej e sobre su desamparado monar ca. Se trata de un final en el que se llegó a la siguiente posición:
En esta posición jugaban las blancas, que se entusiasmaron con los recursos que prometía brindar el peón avanzado de "e6" y la facili dad que aparentemente existía para avanzarlo. Pero no tuvieron en cuenta la situación de su propio monarca, que está en "h5" y carece del apoyo de piezas de su bando. Precisamente en esta posición el peón es más fuerte en "e6" que en "e7", porque donde ahora se encuentra obstruye la acción de las piezas negras. Las blancas se equivocaron y realizaron la j ugada optimista: 1 . llif5+
A lo que siguió: 1 ... @f6 2 . e7 ixf5
mate por medio de . . . 1'!h2++. Es claro que puede evitarse con E!h 1 , pero en ese caso el caballo negro saldría de "d8" y el peón no podría coronarse • . RECU RSO INGEN IOSO Instructiva, asim ismo, por tratarse de una situac ión singular y una variación táctica notable, es la posición que insertamos ense guida:
Las blancas maniobraron en esta partida de enérgica manera para conseguir el peón pasa do de "d7", que amenaza coronarse y decidir la lucha. Pero un accidente táctico impide cristalizar el plan, pues si 1 . d8W sigue 1 . . . Wxb5+ y luego 2 . . Wxe 8 , con posición ventaj osa para las negras. Hay, pues, un obs táculo para coronar la dama pero, en cambio, no lo hay para entrar pidiendo caballo y dando jaque: .
1 .d 8 lli +
Esto permite al blanco quedar c o n una pieza de ventaj a, ya que después de: 1 ... ©f6 2 .ges+
Ganando, ya que si 2 . Wxe6 3 . lli xe6 @xe6 sigue 4 .ic4+ , ganando el caballo. . .
Aunque el concepto que Grau nos muestra es perfecta mente comprensible, en esta posición existe un chistoso accidente táctico, que sin duda escapó al autor: con 3 . eB!i:l ! , las blancas dan mate.
•
Y si bien el peón puede coronarse, se ha ence rrado al monarca blanco en una posición de
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Ej emplo simple, pero muy típico, ya que ha dado lugar a infinidad de victorias en este tipo de posiciones, es el que nos da e l final de la partida que j ugaron en Buenos Aires José Raúl Capablanca y Benito V i llegas, en una de las exhibiciones individuales que real izó el gran maestro cubano en nuestra capital, en l 9 1 4. Como se recordará, Capablanca estuvo en dos oportunidades en Buenos Aires, con tratado por el Club Argentino de Ajedrez, y en ambas real izó una inobj etable y term inante demostración de superioridad. El final de la partida que nos ocupa es así:
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Las negras disponen de un peón libre y pasado en "a3 " que nadie puede contener. Lo único que complica el triunfo es la amenaza '&xg7++. El sistema más simple para evitar todos los pel igros es j ugar: 36 . . .WfxfS
Seguido de . . . a2, que gana inmediatamente. UNA CELADA DE LA DEFENSA ESLAVA
La combinación es muy simple y no hay que ser un maestro de los quilates de Capablanca para hallarla. Invitamos al lector a que, de acuerdo con lo que hemos indicado, trate de hallar la maniobra ganadora, que no se resisti rá a quien se proponga encontrarla. La pieza que impide el avance del peón es la dama. Esta pieza está sobrecargada, ya que no puede a la par evitar que el peón se corone y sostener la torre. Basta, pues, con capturar la torre aun a costa del sacrificio de la dama para lograr la victoria. La jugada es, pues:
Pero bueno es pasar a ej emplos de mayor categoría y más acentuada complej idad . Vea mos cómo gravita el tema en la apertura, a través de una variante muy conocida e inge niosa de la Defensa Eslava. Conocida es la celada que se produce luego de: 1 .d4 dS 2.c4 c6 3 .tiJf3 .ifS 4.Wfb3 Wfb6 5.cxdS Wfxb 3 6.axb3 .ixb 1
Esto es un error. Lo justo sería 6 . . . cxd 5 , pero luego de 7 . ti:J c3 e6 8 . ti:J b5 las blancas ten drían una posición favorable.
32 .WfeS+
7 .dxc6
Seguido de '&xd 6 y e?, ganando.
Ahora nos hal lamos ante un caso típico de peón avanzado pel igroso. Es c laro que las negras pueden tomar el peón, pero en ese caso las blancas capturarían el alfil y quedarían con un peón de ventaja. Para evitar esto juegan :
UN EJ EMPLO DE SCHLECHTER Muy simi lar al anterior es este ej emplo de la partida Breyer-Sch lechter del torneo de Ba den-Baden de l 9 1 4 .
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7 . . . ie4
ROBERTO G. GRAU
Lo que permite a las blancas valorizar su peón avanzado mediante: 8Jlxa71
Lo que saca a la torre de la primera línea y perm ite entrar a dama con :
avanzados de "f6" y "e5 " . Se objetará que el peón de "f6" no es libre, pero se podrá probar fáci lmente que nada cuesta transformarlo en peón libre mediante el oportuno avance del peón "e" . La maniobra ganadora es así: 3 .ig3 gxg3 4.e6! g3g5
Ataca al caballo y amenaza c8='W. UN ERROR DE CONCEPTO En una partidá del campeonato de Dinamarca de 1 930, que j ugó Alberto Nielsen, se l legó a lo siguiente :
No sirve 4 .. .fxe6 por 5 . f7 , que gana porque la torre de "g8" está sobrecargada en el sostén de la otra torre y en ese caso no puede evitar el avance del peón a " f8 " .
Y gana, pues no es posible evitar la corona ción del peón. Finalmente veremos un ej emplo de la fuerza de un peón pasado y l ibre, que no tiene apa rentemente buen sostén. Pero es tan abundante la gama de recursos tácticos que esto produce, que las blancas pueden permitirse el luj o de realizar un chiste táctico para triunfar.
Las blancas j ugaron :
Pero no hay ninguna razón para que pretendan ganar. Tienen un peón de ventaj a en el flanco rey, pero hay alfiles de distinto color y el alfil blanco de "f4 " poco eficaz puede hacer, ya que su propio peón lo obstruye. Pero las ne gras se entusiasman con las posibilidades que surgen del sacrificio del alfil por el peón "g" a raíz de la situación de mate del rey blanco, confinado en la banda, y j uegan : 1 . . . ixg 4 2 . h xg4 gxg4
Evidentemente la posición blanca es favorable por la ventaj a material y la fuerza del peón en séptima. Pero existe el peligro de . . . id ? , eliminando el caballo q u e apoya el peón . Es necesario, por lo tanto, hal lar un sistema rápido para vencer y las blancas, conducidas por Sultan Khan, lo hacen de la siguiente manera:
Pero las blancas disponen de un buen recurso para ganar por obra y gracia de los peones
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Esta j ugada parece que paral iza todos los peligros, pero las negras no pueden evitar la pérdida de una pieza después de: 3.tll e6!
Seguido de tll xg7+ o de tll c7+, en ambos casos ganando un alfil. Multitud de ej emplos podrían mostrarse para poner en evidencia que un peón pasado en sexta o séptima y aun en quinta es base de gran número de maniobras ganadoras, aun cuando el peón avanzado esté aislado y ofrez ca por lo tanto gran número de debilidades. XV I . - EL PE ÓN, "PIVOT" SOBRE EL REY El aj edrecista experimentado estudia una posición y atrapa rápidamente los detalles típicos de la misma. Sabe, por ejemplo, que ante un enroque sin el sostén natural del caba llo puede plantear un ataque con relativa pro babil idad de éxito. Entiende que si el adversa rio avanzó, por ej emplo, el peón torre rey del enroque, puede quebrar la unidad de los peo nes que sostienen al rey con el avance típico del peón caballo rey a "g5". Ha visto que, en aquel las posiciones en que se domina una diagonal sobre el rey, puede apelar al sacrifi cio para evitar que el adversario anule la ac ción de un alfil en esa diagonal . Observó, asimismo, mu ltitud de recursos tácticos que nacen de la existenc ia de caballos y las posi ciones de j aque doble que se pueden crear. De igual manera vio cómo la extracción del rey de sus bases naturales de defensa aumenta la posibil idad de darle mate. Y finalmente el lector ha comprendido, en general, que hay abundancia de situaciones típicas muy intere santes y fác iles para realizar combinaciones como, por ejemplo, las que se producen en toda aquella posición en que una pieza está sobrecargada, o sea que realiza dos funciones a la vez, lo que casi nunca es posible o por lo menos tranqu i l izador si se trata de funciones de gran importancia. En aj edrez como en la vida. El esquema de las posiciones que vamos a considerar ahora es el siguiente: 8f6 contra
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8f7-8g6-8h 7-©g8 o también 896 contra 8g7-©g8 o 8h6 contra l!ih?-c;t>ga, y así sucesivamente en cualquier lugar del tablero siempre que el peón agresor fiscalice casil las de huida del rey enem igo y pueda convertirse en el "pivot" de posic iones de mate.
EL SACRI FICIO Veremos el primer ej emplo, por cierto bonito, aun cuando no muy compl icado, en el que se explota una idea típica en estos casos, que es la amenaza de mate en la primera -octava línea, amparado en la acción decisiva del peón en sexta.
En la posición del texto j uegan las blancas, que tienen atacada la dama y un peón menos. Un j ugador sin idea de los recursos de este tipo de posiciones apelaría al procedim iento simple de irse con la dama y, sin duda, perde ría la partida, ya que tarde o temprano sucum biría el peón de "g6", que es la única base de todo proyecto de agresión que compensa al peón de menos. Pero existe por ahora ese peón y el rey negro se halla en posición de mate, que por el mo mento sólo tiene como defensa a las dos torres negras. Y, sin quererlo, hemos dado la base de la combinación ganadora. Si, por ejemplo, las blancas j uegan 1 .!!e 1 , las negras no pueden capturar la dama, a raíz de 2 .!!xe8+ + , pero, en cambio, pueden ganar impunemente la torre. Por esto, luego de 1 . . . füe 1 2 . füe 1 !!xe 1 + 3 . c;t> b 2 , coloca al negro en una situac ión muy delicada, pues se
ROBERTO G. GRAU
amenaza mate en "d8" . Las negras no pueden seguir dando j aque al rey b lanco y sólo logra rían evitar el mate por medio de 3 . . . We4 , para continuar con We8 . Pero el blanco dispone del recurso de un j aque previo en " f7 " y en ese caso el mate sería inevitable. Ganan, pues, mediante: . . .
1 .ge1 gxe1 2 .Wf7+• ©h8 3.gxe1 gxe 1 + 4.'tt> b 2
Y las negras abandonaron, pues el mate es inevitable y ni siquiera existe el recurso de dar jaque perpetuo sacrificando la torre, pues si 4 . . . l::í: b 1 + 5 . �a3, con mate en tres jugadas como max1mo . ,
.
..
LA FUERZA DEL PE ÓN EN SEXTA Veremos ahora un ej emplo un poco más com plicado en sus maniobras intermedias, pero que muestra cómo la colocación de un peón en sexta sobre el rey enem igo logra a menudo compensar una enorme desventaja material. La posición se produj o en una partida del torneo de Kecskemet, de 1 927, entre Yates y Takacs.
estarían perdidas. Pero precisamente entrega ron material para l legar a esta situación con un fuerte peón en " f6 " , que es el "pivot" sobre el que gira una doble amenaza de mate, ya en "g7" o "e7 " . Aparentemente el plan ganador sería 29. l::í: h 3 , pero s e observa que luego d e 29 . . . @f7 30.Wh7+ �e8 no hay mate en "e7", por la acción defensiva que desarrolla el alfil de "a3 " . E s necesario hacer, pues, una j ugada interme dia para l levar a cabo luego la amenaza deci siva y la j ugada ganadora es aquel la que obs truya la acción del único alfil eficaz de las negras, ya que el otro, en cambio, no sólo no defiende nada sino que obstruye a la dama de "c7" en su posible acción defensiva sobre el sector vulnerado. La fuerza del ataque radica en que el peón de "f6" toma el cuadro "g7" y evita que la dama negra pueda ir a ese punto, desde el cual anu laría la fuerza de la torre y la dama blanca dobladas en esa columna. La j ugada es, pues : 29.b4
Que obstruye la acción del alfil y amenaza l::í: h 3 , segu ido de Wh7+ y We7 mate. La par tida siguió con : 29 . . . .ixb4 30J!h3
Que ahora es bueno, pues si 30 . . . @f7 sigue 3 1 .Wxb4 , con la doble amenaza de We7+ y Wg7 + + , o bien de l::í: h 7 + primero. Las negras abandonaron, por no ver de qué manera pueden evitar las múltiples amenazas que tienen como "pivot" al peón blanco de "f6 " . Las blancas, que j uegan en este momento, tienen los dos alfiles de menos y en un final
PEONES AGRES IVOS CONTRA PEONES LIBRES
· Con 2 .�xe 1 ! , el mate es aún mas rápido. El ejemplo es bonito, pero tiene una falla táctica, pues las negras pueden jugar mejor, en lugar de 1 . . . �xe 1 . Lo correcto es 1 .. . 'it>f8 ! y si 2.füe7 füe7 . En la posición del diagrama es preferible, por lo tanto, 1 .Wlxe 7 ! , con mate en cinco jugadas como máximo.
En el torneo de Copenhague de 1 929 se pro duj o también una instructiva posición (véase diagrama en página siguiente) de este tipo entre Brodersen y el Dr. N iessen. Veamos:
••
TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA
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. . . Wc8 , entregándola para dilatar la agonía. Las negras abandonaron por esta causa, como se ha visto otra vez, en mérito a los recursos que nacen del peón en sexta.
UN EJEMPLO DEL Dr. HARTLAUB Finalmente veremos una posición atribuida al Dr. Hartlaub, notable aj edrecista alemán de partidas rápidas que dio en su vida de j ugador producciones de gran jerarquía en este aspecto del aj edrez. La partida fue jugada en 1 8 80, en Bremen. Ambos tienen peones en sexta, pero m ientras los blancos restringen al rey y lo tienen a merced de un j aque en la octava línea, los negros no ej ercen, a la vez, parecida acción ofensiva. Son muy fuertes, porque son libres y amenazan coronarse, pero las blancas en cuentran un método para anticiparse a todos los pel igros mediante una combinación de sacrificio en base a la amenaza de mate en la primera línea de las negras. 1 .� b 1
Amenaza �d 5+ y luego !:í: b 8 + , c o n mate inevitable. 1 ... We8 2 .idS+
El primer sacrificio. Las blancas tratan de eliminar las piezas que se opongan a la entra da de la torre en la octava línea y deben apu rarse antes que las negras hagan valer sus poderosos peones. ¿Cuál es el motivo de este sacrificio, si las negras están evitando gb8 por medio de la acción de la dama? Pues sim plemente el hecho de que al estar esta pieza sobrecargada sólo pueáe ej ercer acción defen siva en base a la entrega de la dama blanca en "e6 " . La partida se gana, pues, así: 2 ... llixd5 3 .We6+!
El secreto de la victoria. No es posible 3 . . . Wxe6 a causa de 4 . g b 8 + , con mate a la siguiente, pues no queda más que . . . We8 o
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En esta posición existe un doble tipo de ame nazas. Primero, el natural de la acción de un peón en sexta (tercera), que es la amenaza en los puntos que el peón "d" domina, o sea "d2 " o "fl", y otro el que surge d e la acción d e l alfil de "g4" en la diagonal que tiene como base al desventurado rey blanco. Se observa rápida mente que la acción del caballo de "e4 " , sos tenido fuertemente, evita toda man iobra di recta sobre los cuadros tomados por el peón, que, en cambio, puede ej ercer una acción preponderante si se efectúa una maniobra sobre el caballo de "e2", que no tiene sólido apoyo. Además se amenaza un mate en " fl " s i la torre blanca desaparece de la primera l ínea; el plan ganador es, pues, ya claro. Como e l peón de "h2" está prácticamente indefenso, porque la torre está sobrecargada, lo natural es seguir con : 1 . . . Wxh2
ROBERTO G. GRAU
Que amenaza la torre y el caballo de "e2 " . Las blancas j ugaron: 2.�e1
menes y entresacar de los mismos abundancia de ej emplos de gran cal idad. EL ÚNICO SECRETO DEL AJEDREZ
A lo que las negras encontraron una maniobra notable para ganar basada siempre en la ac ción conj ugada del peón que toma el cuadro "d2 " , en la torre que no puede salir de la pri mera l ínea por la amenaza de . . fü1 , y en el alfil que clava el caballo de "e2 " . La j ugada clave es: .
2 . . . '1Wxe2+!
Que gana enseguida, pues s i 3. e 8 , manteniendo la situación; pero e n e s e caso l a torre d e " c 7 " s ó l o quedaría sostenida p o r dos piezas, y como indirectamente la atacan las tres piezas blancas dobladas en la columna "c'', se podría seguir con b5, ganando una pieza. Alekhine j ugó, pues, en este momento : .
30.h4
Y las negras abandonaron por no tener j ugada buena posible. Si, por ej emplo, 30 . . . g6, seguiría 3 1 . \t>f2 , o cualquier jugada de espera, y cuando las ne gras sigan con el movim iento de la dama o e l rey, entonces b 5 , que gana.
ROBERTO G. GRAU
LA GANANCIA DE TIEMPOS É ste es un caso de pérdida de tiempo para ganar precisamente el tiempo que se necesita. Es uno de los tantos contrasentidos del aj e drez, en el que se debe jugar precisamente para hacer una mala j ugada. En cambio, como nos interesa el ajedrez en esta oportunidad desde el ángulo puro de Jos temas de combi nación, veremos algunas posiciones típicas, en las que se debe necesariamente ganar tiempos para triunfar. En muchas oportunidades estas combinaciones de sacrificio se realizan bajo el apremio de graves amenazas, y, Jo que tam bién es grave, con material de menos, lo que obl iga a seguir esgrimiendo el arma heroica de la entrega de piezas, ya que en un final pláci do se estaría perdido. En la vida a menudo se es héroe por casual idad o por obligación, y en aj edrez también. Por ej emplo: en la posición que ahora vere mos las blancas realizan una combinación ganadora mediante una serie de sacrificios, pues saben que la simple pérdida de un tiempo puede ser fatal. La posición a la que se arribó fue la siguiente:
técnicamente más valiosa es que el rey negro está resguardado por dos peones, pero agredi do por cuatro piezas. Hay una interesante amenaza de 1 .füxg6+, que permite l levar Ja dama, luego de 1 . . .fxg6 , a "e7" con j aque. Pero surge el obstáculo: luego de 2 .'We7+ las negras efectúan 2 . . . 'Wf7 , cubriendo el j aque; pero entonces hay otro tema que ya hemos considerado, que es el del j aque doble como formidable recurso táctico. El peón de "g6" sólo está, en real idad, defen dido por el rey, pues la dama se hal la clavada, y de estar el rey en "g6" y la dama en " f7 " , hay u n j aque doble e n "e5 " . Se gana entonces con 3 . !!xg6+ iixg6 4 . lll e5+, etc. UNA PARTIDA MAGN Í FICA Veremos ahora una partida bastante conocida, en la que Ja lucha entre el tiempo y el material tiene especialísima importancia, pues es el tema que la anima desde la apertura. Gambito Danés (C2 1 ) Bremen, 1 9 1 2 B l ancas: Hartlaub Negras : Testa 1 .e4 e5 2.d4 exd4 3.c3
Esta jugada da origen al Gambito Danés o del Norte, una de las líneas de j uego típicas de los j ugadores de combinación y especial para las partidas rápidas. A cambio de los peones que se sacrifican, se logra colocar ambos alfiles en diagonales libres, apuntando al flanco de rey enemigo. 3 . . . dxc3 4.ic4 cxb2
Esta posición no es clara ni cómoda. Les co rresponde jugar a las blancas, que conducía el británico Saunders, contra el campeón de su país, Winter. Tiene atacada la dama, y ésta debe moverse sosteniendo la torre de " f6" . Aparentemente está perdido, pero existe el recurso de la combinación. ¿Qué razones hay para pensar en una combinación? La primera es que se está perdido si no se realiza, y la
Las negras aceptan toda Ja oferta enemiga. Vamos a ver ahora cómo los factores "espa cio" y "tiempo" , que arroj an un saldo muy favorable para el blanco, bastan para compen sar la ventaj a en "fuerza", que está de parte del negro. 5.ixb2 ib4+
TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA
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Lo usual es 5 . . . d 5 , j ugada que recibe el nom bre de defensa Schlechter, a lo que podría seguir, según un análisis de Xavier Tarta kower: 6 . exd5 tli f6 7 . tlic3 .id6 8 .V*'c2 We7+ 9 . tlige2 0-0 1 0 . 0-0 .ia3 , y las negras quedan mej or. También puede ensayarse 5 . . . We7 , 5 . . . d6 o 5 . . . tlif6 , todas l íneas de j uego de interés para el aficionado, que debe ensayarse y empaparse de lo que a j uego de combinación se refiere antes de intentar profundizar los grandes se cretos de la alta estrategia. El fracaso de muchos aficionados se debe principalmente al tan común defecto, hij o de un desconocimiento total de lo que es el aj e drez, de tratar de imitar lo que hacen los juga dores experimentados, sin haber tratado de l legar gradualmente a dicho estado. Despre cian así, sin saberlo, las combinaciones que les permiten ej ercitar su imaginación para más tarde adaptarla a fines más adecuados. Es como intentar ingresar en una universidad sin haber previamente cursado los grados inferio res. 6.tlic3 d 6 7 . tli f3 tlif6 8 . 0-0 J.xc3 9 .J.xc3 0-0 1 0.eS!
1 4 . . . tlixf3 1 5.Wd 3 tli xeS 1 6J�!g 1 !
Magnífico. Las blancas han sacrificado otros dos peones, demostrando un extraordinario concepto de lo que es combinación en ajedrez. Han logrado que las negras, al marchar en pos de los peones, dejen sin desarrol lar el caballo dama y accionen sólo con el caballo del rey. Esto demuestra una vez más que el "tiempo" es superior a la "fuerza" en las posiciones de ataque. Es decir, que el buen desarrollo es preferible a la ventaj a material (esto sola mente en las posiciones de ataque). 1 6 . . . V*'d7
Si 1 6 . . . tlixd3 1 7 .füg ?+ 'tti h 8 1 8 .E:g8+ ! ! �xg8 1 9 .E:g 1 + , etcétera. 1 7 .Wd2 tli g 6
amenazaban blancas Las Necesario. 1 8 .füg?+ �xg7 1 9 .Wg S+ 'tt> h 8 20.Wf6+ 'tti g 8 2 1 . E:g 1 + tlig6 22 .Wg7+ + . 1 8 .V*'d4 tt:Jes
Otra vez forzado, para evitar el mate. Bien. En las posiciones de ataque el éxito depende de la energía para conducir la ofensi va. La pérdida de un tiempo es más trascen dental que en las partidas genuinas de oposi ción. Hay que hacer, en consecuencia, siempre jugadas de iniciativa.
1 9 .gxg7+ 1 1
1 0 . . . tlie4 1 1 .J.b2 J.g4 1 2 .Wd4
Nuevamente lo mej or. Este movim iento im plica la ganancia de un tiempo, pues se hace necesario j ugar . . . �xf3 , y después de gxf3 el caballo debe retirarse y las blancas vuelven a jugar. 1 2 . . . J.xf3 1 3. gxf3 tli g S 1 4. © h 1 1
Elegante j ugada que anula la importante ame naza del negro y brinda a las torres una vital columna. Marca el comienzo de una notable combinación.
1 36
Otro nuevo y n o menos espectacular sacrifi cio, que marca el principio del fin. Es real mente sorprendente el talento del Dr. Hartlaub para producir partidas brillantes como la del texto.
ROBERTO G. GRAU
Cuenta en su haber con sonadas victorias en encuentros amistosos contra e l Dr. Lasker, Famhi, Leonhardt y otros. 1 9 ... @xg7 20J�g 1 + ©h8 2 1 .§'xeS+ ! !
La tercera j ugada espectacular y sorprendente, que acaba de imprimir a la partida un encanto extraordinario. Se hace evidente ahora la eficaz acción que desempeñan los alfiles en las diagonales abiertas. El valor de estas piezas radica en que cooperan al ataque desde distancia. De ahí que conviene conservar generalmente los dos alfiles contra los dos caballos en las posicio nes abiertas. Los alfiles adversarios son las únicas piezas que pueden contrarrestar efi cazmente los efectos propios de esta clase de posiciones. 2 1 ... dxeS 22 . .ixeS+ f6 23 . .ixfG+ �xf6 24.�gS++
Partida realmente magnífica. XXV I I .- EL VALOR RELATIVO DE LAS PIEZAS Cuando una persona aprende a j ugar al aje drez, lo primero de que se entera es del valor de las piezas. Sabe que un peón vale poco y no cuida mayormente esos valiosos factores estratégicos de la partida. Cuida más los ca bal los que los alfiles, porque teme los jaques dobles y goza enormemente cuando apl ica uno al rival. Las torres son motivo de mayor preocupación, porque le queda grabado en el oído aquello de que valen mucho más que las piezas menores, y cuida la dama con admira ble celo, quizá por una razón atávica, que impulsa al hombre a conservarla dentro y fuera del aj edrez, y, además, porque no ignora que también en el humi lde ambular de los trebejos, en e l inanimado tablero, ésta tiene una importancia capital. El aj edrecista bisoño sabe del ajedrez casi exclusivamente el valor de las piezas. Tiene del j uego un concepto materialista, y en las partidas que disputa sólo le preocupa capturar
el mayor número posible de piezas rivales. Nada le interesa el desarrollo; no vacila en ambular con una sola pieza a través del table ro si con esa maniobra logra enriquecer su bagaje de conquistas y luego cuenta las piezas que están fuera del tablero para cerciorarse de si tiene o no ventaja material. Nadie le ha enseñado que e l ajedrez es una unión de ventaj a material y ventaja posicional, y que de nada sirve tener alguna pieza de ventaj a si ésta no puede actuar en la zona crítica del combate, de la misma manera que de poco sirve tener una gran fortuna si no se está dispuesto a hacer uso de el la. El concepto que debe dominar el aj edrecista es que el ajedrez es una armónica conjugación de factores exactamente iguales en importan cia: p iezas y tablero, y que aquél las valen de acuerdo con la situación que ocupan y con la acción que desarrollen. El j uego tiene una finalidad distinta a la de ganar material. Se juega para dar jaque mate al rey, es decir, para eliminar la pieza fundamental del rival. No gana, pues, quien posee más material, sino que se impone quien encierra al monarca enemigo. Es una final idad estratégica y no una finalidad material. Ahora que para lograr encerrar al rey enemigo debe primero el jugador l ibrar una batalla para dominar en efectivos al adversario o para anular la acción de los mismos, pues por me dio de amenazas directas nada se consigue, si no se tiene la necesaria superioridad posicio nal. Esta es, en real idad, la médula del tema que ahora tratamos, que es, asim ismo, el arte ínte gro de la combinación de mate en casi todas las posiciones. La entrega de material para ganar tiempos es el sacrificio heroico en procura de una victoria absoluta, que en el campo más peligroso y complej o de la guerra a tantas páginas glorio sas ha dado origen. Veremos una serie de nuevos ej emplos del tema. Y comenzaremos con el final de la par tida que en el torneo de Nueva York de 1 924 le ganó José Raú l Capablanca a Efim Bogol j ubow. Fue así:
TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA
1 37
En esta posición les correspondía j ugar a las negras, que tienen ventaj a material, pero de ben luchar contra un desagradable caballo blanco en "c5" y ciertas amenazas sobre el peón de "e6 " . La situación del rey blanco en una diagonal abierta y vulnerable por la dama negra de "a7" da a Capablanca tema para una combinación. Interesa que el lector estudioso trate de ha llarla por sus propios medios para ejercitar el sentido de la combinación. La idea es la siguiente : especular con Ja situa ción de Ja torre blanca de "e l " , sostenida por una sola pieza, y en Ja ganancia de tiempo que significa colocar la dama negra con j aque en "c4 " . E s así: 3 1 ... l!Jxd4! Wxc5+
32.cxd4
gsxc5
33.dxcS
Seguido por . . . :Bxc 1 , etcétera. Como se observará, una combinación fácil, pero que necesita, para concebirla en el mo mento inicial de la misma, un sentido más o menos profundo de los recursos que brindan las ganancias de tiempo en las posiciones abiertas. Una interesante maniobra de ganancia de tiempo para dar mate nos la da la posición que insertamos, y que se produj o en una partida que jugó e l ajedrecista alemán Ahues en una sesión de simultáneas, y que mostramos en el diagrama siguiente :
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E n esta situación las blancas tienen una típica posición de ataque por medio de sacrificio. Debe observarse que dos piezas negras nada hacen por cooperar en la lucha (caballo y torre de dama), y que es necesario anticiparse a la répl ica . . . :Bh8. ¿Qué hacer? Pues especular con la acción conjugada del alfil y la torre en el punto "h7" y tratar de hal lar el sistema de darle juego al alfil por medio de un sacrificio en el punto "e6 " . La primera jugada es relati vamente simple y trata de especular con la fuerza del alfil de "c2". Se juega: 1 .gh7+! ©g8
No servía 1 . . . ©xh7 a causa de 2 .Wh5+ espe culando con que el peón de "g6" está clavado. La jugada Wh5+ pone, además, una pieza valiosa sobre el punto "g6", para realizar el sacrificio ganador, ya que después de 2 . . . 'itig8 3 . l!J xg6, con la amenaza de Wh 8 + + , y si 3 . . .fxg6 4 .Wxg6+ ©h8 5.Wh 7 + + . 2.Wg4!
Jugada hipócrita que amenaza \Wh4 , con mate en pocas, y entrega " inocentemente" el peón de "d4", pero que oculta una combinación ganadora en base a una definitiva ganancia de tiempo. 2 . . .Wxd4 3.l!Jxg61
Entrega Ja dama, pero ataca la dama rival y gana, ya que si 3 . . . Wxg4 4 . l!J e7 + + .
ROBERTO G. GRAU
En ambos casos la doble amenaza se ha trans formado en ganancia de tiempo fundamental para lograr la victoria, y en ambos se ha de mostrado que en las posiciones de ataque la ganancia de tiempo es más valiosa que el material y que las piezas valen por lo que hacen y no por su mera existencia en el table ro. De lo que se demuestra que la superioridad de material es falsa cuando no se ha tenido tiempo de poner en acción los efectivos. Finalmente veamos una antigua y famosa partida de Marshall , en la que se produce una combinación elemental y típica de ganancia de tiempos mediante sacrificios en la zona del enroque, que comprometen al rey y di latan el desarrollo del bando atacado. Apertura de Peón Dama (A46) Ostende, 1 907 Blancas: F. J. Marshall Negras: A. B um 1 .d4 c!Lif6 2.c!Lif3 d 6 3 . .if4
Es ésta una de las formas lógicas de tratar con las blancas la defensa Chigorin. Después del éxito obtenido por Capablanca contra Reti en Londres, se la consideró suficiente como para neutral izar los efectos de la defensa escogida por Bum. Tiende a dificultar la jugada . . . e5.
7 . . J�ea
Esta j ugada responde al propósito de romper las hostilidades en el centro, mediante . . . e5, pero la gravedad de las amenazas en el flanco rey impide la real ización del plan. 8 . h 5 ! c!Li x h 5 9.gxh5!
Es instructivo el estilo con que Marshall abre brechas sobre el enroque adversario antes que las piezas negras puedan disponerse en la defensa convenientemente. El éxito del ataque finca en la inmovil idad de la dama negra y del alfil dama; en cambio, las blancas pueden acudir con todas sus fuerzas sobre el flanco rey. Una típica lucha por el "tiempo" . 9 . . .g x h 5
La posición era dificil, pero creemos que, mediante 9 . e5, las negras hubieran obtenido mej ores perspectivas que con la jugada del texto. Nunca deben aceptarse sacrificios de piezas del adversario cuando para e l lo sea preciso debil itar el enroque y no se puede transportar igual número de piezas a la defen sa que las de ataque enemigas. . .
1 0 . .ixh7+ ! 1
3 ... c!Li bd7 4.e3 g6 5 . .id3 .ig7 6.c!Li bd2
Las blancas han desarrollado con lógica suma el planteo. Las piezas están dispuestas armó nicamente en el dominio del centro. 6 . 0-0 7 . h 4 ..
Iniciando u n a valiente demostración sobre el enroque adversario, que marca el punto inicial de una magnífica combinación. Quizá el negro no se haya defendido de la mej or forma, pero no puede negarse que el plan iniciado por e l campeón norteamericano es d e l o s más racio nales para intentar destruir el método de de fensa adoptado por el negro.
Este segundo sacrificio destruye los últimos baluartes que protegen al rey negro y prueba las extraordinarias dotes de Marshall como jugador de combinación. Lo que sigue es de gran importancia.
TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA
1 39
XXVI I I .- C Ó MO SE PROYECTAN LAS COMBINACIONES
1 0 . . . ©xh7
Esto favorece e l plan de las blancas. La jugada 1 O . . . Wf8 hubiera dado mayor resistencia, pero era dificil prever la excelente maniobra que sigue. 1 1 . � g S+ ©g6
Si 1 1 . . . ©g8 las blancas ganan mediante 1 2 .Wxh 5 �f6 1 3.Wxf7+ © h 8 1 4 .0-0-0 ! , etcétera. 1 2 .�df3 !
Esta simple y elegante maniobra basta para evitar que el caballo negro contribuya desde e l escaque f6 a la defensa de su monarca y obliga a éste a continuar con su penosa pere grinación. Es simple observar que las blancas, con una torre menos, poseen superioridad en la zona atacada. "
"
1 2 . . . es
Ú nica. Las blancas amenazaban 1 3 . � h4 + , con mate en tres como máximo. 1 3. � h4+ ©f6 1 4. � h7+ ©e7
Otra vez única. S i 1 4 . . . ©e6 1 5 .d5+ ©e7 1 6 .�f5+ + . 1 5.�fS+ ©e6 1 6 . � xg7+
Una captura que resulta imprescindible para la normal realización del ingenioso p lan trazado, pues tiende a evitar que el alfil domine en cierto momento la casilla "d4" y evite un mate. 1 6 . . . ©e7 1 7 .�fS+ We6 1 9 .WxhS+ ©e4 20.0-0-0
1 8.dS+I
@xfS
Las negras abandonaron, pues las últimas jugadas han sido forzadas y el mate en una, por medio de f3, es inevitable. Si 20 . . . exf4 2 1 .E:d4 mate.
1 40
Es probable que muchos lectores observen la identidad de algunos de los temas que estamos tratando y l leguen a la conclusión de que, en realidad, son distintas denominaciones de un mismo aspecto del aj edrez. De esta suerte los temas como el valor de las piezas, de la doble amenaza, de los ataques dobles al enroque y de la ganancia de tiempo en el medio juego parecen efectivamente distintas denominaciones del m ismo, ya que hasta idénticos ej emplos sirven en algunos casos para ilustrar lo que se pretende demos trar. Pero si se suti liza un poco, observará el lector que no es así, puesto que, si todos entran en el terreno de los temas de combinación, ofrecen diferencias apreciables. Además, para cincelar bien en la mente del aj edrecista estudioso los detalles más típicos del j uego de combinación, se hace necesario separar perfectamente las distintas fami lias de combinaciones en el medio juego. Sabemos que la base de toda combinación es el mej or desarrol lo, pero no siempre el rápido desenvolvimiento de las piezas permite l levar a cabo combinaciones ganadoras, y, en cam bio, hay muchas posiciones en las que se hace posible ganar por ataque, mediante sacrificios, y otras en las que gana quien está peor desa rrollado pero en lugar de ello tiene mej or ordenadas las pocas piezas que se hallan en j uego. El tema actual abarca algo de todas estas co sas. Se trata de poner en evidencia cómo se hace técnicamente para ganar tiempos en las posiciones abiertas y la fuerza del sacrificio para eliminar, mediante este heroico remedio, obstáculos que se oponen a la victoria. Es claro que estas combinaciones se rematan muchas veces con dobles o con líneas abier tas, es decir, se aj ustan a otras fami lias de temas de combinación que ya hemos tratado , _ pero no poseen necesariamente esas caracte rísticas, y sí, en cambio, se distinguen por la imprescindible ganancia de tiempos para l le var a cabo el ataque.
ROBERTO G. GRAU
PEOR POSICI ÓN, PERO RECURSO TÁCTICO SALVADOR Veamos e l primer ej emplo, muy i lustrativo. Se trata de una ganancia de tiempo por medio de un sacrificio que aparentemente no mej ora el desarrollo ni empeora la situación del rey. Lo que busca el sacrificio que ahora veremos es simplemente evitar una combinación rival y quitar un alfil contrario del sostén de un im portante peón. La posición es como sigue:
En esta posición jugaban las negras, que tie nen aparentemente mej or colocación. Pero se trata de una situación abierta, en la que siem pre hay contraj uego, por lo que es necesario proceder con suma prudencia en todos los casos. Estos tipos de posición se prestan poco a raciocinios estratégicos y, en cambio, exal tan a primer plano la fuerza táctica del j uga dor. Juega mejor quien anal iza mej or, ya que todo está supeditado al arte de hallar jugadas y detalles imposibles de tener en cuenta en un plan estratégico general. Las negras, que dominan una l ínea abierta y observan un punto neurálgico para atacar al rey enemigo en " h l ", juegan 1 . . .!!b 1 con esa fuerte amenaza. Aparentemente las blancas tienen pocas j ugadas capaces de evitar esta desagradable situación, ya que si juegan 2 . fü1 seguiría 2 . . . !!b2, ganando la dama, y si 2.\Wh 5 , entonces 2 . . . !!h 1 + , seguido de . . . \Wxc3+ y mate a la siguiente. ¿Hay en esta posición alguna razón de mejor desarrollo o de sacrificio para sacar el rey negro de su guarnecida situación, o de ganan-
cía directa de tiempo para j ustificar la victoria blanca? Ninguna. Pero, en cambio, existe un detalle interesante de ser atrapado, y típico en estas posiciones. El detalle es que si se logra ir con la dama a "h5" sin el pel igro de un mate, existe la fuerte amenaza de \Wf7 +. Esta ame naza sería mucho más fuerte aún si el peón "f5 " careciera del sostén del alfil de "e4", por cuanto se amenazaría a la vez \Wxf5 + . L o q u e perj udica para el análisis es el detalle de que el rey blanco, cuando reciba j aque en "h 1 ", debe ir a "g3 " y ponerse baj o los fuegos del j aque de dama en "c3 " . El ideal sería poder ir a "g2", pero está el fuerte alfil negro de "e4", que anula ese cuadro. Si pudiéramos jugar 2 .!!g2 , se habría contrarrestado la ame naza por la fuerza de la continuación !!g7+ , pero el alfil anula esa casilla d e la torre. Pero conocemos el tema de las piezas sobre cargadas, y sin querer hemos planteado el problema en sus verdaderos términos y esbo zado el principio de solución: si el alfil debe sostener el peón de "f5 " , mal puede tomar la casilla "g2 " . Por otra parte, el jugar contra 2 .l:'!g2 �xg2 permite que luego de 3.\Wh5 si 3 ... !!h 1 + se siga con 4 . ©xg2 , desde donde ataca la atrevida torre negra, con lo que esta mos en presencia de un recurso táctico salva dor. Y como la dama sólo puede dar j aque sosten iendo al par una torre agredida por el rey, si logra colocarse en una diagonal que tenga por base la torre atacada (en este caso el j aque debía ser en "e4"), se observa que sólo puede recurrir al desagradable recurso del j aque si sacrifica la torre, con lo que quedará con una pieza menos. La partida se gana, pues, con : 1 . . g b 1 2.gg2 ixg2 3.\Wh 5 g h 1 + 4.©xg2 \Wb2+ .
No 4 . . . \Wf8 por 5.\Wxf5+ 'itig8 6 .\Wg6 + , y mate a la siguiente. 5.'itixh 1 \Wc1 + 6.©g2 \Wd 2+ 7 . ©f1 \Wxf4+ 8 .@e2
Y e l rey se colocará en "b3 " para salir de los j aques, y luego la victoria blanca será senci lla.
TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA
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C Ó MO SE GANA UN TIEMPO Veremos ahora otra posición, en la que se lucha por ganar un tiempo necesario para vencer, ya que el que triunfa debe actuar baj o la desagradable amenaza d e u n mate. L a posi ción es la siguiente :
con el sufrimiento de ver tan cerca el triunfo y sentirse derrotado, abandonando inmediata mente. Si no quiere hacerlo y prefiere morir, pero en seguida, le queda el recurso de ir a " fl " para que le den mate con . . . Wh 1 + + . EL SACRIFICIO T Í PICO Muy parecido es el recurso de ganancia de tiempo que se produj o en la partida que j ugó Rellstab en una sesión de simu ltáneas de Ber lín. Se l legó a lo siguiente :
En esta posición j uegan las negras. Están amenazadas de W!f8 + , seguido si . . . @g6 de Wlg2+ y luego W!xh 7 + + . ¿Cómo hacer para evitar la amenaza y ganar con los peones? De ninguna manera, pues esto no es posible. Hay, pues, que ver si es factible ganar entonces por medio de un contraataque. Lo primero que se observa es que de no existir el peón negro de "c2" se ganaría por la fuerza de la torre negra al atacar al peón "f' blanco. Esta sola obser vación basta para hallar la man iobra para eliminar al peón negro que se opone a la ac ción de la torre. Se produce mediante el gene roso recurso de la ganancia de tiempo. Se gana con : 1 . . .Wh 1 + 2 . @x h 1 c 1 W+ 3.©g2 Wc6+
Para ganar, las negras han necesitado trans formar el peón de séptima (segunda) en dama mediante una serie de j aques. Ahora e l monarca de las blancas está con el terrible di lema de ir a la casilla "h2" para que le den mate mediante el movimiento . . . l:'!xf2 , o acudir al punto "g l ", lo que permitiría el mate un poco más oculto de . . l:'!b 1 + , seguido de l:'!h 1 o bien de . Wh 1 mate, o, lo que posiblemente sea mej or, acabar de una vez
En esta posición jugaban las blancas, que, llenas de optimismo, trataron de dar mate mediante la fuerte agresión que nace de: 1 .ge1
No existe, en apariencia, manera de evitar el mate 2 .Wxg7++, pero existe el recurso del sacrificio y la ganancia de tiempo. Si no estu viera el alfil en "d l " habría mate mediante . . . l:'!d 1 . Surge entonces la idea de ganar un tiempo merced a la entrega de la dama, para ocupar la gran diagonal con el alfil con un j aque y poder colocar la torre en "d l " . S e gana con : 1 . . . Wh 1 + 2.©x h 1 if3+ 3 . © g 1 gd 1 +
.
. . .
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. .
Con mate a la siguiente. Una maniobra típica de ganancia de tiempo.
ROBERTO G. GRAU
LA VICTORIA DE TORRE SOB RE LASKER
XXIX.- LOS PELIGROS DEL E RROR EN LA COMBINACI ÓN
Finalmente podemos citar el desenlace de la famosa partida entre Carlos Torre y el Dr. Emmanuel Lasker en el torneo de Moscú de 1 92 5 . E n ella, el extraordinario maestro mej icano, a l que una precaria salud le impidió llegar a las más altas s ituaciones de nuestro juego, logró la victoria por medio de una serie de ganan cias de tiempo típicas, simples, pero muy ingeniosas. La posición era la siguiente :
La combinación es un recurso heroico del aj edrez que suele dar lugar a partidas notables y a comentarios colmados de adj etivos, pero también a una serie de amargas desilusiones. Cuando un aj edrecista se equivoca en el curso de una partida, el error suele tener una impor tancia relativa si se trata de alguna movida realizada detrás de la propia cadena de peo nes. Pero si el error se produce luego de efec tuar un sacrificio, o la entrega de pieza efec tuada es falsa, nada resta para hacer y la de rrota por falta de material es inevitable. Esto indica que debe meditarse pro l ij amente cada vez que un jugador intenta una combina ción que supone ganadora y que nunca se debe dej ar l ibrado el éxito a la primera impre sión. Cuando se ha entregado material debe suponerse que el rival puede devolver parte de lo conquistado para evitar la derrota y deben sumarse los efectivos restantes, para ver si del sacrificio y del contra-sacrificio no queda algún saldo desfavorable. Numerosas son las partidas maestras que podrían comentarse para explicar la verdad de esta afirmación, pero más prudente resulta mostrar primero algunos ej emplos típicos sobre victorias malogradas por exceso de optimismo.
La s ituación de la dama negra sin sostén y la amenaza de .if6 para realizar una serie de j aques que especulen con el único movim iento del rey negro, que suele producirse en este tipo de agresiones de torre y alfil, dan a Torre la victoria. Ganó con la maniobra que sigue, más gran diosa y espectacular que profunda:
DOS BUENOS EJEMPLOS Veamos el primer caso :
25 ..if6 'i;Yxh 5 26 .gxg7+ © h 8 27.gxf7+
La idea de la combinación es jugar :B:g5+, recobrando la dama, pero antes las blancas hacen una "barrida" de efectivos negros, espe culando con la pobreza de recursos del rey negro. 21 . . . @ga 2s.gg1+ © h a 29 .gxb7+ ©gs 3o.g91+ ©ha 3 1 _ggs+
Y se gana la dama con amp lia ventaj a.
TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA
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En esta posición j ugaban las blancas, que conducía el maestro Ahues, después de reali zar una combinación basada en el sacrificio de dos piezas. Cree que ahora debe ganar, pues no se ve répl ica satisfactoria contra la j ugada 1 .Wxf6 , y que si 1 . . .gxf6 sigue 2.E:g3+ y luego �xf6 + + . La única j ugada que parece posible es 1 . . . We 1 + , para seguir, si 2 . W h 2 , con 2 . . . Wxc3 y quedar con torre y a l fi l a cambio de la dama. Pero Ahues no reparó en que su adversario dispone de una maniobra ingeniosa para sal var la partida, precisamente en mérito a la ventaja de material que posee, y contra 1 .Wxf6 siguió con 1 . . . Wg4 ! , que evita el mate en "g7", amenaza a la vez mate en "g2 " , y si 2 . hxg4 sigue 2 ... gxf6 , con amp l ia ventaja para ganar la partida.
Este cambio imprevisto de la situación y esta inesperada derrota son sólo hij os del optimis mo de las negras, que j ugaron guiadas por el deseo de simplificar y no profundizar mayor mente la posición. Tanto más grave es el he cho si se considera que el final se produj o entre jugadores d e primera categoría d e A le mania. EXCESO DE CONFIANZA También exceso de confianza revela la com binación que se produj o en la partida de Schlage con Helling, en el torneo de maestros de Berlín de 1 932. Se l legó a la posición que sigue:
El optimismo cegó también a las negras en la posición que se muestra inmediatamente :
Las negras tienen la partida ganada por la calidad de ventaj a y la situación del caballo en "f6", que no tiene retirada alguna. En el deseo de l iquidar la posición lo más rápido posible optan por eludir e l j aque actual proponiendo el cambio de damas y j uegan 1 . . . Wg5+ que parece decisivo. Pero hay una répl ica que permite a las blancas ganar de ingeniosa ma nera y es mediante el imprevisto j aque de 2 . 4J g4+ que especula con la necesidad que tiene el rey negro de sostener la dama de "g5 " . Si el rey s e mueve, s e pierde la dama, y si 2 ... hxg4 entonces 3 . E:h 1 + ganando la dama y la partida.
1 44
A primera vista parece que las negras consi guen un final muy favorable luego de la j ugada 1 . . . lbxc3, pues si 2 . axb4 sigue 2 . . . 4J xe2 , y después de 3 . 'it>xe2 , entonces 3 . . . ixe5 , seguido d e . . . E:d4 . Pero hay un recurso de j aque intermedio que asigna a las blancas la mej or partida luego de 1 . . . 4J xc3 2 .ixf7+! ©xf7 (si 2 . . . ©h8 enton ces 3.�xg7+ ©xg7 4 .We5 + , y luego axb4) 3.Wf3+ y luego axb4. No pretendemos manifestar que éstas sean combinaciones notables ni mucho menos, pero, por el contrario, resultan tan simples y aleccionadoras, que se hace necesario tenerlas siempre presentes, pues suelen dar al traste con los mej ores proyectos. Que también en ajedrez el optimismo ciego tiene sus desagra dables derivados.
ROBERTO G. GRAU
UNA OBRA MAESTRA Finalmente veamos una partida completa, corta y bonita, en la que se destaca algún detalle valioso de sacrificio intermedio para crear una posición de mate, mediante j aques y sacrificios de desviación de las piezas activas del adversario. Apertura Sokolsky (AOO) Viena, 1 895 B lancas: M. Fleissig Negras: K. Schlechter 1 . b4
Apertura original en extremo, que, si puede aceptarse como " snobismo" , no puede acon sej arse al aficionado estudioso. Se trata de una de las tantas formas de sorprender al rival, que a veces dan sus frutos, por cuanto el negro, aluci nado por las deficiencias técnicas de la misma, trata de obtener una victoria demasia do rápida sin observar que el hecho de que el adversario cometa una falta de lógica en el planteo no j ustifica un ataque prematuro. Sólo debe tratarse de obtener pacientes ventaj as estratégicas, que hagan de esta j ugada el ori gen de una maniobra tendente a asegurarse las mej ores posibi lidades en el final . En la actualidad se ha l legado a considerar esta maniobra, eficaz en algunas posiciones, como un medio de cooperar en un plan deter minado, y no como un fin estratégico de una apertura. En las aperturas debe jugarse siem pre con un plan determinado: ya el dominio del centro, como pregonan los hipermodernos, o la posesión del mismo, como sostienen los clásicos; pero nunca dan frutos reales los planes extemporáneos. 1 . . . e6 2 . .ib2 lüf6 3.a3 c5 4.b5
Si 4 . bxc5 .ixc5 , seguido de · · ·'ªb6. Si 4.c3 seguiría 4 . . . c4 , y e l alfil quedaría b loqueado, amén de las otras deficiencias. Nos referimos sólo al alfil; por él es toda la j ustificación de la apertura blanca.
4 . . . d 5 5.d4
Esto es un error de concepción. Lo j usto sería 5.e3. Es interesante observar ahora cómo Schlechter desmorona la posición artificial de las blancas. 5 . . .'ªa5+ 6 . lü c 3 lüe4 7 .'ªd 3 cxd4 8 .'ªxd4 .tes
Se inicia ahora una bri llante combinación que recuerda, por sus características, a la " I nmor tal " de Anderssen. Aconsej amos al aficionado que, abandonando el tan común deseo de sorber de un golpe toda la belleza de una combinación como la que se in icia, observe con detenimiento las j ugadas que siguen. 9 .'ªxg7 .ixf2+ 1 0 . @ d 1 d41 1
Schlechter comienza una sucesión de sacrifi cios, con e l solo obj eto de alej ar la dama de la zona de la ofensiva y ganar tiempos. Repeti mos: e l "tiempo" es superior a la "fuerza" en las posiciones de ataque. Cuando se conduce la ofensiva y se cuenta con superioridad de fuerzas atacantes, no debe titubearse en entre gar piezas alej adas del radio de acción del ataque. A medida que el adversario las captu re, irá aumentando, por lógica, la eficiencia de las piezas que cooperan en la acción final. En el presente caso, e l blanco, a medida que captura p iezas, no hace nada por su pobre rey, y las negras sólo prosiguen orientadas hacia el ataque. Cada pieza perdida en esas condicio nes es un tiempo decisivo ganado.
TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA
1 45
1 1 .WxhB+ ©e7 1 2 .WxcB
Triste necesidad. Ante la evidencia de que es imposible oponer una resistencia feliz al ata que negro, el blanco se contenta con obtener material de ventaja, esperando lo imprevisto. 1 2 . . . dxc3 1 3 . .ic1 lLi d 7 !
Del iciosa j ugada, cuya agudeza y objeto estri ba en alej ar aún más la dama de la zona acti va. Esto confirma un elemental principio, que no es inoficioso repetir: la superioridad estra tégica en el juego abierto es preferible a la superioridad material. Un fin táctico, espe cialmente en las posiciones de ataque, justifica cualquier sacrificio. 1 4.WxaB
Tan mala como cualquier otra j ugada. Vea mos: Si 1 4 .Wfc4 :!'!d8 1 5 .Wlb4+ lL! d cS+ 1 6 .�d2 :!'!xd 2+ 1 7 . 'tt> c 1 :!'!d 1 + 1 8 . 'kt>xd 1 Wd8+ 1 9 . © c 1 Wd2 + 2 0 . © b 1 Wd 1 + 2 1 . 'tt> a 2 Wxc2 + y mate a la siguiente. Si: 1 4 .Wlxb? :!'!d8 y luego . . . lL! ecS y . . . lL!eS+, con la victoria de las negras. En cambio, la jugada del texto tiene la virtud de permitimos presenciar una combinación encantadora e impresionante. 1 4 . . . WxbS 1 5.i.f4
Tampoco salvaba la partida 1 5. lL!f3 , a causa de 1 5 . . . Wd S + ! 1 6 .�d2 cxd2 1 7 . c4 lL! c3+ 1 8 . 'tt> c 2 d 1 W+ 1 9 . füd 1 Wxd 1 + 20. 'kt>xc3 Wc 1 + 2 1 . 'kt> b 3 lL!c5+, y mate en dos jugadas. 1 5 . . . Wd S+ 1 6.'kt>c1 i.e3+!
Un final de primera agua. Obsérvese cómo se opera en las posiciones de ataque. El verdade ro punto por donde el negro puede rematar es la casilla "d2 " , que, de no existir el alfil, per mitiría dar mate en tres j ugadas. Lo que debe hacerse en esos casos es eliminar por cual quier medio la pieza que impide la real ización del plan. Schlechter encuentra un procedi miento admirable y matemático.
1 46
1 7 .ixe3 lLif2 ! !
¡ Estupendo ! Las blancas abandonaron. Si 1 8 .�xf2 seguiría 1 8 . . . %Vd2+ 1 9 . ©b 1 Wd 1 + 20. 'kt>a2 Wxc2 + + . S i 1 8 . © b 1 Wb5 + , y mate a l a próxima. Partida que subyuga por la energía de que hace gala el malogrado maestro vienés y por la bri llantez con que la remata. A no mediar los graves defectos de la apertura del blanco, merecería ser considerada como una singular j oya del aj edrez. XXX.- C Ó MO SE RAZONA EN AJEDREZ Que el aj edrecista debe ser desconfiado es una añej a verdad. "Nada hay que engañe más que las jugadas naturales", dij o una vez lumino samente Reti, y esto es una verdad incuestio nable. Los j ugadores sucumben por su abso luta confianza en ciertos detalles rutinarios, y a menudo no observan m inúsculas jugadas que dan al traste con la lógica y el raciocinio. Apoderarse de una línea abierta con una pieza es un consej o técnico sanchopancesco, una verdad de a puño. Pero a menudo las partidas se pierden en real idad por apoderarse de una línea abierta y ganar aparentemente un tiem po. Es prudente apoderarse de una columna abierta dando jaque o atacando a la dama, pero siempre que el rival no mej ore la situa ción de su rey o no gane a su vez un tiempo valioso con la dama. A menudo es más im portante mantener la amenaza de apoderarse
ROBERTO G. GRAU
de una columna abierta que hacerlo, igual que dar j aque por el placer de agredir al rey es un concepto elemental y erróneo que causa mu chos sinsabores a los aficionados bisoños. Los jaques tienen un poder de atracción enorme, son el canto de la sirena del ajedrez y debe desconfiarse de ellos, pues sólo son buenos cuando tienen una finalidad más elevada que el darlos. A menudo un j aque de reservas es una posibilidad magnífica para salvar la parti da, o para ganar un tiempo en la defensa. Todo esto quiere decir que debe jugarse siem pre con un plan y con raciocinio, y que reali zar una jugada por la atracción propia de la m isma, o porque se ataca una pieza, o porque se amenaza un doble, o porque es posible que el rival se equivoque, no es jugar al aj edrez. Jugar al aj edrez no es mover las piezas, de la misma manera que pintar no es tomar los pinceles y manchar una tela. Jugar al aj edrez es poner en marcha el cerebro en una activi dad que recrea, pero que obl iga a un proceso mental armónico y lógico. Que más que un j uego, el aj edrez es un monumento de lógica y de raciocinio. EL PORQU É DE LA COMBINACI ÓN Veamos una combinación simple y observe mos lo fácil que resulta concebirla si el j uga dor posee un elemental concepto de la forma de raciociniar en ajedrez. Examinemos la situación que se ha planteado en esta partida.
menos disponen de un ataque poderoso. Ame nazan Wfxf7+ y el noventa por ciento de los j ugadores efectuarían esta j ugada a la espera de hallar luego una forma de ganar la partida. Este recurso se posee siempre. ¿Por qué en tonces no buscar otra posibilidad de victoria? El rey negro puede huir a "d6" y la j ugada c5 de las blancas podría impedir esta retirada. Se objetará que nadie sostiene este peón, que puede ser capturado por la dama de "b6", pero enseguida se observa que cuando el rey esté en "d6" puede haber un j aque de caballo en "e4" amparado en el hecho de que el peón de "d5 " queda clavado por la torre de "d 1 " Y el caballo desde "e4" dará doble, porque atacará simultáneamente al rey en "d6" y a la dama en "c5 " . Quiere esto decir que por medio de ju gadas lógicas hemos hallado el camino más fácil de la victoria. ¿Qué razones nos impulsa ron a esa maniobra? Pues una muy lógica que es un principio irrebatible en ajedrez. Debe tratarse de efectuar jugadas que limiten las réplicas del adversario. En este caso sólo había dos que tenían esa virtud : o 1 .Wfxf7+, que perm itía la huida del rey sin castigarla rápidamente, o 1 .c5, que atacaba la dama y amenazaba mate y obl igaba a colocar la dama bajo los fuegos de un doble. Quiere esto decir que cualquier j ugador con un adarme de senti do común, con sólo proponérselo, habría ha l lado la simple combinación. UN MODELO DE BOGOLJUBOW Ahora veremos una partida donde la notable combinación que la anima es sólo un mo mento de lógica. Defensa Francesa (C l 3) Estocolmo, 1 9 1 9 Blancas: E . Bogoljubow Negras: R. Sp ie lmann 1 .e4 e6 2.d4 d5 3 . lli c3 llif6 4 . .ig5 .ie7 5.e5 llifd7 6 . h 4
En esta posición j uegan las blancas, que tie nen la partida ganada. A cambio de una pieza
El Ataque C hatard. Esta continuación se ca racteriza por la audacia y la original idad.
TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA
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El objeto es abrir, a costa de un peón, l íneas de ataque sobre el flanco débi l de las negras en la Defensa Francesa. Una línea abierta sobre el flanco débil del enemigo compensa sobradamente el sacrificio de un peón en todas las posiciones. 6 . . . ixg 5
Aceptando la oferta del adversario. S i bien esta jugada representa la ganancia de un peón, faci lita notablemente e l desarrollo de las pie zas enem igas, que comienzan a actuar eficaz mente sobre el flanco rey de las negras, ver dadero punto vulnerable que ofrece la Defensa Francesa, multipl icado en la presente variante por la situación de la torre blanca, que domina el punto "h7", al extremo de restar a las negras la posibilidad de enrocar por ese flanco. Permitir que el adversario obtenga una línea abierta en el ala donde posee mayor espacio para accionar equivale a un suicidio. 7.hxg5 Wfxg 5 1 0 . .!lif4 a6
8 . c!li h 3 Wfe7 9 .Wfg4 g6
Hubiéramos preferido 1 O . . . lll c6, atacando los peones centrales. La j ugada del texto permite que las blancas prosigan desarrollando sin dificultad alguna su p lan de ataque. No nos cansaremos de repetir que la única forma de neutralizar un ataque cuando no es posible defenderse con igual número de fuer zas de las atacantes, radica en contraatacar vigorosamente sobre algún punto importante del frente enemigo. En esta forma se logrará hacer abortar la ofen siva adversaria. 1 1 .0-0-0 c5 1 2.Wg3 c!li b6
Se amenazaba 1 3 . lll fxd S exd5 Wfd8 1 5 . e 6 , etcétera.
1 4 . .!lixdS
1 3.dxcS Wfxc 5 1 4.id3
La posición del negro se toma desesperante. Es necesario ahora contrarrestar la amenaza lll xg6 , y para ello las negras deben retirarse
148
con la dama a " f8 " , obligándola a desempeñar una misión no muy apropiada para una pieza de su valor. Esto contribuye a que se vigorice automáti camente el ataque de las blancas, cuyas p iezas han de ganar en efectividad a medida que las adversarias se vean obligadas, para neutralizar en parte la ofensiva enemiga, a restringirse en sus movimientos. En esta forma se va convir tiendo una posición de ataque en una posición netamente ganadora. 1 4 . . . WffS
La mej or defensa. Si 1 4 . . . lll c4 , Bogolj ubow sugiere 1 5 . .ixc4 , y si 1 5 . . . Wfxc4 1 6 . lll fxdS exd5 1 7 . lll xdS .if5 1 8 . lll f6+ i>f8 ( 1 8 . . . 'it>e? 1 9 .Wfa3+ y mate en dos) 1 9 .!!d8+ 'it>e7 ( 1 9 . . . 'it>g? 20.!!g8+ füg8 2 1 .!!xh?+ 'it>f8 22 .Wfa3+ y mate a la siguiente) 2 0 . lll dS+ ! ! 'it>xd8 2 1 .WfgS+, etcétera. 1 5.ie41
Ingenioso sacrifico de alfi l que imprime a esta partida especial atractivo y pone en evidencia las bril lantes dotes del gran ajedrecista ucra niano, sin duda uno de los maestros de más lucido estilo de juego. El peón "d5" está dominando no sólo la casilla "e4", impidiendo así que e l caballo entre a dominar los puntos débiles vitales "d6" y "f6", sino que obstruye la acción de la torre en el dominio de la columna central. Ahora, por defender el ala izquierda, las ne gras han debilitado considerablemente e l cen-
ROBERTO G. GRAU
tro y, una vez localizado el rey negro en su casilla inicial, por e l dominio de la columna "h" que hace imposible un enroque salvador, las blancas orientan sus esfuerzos sobre la zona débil, amenazando sacrificar el alfil por el peón "d" y definir la lucha. El sacrificio es el medio que debe emplearse para desmoronar la posición cuando se ha reducido la acción de las piezas enemigas. La columna "d" no ofrece más resistencia que el peón. Debe eliminarse a cualquier precio. 1 5 ... dxe4 1 6. c!Li xe4 c!LJ8d7 1 7 .'!Wc3
Según Reti, el más fino movimiento de toda la partida. Las negras no tienen réplica satisfac toria. 1 7 . . . We7 1 8 .c!lif6+ c!Li xf6
Si 1 8 . . . c;f;¡fB 1 9 . lll xh7+ ©g7 20.c!li h5+ gxh5 2 1 . Wg3+ © h 6 22 .füh5+, etcétera. 1 9 .exf6 '\Wf8 20 .'!Wc7 c!Lid7 2 1 . c!li d S ! exdS
Si 21 . . . Wc5 22 .Wxc5 c!Li xc5 2 3 . c!li c7+ ©ta 24.l:!d 8 + + . 22.g h e 1 + c!LieS 23 .gxeS+ i e 6 24. © b 1
Si 2 4 . l:!dxd5 Wh6+, seguido d e . . . 0-0 , y las negras tendrían buenas l íneas de defensa. Resulta ésta una jugada simple una vez expli cada su finalidad. Empero, la omisión de esta clase de j ugadas intermedias, como las deno mina gráficamente Tartakower, es causa de numerosos resultados imprevistos. En todo momento, aun en posiciones netamente gana doras como ésta, deben estudiarse las réplicas adversarias. Un j aque oportuno puede salvar una situación angustiosa; en consecuencia, a ellos debe dedicarse la mayor atención.
Este movi miento tiende a proteger el peón "d5 " . 24 . . . '!Wb4 hubiera sido malo, a causa de la répl ica blanca 25.a3, que habría obligado a la dama adversaria a retomar a " f8 " . Lo que
ahora resta es por demás simple y no necesita comentario. 25.gdxdSI 27 .'\Wc8++
26.gxdS
ixd S
Una partida movida en extremo, en la que el fuerte maestro ucranio hace derroche de inge nio. XXXI.- DIFERENCIA ENTRE EL MAESTRO Y EL AFICIONADO En cierta oportunidad le preguntaron al Dr. Lasker cuál era la diferencia entre un maestro y un buen aficionado. El entonces campeón del mundo replicó: " La diferencia entre un maestro y un buen aficionado no radica preci samente en lo más fundamental. El buen afi cionado tiene a menudo un gran concepto del ajedrez, posee e l sentido cabal de la estratégia y en l íneas generales ve igual que un maestro. Sabe dónde está un punto débil y cómo debe planearse la maniobra ganadora. Pero se equi voca en la concatenación de las j ugadas. Las traspone y malogra oportunidades valiosísimas " . D e lo que s e deduce que l a diferencia está más en la táctica que en la estrategia. Un aficiona do de primera fuerza o un maestro débil tienen el sentido de la posición, pero "ven mal y se equivocan " . De ahí el permanente debatirse en lamentos que sigue a toda partida de aj edrez. El "tuve la partida ganada" es casi siempre una verdad, pero también es cierto que quien con frecuencia repite lo mismo, alimenta una sospechosa costumbre de equivocarse, de la que no debe culparse al aj edrez ni al azar. Es prueba de que sufre una falla ajedrecística, que es la que en realidad le impide jugar me j or, por lo cual bien haría en tratar se subsa narla en lugar de protestar contra el adversario que tuvo la fortuna de medirse con un rival que se equivoca tanto . . . El profesor Ricardo Reti opinaba, e n cambio, que el secreto de la diferencia está en el mej or concepto de la estrategia del juego y en su mayor dominio del planteo de todas las posi ciones. Y nosotros agregaríamos que la supe-
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rioridad está en cada uno de los detalles técni cos del ajedrez, pero que en gran parte radica en la precisión matemática para descubrir las jugadas intermedias de toda combinación, que son en real idad la llave maestra del éxito.
En el torneo de San Remo de 1 929, el cam peón belga Edgard Coite, con negras, le ganó una magnífica partida a Bogoljubow. Se l legó a la siguiente posición:
Juegan las negras, que tienen amenazada una torre y no pueden capturar la torre de "b2" por la amenaza de %lie8 + , seguido de %lih8++. Hay que explotar, pues, la situac ión precaria del rey blanco antes que el blanco reaccione. Existe una situación típica de mate por medio de la maniobra combinada del alfil y la dama sobre el rey blanco, que no puede huir a " fl " porque la dama domina esa vía. Pero hay un obstáculo para dar el mate típico de 1 . . . .ih2+ 2 . © h 1 .ig3+ 3 . @ g 1 %lih2 + , y es que luego de 4 . @f1 no puede seguirse con 4 . . . gxf2 + , porque el peón está sostenido por el a l fi l de "d4" y la torre de "b2 " . Hay, pues, que buscar una maniobra que permita capturar el fuerte alfil de "d4" y ésta se produce por medio de la siguiente j ugada intermedia: J.eS+I
3.c;tig 1
%lih2+
Amenaza . . %lixf2 + + , y s i 5 . gxe2 s igue 5 . . . %lih 1 ++ . .
1 50
El secreto de la victoria ha estado en convertir el sistema de jaques en una maniobra para eliminar el poderoso alfil de "d4 " . EL JAQUE INTERMEDIO
UNA VICTORIA DE COLLE
1 . . . J.h2+ 2 . c;ti h 1 4.©f1 J.xd4
s .gxd4 %lixf2++
Un nuevo ejemplo interesante sobre e l m ismo tema lo ofrece la siguiente posición:
Las blancas tienen calidad de ventaj a y si les correspondiera jugar ganarían mediante %lic8+ y luego gd7+. Pero juegan las negras, que saben que su único recurso rad ica en la posi ble fuerza del peón de "e3 " , ahora inocuo por la posibil idad de contenerlo por medio de @f2 . Hay, pues, que valorizar ese peón, única esperanza de victoria, y la posibil idad de lo grarlo radica en realizar una j ugada intermedia que perm ite luego cambiar las damas para seguir con . . . e2. Surge entonces con meridia na claridad el movimiento 1 . . . .ih2+, ya que si 2 . @f1 , seguiría 2 . . . %lif6+ y luego . . . %lif2 + + , y si en cambio 2 . ©xh2, entonces 2 . . . %lixd 7 , seguido, si 3.gxd 7 , d e 3 . . . e2, coronando e l peón. LA OPINI ÓN DE RETI Pero bueno es que mostremos de qué manera el profesor Reti considera el aj edrez que prac tican los aficionados en comparación al de los maestros. Y para hacerlo, nada mejor que reproducir los comentarios que le sugirió la partida que en 1 925 disputó en Río de Janeiro
ROBERTO G. GRAU
junto con Luis Vianna contra el Dr. Barbosa D'Ol iveira y Marcelo Kiss, aj edrecista húnga ro radicado hace muchos años en Brasil. La partida, por otra parte muy instructiva, prueba lo pel igroso que es dejarse arrastrar por com binaciones ganadoras, aun cuando parezca que perm iten ganar tiempos. Y como detalles ocultos: la acción aparentemente inocua de un alfil en una diagonal y la apertura de una co lumna con un sacrificio hipócrita son más valiosos que las aparentes ventajas de mate rial. Defensa Alekhine (B02) Río de Janeiro, 1 925 B l ancas: B. D'Ol iveira y M . Kiss Negras: R. Reti y L. V ianna 1 .e4 liJf6 2.es liJ d S 3 . c4 liJ b6 4.b3
" Las blancas se desvían del cam ino conocido, pero la j ugada no ha de ser recomendada por que d4 al fin y al cabo tendrá que jugarse, y además las blancas se retardan en el desarrol lo de su flanco de rey " . 4 . . . d6 5 . .ib2
"Perdiendo un tiempo. No obstante, la última jugada de las blancas habría estado justificada jugando primero 5 . exd 6 , porque al tomar el negro con la dama ésta queda en posición expuesta, y si se tomara con el peón, entonces el peón "d" de las blancas (eterna debilidad del ataque contra la Defensa A lekhine) estaría en seguridad y después de 6 .ib2 , las negras tendrían dificultad para desarrollar su flanco de rey " .
compañero era aquí 7 . . . e5, para impedir 8 . d 4 . Sin embargo, ella hubiera sido mala desde el punto de vista de la posición, espe cialmente por ser contraria a los principios de la escuela ultramodema, de no llevar al centro ningún peón que pueda servir en primer tér mino de objeto de ataque adversario. Además, no se debe impedir d4, pues representa sola mente el punto débil en el j uego blanco. Con la j ugada del texto las negras hasta provocan la j ugada d4, mediante la doble amenaza . . . id 3 y . . . ltJ b4". 8.d4 e6 9 . .ie2
"Más natural parecería 9 . tll f3 , y as í las negras con 9 . . . ixb 1 1 0 .füb 1 ib4 + , obl igarían a las blancas a j ugar 1 1 . i>e 2 . Sin embargo, esta variante no es absolutamente favorable para el negro, pues no podría continuar el ataque, y el blanco, a pesar de la posición desfavorable de su rey, se quedaría a la larga con ventaja, debido a tener sus dos alfiles. El punto débil de la posición blanca no es precisamente el rey, sino el peón "d". La continuación j usta a 9 . ltJ f3 sería, por lo tanto, 9 . . . �d 7 , seguido de . . . 0-0-0 y eventualmente . ig4 o . . ie4 . Con la j ugada del texto intentan las blancas continuar con if3 para sostener el débil peón "d" con ltJe2, en cuya cas i l la éste no estaría expuesto al ataque del alfil enem igo, pero por lo menos pierden con ella el enroque" . . .
.
9 . . . ib4+ 1 0 . ©t1
" La única j ugada que evita la pérdida de un peón" . 1 0 . . . §'d7
5 . d x e S 6 . .ixeS ttJ c6 7 . .ib2 ..
"Se ve claro cómo las blancas al retirar el alfil cedieron un tiempo al adversario " . 7 . . . J.fS
"Una jugada que hubiera estado en concor dancia con el temperamento agresivo de m i
"Muy fuerte hubiera sido contestar ahora 1 0 . . . §'f6 , seguido de 1 1 . . . 0-0-0 , pero el ne gro quiere colocar el alfil en " f3 " para em plearlo en el ataque contra el peón "d" y por consiguiente desarrol lar la dama a "d7 " . Esta idea tampoco es mala, pero hubiera tenido que empezar con: 1 0 . . . ie? , pues ahora las blan cas, que en realidad están en situación infe-
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rior, estratégicamente hablando, podrán mej o rar su posición, esenc ialmente, mediante una maniobra táctica de la cual las negras no se dieron cuenta en absoluto, lo que viene a co rroborar lo dicho en la introducción " .
rienda suelta a todo su afán de ataque, espe rando las maravillas imposibles de mi poder combinatorio, y hasta vencer en s ituaciones falsamente planteadas desde el punto de vista de la posición" .
1 1 .cS .!Li d 5 1 2 .a3
1 5.Wid2
"Muy tentadora parecía aquí 1 2 .Wic 1 , para ganar una pieza, pero las negras tendrían va rias respuestas, como 1 2 . . . .!LiaS, y una conti nuación ventaj osa para las blancas no se ve" .
" Se amenazaba . . . .!Li c2 seguido de . . .!Lie3+".
1 2 . . . ixb 1 1 3 .axb4 i g 6 1 4. b S
"Visiblemente el blanco ha logrado mej orar su posición mediante la maniobra indicada por la jugada 1 1 . Tiene la ventaj a de conservar los dos alfiles, además de ejercer una presión sobre la columna "a" . Cierto es que, en cam bio, ha tenido que ceder al negro la fuerte cas i l la "d5 ", lo que hace que el juego negro siempre quede ligeramente superior" . 1 4 . . . .!Li cb4
.
1 5 ... 0-0 1 6 . .!Lif3 Wle7
" Las negras intentan conseguir el cambio de las damas mediante . . . Wf6 y . . . Wf4 para mo vilizar de nuevo su caballo" . 1 7 . h 4 Wif6 1 8 . h S ie4 1 9 . .!LJ g S
" Esta jugada representa un excelente caso como prueba de lo afirmado en el principio, que, en cuanto a combinaciones se refiere, el fuerte aficionado puede equipararse al maes tro. En esta posición las negras podrían muy bien jugar 1 9 . . . id 3. La continuación proba ble sería entonces 20 .ixd3 lli x d 3 2 1 . lli x h 7 Wxf2 + 2 2 .Wxf2 4Jxf2 2 3 . �xf2 �xh 7 , y las negras tendrían aún un final algo mej or por causa de la fuerte colocación del caballo. Pero éstas creyeron conseguir ventaj a con la va riante que sigue sin haberse percatado de la profunda celada de los adversarios · " . 1 9 . . . ixg2+ 20 .©xg2 .!Lif4+ 2 1 . Wf1 W!xg 5 22 J�� g 1
"Un grave error de posición. El caballo está aquí apartado del verdadero campo de batalla y no tiene retirada. De nuevo se reconoce el temperamento demas iado agresivo de mi compañero Vianna, quien me induj o a efec tuar esta j ugada contra mi convicción, pero, y esto es lo psicológicamente interesante, tam bién en contra de su mej or conocimiento. Se manifiesta así lo dicho en el comienzo : m i compañero creyó q u e en esta partida podía dar
1 52
"Están atacando tanto l a dama como e l caballo de "b4 " . Las negras, al hacer su j ugada 1 9ª habían contado con la siguiente salvación aparente, pero se mostró bien pronto que las blancas habían calculado mucho más allá" . 22 . . . WifS 23.dS
"Si ahora 23 .Wlxb4, entonces 2 3 . . . Wc2 " . 23 . . . Wh3+ La valoración de la posición final es correcta, pero hay una omisión: en la jugada 2 1 las blancas pueden jugar sencillamente 2 1 .ti:le4 , quedando con pieza de ventaja. •
ª
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"Todavía más bonito sería 23 . . . eS 24.Wxb4 Wc2 2 5 .Wxf4 ! ! exf4 26.füg?+ 'it>h8 27 .i.f6 ! , y las blancas se quedarían por lo menos con una pieza de más " . iü b d 3 + 24. © e 1 26.Wxd3 ! !
25 . .ixd3
.!üxd3+
Abandonan . XXXII.- LA TRAN SPOSICI ÓN DE JUGADAS Y SU ENORME I MPORTANCIA La importancia de los detalles en la vida es innegable. Muchas personas los desprecian cuando l levan a cabo una idea y suelen fraca sar, a menudo, por minúsculos obstáculos o por causas imprevistas. La historia está l lena de hechos que robustecen nuestra tesis y el famoso foso de Waterloo es un ejemplo vivo. Distracciones incomprensibles han destruido la tarea de muchos hombres y el ajedrez, fiel remedo de la vida, está l leno de ej emplos de una elocuencia notable. Insignificantes transposiciones de jugadas suelen varias totalmente el curso de las parti das, aun cuando el ej ecutante tenga cabal idea del plan general, y omis iones de réplicas apa rentemente absurdas suelen destruir risueñas esperanzas.
riencia, por la habilidad para hallar recursos tácticos que el rival omite en su optimismo. La posición es instructiva. Las blancas domi nan en e l ala rey y las negras en e l ala dama. ¿Cuál es el p lan posible para ganar la partida por la falta de cooperación de las piezas ne gras en la defensa del monarca? Sin duda alguna, la apertura de la columna "g", para que por ella se fi ltre la acción de una torre. Surge entonces el siguiente plan: 1 . fü4 1 . . . exf4 2 . lli a4 G ugada intermedia necesaria, ya que si 2 .gxf4 segu iría 2 . . . dxc3 y la torre dama blanca no podría ir a "g l " por la acción del alfil negro de "c5 "), y aparentemente la partida se gana, pues si 2 . . . bxa4 seguiría simplemente 3. gxf4, y luego l:!g 1 , ganando. Pero surge nuevamente un detalle que malo gra todo esto, y es la j ugada intermedia 2 .. .f3 + , ganando un tiempo y evitando la captura gxf4. Este movimiento no sólo salva ría la posición negra, sino que serviría para ganar la partida. ¿En qué forma puede salvarse este detalle táctico? Pues simplemente con una inversión de jugadas. El plan es el mismo, exactamente el mismo, pero sólo varía en el orden de ini ciarlo. Se debe jugar primero 1 . lli a4 ! , y con tra 1 . . . bxa4 , entonces 2 .fü4 exf4 3.gxf4 , y se ha evitado el jaque intermedio, salvador de las negras. PARTIDA ALECCIONADORA
Veremos primero un ejemplo de transposicio nes de j ugadas fundamentales y luego una partida aleccionadora que demuestra cómo pueden salvarse posiciones perdidas en apa-
Tema es éste generoso en detalles, que mos traremos oportunamente con nuevos ejemplos. Ahora estudiaremos una partida rica en su gestiones. Fue jugada hace muchos años por Valentín Fernández Coria, notable jugador argentino en su época, que vive alejado de las luchas vivas del tablero, y Alej andro Guerra Boneo, que fue una de las más sólidas espe ranzas del aj edrez argentino, y que murió precisamente cuando más se esperaba de su exuberante talento de aj edrecista. La partida ofrece como detalle valioso el ries go que entraña el jugar confiado en la victoria y sin analizar con desconfianza todas las posi ciones, especialmente aquel las donde por medio del vigoroso sistema del sacrificio se
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puede torcer de inesperada manera el curso aparentemente lógico de los acontecim ientos.
Apertura de Peón Dama (A48) Buenos Aires, 1 924 Blancas: V. Femández Coria Negras: A. Guerra Boneo 1 .d4 c!Lif6 2 .c!Lif3 g6 3 .if4 ig7 4 . h 3
Este procedimiento para j ugar contra el "fian chetto" de rey nace de una idea ensayada en repetidas ocasiones contra la Defensa Ph ili dor. Responde al propósito de presionar enér gicamente la base central de peones negros con el alfil, y para ello se le brinda a éste una retirada satisfactoria. 4 . . . 0-0
El maestro holandés Euwe, en su partida del torneo de Londres de 1 922 contra Rubinstein, ensayó, consiguiendo mej or planteo, la jugada 4 . . . b 6 , y Reti, contra Janovsky, en Nueva York 1 924, j ugó 4 . . . c5. 5.c!Li bd2
También es posible 5 . e 3 , pero la del texto es más lógica: el blanco se reserva el derecho de jugar e3 ó e4 en el momento oportuno. 5 . . . d5
6. . .c5!
C o n un claro concepto d e la posición, Guerra Boneo se apresura a sacar provecho de la audaz jugada sexta de las blancas, tratando de valorizar la acción de su alfil de "g7", que actuará eficientemente en el dom inio del cen tro. Un jugador de temperamento más cuida doso que Guerra Boneo hubiera proseguido con 6 . . . c6, y si bien hubiera entrado en meno res compl icaciones, habría renunciado defini tivamente a obtener iniciativa suficiente como para hacer sensible la debil idad del centro adversario. 7.e3 cxd4
Hubiéramos preferido jugar previamente 7 . . . c!Li c6, manteniendo el "status quo" en la posición central de los peones. Malo sería 8 .dxc5 a causa de 8 . . . Wfa5 . 8.c!Lixd4 c!Lic6 9 . c!Li xc6 bxc6 1 O.ie2 c!Li d 7
Es u n a magn ífica jugada con q u e las negras pretenden asegurarse definitivamente el cen tro, mediante . . . e5, y a la vez valorizar la acción del alfil de "g7 " . 1 1 .0-0 ! e s
L o mej or. Malo hubiera sido 1 1 . . . �x b 2 a causa de 1 2 . E: b 1 seguido de 1 3.Wfa4, con mejor partida.
Más usual es 5 . . . c5 ! , como j ugó Euwe contra Colle en el torneo de Scheveningen, de 1 923 . También se suele j ugar; 5 d 6 , oponiendo a la acción del alfil un sólido bloque de peones centrales. La j ugada del texto da una impor tante diagonal al blanco de "f4", pero brinda a las negras grandes posibil idades de dominio del centro.
Esta j ugada no está de acuerdo con la idea central del plan adoptado por las blancas. Más correcto hubiera sido, a nuestro entender, 1 2 .�h2 , alej ando el valioso alfil dama de las blancas de toda posible acechanza enemiga.
6.c4
1 2 .. J'füB
Una j ugada agresiva, de acuerdo con el tem peramento de Coria, pero peligrosa en sumo grado, pues debil ita considerablemente la posición central.
Una buena jugada, aun cuando pel igrosa, pues si bien coloca a la torre actuando sobre una columna l ibre, la sitúa baj o los fuegos indi rectos del alfil "g3 " adversario, lo que fuerza a
. . .
1 54
1 2.ig3
ROBERTO G. GRAU
las negras a fij arse a sí m ismas el peón "e5 " , pieza que p o r e s o pierde todo su valor ofensi vo. 1 3 . �fü 1
L o mej or. 1 3 . b 3 hubiera puesto a la vez s u torre baj o l o s fuegos d e l alfil enemigo. 1 3 . . . lD b G
Provocando c 5 , avance que hará desaparecer toda posibil idad de desmoronamiento del centro mediante cxd 5 . 1 4.cS
Las blancas, que tienen superioridad en el flanco de dama, aceptan de buen grado la provocación del segundo jugador, resueltas como están a buscar una decisión franca en la partida. Se han dilucidado las situaciones: trátese ahora de ver cuál de las dos ofensivas es más eficaz: si la del centro, efectuada por las ne gras, o la del ala izquierda, conducida por las blancas.
UNA M ANIOBRA SUTI L
La maniobra que inicia Coria con esta j ugada es muy interesante y digna de un detenido examen. Obsérvese cómo Coria logra, me diante un hábil procedimiento, sacar provecho de la inuti l ización del peón " e 5 " adversario. 1 7 . . . lDfG
Igualmente Guerra Boneo sigue maniobrando lógicamente y trata de eliminar la más val iosa de las piezas del adversario: el alfil de "g3 " . 1 8 .§'aS §'e7 1 9 .lt:Jd4 id7 20. lDf3
Las blancas han logrado mej orar considera blemente la situación del cabal lo, transportán dolo desde el flanco dama hac ia el flanco débil de su posición. 20 . . . lDe4 2 1 .§'xa7 lDxg3
Por fin las negras han logrado elim inar el poderoso alfil blanco y con ello obtener una posición netamente superior. 22 .fxg3 gas
14 . . . lDd7 1 5.§'a4 §'c7
Las blancas han logrado obl igar a las negras a poner la dama adversaria en una situación comprometida, que valoriza aún más al alfil de "g3 " . Si 1 5 . . . tt:J xcS 1 6 .§'xc6 y habría desaparecido el punto de apoyo de la posición central negra. 1 s.mc 1 fS
Las negras comienzan a intensificar sus es fuerzos en el centro del tablero para compen sar la trabazón de sus piezas en el flanco da ma. La posición de las negras sería form idable a no mediar la acción del alfil dama adversario, que contiene por ahora toda demostrac ión violenta. 1 7. tt:l b 3
EL PRIMER ERROR SERIO
No es ésta probablemente la continuación más en concordancia con el espíritu de la presente posición. Guerra Boneo, que se hal laba apre miado por el tiempo, sólo atinó a buscar el procedimiento más simple para recuperar el peón, en la conciencia de estar con una posi ción muy superior. A pesar de que lo efectuado por el negro es, a nuestro entender, suficiente para hacer evi dente su superioridad, creemos que más de acuerdo con las exigencias de la posición era 22 . . . f4 . La razón en que nos apoyamos para j ustificar nuestra observación es, no sólo la debi l idad del centro y el flanco derecho de las blancas, sino también la circunstancia de ha llarse la dama blanca completamente alejada de la zona central del combate. Lo lógico es, entonces, tratar de sacar pronto provecho de la debil idad adversaria.
TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA
1 55
La jugada . . .f4 no sólo abre l íneas a la torre rey, a la dama y al alfil rey, sino que propor ciona un peón l ibre en "d5 " , que basta para asegurar la victoria final. Además, en cual quier momento las negras pueden recuperar el peón. Veamos: 22 .. .f4 2 3 . g xf4 exf4 24. exf4 , y en esta posi ción las negras pueden pretender la victoria mediante un procedimiento tranquilo en base a 24 . . . l:!xb 2 , y si 2 5 . l:!xb2 Wi'e3+, seguido de 25 . . . Wfxc 1 + y luego 26 . . . Wi'xb2 , o mediante 24 . . . Wi'e3+ 2 5 . 'itif1 (si 2 5 . 'iti h 1 �xh3) 25 . . . �xh 3 26.gxh3 l:!xb2 ! 27.l:!e1 (porque si 27.Wi'a6 �d4 ! ! 2 8 . llixd4 l:!xf4+ 2 9 . llif3 l:!xf3+, seguido de mate en dos jugadas) 27 . . . �d4 ! , e igualmente, empleando el proce dimiento de la variante anterior, se l lega a la m isma posición de mate en dos j ugadas.
Tentando a las negras al avance del peón "e", movimiento que resta la posibilidad de iniciar un ataque de la factura del por nosotros suge rido, pero que igualmente hubiera bastado para la victoria de las negras. Además, esta maniobra es necesaria, pues forma parte de un plan ingenioso, cuyo éxito depende de la torre dama.
Persistiendo en el error estratégico. Las negras no se han percatado del plan de las blancas, distraen sus fuerzas del flanco rey, decididas como están a ganar en el de dama, y faci l itan en esta forma una ingeniosa contra demostración.
Amenazando . . l:!b8. .
EL RECURSO
28 . .tc4 ! 1
Esta impresionante jugada asegura a l blanco un ataque de dificil defensa.
1 56
La partida desde ahora entra en su faz más interesante.
28 . . J�2a7
Mejor parece ser 28 . . . l:!b8, y si 29 .�xdS+ �g7 30.Wi'xb8 Wxb8 3 1 .�xa2 �e8 , y la partida sería muy dificil para ambos. La j uga da del texto permite que Coria, desplegando una vez más sus extraordinarias dotes de ju gador de combinación, obtenga una lucida victoria. Justo es confesar, empero, que Gue rra Boneo disponía de escasos minutos para efectuar sus últimas trece j ugadas, lo que justifica todo error. 29 . .ixd S+ @g7
Es evidente que si 29 . . . cxdS 30.Wi'xd S+, seguido de 3 1 .c6 o 3 1 . lli xeS, según los ca sos, ganando. 30.ixc6 ! !
La clave de l a combinación. Después de esta magnífica jugada, la posición negra se desmo rona rápidamente. 30 . . . gxb7 3 1 .ixb7 gbs 32.cS
Las j ugadas de las blancas no precisan co mentario: son eslabones de un p lan perfecta mente calculado, que sirvió para transformar una posición dificil en victoriosa. 32 . . . e4 33.c7!
ROBERTO G. GRAU
Si 33 .l'!xd?+ Wxd7 34.cxd? exf3 , y las perspectivas de las blancas serían poco claras. 33 . . . .ixc3 34. cxdB'IW gxd8 35. bxc3 exf3 36.gxf3
Las negras abandonan. Partida rica en ense ñanzas, que mereció el honor de figurar entre un grupo seleccionado de ejemplos que publi có el Dr. Emmanuel Lasker en su famoso " Lehrbuch des Schachspiel" y que prueba de qué manera debe desconfiarse siempre. En la jugada 27ª las blancas están perdidas, y me diante una maniobra inesperada, pero que pudo ser prevista, cambió el curso de la lucha. XXX I I I . - LA VERDADERA DIFICULTAD: LAS MANIOBRAS TÁCTICAS Que la dificultad táctica en ajedrez es grande lo saben por experiencia todos los aficionados. En las posiciones comunes la mayoría de Jos jugadores sabe de qué manera debe orientarse el ataque. Tiene Ja sensación de cuál es el punto débil y conoce por experiencia cuál es el sistema para l levar acabo la ofensiva. Pero incurre frecuentemente en el grave error de transponer jugadas y de malograr, por falta de sutileza en el análisis, esfuerzos mentales armónicos e intensos. La dificultad táctica en el aj edrez es el detalle llevado a primer plano y, en real idad, es difícil establecer principios científicos para evitarla. Se puede demostrar, como lo hemos hecho a través de una larga serie de capítulos, cuáles son Jos temas centrales de la combinación en ajedrez, y por qué razones un j ugador puede proyectar planes de sacrificio aparentemente atrevidos. Hay puntos de referencia que per miten saber si ha llegado Ja hora de iniciar una ofensiva y razones más o menos claras para determinar cuál es el plan a seguir en cada caso. No sucede Jo mismo en las ejecuciones de las combinaciones, ya que no hay teoría que pueda considerar los accidentes tácticos de una lucha. Para superar estos obstáculos, sólo tiene e l j ugador a su disposición el mayor o menor poder de su capacidad aj edrecística, como prueba el siguiente ejemplo.
En este momento juegan las blancas, que parecen tener Ja victoria asegurada por medio de l'!e8 + , seguido, si . . . tt:J xe8, de d7+ y dxe8W. A primera vista parece simple el camino de Ja victoria y las blancas, conduci das nada menos que por Grünfeld, se dejaron encandi lar con esta aparente posibil idad y j ugaron así: 1 . l'!e8+ 'it> b 7 ! 2 . d 7 l'!g2+ 3 . 'iti h 1 tll f5 4.l'!b8+, y fue tablas por j aque continuo por medio de l'!a8+ y l'!b8+, por la amenaza de mate en "g3 " . E n cambio, mediante una simple transposición de jugadas habrían ganado, o sea j ugando primero 1 . d 7 + , a lo que las negras deberían seguir con 1 . . . 'itic7 2 . l'!e8, con Ja amenaza de coronar el peón con jaque. Como se observa, una simple variación de j ugadas que encierra un secreto táctico: obl igar al rey negro a ir a "c7" y no a "b7", desde donde logra evitar que el peón blanco corone con j aque. PARTIDA ALECCIONADORA Y ahora veremos una partida instructiva. En el la, Femández Coria batió a Grau en exce lente forma, precisamente por haber, este último, l levado a cabo un plan ganador de manera errónea. La idea de la combinación estaba correctamente delineada, pero erré Ja maniobra para ejecutarla y quedé con una posición inferior por un simple error táctico. No ya por la transposición de j ugadas, sino por la defectuosa idea de ej ecución. Una vez más el detalle táctico malogrando una exce lente idea estratégica.
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Apertura Vienesa (C28) Buenos Aires, 1 924 B l ancas: R. G. Grau Negras: V. Femández Coria 1 .e4 eS 2 . tli c 3 icS
Desusada répl ica contra la Apertura Vienesa, la favorita de Anderssen, que si bien no es la más enérgica forma de tratar con negras esta apertura, tiene como compensación la ventaj a d e eludir la posibil idad d e caer e n una d e las más complicadas variantes que se originan mediante 2 . . . tli f6 , donde suelen estar en des ventaj a los j ugadores que, como Coria, j amás se han preocupado de estudiar minuciosa mente las aperturas. Femández Coria sólo trata, en consecuencia, de llevar a las blancas a terrenos escasamente conocidos, donde pueda imponer su tempera mento de j ugador de combinación. 3.ic4
En este momento las blancas tienen varias jugadas por adoptar: 3 . tli f3 , 3 . g 3 , etc., cual quiera de las cuales basta para obtener una cómoda igualdad. Existe, entre los numerosos estudios realiza dos, una sumamente curiosa variante de Ham pe, uno de los profundos conocedores de la Vienesa, que hermanó su nombre con Al lgaier en la notable variante que l leva sus nombres. No rechazamos el deseo de publicarla, a pesar de que quizá hoy en día no resista un análisis severo. Veamos, en lugar de 3 .ic4 , la jugada 3 . tli a4 �xf2+ 4 . iixf2 Wh4+ 5 . �e3 Wf4+ 6 . � d 3 dS 7 . iic3 Wxe4 8 . 'it> b 3 tli a6 (si 8 . . . �e6 9 . tli c S , segu ido de a3 o c3, ganan do) 9 . a 3 (si 9 .c4 b S ! 1 0 . cxbS Wb4 + 1 1 . iic2 �fS+ 1 2 . d 3 Wxa4+ 1 3 . b 3 WxbS, etcétera, y si 9 .�xa6 , seguiría 9 . . . bxa6 1 0 .c3! Wxg2 1 1 .Wf3 �h 3 ! , y el negro estaría mej or) 9 . . . Wxa4+ ! (si 9 . . . �e6 1 0 . d 3 d4+ 1 1 . c4 dxc3+ 1 2 . iixc3, etc.) 1 0 . �xa4 lll cS+ 1 1 . �b4 aS+ 1 2 . �xcS (si 1 2 . iic3 seguiría 1 2 . . . d 4 + 1 3 . �c4 b6 1 4 . 'it> d S -si 1 4 .'it>bS lll e 7 ! - 1 4 . . . f6 1 5 . 'it>c6 'it>d8, con
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mate en dos jugadas) 1 2 . . . lll e7 ! 1 3 .�bS+ �d8 1 4.ic6 ! b6+ 1 5 .iibS lll xc6 1 6 . �xc6 (si 1 6 . �a4 lll d4 ! , con mate en dos) 1 6 . . . �b7 + ! 1 7 .�bS (si 1 7 . �xb7 �d 7 ! 1 8 .Wg4+ 'it>d6, y mate e n dos) 1 7 . . . �a6+, y tablas por repetición, pues hay que seguir con 1 8 . iic6 �b7+, etcétera, como sucedió en la partida Hamppe-Me itner, Viena 1 872, pues si 1 8 . �a4 ic4 , seguido de 1 9 . . . bS mate . 3 . . . tlif6 4.d3
Lo mej or, pues 4 . f4 da origen a una variante complicada favorable al negro: 4 . . . �xg 1 ! (si 4 . . . 0-0 5 . d3, y no 5 . fxeS por 5 . . . lll xe4 6 . lll xe4 Wh4+) 5 . füg 1 lll xe4 6 .�xf7 + �xf7 7 . lll x e4 l'!e8 y las negras están mej or. 4 . . . tli c6
A nuestro entender inferior a 4 . . . c6, j ugada que tiene un doble objetivo: impedir la posible intromisión del caballo blanco en "d5 " y pre parar la ruptura del centro de las blancas me diante la jugada liberadora . . . d5, que en todas las aperturas de peón rey, como bien lo de mostrara Reti, constituye la clave de la defen sa de las negras y sirve para proporcionarles, en la mayoría de las aperturas del peón rey, mejor partida; por ej emplo: 4 . . . c6 5 . f4 d6 (En una partida entre Zukertort y Anderssen se prosiguió as í: 5 . . . dS 6 . exdS cxdS 7 .�bS+ tlic6 8 . fxeS �g4 9 . tli ge2 tli h S 1 0 .Wd2 Wh4+ 1 1 .g 3 Wh3 1 2 .d4 �f3 1 3 . fü1 , y las blancas obtuvieron la mej or partida.) 6 . tlif3 bS 7 .�b3 a5 8.a4! b4 9 . tli e2 tli bd7 1 0 . lll g 3 0-0 . En otra de las partidas entre Zukertort y Anderssen l legaron a esta posición y continuaron de la siguiente manera: 1 1 .We2 �a6 1 2 .fxeS dxeS 1 3 . tt::l fS Wc7 1 4 . fü1 l'!ae8 1 5 . lll g S h 6 1 6 . lll h 3 �h7 1 7 . fü3 lll xe4 1 8 .Wxe4 lll f6 1 9 .Wh4 e4 20. lll gS+, y las blancas quedaron mej or. 5.ie3
Es ésta la jugada j usta para explotar el ligero error estratégico que representa el movim iento
ROBERTO G. GRAU
4° de las negras, pues no existiendo por el momento el peligro de la fuerte répl ica negra . . . d5, representa la ganancia de un valioso tiempo que las blancas aprovechan para su mejor desenvolvimiento. 5 . . i.b6* 6 .'!Wd2 d6 7 . � g e2 i.e6 8.�g3
1 1 .. J�gS
Lo mej or. Es claro que no 1 1 . . . g 6 , a causa de 1 2 .�gS ! , seguido de 1 3 . lll f6+ , ganando. Si 1 1 . . .�xe3 1 2 .Wxe3 0-0? 1 3 .Wg 3 ! g6 1 4 . lll x d5 ganaría.
.
Esta j ugada responde al deseo de impedir 8 . . . �xc4 , a causa de la grave debil idad que las negras se crearían en "f5 " , pero no es, probablemente, la j ugada justa ... En los planteos de las características del pre sente, en que la lucha se circunscribe al cen tro, resulta perj udicial alejar las piezas del radio central. Era de considerarse 8 .�g 5, impidiendo ... d 5 , j ugada que no sería una pérdida de tiempo con el alfil, como aparen temente parece, por cuanto al colocarse prime ro en "e3 " forzó a las negras a perder un tiem po con su alfil rey (5 . . . �b6) .
1 2 .ihG
Jugada tan bonita como mala, que pone en evidencia una vez más lo dific i l que es com binar con exactitud y, aún más, lo dificil que es en las posiciones abiertas dominar el tem peramento, no dejarse arrastrar por los en cantos de una combinación aparente. Preciso es reconocer, empero, que desde este mo mento Femández Coria comienza a j ugar con habil idad suma, desarrollando esa exuberancia de recursos que tantas victorias aparentemente difíciles le ha proporcionado.
8 . . .d S
D e la oportuna realización d e esta jugada depende, como ya hemos dicho, la suerte del juego. En la presente ocasión representa sólo un desahogo para las negras, que han logrado vencer en parte las dificultades del planteo. 9.exdS �xdS 1 0 .ixd S ixdS 1 1 . � h S
Las b lancas, que n o s e resignan a perder la iniciativa, comienzan una larga y peligrosa combinación, que si bien no da los resultados supuestos, sirve para imprimir a la partida singular interés. En este momento, confieso que supuse tener una partida muy superior, y probablemente se debe a ese concepto exagerado -aparte de la habilidad y precisión con que mi fuerte adver sario maniobró- la pérdida de la partida. ' Tambien es correcto jugar 5 . . ..be3 6 .fxe3 ltJa5 7.ib3 liJxb3 8 .axb3 0-0 9 .liJf3 d6 1 O.O-O liJg4 1 1 .%\le 1 f5,
con equil ibrio, Lombardy-Smejkal, Banja Luka 1 976. A considerar es la manera en que jugó Schlechter contra Rubinstein en Berlín 1 9 1 8: 8 .ixe6 fxe6 9 .ixb6 ••
axb6 1 O.O-O 0-0 1 1 .f4 d5 1 2 .exd5 exd5 1 3 .fxe5 ltJxe5 1 4 . liJd4 con una ligera ventaja para las blancas.
Lo correcto y suficiente para obtener en el peor de los casos una cómoda igualdad habría sido 1 2 .�gS ! , pues las negras no podían re pl icar con 1 2 . . . f6 a causa de 1 3 .�xf6 , y si 1 3 . . . gxf6 1 4 . lll xd S , etcétera. 1 2 . . . g x h 6 1 3 .�xdS
Esta j ugada aclara el verdadero propósito de las blancas al efectuar la combinación iniciada con lt:J h 5 y continuada con �h 6 . A primera vista parece que las blancas, por la superior conformación de sus peones, por las debilida des que ofrecen los del adversario y por la amenaza lll f6+ , estuvieran mej or; pero no es
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así, como se verá por la continuación posterior del juego. Coria se encarga de demostrarlo. 1 3 .. ,gg61
Con esta simple j ugada desaparecen todas las amenazas del ataque combinado de los caba l los y comienzan las dificultades para el blan co en la l ínea "g" abierta. 1 4.�xb6 axb6 1 5. � g 3 tyd s
Esta excelente j ugada complica seriamente la situación de las blancas, que se ven forzadas a enrocarse en el flanco de rey baj o la perenne amenaza de la l ínea abierta. Es interesante observar cómo Coria ha colocado la dama de manera que actúa eficazmente sobre ambos flancos. 1 6.0-0 0-0-0
Con un claro concepto de la posición, Coria, que sabe que tiene la iniciativa, rehusa la posibilidad de ganar un peón a trueque de verse privado de la dirección de la lucha, porque después de 1 6 . . . i'!xa2 1 7 .i'!xa2 tyxa2 las blancas, mediante f4, obtendrían una bue na posición de ataque que compensaría sufi cientemente e l peón de menos, por la cir cunstancia de que en un final los peones ne gros poco úti l podrían hacer, por hallarse dos de el los doblados.
deficiente conformación de peones negros, Coria ha iniciado una correcta maniobra que conduce en impecable forma. 20.cxd3 tyd4+ 2 1 . © h 1 gh4 22 .tyg s f6
La forma enérgica y háb i l con que Coria está l levando a buen término el ataque, sólo mere ce elogios. Ahora trata de alejar la dama de la zona del ataque sin preocuparse de recobrar el peón entregado. 23 ,tyd2
Mejor que 23.\Wg 7 , por cuanto la dama queda más próxima a la zona atacada. Por ejemplo: 23 . . . llieS 2 4 . lli e2 \We3 , etcétera. 23 . . . �es 24.�e2
Las blancas se están defendiendo en la mej or forma, pero todo se estrella ante la precisión de las maniobras del negro. 24 . . . tyg41 2s.g14 Wi'g s 1 1
Decisivo. Las blancas n o tienen defensa ante las amenazas . . . llixd3, . . . i'!xd3 o . . . lli g 4 . 26.g3
Esta jugada acelera la derrota, pero en cual quier caso las blancas están perdidas.
1 7 .f4 e4
Otra vez lo mej or. S i 1 7 . . . exf4 1 8 .\Wxf4 las blancas estarían mej or. 1 8 .f5 gg4 1 9 .tyxh 6 exd3
Decidido a violentar la lucha rápidamente, antes de que las blancas logren mejorar su posición y arribar a un final favorable por la
1 60
Con esta simple y bonita combinación, Coria da e l último toque a la más inspirada de sus creaciones del Torneo Mayor de 1 924. 27. ©xh2 �f3+
Y las blancas abandonaron.
ROBERTO G. GRAU
CAPÍTULO 111 TEMAS TÁCTICOS 1.-
EL JAQUE DOBLE COMO TEMA TÁ CTICO
Hay tipos de combinación e lemental que ha cen las delicias de los j ugadores principiantes. Uno de e llos es el j aque doble, que es la preo cupación permanente de los que tienen cierta práctica en el j uego y la obsesión de los que inician sus pasos en el terreno de la técnica aj edrecística. Pero no nos interesa ahora mos trar este tipo de j ugadas, consideradas como el accidente de una lucha. Lo que deseamos es hablar de las ideas elementales de combina ción, que envueltas en una serie de dificulta des, más o menos importantes, gravitan pode rosamente en la suerte de las partidas. El recurso del j aque doble con un caballo es habitualmente empleado como elemento de azar de una partida. Los j ugadores bisoños mueven el cabal lo, por ejemplo, a "g5 " , para ver si la ingenuidad del rival les permite ganar material. Si aciertan, se llenan de alegría y hasta creen que han efectuado una combina ción magnífica. Si fracasan, retoman contritos con la pieza a la espera de que en otra oportu nidad la ingenuidad del rival les permita reali zar lo proyectado.
mental y cuáles son los detalles estratégicos que les sugiere la existencia de combinaciones de gran calidad. Así como en música un tema simple, bien trabaj ado, puede adquirir una j erarquía clás ica, así también en ajedrez una combinación prim itiva y vulgar puede l legar a tener tonos de gran belleza s i quien la ejecuta la disfraza con una serie de man iobras com plej as y detalles intermedios de gran novedad. UN EJEMPLO VULGAR Veremos, a través de ej emplos, en su mayor parte sugeridos por el alemán Richter, de qué manera de la vulgar combinación en muchos casos así como de su existencia y excelente apl icación surgen victorias rápidas y casi inesperadas. Y también observaremos de qué manera el tema que nos ocupa, tan manoseado y desprestigiado por los malos j ugadores, l lega a adquirir inusitada belleza. Lo iniciaremos con un ejemplo simple y típico de j aque doble que suele apl icarse en muchas posiciones. Pero veamos primero la posición, correspondiente a una partida entre e l Dr. Max Euwe y Davidson, en Amsterdam en 1 924:
EL DOBLE COMO RECURSO TÁCTICO El j aque doble sólo puede justificarse como detalle táctico. Amenazarlo cuando no es posible darlo, sólo es digna de ser considerada buen jugada en aj edrez cuando forma parte de un plan estratégico. Por ejemplo, cuando para evitarlo se fuerza al rival a desmej orar su conformación de peones, o simplemente si, bajo la amenaza de un doble, se intenta modi ficar la situación primitiva del caballo. Tema e lemental, aun considerado desde el punto de vista técnico en que lo colocaremos, ha de ofrecer detalles de sumo interés para los aficionados y ha de mostrar de qué manera los jugadores de cierta fuerza faci l itan su tarea
La posición no ofrece, aparentemente, ningún detalle importante. Pero cualquier j ugador de alguna experiencia atrapará rápidamente dos fundamentales. Primero, que hay una pieza
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negra sin apoyo, que es el caballo, y que, de no existir éste, podría j ugarse tt:lxe4 , atacando la dama. Y esto hace que brote ensegu ida la combinación ganadora: 26.'.Wd S + Wg7, el rey debe ir a esa cas i lla, pues es necesario defen der a la vez el caballo de "f6", y entonces surge sin dificultad el sacrificio transitorio de 2 7 . \Wxf6+, para continuar luego de 27 . . . Wxf6 con 2 8 . tt:l xe4+ doble, recobrando la dama para ganar el peón y la partida. Hemos visto en el simple ej emplo anterior cómo el jaque doble, como tema de combina ción, decide una partida aparentemente larga y difíci l . En este caso se acentuó, porque las blancas especularon con la situación de una pieza sin apoyo y la convirtieron en tema de combinación. Y ahora que ya conocemos la idea central del tema que nos ocupa, lo obser varemos a través de otros ej emplos complejos y de mayor jerarquía, para asignarle al vili pendiado j aque doble el lugar que le corres ponde. Ya mostraremos de qué manera gravita en los finales artísticos, pero ahora seremos menos exigentes y nos conformaremos con algunos otros ejemplos de partidas vivas, en los que la hábil explotación del tema decidió la lucha. " EL CAZADOR CAZADO" Y veremos, en primer término, de qué manera Bogolj ubow, con las negras, castiga a Euwe (en el torneo de Marich Ostrau de 1 923), de la misma manera que éste lo hizo con Davidson, mediante un oculto doble:
1 62
Antes de seguir adelante aconsejamos a los aficionados que observen la posición y traten de buscar las razones que pueden haber per mitido a Bogoljubow hal lar la combinación, que, por cierto, no es difícil; pero el las suelen escaparse a la percepción de los mismos maestros, por cuanto nada autoriza a suponer que la partida esté decidida. Se observará primero que las blancas no han enrocado y que, de no estar el cabal lo en "c3 " , podría seguirse con . . .ixf2+ y luego . . . tt:l e4+ doble, o también primero con . . . tt:l e4 y luego . . . .ixf2 . El caballo de "c3" está solamente apoyado por la dama, de lo que se deduce que la dama, el retomar la pieza que se entregue por el caballo, quedará sin apoyo y a merced de un doble: del mismo doble que el cabal lo evitaba. Y, efectuadas estas deducciones, surge sin dificultad la idea de que debe haber una combinación posible, que es la siguiente : .
1
...
.ixf2+ 2.Wxf2 �xc3 3 .�xc3 tt:l e4+
Ganando un peón . Como se observará, una vez más hemos visto una combinación que tenía por base la oportuna ej ecución de un jaque doble, que por cierto no encerraba otra aspiración que la muy modesta de ganar un peón. Y es que, en realidad, la verdadera fina lidad de la mayoría de las combinaciones en aj edrez es lograr que el las sean simples deta l les tácticos de la lucha. EL DOBLE COMO MANIOBRA DE SOST ÉN
ROBERTO G. GRAU
Ahora subirá el diapasón de la belleza de este tipo de maniobra con el ej emplo (diagrama en página anterior) de una partida del torneo de Swinemunde, de 1 930, entre Wagner, con las blancas, y Rellstab. En ella la idea ofrece una jugada intermedia de mayor calidad. La posición también debe ser estudiada por el aficionado antes de seguir adelante. Para pro gresar cuando se estudia, es necesario lograr compenetrarse b ien de la dificultad que ofrece cada posición propuesta. Analice el aficionado y verá que la posición blanca ofrece una apre ciable ventaja, ya que cuatro de sus cinco piezas actúan en la zona donde el rey adversa rio se encuentra un tanto desmantelado. Las piezas negras, en cambio, si bien defien den los puntos básicos de la lucha (el caballo, el peón "g6", el alfil evita lll e6+ y la dama toma "f6"), no actúan agresivamente, y ade más las torres están radiadas de la lucha en sus casil las de origen y han de tener gran dificul tad en hacerse valer por Ja cantidad de piezas que hay en primera (octava) l ínea. Pero, ¿cómo se gana? Si se pudiera eliminar el cabal lo de "f8" el procedimiento sería simple, pues seguiría Wxg6+, etc. El jaque de lll h5+ parece bueno, pero la verdad es que, al no poderse seguir con lll f6+ , disminuye mucho su importancia. Pero de esta serie de ideas generales surge Ja j ugada clave, que ha de perm itir revivir el recurso del doble como man iobra ganadora. Y esa jugada es E:e8 ! , entregando l a torre, ya que ésta acude para atacar el cabal lo de "f8", sin contar con otro apoyo que el por cierto formidable que le acuerda la amenaza de lll h5+ seguido de lll f6+ doble, pues la dama, al ir a "e8", no sólo deja de cuidar el punto "f6", sino que se colo ca baj o los fuegos del doble. Las negras si guieron, a 2 0 . E:eB ! , con 20 . . . Wg5 (si 20 . . . Wxd4 2 1 . lll h 5 + , seguido de E:e7+, con mate a la siguiente) 2 1 .We3 h5 22 .We5+ y Juego abandonaron. Como se observará, la partida no terminó por medio de ningún doble, pero fue ganada por la fuerza del sacrificio inicial, que tenía un solo secreto y era el de que Ja amenaza doble pro porcionaba el apoyo suficiente y decisivo a la pieza aparentemente sacrificada.
DOS TEMAS QUE SE VINCULAN Daremos otro ej emplo de partida viva que ofrece ya una sutilización del tema, pues se realiza una combinación de sacrificio que basa su eficiencia en la háb i l ej ecución de un jaque doble, luego de una larga maniobra con un caballo. El tema no es nuevo, pues ha dado Jugar a muchas combinaciones similares. Se trata de una maniobra típica, que es posible apl icar en muchas posiciones, ya que gira en Ja fuerza del doble, vinculado con el j aque descubierto.
É sta es una posición difici l . Las blancas están amenazando Wxh 7 + y Wxf7 +, en ambos casos con grave riesgo para el monarca negro. Pero la posición de la dama blanca, sin apoyo, sugiere al negro una combinación en base a un oportuno doble. Es decir, hay dos combina ciones que terminan con un doble y una de ellas absolutamente ganadora, pues se remata con la ganancia de una torre. Y también en este caso la pieza indefensa (la dama blanca) es tema de combinación. 1 ... Wxf1 + 2 .@xf1 lll d2+
También permitía recobrar la dama la jugada simple 2 . . . E:d 1 + 3. ©e2 lll g3+ doble y des cubierto, pero nada habrían ganado las negras. En cambio ahora, mediante una maniobra más larga y de corte muy simi lar, se gana íntegra mente una torre. 3.©g 1 ge 1 + 4.©h2 llif1 + 5.©g 1 llig3+
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O 5 . . . li:le3+. 6.©h2 li:l xfS
Recuperando la dama. En este ej emplo, un poco más largo, pero no más complejo, se advierte de qué manera puede adquirir jerar quía el j aque doble como maniobra táctica y no como simple golpe de azar. 11.-
POR QUÉ SE PRODUCEN LOS JAQUES DOBLES
Que hay en aj edrez multitud de detal les que faci litan el razonamiento del j ugador, es una verdad añeja. Como que, de no existir puntos de referencia, no podría surgir el razona miento. También existen detalles típicos que permiten realizar combinaciones lucidas espe culando con eventuales situaciones de piezas rivales. Hemos visto cómo el v i lipendiado jaque doble, o la doble amenaza por medio de un caballo, primitiva arma de todo princi piante, en manos de maestros permite efectuar combinaciones lucidas. La idea, en realidad, es la misma en apariencia que la perseguida por el j ugador b isoño, pero, si se analiza con breve detención, se observará que no. Una cosa es intentar dar un jaque doble por sorpre sa, procedimiento que puede brindar victorias, pero en realidad deleznables, pues sólo espe cula con la tontería del rival, y otra es hacer del jaque doble un recurso táctico que permita debil itar la posición adversaria, mejorar la situación de una propia pieza, o abrir paso a otra, o aun ganar material de manera matemá tica. Lo primero es, en este caso, una forma de divertirse a costa de la inocencia del adversa rio, lo que técnicamente no puede ser conside rado con seriedad, y, lo segundo, e l triunfo del buen ajedrez. Y como este j uego sólo puede merecer respeto por la calidad técnica que posee, y adquiere j erarquía por lo que signifi ca, como pretexto para poner en ejercicio el razonamiento y dar libertad a la imaginación, sólo puede aceptarse como técnicamente ho nesta toda combinación que para nada tenga en cuenta la experiencia o inexperiencia del
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adversario. Y el jaque doble, generalmente arma un poco artera, puede tener la misma dignidad técnica que las otras combinaciones si se lo emplea de la manera esbozada antes, y la que veremos ahora, a través de nuevos ejemplos sugeridos, como los anteriores, por el l ibro de Richter. PIEZAS APARENTEMENTE INDEFENSAS Veremos primero el ej emplo que ofrece la posición a que arribaron en una partida que jugaron en consulta Farhni y Von Scheve contra Kostich y Gunsberg. En ella se logra, por medio de la amenaza de un doble, mej orar la posición de una pieza y lograr otro tipo de ventaja.
En esta posición las blancas j ugaron: 1 .tll e4
Sacrificaron la pieza en apariencia, pero ésta se encuentra defendida por el recurso táctico que brinda el jaque doble que se verá acto seguido. Los puntos críticos de la posición están en las cas i l las vinculadas por e l engra naje de movimientos de ambos caballos. O sea "g5-f7" o "d6" y "f6". Se amenaza además tll d 6+, y, como la captura del caballo es pro bablemente forzada, la partida siguió así : 1 . . . '!Wxe4 2 .ixf7+ ©f8 .
Si 2 . . . @xf7 seguiría 3 . tll x g5+, con j aque doble. Obsérvese cómo, mediante el doble
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sacrificio de ambas piezas menores, el rey y la dama negros se colocan justamente en dos cas i llas vinculadas por la acción eventual de una sola pieza: un caballo desde "g5 " . 3.'!Wd 8+ @g7 4.\Wxg8+ @h7 6 .ig8++
© h 6 5 .\Wxg 5+
Toda la combinación ha sido posible porque las blancas hicieron de la amenaza de jaque doble un recurso táctico excelente. LA " FOURCHETTE" Y EL JAQUE DOBLE El ej emplo que insertamos ahora es mucho más bonito, pero también simple, ya que en realidad este tipo de combinaciones que nacen de ideas estratégicas tan primarias, una vez desnudadas del aderezo de algunas jugadas intermedias bonitas, dificilmente pueden l le gar a impresionar decididamente. En real idad, la mayor o menor belleza que poseen surge de la habilidad para concebir el plan con antici pación. Veamos:
entonces la j ugada clave, que es 1 . lll d S , ame nazando la dama y bloqueando la torre. Pero esta jugada debe ser bien analizada, ya que puede seguirse con 1 . . . llixdS, pero entonces surge la posibilidad, luego de 2 . exdS !!xd S , de continuar con 3 .'!Wa7 , amenazando '!Wa8 , ganando, por lo menos, calidad. La j ugada es, pues: 1 4. � d S !
Las negras optan por sacar la dama atacada de "b4" para, a la vez, evitar la "fourchette" del peón "c", pero no reparan que ahora otro tema se vinculará al primero. El jaque doble entrará a gravitar de manera decisiva. Se observa que si llie7+ el rey sólo puede ir a "d8" o "b8 " , donde se coloca bajo la amenaza de otro doble en "c6", sacrificando un caballo. Lo único que lo impedirá en parte es la dama, que al defender la torre y el peón compl ica el análisis, pero surge entonces el pujante recur so de entregar la dama para colocar a la dama rival baj o los fuegos de un perfecto jaque doble. 14 ... \Wcs 1 5 .'!Wxd4 '!Wxd4 1 6. � e7+ ©b8 1 7 . lli 7xc6+ bxc6 1 8 . llixc6+
Quedando al final de cuentas con una calidad de ventaja. En este caso hemos visto cómo dos temas viej os y primitivos han permitido decidir en notable forma una partida y de qué manera las combinaciones más simples adquieren jerar quía cuando se prevén con gran anticipación y se adoptan las providencias para que sean matemáticamente perfectas. A esta posición arribaron Bogoljubow, con las blancas, y Hans Müller, con las negras, en el torneo de Triberg de 1 934. La situación es aparentemente sólida para las negras, pero hay un detalle que debe tenerse en cuenta: la dama y la torre negras están separadas por una sola columna entre sí y pueden ser agredidas por el peón "c". Esta posición, denominada "four chette" , es tema de una posible combinación de sacrificio, ya que, sacando el caballo de "c3 " , sería posible la doble agresión. Nace
EL PRECIO DE UN ERROR En la posición de la página siguiente juegan las negras y tienen un procedimiento típico para ganar la dama y arribar a un final proba blemente tablas, especulando con que la dama blanca está sin apoyo y existe la eventualidad de un j aque en "d i " . Debieron jugar 1 . . . llif3 , seguido, luego de 2 . lli xf3 , por 2 . . . !!d 1 + 3 . !!xd 1 \WxcS.
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PIEZAS SOBRECARGADAS COMO TEMA DE DOBLES En una partida que disputaron los maestros Grünfeld, con las blancas, y Eliskases, durante el torneo de Viena de 1 93 5 , se arribó a lo siguiente:
En lugar de eso j ugaron: 1 ... lll b3
Con la misma amenaza, pero sin tener en cuenta que existe la posición típica de los dobles por la existencia de una pieza atacada en una cas i l la que está vinculada a otra que domina un caballo rival : la torre en el escaque "d6", que se halla en un punto vinculado al de "f7". Nace entonces la idea de la combinación ga nadora, que estriba en la oportuna realización de un doble. 2.l'!a8+ @ h 7 3 .Wxd 6 !
É ste sacrificio es para dejar s i n apoyo el punto "Tl" y especula con la amenaza �h8+, que obliga a . 'itixh8 y coloca al rey negro en el otro extremo de la red de cas i llas vinculadas por la acción que ej erce un caballo desde el punto " tl " . . .
3 . . . Wxd6 4 . l'! h 8 + @ x h 8 5 .lll xf7+
Las negras, en un final simple, con tres peones menos, debieron abandonar. Este final muestra cómo el desconocimiento de una regla típica como es la de especular con las piezas sin apoyo y hacer de e llas temas de combinación, impidió a las negras ganar la dama, y cómo e l aprovechamiento de la idea de los jaques dobles dio la victoria a las blan cas.
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Es ésta una posición instructiva, que nos mostrará hasta qué punto puede ser insufi ciente una defensa cuando ésta se l leva a cabo por medio de piezas sobrecargadas y de qué manera gravita la idea del jaque doble en este tipo de posiciones. Las blancas están defendiendo su cabal lo de "h2" con el rey y la torre, de manera que luego de una simplificación que se produzca en este lugar el monarca blanco irá a parar, precisa mente, a "h2 " . Existe además para las negras la posib i lidad de dar un jaque doble en la casilla "f3" que está aparentemente evitado por la torre de " f2 " ; pero como esa pieza debe apoyar a su dama, que está agredida por la dama negra, resulta que no puede desempeñar a la vez ambos ministeribs y el jaque doble existe en realidad. La maniobra ganadora, hechas, pues, estas aclaraciones, es simple. Veamos: 46 . . . �xh2+ lll f 3+
47.�xh2
�xh2+
48.@xh2
Ganando la dama con el caballo o con la da ma.
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PERO HA Y QUE DESCONFIAR SIEMPRE Pero no siempre los jaques dobles son temas exactos de combinación, pues muchas veces por ganar un peón se dej a mal situado el ca ballo que captura y esto puede ser muy grave. Cuando se especula con una combinación de doble hay que estudiar siempre las posibilida des de retomar al j uego que tiene la pieza que entra en el j uego rival, y el ej emplo de la par tida entre Swiderski, con blancas, y Marshall, j ugada en el torneo de Montecarlo de 1 904, es ilustrativo:
En esta posición las negras se ven amenazadas de Wi'd8 + + , y en lugar de neutralizar directa mente la amenaza por medio de 1 . . W/e8, no encuentran nada mej or que especular con la s ituación de la dama negra y con los recursos que brindan las cas i l las conjugadas de "g2 " y "d i " , que pueden ser dominadas simultánea mente mediante . . . lll e3. Siguen, pues, con: .
III.- EL DOBLE EN FINALES COMPUESTOS DE G RAN JERARQU Í A Hemos visto cómo el j aque doble, la elemen tal maniobra de que hacen uso y abuso los aj edrecistas principiantes, puede ser algo más que el accidente de una partida, y cómo mul titud de obras de arte de la técnica fincan su bondad precisamente en la hábil ej ecución de esta maniobra, que adquiere en esos casos los aspectos de una combinación clásica. Hemos visto al j aque doble como maniobra táctica gravitando en la suerte de una partida, no para ej ecutarlo, sino para crear debilidades en el frente rival . Lo vimos decidiendo cotej os rápidamente, cuando todo parecía normal, y lo estudiaremos ahora, antes de entrar en el te rreno de la partida viva, a través de una serie de ej emplos de final de estudio. Observaremos cómo este tema, apl icable en multitud de posiciones cuando se colocan las piezas rivales en casillas conj ugadas, que tengan vinculación entre sí por medio de la acción de un caballo en un cuadro concéntri co, ha dado margen a multitud de obras de arte del ingenio aj edrecístico. UN EJEMPLO ESTUPENDO Empecemos con un ejemplo de Kubbel, el marav i lloso compositor ruso. En él las blancas tienen una torre menos y aparentemente están perdidas, pero veremos cómo se ingenia el compositor para hallar una solución matemá tica a las ambiciones blancas de triunfo.
29 . . . Wxg2+ 30. @xg2 lll e3+
Dando doble y recobrando la dama, pero . . . 31 . @f3 ! lll x d 1 32.c4
Y el caballo atrevido queda copado y luego de \t>e2 sucumbirá. No siempre es bueno encandilarse por el agra dable fulgor de este tipo de combinaciones, pues el optimismo irreflexivo es en ajedrez, como en todo, la madre de muchos desacier tos.
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¿En qué causa pueden fundar las blancas, a las que les corresponde j ugar, su derecho a la victoria? En la atrevida situación del rey negro y en el hecho de que la dama rival se halla sin apoyo en "g2 " , lo que obliga al rey negro a jugar con sumo cuidado para evitar un descu bierto. La solución es la siguiente:
Y si el rey va a "b4" se gana la torre con tli c?+, mientras que si se mueve a "a4" o "c4", la jugada es tli b6+. Véase de qué mane ra se ha especulado con el doble para ganar este final estupendo y de qué económica ma nera el caballo ha ido de "e2" a "a8", barrien do las piezas rivales. RECURSO INESPERADO
1 .W/a2+ ©b4
No 1 ... © b 5 , ni 1 . . . � d 3 , porque el caballo blanco da j aque, y sigue W/xg2.
Interesante es la manera de cómo se explota la idea del doble para empatar una partida apa rentemente perdida en este otro final de Kubbel, que insertamos a continuación :
2.W/b2+ ! �c4!
Nuevamente única. 3 . tli c3++ mate.
Si
2 . . . �a4
�� -'
seguiría
3.W/c2+1 ©b4 4.©b21
•
•
•
�
" �
� f' "' � .i. �
�
Una vez defendido el cabal lo, las blancas avanzan el rey para darle un punto de apoyo a la dama y amenazar \Wb3++.
•
• • •
4 ... W/d S
•
•
•
•
Ú nica. S i 4 . . . a4 seguiría 5 .\Wc5++. Pero ahora las negras han colocado la dama en una casilla conj ugada, con la de "a4", que puede ser agredida simultáneamente por el caballo desde "c3 " , y este hecho provoca la combina ción que sigue, que ofrece una red de jaques dobles magníficamente tendida.
Las negras tienen ventaj a material y amenazan . . . \Wd8 + , ganando. ¿Cómo pueden las blancas salvar la partida? Pues, ya que disponen de dos cabal los, tratando de realizar maniobras defensivas que especulen con el doble. Juegan así :
5.W/a4+ ! !
1 .if6 1
Sacrificio de desviación que coloca al rey baj o la serie d e dobles. Obsérvese que la torre está en "a8 " , que tam bién tiene una casilla que conj uga los saltos del caballo con la situación del rey en "a4" o "c4" : la de "b6".
Entregan el alfil para poder seguir con una jugada de caballo que ataque la dama y ame nace un mate. 1 . . . W/xf6
5 ... @xa4 6 . .lü c3+ ©b4
Necesaria, pues si no seguiría 2 . tli b6 + �xc5 3.ie?++.
Forzada.
2 . .lüd71 !
7 . .lüxdS+
Otra notable jugada de sacrificio.
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2 . . . ixd7 3 . ll'l b6+
2 .ixg7 gh4
Y ahora las negras están ante e l desagradable dilema de que si juegan 3 . . . ©c5, sigue 4 . lll xd7+ doble, y si efectúan 3 . . . ©xc3, en tonces 4 . ll'l d 5+ con jaque doble, ya que si 4 . . . cxd 5 , las blancas quedarían ahogadas y sería tablas. Como se observará, ésta es una nueva sutileza en la apl icación del tema de los dobles en la construcción de finales. Y esto tiene multitud de reminiscencias en la partida viva, como lo veremos cuando mostremos algunos encuen tros en que este tipo de recursos tácticos gra vitó de poderosa manera.
Única por las amenazas de doble antedichas. 3.g3!
S iguen las blancas hostigando a la torre, que va quedando sin casi llas. No puede ir a "h3 ", por 'it>g2 , ni a ninguna cas i l la blanca de la quinta (cuarta) horizontal, por los dobles en las cas i llas conjugadas "f6" o "b6 " . La torre está, pues, perdida, y el final se resuelve así, en mérito a la hábil explotación del tema de los dobles. EL TEMA TRATADO POR TROITZKY
UNA I DEA INGENIOSA No menos ingeniosa es la idea de Rinck en el siguiente final :
El final parece muy dific i l de ganar, pues si bien hay un agresivo peón en "c7 " , hay otro negro en "a3 " , que incomoda, y la torre está pronta para acudir a cualquier zona. Y no parece que también la recóndita idea de un jaque doble sea la que decida la lucha. Vea mos: 1 .ll'ld5+ ©d7
Esto parece que ayuda a las negras, pero en realidad el rey negro se ha puesto a tiro de jaque en "f6" o "b6", de lo que se deduce que la torre negra no puede ir a "g8", ni a "a8", ni a "h7", ni a "h5 " ; la red comienza a tenderse.
Otro ej emplo valioso nos lo da el final de Troitzky que insertamos acto seguido. En él la idea del doble es también muy oculta y mate máticamente exacta. Obsérvese la posición y luego cómo se produ ce la victoria blanca:
Las b lancas tienen varios peones y dos piezas menores, pero nada podrían hacer en realidad contra la dama, por la falta de coordinación de sus fuerzas. Pero existe el gracioso recurso del doble, y veamos de qué manera lo explota Troitzky: 1 .g7 \Wg6
Única. Si 1 . . . '!Wd 8 seguiría 2 .ie6 . 2 . ll'lf8 1
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El peón se defiende indirectamente por la amenaza de un doble en "e6 " . 2 . . . tvxg3 3.i.g4! 1
Este es el secreto del final. Las blancas reali zan un sacrificio para colocar la dama negra en una casilla blanca, pues al j aque del caballo en "d7" el rey negro debe colocarse en una cas i l la b lanca. Para dar un doble con el caba llo hace falta que las piezas agredidas estén en cuadros del m ismo color. 3 ... tvxg4 4.�d7+ @d6
Pero las negras disponen de un cuadro negro y evitan el doble. Mas si se observa con deten ción se verá que el peón está en una cas i l la negra y que, siguiendo con: 5.�f6
Se amenaza entrar a dama, y s i las negras para evitarlo juegan. 5 . . . tvxg7
Sigue . . . 6.� e8+
Dando doble y ganando e l final. Resulta notable la red de cas i llas que el caba llo ha logrado dominar por medio de la ame naza que significa el peón de "g7" y la impo sibilidad que tuvo e l rey negro de alej arse de la zona de influencia del cabal lo. EL DOBLE PARA DESVIAR UNA PIEZA Y, por último, veremos otro final de Rinck, en el que la idea del doble gravita de otra mane ra, ya que no se da para ganar material, sino para desviar un caballo rival de la zona en que actúa. En la posición que sigue las blancas, para ganar, deben coronar el peón "h", pero a pri mera vista éste será contenido por el caballo, por la ganancia de tiempo del j aque en "d6 " .
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Para ganar hay, pues, que apelar a alguna suti leza. Y Rinck la encontró con notable habil idad. 1 .f6 gxf6 2 . h 5 �xg3 3 . h 6 �f5 4 . h 7 �d6+ s.@b4 �f7
El peón parece estar por el momento conteni do, pero ahora surge el recurso de un doble, que nace de un detalle valioso. Si el caballo blanco diera j aque en la cas i l la "c5 " sería j aque mate. Juegan entonces: 6 . � e6
Amenazando mate. 6 . . . @b7
Y ahora el rey se ha colocado justo en la casi lla conjugada con la de "d8", desde donde se atacan ambas piezas negras, y como el caballo negro está sobrecargado, pues debe evitar h8W, las blancas ganan inmediatamente me diante la simple jugada. 7.�d8+
Etcétera. Vimos, a través de estos ej emplos, la gran j erarquía que adquiere el tema de j aque doble en manos de maestros. Lo veremos enseguida en el desarrol l o de partidas de torneos.
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IV.- EL JAQUE DOBLE EN LA PARTIDA VIVA Largo es e l viaj e que hemos realizado para estudiar la variedad de recursos que ofrece el j aque doble y su importancia en la partida viva. Estudiamos una serie de posiciones de partidas en las que el doble decidió victorias absurdas. Lo vimos más tarde gravitar ocul tamente en una serie de finales de estudio y lo analizaremos ahora en una serie de partidas en las que la háb i l explotación de los recursos agresivos del caballo y el conocimiento exacto de las características de ciertas posiciones permitieron real izar combinaciones aparente mente muy ocultas. Pero para todo aquel ju gador que siga este curso y observe la serie de detalles valiosos que ofrecen determ inadas posiciones, no será tan dificil el encontrarlos en posiciones simi lares. Las combinaciones en aj edrez no brotan es pontáneamente. Son el producto de una serie de detalles que el j ugador observa y que a menudo el subconsciente le indica. Hay mo mentos en que un j ugador se pregunta: "¿Có mo se me puede haber ocurrido esta jugada?" ; pero, s i n embargo, si sutiliza u n poco s e dará cuenta que hay una serie de detalles caracte rísticos que le permiten intuir cuál es el plan ganador y por esta causa atrapar la j ugada maestra. Nada se produce por azar y nunca las j ugadas surgen por obra de milagro. Todas las combinaciones tienen causas para surgir, y muchas obras de arte para los neófitos son simples tonterías para los expertos. Son sim plemente temas de ataque mejor o peor lleva dos, y en el caso de los dobles, como manio bra técnica de j erarquía, y no por cierto como j ugada que sólo especula con la inocencia del rival, hay muchos factores que permiten idear este tipo de planes. Clara muestra de ello nos la dará el estudio de algunas partidas típicas que se han disputado en la Argentina en dis tintas épocas. LAS CASI LLAS V INCULADAS Veremos una partida j ugada hace años en B uenos Aires entre Femández Coria y Grau.
En la misma el primero logró ganar un peón mediante una típica maniobra de doble con un caballo, que especulaba sobre un claro sentido de las posibilidades que para el caballo se desprenden de la existencia de piezas rivales indefensas, en la red de cas i llas vinculadas directamente a su acción. Gambito de Dama (D30) Buenos Aires, 1 925 B lancas: V . Femández Coria Negras: R. G . Grau 1 .d4 dS 2.lüf3 lüf6 3 .c4 e6 4 .igS lü bd7 S.e3 c6 6 . lü bd2 §'as
Primer error de concepto. La dama en "a5 " suele ser eficaz en la Cambridge Springs, por cuanto vulnera al caballo de "c3 '', que tiene cierta dificultad para ser bien defendido. En el presente caso vulnera un caballo muy bien sostenido, que amenaza situarse en "c4", pre cisamente en una cas i l la desde la cual atacará a la atrevida dama negra. 7 .ixf6 lü xf6 8 .id3 d xc4
Es necesario eambiar peones antes que las blancas se enroquen, para evitar que retomen con el caballo. Pero esa maniobra sólo logra ser dilatada, ya que no es posible evitarla. 9 .ixc4 id6
El negro preparan el avance de su peón "e" y evitan lll e5, pero para lograrlo deben colocar el alfil indefenso precisamente en una cas i l la vinculada a la que ocupa la dama en "a5 " . E s decir, que u n caballo e n ese sector amenaza el doble ataque a estas piezas. Está, pues, trazado el esquema de la posible combinación de las blancas y éstas han de aguzar sus senti dos para sacar provecho de ese defecto de construcción de la situación de las negras. 1 0 .0-0 es
Esta j ugada, que en apariencia es excelente, presenta un defecto grave, pues dej a indefenso
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el peón " f7 " , que a su vez se hal la vinculado a la casilla "d6", donde está un alfil indefenso que puede ser atacado por un caballo desde "c4", el cual simultáneamente ataca a la inde fensa dama de "a5 " . Esto muestra que el juga dor que conduce las negras no se ha percatado de la importancia que tiene la teoría de las casil las conjugadas, que años más tarde él mismo estudió y aclaró. 1 1 .§'b3
Las blancas, en cambio, j uegan con gran lógi ca y claridad y esbozan en este momento una combinación que finca su fuerza en la explo tación de la existencia de piezas sin apoyo, o con apoyo insuficiente, en cas i llas conj ugadas.
alfil le ha cedido su plaza al caballo, que des de "c4" atacará la dama, el alfil, el peón de "e5 " , que evita por ahora una amenaza de "fourchette" (doble ataque con un peón a dos piezas), y simultáneamente extenderá su ac ción hacia la torre de "f7", que se hal la en otra cas i l la conjugada con la red de cuadros que el cabal lo blanco puede dominar. Y si se observa que además el otro cabal lo, por otra vía ("e5" o "g5 "), puede colaborar en la acción sobre esa red de casil las, mal ocupa das por piezas negras indefensas o mal apoya das, se verá la lógica de la combinación reali zada y la serie de detalles que la justifican. 1 2 . . . �xf7 1 3 . c!Li c4!
Apoderándose de la casilla crítica. 1 1 . . . 0-0
1 3 . . . §'d S 1 4.c!Lixd6 PERO LA TORMENTA VIENE . . .
Las negras creen haber resuelto sus problemas por medio del enroque, pero en realidad no es así. Las blancas han creado un engranaje de piezas perfecto para explotar la debi l idad de la red de piezas negras y no han de fracasar ante la simple j ugada rival. 1 2 .ixf7+!
Ahora entramos en el terreno de la técnica. Si primero, 1 4 . dxe5 seguiría 14 . . . �e 7 y las negras conservarían sus dos alfiles, que en posiciones abiertas suelen ser muy poderosos. 1 4 . . . §'xd6 1 5.dxeS
Y ahora, al desaparecer el alfil negro de "d6", el peón de "e5" carece de apoyo debido, y otro tipo de doble (el doble de peón o la "four chette") entra a colaborar en la lucha. 1 5 . . . §'e7 1 6 .exf6 §'xf6
Notable sacrificio, pero realmente simple para un j ugador que comprenda la vastedad de recursos que brindan las cas i llas conj ugadas y conozca el tema de los dobles como maniobra táctica. Obsérvese la posición y se verá que el
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Y las negras quedaron con el peón menos a causa de la inteligente man iobra de las blan cas, que supieron sacar provecho de la posi ción típicamente defectuosa del segundo juga dor. La partida no nos interesa más para nuestro tema. Las blancas jugaron luego con menos energía y permitieron que mediante un opor tuno sacrificio de torre por caballo las negras lograran una posición favorable; pero la ver dad es que han ganado un peón y si ahora jugaran 1 7 .c!Lid4 tendrían una posición con pocos riesgos a cambio de la ventaj a de mate rial.
ROBERTO G. GRAU
EJEMPLO EXTRAORDINARIO Observaremos ahora otro ej emplo, aún más expresivo, ya que se trata de una de las parti das más cortas disputadas nunca en los tor neos mayores argentinos. En ella las blancas ganaron por medio de una red de amenazas de jaque doble, perfectamente trazada. Se verá así cómo un mal planteo tiene su castigo y cómo el j aque doble con el cabal lo, mejor dicho, la amenaza de doble, tiene una jerar quía extraordinaria cuando se la sabe planear y ella forma parte del plan general. Apertura de Peón Dama (A47) Argentina, 1 925 B lancas: A. Guerra Boneo Negras: R. De Witt 1 . c!ll f3 b6 2.d4 ib7 3 .if4 c!ll f6 4.c4 es 5. c!ll c3 g6 6.dxcS bxcS 7 .Wb3 Wc8 8 . c!ll bS
Comienzan las blancas a especular con el planteo defectuoso de las negras. Amenazan la simple j ugada 9 . c!ll c?+ doble, pero en real idad lo que preparan es el pase de la dama blanca hacia el centro del tablero, para explotar la posición de la dama y el rey negros, que se han puesto baj o la amenaza de doble por me dio de la casilla conj ugada "d6 " . 8 . . . d6 9 .We3 ! !
Jugada magn ífica y difícil de hallar, ya que la rutina critica, con razón, por cierto, esta colo cación de una dama delante del peón rey
cuando el alfil no tiene vía de desahogo. Pero para hal lar esta jugada, que en real idad no aspira a dar el j aque doble en "d6", sino que sólo pretende debi l itar la posición negra, Gue rra Boneo debió comprender perfectamente la riqueza del recurso que surge de la situación de piezas rivales en cas i l las accesibles a saltos de cabal lo. 9 . . . ©d7
Malo sería 9 . . c!ll e4 por 1 0 . c!ll g S , entregando el caballo para dar el doble en "d6" o en " f7 . S i 1 0 . . .f5 , para defenderlo, 1 1 .f3, atacando el caballo y materializando alguno de los dobles amenazados. .
1 0 .c!ll g s c!ll g4 1 1 .Wg J c!ll h6 1 2 .WhJ+ Wd8 1 3 .WcJ f6 1 4. c!ll xd6
Y con una nueva y agresiva j ugada del caballo dama, que ahora colabora con el de rey en la amenaza de c!ll f?+ doble, y ataca simu ltánea mente a la dama, Guerra Boneo puso fin a esta lucha, verdadero modelo de maniobrar con los caballos. Las negras abandonaron, ya que si se captura el caballo sigue Wxf6 + , dando un doble de otro tipo absolutamente distinto, pero doble al fin. V . - LA EXPERI ENCIA DEL DOBLE EN G RANDES TORNEOS Terminaremos con el tema que estamos con siderando sobre los recursos que brindan los dobles con el caballo y la dignidad que puede alcanzar esta subalterna maniobra si se la usa con intel igencia. Hemos dicho que en realidad queremos sal ir en defensa de la misma y de mostrar que si es criticable y absurda como elemento de sorpresa, es proficua cuando se la apl ica en posiciones determinadas, que ofre cen detalles típicos para este tipo de manio bras. En el torneo de Estocolmo de 1 93 7 , muchas fueron las partidas valiosas que realizó el equipo argentino. Sus hombres j ugaron con eficiencia suma, y la calidad del j uego desple-
TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA
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gado superó en mucho a la que muestran los mismos en Buenos Aires. La importancia del compromiso y la conciencia de la responsabi l idad agrandaron a nuestros aj edrecistas, que hubieron de enfrentar a maestros de fama internac ional. Pero ahora sólo nos interesa lo que tenga relación con el doble como elemento de com binación. Comentaremos, pues, una partida publicada en su oportunidad en Buenos Aires, pero en la que no se destacó el detalle señala do, ya que había que mostrarla, como es natu ral, sin detalles técnicos característicos. MODELO IN STRUCTIVO Fue la partida que real icé con e l danés Paul sen, la que se desarrolló de la manera que sigue : Gambito de Dama (03 8) Estocolmo, 1 937 Blancas: C. Paulsen Negras: R. G. Grau 1 .d4 dS 2 . c4 e6 3 . .!Li c3 .!Lif6 4 . .!Lif3 .!Li bd7 S . .igS .ib4
Esta j ugada, llamada Variante Manhattan, por haberse disputado por primera vez en un tor neo realizado en Nueva York en 1 9 1 9, ha sido generosa en triunfos para muchos aj edrecistas argentinos. Palau se adj udicó multitud de victorias con ella en Europa, entre otras, una frente al gran maestro Euwe, y la reedité con éxito señalado. Se trata de una j ugada de valor dudoso, pero que exige, para ser combatida, un profundo conocimiento de la misma, y en los torneos hay que confiar siempre en la sorpresa que las maniobras antiguas de plan teo producen en el ánimo de la gran mayoría de j ugadores. 6.ti'b3 es 7 . cxdS exdS 8 .dxcS §'as
Las blancas han p lanteado defectuosamente sus p iezas. Para aislar el peón central negro han cedido el centro y, además de tener la dama colocada en zona vulnerable, las abruma
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la preocupación que surge de la debil idad famosa y típica de la diagonal e l -a5 , que da margen a tantas variantes teóricas en la aper tura del peón dama. 9.a3 .ixc3+ .!Lie4
1 O .ti'xc3 ti'xc3+
1 1 . bxc3
Comienza la danza de los caballos, que ha de culminar con el tema de los dobles, que nos interesa en este capítulo. Las líneas abiertas y los peones de las blancas doblados en la co lumna "c" son razón sobrada para afirmar que las negras están mejor. Las dos columnas que sus torres podrían ocupar, las de "b" y "d", quedarán vulneradas mediante la acción de un cabal lo en "c3 ", fáci lmente situable, porque el peón que allí se encuentra carece de apoyo. 1 2 . .ie3 .!LidxcS 1 3 .g3 .ie6 1 4 . .ig2 13c8 1 S . .id4 0-0 1 6. i'! b 1 b6
Las l íneas están tendidas. Las negras han tratado primero de inmovilizar el peón de "c6", para luego colocar el caballo en "a4" y hacer que todas las piezas coincidan sobre el m ismo punto. Es necesario desaloj ar el caba llo de "e4", ya que en real idad la gravedad de la amenaza sobre el peón de "c3" adquiere importancia, porque un caballo, desde ese punto, atacará simultáneamente la torre y el peón de "e2", que quedará indefenso en caso de enrocarse. 1 7 . .!Lid2
Necesaria. 1 7 . . . .ifS 1 8 .i'!b4
La partida entra en su período crítico. Las blancas no se resignan a cambiar los cabal los por la fuerza de la répl ica 1 8 . . . �xe4 , seguida, luego de la simplificación, de la s ituación decisiva de una torre en "c4" Con la j ugada del texto evitan, además, el movimiento . .!Lia4, que ganaría el peón " c" . Pero com prometen la colocación de la torre, y las ne gras empiezan a tejer su combinación. . .
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1 8 . . . gfeS
Empieza a girar el tema de los dobles. La j ugada 1 8ª del negro amenazaba 1 9 . . . lll xc3 20 .ixc3 lll d 3+ (primer doble) 2 1 .©d 1 lll xf2 + (segundo doble) 2 2 . © e 1 lll x h 1 , se guido de . . . !!xc3, ganando cal idad. 1 9.©d1
CÓMO SE RAZONA
No servía 1 9 . lll x e4 por 1 9 . . . ixe4 20.ixe4 lll xe4 2 1 .!!b3 !!c4 , con final ganador sin riesgos. La posición, sin embargo, no es clara después de este movim iento de las blancas, que parece muy fuerte. El rey ha salido de la columna abierta, y la impos ibil idad de colocar el caballo en "a4" hace dificil la maniobra que permita hacer valer la superioridad de desa rrollo del negro. Las blancas amenazan f3, sacando el caballo y preparando una simplifi cación. ¿De qué manera hacen valer las negras su ventaj a estratégica? Los cabal los suelen brindar, como hemos visto, multitud de recur sos, y hay posibil idades de j aque doble en "f2" , pero este punto está defendido sana mente por el alfil de "d4 " . En cambio, el peón de "c3 " es más factible de sucumbir, ya que es muy débil, se halla en una línea abierta domi nada por el negro y además el caballo desde ese punto vulnera una importante red de casi l las conj ugadas, entre el las "e2 " , que a la vez está agredida por la torre de "e8". La primera j ugada que surge a la vista para todo aquel que razone, teniendo en cuenta la
fuerza de los dobles y los recursos que brinda este tipo de amenazas es . . . as, atacando la torre. Se entrega el peón "b6", pero luego sigue . . . lll a4 , que ataca doblemente a la torre y al peón "c3 " . Pero u n detalle contiene a las negras e n su anál isis. Hay que desconfiar de la posición de las torres negras, también a tiro de doble, que en sólo dos saltos puede prodigar el caballo blanco de "d2 " . Por ej emplo: S i 1 9 . . . as 2 0 . !!xb6 lll a4 sigue 21 . .ixe4 .ixe4 (no 2 1 . . . lll xb6, a causa de 22 . .ixfS , atacando la torre y manteniendo material de ventaja) 2 2 . lll xe4 , y ahora no sería absolutamente ganador 22 . . . lll xb6 , a causa de la répl ica 2 3 . lll d 6 , dando dob le. A primera vista fracasa la maniobra, pero ¿quién impide trasponer las j ugadas? Si, por ej emplo, se toma primera el peón "c", está bien que se entrega un caballo, pero luego se recupera mediante . . . lll a4 , dando doble y, lo que es muy valioso, abriendo las columnas a ambas torres, que flanquean al rey blanco. Si se profundiza un poco más, se observará que el rey cas i se encuentra en pos ición de mate, y esto perm ite segu ir fáci lmente el anál isis y comprobar que la atrevida j ugada . . . as es la maniobra exacta para vencer, en mérito a la serie de probabil idades que brinda la manio bra típica de dobles, mediante la colocación de piezas adversarias en casil las conjugadas entre sí por la acción de un caballo, en un cuadro equidistante. Jugaron, pues : 1 9 . . . a5 20.�xb6
Hay que resignarse a aceptar la oferta. No serviría tampoco 20 .!!bS, a causa de 20 . . . .id ? , que obligaría a jugar 2 1 .füb6, y la combinación final sería idéntica a la del texto, pero faci litada por una posición de mate que destacaremos en el momento oportuno. 20 . . . lll xc3+ 2 1 .i.xc3
Y colocados el alfil y la torre a tiro de doble, surge la maniobra de doble, que no es defini-
TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA
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tiva, sino combinación intermedia; simple mente, un recurso táctico para desmantelar la posición del monarca adversario. 2 1 ... .!Lia4! 22 .ixaS .!Lixb6
También se ganaba la partida j ugando primero 22 . . . �c2 + . 23.e4
En caso de j ugar las blancas 23 .�xb6, segui ría 23 . . . .ic2+ 24 . ©e 1 .id3 (amenaza mate en "e l ") 2 5 . lli b 3 l%xe2+ 2 6 . ©d 1 l%b2 27 .�xd5 .ic2 + 2 8 . © c 1 l%b 1 + 2 9 . 'tt> d 2 füh 1 30 .�xh 1 .ixb 3 , con calidad de ventaja y ganando fáci lmente. Este es sólo uno de los procedimientos que permitieron ganar, ya que habría varios en ese caso. 23 . . . .!Lia4
Y ahora se observa la dificultad que surge de tener el rey flanqueado por ambas torres ene migas. No se puede j ugar 24. exf5 a causa de 24 . . . lli b 2 mate. La partida está, pues, definida, por la ventaja de material, y para nuestro tema ha concluido, ya que se han producido las maniobras inter medias, en base a la explotación del tema de los dobles, que es lo que a nosotros nos intere sa. Pero como duró pocas j ugadas, daremos el final . Siguió así : 2 4 . .!Ll c4 gxc4 2 5 .exfS gd4+ 26.©c2 ge2+ 27.©b1 gdJ 2s.gc1 gb2+
Y mate a la siguiente. CONSIDERACIONES GENERALES De lo que hemos visto a través de estos capí tulos se desprenden las s iguientes reglas prin cipales, para lograr saber cuándo existe la probab i lidad de sacar provecho de la existen cia de caballos en el tablero:
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1 º Hay que defender atentamente todas las casillas por medio de las cuales el caballo puede agredir al rey, por ej emplo, estando enrocado y el rey en "g8 " , los puntos " f6 " , " h 6 " y "e7 " . Si está e n s u punto d e origen ("e8"), los cuadros "d6" y "c7", y aun los puntos de acceso a esas cas i llas. 2º Un caballo que pueda colocarse en sólo dos saltos en una de las casillas vinculadas a la situac ión del rey, es siempre un grave riesgo que conviene advertir. 3° Cuando, por ej emplo, se tiene el rey en una casilla blanca, o hay pel igro de que lo obli guen a meterse en el la, hay que tratar de no tener piezas sin apoyo en casil las blancas, ya que siempre un caballo ataca cuadros del m ismo color. 4° Quiere decir esto que estando un rey en "d8" y existiendo caballos rivales, corren peligro todas las piezas situadas en los cua dros negros que hay desde la S3 l ínea hasta la columna "g", ya que ese rey puede ser j aquea do por vía "f7", "e6", "c6" y "b7" por medio de un cabal lo. 5° Que el jaque doble, cuando se emplea como diversión táctica para debi litar la posición enemiga, es una maniobra complej a y dificil, a la que está propenso todo rey que no se en cuentre enrocado, o que, de estarlo, no dis ponga de un buen bloque de peones que lo defienda. 6° Que amenazar un jaque doble, por si el rival no lo ve, es una maniobra indigna de un jugador de calidad o de quien aspire a serlo, y que este tipo de recursos debe ser despreciado. 7° Que es muy grave tener piezas sobrecarga das cuando hay caballos rivales en el tablero, y probabil idades de jaques, ya que es éste uno de los casos en que más se evidencia lo peli groso de no disponer de apoyos sólidos en cada punto del tablero. 8° Y, finalmente, que siempre, cuando se trate de posiciones en las que los saltos de los ca ballos son fáci les, hay que buscar planes ba sados en eventuales dobles directos, o me diante maniobras intermedias de sacrificio, si el rival no tiene todas sus piezas muy bien apoyadas, pues en las posiciones abiertas casi nunca sucede esto.
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V I . - LOS RECURSOS TÁCTICOS Que los recursos en el juego del aj edrez son muy abundantes, nadie lo duda. Casualmente, es entre los j uegos de ingenio, el que mayor gama de posibi lidades ofrece y el que, a pesar de su faci lidad y debido seguramente a la m isma, permite a un buen j ugador salvar con mayor dificultad los obstáculos de un mal momento. Hay errores decisivos, fundamentales, que no admiten remedios, pero hay también pequefios errores que sólo alcanzan a dejar, a la persona que los comete, en inferioridad de condicio nes. Esas fal las del aj edrecista, muy difici les de evitar cuando no se posee un cerebro que trabaje con la rítmica acción del que poseen algunos grandes maestros -quienes, aun a pesar de eso, son susceptibles de omisiones serias-, son las que establecen la fuerza del aficionado. Un j ugador es bueno o malo de acuerdo con la cantidad de veces que se equivoque. El bueno hará más buenas j ugadas que errores, y el muy malo l lega a no hacer casi nunca una buena j ugada, salvo en aquel las posiciones donde el mate en una es inevitable. O en la apertura, cuando efectúa los primeros movim ientos de la lucha. Cuando un aj edrecista es más hábil que otro, puede perm itirse el luj o de incurrir en algunos errores que le hagan quedar en desventaj a estratégica. Puede también, en muchos casos, perder un peón y aún más, para luego hacer valer su mayor habil idad y triunfar, no por obra de la partida en sí, sino de su ingenio para plantear celadas de largo alcance a su rival, las que suelen transformarse en recursos tácticos definitivos. Por esta causa el error en ajedrez suele ser menos grave que en las damas, por ej emplo. Cuando se practica este último j uego, mucho más simple en sus formas y sus combinacio nes, no es posible distraer la atención un solo instante. El error suele ser irreparable, por la m isma faci lidad del j uego, que impide realizar tanta abundancia de combinaciones, y, sobre todo, de combinaciones suti les.
LA DESVENTAJA COMO FUENTE INSPIRADORA Infinidad de grandes partidas se han produci do en momentos en que un bando se hal laba en desventaj a, pues, impulsado por la necesi dad de apelar a los grandes recursos, el j uga dor ideó una combinación que no sólo salvó la partida, sino que permitió incorporarla a la bibliografia del aj edrez, y en lugar destacado. Existe, pues, un factor muy val ioso en la vida del aj edrez práctico, que es el recurso táctico. Muchos le llaman celada, pero la celada es otra cosa. Celada es aquel la maniobra que tiende solamente a ganar si el rival, ingenua mente, cae en la m isma. Recurso táctico es una combinación por medio de la cual es posible igualmente vencer si el rival omite alguna jugada, pero que, en caso que fracase, no ofrece al adversario posibil idad alguna. Es decir, que si fracasa se convierte en una j uga da normal y consecuente con el plan, y si triunfa, es una combinación ganadora o que permite hacer tablas una partida perdida. DIFERENCIA ENTRE RECURSO TÁCTICO Y CELADA En la celada, el objeto único de la jugada es confiar en la estupidez transitoria del rival. En el recurso táctico, ésta puede permitir ganar, pero en el caso que nuestro adversario esté atento a nuestras amenazas, la maniobra ha de ser siempre concordante con el plan general de la partida. Y que hay en cada partida de aj edrez multitud de posiciones donde es posible que la victoria se escape por la sucesiva acción de este tipo de j ugadas adversarias, es detalle que todos saben. Y aun podría afirmar que hay muchos j ugadores de primera categoría, nuestros, que han hecho de este tipo de planes su verdadera fuerza. Cuando se oye decir con mucha fre cuencia: " ¡ Qué suerte tiene Fulano; siempre está inferior y luego gana ! " , hay que suponer que no es posible que el azar ayude tan per sistentemente a una persona y menos en aje drez. En la vida, el azar es mucho menos fre cuente de lo que la gente supone. Casi siempre
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el l lamado azar es el fruto de alguna virtud oculta de quien logra sus favores. " Hay que ayudar al azar, para que éste se acuerde de nosotros" . É ste debería ser el lema de los aj edrecistas, y esto es lo que j ustifica que algunos j ugadores ganen tantas partidas teóri camente perdidas. FACTORES P SICOLÓ G ICOS Hay quienes se agrandan, precisamente cuan do comienzan a estar inferiores. Necesitan de este acicate, de la urgencia de emplearse, si desean evitar la derrota, para desplegar toda su eficiencia. Estos j ugadores, ante las prime ras nubes de su horizonte, se multipl ican, buscan afanosamente combinaciones, celadas y recursos de todo tipo, y cada j ugada es una permanente amenaza para el rival . En cambio, hay mu ltitud de aj edrec istas que juegan con fiados en sí m ismos, cuando están un poco mejor, y resulta que de ese desigual estado de ánimo y de esa desigual exigencia a su cere bro, gana habitualmente quien está teórica mente perdido. Ha habido aj edrecistas que han ganado mul titud de partidas perdidas, por esa virtud mag nífica de agrandarse ante la adversidad. En nuestra época, Pleci, y aun el propio autor de este libro, suelen ofrecer multitud de ej emplos de victorias en posiciones estratégicamente dudosas. En la esfera internacional, el Dr. Lasker fue un ej emplo típico de los primeros. Sus mej ores partidas fueron, precisamente, aquel las en que tuvo dificultades estratégicas en los planteos, y el Dr. Tarrasch y el austrí aco Schlechter fueron ej emplo de los segun dos, ya que hay infinidad de partidas de estos grandes maestros en que la victoria se les escapó por efectos de la menor intensidad del esfuerzo mental, precisamente cuando más segura parecía la misma.
rabie, creen que ha term inado la misión de la partida y esperan recoger los beneficios del mejor planteo, sin nuevos esfuerzos tan suti les. Y la gruesa realidad, en un accidente táctico de inferior dignidad técnica, pero des graciadamente tan importante para la victoria -que es el defecto del aj edrez como arte- como lo primero, hace �ue se malogren los bordados estratégicos de quienes lograron ventaj a en la apertura. Para amen izar estas afirmac iones daremos algunos ej emplos de posic iones determinadas y mostraremos más tarde algunas partidas aleccionadoras . Se verá la importancia del recurso táctico y se tratará de infi ltrar en el ánimo del aficionado bisoño, y aun de aquel que presume de erud ito, que nunca está gana da una partida de aj edrez y que la única reali dad absoluta es el mate o el abandono del rival, dado que hasta ese momento es pe ligro sa toda atenuación del esfuerzo mental y de la concentración. UN RECURSO TÁCTICO OCU LTO QUE FRACASA Ahora daremos una pos1c1on en la que un bando se encuentra estratégicamente perdido, sin recursos, por graves deficiencias de plan teo; pero como tiende, no obstante, un lazo, que más qlie celada, por su alcance y por ser a pesar de todo lo mejor técnicamente, adquiere la jerarquía de recurso táctico.
POR QU É DECAE LA EFICIENCIA Esto suele suceder a todos aquel los j ugadores que asignan a los planteos, con j usta razón, la importancia definitiva del ajedrez. Una vez conseguida una posición decididamente favo-
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Ya hemos dicho que celada es aquella trampa que sólo es eficaz cuando el rival se equivoca,
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3 1 . . .fxe31
y recurso táctico aquel que, entraí'lando para el adversario riesgos parecidos, no agrava en lo más mínimo la posición existente y aun favo rece la situación general. En una partida juga da entre Grau y Bauer en el Torneo Mayor de 1 926, se llegó a la posición del diagrama ante rior después de la jugada 30ª de las piezas blancas, que conducía el primero. Se puede afirmar que las negras están absolu tamente perdidas. La razón es clara: tienen sus peones mal colocados, llenos de debilidades. Además, el alfil está encerrado y el cabal lo blanco amenaza situarse en "e5" o "c5 " . Se proyecta, por otra parte, jugar i:!a 1 , cambian do las torres para filtrarse con la dama dentro del juego rival y, luego de tt.::l e5, decidir rápi damente la lucha. Bauer se percata de esto e inicia una maniobra impecable dentro de lo reducido de sus posi bilidades, que encierra asimismo un recurso táctico de primera cal idad, pues esconde sus propósitos tras de una tentadora posibilidad que se les brinda a las blancas. El negro j ugó:
Especulando con la rutina. Y en este momento la j ugada normal, de no existir un detalle tác tico oculto, sería simplemente gxf3, que ten dría la doble amenaza de Wxc6 o fü1 con ataque irresistible. É sta es la verdad estratégi ca, y fácilmente pudieron las blancas dej arse encandilar por la sugestiva bondad de esta maniobra, pero la desconfianza les hizo anali zar con cuidado, y comprobaron que esa ten tadora jugada habría permitido a las negras empatar de magnífica manera. ¡ El artero re curso táctico escondiéndose tras la sobria man iobra posicional ! Que es lo que lo dife rencia fundamentalmente de la celada. 32 .Wxe31
30 . . . f41
Entrega un peón, no por cierto para tender ninguna celada, sino para darle acción al alfil de "c8" y para abrirle brechas a su dama sobre el peón de " f2 " enemigo, que será atacado después por la torre desde "a2 " . Todo esto es un fuego artificial, pero hay que proceder con cautela, máxime si se sabe el grado de recur sos tácticos que brinda el aj edrez. 3 1 . tt.J e 5 1
L o mej or. Si las blancas capturan la presa mediante 3 1 . tt.J xf4 , seguiría 31 . . . gS 32 . tt.::l d 3 3 2 . . . ifS ! , seguido d e . . . .ixd 3 , eliminando el poderoso caballo, que es la base de las espe ranzas legítimas de triunfo que tienen las blancas, y, más tarde, de . . . i:!a2 , con final dificil a pesar del peón de más. Como se ve, el avance del peón no es una celada, sino una man iobra táctica valiosa. Si contra 3 1 . . . g S , en lugar a tt.J d 3 siguiera 32 . tt.J e 2 , entonces 32 . . . i:!a2 3 3 . i:! e 1 .ig4 34 .f3 .ih5, y la victo ria es dificil.
TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA
Y
Si, en cambio, 32 .fxe3 , que es lo aparente mente mejor por la amenaza fuerte de fü1 , apoderándose de la línea abierta y rechazando a primera vista todas las amenazas, seguiría: 32 . . . i:!a2 33.fü1 i:!xg2 + ! ! 34. 'kt>xg2 .ih3+ ! ! 35.'kt>xh3 Wxf1 + 36.'kt>g3 Wg 1 + 37. ©f4 Wf2 + 3 8 . tt.J f3 (única para evitar las tablas por perpetuo 38 . . . gS+ 39. ©eS Wxf3 , y las blan cas sólo pueden aspirar a empatar por la fuer za de los peones negros del ala rey. 32 . . . ga2 33.gc1 .if5 34.tt.J xc6
No 34 . i:!xc6 , a causa de 34 . . . Wxc6 seguido si se captura la dama de . . . i:!a 1 +, con mate ine vitable. 34 ... Wg 5 3 5 . tt.J e7+ 37.gc7+
©f7 36.tt.Jxf5 gxf5
Y las negras abandonaron. Si 'kt>f8 38.i:!c8+, seguido de We8+ o We5 + , con mate inevita ble. En este final hemos visto un magn ífico recur so táctico fracasado, pero no por ello menos val ioso. Muestra hasta qué grado es necesario desconfiar siempre de las intenciones del enemigo, y cómo, por causa del olvido de esta verdad tantas veces repetida, se pueden perder partidas ganadas estratégicamente : la eterna
ESTRATEGIA
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lucha entre los propósitos más firmemente concebidos en la vida, con los accidentes que se oponen a cada paso a los designios del hombre. V I I .- C Ó MO SE I DENTIFICAN TÁCTICA Y ESTRATEG IA Hemos visto el recurso táctico gravitando en la suerte de partidas aparentemente definidas y en otros casos obligando a j ugar con suma cautela para no malograr la tarea de toda una velada. Veremos ahora este tema en un plano de mayor j erarquía. Lo estudiaremos, no ya como recurso para remediar situaciones desa gradables, sino para quebrar sól idas resisten cias. Observaremos cómo de la háb i l maniobra táctica, de la sutileza de este tipo, surgen pla nes decisivos. Y de esta suerte se verá de qué íntima manera la táctica está vinculada a la estrategia del j uego, y lo profundamente d ifí cil de la primera cuando alcanza jerarquía de maniobra. Muy a menudo en la partida se plantea el jugador la siguiente reflexión : "Yo estoy me jor, poseo ventaj a en espacio, domino colum nas, pero ¿cómo hago para ganar?" Y a medi da que observa con atención el j uego, com prende que la dificultad para forzar la lucha aumenta, que sus p iezas no pueden penetrar en el campo enemigo y que el plan estratégi co, medular de la lucha, no se puede llevar a cabo porque alguna pieza adversaria, a menu do sin que el rival mismo se percate, lo impi de. LA BASE DE LOS PLANES TÁCTICOS En estas posiciones se hace necesario apelar a la maniobra táctica. Hay que tratar de desalo jar la pieza rival que incomoda y reducir el horizonte de la lucha. Ya no se trata de l levar a cabo el plan general, sino simplemente de combatir un detalle del j uego enemigo, para, una vez l ibrado ese obstáculo, proseguir con el plan ganador. Este es el detalle táctico identificado con la estrategia. Pero, a menudo, no es fáci l l levar a
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efecto el plan lateral de la lucha. No es posible lograr el propósito de sacar una pieza de c ier tas posiciones, sin apelar a man iobras largas que l legan a confundirse con el plan mismo de lucha, pero esto es sólo para las vistas poco afinadas. Es posible afirmar que en todas las posiciones favorables hay recursos tácticos que perm iten aumentar la ventaj a estratégica, aun cuando a menudo es muy difícil hal larlos. C Ó MO LE GAN Ó N I MZOWICH A RUBINSTEIN Estos planes intermedios son tanto más fuertes cuanto más ocultos. Hay maestros, y han existido otros, dotados de una habil idad ex traordinaria para descubrir este tipo de j uga das. Se trata, en todos los casos, no de j ugadas de combinac ión, sino de maniobras posicio nales suti les y bonitas; prueba de ello la dará el siguiente ej emplo, que es, por cierto, muy expresivo: Apertura I nglesa (A34) Dresde, 1 926 B lancas : A. N imzowich Negras: A. Rubi nstein 1 . c4 c5 2 .llif3 llif6 3 . lli c3 d5
Con este atrevido avance las negras buscan una lucha de juego abierto. A primera vista la j ugada es inobjetable, pero es posible afirmar que las posiciones abiertas favorecen más a las blancas que a las negras en todos los plan teos, ya que la ventaja en "tiempo" que poseen es un poderoso factor para lograr superioridad en desarrol lo. Por esta causa la j ugada merece algunos reparos y la partida misma lo mostra rá. 4.cxd5 llixd5 5.e4
Y ahora es Nimzowich el que j uega val iente mente. Lo vemos dejándose un "hole" en "d3 " en su deseo de ganar tiempos y especular con la situación del caballo adversario en "d5 . Esta maniobra ya merece ser adentrada en el tema que estamos tratando, pues su ventaja y des-
ROBERTO G. GRAU
ventaj a se fundan en el despunte de algunos detalles tácticos. En principio el avance es perfecto, ya que se amenaza seguir con d4 abriendo el juego de cididamente y logrando ventaja en "tiempo y espacio", o sea, en desarrollo y terreno. Pero la j ugada que sigue, por medio de un detalle del tipo que nos ocupa, troncha ese plan y obliga a N imzowich a combatir a su rival con otra maniobra de esta clase, que es un inter medio entre la celada y el plan, pero que se identifica más con lo último.
j uega 8 . . . l!J d 3 , entonces 9 . 'ªe2 , segu ido de 'ªe3 y d4·. Más interesante habría sido la man iobra si las negras j ugaran 7 . . . l!J xc 1 +, entonces se tendría gran ventaj a mediante 8 . !!xc 1 l!J c6 9 .ibS ! id ? 1 O .ixc6 �xc6 1 1 .d4 (siempre el plan central se real iza) 1 1 . . . cxd4 1 2 .'ªxd4 'ªxd4 1 3 . l!J xd4, etc . Si 1 1 . . .e6 1 2 . d S exd 5 1 3 .exdS �d 7 1 4 . !!e 1 , etcétera. Como se ve, la man iobra de N imzowich para poder realizar d4 es excelente. Pero veremos cómo se ingen ia Rubinstein para impedirla.
5 . . . l!J b4
7.0-0 l!J 8c6 8.d3 UN PROBLEMA DIFÍCIL
Evidentemente sería inferior 5 . . . l!Jxc3, por que permitiría 6 . bxc3 y se l levaría un peón del flanco al centro, lo que siempre es una ventaj a. Además se habrían dado tres saltos con el caballo para cambiar una pieza que sólo se ha movido una vez, y esto se traduciría en la pérdida de dos tiempos muy importantes. La j ugada del texto tiende a evitar 6 . d 4 , que es la maniobra estratégicamente perfecta, por el detalle accidental de 6 . . . cxd4 7 . l!Jxd4 'ªxd4 8 .'ªxd4 l!Jc2+, seguido de 9 . . . l!J xd4. Se plantea así a las blancas, por obra de este detalle táctico, un problema estratégico grave. No pueden ej ecutar el plan rutinario y lógico de d4, desahogando sin retaceos la posición, por el acc idente fortuito del j aque en "c2 " , y esto obl iga a Nimzowich a buscar una manio bra un tanto torturada cerebralmente, retorci da, pero ingen iosa, que plantea el m ismo pro blema a Rubinstein. 6.ic4! e6
Rubinstein no ha querido entrar en la tentado ra oferta de las blancas. Ha visto que si bien hacía perder el enroque a su rival, seguía dan zando con el caballo y a la postre quedaría con una posición perdida, y, lo que es más grave, permitiendo d4 de las blancas. Veamos: en caso de j ugar 6 . . . l!J d 3 + , sigue 7 . ii e2 ! l!J f4+ 8 . iif1 , seguido de d4! (el plan estratégico). Si para impedirlo, nuevamente se
Y las blancas tuvieron que j ugar d 3 y no d4, como se proponían . Pero para evitarlo las negras se han puesto en dificu ltades, pues ahora están amenazadas de a3 y luego, tras . . . l!J a 6 , �xa6, lo que las obl iga a jugar . . . l!J d 4 , y a que desaparezca la debi l idad del peón "d3 " blanco por la acción del peón negro que se colocará en "d4 " . 8 . . . l!Jd4 9 . l!J xd4 cxd4
Malo sería 9 . . . Wxd4 1 1 .Wg4 h5 1 2 .'ªf4 .
por
1 0 . l!J bS We5
1 O . l!J e2 a6 1 1 .l!J g 3 id6 Esta variante de la Apertura Inglesa ha evolucionado mucho y eso ha llevado a rehabilitar la línea para las negras. Se considera mejor 8 . . . �e6 (en lugar de 8 . . . li:ld3), y entonces, se recomienda: 9.b41? (entrega de peón para apoderarse del centro) 9 . . . cxb4 1 0 . � d S (también es posible jugar 1 O.li:le2 li:l c 7 1 1 .d4 e 6 , y ahora 1 2.ib2 (se ha jugado 1 2 .h4!? id6 1 3 .hS h6 1 4 .i:!h4 li:ld7 1 5 .ib2 ie7 1 6 .i:!h3 li:lf6, con posición aguda, Hübner-Tukmakov, Wijk aan Zee 1 984) 1 2 . . . bS 1 3 .ib3 a5, con juego complicado, Vaganian) 10 ... 96 1 1 .ib2 ig7 1 2 .hg7 �xg7 1 3 .�xb4 (las blancas han recuperado el peón, pero el negro no tiene ningún pro blema) 1 3 . . . 0-0 1 4.d4?1 (floja es 1 4 . h 3 e5! 1 5 .g3 ie6 1 6 .i:!c1 li:ld7 1 7 .li:ld5 li:lb6, y según Beliavsky las negras están algo mejor.) 14 . . . ig41 1 5.'.t>e2? (si 1 5 .W/d2 ixf3 •
1 6 .gxf3 li:lc6! 1 7 .li:lxc6 bxc6 1 8 .f4 e6 1 9.W/e3 W/f6 20 .ie2 füdB 2 1 .l'!d 1 i:!abB 2 2 . a 3 i:!b2, y aunque la
ventaja negra es clara, la partida acabo en tablas, Hübner Portisch, Abano Terme, 1 980) 1 5 . . .�d 6 1 1 6 .�d2 �e6 1 7 .he6 �xe6 1 8 .'.t>e3 f5 1 9 .�d3 fxe4 20 .�xe4 �xe4+ 2 1 .'.t>xe4 � d 7, la ventaja del negro no admite
dudas. Polugaievsky-Korchnoi, Buenos Aires 1 980.
TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA
181
No sería bueno ahora 1 1 . . . fi.e? por 1 2 .Wg4 0-0 1 3 .fi.h6 fi.f6 1 4 .fi.xg7 fi.xg7 1 5 . 4J h 5 . Se ve así cómo las amenazas de corte puramente táctico van creando problemas estratégicos al bando negro.
1 2 .f4 0-0 1 3 .Wf3 @ h S 1 4 . .id2 f5 1 5.�ae1 4J c6
2 2 . l!J h 3 .ic6 Tampoco sería suficiente ahora 22 . . . �e8 (es necesario siempre impedir al rival que domine las columnas abiertas), por 23 .Wh 5 �xe2 2 4 . 4J g 5 h6 25 .Wg6 hxg5 26.Wh5 mate * . Como se observa, con amenazas indirectas Nimzowich logra asegurarse la fiscal ización de la columna ab ierta.
VENTAJA TEÓRICA, PERO . . .
E s evidente q u e l a s blancas están estratégica mente mej or. Tienen todas las p iezas en juego, dominan importantes puntos del tablero, y además las negras tienen su alfil dama sin juego y entorpeciendo la posición . Pero el camino es aún muy difíc i l .
2 3 .WhS g6 24.Wh4 @g7 25.Wf2 ! !
1 6 .�e2 Wc7 1 7 .exfS ! Las blancas no han caído en la tentadora oferta de 1 7 . e 5 , que si bien habría consol ida do la situación central, hubiera dej ado libre la diagonal h l -a8, que después de . . . 4J d 8 , . . . b5 y . . fi.b 7 quedaría a merced de las negras . .
MAGNÍFICA MAN IOBRA TÁCTICA
1 7 . . . exfS 1 8 .4J h 1 ! Las blancas comienzan sus suti lezas tácticas. Antes de iniciar ningún plan definitivo, quie ren mej orar la situación del caballo y colo carlo en "h3 " para poder ir luego a "g5 " . Una vez amenazado esto, vendrá lo segundo : extir par el alfil rey negro, que es la p ieza menor más eficaz de las negras en esta posición, porque puede actuar sobre los cuadros fuertes de "g5 " y " e 5 " , y además impedir que el do minio que ej ercen de la columna "e" las blan cas se transforme en torre en séptima, como sucede siempre.
1 8 . . . .id7 1 9 . l!Jf2 2 1 .�xe2 l!J d 8
�aes
20 .füe 1
�xe2
Mala sería la j ugada estratégicamente inobj e table 2 1 . . . �e8, por la répl ica táctica 22 .Wd5, que impediría 22 . . . �xe2 por la amenaza de 23 .Wg8++ mate. Una vez más los detal les gravitan en el curso estratégico de la lucha.
1 82
Esta finísima jugada encierra una sutil man io bra táctica que ha de permitir a las blancas hacer valer el dominio de la columna " e " . Se trata de una diversión central, que aparente mente tiene el propósito de sacar provecho de la situación del peón "d4", aislado, pero que en realidad sólo pretende radiar el alfil rey negro de su situac ión actual, para poder colo car la torre en séptima. Baj o la grosera ame naza de ganar un peón, se encierra un propó sito recóndito que ha de perm itir seguir ade lante con el plan estratégico central, detenido hace varias j ugadas.
25 . . . .icS ' En la variante que da el autor, el negro escapa con un detalle táctico: en lugar de jugar 24 . . . h6?, la torre se entrega en "g2" para dar el jaque con el alfil y, de esa manera, poder defender el mate con g 6 : 24 .. Jlxg2 + ! 25.lt>xg2 ic6+ 26.lt>g 1 g6, y yendo de única en única las negras salvan el expediente. Una l ínea que daría ventaja al blanco es 23.!:lxeB+ ixeB ...
24.'tVd5.
ROBERTO G. GRAU
Malo sería 25 . . . l&b6 por 2 6 . b4 , seguido de �c3.
26.b4! J.b6 27.l&h4!
Y las blancas han logrado sutilmente su artero propósito. El alfil rey negro ha quedado radia do y ahora nada puede impedir que el plan estratégico central, que es colocar la torre o la dama en "e7" o en "e5" siga adelante. La par tida está definida estratégicamente, por obra de la háb i l man iobra táctica anterior. 27 . . . i!e8 28.i!eS lll f7 29 .J.xf7 Wxf7 30. lll g S ! l&g 8 3 1 .i!xeS J.xe8 32 .We 1 ! Y TODO SE DERRUMBA
Y ahora la dama, reemplazando a la torre en el dominio de la columna abierta, definirá la lucha merced a la pobre acción defensiva del alfil rey. S i esta pieza estuviera en "d6", cus todiando los cuadros "e5" y "e7", sería poco menos que imposible la victoria blanca. 32 . . . J.c6 3 3 .l&e7+ © h 8 S i 33 . . . 'itih6 34 . lll e6, etc.
34. b S ! Todavía un chiste táctico. Para rematar más rápidamente la partida, N imzowich entrega un peón que ha de permitir que su alfil entre a actuar decididamente por vía "b4" y " f8 " . Probablemente ganaría d e otras maneras, pero esto es más enérgico.
34 . . . l&g7 Si 34 . . . axbS 35. lll e6! h5 (única) 36 .l&f6 + 'itih? 3 7 . lll gS+ 'itih6 38 .�b4 h4 39 .�f8 + 'iti h 5 4 0 . lll f? g5 4 1 . h 3 1&96 42 .l&h 8 + , et cétera.
35.l&xg7+ ©xg7 36. bxc6
Y pocas j ugadas más tarde Rubinstein aban donó.
Preciosa partida en la que las variaciones tácticas han s ido mucho más importantes que e l p lan general de la lucha, si bien ambos factores se l legaron a identificar para crear una obra maestra. V I I I . - LA TÁ CTICA ES LA BASE DEL AJEDREZ Seguiremos desmenuzando el m ismo tema, ya que en él se encierra el secreto del juego. Aquel que no sea un gran táctico no puede ser un gran aj edrecista. Podrá comprender estra tégicamente el juego, podrá saber antes que nadie cuál es e l verdadero norte de la lucha y tendrá una concepc ión precisa del camino de la victoria en líneas generales, pero no logrará triunfar casi nunca, ya que para l levar a feliz término un plan general en aj edrez, como en la guerra, hace falta que haya ej ecutantes de primera calidad que logren salvar los aparen temente minúsculos pero poderosos factores de detalles que se oponen a la verdad práctica de los planes. Muchas veces el maestro tiene la idea precisa de la victoria. Está mej or y sabe, con una antic ipac ión extraord inaria a los aconteci m ientos, dónde debe definirse e l combate. Man iobra así desde temprano con ese norte, pero su clara visión le muestra que e l acc i dente de un detalle de la configuración del frente enem igo le impedirá llevar a cabo la maniobra estratégica fundamental. Entonces se inicia el artero recurso táctico, que sólo tiene e l aspecto de una escaramuza sin im portanc ia, pero que en real idad es indispensa ble para e l triunfo de todo el plan. Son detal les que han gravitado en la vida del aj edrez desde que éste existe y que, l levados a la estrategia m i litar, han provocado más de un descalabro incomprensible. En la partida N i mzowich Rubinste in observamos esto de una manera dific i l de repetir, cuando, intrascendente en apariencia, Nimzowich obligó a que un alfil rival cambiara de lugar. El desplazamiento provocado de esta valiosa fuerza enem iga a una posición que semej aba tan buena como la anterior, deb i l itó e l centro adversario, y bien es sabido que, s i es posible a menudo neutrali-
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zar los efectos de la ruptura de un flanco, muy dificil resulta evitar las consecuencias desas trosas del resquebraj amiento de la solidez central. Ahora observaremos algunas filigranas tácti cas de Nimzowich, quien fue, sin duda, el más sutil de los aj edrecistas en este aspecto de la lucha. Solamente esta hab i lidad suya para complicar la estrategia de la partida, para dar mucho más valor a las jugadas, a los detalles que a la unidad estratégica, se debió su ex traordinario prestigio. De esta suerte probó que en el terreno de la práctica fracasan con gran frecuencia los más sesudos estrategos del aj edrez. ALARDE T É CNICO DE N I MZOWICH Bajo el título por cierto sugerente de "Fantasía moderna sobre un tema de Chigorin", que más parece de una obra musical que de un estudio aj edrecístico, Nimzowich dio a conocer hace varios años una serie de variantes sin base estratégica alguna, pero de una hermosa con cepción táctica que j ustifica el calificativo de "fantasía" de su autor. Veamos:
Defensa Holandesa (A85) Copenhague, 1 923 Blancas: A. Nimzowich Negras: J. MOller
4 . .!Df3 .!D cG 5.if4
Las blancas han impedido, en apariencia, la j ugada . eS, que restablecería la unidad es tratégica del frente negro de peones. Ahora, el segundo j ugador no efectuará el avance . . es y ese peón, retrasado, le creará dificultades estratégicas fundamentales, pues no permite desarrollar con normalidad las piezas . Y como se hace necesario reaccionar de algu na forma, siguen las diversiones tácticas de las negras. . .
.
5 . . . h6
Continúan las j ugadas de inic iativa, pero en real idad de nada sirven para la unidad estraté gica del planteo, por efecto de lo forzado y anormal del plan iniciado en la j ugada 3 de las negras. 6.h4 .!Dg4 7.d5 .!D ce5 EN EL TERRENO DE LA CONFUSIÓN TÁCTICA
En este momento las blancas, un tanto marea das por el confuso planteo, en lugar de seguir normalmente con 8 . e4 , que les habría dado la mej or partida sin sobresalto, se dej aron atraer por el canto de sirena de las sutilezas tácticas, tan bonitas, pero tan peligrosas, y j ugaron, en cambio:
1 .d4 f5 2 . c4 .!DfG 3 . .!Dc3 d 6
8 .ixe5 dxe5 9 .e4 e6!
Esta j ugada e s estratégicamente un error. Debilita la diagonal g l -a7 y además choca con el principio casi infalible que nosotros hemos establecido, que aconsej a no avanzar los peones separados entre sí por una colum na, dej ando retrasado el del medio. S i se pu diera j ugar . . . eS más tarde, se j ustificaría, pero ya veremos lo dificil que resulta hacerlo nor malmente. Y una vez cometido el error, debi litada estra tégicamente la posición en el planteo, sólo queda confiar en los recursos que brinda la táctica para confundir al adversario.
Con la formidable amenaza de . . . icS , espe culando con que las blancas han cambiado su mejor alfil, lo que deja débiles sus cuadros negros.
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1 0 . .!D h 2
Y las blancas, que s e han percatado d e l error estratégico de 8 .ixeS, tratan de remediar sus males mediante maniobras tácticas tan difíci les como pel igrosas. 1 0 . . . �xh4
ROBERTO G. GRAU
LA ESTRATEGIA S IGUE OLVIDADA
Las negras caen en la trampa atraídas por la posibil idad que brinda el cabal lo, aparente mente inmovil izado. En cambio, mediante la j ugada estratégicamente inobjetable de 1 O . . . tt:J f6 , habrían quedado con una partida perfectamente aceptable, por imperio de la confusión blanca en el terreno táctico, al j ugar ixe5. Ahora, en cambio, mediante el sacrificio de calidad, queda la dama negra fuera de juego y las blancas logran nuevamente asumir la ini ciativa. Han triunfado, pues, tácticamente, pero no estratégicamente, luego de: 1 1 . tt:J xg4 Wxh 1 1 2 . tt:J xe5
Con mejor partida a pesar de la calidad de menos, por la situación inocua de la dama de "h 1 ", que ha quedado radiada de la posición. Las amenazas 1 3 . tt:J g 6 , seguido de exf5 , We2 + y 0-0-0 , con posición ganadora, y también 1 3 .Wa4+ , con varias amenazas de jaque doble, y la estratégicamente muy im portante de 0-0-0, también decisiva.
7. . .e S I ?
Jugada suti l que muestra cómo seguir siempre con el plan estratégico central es el mejor recurso en los planteos, aun, como en este caso, cuando el hacerlo pueda costar un peón. En cambio, las piezas negras en las columnas abiertas han de jugar eficazmente y eso bien vale un peón. 8 .dxe6
Si 8 . dxc6 exf4 9 . cxb7 ixb7 1 0 .Wd4 Wd 7 ! 1 1 .Wxf4 ie7 seguido d e 1 2 . . . if6 , con ex celente j uego a pesar de la desventaj a de un peón. Sin embargo 8 . dxc6 es la j ugada lógica y la mej or. 8 . . . ixe6 9 . g 3
Y ahora s o n las blancas las que no se resignan al equi librio estratégico, que ha quedado res tablecido luego de . e5 y la ganancia del peón y tratan de confundir al negro mediante suti les maniobras tácticas . Con 9 . e 3 la igualdad sería evidente. .
.
LA CONTROVERSIA DE DOS TÁCTICOS
9 . . . ixc4
Esta partida dio lugar a una serie de estud ios y de sutilezas tácticas que culminaron en la partida por correspondencia entre Nimzowich y el famoso analista danés Dr. Krause, que se desarrolló así:
Con 9 . . . ie7 , las negras habrían completado su desarrollo y habrían mantenido una exce lente posición. En cambio, ahora atraídas por la posibil idad de ganar el peón, llevan la par tida nuevamente por el escabroso sendero de la táctica pura, en la que N i mzowich era maestro consumado .
Defensa Holandesa (A85) Correspondencia, 1 923 Blancas: A. Nimzowich Negras: O . .Krause
1 .d4 fS 2 . c4 liJfG 3 . tt:J c3 d6 4.tt:Jf3 tt:J c6 5.if4 h 6 6.h4 tt:Jg4 7.dS
En este momento, exactamente igual al de la partida anterior, el Dr. Krause, consecuente con la idea estratégica que podría j ustificar el plan negro, optó por entregar un peón, con tal de poder real izar la j ugada l iberadora . . . e5, y j ugó así:
LAS SUTI LEZAS DE NIMZOWICH
1 O.liJd4 Wd 7 1 1 .i h 3 ! !
Idea finísima que muestra la influencia de los detalles tácticos. Las negras debieron jugar, para evitar debi l itar más su configuración de peones del ala rey, 1 1 . . . tt:Jxd4, para seguir, si 1 2 .Wxd4, con 1 2 . . . ie6 , con ventaja para las blancas, en desarro llo, pero no muy clara de hacer valer. En cambio, Krause j uega mecáni camente, apoyando el peón para cortar la
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man iobra de 1 2 . ti:J xf5 , segu ido de e4, pues no desea que la dama adversaria se coloque sóli damente en "d4 " . Pero veremos cómo no sólo no lo evita, s ino que aumenta la fuerza de esa amenaza.
1 1 . . . 96 1 2 . .ig2 ! !
Y aquí vemos un típico caso de man iobra táctica fel iz, que sirve para aumentar la fuerza del plan general de la partida. N i mzowich quería seguir con ti:J xc6 y luego Wd4 . Eso era fuerte antes, pero relativamente poco eficaz, especialmente por el peón de menos. En camb io, ahora se ha producido la deb i l idad en la gran diagonal, por el avance del peón "g" provocado por la traidora maniobra del alfil, que fue agresivamente a "h3 " para retomar luego a la diagonal normal, perdiendo un tiempo, pero creando un cáncer dec isivo en el Juego negro. 1 2 . . . dS 1 3 . ti:Jxc6 bxc6 1 4.b3 ia6 1 s. g c 1 ic5 Es necesario evitar la maniobra de sacrificio ti:Jxd 5 . Y para lograrlo las negras, ya debilita das, deben atacar con una pieza carente de apoyo, lo que acentuará las compl icaciones, pues Krause gana, en cambio, un tiempo im portante.
1 6.0-0 g 5 ! Buscando e l contraataque antes que las blan cas impongan la más armónica s ituación de sus piezas .
1 7 . lll xd S !
Y ahora l a s j ugadas desh i lvanadas q u e han realizado las negras en mérito a sus diversio nes tácticas del planteo, y luego por imperio de las sutilezas del m i smo tipo de las blancas, l levan la partida a un terreno reñ ido con todo principio estratégico, pero de una deliciosa bel leza. 1 7 . . . gxf4 1 8 .gxcS 0-0-0 ! !
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Sorprendente y eficaz.
1 9 .gxc6 ib7 20 .Wc2 ixc6 2 1 .Wxc6 Wxc6 22.lll e7+ 'itib7 23. lll xc6 gd2 24.gxf4 'itib6 25.a4 gxe2 26.b4 Con una posición más o menos compensada en opinión de Nimzowich, ya que hay un peón a cambio de cal idad y una pos ición del rey negro no del todo satisfactoria. Pero táctica mente no se ha logrado triunfar ni sacar pro vecho en esta ocasión del planteo erróneo de las negras por la desventaj a inicial del peón . En vista de esto, N i mzowich, ya adiestrado por la experiencia, volvió a j ugar este planteo poco más tarde, y lo trató estratégicamente, sin crearse debi l idades de n i ngún tipo, y logró triunfar en gran forma. I X . - EL ARTE T Á CTICO DE N I MZOW I C H Como hemos dicho anteriormente, la táctica es la vida del aj edrez, es el dinamismo, es la ej ecución, es la parte práctica de la lucha, l lena de azares y de obstáculos imprevi stos, que es necesario sortear inmediatamente. Una man i obra táctica adquiere así, a menudo, una j erarquía extraordinaria, y se diferencia de la celada en que la primera tiene relación con e l plan estratégico de la partida, y a q u e forma parte de é l . Cuando, como en e l caso q u e ahora tratamos, se l leva la man iobra táctica al planteo, tam bién hay una vincu lación directa entre e l l a y e l plan general, ya que p o r med io de la m i sma se trata de resolver lo s problemas fundamentales de la partida y dar vida a aperturas cuya razón de ser estratégica rad ica precisamente en e l sorteo de graves riesgos de detalle en la s pri meras maniobras . Y para lograr hacerlo está la man iobra táctica, que en manos de N im zowich alcanza j erarquía de hermosas combi nac iones. Y lo que era más valioso, n i aun en medio de la enorme orquestac ión de esas maniobras, olvidaba nunca el maestro danés la verdadera finalidad de la lucha, ya que siem pre resumía sus esfuerzos para alcanzar e l camino del plan general, en e l momento e n q ue había creado al rival serias debi l idades.
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LA SEGUNDA PARTIDA N IMZOWICH KRAUSE Veremos ahora la partida que le ganó al Dr. Krause, después del empate registrado en el cotej o anterior, y observaremos la habil idad con que mej oró algunos aspectos de la lucha en el planteo, mediante suti lezas de gran je rarquía. Defensa Holandesa (ASO) Copenhague, 1 924 Blancas: A. Nimzowich Negras : O. Krause
1 .d4 fS 2 . lll f3 lll f6 3.if4
La primera alteración. En las partidas que examinamos anteriormente, Nimzowich jugó en este momento 3.c4, y luego de 3 . . . d6 siguió con 4 .�f4 , sin lograr evitar, empero, que su rival le j ugara en cierto momento . . . es, entregándole un peón, pero adquiriendo, en cambio, excelentes compensaciones. En el presente cotejo, que se disputó en el torneo nórdico de maestros de 1 924, el blanco hace una alteración que le permite ganar un tiempo con relación al otro plan. Y veremos cómo Krause, que no se percata de la diferencia, sigue de parecida manera y sufre una hermosa derrota. Y todo, en mérito al detalle que en real idad no altera el plan general de la lucha, ya que en cualquier otro momento se hace posible la j ugada c4, que retornaría a la posi ción que hemos visto. Una simple transposi ción de j ugadas, de enorme valor táctico y también estratégico, ya que posee mayor can tidad de recursos para hacer triunfar el plan general. 3 . . . d6
Krause sigue fiel al sistema anterior, creyendo que se trata de una inocua alteración de juga das. Debió, en cambio, reflexionar con mayor amplitud y comprender que la j ugada 3.�f4 es sólo buena en la Holandesa contra . . . d6. Es decir, que podía aceptarse �f4 como conse cuencia de . . . d6, pues tenía por objetivo im-
pedir . . . eS; pero que, l levado el alfil a este punto antes de que las negras trataran de j ugar . . . eS, lo hábil sería desviar el plan y seguir con 3 . . . e6 o 3 . . . b6 , para convertir en estéril la ahora j ustificada situación del alfi l . En todas las otras variantes de la Holandesa, este alfil es situado, ya sea en "g5 " o en "b2 " ; y en "f4" j uega, en camb io, un papel excesiva mente pasivo. Pero N imzowich, que conocía el grado de testarudez de su rival, en aquel la época orgul loso de su sistema de j ugar . . . es, sabía también que éste no repararía en detalles y seguiría con su plan . 4.e3 h 6 5.h4 lll c6 6 . d S
Como s e v e , la partida tiene gran similitud con la anterior y la transposición de j ugadas pare ce sin importanc ia. En la que vimos en el capítulo anterior, las blancas hicieron esta jugada contra el mismo planteo de las negras cuando tenían el peón en "c4" y el caballo en "c3 ", pero, en cambio, no habían j ugado e3. Las negras sólo ofrecían, como alteración, la colocac ión del cabal lo rey en "g4" En esen cia, pues, el plan estratégico de la apertura era el mismo. Sólo ofrece ahora diferentes tácticas que veremos cómo alteran los acontecimientos y demuestran hasta qué punto era de sutil y ladino el extraordinario campeón báltico. 6 . . . es
Fiel a su plan central, Krause j uega igual mente . . . es. Veremos aquí cómo es de grave este propósito de creer sólo en las verdades estratégicas de una idea, sin tener en cuenta los detalles tácticos que surgen de las más insignificantes alteraciones de j ugadas. 7.dxc6! PERO HA Y UN DETALLE OCULTO
Y ahora es buena la captura dxc6, por el de talle valioso de que es posible seguir con �bS, lo que antes no era practicable por la acción de l peón de "c4", que lo impedía. En este detalle, fácil de ver en este momento, pero
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dific i l de captar al hacerse e l tercer movi m iento, estriba la suti leza táctica de N im zowich, pues en real idad es sólo un eslabón del plan general que se ha trazado, pero esla bón poderoso.
Pero esto se desbarata tácticamente mediante 1 4 . � d ? ! d4 1 5 . b4 ixb4 1 6 .Wxd 4 , captu rando el debil itado peón "d" negro, y el alfil de "b4", por la amenaza contra la torre de "h8 " .
7 . . . exf4 8 . .ibS!
1 4. h xgS
Y no 8 . cxb7, por 8 . . . ixb7 9 . exf4 We7 + 1 O . .ie2 ixf3 1 1 .gxf3 , triplicando el peón "f" y aislándolo completamente, lo que compensa sobradamente la desventaj a de un peón. 8 . b6 ..
Y como e l momento es magnífico para las divagaciones tácticas, mostraremos un estudio de Krause y la magnífica refutación de su rival. Afirmó Krause, después de la partida, que la j ugada j usta de las negras era en este momento 8 . . . 'it>f7 , seguido de 9 . exf4 We7+ (no 9 . . . We8 + por 1 0 . � e5+ ! ! , seguido, si 1 O . . . dxe5, de 1 1 . cxb?, ganando) 1 0 .We2 Wxe2+ 1 1 . 'it>xe2 bxc6 1 2 .ixc6 l'!b8 , con buena partida. Esto es exacto, pero las blancas según N im zowich, hubieran j ugado así : 8 . . . 'it>f7 9 . 0-0 fxe3 1 0 . � e5+ 'it>g8 1 1 .fxe3 d 5 ! 1 2 .Wd4 (impide . . . ic5) 1 2 . . . b6 1 3 . b4 id6 1 4 . � d 2 , y el blanco está muy superior. Como s e ve, mediante la triquiñuela táctica de 1 O . � e5+, las blancas lograrían igualmente ganar el juego.
LA POLÉM ICA
Esta j ugada fue obj eto de una agria polémica entre ambos maestros. Krause afirmaba que el mej or movimiento de las blancas era 1 4 .f3 , en lugar de la del texto, y daba un análisis, cuya carencia de sol idez N i mzowich demostró . Pero más tarde este ú ltimo probó cómo en realidad también ganaba con esta j ugada, pero mediante una serie tan hermosa de man iobras tácticas que no resistimos a la tentación de reproducirlas : 1 4 .f3 � d 6 1 5 .Wxd 5+ ©h7 1 6 . hxg5 ! ! (única forma de ganar, y no con la jugada de Krause, 1 6 . � c3) 1 6 . . . �xb5 1 7 . � c 3 ! ! Wxd 5 (si 1 7 . . . �xc3 seguiría 1 8 . l'!h 1 , entregando la dama, pero dando mate) 1 8 . � xd5 hxg5 1 9 . l'!h 1 + ©g7 20.l'!h5 l'!g8 2 1 .l'!ah 1 ie6 22.l'!h?+ ©f8 2 3 . � d?+ ixd 7 2 4 . cxd ? , ganando fáci lmente.
14 ... hxgS 1 5.Wh S Wf6 1 6 .f3 !
9.exf4 d S l 1 0 .0-0 .ic5 1 1 .g3 � e4 1 2 .'it>g2 gS La mej or perspectiva para las negras es este ataque que también se produj o en la partida que vimos en e l capítu lo precedente . Como se ve, el plan estratégico de las negras es siempre el mismo. No habría sido tan bueno 1 2 . . . Wf6 , primero, a causa de 1 3 .c3, seguido de � d 4 .
1 3 .�es O-O El Dr. Krause recomienda aquí 1 3 . . . g4, para impedir de esa manera Wh5+ de las blancas .
1 88
Y la broma ha term inado, según la expresión de N imzowich al comentar esta partida. Aho ra, terminado e l momento de las maniobras tácticas por medio de las cuales se logró debi l itar e l enroque adversario y dominar la co-
ROBERTO G. GRAU
lumna " h " , se hace necesario eliminar el pode roso caballo de "e4", para poder seguir con el desarrol l o normal del caballo de dama, y lue go actuar con la torre, ya en la columna "h", o en la " e " . Los peones negros están muy avan zados y son por lo tanto débiles, y los alfi les, especialmente e l de dama negro, nada tiene que hacer por la obstrucción de los propios peones y la necesidad de apoyar al débil peón de "d5 " . Esta j ugada de las blancas constituye el último eslabón de la serie de man iobras tácticas, y para l levarlo a cabo, Nimzowich deb ió desechar graves riesgos aparentes de este tipo. Veamos : 1 6 .f3 gxf4 1 7 .fxe4 \Wxe5 se desba rata med iante 1 8 . li:J c3! con la ganancia del peón " f ' . Ej emplo: si 1 8 . . . i"í:f? 1 9 .füf4 ! i"í:h7 2 0 . i"í:g4+ W h 8 2 1 .\Wxh?+, y mate a la si guiente. No habría, pues, nada mej or que 1 9 . . . �e6 (en lugar de 1 9 . . . i"í:h?), y seguiría 20. exfS �xf5 2 1 .i"í:h 1 �e4+ 2 2 . li:J xe4 \Wxh5 23.i"í:xhS i"í:xf4 (si 23 . . . dxe4 24 .�c4) 24 . li:J xcS i"í:b4 2 5 . li:J a6 füb5 2 6 . b4 ! , ganan do, y no 2 6 . li:J xc? füb2 2 7 . li:J xa8 füc2+ 28. \t>f3 i"í:xc6 , ganando luego e l caballo, lo que l levaría a un empate. Como se ve, la última serie de maniobras tácticas ha sido magn ífica. EL Ú LTIMO ACTO
Y ahora, term inada la lucha por la conquista de posic iones, de escaramuzas laterales y diversiones tácticas, se entra en la fase medu lar de la partida, que es la orientación de la lucha por vías azarosas de la estrategia pura, en la que, por agotamiento del rival, no son posibles las desviaciones. 1 6 . . . .!ll d G 1 7 . .!ll c3 .ie6 1 8 .fxg S \WxeS 1 9 .\Wg6+ \Wg7 20 .\Wxe6+ Y!ff7 2 1 .Yffxf7+ 'it>xf7 22 . .id 3 .id4 23 . .!ll xdS .ixb2 24.gae1 gae8 Evita i"í:e7 .
25 . .!ll xc7 gxe1 26.gxe1 g e s 27 . .!ll d S gxc6 2a .ge1+ 'it>g6 29 . .!ll f4+ 'it>xg S 30.ges .if6 3 1 .c4
Las negras abandonaron por no poder efectuar n inguna j ugada que no p ierda p ieza, después de term inar los movim ientos posibles del peón "a" . Una magnífica sinfonía de "zugzwang". Hemos visto una partida tan agradable en su ej ecución como en sus variantes de estudio, que muestra hasta qué punto se vinculan los accidentes tácticos de los planteos con la es trategia medular, y cómo se complementan .
X . - LA TÁ CTICA COMO RECURSO SALVADOR Hemos visto, a través de una serie ej emplos, lo difícil que resulta l levar a feliz térm ino los planes generales de la v ictoria y observamos cómo la man iobra táctica de corto alcance, esa sucesión de pequeñas combinaciones para resolver minúsculos problemas accidentales de la partida, es la médula misma de la lucha y la base de éxito del plan estratégico. Se trata, en real idad, de mostrar cómo vive y palpita una partida de aj edrez y los obstáculos que hay que salvar para adj udicarse partidas estratégicamente ganadas . Hemos visto la variedad de recursos que existe para salvar derrotas, a poco que quien conduzca el ej ér cito victorioso no acentúe su atención a medi da que los acontecimientos le son favorables. En la guerra, la historia nos habla de victorias malogradas por el encandilam iento de los sentidos que tuvieron m i l itares magníficos al borde de su triunfo. La satisfacción prematura les hizo desviar la atención y el presunto ven cido, que en la desesperac ión ape la a cual quier recurso para rehacerse, se salvó en mé rito a esos errores tácticos fundamentales. UNA V I CTORIA B I EN LOGRADA Veremos ahora algunos ej emplos que mues tran maniobras y recursos tácticos en la parti da viva. Los iniciaremos con uno que prueba cómo en las posiciones más claramente defi nidas es necesario actuar con gran prudencia para evitar sorpresas postreras . Veámoslo a través del final de la partida que j ugaron en 1 927 en Buenos Aires el Dr. Mariano Subirá, excelente aj edrecista español que actuó en
TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA
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nuestro medio (con las blancas), y Dam ián Reca, e l notable ex campeón argentino.
con amenazas múltiples. Como se ve, las blancas están apelando a recursos tácticos ingeniosos para remediar males fundamenta les.
2 1 J;g 1 Ahora sería malo 2 1 . .ixh 7 + , a causa de 2 1 . . . @ha 22 .�g 1 fü2 2 3 .Wd 3 (o 2 3 . Wb 1 ) 23 . . . Wg4 , con mate inevitable en cuatro j ugadas como máximo. Por ej emplo 24.gxh3 Wxh 3 (o 24 . . . Wf3), y mate a la sigu iente.
21 . . J ;f2 22 .'&b 1 dxe4 23.gxh3 Wx h 3 Esta posición se produj o después de la jugada 1 9ª de las blancas . Éstas no tienen nada de menos, pero están absolutamente perdidas. Hay una amenaza grave sobre e l punto "g2 " que obl iga a inmovil izar la dama. El alfil es la única pieza que se opone al dominio absoluto de la columna " f" por parte de las negras, y será desaloj ado inmediatamente. Además existe, una vez e l i m i nado ese alfil, una fuerte amenaza de . . . Wxe 3 , especulando con que la torre blanca es una pieza sobrecargada, ya que defiende el peón "e" y debe defender la ame naza de . . . fü1 + + . Las tres p iezas blancas están a la defensiva, reducidas a un número de cas i l las muy pequeño, y, en camb io, las ne gras están a la ofensiva y dominan ampl io terreno, por lo cual pueden preparar todo tipo de amenazas.
EL RECURSO TÁCTICO
Y las blancas están en posición de abandonar, pero disponen de un recurso táctico que fraca sa, pero que pudo haber proporc ionado un resultado impreciso a poco que las negras hubieran confiado demasiado en su ventaj a. 24.i;xg7+ @f8 !
Y no 24 . . . ©xg 7 , a causa de 25.'&g 1 + , ga nando la torre y quedando con mejor final. N i tampoco 2 4 . . . @ h 8 , por 25.�g8+ @xg8 26 .Wg 1 +, etcétera.
Ú nica, pues si 25 . . . @e? seguiría 26 .Wxe4+ , ganando.
1 9 . . . e4 20 . .ixe4 Muy bien j ugado. Esto no salva la partida, pero, sin duda, un j ugador menos experto que Reca habría caído en la celada que este mo vimiento tiende. En cambio, perdería en se guida 20 . .id 1 , por 20 . . . Wxe3, y 20.gxh3 habría originado un fi n a l s i n recursos.
Las blancas abandonaron por cuanto no es pos ible segu ir con 27 J" �g6+ por 27 . . . hxg6 , ni con 26 . . . @f6 2 7 .Wg 1 por 27 . . . fü1 . E l recur so táctico ha fracasado. LA MANIOBRA INTERMEDIA PARA MANTEN ER LA VENTAJA
20 . . . Wh4! ! Bravo . Es ésta la mejor forma de hacer valer la ventaj a estratégica. En cambio, la tentadora réplica 20 . . . Wxe3 fracasaría por 2 1 .'&b 1 ,
1 90
Vamos a ver ahora un ej emplo de otro tipo. En una partida disputada entre Luis Palau y Grau, del Torneo Mayor de 1 926, se llegó a la siguiente posición después de la j ugada 20ª de
ROBERTO G. GRAU
las blancas, que conducía el primero de los citados:
24.\Wxd 1 li:lf2+, seguido de . . . li:l xd 1 . Como observamos, mediante la maniobra táctica anterior, las negras han resuelto un problema estratégico muy importante, pero para lograr esto debieron apelar a recursos audaces, ya que deben devolver el peón luego de: 22 ... li:l e4 23.\We 1 ges 24.li:l xe6 gc2
Pero ganarán una cal idad, y la partida, si bien en terrenos muy escabrosos, es favorable para el negro. Para nuestro obj eto ya no nos intere sa más el juego, pues queremos mostrar la influencia de las man iobras tácticas en la lucha viva. En esta posición las negras están mejor, pues tienen un peón de ventaja, pero la partida es difíci l . Las blancas amenazan un doble en "c7", lo que aparentemente obliga a seguir, ya con . . . \Wd8 , sacando la dama de la diagonal blanca -muy importante cuando el alfil actúa en la diagonal negra, pues comp lementa su acción y no se superpone a la misma-, o . . \Wc8 , permitiendo que después de �b2 siga :gc 1 , con iniciativa. No se puede . . . .id8 por li:l d 6 , y es desagradable la amenaza de li:l d 4 . O sea, que las negras están a punto d e quedar estratégicamente inferiores a pesar del peón de ventaj a, y no se resignan a esa situación. ¿Qué plan podría adoptarse? Hay, por lo pronto, una amenaza, que sería jugar . . li:l f6 para seguir . . . li:le4 si no existiera ese doble en "c7". S i la dama negra pudiera retirarse más tarde de "e8", atacando algo importante, la amenaza no sería tan grave. Además existe la amenaza eventual de . li:l f2 + , después de . . . li:l e4 , la que no puede realizarse porque la dama defiende ese punto; pero observamos entonces que si la dama debe defender ese sector, no puede apoyar a la vez a la torre de "d i '', que podría considerarse una pieza inde fensa, y surge entonces el recurso táctico para mantener la ventaja posicional . Veamos: .
COMBINACIÓN Q U E F U E SÓLO UN RECU RSO TÁCTICO Exam inemos ahora una partida que mereció un premio de bel leza, a pesar de ser sólo un recurso táctico, pero en real idad tan decis ivo y oportuno, que l lega a confundirse con un plan estratégico de largo alcance. La visión a tiem po de una posible inferioridad estratégica futura engendró esta combinación por cierto valiosa: Gambito de Dama (D5 I ) Montevideo, 1 925 B lancas: C. Pulcherio Negras : R. G. Grau
.
.
.
20 . . . li:lf6! 2 1 . li:l c7 \Wa4! 22 . .ib2
1 .d4 lll f6 2.c4 dS 3. lll c3
La Defensa Marshall estaba en auge en el afio 1 92 5 , en que se disputó esta partida, pues la teoría indicaba que la maniobra 3 . cxd5 li:lxd5 4 . e4 li:l f6 , seguido, si 5 . li:l c3 o 5.�d 3 , de 5 . . . e5, daba a las negras una partida muy cómoda. Y la verdad es que es así. 3 ... e6 4 . .ig S lll bd7 5.e3 .ib4 6.\Wb3 cS 7 .dxcS W/as 8 . .ixf6 lll xf6 9 .id3 id7
Amenaza . . .ia4 . .
¿Por qué no es posible 2 2 . li:l xa8? Pues sim plemente a causa de 22 . . . li:l e4 23 .\We 1 \Wxd 1
1 O.a3 ixc3+ 1 1 .bxc3 W/xcS 1 2 .W/xb7 0-0
TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA
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Y las negras tienen una posición netamente preferible a pesar del peón de menos, porque han ganado una serie de tiempos valiosos. Han hecho tres jugadas de peón en los prime ros doce movimientos, y las blancas, seis, lo que significa tres tiempos ganados en el desa rrollo, y además la dama se halla un tanto comprometida. Se amenaza . . . gfb 1 , y si Wfa6 , . . . gb6, ganándola.
23 . . . tt:lc? sería contestada por 24 .�xe 6 + , seguido d e gd5 , con amenazas serias, además de la diferencia de un peón. Hay un detalle táctico por explotar y es la accidental situación del rey blanco, con pocas retiradas, y esto sugiere al negro la combina ción que sigue :
1 3 .Wlb4 V!íc7 1 4. cxd5
Para evitar . . gb8, perdiendo la dama. .
1 4 . . . c!lJxd5
Una vez más la prudencia malogra un esfuer zo bien real izado. Dado el carácter violento de la lucha, era necesario seguir con energía mediante 1 4 . . . gab8 1 5 .Wfc4 (lo mej or) 1 5 . . . Wfa5 1 6 . c!lJ e2 füc8 1 7 .Wfh4 füc3, ga nando rápidamente. Ahora las blancas mejora rán su posición y el negro tendrá que apelar a recursos tácticos para ganar una partida estra tégicamente malograda por la omisión ante rior. 1 5.V!íd4 e5 1 6 .Wfc4 Wíd6 1 7 .c!lJe2 f¡ac8 1 8 .V!íh4 f5
Una jugada imprudente, pero que da a la par tida fisonomía propia y obligará a realizar combinaciones val ientes. Lo prudente era 1 8 . . . tt:lf6 , manteniendo una l igera ventaja pos icional. 1 9 .�c4 f4 !
Las negras tienen el plan de evitar el enroque blanco para ganar por ataque, pero esto entra ña graves riesgos por la situación del caballo de "d5 " , que carece de buen punto de apoyo.
2J . . ,f¡cd 8 ! 24.Wfxe5 c!lJ xe3 ! COMIENZA EL DRAMA
Entregando la dama -que no puede ser captu rada por las amenazas de . . . tt:l c2 o . . . tt:l xg2 mate- y el alfil a dos piezas blancas, y, lo que es más grave, con j aque. Pero el rey blanco no tiene retirada por la poderosa acc ión de ambas torres, y esto debe dar lugar a infinidad de recursos tácticos. 25.V!íxe6+
Si 25 .�xe6+ © h 8 26 .füd8 tt:lxg2+! 2 7 . ©d2 (o 2 7 . ©d 1 ) 27 . . . füd8+ 28 .Wfd4 gxd4+ , ganando. 25 . . . 'ít>hS 26,f¡xdS f¡xd8
Si 26 . . . tt:lxg2+ 2 7 . © d 1 füd8+ W/g5 2 9 . ©c2 tt:l e3+ 30.©d3, etc.
2 8 . tt:ld4
20 .�a2 fxe3 2 1 .fxe3 �e6 22.f¡d 1 Wfc5 23 .V!íe4
27.c!lJd4
Todo esto se hallaba previsto por el negro, que ahora iniciará su combinación, apremiado por las circunstancias. La répl ica normal de
Ahora pierden las blancas la única oportuni dad de salvar el juego, que pudo haber surgido A esto seguiría 2 7 . . . gd 1 + de 27 .Wfe4 !
1 92
ROBERTO G. GRAU
2 8 . 'it>f2 tll d 5+ ! , con tablas en las variantes más favorables para el blanco. Pero éste pre fiere devolver la pieza, pues aspira a ganar, y tal exceso de optimismo le será fatal.
3 1 . . . füS+ 32.©e2 Wb2+ 33.©d3
Luego de la j ugada 1 9ª de las blancas se llegó, en la partida disputada en el torneo de Berlín de 1 920 entre Spielmann y Bogolj ubow, a la anterior posición. La posición es dific i l . Las negras tienen un peón más, pero están amenazadas de Eí:xg2 +. Además, tienen sin actuar a su alfil dama y, por consiguiente, a la torre dama. La jugada lógica y estratégicamente normal habría sido en este momento 1 9 . . . f3 , pero las negras te mieron la répl ica 20. tll g3, para seguir, si 20 . . . tll g6 con 2 1 .füb?, y después tll f5+, o si 20 . . . füh2 2 1 .füf3 ! Sin duda, luego de 1 9 . . . f3 2 0 . tll g3 20 . . . Wi'h4 2 1 .WxeS+ Wf8 2 2 . tll e2 tll g6, la lucha habría sido dificil, aun cuando incierta. Las negras, poco satisfechas, o quizá encandi ladas, inician ahora una com binación que sólo como recurso táctico puede aceptarse, ya que estratégicamente era im prescindible j ugar primero 1 9 . . . f3 .
Si 33 .W!'d2 fü2 + .
1 9 . . . �xh2 ! ?
3 3 . . . Wxa3+
Evidentemente notable, aun cuando sea falsa la maniobra. Esto perm itirá traer al juego rápidamente las piezas negras del ala dama, pero una torre suele ser un precio excesivo.
27 ... '\Wxc3+ 2 8 . ©e2 Wb2+1
Ú nica para ganar. 29.©xe3 '!Wxd4+ 30.©f3 Wc3+1
Otra vez la única para vencer. Si 30 . . . fü8 + 3 1 . Wg3 y sólo habría tablas. 3 1 .'!We3
Si 3 1 . Wg4 Eí:d4+ 32. WfS Wi'd 3+ 33.WgS h6+ 34 . �h S '!Wb5 + , etcétera.
Las blancas abandonaron. Si 34 .We2 W/xa2+ 3 5 . W d 3 Eí:d 8 + , ganando la dama a la jugada siguiente. Hemos visto aquí cómo la explotación de un detalle táctico perm itía llevar a cabo una com binac ión salvadora. RECU RSO TÁ CTICO Y ERROR TÁCTICO Veremos ahora un caso también interesante :
20. tll xf4 ! ? U N ERROR PSICOLÓGICO
Las blancas, engañadas por la aparente fuerza del sacrificio, lo rehúsan y dej an de ganar la partida. Esta es la fuerza psicológica de este tipo de recursos tácticos. Quien es obj eto de una amenaza de este tipo considera lógica mente que el rival ha sacrificado una pieza calculando todas las posibil idades, y, si se ve un cam ino cómodo para seguir la lucha rehu sando la oferta, sue le hacerlo para evitar com pl icaciones. El exceso de prudencia o la su pervalorización de la capac idad agresiva del rival suelen provocar derrotas imprecisas. Lo justo era 2 0 . ©xh2 , para seguir, si 20 . . . Wi'h4+ con 2 1 . Wxg2 �h3+ 2 2 . W h 1 ! ! (en cambio, 22 . ©g 1 perdería) 2 2 . . . �e6+ 2 3 . Eí: h 2 . Si 22 . . . �fS+ 2 3 . Wg 1 . S i : 22 . . . Eí:h8 23.Wi'xeS+ Wf8 24. füf4 �g4+ 25.Wg 1
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\Wh 1 + 2 6 . 'it>f2 1'fü2+ 2 7 . ©e 3 , con ventaj a para el blanco. En cambio, luego de: 20 . . . exf4 2 1 .�xf4 .ifS 22.�xfS .!D xfS
Era mej or primero 22 . . . 1"í:h 1 + . 23 .\Wxh2 .!D h 4 24.\Wg 3+ © h 8 25.�bS \Wh6 26 .\WeS+ ©h7 27.\WhS �g8
Se l legó a un final que las negras ganaron después de magnífica labor, pero que escapa ya a nuestro tema. CONCLUSIONES PRÁCTICAS Y ahora trataremos de sacar algunas conclu siones técnicas: 1 º Cuando un j ugador posee desventaja estra tégica de cualquier índole, debe tratar de complicar la partida mediante j ugadas de corte táctico que entraflen amenazas permanentes, ya que siempre ha de confiarse en las mayores posibil idades de error que pueden surgir de este tipo de lucha. 2° Recurso táctico es toda aquel la jugada que, anulada por el rival, dej a un saldo favorable para la posición, o la que, aun en caso de originar la pérdida de la partida, era la mej or posibil idad de salvación de la lucha. En lo primero se diferencia de la celada, y en lo segundo del error. 3° El jugador que tiene la partida estratégica mente ganada debe actuar con gran energía y contrarrestar las maniobras tácticas que suelen convertirse, después de un origen dudoso, en combinaciones ganadoras. El recurso táctico es la guerri l la, que suele cambiar de jerarquía cuando no se la combate con brío. 4° El recurso táctico es el detalle en ej ecución de los planes estratégicos. En aquellas posi ciones en que la situación de una pieza mo leste la real ización del plan general, la manio bra táctica, o sea la agresión a la misma o la desviación de sus funciones mediante amena zas aparentes en otro sector, es indispensable para el éxito.
1 94
5° El j ugador que está mej or, estratégicamen te, debe ensayar la menor cantidad posible de maniobras tácticas que no tengan vinculación directa con el plan (amenazas de dobles que no tengan relación con la lucha, maniobras para capturar peones alej ados de la zona de combate, etcétera) y, en cambio, quien se encuentre inferior, debe intensificar las diver siones de este tipo, para dilatar el plan general del rival. 6° Toda maniobra táctica vinculada al plan general es técnicamente inobj etable. Como que es la desmenuzación del mismo. En cam bio, es dudoso todo plan de este tipo que no tenga unidad con la estrategia, y sólo debe ser buscado por qu ienes tengan la sensación de que están técnicamente en inferioridad de condiciones.
X I .- LA CLAVADA Este tratado de aj edrez práctico, en el que tratamos de estudiar aspectos de la partida viva, que ningún texto hasta ahora ha encara do, ha ofrecido muchos temas valiosos para el aficionado bisoflo y también para el j ugador de categoría. Iniciaremos ahora la considera ción de un tema de la partida práctica, cuya hábil aplicación ha dado lugar a infin idad de victorias. Se tratará de la clavada de una pieza en todas sus formas. Primero, la observaremos a través de típicas maniobras de sacrificio de calidad, que en real idad no son tales, ya que la cal idad se recobra enseguida mediante la ganancia de un tiempo muy valioso. Luego estudiaremos otros aspectos de estas manio bras típicas para mostrar hasta qué punto es pel igroso permitir que una pieza quede así inutil izada, ya que no es sólo la misma la que no puede moverse, sino la pieza que la apoya, que suele ser de mayor valor que la que obs truye la acción. Pero antes debemos establecer cuáles son las condic iones en que debe hallarse una pieza para que pueda calificarse de clavada. Lo más usual es que esta pieza obstruya la acción de la agresora sobre el rey. En ese caso no puede moverse nunca. La segunda es que tras ella se encuentre una pieza de mayor valor, por
ROBERTO G. GRAU
ej emplo, la torre o la dama, y mover la misma significa la pérdida de material. También hay casos de c lavadas más indirectos: se trata de aquel las posiciones en que mover una pieza permite la real ización de una amenaza grave (mate, j aque doble, etc.). Estos serán los casos que nos ocuparán más adelante, pues en el los está encerrada la razón de muchas derrotas y de muchas victorias incomprensibles. Se trata, en realidad, de maniobras típicas de combinación, que el j ugador avezado domina y que le permiten sacar provecho de ventaj as muy pequeñas, y que el aficionado de menos experienc ia puede dominar también, a poco que preste atención a lo que expondremos. De más está decir que no nos detendremos en ese tipo elemental de clavadas de piezas, ya que entendemos que los ej emplos muy e le mentales tienen escaso valor, pues general mente son con facilidad dominados por los j ugadores de poca experiencia. Trataremos de mostrar maniobras un poco más ocultas en su origen, pero que finalmente se resumen en lo mismo. SACRI FICANDO CALIDAD PARA CLAVAR UNA PI EZA Lo iniciaremos con una posición entre De Witt y el Dr. Subirá, en la cual el detal le se explota de manera directa. Veremos cómo se vulnera la posición de un rey y se gana el tiempo necesario para asegu rar el triunfo.
En esta posición se observa que las blancas están en ventaj a posicional . No tienen piezas de más, pero en cambio el rey adversario carece de fuerzas que lo apoyen, y la torre de "d5" es tema propicio para una combinación. Nunca se indicará bastante a los j ugadores que la torre es una pieza de manej o pesado, y que no debe nunca colocarse en una columna donde no pueda replegarse inmediatamente. Es un cuerpo de ej ército val ioso que debe contar siempre con una buna retirada. En el caso del texto no sucede así, y esto permite a las blancas inic iar una maniobra que aparen temente tiende a ganar calidad en mérito a esa defectuosa colocac ión de la torre, pero que en real idad encierra e l más grave propósito de explotar la situación de desamparo en que se hal la el rey negro. 1 .lll 6b5
Amenaza lll c7+.
Defendiéndose de la amenaza de mate. Si 2 . . . füg3 3 . füa7+ ©b8 4 . lll c6+ ©ca 5 . :E'!c7++. Ahora, en cambio, el peón de "a7" está apoyado y el alfil "g3 " de las blancas atacado. Si se mueve, las negras pueden seguir con . . :E'!xg 2 , con graves compl icaciones para las blancas. Es necesario, pues, actuar con energía, y sólo el recurso de sacrificar calidad para clavar la pieza que captura la torre puede permitir prosegu ir el ataque. La deducción es clara, ya que la única pieza negra que puede defender el punto "a7" es el alfi l . Sacrificada la torre por el peón, la otra torre de "h 1 ", que ahora nada hace, reemplazará a la sacrificada y decidirá la lucha, ya que nada podrá oponer se a la entrada en séptima sobre el desventu rado monarca negro. Es simple, pues, que la victoria sólo puede alcanzarse mediante : .
Las negras devuelven la calidad para evitar la amenaza de mate directo de :E'!xa7++ , o, si j uegan 4 . . . füg 3, de 5 . füa7+ seguido de
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ti:Jc6+, como indicamos en el comentario anterior. 5.ti:Jxb5 ©b7 6.l'!xa7+ ©c6 7 .c4
Y pocas jugadas más tarde las negras abando naron. Tienen un peón menos y están amena zadas de E!c7+ seguido de �f2 + , etc, y de b4 seguido de ti:J d 6 . L A GANANCIA DE TIEMPO Hemos visto cómo el sacrificio de una cal idad pennitió ganar tiempos en el ataque. Ahora lo veremos dando el tiempo necesario para ganar un final que, de no haber mediado ese detalle táctico, habría sido tablas. Apertura V ienesa (C29) 1 925 B lancas: R. G. Grau Negras: V. Femández Coria
LA CLAVADA INDI RECTA Y no la jugada natural de 20 . . . �g? , a causa de la réplica 2 1 .E!xc6 + , especulando con que el peón de "b7" está clavado en ese punto por la amenaza de :1l:b8 mate . Vemos aquí otro tipo de clavada de piezas, o piezas inmovili zadas, como quiera llamárseles, del que nos ocuparemos oportunamente. Ahora lo que nos interesa es el sacrificio de calidad para ganar tiempo por medio de la clavada. 2 1 .l'!e1 l'!e7
Este es el momento que nos interesa del final. Las blancas tienen un peón de más, pero el camino de la victoria no es claro, porque el peón doblado de la columna "c" resta fuerza y cohesión a los de ese sector, que es precisa mente donde está la ventaja material. Eviden temente, la jugada de las negras sería un grave error si la torre de " f6 " no estuviera, por la réplica �g5 , clavando a la torre.
1 .e4 e5 2 . ti:J c 3 ti:Jf6 3.f4 d5 4.fxe5 ti:Jxe4 5. lll f3 ig4 6.We2 ti:Jxc3 7 . bxc3 ixf3 8.Wxf3 Wh4+ 9 . g 3 We4+ 1 0 .Wxe4 dxe4 1 1 .ig 2 .!Dd7 1 2 .ixe4 0-0-0 1 3 . l'! b 1 c6 1 4.0-0 .!Dxe5 1 5 .d4 .!D c4 1 6 .l'!xf7 .!Dd6 1 7 .ifS+ .!D xf5
Hemos dado la total idad de la partida para poder mostrar de qué manera el tema de la clavada ha gravitado en distintos momentos de la lucha. Ya antes, cuando las blancas juga ron 1 4 .0-0, en lugar de 1 4 . d 4 , lo hicieron por temor a la posible répl ica 1 4 .. .f6 para seguir, si 1 5 . exf6 , con 1 5 . . . E!e8 , clavando el alfil de "e4 " . Ahora, si las negras jugaran 1 7 . . . 'tt> b 8, segui ría 1 8 .�f4 , clavando et caballo y defendiendo así indirectamente a la torre de "f7", que, por otra parte, no tiene retirada. Y no sólo defen derían la torre, sino que amenazarían E!xb7+, explotando que el caballo no puede defender al peón mientras está clavado, y también pri mero �xd6+ seguido de E!xb7+. 1 8 .l'!xfS l'!d7 1 9 .if4 g6 20.fü6 'tt> d 8
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Vemos aquí una pos1c1on característica de c lavada, o sea la torre y el rey en una misma diagonal, que siempre entraña un grave riesgo cuando el adversario posee el alfil que actúa por esa diagonal . Y la concienc ia de esto, y la teoría de Capablanca sobre la simplificac ión que indica que deben cambiarse las piezas accesorias de la lucha para reducirla a las que ofrecen desniveles (en este caso los peones), hacen que las blancas encuentren una combi nación simple que gana mediante el típico sistema de sacrificar calidad y ganar un tiem-
ROBERTO G. GRAU
po, m ientras el rey adversario trata de zafarse de la clavada. Esa man iobra simple es sacar económicamente la torre de "f6", entregándola por el alfil de " f8 " , para luego realizar la cla vada en "g5 " . Veamos: 22.gxf8+ gxf8 23 .ig S
Calidad de menos, pero que se recobra fácil mente, y dos tiempos ganados que han de ser decisivos. Ahora es necesario, antes de inten tar sacar el rey para poner en acción la torre o provocar el cambio, apoyar la torre que se encuentra atacada por dos piezas y sólo apo yada por una. 23 . . . füeS 24.c4! IMPORTANCIA DE LA CLAVADA
Este es el detalle estratégico que deseábamos destacar. De no haber dispuesto de este tiem po, que pennitió real izar esta j ugada, el final habría sido favorable para las negras, aun cuando quizá tablas. Si 24 . ©f2 b5! 25. iif3 iid7 2 6 . !!xe?+ !!xe7 27 .!J.xe? ©xe7 28. iie4 iie6, y las negras tienen varios tiempos para ganar con el peón "a", lo que les pennitiría crearle una desagradable posición de "zugzwang" a las blancas, a pesar del peón de ventaj a que éstas poseen, pero que de nada vale, por estar doblado y retrasado. 24 . . . h6 25.gxe7 gxe7 26.ixe7+ iixe7 27. iif2
Y ahora se ha l legado al mismo final del co mentario anterior, pero con el peón blanco en "c4", lo que impide prácticamente . . b5 y da fuerza a los peones doblados, que antes de nada servían . El final ha podido ser definido prácticamente por la ganancia de tiempo que surgió de la clavada de la torre. .
27 . . . ©e6 28.©e3 ©fS 29.cS ©e6 30. ©e4 a6 3 1 .c4 h S 32.dS+
Los peones doblados, al adquirir la fonnación característica de colocar uno de ellos en el
punto más avanzado de la cadena de peones "c5 " , han logrado convertirse en agresivos, pues el retrasado colabora en la acción de apoyar el peón de "d5 " . Ambos son, pues, eficientes, y de esto se desprende una regla sobre la situación de peones, que oportuna mente trataremos, pero que no resistimos a la tentación de anticipar, y es que cuando se tienen peones doblados, con uno lateral que los secunda, es necesario que el peón más avanzado de los tres sea siempre uno de los que están en la columna donde hay dos. 32 ... ©f6 33.h4 aS 34.a4 g S 35.hxgS+ ©xgS 36.©es
Y las negras abandonaron, pues luego de d5, este peón corona con apreciable ventaja de tiempos. X I I . - LA CLAVADA Y LA GANANCIA DE TIEMPO Hemos establecido que toda pieza que esté apoyada por una pieza clavada se encuentra mal defendida, y sabemos que esto es el tema de infinidad de combinaciones. Lo hemos estudiado ya a través de un tema característi co, como es el del sacrificio de cal idad para ganar tiempos en el ataque. Ahora lo conside raremos desde el más amp lio campo de la estrategia general. Veremos la importancia que tiene, para que este tipo de planes se pro duzca, la situación de un peón, por ej emplo, apoyado por una pieza mayor, o en una co lumna donde se encuentre el rey, ya que esto faci lita la combinación de sacrificio transito rio, para clavar la pieza que se coloque en última instancia en ese sector. Dado el tono de este libro, que en realidad está orientado para que sea úti l a los aj edre cistas bisoños y también a quienes ya dominan la técnica del j uego, pasaremos por alto los ej emplos simples y mostraremos varios de combinaciones que han podido llevarse a efecto mediante la hábil explotación del tema de las clavadas de piezas, que ha dado motivo a que se construyeran multitud de problemas y se crearan finales hermosísimos.
TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA
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LA FUERZA DE UN ALFIL EN LA CLAVADA
m itir una victoria tan n ítida y el hallazgo de una j ugada tan absurda y eficaz.
En una partida Breyer-Englund, del torneo de Scheveningen en I 9 1 3 , se l legó a lo siguiente :
Las blancas amenazan !'!xd 5 , ganando una pieza, ya que el cabal lo que la defiende está clavado por el alfil de "b4 " . El tema de la partida está, pues, precisamente en la situa ción de esa pieza clavada que traba la acc ión de las negras. Veremos ahora cómo Breyer saca provecho de esa ventaja. Siguió así : 1 9 . .ic6 20 .Wxe7+ . .
Como se observa, igual que en el caso de los sacrificios de calidad, no se toma con el alfil primero, ya que esto impediría sacar provecho de la clavada. En realidad es una simple inver sión de j ugadas, pero que tiene la poderosa diferencia de que ahora la dama estará durante una j ugada inmovilizada y se hace posible dar juego en "d8". La dama, en realidad, no existe como pieza defensiva, y el mate es inevitable. Nada de eso habría pasado si las blancas hu bieran jugado primero �xe7+ . 2 0 . . . Wxe7 2 1 J�d8+ .tes 22.�xeS++
UNA MANIOBRA EXTRAORDINARIA Interesante es la maniobra que para ganar su partida contra Thynne halló Abrahams en el torneo de Liverpool de 1 930. Sólo el conoci m iento de la fuerza de las clavadas pudo per-
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Las blancas tienen la inic iativa, pero no es fáci l ver cómo se puede sacar provecho de ella. Si Wh8+ sigue . . . ©e 7 y la dama tiene que volver a "h7 " . Pero las blancas conocen la fuerza de las clavadas y proyectan un p lan que les permitirá adjudicarse una bri llante victoria mediante la sorprendente jugada: 20.Wg S+! iíe7
¿Por qué no 20 . . . ©xg8? Pues simplemente por la formidable réplica de 2 1 . tll g6 , que ataca la dama y, lo que es mucho más grave, amenaza !'!h8 con mate inevitable. La fuerza de esta répl ica estriba en que el peón " f7 " está clavado y no puede capturar al atrevido caba llo. Como se observa, una pieza clavadá puede considerarse inexistente m ientras no se retire la pieza mayor que permite la clavada. 2 1 .Wxf7+ iidS 22.c!l\g6 Wxb2 23.�d 1 + .id7
Y ahora nuevamente se produce una combina ción explotando el tema de la pieza clavada. El alfil está inmovil izado y en consecuencia la torre de "e8", defendida sólo por el rey. Esto perm ite una simple combinación ganadora: 24.WxeS+!
Las negras abandonan, pues si 24 . . . ©xe8 (y si 24 ... ©c? 25 .We?, etcétera.) 25.!'!h8++.
ROBERTO G. GRAU
LA DOBLE CLAVADA Con más puj anza vemos el tema en el ej emplo que sigue, de una partida entre Bogoljubow y Erdelyi que se disputó en el torneo de Praga de 1 93 1 . La posición era la siguiente :
25 . . . �xf7 26.Wfe6 ! !
Atacando directamente las dos piezas clava das. 26 . . . .ixeG 27 .�xd8+ ms 28 . .ixeG+ @h8 29.�d7 �as 30 .�c7 es 3 1 . .idS
Las blancas ganaron rápidamente. Todo esto ha sido posible por la combinación que engendró la situación de dos piezas negras clavadas. OTRA VEZ EL CAZADOR CAZADO
En la posición del diagrama es fáci l observar dos detalles valiosos. Hay dos piezas prácti camente clavadas. Una, el peón de "f7", que no puede moverse sin dejar al rey en jaque. Otra, el alfil de "d7", que está interrumpiendo la acción de la torre blanca sobre la dama. La conj unción de estas dos ideas permite a Bogolj ubow trazarse un plan ganador, cuya fuerza radica precisamente en la inmovil idad de esos dos sectores del tablero y en la explo tación de la magnífica acción del alfil de "b3 " y la torre de "d l " . Veremos cómo es fácil conjugar ambas acciones, mediante :
I nteresante es el ej emplo de la partida entre Chatard y un aficionado, que se disputó en París en 1 906. En él veremos hasta qué punto es generoso el tema para brindar recursos salvadores en posiciones aparentemente per didas.
25.c!l\xf7 !
El sistema característico de combinar en este tipo de posiciones es poner directamente bajo los fuegos del alfil, que ej erce acción sobre el rey adversario, una pieza de mayor valor que el peón. Ahora se entrega un caballo para que sea la torre la que esté inmovilizada y haga factible una j ugada decisiva que explote la doble clavada del alfil de "d7" y la torre de " f7 " . El aficionado de escasa experiencia sacará buen provecho de estos ej emplos, si en todos los casos, antes de mirar las jugadas realizadas, trata de hallarla por sus propios medios.
Esta es una posición muy instructiva. El caba llo de "e2" está clavado y en una posición muy dificil, por el hecho de que las torres blancas no pueden cooperar cómodamente en su defensa. Además las negras amenazan . Jk2 , poniendo una pieza más en acción. Las blancas a su vez están amenazando :B:xe6, explotando el hecho de que el peón de "f7" está clavado por la situación de 1a torre de "f8". Pero no tienen tiempo de real izarlo, por la amenaza de . . . �xe2 seguido de . . . :B:c2 , ganando la dama. ¿Cómo evitar esto? ¿Qué detalle hay en la posición que perm ite planear una defensa eficaz? Pues que la torre agresora .
TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA
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de las negras que se colocará en "c2" está en una m isma l ínea con e l rey, y que, además, al situarse en "c2" estará en una m isma l ínea con la dama, en e l punto geométricamente exacto para atacar en séptima (segunda) y obstruir la acción de p iezas adversarias sobre el rey o la dama. De esta deducción surge un recurso táctico val ioso: contestar a la clavada con una contra clavada. Veamos:
1 J� g 1 ! Jugada h ipócrita que oculta su verdadera fi na lidad, pues a primera vista parece una inad vertencia.
Y ahora las blancas parecen perdidas, pues la dama no tiene adonde ir, pero surge la "con trachance" derivada de la posibil idad de clavar la torre con la torre, especu lando con que la dama quedará indefensa. ¿Cuál es la jugada que surge para quien haya comprendido este tema?
Es una pos ición realmente muy instructiva. Hay una pieza blanca clavada, que es la torre de "g3 '', que está inmovil izada en apariencia por la amenaza de Wxf2 apenas se mueva. Pero hay otra pieza negra clavada, pues el peón de "d5" puede ser capturado por el caba llo por la acc ión de la torre blanca de "e l " , que "clava" al peón "e6 " . El caballo desde "d5 " toma las cas i l las "e7" y " f6 " y esto per m ite al blanco planear una combinación de sacrificio, entregando la dama, para explotar a su vez la fuerza de la clavada. Veamos:
3.gc1 ! !
1 .gxg7 Wxf2 2 .gga+ @e7 3 . tll xd5++
1 ... ixe2 2 .Wxe2 �k2
. . .
Inmovi l izando l a torre en su acción sobre la séptima (segunda) l ínea y desviándola del punto geométricamente perfecto de "c2 " . Ahora no es posible �xe2 , y s i : 3 . . �xc 1 , entonces 4 . Wxa2 , ganando la dama. Un caso perfecto de cazador cazado. ...
.
DOS TEMAS QUE SE CON FUNDEN : CLAVADA Y OB STRUCCIÓN Veamos un caso expresivo y, por c ierto, sim ple, a pesar de su clave de problema. En una partida Eliskases-Ho lst se l legó a lo siguiente :
UN RECURSO INESPERADO Estamos abundando en ej emplos, por cuanto no sólo son necesarios para dar acabada muestra de la importancia del tema y de la mu ltitud de posiciones en que es apl icable, sino por el hecho de que constituye uno de los aspectos más bon itos del aj edrez. En la partida entre Farnh i y Duras, jugada en el torneo de M anhei m de 1 9 1 4 -aque l famoso certamen que interrumpió la declaración de la gran guerra-, se produj o la posición que muestra e l diagrama.
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Las blancas tienen calidad de más y deben ganar, pero aparentemente no es fáci l hacerlo. Hay una amenaza de . . . Wd 1 + que a primera vista obliga a j ugar �c1 , que sería sin duda lo que efectuaría en este momento un aj edrecista adocenado. Pero quien comprenda mej or el aj edrez, quien sepa sacar deducciones, lo que es simple cuando uno se propone hacerlo y se fami l iari za con este tipo de razonamiento, observará cosas interesantes . Primero, que la dama negra defiende a la torre y a la vez una amenaza de Wlf6 + + . Quiere esto decir que la dama está clavada en ese sector. También observará que si la torre sale de la primera (octava) l ínea, seguiría Wlf8++ o We8++. Demuestra esto que la torre está semiclavada, ya que no puede salir de esa l ínea. ¿No habrá entonces posibilidad de sacar ven taj a de esa posición rígida de las piezas ne gras? Bien es sabido que la única pieza blanca que no actúa eficientemente en ese plan es la torre de " c5 " , ya que la de "g3 " es la que en cierra al rey, y la dama, la encargada de re matar la lucha con alguna de sus amenazas de mate. Y de esta deducción simple surge la j ugada clara que pennitirá decidir la lucha. Como la dama no puede moverse, ni la torre salir de la primera (octava) l ínea, y además la dama necesita apoyar a la torre, mediante 1 . �d 5 ! ! logramos decidir e n una sola jugada l a partida al destruir la coordinación de las piezas ne gras. Es evidente que no puede capturarse la torre, ni con la dama ni con la torre, por lo dicho antes, ni con el peón ni con e l alfi l , porque entonces un nuevo tema típico, la obstrucción, pennitiría seguir con Wxd8++, pues la dama no defendería más a la torre. Obsérvese, luego de este razonamiento, cómo esa preciosa ju gada no era tan inaccesible para quien pensara con alguna profundidad. UNA OBRA MAESTRA En la partida entre Steinitz y Bardeleben j uga da en el torneo de Hastings de 1 895, uno de los monumentos del aj edrez de combinación,
se produj o también una notable posición de clavada, que reproducimos:
Esta es una posición muy interesante. Hay un caballo clavado por la torre de "e l " y la dama también está clavada, pues, si se aparta de esa diagonal, seguiría �xc8+ y luego Wxc8, amparándose en que e l cabal lo está inutiliza do. Pero las negras amenazan . . . Wxg4 , y este ataque recíproco de las damas da tema a Stei nitz para una combinación de problema, muy dific il de l levar a cabo, pues su rival, en mu chas variantes, amenazaba . . . �c1 + + . Veamos :
22.gxe7+ ci>fS No podía seguirse con 22 . . . ©xe? por 2 3 . �e 1 + , seguido, si 2 3 . . . © d 6 , de 24 .Wlb4 + y si en cambio 23 . . . © d 8 , de 24. tll e6+ y luego tll c5+ descubierto, ganando la dama. Tampoco puede seguirse con 22 . . . Wxe?, a causa de 2 3 J'!xc8+ (la c lavada), pero en cambio es posible la j ugada del texto, por cuanto ahora no se puede capturar la dama, por la répl ica . . �xc 1 ++. Pero Steinitz agotará hasta el extremo las posibil idades que le brin da la dama clavada en "d7", y ganará de ex traordinaria manera. .
23.gf7+ ! ©g8 No 2 3 . . . Wxf? , por 24.�xc8 + .
Si 24 . . . ©f8 25. tll xh?+, etcétera.
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25.�xh7+ © g a Como s e v e , la dama es como s i no existiera, pues no puede e l i m inar a esa atrevida torre, porque tras e l la, en la misma diagonal, hay una torre atacada.
26.�g7+ © h a 27 .Wh4+ ! ©xg7 2a .Wh7+ ©ta 29.Wha+ ©e7 30 .Wg7+ ©ea 3 1 .Wg a+ ©e7 32 .Wf7+ ©da 33 .Wfa+ Wea 34.ll:lf7+ ©d7 35.Wd6++ UN ENGRANAJE DE CLAVADAS Un ej emplo muy instructivo, por cuanto se adapta a la partida viva, y que puede presen tarse frecuentemente, es e l que produj eron Vidmar y Frydman en el torneo de Budapest de 1 934. Llevaba las blancas e l j oven y talen toso maestro polaco nombrado en el ú ltimo término.
ganar de esta prim itiva manera. Ahora que el caballo también defiende el alfil de "d7 " , y si no estuviera la dama seguiría con tll xd?, ganando un a pieza. Es decir que e l alfil de " d 7 " está defendido p o r do s piezas pero prác ticamente por una sola, ya que el caballo no puede salir de. "f6" por la amenaza de mate. Esto demuestra que el caballo está clavado. ¿Cómo podría atacar al alfil con otra pieza? En realidad, si no estuviera el peón de "e6", seguiría tll xd7 para continuar, si . . . Wxd ? , con .ixh ? + , pues e l caballo no puede capturar la pieza, ya que a la vez debe defender la dama. Y de esta coordinación de ideas surge una conclusión agradab le. ¡ Pues si e l peón "e6" de mi adversario es indispensab le para que yo no j uegue tll xd? ganando, entonces e l peón de "d5 " no está defendido, pues e l peón de "e6" está también clavado ! " Y ahora, cualquier aj edrecista principiante será capaz de hal lar la jugada que explote esa situac ión, que es:
1 5 .ll:lxdS! g6
Como se verá, es una posición normal y apa rentemente perfecta. Les corresponde j ugar a las blancas, las que, a simple vista, se ven necesitadas, o de apoyar e l peón "b" con lll d 1 (no l'!c2 , por . . . ll:lxb2) , o j ugar simp lemente ll:l xc4 , perdiendo el puesto avanzado de "e5" y permitiendo que e l negro, mediante . . . bxc4 , abra la l ínea "b" y trabaj e el punto débi l "b3 " . Pero hay algunos detalles dignos d e ser estu diados y de los m ismos quizá saquemos algu nas conclusiones. Trataremos de razonar de la misma manera que lo haría un buen j ugador en este momento: " Estoy amenazando Wxh?++ , pero el caball o de f6 me impide "
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"
Para sa lir de la desagradable amenaza de mate y darle movil idad al caballo, el negro se resig na a perder el peón y poner un obstáculo en la acción del alfil dama blanco, pero en cambio debil ita los cuadros "f6" y "h6", y esto indica ya claramente e l plan a seguir, que es elim inar el alfil de "e7", la única p ieza adecuada para defenderlos. Malo sería, como dij imos, 1 5 . . . exd 5 , por 1 6 . tll xd? Wxd ? 1 7 . .ixh?+ ©h8 1 8 . .if5 + , ganando la dama.
1 6.lll xe7+ Wxe? 1 7 .ixc4
Y ahora, creada otra deb i lidad, se hace nece sario eliminar este caballo para concretarse a ganar por el peón de más y la mala situación de los cuadros negros del ala rey, que sugieren otra típica maniobra de clavada que no tiene répl ica.
Así, las blancas clavaron e l caballo, e inmovi lizada como quedó la dama en su defensa,
ROBERTO G. GRAU
para siempre, el Dr. Vidmar abandonó. De no haber hecho inmediatamente esta j ugada -más en este caso, que e l caballo sólo d ispone del apoyo de la dama- hubiera seguido . . . lll d5, y el final sería aún muy difícil de ganar. LA INUTILIDAD DE UN ALFIL ÚTIL Como punto final a estos ej emplos insertare mos la posición de una partida j ugada por B lackbume (con las negras) en Hastings en 1 894, en una sesión de simu ltáneas, que se ganó de magistral manera por el ampl i o domi nio de este tema, que enseña a explotar la situación que crean para un bando las piezas inmovilizadas en la defensa, que son siempre piezas clavadas, aun cuando nadie las ataque.
eso por la répl ica . . . Wxb2+ + , pero la verdad es que la dama podría acudir hacia el flanco de dama, para colaborar en la amenaza sobre el punto "a2 " y a la vez atacar el alfil enemi go. Y la maniobra es simple:
1 . . Wa6 ! ! .
Esto entrega aparentemente l a dama, pero en realidad ésta no puede ser capturada, porque el alfil está clavado por la amenaza . . . lll xa2 + + .
2.g4 Para desaloj ar e l fuerte a l fi l de "f5 " .
2 . . . Wxa 2 ! 3 . .ie3 .ixc3 ! !
Y mediante una maniobra de sacrificio simple, que especula también con la clavada, se deci de la partida. E l peón de "c3 " no está en reali dad defendido, porque e l de "b2" está clavado para evitar . . . Wc2 + + . Las blancas abandonaron, porque e l mate e s inevitable. Vemos aqu í c o n q u é rapidez se h a decidido la partida por el perfecto conoci m iento del tema.
Miremos esta pos1c10n con algún cuidado. ¿Cuál es la amenaza de las negras? Pues sim p lemente e l enroque largo, que está atacado por todas las piezas. Hay una de ellas, el alfil de "f5 " , que impide toda huída al monarca blanco. Tanto, que si no existiera el alfil de "c4" de las blancas, seguiría . lll xa2 + + . Es decir, que hay una pieza rival que ocupa una situac ión indispensable para evitar e l mate, y, como ya sabemos cuál es, la estudiaremos particularmente. Observamos que nadie la defiende y que no puede moverse de su dia gonal a2-g8, por . . . lll xa2++, ni en la f1 -a6, por . . . lll d 3 + , seguido de . . . lll e 1 + descubierto, ganando la dama. El alfil está, pues, clavado, y sería dific i l ganar a no mediar la amenaza de cxb4 , que amenaza elimi nar una poderosa batería negra. Es claro que ahora no es posible . .
X I I I .- CÓMO SE G ESTAN LA S CLAVADAS EN LAS COLUMNAS A B I E RTAS Es indudable que nada hay más gráfico como ej emplo de un tema de aj edrez, que la partida viva. En las páginas anteriores sobre este m ismo punto vimos una sucesión cinemato gráfica de ej emplos producidos en varias partidas magistrales. Aprendimos a observar que una p ieza está clavada cuando está ame nazada por otra y no puede retirarse para evi tar mayores dificultades. Puede estar clavada cuando interrumpe la acción de una p ieza sobre el rey, o cuando es la dama la que está atrás de la p ieza amenazada o, aun, cuando es una torre. También puede estar clavada por el simple hecho de que neutraliza una amenaza grave. Todas estas variac iones del tema las hemos observado en los ej emplos de posicio-
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nes i nsertadas antes. Ahora lo veremos a tra vés de algunas partidas en las que en todo momento gravitó de manera neta el tema que nos está ocupando, que trata un aspecto de gran importancia en la partida práctica, ya que de su háb i l apl icación dependen muchas victo rias en posic iones aparentemente dificiles de forzar. UNA OBRA DE ARTE DE ROLANDO I LLA In iciemos la exposición de los m i smos con una partida que j ugó en 1 9 1 2 un aj edrecista argentino de excepc ional jerarquía, que no ha sido recordado con la frecuencia que merece, ya que fue durante cerca de diez años el más alto exponente del aj edrez de nuestro país . Se trata del cotej o que Rolando l l la le ganó al excelente aj edrecista uruguayo Mario B l ixen. Apertura Española (C90) B uenos Aires, 1 9 1 2 B lancas : R . llla N e gras : M. B l ixen
1 .e4 es 2 . lüf3 lü c6 3 . .ibS a6 4 . .ia4 .!Lif6 S.0-0 .ie7 6 . g e 1 bS 7 . .ib3 d6 8 . c3 .!LiaS 9 ..ic2 cS 1 O . d 3 lü c 6 1 1 .lübd2 �c7 1 2 . .!Lif1 d S 1 3 .exd S .!LixdS 1 4 . .ib3! .ie6 Éste es e l momento de la partida que a noso tros nos interesa. A primera vista pareciera que las negras han resue lto todos sus prob le mas estratégicos, y es verdad, ya que tienen todas sus piezas en j uego y aun d isponen de ventaj a en espacio. Pero, en cambio, hay al gunos detal les tácticos que perm iten concebir una combinación basada en e l tema que esta mos tratando . En primer térm ino se ve que la única columna para la actividad de la torre es la "e" y que esta columna tiene por base la acción de una torre blanca y en e l extremo opuesto se encuentra el monarca negro. Te nemos, pues, e l punto de partida habitual de toda posición e lemental de clavada de piezas, que es la situación de una p ieza de gran valor que impide la l ibertad absoluta de otras.
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Ahora, que aquí no es claro ver cómo puede explotarse el hecho, ya que hay nada menos que tres p iezas de por medio y la primera de e l las es un peón, que está defendido aparen temente con sol idez. Pero las blancas atrapan otro detalle más sutil, y es que el alfil de "e6" esta sólo apoyado por e l peón de "f7", que a su vez estaría inutil izado si la dama blanca estuviera en "h5 " . Por otra parte, la dama desde ese cuadro, de no existir e l peón "e5", atacaría e l cabal lo de "d5", colaborando en la acc ión que ya desarrolla e l alfil "b3 " . Y de la confluencia de esos detal les val iosos surge la j ugada notable, que comienza a decidir la lucha por medio de la háb i l explotac ión del tema que estamos considerando. UN SACRIFICIO TÍPICO
1 S . .!Li xeS ! ! Sacrificio notable y que enorgu llecería al más presumido de los aj edrec istas locales de la actual idad. Su obj eto es, de acuerdo con lo expresado antes, colocar la dama en "h5 " rápidamente, para impedir . .f6 apoyando e l caballo y eliminar e l desagradable peón d e "e5 ", q ue es un a barrera a la acc ión de la torre de "e l " . .
1 S . . . .!LixeS 1 6 .�hS
Y en este momento se ve claro e l propósito de las blancas. Si e l caballo de "e5" se va, seguirá �xd 5. De lo que se desprende que este caba l l o está clavado para evitar la pérd ida del de "d5" y que para evitar 1Mlxe5 se hace necesario j ugar 1 6 . . . �d 6 , lo que va l i mpiando de ene migos la columna "e", en la que la torre actúa sobre el monarca adversario. 1 6 . . . .id6 Era mej or resignarse a perder un peón y enro carse, para sacar al rey de la desagradable s ituac ión que s ignifica estar baj o los fuegos de una torre rival, en una columna abierta, ya que esto siempre deriva en combinaciones basadas en c lavadas de piezas, pues para evitar los
ROBERTO G. GRAU
j aques es necesario interrumpir la acción de la torre con una p ieza.
1 7 .ixd 5 ixd 5 Despej ando e l camino entre e l rey y la torre, que sólo queda interrumpido por una pieza, se hace claro el procedimiento para recobrar el material entregado con ventaj a.
1 8 .f4 ie6 Aún era más prudente enrocarse. Nunca debe mantenerse al rey en una l ínea abierta para el rival, pues esto da lugar a infin idad de comb i naciones. Por otra parte, e l alfil en "e6" no es buena defensa, por cuanto, como establecimos antes, está apoyado por una p ieza que se en cuentra clavada: e l peón "f7", que no puede moverse por la acción de la dama, y en conse cuencia puede considerarse que carece de apoyo hasta que no desaparezca esta situación del rey negro o de la dama blanca. LA C LAVADA COMO FUENTE INSPIRADORA
1 9 .fxe5 ie7 2 0 .ig5 gds 2 1 .if6 !
Esta j ugada, por cierto inesperada e impresio nante, es simp lemente producto de la clara idea que acerca de las c lavadas tenía I l la. Toda la fuerza de la combinación radica en el hecho de que e l alfil de "e6" está indefenso, de acuerdo con nuestra teoría, y en consecuencia, si . . . gxf6 seguiría exf6 atacando al alfil de "e6" con la torre, y e l de "e7" con e l peón, por
lo que se recobraría la pieza con gran ventaja. Además, esta notable j ugada quita a las negras el recurso de enrocarse por la amenaza: 21 . . . 0-0 22 .WgS ixf6 2 3 . exf6 g6 24.Wh6 y mate inevitable. S i en camb io 2 1 . . . gxf6 22. exf6 ixf6 2 3 . füe6+ , etcétera.
21 . . . ©fS 22 .Wg 5 ggs S i 22 . . . gxf6 2 3 . exf6 ixf6 (por la amenaza Wg 7+) 24.Wxf6 ©g8 (para evitar füe6 -la clavada- y Wxh8+) 2 5 . :B:eS, etcétera. Si, en cambio, 22 . . . ixf6 23. exf6 i>e8 24.Wxg? (amenaza Wxh 8 + y también :B:xe6+ , especu lando en que el peón "f7" está clavado por la situac ión de la dama negra en "c7") 24 . . . i>d? 25.füe6 ©xe6 2 6 . :B:e 1 + ©d6 27 .:B:e?, seguido de Wb3+ o Wxf7 , ganando ensegui da.
23 .ixe7+ Wxe7 24.We3 g6 2 5 . lli g 3 id 5 26.Wh6+ gg7 27.ge3 © g 8 2s.gd 1 Wb7 29.gd2 b4 30.c4 ic6 3 1 .e6 fxe6 32 .gxe6 a5 3 3 .gde2 gxd3 34.llif5! gd 1 +
Y otra vez, luego de una serie de man iobras muy exactas, I l la encuentra en el tema de las clavadas el medio para rematar el j uego. El caballo está defendido, no por la amenaza de 35.:B:xc6 , s i 34 . . . gxfS , sino porque al desapa recer el peón de "g6", la dama puede colabo rar en una simple maniobra de mate, al dispo ner de la cas i l la "e6". Veamos: 34 . . . gxfS 35.:B:e8+ ixe8 36.füe8+ i>f7 37 .We6 mate. Como se observará, una pieza puede estar clavada, como en este caso e l peón "g" negro, porque está en la m isma l ínea o colum na de una pieza de mayor valor que la que se entrega o, como en e l presente caso, por una posibil idad de dom inar un cuadro vital : "e6 " . 35. ©f2 Wf7 36 .ges+
Y las negras abandonaron. Vemos cómo, aun en la última j ugada, surge el tema de la p ieza clavada, que en este caso se vincula con el de las piezas sobrecargadas que hemos tratado. Las negras entregan la torre, por cuanto la
TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA
205
dama está inmovil izada en la defensa del mate en "g7 " , y por lo tanto no puede simultánea mente dominar la cas i l l a "e8", que no tiene ninguna vinculación con la de "g7 " , por lo que, de tener que ir la dama a ese punto, como sucede en este caso, e l mate es i nevitable. Es ésta una obra de arte de Rolando I l la y una de las j oyas del aj edrez argentino. UN
EJEMPLO S I M PLE PERO P RÁ CTICO
Antes de mostrar e l ej emplo final de este tema, que irá seguido de las conclusiones que nos sugiera y de las reglas que pueden faci l itar al aficionado la tarea de atraparlo en multitud de posiciones, exam inaremos un caso simple, pero práctico, de una partida disputada entre el fuerte jugador brasi lefl o Octavio Trom powsky y el aj edrecista uruguayo Santiago Rivas Costa, en el torneo sudamericano de Montevideo de 1 92 5 . Después de la j ugada 1 7 de las negras se arribó a la s iguiente posición :
Forzando a capturar e l peón para no perder sin compensación la cal idad.
1 9 . . . ixf6 20.gxf6 ! Muy superior a 20 .ixf8 . Ahora, las blancas, en lugar de ganar la calidad, a su vez la sacri fican, de acuerdo con e l tema que tratamos al iniciar este curso, que indicaba la enorme fuerza que se encerraba en los sacrificios de cal idad cuando se podía luego c lavar la p ieza capturadora con un alfil, como luego se verá.
20 . . . lll xf6 2 1 .ig S La clavada perfecta. La pieza de "f6" puede ser apoyada, a lo sumo, por tres piezas : la dama, e l caballo y el rey, y, en camb io, ataca da por cuatro: el alfil, el cabal lo, la torre y la dama; pero en este caso no hacen falta tantas, ya que una p ieza atacada por dos piezas me nores tiene que ser defendida por peones o por otras dos p iezas menores, y en este caso no es posible hacerlo. Una dama nunca puede pres tar apoyo a una p ieza así atacada, sin correr el riesgo de quedar capturada.
21 . . . lll ed7 22. lll e4 'i!! e 7 23.gxf6 Aún mejor que 2 3 . li:J xf6+ .
2 3 . . . 'i!! e S 24.gxd6
Jugaban las blancas en este momento, y espe culando con la circunstancia de que e l caballo negro que se coloque en "f6" puede quedar clavado, porque está la dama negra en "d8", y por lo tanto baj o los fuegos de un alfil en la diagonal h4-d8, realizaron la j ugada ganadora:
1 8 .f6 ! ihS Resistiéndose, pero inútilmente, a aceptar la emponzof\ada oferta de las blancas.
1 9 .ihG
206
Después de pocas j ugadas, las negras abando naron. Este ej emplo es, por cierto, menos valioso que los anteriores, pero resulta práctico, por cuanto muestra un tipo de posición muy co mún en e l que se puede explotar este típico tema de las clavadas, unido al sacrificio de calidad, para hacer efectivo el mismo por medio de la acción de un alfil en la diagonal. El éxito de las maniobras para clavar p iezas depende de la fac i l idad o dificultad que tenga el adversario para zafarse de la presión. Cuan do se fij a una pieza en una columna abierta, especulando con la situación en que se en cuentra el monarca rival, la clavada es directa
ROBERTO G. GRAU
y adquiere mayor gravedad. Hemos visto gravitar el tema en el desenlace de una serie de partidas lucidas por sus alternativas, y a través de las m ismas hemos observado cómo son, en camb io, de ocu ltas las maniobras de clavada que fincan su eficacia en la imposibi l idad de actuar de ciertas piezas que se hal lan sobrecargadas en la defensa de un sector. De lo que se deduce que una p ieza puede estar clavada por imposibil idad absoluta de mover se, como es en el caso de dej ar el rey en j aque, o porque dicha p ieza no puede abandonar el sector que ocupa sin deb i litar su acción de apoyo en otra zona del tablero. LA P I EZA INDEFENSA COMO TEMA DE CLAVADA En una partida que disputé en el Torneo de N aciones de Varsovia de 1 93 5 , contra el cam peón de Dinamarca Andersen, que conducía las blancas, se produj o la siguiente posición :
1 5 . exd4 !!xe2 1 6 .�e3 , quedarían no sólo alfiles de distinto color, sino que la torre de "e2" estaría b loqueada. Es decir que esto perm itiría ganar el peón, pero sin mayores ventaj as para e l negro. Pero como el tema es generoso en recursos, ¿por qué no tratar de ver si es posible arribar a s ituaciones parecidas sin quedar con alfiles de distinto color? Si se pudiera tomar primero e l alfil c o n e l caballo, todo estaría arreglado; pero al retomar las blancas con la dama o el peón, defenderían el peón "d", y ya no sería posible . . . lli xd4. ¿Y si se transponen las j uga das? ¿Si primero j ugamos . . . llixd4 , especu lando con que si exd4 podemos seguir con llixc3 y luego !!xe2? N uestro rival no podría seguir a 1 3 . . . lli xd4 con 1 4 .�xd4, porque e l caballo de "d2" quedaría sin defensa y seguiría 1 4 . . . lt'i x d 2 , con doble amenaza a la torre y la dama. Quiere esto decir que e l alfil de "c3 " está sobrecargado, pues debe defender a la vez e l peón "d" y el caballo y no es por esta causa eficaz en su doble m i s ión, y que el peón de "e3 " está clavado por la acción de la torre sobre la columna abierta. Se gana enton ces un peón mediante : . . .
. . .
1 3 . . . llixd4 1 4.exd4 llixc3 1 5 .'WxcJ i:!xe2 1 6.llifJ c6
Corresponde j ugar a las negras, quienes apa rentemente no tienen n inguna combinación para desnivelar la lucha. Pero aquel que do m ine el tema de las p iezas clavadas y, en este caso, también e l de las p iezas sobrecargadas, observará que la torre de "e8" actúa indirec tamente sobre e l alfil de "e2 " , que está inde fenso. De no estar e l caballo en "e4", podría seguir . . . lli xd4 , ya que s i exd4 segu iría . . !!xe2. Quiere esto decir que e l problema está en sacar e l caballo ganando un tiempo. Aparentemente la j ugada es simplemente 1 3 . . . lli xd 2 , pero luego de 1 4 .�xd2 llixd4 .
Y las negras quedaron con un peón de ventaj a y sin e l riesgo d e tablas de l o s alfiles de dis tinto color. Como se observará, la idea de las p iezas cla vadas por la situación en que se hallan las piezas que están detrás perm itió a las negras en este caso desnivelar en un momento de relativo equil ibrio una partida aparentemente muy compleja. LA CLAVADA COMO RECU RSO T Á CTICO Vamos a ver ahora, con breves notas, una corta partida en la que una p ieza se defiende durante largo rato en una posición fuerte por efecto de la suces iva clavada de la p ieza agre sora.
TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA
207
Apertura Ponziani (C44) 1 92 1 Blancas: R. G. Grau Negras: Guerra Boneo
de no moverlo, so pena de perder e l peón "d" . Y surge e l recurso salvador de la c lavada.
1 0 J�e1
1 .e4 es 2 . ll:i f3 ll:i c6 3.c3 d5 4.Wa4
Clavando el peón, que debe ser apoyado.
El tema de esta variante de l a Ponziani es, casualmente, explotar l a clavada del caballo "c6", para vulnerar el peón "e5" enemigo.
1 0 . . .fS 1 1 .d 5 ll:i ce7
4 . Wd 6 .
.
Si 4 . . . dxe4 5 . ll:i xe5, recobrando el peón al clavar e l caballo de "c6 " .
5.exd 5 WxdS 6 .ibS Esta maniobra de clavar un caballo de "c6" por medio de un alfil es e l s istema más e le mental para compenetrarse de l a importancia de este tema táctico, que en este tipo de posi ciones tiene muy relativa influencia, por cuanto, una vez que e l rival se enroca, se toma inocua la acción de las p iezas que fij an al caballo.
6 . . id7 .
La obstrucción de la amenaza, s istema típico para refutar este tipo de clavadas.
7.0-0 f6 8.d4 e4 9 . c4 Wd6
Ahora, al retirarse e l caballo, queda desclava do el peón "e4", que amenaza capturar e l caballo d e "f3 " . Pero las blancas no quieren perder esa excelente situación y tratan de sacar provecho de otra posición déb i l del rival. El alfil "d7" está defendido sólo por la dama, y en este caso la dama se encuentra inutilizada en la defensa de esa pieza. Esto perm ite idear una man iobra de desarrollo que además colocará a la dama rival en una posi ción donde reaparecerá la clavada del peón "e4", ahora desaparecida por la acción del caballo de "e7".
1 2 .if4! Wxf4 1 3 .ixd 7+ @f7 @96 1 5.cS!
1 4.ie6+
N uevamente queda clavado el peón de "e4" que ataca e l caballo, por la acción de la dama blanca de "a4", que especula con la s ituación de la dama rival en la cas i l la "f4 " , que carece de apoyo . Las blancas han girado sobre el tema de la clavada para no rep legar el caballo, lo que les significaría desarmonizar su posi ción agresiva.
1 5 ... ll:if6 1 8 .ll:i eS+
1 6 . ll:i c3
hS
17 . ll:i e2
Wh6
Y el caballo, que fue amenazado en la j ugada 83, sólo sale de la casilla vulnerada diez mo vim ientos después por la eficacia del sistema de clavadas hallado por e l blanco para anular la agresión rival. Y se mueve para decidir la partida.
1 8 ... rJih7 1 9 .ll:if7 Wg 6 2 0 .ll:if4 Wg4 2 1 .g3 Comienzan las b lancas a tropezar con dificul tades por la agresión al cabal lo y la necesidad
208
Y las negras abandonaron, porque la pérdida de la dama es inevitable.
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UN EJEMPLO VI EJO, PERO INSTRUCTIVO Finalmente, seguiremos las alternativas de una partida valiosa como ej emplo, jugada hace tiempo por mí, entonces campeón argentino, en la que se produj o una sucesión de manio bras de ataque y defensa mediante clavadas de piezas. Veamos :
gado en la defensa del caballo " t3 " . Debe, en consecuencia, el rey blanco situarse en la columna "f', baj o los fuegos de la torre, y de esta suerte la dama de " h4" negra dej ará de estar amenazada, porque e l caballo agresor quedará clavado.
22.@f1 S i 22 . 'it> h 1 füf3 2 3 . g xf3 llif4+ 24. \t>g 1 Wg3 + , y mate a l a sigu iente .
Gambito de Dama (D30) Buenos Aires, 1 92 1 B lancas: R. De Witt N egras : R. G. Grau
22 . . . 13ce8 23 .ifS !
1 .d4 d5 2 . .!Lif3 .!Lif6 3 . c4 e6 4.e3 ie7 5 . .!Lic3 .!Li bd7 6 . .id3 0-0 7 .0-0 b6 8.13e1 .ib7 9 .Wc2 es 1 O . b 3 13c8 1 1 .cxdS exd5 12 . .ib2 id6 1 3 .We2 .!Lie4 1 4.13ac1 f5 1 5.ib 1 f4 1 6 .l3cd 1 Las blancas han debido perder un tiempo por haber j ugado rutinariamente en el movim iento 1 4º. El avance del peón "f" les crea ahora la necesidad de apoyar el peón "d" antes de j ugar exf4 . Amenazan, asimismo, dxc5 . LA OBSTRUCCIÓN
1 6 . . .fxe3 Esto inicia una combinación ganadora, cuya fuerza radica en la imposibil idad de retomar más tarde el peón "d" capturado con la torre, por la clavada . . . �c5 , n i con la dama, por idéntica j ugada.
1 7 .Wxe3 cxd4 1 8 . .!Lixd4 ixh2+ Excelente sacrificio que da lugar a una partida de gran intensidad y que e l negro logra ganar por la oportunidad para clavar las piezas riva les que apoyan al rey. No era bueno 1 8 . . Ei:xf2 por 1 9 .�xe4 , ni 1 8 . . . lli xf2 por 1 9 .We6 + . .
1 9 .@xh2 Wh4+ 20.@g 1 .!Li h 3+!
.!Li xf2 2 1 . .!Lif3
Comienzan l as clavadas . El caballo no puede ser tomado, porque e l peón "g" está sobrecar-
La obstrucc ión, maniobra típica para combatir las clavadas. Ahora e l alfil se coloca en medio de la torre negra y no puede ser capturado por la réplica . . . Wxe 1 + . La necesidad de apoyar a la otra torre quita a la de " f8 " su movi l idad en la columna " f ' . Es verdad que se entrega la dama, pero el caballo de " f3 " queda desclava do, y es posible capturar a la vez la de las negras. Esta es la única jugada buena, ya que la dama no puede dej ar de cuidar el punto "f2" por la amenaza de . . . Wf2 mate. No sería bueno 2 3 .Wd2 por 23 . . . �a6 + 2 4 . Ei:e2 Wf2++, explotando la situac ión de la torre de "e2" clavada.
23 . . . ia6+ 24 . .!Lie2 Wg 3 ! Y la dama s e sigue metiendo e n la boca del lobo, especulando con que las piezas blancas clavadas son estéri les en su misión agresiva.
TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA
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El caballo de "e2" amenaza la cas i l la que ahora ocupa la dama, pero está inmóvil, por que el alfil de "a6" lo clava.
25.id3 Otra vez la obstrucción para darle agi l idad a la pieza clavada. Esta es, por otra parte, la única jugada posible, ya que e l alfi l rey y la dama blanca se encuentran atacados simu ltánea mente. Si 25 .�e6+ W h 8 26 .�d4 füe6 2 7 . Vfixe6 füf3+ 2 8 . gxf3 Vfixf3+ y mate .
25 . . J�xe3
Y ahora es posible ganar calidad, y ya no es necesario insistir en e l tema de la dama inmo vilizada, pues basta con que el caballo de " f3 " siga clavado. 26. lll xg3 ixd3+ 27J�xd3 '3xd3 2 8 .'3e7 fü7 29.'3e8+ lll f8 30. lll h S lll f4
Y ahora e l caballo de "h3 " , luego de haberse perpetuado en ese lugar, a pesar de que el peón rival lo atacaba, y sólo por e l m i lagro táctico de las piezas clavadas, sale dispuesto a decidir la partida rápidamente. 3 1 . lll xf4 '3xf4 32.@e2 Eludiendo la presión y ganando la torre apa rentemente ; pero todo estaba previsto .
32 . . . '3e4+
Y las negras abandonan. Como se observa, es una partida instructiva como ej emplo de recursos de clavadas, que ha sido posible por el dom inio del tema, que tanto gravita en j uego abierto, y especialmente cuando el rey adversario se coloca en una columna o diagonal que podemos dominar con una torre o alfi l . CONCLUS IONES TÉCN ICAS De lo visto podemos sacar las siguientes con clusiones técn icas :
210
1 ° Pieza clavada es toda aque lla que, estando atacada, no puede moverse sin causar grave riesgo a la posición. 2º No debe dej arse nunca el rey en una co lumna ab ierta o diagonal a merced del rival si hay una pieza propia entre medio de ambas, pues da tema al rival para agredir esa pieza persistentemente y combinar con esa base. 3 º Cuando se toma una pieza clavada y defen d ida, generalmente es lo justo inic iar las cap turas con las piezas que no clavan a la agredi da. Sólo cuando sea impresc indible debe cap turarse con la pieza que clava, pues para li brarse de la acc ión de ésta el rival, general mente, debe perder tiempos. De esto surge la eficacia del sacrificio trans itorio de calidad en los casos que mostramos al inic iar este tema. 4° Tampoco la dama o la torre debe estar en una columna obstru ida por una propia pieza de menor valor, ya que el rival, al atacar esta pieza con una que tenga acc ión indirecta sobre la que está detrás, crea una clavada. 5° En cambio, la dama puede estar detrás de un alfil en una diagonal, pues no sólo lo de fiende, sino que lo apoya en su acción agresi va. Pero nunca, por ej emplo, en diagonal con un caballo que no esté defendido a la vez por otra pieza; pues al ser atacado éste por un alfil, queda clavado por la situac ión de la pie za mayor que se encuentra en la mi sma línea. 6° Esto quiere decir que las piezas deben estar siempre defendidas por fuerzas de igual o menor valor y nunca en columnas o diagona les que tengan en su extremo al rey, y aun a la dama, pues esto permite realizar combi nac io nes típicas de clavada. 7° Las piezas sobrecargadas, o sea las que defienden dos cosas distintas a la vez, son en real idad piezas clavadas en germen, ya que no pueden abandonar el punto que ocupan sin descuidar el otro sector que defend ían . De lo que se desprende que cada pieza debe cump lir una misión y, si ésta es importante, desenten derla de toda otra función estratégica. 8º Hay que temer las maniobras de clavada, especialmente en las posiciones de juego abierto, ya que el las se derivan generalmente de la ganancia de tiempos, y éstos son vitales en este tipo de luchas.
ROBERTO G. GRAU
X I V . - LA OB STRUCCIÓN Acabamos de estudiar un tema muy intere sante y práctico, especialmente en los perio dos intermedios del j ugador, en aque l los en que ya comprende e l juego y se le presentan con frecuencia problemas estratégicos fác i les de captar para e l aj edrecista avezado, pero complej os para el inexperto. El que inic iamos tiene íntima relación con aquél, ya que se trata de la obstrucción de las amenazas. Sirve para ej ecutar en multitud de posiciones, ya para desconectar las piezas rivales, ya para copar una pieza enem iga, o para interrumpir la fuerza de una clavada. De lo que resu lta que se trata, en realidad, de un sistema típico de man iobras para desclavar piezas mediante la superposición de fuerzas en el cam ino, o, lo que es más gráfico, me diante la interrupc ión de la amenaza directa enemiga, colocando dos piezas escalonadas baj o los fuegos rivales. Pero éste es e l aspecto de la obstrucción en las partidas de ataque y el tema tiene una deriva ción también en las luchas posicionales, pues sirve para neutral izar una amenaza enemiga, al poner entre la fuerza agresora y la agredida otra, o también para obstruir la movil idad del rival, y aun para cerrarle la retirada. Por eso lo estud iaremos con cierta ampl itud, ya que posee características típicas en muchas posi ciones. Como que puede apl icarse sutil mente para lograr anular las piezas rivales entre sí. Pero antes de segu ir expl icándolo, daremos algunos ej emplos, que suelen ser más expresi vos que toda palabra, y al térm ino de los mis mos estableceremos los principios estratégicos que caracterizan a este tipo de maniobras, que son en real idad otra suerte de recursos tácti cos. LA DOB LE OBSTRUCCIÓN Uno de los ej emplos más interesantes de obs trucción para desviar al rival de buenas posi ciones nos lo da un final j ugado por e l Dr. Tarrasch contra Verbundete, en el torneo de Neapel de 1 9 1 4, s ituac ión que se reproduce en el siguiente tab lero :
TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA
Y
Evidentemente, las blancas están en ventaj a, porque disponen de un peón más y una posi ción más agresiva, pero e l cam ino de la victo ria parece largo. De no estar la torre en "c8" seguiría !'í:xc5, con mate . Ya tenemos, pues, atrapada, la idea. Observamos, además, que esa posición en que se halla el rey negro po dría ser explotada med iante Wb 7 +, de no estar la dama controlando ese punto. Tiene, pues, el negro, dos piezas impresc indibles que coope ran a la defensa del rey y no pueden desviarse de esa situac ión. Y hecho este rac iocinio, el resto es fác i l : " Hay que sacar una de esas piezas del lugar en que se halla", dirá cual quier aficionado. Pero e l que no conozca los recursos que brinda la obstrucc ión para entor pecer la mov i l idad del rival, se dará por ven cido pronto, ya que no es fác i l ver cómo se puede anu lar las dos piezas defensoras ; pero quien sepa la gama de pos ibil idades que surge de la obstrucción, pronto observará que la jugada
31 .ic7 ! ! .
Obl iga a l a dama y a l a torre rivales a ponerse en una misma línea, o en una misma columna, y que, por lo tanto, se anularán entre sí. Y esta chistosa maniobra de obstrucción decide la lucha, ya que s i 31 . . . füc? 32.Wb?+ ! ! , espe culando con la c ircunstancia valiosa de que la dama no actúa sobre e l cuadro "b7 " , y que la torre ha quedado sobrecargada en la defensa del peón de "c5" y del punto "b7", ya que ha obstruido la acción de la dama.
ESTRATEGIA
21 1
S i en cambio 3 1 . . . Vfixc7 , es la dama la que obstruye a la torre y queda sobrecargada en la defensa del peón "c5 " y e l punto "b7 " . Enton ces se hace la maniobra de desviac ión 32.!!xcS+ VfixcS 33.Vfib7+, con mate a la siguiente . Observamos, pues, una partida rápidamente definida por la j ugada de obs trucción iJ.c7 , que tiene la doble virtud de obstruir la torre en el apoyo del peón "c5 " y a la dama en e l dominio del punto "b7 " . La doble obstrucción se ha producido en el punto de coincidencia geométrica de las dos piezas defensoras enemigas. EL TEMA DE LA CASI LLA C RÍTICA
Observemos por ej emplo que l a torre e n "e3 " anula a su alfil en su acción para atrás. Quiere esto decir que si el alfil estuviera en " t2 " o en "g l ", la torre anularía su acción hacia adelan te. Y así, razonando, se desprende, como fruta madura, la j ugada clave, que es :
1 . .if2 ! .ixf2 2.e7 g93 La torre, al intentar contener al peón, obstruye al alfil en su acción sobre el punto "a7", y es posible:
3 .a7
Este tema del sacrificio de una pieza en la cas i l la geométricamente crítica del cruce de la acción de dos p iezas enemigas ha sido explo tado por infinidad de compositores de finales, como se verá por algunos ej emplos que a continuación daremos para mostrar cómo es de característico e l tema:
Que permite ganar la partida.
Las blancas tienen, en este final de Troitzky, una torre menos, pero dos peones en sexta. Evidentemente, la única posibilidad de victo ria radica en coronar uno de los peones, pero el problema no es fáci l , ya que si a7 sigue ixa7 , y si e7 !!e3, capturándolo. Cada una de las p iezas negras desarrol lará así una mi s ión distinta y cada peón tiene su adversario. Pero quien sepa la ley de las cas i l las críticas o sea aquel las en que geométricamente se cruza la acción de las dos piezas defensoras, tendrá ya una base para iniciar una combinación.
E l enunciado del final es: j uegan las blancas y ganan. ¿Cómo hacerlo? Lo primero que se advierte es que si las negras logran jugar . . . !!c3+ desalo j an al rey y luego de . . . W b 2 , ganarían la par tida. Hay, pues, que anticiparse a esta j ugada, y especialmente tratar de mantener al rey reducido a esa co locación, pues es fáci l com prender que sólo es posible ganar en mérito a las amenazas de liJ b3 o llJc2 mate, que ahora están impedidas por la acción de la torre de "a3 " y del alfil negro en "g6 " .
212
UNA OBRA DE ARTE DE B E HTING Otro ej emplo, y por cierto magn ífico, nos lo ofrece el final de Behting que damos a conti nuación:
ROBERTO G. GRAU
E l punto de colocación geométrico de esas p iezas es el cuadro "d3 " , pues en él cruzan su acción las dos p iezas que están evitando el mate. Se observa que si se j ugara, por ej emplo, 1 .�d 3, y sigu iera 1 . . . füd 3? , sería mate 2 . tli c2 + + , pero que eso no es posible porque existe la réplica 1 . . �xd 3 , y siguen dominan do ambos puntos. ¿Qué debemos lograr? Pues simplemente sacar la torre de ese sector, ya que si el sacri ficio se efectuara estando la torre en el ala rey, el mate existiría, pues al tomar con el alfil, seguiría tt'l b3++. Surge, entonces, con meridiana claridad la j ugada: .
1 .� h 3 ! Que evita e l j aque e n "c3 " y aleja a la torre rival del flanco dama. Se trata, como se ve, de una jugada previa a la maniobra típica de obstrucción :
Se observa que hay igualdad de peones, pero que los negros están unidos. Existe un serio obstáculo para hacer valer la fuerza de los m ismos, y es e l alfil de "e2" que los contiene. Si ese alfil estuviera, en cambio, en "c4" o "a6 " , habría un recurso de sacrificio para obstruir, que ganaría: . . . d3, seguido de . . . e2, e inmediatamente surge la man iobra ganadora:
1 . . .ibS! 2 . .ixb5 d3 3 . cxd3 e2 .
1 . . . �xh3 2 .f3 Ésta es una j ugada intermedia también del plan general. No sería bueno ahora 2 .�d 3 por 2 . . . :B:h 1 + , que saca al rey de su magnífica s ituación de "c 1 " . Es necesario, pues, preparar e l sacrificio de obstrucción, y la entrega de ese peón tiende a llevar a la torre a una casilla en la que no pueda j aquear al rey impunemente.
Ganando. Vemos en este caso cómo e l tema de la obstrucción tiene ram ificaciones muy grandes y es la base de muchas combinaciones de gran brillo. OBSTRUCCIÓN CONTRA TEORÍA DEL CUADRADO
2 . . �xf3 3 . .id 3 ! .
Y s e produj o l a maniobra típica d e l a obstruc ción en la cas i l la crítica, en la que se cruza la acción de las dos piezas defensoras negras. Y ahora e l mate es inevitable. UN EJEMPLO P RÁ CTICO Otro ej emplo y mucho más práctico, ya que es de fáci l apl icación en los finales de partidas, es el siguiente, producido en una partida dis putada entre los maestros Bachman y Mayin ger.
Antes de mostrar ej emplos de partidas, obser varemos otro tipo de j ugada de obstrucción de notable profundidad, que surge en un final
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compuesto por Troitzky. En él se entregan peones para obstru ir, no precisamente la ac ción directa de las piezas rivales, ni cortarles la retirada, ni para amenazar sobre un punto, sino para interrumpir la posible marcha del rey y obligarlo a un desvío que s ignifica la pérd ida de tiempos para éste. Y vemos aquí el tema de la obstrucción como elemento para la ganancia de tiempos. La única razón para que las blancas puedan aspirar a ganar este final es el peón "a", que amenaza fi ltrarse por vía "a4" y coronarse. Pero hay un obstáculo por salvar, que es la amenaza, si 1 . a4 , de 1 . . . Wg3, segu ido de . . . h5-h4- h 3 y . . . h2++. Es necesario pues perder un tiempo mediante cj/xg2 , pero a eso segu irá . . . W g 5 , y el rey negro entraría en el cuadrado que permite contener al peón "a" adversario. Ya hablaremos en otra oportun idad de esta teoría, que perm ite saber cuándo un peón puede ser alcanzado por el rey sin necesidad de apelar al análisis de j ugadas. Pero como un anticipo diremos que, cuando entre un peón, la cas i l la donde amenaza coronarse y el rey que debe contenerlo, es posible trazar geométri camente un cuadrado perfecto, el peón está anulado por el rey. Por ej emplo, en el caso que estamos tratando, después de 1 . Wxg2 Wg5 2 . a4 bxa3 3 . bxa3 Wf6 se observa que si se trazaran cuatro rayas que tuvieran por límites la columna "a" y la "f' (donde se en cuentra el peón que quiere coronarse y el rey que amenaza detenerlo), la tercera línea o sea, donde está ahora el peón, y la octava, que es donde debe coronarse, quedaría trazado un cuadrado perfecto, y en consecuencia, el peón sería indefectiblemente deten ido. HA Y QUE INTERRUMPIR LA MARCHA DEL REY
Hay, pues, que buscar algún medio para en torpecer la marcha de este rey y ese medio es la obstrucción de aque l las cas i l las que perm i ten que esta p ieza haga valer la teoría del cuadrado. Y luego de esto, se hace clara la primera j ugada, que es:
1 .f6 ! gxf6
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Ahora e l rey no puede i r hacia e l ala dama por vía "f6" y sólo puede pasar por vía "c6 " . Pero habrá nuevos recursos de obstrucción. El rey, para detener al peón, necesita diagonales li bres. La primera, h5-d8, está obstruida por el peón " f6 " . Queda sólo la de e4-a8 y veremos cómo es posible obstru ir también ésta.
2 . 'tt> x g2 Evita . . . Wg3 y el mate que diseñamos antes.
2 . . . 'it> g S 3.a4 bxa3 4.bxa3 'it>fS 5.a4 ©es 6.d6! ! Nuevo sacrificio de obstrucción. Si las blancas siguieran avanzando el peón, vendría 6 . a 5 Wxd 5 , y el peón " a " sería contenido p o r el rey. Es necesario dificu ltar, pues, la marcha del monarca negro y el sacri ficio de piezas suele ser el sistema típico en estos casos .
6 . . . cxd6 7 . c6 ! ! Nuevo sacrificio d e peón que obstruye la diagonal d5 -a8 al rey negro y obl iga a que éste real ice un rodeo que perm ite coronar el peón.
7 . . . dxc6 8.as Y el peón no puede ser contenido, pues han sido obstru idas las vías de acceso al rey negro. XV.- LA OBSTRUCCIÓN COMO RECU RSO T Á CTICO Hemos comenzado a fam i l iarizarnos con un tema estratégico muy útil, ya que tiene apl ica c ión en todo tipo de posiciones y en todo tipo de man iobras. La obstrucción es uno de los horizontes más dilatados que se le ofrecen al aj edrecista en materia de recursos tácticos. A menudo sue le grav itar de tal manera en el curso de una partida, que adquiere la jerarquía de sistema estratégico fundamental . S u ampl itud es grande, por cuanto tanto se pueden obstru ir amenazas rivales interponien do piezas en el camino de la agresora, como mediante sacrific ios o maniobras precisas
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obligar a que las propias p iezas rivales difi culten la marcha de otras. Asimismo, en algunos casos resulta posible apl icar e l sistema de autoobstrucción para ahogarse, lo que significa empatar partidas aparentemente perdidas. A través de algunos ej emplos veremos palpi tar e l tema, lo que acabará por fami l iarizarnos con el mismo, y más tarde estudiaremos algu nos casos en que la obstrucción adquiere la j erarquía de man iobra suti l, que tiende a defi nir estratégicamente la lucha. Y después de este ambular por e l terreno de la partida viva, habremos comprendido que la obstrucción es la lucha por la posesión de cas i l las vitales del tablero y un sistema para entorpecer la movilidad de las fuerzas enem i gas. Si ampliamos un poco el tema y lo l levamos a la apertura, veremos algunos ej emplos clási cos de obstrucción mediante maniobras típicas de sacrificio de peón. Por ej emplo, con la Caro-Kann, e l sistema 1 . e4 c6 2 . d 4 d5 3 . e5 if5 4 . g 5 ig6 5 . h4 h6 6 . h 5 ih7 7 . e 6 . La única razón de esta variante, que por cierto no la indicaremos como mode lo técnico, sino como ej emplo de man iobra de obstrucción buena o mala, es la situac ión desagradable que para e l segundo j ugador surge de la dificultad de poner en j uego su alfil de rey. El peón de la cas i l la "e7" está obstruido y esto crea serios problemas tácticos.
A primera vista las blancas no tienen defensa, pero hay una maniobra de empate. Aconseja mos al aficionado que se detenga un poco sobre este final, ya que la observac ión de su dificu ltad le hará más interesante la sorpresa que signi ficará su soluc ión . No hay forma de detener a los peones negros. Si 1 . a5 sigue 1 . . . h2 2 . a6 bxa6+ 3 . 'tt x a6 h 1 W 4 . b 7 'tt e 2 5 . b8W Wa 1 + 6 . 'tt b 7 Wxb 2 + , seguido del cambio de damas y luego . . . g2, ganando. Hay que apelar a recursos extraord inarios y el único es el que surge de ese recurso táctico del aj edrez, que le da tanta complej idad en los finales de partidas : e l ahogado. Y como hay un alfil móvil, el blanco halla un sistema para obstru irlo y encerrar al rey en su propia j aula:
1 . .id2 h2 o 1 . . . g2.
LA AUTOOB STRUCC IÓN PARA EM PATAR Maniobras parecidas hay en la Defensa S ici l iana o en e l "G iuoco P iano" y en muchos otros s istemas de planteo. Pero en realidad lo que nos interesa en este momento es observar la importancia de las obstrucciones de piezas en e l medio j uego y la variedad de temas a que dan lugar. Pero antes de penetrar en el tema, vamos a presentar un ejemplo de final compuesto en que se ve gravitar la idea de la autoobstruc ción, para empatar una situación en apariencia perd ida.
2 .ias h 1 W o 2 . . . g 1 W.
3 . b4 Y el rey blanco queda ahogado, con lo que se produce una posición de tablas que no puede malograrse, aun cuando les corresponde j ugar a las negras. Vemos cómo del recurso de la obstrucción de sus p iezas, ya que el al fi l le ha qu itado la posibi l idad de 'tt> a 5 al rey, y a su vez el peón ha interrumpido la marcha del alfil, se ha derivado un mi lagroso empate.
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UN
EJ EMPLO DE G RAN J E RARQU Í A
Y ahora, una vez terminada la incursión e n e l campo de los finales compuestos, lo q ue nos ha permitido observar toda la amp litud del tema, lo estudiaremos a través de varias posi ciones de partida viva. Y para darles j erarquía a los ej emplos, los iniciaremos con e l que nos brinda la decimosegunda partida del "match" por e l campeonato mundial, que disputaron Alej andro A lekhine y José Raúl Capablanca, el 1 1 de octubre de 1 927, en el local C lub Argentino de Aj edrez de B uenos A ires. Después de la j ugada 33ª de las blancas, con ducidas por A lekhine, se arribó a la siguiente posición :
Se trata de una maniobra típica y elemental y sin duda Capablanca la previó. Supuso que contaba con recursos para defenderse, pero veremos que la obstrucción de la torre será demasiado completa para que pueda contar con una retirada eficaz.
35 . . . ixcS 36.dxcS §'es 37.f4 Esta agresión a la dama es la maniobra que escapó a Capablanca. Ahora quedará la torre totalmente encerrada por obra y gracia de la maniobra de obstrucción anterior, que signifi có cortarle la retirada.
37 . . . Y:!fg 7 38 .ixe4 dxe4 39. ©f2 Más enérgico sería aún 3 9 . fü2 , para seguir con gc2 .
39 . . . 'tYf6 40.g3 g S 41 .�c1 Las negras, después de la suspensión, abando naron, dado que los anál isis probaron la inuti l idad de toda tentativa. LA TORRE COPADA
Buscando una forma económica de doblar sus piezas en la columna abierta y, sin duda, die ron poca importancia a la obstrucción de la torre por vía tlJ c 5 , que l as blancas amenazan más tarde. La partida siguió así :
Para que se observe que este tipo de obstruc ción para desconectar piezas rivales es en real idad un sistema táctico muy usual, espe cialmente para encerrar las torres entrometidas en el medio j uego, veremos un ej emplo muy simple, en e l que por medio de una maniobra de este tipo se logra ganar cal idad .
34.Y:!lb2 Y:!fc 7 3 5 . tlJ c S ! Este tipo d e j ugada es ú n a d e l a s m á s simples formas de la obstrucción y obliga a tener cau tela cada vez que se penetra con la torre en el juego enem igo. Una torre en sexta o séptima (tercera o segunda) es muy fuerte cuando hay pocas piezas en el tablero, pero suele ser una maniobra de riesgo cuando es posible, aun por medio de un sacrificio, interrumpir el contacto de la misma con las p iezas que la apoyan.
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Error grave, h ij o del hábito de hacer movi m ientos rutinarios sin observar detal les tácti cos de cada posición.
Veremos así la maniobra de obstrucción em pleada como recurso táctico fundamental de un plan estratégico ganador. La posición no es simple. Las negras amena zan j ugar . . . Wf2+ y entrar con la torre en séptima (segunda). La superioridad de peones en e l ala dama da cierta ventaj a al blanco, pero, en cambio, el caballo de "e2" tiene difi cultad para entrar rápidamente en juego, por que el peón de "e5" enem igo le toma dos importantes saltos. La j ugada simple sería 1 . 'il,c8 para cambiar una de las torres rivales, pero las blancas han visto que existe la posi bil idad de una obstrucción por vía f4 cuando la torre rival se coloque en " f2 " y siguen más enérgicamente con :
3 ... c!lies
1 .a4 Wf2+ 2 .Wxf2 gxf2 3 . c!lif4!
Esto obstruye la retirada de la torre de "e7", ataca la dama, incomunica las torres y gana en consecuencia cal idad.
Y una vez más observamos una man iobra típica de obstrucción de la acción de dos pie zas rivales, que las desconecta entre sí y ame naza ganar cal idad . Es fáci l ver que esa pieza no puede ser capturada, por cuanto puede moverse en séptima, pero también es fáci l ver que ahora el caballo hasta hace un instante pasivo de "e2", se convertirá en una fuerza demoledora desde el cuadro vital "e6" . Éste es, pues, un caso de maniobra de obstrucción como recurso táctico.
Las negras j ugaron . . . if4 , provocando la juga da 'il,e7, que sería formidable de estar más simplificada la posición . Lo hicieron, especu lando con la posibilidad de una maniobra de obstrucción simple, pero por eso mismo ins tructiva para e l tema que nos ocupa:
1 . . . if4 2 .ge1 Wd6 Preparando una celada.
3.gae1 ?
4.c!lixeS Wxe7 Las negras ganaron. Este ej emplo tiene cierta analogía con el que mostramos anteriormente. LA OB STRUCCIÓN PARA GANAR TIEMPOS Y nuevamente la observaremos, pero de una manera más suti l ahora, ya que no sirve para ganar cal idad, pero sí un valioso tiempo en e l desarrollo y mejorar la situación de u na p ieza.
"
"
S i 3 . . . c!li xf4 4 . iixf2 c!lid3+ 5 . iie3 c!lixc1 6 .'il,xc 1 , y e l final de las negras sería angus tioso, por la debil idad del peón "e5" y el de "a7" y la fuerza de los peones unidos riyales del ala dama.
4.c!lie6 La torre se zafó de la amenaza pero el caballo blanco actúa ahora puj antemente en "e6".
Malo sería 4 . . . füf2 , por 5 . 'il,c8+ i>f7 (si 5 . . . c!li f8 se cambian las dos piezas en " f8 " y después de 'il,c8+ y 'i1,c7+ se gana fáci lmente)
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6 . lU g5+ ©e7 7 . g 1 c7+, seguido de lU e4 + , ganando la torre.
Y las blancas ganaron el fi nal, que para nues tro tema no interesa. No hay répl ica buena contra la amenaza gc7+ y gxa7 , ya que si 7 . . ©e7 , como siguió en la partida, gana a.gas . Hemos observado distintos aspectos de la maniobra de obstrucción en la serie de finales artísticos enumerados en capítulos anteriores, y hoy como man iobra para interrumpir la acción de las torres rivales, ya para coparlas o para mej orar la situac ión de las propias fuer zas. En el ej emplo próximo la analizaremos desde otro ángulo, ya que Capablanca nos mostrará de qué manera, cuando una pieza está clavada, mediante la obstrucción de fuerzas en la dia gonal dominada se logra recobrar la elastici dad perdida, y más tarde Stahlberg nos ense ñará cómo también mediante una maniobra de este tipo se logra anu lar las amenazas de un rival como Rubén Fine y vencerlo magistral mente. En el primer caso será tema de combi nación pura, y en el segundo, maniobra posi cional de muy largo alcance. .
X V I . - LA OBSTRUCCIÓN Y SUS RAM IFICAC IONES Si sutil izamos un poco, podríamos l legar a la conclusión de que toda la técnica de la lucha contra el alfil malo, que es la verdad estratégi ca del medio j uego más concreta que existe, es la técn ica de la obstrucción. ¿Qué es en reali dad un alfil malo? Pues no es otra cosa que un alfil obstruido. ¿Qué es en real idad un mal desarrol lo? Pues suele llamarse así al que está deficientemente realizado por la autoobstruc ción de piezas . Lo que pretendemos mostrar no es precisa mente cómo se hace para evitar obstruir la acción de las propias piezas. Esto es muy elemental y no corresponde al tono un poco levantado de este libro, que se ocupa exclusi vamente de los problemas superiores del aj e-
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drez. Lo que se trata es de hacer de la obstruc ción un arma estratégica y ver cómo puede obl igarse al rival a obstruir las propias piezas, ya encerrando al alfil (alfi l ominoso) o impi diendo el desarrollo o encerrando una pieza rival al obstruir su retirada (copada) o exi giéndole que ocupe la cas i l la vital del tablero y, al hacerlo, inutil ice la acc ión de otra pieza que cruza sus fuegos por la misma (cas i l la crítica). Gran parte de esto lo hemos visto a través de j ugosos ej emplos. Ahora lo veremos en las sutilezas del planteo. Apertura de Peón Dama (030) Nueva York, 1 924 B lancas : J. R. Capablanca Negras: F. Yates
1 .d4 �f6 2.�f3 g6 3 . � c 3 d5 4.if4 ig7 5.e3 0-0 6 . h 3 UNA JUGADA SUTI LÍSIMA
Esta es una jugada form idable. C lásica entre los aficionados bisoños, que tanto temen la clavada de . . . ig4 , en Capablanca adquiere jerarquía de tema estratégico central del com bate, ya que lo que buscaba el maestro cubano en esta partida era obl igar al rival a realizar un movimiento que obstruya la marcha del alfil dama. Ahora éste no podrá desarrol larse a "g4", para cambiarlo si fuera necesario por el caballo de " f3 " . Esta e s una d e las pocas posiciones en la que no es muy necesaria la existencia del alfil dama, ya que su mis ión se halla reemplazada por los peones avanzados en cas i l las blancas. Si no se hubiera j ugado . . . 96, aún sería intere sante la función de ese alfil, por cuanto des pués de j ugar . . . e5, man iobra que a la corta o a la larga debe hacerse, quedaría sin guard ián el punto f5 Pero en este caso no, y el alfil dama no puede ser desarrol lado cómodamen te, ya que carece de retiradas. O sea, que está obstru ida su acción por los propios peones. La j ugada de Capab lanca tiende a obl igar a que el alfil quede en su cas i l la de origen. Una vez logrado esto tratará de provocar . . . e6, y en esta forma logrará que quede obstru ido y se "
".
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transforme en e l famoso alfil malo tema de tantas partidas y de tantos artícu los. OBSTRUCCIÓN CONTRA CLA Y ADA
6 . . . cs 7 .dxc5 'ªª5 8 . lb d 2 Esta j ugada merece comentarse, pues entra dentro de la gran familia de maniobras de obstrucción. Las negras estaban amenazando, no la simple j ugada de · · ·'ªxcS , sino la ma n iobra típica de explotación de una pieza clavada (en este caso el caballo de "c3"), me diante la acumulación de fuerzas sobre un punto. La amenaza era . . . lbe4, que coloca a tres piezas que coincid irán sobre el punto "c3 '', ocupado por el caballo. Como éste se encuentra c lavado, la man iobra sería dec isiva, pues se halla defendido por sólo una pieza y atacado por tres. Para evitar la clavada, Capa blanca apela a la obstrucción. Coloca entre medio de la pieza atacada d irectamente y la que da tema a la clavada, en este caso el rey, que se halla en diagonal con la dama enem iga, otra pieza, y en esta forma da e lastic idad a ambas. Vemos aquí la obstrucción combatien do airosamente contra la clavada, plan que ahora veremos.
domina tan poderosa d iagonal? Pues simple mente provocar la j ugada . . . e6, para obl igar a su adversario a que obstruya definitivamente la acción de su a lfil "c8" y tener un tema es tratégico que explotar.
1 0 . . . eG Ante la amenaza de �xf6 , segu ido de lbxdS, las negras no tienen mej or posibil idad que esta jugada, que no sólo obstruye definitivamente la movilidad del alfil dama, que al quedar encerrado entorpecerá a la vez la acción de otras piezas propias (por ej emplo, la de las torres entre sí), sino que deb i l itará cas i l las negras muy importantes. No sería bueno 1 0 . . . �e6 por 1 1 .�d4 Wc6 1 2 . lb c S , segu ido de �bS, con gran ataque. En real idad para nosotros ha term inado el ej emplo, pues ya se ha producido la lucha para crear la obstrucción de una pieza negra. Pero es tan valiosa la partida técnicamente, que para satisfacc ión del aficionado la reproduci remos con notas sintéticas. Considero que éste es uno de los monumentos del aj edrez posi cional. Además enseña a explotar los benefi cios de una man iobra de obstrucción. ESTRECHANDO EL CERCO
1 1 . lb b S
8 ... 'ªxcS 9 . lb b 3 Wb6 1 O .ieS .
Esta j ugada es senci l lamente estupenda y digna colaboradora del avance h 3 . ¿Qué pre tende Capablanca con este movim iento, que en real idad sólo parece orientado a colocar el alfil en la misma diagonal que el alfil rival que
Esta j ugada tiende aparentemente a ganar cal idad mediante tfJ c 7 . Pero, como es de suponer, no ha sido tan ingenuo Capablanca en sus planes. Baj o esta amenaza, lo único que persigue es e l i m inar el alfil rey enem igo, que tan incómodo podría hacerse, y mediante esa man iobra debi l itar todos los cuadros negros del tablero . Colocados los peones en cas i l las blancas, la existencia del alfil que actúa en cas i l las negras es indispensable para asegurar se la fiscalización de todas las cas i l las que los peones han descuidado en sus avances y cuya red toma esta formac ión: h6-g5 -f6-e4-d5 -c5 y aun f4-d6 y c7. Cada una de estas cas i l las es un punto fuerte para e l enemigo, y de tanta abundancia de sectores para colocar sus caba l los debe desprenderse la victoria.
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1 1 . . . lll eS No servía 1 1 . . . tll a 6 , por cuanto después de 1 2 .�d4 se ganaría, por lo menos, un peón .
1 2 . .ixg 7 lll xg7 1 3 .h4 Otra j ugada maestra. Aparentemente pretende atacar con violencia el enroque mediante h 5 , seguido de �d 3 . Pero lo que se procura es provocar . . h 5 o . .f5, lo que pondrá otro peón en cas i l la blanca y seguirá alej ándose la posib i lidad de que el alfil dama negro j uegue. No habría sido buena la j ugada natural 1 3 .�d 3 , por la réplica 1 3 . . . e5, liberando al alfil, maniobra que ahora no puede hacerse por '1Wxd5 . También esto es mejor que la prudente retirada 1 3 . tll c3, por que Capablanca desea que le expulsen el ca bal lo mediante . . . a6, para que un nuevo peón rival se coloque en cas i l l a blanca, anule aún más los posibles recursos de mov i l idad del alfil dama rival, y a la vez dej e déb i l otra cas i l la negra ("b6"), que tan poco fiscalizadas podrán estar por la inexistencia del alfil rey negro. .
.
No lograría remediar la situación la j ugada 1 9 . . . '1Wxd4 2 0 . tll xd4 e5, por la rép lica 2 1 . tll f3 , para seguir, si 21 . . . e4 , con 2 2 . tll d4, y si 21 . . . �eB c o n 2 2 . tll d 5 , en ambos casos con gran j uego.
20 .§'c5 §'xc5 2 1 .lll xc5 Fiel a su teoría de simp l ificación, Capablanca l i mita la lucha a la acción de las p iezas que ofrecen desn ivel estratégico. E l rival tiene e l alfil autobloqueado, y esto a la vez impide combinar la acc ión de ambas to rres. El cubano reduce, pues, la lucha a estos e lementos.
2 1 ... b6 22. lll 5a4 gbs 23.0-0-0 b5 24. lll c5 gb6 25.a4 lll h 5 Malo sería 25 . . . b 4 por 2 6 . a 5 , seguido de 2 7 . tll 3a4 .
26.b3 Merece especial estudio la forma en que Ca pablanca destruye la cadena de peones del ala dama.
LA BOLA DE N IEVE
1 3 . . . a6 1 4.lll c3 lll c6 1 5 . .id3 f5 Un mal necesario. Es indispensable obstruir la acción del alfil blanco sobre e l enroque, para quitarle fuerza a la maniobra de ataque h 5 , seguido de g4 , abriendo la columna a la torre de rey. Pero esta j ugada típica para obstruir la acción del alfil sobre e l enroque deb i l itado acaba con las últimas esperanzas de moverse de que dispone el alfil dama negro, hasta aho ra alej ado del combate, pero, en realidad, el verdadero norte de los p lanes b lancos. Capa blanca ha logrado obstruir casi definitiva mente la acción de esa p ieza con las propias fuerzas del adversario. Un detalle de apertura ha ido engendrando deb i lidad tras deb i lidad.
1 6.§'d2 lll e5 1 7 . .ie2 lll c4 1 8 . .ixc4 dxc4 1 9 .§'d4 §'c7
220
26 . . . cxb3 27.cxb3 bxa4 28. lll 3xa4 ges 29.©b2 lll f6 30.gd2 a5 3 1 .g h d 1 lll d 5 32.g3 fü7 33.lll d 3 ! g b 7 34.lll e5 gcc7 35.gd4 ©g7 36.e4 Es instructiva la forma sutil con que Capa blanca conduce esta parte de la lucha. Ahora, una vez ha bloqueado la posición enemiga, abre la columna "e" para una de sus torres y poder hacer así tema de ataque el peón "e6".
36 . . .fxe4 37 _gxe4 39.lll xc4 .id7
gbs
38.gc4
gxc4
" ¡TARDE PIASTE ! "
¡ Por fin ! El alfil dama h a podido ser puesto en acción, mas por c ierto pobremente, en la j uga da 3 9ª. S igue obstruido por su peón de "e6" y por eso poco úti l puede ser.
ROBERTO G. GRAU
Veremos cómo esta jugada, precisamente la que tiende a dar j uego al alfil obstru ido, faci l ita una maniobra de Capablanca, casi de problema, que le permite ganar matemática mente el peón de "a5 " .
40. lll e3 g e s 41 . lll e4 g b s 42. lll ed6 ges 43 .lll b7 ge7 44. lll bxaS E l peón sucumbió . . .
44 . . .i b S 47. lll e4
4S.lll d6
id7
46.lll ae4
ga1
Obsérvese que los cabal los toman todas las cas i l las v itales negras del enemigo: "g5 "-"f6" "e5 "-"d6"-"c5"-"b6" y "a5 " .
4 7 . . . h6 48 .f4 ie8 49 . lll eS g a s so.ge1 if7 s 1 .ges i98 El alfil sigue reducido a una triste misión, por estar obstruido.
S2. lll es ges S3.gas ge1 S4.©a3 if7 SS.b4 lll e7 ss.ges lll bS+ S7 .©b2 ll:\d4 ss.gas ie8 S9.94 ©f6 60.lll e4+ ©97 6 1 .lll d6 ibS 62.gas if1 63.gas 9 S Única. Las b lancas amenazaban lll e8+, se guido de ll:\f6 y g 5 , con mate inevitable.
64.fx9S hx9S 6S.hx9S i 92
Están en una posición de "zugzwang", ya que si mueven e l caballo seguiría tll f7 y tll h6 mate, y si mueven e l al fi l , tll d7 y tll f6 mate. Es ésta una partida extraordinaria, que en su parte final poco tiene que ver con nuestro tema, pero resulta instructiva, pues no basta sólo con saber cómo se obstruye la acción de una p ieza, sino que es muy val ioso observar cómo se saca provecho de esa deb i l idad es tratégica. X V I I . - LA OBSTRUCCI ÓN COMO TEMA ESTRATÉGICO A l considerar este tema de la obstrucción estamos entrando, sin pretenderlo, en la mé dula de muchos si stemas conocidos. Hemos visto cómo la teoría del alfil malo halla aside ro simplemente en una amplia forma de enca rar la obstrucción de las p iezas rivales, como norte estratégico. Ahora veremos esa misma man iobra efectuada por el maestro sueco Stah lberg en un match con Fine. En e l la, e l primero consigue una buena victoria en mérito a la oportunidad de un sacrificio de obstruc ción, que anuló u n alfil enemigo durante largo rato, lo que le perm itió lograr una ventaj osa simplificación. Vemos así la obstrucción, que pri m itivamente para muchos es sólo la simple maniobra de interponer una p ieza entre el monarca enem i go y la fuerza agresora, gravitando sobre la suerte estratégica de toda una lucha, y de una lucha de gran cal idad.
Única. Hay qu e evitar tll e8+, seguido d e tll f6+ y �g8 mate.
No era posible 66 . . . füe8 por 67. tll xe8+ Wf8 6 8 . g 6 , ganando rápidamente.
67 .gds ll:\e6 6 8 .lll eS+ ©ta 69. tll xc7+ lll xd8 7 0 . ©e3 ib7 7 1 .©d4 ie8 72.96 lll b7 7 3 . tll e S ! lll d 8 74.bS ©98 7S.97 ©h7 76.9S ©98 77 .96 Y las negras abandonaron.
Defensa Eslava (D 1 2) Gotemburgo, 1 93 7 Blancas: G . Stahlberg Negras: R. Fine 1 .d4 d S 2 .c4 e6 3.tll f3 ll:\f6 4.e3 ifS S . exdS exd S 6 .�b3 �es 7 . lll a3 Ésta es la maniobra favorita del holandés Landau, que parece ser más fuerte que 7 . tll e3, como indicaría la lógica. La razón que da fuerza a este anormal desa rrollo del caballo de rey es que perm ite a las
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blancas ganar un tiempo al apoderarse rápi damente de la columna "c", por donde se puede producir una ventaj osa posición de clavada.
7 . . . e6 8 . .id 2 lll e4 9 .l3c1 lll c6 1 O . .tbS lll x d2 1 1 . lll xd2 .id6
1 3 . . . \WdS 1 4.t2Jxd6+ \Wxd 6 1 5. lll c4 \Wf4 1 6 .\We3 \Wxe3+ 1 7 .fxe3 Las blancas aceptan l legar al final, convenci das de que la falta de mov i l idad del alfil dama negro, por obra de la fe l iz man iobra de obs trucción anterior, debe dar sus frutos.
1 7 ... @e7 1 8 . .txc6 bxc6 1 9 .lll aS Y las blancas recobraron el peón y ganaron después el final con relativa fac i l idad, por la mayor agresividad de su caballo, que contrasta con la pobre acc ión del alfil rival, obstruido en su retirada por el peón "e6", y en su acc ión agresiva por el "e4 " . L A OBSTRUCCIÓN COMO COMPLEM ENTO DE UN ATAQUE Aquí las blancas podrían ganar un peón me diante 1 2 . Wf a4 , pero después de 1 2 . . 0-0 1 3 .ixc6 bxc6 1 4 . füc6 Wi'd 7 1 5 . l:!a6 1.Wxa4 1 6 .füa4 füb8 segu iría, si 1 7 . b 3 id 3, y si 1 7 . l2J b 3 ib4 + , con compensaciones por los dos alfiles. En vista de esto, Stahlberg, que va en busca de posibil idades mayores, idea una combinación de lenta marcha, que funda su bondad en la oportuna obstrucción. Veamos: .
Ahora veremos una partida corta, que se re mata fel izmente por la exacta apl icac ión de este tema. Veremos aquí la obstrucción como arma para coartar la acc ión de una pieza rival, al efectuarse un sacri ficio típico que divide al ej ército enemigo en dos. Se trata de una parti da que d isputé con negras, contra Femández Coria; la reproduzco íntegramente por su brevedad y porque ofrece otros detalles ins tructivos. Defensa Tarrasch (D3 0) Buenos Aires, 1 924 B lancas : V. Femández Coria Negras : R. G. Grau
1 2 .e4! Notable sacrificio de obstrucción que muestra la riqueza del tema tanto en las pos iciones de ataque como en el j uego posicional . Ahora el alfil quedará obstruido y esto satisfa ce a Stahlberg, que quizá habría podido segu ir luego con más energía.
1 2 . . . dxe4 1 3 .lll ac4 Quizá fuera mej or 1 3 . d S , con un ataque muy fuerte, pero las blancas se conforman con vencer en mérito a la obstrucción del alfil dama negro, y a fe que lo logran de excelente manera.
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1 .d4 lll f6 2 .lll f3 d S 3 . c4 e6 4 . .tg s es Con esta jugada se entra en una Defensa Ta rrasch, un poco mej or para el negro que la que se originaría de desarrol lar las blancas antes t2Jc3 que 1i.g 5 . En real idad, se obl iga a entrar en la variante antigua de la prec itada defensa, ya que luego de igS, la man iobra clásica de cambiar los peones y seguir con g3 es errónea, como esta m isma partida lo prueba.
5.g3
ROBERTO G. GRAU
Lo mej or debe ser 5 . lLi c3 * .
1 3 .�g2 ©b8
5 . . . lLi c6 6 . cxd5 exd 5 7.d xc5 �xc5 8.�xf6
Sobre esta j ugada es bueno hacer una obser vación para e l aficionado de escasa experien cia. Nunca es prudente tener el rey propio, y menos aún cuando uno ataca, en una línea ab ierta donde está propenso a ser vulnerado. No hay ataque, por fuerte que sea, que no ofrezca una falla s i el prop io monarca está desguarnecido, y éste es e l caso del ej emplo que nos ocupa. Las negras están dispuestas a atacar, pero antes quieren evitar una sorpresa desagradable. Además, quitan fuerza a la inev itable j ugada Ei:c1 de las blancas.
Esta j ugada es necesaria por la fuerte amenaza de . . . �xf2 + , seguido de . . lLi e4+. Evita, ade más, que la dama negra se coloque más tarde en "b6", desde donde amenazaría dos peones vitales de las blancas . .
8 . . . "\1;lfxf6 9 . lLi bd2 Jugada precaria, que obstruye a la dama blan ca. Es aleccionadora, pues muestra lo caro que se pagan los planes erróneos en los planteos. No sería bueno 9 . lLi c3 , por 9 . . . �b4 . Tampoco parece satisfactorio 9 .Wc2 , por 9 . . . �b4 + 1 0 . lLi bd 2 (si 1 0 . lLi c 3 seguiría 1 0 . . . �fS y luego 1 1 . . . d4) 1 O . . . �f5 1 1 .Wb3 lLid4, etc . HA Y QUE ATACAR RÁPI DAMENTE
9 . . .g 5 ! Mucho mej or que 9 . . . Wxb 2 , que perm itiría a las blancas sacar el alfil rey, enrocarse y luego explotar la situac ión del peón central ais lado. La pérd ida de un tiempo en el planteo ha he cho que las blancas no puedan enrocarse in mediatamente, y esta j ugada tiende a explotar esa deficiencia, de la manera más enérgica.
1 O .Wc2 �b6 1 1 . h 3 .if5 1 2 ."\1;lfb3 0-0-0 Es evidente que las negras, luego de su avance del peón "g", no pueden enrocarse corto. En cambio, el del texto, que prepara la maniobra de obstrucción medular de esta partida, per m ite que la torre dama colabore en el comba te. Todas las p iezas negras juegan agresiva mente. La teoría actual da ventaja a las blancas con la siguiente l inea: 5 .cxd5 exd5 6.tiJc3 iJ.e6 (no es posible 6 . . . tiJc6 por 7.ÍJ.xf6, con ventaja, ni 6 . . . .ie7 7 .dxc5, etc.) 7 . e4! dxe4 8 . tiJxe4 cxd4 9 .ÍJ.b5+ iJ.d7 (a 9 ... tiJbd7 1 0.0-0 iJ.e7 1 1 .iJ.xf6 iJ.xf6 1 2 .tiJxf6 + �xf6 1 3 .�a4, con ven taja blanca, Ree-L. Schneider, Malta 1 980) 1 0 .0-0! iJ.e7 (tampoco es buena 1 0 . . . iJ.xb5 1 1 .tiJxf6+ gxf6 1 2 .ae 1 + iJ.e7 1 3 .iJ.xf6, ganando.) 1 1 .iJ.xf6 iJ.xb5 1 2 .iJ.xe7 �xe7 1 3 . a e 1 0-0 1 4.tiJc3, con superioridad de las blancas, Gurevich-Ivanov, Nueva York 1 98 3 . •
1 4.0-0 h5 1 5 .Wc3 Buscando la simplificac ión, que siempre favo rece al bando que está defendiéndose. Y, co mo es natural, las negras han de rehusarla, para más tarde ganar un tiempo en mérito a la nueva situac ión de la dama, que ha de fac i l itar la realización de la maniobra típica de obs trucc ión.
1 5 . . . d4 Las blancas han previsto esta j ugada y, más aún, la han provocado. Creen que de esta suerte e l peón obstruye e l alfil de "b6", que tan amenazador está, y tienen razón, pero transitoriamente. Además, este avance au menta el radio de acc ión del alfil "g2" blanco que actúa sobre el enroque negro. Pero esto es poco eficaz. LA OBSTRUCC IÓN EN DANZA
1 6 ."\1;lfb3 h4 1 7 .g4 �xg4! Este bon ito sacrificio es también una manio bra de obstrucción. El negro entrega una pie za, porque sabe que ha de quedar obstruida más tarde la acción del rey adversario. O sea, que se entrega una pieza, se abren vías para el ataque en la columna "h" y se encierra el alfil rival, que quedará totalmente obstru ido. Veamos: S i 1 8 . hxg4 h 3 1 9 .�h 1 h2+ 2 0 . Wg2 (el a lfil quedó obstruido) 20 . . . Wh6
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2 1 . tt:l e 1 d 3 (la maniobra de obstrucción clá sica que deseábamos mostrar), y no hay forma de evitar . . . Wh3 mate. Si en lugar de 2 0 . �g2 las b lancas j ugasen 2 0 . tt:l xh2, las negras seguirían con 20 . . . l:!xh2 2 1 . ©xh2 l:!h8+ 2 2 . © g 1 Wh6 2 3 .Wg3+ fJ.c 7 , etcétera.
UN EJEMPLO DE CARLOS TORRE Igualmente i nteresante es el ej emplo que si gue, de una partida j ugada por Carlos Torre, con las blancas, en una exhibición de simultá neas:
1 8 . tt:l e4 §'f4 1 9 .lll h 2 !xe2 20.füe 1 d3 Y esta simple j ugada de obstrucción, que separa a la dama del ala rey y abre j uego al bloqueado alfil de "b6" define la partida ense guida. 2 1 .lll f 1 fS Y las blancas abandonaron. UNA OB STRUCCIÓN PURA En un cotej o d isputado hace años en Berlín se arribó a la posición que muestra e l diagrama siguiente.
Las negras están mej or, pero los dos alfiles parecen muy agresivos . M as hay una j ugada que gana inmediatamente, y es una j ugada típica de obstrucción, especulando con la clavada. El j uego se gana enseguida con e l s imple movi m iento 1 . . . 4J d4, q u e obstruye la acción defensiva de la torre sobre e l alfil de "d5 " . E l cabal l o no puede ser capturado por la torre por . . . We 1 + + , n i por el alfil, por . . . Wxd 5+ y mate a la próxima.
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La partida parece muy peligrosa para las blan cas por la form idable amenaza de . . . l:!c 1 + . Sin embargo, merced al conocimiento de los re cursos que surgen de la obstrucción de las p iezas agresoras enem igas, Torre halla un procedimiento para ganar el tiempo necesario y valorizar sus fuertes peones del ala rey. Esa j ugada, por cierto muy bonita, es 1 . l:!d6 ! ! , restándole a l peón d e "d2" e l apoyo d e l a torre. S i 1 . . . füd6 seguiría 2 . g81.1;1!+ �d7 3 .Wf7+ ©c6 4 .We8+ ©b6 5 . We 3 ! Esta variante muestra cómo l a s b lancas, a pesar de haber coronado, sólo pueden aspirar a ganar mediante la exacta aplicación de una man iobra de clavada, que tanta relación tiene con la obstrucción, ya que en realidad clavar una p ieza es una forma de obstru irla. Ahora las negras deben perder un tiempo para j ugar . . . l:!c 1 +, y esto perm ite realizar el sacrificio Wxc5 y ganar con el peón "f". Queda entonces como única posi b i l idad a 1 .l:!d6 cxd 6 , a lo que seguiría 2 .f7 , ganando fáci lmente. Y vemos así como una posición perd ida en apariencia, se salva mediante el oportuno recurso de obstrucción. E l ej emplo es tanto más val ioso, si se considera que no se trata de un final compuesto, sino de una posición a la que se arribó en una partida viva.
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X V I I I . - LA OB STRUCCIÓN EN LOS PLANTEOS, TEMA FUNDAMENTAL Abundantes han s ido los ej emplos de todo tipo que hemos dado para hablar sobre la obstruc ción. Hemos observado cómo se usa esa clase de maniobras estratégicas para reducir la mo vil idad de las p iezas rivales y también a me nudo, para salvar situaciones aparentemente irremedi ables. La obstrucción es, en real idad, la base de una serie de temas estratégicos y hasta la teoría del famoso alfil malo, como ya hemos tenido oportunidad de señalar, encuentra asidero en la obstrucción de fuerzas enemigas mediante man iobras posicionales hábi les. Arma en las partidas de ataque para atenuar e l brío de la acción enem iga, es también arma para esgri mir ofensivamente contra e l rival. Se puede obstruir directamente la marcha de una pieza rival, u obligar a que el adversario lo haga mediante maniobras de sacrificio, o simple mente posicionales. También vimos casos extraordinarios en que se logra empatar una partida mediante la obstrucción defin itiva de las propias p iezas. El tema del ahogado es, en gran cantidad de casos, e l m ismo tema de la obstrucción, pero sut i lizado. UN FINAL ABSURDO La prueba de esto lo da el final de Berger que damos a continuación, en e l que se produce un empate, aparentemente imposible, pues no se ve de qué manera las blancas pueden oponerse a la decisiva ventaj a que sign i ficaría a las negras la coronación del peón "a". En él j ue gan las b lancas y hacen tablas. Aparentemente l a solución es imposible, pues el monarca blanco no puede evitar la corona ción del peón "a" enemigo. Para hacerlo, de acuerdo con la simple teoría del cuadrado, que ya hemos esbozado, el rey debiera poder colocarse en un solo golpe en una cas i l l a dentro del cuadrado perfecto que se forma contando las cas i l las que le faltan al peón para coronarse, y calculando e l mismo número al costado.
Es decir, que s i e l rey blanco pudiera s ituarse en la columna "f' (faltan cinco cas i l las para que el peón se corone y el rey entonces debe estar a c inco l íneas de diferencia del peón), e l rey lograría alcanzarlo cuando l legara a "a2 " . L a única "chance" es intentar pasar u n peón mediante 1 .f4 , pero a esto s igue 1 . . . a5, a 2 .f5 , entonces 2 . . . gxf5 , seguido de . c.Jlc7, alcanzando e l peón con e l rey, y coronando luego el peón "a". En cambio, es factible me diante e l recurso de la autoobstrucción del rey, para alcanzar una posición de tab las por aho gado. Así: . .
1 .f4 as 2 .fxg s· a4 3 . g3 a3 4. @h4 a2 5.g3 a 1 W/ Las blancas están ahogadas por propia deter m inación. Es i nteresante observar cómo el rey blanco se ha rodeado de una madej a de pro pios peones y no dispone de n inguna j ugada. UN EJEMPLO DE CAPAB LANCA Ahora seguiremos los detalles de una notable partida de Capablanca, que se decide por la hab i l i dad con que en la parte fi nal e l cubano En este famoso y complejo estudio, el autor omite que la jugada 1 . . . a5? es perdedora por 2 . h 4 ! a4 (si ahora 2 . . . gxh4 3 .f5 gxf5 4 . g 5 ganando) 3 . h 5 gxh5 4 .fxg5 a3 5.g6 a2 6 . g 7 a 1 \W 7 . g 8\W+ , etc., o también 2 .f5 gxf5 3 . h 4 ! gxh4 4 . g 5 , con ventaja decisiva. La solución correcta es 1 . . . lt>c7 ! , que evita que los peones blancos se conviertan en peligrosos y obliga a buscar las tablas con el ahogado de la misma manera que en la solución. •
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anula una maniobra de clavada aparentemente ganadora, porque inutil iza una importante pieza agresiva, mediante la colocación de otra pieza en la trayectoria de la que clava, lo que, al superponer las piezas clavadas, crea una posición de obstrucción muy aplicable en multitud de posiciones. Apertura Española (C66) Brooklyn, 1 924 B lancas: J. R. Capablanca Negras: H . Tholfsen
1 .e4 eS 2 . lll f3 lll c6 3 .ibS lll f6 4.0-0 d6 5.d4 id7 Vemos aquí una maniobra simple de obstruc ción. El alfil está vulnerando el caballo de "c6" y lo inut i l iza como pieza ofens iva. ¿Qué hace e l negro para conj urar ese pel igro? Pues simplemente colocar e l alfil dama en med io de la pieza fij ada y e l rey, que está en l ínea recta, y de esta suerte obstru ir e l cam ino del alfil rey enemigo.
6. lll c3 1i.e7 7 .ixc6 Esta j ugada de simpli ficación entra en el tipo clásico de variantes para dominar el centro enemigo . Las btancas pueden hacerlo, ya sea mediante ;ge 1 , o e l i m inando e l caballo dama rival, que vulnera dos cas i l las muy importan tes, y optan por esto último.
7 . . .ixc6 8 .§'d 3 exd4 Este cambio del único peón que está en "d4" es una de las consecuencias de la acción in tensa que en e l centro han realizado las blan cas. Ahora se produce una posic ión típica de lucha central, en la que las blancas dominan la co lumna "d", y poseerán un punto fuerte en la cas illa más avanzada que se encuentre delante de un peón rival, y las negras, a su vez, en el cuadro "e5 " , que se halla en idéntica situación. Se trata, en realidad, de una estrategia de planteo muy defin ida y que e l gran maestro
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Reti cal i ficó de "base Tarrasch " . Así denomi nó todas aque llas pos iciones en las que e l blanco lucha c o n su peón en la cuarta línea (en este caso en "e4") contra un peón rival en la cas i l la lateral ("d6") y cuando están sem ia biertas las dos colum nas centrales.
9 . lll xd4 .id 7 1 O .ig S 0-0 1 1 .füe 1 13e8 1 2 .í!ad 1 MODELO DE DESARROLLO
Si bien nada de esto tiene re lación directa con el tema que estamos tratando, merece espec ial mención para el aficionado estud ioso. Obsérvese la notable rapidez con que Capa blanca ha desarro llado todas sus fuerzas, y cómo actúan efic ientemente todas las p iezas blancas en aquel las cas i l las que le aseguran el máx imo de eficac ia en la marcha: las dos torres en las columnas semiabiertas ; el caballo dama en la pres ión del punto fuerte "d5 " , el caballo rey domi nando el otro punto déb i l de " f5 " (menos débil porque no está en una co lumna abierta para las piezas blancas); e l alfil presionando al caballo rival, y la dama pronta a s ituarse en el ala rey, o en el flanco dama, de acuerdo con las exigencias futuras de la lucha. Este es un caso de dominio central provecho so, ya que se traduce en ventaj a de espac io, lo que generalmente se deriva en superioridad en tiempo para movil izarse.
1 2 ... h6 1 3 .ih4 lll h7 Las negras buscan la simpli ficación, que casi siempre es ventaj osa para el bando que está peor desarrol lado. Pero para llevar a cabo el plan deben conformarse con perder varios tiempos, ventaj a muy peligrosa en manos de Capablanca.
1 4.ixe7 13xe7 1 5 .c!ll d S 13e8 1 6 .§'g 3 ! U n a j ugada perfecta, lógicamente . L a dama en "d3 " obstruía la acc ión de la torre y contraria ba el viej o principio de que nunca debe colo carse una pieza de mayor valor de lante de una de menor fuerza agresiva, porque esta última
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queda anulada. Luego, desde "g3 " vulnera el peón "d6" y prácticamente impide la jugada . . . c6 , por la acción que sobre el mismo punto ej ercerá la dama desde "g3 " y la torre desde "d i " , y además se prepara una maniobra agre s iva basada en lLi f4 y lLi h S . "VALE M Á S EL DOMINIO Q U E L A POSESIÓN"
1 6 . . . lLifG 1 7 .lLi c3 Esta retirada también es instructiva y digna de ser seftalada, pues se trata de una man iobra típica en esta clase de posiciones. El cabal lo es la p ieza ideal para colocar en la cas i l l a central débi l , pero p o r e s a m i s m a causa no debe cambiarse. Esto hace q u e siempre sea mej or j ugada la retirada para seguir presio nando el punto afectado, que la posesión del mismo cuando e l rival comienza a luchar por la fiscal ización de ese sector. En síntesis, que se muestra cómo es de exacto e l principio de N i mzowich que afirma que es más valiosa la amenaza de situarse en un punto que la reali zación de la amenaza. En este caso, es más fuerte presionar e l cuadro "d5 " que poseerlo.
1 7 . . . !le7 1 8 .f4 We8 1 9 .eS dxe5 20 .fxeS lLi h 5 2 1 .We3
23. lll fS !le6 24.exfG ! Pero Capablanca ha previsto esta maniobra y ahora entrega la dama para sacar provecho de la magnífica acción de sus torres, que al do minar las dos únicas columnas abiertas redu cen la dama rival a una pobre situación. Pero ésta tiene muchos recursos y las blancas han de aguzar el ingenio para triunfar.
24 . . . !lxe3 25.!lxe3 Wf8 26 .fxg7 Wc5 Y hemos l legado a la posición que deseába mos mostrar, y la que hace valiosa esta partida para nuestro tema. Ahora las negras han c la vado la torre de "e3 " y, al hacerlo, toman muy difícil la victoria blanca. ¿Cómo hacer para devolver a esa torre toda su eficiencia agresi va? Pues apelar al c lásico recurso de la obs trucción, que en este caso es superponer una pieza en la diagonal de la pieza clavadora. La obstrucción de la marcha de la m isma me diante la intromisión de otra fuerza en la dia gonal vulnerada. Y de esta manera, la doble clavada dará elasticidad a toda la posición blanca. La j ugada es, pues, ahora, c lara:
27.!ld4! LA SUPERPOSICIÓN DE FUERZAS
Las blancas quieren ganar por e l ataque, y para lograrlo han real izado una maniobra pel igrosa. Hemos l legado a una posición de clavada (la del peón "e5 " en relación a la dama de "e3 ") y estamos en la antesala de la obstrucción. Este tema es e l que perm ite a las negras estar confiadas, a pesar de la situac ión un tanto precaria del cabal lo de "h5 " , que no puede sortear aparentemente los inconve nientes de una agresión por vía "g4 " .
2 1 . . . icG Para evitar lLi d S .
2 2 . g 4 lll f6 La clavada da sus recursos.
La obstrucción dec is iva. Ahora la dama no ataca sólo una pieza, y las blancas pueden mover cualquiera de las torres en e l momento preciso. Se amenaza b4, seguido de b5, lll d 5 y :1'í: h 3 , c o n ataque irres istible.
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27 . . J3e8 Y esta j ugada, antes formidable, ahora no sirve, porque la torre rey ha recobrado su elasticidad por obra y gracia de la típica ma niobra de obstrucción anterior de las blancas.
28.l3xe8+ .ixe8 2 9 . li:l d S Y l a s negras abandonaron. No hay forma de neutral izar la formidable amenaza de li:lf6+ o li:lde7+, según donde vaya la dama negra para evitarlo. Lo único aceptable es el sacrificio de la dama por la torre obstructora, pero se que darían las negras con una p ieza menos. CONCLUSIONES TÉCN ICAS 1 º La obstrucción es toda aquella maniobra por medio de la cual se reduce la acc ión de las piezas rivales, ya mediante las propias fuerzas o las del bando adversario. 2° Se trata simplemente de una maniobra para restarle espacio al adversario (en el caso de la típica j ugada e6 de los planteos, que involucra la pérdida de un peón para acumu lar p iezas rivales que l i m iten las posibil idades de desa rrollo del mismo) o para darle mov i l idad a una pieza clavada, como en el caso del ej emplo que hemos visto. 3 ° Cuando una pieza clava a otra, la man iobra típica para restarle efectos a esa amenaza es la obstrucción, o sea la interposición de una pieza en el camino de la agresora. 4º Cuando el adversario tiene dos p iezas que juegan muy e ficazmente, pero que cruzan su acción en una determinada cas i l la del tablero, suele ser típico el sacrificio de una p ieza en la misma, para que al tomar con una de las pie zas, la otra vea anulada su marcha. Sacri ficio en la cas i l la crítica, que ha originado infinidad de finales artísticos. 5° También la obstrucción se produce en los finales de reyes y peones. En los finales que entran en la teoría del cuadrado, suele ser tema el sacri ficar algún peón para obstruir la marcha el rey y para que éste no pueda ade lantar en l ínea recta para tratar de contener el peón adversario que avanza.
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6° La existencia del empate por ahogado halla asidero en las maniobras de obstrucción. En este caso debe considerarse la autoobstrucción de las propias fuerzas, para llegar a la inmovi1 idad absoluta, que se conoce por "ahogado". Éste es e l aspecto positivo de esta maniobra, generalmente desagradable para quien se ve víctima de e l la, pues, sacando este caso espe cial, en aj edrez gana quien tiene mayor movi lidad con sus piezas, y la obstrucción tiende, en realidad, a restarla. 7° También la obstrucción es un recurso para quitarle la retirada a las p iezas de mayor valor adversario (la dama o la torre). Y especial mente es frecuente el caso con las torres, por ser más fáci l cerrarles e l paso. 8º De esto se deduce que es siempre pel igroso colocar una torre en el campo enemigo, si hay alguna posibil idad de que no pueda seguir abierta la columna en que se halla. H ay que considerar s i e l rival no dispone de una forma para bloquearla, aun mediante sacrificios de una p ieza menor (obstrucción). 9° El alfil malo es un producto de la obstruc ción, que es, en realidad, un tema más ampl i o e importante. Por e s o hay q u e temer s iempre el sacrificio de un peón enemigo para cerrarle e l paso a los alfi les, y también que el rival juegue de manera que obligue a autobloquear esas p iezas. 1 Oº También la obstrucción suele ser arma complementaria de los ataques, pues por me dio de ella se consigue a menudo anular tran sitoriamente la acción defensiva de una p ieza. La i nterclusión es una forma de la obstruc ción.
X I X . - EL ERROR COMO FUERZA VITA L D E L AJEDREZ La crítica del aj edrez suele ser despiadada con el error, y lo que resulta más extraordinario es que precisamente los mismos j ugadores de primera categoría, cuyas partidas son una sucesión de errores más o menos embozados, y que con alarmante frecuencia p ierden j uegos que estaban ganados y se adj ud ican victorias risibles, se o lvidan de esto cuando deben j uz gar al prój imo y se recrean prodigando adj eti-
ROBERTO G. GRAU
vos poco amables al que acaba de seguir la tradición del aj edrez local y de todo el aj edrez del mundo. E l Dr. Tartakower dij o en c ierta oportunidad, con lumi nosa c laridad, que el aj edrez existe por el error, y si bien esto parece sólo una frase, encierra un concepto i rrefutable: el interés del aj edrez surge precisamente de la mayor o menor hab i l idad que tenga el jugador para explotar esos errores imperceptibles en que van incurriendo los j ugadores, por aveza dos que sean, en determinados momentos de la lucha. E l tema es interesante y ameno, ya que nos perm itirá mostrar más de una partida o posi ción en la que se producen errores increíbles, y será un amable pretexto para que dej emos la técnica pura para recreamos en este aspecto anecdótico del j uego, que trataremos de mati zar con algunas observaciones acerca del error, las causas por que se produce, y las posibi l idades que existen de incurrir en é l en determ inadas posic iones. Además veremos cómo e l error suele ser pro vocado por el adversario en algunos casos. Con las equivocaciones que se han registrado en la h istoria del aj edrez se podría formar un ampl io volumen, pero como debemos abre viar, haremos reseña de los más extraordina rios, y de aquel los que se efectuaron en matches por e l campeonato mundial, o que gravitaron de manera fundamental en Ja suerte de Jos torneos. D E CÓMO LASKER PERDIÓ UN FINAL TABLAS En Ja quinta partida del "match" que por el campeonato mundial de aj edrez disputaron Lasker y Capablanca, conduciendo éste las blancas, j ugada en La Habana el 25 de marzo de 1 92 1 , se l legó a la posición del siguiente diagrama después de la j ugada 45ª de las blancas. La partida había s ido jugada hasta ese mo mento de manera magnífica por Lasker, quien entregó calidad por e l ataque y d isponía de una maniobra para empatar, según e l propio Capabl anca, a pesar de l a desventaj a material.
Pero precisamente en este momento, Lasker j ugó :
45 . . . @fB?? Que es un verdadero disparate, ya que p ierde una pieza luego de:
46.WbB+ Y las negras abandonaron. S i 46 . . . 'it>g? s igue 47 .Wh8+ y si 46 . . . @e? 4 7 .WeS+ , ganando el cabal lo. En cambio, s i e l Dr. Lasker hubiera j ugado en lugar de 45 . . . @f8 , 45 . . . 'it>f6 , no se ve cómo se las habría arreglado Capablanca para lograr vencer en esta s ituación, puesto que en caso de 46 .Wc6+ seguiría 46 . . . 'it>e?, volviendo a la misma posición, y si 46.Wf3+, entonces 46 . . . @g6 4 7 . @ h 1 f5 , con j uego rico en posi b i l idades . S I ETE AÑOS DESPU ÉS Pero la j usticia se hizo más tarde, cuando en e l año 1 927 Capablanca j ugó en Buenos A ires con A lekhine en defensa del título de Cam peón mundial, que obtuviera de manos del gran maestro alemán. En la vigésima séptima partida, e l cubano, con blancas, que tenía una posición absolutamente ganadora, incurrió en un error garrafal, que no sólo le escamoteó la victoria en la partida, sino que ej erció decisiva influenc ia en e l de senlace del "match " .
TRATADO GENERAL D E AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA
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Esta era la posición después de la jugada 3 5ª del negro. Ten ían el tumo de j uego las blancas, y el todavía entonces campeón mundial jugó en este momento :
Las negras jugaron:
36.ggxg6??
26.g2h4 llJ xh4+ 27 _gxh4
Dej ando escapar de esta manera una s imple victoria, que se lograba mediante la jugada 36. :!'!exg 6 ! D e nada habría servido entonces 36 . . . \WxcS+ porque hubiera s ido contestado con 3 7 . iif 1 \Wc 1 + 38. 'itif2 \Wxb2+ 39.f2 , sigue 44 . . . lü e4+ 4 5 . \t>e3 \Wg 1 + , y mate a la si guiente. Y s i 44.\Wg2 \We 1 + , seguido de .. .'\Wxb4 o . . . lll e4 y .. .'\Wxh5+, ganando. N i los j urados, n i ninguno de los dos jugado res, advirtieron que ésta era una j ugada impo sible, ya que el caballo saltó como si fuera un alfil, y sólo varios días después de haber fina lizado la competencia, al reproducir la partida uno de los encargados de ed itar el l ibro, se advirtió la magnitud del disparate. Por suerte, el resu ltado no gravitó en ninguno de los primeros puestos del certamen, ya que en ese caso pudo haberse creado un serio conflicto. Parece, a estar a ciertas informaciones, que la partida había quedado suspendida y que al colocar la posición, uno de los m iembros del jurado colocó e l cabal lo en "d7" en vez de en "e7", pero resulta imposible de comprender cómo Mason no advirtió e l error que le h izo abandonar una partida que, sin duda, habría sido tablas.
1 .d4 lüf6 2.c4 d6 3 . lü f3 lü bd7 4 . lü c 3 es 5.e4 ie7 6 .ie2 0-0 7 . 0-0 l'!e8 8 .\Wc2 if8 9 . b 3 c6 Hasta e l presente la partida es impecable y resistiría cualquier análisis técnico. Estamos en una posición clásica de la Defensa Chigo rin-Ph i l idor, en la que si bien las blancas tie nen ventaj a de espacio en e l centro del tablero, ofrecen una conformac ión de peones un poco más débi l que la del negro . La casilla "e5 " puede ser una buena base de operaciones para un caballo.
1 0 .ib2 La maniobra última de las blancas es critica ble. No es posible dej ar a merced del rival una cas i l la tan valiosa como la de "f4'', que ahora el alfil de "c 1 " no fiscal iza más . Es claro que las blancas pueden tomarla con g3 , pero esto deb i l itaría todo el complej o de cas i l las blancas del enroque.
TRATADO GENERAL DE AJEDREZ. TÁCTICA Y ESTRATEGIA
23 1
22 . . . gxe4
1 0 . . . lll h 5 1 1 .g 3 lll b8 A LA M ANERA DE STEINITZ
Steinitz puro. N i mzowich vuelve con su caba l lo a "b8" para darle paso al alfil, confiado en la fuerza latente de su posición, cuya cadena de peones está mucho mej or constituida. Pero para lograrlo pierde valiosos tiempos, y su rival logrará una buena posición de ataque.
Malo sería 22 . . . Wxe4 + , a causa de 2 3 . © h 3 "il, e 7 24."il,de 1 . EN EL REINO DE LA OFUSCACIÓN
23 .Wxd7 .icS??
ge2+
24.fü2
We4+
25.©g1
1 2 .gad1 Wf6 1 3 .lll b 1 .ih3 1 4.füe 1 lll f4 N imzowich no se conforma con una partida lenta, por cuanto su rival está adquiriendo una posición muy amenazante, y decide anticipar se a las amenazas con una combinación artifi cial, pero muy complej a, que Rubinstein re plicará con no menor maestría.
1 5 .dxeS dxeS 1 6 .lll xeS! gxeS 1 7 .if1 Rubinstei n ha j ugado de extraordinaria mane ra. Las p iezas negras se hal lan todas compro metidas, pues la torre está fij ada por la acción del alfil, y e l caballo no puede replegarse por la amenaza f4 , etc. Pero N i mzowich no se ami l ana y sigue con :
1 7 . . . lll d 7 1 8 .Wd 2 .ixf1 20.©g2 lll g S
1 9 .gxf1
lll h3+
Esto amenaza mate e n dos, pero tiene por obj eto deb i litar la situación del rey b lanco.
2 1 .f4 Que parece ganador, pero . . .
2 1 . . . Wg 6! N imzowich había previ sto todo, y disponía de esta interesante jugada, que vuelve a poner un signo de i nterrogación a la lucha.
22 .fxgS Si 2 2 . fxeS, o 22 ..ixeS Wxe4+ , con mate inevitable mediante . . . lll h 3 .
232
Y aquí se produce el primer error monumen tal . N i mzowich se dej a dar mate e n d o s j ugadas, en un momento en el que tenía exce lentes perspectivas de empatar. Debió j ugar 25 . . . füf2 2 6 . © xf2 Wc2 + 27 .Wd2 �c5+ 2 8 . Wg 2 ! We4 + 2 9 . W h 3 Wf5+, y tablas por j aque perpetuo, ya que 30. Wh4 habría s ido muy peligroso, y probablemente perdería, según opin ión del Dr. Lasker. Error excepcional, pero que no term ina aquí, porque . . . ¡ Rubinstein no lo ve ! . .. y en cambio entra en una variante peligrosa que pudo cos tarle med io punto, y la victoria en el gran torneo, tan generosamente regalada por su formidable adversario. Como se ve, también los grandes maestros suelen no ver un mate en dos j ugadas tan simple como el que surgiría de 26 .Wxf?+ Wh8 2 7 .Wxg?++. Mate grosero, ya que se produce a base de j aques, que en condiciones normales no esca paría a la percepción de cualquier aj edrecista novicio. El maestro polaco jugó en camb io:
26 . .id4??
ROBERTO G. GRAU
Tratando de ganar por la ventaj a material ; pero e l camino a seguir no es ahora tan claro.
26 . . . ixd4 27 .\Wxd4 ge1 + 2a.m1 gxf1 + 29.©xf1 \Wh 1 + 30.©f2 \Wxh2+ 3 1 .©f3 f6 Las b l ancas no quieren pasar a la columna "e", para no darle j uego económicamente a la torre adversaria, mediante . . . �e8 + . Ahora tienen una posición ganadora, pero e l final ofrece algunas dificultades, a pesar de la p ieza de ventaj a, por la s ituación del rey b lanco.
32 .\Wd2 Es claro que si 32. gxf6 , seguiría 32 . . . füB , con ataque.
32 ... \Wh3 33 .\Wd7 f5 Esto faci l ita la victoria blanca. Era probable mente mej or 33 . . . \Wh S+ 34 .\Wg4 Wif7 , ame nazando, s i 35.�d7 f5 , y ahora . . .fxg5 , aun cuando e l final debe tomarse delicado apenas el caballo blanco pueda entrar en j uego.
34.lüc3 \Wh5+ 35.©g2 1Wxg 5 36 .\We6+ © h B 3 7 . lü e2 Evitando . .f4 . .
37 . . . \W h 5 40 .lü xh5
38.gd7
ges
39. lüf4
gxe6
Y l a s negras abandonaron. LA CAUSA DE ESTOS ERRO RES Como se ve, no les va en zaga esta partida, en materia de errores, a muchas que se juegan en e l país. Es indudable que también en ella el apremio de tiempo -ya que en este torneo se jugaba a 1 5 movidas por hora y los errores se produj eron al aproximarse la segunda hora de j uego de cada adversario- ha conspirado con tra la armonía de la producción. Es que todos los errores son posibles cuando se debe j ugar precipitadamente, y el único error criticable es el de no saber administrar ese precioso reta-
ceado e lemento que los organ izadores de torneos y " matches" les ponen a los competi dores para evitar que las partidas se diluyan en una aburridora prueba de resistencia sobre la s i l la. E l aj edrez e s, no só lo un j uego de la intel i gencia, sino un "ej ercicio" de la inteli gencia, y para probar la hab i l idad de quien lo juega se hace imprescindible ponerle límite de tiempo a quien lo practique, porque la verda dera gracia del esfuerzo está en la mayor rapi dez mental de quien lo hace. X X . - D I F E RENCIA ENTRE E RROR Y " B LUFF" No sin razón e l Dr. Tartakower escribió sus célebres aforismos sobre e l error. En uno de e l los decía: " Los errores existen para ser co metidos" y term inaba su artículo con un "Co meto errores, ergo existo " , que si bien era una nota de amable buen humor, trasuntaba una verdad irrefutable. El error es lo humano en el aj edrez, y es lo que da vida y color a la exis tencia. ¡ Desdichados de nosotros e l día que todo sea perfecto ! E l aburrimiento será nues tro único compañero. Imaginémonos a todos los aj edrecistas haciendo j ugadas perfectas, y habremos acabado con e l aj edrez. Imaginé monos que todas las cosas son bel las y ha bremos acabado con la bel leza. "SI NO E X I STIERA EL ERROR HABRÍA QUE IN VENTARLO" Por eso conviene mostrar hasta qué punto el error es d igno de respeto; señalemos cómo gravita en el aj edrez, pero no ya para torcer resultados, por obra y gracia de la ingenuidad o torpeza momentánea de uno de los j ugado res, sino por la excesiva p icardía de quien, sintiéndose perdido, apela a un "bluft" para hacer suya una victoria imposible. No en vano Tartakower en aquel artículo, que todas las revistas traduj eron, dijo no sólo lo que pusimos entre com i llas, sino: " Hay j uga das acariciadoras, ruidosas y gemebundas. Las últimas son las más peligrosas " . Las que mos traremos ahora tienden a probar la verdad de este aserto del travieso crítico ucraniano.
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UN " B LUFF" DE MORPHY Comenzaremos nuestro viaj e aj edrecístico por retomar al año 1 85 8 y ver cómo el gran Pablo Morphy hacía uso de este recurso cuando se había extralim itado en sus combinaciones y la derrota comenzaba a vislumbrarse en el hori zonte .
en e l respeto que siempre produc ía a sus riva les la fama de combinador exacto que poseía Morphy.
1 5 . . . ixe6! Única. 1 5 .. .fxe6 perdería luego de 1 6 .W/g4+ @f7 1 7 .W/g ?+ y ixe6 .
1 6 .W/h 5 ixf2+? Y Freeman cayó en la celada. Esta aparente j ugada es la que constituía el secreto de la maniobra de Morphy. Lo j usto era 1 6 . . . W/f4 ! , a l o que segu iría, s i 1 7 .füe6 tt:l d 7 ! 1 8 .ib2 cxd5 1 9 . !'í:h6 füe8 ! , con posición ganadora. Si a 1 6 . . . W/f4 1 7 .ie5 Wxf2 + 1 8 . � h 1 W/f5 , etc . , y si 1 7 .ie4 h 6 1 8 .ie5 W/g 5 , etcétera.
1 7 . © h 1 W/f4 1 s .gxe6 c!L:i d 7 1 9 .ib2 id4 A esta posición se l legó después de la jugada 1 4ª de las blancas. Morphy, con blancas, j u gaba contra Freeman en Birm ingham y tenía pos ición ganadora. Para decidir ráp idamente la partida sacrificó un a l fil con idea de seguir a 1 4 . . . Wxd 5 o 1 4 . . . cxd5 con 1 5 .!'í:e5, ga nando el j uego en todas las variantes, pero se le escapó la sutil rép l ica de su adversario, que le signi ficará la pérd ida de una pieza y proba blemente su derrota. Éste jugó así:
1 4 . . . W/d 6 ! Atacando ambos alfi les y dej ando que el alfil de "c8" reste a la dama blanca la posibil idad de asestar el golpe mortal en "g4 " . La lucha se comp lica y Morphy realiza una combinación magnífica, pero que los anál isis de Ste in itz probaron que sólo era un "bluff' , ya que el negro pudo haber ganado la partida mediante un ingen ioso procedimiento.
1 5 .c!l:ie6! ? ! Steinitz califica esta j ugada d e concepción gen ial y defectuosa. Nosotros la calificaremos de "bluff' magn ífico que amparó su eficiencia
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Antic ipándose a la formidable !'í:g6 + , seguida de Wh8 + + .
amenaza
2 0 . g 3 c!L:if6 2 1 .g xf4 c!L:i x h 5 22 .ixd4 c!L:i xf4 23.gg 1 + c!L:ig6 24. gexg6+ hxg6 2 5.gxg6+ © h 7 26.gg7+ ©h6 27.ie4 f5 2 S .id3 b6 29_gg3 fü7 30 .ie5 ges 3 1 .if4+ ©h7 32.gg5 ge1 + 33.©g2 gg7 34.ixf5+ �hS 35.h4 gxg5+ 36.ixg5 ges 3 7 . ©f3 Y las negras abandonaron . EL CONTRAATAQU E COMO SÍNTOMA DE DEBILIDAD Veamos una partida j ugada por Bogolj ubow, fiel reflej o del juego aparatoso de este maes tro, que tan bien sabe sacar provecho de los errores adversarios, comp l icando las partidas cuando empieza a visl umbrar debil idad en su posición. En lugar de escoger defensas lentas y angustiosas, sus ataques o contraataques, casi siempre síntomas de debi lidad, le han valido infin idad de victorias. ¡ Pero de qué magnífica manera logra vencer generalmente en este tipo de pos ic iones !
ROBERTO G. GRAU
Defensa Siciliana (B83) B erlín, 1 926 B lancas: W . Von Holzhausen Negras: E . Bogolj ubow
1 .e4 es 2 . .!Lif3 e6 3.d4 cxd4 4.c!Lixd4 .!Lif6 5 . c!Li c 3 d 6 6 . .ie2 .ie7 7 . 0-0 0-0 8 . © h 1 a6 9.a4 b6 1 O .f4 .ib7 1 1 . .if3 d S 1 2 .exd S exdS 1 3 .§'d 3 c!Li c6 1 4.c!Li xc6 .txc6 1 5 . .ie3 La posición de las blancas es ya mej or. Bo go lj ubow se da cuenta de esto, antes que salga a flote su inferioridad, y se lanza en una ma niobra agresiva dispuesto a jugarse valiente mente, pues no está en su temperamento re signarse a finales agónicos o perpetuarse en la defensa de sus puntos déb i les. Ve que su ad versario, al avanzar el peón "f", ha creado algunas deb i l idades que se acentúan en la cas i l la "e4 " , verdadero punto de coincidencia de sus fuerzas, y trata de sacar ganancia en el río revuelto de la compl icación . Juega:
1 5 . . . �es Com ienza la maniobra de posesión del punto "e4 " .
Las negras persisten e n el plan al m inar l a base de apoyo d e l punto "e4 " .
1 7 . .id4 c!Lie4? ! Y otra vez sale a la luz el "bluff" . Las negras preparan su próx ima jugada espectacular, que da la sensación de ser ganadora, por la serie de amenazas que encierra. Es una pompa de j abón, aun cuando difíc i l de quebrar.
1 8 . .ixg 7 ! Ganando u n nuevo peón, pero esto l o habían previsto las negras, que s iguieron con :
1 8 . . . §'h4 ! ? 1 9 .©g 1 ?
LOS PELIGROS DE LA PRUDENCIA
El error típico-psico lógico, según Reti. La influencia del "bluff' hecho a tiempo, que es más o menos lo m ismo, según nosotros. Von Holzhausen se ha impresionado por la j ugada de Bogolj ubow. Está frente a un j ugador supe rior y se halla a punto de vencerlo, pues tiene no sólo un peón de más, sino mej or posición. Entonces se produce una l lamada natural a la prudencia, y trata de mantener la ventaj a lo grada, sin comprender que e l tipo de estrategia que le ha impuesto su adversario es e l de las grandes definiciones y no e l de las pérd idas de tiempo. Lo j usto era 1 9 .�d4 , dej ando que las blancas den e l j aque doble. Se lograría con esto e l i m inar e l caballo adversario de "e4", que es la pieza más fuerte de Bogo lj ubow, y l legar a un final ganador. Veamos: 1 9 .�d4 lLi g 3+ 2 0 . ©g 1 tt:J xf1 2 1 .Wxf1 Wxf4 22 .�xd 5 Wxf1 + 2 3 . füf1 �xd 5 (no 23 . . . �xc3 a causa de 24 .�xf? + , ganando una pieza) 24 . tt:J xd5 �ed8 25. lLi f6 + , ganando un nuevo peón, y e l final sin d i ficu ltad, a pesar de la cal idad de menos, por la mala situación del rey adversario y de los peones que le restan . Pero una vez más la prudencia hace una víc tima. Los j ugadores no quieren a menudo comprender que es posible ser prudente cuan do no urgen amenazas adversarias, pero que hay momentos en el aj edrez, como en la vida, en los que se hace impresc indible dej ar de serlo si se desea subsistir. Bogoljubow ha declarado una guerra sin cuartel, y no es posi ble contenerla con paños tibios.
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1 9 . . .f6 ! El verdadero secreto del aparatoso ataque sobre e l enroque.
20.g3 Wih3 21 . .!Lixe4 Esto es malo, pero después de 21 .�g2 �c5+ 22.