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Spanish Pages [477] Year 1978
SECUENCIA CULTURAL DE LA
PREHISTORIA DE MALLORCA
BIBLIOTECA PRAEHISTORICA HISPANA
VOL. XV Monografías publicadas bajo la dirección del Prof. Dr. MARTIN ALMAGRO
DIRECTOR DEL INSTITUTO ESPAÑOL DE PREHISTARIA DEL C. S. I. C. CATEDRATICO DE PREHISTORIA DE LA UNIVERSIDAD DE MADRID DIRECTOR DEL MUSEO ARQUEOLOGICO NACIONAL I.—Pedro de Palol: La necrópolis Hallstática de Agullana, Madrid, 1958, 247 págs. + XVI láms. 31,5 X 22 cm. Agotado. II.—Federico Wattemberg: La región Vaccea, Celtibcrismo y romaniza ción de la cuenca media del Duero, Madrid, 1959, 200 págs. + XIV lá minas, 32 cm. Precio: 1.000 pesetas. III. —M. Almagro y A. Arribas: Excavaciones en el Poblado y Necrópolis de Los Millares, Santa Fe de Mondújar (Almería), Madrid, 1963, 475 páginas + CXCVIII láms. y 28 grbs. intercalados. Precio: 2.500 pe setas. IV. —F. de Wattemberg: Las cerámicas indígenas de Nttmancia, Valladolid, 1963, 256 págs + 15 figs. + 45 dibujos + XX láms. + 24 fotografías. Precio: 1.100 pesetas. V.—J. González Eciiegaray: Excavaciones en la terraza de El Khiam (Jor eí • XV I ' I ' L' *- 4 • • *** si , — — -- —— 2 dania). TomoX» TI:■ Estudio del ■yacimiento y los niveles paleolíticos, Ma drid, 1964, 160 págs. + 48 figs. 4- VI láms. Precio: 800 pesetas. Tomo II.: Los niveles meso-neolíticos, estudio de la fauna, flora y análisis de las tierras del yacimiento, Madrid, 1966, 195 págs. + + XLIV figs. + gráficos intercalados + XI láms. Precio: 1.000 pe setas. VI.—P. Berdichewsky: El complejo sepulcral en grutas artificiales del Bronce I hispánico, Madrid, 1964, 242 págs. + 71 figs. + IX láms. Precio: 1.000 pesetas. VIL—I. Unterman: Elementos de un atlas antroponímico de la Hispania antigua, Madrid, 1965, 199 págs. + 89 mapas. Precio: 1.000 pesetas. VIII.—M. Almagro: Las estelas decoradas del Suroeste peninsular. Madrid, 1966, 221 págs. + 80 figs. y mapas + L láms. Precio: 1.500 pesetas. IX.—Cristóbal Veny: Las cuevas sepulcrales del Bronce Antiguo de Ma llorca. Madrid, 1968, 439 págs. + 231 figs. + LV láms. Precio: 2.000 pesetas. X.—M. Almagro Gorbea: La necrópolis de tas Madrigueras. Carrascosa del Campo (Cuenca), Madrid, 1969, 163 págs. + XXIV láms. Precio: 1.200 pesetas. XI.—J. P. Moren y A. Coffyn: Les nécropoles hallstattiennes de la Région d'Arcachon, Madrid, 1970, 141 págs. + XLII láms. Precio: 1.100 pe setas. XII.—M. José Almagro Gorbea: Los ídolos del Bronce I Hispano, Madrid, 1974, 354 págs. + LVII láms. Precio: 2.000 pesetas. XIII. —G. A. Clark: El Asturiense Cantábrico. Madrid, 1976, 370 págs. Pre cio: 1-500 pesetas. XIV. —M. Almagro Gorbea: El Bronce Final y el Período Orientalizante en Extremadura. Madrid, 1977 ¿44 págs. + LXXVIII láms. Precio: 4.000 pesetas. XV.—M. Fernández-Miranda: Secuencia cultural de la Prehistoria de Ma llorca. Madrid, 1978. '
La Biblioteca Praehistorica Hispana se publica con la colaboración aportada por la Ayuda del Fomento a la Investigación, concedida al Departamento de Prehisto ria de la Universidad Complutense de Madrid por la Dirección General de Uni versidades.
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CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENTIFICAS
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DIPUTACION PROVINCIAL DE BALEARES
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INSTITUTO ESPAJilOL DE PREHISTORIA
INSTITUTO DE ESTUDIOS BALEARICOS
MANUEL FERNANDEZ-MIRANDA
SECUENCIA CULTURAL DE LA
PREHISTORIA DE MALLORCA
MAD R ID-1978
I
DEPOSITO LEGAL: M. 36.723 - 1978 - 1. S. B. N.: 84 - OO - 04343 - X
IMPRIME: R. GARCIA BLANCO - AVDA. PEDRO DIEZ. 3 - MADRID-19
INDICE
Página
INTRODUCCION Capítulo
Capítulo
I. EL MARCO GEOGRAFICO Y LA SINTESIS GEOLOGICA DE LA ISLA Situación y extensión I. Descripción geográfica II. ......................................................... III. Geomorfología II. HISTORIA DE LA INVESTIGACION Y ESTADO DE LA CUESTION
Capítulo
III. LA INVESTIGACION ARQUEOLOGICA Y SUS RESULTADOS .
Capítulo
TV. EL PROBLEMA DEL HOMBRE PRECERAMICO
Capítulo
V. FACIES DE LAS CERAMICAS INCISAS .. Tipología de los yacimientos I. Tipología y análisis de los ajuares II. 1. Cerámicas 2. Otros elementos culturales
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11 13 15 18 23
31
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109 116 116 116 120
VI. PERIODO DEL BRONCE PRETALAYOTICO . Morfología de los monumentos ... .-................ I. Cuevas 1. Cuevas naturales 2. Cuevas artificiales II. Naviformes III. Dolmen Estudio de los ajuares I. Objetos metálicos II. Sílex III. Cerámica IV. Botones perforados V. Industria ósea VI. Utiles en piedra VIL Objetos de adorno
129 132 132 133 133 143 148 151 151 155 158 169 172 173 175
Capítulo VIL PERIODO TALAYOTICO I O ANTIGUO . ... Morfología de las construcciones I. El talaiot como elemento aislado II. Los poblados Estudio de los ajuares I. Objetos metálicos II. Las cerámicas III. Utiles en hueso
177 180 181 194 207 208 213 225
Capítulo
Página
227 230
Capítulo VIII. PERIODO TALAYOTICO II O RECIENTE
Capítulo Capítulo
I.
Los poblados 230 1. Estructura general 231 2. Elementos arquitectónicos característicos 3. Disposición de los elementos constructivos en los distintos tipos de con 240 juntos .......................................
II.
Necrópolis 1. Enterramientos en cuevas 2. La necrópolis de Son Real
III.
Ajuares 1. Cerámica 2. Piezas en bronce................................................................................... 3. Objetos en hierro 4. Objetos en plomo 5. Objetos en hueso 6. Objetos de vidrio, pasta vitrea y alabastro 7. Objetos en piedra
•••
X. TOPONIMIA Y ONOMASTICA, ANTROPOLOGIA, FUENTES ESCRITAS Y DATACIONES ABSOLUTAS POR EL METODO DEL CARBONO-14 .. La Toponimia y la Onomástica La Antropología Fuentes históricas . ............... Los análisis de Carbono-14 para la Prehistoria mallorquína .
XI. CONCLUSIONES I. Introducción II. La cuestión del hombre precerámico III. El horizonte cultural de las cerámicas incisas IV. El horizonte cultural del bronce pretalayótico V. El horizonte talayótico I o antiguo VI. El horizonte talayótico II o reciente VIL Sistematización de la Prehistoria de Mallorca y análisis de sus líneas ge néricas de relación..................................................................................................
Fuentes y Bibliografía Indice de topónimos de yacimientos arqueológicos citados en el texto.
Láminas
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IX. REPRESENTACIONES DE ARTE RUPESTRE EN MALLORCA
I. II. III. IV. Capítulo
...................................................
242 243 246 249 250 268 283 288 294 294 296 297
309 311 314 317 323 331 333 340 342 345 348 351 354
367 377 379
INTRODUCCION
El libro que presentamos versa sobre la Prehistoria de la isla de Mallorca y tiene como finalidad sintetizar el desarrollo de los distintos horizontes culturales que se han produci do en ella, desde la aparición de los primeros pobladores, que debemos fechar por encima del cuarto milenio antes del cambio de Era, según los últimos descubrimientos y como más adelante demostraremos, hasta que el proceso de romanización acaba con el substrato cul tural indígena, lo que, en nuestra opinión, puede situarse cronológicamente en torno al cam bio de Era. Se trata de un trabajo elaborado a partir, fundamentalmente, de fuentes de tipo arqueológico con las que se ha realizado una periodificación que pretende alcanzar el de seado valor histórico. El texto, tal y como ahora llega al lector, es casi una fiel reproducción del que lleva mos a la Universidad Complutense en junio de 1973 como Tesis Doctoral ante un Tribunal que presidió el profesor Montero Díaz, a quien siempre agradeceremos las sugerencias hechas con ese motivo. En el tiempo transcurrido desde entonces se han publicado algunos traba jos nuevos sobre el tema, de los que hemos tomado cierta información complementaria, alte rando algunos pasajes, y nosotros mismos hemos revisado partes que al ser releídas con tranquilidad nos parecían incompletas o confusas, pero en ningún caso hemos llegado a mo dificar nuestros puntos de vista básicos sobre la periodificación cultural de la isla y sus principales características, que seguimos manteniendo, porque creemos que siguen siendo vá lidos y que incluso en determinados aspectos se han visto ratificados por algunas de esas pu blicaciones.
Nuestra labor se presentó, ciertamente, compleja, pues si bien el número de hallazgos casuales y de antiguas excavaciones es bastante elevado en el territorio mallorquín, no po demos decir lo mismo de los trabajos de campo bien realizados y de acertadas visiones de síntesis, como ya explicaremos más adelante al exponer el estado de la cuestión. Los ante cedentes de este estudio se remontan a los veranos de 1966 y 1968, en que asistimos, siendo todavía estudiante y como becario de la William L. Bryant Foundation, a las excavaciones de Son Real y Alcudia, que dirigían los profesores Tarradell y Arribas, entrando en contac to con el mundo prehistórico y romano de la isla. Posteriormente, y al terminar nuestros es tudios de licenciatura, solicitamos y obtuvimos una beca en el Instituto Español de Prehis toria del C. S. I. C., dentro del Plan Nacional de Formación de Personal Investigador, que disfrutamos durante los cursos 1968-69 a 1971-72, gracias a la cual pudimos realizar la mayo ría de los estudios necesarios para la confección de este libro. Nuestro primer trabajo se ciñó al conocimiento y critica metódica de las publicaciones existentes, que, como va hemos dicho, unen a algunas bien realizadas una gran cantidad de notas y artículos de divulgación que además de la dificultad para ser localizados presentan casi siempre un escaso interés científico. Superada esta primera parte de nuestro trabajo, que naturalmente continuo pa ralela a las demás fases a medida que íbamos incorporando nuevos estudios de más recien te aparición, iniciamos una segunda consistente en el trabajo de campo. Esta labor se dividió en dos partes: por un lado procedimos a excavar el conjunto de Almallutx, cuya memoria científica publicamos hace ya algún tiempo y citaremos en su lugar correspondiente, y asis-
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limos en calidad de colaborador a distintos trabajos de excavación de otros colegas para en trar en contacto con los distintos problemas «in situ». Por otro lado, visitamos todos aque llos yacimientos de la isla que por cualquier razón consideramos oportuno conocer direc tamente.
La tercera fase del trabajo se dedicó a la recogida de datos en Museos y colecciones. Sin citar la búsqueda de paralelos, que nos obligó a realizar distintos viajes dentro y fuera de nuestro país, mantuvimos distintas estancias en la isla para estudiar los fondos del Museo de Mallorca. Museo Regional de Arta, Museo del Santuario de Lluc, Museo de Alcudia v distintas colecciones, como la Enseña!, la Marqués de Calviá o la Amorós. Fuera de ella tra bajamos básicamente en el Museo Arqueológico Nacional y Museo Arqueológico de Barcelo na. en donde se guardan distintos materiales de yacimientos mallorquines, y también en el Museo Arqueológico de Maltón, para conocer directamente materiales de la vecina Menor ca. en la que también visitamos distintos monumentos y yacimientos. Finalmente, la última fase de nuestro trabajo se refirió a la elaboración con todos los datos obtenidos de tan di versa forma de una secuencia cultural válida para la Prehistoria de Mallorca, el estudio de determinadas fuentes auxiliares y la búsqueda de paralelos en distintas áreas geográficas. En general, y ya dentro del orden que seguimos en nuestro estudio, hemos preferido diferenciar en cada capitulo, y en el orden total, las partes expositivas y las que se ocupan de buscar relaciones y elevar conclusiones. Se nota así cómo elaboramos nuestro estudio partiendo de los datos que conocemos para después aunarlos por divisiones cronológicas y finalmente ofrecer las conclusiones que consideramos se siguen de nuestro trabajo. De esta manera creemos que se gana en claridad. También queremos resaltar que en nuestro estudio seguimos primordialmente los datos arqueológicos obtenidos en excavaciones o en hallazgos casuales que nos ofrezcan unas ciertas características de seguridad crítica. Se observará así que he mos dedicado el capitulo tercero a hacer una relación de las fuentes arqueológicas que he mos utilizado. Para algunas partes del trabajo, en especial para aquellas que versan sobre morfología de tipos constructivos, hemos tomado indistintamente yacimientos excavados o no, siempre que, en el segundo caso, su grado de conservación nos permita asegurar un mí nimo de probabilidades de no confundirnos. De modo muy secundario hemos utilizado otros datos, citas de autores confusas, monumentos desaparecidos, hallazgos casuales de filiación dudosa, etc., indicando siempre nuestra duda al respecto.
Por otro lado, el trabajo que presentamos nos planteó distintos problemas que hemos ido resolviendo a lo largo de él y que en cierto modo se indican al analizar la Historia de la investigación y el análisis del estado de la cuestión. Genéricamente hay tres básicos:
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a)
Falta de datos de excavaciones arqueológicas antiguas. Este problema ha sido, ciertamente, uno de los mayores y, además, de difícil solución. Muchas excavacio nes que podrían haber contribuido a desechar un gran número de incógnitas que tras nuestro trabajo permanecen aún sin poder esclarecerse, probablemente se so lucionarían si poseyésemos indicaciones y trabajos más amplios sobre las excava ciones llevadas a cabo en la isla durante los primeros cincuenta años de este siglo. De este modo resulta, y no siempre, que los datos científicos que poseemos se de ben en su mayor parte casi exclusivamente a trabajos de los últimos veinticinco años. El problema se ensancha, además, porque algunos trabajos realizados en este último período están aún sin publicar o lo han sido sólo de manera parcial o de fectuosa.
b)
Grado elevado de destrucción de muchos monumentos. Es otro de los problemas básicos. A pesar de las medidas de protección de los últimos años, hay que regis trar, desgraciadamente, un gran número de monumentos parcial o totalmente des truidos que nos obligan en muchos casos a mirar con escepticismo la apariencia externa que puedan tener o a no poder completar series tipológicas de formas constructivas por falta de datos. Este problema ha casi desaparecido en los últi mos años, pero el mal causado en los anteriores ya no tiene solución.
c)
Confusionismo terminológico. Es finalmente, y a nuestro juicio, el tercero de los grandes problemas que se nos han planteado. Desde la polémica sobre si los mo
mímenlos de Mallorca que se construyen a partir del período talayótico I, y aun antes, deben ser denominados ciclópeos o megalíticos, hasta el de las distintas de nominaciones para un mismo período pasando por la extensión que debe tener un término como talayótico, nos hemos encontrado con innumerables casos de esta índole que hemos ido resolviendo a medida que se han planteado, indicando y ex plicando en cada caso las determinaciones tomadas. Igualmente se nos planteó el problema de la toponimia mallorquína y de la grafía al transcribir palabras ma llorquínas al castellano. En el primero de los casos hemos intentado ser fieles a > seacasos difícil saber cuál es el verdala toponimia original, aunque' en muchos dero nombre de un lugar y su correcta grafía, y en el segundo hemos adoptado una postura mixta escribiendo en mallorquín las palabras que creemos no deben ser traducidas, como, por ejemplo, la voz «talaiot», y castellanizando otras cuyo uso habitual lo permite, como, por ejemplo, el adjetivo «talayótico». A lo largo de nuestra investigación recibimos distintas ayudas por parte de muchas personas, a quienes queremos expresar nuestro agradecimiento. En primer lugar, al profesor doctor don Martín Almagro Basch, director del Departamento de Prehistoria de la Universi dad Complutense, por haberlo dirigido, habernos hecho valiosas sugerencias y acogerlo aho ra para su publicación en la serie que dirige. Detrás, queremos reconocer también la ayuda de don José Mascará Pasarías, que siempre nos ha servido de guía en la isla de Mallorca y que desde el primer momento puso a nuestra disposición su archivo particular sobre Prehis toria de las Baleares. Nuestro agradecimiento también a don Guillermo Rosselló Bordoy, di rector-conservador del Museo de Mallorca, y al personal y colaboradores de esa Institución. Debemos también reconocer la ayuda que nos fue prestada por el doctor don Eduardo Ripoli Perelló y por doña María Petrus en nuestro trabajo en el Museo Arqueológico de Bar celona, la recibida de los conservadores y laboratorio de fotografía del Museo Arqueológico Nacional y las facilidades de todo tipo que nos dieron en nuestras visitas al Museo Regional de Arta, Museo del Santuario del Lluc y Museo Municipal de Alcudia.
En una serie de puntos concretos fuimos ayudados por diversas personas a las que también debemos, en justicia, nombrar ahora, aun cuando corramos el riesgo de olvidarnos de algunas. Así, la doctora doña María Dolores Garralda, del Departamento de Antropolo gía Física de la Universidad Complutense, nos facilitó la información antropológica, en mu chos casos inédita entonces, y con ella discutimos muchas veces la problemática que plan tean los diferentes tipos humanos presentes en la isla y su conexión con las fases históricas en que aparecen. En Mallorca contamos siempre con el apoyo de don Bartolomé Enseñat Estrany, que nos facilitó el acceso a su importante colección de Sóller, hoy ya en gran parte en el Museo de Mallorca, y nos ayudó materialmente a que pudiéramos prolongar nuestros viajes, ofre ciéndonos sus casas de Palma y Sóller, en las que escribimos algunas de las páginas que más adelante aparecen. Su hija, Catalina Enseñat, puso a nuestra disposición su Memoria de Li cenciatura sobre las placas de plomo de la última fase de la prehistoria mallorquína cuando aún estaba inédita, y nos mostró los materiales de Son Bosc, cuya excavación dirige. El se ñor Marqués de Calviá nos dejó fotografiar su colección de materiales de esa misma cueva y los señores Amarás, ya fallecido, y Waldren pusieron también a nuestro uso materiales de sus excavaciones. José María Macías Cano realizó la mayor parte de los dibujos que ilustran este estudio y Rodrigo de Balbín intentó, y consiguió, mejorar algunas de las fotografías que le acompa ñan. El Instituto Geológico y Minero de España nos facilitó el Mapa Geológico de la isla, aún sin publicar oficialmente cuando nos fue entregado. Otras muchas personas, cura relación sería demasiado larga y seguramente siempre parcial, nos ayudaron también a lo largo de nuestra investigación, primero, y después en la preparación de esta edición.
Para la edición de este volumen comamos con una ayuda económica apreciable del Ins tituto de Estudios Baleáricos, de la Diputación Provincial de Baleares. En su gestión infor maron favorablemente sobre nuestro trabajo el profesor Tarradell, de la Universidad de Bar celona, con quien hemos hablado y discutido muchas veces de temas de prehistoria mallor-
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quina, consiguiendo muy valiosas indicaciones que se reflejan en determinados paisajes del estadio, y el doctor Veny. del Instituto Español de Prehistoria, con el que también hemos intercambiado opiniones en innumerables ocasiones. A todos ellos debemos agradecerles la atención tenida con nuestro trabajo, agradecimiento que extendemos al ex presidente de la Diputación Provincial de Baleares, ilustrisimo señor don Fulgencio Coll de San Simón, y a don Bartolomé Paveras, responsable máximo de la marcha editorial del Instituto de Estudios Baleáricos, que acogieron con todo entusiasmo la cooperación con el Instituto Español de Prehistoria en el plano editorial.
Villacartos, Isla de Menorca, agosto de 1977.
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CAPITULO I
EL MARCO GEOGRAFICO Y LA SINTESIS DE LA ISLA
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Recogemos en este capítulo una breve reseña geográfica y geológica sobre la isla de Mallorca para conocer mejor el marco ambiental del posterior estudio de su secuencia his tórica hasta su entrada bajo el ámbito de la civilización romana. Para este estudio nos hemos valido de los trabajos que citamos a modo de bibliografía consultada (1) en su elaboración, por lo que hemos rehusado, al tratarse de obras de síntesis muy generales, de citarlas repe tidamente. En su redacción hemos seguido un esquema elemental comenzando por una bre ve descripción de la situación de la isla para seguir con el estudio geográfico actual y con cluir con la síntesis de su desarrollo geológico, extendiéndonos al final de éste un poco con una breve descripción sobre el Myotragus baleáricas, aunque en general hayamos evitado los análisis paleontológicos para no restar claridad a la redacción, a causa de la cierta impor tancia que este mamífero ha tomado en los últimos años dentro del marco del posible más antiguo poblamiento de la isla.
I.
SITUACION Y EXTENSION:
El archipiélago de las Baleares, en que se inserta la isla de Mallorca objeto de nues tro estudio, forma, junto con las islas de Córcega, Cerdeña, Sicilia y otras menores, el con junto insular del Mediterráneo occidental, y se encuentra situado frente a las costas levanti nas de la Península Ibérica, de la que se separa en su punto más cercano, cabo de la Naoisla de Ibiza, algo menos de 100 kilómetros, formando actualmente entre sí una unidad admi nistrativa denominada provincia de Baleares. La isla de Mallorca, situada aproximadamente en el centro del archipiélago, viene definida por los siguientes puntos topográficos (fig. 1): 39° 15' 4" 39° 57'55" 8° 39' 35" 9° 47' 4"
latitud norte latitud norte longitud este longitud este
(Cabo de Ses Salines). (Cabo de Formentor). (Punta de la Rebassada). (Cap de Pera).
Tiene una extensión de 3.640 kilómetros cuadrados, que representa el 72,6 por 100 de la extensión total del archipiélago, y 461 kilómetros de costa, presentando una forma rom boidal achatada de 96 kilómetros máximo de ancho por 78 de longitud, con dos costas muy
(1) Para la redacción de esta parte del trabajo hemos seguido básicamente el estudio de Guiller mo Colom: Biogeografia de las Baleares. La formación de las islas y el origen de su flora y de su fauna. Palma de Mallorca, Estudio General Luliano, 1957, donde se encuentra además un amplio apéndice biblio gráfico que recoge todas las obras sobre la materia que pueden consultarse hasta el año de impresión para profundizar en el tema. Puede consultarse igualmente Guillermo Colom Casasnovas: Historia geológi ca de Mallorca, en la «Historia de Mallorca», coordinada por J. Mascaré Pasarius, Palma de Mallorca. 1970, donde se encuentra resumido y puesto al día el trabajo antes citado junto con la bibliografía básica y reciente. Dentro del estudio paleontológico puede asimismo consultarse el trabajo de Juan Buzt Rillán: Paleontología de Mallorca. Ciento ochenta millones de años de la fauna v flora de Mallorca, igual mente en la «Historia de Mallorca», que coordina J. Mascaró Pasarius, Palma'de Mallorca, 1971. Asimis mo hemos consultado diversos datos y notas de la parte geográfica del trabajo de B. Barceló Poxs: £iolución reciente y estructura actual de la población en las Islas Baleares. C. S. I. C. Madrid-lbiza. 1970. Para la documentación específica sobre Cuaternario de todas las Islas Baleares véase asimismo j. CiERát Blrceló: Los tiempos Cuaternarios en Baleares. Palma de Mallorca, 1975, donde también aparece la biblio grafía básica y última. B
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rectas, las situadas al noroeste y sureste, y las otras dos accidentadas por grandes bahías, y formando un conjunto de gran variedad paisajística por la diversidad y juventud de sus formacioens geológicas, pese a la pobreza de su fauna y flora, según veremos más adelante.
II.
DESCRIPCION GEOGRAFICA:
La isla de Mallorca es, como acabamos de decir, la mayor de las integrantes del archi piélago balear, con sus 3.640 kilómetros cuadrados de extensión. Hacemos ahora una breve reseña de su geografía física como continuación a esta breve introducción del territorio en que situamos nuestro estudio.
1. Costas La costa de la isla es, en general, poco abrupta y bastante uniforme; haremos su descripción a partir de la ciudad de Palma hacia el sur para ir señalando los accidentes más importantes de la misma. A partir del puerto de la capital hay varios kilómetros de costa baja formada por terrenos cuaternarios arenosos que se extienden hasta la emboca dura de la bahía de Palma por el sur, en que la costa se vuelve acantilado con escarpaduras constantes, aunque poco elevadas, que sólo dejan lugar a pequeñas calas o bahías, como la de la Rápita, para llegar nuevamente a una zona baja alrededor del cabo de Ses Salines, don de la marisma alterna con alguna zona de acantilado. Toda la costa sureste hasta el cabo Farrutx en la costa este es una línea prácticamente continua de acantilados bajos alternando con zonas de playas y pequeñas calas de gran belleza, como la de Porto Cristo, con el único accidente considerable de la bahía de Artá. La costa este cambia radicalmente su estructura con una zona de fuertes acantilados, la comprendida entre los cabos Freus y Farrutx, donde cae al mar la Sierra de Levante para después formar la inmensa bahía de Alcudia, con algu nos pequeños islotes, hasta alcanzar un promontorio de costa alta en el que destacan los ca bos de Menorca y Pinar, para dar paso nuevamente a la profunda bahía de Pollensa, que se remata con las escarpaduras del promontorio del cabo Formentor, extremidad noroeste de la Sierra norte o Tramuntana. A partir de este cabo de Formentor y hasta alcanzar Andratx, toda la costa nordeste está formada por una línea casi continua de inmensos acantilados en la que sólo se abre alguna pequeña cala o refugio, como cala Sant Vicent o la pequeña ense nada del Puerto de Sóller, único puerto natural de toda esa costa.
A partir de Andratx se suceden alternando las calas y los acantilados con los principa les accidentes del puerto de Andratx y del cabo de Cala Figuera, que forma la bocana de la bahía de Palma, en la que nuevamente alternan por su vertiente noroeste las calas y peque ñas playas con los acantilados de poca altura, hasta alcanzar la zona de El Arenal de Palma, en que se alza la ciudad, con un total de 461 kilómetros de costa. 2. Relieve interior El relieve interior de la isla es, igualmente, muy sencillo, con tres zonas perfectamente diferenciadas en morfología y paisaje (fig. 2): — Sierra Norte o de Tramuntana. — Sierra de Levante. — Llano central o «Plá».
La sierra de Tramuntana se extiende del cabo Formentor a la zona de Andratx, pro longándose en la isla de Dragonera, con unos relieves muy agudos que alcanzan rápidamente los mil metros de altura sobre el mar, con formas muy poco erosionadas. Sus mayores altu ras están representadas por el Puig de Massanella (1.349 metros) y el Puig Maior (1.445 me tros) y su materia predominante son rocas calizas de gran proporción de lechos del Muschelkalk, Lias inferior y areniscos burdigalienses con una densa red de diaclasas a consecuencia de la violenta contracción que dio origen a estas sierras, lo que da lugar a frecuentes cuevas y simas.
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BAHIA DE POLLE ySA
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BAHIA DE ALCUDIA CAP FERRUTX ND
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CAP DE N’AMEf?
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1*1 PUIG DE GALATZO 1026 m (B) PUIG DE BEND1NAT 485 m
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1062 m DES TEIX 1067 m CALFABIA 1348m DE MASSA'JEUA ROIG 1002 m IOM1R 1102 nj DE TERNELIES 839m DE S. SALVADOR 509 m CAUCAN! 471 m O" EN FARRUCH 519 m
CAP BLANC 10 Km.
CAP DE SES SALINES
La sierra de Levante se sitúa entre las estribaciones junto al mar de Artá con los ca bos Farrutx y Freu y la región de Santanyí, en donde desaparece para reaparecer más ade lante formando el archipiélago de Cabrera. Es un conjunto mucho más erosionado cuyas ma yores alturas no alcanzan los seiscientos metros (Puig Morey, 560 metros) y cuyos elemen tos predominantes son jurásicos superiores y cretácicos inferiores.
Finalmente, el «plá» o zona central de la isla, formado por lechos margosos burdigalicnscs o molásicos vindobonienses con abundantes aguas subterráneas, de gran monotonía, solamente alterada por pequeñas sierras en altura y extensión como las de Bon Any (317 me tros) o Famellá (293 metros) y en donde se sitúan las zonas más ricas de la isla desde el pun to de vista de aprovechamiento agrícola, sobre los depósitos burdigalienses. 3.
Hidrografía
La hidrografía de la isla es realmente pobre, motivado por la escasa pluviosidad de la región y la configuración de su relieve. No hay en ella ningún curso continuo de agua que dure todo el año y solamente se manifiestan los caudales superficiales como consecuencia de un momentáneo aumento de las precipitaciones. El régimen hidrográfico se basa, pues, en torrentes de características muy diferentes, generalmente cortos y excavando profundos ca ñones en la zona noroeste, entre la sierra de Tramuntana y el mar, y bastante largos para las dimensiones de la isla y con escaso desnivel los que desembocan en las bahías de Al cudia, Pollensa y Palma y costa sur, motivando frecuentes zonas pantanosas en su desem bocadura. La red hidrográfica se divide en once cuencas de torrentes que se denominan, res pectivamente, de Palma, Campos, Litoral S. E., Artá, Alcudia, Pollensa, Norte, Lluc, Sóller, Noroeste y Andratx, siguiendo la distribución de Colom, de las que solamente cabe destacar la de Alcudia, por tener en su recinto el torrente de Muro, el más largo de la isla, y las de Lluc y Sóller, que forman unos torrentes que en pocos kilómetros descienden de las par tes más altas de las sierras, las zonas de mayor índice de pluviosidad, hasta el mar formando fértiles valles como el de Sóller, o torrentes de cierta importante por su caudal, como el del Gorg Blau, sobre el que se ha realizado recientemente una presa para el abastecimiento de aguas de Palma, o el de Paréis, con profundos desfiladeros de gran belleza. A estos recursos de superficie hay que añadir los del subsuelo.Desde antiguo parece ser constante el aprove chamiento en la isla de las capas freáticas que se forman a consecuencia de las estructuras cársticas del suelo, mediante pozos que conforman en cierto modo el paisaje de todo el «plá» o zona llana de la isla. En las zonas de montaña hay asimismo algunas fuentes naturales o manantiales, pocos ciertamente, predominando, sobre todo, en la ladera más norte de la sie rra de Tramuntana.
4. Clima. Flora. Fauna El clima genérico de la isla es el mediterráneo puro, excepto en contadas zonas de la sierra de Tramuntana, que se vuelve de alta montaña. La temperatura media anual es de 16,9 grados, con una media de 10,9 grados en invierno y de 24 en verano y una humedad relativa abundante, con media de 66,9 por 100. Las precipitaciones de lluvia tienen sus máximos en octubre y sus mínimos en verano, con una media anual en la isla de 500 mm., que en la parte montañosa, términos de Escorca y Sóller, alcanza los 1.200 mm. anuales, mientras que en la parte sur de la isla no llega a los 400. Las precipitaciones de nieve son raras y se limitan a algunos días del año, normalmente en alturas superiores- a los 800 metros. Situada la isla dentro del área más occidental del Mediterráneo, relativamente cerca, a la vez, del golfo de León y del Norte de Africa, recibe diversas influencias de los vientos dominantes en la zona, que modifican su clima original. Son cuatro principalmente los vientos constantes que tocan en la isla: las corrientes frías de aire polar que forman las calmas de enero, con el consabido descenso de las temperaturas; el viento cálido del sudeste o «siroco», que provoca las mayo res elevaciones de temperatura, y los vientos del norte y suroeste, que motivan, respectiva mente, las situaciones típicas bonancibles de esta parte del mediterráneo en otoño y pri mavera.
La flora es muy pobre, limitándose en la actualidad a unas 1.800 especies de origen tirrénico, circunmediterráneo y europeo, unas sin afinidades conocidas, como el Hipericum 17
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balearicum; otras de origen antiguo y hoy aisladas en la isla, como el Cyclamen balearicum, y en general especies segregadas de formas típicas mediterráneas. Los paisajes de la isla se reducen así a tres: el dominado por el pino de alepo (Pinus halepensis), el de encina (Qucrcus í/c.v) y el del lentisco (Pistancia lentiscus), normalmente bajo la forma de bosque bajo en regresión, con cuatro variantes según estas plantas se asocien al palmito (Chanterops humilis), las jaras (Cistus) y lavandas (Lavandula dentada), el carrizo (Ampelodasmus maurítanicus) y asfódelo (Asphodelus microcarpus) o las garrigas con lentiscos (Matas) y acebnches (Olea silvestris). A estos tipos de vegetación hay que añadir el de alta montaña, que se localiza exclusivamente en la sierra de Tramontana, a partir de los 500 metros de al titud, con fanerógamas, dominando el helécho (Pteridium aquilinum).
La fauna es igualmente pobre y en constante regresión debido al avance de la agricul tura moderna sobre el bosque. El bosque bajo de garrigas está caracterizado por mamíferos de paqueño tamaño, entre los que destacan la musaraña (Crocidura baleárica), la gineta (Genetta genetta) y el lirón (Elyomis gtiernicus). El resto de la isla está poblado por una fauna también de pequeños mamíferos de tipo europeo, como la comadreja (Musida nivalis), el co nejo silvestre (Oryotolagus cunicus) o la liebre africana de erizo (Erinaceous algirus). Esta fauna de tierra se completa con unas trescientas especies de aves generalmente curomediterráneas, aunque hay que señalar algunas especies africanas, destancando entre las sedenta rias el gorrión (Passer domesticas), la abubilla (Upupa epops) y el mirlo (Turáis medula), y entre las migratorias, el estornino (Sturnus vulgaris) y el tordo (Turdus) en el ciclo invernal y los vencejos (Apus melba) y golondrinas (Hirundo rustica) en el estival. 5. Subsuelo
El subsuelo de la isla es también muy pobre, lo que en cierto modo ayudará después a explicar la ausencia de fuertes oleadas de colonizadores metalúrgicos en las corrientes me diterráneas de la Edad del Bronce. Hoy día se explotan algunos yacimientos, en algunos ca sos verosímilmente explotados desde antiguo,destacando la extracción del plomo a partir de galenas de Bunyola, la del hierro en Artá, algunos yacimientos de lignitos de mala calidad y el cobre a partir de malaquitas y azuritas en Fornalutx, Sóller, Escorca, Estellencs y Benyalbufar.
III.
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El origen de la formación geológica de Mallorca se remonta a los depósitos del Mar de Tethys, que tras formar un profundo geosinclinal entre el Jurásico superior y el Cretá cico inferior dará origen en el Mioceno a los levantameintos montañosos que forman la ba se estructural de la isla acompañados por un movimiento de emersión con un amplio levan tamiento de sedimentos jurásicos y cretácicos que forman la plataforma Mallorca-Ibiza que después se irá hundiendo poco a poco a consecuencia de las transgresiones del Terciario. So bre esta base se produjo el plegamiento alpino que formó, como ya dijimos, la base estructu ral de la isla jugando las fallas un papel capital en la estructura de sus cadenas montañosas, dando lugar a las abundantes superposiciones y a los enormes acantilados de la sierra norte de Mallorca, con alturas que en varias ocasiones sobrepasan los mil metros, coronadas por el Puig Maior, y a la sierra de Levante, con alturas menores formadas por grandes pliegues muy tumbados y corridos en dirección N.-NW. que recuerdan a los de la vecina isla de Ibiza, de semejante formación. Sobre estas formaciones orogénicas se fueron depositando sedi mentos vindobonienses del Mioceno superior, que terminaron de conformar la estructura de la isla. A partir de este esquema previo seguiremos, reduciéndolas aún más, las últimas sín tesis de Colom Casasnovas, que divide la orogénesis de Mallorca en la siguientes cinco etapas (figura 3): 1. Sedimentaciones marinas secundarias
Tenemos en Mallorca ampliamente atestiguadas sedimentaciones correspondientes a mares triásicos, jurásicos y cretácicos. Los mares triásicos dieron origen a pisos de areniscas
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