Sellos, Fotogrfías y Documentación Notarial

Experiencias y Materiales sobre Sellos, Fotogrfías y Documentación Notarial

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Spanish Pages [64] Year 2003

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Sellos, Fotogrfías y Documentación Notarial

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ESCUELA I B E R O A M E R I C A N A DE A R C H I V O S E X P E R I E N C I A S Y MATERIALES

SELLOS, FOTOCRAFíAS Y D O C U M E N T A C I Ó N NOTARIAL

María Carmona de los Santos Blanca Decantes Fernández Belén de Alfonso Alonso-Muñoyerro

MINISTERIO DE EDUCACI~N Y CULTURA I

!

DIRECC16N GENERAL DEL LIBRO ARCHIVO5 Y BIBLIOTECAS SbBDIüECCIdN GEIvERAL DE LOSARCHiVOS ESTATAAS

Carmona de los Santos, María Sellos, fotografías y documentación notarial / María Carmona de los Santos, Blanca Desantes Fernández, Belén de Alfonso Alonso-Muñoyerro. - [Madrid]: Subdirección General de los Archivos Estatales, D.L. 1999. - 61 p.; 23 cm. - (Escuela Iberoamericana de Archivos: Experiencias y materiales) NIPO: 1 7 6 - 9 9 - 1 9 2 - 4 I S B N : 84-369-3305-2 1 .Archivística. 2,Tratamiento de fondos. I.Desantes Fernández, Blanca, col. II.Alfonso Alonso-Muñoyerro, Belén de, col. 111. España Subdirección General de los Archivos Estatales

O MINISTERIO DE EDUCACIÓNY CULTURA SECRETARIA DE ESTADO DE CULTURA Edita: SECRETAR~AGENERAL TÉCNICA. Centro de Publicaciones

NIPO 176-99-192-4 ISBN: 84-369-3305-2 Depósito Legal: M-49973-1999 Imprime: DIN Impresores Avda. Pedro Diez, 25 280 19 Madrid

-

MINISTERIO DE EDUCACIÓN Y CULTURA

Ministro de Educación y Cultura Mariano Rajoy Brey

Secretario de Estado de Cultura Miguel Ángel Cortés Martín

Director General del Libro,Archivos y Bibliotecas Fernando Luis de Lanzas Sánchez del Corral

P RE SENTACI ó N

Desde hace varios años la Dirección General del Libro, Archivos y Bibliotecas está llevando a cabo diferentes proyectos de colaboración en materia de formación con los distintos países de Iberoamérica. Uno de ellos es la celebración de la Escuela iberoamericana de Archivos, organizada desde la Subdirección General de los Archivos Estatales con el apoyo de la Dirección General de Cooperación y Comunicación Cultural, que se realiza anualmente durante los meses de octubre a diciembre con la finalidad de dar una formación completa en las diferentes áreas de la Archivística a los profesionales de estos países con los que compartimos la misma tradición archivística. A esta Escuela se suman diversas Estancias por especialidades (reprografía, informatización de Archivos, etc.). Y desde 1997, por otra parte, la Subdirección General de los Archivos Estatales ha iniciado la Academia ltinerante de Archivos con el apoyo de la Agencia Española de Cooperación Internacional, que se imparte en los Centros de Formación del Instituto de Cooperación iberoamericana, celebrándose por primera vez en el Centro de La Antigua (Guatemala) en 1997; luego, en el de Santa Cruz de la Sierra (Bolivia) en 1998; y después, en el de Cartagena de indias (Colombia) en 1999, para volver de nuevo a impartirse en La Antigua en el año 2000, y así sucesivamente.

La publicación de esta serie, titulada ESCUELA IBEROAMERICANA DE ARCHIVOS, EXPERIENCIAS Y MATERIALES, pretende reunir las aportaciones de diferentes profesionales en estos proyectos de formación que han posibilitado también el intercambio de experiencias. Con este segundo volumen dedicado a Sellos, fotografías y documentación notarial, se quiere difundir el tratamiento específico que reciben estos documentos y materiales en los Archivos: los sellos como elemento fundamental en la validación de los documentos y como testimonio histórico; las fotografías por su especial tratamiento en la conservación, organización y descripción de las mismas; y la documentación notarial por su importancia en la historia económica, social y privada de las personas y por ser el reflejo de la fe pública. Así pues, esperamos que este volumen sea de gran utilidad para todos los profesionales interesados en la enseñanza de estas materias. Fernando Luis de Lanzas Sánchez del Corral DIRECTOR GENERAL DEL LIBRO, A R C H I V O S Y BIBLIOTECAS

INDlCE

LOS SELLOS DIPLOMÁTICOS 1 . Conceptos Generales ............................................................................

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..........................................................................

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3 . Conservación d e sellos ........................................................................

21

2 . Descripción d e sellos

4 . Bibliografía

..........................................................................................

26

FOTOGRAFIAS 1 . introducción ........................................................................................

33

2 . Documentación fotográfica en los Archivos Estatales

33

..............................

3 . Evaluación de la documentación fotográfica en u n archivo 4 . Descripción d e la documentación fotográfica

....................

34

........................................

34

5 . La identificación d e procedimientos fotográficos

....................................

36

6 . Prioridades en la Conservación ............................................................

36

7 . Esquema d e la exposición sobre archivos fotográficos ............................

39

8 . Bibliografía ..........................................................................................

41

D O C U M E N T A C I ~ NNOTARIAL ..

. . .

1 . Evolucion Historica ................................................................................

47

2 . Tipología Documental

55

..........................................................................

3 . Características de los Protocolos ..........................................................

56

4 . Bibliografía

61

..........................................................................................

L O S SELLOS DIPLOMÁTICOS María Carmona de los Santos D E L C U E R P O F A C U L T A T I V O DE A K C H I V E R O S

1. C O N C E P T O S GENERALES En el sentido más general del término, un sello es una impronta obtenida sobre un soporte por la aposición de una matriz con los signos propios de una persona física o jurídica para testimoniar la voluntad de intervención directa o delegada de su propietario. La matriz es

el instrumento que sirve para sellar, está hecha generalmente en un material duro que lleva grabados en dirección inversa los signos distintivos del titular. La impronta es la huella dejada por la matriz sobre un material maleable apto para recibirla, es fiel reflejo de aquella. En todas las civilizaciones y en todas las épocas ha existido la práctica de sellar, aunque con diferentes materiales, técnicas y diseños. Los anillos sigilares alcanzaron una difusión extraordinaria en la Antigüedad. La costumbre de sellar con anillos perduró en la Edad Media en documentos de carácter privado pero junto a ellos comenzó a utilizarse para el sellado

de los diplomas públicos matrices de mayor tamaño que produjeron nuevos sellos con figuras, escenas y leyendas grabadas destinadas a identificar a su propietario. Desde sus orígenes el sello se utilizó con diferente propósito sobre muy diversos objetos: señalar el origen o la propiedad en productos comerciales, precintar recipientes y puertas, acreditar a su portador etc. En la Edad Media la principal función del sello será la de autenticar los documentos con un sentido equivalente a la firma a la que en muchos casos sustituye, por

lo que el sello medieval se ha denominado sello de validación o de suscripción. Es utilizado en un principio por las más altas jerarquías de la sociedad pero poco a poco lo adoptarán clases sociales menos relevantes. En la Edad Moderna la función validatoria quedará reducida a un menor número de documentos al ser suficiente garantía la firma autógrafa, en tanto que el sello administrativo utilizado para hacer constar la procedencia de un escrito se

L O S S E L L O SD I P L O M A T I C O S

.

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difundirá en todas las administraciones públicas y privadas. El sello se utilizó también para cerrar un documento y garantizar de este modo que no iba a ser alterada o interferida la disposición que contenía. í o s sellos en función de cierre se utilizaron preferentemente en documentos de carácter privado cuyo contenido debía ser conocido sólo por el destinatario. Este uso perduró para cerrar la correspondencia hasta la aparición en el siglo XIX del sobre con solapa engomada. A los sellos utilizados para autorizar y cerrar documentos denominamos sellos diplomáticos. La parte esencial del sello es la caca, que recibe la impresión de la matriz y por ello se denomina también impronta. Los sellos bifaces o de doble impronta, tienen sus dos caras de igual tamaño impresas; cada una expresa una cualidad diferente de su propietario, la anterior o anverso contiene la representación más significativa, la leyenda da comienzo en ella; la cara opuesta es el reverso, lleva la imagen secundaria y en ella se continúa la leyenda o se inicia un nuevo texto. Los sellos monofaces tienen una sola cara impresa, la parte posterior de un sello monofaz se denomina dorso, puede ser plano o convexo y a veces lleva un sello de menor tamaño o contrasello que tenía la finalidad de hacer más difícil las falsificaciones.

El campo es el espacio que contiene las figuras. El fondo del campo es totalmente liso o se cubre de una variada ornamentación para llenar los espacios vacíos; el campo a veces está limitado por un marco que adopta la figura de un trilóbulo, un cuadrilóbulo, un polilóbulo o una rosácea. El espacio comprendido entre el campo y el borde del sello se denomina orla y contiene la leyenda. La orla está delimitada normalmente por dos grafilas o líneas que pueden ser lisas o decoradas. La leyenda indica a quién pertenece el sello, se dispone normalmente a lo largo del borde en una o en dos líneas concéntricas y en sellos bifaces continúa a veces en el reverso. En la Edad Media los sellos se imprimían en metal o en cera; a estos materiales se sumaron a partir del siglo XVI, el lacre, la oblea y la tinta. Los modos de aposición del sello al documento fueron evolucionando en función de las características del soporte de escritura. Aunque no será el único sistema se impone la tendencia de sellar el pergamino con un sello pendiente y el papel con un sello adherido o placado primero y estampado directamente después. El pergamino se sellaba con un sello metálico, generalmente plomo, y excepcionalmente oro, o con un sello de cera, colgados por medio de enlaces de distintos materiales (tiras de pergamino, correillas de badana, cintas y cordones de lino o seda, cuerdecillas de cáñamo), que se pasaban por unos orificios u óculos abiertos en la plica. En la

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EXPERIENCIAS Y MATERIALES

Edad Moderna se continúa sellando el pergamino en pendiente, en cajas de madera o de hojalata, pero alcanza mayor difusión el papel como soporte de escritura, especialmente en documentos de carácter transitorio; el papel, menos resistente que el pergamino no admite el peso de un sello pendiente, surgen como consecuencia los sellos adheridos o de placa. Estos sellos se imprimían sobre una delgada capa de cera cubierta de papel (sello de papel

y cera), que será más tarde sustituida por una laminilla de oblea (sello de papel y oblea). Cuando en el siglo XIX se impone en todas las oficinas de la administración el uso de sello para la tramitación de escritos oficiales se adoptan procedimientos más rápidos para sellar. La aposición del sello consistirá ahora en la simple presión de la matriz directamente sobre el documento produciendo en el papel una huella seca en relieve: sello en seco, o húmeda

s i se aplicó previamente entintada: sello en tinta. Las técnicas de impresión del sello evolucionaron muy rápidamente para adaptarse a nuevos materiales con una tendencia creciente a la simplificación en los modos de sellar. El sello de plomo se imprimía en la Edad Media por medio de unas tenazas que llevaban grabado el tipo en los extremos de las palas; el de oro se cincelaba a mano si era macizo, pero normalmente consistía en dos laminillas impresas por separado y después unidas doblando el borde de una cara sobre el de la otra. Para imprimir los sellos de cera bifaces se utilizaron matrices compuestas de dos discos planos de igual tamaño, con su cara interior grabada, y dos o cuatro anillas u orejas laterales para su ajuste. Los sellos monofaces se imprimían en un principio sobre un lecho o cuna de cera con matrices simples planas que llevan en su parte anterior el tipo y en la posterior un asidero en forma de aleta perforada por el que se hacía pasar una cadenilla para colgarlas. Para imprimir los sellos de placa se utilizaron matrices de menor relieve, con mango metálico primero y después de madera. Los primeros sellos en tinta se imprimieron con las mismas matrices grabadas en hueco del sello de papel, pero enseguida fueron sustituidas por matrices de tampón en relieve, metálicas en un principio y después de caucho como las que se utilizan actualmente. Las prensas de sellado se utilizaron finalmente como medio de facilitar la impresión del sello en seco. Estaban provistas de un juego de dos matrices, una grabada en hueco para el tipo y otra en relieve para el contratipo. Tanto el sello de tinta como el sello en seco a veces se recortaban y pegaban imitando la técnica del sello de placa.

Los sellos adoptan formas diversas, algunas fueron más persistentes, por el contrario otras tuvieron una corta duración por ser consecuencia de una moda. La figura circular es la de J

L O S SELLOS I

DIPLOMATICOS

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mayor difusión, ha perdurado desde la Edad Media hasta nuestros días porque se adapta a cualquier tipo de representación. Son siempre circulares las bulas, los grandes sellos reales,

los de concejos más importantes y los de grandes señores. Los sellos de obispos, abades, priores, monasterios y conventos tenían por regla general en la Edad Media forma biojival o de naveta, similar a la mandorla que rodea la imagen de Cristo o de la Virgen característica del arte paleocristiano en el que tiene su origen, muy apropiada para contener un personaje de pie como aparece también en los primeros sellos femeninos. Las personas particulares tuvieron una mayor libertad para elegir la forma de sus sellos, ya que no tenía que someterse a modelos establecidos lo que les permitió utilizar otras menos convencionales: en escudo, losange, lobulados etc. muy adecuadas para la presentación de armerías. Las formas poligonales, exágono u octógono, son más propias de los sellos de anillo de pequeñas dimensiones con motivos heráldicos o con iniciales. A partir del siglo XVI muchos sellos eclesiásticos sustituyen la forma biojival por la oval, que se difunde principalmente en el siglo XVlll por ser esta figura muy del gusto de la ornamentación barroca. En el siglo XIX el óvalo se dispone también horizontalmente en los sellos en tinta constituyendo más bien una elipse.

El sello es representación de la persona a quien pertenece que debía de ser en él reconocida. La elección de imágenes por parte del sigilante se basaba en la consideración del sello como un signo esencial de identidad; algunas representaciones eran utilizadas invariablemente por ciertos grupos de personas e instituciones, de ahí que se hayan podido definir una serie de tipos característicos, o prototipos, asociados a determinadas categorías de sigilantes:

Los sellos efigiados son característicos de una época en que el sello es sobre todo un signo de poder, su uso está reservado a personas de alta significación social. Estos sellos reproducen los rasgos del titular o una figura convencional que expresa su condición o jerarquía. Corresponden a este grupo el tipo retrato que presenta una cabeza o un busto de perfil; el mayestático con una imagen arquetípica en que el rey está de frente sentado en un trono con los atributos de la realeza: corona, cetro o espada, y globo del mundo; el ecuestre de guerra, propio de los señores feudales, utilizado también por los reyes como señores de sus estados, con el titular de perfil cabalgando, embrazando un escudo con sus armerías, llevando como arma ofensiva lanza o espada; el ecuestre de ceremonia, o representación cortesana del soberano cabalgando al paso en vestido civil con las insignias de poder y

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acompañado a veces de la reina o del heredero; el ecuestre de caza con la figura del titular cabalgando al paso, generalmente con un halcón en el puño en un paisaje con arbustos y pájaros; el femenino estante, que presenta una figura femenina de pie, con una flor o un pájaro en la mano (las reinas, un cetro y a veces también el pomo); el eclesiástico estante propio de obispos y arzobispos, imitado también por abades y abadesas, que representa a un personaje eclesiástico de pie, generalmente sobre peana, bajo un doselete, con vestido litúrgico,

atributos de dignidad, y la mano derecha alzada en actitud de bendecir; una

variante de este tipo, es el eclesiástico sedente que muestra al personaje sentado en silla curul. Otros sellos tienen como tema principal de la representación figuras o escenas sagradas.

A estos sellos se les ha designado con el calificativo de hagiográficos o de tipo hagiográfico. Contienen imágenes de Dios, de Cristo o de la Virgen y de los santos, fueron adoptados preferentemente por personajes e instituciones de la Iglesia; una variedad de este tipo es el devocional o de orante, en el que el titular está arrodillado con las manos juntas al pie de la escena. Muy variadas son las figuras de algunos sellos que por ser susceptibles de una interpretación simbólica (una cualidad, un atributo, la actividad del sigilante etc), se denominan de tipo simbólico. Los sellos de este tipo son de pequeño tamaño, sus figuras pueden ser un signo jerárquico (corona, báculo), la personificación de un ente jurídico (seña o pendón), alegorías de la Biblia (Agnus Dei, paloma, lis), instrumentos de martirio etc. Una categoría especial dentro de este grupo la constituyen los símbolos jeroglíficos que hacen referencia al topónimo con que se designa una localidad y dan nombre al tipo parlante, muy utilizado por los sellos concejiles porque identificaban muy exactamente a su titular al constituir un emblema privativo de la localidad. Propio de concejos y ciudades es también el tipo monumental con elementos que señalan algún rasgo característico de la localidad, ya sea una vista completa de la ciudad o alguno de sus monumentos: fortalezas y castillos, murallas y torres o puentes. A veces se acompañan de figuras secundarias para subrayar algún aspecto como unas llaves en sellos de villas fronterizas o las ondas que hacen referencia a su emplazamiento fluvial o marítimo. Una variante de este tipo es el naval, con representaciones de naves comerciales o escenas de pesca, utilizado por ciudades portuarias cuyos recursos económicos se basaban en su posición costera.

LOS SELLOS DIPLOMÁT~COS

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Pero el grupo más numeroso corresponde sin ninguna duda a los sellos de tipo heráldico.

Los emblemas aparecen en un principio en el campo del sello formando parte de elementos que en la vida ordinaria eran heráldicos como el escudo del caballero y las cubiertas del caballo; en los sellos femeninos o eclesiásticos en que no podía representarse ningún elemento de este uso se introdujeron escudetes acompañando su figura. Las armas del titular se presentan también solas desde finales del siglo XII ocupando todo el campo del sello como único motivo de la composición sigilar, ya sea colocadas directamente sobre el fondo o en el interior de un escudo. Los sellos heráldicos son desde su origen los que alcanzan mayor difusión, ya que podían ser empleados por todo tipo de personas sin distinción de jerarquía o de clase; de formas muy simples en su origen se van complicando a medida que se multiplica la combinación de armerías. Desde mediados del siglo X l l l la combinación de armas dará lugar a composiciones más complejas, se combinan las armas de varios reinos o señoríos, las paternas y maternas, las de dignidad y familiares, las del concejo y las del señor. La estructura de los sellos bifaces permite la combinación de armas diferentes en anverso y reverso, en los sellos monofaces las armas se combinarán cuartelando el campo, introduciendo orlas con una función equivalente a la de la bordura, o por medio de marcos que adoptan formas geométricas diversas: cuadrilóbulo, trilóbulo, rosácea etc. que acabarán por constituir en sí mismos los límites del sello que condiciona así su forma exterior a la presentación de armas de distinto rango. Desde el siglo XIV los escudos se acompañan de figuras de seres humanos o seudohumanos como sirenas o ángeles denominados tenantes o de animales de todas las especies o soportes que tenían la función de llenar los espacios vacíos en el campo del sello. Los salvajes son hombrecillos barbudos sin una significación definida que aparecen generalmente con una maza a ambos lados de un escudo. Otros ornamentos de tipo heráldico son los mantos y pabellones abiertos y recogidos a los lados,

los collares de las ordenes y las divisas y trofeos. Los timbres tenían como finalidad indicar el rango del blasón. Los que aparecen primero en los sellos son el yelmo y la cimera. Se representan solos o sobre un escudo inclinado imitando la posición en que lo llevaba el caballero cabalgando. Después se extenderá también a obispos y arzobispos, patriarcas etc. que timbran sus armas con el capelo o sombrero eclesiástico, el báculo o la cruz patriarcal. En la Edad Moderna el concepto de armas pierde su sentido militar y amplía su significado para designar no solo las de una familia o de un territorio sino también el emblema o conjunto de emblemas que caracterizan e identifican a un individuo o a una corporación civil o eclesiástica.

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Algunos sellos, finalmente, sustituyen las representaciones figurativas del campo por un texto alusivo generalmente al nombre del titular. Los inspirados en la tradición oriental se disponen horizontalmente tal y como aparece en las bulas pontificias y de los dogos venecianos. En las administraciones modernas el tipo onomástico se empleará con frecuencia en el sello de tinta, bien ocupando el campo, o bien en el interior de una orla en la disposición habitual de las leyendas. El tipo de iniciales con la letra inicial del nombre del titular o las del nombre y apellido fue muy utilizado desde el siglo X V l l l en los signetes de lacre. Estas letras se combinan formando una composición geométrica en el tipo con

monograma. Las figuras del campo del sello van acompañadas generalmente de la leyenda, o inscripción que indica a quién pertenece el sello. Las leyendas se inician normalmente en la parte superior y recorren el borde de derecha a izquierda en el interior de la orla. Cuando la acumulación de títulos exigía un mayor desarrollo se escribía en dos líneas concéntricas comenzando en la exterior para continuar en la interior. La leyenda podía seguir también en el campo del sello o prolongarse en el reverso. El texto va precedido generalmente de una cruz. En un principio se escribe en latín y a partir del siglo X l l l especialmente en sellos de particulares también en

romance. Se inicia con el término sigillvm seguido del nombre del titular en genitivo. Para separar las palabras se emplean generalmente dos puntos superpuestos y menos frecuentemente uno o tres reemplazados a veces por estrellas, anilletes, crucetas, aspas o florones. Es frecuente el empleo de abreviaturas en las leyendas por la necesidad de incluir el texto en un espacio limitado. No hay una diferenciación clara en los tipos de letra, produciéndose gradualmente el paso de uno a otro en períodos de transición, en los que conviven formas tradicionales con otras nuevas. En los siglos XII y X l l l se emplea la capital

romana combinada con caracteres unciales o semiunciales de formas redondeadas. En el siglo XIV se empleará ya la gótica mayúscula pero la anterior evoluciona lentamente, de modo que a lo largo de este siglo se dan ambos tipos. La gótica mayúscula se distingue porque sus trazos se regruesan en su parte central y las letras se hacen más estrechas resultando la escritura más compacta. Un poco más tarde en el mismo siglo X I V aparece la gótica minúscula. Lo más característico de su trazado es la angulosidad, que se manifiesta también en los signos de interpunción convertidos ahora en pequeños rombos. Es una escritura muy apretada y de difícil lectura. Afinales del siglo X V aparece de nuevo la letra capital pura o renacentistade caracteres nítidos y bien trazados que se convertirá en la Edad Moderna en el tipo casi exclusivo.

LOS SELLOS D I P L O M A T I ~ O S

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En las cancillerías mas desarrolladas la diversificación de los asuntos a tratar originó el uso de diferentes tipos documentales y también la utilización de diferentes clases de sellos para autorizarlos. Las condiciones de uso y a veces también su iconografía y leyendas estaban regulados por códigos y ordenanzas. Era habitual el empleo de sello mayor y menor en documentos más o menos solemnes de carácter público. A ellos se sumaban en algunas cancillerías la bula de plomo y de oro. Otros sellos se emplearon preferentemente en documentos particulares y por eso se denominaron secretos. Con este carácter se utilizará también a veces el sello de anillo y el contrasello.

2. D E S C R I P C I ~ N DE SELLOS Los sellos están dispersos en los diferentes fondos documentales de un archivo, de ahí que la primera operación para su control sea la localización y signaturado de improntas, que nos permitirá seleccionar la mejor conservada, y hacer referencia a las demás. Una vez registradas todas las improntas podremos establecer el cuadro de clasificación de sellos, tomando como referencia la categoría social de titulares, para

finalmente formar el

catálogo. En la descripción de un sello como en la de cualquier otra unidad archivística se pueden agrupar los elementos descriptivos en las areas propuestas por

ISAD(G):

identificacion, contexto, contenido, condiciones de acceso y localización, documentación asociada, y notas. Forman parte del área de identificación los datos necesarios para localizar el sello (signatura), reconocer a su propietario (nombre y condición del titular) y fijar su cronología (fecha). Los elementos descriptivos del área de contexto sólo son aplicables a la descripción de conjuntos de sellos o colecciones, pero no a unidades sigilares.

El área de contenido incluye la explicación tanto de los caracteres externos (forma y dimensiones, materia y modo de aposición) como de los caracteres internos (naturaleza jurídico-diplomática, imagen y leyenda).

El area de condiciones de acceso y localización comprende las indicaciones de lengua de la leyenda, estado de conservación del sello, condiciones de consulta, y referencia a catálogos, si el sello es ya conocido.

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EXPERIENCIAS Y MATERIALES

Como documentación asociada deben citarse además del documento que valida el sello, la existencia de copias -réplica plástica y/o diapositiva-, y de otros sellos relacionados con el que se describe, ya sean otras improntas iguales del titular, u otros sellos en el documento; finalmente debe proporcionarse la cita bibliográfica de estudios particulares sobre el sello descrito, si los hubiere. En el área de notas tiene cabida cualquier aspecto importante referido al sello objeto de la descipción, que no se haya podido incluir en otras áreas. Todos estos datos deberán ser expresados teniendo en cuenta las recomendaciones para la redaccion de asientos descriptivos de sellos del Comité de Sigilografía del Consejo Internacional de Archivos: Por lo que respecta al titular del sello, siempre que sea posible se indicará el nombre de

la persona, oficio, corporación, tribunal etc. a quien pertenece el sello en su versión actual, dando preferencia a la ortografía moderna sobre la antigua, y haciendo en su caso referencia a la grafía anterior. Se designará la naturaleza jurídico-diplomática del sello que se describe: bula, sello mayor, sello menor, sello secreto, reconocido por sus características externas, su contenido

figurativo y a veces también porque expresamente lo indica la leyenda o la fórmula de corroboración. Para establecer la fecha de impresión del sello se tomará como referencia la del documento sellado. La forma de la impronta se menciona empleando los términos que la caracterizan :

circular, biojival, en escudo etc. Para determinar las dimensiones de un sello se tomará como referencia la marca de impresión o huella dejada por el borde de la matriz , y en su defecto

la grafila exterior. Las dimensiones se expresan en milímetros, indicando en sellos circulares el diámetro y en los demás la longitud del eje vertical seguida de la del eje horizontal. En

sellos fragmentarios se tratará de calcular sus dimensiones totales, y se presentarán las medidas restituidas entre corchetes, pero si el fragmento no permite conocer con exactitud

su tamaño original se indicarán entre paréntesis las dimensiones extremas del fragmento. En la lectura de un sello es esencial la identificación correcta de las figuras y el empleo

de una terminología adecuada. En el campo de un sello pueden aparecer una o varias figuras o una escena. Se describirá en primer lugar la figura principal y después las secundarias indicando su posición relativa Se mencionará la ornamentación del fondo del campo y la

L O S SELLOS D I P L O M Á T I C O S

.

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presencia de marcos u otro tipo de decoración. En sellos efigiados se indicará la posición del personaje, su actitud y los objetos que lleva. Se describirá su indumentaria aludiendo a las diversas partes del vestido ya sea civil, militar o eclesiástico. En sellos de tipo monumental se mencionarán los elementos básicos de los monumentos. En el campo del sello pueden presentarse elementos arquitectónicos rodeando un personaje con una finalidad puramente ornamental. M u y pocos son a veces los detalles que pueden añadirse a la simple mención de su presencia, en sellos con tan solo una figura (animal, o planta, cuerpo celeteste, o elemento del paisaje). Se nombrarán con el término preciso las figuras que puedan identificarse con certeza, en caso de duda se expresará el término genérico y a continuación el que supuestamente le conviene seguido de un interrogante. Las armerías deben ser descritas tan exacta y brevemente como sea posible para poderlas reconocer sin error; se emplearán los términos heráldicos propios de la lengua del blasón. Es importante advertir que la lectura de un emblema heráldico se realiza a la inversa, como si se contemplara una figura humana, su lado derecho (diestra) es nuestra izquierda y su lado izquierdo (siniestra) nuestra derecha. La descripción de unas armas no debe ir más allá de lo que puede verse en el sello, se prescindirá por tanto de la alusión a los metales y colores, pero se tendrán en cuenta las reglas seguidas normalmente en el orden de blasonamiento, la enumeración y combinación de piezas y la posición de los muebles. Si unas armas no se distinguen con claridad o presentan dificultades de interpretación será preferible limitarse a expresar la presencia de un escudo de armas a arriesgarse a un blasonamiento incierto que podría inducir a error. Las faltas en armas reconocidas con certeza pueden suplirse por la descripción entre corchetes o en nota. La leyenda se transcribe en letras capitales respetando sus particularidades ortográficas. Exceptuando la palabra sigillvm o sello que en principio podrá mantenerse tal y como aparece:

S, Sig., Sigill., toda letra abreviada será desarrollada en itálica entre paréntesis. s. i(acobi) REC(is) ARAC(0nUm) COMIT(¡S) BARCH(in0ne)

ET

D(0mi)Ni:

MONTIS

P(eSSU)L(ani).

LOS

grupos de letras

desaparecidos como consecuencia de una laguna en la impronta por rotura serán restituidas entre corchetes. Ej. s:

ALFONSI.

I[LLVSTR~IS.[R]EGIS [CA~STELLE: ET: LECIONIS. Las letras ilegibles o que no

pueden restituirse con toda certeza serán reemplazadas por tantos puntos como letras se supone que faltan. Ej.: S.[ ...] DI

ABBATIS [.....]TI

[ ........]NIS. En el caso de leyendas en que abundan las

abreviaturas y lagunas, una doble versión en que se presenten separadamente la del texto original tal y como aparece en el sello y la interpretación del autor de la descripción, ofrece una

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mayor claridad y cuando se trata de caracteres especiales, hebreos o árabes, resulta indispensable. Se reproducirá la cruz que marca el comienzo de la leyenda y el punto o los dos puntos superpuestos o los grupos de tres puntos que separan frecuentemente las palabras. Otros signos como estrellas, rosetas, florones, palmetas, anillos etc. podrán ser señalados en itálicas entre paréntesis o por medio de un asterisco: Ej.: (florón), (estrella)o (*). En una leyenda dispuesta en líneas horizontales se indicará por un trazo horizontal

-- el cambio de línea. Las interrupciones

de la leyenda provocadas por la penetración de elementos del campo (yelmo, lanza, espada, cabeza o patas del caballo en un tipo ecuestre, pináculos y cresterías de estructuras arquitectónicas, pies de una figura estante, ménsulas y peanas etc serán marcadas por una barra / : Ej.: s.

PETRI DEL G R ~ C I Ad A u R i E N s i s

~ ~ ~ ( s c oSip ila ) . leyenda se dispone en dos líneas concéntricas

se indicará el comienzo de la segunda línea por un doble barra ROMANORUM: IMPERATOR: REX: HISPANIE: VTRIVSQVE: OCEANI

//

: Ej.: CAROLUS: QVINTVS:

// SICILIE: INDIARUM: INSVLARVM AC: TERE: FIRME: MARIS:

&c. En la descripción de sellos medievales se podrá indicar el tipo de letra de las

leyendas, señalando las letras ligadas, enlazadas, tumbadas o vueltas, así como su disposición de la orla y tipo de ornamentación de los filetes que la limitan.: entre dos grafila perladas, de cordón etc. Si el estado material del sello no permite leer la leyenda se hará constar como ilegible, mutilada o desaparecida según los casos, designando como anepígrafes los sellos que no llevan leyenda. En los sellos de cera se mencionará su color por referencia a su aspecto actual, prescindiendo de la gama de matices. Se adoptarán los términos de cera natural clara cuando se trata de cera blanca o ligeramente amarillenta, cera natural oscura para designar

los tonos marrones, cera roja para los colores anaranjado, rojo vivo o granate y cera verde para los de este color generalmente siempre oscura. Se aludirá también a la cuna que soporta la impronta en algunos sellos. Ej.: sello de cera roja en cuna de cera natural y a las cajas de hojalata, plata o madera que se utilizan habitualmente en la Edad Moderna como soporte de la impronta Ej.: sello de cera roja en caja de madera. Estos elementos del sello no deben confundirse con las bolsas de cuero, de pergamino o de lino puestos en época posterior para su preservación. En sellos de papel se indicará el material que se ha utilizado para adherirlo al documento en estos términos: sello de papel y cera o sello de papel y oblea. En sellos en tinta se indicará su color. Ej.: sello en tinta roja, negra, verde, y cualquier particularidad referida a la modalidad de impresión. De una matriz se dirá si es de plata, bronce, latón, hierro etc.

LOS SELLOS D I P L O M Á T I C O S

-

19

En sellos pendientes debe mencionarse el tipo de enlace: tira de pergamino, de cuero, cordón de cáñamo, trencilla de lino, hilos o cintas de seda etc. y su color o combinación de colores ya sean sueltos, trenzados o tejidos y el diseño si presenta alguna particularidad. En sellos de placa se indicará su posición en el documento: entre dos pliegos, al pie del texto, al dorso, cerrando el documento plegado etc. Se mencionará el estado de conservación del sello y la calidad de impresión. Los sellos de cera pueden haberse conservado íntegros o haber perdido parte de su superficie; para indicar las pérdidas de un sello fragmentario se mencionará la extensión y situación de las lagunas. Ej.: mitad superior, tercio derecho etc. de este modo se pueden comparar improntas que se complementan. Se mencionará la calidad de impresión con términos tales como excelente, buena, débil, pobre etc. Se dirá si la impronta está desgastada o si es indistinta cuando su estado no permite una identificación cierta. En sellos de plomo oxidados por carbonatación podrá indicarse el grado de alteración: superficial, media o intensa. Finalmente también podrá mencionarse si el sello ha sido restaurado.

Es imprescindible la lectura y análisis del documento que nos indica las circunstancias que concurren en el sellado, y constituye un elemento de referencia para la identificación correcta del sigilante ya que nos muestra en toda su extensión el nombre y condición del titular, normalmente abreviado en la leyenda por limitaciones de espacio. N o obstante hay que tener en cuenta que la finalidad de su mención no es ofrecer una ficha completa del documento sino más bien conocer el contexto diplomático del sello. Se indicará la data, el tipo documental, una breve referencia al asunto y la signatura. La cláusula de anuncio deberá expresarse en los mismos términos en que aparece en el documento Ej.: « f t por que esto sea firme et non venga en dubda do esta mi carta desta donazion seellada con mio seello colgado en testimonio de verdat». Se mencionarán otras improntas del sello que se describe o de otros soportes a través de los cuales nos es conocido, bien sea la matriz, una reproducción plástica, una fotográfica o un dibujo, indicando el nombre de la institución en donde están depositadas las colecciones de vaciados o fotografías que se citan y el código que las identifica. Se deberán citar los principales catálogos en que el sello aparece descrito y los estudios diplomáticos, iconográficos, heráldicos etc. que lo mencionan. Las referencias a obras muy conocidas podrán abreviarse expresando solo las siglas del autor y el n" de orden del asiento.

20

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ESCUELA I B E R O A M E R I C A N A

DE A R C H I V O S . E X P E R I E N C I A S

Y MATERIALES

3. C O N S E R V A C I ~ N DE SELLOS Desde la Edad Media, los sistemas de sellado (en cuna, en el interior de cajas de hojalata o de teca, bajo papel) tenían la finalidad de proteger las frágiles improntas de cera. Posteriormente, los destinatarios de los documentos procuraron asegurar la conservación de sus sellos guardándolos en bolsas de badana o de pergamino enlazadas a la plica. Hoy día, teniendo en cuenta que los sellos constituyen parte integrante de nuestro patrimonio histórico, debemos también ocuparnos de una manera especial de su conservación, compensando en lo posible los daños que hayan padecido y adoptando las medidas convenientes para su preservación futura. Antes de aplicar cualquier medida bien sea preventiva o curativa es necesario conocer cuales son los agentes destructores que amenazan la integridad de los sellos y cuales sus efectos. Los factores de tipo físico y biológico afectan principalmente a los sellos de cera, de lacre y de papel, los químicos a los de plomo. Los agentes destructores de carácter físico son probablemente los que causan mayor daño a los sellos, y sin embargo, los más fáciles de prevenir. Se deben básicamente a condiciones

defectuosas de instalación y a una manipulación inadecuada. Los envoltorios de guata o estopa que se emplearon a veces, han resultado nefastos para la integridad de los sellos de cera ya que, al absorber la humedad, han ocasionado su resecamiento y posterior fragmentación. Esta situación se agrava en sellos con aditivos, como talco o yeso, que se mezclaban con la cera para darle mayor consistencia, produciendo un efecto contrario al transformarla en un material frágil y friable. Los golpes y roces en los desplazamientos y la presión en los depósitos son el origen de fisuras y roturas, tanto en los grandes sellos de cera bifaces como en los sellos en cuna o en cajas de protección, y sólo cuando los fragmentos nos han llegado adheridos a los cordones y cintas que los sujetaban al documento, o en cajas cerradas, es posible reunirlos y consolidarlos. U n problema que atañe igualmente a sellos pendientes y

de placa es su desprendimiento. De los pendientes, son los de plomo, por su mayor peso los más afectados. Los sellos de placa de papel y cera se despegan también muy frecuentemente debido al craquelamiento primero y posterior fragmentación de la fina capa de cera que les sirve como adhesivo, quedando la huella de la impronta marcada en el documento o en el recorte de papel. Otros riesgos que amenazan a los sellos de cera son la infestación por microorganismos y la acción de insectos.

Los sellos de plomo, en contacto con el aire contaminado con restos de ácidos orgánicos se cubren de una fina película de óxido, y con el tiempo se produce una corrosión activa con formación de carbonato básico de plomo que se ha denominado carbonatación. El proceso se manifiesta en la formación de unos depósitos de color blanquecino y apariencia granulosa que se extienden paulatinamente por toda la superficie del sello hasta invadido por completo. El carbonato es poco adherente y la corrosión va acompañada de un considerable aumento de volumen, por esta razón los sellos de plomo carbonatados experimentan una desfiguración de su relieve. Esta dilatación de la superficie corrroida produce grietas microscópicas en el metal que yace debajo y pueden ser a su vez depósito de impurezas continuando el efecto destructor hacia el interior del sello que en un último estadio acaba por quedar completamente pulverizado. Cuando subsisten partículas de cobre o de plata en el plomo el proceso de descomposición se acelera.

Los criterios que inspiran los métodos de restauración de sellos en la actualidad, responden a un consenso internacional. Se aceptan los principios de carácter general que se toman en consideración en el tratamiento de cualquier bien cultural. En general, se debe poner más empeño en la conservación preventiva que en la curativa. Cualquier tratamiento de restauración debe permitir devolver el sello restaurado a su estado anterior, ya que técnicas y productos aceptados en un momento dado pueden ser posteriormente desaconsejados. Debe conocerse la naturaleza y composición de los materiales tanto del sello objeto de la restauración como de los productos que se empleen en su tratamiento, así como su comportamiento conjunto bajo diferentes condiciones. Toda adición ha de ser de materiales inocuos, inalterables y reversibles. Todo producto nuevo empleado en la restauración o reproducción de sellos deberá aplicarse con prudencia probándolo previamente. Los materiales y productos empleados en la restauración de sellos deben ser compatibles con los de los sellos originales, de otro modo podrían acelerar su deterioro. Se desaconseja el empleo de agujas de acero en la unión de fragmentos para evitar el riesgo de arrastre de partes intactas en caso de nuevas roturas; los envoltorios de guata o estopa, de resultados infortunados para la integridad de los sellos de cera deberán retirarse y ser sustituidos por bolsas o estuches de materiales naturales o sintéticos pero químicamente inertes, no electrostáticas ni higroscópicas. Ninguno de los métodos que se emplean actualmente en la desinfección de sellos resulta enteramente satisfactorio, por lo que se aplicarán únicamente a los gravemente dañados y no de manera sistemática, dando la mayor

E S C U E L A I ~ E R O A M E R I C N A DE A R C i i I V O S . E X P ~ R I E N C I A S Y M A T E R I A L E S

importancia al acondicionamiento externo para impedir el desarrollo de microorganismos e insectos. En toda restauración deben poder distinguirse sin dificultad los elementos añadidos. Se evitará cualquier aportación personal que signifique una reconstrucción de figuras o leyendas, ya que el objeto de los tratamientos no es hacer aparecer como indemnes sellos deteriorados. La cera que completa las zonas perdidas debe ser lisa y de color similar pero no igual al que presenta el original, de manera que pueda advertirse el contraste no solo a simple vista sino también en una fotografía en blanco y negro. La cera nueva debe quedar patente por la ausencia de relieve y la matización del color. Un sello desprendido nunca debe perder la relación con el documento, siempre que sea técnicamente posible se fijará de nuevo pero sin reconstruir la trama, ni imitar la anudación o el color de los enlaces. Si las condiciones de conservación no permiten su unión, se guardará en un lugar contiguo dentro de un sobre o bolsa en donde se haya anotado la signatura del documento para que quede siempre constancia de su procedencia. Todo tratamiento debe ser documentado. Ya sea en una sucinta ficha o en un extenso informe es necesario dejar constancia de los productos y técnicas empleados, fechas de la restauración y nombre de la institución o restaurador responsable, mencionando las marcas o nombres comerciales de los materiales que se utilicen. Los métodos de restauración varían en función de la composición material de los sellos y de los tipos de daños y alteraciones. N o pueden darse como definitivos los métodos empleados en las intervenciones sin evaluar sus efectos a corto y largo plazo, por lo que es aconsejable someterlos a controles periódicos. La limpieza del sello debe preceder a cualquier tratamiento de consolidación, su finalidad es retirar el polvo y evitar que los depósitos se fijen de manera permanente. Puede realizarse en seco con cepillos o brochas suaves o utilizando una solución acuosa con jabón neutro cuando la suciedad es muy intensa.

El sellado de fisuras y la fusión de fragmentos se efectúa reblandeciendo la cera de los bordes por medio de una fina punta térmica de acero. Las zonas perdidas se completan con cera nueva. Una gran variedad de sucedáneos de la cera se emplean hoy día en las reintegración de sellos mutilados: cera de abeja pura o mezclada con resina o con colofonia, y resinas naturales o acrílicas, y como material nuevo, el policarbonato transparente. Los

sellos de placa de papel y cera despegados se fijan de nuevo al documento con adhesivos

LOS SELLOS

DIPLOMATICOS

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23

naturales neutros con lubricante y fungicida incorporados. Las fisuras superficiales en sellos de lacre pueden sellarse ablandando los bordes con una mezcla de xileno o tuleno con acetona y esencia de trementina, y las lagunas, rellenándolas con cera. Los sellos de plomo con daños superficiales pueden cepillarse simplemente, pero cuando la oxidación es más intensa se tratan con ácidos tales como el

ácido clorhídrico y acetato

amónico. El baño electrolítico es muy efectivo, para eliminar la corrosión, pero tiene riesgos para el documento, solo es aplicable a sellos sueltos, en el caso de sellos unidos al documento se práctica la electrolisis puntual por aplicaciones parciales que evitan la inmersión del sello y los efectos secundarios en los enlaces y el pergamino. La electrolísis por contacto es un método muy lento ya que requiere ir limpiando la superficie del sello por ambas caras gota a gota, pero ofrece la ventaja de que se puede controlar con una gran precisión el grado de intervención. Los enlaces en material textil sufren un mayor desgaste que los de pergamino o cuero debido a su debilitamiento por el roce o por el peso del sello. Cuando las trencillas han perdido parte de la trama y los cordones tienen hilos sueltos deben reforzarse previamente al lavado o efectuar este por contacto con pinceles humedecidos en agua destilada y detergente neutro o amoniaco diluido. Los hilos muy frágiles y quebradizos se consolidan mediante la aportación de un galón de textura y color neutro supliendo las faltas con zurcidos. Se debe procurar utilizar un material de características similares al original, evitando el empleo de hilos más fuertes que pueden provocar tensiones y nuevas roturas. Se deben prevenir los daños que puedan sufrir los sellos como consecuencia de instalaciones defectuosas en los depósitos, de una manipulación incontrolada en las salas de trabajo y de consulta, y ocasionalmente con motivo de salidas temporales del archivo con destino a exposiciones.

Los sellos pendientes corren graves riesgos cuando los

pergaminos se mantienen plegados y comprimidos en los legajos, por eso es conveniente desplegarlos e instalarlos separadamente en sobres o carpetas, alertando de su fragilidad en las cartelas para que sean transportados y servidos bajo especial precaución y vigilancia. Como protección permanente para aislar cada sello pueden emplearse bolsas de un tejido natural o sintético suave, que no sea elecrtrostático ni de textura pilosa, cuya apertura y cierre se efectúe sin dificultad para de este modo evitar tensiones y traumatismos cada vez que se consulta. Es conveniente además proteger cada documento dentro de un sobre para evitar roces y golpes de sellos contiguos. Los materiales que van a estar en contacto directo con documentos y sellos deben adquirirse en casas

24

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E S C U E L A I B E R O A M E R I C A N A DE A R C H I V O S . E X P E R I E N C I A S Y M A T E R I A L E S

especializadas de productos de conservación que pueden garantizar su inocuidad por haber sido previamente probados. Una de las principales causas de deterioro de los sellos, por otra parte fácilmente evitable, es una manipulación descuidada. Se tratará de evitar que el peso de los sellos recaiga sobre

los hilos y cintas y se procurará que estos no penduleen en el transporte de los documentos sellados de los depósitos a las salas de trabajo o de consulta. Es conveniente utilizar carpetas o estuches de protección temporal, mientras el documento sellado está fuera de su lugar habitual de almacenamiento, y guantes de algodón, que reducen la transmisión de aminoácidos por el contacto de las manos. Se debe sensibilizar al personal encargado del servicio de documentos, del carácter de los sellos de piezas irreemplazables cuya fragilidad no siempre puede valorarse a simple vista. Muchas veces los documentos sellados no interesan al usuario nada más que en función del tenor documental y los sellos se exponen

a un riesgo innecesario. Cuando se trata de documentos en pergamino con sellos pendientes, se deberá evitar en la medida de lo posible la consulta directa, suplida con microfilm del documento y fotografía o vaciado del sello, y solo en circunstancias especiales de consultas estrictamente científicas podrá facilitarse el original.

Los desplazamientos temporales con motivo de exposiciones de documentos sellados comportan un gran riesgo para la integridad de los sellos, por tanto será necesario examinar antes de su salida su estado de conservación y los factores de deterioro que les pueden afectar en el transporte y en su ubicación temporal. N o deben salir documentos cuyos sellos no estén en perfecto estado de conservación o hayan sido previamente restaurados, ya que un sello que no esté en buenas condiciones es mucho más frágil. La reproducción sistemática de las colecciones por medio de vaciado o fotografías constituye una medida de seguridad ante posibles pérdidas y sirve al mismo tiempo para preservar de uso los originales. Las réplicas plásticas son de gran utilidad para la investigación ya que favorecen los estudios iconográficos por la facilidad de comparar series ordenadas de improntas. Moldes y vaciados deberán poder ser identificados para facilitar su localización, aquellos con la signatura del sello del que se tomó, de este modo quedará siempre constancia de su procedencia, estos con un número de orden que indica el lugar que le corresponde en la colección. La fotografía sistemática de las colecciones es un procedimiento de menor coste y más adecuado en archivos que no disponen de infraestructura adecuada para llevar a cabo reproducciones plásticas.

L O S S E L L O SD I P L O M Á T I C O S

.

25

4. BlBLlOGRAFlA 4.1 OBRAS DE ARCHIVIO

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4.3 D E S C R I P C I ~ N

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L O S SELLOS D I P L O M Á T I C O S

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Blanca Decantes Fernández DEL C U E R P O F A C U L T A T I V O DE A R C H I V E R O S

1 INTRODUCCI~N En los últimos años ha habido una toma de conciencia de la fragilidad de estas ((ventanas del pasado)) y el problema de su supervivencia. Estamos obligados a salvaguardar este material fotográfico por establecerlo así la Ley 16/1985 del Patrimonio Histórico Español que incluye en su redacción al material fotográfico como sujeto a las consideraciones legales del patrimonio del país.

El 1, II y III Debate de Fotografía organizado por el Ministerio de Educación y Cultura es un ejemplo de la preocupación dentro de las instituciones públicas por la conservación de la fotografía. Otros proyectos como el

CENSO C U I A

de los Archivos fotográficos, promovido

por el CIDA y por la Subdirección de los Archivos Estatales o la elaboración del ((Libro Blanco de la Fotografía)) son iniciativas importantes para preservar el material fotográfico. La fotografía entendida como documento, ha sido considerada siempre como un elemento de segundo orden por quienes nos hemos preocupado de la recuperación de nuestro legado documental histórico. Otras formas de expresión gráfica como dibujos, litografías, grabados, mapas, planos, carteles, etc. han gozado de mejor trato entre los responsables de los archivos históricos. Un proyecto de descripción de documentación fotográfica tiene que materializarse en tres ámbitos de actuación fundamentales: conservación, descripción y difusión.

2. DOCUMENTACI~N FOTOGRÁFICA EN LOS ARCHIVOS ESTATALES Todos los archivos, independientemente de cual sea su organismo productor o el ámbito territorial de los fondos que conserva, pueden custodiar fotografías. En los archivos públicos encontramos: FOTOGRAF~AS

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1 Documentos fotográficos que tienen origen administrativo o procedencia institucional. 2 Documentos fotográficos que tienen origen privado. Como ha señalado M3Teresa Muñoz Benavente, las fotografías de origen administrativo se presentan unas veces acompañando a los expedientes y formando parte inseparable del mismo, otras formando verdaderos archivos fotográficos. El sistema de ingreso se produce fundamentalmente por transferencia. Las fotografías de origen privado suelen presentarse bien como archivos fotográficos, resultado de la actividad de un profesional, o bien aparecer sueltas o en forma de colección entre los documentos textuales de un archivo privado. Normalmente ingresan en los Archivos Estatales por compra, donación o depósito. Presentación de la documentación fotográfica conservada en los Archivos de titularidad estatal. Archivo Histórico Nacional de Madrid Archivo General de la Guerra Civil Española, ubicado en Salamanca Archivo Histórico Nacional, Sección Nobleza de Toledo Archivo General de la Administración, situado en Alcalá de Henares

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3. E V A L U A C I ~ NDE LA D O C U M E N T A C I ~ NFOTOGRÁFICA EN UN ARCHIVO En una primera fase de cualquier proyecto de descripción de documentación fotográfica es especialmente importante la localización y el diseño de una ficha de localización. El primer objetivo que se pretende es simplemente evaluar las fotografías existentes en los distintos fondos de un Archivo, conocer el volumen aproximado de documentos gráficos para poder avanzar en tareas más complejas de descripción. Esta fase permite una visión necesaria, global y genérica de los documentos existentes en un Archivo. La fase de localización es un proceso siempre abierto y, metodológicamente, la ficha puede cubrir su seguimiento. En el Archivo General de la Administración tienen un volumen enorme de fotografías. Como archivo intermedio deben enfrentarse también a labores de valoración y selección. fp/?)p/o ti( ti,i tit. /o