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Spanish; Castilian Pages 428 Year 2019
Michael Zeuske y Ulrike Schmieder (eds.)
Regiones europeas y Latinoamérica (siglos XVIII y XIX)
ACTA COLONIENSIA Estudios Ibéricos y Latinoamericanos Editores: Hans-Jürgen Prien y Michael Zeuske Religiosidad e Historiografía. La irrupción del pluralismo religioso en A m é r i c a Latina y su elaboración metódica en la historiografía Actas del Simposio Internacional: „Religiosidad e Historiografía: la irrupción del p l u r a l i s m o r e l i g i o s o en A m é r i c a L a t i n a y su e l a b o r a c i ó n m e t ó d i c a en la historiografía" del 15 al 16 de noviembre de 1996 en el Instituto de Historia Ibérica y Latinoamericana de la Universidad de Colonia Regiones europeas y Latinoamérica (siglos XVIII y XIX) Actas del Simposio Internacional: „Regiones europeas y Latinoamérica (siglos XVIII y X I X ) " del 16 al 17 de diciembre de 1995 en el Instituto de Historia Ibérica y Latinoamericana de la Universidad de Colonia
Michael Zeuske y Ulrike Schmieder (eds.)
Regiones europeas y Latinoamérica (siglos XVIII y XIX)
Vervuert • Iberoamericana • 1999
Die Deutsche Bibliothek - CIP-Einheitsaufnahme Regiones europeas y Latinoamérica : (siglos XVIII y X I X ) ; [actas del Simposio Internacional „Regiones Europeas y Latinoamérica (Siglos XVIII y XIX)" del 16 al 17 de diciembre de 1995 en el Instituto de Historia Ibérica y Latinoamericana de la Universidad de Colonia] / Michael Zeuske y Ulrike Schmieder (ed.). Madrid : Iberoamericana; Frankfurt am Main : Vervuert, 1999 (Acta Coloniensia ; Vol. 2) ISBN 84-95107-22-8 (Iberoamericana) ISBN 3-89354-192-6 (Vervuert) © Iberoamericana, Madrid 1999 © Vervuert Verlag, Frankfurt am Main 1999 Reservados todos los derechos Diseño de la portada: Michael Ackermann Este libro está impreso íntegramente en papel ecológico blanqueado sin cloro. Impreso en Alemania
Contenido Prefacio I. Las relaciones económicas entre regiones de ambos continentes, el comercio y sus agentes, la vida social de las mercancías coloniales, sobre todo en Europa Central y Alemania Michael Zeuske: Regiones europeas y regiones americanas en la primera mitad del siglo XIX. Estructuras, relaciones y actores como bases de interacciones cognitivas en la expansión europea Walther L. Bernecker: "Regiones alemanas" y comercio ultramarino: el caso de México (siglo XIX) Max Zeuske: Magdeburgo a fines del siglo XVIII y en el siglo XIX: desarrollo, efectos y contraefectos del comercio de "mercancías coloniales" en una región prusiana Jórg Ludwig: Comercio minorista y mayorista de mercancías coloniales en las regiones del interior de Alemania en los siglos XVI-XVIII. Un ejemplo: Altenburg Vera Weiler: Empresarios alemanes en Colombia en la segunda mitad del siglo XIX; su posición en una sociedad extranjera Germán Cardozo Galué: Los negocios alemanes y la consolidación del circuito agroexportador marabino (1870-1900) Antonio García-Baquero González: ¿De la mina a la plantación? La nueva estructura del tráfico de importación de la carrera en la segunda mitad del siglo XVIII Brígida von Mentz: Vinculaciones entre regiones alemanas y novohispanas-mexicanas: notas sobre algunos aspectos tecnológicos, mineros y comerciales M. F. Lang: El asiento Greppi y el suministro de azogue a América hacia finales del siglo XVIII
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Contenido
II. La imagen de Latinoamérica en la ciencia y la prensa de los países europeos y la imagen de Europa en Latinoamérica
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Ulrike Schmieder: América Latina a través de la prensa de las regiones alemanas de Prusia, Sajonia y Turingia. Alemania en la prensa iberoamericana de la época colonial y del período de la Independencia. 1760-1850
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Débora Bendocchi Alves: A imagem do Brasil para os emigrantes alemäes através do 'Illustrirte Zeitung' de Leipzig: 1844-1869
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Iván Molina Jiménez: Mercancías culturales. Libros europeos en las bibliotecas nacionales de El Salvador, Nicaragua y Costa Rica a fines del siglo XIX... 271 Gustavo Palma Murga: La civilización occidental como modelo a imitar: espejo sin reflejo de una sociedad fragmentada. La visión liberal sobre Guatemala en el siglo XIX
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Alejandro Zorzin: La realidad rioplatense en las publicaciones de pastores evangélicos enviados desde Alemania: A. Ludwig Siegel (1855), Dr. Otto Woysch (1864) y Gustav Lenhartz (1885/90)
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III. Europeos (sobre todo alemanes) en América Latina y sus relaciones con Europa. Aspectos biográficos y prosopográficos
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Bernd Schröter: Eduard Friedrich Poeppig y Chile. Efectos de un viaje científico en su época y consecuencias a largo plazo. Resultados y preguntas sobre esta temática
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Achim Domnick: Mostrar la bandera: la presencia naval alemana en América Latina en vísperas de la fundación del Imperio
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Fe Iglesias García: H. Upmann y Compañía, una empresa alemana en Cuba... 365 Orlando García Martínez: Los alemanes en Cienfuegos durante el siglo XIX.. 387 Hernán Venegas Delgado: La huella alemana en Trinidad de Cuba (segunda mitad del siglo XIX)
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Arturo Ariel Bentancur: Presencia de Cataluña en el puerto colonial de Montevideo. Venturas y desventuras de una reducida élite comercial
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Prefacio La idea de realizar un coloquio internacional sobre las relaciones entre regiones europeas y latinoamericanas durante los siglos XVIII y XIX nació del proyecto científico "América en Europa. Cambio de mercancías y transfer de informaciones entre regiones alemanas y Latinoamérica desde el siglo XVII hasta el fin del siglo XIX. Condiciones regionales, grupos portadores y centros de la interacción cognitiva con sociedades coloniales en el espacio europeo ". Este proyecto no siguió la historiografía tradicional sobre "los alemanes en el extranjero", el "Deutschtum" (Halle, Baumgarten, Zimmermann, Fröschle, Blancpain), sus supuestos grandes éxitos económicos y su influencia a favor de la "civilización" de regiones extraeuropeas. El debate sobre el "imperialismo alemán" en Latinoamérica (Katz, Hell, Kannapin, Scharbius, Uhlich, Herwig, Fiebig von Hase) sólo es válido para el último tercio del siglo XIX y así, para una parte del período investigado. Tampoco se trataba de coleccionar cifras sobre la cantidad de las mercancías exportadas e importadas a ultramar y desde ultramar. El proyecto no quería repetir el tema "Hamburgo y el mundo" (Schramm, Baasch, Schwarzer, Pietschmann, Pohl, Konsor, Arfs) o analizar una región alemana (Brackstedt, Engelsing), o una región latinoamericana en relación con el comercio entre Alemania y Latinoamérica (Dane, Bernecker, König). El tema de los cónsules alemanes en ultramar ya fue tratado (Walter, Penkwitt, Bernecker, Arfs, Kühn, Waldheim, Mentz), de modo que en el proyecto sólo se menciona en relación con ciertas regiones desatendidas hasta ahora, pero allí sí como grupo de actores con sus redes familiares, de información y comercio. En el proyecto se investigó más bien el papel desempeñado por el "hinterland" alemán (especialmente Prusia, Silesia -Michael Zeuske-, Sajonia -Ludwig-, Ascania -Max Zeuske-) como productor de mercancías -telas de lino y algodón, quincallería- para el mercado latinoamericano y como consumidor de mercancías coloniales tales como azúcar, café, cacao, etc. Las "regiones" no se definen conforme a las fronteras estatales o provinciales, sino como un concepto funcional y de acuerdo con estructuras geográfico-naturales que formaban una región histórica de producción para el mercado de ultramar. Michael y Max Zeuske así como Jörg Ludwig también se interesaron por la incidencia de la producción destinada a Latinoamérica en el proceso de industrialización de las regiones alemanas y la inserción de éstas en una economía en vías de globalizarse (en la que Silesia, con sus estructuras premodemas, pierde c o m p e t i vidad mientras que la provincia Renana y una parte de Sajonia cobran importancia en el proceso de industrialización) y por los intentos de los productores del "hinterland" de comercializar directamente sus productos (por ejemplo con la funda-
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ción de la Compañía Renana de las Indias Occidentales y la Compañía ElbaAmericana) y, más tarde, con las casas comerciales. En el proyecto también se analizaron la distribución de las mercancías coloniales y la respectiva estructura de organización del comercio, la industria reelaboradora de estas mercancías (por ejemplo, refinerías de azúcar) y la substitución de las mercancías coloniales (por ejemplo, la producción de azúcar de remolacha, región de Magdeburgo). La parte del proyecto dedicada a investigar las imágenes e ideas sobre Latinoamérica presentadas en la prensa y en obras de historia contemporánea (Schmieder, Schröter, Schüller) y ciencias naturales (Schröter) tenía como objetivo localizar regiones culturales próximas y en interacción con las regiones definidas según criterios geográfico-económicos, así como la influencia de esas ideas en la expansión económica europea hacia Latinoamérica y la situación política global, basándose en los trabajos pioneros de Kossok, Kahle, Kleinmann, Buisson, Kellenbenz, Schüller y Domnick. Sin embargo, el objetivo de los autores era aportar una visión más amplia; para ello examinaron diversas informaciones sobre Latinoamérica (informes políticos, estadísticas económicas y demográficas, asuntos geográficos y etnográficos, curiosidades) durante varias décadas, sus auges y decadencias, las causas de ambos, se buscaron las fuentes, mostrando cómo se reflejan las experiencias de comerciantes alemanes en Latinoamérica en la formación de las ideas, se investigaron la red de personas interesadas en asuntos latinoamericanos, los motivos de su interés y sus actividades en la divulgación de noticias y conocimientos sobre aquel continente. Un tema central del proyecto fue la prosopografía de autores y editores de temas americanos y sus relaciones con las personas activas en el comercio con ultramar, cónsules y viajeros. También se incluyen informaciones sobre la participación alemana en el "discurso sobre el nuevo mundo" (Gerbi) y con ello sobre la autodefinición de los europeos en contraposición al "otro", por ejemplo al indígena americano, sobre los debates en torno a la trata de esclavos y la esclavitud, así como sobre el porvenir político de Latinoamérica y sus implicaciones para la discusión política en general dentro de la naciente burguesía alemana. El objetivo de los participantes en el proyecto, realizado bajo la dirección del Profesor Michael Zeuske en las Universidades de Leipzig y Colonia, era comparar los resultados científicos de su trabajo con las investigaciones de la comunidad internacional de historiadores sobre los diversos contactos entre Europa y Latinoamérica y sus modificaciones, motivadas por la transformación de la expansión económica de Europa hacia Iberoamérica. El coloquio pudo celebrarse gracias al apoyo de la DFG (Comunidad Alemana de Investigaciones) y del director del Departamento de Historia Ibérica y Latinoamericana de la Universidad de Colonia. En su ponencia introductoria Michael Zeuske informó sobre el comercio de ciertas regiones prusianas y sajonas, productoras de telas de lino y algodón, con
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Venezuela, Cuba y las islas de las grandes Antillas, centros de comercio y contrabando con las recién independizadas repúblicas sudamericanas. En base a este tema expuso los problemas metodológicos de la investigación, tal como la conservación de los materiales archivísticos en entidades estatales que en muchos casos no corresponden con las regiones definidas económicamente. Michael Zeuske también se refirió a la red consular de Prusia en la región mencionada y al papel desempeñado por los cónsules y los miembros de casas comerciales alemanas en Ultramar como mediadores del comercio, a la fundación y fracaso de compañías alemanas de comercio directo y a las diferencias entre Latinoamérica y África en la expansión económica de Alemania. El coloquio constó de tres secciones. El tema de la primera sección era Las relaciones económicas entre regiones de ambos continentes, el comercio y sus agentes, la vida social de las mercancías coloniales, sobre todo en Europa Central y Alemania. En este apartado Walther L. Bernecker (Erlangen) presentó una ponencia sobre las regiones alemanas y el comercio con México, analizando la importancia del mercado latinoamericano, concretamente del mexicano, para el desarrollo de la economía europea, en especial de la economía del lino en Silesia y la repercusión de la política del Estado prusiano respecto a México en la competencia entre las mercancías silesianas y las mercancías inglesas y francesas. Max Zeuske (Oranienburg) dilucidó la situación comercial de la ciudad de Magdeburgo a orillas del río Elba y su importancia para el comercio de las "mercancías coloniales" destinadas al interior de Alemania (Ascania, Sajonia, Baviera, regiones de Turingia y Franconia, Bohemia) así como para el desarrollo de la agricultura y las industrias de substitución de mercancías coloniales. En su exposición también hizo referencia a las cantidades de mercancías, las vías seguidas por el comercio, a los mercaderes y sus organizaciones. La ponencia de Jórg Ludwig (Leipzig) versó sobre el comercio mayorista y minorista con mercancías coloniales en el interior de Alemania. Sirviéndose de la ciudad de Altenburgo como ejemplo expuso los conflictos surgidos entre boticarios, comerciantes al por mayor y artesanos en sus afanes por conseguir privilegios y un "comercio libre" para las mercancías coloniales. Vera Weiler (Bogotá) presentó los resultados de sus investigaciones sobre los agentes del comercio exterior de Alemania en ultramar: los empresarios alemanes en Colombia en la segunda mitad del siglo XIX y su rol para la inserción del país en el mercado mundial en relación con la expansión cafetera. En el informe también mencionó las casas comerciales activas en la exportación del café, su financiación y los medios de transporte. Germán Cardozo Galué (Maracaibo) habló sobre los negociantes alemanes en la exportación agraria de la región marabina (1870-1900): empresas alemanas establecidas en Maracaibo y su monopolización del comercio del café, desde el
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financiamiento de la cosecha hasta su distribución en los principales mercados europeos y norteamericanos. Antonio García-Baquero (Sevilla) leyó su ponencia sobre la nueva estructura del tráfico de importación de la Carrera de Indias en la segunda mitad del siglo XVIII, caracterizada por un gran auge de la importación de productos plantacionistas frente a las importaciones mineras en España en el período de las reformas borbónicas y el "comercio libre" con América. La exposición se basa en una documentación estadística impresionante. Brígida von Mentz (Cuernavaca) presentó su informe sobre las vinculaciones entre regiones alemanas y novohispano-mexicanas, algunos aspectos tecnológicos, mineros y comerciales, por ejemplo sobre el papel del capital alemán en el comercio mexicano de la plata y en la producción minera desde el siglo XIV hasta el siglo XIX, y sobre la tecnología y organización del trabajo minero en Europa central y en Nueva España. Por su relación con el tema de la minería y el de los intercambios entre regiones europeas y la América española hemos incluido en este tomo un trabajo de Mervin F. Lang sobre el suministro de azogue al Perú y a México. En la sección La imagen de Latinoamérica en la ciencia y la prensa de los países europeos y la imagen de Europa en Latinoamérica, Ulrike Schmieder (Colonia) presentó su estudio sobre la imagen de América Latina en diversos periódicos de regiones alemanas y las ideas sobre Alemania en la prensa iberoamericana entre 1760 y 1850, por ejemplo sobre los temas tratados en relación con Iberoamérica (política, estadística económica y demográfica, etnografía y geografía) en distintos tipos de revistas alemanas o sobre la complicada autodefinición de los criollos tanto siguiendo la tradición de valores europeos como en confrontación con ellos. Débora Bendocchi Alves (Colonia) expuso "A imagem do Brasil para os emigrantes alemaes através do 'Illustrirte Zeitung' de Leipzig: 1844-1869". Señaló la controversia entre la suposición de que la emigración a Sudamérica podía contribuir a la exportación de mercancías alemanas a esa región o contribuir a solucionar el problema de la pobreza en Alemania y el interrogante de si Brasil era un país idóneo para los emigrantes alemanes. Los libros europeos en las bibliotecas nacionales de El Salvador, Nicaragua y Costa Rica a fines del siglo XIX fueron el tema de Iván Molina Jiménez (Costa Rica), quien destacó que superaban con mucho el número de libros impresos en Centroamérica o Latinoamérica en general: la élite de esos países se orientaba casi exclusivamente en los valores culturales europeos. Gustavo Palma Murga (Guatemala) expuso sus reflexiones sobre la influencia europea en el modelo de civilización de los liberales guatemaltecos del siglo XIX, quienes construyeron una nación excluyendo a la población campesina e indígena, a la que consideraban bárbara y contraria a la civilización europea que deseaban imitar.
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La ponencia de Alejandro Zorzin (Buenos Aires) trató sobre la descripción de la realidad rioplatense en las publicaciones de los pastores evangélicos enviados desde Alemania: A. Ludwig Siegel (1855), Dr. Otto Woysch (1864) y Gustav Lenhartz (1885/90). Subrayó la dificultad de los pastores protestantes Siegel y Lenhartz para adaptarse a una sociedad marcada por el catolicismo romano, al que despreciaban profundamente, mientras que Woysch presentaba una imagen más equilibrada de la realidad rioplatense. El tema de la sección III era Europeos (sobre todo alemanes) en América Latina y sus relaciones con Europa. Aspectos biográficos y prosopográficos. En este apartado Bernd Schröter (Colonia) informó sobre el viaje del investigador alemán Eduard Friedrich Poeppig a Chile, sus fines científicos, el grupo fomentador del viaje en la Universidad de Leipzig y la Asociación de Naturalistas, la financiación del viaje, el interés del público alemán por los resultados del viaje, así como sobre el reciente interés de los historiadores chilenos por la obra de Poeppig. HeinzJoachim Domnick (Colonia) señaló el papel desempeñado por la presencia marítima prusiana en Sudamérica en vísperas de la fundación del Imperio. Fe Iglesias García (La Habana) presentó la empresa alemana H. Upmann y Compañía en Cuba, con sede en La Habana, la que concentró sus actividades en el comercio de tabaco y en negocios de banca. Expuso la historia de la empresa, sus maniobras financieras y la importancia de las marcas de tabaco en aquel comercio. Orlando García Martínez (Cienfuegos) leyó su ponencia sobre los inmigrantes alemanes en Cienfuegos durante el siglo XIX. Estos, en mucho casos de medios modestos, se dedicaron al comercio y oficios artesanales sin llegar a ejercer gran influencia sobre la economía de la región, controlada por las casas comerciales de la élite local, a excepción de algunos grandes comerciantes. Hernán Venegas Delgado (Santa Clara) relató el papel desempeñado por los alemanes en Trinidad de Cuba en la segunda mitad del siglo XIX, especialmente en la producción y refacción así como en la exportación del azúcar, los auges y las crisis de la influencia alemana en aquella región y el rol importante de las sociedades comerciales alemanas en el proceso de la concentración de la economía azucarera. Arturo Ariel Bentancur (Montevideo) presentó una ponencia sobre los emigrantes catalanes en Montevideo durante el último tercio del siglo XVIII y los primeros quince años del siglo XIX que se dedicaron principalmente al comercio marítimo. Partiendo de un análisis profundo de las biografías de aquella élite comercial señaló tanto los inicios de sus actividades comerciales, favorecidas por el Reglamento para el Comercio Libre de 1778, como las distintas formas de negocios en que estaba involucrado aquel grupo catalán. Finalmente describió el fin abrupto de sus actividades en Montevideo en 1815, suscitado por las guerras independentistas y la creciente hostilidad de la población criolla frente a este grupo peninsular.
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La redacción técnica de este tomo estuvo a las manos cuidadosas de Heike Härtel y Ralf Breuer. Los dos tuvieron que luchar por casi un año con graves problemas del cambio de "WordPerfect" a "Windows 95", después de haber preparado el texto ya para la publicación en 1997. Hay un dicho alemán que dice: "no cambies jamás los caballos en medio de la corriente" ("Wechsle niemals die Pferde inmitten des Flusses"). Lo hicimos, y ahora por lo menos tenemos muchas experiencias. Los editores agradecen a Heike y Ralf su paciencia y lo que pasaron por ganar esta experiencia. Köln, julio de 1998
I. Las relaciones económicas entre regiones de ambos continentes, el comercio y sus agentes, la vida social de las mercancías coloniales, sobre todo en Europa Central y Alemania
Regiones europeas y regiones americanas en la primera mitad del siglo XIX. Estructuras, relaciones y actores como bases de interacciones cognitivas en la expansión europea Michael
Zeuske
Prusia y el Caribe en tiempos de zozobra El presente ensayo sobre el comercio y la política prusianos en las Indias Occidentales ("Westindien") 1 , así como las relaciones entre territorios de la región americana del Caribe y regiones en Alemania, se concentra en Venezuela y Cuba, pero también presta atención a otras islas de las Grandes Antillas, sobre todo Haití, Santo Domingo y Puerto Rico, así como Santo Tomás y Curazao para determinados aspectos. Es decir, las informaciones tomadas de las fuentes alemanas se refieren sobre todo a partes de las antiguas o, en el siglo XIX, todavía, colonias españolas en el Caribe y Haití, porque ni con el Caribe británico 2 , ni con las colo-
1 El autor desea expresar su agradecimiento a José Angel Rodríguez, Universidad Central de Venezuela (Caracas), María Rosa Fernández-Cuesta (Universität zu Köln), Grisel Ramos Maceda (Santa Clara), Orlando García Martínez (Cienfuegos) y Sergio Guerra Vilaboy (La Habana) por su apoyo en la traducción y la formulación del texto en castellano. Una primera versión de este trabajo fue publicada bajo el título: "Commerçants et consuls allemands dans la Caraïbe à la première moitié du XIXe siècle", en: Commerce et Plantation dans la Caraïbe aux XVIIIe et XIXe siècles, coord. P. Butel, Bordeaux 1992, págs. 233-252, y otra versión revisada bajo el título: "Comercio alemán y política comercial prusiana en las Indias Occidentales", en: Apuntes, Nr.1/92, Leipzig (1992), págs. 32-57. El concepto contemporáneo alemán de "Westindien" se acerca ya mucho al concepto inglés de las "West-Indies", es decir, más o menos al Caribe, véase: Crüger, Karl: Handelsgeographie, oder Beschreibung der Erde, was sie fiir den Kaufmann ist, 2 tomos, Hamburg 1834, y Conversations=Lexicon oder encyclopädisches Handwörterbuch für gebildete Stände. En diez tomos, tomo 10, Leipzig 1819, págs. 545ss.; véase también: Zimmermann, Waldemar: "Westindien", en: Halle, Ernst von: Amerika, Halle 1905, págs. 480-516. En cuanto a la discusión geográfico-cultural actual del "espacio caribe" véase: Sandner, Gerhard: "Zur Problematik der Abgrenzung des Karibischen Raumes aus kulturgeographischer Sicht", en: Karibik (Lateinamerika Studien 11), München 1982, págs. 13-26. Una "imagen del sistema económico caribeño" en la época del mercantilismo desde una perspectiva bremesa presenta: Schwebel, Karl H.: Bremer Kaufleute in den Freihäfen der Karibik Von den Anfängen des Bremer Überseehandels bis 1815 (Veröffentlichungen aus dem Staatsarchiv Bremen, vol. 59), Bremen: Selbstverlag des Staatsarchivs Bremen, 1995. 2 Krawehl, O.-E.: "Hamburgs Schiffs- und Warenverkehr mit England und den englischen Kolonien 1814-1860" (Forschungen zur internationalen Sozial- und Wirtschaftsgeschichte,
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nias francesas o neerlandesas en los primeros decenios había un comercio directo significativo 3 . Esto es válido con la relativa excepción de Curazao y St. Eustatius, por su carácter de puertos libres, así como por su posición estratégica en cuanto a la Tierra Firme. El punto de intersección entre el comercio europeo, y por tanto alemán, y los territorios continentales del Caribe, Puerto Rico y Santo Domingo hasta el cuarto decenio del siglo XIX fueron indudablemente los puertos libres, sobre todo la colonia danesa de Santo Tomás (con su puerto Carlota Amalia), así como otros (holandeses, franceses, ingleses y hasta suecos y españoles4). En cuanto a Cuba una parte considerable del comercio, salvo el de telas, pasó por España (Cataluña). En su mayoría este intercambio se realizó a través de un comercio indirecto que sólo lentamente y a partir de los años veinte y treinta pasó a ser un intercambio directo. Puerto Rico no está directamente representado en las actas alemanas porque se oculta bajo los documentos de Santo Tomás. Con la costa caribeña de la Nueva Granada, sobre todo con Cartagena, Santa Marta y Barranquilla, tampoco había comercio directo -a excepción de algunos intentos en los años veinte- sino a partir de la mitad del siglo. Además, la mayor parte del comercio alemán hacia Nueva Granada pasaba por Maracaibo y Cúcuta. México o, mejor dicho, sus regiones caribeñas, son otro tema. Los países centroamericanos5 no pertenecen precisamente al Caribe. Por lo menos sus partes densamente pobladas y, por lo tanto, merecedoras de un comercio mayor, se hallaban en aquel entonces en las costas del Pacífico. Belize era parte del dominio británico. Así, la tectónica de la documentación archivística alemana refleja por lo general las estructuras geográfico-culturales y, en base a ellas, las relaciones comerciales de principios del siglo XIX. En Alemania sólo existen archivos nacionales para las instituciones centrales del Viejo Imperio (hasta 1806) de la Confederación Alemana del Norte y del Imperio Guillermino. Por ello, el texto presente y sus datos se basan en material regional procedente del antiguo reino de Prusia, es decir, de los archivos de Merseburg (GStAM), ahora Berlín-Dahlem (GStPK) 6 y Potsdam 7 (BArchP) así como
ed. Kellenbenz, H., vol. 11), Köln 1977, págs. 445ss. 3 Schwarzer, Oskar: "Der Hamburger Exporthandel mit der Karibik und Mexiko (18141838)", en: Scripta Mercaturae, 17. Jahrgang/1 (1983), págs. 45-88, págs. 74s. 4 En detalle véase: Schwebel: Bremer Kaufleute págs. 38-60.
in den Freihäfen der Karibik...,
sobre todo
5 Schoonover, Thomas: Germany and Central America. Competitive Imperialism, 1929, Tuscaloosa and London: The University of Alabama Press, 1998.
1821-
6 Archivo Secreto del Estado, Propiedad cultural prusiana. Antes la mayor parte del archivo se hallaba en Merseburgo, cerca de Halle. Después de la unificación de Alemania, las actas fueron trasladadas a Berlín-Dahlem y Berlín-Lichterfelde. 1 En la RDA, el "Archivo Central Alemán" se encontraba en Potsdam. Hoy en día es un
Regiones europeas y regiones americanas
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de Hamburgo (StAH), Bremen (BStA), Bonn (AA-PAB), Dresde (SHStAD) y Breslau (Wroclaw; APW) 8 . También se ha utilizado material de archivos ingleses, holandeses y norteamericanos, sobre todo proveniente del Public Record Office (P.R.O., F.O., London, Kew Gardens), del Algemeen Rijksarchief (La Hague, ARA) y de los National Archives (USNA, Washington), de archivos cubanos (La Habana ANC, Cienfuegos APC y Santiago de Cuba APStC) y venezolanos (Caracas ANV, Maracaibo AHZ). Existe una cantidad ingente de literatura narrativa, memorial y biográfica, así como relaciones de viaje del siglo XIX9. Por no poder hacer aquí un análisis de la exhaustiva bibliografía, sólo se mencionan algunos nombres de investigadores que escribieron las obras más importantes. El análisis pormenorizado de la bibliografía será parte de un trabajo más amplio en preparación. Los autores más destacados son Alfred Vagts, Friedrich Katz, Rolf Engelsing, Herbert Kirsch, Karl H. Schwebel, Manfred Kossok, Percy E. Schramm, Hans Pohl, Hermann Kellenbenz y algunos de sus discípulos, como Jürgen Schneider, Oskar Schwarzer y Rolf Walter, Walther L. Bernecker, Ragnhild Fiebig von Hase y otros. En su conjunto, la perspectiva del presente trabajo es una "perspectiva alemana" sobre la expansión europea en el siglo XIX. Esto significa que respecto a la parte alemana, entre 1780 hasta más o menos 1860, el enfoque, partiendo de la documentación archivística de los antiguos reinos alemanes de Prusia y Sajonia, está dirigido desde Europa Central hacia América. Además es una perspectiva geográfíco-estructural. No obstante, también se analizan las repercusiones de las experiencias de alemanes en ultramar, es decir, la interacción de la política comercial de Alemania y el "business culture" de alemanes con los patrones jurídicos y culturales en territorios americanos y sus repercusiones sobre la política así como sobre grupos de actores en ciertas regiones alemanas. Dado que el presente artículo forma parte de un trabajo más amplio, aquí sólo se presentan algunos rasgos generales. Según la conceptualización de las regiones protoindustrializadas centroeuropeas como centros productores de las telas comercializadas en el intercambio con América, se parte más bien de entidades espaciales debajo del "gran" nivel estatal, es decir, de regiones10. Debido a que en el intercambio atlántico las departamento del Archivo Federal (Bundesarchiv, Abteilung Potsdam). 8 Archiwum Panstwowe Wroclaw, Archiwum Gieldy Kupieckiej wo Wroclawiu (= Börsen-Archiv; "archivo de la bolsa"). 9 Véanse las publicaciones más recientes: Bernecker, Walther L./Krömer, Gertrut: Die Wiederentdeckung Lateinamerikas. Die Erfahrung eines Subkontinents in Reiseberichten des 19. Jahrhunderts, Frankfurt/M.: Vervuert 1997 (Lateinamerika-Studien, eds. Bernecker, Waither L./Heydenreich, Titus et al., vol. 38); Kohut, Karl et al. (eds.): Deutsche in Lateinamerika - Lateinamerika in Deutschland, Frankfurt/M.: Vervuert, 1996. Zeuske, Michael: "Regiones en Cuba, Venezuela y Alemania: un ensayo de comparación", en: X.° Congreso de la Asociación de Historiadores Latinoamericanistas Europeos
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telas desempeñaron especialmente un papel importante en las conexiones entre los territorios alemanes con la llamada "demanda colonial" en América, también se toman en consideración las ciudades hanseáticas como los puntos de intersección más importantes con el sistema de comercio atlántico mundial. No obstante, hay que repetirlo, los puntos de partida son las regiones productivas en el hinterland europeo. Esta perspectiva desde los territorios del interior de Alemania nos parece muy fructífera. El material procesado se concentra en el medio siglo comprendido más o menos entre 1800 y 1860. Respecto a las regiones americanas, en primer lugar el interés está dirigido hacia las islas y costas caribeñas con economías de exportación y sus respectivas estructuras políticas tal como aparecen en la anteriormente mencionada documentación alemana. En la época que se contempla en el presente trabajo, estas "estructuras políticas" en Alemania y América tenían por lo general una diferencia básica: si bien hasta 1806/08 Alemania como España y sus territorios americanos formaron imperios, a más tardar a partir de 1824 se tiene que hablar de monarquías (Alemania) versus repúblicas (América continental con excepción de México 1822-23 y del Brasil). Ya una comparación a nivel muy general ( " f a r comparison ") deja reconocer una peculiaridad de la región del Caribe respecto a la América continental como a Alemania: la coexistencia de muchas formas políticas diferentes. El primero de los Estados libres americanos, Haití (1804), se hallaba al lado de los territorios coloniales de España en la América continental en proceso de independizarse o independientes, como la "Gran" Colombia 1821-1830. Este Estado se disolvió, dando lugar a Venezuela y Colombia a partir de 1830. Santo Domingo sólo se liberó en 1844 de un tipo de colonización independentista haitiana. Bajo la dominación colonial de poderes europeos quedaron los restos insulares del viejo imperio colonial español (Cuba, Puerto Rico) e islas bajo control de otras potencias como Inglaterra, Francia, los Países Bajos, Dinamarca y Suecia (Jamaica, Santo Tomás, Curazao, St. Eustatius, Martinica, Guadalupe, St. Bartélémy y otras). Es decir, la ya "normal" mixtura caleidoscópica de diferentes colonias en la región neurálgica de las "fronteras imperiales", el Caribe del siglo XVIII, se vio aún más dividida, parcializada y diversificada en el siglo XIX. Para las posiciones jurídico-políticas de las monarquías europeas estas nuevas formas políticas eran un problema sumamente complicado, como han demostrado desde diferentes perspectivas los trabajos de Kossok, Kahle, Kleinmann y Becker".
(AHILA), Las transformaciones hacia la sociedad moderna en América Latina: causas y condiciones en la economía, la política y en las mentalidades, coord.: ídem en colaboración con Pietschmann, Horst/König, Hans-Joachim, Leipzig/Köln 1996 (CD-ROM). 11 Kossok, Manfred: Im Schatten der Heiligen Allianz. Deutschland und Lateinamerika 1815-1830. Zur Politik der deutschen Staaten gegenüber der Unabhängigkeitsbewegungen Südamerikas (Studien zur Kolonialgeschichte und zur Geschichte der nationalen Befreiungsbewegung, ed. W. Markov, Vol. 4/5), Berlin 1964; Kahle, Günter: "Die Rolle der
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La llamada "modernidad política" (es decir, sistemas republicanos e ideología liberal), según los conceptos de los actores internos de aquel entonces, ya había por lo tanto conquistado los "Estados libres" de América, pero los agentes de la "modernidad económico-comercial", en el caso inglés u holandés, así como alemán, vinieron desde territorios todavía monárquicos de Europa y tomaron como puntos de partida para sus incursiones en la "Gran" Colombia o más tarde Venezuela territorios que, otra vez según los discursos de aquel entonces, todavía "gemían bajo el yugo de la tiranía colonial", como San Tomás y otros puertos coloniales que, a pesar de esto, prosperaban como puertos libres. En este sentido, desde los principios de la época republicana en las antiguas colonias americanas, los otros portadores de la "modernidad económica-comercial", provenientes de los Estados Unidos del norte de América, tuvieron una ventaja fundamental en la competencia, formulada como principio en términos de gran política en 1823 con la llamada "doctrina" del presidente James Monroe, que aparentemente hablaba el lenguaje de John Quincy Adams. Por supuesto, también fueron portadores de una expansión y, por lo tanto, de un imperialismo competitivo. De todas formas, muchas de estas islas, independientemente de su estatus político, constituyeron centros de comercio y contrabando para las nuevas repúblicas de América Latina, aunque también ellas mismas eran en algunos casos centros de producción de géneros coloniales como café, tabaco y azúcar, así como mieles, maderas nobles, carnes, cueros y plantas medicinales. Está claro que, bajo una perspectiva geográfica, el enfoque también tiene que dirigirse no sólo a estas entidades económica y políticamente más o menos bien definidas, sino a la gran región cultural circumcaribe de economías de plantación, de esclavitud y de intercambio marítimo caribeño, partiendo de la costa sur del continente en el norte, pasando por las islas, hasta la fachada norteña de Sudamérica entre Maracaibo y Angostura. Con esto hemos resaltado el problema "técnico" más grave y casi insoluble de trabajos como el presente: la perspectiva transversal del enfoque versus la estructuración y, por lo tanto, parcialización colonial, "nacional" y regional o hasta local de la información, eso sin mencionar los problemas concretos de su recopilación y conservación en los respectivos archivos. Debido a este problema fundamental, hemos tenido que hacer la división primaria politischen Doktrinen in den Beziehungen zwischen den USA und Lateinamerika, 18231933", en: Kleine Arbeitsreihe des Instituts für Europäische und Vergleichende Rechtsgeschichte an der Rechts- und Staatswissenschaftlichen Fakultät der Universität Graz, Heft 13, Graz 1980; Kleinmann, Hans-Otto: "Die österreichische Diplomatie und die Anerkennung der amerikanischen Staaten", en: Mitteilungen des österreichischen Staatsarchivs, 34 (1981), págs. 174-233; Becker, Felix: "Los tratados de amistad, comercio y navegación de los estados independientes americanos en el sistema internacional", en: ídem et al. (eds.): América Latina en las letras y ciencias sociales alemanes, Caracas: Monte Avila Editores, 1985, págs. 285-324.
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según líneas territorial-estatales, aunque los instrumentos funcionales de la investigación son regiones en sus diferentes niveles. Además, hemos tenido que limitarnos a algunas de las regiones histórico-económicas dentro de la "gran" región (o zona) del Caribe. Las primeras relaciones que dejaron huellas fuertes en las actas surgieron con el auge de la producción protoindustrial en los hinterlander de Alemania, en el marco de la política del absolutismo ilustrado en el siglo XVIII, aunque, como se sabe, Federico el Grande se negaba a nombrar cónsules prusianos en colonias del Caribe por considerarlos innecesarios. Las bases de la producción textil (más tarde) prusiana y sajona ya se habían formado parcialmente en la segunda mitad del siglo XVII (Silesia, Alta Lusacia). Debido a las complicadas relaciones entre las regiones productoras y los centros europeos del comercio "atlántico-mundial", en los territorios alemanes comenzó una migración de actores económicos de estas regiones hacia los centros comerciales, sobre todo hacia Hamburgo y Bremen. Entonces surgió la red consular prusiana en el "exterior vecino", principalmente en las ciudades hanseáticas, así como en otras ciudades portuarias europeas, y los primeros intentos de extender relaciones consulares hacia el Caribe (Curazao y Santo Tomás). El Estado prusiano, centro atrayente en el norte de Europa central, utilizó para la construcción de su red consular experiencias y el "business culture" hanseáticas, sobre todo hamburguesas y bremesas. Interrumpida durante casi veinte aflos a causa de los conflictos de las guerras de las coaliciones antifrancesas, bajo la presión ejercida una vez más por la producción protoindustrial de los hinterlander y por causa del proteccionismo en Europa después de 1815, la red experimentó una rápida dilatación ante la apertura revolucionaria de la América hispánica y el mito liberal de la "rica América". Como cargos consulares prusianos más importantes se desarrollan entonces los consulados en Hamburgo y Bremen, ocupados por familias de comerciantes provenientes de regiones productoras, que gozaban de la confianza de la burocracia berlinesa por una parte y el celo de los comerciantes locales por otra. De las primeras experiencias de esta apertura, que los alemanes llevaron a cabo bajo formas organizativas de compañías comerciales, desarrollando nuevas formas jurídicas, surgieron jóvenes comerciantes experimentados para la ola de expansión económica y comercial que empezó, ahora ya sobre la base de la industrialización incipiente, a comienzos de los afios cuarenta. Su estructura fundamental fue la casa comercial sobre la base jurídica de sociedades comerciales abiertas. A partir de mediados de siglo, alrededor de los primeros núcleos alemanes en las regiones americanas se fueron formando paulatinamente colonias alemanas que conquistaron a lo largo del siglo el dominio comercial en algunas regiones caribeñas. En estas colonias de comerciantes, los cónsules de las casas comerciales más influyentes desempeñaron un papel importante como mediadores entre los alemanes y las regiones o los países receptores.
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El autor debe confesar que la temática de las relaciones entre la independencia de las "repúblicas americanas, antes colonias españolas'"2 y el desarrollo del sistema de economía atlántica a partir de 1800 -una economía que estaba profundamente influida por el surgimiento de la economía europea y la industrialización, sobre todo por la economía inglesa13- fueron los temas que despertaron el interés de un historiador de la política. Además, el interés del autor surgió, y de hecho se profundizó, cuando tras haber leído numerosas obras sobre historia e historia económica alemana, se percató de las muchas lagunas que existen justamente entre 1815 y 1830. Conociendo los procesos políticos de la "independencia" de la Gran Colombia y las expectativas económico-políticas de un Simón Bolívar en cuanto a la formación del "corazón liberal y comercial" del mundo por este Estado, surgieron las investigaciones sobre las "respuestas europeas" en cuanto al liberalismo americano. Por ejemplo, casi nadie menciona que durante esos años hubo en Alemania una especie de ola fundadora de compañías comerciales que en sus actas constitutivas indican como área de actividades, o incluso en sus mismos nombres, las Indias Occidentales. Esta ola fundadora comenzó un poco antes del conocido loan bubble en la bolsa de Londres (1823-1825), pero su auge se produjo paralelamente a este fenómeno y sus motivos se hallan claramente en ilusiones liberales sobre el futuro desarrollo de la "América libre'"4. Llama la atención 12 Bolívar, Simón: Obras Completas, 3 tomos, Caracas 1982, vol. III, pág. 738: "Invitación a ... formar el Congreso de Panamá, 7 de diciembre de 1824"; Filippi, Alberto: Introducción general, en: Bolívar y Europa en las crónicas, el pensamiento político y la historiografía, vol. I: siglo XIX, dir. por Filippi, A., Caracas 1986, págs. 3-58. 13 Liehr, Reinhard (ed.): América Latina en la época de Simón Bolívar. La formación de las economías nacionales y los intereses económicos europeos 1800-1850, Berlin: Colloquium Verlag, 1989 (Bibliotheca Ibero-Americana, ed. Briesemeister, Dietrich, vol. 33); Jones, Charles: "Intereses comerciales e influencia política británica en Latinoamérica durante el siglo diecinueve", en: Bosco Amores, Juan et al.: Iberoamérica en el siglo XIX. Nacionalismo y dependencia, Pamplona 1995, págs. 79-106, así como: Carl, George Edmund: First Among Equals: Great Britain and Venezuela ¡810-1910, Syracuse University 1981. También despertó el interés la "lecture critique" de Wallerstein, Immanuel: The Modern World-System III, vol. III: The Second Era of Great Expansion of the Capitalist World-Economy, 1730-1840, San Diego 1989, así como la voz de D. C. M. Platt en el debate sobre el "imperialismo de libre comercio": Piatt, Desmond C. M.: Finances, Trade, and Politics in British Foreign Policy, 1815-1914, London 1968, y su artículo sobre los cónsules ingleses: "The Role of British Consular Service in Overseas Trade 1825-1914", en: The Economic History Review, XV/3 (1963), págs. 494-512. 14 Zeuske: "Deutsche 'Hinterländer' und Amerika. Die sächsischen Mitglieder der 'Rheinisch-Westindischen Compagnie', 1820-1830", en: idem/Schröter, Bernd/Ludwig, Jörg (eds.): Sachsen und Lateinamerika. Begegnungen in vier Jahrhunderten, Frankfurt/Main: Vervuert, 1995, págs. 164-200; Zeuske: "Preußen, die 'deutschen Hinterländer' und Amerika: Regionales, 'Nationales' und Universales in der Geschichte der 'Rheinisch-
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ese vacío considerando que muchos de los personajes más importantes de la gran burguesía alemana, antes del impulso de las ideas de Friedrich List, de la industrialización, del "Zollverein" (unión aduanera alemana) y de la nueva política infraestructural (construcción de la red ferroviaria, de vías y el mejoramiento de las comunicaciones fluviales)15, entre 1815 y 1830, se lanzaron a la aventura librecambista de un gran comercio marítimo 16 . Puede decirse que en este período, el gran comercio tradicional de Alemania estaba orientado hacia América y, a nuestro parecer, hacia el mito de una "América rica". Un "mito" porque los comerciantes prusianos y sajones hasta 1806 y otra vez entre 1815 y 1825 trataron de imitar los modelos ya viejos de antiguas potencias coloniales como Inglaterra, Francia, Holanda o Dinamarca pero, como potencias débiles en el siglo XVIII y en la primera mitad del siglo XIX, tuvieron que actuar en América mediante entidades comerciales con escaso apoyo oficial por parte de los respectivos Estados alemanes. El apoyo era más bien personal e informal y menos institucional; la gran excepción fue la "See-Handlung" prusiana. Por tal motivo desempeñaron un papel tan importante en la interacción cognitiva los comerciantes, los agentes comerciales y los cónsules electos en los primeros años de la apertura americana después de 1820. Sin embargo, esta forma de comercio exterior (en la perspectiva oficial prusiana) o de "colonialismo" económico y expansión europea, tal vez por su debilidad política obligadamente "moderna e informal", 17 tuvo bastante éxito
Westindischen Compagnie' (1820-1830)", en: Scripta Mercaturae (1/1992) págs. 50-89; Radtke, Wolfgang: Die preußische Seehandlung zwischen Staat und Wirtschaft in der Frühphase der Industrialisierung, Berlin 1981. Esta Compañía estaba bajo control directo del Estado y funcionó como Banco del Estado (fundada en 1773). 15 Hahn, Hans-Werner: Geschichte des Deutschen Zollvereins, Göttingen 1984, pág. 93; Friedrich Harkort, miembro de una de las familias más importantes de la gran burguesía alemana de Leipzig, escribió en la revista "Hermann" (1833): "Si anteriormente hubiéramos tenido la oportunidad de dirigir nuestro ánimo de asociación incipiente hacia las necesidades internas, no se habrían destinado inútilmente los millones [de tálers - M.Z.] a América", citado en: Schuhmacher, Martin: Auslandsreisen deutscher Unternehmer 1750-1851 unter besonderer Berücksichtigung von Rheinland und Westfalen, Köln 1963, pág. 145. Sobre Harkort y el "imperialismo social-liberal" de la mitad del siglo XIX, véanse Fenske, Hans: "Ungeduldige Zuschauer, Die Deutschen und die europäische Expansion", en: Imperialistische Kontinuität und nationale Ungeduld im 19. Jahrhundert, ed. Reinhard, Wolfgang, Frankfurt/Main 1991, págs. 87-140, pág. 103s. 16 Boch, Rudolf: "Grenzenloses Wachstum? Das rheinische Wirtschaftsbürgertum und seine Industrialisierungsdebatte 1814-1857", en: Bürgertum. Beiträge zur europäischen Gesellschaftsgeschichte, ed. Mager, Wolfgang/Schreiner, Klaus/Puhle, Hans-Jürgen/Wehler, Hans-Ulrich, vol. 3, Göttingen: V^ndenhoeck & Ruprecht 1991, págs. 47-69. 17 Forbes, Ian L. D.: "German Informal Imperialism in South America before 1914", en: Economic History Review, 2da serie, 31 (1978), págs. 384-398.
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en los años subsiguientes a 1840, sobre todo por la flexibilidad de las casas comerciales alemanas. Quizá con el presente trabajo sea posible demostrar que las bases de este éxito se hallan también en las exploraciones e interacciones cognitivas tanto comerciales como científicas, si bien en cuanto a los resultados directamente económicos las compañías comerciales alemanas fracasaron. Como Estado imperial' 8 y potencia de colonialismo formal y directo, la Alemania unificada sólo empezó a actuar a partir de 1884 en África, Asia y Oceanía. Así, este "mito de la rica América" y las experiencias económicas americanas tuvieron una función importante para transformar una discontinuidad expansionista de un reino alemán como Prusia hacia América en una continuidad imperialista del Imperio alemán hasta 1914, que se hizo viable a partir de los años ochenta en las partes no americanas del mundo. Antes se trataba de una expansión comercial e informal, cargada de inculpaciones de colonialismo, así como deseos y aspiraciones imperialistas 19 con pequeños, pero bastante interesantes intentos de colonialismo directo en sus dos formas más importantes: adquisición de territorios o islas y demostración de fuerza militar, sobre todo naval. He aquí, de forma muy abreviada, la transformación de la expansión europea del siglo XIX y los aportes alemanes dentro de ésta. En la distribución de los consulados alemanes en el mundo se puede reconocer que para Alemania, hasta finales del siglo XIX, el continente de mayor interés comercial, económico y, digamos, demográfico-político -por la fuerte emigración alemana- fue siempre América, pero los intentos de colonizar directamente una isla bajo el techo de una posición fuerte en la región se esfumaron definitivamente en los años comprendidos entre 1898 y 1902 con la guerra de Cuba y la acción contra Venezuela 20 , así como con algunos intentos en México en 1915/17 21 , aun-
En el sentido de la definición de Wehler, Hans-Ulrich: Bismarck und der Imperialismus, Köln 1969, pág. 23. Ibid., págs. 87 y passim. 20 Fiebig von Hase, Ragnhild: Lateinamerika als Konfliktherd der deutsch-amerikanischen Beziehungen 1890-1903: Vom Beginn der Panamerikapolitik bis zur Venezuelakrise von 1902/03 (Schriftenreihe der Historischen Kommission bei der Bayerischen Akademie der Wissenschaften, Bd. 27), 2 vols., Göttingen 1986; Kaikkonen, Olli: Deutschland und die Expansionspolitik der USA in den neunziger Jahren des 19. Jahrhunderts. Mit besonderer Berücksichtigung der Einstellung Deutschlands zur Spanisch-amerikanischen Krise, Jyväskyla: Jyväskylän yliopisto 1980 (Phil. Diss.); Zeuske: "El imperio de Guillermo II y el Caribe. La competencia entre Alemania y los Estados Unidos alrededor de Cuba, 18901906", en: L'Espace Caraïbe. Théâtre et Enjeu des Luttes Impériales (XVIe-XIXe Siècle), coord. Butel, Paul/Lavallé, Bernard, Bordeaux: MPI, 1996, págs. 345-363 (Collection de la Maison des Pays Ibériques, 70); ídem: "Alemania y la prensa alemana ante la guerra hispano-norteamericana", ponencia presentada en los "cursos de verano de Oviedo", 27 al 31 de julio de 1998.
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que los sueños y deseos, materializados por ejemplo en planes militares, iban mucho más allá. Había planes utópicos o más bien escenificaciones militares para ocupar las islas de Curazao, Margarita o Puerto Rico. El otro "nuevo" imperialismo estadounidense 22 con intereses caribeños primero, en el Pacífico y el Atlántico después, realizaba hasta 1918 la "self-fulfilling prophecy" de la doctrina Monroe de 1823 y del "Manifest Destiny"23. Ni esta ominosa "doctrina", ni -por supuesto- la ideología básica del Manifest Destiny, fueron reconocidas oficialmente por Alemania, aunque sobre todo Prusia y la Alemania bajo Bismarck siempre tuvieron en cuenta los intereses de los Estados Unidos. Estas condiciones influyeron grandemente en la mentalidad comercial ("business culture") de los "alemanes" en esta región y en las mutuas relaciones entre ellos y los hombres y mujeres de esta parte del mundo. Así, la transformación de la expansión europea en América tomó otro rumbo y tuvo otros contenidos que en Asia, África u Oceanía. En esto influyeron sobre todo tres macrofactores: la temprana independencia estatal de las viejas colonias españolas por una parte, la fuerte posición económica y cultural de las todavía colonias españolas como Cuba y sus respectivas élites por otra, y el surgimiento de la potencia neo-europea y protestante en el norte del continente americano. Para mencionar un ejemplo menos teórico, la política -digamos social y de autoasimilación (¡matrimonios con mujeres nativas del respectivo país!)- de los comerciantes alemanes en el Caribe, sea en Venezuela, en Cuba o incluso en Haití, tuvo que diferenciarse totalmente de la política social de la expansión más tarde en África. En el continente negro se aplicó una clara segregación racial, y en las colonias los prusianos impusieron sus conceptos de vida, sociedad, economía y hasta conceptos del cuerpo, de la sanidad y del tiempo, mientras en América, los comerciantes no pudieron sobrevivir sin relaciones sociales estrechas y sin aceptar formas de comportamiento y mentalidad del país que los acogía, sobre todo en las generaciones posteriores a la primera. El concepto de "vivir", de relacionarse y negociar, por lo tanto, tenía mucho más aspectos que por ejemplo el de sobrevivir 21 Katz, Friedrich: Deutschland, Díaz und die mexikanische Politik in Mexiko 1870-1920, Berlin 1964.
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22 Véase la interesante síntesis de las relaciones entre los dos "nuevos" imperialismos de EE.UU y Alemania en: Bernecker, Walther L./Fischer, Thomas: "Deutschland und Lateinamerika im Zeitalter des Imperialismus, 1871-1914", en: Ibero-Amerikanisches Archiv, 21.3/4 (1995), págs. 273-302, especialmente pág. 293ss. Para la política de expansión económica en los primeros años después de la independencia de los Estados hispanoamericanos véase: Johnson, John J.: "United States - British Rivalry in Latin America, 18151830: A Reassessment", en: Jahrbuch für Geschichte von Staat, Wirtschaft und Gesellschaft Lateinamerikas (.JbLA) 22 (1985), págs. 341-391. 23 Kahle, "Die Rolle ...", passim.
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las enfermedades o la muerte cultural. Este "sobrevivir social" mediante la interacción fue la base para la vida política y económica. Para esta perspectiva de una nueva historia cultural, el interesante grupo de los comerciantes-pioneros y de los portadores de la política comercial alemana en las regiones de Venezuela, Cuba y otras islas antillanas, que como cónsules electos provenían en su mayoría de este grupo, es un objeto de gran valor científico. La mayoría de las obras de historia económica alemana del siglo XIX empiezan con los años treinta. Justamente ese decenio fue un período de escaso interés en el comercio directo con las regiones americanas (a excepción del caso del azúcar cubano y del comercio con La Habana). Sin embargo, a partir de los años cuarenta, y con nuevos patrones de mentalidad y comportamientos comerciales, surge un nuevo interés entre comerciantes y productores, así como también entre políticos alemanes, por las Indias Occidentales y las Américas en general. La lejana América: mercados, canales y repercusiones Alemania, o, mejor dicho, algunas regiones en sus territorios de Silesia, Sajorna, Westfalia y del país renano se convirtieron durante la segunda mitad del siglo XVII y durante el siglo XVIII en el hinterland productivo de potencias como Holanda e Inglaterra sobre todo, pero también de Dinamarca, Francia, las ciudades hanseáticas e incluso de algunas ciudades italianas, con su gran comercio marítimo y sus imperios coloniales y comerciales. Estas regiones alemanas operaron como espacios comerciales, tanto por la presión de la oferta de telas como por la creciente demanda de géneros coloniales. Especialmente los lienzos, el producto alemán más importante, ocuparon el primer rango entre las exportaciones europeas hacia los mercados coloniales. Este dominio del lienzo "alemán" o, mejor dicho, del lienzo producido a costos bastante bajos en algunas regiones dentro del Santo Imperio Germánico y más tarde de la Confederación alemana, perduró hasta los años veinte del siglo XIX. Hasta en los nombres de los tipos de telas (Sangalletanas, Ruanes, Silesianas, Osnaburgers, Iburger, es decir de Sankt Gallen en Suiza, de Rouen en Francia, de Breslau en Silesia y de Osnabrück, Iburg en Westfalia) se nota que se trató más bien de un producto europeo, copiado muchas veces entre las regiones europeas por los productores más exitosos, aplicando las "marcas" más exitosas en el mercado americano. A pesar de la connotación algo peyorativa (en lengua alemana) del término "hinterland"24, este concepto es de gran importancia para nuestro proyecto. El 24 En el estudio más reciente sobre la "idée fixe" de ciertos círculos de personalidades de la economía en una región protoindustrial alemana, el país renano, de integrar su región en el gran comercio atlántico como un centro, sin recurrir a las comunicaciones y experiencias de los grandes centros tradicionales de comercio (Hamburgo, Bremen) aparece resaltado (sin utilizar el concepto de "hinterland") por: Boch, "Grenzenloses Wachstum? ...", págs. 47-69, sobre todo págs. 66ss.
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estudio pionero después de 1945 sobre regiones productivas dentro de los territorios políticos, es decir, sobre el comercio de un hinterland (Silesia) con el mercado colonial en América, aunque no menciona el término técnico, es el de Manfred Kossok 25 , el fallecido rector espiritual de la presente investigación. En su parte empírica este trabajo se basaba parcialmente en otro trabajo alemán sobre la ''externa! economy" alemana más importante (y más conocida en los años cincuenta), la de Silesia, de Rolf Engelsing 26 . En 1959 apareció otro trabajo sobre esta materia, también dentro de una perspectiva de historia económica alemana, la comparación de Herbert Kirsch entre el país renano y Silesia27. Las relaciones comerciales de Silesia y Hamburgo así como de otros países alemanes formaron la base económica del opus magnum de Kossok sobre la Santa Alianza y la América Ibérica28. El papel desempeñado por ciertas regiones alemanas (europeas), primero de curiosidad y demanda de productos "coloniales", proto-industriales y (también) exportadoras después y, en algunos casos, industriales a partir de aproximadamente 1830, era precisamente muy importante tanto en Alemania como para el sistema económico europeo-atlántico de aquel entonces. En cierto sentido no se trataba solamente de un predominio comercial "extranjero" en cuanto a América, sino -lo que vale también para las influencias hamburguesas o bremesas- de una dominación de los centros comerciales y marítimos europeos sobre las industrias caseras regionales del hinterland europeo. En el caso de Silesia Herbert Kirsch habla de un "modelo clásico de penetración colonial" 29 . Si se utiliza una imagen más técnica, estas regiones textiles operaron hasta muy entrada la revolución industrial como una especie de "baterías o condensadores económicos" de la expansión colonial europeo-occidental. Todavía en el umbral de la industrialización 25 Kossok, Manfred: "Die Bedeutung des spanisch-amerikanischen Kolonialmarktes für den preußischen Leinwandhandel am Ausgang des 18. und zu Beginn des 19. Jahrhunderts", en: Hansische Studien. Heinrich Sproemberg zum 70. Geburtstag (Forschungen zur mittelalterlichen Geschichte, t. 8), Heitz, Gerhard/Unger, Manfred (eds.), Berlin 1961, págs. 210-232. 26 Engelsing, Rolf: "Schlesische Leinenindustrie und hanseatischer Überseehandel im 19. Jahrhundert", en: Jahrbuch der Schlesischen Friedrich-Wilhelms-Universität zu Breslau, N° 4 (1959), págs. 207-231. 27 Kirsch, Herbert: "The Textile Industries in Silesia and in the Rhineland: A Comparative Study on Industrializaron", en: The Journal of Economic History 19 (1959), págs. 541564; este artículo apareció revisado bajo el mismo título en: Kriedte/Medick/Schlumbohm: Industrialisierung vor der Industrialisierung. Gewerbliche Warenproduktion auf dem Lande in der Formationsperiode des Kapitalismus, Göttingen: Vandenhoeck & Ruprecht 1977, págs. 350-386; las citas utilizadas aquí provienen de esta última versión. 28 Kossok, Im Schatten der Heiligen Allianz ..., passim. 29 Kirsch, "The Textile Industries ...", pág. 353.
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alemana, las experiencias del gran comercio atlántico influyeron en la creación de las futuras estructuras alemanas de la industria y del comercio exterior. Esto puede apreciarse bastante bien, por ejemplo, en las informaciones pormenorizadas de los cónsules británicos desde Alemania. En 1846 el cónsul inglés en Leipzig, John Ward, mandó uno de sus relatos al conde de Aberdeen, bajo el título "Present State o f the Population & Manufacturing Industry o f Saxony", resaltando ya el cambio en la producción textil del lino al algodón, pero mencionando también los restos de las industrias tradicionales de lienzos: ...The Cotton Manufacture is however more important than any other branch... at Chemnitz &other places on the Erzgebirge, the Voigtland, the Leipzig Circle & the Oberlausitz. There are 154 large Factories, & the number of looms employed exceeds 30,000. Power looms made in the Country are in use in several Factories. The Seat of the cotton printing is at Chemnitz & its neighbourhoods. There were 43 Printing-Establishments in 1843. The Manufacture of Cotton Hosiery is also chiefly at Chemnitz. ... Much has been said of the cheapness of the Saxon Stockings which enabled them to command a considerable Market in North and South America, where prices seems to be more regarded than the quality of the article. But the articles of this branch made at Nottingham & Derby are so very superior in texture & durability (especially the finer sorts) that there can be no will founded apprehension of the Saxon hosiery competing with them upon equal terms. Many of the specimens of Hosiery lately exhibited at Dresden were so inferior ... that they would not be bought in England for any price. The Lace Manufactures, extensively diffused throughout the Mountains & and the Voigtland is stated to give employment to from 40 to 50,000 hands including Children. The beautiful linnen Damasks, so much admired for their figuring, are made chiefly at Grosschonau. The Twills, Drills & other Linen articles, are woven generally by hand in the villages of the Oberlausitz. There are, in 1843 58 large Linen Factories in the Kingdom. This branch has of late materially declined, which the parties interested attribute to the successful competition of Scotch & Irish Linens in the Foreign Market. 30 L o s cónsules británicos no sólo observaban con recelo la industrialización de la producción textil, sino también los progresos en la construcción de ferrocarriles en Alemania 3 1 , los precios y el flujo de capitales hacia la renovación de la infraestructura. Ampliando la perspectiva y concentrándonos otra v e z en los territorios productores de lienzos en "Alemania", estos se dividen generalmente en cuatro grandes regiones: las regiones del mediano este alemán Silesia 32 con su centro comercial Bres30 P.R.O., Kew Gardens, F.O. 299 Consulate Leipzig/1 (1836-1842). 31 Ibid. Informe de John Ward desde Leipzig del 20 de octubre de 1845 a Aberdeen. 32 APW, N° 328, Acta der Breslauischen Kaufmanns=Aeltesten betr. die Handelsverhältnisse mit den amerikanischen Ländern.
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lau, en lä Lusacia sureña en Sajonia (Herrnhut, Zittau), así como otras zonas de Sajonia, Bohemia y la Alta Austria (Oberösterreich), en la región noroeste alemana, en general Westfalia, es decir, desde Hesse-Kassel, pasando por los condados de Ravensberg y Tecklenburg 33 , el principado de Lippe hasta Osnabrück (Hannover) y Münster en el lejano oeste y en la región sureña alrededor de las montañas de "Schwäbische Alb" y el lago "Bodensee" 34 . Los territorios políticos que comprendieron estas regiones productoras más importantes fueron la antigua provincia del imperio de los Habsburgos, la Silesia prusiana a partir de 1742,35 el principado de Minden a partir de 1648, los condados de Tecklenburg, Lingen y Ravensberg con Bielefeld a partir de 1666 y la mayoría de las regiones renanas a partir de 18 1 536, así como en Sajonia las regiones en el Sur de la Alta Lusacia, Chemnitz, Vogtland y Schönburgische Herrschaften 37 . Todavía en el siglo XIX, las grandes ciudades comerciales alemanas próximas a estas regiones eran también centros del comercio con géneros coloniales 38 . Las primeras dos grandes regiones de la producción de lienzos son de suma importancia para nuestro enfoque. Entre ellas, como regiones de oferta, y las regiones de demanda en América se desarrolló el intercambio atlántico pasando por los "canales" que presentaremos más abajo. Estas regiones europeas -en alemán se habla más bien de "paisajes de industria casera" (Gewerbelandschafterif 9 - tuvieron una gran influencia sobre grupos de 33 Kaufhold, Karl Heinrich: Das Gewerbe in Preussen um 1800 (Göttinger Beiträge zur Wirtschafts- und Sozialgeschichte, 2), Göttingen 1978, pág. 416s. 34 Kellenbenz: „Der deutsche Außenhandel gegen Ausgang des 18. Jahrhunderts", en: Lüthge, Friedrich (ed.): Die wirtschaftliche Situation in Deutschland und Österreich um die Wende vom 18. zum 19. Jahrhundert, Stuttgart 1964, págs. 4-60, l l s s . ; Harder-Gersdorff, Elisabeth: „Leinen-Regionen im Vorfeld und im Verlauf der Industrialisierung (1780-1914)", en: Pohl (ed.): Gewerbe- und Industrielandschaften vom Spätmittelalter bis ins 20. Jahrhundert (Vierteljahresschrift für Sozial- und Wirtschaftsgeschichte, Beiheft 78), Stuttgart 1986, págs. 203-253, aquí págs. 204, 209ss. 35 Año de las adquisiciones por parte de Prusia. 36 p a r a i o s otros centros tradicionales de producción de telas y paños en Brandenburgo véase: Mittenzwei, Ingrid/Herzfeld, Erika: Brandenburg-Preußen 1648-1789. Das Zeitalter des Absolutismus in Wort und Bild, Berlin 1987, págs. 140ss. Sobre la región prusiana de producción de lino más importante véase: Fechner, Hans: Wirtschaftsgeschichte der Preußischen Provinz Schlesien in der Zeit ihrer provinziellen Selbständigkeit 1741-1806, Breslau 1907. 37 Zeuske, "Deutsche 'Hinterländer' und Amerika ...", págs. 164-200. 38 Además en Leipzig muchos eran hugonotes de procedencia francesa (Riquet; Thieriot; Benelle); en Dresde, de 246 comerciantes en 1832, 144 se ocupaban del comercio con productos coloniales; véase: Ludwig, Der Export..., pág. 65, nota 184. 39 Estas regiones deberían definirse más bien en términos de geografía histórica y entidades naturales-económicas. A veces la producción no se efectuó precisamente en toda una
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comerciantes prusianos (y sajones, naturalmente), que deseaban comerciar con América o, por lo menos, que sabían que allí, en el recinto monopolizado por España, se encontraban mercados muy importantes por la gran demanda colonial, a los cuales buscaban un acceso lo más directo posible. La apertura puntual de los puertos libres caribeños para acaparar el contrabando a partir del siglo XVII, la apertura parcial de las reformas borbónicas en el Imperio español con el "comercio libre" de 1778 y 1789, pero sobre todo con el "comercio con neutrales", y en la segunda fase tardío-borbónica y "antillana" a partir de 1818, abrieron distintas posibilidades a este comercio. Al lado de estas posibilidades de comercio más o menos directo Prusia y otros Estados alemanes, representando los intereses de "sus" productos, buscaron entonces canales para su comercio americano desde los centros de producción. Ya desde el segundo tercio del siglo XVIII, en algunos casos también más temprano, existían importantes relaciones comerciales entre grupos de actores en las regiones productoras y de desarrollo protoindustrial en Prusia y Sajonia, pasando en su mayoría por Hamburgo 40 y Bremen 41 , y el área ibérica 42 y, a través de ésta, hacia el Caribe y la América hispánica 43 . región administrativa o natural, tal como se menciona a menudo en la literatura ("lienzos de Silesia"), sino solamente en aldeas aisladas o en un grupo de aldeas, que producían cosas tan especializadas como sogas para las Indias Occidentales. Tal fue el caso de microregiones en el condado de Schaumburg, véase: Schneider, Karl Heinz: "Schaumburg Beispiel einer erfolgreichen regionalen Industrialisierung", en: Comparativ, 5. vol. (1995), 4, pág. 72. En general véase: Schulze, Rainer: "Region-Industrialisierung-Strukturwandel: Annäherungen an eine regionale Perspektive sozio-ökonomischen Wandels", en: Industrieregionen im Umbruch. Historische Voraussetzungen und Verlaufsmuster des regionalen Strukturwandels im europäischen Vergleich, ed. Schulze, Essen 1993, págs. 14-33. 40 Jochmann, Werner: "Hamburgisch-schlesische Handelsbeziehungen. Ein Beitrag zur abendländischen Wirtschaftsgeschichte", en: Geschichtliche Landeskunde und Universalgeschichte, Festgabe für Hermann Aubin, Hamburg 1950, págs. 227-236; Engelsing, "Schlesische Leinenindustrie ...", págs. 207-231; Pohl, Hans: Die Beziehungen Hamburgs zu Spanien und dem Spanischen Amerika in der Zeit von 1740 bis 1806 (Vierteljahresschrift für Sozial- und Wirtschaftsgeschichte, Beiheft 45), Wiesbaden 1963, págs. 126ss. Engelsing, "Schlesische Leinenindustrie ...", passim; Pohl, Die Beziehungen burgs..., págs. 127ss.; 141s.
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42 ídem, "Die Hansestädte und Lateinamerika ...", passim. 43 Schwarzer, "Der Hamburger Exporthandel ...", passim; para la parte española véase la Real Orden, fechada en San Ildefonso, el 18 de Septiembre de 1773, para que en los Reinos de las Indias se entienda no estar comprendidos en la prohibición de los tejidos de algodón de los Dominios extranjeros los lienzos puramente de lienzo de fábrica extraña, que viniendo en blanco se pinten o estampen en las fábricas de España: Archivo Nacional de Cuba (ANC), Asuntos Políticos (AP), 1773, número (n°) 56, legajo (leg.) 2. Obviamente una ventaja competitiva para lienzos baratos alemanes.
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Generalizando se pueden mencionar cuatro tipos de canales a través de los cuales fluía este comercio hacia la A m é r i c a española 4 4 . Esos "canales" n o existían aisladamente, sino que en m u c h o s de los casos sólo funcionaban en c o n j u n t o y/o en partes alternativamente. Quizá utilizar la imagen de " c a n a l " resulte demasiado generalizadora, ya que también podría hablarse de redes, que a m e n u d o eran sum a m e n t e sofisticadas, sobre todo en sus extremidades productivas y de distribución, pero también c o m o canales entrelazados, porque casi n u n c a eran líneas directas de intercambio. P r i m e r tipo. B a j o fuertes influencias holandesas así c o m o francesas y en c o m petencia sobre todo con D i n a m a r c a y H a m b u r g o , en Prusia surgieron intentos de instalar puntos propios de intersección con la red internacional de comercio colonial del siglo X V I I I en los puertos de Stettin y E m d e n . Stettin, situada en la dese m b o c a d u r a del río O d e r y desde 1720 en posesión de Prusia, controlaba la red fluvial del Oder que llegaba hasta Breslau en Silesia. El Oder f u e por lo tanto el único río alemán enteramente b a j o control prusiano desde su nacimiento c o m o río navegable hasta su desembocadura. Se pensaba convertir la ciudad de Stettin en un " H a m b u r g o prusiano". La ciudad de Emden 4 5 , adquirida en 1744 y en posesión de Prusia hasta 1806, controlaba la Bahía de Jade en el M a r del Norte y la desemb o c a d u r a del río Ems, cerca de la frontera con los Países Bajos. A través de este río los contactos llegaban hasta las regiones protoindustriales de TecklenburgLingen, Mark, Berg, Minden-Ravensberg, pasando su red de transporte por las ciudades de Osnabrück, Bielefeld o Lingen y con buenos contactos con Bremen. Otro punto de intersección, que aparentemente servía m á s bien para controlar en el propio territorio prusiano las importaciones de géneros coloniales procedentes de H a m b u r g o y c o m o tal con m á s éxito, se f u n d ó en el puerto interno y fluvial de M a g d e b u r g o . Así Prusia ejerció cierto control sobre la red fluvial del río Elba y del río Saale, sobre t o d o con la estación principal de aduanas en Wittenberg. Federico II intentó independizar el comercio prusiano de los hanseáticos y organizarlo " d e s d e arriba" con toda f u e r z a -llegando hasta la consecuencia de provocar guerras comerciales interno-alemanas y conflictos con Dinamarca. Los intentos fracasaron por m u c h a s razones. Las principales razones fueron la fuerte posición de Dinamarca, de H o l a n d a o de las repúblicas oligárquicas hanseáticas en relación 44 Véase la representación cartográfica de los canales en: Kellenbenz: Deutsche Wirtschaftsgeschichte, I: Von den Anfängen bis zum Ende des 18. Jahrhunderts, München 1977, pág. 350. Véase la lista de los grupos principales de productos alemanes hasta la industrialización: Zorn, Wolfgang: "Schwerpunkte der deutschen Ausfuhrindustrie im 18. Jahrhundert", en: Jahrbücher für Nationalökonomie und Statistik, vol. 173 (1961), págs. 422-447. 45 Müller, Annemarie: "Emdens Seeschiffahrt und Seehandel von der Besitzergreifung Ostfrieslands durch Preussen bis zur Eröffnung des Dortmund-Ems-Kanals (I a parte)", en: Hansische Geschichtsblätter 55 (1930), págs. 90-170.
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con el sistema de "equilibrio europeo" antes de la revolución francesa y, por supuesto, la falta de una fuerte burguesía comercial interna. Después de la muerte del rey absolutista se inició, encauzada por la Oficina de Comercio de Ultramar de Prusia (fundada en 1772), una política de nuevas relaciones diplomático-comerciales con otros Estados, sobre todo con Holanda, las ciudades hanseáticas y Sajonia, así como con Bohemia en el imperio austríaco. Segundo tipo. Venta de los productos del hinterland, pasando por las grandes ciudades-mercados del hinterland, como Leipzig, Breslau, Hannover, Osnabrück o Bielefeld 46 , a grandes comerciantes y armadores en Hamburgo (consulado en 1794, consulado general en 1811 47 ), Bremen (consulado 1795 48 ) o Lübeck, que se servían de sus relaciones con comerciantes holandeses, ingleses, franceses o daneses. La parte dominante en esta relación fueron las grandes ciudades hanseáticas, 46 El comercio [exportador] se concentraba en Bielefeld, cuyos comerciantes habían organizado el último paso en el proceso de producción del lino, el blanqueo. Ellos vendieron los tejidos blancos por toda Europa y sobre todo a España y sus colonias, véase: Potthoff, Heinz: "Geschichte von Gewerbe und Handel", en: Tümpel, Herrmann: Minden-Ravensberg unter der Herrschaft der Hohenzollern, Bielefeld 1909, págs. 179-256; véase también: GStAM, Tit. XCI, n° 14: Generalbericht des Oberkammerpräsidenten von Stein über den Zustand der Provinz Minden-Ravensberg. 47 GStAPK, III. HA 2.4.1 II Nr. 11-20; Soetbeer, Adolph: Über Hamburgs Handel, 3 tomos, Hamburg 1840, 1842, 1846, passim; Pohl: „Die Hansestädte und Lateinamerika um 1800. Ein Beitrag zur Geschichte ihrer Schiffahrts- und Handelsverbindungen", en: Spanische Forschungen der Görresgesellschaft. Erste Reihe. Gesammelte Aufsätze zur Kulturgeschichte Spaniens, vol. 22, Münster 1965, págs. 321-344; Scholl, Lars Uwe: „Struktur und Wandel in der deutschen Handelsschiffahrt 1815-1918", en: Scripta Mercaturae, 18. vol./2 (1984), págs. 30-60; Kresse, Walter: Die Fahrtgebiete der Hamburger Handelsflotte 1824-1888, Hamburg 1972; Pohl: Die Beziehungen Hamburgs ..., passim; Schwarzer, Oskar: Der Hamburger Exporthandel..., págs. 455-487; Pietschmann, Horst: „Hamburgo y la América Latina en la primera mitad del siglo XIX", en: Primer Congreso Internacional de Historia Económica y Social de la Cuenca del Caribe, San Juan de Puerto Rico, págs. 455-487. 48 Prusia tuvo un agente comercial permanente en Bremen a partir de 1783 (Franz Heinrich Rump); a partir de 1795 hubo un consulado; los trabajos más importantes sobre comercio y navegación bremesa son: Rauers, Friedrich: Bremer Handelsgeschichte im 19. Jahrhundert. Bremer Handelsstatistik vor dem Beginn der öffentlichen administrativen Statistik in der ersten Hälfte des 19. Jahrhunderts, Bremen 1913; Schwebel: "Bremens Handel dringt nach Lateinamerika vor. Bremische Pionierarbeit zu Beginn des vorigen Jahrhunderts", en: Mitteilungen der Handelskammer Bremen, 15 (1952), págs. 225-228; Engelsing: Bremen als Auswandererhafen 1683-1880 (Veröffentlichungen aus dem Staatsarchiv der Freien Hansestadt Bremen, vol. 29), Bremen 1961; Müller, Hartmut: "Die Fahrtgebiete der Bremer Reederei im Ausgang des 18. Jahrhunderts - Quellen zur bremischen Verkehrsgeschichte", en: Bremisches Jahrbuch, 56 (1978), págs. 39-78; Schwebel: Bremer Kaufleute in den Freihäfen der Karibik ..., passim.
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sobre todo Hamburgo, y Dinamarca en cuanto al intercambio entre el Caribe y el área del Báltico. Desde finales del siglo XVIII, ya que existía un tratado comercial entre Prusia y EE.UU. (1785), también había una "vía norteamericana" que utilizó la orientación reexportadora de la joven república. Otra variante de este tipo sería el canal por el río Rin hacia Amsterdam o Rotterdam 49 . En tiempos de guerra y bloqueos de estos grandes centros comerciales también se utilizaban para comerciar los centros prusianos de segundo rango anteriormente mencionados, como revelan las informaciones del cónsul de Estados Unidos en Emden, William Clark. En 1804 Clark informó: "When no war exists in Europe, the trade between the United States and this port [Emden -M.Z.] is inconsiderable.- Our vessels resort here from necesity when the neighboring Rivers, or the Ports of Holland are in a State of rigorous blockade. Within the last two month about a dozen American Vessels have entered this River.- principally from United States (direct) with Cargoes, consisting of articles of American growht or Manufactures, or Merchandises from East & West Indies.- Several foreign Vessels have likewise arrived here from the United States - but a considerable proportion of all these Cargoes being destined for the Bremen Market" 50 .
Es interesante que muchos de los cónsules prusianos en centros comerciales como Hamburgo y Bremen eran representantes sociales de la "marcha" o migración paulatina de comerciantes del hinterland productivo hacia el mercado y, a veces, pasando por una fase de servicio (y de ascensión social) en la burocracia prusiana, hacia las costas de Europa. Allí se establecieron, por así decirlo, los centros familiares y sus principales casas de comercio. Los hijos de estas familias fueron enviados muchas veces aún más lejos para fundar sucursales en las Indias Occidentales o para aprender los negocios en casas comerciales de amigos de la respectiva familia, ya establecidos en América. Ese fue el caso de la familia Delius de Bielefeld, que durante decenios monopolizó los cargos de cónsul de Prusia en Bremen 51 y la de Oswald, oriunda de Silesia que hizo lo mismo durante mu49 König, Bernhard W.: Preußens Consular-Reglement in seiner heutigen Geltung und Anwendung. Mit Benutzung der Acten des Königlichen Ministeriums der Auswärtigen Angelegenheiten, 2. umgearbeitete Ausgabe, Berlin 1866, pág. 5 (primera edición: B.W. von König: Handbuch für preußische Consularbeamte, Rheder, Schiffer und Befrachter, Berlin 1847). 50 U S N A , Record Group 59 State Department, Despatches from U.S.-Consuls in Elberfeld, Rostock, and Lübeck, 1804-1889, sin foliación. Carta de William Clark de Emden (28 de Junio de 1804) a James Madison, Secretary of State (ortografía original); veáse también el panorama más amplio en: Schwebel: Bremer Kaufleute in den Freihäfen der Karibik ..., págs. 91 ss. 51
Entre 1802 y 1909 el consulado y, a partir de 1854, consulado general, estuvo en manos de la familia de comerciantes de telas de Bielefeld, Versmold y Bremen, Delius: 1802 - 1823
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chos años en Hamburgo 5 2 , así c o m o , pero sin los cargos privilegiados de cónsules prusianos en las ciudades hanseáticas, la familia de Gruner (Osnabrück-BremenDinamarca) y muchas otras". Wilhelm Oswald, quien por su admiración hacia la cultura británica se hizo llamar William O'Swald, fue a partir de 1836 vicecónsul en Hamburg, a partir de 1836 cónsul y a partir de 1843 cónsul general de Prusia en la ciudad hanseática 54 . T e r c e r tipo. Sin embargo, también se intentó establecer relaciones comerciales directas mediante barcos alquilados hanseáticos o franceses, daneses, holandeses o ingleses entre los puertos prusianos o entre Hamburgo, así c o m o Bremen y St. Eustatius primero, Santo Tomás después de 1780 (y otros puertos libres del Caribe) 55 , en primer lugar, pero también con Santo D o m i n g o y Cuba ya a partir de 1791 y 1796, sobre todo entre 1797 y 1799, es decir, en los tiempos del "comercio con neutrales". Más tarde también hubo relaciones directas frecuentes con barcos hanseáticos propios hacia Venezuela, c o m o en el caso de la casa bremesa "Louis Delius & Comp.", ya en 1832 56 . A finales del siglo XVIII ya hubo en m u y pocos casos una penetración con barcos prusianos propios mediante el contrabando a través de las posesiones no hispánicas en el Caribe 57 . Se intentó utilizar las buenas
Christian Friedrich (Frederik) Delius (1770-1823); 1823 - 1855 Friedrich Adolph Delius (1799-1855); 1856 - 1866 Georg Ludwig (Louis) Delius (1807-1866); 1867 - 1909 Friedrich Wilhelm Delius (1837-1909), véase: GStAM, Rep. 81: Preußischer Konsul (Generalkonsul) Bremen; veáse también: Boeck, Oliver: Kommerz und Politik - Die Geschäfte der Familie Delius, das Preußische Konsulat in Bremen und der Lateinamerika-Handel im 19. Jahrhundert, Köln 1998 (trabajo de diploma, tutor: Michael Zeuske). 52 Schramm, Percy E.: "Die Familie Oswald-O'Swald", en: Hieke, Ernst: Zur Geschichte des deutschen Handels mit Ostafrika. Das hamburgische Handelshaus IVm. O'Swald & Co. (Forschungen zur Hamburgischen Wirtschafts- und deutschen Außenhandelsgeschichte, ed. Hieke, Ernst), Hamburg: Verlag Hans Christians 1939, págs. 7-54, págs. 23ss. 53 Schwebel: Bremer Kaufleute in den Freihäfen der Karibik ..., págs. 194ss., 244s. Hieke, Zur Geschichte ..., pág. 33. 55 Kellenbenz, Hermann: "St. Thomas, Treffpunkt des karibischen Handels", en: Lateinamerika-Studien, 11 (1982), págs. 135-144; Walter, Rolf: "Die Insel St. Thomas: Drehund Angelpunkt in der Karibik. Eine wirtschaftliche Betrachtung", en: ibid., 145-160; Kellenbenz: "Die Geschäfte des Carl Hopfengärtner in Aux Cayes", en: JbLA, 28 (1991), págs. 251-275; Schwebel: Bremer Kaufleute in den Freihäfen der Karibik ..., págs. 46ss. 56 Schwebel: "Carl Theodor Merkel und Heinrich Carl Franzius - zwei Bremer Lateinamerikakaufleute im Spiegel ihrer Autobiographien", en: Bremisches Jahrbuch, 54 (1976), págs. 117-206, pág. 120, nota 3. 57 Schneider: "Die Bedeutung von Kontoren, Faktoreien, Stützpunkten (von Kompagnien), Märkten, Messen und Börsen im Mittelalter und in der frühen Neuzeit", en: Die Bedeutung der Kommunikation für Wirtschaft und Gesellschaft, ed. Pohl, Stuttgart 1989, págs. 37-63.
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relaciones con Holanda para establecer un consulado en Curazao (1782), o con Dinamarca, si había buenas relaciones (consulados en Copenhague 1718, Helsingör 1739, 1781-1803 58 , por supuesto también los centros comerciales bajo control oficial danés, como Altona o Glückstadt). En 1804 hubo el proyecto de convertir a un comerciante, Heinrich Rötgers, en cónsul prusiano en Santo Tomás, lo que el gobierno danés negó por tratarse de una colonia 59 . A finales del siglo XVIII, el comercio entre el Caribe y Alemania produjo ganancias netas bastante elevadas (300-400%) 6 °. El recuerdo de este tipo de relaciones temporales "directas", dirigidas contra el dominio comercial de Hamburgo y Bremen, fue la base de los intentos de las compañías en los años comprendidos entre 1815 y 1830. Sin embargo, es preciso resaltar claramente que el intercambio tuvo su ancha parte indirecta y oculta, por ejemplo hacia las islas danesas, holandesas o inglesas (Trinidad, Tobago) en el Caribe y, por supuesto, desde Santo Tomás, Curazao o Trinidad y Tobago hacia Puerto Rico y Tierra Firme ("Spanish Main"), respectivamente. En cierto sentido, estos intentos fueron una prolongación de la política prusiana de independizar sus relaciones comerciales del dominio hanseático, pero esta vez los intentos surgieron "desde abajo", motivados y organizados por grupos de los propios productores o comerciantes del Hinterland. A lo expuesto hay que añadir la existencia de algunos planes para comprar una isla en las Indias Occidentales (por ejemplo, Puerto Rico), de modo que aquí se dieron algunos principios para una política colonial-comercial, lo que casi setenta años más tarde intentó Bismarck con poco éxito en cuanto a África 61 . 58 Las fechas según: GStAPK, I. HA. Bestandsübergreifendes Register für das Archivgut über auswärtige Beziehungen Brandenburg-Preußens in der Zeit des Feudalismus, f. 14r/15r. Mencionamos aquí solamente las fechas de la fundación de los consulados y no presentamos las actas mismas, por ser esto parte del análisis pormenorizado de otro trabajo mayor. Sobre los intentos prusianos de establecer consulados en Curazao y Santo Tomás, así como de comprar Puerto Rico, véase: Zeuske: "Die vergessene Revolution: Deutschland und Haiti in der ersten Hälfte des 19. Jahrhunderts. Aspekte deutscher Politik und Ökonomie in Westindien", en: JbLA, 28 (1991), págs. 285-326, págs. 285-290, 303; sobre Haití véase también el reciente libro de Bernecker: Kleine Geschichte Haitis, Frankfurt/Main: Suhrkamp 1996. 60 Kellenbenz, "Die Geschäfte ...", pág. 253; ídem, "Der deutsche Außenhandel gegen Ausgang des 18. Jahrhunderts", en: Die wirtschaftliche Situation in Deutschland und Österreich um die Wende vom 18. zum 19. Jahrhundert, ed. Lütge, F., Stuttgart 1964, págs. 4-60; ídem, "Die Handelsbeziehungen zwischen Deutschland und Lateinamerika bis 1871", en: Kohut, Karl/Briesemeister, Dietrich/Siebenmann, Gustav (eds.): Deutsche in Lateinamerika - Lateinamerika in Deutschland (americana eystettensia, eds. Kohut, Karl/König, Hans-Joachim), Frankfurt am Main 1996. 61 Esser, Cornelia: "Berlins Wirtschaft und der Kolonialismus", en: Berlin im Europa der Neuzeit. Ein Tagungsbericht, ed. Ribbe, Wolfgang/Schmädeke, Jürgen, Berlin/New York:
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Cuarto tipo. Como revelan los trabajos de Jórg Ludwig62, tanto Sajonia como Prusia trataron de concluir convenios comerciales con la corona española63 u otros Estados del oeste de Europa para establecer o, mejor dicho, para asegurar oficialmente rutas directas e ininterrumpidas de intercambio64 o para penetrar en el punto de partida de la Carrera de Indias, Cádiz65, o en los puertos más importantes después de la apertura de 1778/89. También hubo intentos de asegurar las rutas directas mediante privilegios o acuerdos especiales con España66. En el caso de España, parece que fue la influencia francesa en la corte madrileña la que impidió la conclusión de un tratado de comercio67 entre Prusia y España. Parece también que por ello se nombró cónsul general a Henry, hasta entonces secretario de la legación prusiana en Madrid. Todavía en 1806 este cónsul general de Prusia en la corte de Madrid intentó asegurar este comercio directo sin una convención formal 68 . El mayor problema para España era la cuestión de las aduanas e impuestos, por esto se pensaba seguir el modelo que había propuesto el banquero Groese de Vinckeveen, aparentemente un flamenco. Los comerciantes debían pagar los impuestos aduaneros y contribuciones que normalmente se pagaban en España y en los puertos de América, en sus respectivos puertos de partida Walter de Gruyter 1990, págs. 221-228. 62 Ludwig: Der Export sächsischer Waren nach Amerika 1760-1830. Ein Beitrag zur Geschichte der wirtschaftlichen Beziehungen zwischen europäischen Regionen und Lateinamerika, Phil. Diss., Leipzig 1993; publicado bajo el título: Ludwig: Der Handel Sachsens nach Spanien und Lateinamerika 1760-1830 (Beiträge zur Wirtschaftsgeschichte N° 1/1994), Leipzig 1994. 63 ídem: "España y Sajonia, 1820-1823", en: Trienio. Ilustración y Liberalismo, Madrid (mayo 1991), págs. 6-19.
n° 17,
64 König: Preußens Consular-Reglement ..., págs. 5ss.; Oppenheim, Heinrich B.: Praktisches Handbuch der Consulate aller Länder, Erlangen 1854. 65 Véase por ejemplo los intentos de los comerciantes silesianos: APW, N° 347: Acta von Etablierung einer Handlungs Compagnie und eines Handlungs Hausses in Cadix 17701798. No sabemos a ciencia cierta si también había intentos de controlar la producción de lienzos en Silesia por parte de negociantes de Cádiz. Pero en 1754 hay una información sobre un "negociante potente" de Cádiz (puede ser que no fue un español) que había intentado establecer una manufactura de lienzos en Silesia, véase: GStAM, Rep. 96.428 F. 66 GStAM, AA II, Rep. 6, N° 1442, betr. Notizen zu einem Handelsvertrag zwischen Preußen und Spanien, s.f.; ibid., Rep. XI. 240 g.l Spanien, fasc. 10: Essai sur le commerce de toiles entre la Silésie et L'Espagne et ses Colonies, 1803. 67 Ludwig: Der Export sächsischer Waren ..., pág. 139, nota 411; véase también: Driesch, Wilhelm von der: Die ausländischen Kaufleute während des 18. Jahrhunderts in Spanien und ihre Beteiligung am Kolonialhandel, Köln/Wien 1972, págs. 423 s. 68 APW, N° 328, f. 63r/v: copia de una circular con los propósitos del cónsul, fechada en Berlín, el 20 de abril de 1806.
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y hacerlas llegar en letras de cambio contra la casa Groese. Además, el gobierno español exigía una contribución extraordinaria, llamada "de expedición", entre el 5% y el 6%. Este modelo también hubiera posibilitado que los comerciantes prusianos exportaran oro y plata de América 69 . Los primeros consulados prusianos en el imperio español se establecieron en las Islas Canarias (1748) 70 , Cádiz (1748-1805), Madrid (1749, 1777), Málaga (1750-1759), Valencia (1770-1791), Alicante (1770-1791), Cartagena (1795), Sevilla (1805-1806) 7 ' y Barcelona (1773) 72 . Había intentos de establecer consulados prusianos en la línea Bayona (1782), San Sebastián, Bilbao 73 y La Coruña. En La Coruña, el puerto del correo marítimo y de registros hacia América, se estableció definitivamente una representación consular en 179574 en relación con la política de apertura española.. Los acuerdos especiales de 1806, es decir, los intentos de solucionar el problema de los canales directos entre Berlín y Madrid, que debido a la derrota de Prusia en ese año nunca se realizaron, también consideraban establecer dos o incluso tres agentes comerciales de Prusia en puertos hispanoamericanos 75 . En el caso del tratado entre Sajonia y España, los españoles no mostraron interés por establecer relaciones oficiales comerciales con un reino tan relativamente pequeño y políticamente ya no muy importante después de la separación de Polonia y Sajonia (1763). No obstante, parece que también influyó en ello la competencia entre Cataluña y Sajonia en el sector textil, la prohibición de introducir telas de algodón (1768) en España o la competencia en la producción de porcelana76. Más interés tuvieron los españoles en el sector tecnológico, especialmente en 69 ibíd. 70 GStAPK, I. HA. Bestandsübergreifendes Register ..., f. 56r; también mencionado en: König, Preußens Consular-Reglement..., pág. 5. 71
GStAPK, I. HA. Bestandsübergreifendes Register ..., f. 56.
72 Para el consulado en Barcelona existen vestigios sólo a partir de 1789, véase: GStAM, III. HA, 2.4.1, II, Nr. 517: "Acta, das Preußische Consulat in Barcellona betr., für ganz Catalonien, Majorca u. Ybica, (balearische Inseln) hier incl: Thilebein, Molins, Anton d'Ogny, Anton d'Ogez", 22 Juni 1772-Sept. 1815. 73 A Breslau se informó el 14 de julio de 1795 que Delagoanère había sido nombrado consul en Bilbao, véase: APW, N° 216, f. 91r. 74
GStAM, III. HA, 2.4.1., II, Nr. 524: "Acta, das Gesuch des ehemaligen Accise Directoris Delagoanère um Conferirung des Preuß. Consulats zu Bayonne, oder St: Sebastian oder Bilbao, incl.: enthält das Consulat zu Corunna betr.:" (1789/1795-1816); Bayona: ibid., Rep. 9 Z Lit. B, Fasz. 1-2. 75
APW, N° 328, f. 91r, copia de un informe del conde de Hoym, fechada en Breslau, el 28 de Mayo de 1806. 7
6 Véase: Ludwig, Der Export..., pág. 151.
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todo lo concerniente a la tecnología minera 77 sajona. Sajonia estableció sus primeros consulados oficiales para el comercio con las Antillas (y el Mediterráneo) en Málaga (1806) y Burdeos (1807) 78 . En tiempos de comercio ventajoso, como por ejemplo entre 178279 y 1792 (con una crisis entre 1786/87), los productores y comerciantes sajones o prusianos no tuvieron mucho interés en la intervención de sus respectivos Estados. Sin embargo, en tiempos de guerra sí lo tuvieron. Así, cuando estalló la guerra entre Francia y España en 1793 y los españoles secuestraron las mercancías francesas y, con ellas, muchos surtidos de telas alemanas, entonces los comerciantes alemanes sí mostraron interés por las actividades diplomáticas 80 . La situación se hizo aún más grave después de la reapertura de las hostilidades entre Francia e Inglaterra en 1803. En este contexto hay que ver los "acuerdos especiales" de 1806. También existieron otros intentos de asegurar canales con representaciones consulares, aún más indirectos, vía Inglaterra (Londres 1713, Guernsey 1759, Liverpool 1776, Edinburgh 1783, Newcastle 1804)81, vía Francia (París 1658, Burdeos 1718, Marsella 1743, La Rochelle 1748, Dunquerque 1748, Nantes -viceconsulado- 1749, Le Havre 1751, Brest 1782, Calais 1796), vía los Países Bajos Unidos (Amsterdam 1718, Dordrecht 1690, Groningen 1801, Middelburg 1800, Rotterdam 1719, -viceconsulado- Schiedam 1792, Vlissingen 1772), vía los Países Bajos austríacos (Ostende 1788, Amberes 1797), por mencionar solamente los más importantes, así como vía puertos de la más tarde Italia (Ancona 1748, 1787, Nápoles 1744, Trieste y Fiume 1783)82. 77 Zeuske: "Technologietransfer und 'bourbonische Reformen': die sächsisch-deutschen Bergbauspezialisten in Spanisch-Amerika", en: Zeuske/Schröter/Ludwig (eds.): Sachsen und Lateinamerika ..., págs. 140-163. 78 Ludwig: Europa central...,
pág. 29.
79 En España a partir de este año, con los nuevos aranceles, las telas sajonas pagaban solamente del 12 al 22% de entrada, mientras que las telas francesas, que antes habían pagado del 5 al 6% de aduana, ahora tenían que pagar entre el 18 y 26% de entrada; Ludwig: Der Export..., pág. 158. Ibid., págs. 166ss. GStAPK, I. HA. Bestandübergreifendes Register ..., f. 24r; Engelsing: "Die Häfen der Südküste der Ostsee und der Ostseeverkehr in der ersten Hälfte des 19. Jahrhunderts", en: Vierteljahresschrift für Sozial- und Wirtschaftsgeschichte (VWSG), 58 (1977), pág. 22; Dumke, Rolf H.: "Anglo-deutscher Handel und Frühindustrialisierung in Deutschland 1822-1865", en: Geschichte und Gesellschaft (GuG), 5/2 (1979), págs. 175-200. 82 GStAPK, I. HA. Bestandsübergreifendes Register..., f. 22r (Francia), f. 41r/42r (Países Bajos) y f. 29r-31r (territorios italianos); véase también: Niephaus, Heinz-Theo: Genuas Seehandel von 1746-1848: Die Entwicklung der Handelsbeziehungen zur Iberischen Welt, zu West- und Nordeuropa sowie den Überseegebieten (Forschungen zur internationalen Sozial- und Wirtschaftsgeschichte, vol. 8), Köln 1975; Trieste y Fiume, véase: APW, Nr.
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Como es bien sabido por los trabajos de Paul Butel, Francia, y sobre todo los puertos "hugonotes" de Burdeos, La Rochelle o Nantes, se habían convertido en el siglo XVIII en el almacén general de productos coloniales para toda Europa central83. Las ciudades de la costa atlántica de Francia tenían buenas relaciones comerciales sobre todo con Dinamarca, el Báltico y en Prusia especialmente con Stettin84. El trasfondo de esta fuerte posición de la "France maritime " era la colonia más dinámica del siglo XVIII: Saint-Domingue. La importancia de la ruta comercial entre Burdeos y puertos daneses, Hamburgo, Stettin o Danzig con su comercio al por mayor (vino y productos coloniales a cambio de trigo, telas, madera y sogas para buques) y de Burdeos como punto de intersección entre el comercio europeo y el comercio ultramarino se reflejó en el área consular: el primer consulado prusiano en un puerto de la enemiga Francia se estableció, ya en 1718, en Burdeos 85 . En el siglo XIX, a partir de 1815, la vía indirecta de reexportación Hamburgo/Bremen-Londres/Liverpool o Baltimore, Boston, Charlestown, Nueva York, Filadelfia y Nueva Orleans86, iniciada en 1788, llegó a ser muy importante para el comercio alemán con el Caribe, ya controlado en los centros importantes por cónsules 87 , consulados y consulados generales (Hamburgo, Bremen, Londres, 216, f. 83r. 83 Butel, Paul: "Les négociants allemands de Bordeaux dans la deuxième moitié du XVIIIe siècle", en: Wirtschaftkräfte und Wirtschaftswege, II: Wirtschaftskräfte in der europäischen Expansion. Festschrift für Hermann Kellenbenz, Schneider, Jürgen et al. (eds.), Stuttgart 1978, págs. 589-613. 84 Espagne, Michel: Bordeaux baltique. XVIIIe et XIXe siècles, Bordeaux 1991.
La présence
culturelle
allemande
à
Bordeaux
85 G S t A M , Rep. 9 Z, Lit. B Fasz. 4-6; ibid., III. HA, 2.4.1., II, Nr. 219: Acta des M.d.a.A. betr: das Königl=Preuß. Consulat zu Bordeaux (1815-1824). 86 G S t A P K , III. Hauptabt., 2.4.1. II, Nr. 576: Acta des M. a. A. betr: das Königl=Prcussisch: Consulat zu Baltimore in Amerika, vol. I vom Januar 1820 bis März 1861; ibid., Nr. 578: Acta des M. a. A. betr: das Königl=Preußisch: Consulat zu Boston in Amerika, vol. I v o m Febr. 1819 bis September 1867; ibid., Nr. 581: Acta des M. a. A. betr: das Königl=Preußisch: Consulat zu Charleston in Amerika, vol. I vom July 1818 - Juni 1870; ibid., Nr. 602: Acta des M.a.A. betr: das Königl=Preußisch: Consulat zu Neu Orleans in Amerika, vol. I vom July 1817 bis Sept. 1867; ibid., Nr. 604: Acta des M.a.A. betr: das Königl=Preußisch: Consulat zu N e w York in Amerika; und das General Consulat f ü r die Vereinigten Staaten von Nordamerika in N e w York, vol. I vom Novbr. 1817 bis December 1853; ibid., Nr. 610: Acta des M.a.A. betr: das Königl=Preußisch: Consulat zu Philadelphia in Amerika, vol. I v o m Mai 1818 bis N o v e m b e r 1866. 87 Para Filadelfia se mencionan un cónsul en 1791; para Charlestown uno en 1804, veáse: A P W , Nr. 216, Börsen-Archiv, Acta die Königl. Consuls in Frembden Landen betreffend, f. 49r, Schreiben des Oberpräsidenten der Provinz Schlesien an die Ältesten der Kauf-
Regiones
europeas
y regiones
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americanas
Liverpool, Nueva York) bajo la bandera prusiana. Prusia ya tenía asegurada desde hacía tiempo una de estas vías hacia América, gracias a los tratados comerciales de 1785-1796, 1799-1810 y 182888 con Estados Unidos, prácticamente a espaldas de Inglaterra. Sin embargo, esos tratados tuvieron más bien un carácter simbólico. Por su debilidad marítima, por la guerra entre Inglaterra y Francia 89 y por la falta de puertos con cargamentos de retorno 90 , esta vía indirecta, todavía en 1834-1836, benefició más a otras potencias comerciales que a Prusia. Según el plenipotenciario norteamericano, durante este período, el valor de las exportaciones de Alemania hacia Estados Unidos se cifraban en 14,84 millones de dólares. A Prusia sólo le correspondían 119.000 dólares de ese valor total (0,8%), mientras que las ciudades hanseáticas monopolizaban un valor de 8.671.000 dólares (58,4%), Holanda un valor de 1.050.000 dólares (7,07%) y Francia un valor de 5.000.000 dólares (33,7%) 91 . El modelo estructural de las relaciones vía estos canales se expone a continuación. Según las importaciones de diferentes tipos de telas de lino a Hamburgo, las regiones más importantes -en términos político-territoriales- del hinterland hamburgués fueron Silesia, Sajonia, Westfalia y el Bajo Rhin; algunas cantidades importantes también procedían de Bohemia y -para completar el surtido- del reino de Hannover 92 . El hinterland de Bremen formaron los paisajes o territorios de la Alta Weser, Osnabrück, la Westfalia oriental, pero también Brunsvig-Lüneburg y Thuringia. De allí pasaban los géneros según las condiciones políticas y económicas vía ciudades portuarias europeas o norteamericanas hacia las Indias Occidenmannschaft von Breslau, Breslau, 19. Sept. 1791 über die Ernennung des Kaufmanns Carl Gottfried Paleske zum preußischen Konsul in Philadelphia. Charlestown (cónsul Steinmetz) veáse: Handbuch über den Königlich-Preussischen Hof und Staat auf das Jahr 1804, Berlin: Gedruckt bei George Decker s.a., págs. 58ss. 88 Beutner: Die deutschen Handels-, Freundschafts-, Schiffahrts-, Consular- und literarischen Verträge, Berlin 1883, págs. 357ss. 89 Entre 1795 y 1814, pero sobre todo entre 1807 y 1814, los Estados Unidos monopolizaron casi todo el comercio entre Europa y las Indias Occidentales. Véase Kutz, Martin: "Außenhandel und Krieg. Eine quantitative Analyse der Außenhandelsbeziehungen in Europa und nach Übersee und der Strukturveränderungen des Außenhandels durch Krieg und Wirtschaftskrieg", en: The Emergence of a World Economy 1500-1914 (Beiträge zur Wirtschafts- und Sozialgeschichte, ed. Kellenbenz/Schmitt/Schneider, vol. 33/1), Wiesbaden 1986, págs. 199-278, pág. 208. 90 Zimmermann, Alfred: Geschichte burg/Leipzig 1892, pág. 112.
der Preußisch-Deutschen
Handelspolitik,
Olden-
Fisk, George M.: Die handelspolitischen und völkerrechtlichen Beziehungen zwischen Deutschland und den Vereinigten Staaten von Amerika, Stuttgart 1897, pág. 85. 92 Soetbeer: Über Hamburgs Handel..., I, págs. 119s.; Reden, Leinwand- und Garnhandel Norddeutschlands..., págs. 106ss.; Pohl: Die Beziehungen ..., págs. 126ss.
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tales. Las clases de telas más importantes, hasta la industrialización del producto alemán más importante para el comercio con América, fueron: Platilles royales, casarillos aplatillados, bretañas, cholets, dowlas, rouanes ("ruanas" o "Rouannes"), lienzos de Silesia ("Silesianos"), de Osnabrück ("Osnaburgers" o "Osnabrugs"), lienzos de Tecklenburg y Iburg ("Tecklenburger", "Iburger"), estopillas, creas y creas a Morlaix, adamascados, drells, coutils, listados, bontes, arabias, lienzos de Bodenwerder y diferentes tipos de lienzos gruesos (Bleichtücher, Segeltuch, Stiegellinnen, Schiertuch, Sacklinnen, Kronenleinen), así como telas de lana y de algodón, foulards de seda93. Este comercio de telas aparece descrito de dos formas en la literatura: la decadente significación de los lienzos alemanes tradicionales (sobre todo los silesianos y sajones de Lusacia) hasta los años cuarenta, como lo describe Schwarzer 94 y el hecho -ya observado por Soetbeer a finales de los años treinta 95 del siglo pasadode que las telas producidas en Alemania a base de algodón, podían competir bastante bien con los productos ingleses en los mercados ultramarinos, a pesar de que en Inglaterra la industrialización estaba más avanzada. Sin embargo, en estas descripciones hay una contradicción obvia: la decadencia general de la exportación de lienzos tradicionales silesianos, así como sajones, y el aumento de las importaciones de lienzos de calidades peores y más baratas, es decir, sobre todo los gruesos y no pintados "Osnabrugs", a Bremen 96 y Hamburgo entre 1820 y los años cuarenta 97 . A nuestro modo de ver, esta contradicción se debe sobre todo a que las calidades baratas se utilizaron en Cuba, Venezuela y otras regiones para los esclavos ("esquifación") o como ropa para el campesinado negro en Haití. En cierto sentido y necesariamente un poco aforístico, la esclavitud masiva en Cuba salvó por algún tiempo la producción tradicional de lienzos alemanes. Como es bien sabido, hasta el censo de 1841 aumentaron las cifras de esclavos en Cuba hasta alcanzar casi medio millón de individuos. Los conflictos internos en Venezuela de los años cuarenta en adelante y las inseguridades políticas en Cuba (la llamada "conjuración de la escalera", 1844) debilitaron esta flor tardía de la clásica producción manufacturera alemana de lienzos de Silesia y Sajonia. Pero no la marchitaron de golpe, a pesar de la fuerte competencia inglesa, irlandesa y esco93 Schwarzer: Der Hamburger Exporthandel..., pág. 57; veáse también la lista "Fabrícate der Preußischen Staaten, welche in Venezuela consumiert werden" (1835) en: GStAPK, III. HA, 2.4.1. II Nr. 5204: Handels=Verhältnisse mit Columbien und Nachrichten über andere Gegenstände in Beziehung mit diesem Staat. Venezuela, vol. I vom Juny 1825 bis October 1840, f. 91r-92r; Schwebel: Bremer Kaufleute ..., págs. 395s. 94 Ibid., passim. 95 Soetbeer: Über Hamburgs
Handel...,
I, pág. 123.
96 Engelsing: "Schlesische Leinenindustrie ...", pág. 217. 97 Schwarzer, Der Hamburger
Exporthandel...,
pág. 56.
Regiones europeas y regiones
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americanas
cesa. Pero a la larga, con la gradual abolición de la esclavitud americana, los productores tradicionales quebraron o tuvieron que reorientar su producción 98 . Los aumentos relativos de la exportación de lienzos hacia Venezuela en los tiempos relativamente tranquilos entre 1836 y 1843" tampoco pudieron salvar a las "industrias" tradicionales silesianas y sajonas. Los centros de la moderna producción alemana de telas a base de algodón, ya pintadas, se hallaban en Chemnitz y en el Vogtland sajón. Sus mercados más importantes ya no eran los lejanos puertos de América, sino se hallaban en Alemania y en Europa oriental. Las perspectivas de los trabajos de Engelsing, Schwarzer y otros afirman la tesis de que en los años veinte y treinta del siglo XIX Cuba se convirtió más bien en una "colonia" de Bremen. Anteriormente la influencia de Hamburgo había sido más fuerte, como se desprende de los trabajos de Pohl100. Los bremeses estaban especializados, mucho más que los hamburgueses, en la exportación de lienzos de calidades baratas de Osnabríick 101 . Además, en el siglo XIX Bremen llegó a ser el gran centro de la elaboración de tabaco en Alemania. Esta íntima relación de Bremen con Cuba perdió intensidad con la especialización de Bremen en el comercio "hombres a cambio de tabaco (de Virginia)" con la emigración masiva de alemanes hacia América del Norte a partir de los años cuarenta de este siglo. Hasta 1806/07 los comerciantes utilizaban unos u otros canales en diferentes composiciones y alternativas según fueran las circunstancias políticas y económicas. Esto último es muy importante, porque Hamburgo y Bremen, como centros europeos de segundo rango, pero con un control sobre "su" propio hinterland 98 GStAM, III, H A 2.4.1. II, No. 534: Das Königlich Preußische General-Consulat für Spanien und Portugal und die Organisation des Consulats-Wesens in Spanien überhaupt (1848-1850), f. 45-56, una relación de von Gülich sobre un viaje a los distritos industriales en Silesia dice, sin cuantificarlo, que todavía había una fuerte exportación de linos a Cuba y Puerto Rico. Un comerciante mayor le había informado de que "sin el mercado de Cuba ... se viera obligado a la limitación su producción y a dejar sin empleo a muchos tejedores ..."; ibid., No. 5228: Die Handels- und Schiffahrtsverhältnisse mit Mexico und die Nachrichten über Handels- und andere Gegenstände in Bezug auf diesen Staat (18491851), págs. 446-471: una relación ae Richthofen al Ministerio de Relaciones Exteriores sobre el comercio con México y Cuba dice: "Cuba ( e s ) . . . todavía el consumidor principal de nuestros lienzos alemanes [...] Nuestro comercio con Cuba es cien veces más importante que el con Beirut, Damasco y Jerusalén o con Grecia, más importante que con los principados del Donau, más importante que el con España, más importante que el con México, y Cuba representa después del Brasil el punto principal de nuestras relaciones transatlánticas." (información de Jürgen Müller, Mannheim). 99 Walter, Rolf: Venezuela und Deutschland (1815-1870) Sozialgeschichte, 22), Wiesbaden 1983, pág. 74. 100 Pohl: Die Beziehungen 101 Soetbeer, Handel...,
Hamburgs
(Beiträge zur Wirtschafts- und
..., págs. 141, 191ss., 238ss., 249ss. y passim.
vol. II, pág. 376.
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respectivo, tuvieron la ventaja relativa de poder seleccionar la oferta más barata del respectivo centro comercial inglés, danés, francés, español u holandés de primer rango en cuanto a las relaciones con las colonias en América. Por ejemplo, después de 1797, los alemanes del interior en vez de realizar el comercio vía Cádiz, y en vez de usar el corto tiempo del comercio con neutrales, dieron preferencia a la vía a través de Estados Unidos o Santo Tomás, mediante barcos hamburgueses, daneses, holandeses o franceses 102 . De todas formas, a partir de 1791, sobre todo entre 1806 y 1815, el comercio alemán hacia América atravesó una gran crisis debido tanto a las guerras napoleónicas y al bloqueo continental, como también a la fuerte posición de los comerciantes franceses dentro del recinto bloqueado por los navios ingleses. Prusia perdió los mercados americanos para más de la mitad de sus productos exportables. El comercio marítimo se redujo en un 60% 103 . También las importaciones decayeron en estas y otras dimensiones. En Silesia empezó la reagrarización prusiano-oriental a pesar de que las casas comerciales más fuertes sobrevivieron esta crisis y siguieron en la exportación de lienzos hasta la mitad del siglo XIX. En cuanto a la profundidad de la crisis de comienzos del siglo, las quejas del representante consular en Amsterdam resultan muy comprensibles. El cónsul Gregory escribió el 26 de febrero de 1808 al rey: "... aquí reina en el comercio una tranquilidad mortal. Café, azúcar y los productos coloniales tienen precios sumamente elevados y si en los próximos días no hay paz, se venderán todos" 104 . A partir de 1808, en los documentos prusianos aparecen informaciones sobre actividades de contrabando por parte de norteamericanos, las cuales se prolongaron hasta 1817105. Sin embargo, la crisis no afectó a todos los territorios alemanes de la misma manera, ni fue tan aguda como se menciona en los discursos de aquel entonces y hasta hoy en la mayoría de los trabajos científicos sobre el período 1790-1815 106 . Lo que sí decayó terriblemente fueron las formas, canales y redes tradicionales del intercambio atlántico, tal como habían funcionado en las postrimerías del siglo XVIII. Pero también en esta materia hubo matices. El recuerdo de las experiencias y los éxitos de los últimos decenios del siglo XVIII contribuyeron en gran medida 102 Ludwig: Europa central...,
pàg. 170.
103 Treue, Wilhelm: Wirtschaftszustände
und Wirtschaftspolitik
in Preußen
1815-1825,
Stuttgart 1937, pägs. 34-43, 182-204. 104 GStAPK, III. HA, 2.4.1, Nr. 312: Consulat zu Amsterdam, 1807-1814, f. 4r/v. 105 ibid., Nr. 2456: "Acta betr.: Die Ankunft Amerikanischer Schiffe in den königlichen Häfen. Unterbrechung der Handels=Verhältnisse mit Amerika", 3 vols. 106 Wehler: "Wirtschaftlicher Wandel in Deutschland 1789-1815", en: Berding, H. et al. (eds.): Deutschland und Frankreich in Zeitalter der Französischen Revolution, Frankfurt/M. 1989, pägs. 100-120.
Regiones europeas y regiones
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a restablecer o refortificar las redes comerciales a partir de 1820, pero ya no en forma de monopolios o compañías privilegiadas, sino bajo la influencia del incipiente comercio libre americano en forma de sendas casas comerciales y redes personales de comerciantes. En tal contexto Kutz resalta que las guerras napoleónicas fueron más bien un tipo de estimulante para el comercio europeo con las Indias Occidentales 107 que una decadencia total. A manera de resumen interino: el impacto de las independencias americanas Con las luchas por la independencia en Hispanoamérica, sobre todo a partir de 1822, se abrieron nuevas perspectivas. Con el reconocimiento de la independencia de la "Gran" Colombia por parte de Estados Unidos y Gran Bretaña (1822/231825/26 108 ), de la independencia del Haití por parte de Francia en 1825 y con el llamado "comercio libre absoluto" de 1818 en el "imperio insular restante de España" (Cuba y Puerto Rico) se dio la gran posibilidad de reformar y dilatar estas redes parcialmente decaídas y de orientarlas en nuevas formas jurídicopolíticas con las cuales los incipientes Estados "nacionales" de ambos lados del Atlántico empezaron a ejercer el control sobre estas relaciones. Con la nueva situación política en América, los viejos canales indirectos y directos, hasta aquel entonces casi siempre inoficiales, prohibidos o muy inestables, es decir, en su mayoría de contrabando o, por lo menos de comercialización oculta, paso a paso se hicieron oficiales, aunque todavía no todos directos. Para los contemporáneos, entre 1820 y 1830 el mapa político cambió prácticamente de golpe. Los nuevos sujetos y destinatarios de la política comercial y consular ya no eran las regiones productivas o consumidoras sino los reinos europeos por una parte y las ya mencionadas "repúblicas americanas, antes colonias españolas", una designación que en el lenguaje de las fuentes prusianas cambiaba sólo muy lentamente. Todavía a mediados de siglo se puede hallar en las actas alemanas la expresión "Estados libres de América, antes colonias españolas". Cuba y Puerto Rico, las últimas colonias, ahora vinieron a ser excepciones. Las experiencias del siglo XVIII y la crisis del bloqueo continental, prolongada hasta aproximadamente 1814, las promesas de una política librecambista por los nuevos Estados en la anterior América hispánica y en el Brasil, los altos precios y el mito de los productos coloniales con sus respectivos "submitos" -en el caso de México sobre todo la plata, en el caso de Cuba el tabaco y el azúcar- despertaron !07 Kutz: "Außenhandel und Krieg ...", pág. 217. 108 Véase: Kaufmann, William W.: British Policy and the Independertce of Latin America, 1804-1828, London 1967; Kossok: Im Schatten der Heiligen Allianz ..., passim; Schneider, Jürgen: Frankreich und die Unabhängigkeit Spanisch-Amerikas. Zum französischen Handel mit den entstehenden Nationalstaaten (1810-1850), I. Teilband: Darstellung; II. Teilband: Statistischer Anhang (Beiträge zur Wirtschaftsgeschichte, ed. H. Kellenbenz/J. Schneider, Bd. 10), Wiesbaden 1981,1, passim.
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expectativas gigantescas y un nuevo "mito liberal" de América. Para los años comprendidos entre 1815 y 1830 puede resumirse este mito en la formula "libertad y comercio libre = riqueza para todos". Por el otro lado, el conservador, se desarrolló un mito sobre el republicanismo americano, como se puede desprender de la famosa frase de Metternich "ne jacobinez pas". A partir de 1825/27, después de una fase de debilidad hanseática 109 y de un corto auge especulativo de exportaciones de lienzos tradicionales hacia América (1814-1825)"°, se desarrolló de nuevo la "simbiosis lucrativa" de las regiones productivas del hinterland alemán, Hamburgo y Bremen a favor de estas últimas ciudades, como ya había existido a finales del siglo XVIII 1 ", pero ahora con un centro metropolitano y de decisión en la capital prusiana, en Berlín, y nuevas formas jurídicas 1 n . El problema más grave para el cambio estructural en Alemania en cuanto a esta supremacía comercial de la costa sobre la producción del hinterland fue la paulatina debilitación de esa misma supremacía a medida que aumentaba la producción inglesa e irlandesa en vías de industrialización, lo que al principio fue interpretado por muchos contemporáneos como una mera supremacía comercial británica. Hay una frase muy conocida del economista J. Kulischer: "Alemania pagaba sus 'Kolonialwarerí con linos" 1 ' 3 . Sin embargo, hasta ahora muy pocos historiadores se han planteado las cuestiones: ¿de dónde provenían concretamente esos "lienzos"?; ¿se trataba sólo de los famosos "Osnaburgers"; ¿quién controlaba los diferentes tramos ("canales") en el largo recorrido del comercio entre Alemania y las colonias en América?, y ¿qué tipo de relaciones se establecían entre las zonas de producción de los lienzos, los centros de exportación y la geografía de la importación y del consumo de las Kolonialwaren? Hasta ahora casi sólo hay investigaciones parciales sobre esta temática que se concentran en torno al papel desempeñado por las ciudades hanseáticas" 4 .
109 Schwarzer: Der Hamburger Exporthandel..., pág. 46ss., passim. 1 ' 0 Engelsing, "Schlesische Leinenindustrie ...", págs. 210-215. 111
Ibid., pág. 209. 112 Kresse: "Die Auswirkungen der Handelsverträge der Hansestädte mit amerikanischen Staaten auf die Hamburger Schiffahrt", en: Zeitschrift des Vereins für Hamburger Geschichte, 60 (1974), págs. 139-146; Becker: "Los tratados de amistad ...", passim. 113 Kulischer, Johannes: Allgemeine Wirtschaftsgeschichte des Mittelalters und der Neuzeit, 2 vols., München 1958, vol. II, pág. 213. 114 Pietschmann: "Hamburgo y la América Latina ...", passim, y los títulos citados en él y Kellenbenz: "Zur Frage der konsularisch-diplomatischen Verbindungen und der Handelsverträge der Hansestädte mit überseeischen Staaten im 19. Jahrhundert", en: Bremisches Jahrbuch 49 (1964), págs. 219-224.
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americanas
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Las dos perspectivas opuestas, es decir la perspectiva "universal" (desde América y desde el espacio atlántico) sobre las regiones en Europa, y la perspectiva regional desde sendas regiones del hinterland europeo hacia este "mercado mundial", mejor dicho, hacia esta "demanda colonial", respectivamente "americana", aporta un nuevo enfoque 115 , sobre todo si se utilizan también fuentes provenientes de las regiones americanas. Dicho de otra manera: historiadores alemanes, especializados en la historia interna de América Latina, leen e interpretan las fuentes alemanas y americanas que tratan de relaciones comerciales con Iberoamérica. En nuestro caso, estas perspectivas enfocan las regiones productoras y a veces temporalmente "protoindustriales" prusianas y sajonas del hinterland europeo, sin discutir aquí los conceptos con profundidad. Un último aspecto: es interesante que ninguna de las regiones productoras con una fuerte producción exportadora en posesión prusiana antes de 1815 (la baja Silesia y Westfalia) ni las regiones tradicionales sajonas en Lusacia lograron el salto desde formas de la protoindustrialización hacia la modernidad industrial del siglo XIX. Al contrario, las "nuevas" regiones prusianas y sajonas protoindustriales -que por supuesto contaban con una gran tradición "industrial" (en el sentido del término alemán Gewerbe, que en castellano no existe)116-, que a partir de 1815 formaron los territorios básicos de la expansión comercial del hinterland alemán (el condado de Berg y territorios renanos de Prusia, Chemnitz, el Vogtland y los Schonburgische Herrschaften en Sajonia) sí se desarrollaron de gérmenes de la protoindustrialización hacia la modernidad industrial, hasta llegar a ser dos motores dentro de la amplia gama de caminos de la industrialización para toda Alemania. Si bien no podría decirse: "sin el gran comercio atlántico no hubiera habido industrialización", lo que sí puede decirse es: "sin las experiencias -también frustradas- de tal comercio atlántico no habría habido industrialización". En los años setenta Herbert Kirsch resaltó las estructuras feudales de la industria de lencerías en Silesia y la adversidad de tales relaciones productivas para las renovaciones técnicas, mientras que en las regiones renanas y en las arriba mencionadas regiones sajonas se adoptaron muy rápidamente las nuevas formas sociales y económi-
Kutz: "Außenhandel und Krieg ...", passim, analiza el comercio bajo una perspectiva europea y en forma cuantitativa. Ringel, Herrmann: Bergische Wirtschaft zwischen 1790 und 1860, Neustadt an der Aisch 1966; Schell, Otto: Elberfeld im ersten Vierteljahrhundert der Hohenzollernherrschaft 1815-1840, Elberfeld 1918. Véase la interesante diferenciación del territorio de la confederación aduanera alemana en una región agroexportadora al oriente del río Elba (lo que incluiría a las regiones textileras de Sajonia) y una región de exportación de productos manufactureros en las provincias occidentales, a las cuales pertenecieron los países del Rin, Westfalia, Lingen-Tecklenburg etc.); véase Dumke: "Anglo-deutscher Handel...", pág. 183.
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cas para la producción de telas a base de algodón 117 ; en Silesia por ejemplo también se desarrollaron sendas zonas de producción algodonera, pero estas quedaron como excepciones. Además, también se desarrollaron rápidamente nuevos mercados europeos para hilos producidos en Alemania. En los párrafos siguientes vamos a dejar de lado el papel desempeñado por Santo Tomás, Curazao y Haití/Santo Domingo, para concentrarnos en el análisis de algunas regiones en Cuba y Venezuela. Hay que destacar con claridad que el mero uso de estos términos nacionales desdibuja bastante las realidades históricas. No debe confundirse el discurso de élites centrales que utilizaron los conceptos centralizadores (Venezuela, Cuba) para fundar ideológicamente sus posiciones y las realidades históricas. Estas realidades, como se reconoce en las estructuras del intercambio, sin duda alguna fueron profundamente determinadas por las regiones. Regiones americanas 1. Cuba y sus países La mayor isla de las Antillas ha sido por lo general profundamente subestimada en las historias económicas y comerciales alemanas" 8 . Hoy casi nadie sabe que ya el 22 de junio de 1819, 39 comerciantes alemanes fundaron en La Habana la "Sociedad de Beneficencia de Alemania'" 1 9 . La importancia económica de Cuba estribaba primeramente en el tradicional papel desempeñado por La Habana en el intercambio con México, el mayor mercado para Alemania en América desde 1821. Sin embargo, ese papel tradicional se complicó mucho a partir de 1821 debido al problema de las formas políticas. Schwarzer menciona -con razón- que por los años veinte, el consumo interno cubano de linos importados de Hamburgo era igual o incluso superior que el de 1 K i s c h , "The Textile Industries...", passim. 118 w i l l , Theodor: "Anfänge des Deutschtums in Havanna", en: Ibero-Amerikanische Rundschau 6, N° 10 (1940), págs. 118ss. Theodor Will, de la casa comercial "Will Hermanos" figura en la "relación nominal de los subditos alemanes..." de 1876. Su ¿padre o hermano? Louis Will fue primero cónsul de Braunschweig y después de la "Confederación del Norte de Alemania" en La Habana y a partir de 1872 representante comercial de la Alemania imperial en Cuba, véase: Badura, Bohumil: "Sobre la inmigración alemana en Cuba durante la primera mitad del siglo XIX", en: Ibero-Americana Pragensia, año IX (1975), págs. 71-105 (parte I); Ibid., año X (1976), págs. 111-136 (parte II), págs. 134s. Véase también: Kellenbenz: "Die Deutschen in der Karibik", en: Fröschle, Hartmut: Die Deutschen in Lateinamerika. Schicksal und Leistung, Tübingen und Basel 1979, págs. 607630. ' ' 9 Badura: "Sobre la inmigración ...", II, pág. 130, menciona la primera noticia en el año 1842, mientras Kellenbenz: "Die Deutschen ...", pág. 620, menciona 1819.
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México y todavía lo subestima, porque en la región azucarera (el "país") de La Habana y Matanzas, así como partes del país de las "Cuatro Villas" ("Cuba A", como lo definió Juan Pérez de la Riva), la esclavitud masiva estaba en pleno auge. Las telas baratas alemanas, como hemos mencionado ya, eran lo más apropiado para las esquifaciones de esclavos. Además, en Cuba en los años veinte los alemanes todavía no tenían que temer tanto la competencia inglesa como en otros territorios americanos 120 . Más adelante Cuba también fue un mercado importante para productos típicos de la Alemania industrializada (herramientas, machetes, quincallería y técnica ferroviaria, así como máquinas en general). A pesar de la apertura al "comercio libre" en 1818 -que a la vez fue en cierto sentido una apertura antibritánica-, las actividades de los consulados prusianos en Cuba 121 a partir de 1825 fueron políticamente mucho más limitadas que en otros territorios caribeños debido a los restringidos derechos consulares y a la fuerte vigilancia de los funcionarios coloniales sobre las actividades de los cónsulescomerciantes. Las restricciones también afectaron a la economía debido a los privilegios aduaneros otorgados a los comerciantes españoles ("derechos de bandera"). Visto desde la perspectiva de las propias fuentes cubanas, siempre fue muy importante la relación con España, sobre todo con Cataluña, sobre todo por el desarrollo de las industrias textiles en la propia Cataluña y el dominio comercial de catalanes en Santiago de Cuba. Esto influyó en el comportamiento social de los comerciantes alemanes. Muchos se casaron con mujeres de familias hispanocubanas, respectivamente catalano-cubanas, o se aliaron con casas comerciales catalanas, sobre todo en el proceso de expansión del capital comercial desde Santiago de Cuba hacia el centro del país, cuando allá se dio el nuevo boom azucarero en los años treinta y cuarenta. El decreto del 24 de marzo de 1829 tuvo como consecuencia una fuerte restricción de poderes políticos para los cónsules en general, así como restricciones de emplazamiento de acuerdo con el decreto del 4 de febrero de 1845, que únicamente autorizaba establecer consulados en los cuatro puertos de La Habana, Matanzas, Santiago y Trinidad 122 . A pesar de estos problemas, los comerciantes y los otros alemanes radicados en Cuba ya en 1817 123 tuvieron un representante central "interno": el rico comerciante-negrero y hacendado cafetalero alemán Matías Averhoff (Haberhoff) 124 . 120 Schwarzer: Der Hamburger Exporthandel..., pág. 66. 121 La primera solicitud de establecer un consulado en La Habana data de 1817, la segunda, de Louis Hagedorn, de 1824, véase: GStAM, Rep. 120, C, Ausländischer Handel, Südamerika..., f. ls. y Ibid., II, 2.4.1., n° 645, f. 5ss. 122 ßadura, "Sobre la inmigración alemana...", II, págs. 112ss. 123 Véase la lista en: Ibid., I, pág. 76ss. 124 Ibid., pág. 78. Para las relaciones entre los alemanes propietarios radicados - y, a veces
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También otro alemán, Cornelio Souchay 125 , desempeñó un papel importante con el típico comportamiento germánico de fundar empresas "modelo" en la agricultura. En una investigación reciente y sobre la base documental de archivos españoles y cubanos (matrículas de comerciantes, introducidas en Cuba en 1833) Jordi Maluquer de Motes 1 2 6 llega a interesantes resultados en cuanto a los comerciantes extranjeros y los alemanes entre ellos. En el período comprendido entre 1833-1841 1 2 7 en La Habana se da la imagen de la tabla 1. Tabla 1 España Cuba EE.UU. Alemania Francia Gran Bretafla Italia Suiza Otros Total
946 102 50 46 36 18 13 8 39 1258
Esta posición de los comerciantes alemanes en La Habana fue la base para el consulado general en la capital cubana, así c o m o para que el 15 de diciembre de
- socialmente integrados, véase la genealogía cubana de Averhoff: Nieto Cortadellas, Rafael: Genealogías habaneras, 2 tomos, Madrid 1980, II, págs. 109-136. 125 £ n cuanto a los negocios y las relaciones sociales de estos alemanes "aplatanados" con los cónsules, por ejemplo con la Familia Sthamer, sobre todo Gustav Sthamer con Cornelius Souchay, entre 1813 y 1837 propietario del famoso cafetal "Angerona", en: Bouchet, Jorge du: "Colección de documentos para la historia del cafetal Angerona: La fortuna de Cornelio Souchay", en: Boletín del Archivo Nacional, n° 3 (1989), págs. 58-98. El testamento de Souchay revela que también mantenía relaciones comerciales con la empresa familiar de los Delius de Bremen y con la empresa de A. Dürninger de Herrnhut en la Lusacia alemana, véase ídem: "Documentos para la historia del Cafetal Angerona: testamento, codicilo, muerte y entierro de don Cornelio Souchay", en: Ibíd., n° 2 (1989), págs. 35-43. Véase también: Méndez, Isidro M.: Biografía del Cafetal Angerona, La Habana 1952. 126 Maluquer de Motes, Jordi: "L'emigració i el comer? catalá a les Antilles durant la primera meitat del segle XIX", en: 2nes Jornades d'Estudis Catalano-Americans, Maig 1986, Barcelona 1987, págs. 349-360. 127 Ibíd., pág. 356.
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1861 se fundara la "Sociedad Alemana de la Habana". Esta sociedad de recreo contaba con 54 miembros128. De 1825 a 1827 el representante consular en La Habana fue el bremés Louis Hagedorn, recomendado para ese cargo por el ministro de comercio de Prusia, von Bülow, y por intervención de la Oficina de Comercio de Ultramar. Sin embargo, el nuevo cónsul no recibió el exequátur de la corona española. Desde 1824 Hagedorn ya había sido agente comercial de la "Seehandlung"129. De 1829 a 1836 Heinrich Hensel, un "prusiano" de Silesia130 (sustituido temporalmente en 1832 por August Brandt) desempeñó ese cargo, a partir de 1830 con el exequátur oficial de la parte española. De 1836 a 1843, pero prácticamente hasta 1847, el consulado prusiano estuvo en manos de la influyente familia hamburguesa Sthamer. En los primeros años (1836-1842) el cargo fue ocupado por Friedrich Sthamer sin exequátur oficial debido a conflictos entre Prusia y España131. Por eso Sthamer actuó como agente comercial prusiano en Cuba. Durante su ausencia, a causa de enfermedades y viajes comerciales, le sustituyó en 1844 como cónsul ordinario Louis César Vernet de Hamburgo132. En 1843 y 1845 Eduard Puttfarken, también de Hamburgo, fiie el cónsul prusiano. Su sucesor de 1845 a 1847 fue otra vez Friedrich Sthamer, pero por ausencia tuvo que ceder el consulado primero a su hermano Gustav, que a su vez era cónsul de Hamburgo en La Habana, y a su antiguo sucesor Louis César Vernet133. A partir de 1847 el cónsul prusiano fue Friedrich Berndes134, quien posteriormente fue nombrado cónsul real e imperial de Austria. Lo más destacable, como se desprende de los relatos de los cónsules alemanes, fue el balance comercial desfavorable para Alemania en el comercio con Cuba en la primera mitad del siglo135, sobre todo en los años cuarenta136. Esto contribuyó a su vez al desarrollo de la industria azucarera alemana de remolacha a partir de este 128 "Anfange ...", págs. 118ss.; véase también: ANC, Gobierno Superior Civil (GSC), leg. 1601, n° 81702. 12 9 GStAM, Rep. 120, C, Ausländischer Handel, Südamerika ..., vol. I, f. 2r-14v, 35r/v; sobre la familia Hagedorn veáse: Schwebel: Bremer Kaufleute ..., págs. 210ss.
' 30 En la perspectiva de las fuentes españolas-cubanas las relaciones comenzaron en 1829, véase: Badura: "Sobre la inmigración alemana...", II, págs. 112ss. '31 APW, N° 328, f. 329r, información del presidente de la provincia de Silesia, Merkel, a los comerciantes de Breslau del 13 de diciembre de 1836. 132 ibid., f. 445r. 133 GStAM, III. H A 2.4.1. II, Nr. 645; Ibid., Rep. 120, C, Abth. XIII, Fach 17, n° 7, vol. I. 134 Badura: "Sobre la inmigración ...", II, pág. 113. 135 ibid., I, págs. lOOss. 136 Ein Hamburger auf Kuba. Briefe und Notizen des Kaufmanns Alfred Beneke 18421844 ausgewählt und erläutert von Renate Hauschild-Thiessen, Hamburg: Gesellschaft der Bücherfreunde, 1971, págs. 12s.
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tiempo. Especialmente se reconocerá la "dependencia" de Alemania del azúcar cubano hasta los años cincuenta y el estancamiento comercial de 1831 hasta 1835, como también la decadencia de la exportación de lienzos alemanes en los años cuarenta. Esto tuvo como consecuencia la crisis de la producción de lienzos en las regiones de la lejana Alemania, como por ejemplo en Silesia, donde en 1844 estalló la conocida rebelión de los tejedores. Todo esto a pesar de que en Cuba -por la mencionada apertura antibritánica- la competencia con las telas inglesas industrialmente producidas no fue tan fuerte como en otras regiones de América Latina. En el espejo de las regiones americanas se pueden reconocer mejor los motivos de algunos cambios estructurales en Alemania. El cónsul general inglés en La Habana, Joshua T. Crawford, sucesor de David Turnbull, nos proporciona una buena impresión del comercio entre Alemania y Cuba en 1844, aunque tampoco él pudo revelar el secreto de los "canales" de este comercio. En uno de los "Papers relating Slave Trade and Growth of Sugar in Cuba and Brazil. From January 1845 to May 1846'" 37 escribe: The official value of imports reached 1,806,000 dollars, being 312,000 dollars more than 1843. It is difficult to say what proportion of the exports of this island absolutely go to Germany, because of the monetary arrangements being almost wholly made in London ...; but ultimately the consumptions of sugars, rum, and tobacco, in the German States is very great, and I calculate that perhaps one-third of all the growth of sugar is taken there under their own and the flags of almost all other nations.
Esta estimación del cónsul inglés se aproxima bastante a una estimación de Gustav Sthamer. El cónsul hamburgués en La Habana informaba que Alemania, según sus conocimientos, importaba por lo menos un tercio de la producción cubana 138 . La dificultad para realizar un análisis cuantitativo se debe también al hecho de que una gran parte de las relaciones comerciales entre Rusia y Cuba pasaban por Alemania (vía Hamburgo). Según las informaciones consulares y según el diario de Alfred Beneke, agente de la casa "Weber, Balbiani & Comp." tenemos un buen panorama de las importaciones y exportaciones de las casas comerciales alemanas en Cuba en los aftos cuarenta. La importación de productos alemanes a Cuba según los informes contemporáneos no fue tan importante, por eso había una balanza comercial negativa para Alemania. Se importaban a Cuba lienzos de todos los tipos, sobre todo los más baratos, productos de seda y algodón, pañuelos, medias, cintas, guantes, material para producir sombreros, sacos o tela de saco y cordeles, productos de hierro, quincallería y productos de cristal, gres cerámico, ladrillos refractarios, azulejos, muebles, instrumentos de música, juguetes, bujías de sebo, artículos de 137 p.R.O., Kew Gardens, F.O. 420/4 (Confidential Print), pág. 14. 138 s t A Hbg., Senat, Cl.VI Nr. 6 Vol. 5b, Fase. 2 Invol. la: Sthamer, Havanna, 1. 11. 1845 (Rückblick auf die Jahre 1842 ss.).
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papel y colores, así como jamón, salazones, queso, cebada perlada, ginebra, vino y cerveza. Esta gama de productos y artículos se agrupaba en seis grupos principales: lienzos, telas de lana, sombreros, artículos de hierro, provisiones (sobre todo bebidas alcohólicas), artículos accesorios y muebles 139 . Los productos de gran valor que ocupaban espacios reducidos eran enviados a Cuba por los comerciantes alemanes, sobre todo los hamburgueses, con buques españoles debido a la política aduanera de España en cuanto a Cuba. Sin embargo, los comerciantes sólo enviaban en barcos alemanes, es decir, prusianos, bremeses o hamburgueses, los productos de poco valor y gran volumen, como tela de sacos, ladrillos o azulejos. Por tal motivo, el número de buques, por ejemplo de Hamburgo, llegados en esos años a Cuba era sólo la mitad del número de los buques hamburgueses llegados de Cuba a Hamburgo 140 . También aplicaron la medida de transportar exportaciones alemanas o europeas hacia puertos con derechos de aduana favorables (por ejemplo México, algunas islas caribeñas o África Occidental), desde donde los barcos navegaban en lastre a Cuba, para exportar desde allí azúcar u otros productos de la isla apetecidos en Europa 141 . Las exportaciones de Cuba hacia Alemania consistieron a comienzos de los años cuarenta en primer lugar de azúcar, café, tabacos, maderas, ron y mieles 142 . Aquí tenemos, dicho sea de paso, los condicionantes para las primeras relaciones estables de hamburgueses con el África Occidental y Oriental, donde unos cincuenta años más tarde se fundarán las primeras "áreas de protección" (es decir, colonias) de Alemania. No por azar, estas primeras relaciones con el África Occidental empezaron en los años cuarenta (1843) 143 . En cierto sentido, África y Oceanía desempeñaban en aquel entonces un papel funcional para el comercio alemán hacia América. Estas relaciones también pueden ser consideradas desde otra perspectiva. Mientras que el mercado alemán y centroeuropeo fue de suma importancia para el azúcar cubana y, por lo tanto para Cuba y España, el propio mercado cubano no lo fue en la misma medida para los productos alemanes y prusianos después de 1822 y sobre todo con el estancamiento de la "demanda de esclavos" después de la mitad del siglo, aunque esto varió durante la primera mitad el siglo XIX. Las variaciones oscilaban principalmente según las regiones y ciertos productos, si se
139 £in Hamburger ..., päg. 40s. 140 Ibid., päg. 12. 141 Kresse: "Die Auswirkungen ..." päg. 145. 142 Ein Hamburger ..., päg. 12. 143 Hieke: Zur Geschichte des deutschen Handels mit Ostafrika ... pägs. 60s., lOlss.; Bohner, Theodor: Der deutsche Kaufmann über See. Hundert Jahre deutscher Handel in der Welt, Berlin: Deutscher Verlag 1939, pägs. 463ss.
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toma c o m o punto de referencia una de las regiones alemanas de exportación, c o m o por ejemplo la región del hinterland europeo, Silesia. En 1846 el cónsul general de Gran Bretaña en Cuba, Crawford, en el ya mencionado "Paper" relata: In cottons we must continue our supremacy. German checks and stripes (called Listados [ l44 ]), is the only article which comes into successful competition with us in that branch of manufacture. Of linens the importation [de Cuba -M.Z.] was to the extent of 552,139 dollars, in 1842; it rose to be 1,357,160 dollars, in 1843; and it was only 865,558, in 1844. It appears that there was imported from Germany, In 1842 1,780,690 dollars In 1843 999,610 And in 1844 1,296,577 " so that taking the aggregate of the linens in those years from all quarters, and reducing them to per centage, we have
Great Britain Germany Other places
1842 18 58 24
1843 45 32 23
1844 32 48 20
It would seem, then, that so very remarkable increase of the importation of linens from Great Britain in 1843, was not from natural causes ...145. Lamentablemente el cónsul no explica estas "causas no naturales". Solamente nos brinda una opinión sobre las condiciones políticas desfavorables en Cuba, es decir, se refiere a las consecuencias económicas y comerciales de la represión política relacionada con la conocida "Conspiración de la Escalera" de 1843/44. Crawford explica: ... the disturbances which agitated the island, naturally tending to lessen the demand and reducing the consumption amongst the coloured population; ... the falling off consisted mainly in the short importation of blankets, flushings, and low cloths, which were not supplied to the negroes with the same liberality as in times of public tranquility upon the estates. 146 144 Se refiere a las famosas telas de damast, hechas de lienzos a mano sobre todo en Großschönau en la Lusacia alta en Sajonia. 14
5 P.R.O., Kew Gardens, F.O. 420/4 (Confidential Print), pág. 14.
146 i b í j Sobre "La Escalera" veáse: Paquette, Robert L.: Sugar is Made With Blood: The Conspiracy of La Escalera and the Conflict between Empires over Slavery in Cuba, Middletown, Conn.: Wesleyan University Press, 1988; el trabajo más reciente sobre la "sublevación de los tejedores" silesianos en 1844 es: Hodenberg, Christina von: Aufstand der Weber. Die Revolte von 1844 und ihr Aufstieg zum Mythos, Bonn: Dietz Verlag 1997.
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De todas formas, de aquí resulta claro que la "felicidad", como se decía entonces, de los tejedores alemanes en las lejanas aldeas de la montaña de Silesia dependía bastante de la "tranquility upon the estates" en Cuba. Parece que ya en aquel entonces la "universalización" tuvo sus graves problemas y que las relaciones tan frágiles con mercados "mundiales" lejanos tuvieron mucha más importancia de la que estuvieron dispuestos a darle los teóricos de entonces. También los informes consulares alemanes desde Cuba están llenos de observaciones sobre la creciente competencia inglesa y sobre el problema de las telas de lienzos producidas con máquinas. Gustav Sthamer, el cónsul de Hamburgo en La Habana, en 1845 informa: Fast alle deutschen Leinen-Artikel, kommen in großen Quantitäten und sehr gut imitirt von England, und diese Imitationen haben für die hiesigen Consumenten Vorzüge, die deren Introduction erleichtern und deren Verbrauch täglich vermehren. Sie sind, da sie von Maschinengarn und mit Maschinen gewirkt, egaler und feinlicher, mit reichen zweckmäßigen Verzierungen ausgestattet, dem Auge gefälliger und dabey zugleich billiger als die deutschen Fabrikate; die mit sich führenden Nachtheile dieser Imitationen, als geringere Dauerhaftigkeit und Zusatz von Baumwolle, werden dagegen weniger beachtet, was bey dem Charakter der Einwohner dieser Insel nicht zu verwundern ist, denn alle Claßen, besonders aber die niederen, leben nur für die Gegenwart, lieben den Luxus und um diesem zu fröhnen, ziehen sie leichte, das Auge betrügende aber billige Fabrícate den guten, gediegenen, aber dafür auch höher einstehenden, vor. 147
Sthamer pronostica que si la producción alemana no cambia rápidamente, el comercio alemán de los productos de lienzos sufrirá una gran ruina.' 48 De todas formas, las telas alemanas pudieron resistir a la competencia inglesa más tiempo que en otras regiones americanas. Pero las telas inglesas, producidas con la moderna maquinaria, ganaron a la larga la batalla. Muchos productores alemanes, para afrontar esta competencia, se habían especializado en lienzos finos, pero todavía producidos a manera tradicional. Al comenzar los aflos cuarenta tuvieron que darse cuenta que las telas producidas con hilos de la hilandería moderna de maquinas fueron mejores y más baratos en los mercados americanos. La venta de lienzos gruesos y baratos, el gran negocio de los bremeses en Cuba, a pesar de las crisis políticas en esta isla y las condiciones inestables en otras regiones, pudo seguir algunos años más, pero arruinaba la fama de las marcas finas. Otra causa de la decadencia del comercio alemán era la creciente competencia de la "enemiga
Es interesante que los sublevados no eran tejedores de lienzos, sino de algodón, que temían el mismo destino como sus colegas (y su competencia como fuerza de trabajo barata); ibid., págs. 57ss. 147 StA Hbg., Senat, Cl.VI Nr. 6 Vol. 5b, Fase. 2 Invol. la: Sthamer, Havanna, 1. 11. 1845 (Rückblick auf die Jahre 1842 ss.). 148 ibid.
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totalmente invencible'" 49 , el algodón. Aunque algunas fábricas, también en Silesia, se especializaron en telas de algodón, la competencia inglesa ya había ganado este terreno en los mercados americanos. Además, el convenio de comercio de la Unión Aduanera Alemana con los Países Bajos en 1839, abrió el mercado alemán para los productos de las colonias holandesas, como el azúcar. Sobre todo La Habana y las regiones azucareras fueron importantes para satisfacer la "demanda esclava" y para el comercio intermediario con México. Santiago de Cuba, al contrario, fue mucho más importante para el comercio intercaribeño y la expansión de nuevos tipos de comerciantes hacia el interior de la propia isla de Cuba, donde empezaron a desarrollarse nuevas zonas del "boom azucarero". En Santiago de Cuba en 1833 150 había comerciantes de: Para este temprano período del siglo Tabla 2 XIX también disponemos de relaciones de España 267 un cónsul inglés. Mister John Hardy, estaAntillas españolas 13 blecido como cónsul de Su Majestad BritáFrancia 23 nica en 1832 en Santiago, escribió sobre EE.UU. 8 "this flourishing colony of Spain" 151 , que Italia 3 para Inglaterra tenía sobre todo relevancia Gran Bretaña 3 en cuanto a su servicio postal hacia Jamaica Holanda 2 y para el circuito intercaribeño KingstonPortugal 2 Santiago-Puerto Príncipe. Alemania 1 Total 322 Hardy reseña el "Gross Return of the British and Foreign Trade at the Port of St. Jago de Cuba during the half year ending 30th. June 1832" hacia Londres 152 y sigue con el: "Gross Return of the British and Foreign Trade at the Port of St. Jago de Cuba during the half year ending 31th. of December 1832'" 53 (ver, respectivamente, las tablas 3 y 4). Llama la atención que ya en un período tan temprano Bremen ocupara el quinto lugar en el comercio con Santiago de Cuba. En el período comprendido entre 1841-1849 154 estas cifras cambiaron como se observa en la tabla 5.
'49 Beutin, Ludwig: Bremen und Amerika: zur Geschichte der Weltwirtschaft und der Beziehungen Deutschlands zu den Vereinigten Staaten, Bremen 1953, päg. 64. 150 Maluquer de Motes: "L'emigraciö i el comer? catalä ...", päg. 350. 151 P.R.O., Kew Gardens, F.O. 453/1: Consular Reports/Santiago de Cuba, Aug. 10, 1832 -Dec. 13, 1834, f. 1. '52 Ibid., f. 2ss. 153 ibid. 154 Maluquer de Motes: "L'emigraciö i el corner«; catalä ...", päg. 354.
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Tabla 3 Description British Spanish American French Bremen Dutch Belgian Danish Total
Arrived Vessels 9 45 43 10 5 2 1 2 117
Tonnage
Arrived Vessels 4 51 32 9 3 1 100
Tonnage
1162 6750 7069 1962 869 300 274 240 18626
Value of Cargos 13,595 35,000 54,800 22,000 15,000 1,200 155
3,800 £245,395
Departed Vessels 10 41 39 6 5 2 1 2 106
Tonnage
Departed Vessels 5 57 39 7 3 1 112
Tonnage
1256 6123 6375 1100 869 300 274 240 16537
Value of Cargos 20,025 85,000 170,200 26,500 34,000 1,300 k.A. 5,000 £342,025
Tabla 4 Description British Spanish American French Bremen Belgian Total
Tabla 5 España Cuba Francia Alemania Italia Otros países europeos Venezuela EE.UU. Haití Santo Domingo Otros países americanos Totales
155 sin datos.
444 5320 4471 1983 513 265 13,096
29 95 47 7 6 8 14 7 4 5 12 1043
Value of Cargos 3,500 60,000 38,000 23,000 12,000 -
£136,500
680 4380 5435 2542 613 274 13924
Value of Cargos 25,300 54,600 90,000 29,000 22,000 5,000 £225,900
Se observa una clara tendencia ascendente del comercio bajo control cubano (de un 10% a un 25%) y una menor influencia de los comerciantes de la antigua América española y de las antiguas colonias caribeñas vecinas. Sin embargo, también en el período comprendido entre 1841 y 1849 los comerciantes alemanes se mantienen en una posición relativamente importante, lo que constituye el trasfondo de las diferentes solicitudes para que se establecieran nuevos consulados en el oriente de Cuba, c o m o por ejemplo en la capital de Oriente, Santiago de Cuba
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(Wilhelm Hoppe en 1839; Raphael Rudolph Barthold en 1846; Jan van Nes Ziegler 1847; James Bauch 1847). En la primera mitad del siglo las peticiones de Wilhelm Hoppe (1839), de Raphael Rudolf Barthold (1846) y Jan van Nes Ziegler (cónsul de Hamburgo desde 1843) quedaron en meros intentos. A partir de 1847 se estableció de hecho un consulado prusiano con James Bauch 156 como cónsul, de derecho, porque el Capitán General no quiso un nuevo consulado en Santiago, pero el 11 de noviembre de ese año la Reina concedió el exequátur a Bauch" 7 . Este comerciante y cónsul James (Jakob) Bauch ofrece un buen ejemplo de las redes de relaciones, incluso familiares, entre los comerciantes, que se extendían desde los centros de producción o de blanqueo de telas en regiones europeas (Bielefeld), pasando por varios puertos europeos importantes (Hamburgo, Bremen, Amsterdam) y los anteriormente descritos "canales", hasta los mercados o los centros mercantiles en el Caribe 158 . La hermana de este joven comerciante (Bauch tenía en 1847 sólo 24 o 25 años de edad) estaba casada con Jan Van Nes Ziegler, quien a su vez era pariente, tal vez el hijo, de un Ziegler, fabricante de telas de Bielefeld, quien alrededor de 1800 se había trasladado a Curazao 159 . Allí este Ziegler se había casado con una holandesa e inició un comercio con las costas venezolanas, sobre todo con Maracaibo. Ziegler era socio de Ramón Pons (de Cataluña) y José Ayo (de Vizcaya). Pons y Ziegler mantenían la casa comercial "Pons y Ziegler", de la cual era socio James Bauch. Van Nes Ziegler, por su lado, a partir de 1846 fue cónsul de Hamburgo en Santiago de Cuba. Otra hermana de Bauch se casó con el comerciante marabino Manuel Vidal y Ramón. Y por fin, Catalina Banko menciona un Heinrich (Enrique) Bauch, proveniente de Hamburgo, que se estableció en La Guaira desde 1839. Este Bauch actuó entre 1844 y 1850 como cónsul de Hamburgo en La Guaira 160 y fue el encargado hamburgués para deliberar una prolongación del tratado comercial entre las ciudades hanseáti-
' 5 6 Archivo Histórico Provincial de Santiago de Cuba (AHPStC), Protocolos de giro, 1854, f. 146 y 1847, f. 597s; en: Badura: "Sobre la inmigración ...", II, págs. 114ss. 157 GStAM, III. HA 2.4.1. II, Nr. 649, passim; véase también: Kellenbenz: "Die Deutschen in der Karibik ...", págs. 607-630. 158 E s ta "historia familiar" es muy parecida a la historia de la familia Delius de Bielefeld, véase: Schmidt, Hans: Die Entwicklung der Bielefelder Firmen E.A. Delius, E.A. Delius & Söhne und C.A. Delius & Söhne und die Betätigung ihrer Inhaber im Rahmen des Ravensberger Wirtschaftslebens 1787-1925, Lemgo 1926. 159 GStAM, Rep. XI, 21 b Centrai-Amerika, N° 2. Acta, die Anstellung des van Teylingen als Cónsul in West=Indien betr. welche nachher rückgängig geworden, intus Ziegler, f. 23r-27v. 160 Banko, Catalina: El capital comercial en La Guaira y Caracas (1821-1848) ca de la Academia Nacional de la Historia, 47), Caracas 1990, pág. 394.
(Bibliote-
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cas y Venezuela 161 . Otro ejemplo de las redes familiares fue la ya mencionada familia Gruner. Christian Friedrich Gruner y su hermano menor, August Wilhelm Gruner, fueron los fundadores de una dinastía de comerciantes en Santo Tomás, Cuba y Venezuela. El último empezó como empleado en la firma de J. F. Uthoff en Bremen. Llegó hacia 1800 a Carlota Amalia. Allá abrió la casa "Gruner & Cía.'" 62 . Regresó a Bremen, donde le otorgaron la vecindad en 1822 y fundó un "Comercio de las Indias Occidentales". En 1839 formó, junto con sus dos hijos mayores, la casa comercial bajo la razón de "A. W. Gruner & Söhne". Otro hijo, Theodor, viajó a Santo Tomás 163 . No sabemos todavía a ciencia cierta si el vicecónsul imperial en Cienfuegos/Cuba, Hermann Friedrich Gruner y otro Gruner en Puerto Cabello/Venezuela fueron descendientes de esta familia, pero es muy presumible, ya que estos Gruner también tuvieron relaciones biográficas con Osnabrück y Bremen. En otras ciudades cubanas de importante desarrollo económico, como Matanzas y Cárdenas, en la costa norte, o en las ciudades caribeñas de Cienfuegos y Trinidad en el centro-sur de la isla, en Manzanillo en la costa sud-oriental o en la ciudad de Bayamo, en la primera mitad del siglo no hubo consulados. Pero artesanos y comerciantes alemanes ya participaron en las fundaciones o, respectivamente, en el desarrollo comercial de estos nodos comerciales de la isla. En cuanto a Cienfuegos, la "perla del sur", con su "violento boom azucarero" (Manuel Moreno Fraginals), tenemos un buen ejemplo de la expansión del comercio alemán desde Santiago de Cuba. En 1840: "Edourd Wittram, natural de Coppenbrigge, Reyno de Hanove en Alemania, de esta [sie], soltero, comerciante y hacendado en la Provincia de Santiago de Cuba ... solicita inscribirse en la matrícula de Comerciantes de esta [ciudad], en giro por mayor ,.."164. El caso del Hinterland de Cienfuegos, un circuito agroexportador como el de Maracaibo en Venezuela, en cierta forma es paradigmático para la actuación de una nueva generación de comerciantes alemanes. El boom azucarero empezó en los años 18351840. La región siguió en auge y transformación hasta la primera década del siglo XX. El desarrollo azucarero, sobre todo por las fuertes inversiones de comercian-
161 Bremisches Staatsarchiv, 2-C.16.11.a.l.b: Verträge mit Venezuela, auch Acta, den Verkehr mit Venezuela überhaupt betreffend (1831-1861) (sin fol.). 162 La Casa "Gruner & Cía." es mencionada en los comentarios a las actas del Congreso de Angostura, en 1819, como "muy adicta a los españoles"; veáse: Actas del Congreso de Angostura (Febrero 15, 1819 - Julio 31, 1821), pról. Brice, Angel Francisco, ed. al cuidado de Grases, Pedro, Caracas: Publicaciones del Instituto de Derecho Público, 1969, pág. 435, nota 1. 163 Schwebel: Bremer Kaufleute 164
..., págs. 225s.
Archivo Provincial de Cienfuegos (APC), Actas Capitulares, vol. 1, 1830-1840, f. 432r.
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tes refaccionistas, alcanzó rápidamente niveles altos. A partir del comienzo de este desarrollo, es decir, a partir de los años cuarenta, comerciantes alemanes, en expansión desde La Habana (Gruner), Santiago o Trinidad (Wittram, Boving & Overbeck), siguiendo por tierra o por la ruta de cabotaje en la costa sur de Cuba, tomaron parte en este boom. Estos comerciantes a menudo empezaron en el comercio menor o como representantes de casas comerciales (como la de Gruner o la de Schumann en Santiago), ya establecidas en otros lugares de la isla. Vendieron esclavos, se hicieron refaccionistas y hasta poseedores de haciendas azucareras. A veces se casaron con mujeres cubanas. En 1850 fundaron una sociedad mercantil bajo la firma "Dreher y Smith". Esos comerciantes eran importantes refaccionistas en la zona de Cienfuegos, es decir, prestaban dinero a hacendados azucareros de la región 165 . Bremen, siguiendo las huellas políticas (no tanto las comerciales) de Prusia, contó con un cónsul, Hermann Wätjen, en La Habana sólo a partir de 1836, pero ya a mediados de siglo disponía de consulados en las cuatro ciudades permitidas. Hamburgo estableció el primer consulado en La Habana en 1837 (cónsul: Gustav Sthamer) y, hasta 1841, en Matanzas (Broderus Albers), en 1846 en Santiago (Jan Van Nes Ziegler; nombramiento en Hamburg en 1843166) y en 1857 en Trinidad. Como puede apreciarse claramente, todos los consulados fueron controlados por un grupo muy reducido de grandes comerciantes, sobre todo de Bremen y Hamburgo' 67 , que formaron un fuerte grupo de actores económicos y sociales. Enviaron a sus hijos al Caribe168. Así por ejemplo, la renombrada casa de "Joh. César Godéffroy & Sohn" envió en 1837 a uno de sus hijos menores, Adolph Godéffroy, a La Habana. Godéffroy junior fundó una casa sucursal. En 1840 estas dos casas, la hamburguesa y la habanera, disponían de la mayor flota mercantil de Hamburgo. Zarpaban de la capital de Cuba y navegaban hacia Nueva Orleans, Veracruz, La Guaira, Puerto Cabello y hasta Montevideo, así como más tarde hacia Valparaíso, El Callao y Samoa. También aquí faltan cifras definitivas. Sin embargo, por el temprano interés del comercio de Bremen en el suministro de materia prima para la industria tabacalera, en pleno auge en esa ciudad, Cuba parece haber sido en lo cuantitativo más un Orlando García Martínez: Cienfuegos, entre 1878 y 1888. Los comerciantes
transformaciones
y la implantación
en la industria
azucarera
del central, passim (manuscrito no
publicado, citado con permiso del autor); APC, Protocolo E. Nieto, tom. 1850, f. 63r-63v. ' 6 6 £¡n Hamburger
..., pág. 14.
167 Véase la documentación y colección de fuentes de Theodor Will: "Quellensammlung zur Geschichte des Deutschtums auf der Insel Kuba" (1947), en: Staatsarchiv Hamburg (StAH), VIII AI. ' 6 8 Ein Hamburger ..., pág. 13; véase también Schneider: "Künste, Theater, Literatur und Musik in Havanna um 1840", en: Iberoamérica. Homenaje a Georg Siebenmann, 2 vols., München 1983, II, págs. 781-810.
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recinto de influencia bremesa que hamburguesa, por lo menos en los primeros veinte años, entre 1820 y 1840, aunque la alianza consular entre Hamburgo y Prusia, como ya sabemos, funcionaba también en Cuba. Otros Estados alemanes siguieron con sus respectivos consulados: Oldenburgo (1844), Hannover (1859), Würtemberg (1862) y Braunschweig (1862); Sajonia no tenía representación en Cuba. 2. Venezuela y sus regiones En comparación con otros territorios caribeños, Prusia envió tardíamente cónsules a Venezuela, a pesar de que había experiencias hanseáticas, hamburguesas y bremesas, relativamente provechosas169. En comparación con Cuba, Venezuela fue más bien una "colonia" hamburguesa, a pesar de que el rey de Baviera, en nombre de los "intereses de los productores de los otros Estados alemanes'" 70 , dio las gracias a Bremen por sus relaciones con Venezuela, seguramente por la influencia temprana de la casa comercial de Strohm & Gramlich. Por causas internas venezolanas pueden distinguirse dos períodos de influencias de comerciantes "extranjeros" en la economía y en la política del país: uno comprendido entre los años de la lucha por la independencia hasta la Guerra de la Federación, es decir, hasta los años sesenta -es la época de predominio inglés-, y otro que se inicia a finales de los años sesenta hasta los comienzos del siglo veinte. Esa fue la "época alemana" en Venezuela 17 '. Así pues, en la primera mitad del siglo XIX, los comerciantes alemanes también tuvieron que contar en Venezuela con una competencia inglesa muy fuerte. Se dispone de noticias ya para los años 1804 (comercio de esclavos por un "subdito alemán", Friedrich Lenz172) y 1823, cuando algunos productos alemanes llevados por comerciantes ingleses se vendían en abundancia173. Walter justifica la
Kossok en colaboración con Zeuske, Sección alemana II, en: Bolívar y Europa ..., I, págs. 757-823; Schwarzer: Der Hamburger Exporthandel..., págs. 70-72; véase también la interesante documentación bremesa: BStA, 2-C.16.II.a.l.a: Verhältnisse der Hansestädte mit Kolumbien (Neugranada), Venezuela und Ekuador. Nach der Teilung Kolumbiens in mehrere Staaten. Generalia et diversa, Verhältnisse mit Venezuela, Generalia et diversa 1811-1874; ibid, 2-C. 16.11.a.l.b. 170 StAB, 2-C. 16.Il.a.l.b (sin fol.). 171 Carvallo, Gastón: Proceres, Caudillos y Rebeldes. Crisis del sistema de dominación Venezuela (1830-1908), Caracas: Grijalbo 1994, págs. 72ss. 172 Lucena, Manuel: Vísperas págs. 57s.
de la independencia
americana:
Caracas,
en
Madrid 1986,
173 "German manufacture and products have also been abundantly furnished, some direct, but principally from St.Thomas": véase Humphreys, Richard A.: British Consular Reports on the Trade and Politics of Latin America 1824-1826, London 1940, pág. 276.
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estancia de Georg Gramlich ya en este año 174 . En 1827 el mismo Bolívar comunicó el exequátur a Gramlich c o m o cónsul hamburgués. Hubo propuestas de celebrar un tratado de comercio entre Prusia y Venezuela, promovido sobre todo por Rother y von Vincke desde 1835, e intentos prusianos de establecer consulados desde el año 1838, casi quince años más tarde que en Cuba. En los primeros años se pospusieron los proyectados consulados en espera del tratado comercial. El tratado no se verificó por dificultades diplomáticas y debido a los crecientes roces en cuanto al estatus y a las reclamaciones financieras de los comerciantes alemanes, así que en cuanto a territorios alemanes en el siglo XIX solamente existió un tratado entre las ciudades hanseáticas y Venezuela (1837) 1 7 5 . En 1851 tampoco se prolongó este Tratado de Amistad, Comercio y Navegación 1 7 6 .
174 Walter: Venezuela und Deutschland..., pág. 225; veáse también el interesante diario de Cordua, Theodor: Von Mecklenburg nach Übersee. Mitteilungen aus dem Leben eines Kaufmanns und Reeders 1796-1857, ed. Feldkamp, Ursula, Hamburg 1996, págs. 90-104. Cordua, un tipo de "merchant adventurer", estuvo en Curazao, Puerto Cabello, Valencia, Caracas y La Guaira en 1826, para venderle a Páez un cargamiento de uniformes. Cordua resalta que la mayoría de los almacenes de comerciantes extranjeros en La Guaira eran alemanes, ibid., pág. 99. 175 Konsor, Dietrich: Die Hansestädte und Venezuela zwischen 1825 und 1865. Vier Jahrzehnte hanseatische Handelspolitik an der Nordküste Südamerikas unter besonderer Berücksichtigung des Hamburger Anteils, tesis doctoral no publicada, Hamburg 1955; Walter, Rolf: Venezuela und Deutschland (1815-1870) (Beiträge zur Wirtschafts- und Sozialgeschichte, 22), Wiesbaden 1983; ídem: "Georg Gramlich und der deutsch-venezolanische Freundschafts-, Handels- und Schiffahrtsvertrag vom 27. März 1837", en: Institut für Iberoamerika-Kunde (ed.): Deutsch-venezolanische Beziehungen in Vergangenheit und Gegenwart, München: Eberhard-Verlag, s.a. [1988], págs. 115-133; König, Hans-Joachim: "Die deutsch-venezolanischen Beziehungen von der Unabhängigkeitsbewegung bis 1837", en: ibid., págs. 83-114. El mejor análisis del trasfondo histórico-jurídico de esta clase de tratados se halla en el esbozo de investigación de Becker: "Los tratados de amistad ...", passim. 176 Venezuela declaró el tratado de 1837 por terminado el 4 de Diciembre de 1851, véase: BStA, 2-C, 16.11.a.l.b. (sin fol.). En cuanto a las deliberaciones entre Prusia y Venezuela sobre un tratado comercial veáse: GStPK, III. HA 2.4.1. II, Nr. 5204: Handels=Verhältnisse mit Columbien und Nachrichten über andere Gegenstände in Beziehung mit diesem Staat. Venezuela, vol. I vom Juny 1825 bis October 1840; ibid, Nr. 5205: Die Handelsverhältnisse mit Columbien und Nachrichten über Handels=und andere Gegenstände in Beziehung auf diesen Staat; incl. mit Venezuela, vol. II vom Februar 1841 bis December 1845; ibid., Nr. 5206: Die Handelsverhältnisse mit dem Staat Venezuela, 1846-1858; ibid., Nr. 5207: Die Handels- und Schiffahrtsverhältnisse mit dem Staat Venezuela, 1859-1872 (agradezco la información a Jürgen Müller, Mannheim).
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La tardanza por parte de Prusia en cuanto a los consulados resalta una vez más la función desempeñada por las islas del Caribe para el comercio entre la Costa Firme y Alemania y sobre todo la importancia de los "viejos canales" desde Hamburgo y Bremen a Santo Tomás y Curazao hasta los años cuarenta. Sólo a partir de 1842 la corona prusiana nombró o, mejor dicho, eligió sus cónsules entre los comerciantes alemanes en Venezuela para establecer consulados y viceconsulados en los puertos o las plazas comerciales más importantes de las regiones venezolanas que fueron La Guaira, Caracas y Puerto Cabello; más adelante también en Maracaibo, Angostura (desde 1846 Ciudad Bolívar), Maturín 177 y hacia finales de siglo también en San Cristóbal, Valencia y Carúpano. La apertura de comienzos de los años cuarenta trajo consigo unos juicios entusiastas por parte de comerciantes y geógrafos sobre las riquezas de Venezuela. En este sentido Johann Eduard Wappáus escribió en una de las primeras historias estadístico-comerciales: "Ningún otro país de la América hispánica suministra como Venezuela una riqueza parecida y de tanta diversidad de productos del reino vegetal, objeto del intercambio mundial y que condicionan la prosperidad nacional del país productor.'" 78 Una verdad indudable, aunque en cuanto a las conclusiones entusiastas sobre un comercio próspero entre las dos naciones es una de las ilusiones liberales de estilo "humboldtiano". Otto Harrassowitz, uno de los pocos prusianos de nacimiento 179 (1842-1855), fue el primer cónsul prusiano en La Guaira, el centro comercial de Venezuela central 180 . Harrassowitz también es el primer cónsul prusiano mencionado bajo los consulados prusianos en el exterior en el Manual Oficial de la Corte y del Estado
177 Walter, Rolf: Los alemanes en Venezuela: desde Colon hasta Guzman Blanco, Caracas 1985, no menciona a Maturín como sede de un vice-consulado, véase: BArchP, Konsulate Venezuela, 7, n° 52801, Acta betr.: Das Vizekonsulat in Maturin, vol. 1: Aug. 1870 - April
1880. 178 Wappäus, Johann Eduard: Die Republiken von Südamerika geographisch-statistisch, mit besonderer Berücksichtigung ihrer Produktion und ihres Handelsverkehrs, vornehmlich nach amtlichen Quellen (1. Abt., Venezuela), Göttingen: Vandenhoeck und Ruprecht 1843, pág. 163. 179 Walter: Venezuela und Deutschland ..., págs. 272-275; Banko: El capital..., pág. 403. Nacido poco después de 1800 en Havelberg, una ciudad con buena posición para el transporte fluvial entre Berlin/Potsdam y Hamburgo/Bremen; falleció 1889 en Bremen; véase también: Harrassowitz, Hans: Otto Harrassowitz und seine Firma, Leipzig 1922. Lamentablemente no existe documentación alguna sobre Harrassowitz en el Archivo Municipal de Havelberg. 180 Un panorama de cónsules, comerciantes y comercio alemanes en La Guaira en la primera mitad del siglo XIX presenta: Banko: "Los comerciantes alemanes en La Guaira 1821-1848", en: JbLA 25 (1988), págs. 61-81.
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Prusianos en 1844181. Entre 1855 (exequátur 1857) y 1859 Harrassowitz fue cónsul general de Prusia en Caracas. Como sucesor suyo en La Guaira fue nombrado Friedrich Braasch (1857-1859) 182 . Puerto Cabello fue el núcleo de la rica región de Valencia y los valles de Aragua, convertida a partir de 1830 en la provincia de Carabobo. De 1842 a 1848 Cari A. Rühs, de Stralsund 183 , jefe de la casa comercial "C.A. Rühs & Cía" de La Guaira y Puerto Cabello, desempeñó la representación consular de Prusia. Su candidatura fue apoyada por el "comerciante hamburgués", Jürgen Sthamer, de la familia que tenía firmes relaciones con Cuba y cuyos hermanos eran cónsules prusiano y hamburgués en La Habana y Santiago de Cuba respectivamente. El cuarto de los hermanos era senador de Hamburgo 184 . En la solicitud de Rühs se reconocen claramente los motivos más generales para el establecimiento de representaciones comerciales en Tierra Firme: Rühs, como los funcionarios prusianos ya en 1835, resalta que en 1842 Venezuela gozaba (todavía, hay que resaltar) de muchos afios de una "paz benéfica" bajo el gobierno de Páez y las relaciones comerciales con las ciudades hanseáticas parecían haberse cuadruplicado. En consecuencia, sería menester que Prusia mostrara su bandera en los puertos venezolanos 185 . En 1848 Rühs regresó a Stralsund para fundar una fábrica. A partir de ese año Prusia sólo mantuvo en Puerto Cabello un viceconsulado, desde 1851 hasta 1860, a cargo del comerciante y socio de O. Harrassowitz, Friedrich Passow186. Para los comienzos de los años cuarenta que, según parece, fueron unos años favorables para un nuevo tipo de comerciante alemán, ya no relacionado tan estrechamente con el "gran comercio" viejo de lienzos, tenemos como trasfondo las informaciones pormenorizadas del cónsul inglés en Puerto Cabello, Daniel F. O'Leary, que citamos en toda extensión: The Harbour is easy of access, spacious, free of every obstruction ... To render this the best Port in America, salubrity only is wanting [ 1 8 7 ] ... Puerto Cabello is the principal Handbuch über den Königlich Preussischen Hof und Staat für das Jahr ¡844, Berlin: Gedruckt bei George Decker o.J., pág. 178. Harrassowitz aparece mencionado bajo "Venezuela". 182 Walter: Venezuela und Deutschland...,
págs. 275s.
' 8 3 Tampoco existen rastros documentales sobre Rühs en el Archivo Histórico de Stralsund. 184 Witt, Martin: Der Handel Kubas mit Preussen und den Hansestädten unter Benutzung der Konsularberichte von 1829 bis 1850, Diplomarbeit (no publicada; tutor: Hermann Kellenbenz), Nürnberg 1973, anexo. 185
GStAM, II, Rep. 6, vol I, f. 2; Walter, Venezuela und Deutschland...,
págs. 285s.
186 Ibid., pág. 291. 187 En una carta anterior O'Leary había escrito: "The Climate of Puerto Cabello is detestable. To its fatal effects two of my Predecessors fell victims after a brief residence here",
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Commercial Depot for the Western Provinces of Venezuela [competencia con Maracaibo M.Z.]. Hither are brought for sale and shipment the articles of culture and barter of Carabobo and Barquisimeto and part of the Vallies of Aragua; and these Districts are supplied from hence with commodities of the produce and manufacture of the United States and Europa. The Export Trade consists chiefly of Coffee, Cocoa, Tobacco, Indigo, Hides, Copper Ore, Fustic, Dividive and Sugar. The Coffee, which is of excellent flavour, and to whose culture and preparation greater attention has been paid in the last few years, with the exception of a small portion of superior quality, that finds its way to England, is shipped for Germany, France and the United States. The Cocoa of this Coast, the best in the world after that of Soconusco, where a small quantity only is grown, goes to Spain. 188
Después O'Leary describe las "desventajas" para el desarrollo de la agricultura de la región, aunque en los últimos siete años tuvo un desarrollo favorable gracias a la paz reinante después de la "Revolución de las Reformas". Las mayores desventajas según O'Leary eran: 1st. The want of capital, which enhancing the rate of Interest (often exceeding 36 per ct, and never under 9 percent per annum) reduces the profits of the land owners to something little more than nominal; 2nd. the wretched state of the internal communictions, which renders the transport of commodities laborious and costly; and 3d. the difficulty of procuring laborers in a Country thinly populated, where indolence can be indulgated, because an able bodied Man can Earn in a day wherewith to maintain himself for a week, and which is now undergoing in its labouring population the transition from Slavery to freedom, without hitherto experiencing from the defects of the systems adopted for effecting the change, the advantage of either species of labour. The l.st of this disadvantages is beyond the control of the Government; and while all its pecuniary resources are absorbed by the payment of the Foreign Dept [sobre todo la deuda para con Inglaterra - M.Z.], it can appropiate nothing worth while for the improvement and construction of roads. But Government by organizing an efficient Rural, and adopting a mild compulsory system, would greatly obviate the inconvenience at present so severely felt from the want of hands to gather the produce, and would give a wholesome impulse to Agriculture. The total extinction of Slavery is another measure which the material interest and political welfare of the Country demand. The system adopted in 1821 and which is still maintained, for the gradual abolition of Slavery, is politically false, and morally wrong, and has no recommendation except the certainty wherewith it must attain its object in spite of every opposition. Happily there are very few Slaves in this Province; and it is worthy of notice that the Agricultural distress so severely felt in the neighbouring Province of Caracas where the far greater number of the Slaves of Venezuela are accumulated, has not experienced here; and P.R.O., Kew Gardens, F.O. 80/22: Consuls at La Guayra, Puerto Cabello, Maracaibo, Angostura, Lord O'Leary, f. 42v, carta del 22 de mayo de 1843 a Lord Aberdeen. 188 ibid., f. 46r - 58v: carta del cónsul británico en Puerto Cabello, Daniel F. O'Leary, British Consulate, Puerto Cabello, June 30, 1843 (Consular N° 6) to the Earl of Aberdeen, London.
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free labour in Carabobo is cheaper than Slave labour in Caracas - another fact which supports the expedience of accelerating the period of Emancipation. The Import Trade as the annexed Statement of its annual value show for seven years preceding 184318'' will show Your Lordship, has also improved, but not in the same degree as the Export Trade. 1 '" A Statement of the annual amount of Commodities imported into Puerto Cabello for seven years ended the 30t. June 1842[ 191 ]
Year 1836 1837 1838 1839 1840 1841 1842
Value in Dollars 367.220 714.305 367.283 622.324 691.006 1097.801 845.616
Value in pound Sterling 61203"6"8 169050"16"8 61213"16"8 i03387"6"8 115167"13"4 182966"16"8 140936"16"8
A Statement of the annual amount of Produce exported from Puerto Cabello for seven years ended the 30t. June 1842 [192]:
Years 1836 1837 1838 1839 1840 1841 1842
Value in Dollars 654.504 1226.272 1029.468 1261.071 1375.089 1560.622 1902.813
Value in pound Sterling 109134"0"0 204378"13"4 171578"0"0 210178"10"0 229181"10"0 260103"13"4 317135"10"0
And this I attribute to smuggling; which I am inclined to estimate at one fourth of the legal Importations. I found this estimate upon information I have obtained conversing with Merchants retired from business, with Individuals, who have held situations in the Custom house, and others, who have been in the command of trading vessels on this Coast. To the nature of this Coast ["•'], which everywhere affords shelter and facility of disembarking, to the inadequancy of the Preventive Service, and to the dishonesty of the lower class of Custom house Officers, who are badly paid, is to be ascribed the extent of the Contraband Trade. •89 Ibid., f. 49v-52r. ' 9 0 ibid., f. 49v-52r. ' 9 1 Ibid., f. 62r. 192 ibid., f. 60r. 193 "The Coasting Trade alone is reserved to Venezuelan Ships; but Foreign Ships can discharge portions of their cargoes in different Ports.", ibid, f. 53r/v.
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From Great Britain are imported Dry Goods of every description, Hardware, Earthenware, Machinery etc. Germany sends hithers Linens, Cotton Goods, Hosiery, Provisions, Hardware, Furniture, Musical Instruments, Jewellery, Wines, Toys etc. France finds a market here for her Wines, Fruits, Cottons, Silks, Porcelain, Hats, Boots and Shoes. Holland furnishes Wines [del Rin - M.Z.], Gin and Provisions. From the United States are imported Flour, Tobacco, Cotton Goods, Provisions, Furniture. Small Assortments of British, German, French and Spanish Merchandise are imported from the Danish Island of St. Thomas. 194
Maracaibo era el puerto más importante de Venezuela occidental y también el centro comercial para regiones neogranadinas (Santander)195. Principalmente en relación con el comercio neerlandés de Curazao, los cónsules holandeses de Maracaibo resaltaron ya muy temprano la importancia de la plaza. En 1833 el cónsul holandés, Edw. Brooke Penny, escribió al ministro de Asuntos Exteriores de Holanda en La Haya: ... de koophandel en deze Provincie en het algemeen en in deze stad in het by sonder, gedurende het laats afgeloopen Jaar een gunstiger aanzien verkregen huft en levendiger geweest is dan in het Jaar 1831. In de laaste twaalf maanden zyn er groote hoeveelheden van allerlei soorten van Manufacturen binnen deze haven ingevoerd geworden, en meestel [o meestal] van het eiland St. Thomas. - Van Curaçao was de invoer ook grooter hier dan in het Jaar te voren; de verzendingen van goederen naar deze markt hebben meestal in Colombiaansche vaartuigen plaats. - Sedert dat het Gouvernement van Venezuela deze stad tot eene stapelplaats voor goederen naar Nieuw Granada bestemd, verklaard huft, zyn er vele goederen van St. Thomas alhier ingevoerd, in het dépôt gelegd en weder uithetselve naar Cucuta vervoerd geworden, welke verrigtingen de handel van deze stad een levendig aanzien gegeven hebben. [...] Ik heb opgemerkt dat de markt van Curaçao niet genoegzaam voorzien is met aile soorten van Manufactuur goederen om de handelaars van den kust derwaarts te lokken tot het aankoopen van goederen; ook al zyn de prysen, vooral van Duitsche waren, veel hooger dan te St. Thomas ... het is dus duidelyk te bespeuren dat goederen die regtstreeks [directamente] van St. Thomas naar de markten van Colombia gevoerd worden, voon lager prysen en dus spoedigen kunnen verkocht werden, dan de waren welke van St. Thomas eerst naar Curaçao en van daar naar deze kust verzonden worden ,.." 6 .
194 ibid., f. 52r-53v. 195 Paredes Huggins, Nelson: Vialidad y comercio en el occidente venezolano. Principios del siglo XX, Caracas 1984; veáse también: Härtel, Heike: Die deutsch-venezolanischen Beziehungen unter besonderer Berücksichtigung der deutschen Kaufleute in Maracaibo in der zweiten Hälfte des 19. Jahrhunderts, trabajo de diploma (tutor: M. Zeuske), Köln 1997. 196 ARA, 2.02.01: Staatssectretarie/Kabinet, Nr. 6351: "Columbia, Maracaibo. Cónsul Edw. Brooke Penny, 1829, 1830, 1833, 1834", N° 163, del cónsul neerlandés, Edw.
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En su informe 165 añade las relaciones sobre el comercio de importación y de exportación para el período de 1832-1833: Staat van de invoer handel in de onderscheidene havens van de Republiek van Venzuela sedert den lste. July 1831 tot den 30sten Juny 1832, met vermelding van de havens en landen van waar de verzendinegn naar Venezuela gedaan zyn geworden'": Subtotal Total Havens Land Glasgow 26043,96 Groot Brittanië 19900,77 Jamaica Gibraltar 1332,70 6983 l i , 7 9 Liverpool 92307,22 Trinidad 837896,44$ Bordeaux Frankryk 20400,33 6752.41 Marseille Martinique 2787,87 29940,61$ Altona 21444,69 Duitsland Bremen 112706,38 96141,34 Hamburg 230292,41$ V. S. van N. Amerika Baltimore 46104,96 51488,44 Boston Nieuw York 573265,83 Philadelphia 201708,96 872568,19$ Spanje Cadix 47383,62 Malaga 16827,31 Porto Rico 59591,01 123801,94$ Denemarken St. Thomas 1170934,68 1170934,68$ Holland Curaçao 81647,51 Aruba 4673,23 86020,74$ NieuwGranada Carthagena 692,62 1 Sf Martha 3252,00 3944,62$ !" 419,50$ Zweden San Bartholomeus 419,50 Onbekendvanwaar Verbeurdverklaart 2176,02 2176,02$ Total 439045,89 3357995,15 3357995,15$
Brooke Penny, desde Maracaibo, 4 de enero de 1833 al ministro de Asuntos Exteriores de Holanda, en 'S Gravenhage (duplicado). ' 9 7 ibid., informe N° 165 (duplicaat), con anexos. El cónsul elaboró la lista según las informaciones del ministro de finanzas de Venezuela en el Congreso de Venezuela en 1833 (en dólares).
Regiones europeas y regiones americanas Staat van den uitvoer handel van de Republiek havens en landen, sedert den Iste. July 1831 tot den Land Havens Groot Brittanie Barbados Falmouth Granada Jamaica Gibraltar Liverpool Quebec Santa Lucia Tabago Trinidad Frankryk Bordeaux Guadeloupe Marseille Martinique Duitsland Bremen Hamburg V. S. van Nord Amerika Baltimore Nieuw York Philadelphia Boston Spanje Cadix Puerto Rico Denemarken St. Thomas Holland Curaçao Aruba Nieuw Granada Carthagena Sf Martha Haiti St.Domingo Totaal
67 van Venezuela naar 30sten Juny 1832'". Waarde/haven 15147,37 52308,04 806,87 4151,68 15173,00 108391,32 28111,94 325,50 7214,00 88156,02 109929,62 5100,50 17476,80 1764,31 13335,10 144514,21 75159,56 76407,20 559830,06 210170,53 41772,76 296613,77 798165,14 123911,92 892,75 1131,41 219,44 638,25 2857022,07$
de onderscheidene Waarde/land
319785,74$
134271,23$ 218052,31$
921567,35$ 338386,53$ 798165,14$ 124804,67$ 1350,85$ 638,25$ 2857022,07$
Las cifras mismas no son tan interesantes para nosotros, ya que sabemos que las estadísticas no eran muy buenas y éste no es un estudio de historia económica; lo que aquí nos interesa son las tendencias y los "canales", así como la competencia de los europeos entre sí, ya que una tercera parte del comercio de Santo Tomás era considerado alemán, así c o m o entre europeos y norteamericanos en cuanto a Venezuela. 198 ibid., informe N° 165 (duplicaat), con anexos. Se menciona el valor de las importaciones exentas de impuestos de aduana solamente en los casos de mayor significación. El cónsul elaboró la lista según las informaciones del ministro de finanzas de Venezuela en el Congreso de Venezuela en 1833.
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Aunque Maracaibo en aquel entonces era una ciudad no muy grande 199 , también y en primer lugar era un "verdadero centro de concentración del crecimiento" 200 para las regiones agroexportadoras de la llamada Costa Firme. En 1843 informa el cónsul británico en Maracaibo, Mackay: ...Besides what is brought here in the Venezuelian and United States Ships, more than a third of whose cargos [sic] always consists of British Manufactures from Saint Thomas and other islands in the West Indies, a large amount passes through this Place for the consumption of New Granada, and makes no figure in the Return. I have been unable to find the means of ascertaining what amount of British Manufactures are thus disposed of, for this Custom-house. I could obtain no information worthly of reliance. ...21". Por lo menos en el siglo XIX hasta 1860, los comerciantes en Maracaibo "actuaron en forma aislada e independiente" 202 , es decir, casi sin control por el poder central y sin verdadero control financiero de otra parte. Esto es aplicable igualmente para los alemanes. Algunos de los primeros comerciantes alemanes que se establecieron en el núcleo del "circuito agroexportador marabino" 2 0 3 en desarrollo fueron H. E. Schmilinsky 204 , Hinrich Willink y el hamburgués Theodor F. W. Schön. A partir de 1844/45 Schön desempeñó el cargo de cónsul de Hamburgo y fue socio de la casa "Schön, Willink & Cía" primero y de "Graf, Schön & Cía" después 205 . Los pioneros del comercio y del "creciente monopolio de las firmas alemanas" 2 0 6 en la región fueron, como lo ha descrito de manera tan interesante Rolf Walter, los boticarios o vendedores de drogas. Uno de los primeros fue August Linke, que llegó a 199 Véase el excelente capítulo "Maracaibo: ¿aldea o ciudad?", en: Cardozo Galué, Germán: Maracaibo y su región histórica. El circuito agroexportador 1830-1860, Maracaibo 1991, págs. 144-192. 200 Walter: "Los alemanes ...", pág. 172. 201
P.R.O., F.O. 80/22: Consuls at La Guayra, Puerto Cabello, Maracaibo, Angostura, Lord O'Leary, f. f. 98r/v. Carta del Vice Consul Mackay desde Maracaibo, January llth. 1843 to the Earl of Aberdeen, Her Majesty's Principal Secretary of State for Foreign Affairs. 202 Cardozo Galué: Maracaibo ..., pág. 252. 203 Ibid., passim. 204 ibid., pág. 233. Archivo Histórico del Zulia (AHZ), 1857, tomo II, leg. 12, s./f. dice que un tal G. W. Schmilinsky arribó a Maracaibo el 11 de noviembre de 1852 en la goleta americana "Alexander Michell", proveniente de San Thomas, que tenía 27 años y de profesión comerciante. Esta información aparece en las fuentes bajo el año 1857, pero de la fuente misma se puede deducir que corresponde al año 1852. 205 Walter: "Los alemanes ...", pág. 134. 206 Cardozo Galué: Maracaibo ..., pág. 193.
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Maracaibo en 1852. Debido a que su empleado alemán se murió muy pronto de fiebre amarilla, Linke empleó dos europeos criollizados, el alemán-cubano Juan Bautista Münch (hijo de Theodor Münch) y el neerlandés-curazoleño Gysbert van Dissel. En el año económico de 1851-52 algunas firmas alemanas pioneras como "Graf & Schön" y "Schmilinsky Fahrenholtz & Cía" ya "habían igualado y aun superado a las demás [casas comerciales] en operaciones con el interior de la región marabina, salvo en el caso ... (del) próspero italiano José A. Montovio" 207 . En estos primeros años también llegaron, como muestran los registros de pasajeros de Maracaibo, los hasta ahora apenas conocidos "Herr Emil Rodaty [sie, debe decir "Rodatsky"-M. Z.]", dependiente de comercio de 25 años, proveniente de Hamburgo vía Santo Tomás 208 , así como un tal Miguel Gutenberger, agricultor, de 43 años, proveniente de Jamaica el 19 de febrero de 1853209 o un comerciante C. Gerlach (30 años) con su "esposa" (?) Angélica Graff, también de 30 años con una hija de nueve años y una empleada de nombre Georgiana Kirolf de 18 años210. También llegaron Christian Johann Riedel, proveniente de Hamburgo en un barco inglés, comerciante, de 24 años; Karl Theodor Bürstenbinder, químico, de 23 años de edad, de Hamburgo, igualmente en ese barco; Johannes Radekest, de Lübeck, comerciante, 21 años, todos con fecha de llegada el 23 de octubre de 1855 2 ". El comerciante Carl Weißflog, de 22 años, llegó el 10 de febrero de 1857 con el bergantín hamburgués "Phoenix" junto con una familia de sirvientes de apellido Trätow 212 . Estos son solamente algunos de los nombres que aparecen en estos registros y los reproducimos aquí para demostrar que apenas se conoce el monto y la diversidad de la inmigración teutona de aquel entonces. En 1854 Georg Blohm, el más rico de los comerciantes alemanes, estableció una sucursal de su casa comercial en Maracaibo. La empresa "Blohm Mecklenburg & Cía" era la única empresa alemana que tenía una red "nacional" en el sentido moderno en Venezuela, mientras que las otras casas comerciales y empresas alemanas ejercían el "alto comercio". Actuaban en la región marabina y partiendo de allí en Colombia. Así los socios de Linke comerciaron en casas filiales en San Cristóbal (Heinrich Thiess), San José de Cúcuta (Van Dissel), donde también tenía intereses Theodor Schön, y Maracaibo (Münch).
207
Ibíd., pág. 234. 208 Llegó el 1 de agosto de 1852, véase: AHZ, Indice de Pasajeros, 1857, T.I1, leg. 12, s./.f. 209 ibíd. 210 ibíd. 211 Ibíd. 212 ibíd.
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En 1860 Linke dejó su negocio en Venezuela a sus socios bajo el nombre "August Linke & Cía" 213 , regresó a Alemania y actuó desde Hamburgo. El 27 de noviembre de 1859, Emil (Emilio) Adolf Minios 2 ' 4 , natural de Lübeck, recibió en Berlín su nombramiento como cónsul prusiano en Maracaibo. Trabajó nominalmente hasta 1864, pero se dispone de informaciones según las cuales ya con anterioridad a esa fecha el consulado no funcionaba y estaba confiscado. Emilio Minios es un ejemplo, como poco después Heinrich Breuer 215 , de una asimilación e incluso integración muy íntimas de comerciantes en su región receptora. Emilio Minios tendría unos 20 años cuando llegó a Maracaibo, donde trabajó como empleado de la firma "Schmilinsky & Montovio". Contrajo matrimonio con la hija del comerciante italiano José Antonio Montovio, Dolores Josefa Montovio García Herreros, con la cual tuvo 9 hijos y fundó con su cufiado la firma "Montovio & Minios" 216 . En cuanto a estos enlaces matrimoniales son muy interesantes las observaciones de Walter por la parte alemana y Cardozo Galué así como Nagel von Jess por la parte venezolana y venezolana-alemana. Los tres parten de posiciones metodológicas bastante diferentes: "Maracaibo fue la ciudad donde se observó un mayor número de uniones 'mixtas'" escribe Walter y se pregunta sin llegar a contestarlo: "¿Hubo una clase media venezolana-alemana?" 217 . Cardozo escribe utilizando como base las investigaciones genealógicas de Nagel von Jess218 que en una "... región pródiga de recursos exportables y carente de industria de significación, la experiencia y tradición en el manejo mercantil, el respaldo político y económico de las potencias en proceso de expansión y los privilegios otorgados por un gobierno que se caracterizó por promover la apertura y atracción del capital y negocios extranjeros, todo ello aunado, contribuyó a que en poco tiempo aquellos inmigrantes y aventureros prosperaran y se integraran al sector dominante o de 'notables' de Maracaibo. Algunos de ellos ... tomaron esposa o lo hicieron sus 213 Walter: "Los alemanes ...", pág. 134. 214 Según el registro de pasaportes del Zulia, AHZ, 1857, t.II, leg. 12, s./f. Minios llegó el 11 de noviembre de 1852, vía Curazao, de 26 años, de profesión comerciante, bajo procedencia también dice "Curazao" lo que puede significar que Minios ya estaba establecido en esta isla. También aparece un C. Minios bajo el 6 de febrero 1854, ibíd. 215 Breuer llegó según el registro de pasaportes el 28 de abril de 1854 a Maracaibo, vía San Thomas; Ibid.; Härtel: Die deutsch-venezolanischen Beziehungen ..., págs. 45-53, 6875. 216 Walter: "Los alemanes ...", pág. 136. 217 Ibid., pág. 201. 218 Kurt Nagel von Jess: Algunas familias Zulia 1969.
maracaiberas,
Maracaibo: Universidad del
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descendientes, de entre las hijas de las 'mejores familias': los Perozo, Andrade, Hernández, Arocha, Troconis ... que sin embargo les garantizaban el acceso a los círculos de poder y facilitaba su aceptación en el medio. Estos enlaces matrimoniales constituyeron la base socioeconómica y núcleo primario de la moderna élite marabina." 219 En cierto modo, por lo menos en cuanto al concepto de una "élite maracaiberaextranjera", Cardozo responde positivamente a la pregunta de Walter: "Sin embargo, la comunidad de intereses y propósitos hizo que al margen de la normal competencia y desigual éxito se produjera un pronto y definitivo acercamiento de comerciantes nativos y extranjeros. No se organizaron aún en asociaciones gremiales permanentes; pero en momentos en que se presentaron situaciones que afectaban el desarrollo de sus actividades ofrecieron siempre un solo frente ..."220 Además de los conocidos planes de convertir Maracaibo en una república independiente según el modelo hanseático tal vez pueda hablarse de un "Maracaibo germánico". Pero esto, la base de un elemento alemán notable, sería ya el contenido de trabajos sobre períodos posteriores a los años sesenta del siglo XIX.
219 Cardozo Galué: Maracaibo ..., pág. 231. 220 ibíd., pág. 232.
"Regiones alemanas" y comercio ultramarino: el caso de México (siglo XIX) Walther L. Bernecker Durante el siglo XIX, las naciones latinoamericanas experimentaron la creciente expansión que las nuevas potencias europeas, especialmente Gran Bretaña, y poco después, de forma modificada, Alemania y Francia, operaron en el vacío dejado por la retirada de España. Si bien Latinoamérica había podido, a principios de siglo, sacudirse el poderío colonial hispano-portugués, a finales de siglo el subcontinente ya se encontraba en un nuevo estado de dependencia, ahora ante todo económica. Por eso, el siglo XIX puede definirse, con respecto a la relación entre el subcontinente latinoamericano y las naciones más desarrolladas del Atlántico norte, como un período de transición entre "viejo" y "nuevo" imperialismo. Por regla general, los historiadores se han interesado por las consecuencias que tuvo la incorporación de América Latina a la economía mundial a lo largo del siglo XIX. Ante todo los teóricos de la dependencia han venido analizando esta cuestión en un sinnúmero de estudios. En el presente ensayo la perspectiva es diferente: no se tratará de discutir la importancia del comercio europeo para el desarrollo (o subdesarrollo) de un país latinoamericano a lo largo del siglo XIX, sino -al revés- de analizar la importancia del mercado latinoamericano, concretamente del mexicano, para el desarrollo de la economía europea, concretamente de la economía del lino en una región alemana: Silesia. El cambio de perspectiva permite analizar más detalladamente la política alemana. En un primer apartado se describe el interés económico prusiano en el mercado mexicano, interés que ya había surgido mucho antes de la independencia mexicana. En el segundo apartado se analiza el dilema prusiano resultante de estos intereses económicos, ya que -por observar los principios legitimistas de la Santa Alianza* por de pronto Prusia no podía reconocer oficialmente la independencia de México. En el tercer apartado se discute el avance de los argumentos económicos frente a los políticos hasta que, finalmente, Prusia pudo concluir con México en 1831 un Tratado de Amistad, Navegación y Comercio. En el cuarto apartado se analiza la competencia europea por conquistar el mercado mexicano; se discuten los casos de Gran Bretaña, Francia y Prusia con respecto a tejidos. En el quinto y último apartado se resalta la dura competencia que hubo primero entre el lino silesiano y el algodón británico y, más tarde, el lino irlandés. El ensayo centra su interés en los motivos que causaron la paulatina pérdida de terreno en el mercado mexicano del lino silesiano a lo largo de la primera mitad del siglo XIX.
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El interés prusiano por México Desde que Alejandro de Humboldt publicó, a principios del siglo XIX, su Ensayo político sobre Nueva Españaera común hablar en Alemania de la riqueza de México. El comercio y la minería eran los sectores de los que se esperaban las mayores ganancias. En 1823, la Allgemeine Preußische Staatszeitung escribía con entusiasmo: Überhaupt hat die Natur Mexico so begünstigt, daß es nur einer sorgsamen Regierung und eines freien Verkehrs mit anderen Nationen bedarf, um in Kurzem eins der blühendsten Länder beider Welttheile zu werden. 2
Y unos años más tarde, la burocracia ministerial prusiana se hacía enormes ilusiones con respecto a las perspectivas expansionistas del comercio alemán, una vez que México hubiera sido reconocido diplomáticamente y las exportaciones pudieran basarse en un contrato 3 : Welcher Ausdehnung ist also der Absatz dieses einzigen vaterländischen Artikels [schlesisches Leinen] in Mexico fähig, wenn nach erlangter Ruhe die Kultur und Bevölkerung, und damit auch die Bedürfnisse wachsen, und dies ist hier umso wichtiger, da Mexico das reichste Land an edlen Metallen ist, und daher der Austausch der hingesandten Waaren fast nur gegen Metalle geschieht, die selbst als Waare betrachtet wohl immer die zuverlässigste Rechnung geben.
La noticia de las presuntas fabulosas riquezas mexicanas hizo que surgieran rápidamente numerosos "ayudantes" que querían participar en la explotación. Gobiernos, agencias estatales, sociedades, bancos, particulares: Todos estaban dispuestos a lanzarse sobre la presa, bien sea mediante créditos al gobierno mexicano, bien sea por medio de inversiones en la minería o por el comercio ultramarino. El mito de El Dorado mexicano atrajo indudablemente el interés europeo en comerciar con México e invertir allí; pero solo este mito no hubiera bastado para hacer llegar, en los años 20 del siglo XIX, una amplia corriente de bienes y capitales, máquinas y personas a México. Fue necesaria una motivación más fuerte que la fe en la riqueza mexicana. La decisiva fuerza motriz para entablar relaciones comerciales fue la difícil situación económica de los estados europeos durante las guerras napoleónicas y en la década posterior al Congreso de Viena. Los intereses económicos de las potencias europeas estaban dirigidos a abolir todas las restricciones en el comercio con las colonias españolas que estaban a punto de independizarse.
1 A. de Humboldt: Ensayo político 2 Allgemeine
Preußische
sobre Nueva España, 5 tomos, París 1836.
Staatszeitung,
11-XI-1823, pág. 1278.
3 Rother al Ministro del Interior Schuckmann y al Ministro de Asuntos Exteriores Bernstorff, Berlín 9-IV-1829: ZSAM (= Zentrales Staatsarchiv Merseburg, Archivo Central en Merseburg, hoy Potsdam) 2.4.1.II 5213, f. 348.
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Con respecto al caso alemán hay que resaltar que, a lo largo del siglo XVIII, las colonias españolas se habían convertido en un mercado sumamente importante para el capital manufacturero y comercial. Cuando la Corona española realizó las reformas borbónicas, el interés económico alemán con respecto al mercado colonial iberoamericano aumentó aún más. De especial importancia era el lino silesiano, que ocupaba una posición singular en el mercado mundial. A mediados del siglo XVIII, su valor de exportación era de unos 3,5 millones de táleros, y hasta 1803 había aumentado a unos 8 o 10 millones de táleros 4 ; la mitad del lino silesiano salía vía Hamburgo con destino a España o Hispanoamérica. Für die schlesischen Verleger, die auf Kosten von einhunderttausend Webern lebten, und fiir ihre hamburgischen Exporteure wurde die ständige Ausweitung des spanischen Kolonialmarktes zur ökonomischen Existenzfrage. 5
Las organizaciones comerciales silesianas tenían que luchar contra muchos obstáculos: La colaboración con los exportadores hamburgueses era considerada como una carga monopolística de los hanseáticos, ya que el gran negocio no lo hacía el capital manufacturero, sino -en opinión de los silesianos- el comercial; la influencia de los franceses en España y su intento de erigir allí manufacturas propias de lino eran vistos como competencia peligrosa; la expansión comercial británica en ultramar y el que Inglaterra hubiera socavado económicamente el sistema colonial español eran observados con recelo por los alemanes. Cuando España, obligada por sus dificultades políticas y su penuria económica, permitió a "potencias neutrales" el comercio directo con sus colonias, se tuvo la impresión de que la coyuntura de la exportación de lino a Hispanoamérica sería más propicia. Por otro lado, el comercio directo con América continuaba siendo para los alemanes (si bien algunas empresas sacaban enorme provecho de él) un gran riesgo; y cuando las guerras napoleónicas devastaron Europa y el bloqueo continental interrumpió tradicionales relaciones comerciales, el comercio prusiano-hanseático con América perdió importancia. Ni las solicitudes de las organizaciones comerciales silesianas -por ejemplo, el Schlesischer Gebirgshandelsstandal gobierno prusiano ni las demandas de los agentes prusianos al Ministerio de Asuntos Exteriores francés lograron, para las ciudades hanseáticas neutrales, una abolición de las trabas comerciales 6 . El bloqueo continental tuvo consecuencias 4 M. Kossok: "Die Bedeutung des spanisch-amerikanischen Kolonialmarktes f. den preussischen Leinwandhandel am Ausgang des 18. und zu Beginn des 19. Jahrhunderts", en: Hansische Studien. Heinrich Sproemberg zum 70. Geburtstag, Berlin 1961, págs. 210-218. 5 Ibid., pág. 213. Acerca de las relaciones entre las ciudades hanseáticas y América Latina, ante todo México, durante la época colonial véase F. Becker: Die Hansestädte und Mexiko. Handelspolitik Verträge und Handel, 1821-1867, Wiesbaden 1984, págs. 1-10. 6 Acerca de las diferentes solicitudes del residente hanseático Abel, en París, al Ministro francés de Asuntos Exteriores Champagny, dirigidas todas (sin éxito) al restablecimiento
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catastróficas para Prusia: el comercio marítimo se redujo en un 60%; la seda de Berlín, el lino de Silesia y el paflo de Brandenburgo, que sumaban un 50% de las exportaciones prusianas, perdieron sus mercados exteriores 7 . Y después de finalizar el bloqueo, las mercancías inglesas almacenadas durante años en la isla, fueron lanzadas al continente, arruinando la recién surgida industria alemana de bienes de compensación. Especialmente problemática era, después de 1815, la situación en las nuevas provincias prusianas del Rin y en Silesia. Los altos hornos y las fundiciones de la región Siegerland habían tenido que cerrar, la pequeña industria de la región y las fábricas de tejidos de Wuppertal se encontraban en una situación igualmente crítica. Cuando México declaró, en 1821, su independencia, comerciantes e industriales alemanes vieron inmediatamente en este paso la posibilidad de hacer resurgir el comercio lucrativo de antaño. La Rheinisch-Westindische Compagnie, fundada el mismo año 1821 por comerciantes e industriales en Elberfeld, debía "fomentar la exportación a ultramar de productos nacionales, fabricados y naturales" 8 . Con este "instituto comercial" se perseguía la intención de abrir el "mercado mundial" a la industria alemana, decaída tras las guerras napoleónicas y a consecuencia de la inundación del continente por productos baratos ingleses. Los comerciantes querían eliminar la mediación de casas de exportación extranjeras que encarecían las mercancías. La Compagnie estableció sus primeras agencias en Haití, México y Buenos Aires; y eran agentes de la Compagnie los que -equipados con una carta de recomendación de Alejandro de Humboldt- llevaron, en 1822, como primeros comerciantes alemanes en un velero inglés mercancías por un valor de 1.050.000 marcos al México independiente. Un segundo envío tenía, en 1823, un valor de 795.000 marcos. En 1825, México importaba fabricaciones europeas por un valor
de la navegación neutral alemana, véase H. Meier: "Die hansische Spanien- und Portugalfahrt bis zu den spanischamerikanischen Unabhängigkeitskriegen", en: Ibero-Amerika und die Hansestädte, Hamburg 1937, págs. 93-152, esp. 145-151. 7 W. Treue: Wirtschaftszustände 1937.
und Wirtschaftspolitik
in Preußen
1815-1825,
Stuttgart
8 C. C. Becher: "Hauptmomente des Wirkens der Rheinisch-Westindischen Kompagnie, als Anhaltspunkt zur Beurtheilung der Sache, bei Gelegenheit der General-Versammlung vom 2. März 1830, den verehrlichen Aktionären mitgetheilt von der Direktion", Elberfeld 1830; véase también A. Beckmann: Die Rheinisch-Westindische Kompagnie, ihr Wirken und ihre Bedeutung, Münster 1915; A. Hasenclever: "Neue Mitteilungen zur Geschichte der Rheinisch-Westindischen Kompagnie. (Aus dem Nachlaß Josua Hasenclevers)", en: Zeitschrift des Bergischen Geschichtsvereins 49, 1916, págs. 108-142. Véase, últimamente, M. Zeuske: "Preußen, die 'deutschen Hinterländer' und Amerika. Regionales, 'Nationales' und Universales in der Geschichte der "Rheinisch-Westindischen Compagnie (18201830)", en: Scripta Mercaturae n° 1/2, 1992, págs. 50-89.
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de 81 millones de marcos; de éstos, 12-15 millones correspondían a Alemania 9 . Muy pronto se puso de manifiesto que los tejidos de lino y artículos prusianos de lencería eran los productos manufacturados alemanes más solicitados en México. En noviembre de 1823, la Allgemeine Preußische Staatszeitung escribía 10 : Deutsche und Franz. Leinen werden hier [in Mexiko] den Engl, und Span, so entschieden vorgezogen, daß, bei billigen Preisen, ihr großer Verbrauch eher zu-, als abnehmen muß. Die engl. Baum-Wollen-Waaren werden freilich den Gebrauch der Leinen wohl etwas beeinträchtigen, doch nicht in einem sehr merklichen Grade, so lange wir hinlänglich und zu billigen Preisen mit letzteren versehen werden [...] In allen Leinen-Gattungen wird hier aufs Aeußere vorzüglich gesehen, und alle Waare, die hier Absatz finden will, muß nicht allein ein festes Gewebe, sondern auch vorzüglich eine schöne Appretur haben.
Lo que en este artículo periodístico parece ser una instrucción informativa para comerciantes interesados, iba a ser mucho más que un negocio normal para los centros prusianos de producción de artículos de lencería. Ya en 1814, un alto representante (Oberpräsident) de Silesia, Merckel, se había pronunciado por la independencia de Hispanoamérica de España, para que los europeos pudieran conquistar los grandes mercados de ultramar". Conservar el mercado mexicano era, para el gobierno prusiano, de máxima importancia, ya que la industria lencera de Silesia había perdido, en las dos primeras décadas del siglo XIX, casi todos los demás mercados extranjeros, bien sea por la competencia británica en ultramar y en Europa, bien por la falta de protección de su propia industria (al contrario de la política proteccionista de las demás potencias europeas) o por las consecuencias de las guerras napoleónicas 12 . La correspondencia cruzada entre el Ministro prusiano de Asuntos Exteriores y empresarios silesianos en los años 20 del siglo XIX -antes del reconocimiento diplomático de México por parte de Prusia- demuestra la enorme importancia del comercio con México para la lencería silesiana. 9 O. Schell: "Die wirtschaftlichen Beziehungen Wuppertals zu Mexiko in den 20er Jahren des 19. Jahrhunderts", en: Monatsschrift des Bergischen Geschichtsvereins 21, 7, 1914, págs. 121-132; véase también W. Pferdekamp: "Einhundertunddreißig Jahre Deutsche in Mexiko", en: Mitteilungen des Instituts für Auslandsbeziehungen 5/8, 1955, pág. 217, según el cual el valor del primer envío ascendía a 600.000 táleros. 10 Allgemeine
Preußische
Staatszeitung,
1 l-XI-1823, pág. 1278.
1' Treue: Wirtschaftszustände (nota 7), pág. 34. Sobre la enorme crisis en la producción de tejidos, ante todo de lino, de Silesia y Sajonia entre 1818 y 1825, véase ibíd. págs. 182204. Sobre el desarrollo hasta 1806, véase H. Fechner: Wirtschaftsgeschichte der Preußischen Provinz Schlesien in der Zeit ihrer provinziellen Selbständigkeit ¡741-1806, Breslau 1907. 12 Véanse las impresionantes descripciones de la penuria en la industria lencera silesiana y de los problemas causados por la política de "laissez-faire" de Berlín: A. Zimmermann: Blüthe und Verfall des Leinengewerbes in Schlesien. Gewerbe- und Handelspolitik dreier Jahrhunderte, Breslau 1885, passim.
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El dilema prusiano: economía versus política Ahora bien, en la Europa de la Restauración sólo podían entablarse relaciones comerciales y económicas con las "repúblicas rebeldes" latinoamericanas, si se respetaban las doctrinas legitimistas de la Santa Alianza. En este contexto, Prusia se veía expuesta -al igual que otras potencias- a un dilema político-económico: políticamente, apoyaba el principio legitimista y se negaba a reconocer a las repúblicas hispano-americanas; pero económicamente, justo a causa de esta política, perdía terreno en la lucha por los mercados de ultramar, tan decisivos para su producción de lienzo. Guillermo de Humboldt, por aquel entonces representante prusiano en Londres, había analizado este problema ya en 1818 recomendando una política contraria a los principios de derecho internacional de la Santa Alianza, orientada más bien en los intereses económicos de Prusia. Las frases decisivas en la Memoria de Humboldt rezaban 13 : Preußen möchte mit der Anknüpfung von Verhältnissen mit den Spanischen Kolonien noch so lange Anstand nehmen, so wird daraus Spanien nicht dermindeste Nutzen erwachsen. Dagegen schadet Preußen sich und seinem Handel ganz unfehlbar, wenn es auch nur noch wenige Jahre damit zögert. Denn nicht bloß, daß es sich alsdann gewiß keiner Begünstigung zu erfreuen haben wird, so läuft es auch Gefahr, von diesem Handel ganz und gar ausgeschlossen zu werden.
Si Prusia echaba a perder ventajas comerciales por consideraciones políticas, el "interés prusiano, indudablemente, sería una víctima" del sistema de la Santa Alianza. La Memoria de Guillermo de Humboldt es un documento sensacional; mostraba a Prusia una alternativa a la esterilidad de su política exterior frente a Hispanoamérica en un momento en que tales ideas no podían ser traducidas en política práctica, ya que ni el primer ministro prusiano Karl August von Hardenberg ni su sucesor como Ministro de Asuntos Exteriores, Christian Günther von Bernstorff estaban dispuestos, por aquel entonces, a una ruptura tan radical con el legitimismo y los principios de derecho internacional de la Santa Alianza. Por otro lado, los intereses económicos de industriales prusianos se hacían notar tempranamente. Prusia necesitaba importar maderas de tinte y materias primas, y exportar sus productos manufacturados. En este contexto, el problema del reconocimiento de las repúblicas sudamericanas se convirtió, para la industria prusiana, en una cuestión de vital importancia, ya que al no poder ser ampliado el mercado interno alemán, la recuperación y el futuro desarrollo de la industria depen13 W. von Humboldt: Über Friedensschlüsse mit den Barbaresken und die Anknüpfung von Verbindungen mit den Südamerikanischen Kolonien, citado según H. Meier: "Wilhelm von Humboldt und Preußens Stellung im spanisch-amerikanischen Unabhängigkeitskrieg", en: Ibero-Amerikanische Rundschau, año 3, n° 12, 1938, pág. 349 y sig.; M. Kossok: Im Schatten der Heiligen Allianz. Deutschland und Lateinamerika 1815-1830. Zur Politik der deutschen Staaten gegenüber der Unabhängigkeitsbewegung Mittel- und Südamerikas, Berlin 1964.
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dían de una ampliación de los mercados exteriores 14 . Pero estos solicitados mercados exteriores no se encontraban en Europa: Rusia cerraba sus fronteras, ante todo para productos prusianos, interrumpiendo de esta manera también el comercio de tránsito a China; Austria no permitía el paso hacia Italia; Francia elevaba, al igual que Holanda, los aranceles de importación. Y España, empobrecida, ya no era objeto de especulaciones mercantiles. También Suecia, Noruega y Dinamarca "protegían sus productos con elevados aranceles, e incluso los estados más pequeños de Alemania se rodeaban de aranceles y proteccionismo'" 5 . Por lo tanto, también los intereses alemanes apuntaban hacia ultramar. Ya en febrero de 1822 escribía Marandet, el representante francés en las ciudades hanseáticas, a París: "Todos los fabricantes en Prusia, en Sajonia y en la orilla derecha del Rin tienen un extraordinario interés en todo lo concerniente a América del Sur. Creen poder competir en ultramar con los productos ingleses.'" 6 El mayor interés lo mostraban empresarios prusianos y sajones que ocupaban, en el territorio de la "Confederación Alemana" (Deutscher Bund), las posiciones punta en el desarrollo industrial. Los centros de la primera industria se encontraban en la Alta Silesia y las provincias del Rin, que desde hace poco formaban parte de Prusia. Junto a la fabricación de tejidos era de especial importancia la industria de ferretería y de acero. Para respetar, por un lado, el principio legitimista de la Santa Alianza, y para fomentar, por el otro, los intereses comerciales y económicos de Prusia, el Ministro de Asuntos Exteriores Bernstorff presentó, como solución, una diferenciación entre "negocios particulares" y "diplomacia estatal". En la primera mitad de los años 20, de alguna manera se podía argumentar con esa diferenciación, pero a partir de 1825 las peticiones de carácter económico aumentaban considerablemente obligando a tomar una decisión políticodiplomática. El Director de la sección "Comercio e Industria" en el Ministerio de Hacienda prusiano, Peter Christian Beuth, ya en junio de 1827 estaba convencido de que era incompatible con las obligaciones "que tiene el gobierno para conservar el bienestar de sus subditos" seguir postergando el reconocimiento diplomático de México; según el, "el comercio prusiano y la fabricación prusiana" ya se habían sacrificado bastante para bien de "consideraciones políticas generales". Concluyó su dictamen a favor del reconocimiento oficial de México con las palabras17: 14 Véase C. Mathies: Hamburgs Reederei 1814-1914, Hamburg 1924; G. Bondi: Deutschlands Außenhandel 1815-1870, Berlín (Este) 1958. 15 Der landständische Ausschuß für Handel und Gewerbe, Münster 5-XII-1826. Solicitud al parlamento provincial: ZSAM Rep. 120 CXIII.17. n° 2, t. 1, f. 203-206. 16 Cita según Kossok: Heilige Allianz, pág. 134. 17 Beuth al Ministerio de Asuntos Exteriores, Berlín 16-VI-1827: ZSAM 2.4.1.II 5213, f. 17-20.
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Der allerwichtigste Marktplatz von allen, amerikanischen nicht allein, sondern auch von allen außereuropäischen, bleibt ohne Ausnahme immer Mexiko für die Preußische Industrie, welche der auswärtigen Märkte mehr als je bedarf, da ihr fast alle europäischen mehr oder weniger verschlossen sind.
El establecimiento de relaciones diplomáticas tendría por resultado, argüyó, que la industria prusiana "políticamente podría dedicarse con tranquilidad a sus especulaciones y a hacer trabajar sus fábricas para México", sin tener que temer "ser excluida, por tarifas mexicanas, de poder competir con otras naciones en los mercados mexicanos, debido a que el gobierno prusiano tiene recelos de imitar a otros gobiernos europeos que se han adelantado hace tiempo". Dos meses más tarde, el Ministro del Interior, von Schuckmann, llamó la atención de su colega von Bernstorff, de Exteriores, sobre el "peligro en ciernes que resultaría si el gobierno siguiera dudando"; concluir un tratado comercial con México era "urgente e inaplazable, en el interés del Estado, de su industria y de su comercio'" 8 . Dos meses más tarde, el Ministro de Hacienda y de Estado escribía a Bernstorff comunicándole "la grave inquietud de los fabricantes y comerciantes del Rin y de Silesia"; temía "que los estados sudamericanos aplicaran reglamentaciones arancelarias muy negativas contra aquellos estados europeos que no los habían reconocido formalmente.'" 9 Poco antes un alto empleado, el Geheimer Kommerzienrat Eichborn, le había comunicado desde Breslau que los temidos aranceles diferenciales iban a quintuplicar las tarifas de importación, vigentes entonces; pero el lienzo silesiano no podría soportar una subida arancelaria de tales dimensiones; Inglaterra y Francia sacarían el mayor provecho de esa situación. Por eso, un reconocimiento de México "lo antes posible" era de importancia existencial para la exportación silssiana de lienzo20. La correspondencia de aquellos meses y años está repleta de argumentos que resaltan los intereses económicos prusianos frente a México y que enumeran la amenazadora competencia británica y francesa 21 ; el escrito más impresionante es la carta de Carl Christian Becher, el Ministro del Interior von Schuckmann al Ministro de Asuntos Exteriores Bernstorff, Berlín 27-VIII-l 827: Z S A M 2.4.1 .II 5213, f. 29.
von
19 Ministerio de Hacienda y Estado al Ministro de Asuntos Exteriores von Bernstorff, Berlín 12-X-1827: Z S A M 2.4. I II 5213, f. 55. 20 "Geheimer Kommerzienrath" Eichborn al Ministerio de Hacienda Prusiano, Breslau 10X-1827: ZSAM 2.4.1.II 5213. 21 Véase Schuckmann a Bernstorff, Berlín 26-111-1828: ZSAM 2.4.1.II 5213, f. 145; Rother a Bernstorff, Berlin l-X-1828: ibid., f. 177 s.; Louis Sulzer a la "Seehandlung", México 23-VII-1828: ibid., f. 181 s.; Bülow a Bernstorff, Londres 13-XI-1828: ibid., f. 187194; Becher a Motz, Elberfeld 8-III-1829: ibid. f. 319-322; Becher a Bernstorff, Elberfeld 31-III-1829: ibid., f. 331-334; Rother a Schuckmann y Bernstorff, Berlin 9-IV-1829: ibid. f. 348; Josua Hasenclever a Bernstorff, Ehringhausen (Remscheid) 15-X-1829: ibid., f. 421-436.
"Regiones alemanas"y comercio ultramarino "subdirector" de la Rheinisch-Westindische Comercio y Hacienda, von Motz22:
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Compagnie, al Ministro prusiano de
Wenn man die Noth des schlesischen Webers erwägt und bedenkt, wie selbst bei dem kärglichsten, oft das Leben kaum fristenden Lohn, der Weber häufig vergebens nach Arbeit und Brod schmachtet, weil einestheils der Ankäufer (Kaufmann oder Seehändler) selbst zu diesen niedrigen Preisen sein Kapital nicht verzinsen kann, und anderntheils der Verbrauch der Leinen auf den überseeischen Märkten ehender ab als zunimmt, so ist es in der That für die Provinz Schlesien von der allergrößten Wichtigkeit, daß ihr der Markt erhalten und zugesichert werde, wo gerade schlesische Leinen am meisten gesucht und beliebt sind, wo der Verbrauch davon wirklich ungemein groß ist, und wo England in dieser Waaren Gattung beinah gar nicht concurrirt, wie aus officiellen, dem Parlament vorgelegten Dokumenten hervorgeht. - Dieser wichtige Markt nun ist Mexico [...] Man kann Mexico ohne Übertreibung den Haupt-Konsumenten der schlesischen Industrie nennen, und dennoch sind wir Preußen in jenem Lande noch nicht politisch vertreten.
El consumo medio anual de lienzo silesiano en México ascendía por aquel entonces a 100.000 Schock, es decir, a unos 6.000.000 de piezas23. Según el informe de Josua Hasenclever, de Remscheid, México también era un mercado importante para productos prusianos de hierro y acero: "El consumo de estas mercancías en México es considerable"24. El Tratado entre Prusia y México Todas las negociaciones sobre la conclusión de tratados comerciales entre México y estados continentales europeos se basaban, después de haber sido reconocida la independencia mexicana por Gran Bretaña, en la convicción europea de que el comercio con México necesitaba una sólida estructura para no perder el mercado de ultramar a favor de la fuerte competencia inglesa. Si bien por sus principios legitimistas Prusia no podía reconocer oficialmente a México, en el Congreso de Verona ya se podían vislumbrar los primeros síntomas de que la postura ideológica de Berlín se estaba diluyendo25. Por aquel entonces, el gabinete prusiano ya 22
Becher a Motz, Berlin 1 l-X-1828: ibid., f. 286.
2
3 Rother a Schuckmann y Bernstorff, Berlín 9-IV-1829: ibid., f. 348. 1 "Schock" (medida del norte de Alemania) = 60 piezas.
24 "Einige Bemerkungen über Eisen und Stahl Waaren in Beziehung auf Mexiko" de J. Hasenclever, Remscheid 15-X-1829, anexo a Hasenclever a Bernstorff, Ehringhausen (Remscheid) 15-X-1829: ibid., f. 423. Véanse también las Memorias de J. Hasenclever: Erinnerungen aus meinem Leben, s.l. 1915 y A. Hasenclever: J. Hasenclever: Erinnerungen und Briefe, Halle 1922. 25 Véanse los trabajos de Kossok: Heilige Allianz; H. Dane: Die wirtschaftlichen Beziehungen Deutschlands zu Mexiko und Mittelamerika im 19. Jahrhundert, Köln 1971; B. Mentz de Boege: México en el siglo XIX visto por los alemanes, México 1980; B. Mentz de Boege (et alii): Los pioneros del imperialismo alemán en México, México 1982. Un
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argumentaba que sería difícil para las potencias europeas continuar su política de no reconocimiento, si España no era capaz de someter otra vez a sus colonias. Llama la atención que en los años siguientes eran ante todo los ministros relacionados directamente con comercio e industria quienes abogaban más claramente por el establecimiento de relaciones formales con México. Ya en 1825 el Ministro de Comercio, Heinrich von Bülow -por poner un ejemplo- era partidario de nombrar agentes comerciales; y el Ministro del Interior, Conde de Schuckmann, apoyaba sin recelos las peticiones comerciales que iban dirigidas a su Ministerio. El cambio decisivo de la política europea hacia Hispanoamérica se efectuó en 1825. Después del reconocimiento diplomático de México, de Colombia y Buenos Aires por Gran Bretaña, los gobiernos de Prusia y Francia cedieron a las múltiples presiones por parte de empresarios y comerciantes y se decidieron a un reconocimiento "comercial" de los nuevos estados. Las causas de este giro político hacia un reconocimiento fáctico eran -además de la consolidación de los nuevos estados latinoamericanos- primordialmente de carácter económico, ya que a la lucha contra el predominio comercial británico en Hispanoamérica vinieron a sumarse las repercusiones de la crisis comercial generalizada y del pánico bursátil de 1825/26, las pérdidas en el cambio de valores y los problemas de venta, bajo los cuales padecían, ante todo, las industrias del continente; en esta situación, tratados comerciales y representaciones consulares debían ser medidas estatales de ayuda para activar el comercio exterior y mejorar las posibilidades de venta en el mercado de ultramar. A finales de junio de 1825, el gobierno decidió nombrar un agente comercial prusiano para México. La primera persona que ocupó este cargo fue Louis Sulzer, quien ya había estado antes en México como agente de la Rheinisch-Westindische Compagnie16. Con el nombramiento de Sulzer, las relaciones prusiano-mexicanas habían alcanzado una fase que podría llamarse de "inconcreción", interpretada por los mexicanos como primer paso hacia el reconocimiento oficial, mientras que los prusianos lo veían como una medida inoficial que no les obligaba a nada. Sin embargo, las presiones sobre el gobierno prusiano seguían creciendo insistentemente. De todas partes se exigía a Berlín que reconociera diplomáticamente a México para así poder aumentar la seguridad del comercio. En Elberfeld, C. C. Becher había expresado insistentemente la esperanza de que "la situación en resumen sobre las negociaciones para concluir un tratado entre Prusia y México en H. Kruse: Deutsche Briefe aus Mexiko mit einer Geschichte des Deutsch-Amerikanischen Bergwerksvereins 1824-1838. Ein Beitrag zur Geschichte des Deutschtums im Auslande, Essen 1923, págs. XCIX-CXII. 26 Memoria de los Ramos del Ministerio de Relaciones Interiores y Esteriores (1826), pág. 9. Acerca de la aventurera vida de Sulzer, véase J. Kühn: "Die ersten preußischen Vertreter in Mexico", en: Jahrbuch für Geschichte von Staat, Wirtschaft und Gesellschaft Lateinamerikas 6, 1969, págs. 257-271.
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nuestra patria permita pronto imitar el ejemplo de Inglaterra y reconocer a la República Mexicana"27; el gobierno de Breslau, por su parte, había escrito a Berlín "los acontecimientos políticos y comerciales que se suceden vertiginosamente" -se refería al reconocimiento de México por Inglaterra- "han causado gran impresión entre los mercaderes y los comerciantes"; estos acontecimientos exigían del Estado prusiano -para evitar desventajas comerciales- el establecimiento de "relaciones estatales formales"28. Empresarios silesianos y renanos presentaban solicitudes similares. La "comisión parlamentaria" (landständischer Ausschuß) para comercio e industria presentaba, en Münster, una petición al parlamento provincial que versaba esencialmente sobre la competencia con otros estados29: Die Umwälzung Amerikas schien bestimmt zu sein, auch unsere Fabriken vom Verderben zu erretten, indem sie neue glänzende Wege zum Absatz unseres Waaren-Ueberflusses darbot [...] Dem gedrückten gefesselten Handel schien ein neuer Stern der Hoffnung aufzugehen. Nur zu bald verschwand er wieder, da Engländer und Nordamerikaner, Holländer und selbst Franzosen diese Verhältnisse zu benutzen und die errungenen Vortheile durch Tractate zu sichern wußten.
La comisión incluso amenazaba con que en Prusia se desencadenaría una situación revolucionaria en caso de que las ventas siguieran estancadas: Der Preußische Staat [...] bedarf sehr eines bedeutenden Absatzes nach außen, und dieser muß ihm verschafft werden, wenn das ganze Gebäude nicht zusammenstürzen und die Grundvesten des Staats erschüttern soll.
Otro tipo de presión venía, al mismo tiempo, del otro lado del Atlántico. Ya en julio de 1825, Becher había resaltado la urgencia de reconocer a México; de lo contrario, decía30: Von Seiten des Congresses in Mexico steht die Annahme eines bereits in Vorschlag gebrachten Gesetzes zu befurchten, nach welchem künftig keine Waaren in den Mexikanischen Häfen zugelassen werden sollen, die nicht mit einem Ursprungs-Certifikat versehen sind, welches von einem eingeborenen, im Lande residirenden, Mexicanischen Agenten ausgestellt worden, deren wir aber bekanntlich, in Deutschland noch keinen haben.
27 C. C. Becher: Vortrag in der Direktorial Raths-Versammlung der Rheinisch-Westindischen Kompagnie, gehalten zu Elberfeld am 25. Februar 1832. 28
Gobierno de Breslau (al Ministerio Prusiano del Interior?), Breslau 29-XI-1825: ZSAM 2.4.1. II 5212, f. 2-27. 29 "Der landständische Ausschuß für Handel und Gewerbe", Münster 5-XII-1826, solicitud al parlamento provincial: ZSAM Rep 120 CXIII.17 n° 2, t. 1, f. 203-206. Becher, Vortrag.
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El gobierno prusiano se vio impelido a dar el siguiente paso debido a la combinación de varios tipos de presión: las presiones venían del temor de aranceles diferenciales sobre mercancías prusianas o su total exclusión del mercado mexicano; de las múltiples peticiones; del reconocimiento de México por parte de Inglaterra; de la creciente competencia británica. Consideraciones político-diplomáticas fueron postergadas, aspectos económicos eran cada vez más decisivos. El Ministro del Interior, Conde de Schuckmann, incluso calificaba las exportaciones a Hispanoamérica de "existenciales" para la supervivencia del Estado prusiano 31 . Finalmente Bernstorff instruyó, en enero de 1826, al representante prusiano en Londres, Barón de Maltzahn, para que entablara negociaciones con el representante mexicano allí residente con el fin de concluir un tratado; las instrucciones no dejaban lugar a duda sobre por qué era necesario firmar un tratado32: Erst seit Anknüpfung unmittelbarer Handelsverbindungen mit Südamerika und vorzugsweise mit Mexiko hat sich unsere Leinwandfabrikation in allen Theilen des Reichs gehoben und ist zu einem noch nicht gekannten Flore gestiegen. Die Erhaltung dieses Gewerbes und mehrerer anderen, welche vorzugsweise auf dem gestörten Absatz nach Amerika beruhen, ist von der größten Wichtigkeit für Preußen, da mit dem Aufhören des Zwischenhandels in Spanien, Portugal, Holland und Rußland alle diejenigen Quellen des Absatzes versiegt sind, aus welchen sonst Hunderttausende gewerbefleißiger königlicher Unterthanen ihren Unterhalt geschöpft haben [...] Unter solchen Umständen wird es Pflicht, auf Einleitungen Bedacht zu nehmen, durch welche die nötige Zeit gewonnen werden dürfte, um die von Preußen anerkannten und befolgten Grundsätze möglichst mit dessen speziellem Interesse zweckmäßig zu verbinden. D e momento, Prusia sólo deseaba una declaración de reciprocidad y una cláusula de nación más favorecida, mientras que México aspiraba, desde un principio, a un tratado comercial 33 . En la "Convención de Aquisgrán" se llegó rápidamente a un acuerdo en cuanto a reciprocidad y nación más favorecida. El único artículo de la Convención decía: "La Prusse et le Mexique s'accordent réciproquement et sans restriction tous les avantages de la nation la plus favorisée" 34 .
31 Schuckmann a Bernstorff, Berlín 22-XII-1825: ZSAM 2.4.1. II 5212, f. 18-21. 32 Bernstorff a Maltzahn, Berlin 21-1-1826: ZSAM 2.4.1. II 5213, f. 34 bis. 33 Acerca de los problemas diplomático-protocolarios durante las negociaciones mexicano-prusianas, véase ZSAM 2.4.1. II 5212 y 2.4.1. II 5213 (= Handels- und Schiffahrtsverhältnisse mit Mexiko. Nachrichten aus Mexiko, t. 1: Oktober 1823 - März 1827; t. 2: März 1827-Dezember 1829). 34 Extract aus dem Senats-Protocolle 21-11-1827 (Mitteilungen des hanseatischen Ministerresidenten in Paris). StAB 2-C.13.b.l. Véase también Rocafuerte a Bülow, Fulham 26-111828: ZSAM 2.4.1. II 5213, f. 116-118.
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En 1829, sin haber concluido todavía un tratado, Prusia envió a México un Cónsul General, Carl Wilhelm Koppe35. Varias eran las causas que motivaron al gobierno prusiano a dar este paso: por un lado, las noticias acerca de una nueva tarifa arancelaria mexicana que gravaba fuertemente varios artículos de la industria prusiana; por otro, las continuas indicaciones de los empresarios: "de todas las nuevas repúblicas americanas, México garantiza el mejor mercado a los lienzos silesianos"36; finalmente, las noticias del "agente comercial" Sulzer que pronosticaba desde México un desarrollo favorable de la economía, pero que al mismo tiempo hablaba de la inseguridad generalizada reinante en el país, que hacía necesaria la presencia de un representante oficial para asegurar los intereses prusianos37. En febrero de 1831, Prusia y México firmaron finalmente un "Tratado de Amistad, Navegación y Comercio" 38 . La ratificación de este Tratado39 no se realizó hasta finales de 1834. Tanto durante la fase de negociación como en las subsiguientes discusiones sobre la ratificación del Tratado se puede apreciar que la posición mexicana frente a los alemanes era bastante fuerte -una fuerza que resultaba de los grandes intereses comerciales prusianos-. Las negociaciones tenían un claro carácter de compensación: trato arancelario preferencial (por parte de México) a cambio de reconocimiento político (por parte de Prusia). La competencia europea por el mercado mexicano La importancia que revestía para el comercio alemán un tratado de comercio se puede apreciar al observar la competencia a la que se veía expuesto el negocio de importación de tejidos y otros productos manufacturados a México. Desde comienzos de los años veinte, los mayores competidores para Alemania eran Inglaterra y Francia, y con respecto al mercado de masas la lucha se entabló entre dos géneros: algodón y lino. Ya en noviembre de 1823 se podía leer en la Allgemeine 35 v é a s e el documento de su nombramiento como cónsul general (1-XI-1829) en ZSAM 2.4.1. II 650, f. 144 bis. Véase J. Kühn: "Die ersten preußischen Vertreter in Mexico", en: Jahrbuch fur Geschichte von Staat, Wirtschaft und Gesellschaft Lateinamerikas 6, 1969, págs. 257-271. 36 Rother a Bernstorff, Berlin l-X-1828: ibid., f. 177 bis. 37 Sulzer a "Seehandlung", Mexico 23-VII-1828: ZSAM 2.4.1. II 5213, f. 181 bis. Véase también Crull Kayser (Director General de la "Seehandlung") a Sulzer, Berlín 11-III-1828: ibid., f. 179 bis. 38 Texto (en francés y en alemán) en: Nouveau Recueil de Traités XII, 1837, págs. 534553. 39 Publication du Ministère des relations étrangères en Prusse (Ancillon), Berlín 27-111835, en: Nouveau Recueil de Traités XII, 1837, pág. 553; véase también H. Dane: Die wirtschaftlichen Beziehungen Deutschlands zu Mexiko und Mittelamerika im 19. Jahrhundert, Köln 1971, pág. 14.
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Preußische Staatszeitung, que clarines ("Kammertuch"), floretes ("grobes Leinen aus dem Scheide-Departement") y cotíes ("Zwillich, Drillich") provenientes de Alemania, eran desplazados en el mercado mexicano por géneros de algodón y muselina, de Inglaterra. Además, creguelas ("Osnabrücker Linnen") se importaban "en grandes partidas" desde Inglaterra y EE.UU. a México, de manera que tampoco este tipo de lienzo alemán encontraba salida en el mercado de ultramar. El lienzo alemán resultaba demasiado caro; "dril y damasco" eran importados en grandes cantidades de Francia 40 . No obstante, todavía a comienzos de 1825 el cónsul general británico, Charles O'Gorman, constataba 41 : German linens, of immense consumption, bear a decided preference to the imitation of British manufacutures in these markets; the quality of the Germans is generally better, and is cheaper to the consumer. In cotton or in woollen goods, the British manufacture is superior to all other nations. The French are rivals in the article of wide scarlet printed calicoes in this however, the British manufacturer is gaining ground.
Teniendo que constatar todavía la superioridad del lino alemán, al mismo tiempo estaba convencido de que el inglés vencería en la lucha por el mercado mexicano: "The finer qualities will, I am assured, acquire an ascendency over those of Germany [...] In the article of cambrics, however, we cannot compete with the French." Justus Ruperti indicaba a su gobierno en Londres, que productos de lino y seda, de vidrio y de hierro, al igual que papel podían ser importados más baratos de Francia y de Alemania; además, los mexicanos estaban más acostumbrados a los productos de esos países 42 . El cónsul O'Gorman había previsto correctamente el desarrollo del comercio de lino. Cinco años después, el cónsul general prusiano Carl Wilhelm Koppe resaltaba la seria competencia a la que estaban expuestos, entretanto, los lienzos silesianos: "Nicht gefahrlos ist für diesen Artikel, in welchem Schlesien solange fast das Monopol behauptet, die immer thätiger werdende irländische Konkurrenz zu achten." Poco antes de que Koppe hubiera enviado su informe a Berlín, había llegado a México un barco inglés con 6.000 platillas reales irlandesas imitadas; si bien eran de buena calidad, todavía resultaban demasiado caras para el mercado mexicano. Pero ya entonces Koppe advertía a su gobierno: "Gelangten sie einst dahin, könnte ihre Nebenbuhlerschaft in diesem wichtigsten unserer hiesigen Einfuhr-Artikel fur Schlesien sehr bedenklich werden." 43 Los informes alemanes veían una seria amenaza para los productos germanos en el hecho de que el gusto
Allgemeine
Preußische
Staatszeitung
(Anexo) del 11 -XI-1823, pág. 1281.
41
Trade Report, O'Gorman a Planta, México 1-III-1825: PRO FO 203/4, f. 253.
4 2
Ruperti a O'Gorman, México 28-11-1825: PRO FO 203/4, f. 256-260.
4
3 Koppe al Ministerio Prusiano de Asuntos Exteriores (MPAE), México 4-V-1830: Z S A M 2.4.1.II 5214, f. 94.
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mexicano podía acostumbrarse a productos ingleses44. En 1826, C. C. Becher recomendaba a Berlín que sólo se nombrara cónsules a personas bien informadas tanto sobre la política y el comercio de México como sobre la industria de su propio país45. Consecuentemente, el primer cónsul general prusiano en México, Carl Wilhelm Koppe, antes de partir a ultramar se informó cuidadosamente sobre todos los aspectos de la industria prusiana 46 . Y durante su estancia en México, todas sus acciones estarían orientadas a fomentar los intereses industriales y comerciales de Prusia. El interés principal de Koppe se centraba en la venta de tejidos alemanes que tenían que competir tanto contra ingleses como contra franceses. A principio de los años 1830, Becher estimaba 47 : Das Minimum des jährlichen Consums in der Republik Mexico, an deutschen Waaren aller Art, kann auf zehn Millionen Mark Banco (5 Millionen preußischer Thaler) veranschlagt werden, und wobei die unter dem Namen von Platillas reales bekannten schlesischen Leinen mit 120 bis 140.000 Stück figurieren.
A los géneros de lienzo seguían, en segundo lugar de importancia, artículos de seda de las provincias renanas. Pero al mismo tiempo, Koppe moderaba el optimismo alemán indicando que entretanto todos los tipos de lino silesiano eran imitados por la competencia británico-irlandesa, tanto platillas reales como platillas crudas y cholets. Las bretañas apenas podían competir con las francesas, si bien artículos de Elberfeld y Crefeld no tenían problemas en competir con los productos de Lyon y Tours. Para poder competir con otros productos europeos, indicaba a los fabricantes prusianos exactamente cómo debía ser "la calidad y el tamaño" de los tejidos para que pudieran venderse en México 48 . Se trataba, según los cálculos de Koppe, de un capital circulante anual de unos seis millones de táleros; las casas comercia-
44 v é a s e p.ej. Becher: Vortrag, pág. 7 y Koppe al MPAE, México 24-VI-1830: ZSAM 2.4.1.II 5214, f. 186. 45
B e c h e r a von Bülow, Berlin 10-11-1826: ZSAM 2.4.1.II 5212, f. 40.
4 6
Werther al MPAE, París 31-X-1829: ZSAM 2.4.1.II 5213, f. 446; Friedrich von Gerolt al MPAE, México 11-111-1833: ZSAM 2.4.1.II 651, f. 203; Koppe al MPAE, México 22III-1830: Z S A M 2.4.1.II 5214, f. 32-54.
4
7 C. C. Becher: Mexiko in den ereignißvollen Jahren 1832 und 1833 und die Reise hin und zurück aus vertraulichen Briefen mit einem Anhange über die neuesten Ereignisse daselbst aus officieller Quelle nebst mercantilischen und statistischen Notizen, Hamburg 1834, pág. 220. 48
Koppe al MPAE, México 4-V-1830: ZSAM 2.4.1.II 5214, f. 84-102.
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les prusianas tenían "un fondo de capital de por lo menos 25 millones de táleros" 49 . En su empeño por fomentar la economía prusiana, Koppe tampoco consideraba los intereses de los otros estados alemanes. Pronto notó que listados eran "un artículo de mucho uso en las provincias costeras mexicanas". Pero50: Allerdings scheint Sachsen im Hauptbesitze ihres hiesigen Verkaufs zu seyn. Es dürfte unseren Schlesischen und Lausitzer Fabrikanten nicht schwer werden, die sächsischen daraus zu verdrängen, wenn sie nur ebenso wie diese sich angelegen seyn lassen wollen, nach dem hiesigen Geschmack zu arbeiten und nicht nach dem ihrigen. Es kömmt dabei hauptsächlich auf Qualität der Muster und Glanz der Farben an, weit weniger auf den Gehalt der Waare.
Creas procedían ante todo de Zittau, Lauban y Bautzen, es decir de la región de la Lausitz sajona, donde estaba ubicada (en Herrnhut) la fábrica más importante de lienzo, de Abraham Düringer; la exportación de este tipo de lienzo desde Schmiedeberg, en Silesia, era menos importante. También listados y arabias, los tipos más importantes de lienzo con dibujos venían ante todo de Sajonia. Las quejas sobre la competencia sajona seguirían también en los aflos siguientes. Con respecto a la competencia francesa, Prusia tenía una gran ventaja: había reconocido diplomáticamente a México, y por eso sus productos no eran discriminados arancelariamente. Los franceses se quejaban continuamente de que sus productos tenían que pagar mayores aranceles que los ingleses y los alemanes 51 , sin notar que el gobierno mexicano, mediante su política de tarifas elevadas, quería forzar al francés a un reconocimiento diplomático. El prusiano Koppe había experimentado rápidamente que la economía alemana sacaba provecho de esta situación política, notificando a Berlín: "Ew. Exzellenz können überzeugt seyn daß, was irgend an mir liegt, nicht versäumt werden soll, diesen uns vortheilhaften Zustand solange als möglich aufrechtzuerhalten." 52 La dura competencia entre las diferentes nacionalidades por el mercado mexicano y por aranceles ventajosos condujo continuamente a modificaciones de las posiciones que estas naciones ocupaban en el mercado por el que luchaban. En la 49 Koppe al MPAE, México 24-VI-1830: ibíd., f. 178-200. 50 Koppe al MPAE, México 4-V-1830: ibíd., f. 100. 51 Cochelet al Ministro Mexicano de Asuntos Exteriores Bocanegra, México 4-VI-1829: Archives du Ministère des Affaires Etrangères (París) (AMAEP) CP Mexique vol. 4, f. 124; Cochelet al MAEP (Polignac), México 16-1-1830: AMAEP CP Mexique vol. 5, f. 15; "Note sommaire sur les réclamations commerciales que nous pouvons adresser au Gouvernement Mexicain", Enero 1830: AMEP CP Mexique vol. 5, f. 54 bis.; Alamán al Cochelet, México 29-VII-1830: A M A E P CP Mexique vol. 5, f. 278-282; Cochelet a Alamán, México 31-VIII-l830: A M A E P CP Mexique vol. 5, f. 335-337. 52 Koppe al MPAE, México 29-IX-1830: ZSAM 2.4.1.11 5215, f. 39.
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primera mitad de los años 1830, unos diez años después de la independencia, la situación era la siguiente: si bien Gran Bretaña seguía siendo el principal suministrador de géneros manufacturados europeos, se puede observar un cambio (o, más exactamente, una ampliación) de géneros de algodón a géneros de lino. Con esto, los ingleses penetraban en un área reservada tradicionalmente a productos alemanes, ante todo silesianos. Todavía en 1830, las perspectivas de venta de tejidos alemanes provenientes de Liegnitz, Lennep, Aquisgrán, Eupen, Düren, de Hirschberg, Löwenberg, Greiffenberg, Lauben, Freiburg y de otros lugares eran extraordinariamente buenas 53 ; pero ya en aquel año, comerciantes prusianos registraron alarmados que la venta de lienzo silesiano "estaba bajando considerablemente a causa de diferentes tejidos de producción británica" 54 . En total, sin embargo, el comercio alemán con México había experimentado, en los 15 años anteriores, un enorme auge arrebatando parcelas de mercado a los ingleses. En los informes comerciales prusianos, continuamente se hablaba del "ininterrumpido aumento de las ventas de nuestros productos industriales" 55 . Orgulloso, informaba el Ministro de Asuntos Exteriores prusiano Ancillon en 1836 al Rey Federico Guillermo III56: Während der preußische Handelstand zu einem Viertheil bei dem gesammten Handel Mexico's mit dem Auslande betheiligt ist, ist Deutschland und zwar Schlesien, Sachsen, Baiern, Westphalen, die Rheinprovinz und in der letzten Zeit auch Berlin nach Maaßgabe des Absatzes ihrer Producte in die Gold- und Silberproduction Mexico's mit einem Drittheil beteiligt; selbst eine Vergrößerung des diesfalligen Verkehrs, der an sich schon höchst bedeutend ist, da der englische Handel bisher allein eine gleiche Ausdehnung erreicht hat, während der Handel Frankreichs nur mit dem Nordamerikas zusammen genommen ihm etwa gleichkommt, läßt sich nach den bisherigen Erfahrungen in demselben Maaße erwarten, als der Innere Reichthum des Landes und damit der Verbrauch fremder Waaren sich in Mexico mehr und mehr entwickelt.
Probablemente estos números sean exagerados. De ser ciertos, Gran Bretaña y Alemania suministraban una tercera parte cada país de las importaciones mexicanas, y Francia y Estados Unidos juntos el último tercio. Según otras fuentes (quizá más fiables), en 1835 el 48% de todas las importaciones mexicanas seguía viniendo de Inglaterra, un 17,3% tanto de Francia como de EE.UU., y sólo el 7,1% de
53 Koppe al MPAE, México 25-VII-1830: ZSAM 2.4. l .II 5214, f. 259-266. 54
Solicitud de comerciantes prusianos al MPAE, Mésico 24-XI-1830: ZSAM 2.4.l.II 5215, f. 145 bis. y 151-155. 55 Gerolt al MPAE (Despacho Comercial), México 18-111-1834: ZSAM 2.4.1.II 5218, f. 218-221. 56 Ancillon al Rey Federico Guillermo III., Berlin 1 l-XII-1836: ZSAM 2.4.l.II 652, f. 99103.
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Alemania 57 . En todo caso, la competencia inglesa con respecto al lino había aumentado considerablemente desde el Congreso de Viena. Lino silesiano versus algodón británico versus lino irlandés En 1812, Inglaterra había montado el primer telar mecánico para lienzos, fomentando al mismo tiempo el cultivo de lino. Después de 1815, los ingleses aumentaron los aranceles de tránsito para lino extranjero al 15%, y a sus propios fabricantes les pagaban un subsidio del 15% para la exportación. Todo el sector de tejidos era protegido con aranceles entre el 33% y el 50%. Como al principio el lienzo inglés, debido a los salarios más elevados en la isla, no podía competir con el silesiano, los británicos pasaron a mezclar el lino con algodón (que era más barato), imitaron modelos silesianos y usaron ilegalmente sellos de fábricas silesianas. Evidentemente, hacían todo por conquistar el mercado de lino, hasta entonces en manos alemanas 58 . Hasta mediados de los años 1830, los ingleses ya habían conseguido desplazar productos alemanes de lino del mercado brasileño y estadounidense; si bien no reemplazaban los productos desplazados con sus propios productos de lino, sino de algodón, este desarrollo era, de todas formas, negativo para los productos silesianos 59 , para quienes el mercado mexicano seguía siendo de extrema importancia. La victoria de los productos ingleses de algodón repercutía directamente sobre la producción de tejidos en Silesia. Ya a principios del siglo XIX se podía desprender de la cada vez peor situación de los tejedores silesianos que a la larga el lino no podría competir con el algodón. Pero como el algodón no servía para el trabajo doméstico, debido a que necesitaba mucho más capital y era procesado en máquinas, el desplazamiento del lino por el algodón significaba al mismo tiempo el desplazamiento de utensilios manuales por mecánicos, y del trabajo casero por el de fábrica. El éxito del algodón en Prusia es documentado por los siguientes números: en 1802 había una única hilandería de algodón con 190 trabajadores; en 1816, en las hilanderías prusianas de algodón ya funcionaban 170.413 husos. A finales de los años 1820, muchos tejedores caseros silesianos ya eran tejedores de algodón; la fabricación de lino desaparecía en pueblos enteros y era reemplazada por el algodón. Los tejedores e hilanderos de lino, en los años 1830, se vieron expuestos repetidamente a severas crisis: sus ingresos se reducían cada vez más, debido al aumento de los precios de las materias primas y a la caída de los precios
57 J. Z. Vázquez: "Los primeros tropiezos", en: Historia general de México. Obra preparada por el Centro de Estudios Históricos, 4 tomos, México 1976, tomo III, pág. 50. A. Zimmermann: Blüthe und Verfall des Leinengewerbes in Schlesien. Gewerbe- und Handelspolitik dreier Jahrhunderte, Breslau 1885, pág. 287. 59 Ancillon al Rey Federico Guillermo III., Berlín 11-XII-1836: ZSAM 2.4.1.II 652, f. 99103.
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del lino. La pérdida de mercados agravaba aún más la situación en Silesia. A mediados de los años 1840, en el territorio de la Comunidad Arancelaria Alemana ("Zollverein") ya había 100.000 tejedores de algodón y unos 815.000 husos -una palpable consecuencia de la crisis del lino-. Al mismo tiempo, la tejeduría de lino disminuía drásticamente: En 1849, todavía vivían en Prusia 84.000 personas de la tejeduría de lino a mano; en 1861 ya eran sólo 14.500. La industrialización de la hilandería de algodón iba acompañada de la industrialización de la tejeduría: hacia mediados de los años 1840, había en Prusia 615 fábricas para tejidos de algodón, con 82.000 trabajadores; otros 34.000 trabajaban con maestros "libres", no en fábricas. La rápida industrialización y reestructuración del sector tejidos se hacía notar también en otros sectores: El lino no era reemplazado sólo por algodón, sino en la exportación también por otros artículos producidos mecánicamente: por paños de lana, artículos de metal y de vidrio, cuchillos y tijeras, juguetes y artículos de mercería 60 . El rasgo más sobresaliente en las dos décadas antecedentes a la guerra mexicano-estadounidense fue la continuada rivalidad comercial entre Inglaterra y Alemania; muy pronto se puso de manifiesto que no se trataba sólo de una pugna entre algodón y lino, sino cada vez más entre lino alemán y británico (irlandés). Por de pronto, la exportación de lino alemán no presentaba síntomas de decadencia: hasta finales de 1831, de los 7.939.379 táleros (Preußisch Courant) por los que la Rheinisch-Westindische Compagnie exportaba bienes a ultramar, 3.287.919 táleros provenían del lino; de mucha menor importancia eran géneros de lana (por un valor de 1.537.246 táleros), de algodón (por 935.258 táleros) y de seda (por 649.411 táleros) 61 . Y el cónsul general prusiano en 1831 no tenía reparos en afirmar que "la calidad más sólida y duradera" de las fabricaciones prusianas vencería sobre la competencia británica. Por otro lado, tuvo que constatar que "las falsas platillas inglesas, imitadas al estilo alemán", tenían "una reluciente apariencia exterior" y "a primera vista" gustaban mucho a los mexicanos; pero todavía la batalla por el gusto de los mexicanos no estaba decidida 62 . Según parece, por aquella fecha muchos mexicanos ya habían cambiado de gusto, pues sólo medio año más tarde, Koppe tuvo que confirmar que los géneros de lino de Westfalia, más finos, habían sido desplazados del mercado. El gusto mexicano se había reorientado, en gran medida, hacia los productos ingleses63: "Obwohl mit einiger 60 P. E. Schramm: Hamburg, Deutschland und die Welt. Leistung und Grenzen hanseatischen Bürgertums in der Zeit zwischen Napoleon I. und Bismarck. Ein Kapitel deutscher Geschichte, München 1943, pág. 137 y s.; Zimmermann: Blüthe, pág. 332. 61 C.C. Becher: Vortrag in der Direktorial-Raths-Versammlung der Rheinisch-Westindischen Kompagnie, gehalten zu Elberfeld am 25. Februar 1832. 62 Extracto de un despacho comercial del Consulado General de México, 9-1-1831: ZSAM 2.4.1.II 5215, f. 235 bis. 63 Koppe a Freiherr v. Vincke, México 30-VI-1831: ZSAM 2.4.1.II 5215, f. 395-402.
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Baumwolle gemischt, und als den ächten Bleichtüchern an Dauerbarkeit nachstehend, empfehlen sich die britischen Producte durch eine vortreffliche Apretur und äusseren Glanz dem Auge, worauf von hiesigen Käufern mehr gesehen wird, als man selbst ihren eigenen wahren Interessen angemessen glauben sollte." La competencia entre productos de lino británicos y alemanes había adquirido el carácter de una feroz lucha por monopolizar el mercado mexicano. El lino silesiano todavía abarcaba una sexta parte de todas las importaciones mexicanas, manteniendo aproximadamente el nivel de años anteriores. Pero calculando un consumo aproximado de unas 150.000 piezas de platillas reales por año, el futuro del lino silesiano en el mercado mexicano no se presentaba demasiado halagüeño 64 . Dos años más tarde, el encargado de negocios prusiano Gerolt describía el mercado mexicano con palabras de desilusión 65 : el lino irlandés estaba a punto de desplazar al silesiano y al sajón del mercado mexicano. Los fabricantes irlandeses ofrecían platillas (¡el principal artículo alemán!) a precios más bajos -incluso a precios "dumping" que les ocasionaban pérdidas-, con los que los alemanes no podían competir. Más peligrosa todavía para Prusia era la importación de creas irlandesas que eran clasificadas como crehuelas pagando así un arancel de importación más bajo. Además, también bretañas, rouanas y cholets entretanto podían competir con productos alemanes. Pero el mayor peligro provenía de la importación de productos mezclados de lino y algodón, que eran más baratos; por su perfecto aderezo y acabado eran tomados por lino puro y vendidos como tal. El desplazamiento de productos alemanes se debía también a otro factor: a la falta de cuidado por parte de los industriales alemanes que enviaban a ultramar "productos muy descuidados" 66 . La conclusión de Gerolt era alarmante: Das gefällige Ansehen der irländischen Leinen gewinnt den Vorzug. Wäre es nicht wegen Einstufung des höhern Facturen-Preises, und daß die alte hiesige Gewohnheit und Vorliebe noch die deutschen Platillas begünstigte, so würden die irländischen die deutschen ganz verdrängen.
A pesar de esta falta de cuidado, en 1833 las exportaciones prusianas de productos industriales a México todavía podían competir con las de otras nacionalidades. En aquel año (véase tabla 1), el valor aproximado de las exportaciones prusianas de géneros de lino era mayor que el valor de todos los demás géneros juntos 67 . También la venta de otros tejidos y de artículos de ferretería iba bien. 64 Koppe: Bericht über die merkantilische Lage der Republik Mexico im Finanzjahre v. 1. Juli 1830 bis ulto. Juni 1831, mit besonderer Rücksicht auf den aus Schlesien dahin getriebenen Leinwandhandel. México 29-XII-1831: ZSAM 2.4.I.II 5216, f. 141-150. 65 Gerolt al MPAE (Despacho Comercial), México 4-VIII-1833: Z S A M 2.4.1.II 5217, f. 385 bis. 66 Véase Koppe al MPAE, México 29-IX-1830: ZSAM 2.4.1.II 5215, f. 20-55. 67 Fuente de la tabla 1: Gerolt al MPAE (Despacho Comercial), México 18-111-1834:
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Pero casi todos los productos de lino {platillas reales, rouanas, estopillas, etc.) que se vendían bien debían tener un acabado " f i n o y superfino", de lo que se puede desprender que la d e m a n d a de productos sencillos ya había sido cubierta por productos irlandeses 6 8 . Gerolt incluyó en su análisis del m e r c a d o m e x i c a n o una observación cuya importancia sólo se apreciaría en los siguientes años: " N u r die neuesten geschmackvollsten Muster in lebhaften Farben finden Absatz." D e los p a ñ o s de lana por e j e m p l o ya se preferían los franceses porque eran m á s ligeros y finos, mientras que los alemanes se vendían mal a causa de su grosor. Pero a pesar de estas tendencias negativas, Prusia a finales de 1836 todavía parece haber participado en el comercio exterior de M é x i c o " c o n u n a cuarta parte"; es decir, un 2 5 % de las exportaciones mexicanas de metales preciosos iba a Prusia 6 9 . Tabla 1: Importación en el año 1833 de productos industriales prusianos a México A) Géneros de lino (importación sólo a través de Veracruz) Artículo
Número
Precio medio ($) 12 10 25 4 6 25 7 12,5 8 3 8 30
Platillas 92.771 Cholets 2.867 Creas 8.819 6.510 Bretañas (6/4) Bretañas (7/4) 6.252 Rouanes 1.575 Estopillas 6.829 Listados 3.588 Arabias 462 Caserillas 6.857 Cañamazos 816 Lino de Bielefeld 659 Cinta, hilo Total Importación a través de otros puertos (estim.: 2/3 de Veracruz) Importación a través de todos los puertos
Valor 1.113.252 28.670 220.475 26.040 37.512 39.375 47.803 44.850 3.696 20.571 6.528 19.770 75.000 1.683.542 1.121.239 2.804.781
Aranceles pagados ($) 372.011 9.188 64.337 8.137 10.402 10.828 11.370 17.940 1.058 7.054 2.692 7.868 18.000 540.700 360.106 900.806
ZSAM 2.4.1.II 5218, f. 221-223. 68 "Bemerkungen über den Zustand des mexikanischen Marktes zu Anfang des Jahres 1834 in Bezug auf die Preise und den Absatz Preußischer Fabrikate": ZSAM 2.4.1.II 5218, f. 303-305. 69 "Die Interessen des Preußischen Handels und der Industrie in Mexico betreffend mit Rücksicht auf die Stellung des Königlichen Consulats daselbst". Berlin 12-XI-1836: ZSAM 2.4.1.II 5219, f. 530-553.
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B) Otros productos (importación a través de todos los puertos) Artículo
Valor ($)
Géneros de lana Géneros de seda Géneros de algodón Artículos de hierro y de acero, armas Cubiertos, vidrio Instrumentos, máquinas Total
500.000 600.000 400.000 400.000 300.000 500.000 2.700.000
Tipo de arancel(%) 40 27 50 25 35 25
Aranceles pagados($) 200.000 160.000 200.000 100.000 105.000 125.000 890.000
La tarifa arancelaria mexicana de 1837, vigente a partir de 1838, prohibía la importación de géneros y de hilo de algodón, reduciendo al mismo tiempo el arancel para géneros de lino. En un principio, esta medida fomentaba la venta de lino; pero el comercio alemán sólo pudo sacar parcialmente provecho de esta tarifa que a largo plazo incluso le perjudicó considerablemente ya que incrementaba todavía más la tendencia de los comerciantes ingleses a "especular con los artículos alemanes, relativamente más baratos". Además, el comercio europeo de aquellos años no mostraba ninguna tendencia al alza, las ganancias eran reducidas, la venta estaba estancada. La depresión del mercado se debía a la reducción de la moneda de cobre mexicana a la mitad de su valor nominal, por lo que el país perdía unos cuatro millones de pesos en poder adquisitivo; además, el nivel de vida había bajado de manera generalizada en las dos décadas anteriores. Si bien el bloqueo francés de Veracruz (1837/38) hizo subir transitoriamente la demanda de tejidos europeos, ante todo de lino, no hubo un cambio fundamental de la situación: lino alemán se vendía sólo "a precios más o menos reducidos y en pequeñas cantidades" 70 . No obstante, hasta mediados de siglo el lino continuó siendo el artículo alemán más importante en las exportaciones a México. En 1837, por ejemplo, el valor facturado de todas las mercancías transportadas desde Hamburgo a México ascendía a 2.785.149 Mark Banco-, de esta suma, 2.354.800 Mark Banco correspondían al valor de géneros de lino. Para el año 1838, los números correspondientes son 3.104.885 Mark Banco de valor total y 2.367.000 Mark Banco sólo para géneros de lino. Al mismo tiempo, los hamburgueses resaltaban que "de todos los estados sudamericanos, México es el país al que Hamburgo envía sus exportaciones más importantes"; no había "otro país de ultramar en el que se encontraran más propiedades hamburguesas que en México". Y la Diputación Co70 Gerolt al MPAE (Despacho Comercial), México 24-VII, 30-IX y 30-X1-1837: ZSAM 2.4.1.II 5220, f. 90-96, 144-146, 198-201; Gerolt al MPAE (Despacho Comercial), México 1-VI-1839: ZSAM 2.4.1.II 5221, f. 324-339; Gerolt al MPAE (Despacho Comercial), México 25-VII-1840: ZSAM 2.4.1.II 5222, f. 267-270 (Anexo: "Marktbericht des königlich preußischen Consuls de Wilde in Veracruz vom 1. July 1840").
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mercial de la ciudad hanseática incluso afirmaba: "In keinem Lande haben Hamburgs Kaufleute, Hamburgs Rheder und deutsche Industrie überhaupt, mehr zu hoffen oder zu fürchten, als in der Mexicanischen Republik."71 No obstante, no había duda de que el lino alemán estaba retrocediendo en el mercado mexicano; desde principios de los años 1840, en los despachos se hablaba cada vez más frecuentemente de la "decadencia" y de la "situación endeble" de los productos alemanes de lino, y de su "caída frente a productos irlandeses"; y en 1844, un informe comercial de Tampico rezaba72: Leider ist es mit der früheren Haupt Branche der deutschen Importation hierher, nämlich mit Leinen, ganz vorbey durch die überwiegende Conkurrenz der Irrländer und Schotten. Tabla 2: Exportación alemana de lienzo a México 1827-18 (piezas) (*sólo Hamburgo)
Año 1827 1828 1829 1830 1.7.183030.6.1831 1832 1833 1837* 1838* 1839 1840 1841 1842* 1843* 1844* 1845*
Platillas (Royales) 122.682 103.496
Creas
Bretaflas
Rouanes
Estopillas
Listados
8.804 4.133
108.957 35.617
3.500 905
5.205 5.869
4.020 6.890
80.000 157.759
15.000 20.964
12.000 17.755
1.550 1.823
8.000 8.919
16.000 28.380
143.771 89.000 93.000 116.220 59.138 52.854 35.400 54.000 42.000 50.116
15.000 14.300 12.700 27.566 20.754 19.654 8.000 12.000 10.500 12.545
20.000 7.400 8.500 12.795 11.022 4.160 ? ? ?
1.575 1.400 600 1.973 1.155 1.470 350 820 500 876
6.829 5.000 6.000 7.177 7.150 5.888 1.200 700 2.900 7.538
3.588 10.000 5.300 7.568 10.142 2.325 515
406
-
2.000 2.567
(Para comparación: Importación de imitaciones de Inglaterra 1827:)
1827
59.170
?
9.747
?
12.403
?
Las cifras se basan en A. Soetbeer: Über Hamburgs Handel, Hamburg 1840, p. 179 y s. Las citas según "Hamburger Commerzdeputation an Senat", Hamburg 7-II y 25-IV-1838: Archivo de Estado de Hamburgo (StAH) CI. VI n° 16 h Vol. 1 Fase. 1 Invol. 2. 72 Lüpking al Senador Lappenberg, Tampico 10-1-1844: Commerz Bibliothek Hamburg, Consulats-Berichte 1844.
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Si bien esta versión era exagerada, por otro lado se podía observar el rápido retroceso del lino en aquellos años; las cifras de la tabla 2 son suficientemente ilustrativas al respecto. Además, de estos números se puede desprender que ya en 1827 (sólo para ese año hay cifras que permiten una comparación con Inglaterra) el artículo principal -platillas reales- tenía que imponerse contra gran número de imitaciones británicas 73 . La tabla 3 presenta, para 1844, una comparación de las cantidades de importación a la capital de México y del valor del lino alemán e inglés74; en el caso de las platillas y de otras categorías, los alemanes habían podido conservar su ventaja, pero en muchas otras categorías ya habían sido adelantados por los ingleses. En números absolutos, los ingleses ya importaban más productos de lino a México que los alemanes. Además, las ventas de lino en la capital bajaron en aquellos años de 2,9 millones de varas en 1843 pasando por 2,7 millones en 1844 y por 2,3 millones en 1845 hasta 1,9 millones de varas en 1846; la diferencia de un millón de varas en sólo cuatro años significaba una reducción del valor (calculado en precios al por mayor) de dos millones de táleros prusianos 75 . Para el enorme retroceso del lino alemán en el mercado mexicano se pueden aducir, básicamente, cuatro argumentos 76 : a) En primer lugar hay que mencionar la expansión del algodón; este género consiguió conquistar áreas anteriormente ocupadas por el lino y cubrir importantes segmentos del mercado. Mientras que en la primera década del siglo XIX se exportaban a América casi exclusivamente productos de lino, hacia mediados de siglo la exportación europea de algodón ascendía a más de 100 millones de táleros, mientras que los géneros de lino constituían sólo una cuarta parte de ese importe. En una generación, el algodón había ocupado en un sinnúmero de casos el lugar del lino. Productos ingleses de algodón incluso eran tan exitosos frente a la exportación inglesa de lino a México y el Caribe, que la industria lencera británica, en los años 1840, al igual que la alemana, perdía importancia. Además, también en México se producían cada vez más productos de algodón. En 1845 ya había en la República 70 pequeñas fábricas de hilado y tejido de algodón que producían 656.512 piezas de manta y eran, según el cónsul general prusiano Ferdinand von Seiffart, "la causa más importante y, lamentablemente, la más triste" que explicaba el descenso del consumo de lino77.
73
Fuentes para la tabla 2: Despachos Comerciales en ZSAM 2.4.1.II 5216, f. 152-155.
74 Fuentes para la tabla 3: Seiffart al MPAE (Despacho Comercial) México 28-VI-1846: Z S A M 2.4.1.II 5226, f. 183-195. 75 Seiffart al MPAE, México 12-111-1848: ZSAM 2.4.1.II 5227, f. 59-68. 76 Las informaciones siguientes se basan en múltiples despachos comerciales y diplomáticos en ZSAM. 77 Seiffart al MPAE, México 28-X--1846: ZSAM 2.4.1.II 5226, f. 250-255.
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b) En segundo lugar hay que mencionar la competencia inglesa en artículos de lino. El que los productos ingleses de lino pudieran ganar tanto terreno frente a los alemanes, fue explicado por Gerolt con dos argumentos: Außer den großen Vortheilen, welche die Irländer durch ihre Maschinenfabrikation und ihre Handels-Technick und Politick in diesem Artikel über uns gewonnen haben, ist es auch notorisch, daß sie mit dem Flachs und Hanf viele wohlfeilere Surrogate verspinnen, die sie in großen Massen aus Indien beziehen. T a b l a 3: Importaciones d e lienzo a l e m á n e inglés a C i u d a d d e M é x i c o e n 1 8 4 4 Tipos
Origen
Varas*
Alemanisco
alemán inglés alemán inglés alemán inglés alemán inglés alemán inglés alemán inglés alemán inglés alemán inglés alemán inglés
5.178 41.068
Bretaflas Creas Crehuelas Dril El fino Platillas Rouanes, Cholets Suma Total
Precio al por mayor (reales/vara) 5 33/4
204.423 400.858 379.992
23/4 21/8
200.283 8.470 141.105 14.768 17.871 583.474 279.725 30.224 13.708 1.042.981 1.298.184 2.341.165
31/4 61/2 21/2 8
Valor (en $) de las importaciones 3.241 25.667,7 95.827 137.794 130.622 53.200 3.440 57.323 11.899 14.520 182.335 87.414 30.224 13.708 368.933 478.281 847.214
* 100 varas berlinesas = 80 varas Gerolt tenía razón al mencionar la fabricación mecánica y sucedáneos como causas del éxito inglés. En un viaje de inspección por Silesia, el designado cónsul general Seiffart tuvo que comprobar que los industriales alemanes en su mayoría no estaban dispuestos a trabajar mecánicamente, insistiendo en que a la larga "la solidez y belleza" del trabajo manual se impondrían frente a "la baratura de la producción en masa" 78 . Las amonestaciones desde México sobre que había que observar cuidadosamente la calidad de los productos fueron desoídas en Silesia. Finalmente, la regularidad del tejido hecho a máquina se impuso frente a "la soli78 A diferencia de los silesianos, los industriales de Westfalia y Renania estaban convencidos de que la producción mecánica se impondría finalmente frente a la manual. Véase Memorándum de Seiffart, Aquisgrán 8-IX-1845: ZSAM 2.4.1.II 5225, f. 329-360.
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dez y durabilidad" del trabajo a mano. La exportación total de fabricados ingleses de lino ascendía, en 1839-1841, a una media anual de 45 millones de Mark Banco, mientras que la exportación de lino alemán en el mismo período llegaba a lo sumo de 12 a 15 millones de Mark Banco. Estas cifras eran básicamente el resultado de la introducción, en Gran Bretaña, de la hilandería mecánica de lino. En 1835 sólo había 347 fábricas de hilado mecánico de lino, en 1840 ya existían 419 (189 de ellas en Escocia y 44 en Irlanda). Tejedores alemanes importaban cada vez más hilo de lino inglés hecho a máquina, ya que las fábricas alemanas de hilado no producían bastante. Los productos irlandeses, mezclas de lino y algodón, permitían reducir el precio aún más. Los géneros ingleses de la misma calidad podían ofrecerse en el mercado a un precio del 30% más barato. Si bien a mediados de los años 1840 los productores alemanes imitaban la "técnica de mezclar" de los ingleses, esto no avivó sus ventas, sino que únicamente tuvo por consecuencia un deterioro de la hasta entonces buena fama del lino alemán 79 . c) En tercer lugar hay que mencionar aspectos de calidad, de moda y de organización relacionados estrechamente con los factores de producción en Alemania. En cuanto a la calidad de los productos silesianos, ésta fue criticada desde un principio por los comerciantes hanseáticos: no se consideraban deseos especiales, enviaban a ultramar productos que no se vendían en Europa, había múltiples inexactitudes en la producción y en la distribución de manera que muchos géneros sólo podían venderse a precios de ganga. Estas prácticas socavaron rápidamente la confianza en el comerciante de lino alemán. Las platillas y bretañas enviadas en los años 1840 a México eran productos que -en palabras de los fabricantes mismos- no eran aceptados en el mercado alemán 80 . Como los márgenes de ganancia se reducían continuamente, los industriales desatendían y descuidaban esta rama de sus negocios ultramarinos cada vez más. En cuanto a gustos y modas, los industriales alemanes tenían ideas equivocadas del mercado mexicano. Frecuentemente enviaban telas nuevas a México sólo después de haberlas presentado durante varios afios en ferias europeas, mientras que ingleses y franceses presentaban en México el último grito de la moda europea. De todos los informes desde México se puede desprender que la clase media y alta criolla imitaba, en su permanente eurofilia, la moda de sus ejemplos en París o Londres; en cambio, los industriales alemanes no eran innovadores, no se adaptaban al cambio del gusto y estuvieron convencidos, demasiado tiempo, de que
79 Pini al Senado de Hamburgo, Mazatlán 15-1-1846: CBHH, Consulatsberichte 1846. 80 Véase también Herrn Jeth: "Mexico: Die Einfuhr von Textilwaaren", en: Export 1889, pág. 219.
15,
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México era un mercado de segunda clase. En 1844, el cónsul Franz Schneider escribía en un despacho 81 : Wenn die Engländer sich durch billige Preiße und eine große Leichtigkeit, dem Bedarf des Landes gemäß zu arbeiten, auszeignen, so haben die Franzosen ein besonderes Geschick, den Geschmack der Consumenten zu leiten. Die Deutschen folgen sehr langsam, beinahe gar nicht solchen Impulsen. Das deutsche Leinen Geschäft liegt noch immer arg darnieder.
En cuanto a los problemas de organización, los alemanes tenían la desventaja de que los productores y los consumidores no mantenían relaciones directas. Casi todo el comercio silesiano de lino pasaba por manos hanseáticas y las ganancias de éstos eran, probablemente, más altas que las de los industriales silesianos. Si bien los productores de Silesia estaban descontentos de esta situación, no tenían una solución; ante todo, no estaban dispuestos a hacerse cargo ellos mismos de la distribución de sus productos en México. d) En cuarto y último lugar hay que mencionar un aspecto que era causa y al mismo tiempo consecuencia del retroceso del lino: la diversificación de las casas importadoras alemanas en México en cuanto a la oferta de mercancías y al origen regional de las mercancías. La continua baja del principal artículo de exportación (lino) no significaba una reducción del comercio alemán en general o de la presencia alemana en México. Al contrario: el volumen del comercio y las casas comerciales aumentaron sensiblemente en los años 1840. Los estados de la Comunidad Arancelaria seguían exportando más a México que a los Estados Unidos 82 . Sin embargo, los productos que ganaban importancia eran otros: artículos de ferretería, juguetes, géneros de seda, telas mixtas. Parte del dinero con el que Federico Engels iba a subvencionar más tarde a Carlos Marx, fue ganado en México: Einen ebenfalls sehr bedeutenden Absatz sowohl in Mexiko als an der Westküste, in Chile und Peru finden die Fabrikate eines der ältesten Häuser in Barmen, der Gebr. Engels, in baumwollenen Spitzen, Borten, Webkanten. 83
Todos los despachos de la época indican que las exportaciones alemanas a México aumentaban debido a su variedad, pero las casas importadoras que en un principio habían sido "casas de lino", se habían convertido entretanto en almacenes con un variado surtido de muchas mercancías. Además, los comerciantes alemanes no se limitaban a distribuir mercancías alemanas; más bien, vendían tanto lino inglés como alemán. Los barcos hamburgueses por ejemplo solían estar cargados en un 45% con productos ingleses, un 81 Schneider al MPAE, México 29-X-1844: ZSAM 2.4.1.II 5225, f. 141-144. 82 Memorandum de Seiffart, Berlin 14-VI-1845: Z S A M 2.4.1.II 5225, f. 258-283. 83 Memorandum de Seiffart, Aquisgrán 8-IX-1845: ibid., f. 329-360.
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Walther L. Bernecker
40% con mercancías alemanas y un 15% con géneros de otros países europeos. Muchos exportadores hanseáticos tenían mejores conexiones comerciales con Gran Bretaña que con el hinterland alemán. Y como el lino alemán iba perdiendo importancia en el mercado mexicano, importadores hanseáticos residentes en México compraban géneros de lino más baratos en Inglaterra. Así, en cierta manera los propios comerciantes alemanes contribuían a arruinar el comercio del lino silesiano, conscientes de que la posición inglesa era tan fuerte que no valía la pena combatirla. Hacia mediados de siglo, eran ante todo comerciantes alemanes los que ayudaban a vender mercancías inglesas en el mercado mexicano. Por término medio, almacenes alemanes compraban seis veces más mercancías de sus agentes en Manchester que de sus representantes en las ciudades hanseáticas. En el fondo, este comportamiento económico no hacía sino reflejar los diferentes grados de desarrollo de la industrialización inglesa en comparación con la alemana. Además, los negocios con productores ingleses eran más interesantes porque las mercancías sólo tardaban cinco o seis meses en llegar desde Europa, mientras que las alemanas solían tardar por lo menos nueve meses. Observación final El análisis de la competencia entre europeos por el mercado mexicano presenta una visión de las relaciones entre Europa y México que obliga a matizar perspectivas según las cuales en el siglo XIX los estados latinoamericanos eran, desde un principio, las víctimas de la expansión económica europea. Más bien, se puede observar que intereses económicos eran la fuerza motriz que llevó a los estados europeos, en este caso a Prusia, a reconocer diplomáticamente a México, contribuyendo de esta manera a garantizar la independencia del país. Y la competencia económica entre europeos contribuyó a mejorar los terms of trade a favor de México, amplió el abanico mexicano de posibilidades comerciales y evitó, al mismo tiempo, que los estados europeos se asociaran para llevar a cabo una política comercial común. Lo que primaba eran los intereses nacionales e, incluso, los regionales, incluso si éstos tenían que ser sometidos a fuerza de perjudicar otras regiones. El análisis del comercio prusiano con México arroja como resultado, además, diferentes argumentos que contribuyen a explicar el cambio económico en las regiones alemanas durante el proceso de industrialización. De esta manera, la historia latinoamericana del siglo siguiente a la emancipación de las colonias, en una visión global, puede y debe ser integrada en la historia económica europea del siglo XIX.
Magdeburgo a fines del siglo XVIII y en el siglo XIX: desarrollo, efectos y contraefectos del comercio de "mercancías coloniales" en una región prusiana Max Zeuske Magdeburgo, antiguo centro militar y comercial desde su fundación hacia el año 800, en la frontera eslava, servía de puente especialmente para el comercio con el oriente eslavo. En 1680 el antiguo arzobispado y ducado pasó a manos brandeburguesas y, a partir de 1701, prusianas. Situada en el cruce fluvial del río Elba y el camino hacia el oriente, el camino Hellweg, cuyo tramo final fluía entre Brunswik y Magdeburgo, prolongándose hacia Brandeburgo, Potsdam y Francfort del Oder 1 , la ciudad gozaba de una posición privilegiada, expresándose ésta en el derecho de emporio, vigente hasta 18212. Ya desde 1680 la ciudad se convirtió en fortaleza y guarnición y, desde 1810, en la capital de la provincia prusiana de Sajonia, después de haber sido ocupada por el reino napoleónico de Jérôme, a partir de 1806. Entre 1723 y 1806 fue sede de una Cámara Real (provincial) de la Guerra y los Domanios y a partir de 1816 de una Presidencia Superior y capital de una regencia, ahora en el centro de la recién expandida Prusia. En cuanto a las demás comunicaciones, en 1745 la ciudad tuvo acceso por medio de un canal a los ríos Havel y Oder y a través de él, al puerto báltico más importante de la monarquía, Stettin (hoy Szczecin). De esta manera, sus comunicaciones con los importantes mercados y materias primas de las provincias orientales de Prusia y con la Rusia de entonces mejoraron notablemente. En 1839 obtuvo conexión ferroviaria, lo que económicamente influyó decisivamente en la posición
' Siglas: A B R M Amts-Blatt der Königlichen Regierung zu Magdeburg D B E D Departemental-Blatt des Elbe-Departements IBED Intelligenz-Blatt des Elb-Departements LHA S-A Landeshauptarchiv Sachsen-Anhalt, Magdeburg MIB Magdeburgisches Intelligenz-Blatt MZ Magdeburgische Zeitung St.A.M. Stadtarchiv Magdeburg W. Kirsten: Raum und Bevölkerung 1956.
in der Weltgeschichte,
Vol., 1, päg. 367. Würzburg
2 Fritz Rörig: "Magdeburgs Entstehung und die Ältere Handelsgeschichte", en: Wirtschaftskräfte im Mittelalter. Abhandlungen zur Stadt- und Handelsgeschichte, editado por Paul Kaegbein, pägs. 604-637. Weimar 1959.
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Max Zeuske
comercial de la ciudad, al igual que la supresión de las aduanas interiores prusianas en 1818, la formación del Zollverein, la Unión Aduanera de los Estados Alemanes del norte del país, en 1834, y las mejoras hidráulicas del Elba, intensificadas desde 1843. No todos los logros mencionados resultaron positivos para la ciudad y su comercio ya que en parte significaban la pérdida de sus privilegios. Esto atañe en particular a la histórica competencia comercial entre Magdeburgo y Leipzig, centro comercial del Reino de Sajonia, que en esos decenios se decidía a favor de Leipzig. Sin embargo, y a pesar de esa decisión, la importancia y el alcance comercial de Magdeburgo iban mucho más allá de las fronteras de su propia regencia, en particular hacia el sur, por ejemplo hasta Baviera y Bohemia, pero también en dirección occidental, por ejemplo hasta Brunswik. Allí se encontraban sus mercados principales, en los Estados de Anhalt (Ascania), Sajonia, Baviera, regiones de Turingia y Franconia, como también en partes norteñas y orientales de Austria, como Bohemia. Con anterioridad al Zollverein y a la conexión ferroviaria, una cierta cantidad -y no precisamente pequeña- de las mercancías coloniales importadas vía Hamburgo y Magdeburgo servían para nutrir el comercio de contrabando. Dicho de otra manera: los pasos de la unificación económica, comunicativa y política de Alemania mitigaron la posición privilegiada de Magdeburgo, incitándola a buscar otros terrenos provechosos. Para ello, sus condiciones naturales eran su más valioso recurso: la tierra negra de la Borde, territorio al occidente del Elba, muy fértil y ya antes de la era remolachera una de las regiones agrarias más potentes y más codiciadas para el cultivo de cereales, hortalizas y frutos comerciales de todo tipo. Es importante constatarlo, porque de otra manera difícilmente sería explicable el ulterior desarrollo de la región, tan importante para el tema que aquí interesa. En este contexto es igualmente significativo indicar los intentos ya durante el siglo XVIII de suplantar ciertas mercancías coloniales como café, azúcar o añil, particularmente en la pobre y militarista Prusia con su sistema económico de tipo mercantilista ("cameralista"). Esta Prusia fue extremadamente contradictoria: por una parte expansionista y militarista; según un dicho proverbial del siglo XIX, más bien un ejército con un Estado, que un Estado con su ejército. Al mismo tiempo, sorprendentemente integracionista y moderna, capaz de digerir sin graves problemas poblaciones de la más diversa índole étnica, lingüística y religiosa y abriéndose a diferentes culturas. Esto no debe entenderse como idealización de ese país, pero ignorarlo dificultaría la comprensión del cultivo del tabaco, la escarola (destinada a sustituir al café), la historia del azúcar de remolacha, la seda, los colorantes químicos, todo ello con consecuencias decisivas para el comercio de mercancías coloniales. Lo mismo puede decirse de la demografía, en especial de los hugonotes franceses, palatinos inmigrados y asentados desde el siglo XVII, como también de polacos y judíos. En el período considerado en el presente ensayo, el comercio magdeburgués de importación desde regiones de ultramar, es decir, de "mercancías coloniales", se
Magdeburgo a fines del siglo XVIII y en el siglo XIX
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realizaba vía Amsterdam y Hamburgo, a veces también vía Londres; por ende, no se trataba de un comercio directo. En cuanto al comercio de exportación, sobre el cual existe poca información en las fuentes consultadas, se transformó cada vez más en un comercio directo a partir de los últimos decenios del siglo XIX, particularmente de productos de inversión productiva o destructiva, como máquinas y armamento, pero también incluyó el azúcar. El presente trabajo se basa en dos grandes grupos de documentos: primero, los de la antigua "Hermandad de Comerciantes" de Magdeburgo, más adelante llamada "Corporación de Mercaderes" y desde fines del siglo XIX "Cámara de Comercio", conservados en parte en el Archivo Municipal y en parte en el Archivo Estatal Principal de Sajonia-Ascania, ambos en Magdeburgo. En segundo lugar, en los documentos de la "Cámara Real de la Guerra y los Domanios", también en Magdeburgo. En ambos casos, sin haber agotado todas las fuentes, concentrándose en los "Informes sobre la marcha del comercio, la navegación y la industria", que existen desde 18413. A grandes rasgos se pueden exponer los siguientes resultados. En los documentos consultados no existen estadísticas completas para todo el período, a excepción de un lapso entre 1840 y 1868. Por otra parte, las estadísticas se limitan a lo registrado en el Almacén Oficial -el Packhof- de la Hermandad de Mercaderes y no incluyen todas las mercancías que pasaban en tránsito por Magdeburgo hacia el sur, porque el derecho de emporio ya había concluido en 1821 por el Instrumento de Navegación (Schiffahrtsakte). Sin embargo, ya hacia 1670 se menciona por lo menos de vez en cuando el tránsito de productos como canela, fariña, mascabado, miel de azúcar, café, toda clase de madera tintórea y tabaco brasileño4. A excepción del tabaco en rama o en rollos, no se menciona generalmente el país de origen de los productos, si bien procedían en su mayor parte de América Latina (tabacos también de Virginia) y en menor cuantía de las colonias holandeses en Asia. Ya en 1713 se hace la distinción entre tabaco de Virginia y de Brasil5, pero generalmente no se destaca la procedencia, ni siquiera los lugares de compra, Amsterdam o Hamburgo. Tampoco son muy frecuentes los datos cuantitativos, de ahí lo interesante de cifras como éstas: sólo en tres días, a fines de mayo de 1727, pasaron en tránsito por Magdeburgo hacia Sajonia: 210 barriles de miel, siete octavos de bocoy, 15 oxoft, 4 barriles y media caja, todo de azúcar; 3 barriles y 8 rollos de tabaco, 44 barriles y 3 cargas de palo de Brasil (eritróxilo), 4 barriles y 3
LHA S-A Rep. C HO Magdeburg, VIII/2: Dem Oberpräsidenten der Provinz Sachsen jährlich zu erstattende Berichte über den Gang des Handels, der Schiffahrt und der Industrie (en adelante: Berichte für...). 4 St.A.M. Rep. A 1 R 22: Rolle im Fehramt betr., ca. 1670. 5 LHA S-A Rep. A 8 Magdeburg, XII/4: Acta den Handel mit Toback und deshalb erfolgte Vorschriften betr., 1713-1796.
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1 oxoft de palo de Campeche, todo ello en tres barcos 6 . En cuanto a los años comprendidos entre 1741 y 1747 hay datos sobre la importación de cochinilla fina 'española' y añil: sólo en dos villas vecinas de Magdeburgo se importaron anualmente un promedio de 60 libras de cochinilla por valor de 2 4 2 escudos (Reichstaler) y 60,5 quintales de añil por valor de 6.850,6 escudos. La relación contiene muchos más datos sobre la importación en las demás villas y ciudades de la región 7 . En varios arios del siglo XVIII se fijaron datos sobre la importación de miel de azúcar, pimienta y jengibre 8 : Magdeburgo, aduana Miel (barriles) Años 1712/13 4.638 1727 733 1728 703 1729 648 1730 674 1731 885 1732 995
Pimienta (sacos) 40 32 5 1 1 1
Jengibre (sacos) 245 16
-
-
-
5
Envases = a barriles -
31 9 1 4 17 2
140 75,75 2,3 22 -
7,5
6 LH A S-A Rep. A 8 Magdeburg, 1/4 Vol. 5: Acta die Errichtung einer neuen Convention mit Chur-Sachsen betr., 1733-1738. Tonne Sirup: M. Moreno Fraginals, El Ingenio, Vol. 1, La Habana 1978, pág. 149, señala para el siglo XVIII una capacidad de transporte para los animales de 115 kg, repartidos en 4 barriles de 28,75 kg cada uno. Hacia 1810 una tonelada (= barril) equivalía a unas 9 arrobas (= 104 kg), que en lo sucesivo se transportaría en carros, por lo que podía ser más pesada. Si se toma como base un peso neto de 25 kg obtenemos para 210 toneladas de melaza (1727) un peso total de 5,25 toneladas métricas. El barril alemán ("Fass" o "Vass") equivale al bocoy cubano y de las Indias Occidentales, que fue utilizado para el azúcar mascabado y pesaba unos 550 kg (variaba entre 460 y 690 kg). En Prusia el oxoft equivalía a 206,10 litros. El oxoft también se utilizaba en España principalmente como medida para líquidos con 225 azumbres o un octavo de arroba. Su peso era de 323,49 kg. Según Moreno Fraginals, en el siglo XVIII la caja de azúcar equivalía a 16 arrobas (= 184 kg). Grosso modo la cantidad de azúcar indicada alcanzó unas 3,675 t. No fue posible averiguar el peso de toneladas de tabaco y maderas tintóreas. El rollo de tabaco pesaba entre 7,5 y 9 kg. Palo de Brasil = "madera roja". Palo de Campeche = "madera azul". 7 LHA S-A Rep. A 8 Magdeburg N° 397: Acta wie viel nach einem 6jährigen Durchschnitt 1. an Oel aus Spanien, Frankreich und Italien, 2 an Frantz- und Rhein-Branntwein in dem Herzogthume Magdeburg eingegangen, betr. de anno 1748. Nachtrag: 3. wie viel Spanische Cochenille und Indigo ... in dortigen Provintzen eingegangen, auch wie hoch jede Sorte gemeldeter Waaren den Kaufleuten zu stehen kommt. 8 LHA S-A Rep. A 8 Magdeburg, 1/4 Vol. 5, B l . 120-150
Magdeburgo
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a fines del siglo XVIII y en el siglo XIX
Schönebeck, aduana Años
Miel (barriles enteros)
Miel (barriles medios)
Miel (barriles cuartos)
Pimienta (sacos)
Jengibre (sacos)
1712/13
4.571
-
-
29
45
1729
627
320
-
1
2
1730
361
240
19
1
4
1731
786
312
18
1
1732
800
344
10
6
1733
429
200
10
-
5
Interesantes son los datos aduaneros sobre la composición de los cargamentos de los barcos porque muestran las pequeñas cantidades que los mercaderes encargaban: un cargamento consistió en cinco ochavos de fardo, medio saco, un cuarto de barril, once medios de barril, dos veces dos medios de barril y un bulto de 'coffe', es decir, café. Otro cargamento estaba compuesto de siete ochavas de fardo, cinco bultos, 16 medios y 18 cuartos de barril con café, una cuarta parte de caja de azúcar con azúcar piedra (cande), una ochava de fardo de miel, 12 ochavas de fardo, un rollo y dos medios barriles de tabaco, dos cuartos de barril con azúcar fariña, tres barriles enteros, 19 medios y dos cuartos de barril, una caja y 30 ochavas de bocoy con azúcar. Estos datos son del aflo de 1743 9 . Hacia mediados del siglo XVIII aparentemente el café procedía en buena parte de Francia, o sea, de Martinica. Entre 1740 y 1742 se menciona la introducción de 10.900, 20.431 y 17.045 libras respectivamente 10 . El comercio con tabaco, en particular con "el negro de Portorrico" en rollos y el tabaco de Brasil, fue objeto de desavenencias entre la Corona y la Hermandad de Mercaderes de Magdeburgo, tanto por los altos impuestos, los intentos de monopolización y a veces la prohibición total de su importación durante el siglo XVIII. Cuando en 1788 por medio de un "Rescriptum clementissimum" el rey concedió un descuento del 2% sobre el "canasto y Portorrico en rollos", ochenta empresas comerciales de Magdeburgo corroboraron el documento". Ya en 1756, cuando Federico II prohibió la importación de pipas extranjeras para fumar, 45 empresas comerciales de Magdeburgo comerciaban con este artículo, ahora fabricado dentro del país mediante un monopolio establecido a favor del capitán de Bredow en Rostin 12 . Estas cifras muestran la gran incidencia que tuvieron las 9 St.A.M Altstadt 1 R 29/2: Rogätzer Zoll betr. acta, 1688-1802. 10 LHA S - A Rep. A 8 Magdeburg N° 396: Das Commercium mit Franckreich betr., 1747, 1795, 1804. 11
LHA S - A Rep. A 8 Magdeburg XII/4.
LHA S - A Rep. C 110 Magdeburg XII/5: Acta privata das Verboth derer auswärtigen Tobacks-Pfeiffen betr., 1756-1767. - Rep. A 8 Magdeburg VIII/225: Acta die Zollfreyheit der zu der v. Bredowschen-Rostinschen Pfeifenfabrik zu transportierenden Thonerde und
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mercancías coloniales en el surgimiento de la estructura comercial de la ciudad. El comercio con azúcar tenía especial importancia. En su curso hacia un mayor grado de autoabastecimiento, a partir de 1748 la corona prusiana promovió el establecimiento de refinerías de azúcar a fin de evitar gastos en divisas y con la intención de obtener mayores ingresos en concepto de impuestos. El mismo año autorizó la construcción de una pequeña refinería en Stettin13. Seis años más tarde, prohibió la importación de todo tipo de azúcar y mieles extranjeras, lo que también significaba la prohibición del comercio de tránsito, del que se habían servido hasta entonces los magdeburgueses en base al derecho de emporio de la ciudad. Este intento de privar a la ciudad de considerables ingresos iba a la par con la "oferta" de comprar únicamente en la refinería berlinesa de Splitgerber14, privilegiada en esos años, y que recibía sus suministros de azúcar cruda vía Stettin y no vía Hamburgo o incluso Amsterdam y Londres como Magdeburgo. Era esa una manera de desviar los provechos de Magdeburgo hacia Berlín y Stettin. Toda la Hermandad se defendía tenazmente contra la Corona, aunque con el debido respeto y con diplomática paciencia. En un memorándum al rey escribieron modestamente: "... sumamente desafortunado para el comercio de aquí". En otro siguiente: "no podría recibir esta ciudad golpe más sentido". Posteriormente argumentaban de manera convincente que más de cien comerciantes recibían sus créditos de Hamburgo u Holanda, hacia donde exportaban también muchos de los productos del país, como "comino, frijoles o maderas", por lo que también concernía al interés de la Corona en el activo comercio exterior. Esa guerra callada tiene particular interés para nuestro tema, primero porque permite fijar con cierta exactitud algunos de los pesos del azúcar, y en segundo lugar, observar la singular forma de la importación. En cuanto al primer punto es posible determinar el término medio de los pesos de dos series de bocoyes de azúcar a mediados del siglo XVIII. Cada uno de los bocoyes pesados tenía 1.253,2 y 1.320 libras respectivamente. O sea, se transportaban envases con un peso bruto de 586 y 617 kilogramos y esto generalmente sin grandes recursos técnicos. Respecto al segundo punto, en el momento de la prohibición, dos de los comerciantes reclamaron que sus suministros se encontraban todavía "en camino", indicando las cantidades concretas con pesos exactos. La Hermandad se adhirió a ellos, haciendo lo mismo e indicando la cantidad de envases llenos "en camino" no sólo para finales de 1754, sino también para todo el año de 1755 y los primeros meses de 1756:
Tabacks-Pfeifen betr., 1758. •3 LHA S - A Rep. C 110 Magdeburg XII/6 Acta den Handel mit Zucker betr., 1748-1797. ' 4 Con respecto a Splitgerber vease Helga Schulz: Berlin einer Residenz.
1650-1800.
Sozialgeschichte
Berlin 1987. - LHA S-A Rep. C 110 Magdeburg XII/7: Acta privata der
löblichen Kaufmannschaft allhier, betr. das Verboth des auswärtigen Zuckers und Syrups, 1754-1761.
107
Magdeburgo a fines del siglo XVIII y en el siglo XIX Importación de azúcar en Magdeburgo 1754-1756 Año
(bocoyes y barriles) Azúcar Piedra
Azúcar Farina Boc. Barr.
Miel Boc.
Barr.
Boc.
Barr.
Inicios de 1755
64 14
695,7
13
228
13
15,75 4 cajas
Noviembre de 1755 Inicios de 1756 Abril de 1756 Total
90 358 40 566
27 12 734,7
13
228
13
19,75
Todo esto en conjunto da aproximadamente una cantidad de 450 toneladas métricas de azúcar de diversa calidad, con dos tercios de la mejor calidad. La mencionada "guerra callada" terminó en un compromiso y el comercio magdeburgués vía Hamburgo y Amsterdam continuó, tal vez temporalmente algo mermado. Aparentemente hacia fines del siglo XVIII la estructura del comercio de la ciudad estaba en un proceso de cambio profundo. Una serie de datos de los años 1797 y 1798 parece mostrar que cuantitativamente el tráfico había aumentado, por lo menos en lo que es posible tasar en base a los escasos datos comparativos. Las mercancías coloniales -sentido lato- representaban físicamente más del 40% de los productos importados, y por su valor un 28% 15 . En total ascendían ya a más de 14.000 toneladas métricas por año. Un aspecto igualmente importante es el cambio operado en las cantidades de las distintas mercancías: el café representaba un 12%, azúcares y mieles un 29%, mientras que el tabaco y sus productos representaban con un 46% casi la mitad. El llamado comercio propio de los magdeburgueses era en lo referente a mercancías coloniales destacable sólo en mieles, maderas tintóreas y tabaco, comparándolo con el comercio sajón en tránsito por Magdeburgo y por cuenta de comerciantes sajones. Esto concuerda con la estructura de la naciente industria, más bien manufactura, en tanto que tenía relación con el comercio de mercancías coloniales. A partir de 1787 surgieron tres "fábricas" de tabaco, las que junto con una cuarta de más remota fundación (1746) y una "hilandería de tabaco" (1738) elaboraban unos 14.500 quintales de tabaco en rama (748 toneladas métricas) y 600 rollos al año. Desde luego -es de suponer o sospechar-, esta cantidad de tabaco en rama no procedía únicamente del extranjero ultramarino. Cierta parte -las relaciones exactas siempre fueron tratadas como secreto empresarial- provenía de las regiones productoras de tabaco en la misma Prusia. La región de Schwedt a orillas del Oder, donde se cultivaba el tabaco des-
15
J. C. F. Berghauer: Magdeburg pägs. 27ss.
und die umliegende Gegend, 2a Parte, Magdeburg 1801,
108
Max Zeuske
de 1678, era la más famosa, pero no la única. En la región de Magdeburgo también se inició ya en el siglo XVIII el cultivo del tabaco 16 . En cuanto al café, su mayor peso no recaía en la importación de la región magdeburguesa misma, abrumadoramente rural, sino en el comercio de tránsito hacia el sur más rico en villas y ciudades, con mayor población y, particularmente, con mayor número de establecimientos manufactureros y preindustriales. Magdeburgo sobresale en el siglo XVIII e inicios del XIX por el desarrollo de un sustituto: la escarola o endibia, la desprestigiada Cichorie. Su cultivo se debe a la política económica de Federico II. En 1777 firmó un "rescripto" sobre el libre cultivo de la escarola con el deseo de incentivar particularmente a la población rural a su cultivo 17 . Sólo en los años noventa se fundieron con sus plantaciones 14 de esos establecimientos llamados fábricas y que deben ser consideradas como las preescuelas del posterior cultivo de la remolacha azucarera. Sin embargo, además de la escarola, incluso antes de Achard, también se cultivaba la remolacha azucarera para producir melaza, utilizada para endulzar. A pesar de la pobreza de la mayoría de la población, los magdeburgueses no despreciaban el café "auténtico": sólo en la "ciudad vieja" existían hacia fines del siglo XVIII 25 "Caffetiers" y "Billardeurs'" 8 . El número de comerciantes al por mayor no había aumentado significativamente desde el sexto y séptimo decenio del siglo: en 1800 Berghauer mencionó entre un total de 343 mercaderes 98 comerciantes al por mayor, con 128 oficiales, 96 aprendices y 18 ayudantes. Con la interrupción del comercio de mercancías coloniales por la ocupación francesa y el bloqueo continental, entre 1806 y 1814, esa cantidad se redujo considerablemente, para aumentar después con rapidez. En lo que respecta a las mercancías coloniales, ya en 1788 y 1789 había 101 empresas (razones sociales) solamente entre las que ejercían el comercio de azúcares, o sea, que comerciaban en primer lugar con productos del Caribe. Esa cantidad era prácticamente idéntica a la totalidad de los comerciantes al por mayor que también comerciaban con los llamados "productos del país" como granos, lanas, mantecas y aceites, escarola, comino, frijoles y minerales. Todavía no puede apreciarse una especialización, aunque probablemente existía, quizá por la simple razón de las diferentes conexiones geográficas. Sin embargo, todavía en 1800, al destacar 15 diferentes ramos del comercio, Berghauer sólo menciona tres empresas que tratan con tabaco y una con azúcar. Eso implica que el comercio de mercancías coloniales todavía se albergaba bajo el rubro general de comercio mayo16 ibíd. pág. 20. Berghauer menciona cultivo y procesamiento del tabaco por palatinos (Pfälzer) protestantes e inmigrados ya hacia fines del siglo XVII. 17 LHA S - A Rep. C 110 Magdeburg 1/4 Vol. 5: Akzise für Kaffee, Kanaster, Rapé etc. betr., 1765, B 1.209. Berghauer, op. cit., págs. 109, 118.
Magdeburgo
a fines del siglo XVIII y en el siglo
XIX
109
rista. Así disponemos del dato de que 44 empresas comerciaban a la par con otras mercancías, con materias tintóreas, en su gran mayoría de procedencia ultramarina, a excepción de las pocas que comerciaban con materias tintóreas del reino mineral. Eso significa que aproximadamente la mitad de las empresas se dedicaba al comercio que aquí nos interesa. Esta conclusión se ve confirmada al analizar los comerciantes minoristas, decenios más tarde, quienes en muchos casos también eran mayoristas: entre 95 miembros del "Gremio de Tenderos de Seda", en el que ya se diferenciaban 13 ramos, 65 trataban con "materiales" -poco después llamados simplemente "materialistas"- o sea, con mercancías coloniales al mismo tiempo que con productos del país como harinas, frijoles, condimentos, pescado y también artefactos manufacturados 19 . Decenio y medio más tarde, en 1815, la situación del comercio magdeburgués había cambiado bastante. La cantidad de comerciantes disminuyó en gran número, principalmente debido a los efectos negativos de la política económica del reino napoleónico de Westfalia, del cual Magdeburgo formó parte hasta 1814. Había solamente un total de 134 empresas, de las cuales sólo 30 eran mayoristas. Las demás estaban empobrecidas. La lista siguiente muestra la composición de los restos de la Hermandad de Comerciantes, disuelta por las autoridades napoleónicas. Para su comprensión es importante repetir que debido al bloqueo inglés y a las restricciones napoleónicas, el sistema comercial magdeburgués resultó afectado en sus fundamentos. La lista refleja el estado final20: 3 Fábricas de tabaco
9 Especierías
2 Fábricas de azúcar
4 Comisionistas
1 Fábrica de jabones
5 Vituallistas
10 Traficantes de dinero
1 Comerciante de granos
14 Vinaterías
1 Minorista de tabaco
7 Expedicionistas
30 Mayoristas en general
2 Ferreterías
45 Minoristas en general
La restricciones napoleónicas aparecen reflejadas en un decreto real que determinaba rigurosamente, primero que se confiscaran "todas las mercancías de manufactura y fábricas inglesas y todas las demás mercancías coloniales ... en cuanto llegaran a la frontera" y en segundo lugar "que se permitiera su comercio una vez apresadas y dotadas de los certificados correspondientes" 21 . Un segundo Ibid., Lista de los gremios - R.E. Grotkass: "Die Zuckerfabrikation im Magdeburgischen", en: Magdeburgs Wirtschaftsleben in der Vergangenheit, Vol. 2, 1927. 20 Leonhard: "Die Kaufleute-Brüderschaft", en: Magdeburgs Vergangenheit, Vol. 3, Magdeburg 1928, págs. 275-278.
Wirtschaftsleben
in
der
21 Gesetz-Bulletin des Königreichs Westphalen N° 35 de 1810, 26 de septiembre, en: IBED N° 135 de 1810, 10 de noviembre, pág. 1594 s.
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decreto real elevó los aranceles aduaneros para todas las mercancías coloniales de manera rapaz, enumerando los siguientes artículos: algodón, azúcar cruda, azúcar refinada en panes, café, cacao, añil, cochinilla, cacao, "Fernambuc", campeche, pieles crudas, vainilla, quina roja, amarilla y enrolada gris, casia, orsella, copal, guayac, palo de Cayena, palo morado, palo rojo, etc., etc.22. Especialmente en 1812 las autoridades ofrecieron varias veces cantidades considerables de mercancías apresadas para la venta, principalmente azúcar, café, maderas tintóreas, afiil, ron, canela y otros condimentos; por ejemplo en marzo "una partida de azúcar blanca quebrada de Habana". A veces incluso se mencionan los barcos apresados con sus cargamentos, lamentablemente omitiendo su lugar de procedencia 23 . El encarecimiento y la escasez de mercancías coloniales, cada vez más caras debido al frecuente contrabando, testificado en varios casos también en la prensa de entonces, contribuyeron a que en Magdeburgo y su región se iniciara una nueva época de búsqueda de sucedáneos e imitaciones. Esto no sólo es válido para el caso del café con la escarola, sino también para el azúcar y los alcoholes, como lo demuestran los ejemplos siguientes. En diciembre de 1810, la librería de W. Heinrichshofen anunció el libro, en tres partes y al precio aumentado de seis escudos y doce reales corrientes prusianos: Achard (el famoso inventor de la fabricación del azúcar de remolacha), "La fabricación europea de azúcar de remolacha en relación con la preparación de aguardiente, ron, vinagre y de un sucedáneo del café, sus deshechos, descrito y explicado con calcografías por su autor" 24 . Poco antes el comerciante J. C. Gustadt había anunciado: La subida de los precios del café indio me motivó a preparar un café compuesto, que si no es exactamente igual al auténtico, no tiene nada que envidiarle en cuanto a gusto y calidad. Con todos mis respetos deseo comunicar al público que éste puede obtenerse en
2 2 Gesetz-Bulletin des Königreichs Westphalen N° 38 de 1810, 11 de octubre, en: IBED N° 141 de 1810, 24 de noviembre, pág. 1650 ss., y el Decreto Real sobre impuestos de entrada, en: IBED Nr. 156, págs. 1839-1841. 2
3 D B E D N° 11 de 1812, 15 de enero, pág. 146; N° 17 de 8 de febrero, pág. 219; N° 18 de noviembre, págs. 2025-2024. Aquí se lee: "El director de aduana Colosson publica la venta pública en Maguncia de mercancías coloniales las cuales proceden de presas hechas en mar y cuya confiscación fue decidida por resoluciones del Imperial Consejo de Presas el 17 de junio y 11 de julio de 1811 en París: I o del barco "Luciat" 48 cajas de azúcar terree con 16.189 kg, 20 barriles de azúcar refinada en panes con 9.274 kg; 2 o del barco "Die Weser" 269 bocoyes de azúcar terree con 98.196 kg; 80 bocoyes de café con 24.700 kg y 19 fardos de pimienta con 770 kg; 3 o del barco "Die Christina" 41 bocoyes de azúcar refinado en panes con 18.745 kg y 52 cajas de azúcar terree con 37611 kg. 2
4 IBED Wr. 146 de 6 de diciembre de 1810, pág. 1708.
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paquetes provistos con mi sello, tanto a través de mí como de mi hermano Guillermo, siendo el precio de la libra 8 reales corrientes y de la media onza 4 maravedíes en monedas de dinero bueno25.
Igualmente, la fábrica de escarola de Reinhard y Helle ofreció un producto propio de escarola "Extra fino" en lugar del "ahora tan caro café indio"26. Para hacerle la competencia J. J. Fritze ofreció un "café elaborado a la manera holandesa", suministrado por los comerciantes H. Overbeck y Cía. de Berlín, "exactamente igual al café genuino" 27 . Con los alcoholes ocurrió lo mismo, aunque la época de las grandes falsificaciones de ron y otros licores se iniciaría algunos decenios más tarde. En 1812, la misma compañía de Reinhard y Helle ofrecía "ron destilado de remolacha a precio módico, suministrado por el comerciante Helle con residencia al pie de la colina del hospital"28. En cuanto al azúcar y los edulcorantes, además de las dos fábricas de azúcar mencionadas con relación al aflo 1815, también se dieron otros intentos para conseguir sucedáneos de los azúcares antes importados. En 1812, después del citado libro de Achard, apareció una "Guía práctica para la fabricación económica de azúcar y melaza de remolacha así como otras utilizaciones de la misma. Por mandato del Ministerio de Berlín, editado por el señor Hermbstadt. Con 5 calcografías"29. Incluso anteriormente, en 1810, un comerciante llamado Bodenstein escribió: "He conseguido elaborar una melaza a partir de la remolacha que no sólo iguala en dulzura a la usual, sino que además puede que sea mejor" 30 ; en 1814 Reinhardt & Cía. ofrecían melaza corriente, otra "de preferencia", refinada, y "melis" de remolacha en panes de 8 a 10 libras, más barata en caso de ventas de un ochavo o cuarto quintal o cantidades mayores31. Ya en 1812 un tal Placke, fabricante magdeburgués, anunció su "Instituto de enseñanza para la fabricación de azúcar de remolacha", en 24 horas, en caso de "bagatelas entre 10 y 15 quintales, incluso en 12 horas", al precio de 500 escudos por un mes de enseñanza32. Sin embargo, incluso en tiempos de bloqueo, carestía y escasez, no sólo había sucedáneos. También podía encontrarse "ron auténtico de Jamaica", "canasto fino español con rollos enteros y medios", "madera fina de caoba", "canasto de Varinas en rollos y paquetes, Dynkerque auténtico de París, Marruecos y rapé holan25 IBED N° 133 de 6 de noviembre de 1810, pág. 1551. 26 IBED N° 153 de 22 de diciembre de 1810, pág. 1802. 27 Ibíd., pág. 1808. 28 IBED N° 117 de 1812, 29 de septiembre, pág. 1703. 29 DBED N° 145 de 1812, 3 de diciembre, pág. 2072. 30 IBED N° 144 de 1810, 1 de diciembre, pág. 1682. 31 MZ N° 2 de 1814, 6 de enero, pág. 4. 32 DBED N° 33 de 1812, 17 de marzo, pág. 474.
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dés" 33 . Otros ofrecían toda una "partida de auténticos puros de La Habana" o "todo tipo de café, azúcares, condimentos" 34 . Al mismo tiempo, la fábrica de tabaco de Steinbeck publicó los nuevos precios para sus "tabacos y sus nombres verdaderos": "auténtico Varinas, Littera A, puro Portorico Prima y Secunda, Habana, Americano, Holandés, Húngaro, Alemán N° I, Patriótico" en dos tipos, y cinco tipos de rapé de varias clases35. Como pronto se reveló, estas últimas publicaciones anunciaron el inicio de una nueva época: la reapertura del comercio ultramarino. En abril y mayo ya habían caído París primero y Napoleón después; ya en julio de 1814, el "Periódico Magdeburgués" comunicó la llegada a Londres de la primera flota de 128 barcos de las Indias Occidentales, cargados con fabulosas cantidades de azúcar (62.341 bocoyes), ron (12.982 bocoyes), etc., provenientes exclusivamente de las colonias inglesas y holandesas. Poco antes se había comunicado la reapertura de la navegación desde Hamburgo, y a inicios de octubre apareció anunciada la llegada del primer barco mercante desde Santo Domingo, el "Katharina Maria" con un cargamento de café y al mando del capitán Classen 36 . Mientras que los datos expuestos sobre 1815 reflejan claramente en gran parte las condiciones políticas y militares de la era napoleónica, los datos que a continuación se exponen, concernientes a los años treinta, denotan sin duda alguna un auge económico bajo las condiciones de la restauración post-napoleónica. Aunque la perspectiva con la que los datos fueron recolectados oculta completamente la situación y diferenciación social, a primera vista resulta evidente la mayor cantidad de establecimientos tanto comerciales como fabriles: un total de 193 y 222 empresas respectivamente, además de un mayor número de barqueros y carreteros 37 . Están distribuidos sólo en cuatro categorías comerciales e industriales: en 33 MIB N ° 86 de 1814, 15 de septiembre, pág. 6 6 6 - I B E D N° 127 de 1808, 2 2 de octubre, pág. 1442 - I B E D N ° 138 de 1809, 18 de noviembre, pág. 1439 - I B E D N° 43 de 1809, 11 de abril, pág. 467. 3 4 M I B N ° 126 de 1814, 16 de diciembre, pág. 1013 - M Z N ° 135 de 1815, 7 de noviembre. 35 M S N ° 11 de 1815, 2 6 de enero. 3 6 M Z N° 91 de 1814, 23 de julio - M Z N° 83 de 1814, 5 de julio, pág. 3 - M Z N ° 123 de 1814, 6 de octubre. 37 St.A.M. Rep. A 11 H 33, Vol. 1: D e n Handel der Stadt Magdeburg und Vorschläge zur Beförderung desselben betr., 1833 - 1864, Bl. 125, 128: N ú m e r o de empresas, 1 8 3 1 - 1 8 3 6 Año 1831 1832 1833 1834
Productos del país 66 75 81 80
Mercancías coloniales 115 III 111 119
Barqueros
Carreteros
223 242 247 272
9 49 42 47
Fábricas de licores 3 9 9 10
Fábricas de azúcar 3 3 4 4
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1831 había 66 empresas que negociaban con productos del país y 115 que negociaban con mercancías coloniales; además, 9 fábricas de licores y 3 fábricas de azúcar de remolacha. No se mencionan las refinerías de azúcar tropical o, como se la llamaba entonces, "indio". Cinco años más tarde, las cifras habían aumentado respectivamente a 83 y 123, 11 y 5. Sin embargo, bajo estas cifras se esconde una nueva situación precisamente del comercio de mercancías coloniales. Después de largos años de negociaciones diplomáticas sobre una unificación aduanera entre los Estados alemanes, en 1834 entró en vigor la Unión Aduanera (Zollverein). Ello tuvo una gran repercusión para el comercio de Magdeburgo, cuyas condiciones cambiaron sustancialmente tal como ya había ocurrido en 1818, al suprimirse el derecho de emporio de la ciudad. Con la desaparición de las fronteras aduaneras, la competencia ejercida por otras regiones y centros mejor situados aumentó de repente, tal como lo reflejan dos documentos de estos años. El primero es una carta de un comerciante magdeburgués de viaje por la región renana para observar las nuevas condiciones comerciales en el Sur y Occidente. Subrayó ante todo la nueva competencia desde Amsterdam y Colonia, por las vías fluviales del Rin y el Meno, a través de las cuales las mercancías llegaban a bajo costo hasta regiones que antes habían estado dominadas comercialmente por la vía de Hamburgo-Magdeburgo-Dresde y Chemnitz. Respecto a las regiones y centros urbanos de Augsburgo y Ratisbona, en el Danubio, incluso resultaría más económico aprovisionarlas desde Trieste, entonces el puerto principal de la Austria habsburguesa, que se convirtió en un tercer competidor para Magdeburgo. Por ello, el objetivo principal de Eichel fue abaratar los costos de los transportes mercantiles vía Magdeburgo mediante mejoras técnicas del río Elba 38 . El segundo documento es la memoria de los "Mayores de los Comerciantes" -como se denominaban los presidentes de la anterior Hermandad de Comerciantes, llamada desde 1825 "Corporación (o Asociación) de Comerciantes"- sobre la situación del comercio y los efectos de la Unión Aduanera de 1834, escrita el 3 de agosto de 1837. Dice textualmente, utilizando en parte las conclusiones de Eichel: Desde 1834 el comercio de mercancías coloniales no ha mejorado en ningún caso, sino todo lo contrario: debido a la Unión Aduanera ha perdido un beneficio neto entre el 40 y el 50 por ciento... Antes de la unificación de los países unionistas se enviaban desde aquí hacia Sajonia sin pagar impuestos grandes cantidades de mercancías como café, azúcar, condimentos etc.. Estaban destinadas sólo al contrabando ("eingepascht") en Baviera y Bohemia. Este negocio era una fuente ininterrumpida de provecho para todos los comer1835 1836 38 ibíd.
72 83
127 123
270 220
45 45
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ciantes de mercancías coloniales. Tal situación ha llegado completamente a su fin y desde entonces las ventas desde aquí se limitan al consumo de Sajonia y una pequeña parte de Baviera.
En relación a la competencia de Holanda y Colonia comentaban: Si con anterioridad a 1834 puede calcularse que las casas de Magdeburgo vendían un millón y medio de libras de café (unas 77.000 a 102 000 toneladas métricas, M. Z.) y aproximadamente tres millones de libras de azúcar refinada (154.000 toneladas, M. Z.), condimentos de todo tipo, también en cantidades considerables, destinados a las plazas fronterizas sajonas, y que ahora este negocio ha desaparecido por completo, las pérdidas registradas por nuestros comerciantes de mercancías coloniales están a la vista".
A pesar de estas pérdidas indudables, que explican uno u otro descenso en las estadísticas, el proceso de crecimiento cuantitativo y también cualitativo -en el sentido de especialización- prosiguió con vigor durante todo el siglo. Ello resalta cuando se observan por separado los tipos de mercancía. Lamentablemente el material estadístico y de otra índole consultado hasta ahora, con grandes lagunas, no permite seguir el proceso en términos de cantidades importadas. Sin embargo, al observar la estructura comercial sí es posible constatar este crecimiento, aun en ramas y renglones que parecen bastante raros y exóticos, como los materiales de cuerno ("Hornwaren"), o el comercio con maderas preciosas ("Edelhölzer"), los materiales farmacéuticos ("Apothekerwaren"), las pieles y los cueros -ligados las más de las veces a curtidurías-, un material importantísimo para los ejércitos o para las correas de transmisión de la naciente industria, y todo el ancho y abigarrado mundo de los materiales de droguería que entonces abarcaban una gran parte de la farmacopea, incluyendo los materiales colorantes y los abonos, como el guano. Tabaco. Magdeburgo importaba hacia fines del siglo XVIII (dos años) anualmente unas 2.350 toneladas métricas de tabaco, mayoritariamente en rama o semielaborado, como el de Varinas (Barinas en Venezuela), que venía en rollos dentro de canastos y por esta razón en alemán se le llamó Kanaster (Knaster), o también el puertorriqueño ("Portorico"), igualmente en rollos40. Entre 1841 y 1845, ya bajo las nuevas condiciones de la Unión Aduanera, las importaciones disminuyeron: por término medio sólo se importaban 780 toneladas en rama, 170 toneladas en rollos y 175 toneladas de "tabacos", lo que en alemán se denomina "Zigarren", "tabacos puros" o simplemente "puros". Al considerar un lapso más amplio, incluyendo el anterior, entre 1840 y 1868, se observan cifras anuales de aproximadamente 4.800 toneladas en rama, 115 toneladas de tabaco elaborado y 415 toneladas de tabacos puros41. Era la época en que estaba de moda fumar "pu39 ibíd. 40 Berghauer, op. cit. 41 Calculado sobre la base de LHA S-A Rep. C 110 Magdeburg VIII/2: Berichte über den
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ros", además del tabaco preparado para fumar en pipa ("picadura"), para mascar y el tabaco molido, rapé. Miles de obreros trabajaban en este ramo, sin contar a los campesinos tabacaleros. Aún no había llegado la era del cigarrillo, "Zigarette" en alemán; mientras que la primera "fábrica", de hecho manufactura, de puros en Alemania surgió en 1788, la primera fábrica de elaboración de cigarrillos se fundó en Dresde, en 1862. En base a las crecientes importaciones, entre 1815 y 1850 surgieron en Magdeburgo unas 16 "fábricas", generalmente "fábricas de tabaco de fumar y de polvo" (Rauch- und Schnupftabaksfabrik), y desde mediados de los años cuarenta como "fábrica de puros y picadura" (Cigarren- und Tabakfabrik) 42 . Entre 1851 y los años noventa se instalaron otras 12 empresas comerciales y fabriles semejantes. La calidad de los productos dependía de los suministros de tres países principales: Brasil, Cuba y Java, y de una gran lista de regiones productoras menores: Varinas, Puertorrico, Santo Domingo, etc. Hasta finales del siglo XIX apenas se observaron los mercados productores; sólo en los últimos años se nota que los comerciantes alcanzaban a ver hasta allí, por lo menos en el caso excepcional de Cuba. En el Informe anual de 1896 puede leerse: El precio del tabaco de La Habana se ha duplicado ... pues debido a la insurrección en Cuba, la producción ha disminuido de tal manera, que apenas alcanza para satisfacer las necesidades de la fabricación de tabacos habaneros. Por las mismas razones, el precio de la madera de cedro también aumentó un 40%. [En 1897] se careció por completo de tabaco cubano, lo que favoreció a los precios de Brasil [...]. En Alemania se extinguió por completo la fabricación de puros de La Habana que pasó a ser sustituida por muchas fabricaciones de México 43 .
Café. La historia de la importación de café en Magdeburgo, a partir de 1818, es muy difícil de escribir. Los datos no son fidedignos dadas las estadísticas diferentes según hayan sido elaboradas por la Administración de Impuestos, por la Aduana, o bien por el Almacén Oficial de los comerciantes44. De acuerdo con los datos de los Informes de la Corporación de los Comerciantes, la cantidad y el peso relativo del café variaron profundamente durante el siglo XIX. Esto se debe principalmente, según parece, en primer lugar a la pérdida de la posición de Magdeburgo en el comercio con Sajonia, Baviera y Bohemia, incluyendo el contrabando; en segundo lugar, a los ferrocarriles, que privaron a Magdeburgo de su posición "geoestratégica" fluvial, y a factores más bien políticos, como elevados derechos aduaneros en el río Elba frente a derechos preferenciales para otras regiones pro-
Gang des Handels etc., 1841-1867. 42 i.HA S-A Rep. C 110 Magdeburg VII/7: Handlungs-Zirkulare Vol.l, 1818-1833, Vol.2 1834-1848, Vol. 3 1849-1863. 43 St.A.M. A 11 H 33, Vol. 3: Berichte an die Herren Aeltesten, 1894-1919. 44 LHA S-A Rep. C 110 Magdeburg VIII/2: Bericht für 1843.
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ductoras prusianas 45 . En 1797-1798 se importaban a Magdeburgo unas 4.800 toneladas métricas de café al año. Medio siglo después, entre 1840 y 1868, ya eran unas 25.000 toneladas, mientras que en los años comprendidos entre 1881 y 1888 sólo se anotó un promedio de 4.000 toneladas 46 . En el Informe Anual de 1847 aparece ya una observación de carácter social: En 1847 las ventas de café fueron muy importantes, lo que permite constatar que en tiempos de encarecimiento la población más pobre consume mucho café, pues lo toma con una tajada de pan que sustituye a la carne, las verduras y las papas. En términos generales, el café ya hace mucho tiempo que ha dejado de ser un artículo de lujo y se ha convertido en una necesidad precisamente para la población más baja47.
Sería interesante poder confirmar ese mero comentario avalándolo con las cifras estadísticas completas de las ventas de café en la región. En cuanto al café, la observación de los mercados productores es bastante deficiente; aquí prevalece la fijación en el mercado de compra en Amsterdam mientras que lo único que interesa de los mercados originales son las distinciones de calidad y precio, sin preocuparse por las condiciones internas. Así destacan los nombres de Brasil y La Guayra, hasta 1845 ocasionalmente también Cuba (y Java) y más adelante Guatemala y Costa Rica. Entre 1882 y 1887 los porcentajes respecto a los países de origen eran los siguientes: 53% Brasil, 30% Centroamérica e islas del Caribe, y un promedio del 6,8% para Venezuela (La Guayra, Curaçao, Maracaibo, Sabanilla); el resto provenía de las Indias Orientales holandesas 48 . Debido al proceso de concentración como resultado de la competencia y a la tendencia de invertir el capital comercial en el ramo del azúcar, hasta 1895 las empresas comerciales que se dedicaban a la importación de café eran solamente 5 grandes y 8 medianas. Azúcar. Este es el producto con la historia más dramática en Magdeburgo. Recordemos que en 1797 y 1798 los mercaderes importaron unas 4.900 toneladas de azúcar crudo, casi 900 toneladas de azúcar piedra (cande) y terciado (Farin o Farina) y cerca de 1.900 toneladas de melaza: en total unas 7.700 toneladas. El azúcar crudo se refinaba en la ciudad; para ello entre 1822 y 1856 surgieron por lo menos cinco refinerías, Zuckersiedereien 49 , hasta que la última "refinería de azúcar colonial, la de Ed. Pieau" quedó reducida a cenizas en 1850, con lo cual "esta rama fabril se extinguió por completo" 50 . Entre 1840 y 1842 el nivel de las importacio45
St.A.M. Rep. A 11 E 33, Vol. 1: Den Handel der Stadt Magdeburg und Vorschläge zur Beförderung desselben betr., 1833-1864. 46
LHA S - A Rep. C 110 Magdeburg VIII/2: Bericht für 1841-67 XII/42: Acta betr. Kaffeeterminhandel.
4
? Ibid., Bericht für 1847.
4
» Ibid.
49 LHA SA Rep. C 110 Magdeburg VII/7: Handlungs-Zirkulare. 50 LHA S-A Rep. C 110 Magdeburg VIII/2: Bericht für 1850.
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nes de azúcar crudo descendió hasta 2.900-3.500 toneladas, y a partir de 1842 fue disminuyendo hasta llegar a cero en 1852. Sólo en el decenio siguiente, a partir de 1863, se anotaron algunas cifras de azúcares crudos importados que en 1868 sumaron 7.300 toneladas51. Parece ser que el azúcar tropical crudo todavía era insustituible para ciertos tipos de elaboración. Bien entendido, todo lo expuesto se refiere a Magdeburgo y su región. En cuanto a la Unión Aduanera alemana, hacia finales de los años cincuenta e inicios de los sesenta todavía importaba cantidades algo mayores de "azúcar colonial"52. ¿Qué había ocurrido en Magdeburgo? Los inventos de Achard en Silesia, que concluyeron con la construcción de la primera fábrica de azúcar de remolacha en 1801, también llegaron a Magdeburgo, donde se intentó crear una industria a base de esta nueva materia prima. En 1815 -según menciona Leonhard- existían en la ciudad dos fábricas de azúcar, las de los hugonotes Peter Coqui y Ludwig David Maquet53. En las "Circulares de Comercio" aparecen noticias sobre la fundación de 16 fábricas de azúcar de remolacha ("Runkelrüben-Zuckerfabriken") entre 1818 y 1850 en Magdeburgo, sus arrabales y la región. Según parece, en los años cuarenta se produjo una primera culminación de la producción de azúcar de remolacha a la vez que un cambio fulminante de la predominante importación de azúcares crudos "coloniales" por la creciente exportación de azúcar de remolacha. Este proceso se vio favorecido por las temporales dificultades que atravesó la producción azucarera cubana, como se destaca claramente en los documentos de la época. Mientras que para 1842 y 1845 los Informes anuales todavía señalan una baja de precios entre un 15% y un 20% para los "azúcares de las colonias", para 1844 ya anotan un alza de precios "por falta de importaciones en Hamburgo". Respecto a 1845 se informa de que los altos precios de las mieles de remolacha se pagaron "con buena voluntad" dado el aumento de precio de los azúcares crudos en todos los lugares de compra, debido a la escasez de zafras de La Habana (Cuba)54. Sin embargo, los azúcares domésticos ya no eran un mero sustituto temporal ante la falta de ofertas transatlánticas. Al comparar las cifras, los datos demuestran lo contrario. En el Informe correspondiente a 1845 ya puede leerse: En cuanto a las manufacturas y fábricas, la fabricación de azúcar de remolacha en particular ha adquirido una amplitud importante en nuestra región. Los fabricantes no escatiman sacrificio alguno para hacer nuevas inversiones y realizar cambios muy costosos en sus fábricas...
51 Ibid. 52 LHA S - A Rep. C 110 Magdeburg XII/6 Vol. 2: Zuckerhandel betr. Bericht der Generalversammlung des Vereins für die Rübenzucker-Industrie des Zollvereins, 1861. 53 Leonhard, op. cit., pägs. 275-278. 54 LHA S - A Rep. C 110 Magdeburg VIII/2: Bericht für 1845.
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y respecto a 1846: "La fabricación de azúcar crudo indio ha disminuido año tras afto. Los altos impuestos en el Elba encarecen demasiado el producto crudo..." El Informe de 1847 señala: "Aquí ya casi no se elabora azúcar tropical crudo...". Las cifras disponibles todavía permiten observar el cambio de la importación de azúcar extraño a la exportación de azúcar doméstico: Despachos de azúcar de remolacha desde Magdeburgo comparados con las importaciones de azúcar tropical (Toneladas métricas a base de 20 quintales / tonelada)
Año 1843 1844 1845 1846 1847
Importación 2.301 1.935 2.475 2.100 919
Despachos 5.865 6.650 7.650 9.474 11.034
La mayoría de las nuevas fábricas de azúcar de remolacha fueron fundadas por comerciantes, y en algunos casos incluso por comerciantes que anteriormente negociaban con mercancías coloniales (otros invertían sus capitales acumulados en los primeros ferrocarriles, en la navegación a vapor, en sociedades de seguros, etc.). Así llegó a su fin en Magdeburgo la historia de tres siglos de consumo de azúcar tropical. El Informe de 1848 dice: "El año pasado la fabricación de azúcar refinada a base de azúcar cruda transatlántica fue aquí muy insignificante porque sólo se produce temporalmente por una fábrica vernácula", y el Informe de 1853: "Aquí el año pasado no se compró nada de azúcar colonial, ni siquiera se ha elaborado nada para la fabricación de azúcar de piedra"55. Los años cuarenta también parecen importantes bajo otro punto de vista, es decir, como viraje histórico en el desarrollo de la producción y comercialización del azúcar de remolacha y el inicio de la competencia con el azúcar colonial. Ya desde un momento tan temprano, los empresarios del producto se organizaron formando la "Asociación Magdeburguesa del Azúcar" 56 . Sus actividades estaban relacionadas con el "almacenaje, crédito y venta"; sus directores eran J. W. Beuchel, C. Maquet, J. Hennige y T. Freise, y sus miembros eran 10 sociedades de capital y una empresa unipersonal57. En los decenios siguientes la expansión de la industria azucarera, que se extendía paso a paso, fue un proceso determinante para Magdeburgo y su región. En el Informe de 1841 ya se menciona con claridad respecto a 1840:
55 ibid. 56 LHA S-A Rep. C 110 Magdeburg 1/5 Vol. 2: Aufnahmegesuche in die Kaufmannschaft. 57 LHA S-A Rep. C 110 Magdeburg VII/7: Handlungs-Zirkulare Vol. 1.
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Desde hace algunos años en nuestra plaza la industria ha experimentado un auge importante. La industria azucarera a partir de la remolacha atrae a muchos obreros a la vez que contribuye al florecimiento de muchas otras industrias. Entre éstas merecen especial mención las fábricas de construcción de maquinaria, caldererías, herrerías, cordelerías, fábricas para moldes de azúcar, fábricas para quemar huesos, tonelerías y carreterías58.
De hecho, el proceso fue incluso más amplio y de mayor alcance, incluyendo por ejemplo una buena parte de la industria química en surgimiento, la minería del carbón, lignito y cal, etc. En el centro de todo este sistema orgánico se construyeron hasta 1875 unas 115 fábricas de azúcar, varias refinerías y, al mismo tiempo, la correspondiente base agrícola 59 . Año tras año empresas comerciales de carácter general fueron cambiando sus actividades para dedicarse al comercio azucarero de mediación y exportación. En 1881 la Cámara de Comercio formó una Comisión del Azúcar 60 , y en 1885, por iniciativa de los interesados de Magdeburgo, se fundó la Asociación Alemana de Exportación de Azúcar, que en 1888 contaba con 61 empresas miembros de la región. Otras 30 empresas comerciales se llamaban simplemente "agencias azucareras" 61 . Paralelamente al surgimiento de toda esta estructura "azucarera", la ciudad se convirtió en uno de los grandes centros de la industria pesada de Alemania. La historia del azúcar es el ejemplo más clarificador sobre los "contraefectos" que provocaba el intercambio comercial de "mercancías coloniales", no sólo en cuanto a la materia dulce en discusión, sino también respecto a los comerciantes. Bien es cierto que no todos los comerciantes de mercancías coloniales se convirtieron en empresarios azucareros, ni todos esos empresarios habían sido anteriormente comerciantes de mercancías coloniales, pero una parte considerable de ellos sí lo eran; otros se convertían preferentemente en banqueros, cambistas, accionistas en ferrocarriles, miembros destacados en sociedades de seguros y, en mayor número, en empresarios de bebidas alcohólicas, café, chocolate, drogas y colorantes, aceites y mantecas, abonos, etc. Hacia mediados del siglo XIX afloran los primeros establecimientos químicos que en lo sucesivo sustituirían -y desplazarían- a las materias primas o semielaboradas importadas desde ultramar, como en el caso del azúcar. Un capítulo aparte, de gran interés social y cultural, son las materias espirituosas, importadas en gran escala hasta mediados del siglo, en primer lugar el ron. Muchas de las empresas fabriles y comerciales que surgieron a partir de la tercera década del siglo XIX se llamaron "fábricas de ron, espirituosos y licores", y en el mejor de los casos fabricaban de hecho ron auténtico de las mieles importadas. Sin embargo, a medida que 58 LHA S-A Rep. C 110 Magdeburg VIII/2: Berichte. 59 LHA S-A Rep. C 110 Magdeburg XII/6 Vol. 2 betr. Zuckerhandel. 60 Ibid. 61 LHA S-A Rep. C 110 Magdeburg XII/45, Vol. 2: Acta betr. Rathschläge für den Exporthandel, Colonien, Consulatswesen, 1889-1890.
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avanzó el arte de la destilación, se tiene la impresión de que las materias primas eran cada vez más la patata y la remolacha vernáculas, y que la miel importada sólo servía para darle al producto final cierto aire, sabor y gusto del producto exótico. En las tres décadas comprendidas entre 1820 y 1850 se cuentan 24 nuevas empresas especializadas de ese ramo, pero sólo en 1872 aparece la primera empresa que se autodefine expresamente como destiladora de espirituosos de "melaza" -de remolacha, se sobrentiende-. Por otra parte, en la segunda mitad del siglo también aparecieron varias fábricas químicas que comienzan a producir "esencias", o sea, preparados para darle gusto exótico al aguardiente de remolacha o patata. Otra vez la misma historia, el mismo mecanismo de desplazamiento del original importado por el producto vernáculo "embellecido" como aquél. El propio concepto de "mercancías coloniales" iba modificándose, ampliándose y, a la vez, restringiéndose. Incluye el azúcar (ya no "colonial"), el cacao, el chocolate, el café y ya excluye las drogas y colorantes que, debido al proceso de especialización comercial, pasaron a incluirse bajo el concepto de "droguería". Incluye toda la gama de productos extranjeros también procedentes de regiones periféricas europeas y del Próximo y Lejano Oriente: frutas como la naranja, el limón, y todos los frutos secos como dátiles, higos pasos, pasas y almendras, nueces, etc. Excluidos quedaron múltiples materias crudas como la goma, la gutapercha, los cuernos, astas, pieles y cueros, incluyendo paradójicamente en los primeros decenios el petróleo (llamado entonces "Steinól") y todos los tipos de manteca, grasas y sebos, como también el arroz y otros granos y todo lo que en sentido lato se llama o considera "exquisiteces", incluso el pescado de mares cercanos, como el arenque. Desde 1826, cuando aparece registrada la primera empresa comercial que se autodenomina especializada en mercancías coloniales, hasta 1870, cuando dejaron de contar como tales, hubo en Magdeburgo unas 18 empresas comerciales especializadas en mercancías coloniales. En 1880 se habla de 33 empresas dedicadas al comercio al por mayor, mientras que en 1888 había 91 tiendas detallistas, organizadas en un gremio con propia escuela gremial ("Innungs-Fachschule"). Conceptualmente, y en el uso del lenguaje cotidiano, la historia de las mercancías coloniales en Alemania se prolongó hasta 1945, pero esa es otra historia... Para la época aquí considerada parece poder afirmarse que el comercio con mercancías coloniales tuvo una importancia considerable, si no preponderante, tanto para la formación de los primeros grandes capitales como para significantes grupos y capas sociales, así como también para las formas y los fenómenos de la cultura popular.
Comercio minorista y mayorista de mercancías coloniales en las regiones del interior de Alemania en los siglos XVI-XVIII. Un ejemplo: Altenburg Jórg Ludwig
Este artículo 1 trata sobre algunos aspectos de la historia del comercio de mercancías coloniales en las regiones del interior de Alemania, especialmente sobre los grupos de comerciantes que participaron en dicho comercio. Se presentará una somera exposición de su procedencia, su evolución y sus conflictos. Los conflictos aludidos tuvieron lugar en distintos frentes. Esos frentes también estructuran este texto. En primer lugar me referiré a las discordias surgidas entre los comerciantes y los boticarios en el siglo XVI y XVII; a continuación, entre los comerciantes y los artesanos en la primera mitad del siglo XVIII, y por último, entre los "viejos" y los "nuevos" comerciantes en la segunda mitad de dicho siglo. Una observación más: Altenburg es una pequeña ciudad residencial situada en el Este de Turingia. Aunque con varias interrupciones, Altenburg fue durante varios siglos la capital del ducado del mismo nombre. Como centro de una región densamente poblada, con una agricultura altamente desarrollada y una gran actividad manufacturera, la ciudad aporta un buen ejemplo en relación con el comercio de mercancías coloniales en el Hinterland alemán. 1. Dirijamos nuestra atención a los conflictos surgidos entre los comerciantes y los boticarios. Una gran cantidad de los productos exóticos y de ultramar que llegaron a Alemania a partir del año 1500 pasaron a ser mercaderías de los boticarios. Entre ellos se encontraban condimentos, también azúcar y otros productos azucarados. Al principio, el que tales mercancías corrieran a cargo de ese ramo se debió a que en la Edad Media las boticas eran en realidad tiendecillas donde se vendían varios productos, entre ellos drogas y especias. Gracias al aumento de privilegios, los boticarios consiguieron monopolizar el comercio de determinadas mercancías coloniales. A fines del siglo XVI, en distintos territorios alemanes y por iniciativa de las grandes ciudades comerciales, como Francfort del Meno, se establecieron reglamentos para los boticarios con los que se pretendía no sólo mejorar la deficiente atención médica de la población, sino también evitar los conflictos entre los comerciantes y los boticarios. ' El autor está sumamente agradecido a la Sra. María-Rosa Fernández-Cuesta por traducir este texto.
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El desarrollo de tales acontecimientos también puede comprobarse en el caso de Altenburg. En 1517, el príncipe elector Federico otorgó a un tal farmacéutico Sebald, que había adquirido la botica de Altenburg por un valor de mil gulden, un privilegio por el cual el farmacéutico era la única persona autorizada para ejercer el comercio del azúcar, confitura de jengibre y otras mercancías. 2 Sin embargo, después de algún tiempo, los comerciantes de Altenburg empezaron a mostrarse reacios a tal privilegio. Tras los consiguientes conflictos, en 1536 se llegó a un acuerdo entre el farmacéutico de Altenburg y los comerciantes según el cual los comerciantes podían vender especias en los dos mercados semanales. Sin embargo, la venta de las especias fuera de esos dos mercados les estaba prohibida. En caso de infringir tal disposición, deberían pagar una multa de diez gulden al ayuntamiento de Altenburg. Si bien los comerciantes consiguieron abrir una primera y relativamente comedida brecha en el monopolio de la botica, el farmacéutico seguía gozando de una posición privilegiada. Era de prever que los comerciantes no iban a aceptar tal situación. La gran atracción que ejercía la cifra de ventas de un creciente mercado de productos exóticos no se dejaba restringir con prohibiciones y privilegios. En una carta de protesta escrita en 1553 por el farmacéutico de Altenburg Andreas Curio y dirigida al ayuntamiento puede leerse que los comerciantes seguían vendiendo las mercancías cuyo comercio le estaba reservado a él. Además de condimentos ("gestoßen wiirtz") menciona "todo tipo de azúcar". Sin recurrir a detalles excesivos, debe mencionarse que tales querellas se prolongaron durante decenios. En 1623 se dictó una "reforma" de la botica que asignaba a su propietario el privilegio de convertirse en el "boticario de la corte". Aunque esa reforma contenía algunas disposiciones que pretendían evitar abusos anteriores, la cuestión de a quién le estaba permitido ejercer el comercio de los productos de ultramar no sufrió alteración alguna. Al finalizar la Guerra de los Treinta Aflos, que señala un período importante para la circulación de los productos de ultramar en el centro de Europa (en tal sentido es de señalar la introducción del tabaco para fumar por los lansquenetes), se reanudaron los conflictos entre los comerciantes y el boticario. 3 Los comerciantes -que ahora se denominaban "materialistas"- consiguieron que se efectuaran listas de mercancías en las que se determinaban las distintas mercancías que les correspondían al boticario y a los comerciantes. Aparentemente las primeras listas datan de 1654. Al mismo tiempo los comerciantes consiguieron que su lista pudiera aumentar, lo que era especialmente importante debido al incremento de
2 Cf. Thüringisches Staatsarchiv Altenburg (ThStAA), Nr. 4878, Nachrichten, Verhältniße zwischen den hiesigen Cramern und Apotheckern betr., 1699-1754.
die
3 Cf. ThStAA, Nr. 4878, Nachrichten, die Verhältniße zwischen den hiesigen Cramern und Apotheckern betr.
Comercio minorista y mayorista de mercancías coloniales
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nuevas mercaderías. En 1699 aparecen por primera vez "coffee" y "chocolata", enumerados en la lista de los comerciantes. Sin embargo, no es posible determinar si los comerciantes también adquirieron el derecho del comercio del azúcar, pues ésta no figura en las listas. Lo mismo ocurre con otras importantes mercancías coloniales como tabaco, añil, cochinilla y algodón, mercancías que supuestamente desde hacía tiempo corrían a cargo de los comerciantes sin que el boticario presentara reclamaciones. La publicación de las listas señala un cierto punto final. Después, cada vez se produjeron menos conflictos entre los comerciantes y el boticario ya que los comerciantes adquirieron suficiente seguridad jurídica para sus negocios con los productos de ultramar y las anteriormente mercancías de las boticas. Sin embargo, tales altercados también tuvieron otra consecuencia: los comerciantes de Altenburg adquirieron conciencia de sus propios intereses. Las disputas aparentemente secundarias sobre algunas mercancías insignificantes desde el punto de vista económico y los continuos roces con los boticarios y los soberanos contribuyeron a que los comerciantes de Altenburg -siguiendo el ejemplo de la vecina ciudad de Leipzig- desearan formar una cámara de comerciantes. Así fue como en 1729 se fundó la cámara de comerciantes de Altenburg. 4 2. Dirijámonos ahora a la segunda parte de este texto: los conflictos entre los comerciantes y los artesanos. Entretanto, para la formación de la cámara de comerciantes de Altenburg también adquirió importancia otro frente, el de los artesanos que practicaban el comercio. A medida que el consumo de los productos de ultramar, entre ellos el café y el azúcar, fue extendiéndose en Altenburg, aproximadamente desde principios del siglo XVIII, la "gente sencilla" también empezó a desear tener acceso a esos productos. Ya con anterioridad al año 1700 se produjeron roces entre los "materialistas" y los representantes del gremio de artesanos sobre la cuestión de si podía permitirse el comercio de especias a maestros artesanos empobrecidos. El trasfondo de estos conflictos era el fenómeno económico de la incipiente formación de un comercio al por menor de productos de ultramar. Mientras que los "materialistas" eran tanto mayoristas como minoristas, es decir, que además del comercio al por mayor también disponían de tiendas, los artesanos que se dedicaban al comercio se limitaban al suministro de una pequeña clientela. Así como anteriormente los comerciantes no estuvieron dispuestos a ceder el control de las mercancías de ultramar a los farmacéuticos, ahora también intentaron tomar medidas contra los "nuevos entrometidos". Sin embargo, no contaban con el apoyo unánime del ayuntamiento de Altenburg, pues en él también se encontraban representantes de los intereses de los artesanos. Además, los artesanos recibieron el apoyo de los soberanos. En el año 1700, el príncipe Federico de 4 Cf. ThStAA, Kramerinnung, Loe. 1, Nr. 1, y W. Grumpelt: Lose Blätter aus dem Archiv der Kramerinnung zu Altenburg/Thür, als Festschrift zur 200-Jahr-Feier ihrer Gründung am 1. Dezember 1929, Altenburg 1929, p. 27 y ss.
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Sajonia-Gotha-Altenburg decidió que los artesanos empobrecidos, incapaces de mantener oficiales y aprendices, además de practicar el artesanado pudieran ejercer el comercio de especias. Así, los comerciantes no consiguieron excluir a la "gente sencilla" del comercio de mercancías de ultramar. Entre las mercancías que comerciaban en ese tiempo los artesanos figuran arroz, azúcar, tabaco y aceite de oliva. Sin embargo, el comercio del café, té, tabaco de pipa en rollos y pipas largas para tabaco eran objeto de comercio de los comerciantes según un privilegio que pudo obtener la cámara de comerciantes en 1739. Tal como se desprende de informaciones posteriores, el producto de mayor importancia económica era el café. Todo intento de los pequeños mercaderes o artesanos en tal sentido despertaba la decisiva oposición de los comerciantes. Esa resistencia ocasionó la acumulación de numerosas actas en las que hoy pueden encontrarse referencias interesantes sobre el comercio de las mercancías coloniales al por menor en Altenburg desde el primer cuarto del siglo XVIII. En cuanto a este desarrollo, en general, se trató en primer lugar de un aumento cuantitativo. El café, el tabaco y el azúcar conquistaron un creciente círculo de consumidores, en lo que no sólo influyó la moda, sino sobre todo la disminución de los precios en el mercado mundial en la primera mitad del siglo XVIII. Numerosos artesanos viejos empobrecidos empezaron a comerciar con esos productos, aunque resulta dudoso si muchos de ellos consiguieron realmente alcanzar un éxito duradero en sus negocios. Además, cada vez más ciudadanos de Altenburg que no pertenecían a ningún gremio, habitantes de los pueblos vecinos y vendedores ambulantes de los territorios cercanos empezaron a practicar el comercio al por menor. En distintas ocasiones la cámara de comerciantes protestó contra el comercio de especias y mercancías coloniales que efectuaban los carreteros, quienes en sus desplazamientos regionales adquirían esos productos y los llevaban a Altenburg, donde sus esposas, que permanecían en la ciudad, se ocupaban de la venta. De tal modo, además del comercio de los vendedores ambulantes, también se estableció un comercio minorista fijo. En las viviendas de los artesanos y de los carreteros surgieron tiendecillas que atendían el suministro de un círculo local de clientes. Tales cambios nos permiten suponer que se produjo un aumento tanto de la oferta como de la venta de productos coloniales. El período que se inicia a partir de 1763, es decir, al finalizar la Guerra de los Siete Arios, se caracteriza por el incremento del comercio de productos coloniales en Altenburg, sobre todo a expensas de la vecina ciudad de Leipzig. Este incremento se debió a distintos factores. En primer lugar es de suponer que, debido a la tendencia de disminución de los precios en el mercado mundial, aumentara el círculo regional de compradores. Un segundo factor fue que en Altenburg los estragos de los siete años de guerra pudieron superarse rápidamente y el reinante auge económico contribuyó a que la renta per cápita en la región aumentara considerablemente. Por último, también debe señalarse que los centros de comercio
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regionales, como Altenburg, ofrecían más ventajas que los mercados suprarregionales, como Leipzig, debido a la cercanía, a una mayor flexibilidad y a precios más favorables. 3. Este dinámico desarrollo del comercio de las mercancías coloniales en la segunda mitad del siglo XVIII no hubiera podido producirse sin un aumento de comerciantes, lo que una vez más provocó conflictos, ahora entre los nuevos y los viejos comerciantes establecidos. Sin embargo, en tal evolución no sólo resulta interesante la cuestión de si los nuevos grupos consiguieron imponerse, sino también la actitud de las altas esferas de la administración respecto a ellos. Así, iniciamos la tercera y última parte del texto. Aparentemente, durante los agitados tiempos de la Guerra de los Siete Años, la cámara de comerciantes de Altenburg al principio toleró el surgimiento de nuevos comerciantes, bien sea porque no pudo impedirlo, o debido a la buena marcha de los negocios. Sin embargo, el tratado de paz y la consiguiente crisis de posguerra modificaron la situación. Se daba a conocer el nombre de los nuevos comerciantes y se les presionaba con multas severas. Como ejemplo de estos procedimientos sirva el caso del alfiletero Johann Friedrich Schlippe. 5 A principios de 1763, la cámara de comerciantes hizo que el ayuntamiento de la ciudad le confiscara algunos kilos de café. La cámara justificó tal acto aludiendo a la mencionada decisión de 1739, según la cual le estaba reservado el comercio del café, té y tabaco de pipa. En su escrito de exculpación dirigido a las autoridades Schlippe señaló que había iniciado el comercio del café durante la Guerra de los Siete Años y que efectuaba las ventas fuera de Altenburg, sobre todo en el electorado de Sajonia. Igualmente, a fin de poder dedicarse al comercio de productos coloniales, mostró su disposición a ingresar como miembro en la cámara tras el pago de una cantidad relativamente elevada, propuesta que la cámara rechazó. En el intercambio de correspondencia que se produjo se reflejan algunas constelaciones interesantes. El mencionado Schlippe era miembro de un grupo de negociantes que habían iniciado el comercio de productos coloniales durante la Guerra de los Siete Años, lo que desembocó en enfrentamientos con los comerciantes. Aunque económicamente habían conseguido éxito con sus oficios heredados (Schlippe como alfiletero), esos negociantes se abrieron camino en nuevas y provechosas esferas. Rechazaron el considerado concepto de la cámara de comerciantes de "seguridad del alimento", es decir, la seguridad de la existencia social de los futuros artesanos, y trataron de conseguir la protección del soberano, a quien indirectamente exhortaron a que aboliera los privilegios de la cámara.
5 Cf. ThStAA, Nr. 8056, Die zwischen dem Nadler, Johann Friedrich Schlippen, und der Cramer-Innung alhier, wegen von ersterm gesuchten Handels mit Caffee, Taback und Thee, entstandene Irrungen betr. 1763.
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Por el contrario, para la cámara el comercio del café, té y tabaco de hebra era el pilar de sus privilegios y derechos. Lo consideraban no sólo como su último estado de posesión después de todos los altercados de los años anteriores, sino también como la única posibilidad económica de supervivencia para muchos comerciantes empobrecidos y especialmente para las viudas de comerciantes. El desenfrenado afán de lucro de Schlippe les parecía escandaloso e ímprobo, motivado por la ambición, el afán de figurar y hacer dafio. Sin embargo, el soberano no se mostró dispuesto a considerar los argumentos de los comerciantes con viejos privilegios. Anteriormente, a cambio de una pequeña contribución, ya había asignado al alfiletero de la corte Heyler, como factor de la corte, la concesión del "libre comercio", un comercio que según los datos de la cámara consistía principalmente de té, café y tabaco de hebra. En un informe del 15 de septiembre de 1763 las autoridades de Altenburg apoyaron la petición de Schlippe argumentando que los comerciantes abusaban de los privilegios que les quedaban, lo que se manifestaba en un encarecimiento de muchas mercancías. Así, las concesiones de comercio otorgadas por los soberanos fueron interpretadas como un beneficio para el "público" y la eliminación de reglamentos del mercado como una contribución al bien común y al desarrollo económico. El soberano asumió este punto de vista y concedió a Schlippe el título de agente de la corte para ejercer el libre comercio. Una semana más tarde, un tal Blumenau también obtuvo la concesión para comerciar con las mencionadas mercancías. 6 Así, tal como temía la cámara, se sentaron precedentes y a la solicitud de Blumenau siguieron otras solicitudes semejantes. Las solicitudes de concesiones para ejercer el comercio alcanzaron tal magnitud, que en 1764 los maestros artesanos de Altenburg se vieron obligados a solicitar a los soberanos que en lo sucesivo restringieran las concesiones a fin de evitar que un aumento incontrolado perjudicara al comercio. Sin embargo, las autoridades estatales rechazaron la petición. En un informe se defiende el principio según el cual la competencia beneficia el desarrollo económico, mientras que los privilegios lo perjudican. El descenso de los precios de los productos coloniales que podía apreciarse en Altenburg fue considerado como un éxito evidente de la política económica de la corte y por tanto debería mantenerse. No obstante, saltaba a la vista que las concesiones no se asignaban indiscriminadamente. En el caso de Schlippe y Blumenau las autoridades ponderaron su experiencia profesional y su riqueza. Por el contrario, ante las solicitudes presentadas por pequeños comerciantes o artesanos empobrecidos, las autoridades no se mostraban tan generosas con las concesiones para ejercer el comercio de mercancías coloniales.
6 Cf. ThStAA, Nr. 8043, Die von Johann Georg Blumenau alhier gesuchte Concession zu Anlegung eines Handels mit Caffee, Thee und Knaster-Taback betr. 1763.
Comercio minorista y mayorista de mercancías coloniales
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Así, a partir de 1763, la cámara no pudo detener el alud de "concesionistas", quienes habían iniciado el comercio de productos coloniales durante la Guerra de los Siete Años y quienes después del tratado de paz consiguieron legalizar sus anteriores actividades comerciales, que hasta entonces habían sido en cierto modo ilegales. De esta manera, no sólo se quebró el privilegio de la cámara, sino que también se establecieron las condiciones para el florecimiento del comercio de mercancías coloniales en Altenburg en la segunda mitad del siglo XVIII. Opiniones protoliberales entre los políticos responsables de la economía contribuyeron en gran medida a este proceso. Sin embargo, también fue importante la coyuntura en el sector europeo de las mercancías coloniales tras la Guerra de los Siete Años, que permitió el ascenso de los "concesionistas", una coyuntura que al mismo tiempo estaba relacionada con los desarrollos económicos en ultramar y los procesos económicos mundiales. Al igual que en los siglos anteriores, la apertura del mercado de productos coloniales se produjo como consecuencia de las nuevas necesidades de mercado. Así como en el siglo XVI los comerciantes consiguieron recabar mercancía por mercancía a los boticarios, tuvieron que darse por vencidos ante los afanes de libre comercio de los concesionistas y la política económica de los soberanos. De esta forma se impuso un nuevo tipo de comerciantes, orientados al comercio al por mayor. Por otra parte, en la segunda mitad del siglo XVIII, la gran cantidad de concesiones contribuyó a un aumento considerable de comerciantes de productos coloniales en Altenburg, sobre todo en el comercio al por mayor, por lo que no fue necesario seguir enfrentándose con la cámara. Hasta finales del siglo XVIII, disminuyeron las peticiones de concesiones recibidas por el gobierno del Estado de Altenburg y éstas procedían en su mayoría de las pequeñas ciudades y pueblos del ducado, lo que deja entrever una nueva evolución del mercado de productos coloniales a nivel regional, importante para el siglo XIX.
Empresarios alemanes en Colombia en la segunda mitad del siglo XIX; su posición en una sociedad extranjera Vera Weiler
Problemas que motivan el estudio La historiografía colombiana contemporánea circunscribe la génesis de las condiciones que en el siglo XX se suelen identificar con la industrialización a la consolidación del sector agroexportador en el curso de la segunda mitad del siglo XIX. La inserción del país en el mercado mundial se suele relacionar con la expansión cafetera acompañada por la acumulación de capitales, por una notable movilidad de un mayor sector de la mano de obra que sigue las oportunidades ofrecidas por el café, y también por una cierta modernización del sistema monetario. Los ciclos del tabaco y de la quina así como la exportación de metales preciosos, en particular del oro, figuran entre los antecedentes. El desarrollo del comercio exterior de Colombia ha gozado de alta estima como objeto de estudio. Ante todo en los últimos diez años, el comercio exterior ha ocupado un lugar verdaderamente privilegiado entre múltiples reflexiones sobre el pasado y el presente del país, y la literatura sobre el desarrollo de los intercambios internacionales de Colombia ha producido un cuadro de datos importante. Debido a las preferencias analíticas que han dominado el campo, se cuenta ante todo con datos macro sobre la evolución de los volúmenes y de la composición de las exportaciones y de las importaciones. 1 Sin embargo, los datos agregados sobre los intercambios internacionales -por importantes que sean- tienden a generar una imagen cosificada de lo que suele llamarse "mercado mundial". En todo caso, poco dejan ver de los hombres concretos y de las cambiantes formas en las cuales se relacionan unos con otros. El presente trabajo se preocupa entonces del rescate de dimensiones más concretas tras los aludidos datos globales. La elección temática y de fuentes se inscribe igualmente en una estrategia investigadora que apunta a la identificación y explicación de la representación que las élites colombianas se han formado de sí mismas en términos de "nosotros". Forma parte del complejo asunto una marcada euromanía que se comunica en unos términos simbólicos de naturaleza aparentemente confusa. El conocimiento de lo que los extranjeros en realidad han hecho en el país puede ayudar a crear condiciones para un estudio más sistemático de la autoimagen criolla.
1 Representativo J. A. Ocampo: Colombia y la economía mundial 1830-1910 (Bogotá: Siglo XXI, 1984).
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Alemanes, como extranjeros en general, de hecho pocos ha habido en Colombia, que -con excepciones muy puntuales- no ha sido nunca un país abierto a la inmigración-colonización. Proporciones generales Como se verá luego, los alemanes que se encuentran en Colombia en el siglo XIX están dedicados en primera instancia al comercio en sus diferentes planos. Sus expectativas siempre están puestas sobre la exportación. En realidad, una porción variable de los intercambios internacionales de Colombia se ha efectuado a través de comerciantes alemanes. Los datos sobre el comercio exterior colombiano en el siglo XIX no se refieren a los comerciantes concretos, pero en sus registros por países Alemania se encuentra entre los primeros cuatro países que absorben la mayor parte de todas las exportaciones colombianas, y que a la vez son los mayores surtidores de las importaciones del país. La posición varía algo según diversos renglones. Entre los importadores de tabaco (y cigarros) colombianos, Alemania ocupa durante el auge de dicho producto y también después de que el mismo culminara, con creces el primer lugar.2 Su participación en las exportaciones colombianas de tabaco entre 1866 y 1891 (que es el lapso sobre el cual Ocampo presenta datos que permiten establecer este tipo de proporciones) oscila entre el 93.02% (para 1889-91) y el 85.53% (1870/1-74/5). Alemania de Colombia también importaba cantidades considerables de café, aun cuando su participación en el conjunto de este renglón fuera mucho más modesta, especialmente en relación con el salto que experimentaron las importaciones cafeteras de EE.UU. y Gran Bretaña hacia finales del decenio de los ochenta (s. XIX). En general las importaciones alemanas desde Colombia presentaban una fuerte concentración en los productos señalados. Pero hubo también importaciones de productos menos destacados en el conjunto de las exportaciones colombianas, especialmente de Tagua. Para el período que nos interesa, Alemania figuraba con una participación del 14.2% entre los cuatro países proveedores más importantes de Colombia. 3 La estructura de la demanda interna por ese tiempo todavía no estimula amplias importaciones de medios de consumo masivo sino que se orienta más bien por el consumo distintivo de las élites, y de algunos equipos agrícolas, de instalaciones eléctricas y medios de transporte fluvial.
2 Para los datos que permiten establecer rangos entre productos y países ver ibíd.: 131-134. 3 La distribución entre los cuatro principales países de origen de las importaciones colombianas para 1891, por ejemplo era, según los datos recopilados por Ocampo la siguiente: Gran Bretaña el 45.5%, Francia el 26.5%, Alemania el 14.2% y EE.UU. el 13.8%. Ver ibíd, anexo, cuadros C.l hasta C.4 (pp. 423-430). Sobre importaciones ver también Ocampo, J. O.: "Las importaciones colombianas en el siglo XIX", en: Ensayos sobre historia Económica Colombiana (Bogotá: FEDESARROLLO, 1980): pp. 99-142.
Empresarios alemanes en Colombia
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Las estadísticas conformadas con base en informes oficiales de los diversos países dan referentes generales útiles, pero no tienen en cuenta que los comerciantes no se limitan prácticamente nunca a comprar y vender simplemente entre dos naciones. Hay diversos factores que intervienen en las decisiones sobre los lugares de venta. Vender bien es más importante que vender "en casa". La homogeneidad de los precios internacionales es imperfecta, y todavía no hay mayores obstáculos para que los comerciantes de diversas nacionalidades se orienten por ello. Para el comerciante era importante disponer de la información suficiente para escoger adecuadamente la plaza para sus ventas. Un informe de mayo de 1881 enviado a Bogotá por el entonces cónsul colombiano en Bremen que informa sobre el mercado bremense, señala por ejemplo escasez de café "de clase procedente de Sabanilla i otras Colombianas, que buscan otros mercados como Londres i París para su mejor colocación". 4 Y los comerciantes tenían ese tipo de información en cuenta. En consecuencia, aquellos comerciantes alemanes que se han estudiado, revelan sólo una parte (naturalmente substancial) de sus actividades en las estadísticas organizadas por naciones. No se dispone, hasta el momento, de datos que revelen con exactitud la participación real de los comerciantes alemanes en el comercio internacional de Colombia. Pero hay indicios que señalan -de la misma manera que el boletín consular citado- que dicha participación dista de aquélla de Alemania en las exportaciones e importaciones de Colombia. La casa comercial de "A. Held" originada en Barranquilla por ejemplo desarrolló -en el curso de sus diversas expansiones- un importante comercio de pieles entre Colombia y Amberes. Según Emil Prüfert, quien fue primero empleado y luego socio de la casa, ésta fue en los años previos a la Primera Guerra Mundial el segundo importador más grande de pieles en Amberes, siendo su principal proveedor en Colombia "Escobar & Cía." de Medellín. 5 Ocampo en cambio anota que Alemania ha jugado un papel secundario como importador de cueros de Colombia. 6 No hay duda de que hubo participación de comerciantes alemanes también en la exportación de productos colombianos hacia EE.UU., Inglaterra y Francia al igual que en el movimiento de importación desde estos países. Los ejemplos se podrían ampliar. La citada casa "A. Held" sostendrá importantes negocios de arroz con sucursales en Nueva Orleans y Nueva York. Para hacerse una idea de las proporciones en las cuales hay que inscribir las actividades que se han estudiado más de cerca parece pertinente alguna información acerca del número de firmas -casas comerciales por lo común- alemanas que 4 Isaías Abadía: Informe, Bremen 4 de mayo de 1881, fol. 3-4, Archivo del Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia (ARE), CONSULBIA, Bremen 1827-1900. 5 Prüfert, E.: Zur Geschichte von A. Held. Festschrift anlaesslich des fuenfzigjaehrigen Bestehens (Barranquilla: Selbstverlag von A. Held, 1936): p. 18. 6 Ocampo, J. A., 1984: p. 138.
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estuvieron operando en Colombia en los últimos decenios del siglo XIX y comienzos del presente. A pesar de que fueran pocas, no es cosa fácil establecer su número con exactitud. Evidentemente diverge de todos aquellos que puedan tenerse sobre categorías como "alemanes residentes en Colombia" e incluso del de los "comerciantes alemanes en Colombia" ya que las casas de comercio solían tener varios empleados de los cuales siempre algunos eran de nacionalidad alemana. Alguna orientación se puede tener de la lista negra confeccionada por Gran Bretaña durante la Primera Guerra Mundial y suministrada al Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia. Dicha lista suma unos 43 nombres alemanes entre empresas y personas naturales. 7 Entre ellos hay varias repeticiones y figuran personas que forman parte de firmas señaladas aparte. De las correspondientes correcciones se puede inferir un número entre 25 y 30. Hay que tener en cuenta que hubo algún aumento de las relaciones comerciales colombo-alemanas, y nació alguna que otra casa nueva, en relación con el notable impulso de la expansión cafetera de comienzos del siglo. De modo que la lista británica muy seguramente contiene algunas firmas de reciente creación o de reciente presencia en Colombia. En todo caso, la lista negra británica puede ser contrastada con otra información de primera y segunda mano. A manera de ejemplos sean mencionados el registro de sociedades en el Archivo General de la Nación, las memorias de Cari Theodor Merckel en la edición crítica de Schwebel 8 , los registros de instrumentos públicos locales y las memorias de Rodé 9 así como diversos directorios comerciales. 10 Con todo y teniendo en cuenta las fluctuaciones entre constituciones, reformas y disoluciones, en las últimas tres décadas del siglo XIX no llegan a treinta las firmas alemanas radicadas en Colombia simultáneamente. Para la concreción de las actividades de estos empresarios-comerciantes alemanes se impone la revisión de los archivos notariales. Dados los requerimientos de un estudio de esta clase de fuentes hubo que delimitar un área específica. Santander atrae de inmediato la atención. Primero porque es la región del interior que ha conocido una presencia alemana relativamente continua entre la quina, el tabaco y el café. En el curso de la primera expansión cafetera de Colombia hacia San1 Existen diversas versiones de dichas listas que contienen las actualizaciones periódicas realizadas a lo largo de la guerra en ARE, LEGACION BERLIN. 8 Schwebel, K. H.: Cari Theodor Merkel und Heinrich teinamerikakaufleute im Spiegel ihrer Autobiographien Bremen, Selbstverlag des Staatsarchivs Bremen, 1976). 9 Rodé, H.: "Memorias",
Los alemanes
Cari Franzius
- zwei Bremer
La-
(Bremisches Jahrbuch, vol. 54:
en el Tachira (siglos XIX y XX) (Caracas: Biblio-
teca de autores y temas tachirenses, 1993). 10 La primera publicación barranquillera de este tipo: Martínez Aparicio, A. y Niebles, R. A. (eds.): Directorio Anuario de Barranquilla (Barranquilla: 1892). En la sección "Comerciantes" no obstante la fama de la ciudad por la alta presencia alemana en ella, no presenta más que cinco casas comerciales de dicha nacionalidad, pp. 145-149.
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tander jalaba una parte significativa de los comerciantes que penetraron en el país desde las dos entradas principales: desde Barranquilla y a partir del circuito marabino. En segundo lugar se dispone, gracias al estudio de David Johnson, de un referente regional bastante elaborado." Al margen se puede anotar que es también en esta región donde se registran las actividades de Leo von Lengerke, quien fuera el modelo del héroe principal de la novela "La otra raya del tigre", que encarna la leyenda de los alemanes aristócratas modernizadores en Colombia. Para el presente estudio se ha efectuado una revisión sistemática de las notarías y del archivo judicial de Bucaramanga desde 1880 hasta 1900 rastreando todas las acciones donde estuvieran implicados alemanes de cualquier generación. La información obtenida por esta vía se ha cotejado y complementado con pesquisas en el archivo notarial de Chinácota, el archivo de la casa comercial "La Cosmopolita" (igualmente en Chinácota), que fuera la más importante del Norte de Santander por varias décadas y cuyo crecimiento estuvo muy relacionado con la consolidación del café en la región, el archivo notarial de Barranquilla y el de Cúcuta, los libros de registros de sociedades comerciales en la Cámara de Comercio de Cúcuta, el Fondo de Dispensas Matrimoniales del archivo diocesano de Pamplona, y finalmente el fondo "Correspondencia de Baldíos" del Archivo General de la Nación. Los papeles del Archivo del Ministerio de Relaciones Exteriores poco dejan ver sobre los asuntos que aquí interesan. La información notarial Los registros de Bucaramanga evocan la imagen de círculos que representan un ordenamiento espacial de la siguiente manera. Se parte del casco urbano con sus inmediaciones. En este plano se encontraba el asiento principal o bien alguna sucursal importante de las casas comerciales que interesan para el presente trabajo. Los registros notariales que tienen que ver con este ámbito se refieren ante todo a casas, tiendas y lotes urbanos. Comerciantes alemanes como criollos los adquieren en compra, los venden, los aceptan como respaldo de créditos hipotecarios empleados dentro de la ciudad como fuera de ella en las transacciones agrícolas y comerciales al igual que en las que se relacionan con el transporte. En ocasiones estos mismos comerciantes alemanes se sirven de casas urbanas para respaldar sus propias deudas. Un ejemplo de entre muchos ilustra cómo funcionaban las cosas: Emilio Minios, un descendiente del potente comerciante August Adolf Emil Minios, radicado hacia mediados del siglo XIX en Maracaibo 12 , se 11 Church Johnson, D.: Santander Siglo XIX. Cambios socioeconómicos Valencia Editores, 1984).
(Bogotá: Carlos
' 2 Germán Cardozo señala que la sociedad "Montovio Minios y Cía." conformada por Emil Minios padre y el italiano José A. Montovio en Maracaibo figura ya en 1854 entre los comerciantes de Primera Clase en la "Clasificación de industriales" de dicha ciudad. Ver Cardozo, G.: "Orígenes del comercio alemán en Maracaibo, siglo XIX", en: Encuentros
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había establecido en Bucaramanga. Entre los múltiples esfuerzos que allí realiza, se encuentra la compra costosa, que les hace en octubre de 1882 a los en Bogotá muy conocidos hermanos Samper, de "una casa y almacén en la tercera manzana de la calle del comercio". De los 10.000 pesos que le vale la compra, paga cinco mil de contado y queda debiendo la otra mitad. 13 Por supuesto que la adquisición misma forma garantía hipotecaria del pago pendiente. Y este logra efectuarse puntualmente el día 10 de septiembre de 1883.14 El día siguiente ya está tomando crédito sobre 8.000 pesos por nueve meses con los prósperos "Reyes González y Hnos. S.A.", y entre las garantías hipotecarias figura nuevamente aquella casa con almacén. 15 El crédito ahora tendrá otro destino, muy probablemente fuera de la ciudad, en un segundo radio. Pero antes de pasar a éste conviene retener que el ejemplo citado del radio urbano en cuanto a los mecanismos que ilustra es típico. Los protocolos registran un buen número de casos similares. No todos tratan de valores tan altos; los del ejemplo en definitiva son reservados al ámbito de los comerciantes más potentes. El ejemplo es representativo del conjunto estudiado también en la medida en que ilustra la inserción de los comerciantes alemanes que aquí interesan, en un tejido social surgido independientemente de ellos. El acceso al crédito no parece ser regido por pautas nacionales ni podría identificarse un dominio del crédito alemán en la región. El siguiente radio podría, por su contenido principal en el período estudiado, caracterizarse como cafetero. Desde luego que su vida no se limita al cultivo y a la comercialización de café. En todo caso, el café no se encuentra en ninguna parte de Colombia como verdadero monocultivo. Pero en el radio aludido se ubican en primer lugar las actividades relacionadas con el amarre del café para la exportación. Y ciertamente no había comerciante alemán en Colombia, ni mucho menos en la región estudiada, que no buscara participar del negocio del café. Naturalmente se trata de una zona rural. Entre los municipios que lo describen destaca el conocido centro del café santanderino Rionegro, por la frecuencia con que aparece en los registros notariales y también por el volumen global de los negocios efectuados allí. Es clara la insistencia con la cual los comerciantes alemanes tratan de comprometer las cosechas de Rionegro. Lebrija, ubicada casi en el camino a Rionegro, y Girón son otros referentes que saltan a la vista. Pero forman parte del círculo señalado igualmente California, Florida, Málaga, Betulia, Zapatoca y Ma-
(Revista publicada por la Asociación Cultural Humboldt), No. 11 (Caracas, 1991): p. 22. !3 Na. la., Bucaramanga, C. 139, 1882, T. 2, fol. 1546r-1548v. 1 4 Na. la, Bucaramanga, C. 144, 1882, T. II, fol. 1168r-l 175v. 15 Na. la, Bucaramanga, C. 144, 1883, T. II, fol. 1175v-l 180r.
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tanza. Ocasionalmente se encuentran Ocaña al norte y Socorro al sur en las escrituras de Bucaramanga. Un tercer círculo comprende un radio claramente más amplio de nexos con partes distantes del país. Ahí figuran ante todo Bogotá y Barranquilla, la primera en relación con los reclamos que por daños sufridos por la guerra civil de 1884/85 hay que tramitar ante el gobierno nacional. Barranquilla representa, también para la región estudiada, la más importante salida al mar. Al puerto anexo de Sabanilla llegan las importaciones, y aquellos comerciantes vinculados a ellas tienen que efectuar los correspondientes trámites que aparecen en los registros notariales bajo el código de fianzas con intermediación de casas alemanas en Barranquilla. El círculo más amplio de los que presentan alguna información los protocolos notariales revisados alcanza hasta Londres, Nueva York, París y Berlín. Se suele tratar de compromisos ligados al crédito externo. La heterogeneidad de las condiciones La mayor densidad de información se presenta, pues, en los círculos primero y segundo que cubren a una región identificada más o menos claramente por el café. El contenido de las fuentes permite identificar a los comerciantes alemanes con sus respectivas actividades. El seguimiento de éstas produce un cuadro diferenciado del grupo que se asemeja bastante al que presentan los colombianos dedicados a actividades similares. Se trata de un grupo heterogéneo en cuanto a su fuerza económica. Esto se refleja de diversas maneras. La forma más común de establecer rangos entre los comerciantes es la comparación del capital social de las sociedades registradas. En el período estudiado en Bucaramanga son pocas las escrituras sobre constitución o reforma de sociedades. Pero las que hay proporcionan un cuadro de referencia útil porque indican la magnitud de las diferencias en las condiciones al interior del que tratamos como un grupo por definición de nacionalidad. He aquí unos ejemplos para ilustrar la situación. Está el contrato por medio del cual se renueva la sociedad "Lengerke S.A. Lorent" el primero de febrero de 1881 con un capital social de 200.000 pesos.16 Los socios, Geo von Lengerke y Paul Jorge Lorent, son hombres que llevan media vida en Colombia y que han consolidado alguna fortuna en diversos negocios, pero ante todo con la quina. Forman parte de su respaldo extensas haciendas alrededor de Zapatoca. Después de la muerte del afamado Lengerke, Lorent aporta "sus fincas, en mercancía y 100.000 pesos" el 28 de junio de 1883 a una nueva sociedad "Lorent-Keller Cía." en la cual lo acompañan socios de fuerza notablemente inferior: Carlos Keller y Gustavo Volkmann, quienes entran con 20.000 pesos cada uno.17 El capital es alto, y Lorent es ya un excelente 16 Na. la, Bucaramanga, C. 132, 1881, T. 2, fol. 1363-138r. 17
Na. la, Bucaramanga, C. 144, 1883, T. 2, fol. 903v-908v.
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conocedor del terreno social en que se mueve. Las ambiciones de su nueva compañía son grandes: "Tendrá como principal objeto: los negocios de exportación de frutos del país e importación y venta de mercancías, y explotación de minas y negocios agrícolas". Lorent aporta sus fincas, también mercancía y 100.000 pesos. Entre los ejemplos potentes figura también "Larsen & Cía." conformada por Lorenzo Larsen y Henry Stünkel el 1 de abril de 1897 en la medida en que Larsen -cuyos negocios están anclados en Maracaibo- introduce 100.000 pesos consistentes en créditos activos, mercancías, semovientes y bienes raíces. Stünkel aquí figura como socio industrial. 18 Al margen se puede llamar la atención sobre la variedad de actividades prevista. En otros casos ella es aún más notoria. También a este respecto, los comerciantes alemanes proceden de la misma manera como sus colegas criollos que desde las lecciones del declive tabacalero evitan la concentración de los capitales y riesgos en un solo renglón." No todos tienen un piso tan firme como los socios de los casos arriba citados. Un ejemplo de rango claramente inferior es el de "Goelkel-Jones", cuyo primer nombre representa a tres hermanos alemanes de segunda generación. El capital social es de 30.000 pesos, y es representado en buena parte por la hacienda "Las Delicias", con café y otras labranzas, y otra con pastos artificiales, "Santa Ana", ambas ubicadas en Girón. 20 Es también un caso que llama la atención sobre el hecho de que el monto del capital social no dice todo sobre la situación: el contrato se establece el 12 de marzo de 1890 por dos años, y ninguna de las fincas debería ser vendida. No obstante, el 1 de marzo de 1891 ya son vendidas las dos haciendas a Tiberio González Mantilla, vecino de Girón. La razón de la venta son deudas muy altas contraídas a poco tiempo del contrato de sociedad -1 de julio de 1890- sobre 54.000 pesos con "Minlos-Breuer y Cía." 21 . En todo caso también hay intentos mucho más modestos: Así, aquel emprendido por uno de los hermanos Goelkel (Reinaldo A.) con anterioridad a la empresa ya citada; inició sociedad comercial con Philipp Hakspiel el 15 de junio de 1887 bajo la razón social "Hakspiel-Goelkel" y estableciendo una duración de dos años. El capital de la sociedad sería de unos 6.000 pesos. Hakspiel ingresaría los 3.000 pesos de la liquidación de su pequeño negocio anterior ("Hakspiel & Cía."). Se prevé la
18 Na. la, Bucaramanaga, C. 207, 1897, T. II, fol. 648r-651r. ' 9 Ver Bejarano, J. A.: El tabaco en una economía regional: Ambalema siglos XVIIIy XIX (Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, 1986): pp. 159ss. 20 Na. 2a, Bucaramanga, 1890, T. I, fol. 264r-269v. 21 "Minlos-Breuer" conceden crédito a "Goelkel-Jones" por el monto de 54.000 pesos y por 7 meses para pagarlo en café de exportación. Na. 1, B \ C. 174, 1890, T. II, fol. 824r833v. Consta la cancelación de la deuda el 1 de marzo de 1891, es decir con retraso. Na. 2, B \ 1891, T.I, fol. 184v-188.
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constitución real del capital en cuotas a ingresar en el lapso de ocho meses. 22 Antes el mismo Hackspiel -cuyo paulatino crecimiento de paso se puede anotarhabía formado una sociedad aún más pequeña con Emilio Minios. En abril de 1881 a "Minios S.A. Hakspiel" él había entrado con 800 pesos solamente, aportando su socio la diferencia para el muy medido capital social de 2.800 pesos. 23 Prevista su vida para el lapso de sólo un año, la sociedad en efecto se acaba el 22 de enero de 1882, quedando Minios con la responsabilidad por un crédito por pagar a "Koppel-Schrader y Cía.", que también es alemana pero de rango notablemente superior. 24 Un caso de rango medio bajo, que es interesante además por la búsqueda de independencia típica de los que llevan algún tiempo como empleados de otras sociedades, es la sociedad "Ernesto Míiller y Hnos." conformada por quien diera el nombre principal y su hermano C[arlos] Alfredo en junio de 1895. Cada uno había logrado reunir sus 5.000 pesos que integran conjuntamente un capital de 10.000.25 Casi al mismo tiempo Hermann D. Goelkel, uno de los colectivamente fracasados hermanos, ingresa 1.000 pesos que debió salvar de las anteriores aventuras al modesto capitalito social de 2.000 pesos de la sociedad "Goelkel-Ogliastri" conformada en enero de 1896.26 Los ejemplos ilustran la amplitud del espectro característico para el grupo en consideración al igual que para el comercio de la región en general. Café - crédito - transporte En primer lugar está el café, casi todo lo demás se deriva de las necesidades ligadas con él. Para el período del seguimiento el cultivo del café en la región ya se ha consolidado. La continuidad de su ciclo productivo se encuentra íntimamente entrelazada con las condiciones que caracterizan la comercialización del fruto. El trayecto entre productores y consumidores, al menos en su parte colombiana, es extraordinariamente complicado. No todos los comerciantes establecidos en el país tienen relaciones con el café colombiano más allá de los puertos. Es ante todo el camino entre las tierras cafeteras, siempre bordadas en una geografía quebrada, y el puerto de salida que demanda el esfuerzo de comerciantes y transportadores. Las dos funciones no están claramente separadas. El transporte depende en buena medida del comercio. A lomo de muía baja el producto del trabajo de las montañas hacia los ríos, allí prosigue sobre camino fluvial, para luego volver a las mulas, y finalmente llegar al río Magdalena. Esta es la vía normal desde Bucaramanga. La región cucuteña está en mejores condiciones, el trayecto en muía y sobre 22 Na. 2a, Bucaramanga, 1887, T. I, fol. 361v-362v. 23 Na. la, Bucaramanga, C. 133, 1881, T. II, fol. 205v-206v. 24 Na. la, C. 138, 1882, T. II, fol. 1216v-1218. 25 Na. la, Bucaramanga, C. 195, 1895, T. I, fol. 399r-401r. 26 Na. 1, Bucaramanga, C. 203, 1896, T. IV, fol. 1612v-1614v.
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río pequeño es más corto y menos accidentado, se está cerca del golfo de Maracaibo. Sin embargo también allí el café pide trabajosas labores de transporte. Todos los productos de exportación tienen que tomar este camino, y los géneros importados también llegan por él. Dadas las características de la región estudiada, no sorprende que también los comerciantes alemanes estuvieran ligados y orientados en sus actividades básicamente por la exportación del café. Entre los factores que pesaban sobre los éxitos o fracasos figuraban las condiciones de transporte. 27 Alrededor de las necesidades del café se generan otras tareas. El crédito hipotecario con compromiso de devolución en café es una forma de organizar posibilidades de una mayor previsión. Cerca del cuarenta por ciento de los créditos concedidos y contraídos por comerciantes alemanes incluye pagos en café. Se trata de una práctica empleada por los comerciantes de los diversos rangos. Comencemos con el superior: "Minlos-Breuer" (luego "Breuer-Moller") son los más potentes entre las casas alemanes activas en el circuito. A través de ellos sale -frecuentemente después de pasar por manos de intermediarios que agilizan el proceso de acopio- gran parte de las salidas. De los créditos concedidos por alemanes según las fuentes bucaramanguesas esta casa maneja más del 70%. En realidad las actividades de "Minlos-Breuer" abarcan una zona mucho más amplia de la que se puede identificar a través de las fuentes de Bucaramanga. En Chinácota, donde la exportación de café durante el período estudiado está realmente dominado por los alemanes, "Minlos-Breuer" compiten con "Van Dissel-Rode" y los menos fuertes "Steinvorth y Cía.". Pero bastan los datos de Bucaramanga para ilustrar proporciones. Allí en el curso de los veinte años estudiados sistemáticamente la casa coloca 300.000 pesos en circulación crediticia. Ya se vio el caso de los negocios fracasados entre 1890/91 cuando el préstamo de "Minlos-Breuer" a los ambiciosos "Goelkel-Jones" en buena parte tenía que pagarse en café de exportación. Y Tiberio González Mantilla, quien les compra en grande a los deudores morosos, adquiere con los bienes raíces entre otros débitos todavía un compromiso de 15.000 pesos a pagar en café y efectivo en el lapso de un año a "Minlos-Breuer". 28 (De paso se puede anotar que González les queda debiendo a uno de los vendedores -Reinaldo A. Goelkel- la misma suma a pagar definitivamente en café en el lapso de dos años.) Entre los créditos a pagar en café concedidos por "Minlos-Breuer" figura también un caso en Rionegro -lugar en el cual estuvieron particularmente activos-, donde en el mes de febrero de 1890 José de Jesús Ordóñez recibe de ellos 16.000 pesos hipotecando tierra cafetera. La deuda se fija por
27 Para las relaciones entre rangos de ganancia y costos de transporte en la economía cafetera con mucho detalle Palacios, M.: El café en Colombia 1850-1970. Una historia económica, social y política (México: El Colegio de México y Ancora Editores, 1983), pp. 4456. 28 Na. 2a, Bucaramanga, 1891, T. I, fol. 188r-194r.
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el plazo de un año y a pagar en café de buena calidad. 29 En ocasiones los grandes también se relacionan con los cultivadores bastante pequeños. Así hicieron "Minlos-Breuer" por ejemplo en enero de 1888 al concederle un crédito de tan sólo 300 pesos a Gregorio Sanguino de Matanza. Es un préstamo que apenas ayudará a sacar la cosecha actual. El propietario de la tierra está en apuros porque debe todavía de la adquisición de la misma. El préstamo con "Minlos-Breuer" le permite quitarse a los cobradores de encima; el trato con la casa comercial entonces le conviene también a él. En todo caso no podría pagar en efectivo sin antes vender el café. Los comerciantes por lo visto están enterados de la situación apremiante que vive su pequeño cliente, de modo que le cobran por los tres meses el 1,5% de intereses mensuales excediéndose un poco de lo común. 30 A veces los comentarios a las prácticas crediticias del comercio hacen pensar en una trampa tendida con el propósito de hacerse con las tierras. Los registros no consolidan esta idea. Las prácticas corrientes entre colombianos al igual que entre éstos y los alemanes se basan más bien en la expectativa de cumplimiento. En numerosos registros consta la debida devolución de los créditos, bien sea en café o efectivo. La situación que presentan los ejemplos que se referencian a continuación, puede ser considerada como típica. Con "Minlos-Breuer" contrajo a mediados de junio de 1891 un crédito de 6.000 pesos a pagar en café, el señor Arturo Valenzuela, quien como garantía del compromiso colocó su hacienda "Las Delicias" en Rionegro. Y al cabo de dos años y medio, en plenas fiestas de año nuevo (3 de enero de 1894) se presentó ante la notaría para que sus acreedores le registraran la cancelación de aquellos 6.000 pesos al 1% mensual en café. 31 Lo mismo hizo en agosto del siguiente año (1894) su vecino de Rionegro Francisco García Díaz, quien habría recibido un crédito hipotecario más modesto, de 1.800 pesos, en 1891, y a pagar en café, de la misma casa Minlos-Breuer. 32 Un protocolo notarial bastante explícito sobre el sentido de la mayoría de los créditos que se pagan en café, ante todo los de corto plazo entre ellos, se refiere a un acuerdo del 19 de noviembre de 1891. Dice con respecto a lo convenido entre el hacendado José María Velásquez de Lebrija y "Lorent-Keller": "Velásquez compromete con 'Lorent-Keller', la actual cosecha de café de su campo llamado 'Vega grande' ubicado en Rionegro, calculada en 200 cargas y a cambio ricibió la suma de 11.000 pesos de la cual Velásquez se obliga a pagar sus intereses de 2% mensual hasta el 28 de febr., día de última entrega". 33 Desde luego que "Vega grande" con sus frutos próximos a la madurez queda hipotecada. De la misma manera procede 29 Na. 2a, Bucaramanga, 1890, T. I, fol. 186r-188r. 30 Na. la, Bucaramanga, C. 164, 1888, T. I, fol. 52r-54v. 31 Na. la, Bucaramanga, C. 188, 1894, T. I, fol. 9r-13r. 32 Na. la, Bucaramanga, C. 196, 1895, T. II, fol. 892v-898v. 33 Na. la, Bucaramanga, C. 179, 1891, T. III, fol. 2449r-2453r.
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Lorenzo Larsen, bajo la razón social "Lorent-Keller", con fondos suficientes como para competir por el amarre de cantidades considerables de café. Se nota la creciente competencia entre los comerciantes. El caso por comentar se da tres años más tarde que el anterior: Larsen se apresura a dar un crédito de 16.000 pesos que le asegurará más de mil cargas de café ya en octubre (13 de octubre de 1894), y lo da por un interés de 1% mensual. El crédito está fijado de forma igual que en el caso anteriormente comentado sobre la cosecha inmediatamente venidera. El plazo es de cinco meses. Las tierras de las cuales proviene el café y que son la garantía del crédito están ubicadas, como en el caso de "Lorent-Keller", en Rionegro, la mejor para el café en la región. 34 A la casa de comercio le conviene mucho asegurarse cantidades respetables de la cosecha en un área limitada. Cuando toca recoger de a pocos sacos de áreas más dispersas, las ganancias marginales decrecen. Ello se refleja en los intereses competitivamente bajos que cobran "Lorent-Keller" en el caso citado. Pero no sólo los comerciantes se benefician con este tipo de trato. Al hacendado Tirso García también le va bien con Lorenzo Larsen. Las relaciones continúan durante varios años de la misma manera. Larsen le vuelve a prestar año por año los mismos 16.000 pesos, y García -cuya respetable hacienda produce aparte de café también cacao, caña de azúcar y ganado sobre pastos naturales y artificiales- a la vuelta de unos meses registra la cancelación del crédito (por cierto, con intereses crecientes: en 1896 devuelve con un 1% mensual, en 1897 ya son un 2% sobre 6.000 pesos y el resto al 1.5%). 35 Entre los alemanes no solo hay quienes dan crédito para cobrarlo en café, también hay quienes lo toman. Figuren a manera de ejemplo Carlos Vogelsang y Carlos Müller, que cancelan sus deudas provenientes de un negocio de compraventa con el colombiano Nepomuceno Álvarez (26 de febrero de 1881) por 960 pesos. 36 En 1886 (24 de noviembre) Emilio Minios contrae con "Reyes González y Hnos." -un caso de acumulación muy exitosa desde la quina, pasando por el café y la especulación con finca raíz urbana en Bucaramanga 37 - un crédito sobre 1.500 pesos para pagarlo en café de exportación en el distrito de Lebrija. El plazo es de 6 meses al 15% anual. El caso difiere de los anteriormente comentados en cuanto a la ubicación de los bienes hipotecados. Minios es respaldado por una casa de tapias, madera y teja en ubicación regular del círculo urbano de Bucaramanga. 38 34 Na. la, Bucaramanga, C. 139, 1894, T. VI, fol. 3184r-3185v. 35 Cancelación 1896: Na. la, Bucaramanga, C. 201, 1896, T. II, fol. 546r-547. Y de 28 de mayo 1897 la cancelación Na. la, Bucaramanga, C. 207, 1897, T. II, fol. 1075v-1079r. 36 Na. la, Bucaramanga, C. 133, 1881, T. II, fol. 166r-v. 37 Ver Johnson, D. C.: "Reyes González Hermanos: la formación del capital durante la Regeneración en Colombia", en: Boletín cultural y bibliográfico del Banco de la República, No. 9 (Bogotá, 1986), pp. 25-43. 38 Na. 2a, Bucaramanga, 1886, T. II, fol. 344r-345v.
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El campo en el cual se desempeña Emilio Minios no son los negocios grandes, su función está en la intermediación. El crédito concedido por empresarios más potentes, cuya nacionalidad no tiene importancia para el curso de las actividades comerciales, es el lubricante de dichas funciones de intermediación. Minios por su parte concede créditos para recoger pequeñas cantidades, a veces a plazos mayores que le aseguran además intereses por tiempo prolongado (la especulación ahí juega un papel más importante de lo que es el caso de los grandes que necesitan juntar envíos dignos de exportación directa). Un ejemplo de los esfuerzos más dispersos pero persistentes de Don Emilio que se acoplan a las condiciones de las unidades pequeñas: el 26 de septiembre de 1883 concede un crédito de 800 pesos a Marcos García Flores quien hipoteca dos terrenos con café y cacao en el sector rural de Bucaramanga. La cancelación ocurre en cuatro cuotas hasta diciembre del mismo año comprometiéndose García "a pagar en café que sirva para la exportación". 39 A Femando García Burbano el mismo Minios le presta el 14 de enero de 1886 una suma ligeramente superior, de 1.300 pesos con hipoteca sobre tierra cafetera en Rionegro. Esta vez la devolución se alarga a lo largo de tres años, y hay que pagar igualmente en café. 40 Lo que quiere sugerirse ante todo con estos últimos ejemplos es la existencia de una jerarquía diferenciada formada por los comerciantes en general. No puede constatarse, al menos en la región aquí estudiada, una élite extranjera (o más especialmente alemana) frente a un sector criollo subordinado. Lo que ciertamente se va confirmando es la existencia de una élite entre los comerciantes que hasta ahora se distingue por el volumen de capital, en general de más larga trayectoria. Si se comparan los representantes alemanes de este sector con sus semejantes criollos se evidencia que la condición de la pertenencia a la élite más fuerte no es una cuna (como inicialmente hubiéramos sospechado) de oro entre los grandes de Bremen o Hamburgo. Buena parte de los capitales, cuya circulación se observa en los registros estudiados, se amasa en el proceso interno. Entre los mismos comerciantes (a veces también hacendados) alemanes también se encuentran casos de acumulación que no se basa en capitales llevados de fuera. "Lorent-Keller", "Koppel-Schloss", sin duda Hakspiel, y otros forman parte de ellos. El caso más espectacular fuera del ámbito en el cual se centra el presente estudio es el ya citado de Adolfo Held, quien se benefició ampliamente de la crisis del tabaco en el Carmen de Bolívar. De lo visto acerca del crédito que compromete cosechas de café se deduce que los prestamos no persiguen fines usureros sino que son necesarios para garantizar la producción, y finalmente la provisión de café. Esto naturalmente no quiere decir que prestar no sea negocio. Lo que se ve es que en el crédito cafetero se
39 Na. la, Bucaramanga, C. 144, 1883, T. II, fol. 1220v-1223r. 40 Na. la, Bucaramanga, C. 155, 1886, T. II, fol. 97r-98v.
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encuentran entrelazados los intereses de productores tanto como los del comercio, se le puede leer como una expresión de su mutua interdependencia. Las condiciones internas imprimen su sello también a las actividades de alguna manera adjuntas a la expansión del café. Ellas en realidad se desarrollan -en el caso del ámbito estudiado- en función ante todo de las necesidades cafeteras. Entre estas actividades destacan múltiples esfuerzos orientados a facilitar, regular y también a controlar el transporte, especialmente a aquel que conectaba a los lugares de cosecha y acopio con las vías principales de exportación, es decir con el río Magdalena y con el lago de Maracaibo. Según la capacidad de los comerciantes se trata de contratos que organizan el transporte con recuas de muías 41 y/o bongos y lanchas, así como de la construcción y administración de bodegas en lugares estratégicos. 42 Algunos comerciantes alemanes participan junto con sus colegas colombianos en diversos esfuerzos por superar las estrecheces del rudimentario sistema monetario. Típicas del período estudiado son las fundaciones de bancos generalmente locales; en Bucaramanga se crea el Banco de Santander. Entre las actividades donde típicamente se presenta la asociación entre capitales comerciales de alemanes y colombianos figuran también las pequeñas compañías mineras. 43 En Bucaramanga al igual que en otras ciudades colombianas algunos comerciantes alemanes también tratan de aprovechar las necesidades de la incipiente electrificación. 44 Las escrituras correspondientes de Bucaramanga hacen referencia explícita a la maquinaria y materiales implicados. Todos ellos son de marca norteamericana, de manera que no se pueden demostrar nexos con intereses de industrias alemanas en este caso. Las actividades de importación se explicitan en los registros locales sólo ocasionalmente. En Bucaramanga, al igual que en Cúcuta, las casas que exportan directamente suelen ofrecer un surtido no especializado de mercancía importada en sus almacenes propios. Allí acuden compradores al detalle de la ciudad y pequeños tenderetes del campo. Fuera de Bucaramanga los importadores prefieren 4 ' Un ejemplo clásico lo representa el contrato entre Emilio Minios y Gabriel Rodríguez Silva del 7 de octubre de 1883. Minios le entrega a Rodríguez veinte muías de su propiedad y le vende otras quince. Rodríguez asume la administración de todas ellas, y se obliga a trato preferencial y a precio fijo de las cargas que necesita transportar Minios. Ver Na. la, Bucaramanga, C. 145, T. 2, 1884, fol. 1264r-1266v. 42 Ver por ejemplo Na. 2a, Bucaramanga, T. V, 1892, fol. 2851v-2854r. 43 Un caso típico lo representa la "Cía. Minera de Morrorico y Guayacán" donde Federico Minios, Roberto Minios y Hermann Pfingsthorn participan con 75,54 y 15 acciones respectivamente, de un total de 750 acciones. Ver Na. 2a, Bucaramanga, T. V, 1888, fol. 1036r-v. 44 Para la Cía. Eléctrica de Bucaramanga ver Na. 2a, Bucaramanga, T. I, 1890, fol. 541r-v, y Na. 2a, Bucaramanga, T. II, 1892, fol. 1034r-1035v.
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vender o dar en comisión sus variopintos surtidos a comerciantes locales antes que dedicar su personal a las labores de venta. Conclusiones La presencia alemana en la región donde habría sido relativamente más destacada opera en el marco de unas condiciones locales que ella no altera substancialmente. No parece que la condición nacional les hubiera conferido ventajas notables de por sí a los comerciantes alemanes. Las casas de mayor éxito suelen ser aquellas que a lo largo de una trayectoria ya prolongada han logrado asegurarse un capital relativamente alto y el acceso al crédito externo. El panorama que ofrecen las actividades alemanas estudiadas dista un tanto de la imagen con la cual se las ha relacionado a nivel local y nacional en Colombia.45 Ello, al parecer está más condicionado por la estructura de la autoimagen de las élites criollas -que por lo demás van absorbiendo a los elementos extranjeros que corresponden medianamente a sus propios criterios de dignidad social- que por la presencia y actividad alemanas reales.
Representativo Rodríguez Plata, H.: La inmigración alemana al Estado Soberano
de
Santander en el siglo XIX (Bucaramanga: Gobernación de Santander, 1989) y Harker Valdivieso, R.: Bucaramanga.
ed. privada, 1993).
Los inmigrantes y el progreso
1492-1992
(Bucaramanga:
Los negocios alemanes y la consolidación del circuito agroexportador marabino (1870-1900) Germán Cardozo Galué Antes del inicio de la era del petróleo, hacia 1920, Venezuela se ofrecía a la consideración de los inversores extranjeros como un mosaico de regiones económicas dedicadas fundamentalmente a la agroexportación, con un mercado interno débil. Este cuadro kaleidoscópico, de fines del siglo XIX y principios del XX, era aún el resultado de la permanencia en la larga duración de factores históricos que habían dado origen a la conformación de esta república sudamericana. Su "status" como territorio unificado provenía de hacía poco más de un siglo, cuando la Monarquía española, temerosa de las pretensiones inglesas en la Guayana y guiada por los cánones centralizadores de la administración borbónica, decidió en 1777 reunir las provincias de Venezuela, Maracaibo, Guayana, Cumaná e islas de Trinidad y Margarita en una Capitanía General que tomó el nombre de Venezuela por radicarse en Caracas, sede administrativa de la antigua provincia venezolana, la capitalidad del nuevo territorio. A este acto administrativo precedían siglos de vida provincial autónoma, con una relativa dependencia de Santo Domingo y Santafé de Bogotá. Esa autonomía, que alcanzó sorprendentes niveles políticos como se vería en 1810 cuando la provincia de Maracaibo se negó a participar en el proceso de Independencia y permaneció leal a España hasta su culminación en 1823, se forjó lentamente, desde los inicios mismos del contacto hispanoindígena a principios del siglo XVI, impulsada básicamente por las relaciones comerciales agroexportadoras e importadoras de víveres y mercancías complementarios, que fueron atando a los nuevos poblados con puertos sobre o cercanos al Caribe y villas próximas a ellos: Caracas-La Guaira, Puerto Cabello, Maracaibo, Cumaná, Angostura. Estos puertos se convirtieron progresivamente en centros nodales de sus respectivos circuitos económicos y capitales provinciales, sobre la base de la producción del campo, dando origen a lo que la reciente historiografía venezolana ha denominado "regiones históricas" para indicar un estadio previo al inicio del proceso de formación y consolidación del Estado Nacional 1 . 1 Cfr.: Cardozo Galué, 1991, pp. 11-20. François-Xavier Guerra desde la perspectiva de la historiografía europea percibe en la América española idénticos espacios protonacionales, a los que denomina "ciudades-provincias... pequeñas 'repúblicas'...ciudades-estados": "Se ha dicho a veces que en la América hispánica el Estado había precedido a la nación. Mejor sería decir que las comunidades políticas antiguas -reinos y ciudades- precedieron tanto al
Germán Cardozo Galué
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Consumada la Independencia, y creada la República de 1830, las economías regionales venezolanas continuaron como el rasgo distintivo más importante del siglo XIX. Gracias en especial a la creciente demanda mundial de café, tres de los circuitos agroexportadores, vinculados a los puertos de La Guaira, Maracaibo y Puerto Cabello, iniciaron una etapa de franca expansión y consolidación, como lo refleja el siguiente gráfico:
CAPITALES IMPORTADOS Y EXPORTADOS POR LAS PRINCIPALES ADUANAS VENEZOLANAS EN LOS AÑOS ECONOMICOS QUE SE EXPRESAN 7000000 j 6000000 - -
•»•LA GUAIRA
5000000 - 4000000 --
o MARACAIBO
3000000 +
-••PUERTO CABELLO
2000000 I
->CIUDAD BOLIVAR
k
1000000 163132
1634 35
183940
1845- 1850- 1854- 1639- * Valor en pesos 46 51 55 60 Fuente: Memorias de Hacienda
La Aduana de Maracaibo experimentó en las décadas señaladas un notorio crecimiento, superando para 1860 a Puerto Cabello y acercándose al de La Guaira mucho más de lo que expresan las estadísticas oficiales que no contemplaban los capitales movilizados por Maracaibo como puerto de tránsito de la Nueva Granada. De hecho para fines del siglo XIX, Maracaibo figuró oficialmente como la primera aduana del país. Estado como a la nación y que la gran tarea del siglo XIX para los triunfadores de las guerras de Independencia será construir primero el Estado y luego, a partir de él, la naciónmoderna" (Guerra, 1992, p. 71 y 350).
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Esta importancia y particularidades de la economía regional marabina quedaron plasmadas en el testimonio del agente comercial norteamericano P. L. Bell, hacia 1922, en su informe para el Departamento de Comercio de los Estados Unidos de Norteamérica: El Distrito comercial de Maracaibo ... incluye los Estados Zulia, Trujillo, Mérida y Táchira. El comercio del Distrito, conjuntamente con el de Cúcuta, región de Colombia, es controlado por los principales comerciantes de Maracaibo ... Los exportadores americanos, interesados en extender sus operaciones comerciales al Distrito de Maracaibo, procederán bien si consideran este territorio como a una unidad separada, dividida del resto de Venezuela. 2
Se confirma, así, la peculiaridad de esta formación regional que avanzado el siglo XX incluye aún la economía de diversos Estados del occidente venezolano y norte del Santander colombiano bajo el control del puerto de Maracaibo, y diferenciare del resto del país. Unidad regional que hunde sus raíces en el pasado indígena 3 , estructurada por los procesos de producción y distribución de su circuito agroexportador y que para fines del siglo XIX y principios del XX el testimonio de Bell evidencia cómo ha alcanzado visibles signos de fraguado y consolidación. Esta realidad, que se repite en distintos grados para el resto del país, justifica el énfasis en el análisis regional de la economía venezolana hasta la era petrolera. De igual modo, en lo concerniente a las relaciones con el exterior privaron los contactos bilaterales con los diversos puertos y sus respectivas regiones o áreas de influencia en Europa, especialmente en aquellos países con formación nacional en proceso. Tal es el caso de las relaciones económicas entre Maracaibo y las ciudades de la Liga Hanseática, Hamburgo en particular, que se intensifican en el último tercio del siglo XIX, y contribuyen de manera notoria al fraguado o consolidación del circuito agroexportador marabino. Los agentes comerciales alemanes en la economía regional marabina A principios de la década de 1840, los alemanes se hicieron presentes en el Circuito agroexportador marabino. Desde los años de la República de Colombia, representantes diplomáticos, hombres de negocio y comerciantes germánicos se habían establecido exitosamente en otros puertos y ciudades venezolanas -La Guaira y Puerto Cabello en particular4-.
2 Bell, 1922, pp. 181 y 232. 3 Cardozo Galué, 1991, pp. 20-21. 4 Rolf Walter, 1991, pp. 157-160.
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Según un "registro de pasaportes", en marzo de 1842 desembarcó en el puerto de Maracaibo H. E. Schmilinsky 5 . En fecha cercana debieron llegar Theodor Fr. W. Schón y Heinrich Willink, pues sus nombres junto al de Schmilinsky encabezaron la lista del "registro de Patentes de Industria" para el año económico de 1843 a 1844, figurando aquellos bajo la razón "Schon Willink y Cía." como comerciantes de Primera Clase 6 . Las dos primeras firmas alemanas mencionadas que iniciaron sus operaciones en Maracaibo se colocaron de inmediato a la par del comerciante hasta entonces más sólido, el inglés Frederick Harris, y desplazaron al resto de las extranjeras y marabinas que durante la anterior década y hasta comienzos de 1840 habían controlado la actividad mercantil del circuito 7 . Dos factores impulsaron, a fines de la década de 1840, el incremento de la inmigración hacia el puerto de Maracaibo: el atractivo negocio del café y la situación política alemana: ... en años recientes se había incrementado muchísimo la demanda de artículos de lujo. Todo el mundo deseaba tomar café. Y en todas las ciudades de Europa aumentó el número de cafeterías, las cuales pronto se convirtieron en centros de vida social y también de actividad para círculos políticos... ... El ininterrumpido enriquecimiento que derivaba del aumento en las cosechas de café, y en sus embarques al exterior, vino e hacer posible que las regiones cafeteras, en las montañas de Venezuela, se hallasen en la posibilidad de adquirir, también más y más, mercancía traída de Europa, y por supuesto, de Hamburgo... ... los emigrantes alemanes que vieron rotas sus ilusiones de un cambio liberal en 1848, en su patria, y que ansiaban ir a un lugar donde sus talentos hallasen ambiente propicio, no erraron en su elección de Maracaibo, ciudad que florecía en aquel tiempo, con mucha pujanza... 8
La competencia, en principio, se observó en el manejo del comercio con el exterior; los registros conservados sobre introducción de frutos provenientes de los Andes y costas lacustres al puerto de Maracaibo, revelan cómo las operaciones de las firmas alemanas no superaban a las de comerciantes locales como Telésforo Angulo, Manuel Aranguren, Pascual Casaux, José A. Montovio, José V. Urdaneta, etc. Pero en menos de una década, según el "registro de introducción de frutos" 5 Archivo Histórico del Zulia, año 1831, tomo 4, legajo 22. En el citado "Registro" H. E. Schmilinsky se identifica de nacionalidad "Hamburgués". Kurt Nagel von Jess, en la segunda parte de su excelente y bien documentada obra genealógica sobre "Algunas familias maracaiberas", aún inédita, y en El Elemento Alemán en Maracaibo 1818-1839, lo ubica como empresario alemán cuyo apellido era de origen eslavo. Para más detalles sobre los inicios del comercio alemán en la "región marabina", cfr. Cardozo Galué, 1991. 6 Archivo Histórico
del Zulia, año 1843,1.14, leg. 1.
1 Archivo Histórico
del Zulia, a ñ o l 8 4 3 , t., 14, leg. 1; año 1854, t. 14, leg. 22.
8 Los alemanes en el Táchira,
1993, pp. 169 y 176.
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correspondiente al año económico 1850-1851, las firmas alemanas pioneras, asociadas para esta fecha bajo la razón comercial "Graf y Schon" y "Schmilinsky Fahrenholtz y Cía.", habían igualado y aun superado a las demás en operaciones con las áreas productivas de la íegión marabina, salvo en el caso de José A. Montovio 9 . La "Clasificación de industriales" de 1854 constituye un buen indicador de los cambios que introdujo la sólida incursión alemana en el Circuito agroexportador marabinol0. Las firmas "Schmilinsky Fahrenholtz y Cía.", "Graf y Schon" y "Montovio Minios y Cía." (resultante esta última de la asociación del prusiano Emil Minios con el próspero italiano José A. Montovio) encabezaban como comerciantes de Primera Clase, junto a "Swift Penny y Cía." y "Roncajolo Hermanos"; en la Segunda Clase figuraba "Ellingius y Jurgensen". De este modo, las firmas alemanas asumieron el liderazgo del comercio marabino, en algunos casos asociadas con firmas locales de raigambre como Montovio y Ochoa, quienes intuyendo el avasallador avance alemán eligieron la opción de unir capitales antes de verse desplazados o fenecer como ocurrió con la mayoría. En los siguientes años nuevas firmas alemanas se establecieron en Maracaibo y monopolizaron, fundamentalmente, el comercio del café: desde el financiamiento de la cosecha hasta su extracción a los principales mercados europeos y norteamericanos. Para el primer semestre de 1872, las casas "Minios Breuer y Cía", "Schmilinsky y Cía.", "Blohm Mecklemburg y Cía.", "Schon Willson y Cía." y "Riedel Bornhorst y Cía.", en este mismo orden de mayor a menor en importancia, exportaron el 77% del café que salió por el puerto de Maracaibo: 4.134.710 kilogramos; otros trece exportadores el restante". Otras firmas habían iniciado sus negocios a partir de la importación de mercancías con demanda en la región marabina, como el caso de August Lincke, natural de Celle, quien llegó a Maracaibo en 1851. Un año después abrió un negocio en el ramo de farmacia, conocido posteriormente como "Botica alemana". En Maracaibo había, en ese tiempo, pocos médicos y pocos farmaceutas, de modo que un negocio de botica no podía no tener favorables perspectivas; al puerto y a los campos adyacentes, les afectaban mucho algunas epidemias, y las enfermedades propias del trópico, y Lincke especializó su farmacia en vista de esos males, y, esto es lo más significativo, se hizo una clientela muy vasta, tanto de gente de Maracaibo, como de los alrededores, ya que también se especializó en no exigir precios exorbitantes por los productos patentados que importaba, ni por los que elaboraba él mismo, según las recetas de los facultativos del país.12
9 Archivo Histórico del Zulia, año 1850, t.12, leg. 23. 10 Archivo Histórico del Zulia, año 1854, t. 14, leg. 22. 1' Archivo Histórico el Zulia, año 1872, t. 5, leg. 6. '2 Los alemanes en el Táchira, 1993, p. 170.
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Entre 1857 y 1858, se iniciaron en la firma August Lincke y Co. los jóvenes Juan Bautista Münch y Gysbertus van Dissel; el primero nacido en Cuba de padre alemán, y el segundo de origen holandés. Con la incorporación, también en 1858, del comerciante especializado Heinrich Thies, natural de Bramstedt (Holstein), aumentaron considerablemente las ventas de la casa Lincke: emprendió la exportación de café en gran escala y la importación de manufacturas y mercancías secas de Europa. Esta expansión de la empresa obligó a abrir filiales en San Cristóbal y Cúcuta, principal área cafetalera de la región, para crear centros de acopio y traslado hacia Maracaibo del grano producido en las haciendas fronterizas. A fines de la década de 1860, Van Dissel estaba al frente de la filial cucutefia, y Thies en San Cristóbal 13 . Según Caesar von Hacht, empleado de la firma Münch Van Dissel y Cía., la diversificación de los negocios era notoria. Además de los despachos farmacéuticos y giros de café: ... tenía dos depósitos bien surtidos de artículos de consumo de todo tipo, encargados por firmas de Maracaibo y que se vendían como pan caliente [encajes, sombreros, chales, vinos, cerveza, brandy, lámparas de vidrio, cafeteras, tinteros, papel, cigarros, etc.]. Este servicio reportaba una ganancia del 10 por ciento ... Además de esto la firma manejaba un negocio propio de comisiones en el comercio de ganado traído de los llanos, que luego se revendía, tras su engorde. 14
De esta asociación, iniciada por Lincke, surgirían progresivamente las importantes firmas Münch Van Dissel y Cía. (1871-1875), Van Dissel & Thies (18761880), Van Dissel, Thies & Cía. (1880-1892), Van Dissel & Cía. (1892-1903), Van Dissel, Rodé & Cía. (1903-1952). Esta rápida diversificación en cuanto a productos, mercancías y víveres en general, frecuentes cambios de las razones sociales correspondientes y expansión desde Maracaibo hacia las áreas andinas colombo-venezolanas del sur del Lago de Maracaibo, fue un rasgo compartido por la mayoría de las firmas comerciales establecidas en la segunda mitad del siglo XIX. De entre ellas cabe citar una de las más importantes para este período que tuvo como empresario principal a Emilio Minios, natural de Lübeck. Inicialmente empleado de la firma Schmilinsky & Montovio, al contraer matrimonio con la hija de este último fundó con su suegro la firma Montovio & Minios. Disuelta ésta, se convirtió en Minios Breuer & Cía. y, posteriormente, en Minios Witzke & Cía.15. El seguimiento de las actividades y "modus operandi" de estas importantes cadenas empresariales se hace posible gracias a obras como las memorias de Heinrich Rodé y el estudio de Max Peperkorn, quien tuvo la oportunidad de consultar !3 ídem, pp. 172-173, 175-177. 1 A ídem, pp. 185. 15 Salas Lozada - Casas Rincón, 1985, p. 19.
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los archivos de las sucesivas firmas, agrupadas principalmente en torno a Van Dissel & Cía., tanto en Venezuela como en Alemania. Al respecto poco aportan las fuentes archivísticas localizables en Maracaibo y otras ciudades del occidente venezolano 16 . También para ésta y otras firmas alemanas existen testimonios de los contemporáneos, citados por Peperkorn, que lamentablemente no han circulado en la bibliografía venezolana: el "Diario de Theodor Schón", primer cónsul de Hamburgo en Maracaibo, que abarca los años de 1844 a 1870; y las cartas personales de Amanda von Hacht de Thies, quien llega a Maracaibo en 1874 y se establece en San Cristóbal con su esposo, socio de la casa Van Dissel & Thies 17. Aunque no se detiene en las actividades comerciales, son de gran valor para conocer la presencia alemana en Maracaibo las cartas de Elizabeth Gross, esposa del gerente general de la casa Blohm, publicadas en alemán en 1921, y traducidas recientemente al castellano 18 . Son estas mismas fuentes las que, unidas a algunas escasas estadísticas locales, sugieren una periodización tentativa del desarrollo de la presencia y actividades alemanas en la región marabina durante la segunda mitad del siglo XIX. Las dificultades iniciales originadas por la adaptación al relieve y clima tropical, enfermedades endémicas, idioma, costumbres, alimentación, comunicaciones, transporte; la inserción en un mercado competitivo dominado por ingleses, franceses e italianos; el reclutamiento y preparación del personal administrativo, dependientes y viajeros; los riesgos operativos originados por la inestabilidad política y las fluctuaciones económicas; más otras circunstancias desalentadoras, incidieron en la percepción de las décadas de 1840 a 1870 como una "época pionera'" 9 . Dos hechos, uno de carácter político-administrativo y otro resultado de una catástrofe natural, marcaron de manera especial los últimos años de esta primera etapa. El eje de la nueva política económica de Guzmán Blanco, inaugurada a partir de 1870, lo constituía lograr el control efectivo de las aduanas del país, principal fuente de los recursos que tanto necesitaba para obras públicas y pagos de las deudas externas e internas. La Aduana de Maracaibo, como quedó señalado, ocupaba el segundo lugar en cuanto a capitales importados y exportados, muy por encima del registrado en las estadísticas oficiales, pues en éstas no figuraba el 16 Fuente básica para este seguimiento lo constituirían los documentos de la Aduana de Maracaibo, lamentablemente desaparecidos. Algunos datos correspondientes a pocos años del período se han conservado en el Archivo Histórico del Zulia en expedientes indirectamente relacionados con la materia. 17 Los alemanes en el Táchira, 1993, pp. 168 y 186. 18 Gross, 1989. Los alemanes en el Táchira, 1993, p. 187.
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comercio de tránsito con Colombia. Esta importantísima figuración en el movimiento comercial del país no se correspondía con el que señalaban las estadísticas sobre el dinero que Maracaibo ingresaba en el Tesoro Público. Para el año económico 1873-1874 la aduana marabina aparecía en tercer lugar20. ... nada de aventurado o ligero tendría la afirmación de que el programa político y económico de Guzmán Blanco había fracasado en este Estado [Zulia] o al menos había enfrentado serios tropiezos para su instrumentación como en ninguna otra región del país. En realidad, quizás ningún otro Estado presentaba para la época un proceso histórico tan marcadamente opuesto a la centralización administrativa y en nada dispuesto a ceder los beneficios de un funcionamiento relativamente autónomo. 2 '
El 24 de agosto de 1874 Guzmán Blanco decretó el traslado de la Aduana de Maracaibo a la Isla de San Carlos, ubicada a la entrada de la Barra del Lago, habilitándose a tal fin su Fortaleza; y el 16 de marzo de 1875 convirtió al puerto de Maracaibo conjuntamente con el de La Vela en 'puertos de cabotaje'; y ordenó el traslado de las operaciones que se realizaban en San Carlos a la Aduana de depósito que había sido creada en el Castillo Libertador, a la entrada de la bahía de Puerto Cabello. Estas drásticas medidas ocasionaron ... graves trastornos y perjudiciales efectos a Maracaibo y su comercio: destruyó en forma significativa la actividad económica básica de la ciudad, entorpeció las operaciones de los comerciantes principales y arruinó a los pequeños, entrabó la actividad administrativa, monopolizó la navegación, originó desempleo, aumentó el costo de los alimentos, devaluó los frutos de exportación, cortó las relaciones comerciales entre Maracaibo, Los Andes y Curazao... 22
Las casas alemanas acusaron el golpe hasta el punto de llegar a firmar cinco de las más importantes -Minlos Breuer, Schön Willson, Rieder Bornhorst, Schmilinsky y Blohm- junto al curazoleflo Benjamín Henríquez y el italiano Spannocchia, un duro opúsculo 23 en respuesta a varias comunicaciones de comerciantes de Puerto Cabello y Caracas, publicadas como anexos a las Memorias del Ministerio de Hacienda de 1875. En estas, representantes de firmas también alemanas como Jesús Römer, J. Röhl, A. Behrens y aun de socios como Blohm Valentiner -y otras extranjeras y nacionales: Santana Hermanos, H. L. Boulton, Marturet Hermanos, etc.- habían elogiado el traslado de la Aduana de Maracaibo a Puerto Cabello por los mejores precios que se obtenían en los mercados extranjeros, la eliminación de la compe20 Carrillo Batalla, 1985. Tomo XXVI, p. 168 y ss. 21 Urdaneta Quintero, 1992, p. 83. 22 ídem, p. 85. 23 "Al público", en: El Zulia pide ante el Congreso los puertos de occidente, pp. 5-9.
de Venezuela de 1878 la apertura
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tencia de los contrabandistas, el aumento de los ingresos al erario nacional, la destrucción del monopolio que las firmas extranjeras de Maracaibo ejercían sobre los productores andinos, etc. La argumentación a favor de las medidas guzmancistas y los términos empleados por los negociantes de Puerto Cabello y Caracas para referirse a los colegas marabinos causó entre estos enorme malestar, hasta el punto de ser ésta una de las pocas veces en que el comercio extranjero maracaibero se inmiscuyó en la política del país, pronunciándose públicamente en relación a una disposición oficial. La reflexión final del opúsculo de los miembros del "alto comercio" de Maracaibo resume su tono combativo y confianza en el futuro: El día llegará en que cesen los motivos que aconsejaron aquella medida; y entonces verán los Señores Marturet Hermanos & Cía. que no somos árboles caídos, y que fue vana ilusión su deseo el pensar que podían hacer lefla de nosotros. Este comercio tiene vida propia, y la situación de Maracaibo, la más ventajosa en toda la república, a orillas del mar y a la salida natural y única de la hoya más grande y rica del país, después de la del Orinoco, le aseguran un porvenir muy floreciente próspero. 24
En medio de estas difíciles circunstancias -que aumentaban los costos de la comercialización de los productos andinos y de las importaciones de mercancías y víveres- el 18 de mayo de 1875 se produjo en Cúcuta, corazón mercantil de las ricas áreas cafetaleras del sur del Lago de Maracaibo, un fuerte terremoto que arrasó la ciudad y extendió sus perjudiciales efectos a San Cristóbal. La reacción de las firmas alemanas, cuyas casas y almacenes habían quedado en el suelo, fue inmediata. La noticia del catastrófico sismo fue comunicada telegráficamente a Hamburgo "a donde sin embargo llegó apenas el 2 de julio, debido a que los mensajes tenían que viajar 16 días por vía fluvial hasta Maracaibo y luego en velero o vapor hasta Nueva York, desde donde finalmente podían ser transmitidos por cable" 25 . Gracias a este relativo rápido contacto, fumas como la Münch Van Dissel y Cía. lograron una pronta recuperación, según relata Heinrich Rodé en sus memorias: El señor Lincke, quien todavía era socio de la mencionada firma y efectuaba sus compras en Hamburgo, reaccionó con energía. Tan pronto recibió las noticias del terremoto, solicitó nuevamente todas las mercancías que habían sido pedidas en los últimos 12 meses. Con ello la firma recibió muy pronto un gran surtido de drogas, medicinas, ferretería, etc., artículos estos que estaban muy escasos en Cúcuta y San Cristóbal y por los cuales había
24 ídem, p. 8. 25 Los alemanes en el Táchira, 1993, p. 190.
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gran demanda a precios elevados. Pudo así la firma recuperarse con relativa celeridad del golpe sufrido. 26
Reabierta la Aduana de Maracaibo, a fines de marzo de 1878, al movimiento mercantil con el exterior y con el resto del país por el sucesor de Guzmán Blanco, Francisco Linares Alcántara, el comercio se constituyó, por vez primera, en Gremio Mercantil " a fin de asegurar al trabajo los medios de funcionar libremente y obtener los resultados más completos" 27 . No contentos con este significativo paso, el gremio creó, el 13 de mayo de 1878, la Cámara de Comercio de Maracaibo, la primera que se establecía en el país, con la finalidad de "aumentar la prosperidad mercantil del Estado o de remover las causas que entraban su desarrollo y progreso ..., establecimiento de Bolsas, fundación de Bancos locales o nacionales, Institutos agrícolas o industriales ..., aumentar las transacciones y cambios a fin de que Maracaibo vuelva a ser el emporio comercial de los ricos Estados circunvecinos..." 28 . De la madurez y visión futurista de los promotores de esta vital iniciativa habla, por sí solo, el siguiente objetivo del "Proyecto de bases" de la naciente institución: Excitar y persuadir al comercio de los otros centros mercantiles de la república, y en especial de los Estados de la Cordillera, a fundar en cada centro principal una Cámara de Comercio con objeto y atribuciones análogos, a fin de que tales Cámaras correspondiéndose entre sí, puedan llegar a ser como en países mejor organizados que el nuestro, una Institución Nacional, capaz de acción continua, simultánea y enérgica que influya saludablemente en las deliberaciones del poder y en los usos y costumbres del comercio. 29
La década de 1880, lapso que puede identificarse como una segunda etapa en el seguimiento que se hace al comercio alemán, luce como un período de recuperación y crecimiento de las transacciones comerciales alemanas, producto, en buena medida, de la estabilidad política de la región con la presencia nuevamente en el poder central de un Antonio Guzmán Blanco menos conflictivo. Así lo muestra el siguiente cuadro elaborado a partir de las estadísticas oficiales zulianas que resume los valores exportados por el puerto de Maracaibo, en el cual se aprecia la importancia que en ellos tiene el café, producto básico de las operaciones alemanas (ver cuadro). Los valores exportados se duplicaron sensiblemente en los tres años que registra la estadística. En cuanto al café, producto que encabezó y casi totaliza el mo26 ídem, pp. 95-96. 27 Comunicación enviada al Ministro de Interior del Estado Zulia. Maracaibo, I o de abril de 1878. Archivo Histórico del Zuliu, afio 1878, tomo 4, legajo 28. Citado por Urdaneta Quintero, 1992, p. 138. 28 Urdaneta Quintero, 1992, p. 139. 29 ídem, p. 140.
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VALORES EXPORTADOS POR E L PUERTO DE MARACAIBO AÍÍOS ECONOMICOS 1 8 8 5 - 1 8 8 8 35000000 3000000025000000 •• 20000000-15000000 1 0 0 0 0 0 0 0 •• * 5 0 0 0 0 Q 0 •0 1885-1886 1886-1887 1887-1888 Fuente: Anuario Estadístico de la Sección Zulia . 1 8 8 9
vimiento mercantil, fue tal su importancia en términos comparativos dentro del país que en el año económico 1888 al puerto de Nueva York, principal destino de las exportaciones venezolanas, llegaron 291.282 kgs. de café procedentes de Maracaibo, contra 155.721 de Puerto Cabello y 65.370 de La Guaira30. Para 1881, el registro de Patentes de Industria de la ciudad de Maracaibo, habida cuenta de los capitales que movilizaban, ubicaba a las siguientes firmas alemanas como las primeras en importancia en la clasificación y únicas en la catego30 Diario El Fonógrafo,
Maracaibo, 29 de enero de 1989, año X, Núm. 2067.
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ría de "Importadores y exportadores por mayor de mercancías", ordenados así según los derechos a pagar: Schmilinsky & Cía., Minios Breuer & Cía., Blohm & Cía., con 8.000 Bolívares; Schon Willson y Cía., 4.000 Bolívares; y H. O. Bornhorst & Cía., 2.000 Bolívares. Se les aproximaba la firma H. L. Boulton & Cía., como "Importador y exportador por mayor de víveres", con 6.000 Bolívares 31. De fines de la década de 1870 y principios de los ochenta data el Boletín Semanal de Schmilinsky y Cía., firma pionera alemana, establecida en Maracaibo en 1843, que encabezó por cuarenta años el comercio de importación y exportación del Circuito agroexportador marabino, al mismo nivel que Minios Breuer & Cía. y Blohm & Cía. Esta publicación periódica, y el Boletín Comercial de la firma de Picón y D'Empaire, editado en las mismas fechas, están considerados como los iniciadores en Venezuela de la publicación de revistas exclusivamente mercantiles32. La firma Schmilinsky y Cía. desaparece durante la década de 1880, sin que hasta los momentos se conozcan las causas. Con relación al titular de la firma H. O. Bornhorst & Cía., citado anteriormente en el registro de Patentes de Industria de 1881, resulta de interés la información localizada sobre sus vínculos con la masonería, como lo testimonia el Diploma que le fuera otorgado por la Logia "Fe N° 7" de la República Dominicana, el 6 de julio de 1885, como "Garante de Amistad" ante la Logia Regeneradores N° 6 de Maracaibo 33 . De acuerdo con este texto Heinrich Otto Bornhorst detentaba el Grado 18 de la masonería. Es un lugar común hablar de las estrechas relaciones de ésta con los principales comerciantes y políticos del siglo XIX en Venezuela; sin embargo, debido al hermetismo de aquella sociedad, no resulta fácil documentarlo. Según nota de prensa, de principios de 1888, Bornhorst gozó de gran estima en la comunidad maracaibera. De ella se extrae a continuación el siguiente testimonio de amistad con motivo de su regreso definitivo a Alemania que habla, además, de su participación filantrópica, más allá de sus intereses comerciales: ADIÓS. La Dirección de El Fonógrafo desea feliz viaje a los señores H. Bornhorst y Otto Faber que parten mañana para Europa. El señor Faber volverá a nuestro lado; pero el respetable amigo señor Bornhorst se quedará definitivamente al lado de su familia, y por ello tiene que sernos mucho más sensible su separación, después de haber residido unos treinta años en Maracaibo, prestándole importantes servicios como miembro fundador de la Sociedad de Beneficencia y como particular en cuanto se relacionaba con el progreso de este pueblo. 34
31 Archivo histórico
del Zulia, año 1881, tomo 3, legajo 26.
32 Pineda, 1994, pp. 91-92 y 98. 33 Documento localizado por Kurt Nagel von Jess en el Archivo familiar de Dirk Bornhorst, Arquitecto de la Universidad Central de Venezuela, Caracas. 34 Diario El Fonógrafo,
Maracaibo, marzo de 1888.
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A fines de la década, en 1889, encabezaban la clasificación de industriales Minios Breuer & Cía. y Blohm & Cía., con 6.800 y 6.000 Bolívares respectivamente; seguidos por H. L. Boulton Jr. & Cía. y Otto Faber con 2.000 Bolívares, y Van Dissel Thies & Cía. con 1.80035. El alza en los precios del café a nivel mundial, cuya cifra más alta se dio a mediados de la década de 189036, señala para el siglo XIX un tercer período de la presencia del comercio alemán en Maracaibo: coinciden el momento de mayor prosperidad de las casas alemanas y la consolidación del Circuito agroexportador marabino. Según testimonio de Heinrich Rodé: A principios de 1890 en Hamburgo, el mismo [precio del café] se ubicó en 76 centavos. A finales del mismo año subió a 91. Al iniciarse 1891 estaba en 76 y en 58 al cerrar ese año. A mediados de 1892 era de 62; y en 1893 osciló entre 30 y 85, y en 1894 entre 66 y 84. Con ello se elevó la capacidad adquisitiva de las compañías, y, en general, los negocios pudieron proseguir un buen curso37.
Las estadísticas locales reflejan el impacto de los precios del café. Para el año económico 1894 (enero-diciembre) el valor total de las exportaciones alcanzó los 39.533.490 Bolívares, de los cuales el café representó un monto de Bs. 37.996.228 (el 96%) 38 . Seis años antes las mismas cifras daban 30.381.636 y 27.173.324 Bolívares, respectivamente, un promedio de diez millones por debajo de las anteriores cifras. La superioridad del comercio alemán llegó a preocupar a los representantes de otros países que competían por el dominio de la plaza maracaibera. Eugene H. Plumacher, cónsul de los Estados Unidos de Norteamérica, afirmó, en 1893, que "el mercado de Hamburgo se ha devorado [todo el negocio cafetero de Maracaibo]". Un año después escribía en tono lastimero: "todo nuestro negocio está en manos de los alemanes"; llegaba al extremo de aconsejar a Washington "simplemente destituir a nuestros cónsules" 39 . Maracaibo luce como el principal emporio mercantil de la región. Con cerca de 40.000 habitantes, contaba con 51 establecimientos de comercio por mayor y 388 de comercio al detal, distribuidos como se especifica en los siguientes cuadros 40 :
35 Archivo Histórico del Zulia, año 1889, tomo 2, legajo 6. 36 Cfr. gráfico "Los precios del café venezolano 1868-1920", en: Walter, 1991, p. 34. 37 Los alemanes en el Táchira, 1993, p. 92. 38 Arocha, 1895. 39 Archivos del Estado de Tennessee, División de Manuscritos, "Plumacher Papers, Correspondence 1886-1898". Citado por: Herwig, 1991, p. 34. 40 Ibid.
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COMERCIOS POR MAYOR EN MARACAIBO AÑO 1894 Importadores de mercancías, víveres, etc. y exportadores de frutos Importadores de mercancías y exportadores de frutos Importadores de víveres y exportadores de frutos Importadores de mercancías secas Importadores de ferretería y quincalla Importadores de víveres con ventas por mayor y al detal Importadores de drogas y medicinas Comisionistas importadores y exportadores TOTAL COMERCIO AL DETAL EN MARACAIBO AÑO 1894 Librerías Canastillas Boticas Sombrererías Venta de calzado Bodegas Ventorrillos de mercancías en el mercado Ventorrillos de víveres en el mercado Venta de mercancías en mesas en el mercado Relojerías y joyerías Pulperías Comisionistas Pesas de carne TOTAL
1 3 3 5 8 8 4 19 51 2 17 18 6 10 6 17 38 20 2 195 9 48 388
Lo predominante del carácter mercantil de Maracaibo y su entorno distrital se ve reflejado, por contraste, en las estadísticas que se citan del año 1894 sobre "Industrias fabril y mecánica" y las relativas al "Comercio Exterior e Interior de importación"; una ciudad que produce lo mínimo, fundamentalmente en cuanto a bienes cuya materia prima abunda en la región: tenerías, fábricas de esteras, cigarrillos, velas de sebo, velas de cera, aserraderos, etc., e importa casi todo cuanto necesita para vivir: alimentos, herramientas, enseres hogareños, etc. La ausencia de vías terrestres que acercaran las áreas productivas del Sur del Lago de Maracaibo a los puertos fluviales del Zulia-Catatumbo era una de las mayores dificultades que frenaba la definitiva consolidación del Circuito agroexportador marabino. La inversión del capital alemán contribuyó en la década de 1890 a la construcción del Gran Ferrocarril del Táchira, siendo principales accionistas Blohm y Cía., Van Dissel y Cía. y Roberto Minios, quien fuera Presidente de su Junta Directiva. Igualmente las firmas alemanas Breuer Moller y Cía. y Van
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Dissel y Cía. participaron como importantes accionistas de la "Empresa de Navegación en el Lago de Maracaibo y el Río Catatumbo" 41 . Esta etapa de bonanza y definición de Maracaibo como emporio mercantil se reflejó en el restablecimiento de una institución que ya había sido vista como necesaria y creada en 1878: la Cámara de Comercio de Maracaibo 42 , y cuyas actividades cesaron en los afios siguientes por motivos aún desconocidos; quizás, porque aún no respondía completamente al desarrollo económico de la ciudad. Entre los meses de mayo y junio de 1894 se realizó la Asamblea Promotora, se designaron los Directorios de la Asamblea Preparatoria y de Redacción de Estatutos, se firmó el Acta Preparatoria y tuvo efecto la Asamblea General de Instalación de esta segunda etapa de la Cámara de Comercio de Maracaibo 43 . Surgió simultáneamente con la creación de las Cámaras de Comercio de Caracas, Puerto Cabello y Valencia, por la reunión de voluntades de un reducido número de comerciantes de cada una de las respectivas poblaciones, entre los que predominaban los pertenecientes a la colonia alemana ... La iniciativa partió del comercio alemán en Venezuela y a sus representantes se debe el sistema de organización de nuestras Cámaras44.
Los siguientes cuadros identifican a las firmas y comerciantes alemanes que participaron en su creación en Maracaibo 45 . FIRMAS ALEMANAS FUNDADORAS DE LA CÁMARA DE COMERCIO DE MARACAIBO
Andresen-Moller & Ca. Beckman & Andresen Blohm & Ca. Christem & Ca.
Van Dissel & Ca. Minios Breuer & Ca. H. Sideregts
MIEMBROS ALEMANES FUNDADORES DE LA CÁMARA DE COMERCIO DE MARACAIBO
J. Andresen W. Baumann Ed. Beckmann F. W. Birtner Marguard B8decker
H. Pfingsthorn J. J. A. Pietersz F. Schmel F. W. Schloeter Alfred Stumpf
41 Cfr. Walter, 1991, pp. 103-104. 42
Cfr. Urdaneta Quintero, 1992, pp. 139-140.
43 Salas Lozada, 1985, pp. 19-21. 44 ídem, p. 19. 45 Boletín de la Cámara de Comercio de Maracaibo, año 1, Número 1, 1894.
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Germán Cardozo Galué C. Vogeler W. Volger C. Witzke H. Wolfram H. Sideregts
Contemporánea a la constitución de la Cámara de Comercio de Maracaibo lo fue la fundación e instalación del Club del Comercio, el 30 de julio de 1891. Sus orígenes se remontaban a la existencia, aftos atrás, de un botiquín de tipo especial, que mediante una pasarela o pequeño puente unía la tierra con una rotonda de piso de madera, situada sobre las mismas aguas del Lago. Este botiquín montado sobre el Lago era propiedad de Don Ángel María Araujo; tenía por título 'La Nevería' y se hallaba no lejos de la casa Blohm y Ca. 46 .
En esta tropical enramada, ...se reunían en diaria peña cervecera un grupo de comerciantes, compuesto por elementos criollos y elementos de las colonias alemana e italiana, estos en escaso número, los que, durante las últimas horas de la tarde entretenían la espera de la comida evocando recuerdos de la patria lejana, unos, y todos cambiando impresiones sobre las alternativas de la política y el comercio continental y ultramarino.
A esta reunión de comerciantes, que de un modo insensible se había ido haciendo obligatoria para muchos de ellos, se dio por llamarla el "Club del Comercio" y bajo esta denominación era conocida desde mediados del aflo 189047. Poco a poco, el local resultó pequeño para la habitual asistencia, conformada mayormente por los jefes o directores de las principales casas comerciales. El grupo demandó también cierta privacidad para evitar la presencia de elementos forasteros de dudosa "probidad y dotes de trabajo" 48 . Según la crónica de la época, Eduardo von Jess, comerciante alemán, lanzó la idea de fundar un Club del Comercio, con local propio y regido por Estatutos: "El Sr. von Jess se había destacado, a pesar de su corta permanencia en la sociedad de Maracaibo, como hombre que a su energía e inflexibilidad de carácter unía unas magníficas dotes de organizador" 49 .
46
López de Sagredo, 1943, p. 28.
47 idem, pp. 28-29. 48 ídem, p. 29. 4 9 Ibid. Sobre E. von Jess, ascendencia y descendencia, su nieto Kurt Nagel von Jess prepara un minucioso estudio documentado con diarios, correspondencia y testimonios orales.
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En el cuadro de los cincuenta miembros fundadores, figuran los siguientes socios alemánes 50 : ALEMANES FUNDADORES DEL CLUB DEL COMERCIO DE MARACAIBO AÑO 1891 J. Andresen A. H. Lauffer F. W. Birtner Karl Meyer Eduardo Beckmann J. J. A. Pietersz W. Baumann F. V. Schloeter W. Christern C. Vogeler R. Gross W. Volger P. Heimerdinger C. Witzke E. Herrembrück G. Wolfram Eduardo von Jess Los mismos hombres de negocio alemanes aparecerían tres años después como principales miembros fundadores de la Cámara de Comercio de Maracaibo. Ambas instituciones perviven muy activas hasta la fecha de hoy. La primera Junta Directiva, provisional, quedó constituida así: Presidente, Eduardo von Jess. VicePresidente, E. Beckmann. Secretario, M. M. Osorio. Tesorero, M. N. Rincón. Vocales: A. Cook, Alberto Estrada, José Jugo y C. F. Witzke 51 . Más allá del interés en los negocios mercantiles, fue una constante la presencia alemana en variadas actividades públicas de Maracaibo: R. Gross, Inspector de la Sociedad de Beneficencia (1895); E. Beckmann, Presidente de la Junta Central Directiva para la celebración del Festival Carnavalesco (1895); E. Meyer, Primer Vice Presidente de la Sociedad Sucre (1895); J. M. Matheus, Suplente de la Junta de Fomento en el Distrito Urdaneta (1898); C. F. Witzke, Primer promotor de la "Compañía Anónima Muelles de Maracaibo" (1894), Tesorero de la Junta Directiva de la "Cervecería de Maracaibo (1895) y Miembro de la Junta de Fomento de la Nueva Cárcel (1898) 52 . Efectos de la consolidación del circuito agroexportador en la vida sociocultural de la Maracaibo finisecular Desde la década de 1880 hasta fines de siglo, lapso durante el cual, como se ha visto, las estadísticas económicas reflejan un sensible mejoramiento y consolida50 ídem, p. 30. 51 ídem, p. 31.
52 Archivo Histórico del Zulia, passim. Información localizada por la Mg. Maxula Atencio R., en la investigación que realiza, bajo mi tutoría, para su tesis Doctoral sobre "Estructura de poder y organización de la vida urbana en Maracaibo (1870-1900)".
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ción de las operaciones mercantiles en el Circuito agroexportador marabino, se produjo una modernización acelerada en la ciudad-puerto de Maracaibo y en algunos sectores claves de su hinterland. A ello contribuyeron, simultáneamente, circunstancias de índole política que vivió y padeció la ciudad capital y el Estado Zulia; contrariamente a las pretensiones del gobierno central, éstas sirvieron de acicate para organizar a la sociedad civil en torno a programas y proyectos progresistas". La población alemana radicada en la región compartió con los maracaiberos esta singular etapa de su historia. El retorno de Guzmán Blanco al poder, en febrero de 1879, como jefe de la Revolución reivindicadora inauguró para Maracaibo un nuevo período de calamidades. Así lo presentía la población que fijó en las esquinas e hizo circular pasquines que denigraban del mandatario. En su manía de copiar el orden constitucional y la organización de los países nórdicos, sin tomar en cuenta la realidad sociocultural del país, Guzmán Blanco hizo aprobar por el Congreso, el 27 de abril de 1881, una nueva Constitución que reducía a Venezuela de veinte a nueve Estados. Zulia permanecía aún como Estado autónomo. Un mes después, el 19 de mayo, en flagrante contradicción con la recién aprobada Constitución, el Congreso promulgó una Ley que instaba a los Estados Falcón y Zulia a fusionarse entre sí o con otros Estados. Al día siguiente, Guzmán Blanco dictó un decreto mediante el cual le nombraba Presidente al "Grande Estado" resultante de la fusión de Falcón y Zulia, donde todavía no habían tenido tiempo de enterarse de la disposición emanada del Congreso. "Un plan maquiavélico que encerraba como verdadero fin eclipsar al Zulia, hacer desaparecer hasta su nombre, tal como se hizo, 'convertirlo en una playa de pescadores', como se pretendió hacerlo para domar su rebeldía", afirmaría décadas después el historiador Juan Besson 54 . Los zulianos se resistieron a acatar la fusión. Guzmán Blanco les envió, en agosto, al Presidente de la Cámara del Senado, el general coriano Nicolás Mariano Gil, con poderes de la Legislatura del Estado Falcón para tratar la formación del Gran Estado. Las autoridades y representantes políticos maracaiberos accedieron luego de tres días de reuniones, de cuyo desarrollo sólo se pueden hacer conjeturas, pero sobre las que sin género de dudas revoloteó la amenaza de una nueva supresión de la Aduana. El Zulia desapareció como entidad federal autónoma; Maracaibo perdió su capitalidad. El 18 de noviembre se promulgó la "Constitución del Grande Estado Falcón-Zulia" que dio figura jurídica al pacto de unión entre ambos Estados.
53 Cfr. Cardozo Galué, 1994, pp. 34 y ss. 54 Besson, 1973, tomo II, p. 540.
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Posteriormente, en abril de 1883, la nueva entidad federal pasó a denominarse simplemente Estado Falcón, y su capital se radicó en Capatárida. El Zulia, convertido en Sección, desapareció del mapa y de la división político-territorial del país como Estado autónomo en la Federación venezolana. A pesar de la humillante situación en que la había colocado la vocación de domador de Guzmán Blanco, Maracaibo no se doblegó. La década transcurrió en medio de una intensa actividad económica, material e intelectual como si se tratara de echar en rostro al Caudillo y diafanizar por el país que la luz no se había apagado sobre las tierras del Catatumbo. El historiador maracaibero Juan Besson resumiría así medio siglo después el clima mental que acompañó esta singular experiencia para una región con trayectoria autonómica en la larga duración: Estaban satisfechos los propósitos de Guzmán Blanco. Pero solamente los propósitos políticos materiales. Los morales no. El Zulia seguía firme en su vida cívica, sin humillarse, y cobraba nuevos bríos para bastarse a sí solo y seguir siempre adelante, aunque relegado a la categoría de Sección. Y así se vio un resurgimiento de energías en todo el territorio zuliano, porque los pueblos aquilatan en la desgracia sus virtudes, y sus fuerzas ocultas saltan a compensar lo que el tirano les arrebata. Desde entonces el Zulia se encerró en su torre de marfil, y probó que nada pueden los déspotas cuando los pueblos son dignos y valientes 55 .
El sector financiero creó, en 1880, la Compañía de Seguros Marítimos, y en 1882 el Banco de Maracaibo, primera banca privada del país. En 1883, con motivo del centenario del nacimiento del Libertador, Guzmán Blanco organizó en Caracas una Exposición para mostrar el potencial económico y cultural del país; Maracaibo asistió, y la "Sección Zulia -en palabras de Francisco González Guinán- fue indudablemente la que ostentó más lujo, arreglo e inteligencia en su exhibición" 56 . Ese mismo año, también en homenaje al Libertador la ciudad inauguró el 24 de junio el Teatro Baralt; de estilo ecléctico morisco, con capacidad para mil personas, y "doce mangueras giratorias de hierro galvanizado" que atraviesan verticalmente el edificio para su mayor ventilación, "primera referencia al condicionamiento ambiental mecánico en toda la historia de la arquitectura venezolana" -según opinión del arquitecto Leszek Zawisza 57 -. Maracaibo estrenó nuevos edificios públicos. El más suntuoso de ellos lo constituyó la sede de la Escuela de Artes y Oficios, construido en 1888 como parte del homenaje a Rafael Urdaneta en el centenario de su nacimiento. En septiembre de 1890 trasladaron a este recinto el poder legislativo. Techaron con tejas las casas del perímetro urbano, construidas o refaccionadas según nuevos cánones arquitectónicos: altas, de largos ventanales de contrastantes y vivos colores; enlo55 ídem, pp. 544-545. 56 González Guinán, 1954, p. 461. 57 Zawisza, 1989, p. 116.
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saron la aceras de sus calles. Los héroes y las efemérides patrias les dieron nuevo nombre: Ayacucho, Páez, Carabobo, Urdaneta, relegando al olvido los coloniales y cristianos nombres de La Asunción, San Francisco, El Calvario, El Milagro, San Juan de Dios, Colegio Seminario. Coincidiendo también con las conmemoraciones del natalicio del héroe Urdaneta, quedó inaugurado el servicio telefónico, y por vez primera en el país, una población venezolana, Maracaibo, se iluminó en 1888 con el alumbrado eléctrico. Estrenó acueducto público en 1894. El perímetro urbano se había extendido hacia el norte con el municipio Santa Lucía, y hacia el oeste surgió el de Cristo de Aranza. Su ampliación demandó mejoras en el sistema de transporte. En 1884, inauguraron la primera línea de tranvías de tracción animal: unía al céntrico sector del mercado con Los Haticos, tradicional área de esparcimiento en la ciudad, donde ahora las familias adineradas empezaron a trasladar su residencia habitual. Otras líneas se construyeron que conducían, también desde el centro, a El Empedrado, El Milagro, Las Delicias; y en 1891, se estrenó la de Bella Vista, de tracción mecánica a vapor. Se inició una febril actividad intelectual que se extenderá por dos décadas más. Aumentó sensiblemente la circulación de publicaciones periódicas. De sesenta y tres títulos de revistas y periódicos publicados durante la década de 1870, su número se elevó a setenta y ocho en la de 1880. La temática variaba desde los de interés general hasta los muy especializados en política, literatura, arte, teatro, medicina, jurisprudencia y comercio: los diarios El Fonógrafo, que circuló de 1879 a 1917, y Los Ecos del Zulia, de 1880 a 1911; la Revista Médico Quirúrgica del Zulia; El Posta del Comercio y El Derecho; el periódico literario El Cocuyo, recogieron la producción de los mejores escritores del momento. El impulso generado durante esta década se proyectó positivamente hacia la siguiente, cuando el número de publicaciones periódicas alcanzó a ciento treinta y tres, treinta de ellas diarios. Hubo épocas, como en los años de 1891 y 1897, cuando circularon seis y cinco diarios respectivamente. Cifras de consideración habida cuenta que para entonces Maracaibo tenía 40.000 habitantes, aproximadamente. La revista de mayor calidad y prestigio en estos años fue El Zulia Ilustrado, que circuló mensualmente de 1888 a 1890. Inspirada, en cuanto a contenido y formato, en la monumental revista colombiana Papel Periódico Ilustrado, que publicara Alberto Urdaneta de 1881 a 1888, fue concebida por su editor Eduardo López Rivas como un amplio muestrario de todo aquello por lo que el zuliano debía sentirse orgulloso y reclamar su autonomía. Los principales autores del momento escribieron en ella sobre las raíces históricas y el presente de la región, sus hombres ilustres, sus costumbres, fauna, flora, industria, comercio, adelantos urbanísticos y científicos, etc. En sus páginas se imprimieron, por vez primera en el país, imágenes fotográficas y fotograbados. Desaparecida esta revista en 1890, la sucedería en Caracas El Cojo Ilustrado, a partir de 1892.
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La producción bibliográfica, libros y folletos, también aumentó notoriamente. De treinta y seis títulos reseñados para la década de 1870, en la siguiente el número se elevó a ciento dos. Los temas de las ciencias sociales y humanas acapararon el interés de los escritores: la historia, la poesía, el teatro, la religión, la política, la jurisprudencia. Los autores incursionaron simultáneamente en los diversos campos del conocimiento. El médico y el jurista fueron también poetas e historiadores o escribieron sobre temas religiosos como el eclesiástico mejor formado. Fue la herencia de una concepción integral del hombre que les había transmitido el Colegio Nacional de Maracaibo, luego Colegio Federal, y finalmente Universidad del Zulia instalada en 1891, a través de un plan de estudios donde los cursos de Patología General o Derecho Civil y Mercantil eran precedidos o acompañados por un intenso aprendizaje de la Filosofía y de la Gramática Latina. Aparentaba ser la Maracaibo de las décadas de 1880 y 1890 una ciudad poblada de seres tocados por la permanente inspiración, el verbo encendido y la pluma ágil. Desde Caracas, el crítico literario Pedro Arismendi Brito escribía en 1894: Hay hechos en el mundo real que a las veces me hacen creer en las fábulas más absurdas de la Mitología. Por ejemplo, y o casi admito aquella invulnerabilidad que daban las aguas de la Estigia, desde que veo que algo raro y de mayor entidad producen las del Lago Coquibacoa [Maracaibo]. Pocos hay que se bañen en él, desde la infancia, y a los veinte años no sean excelentes poetas 58 .
Fueron representativos de este movimiento intelectual: Rafael López Baralt, Jesús María Portillo, Francisco Ochoa, Manuel Dagnino, Francisco Eugenio Bustamante, José Domingo Medrano, Francisco José Delgado, José Antonio Gando Bustamante, Candelario Oquendo, Ildefonso Vázquez, José Tomás Urdaneta, José María Rivas y José del Carmen Ramírez 59 . En este quehacer, donde se entremezclan las realizaciones urbanas y el trabajo del intelecto, transcurre la década en que se perpetúa Guzmán Blanco en el poder. A través de la prensa polemizan sin éxito los maracaiberos para lograr la devolución de la autonomía zuliana. Alejado Guzmán Blanco de Venezuela, su sucesor Rojas Paúl intenta, a fines de 1889, reformar la Constitución Nacional con el propósito de perpetuarse en el poder. Entre otras propuestas, se haría Ley lo que hasta ese momento sólo se había
58 Pedro Arismendi Brito: "La Poesía Lírica en Venezuela", en: Primer libro venezolano de literatura, ciencias y bellas artes. Fue el mismo Pedro Arismendi Brito quien llegó a afirmar: "La sola ciudad de Maracaibo ha producido más escritores que todo el resto del país". Cfr. Germán Cardozo Galué: "La Elite Intelectual maracaibera a fines del Siglo XIX", en: Tierra Firme, Caracas, núm. 46, año 12, Vol. XII, 1994, pp. 133-134.
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sostenido por el decreto guzmancista: la unión de las secciones Falcón y Zulia en un solo Estado. La noticia cae sobre Maracaibo como un rayo. De inmediato la élite organiza un movimiento de protesta a través de editoriales y artículos en la prensa, mítines en las principales plazas, pronunciamientos y recolección de firmas por parte de los diferentes sectores profesionales y laborales. La estrategia para enfrentar la amenaza que se cierne sobre el Zulia conduce a la publicación del periódico La Autonomía para luchar -según palabras de sus editores- por "la devolución de nuestros fueros autonómicos, por la libre administración de nuestros intereses y por la reintegración de nuestros derechos ciudadanos" 60 . Pero la cúpula organizativa del movimiento recae en la "Junta Central reivindicadora de la Autonomía del Zulia", creada el 31 de diciembre de 1889 en el salón bar "El Elefante Blanco" con representación de todos los gremios de la ciudad: abogados, médicos, comerciantes, marinos, tipógrafos, estudiantes, carpinteros, ganaderos, pulperos, corredores, queseros, albafíiles, etc. La Junta se declara en sesión permanente. El 10 de febrero de 1890 sus integrantes firman un documento de declaración de principios y lo dirigen al Congreso de los Estados Unidos de Venezuela, acompañado de la reproducción de innumerables editoriales y artículos publicados en la prensa local y las manifestaciones de adhesión a la causa autonomista. Titulan el expediente impreso: El Zulia y su Autonomía ante la Nación. Denuncian como medida ilegal, jurídicamente nula y atentatoria contra el sistema federal al pacto que fusionó al Zulia con Falcón y a la reforma mediante la cual se lo propone llevar a un articulado constitucional: Una constitución federativa es un pacto de alianza de especie particular entre Estados Soberanos e independientes, uno como contrato de sociedad en que las altas partes contratantes aportan soberanía para constituir un considerable capital de autoridad y fuerza en beneficio común ... Los Estados no son obra ni resultado de la federación; ellos son porque son: son anteriores a ella. Los Estados no existen por virtud de la federación; por el contrario, es ella la que existe por ellos y en beneficio de ellos.
En consecuencia: "Pueblo que abdica de su entidad política es pueblo que se suicida, y el suicidio, no menos que en el hombre individual, es también condenado en el hombre colectivo por la moral de los pueblos" 6 '. Defienden así la capacidad en que está el Zulia de ser un Estado autónomo de esa Federación: Y en efecto, su posición geográfica, admirablemente favorecida; su territorio que, prescindiendo del Estado Bolívar, es casi igual al del Estado Miranda, y una, dos o tres veces mayor que el de los demás Estados de la República; su comercio interior y marítimo; el 60 Pineda, 1994, p. 130. 61 El Zulia y su autonomía
ante la Nación,
1890, pp. XIV-XVI.
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desarrollo de sus industrias; su prensa, que raya a notable altura; el afán con que sus hijos cultivan las ciencias y las letras, hasta el punto de haber llegado a tener su Colegio de Primera Categoría tantos alumnos como la misma Universidad Central; el interés con que siempre toman parte en toda labor civilizadora; el espíritu público eminente, por el cual existen en el Zulia planteles de enseñanza, institutos filantrópicos, establecimientos de crédito, asociaciones de todo género e instituciones diversas, como no las hay tal vez en ningún otro Estado de la república; el hecho mismo de su notable progreso, debido a sus esfuerzos propios, ya que la munificencia nacional, cuando se extendió hasta él, no lo hizo nunca sino con mano avara; todo esto, en fin, viene a demostrar que el Zulia se basta a sí mismo y que puede por sí solo vivir como Estado independiente en la Unión Venezolana62.
Finaliza el siglo XIX, y los actores sociales del momento retoman un discurso autonomista y de exaltación de los valores locales y regionales que ya se había escuchado en los afios de la lucha emancipadora, a principios de siglo, cuando Maracaibo justificó ante las Cortes de Cádiz su fidelidad a la Nación española y sus derechos a ser elevada su Provincia al "status" de Capitanía General. Ahora, es el balance de los logros alcanzados durante décadas de esfuerzo y superación para figurar en el concierto republicano y ser respetados como entidad federal autónoma, de acuerdo a la especificidad de su centenario proceso histórico. En el imaginario maracaibero el ser autónomo no fue un componente accidental; por eso su élite, aunque incorporada ya a los parámetros de la modernidad, acudió, como algo natural, a las más hondas raíces de su pasado; actuó y se expresó en el marco del más genuino colectivismo tradicional: son los gremios y no las sociedades ni los partidos quienes demandan la autonomía; la ciudad-Estado, configurada como región histórica, es el fundamento de todo sistema Federal, lo precede; el pueblo está por encima y prima sobre toda entidad política. El 14 de abril de 1890, el Congreso declaró nulo el pacto de unión entre Falcón y Zulia; y el 3 de mayo, el Presidente Andueza Palacio firmó el decreto mediante el cual se devolvía la autonomía al Zulia. A modo de epílogo Lejos quedaban los difíciles comienzos de la experiencia alemana en el Circuito agroexportador marabino. Lejos, momentos de antigermanismo como los vividos a principios de 1855 cuando "Unos maracaiberos verdaderos amantes del país" firmaron un pasquín titulado AL PUEBLO, AL GOBIERNO, AL CONGRESO, A LOS CORIANOS Y A LA TURBA ALEMANA 6 3 . Reacción natural de una pequeña comunidad, unida por intereses comerciales, que sorpresivamente se vio amenazada por el arrollador empuje del nuevo grupo que hacía su aparición en el escenario mercantil donde por décadas había campeado sin competidores. A 62 ídem, pp. X-XI. 63 Archivo General de la Nación (Caracas), Sección de Interior y Justicia, aflo 1855, t. DLIV, fol. 3-4. Cfr. Cardozo Galué, 1991, pp. 238-244.
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fines del siglo XIX y principios del XX vuelven los momentos difíciles para los alemanes. La "Revolución Liberal Restauradora", de 1899, llevó a Cipriano Castro a la Presidencia de Venezuela. N o fue un caudillo que simpatizara demasiado con la población maracaibera ni a la inversa: así lo demostró al cerrar en 1903 la Universidad del Zulia; segregar del territorio zuliano, en 1904, al puerto y jurisdicción de Palmarito y traspasarlo al Estado Mérida; y al aprobar el monopolio de las fábricas de cigarrillos, en 1906, que dejó a numerosas familias maracaiberas sin su única fuente de ingresos 64 . Las fuentes locales alemanas relacionaron el ascenso de Castro al poder con la crisis económica generada por la caída del precio del café en 1896 65 . A partir de entonces se inició una nueva era para los negocios alemanes en Venezuela, y en particular en Maracaibo y su hinterland. Sobrevino el Bloqueo a las costas venezolanas, 1902-1903, motivado por la deuda externa, y luego la Primera Guerra Mundial. En ambos, el papel proíagónico de Alemania generó las más disímiles opiniones y balances. Sin embargo, en sectores representativos maracaiberos, contemporáneos de la prolongada presencia germana en Maracaibo y su región histórica, se produjeron testimonios que intentaron ofrecer con cierta objetividad un juicio valorativo de su significado e importancia, principalmente en las dos décadas finales del siglo XIX. El primero corresponde a José María Rivas (1843-1920), militar, político, periodista y editor entre otros destacados rotativos de El Posta del Comercio, quien hacia 1912 escribiera unas minuciosas notas que tituló "Datos históricos, estadísticos y geográficos relativos a la importancia comercial de la plaza de Maracaibo", publicadas, en 1982, bajo el título de El Comercio de Maracaibo. Al tratar sobre los "Rasgos relativos al comercio de Maracaibo", afirma: Injusta sería la sociedad maracaibera si no reconociera que los comerciantes extranjeros, y muy especialmente los alemanes, tienen una parte importante en el gran incremento que ha logrado adquirir esta región venezolana como centro de negocios. En un tiempo reputábase a los alemanes como exageradamente egoístas; tanto así que era general la creencia de que los dependientes que hacían venir de Alemania contaban entre las cláusulas de sus respectivos contratos la prohibición absoluta de elegir esposa en este país ... [y] la condición de no adquirir, bajo ningún pretexto, fincas raíces en nuestro suelo...
6 4
Besson, 1973, tomo II, capítulos X y XI. Los alemanes en el Táchira, 1993, p. 208.
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Mas el tiempo ha venido extinguiendo esas preocupaciones, y hoy contamos en el seno de nuestra sociedad muchos hogares fundados por la unión de voluntades de muy estimables caballeros nacidos bajo el pabellón del imperio alemán ... En cuanto a fincas raices, son valorosas las que posee la colonia alemana, no sólo para establecimientos mercantiles sino para moradas de sus familias. Esa liga de afectos y de intereses contribuye en mucho a la satisfacción con que contemplamos el lucido grupo de jóvenes maracaiberos que se instruyen en las faenas del comercio teniendo como bancas de tan provechosa escuela los asientos de sus escritorios en las casas mercantiles alemanas donde ocupan puestos como dependientes 66 . Octavio Hernández ( 1 8 5 6 - 1 9 2 6 ) , destacado maestro, periodista, poeta, y políglota maracaibero, escribió en los primeros m e s e s de 1915, en plena conflagración mundial, varios artículos en el diario Panorama y otros periódicos locales, que recopilados se publicaron bajo el clásico título de Pro Germana Colonia. "Primo visu", el periodista Hernández luce exageradamente parcializado con la causa alemana; leído con atención, e identificado c o m o miembro de una colectividad para la cual la convivencia con el elemento alemán se ha insertado profundamente en su cotidianidad, no asombra su toma de posición. C o m o indicador de lo afirmado está la inserción y comentarios de sus editoriales y artículos en otros diarios de prestigio y larga data, c o m o Gutemberg, El Fonógrafo, El Obrero, El Avisador y el periódico El Siglo, en los dos m e s e s que dura su campaña periodística. Sirvan los siguientes textos, entresacados de la citada publicación de Octavio Hernández, de c o l o f ó n a estas notas: De más está decir, por sabido, que entre nuestro comercio extranjero las grandes casas fuertes, las que manejan intereses más complejos y cuantiosos, las que imprimen sello y dirección al movimiento mercantil de la plaza de Maracaibo, de las que depende un mayor número de empleados y trabajadores del país, son todas alemanas, exceptuando algunas importantes y respetables firmas de nacionalidad italiana y holandesa ... Esa colonia teutona, esas firmas comerciales trajeron a nuestro país sus capitales y sus brazos, su inteligencia y su crédito para laborar por su propia fortuna, y en consecuencia, por la prosperidad de esta región en donde fundaron sus establecimientos. Sin la fundación de esas casas mercantiles en nuestro Puerto, nuestros negociantes secundarios y al por menor, nuestros consumidores en general, hubieran dependido siempre de los banqueros e importadores de Curazao, Puerto Cabello y Caracas; hubieran provisto sus necesidad y existencias de los depósitos antillanos, con todas las remoras y los recargos de gastos inherentes a esa importación indirecta ... No son ellos ciertamente los que ejerzan odiosa presión sobre el comercio criollo, y bien se ve en la prosperidad de varias casas que todos conocemos. El que existía cuando comenzó esa preponderancia que hoy muestran, casi de sólo comisionistas, aprovechó buenas épocas y lucró bastante; fue el comercio alemán el que, reduciendo considerablemente el antiguo tipo de comisión, regularizó, en beneficio de los productores remitentes, aquel negocio pingüe. En cuanto a esos remitentes, por los de la Cordillera, en otros tiem66 Rivas, 1982, pp. 83-84.
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pos sumaron millones las pérdidas del principal comercio alemán entonces asentado aquí; y si a los jefes que vinieron después ya esas pérdidas no les afectaban, suyo era el capital que en lícitas transacciones pasó a mejorar en el grado en que ahora se ven, las haciendas del fruto [el café] que constituye el primer ramo de exportación por nuestro puerto 67 .
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¿De la mina a la plantación? La nueva estructura del tráfico de importación de la carrera en la segunda mitad del siglo XVIII Antonio García-Baquero
González
Como se ha repetido en tantas ocasiones, desde fechas muy tempranas, España y con ella el resto de la vieja Europa vieron a las Indias, casi exclusivamente, como una inagotable mina (en el sentido literal del término) de la que cada año se extraían decenas de toneladas de metales preciosos. Dichos metales (primero oro y, desde mediados del siglo XVI, plata, sobre todo) cobraron tamaño relieve a los ojos casi atónitos de los contemporáneos, por encima de cualquier otro producto venido de aquellas tierras, que, como ya nos apuntara E. J. Hamilton, las gentes hablaban comúnmente, refiriéndose a los navios que hacían la travesía del Atlántico, como de "las flotas que van a las Indias para traer de vuelta el oro y la plata de Su Majestad y de personas particulares'". El protagonismo adquirido por esta reluciente mercancía ("la plus attendue, la plus recherchée", en palabras de B. Bennassar 2 ) fue tal, que hizo olvidar, reduciéndolo prácticamente a la nada, al resto de los productos coloniales que en su compañía arribaban a Sevilla. Y que esta situación no era, ciertamente, el resultado de ninguna alucinación colectiva ni obedecía a una metáfora que la imaginación popular hubiese construido (impresionada por el carácter cuasi literario del metal precioso americano), nos lo demuestra el simple dato de que, en el transcurso del siglo XVI, las 7.600 toneladas de metal precioso desembarcadas en Sevilla (153,5 de oro y 7.439 de plata) representaron entre el 90-95% del valor global de todas las importaciones procedentes del Nuevo Mundo. A juzgar por estos datos resulta, pues, evidente que el "dicho popular" no era sino la constatación de una realidad incuestionable: que la plata y el oro acaparaban el significado completo de las importaciones americanas (es decir, tanto de la práctica totalidad de su valor como de su imagen social). Esta situación de absoluto predominio (avasallamiento casi) del metal precioso sobre el resto de los productos venidos de aquellas tierras parece ser que se mantuvo, con ligeras diferencias, hasta fechas bastante tardías, según se desprende de la información disponible al respecto. En efecto, si nos atenemos a los datos que para la primera mitad del siglo XVII nos proporcionan tanto P. Chaunu como M. Morineau la relación que se establece en ese periodo es del 85% para los metales
' E. J. Hamilton: El tesoro americano y la revolución de los precios en España, 1501-1650. Barcelona, 1975, pág. 46. 2 B. Bennassar: "Facteurs sévillans au XVIe siècle d'après des lettres marchandes", en: Annales, E.S.C., Tomo XII, n° 1, 1957, págs. 60-70; la cita en pág. 63.
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preciosos y del 15% para los productos coloniales, proporción que, en opinión de J. Everaert, se mantenía aún en la segunda mitad de dicha centuria 3 . Mediado todavía el siglo XVIII, estos porcentajes apenas si habían experimentado cambios dignos de consideración, a tenor tanto de las estimaciones realizadas para toda la primera mitad de esa centuria por el propio Morineau como de los datos que para los años 1748-53 nos aportan el abate Rayan o el barón A. de Humboldt. Para Morineau, la relación se mantuvo constante durante esos primeros cincuenta años del siglo con un 83,5% para los metales y un 16,5% para los géneros coloniales; a su vez, en el sexenio-bisagra entre ambas mitades de la centuria, Raynal la establece en un 82% y un 18% respectivamente mientras que Humboldt la sitúa en un 78,5% y un 21,5%, aclarando que sus diferencias con las cifras del abate se debían a que "este célebre autor no ha hecho entrar en cuenta las importaciones y exportaciones de las islas Antillas españolas". Sin embargo, a este respecto, tal vez no estará de más reseñar que en una memoria elaborada a instancias del marqués de la Ensenada y referida a esos mismos años (en la que por cierto se incluyen los datos relativos a las Antillas), la relación resultante es prácticamente la misma que obtiene Raynal, a saber: un 81,8% para los metales y un 18,2% para los géneros coloniales 4 . Finalmente, podríamos completar esta panorámica añadiendo que, por nuestra parte y para el periodo 1747-78, establecimos también en su día una proporcionalidad del orden del 77,6% y del 22,4% respectivamente, que en verdad no entrañaba ninguna mejora sustancial del papel representado por los géneros coloniales en el conjunto de las importaciones, si bien con la salvedad de que cuando realizamos el cálculo no disponíamos de la información referida a los navios que, entre 1765-78, regresaron de las islas de Barlovento y demás zonas incorporadas en esos años al área del Libre comercio 5 . En resumen y pese al carácter meramente estimativo de algunos de los datos barajados, parece, no obstante, incontestable esta estructura metalista apabullante del tráfico colonial de importación y, "razonablemente", también con vocación de longevidad casi irreversible. Sin embargo, ni la estructura ni la vocación superarán 3 P. Chaunu: Seville et l'Atlantique (1504-1650). Paris, 1955-1960. Tomo VI, 1, cuadro 217 A, págs. 462-463; M. Morineau: Incroyables gazettes et fabuleux métaux. ParisLondres, 1985, págs. 68, 102 y 104; J. Everaert: "Le commerce colonial de la nation flamande a Cadix sous Charles II (Ca. 1670-1700)", en: Anuario de Estudios Americanos, vol. XXVIII (1971), págs. 139-151, en especial, pág. 148; del mismo autor: De internationale en koloniale handel der vlaamse firma 's te Cádiz, 1670-1700. Bruges, 1973. 4 Cfdo. C. Fernández Duro: Armada española desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón, 9 vols. Madrid, 1895-1903; Tomo VI, págs. 386-87. Es más, en opinión de Morineau, este documento fue utilizado por Raynal para obtener la proporcionalidad antes reseñada. Cfdo. M. Morineau: Op. cit., pág. 380. 5 A. García-Baquero González: Cádiz y el Atlántico Vol. I, pág. 349.
(1717-1778).
2 a edic. Cádiz, 1988,
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la frontera del último cuarto de la centuria ilustrada y es, precisamente, de ese reajuste de los parámetros de la Carrera de lo que me propongo tratar en las páginas que siguen. Porque, en efecto, estas relaciones proporcionales entre metales preciosos y géneros coloniales, que hemos visto sostenerse por espacio de casi doscientos setenta y cinco arios, aparecen sustancialmente alteradas en los veinticinco años siguientes, de modo que, en ese tramo final del siglo XVIII y a tenor de las cifras aportadas por J. Fisher, casi se ha producido un equilibrio en torno al 50% 6 . El dato resulta sumamente llamativo, tanto por su espectacularidad como por el hecho de producirse en un periodo que, como es bien sabido, coincide con la implantación definitiva del libre comercio, lo que fácilmente podría llevar a la conclusión de que fue, precisamente, la puesta en práctica de esa nueva política la que determinó que se produjese ese auténtico vuelco en la estructura interna del tráfico de importación de la Carrera. Es más, esta primera impresión podría aún verse reforzada si tenemos en cuenta que, desde mediados de la centuria, venía abriéndose paso en el país una nueva corriente de pensamiento, en la que se alineaban algunos notorios impulsores de esa nueva política de liberalización comercial y que, en clara consonancia con lo que apuntan los datos de Fisher, abogaba por la necesidad de una explotación más integral del conjunto de los recursos naturales americanos y no sólo, como hasta entonces había venido ocurriendo, de su riqueza metálica 7 . Partiendo, pues, de esta situación, visualizar, desde mediados de la centuria y sobre las cifras del tráfico, semejante alteración de tendencias tan tercas y verificar si, efectivamente, la política del libre comercio se perfila como su auténtica responsable, como su verdadero motor, constituirá, por tanto, el objetivo primordial e inmediato de nuestra reflexión. 1.- Caudales y productos en las importaciones indianas: una proporción sintomática Establecida, pues, la finalidad del presente trabajo, el primer paso a dar consistirá, precisamente, en la verificación estadística de ese profundo cambio que se produjo en la estructura interna del tráfico de importación de la Carrera y de resultas del cual los géneros coloniales fueron ganando paulatinamente posiciones, en detrimento de los caudales, hasta terminar acaparando, en el decenio 1787-96 (siempre según los datos de Fisher) el 47% del valor global de las importaciones. Ahora bien y antes de pasar a exponer estos datos, tal vez convengan algunas precisiones acerca del soporte documental en que se fundamentan.
6 J. Fisher: "The Imperial Response to 'Free Trade': Spanish Imports from Spanish America, 1778-1796", en: Journal of Latin American Studies, Vol. 17, págs. 35-78. 1 Vid. a este respecto, A. García-Baquero González: "Del deslumbramiento al cálculo: la reverberación de América en la conciencia económica española", en: Melanges offerts ä Jean-Pierre Berthe (en prensa).
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Por de pronto, habría que empezar aclarando que las cifras aquí utilizadas tienen, en realidad, una doble procedencia: mientras que las correspondientes al periodo 1747-78 y a los aftos 1779-89 son, por así decirlo, de primera mano, por cuanto constituyen el resultado de una investigación propia 8 , las referidas a los años 1790-96 provienen, en cambio, del trabajo ya citado de J. Fisher sobre el comercio de importación hispanoamericano durante la etapa del libre comercio 9 . Ahora bien y pese a ello, debemos asimismo reseñar que, en ambos casos, la tipología de la fuente de la que se han extraído los datos es prácticamente la misma, a saber: los registros individualizados o de "mercadurías" de que iban provistos todos los navios que, en ambas etapas, participaron oficialmente en el tráfico de la Carrera. Dado que se trata de una fuente bien conocida y cuyas características fundamentales han sido descritas con toda minuciosidad 10 , me limitaré a señalar que, en mi caso y para cuantificar el valor de los productos coloniales, en lugar de recurrir a los registros propiamente dichos, que no consignan este dato, me he servido de unos resúmenes o extractos de los mismos, confeccionados por los oficiales de la Contaduría de la Casa de la Contratación y que, a diferencia de lo que sucede con los originales, sí reseñan los valores monetarios de tales géneros. La razón de que, con anterioridad a 1778, los registros no incluyesen esa valoración se debe, sencillamente, al hecho de que hasta ese momento, como es bien sabido, el régimen fiscal imperante en la Carrera gravaba los productos (tanto a la ida como a la vuelta) no en función de su valor sino de su volumen, es decir, del espacio que ocupaban en el navio medido en palmos cúbicos (derecho de palmeo). Aún así, parece ser que a partir de la llegada del marqués de la Ensenada a las Secretarías de Hacienda, Marina e Indias hubo también un interés por conocer el valor de dichos cargamentos y de ahí la existencia paralela, a partir de 1747, de estas hojas-resúmenes, tituladas "nota de la carga que ha conducido a España el
8 En realidad, las cifras que ahora presentamos son las resultantes de un laborioso trabajo de verificación llevado a cabo sobre las que ya publiqué en mi libro Cádiz y el Atlántico (Cfdo. Vol. II, págs. 264-5) y a las que se han añadido, en esta ocasión, los valores correspondientes a los cargamentos de los navios del libre comercio. En cualquier caso y para un análisis detallado de dicho trabajo de verificación, en lo que se refiere a los caudales, vid. mi artículo "Las remesas de metales preciosos americanos en el siglo XVIII: una aritmética controvertida", en: Hispania, LV/2, núm. 190 (1995). 9 J. Fisher: Art. cit., nota n° 7 y también el titulado "Imperial Free Trade and the Hispanic Economy", en: Journal ofLatin American studies, vol. 13 (1981), págs. 21-56. Ambos fueron reunidos posteriormente en su libro Commercial relations between Spain and Spanish America in the era offree trade, 1778-1796, Liverpool, 1985. En adelante, las citas se harán con referencia a esta última obra. 10 Vid. al respecto: para los siglos XVI-XVII, P. Chaunu: Op. cit., tomo I, págs. 63-85; para el XVIII, A. García-Baquero: Op. cit., tomo I, págs. 22-24 y para la etapa del libre comercio, J. Fisher: Op. cit., págs. 20-42.
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navio" o también "mapa de los caudales y efectos". Dichas notas aparecen agrupadas en unos denominados "cuadernos de presupuestos", que abarcan hasta 1790, fecha en la que según se expone en el quinto y último, "cesó la Contaduría principal de formarlos, mediante haberse extinguido la Audiencia'" 1 . En segundo lugar, conviene precisar también que en esta misma serie referida al periodo 1747-78, los valores que se recogen son los correspondientes a los cargamentos de los navios que, ya fuese viajando bajo las viejas normas establecidas en el Proyecto de 1720 o bajo las nuevas del Libre comercio, rindieron viaje en el puerto de Cádiz12. Quiere ello decir, por tanto, que, en esta serie, no están incluidos los cargamentos de aquellos otros navios que, entre 1766 y 1778, arribaron a los restantes puertos habilitados en la península por la R.O. de Instrucción de 16 de octubre de 1765 para el comercio con las islas de Barlovento. En qué medida tales ausencias puedan afectar a los resultados de esta investigación no estamos en condiciones de precisarlo con exactitud13, aunque, a título meramente indicativo, algunas "pistas" sí que podemos proporcionar al respecto. Por de pronto y para 1778, disponemos de un "estado general" del valor global que alcanzaron las importaciones americanas, desglosado por puertos y que nos permite, al menos para ese año, medir la incidencia real que supuso la ausencia de tales navios 14 . En efecto y según este documento, las importaciones de ese año sumaron 1' Archivo General de Indias (A.G.I.), Sección Contratación, legs. 4933-4937 y Arribadas, leg. 463. 12 Respecto a los navios del libre comercio conviene aclarar que sus valores no aparecen recogidos en los "cuadernos de presupuestos" antes mencionados. En realidad, sobre sus cargamentos de lo que disponemos es de unas hojas-resúmenes en las que sólo se hace constar las cantidades de los diferentes productos transportados en cada navio, por lo que para obtener sus valores hemos recurrido a aplicarles las tarifas de precios extraídas a partir de las "otras" hojas-resúmenes. Cfdo. A.G.I., Sec. Indiferente General, leg. 2410-12. ' 3 En realidad para esta primera etapa del libre comercio (1765-1778) no disponemos ni de un estudio de tipo general, similar al realizado por Fisher para el periodo siguiente, ni tampoco de monografías dedicadas a intentar evaluar el aprovechamiento que hicieron cada uno de los distintos puertos habilitados de la facultad que se les concedió de comerciar directamente con el área caribeña. Las únicas excepciones al respecto las constituyen sendas aproximaciones de Oliva Melgar consagradas a los puertos de Barcelona y Cádiz y circunscritos, además, al periodo 1766-73. Cfdo. J. M5 Oliva Melgar: "Reflexiones en torno al comercio libre de Barlovento: el caso catalán", en: VV.AA: El comercio libre entre España y América Latina, 1765-1824. Madrid, 1987, págs. 71-94 y "Cádiz y el comercio libre de Barlovento: primeras constataciones", en: VV.AA: La burguesía de negocios en la Andalucía de la Ilustración, 2 vols., Cádiz 1991, tomo I, págs. 85-116. Cfdo. "Demostración de lo que ha producido a la real Hacienda el Comercio de España con las Indias en todo el año de 1778 con distinción del número de embarcaciones que se han expedido y han regresado, y del valor de los frutos que han llevado y traído". Archivo General de Simancas, Sec. Dirección General de Rentas, 2" remesa, leg. 568.
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50.281.195 pesos fuertes, de los que 48.249.705 correspondían a navios que arribaron a Cádiz y 2.031.490 a embarcaciones del "libre comercio" que finalizaron su viaje en los restantes puertos habilitados 15 . Ello significa que, en este año, el valor del cargamento reseñado en nuestra serie equivale al 96% del total, escapando a su control tan sólo el 4% restante, cifra esta última que no parece capaz de alterar las conclusiones que aquí puedan establecerse en función de la serie gaditana. A mayor abundamiento, por algunas noticias fragmentarias de que disponemos para años anteriores, referidas a esos otros puertos, la impresión que se obtiene es que ese porcentaje debió ser aún menor que el de 1778, lo que encajaría bastante bien con la idea, ampliamente compartida por la historiografía especializada, de que el decreto de 1765 apenas si fue aprovechado por sus teóricos beneficiarios, salvo contadísimas excepciones (Cádiz, en primerísimo lugar, seguida, aunque ya a mucha distancia, de Barcelona y, tal vez, Santander) 16 . Por consiguiente, habida cuenta de esta circunstancia y al objeto de proporcionar a ambas series la mayor coherencia y homogeneidad posibles, de los datos "útiles" aportados por Fisher para el periodo siguiente y que están referidos a Cádiz y Barcelona, sólo tomaremos en consideración los relativos al puerto gaditano que, conviene aclararlo, entre 1782 y 1796, sigue acaparando todavía el 84,2% del valor global de todas las importaciones. En tercer lugar y por lo que se refiere a los datos correspondientes al subperiodo 1779-96, simplemente dos aclaraciones: primera, que hemos incorporado al mismo los datos referidos a los años 1779 y 1781, que no se incluían en el trabajo de Fisher; segunda, que para los años 1782-89 hemos preferido sustituir las cifras que aportó en su día este mismo autor (ya que, como podrá comprobarse en el cuadro que sigue, en la mayoría de esos años resultan claramente defectivas) por otras de elaboración propia, obtenidas tanto a partir de sus mismas fuentes de
15 Conviene advertir que aunque en el documento se especifica que de esos 50.281.195 pesos a que ascendieron las importaciones de este año, 3.752.004 pesos se condujeron en las "naves del comercio libre" y 46.529.191 pesos "bajo el sistema antiguo", Fisher sólo ha recepcionado como total del afio la primera de las cifras mencionadas. Cfdo. J. Fisher: Op. cit., pág. 61. 16 A propósito del aprovechamiento por parte de Cádiz, Barcelona y Santander de las posibilidades abiertas por el decreto de 1765, vid. los trabajos de Oliva Melgar citados en nota n° 10, así como los de T. Martínez Vara: "Santander y el comercio colonial", en: VV.AA. El comercio libre entre España y América Latina, págs. 183-197 y J. Varela Marcos: "Estado de la cuestión sobre el comercio castellano-americano por Santander, 17651778", en: Revista de Indias, n° 188 (1990), págs. 171-182. En cuanto al escaso uso que hicieron del mismo decreto otros puertos, como La Coruña o Málaga, vid. L. Alonso Álvarez: Comercio colonial y crisis del antiguo Régimen en Galicia, 1778-1818. La Coruña, 1996 y A. Gámez Amián: Málaga y el comercio colonial con América (1765-1820). Málaga, 1994.
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información como de otras nuevas, que completan las ausencias en aquellas detectadas17. Hechas estas precisiones, podemos pasar ya a exponer nuestros resultados, comenzando por la distribución anual de los valores brutos y relativos alcanzados por caudales y mercancías entre 1747-1796 y según la información "contable" existente: Cuadro n° 1 Importaciones caudales y productos coloniales, 1747-1796 (en pesos fuertes) Productos Total %Cauds. %Prods. Años Caudales 17,24 1.331.250 7.721.548 82,76 1747 6.390.298 20,54 1.407.866 6.852.720 79,46 1748 5.444.854 13,42 30.072.364 4.662.510 34.734.874 86,58 1749 13,12 4.742.050 36.150.350 86.88 1750 31.408.300 26,94 73,06 1751 7.897.037 2.912.331 10.809.368 14,33 1752 26.445.694 4.422.867 30.868.561 85,67 25,07 4.751.877 18.956.050 74,93 1753 14.204.173 1754 3.225.739 17.613.264 81,69 18,31 14.387.525 19,50 1755 20.082.728 4.863.548 24.946.276 80,50 80,74 19.26 1756 15.786.373 3.764.813 19.551.186 1757 6.040.765 67,21 32.79 12.379.105 18.419.870 1758 5.169.505 27.811.094 81,41 18,59 22.641.589 4.224.249 24,09 1759 13.312.880 17.537.129 75,91 22,55 1760 14.554.105 4.236.833 18.790.938 77,45 27,09 1761 6.061.931 22.375.897 72,91 16.313.966 1762 656.695 28,12 71,88 256.954 913.649 3.774.400 80,21 19,79 1763 15.298.261 19.072.661 1764 5.029.696 22.647.654 22,21 17.617.958 77,79 1765 4.563.603 22.922.248 80,09 19,91 18.358.645 1766 2.767.776 12.575.376 77,99 22,01 9.807.600 1767 19,12 28.505.313 6.739.803 35.245.116 80,88 28,22 1768 5.041.956 17.863.886 71,78 12.821.930 6.305.834 43,87 1769 8.069.712 14.375.546 56,13 1770 7.348.057 34.688.582 78,82 21,18 27.340.525 61,77 1771 1.778.124 2.873.402 4.651.526 38,23 1772 9.707.815 67,77 32,23 20.411.033 30.118.848 38,14 1773 10.325.565 6.365.448 16.691.013 61,86 8.168.414 20,37 1774 40.105.020 79,63 31.936.606 Concretamente, las nuevas fuentes aquí utilizadas son esos "cuadernos de presupuestos" a los que ya hemos hecho referencia y en los que aparecen anotados para cada año y por orden cronológico los valores de los cargamentos de todos los navios que arribaron al puerto de Cádiz. Cfdo. A.G.I. Sec. Arribadas, leg. 493.
Antonio García-Baquero González
180 1775 1776 1777 1778 1779 1780 1781 1782
16.506.234 10.633.521 4.826.509 34.815.610 7.902.241 (2.884.749) 8.669.175 203.980
9.300.398 5.812.264 4.841.470 10.050.344 4.172.374
25.806.632 16.445.785 9.667.979 44.865.954 12.074.615
63,96 64,66 49,92 77,60 65,45
36,04 35,34 50,08 22,40 34.55
(?) (?) 7.490.904 16.160.079 53,65 46,35 4.890.959 5.094.939 4,00 96,00 (4.949.160) (5.153.140) (3,96) (96,04) ( ) 2.511.742 1783 3.632.281 6.144.023 40,88 59,12 (15.651.850) (24.667.523) (9.015.673) (63,45) (36,55) 1784 11.865.882 20.641.507 8.775.625 57,49 42,51 (40.884.111) (12.273.902) (53.158.013) (76,91) (23,09) 37.337.910 10.277.139 47.615.049 78,42 1785 21,58 (37.206.981) (10.344.248) (47.551.229) (78,25) (21,75) 33.606.234 1786 22.039.580 11.566.654 34,42 65,58 (23.643.413) (11.512.537) (35.155.950) (67,25) (32,75) 11.722.274 1787 11.436.223 23.158.497 50,62 49,38 (21.437.815) (16.418.066) (37.855.881) (56,63) (43,37) 1788 21.801.317 18.033.500 39.834.817 54,73 45,27 (21.817.153) (39.768.942) (17.951.789) (54,86) (45,14) 16.303.709 40.835.454 1789 24.531.745 39,93 60,07 (16.307.398) (24.750.829) (41.058.227) (39,72) (60,28) 18.929.226 17.955.341 36.884.567 1790 51,32 48,68 25.873.944 1791 23.820.914 49.694.858 52,07 47,93 1792 17.939.010 19.799.497 37.738.507 47,54 52,46 1793 19.164.036 19.068.673 38.232.709 50,12 49,88 1794 32.754.562 15.667.467 48.422.029 67,64 32,36 24.993.941 1795 17.891.213 42.885.154 58,28 41,72 29.821.828 1796 23.811.190 53.633.018 55,60 44,40 883.831.755 1.301.891.041 418.059.286 32,11 67,89 Fuentes: 1747-1781: A.G.I. Sec. Contrat. legs. 4933-37; Indif. Gen. legs. 2410-12 y Arribadas, leg. 463; 1782-1796: Fisher, J.: Op .cit., págs. 67 y 74-5. 1782-1789 (cifras entre paréntesis): A.G.I. Sec. Arribadas, legs. 493. Por de pronto, el primer dato a consignar sería, sin duda alguna, el sustancial avance experimentado en el transcurso de esta segunda mitad del siglo XVIII por las importaciones de géneros coloniales, que prácticamente le ha permitido duplicar su cuota de participación en el conjunto del valor total de las importaciones, saltando desde aquel 15-18% en que se había mantenido estabilizada durante dos siglos y medio hasta el 32,1% que ahora reflejan los datos recogidos en el cuadro. Un aumento, digamos "global", de tales dimensiones (entre un mínimo del 78 y un máximo del 114%) puede confirmarse, no obstante, recurriendo a un parámetro
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más concreto: el que corresponde al valor promedio de las importaciones de dichos productos, comparando ambas mitades del siglo. Para la primera mitad, Morineau establece un valor medio anual de 2,7 millones de pesos 18 ; para la segunda, el cuadro nos señala un valor medio anual de 8,5 millones. Atendiendo, pues, a esta variable, la dimensión del "cambio" de tendencia no sólo se confirma sino que se intensifica, ya que donde el porcentaje sobre el valor total de las importaciones establecía un crecimiento entre el 78-114%, el valor medio anual de las importaciones de estos géneros lo eleva hasta un 215%. Garantizado así (al menos en principio), el cambio de tendencia y su relativa "espectacularidad" podríamos preguntarnos, a pesar de todo, si los valores hallados significan exactamente lo que parecen o si no son más que el resultado, bien de una disminución del parámetro "caudales", bien de una simple elevación de los precios de estos productos en el transcurso del periodo en cuestión. En efecto, ya Morineau propuso esta doble posibilidad, comentando el aumento del valor porcentual experimentado por las importaciones de los géneros coloniales en el periodo 1754-64 respecto a 1748-53, al señalar que dicho aumento no tendría que resultar "nécessairement significatif d'un progrès égal des fruits", en la medida que "il peut fort bien répercuter seulement l'affaiblissement du total des trésors métalliques" o bien ser el resultado de "une forte élévation des prix entre-temps'" 9 . Para nuestra tranquilidad, la primera posibilidad puede ser desechada con todo rigor: el avance de las importaciones de los géneros coloniales que estamos reseñando se produjo de forma simultánea a otro, paralelo y también de gran intensidad, por parte de las importaciones de caudales. Efectivamente, no en vano, mientras que durante el periodo 1717-46 la media anual de las importaciones metálicas podemos cifrarla en 8.310.512 pesos, en el periodo 1747-96 dicha media ascendió hasta 18.037.382 pesos, lo que supone un incremento del 117%. Respecto a la posibilidad de un aumento de precios coyuntural que, parafraseando a Morineau, "entrecroise éventuellement ou amplifie celle des volumes", desafortunadamente no podemos garantizar una solución tan rigurosa y tan aritmética, ya que no es posible comparar, significativamente, precios de la primera y la segunda mitad del siglo de los géneros coloniales; sí podemos garantizar, al menos, que estos "permanecen" constantes durante la casi totalidad del periodo aquí contemplado (concretamente hasta 1790) y que pese a ello el crecimiento del valor de las importaciones de estos productos (como luego veremos) no sólo sigue subiendo sino que en el último cuarto de la centuria alcanza su verdadera significación cualitativa. Hay que advertir que el escribir el verbo permanecer entre comillas se debe a una imprescindible matización: que lo que me consta que "permanece" estable son los precios de referencia que han manejado los oficiales de la Contaduría de la Casa
M. Morineau: Op. cit., cuadro 74, pág. 484. M. Morineau: Op. cit., pág. 424.
Antonio García-Baquero
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González
de la Contratación para establecer el valor (avalúos) de los cargamentos. Concretamente estamos en condiciones de asegurar que la tarifa que se vino usando, para este menester, desde 1747 hasta 1778, es exactamente la misma que se incorporará al Reglamento para el comercio libre de 12 de octubre de 1778 como „Arancel segundo de los precios fixos en reales de vellón a que por ahora, y hasta nueva providencia, se han de avaluar los frutos, géneros y metales que vengan de Gráfico n a 1 Importaciones caudales y productos coloniales, 1747-1796 (Cifras contables)
7
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Gráfico n s 2
100% 90%
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Importaciones caudales y productos coloniales, 1747-1796 (porcentajes según cifras contables)
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70% 60% 50% 40% 30% 20%
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plantación?
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Indias, y la contribución que en los sujetos a ella se debe exigir por todos derechos y arbitrios, así a la entrada en los Puertos habilitados de España, Mallorca y Canarias, como a la salida para Dominios Extrangeros" 20 . En este sentido cabría decir, por tanto, que, hasta 1790, nos consta la absoluta estabilidad de los "precios contables de aduana" y que no tenemos información sobre "precios reales de mercado", aunque estos últimos no han intervenido, hasta ese momento, en la valoración oficial de los géneros, que es el dato que nosotros utilizamos 21 . A partir de 1790 y hasta 1796, como ya advirtiera Fisher en su trabajo tantas veces citado, la valoración de los cargamentos se hace, en cambio, en función de los "precios corrientes en Cádiz", lo que significaría, en su opinión, que durante esos siete años las cifras globales de las importaciones de géneros coloniales estarían sobrevaloradas, respecto a las de todo el periodo precedente, en un 5% aproximadamente 22 . Estamos, pues, en presencia de un primer dato que, siquiera sea en un pequeño porcentaje y por un breve espacio de tiempo (aunque, eso sí, muy significativo), ha contribuido, evidentemente, a "exagerar" tanto el valor global de las importaciones como el papel que en las mismas representaban los géneros coloniales (no así la parte correspondiente a los caudales, cuya valoración era idéntica según los precios "corrientes" y los de la tarifa oficial). Ahora bien, con todo, lo cierto es que la alteración que podía significar ese 5% de "inflación artificial" no pareció a Fisher suficiente como para cuestionar los resultados obtenidos y de ahí que, finalmente optase "in view of the relative smallness of the differential for imports from America in 1786-1789, ... not to adjust the raw figures for imports into Cádiz in 1790-1796 provided by the current valué registers" 23 . Sin embargo, no acaban aquí nuestros problemas, ya que hay, todavía, algo más. En efecto y como se recordará, líneas atrás hemos hablado de permanencia absoluta de los precios de tasación en el periodo 1747-1790; pues bien, eso es exactamente así para la totalidad de los productos con una sola excepción, el tabaco, que, a partir de 1785 y por razones que se nos escapan, pasó a ser valorado en un precio 12,5 veces superior al hasta entonces vigente. Concretamente, entre 20 La garantía aludida se fundamenta en el hecho de que los precios de referencia que se obtienen a partir de las notas de carga para la totalidad de los productos, en el periodo 1747-78, son los mismos que figuran en el citado arancel segundo del Reglamento publicado dicho año. Cfdo. para los precios del periodo 1747-78, A. García-Baquero: Op. cit., Tomo II, págs. 164-7; para los del Arancel, Reglamento para el comercio libre de 1778. Edic. a cargo de B. Torres Ramírez y J. Ortiz de la Tabla, Sevilla, 1979, págs. 69-103. 21 En realidad convendría precisar que a partir de 1786 y hasta mediados de 1790, los registros incluyen una doble valoración: una según los precios de la tarifa oficial y otra según los precios corrientes, aunque a todos los efectos la que aquí se utiliza es la primera. Cfdo. J. Fisher: "The Imperial Response to Free Trade...", pág. 42. 22 J. Fisher: Op. cit. págs. 30-31. 23 J. Fisher: Op. cit, pág. 31.
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1747-78, la arroba de tabaco se valoró a razón de cinco pesos fuertes la de polvo y tres pesos la de rama; entre 1779-85, en realidad no se valora, ya que los registros, salvo contadísimas excepciones, sólo recogen las cantidades y, a partir de 1786 y hasta 1796, el precio de la arroba se estableció en 50 pesos, con independencia de que se tratase de tabaco en polvo o en rama 24 . En principio y dado que se trata de un solo producto, se podría pensar que el problema tal vez no debería revestir mayor gravedad. Sin embargo, si tenemos en cuenta que de este producto, en el transcurso del periodo afectado por la subida del precio (es decir, entre 1786-96), se importaron algo más de millón y medio de arrobas (1.542.234), esa apreciación inicial debe cambiar radicalmente, ya que lo que esa cifra supone es que las importaciones de géneros coloniales experimentaron, en el conjunto de estos años, un incremento "suplementario" por valor de setenta millones de pesos (70.003.867), equivalentes al 33,5% del valor global alcanzado por dichas importaciones en el periodo en cuestión. Resumiendo, nos encontramos, por tanto, con que las cifras correspondientes a las importaciones de géneros coloniales se han visto "beneficiadas", en este último decenio, por una doble bonificación: las de 1786-89, por la que supuso la espectacular subida del precio del tabaco y, las de 1790-96, por esa segunda bonificación, añadida a la anterior, que entrañó su valoración en función de los precios corrientes en lugar de por los contemplados en la tarifa oficial. A la vista de esta situación, veamos, en primer lugar, cómo quedarían los valores correspondientes a esos años si, cuando menos, llevamos a cabo las oportunas correcciones de las cifras referidas al tabaco para, a renglón seguido, intentar también "medir" su repercusión sobre la "intensidad" de este cambio de tendencia que estamos tratando de verificar (ver cuadro 2).
Tal vez convendría aclarar que ese nuevo precio de 50 pesos la arroba o de 40 reales de vellón la libra con que los oficiales de la Aduana comenzaron a valorar el tabaco era, en realidad y a tenor de los datos aportados por A. González Enciso, el precio de venta al consumo de este producto, según se desprende de las cuentas de consumos y valores de la renta del tabaco en la administración de Cádiz. Cfdo. A. González Enciso: "Aspectos de la renta del tabaco en el reinado de Carlos III", en: Actas del Congreso Internacional sobre Carlos III y la Ilustración, Madrid, 1989, vol. II, págs. 315-35, en especial, pág. 326.
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Cuadro n° 2 Importaciones caudales y géneros coloniales entre 1786-96 "contables" y "corregidos" Años 1786 1787 1788 1789 1790 1791 1792 1793 1794 1795 1796 Total
Caudales 23.643.413 21.437.815 21.817.153 16.307.389 18.929.226 25.873.944 17.939.010 19.164.036 32.754.562 24.993.941 29.821.828 252.682.326
Géneros A 11.512.537 16.418.066 17.951.789 24.750.829 17.955.341 23.820.914 19.799.497 19.068.673 15.667.467 17.891.213 23.811.190 208.647.516
Géneros B 8.979.288 10.223.901 10.878.998 10.491.440 9.909.407 14.313.003 12.130.633 15.120.566 14.551.393 13.633.479 18.411.541 138.643.649
Total A 35.155.950 37.855.881 39.768.942 41.058.227 36.884.567 49.694.858 37.738.507 38.232.709 48.422.029 42.885.153 53.633.018 461.322.842
según
datos
Total B 32.622.701 31.661.716 32.696.151 26.789.838 28.838.633 40.186.947 30.069.643 34.284.602 47.305.955 38.627.420 48.233.369 391.325.975
A: valoración importaciones géneros coloniales y total resultante según datos "contables" de las fuentes. B: ídem, una vez introducidas las correcciones de las cifras correspondientes al tabaco. Efectivamente y a tenor de lo que indican las cifras, no sólo el renglón de las importaciones de géneros coloniales desciende en esos años un 33,5% sino que el valor total de las importaciones se ve asimismo reducido en un 15%. En función de estos nuevos datos y como cabía esperar (el valor total de las importaciones de géneros coloniales queda ahora establecido en 348.055.419 pesos), nos encontramos con que la parte proporcional correspondiente a los géneros coloniales en el conjunto de las importaciones ha perdido "peso específico", descendiendo desde el anterior 32,1% que marcaban los "datos contables" al 28,25% que ahora señalan estos otros "corregidos". Ello supone, a su vez, que el incremento porcentual registrado con respecto a la totalidad del periodo precedente en lugar de oscilar entre un 78-114% pase a quedar establecido en un 57-88%, cifras evidentemente importantes, si bien no tan espectaculares como las anteriormente obtenidas. Y otro tanto sucede con el porcentaje de incremento que se obtenía a partir de los valores medios, que sufre también un significativo recorte al descender desde el anterior 215% hasta el 163% que marca el nuevo promedio de 7,1 millones de pesos. Ahora bien, hechas estas correcciones, hay dos hechos que siguen resultando evidentes: primero, que aún en el peor de los casos (que es justamente el que estamos contemplando), en el transcurso de esta segunda mitad del siglo, la parte proporcional correspondiente a los géneros coloniales experimentó un significati-
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Antonio García-Baquero González
vo avance; segundo, que este no se produjo ni como consecuencia de un descenso de las importaciones de metales preciosos ni tampoco de una subida coyuntural de los precios, por cuanto y en la medida en que esta variable intervino, sus efectos han sido subsanados. En realidad, todas estas precauciones no van más allá de precisar alguna aporía teórica y, sobre todo, de intentar fijar, con la mayor aproximación posible, el tempo de inversión de la tendencia, aspecto del que nos ocuparemos de inmediato. Pero, en orden a lo que de momento más nos interesa, es decir, la constatación de un aumento sustancial del renglón representado por los
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géneros coloniales en el total de las importaciones, lo cierto es que tales precauciones tendrían mayor sentido si sólo dispusiésemos de datos sobre el valor de dichos géneros, lo que, afortunadamente, no es el caso. En efecto y como podrá constatarse, fehacientemente, en el cuadro que sigue, pese a cuanto hasta aquí llevamos expuesto, la razón fundamental y determinante de tal avance estribó, básica y sustancialmente, en el espectacular incremento experimentado por las cantidades (volúmenes) importadas de todos y cada uno de los productos que integraban la amplia y variopinta nómina de dichas importaciones. Y a las pruebas me remito, por más que mis datos no abarquen la totalidad del periodo aquí contemplado, ya que, lamentablemente y como es sabido, Fisher no proporciona información sobre este particular: Cuadro n° 3 Importaciones de productos coloniales 1717-38 y 1747-78 (cantidades en arrobas) Productos
1717-38
% Incrementos
1747-78
Promedios
Total
Media
Total
Media
Añil
207.301
9.423
537.087
16.784
78,1
Azúcar
194.388
8.836
7.202.857
225.089
2.447,4
Cacao
835.469
37.976
6.109.050
190.908
402,7
Cobre
43.348
1.970
940.433
29.388
1.391,8
Cueros(unidades)
186.681
8.485
2.827.463
88.358
941,3
Grana
205.789
9.354
641.432
20.045
114,3
8.553
389
79.117
2.472
535,5
Palos Tinte
95.604
4.356
1.358.879
61.767
1.318,0
Plantas medicinales
83.387
3.790
420.827
13.151
247,0
Lana Vicuña
Tabaco
1.128.084
2.876.909 75,3 51.276 89.903 Fuente: A. García-Baquero: Op. cit., Tomo I, págs. 340-1 y Tomo II, págs. 131-152; A.G.I. Sec. Indiferente General, legs. 3410-12.
No parece necesario ningún comentario ocioso a lo que las cifras recogidas en el cuadro sugieren con absoluta claridad: el impresionante aumento experimentado por el volumen de la práctica totalidad de los productos importados se perfila como el auténtico protagonista de este profundo cambio que se estaba produciendo en la estructura interna del tráfico de importación de la Carrera. O dicho de esta otra forma: que fue el volumen de los géneros importados en que se incrementó de manera espectacular, provocando así el aumento del valor de las importaciones de dichos géneros. De todos modos y para mayor tranquilidad, las observaciones de Morineau respecto a este aumento experimentado por la parte correspondiente a los productos coloniales en el conjunto de las importaciones, basada en datos de sus famosas Gazettes (que, al parecer, tienden a dar, de vez en cuando, cotizaciones de precios de mercado), avalan la tesis que acabamos de apuntar, al señalar, expresamente, que "une forte élévation des prix entretemps ne peut être
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invoquée à titre d'explication", ya que, " u n e analyse montre en effet des m o u v e m e n t s divers, tantôt à la hausse, tantôt à la baisse qui, pour le moins, se c o m p e n sent" 2 5 . 2 . - D i a g r a m a y secuencia del cambio: las etapas "significativas" C o n f i r m a d a , pues (tanto con unas c o m o con otras cifras), la existencia, en esta s e g u n d a mitad del siglo, de un significativo avance de la parte proporcional correspondiente a los géneros coloniales en el c o n j u n t o de las importaciones, parece llegado el m o m e n t o de preguntarse si, c o m o a p u n t á b a m o s al principio, la responsabilidad del m i s m o p u e d e apuntarse en el haber de la política del libre comercio. Para ello, podría resultar útil desmontar un bloque estadístico tan " e s p e s o " c o m o el que representa un conjunto de cincuenta afios e intentar encontrar, si es posible, un diseño m á s preciso del " t e m p o " de la inversión de la tendencia de la que venim o s o c u p á n d o n o s . Un método sencillo y, en mi opinión, eficaz, podría ser distinguir algunas etapas "significativas" en esta segunda mitad de la centuria y c o m p a rar sus valores para c o m p r o b a r si la etapa que corresponde al libre comercio adquiere diferencias llamativas. Encontramos, así, la evidencia de una primera etapa, de 1747 a 1765, cuya "personalidad" viene dada por constituir la última de la Carrera inmediatamente anterior a la puesta en vigor de los decretos de libre comercio; una segunda, de 1766 a 1778, en que la aplicación limitada del libre c o m e r c i o (reservado, inicialmente, sólo a las islas de Barlovento, para ampliarse, con posterioridad, a La Luisiana, Yucatán, C a m p e c h e y Santa Marta) coexiste con el sistema tradicional; y una tercera, de 1779 a 1796, en que el viejo sistema se sustituye, "íntegramente", por el del libre comercio 2 6 . V e a m o s , pues, los resultados globales que tal subdivisión nos proporciona, recordando, prudentemente, que las distintas etapas n o abarcan el m i s m o n ú m e r o de años y que en la tercera se reproducen tanto los valores "contables" c o m o los "corregidos: Periodos 1747-1765 1766-1778 1779-1796
Caudales 302.852.809 217.778.282 363.200.664 (363.200.664)
Productos 75.842.528 85.322.981 256.893.777 (186.889.910)
C o m o puede comprobarse, en la del total de las importaciones; en la y en la tercera, en un caso seguiría casi el 34%. D e n o haber corregido
Total 378.695.337 303.101.263 620.094.441 (550.090.574)
% Cauds. 79,97 71,85 58,57 (66,02)
%Prods. 20,03 28,15 41,43 (33,98)
primera etapa los géneros representan el 2 0 % segunda, tal porcentaje se eleva hasta el 2 8 % , ascendiendo hasta el 4 1 , 4 % y, en otro, hasta los datos, en el primer caso no resultaría des-
25 M. Morineau: Op. cit, pág. 445. 26 De hecho y como es bien sabido, tal sustitución integral no se produjo hasta 1789 con la incorporación al área del libre comercio de Nueva España y Venezuela.
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cabellado señalar que, independientemente de otros parámetros "causales" a los que en su momento aludiré, la implantación del libre comercio parece haber surtido efectos decisivos para alterar la proporción géneros caudales en el comercio colonial de importación. Tal situación no sólo se desprende de poner en relación valores de la primera y la tercera etapa (que arrojan un crecimiento del valor proporcional de los géneros en algo más del 100%) sino de advertir que, entre la primera y la segunda, cuando aparece tímidamente una fracción del comercio libre (la correspondiente a las islas de Barlovento), el porcentaje ya experimenta un ascenso del 40,5 que, si no es espectacular, sí parece indicativo. A mayor abundamiento, si tomamos, a su vez, como punto de referencia, los valores medios alcanzados por las importaciones en cada uno de estos periodos, podemos constatar cómo, en efecto, esa progresión constante no sólo se confirma sino que se ve notablemente intensificada. Así, mientras que entre la primera y la segunda etapa los valores medios crecen ya un 64% (pasan de 3.991.711 a 6.563.306 pesos), entre esta y la siguiente (en la que el promedio se eleva hasta los 15.111.398 pesos) vuelven a experimentar un nuevo incremento del 130%, lo que significa que entre la primera y la tercera etapa se registra un aumento global del 278,6%. Esto, insisto, es lo que señalan las cifras que hemos denominado "contables"; veamos, ahora, qué es lo que sucede con las "corregidas". De entrada y como es lógico, entre las dos primeras etapas todo sigue igual (es decir, se mantiene aquel 40,5% de incremento que hemos calificado al menos de indicativo ya que no de espectacular), puesto que a esos datos, como se recordará, no les afecta la corrección del precio del tabaco. Las diferencias surgen, como es lógico, al hacer intervenir los "nuevos" datos de la tercera etapa y compararlos con los de la primera y la segunda; efectivamente y respecto a la primera, el porcentaje de incremento de la tercera (la del libre comercio) ya no se duplica sino que se sitúa, "solamente", en un 70%, cifra desde luego inferior pero, todavía y sin lugar a dudas, muy significativa; respecto a la segunda, el crecimiento vuelve a recortarse, al pasar desde el anterior 47,2% hasta el actual 21%. Si, a su vez, recurrimos a los valores medios, el incremento entre la primera y la tercera etapa (cuyo valor medio se sitúa en 10.993.524 pesos) es ahora del 175% y entre esta y la segunda del 67,5%. Vista la forma en que se han reducido las diferencias porcentuales, sobre todo, entre la segunda y la tercera etapa, podría pensarse que la generalización del libre comercio no supuso esa aceleración espectacular, que en principio se producía con los datos "contables", en este proceso de avance que venía protagonizando la parte proporcional correspondiente a los productos coloniales en el conjunto del valor total de las importaciones. En verdad, lo que las nuevas cifras parecen más bien sugerir es que la segunda etapa, en la que entraron en vigor las primeras medidas liberalizadoras del comercio, entrañó un cambio más sustancial y profundo respecto a la precedente que el que supuso, en relación con ella, la tercera, es decir, aquella en la que tuvo lugar la implantación plena del libre comercio (concreta-
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mente, el índice pasó a 140,5 en 1766-78 y a 169 en 1779-96). Ahora bien, esto que acabamos de sugerir, exige, a su vez, una verificación estadística, ya que podríamos estar de nuevo atribuyendo al libre comercio, aunque en una etapa previa, una virtualidad que, tal vez, no tuvo en ningún momento. Para ello, nada mejor que desglosar los datos correspondientes al periodo 1766-78, distinguiendo las importaciones realizadas bajo el sistema de libre comercio de aquellas otras que se efectuaron por el tradicional de flotas y registros sueltos: Importaciones Flotas y registros Caudales Géneros coloniales Totales
Importaciones Navios L.Comercio
213.446.163
(74,35)
4.332.119
73.652.004
(25,65)
11.670.978
(72,93)
287.098.167
(100,00)
16.003.097
(100,00)
(27,07)
Desde luego es evidente que las proporciones que alcanzan los caudales y los géneros coloniales en uno y otro caso son diametralmente opuestas; en realidad, cabría decir que sus respectivos porcentajes son proporcionalmente inversos, ya que, como puede comprobarse, el que obtienen los caudales en el sistema tradicional (74%) es prácticamente el mismo que el de los géneros coloniales en el libre comercio (73%) y a la inversa. Tal situación podría, en lectura directa, alentar la hipótesis del libre comercio como un sistema que favorece el aumento de la importación de géneros coloniales; por otra parte, también cabría preguntarse si el ralo 5,3% que suponen sus importaciones en el total de dicho periodo cuestiona, de alguna manera, cualquier conclusión en ese sentido; y por último, tampoco convendría olvidar, además, el hecho de que, entre las zonas habilitadas en esa etapa para el libre comercio no se incluía ninguna productora de plata, lo que podría debilitar la hipótesis inicial. En mi opinión, la dimensión del segmento de los navios del libre comercio en el total de las importaciones no anula la evidencia de su estructura; en el segundo caso, la respuesta sería que, con toda probabilidad, ahí reside una de las claves del protagonismo del libre comercio en el aumento de los productos en el diseño general de las importaciones. En efecto, es más que probable que esta política repercuta, de forma muy particular, sobre los productos, aunque no creo que la situación fuese que, voluntaria y conscientemente, se pretendiese con ella primar específicamente a los productos frente a los caudales; sin embargo, parece suficientemente probado que esta nueva política, al menos en una primera fase, trató de incorporar al comercio metropolitano áreas de producción colonial que, o bien habían quedado al margen de las rutas tradicionales de ese comercio o, cuando menos, habían permanecido en un plano secundario debido, precisamente, al hecho de que no eran productoras de metal precioso. De esta forma y cualquiera que fuese el grado de intencionalidad explícita en el diseño, la realidad era que el libre comercio incorporaba un mayor volumen de
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p r o d u c t o s p o r h a b e r l o h e c h o con las áreas productivas; así, en esta n u e v a relación, la e x i s t e n c i a de facilidades técnico-espaciales para la exportación, f o r z o s a m e n t e h u b o d e incentivar el a u m e n t o del v o l u m e n de los productos; y m á s aún, si a esas f a c i l i d a d e s t é c n i c o - e s p a c i a l e s u n i m o s t a m b i é n las de o r d e n fiscal, c o n t e m p l a d a s en el R e g l a m e n t o de 1778, en virtud de las cuales un buen n ú m e r o de estos prod u c t o s q u e d a r o n liberados del p a g o de t o d a contribución a su e n t r a d a en España 2 7 . B i e n e n t e n d i d o q u e t o d o ello en m o d o a l g u n o garantiza ni p r o v o c a el estancam i e n t o n e t o del v o l u m e n de c a u d a l e s importados; y n o lo h a c e p o r q u e al representar estos c a u d a l e s (si n o en su totalidad, sí en su m a y o r parte) el p a g o de merc a n c í a s i m p o r t a d a s p o r la colonia (es decir, la "matérialisation du b é n é f i c e réalisé sur la v e n t e des articles a m e n é s d ' E u r o p e " 2 8 ) , era de esperar que, en la m e d i d a en q u e el libre c o m e r c i o a u m e n t a r a el v o l u m e n del negocio, se i n c r e m e n t a r í a t a m 27 Concretamente y a tenor de lo establecido en el art. 43 los "efectos de Indias" que gozaron de dicha libertad fueron: "los aceites medicinales de maria, de palo, de canime, de betola y de habeto; achiote, agengibre, algodón con pepita, sin ella e hilado; añil, azúcar, baldreses, canchelagua, búcaros, café, calaguala, cáñamo, carnes, y pescados salados; cascarilla o quina, cera en marquetas, chichilpate, chichimora, clines, cobre, conchas de nácar, contrayerba, culem, dividivi, estaño, grana fina, silvestre y granilla; hastas de animales, lana de vicuña, alpaca, de guanaco, de carnero y de ceybo; lino, maderas de todas especies, malagueta o pimienta de Tabasco, palo campeche, brasilete, amarillo, ferrey, fútete, lináloe, moralete y santo; pieles de ciervo, venado, cibolo, lobo marino, tigre y vicuña; pita sobue, plata macuquina, sebo en pan, seda silvestre, y fina en rama, thé, trapo, yerba del Paraguay; y todas las demás producciones propias de Indias y Filipinas que hasta ahora no se han trahido a estos Reynos". Cfdo. Reglamento y Aranceles Reales para el Comercio Libre de España a Indias...págs. 20 y 69-103. Por contra y con relación a los metales preciosos, convendría recordar: primero, que desde 1768 los derechos para su extracción al extranjero habían subido desde el 3 al 4%, al tiempo que las autoridades aduaneras gaditanas extremaban su vigilancia al objeto de evitar las salidas fraudulentas; segundo, que desde 1783, quedaron prohibidas dichas extracciones por cuenta de particulares al obtener el recién creado Banco de San Carlos el monopolio de la exportación de metales preciosos, circunstancias ambas que tal vez pudieron contribuir a que una parte de los cargadores (concretamente, aquellos que actuaban como simples comisionistas de casas comerciales extranjeras) prefiriesen repatriar el resultado de sus negociaciones en aquellas tierras en "productos" en lugar de hacerlo en "metálico". Vid al respecto, R. Chamboredon: Fils de soie sur le Théâtre des Prodiges du commerce. La maison Gilly-Fornier à Cadix au XVIII siècle (1748-1786), Tesis doctoral inédita. Université de Toulouse-Le Mirail, 1995, págs. 553-61; M. Zylberberg: Une si douce domination. Les milieux d'affaires français et l'Espagne vers 1780-1808, Paris, 1993, págs. 313-42; P. Tedde de Lorca: El Banco de San Carlos, Madrid, 1988, págs. 112-27. 28 Cfdo. M. Morineau: Op. cit., págs. 636-7: "C'est au titre de contrepartie dans une transaction commerciale que les métaux précieux ont été débusqués, extraits, cédés et reçus, c'est le valeur marchande qui a été leur atrait fondamental et le moteur tant des exploitations minières que du trafic des Carreras".
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bién el importe que representan los pagos realizados en contrapartida y que se incorporaran a las remesas metálicas. Precisamente por ello podemos constatar, con relación a estos caudales, cómo la incidencia del libre comercio se deja notar también positivamente, aunque, desde luego, de forma mucho más atenuada, como pone de relieve el aumento del 30% que experimentó el promedio anual de sus importaciones entre la primera y la tercera etapa. Puede percibirse, así, qué distancia existe entre este "razonable" porcentaje de incremento y el del 175% que experimentaron, en el mismo intervalo de tiempo, el resto de los productos coloniales importados. Volveremos después sobre algunas de estas cuestiones. Previamente y como un elemento de comprobación, profundizaremos en el análisis de la estructura de estas importaciones de géneros coloniales al objeto de establecer tanto la nómina de los productos que la integraban como el nivel de representatividad de cada uno de ellos en el conjunto. Al respecto, presentamos seguidamente un cuadro resumen en el que se recogen los valores absolutos y relativos alcanzados por los principales géneros importados en el total del periodo que abarca nuestro estudio; en el mismo se ha incluido la doble valoración del tabaco con la finalidad, al menos, de dejar "constancia estadística" de las notables diferencias que se producen en esa estructura compositiva, caso de utilizar unas u otras cifras (ver cuadro 4). De entrada, si fijamos nuestra atención en la primera columna (que es la que reproduce los valores "corregidos" del tabaco), resulta evidente que, en el conjunto del periodo, el peso sustancial de las importaciones recae, prácticamente, sobre cinco productos: el cacao, la grana, el azúcar, el añil y los cueros de vacuno, por este orden. Ellos solos suponen el 83% de todas las importaciones, erigiéndose así en los "productos-clave" de este comercio, ya que, justamente, son los que nos dan el perfil real de la importación. Dentro de este reducido y, cabría decirlo así, selecto grupo, sobresale, a su vez, con fuerza, el protagonismo que adquieren dos productos, el cacao y la grana que, con porcentajes prácticamente idénticos y que casi doblan a los de sus más inmediatos seguidores en orden de importancia (el azúcar y el añil), se bastan, por sí mismos, para asegurar aproximadamente la mitad del valor total de las importaciones. Esta indudable primacía ejercida por ambos productos no debe sorprender en absoluto; en el caso del cacao, se trataba de un artículo de acrisolado "éxito social" ya que, como es bien sabido, gozaba, desde bastante tiempo atrás, del favor y casi la adicción de la sociedad española y la europea en general; en cuanto a la grana, parece ser que su consumo por parte
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Cuadro n° 4 Importaciones géneros coloniales entre 1747-1796 (en pesos fuertes) Valores Productos %Total 0,58 / 0,49 Algodón 2.038.235 Añil 45.274.457 13,01 / 10,83 Azúcar 13,39 / 11,15 46.621.088 24,04 / 20,01 Cacao 83.660.014 16.610.760 4,77 / 3,97 Cascarilla Cobre 5.037.960 1,45 / 1,21 8,52 / 7,09 Cueros 29.646.418 Grana 23,93 / 19,93 83.291.803 Lana vicuña 3.064.254 0,88 / 0,73 Palos tinte 3.853.424 1,11 / 0,92 5,58 / 21,39 Tabaco 19.428.445 / (89.432.312) Otros 2,74 / 2,28 9.528.561 Total 100,00 / 100,00 348.055.419 / (418.059.286) de la industria textil europea se duplicó con creces en el transcurso de esta centuria, convirtiéndose en el principal producto americano de reexportación a Europa; lo hizo hasta tal p u n t o que, según el testimonio que nos proporciona el comerciante francés establecido en Cádiz J. A. Fornier, "tant que la cochinille n ' e s t pas c o n s o m m é e , les autres drogues ne peuvent se vendre" 2 9 . Es más, si dentro de este m i s m o g r u p o de productos privilegiados, unimos el tándem "natural" que f o r m a n la grana y el añil, constatamos que, de hecho, un solo renglón, las "materias prim a s tintóreas", acaparan el 3 7 % del valor total, porcentaje que aún podría subir hasta el 3 8 % si les a ñ a d i m o s los palos tintes (campeche, amarillo, brasilete y m o ralete). N o cabe d u d a de que nos hallamos en presencia de u n a estructura de importación m u y concentrada y m á x i m e , habida cuenta de que, si al grupo de los productos claves le a g r e g a m o s también el tabaco y la cascarilla, el resultado que se obtiene es que sólo seis artículos cubren el 9 4 % del valor global de las importaciones. El escaso 6 % restante se reparte, a su vez, entre una amplia y nutrida nóm i n a de productos c o m p l e m e n t a r i o s y/o subsidiarios, de m u y diversa naturaleza, entre los que alcanzan u n a significación especial el cobre, la lana de vicuña y el algodón 3 0 . En definitiva, una estructura de importación absolutamente agrícola29 Carta de Jacques Arnail Fornier a Barthélémy Fornier fechada en Cádiz el 4-IX-1773. Cfdo. R. Chamboredon: Op.cit, pág. 520. El autor de este trabajo cita, asimismo, otra carta del propio J.A. Arnail en la que con referencia a la grana insiste en que es un producto sobre el que "l'Europe comerçante et spéculative a les yeux fixés". 30 Integraban dicha nómina productos metalúrgicos -como el estaño y el plomo-; ganaderos -como pieles de tigre, venado, cíbolo, zorro y chinchilla; lanas de alpaca, ceybo, oveja, carnero y guanaco; cera, cebo y astas de toro-; plantas medicinales -purga de Jalapa, contrahierba, zarzaparrilla, cañafistula, calaguala, jengibre, bálsamo y aceites de maria y cani-
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Gráfico n a 5 Importaciones productos coloniales (1747-1796) (Cifras contables) Otros
Algodón
Cacao
Grana Palos Unie
Cueros
Cobre
Cascarilla
Gráfico n s 6 Importaciones productos coloniales (1747-1796) (Cifras corregidas)
ganadera (si bien, a condición de no olvidar, como es notorio, que el recurso minero por excelencia de aquellas tierras, su producción argentífera, se importaba mayoritariamente amonedada y constituye, por tanto, el grueso del apartado de los caudales), con predominio exclusivo de las materias primas, prácticamente en estado natural o que, a lo sumo, apenas exigían una manipulación elemental. Que esto sea así no parece que requiera de excesivas explicaciones, ya que, sencillamente y como es bien sabido, responde a la "lógica natural" de las reglas del "juego" del pacto colonial, modelo de dependencia económica que España, a semejanza de lo que ya venían haciendo, desde bastante tiempo atrás, el resto de los me-; colorantes y barnices -como el achiote y el copal-; productos alimenticios y especias -arroz, miel, chocolate, café, té, vainilla y pimienta de Tabasco-; maderas "nobles" -caoba, cedro y ébano-; perlas, conchas de nácar, carey, etc.
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países colonialistas de su entorno, intentaba también llevar hasta sus últimas consecuencias. Otra cuestión bien distinta y en la que incidiremos de inmediato será la de comprobar si todos y cada uno de los productos recogidos en el cuadro mantuvieron, a lo largo de las distintas etapas en que hemos subdividido el periodo, idéntico grado de representatividad en el conjunto. Ahora bien, antes de pasar a ello y dado que, como se recordará, el cuadro que estamos comentando incluía también una segunda columna con las cifras "contables" referidas al tabaco, no estará de más alguna alusión, por breve que sea, a las diferencias más llamativas que estas otras cifras introducen en la estructura compositiva que acabamos de describir. En esta dirección y como salta de inmediato a la vista, el dato más significativo lo constituye, sin duda alguna, el hecho de que el propio tabaco se sitúe a la cabeza del grupo de los productos que hemos denominado "claves", no ya sólo desplazando de esa posición de privilegio al cacao y la grana, sino, además, duplicando, prácticamente, los valores del azúcar y el añil y triplicando el de los cueros. En cualquier caso y al objeto de intentar clarificar "definitivamente" la situación, veamos que sucede al descomponer, como ya hemos anunciado, este bloque cronológico de cincuenta años en las tres etapas "significativas" que establecimos con anterioridad: Cuadro n° 5 Importaciones géneros coloniales entre 1747-1796 (en pesos fuertes) Productos Algodón Añil
1747-1765
1766-1778
Valores
%TotaI
Valores
33.313
0,04
305.257
8.056.877
10,62
5.871.496
1779-1796
%Total
Valores
%Total
1.699.665
0,91
6,88
31.346.084
16,77
0,36l
Azúcar
6.420.483
8,47
8.808.899
10,32
31.391.706
16,80
Cacao
19.455.732
25,65
21.851.500
25,61
42.352.782
22,66
Cascarilla
4.289.398
5,66
4.601.634
5,39
7.719.728
4,13
Cobre
1.131.604
1,49
1.668.393
1,96
2.237.963
1,20
Cueros
3.126.272
4,12
6.994.095
8,20
19.526.051
10,45
23.557.922
31,06
26.558.871
31,13
33.175.010
17,75
1.251.633
1,65
971.750
1,14
840.871
0,45
Grana Lana Vicuña Palos tinte Tabaco Otros
Totales
617.757
0,82
494.417
0,58
2.741.250
1,46
5.842.243 2.419.294
7,23
5.761.249
6,75
8.184.953
3,19
1.435.420
1,68
5.673.847
4,38 3.04
75.842.528
100,00
85.322.981
100
186.889.910
100,00
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Una primera ojeada al cuadro pone de manifiesto, incluso con las cifras brutas, que cualquier tipo de cambio al que nos estemos refiriendo, en los productos que se manifiestan como protagonistas, se ha producido en la etapa de plena implantación del libre comercio con respecto a las dos anteriores. Por supuesto que, para medirlo con rigor, necesitaríamos establecer los valores medios anuales, ya que las etapas abarcan en cada caso un número de años diferente; pero, incluso a simple vista y sin realizar tal cálculo, se advierte que la superioridad de los valores de la tercera etapa marcan unas distancias en general muy considerables. Bien entendido que esto no significa que entre las dos primeras etapas no se hayan producido ya algunos cambios que pueden resultar indicativos; en efecto y por más que en la segunda la grana y el cacao sigan manteniendo idénticas posiciones de privilegio, muy distanciadas todavía del resto de los productos claves, no por ello podemos dejar de resaltar los sustanciales avances experimentados por el azúcar y los cueros, que duplican y triplican, respectivamente, sus valores promedios anuales y cuya vinculación con la entrada en vigor de los primeros decretos liberalizadores del comercio parece incuestionable (no en vano, el azúcar procede casi en su totalidad del área caribeña y los cueros constituyen también un importante renglón de las exportaciones de esta zona). Ahora bien y como ya hemos adelantado, fue en la tercera y última etapa cuando, en verdad, se aprecian cambios lo suficientemente significativos como para alterar la estructura básica en su conjunto y de ahí que pueda resultar más clarificador, a efectos de "medir" el impacto de la plena implantación del libre comercio, comparar dicha etapa con un conjunto que englobe a las dos anteriores. El resultado, producto a producto y en sus valores absolutos y relativos, es el que se manifiesta en el cuadro siguiente: Cuadro n° 6 Importaciones géneros coloniales 1747-1796 1779-1796
1747-1778 Productos Algodón Añil Azúcar Cacao Cascarilla
Valores 338.570 13.928.373 15.229.382 41.307.232 8.891.032
Cobre Cueros Grana Lana Vicuña Palos tinte
2.799.997 10.120.367
Tabaco Otros Totales
50.116.793 2.223.383 1.112.174 11.242.492 3.854.714 161.165.509
% Total 0,21 8,64 9,45 25,63 5,52 1,74 6,28 31,09 1,38 0,69 6,98 2,39 100,00
Valores 1.699.665 31.346.084 31.391.706 42.352.782 7.719.728 2.237.963 19.526.051 33.175.010 840.871 2.741.250 8.184.953 5.673.847 186.889.910
% Total 0,91 16,77 16,80 22,66 4,13 1,20 10,45 17,75 0,45 1,46 4,38 3,04 100,00
¿De la mina a la plantación?
Gráfico na 7 Importaciones productos coloniales (1747-1778) Tabaco
Otros
Lana vicuña
Azúcar Algodón
Grana Cacao
Palos tinte
Cueros
Cobre Cascarilla
Gráfico n a 8 Importaciones productos coloniales (1779-1796)
Grana
Arúcar Palos tinte
Cueros
Algodón Cobre Cosí-villa
Cacao
Salvo error de apreciación, en esta última etapa, de crecimiento generalizado para la totalidad de los productos-clave, resultan especialmente espectaculares los incrementos que experimentan el trío formado por el añil, el azúcar y los cueros;
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González
concretamente, si acudimos a las medias anuales que estos productos sostienen en cada caso, nos encontramos con que el añil ha protagonizado un aumento del 323%, el azúcar del 288% y los cueros del 263%, mientras que, por su parte, la media anual del valor alcanzado por la totalidad de los productos entre ambos bloques cronológicos se ha incrementado en un 118%. Estos datos nos dan, pues, dos confirmaciones: la primera, que en la etapa de plena implantación del libre comercio el promedio anual del valor de las importaciones de los géneros coloniales en su conjunto se ha duplicado; la segunda, que casi con toda seguridad, los principales protagonistas del salto han sido los tres productos ya reseñados, a los que, seguramente, habría que añadir también el cacao, que prácticamente ha doblado el valor promedio de sus importaciones. A la vista de esta situación, ¿existe alguna relación constatable entre tales datos y las novedades características que aporta la plena implantación del libre comercio? En mi opinión y sin caer en ningún tipo de automatismo rígido, tal relación parece dibujarse en función del aumento esperable de la actividad del tráfico que el libre comercio dio de sí justamente para las regiones origen de los productos reseñados. Efectivamente, el añil sale de Honduras, Guatemala y Venezuela; el azúcar sustancialmente de Cuba; los cueros de Venezuela, Cuba y, sobre todo, Río de la Plata, mientras que el cacao es básicamente venezolano. De hecho, el único dato que parece desentonar de este cuadro y que, por tanto, no acaba de encajar en la dinámica del periodo, es el relativo a la grana, cuya significación en el conjunto sufre un drástico e importante retroceso, perdiendo su liderazgo hasta el punto de quedar prácticamente equiparada con el azúcar y el añil31. Desde luego, vaya por delante que ninguna de las informaciones disponibles acerca de sus niveles de producción en Nueva España (principal centro productor) justifican, en modo alguno, ese comportamiento32. Una aparente explicación podría consistir en pensar que, quizás a diferencia de lo que sucedía con algunos otros de los llamados productos-clave y muy en particular con el tabaco, las importaciones de grana, lejos de concentrarse mayoritariamente en el puerto de Cádiz, se repartieron de forma más "generosa" entre la totalidad de los puertos habilitados en la península. Pese a que tal hipótesis se refiere a un hecho real, la información parcial de la que disponemos no apunta a que esta dispersión resulte una garantía suficiente de la caída sufrida 33 . Otra posi3 ' Tal vez convenga insistir en que el retroceso al que estamos aludiendo está referido a su nivel de representatividad en el conjunto, ya que la media anual de sus importaciones creció en este último periodo en un 25% (pasó de 1.566.150 pesos a 1.951.471 pesos). 32 Vid. al respecto, A. de Humboldt: Ensayo político págs. 304-310.
sobre el reino de la Nueva
España,
33 Concretamente, las cantidades que se importan por el puerto de Barcelona (el segundo en importancia después de Cádiz, no se olvide) en el transcurso de estos años, no avalan, desde luego, dicha hipótesis, ya que, según Fisher, tan sólo sumaron 141.840 pesos, cifra apenas equivalente al 0,4% de la registrada en Cádiz. Cfdo. J. Fisher: Op. cit. pág. 114.
¿De la mina a la plantación?
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ble explicación sería, en cambio, la de hacer recaer la responsabilidad sobre un descenso de la demanda europea de dicho producto. En esta dirección apuntan, desde luego, las afirmaciones de R. Chamboredon, cuando señala expresamente que, a partir de 1783, la reprise des hostilités dans le bassin oriental de la Méditerranée, le 'triste état' des affaires et des fabriques au moment où la spéculation financière à Paris détournait les capitaux de l'investissement productif et provoquait un resserrement du crédit, autant de facteurs qui contribuèrent au 'triste état' de la cochinille sur les marchés de consommation, où la vogue de l'écarlate semblait passée de mode. Tant à Marseille ... qu'à Cadix ... la grana était délaissée".
Es más, incluso cabría sugerir la posibilidad de que la "moda" de la grana tal vez haya sido sustituida por la del añil, lo que contribuiría, por su parte, a aclarar el espectacular ascenso de este otro producto. Finalmente y para completar esta visión, me ha parecido que podría resultar asimismo ilustrativo establecer una aproximación más pormenorizada a las áreas de procedencia de las importaciones y al avatar de su evolución en las dos etapas que hemos propuesto como más eficaces para la cualificación del cambio. Ahora bien, al respecto, conviene advertir que, pese a todo, la funcionalidad del análisis no será tan alta como podría esperarse debido a la disparidad de los conjuntos informativos disponibles para dichas etapas, ya que, mientras para el primer bloque mis datos permiten separar géneros y caudales, la información que Fisher nos proporciona para el segundo está referida al total de las importaciones, lo que imposibilita dicha división. En consecuencia, trabajaremos con los totales, tal y como aparecen recogidos en el siguiente cuadro, aclarando, además, que en aquellos casos en los que el registro reseña para un navio más de un lugar de procedencia, el valor de su cargamento lo hemos adscrito al primer puerto que aparece mencionado: Cuadro n° 7 Origen regional de las importaciones (en pesos fuertes) 1747-1778 1779-1796 Regiones %Total Valores Valores Veracruz 358.611.596 (52,60) 242.596.656 (1,92) 23.931.552 Honduras/Campeche 13.078.538 Cartagena (8,27) 28.083.228 56.360.102 Venezuela (3,79) 49.378.009 25.836.545 Caribe (5,15) 73.424.043 35.088.889 (6,35) Río de la Plata 43.284.782 44.656.757 Pacífico (21,66) 86.039.214 147.710.767 Otros (0,26) 2.291.430 1.799.329 Total 100,00 550.400.889 681.796.581 34 R. Chamboredon: Op. cit. pág. 547.
%Total (44,08) (4,35) (5,10) (8,97) (13.34) (8,11) (15,63) (0,42) 100,00
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González
Gráfico n° 9 Origen regional importaciones (% sobre total)
Veracruz
HondurasCampeche
Cartagena
Venezuela 1747-1778 •
Caribe
•
Rio de la Plata
-
Pacifico
1779-1796
Gráfico n° 10 Desglose del origen regional de las importaciones (1747-1778)
Veracruz
HondurasCampeche
Cartagena •
•
Venezuela
"Acaudales
•
Caribe
Pacifico
Otros
%productos H %total
En una primera aproximación de conjunto y aunque la estructura general del orden de importancia de los puertos no presenta una alteración espectacular, sí que ofrece ciertas modificaciones expresivas al respecto. En esta dirección, los datos más llamativos que refleja el cuadro son: de una parte, el sensible retroceso que acusan las importaciones procedentes de Cartagena y la costa del Pacífico en el
¿De la mina a la
plantación?
201
periodo del libre comercio y, de otra, el espectacular avance que experimentan, en contrapartida y en esa misma etapa, las de la zona del Caribe y Venezuela. Concretamente mientras que las importaciones de Cartagena sufren una caída, en su peso proporcional, del orden del 39% y las del Pacífico del 28%, las de las islas caribeñas (que es casi tanto como decir Cuba) aumentan, en cambio, en un 159% y las de Venezuela en un 137%. En orden a las razones que han podido contribuir a provocar ambas situaciones, mientras que el incremento de las islas y de la región venezolana no parece que haya el menor problema en vincularlo con el impresionante ascenso que protagonizaron sus exportaciones (añil, azúcar, cueros y cacao) a raíz de sus respectivas incorporaciones al área del libre comercio, con relación al retroceso de Cartagena y el litoral chileno-peruano, las cosas no parecen estar tan claras. Por lo que se refiere a Cartagena lo cierto es que su pérdida de protagonismo viene ya de más atrás; concretamente, del período 1766/78, en el que los envíos procedentes de este puerto redujeron, drásticamente, su cuota de participación en el concierto general de puertos, pasando desde el 10,3% del periodo precedente (1747-65) hasta el 5,8%. Respecto a las causas que hayan podido determinar esa evolución y que todavía siguen actuando en la etapa del libre comercio, Fisher, tras excluir la "mayor", es decir, que existiese en Nueva Granada "una situación de atraso económico", apunta como principal responsable al hecho de que "sus habitantes seguían prefiriendo el contrabando" 35 : por nuestra parte y sin restarle protagonismo a ese factor, entendemos que otro que también debió incidir, probablemente, con fuerza fue el hecho de que, a partir de los años sesenta, Cartagena dejase ya de jugar el papel de puerto "natural" de salida de la mayor parte de los productos y caudales procedentes del virreinato peruano. Por lo que atañe, a su vez, al retroceso que sufren, asimismo, los envíos desde este último territorio, tal vez cabría achacarlo (amén de al hecho de que su comercio estuvo prácticamente paralizado entre 1779 y 1783) a los cambios territoriales operados en estos años en el virreinato peruano, en particular, la pérdida de la región de Potosí que se incorporó al nuevo virreinato de Río de la Plata; las cifras respectivas de pérdida y aumento resultan un indicio tentador, ya que, mientras el virreinato peruano desciende en un 28% el de Río de Plata gana un 27%. Finalmente y en cuanto al ligero retroceso que acusan también las importaciones procedentes de Veracruz (su peso proporcional sufre un recorte del orden del 16%), tan sólo apuntar como posibles causas tanto a la incidencia que pudo tener el régimen de "repartimiento de toneladas" impuesto al virreinato durante los años 1778-89 como al descenso, ya reseñado, que experimentó la demanda del principal renglón de sus exportaciones, es decir, la grana. En definitiva y a modo de resumen quizás se podría decir que, de resultas de todos estos cambios, frente al fuerte nivel de
35 Cfdo. J. Fisher: Relaciones económicas entre España y América hasta la Independencia, Madrid, 1991, págs. 214-15.
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concentración que presentan las importaciones durante el periodo 1747-78 (no en vano, sólo las de Veracruz y la zona del Pacífico suponen el 75% del total), en la etapa del libre comercio se ha producido una mayor dispersión, si bien dicho esto con referencia a la situación del resto de los puertos excluido el de Veracruz, que sigue manteniendo por si sólo el 44% del total. fe****************************
A estas alturas y después de lo que, comprendo, ha sido una indigesta relación cuantitativa, parece que estamos en condiciones de retomar la propuesta que hacía en la introducción y de confirmar el papel de la etapa del libre comercio en la modificación estructural de las importaciones americanas. Al respecto, sin embargo, parece, igualmente, que convendría establecer dos conclusiones clarificadoras. La primera, que el papel atribuido al diseño del libre comercio no debería asumir un mecanicismo dogmático en el sentido de evidenciarlo como el único y absoluto motor del cambio; tengo la impresión de que una conclusión semejante resultaría excesiva, teniendo en cuenta la exclusividad de las fuentes cuantitativas que hemos utilizado, de modo que no parece prudente responsabilizar a las simples series numéricas del fenómeno que manifiestan y en cuya aparición podrían haber intervenido otros factores cuya huella en este trabajo no ha tenido presencia. La segunda, que pese a la innegable remodelación estructural del peso de los productos con respecto a los caudales, es evidente que, con las cifras que hemos utilizado, no puede sostenerse la imagen de vuelco trascendental, de cambio desmesurado que se deducía de la presentación que en su día hizo Fisher en función de sus datos. En efecto, convendría ahora recordar que, al partir de una valoración del total de las importaciones de 1778 que él cifró en 3.727.914 pesos para el total de los puertos habilitados y de 1.720.514 para el de Cádiz, la imagen de dinamismo y, sobre todo, la hipertrofia de los porcentajes de crecimiento resultaban de una espectacularidad indudable; piense en los porcentajes que Fisher proponía y que como es sabido eran, a nivel general, del orden del 1.100% para el conjunto del periodo 1782-96 con relación a 1778 (en Cádiz ascendían hasta el 2.000%) y que a partir de 1788 se mantenían siempre por encima del 1.200% e incluso próximos al 1.300% como media (en Cádiz al 2.500%) 36 . Los datos que acabo de aportar ponen de manifiesto, por el contrario, que el valor de las importaciones realizadas por Cádiz en 1778 sólo fue superado en cinco ocasiones en el transcurso del periodo 1782-96 (concretamente en los años 1784, 1785, 1791, 1794 y 1796) y en el mejor de los casos (1796) en un porcentaje de tan sólo el 19,5% (y ello, no se olvide, a costa de trabajar con las cifras "contables" y no con las "corregidas"). La situación de desenfoque se produce al partir Fisher de una cifra de valoración para
36 J. Fisher: Commercial relations between Spain and Spanish America..., pâgs. 61 y 107.
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1778 que, como acabo de demostrar, apenas representaba el 4% de la real. Desde luego, si tenemos en cuenta que esa cifra fue también la utilizada por la totalidad de los viajeros de la época, puede comprenderse su entusiasmo (al que, además, estaban "predestinados" por su filosofía de las ventajas del libre comercio) y la magnificación que hicieron de esta nueva política en sus escritos e informaciones. Por otra parte y como ya hemos tenido ocasión de demostrar, la "corrección" de la valoración oficial del tabaco a partir de 1785 (cambio probablemente imposible de aceptar como un mero capricho institucional) contribuye, igualmente, a reducir la espectacularidad de las cifras y a situarlas en un contexto mucho más razonable. En definitiva, mi intención no era otra que la que ha quedado de manifiesto a lo largo de todo el razonamiento y la aportación estadística: que la política del libre comercio tuvo, efectivamente, una capacidad de impacto interesante en la estructura del comercio de importación americano pero que tal impacto ha podido presentarse con dimensiones absolutamente desmesuradas. En qué medida la intencionalidad institucional colaboró en su época a magnificar los efectos de esa política, en una maniobra de autopropaganda, más o menos elaborada, puede resultar, sin duda, una investigación atractiva, pero que escapa, con toda evidencia, a mi modesta aportación actual.
Vinculaciones entre regiones alemanas y novohispanasmexicanas: notas sobre algunos aspectos tecnológicos, mineros y comerciales Brígida von Mentz¡ A partir de la independencia de los países iberoamericanos fue notoria la presencia del capital europeo comercial en sus puertos y ciudades más importantes. Por esta notoriedad, esta presencia se ha estudiado ya, por ejemplo en el caso de México, en varios trabajos. Para estudiar en especial al capital alemán en este país, hace ya quince años varios historiadores mexicanos realizamos investigaciones colectivas sobre los comerciantes de las regiones alemanas que llegaron a él desde 1821, es decir, a partir de la apertura del país al mercado mundial. 2 La suposición lógica detrás de dicha investigación que realizamos en los años setenta era que con la caída del Imperio español pudieron llegar a México los agentes directos de las casas comerciales de Hamburgo, Bremen y Lübeck, así como agentes de fabricantes de productos de hierro y cuchillería, o de textiles, especialmente del lino. Estudiar las relaciones comerciales entre México y los Estados Alemanes obedecía, entonces, a un interés de conocer mejor y más detalladamente cómo se habían relacionado los comerciantes y productores alemanes con el mercado mexicano recientemente abierto al mundo y cómo habían aprovechado a su vez las oportunidades que el país brindaba como productor de plata y de tintes y maderas finas, azúcar, cacao, vainilla así como de otros productos tropicales. Nuevos trabajos posteriores a los nuestros en México fueron elaborados por el profesor Bernecker en Alemania quien se concentró también en el siglo XIX, o por jóvenes que han seguido en algunas de estas pistas incluyendo el siglo XX. 3
' Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social, México. 2 Resultados de esas investigaciones fueron las publicaciones Mentz, Brígida von et al.: Pioneros del Imperialismo alemán en México, México, CIESAS, 1982 entre otras publicaciones. 3 Bernecker, Walther: Die Handelskonquistadoren. Europäische Interessen und mexikanischer Staat im 19. Jahrhundert, Stuttgart, 1988. Fröschle, Hartmut (ed.): Die Deutschen in Lateinamerika, Schicksal und Leistung, Tübingen 1979. Pohle, Fritz: Das mexikanische Exil. Ein Beitrag zur Geschichte der politisch-kulturellen Emigration aus Deutschland 1937-1946, Stuttgart, 1986. Schuler, Friedrich: The German Community in Mexico and the Third Reich 1932-1941, Diss., The University of Chicago, 1986. Nagel, Silke: Integration oder nationalistische Abgrenzung. Deutsche Einwanderer in Mexiko-Stadt, 1870-1942, Hausarbeit zum Magister Artium, Berlin, 1991.
Brígida von Mentz
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Actualmente mi interés se centra en la historia económica y social de México, en especial en la historia del trabajo, y he observado que no se entiende el desarrollo que tuvo México en el siglo XIX si no se conoce mejor el desarrollo económico y social anterior; por eso me he acercado también a los siglos XVI al XVIII. A raíz de estas (para mí) nuevas experiencias, en esta ponencia quisiera cuestionar algo los presupuestos de periodización de antaño y hacer algunas preguntas en relación a otro tipo de vínculos entre regiones alemanas y novohispanas-mexicanas. Más que resultados finales quisiera discutir algunos problemas y algunas preguntas que considero permanecen aún abiertas. Veremos primero algunas características del comercio entre las regiones alemanas y el México independiente, para partir de lo conocido hacia lo desconocido. En un segundo punto se analizará brevemente el desarrollo práctico y teórico de la minería y la metalurgia en regiones alemanas y su relación con el desarrollo novohispano, y, finalmente, en un tercer punto, la relevancia del mundo financiero alemán en relación con dicho ramo económico, lo cual está articulado con el problema de la "nacionalidad" o "internacionalidad" del capital financiero. 1. El capital alemán en el comercio mexicano. Su relación con la exportación de plata Unos rasgos característicos del comercio de regiones alemanas con el México independiente fue la preponderancia ya en 1853 de productos de ferretería así como de productos químicos o relacionados con droguerías y perfumería. Casas comerciales como Stürken y Pollitz, Lohse y Cía, Simonsfeld, Kaufmann y Cía, Müller y Cía, Nagel y Cía introducían cantidades fuertes de ferretería ya en 1853 como muestran libros de recaudación fiscal de la ciudad de México. 4 En ese mismo año, y sólo entre julio y diciembre, se registra la exportación de muchos miles de pesos en plata exportados por Veracruz por las casas Kaufmann y Cía (29.000$), Jochheim y Cía (40.000$), Stürken y Pollitz (43.000$), Uslar y Cía (60.000$), Bahre y Cía (131.000$) y de Wilde y Cía (86.000$). Esta última casa comercial es especialmente importante, pues en años posteriores el sobrino del comerciante de Wilde Esteban Benecke será representante no sólo de la importante casa comercial sucesora de la de su tío, sino representante de la Deutsche Bank en México. 5 Las listas de este tipo de importaciones en las que destacan la ferretería y las exportaciones de plata son más completas para años posteriores como los setenta. Si bien crecen las cantidades de mercería que los alemanes importaban, así como de todo tipo de vinos, papel, cristales, drogas y juguetes, las casas comerciales 4 Mentz, Brígida von et al.: Los pioneros CIESAS, 1982, p. 75. 5 Ibíd, p. 105.
del imperialismo
alemán en México, México,
Vinculaciones entre regiones
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alemanas en México se van especializando sobre todo en ferretería y productos químicos. Llegaba a México a través de comerciantes alemanes cuchillería de Solingen y todo tipo de armas y herramientas de acero, hierro, bronce, cobre de las manufacturas y fábricas de Remscheid, Iserlohn, Suhl, pero también instrumentos musicales de todo tipo 6 . Valdría la pena, por ejemplo, una investigación sobre la introducción a México de instrumentos musicales de aliento, trompetas, cornos, tubas, etc., relacionada con la misma especialización en metalurgia y tal estudio a la vez podría aportar a la historia de la música de ambos continentes. Las exportaciones de plata continuaron siendo impresionantes, por ejemplo, en 1871-72 exportaba la ya mencionada casa Benecke y Cía 601.420 pesos de plata, o la casa Bonne & Ebert 783.497$. (Esta última casa se convirtió más tarde en G. Struck y Cía) Nótese que estas cifras son las registradas oficialmente, mientras que se trata de una época en la que florecía de manera impresionante el contrabando con los pesos de plata o la plata en lingotes que era sacada clandestinamente del país, como bien ha recalcado en sus trabajos el profesor Bernecker. Durante la dictadura de Porfirio Díaz además de proseguir esta trayectoria de especialización en productos químicos y ferreteros, las casas más relevantes destacaron por su actividad financiera. Otorgaron ahora créditos a largo plazo, préstamos de todo tipo, llevaban cuentas corrientes, aceptaban depósitos y participaban de manera destacada en inversiones de infraestructura o producción. 7 Estos comerciantes-banqueros fungieron muchas veces como intermediarios de los grandes préstamos que México obtenía en esta época de los bancos alemanes o en las mencionadas inversiones de capitales de los bancos alemanes en México. 8 El período del Porfiriato fue una época de significativa expansión productiva, lo que sin embargo (como ha sido frecuente en la historia de México) no implicó un desarrollo de la sociedad en su totalidad. En esa época por primera vez logró entrar el capital alemán en México en forma de importantes préstamos al gobierno: en 1888 un consorcio de bancos bajo la dirección del banco berlinés Bleichroder prestó al gobierno mexicano 10.5 millones de libras esterlinas en 6
Ibíd, p. 81 y pp. 88ss. 7 Mentz, Brígida von, V. Radkau, D. Spenser y R. Pérez Montfort: Los empresarios alemanes, el Tercer Reich y la oposición de derecha a Cárdenas, 2 vols., México, CIESAS, 1988, v. l,p. 39.
8 Un ejemplo sería su participación en la fundación en 1898 del Banco Central Mexicano en el que intervienen como agentes de la Deutsche Bank y la de Bleichróder (hasta 1902), o en la del Banco Mexicano de Comercio e Industria en 1906 (Banco que sólo existe hasta 1917). Sucursales de los bancos germanos Deutsche Bank (en México Banco Alemán Transatlántico, Deutsche Überseebank) y de la Dresdner Bank que funda junto con la Schaffhausener Bank el Banco Germánico de la América del Sur empiezan a tener presencia en México en esta época de expansión productiva que caracteriza el unilaterial crecimiento económico del Porfiriato. Mentz et al., op. cit., Empresarios alemanes..., pp. 39-40.
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Brígida von Mentz
condiciones sumamente ventajosas para el banco alemán y en 1890 logró hacer otro préstamo de 6 millones de libras. Como a México no le convenía esta unilateral dependencia financiera de la casa Bleichroder, el gobierno mexicano hizo varios esfuerzos por librarse de ella, obteniendo a partir de 1890 fondos de otros países, a pesar de que esto le estaba prohibido por una cláusula secreta con el banco alemán. 9 Sin embargo, esta momentánea dependencia de la casa Bleichroder, al parecer de los estudiosos, no trajo ventajas notorias al comercio alemán en México. 1 0 Los préstamos de la casa Bleichroder fueron reemplazados por una presión de fuerzas financieras norteamericanas, que conjuntamente con los bancos alemanes (Deutsche Bank, Dresdner Bank y Bleichroder) penetraron en el monopolio. Así, ya en 1899 el préstamo de 22.7 millones de libras esterlinas y en 1904 de 40 millones de dólares, los otorgan a México bancos conjuntamente norteamericanos con alemanes." En general, aunque hubo inversiones productivas, por ejemplo en la electrificación del país, y planes de grandes ventas de armamentos de la compañía Krupp a México o de construcción del ferrocarril de Tehuantepec por parte de la Dresdner Bank, la característica de las inversiones en los últimos períodos del Porfiriato radica en que son operaciones un tanto discretas por parte del capital alemán en México y actuaciones conjuntas entre el capital alemán y el norteamericano en varias importantes empresas. Bleichroder, por ejemplo, invirtió junto con capital norteamericano en la compañía petrolera Mexican Petroleum Co, y, para mencionar otro, la Darmstadter Bank y la Bank fiir Handel und Industrie junto con el banco norteamericano Ladenburg Thalmann colaboraron en la inversión en el Ferrocarril Central Mexicano. Quisiera destacar sobre todo la empresa minera de Peñoles porque en ella participó de manera destacada la Metallgesellschaft de Frankfurt junto con otros 9 Ibíd, p. 31. 10 Katz: Deutschland, Díaz und die Mexikanische Revolution, Berlin, Akademie Verlag, 1964. Idem: Secret War in Mexico: Europe and the United States and the Mexican Revolution, Chicago, The University of Chicago, 1981. ' 1 En este período del préstamo conjunto alemán norteamericano los alemanes invierten más de 3 millones de pesos en una planta eléctrica en la ciudad de México. En 1897 un conjunto de bancos alemanes con la Dresdner Bank al frente, establece junto con SiemensHalske la Cía Mexicana de Electricidad S.A. con capital de 320.000 libras, cuya finalidad era construir una central eléctrica para el alumbrado de la ciudad de México. Como intermediario funge el ingeniero Brockmann. En 1898 se inaugura el nuevo alumbrado abastecido por una planta termoeléctrica central con 4 máquinas de vapor de 800 HP cada una, cuyo costo fue de 12 millones de pesos. Esta empresa trajo altas tasas de ganancia, de un 7% a un 8%, al capital alemán. En 1903 se venden a una compañía canadense. Mentz et al., Empresarios alemanes..., v. 1, p. 32.
Vinculaciones
entre
regiones
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inversionistas norteamericanos. 12 A lo largo de todo del presente siglo, la Metallgesellschaft ha estado muy involucrada en el comercio de metales preciosos mexicanos, sin embargo su presencia ha sido extremadamente discreta y aún no se ha encontrado historiador interesado en escribir esta historia, que arranca del siglo XIX y llega a nuestros días. En Frankfurt existe el archivo de la empresa, que incluso está dispuesta a abrirla a historiadores de la economía y la sociedad interesados en este material documental. 13 Creo que merece tomarse en cuenta. Desde 1821 y durante todo el período independiente resulta evidente la relevancia de mercancías de metal en las casas comerciales alemanas de México, todo ello expresión del desarrollo alemán de la metalurgia y también, sobre todo a partir de la época del Segundo Imperio, su interés en el comercio de los metales preciosos mexicanos y su importancia financiera y como conversionista minero junto con el capital norteamericano. Si he insistido en la preponderancia de la metalurgia alemana y del financiamiento de la minería mexicana es porque quiero cuestionar mi propio acercamiento original a este problema de las vinculaciones entre las regiones alemanas y México, que planteaba un "inicio" relativamente abrupto en 1821, con la independencia política del país y con su apertura al comercio transatlántico. Creo que el Esta empresa por ejemplo, al llamarse Peñoles, nunca llama la atención como empresa parcialmente alemana. Es una típica inversión alemana-norteamericana de estos años y será una floreciente empresa minera a lo largo de todo el siglo XX. La actuación de la Metallgesellschaft de Frankfurt en México sin embargo destaca por su discreción. Cfr. Industrias Peñoles, S.A. de C.V.: Primer siglo de Peñoles, biografía de un éxito, 1887 - 1987, México, Cosmos Publicidad, 1988. Ya desde 1824 en Frankfurt operaba un banco de Philipp Abraham Cohén que era representante de ventas de los minerales de algunos distritos alemanes. Un yerno de Cohén, Ralph Merton quedó al frente, y su hijo Henry Ralph a la vez expandió el ahora llamado grupo Merton hacia Londres, donde se asoció con otros inversionistas. En 1881 la antigua casa Philipp Abraham Cohén se reorganizó como una corporación minera, la Metallgesellschaft, y tanto la compañía de Frankfurt como la de Londres comenzaron a adquirir influencia en el mercado internacional de metales. La familia Ladenburg de Frankfurt, emparentada con los Merton, había establecido en 1880 en la ciudad de Nueva York una firma bancaria Ladenburg, Thalmann & cia. Este grupo envió a México a un representante para encargarse del comercio y exportación de metales. El grupo Merton de Londres y Frankfurt junto con Ladenburg fundan la American Metal Company en 1887 en Nueva York, con un 49% de capital alemán y esa compañía fundará luego en 1890 la nueva empresa en México llamada Cía de Minerales y Metales S.A. Industrias Peñoles, op. cit., p. 33-34. En cambio, la Cía Minera de Peñoles se formó en 1887 con socios mexicanos. Finalmente, en 1890 en México se constituyó la Cía de Minerales y Metales S.A., cuyos principales accionistas fueron Henry R. Merton & Co de Londres, Metallgesellschaft de Frankfurt y los señores Jacob Langeloth y Berthold Hochschild de Nueva York. ' 3 Cfr. León E. Bieber (ed.): Catálogo de las fuentes para la historia de México en la República Federal de Alemania, 1521 - 1945, Berlin, Colloquium Verlag, 1990, pp. 341ss.
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tema de la periodización es central para los historiadores y que hay que revisar de vez en cuando nuestros incuestionados supuestos sobre los cortes temporales. La independencia de México y la revolución industrial europea anteriormente me parecían parteaguas de tal manera significativos que se trataba de una discontinuidad que permitía ver un real "inicio" de la presencia de intereses comerciales alemanes en México. Hoy no estoy tan segura de ello. Veremos por qué. 2. Tecnología y organización del trabajo minero en Europa central y en la Nueva España Como segundo punto me gustaría profundizar en la cuestión del evidente desarrollo de la minería y la metalurgia alemanas con su vinculación con los problemas de financiamiento, y relacionarla con la historia económica y social de México. ¿Qué sucede con Nueva España-México, primer productor de plata del planeta por varios siglos, en relación a esta especialización tecnológica alemana y en relación a su fortaleza financiera en determinados momentos históricos? Parto de la premisa de que ciertas industrias que florecieron desde el siglo XVI como la extracción minera y el beneficio y metalurgia de hierro, plata o cobre, la construcción de naves y de vehículos, las imprentas, el comercio y el transporte fueron ramos económicos cuyo desarrollo y cuyas experiencias concretas fueron trascendentes para el desarrollo capitalista ulterior. Los estudios de Hermann Kellenbenz, por ejemplo, han mostrado la importancia del comercio y el desarrollo productivo interno de las regiones alemanas en los siglos XV a XVII.' 4 No puedo profundizar en ello, sino sólo tomaré para los fines de esta ponencia el caso del ramo minero-metalúrgico. Además, un excelente estudio reciente publicado en Frankfurt, Die Anfänge des Kapitalismus in Zentraleuropa, de Lawrence Krader, profesor emérito de la Freie Universität Berlin, estudia estos aspectos más ampliamente. 15 En los siglos XV y XVI hubo transformaciones muy importantes en regiones alemanas de Europa central como el Harz, el Erzgebirge y varias otras, por el desarrollo que requirió la minería argentífera. Este desarrollo se refiere en especial a lo que fueron las "artes" o máquinas para la trituración, para el desagüe, para la extracción del mineral, así como transformaciones técnicas, inventos y adaptaciones complejas en la organización del trabajo.
14 Kellenbenz, Herrmann: "Gewerbe und Handel 1500-1648", en: Handbuch der deutschen Wirtschafts- und Sozialgeschichte, H. Aubin y Wolfgang Zorn (eds.), Stuttgart, Union Verlag, 1971, pp. 414- 450. La obra de Kellenbenz es muy vasta y no puede referirse aquí. Son pioneros y centrales sus aportaciones en relación con la expansión colonial y comercial europea en los siglos XVI a XVIII. 15 Krader, Lawrence: Die Anfänge Lang, 1993.
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Por lo general, el capital financiero para este tipo de producción provenía de los centros urbanos; destacaron en especial Augsburg, Nürnberg, Frankfurt, pero también intentaron controlarlos o legislar sobre sus propios derechos los señores feudales, príncipes o reyes. La producción sobre todo de metales preciosos experimentó un auge especialmente en el siglo XVI junto con complejos mecanismos de financiamiento, que se analizarán más abajo en el tercer punto. La minería (tanto de metales preciosos como no preciosos) y toda la industria del metal en general, extracción, beneficio y manufactura, puede considerarse uno de los ramos económicos motores de las transformaciones dinámicas hacia el capitalismo -uno entre varios, claro está, pues nunca es sólo uno el factor decisivo en la historia-. El desarrollo precisamente de este ramo destacó en las regiones alemanas tanto en la manera práctica de realización del trabajo, su organización, el desarrollo técnico y la aplicación de nuevos conocimientos, como también en la discusión teórica. Los escritos del siglo XVI de Georg Agrícola, Biringuccio, Ercker, Streittmann y Kunckel llaman la atención especialmente por su objetividad y concreción. Ante la especialización minero-metalúrgica alemana no sorprende, por ejemplo, que haya sido a la ciudad de Augsburg ("Augusta") a donde Carlos V haya mandado fabricar en 1555 cientos de cañones a maestre Loeffler, financiado por Hugo Angelo, banquero que frecuentemente firmaba con el emperador "asientos" o contratos de financiamiento16. En esa época en todas partes se relacionaba lo alemán con trabajos en metal. Así, el maestro Juan, armero de Hernán Cortés durante la conquista del México Antiguo, fue un alemán experto en la fabricación de armas de metal, y los primeros alemanes de los que tenemos noticias en la Nueva España, también fueron expertos mineros. La alusión a alemanes durante los siguientes trescientos siglos novohispanos será de manera prácticamente infalible en relación con la innovación tecnológica minera. Por ejemplo, Johann Engel quien llegó en 1536 a Sultepec en la Nueva España con las máquinas y aperos necesarios para la trituración y fundición de los metales, mandado por los empresarios alemanes de Sevilla Martin Berger y Christoph Raiser, posiblemente en relación con los Welser y con la casa Cromberger en Sevilla17. Se trataba de personalidades que experimentaron en métodos de beneficio, que montaron nuevas máquinas para desagüe, que propusieron nuevas formas de beneficio químico, y Carande, op. cit. Se mencionan estos alemanes en Francisco de Icaza: Diccionario Biográfico de Conquistadores y Pobladores de Nueva España, nums. 1156 y 1157. Cfr. también Kellenbenz, op. cit.; Henry Wagner: "Early Silver Mining in N e w Spain", en: Revista de Historia de América, Instituto Panamericano de Geografía e Historia, México, 1942, 14, pp. 49-71; Robert West: "Early silver mining in N e w Spain.1531-1555: Techniques and production", ponencia presentada en el 47° Congreso Internacional de Americanistas, N e w Orleans, 9 de julio de 1991.
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esto se debía precisamente a esta tradición que emanaba de los mencionados siglos XV y XVI en estas regiones alemanas argentíferas, así como de la tradición en metalurgia y la producción urbana de armamentos. Aun bien entrado el siglo XVIII todavía llegaban expertos mineros alemanes contratados por España a introducir mejoras técnicas a la minería argentífera novohispana 18 . Toda explotación minera mayor está íntimamente relacionada con casas comerciales que financian esas aventuras, que significan un gran riesgo, pero, en caso de ser exitosas, redundan en grandes beneficios. Kellenbenz ha contribuido a resaltar la importancia que en el siglo XVI tuvieron en Sevilla las familias Cromberger y Nürnberger, así como Ehinger, Dalfinger y Seiler. Estos mercaderes realizaron grandes negocios por su propia cuenta o en nombre de la familia Welser. Ya Juan Friede ha estudiado su intervención en Venezuela pero faltan estudios sobre las relaciones comerciales de estos mercaderes-banqueros con la Nueva España". Es evidente que las remesas ultramarinas, en especial la plata novohispana, multiplicaron el caudal de los ingresos de estos banqueros. La pregunta que me hago, es ¿no habrán tenido una influencia más relevante esos bancos alemanes y esas grandes casas de comercio en la Nueva España? Hasta ahora sólo se han resaltado personalidades individuales, ciertos nombres, ciertos cosmógrafos, el impacto de técnicos y mineralogistas, pero creo que la importancia puede haber sido mayor, aunque posiblemente discreta por los problemas que les podían causar la intolerancia religiosa española. Me pregunto si una economía que producía la mayor parte de la plata que en ese momento circulaba en Europa no habrá tenido mayor relación de lo que hasta ahora sabemos con esos centros financieros alemanes del siglo XVI. Será tarea de posteriores estudios contestar esa pregunta. Sin duda en el siglo XVII la Guerra de Treinta Años que devastó Europa central causó una reorientación en el conjunto de la economía europea y permitió el repunte en el siglo XVIII de la producción minero-metalúrgica y de las casas de comercio, ahora bajo égida inglesa, que acabaron por dominar el tráfico transatlántico en el siglo XIX desde Londres.
Existen ya varios trabajos que estudian la minería del siglo XVIII en detalle y en especial la llegada del grupo que en 1788 llegan a Nueva España. Entre ellos están Friednch Sonnenschmidt, quien resaltará por sus tratados de amalgamación y beneficio de los minerales de plata, así como Franz Fischer y Louis Lindner. Los tres permanecen en México, enseñando en el Colegio de Minería. Otros que los acompañan pero que mueren en la Nueva España o se regresan son Karl Gottlob Weinhold, Johan Gottfried Vogel, Hans Samuel Suhr, Hans Samuel Schróder, Hans Christoph Schróder, Karl Gottlieb Schróder y Hans Gottfried Adler. Cfr. Iberoamerikanisches Archiv, XI, Vol. 3 (1937) y Velasco y Flores Clair et al.: Estado y Minería en México, México, FCE, 1988. 19 Juan Friede: Los Welser en la conquista
de Venezuela,
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La conquista de la Nueva España y su incorporación al mundo europeo en especial en relación a la exportación de la plata, tuvo como consecuencia también que en su territorio se trastocaran por completo las formas de trabajo y de organización social. No dispongo del espacio para entrar en detalles, pero quiero subrayar por un lado la adaptación a las condiciones internas existentes en las sociedades indígenas conquistadas, por el otro lado la gran importancia de la introducción de conocimientos en la organización del trabajo y de las empresas mineras provenientes de Europa central. Es decir, propongo que haya que ir sopesando siempre el legado interno y la influencia de lo externo, y a la vez las continuidades y las discontinuidades en la historia. En el desarrollo novohispano se puede apreciar cómo en este mismo campo minero fueron incorporados primero especialistas en metalurgia indígenas chontales de esa región (en la zona de Taxco, Sultepec y Temascaltepec), expertos en encontrar vetas desde el México Antiguo. Posteriormente esos expertos y a la vez esclavos indios chontales fiieron reemplazados por trabajadores esclavos de origen africano y por trabajadores libres de distinta procedencia socio-étnica. La producción de plata en la Nueva España, especialmente en las empresas grandes, siempre estuvo relacionada con el trabajo no libre.20 Pero es un tema complejo que merece estudios detallados, pues se combinaban distintas formas de reclutamiento, tanto voluntario como forzado. Para la minería novohispana fue indispensable el trabajo coercitivo que tenían que dar de manera temporal y periódica los pueblos de campesinos de manera forzada. Este tipo de mita o coatéquitl, como se llamó en náhuatl, aún no ha sido estudiado a fondo, pero son impresionantes las múltiples quejas que aparecen en los archivos por parte de las comunidades afectadas. Al mismo tiempo surgió en los centros mineros una clase de trabajadores muy calificados que gozaron de grandes privilegios: Los barreteros, pagados en especie, mineral de plata, a la vez que en dinero, y los maestros artesanos, mineros mandones, fundidores, azogueros y demás empleados de mayor nivel jerárquico de estas empresas que en su conjunto constituyeron la clase de trabajadores de mayor capacitación y experiencia práctica en su ramo en la Nueva España. La organización del trabajo en la minería de plata novohispana provino de la tradición minera europea y considero que posiblemente jugaron un papel importante las regiones alemanas mencionadas arriba. Así se importaron y a la vez se adaptaron los sistemas de trabajo. Las mujeres, por ejemplo, eran las que en am20 Humboldt afirmaba lo contrario. Posiblemente sólo observó a los obreros calificados en Guanajuato, mientras en los trabajos de faenas, en tiros de ventilación, en el desagüe, en el acarreo del mineral, y sobre todo en el "repaso de la torta" en el beneficio por amalgamación se recurrió generalmente a trabajo no-libre en las empresas más grandes. Son muy numerosas en el Archivo General de la Nación (México) las quejas de los pueblos aledaños a centros mineros como Pachuca, Taxco, Huautla, Guanajuato en el siglo XVIII.
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bas regiones clasificaban el mineral. Pero las condiciones locales en la Nueva España fueron muy distintas de las europeas como se puede percibir de testimonios fotográficos que muestran la continuidad en México de muchas prácticas mineras coloniales hasta entrado el siglo XX. A diferencia de los trabajadores no cualificados, los cualificados obtuvieron en ambas regiones sueldos que fueron relativamente altos. Sus habilidades, su instrucción, sus conocimientos y el saberse insustituibles, hicieron que su conciencia política estuviera muy desarrollada, lo que considero importante para el análisis de las bases sociales que tuvo en 1810 el movimiento de independencia. 2 ' También para la historia de Sajonia o de otras regiones mineras alemanas considero que fueron centrales las experiencias concretas en el mundo del trabajo en la extracción y el beneficio de metales en relación también a las paulatinas mayores libertades que se fueron conquistando. Los grandes contingentes de trabajadores que vivían de su sueldo en ciudades mineras, los privilegios de algunos de ellos, su organización interna y jerarquía influyeron de manera directa o indirecta en la forma de organización del trabajo minero novohispano. Esto se manifestaba también en la organización interna de los "Gewerke", las organizaciones de los mineros, en la forma de crear compañías por "Kuxe" como se decía en Sajonia, que son precisamente lo que hoy llamamos acciones, o "barras" como se decía en Nueva España, pues sólo así podían reunirse los capitales necesarios para poder formar empresas mineras. 22 En la historia del trabajo se perciben, por lo tanto, confluencia de factores internos y externos, y de continuidades importantes y no sólo discontinuidades. 3. El financiamiento de la producción en general y en especial de la minera En las florecientes ciudades italianas ocurrieron desde el siglo XIV, pero especialmente en el XV y XVI, transformaciones sustantivas en las prácticas comerciales, así como en los instrumentos legales y de créditos. Mercaderes-banqueros alemanes iban a Italia para aprender las nuevas prácticas jurídicas y financieras empresariales. 23 Estas innovaciones en el comercio y la minería interesan especialmente en relación con la historia iberoamericana. Encontramos, por ejemplo, 21 Interesantes comparaciones sobre la productivadad de los trabajadores calificados en Sajonia y en México bastante objetivas hace el experto en minería, Joseph Burkart en la década de 1820. Cfr. su obra Aufenthalt in Mexiko in den Jahren 1826-1834, Stuttgart, 1836, 2vols. 22 Ya Hernán Cortés entraba en compañía con otros socios en Sultepec para trabajar las minas. Es interesante que en esos contratos y en general en la historia de la minería temprana en la Nueva España se consideren centrales los esclavos que tenga cada socio. Así el "capital" con que participan los socios, generalmente son los esclavos que poseen. 23 Krader, Lawrence: Die An/ánge Lang, 1993, p. 19.
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tempranamente en la Nueva España tanto las innovaciones a nivel de la organización de las compañías como grandes financiamientos provenientes de casas italianas. Ya en las décadas de 1520 y 1530 importantes casas de Génova financiaban las empresas de conquistadores. Así, Hernán Cortés se relacionaba a través de la casa del genovés Lomelí con el comercio mediterráneo de bienes suntuarios que él requería; a través de esa casa exportaba su producción de oro y plata de sus minas y a través de él obtenía cientos de esclavos negros que requería para sus ingenios azucareros y para sus otras empresas. Al mismo tiempo se encuentran en los archivos de notarías de México muy interesantes contratos de compañías que se fundaron entre socios para explotar minas que requerían siempre de grandes inversiones (en estas épocas sobre todo para comprar esclavos que las trabajasen), o compañías para esclavizar indios o para adquirirlos por trueque o "rescate", como se decía. Lo que llama la atención es la elaborada forma legal que toman estas tempranas compañías y que es totalmente similar a la que persiste en el siglo XIX. Así, por ejemplo entraban en compañía en 1527 un Francisco Díaz, como socio "capitalista", como se podría decir en términos legales del siglo XIX, y Hernando Medel como socio "industrial", ya que este último se comprometía a poner el "trabajo e industria que convenga". La riqueza o "capital" de que disponía Francisco Díaz consistía en una licencia para poder "rescatar de los tianguis de esta Nueva España 150 esclavos, hombres y mujeres" y Medel estaría encargado de ir a buscar y comprar esos esclavos con "el rescate que fuere menester para ello" puesto por ambos por igual. Medel luego debía enviarlos a la ciudad de México-Tenochtitlán. Los costos del herraje de esos esclavos (es decir los impuestos que esto conllevaba para la Corona) los pagarían por mitad los socios y las ganancias de la venta la repartirían los dos por mitades.24 Ante el genocidio ocurrido en las islas de Indias Occidentales recién descubiertas y los grandes requerimientos que tenían los españoles y portugueses de fuerza de trabajo, el comercio con esclavos de África hacia América será uno de los negocios más lucrativos del siglo XVI en adelante. Se requerían no sólo en las islas sino también en tierra firme, donde la disminución drástica de la población nativa marcó uno de los acontecimientos más trascendentes de la historia de esas sociedades. No puedo profundizar en este tema para el cual existe amplia bibliografía, pero quisiera mencionar solamente que para el caso específico de la Nueva España sólo se conoce el dato de que en 1527 comerciantes como Ehinger (agente de los Welser) y Hieronimus Seiler firmaron convenios con Carlos V para abastecer de 4.000 esclavos de origen africano a la Nueva España vía Veracruz 25 . HieroArchivo Histórico de Notarías, Cd. de México, escribano Juan Fernández del Castillo, 1527, f. 140-141. Publicado en Claustro, 25 Aguirre Beltrán: La población
VII, ene.-feb. 1981, f. 25-27.
negra de México,
2da ed. México, Fondo de Cultura
Económica, 1972, pp. 20 y 25. Cfr. Enriqueta Vila Vilar: "Los asientos portugueses y el
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nimus Seiler era yerno de Bartolomaus Welser. Con él trabajaba en Sevilla uno de los comerciantes más ricos de Augsburgo, Sebastian Neidhart.26 Pero aún no se sabe si ese contrato se cumplió y en manos de quiénes exactamente estuvo este lucrativo comercio de abasto de esclavos de origen africano a la Nueva España a lo largo de los siglos coloniales; no sabemos aún cómo se introdujeron muchos de los esclavos que se vendían en la ciudad de México en el siglo XVI y XVII. Es muy probable que haya ocurrido en gran medida por contrabando. 27 Hay que notar, sin embargo, que en la Nueva España la esclavitud tuvo rasgos peculiares y distintos a la caribeña por la existencia simultánea de una numerosa población nativa y por la tradición y el legado de la compleja sociedad indígena del México Antiguo. Me llama la atención que las casas banqueras más relevantes como las de Augsburgo, Nürnberg o de los puertos de la Hanse no hubiesen tenido que ver más en este negocio de la trata de esclavos, o cabe la posibilidad de que simplemente también fueron muy discretos, por las presiones que podían existir por parte de competidores españoles y portugueses y por parte de la Inquisición. Así como asombran las "modernas" formas de compañías con socios capitalistas e industriales, y las complejas organizaciones de empresas mineras y agroindustriales, también es sorprendente cómo se incorporaron productos indígenas al comercio atlántico. Comerciantes con nombres de mercaderes relacionados con los Fugger, o los Welser o los Espinóla transportaron de la Nueva España no sólo oro y plata, sino también productos manufacturados como textiles de algodón, las llamadas "mantas de Campeche", que eran textiles indígenas sumamente elaborados y que precisamente en el México Antiguo fueron clásicos objetos de intercambio, de comercio a larga distancia y equivalencias comerciales muy preciadas por la clase dominante indígena de las distintas sociedades que comprendían el mundo mesoamericano. 28 Aún no se han hecho estudios sobre el destino contrabando de negros", en: Anuario de estudios americanos,
30, Sevilla, 1974.
26 Kellenbenz, op. cit., p. 452. 27 Hay que tener en mente que la existencia de numerosa población nativa en Nueva España, a pesar de la crisis demográfica y de la epidemias de las décadas de 1540 y 1570, permitió a los españoles utilizar ante todo fuerza de trabajo indígena y los esclavos de origen africano se redujeron fundamentalmente a los trabajos en las fábricas de azúcar y a las minas. En las grandes ciudades destacan los esclavos como trabajadores de obrajes y talleres artesanales y en grandes cantidades como "esclavos de livrea", es decir parte del séquito y ornamento que daba prestigio a las familias más destacadas de la clase dominante. 28 El mercader genovés Bartolomeo Espindola, junto con Agustín Espindola entran en compañía para exportar de la Nueva España, en 1545 y en 1562/63 mantas de Campeche. Su valor es de altas sumas, pues se habla de 10.000 pesos oro. Ver escritura no. 1488, 1488 y 1487 en Pilar Gonzalbo Aizpuru (coord.): índices y Catálogo de escrituras del siglo XVI, Archivo Histórico de Notarías, Cd. de México, El Colegio de México, 1988. Otros merca-
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que tuvieron esas mantas y la gran cantidad de otros productos elaborados que salieron de Mesoamérica en las primeras décadas después de la conquista. Valdría la pena indagar el destino de ellas29. No escapó este tipo de mercancías de alto valor artístico que revelaban la complejidad de la sociedad que las producía, de la perspicacia de algunos espíritus renacentistas especialmente sensibles, como Alberto Durero en Nürnberg por ejemplo, admirado ante algunas obras de oro procedentes de Nueva España que llegó a ver. Nürnberg precisamente, o Augsburg, o Frankfurt o Leipzig o esta ciudad de Colonia, que ahora nos acoge para celebrar este simposio, fueron importantes centros comerciales y financieros que deben considerarse copartícipes del auge del Imperio Español del siglo XVI. 30 No hay que olvidar el preponderante papel de los mercaderes-banqueros de estas florecientes ciudades en el financiamiento del gobierno, administración y guerras de Carlos V. Generalizando se puede opinar con Carande que en los negocios de crédito eran los alemanes y los italianos los que llevaban la delantera. Sólo en último lugar los banqueros españoles y flamencos. En estos negocios, en los que participaban estos banqueros alemanes como la familia Fugger, Felipe Adler, Ambrosio Hochstaetter, Juan Welser, Gaspar Schetz, rendían intereses del 12%, o a veces hasta del 15% que era lo que cobraban los italianos.31 Pero el papel financiero no era sólo importante con respecto a la administración y la guerra. De estas mismas ciudades, especialmente de Nürnberg, por ejemplo, fluían los capitales a los centros mineros y de especialización en metalurgia de Europa central. Estudios sobre la minería del Erzgebirge o del Harz o sobre la fundición de cobre en Thüringen, por ejemplo, enfatizan la relación con Nürnberg, Frankfurt, Leipzig y Amberes en la época 1460 a 1620 en cuanto al avío y el financiamiento. 32 deres genoveses que se mencionan son Nicolás Cazana, Antonio Fiesco, Juan Bautista Marín, Sebastian Ñapóles. Entre 1562 y 1563 se menciona un mercader de esclavos, al parecer relevante, de Sevilla, llamado Rodrigo Baso. 29 La importancia de esas exportaciones manufacturadas parece haber decrecido. La plata será la mercancía más codiciada que se exportó preferentemente y en cambio entraron a la Nueva España, como se aprecia de las escrituras notariales ahora gran cantidad de vino de Jerez, muchos textiles europeos, ruán, paño de Segovia, mantas de China, medias de lana, jubones y otros textiles de Francia y Holanda. Sorprende la gran cantidad de tijeras y cuchillos de Bohemia y todo tipo de artículos de lujo importados de Europa. 30 Kellenbenz, op. cit. 31 Carande, Ramón: Carlos vol. 3, p. 12.
V y sus banqueros,
Barcelona, 4ta ed., Crítica, 1990, 3 vols.,
32 Westermann, Ekkehard: "Silbererzeugung, Silberhandel und Wechselgeschäft im Thüringer Saigerhandel von 1460-1620", en: Vierteljahrschrift fiir Sozial- und Wirtschaftsgeschichte, vol. 70, 2, 1983, pp. 192-214. La importancia de la relación entre Augsburgo y
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El tema del financiamiento de la minería a gran escala (dentro de los parámetros de la época) y del comercio con esclavos merece por lo tanto más estudios pues está íntimamente relacionado con las empresas más lucrativas de la época. 33 Tanto empresas de la minería temprana en el continente americano como las plantaciones de azúcar y tabaco coloniales requerían de los esclavos de manera constante. Los historiadores de la economía de los siglos XVI al XVIII por lo tanto deberían poner atención en este tema pues las empresas que mayor riqueza generaron en esa época se basaban en trabajo no libre. De esta manera, existe una estrecha relación entre el comercio con esclavos hacia las colonias y el posterior desarrollo del capitalismo en especial en Inglaterra, como bien recalca el historiador Darity 34 . En esta ponencia se mencionaron estos salpicados datos sólo para mostrar en términos generales posibles caminos a seguir en la investigación para llenar nuestras grandes lagunas sobre las vinculaciones entre las regiones argentíferas de Europa central y las de América, sobre las vías de transmisión de los conocimientos mineros, tecnológicos y organizativos, sobre los flujos comerciales y de financiamiento entre Europa y América. Sin duda que de lo expuesto resulta que hacen falta sistemáticos estudios comparativos sobre las diferencias o convergencias entre las zonas argentíferas novohispanas y alemanas. Tales estudios comparativos podrían arrojar luz a la vez sobre la historia económica y social de cada región y sobre el comercio del Atlántico. A manera de conclusiones Hay aspectos de la historia económica y social que algunas regiones alemanas y novohispanas-mexicanas tienen en común. En esta ponencia se destacó el ramo minero. Se vio que coexistieron e influyeron en el desarrollo de la minería novohispana-mexicana tanto factores internos como externos. Los internos, relacionados con la sociedad prehispánica, fueron decisivos en los primeros años de la minería, los externos coincidieron con la llegada de técnicos, conocimientos y propuestas organizativas de las regiones mineras alemanas en el siglo XVI. Hay España la ha estudiado Hermann Kellenbenz: "Die Rolle der Verbindungsplätze zwischen Spanien und Augsburg im Unternehmen Anton Fuggers", en: Vierteljahrschrift für Sozialund Wirtschaftsgeschichte, vol. 65, (1978), pp. 1-37. 33 Un estudio interesante sobre las empresas esclavistas de Brandenburgo-Prusia en los siglos XVII y XVIII ofrece Nils Brübach en: Amerikaner wider Willen. Beiträge zur Sklaverei in Lateinamerika und ihren Folgen, Rüdiger Zoller (ed.), Frankfurt am Main, Vervuert Verlag, 1994, pp. 11-42. 34 Darity, William jr.: "British Industry and the West Indies Plantations", en: Joseph Inikori and Stanley L. Engerman (eds.): The Atlantic Slave Trade, Effects on Economies, Societies and Peoples in Africa, the Americas and Europe, Durham and London, Duke University Press, 1992.
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que subrayar así que el proceso histórico llevó a que estas regiones manifestaran cierta similitud. En ambas regiones operaron a lo largo de varios siglos las empresas venciendo obstáculos parcialmente similares, como los problemas técnicos, los grandes requerimientos de insumos necesarios en la producción, la necesidad de financiamiento y crédito, de compleja organización relacionada con la minería de plata, y las necesidades de fuerza de trabajo tanto cualificada como no cualificada. A la vez, una diferencia fundamental fue el uso en Nueva España - México del mercurio y del sistema de patio en el beneficio (lo que era adecuado a su clima y al tipo de mineral argentífero sulfuroso y de relativamente baja ley). Otra diferencia fueron las condiciones concretas de trabajo, como muestran ilustraciones de viajeros, pintores costumbristas o fotógrafos del siglo XIX, que presentan visualmente importantes diferencias entre la situación del trabajo en regiones germanas y mexicanas. Finalmente hay que subrayar también la similitud en el papel central del desarrollo de habilidades, conocimientos, destrezas de los trabajadores cualificados en ambos continentes, que se supieron adaptar en ambas regiones a las condiciones locales. En general, probablemente, los trabajadores mineros cualificados en ambos continentes no vivieron situaciones tan disímiles. En este ramo de la producción los cambios tecnológicos y organizativos profundos no se dieron sino hasta finales del siglo XIX, con la cianuración en el beneficio de la plata y con la electricidad y los nuevos procedimientos de extracción minera. 35 Es decir, las grandes transformaciones no ocurrieron al mismo tiempo que la independencia política del país ni en simultaneidad con la industrialización europea. Esto nos lleva al problema insinuado al inicio de la ponencia y relacionado con el problema de la periodización. Para los historiadores en general, los grandes criterios para periodizar siguen siendo, a mi modo de ver, aquellos basados en sucesos de índole política (la Revolución Francesa, la Guerra de Independencia, etc.) o de índole económica como el proceso de industrialización, la introducción del ferrocarril, etc. Pero el problema es complejo especialmente visto desde las ex-colonias. Si bien la independencia de México, por ejemplo, sin duda marca un parteaguas importante para la vida política del país, es dudoso que lo sea para la historia económica y social en general. Además, si bien Inglaterra o Alemania vivieron en el siglo XIX el acelerado proceso de industrialización, ese no es el caso de Iberoamérica. Sin embargo, frecuentemente se han trasladado mecánicamente criterios de periodización de Europa hacia Iberoamérica. Se ha subrayado en esta ponencia la especialización alemana temprana en el sector minero-metalúrgico y se ha visto en ello una cierta continuidad histórica, que parcialmente explica la posterior especialización de los comerciantes alema35 Cfr. Velasco y Flores Clair, op. cit., passim.
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nes en el México independiente en ferretería y en la importación de manufacturas metálicas de la que hablamos en el primer punto. También se destacó la estrecha vinculación entre las casas comercialesbancarias más poderosas de cada época y la minería, por los requerimientos de financiamiento que esta riesgosa rama económica siempre ha tenido. Se vio que este capital frecuentemente traspasó sus fronteras "nacionales" y que tempranamente se puede hablar de una "internacionalización" relativa de ciertas casas comerciales. Desde las ciudades de Nümberg, Augsburg y Frankfurt fluyeron capitales importantes a los centros mineros de plata o de cobre o hierro como los del Harz, de Sajonia, de Silesia, del Erzgebirge, o Thüringen o los centros de aprovisionamiento mundial de mercurio como los de Almadén en España o de Istria. Por los grandes capitales requeridos para este tipo de empresas (de plata, como en Nueva España, o de mercurio, como en Almadén , España, o de carbón y hierro en Silesia o en el Ruhr), ellas estuvieron siempre relacionadas estrechamente con problemas de financiamiento. La producción dependía de manera directa del "avío" como se decía en la Nueva España, y este provino, generalmente, de grandes concentraciones de capital, ya sea de casas comerciales pudientes o de casas comerciales-bancarias. Regresamos así al tema del inicio y a empresas comerciales y bancarias como la Metallgesellschaft en Frankfurt, London, Nueva York y México o la casa de los Rothschild en Frankfurt o Londres o París (que controlaron por algún tiempo el abasto mundial de mercurio) y que en el siglo XIX tampoco permanecieron ancladas en sus ciudades o sus "naciones" de origen. Si observamos las grandes redes de financiamiento internacional de siglos anteriores, tampoco en este sentido "empezó" la relación intensa entre las regiones alemanas y México con la Independencia como yo misma proponía anteriormente. En cambio se observa una cierta continuidad en la historia. Entre la época de los Fugger y los Welser y la extracción de plata de Nueva España y la época de la Deutsche Bank, Bleichroder y la extracción de metales por la Metallgesellschaft o de petróleo (por parte de consorcios americano-germanos) del México del siglo XX hay por lo tanto ciertas similitudes. Si bien las dimensiones de las unidades productivas cambiaron y la cantidad de la producción y la productividad se transformaron revolucionariamente, hay ciertas continuidades en determinados aspectos y estas se perciben si se observa con mayor profundidad un ramo económico o determinadas estructuras más amplias. Las continuidades se perciben, entre otros aspectos, en el mundo del trabajo y en su organización y en la historia de las habilidades y destrezas humanas; ellas se plasman sobre todo en las estructuras sociales y económicas que conforman las sociedades actuales. El historiador, interesado en explicar su conformación, sus contradicciones internas y externas debería poner atención, desde mi punto de vista, a ambos procesos: el de la continuidad y el de la discontinuidad.
El asiento Greppi y el suministro de azogue a América hacia finales del siglo XVIII M. F. Lang Universidad de Salford
Fue siempre un gran problema para la Corona española el suministro de azogue a las minas americanas. Por una parte, sin el azogue, ingrediente indispensable para el beneficio por amalgamación, no se podía refinar el grueso de los minerales cuya baja ley hacía incosteable el beneficio por fundición, sistema que se seguía aplicando en Europa. Por otra parte escaseaba el azogue en la naturaleza. Por cierto, c o n t a n d o tanto con los riquísimos yacimientos de cinabrio de A l m a d é n en España a d e m á s de los de Huancavelica en el Perú, la C o r o n a se encontraba e n o r m e m e n t e a v e n t a j a d a en atender a las necesidades de la minería americana. N o obstante, los avatares naturales cíclicos de cualquier explotación minera entorpecieron durante la m a y o r parte de la época colonial el seguro suministro azoguero tanto en la N u e v a España c o m o en el Perú. Mientras aquel virreinato q u e d a b a estrechamente supeditado a los altibajos de la producción peninsular de A l m a d é n , g r a v e m e n t e afectada tanto por la recurrente inopia del organismo gerente, el Consejo de Hacienda, c o m o por la ruptura de las comunicaciones atlánticas regulares en épocas de guerra, éste último sufría de resultas de los problemas cíclicos de la m a n o de obra y de la gestión técnica de Huancavelica. 1 El posible remedio de las crisis cíclicas en el suministro del azogue, cuyo cons u m o a través de los siglos iba en gran aumento, quitando el conocido bache de m e d i a d o s del siglo XVII, f u e la búsqueda del líquido metal en territorios m á s allá de los confines del Imperio, concretamente en C h i n a y en Austria. Las restricciones impuestas al comercio regular con China a beneficio del monopolio sevillano, a d e m á s de la falta de noticias en cuanto a la riqueza de los depósitos asiáticos, frustró definitivamente cualquier intento por parte de los virreyes de la N u e v a España de obtener suministros complementarios de aquella fuente. 2 En el caso de Austria, se trataba de las riquísimas minas de Idria, en la Eslovenia actual, bien situadas para el transporte marítimo desde los puertos Adriáticos ' Para un relato de los problemas del suministro del azogue en la Nueva España véase Lang M. F. (1979): El monopolio estatal del mercurio en el México colonial, Fondo de Cultura, México. Para los problemas del suministro en el Perú véase Bakewell P. (1971): Silver Mining and Society in Colonial México, Zacatecas 1546-1700, México, Fondo de Cultura, 163-164. 2 Lang (1979), 137-146.
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tanto de Venecia como de Trieste, o con menor comodidad por la ruta mediterránea a través de Génova. Por cierto el enlace natural entre Idria y la demanda en súbito aumento de la minería americana ya se apreciaba en época de Felipe II, tanto que en 1561, justo después del invento de la amalgamación por patio por el sevillano Bartolomé de Medina, se registra un caso de exportación de azogue austríaco a la Nueva España, encargada a los comerciantes andaluces Rodrigo de Bazo y Andrés de Larea. 3 Posteriormente el auge de las minas peninsulares de Almadén, impulsado por la administración habilísima de los empresarios-financieros alemanes Fúcar, hizo innecesaria por varias décadas la utilización de la fuente austríaca. Al mismo tiempo el descubrimiento de las minas de cinabrio de Huancavelica en el Perú en 1568 daba abasto a la demanda por azogue en América del Sur. Concretamente fueron los problemas experimentados en Huancavelica, agravados por la cuestión laboral de la mita, los que produjeron nuevos contactos con Idria durante unos veinte años hasta 1645, año en que se rompieron las relaciones entre la Corona española y los asentistas-banqueros genoveses Balbi. Durante aquellos años entregaban los asentistas italianos a Cádiz cantidades anuales que oscilaban entre los 1.500 y los 2.000 quintales de azogue, destinados mayormente al Perú. Seguidamente seguía siendo urgente la importación de azogue austríaco a medida que se deterioraba la producción de Almadén, pero el enfoque monopolista de la política económica imperial, junto con la incapacidad de la tesorería real para satisfacer a los asentistas pagándoles con la debida puntualidad, sin contar con las desavenencias de todo tipo en materia de sistemas de empacado, fórmulas de despacho, y cumplimiento con las fechas de salidas de flotas dio al traste con la posible permanencia de este comercio. 4 Cabe enfatizar este efecto negativo de la política económico-monopolista de la Corona, puesto que la posibilidad de utilizar los recursos azogueros austríacos en el siglo XVII, cuando más hacían falta por la decadencia precipitada de Almadén, no se debió ni a la escasez del mineral austríaco, cuya producción seguía boyante, ni a la falta de voluntad por parte de la cámara áulica siempre al acecho de una posible y beneficiosa salida mayorista para el cinabrio en el mercado minero americano. Es muy notable que mientras que en la primera parte del siglo XVII son los monarcas españoles los que acuden a la corte austríaca, directamente o mediante asentistas, con intento de obtener azogue de Idria, desde finales del siglo son más bien las autoridades austríacas las que toman la iniciativa en intentar impulsar este negocio. Y desde México, los mismos virreyes, acosados por el Consulado de la capital harto ya de la recurrente escasez e inseguridad de los
3 Hellmer, M.: "Lettres d'Amérique dans la correspondance de Simon Ruiz 1562-1595", en: Homenaje 4
aJaime
Vicens Vives, vol. 2, Barcelona, 16-17.
Lang (1979), 123-124.
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suministros desde España, igualmente presionan a Madrid para conseguir la importación de azogue austríaco, apoyando sus peticiones incluso con ofertas de préstamos por parte del comercio novohispano. 5 No obstante las fuertes presiones de este tipo por llegar a un acuerdo con el emperador austríaco, la Corona española prefirió confiar en una recuperación de las minas peninsulares de Almadén que de un año a otro se anunciaba, puesto que el problema allí era de tipo directivo-financiero y no de agotamiento de los yacimientos de cinabrio. Efectivamente la recuperación de Almadén empezó a gestionarse a partir del exitoso nombramiento en 1697 de un nuevo superintendente, Miguel de Unda y Garivay, hábil director quien reformó la gestión administrativofinanciera a la vez que alentó un enfoque técnico más acertado que condujo al aprovechamiento de un nuevo pozo (La Contramina). 6 Sin embargo, desde principios del siglo XVIII, a medida que seguía mejorando la producción en Almadén y se acertaba ya en cumplir con la demanda de azogue desde la Nueva España (del orden de 7.000 quintales al año, en creces desde la segunda década del siglo) volvieron a entrar en crisis las minas peruanas de Huancavelica, consecuencia en parte del gran desorden administrativo-técnico, en parte del agotamiento de la veta principal (Santa Bárbara), y en parte también por los problemas laborales a raíz del desplome de la mita. 7 Así que de vez en cuando la Corona se vio forzada a regañadientes a revivificar los contactos con Idria con miras a llenar el hueco en el suministro peruano, igual que ocurriera ya en el siglo XVIII en el caso de los asientos concluidos con los Balbi. Por su parte, los austríacos no dejaban de presionar a fin de aprovechar esta posible salida lucrativa para su azogue, muy conscientes de los apuros de la corte española en este sector. Desde el punto de vista del emperador, la gran ventaja de la venta a América es que ofrecía un mercado a gran escala, concentrado frente a las salidas dispersas que tenía el azogue de Idria en Europa. No obstante, desde finales del siglo XVII los intentos para crear un comercio azoguero se realizaron con cierta tibieza por ambas partes, ya que los acontecimientos de la Guerra de Sucesión amargaron por cierto tiempo las relaciones hispano-austríacas. En los sucesivos conflictos multinacionales del siglo XVIII (Guerra de la Sucesión Austríaca, Guerra de Siete Años), España se encontraba las más de las veces opuesta a los intereses austríacos, situación que entorpeció el establecimiento de un comercio azoguero entre ambos países por mucho que lo
5 AGI, México 612, Consulado al Rey, 5/3/1689. 6 Lang M. F. (1972): "Las minas de Almadén bajo la superintendencia de Miguel de Unda y Garivay", en: Hispania, tomo XXXII, Madrid, 261-276. 1 Bethell, L. (1987): Colonial Spanish America, Cambridge University Press, 244.
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desearan. Se trataba de no facilitar a través del comercio azoguero la entrada al lucrativo mercado americano de una potencia a menudo enemistada con España. Efectivamente los intentos por renovar los contactos en este sentido se realizaron cuando mas calurosas era las relaciones entre las partes. Como ejemplo de los intentos en este sentido, se puede citar el caso de 1725 cuando el cónsul español en Amsterdam, Bernadino Sala, ofreció procurar azogue austríaco mediante Adrián Anderwelert, consejero del Emperador, contra pago en Inglaterra, a un costo de 87.5 pesos el quintal entregado en Cádiz, precio que representaba una rebaja del 2 5 - 3 0 % de los precios anteriores pedidos desde Viena. De nuevo, después de un estudio detallado de la oferta, la corte española la rechazó, alegando los siguiente motivos: a) b) c) d) e)
f)
g)
el auge progresivo del rendimiento de Almadén en un próximo futuro dejaría excedentes para suministrar al Perú además de la Nueva España las dificultades en Huancavelica eran de orden transitorio, de modo que se confiaba en una próxima recuperación de su producción en aquel preciso momento se contaba en Sevilla con reservas de unos 18.000 quintales se juzgaba excesivo el precio solicitado por el Emperador (el costo del azogue de Almadén se cifraba en la mitad) el riesgo de perder este azogue en el recorrido marítimo Adriático-Cádiz o Mediterráneo-Cádiz, porque la situación bélica en el Mediterráneo era casi permanente en Cádiz, a diferencia de Sevilla, no existían facilidades de empacado, de modo que el azogue proveniente de Austria tendría que enviarse hasta la capital andaluza para un empacado adecuado para la travesía atlántica; luego tendría que ser devuelto al muelle gaditano, recargando los gastos la tolerancia de un comercio azoguero con Idria supondría la exportación a Inglaterra o a otro sitio de valiosos fondos del real erario, arrastrando además el riesgo del abandono tanto de Almadén como de Huancavelica
h) el azogue austríaco era de calidad inferior. 8 Semejantes argumentos, de talante sumamente negativo y más bien miopes, se habían alegado repetidamente durante el siglo X V I I , frustrando el comercio regular Idria-Cádiz. En realidad se vislumbra en la oposición a las importaciones de azogue austríaco cierta falta de sinceridad y franqueza. En el fondo, intereses particulares como los de la Aduana de Cádiz y el Consejo de Hacienda fueron siempre reacios a esta solución del suministro de azogue a América. El argumento de la inferioridad del azogue austríaco no tiene ninguna base científica, ya que ninguno de los ensayos llevados a cabo por mineros americanos en tiempos de
8 AGI, Indiferente General 1784 A, Rey al superintendente de azogues, 9/1/1725.
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recepción de partidas de azogue de esa procedencia demostró la supuesta baja calidad tal como siempre la alegaban los consejeros del monarca en Madrid. Bajo Felipe V y luego bajo Carlos III seguía la revitalización de Almadén paralelamente a las mejoras en la minería mexicana. La Superintendencia General de Azogues, creada en 1709, logró una mayor eficacia en el suministro, reparto y cobro del azogue tanto en la Nueva España como en el Perú, aunque en este último virreinato quedaba la minería a la zaga de sus homólogos mexicanos siempre a causa del deterioro de Huancavelica, fuente única suministradora del azogue en el continente americano. Fue otra vez la situación crítica en el Perú la que motivó que en 1739 el Conde de Montijo, superintendente general de azogues, urgiera el establecimiento regular de importaciones de azogue extranjero tanto desde Idria como desde China. Tales contactos esporádicos entre España e Idria a mediados del siglo XVIII nunca llegaron a concretarse ya que de un año a otro se forzaba la producción azoguera en el Perú cortando el mineral de los estribos y refuerzos de Huancavelica, a la vez que el buen rendimiento de Almadén, en crecimiento aunque con algunos altibajos y facilitado por la importación de técnicos sajones llegaba a satisfacer el mercado minero mexicano, en vísperas de un nuevo auge. 9 Fue hacia finales del siglo XVIII, al llegar a su máxima crisis las minas de Huancavelica, cuando finalmente estos dilatados contactos con Idria resultaron fructíferos. A partir de los 1770, las reformas administrativas, tecnológicas y fiscales aplicadas por el régimen de Carlos III promovieron nuevas bonanzas en las minas de plata peruanas, como las de Hualgayoc o de Pasco, que juntas en el decenio de 1770 consumían todo el azogue disponible entre suministros de Huancavelica, complementados con partidas provenientes de Almadén en cantidades de 10.000 quintales al años. 10 Pero el nuevo auge quedaba entorpecido por las restricciones en la provisión de azogue, concretamente el azogue producido en Huancavelica. Para 1780 era tan crítica la escasez de azogue en el virreinato del Perú, y en el nuevo virreinato de La Plata, dependiente de aquél, que se tuvo que promulgar disposiciones para que se dejara de utilizar donde fuera posible la amalgamación y se volviera al antiguo sistema de fundición." En el mismo lapso entraba Idria en una fase de auge, fruto de una administración eficiente y a base de una tecnología ya renovada por las ideas de la Ilustración europea. Para llenar este hueco en el suministro de azogue, se vio el régimen obligado a invitar licitaciones 9 Para un relato de las dificultades de Huancavelica en el siglo XVIII véase Lang, M. F. (1986): "El derrumbe de Huancavelica en 1786", en: Histórica vol. X, no. 2, Lima, 213225. Para el curso de las minas de Almadén en la misma época véase Matilla Tascón A. (1987): Historia de las Minas de Almadén, vol. II, Ministerio de Hacienda, Madrid, 270282.
Whitaker, A. (1941): The Huancavelica Mercury Mine, Cambridge Massachussets, 6270. 11
Whitaker (1941), 60.
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para el suministro de azogue de Idria tanto para el Perú como para el nuevo virreinato de La Plata. Se llevaron a cabo gestiones infructuosas con el comerciante sevillano Juan Bautista Ron, quien ofreció azogue austríaco a 82 pesos el quintal entregado en Cádiz, precio incómodo para la Corona española ya empeñada en una política de rebaja en el precio en América tal como se conseguía ya tanto en la Nueva España (reducción a 41 pesos el quintal en 1778) como en el Perú (reducción a 79 pesos en 1779). Las reducciones en el precio del azogue tenían por meta el estímulo de la producción de la plata, que efectivamente creció a consecuencia de estas medidas. Ya que en los siguientes años se fue agravando la crisis en Huancavelica, sin que una serie de visitadores consiguieran frenar el deterioro; a la vez que la demanda de la Nueva España registraba topes siempre mayores, se repitieron las gestiones para conseguir de algún modo azogue austríaco a un precio aceptable para el real erario. En 1784 por fin se dio con una oferta interesante, por parte del cónsul italiano en Cádiz, Conde Paolo Greppi, quien propuso obtener azogue austríaco a través de la empresa Marliani de Génova, casa con la cual ya llevaba Greppi gestiones en materia de colocar productos importados desde América en los mercados italianos, belgas, y alemanes. Ya existía entre Greppi y la Corona española un asiento para el suministro de cobre laminado húngaro a los arsenales reales además de madera escandinava para la marina. El precio pedido por Greppi por este azogue era sumamente atractivo -sólo 53 pesos el quintal entregado en Cádiz, en cantidades de 12.000 quintales al año a través de seis años-, lo que demuestra el gran crecimiento de la producción austríaca a través del siglo XVIII, puesto que a finales del siglo anterior se cifraba la producción anual en apenas 3.000 quintales. Los detalles de este acuerdo, junto con información sobre el desarrollo del asiento, se conservan en documentos del Archivo de Indias en Sevilla. A continuación se relatan estos detalles, información muy valiosa que ilumina perfectamente los motivos de la tibieza de la Corona española al recurrir a la solución del azogue austríaco a pesar del hecho de que durante la mayor parte de la época colonial, teniendo en cuenta que en todo momento iba la oferta a la zaga de la demanda, hubiera sido útilísimo contar con esta fuente de forma regular. 12 El contrato redactado entre Greppi y José de Gálvez superintendente general de azogues en aquel momento, permitía a Greppi la exportación libre de impuestos de los fondos cobrados al real erario por la provisión de este azogue (impuesto corriente de 12 maravedíes por peso), a la vez que se aceptaba el empacado del metal en la envoltura normal de Idria. El asiento había de ser prorrogable al cabo de los seis años, con notificación de un año por ambas partes. Todos estos sumi-
AGI, Indiferente General 1789, Asiente entre José de Gálvez y el Conde Paolo Greppi, 27/8/1785.
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nistros habían de embarcarse en Génova (puerto italiano con mayor disponibilidad de buques), con desembarque a los 15 días de la arribada en el muelle del Trocadero en Cádiz, donde contaba la Corona con sus atarazanas. Toda pérdida sufrida en la carga entre Génova y Cádiz había de correr al cargo de Greppi, y en el caso de estallar la guerra entre España y cualquier potencia europea había de incrementarse el precio en un 5% el quintal. Entre todos los asientos concluidos por la Corona en materia de suministro de azogue extranjero en la época colonial éste resultó ser el mas provechoso. Sin embargo, igual que los asientos con Balbi y otros en el siglo anterior, su gestión resultó muy molesta, contenciosa, plagada por quejas y desavenencias realmente de orden menor pero que a la larga frustraron la permanencia de las importaciones de azogue de Idria. El azogue obtenido se repartió en efecto entre suministros destinados a Veracruz, a Cartagena y a Buenos Aires. Ya desde el principio experimentó Greppi gran dificultad en reunir en Génova el total de la cantidad prometida (12.000 quintales) teniendo que acudir a veces a Amsterdam para llenar el hueco, transportando hasta 4.000 quintales por el Mar del Norte, tal como ocurrió en 1789 embarcando el azogue en el bergantín holandés Cornelia Focalina. 13 No cabe ninguna duda de que este asiento alentó el sector minero indiano, apoyando las reformas administrativo-tecnológicas ya emprendida durante el régimen de Carlos III. Como muestra de la relación entre este azogue austríaco procurado por Greppi y las reformas borbónicas se destaca el hecho de que en 1787 Antonio Valdés fue nombrado superintendente de ramos y minas de azogue del Perú (con exclusión de Huancavelica) encargado específicamente del cobro y envío a España del importe del azogue suministrado por este asiento. 14 No tardaron sin embargo en surgir los acostumbrados pleitos entre la Corona y los oficiales reales por una parte y el asentista por otra, lo que explica por qué al final de los seis años caducó el acuerdo no obstante el éxito en suplir todo el azogue prometido y la gran necesidad de nuevos suministros europeos para subsanar los efectos nefastos del notorio derrumbe de Huancavelica en 1786.15 La primera dificultad fue el transporte marítimo. La falta cíclica de barcos disponibles en los puertos italianos creó problemas para la entrega puntal del azogue en Cádiz. No existía en aquellos años línea de navegación regular entre Italia y el puerto atlántico, de modo que el azogue tuvo que ser transportado en barcos especialmente fletados para este propósito, equipados de propósito con bodegas y pañoles estancos para la protección de tan delicado producto. Los barcos que efectivamente se fletaron ad hoc nunca fueron italianos ni sino franceses, escandi13
AGI, Indiferente General 1789, Consulado al Consejo de Indias, 30/12/1789.
14
AGI, Lima 1340, Rey a Antonio Valdés, 1/8/1687.
15 Véase Lang (1986) para una explicación de las circunstancias del derrumbe de Huancavelica.
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navos u holandeses. Lógicamente el puerto de embarque hubiera sido Trieste, o Venecia, pero la falta de buque en los puertos adriáticos impuso la solución de Génova, arrastrando demoras por el transporte terrestre Idria-Liguria. Logísticamente esta travesía era bastante difícil especialmente en la proximidad de Gibraltar donde habitualmente se perdían hasta semanas a la espera de vientos propicios para poder enfilar el estrecho. A tiempos del cuarto envío (1789) había estallado la guerra entre Austria y otras potencias europeas así que se temía de que de un momento a otro se dejara de respetar la bandera neutral izada en los barcos azogueros. Con todo, por término medio tardaron más los suministros en la travesía Italia-Cádiz que en el trayecto Cádiz-Cartagena. El plazo exigido por la Corona para la entrega en Cádiz fue para principios de mayo a tiempo de aprovechar la salida de los escuadrones destinados a Cartagena y a Veracruz, pero raramente se pudo respetar esa fecha, llegando los buques procedentes de Italia con semanas de retraso. Así se desembarcaba el azogue, teniéndose luego que ser almacenado durante muchos meses en un muelle inadecuadamente equipado para este producto volátil hasta el aflo siguiente, en contra del reglamento de que para evitar pérdidas, mermas, evaporaciones, e incluso robos, se embarcara el líquido metal con la máxima puntualidad. Desde luego estos retrasos los inculpó la Corona al asentista Greppi. Todavía más contenciosa fue la cuestión del empacado, tal como había sucedido también en tiempos de Balbi. El asiento de 1785 precisaba el empacado habitual de Idria, es decir, se envasaba el azogue en bolsas de cuero con capacidad de 100 libras cada una, y cada bolsa se encerraba luego en una maceta de barro. Como se juzgaba este tipo de empacado inadecuado para la travesía atlántica, se trataba de reformarlo en Cádiz, repartiendo el azogue en macetas de 50 libras, con tres macetas empacadas luego en un cajón de madera envuelto en cáñamo y atado con cuerdas. 16 Resultó, como pasaba en todos los casos de importación de azogue austríaco, que Cádiz carecía totalmente de prácticos y materiales para efectuar este último tipo de empacado que por tradición se efectuaba en las atarazanas reales de Sevilla, especialmente equipadas para esta faena; pero por otra parte el coste y el tiempo impedían la solución de mandar el azogue austríaco río arriba a la capital andaluza y devolverlo correctamente empacado al puerto. Todo lo cual no lo había previsto la Corona en el asiento con Greppi. De modo que después del primer envío del azogue austríaco, cuando resultaron pérdidas por rotura de bolsas en el trayecto Italia-España, exigió la Corona que ya en Idria se practicara el empacado en cajones de madera al estilo de Sevilla sin dar lugar a un nuevo empacado en Cádiz. Tanto Greppi como las autoridades austríacas resistieron en un primer momento a esta demanda, alegando la siempre alta calidad de la envoltura en Idria, cuyo producto además siempre se destinaba a exportaciones a través de
1(
> Lang (1979), 153-155, se dan detalles del sistema de empacado efectuado en Sevilla.
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largas distancias, muchas de ellas por vía marítima. Sucesivamente, cedió Greppi, mandando a Idria un modelo de cajón sevillano para que la tercera provisión se empacara de acuerdo con las normas sevillanas, dando lugar a nuevas desavenencias entre el asentista y la Corona en cuanto al responsable por el pago de este empacado de refuerzo no previsto en el asiento de 1785. Este pleito se arrastró durante los años siguientes, amargando las relaciones entre Greppi y los ministros de la Corona. 17 Otra disputa se relacionaba con cuestiones de pesas y medidas. En Idria se empacaba y se certificaba el azogue de acuerdo con el sistema de medidas austríacas, tal como se especificaba además en el asiento. Después de la primera entrega, la Corona exigió que las entregas sucesivas se conformaran con las normas castellanas, que representaban un 75% del valor de las austríacas, afirmando que las pesas y medidas austríacas confundían a los oficiales reales y trastornaban los trámites en Cádiz. Esta disputa se solucionó a favor de las autoridades españolas a partir de la tercera entrega de 1787. Como ya lo hiciera Balbi en el siglo XVII, Greppi se quejó repetidamente por la falta de puntualidad en pagarle, tanto que sólo consiguió que se le abonara el importe del azogue entregado reclamando una y otra vez. Según el asiento, se le había de abonarle al contado en el momento de la descarga en Cádiz. Sin embargo en cada ocasión se le aplazaron los pagos hasta el regreso de los galeones con el tesoro procedentes de Cartagena o de Veracruz. Además los oficiales reales del puerto no hicieron caso del apartado del asiento que le permitía la libre exportación de estos fondos, cargándole la tasa acostumbrada de 1 maravedí por peso. Igualmente sufrió Greppi a manos de los aduaneros gaditanos que registraban estos cargamentos con suma rigurosidad a base de que se sospechaba de que el comercio azoguera pudiera disfrazar un comercio ilícito de importación de productos italianos. Otra vez se trataba de la no observancia de cláusulas del asiento que prometían a Greppi que esas entregas de azogue no quedarían sujetas a los registros aduaneros reglamentarios. Repetidas órdenes mandadas a los aduaneros por parte del Consejo de Indias para que se dejara pasar sin molestias los barcos de azogue no afectaron en absoluto esta rigurosidad. Se destaca en este caso, y en todos los anteriores intentos de importar azogue de Idria, que efectivamente la oposición al comercio azoguero con Austria derivaba en gran parte de esta resistencia aduanera, refleja además del encono tradicional entre el Consejo de Indias, organismo supremo responsable por la provisión de azogue a América, y el Consejo de Hacienda, organismo supremo bajo cuyo mando funcionaba el ramo aduanero. Una cuarta fuente de desavenencias se refería a los derechos de pasto en el área del muelle del Trocadero, terreno perteneciente al término municipal de Puerto 17
AGI, Indiferente General 1789, Paolo Greppi a Antonio Valdés, 2/11/1787.
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Real, mientras que el mismo muelle del Trocadero se regía bajo la jurisdicción de Cádiz. Para facilitar la descarga y seguridad del azogue, la Casa de la Contratación había dispuesto que este terreno lindante, normalmente reservado para los pastores y ganaderos de Puerto Real, se despejara para dar cabida al azogue descargado. En mayo de 1786, los pastores del Puerto, encabezados por el alcalde y los concejales, arremetieron contra el guardaalmacén del Trocadero, protestando contra la retirada de sus derechos de pasto. Mientras tanto una carga de azogue no desembarcada sufría mermas a bordo, con acusaciones mutuas de culpabilidad entre el guardaalmacén y el comisario de azogues Gaspar Soler. Al mismo tiempo la Corona responsabilizaba a Greppi por todas las pérdidas sufridas.' 8 Después de las tres primeras entregas, Greppi quedó profundamente desilusionado. Aparte de encontrarse metido en una serie de desavenencias por cuestiones de empacado, de pagos, y de reconocimientos aduaneros, se le agravaban los problemas en cumplir con el total del suministro anual. Encima ya le presionaba el emperador, que pretendía subir el precio a los 115 pesos el quintal que se pagaba el azogue en el mercado norteuropeo. Por su parte la Corona española se expresaba encantada del logro conseguido, ya que las desavenencias con Greppi realmente eran de orden menor en el contexto de la gran necesidad de la minería americana y la gran cantidad del azogue obtenida desde Idria. Tanto que para solucionar los problemas de almacenaje y empacado en Cádiz se emprendieron importantes y costosas obras en el Trocadero a lo largo de los años de 1786 y 1787 a cargo del arquitecto sevillano Juan Bautista Santa Ana, demostrando que en aquel momento se confiaba en la permanencia de este comercio. Para asegurar la continuidad del suministro austríaco se mandó en 1788 a los virreyes tanto de la Nueva España como del Perú y de La Plata que enviaran con toda puntualidad a España el importe exacto del azogue procedente de Idria repartido en América, con la idea de abonarle puntualmente a Greppi y satisfacerle en sus reclamaciones por demoras en el pago; hasta entonces se habían improvisado los pagos aprovechando fondos del real erario destinados a otros fines.19 No obstante, la entrega de agosto de 1789 a bordo del buque francés Gaspar de Nantes presentó las mismas deficiencias de empacado, tanto que Greppi ya proponía prescindir totalmente de los cajones tipo sevillano y envolver las macetas directamente en cáñamo, propuesta rechazada rotundamente por los oficiales reales. Seguían los problemas de transporte marítimo -concretamente la falta total de buques tanto en Trieste como en Venecia-, continuándose el transporte terrestre molesto y costoso desde Idria hasta Génova antes de embarcarse para Cádiz. Lo que colmó las relaciones cada vez más amargas entre el asentista y la Corona, y lo que increíblemente motivó la rotura final, fue la desavenencia por los 60 ' 8 AGI, Indiferente General 1789, Gaspar Soler al Marqués de Sonora, 13/6/1788. '9 AGI, Indiferente General 1789, Rey a Antonio Valdés, 31/10/1788.
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quintales de bermellón enviados con el suministro de azogue desde Idria en 1791 con motivo de ver si se podía obtener una licencia para autorizar el comercio de este producto al por mayor en España. Reaccionó la Corona con la máxima dureza, inculpando a Greppi la importación de un producto ilícito en perjuicio del cinabrio de Almadén y del monopolio estatal y exigiendo que el asentista costeara la devolución a Idria de dicha partida de bermellón. 20 En 1791 surgió otra disputa al descubrir que en Veracruz unas macetas procedentes de Idria contenían piedras en lugar de azogue, fraude que la Corona achacó al mismo Greppi. 55 Aunque en 1791 se llevaron a cabo gestiones para renovar la contrata con el cónsul italiano, prometiéndole un abono de 12 reales el quintal, gestiones urgidas sobre todo por el Consejo de Indias, la acumulación de dificultades del tipo explicado arriba impidió un acuerdo final. En 1802 se negociaba directamente con Idria un asiento para un suministro de 12.000 quintales al aflo a lo largo de cinco años, sin que se convirtiera en realidad este intento. Seguidamente la guerra europea entorpeció el suministro de azogue europeo a América hasta finales de la época napoleónica, dificultando especialmente los suministros que dependían no sólo de la navegación transatlántica sino también de la transmediterránea o transadriática. Por lo expuesto arriba, se destaca que la provisión de azogue austríaco benefició la minería americana en determinadas épocas, y especialmente en el quinquenio posterior al derrumbe de Huancavelica en 1786. Aunque la mayor parte de este azogue se destinó al Perú, como estaba previsto, llegaron importantes partidas también a la Nueva España, en el intermedio de los envíos desde Almadén, y al nuevo virreinato de la Plata. Aunque en ciertos momentos se proveía la permanencia de esta fuente útilísima, al fin y al cabo las relaciones entre la Corona española e Idria resultaron esporádicas -gran lástima cuando se refleja en los intereses mutuos de los respectivos gobiernos-. El fracaso a largo plazo de este comercio se debió por una parte a la política monopolista española, liberalizada por cierto hacia finales del siglo XVIII pero todavía muy recelosa de la posibilidad de facilitar a una potencia extranjera frecuentemente hostil una vía de entrada al lucrativo comercio minero americano y, quizás más decisivo todavía, por desavenencias e inconveniencias de índole bastante mezquina en las relaciones con asentistas como Greppi cuyos incumplimientos parecen objetivamente leves en el marco de la importancia de las grandes necesidades de azogue en la minería americana y los pingües beneficios cosechados para el real erario a base de la producción metalífera.
20 AGI, Indiferente General 1789, Paolo Greppi al Consejo de Indias, 11/2/1789. El comercio del bermellón, producto del mineral de Almadén era monopolio estatal desde mediados del siglo XVI.
II. La imagen de Latinoamérica en la ciencia y la prensa de los países europeos y la imagen de Europa en Latinoamérica
América Latina a través de la prensa de las regiones alemanas de Prusia, Sajonia y Turingia. Alemania en la prensa iberoamericana de la época colonial y del período de la Independencia. 1760-1850 Ulrike Schmieder Durante los últimos tres años he investigado la imagen1 difundida a través de las publicaciones periódicas sobre Iberoamérica y sus habitantes, la prosopografía de los redactores y editores, sus vínculos con comerciantes que mantenían contactos comerciales con América Latina y con científicos que se ocupaban en temas sobre la región, la recepción de la prensa y las fuentes utilizadas para sus informaciones 2 . 1 "Imagen" significa según la definición de G. Siebenmann: "la totalidad de los rasgos característicos atribuidos a un objeto (aquí: Iberoamérica) por un individuo o grupo de individuos" (G. Siebenmann: "La imagen de América Latina en los textos alemanes de los siglos XIX y XX. Preliminares para su investigación", en: Estudios latinoamericanos, Varsovia, 6, 1980, pág. 285ss.). 2 Ya existen varios trabajos sobre aspectos singulares de la imagen de Iberoamérica en la época tratada aquí (aunque mucho menos que para los siglos XVI y XVII), sobre algunas regiones iberoamericanas en el periodismo y la literatura alemana, sobre ciertas personalidades americanas vistas desde Alemania, pero falta una investigación sistemática, sobre largos períodos incluyendo la prosopografía y vinculando este aspecto con el comercio y con la ciencia sobre Iberoamérica. Nombro sólo algunos pocos ejemplos de la voluminosa historiografía: Bernecker, W. L./Krömer, G. (eds.): Die Wiederentdeckung Lateinamerikas. Die Erfahrung des Subkontinents in Reiseberichten des 19. Jahrhunderts, Frankfurt/M. 1997. Buisson, I.: "Die mexikanische Hacienda im Spiegel deutschsprachiger Veröffentlichungen des 19. Jahrhunderts", en: Jahrbuch für Geschichte von Staat, Wirtschaft und Gesellschaft Lateinamerikas, ed. por G. Kahle, H. Pietschmann y H. Pohl, Colonia, Weimar, Viena 1988, págs. 789-805. Gartz, J.: Unabhängigkeit und republikanischer Staatsbildungsprozeß im nördlichen Südamerika unter Simón Bolívar im Spiegel der deutschen Publizistik des Vormärz, Phil. Diss., Universidad de Colonia 1998. Buisson, I.: "Frauen in Hispanoamerika in Reiseberichten von Europäerinnen, 1830-1853", en: ibid., 1990, págs. 227-257. Kleinmann, H.-O.: "Die politsche und soziale Verfassung des unabhängigen Mexiko im Bild und Urteil liberaler deutscher Zeitgenossen", en: ibid., 1971, págs. 221-249. Kahle, G.: Simón Bolívar in zeitgenössischen
deutschen
Berichten
(1811-1831),
Berlin
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Schmieder
Ya que la cantidad de alemanes que recibía informaciones de primera mano sobre América Latina a través de sus propios viajes, parientes, etc., era muy limitada, la interacción cognitiva entre las sociedades de regiones alemanas e iberoamericanas no podía prescindir de tales auxiliares como la prensa, libros o productos transferidos de uno a otro continente. El objeto de la investigación han sido periódicos y revistas publicados en el período comprendido entre 1760 y 1850 aproximadamente, desde las reformas borbónicas, a través del proceso de la Independencia hasta la época de la postemancipación con la paulatina formación de Estados nacionales en Hispanoamérica 3 , desde la Guerra de los Siete Años hasta el fin de la Revolución de 1848/1849 en Alemania. Se ha intentado incluir una gran gama de periódicos y revistas, tanto de importancia local, c o m o aquéllos que determinaban los debates en toda Alemania; periódicos de diferente proveniencia política; periódicos que informaban a grupos de lectores muy diversos. Además, se ha dado preferencia a las publicaciones de prensa que aparecieron durante un período de varios años, o todavía mejor, du1983. Kellenbenz, H./Schneider, J.: "A imagem do Brasil na Alemanha do século XIX: impressöes e esterotipos: da independencia ao fim da monarquía", en: Estudios latinoamericanos, Varsovia, 1980, N° 6, parte 2, págs. 71-102. Mentz de Boege, B.: Das Mexicobild der Deutschen im 19. Jahrhundert Spiegel der ersten populären Zeitschriften, Munich 1975 (tesis doctoral).
(1821-1861)
im
Obrath, K. W.: The Image of Mexico in German Imaginative Literature, Phil. Diss., University Cincinnati 1975. Schüller, K.: "Das Urteil der deutschen Liberalen des Vormärz über Lateinamerika, eine historische Skizze", en: JbLA, tomo 31 (1994), págs. 189-208. Los resultados de mis propias investigaciones fueron publicados bajo el título: Schmieder, U.: Lateinamerika in Periodika deutscher Regionen. Die Widerspiegelung der gesellschaftlichen Transformation Lateinamerikas in publizistischen Quellen, 1760-1850, Hamburgo 1998. 3 Acerca de la periodización de la historia iberoamericana en el período de las reformas borbónicas y de la Independencia en el contexto de la transformación de Hispanoamérica véase: Zeuske, M.: "Del 'buen gobierno' al 'mejor gobierno'?: Alejandro de Humboldt y el problema de la transformación en América española", en: APUNTES, Revista universitaria para problemas de la historia y la cultura iberoamericana, Nueva serie, N° 1/1993, págs. 1-86. Zeuske subraya (ibid., pág. 20) en la tradición de M. Kossok que las reformas borbónicas y la Independencia forman dos fases de un proceso de transformación único. Véase también: Pietschmann, H.: "Betrachtungen über Protoliberalismus, bourbonische Reformen und Revolution. Neu-Spanien im letzten Drittel des 18. Jahrhunderts", en: Comparativ, Leipziger Beiträge zur Universalgeschichte und vergleichenden Gesellschaftsforschung, cuad. 2 (1991), págs. 50-71.
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rante décadas, a fin de poder investigar las tendencias de la información a largo plazo, la imagen sobre Iberoamérica y los intentos de su instrumentalización. La terminología utilizada para referirse a la parte central y meridional del continente americano varió en el curso del tiempo. Tras mencionar las nuevas islas, descubiertas recientemente, o islas doradas, a partir de 1507, y según la propuesta de Martín Waldseemüller, se utilizó el término "América", derivado de Américo Vespucio. A partir del siglo XVI también se utiliza el término "nuevo mundo", en contraposición con el antiguo, para subrayar las diferencias de la naturaleza y de la cultura de los habitantes de ambos continentes. Más adelante, este término estuvo muy estrechamente ligado a la proyección de utopías sobre el nuevo continente, dejando atrás la vieja y "degenerada" Europa. En España se hablaba de las "Indias Occidentales", "Reinos de Indias" o "Reinos Ultramarinos". En alemán, el término "Westindien" se utilizaba para referirse a las islas caribeñas y de vez en cuando también a la Tierra firme, concretamente, a la parte nordeste de Sudamérica -las Guayanas, Venezuela, Colombia-. "Terra firma" se empleaba en alemán para denominar esta parte de Sudamérica. También se utilizaban los nombres: Perú, México o Neu-Spanien (Nueva España), am La-Plata-Strome (en el río de La Plata). Raramente aparece el término "Antillas", en vez de "karaibische Inseln" (islas caribeñas). Hasta el siglo XVIII, el término "América" comprendía los territorios bajo la dominación española y portuguesa, mientras que se hacía mención específica para Norteamérica. A partir de la guerra de independencia de las antiguas colonias en la parte norte del continente americano, se alteró el orden y se empezó a utilizar el término "América" para referirse a Estados Unidos, diferenciándolo de Hispanoamérica, América portuguesa o Brasil. Después de un período de transición, en el que se habló de las colonias insurrectas de España, la prensa empezó a utilizar la denominación "südamerikanische Freistaaten", Estados independientes sudamericanos, como sinónimo de repúblicas. El término "Latinoamérica" es una invención de los años 50 del siglo XIX 4 fuera del período tratado aquí. 4 Parece que el chileno Francisco Bilbao y el colombiano José María Torres Caicedo han inventado la noción "Latinoamérica" en oposición a la invasión de Walker en Nicaragua 1856. (Estrade, P.: "Observaciones a Don Manuel Alvar y demás académicos sobre el uso legítimo del concepto 'América Latina'", en: Rábida, N° 13, Huelva 1994, págs. 79-82; véase también: Heydenreich, T.: "América Latina - 'lateinisches Amerika'? Zur politischen Brisanz eines Adjektivs im 19. Jahrhundert", en: Lateinamerika zwischen Europa und den USA. Wechselwirkungen, Wahrnehmungen und Transformationen in Politik, Ökonomie und Kultur, ed. por U. Guthunz y T. Fischer, (Lateinamerika-Studien, tomo 35), Frankfurt/ M. 1995; Ardao, A.: Génesis de la idea y el nombre de América Latina, Caracas 1980. Más tarde los franceses abusaron del principio de "la latinité" para sus pretensiones en América Latina. Un precursor de tal pensamiento fue Benjamin Poncel, en: "Etudes des intérêts réciproques de l'Europe et de l'Amérique. La France et l'Amérique du Sud", Paris 1849 (pág. 21 : "Balancer la puissance matérielle de la race anglo-saxonne en Amérique par
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A finales del siglo XVIII se empleó la palabra "americanos" para referirse a los indígenas del N u e v o Continente, mientras que en el siglo XIX se comenzó a hablar de los criollos o norteamericanos como de "americanos" y a los indígenas se les denominó "Indianer" o "Indier" -así como a los habitantes de India, en Asia- o "Eingeborene" (indígenas). Respecto a los periódicos, me refiero a los periódicos del siglo XVIII 5 , publicados normalmente una o dos veces por semana, y utilizo como ejemplo las Berlinische Nachrichten von Staats- und gelehrten Sachen (Spenersche Zeitung), Berlín 1741ss., el Leipziger Allerley von merkwürdigen Begebenheiten unserer Zeit, Leipzig 1752ss., de Prusia y Sajonia respectivamente. Es preciso tener en cuenta las diferencias entre el periodismo de entonces y la prensa de nuestro siglo: entonces no había editorial, ni reflexión crítica por parte de los redactores, la prensa estaba sujeta a la censura 6 , se carecía de una red fija de corresponsales, etc. En estos periódicos se presentaban América Latina y el Caribe como los lugares donde se producían las batallas de las potencias europeas por el predominio militar y político, por los mercados y por la trata de esclavos. Así, aparecen informaciones sobre los conflictos fronterizos entre España y Portugal en la región del Río de La Plata y las luchas entre Inglaterra, Francia y España en el Caribe. une alliance sérieuse avec la race latine de ces contrées, et, par suite, diriger l'avenir politique et commercial du monde, tel est le lot départi providentiellement à la France"). 5 Véase también: B. Schröter: "Das Amerikabild in den 'Leipziger Zeitungen' zwischen dem Siebenjährigen Krieg und der Französischen Revolution von 1789", en: Lateinamerika und Europa. Festschrift zum 65. Geburtstag von Günther Kahle, editado por F. Becker, H. M. Meding, B. Potthast-Jutkeit, K. Schüller, Colonia, Weimar, Viena 1994, págs. 759781. 6 El tema de la historia de la censura es tan complejo que no puede ser tratado dentro de esta ponencia. Según las investigaciones que he realizado en los archivos prusianos y sajones hay que constatar que la censura se concentró en la vigilancia de la información sobre asuntos interiores de Alemania y las varias revoluciones europeas (francesas de 1789ss. y 1830, españolas de 1808ss., 1820ss., 1833ss., insurrecciones griega de 1821-29, polaca de 1830/31 etc.), no en los informes sobre asuntos americanos. No obstante, las fuentes muestran sólo debates sobre casos particularmente graves ante los ojos de la administración de la censura; la censura diaria no se refleja en estos documentos. Una información general sobre la temática puede obtenerse en: Groth, O.: Die Geschichte der Deutschen Zeitungswissenschaft,
Munich 1948.
Lindemann, M.: Deutsche Presse bis 1815, Berlin 1965 (Geschichte der deutschen Presse, tomo 1). Wittmann, Reinhard: Geschichte des deutschen Buchhandels, Ein Überblick, Munich 1991. Ziegler, E.: Literarische Zensur in Deutschland 1819-1848, Materialien, Kommentare, Munich, Viena 1983.
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Durante la Guerra de los Siete Aflos, la información política del periódico prusiano mostraba inclinación más bien hacia la posición británica, mientras que Sajonia hacia la franco-española. No obstante, se describía la situación en Iberoamérica sin comentarios, en caso de que llegaran a Alemania noticias o rumores. A pesar de todo, se recibían noticias sobre la llegada de buques, especialmente sobre las flotas que transportaban plata, tan importantes para la economía europea, y sobre catástrofes naturales. En cuanto a la situación interior en el nuevo continente, ésta empezó a adquirir interés primeramente en relación con la resistencia de los negros contra la esclavitud, por ejemplo en Surinam (1751-1753) y Haití (1791ss.), así como con las conjuraciones y rebeliones contra el régimen colonial español, particularmente con la insurrección de Tupac Amaru en el Perú (1780). Aunque los autores de los artículos de prensa rechazaban la rebelión como tal, inmediatamente aludían a los propios intereses y expresaban la sospecha de que España, como Inglaterra en Norteamérica, acabaría perdiendo sus colonias y con la emancipación de Sudamérica, sus mercados se abrirían para el comercio mundial 7 . Las fuentes de información de la prensa alemana eran los periódicos de Londres o Madrid y, más raramente, de Lisboa, La Haya o Génova. En los gelehrte Zeitungen del siglo XVIII (periódicos eruditos), por ejemplo, en las Hallische Gelehrte Zeitungen (1766-1780), las Neue Zeitungen von gelehrten Sachen, de Leipzig (1715-1784), las Berlinische Gelehrte Zeitungen (Berlín 1779ss.) y la Allgemeine Deutsche Bibliothek (1765-1805) se publicaron descripciones de viajes o tratados científicos, pero sobre todo, reseñas de libros, en las que, a menudo, los extractos de la obra en cuestión eran más largos que los comentarios. De este modo, las informaciones sobre América y las Indias Occidentales contenidas en las obras de Labat 8 , Ulloa 9 , Raynal 10 , Robertson", Gilii12 y 7
Spenersche Zeitung, 14.10.1780, N° 124.
^ Neue Zeitungen von gelehrten Sachen, Leipzig, 1783, pág. 641, sobre: Labat: Reisen nach Westindien, trad. por Georg Friedrich Caspar Schad (según Labat, Jean Baptiste: Nouveau Voyage aux Isles de l'Amérique, tomo 2, La Haya 1734). 9 Neue Zeitungen von gelehrten Sachen, Leipzig 1781, pág. 508, sobre: Ulloa, A.: Physikalische und historische Nachrichten vom südlichen und nördlichen Amerikas, trad. por J. A. Dieze, Leipzig 1781 (según: Noticias americanas, Entretenimientos Phisico-Históricos sobre la América Meridional y septentrional, Madrid 1772). 10 Hallische Gelehrte Zeitungen, 11/1776: págs. 132 y 718: Acerca de "Philosophische und politische Geschichte der Besitzungen und des Handels der Europäer in beyden Indien" (Raynal, traducido por Mauvillon, Hannover 1776). Título original: Raynal, G.-T.-F.: Histoire philosophique et politique des Etablissements & du commerce des Européens dans les deux Indes, 6 tomos, Amsterdam 1770. Había varias ediciones. 11 Allgemeine
Deutsche
Bibliothek,
tomo 116, 2 a parte, pág. 539, reseña sobre: Robertson,
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varios otros fueron divulgadas entre un mayor círculo de lectores. Sin embargo, estas "informaciones" muchas veces no correspondían a la realidad americana y a través de este tipo de prensa también se divulgaron los prejuicios de Cornelis de Pauw sobre la "degeneración" de la naturaleza y de los habitantes (tanto indígenas como inmigrantes) de América' 3 . En las revistas geográfico-etnológicas del siglo XVIII, como Beiträge zur Völker- und Länderkunde (Contribuciones a la Etnología y Geografía), Leipzig 1781ss., Auswahl der besten ausländischen geographischen und statistischen Nachrichten zur Aufklärung der Völker- und Länderkunde (Selección de las mejores noticias geográficas y estadísticas extranjeras para la ampliación de los conocimientos etnológicos y geográficos), Halle 1794ss., Geographisches Magazin (Revista Geográfica), Dessau y Leipzig 1783ss., Neues Geographisches Magazin (Nueva Revista Geográfica), Halle 1785ss., Wöchentliche Nachrichten von neuen Landcharten, geographischen, statistischen und historischen Büchern und Schriften (Noticias semanales de nuevos mapas, libros y escritos sobre geografía, estadística e historia), Berlín 1783, se presentaban los siguientes temas sobre América y el Caribe: informaciones sobre mapas históricos y actuales de América, historia de la Conquista, productos de las colonias, fenómenos climáticos, descripciones de viajes, historia comparada de la trata de negros, costumbres de los indígenas. Las noticias de las colonias inglesas y francesas en las Indias Occidentales superaban notablemente a las de Hispanoamérica continental. En cierto sentido, "Westindien", es decir, las Indias Occidentales, representan en el pensamiento alemán de aquel entonces toda América.
W.: History of America,
Basilea 1790.
' 2 Neue Zeitungen vori gelehrten
Sachen, 2.4.1781, pág. 109.
Reseña sobre "Saggio di Storia Americana, o sia storia naturale, civile, e sacra, de'regni e delle provincie Spagnuole di Terra ferma neU'America méridionale, descritta dall'Abbate Filippo Salvadore Giliy", tomo 1. 13 Las tesis de Pauw pueden ilustrar muy bien lo que significa la noción "prejuicio". Pauw se refiere a los indios calificándolos de perezosos, cobardes, incapaces de amar, estúpidos, que nunca desarrollaron ciencia o arte, no sabían leer, ni escribir, ni contar. Las "Recherches philosophiques sur les Américains, ou mémoires intéressantes, pour servir à l'histoire de l'espèce humain" (C. de Pauw, Berlin 1768/69), donde Pauw desarrolla estos prejuicios fueron reseñadas muy detalladamente y sin cualquier protesta contra el contenido en las Hallische gelehrte Zeitungen, N° 4/1769. La misma obra fue alabada en la Allgemeine Deutsche Bibliothek, tomo 17, 1770, págs. 114ss. Además se publicaron largos extractos sobre la cobardía e indolencia y sobre mediocridad en comparación con los europeos de los indígenas.
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El creciente interés del público por los asuntos americanos (fruto de la Independencia de Estados Unidos) se veía confrontado con una base muy efímera de informaciones, en parte, anticuada. En el siglo XIX, la calidad de la prensa registró una mejoría considerable: aumentó tanto la cantidad de periódicos como la tirada por edición, se integró a nuevas capas sociales en el grupo de lectores y se desarrollaron nuevas técnicas de producción y distribución, fruto del proceso de la industrialización.
En los diarios y periódicos de actualidad del siglo XIX (la Leipziger Fama, Leipzig 1801-1848, las Berlinische Nachrichten von Staats- und gelehrten Sachen (Spenersche Zeitung), la Allgemeine Preußische Staatszeitung, Berlín 1819ss.) se puede constatar que, a raíz de la Independencia, se produjo un auge en la información sobre las luchas político-militares y una detallada -no siempre benévolainformación sobre los héroes de la Independencia. Así, por ejemplo, en la Allgemeine Preußische Staatszeitung, entre 1819 y 1833 aparecieron 284 informes sobre el "Libertador" Bolívar. El enorme interés que despertaban los asuntos del lejano continente sudamericano no se debía únicamente a la esperanza de que la emancipación abriese el acceso a los mercados latinoamericanos, sino también a la prosecución de la tradicional proyección de utopías 14 -en este momento histórico sobre todo aquéllas de origen liberal- sobre el continente americano. Al contemplar la anarquía que reinaba en Iberoamérica en los años posteriores a la Independencia, los liberales albergaron la esperanza de que se formara una sociedad más moderna y más liberal en los Estados Unidos de Norteamérica. Los periódicos informaban sobre las luchas por el poder entre las elites criollas: Entre los personajes que fascinaron y motivaron a los autores destacan Santa Anna 1 5 en México, Rosas 16 en Argentina y Francia 17 en Paraguay. Además, los 14 Acerca de la proyección de utopías emancipadoras véase: G. Arciniegas: América en Europa, Buenos Aires 1975, particularmente págs. 141-169 y G. Siebenmann: "Spiegelungen, Wie Europa und Lateinamerika einander sahen", en: Schweizer Monatshefte, cuad. 12, Die. 1992, págs. 1001-1014. 15 Antonio López de Santa Anna (1794-1876), Caudillo mexicano, comenzó la insurección contra el Emperador Iturbide; desde 1833 hasta 1855 seis veces presidente de México, luchó alternativamente al lado de los liberales o conservadores, de los centralistas o federalistas en las guerras civiles de los años 30, 40 y 50 del siglo XIX. 16
Juan Manuel Rosas (1793-1877), 1829-1832 Gobernador de Buenos Aires, se mantuvo en el poder en Argentina como dictador cruel entre 1835 y 1852 en el interés de los estancieros conservadores y federalistas, pero realizó una política económica liberal. 17 José Gaspar Rodríguez, llamado Dr. Francia, presidente dictatorial del Paraguay independiente de 1814 a 1840. Tras liquidar a la elite nacional, cerró el país a influencias extranjeras, desarrolló una economía estable, floreciente y relativamente independiente a base de bienes estatales.
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diarios publicaron material voluminoso sobre impuestos, aduanas, precios, negociaciones sobre la d e u d a externa, las actividades de la C o m p a ñ í a Renana de las Indias Occidentales 1 8 , etc. Las grandes -y m u c h a s veces exageradas- esperanzas puestas en la d e m a n d a de mercancías alemanas (especialmente lienzos) en Iberoamérica estaban relacionadas con la difícil situación económica que atravesaba A l e m a n i a después de las Guerras Napoleónicas. N o obstante, las exportaciones alemanas tenían m e n o s oportunidades que las inglesas debido a la superioridad competitiva de Inglaterra en los mercados internacionales. Informaciones concretas sobre precios, condiciones de m e r c a d o o estadísticas también fueron publicadas por ejemplo en la Preußische Handlungszeitung für Kaufleute, Geschäftsmänner und Landwirthe (Periódico del comercio prusiano para comerciantes, empresarios y agricultores, Berlín 1832/1833), y en la Biene,
Wöchentliche Mitteilungen für Sachsen und angrenzende Länder (La Abeja, Inf o r m a c i o n e s semanales para Sajonia y países vecinos, Zwickau 1827-1830). En ese período, la prensa adquiría las informaciones a través de periódicos ingleses, franceses, norteamericanos, o diarios de las ciudades anseáticas, pero también ya de diarios iberoamericanos así c o m o de cartas enviadas desde Latinoamérica por viajeros y comerciantes. El concepto seguido para la elección de las fuentes f u e en parte casual y en parte ya fue objeto de la instrumentalización política. En cuanto a lo último, sirva un ejemplo de la Staatszeitung, periódico en el que se publicó un artículo b a j o el título "Sobre el Brasil", con el que se pretendía disuadir de sus planes a los potenciales emigrantes hacia A m é r i c a del Sur 19 . Mientras que en los años 30 las informaciones sobre Iberoamérica disminuyeron considerablemente, los afios 4 0 experimentaron un n u e v o auge de información, relacionado con asuntos de singular interés, por ejemplo, el apogeo del conflicto entre E E . U U . y M é x i c o por Texas, en el que preponderaron informes pronorteamericanos, y los bloqueos franco-ingleses del Río de la Plata, contra el gobierno Rosas y a favor de Montevideo. Las evidentes y numerosas informaciones tendenciosas pueden constatarse tanto en la prensa diaria c o m o en las revistas político-históricas. Respecto a estas últimas he investigado, entre otras, Minerva, ein Journal historischen und politischen Inhalts, Berlín, Hamburg, Jena 1792-1858, de A r c h e n h o l z y Bran y el Journal für Deutschland, Berlin 1815-1819, publicado posteriormente b a j o el n o m b r e Neue Monatsschrift für Deutschland, Berlín 1820-1835, de Buchholz.
' 8 Sobre el papel de esta compañía para las actividades de las regiones alemanas en IberoAmérica, véase Michael Zeuske: "Preußen, die 'deutschen Hinterländer' und Amerika. Regionales, 'Nationales' und Universales in der Geschichte der 'Rheinisch-Westindischen Compagnie' (1820-1830)", en: Scripta Mercaturae, cuad. 1/2 1992, págs. 50-89. 19 Staatszeitung, N° 301, 29-12-1825.
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En estas publicaciones aparecían reflexiones teóricas sobre la situación política en América Latina, la Independencia, extractos de libros, descripciones de viajes así como material estadístico sobre el desarrollo de la población y economía de Iberoamérica. Debido a la censura, en distintas ocasiones los redactores ocultaron su propia opinión. En Minerva se publicaron artículos de tendencias contrarias sin comentario: pro y contra Independencia y sistema republicano. Simón Bolívar, el gran líder de la Independencia, fue caracterizado una vez de "devorador de pueblos" según Barbet du Bertrand20 y según una fuente inglesa anónima fue presentado como un gran héroe y comparado con Washington y Napoleón21. Las fuentes de información de los redactores de la revista Minerva fueron autores ingleses (Henry Koster22, Basil Hall23, Maria Graham24, John Mawe25), fuentes francesas (François Depons26, André Pierre Ledru27, Jean-François Dauxion-
20 Minerva, 1825, tomo 3, pág. 157. 21 Minerva, 1828, tomo 1, pág. 479. Acerca de la imagen de Simón Bolívar en Alemania véase sobre todo: Kahle, G.: Simón Bolívar und die Deutschen, Berlín 1980; Simón Bolívar in zeitgenössischen deutschen Berichten (1811-1831), Berlín 1983. 22 Autor de Koster, H.: Travels in Brazil, London 1816, 2da ed. 1817, francés y alemán (Weimar) 1817, 2 tomos respectivamente. Minerva, 1817/3, pág. 41, continuación en 1817/4. 23 Autor de Hall, B.: Extracts from a journal written on the coasts of Chili, Peru and Mexico in the years 1820, 1821, 1822, Edinburgh 1824. Minerva, 1824/ 3, pág. 161. 24 Autora de Graham, Maria Dundas (Lady Maria Calcott): Journal of a Voyage to Brazil and Residence there, during the part of the years 1821, 1822, 1823, Londres 1824, Journal of a residence in Chili and voyage from the Pacific, in the years 1822 et 1823, preceded by an account of the revolutions in Chili, since the year 1810, Londres 1824. Minerva, 1825/1, pág. 269. 25 Autor de Mawe. J.: Travels in the interior of Brasil, particularly in the gold and diamond districts ofthat country, including a voyage to the Rio de la Plata, and an historical scetch of the revolution of Buenos Aires, London 1812/17. Minerva, 1817/1, pág. 177, sobre la revolución en el Río de La Plata. 26 Autor de Depons, F.R.J.: Voyage à la partie orientale de la Terre-ferme dans l'Amérique Méridionale, fait pendant les Années 1801-1804, Paris 1806, traducciones alemanas Weimar 1807, Berlín 1808. Minerva, 1813/3, pág. 401ss., 1813/4, pág. 383ss. 27 Autor de Ledru, A.P.: Voyage aux îles de Ténériffe, la Trinité, St. Thomas, Sainte-Croix et Portorico, 2 tomos, Paris 1810. Minerva, 1811/3, pág. 120.
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Lavaysse 2 8 ) así c o m o los encargados del Congreso de EE.UU. 2 9 que debían sondear la situación en Hispanoamérica tras la reciente independencia. Los autores de los libros sobre Iberoamérica fueron navegantes, diplomáticos, científicos, comerciantes o aventureros. En las revistas liberales de Friedrich Buchholz se constata una actitud más clara en favor de la emancipación de América y contra cualquier clase de régimen colonial, lo cual se puede derivar de extractos de las obras del Abbé de Pradt30 y de la Edinburgh Reviewque propagó un programa de reformas liberales en la política económica para Iberoamérica. En los aftos 30, la cantidad de informes sobre Iberoamérica en las revistas político-históricas disminuyó considerablemente, lo que puede atribuirse a la frustración causada por el incumplimiento de las exageradas esperanzas puestas en las posibilidades económicas de Iberoamérica y por la inestabilidad política de los jóvenes Estados. C o m o Estados gobernados constitucionalmente, los liberales 28 Autor de Dauxion-Lavaysse, J.F.: Voyages aux îles de Trinidad, de Tobago, de la Marguerite et dans diverses parties de Vénézuéla dans l'Amérique méridionale, ou essai physique et statistique sur ces régions, avec des considérations sur l'accroissment et la décadence de la puissance continentale de l'Angleterre, Paris 1813, 2 vol. Minerva, 1813/3, págs. 245, 401. 29 Minerva, 1819/3, Informes de Rodney (Caesar Augustus Rodney, 1772-1824, autor de "Report of the present State of the Unités Provinces of South America", 1819) y Graham (John Graham, 1774-1820) al Presidente de EE.UU., John Quincy Adams; Minerva, 1820/3, extracto de "Voyage to South America, performed by order of the American Gouvernement 1817 and 1818, by H. M. Brackenridge", Londres 1820 de Henry Marie Brackenridge (1786-1871). 30 "La independencia de América es el deseo secreto de los gobiernos, es el deseo general de los pueblos, y no tardará en manifestarse en forma imperiosa", Neue Monatsschrift, 1822/9, pág. 93, según: "Bemerkungen des Herrn de Pradt über den vierzehnten und fünfzehnten Artikel eines den spanischen Cortes vorgelegten Planes, die Anerkennung von Amerika's Unabhängigkeit betreffend" (Anotaciones del Señor de Pradt sobre los artículos 14 y 15 del plan presentado a las Cortes con referencia al reconocimiento de la Independencia de América). 31 Neue Monatsschrift, tomo 19/1826, págs. 160 y 286; "Über Colonial-Politik und den Werth von Colonial-Besitzungen" (traducción del artículo Edinburgh Review LXXXIV, págs. 271-303); "Substance of two Speeches delivered in the House of Commons on the 2Ist and 25th March, 1825, by the Right Honourable William Huskisson, respecting the Colonial Policy and Foreign Commerça of the country, pp. 88", Londres 1825. Acerca del papel de la Edinburgh Review en la información sobre Hispanoamérica véase también M. T. Berruezo León: "La presencia de Hispanoamérica en la prensa liberal británica durante el proceso independentista", en: Europa e Iberoamérica: Cinco siglos de Intercambios (IX Congreso Internacional de Historia de América), vol. III, págs. 567-594.
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esperaban que éstos sirvieran de ejemplo para toda Europa. Más adelante, este tipo de esperanzas se concentró especialmente en EE.UU. Las revistas geográficas y etnográficas del siglo XIX publicaban mapas de América, descripciones de viajes, noticias políticas, estadísticas económicas, asuntos del descubrimiento de América. Investigué las Allgemeine geographische Ephemeriden y Neue allgemeine geographische Ephemeriden (Efemérides geográficas generales y Nuevas..., Weimar 1798-1816 y 1817-1821), las Annalen der Erd-, Völker- und Staatenkunde (Anales de Geografía, Etnología y Ciencias del Estado, Berlín 1830-1832), la Allgemeine Welt- und Völkerkunde (Geografía y Etnografía General, Naumburgo 1834-1836) y la Zeitschrift für vergleichende Erdkunde (Revista de Geografía Comparada, Magdeburgo 1842-1850). En Sajonia también se publicaron dos revistas que informaban exclusivamente sobre América: Amerika, dargestellt durch sich selbst2 (América, presentada por sí misma), editada por G. J. Göschen, Leipzig 1818-1820 y Atlantis, Journal des Neuesten und Wissenswürdigsten aus dem Gebiete der Politik, Geschichte, Geographie, Statistik, Culturgeschichte und Literatur der nord- und südamerikanischen Reiche mit dem Einschluß des westindischen Archipelagus (Revista de lo más muevo y más valioso para los conocimientos de la política, historia, geografía, estadística, historia cultural, y literatura de los imperios norte- y sudamericanos inclusive del archipiélago de las Indias Occidentales), Leipzig 1826/1827. Ambas se concentraron en la información política y publicaron estadísticas sobre la población y economía de América. Hay que mencionar también las revistas de crítica literaria y entretenimiento como el Literarisches Conversationsblatt (Leipzig 1821ss., desde 1827 "Blätter für literarische Unterhaltung") o el Gesellschafter (o "Blätter für Herz und Geist", Berlín 1817ss.), interesantes para el tema de la difusión de la imagen de Iberoamérica en tanto que también publicaron voluminosos extractos de los libros criticados 33 , a menudo comentados detalladamente. 32 Acerca de "Amerika, dargestellt durch sich selbst" véase también Ludwig, J.: "Literatur über Lateinamerika in Deutschland, 1760-1830. Das Beispiel Sachsen", en: M. Zeuske/B. Schröter/J. Ludwig: Sachsen und Lateinamerika. Begegnungen in vier Jahrhunderten, Frankfurt/Main 1995 (Bibliotheca Ibero-Americana, tomo 52, ed. por D. Briesemeister), págs. 80-119. 33 El "Literarisches Conversationsblatt" publicó extractos y resúmenes de James Henderson's "History of Brazil", London 1821, de Pradt's "L'Europe et l'Amérique en 1822 et 1823", París 1824, Marie Graham's "Journal of a residence in Chili and voyage from the pacific, in the years 1822 et 1823, preceded by an account of the revolutions in Chili, since the year 1810", Londres 1824, "Iturbides Denkwürdigkeiten", Leipzig 1824, William Bullock's "Six months of residence and travels in Mexico, containing remarks on the present State of New Spain, its natural productions, State of society, manufactures, trade, agriculture and antiquities", Londres 1824, y muchos otros. El "Gesellschafter" presentó a sus lectores obras del Baron de Vastey "Versuch über die Ursachen der Revolution und des
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Con las primeras revistas ilustradas que aparecieron en los años 30 y 40, el Pfennig-Magazin, Leipzig 1833ss., la Deutsche Jugendzeitung, Dresden 18341839, la Illustrierte Zeitung, Leipzig 1843ss. y el Bildermagazin, Leipzig 1842ss., comenzó una nueva etapa respecto a la divulgación de la imagen sobre América. La descripción fue completada por la más impresionante imagen óptica. Resumiendo las coyunturas, las fuentes y los centros regionales de la información sobre Latinoamérica se puede constatar lo siguiente: - Comparado con el conjunto de temas de la prensa y con los informes sobre Norteamérica, las informaciones sobre Iberoamérica eran raras en el siglo XVIII e inicios del siglo XIX, lo que cambió temporalmente con el viaje de Alejandro de Humboldt a Iberoamérica, durante la Independencia de Iberoamérica (1810-1826) y en los primeros años posteriores a la emancipación (hasta 1830/31). Después se registra un descenso del interés respecto a Iberoamérica y otro auge del interés en EE.UU. N o obstante, el tema nunca desapareció totalmente de la agenda de la prensa y experimentó otros auges menores en los años 40. - La coyuntura de la información sobre Iberoamérica dependió de los acontecimientos en América (Independencia, guerra entre Estados Unidos y México, guerras en la región de La Plata) y de los intereses de los europeos en la región. Así, se produjo un gran apogeo de la información cuando se consideró la Independencia como una oportunidad para el florecimiento del comercio entre Europa e Iberoamérica y para la explotación de los ricos recursos mineros. - A pesar de las iniciativas alemanas en los años 20 del siglo XIX para intensificar las relaciones económicas con Iberoamérica 34 , la emigración alemana hacia Iberoamérica, el aumento de viajes de científicos alemanes a Iberoamérica (Humboldt, Haenke, Neuwied, Poeppig) y las publicaciones sobre esas empresas, la Bürgerkriegs in Hayti", West "Über Westindien und Europa", W. D. Robinson "Geschichte der Expedition des Generals Xaver Mina nach Mexiko, im Jahr 1816", Hanóver 1824, y otros. 34 Actividades de la Compañía Renana de las Indias Occidentales, de la Compañía ElbaAmericana, de la Sociedad de Minería alemán-americana, actividades diplomáticas de los Estados alemanes, casas comerciales en Iberoamérica. Acerca de esta temática: véase: Kossok M.: Im Schatten der Heiligen Allianz. Deutschland und Lateinamerika 1815-1830. Zur Politik der deutschen Staaten gegenüber der Unabhängigkeitsbewegung Mittel- und Südamerikas, Berlin 1964; Oehm, H.-J.: Die Rheinisch-Westindische Kompagnie, Neustadt an der Aisch 1968; Kruse, H.: Deutsche Briefe aus Mexiko mit einer Geschichte des Deutsch-Amerikanischen Bergwerksverein 1824-1838, Essen 1923; Walter, R.: Venezuela und Deutschland (1815-1870), Wiesbaden 1983; Zeuske, M.: "Preußen, die 'deutschen Hinterländer' und Amerika. Regionales, 'Nationales' und Universales in der Geschichte der 'Rheinisch-Westindischen Compagnie' (1820-1830)", en: Scripta Mercaturae, cuad. 1/2 1993, págs. 50-89; Ludwig, Jörg: Der Export sächsischer Waren nach Lateinamerika. Ein Beitrag zur Geschichte der wirtschaftlichen Beziehungen zwischen europäischen Regionen und Lateinamerika, tesis doctoral, Leipzig 1993 etc.
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prensa continuó prefiriendo las fuentes inglesas y francesas; sólo hizo uso parcial de fuentes norteamericanas y raramente de los originales iberoamericanos. - Como centros de la discusión científica y lugar de publicaciones sobre asuntos americanos se pueden señalar -junto con Hamburgo, ya muy conocido- al fin del siglo XVIII Gotinga, en cuya Universidad trabajaron Christoph Meiners 35 , Ludwig Timotheus Spittler36, Johann Friedrich Blumenbach;37 en todo el período tratado Berlín, donde salieron a la luz las publicaciones del filósofo Cornelis de Pauw, del geógrafo Antón Friedrich Büsching 38 , del editor Johann Karl Spener39, del geógrafo Heinrich Wilhelm Berghaus40, y que además es la ciudad con la cual estuvo vinculado el famoso Alejandro de Humboldt; en la primera mitad del siglo XIX Leipzig, donde se publicaron muchos números de la Americana, dos revistas sobre América y donde residían los científicos Christian Friedrich Schwageri-
35 Christoph Meiners (1745-1810), coeditor del "Göttingisches Historisches Magazin" y del "Neues Göttingisches Historisches Magazin" y autor de varios artículos sobre América en esta revista, colaborador de las "Göttinger Gelehrte Anzeigen", editor de una "Historia de la humanidad" (Grundriß der Geschichte der Menschhheit, 1786). 36 Ludwig Timotheus Spittler (1752-1810), desde 1779 Profesor catedrático de filosofía en Gotinga, coeditor del "Göttingisches Historisches Magazin" y "Neues Göttingisches Historisches Magazin", colaborador de las "Göttinger Gelehrten Anzeigen", autor de "Entwicklung und Geschichte der Inquisition", Hamburgo 1788 y "Entwurf der Geschichte der europäischen Staaten", Berlin 1793-1794, 2 tomos. 37 Johann Friedrich Blumenbach (1752-1840), 1776-1840 Profesor catedrático de medicina en Gotinga, autor de obras sobre la historia natural y anatomía, autor de "De generis humani varietate nativa", 1776. 38 Anton Friedrich Büsching, tutor de Alejandro de Humboldt, director del Colegio "Gymnasium zum Grauen Kloster", conoció a Miranda en el año 1785, véase M. Zeuske: Francisco de Miranda und die Entdeckung Europas. Eine Biographie, Hamburger Ibero-Amerika Studien, v. 5, Münster/Hamburg 1995, p. 91; publicó además las "Wöchentliche Nachrichten von neuen Landcharten, geographischen, statistischen und historischen Büchern und Schriften", Berlin 1773-1787: "Allgemeine Weltgeschichte", Berlin 1767; "Neue Erdbeschreibung", 4 tomos, Berlín 1754-1760, Hamburgo 1769-1773, "Magazin für die Neue Historie und Geographie", 1767-1793. 39 Johann Karl Spener (1749-1827), comerciante de libros y editor, editó la llamada revista de Büsching, las "Berlinische Nachrichten von gelehrten Sachen", conocía a Johann Reinhold y Georg Forster, a Alejandro de Humboldt y al editor de Minerva, Johann Wilhelm Archenholz. 40 Heinrich Carl Wilhelm Berghaus (1797-1884), profesor en la Real Academia de Construcción de Prusia, editor de las Annalen der Erd-, Völker- und Staatenkunde, Berlin 18291843, autor de "Abriß der Geschichte der geographischen Entdeckungen", Berlin 1857, autor de "Die Völker des Erdballs", Bruselas 1847, editor de "Indianer Nordamerikas" de Georg Catlin.
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chen 41 y Eduard Poeppig 42 , los editores Georg Joachim Goschen 4 3 y Friedrich Arnold Brockhaus 44 ; en el siglo XVIII Halle, lugar de publicación de Ernst Fabri45, de los catedráticos Matthias Christian Sprengel 46 y Johann Reinhold Forster 47 y su hijo Georg Forster; y al comienzo del siglo XIX Weimar, centro de publicaciones geográficas y donde desempeñó un importante papel el editor Friedrich Justin Bertuch 48 .
41 Christian Friedrich Schwägerichen (1775-1853), botánico, profesor catedrático de historia natural en la Universidad de Leipzig, promovió la empresa de viaje de Poeppig a Iberoamérica. 42 Friedrich Eduard Poeppig, 1798-1868, viajó en 1827-1832 a Iberoamérica y publicó: "Reise in Chile und Peru auf dem Amazonenstrom 1827-1832", Leipzig 1835/36. 43 Georg Joachim Göschen, 1752-1828, editor de "Amerika, dargestellt durch sich selbst", fue un famoso editor de obras de bellas artes e historia en Leipzig y Grimma. 44 Friedrich Arnold Brockhaus, 1772-1823, compró en 1808 los derechos de edición del "Conversations-Lexicon", trabajó como editor en Altenburgo y Leipzig, editó por ejemplo el "Literarisches Wochenblatt". 45 Johann Ernst Fabri (1755-1825), secretario de la Sociedad de Investigación de la Naturaleza de Halle, editor de varias colecciones de descripciones de viajes y de manuales geográficos (Véase anexo de Dippel, Horst: Deutschland und die amerikanische Revolution, Sozialgeschichtliche Untersuchung zum politischen Bewußtsein im ausgehenden 18. Jahrhundert, Colonia 1972 (tesis doctoral). 46 Matthias Christian Sprengel (1745-1803), yerno de J. R. Forster, Profesor catedrático de historia en Gotinga y Halle, autor, editor y traductor de varios libros sobre la historia de América y el Caribe, por ejemplo "Vom Ursprung des Negerhandels", Halle 1779, "Geschichte der ersten port. Entdeckungen unter Infant Heinrich dem Seefahrer", Halle 1783, (Ed.) "Gilii, Phil. Salv. Nachrichten vom Lande Guiana, dem Oronoco Fluß und den dortigen Völkern, Aus dem Italienischen", Hamburgo 1785, (Trad.) "Don Juan Baptista Muñoz' Geschichte der Neuen Welt, aus dem Spanischen übersetzt, und mit erläuternden Anmerkungen herausgegeben von M. C. Sprengel", Weimar 1795. 47 Johann Reinhold Forster (1729-1798), Profesor catedrático de historia natural y mineralogía en Halle, miembro de las Sociedades de las Ciencias en Londres, Madrid, Gotinga, de la Sociedad de Investigación de la Naturaleza en Danzig y Berlín, participante del viaje mundial de James Cook 1772-1775, cuyos resultados fueron valorizados científicamente por él y su hijo Georg Forster: "Johann Reinhold Forsters' Reise um die Welt während den Jahren 1772-1775, in dem von Seiner Großbrittannischen Majestät auf Entdeckungen ausgeschickten und durch den Captain Cook geführten Schiffe the Resolution unternommen. Beschrieben und herausgegeben von dessen Sohn und Reisegefährten George Forster", Berlin 1778. 48 Friedrich Justin Bertuch, 1746-1822, editor de las "Allgemeine Geographische Ephemeriden" 1798-1815 (hasta 1806 con C. G. Reichard) y de las "Neue Allgemeine Geographische Ephemeriden" (1817-hasta su muerte, a partir de 1830 la revista continuó bajo los auspicios de los eruditos del Instituto Geográfico). Publicó también el "Magazin der spa-
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Respecto al contenido de las informaciones en los periódicos se constata lo siguiente. Existía un fuerte desprecio hacia las sociedades latinoamericanas que sólo se supera temporal y parcialmente con la visión más positiva y diferenciada de Humboldt y con las esperanzas puestas en la Independencia. Los prejuicios afectaban a las elites de Iberoamérica, en el centro de los informes, caracterizadas como incultas y atrasadas, incapaces de asegurar "law and order", incluso degeneradas, así como a los indígenas. Por un lado, perduraban las ideas propagadas por la leyenda negra: los españoles, crueles, fanáticos, católicos y codiciosos de oro, habían matado a millones de pobres indios para fundar unas colonias, que después no eran capaces de utilizar efectivamente. Por otro lado, se presentaba negativamente a los indígenas, con frecuencia se aludía a su fragilidad física y mental, su fealdad, sus vicios, su crueldad, su cobardía, su pereza, la superstición, los sacrificios humanos y la antropofagia. En el siglo XVIII se negaba muchas veces el valor de la herencia cultural de los Aztecas, Incas, etc. y sólo con Humboldt y los descubrimientos de monumentos en los años 30 y 40 del siglo XIX empezaron a investigarse seriamente las culturas más avanzadas de América. De vez en cuando aparecían relatos neutrales sobre las costumbres indígenas, pero el concepto del noble salvaje parece pertenecer más a la literatura de ficción que al periodismo. Lo mismo puede señalarse respecto a la opinión sobre los negros 49 : primero, el voto a favor de la abolición de la trata de negros y más tarde, de la esclavitud y las acusaciones contra los abusos de los señores no correspondían con un juicio justo sobre la población negra, víctima de un racismo que incluso clasificaba a los negros entre el hombre y el mono. Con frecuencia se explicaban los rasgos negativos de las sociedades iberoamericanas como las consecuencias negativas de la "mezcla de las razas". Un extracto de un artículo del Staatszeitung sobre el conflicto México-Texas puede servirnos de ejemplo: Aquí, en Texas, se encuentran las influencias de las dos tribus más grandes y populosas [...] en el Norte de América dominan -como en Europa-, las tribus germánicas, en el Sur, los latinos [...] Norteamérica ha heredado la flor de la metrópoli [...] Inglaterra entregó a sus colonias americanas la misma fuerza de sus condiciones sociales, el espíritu de la religión y
nischen und portugiesischen Literatur" 1780-1783, el "Archiv für Geographie und Linguistik" 1808, la "Neue Bibliothek der wichtigsten Reisebeschreibungen" 1815-1822, "Peru nach seinem gegenwärtigen Zustand", Weimar 1808, "Manual de la lengua española", 1790. 49 Acerca de la imagen del negro en la literatura alemana véase: Schüller, Karin: Die deutsche Rezeption haitianischer Geschichte in der ersten Hälfte des 19. Jahrhunderts: ein Beitrag zum deutschen Bild vom Schwarzen, Colonia, Weimar, Viena 1992 (Lateinamerikanische Forschungen, tomo 20, tesis doctoral).
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la costumbre, el sentido del orden jurídico político-burgués, el mismo espíritu grandioso empresarial en el comercio y la industria, la audacia en el uso de las armas [...]. España transfirió a Ultramar los pecados sociales que originaron [...] la decadencia de su nación: un orden político muerto, la tiranía religiosa, el espíritu mercantil codicioso, al afán por el oro [...] Las Leyes sabias [...] del Consejo de Indias no podían curar las enfermedades sociales, que fueron acrecentadas por la mezcla salvaje ("wüstes Gemenge") de razas heterogéneas y reñidas [...]50.
Respecto a la imagen de Alemania o de los diferentes Estados alemanes en los periódicos latinoamericanos hay que diferenciar entre la prensa del período colonial (por ejemplo las Gazetas de México -1722 y 1728-1742, 1784-1821 sigue en el México independiente bajo varios nombres hasta 1860—), de Guatemala -17291731, 1784-1812-, de Lima -1744-1767, 1793-1794-, el Diario de México -1805-1817-, el Mercurio Peruano -1790-1794-, el Papel periódico de la Ciudad de Santa Fe de Bogotá -1791-1797- o el Semanario del Nuevo Reyno el de Granada-1808 y 1809—); los peiiódicos que aparecieron durante la Independencia por parte de los leales a España, con las corrientes realistas como la Gazeta Ministerial del Gobierno de Chile (1814-1817), Gaceta del Gobierno de Guatemala (1812-1814), la Gaceta del Gobierno de Lima (1816-1818), la Gaceta de Montevideo (1810-1811) y los constitucionalistas como el El Investigador (Lima 1813), o El Fanal de Venezuela (1820-1821). Por parte de los patriotas se publicaron: la prensa de la emigración en Londres, como El Español de Blanco y White (1810-1814), El Colombiano de Miranda (1810), los periódicos del primer período de la Independencia como El Despertador Americano (Guadalajara 1810/11), el Semanario Patriótico Americano (México 1812), El Publicista de Venezuela (1811), el Argos Americano (Cartagena de Indias, 1811), la Aurora de Chile (1812-1813), el Monitor Araucano (Chile, 1813), la Gazeta de Buenos A ires (1810-1821) y del segundo período de la emancipación como el famoso Correo del Orinoco (1818-1822), el Aguila Mexicana (1823-1826), el Mensajero Argentino (1825-1826), la Gaceta de Colombia (1821-1831), la Gazeta de Santiago de Chile (1818), el Sol (1825ss.) y los ya innumerables periódicos de los jóvenes Estados independientes, con corrientes liberales y conservadoras, centralistas y federalistas. Algunos periódicos -particularmente los oficiales- como la Gaceta de Caracas y la Gazeta de México detentaron en el curso del tiempo distintas posiciones políticas, según la situación militar y política del momento. La prensa diaria de la época colonial generalmente informaba más sobre asuntos europeos que la independentista. En la información sobre Europa, Alemania ocupó un lugar muy por debajo de Inglaterra y Francia. Por ejemplo, según el índice analítico del Papel periódico, en los tomos de los años 1791 hasta 1797 se mencionó Alemania ocho veces, Prusia siete veces, Baviera una vez, Silesia una vez, Hamburgo una vez y Hessen una 50 Staatszeitung,
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vez, mientras que Francia aparece mencionada 177 veces y Gran Bretaña 28 veces. Otro ejemplo: en la Gaceta de Colombia, según el índice del período comprendido entre 1821 y 1831, había 4 menciones de Sajonia, 51 de Prusia y 26 de Alemania en general. Sobre Inglaterra se informó 355 veces y sobre Francia 324 veces. En los distintos tipos de periódicos aparecía la importante personalidad de Federico II de Prusia "que supo aliar el Reynado con la Filosofía"51 y se constata cierta admiración por el ejército prusiano: El Araucano admiraba a Blücher, Bülow y Scharnhorst52, por ejemplo. Se informaba sobre los Estados alemanes en conflicto con la Francia revolucionaria y como víctimas de la agresión napoleónica", como ocupantes de Polonia54 y sobre las resoluciones del Congreso de Viena con respecto a Alemania 55 . Según los periódicos, Alemania había conseguido méritos científicos -con la labor de Alejandro de Humboldt56, por ejemplo- y literarios -como la obra de
51 Gazeta de Guatemala, N° 1, 13-02-1797 y 2, 20-02-1797. Instrucción secreta que dió el gran Federico á sus oficiales, particularmente de caballería, para su gloriosa campaña de Baviera. En: Diario del Gobierno de la República Mexicana, varios números de octubre de 1838. El Sol, 9-01-1832ss., serie bajo Variedades. Muerte de Federico II. 52 El Araucano, N° 114, 16-11-1832: admiración por Blücher, Bülow y Scharnhorst. 53 Gazeta de Guatemala, N° 38, 5-12-1795, Noticia de Hamburgo del 8-04-1795: situación en los territorios alemanes ocupados.
Diario de México, 23-02-1806, "Resumen histórico de los sucesos de la Europa desde la declaración de la guerra con Alemania hasta la toma de Viena". 12-11-1808 Batalla de Austerlitz y papel del Rey de Prusia en la guerra. Gazeta de Guatemala, N° 86, 21-08-1809, Londres 10-05: resistencia antifrancesa en Hessen-Cassel, Sajonia, Westfalia y Tirol. 54 Papel periódico de Santafé de Bogotá, N° 54, 24-02-1792. El Mensajero Argentino, N° 42, 27-05-1826. 55 Gazeta del Gobierno de Chile, 10-08-1815, Alemania, Leipzig 24 de Octubre, se informó -erróneamente-: El Reyno Sajonia pertenecerá a Prusia, será reinado por un Virrey, el Rey de Prusia tomará las deudas estatales y promete la protección del comercio de las fábricas de Leipzig. 56 El Museo Mexicano, 1843, tomo 2, pág. 211, artículo de José María Tornel del 11-091843, en el cual éste protesta contra ciertas descripciones de viajes de europeos y norteamericanos que se burlan de Hispanoamérica, pero destaca a Humboldt como excepción, que era un investigador imparcial.
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Johann Wolfgang Goethe57-. Los comerciantes alemanes merecían respecto y el país había producido importantes especialistas en minería. Las revistas de la época de la Ilustración, como la Gazeta de Guatemala, redescubrieron las antiguas culturas americanas y defendieron América contra las tesis de Cornelis de Pauw: los europeos no se consideraban mediocres por tener su origen en las culturas de los egipcios, griegos y romanos, aunque aquéllos también habían creído en varios dioses y habían efectuado sacrificios humanos como los aztecas58. El famoso Mercurio Peruano59 ya había anunciado en su prospecto que su objetivo era defender la patria americana contra los ataques provenientes del exterior, especialmente de Pauw, y por eso dedicó gran parte de su contenido a divulgar conocimientos sobre la naturaleza y la cultura de América: por ejemplo, en artículos como "Idea general de los monumentos del antiguo Perú, é introducción á su estudio" o "Introducción á la historia de los Incas del Perú", si bien, la creencia católica como dogma impedía una valorización adecuada de la cultura de los Incas60. Sin embargo, la educación que habían recibido los criollos, basada en valores europeos, también contribuyó a que ellos mismos compartieran en cierta medida
57 El Iris, periódico crítico y literario, por Linati, Galli y Heredia, tomo I, México 1826, N° 39, 29-07: "El Parnaso germánico se hallaba entregado á la discordia: una multitud de poetas de un mérito secundario se disputaban la gloria de fundar una literatura nacional, sin ofrecer empero más que modelos equívocos y peligrosos: Klopstock, Gleim, y Lessing sacudiendo con atrevimiento todo yugo estrangero, empezaban á dirigir sus pasos sobre una senda nueva y original, cuando Goethe apareció para dar la última mano á la obra que habían empezado. El solo Werther hubiera bastado para llenar este objeto y asegurarle una fama inmortal; mas Goethe quiso señalarse en todos los géneros y ramos de la literatura para dejar un tesoro de producciones que eterniza la ilustración de su patria." 58
Gazeta de Guatemala, N° 54, 56, 26-03 y 9-04-1797, Extractos de la obra de F. S. Clavigero (Autor de: Storia antica del Messico, cavata da 'migliori storici spagnuoli e da manoscritti, e dalle pinture antiche, degl 'indiani, divisa en dieci libri, e corredata di carte geografiche, e di varie figure abitatori del Messico, Cesena 1780). Sobre el Mercurio Peruano, véase Clément, J.-P.: índices del Mercurio Peruano 17901795, Lima 1979. F. J. Bertuch publicó en 1808 una versión alemana del Mercurio, Clément, op. cit., pág. 35. 60 Mercurio Peruano N° 22, 17-03-1791 "Idea general de los monumentos del antiguo Perú, é intoduccion á su estudio"; N° 176, 9-9-1792: "Introducción á la historia de los Incas del Perú", Poema sobre la dinastía de los Incas y las respectivas calidades de los Reyes, en que se siente cierta admiración para estos, pero también se condena la "idolatría" de los Incas.
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las opiniones negativas sobre los indígenas de su continente y las teorías de la influencia del clima sobre la civilización: Si el visionario Pauv hubiera meditado sobre la intrepidez y valentía de esos hombres, que en otro tiempo escogieron el asilo de nuestras montañas para vivir, y solo salian de ellas para devastar y ensangrentar las llanuras; no habria caracterizado de pusilánimes, cobardes y debiles á los originarios de este Nuevo Mundo. Entonces habria advertido que un Lache, un Paes, un Pantágora, oprimidos, no tenian que hacer otra cosa que pasar su flecha en familia, para encender la guerra y excitar á la carnicería. Tal es el poder de una educación selvatica, que asemeja á los hombres con las fieras, y los reviste de su misma índole y caracter. Acostumbrados desde la infancia á las intemperies del ayre y al rigor de las estaciones; exercitados en la fatiga, y obligados á defender sus vidas y sus presas, ó á evitar con la fuga el encuentro de las fieras, trepando por los árboles con la misma ligerez de los Monos, y corriendo con la misma celeridad de los Ciervos; los antiguos habitantes de Cundinamarca se hicieron valerosos é intrépidos, de una talla gigantesca y robusta; triunfando muchas veces con sus exercicios y método de vida de la terrible influencia de ciertos climas opuestos á la perfección física del hombre. Nosotros no tenemos una Historia filosófica de la educación del antiguo Indígena que ocupó nuestro suelo. Para hablar con exáctitud de sus costumbres y de su modo de vivir, era necesario que unos hombres tan filósofos como Buffón, Montequieu y Rousseau, hubieran venido á observar á esos bárbaros al tiempo que se hacia la conquista de ellos. ... La mayor parte de los Indios conquistados, son sedentarios, ociosos, é indolentes. El círculo de sus necesidades es bien estrecho, y para satisfacerlas tienen muy poco que hacer. Abandonados á la pereza y al descanso, sumidos en la ignorancia y en la estupidez, no viven en los pueblos sino para ser vexados por aquellos mismos que debían protegerlos51. En cuanto a la prensa patriótica hay que señalar que valorizaba los acontecimientos europeos según sus eventuales consecuencias para la Independencia. En la Gaceta de Caracas, en 1814, Bolívar expresó su alegría por la batalla de los pueblos de Leipzig. Pensaba erróneamente que España estaba demasiado debilitada por la guerra para recuperar sus colonias y que Inglaterra defendería la independencia de América 62 . A partir de 1815, en los periódicos patrióticos y liberales, se describía a Prusia, miembro de la Santa Alianza, como un país con circunstancias sociales reaccionarias, una amenaza para los constitucionalistas alemanes y aliado de la restauración española y por tanto, enemigo de la Independencia hispanoamericana. Se saludaba la promulgación de constituciones en algunos Estados alemanes. Así por ejemplo, el Correo del Orinoco calificaba la instauración de la constitución en Wurtemberg de "triunfo de los principios liberales"63. Se lamentaba la represión del movi61 Semanario del Nuevo Reyno de Granada, 7-08-1808. 62
Gaceta de Caracas, 7-02-1814. 63 Correo del Orinoco, 12-02-1820, "Stuttgardt" 21-09-1819.
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miento liberal en Alemania 64 , se registraba el movimiento pro-griego en Alemania a inicios de los años 20 6S y se reflejaba la amenaza de la preponderancia de Prusia y Austria contra los pequeños Estados alemanes 66 . La Gaceta de Caracas publicó por ejemplo en 1821 una "Lista de los pueblos á los cuales es lícito gobernarse por una Constitución": "Los pueblos á los cuales se permite disfrutar pacíficamente de una Constitución, sin guerra ni querella de las potencias aliadas, son: Francia, Württemberg, Hesse-Darmstadt, Baviera, Polonia, Países Bajos, Hanover, Weimar" y una "Lista de los pueblos á los cuales está prohibida tener Constitución": "Los pueblos a los cuales no es lícito gobernarse por una Constitución establecida legítimamente, y pactada entre ellos y sus propios Soberanos son: España, Portugal, Nápoles" 67 . Más adelante se vincularon las esperanzas constitucionalistas a la introducción de dietas comunales y provinciales en Prusia: "La Prusia ya entra en la carrera constitucional. En las provincias de Brandebourg y Pomerania acaban de decretarse por una ley orgánica dietas, llamadas comunales, y pequeñas dietas, llamadas de círculo" 68 . La prensa vigilaba las actividades comerciales de los alemanes con Latinoamérica. Por ejemplo, el Sol de México, en 1825 mencionó la Compañía ElboAmericana y sus actividades en los nuevos Estados de América, así como la Compañía Alemana de Elberfeld, es decir, la Compañía Renana de las Indias Occidentales 69 . La Gaceta del Gobierno del Perú especulaba en 1825 acerca de si los 64 El Mensajero Argentino, N° 42, 27-05-1826. "Europa. Consideraciones sobre su estado social": Las esperanzas políticas de los prusianos habían sido destruidas, se había destrozado Polonia, y la Santa Alianza reprimía los Estados constitucionales alemanes. El Aguila mexicana, 12-11-1823 según el Journal de commerce, persecución de las sociedades secretas de los estudiantes. 65 Gaceta de Colombia, literaria, N° 561.
13-01-1822, Bonn, 20-08 de Miscelánea
París: se informa sobre la de comercio,
política
y
66 El Mensajero Argentino, N° 19, 20-01-1826: preocupaciones del Rey de Wurtemburgo, de los Grandes Duques de Darmstadt y Badén de que Prusia y Austria intensificaran su preponderancia despúes de la muerte del Rey de Baviera. 67 Gaceta de Caracas, 7-03-1821. 68 El Mensajero
Argentino,
N° 11, 23-12-1825.
69 El Sol, México, 27-09-1825, "Leipsick", 28-05, según el Constitutionnel: "La nueva asociación titulada compañía elbo-americana que se ha formado en Dresde y cuyo establecimiento principal se transfirió ha poco tiempo á nuestra ciudad se ocupa en este tiempo de especulaciones importantes y muy sólidas para los nuevos estados de América." El Sol, 10-06-1825, Londres, 12-03: "La compañía alemana de Elberfeld cada dia se atrae mas y mas atención en Alemania. Al
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Estados alemanes reconocerían la Independencia de Hispanoamérica70. La imagen de Alemania estaba vinculada con la imagen general de Europa. La actitud de los criollos respecto a Europa era ambigua: por un lado, se distanciaban del "viejo mundo" y se mostraban hostiles hacia los extranjeros. La Gaceta de Caracas escribió: ... Pueblos de la Europa! esclavos miserables de los Reyes! Volved vuestros ojos hacia este espectáculo tierno, y sublime, que os presenta el hombre de Venezuela, y confesad francamente que vuestra decantada ilustración, vuestros triunfos militares y vuestras glorias efímeras nada valen comparadas á los sencillos placeres de la libertad. Vosotros preconizáis la opulencia de vuestros monarcas, el fausto de sus palacios, la brillantez de sus Cortes, olvidando que todo esto existe á costo de vivir vosotros sepultados en las miserias, el hambre, y el llanto, mientras que nosotros asegurando el alimento de nuestras vidas vámos a formar un Estado que algún dia será el terror de vuestros tiranos. Dejad, amigos, dejad este suelo profanado por los vicios y la degradación y venid á gustar entre nosotros las dulzuras de una sociedad libre, é independiente ...71. Por otro lado, se orientaba en los valores educativos de Europa y las instituciones políticas y progresos económicos ingleses. En el 15 de febrero de 1819 Bolívar pronunció un discurso ante el Congreso de Angostura, publicado en el Correo del Orinoco, que refleja la ambigüedad de la auto-definición de los criollos: ... no somos Europeos, no somos Indios, sino una especie media entre los Aborígenes y los Españoles. Americanos por nascimiento, y Europeos por derechos, nos hallamos en el conflicto de disputar á los naturales los títulos de posesión, y de mantenernos en el país que principio su capital se fijó al de 200000 pesos divididos en 400 acciones, y la compañía tuvo la buena suerte de hacerse de los sres W. Stein y Geralt [correcto: Gerolt - la autora], ambos á dos mineralogistas muy hábiles, quienes salieron ¡mediatamente para México, á cuya ciudad llegaron á fines del junio pasado. Estos agentes, por su conducta y prudencia se han grangeado el aprecio de cuantes personas los han tratado, y la protección de algunos personajes distinguidos de aquella república. Ya les habia precídido la fama del arreglo de la industria alemana, y de la grande perfección en que se halla la arte de minería en Alemania: luego de su arribo á aquella capital dichos caballeros recibieron proposiciones muy convenientes. Aquellas proposiciones no se dirigen tanto á la venta de las minas, cuanto á su laborío en compañía de los años con mitad de las utilidades." 70 Gaceta del Gobierno del Perú, 23-08-1825: "En virtud de una carta de Londres anunciado in Diario que el Rey de Prusia ha nombrado un ájente consular para Buenos Ayres, y que tiene intención de nombrar otros ¡mediatamente para Colombia, Méjico & c. Es poco probable que un miembro tan celozo de la Santa Alianza tenga tal conducta en momentos como el presente, pero no por esto dejará de ser cierto que por poco que se adhiera nuestro gobierno á su actual sistema, dentro de breve tendrá la Prusia mas intereses comerciales que protejer en la América de Sud, que la misma Francia." 71
Gaceta de Caracas, 9-07-1811.
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nos vió nacer contra la oposición de los invasores; así nuestro caso es el mas extraordinario y complicado ... Uncido el Pueblo Americano al triple yugo de la ignorancia, de la tiranía y del vicio, no hemos podido adquirir ni saber, ni poder, ni virtud ... La libertad, dice Rousseau es un alimento suculento, pero de difícil digestión ... Nuestros débiles conciudadanos tendrán que enrobustecer su espíritu mucho antes que logren dirigir el saluable nutrivio de la libertad ... Nuestra Constitución Moral no tenia todavia la consistencia necesaria para recibir el benificio de un Gobierno completamente íepresentativo... Un Gobierno Republicano ha sido, es, y debe ser el de Venezuela; sus bases deben ser la Soberanía del pueblo: la división de Poderes, la libertad civil, la proscripción de la Esclavitud, la abolicion de la Monarquía; y de los privilegios...72. Ambigua era también la mirada sobre las culturas indígenas. Se destacaba la leyenda negra y se establecía una identificación con los indios asesinados. La Aurora de Chile escribió en 1813: "Quito, la Paz, Cochabamba, México, Venezuela han visto reproducirse los horrores de la Conquista" 73 . El Museo mexicano protestó contra la destrucción de los monumentos culturales de los indígenas por los españoles 74 . Por un lado, los criollos usaban antiguas denominaciones indias, c o m o Anahuac para México, y por otro lado, se sentían superiores a los indígenas contemporáneos y exigían de ellos que se civilizaran a la manera europea 75 . También la política de fomento de la inmigración blanca, particularmente anglosajona, por parte de los liberales criollos, refleja el desprecio de las otras razas. Todo esto significa que la relación Europa-Iberoamérica también se refleja dentro de la relación de la cultura criolla (mestiza, imaginada "nacional"), basándose en valores culturales-educativos europeos y Ia(s) cultura(s) indígenas autóctonas, excluidas de la nación por las élites blancas/ mestizas. 72 Correo del Orinoco, 27-02 y 6-03-1819. 73 Aurora de Chile, tomo 2. N° 7, 25.2.1813. 74 El Museo mexicano, 1843, tomo 1, págs. 156/157: Fanatismo y superstición de los españoles condujeron a un furor salvage en la destrucción de los monumentos de los aztecas. Los monumentos, tumbas y la escritura de aquellos no son menos importantes que los de los antiguos egiptos. 75 Aurora de Chile, N° 12, 30-04-1812: los indígenas chilenos seguirán el buen ejemplo de los criollos en la civilización y el resto será fruto de la consanguinidad entre criollos e indígenas. El Sol, México, 12-07-1825: no se debe garantizar a los indígenas cualquier tipo de soberanidad, sólo después de avances en la "civilización" los indígenas podrán recibir los derechos de ciudadanos.
A imagem do Brasil para os emigrantes alemäes atraves do 'Illustrirte Zeitung' de Leipzig: 1844-1869 Debora Bendocchi Alves Durante várias décadas o 'Illustrirte Zeitung', jornal semanal fundado em Leipzig em 1843, dispensou urna certa atenfäo à questäo da e m i g r a l o . Através de vários artigos, entào publicados, apresentava argumentos que pudessem explicar o fenòmeno emigratòrio. Além disso, os artigos forneciam informaföes sobre os países que, naquela época, eram conhecidos como receptores de emigrantes. O jornal ilustrado, um gènero característico da segunda metade do século XIX e que atingiu o seu auge na Alemanha ñas décadas de 1870 e 80, tinha como objetivo principal, entreter e instruir o leitor. Levar até ele, em sua residència, näo só informa?öes sobre eventos sócio-culturais como também sobre costumes e culturas de povos pouco conhecidos que habitavam regiöes distantes e ignotas do globo terrestre. O intuito era o de instruir a nova burguesía, sedenta de saber, por meio de escritos sobre geografia e etnologia. Tal processo visava fornecer ao leitor, conhecimentos que ele poderia adquirir dispensando-o, totalmente, de um contato direto com o desconhecido. 1 Os artigos sobre os países de destino dos emigrantes alemäes no século passado, como os Estados Unidos, Brasil, Argentina, Austrália, etc. näo se enquadravam diretamente nos objetivos propostos pelos jomáis ilustrados. Eram países colonizados por europeus onde as chamadas p o p u l a r e s primitivas já haviam sido, de certa forma, 'civilizadas' ou pelo menos subjugadas quando näo dizimadas, e que ofereciam algumas vantagens aos emigrantes. Os artigos, publicados sobre estes países, incluiam, além de d e s c r i b e s geográficas e análises climáticas, inf o r m a l e s precisas destinadas, especificamente, aos emigrantes, tais como a situa?äo dos colonos já ai estabelecidos, projetos de novas colonias, meios e formas de chegar até à nova pàtria, pre?o de passagem e cuidados a serem tomados durante todo o processo emigratòrio. Como näo faziam parte de artigos destinados a instruir ou a entreter o público leitor e näo eram de interesse da nova burguesía, estes artigos sobre emigra9äo näo apareciam com frequéncia e nem eram muito explorados. Contudo, os poucos artigos específicos sobre a coloniza?äo alemä no Brasil, publicados no 'Illustrirte Zeitung' entre 1844 e 1869, construiram urna imagem do país e da imigracäo alemä e, ao mesmo tempo que refor9aram algumas 1 Sobre este tema verificar os trabalhos de Kirschstein, Eva-Annemarie: Die Familienzeitschrift. Ihre Entwicklung und Bedeutung für die deutsche Presse, Charlottenburg, 1937; Dieter Barth: Zeitschrift für Alle. Das Familienblatt im 19. Jahrhundert. Ein sozialhistorischer Beitrag zur Massenpresse in Deutschland. Universität Münster, 1974.
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ideias correntes na época a respeito do Brasil, criaram outras que permaneceram, ainda por um longo tempo no imaginário da sociedade alema. E sao algumas destas imagens do Brasil para o emigrante que eu gostaria de expor aqui. O primeiro artigo sobre o Brasil, publicado no 'Illustrirte Zeitung' em abril de 1844,2 nao tratava exclusivamente da emigrado alema, mas sim, do país como um todo. Iniciava informando os leitores sobre a abdicado e ida de Dom Pedro I para a Europa, 3 a s i t u a d o do país, única monarquía numa América de repúblicas e, devido ao seu tamanho territorial, mencionava a importáncia que o país teria futuramente. Mas, ressaltava que faltava ao Brasil um povo trabalhador, esfor?ado e empreendedor. Esta falta já fora reconhecida pelo governo Brasileiro e algumas providéncias foram tomadas como urna leí4, promulgada no ano anterior, que permitía a venda de térras do Estado, algo muito importante, segundo o artigo, para os alemSes, pois o país poderia se tornar um campo apropriado para a coloniz a d o e, consequentemente, para a p r o m o d o do comércio e da industria alema. Acrescentava ainda, que o contrato comercial existente entre Brasil e Inglaterra deveria terminar em breve e, que o país tinha grandes interesses em firmar um contrato comercial com a Uniao Aduaneira Alema (Zollverein). 5 Se a colonizado fosse explorada em grande escala, os ¡migrantes alemíJes, em constante l i g a d 0 com a sua velha pátria e sempre fiel a ela, formariam verdadeiras 'colonias comerciáis' abrindo, desta maneira, para a Alemanha grandes perspectivas económicas sem os encargos que urna verdadeira colonia acarreta á metrópole. Esta ideia, este desejo de transformar determinadas regiñes do país em zona de d o m i n a d o comercial alema, foi defendida em várias obras e artigos da época que tratavam da colonizado e e m i g r a d o para o Brasil. Era urna forma da Alemanha adquirir 'colonias comerciáis', por assim dizer, já que n3o possuia e nem tinha possuído, até entilo, colonia alguma. 6 2 "Brasilien und sein Verhältniss zu Deutschland", Illustrirte Zeitung, No. 40, pag. 211-212.
10 de Abril de 1844,
3 O primeiro imperador do Brasil, Dom Pedro I, reinou de 1822 a 1831 quando abdicou em favor de seu filho Pedro, que tinha na época 6 anos de idade. Em seguida voltou para Portugal onde veio a falecer em 1834 aos 36 anos. 4 Em 1843 foi introduzido na Cámara dos Deputados um projeto que autorizava o governo a vender térras públicas. Só em 1850 é que foi promulgada a Lei de Térras, regulamentada e aplicada em 1854, que estabelecia a demarcado, m e d i d o , venda e fixa^äo do prefo das térras devolutas. C o l e d o das Leis do Império do Brasil de 1854. Rio de Janeiro, Tipografía Nacional, 1854; pag. 10-28. 5 O Tratado de Comércio e N a v e g a d o entre Brasil e Inglaterra de 1810, ratificado em 1826, terminaría em 1844. 6 A ideia de possuir 'colonias comerciáis' ou melhor, zonas de dependencia comercial ou cultural da Alemanha, foi defendida por Fridrich List na sua obra 'Das nationale System der politischen Ökonomie', Stuttgart, 1841. Outros intelectuais alemäes como Wilhelm
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Em 1851 foi publicado um novo artigo sobre o Brasil, referindo-se específicamente à colònia alema Dona Francisca em Santa Catarina. 7 Este artigo foi, certamente, matèria paga, um tipo de propaganda que a Sociedade Colonizadora de Hamburgo, fundada em 1849, fèz para promover a emigrat^o para a sua colonia. Esta Sociedade estava ligada às casas comerciáis e às companhias de navega9ào da cidade de Hamburgo, que mantinham, desde a década de 1820, comércio com o Brasil. 8 Os comerciantes e armadores da cidade hanseática desejavam ampliar e intensificar o comércio com o Brasil e, os emigrantes, além de servirem de 'mercadoria' para os navios que partiam de Hamburgo, poderiam desenvolver culturas de produtos n3o existentes na Alemanha transformando esta regiào numa zona comercial importante para estes homens. Este artigo-propaganda iniciava tentando explicar a importancia da e m i g r a d o para a sociedade alema, pois, havia no país um excedente populacional ñas camadas pobres, sendo necessàrio e urgente promover a e m i g r a l o desta massa de desprovidos. AlemSes com um pouco de capital nüio deveriam emigrar, pois com eles seriam perdidos bens nacionais que serviriam para enriquecer países alheios e, consequentemente, fazer concorréncia aos produtos alem5es. Desta forma, era obrigafao de todas as sociedades colonizadoras e jomáis especializados incentivarem a emigra55o somente dos mais pobres e desincentivarem-na dos mais abastados. Só assim a e m i g r a d o traria vantagens para a sociedade alema. O papel, entao, de urna sociedade colonizadora, segundo o texto, é o de guiar e ajudar a emigra93o destes pobres seres humanos para que estes possam ter sucesso na nova pàtria, além de dirigir a corrente emigratoria para os portos alemàes, impedindo, assim, que esta fosse feita, como até aquele momento, por outros portos europeus, acarretando, para o país, grandes perdas de capital. Na verdade, a preocupa?5o era com o retorno dos emigrantes. Se estes n3o conseguissem sobreviver no novo país, voltariam ainda mais pobres para as suas aldeias de origem, provocando problemas socias além de encargos pesados para as respectivas comunidades. A Roscher e, expecificamente no caso do sul do Brasil, F. Schidt: 'Grundzüge einer geregelten Auswanderung der Deutschen, mit besonderer Rücksicht auf Südbrasilien', Hamburg, 1842. Ambos defendiam a tese de que a Alemanha deveria aproveitar a emigrafäo para estabelecer zonas de dependencia económica em várias regiöes. Excluiam totalmente a dominafäo política, pois achavam que o período colonial propriamente dito j á havia terminado. Sobre este tema ver: Sudhaus, Fritz: Deutschland und die Auswanderung nach Brasilien im 19. Jahrhundert. Hamburg, 1940, pag. 46-49; Fenske, Hans: "Imperialistische Tendenzen in Deutschland vor 1866. Auswanderung, überseeische Bestrebungen, Weltmachtträume", en: Historisches Jahrbuch, 97. bis 98. Jahrgang, 1978, pag. 336-383. 7 "Die Colonie Dona Francisca in der Provinz Santa Catharina, Brasilien". Illustrirte tung, 3 de maio de 1851, No. 409, pag. 281-282.
Zei-
8 O primeiro contrato entre as Cidades Hanseáticas e o Brasil data de 1827. Ver: Schramm, Percy Ernst: Kaufleute zu Haus und über See. Hamburg, 1949.
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ideia de considerar a emigraçâo como válvula de escape para os problemas sociais, que borbulhavam naquele momento, só poderia gerar beneficios se a possibilidade de retorno fosse excluida. O texto coloca ainda outra questâo intéressante: com a emigraçâo dos mais pobres, isto é, daqueles acostumados com o trabalho pesado, os poucos ¡migrantes abastados ñas colonias, nào acostumados ao trabalho físico, teriam, a sua disposiçâo, mâo-de-obra assalariada para explorar as suas terras. O autor anónimo, para atrair interessados para Dona Francisca, explica como a sociedade fêz a escolha do lugar adequado para fundar a colonia. Foi levado em conta o clima ameno, a possibilidade da expansào comercial com a pátria e um local perto do mar para facilitar o transporte e escoamento da produçào. Um outro fator ressaltado era o da existência de um governo estável que garantisse proteçào e inspirasse confiança aos emigrantes e, principalmente, onde os alemâes pudessem permanecer alemâes. A Sociedade afirmava que Dona Francisca preenchia todos esses requisitos. O Brasil tinha, como forma de governo, urna monarquía de fundamentos liberáis, o Estado era organizado e o país gozava, internamente, de paz e segurança inspirando maior confiança do que os demais governos republicanos do continente e, a venda de lotes de terra pela Sociedade, praticamente excluía os brasilieros possibilitando a tâo desejada concentraçâo de alemâes. Em ambos os artigos, o de 1844 e este de 1851, o Brasil era visto como um país que poderia oferecer muitas vantagens, do ponto de vista económico, aos alemâes. Reconheciam que o país oferecia as condiçôes necessárias para desenvolver a colonizaçâo e a escravidâo ainda nào era vista como urna instituiçâo que pudesse prejudicar a emigraçâo e colonizaçâo no país. Mas, esta visâo positiva do Brasil para os emigrantes, sofreria logo urna mudança brusca com a publicaçâo de um novo artigo. Em 1858 o 'Illustrirte Zeitung' publicou um artigo, anónimo, intitulado 'Caça brasileira a seres humanos na Alemanha '(Brasilianische Menschenjagd in Deutschland) que, se nâo foi diretamente escrito por Gottfried Kerst9, um inimigo declarado da emigraçâo alemâ para o Brasil, foi, com certeza, influenciado pela publicaçâo, no mesmo ano, da sua 'Carta Aberta às Redaçôes da Imprensa Alema'. Este artigo do 'Illustrirte Zeitung' foi apresentado em très partes publica-
9 Samuel Gottfried Kerst foi conselheiro do governo prussiano e membro do 'Verein zur Zentralisation deutscher Auswanderung und Kolonisation', fundado em 1849 em Berlim. O artigo publicado no 'Allgemeine Auswanderungs-Zeitung', Rudolstadt, 30 de Abril de 1858, No. 18, que critica, por sua vez, o artigo 'Brasilianische Menschenjagd in Deutschland', cita que o artigo do 'Illustrirte Zeitung' é urna jungäo de idéias contidas ñas obras de Kerst, Heußer e Davatz, conhecidos inimigos do Brasil. Sobre as atividades e p u b l i c a r e s de Gottfried Kerst ver: Sudhaus, Fritz: Deutschland und die Auswanderung nach Brasilien im 19. Jahrhundert, Hamburg, 1940, pag. 81-85.
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das nos dias 17 e 24 de abril e 10 de maio.10 Era urna crítica violenta ao Brasil e a sua política de imigra9ao. O conteúdo do artigo estava diretamente ligado as difículdades, reais, provocadas pela introdu?ao do trabalho livre no país e, especialmente, á revolta dos colonos suífos e alemaes, ocorrida em fevereiro de 1857, na fazenda Ibicaba, Sao Paulo, pertencente a Nicolau Vergueiro." Com a publicado em 1858 em Chur do livro de Thomas Davatz (Die Behandlung der Kolonisten in der Provinz St. Paulo in Brasilienn), professor e líder da revolta em Ibicaba, a repercussao na Alemanha e na Suí?a sobre o destino daqueles que emigraram para o Brasil para trabalhar ñas fazendas de café foi enorme e vários artigos, com opinides diversas, foram publicados como este aqui.13 De inicio, o autor de 'Ca9a brasileira a seres humanos na Alemanha' refere-se ao caráter dos portugueses, tantos dos que emigraram quanto dos que foram deportados; tanto dos cristaos quanto dos judeus. Para os portuguéses, trabalhar nos trópicos era ma?ante e extenuante sendo, entSo, muito mais fácil e vantajoso para eles for9ar outros a trabalharem em seu lugar. Esta moral presidiu á coloniza?ao do Brasil. Primeiro os portugueses escravizaram os aborígenes, depois os Guaranis convertidos pelos jesuítas, por fim os africanos fazendo com que a África tornasse urna fonte inesgotável de mSo-de-obra para os brasileiros. Segundo o texto, os portugueses e depois os brasileiros, sempre alegaram raz5es humanitárias e cristas para justificar a escravidao. Mas, na verdade, os governantes nao só protegiam e incentivavam este tipo de comércio, como também premiavam com dinheiro, com títulos e ordens os que participavam desta atividade e, o n3o cumprimento das várias leis brasileiras promulgadas para dar fim ao tráfico de escravos, demonstran! o apoio dado por parte das autoridades do país á explorafáo de seres humanos. Segundo o texto, desde que o tráfico foi realmente extinto (1851) gra?as á interven93o dos navios de guerra da marinha inglesa, os fazendeiros brasileiros 10 Illustrirte Zeitung, 17 de Abril, No. 772; 24 de Abril, No. 773; 1 de Maio, No. 774. 11 Sobre a revolta dos colonos suiços em Ibicada ver: Viotti da Costa, E.: Da Senzala à Colonia. 2. ediçâo, Säo Paulo, 1982; pag. 49-90; Hall, Michael McDonald: The Origins of Mass Immigration in Brazil, 1871-1914. Columbia University, Ph. D., 1969; pag. 11-27; Ziegler, Béatrice: Schweizer statt Sklaven: schweizerische Auswanderer in den KaffeePlantagen von Säo Paulo (¡852-1866), Stuttgart, 1985.
12 Esta obra foi publicada em portugués com o título 'Memórias de um colono no Brasil (1850). Belo Horizonte-Säo Paulo, 1980; (coleçâo Reconquista do Brasil; nova série, vol. 11).
13 O jornal 'Allgemeine Auswanderungs-Zeitung' de Rudolstadt publicou em 30 de Abril de 1858 um 'contra-artigo' com o título 'Brasilianische Menschenjagd in Deutschland', no quai critica a pos¡9áo do 'Illustrirte Zeitung' de Leipzig. Em 28 de Maio, 4 e 11 de junho de 1858 o mesmo jornal de Rudolstadt publicou um artigo em très partes, intitulado 'Die Kolonie Vergueiro nach den Untersuchungen von Brasilianischer Seite'.
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passaram a procurar meios para dar continuidade ao mesmo só que, sob um outro rótulo e em outra regiào que n3o fosse no continente africano. Como a Alemanha vinha sofrendo, há duas décadas, com o aumento continuo do número de emigrantes, os fazendeiros brasiteiros resolveram fazer deste país o seu novo campo de ca?a. Mas, conforme o artigo, era do conhecimento de todos e, principalmente, das antigas potencias colonizadoras europeias de que os europeus, sobretudo os do norte, nao se adequavam ao traballio físico, sob o sol escaldante dos trópicos e que, mesmo os escravos negros robustos nao conseguiam sobreviver mais do que 10 anos nestas condi?6es. Apesar de ter conhecimento deste fato, os fazendeiros, tao necessitados de escravos, ironiza o texto, passaram a ter, de urna hora para outra, preconceitos contra os ' p r e g u i ^ s o s ' mulatos livres.14 A cria9ào deste preconceito se deve ao fato de que, para os fazendeiros, era mais barato arrebanhar 'escravos europeus' que nào davam despesas, urna vez que eles próprios pagavam as suas passagens, do que trazer os culis e chineses ou mesmo comprar escravos no pròprio país. O artigo, entào, elucidava qual era a maneira mais fácil de encobrir o novo comercio: batizava o escravo branco de 'colono', as fazendas de 'colonias', o comércio de escravo de 'sistema de colonizado', os traficantes de escravos de 'colonizadores' e os ca?adores de escravos de 'agentes das companhias brasileiras de coloniza?ao'. Para reforfar a ideia de imoralidade dos brasilieros e alertar os emigrantes alemàes para nào realizarem contratos de trabalho com os fazendeiros, o texto informava sobre as atividades de 'cafa' dos brasileiros a seres humanos no Uruguai, onde existe um número grande de mulatos e homens de cor, mas livres já que esta república aboliu a escravidüo havia alguns anos. Cita, entao, vários meios usados pelos brasilieros residentes no Uruguai para burlar as leis deste país e ainda o fato, 'escandaloso', de que eles eram assessorados e ajudados pelas autoridades brasileiras, como os juízes, e mesmo pelos padres católicos que forneciam certificado falso de batismo para filhos de negros nascidos no Uruguai, que perente as leis do país, eram considerados homens livres. Estas crianzas, entao, tornavam-se prontamente escravas e cristas. Desta forma, o texto apontava como cúmplice da 'ca?a' de escravos urna grande parte da sociedade brasileira. O 'IIlustrirte Zeitung' coloca como dever da imprensa alema, e dai o artigo, levar ao conhecimento de todos, ricos e pobres, a verdadeira natureza do comércio humano vergonhoso que o Brasil e a Alemanha vinham desenvolvendo. Esperava que, com esta divulga9ao, os governantes alemaes tomassem medidas enérgicas contra a tal atividade de 'ca?a' realizada pelos brasileiros e que libertassem os 'escravos alemaes' que já se encontram no Brasil.
Sobre a 'criaçâo' de um preconceito contra negros e mulatos ver: Azevedo, Celia Maria Marinho de: Onda Negra, medo branco; o negro no imaginârio das elites - Século XIX, Rio de Janeiro, Paz e Terra, 1987.
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N a semana seguinte o 'Illustrirte Zeitung' publicou, logo na primeira página, a continua?äo do artigo. Nela era explicado todo o mecanismo de endividamento dos colonos ñas fazendas de café que, conforme o texto, estava ligado ao caráter desonesto dos fazendeiros, ás leis do país, que näo protegiam os pobres e, á justi?a do Brasil, que nunca iria defender a liberdade de um colono. O texto afirmava, ainda, que no Brasil, o trabalho era símbolo de escravidäo e que a inatividade, que a 'boa vida' eram características dos homens livres. Trabalhar, portanto, era vergonhoso. Consequentemente, näo se devia aconselhar a emigra9äo para um país onde a pregui^a fazia parte do carácter nacional. A terceira parte do artigo, publicada em 10 de maio de 1858, ironiza as tentativas do governo brasileiro de provar, através de p u b l i c a r e s em jomáis nacionais e intemacionais ('com certeza matéria paga'), que o tráfico de escravos foi extinto e que o país estava aberto aos ¡migrantes europeus. Os alemäes, ressaltava o texto, näo deviam se deixar enganar pela 'propaganda' feita através dos discursos dos ministros. Mesmo a outra forma de c o l o n i z a d o existente no Brasil, que näo se encontra ligada aos grandes proprietários e que o governo dizia defender utilizando-a para enaltecer a verdadeira natureza da colonizafäo no país, näo passava de um disfarce para encobrir o comércio de homens. O livro 'Südbrasilien' do capitäo Hörmeyer, ministro brasileiro em Viena, publicado em Hamburgo em 1858 e destinado aos emigrantes, foi duramente criticado pelo artigo, sobretudo o autor, pessoa näo confiável, paga, pelo governo brasileiro, para escrever a favor da emigra9äo para o Brasil. 15 O 'Illustrirte Zeitung' neste artigo publicado em 1858 näo deixa de elogiar os esfor?os da Inglaterra, um país civilizado, para acabar com o monstruoso comércio, praticado pelos brasileiros. A análise, feita no artigo sobre a questäo, näo levava em conta o passado 'escravagista' dos ingleses. Neste artigo, a sociedade brasileira era vista como sendo urna sociedade seivagem e o seu comportamento bárbaro devia-se á heran?a da sua má f o r m a d o moral, que a levava a desprezar o trabalho e, como consequéncia, a escravizar outros povos para realizálo. Os membros desta 'sociedade ¡moral' eram caracterizados da seguinte maneira: os homens livres brasileiros, brancos e mulatos, säo citados sempre acompanhados de adjetivos qualificativos tais como 'pregu¡90S0' e 'indolente'. Säo dependentes dos escravos negros, que quando comparados a estes, recebem a definifäo de 'trabalhadores'. Em compensa?äo, quando os escravos säo comparados aos colonos alemäes säo caracterizados como 'pregu¡90sos' e, no que se refere ao trabalho, como 'incompetentes'. O branco é esperto, malicioso, enganador; o alemäo, muito trabalhador, crédulo, fácil de ser enganado por estes brasileiros. A moral dos pa1 5 Joseph Hörmeyer, agente de emigrado do governo brasileiro na Alemanha e mais tarde em Viena, escreveu vários livros-propaganda sobre a emigrado para o Brasil sendo o mais conhecido 'Was Georg seinen deutschen Landsleuten über Brasilien zu erzählen weiß', Leipzig, 1863.
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dres católicos e das autoridades brasileiras também é desqualificada nesta análise. Náo havia como melhorar a situado dos imigrantes no Brasil já que o problema estava ligado á forma?ao do país, á sua historia e, como n3o era possível mudar a génese de urna sociedade, a única s o l u t o era proibir a 'ca?a' em territorio alemao, e cabia aos jomáis a tarefa 'humana' e 'civilizatória' de denunciar esta situa?ao. Como resposta a este artigo violento, foi publicado em 17 de julho de 1858, no mesmo jornal, um artigo intitulado 'O Pronunciamento da Coróa brasileira e a e m i g r a d o alema'. 16 Tratava do discurso do imperador Dom Pedro II, datado de 3 de maio, no momento da abertura das cámaras. O jornal transcreveu os pontos principáis referentes á questao da imigra93o e ao fazer comentários sobre as promessas feitas pelo soberano, para melhorar a sorte dos imigrantes no país, o artigo deixava transparecer a sua visao pessimista do Brasil. Conforme este, o maior obstáculo para realizar qualquer tipo de mudanfa na política imigratória, encontrava-se na fraqueza do monarca que náo gozava de poderes para impór o cumprimento das leis aos 'potentados' provinciais. Nota-se aqui, urna mudarla de postura do jomal que passa, entao, a privilegiar o sistema republicano em detrimento do monárquico. Como menciona na primeira parte do artigo, na República do Uruguai a escravidao já havia sido abolida. Em compensa?ao, no Brasil monárquico, esta continuava em vigor, além de ser defendida por um governo imoral que possuia, como representante, um imperador fraco. O artigo 'Capa brasileira a seres humanos na Alemanha' foi talvez o mais violento publicado contra a emigra93o para o Brasil e a sua repercussao foi enorme. A partir desta data, o ano de 1858, surgiram na imprensa alemá artigos com urna posi?3o bem definida, isto é, contrários ou a favor da emigraíao para o Brasil.17 Desde entao, mesmo os que eram a favor da emigrasáo, passaram a dividir o país em dois: aquele nao adequado para o estabelecimento dos emigrantes, isto é, o centro, o sudeste, o norte e o nordeste onde o clima tropical náo era apropriado para os europeus do norte e onde o trabalho estava ligado ao escravo negro ou, entao, como em Sao Paulo, onde o ¡migrante vinha substituir o escravo ñas fazendas de café. O outro Brasil, o do sul -Rio Grande do Sul e Santa Catarina- o único no qual os alemáes poderiam se instalar como pequeños agricultores e, com algumas mudanfas ñas leis brasileiras, poderiam se desenvolver. Nesta regiao, o clima era parecido com o do sul da Europa, era urna regiSo pouco povoada onde nao ' 6 'Die brasilianische Thronrede und die deutsche Auswanderung'. Illustrine de julho de 1858, No. 785.
Zeitung,
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17 Em 10 de maio de 1856, o Illustrine Zeitung publicou um artigo intitulado 'Wohin auswandern?' (continuafào do nùmero 670, de 3 de maio) em que desaconselhava a emig r a l o para o norte do Brasil devido ao clima näo apropriado. Säo Paulo era urna regiào adequada à e m i g r a l o , mas os alemäes näo deveriam trabalhar corno parceiros nas fazendas de café, pois este sistema de trabalho levava a um tipo de escravidäo. Neste artigo jà ha urna 'divisào' do Brasil, mas näo täo categòrica corno a partir de 1858.
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havia quase escravos e poucos brasileiros. Era onde os alemäes poderiam permanecer alemäes pois viveriam entre si e, portanto, näo seriam obrigados a manter contato com os outros habitantes do país. Era urna regiäo que possibilitaria a 'reproduçâo' da antiga pàtria. No imaginário dos alemäes, este era o Brasil para os emigrantes. O outro, o tropical, escravocrata e latifundiário quando näo considerado bárbaro ou selvagem, era visto como exótico e interessante para estudos científicos. Esta visäo do Brasil permaneceu, durante várias décadas, presente em obras de valor sobre a emigraçâo alemä como, por exemplo, ñas obras de AvéLallement, Oscar Canstatt, Eduard Wappäus e Carl von Koseritz. 18 Esta visäo do Brasil pode ser bem observada no mesmo jornal ilustrado 10 anos mais tarde, num artigo escrito pelo cartógrafo alemäo Henry Lange (18211893). Este artigo 'As colonias alemäs no sul do Brasil' apareceu, dividido em très partes, publicadas respectivamente, em 7 de dezembro de 1867, 18 de janeiro e 15 de fevereiro de 1868." Tratava das colonias das provincias do Rio Grande do Sul e de Santa Catarina merecendo as colonias Blumenau e Dona Francisca, fundadas por alemäes para alemäes, atençâo especial. Lange faz urna descriçào da topografia e do clima das duas provincias com precisäo demonstrando que esta regiäo do Brasil é extremamente apropriada para formaçâo de colonias agrícolas alemäs e que ai j á se encontram 80.000 compatriotas. Para ressaltar e comprovar a afirmaçâo acima, bem como a importância do elemento germànico para a formaçâo do país -ideia compartilhada por vários autores até os nossos dias- o artigo informa que a colonia Blumenau recebeu, na Exposiçâo Universal de Paris de 1867 (isto é, 17 anos após a sua fundaçâo) um dos 12 prêmios especiáis, devido ao seu desenvolvimento. Lange desejava com o seu artigo, como ele pròprio escreve, despertar a simpatia para o Brasil, país täo desprezado na Alemanha. Ele pròprio reconhecia as dificuldades da emigraçâo para as fazendas de café e näo defendía o sistema de parceria. Mas aqui, insistía o autor na necessidade de 'dividir' o Brasil em dois e criticava os fanáticos alemäes que näo faziam distinçâo entre a emigraçâo para o sul e a outra, para as fazendas. Por um lado, prossegue o autor, talvez a furia cega da imprensa contra toda e qualquer tipo de emigraçâo para o Brasil tenha servido para alguma coisa. Entretanto, esta furia prejudicou os alemäes residentes no sul, quase cortando-lhes as artérias desde que a emigraçâo foi proibida na Prússia (1859). 20 Apesar disso, os 'bravos compatriotas', escreve Avé-Lallement: Reise durch Südbrasilien im Jahre 1858, Leipzig, 1859; Canstatt: Brasilien: Land und Leute, Berlin, 1877; Koseritz: Ratschläge fiir Auswanderer nach Südbrasilien, Berlin, 1885; Wappäus: Handbuch der Geographie und Statistik des Kaiserreichs Brasilien, Leipzig, 1871. 19
'Die deutschen Colonien in Südbrasilien'. Illustrine Zeitung, No. 1275, No. 1281 e No. 1285. 20 Em 1859 o Regulamento von der Heydt proibiu o alidamente) de emigrantes alemäes para o Brasil em todo o territòrio prussiano. Isto significava a proibiçâo de todo tipo de
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ele, conseguiram permanecer alemàes. Para ilustrar a colaboraçào do elemento teuto à formaçâo da provincia do Rio Grande do Sul, Lange ressaltava que Porto Alegre tinha, aparentemente, um caráter portugués devido à sua arquitetura, mas era urna cidade onde as maiores casas comerciáis estavam ñas mäos de alemàes e onde, praticamente, todos os seus artesäos eram desta nacionalidade. Sao Leopoldo, segundo o autor, era a maior cidade alema da América ('die gröste rein deutsche Stadt in Amerika') com 8.000 habitantes. 2 ' Como podemos notar, o autor quer mostrar ao público-leitor o 'Brasil alemäo', o Brasil para os alemàes. A capital, apesar de ter urna aparência portuguesa, é alemâ e os alemàes estäo ai organizados, têm voz e se encontram entre eles. Unidos conseguiram permanecer alemàes, nào se miscigenaram com os nativos, um perigo, já que com as dificuldades impostas pela Prússia e devido aos artigos brutais, publicados pela imprensa, nao houve urna corrente emigratoria constante para a provincia. Os alemàes no Brasil, até aquele momento, conseguiram vencer as dificuldades, mas as colonias necessitam de novas levas de emigrantes para continuarem a se desenvolver. Na segunda parte do artigo o texto é acompanhado de très xilogravuras que ilustram a Colonia Blumenau. Estas très gravuras säo bastante conhecidas e constam na importante obra de Tschudi 'Reisen durch Süd-Amerika' onde no 3. volume, publicado em 1867, o autor, enviado especial do governo suiço ao Brasil, descreveu a sua viagem em 1861 pela provincia de Santa Catarina.22 Tanto na obra de Tschudi quanto no artigo do 'Illustrirte Zeitung' nao consta a proveniência destas gravuras que foram usadas, em outras ocasiöes, para retratar Blumenau. Talvez fosse interessante analisar, pelo menos, urna das ilustraçôes, como, por exemplo, a 'Colonia Blumenau no Brasil: aspectos da vegetaçào do rio Itajahy' ('Colonie Blumenau in Brasilien: Vegetationsansicht von Itajahy-Flusse'), e verificar quai era a imagen visual oferecida ao leitor e se esta complementava ou nào o texto de Henry Lange. Esta gravura representa urna paisagem onde, no centro, ergue-se urna enorme palmeira (segundo a reproduçào existente no livro de Tschudi é denominada indaiá). À direita desta, encontram-se algumas casinhas rodeadas por cercas de madeira e, logo à frente délas, duas vacas que pastam. No fundo, alguns exemplares de urna outra espécie de palmeira e a mata virgem. À esquerda da composiçào, do outro lado da palmeira há um leve declínio do terreno que conduz ao rio. Ao fundo, montanhas, algumas árvores e duas casas nào muito nítidas. Para complepropaganda, mas näo da emigrado em si. 21 Em 1824, com a funda^äo de Säo Leopoldo, inicia-se a colonizado baseada na pequeña propriedade, dirigida e subvencionada pelo governo brasileiro. 22 Tschudi, Johann Jakob von: Reise durch Südbrasilien, Vol. 1-5, Leipzig, 1866-1869. Unveränderter Neudruck: Stuttgart, Brockhaus, 1971.
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tar, um céu imenso ocupa a metade superior de toda a composiíao. Podemos dizer que no fundo da gravura, na linha do horizonte, temos a representado de dois aspectos diferentes da natureza: á direita a mata virgem, palmeiras, enfim, o que se esperava ver em se tratando do Brasil: urna natureza exuberante que aqui só é indicada pois n3o faz parte do primeiro plano da composifao; á esquerda, montanhas n3o totalmente cobertas pela mata, espato vazio e algumas casas indicando o trabalho do homem, a mudanza feita por ele no espado físico. Á direita, num segundo plano, ao pé da floresta como descrevemos acima, há um pequeño conglomerado de casas (4 telhados), cercas e duas vacas que d2o a entender que se trata de urna ou mais propriedades: habitado, cria?áo e divisao do terreno. Qual é a referencia no texto do artigo do jornal? Nele consta: 'na floresta virgem, ao pé da serra, encontramos urna série de colonias alemas, que se espalham em dire?ao ás montanhas e á costa, isto é, do sul para o oeste'. A ilustrado faz esta imagem verbal ser visualizada pelos leitores, mas após alguns momentos de observa?ao pois, a importancia da palmeira central é muito evidente, como se fosse um retrato. É urna espécie exótica, original, diferente e, com a sua presen?a, o leitor logo percebe que nao pode ser urna paisagem de um lugar qualquer, mas sim do Brasil e só dele. A composiíao desta gravura segue o modelo usado pelos viajantes, cientistas e pintores que, influenciados pelas ideias de Alexander von Humboldt,23 visitaram o Brasil na primeira metade do século XIX como Martius, Rugendas, Florence e Taunay e que nos seus estudos sobre urna determinada espécie vegetal colocaram no centro da composiíao, em evidencia e minuciosamente desenhada, a espécie a ser estudada ou, quando retrataram urna paisagem, destacaram, no primeiro plano, urna espécie exótica qualquer, na maioria dos casos, palmeiras ou coqueiros, e desenharam-na com precisao como se fosse para um estudo científico. As 7 palmeiras que se erguem ao fundo, um pouco á direita da indaiá, e se sobressaem devido a sua altura e ao imenso céu, refor?am a ideia de que nao se trata de qualquer país. Palmeiras e coqueiros faziam parte do 'retrato do Brasil' construido pelos viajantes. A representado da natureza deveria se submeter á ideia de 'natureza exótica'. Se náo, como 'reconhecer' o Brasil? De outro lado, o exótico nao poderia ser exagerado pois o sul do Brasil, segundo o autor deste texto, era urna regiSo propicia á imigrafao alema, onde o clima era ameno e saudável para os europeus do norte. A natureza na ilustrado publicada, apesar de diferente do original, n3o amedranta o leitor pois está organizada, isto é, 23 Sobre as teorias de Humboldt em rela?äo ä representafäo da paisagem tropical ver: Humboldt, A. von: Studienausgabe; 7 volumenes (ed. e comentado por Hanno Beck). Vol. 7 Kosmos: Entwurf einer physischen Weltbeschreibung. Teilband 2. Därmstadt, 1993, pag. 64-87; Löschner, Renate: "Die Künstlerische Darstellung Lateinamerikas im 19. Jahrhundert unter dem Einfluss Alexander von Humboldt", en: Deutsche Künstler in LateinKontinent. amerika. Maler und Naturforscher des 19. Jahrhunderts illustrieren einen Berlin, 1978.
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é possível de ser dominada e a indaiá, ao centro, dà à paisagem um ar idílico complementado pela presenta do rio, à esquerda, e das duas vacas que, calmamente, ali pastam. Nào há luxo nem riqueza aparente mas sim tranquilidade e os alemàes 'trabalhadores' conseguiram ser proprietários de um pequeño lote e alguns animais. Como para os ¡migrantes a existència de um rio perto da colònia era extremamente necessàrio para o escoamento da p r o d u c o , é interessante comparar a legenda que acompanha a gravura publicada no 'Illustrine Zeitung' dando ènfase ao rio (Colònia Blumenau no Brasil: aspectos da v e g e t a l o do rio Itajahy) com a existente no livro de Tschudi, que como nào tem o propòsito de atrair ¡migrantes para a provincia, privilegia à paisagem e, sobretudo à palmeira ('Paisagem tipica no Itajahy' (palmeira Indaiá)). Como já mencionámos, esta ilustrado segue a tradi?ào das gravuras feitas pelos viajantes e cientistas sendo que inclui, em segundo plano, moradias que, somente através da legenda o leitor descobre que ilustram urna colònia alemà. Nào há nenhum detalhe no desenho, por exemplo na arquitetura das casas, que confirme ou indique a presen?a de alemàes. O que é caracterizado é o país em que se encontra a colonia: o Brasil das palmeiras. Esta ilustraiào consegue criar um ambiente agradável e indicar, através de pequeños detalhes, como por exemplo, a preserva de água, de floresta, de montanhas, de h a b i t a r e s e de urna certa organiz a d o , a existència de elementos essenciais para a formafào de um povoado. Paralelamente ao texto, a gravura possui um alto potencial de atra?5o sobre as pessoas inclinadas a emigrar. Seu papel, o mesmo desempenhado pela propaganda, n3o é secundário ao texto pois propicia ao leitor, talvez um emigrante em potencial, visualisar, em poucos minutos, o desconhecido, isto é, urna colonia no remoto sul do Brasil. O texto fornece um outro tipo de informafào, mas é a gravura que fornece material ao leitor para que ele possa 'imaginar' o que Henry Lange descreve: o Brasil dos alemàes e para os alemàes. Através de alguns artigos, publicados pelo illustrirte Zeitung' sobre a emigrafào alemà para o Brasil é possivel verificar que houve urna mudanza na opiniào dos alemàes, da imagem do Brasil. Este, entre 1844 e 1858, era conhecido como um país que possuia todas as condi?òes necessárias para o assentamento das colonias de ¡migrantes e a escravidào, ainda vigente, nào era considerada um obstáculo à existencia de um trabalho livre. Contudo, a partir de 1858, a imagem de um país favorável à imigra?ào é substituida, bruscamente, por outra, em que a imigrapào impinge aos emigrantes sofrimentos e desconforto insuportáveis. A escravidào torna-se o retrato de urna sociedade de indolentes e pervertidos que deseja, unicamente, empregar o escravo branco europeu no lugar do escravo negro. A e m i g r a d o passa, entào, a ser, veementemente, condenada. Em 1868, com a publicado do artigo de Henry Lange sobre as colonias do sul do Brasil, percebe-
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se, novamente, urna mudarla: o Brasil passa a ser dividido em dois, o do sul, propicio á emigraíSo alema, e o do norte, em que os alemáes sSo transformados em escravos. Esta dupla imagem antagónica do país (o Brasil negro e o Brasil europeu) apesar de apresentar algumas alterafSes, permanece até os dias de hoje.
Mercancías culturales. Libros europeos en las bibliotecas nacionales de El Salvador, Nicaragua y Costa Rica a fines del siglo XIX Iván Molina Jiménez
El viajero alemán Julius Froebel, quien visitó Nicaragua entre 1850 y 1851, fue agradablemente impresionado por un médico de Granada, el cual ... siendo inclinado a la metafísica se sentía enormemente atraído por la filosofía alemana, en la cual se había iniciado leyendo libros franceses llegados de algún modo a Nicaragua. "Los alemanes", apuntó, "tienen un gran filósofo llamado Schlegel autor de un libro titulado Filosofía de la Vida. Y tienen otro gran filósofo de apellido Hegel, pero a éste es muy difícil entenderlo" ... los más abstractos metafísicos de Alemania no debieran olvidar, y en especial si tienen la desgracia de ser traducidos al francés, que pueden causar perjuicios en Nicaragua. 1
La sorpresa de Froebel fue parecida a la de otros científicos y aventureros europeos y estadounidenses: al viajar por Centroamérica después de 1821, vivieron el proceso de difusión de los libros profanos. El acceso a obras de este tipo fue muy limitado durante la época colonial, una condición que obedeció más a la pequeñez del mercado que al control de las autoridades. Los títulos prohibidos, casi siempre vinculados con la Ilustración, circularon muy poco: en el ocaso del siglo XVIII, el tráfico se concentró en Guatemala y se basó en tan escasos ejemplares que no era excepcional la copia manuscrita. 2 El contexto descrito varió después de la independencia: a partir de 1821, con la venida de extranjeros, el crecimiento urbano y los avances -social y étnicamente limitados- en la alfabetización, se ampliaron y diversificaron las audiencias de lectores. La oferta de libros, otrora servida por los comerciantes, se especializó al abrir sus puertas las primeras librerías, en Granada (1840) y en San José (1856). 3 El texto devoto (novenas, breviarios y catecismos) cedió espacio en esos locales a las obras científicas, a los tratados filosóficos y económicos y a las novelas de ' Froebel, Julius: Siete años de viaje (Managua, Banco de América, 1978), p. 24. Los entrecomillados y las itálicas son del original. 2 García Laguardia, Jorge Mario: Precursores ideológicos de la independencia américa. Los libros prohibidos (Guatemala, Universidad de San Carlos, 1969).
en
Centro-
3 Bolaños, Pío: Obras de don Pío Bolaños (Managua, Banco de América, 1976), p. 276. Molina Jiménez, Iván: El que quiera divertirse. Libros y sociedad en Costa Rica (17501914) (San José, Editorial Universidad de Costa Rica y Editorial Universidad Nacional, 1995), pp. 103-104.
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Walter Scott y Eugenio Sue.4 El período posterior a 1821 fue escenario de otro cambio vital: la difusión de la imprenta; en efecto, durante la época colonial, únicamente Guatemala dispuso de esa tecnología, que se trajo de México en 1660, empezó a operar bajo la dirección de José de Pineda Ibarra y se consagró al tiraje de textos escolásticos y devotos. 5 La experiencia de los países vecinos fue en extremo tardía: el aparato se introdujo en El Salvador en 1824, en Honduras en 1829 y un año después en Nicaragua y Costa Rica. 6 La base para editar libros, folletos, periódicos, volantes y otros impresos se explotó sin tardanza. La producción de libros y folletos creció sostenidamente durante el siglo XIX, en especial después de 1880: entre ese año y 1899, se imprimieron en El Salvador 566 títulos, en Nicaragua 388 y en Costa Rica 472. El 59 por ciento de este corpus se tiró en las tipografías estatales, un porcentaje similar tenía una extensión inferior a 50 páginas y el peso de los textos oficiales era bastante significativo: un 31 por ciento para los casos salvadoreño y costarricense. El examen del lugar de edición evidencia el predominio aplastante de las capitales: en su conjunto, esa proporción ascendió en los tres países a un 87,5 por ciento. 7 La temática de lo impreso a su vez era limitada: en El Salvador y Costa Rica, el 53,3 por ciento del total de títulos (1.038) correspondía a obras que versaban sobre asuntos políticos, económicos, legales y educativos. El porcentaje alcanzado por textos de otro tipo era muy bajo: un 6,6 por ciento en Historia y Geografía, un 6,2 por ciento en Medicina, un 5,7 por ciento en Literatura, un 4,9 por ciento en Ciencias y un escaso 3,7 por ciento en Religión. 8 La modestia de este último dato visibiliza el vínculo entre la secularización social y la actividad tipográfica, un campo en el cual el Estado liberal pesó decisivamente. El tardío despliegue historiográfico y literario fue condicionado, en los tres casos, por la invención de la 4 Andrés Horjales, en la Guatemala de la década de 1840, publicaba ya un catálogo de lo que tenía en venta en su librería. Valenzuela, Gilberto: Bibliografía guatemalteca, t. V (Guatemala, Tipografía Nacional, 1963), p. 79. 5 Oss, Adriaan C. van: "Printed culture in Central America, 1660-1821", Jahrbuch für Geschichte von Staat, Wirtschaft und Gesellschaft Lateinamerikas, 21 (1984), pp. 77-107. 6 Meléndez, Carlos: "Los veinte primeros años de la imprenta en Costa Rica 1830-1849", Revista del Archivo Nacional. San José. LIV: 1-12 (enero a die. de 1990), pp. 41-84. 7 García Villas, Mariano: Lista preliminar de la bibliografìa salvadoreña (San Salvador, mimeografiado, 1952). Dobles Segreda, Luis: Indice bibliográfico de Costa Rica, tomos IIX (San José, Librería e imprenta Lehmann, 1927-1936); tomos X-XII (San José, Asociación Costarricense de Bibliotecarios, 1968). Latin American Bibliographie Foundation y Ministerio de Cultura de Nicaragua: Bibliografìa Nacional Nicaragüense, 1800-1978 (California, Latin American Bibliographie Foundation y Ministerio de Cultura de Nicaragua, 1986). ^ García Villas: Lista preliminar.
Dobles Segreda: Índice.
Mercancías
culturales
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nación. Este proceso, iniciado después de 1870, fue lento y escabroso, y supuso, aparte de la fundación de instituciones (museos, teatros, colegios, bibliotecas), la emisión de monedas, el ascenso de un panteón de héroes, la construcción de estatuas y la práctica de un conjunto variado de tradiciones nuevas, especialmente de la fiesta cívica. 9 La configuración de una cultura nacional en los distintos países del istmo cristalizó con desigual éxito, según el trasfondo social y étnico de cada experiencia. El ascenso del capitalismo agrario en El Salvador y Nicaragua destacó por una violencia constante en el campo, asociada con el peso de la población indígena y el conflicto por la tierra comunal. 10 La difusión del nacionalismo, en un contexto de expropiación fundiaria y coacciones extraeconómicas, se concentró en el entramado urbano y, entre los sectores populares, se limitó a los artesanos y obreros." La capitalización del agro en Costa Rica fue diferente: un campesinado mercantil, con un acceso desigual a la propiedad territorial, presionó eficazmente para asegurarse un espacio vital en el universo cafetalero. 12 El nacionalismo de los liberales, en el caso costarricense, superó los umbrales urbanos y se divulgó ampliamente entre la población rural, un proceso facilitado por la concentración de los asentamientos en el Valle Central. 13 La exitosa difu9 Palmer, Steven: "A liberal discipline: Inventing the nation in Costa Rica and Guatemala, 1870-1900" (Ph. D. diss., Columbia University, 1990). Herrera, Miguel Angel: "Nacionalismo e historiografía sobre la guerra del 56. Nicaragua, 1850-1889", Revista de Historia, Managua, No. 2 (1992-1993), pp. 27-39. Acuña, Víctor Hugo: "Nación y clase obrera en Centroamérica durante la época liberal (1870-1930)", Molina, Iván y Palmer, Steven: El paso del cometa. Estado, política social y culturas populares en Costa Rica (1800-1950) (San José, Plumsock Mesoamerican Studies y Editorial Porvenir, 1994), pp. 145-165. Kinloch, Frances: "El canal interoceánico en el imaginario nacional. Nicaragua, siglo XIX", Instituto de Historia de Nicaragua: Taller de Historia. Nación y etnia, Managua, No. 6 (julio de 1994), pp. 39-55. Fumerò, Patricia: "De la iniciativa individual a la cultura oficial: el caso del General José Dolores Estrada en la Nicaragua de la década de 1870", Molina, Iván y Fumerò, Patricia: Cultura y sociedad en Costa Rica y Nicaragua (18211914) (en prensa). 10 Alvarenga, Patricia: "Reshaping the ethics of power. A history of violence in western rural El Salvador. 1880-1932" (Ph. D. diss., University of Wisconsin, 1994). Pérez, Héctor: "Indians, communists and peasants: The 1932 rebellion in El Salvador", Rosberry, William, Gudmundson, Lowell y Samper, Mario: Coffee, society and power in Latin America (Baltimore, The Johns Hopkins University Press, 1995), pp. 232-261. Gould, Jeffrey: '"¡Vana ilusión!' The highlands indians and the myth of Nicaragua mestiza, 1880-1925", Hispanic American Historical Review, 73: 3 (August, 1993), pp. 405-406. 11 Acuña: "Nación y clase obrera", pp. 145-165. Molina, Iván: Costa Rica (1800-1850). El legado colonial y la génesis del (San José, Editorial Universidad de Costa Rica, 1991).
capitalismo
13 El Valle Central se extiende de Turrialba en el este a San Ramón en el oeste y consta de
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sión de esa ideología se vinculó con la expansión de la educación, que se acentuó en la década de 1880. El 8 por ciento de la población de Costa Rica asistía a la escuela a fines del siglo XIX, una proporción similar a la de Uruguay, superior a la de Chile e inferior a la de Argentina; en contraste, para Nicaragua y El Salvador esa cifra ascendía únicamente a un 3 por ciento. 14 La invención de la nación, sin embargo, se caracterizó en los tres países por su vinculación con la ideología del progreso, cuyo símbolo básico era el ferrocarril. El ejemplo a imitar para las burguesías agroexportadoras del istmo era Europa y, especialmente, Francia. La fuerza de tal identificación fue estimulada por la venida de inmigrantes del Viejo Mundo y su inserción en las familias principales de El Salvador, Nicaragua y Costa Rica. La diversifícación en los patrones de consumo, visible desde 1850, asoció la distinción y el confort con los "quesos de Holanda y los j a m o n e s de Westfalia". 1 5 El afán por emular a Europa se perfila en la cultura impresa del ocaso del siglo XIX. La producción tipográfica propia se veía con indiferencia o desdén, una actitud fomentada por las preferencias de los lectores: entre los sectores populares, los textos típicos eran novenas, catecismos y breviarios, los almanaques, las cartillas de todo tipo y las novelas de aventuras y del corazón. Las bibliotecas de burgueses e intelectuales, sin duda más amplias, diversas y actualizadas, exhibían el peso de la bibliografía europea, ya se tratara de obras clásicas o de las últimas novedades, en su idioma original o vertidas al español. 16 La descripción de las librerías josefinas de comienzos del siglo XX que efectuó el escritor salvadoreño Alberto Masferrer es elocuente; después de una estadía en Costa Rica, acotó: ... no hay libro bueno que no se encuentre, ni lujosa edición que falte para recreo de la vista y el espíritu. Todo Hugo, Rabelais, Taine, Macaulay, de Lisie, Carlyle, Goethe y Heine; los griegos en ediciones económicas francesas; el arsenal completo de Schopenhauer, los clásicos ingleses, la biblioteca entera de Rivadeneira. La masa, claro está, se deleita con el admirable Ponson du Terrail y con el exquisito Montepin; mas los escogidos leen de veras, y a la mano tienen las grandes producciones del ingenio humano. 17
unos 100 kilómetros de largo por unos 20 kilómetros de ancho. 14 Newland, Carlos: "La educación elemental en Hispanoamérica: desde la independencia hasta la centralización de los sistemas educativos nacionales", Hispanic American Historical Review, 71: 2 (May, 1991), p. 359. Burns, E. Bradford: "The intellectual infrastructure of modernization in El Salvador, 1870-1900", The Americas. XLI: 3 (January, 1985), p. 65. Molina, Iván y Palmer, Steven: Héroes al gusto y libros de moda. Sociedad y cambio cultural en Costa Rica (1750-1900) (San José, Plumsock Mesoamerican Studies y Editorial Porvenir, 1992). Molina: El que quiera divertirse,
pp. 131-211.
Masferrer, Alberto: Hombres, ciudades, tónoma de El Salvador, 1949), p. 298.
paisajes,
t. II (San Salvador, Universidad Au-
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El espacio que les quedó a los tempranos escritores nacionales fue ínfimo: sin fondos y faltos de estímulo, entre el escepticismo y el desprecio, fueron a veces el eje de vivos debates, por ejemplo el que provocó la exposición internacional que se celebraría en Santiago en septiembre de 1875. La Junta de Granada, al preparar el catálogo de lo que se enviaría a Chile, advirtió que el país carecía de obras literarias dignas de ser exhibidas, ya que "...las reducidas ... que hoi van formando nuestra Biblioteca Nacional están incompletas para ostentarlas en un país progresista por escelencia...'" 8 . El 7 de agosto de 1875, en la Gaceta de Nicaragua, la severa decisión de la Junta fue cuestionada fuertemente: si tenemos obras literarias aunque pocas é incompletas, como dice la Junta, debieron enviarse para dar una idea de lo que somos ... Ni se diga tampoco que carecemos de obras ó que las que hai son incompletas. Las obras de Rosales hacen honor á Centro América. Los opúsculos que sobre varias materias i en distintas ocasiones publicaron Zavala, Benavente, Buitrago, Zepeda, Juares, Guerrero, Cortés, Selva, Ayón, Estrada i otros tantos hombres eminentes ... no son ... [indignos] de figurar en una Biblioteca..."
La actitud de la Junta no era excepcional. El escritor costarricense Ricardo Fernández Guardia (1867-1950) fue quizá un caso extremo: tras cursar la escuela en París, volvió a San José en 1878; en junio de 1894, después de otras estadías en Europa, 20 afirmaba: ... se dice el arte griego, el arte romano, la literatura francesa, las letras españolas. ¿Y cuándo ... podría decirse el arte o la literatura costarricense? Yo, Dios me lo perdone, me imagino que nunca ... nuestro pueblo es sandio, sin gracia alguna, desprovisto de toda poesía y originalidad que puedan dar nacimiento siquiera a una pobre sensación artistica... 21
El desprecio por lo propio, que se transparenta en el exabrupto de Fernández Guardia, lo era a la vez por la cultura popular, siempre lista a desafiar el esfuerzo civilizador del Estado liberal, que se aventuró a corregir el lenguaje diario de los hijos de campesinos, artesanos y obreros. El profesor Alberto Brenes, al prologar sus Ejercicios gramaticales, un texto escolar editado en el San José de 1887 por la tipografía estatal, advertía con verdadero orgullo: ... hemos tratado ... la corrección de los provincialismos que a nuestro juicio contribuyen a viciar en nuestro país la lengua castellana ... Nosotros los americanos, alejados del centro donde se habla con más pureza nuestro idioma, debemos poner particular empeño en 18 Gaceta de Nicaragua,
1 de agosto de 1875, p. 327.
19 Gaceta de Nicaragua,
7 de agosto de 1875, p. 327.
20 Sotela, Rogelio: Valores literarios p. 38.
de Costa Rica (San José, Imprenta Alsina, 1920),
21 Quesada Soto, Alvaro: La formación de la narrativa nacional costarricense (18901910). Enfoque histórico social (San José, Editorial Universidad de Costa Rica, 1986), p. 98.
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su cultivo, para que no se degenere y se convierta en una jerigonza informe y falta de unidad. 22
La experiencia costarricense fue similar a la de El Salvador y la de Nicaragua: en los tres países, la tipografía estatal, comprometida con el afán europeizador de los liberales, se concentró en el tiraje de textos oficiales y de obras útiles. El quehacer literario, de escaso interés para la cultura oficial, obligó a los escritores de poesía y ficción a agenciarse los más variados tipos de financiamiento para editar sus libros en las imprentas privadas, una opción cuya cristalización era difícil. El poeta Rubén Darío, al evaluar en 1908 el caso nicaragüense, admitía con franqueza y amargura que, pese a la ... abundancia de materia prima ... el ambiente es hostil, las condiciones de existencia no son propicias, y la mejor planta mental que comienza en un triunfo de brotes se seca al poco tiempo. La impresión de libros ... casi es nula. La producción de literatos y de poetas ha tenido que desaparecer entre las colecciones de diarios y de una que otra revista de precaria vida ... Nada queda de los pasados cultores de las letras... 23
El desprecio por el escritor nacional se asoció con la queja por el crecimiento de las ocupaciones parasitarias: abogados y empleados públicos. El costarricense Carlos Gagini, ya en 1894, culpaba a la educación secundaria de fomentar esas profesiones y de quitar "...brazos a la agricultura, porque los jóvenes del campo trasladados a las ciudades se avergüenzan de volver a las faenas agrícolas ... y hasta de sus rústicos padres." 24 La opinión que unos años después oyó Alberto Masferrer fue parecida; un abogado de San José le dijo: "Costa Rica no necesita literatos sino agricultores. Brazos para laborar nuestras tierras, y no artistas." 25 . El desafío de los escritores de El Salvador, Nicaragua y Costa Rica, en las últimas décadas del siglo XIX, fue construir una identidad colectiva propia y viable, que los diferenciara de los europeos y, a la vez, les permitiera ser aceptados en sus 22 Dobles Segreda: Indice, t. II, p. 25. Los escritores costarricenses de fines del siglo XIX discutieron acaloradamente sobre la conveniencia de emplear el lenguaje popular en sus obras. Quesada: La formación, pp. 97-129. Rojas, Margarita et al.: La casa paterna. Escritura y nación en Costa Rica (San José, Editorial Universidad de Costa Rica, 1994), pp. 7174; ídem: El último baluarte del imperio (San José, Editorial Costa Rica, 1995), pp. 32-38. 23 Darío, Rubén: El viaje a Nicaragua Nicaragua, 1987), pp. 147-148.
e intermezzo
tropical
(Managua, Editorial Nueva
24 Gagini, Carlos: Al través de mi vida (San José, Editorial Costa Rica, 1961), p. 120. 25 Masferrer: Hombres, p. 295. Masferrer propuso en 1922 fundar una biblioteca municipal en cada población de El Salvador. El artículo termina con una lista selecta de 100 títulos, de los cuales únicamente 4 son de escritores de América Latina: el mexicano Juan de Dios Peza, los salvadoreños Francisco Gavidia y Arturo Ambrogi y el guatemalteco José Milla. Curiosamente, descartó a Rubén Darío. Masferrer, Alberto: Páginas escogidas (Buenos Aires, Ediciones Jackson, 1947), pp. 41-43.
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países de origen; legitimar sus específicas opciones estéticas e ideológicas, un fin cuyo carácter vital se evidenció con el ascenso del Modernismo; 26 y diversificar y ampliar el mercado cultural para garantizar la impresión, circulación y consumo de sus productos. 27 La ejecución de tal empresa urgía en el contexto cosmopolita de la época, el cual pesó en las bibliotecas nacionales abiertas en San Salvador, Managua y San José. La Biblioteca Nacional de El Salvador se fundó el 5 de julio de 1870. El poeta nicaragüense Juan Felipe Toruño afirma que, para montarla, el Estado compró la colección particular del cardenal Mambruschini, ex-bibliotecario del Vaticano, compuesta por unos seis mil volúmenes. 28 La de Nicaragua se abrió doce años más tarde, el 1 de junio de 1882, con un corpus de inferior tamaño al salvadoreño, y con un gasto total -inclusive el mobiliario- de 15.000 pesos. 29 La institución, un bienio después, procuraba ya ampliar sus fondos documentales; en octubre de 1884, en la Gaceta Oficial se avisaba: "en la Biblioteca Nacional se compran colecciones de periódicos del país de años anteriores al de 1867"30. El caso costarricense fue más tardío y diferente: en 1888, el Estado cerró la Universidad de Santo Tomás, fundada en 1843, y dispuso que la colección del ya extinto claustro, compuesta por casi 3.500 volúmenes, se convirtiera en la base de la Biblioteca Nacional. 31 La primera sede de tal institución fue poco impresionante y solemne: el segundo piso de una casa ubicada enfrente del mercado; en 1889, se trasladó a otra vivienda, adquirida en 70.000 colones, cuyo acondicionamiento -en la primera década del siglo XX- costó 98.435 colones. El Correo de España, en abril de 1909, aseguraba: el edificio es una elegante construcción de aspecto severo y adecuado al fin á que se destina. Su fachada principal, con el busto de Minerva y relieves simbólicos de las ciencias 26 Beverly, John y Zimmerman, Marc: Literature and politics in the Central revolutions (Austin, University o f Texas Press, 1990), pp. 54-59. 27
Rama, Angel: Rubén Darío y el modernismo
American
(Caracas, Alfadil, 1985), pp. 49-79.
28 Toruño, Juan Felipe: Desarrollo literario de El Salvador (San Salvador, Ministerio de Cultura, 1957), p. 151. Escamilla Saavedra, Julio: "Breve historia de la Biblioteca Nacional de El Salvador", Anaqueles. San Salvador, No. 1 (julio 1971-die. 1972), pp. 9-21. 29 Halftermeyer, Gratus: Historia de Managua (Managua, Talleres Nacionales, 1959), p. 115. Zepeda Henríquez, Eduardo: "Escorzo histórico de nuestra Biblioteca Nacional", Revista Conservadora del Pensamiento Centroamericano. Managua, vol. 21 (1969), pp. 5-6. 30 Gaceta Oficial,
15 de octubre de 1884, p. 319.
31 González, Paulino: La Universidad de Santo Tomás (San José, Editorial Universidad de Costa Rica, 1989). Obregón, Edgar A.: Miguel Obregón (San José, Ministerio de Cultura, Juventud y Deportes, 1974), pp. 178-183. Zeledón, Marco Tulio: "Notas para la historia de la Biblioteca Nacional", Hipocampo, San José, No. 5 (1969), pp. 29-52.
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y artes, dibujos del maestro [español, Tomás] Povedano, demuestran claramente al exterior ser un lugar reservado al estudio de aquellas. 32 La procedencia de los libros en las bibliotecas de los tres países se identifica en el C u a d r o 1. El grueso provenía de Europa: en su conjunto, el 89,5 por ciento de los títulos y el 90,9 por ciento de los volúmenes. Los principales abastecedores, en el caso de El Salvador, fueron Francia (1.111 títulos), Italia (656 títulos) y España (280 títulos). La falta de datos para Nicaragua y Costa Rica impide precisar el cálculo, pero es verosímil que la mayoría de las obras tuviera un pie de imprenta español o francés, una tendencia favorecida por la inmigración de impresores y libreros catalanes a San José. 33 L a influencia de la cultura impresa de otros países de A m é r i c a Latina era m u y escasa: destacaban los impresos en M é x i c o y Chile, esencialmente obras de carácter jurídico, que inspiraron el esfuerzo codificador de los Estados liberales del istmo en el último tercio del siglo XIX. Lo editado en Estados Unidos t a m p o c o tenía un peso significativo: usualmente, se trataba de informes oficiales, de datos estadísticos o de estudios científicos. El texto centroamericano era todavía m e n o s frecuente: el Cuadro 2 traza u n a ínfima presencia de los libros y folletos publicados en el área, en cuenta de la producción propia. Cuadro 1 Composición de las bibliotecas nacionales de El Salvador (1887), Nicaragua (1882) y Costa Rica (1888) según el origen de los libros Lugar El Salvador Nicaragua Costa Rica Títulos Títulos Vols. Vols. Títulos Vols. Europa 1903 2313 6240 4139 1473 3216 América Latina 141 99 209 255 25 81 74 Estados Unidos 117 159 287 30 76 Centroamérica 56 23 43 80 51 111 Desconocido 53 67 2099 Total 2680 6801 4678 1579 3484 Fuente: Palacios, Rafael: Catálogo alfabético y por materias de todos los libros que contiene la Biblioteca Nacional (San Salvador, Imprenta de "El Cometa", 1887). Biblioteca Nacional: Catálogo General (Managua, Tipografía de Managua, 1882). Archivo Nacional de Costa Rica. Educación. Exp. 95 (1888), ff. 1-40.
32 Correo de España, 2 de abril de 1909, pp. 1-2. La construcción de un edificio para la Biblioteca Nacional de El Salvador se propuso en 1930. López Vallecillos, Italo: El periodismo en El Salvador (San Salvador, UCA Editores, 1987), pp. 255-256. 33 Molina: El que quiera divertirse, pp. 131-166. Varios de estos empresarios vendían también en los otros países del istmo.
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La limitada circulación ístmica de las obras centroamericanas tenía dos fuentes básicas: el cosmopolitismo de las burguesías y de los intelectuales, europeizados y nacionalistas a la vez; y el pobre atractivo mercantil de lo que se editaba en el área, por lo cual existía poco interés de las librerías locales en traer esos textos y ofrecerlos en venta. La excepción sin duda fue la poesía dariana. El periódico El Heraldo publicó, en octubre de 1891, un aviso que aprovechaba la estadía del célebre poeta en San José: "Azul ... El libro de moda. Se vende en la librería de Montero. Hay pocos ejemplares" 34 . Cuadro 2 Obras impresas en Centroamérica en las bibliotecas nacionales de El Salvador (1887), Nicaragua (1882) y Costa Rica (1888)
Biblioteca Nacional El Salvador Nicaragua Costa Rica
Obras impresas en: El Salvador Guatemala 17 (27) 35 (49) 3 (3) 3 (3) 12(19) 3 (3)
Honduras 2(2) 5(5)
KD
Nicaragua 2 (2) 12 (32) 35 (88)
Costa R.
* Entre paréntesis, el número de volúmenes. Fuente: La misma del Cuadro 1.
El escritor centroamericano, sin embargo, rara vez veía sus libros catalogados en la categoría "de moda": aunque en periódicos y revistas se solía informar sobre el tiraje de tal o cual título, la estrategia publicitaria de las librerías enfatizaba en la promoción de las obras europeas. La orientación de las bibliotecas no era muy diferente: en sus estantes, la cultura universal, identificada con la del Viejo Mundo, aventajaba ampliamente a la nacional. El grueso de los textos impresos en el istmo, a partir de 1821, brillaba por su ausencia en colecciones de volúmenes escritos en francés, inglés, latín, alemán e italiano. El porcentaje de libros en español era, según el Cuadro 3, muy bajo en El Salvador y más elevado en los casos de Nicaragua y Costa Rica. El principal idioma extranjero era el francés; pero en la biblioteca de San Salvador, destacaban el latín y el italiano; y en la de San José sobresalía el alemán, un énfasis que obedecía a varias donaciones de obras efectuadas por inmigrantes de ese origen. El trasfondo cardenalicio de la colección salvadoreña explica que dispusiera de textos escritos en una lengua muerta y, a la vez, que contara con verdaderas joyas bibliográficas de los siglos XV, XVI y XVII. El título más antiguo que poseía la biblioteca nicaragüense era Década de las Indias, de Antonio de Herrera y Tordesillas, impreso en 1726. La de Costa Rica, en 1909 y de acuerdo con el Correo de España, tenía: 34 El Heraldo, 11 de octubre de 1891, p. 1.
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Cuadro 3 Porcentaje de títulos y volúmenes en español en las bibliotecas nacionales de El Salvador (1887) , Nicaragua (1882) y Costa Rica i 1888) % Biblioteca Títulos en español % Vols, en español 23,2 6.801 20,3 El Salvador 2.680 44,1 49,2 4.678 Nicaragua 2099 3.484 45,4 Costa Rica 1579 51,7 Fuente: La misma del Cuadro 1.
... ejemplares notables de gran valor bibliográfico y que se remontan á los primeros tiempos de la imprenta, como por ejemplo, la Gramática latina de Nebrija (1500), la Biblia de Ferrara (1602) y otras muchas ediciones de autores griegos y latinos de los siglos XVII y XVIII."
El caso de El Salvador, sin embargo, no es fácilmente comparable. El Cuadro 4 descubre un contraste claro: a diferencia de la biblioteca de Nicaragua, en la cual prevalecía lo editado de 1850 en adelante, en la salvadoreña la ventaja correspondía a lo impreso de 1849 para atrás. El catálogo de 1888, falto de las fechas de edición, impide clasificar la colección de Costa Rica, pero es factible que su cronología se pareciera a la nicaragüense. La Universidad de Santo Tomás efectuó, entre 1844 y 1886, diversas compras de libros en Europa, orientadas por un definido criterio de adquirir lo más actualizado. 36 La capital de un pequeño -y socialmente opresivo- país centroamericano podía ufanarse, en 1887, de disponer de 287 títulos en 357 volúmenes editados entre el último tercio del siglo XV y 1699. La dos obras más antiguas de esa colección eran venecianas; de carácter teológico, fueron publicadas una en 1477 y la otra en 1491: Opus restitutionum usurarum et excomunicationum, de Platea, y de Heremita J. Cassianus, Vigintiquator collationes sanctorum patrum conscripte. El Salvador del café poseía dos de los primeros libros impresos en Venecia, una urbe a la que se extendió el invento de Gutenberg en 1469. 37 La invención de la nación, en los distintos países centroamericanos, fue un proceso caracterizado por una decisiva extroversión cultural. La identidad nacional se construyó a la luz de los modelos europeos. La composición de las bibliotecas de Nicaragua, El Salvador y Costa Rica, a fines del siglo XIX, no fue la excepción. El libro extranjero, escrito en un idioma distinto del español, prevalecía en sus estantes cosmopolitas. La consulta de obras, sin embargo, no fue disuadida 35 Correo de España, 2 de abril de 1909, p. 2. Los títulos citados no figuran en el inventario de 1888. 36 Molina: El que quiera divertirse,
pp. 75-101.
37 Houston, R. A.: Literacy in early Modem (New York, Longman, 1988), p. 156.
Europe. Culture & éducation,
1500-1800
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por tal énfasis. La colección nicaragüense fue visitada, entre junio y noviembre de 1889, por unas 12 personas por día. 38 El promedio diario para la de Costa Rica fue de 30 lectores en julio de 1904. 39
Cuadro 4 Fecha de impresión de los libros de las bibliotecas nacionales de El Salvador (1887) y Nicaragua (1882) Nicaragua Periodo El Salvador Títulos Volúmenes Títulos Volúmenes 1450-1499 2 2 11 1500-1549 11 1550-1599 81 110 1600-1649 83 91 1650-1699 110 143 1700-1749 128 471 1750-1799 334 14 1.223 51 1800-1849 2.501 596 759 156 1850-1887/82 2.115 1.834 3.537 1.066 No aparece 494 106 134 95 Total 2.680 6.801 2.099 4.678 Fuente: La misma del Cuadro 1. La asistencia era típicamente estudiantil. Los niños y jóvenes descubrieron que las bibliotecas, aparte de ofrecerles qué leer, constituían un divertido e inusual espacio de sociabilidad, cuyo acento en el silencio y el orden invitaba precisamente a la transgresión. Esta dinámica enfadó a un adulto que publicó, en julio de 1903, una queja en La Prensa Libre: muy conveniente sería que a la Biblioteca [Nacional de Costa Rica] no se dejara entrar niños de escuela primaria. Probar se puede que nada instructivo van á leer, pues sólo piden novelas y revistas ilustradas. Además con sus puerilidades impiden la lectura y el estudio á las personas serias. 40 El conflicto entre los lectores serios y los que no lo eran tanto no fue el único que se dirimió en torno a las bibliotecas. El primer tercio del siglo X X fue un 38
Gaceta Oficial, 4 de diciembre de 1889, p. 766.
39 Las Noticias, 25 de julio de 1904, p. 3. El promedio diario de lectores atendidos en la Biblioteca Nacional de Costa Rica se elevó de 200 a 500 entre 1910 y 1914. Gólcher, Erika: "El mundo de las imágenes: percepción del sector gobernante de Estados Unidos y Europa Occidental" (Tesis de Maestría en Historia, Universidad de Costa Rica, 1988), pp. 134-137. 40 La Prensa Libre, 16 de julio de 1903, p. 4.
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contexto favorable para valorar, con más justicia, la producción tipográfica propia, un proceso que amplió la presencia de las obras nacionales en estanterías que otrora les fueron adversas. La apertura de espacios para los escritores del istmo fue difícil: empezó a cristalizar después de 1900, cuando jóvenes poetas y prosistas, armados con un discurso radical, comenzaron a cotizarse entre los trabajadores urbanos de El Salvador, Nicaragua y Costa Rica.41 El anti-imperialismo y la cuestión social fueron temas cuyo tratamiento por los escritores nacionales se profundizó al avanzar el siglo XX, en un contexto de creciente agitación popular. El porvenir imaginado por los cosmopolitas pocos años atrás era muy distinto. Manuel Delgado, Ministro de Relaciones Exteriores de El Salvador, expresó en octubre de 1888, al incorporarse a la Academia de Ciencias y Bellas Letras, que formulaba: ... votos porque nuestros jóvenes escritores, en cuyas manos está la gloria literaria de nuestra querida patria, se inspiren siempre en los bellísimos modelos que les ofrece la literatura idealista de todos los países y de todos los tiempos. 42
La esperanza de Delgado, basada en la ideología del progreso, se desvaneció en el tránsito del siglo XIX al XX, al configurarse literaturas nacionales definidas y contestatarias en El Salvador, Nicaragua y Costa Rica. La ironía de este proceso fue que ocurrió en una época caracterizada por otro cambio básico: el desplazamiento de la palabra por la imagen. La cultura impresa, en busca de lectores, debió competir, cada vez más con el cine, a la caza de espectadores. El espacio ocupado por el libro -europeo o nacional- comenzó a ser disputado, con creciente éxito, por las películas de Estados Unidos.43
Acufla, Víctor Hugo, ed.: Historia general de Centroamérica, t. IV. Las agroexportadoras (Madrid, FLACSO-Quinto Centenario, 1993), pp. 255-323. 42 López Vallecillos: El periodismo,
repúblicas
p. 199.
43 Marranghello, Daniel: El cine en Costa Rica 1903-1920 (San José, Jiménez y Tanzi, 1988). Aguilar, Grace et al.: "Exhibiciones cinematográficas en Costa Rica (1897-1950)" (Memoria de Licenciatura, Universidad de Costa Rica, 1996).
La civilización occidental como modelo a imitar: espejo sin reflejo de una sociedad fragmentada. La visión liberal sobre Guatemala en el siglo XIX Gustavo Palma Murga
"... el único medio de mejorar la situación de los indios, sacándolos del estado de miseria y abyección en que se encuentran, es crearles necesidades que adquirirán por medio del contacto continuo con la clase ladina, habituándolos también al trabajo para que puedan llenarlas, convirtiendo así en útil y productiva para la agricultura, para el comercio y para la industria del país, esa inmensa mayoría de los habitantes de la República, para la cual no ha principiado todavía a alumbrar la civilización." (Circular del Ejecutivo para que los Jefes Políticos proporcionen a los dueños de fincas los mozos que fuere necesario. Año 1876)
I. El D e s a r r o l l o histórico del E s t a d o g u a t e m a l t e c o d u r a n t e el siglo X I X . L a s e x p e r i e n c i a s políticas: La I n d e p e n d e n c i a de 1821, la R e p ú b l i c a F e d e r a l , el P e r í o d o C o n s e r v a d o r y el L i b e r a l i s m o t r i u n f a n t e d e fines d e siglo L a p r o c l a m a c i ó n de la i n d e p e n d e n c i a política de G u a t e m a l a en 1821 n o significó en lo i n m e d i a t o el establecimiento de u n E s t a d o sólido y c o h e r e n t e y con claras perspectivas de f u t u r o . Las distintas f a c c i o n e s de las élites lugareñas cent r o a m e r i c a n a s se e n f r a s c a r o n en e n g o r r o s a s p o l é m i c a s y c o s t o s o s c o n f l i c t o s bélicos q u e m á s bien b u s c a b a n c o n s o l i d a r e s p e c í f i c o s intereses locales y de clase que discutir y d e f i n i r u n p r o y e c t o de nación. Ello explica por q u é las p r e o c u p a c i o n e s d e estos sectores giraron sobre t o d o a l r e d e d o r d e la c o n s e r v a c i ó n del control de los m e c a n i s m o s de r e p r o d u c c i ó n e c o n ó m i c a y de los t é r m i n o s de s u b o r d i n a c i ó n q u e hasta e n t o n c e s les h a b í a n p e r m i t i d o m a n t e n e r la d o m i n a c i ó n del c o n j u n t o de la p o b l a c i ó n local, sobre t o d o la indígena. 1
' En relación al proceso de independencia y el funcionamiento de la federación existe bibliografía bastante disímil; sobre todo en cuanto a análisis críticos sobre ella. Pueden consultarse los trabajos de Julio Pinto: Centroamérica, de la colonia al Estado nacional (1800-1840) (Guatemala, 1986), "La independencia y la Federación (1810-1840 (tomo III de la Historia General de Centroamérica Madrid, 1993); los de Héctor Lindo Fuentes: "Economía y Sociedad (1810-1870)" y de Lowell Gudmunsun: "Sociedad y Política (18401871), ambos en la Historia General de Centroamérica (Madrid, 1993); el de Miles Wortam: Government and society in Central America, 1680-1840 (New York, 1982) y el de Ralph Lee Woodward, Jr.: Central America, a nation divided (New York, 1985). También es sugerente la lectura del trabajo de Mario Rodríguez: El experimento de Cádiz en Centroamérica, 1808-1826 (México, 1984).
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Casi inmediatamente después, y en un contexto en el que se evidenció la ausencia de una fuerza política cohesionadora, se estableció la República Federal. Entre 1824 y 1840 quedó clara la incapacidad de los diferentes líderes de este proyecto político para gestar una estructura estatal funcional y -más aún- para impulsar una idea coherente de nación. El proyecto político federal se apoyó más bien en disímiles intereses económicos regionales que en propuestas concretas orientadas a conformar un Estadonación como tal. Su carácter desigual y poco realista, sus débiles y cambiantes soportes económico-financieros al igual que la escasa infraestructura material existente imposibilitaron cualquier opción para afianzar sentimientos y/o conciencia que viabilizaran la existencia de un Estado en torno a un proyecto político específico. Además -aspecto fundamental a retener- este proyecto no promocionó una participación política que reflejara la compleja realidad sociocultural existente. En la práctica, los grupos étnicos mayoritarios (indígenas, negros, mestizos, etc.) quedaron excluidos a pesar de que los textos constitucionales y en discursos con sonoro lenguaje universalista se preconizaba la apertura y participación ciudadana sin distingos de raza y clase. Esos sectores continuaron en la marginación política -como en el pasado- a pesar de habérseles declarado "ciudadanos". 2 Las guerras civiles que se desencadenaron a partir de 1826 evidenciaron la imposibilidad de establecer y consolidar mediante mínimos consensos un proyecto político de tal naturaleza. Esta situación condujo a los sectores liberales hegemónicos a emplear mecanismos de cohesión para mantener esa estructura. Mediante alianzas políticas y apoyos de carácter militar permanecieron dificultosamente los distintos gobiernos estatales en el interior de la federación. La fragilidad de sus bases reales y lo utópico de sus programas de gobierno se convirtieron en lastre que les hizo naufragar con relativa rapidez. Las reformas que en el caso específico de Guatemala impulsó el jefe de Estado Mariano Gálvez durante el período 1830-38 se entenderían dentro de una perspectiva federal. Estas se considerarían más como prototipo para el desarrollo de estrategias sociopolíticas a nivel centroamericano que como resultado/manifestación de un cierto nacionalismo guatemalteco. 3 Entre sus objetivos centrales 2 Esta exclusión está claramente evidenciada en los diferentes textos constitucionales emitidos desde 1824 en adelante. La referencia general es la de "ciudadanos". Más tarde, en 1839, se hace mención de los "guatemaltecos". Aunque de manera paralela se emitió legislación específica que exigía a la población indígena que abandonara sus trajes y sus idiomas como requisito previo para acceder al ejercicio de ciertos derechos ciudadanos. Véase: Digesto Constitucional (Guatemala, 1944), al igual que la Recopilación de Leyes de la República de Guatemala, compuesta y arreglada por Don Manuel Pineda de Mont (Guatemala, 1979). 3 Aun cuando su perspectiva es bastante tradicional y nacionalista, el trabajo del Dr. Jorge
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estaban los de cortar de raíz con el poder económico y político ejercido por la Iglesia Católica y reemplazarlo con métodos "racionales" tanto administrativos como pedagógicos. Sin embargo, en la práctica estas reformas afectaron las relaciones existentes entre las comunidades campesinas (especialmente las indígenas) y el Estado. La "privatización" de la tierra impulsada por la lógica económica liberal de incentivar la productividad individual trajo consigo la incursión de población ajena en los patrimonios territoriales de los pueblos, generándose levantamientos que luego llevaron a la rebelión que terminó derrocándolo. Situación eficazmente aprovechada por los sectores políticos conservadores y por la Iglesia. A ello se añadió un hecho coyuntural totalmente fortuito -una epidemia de cólera- que pesó negativamente contra Gálvez y sus proyectos políticos. 4 El carácter de esa revuelta evidenció las dificultades del proyecto político liberal. Su "lógica" económica no coincidía con la visión, condiciones y necesidades de la población campesina. Por otro lado, los postulados nacionalistas y unionistas no "prendieron" entre los sectores que se suponía resultarían beneficiados con él, dificultando las posibilidades de asumirlo como propio y defenderlo. Esta reacción contra las reformas de Gálvez coincidió con la derrota de las tropas federales de Morazán, desencadenándose la disolución de la federación centroamericana. El ascenso de Carrera al poder se explica, entre otras causas, a partir de la coyuntura política en la que se produjo la masiva reacción de campesinos indios y ladinos contra las reformas de Gálvez. La alianza que Carrera llegó a acaudillar, apadrinada por la Iglesia y ciertos líderes liberales y conservadores de la ciudad de Guatemala, tuvo un carácter único dada su composición ladino-indígena como de sectores populares. El perfil caudillista asumido por Carrera impide considerarlo como un visionario nacionalista. Incluso, el hecho de haber favorecido la posterior fundación -en 1847- de la República de Guatemala debe entenderse más como resultado de la curiosa alianza establecida con la élite conservadora para desarticular definitivaLuis Arrióla: Gálvez en la encrucijada (México, 1961) sigue siendo uno de los más acuciosos acercamientos a ese período. También es fundamental el trabajo de Alejandro Marure: Bosquejo histórico de las revoluciones de Centroamérica desde 1811 hasta 1834 (Guatemala, 1960); al igual que la parte correspondiente a este período contenida en la Reseña Histórica de Centroamérica de Lorenzo Montúfar (Guatemala, 1878-1888). 4 Véase el trabajo de Michael Fry: "Política agraria y reacción campesina en Guatemala: la región de la montaña, 1821-1838" (Guatemala, 1988); así como la disertación doctoral de H. M. B. Ingersoll: The war of the Mountain: a study of a reactionary peasant insurgency in Guatemala, 1837-1873 (George Washington University, 1972). También el artículo de Keith J. Miceli: "Rafael Carrera: defender and promoter of peasant interests in Guatemala, 1837-1848" (Washington, 1974).
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mente el proyecto liberal federal, enemigo común para ambos, que como manifestación de un temprano nacionalismo guatemalteco. 5 Puede decirse, entonces, que los procesos políticos y sociales desarrollados durante las cinco décadas posteriores a 1821 carecieron de perspectivas amplias y, por tanto de posibilidades de consolidar un proyecto "nacional" concreto. Caracterizados por un marcado caudillismo, sustentados sobre frágiles bases sociales y económicas, su única alternativa para sobrevivir fue el uso de la fuerza como recurso cohesionador. Entre las causas de dicho fracaso se pueden señalar la ausencia de una fuerza hegemónica o coalición de fuerzas que condujera al conjunto de la región hacia tendencias unifícadoras; sin olvidar la extrema fragilidad de los vínculos e infraestructura económica existentes internamente. Muy cercana a éstas se puede mencionar la enorme distancia y disímiles características existentes entre las esferas en las que se generaba el discurso político y la realidad en la que se quería aplicar y, por ende, los resultados que podían alcanzar. La fragmentación político-territorial regional ocurrida en la década de los 1840 no debe considerarse necesariamente como una balcanización. No ocurrieron guerras de secesión, nacionalistas o de otro tipo: las que sacudieron este territorio estuvieron vinculadas, sobre todo, a disputas intraoligárquicas en el interior de los mismos estados, por hostilidades interestatales alrededor de la hegemonía sobre los poderes federales, o para alcanzar autonomía en relación al centralismo guatemalteco (como en el caso del Estado de los Altos). 6 N o es por casualidad, desde esa perspectiva, que las fronteras de estos estados se acomodaran con las de las antiguas provincias coloniales. En tal sentido, la autonomía política alcanzada en 1821 lo fue, prácticamente, por ausencia. Los conflictos y luchas que entonces se produjeron no tuvieron una impronta nacional, dado que no se perseguía la construcción de entidades con tal carácter. Es lugar común en la historiografía tradicional sobre Guatemala afirmar que los orígenes del actual Estado guatemalteco se ubican en el movimiento de reforma liberal ocurrido en 1871. Queriendo cortar de raíz con la herencia caudillista apoyada sobre débiles bases económicas mercantilistas, los "liberales" de esta 5 Sobre el período de Rafael Carrera es importante el trabajo de Ralph L. Woodward: Rafael Carrera, the emergence of the Republic of Guatemala, 1821-1871 (Athens, 1993); al igual que el de Daniele Pompejano: La crisi dell'Ancien Régime in America Centrale. Guatemala 1839-1871 (Milán, 1993). Véase también el trabajo de David L. Chandler: Juan José de Aycinena. Idealista conservador de la Guatemala del siglo ATA" (Guatemala, 1988). 6 Arturo Taracena Arrióla ha estado incursionando en el proceso de formación del Estado de los Altos. Su acercamiento a este proceso demuestra no sólo el contenido del discurso político sino también las bases materiales sobre las que ese proyecto político trató de asentarse. Véase: Estado de los Altos, indígenas y régimen conservador, 1838-1851 (San José de Costa Rica, 1993).
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época impulsaron e impusieron un proyecto y modelo de Estado autoritario, centralizador, excluyente y orientado económicamente hacia el exterior. Se promovió una peculiar apertura política que permitió a los sectores cafetaleros emergentes definir y defender sus intereses sin mayores obstáculos. El establecimiento de un sistema de representación territorial fue, sin duda alguna, un paso trascendental dentro del proceso de modernización estatal, aun cuando el acceso al mismo quedó reservado a las reducidas élites lugareñas. Igualmente lo fue la implementación de una prolífica legislación de carácter "nacional" con el propósito de regular el funcionamiento de las distintas áreas del quehacer político y económico general. El nuevo sector hegemónico estableció estas reglas del juego dándoles un carácter imperativo y necesario para la colectividad, imputándole a ese proyecto atribuciones y finalidades de carácter general, nacional. Se asumió que sólo de esa manera se lograría la consolidación de la formación social guatemalteca. También se preocuparon por implementar bases sólidas para la formulación de un proyecto de nación coherente con esa situación. Dadas las características ideológicas y económicas del nuevo sector hegemónico, el proyecto liberal de nación por ellos impulsado promovió, reprodujo y justificó una bipolaridad antagónica manifestada en todos los planos de la realidad sociocultural y socioeconómica local: la paulatina y desmesurada concentración de la tierra en pocas manos generando su contrapartida en el minifundio; la participación forzada de la población campesina/indígena en las tareas propias de la agroexportación con el casi ningún disfrute de los beneficios de su trabajo; la falta de atención sistemática a las necesidades mínimas de dicha población, concentrándose los servicios en las áreas urbanas; y, por encima de todo, la negación implícita de la conservación y práctica de valores culturales de carácter ancestral por parte de las comunidades y su desplazamiento autoritario por otros supuestamente superiores, "universales". 7 II. Las bases materiales de los proyectos políticos del siglo XIX Si bien es cierto que el hilo conductor de las discusiones sostenidas por los líderes políticos de la región a lo largo de las subsiguientes décadas a 1821 giró en torno a cómo llegar a acuerdos para establecer una forma posible de Estado 1 Para el período liberal la bibliografía disponible es bastante amplia. Son útiles los trabaj o s de J. C. Cambranes: El imperialismo alemán en Guatemala (Guatemala, 1977), Café y Campesinos en Guatemala, 1853-1897 (Guatemala, 1986); Jorge M. García Laguardia: La Reforma Liberal en Guatemala (Guatemala, 1972); Thomas Herrick: Desarrollo económico y político de Guatemala durante el periodo de Justo Rufino Barrios, 1871-1885 (Guatemala, 1974); Hubert Miller: La Iglesia y el Estado en el tiempo de Justo Rufino Barrios (Guatemala, 1976); David MacCreery: Rural Guatemala, 1760-1940 (Stanford, 1994); Carol A. Smith (editora) Guatemalan indians and the State: 1540-1988 (Austin, 1992).
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"grande", "regional", lo que les preocupaba fundamentalmente era la cuestión económica y administrativa. 8 El boom que experimentó el añil durante el siglo XVIII en el mercado europeo favoreció el desarrollo de un amplio y sólido sistema económico-comercial regional, del cual fueron amos y señores los miembros de la élite comercial de la ciudad de Guatemala. Esta élite ejerció un control tal sobre la producción aftilera -ubicada en la región salvadoreña- que les permitió usufructuar los beneficios que se derivaban de su comercialización dado que controlaban los circuitos productivo-comerciales, amparados en el carácter monopólico del régimen colonial. Las consecuencias que se desprendían de dicho monopolio no eran compartidas, obviamente, por las élites provinciales. 9 Cuando en las postrimerías de ese mismo siglo se evidenció la fragilidad del sistema monopólico colonial español, sobre todo frente a los intereses económicos de la poderosa Albión, la élite guatemalteca se interrogó sobre los mecanismos a implementar para evitar el desmoronamiento del "equilibrio" económico impuesto por ellos al resto de las provincias. Las propuestas formuladas en esa coyuntura -evidenciadas por ejemplo en los trabajos presentados a un concurso convocado por la Sociedad Económica de Amigos del País a finales del siglo- fueron todas de carácter económico: incrementar los niveles de consumo entre la población indígena, hacer productivos a los pobres y menesterosos, incentivar la productividad de las tierras de los pueblos de indios convirtiendo a los ladinos en eficaces propietarios de las mismas, etc., etc. En ninguna de ellas se cuestionó el orden político existente. 10 Dos décadas después, en vísperas de la proclamación de independencia, uno de los problemas que ocupó las páginas de los semanarios entonces circulando en la ciudad de Guatemala fue el del libre comercio con los ingleses, planteándose cuáles serían los beneficios y desventajas que se derivarían al permitir la introducción de géneros ingleses en territorio centroamericano. Los adversarios alegaron que la consecuencia inmediata sería la ruina de los tejedores, sus familias y, evidentemente, de la economía local. Por su parte, los defensores argumentaron que la masiva introducción de géneros extranjeros provocaría una sana competencia y -a su vez- el abaratamiento de los precios de esos artículos. No está de más señalar 8 Véase en especial el capítulo 2 "Construcción de las identidades nacionales", del libro Identidades nacionales y Estado moderno en Centroamérica,
editado por Arturo Taracena
A. y Jean Piel (San José de Costa Rica, 1995). 9 Véase la disertación doctoral de José Antonio Fernández: All the World in blue: the Índigo boom and the Central American Market (Austin, 1991).
10 Un interesante análisis sobre estas propuestas ha sido hecho por Bernardo Belzunégui Ormazábal: Pensamiento económico y Reforma Agraria en el reino de Guatemala,
1812 (Guatemala, 1992).
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que los sectores identificados con el libre comercio de textiles ingleses fueron los que se impusieron cuando se decidió la separación política de España y fueron quienes -inmediatamente después- promovieron la anexión a México y su posterior separación en 1823." En tal sentido, los condicionantes fundamentales para el establecimiento de la nueva "nación" en este momento estuvieron estrechamente vinculados a los intereses de la élite criolla guatemalteca que se resistía a perder los tradicionales privilegios económicos que hasta entonces tenía sobre el resto de las provincias. Si interés existió por parte de ellos en cuanto a ese proyecto político, lo fue siempre y cuando les garantizara el mantenimiento de su hegemonía. Prueba de ello fue el inmediato apoyo dado a la anexión a México ante la clara posibilidad de ser descartados del juego político regional por las demás provincias, que se habían manifestado proclives a dicha opción para liberarse de la tutela guatemalteca. Desde esta perspectiva los deseos -los puntos de partida- del proyecto de creación de una entidad política de carácter regional, centroamericano, tenían bases diferentes. La clase política regional liberal se orientó hacia el fortalecimiento de una figura política de "Guatemala Grande", siempre y cuando se mantuvieran las posibilidades de reconocimiento de las soberanías internas, locales. Los conservadores, por el contrario, insistieron hasta la saciedad sobre la inviabilidad de esa propuesta y sobre la alternativa de la creación de estados separados. Además, y dentro de un amplio espectro liberal, los criollos guatemaltecos estaban interesados en ese proyecto siempre y cuando les permitiera mantener su posición de dominación sobre toda la región. Las pequeñas oligarquías provinciales, por su parte, pregonaban que la consecución del bienestar de la región se lograría a partir del funcionamiento de un sistema más equitativo y mutuo de disfrute de los beneficios oligárquicos. A ello se añadiría el reconocimiento, por parte de éstos, de la inviabilidad de esas micro-entidades políticas como estados soberanos. 12
' 1 Se trata de las dos únicas publicaciones semanales que circularon en Guatemala en esos años. La una: El Editor Constitucional. El Genio de la Libertad (Guatemala, 1969), dirigido por Pedro Molina -proclive al comercio directo con los ingleses- y la otra: El Amigo de la Patria (Guatemala, 1969), de José Cecilio del Valle, quien se manifestó totalmente adverso a dicha propuesta, advirtiendo que ella significaría la ruina de un gran número de tejedores y otras actividades afines que vivían de ese ramo. 12 La disertación doctoral de Steven Palmer es un valioso aporte para la comprensión del proceso político dentro del que estuvo inmersa la discusión sobre la "fundación de la nación"; visión enriquecida al realizar un estudio comparativo con Costa Rica. Véase: A liberal discipline: inventing Nations in Guatemala and Costa Rica, 1870-1900 (New York, 1990).
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La ruptura del pacto federal en la década de los años 1840 coincidió con las dificultades económicas experimentadas a nivel regional. La ausencia de rentas federales sólidas y permanentes fue también un elemento disociador de este proyecto. Cada Estado canalizó esfuerzos para articular una base fiscal y tributaria que le permitiera subsistir. En el caso de Guatemala, las posibilidades de subsistencia del aparato estatal se dieron a partir de los magros ingresos proporcionados por las exportaciones de grana y, sobre todo, por los derechos percibidos de la concesión otorgada a una compañía local para el funcionamiento del estanco de aguardientes. En torno a estas actividades económicas se articuló un reducido núcleo mercantil que -vinculado al poder político- gobernó junto con el dictador Carrera durante largos años. 13 Sin embargo, la fragilidad de las bases económicas sobre las que descansaba el régimen se evidenció cuando irrumpieron en el mercado europeo substitutos artificiales para los colorantes naturales locales. Esta crisis económica se agravó como resultado de las presiones que planteó el impostergable reacomodo de la economía local en función de su vinculación al exterior. Se imponía la necesaria introducción de cambios en la estructura económico-productiva. Para ello -y ya dentro del marco legal proporcionado por los liberales de 1871- se propició una peculiar reforma agraria que modificó considerablemente el paisaje rural. El lugar predominante alcanzado por el café en el ámbito internacional condujo a los legisladores a implementar una serie de medidas para estimular su producción que incidieron de manera directa sobre las comunidades indígenas y campesinas. Como consecuencia de las características específicas que este cultivo presentaba, éstos fueron despojados de sus tierras habiendo sido obligados a prestar su fuerza de trabajo gratuitamente en el proceso productivo cafetalero bajo pretexto de modernizar la economía nacional y de insertar a Guatemala en el mercado internacional. Esta modernización fue eficaz, obviamente, para aquellos que accedieron a las ventajas de la propiedad de la tierra y al usufructo del trabajo gratuito de los recién expoliados. 14
13 El citado trabajo de Daniele Pompejano (La crisi dell'Anden Régime) es, probablemente, el primero y más interesante acercamiento al período gubernativo de Rafael Carrera desde la óptica del funcionamiento de las finanzas gubernamentales. ' 4 Los trabajos de J. C. Cambranes y David MacCreery son ricos en datos sobre esta coyuntura económica. También lo es la parte correspondiente al período que Edelberto Torres Rivas incluye en su Interpretación del desarrollo social Centroamericano (San José de Costa Rica, 1975).
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III. El discurso historiográfico: base justificadora del proyecto político liberal. Su visión sobre la identidad nacional Los discursos historiográficos siempre desempeñan una función ideológica como sustento para la creación de valores que confirman y reafirman situaciones prevalecientes en momentos históricos específicos y promoviendo determinadas visiones explicativas del pasado que justifiquen las transformaciones que se van imponiendo al interior de la sociedad. Ningún grupo social puede conducirse hacia el futuro sin una conceptualización de su pasado, la cual es generalmente estructurada por los sectores dominantes. 15 En Guatemala, tanto las preocupaciones como la ausencia de las mismas en cuanto al contenido y formas del discurso historiográfico siempre han estado vinculadas al carácter y postura que los sectores dominantes han adoptado ante la Historia, asumiéndola generalmente como narración de hechos memorables producto de la acción de grandes personajes. La proclamación de la independencia generó entre sectores urbanos y mestizos una recomposición social manifestada en debates políticos que -a su vez- también dieron lugar a la formulación de discursos historiográficos. Los liberales, en general, estigmatizaron la influencia religiosa sacralizando a su vez su visión laica como única y excluyente. A tal punto que las pugnas entre los llamados "liberales" y "conservadores" ocurridas a lo largo del siglo XIX se vieron materializadas en distintos trabajos de carácter histórico como los de Alejandro Marure, Manuel Montúfar y Coronado, Lorenzo Montúfar, Francisco de Paula García Peláez, Ramón A. Salazar, etc., etc. A ello se agregaría que a todo lo largo del siglo XIX la modalidad dominante de escritura de historia fue por encargo. Este discurso historiográfico decimonónico dio una enorme importancia a las "nuevas" instituciones políticas, en tanto evidencias del progreso, sin que ello significara la recuperación e inclusión de los intereses de las mayorías sustentadoras de las mismas. En los trabajos de Alejandro Marure y Manuel Montúfar y Coronado elaborados en el contexto del gobierno liberal de Mariano Gálvez, por ejemplo, la historia se ocupa de la lucha entre las viejas y las nuevas instituciones y de los hombres que las impulsaban. Instituciones y hombres aislados eran los sujetos de la historia. 16 Más adelante, en el contexto político del régimen conservador, se planteó un tipo de historia que recuperaba la actuación de los criollos peninsulares y de la 15 Véase el trabajo de Adam Schaff: Historia y Verdad. (México, 1974). 16 Alejandro Marure, Op. cit.; Manuel Montúfar y Coronado: Memorias para la Historia de la Revolución en Centroamérica (Memorias de Jalapa), recuerdos y anécdotas (Guatemala, 1963).
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Iglesia en tanto símbolos de estabilidad social. La rehabilitación histórica del pasado colonial durante dicho período político respondió a las necesidades de los grupos sociales hegemónicos de ese momento por recuperar "algo" que legitimase su dominación. Los sectores subalternos aparecen para evidenciar el carácter filantrópico y cristiano de su contraparte. El mejor exponente de esta visión es el trabajo de Francisco de Paula García Peláez. 17 Más adelante -durante el régimen liberal- José Milla y Vidaurre y Lorenzo Montúfar fueron comisionados por el gobierno de J. Rufino Barrios para escribir una historia de Centroamérica. El objetivo fundamental de ese encargo intelectual era elaborar la "verdadera versión" de la historia nacional centroamericana. En realidad, se buscaba legitimar el "nuevo orden" y mostrar ante la posteridad la nulidad de los regímenes políticos anteriores y lo necesario e ineludible de los cambios y reformas implantados por ellos.18 Nada se dice en estas historias liberales -tanto sobre el período colonial como el independiente- en relación a los mecanismos de expoliación utilizados contra las comunidades campesinas ni sobre la destrucción de su herencia cultural ancestral. Este discurso historiográfico perseguía legitimar el rol de portadores de la modernidad y el progreso que se atribuyeron a sí mismos los sectores hegemónicos cafetaleros. Esa interpretación histórica es el telón de fondo que desde entonces ha sustentado la visión que el Estado guatemalteco tiene sobre sí mismo y que continúa reproduciendo para legitimar la herencia liberal en toda su magnitud y consecuencias. Se elaboraron y reprodujeron explicaciones, imágenes, valores e ideas consolidadoras de una visión de la historia de Guatemala y de "lo nacional" con propuestas concretas sobre qué y cómo entender la historia, sobre la proyección y práctica que debía generar entre los ciudadanos. El propósito fundamental atribuido a la historia fue la construcción de un imaginario poblado de grandes sucesos y personajes, recuperador y recreador de un pasado extraordinario, del que debían extraerse lecciones ejemplares que permitirían formar y consolidar una cierta identidad nacional. Obviamente, en esos objetivos y en esa visión no aparecían incluidos -como actores históricos- los sectores mayoritarios del país. La matriz dentro de la que se gestó el discurso historiográfico decimonónico fue el positivismo europeo. Este consideraba que el desarrollo cientista y civilizador era la premisa básica para alcanzar un mundo, una sociedad basados en el
' 7 Francisco Antonio de Paula García Peláez: Memorias Reino de Guatemala (Guatemala: 1943-44). José Milla y Vidaurre: Historia Montúfar: Op. Cit.
de la América
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del
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progreso, el orden y la razón. Se anhelaba un auge humanístico complementado con la creación de un modelo de lo humano universal. De ahí surge una valoración general de las culturas, catalogándolas en un proceso evolutivo lineal que sólo reconocía un modelo de sociedad y un proyecto de civilización.' 9 Esa unidad del género humano justificaba clasificar a los pueblos en bárbaros y civilizados. Así, no sólo la concepción de la historia sino que también su periodización -"los grandes momentos históricos"- recogían un trasfondo ideológico estrechamente emparentado con la concepción evolucionista representada por las ideas de orden y progreso. 20 La preocupación y necesidades del Estado liberal en cuanto a justificar su proyecto se canalizaron en una cierta lectura de la historia -historias por encargosustentadora de una serie de premisas que apuntaban a la formulación de una cierta visión identitaria nacional, complementadas con acciones legislativas "modernizadoras" en el campo educativo, así como a través de discursos políticos y simbología de carácter nacional. El proceso de desarrollo histórico de una sociedad es el contexto "per se" en el que se gestan y perfilan las bases y características que conforman la identidad nacional. Corresponde, en buena medida, a la disciplina histórica y al historiador -al hacer la síntesis de esos procesos- resumir y operacionalizar aquellas que pueden desempeñar un rol clave en la configuración de lo identitario-nacional. Ese conjunto específico y ordenado de conocimientos sobre el pasado de la sociedad que elabora el historiador son las raíces que él propone -y que el Estado llega a imponer- para compartir una temporalidad anterior común. Dadas las características del proyecto de modernización económica implementado por los liberales a finales del siglo pasado era necesario integrar en él al conjunto de la población. Para ello se coaccionó a los sectores que se consideró vivían en el atraso y la miseria para que participaran en él pronta y eficazmente. Esos sectores atrasados fueron identificados inmediatamente con la población campesina e indígena. Esta visión sustentó -como en el período colonial- la afirmación de la existencia de superiores e inferiores, recurrente en el discurso político, la legislación, el discurso historiográfico y -sobre todo- en el trato cotidiano. 21 19
Es interesante el análisis que hace Steven Palmer en su disertación doctoral. Véase también: Gustavo Palma: "La Historia de Guatemala y la Sociedad de Geografía e Historia de Guatemala" (Guatemala, 1994); al igual que la recopilación de artículos sobre la enseñanza de la historia en Latinoamérica de Michael Riekenberg: Latinoamérica: Enseñanza de la historia, libros de texto y conciencia histórica (Buenos Aires, 1991). 20 El texto que plasma de manera evidente esta visión evolucionista es el trabajo que Antonio Batres Jaúregui presentó al concurso convocado por el gobierno de Guatemala con motivo del IV Centenario del Descubrimiento de América y que le valiera el primer lugar: Guatemala: Los indios, su historia y su civilización (Guatemala, 1894). 21 La legislación laboral emitida sobre todo durante el período gubernativo del presidente
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Con claridad discursiva los liberales desarrollaron silogismos que -apoyados en su visión de la historia nacional- resumían los objetivos esenciales de su proyecto sociopolítico y económico y que se acoplaban a los requerimientos que planteaba a Guatemala su inserción en el mercado internacional. En tal sentido, los liberales no vacilaron en crear el "problema del indio", para así proponer soluciones adecuadas a sus intereses económicos y sociales. Estas astucias ideológicas sirvieron para sustentar y conducir la argumentación sobre la validez de la explotación del indígena y del campesino. Se argumentó históricamente un paulatino proceso de "envilecimiento" o decadencia que desde una época de esplendor había conducido a los indígenas a sumirse en la barbarie. Barbarie de la que no habían sido liberados por la conquista, ni de la que habían querido renegar durante todo el período colonial -ventana local de la civilización europea-. Ante esas actitudes y evidencias históricas, los liberales decidieron ocuparse de ellos para sacarlos de la miseria y el atraso en que estaban. 22 Era fundamental para ellos resaltar que Guatemala estaba conformada por una minoría poseedora de las luces de la civilización y la modernidad y una mayoría -los indígenas y campesinos- a quienes debía vincularse a la nación y al progreso esencialmente a través del trabajo. Trabajo entendido obviamente desde la óptica y necesidades de los sectores dominantes. La búsqueda de legitimación de dicho proyecto les condujo a elaborar un ordenamiento jurídico "ad hoc" y a estructurar un discurso ideológico justificativo apoyado en una particular comprensión de la historia que les permitiría desarrollar sus postulados y acciones específicas. Esa visión se encuentra fielmente reflejada en las obras históricas escritas desde entonces. A parte de sus contenidos temáticos, de ellas se desprende claramente la idea de que la historia de Guatemala ha estado marcada por la presencia de "bárbaros" y "civilizados". Los unos anclados en el pasado, la ignorancia y la ignominia, y los otros caminando con paso firme hacia la modernidad y el futuro. Visión resumida en la periodización de la historia de Guatemala que entonces se sistematizó, que aún se reproduce a nivel oficial y que propone una división de la misma en tres grandes períodos históricos. En primer lugar, la época antigua comprendía desde los albores de la civilización Maya hasta el período de los "reinos" y/o "señoríos" indígenas establecidos en el territorio cuando llegaron los conquistadores. Esta fue abordada de manera Barrios contiene claramente enunciada dicha visión sobre el indio como justificación para la aplicación de semejantes arbitrariedades. Véase: J. C. Cambranes, Op. Cit.; David MacCrerry, Op. Cit.; Jones Chester Lloyd: "El trabajo: del Mandamiento a la Ley contra la Vagancia", en: Economía
de Guatemala,
1750-1940
(Guatemala, 1980).
22 Véase: Antonio Batres Jáuregui, Op. Cit.; Edgar Barillas: El problema la época liberal (Guatemala, 1989).
del indio
durante
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diferenciada. Los actores históricos principales de este período fueron los mayas clásicos pero no sus descendientes, considerados como parias de la civilización. Diferenciación necesaria ya que dado el estado de barbarie en que se aseguró que vivían cuando se produjo el descubrimiento de América, permitía justificar las atrocidades de la conquista y el largo yugo colonial. En segundo lugar, el período colonial es caracterizado a partir de la labor benemérita realizada por las instituciones coloniales -el régimen colonial- para conducir a la población indígena a la luz de la civilización occidental. Sin embargo, se dice que éstos se negaron a subir al carro del mundo moderno, prefiriendo permanecer en la obscuridad de sus costumbres y prácticas perniciosas y primitivas. Como actores históricos de este período aparecen los españoles vinculados a las instituciones y procesos civilizatorios occidentales, coloniales. Luego, la época republicana o independiente es abordada a partir del obscuro telón de fondo en el que -además de los indios- estaban las fuerzas obscurantistas conservadoras encarnadas sobre todo en la Iglesia que justificaron e hicieron necesaria la irrupción liberal para evidenciar las bondades del progreso representado por ellos. Aquí se habla de los guatemaltecos como actores históricos. 23 Destacan en esta síntesis del desarrollo histórico local vertida en tal periodización tres actores históricos claves: los Mayas en el pasado remoto, los españoles durante el período colonial, y los "guatemaltecos" a partir de la independencia. Las referencias a las sociedades existentes en Guatemala en el momento de la conquista y sobre el indígena del período colonial y republicano sólo apuntan a su minusvaloración y negación. 24 Esta periodización permite generalizaciones ambiguas, sobre todo al considerar que las diferentes etapas del desarrollo histórico local -desde un ángulo evolucionista- conducirían irremediablemente a la sociedad guatemalteca a la civilización y al progreso, sinónimos autoenaltecedores de los liberales. Esta lectura lineal -evolucionista- de la historia de Guatemala no sólo era esencial para justificar el proyecto liberal en toda su magnitud sino también para -a partir de la misma- establecer las coordenadas del proyecto identitario nacional y del futuro mismo del país. Porque, al ser éste de carácter elitista y excluyente, establecía parámetros unidireccionales sobre cómo explicar el pasado, cómo justificar el presente y cómo dimensionar el futuro. En esos tres grandes momentos no existía espacio histórico 23 Véanse el trabajo ya citado de Palma Murga, así como los siguientes -del mismo autor-: Las preocupaciones historiográficas de las Sociedad de Geografía e Historia de Guatemala (Guatemala, 1995) y Die 'Gesellschaft Jur Geographie und Geschichte' in Guatemala
(1923-1954) (Frankfurt/Main, 1994). 24 Véase el trabajo Problemáticas
generales de la Historia de Guatemala
(Guatemala,
1993) de Gustavo Palma Murga et al. Así como: Identidad nacional e historia en Guatemala (Guatemala, 1993).
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para los atrasados, los marginados. Lo tendrían sólo si se integraban en el proyecto civilizatorio liberal occidental. Esa "realidad histórica" obligaba al Estado a llevar la "civilización" a tan infelices ciudadanos. Al negar un espacio y un rol histórico a los sectores indígenas y campesinos -y a todos aquellos que no coincidieran con esa visión liberal- se consagraba el reconocimiento y afirmación de la superioridad de la cultura "blanca", criolla, española; negándose los valores inherentes a la diversidad sociocultural del país. A partir de entonces, y hasta la actualidad, apoyándose en una visión parcial de la historia, el Estado continúa planteando la necesidad de desarrollar y practicar valores, normas y conductas cívicas como elementos comunes identificadores de todos los individuos entre si y ante el Estado. El propósito de estos principios es modelar una moral ciudadana -una identidad nacional- como substituto/complemento a una memoria histórica distorsionada, la que debe situar, identitariamente, a todos los habitantes del territorio como ciudadanos en igualdad de condiciones y obligaciones ante él.25 IV. Reflexiones Anales Las concepciones e interpretaciones que una Nación elabora y reproduce sobre su percepción y memoria histórica -bases de su identidad nacional- cumplen funciones ideológicas y políticas fundamentales. Son el espejo y reflejo que los sectores dominantes imponen al conjunto de la sociedad para que ésta se autoidentifique, explique y justifique como conglomerado, como unidad sociedad. En Guatemala la historia siempre ha sido utilizada para legitimar y sustentar proyectos integracionistas, para justificar un determinado "orden" político y social, para garantizar la estabilidad del sistema de dominación. Guatemala es un país con características socioculturales complejas. El proceso de desarrollo histórico y las explicaciones históricas que sobre él fueron elaboradas durante el siglo XIX tenían como objetivo fundamental construir, afirmar y reproducir la idea de la existencia de una nación homogénea. Estas proposiciones se acogieron en una concepción positivista del devenir histórico. Desde los albores de la independencia hasta las dictaduras cafetaleras del presente siglo se han estructurado y reproducido discursos históricos legitimadores de tal status quo. Estas visiones de la historia explicarían la complejidad de los procesos de desarrollo que trajo consigo el siglo XIX a partir de un discurso histórico eminentemente narrativo, caracterizado por su linealidad, de acontecimientos articulados con el afán de demostrar que la marcha de la sociedad, el progreso y la civilización han sido resultado del esfuerzo de reducidos sectores sociales. Bajo esta 25 La vigencia de esta visión estereotipada que el Estado transmite a través del sistema educativo se ha evidenciado en la investigación realizada por un equipo de investigación multidisciplinaria que -en A V A N C S O (Guatemala)- se ha realizado sobre la formación de la identidad nacional a través de dicho sistema.
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perspectiva, el conocimiento del pasado es útil en la medida en que evidencia el arduo tránsito de la barbarie a la modernidad impulsado por los sucesivos sectores dominantes, fueran éstos conservadores o liberales. A partir de estas premisas se fue definiendo y decidiendo que los intereses y objetivos movilizadores y cohesionadores de la colectividad nacional serían los propios de los sectores dominantes. N o se buscaba únicamente justificar la explotación y expoliación a que había sido sometida la población campesino-indígena, sino también negarles la posibilidad de reproducir en igualdad de condiciones su diversidad sociocultural calificándola más bien como un obstáculo para el progreso. Tan profundo trastocamiento de la realidad se ha manifestado en la manera aislada y sin visión de futuro con que -desde entonces- el Estado ha asumido los retos y problemas de dimensión nacional. Al negarse la diversidad sociocultural del país las propuestas formuladas desde el Estado son bases ideológicas sustentadoras de esa visión -espejo sin reflejo- y de las relaciones de los ciudadanos entre sí y con el Estado mismo que aún se continúan reproduciendo, impidiendo a la sociedad guatemalteca transitar eficazmente hacia la modernidad que impone este fin de milenio.
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La realidad rioplatense en las publicaciones de pastores evangélicos enviados desde Alemania: A. Ludwig Siegel (1855), Dr. Otto Woysch (1864) y Gustav Lenhartz (1885/90) Alejandro Zorzin A mediados del siglo XIX y apoyados por asociaciones de fomento a la actividad eclesial evangélica alemana en el sur de América, iniciaron su tarea en el Río de la Plata los primeros pastores enviados. Sirvieron a las comunidades de residentes germano-parlantes en las ciudades portuarias de Buenos Aires y Montevideo, pero también comenzaron a atender esporádicamente a los inmigrantes asentados en las afueras de estas ciudades. De tres de ellos he podido detectar publicaciones impresas en Alemania, en las que narran experiencias y observaciones hechas durante su estadía en la región del Plata 1 . En relación con sus respectivas estadías es interesante observar que las mismas cubren sucesivamente, salvando dos huecos en 1855/56 y 1864-1868, un período de casi 30 años que va desde agosto de 1843 hasta mediados de 1875. En el marco amplio del estudio de las regiones europeas y latinoamericanas, este ensayo busca aproximarse a la cuestión de la imagen que del nuevo continente brindan algunas obras impresas durante el siglo XIX en Alemania. En una perspectiva más bien microhistórica se ocupa de los actores y de la información que trasmiten. Limitado a apenas tres autores, los resultados del estudio son irrelevantes desde una óptica cuantitativa, aunque pueden resultar interesantes desde un enfoque cualitativo, más interesado en indagar la mentalidad y el imaginario de los informantes y el uso que dan a la información que generan. Por lo general las investigaciones se dedican a explorar el grupo de actores que conforman los comerciantes, los cónsules, los militares, los científicos naturalistas y los artistas. Creo que con los pastores protestantes se agrega un grupo de agentes en el campo religioso, que seguramente es de utilidad al intentar completar el conocimiento de la compleja dinámica de las múltiples vías en las que se interrelacionan las regiones europeas y latinoamericanas. Una limitación de la que soy consciente, es que también con estos agentes lo que se estudia son enfoques, opiniones y juicios provenientes de sectores europeos eruditos. Falta una aproximación a los sectores europeos subalternos, que fueron
1 La obra algo más tardía del padre jesuíta Ambros Schupp: Ein Besuch am La Plata; Freiburg/Br. 1891, 248 pp., presenta una interesante complemento a la descripción hecha por los pastores protestantes.
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los que en su mayoría conformaron los contingentes de inmigrantes protestantes al cono sur latinoamericano. Dentro del marco así trazado, mi propósito es describir someramente las publicaciones de estos pastores enviados, preguntándome por la intención, pero ante todo por el enfoque con que estos informantes europeos presentaron la realidad rioplantense a sus lectores en Alemania. I
El pastor August Ludwig Siegel (1812-1883) -oriundo de Bremen- arribó a Buenos Aires el 28 de agosto de 1843. Durante once años se dedicó a nuclear y estructurar una congregación evangélica y una escuela entre los aproximadamente 1.000 residentes alemanes afincados en Buenos Aires y sus alrededores 2 . Regresó a su patria el 26 de agosto de 1854, donde se desempeñó como pastor de la Iglesia Evangélica territorial Prusiana en Berlín 3 . Apenas de regreso, presentó una ponencia ante la Asociación Evangélica para Fines Eclesiales [Evangelischer Verein für kirchliche Zwecke] el 22 de enero de 1855. La misma fue publicada ese año como cuadernillo, con el título: Buenos Aires y la Congregación Evangélica Alemana localí4. En la introducción a la ponencia, Siegel se lamenta de que en ese marco tan breve, deba dejar de lado los detalles [Einzelheiten] de un "material extremadamente rico, cuyo mayor atractivo radica en sus muchos pequeños detalles" (p. 3). Aunque se trate de un recurso estilístico, creo que es uno de los aspectos que estos viajeros captaron en el momento de tener que volcar sus vivencias ante el auditorio europeo: hablaban de una realidad extraña, que habían experimentado paso a paso en variada gama de impresiones. Ahora, en la reconfiguración retrospectiva del panorama, sentían perderse gran parte de esa alteridad cotidiana que los había impactado. En el correr de su relato, recordando su arribo a Buenos Aires, manifestará: "No puedo decir que la primera impresión que todo causó en mi, fuera muy alentadora. Todo me resultaba tan extraño [so fremd], en parte inquietante [unheimlich] ..." (p.10).
2 Sobre el arribo de los primeros embarques de colonos alemanes al Río de la Plata en 1825/26, cf. Karl Wilhelm Körner: El cónsul Zimmermann. Su actuación en Buenos Aires: 1815-1847, Buenos Aires 1966, pp. 59-62, (nota 2) en pp. 66-68 y (nota 2) en pp. 85-88. 3 Cf. Peter Lienenkämper: "Lebenslauf des Pastors August L. Siegel und einige Gedanken zu seinem 100. Todestag am 21.12.1983", en Revista Parroquial (IERP/Buenos Aires) A ñ o 88/12 -Suplemento (1983) I-IV. 4 August Ludwig Siegel: Buenos-Ayres und die dortige Deutsche Evangelische Gemeinde. Ein Vortrag auf Veranstaltung des evangelischen Vereins für kirchliche Zwecke, gehalten am 22. Januar 1855, (Verlag: W. Schultze/ Druck: J. F. Starcke) Berlin 1855, 18 páginas.
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Lo que Siegel brinda a su auditorio es una somera descripción de la realidad geográfica y social de la región, centrándose primero en la provincia de Buenos Aires. Señala que entre los "Estados de la Confederación Argentina", al menos "hasta la caída del dictador Rosas ... por lejos es la más poderosa, importante y la más cultivada" (p. 4). Después se dedica a la ciudad capital, Buenos Aires y de manera nítida contrasta la realidad rural -primitiva y salvaje- con el ámbito urbano -agradable y civilizado-. Luego de indicar que la provincia es "casi tan grande como Alemania, aunque sólo la habitan lA millón de habitantes" describe: las impresionantes [ungeheuer5] planicies [Ebenen] de pastizales, sin árboles, con sus impresionantes cardales. Un "extenso mar de pastos" verdes -en la estación húmeda, y a menudo "quemado por el sol" en la época seca-. "Cuando se levanta viento, impresionantes nubes de polvo surcan la planicie, de modo que a veces se oscurece el día." (p. 4) Además describe las impresionantes manadas de ganado, que sedientas en esas épocas de sequía, se acercan hasta las lagunas y arroyos casi resecos, "... atravesando con sus últimas fuerzas el barro hasta el agua turbia, quedándose a menudo atascadas, desahuciadas como están, en ese barro, muriendo miserablemente de a miles" (p. 4). También señala el aumento de los cultivos y los árboles a medida que se está más cerca de la ciudad, sin olvidar el "majestuoso Ombú con su pintoresco follaje, y madera absolutamente inservible" (p. 5). Habla de las grandes manadas, en propiedad de los estancieros, "que suelen poseer entre 10 y 100.000" cabezas de ganado. Mientras observa que, "a la cría de ovejas, el cultivo de cereal y vegetales, al igual que a la actividad láctea, preferentemente se dedican los extranjeros, y entre ellos muchos alemanes"(p. 5). Habla sobre las comunicaciones, restringidas al caballo y al viaje en la carreta, "impresionantes carros de dos ruedas". También describe a los habitantes del campo, los gauchos'. ... gente que nació y se crió en el país, pero que no conoce otra actividad que la vinculada al ganado. Jinetes extremadamente hábiles, seguros al lanzar el lazo o las bolas. Su apero y su vestimenta es pintoresca, a menudo rica. Son diestros y astutos [verschmitzt], pero saben comportarse como Caballeros, cuando es necesario (p. 5).
Sin embargo Siegel no quiere extenderse en estos relatos, porque sólo se propuso llamar la atención sobre que "con un estilo de vida [Lebensweise] tal, apenas pueda pensarse en una educación religiosa o moral [sittlich] más profunda". Los descendientes de españoles y los indígenas bautizados son catolicorromanos, pero ^ La repetición del adjetivo ungeheuer (=impresionante) tantas veces en este pasaje donde describe la realidad pampeana, indica que le faltan dimensiones comparativas adecuadas para trasmitir el tenor de su experiencia a sus connacionales.
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"al faltar casi totalmente una educación, su fe en realidad sólo es superstición [Aberglaube], aunque en su mayoría son devotos" (p. 6). De allí que Siegel alaba el interés del actual gobierno por "levantar iglesias y escuelas en el campo" (p. 6). Algo más adelante -cuando describe a los pobladores alemanes en el campo, ya muchas veces nacidos "de padres sin fe y embrutecidos [verwildert] ... criados entre el ganado como ganado"- sentencia: Basta haber visto alguna vez la terrible realidad con los propios ojos, para quedar totalmente curado para siempre de esos sueños de una vida inocente en medio de la naturaleza y convencerse de que hace falta más que un intento de pulir y disciplinar exteriormente, para salvar a almas tan cautivas de las ataduras de Satán (p. 11).
En cambio muy diferente es la vida en la ciudad capital: Buenos Aires. Mientras a una distancia de entre 10 y 20 leguas fuera de ella este pastor -oriundo de la hanseática Bremen- puede apreciar "condiciones (de vida) primitivas", dentro de la misma observa "la vida de una gran ciudad mercantil, con bienestar y provista de todos los artículos de lujo". Por eso concluye: "Buenos Aires puede considerarse una llave para los estados del Plata, y con mucha probabilidad le está deparado el destino de una gran metrópoli [Weltstadt]" (p. 6). Una predicción que parece arriesgar ante el hecho de que el "actual gobierno, uno de los mejores que el país haya tenido, en todo sentido es liberal" (p. 7). Con trazos sombríos pinta la evolución política de la ciudad desde el caótico descontrol previo a Rosas -"un individuo con extraordinarias dotes naturales, una férrea voluntad, terrible energía y sin escrúpulos [Rücksichtslosigkeit] (p. 7)"-, pasando por el cúmulo de poder rosista, con el que "estableció un orden y seguridad policiales, como hasta entonces no se había conocido en toda Sudamérica", para llegar a la última etapa más distendida, en la que el mismo restaurador "motivó y dio el ejemplo para embellecer la ciudad ...". Pero Siegel tampoco guarda buen recuerdo de Justo José de Urquiza "que entró victorioso en la ciudad, pero pronto siguió los pasos de Rosas, y quizás actuó todavía más despóticamente" (p. 16)6. La mayor parte de su ponencia está dedicada a graficar el crecimiento y consolidación de la obra evangélica alemana en los doce años desde su inicio en Buenos Aires. Siegel describe la constitución de la congregación, de la escuela y la construcción "del primer templo protestante alemán en la sud-américa antiguamente española"(15). Con esas tareas, germanidad [Deutschtum] e Iglesia Evangélica hallaron "albergue [Herberge] y hogar [Heimat]" en Buenos Aires. Esta constata6 Al parecer Siegel simpatizaba más con el grupo que sustentó el gobierno de tendencia autonomista bonaerense de Manuel G. Pinto contra Vicente López -designado por Urquiza. Aunque no los menciona expresamente cabe pensar en individuos como Mitre, Alsina, Mármol y Sarmiento. Para un buen análisis del pensamiento de esta generación cf. Tulio Halperin Donghi: Proyecto y construcción de una nación (1846-1880), Buenos Aires 1995; Estudio preliminar (pp. 7-107).
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ción parece llevar a Siegel a lo que podría considerarse conclusión y meta de su ponencia: ... Buenos-Ayres solo es un punto en la impresionante Sud-América, donde todavía quedan países de 50.000 millas quadradas pero solo 2 millones de habitantes; ¡y qué países tan fértiles, y ricos son! Sud-América es un territorio de futuro, sin duda de un gran futuro. Llegará el tiempo, y quizás ya sea pronto, cuando un torrente de emigrantes, y también de alemanes -que allí son bien recibidos-, se mueva hacia allá. Entonces será de enorme importancia, que encuentren sistemas eclesiales e instituciones educativas saludables a las que puedan acoplarse, y sobre las que no necesiten primero ponerse de acuerdo y unirse. Aquella nacionalidad e iglesia, que siembre ahora y plante de un modo saludable, será a la que allí habrá de pertenecer el futuro! (p. 17). II Entre julio de 1869 y julio de 1875 el pastor Gustav Lenhartz se desempeñó en Buenos Aires como maestro-director de la escuela alemana de la congregación 7 y en el segundo cargo pastoral de la misma 8 . Varios años más tarde, en Annaburg (Alemania), publicó un pequeño cuadernillo titulado La situación eclesial en Buenos Ayres 15 años atrás. La obrita busca describir al público alemán algunos aspectos de la actividad pastoral de Lenhartz al servicio de la diàspora evangélica, en una sociedad de ultramar dominada por un catolicismo romano "intolerante" y en parte "ridiculizado" y cuestionado por la población. En el caso de este pastor, las observaciones publicadas se pueden complementar cotejándolas con una selección de pasajes de cartas, que escribió durante su estadía en Buenos Aires 9 . Esta comparación permite establecer un interesante contraste entre la trama de su discurso impreso y las opiniones personales más directas y espontáneas en sus cartas. Lenhartz dice que en el tiempo que pasó en Buenos Aires tuvo "... amplia oportu7 Según datos que él mismo consigna (p. 3) en 1875 a esa escuela -fundada por A. L. Siegel en noviembre de 1843- asistían 250 alumnos, de padre o madre alemanes. En 5 niveles un total de 6 clases eran atendidas por los dos pastores, cinco maestros alemanes, dos maestras y tres maestros auxiliares (para inglés, español y francés). 8 En carta del 15 de mayo de 1871 se refiere al regalo que para sus 29 (?) años le hiciera su colega, el primer pastor Zollmann. Por lo que deduzco que nació en mayo de 1842. Había rendido su 2° examen eclesiástico en abril de 1969 en Berlin. En los pasajes de una carta del 6 de marzo de 1872 describe sus estudios. 9 Se trata de la selección: "Auszüge aus Briefen von Pastor G. Lenhartz: 1869-1875" (32 hojas mecanografiadas), en caja: Legado Pastor Herrmann Schmidt [= Archivo de la Iglesia Evangélica del Rio de la Platal Buenos Aires]. El copiador (?) con las cartas de las cuales Schmidt extractó esta selección, contiene correspondencia con diferentes destinatarios: su padre y familiares; su prometida (María); su colega en Montevideo (1868 - 1878) pastor Christian Friedrich Ludwig Hoppe. Hasta el momento no pude detectar dónde están depositados los originales que consultó Schmidt.
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nidad de observar al pueblo tanto en su actividad civil [bürgerliche Beschäftigung], como en sus conductas y costumbres [Sitten u. Gewohnheiten], sus entretenimientos y pasiones [Spiele u. Passionen] y su ser eclesial y religioso [kirchliches u. religiöses Wesen]" (p. 2). En la descripción que publica, se limita al último aspecto, tratando de contrastar la actividad evangélica europea a los inmigrantes y sus descendientes, con la realidad catolicorromana del medio, heredada de su pasado colonial español. A sus ojos la Iglesia romana imperante ofrece la misma imagen que en países latinos europeos como Italia y España: Intolerancia entre el clero superior y una tremenda ignorancia, incluso por momentos un fanatismo rayano en la idiotez, entre el bajo clero. Junto con esto, el pueblo en su parte femenina mayormente es muy santurrón [bigott], en su parte masculina -salvo raras excepciones- es indiferente, si, incluso guarda una actitud burlona [verhöhnend] y hostil contra el clero y las instituciones eclesiásticas (p. 10).
Afirmaciones que Lenhartz tratará de comprobar con "hechos que él mismo vivenció". Sus descripciones sobre la tarea de atención pastoral evangélica son muy interesantes, porque brindan primeros datos y detalles de los comienzos del servicio pastoral evangélico a las colonias de inmigrantes suizos y alemanes Baradero y San Nicolás (pp. 5s.) y de inmigrantes daneses en Tandil (pp. 6-9) en la provincia de Buenos Aires' 0 . En conexión con esos relatos quiero concentrarme en las observaciones que intercala sobre la religiosidad de la población criolla. Al describir un culto en una estancia en las cercanías de San Nicolás, a pedido del mayordomo -un inmigrante alemán-, indica como las "señoras españolas" que habían prestado el piano para acompañar los himnos, pidieron poder presenciar "la misa protestante" y "la música alemana" ejecutada por la mano de un especialista. Finalizado el culto, Lenhartz dice haberlas escuchado decir a las damas alemanas: "yo le felicito que tiene un cura, que habla tan bien el latín". La conclusión del pastor es contundente: "Habían tomado el sermón en alemán por una misa hablada libremente en latín. ¿Qué bendición [Segen] pueden obtener gentes tan desgraciadas cuando asisten a un oficio divino romano?" (p. 6). Lenhartz reconoce que la clase acomodada de Buenos Aires asiste regularmente a misa en gran número, pero que no lo hace por devoción, "sino para ver y hacerse ver". Las damas, en costosísimos vestidos, sostienen conversaciones a viva voz en la iglesia "o, mediante el lenguaje del abanico, coquetean con los caballeros que por allí deambulan".
10 En la selección de sus cartas, sobre Baradero: 10 y 12 de enero, 12 de abril y 9 de diciembre de 1872; (extenso) 14 de enero 1873; 24 de abril 1874; sobre Tandil: 20 de enero 1874.
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Algo que la clerecía romana también sabe explotar, apostando en las puertas con los cestillos para la colecta a las damas jóvenes más hermosas; lo que motiva a que los jóvenes señores y a menudo también los ancianos, en lugar de un billete de un peso, sacrifiquen uno de 100 o incluso 1000 pesos, (p. 14)
Este topos anticlerical del ansia de dinero, también aparece en otra parte del cuadernillo". En conexión con el relato de su "dificultoso" y "peligroso" viaje a Tandil -a unas 70 leguas de Buenos Aires-, en el que los ocasionales 10 a 12 compañeros de viaje iban armados hasta los dientes "con dagas, revólveres y cuchillos", Lenhartz afirma haberlos asombrado con su testimonio, de que "como clérigo protestante alemán" su mejor "arma de defensa y ataque era lá ayuda de su Dios" (p. 7). Palabras que los habrían decidido a defenderlo con sus armas en el periplo a una "cueva de criminales como Tandil y alrededores": "Porque algún tiempo antes una banda de fanatizados nativos catolicorromanos, con bestialidad terrible, había asesinado cerca de 40 europeos, en especial evangélicos y masones" (p. 7). Resulta interesante cotejar estos datos de la publicación con las referencias que se encuentran en sus cartas. En cuanto a este último hecho, en una carta del 17 de enero de 1872 escribió lo siguiente: El I o de enero hubo un gran baño de sangre en una ciudad en el campo a aprox. 20 millas; lo llevaron a cabo Gauchos -descendientes de criollos e indígenas- enfervorizados religiosamente por un fanático que se hacía llamar Dios-Sanador [Gottarzt] o PadrecitoDios [Gottváterchen], La banda de ladrones asesinó a 36 personas -aunque solo inmigrantes-, sin respetar edad o sexo. En un combate que más tarde le dieron los habitantes de Tandil, fueron muertos 16 de ellos, los demás diseminados, al líder se lo tomó prisionero, siendo luego muerto a balazos por la gente en la prisión12.
En la retrospectiva de la publicación, el acontecimiento -que en su carta carece de una connotación de polémica confesional-, es utilizado para sugerir una fanatización "católicorromana" de la población nativa, volcándola contra inmigrantes europeos evangélicos y masones 13 . De hecho, Lenhartz siempre percibió la realidad rioplatense como caóticamente violenta y criminal. Sentía estar "en un país donde imperan la arbitrariedad [Willkür] y la violencia bruta [rohe Gewalt]"u. De varios pasajes de sus cartas se H Cf.p. 13. 12 Cf. "Auszüge aus Briefen..." (op. cit. *nota 10), p. 17. No encontré una referencia a este hecho en el tesis doctoral de María M. Bjerg: Dinamarca bajo la Cruz del Sur. Los asentamientos daneses del centro-sur de la provincia de Buenos Aires, 1850-1930 [Facultad de Filosofía y Letras/Univ. de Buenos Aires, 1994]. 13 Cf. tb. "De manera bastante abierta se adjudicaba la antes mencionada terrible matanza en Tandil a las incitaciones [.Aufhetzereien] del bajo clero." (p. 12) 1 4 Cf. carta del 30.11.1869 (op. cit. en »nota 10, p. 3).
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desprende que por eso, aparte de "su Dios", este pastor -tanto en la ciudad como en el campo- recurría a la protección de un revólver de grueso calibre15. Es justamente en esta mayor espontaneidad de sus cartas, donde asoma la matriz del enfoque que subyace a las comparaciones y valoraciones que este hace de la realidad latina, rioplantense. Para él la criminalidad que se adueñó de Buenos Aires -y también de Montevideo- no le llama la atención, ... porque anualmente llegan hasta aquí aprox. 30.000 italianos, en su mayoría la resaca del bandidaje de allá y si a veces se detiene a un ladrón o asesino, se lo vigila tan poco, que a más tardar a las dos semanas ha vuelto a escapar y por eso cualquier juez se cuida de condenar a un malviviente, porque no puede estar seguro de su vida. En cambio bajo la dominación de Rosas la situación aquí habría sido dorada, porque estaba seguro todo aquel que no se metiera en política. Sólo desearía que vinieran hasta aquí 3 regim. de infantería prusianos, 3 baterías completas, 1 regim. de Húsares y 500 policías berlineses, entonces en brevísimo tiempo esta asquerosa administración [scheussliche Wirtschaft] quedaría exterminada y todas las repúblicas argentinas limpias de esta gentuza 16 .
Aun si tenemos en cuenta que escribe esto bajo el impacto del asalto de que fuera objeto, Lenhartz revela una postura de crítica profunda a esta realidad social y política que encontró en la Buenos Aires en vísperas de la gran epidemia de fiebre amarilla (a comienzos de 1871). Esta postura de reverente subdito prusiano que subyace a su enfoque, también queda sugerida en su publicación. Allí relata que una familia alemana lo invitó a presenciar una ópera italiana. La representación fue buena, pero: "en su desarrollo sucedió algo que aquí entre nosotros, en un estado evangélico, habría tenido por consecuencia la inmediata interrupción de la función, el cierre definitivo del teatro y severos castigos para todos los participantes" (p. 15). Para este moralista evangélico era inconcebible la representación en público de una escena que ridiculizara las instituciones eclesiales. La representación de un intercambio algo subido de tono entre un convento de monjas y otro de monjes a medianoche, desembocando en el "más asqueroso baile can-can, con los rosarios en sus manos ...", comprobaba la falta de orden y disciplina en esa sociedad. Un enfoque que no cambió con el correr del tiempo. En junio de 1972 escribe en una de sus cartas: La República Argentina es una auténtica república modelo [Musterrepublik], y a los grandes vociferadores en la cámara de representantes [prusiana] bastaría mandarlos aquí durante apenas dos años para que aprendan, y curados para siempre les darían de baja de este manicomio. Muerte y crimen están a la orden del día ... También hay militares, pero
Cf. la carta donde relata como fue asaltado en su pensión mientras dormía (26.4.1879, p. 7) y como en sus viajes por el campo gustaba disparar contra avestruces (4.2.1871, p. 11) y zorrinos (7.6.1871, p. 13). 16
Cf. carta del 24.4.1870 (op. cit. en *nota 10, p. 8).
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jamás allí donde deben estar, o sea en la frontera amenazada por los indígenas. Casi hay tantos oficiales -¡y de qué tipo!- como civiles, y entre estos están representadas todas las razas humanas, todos naturalmente ataviados a la grrrrande [sic] nation17. Ambos comentarios revelan las diñcultades que planteaba la compleja realidad social y política rioplatense para la mentalidad de este maestro y pastor protestante alemán, dedicado a reencauzar la conducta de sus connacionales, inmersos en un proceso de rápida adaptación a estos nuevos parámetros. Sin embargo sí percibo una apreciación diferente en su valoración de lo nativo en otro plano: el ámbito de lo natural-telúrico. En una de sus primeras cartas Lenhartz describe el acoso de la insoportable realidad estival en el campo nocturno en las afueras de Buenos Aires. ... de noche, hay un magnífico concierto de mosquitos ... acompañado por el clamor del sapo buey, el lastimoso aullar de los perros, la magnífica música de los gatos, los gemidos de un gaucho borracho acompañando la guitarra, el resonar de los organitos y pianolas -que los hay más que en Halle los domingos de tarde- y finalmente el lamentable aporreo [Geklimper] del piano por las Señoritas - lo que junto compone un concierto capaz de ablandar piedras y volver frenética a una persona. Pero de inmediato contrasta ese acoso de sonidos salvajes con la hermosa iluminación nocturna: el "claro cielo de estrellas -aunque sin constelaciones tan bellas como en el norte-, pero con cada estrella resaltando más clara, sobre un oscuro fondo sin nubes y millones de luciérnagas'"8. En el contraste que establece entre el producto cultural nativo y la naturaleza aparece la ambigüedad, la tensión, la disyuntiva que estos viajeros experimentaban entre su referente cultural europeo y una naturaleza exótica, inmediata, de una vastedad inquietante que en cierto modo los fascinaba. Lenhartz lo relata en sus cartas cuando habla sobre su experiencia como pastor itinerante, en sus viajes de visita a las colonias de agricultores alemanes en la provincia de Buenos Aires: Una extraña sensación se apodera de uno cuando se encuentra en el campo desolado, en apariencia tan infinitamente alejado de cualquier ser sensitivo; por encima el cielo sin nubes, en derredor una tierra desolada, reseca, insospechada, pelada y árida como una era [Dreschtenne], sólo en los bajos hay un poco de pasto, además un calor de 28-30 grados R; pero en un tiempo relativamente breve se vuelve a estar en la cultura, rodeado por comodidad europea, es decir, cuando se tiene suerte y se encuentra una buena familia -europea[...]. Pero no siempre se tiene esa suerte y fácilmente puede ocurrir que se estiren los cansados miembros en el suelo de un rancho miserable; como almohada sirve la montura y para darse calor la manta de viaje. Una mesa sería un artículo de lujo, para eso sirve un barril o un cajón de aguardiente, a menudo cubierto con un desvencijado cuero de buey; las sillas 17 Cf. carta del 13.6.1872 (ibíd., p. 18). 18 Cf. carta del 30.11.1869 (ibíd., p. 3).
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son muy primitivas -una cabeza de buey con cuernos ayuda a superar la carencia-. Pero después de una cabalgata agotadora, qué gustoso sabe en un rancho así de miserable un pedazo de cordero, asado en la estaca sobre un fuego de bosta de oveja que apenas arde, acompañado por agua de un pozo al lado de la casa, en el que flotan miles de langostas muertas19.
Creo que la tensión y el contraste que evidencian las palabras de este pastor alemán, permiten entender que le costara llegar a una conclusión en cuanto al rol eclesial que le podía caber a su nación en el Río de la Plata. Por un lado describe en detalle las acciones anticlericales de una turba enfurecida, que el 6 de enero de 1875 se había lanzado contra las posesiones de los jesuítas en Buenos Aires, a los gritos de "¡abajo los Jesuítas - al fuego con los Jesuítas"! Mientras por otra parte asombrado termina acotando: "A pesar de esta momentánea sublevación contra el poder y las instituciones del clero romano, el pueblo reclama sin embargo un lugar para la adoración de Dios y los así llamados santos" (p. 17). Este pueblo, tan difícil de comprender en sus sentimientos más profundos, en la perspectiva de Lenhartz no había llegado a generar una auténtica demanda por la fe protestante con su propuesta y tal vez porque para él en ese punto se evidenciaba una cierta incoherencia, es por lo que decide finalizar su relato hablando sobre un intento misionero de predicación evangélica en español. El mismo fue llevado a cabo desde el púlpito del templo evangélico alemán de Buenos Aires por el Dr. Castro Boedo -un jesuíta convertido al protestantismo en 1873-. Sin embargo, después de un año y medio de floreciente actividad con "creciente afluencia de público", la vida de Boedo fue amenazada debiendo huir a Montevideo y desde allí a Brasil 20 . La conclusión que Lenhartz deja a sus lectores luego de relatar este fracasado intento evangelizador en el idioma vernáculo, se limita a plantear esa conflictiva realidad eclesial de Buenos Aires apenas como un desafío, "...porque el Evangelio, cuando se anuncia, incluso allí cae en suelo fértil, ... por eso pidamos al Sefior de la cosecha que envíe obreros a su cosecha" (p. 18).
III Mientras las dos publicaciones anteriores difícilmente puedan incluirse en el clásico tipo decimonónico-europeo de literatura descriptiva sobre la realidad rioplatense, la obra del pastor Dr. Otto Woysch sí alcanza esos parámetros. Ese libro se acerca más al tipo de amplia obra descriptiva, como la del: A Five Year's Residence in Buenos Aires. During the years 1829 to 182521 y la de J. A. B. Beaumont: Trovéis in Buenos Aires and the adjacent provinces of the Río de la Plata 19 Cf. carta del 24.4.1874 (ibid., p. 29). 20 c f . pp. 17s. 21 Publicado por G. Herbert, en Londres: 1825; trad.: Cinco años en Buenos Aires, 18201825, por "Un inglés"- Buenos Aires 1962 [19862].
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with observations, intended for the use of persons who contémplate emigrating to that country or embarking capital in its affairs22, o las obras alemanas de J. Friedrich von Weech: Reise über England und Portugal nach Brasilien und den vereinigten Staaten des La Plata-Stromes, während den Jahren 1823 bis 182 7"; de Karl Andree: Buenos Ayres und die Argentinischen Provinzen24, o Hermann Burmeister: Reise durch die La Plata-Staaten, mit besonderer Rücksicht auf die Argentinische Republik. Otto Woysch arribó a Montevideo el 22 de julio de 1857 proveniente de Prusia oriental. El 28 de julio realizó allí su primer culto, y su despedida -luego de nuclear y estructurar una congregación evangélica de residentes alemanes y dirigir la escuela- tuvo lugar el 30 de noviembre de 1862. De regreso en su país de origen, pasó a desempeñarse como capellán de guarnición [Garnisonspfarrer] y pastor de la ciudad de Pillau (Prusia oriental). El último día del año 1863 fechó el prólogo a
su extenso libro Comunicaciones sobre la vida social y eclesial en la República Uruguay16. Es interesante observar que el rol del pastor protestante enviado, como informante sobre la realidad rioplatense, en el caso del Uruguay y para casi esa misma época también queda confirmado por la obra del pastor anglicano J. H. Murray:
Viajes por el Uruguay, Sudamérica, junto a un resumen del estado presente de la Cría de ovejas y Emigración a ese país21. Por lo que el rol de estos pastores enviados como propagandistas para proyectos nor-europeos de inversión económica e inmigración en la región rioplatense, es un aspecto a ser tenido en cuenta. En la obra de Woysch se alternan las informaciones históricas sobre la situación anterior a la época que él pinta, con la descripción detallada de lugares, paisajes, de la gente y sus costumbres, de la vida política y religiosa en ese país 28 . La 22 Publicado en Londres: 1828; trad. J. L. Busaniche, Viajes por Buenos Aires, Entre Ríos y la Banda Oriental; Buenos Aires 1957. 23 Tres tomos, publicados en Munich: 1831. 24 Publicado en Leipzig: 1856. 25 Dos tomos, publicados en Halle: 1861. 26 Dr. Otto Woysch: Mittheilungen über das soziale und kirchliche Leben in der Republik Uruguay, (Verlag: Wilhelm Hertz/Druck: J. F. Starcke) Berlin 1864, 444 páginas. Sobre esta obra de Woysch ver tb. Aníbal Abadie-Aicardi: "Mentalidad pastoral, ideas y crítica cultural: El Dr. Otto Woysch y el Uruguay de 1857-1863", en: Jahrbuch für Geschichte von Staat, Wirtschaft und Gesellschaft Lateinamerikas, 25 (1988), pp. 705-756. 27 El inglés original fue publicado en Londres: 1871; cf. la traducción y edición a cargo de J. P. Barran y B. Nahum, Montevideo 1978, 124 pp. Murray llegó a Montevideo el 7 de febrero de 1868 y se desempeño durante un breve tiempo como capellán en la región de Colonia. 28 Para la tarea no sólo recurrió a sus anotaciones personales (¿diario de viaje?), sino a literatura sobre el Río de la Plata como: Felix de Azara, Viajes por la América del Sur
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descripción denota una gran empatia del autor para con la realidad que explica. Además se esfuerza por combinar el plano meramente descriptivo con un análisis más profundo de las dinámicas sociales e históricas que subyacen a esa realidad observada. En general el libro brinda una imagen positiva del Uruguay, en proceso de consolidación republicana después de la Guerra Grande (1839-1851). Woysch se propone presentar al lector un panorama "sin prejuicios" [vorurteilsfrei], invitándolo a considerar seriamente ese país como un destino privilegiado para la emigración alemana hacia América 29 . En tal sentido su enfoque es apologético e intenta desarticular los "prejuicios, que por intereses de especulación o desde una óptica de vanidad personal se difundieron sobre la situación local en Europa" (p. IV) 30 . En su opinión, es gracioso ver con qué ideas sobre América llegan hasta aquí los europeos más sencillos. Se imaginan que en América todo es salvaje, sin seguridad para la persona ni para la propiedad, tal como se lo han dicho miles de escritores y como lo creen innumerables funcionarios de miniatura. De pronto se encuentran con una ciudad tan brillante como Montevideo y asustados buscan lo agreste [die Wildnis], (p. 239)
desde 1789 hasta 1801 (Montevideo 1846) [cf. p. 3]; Martin de Moussy: Description géographique et statistique de la confédertation argentine (Paris 1860) [cf. p. 62]; Hermann Burmeister: Reise durch die La Plata Staaten (Halle 1861) [cf. p. 15]; obras como Alejandro Magariños Cervantes: La iglesia y el estado [cf. p. 33], José Ignacio Victor Eyzaguirre: El catolicismo en presencia de sus disidentes (Paris 1857), y Los intereses católicos en América (Paris 1859) [cf. p. 76]; P. Peronne: Tratado de la verdadera religion contra los incrédulos y los herejes (Paris 1850) y obras históricas como la de Georg G. Gervinus: Geschichte des neunzehnten Jahrhunderts (Göttingen), la Historia de Belgrano, de Bartolomé Mitre (Buenos Aires 1859), la Vida y memorias del Doctor D. Mariano Moreno, de Manuel Moreno (Londres 1812), o la Historia argentina de Luis L. Domínguez (Buenos Aires 1861). 29 En especial hacia el final de su obra Woysch hace referencia a los intentos y propuestas del anterior consul general de Brasil y actual consul general para Uruguay en Berlin: Johann Jakob Sturz. Este habría estado difundiendo la necesidad de propiciar una fuerte emigración alemana hacia el cono sur en una serie de escritos: (a) Kann und soll ein NeuDeutschland werden; (b) Die Krisis der deutschen Auswanderung; (c) Notwendigkeit der Bildung eines Deutschen Centrai-Vereins für Auswanderungsangelegenheiten aus dringenden nationalen Gründen; cf. pp. 404 y 408s. Sobre Sturz: Fritz Sudhaus: Deutschland und die Auswanderung nach Brasilien im 19. Jahrhundert, Hamburg 1940; en esp. pp. 8588.
30 Algo que se nota cuando habla p. ej. de "la así llamada revolución [de 1858]" acotando que "por su tipo ningún europeo la consideraría ser una de de las más terribles" (p. 100); cf. tb. la "aclaración" en p. 429.
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En un capítulo que Woysch dedica a describir las múltiples actividades culturales que tienen lugar en Montevideo, dice que quiere "... hacer frente a la opinión tan común, que considera a los países del Plata m u c h o más relegados culturalmente, de lo que en realidad son" (p. 193). D e hecho, cuando se leen sus anotaciones da la impresión de que disfrutó los casi 5 años y m e d i o que pasó en la Banda oriental, en especial sus descansos en el pueblo de Santa Lucía. Pero no sólo eso, sino que en los años que pasó en Montevideo la alteridad social, política y religiosa le enseñó a relativizar e incluso ridiculizar su propia impronta cultural 31 . Para constatarlo basta leer sus reflexiones en torno a la siesta y al ombú: Si quizás por la mañana, durante las horas frescas, se estuvo en el río y se regresa al pueblo en la calurosa hora del mediodía, se puede dormir la siesta, y es lo que hace todo Santa Lucía desde las 12 del mediodía hasta las 5 de la tarde. (...) Al mediodía silencio y descanso son la ley del pueblo. Nadie escribe actas, a lo sumo uno que otro ensilla un caballo. (...) Pero el europeo no es capaz de hacer siempre la siesta. A temprana edad le fue inculcado el valor del tiempo, el carácter imperdonable del ocio. Sobre cosas tales tuvo que escribir redacciones alemanas en su juventud. Como nórdico durante la siesta a lo sumo es capaz de soñar con disposiciones incumplidas, entrevistas que olvidó, impuestos a ser pagados y barrocos ademanes de respeto [Respektschnórkel]. Por eso toma un libro y se sienta debajo de un ombú, mientras la humanidad, que todavía tiene tal retraso en lo que hace a la vida cultural, duerme la siesta" (p. 168). Y después de describir la Phytolacca dioeca -según Burmeister- o el Ficus ombú -según M. de Moussy- concluye: "En Santa Lucía se puede leer debajo de él, cuando el calor lleva a la gente n o cultivada a las ensoñaciones de la siesta" (p. 168). Porque para nórdicos cultivados - c o m o él- la siesta a lo s u m o es capaz de generar las pesadillas de obligaciones incumplidas.
31 Cf. el pasaje en p. 247 donde después de una detallada descripción y análisis del carnaval rioplatense ridiculiza las "diversiones" de carnaval de la "gente culta en Europa", que consiste en comentar las últimas novedades político-culturales y con ironía concluye: "Se está a la altura de la época y entre tanto esa pobre gente en Sudamérica se divierte tirándose agua." (p. 247) La fina ironía aparece también en cuando observa que al caer la tarde y ponérsele límite a las batallas con agua llega el momento en que "el tímido recluso de habitación [Stubenhüter], el aburrido nórdico [Nordländer], el que hasta allí ayunó, puede abandonar su asilo." (p. 249) Sus apreciaciones son totalmente contrarias a las de Lenhartz, que en una carta del 9 de febrero de 1873 escribe: "Aquí el carnaval se celebra de una manera bastante bruta. Aunque hay una cantidad de desfiles comunitarios, carecen de sentido y razón, y muchas veces tampoco se tienen reparos en ridiculizar lo más sagrado, si, incluso representar en forma alegórica a la peste y enfermades contagiosas, para burlarse de ellas." (op. cit. *nota 10, p. 27).
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Para Woysch uno de los grandes atractivos de estas jóvenes repúblicas platenses radica en la tolerante variedad de posibilidades que la vida ofrece en ellos. "El frac del pintor francés mira amigablemente al poncho rojo del gaucho; el médico sueco lee un diario inglés debajo del ombú y muy cerca un joven oriental doma un potro" (p. 253). En ese punto, consciente de que sus recuerdos de Santa Lucía lo están moviendo a ello, decide volverse explícitamente apologético, ... frente al juicio por desconocimiento y la limitación, que se imagina aquellos países tan diferentes de lo que en realidad son; porque allí hay gente saludable y fresca, que en todo debe ayudarse a sí misma, pero que, de hecho, sabe hacerlo; gente que por muchas cosas se alegra y que poco envidia, gente que rápidamente incorpora las mejoras de la vida social, y que, por no estar atada a la costumbre antigua, no mira todo lo nuevo, como si fuera mitad delito y mitad imposible (p. 253).
Pero aun en esta manifiesta simpatía, que Woysch evidencia por estas "ricas y hermosas repúblicas", sabe de la "mundialmente conocida miseria [Elend]" que las aqueja 32 . Entre las posibles razones de la misma, enumera: "un abandono demasiado precoz de las tradiciones antiguas", "la falta de una saludable educación popular basada en fundamentos modernos", "la ausencia del principio evangélico", que podría sustituir "las deterioradas formas de vida vétero-católicas [altkatholisch]". Pero además se agrega el influjo de "un humanismo paulatinamente permitido en Europa", congènito "al espíritu de la equívoca filosofía [francesa] del siglo XVIII", capaz de generar tanto conductas "sarcásticas [Spott]" como un tipo de benevolencia falto de carácter [charakterloses Wohlwollen], o sea, una actitud incapaz "... de refrenar éticamente el egoísmo de los cabecillas partidarios, mostrándole a muchos generales, presidentes, pretendientes, dictadores, etc., como única meta de sus ambiciones la del enriquecimiento desvergonzado" (p. 33)". Es en este punto donde Woysch cree haber detectado un aspecto crucial. La apropiación del moderno espíritu europeo por las élites urbanas criollas es superficial y por ende de efecto negativo. 32 Aunque el término es amplio e inclusivo, en el caso de Uruguay Woysch no desconoce el altísimo monto al que había ascendido el endeudamiento público como consecuencia de la Guerra Grande. Para un estudio de la época, ver: José Pedro Barrán, Apogeo y crisis del Uruguay pastoril y caudillesco (1839-1875) [= Historia Uruguaya/Tomo 4], Montevideo 1982. 33 Cf. tb. p. 281: "Individuos dominados por un egoísmo mezquino, que administran con deslealtad la causa pública, expoliando al estado, la aduana, los fondos de guerra; que sin ningún interés ético o intelectual más profundo, en medio de insulsos divertimentos y ridiculas vanidades se sostienen como centro de la vida social, de la cámara de diputados, de los desfiles públicos o como caudillos de los departamentos, dado el caso como degolladores, individuos sostenidos por la generalizada debilidad de la opinión pública y las viejas costumbres..."
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Estudian con la misma actitud con la que van al teatro, reflexionan de la misma manera en la que salen a pasear a caballo; sienten del modo en que visten ropas elegantes. Todo se puede lograr sin desvelos nocturnos, sin preocupaciones ni dolor. Cuando leen de un descubrimiento, creen que lo han descubierto ellos mismos, si tienen noticias de algo meritorio, piensan que a ellos mismos les corresponde el mérito, cuando abren sus casas a un europeo, creen que debiera sentirse feliz, y hasta llegan a pensar que lograron confeccionar un florilegio de la cultura inglesa, francesa y española y que por lo tanto se hallan en el nivel más alto de una educación libre y variada, (p. 36)
Woysch aclara que cuando afirma esto no está "despreciando al verdadero pueblo de aquellas repúblicas". Aprecia sus "nobles cualidades y su hermoso idioma". Ciertamente hay una gran cantidad de buenas familias. En especial aquellas, que como las del campo, han podido preservar su natural identidad originaria [Naturwüchsigkeit]; ellas son las que le causan la mejor impresión. En una parte lo plantea con total claridad: "La capital casi se ha convertido en una ciudad europea, pero en el campo todavía se conservan los fundamentos de una vida particularmente americana, sobre los que debe continuar desarrollándose la sociedad de manera natural" (p. 258). En cambio en la cultura de las oligarquías criollas urbanas se han incorporado muchos elementos negativos: "La mayoría de las veces, lo malo lo han aprendido de Europa. En cambio rara vez se les enseñó lo bueno" (p. 36). Este influjo europeo negativo, en especial lo observa en el sector de los adinerados y ociosos "jóvenes de la ciudad". Los que con cierta desaprensión no valoran el trabajo, sino sueñan con conocer París. Pero no el París de los "museos históricos que anuncia la gloria de Francia, obtenida bajo el estandarte de la flor de lis", sino "el París de los Boulevards" (p. 38). En conclusión, Las influencias de la Europa extra-hispánica en su dimensión ética ... han demostrado ser más dañinas que útiles; en su dimensión intelectual han generado una ilustración precoz y carente de solidez. Hay una predilección por construirlo todo empezando desde la cúspide de la torre (pp. 40s.).
Sin embargo advierte que pretender aislarse de Europa no es una solución, porque significaría "... rechazar la mano educadora, que todavía puede traer y va a traer muchas cosas buenas, apenas esa mediación provenga de la nación indicada, que creo -al menos para Uruguay- podría ser la alemana" (p. 41). Si a continuación Woysch vuelve a retomar el tema de la vitalidad natural primigenia presente en el gaucho, en el individuo del campo de vida austera, es porque -con innegables trazos románticos- la supone afín a la mediación educadora protestante y alemana. Y aunque reconoce que algunos de esos gauchos han hecho fortuna, y quizás hoy sus nietos sean esos "desaprensivos jovenzuelos de ciudad", la seducción que sobre Woysch ejerce lo autóctono-primigenio 34 , igual le
34 La ambigüedad entre fascinación y rechazo que el elemento autóctono-agreste generaba
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hace exclamar: "¡Por cierto, prefiero a su abuelo salvaje y vigoroso, prefiero la incultura a la cultura en apariencia!" (p. 42). Esa intuición de una fachada cultural europea que ha sustituido los valores autóctonos y originarios en las jóvenes dirigencias urbanas rioplatenses, constituye una de sus claves de análisis. Un estudio que interpreta las marchas y contramarchas de la evolución política en los estados sudamericanos, como consecuencia de haberse "liberado demasiado pronto" (p. 44). Para Woysch muchos de esos estados dan la impresión de ser como "nifios precoces". Por el pasaje directo del dominio colonial español al de estados libres la vida moral [sittlich], social y eclesial de estos países sufre. La hermosa flor de la libertad ya se marchita antes del atardecer. Aunque puede suceder que esta flor mustia vuelva a levantar su cabeza. Esta es la esperanza de los genuinos amigos de los países del Plata. Para ello se dan la mano un interés humanitario amplio [allgemein menschlich] y un interés económico nacional [volkswirtschaftlich] (p. 45). En relación con este análisis de la sociedad nativa, resulta interesante confrontar los opiniones de Woysch sobre los inmigrantes alemanes establecidos en el país 35 . Partiendo de su planteamiento en cuanto a que la situación en el país y la sociedad es tal, que nada puede decidirse en función de "ideas preestablecidas" o "esquemas terminados", dice: "Es imposible que las situaciones europeas brinden el parámetro para evaluar y tratar las americanas. Corre mucha agua entre Europa y América. Este es un punto de vista básico, un principio guía fundamental, hay que partir de él" (p. 232). D e hecho, nota diferencias entre sus connacionales radicados en la región del Plata y los habitantes de los diferentes territorios alemanes en el viejo continente; en especial el rápido acostumbramiento a un modo más libertario de vivir y sentir.
en Woysch, queda expresada en su descripción del desfile por Montevideo del victorioso Gral. Anacleto Medina -"un gaucho viejo, de aspecto indígena"- con sus tropas. Unos 2.000 gauchos "que suelen pasar su vida entera sobre los caballos. En su aspecto exterior tenían algo salvaje, que sucitaba aversión. Era una escena grotesca. A muchos se les notaba que eran duchos en el arte de degollar. Muchos tenían rasgos indígenas, otros evidenciaban el tipo puro del mulato y del negro. (...) Por cada poncho nuevo se veían muchos rotos. (...) Muchos de ellos posiblemente habían estado por primera vez en la capital y asombrados miraban las obras de la civilización moderna con la mirada fija del individuo montaraz [verwildert]." (pp. 117s.) 35 Además de los comerciantes radicados en Montevideo, algunos artesanos en Canelones y los agricultores suizos afincados en Nueva Helvecia, se trata mayormente del personal contratado por las estancias de capital alemán dedicadas a la cría semi-intensiva de ganado ovino, en la región de Río Negro (Mercedes y San Salvador/Dolores); cf. p. 120. Su valoración y descripción de los inmigrantes italianos en Montevideo es algo más matizada que la de Lenhartz (cf. pp. 91-95 y tb. pp. 129ss.).
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Ello -según Woysch- obedece a que aquí la persona está rodeada por realidades bien diferentes. Por eso Al ovejero venido de Pomerania y Mecklenburgo le resultaría muy difícil, después de una estadía americana de pocas semanas, estarse sumisamente parado con su gorro en mano ante un venerable Seflor, que le dirige la palabra refiriéndose a su persona con (...). Es otro el aire que ventila esta sociedad hasta los estratos más bajos. Sólo los ciudadanos de las ciudades hanseáticas traen con ellos un sentir emparentado, después de haber transformado a sus senados, tal como lo creyeron necesario, (p. 233) Aquí Woysch, el súbdito prusiano 36 , desliza sutiles críticas al sistema político monárquico de su territorio natal, marcado por rígidas jerarquizaciones sociales. En su opinión, Ni una dama sudamericana, ni un señor criollo logran entender que el artesano sea un ser, que en la escala de magnitud humana deba estar un paso detrás del comerciante. Nadie dice con callada vergüenza: mi padre era sastre. Tampoco este sentimiento europeo forma parte de la gama de sensibilidades [Ge/uhlswelt] del sudamericano, (p. 233) Esa realidad social y política atrae a más de un inmigrante, que rápidamente descubre cómo el lúgubre cuadro que se le pintó en la patria, subrayando la anarquía imperante, el retraso, y las inevitables privaciones que iría a soportar, no se cumple. Para Woysch, ubicado en la experiencia de quienes emigraron desde Alemania cargados con prejuicios y advertencias, el balance termina siendo altamente positivo. Porque aquí Está ausente lo que los oprime moralmente; nadie los desprecia; si son pobres, nadie los trata con soberbia. Actuaría sin sensibilidad política quien tuviera gestos de soberbia. El pueblo elige a sus autoridades, y se le da poca importancia a las personas a las que se les confia la causa pública ... La dominación está ausente [Das Herrschen fehlt], (p. 234) En este punto se vuelve evidente que el ahora párroco de Pillau recurre a sus recuerdos sobre el lejano Uruguay para fomentar el deseo de emigrar en sus connacionales, pero también para expresar una solapada crítica a la política de dominación en Prusiana. En su capítulo final Woysch vuelve a expresar su convicción en cuanto a que "una propaganda evangélica del Protestantismo", que tome en cuenta las realidades y costumbres sudamericanas, quizás sea el único recurso apropiado para "... encauzar el combate entre las tradiciones vétero-hispanas y vétero-católicas y las
Un poco más adelante, al referirse a la las parejas de inmigrantes que solía casar dice: "La mayoría de los alemanes provenían de Hannover, Hamburgo, Bremen y Holstein." (p. 237) En una descripción sobre cómo los nativos solían impresionar a los inmigrantes con su relato sobre el temblor del 9 de agosto de 1848 en Montevideo enumera: al ovejero de Pomerania, el carpintero de Hamburgo, el sastre de Hannover, el cigarrero de Bremen y al empapelador de Schöppenstedt (p. 309).
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modernas ideas de humanidad, hacia un final ordenado y justo dentro de una evolución histórica saludable" (p. 400). Los estados sudamericanos después de su emancipación de España representan "algo nuevo, natural, crecido espontáneamente" (p. 402) con poca afinidad por el catolicismo romano. Por eso el "Protestantismo debe apurarse en establecer" allí "sus bases y puntos de apoyo" (p. 403). "Las pequeñas congregaciones, fundadas para los residentes extranjeros, deben tratar de ejercer influencias sobre círculos más amplios." (p. 403) Para lograrlo un método apropiado es establecer escuelas. Pero también seminarios evangélicos para la formación de pastores, que en un futuro "prediquen el Evangelio en idioma español y portugués". La necesidad de fundar "Seminarios para Sudamérica" es un punto que Woysch ve como algo prioritario, porque "... innumerables hijos de padres alemanes desde pequeños hablan español y sienten en español y por eso el evangelio se les debe acercar en su idioma materno, el español" (p. 404). Es posible que estos niños lleguen a ocupar cargos de responsabilidad, y por más que hayan aprendido a hablar alemán, este siempre les será algo ajeno, porque viven inmersos en las realidades de su patria, de su historia y de sus costumbres: Para esta gente el anciano Blücher" es una figura absolutamente extraña, que no les interesa, pero Rivadavia y Artigas son personalidades que conocen. El Protestantismo, que está por encima de las diferencias de nacionalidades, el Evangelio, que es para todo el mundo, debe sumergirse [einsenken] en el diversidad étnica [Vólkerwelí] de Sudamérica, y entonces el comienzo poco saludable de la evolución libertaria en estos países y regiones tomará un curso más apacible y ético, (p. 404)
Estas acertadas sugerencias de Woysch habrían de caer en el olvido para la iglesia territorial prusiana después de la fundación del segundo Reich (1871) y los proyectos de una tardía expansión colonial germánica.
IV En las descripciones que de la realidad rioplatense nos presentan estos tres pastores enviados hay coincidencias. En primer lugar queda claro que tanto Siegel (1855) como Woysch (1863) sustentan una estrategia de radicación de instituciones alemanas (eclesiales y pedagógicas) en las ciudades portuarias del Plata. Esos deben brindar una primera infraestructura local capaz de facilitar y consolidar la para ellos inminente inmigración masiva de alemanes a esta región. En consecuencia pintan la realidad rioplatense en términos predominantemente atractivos, funcionales al interés de sectores locales y europeos, por atraer hacia allí una fuerte corriente inmigratoria alemana. 37 General prusiano (1742-1819) protagonista de las luchas anti-napoleónicas.
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Este planteamiento que resulta claro en los dos pastores que escriben sus obras con anterioridad al proceso de unificación alemana, no se percibe sin embargo en Lenhartz (1885/90). Hasta se podría pensar, que con su insistencia en la fanatización de la población católicorromana nativa por el bajo clero en contra de inmigrantes evangélicos y masones estuviera intentando desalentar el entusiasmo emigratorio entre sus connacionales. Por otra parte en el relato de todos ellos se percibe una tensión generada por la coexistencia de una realidad que les resultaba a la vez que extraña fascinante en su dimensión de naturaleza primigenia y, con otra realidad más familiar en los espacios (urbanos) modernos y, aunque permeada por costumbres y pautas católicorromanas e hispanas. La tensión que en ellos provoca esa alteridad radical sin embargo es capaz de resolverse en direcciones absolutamente disímiles, como lo pone en evidencia el caso de los súbditos prusianos: el patriota Lenhartz y Woysch, el admirador de Schelling. Este último logra hacer una valoración positiva del potencial autóctono, detectando ante todo en la realidad rural rioplatense una serie de aspectos útiles -que incluso lo llevan a cuestionar un tipo de modernidad europea que le parece equívoco tanto por su superficialidad como por su rigidez estamentaria y autoritarismo político-. En cambio Lenhartz, aferrado a sus paradigmas culturales europeo-prusianos por un temor ante esa realidad que no logró superar, hace una valoración más negativa de la misma. Pareciera que en su opinión el orden y la disciplina republicana sólo pueden generarse por procesos de imitación y transferencia directa de las pautas religioso-culturales protestantes. Aunque por otra parte no parece estar demasiado seguro de que ello pueda lograrse mientras la oposición católicorromana en estos países siga siendo tan fuerte. Con diferencia de matices todos ellos perciben a la Alemania protestante como nación especialmente apta para encauzar el necesario proceso de política, social y religiosa en los estados del Plata. Por eso de un modo ciertamente general puede concluirse que estas publicaciones muestran como también a través de estos agentes en el campo religioso, desde Europa (Alemania) se exploraba y difundía la viabilidad de una expansión colonial mediante un proyecto de inmigración masiva en los estados del Río de la Plata. Apéndice Traducción del resumen de contenidos de los diferentes capítulos del libro de
Otto Woysch: Comunicaciones sobre la vida social y eclesial en la República Uruguay (Berlín 1864). Capítulo primero [pp. 1-31] Introducción. Fundación de Montevideo. Informaciones de [Félix de] Azara sobre el número de habitantes y sobre las importaciones y exportaciones en el Río de la Plata. Llegada [de Woysch] a Montevideo. Impresiones y últimos días de navegación. Entrada al puerto. Impresión sobre la ciudad y sus habitantes. Los
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tiempos de la administración de [Manuel] Oribe y el sitio a la ciudad [1843-51]. Los presidentes [Venancio] Flores y [Gabriel A.] Pereira. Declaración de la independencia en La Florida. Inauguración del Teatro de Solís. La vida del pueblo, las familias destacadas, las casas, los jardines, el mercado, el puerto, los extranjeros. Un paseo: el pueblo Unión y las quintas. Iglesia, teatro y hospital. Las Hermanas de la Caridad e intentos de conversión [a un marino protestante inglés]. Todo tipo de movimientos políticos y muerte del General Oribe. Capítulo segundo [pp. 32-68] Relato sobre la situación religiosa en las repúblicas españolas con especial consideración de Uruguay. El antiguo espíritu católico-español y la humanidad moderna. Los líderes del pueblo y la moderna cultura importada en los jóvenes. Los puntos de vista sobre el trabajo. El influjo de Europa. El gaucho y el jovencito de ciudad. La lucha del catolicismo contra su fragmentación en iglesias nacionales. El arzobispo de Bogotá. El presidente López de Paraguay y otros estadistas. El patronato estatal sobre la iglesia. Los altos funcionarios y los títulos de propiedad de latifundios. Las demandas al estado. El impacto de las revoluciones sobre el comercio y el tráfico. El así llamado día de cobro [en Montevideo], Capítulo tercero [pp. 69-96] La conmoción de la perspectiva religiosa. Rivadavia. Los indiferentes. El edicto de Carlos III [contra los jesuítas, 1767], Las universidades. La ignorancia e inmoralidad de los sacerdotes. Un sacerdote español, un elegante ministro de estado y la filosofía [el padre González], La numerosa población italiana en la ciudad. Capítulo cuarto [pp. 97-127] La revolución de 1858. Los cónsules y los navios de guerra. Mi viaje a Canelones. Las escaramuzas de los insurgentes. El fin de la revolución. El General César Díaz. La capitulación. La matanza de Quinteros. La entrada en la capital del victorioso ejército gubernamental. De todo un poco sobre estancieros, la cría de ovejas y las condiciones del comercio. Capítulo quinto [pp. 128-157] La misión franciscana italiana. La alegría italiana por buenas noticias venidas desde la patria. Una fiesta popular italiana. Fray Vicente se convierte en Don Vicente. Mi conversación con el Fray Padre-Nuestro. La inteligente práctica de la iglesia romana. Escasa influencia de los sacerdotes en las clases cultas. Los jesuítas. Algunas referencias a la historia del virreynato de Buenos Aires. Los obispados en el Plata. Noticias de [F. de] Azara sobre el obispado de Paraguay. El dictador Gaspar Francia. Los vicarios apostólicos en Montevideo. La necesidad de un concordato. Escasa participación del clero en la educación de los jóvenes. Los funerales y la cuaresma.
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Capítulo sexto [pp. 158-191] Los jesuítas. La iglesia de la Caridad y las predicaciones en ella. Los niños expósitos. La manera de hacer prosélitos. Los jesuitas han puesto su mirada en el campo. El tipo de gente que lo habita. El pueblo Santa Lucía y sus inmediaciones. La colorida vida en un así llamado Paso [del Sta. Lucía], El día de campo. La juventud del campo. Su innata agilidad. Su conciencia señorial [Herrenbewußtsein], su libertad de espíritu [Freimütigkeit] y su inconstancia [Unbeständigkeit]. El rol de la madre y la vida familiar. La infancia en el campo. Sobre la situación escolar y los días festivos. Capítulo séptimo [pp. 192-226] El nuevo drama español. Los beneficiarios. Representaciones teatrales en honor de los santos patronos. La ópera italiana. La corrida de toros. Excesos sensibleros de actrices dramáticas. El vaudeville. Más relatos sobre los jesuitas. Una celebración en la iglesia de la Caridad. Ofensa al presidente de la república. Un hecho ocurrido en Santa Lucía. Intercambio de notas entre el ministro y el superior de la misión jesuita Félix María del Val. Expulsión de los jesuitas. Descripción de la calle Portón, de la Plaza Matriz y del movimiento hasta altas horas de la noche. Sobre la fiebre amarilla y otras enfermedades. Capítulo octavo [pp. 227-240] La administración de la iglesia bajo el pro-vicario Fernández. La situación de los matrimonios y los casamientos [mixtos]. El estado de animo de los protestantes inmigrados y el sentimiento de su libertad republicana. Capítulo noveno [pp. 241-273] Nombramiento del cura de Canelones [Jacinto Vera] como vicario apostólico. Canelones y los colonos de las islas Canarias. El carnaval en Montevideo y en el campo. El entretenimiento hípico de las carreras y sortijas. Los logros previos y administración del nuevo vicario. Su viaje de visitación. Mi viaje a Mercedes. Capítulo décimo [pp. 274-302] Jesuitas y masones. El juicio del padre Eyzaguirre sobre las logias y sobre el protestantismo. De cómo el público considera al racionalismo ser la real religión protestante. Los pueblos hispano-americanos, la reforma eclesial anglicana, el protestantismo alemán y el juicio de P. Peronne. El casamiento y paso de un masón de la iglesia protestante a la romana. El así llamado rebautizo. El cura Madruga en San José. La muerte sin confesión de aquel individuo, la negativa a sepultarlo y las manifestaciones de los masones. Una iglesia clausurada y el campo santo bajo interdicto. La actividad de las logias masónicas. Capítulo undécimo [pp. 303-342] El sacerdote [Juan José] Brid [de Florida] se convierte en cura de la iglesia Matriz. La belleza de esa iglesia. El doctor [Francisco] Magesté. El terremoto de Mendoza. La primera etapa de la lucha entre el vicario apostólico [Jacinto] Vera y el cura Brid. Los desfiles eclesiásticos, el ejército, los mercenarios alemanes, los
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negros y la ex-legión brasileña [de alemanes]. De todo un poco sobre vagabundos y emigrantes alemanes. Las veladas de teatro en los días de fiesta. El poeta [Francisco Acuña de] Figueroa. Música de teatro y música eclesiástica. Capítulo duodécimo [pp. 343-399] Continuación de la lucha eclesial. El vicario apostólico [Jacinto Vera] depone al cura Brid. Los así llamados curas interinos y el así llamado derecho eclesiástico americano. Los periodistas y abogados luchan contra el vicario. El presidente [Bernardo P.] Berro y su postura ante la cuestión eclesial. La justificación del vicario. Su circular al clero. El delegado apostólico [arzobispo de Palmira Marino Marini] aprueba su proceder [21-2-1862], Brid protesta y la Matriz se vuelve un tipo de templo oficial. El Tribunal superior de Justicia, el así llamado Ministerio de las Inteligencias [o] de los 48 días, el decreto del 7 de octubre de 1862 y el exilio del vicario apostólico [Jacinto Vera], Debates sucesivos y superación del conflicto. Caída del ministerio. Deputación a Buenos Aires. Capítulo final [pp. 400-409] Opiniones sobre la tarea del protestantismo en el Uruguay. Datos estadísticos y la inmigración. Apéndices [pp. 410-444] 1. Circular del ministro Juan José de Herrera a los diplomáticos uruguayos en Europa (15 de mayo de 1863) [pp. 410-13; cf. tb. la referencia en p. 262 a: The Republic of Uruguay, Montevideo, geographical, social and industrial, London 1862], 2. Ponencia del Dr. juris Don Juan José López, de Buenos Aires [pp. 414-29]. 3. Informe sobre el viaje a la Colonia Nueva Helvecia [pp. 430-37]. 4. Extracto de la introducción a un emprendimiento de accionistas para establecer una estancia en la Banda oriental; de A. H. Grieben [pp. 438-444],
III. Europeos (sobre todo alemanes) en América Latina y sus relaciones con Europa. Aspectos biográficos y prosopográficos
Eduard Friedrich Poeppig y Chile. Efectos de un viaje científico en su época y consecuencias a largo plazo. Resultados y preguntas sobre esta temática Bernd Schröter
Cuando se elevó el ancla en el puerto de Hamburgo, el 9 de mayo de 1822, había llegado el momento que desde mucho tiempo atrás había estado esperando con impaciencia el joven Eduard Friedrich Poeppig. Entonces tenía 24 años e iniciaba un viaje que le llevó, por la vía de Cuba y Estados Unidos, finalmente a América del Sur. Aproximadamente la mitad de los más de diez años que permaneció en el Nuevo Mundo los pasó en los estados andinos de Chile y Perú, así como atravesando el subcontinente por el río Amazonas. Desde 1827 hasta 1829 estuvo en Chile. En octubre de 1832 regresó a tierras europeas. 1 Estas fechas enmarcan su viaje que, en varios sentidos, fue notable. Se caracterizó por señales muy nuevas, que no se repitieron durante mucho tiempo. Algunas de ellas produjeron consecuencias incalculables hasta nuestros días, durante más de un siglo y medio. Las siguientes páginas están dedicadas a esas dos esferas de acción del viaje de Poeppig, es decir, la de la época en que tuvo lugar y la de hoy, sobre todo respecto a Chile. Dejo de lado la historia de los acontecimientos para concentrarme primero en el protagonista y luego en las características más llamativas del viaje. Por otra parte, aludo a efectos concretos que pueden encontrarse actualmente. Dentro de la temática de nuestro proyecto de investigación "Regiones europeas y Latinoamérica (siglos XVIII y XIX)" quisiera bosquejar, por tanto, los diferentes niveles temporales de la interacción entre el Viejo y el Nuevo Mundo, naturalmente de manera modesta. Quedan todavía algunos vacíos, fundamentalmente en cuanto a los efectos del viaje en el Chile de aquella época y en la Alemania de hoy. Por un lado, estos conceptos resultan de una investigación todavía no muy avanzada. Por otro, en este caso concreto, se plantea la pregunta de en qué manera estos diferentes niveles temporales de una interacción proceden de la existencia de una caja de resonancia también temporalmente aplazada. Esto no es nuevo. También en este sentido el sajón se encuentra otra vez a la sombra de su "precursor" Alejandro de Humboldt, algo que siempre quiso evitar. También en el caso de Humboldt la interacción entre el Viejo y el Nuevo Mundo, provocada por el protagonista, se realizó con un aplazamiento: Los latinoamericanos descubrieron a su "segundo 1 Véase su obra más importante sobre el viaje: E. Poeppig: Reise in Chile, Perú und auf dem Amazonenstrom 1827-1832, 2 vols., Leipzig 1835/36.
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descubridor" mucho tiempo después de su viaje, en una época en que ya se hablaba menos de Humboldt en Europa. Pero en el viejo continente experimentó un renacimiento impresionante, a partir de los años 70 de nuestro siglo. 2 Después de estas consideraciones generales les presento primero el personaje de Poeppig, apenas conocido. Nació en 1798 en Plauen de Sajonia y en 1804, después de la separación de sus padres, se trasladó con su madre a Leipzig. Con la ayuda de algunos parientes pudo asistir a una escuela de la élite en la vecina ciudad de Grimma. En 1815 inició sus estudios de historia natural en la universidad de Leipzig, donde presentó su tesis doctoral en 1821, un año antes de su salida para América Latina. 3 ¿Cuáles fueron los aspectos importantes que en este tiempo influyeron en su persona y tuvieron importancia para el viaje posterior? 4 Además del ambiente filantrópico y romántico, caracterizado por tendencias todavía ilustradas y ya liberales, fue sobre todo su maestro académico Christian Friedrich Schwagerichen quien influyó decisivamente en el joven Poeppig. El interés de este profesor e investigador por el mundo y sus valores éticos y morales significaron para él altos criterios de orientación. Quizá encontró en él un ideal que había echado de menos por la falta del padre, pero eso es especulación. Seguro es que formó parte de un pequeño grupo de jóvenes entusiastas que se dedicaban a la historia natural en torno a Schwagerichen. Personas de este grupo, con Gustav Kunze y Justus Wilhelm Radius a la cabeza, organizaron más adelante el viaje, apoyándolo intelectual y materialmente. Estos avales permitieron a Poeppig superar numerosas dificultades que encontró en los grandes espacios del Nuevo Mundo. Su ambición científica y su sentido del deber con sus amigos de Leipzig y viceversa fundamentan el éxito de este viaje. En los documentos se aprecia claramente la alta moral de Poeppig, su sentido del deber ante los amigos y ante los financieros del viaje. En 1833 admitió que para satisfacer los intereses de los acreedores y la confianza general puesta en él "... no escatimó sacrificio alguno, sacrificios que normalmente un hombre de mundo evita...". 5 2 Véase p. ej. Minguet, Ch.: Alejandro de Humboldt, historiador y geógrafo de la América española (1799-1804), 2 vols., México 1985, Introducción; Biermann, K.-H.: "Introducción", en: Faak, M. (ed.): Humboldt, A. v., Reise auf dem Río Magdalena, durch die Anden und durch Mexico, 2 vols., Berlin 1986, parte I, págs. 9-26. 3 Compárese para la persona de Poeppig, Tropenvegetation und Tropenmenschen, ed. Keller, C., Leipzig 1965; Ratzel, F.: "Eduard Poeppig", en: Mitteilungen des Vereins für Erdkunde, n° 16, Leipzig 1887, págs. 3ss. 4 Véase al respecto Schröter, B.: "Die wissenschaftliche Begegnung Sachsens mit Amerika. Terra incógnita oder terra ignorata?", en: Zeuske, M., Schröter, B., Ludwig, J. (eds.): Sachsen und Lateinamerika. Begegnungen in vier Jahrhunderten, Frankfurt/M. 1995, pág. 234. 5 Biblioteca Universitaria de Leipzig, Departamento de Manuscritos (en lo sucesivo
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Con estas palabras ya entramos en la segunda parte de la ponencia, o sea, las novedades del viaje dentro de su época. En primer lugar, Poeppig representó un nuevo tipo de investigador en el escenario de los viajes. A la ambición indagadora se sumaron -por un lado- sus grandes esfuerzos y sus riesgos personales. Renunció a cualquier comodidad y trabajó intensamente. Por otro lado, todo el itinerario se realizó solamente por iniciativa privada y en base comercial. 6 A diferencia de todos los periplos anteriores hacia el Nuevo Mundo, esta empresa no se aprovechó ni de intereses o capitales estatales, ni de ayudas o encargos de grandes instituciones. El propio estudioso y los particulares corrieron todo el riesgo, pero en caso de alcanzar el éxito, también serían los únicos beneficiarios de la empresa. 7 Adicionalmente a eso, los siguientes aspectos incluyeron de forma importante en la empresa de Poeppig: I o En primer lugar hay que mencionar la formación de un grupo de simpatizantes cuya médula era el indicado grupo de la universidad, que se amplió con varios particulares. Aunque quedan varios hechos por investigar, organizaciones científicas y sociales, como la recién fundada Asociación de Naturalistas de Leipzig (Naturforschende Gesellschaft zu Leipzig), 8 vinculaciones privadas o los medios de comunicación desempeñaron un papel esencial para unir interés e información. Es seguro que se constituyó una red de científicos, industriales, editores, publicistas, entusiastas filantrópicos y románticos, e incluso banqueros. 2 o Por sus esfuerzos abnegados, los amigos de Poeppig en el "círculo de SchwSgerichen" pudieron materializar -en el sentido propio de la palabra- algunas partes de esta red de personas. Es decir, aseguraron la financiación. Fundaron una sociedad anónima que pagó la mayor parte del viaje y que también asumió el riesgo financiero de toda la empresa. Los accionistas aportaron dinero y a cambio recibieron productos del suelo que podían venderse. La ganancia de los protagonistas directos, o sea, Poeppig y los organizadores del emprendimiento, consistió en productos del suelo, conocimientos regionales y prestigio. 9 También en cuanto al funcionamiento financiero hubo una innovación importante. Ella resultó de la necesidad de posibilitar a Poeppig el cobro del dinero sajón al otro lado del AtlánBU-DM), Circular de E. Poeppig, Leipzig, 31 de enero de 1833, f. 1. 6 Véase para un ejemplo parcialmente semejante, pero dirigido a Africa a finales del siglo XVIII, Bitterli, U.: Die 'Wilden' und die 'Zivilisierten'. Grundzüge einer Geistes- und Kulturgeschichte der europäisch-überseeischen Begegnung, München 1991, págs. 49s. 1 Véase BU-DM, Circular de Poeppig, op. cit, págs. 1-3. 8 Véase Archivo Universitario de Leipzig (en lo sucesivo: UA Leipzig), Protokolle der Naturforschenden Gesellschaft zu Leipzig (Protocolos de la Asociación de Naturalistas de Leipzig). 9 Véase BU-DM, herencia 132, sobre todo Carta de Kunze y Radius a los accionistas, Leipzig 16 de noviembre de 1825.
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tico, en América. Aunque todavía faltan algunos eslabones de la cadena, parece evidente que para la etapa chilena de su viaje, la empresa alemana Huth/Croit & Co., con sede en Valparaíso, tuvo una posición clave.10 Algunas de las transacciones se realizaron a través de ella. No hay mejor prueba para el nuevo fenómeno de la cooperación entre el comercio y la ciencia en la exploración del Nuevo Mundo. En este sentido Poeppig inauguró un capítulo innovador. A su viaje y al de Humboldt, realizado veinte años antes, los separaban realmente mundos. 3 o También hay que destacar que el viaje de Poeppig tuvo lugar ciertamente entre dos épocas: el tiempo colonial y la transición hacia la independencia. Cuando llegó a Cuba todavía faltaban dos años para la batalla final de Ayacucho y, cuando pisó suelo sudamericano, la misma había acabado tres años antes. Esta constelación era de gran importancia para la orientación geográfica de las ambiciones de Poeppig. También lo era para las condiciones concretas del periplo y, como veremos más adelante, especialmente para los efectos favorables de la empresa a largo plazo. 4 o Desde el primer momento, el negocio del viaje estuvo estrechamente unido a la necesidad de cambiar tanto la investigación como la enseñanza en Sajonia. Esto se refleja sobre todo y casi de forma clásica en los intentos de Christian Friedrich Schwagerichen por conseguir una mejor base material para las ciencias naturales (colecciones de piedras y plantas, etc.). En general quería cimentar este sector científico en la vida universitaria y, como escribió al Ministerio de Cultura de Sajonia, quería elevarlo al mismo nivel superior que ya había alcanzado en otros países." Parece evidente que también en este sentido tenía muchas esperanzas cifradas en su alumno. Poeppig, por otro lado, obviamente se sentía obligado a alimentar estas expectativas. Es decir, intereses privados se asociaron con intereses sociales, pero reflejados por particulares. ¿Qué efectos del viaje se pueden constatar para la parte alemana o sajona en la misma época? Además del establecimiento de una sociedad anónima, científica y comercial, limitada temporalmente a tres años, los efectos se aprecian principalmente en torno a la Universidad de Leipzig. Con la Asociación de Naturalistas, fundada en 1818, cuyo primer presidente fue Schwagerichen, la empresa del viaje de Poeppig tuvo un trasfondo tanto intelectual como material. Durante un tiempo considerable, el apoyo financiero para el investigador constituyó el gasto más importante de la mencionada sociedad. Además, ésta fue una de las más importantes cajas de resonancia para los resultados científicos y también para el conocimiento de las sociedades latinoamericanas donde Poeppig permaneció. Con intensidad variable
10 Ibíd., Carta de Radius y Kunze a los accionistas, Leipzig 19 de abril 1828, f. 1. ' 1 Véase Archivo Principal Estatal de Dresde, Carta de Schwagerichen al Rey de Sajonia, Dresde 3 de mayo de 1822, Loe. 1773, f. 55v.
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se exponían y discutían en las sesiones de la corporación los informes del viajero, que durante más de diez años formaron parte del programa regular de las mismas. Ninguna otra empresa llamaba tanto la atención.12 Después de su regreso en 1832, el interés experimentó un verdadero auge que sin embargo, remitió rápidamente. Poeppig desapareció pronto de los anales de la asociación. Sobre las causas de ello sólo podríamos aventurar algunas suposiciones. Seguramente su desaparición guardó estrecha relación con sus trabajos publicitarios y científicos en la Universidad de Leipzig. Sus primeros escritos se publicaron cuando todavía se encontraba en América del Sur, principalmente en una revista de Weimar.13 En más de 6 tomos de esta revista se divulgaron sobre todo sus resultados botánicos. Esta revista era una de las más famosas y conocidas de Alemania dentro de su especialidad, pero resulta difícil evaluar las investigaciones de Poeppig en las ciencias naturales. Sin embargo, los productos del suelo sudamericano que envió y trajo a su país fueron parte de las primeras colecciones de ciencias naturales, ingresando también así en la enseñanza de la Universidad. Cuando a finales de los años 60 se fundó en Leipzig el primer Museo de Historia Natural de Alemania, también se sacó provecho de los resultados científicos de Poeppig. Con ello puede constatarse que los deseos de Schwagerichen en cuanto al viaje de su alumno se vieron realizados. El libro de Poeppig sobre su viaje, publicado en Leipzig en 1835, fue recibido por el público con mucho interés. El reconocimiento de su trabajo también se vió gratificado con su nombramiento como catedrático de la Universidad de Leipzig.14 Así también se colmaron muy rápidamente sus ambiciones personales. Además, su designación como profesor de botánica revalorizó las ciencias naturales en la misma universidad, lo que era necesario y deseable. La época de las reformas liberales, iniciada en Francia por la Revolución de 1830, se refleja también en Sajonia con estas medidas. Sobre la resonancia del viaje en la Alemania de las décadas siguientes se encuentran muy pocos datos en la documentación. Sea porque el interés disminuyó con el tiempo o porque a ello se sumó la disminución del entusiasmo liberal y de los intereses comerciales alemanes en América Latina. Esto, sin embargo, no puede deducirse explícitamente de las fuentes consultadas. Los efectos del viaje en el mismo Chile permiten formular algunas observaciones. Cuando Poeppig desembarcó en Valparaíso en marzo de 1828, el país se 12 Véase UA-Leipzig, Protocolos de la Asociación de Naturalistas, op. cit., t. 1. '3 Se trata de la revista editada de Froriep, "Notizen aus dem Gebiet der Natur- und Heilkunde", donde desde el número 428 (N° 10 del vol. XX), marzo de 1828, se publicaron los artículos de Poeppig. 14
Véase UA, Phil. Fak. 818, Carta de Dresde del 20 de marzo de 1833, f. 1; Carta de Dresde del 8 de diciembre de 1846, f. 4.
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encontraba en una fase de consolidación política y económica. Pocos años después de lograda la independencia nacional, el explorador encontró aquí condiciones más favorables para su trabajo que en la mayoría de las otras ex colonias españolas, una de las causas, junto con el componente "antihumboldiano", 15 por las que su interés se concentró en esta zona. A través de su obra principal conocemos detalladamente las estaciones de su itinerario. Considerando el interés que el mismo conserva hasta hoy, es importante sobre todo su estancia en las regiones chilenas del sur, entonces todavía pobladas por indios. Aún no podemos afirmar nada concreto sobre la percepción de su viaje en el Chile de la época. Como ya se ha mencionado anteriormente, el descubrimiento de Poeppig, al igual que el de Humboldt, se realizó en América con cierta distancia temporal. No obstante, pueden apreciarse efectos concretos en dos terrenos: la inmigración y las relaciones comerciales germano-chilenas, relacionadas entre sí. Respecto a la emigración alemana hacia América del Sur en el siglo XIX, siempre se acusa uña relación entre los conocimientos concretos sobre una región distinta, las directivas estatales y comerciales y el comportamiento de los propios migrantes. Desde hace mucho tiempo esta relación también se refleja principalmente en las numerosas investigaciones sobre la inmigración germana a Brasil. 16 Sin embargo, no sólo se trata de un fenómeno del siglo XIX, sino de una tendencia constante desde el siglo XVI. En el marco de nuestro proyecto de investigación, Jórg Ludwig lo mostró para la Sajonia del siglo XVI. 17 Hasta el siglo XIX existió la necesidad de actualizar las informaciones alemanas sobre América Latina, ya que todavía en ese siglo se disponía de más mitos que de conocimientos verdaderos. Las consecuencias trágicas de informaciones superficiales se reflejan por ejemplo en el destino de numerosos inmigrantes alemanes en los estados meridionales del Brasil. Quizás provocado por tales experiencias, las instituciones estatales germánicas empezaron a reunir sistemáticamente conocimientos y dar recomendaciones concretas y útiles a los emigrantes. Al final de los años treinta, en los documentos prusianos que tratan de las relaciones comerciales y políticas con Chile, se encuentran indicaciones de la percepción del viaje de Poeppig. Así
Véase Schröter, B.: "Alexander von Humboldt und die Nachfolger - Eduard Friedrich Poeppig", en: Zeuske, M., Schröter, B. (ed.): Alexander von Humboldt und das neue Geschichtsbild von Lateinamerika, págs. 92-98. 16 Véase p. ej. Sudhaus, F.: Deutschland und die Auswanderung Jahrhundert, Hamburg 1940, págs. 27ss. y 46ss.
nach Brasilien
im 19.
' 7 Véase Ludwig, Jörg: "'...auff ein berckwergk In India zutzihenn'. Sächsisch-böhmische Bergleute in der Karibik um 1530", en: Sachsen und Lateinamerika, op. cit., págs. 15-23.
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su libro se halla en una lista de obras recomendadas por el Ministerio de Relaciones Exteriores para informarse sobre ese país.18 Este ejemplo concreto no permite extraer conclusiones generales en torno a la política prusiana frente al estado chileno. Sin embargo, sería significativo saber qué importancia tuvieron los conocimientos acumulados por viajeros como Poeppig para las relaciones comerciales amplias y estables entre Alemania y Chile en el siglo XIX. Lo mismo se puede decir en cuanto a la inmigración alemana al Chile decimonónico. Para terminar la ponencia me queda considerar los efectos a largo plazo del viaje de Poeppig en la historiografía y en la conciencia pública. Respecto a la parte alemana, por un lado, me limito a resumir que en muchas publicaciones científicas y en algunos diarios a menudo se habla de Poeppig como de alguien casi olvidado." Queda por preguntarse si esto cambiará en el bicentenario de su nacimiento (dentro de tres años). Por otro lado, se puede constatar que pese a que su nombre aparece en varias publicaciones más o menos actuales, curiosamente los trabajos que tratan con amplitud de sus investigaciones y de su personalidad no se han publicado en Sajonia, apenas en el espacio de habla alemana, 20 sino en el extranjero, y sobre todo en Chile o por chilenos. 21 Por consiguiente, terminamos con la percepción chilena de Poeppig. Dos consideraciones me inspiraron para seguir estas huellas más detalladamente. A comienzos de nuestro siglo el geógrafo e historiador chileno-alemán Hans Steffen consignó, que "... en Chile mismo las obras de Poeppig eran casi desconocidas". 22 Y todavía en 1960 el biógrafo más importante de Poeppig, el chileno Carlos Keller, tuvo que constatar que la obra de aquel fue casi completamente ignorada por los historiadores de su país. No obstante, subrayó que a causa de los trabajos de Poeppig sería necesario escribir de nuevo algunas partes de la historia de Chile en sus primeros aflos como país independiente. En su prefacio al libro de 1960 "Un testigo en la alborada de Chile (1826-1829)" Keller añadió:
18 Véase Archivo Secreto Estatal Berlin-Dahlem, Hist. Abt. II, 2.4.1, Abt. II, N° 5182, f. 102ss. 19 Véase Schröter, B.: "Die wissenschaftliche Begegnung", op. cit., págs. 231, 232.
20 Véase p. ej. Brunken, I.: Medizinisches und Pharmazeutisches in E. Poeppigs "Reise in Chili und Peru und auf dem Amazonenstrom 1827-1832", tesis doctoral médica, Düsseldorf 1977. 21 Véase sobre todo Keller, C. (ed.): Tropenvegetation und Tropenmenschen, Leipzig 1965; Poeppig, E.: Un testigo en la alborada de Chile (1826-1829), ed. Keller, C., Santiago de Chile 1960. 22 Steffen, H.: "Der Anteil der Deutschen an der geographischen und geologischen Erforschung der Republik Chile während des ersten Jahrhunderts ihres Bestehens", en: Deutsche Arbeit in Chile, Santiago de Chile 1910, pág. 190.
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"también habrá necesidad de agregar el nombre de Poeppig entre los elementos constitutivos de nuestra nacionalidad"; 23 este último sobre todo con vista a la importante inmigración alemana posterior. Si se observa la historiografía actual del país andino se diría que la demanda de Keller halló eco, por lo menos parcialmente. Entre otras, Poeppig ocupa un lugar importante en las obras más recientes del destacado historiador chileno, Sergio Villalobos, y su escuela. 24 ¿Cómo puede explicarse este fenómeno, es decir, cómo explicarse la salida de la obra de Poeppig de su casi anonimato y su mayor valorización? En general puede decirse que se debe, por un lado, a nuevos modos de plantear problemas históricos y a la consideración de diferentes disciplinas de la ciencia social. Por otro lado, se debe a los propios temas que Poeppig trata en su obra, por lo que la traducción de los trabajos desempeñó un papel importante. En cuanto al interés contemporáneo, dos aspectos desempeñan en especial un papel central, los que proceden principalmente de las características específicas del viaje. Poeppig estuvo en Chile desde marzo de 1827 hasta la mitad de 1829, de modo que en comparación, permaneció mucho tiempo en este país. Durante su estadía se concentró principalmente en tres regiones: el llamado Norte Chico, el Valle Central y la región próxima al Bío Bío. Como botánico Poeppig prefirió naturalmente el campo, por lo general poco poblado. Además, por su estancia en el sur, estuvo en una de las zonas fronterizas y de población indígena más típicas de todo Chile y, puede decirse, de toda la América española. El nombre del río Bío Bío, me parece, habla por sí mismo. Estancias largas en pocos lugares y el avance hacia espacios que por mucho tiempo fueron inaccesibles. Poeppig observó con un espíritu perspicaz y perseverante lo que luego reflejó en su obra en forma de impresiones muy detalladas y profundas. Como en muchos otros países latinoamericanos, en los años 60 y 70 empezaron a surgir cuestiones histórico-sociales que desembocaron en diferentes subdisciplinas. Aquí solamente deseo remitir a la etnohistoria, y, más recientemente, a la historiografía dedicada a regiones fronterizas o la llamada historia rural. Para estas subdisciplinas, la obra de Poeppig ofrece muchos aspectos interesantes si se piensa solamente en las observaciones muy amplias acerca de la vida rural de todas las capas sociales, pero sobre todo de las capas bajas de la población. Además, con sus descripciones de la vida de los pehuenches brindó un aporte esencial sobre esta tribu extraordinariamente importante en la historia de la frontera de todo el Cono Sur. Así no es de extrañar que debido a los nuevos intereses de nuestra época, la obra de Poeppig adquiriera una creciente valorización en Chile, donde per-
23 Poeppig: Un testigo, op. cit., pág. 11. 24 Véase Villalobos, S.: Los pehuenches en la vida fronteriza, Santiago de Chile 1989.
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maneció casi en el olvido durante largo tiempo. Esto puede constatarse con cierta seguridad, si bien queda mucho por hacer. En la última etapa de nuestro proyecto mi tarea consistirá en investigar más profundamente el interés contemporáneo chileno acerca de él y sus observaciones y opiniones sobre los indígenas.
Mostrar la bandera: la presencia naval alemana en América Latina en vísperas de la fundación del Imperio Achim Domnick
SMS Viñeta en Sudamérica (1865/66) Al hablar de las relaciones entre Alemania y América Latina en el siglo XIX, generalmente se considera la fundación del Segundo Imperio como el inicio de una nueva etapa de los contactos mutuos. 1 En este contexto, y bajo la perspectiva general de la "Weltpolitik" alemana y de la rivalidad de las potencias imperialistas, también se ha investigado la política naval alemana respecto a América Latina, especialmente en los decenios precedentes a la Primera Guerra Mundial. 2 La presencia de buques de guerra alemanes en aguas latinoamericanas antes de 1870/71, por otra parte, sigue siendo negada. 3 En realidad, la flota alemana ya emprendió sus primeros viajes a América Latina poco después de su fundación, a
1 Para un breve esbozo de las relaciones entre Alemania y América Latina durante el Segundo Imperio véase Bernecker, Walther L. y Thomas Fischer: "Deutschland und Lateinamerika im Zeitalter des Imperialisinus, 1871-1914", en: Ibero-Amerikanisches Archiv. Zeitschrift für Sozialwissenschaften und Geschichte, Neue Folge, vol. 21, 1995, 3-4, pags. 273-302. 2 Para una bibliografía extensa sobre el imperialismo alemán y la "Weltpolitik" alemana véase Michael Fröhlich: Der deutsche Imperialismus, München 1993. Entre los escasos estudios detallados y con una considerable alusión a las fuentes y la literatura sobre aspectos marítimos y políticos de las relaciones germano-latinoamericanas durante el Segundo Imperio destacan O. Fecht: "Die Kaiserliche Marine 1870/78 in iberoamerikanischen Gewässern (Aus Akten des Reichsmarinearchivs)", en: Marine-Rundschau 37, 1932/6; Ragnhild Fiebig von Haase: Lateinamerika als Konfliktherd der deutsch-amerikanischen Beziehungen 1890-1903 (Schriftenreihe der Bayrischen Akademie der Wissenschaften, vol. 27), Göttingen 1987; Ferenc Fischer: "Chile und die deutsche Kriegsmarine vor dem Ersten Weltkrieg", en: Dietrich Briesemeister y Heinz Joachim Domnick (eds.): Amerika 14921992. Neue Welten - Neue Wirklichkeiten, Braunschweig 1992, págs. 239-246 y Michael Zeuske: "El final del imperio de España en América. Transformación imperial y transición del poder en Cuba (1898-1902)", en: Schröter, Bernd und Karin Schüller (eds.): Tordesillasy sus consecuencias. La política de las grandes potencias europeas respecto a América Latina (1494-1898), Frankfurt/M. 1995, págs. 143-179. 3 Bernecker, Walther L.: Die Handelskonquistadoren. Europäische Interessen und mexikanischer Staat im 19. Jahrhundert, Wiesbaden 1988, págs. 686s.
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mediados del siglo pasado, y en los aftos sesenta incluso llegó a plantearse seriamente la posibilidad de instalar una base naval en las Indias Occidentales. 4 Entre esas primeras operaciones ultramarinas de la Marina alemana destaca el viaje de la corbeta prusiana SMS Viñeta a Brasil, La Plata y Chile entre 1865 y 1868, porque fue el primer barco de guerra prusiano que llegó a América Latina con la orden explícita de proteger a los ciudadanos e intereses alemanes en ultramar. Además, por diversas vicisitudes, su viaje se alargó considerablemente hasta que al fin la Viñeta resultó ser el primer barco de guerra prusiano que circunnavegó el globo. Si bien la iniciativa para la misión de la Viñeta partió del lado alemán, sus causas directas se encontraban en Sudamérica, precisamente en los enredos políticos y militares en el Río de la Plata, que en 1864/65 desembocaron en la invasión de Uruguay por tropas brasileñas y después en la intervención de Paraguay, lo que a su vez provocó la Guerra de la Triple Alianza de Brasil, Argentina y Uruguay contra Paraguay. En 1870 esta guerra finalizó con una derrota total y la completa destrucción de este Estado en el interior de Sudamérica. Entre los europeos contemporáneos, la Guerra de la Triple Alianza despertó un interés extraordinario, lo que en parte se refleja en una intensa información periodística durante toda la contienda. 5 Sin embargo, el interés por tales acontecimientos y las distintas reacciones no se limitaban a la opinión pública. Preocupado por los intereses comerciales alemanes en los Estados beligerantes y considerando la posible necesidad de proteger directamente a los alemanes residentes en esos países, ya a mediados de marzo de 1865, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Berlín se dirigió al Ministro de Guerra y Marina, Roon, a fin de averiguar las posibilidades de cumplir con los deberes correspondientes y enviar un buque de
4 Hay una serie de trabajos alemanes sobre el desarrollo de la Armada alemana que mencionan los viajes a América Latina, pero generalmente sólo los consideran bajo la perspectiva de la historia naval alemana y no en cuanto a su incidencia en las relaciones germanolatinoamericanas. No obstante, contienen numerosas informaciones detalladas sobre las primeras expediciones de la Armada germano-prusiana hacia América Latina. Véase especialmente Willi A. Boelcke: So kam das Meer zu uns. Die preußisch-deutsche Marine in Übersee 1822 bis 1914, Frankfurt/M., Berlin, Wien 1981 y la tesis doctoral de Wolfgang Petter: Die überseeische Stützpunktpolitik der preußisch-deutschem Kriegsmarine, 18591883, Phil. Diss, Freiburg i. Br. 1975. Álvarez Gutiérrez, quien investiga la posición de Bismarck frente al conflicto en Cuba a partir de 1868, aporta además muchos detalles sobre las operaciones de barcos de guerra alemanes contemporáneos en todo el Caribe. Véase Alvarez Gutiérrez, Luis: La diplomacia bismarckiana ante la cuestión cubana, 1868-1874, Madrid 1988. 5 Domnick, Heinz Joachim: Der Krieg der Tripel-Allianz in der deutschen Historiographie und Publizistik. Zur Erforschung des historischen Lateinamerikabildes im 19. und 20. Jahrhundert, Frankfurt, Basel, New York 1990.
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guerra a la costa oriental de Sudamérica. 6 En un principio Roon mostró una actitud favorable ante esta "significativa tarea para el desarrollo y la importancia de la Marina prusiana" e incluso consideró que la flota estaba en condiciones de realizarla tanto por su estado técnico como de personal. 7 Sin embargo, debido a la ocupación de los ducados del Elba, sus fuerzas estaban comprometidas, de modo que no podía disponer de una mayor unidad naval para la operación proyectada. 8 Bismarck, por el contrario, consideraba tan importante la presencia naval prusiana en la costa oriental de Sudamérica que llegó a prometer su intervención personal ante el Ministerio de Hacienda para cubrir los gastos "extraordinarios". Sin lugar a dudas, ante tal promesa Roon se percató inmediatamente de la posibilidad de una ampliación de la flota fuera del plan. Así, advirtió al Ministro de Asuntos Exteriores que, dado el estado de su presupuesto y las múltiples tareas marítimas, sólo sería posible organizar una misión naval en Sudamérica si al mismo tiempo se garantizaba la presencia de la flota prusiana en aguas europeas con el armamento de otro buque. 9 Sin embargo, las incipientes esperanzas de la Armada prusiana de aprovechar la proyectada operación en Sudamérica para mejorar su estado material y personal se esfumaron al llegar a Alemania las primeras noticias de la rendición de Montevideo y de su ocupación por las tropas brasileñas. Tales acontecimientos parecían indicar el fin de la guerra y de la supuesta amenaza para los intereses alemanes en La Plata.10 A fines de agosto de 1865, el Ministro de Asuntos Exteriores recibió noticias alarmantes del encargado de negocios prusiano interino en Brasil, von Bunsen." Debido a la ausencia de la mayor parte de las fuerzas armadas brasileñas, ocupadas en la guerra con Paraguay, von Bunsen advirtió insistentemente sobre el peligro de derrumbamiento del orden público en algunas regiones del Imperio. En el nordeste de Brasil ya se habían registrado excesos y el pillaje de propiedades 6 Subsecretario de Estado Thile al Ministro de Marina Roon, Berlín 18.3. 1865, Bundesarchiv - Abteilung Militärarchiv: Kaiserliche Admiralität 1867- 1891 (BAMA, RM) 1 N 2360 F. 4. 7 Roon al Ministerio de Asuntos Exteriores, Berlín 23.3.1865, loe. cit., F. 6. 8 La Armada prusiana había crecido constantemente en los decenios anteriores, pero el rechazo de su presupuesto en 1862 había impedido la formación de la flota prevista por Roon. Consecuentemente, por razones materiales, la Marina se negó a realizar la expedición estimulada por el Ministerio de Asuntos Exteriores. Además hubo problemas con las tripulaciones. La mayoría de los marineros procedía de la marina mercante y habían sido reclutados sólo para la guerra contra Dinamarca. Después del cese de las hostilidades esos marineros fueron reclamados urgentemente por la marina mercante. Roon al Ministerio de Asuntos Exteriores, loe. cit., F. 8-9. 9 Roon al Ministerio Asuntos Exteriores, loe. cit., F. 8-9. 10 Thile a Roon, Berlín 15.4.1865, loe. cit., F. 10. 1' Von Bunsen a Bismarck, Río de Janeiro 23.7.1865, loe. cit., F. 12.
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inglesas había motivado al gobierno de Londres a despachar un buque de guerra. Además, según las observaciones de Bunsen, regía el temor general ante una gran rebelión de los esclavos, mientras que la presumida ofensiva paraguaya contra Porto Alegre causaba gran preocupación entre los hombres de negocios y los emigrantes alemanes en la región, que temían verse inmersos en las luchas que se avecinaban. Por todo ello, Bunsen abogó insistentemente por la protección de los alemanes en el sur de Brasil y el estacionamiento de uno o varios buques de guerra en la costa brasileña. E l Ministerio de Asuntos Exteriores informó a Roon sobre el nuevo estado de cosas. 1 2 Sin demora, éste aprobó el despacho de un buque de guerra y aseguró también que procuraría obtener la autorización real, presentando inmediatamente el caso ante la Corte. U n a de las razones de esta rápida decisión fue que previsiblemente, ante la inminente llegada del invierno, las actividades navales en aguas alemanas serían menores, lo que ofrecía más posibilidades para la movilización de un buque que en la primavera pasada. 13 Debido a las eventuales dificultades de fondeo en los puertos sudamericanos, a Roon no le pareció oportuno enviar un buque de guerra de gran calado y la Marina decidió movilizar la corbeta de hélice Viñeta, a la sazón estacionada en Kiel, que debía zarpar con rumbo a R í o de Janeiro y después seguir curso a Montevideo 1 4 . En ambas ciudades debería ponerse en contacto con los respectivos encargados de negocios prusianos para obtener informaciones más detalladas sobre la situación general y planear las operaciones especiales necesarias para cumplir la orden de protección. 1 5 El Ministerio de la Marina esperaba recibir un informe detallado sobre las experiencias recabadas durante la misión, sobre todo en lo referente al equipo. El mismo Ministerio, siempre pensando en el engrandecimiento de la Armada, utilizaba el argumento de la debilitación de la flota, ocasionada por la misión de la Viñeta, para exigir en compensación el armamento de un nuevo buque de guerra, preferiblemente un 12 Director Ministerial v. Philipsborn a Roon, Berlín, 10.9.1865, loe. cit., F. 11. 13 Roon al Ministerio de Asuntos Exteriores, Berlín, 18.9.1865, loe. cit., F. 13. 14 En toda su historia la Armada alemana moderna tuvo tres barcos llamados Viñeta. En este caso se trata del primero. El navio fue construido entre 1860 y 1864, tenía velas y combustión de carbón, alcanzando una velocidad de ocho nudos. Sus dimensiones eran de 2.504 toneladas, 6,53 m. de calado, 73,32 m. de eslora y 12,9 m. de anchura. Su tripulación era aproximadamente de 370 personas entre oficiales y marineros. Véase Hildebrand, Hans H., Albert Róhr, Hans-Otto Steinmetz: Die deutschen Kriegsschiffe - eirt Spiegel der Marinegeschichte von 1815 bis zur Gegenwart, vol. 6, Herford 1982, pág. 129s. En la guerra con Dinamarca recientemente terminada la Viñeta, bajo el mando del capitán de corbetas Wickmann, había destacado cerca de Hela, combatiendo contra el buque de líneas danés Skjóld y el vapor armado Holger Danske. ' 5 Pro-Memoria del Ministerio de Marina para la ponencia inmediata para el Rey Guillermo I, Berlín, 27.9.1865, BAMA RM 1 PG 64981, F. 14-15.
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acorazado. 16 Las solicitudes del Ministerio del Exterior y de la Marina hallaron eco y el 28 de septiembre de 1865, el rey Guillermo I ordenó el despacho de la Viñeta hacia Sudamérica y la adquisición de un acorazado en compensación. 17 En consecuencia, bajo el mando del capitán Kuhn, la Viñeta se desplazó de Kiel a Danzig a fin de equiparse para el viaje. 18 Sin embargo, al preparar la misión del barco surgieron dificultades que causaron retrasos considerables. 19 Por fin a primeros de noviembre, la corbeta zarpó de Danzig con destino a Kiel, donde completaría su equipo. Por último, a primera hora de la tarde del 19 de noviembre, la Viñeta levó anclas en el puerto de Kiel y zarpó rumbo a Plymouth. Por aquel entonces ese puerto inglés era una base importante para las operaciones transoceánicas de la Marina prusiana. 20 Todavía no había arribado la corbeta a Plymouth cuando ya se produjeron importantes cambios en las órdenes respecto a su misión. El 26 de noviembre, el subsecretario de Estado Thile y Roon se entrevistaron para tratar sobre las complicaciones entre España y sus ex-colonias Chile y Perú.21 Ambos convinieron en mandar la Viñeta a Chile después de que ésta hubiera cumplido sus órdenes en la costa atlántica sudamericana para que observara el desarrollo de la situación en el Pacífico. En caso de encontrarse allí con una escuadra inglesa, el capitán Kuhn tendría que subordinarse al comandante inglés. Para otras instrucciones, Kuhn debería contactar al encargado prusiano en Chile.22 Una vez obtenido el permiso real para estos planes, el Mando Supremo de la Marina envió esta ampliación de la orden original a Plymouth por telégrafo. Prevista con las nuevas instrucciones, el 11 de diciembre por la mañana, la Viñeta zarpó rumbo a Río de Janeiro. Prime-
16 ibíd. 17 Allerhöchste Cabinetts-Ordre, Berlín, 28.9.1865, loe. cit., F.18. 18 En Danzig en 1853 se había fundado la Intendancia de la estación naval que fue trasladada a Kiel en junio de 1865. A pesar de eso, en el otoño de aquel año el puerto de Danzig con sus astilleros reales seguía formando el centro de la organización naval prusiana y disponía de casi toda la infraestructura necesaria para el equipamiento de operaciones navales a gran escala. 19 Aunque el capitán Kuhn había asegurado por telégrafo al Ministerio de Marina el 13 de octubre que levaría anclas dentro de ocho a diez días, a finales de mes la corbeta todavía se encontraba en el puerto de Danzig, Telegramm von Kapitän z. S. Kuhn an das Marineministerium, Danzig, 13.10.1865, BAMA RM 1 PG 64981, F. 22. El retraso se debió al mal tiempo que impidió realizar trabajos urgentemente necesarios en la estructura del barco y a problemas técnicos, Oberkommando der Marine an Marineministerium, Berlín, 10.11. 1865, loe. cit., F. 33. 20 Tirpitz, Alfred v.: Erinnerungen, Leipzig 1919, págs. 9s. 21 Thile a Roon, Berlín, 27.11.1865, BAMA RM 1 PG 64981, F. 28. 22 Thile a Roon, Berlín, 29.11.1865, loe. cit., F. 29.
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ro se dirigió a Madeira, el 9 de enero cruzó el ecuador, diez días más tarde dobló Cabo Frío y tras un viaje de seis semanas, el 20 de enero echó anclas en el puerto de Río de Janeiro, donde ya se encontraban varios buques de guerra ingleses, franceses, norteamericanos y españoles. Ante la aparente normalidad de la situación en la capital brasileña, el capitán Kuhn no consideró necesario prolongar su estancia para proteger los intereses alemanes y decidió trasladarse a Montevideo cuando antes. Sin embargo, debido a su orden de contactar al encargado prusiano Eichmann, que entonces se encontraba en la Corte Imperial en Petrópolis, Kuhn tuvo que esperar a que éste regresara. 23 Mientras que la Viñeta se encontraba fondeada e inactiva en el puerto de Río de Janeiro, en Berlín se dieron nuevas y muy amplias disposiciones para su misión. A causa de la creciente piratería en las aguas chinas y la incapacidad del gobierno imperial en Beijing para proteger el comercio exterior, con un valor total de cien millones de libras esterlinas, el gobierno inglés, cuyos subditos realizaban la mayor parte de ese comercio, pidió a Prusia su participación en una acción conjunta de los representantes ingleses y prusianos en Beijing y la movilización de un buque de guerra que, junto con navios ingleses, protegiera las líneas marítimas de comunicación, amenazadas por los piratas chinos. 24 Bismarck informó a la Marina sobre esta petición, pero recibió una negativa. 2S El año anterior había sido rechazado el segundo presupuesto de la flota y a pesar de una adhesión por principios a la petición inglesa, la Marina no se consideraba capaz de conseguir los medios necesarios antes de que finalizara la misión de la Viñeta. Bismarck, quien por sus planes políticos en Alemania en esa época tenía gran interés en mantener buenas relaciones con Inglaterra, no cedió. Envió otra carta a Roon en la que incluyó un informe del cónsul prusiano en San Miguel de Salvador, el médico Dr. C. E. Bernhard. 26 En su informe Bernhard describía detalladamente los esfuerzos hasta entonces infructuosos de varios comerciantes alemanes en Nicaragua para que el gobierno nicaragüense les indemnizase por la pérdida de mercancías que habían sido destruidas por tropas gubernamentales. Bismarck apeló al sentido del honor y al patriotismo del Ministro de Guerra y la Marina al comunicarle que aparentemente los Estados centroamericanos consideraban a Prusia demasiado "débil" para proteger a los ciudadanos de los Estados alemanes
23 Kapitän z. S. Kuhn al Alto Mando de la Marina, Río de Janeiro, 23.1.1866, loe. cit., F. 52-53. 24 Harry Lockwood, enviado británico en Prusia, a Bismarck, 26.1.1866, loe. cit., F. 38. 25 Bismarck a Roon, Berlín, 7.2.1866 y Roon a Bismarck, Berlín, 15.2.1866, ambas loe. cit., F. 38s. 26 Dr. med. C. E. Bernhard a Bismarck, San Miguel de Salvador, 21.12.1865, loe. cit., F. 42-48.
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residentes en el extranjero. 27 Por tal motivo, solicitó oficialmente que la Viñeta hiciera una demostración de fuerza en las costas centroamericanas. Ahora Roon, al reconocer la oportunidad que se le brindaba de una acción naval única, ya no mostró resistencia. No sólo consintió en la prosecución del viaje de la corbeta desde Chile al Istmo, sino que hizo eco de la petición de Bismarck respecto a la misión en Extremo Oriente y propuso mandar la Viñeta desde Centroamérica a China. 28 Bismarck asintió a tal extensión de la misión de la corbeta, lo que permitía alcanzar varios objetivos políticos nacionales e internacionales con un esfuerzo mucho menor. Por ello no sólo se mostró dispuesto a firmar la petición inmediata al rey y procurar los medios económicos necesarios, sino que también prometió intervenir personalmente ante el rey Guillermo I.29 Para tal fin, le servía de apoyo adicional en su argumentación una petición del representante prusiano en Perú, quien también reclamaba las operaciones de toda una escuadra prusiana para dar el respaldo necesario a los intereses comerciales alemanes en la región. 30 Guillermo I accedió a las peticiones del Ministro de Asuntos Exteriores y de sus representantes en ultramar y ordenó el traslado de la Viñeta a Centroamérica "para fomentar con su presencia los intereses alemanes y forjar los derechos de los súbditos alemanes". 31 Una vez finalizada esta misión, la Viñeta debería tomar rumbo a China para luchar contra la piratería. Después, en consideración al estado de la tripulación y del equipo, convendría que regresara cuanto antes a través del Océano índico y el Cabo de Buena Esperanza. Así, en la primavera de 1866, por lo menos teóricamente, no había ningún obstáculo para la primera vuelta al mundo de un buque de guerra prusiano. Entretanto, el capitán Kuhn y von Eichmann habían entrado en contacto en Río de Janeiro. Sus conversaciones se concentraron en la futura misión de la Viñeta, de cuyo despacho estaban enterados los diplomáticos prusianos en Sudamérica desde octubre de 1865. Al recibir esta noticia, el entonces encargado prusiano interino en Brasil se dirigió al representante prusiano en los Estados de La Plata, von Gülich, residente en Montevideo, para proponerle el estacionamiento permanente del navio cerca de Santa Catalina, en la costa meridional de Brasil. Von Gülich no estaba convencido de la necesidad de la presencia de la corbeta en la costa atlántica y optó por continuar su viaje a Chile, aunque no se opuso estrictamente a los planes de von Bunsen. 32 Von Eichmann suponía que el capitán Kuhn 27 Bismarck a Roon, Berlín, 15.2.1866, loe. cit., F. 40. 28 Roon a Bismarck, Berlín, 21.2.1866, loe. cit., F. 49-50. 29 Bismarck a Roon, Berlín, 28.2.1866, loe. cit., F. 55. 30 ibíd. 31
Allerhöchste Cabinetts-Ordre, Berlín, 8.3.1866, loe. cit.
32 Encargado de Negocios v. Eichmann a Bismarck, Petrópolis, 15.3.1866, loe. cit., F. 7077.
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disponía de instrucciones concretas sobre el curso de su viaje y por eso no había participado en esta discusión hasta la llegada del buque a Río de Janeiro. 33 Cuando se enteró a través de Kuhn de que la futura misión de la corbeta dependía de las estimaciones que hicieran de la situación los representantes prusianos en Brasil y en La Plata, Eichmann se pronunció en contra de que la Viñeta efectuara operaciones en las costas atlánticas y pacíficas de Sudamérica y abogó por su estacionamiento en la costa atlántica. Esto le parecía una medida urgente e inevitable, independientemente de quien resultara vencedor en la guerra de Paraguay: Si los brasileños y las tropas aliadas con ellos logran forzar las fortificaciones de Paraguay en el Paso de la Patria y Humaitá y tomar la capital de esta república, el Presidente López será destituido y se establecerá un sistema de gobierno completamente distinto. Sin embargo, estos son cambios en los que aquellos Estados europeos que tienen relaciones comerciales con Paraguay y que han convenido tratados comerciales con él, como Prusia, tratan de tomar un mayor interés, al considerar que el comercio en general espera sacar considerables ganancias de tal revolución. En tales circunstancias, parece conveniente para las representaciones diplomáticas de Prusia tanto en La Plata como en Río de Janeiro, que el interés dedicado al comercio alemán en la costa oriental de Sudamérica por el gobierno real, sea documentado por la presencia de un barco de guerra o mejor aún por una escuadra. Si por el contrario, aunque no parece verosímil, los ejércitos aliados de Brasil, de la Confederación Argentina y de la Banda Oriental sufrieran una derrota en las fronteras con Paraguay, esto provocaría un retroceso considerable en la situación política de los Estados de la Plata y Brasil. Especialmente Brasil se vería ante graves dificultades, pues sus esfuerzos económicos y militares ya se hallan en un estado extremadamente tenso y caería en una grave crisis económica, así como en una crisis social debido a la cuestión de la esclavitud, que cada vez más reclama una solución. De ocurrir así, la presencia de fuerzas navales aportaría una protección efectiva a los intereses alemanes y ofrecería el respaldo tan necesitado por la población alemana en Brasil.14 De esta manera Eichmann apoyaba la propuesta de Bunsen de estacionar fuerzas navales alemanas en Santa Catalina, en el sur de Brasil. Además, el diplomático prusiano justificó la presencia de una estación naval en aguas brasileñas y no en La Plata, aludiendo a la fuerza general del "elemento" alemán en el Imperio, reflejada no sólo por los miles de colonos alemanes, sino también por la presencia de quince (¡sic!) consulados alemanes en Río de Janeiro. A la larga, estos considerables intereses comerciales y colonizadores obligarían a Prusia a mostrar su bandera también en el interior del continente. 35 El Mando Superior de la Marina estaba en principio de acuerdo con tales reflexiones y en un informe dirigido al Ministerio de Asuntos Exteriores recomendaba el estacionamiento de una escuadra en América del Sur tras la previa y adecuada ampliación de la Armada. 33 ibíd. 34 ibíd. 35 ibíd.
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Así pues, por el momento, el futuro de la expedición de la Viñeta dependía del curso que tomara la guerra en Paraguay. Por ello, el capitán Kuhn convenció a Eichmann de que sería mejor que la corbeta se trasladara a Montevideo, donde las noticias sobre el desarrollo de la guerra llegaban mucho antes que a Río de Janeiro. Una vez en la capital uruguaya, el capitán podría decidir más rápidamente si convenía permanecer en la región o trasladarse a Chile.36 Aunque la Marina prusiana disponía de todos los medios técnicos de la época, incluso del telégrafo, le resultaba difícil mantener contacto con sus unidades en ultramar. Por ello, y debido a las órdenes imprecisas sobre la necesidad y el momento en que debía proseguir el viaje, en la primavera de 1866 la Viñeta perdió transitoriamente el contacto con Berlín, lo que allí provocó considerables especulaciones sobre su paradero. Mientras que el Ministerio de Asuntos Exteriores suponía que la corbeta se encontraba rumbo al Pacífico y se apresuraba a informar por precaución al representante prusiano en Santiago de Chile, Levenhagen, y al cónsul Bernhard en Centroamérica sobre la ruta y las órdenes del navio, la Marina pensaba que Kuhn todavía se encontraba en Montevideo y exigió al Ministerio de Asuntos Exteriores una comprobación precisa que corroborara que la situación en la costa oriental de Sudamérica entretanto había dejado de ser peligrosa, por lo que la Viñeta podía zarpar rumbo a Chile. 37 De hecho, el capitán Kuhn ya había salido de Montevideo el 18 de marzo. Según sus propias observaciones y la opinión de von Gülich, a quien había contactado, no consideraba necesaria la presencia naval prusiana en el Río de la Plata. Así, tras abastecer el buque para su largo recorrido por la punta austral del continente americano, tomó rumbo a Valparaíso. Debido al mal tiempo, el viaje por el Cabo de Hornos resultó sumamente difícil. Además, ocurrió un acontecimiento trágico. Uno de los marineros se suicidó lanzándose al mar para evitar la pena de doce latigazos por insubordinación contra un oficial (el uso frecuente del látigo a bordo de la Viñeta causaría un gran escándalo público en 1869, lo que obligó a la Marina a mitigar el cumplimiento de las penas a bordo). El 7 de mayo, la Viñeta llegó por fin al puerto de Valparaíso. Así, en su recorrido por el Cabo de Hornos necesitó diez días más que para atravesar el Océano Atlántico. 38 Cuando la Viñeta aún se encontraba en alta mar, en la ciudad portuaria chilena ocurrieron acontecimientos importantes que iban a incidir en la futura misión de la corbeta. En el mes de abril, Valparaíso había sido bombardeado por una escuadra española bajo el mando del almirante Núñez porque Chile, junto con Ecuador y 36 Kapitän z. S. Kuhn al Alto Mando de la Marina, Río de Janeiro, 3.2.1866, loe. cit., F. 65. 37 Ministerio de Marina al Ministerio de Asuntos Exteriores, Berlín, 7.4.1866, loe cit., F. 81. 38 Alto Mando de la Marina al Ministerio de Marina, Berlín, 5.7. 1866, loe. cit., F. 93.
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Bolivia, se había puesto del lado peruano en el conflicto entre España y Perú. Ante la casi completa destrucción de la ciudad, una ola de indignación cruzó toda América, así que Bismarck, aunque seguía deseando una demostración de poder naval en la costa centroamericana, teniendo en cuenta las fuertes reacciones internacionales ante el procedimiento español, no la consideró oportuna en ese momento. 39 Por ello, el viaje de la Viñeta a Centroamérica no se realizó y el 23 de julio la corbeta partió de Chile hacia el puerto peruano de Callao (que también había sido atacado por Núñez en mayo). Allí la Viñeta concluyó la parte sudamericana de su misión y zarpó rumbo a China haciendo escala en Japón, que tan sólo había sido abierto por la fuerza unos aflos antes para la navegación internacional. Sin embargo, la misión de la Viñeta en Extremo Oriente no tuvo mucho éxito. En Japón sufrió una avería muy grave y en China, donde conforme a sus órdenes se unió a buques ingleses, su calado le impedía perseguir a los piratas chinos que se refugiaban en ríos pocos profundos al aproximarse los grandes buques de guerra europeos. Así, en 1867 la corbeta interrumpió su misión en la costa china y emprendió viaje hacia Alemania por el Océano Indico y el Cabo de Buena Esperanza. Después de un viaje de 1.065 días en total, la Viñeta arribó a Danzig en octubre de 1868. En reconocimiento a sus méritos náuticos, el capitán Kuhn ya había sido elevado al grado de contralmirante en Extremo Oriente. La Viñeta, poco después de su regreso, partió de nuevo hacia América bajo nuevo mando y en los años setenta repitió su vuelta al mundo con una ruta similar a la de su primer viaje. Así, su primera vuelta al mundo fue rápidamente olvidada, quizá debido a los espectaculares acontecimientos contemporáneos y posteriores, como la guerra en Alemania, la guerra germano-francesa, la fundación del Imperio y la construcción impetuosa de una gran Armada alemana. Sin embargo, el olvido tal vez se deba también a que el viaje de la Viñeta transcurrió paulatinamente. Su circunnavegación del globo no había sido proyectada ni anunciada como tal de antemano. No obstante, en el fondo, esto aumenta todavía más el mérito náutico de haberla realizado con éxito. Otra razón importante del escaso interés que despertó el viaje de la Viñeta se debió indudablemente a que durante toda su estancia en Sudamérica no intervino ni siquiera una sola vez Dara proteger los intereses alemanes, es decir, su misión en realidad resultó inútil. Confrontado con múltiples tareas y dependiente de los diplomáticos prusianos en la evaluación de las condiciones en el lugar, el capitán Kuhn también había presumido que hasta marzo de 1866 la guerra en Paraguay ya habría concluido: Todo depende de la toma de la fortaleza de Humaitá por los brasileños. Esta fortaleza está en el Paraná, rodeada por dos lados por el río de ese mismo nombre y por pantanos hacia la tierra. Se dice que fue muy bien armada por ingenieros americanos y que dispone 39 Bismarck a Roon, Berlín, 16.5.1866, loe. cit., F. 94.
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de 120 cañones gruesos. Los brasileños tienen tres baterías acorazadas en el Paraná y sólo esperan las inundaciones, que deberán ocurrir este mes, para atacar la fortaleza. Si fracasan y son rechazados, se cree que estallará aquí una revolución y que las provincias septentrionales se separarán del Imperio porque la guerra descompuso la Hacienda del Estado. En tal caso, en Montevideo también se producirán desórdenes.40
Aparentemente el oficial prusiano de la Marina estaba firmemente convencido de la victoria brasileña, porque salió de La Plata después de una breve estancia, aunque temía que se produjeran disturbios en el caso de una derrota de los aliados. Hasta el fin de la guerra, en la costa atlántica del cono sur no apareció ningún otro buque de guerra alemán. Esto se debió obviamente al juicio equivocado del capitán Kuhn sobre la duración de la guerra, pero resulta difícil culparle de ese error, porque correspondía a la opinión de casi todos los observadores del conflicto. Aparte de eso, desde que los ejércitos aliados habían avanzado hasta el Paraná, los intereses de los alemanes en el sur de Brasil y en La Plata ya no estaban directamente amenazados. La posibilidad de que los alemanes en Paraguay corrieran serios peligros estaba aún muy lejana en la primavera de 1866. Cuando más tarde surgieron problemas y se precisó urgentemente la presencia de un buque de guerra alemán en el Paraná, la corbeta ya había zarpado rumbo a Chile hacía mucho tiempo.41 Sin embargo, allí llegó demasiado tarde y la demostración proyectada en la costa centroamericana tampoco se realizó. Además, la lucha contra los piratas en el otro lado del Pacífico no tuvo éxito. Por todo ello, considerando sus órdenes, la misión de la Viñeta fue realmente un fracaso (lo que no reduce el mérito náutico del mando y de la tripulación del navio). En las investigaciones recientes, el viaje de la Viñeta ha vuelto a llamar la atención, principalmente por su cooperación con las fuerzas navales inglesas en el Pacífico. Desde esta perspectiva, la verdadera razón de su presencia en aguas americanas se presenta de manera generalizada como "la Guerra Civil en Sudamérica" (¡sic!), a modo de nota marginal de segunda importancia.42 Otras aportaciones sobre las primeras operaciones en ultramar de la Armada germano-prusiana se
40 Kapitän z. S. Kuhn al Alto Mando de la Marina, Río de Janeiro, 3.2.1866, BAMA RM 1 PG 64981, F. 65. Como consecuencia, las investigaciones sobre los alemanes desaparecidos en Paraguay en el posterior curso de la guerra sólo pudieron realizarse con la ayuda de otros países que tenían estacionado barcos de guerra en el La Plata. Véase Staatsarchiv Hamburg, CI. VI no 16K Paraguay Vol. 1 Generalia et Varia Fasz. 2) Acta btr. Mittheilungen des Bundeskanzleramtes ueber das Schicksal der Deutschen in Paraguay in Anlaß des dortigen Krieges, insbesondere der hamburgischen Angehörigen Emil Neumann und Carl Pröschel y Domnick, Tripel-Allianz-Krieg, págs. 55-60. 42 Jörg Duppler: Der Junior-Partner. England und die Entwicklung der deutschen Marine 1848-1890. Schriftenreihe des deutscnen Marine-Institutes, vol. 7, Herford 1985, pág. 246.
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concentran casi exclusivamente en las acciones de la Viñeta en Extremo Oriente, o bien tienden a omitir completamente su viaje. 43 A pesar de tal menosprecio, el viaje de la Viñeta no fue un acontecimiento individual aislado sino que correspondió más bien al constante interés de la Marina alemana moderna por América Latina desde su fundación. La armada alemana en el siglo pasado fue el resultado de una alianza entre la "burguesía nacionalista, liberal y navalista" y los partidarios militares de una flota de guerra en Prusia que, aunque eran pocos, contaban en sus filas con personajes tan ilustres como Federico Guillermo III y Federico Guillermo IV y principalmente con el príncipe Adalberto, primo de los dos monarcas. 44 La colaboración entre estos dos grupos tan diferentes se basaba en un compromiso jamás pronunciado, ya que los partidarios militares de la Armada, recordando las vicisitudes de la última guerra con Dinamarca (entonces la potencia colonial y naval más poderosa de Europa septentrional), aspiraban a la formación de una flota estratégica para que Prusia fuera capaz de decidir la próxima guerra en el mar. Por el contrario, la burguesía mercantil no tenía objetivos estratégicos sino que deseaba una protección activa de su comercio ultramarino, cada vez mayor, y la defensa de sus líneas de comunicación ante cualquier amenaza militar. El fracaso de la revolución alemana de 1848/49 puso fin a las grandes aspiraciones navales formuladas en aquel bienio revolucionario y Prusia heredó la joven flota alemana. A pesar de su tamaño restringido, ya en 1852 una escuadrilla formada por tres barcos salió hacia Sudamérica para estudiar el mercado en el Río de la Plata y Brasil (¡sic!), representar los intereses comerciales y navales alemanes allí, investigar las posibilidades de emigración y perfeccionar la instrucción de las tripulaciones. Uno de los barcos, el Gefión, pasó además por Costa Rica antes de 43 Véase Fecht: "Kaiserliche Marine"; E. Böhm: Überseehandel und Flottenrüstung. Hanseatische Kaufmannschaft und Seerüstung ¡879-1902, Düsseldorf 1972; Willi A. Boelcke: So kam das Meer zu uns. Die preußisch-deutsche Marine in Übersee 1822 bis ¡914, Frankfurt/M., Berlin, Wien 1981; W. Küntzel: "SMS Viñeta - das erste deutsche Kriegsschiff auf Weltreise", en: Marine-Forum (Off. Organ der deutschen Marine-Offiziers-Vereinigung), ed. Deutsches Marine-Institut, LV/4 (1980), págs. 117-120. La mencionada tesis doctoral de Petter es una excepción importante entre esos trabajos, ya que dedica un capítulo entero al viaje de la Viñeta. Aunque se concentra principalmente en las operaciones de la corbeta en Extremo Oriente, Petter aporta una breve revisión de las causas y del curso del viaje de la corbeta. Por ello resulta sorprendente que Fenske, que se basa por lo menos parcialmente en el trabajo de Petter, no mencione el viaje de la Viñeta, que fue realmente una novedad en la política prusiana de ultramar. Hans Fenske; "Ungeduldige Zuschauer. Die Deutschen und die europäische Expansion 1815-1680", en: Wolfgang Reinhard (ed.): Imperialistische Kontinuität und nationale Ungeduld im 19. Jahrhundert, Frankfurt/M. 1991, págs. 87-123. 44 Adalberto, oficial de artillería, ya en los años cuarenta se había entusiasmado por proyectos navales y en los próximos decenios ganaría una influencia decisiva en el desarrollo de la Armada prusiana.
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regresar a Alemania para respaldar políticamente un proyecto de asentamiento de la Deutsche Kolonisationsgesellschaft fur Mittelamerika. Apenas había finalizado la expedición del Río de la Plata y América Central, cuando en 1853 el presidente de gobierno Manteuffel pidió a la Marina que asumiera el traslado del cónsul prusiano a Chile, lo que la Armada rechazó debido a su reducido tamaño. Dos años más tarde, el Ministerio del Interior, estimulado por el ministro residente prusiano en México, Freiherr von Richthofen, solicitó la participación de la Marina en un asentamiento prusiano en México. Una vez más la Marina se negó justificándose nuevamente con su tamaño insuficiente, pero también con la doctrina de Monroe, que "no permitía a ninguna potencia europea adquisiciones territoriales en la parte septentrional (¡sic!) del continente americano . A finales de los años cincuenta, el gobierno prusiano organizó una gran expedición a Extremo Oriente con el fin de establecer relaciones comerciales y políticas con Japón, China y Tailandia. Al regresar de esa expedición debería cruzar el Pacífico y arribar en Patagonia para ocuparla, según orden expresa del príncipe regente Guillermo. Sin embargo, esa orden no llegó a cumplirse porque las negociaciones en Asia Oriental se demoraron más de dos años. Mientras tanto, las tripulaciones y los barcos sufrían grandes fatigas debido al clima tropical. Por ello, el conde de Eulenburgo, jefe de la misión diplomática, se negó a realizar 'la parte sudamericana' de la orden y propuso el despacho de sólo un barco, el Thetis, a Patagonia al que deberían enviarse sin demora suficientes refuerzos materiales y de personal ya que muy probablemente tendría que afrontar la resistencia de los aguerridos aborígenes y del gobierno argentino. El contralmirante Jachmann, comandante de la escuadrilla, rechazó a su vez la orden aludiendo al agotamiento de las tripulaciones (de las cuales una tercera parte ya había perecido víctima de enfermedades tropicales). 45 45 El verdadero trasfondo de este proyecto todavía no ha sido aclarado hasta hoy; además, las fuentes accesibles se contradicen. Por un lado se habla de la instalación de una colonia de delincuentes y emigrantes en la costa atlántica de Patagonia y por otro lado de una base naval para la guerra de cruceros contra la navegación mercante danesa. Se desconoce igualmente por qué el príncipe Adalberto, el partidario más importante de una flota estratégica, en contradicción a sus ideas generales, se pronunció a favor del proyecto, sostenido además por su primo, el príncipe-regente Guillermo I, con lo cual casi toda la cumbre del Estado prusiano afirmaba la empresa, lo que es un indicio indiscutible de la seriedad de los planes. Siemers, Bruno: "Preußische Kolonialpolitik 1861-1862", en: Nippon. Zeitschrift für Japanologie 3 (1937), págs. 20-26. Al principio de la empresa siempre se hablaba en términos muy generales sobre una base en Sudamérica o en el Mar del Sur. Tan sólo empezó a aludirse concretamente a Patagonia cuando el conde de Eulenburg regresó de París, donde se había informado sobre la situación en Asia Oriental a través de las conversaciones mantenidas con el comandante de las fuerzas expedicionarias francesas en la Segunda Guerra del Opio. Aproximadamente en esa
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El fracaso de ese proyecto, mantenido estrictamente en secreto, inició una interrupción de las operaciones de la flota prusiana en América Latina porque el incipiente conflicto constitucional en Prusia bloqueó incluso la planificación naval. 46 Tan sólo la victoria en la guerra con Dinamarca en 1864, en la que las fuerzas navales aportaron muy poco a pesar de las aspiraciones de sus fundadores, acabó con este bloqueo y marcó el inicio de cambios decisivos para la Armada. Aunque con esa victoria los partidarios de una flota estratégica dirigida en primer lugar contra el reino escandinavo habían perdido su razón de ser, como consecuencia de la guerra la Armada aspiraba a un engrandecimiento considerable de su potencial. Hasta 1864 la construcción de un puerto en el Mar Báltico había constituido un objetivo importante en la planificación naval y por añadidura en el presupuesto de la flota. Con la ocupación del puerto de Kiel se alcanzó ese objetivo sin tener que gastar los medios previstos, por lo que la Marina deseaba que los medios ahorrados en el puerto se utilizaran para adquirir nuevos barcos. A fin de que el Parlamento le asignara los medios pertinentes, la Marina acordó debidamente asumir la protección del comercio ultramarino (lo que en el fondo no estimaba) para justificar la necesidad de una flota potente. Consecuentemente el ministro de Marina Roon al exponer los motivos "de un plan para la fundación/engrandecimiento de la Armada prusiana, esbozados a principios de 1865, se pronunció claramente a favor de la protección del comercio". 47 Tanto el viaje de la Viñeta como las demandas ya mencionadas de von Bunsen, Harmsen y Bernhard y el deseo de Bismarck de realizar una manifestación de fuerza en Centroamérica concuerdan perfectamente con ese cuadro político.
época se iniciaron también los planes de la intervención de Napoleón III en Méjico y del aventurero francés Antoine Orélie de Tounens de fundar un reino de Araucanía y Patagonia. Se ha venido sospechando que Antoine Orélie contaba con el apoyo de Napoleón III, aunque hasta ahora no ha sido comprobado. N o obstante, las reacciones chilenas y argentinas a la fundación del reino de Araucanía por Antoine Orélie muestran que a los contemporáneos la idea de una ocupación europea de Patagonia no les parecía en absoluto absurda. Véase Müther, Jutta: Orélie Antoine /., König von Araukanien und Patagonien oder Nouvelle France. Konsolidierungsprobleme in Chile 1860-J870, Frankfurt/M., Bern, N e w York, Paris 1990 (además en Prusia también se disponía de la relación de Schröder con mucha información sobre la región y un eventual asentamiento). De todos modos, el "Thetis", en su viaje de regreso a Alemania, arribó en Sudamérica, aunque no voluntariamente. Una tempestad en el Atlántico meridional le obligó a buscar refugio en el puerto de Bahía. 46 Acerca de las consecuencias del conflicto constitucional para la flota véase Petter, Wolfgang: "Deutsche Flottenrüstung von Wallenstein bis Tirpitz", en: Militärgeschichtliches Forschungsamt (ed.): Deutsche Militärgeschichte in sechs Bänden, 1648-1939, vol. V., Abschnitt VIII. Deutsche Marinegeschichte der Neuzeit, München 1983, págs. 76-79. 47 Ibid., pág. 82.
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En 1866, cuando la Viñeta ya se encontraba en América, el Presidente de Costa Rica, Castro, ofreció al gobierno de Prusia, a través de Napoleón III, el puerto de Limón en la costa atlántica de su país como base naval, oferta que fue desconsiderada por la Marina prusiana. En abril de 1867, el cónsul prusiano en Mazatlán, en la costa pacífica mexicana, aludiendo al estado indefenso de los alemanes en aquel lugar, solicitó el despacho de varios buques de guerra. Mencionaba también la impresión negativa que había provocado la ausencia de la Viñeta, cuyo despacho le había sido comunicado. En junio del mismo año, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Berlín reclamó una manifestación de poder naval en América Latina, lo que fue rechazado por la Marina. Sin embargo, prometió que una vez alcanzada la potencia adecuada, proyectaría el estacionamiento de buques de guerra en las costas meridionales y occidentales de América, fundaría bases marítimas ultramarinas y despacharía dos buques de guerra al Caribe durante el próximo invierno. Al parecer, el Ministerio de Asuntos Exteriores no se contentó con esa respuesta, ya que mientras tanto comerciantes alemanes de Barranquilla habían reclamado a Berlín los daños sufridos por la "arbitrariedad política" y un diputado confederal de la ciudad de Lübeck había solicitado a Bismarck su apoyo para algunos comerciantes de su ciudad natal en Venezuela. Por ello, el canciller prusiano propagó la idea de la fundación de una base naval en las Indias Occidentales, argumentando que "debido a la situación política en México, América Central, Venezuela y Nueva Granada, el comercio y la navegación alemana en aquellas aguas precisan protección urgentemente". 48 Al mismo tiempo, su Ministerio de Asuntos Exteriores siguió insistiendo en la necesidad de una misión naval en América Latina, hasta que en 1868 logró que Guillermo I diese la orden de estacionar la corbeta Augusta "en la costa oriental mexicana durante el invierno para la eventual protección de los ciudadanos de la Confederación de Alemania del Norte que viven allí"49. Basándose en esa orden real y la reiterada oferta del gobierno de Costa Rica para instalar una base, en septiembre el Ministerio de Marina consintió en enviar el buque Augusta también a Puerto Limón para explorarlo. Mientras que Bismarck favorecía la instalación de una base en el Caribe, la Marina planeaba la instalación de una base naval en la Bahía de Pailón, en Ecuador. 50 Aunque debido a su debilidad en ultramar la Armada tuvo que desistir fí48
Ibíd., pág. 141.
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Petter: Stützpunktpolitik,
pág. 137.
50 En 1854 una sociedad de propietarios anglo-germanos adquirió allí un terreno estatal. Además contrataron al famoso escritor de viajes alemán Federico Gerstácker para que propagara la noticia y atrajera compradores. En noviembre de 1868 se ofreció el terreno a la Confederación de Alemania del Norte, a la vez que se informó que el gobierno ruso se mostraba igualmente interesado en la oferta. En consecuencia, el Ministerio de Marina decidió adquirir la Bahía cuando realmente se fundara la proyectada estación naval en las costas de Sudamérica. El Mando Supremo de la Armada era más resoluto. El almirante
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nalmente de la realización de tales proyectos, siguió concediendo mucha importancia a América Latina como futuro campo de operaciones. En su planificación de estaciones ultramarinas del mismo afio proyectaba una estación en el Mediterráneo y otra en Africa Oriental, India y Asia Oriental, mientras que tenía previstas tres estaciones transatlánticas (una en la costa oriental de Norteamérica y el Caribe, otra en la costa oriental de Sudamérica y la tercera en la costa pacífica de ambas Américas). 51 En el contexto de estos planes, en 1868 se produjo un incidente por Puerto Limón, que tuvo gran repercusión internacional y cuyo trasfondo no ha sido aclarado hasta el día de hoy. 52
Jachmann, comandante en jefe, exigió a Bismarck la compra del terreno, con el que la Armada "ganaría un respaldo estimable en aquella región cuando en su día fuera colonizada por los alemanes". Sin embargo, él se negó a participar en tal colonización con las modestas fuerzas de su flota. Petter: Stützpunktpolitik, págs. 170ss. 51 Giese, Fritz: Kleine Geschichte der deutschen Flotte, Berlín 1956, pág. 36. 52 Todo empezó con la llegada a San José del comandante de la corbeta Augusta que mientras tanto había llegado al Caribe. En la capital costarriquense el marinero prusiano se reunió con el presidente Castro para discutir la fundación de una base naval prusiana en el citado puerto. Sólo después de que aparecieran en la prensa internacional artículos en tonos irritados sobre ese encuentro, el gobierno de la Confederación de Alemania del Norte desacreditó al oficial naval, cuyo proceder presuntamente arbitrario no repercutió negativamente en su futura carrera. No existe un trabajo amplio sobre la cuestión de Puerto Limón, por eso hay bastantes divergencias sobre su trasfondo. Schoonover, basado en sus propias investigaciones de archivo y en los breves artículos de v. Bülow y Polakowsky afirma que Kinderling al fin y al cabo actuó siguiendo órdenes de Bismarck, quien tan sólo se distanció de su negociador secreto a causa de las protestas internacionales contra tales planes. Petter, quien hasta ahora se ha ocupado más intensamente con el tema, supone que detrás del proceder de Kinderling se encontraba el príncipe Adalbert y por ello el gobierno de la Confederación se sintió realmente sorprendido. Según Petter, Bismarck daba al asunto mayor trascendencia porque temía que EE.UU. aspiraban que la Confederación de Alemania del Norte actuara como su lugarteniente en Costa Rica, ya que el tratado de ClaytonBulwer ataba las manos a EE.UU. en América Central. Esto sin duda hubiera provocado un conflicto con Inglaterra, no deseado por Bismarck dados sus objetivos políticos en Europa. A pesar de ello, en aquella época se concibieron planteamientos interesantes sobre una eventual cooperación marítima entre Prusia y EE.UU. que culminaron en las ideas del renombrado político estadounidense de procedencia alemana, Cari Schurz, acerca de la mutua concesión de bases navales en los respectivos hemisferios entre Prusia y EE.UU. para garantizar así las buenas relaciones. V. Bülow, Tulio v.: "Sobre el proyecto de la base naval alemana en 1868", en: Revista de los Archivos Nacionales, 7, 1943; Polakowsky, Helmuth: "Estación naval alemana en Costa Rica, 1883", en: Revista de los Archivos Nacionales, 7, 1943, págs. 55-65; Schoonover, Thomas: "Germany in Central America, 1820s-1929", en: Jahrbuch für Geschichte von Staat, Wirtschaft und Gesellschaft Lateinamerikas, 25, 1988, págs. 42ss.; Petter: Stützpunktpolitik, passim, esp. págs. 146ss.
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La cuestión de una base naval transatlántica incluso desempeñó un papel en la discusión de los objetivos de la guerra con Francia en 1870/71, en la que el Gran Duque Federico I de Badén apoyaba una proposición de Hamburgo de anexar la colonia francesa de Martinica.53 Más tarde, ya fundado el imperio, el cónsul alemán en Santo Domingo comunicó una propuesta del gobierno dominicano, "de formar una alianza con Alemania y concederle un puerto dominicano para el establecimiento de una estación marítima". 54 En consecuencia, la corbeta Gazelle, que navegaba por el Caribe, recibió la orden de tomar rumbo a la isla y efectuar los reconocimientos necesarios. Las negociaciones germano-dominicanas iniciadas después, se prolongaron hasta 1872. Ese mismo año el príncipe Adalberto, al final de su carrera, intervino una vez más en un asunto naval recomendando la compra a España de la isla deshabitada de Culebra, situada entre Santo Tomás y Puerto Rico. Aunque carecían de bases firmes, la presencia de barcos de guerra alemanes en aguas latinoamericanas se convirtió paulatinamente en un hecho constante. En 1868 el Victoria trasladó a Venezuela al representante de la recién fundada Confederación de Alemania del Norte, von Grabow, y cuando en el mismo año el general Monagas se rebeló contra el presidente Falcón, el cónsul alemán en Venezuela, von Bergen, le solicitó a Bismarck el despacho de un barco de guerra hacia Maracaibo para proteger los alemanes de la ciudad ante las posibles consecuencias de esta contienda. 55 De hecho, a finales de 1869 el Meteor, el Arcona y el Niobe zarparon hacia el Caribe, porque en Venezuela se había producido un incidente con navios comerciales alemanes. En 1870, en una parte del puerto de La Habana, declarada zona de guerra por las autoridades españolas, tuvo lugar el único combate naval de la guerra germano-francesa, enfrentándose el Meteor al barco de guerra francés Bouvet. 56 En julio de 1871 la corbeta Gazelle zarpó con rumbo a Venezuela para garantizar pagos obligatorios. Como su misión no tuvo éxito, la Marina (con el acuerdo de Bismarck) preparó la expedición de toda una escuadra a las Indias Occidentales.57 El mismo Bismarck se preocupaba detalladamente por una mejor configuración de la flota y recomendó a Roon el empleo de pequeños barcos veloces en los ríos venezolanos. 58 53 Petter: Flottenrüstung, pág. 196. 54 Ibid., pág. 222. 55
Von Bergen an das B.K.A., Berlin, 21.9.1868; Bundesarchiv, R 1401, Reichskanzleramt, Nr. 280/1, Die Beziehungen des (Norddt. Bundes) Dt. Reiches zu Venezuela, vol. 1, Oct. 1867-Ago. 1869, F. 33. Le doy las gracias a Heike Härtel por esta información. 56 Álvarez Gutiérrez: La diplomacia Bismarckiana, págs. 184ss. 57 Ibíd. 58 Steinmetz, Hans-Otto: Bismarck und die deutsche Marine, Herford 1974, pág. 44.
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En 1871 la corbeta N y m p h e visitó la capital brasileña de Río de Janeiro. En el curso de esta visita se produjo un incidente que causó considerable irritación en ambos países. 59 En 1872 y 1873 la Gazelle y la Viñeta intervinieron en Haití para imponer las exigencias de negociantes alemanes. 60 En ambos casos, al igual que en el incidente de Río de Janeiro, los buques de guerra actuaron en contra de la expresa voluntad de los representantes diplomáticos alemanes en el lugar, que junto con representantes del comercio ultramarino de Hamburgo protestaron fuertemente contra el procedimiento arbitrario de la flota, lo que condujo a graves desavenencias entre Bismarck y la Marina. 61 También en 1873, los dos buques alemanes estacionados entonces en el Caribe, la Viñeta y la Gazelle, y una "escuadra volante", formada por el acorazado Friedrich Cari, la corbeta Elisabeth y el cañonero AlbatroB, que tenía la orden de circunnavegar el mundo, se encontraron en el puerto de La Habana. Este encuentro de cinco buques de guerra alemanes, apenas ocho años después de que la Viñeta iniciara su viaje, significó un primer momento culminante de la presencia de la Armada germano-prusiana en América Latina, que había empezado hacía más de veinte años atrás. 62 El hecho llamativo de la acumulación espectacular de las operaciones transatlánticas de la Armada germano-prusiana en los años anteriores a la fundación del Imperio y los años inmediatamente posteriores, ha pasado inadvertido para muchos autores. 63 Por ello, aún queda mucho por averiguar sobre las causas de ese desarrollo asombroso. N o obstante, en su estudio sobre la política de Bismarck frente a la rebelión cubana de 1868, Álvarez Gutiérrez afirma que la presencia naval alemana en América Latina se debió principalmente a los círculos mercantiles, industriales y financieros de Bremen y Hamburgo que a finales de los años
Después de una pelea en un bar del puerto de Río de Janeiro, la policía brasileña detuvo a varios marineros alemanes. La armada alemana en seguida reaccionó de manera absolutamente exagerada y preparó una verdadera movilización contra Brasil. El caso despertó el interés del público en Alemania y fue discutido incluso en la dieta alemana. Stenographische Berichte über die Verhandlungen des Reichstags (SBVR), 1872, III, (= vol. 24, pág. 572). 60 Petter: Stützpunktpolitik,
págs. 218s.
61 Steinmetz, op. cit., passim. 62 Álvarez Gutiérrez: La diplomacia
Bismarckiana,
págs. 236s.
63 Entre 1852 y 1871 por lo menos los siguientes barcos de guerra prusianos y austríacos (los últimos hasta 1866) estuvieron una o varias veces en América Latina: Arkona, Augusta, Carolina, Dándolo, Elbe, Elisabeth, Frauenlob, Meteor, Niobe, Novara, Thetis, Venus, Victoria y Viñeta.
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1860 reclamaban bases navales para fomentar su comercio ultramarino y que encontraron el apoyo de la Marina. 64 Sin embargo, esto no basta para explicar los desarrollos específicos. Por un lado, durante todo el siglo XIX las dos ciudades hanseáticas de Hamburgo y Bremen nunca llegaron a un acuerdo en esta cuestión. 65 Por otro lado, los comerciantes alemanes sabían muy bien que la sola presencia de barcos de guerra nacionales no aportaba ventajas comerciales. Bernecker, en su investigación impresionantemente extensa e informativa de las relaciones comerciales transatlánticas en los primeros decenios después de la independencia de México, ha probado que las intervenciones de los poderes marítimos con el objetivo de alcanzar ventajas económicas en realidad a medio o largo plazo solían producir efectos muy adversos. 66 Por ello, la mayoría de los alemanes en México, por lo menos en la época estudiada por Bernecker, parece haber preferido solucionar los problemas que surgieran a través de medios más informales. 67 Además, todavía quedan por examinar ciertos indicios que parecen señalar que muchas de las intervenciones de los buques de guerra fueron reclamadas o por estafadores o por negociantes fracasados, que obviamente nunca habían tenido o habían perdido la posibilidad de utilizar contactos informales. Así pues, en términos generales se puede observar una clara reserva de muchos negociantes alemanes frente a la utilización de la fuerza militar para resolver problemas comerciales y sus correspondientes negativas a la fundación de fuerzas navales "nacionales" por tal razón. Por otro lado, no cabe duda de que la mayoría de los comerciantes alemanes en América parece haber dado su beneplácito a la presencia de buques de guerra cuando éstos servían para proteger a los barcos mercantes en alta mar y para socorrer en caso de disturbios interiores, guerras y catástrofes. Esto es especialmente válido cuando los comerciantes alemanes temían verse enredados e indefensos en las contiendas de otras potencias. En tales casos, incluso lamentaron la ausencia de una armada nacional. Por ello, en vísperas del bombardeo de Valparaíso por la flota española, los alemanes residentes en el puerto chileno no tuvieron más remedio que solicitar protección al comandante de los buques de guerra estadounidenses fondeados en aquel puerto chileno: 64 Álvarez Gutiérrez, op. cit., pág. 171. 65 Mientras que ya en 1849 el entonces ministro alemán de comercio y más tarde alcalde de Bremen, Duckwitz, había estimulado activamente la formación de una armada alemana, los comerciantes ultramarinos de Hamburgo, tradicionalmente protegidos por la poderosa armada inglesa, todavía muchos años después de la fundación del Imperio mostraban poco interés en el armamento costoso de una armada alemana. Solamente hacia 1890 hubo un cambio de posiciones en Hamburgo debido al avance de EE.UU. en el comercio con América Latina, Petter: Flottenrüstung, passim. 66 Bernecker, Die Handelskonquistadoren, 67 Ibíd, págs. 682, 686.
págs. 673-687.
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Monsieur, Les soussignés, Allemands résidents de cette ville, s'adressent respectueusement à vous, à cause du péril dont leurs intérêts paraissent menacés dans ce moment ... Nous n'avons pas de vaisseaux de guèrre de notre Nation pour protéger nos vies et nos propiétés et c'est pourquoi nous nous adressons respectueusement à vous, en votre qualité de commandant des forces navales des Etats-Unis, pour implorer la même protection que vous jugerez nécessaire d'accorder à vos propres nationaux. 68 Tampoco se debe subestimar el temor de los comerciantes alemanes a las consecuencias de un conflicto directo. Álvarez Gutiérrez ha subrayado que los contemporáneos sabían muy bien que en 1865 Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, España, Dinamarca y Holanda poseían colonias o bases navales en el Caribe, desde las cuales, en caso de una guerra con un estado alemán o latinoamericano, podían interrumpir la navegación comercial alemana con América Latina casi desprotegida, pero cada vez mayor. 69 Quizá debido a ello incluso en Hamburgo, tradicionalmente en contra de las actividades militares, en los años sesenta se alzaron voces aisladas reclamando la presencia naval germano-prusiana en ultramar. En su totalidad, esta actitud corresponde plenamente con las exigencias ya expuestas de los primeros partidarios burgueses de la fundación de una flota. Rechazaban la política de cañonazos o las actividades navales "imperialistas" (entendidas aquí c o m o el empleo del poder naval para lograr objetivos económicos, ventajas comerciales, influencia política y expansión territorial), al parecer incluso en los primeros años después de la fundación del Imperio, pero sí reclamaban ante las autoridades alemanas el despacho de barcos de guerra c o m o "última ratio" para forzar el cumplimiento de convenios comerciales, como auxilio en casos de amenazas concretas, es decir, de conflictos armados, 70 como símbolo de contacto con la patria y, por lo menos en algunos casos, c o m o medio injusto pero efectivo para compensar las consecuencias de fraude y fracaso comercial. 68 Citado según Blancpain, Jean Pierre: Les Allemands au Chili (1816-1945), Lateinamerikanische Forschungen, vol. 2, Köln, Wien 1975, pág. 803. Retrospectivamente esta petición parece una justificación posterior del despacho de la Viñeta a Chile. En este caso no se pudo impedir el bombardeo de la ciudad, pero hay bastantes ejemplos de la protección de extranjeros en América Latina en momentos de crisis por barcos de guerra. Véase Bernecker: Handelskonquistadoren, págs. 684s. Álvarez Gutiérrez: La diplomacia Bismarckiana, pág. 181. 70 Frente al problema de los conflictos bélicos, mencionados tan frecuentemente como justificación del despacho de buques de guerra, hay que tener en cuenta que en realidad los grandes conflictos internacionales en América Latina fueron muy pocos. Respecto a la gran cantidad de enfrentamientos locales y regionales, Zeuske comprobó asombrosamente con el ejemplo de Venezuela que los comerciantes extranjeros, en contradicción a sus manifestaciones y reclamaciones, no sufrieron tanto bajo los disturbios sino que por el contrario muchas veces hicieron mejores ganancias y aún más rápidas que en tiempos de paz, concediendo préstamos y vendiendo provisiones y material de guerra a los partidos en contienda. Zeuske: "Bajo la Bandera prusiana", pág. 75.
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Aparentemente, la mayoría de los comerciantes alemanes en América Latina sabía distinguir muy bien entre la intervención naval como medio de presión, que generalmente a largo plazo no trajo consigo ninguna ventaja y la presencia de buques de guerra como medio de protección, a veces de hecho (casi) imprescindible para salvar la vida y los bienes. La actitud ponderante de los comerciantes alemanes no era compartida plenamente por el alto mando de la Marina, pero éste tampoco tenía una posición únicamente 'intervencionista' frente a América Latina. Ello se debe al concepto militar que tenía la Marina de sí misma y a razones muy prácticas, ya que la Marina consideraba que las fuerzas navales eran en primer lugar un factor estratégico para decidir batallas navales y guerras. Por tal motivo menospreciaba la protección del comercio como una tarea de segundo rango, a la que generalmente sólo recurrió cuando tenía que justificar la existencia y la ampliación de la flota. Las largas expediciones a América Latina siempre significaron una carga considerable para la pequeña Armada prusiana, que sólo con grandes esfuerzos pudo garantizar la presencia simultánea en el Mar Báltico, el Mar del Norte y en los Océanos. Aunque las expediciones ultramarinas eran un magnífico ejercicio para entrenar a los marineros y probar el material, también implicaban graves fatigas para las tripulaciones y el equipo, todavía muy imperfecto. 71 Esos problemas específicos de la Marina así como su aparente capacidad de aprovechar las misiones a América Latina en beneficio propio se manifestaron claramente en el viaje de la Viñeta. Cuando en 1865 los "gritos por socorro" de Brasil llegaron a Berlín, en la Dieta prusiana las discusiones sobre la presentación oficial del plan de formación de una flota designada a proteger el comercio y una ley adecuada de financiación de la Marina acababan de llegar a su punto culminante. Por ello, cuando el Ministerio de Asuntos Exteriores reclamó el despacho de un buque de guerra a Brasil, la Marina se encontró ante una disyuntiva. Si realizaba la expedición con éxito, seguramente obtendría un argumento contundente para justificar su existencia y sus futuras tareas ante la discusión política. Por otra parte, además de su concepto militar estratégico, tanto su tamaño reducido como su equipo poco satisfactorio impedían realizar la misión reclamada. No obstante, al final la Marina logró sacar el mayor provecho de la proyectada expedición a Sudamérica al conseguir el reemplazo de la corbeta Viñeta por un acorazado nuevo. El carácter de ese éxito se explica por los desarrollos técnicos operados en la construcción de navios a mediados del siglo pasado. En aquellos años el buque de hierro había probado definitivamente su superioridad sobre los barcos 71 La Viñeta sufrió una grave avería en Extremo Oriente y casi tuvo que ser abandonada. Las grandes pérdidas de tripulación en la expedición a Asia de 1859/62 por enfermades tropicales también le mostraron sus limitaciones a la Marina prusiana. Sobre la sumamente mala calidad de parte del material prusiano durante los primeros años de la flota prusiana, véase Tirpitz, Erinnerungen, passim.
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tradicionales de madera. 72 Por ello, todas las potencias navales se vieron obligadas a construir barcos nuevos. Eso significaba que incluso una potencia naval de tercer rango como Prusia tenía la posibilidad de formar una armada moderna en poco tiempo si estaba dispuesta a emplear los medios económicos necesarios. El reemplazo de la corbeta por un acorazado más apto para operaciones navales clásicas muestra además que la Marina sólo se pronunció en favor de la protección del comercio por razones de propaganda, mientras que en realidad siguió proyectando la formación de una flota estratégica. La expedición a Brasil y a La Plata proporcionaron a la Marina el camuflaje perfecto para esas intenciones. Esto significa que América Latina, el objetivo declarado de la misión de la Viñeta, parece haber desempeñado sólo un papel secundario en este asuntó, y que fue instrumentalizado con éxito por el mando de la Marina para lograr sus propios objetivos militares y políticos. No cabe duda de que en un principio la Marina quería fortalecer su presencia en América, pero sólo después de haber superado sus dificultades materiales y de personal. Este objetivo lo indican de manera impresionante la mencionada distribución de las estaciones navales ultramarinas que se pretendían instalar y varios memoriales contemporáneos. Además, su planificación demuestra que, ya al inicio de su desarrollo, la Marina se concebía como fuerza autónoma a pesar de todas las restricciones y que aspiraba a ampliar su equipo y sus posibilidades de influencia incluso con operaciones ultramarinas. Sin embargo, tal concepto poseía un carácter veleidoso, lo que también se demostró en América Latina a principios de los años setenta con las intervenciones arbitrarias de la Marina en Haití y Brasil. El objetivo de la Marina de estar presente en ultramar sin preocuparse por la discusión política interior sobre conceptos tácticos y estratégicos y la política exterior determinada por Bismarck lo muestran tanto los citados acontecimientos como su gran interés en la cuestión de la emigración. La Armada siempre se consideró un instrumento decisivo en el mantenimiento de las relaciones de los emigrados con su patria por lo que adquirió gran importancia política tanto en la posible integración de los emigrados alemanes en América Latina como en el avance político alemán en la región. Sin embargo, en la época que aquí nos ocupa, esa importancia aún no era tan significativa como a fines del siglo XIX. 73 Sea por interés propio o por las circunstancias exteriores, a pesar de todas sus limitaciones, el campo de operaciones de la Marina germano-prusiana fue ya desde muy temprano bastante amplio. Por ello y por puntos de vista meramente operativos tuvo que proyectar la instalación de bases ultramarinas. En la discusión correspondiente, América Latina, ya con anterioridad a 1870/71, desempeñó un 72 William H. McNeill: Krieg und Macht. Militär, Wirtschaft und Gesellschaft vom Alter-
tum bis heute, München 1984, pág. 202 (en inglés: The pursuit ofpower, Chicago 1982). 73 Boelcke: So kam das Meer zu uns, págs. 130s.
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papel importante y en vísperas de la fundación del Imperio, la instalación de una base naval alemana allí, bien por medio de un acuerdo de estacionamiento o por adquisición o arriendo, parecía ser sólo una cuestión de tiempo. Por ello, la actitud de la Marina frente a las operaciones en América Latina, aunque también reservada, difiere considerablemente del comercio ultramarino, cuyas reservas contra demostraciones navales de poder se basaban en un conocimiento intenso de las condiciones específicas del lugar y en la utilización inteligente de mecanismos informales para solucionar problemas y conflictos, mientras que la actitud vacilante de la Marina en la misma cuestión muchas veces se debió a su tamaño (todavía) reducido. La Marina, aunque no fue la fuerza motriz de las expediciones ultramarinas en la época anterior a la fundación del Imperio, sí aspiraba decididamente a establecerse como factor de poder autónomo allende del Atlántico después de haber alcanzado la fuerza apropiada. Hasta entonces se mostró cada vez más decidida a aprovechar todas las oportunidades que se le brindaran para demostrar dureza sin compromiso y arrojo constante incluso en contra de los intereses comerciales y políticos alemanes. 74 Aunque no se puede descartar por completo una cierta influencia de los intereses militares y comerciales en las acciones de buques de guerra alemanes en América Latina, no se puede explicar ni el trasfondo del viaje de la Viñeta ni de la mayoría de las demás operaciones de la Armada germano-prusiana hasta 1870 e incluso de muchos proyectos de instalación de bases marítimas sin considerar la actitud de los diplomáticos prusianos que repetidamente solicitaron la formación de una flota alemana para defender los 'intereses alemanes' en ultramar. Las primeras ideas al respecto ya fueron expresadas poco después del establecimiento del contacto directo entre Prusia y los estados independientes latinoamericanos. Bernecker, por ejemplo, cita a von Gerolt, el representante prusiano en México, quien ya en 1837 reclamó una base naval prusiana en América Latina. 75 Este plan no fue en absoluto un caso aislado, sino que por el contrario señaló el inicio de una serie de propuestas y proyectos similares que a veces, como en el caso mencionado de la fundación de una colonia en Patagonia, encontraron incluso el apoyo de la corona prusiana. Las numerosas reclamaciones de intervenciones navales, establecimientos de estaciones marítimas y bases navales alemanas, expuestas por diplomáticos prusianos con motivo del viaje de la Viñeta, se asimilaron sin dificultad en aquellos planes más antiguos. Dado que no existe un estudio detallado de la política prusiana frente a América Latina a lo largo del siglo XIX y por lo mismo tampoco se han investigado sus conexiones con el desarrollo de las relaciones económicas y comerciales y la formación de la Armada, en este lugar no es posi-
74 El senado de Hamburgo protestó fuertemente contra la acción de la Armada en Haití porque temía por el mercado allí, Petter: Stützpunktpolitik, pág. 219. 75 Bernecker: Handelskonquistadoren, págs. 682-684.
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ble dilucidar definitivamente si todos esos proyectos se deben únicamente a la iniciativa de los diplomáticos o si son precursores o expresiones tempranas de una política germano-prusiana de poder y expansión en ultramar (formulada y realizada más o menos conscientemente). 76 Sin embargo, al considerar las fuentes ya exploradas y las investigaciones existentes, parece más probable que al menos se basaban en parte en el empeño de políticos y diplomáticos de garantizar la protección de los ciudadanos alemanes y de sus intereses en ultramar con la mayor eficacia. Tal protección parecía más necesaria en los Estados al sur del Río Grande, sacudidos constantemente por disturbios políticos, que en otras regiones del mundo, por lo menos considerado desde una perspectiva europea. Por ello, la política exterior prusiana no tenía ningún escrúpulo para imponer su poder sin compromiso alguno en caso de una amenaza hipotética o concreta de los intereses alemanes. El propio Bismarck, que no era ningún amigo de aventuras ultramarinas, durante todo su mandato como canciller y ministro de asuntos exteriores fue un partidario decidido de las operaciones navales con el fin de propagar el poder alemán en ultramar: "Frente a los pueblos barbaros, bastan escuadras pequeñas debidamente formadas en los mares apropiados con la orden de aplanar a quien infiera mal a un alemán". 77 Es decir, la actitud prusiana hacia América Latina en esta cuestión en un principio no parece haberse distinguido mucho de la de aquellos estados europeos, que ya habían intervenido efectivamente en la región. Entonces, se pudiera explicar la acumulación de barcos de guerra alemanes en América Latina a partir de mediados de los años sesenta del siglo pasado con el simple hecho de que Prusia/Alemania a partir de entonces disponía de buques de guerra que le permitían acciones que no pudo realizar antes por falta de material adecuado. Pero hasta 1865 hay que considerar otro motivo más para explicar la política naval prusiana frente a América Latina: la contienda por la hegemonía en la Confederación Germánica entre Prusia y Austria. En 1857 la fragata austríaca Novara había empezado un viaje por el globo para ligar explícitamente las pretensiones hegemónicas de Austria en Alemania con la presencia marítima en ultramar y la protección del comercio alemán. En el mismo año, Viena despachó además la corbeta Caroline a Sudamérica y Africa Occidental. Las esperanzas puestas por el gobierno Imperial en el viaje de la Novara fueron plenamente satisfechas porque "los alemanes en el extranjero consideraron ese fausto acontecimiento como garantía de que Austria protegería y mantendría los intereses alemanes, el comercio alemán y el derecho alemán en las aguas más
76 p a r a e [ estado actual de la investigación véase Michael Zeuske: "Bajo la Bandera Prusiana". Entrevista con Bismarck sobre el empleo de la flota en ultramar, en: Jahrbücher, 27 (1871).
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remotas del globo." 78 Ese gran éxito de propaganda austríaco no sólo suscitó los celos en Prusia, 79 sino que además forzó a los responsables políticos a entrar en acción, porque "precisamente en el mar Prusia no quería ser inferior a Austria". 80 De tal modo las operaciones ultramarinas se convirtieron en un instrumento de la política interior alemana. Por ello, las reclamaciones de los representantes diplomáticos en Brasil y América Central en 1865 aparentemente agradaron a Bismarck, porque le proporcionaban la posibilidad de propagar la hegemonía prusiana en Alemania al proteger a ciudadanos de otros estados alemanes en el extranjero. Consecuentemente, una vez difundida esa tarea tuvo que ser continuada incluso después de la exclusión de Austria de Alemania, sobre todo para seguir convenciendo a las ciudades hanseáticas, tan dependientes del comercio ultramarino, de las ventajas de una unificación alemana bajo el liderazgo prusiano y para evitar toda pérdida de reputación. Esto probablemente explica por qué Bismarck en los años comprendidos entre la formación de la Confederación de Alemania del Norte y la fundación del Imperio abogó con especial interés por las demostraciones ultramarinas de poder. Sin embargo, al aprovecharse de problemas relativamente insignificantes en ultramar para fines políticos, en Alemania corría un cierto riesgo de depender de la Armada. A su vez la Marina no estaba dispuesta a actuar como un mero instrumento de la política exterior de Bismarck y tendía además a comportarse de manera arbitraria e imprudente. Esto más de una vez provocó disturbios considerables en las relaciones internacionales, a las que Bismarck reaccionó con mucha sensibilidad. 81 La decisión de desistir de la demostración de poder de la Viñeta en las costas centroamericanas al considerar las reacciones que provocó el bombardeo de Valparaíso, mostró claramente que Bismarck era muy consciente de que las intervenciones navales en América Latina podían ocasionar consecuencias imprevistas. Esto nos lleva a la cuestión fundamental, pero todavía no dilucidada, sobre el papel que desempeñó América Latina en su orbe política. ¿Se encontraba entre aquellos "pueblos bárbaros" frente a los que le parecía estar permitido emplear
78 Handel-Mazetti, Peter Frhr. v.: "Die Auslandsmissionen der einstigen K. K. Kriegsmarine von ihren Anfängen bis zur Auflösung der Donau-Monarchie", en: Nauticus 26, 1943, págs. 98-122, esp. 106-110. La Novara echó anclas en los siguientes puertos latinoamericanos: Río de Janeiro, Montevideo, Buenos Aires, Valparaíso y Lima. 79
Preußische Jahrbücher, 4 (1859), pág. 173.
80 Schramm, Percy Emst: Deutschland und Übersee: der deutsche Handel mit den anderen Kontinenten, insbesondere Afrika, von Karl V. bis zu Bismarck. Ein Beitrag zur Geschichte der Rivalität im Wirtschaftsleben, Braunschweig 1950. 81 Esa problemática fue durante años causa de fuertes enfrentamientos entre Bismarck y su "rival secreto", Albrecht v. Stosch, promovido Jefe del Almirantazgo en 1872, Steinmetz: Bismarck, págs. 39s.
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cualquier f u e r z a o estaba Bismarck dispuesto a aceptarla c o m o un factor político y e c o n ó m i c o digno de atención? 8 2 Para terminar, sólo cabe constatar que las relaciones e c o n ó m i c a s y políticas directas f u n d a d a s después de la independencia de los estados latinoamericanos entre ellos y Prusia-Alemania en los años sesenta del siglo pasado entraron en una fase nueva, convirtiéndose cada vez más en una compleja a m a l g a m a de factores económicos, políticos, navales y geo-estratégicos. Sin lugar a dudas, la fundación del Imperio n o señaló en absoluto el comienzo de este desarrollo, sino que f u e más bien u n a etapa m á s en un camino iniciado decenios antes. La presencia creciente de b u q u e s de guerra alemanes en A m é r i c a Latina, justificada oficialmente con la protección de los ciudadanos alemanes en el extranjero y de las rutas comerciales transoceánicas, en realidad se basaba en un c o n g l o m e r a d o de intereses y motivos y durante cierto t i e m p o f u e más bien consecuencia de la lucha por la h e g e m o n í a en A l e m a n i a entre Prusia y Austria que expresión de una política dirigida contra A m é r i c a Latina. Por eso, hasta ahora resulta difícil reconocer si las operaciones de la A r m a d a germano-prusiana en A m é r i c a Latina fueron un primer signo de una política consciente de expansión imperial o imperialista hacia el N u e v o M u n d o . Sin e m b a r g o , esto n o parece m u y probable considerando los objetivos de la política prusiana en A l e m a n i a antes de 1870/71. A d e m á s , tanto por parte del comercio ultramarino c o m o por parte de la A r m a d a h u b o m u c h a resistencia en contra de manifestaciones de poder con el propósito de imponer los propios intereses (de política económica). N o obstante, el recato de la Marina se basaba por lo menos parcialmente en sus fuerzas aún limitadas y en el concepto específico de su tarea, lo q u e n o excluía una futura alteración de sus posiciones. E incluso entre los comerciantes ultramarinos, generalmente m u y reservados frente a las intervenciones navales, en el curso de los años se alzaron voces a favor de una actitud m á s agresiva. 83 82 Hasta ahora tan sólo Álvarez Gutiérrez ha investigado esta temática respecto a Cuba en su estudio ya citado. Bismarck también se interesó por la guerra del Paraguay, que fue tan importante para el despacho de la Viñeta. Aunque se negó a suministrar armas a los beligerantes con motivo de la neutralidad prusiana, su periódico "favorito", el "Nordwestdeutsche Allgemeine Zeitung", tenía una posición pro-paraguaya, Schmitt, Peter A.: Paraguay und Europa. Die diplomatischen Beziehungen unter Carlos Antonio López und Francisco Solano López 1841-1870. Bibliotheca Ibero-Americana, vol. 4, Berlín 1963, passim. Una de las revistas más importantes de Berlín, la "Berliner Revue" en 1867 publicó, aparentemente como reacción a una serie de artículos pro-brasileños, una relación diplomática proparaguaya dirigida a Bismarck del ministro alemán en La Plata, v. Gülich, sin indicar el autor. N o es muy probable que este escrito haya sido publicado sin el consentimiento del mismo Bismarck. Domnick: Triple-Allianz-Krieg, págs. 112s. 83 Este fenómeno tal vez se debe, entre otras razones, a un cambio de generaciones, de la mentalidad política y de la posición alemana en el sistema internacional de poder en Europa. Según Bernecker, en el decenio de las guerras de la unificación alemana, el típico negó-
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Es decir, las operaciones de buques de guerra alemanes en América Latina entre 1865 y 1870/71 apenas pueden ser interpretadas como expresión de una estrecha unión 'protoimperialista' entre la economía, la política y la Armada, porque las diferencias fundamentales entre los respectivos intereses eran demasiado grandes y hasta ahora no es posible comprobar la afinación rotunda imprescindible para tal proyecto. Sin embargo, esto no impidió en modo alguno la colaboración en el caso de operaciones concretas, creando así una cierta "infraestructura navalista". El constante aumento de la presencia marítima de Prusia/Alemania en ultramar indicaba además un cambio considerable en las relaciones entre Alemania y América Latina ya antes de la fundación del Imperio. Tanto el alcance concreto y el trasfondo real de ese cambio, y, sobre todo, sus consecuencias para Alemania, el sistema internacional de estados y los estados latinoamericanos como la importancia efectiva de las experiencias en América Latina para la formación, el entrenamiento y el servicio de la joven Armada germano-prusiana todavía requieren una investigación detallada al igual que las consecuencias de la presencia naval para la imagen de Alemania allende del Atlántico. Estas cuestiones, problemas y consideraciones ya se perfilaron en parte al preparar y realizar el viaje de la Viñeta. Por eso, esa primera "misión de protección" transatlántica de la Armada germano-prusiana, aunque se debe mayormente a consideraciones de política interior, puede ser considerada como precursora del desarrollo posterior. De hecho, desde la arribada de la corbeta a las costas brasileñas hasta la Primera Guerra Mundial apenas pasó un año sin que buques de guerra alemanes echaran anclas en aguas latinoamericanas.
ciante alemán en Méjico hasta entonces burgués-liberal se convirtió en el representante nacionalista de un poder agresivo, vencedor en los campos de batalla de Europa. Bernecker: Handelskonquistadoren, pág. 576. El trasfondo de tales desarrollos socio-psicológicos, su alcance real y sus consecuencias para las relaciones políticas y comerciales entre Alemania y América Latina aún quedan por estudiar.
H. Upmann y Compañía, una empresa alemana en Cuba Fe Iglesias García
Nota introductoria La firma H. Upmann y Compañía desarrolló su actividad en Cuba en la producción y comercialización del tabaco y en negocios de comercio y banca. A diferencia de la mayoría de los españoles radicados en la Isla en ambos sectores -en los que dominaron- esta empresa no se nacionalizó nunca; siempre fue una compañía alemana, manejada por alemanes; por lo que no cabe incluirla en el capital doméstico 1 como se ha considerado por la historiografía. Un estudio más detenido de su ejecutoria permite considerarla entre las inversiones extranjeras en el país. Tampoco fue una empresa exclusivamente familiar en la mayor parte de su trayectoria, aunque sus componentes fundamentales pertenecían a la familia Upmann, originaria de Bremen, ciudad donde residieron la mayor parte del tiempo, por lo que la firma era manejada en Cuba por gerentes, miembros o no de la familia, todos alemanes o de origen alemán. Esta presentación trazará la ejecutoria de H. Upmann y compañía en Cuba desde los primeros tiempos hasta su disolución. Desde Cuba y con fuentes cubanas no es posible estudiar sus relaciones alemanas, pero se puede inferir que estaba vinculada a una empresa comercial homologa radicada en Bremen. Se nota en los archivos cubanos la ausencia de expedientes de carácter familiar como testamentarías, divisiones de bienes, etc., que pudieran aportar información interna de la compañía; tampoco se conservan los archivos privados de ésta, por lo que este estudio se basa en documentación oficial y publicística. El tabaco en Cuba hasta 1860 Es conocida la fama mundial del tabaco cubano, su importancia económica radica en que representó casi siempre el segundo renglón de exportación; durante 1 Como lo considera Oscar Pino-Santos a partir de que: ... en realidad la mayor parte de los empresarios españoles establecidos en Cuba acumularon sus capitales aquí mismo, usualmente partiendo del comercio. ...La administración de esos capitales (el "centro de decisiones") también residía en Cuba y se caracterizaba por su carácter personal, familiar a lo sumo. ...La relación entre estos capitales y España era sólo "emocional", lo que, desde luego, podia traducirse en remisiones de dinero..., Pino-Santos, Oscar: El asalto a Cuba por la oligarquía financiera yanqui, Casa de las Américas, La Habana, 1973, p. 38.
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mucho tiempo el tabaco fue para la Corona fuente de ganancia por lo que estuvo sometido al monopolio estatal sobre producción y distribución desde 1637. En 1817 se abolió el estanco del tabaco y desapareció la Factoría de tabacos como una de las medidas liberales inauguradas por el intendente Alejandro Ramírez. Desde este momento el cultivo, la venta y el tráfico de toda clase de tabaco se declararon libres y comenzó la carrera victoriosa del tabaco cubano. 2 En el Real decreto firmado por Fernando VII el 23 de junio del mismo año se expresaba: "... fijé mi soberana atención sobre el fomento y cultivo de la preciosa planta del tabaco. Tan importante por el privilegio exclusivo que la naturaleza ha dado al suelo de la isla de Cuba de producirla de la más exquisita calidad del mundo ..." 3 . La abolición del estanco del tabaco y la simultánea declaración de libertad de cultivo y elaboración determinaron una inmediata expansión de la producción. Ya desde fines del siglo XVIII la elaboración de cigarros y cigarrillos había realizado progresos importantes. El cambio de orientación del consumo, que abandonó el uso del polvo o rapé inclinándose cada vez más hacia el uso del torcido y los cigarrillos, propiciaron un incremento de la demanda. 4 Tan pronto como la Factoría fue abolida, en La Habana empezaron a surgir nuevos talleres dedicados a la elaboración de torcido, los cigarros de papel, la picadura y el rapé. Aunque el uso de este último producto había decaído tanto que eran muy pocos ya los molinos en que se confeccionaba. Esto que determinó el surgimiento de una manufactura urbana destinada a progresar a través de todo el siglo XIX hasta constituir la primera actividad productiva de la ciudad en el país. En La Habana pasaban ya de 400 los pequeños talleres de tabacos; en cuanto a las cigarrerías éstas al principio no existían como talleres; debido a que los cigarrillos no se elaboraban en locales expresamente dedicados a su producción, se trataba de una industria típicamente casera. 5 Por las disposiciones de 1817 también se creó el gremio de elaboradores de tabaco, y se estableció el impuesto de un real de plata por cada libra de torcido que fabricase el sindicato. Este gremio fue derogado por Decreto de las Cortes de 28 de junio de 1821 y restablecida por Real Orden de 18 de agosto de 1824 una contribución periódica a cada taller por concepto de expendio y licencia. Los fabricantes se quejaron de estas cargas y la Superintendencia de Hacienda por orden de 2 Friedländer, Heinrich: Historia Habana, 1978, T. I, p. 251.
económica
de Cuba, Editorial de Ciencias Sociales, La
3 Rivero Muñíz, José: Tabaco, su historia Habana, 1965, T. II, pp. 231-232.
en Cuba, Instituto de Historia de Cuba, La
4 Alonso Álvarez, Luis: Transformaciones en las pautas de consumo y crecimiento de la demanda en los orígenes de la industrialización: el tabaco en España, 1735-1886, s. p. 5 Rivero, Op. Cit. (3), p. 255.
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25 de enero de 1827, de acuerdo con la Junta Directiva de Hacienda, derogó impuestos y declaró absolutamente libre, sin sujeción a regulación gremial alguna, la fabricación 6 . Esta última fecha marca verdaderamente el comienzo de la gran manufactura tabaquera. Aun cuando todavía hacia 1830 la mayor parte de los elaboradores trabajaba en forma artesanal o con un número limitadísimo de operarios -a veces sólo uno- había desde tiempos atrás talleres, con 16 obreros, y otros aun con más. Las cigarrerías especializadas no aparecen sino más tarde, quizás después de 1835. Ya alrededor de 1830-1840 se está presentando un fenómeno de eliminación de talleres pequeños, pues mientras en 1826 había unos 446 en La Habana, en 1836 existían solamente 306. También comenzaron a aparecer las marcas acreditadas, que es un síntoma de progreso industrial y se formaban ya diferentes vitolas o tipos de puros. Varias de las marcas más famosas en los mercados exteriores existían ya en 1837; como es natural, tanto el crédito de las marcas como la fijación de las vitolas fue obra de la expansión de los mercados exteriores. Por su índole esta industria no era susceptible, como la azucarera, de realizar progresos de tipo técnico. 7 La elaboración de tabacos es una técnica más empírica que científica y muy guiada por el genio individual, lo que ha procurado al tabaco cubano su fama mundial y su posición única en los mercados. Claro está que su expansión inicial estuvo limitada por la existencia de la esclavitud, pues la disponibilidad de obreros diestros era siempre deficiente, aunque esclavos y negros libres también aprendieron el oficio y trabajaban en las manufacturas. 8 Los fabricantes que operaron desde 1817 sobre una base libre fueron empresarios pequeños, que empleaban sus obreros en un taller o como trabajadores a domicilio. Algunos producían por su cuenta y con su dinero propio. Sin embargo, puede deducirse que la mayoría operó por cuenta de los almacenistas, de comerciantes al por mayor o de otros refaccionistas. Fue el sistema y la estructura bien conocida del comerciante-capitalista combinado con un artesanado dependiente en cuanto al financiamiento. Esta práctica es típica de la fase de desarrollo en que se encontraba la elaboración del tabaco, aunque estaba todavía presente en el mismo periodo tanto en Europa como en Estados Unidos en la industria textil. Es característico de este período de transición la forma en que se muestran tanto los rasgos del artesanado como los de las más modernas manufacturas, coexistieron ambos tipos de fabricantes 9 . 6 Le Rivernd Brusone, Julio: Historia económica Habana, 1965, pp. 199-200. 7 Ibíd. 8 Friedländer, Op. Cit. (2), p. 252. 9 Ibid., p. 265.
de Cuba, Edición Revolucionaria, La
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La tercera década del siglo XIX contempla a la manufactura tabaquera de Cuba en franco auge, se acrecienta el número de talleres, e igual ocurre con la cantidad de operarios empleados en ellos, las estadísticas dan cuenta de los avances: Tabaquerías de La Habana"1 (1836) Ubicación
Tabaquerías
Blancos
%
Operarios De color* %
Intramuros Extramuros Total
107 199 306
285 897 1.182
34,9 67,2 54,92
172 186 358
21,1 13,9 16,63
Esclavos
%
360 252
44,2 18,9 28,4
612
* Denominación para los negros libres.
En cuanto a las cigarrerías la situación es bien distinta: intramuros solamente había cuatro con diecinueve operarios y extramuros 17 con 27 de los cuales solamente uno era negro libre y el resto eran blancos, por lo que no empleaban esclavos; se trataba, evidentemente, de trabajo a domicilio. Un viajero describe en 1844 una estampa típica de una tienda cercana a La Habana: Uno de los dependientes se ocupaba en cortar capas de tabaco en el mostrador próximo a mí, con las que abastecía a tres hombres. En un lugar continuo enrollaban cigarros puros. ... La mayor parte de los tabacos para consumo del país se hacen de este modo en las "tiendas"; y hasta en La Habana gran cantidad se prepara en pequeños establecimientos dispersos por la ciudad".
Aunque el promedio de tabaqueros por manufactura era de siete solamente, es necesario tener en cuenta que estas cifras se refieren, fundamentalmente, a los torcedores y que es típico de esta rama la persistencia de los pequeños y muy pequeños talleres. Es significativo que los mayores estuvieran intramuros, en los que también tenía mayor peso la esclavitud debido a que los talleres artesanales eran en su mayoría de blancos. En la manufactura del tabaco se había ido generalizando la costumbre de utilizar diversas marcas para sus productos. El Capitán General de la Isla, Gerónimo Valdés, para evitar confusiones y engaños, al dictar en 1842 el Bando de Gobernación y Policía de la Isla de Cuba, dejó estipulado en su artículo 103 que ningún dueño de tabaquería o cigarrería podría usar más de una marca aprobada por el
' 0 Memorias de la Sociedad Económica de Amigos del País, Año 1836, T. 13, pp. 136137. 11 Wurdemann, John G.: Notas sobre Cuba, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1989, 2a Ed., pp. 246-247.
H. Upmann y Compañía, una empresa alemana en Cuba
369
Gobierno, y los grabadores no se prestaran a hacer los sellos para ella sin que se presentara la referida aprobación. 12 Las estadísticas de exportación reflejan una clara tendencia al incremento, tanto de la rama como del torcido, este último dio el salto más apreciable a partir de la década del treinta; aunque la exportación del primero nunca fue superada, y es que la rama cubana era muy apreciada para la fabricación de tabacos en Estados Unidos y en la propia Alemania. Hacia la década del cuarenta continuó el incremento del número de cigarrerías y tabaquerías, señal indudable de que los productos elaborados encontraban mercado seguro. Data de estos años el establecimiento de las grandes fábricas de tabacos, muchas de las cuales aún subsisten, entre ellas la marca de tabacos y cigarros H. Upmann fundada en 1844, cuyos dueños eran los hermanos Upmann, banqueros alemanes 13 . Aunque con posterioridad la firma H. Upmann y Compañía desarrolló actividades bancarias no se tienen evidencias de que esto fuera así al momento de la fundación. Las estadísticas de la manufactura reflejan su evolución hasta la mitad de siglo: La manufactura del tabaco en La Habana (1836-1861) Años 1836 1846 1861
Tabaquerías 306 357 516
Tabaqueros 2.152 3.781* 10.764**
Tabaquero/Manufactura 7 10 20
*No incluye esclavos. ** Solamente torcedores. Fuentes: 1836: Memorias de la Sociedad Económica de Amigos del País, 1836, T. 13, pp. 136-137. 1846: Cuba. Comisión de Estadística: Cuadro estadístico de la siempre fiel Isla de Cuba correspondiente al año de 1846. 1859: Pardo Betancourt, Valentín: Informe ilustrado y estadístico sobre los elementos y riqueza del tabaco en ¡861, Imprenta El Tiempo, La Habana, 1863, p. 38.
Aunque la exportación del torcido creció en un 185% hasta 1859, el crecimiento es debido al aumento de las manufacturas, pero estas eran también mayores porque la cantidad de torcedores por tabaquería se duplicó, se puede decir que se inicia un discreto proceso de concentración de la producción, aun a pesar del incremento del número de tabaquerías. El uso de una marca requería el previo registro, y a ese respecto hubo hasta 1856 sólo ordenanzas municipales que exigían la autorización del gobierno civil y
12 Rivero, Op. Cit (3), p. 267. 13 Ibíd., p. 270.
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Fe Iglesias García
político. Luego las circulares del Gobierno Superior Civil de 5 de septiembre y 14 de octubre de 1856, crearon una más clara base jurídica.
En las Ordenanzas Municipales de la Ciudad de la Habana, aprobadas el 24 de diciembre de 1855 por el capitán general de la Isla, José Gutiérrez de la Concha, se incluyeron dos artículos referentes a los requisitos que debían llenar los manufactureros y expendedores de productos tabacaleros. En el 61, se expresa que "los fabricantes de cigarros tabacos podrán tener el número de marcas que estimen conveniente, pero obteniendo previamente autorización del Gobernador". Y como complemento de lo anterior se ordenó que "ninguno abrirá sellos ni imprimirá, grabará ni litografiará marcas de tabaquerías o cigarrerías, sin que antes se le presente licencia del Gobernador político". El número y la variedad de las marcas aumentó rápidamente de manera que en 1859 había alrededor de 800 marcas de 377 fabricantes de tabaco y cigarros. 14 De todos modos, el tabaco habano conquistó un lugar de privilegio en el mercado mundial. No compitió a partir de una producción cuantitativamente considerable, sino de una rama de calidad superior y única, garantizada por métodos de escogida muy cautelosos. Los cinco primeros lustros de la segunda mitad del XIX señalan la época de mayor prosperidad en la industria tabaquera. Sus propietarios se enriquecían en la misma medida en que el crédito de las manufacturas aumentaba, el nombre de Habana llegó a ser sinónimo del mejor tabaco que se cosechaba en el mundo. Los alemanes en Cuba La presencia de alemanes en sectores dominados fundamentalmente por españoles puede parecer a primera vista como algo singular o insólito si no se conocen los vínculos comerciales que existían desde antaño entre Cuba y las ciudades Anseáticas de Bremen y Hamburgo. Tampoco eran los Upmann los únicos alemanes que tenían negocios y/o propiedades en Cuba. El primer alemán conocido que llegó a la Isla fue Juan Tezel, que arribó en 1550 como experto para la explotación de las minas de Santiago del Prado, vinculado a los financieros Fugger y Wel-
González del Valle, Ángel: Memorandum presentado a la Comisión Nacional de Propaganda y Defensa del Tabaco Habano, La Habana, Imprenta el Siglo XX, 1929, p. 137. Rivero, Op. Cit. (3), pp. 279-280. De las 541 tabaquerías que había en La Habana en 1862, 149 tenían marcas registradas y 349 no; en cuanto a la renta obtenida las primeras lograron el 64,6% de lo ganado, lo que es un indicador de las diferencias existentes entre unas y otras. Pezuela Lobo, Jacobo de la: Diccionario geográfico, estadístico e histórico de la isla de Cuba por Jacobo de la Pezuela, Imprenta del Establecimiento de Mellado, Madrid, 1863, T. III, p. 348. 15 Friedländer, Op. Cit. (2), pp. 9-10.
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La más importante plantación de café de Vuelta Abajo en el primer cuarto del siglo XIX, el cafetal Angerona, era propiedad de un alemán, en el que había al momento de la muerte de su propietario, Cornelio Souchai, en 1837 un total de 428 esclavos, de ellos 167 varones de Guinea y 73 criollos, además de 102 hembras también de Guinea y 86 criollas, el cafetal fue tasado en 504.306 pesos. 16 Otro importante empresario alemán fue Gustavo Bock, que en 1887 se asoció con Julián Álvarez en la Henry Clay and Bock and Company Limited a la que aportó su fábrica de tabacos El Águila de Oro, la que vinculó posteriormente con intereses ingleses y llegó a controlar cinco fábricas con 66 marcas. En los noventa constituyó la Havana Cigar and Tobacco Company, también dominada por capital inglés, que amplió el control y logró reunir muchas de las más importantes marcas establecidas en Cuba.' 7 En el Registro Público General de Comercio de La Habana de 1833 aparecen 40 alemanes, el 3,2 % del total matriculado, de los cuales el 57,5% eran originarios de Bremen y Hamburgo, todos dedicados al comercio al por mayor™, lo que, naturalmente, se debe al intenso tráfico comercial que había entre Cuba y estas ciudades portuarias. A finales del siglo XIX existía una Cámara Alemana de Comercio19, lo que indica que la presencia germánica había logrado un peso importante en el sector. En las listas de centrales clasificadas por nacionalidad de sus propietarios a finales del siglo XIX, aparecen como propiedad de alemanes el Carmen, en Macuriges, de C. Heckmann, el Margarita y Teresa, de los herederos de Scull, y el Santa Catalina, en Unión de Reyes, de M. Heydecker. En la propia fuente se señalaba que: "alemanes bien informados calculan que el capital germánico invertido en Cuba asciende a $ 200.000.000 y es conocido que los intereses alemanes controlan el comercio de tabaco ..."20 En la colonia no solamente hubo alemanes prominentes o acaudalados: en 1817 se dictaron disposiciones encaminadas a aumentar la población blanca en la 16 Du Bouchet López, Jorge: "Colección de documentos para la historia del cafetal Angerona: La fortuna de don Cornelio Souchay", en: Boletín del Archivo Nacional # 3, Editorial Academia, La Habana, 1989, pp. 58-98. Ver además de este autor sus trabajos en la misma publicación # 1, 1986, p. 65 y # 2, 1989, p. 35. 17 Rivero, Op. Cit. (3), pp. 309 y 317. 18 Archivo Nacional de Cuba, Miscelánea
de Libros # 942.
19 Herrings Joseph: Kuba und der Krieg, Wildermann, N e w York, 1899, p. 162. 20 Laughlin, J. Laurence y H. Parker Willis: Reciprocity, York, 1909, p. 548.
The Baker & Taylor Co. N e w
El monto del capital invertido parece exagerado, pero es evidente que Bock y los Upmann controlaban una gran parte del comercio del tabaco.
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Isla, se dispuso la creación de la Junta de Población Blanca y por las nuevas instrucciones se admitía a todo extranjero de "potencias y naciones amigas" establecerse en Cuba siempre y cuando demostraran que profesaban la religión católica 21 . A tenor de esas facilidades vinieron algunos como colonos o inmigrantes; entre 1818 y 1819 entraron 58 colonos procedentes de Alemania, para el 4,6 del total de los cuales el 40.4% eran agricultores, solamente dos se dedicaban al comercio y el 59,6 eran artesanos o tenían algún oficio. 22 N o siempre en los censos cubanos es posible encontrar la población clasificada por lugar de nacimiento, lo que dificulta precisar los movimientos inmigratorios. En 1846 residían en La Habana 135 alemanes del sexo masculino y 21 del femenino, y en 1859, 112 y 32; los altísimos índices de masculinidad, el 642 y el 350 respectivamente, evidencian que se trataba de inmigración económica. 2 3 Los conteos de población posteriores incluyen los germanos entre los blancos extranjeros, por lo que es necesario recurrir a otras fuentes para conocer el número de los residentes en la Isla. Al generalizarse la máquina de vapor en la producción de azúcar, a partir de la década del 1840 fue necesario emplear obreros especializados para su manejo; surgió así la categoría ocupacional de maquinistas extranjeros en la plantación esclavista cubana "originando una célula autónoma de trabajo asalariado dentro del cuerpo esclavo" 24 . En los expedientes en que se relacionan los maquinistas extranjeros de los ingenios en 1851 aparecen algunos alemanes, aunque la mayoría eran ingleses y norteamericanos. 2 5 A lo largo del siglo XIX hubo numerosos proyectos encaminados a incrementar la población blanca en la Isla y a aumentar el número de trabajadores con oficios, sin excluir el interés de los hacendados cubanos de obtener mano de obra barata para sus ingenios azucareros. Después del fracaso de los planes de colonización entre los que figuraba la fundación de colonias en diversos puntos de la Isla y los intentos de incrementar la inmigración espontánea; la Junta de Población Blanca se planteaba "aumentar el canal de la inmigración jornalera que es, por cierto, el que más positivamente conviene a los intereses de la Isla" 26 .
21 Archivo Nacional de Cuba: Real Consulado y Junta de Fomento 202/8952. Gobierno Superior Civil 1657/82740. 22 Memorias de la Sociedad Económica de Amigos del País # 38, 1920, p. 95. 23 1846: Cuba. Comisión de Estadísticas: Cuadro estadístico de la siempre fiel Isla de Cuba correspondiente al año 1846, Habana, 1847. 1859: Pezuela, Op. Cit. (14). 24 Moreno Fraginals, Manuel: El Ingenio, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1978, T. Y., p. 211. 25 Archivo Nacional de Cuba, Gobierno Superior Civil, Leg. # 1285/50244. 26 Archivo Nacional de Cuba, Real Consulado y Junta de Fomento 186/8382.
H. Upmanny
Compañía,
una empresa alemana en Cuba
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La inmigración espontánea no figuraba entre los planes de los esclavistas. Sabían que era imposible lograrla y estaban interesados en un tipo de fuerza de trabajo controlada y dirigida, que les fuera asegurada por medio de contratas; todos los intereses coincidían en ese sentido. Fueron numerosos los proyectos presentados. Algunos de ellos se llevaron a cabo bajo los auspicios de la Junta de Fomento y fueron traídos a Cuba contratados peninsulares y canarios. 27 En el marco de estos planes fue presentado en 1856 el proyecto de los Sres. Mandel y Compañía de París, "para la introducción de mil familias de alemanes en esta Isla". Los proponentes planteaban como bases: seguridad de la libertad individual de los colonos, sobre ejercicio de su culto, merced temporal de terrenos, suplemento de los gastos de su transporte y otros. La empresa reclamaba 550 francos por cada individuo trasladado a la colonia y privilegio de exclusividad por diez años 28 . Prominentes hacendados fueron consultados. Sería demasiado extenso reseñar este interesante documento; entre los argumentos se planteaba que "... de ningún modo conviene se permita en la Isla el ejercicio público de ninguna religión ó secta, sino solo el de la Católica Apostólica Romana", y la falta de tierras, aunque se reconocía que: "La Isla de Cuba se encuentra despoblada en las nueve décimas partes de su fértil área"; se consideraba muy útil la idea de introducir "colonos y: aunque entre estos serían preferibles, después de los nacionales, los alemanes por su bien sentado crédito de laboriosidad, industria, civilización y honradez..." 29 . En el fondo de las objeciones estaban las cláusulas de libertad individual y concesión de terrenos que los hacendados no estaban interesados en otorgar; no se tiene conocimiento de que este proyecto fuera ejecutado. Durante las primeras décadas del siglo XX, Cuba recibió una fuerte corriente inmigratoria, en la que los españoles ocupaban el primer lugar; los alemanes participaron también, aunque discretamente en este movimiento inmigratorio, por lo que su presencia en la Isla fue ininterrumpida. H . Upmann y Compañía Todas las fuentes coinciden en señalar que los Sres. Upmann comenzaron en 1844 a trabajar como fabricantes de tabacos con la marca H. Upmann; hasta el momento no ha podido ser localizada en los archivos cubanos la licencia de fabricación ni la concesión de la marca. En octubre de 1853 Hermann y Agustín Upmann y Henrique Claussen solicitaron una licencia para establecer en pieza separada de la tabaquería de Hermann 27 Iglesias García, Fe: "Contratados peninsulares para Cuba", en: Anuario de Estudios Americanos, Sevilla, 1994, T. LI # 2, pp. 93-122. "Movimiento de pasajeros entre España y Cuba 1882-1906", s. p. 28 Archivo Nacional de Cuba, Gobierno Superior Civil 637/20125.
29 ibíd.
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Upmann "que lleva el título de su apellido", otro taller de tabaquería en sociedad con la marca titulada La Flor del Pacífico. Pero estaba todavía prohibido utilizar más de una marca por fabricante, por lo que se argumentaba que: De la licencia que se remite por la policía concedida por este Gobierno a Don Hermann Upmann p a una tabaquería en la calle de San Miguel N ° 75, resulta que usa en ella una marca que por título lleva su apellido. En la misma casa en pieza separada pretende usar otra con el nombre de la "Flor del Pacífico" en sociedad con otros individuos; y estimando la Sección que el objeto del interesado no es otro que el de valerse de un subterfugio de lo que previene el artículo 103 del bando.. 30
En el mismo expediente se incluía el certificado de policía para acreditar buena conducta y antecedentes de Agustín Upmann, Hermann Upmann y Henrique Claussen; eran considerados domiciliados, caracterizados como solteros, nacidos en Alemania, de 33, 37 y 28 años de edad respectivamente, cuya descripción física se corresponde con su condición de alemanes. 31 Ya en el Directorio de Artes Comercio e Industria de La Habana aparece la firma H. Upmann y C a como fabricantes de tabacos y como Comerciantes Comisionistas!2, lo que indica una organización vertical de la empresa en los negocios del tabaco. La historiografía describe la forma en que los comerciantes controlaban los pequeños cultivadores; se seríala que los grandes fabricantes poseían extensas vegas de tabaco explotadas con esclavos y: En el período que va de 1862 a 1877, que fue cuando los industriales H. Upmann, Bock, Murias, Gener y otros consolidaron las tierras tabacaleras para sus florecientes negocios de exportación, se registró una baja de un 40 % en el número de vegas. 33
Por lo que desde sus comienzos la empresa participó en todas las esferas relacionadas con el tabaco. En la escritura de disolución otorgada en abril de 1862, comparecieron Andrés Pohlmann, como apoderado de Hermann y Agustín Upmann, Henrique Claussen y Luis Dusenschon. 34 Declararon que habían formado "una sociedad comercial bajo la razón de H. Upmann y Compañía", según escritura de 4 de junio de 1861. Como Henrique Claussen deseaba retirarse de la firma acordaron su disolución. 30 Archivo Nacional de Cuba, Gobierno
Superior Civil 1258/49711.
31 Ibíd. 32 Directorio de Artes, Comercio Habana, 1860, pp. 129 y 261.
e Industria de La Habana, Litografía de Tiburcio Cuesta,
33 Stubbs, Jean: "Economía y trabajo en el tabaco cubano, 1860-1958", en: Del Santiago de Cuba, 1988, Año V, # 11, pp. 18-19.
Caribe,
34 N o siempre la ortografía de los nombres en alemán es correcta y, a menudo un mismo apellido aparece escrito de diferentes maneras, es posible que en este caso se trate de Dusenschon.
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Hermann Upmann, Agustín Upmann y Luis Dusenschon se hacían cargo de las pertenencias de Henrique Claussen y pagarían la cantidad de capital de éste ascendente a noventa mil pesos. Se añadía el poder extendido en Bremen por los hermanos Upmann el 8 de mayo de 1862.35 En la Matricula de Industria, Artes y Profesiones de La Habana para 18691870 aparece H. Upmann y Compañía entre las tabaquerías con marca en tercer lugar en cuanto a la cuota de contribución; también estaban inscritos como comerciantes con dirección en Cuba N° 64.36 Por esa fecha visitó La Habana el famoso viajero Samuel Hazard, que al referirse a las mejores marcas señaló: De los centenares de manufacturas, algunas de primera clase, hay por lo menos tres o cuatro en cuyos tabacos todo fumador puede tener completa confianza, siendo sus marcas conocidas en todo el mundo. Estas son: Cabañas, Uppman (sic) y Partagás, por cuyos productos se paga quizás algo más, pero se tiene la seguridad de que son buenos 37 .
Hazard describió con bastante fidelidad el proceso de elaboración del tabaco, los distintos tipos de vitolas, y sus precios y expresó: Debo confesar mi predilección por los tabacos Uppmann (sic), que sin excepción he encontrado buenos, y que gozan de merecida reputación en las Antillas. Para un millonario no puede haber tabaco mejor que los Londres superfinos de Uppmann (sic), a sesenta pesos oro el millar, o sus Cazadores, a cincuenta pesos. 38
Lo que es demostrativo del destacado lugar que ya ocupaba la marca en el mercado, de aquí que apareciera como los mayores contribuyentes del sector. En otra escritura, expedida el I o de julio de 1871, comparecieron Guillermo Gravenhorst, como apoderado general de su cuñado Hermann Upmann, según poder que le confirió en Bremen, Henrique Upmann y Guillermo Rocholl y declararon que ese año expiró el contrato que habían celebrado Agustín y Hermann Upmann con Carlos Adami y según el convenio de separación de este último acordaron formar otra sociedad: bajo la misma razón y para el propio giro de tabaquería y especulación de tabaco en rama y torcido sin excluir ningún otro negocio licito y legal que no sea expresamente prohibido en este contrato con domicilio en la calle Cuba número sesenta y cuatro.39
35 Archivo Nacional de Cuba, Intendencia General de Hacienda 747/78. 36 Archivo Hacional de Cuba, Gobierno General 478\23542 f. 6 y f. 129v. 37 Hazard, Samuel: Cuba a pluma y lápiz, "La siempre fiel Isla", Colección de Libros Cubanos, Vol. VII, Cultural S. A, 1828, T. II, p. 7. 38 Ibíd., p. 14. 39 Archivo Nacional de Cuba, Gobierno General 88/3555.
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Se señala el afto de 1868 como el de constitución de la casa bancaria; no se ha localizado aún la escritura en que los Hermanos Upmann se asociaron con Adami, pero esta es la primera que se conoce en que se amplían las operaciones a todo tipo de negocios; es también la primera en que se reconoce como sociedad en comandita y que aparece Henrique Upmann como asociado. Se señaló expresamente que Henrique Upmann y Guillermo Rocholl eran socios gerentes y Hermann Upmann el comanditario. El capital social era de 220.000 pesos, de los cuales 200.000 pertenecían a Hermann Upmann y diez mil a cada uno de los restantes socios; quedó establecido que cada uno recibiera el 8% de interés anual por el capital aportado, que las utilidades y pérdidas se distribuirían en el 45% para Hermann Upmann y el 27,5% para cada uno de los otros dos socios, descontado el 8% del capital. Se señalaba explícitamente que la sociedad se haría cargo de todos los créditos y activos de la fábrica según el balance de 30 de junio de 1871 y que liquidaría los de la antigua sociedad sin cobrar comisión. En el artículo quinto se señalaba expresamente que: "la marca de tabacos H. Upmann y todas las otras que la sociedad posee y establecerá quedan en propiedad particular de Don Hermann Upmann" 40 . En el Directorio de la Isla de Cuba de 1874 aparece H. Upmann y Compañía "como comerciantes comisionistas radicados en Cuba # 64 dedicados a giros, importación, exportación y consignaciones", radicadas en igual dirección la marca H. Upmann y siete anexas y la fábrica de tabacos en San Miguel n° 85 y su depósito también en Cuba n° 64. 4 ' En 1876 expiraba el contrato social celebrado el I o de julio de 1871, por lo que el 28 de junio concurrieron Henrique Upmann por sí y en representación de Hermann Upmann y Guillermo Rocholl que convinieron en formar una nueva sociedad para mantener los negocios de la anterior; continuaban Henrique Upmann y Rocholl como gerentes y Hermann Upmann como comanditario; el capital social no varió pero su distribución era la siguiente: Hermann cincuenta mil pesos, Henrique noventa mil y Guillermo Rocholl ochenta mil; cada uno recibiría el 8% anual por el capital aportado, aunque: "la sociedad reconoce además un crédito de ciento cincuenta mil pesos á favor de D. Hermann Upmann de Bremen el cual se le abre sin premio, á fin de dar á la compañía mayor ensanche en sus operaciones" 42 . Esto parece un claro indicador de que en Bremen existía una casa comercial vinculada a la firma en Cuba, en la que también los miembros de la familia tenían 40 ibíd. Archivo Nacional de Cuba: Protocolos Notariales. Escribanía de Miguel Ñuño, 1871 ff. 1611, 1630v„ 1633, 1641. 41
Directorio de la Isla de Cuba, 1874, p. 42. 42 Archivo Nacional de Cuba: Protocolos Notariales. Escribanía de Miguel Ñuño, 1876, f. 2727.
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el peso fundamental; en la escritura se reiteraba la cláusula de las marcas de tabaco. En la distribución de las pérdidas o ganancias a Henrique Upmann y Rocholl les correspondía el 35% respectivamente y a Hermann el 30%. 43 En 1879 se separó completamente Guillermo Rocholl y los Hermanos Upmann formaron nueva sociedad con Juan Runken; el capital social fue elevado a 350.000 pesos, que este último y Henrique Upmann serían los gerentes y Hermann Upmann continuaba como comanditario. Por escritura del 25 de junio de 1884 se prorrogó la sociedad; en la prórroga actuó Adolfo Yken como apoderado de Hermann y Henrique Upmann; se constituye como sociedad mercantil hasta 1889.44 La adquisición de tabacos para el consumo de España se hacía bajo contrata por la Hacienda Pública. En el pliego de condiciones para la adquisición de tabacos se clasificaban las fábricas de La Habana en tres categorías (primera, segunda y tercera clase); en las de 1880 y 1884 aparecía H. Upmann catalogada como de primera clase. 45 La contrata de tabacos era un negocio muy controvertido. España era todavía un importante mercado para el tabaco cubano, pero las importaciones eran controladas por la Hacienda, lo que daba lugar a fraudes, especulaciones y todo tipo de negocios; los fabricantes eran muy sensibles ante este problema. En la revista El Tabaco se expresaba en septiembre de 1880: Una casa muy importante, la de los Sres. H. Upmann y Ca., es la encargada de hacer las compras para la Contrata, y sentimos verla envuelta y tener que comprenderla en nuestras apreciaciones sobre los abusos e inmoralidades cometidas por el contratista46.
En números posteriores se acusaba a la firma de haber cometido fraudes y haber falsificado las marcas de las fábricas, se retaba al contratista a que probara la existencia de la marca La Crema de América, aunque se reconocía: Nosotros calculamos desde luego que la contrata no es uno de esos negocios en los que han de beneficiarse grandes ganancias: muy al contrario, cumpliendo el pliego de condiciones el contratista está expuesto a sufrir quebrantos en sus intereses...47
Parece que a partir de estos artículos The U. S. Tobacco Journal de Nueva York comenzó una campaña en la que se acusaba a H. Upmann y Ca. de haber cometido fraudes en la remisión de 12 millones de tabacos al Gobierno francés, los que habían sido rechazados por estar elaborados con hoja norteamericana. En 43 Archivo Nacional de Cuba, Gobierno General 92/3969. 44 Archivo Nacional de Cuba, Registro Mercantil Primero, T. I, f. 84. 45 Gaceta de La Habana, 1880 # 33 y 1884 # 203. 46 El Tabaco, La Habana, 1880, Año Y, # 5, p. 1. 47 Ibíd., # 8, p. 2.
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un número posterior se aclaraba que era el contratista español el que había encargado la compra a H. Upmann y Ca., aunque se reiteraba lo de la falsificación de la rama y se decía categóricamente que el tabaco había sido elaborado en Cayo Hueso. Se afíadía que el Sr. C. Upmann, importador y comerciante en rama de esta ciudad (Nueva York), había sido visitado y había manifestado que no tenía interés en hacer aclaraciones; por lo que se infiere que la firma tenía también una sucursal en Estados Unidos representada por un miembro de la familia. 48 En El Tabaco se aclaraba que la contrata no era anual sino que era cuando el Gobierno necesitaba surtirse de tabacos, que tampoco se había servido el total solicitado y que los tabacos rechazados serán 1.500.000, y se añadía que: Los señores H. Upmann y Ca. no han sido nunca contratistas. Tuvieron la desgracia de aceptar, cosa que estamos bien seguros que lamentarán toda su vida, la comisión de compra de tabacos durante los primeros meses del cumplimiento del contrato ... por mas que los accidentes á que ha dado lugar pueden haber perjudicado algo el buen nombre de una casa tan respetada como la suya interviniendo en un negocio tan poco agradable como el que nos ocupa.
49
Se aseguraba que nada confirmaba el rumor de que había sido elaborado en Cayo Hueso, pero que había evidencias de que se había enviado tabaco torcido en fábricas del interior del país, que el tabaco había sido rechazado por no estar hecho a tripa abierta, lo que era un absurdo que figuraba en la contrata pero: En lo que está más próximo a la verdad nuestro colega es en asegurar que se enviaron tabacos de veinte pesos millar, y estaban contratados á 65 pesos, no a 60 como asegura, y esto podía haber sido motivo a justificar el rechazo, puesto que el fraude existía al presentar al Gobierno vitolas de calidad inferior, con el nombre y precio de vitolas superiores. 50
Parece que la sociedad no respondió a estas acusaciones, pero no se conoce que este escándalo repercutiera negativamente sobre sus negocios. La industria pasó por un proceso de concentración en la década del ochenta. Se llevaron a cabo algunas fusiones, pero el problema de las marcas es muy complicado en este sector y requiere un estudio particular no realizado aún, de aquí que: ... un rasgo peculiar del tipo de concentración en la industria tabacalera en Cuba fue todo lo que resultó de la posesión de marcas de fábrica por las empresas combinadas. Esas marcas representan el verdadero valor de la fábrica; ésas eran las bases de ganancias extraordinarias ... Por eso se demandó y se concedió un plusvalor que excedía por mucho de los valores contenidos en los balances. 51
48 Ibid., Aflo II, 1881 # 16, p. 2 y # 19, p. 8. 49 Ibid., # 19, p. 8. 50 Ibid. 51 Friedländer, Op, Cit. (2), T. II, p. 559.
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Ya se ha visto que la marca principal era propiedad de Hermann Upmann. En 1886 la sociedad inscribió un total de 57 otras marcas adquiridas entre 1882 y ese año.52 En 1889 fue renovada la sociedad con idénticas bases, pero el capital social se redujo a 100.000 pesos oro; comparecieron Henrique Upmann, por sí y como apoderado de Hermann, y Juan Runken. La sociedad fue constituida por un año renovable cada año hasta cinco. Henrique Upmann aportó 45.000 pesos oro por lo que le correspondía el 45% de las utilidades y pérdidas, a Runken el 40% con un aporte de 40.000 pesos y a Hermann el 15% por su aporte de 15.000 pesos. Cada uno recibía el 6% anual por el capital aportado. Se reitera que Hermann Upmann era propietario de la marca H. Upmann y todas las demás. Ese año Juan Runken otorgó poder a favor de Edmundo Meyer y posteriormente a Federico Remmer para que llevara la firma." El primero entró a formar parte de la empresa en 1893. En este acto Juan Runken actuó como apoderado de su hermano Gustavo Adolfo. La sociedad fue constituida por un año prorrogable hasta diez; el capital social fue de 200.000 pesos oro de los cuales Henrique Upmann aportó 100.000, Juan Federico Remmer, 40.000, y Gustavo Adolfo Runken y Hermann Upmann, 30.000 pesos cada uno; este último continuaba siendo comanditario y el resto gerentes. Las utilidades y pérdidas no se distribuían proporcionalmente al aporte, pues Henrique Upmann recibía el 40%, Hermann el 10, Runken el 20 y Remmer el 30; el interés anual era del 6%.54 Por escritura otorgada el 17 de junio de ese mismo año se separó de la sociedad el comanditario Hermann Upmann y la sociedad asumió el carácter de colectiva con un capital de 160.000. Comparecieron Juan Runken, como apoderado de su hermano Gustavo Adolfo, Henrique y Hermann Upmann y Federico Remmer. En ese mismo mes Gustavo Adolfo Runken y Juan Federico Remmer confirieron poder a Edmundo Meyer para llevar la firma. ss En enero de 1894 se inscribió el traspaso de 36 marcas para fábrica de tabacos de la sociedad anterior a la nueva; en marzo se inscribieron otras 28, concedidas entre 1889 y 1893; en 1895 seis, aprobadas ese año y en 1897 otras doce.56 Ya se ha dicho que el problema de las marcas en el sector es muy complejo; todos los fabricantes poseían una marca principal, en este caso H. Upmann, y varias anexas, las que eran utilizadas dependiendo del mercado al que se exportaba. El incremento del número de marcas aumentaba el capital de las empresas; en muchas ocasiones se adquiría la marca de fabricantes en quiebra como la comprada a
52 Loe. Cit., (44). 53 Ibíd. 54 Ibid., T. 28, f. 171. 55 Ibíd.
56 ibíd.
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Achim Domnick
Cándido García en 1897 denominada El Alba de C. G. Y Ca.,57 o se añadían mediante fusiones. En junio de 1897 se separó Juan Federico Remmer y retiró su capital, que le fue devuelto por Henrique Upmann, por medio de su apoderado, y Gustavo Adolf o Runken. Posteriormente este último confirió poder a Edmundo Meyer y Henrique Runken y Trelle, para llevar la firma indistintamente. 58 En este poder se definen más explícitamente las funciones de casa de comercio y banca de la sociedad; se les autorizaba a que: ... administren, rijan y gobiernen los bienes de dicha Sociedad, adquieran acciones, títulos, certificados y cupones del Banco Español y de los demás Bancos, Empresas, Compañías, las vendan, cedan y traspasen, percibiendo sus precios o dividendos, asistan a juntas, celebren liquidaciones y arreglos, giren y acepten letras de cambio, libranzas, pagarés, pólizas, conocimientos, mandatos, manifiestos, chekes y demás documentos que se relacionen con el giro de la casa, tomen cuentas, transijan dificultades, paguen lo que se deba, hagan depósitos en el extranjero... 59 Sería demasiado extenso explicar los complejos problemas financieros de Cuba, brevemente se puede decir que, aunque para esa fecha existían el Banco Español de la Isla de Cuba y el Banco del Comercio, no había un sistema bancario armónico y: "... numerosas entidades comerciales hacían préstamos y negociaban con letras de cambio; entre ellas merecen citarse Zaldo y Compañía, H. Upmann y Compañía y N. Gelats y Compañía" 60 . En 1898 la Secretaría de Hacienda confeccionó una Relación de los Sres, que componen el Gremio de Comerciantes Banqueros, con la cuota que les correspondía en el ejercicio 1898-1899, y U p m a n n y Ca. aparece encabezando la lista con una cuota de $ 4.000 6 1 ; en la Relación de contribuyentes por el concepto de comerciantes banqueros para el ejercicio de 1899-1900 aparece en segundo lugar, después de Manuel Calvo, con igual cuota de tres mil pesos. 62 Y es que: La famosa casa de Upmann and Co, se ha hecho muy conocida en Estados Unidos por los cigarros Upmann, pero el comercio de cigarros pasa a una segunda línea aunque importante, frente al enorme incremento del negocio bancario Upmann and Co han ganado con 57 Ibíd., T. 35, f. 36. 58 Ibíd. Así comienza a introducirse la práctica de añadir un segundo apellido a la nueva generación de empresarios, los que pueden o no haber nacido en Cuba, pero continuaron ostentando su nacionalidad alemana, al parecer para diferenciarlos de sus mayores. 59 Ibíd. 60 Jenks, Leland: Nuestra Colonia de Cuba, Edición Revolucionaria, La Habana, 1966, p. 201. 61 Archivo Nacional de Cuba, Secretaría de Hacienda 347/84. 62 Ibíd., 347/75.
La presencia naval alemana en América Latina
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derecho fama de la firma bancaria más importante de Cuba y tal vez de todas las Indias Occidentales. El Gobierno español dependió durante el bloqueo casi totalmente de los suministros de dinero de Upmann and Co. 63
Parece que los últimos años del siglo XIX y la primera década de este siglo fueron los más prósperos para la empresa. En cuanto a la fábrica en 1899 se señalaba: "H. Upmann trabaja con tal actividad que su gran casa-palacio de Carlos III es ya incapaz para admitir más obreros á pesar de que cuenta con una de las galeras más espaciosas de La Habana". 64 En junio de 1899 fue aceptado como nuevo socio Henrique Runken y Trelle, que aportó un capital de $ 30.000 y el 20% de utilidades en calidad de gerente; comparecieron Gustavo Adolfo Runken y Trelle y Otto Wiedenroth, como apoderado de Henrique Upmann, según poder expedido en Hamburgo el 9 de mayo de 189765. En mayo de 1899 Gustavo Adolfo Runken expidió poder a favor de Theodor Garbade y Depken y Philipp Roland Dreibholtz, con todas las facultades de gerentes. 66 A la prórroga de la sociedad, efectuada en 1901, compareció Henrique Upmann: "soltero, del comercio, mayor de edad y vecino de la ciudad de Hamburgo residiendo actualmente en esta capital", además de Gustavo Adolfo Runken y Trelle y Henrique Runken y Trelle, "vecinos de esta ciudad". La prorrogaron por diez años más como "sociedad regular colectiva y no en comandita", la que empezaría en 1903. Posteriormente comparecieron Otto Wiederoth, como apoderado de Henrique Upmann, Henrique Runken y Trelle y Gustavo Adolfo Runken y Trelle para acordar la separación voluntaria de este último, con la retirada de su capital de $ 30.000, por lo que el capital social quedó disminuido en esa cantidad y las ganancias y pérdidas se distribuirían en adelante en el 60% para Upmann y 40% para Henrique Runken 67 . La sociedad continuó inscribiendo y renovando marcas y en 1905 registró la marca para cigarros "H. Upmann" 68 . En 1901 se produjo una gran estafa a bancos y casas bancarias de La Habana. El 31 de agosto Henrique Runken presentó la denuncia, declaró ser soltero, natural de Alemania, dedicarse al comercio, tener 38 años de edad y ejercer como gerente de la Sociedad H. Upmann y Ca. dedicada a negocios de comercio y banca; la que resultó estafada en $ 73.872 de la cuenta de más de 160.000 de uno 63 Herrings, Joseph, Op. Cit. (19), p. 162. 64 Loe. Cit. (46), La Habana, 15 de noviembre de 1899, pp. 30-31. 65 Loe. Cit. (44), T. 35., f. 39. 66 Ibíd., T. 39, f. 103. 67 ibíd. 68 Ibíd., T. 94, f. 8.
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de sus clientes al haberle ordenado realizar depósitos, envíos en efectivo y compra de valores mediante la falsificación de documentos y de la firma del cliente69. En 1905 aparece el primer miembro de la segunda generación de los Upmann radicados en Cuba. Henrique Runken y Trelle confirió poder a Hermann Upmann y Brassecke (hijo del fundador) para llevar la empresa 70 . En 1907 aparece Albert Heinrich Upmann y Brassecke, hermano del anterior, como apoderado de Henrique Upmann y en compañía de Henrique Runken y Trelle aceptaron a Hermann Albert Upmann y Brassecke como socio con un capital de $ 30.000 y el 20% de utilidades 7 '. En 1911 fue aceptado Theodor Garbade Depken con el capital de $ 30.000 al 20% de utilidades y como gerente. Henrique Runken y Trelle confirió poder a Friedrich Tideman y Prott para llevar la firma en representación de la sociedad. 72 En 1913 Albert Heinrich Upmann y Brassecke, como apoderado de Henrique Upmann, Henrique Runken y Trelle, Hermann Albert Upmann y Brassecke y Theodor Garbade y Depken, convinieron en la separación de Henrique Runken y Trelles, que retiró su capital de $ 30.000. Ese mismo año fue prorrogada y modificada la sociedad por Albert Heinrich Upmann y Brassecke, como apoderado de Henrique Upmann, Hermann Albert Upmann y Brassecke y Theodor Garbade y Depken; en adelante serían sus socios gerentes Henrique y Hermann Albert Upmann y el Sr. Garbade, prorrogaron la sociedad por cinco afios y el capital social sería de 200.000 pesos oro español, de los cuales Henrique Upmann aportaba 100.000, Hermann Albert 50.000 y Garbade otros 50.000. Las utilidades y pérdidas se distribuían en un 37,5% para Henrique, 31% para Hermann Albert y 27,5 % para Garbade. 73 Al fallecimiento de Henrique Upmann, ocurrido en Hamburgo el 26 de agosto de 1915, se produjeron importantes cambios. Ernesto Teodoro Federico Pablo Meyer y Reuther, como apoderado de Juan Cristóbal Abrahán Runken, albacea de Henrique Upmann, recibió por capital y utilidades del socio fallecido la cantidad de 100.000 por lo primero y 41.000 por lo segundo. Por tal motivo quedó reducido el capital a 100.000 pesos. Debido a la necesidad de aumentarlo fue admitido Albert Heinrich Upmann y Brassecke con 50.000 y Hermann Albert Upmann Brassecke incrementó su aporte a 100.000 pesos.74 El año de 1917 fue crucial para H. Upmann y Compañía; el 4 de abril se separó Theodor Garbade Depken, representado por su apoderado Federico Friedemann 69 Archivo Nacional de Cuba, Audiencia de La Habana 553/1. 70 Loe. Cit. (44), T. 83, f. 22. 71 Ibid., T. 104, f. 8. 72 Ibid., T. 124, f. 53. 73 Ibíd. 74 Ibíd.
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Prott, el que recibió 47.170,47 pesos oro oficial equivalentes a los 50.000 oro español que Garbade representaba, por lo que la sociedad quedó formada solamente por Hermann Albert Upmann y Brassecke y Albert Heinrich de los mismos apellidos y el capital social reducido a 150.000 pesos oro español, 100.000 del primero y los restantes 50.000 del segundo. Acordaron que éste fuera de 200.000 pesos oro español y que estuviera representado por ambos con igual cantidad, por lo que los dos completaron su capital hasta alcanzar 100.000 pesos oro español cada uno. Quedaron como los únicos socios y gerentes, por lo que por primera vez estuvo la sociedad en poder exclusivo de la familia.75 Tres días más tarde el Congreso de la República aprobó la declaración de guerra a Alemania. Es conocido que se hizo una Lista Negra norteamericana de alemanes; desde octubre de 1917 el Evening News comenzó una campaña contra el más prominente alemán de Cuba, el banquero Upmann, y lo acusaba de espía y conspirador, él solicitó del Presidente Menocal que se nombrara una comisión para supervisar sus negocios y se le permitiera continuarlos sin restricciones. El Presidente encargó a su Ministro de Estado que apoyara esta petición ante el Gobierno Norteamericano, ya que consideraba a Upmann un buen amigo de Cuba. La respuesta fue evasiva y Upmann continuó en la Lista Negra; incluso se investigaba a todo el que tenía relaciones con ellos. La lista, publicada el 5 de diciembre, comprendía 27 firmas radicadas en el país consideradas germanófilas. El Evening News hacía constante campaña contra los germanófilos y el 9 de marzo de 1918 aludió indignado el hecho de que los Upmann estaban en libertad. El 16 de octubre fueron detenidos varios alemanes, entre los que se encontraban Hermann y Albert Upmann, a los que se les permitió permanecer en reclusión domiciliaria, pero los demás fueron a La Cabaña. 76 El azúcar cubano estuvo sometido al control de guerra por parte de Estado Unidos entre 1917 y 1918. A pesar de ello y de que el War Trade Board obtuvo fabulosas ganancias con su comercialización, los productores cubanos recibieron precios remuneradores. Después del armisticio y la liberación del azúcar comenzaron a subir sus precios; en Cuba se desató una orgía especulativa conocida como La danza de los millones (1919-1920). La brusca caída de los precios desembocó en el crac bancario (1920-1921). En octubre de 1920 suspendieron pagos casi todos los bancos establecidos en Cuba; el pánico motivó que se decretara la moratoria bancaria, que se extendió hasta el 31 de enero de 1921 en que fue creada la Comisión Temporal de Liquidá-
is Ibíd., T. 266, f. 140. 76 Primelles, León: Crónica Cubana y 555.
1915-1918,
Editorial Lex, La Habana, 1955, pp. 377
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ción Bancaria.11 En el marco de estas circunstancias es donde que se produjo la quiebra de H. Upmann y Compañía. El I o de mayo de 1922 suspendió pagos, cuando ya parecía que todos los bancos que quedaban habían sobrepasado la crisis. Durante unos días trataron de conseguir un préstamo de $ 3.500.000. Al no conseguirlo se acogieron a la Ley de liquidación bancaria1% La sociedad había reanudado sus negocios el I o de mayo de 1920, después de resolver la situación creada con la Guerra; no se acogió a la moratoria; parece que el banco privado H. Upmann y Compañía se desarrolló como corresponsal de Speyers de Nueva York, Londres y Frankfort, hasta que la guerra lo incluyó en la lista negra. 79 Es posible que se sintieran protegidos por sus socios en el exterior. Aunque en el primer informe de la Comisión Temporal de Liquidación Bancaria de 19 de junio de 1922, al exponer las causas que motivaron la suspensión de pagos, se señalaba que "si al pretender reanudar sus operaciones la casa H. Upmann, se hubiera realizado una inspección de su situación, la apertura no hubiera sido autorizada, porque, en ese momento el más ligero examen del balance hubiera demostrado su estado de quiebra" 80 . Hermann y Albert Upmann fueron procesados acusados de "estafa, quiebra fraudulenta y disponer de valores en depósito". El 13 de octubre de 1922 se decidió que no había lugar para la acusación. 81 En el proceso de liquidación entró como factor importante la marca H. Upmann, que fue apreciada por Hermann Upmann en un valor que oscilaba entre 300 y 400 mil pesos, refrendado por expertos. Fue fijada en un valor de $ 200.000, pero produjo al ser vendida en remate un precio inferior al crédito que garantizaba. La deuda de H. Upmann y Compañía con el Deutsche Bank, ascendente a $ 1.912.208.62, había sido cancelada debido a que Hermann Upmann consideraba que se liquidaba con los valores depositados en la sucursal del Deutsche Bank de Londres. Pero la operación no pudo efectuarse porque esos valores habían sido incautados por el Gobierno Británico como pertenencia de subditos alemanes. 82 Sería demasiado extenso entrar en los pormenores de la liquidación de esta empresa, el 12 de mayo de 1922 fue presentada ante el Registro Mercantil la declaración de suspensión de pagos, la que quedó inscrita el 6 de junio de 1922.83 77 Primelles, León: Crónica Cubana 1919-1922,
Editorial Lex, La Habana, 1957, p. 375.
78 Ibíd., p. 547. 79 Jenks, Op. Cit. (60), p. 204. 80 Cuba: comisión Temporal de Liquidación Bancaria. Informe de los Representantes de la Comisión Temporal de Liquidación Bancaria en el Banco H. Upmann y Compañía, Molina y Ca., Habana, 1926, p. 1. 8 ! Primelles, Op. Cit. (77), p. 547. 82 Loe. Cit. (80), p. 10. 83 Loe. Cit. (44), T. 266, p. 140.
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La historiografía ha incluido la quiebra de esta sociedad como parte de la ruina de la banca doméstica provocada por el crac bancario. Aunque éste fue un factor fundamental para la liquidación de la empresa, no hay que olvidar el estado lamentable en que había quedado después de la Guerra, ni el hecho de que sus valores fueran incautados en Inglaterra debido a la indiscutible filiación alemana de la sociedad. A mi modo de ver, el caso de H. Upmann y Compañía presenta peculiaridades sobre las que es necesario profundizar, pero considero que la firma fue más víctima de la Guerra que de la crisis. De no haberse visto involucrada en la política de guerra de Estados Unidos no habría quedado excluida la posibilidad de salvación como lo lograron otras entidades extranjeras en Cuba. La marca de tabacos y cigarros H. Upmann mantuvo el prestigio que había ganado en el mercado y es hoy una de las más famosas de Cuba.
ANEXOS ANEXO I Exportación de tabaco 1826-1840 (Unidades: arrobas y pesos) Año Rama % Valor % Torcido % 1826 79581 7888 1827 79106 100 243774 100 6691 100 1828 70031 88.5 223528 91.7 8413 127.7 158.7 1829 125502 391124 160.4 9738 145.5 1830 160358 202.7 501207 205.6 16286 243.4 1831 117454 148.5 13258 367043 150.5 198 1832 76430 17924 96.6 238844 98 267.9 1833 92475 116.9 288985 118.5 24709 369.3 1834 87154 110.2 11.7 24640 282356 368.3 158.4 13867 1835 125302 391570 160.6 207.2 1836 228519 288.9 714124 292.9 20738 309.9 1837 179503 31698 226.9 560948 230 473.7 1838 194799 246.3 608747 249.7 36659 547.9 1839 204947 259.1 637558 261.5 34970 522.6 219.5 33993 1840 169671 214.5 535122 508.1
Valor
%
-
-
332786 420670 477189 805883 662877 896247 875328 985564 554680 829504 1267496 1466344 1273069 1395689
100 126.4 143.4 242.2 199.2 269.3 263 296.2 166.6 249.3 380.8 440.6 382.5 419.4
Fuente: Cuba. Intendencia General de Hacienda: Balanza General del comercio de la Isla de Cuba, La Habana, 1826-1840.
Fe Iglesias
386 A N E X O II E x p o r t a c i ó n d e t a b a c o torcido y e n r a m a Rama % Año 79581 1826 91 79106 92.2 1827 70031 89.3 1828 125502 1829 92.8 1830 160358 90.8 117454 89.9 1831 1832 76430 81 92475 78.9 1833 1834 87154 78 125302 90 1835 1836 228519 91.7 1837 179503 85 194799 84.2 1838 204947 85.4 1839 169671 1840 83.3
Torcido 7888 6691 8413 9738 16286 13258 17924 24709 24640 13867 20738 31698 36659 34970 33993
García
% 9 7.8 10.7 7.2 9.2 10.1 18.9 21.1 22 10 8.3 15 15.8 14.6 16.6
Fuente: Cuba. Intendencia General de Hacienda: Balanza General del Comercio de la Isla de Cuba, La Habana, 1826-1840. A N E X O III Comercio de C u b a con ciudades hanseáticas 1 8 2 6 - 1 8 3 9 (Unidad: Pesos y reales) Años Exportaciones Importaciones 1826 1 617 949.5 1 293 989.5 1 669 400.4 1 279 818.5 1827 1828 1 927 501.5 1 747 398.7 1830 1 785 857.1 1 462 548 1 900 866.1 1831 1 702 367.3 1 866 326.7 6 163 152.3 1838 1839 1 604 326.6 3 329 691.1 Fuente: Cuba. Intendencia General de Hacienda: Balanza General del Comercio de la Isla de Cuba, La Habana, 1826-1839.
Los alemanes en Cienfuegos durante el siglo XIX Orlando García Martínez
Cienfuegos, ciudad en el centro sur de Cuba, fue fundada en los principios del siglo XIX. En esa época la metrópoli hispana veía con gran recelo el crecimiento de la población negra esclava al calor del gran desarrollo de la producción azucarera y cafetalera. El temor a una sublevación como la de Haití se convirtió en tema obligado para los sectores que detentaban el poder. Por entonces España trataba de aplastar los movimientos independentistas de sus colonias americanas en una estrategia que convirtió a Cuba en centro de operaciones contra las mismas. El 17 de octubre de 1817 la Corona española promulgó la Real Cédula que garantizaba el fomento de la población blanca. Esta importante medida del absolutismo perseguía objetivos políticos, económicos y sociales capaces de asegurar la defensa y expansión de las riquezas en la denominada "Siempre Fiel Isla de Cuba". Las amplias llanuras que bordeaban la bahía, en cuya angosta entrada se alzaba vigilante desde 1745 la fortaleza "Nuestra Señora de los Ángeles de Jagua", estaban escasamente pobladas. El cultivo del tabaco, la caña de azúcar y el café, la ganadería y la explotación de los bosques -ricos en maderas preciosas- eran la base de la actividad económica de los hombres presentes en estas feraces tierras. Un incipiente comercio aseguraba la introducción por la abrigada bolsa de mar de mucho de lo que consumían la importante región de Villaclara, la parte colindante de la jurisdicción de Trinidad y las tierras matanceras en torno al río Hanábana. Los principales propietarios de esta zona sureña procedían o estaban relacionados, en su mayoría, con las familias habaneras, trinitarias y villareñas más ricas. Estos poderosos intereses ejercían fuerte presión para fomentar una población en el puerto natural de mejores condiciones de esta costa de la isla. En esta coyuntura resulta aprobado el proyecto de colonización del Teniente Coronel de Infantería Luis Juan Lorenzo De Clouet Piette, nacido en Nueva Orleans en el seno de una familia oriunda de Burdeos. La propuesta de este fiel servidor de la Corona española no tuvo sustanciales contratiempos para ser aprobada el 8 de marzo de 1819 porque conjugaba el interés estatal, con las razones de índole económica antes apuntadas, y hasta el suyo personal que abarcaba toda una amplia gama de cuestiones. El traslado de colonos blancos católicos a Jagua requería de cuidadosos planes y cálculos así como considerables gastos y riesgos que el gobierno español solamente no sufragaría. En las casas comerciales bordelenses encontró De Clouet el apoyo. La autorización concedida por Fernando VII al promotor de este proyecto para "... introducir ... cuarenta mil barriles de harina sin pagar derecho ..." en
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Orlando García Martínez
Jagua, unido a la posibilidad de expansionar rápidamente las producciones de su territorio resultaron argumentos más que convincentes para interesar a empresarios con gran experiencia en el comercio colonial. 1 En Burdeos, el importante puerto fluvial francés de los famosos vinos, manufacturas textiles y refinerías de prestigio, interesa Luis De Clouet a los cuarenta y seis primeros inmigrantes. La recesión económica que afectaba a Francia, y a Europa en general, desde 1815 favorecía una fuerte corriente migratoria. La esperanza de acabar con sus penurias empujaba a muchos a cruzar el Atlántico. El 8 de abril de 1819 tocan tierras de Jagua después de una travesía desde el puerto francés, situado en la orilla izquierda del río Garonne, con previa estancia en la populosa Habana y obligado paso por Batabanó al tomar la ruta de cabotaje por la costa sur. La tradición habla del arribo de cuarenta colonos mayores de edad y seis menores. El documento que relaciona el pago de pasajes y dietas hace referencia a treinta y seis fundadores. Estos están compuestos por treinta y un franceses, tres alemanes, un italiano y un español. 2 El 22 de abril de ese año, en el Acta que recoge pormenores de la fundación de Fernandina de Jagua, Luis De Clouet apunta "... he tumbado los tres primeros palos y dispuesto que se limpiasen los contornos y ... plantasen ocho tiendas de campaña pa alojarme y a los colonos que traje de Burdeos ...".3 La presencia de los alemanes Juan Francisco Eyerman (Eiermann), maestro sastre de 58 años; Jorge Francisco Reiling, oficial sastre de 20, y Santiago Horstmann, oficial sastre también y mayor dos años que el anterior, en el grupo de fundadores no es de extrañar si tenemos en cuenta que desde el siglo XVIII la ciudad de Burdeos era punto obligado de las producciones prusianas y sajonas (textiles y maderas). En las mentalidades de los que habían sufrido los embates de las crisis entre 1807 y 1815 el mito de la América como tierra promisoria creció. 4 No perdamos de vista que en esta época "... la reconquista de los viejos mercados ultramarinos devino vital para Prusia ..." y tras esta para el resto de los estados alemanes. 5
' Véase: Orlando García M. y Alina Puig: "Cienfuegos: cuatro siglos de dominio colonial español", Trabajo inédito, Cienfuegos 1982, pp. 6-20 que explica en detalle los factores influyentes en este proyecto. 2 Archivo Nacional de Cuba (en adelante: ANC). Fondo Gobierno Superior Civil. Legajo 630, # 19 895. 3 Museo Histórico Provincial de Cienfuegos. Acta de Fundación de Fernandina de Jagua. Abril 22 de 1819. 4 Michael Zeuske: Bajo la bandera prusiana. Cónsules, comerciantes y política comercial de Alemania en Venezuela y en las Indias Occidentales (Segunda mitad del siglo XVIII hasta finales del siglo XIX), Libro en preparación, citado con permiso del autor, pp. 8-17. 5 ídem., pp. 16-17.
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Muy dura fue la tarea de limpieza y deslinde del terreno escogido en la península de la Majagua. El arribo de diez nuevos colonos procedentes de Nueva Orleans en octubre sirve de gran aliento. Pero el impulso decisivo para el proyecto colonizador se produce en diciembre de ese 1819: primero en la fragata "Adelaine" llegan 85 colonos desde Burdeos y después otros 99 procedentes de Filadelfía en la goleta "Los Tres Saly". Hombres de diferentes culturas inmigraban a las tierras de Fernandina de Jagua para darle un peculiar cosmopolitismo. Ya en 1822 hay asentados 789 colonos. Dos años más tarde su número ascendía a 1283 habitantes. 6 En el incipiente poblado se oían más de seis idiomas. El núcleo más numeroso e influyente de extranjeros lo constituían los franceses, entre los cuales incluimos a los procedentes de sus ex colonias. En el caso específico de los alemanes llegados a Jagua, la realidad fue bien distinta. Los tres primeros que acompañaron a Luis De Clouet apenas pisan la tierra de los sueños, desaparecen sin que pudiéramos conocer su destino final. Otros inmigrantes de esa nacionalidad corren peor suerte y son víctimas de las epidemias que sufren los recién llegados. Tal fue el caso del matrimonio de los alemanes Juan Bautista Boireau y María Agat, quienes, "víctimas de la epidemia del vómito", mueren mientras recibían asistencia en el ingenio "Nuestra Señora de la Candelaria", en cuyo camposanto fueron depositados sus restos. 7 Muy pocos estaban asentados en Fernandina de Jagua cuando el devastador huracán nada dejo en pie a fines de 1825. En realidad los alemanes llegados al calor de este proyecto de colonización nunca fueron numerosos. El gobierno colonial hispano mantuvo un apoyo sostenido a esta empresa. La disposición metropolitana de habilitar el puerto de Jagua y crear una Comandancia de Marina y Ayudantía de Matrículas en 1825 fue un paso decisivo para el desarrollo impetuoso del comercio. También el desembolso de medio millón de pesos, entre 1819 y 1826, por parte de España para el desarrollo de Fernandina de Jagua fue un factor de peso en el auge económico regional. Desde entonces la población urbana crece sostenidamente. En 1826 se registran 619 habitantes y doce meses después llegan a 841. En 1830 la cifra de residentes en el pueblo es de 1410. La mayoría de los extranjeros llegados a Jagua han pasado a vivir en la Villa de Cienfuegos, título otorgado por los Monarcas en 1829, por sus notables progresos, indisolublemente vinculados a la explotación de los recursos agrícolas. 8 6 Orlando García M.: "Cienfuegos: participación de los franceses y otros europeos en su fundación", Cienfuegos, 1994, pp. 10-12. 7 Pablo Rousseau y Pablo Díaz de Villegas: Memoria de Cienfuegos, Habana, 1920, p. 46.
Descriptiva,
Histórica
y
Biográfica
8 Véase además de los trabajos de Rousseau y García Martínez, el de la fallecida Dra. Violeta Rovira aparecido en la Revista Islas. Cuba, Universidad Central, 1975. # 54,
Orlando García Martínez
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En Cienfuegos los inmigrantes constituyen un importante segmento de la población, por lo regular dedicados a las faenas artesanales y comerciales. Su influencia económica, política y social era notabilísima en estos tiempos. El comercio estaba prácticamente en sus manos. Hombres como el francés Julio Leblanc, los norteamericanos Guillermo Hood y Luis Howard y el inglés Jorge Fowler, entre otros, son protagonistas del incesante tráfico de mercancías por la bahía de Jagua, convertida en punto de interés para los barcos que surcan los mares de la costa sur, enlazando los puertos cubanos de la importancia de Batabanó, Trinidad y Santiago de Cuba y los del Caribe como Kingston, Montego Bay y Curazao por sólo citar los más relevantes. Dichos individuos enfrentaran la tenaz competencia de las casas comerciales trinitarias cuyo puerto "... hasta entonces había disfrutado de más movimiento mercantil ... [y] ... veían desaparecer ... una gran parte de su comercio, y esta fue la causa por la cual ... se suscitaron varias disensiones entre los colonos y los trinitarios...".9 En la práctica lo más común fue que los comerciantes de ambos puertos concillasen sus intereses. De igual forma ocurrió con los habaneros. En un lapso relativamente corto Leblanc, Fowler, Terry, Prosper, Bouffartique y otros abandonaron el status de comerciantes "al por menor" para dedicarse a operaciones en mayor escala. Otros extranjeros menos afortunados encuentran estabilidad desempeñándose como hábiles artesanos y pequeños comerciantes en los numerosos establecimientos que aparecen en la Villa de Cienfuegos. Unos pocos se desenvuelven en actividades profesionales: Domingo Monjeni, como médico; Félix Lanier, en la de boticario, y Andrés Dorticós en la de escribano ejemplifican esta situación y también ponen de manifiesto el papel preponderante de los franceses entre los colonos asentados. Cienfuegos servía de crisol a influencias culturales diversas al tiempo que el accionar de sus pobladores transformaba gradualmente el paisaje. El Padrón de 1830, confeccionado por el funcionario Pedro A. Aragonés, consigna 1410 habitantes en la Villa. En ese momento son registrados 111 extranjeros, de los cuales el 68.11% eran franceses. Le seguían en número los nacidos en Norteamérica con el 22.52% del total. Huelga apuntar que los nativos de la península hispana y sus posesiones coloniales, incluida Cuba, constituían ya el núcleo más numeroso e influyente con 839 personas. El grupo siguiente en magnitud, asentado en el poblado es el de oriundez africana al aparecer consignados 226 esclavos y 234 pardos y mulatos libres, para un significativo 32.62 % de la pobla-
pp. 3-98. 9 Enrique Edo: Memoria pp. 33-34.
Histórica
de Cienfuegos
y su Jurisdicción,
La Habana, 1943,
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ción. 10 El carácter un tanto cosmopolita de la sociedad cienfueguera surgida del proyecto de colonización blanca, arroja datos peculiares sobre los alemanes. Sólo dos individuos de esta nacionalidad aparecen radicados en la Villa a inicios de 1830. Uno de ellos era Juan Agustín Humel (Hummel), con residencia en la céntrica calle San Carlos donde ocupaba una casa de tejamaní. Este súbdito alemán había llegado al puerto de Jagua, diez años atrás, con los primeros colonos. En aquel entonces lo acompañaba su esposa. Y de acuerdo con la contrata del 8 de marzo de 1819, le correspondieron 1 caballería y 311 cordeles de tierra como nuevo poblador. Ellos estaban acostumbrados al trabajo arduo aunque todo hace indicar que no encontraron en las faenas agrícolas la forma más expedita para prosperar. Todavía en 1824 la familia Humel seguía labrando el paño # 67 del barrio Cagigal. Pero la vida en la campiña cienfueguera se hacía cada vez más precaria para este hombre de 50 años. Entonces, aprovechando el aumento de los precios de las tierras decide venderle a los también colonos Guillermo Guillén y Juana Chantal Dumulin una caballería." Esta transacción, por cierto la primera oficialmente registrada por el escribano Andrés Dorticós, se concierta el 15 de enero de 1825. Cuando a fines del 1825 el poblado Fernandina de Jagua queda prácticamente destruido por un huracán, el germano Humel está entre quienes se dan a la tarea de construir nueva casa. El 2 de febrero de 1829 obtiene $ 200 por la venta del resto de su sitio.12 Casi doce meses después se gana la vida en la Villa como zapatero y la esposa ha fallecido. 13 La otra alemana empadronada en 1830 se nombraba Teresa Pucheda. Esta mujer de 40 años, recién había enviudado y tenía bajo su abrigo a siete hijos, el menor de 1 y el mayor de 11. Las penurias económicas que la agobiaban la obligaban a vivir en una modesta casa de guano, ubicada en la última calle del pueblo por su lado Oeste. Su hijo Bernardo de 11 años se desempeñaba como zapatero. Este a diferencia del resto de sus hermanos había nacido en los Estados Unidos de América. La familia había llegado a Jagua junto con los primeros colonos y acá nacieron sus hermanos. 14 En verdad, la región cienfueguera no logró atraer una porción sustancial de los emigrantes que salían de los diferentes Estados germanos en busca de las promisorias tierras americanas, cuyas riquezas muchas veces fueron exageradas por agentes y especuladores que promovían los viajes. Norteamérica fue de hecho el lugar Museo Histórico Provincial de Cienfuegos. Padrón de la Villa de Cienfuegos. 1830. ' ' Archivo Histórico Provincial de Cienfuegos. Protocolos Notariales de J. J. Verdaguer. Tomo 1825-1830. Escritura del 15 de enero de 1825. ídem. Escritura del 2 de febrero de 1829. ' 3 Padrón citado. •4 ídem.
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de mayor atracción para la significativa cantidad de alemanes que cruzaron el Océano Atlántico en estos tiempos. También la existencia de un grupo de alemanes en la cercana villa de Trinidad lejos de ayudar a la promoción del proyecto de colonización debió incidir de manera contraria. Sirva apuntar en este sentido las grandes disputas sostenidas entre el Gobernador de la majestuosa población fundada en el siglo XVI y Luis De Clouet desde los primeros momentos. Igualmente las contradicciones que generó la habilitación del puerto de Jagua, al socavarse el control casi absoluto que ejercían los comerciantes trinitarios, grupo donde ejercían gran empuje las sociedades de origen alemán. El esplendor cienfueguero toma ritmo inusitado en la década del treinta del siglo XIX. El modesto crecimiento que significó pasar de los tres ingenios moliendo al fundarse Fernandina de Jagua, a la cifra de 10 en 1830, fue seguido por uno de los más violentos "boom" de la industria azucarera que recuerda Cuba.15 Durante los diez años que median entre 1830 y 1839 las fértiles llanuras de Cienfuegos conocen el fomento de numerosas manufacturas azucareras. Hacia 1839, la región ya contaba con 26 plantaciones esclavistas del dulce néctar y siete años más tarde, en 1846, alcanza la cifra de 71, para en el decenio que culmina en 1856 aumentar hasta 102.16 El desarrollo azucarero generó un notable movimiento por el puerto de Jagua. Si en 1827 entraron en bahía 14 barcos -9 norteamericanos, 4 ingleses y 1 holandés- cuatro años después eran 26, de iguales banderas pero incluyendo ahora los mercantes de la "madre patria", y en 1849 la respetable cifra de 245 naves de diferentes portes. Las nacionalidades de estas últimas permiten hacernos una idea más exacta de los vínculos establecidos con otros mercados: 129 navios eran norteamericanos, 75 ingleses, 26 hispanos, 11 franceses, 2 bremeses, 1 prusiano y 1 noruego. 17 En este sentido no podemos pasar por el intenso comercio de cabotaje por la costa sur de Cuba que hizo escribir a José María de Andueza en 1841: ... Los puertos ... en la parte del Norte, y los de Jagua, Trinidad, Cuba y otros muchos en el Sur, se ven atestados diariamente de barcos costeros cargados de víveres y mercancías que depositan en ellos, recibiendo para retorno, cajas de azúcar, bocoyes de miel de purga, tercerolas de las de abeja, cueros y otras producciones ... 18
15 El renombrado historiador cubano lo cataloga como el más violento en su clásico "El Ingenio...". De todas formas los detalles de este proceso lo puede obtener en mi trabajo de diploma de 1975: "Estudio de la economía cienfueguera desde la fundación de la Colonia Fernandina de Jagua hasta mediados del siglo XIX", en: Revista Islas. # 55-56. Set.-Abril de 1977. 16 Orlando García: "Cienfuegos: cuatro siglos...", Obra Citada, pp. 42-43. ' 7 Ver Anexo # 1. 1 ^ José María de Andueza: Isla de Cuba pintoresca,
mercantil
e industrial.
Madrid, 1841,
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Los valores alcanzados en la actividad comercial con el exterior pasan de los modestos $ 90.352 de 1827 hasta la respetable cifra de $ 3.148.263 en 1858. Estados Unidos se convierte en el centro fundamental del intercambio de mercancías con Cienfuegos. Igualmente significativo era el comercio desarrollado con Inglaterra y su colonia de Jamaica. También España, Francia, Alemania y los Países Bajos eran otras potencias presentes en este trasiego de productos. Una ojeada a las estadísticas comerciales de los años cuarenta del siglo pasado permite precisar más las relaciones establecidas entre la región de Cienfuegos y las potencias capitalistas de Europa y América. En el año 1841 del poco más del medio millón en que fueron valoradas las exportaciones por el puerto de Jagua: $ 334.411,8 correspondieron a los Estados Unidos; $ 107.906,8 a Inglaterra; $ 47.145 a Francia; $ 13.163,4 a Prusia, Sajonia y otros estados alemanes, y el resto a España u otros países. El azúcar y la miel de caña fueron los principales productos embarcados a estas naciones con el 83% del valor total. A las refinerías de Norteamérica y su población llegaron azúcar, miel de purga y aguardiente por $ 258.343. Además, en Boston, Filadelfia, Baltimore, New York, Nueva Orleans y otros puertos se recibieron 10.000 quintales de mineral de cobre, 180.000 tabacos torcidos, 311 bocoyes de miel de abeja, 34 arrobas de café, 522 varas del precioso cedro y 150 viguetas del duro guayacán. Europa en 1841 obtuvo enviados desde Cienfuegos: 172.304 arrobas de azúcar, 2.124 bocoyes de miel de la misma, 2.064 varas de maderas preciosas, 4.500 tabacos torcidos, 12 arrobas de café y 58 bocoyes de miel de abeja. Al país capitalista de mayor desarrollo, Inglaterra, fue a dar la inmensa mayoría de estos productos. Francia sólo compró 53.880 arrobas de azúcar a un costo de $ 47.145 mientras los comerciantes de Bremen, Hamburgo, Stettin y otras ciudades alemanas desembolsaban $ 13.163,4 para adquirir 14.944 arrobas de azúcar, 2 bocoyes de miel de purga y 3 de miel de abeja. 19 Desde diversos confines del mundo llegaron en 1841 productos por valor de $ 288.732,. 1, cifra que representaba alrededor de mitad de lo exportado. Los norteamericanos seguían enviando el grueso de las mercancías a Cienfuegos, mostrando un dominio casi absoluto en las maderas -envases de azúcar y tablas de pino-, carnes de vaca y cerdo, tasajo, bacalao, que llegaron a alcanzar la suma de $ 61.231,5, si le agregamos los $ 104 correspondientes a los utensilios de cobre. El otro suministrador en orden de importancia era España con un monopolio casi absoluto en los embarques de harina a través del puerto de Santander esencialmente, aunque también eran significativos los vinos y otros efectos mandados.
p. 111.
Balanzas Comerciales de 1841. La Habana, 1842.
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Inglaterra y Alemania alcanzaron valores modestos ese año: la primera mandó carnes, maderas y ladrillos por $ 2.340 mientras los germanos concentraron en artículos de cobre únicamente los $ 2.000 que alcanzaron. 20 Cuatro años después la Balanza General de Comercio de la Isla de Cuba en 1845 muestra al mercado europeo como el principal receptor de los productos cienfuegueros. En el caso del azúcar mientras Estados Unidos recibe 6.105 cajas por $ 85.470, los países de Europa reciben el 73 % del exportado en ese tipo de envase con un valor que rebasaba los $ 150.000.21 Ese año Alemania aparece como el país europeo que mayor cantidad de "Rohrzucker" adquiere en Cienfuegos con 5.607 cajas por valor de $ 74.498. El tradicional ocupante de este puesto, la poderosa Inglaterra, invierte en la obtención de 3.870 cajas por un valor de $ 54.180. Las otras potencias del Viejo Continente que reciben azúcar de esta región en franca expansión son Francia y España con 4.830 cajas y 2.115 respectivamente. Las refinerías de Norteamérica mantienen su absoluto predominio en la obtención de miel de caña con 7.347 bocoyes frente a los 1.314 del otro único comprador, Inglaterra. Por otra parte los importadores en Alemania mantienen su interés en adquirir miel de abeja sin alcanzar sumas espectaculares, cuestión que si se observa en el rubro de las maderas preciosas y duras, donde se alcanzan las 7.965 varas a un costo por encima de los ochenta mil pesos.22 Las profundas transformaciones que ocurrían en la región cienfueguera llamaron poderosamente la atención del sabio Ramón de la Sagra. Este genial científico en su "Historia Política y Natural de la Isla de Cuba" expuso sobre el intercambio comercial en Cienfuegos: ... las importaciones han triplicado en el período de los quince últimos años... [18261840] Estados Unidos e Inglaterra ... casi exclusivamente surten aquel mercado advirtiéndose que las importaciones de la Gran Bretaña aumentan en una razón mayor que las de Estados Unidos ... Los buques españoles llevaron de España entre $ 21.000 y $ 29.000 pesos de valores en cada uno de los años de 1839 y 1840 y también en el primero de estos introdujeron efectos extranjeros apreciados en $ 38.500 pesos fuertes ... En los primeros años a que nos referimos, las exportaciones consistían en maderas, algún tabaco, azúcar y otras producciones rurales, pero en cantidades de muy poca consideración. Mas desde 1830 se han fomentado muchas nuevas fincas, que han permitido exportar en 1840 la considerable partida de 427.365 arrobas de azúcar. Casi la totalidad ... destinada a Estados Unidos y a la Inglaterra...23
20 ídem. 21 Balanza General del Comercio de la Isla de Cuba en 1845. La Habana, 1846. 22 ídem. 23 Ramón de la Sagra: Historia pp. 33-34.
Política
y Natural
de la Isla de Cuba.
París,
1842,
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El esplendor económico de Cienfuegos atrajo hacia esta región a diversos comerciantes de origen alemán. Trinidad, el vecino emporio azucarero, sirvió de puente en este proceso. Numerosos hacendados trinitarios participaban en el fomento de ingenios en las llanuras que bordeaban el puerto de Jagua. Y como resultaba obvió las Casas Comerciales constituidas por alemanes, en la vecina Jurisdicción, estaban al tanto de lo que sucedía. La primera muestra en gran escala de participación de individuos nacidos en esas latitudes, en el negocio azucarero cienfueguero ocurre en 1840. El 27 de noviembre de ese año aparece solicitando autorización al Cabildo, para inscribirse en la matrícula de comerciantes de la próspera Villa de Cienfuegos, Enrique R. E. Wittram, nacido en Alemania y avecindado en la oriental ciudad de Santiago de Cuba, donde se desenvolvía como comerciante y hacendado. 24 Unos días después, el 16 de diciembre, establece convenio con los importantes Sres. Boving y Overbeck del comercio de Trinidad, para formar un establecimiento mercantil en la zona portuaria de Jagua. Desde entonces empieza a operar en Cienfuegos esta nueva Casa Comercial que gira bajo la razón social de "Wittram y Compañía" y cuyo capital asciende inicialmente a $ 25.000. 25 No se puede ver esta "irrupción alemana" desvinculada de la tenaz lucha que hemos visto sostenían Prusia, Sajonia y otros estados alemanes por los productos de los países latinoamericanos independientes y el acceso a los mercados de la metrópoli hispana y sus posesiones coloniales. En la Península Ibérica había consulados en los principales puertos. Santander, principal punto de embarque de las harinas que se consumían en la región cienfueguera, era un ejemplo de los métodos empleados para reexportar mercancías, como antes lo había sido Cádiz. Lo apuntado por Ramón de la Sagra respecto a la introducción de "efectos extranjeros" desde España, en embarcaciones de esa matrícula, hace pensar en esta vía para la adquisición de los textiles sajones, los metales elaborados en tierras prusianas y los cristales de Bohemia por sólo mencionar las mercancías de mayor demanda. Desde su local en la calle San Luis, en las cercanías del litoral donde se alzaban los almacenes de las compañías comerciales más importantes de Cienfuegos, Enrique Wittram trataba de asegurarse ventajosos contratos de refacción azucarera con los propietarios de ingenios. Pero "Tomás Terry y Cía", "Avilés y Leblanc", "Fowler y Cía", "Torriente y Hermanos" y la de "Font y Cía", por mencionar algunas de las de mayor empuje, dejaban poco margen en la competencia. Tampoco la suerte parecía favorecer al comerciante alemán pues en el 1843 un hura-
24 Archivo Histórico Provincial de Cienfuegos. Actas Capitulares. Cienfuegos, 27 de noviembre de 1840. 25 Archivo Histórico Provincial de Cienfuegos. Protocolos Verdaguer. Tomo 1840. Folios 315-315v.
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cán lanzó sobre el muelle, unido por ferrocarril con su almacén, una barca catalana de travesía destruyéndolo. 26 También el grupo de comerciantes alemanes debió enfrentar la rivalidad de firmas comerciales poderosas de la Habana, como la de los connotados negreros Julián Zulueta y Pedro Blanco. Lo cierto es que en enero de 1846, la Sociedad de "Wittram y Cía" se declara en proceso de liquidación. 27 Otra firma comercial de alemanes que no pudo consolidar su posición en la rica zona cienfueguera fue el de "Conradi y Lahenkuw". Esta casa comercial con base en Trinidad y que era sucesora de la conocida "Boving y Overbeck" sólo pudo establecer convenio de refacción en 1845, con los dueños del recién fomentado ingenio "San José", el rico vecino trinitario Juan Guillermo Bécquer. En los tiempos venideros no tendrían más oportunidad. Llegado 1849 nuevos comerciantes alemanes incursionan en el mundo azucarero de Cienfuegos. A los seis días de iniciado enero, la Sociedad denominada "Dresler y Smith" recibe permiso de las autoridades locales para desarrollar sus actividades mercantiles en la Jurisdicción. Desde los inicios de la década del 50, refaccionan varios ingenios: "Cantabria", "Luisa", "Jabacoa" y "Vista Alegre". En 1854 el catalán Mariano Comás del Planel, propietario de los dos últimos, denuncia el incumplimiento del contrato por parte de los alemanes al negarse a facilitarle dinero para cubrir gastos necesarios. 28 Todo hace indicar que la "Dresler y Smith" confrontaba serios problemas financieros, si tenemos en consideración que el 9 de enero de 1855 la poseedora del ingenio "Cantabria" debe recurrir al comerciante local Esteban Torriente para obtener los $ 2.901 necesarios para la refacción de su ingenio. 29 Para Cienfuegos no resulta válido lo apuntado por el historiador cubano Hernán Venegas, respecto a las transformaciones de la industria azucarera trinitaria desde 1846: Ahora la diferencia estriba en que si bien el comercio estadounidense se mantiene como hegemónico, el llamado comercio "anseático" rivaliza en búsqueda de un segundo puesto que hacia los años 50 y 60 lo logra completamente en algunas oportunidades. 30
En Cienfuegos el movimiento mercantil con los países de mayor desarrollo en el mundo estará siempre en manos de los, cada vez más, acaudalados comerciantes locales. Nunca las sociedades comerciales del resto de Cuba, y mucho menos 26 Enrique Edo, Obra Citada, p. 76. 27 Archivo Histórico Provincial de Cienfuegos. Protocolos Medina. Tomo 1846. Folio 3. 28 Archivo Histórico Provincial de Cienfuegos. Protocolos Nieto. Tomo 1854 (I). Folio 326-344. 29 ídem. Tomo 1855. Folio 17. 30 Hernán Venegas Delgado: "Apuntes sobre la decadencia trinitaria en el siglo XIX", en: Revista Islas, # 46, Santa Clara, Set.-Dic., 1973.
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las extranjeras, tendrán un rol protagónico. Por eso el trasiego de productos con los puertos de Alemania tendió a estabilizarse, muy por debajo del que se realizaba con España, Inglaterra y Estados Unidos. Las cifras del movimiento mercantil durante 1859 son elocuentes respecto a lo apuntado, sobre todo si las comparamos con las del puerto de Trinidad.31 Puertos Países España Estados Unidos Inglaterra Francia Alemania Holanda Bélgica América Española
Cienfuegos $ 498.749 $3.116.760 $ 799.625
Trinidad $ 423.543 $ 1.475.121 $ 269.590
-
-
$65.036 $7.531
$461.404 $ 1.815
-
-
$33.587
$ 17.300
Durante la década del sesenta y principalmente antes del estallido independentista del 10 de octubre de 1868 encabezado por Carlos Manuel de Céspedes, Alemania seguirá recibiendo azúcar mascabado y purgado en cantidades muy superiores a los tiempos en que las sociedades "Wittram y Cía", "Boving y Oberbeck", "Conradi y Luhenkuw" y "Dresler y Smith" se mostraban activas en Cienfuegos. Evidentemente Prusia y demás estados alemanes habían dejado atrás la estrategia de expansión comercial"... basada en compañías comerciales y en una multitud de casas comerciales, que ya contaban con intentos considerables de apoyo estatal...".32 El poderío alcanzado por los comerciantes de Cienfuegos es impresionante. Ya no sólo eran capaces de mantener intercambio de mercancías con puertos tan distantes como Saigón, Amberes, Quebec, Montevideo, Manila, Amsterdam, Nueva York, Buenos Aires, Glasgow, Curazao, Bremen, Boston, Marsella, Kingston y Filadelfia entre otros, corriendo grandes riesgos y efectuando complejas operaciones que reportaban grandes ganancias. Ahora incursionaban en el propio proceso de producción al pasar aceleradamente a su control directo las plantaciones azucareras. Si en 1862 los comerciantes poseían 25 de los 102 ingenios existentes, cifra que representaba el24 %, en 1877 serán 32 de los 77 sobrevivientes a la larga contienda bélica de los "Diez Años".33 Todo esto sin considerar que muchos de los ingenios demolidos también pasan a sus manos, al igual que otras fincas, por lo cual se convierten también en notables terratenientes. 31
Ramón de la Sagra, Obra Citada, p. 231. 32 Michael Zeuske: Bajo la bandera prusiana..., Obra citada, p. 4. 33 Orlando García: "Cienfuegos: cuatro siglos...", Obra citada, p. 82.
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En estos tiempos las casas comerciales de Cienfuegos disponen de grandes recursos financieros. Ellos han aumentado considerablemente sus capitales: "Terry y Cía" de $ 3.090.593 en 1860, pasa a $ 7.891.784 en 1870 y $ 13.763.594 en 1880; "Avilés y Leblanc" de $ 500.000 a $ 1.775.659 en 1881; "Torrientes y Hermanos" de $ 100.000 en 1859 a $ 1.304.097 en 1875, entre algunos significativos ejemplos.34 En Alemania el desarrollo de la industria azucarera de remolacha a un ritmo sostenido desde mediados del XIX determina una reorientación de las relaciones con el mercado cubano. La exportación de mercancías desde las regiones alemanas a Cienfuegos estará enmarcada en la problemática "... azúcar de caña versus azúcar de remolacha". 35 En las décadas del 80 y 90 del siglo XIX la producción azucarera de Cienfuegos crece enormemente como resultado del proceso de implantación de los ingenios centrales. En 1887 existían 60 ingenios moliendo en la región cienfueguera y ya 13 son catalogados de centrales. La transformación de los mismos, que requirió cuantiosas inversiones para la adquisición de la nueva tecnología, estuvo encabezada por Terry, Goitisolo y otros ricos comerciantes. El movimiento comercial aumenta a ritmo inusitado. En 1887 arriban a la Bahía de Jagua 748 buques, en su mayoría de vapor, con 439.072 toneladas de porte.36 En el lapso que media entre 1876 y 1886 las exportaciones azucareras pasan de 48.813 toneladas a 92.677, cantidad que no volverá a superar hasta 1891 en que logra 121.626.37 En este contexto se inserta la actividad de dos alemanes que adquieren gran prestigio en la sociedad cienfueguera: Germán Federico Gruner y Federico Hunicke. Ambos serían los principales actores del intercambio entre las regiones alemanas y la cienfueguera. Germán Federico Oscar Gruner y Lohmeyer nació en Osnabrueck, provincia de Hannover, en el reino de Prusia en la época en que Cienfuegos iniciaba su despegue azucarero. 38 Las primeras noticias sobre su presencia en tierras de esta
34 Orlando García: "Cienfuegos: cuatro siglos...", Obra Citada, pp. 82-83. 35 Hay una amplia bibliografía sobre el mercado azucarero en esta época. Sin embargo se impone la necesidad de los estudios a escala de paises y regiones desde una nueva perspectiva. Véase Michael Zeuske: "Arbeit und Zucker in Amerika versus Arbeit und Zucker in Deutschland (ca. 1840-1880). Grundlinien eines Vergleichs", en: COMPARATIV, 4. Vol. (1994), pp. 59-97. 36 Enrique Edo, Obra Citada, pp. 1039-1040. 37 Orlando García: "Cienfuegos: cuatro siglos...", Obra Citada, p. 97. 38 Archivo Histórico Provincial de Cienfuegos. Protocolos López Aldazabal, 1900 (7). Folio 37.
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comarca datan de 1858 cuando aparece vendiendo un esclavo al rico comerciante Julio Leblanc. 39 En los días en que la plantación esclavista entra en franca crisis contrae matrimonio, con la habanera Clara Howard Chardou. Por entonces se dedica por entero a labores de carácter comercial, entre las que no se descartan las relacionadas con la introducción de textiles, tan demandados para las esquifaciones de las dotaciones de esclavos, procedentes de su región natal así como otras mercancías del continente europeo. En 1871 Federico Gruner posee acciones en el Ferrocarril, la Banca y la Empresa del Gas en la ciudad de Cienfuegos. Al morir su esposa en 1882, le quedan cuatro hijos de esa unión -un varón y tres hembras-. En esta década funge como Vice Cónsul de Alemania en Cienfuegos, atendiendo a sus amplios conocimientos y relaciones dentro de esta sociedad. Todavía en 1893 sigue en estas funciones diplomáticas. Cuando muere en Cienfuegos el 11 de enero de 1899 lega una modesta fortuna, concentrada en bienes inmuebles, pero sus hijos se han casado con miembros de la élite local.40 El otro alemán, Federico Hunicke Betchel, llega a la Perla del Sur cubana en los años setenta. Todo indica que de inmediato se relaciona con comerciantes importantes como los de la firma "Avilés y Leblanc. En el 1883 es agente en Cienfuegos de la Compañía de Seguros contra Incendios "Transatlántica". También se desenvuelve como agente de "Oklendorf y Co." de Londres, que lucha con bastante éxito por penetrar en el mercado cienfueguero con "Abonos concentrados para la caña de azúcar". 41 La problemática de la fuerza de trabajo para la industria azucarera en la época del "Patronato" lo llevó a promover la inmigración de trabajadores europeos. En el diario cienfueguero "El Crisol" del 17 de diciembre de 1883 puso el anuncio siguiente: Importante a los Hacendados: Se facilitan trabajadores de campo alemanes y húngaros a precios muy módicos. En varios ingenios de Santiago de Cuba y en el ingenio Lequeitio de aquí hay trabajando jornaleros de la misma nacionalidad y dejando muy buen resultado. Para más pormenores diríjase a Federico Hunicke. 42
Mayor éxito alcanzaría este activo alemán como promotor de productos de la industria de su país natal. Quizás a él se deba la gran aceptación que tuvo entre los propietarios de las manufacturas azucareras y centrales la utilización de los im39 ídem. Protocolos Verdaguer. Tomo 1858. Folio 52 v. 40 ídem. Protocolos López Aldazabal citado. 41 Periódico "La Opinión". Cienfuegos, 3 de julio de 1883, p. 3. 42 Periódico "El Crisol". Cienfuegos, 17 de diciembre de 1883, p. 3.
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plementos ferroviarios de la firma Koppel o del consorcio Krupp, por encima de los de la fábrica "The Pioneer Iron Works" de Brooklyn, Estados Unidos. Los centrales Carolina, Manuelita y Caracas, éste último considerado el más grande del mundo en 1894, tenían ferrocarriles cañeros suministrados por esas industrias de Alemania. También desde sus oficinas en el muelle de Avilés, de la zona portuaria de Cienfuegos, Federico Hunicke promovió otros productos, y en especial los machetes alemanes, de gran calidad y bajos precios en competencia donde sólo la "Collins" norteamericana encontró espacio. Por estos tiempos ha acumulado dinero suficiente para explorar otras vías en las cuales hacer negocio. En 1893 incursiona en el mundo de la refacción azucarera. El 6 de marzo de ese año le presta $ 28.770,80 pesos oro al propietario del Central Cienéguita. 43 A la larga esta operación no le dio los dividendos esperados, porque debido a la contienda independentista cubana de 1895 a 1898, esa industria no pudo moler y a su dueño, Fermín de Sola, le fue imposible cumplir el contrato hasta 1899.44 En la época de la Guerra de Independencia el Vice Consulado de Alemania en Cienfuegos pasa a ser ocupado por Federico Hunicke Betchel. En 1897 viaja al exterior sustituyéndolo en estos menesteres Paul Witte.45 A su regreso continúa en sus labores diplomáticas y económicas con mucho éxito jugando un gran papel en el desarrollo de las relaciones con Alemania después de alcanzada la Independencia. Hay otras acciones de los alemanes presentes durante el siglo XIX en Cienfuegos que es necesario develar con paciencia y precisión de orfebre. Sus huellas están diseminadas en el quehacer cotidiano de un pueblo surgido del "ajiaco" que dio lo cubano. Sólo basta descubrirlo con el placer y la imaginación del hombre que ama sus más profundas y recónditas raíces.
43 Archivo Histórico Provincial de Cienfuegos. Protocolos Fernández Pellón. Tomo 1899 (Nov.). Folio 648. 44 ídem. 45 ídem. Fondo Ayuntamiento de Lajas. Colonia. Legajo 1. Expediente 49. Folio 111. Inv. 1.
La huella alemana en Trinidad de Cuba (segunda mitad del siglo XIX) Hernán Venegas Delgado
La presencia germana en Cuba, en el transcurso del proceso histórico latinoamericano y caribeño, observa muy discretas e interrumpidas manifestaciones en este país, por supuesto ni tan siquiera comparables con la Venezuela de los Welser, a inicios de la colonización, o con la amplia presencia alemana en el Cono Sur del Continente en épocas más recientes. En Cuba, a reserva de los resultados que arrojen investigaciones futuras, la huella alemana se presenta de forma casuística, a nivel regional, con las comprensibles laxitudes que emanan desde La Habana, como también de cualquier capital latinoamericana en países con situación similar a la cubana. Una de las vías de proyección alemana en Cuba ha sido tradicionalmente la del comercio, aunque este también ha estado signado por altas y bajas notorias. Este es el caso del siglo XIX colonial cubano, período quizás de un poco más de "estabilidad" en relación con el resto de la América hispana continental, al menos hasta 1868. Alemania, por su parte, si es que nos referimos también en este caso al siglo XIX, transita por toda una serie de procesos internos que, de forma más consolidada, se pueden observar con y desde la proclamación de su Segundo Imperio. Pero su peculiaridad regional también es bien importante a la hora de analizar la acción de este país en tierras del Caribe y Latinoamérica. Cuba, a decir verdad, es cada vez más un apéndice comercial de los Estados Unidos de Norteamérica, un mercado natural para los productos de este último país y segura abastecedora de productos agrícolas y semi elaborados al mercado norteño. No es de extrañar entonces que de sobre un 60% de las exportaciones cubanas hacia los Estados Unidos en la década de 1860-1869, se pasase a más de un 80% de estas en la de 1880-1889, mientras España en este último año oscilaba entre un 3 y un 5% de ese total. De aquí la conocida aseveración de la historiografía cubana contemporánea de que Cuba contaba con dos metrópolis, la económica (los Estados Unidos) y la política (España). José Martí, líder independentista y preclaro pensador, concluiría diciendo que quien paga, manda, en clara alusión a esa dependencia comercial tan notoria. Entre una y otra potencia, Gran Bretaña dejaba sentir su influencia (sobre un 25% de las exportaciones hacia la década de 1880-89), por lo que el exiguo porcentaje comercial restante se realizaba hacia otros países europeos y latinoameri-
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canos. En otras condiciones históricas, a inicios del siglo XX, el control económico -y no sólo comercial- mantiene un índice jerárquico similar, pero entonces con una interesante presencia del capital alemán y francés hasta la I Guerra Mundial (1914-1918). Insisto pues en desechar generalizaciones a niveles nacionales y detenernos en el análisis de fenómenos regionales para este caso que, al nivel de las investigaciones actuales en Cuba es lo más aconsejable. Estamos seguros de que situaciones similares pueden presentarse en otros países latinoamericanos y caribeños. La región de Trinidad, en el centro sur de la isla de Cuba, sirve como un exponente de la acción alemana en la segunda mitad del siglo XIX, aunque con la aclaración de que el aislamiento geográfico de esta región, constituida en lo fundamental por su valle y tierras a pie de monte, entre el Mar Caribe y una de las cordilleras montañosas más altas de la isla, la de Guamuhaya o Escambray, le imprime a la misma un carácter un tanto sui generis, comparable con el de la región de Baracoa, en el extremo oriente cubano y, por cierto, con determinado grado de actividad alemana también. Trinidad es un fenómeno histórico bien interesante. Fundada su ciudad cabecera, de nombre homónimo, entre las primeras villas establecidas por los conquistadores hispanos a inicios del siglo XVI, la región reproduce -y en particular su valle-, como La Habana, la economía de plantación azucarera esclavista, desde el siglo XVIII, con un crecimiento sostenido desde fines de esa centuria hasta la década de 1840. Sin embargo, a partir de ese entonces, una serie de factores estancan dicho crecimiento primero, los que después facilitan el desenvolvimiento de una crisis generalizada en su sociedad, y es aquí cuando irrumpe el capital comercial alemán, de forma inicial por las casas bremesas de Boving y Oberbeck y de Fritze y Cía, así como por la de Schmidt y Cía., en este caso de Holstein y Hamburgo. Durante la década de 1840 e inicios de la de 1850, por ejemplo, Fritze y Cía. muestra débiles señales de vida, como comisionista por cuenta de los grandes hacendados de Trinidad y de su región vecina, la de Santi Spíritus, o de compañías comerciales norteamericanas que trataban de penetrar en el valle con poco éxito. Empero, al terminar esa década de 1850 y, sobre todo en la de 1860, se halla a esa misma firma comercial en plena actividad refaccionista e hipotecaria en manufacturas ("ingenios") azucareros: el "San José de Aracas" y los "colosos" cubanos "Mainicú-Bécquer" y "Guáimaro". A la vez, la firma de Fritze y Cía. compraba dos ingenios: el "Santo Cristo de los Destiladeros", "El Güiro" y unos mejores ingenios del valle, el "Buenavista" o "Jesús Nazareno", así como otras propiedades agrarias de uno de los más ricos representantes de la vieja élite criolla regional, Justo Germán Cantero, expresivo de una de las familias más poderosas del siglo XIX cubano: los Iznaga.
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Similar trayectoria muestra la casa de Guillermo Schmidt y Cía. pero esta última combina sus operaciones en Trinidad con aquellas que efectúa en la región contigua de Santi Spíritus. De nuevo se repite la historia que Schmidt y Cía. entra a refaccionar también (como Fritze y Cía.) al gran ingenio o coloso "Guáimaro", del clan familiar de los Borrell, marqueses de Guáimaro, otra de las más encumbradas familias elitescas de la región y emparentada con altos funcionarios del gobierno colonial español. En Santi Spíritus los negocios de Schmidt y Cía. se relacionaban, entre otros, con los del clan Valle, cuya divisa en el escudo de armas familiar "El que más vale tanto como Valle vale" no impidió doblegar su orgullo y tratar con comerciantes, encima de ello, extranjeros. Factor agravante de esa crisis generalizada previa en la región de Trinidad es el del período de crisis económica situada entre 1857 y 1866, que debilita aún más a la élite tradicional y que deja margen a esa peculiaridad comercial de la Alemania aún no unificada. Ahora bien, la interrupción de la publicación de las Balanzas Comerciales a inicios de la década de 1860 impide continuar analizando un fenómeno observado hasta entonces: el de la unilateralidad del comercio germanotrinitario. En efecto, si los buques mercantes llevaban artículos tropicales (en particular azúcar y sus derivados) hacia Alemania, el viaje de retorno era poco fructífero, utilizándose el lastre, de donde provienen las llamadas "losas bremesas" ("Fliesen") en las viejas casas de la ciudad y de su valle, así como en la del puerto regional por excelencia, Casilda. Otro factor agravante de la antes mencionada crisis generalizada de la región trinitaria lo fue la primera guerra independentista cubana o Guerra de los Diez Años (1868-1878), que dañó numerosas propiedades de la élite trinitaria, lo que a su vez permitió una mayor incidencia del capital comercial sobre esta. Curiosamente, ni una sola de las propiedades alemanas fue por ese entonces dañada, sin que hasta el presente podamos ofrecer una explicación coherente al respecto. A manera de hipótesis se podría conjeturar con una relación muy estrecha entre las autoridades hispanas y comerciantes germanos, a tal punto que les permitiese a estos últimos defender sus propiedades rurales, aunque fuese financiando parte de los gastos militares, como ocurrió positivamente en otros casos. Mientras tanto la buena marcha de los negocios alemanes hacían arribar nuevos apellidos. A la casa de Fritze y Cía. le sucede la de Meyer, Thode y Cía., mientras que la de Schmidt se desdobla en la de Schmidt y Fischer. Precisamente esta especie de "segunda ola" comercial germana se enraiza en la región, emparentando con al menos dos de las principales familias trinitarias antes mencionadas: los Iznaga y los Cantero, en rigor variantes de un mismo tronco común: los hasta entonces poderosísimos Izanagas. Justo es reconocer que estos nuevos comerciantes traen también el respaldo político de altas personalidades del recién constituido Imperio Alemán, como el caso del senador Meyer.
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En todos ellos comienza a la vez un interesante proceso de criollización que incluye el disfrute de los hábitos y del "hábitat" elegante y galante de los plantadores esclavistas con mentalidad burguesa occidental. La combinación de estos apellidos alemanes y cubanos producirá buenas muestras de los últimos de los bon vivants de la Belle Epoque del azúcar, ahora favorecidos por esa conjunción de intereses hacendatarios y comerciales que, dicho sea de paso, cierra la plaza trinitaria a la incursión en tropel del capital comercial norteamericano, fenómeno que sí se observa en otras regiones cubanas. Un último proceso económico-social del siglo XIX refuerza esa conjunción de intereses germano-cubanos en Trinidad: el de la concentración y centralización de la producción azucarera a fines de ese siglo. Este es un proceso iniciado en Cuba como consecuencia de hondas transformaciones estructurales estrechamente relacionadas con las nuevas condiciones productivas del mercado mundial y el avance tecnológico que lo acompaña. En Trinidad este proceso aparece muy temprano, facilitado por su crisis generalizada y la propia Guerra de los Diez Afios, antes citada, por lo que sólo pocos de sus hacendados tradicionales pudieron sortearla de forma inicial, en seis de sus unidades (modernas máquinas al vacío, algunas otras innovaciones y la ampliación de sus tierras). Una depresión económica, iniciada en 1884, baja ostensiblemente los precios del azúcar y elimina las últimas posibilidades competitivas de estos oligarcas del azúcar. Así por ejemplo, tres propiedades de los Iznaga y del conde de Casa Brunet, los ingenios "Palmarejo Viejo" y "San José de Aracas", de los primeros, y el "Yaguaramas", del segundo, que habían podido comenzarse a modernizar antes de 1884, bien pronto sucumbieron y en 1886 estaban demolidos. Otro caso, el del "celoso" ingenio "Guáimaro", de los Borrell, terminó por ser compartido en su propiedad por la empresa de Schmidt. Y un último caso, el de la familia Bécquer, de la más rancia criolla trinitaria, apenas sostiene su propiedad-insignia, el ingenio "Mainicú-Bécquer", a no ser con la refacción que le brinda la empresa de Fritze y Cía. Por esto se puede afirmar que el proceso de concentración y de centralización de la producción azucarera fue comenzado en realidad en el valle trinitario por las mencionadas sociedades comerciales alemanas, desdobladas en empresas hacendatarias. Menor presencia tenían sus congéneres españolas y norteamericanas. Un buen ejemplo lo constituye el de la casa de Fritze y Cía. y de su sucesora, Meyer, Thode y Cía., cuya "sacarofagia" es impresionante, como se puede observar a continuación 1 :
' Fuentes: Archivo Histórico Municipal de Trinidad. Fondo Registro de la Propiedad. Tomos: III, Fo. 244 y ss.; IV, Fo. 56; VI, Fo. 195, 234 (v) y 250; VIII, Fo. 20, 23, 27. Ibíd. Fondo Actas Capitulares, 29 de noviembre de 1869.
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Cuadro N° 1 Ingenios azucareros trinitarios adquiridos por Fritze y Cía., después Meyer, T h o d e y Cía. (1857-1878) 2
Años 1857 1869 1876 1878 1878 1878
Nombres de los ingenios adquiridos "Buenavista" "Santo Cristo de los Destiladeros" "San José de la Cruz" "Las Bocas" "Güinía de Soto" "La Caridad"
Para que se tenga una idea cuantitativa del número de ingenios controlados por las casas alemanas, de 44 ingenios en 1860, la región sólo cuenta con 14 en 1886. Cualitativamente, por ejemplo, el ingenio "Buenavista" es uno de los mejores y más productivos de Trinidad, del que aún se conserva la bella casa de vivienda del ingenio, recreada en una excelente litografía del grabador francés Laplante. El "Güinía de Soto", por su parte, es el ingenio más moderno del valle y uno de los mejores de Cuba y del mundo azucarero en 1860, con máquinas al vacío y demás tecnología al uso en el mundo occidental. Un caso aún más interesante es el de la casa de Schmidt (Schmidt y Fischer después), propietaria del ingenio "Santa Isabel" o "Canoa de la Lumbre", "La Asunción" o "San Francisco" y de parte del "Guáimaro". Sobre los terrenos de este último, Schmidt y Fischer fundarían en la década de 1880-1889 el primer intento serio de centralización azucarera moderna en Trinidad, el ingenio-central "Canamabo", que molía cañas de las tierras de los ingenios demolidos "MainicúRiquelme" o "Iznaga", Mainicú-Bécquer" o "Palmarejo", "San José de Aracas" o "Marín", y "Aracas-Izanaga", más algunos campos cañeros de la zona de Caracusey, en el centro del valle, lo que quedaría resumido de la siguiente forma 3 :
2 Archivo Histórico Municipal de Trinidad. Fondo Registro de la Propiedad. Tomos: III, Fo. 244 y ss.; IV, Fo. 56; VI, Fo. 195, 234 (v) y 250; VIII, Fo. 20, 23, 27. Ibíd. Fondo Actas Capitulares, 29 de noviembre de 1869. 3 Fuentes: Archivo Histórico Municipal de Trinidad. Fondo Registro de la Propiedad. Tomos I, Fo. 48; VI, Fo. 204; IX, Fo. 91; XIII, Fo. 188 y ss. Bernardo Orri y José M. Puig: Memoria sobre el término municipal de Trinidad..., dad, Imprenta de "El Imparcial", 1886 (notas manuscritas al pie).
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Cuadro N°. 2 Ingenios azucareros controlados por Schmidt y Cía. (después Schmidt, Fischer y Cía.). Décadas de 1860, 1870 y 18804 Ingenio-central "Cañamabo"
Ingenios "Santa Isabel" "La Asunción" "Guáimaro"(parte)
Tierras de ingenios demolidos "Mainicí-Riquelme" "Mainicú-Bécquer" "S. J. de Aracas" "Aracas-Izanaga"
De aquí que en 1892, tres años antes del estallido de la nueva guerra independentista de 1895-1898, de los cuatro ingenios e ingenios-centrales aún en pie, tres de estos (el 75%), pertenecían a estos comerciantes alemanes, pero ya entretejidos sus intereses con los de la vieja élite regional. La situación para ese entonces quedaría así 5 : Cuadro N°. 3 La industria azucarera en Trinidad (1892)6 Ingenios e ingenios centrales "Buenavista" "Las Bocas" "Cañamabo" "Manaca-Iznaga"
Propietarios Meyer, Thode y Cía. Guillermo Schmidt Familia Sánchez-Iznaga
Uniones matrimoniales con familias criollas Cantero-Iznaga Malibrán
Pero también para ese año de 1892 llegaba a la región el grupo financiero bostiano de Edwin F. Atkins, aliado de Havenmeyer, monopolista del ramo del azúcar. Atkins, experimentado hombre de negocios en el centro-sur cubano desde décadas anteriores, se había hecho célebre al modernizar el que sería el central "Soledad" en la región de Cienfuegos, contigua a la de Trinidad. El éxito de esta empresa lo decide entonces a fundar, desde sus cimientos, todo un moderno central azucarero en Trinidad, de nombre homónimo. Así, el grupo financiero representado por Atkins lograría desplazar de forma competitiva el control germano-criollo sobre el principal renglón económico de la región. Entre 1892 y 1895, esas cuatro unidades azucareras, ya demolidas, pasaron a 4 Archivo Histórico Municipal de Trinidad. Fondo Registro de la Propiedad. Tomos I, Fo. 48; VI, Fo. 204; IX, Fo. 91; XIII, Fo. 188 y ss. Bernardo Orri y José M. Puig: Memoria sobre el término municipal de Trinidad..., Trinidad, Imprenta de "El Imparcial", 1886 (notas manuscritas al pie). 5 Edwin F. Atkins: Sixty Years in Cuba. Cambridge, Riverside Press, 1926, p. 130. 6 Edwin F. Atkins: Sixty Years in Cuba. Cambridge, Riverside Press, 1926, p. 130.
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constituirse en "colonias" (sembradíos) cañeros del nuevo central "Trinidad", a las que este añadió tierras de diez ingenios demolidos más, todos existentes en 1860 y algunos propiedad de los comerciantes germanos. Pero además, la nueva firma, la "Trinidad Sugar Company", arrendó, para modernizarlo, el desvencijado ingenio "Guáimaro" a uno de los Borrell, marqueses de Guáimaro. Esto significaba, de paso, eliminar la participación alemana en el ingenio por parte de Schmidt, Fischer y Cía. En conjunto, al alborear el siglo XX, la firma norteamericana producía unas 6.000 t de azúcar en el central "Trinidad" y unas 800 o 1.000 t en el "Guáimaro", cuyo monto importaba unos $ 900.000 oro. La Guerra de Independencia (1895-1898) no hace sino facilitar aún más las tendencias a la concentración y centralización del capital. Las inevitables destrucciones ocasionadas por la contienda bélica se resumen de forma cualitativa en un reaccionario informe publicado en 1905 por un intelectual al servicio de la vieja élite trinitaria. Según este, "Durante la guerra esta región sufrió mucho, tanto material como moralmente, sólo a grandes costos se sostuvieron los ingenios mejor defendidos del valle, lo demás se entregó al saqueo y las llamas". Y el mej6r de todos los ingenios protegidos fue, sin dudas, el "Trinidad". El grupo comercial alemán que permaneció en Trinidad, ahora ya diluido en la vieja élite criolla por todo un sistema de matrimonios y de conjugación de intereses económicos, no pudo resistir la fuerte embestida del gran monopolio norteamericano. A partir de entonces lo encontramos como propietario de tierras, con tendencia al latifundismo poco productivo; como rentista y como detentador de propiedades urbanas poco productivas y, desde luego, con capitales cada vez más menguados. De aquí que la opción económica escogida por parte de esa élite criolla y germano-criolla no fuese otra que la ganadera, en el nuevo estado dependiente de los Estados Unidos que se inauguraba en Cuba en 1902. Dicha élite soñaba con una ganadería extensiva, que demandase pocos recursos y poca fuerza de trabajo en sus tierras ociosas, a lo que se unía el apoyo que a estos empeños ofreció el gobierno militar norteamericano en Cuba, al auspiciar la importación de ganado de otros países americanos. En 1899, por ejemplo, la región mostraba apenas un índice de aprovechamiento de sus mejores tierras no más allá del 14% de su potencialidad y, con una población total de 24.271 de habitantes, se hizo famosa por enviar anualmente entre 1.500 y 2.000 trabajadores a ganarse el sustento en otras partes de Cuba, cuando no por exhibir un índice de emigración alto. El monopolio norteamericano, cada vez más ávido de tierras, las compraba o controlaba de diversas maneras. En 1913 disfruta de unas 3.900 ha, siempre con opción de ampliarlas, y en 1919, recién finalizada la I Guerra Mundial, controla unas 5.000 ha.
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Su producción de azúcar oscila entre los 80 y los 100 000 de sacos de azúcar (de a 16.000 t) entre uno y otro año. Así pues, para el grupo germano-criollo no quedaba otra opción que la de pasar a posiciones secundarias que no superaría jamás ni incluso con la breve reanimación que experimentó la burguesía cubana tras el fin de la II Guerra Mundial.
BIBLIOGRAFÍA UTILIZADA DEL AUTOR: "Apuntes sobre la decadencia trinitaria en el siglo XIX", en: Revista Islas no. 46. Universidad Central de Las Villas, Santa Clara, Cuba, 1973, pp. 161 a 251. "Acerca de la Historia neocolonial del Escambray (I Parte)", en: ibidem no. 86, 1987, pp. 102 a 138. "Acerca de la Historia neocolonial del Escambray (1920-1958) II", en: ibidem no. 88, 1987, pp. 136 a 162. "Acerca de la Historia del central 'Trinidad' (F.N.T.A.). 1893-1960" (en colaboración con Armando Armas García), La Habana, ENSPES, 1988, 76 p.
Presencia de Cataluña en el puerto colonial de Montevideo. Venturas y desventuras de una reducida élite comercial
Arturo
Ariel
Bentancur
Introducción El comercio fue la ocupación mayoritaria de los emigrantes españoles a los territorios ultramarinos en la segunda mitad del siglo XVIII. Así fue sobre todo por tratarse de un sector económico con escasa participación de los criollos, y por la gran demanda europea hacia las materias primas ofrecidas desde las colonias americanas. Los catalanes se especializaron precisamente en el área mercantil y como tales llegaron, por ejemplo, a Cuba en mayor proporción que el resto de las comunidades peninsulares en esa época1. Esta circunstancia reflejó el avance de Cataluña en la carrera de Indias, ya evidente a mediados del siglo. Había culminado entonces un proceso ascendente que puso a sus hombres de negocios en todas las fases de distribución de sus propios productos en los mercados americanos. La creciente participación en el comercio indiano incentivó a su vez las construcciones navales, que a partir de finales del XVII vivieron una nueva etapa de esplendor. Allí también surgió la gran industria, representada por las actividades textiles, sombrerera y papelera, en rápido despegue tras la guerra hispano británica iniciada en 17792. Montevideo estuvo entre los puntos americanos que ingresaron con resolución en este flujo interoceánico. Con la vigencia del Reglamento para el Comercio Libre de 1778, el principal puerto del Río de la Plata inició un significativo despegue que se extendió al menos hasta el conflictivo año 1810. La presencia catalana contribuyó a dinamizar su plaza comercial mediante la introducción y la extracción de cada vez más frecuentes cargamentos. Como resultado, un pequeño 1 Pablo Tornero: "Comercio colonial y proyección de la población: la emigración catalana a Cuba en la época del crecimiento azucarero (1790-1817)", en: Boletín Americanista, Año XXXI, números 39-40, Barcelona, 1989-1990, págs. 237-238 y 241-242. 2 Para una información adecuada de este proceso puede consultarse, entre otros, a Carlos Martínez Shaw: Cataluña en la carrera de Indias. ¡680-1756, Barcelona, Editorial Crítica, 1981, págs. 271-276. Carlos Martínez Shaw: "Cataluña y el comercio con América. El fin de un debate", en: Boletín Americanista, Año XXII, número 30. Barcelona, 1980. Joseph Fontana Lázaro: "Comercio colonial e industrialización: una reflexión sobre los orígenes de la industria moderna en Cataluña", y Antonio García Baquero: "Comercio colonial y producción industrial en Cataluña a fines del siglo XVIII", en: Agricultura, comercio colonial y crecimiento económico en la España contemporánea. Actas del primer coloquio de Historia Económica de España, Barcelona, 1974, págs. 358 y 290-293.
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grupo de mercaderes de esa procedencia se instaló allí para desarrollar una gestión relevante. Inclusive alguno de ellos contribuyó fuertemente a impulsar proyectos económicos de verdadera trascendencia. A la postre, la peculiar agitación de los tiempos transitados desde 1796 terminó arruinando a ambas partes. El estudio de ese relacionamiento bipolar y, fundamentalmente, la acción del pequeño grupo de inmigrantes catalanes de mayor notoriedad en el comercio de Montevideo, constituye el tema de la presente comunicación. La misma se inscribe en el proyecto "El puerto de Montevideo en el Siglo XIX. Su articulación con la Cuenca del Plata y la región suratlántica". Este se desarrolla en el Departamento de Historia Americana de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, Universidad de la República, dirigido por el Dr. Juan Oddone. 1. "Levadura del Montevideo colonial" Los catalanes fueron llamados por el influyente sacerdote José Manuel Pérez Castellanos en 1787 "la levadura del Montevideo colonial". Describía asimismo su triple especialización, al relacionar que "aventura(ban) sus personas, su dinero y sus barcos (porque regularmente son navieros, marineros y comerciantes en una plaza)" 3 . A su vez un oficial de la expedición de Alejandro Malaspina, de paso por la ciudad, exaltaba dos años más tarde el efecto benéfico de la concurrencia de buques catalanes. Definía sus especulaciones como "el principal comercio", materializado en "setenta tiendas" y un considerable tráfico marítimo 4 . En una nómina de "principales comerciantes" de Montevideo, divulgada en 1803, aparecían Jaime Illa (de Caldas, Barcelona), Miguel Antonio Vilardebó (originario de Mataré) y José Ramón Milá de la Roca (nacido en San Sebastián de Guipuzcoa pero procedente de Cataluña, donde se hallaba estrechamente relacionado). A su vez una lista local de "comerciantes por mayor" incluía en 1811 nuevamente a Illa, Juan Ucet (natural de Barcelona) 5 , Miguel Costa y Texidor (de la villa de Tossa) y Sebastián Barnada. Los dos primeros también figuraban en la de "tiendas de géneros", junto con José Batlle y Carreó (de Sitges) y Antonio Agell (también oriundo de Mataró) 6 . En 1812, finalmente, integraban la categoría de "comerciantes matriculados" estos dos últimos, José Costa y Texidor (también de Tossa, como su hermano Miguel, a quien se incluía en ella), Vilardebó, y Jaime Illa. El penúltimo también aparecía entre los propietarios de saladeros de carnes y 3 Archivo General de la Nación. Montevideo (en adelante: A.G.N.) Archivos Particulares, (en adelante: A.P.), Manuscritos, Libro n° 1, pág. 56. 4 Hernán Asdrúbal Silva: El comercio entre España y el Río de la Plata (¡778-1810), Madrid, Banco de España, 1993, Estudios de Historia Económica, n° 26, págs. 58-59. 5 Archivo de la Curia Eclesiástica. Montevideo (en adelante: A.C.E.). Expedientes de Esponsales (en adelante: E.E.). Caja 11, exped. 57. 6 A.C.E. E.E. Caja 6, exped. 6/1797.
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los dos eran mencionados también como navieros 7 . De casi todos ellos se tratará a continuación, así como del Dr. José Giró (nacido en La Parra de San Miguel de Garrigás, Gerona). Los catalanes eran probablemente la segunda nacionalidad española en el comercio montevideano. Así surge al menos de una muestra de 428 personas de todas las profesiones en los padrones urbanos confeccionados en 1812. Sumando las categorías "comerciantes", "pulperos", "almaceneros" y "tenderos" totalizan 46 los individuos de ese origen, sólo superados por los gallegos que eran mayoría (110). Los titulares del gentilicio del Principado son seguidos en orden descendente y con relación al terreno mercantil, por vascos (42), andaluces y asturianos (ambos con 19)8. Pero no sólo el comercio fue territorio de dominio catalán en Montevideo. En el gremio local de calafates poseían sus inmigrantes la mayoría absoluta, con 22 componentes registrados en 1813, tras la abolición de las matrículas 9 . A su vez el único intérprete y traductor que alcanzó la titulación de tal en la plaza fue también un comerciante catalán establecido en ella, llamado Pedro Sagrera y versado en las lenguas Inglesa, Francesa y Portuguesa 10 . Entre los miembros de esta "colonia" mercantil catalana en el Río de la Plata no faltó la solidaridad por "paisanaje". Por ejemplo, en su testamento de 1811, el panadero Félix Catá y Ferrer nombró albaceas a dos compatriotas del Principado. En primer término lo fue Miguel Antonio Vilardebó (cuya centralidad es evidente dentro del grupo) y segundo el mencionado José Costa y Texidor. A su vez, mientras José Batlle y Carreó reclamaba en 1819 sus créditos pendientes en Madrid, también intercedía por otros pertenecientes a Vilardebó. Por último, fue muy frecuente el mutuo otorgamiento de fianzas en operaciones comerciales, como será indicado puntualmente en varios casos a detallarse más adelante". Otra característica común al grupo fue la lealtad política por la causa española. Tal adhesión se reafirmó, junto con la de toda la cúpula mercantil del medio, durante el proceso siguiente al pronunciamiento de mayo de 1810 en Buenos Aires. No desmayó durante los dos largos sitios de la ciudad, hasta su rendición en junio de 1814. Y sus miembros la abandonaron casi masivamente en 1815, en momentos muy desfavorables para los partidarios del régimen depuesto. Miguel Antonio 1 Almanak Mercantil, o Gula de comerciantes para el año de 1803, Madrid, Imprenta de la Calle de Capellanes, /1803/, pág. 438. A.G.N. A.P. Caja 334, carpeta 4, y E.G.H. Caja 103, expediente 122. 8 A.G.N. Ex Archivo General Administrativo (en adelante: A.G.A.). Libros 249 y 251. 9 A.G.N. Ex A.G.A. Libro 98. 'O Archivo General de la Nación Argentina. Buenos Aires, (en adelante: A.G.N.A.). División Colonia. Tribunales Administrativos. Legajo 25, expediente 805. ' 1 A.G.N. Escribanía de Gobierno y Hacienda (en adelante: E.G.H.). Caja 102, exped. 68. "Memorias de Don José Batlle y Carreó", en: Revista Histórica, Montevideo, tomo VIII, pág. 47.
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Vilardebó, aunque permaneció en el país, enviaría luego a su hijo Teodoro (prominente médico de la etapa nacional uruguaya) a recibir en Barcelona la mayor parte de su formación académica y quirúrgica. En julio de 1824, este le escribía desde la ciudad condal, celebrando recientes triunfos realistas en América, cuyos territorios ansiaba ver "unidos otra vez a la Madre España'" 2 . 2. La conexión Cataluña Las medidas centrales adoptadas en 1778 para estimular el comercio con los territorios ultramarinos marcaron el comienzo de un relacionamiento de los puertos catalanes con el de Montevideo, que no conocería sino progresos hasta 1796. Como se ha expuesto, la fecha indicada en primer término señaló a la vez el punto de partida para el mayor avance de la terminal platense y para los mejores tiempos del comercio indiano de Cataluña. Las grandes alteraciones, que debilitaron sustancialmente ese vínculo hasta anularlo, se originaron en tres contiendas sucesivas con Gran Bretaña. En julio de 1778 partía el primer buque que hizo la carrera Barcelona-Málaga-Montevideo al amparo del Real Decreto de febrero anterior. Se trataba de la saetía San Francisco de Paula, a la que seguirían durante los próximos dos meses otras cuatro naves de su mismo tipo. La guerra angloespañola iniciada al año siguiente significó una seria dificultad al regreso, por lo que tres de ellas debieron aguardar hasta 1781 para realizar la travesía agrupadas en numeroso convoy. El empleo de esta modalidad autodefensiva facilitó que el vínculo no se interrumpiera totalmente, y en 1782 arribaba al Plata otra terna de embarcaciones procedentes de la rada barcelonesa. Desde comienzos de 1783, con la firma de los preliminares de paz, se observó la postergada reactivación del tráfico comercial que produjo el Reglamento para el Comercio Libre. Casi el 20 % de los viajes iniciados en ese puerto con dirección a las tierras americanas fueron a Montevideo, con lo que se fortaleció un enlace que sólo cortaría la nueva ruptura de 1796' 3 . El trienio 1787-1789 no sólo puso de manifiesto la relevancia del puerto de Cádiz, como emisor y receptor en el tráfico con Montevideo. Conjuntamente se observó el crecimiento de Barcelona, origen de cinco embarcaciones ingresadas en 1787 y destino en 1789 de otras siete, salidas de la terminal platense 14 . En la década siguiente se produjo un crecimiento significativo. Entre 1792 y 1796, el porcentaje correspondiente al eje Barcelona-Málaga dentro del tráfico total de la península con Montevideo osciló del 30 (1796) al 47 (1792) 15 . En 1795 •2 A.G.N. A.P. Caja 4, carpeta 1. ' 3 Un buen trabajo sobre la globalidad del tráfico entre España y el Río de la Plata es el ya mencionado de Hernán Asdrúbal Silva: El comercio entre España... etc., págs. 64 y 65. 14 Archivo General de Indias. Sevilla, (en adelante: A.G.I.). Buenos Aires, 141 y 366. Varias relaciones de buques remitidas desde Montevideo. Hernán Asdrúbal Silva: El comercio entre España... etc., pág. 67.
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fueron por esa ruta 19 embarcaciones, frente a 15 que lo hicieron desde Cádiz, mientras en los retornos la ventaja en el mismo sentido fue de 18 a 1016. Los cueros platenses dirigidos a la península por la vía Mediterráneo, que tenía como origen y terminal preferente al puerto de Barcelona, alcanzaron en el indicado 1795 el 46 % del total remitido a España. A su vez el enclave barcelonés absorbía ese año más del 60 % del sebo y la carne salada exportados a la península. Constituían estos dos últimos renglones, lo mismo que las velas, la casi totalidad de las importaciones de esos productos típicamente montevideanos realizadas por el principal centro económico catalán desde el Río de la Plata17. En el breve intermedio de paz que floreció de 1802 a 1804, partieron desde Montevideo 46 barcos hacia Barcelona, 39 % de los 84 que en el mismo período pusieron su proa hacia Cádiz. Cerca de 600 mil cueros, que representaron en cada año aproximadamente el 25 % del total remitido a la península, fueron desembarcados a su vez en el importante puerto catalán 18 . En 1809, ya zanjado el ciclo de guerras con Gran Bretaña y convertida esta en aliada, se advirtió un incremento de la participación hispánica en general, aunque los accidentes políticos ocasionaron imprevistas variantes. En un total de 141 ingresos y 134 partidas desde Montevideo, eran españoles respectivamente 81 (57 %) y 79 (59 %); que constituyeron la totalidad de comunicaciones con la península, pues Buenos Aires no recibió ese año ningún navio desde la península. Entre los primeros, 1 0 ( 1 2 % ) procedían de enclaves catalanes (nueve de Tarragona, uno de Arenys del Mar), y cinco de los salidos (6 %) tenían como destino la terminal tarraconense. La incidencia de ese origen aumentó a 19 (8 %) entre un pleno de 229 entradas de 1810, donde privó Cádiz con 35 (15 %), igualado a su vez con el cercano Río de Janeiro. Ambos puntos dominaron también como destinos de las 191 embarcaciones salidas en ese, el último año de fuerte movimiento portuario montevideano, por tratarse del inicio de la secesión bonaerense: hacia el puerto andaluz fueron 27 (14 %) y sólo una menos a Río (14 %). Tarragona apareció como destino de 10 expediciones (5 %), pero sólo seis declararon seguramente que iban hacia allí (una de ellas desde Buenos Aires). Señalando el modo en que también esa parte de la península era afectada por los acontecimientos que desestabilizaban a España, dos indicaron ir hacia ella o Barcelona, mientras que uno más preveía una escala anterior en Cádiz y el otro en Málaga. Dentro del panorama depresivo advertido en 1811, prácticamente desapareció la ventaja de Cádiz sobre Tarragona (muy ostensible en los años anteriores). Sobre 12 buques procedentes de la ciudad gaditana (6 % del total de 191), 10 ingresaron desde el enclave catalán (5 %). Entre tanto la proporción de salidas fue de 10 a A.G.I. Buenos Aires, 366. Varias relaciones de buques remitidas desde Montevideo. 17 Hernán Asdrúbal Silva: El comercio entre España... etc., pág. 73. Hernán Asdrúbal Silva: El comercio entre España... etc., págs. 110 y 111.
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nueve en el mismo orden, lo que significó 6 y 5 % en la globalidad de 176. Desde 1812 hasta la caída de la plaza en junio de 1814 sólo se destacó el declive del tráfico portuario montevideano. Desembocaría durante los dos afios finales en un movimiento de mera subsistencia, sostenido por una población sitiada que recibía alimentos desde los más cercanos puertos brasileños. Dentro del escaso fluir de comunicaciones con la península sólo cabe consignar la llegada en 1813 de seis buques desde Villanueva y Geltrú como único origen catalán 19 . El contexto había variado sensiblemente en la metrópolis catalana, sobre todo en la composición de los cargamentos, antes con elevadas cantidades de sus propias manufacturas. En un documento emanado en 1814 del Departamento de Fomento del Reino se describía la "impotencia física y moral", así como la "nulidad" del cuerpo económico hispánico para abastecer sus posesiones ultramarinas. A su vez una consulta del Ministerio de Estado se refería el mismo año concretamente a la "decadencia de nuestra industria y marina mercantil". Resaltaba cómo la invasión francesa había culminado la obra de destrucción iniciada en los mares por Inglaterra durante más de un decenio: "Cataluña, que podía decirse el taller de España, fue la primera que sufrió este azote y la última que ha podido sacudirlo" 20 . A su vez en junio de 1810, un comerciante bonaerense había aludido en Montevideo al estado de la fabricación del papel en "los campos de Tarragona", donde "sólo trabaja(ba)n siete molinos con mujeres y niños, que eran los libres en Cataluña" 21 . 3. La inserción en la plaza Con la única exclusión del Dr. José Giró, prácticamente en todos los casos la incorporación de estos inmigrantes a la plaza comercial montevideana obedeció a un proceso más bien involuntario, originado en expediciones transitorias. Basta analizar individualmente cada uno de ellos, para advertir varios caracteres comunes aparte del expresado. Por ejemplo, casi todos se hallaban vinculados estrechamente con la navegación, ingresaron en Montevideo muy jóvenes, y allí gastaron sus mejores años. El referido oficial de Malaspina indicaba la metodología habitual en los viajes de traficantes catalanes: "Los dueños de la embarcación establecen en tierra sus 19 A.G.N. Ex A.G.A. Libros 95 y 96. 20 "Ahora, por sólo las que se han introducido de contrabando, los pintados catalanes venidos en las últimas expediciones están arrinconados en nuestros almacenes, sin esperanza de poderse enajenar, sino a costa de una pérdida muy considerable". "(...) no se puede competir ni en el lujo ni en el bajo precio con la ferretería de toda especie que nos traen los ingleses". Tal lo que enumeraba un dirigente mercantil de Buenos Aires en 1809, mientras se discutía la posibilidad luego concretada de liberalizar el comercio. Germán Tjarks y Alicia Vidaurreta: El comercio inglés y el contrabando. Nuevos aspectos en el estudio de la política económica en el Río de la Plata (1807-1810), Buenos Aires, 1962, pág. 40. 21
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tiendas, y permanecen ahí los meses que necesitan, hasta que venden su cargamento: Llevan en cambio cueros al pelo, cuyo consumo es considerable, y madera del aire, a la que han dado valor en estos últimos años". Mientras tanto, se incorporaban a la plaza, donde inclusive cumplían otras actividades colaterales como la pesca para su alimento diario, y aún para salar con destino a rancho de sus navegaciones. La saturación de mercancías metropolitanas que comenzó a experimentar la plaza hacia 1790, demoró ostensiblemente las ventas. Así se facilitó la prolongación de las estancias, que en más de un caso se convirtieron en radicaciones indefinidas o definitivas 22 . Esto último sucedió tras la expedición introducida por Miguel Antonio Vilardebó en 1794. Se trataba del tercer viaje transoceánico de este joven nacido en una familia de navieros mercantes catalanes (tenía 17 años en 1789, durante su primera incursión como pilotín agregado en el bergantín San Francisco de Assis). En la instancia que ahora referimos, se embarcó como piloto en la misma nave, con cuyo capitán firmó un par de obligaciones que debería satisfacer al retorno. Al propio tiempo, el comandante de la nave se constituyó fiador suyo de otras deudas contraídas en Barcelona, "deseoso de fomentar(le) en el giro de comercio". La iniciativa del mozo en la remesa surgía de su calidad de fletador de las dos terceras partes del buque, tanto a la ida como al regreso. La decisión de permanecer en Montevideo provocó una larga polémica con el principal del barco, que se negaba a autorizarle. Le acusó de haber procedido con mala fe, como deudor moroso, y aún se le embargaron por la Justicia ciertas sumas de dinero que había puesto en manos de un comerciante del medio. Finalmente lograron acuerdo, y las autoridades permitieron al novel empresario quedarse seis meses más. La finalidad declarada fue la de vender los artículos que por cerca de 10.000 pesos aún tenía en sus almacenes, abiertos en ambas ciudades platenses 23 . Tal como correspondía en cumplimiento de la legislación, Vilardebó necesitó del aval de tres colegas que asintieron en que efectivamente aún no había expendido todas sus mercancías. Su fiador fue Pablo Andreu, también originario de Mataró, "vecino y del comercio" local desde 1788, y quien se había casado en Montevideo a mediados de 1792 con una joven barcelonesa 24 . Su actividad comercial posterior fue amplia, se extendió a los negocios navieros, en conexión con la península, La Habana y los puertos del Océano Pacífico. Participó asimismo de operaciones corsarias, sobre todo en 1801, cuando en un entorno asociativo entre mercaderes de ambas márgenes platenses figuró como 22
Hernán Asdrúbal Silva: El comercio entre España... etc., pág. 58. A.G.N. E.G.H. Cajas 8, exped. 40; 20, exped. 9; 21, exped. 26. Jorge Soler Vilardebó: Don Miguel Antonio Vilardebó y su época (1773-1844). Contribución al estudio histórico sobre el progreso y la vida civil de Montevideo durante el coloniaje y la independencia, Montevideo, Imprenta Rosgal, 1936, pág. 11. 24 A.G.N. E.G.H. Caja 20, exped. 94. A.C.E. E.E. Caja 5, exped. 6/1792. 23
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armador de una zumaca 25 . Fue activo integrante del Cabildo y en ese carácter desempeñó la titularidad del gobierno político local. Entre tanto, José Ramón Milá de la Roca recordaría mucho tiempo después "las transacciones comerciales, industriales y de tráfico terrestre y marítimo" por él generadas conjuntamente en una trayectoria tan dinámica como fugaz. Este guipuzcoano de nacimiento, que se presentaba como integrante de la nobleza catalana, llegó desde Barcelona en 1790, a la edad de 21 aflos, con un cargamento perteneciente a su progenitor. "Educado en el comercio y con genio emprendedor", "adornado de la mayor instrucción y conocimiento" según el Cabildo, narraba en su temprano crepúsculo mercantil de 1805 26 sus primeros pasos en la nueva tierra: "En medio del despacho de esas mismas expediciones, y otras que sucesivamente mi referido padre y otros pusieron a mi cuidado, me situé en el puerto de Montevideo". Al cabo de sus frenéticos tres lustros platenses, lo aludía el administrador de aduanas como "uno de los mejores comerciantes de esta plaza". El jerarca situaba en 44 el número de viajes recibidos y despachados directamente por él, en tanto otros le habían sido consignados, "tanto de España como del Mar del Sud" 27 . naviero, esclavista y saladerista destacado, a cuya casa montevideana se atribuía en 1798 un "crecido manejo". José Batlle y Carreó ostentó desde 1806 hasta 1810 la calidad de asentista de la Real Armada, a la vez que poseyó intereses considerables en el comercio. En el sector naviero, fue suya entre otras naves la gran fragata Spick, de 800 toneladas. Llegó al Plata en 1799 y aportó un capital inicial representado sobre todo por un cargamento de mercancías propias 28 . Al transferirle la titularidad del servicio, el precedente abastecedor de la marina vendió a José Batlle y Carreó toda la infraestructura material donde realizaba las preparaciones. Consistía básicamente en "panadería, quinta, elaboratorios y demás", con una superficie edificada de "cien 25 A.G.N. Ex Archivo y Museo Histórico (en adelante: A.M.H.) Caja 246, carpeta 32. José María Mariluz Urguijo: El Río de la Piala en la época del Marqués de Avilés (1799-1801), Buenos Aires, Plus Ultra, 1987, pág. 142. A.G.I. Buenos Aires, 383. Estado de la agricultura, artes y comercio. Buenos Aires, 23 de julio de 1801. 26 "No puede contar en el día con otro resto de su en otro tiempo cuantioso capital, para mejorar su suerte", decía en ese momento el gobernador de Montevideo, que comparecía en una instancia generada por el propio Milá para solicitar ayuda al Estado. "Se ensañó la mala suerte en perseguirlo", añadía z su vez Miguel Antonio Vilardebó, refiriéndose a la "cadena de sucesos desgraciados, sin interrupción", que le habían reducido a la condición en que se hallaba. A.G.I. Buenos Aires, 483. Testimonio de instancia promovida por José Ramón Milá de la Roca. 1805-1807. 27 A.G.I. Buenos Aires, 483. Testimonio de instancia de José Ramón Milá de la Roca. 1805-1807. Extracto de carta de Buenos Aires, 29 de mayo de 1807. 28 A.G.N. Protocolos de Marina (en adelante: P.M.). 1803-1804. "Memorias de Don José Batlle y Carreó"... etc., tomo VII, págs. 140-141.
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varas en cuadro". La cantidad de mano de obra requerida para su funcionamiento, fue situada previo a su compra en "el grueso número de 100 esclavos" 29 . Según lo estampado en sus Memorias, Batlle fue interesado en esta empresa por varias personas que reconocieron en él a alguien "emprendedor", "con casa de comercio establecida", "con fondos y crédito, para negocios de alguna entidad". "Se me buscó y se me propuso que entrase", agregaba 30 . Sebastián Barnada constituyó otro claro ejemplo de la incorporación de marinos a la plaza, para establecerse luego como mercaderes. Del mismo modo su caso fue paradigmático del hábito de extender indefinidamente la permanencia, tras un permiso inicial para comercializar sus sobrantes de mercancías. Como piloto y sobrecargo del bergantín goleta Concepción, procedente de Barcelona, solicitó a comienzos de 1806 autorización para quedarse en Montevideo por todo ese año a fin de expender el cargamento que había conducido. Formalmente debió otorgar el respectivo documento notarial de fianza, por el que su conterráneo Miguel Antonio Vilardebó aseguraba cómo, al vencimiento de ese término, el recién llegado "se restituir(R)a al puerto de su procedencia". En 1812 figuraba en una nómina de 78 comerciantes matriculados y como tal estuvo entre 56 empresarios convocados en marzo del mismo para una importante reunión previa a constituir el Consulado local de Comercio 31 . Los primos Miguel Costa y Juan Texidor se instalaron veinteafieros a mediados de la década de los 80. En 1792, previo a su retorno a la península, el segundo se casó en Montevideo con otra catalana, natural de su mismo Obispado de Gerona. Volvería cerca de veinte años más tarde, para litigar con su pariente y ex asociado32. Este, mientras conservaba mujer e hijos en su tierra, permaneció alrededor de tres decenios lejos de su casa. No obstante, su deseo manifiesto en la correspondencia familiar por lo menos desde 1799, era el de retornar a Cataluña. "Estoy aguardando se acaben esas guerras para regresarme, lo que quizás haré antes si duran mucho, pues siento infinito el estar tanto tiempo fuera de mi familia", decía en mayo del dicho. "Hace un año que no he comprado nada, con el fin de redondearme por si venía la paz". "Si por el invierno que viene no hay novedad, puede que me vaya y deje aquR todos mis intereses", escribía entonces. "Determinaré mi 29 A.G.N. P.M. Registro de Protocolizaciones. Ventas de Buques. Escrituras, 1806, f. 39 al 44. Registro de Protocolizaciones, 1804, fs. 55 a 68. "Memorias de don José Batlle y Carreó"..., tomo VII, págs. 147, 411, 415, 416, 419 y 425. Tomo VIII, pág. 49. 30 "Memorias de don José Batlle y Carreó"... etc., tomo VII, pág. 147. 31 A.G.N. P.M. Registro de Protocolizaciones. Escrituras, 1806, f. 13. E.G.H. Caja 103, expediente 122. Aurora Capillas de Castellanos: Historia del Consulado de Comercio de Montevideo (1795-1815): Tomo 1, Apartado de la Revista Histórica, tomo XXXII. Montevideo, Revista Histórica, 1962, págs. 38 y 89. 32 A.C.E. E.E. Caja 5. Exped. 66/1792.
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salida si no ocurre otra novedad", afirmaba en 1800. "No tengo otro remedio que aguantar seis u ocho meses, o quizá algo más, a fin de redondear mis negocios y no dejar colas", señalaba en 1802. Sin embargo, aún permanecía en Montevideo en 1812 3 3 ... La compañía de los Costa - Texidor tuvo su origen en noviembre de 1791, cuando los compañeros catalanes Juan Texidor y Juan Bautista Castells, vendían a Miguel Costa los géneros y aún los utensilios existentes dentro de la casa que compartían. El total de la operación ascendió a casi 8.000 pesos fuertes, suma que al efecto del pago fue dividida en tercios. Uno de estos quedó saldado en efectivo inmediatamente, y el segundo a los seis meses, mientras el último debía abonarse en el término de dos años. Transcurrido este plazo, el apoderado del acreedor reunió los caudales a favor de su representado en la tienda que el deudor ya poseía. Este aportaba a la sociedad algo más de 12 mil pesos en mercancías y Texidor la mencionada fracción (2.626 pesos). En el contrato se estableció que al primero correspondería la mitad de las ganancias por actuar como administrador, mientras que la otra sería partible entre ambos, a proporción del capital aportado por cada uno. Para 1803, cuando se disolvió la corporación, el comercio original (para venta de géneros y artículos navales) se hallaba a cargo de José Costa y Texidor, hermano menor de Miguel. Mientras tanto, la empresa había agregado a su vez un almacén de que también era dueño Jaime Illa. Llegado con 20 años al comienzo de la década de 1780, este se casó en 1790 con una montevideana. En el tramo final de la existencia de la plaza bajo bandera española, se contó como uno de los más dinámicos comerciantes de importación. Sobre todo resultó ser el propietario o consignatario de la mayor parte de las expediciones llegadas entonces desde Cataluña 34 . José Giró vino a constituirse e r un caso diferente a todos los anteriores, aunque también le arrastraron algunas de las circunstancias comunes al resto del grupo. En efecto, siendo médico, desarrolló paralelamente con su profesión la actividad comercial que desempeñaron buena parte de sus compatriotas en los destinos ultramarinos. En él se advierte primeramente una clara voluntad de emigrar y de "transferir su domicilio en alguna de las provincias americanas de la India". Tal lo que se lee en la certificación con que el Obispo de Gerona le concedió el 14 de 33 Francisco Macaya, otro subdito catalán originario también de Mataró, se quedó bastante más tiempo que el prudente. Llegado a comienzos de la década de 1790, y teniendo esposa en su tierra, todavía en 1803 aseguraba que "jamás h(abía) distado de regresar(s)e al lado de los (suyo)s, por cuyo efecto sólo trat(aba) de redondear (su)s asuntos pendientes". Denunciado por amancebamiento con la mujer de un jerarca de la administración, este exigió reiterada y enérgicamente su inmediato reintegro a España, pero logró quedarse "por el término ultramarino de la Ordenanza" hasta "concluir sus negociaciones". A.G.N.A. División Colonia. Tribunales Administrativos. Legajo 9, exped. 248. 34 A.G.N. EX A.G.A. Libro 96. E.G.H. Caja 101, exped. 55. A.C.E. Expedientes de Esponsales. Caja 4, exped. 27/1790.
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febrero de 1780 "letras testimoniales de su estado libre", estando "próximo para ausentarse" de su patria. A comienzos de 1790 contraía enlace también con una lugareña, de ascendencia vasca 35 . Inició en 1781 su carrera médica al servicio del Estado, y 10 años después se incorporó al Real Hospital Provisional, donde trabajó honorariamente hasta finales del siglo36. Al crearse en 1804 una Junta de Sanidad en el puerto de Montevideo, fundamentalmente destinada a "filtrar" los cargamentos de esclavos que ingresaban hacia toda la región, fue incluido en ella junto a su colega Juan Cayetano Sánchez de Molina 37 . Del mismo modo que lo hizo este último (a quien citaba el poeta - cronista de la época con el rótulo de "médico - comerciante" 38 ), el Dr. Giró emprendió también negociaciones privadas. No fue afortunada su primera operación, que intentó a comienzos de 1783 por la vía ilegal de Río de Janeiro. Al año siguiente comenzó a negociar por montos menores con La Coruña. Desde allí le enviaban fardos con telas y ropas en los buques correos, que desde casi 20 años atrás conectaban regularmente a Montevideo con la península. A su vez con firmas de Barcelona generó desde los tempranos años 90 una suerte de trueque de pequeñas cantidades de cueros por volúmenes equivalentes de géneros y manufacturas. Por las mismas fechas se constituía además en receptor de un tráfico continuado de maderas, que un compatriota catalán radicado en la capital platense le remitía en lanchas desde la propia Buenos Aires, Las Conchas o Gualeguay. En julio de 1793, mientras obtenía moderados éxitos comerciales, también habilitaba a un particular con mil pesos para adquirir una pulpería 39 . Con el nuevo siglo cambiarían en algo la dirección y el ritmo de sus asuntos en Europa. En marzo de 1804 distribuiría en dos remesas similares más de 1500 cueros entre igual número de comerciantes localizados en las plazas de Cádiz y Barcelona, y a cada uno envió sendas listas con las mercancías que deseaba recibir. En julio siguiente remitió a la plaza gaditana casi dos mil pesos en metálico, que jamás llegarían a destino como consecuencia de una nueva alteración de la calma internacional. "Sin embargo de los primeros reveses de fortuna", "no desmaya mi ánimo en la continuación del comercio", escribía igualmente. "En la paz, 35
A.C.E. E.E. Caja 4, expediente 23/1790. 36 A.G.N. A.P. Caja 2, carpeta 4, documentos 6 y 38. 37 Eugenio Petit Muyoz: La condición jurídica, social, económica y política de los negros durante el coloniaje en la Banda Oriental, Volumen 1 (primera parte). Montevideo, Talleres Gráficos 33, 1947, págs. 420-421. A.G.N. A. P. Caja 246, carpeta 7, págs. 1-8, y carpeta 11, págs. 4-38. 38 "(...) A Don Juan Molina un barco/ de Patagones le llega,/ 14289 -trayendo preciosa carga/ de trigo, fruta y menestras./ Si a mil enfermos que asiste,/ este producto se agrega,/ 14293 -el médico comerciante/ no hará muy mala cosecha", (versos del 22 de marzo de 1814) Francisco Acuya de Figueroa: Diario histórico del sitio de Montevideo en los años 1812-13y 14, Montevideo, Biblioteca Artigas, 1978, tomo 2, págs. 187-188. 39 A.G.N. A.P. Caja 2, carpeta 4, y carpeta 5, docums. 27 y 28.
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mediante Dios, pienso seguir las remesas más activas", señalaría en otra oportunidad. La última carta a contactos metropolitanos que dejó asentada en su correspondiente registro, fue la que en junio de 1810 dirigiera a Cádiz para solicitar la devolución de su hijo al "seno de sus padres", "en consideración al estado triste y dudosa la suerte de la España". En septiembre de 1812, mandaba a Nueva York más de 5.000 cueros dirigidos a su aludido descendiente directo 40 . 4. Aportes catalanes a la producción. El rol pionero de Milá de la Roca La ya citada afirmación de Pérez Castellanos en elogio de los emprendimientos catalanes en Montevideo culminaba con referencias a un destino y un sector muy vinculados con el desarrollo local: En efecto, subrayaba que a ellos había correspondido hasta entonces hacer "las primeras tentativas a La Habana con harinas, con sebo, carnes y aún con manzanas". Precisamente la ciudad portuaria cubana se convirtió durante más de una década en receptora preferente de la elaboración saladeril montevideana. Tanto en la fase productiva como en las comunicaciones con ese enclave, resultó fundamental la tarea de los nacionales del Principado de Cataluña. Esa acción se operó muy particularmente a través de las inversiones y el impulso del empresario José Ramón Milá de la Roca y Astigarraga. El gestó con sus propios fondos el renacimiento de la actividad saladeril, que en 1788 había conocido un éxito técnico relevante, interrumpido por la repentina muerte del emprendedor castellano Francisco Medina. Decía Milá haber hallado a su llegada un medio en "calma", que permanec'a "en su infancia" 41 . Las transformaciones producidas a su influjo sobre el proceso industrial del vacuno, elevaron rápidamente la faena hasta un millón de novillos anuales. También fomentó con capitales y directivas la aparición de 15 nuevos establecimientos, entre saladeros y otras elaboraciones 42 . "Aunque anteriormente se expidieron a la Isla de Cuba algunos cargamentos por otros comerciantes de esta provincia, no tuvieron los mejores resultados, por no hallarse en el grado de perfección que mantienen en el día las 40 A.G.N. A.P. Caja 2, carpeta 5. Libro con copias de cartas a Vea, Murguía y Lizaux, y a Don Juan Rivera y Oriol. Documentos 26, 28 y 29. 41 Coinciden estas apreciaciones con otras de un decenio atrás, cuando el administrador provisional de la Real Aduana de Montevideo afirmaba: "(...) los efectos que se desembarcan en este puerto, de los registros de España, son por lo general aquellos cortos renglones que se creen de indefectible consumo según las circunstancias del tiempo y la escasez de la plaza, y aun de estos los más caldos que es su mayor comercio (...) Son muchos menos los que vuelven a salir por mar ni por tierra, a causa de que el tráfico de esta ciudad a los pueblos de esta banda se reduce a cosas de pulperías". José Manuel Bustillos a Manuel Ignacio Fernández. Montevideo, 5 de junio de 1779. A.G.N. Ex A.M.H. Caja 219. 42 "Para la Historia Económica del país", en: REVISTA NACIONAL, Montevideo, Año XVI, núm. 171, págs. 441-442.
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carnes, tasajos y sebo en pasta", advertía años después un mercader montevideano 43 . A su vez el propio empresario vasco-catalán sostenía haber desplazado de la plaza caribeña, por razones de mayor calidad, a los productos cárnicos de Venezuela y Nueva España ("causándoles pérdidas y al fin ruina completa a sus importadores"). "Había constantemente en la plancha del muelle del puerto de La Habana algún buque mío con feria abierta", decía mientras estimaba con exageración sus envíos en una nave de 5 a 10 mil quintales por mes 44 . En los años 1790 dirigió a ese destino 23 embarcaciones, con 116.484 quintales de tasajo (74 % del total exportado a Cuba entre 1793 y 1796), y 6.341 quintales de sebo (60 % respecto de aquel período). Además envió cantidades menores de otros subproductos ganaderos (lenguas, mantequilla, cueros, badanas, lanas, etc.). En el año 1795, las remisiones de carnes hechas por Milá de la Roca comprendieron la casi totalidad de la exportación montevideana de ese producto. Cargó cinco de seis embarcaciones, y 30.350 quintales de 30.576 (99 %). La mayor diferencia se halló, al igual que en todo el período, en la cantidad de sebo (1.636 contra 2.840 quintales) que representó el 58 % 4 5 . Pronto fue necesario abrir nuevos mercados, y en ello también sentó su paternidad Milá de la Roca, sobre todo acerca de la ruta llamada de "puertos intermedios" en el Pacífico sudamericano. Iniciada la experiencia en 1798, dos años después de otra a la Isla de Francia, se tradujo en una fórmula de goteo en distintos puntos costeros, entre los que se fraccionaban las cargas. También allí resaltó la alta calidad del producto, que según sus palabras llegó a preferirse al charque chileno 46 . Aunque con mucho menos peso que en la plaza cubana, también se advirtió un notorio incremento en las comunicaciones con esa parte del imperio a partir de entonces. El tasajo, y más frecuentemente el sebo, se mezclaron en heterogéneos cargamentos dirigidos por esta vía, que el industrial consideró más ventajosa y con menos riesgos que la de Africa 4 7 . Después de arruinarse económicamente, continuó insistiendo en la validez de nuevos proyectos relacionados con la salazón, los que al parecer no pudo concretar.
43 Los reconocimientos a la categoría de pionero en esta etapa de la actividad ("principal motor de este ramo" se decía él mismo) tuvieron matices curiosos. Los hacendados montevideanos le consideraron "genio creador" y "piedra angular" de este desarrollo, a un punto tal que consideraron deber "acaso más a su plausible industria, que a la naturaleza". Un grupo de fabricantes de carnes y sebo lo consideraban a su vez gestor del "principio verdaderamente sólido del progreso a que han llegado estos frutos". A.G.I. Buenos Aires, 483. Testimonio de instancia de J.R. Milá de la Roca. 1805-1807. 44 "Para la Historia Económica del país"... etc., pág. 442. 45 A.G.N. A.P. Caja 1, carpeta 8. A.G.I. Buenos Aires, 346. Varios estados. Buenos Aires, 11 de enero de 1793 a 11 de enero de 1797. 46 "Para la Historia Económica del país"... etc., págs. 443-444. 47 A.G.N.A. División Colonia. Registro de Navios. Legajo 113, expediente 200.
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Dentro de los impulsores de esta actividad también debe incluirse a Miguel Antonio Vilardebó, que planeaba en 1803 fundar un importante saladero en las faldas del Cerro 48 . Había hecho ya algunas remisiones de carnes a La Habana, pero no poseía aún su propio establecimiento. En una fase difícil de su actividad comercial, se propuso arrendar por ocho arios un terreno realengo que consideraba el mejor a que podía aspirar en ese momento. El inmueble le fue concedido inicialmente, pero surgió la oposición de varios funcionarios públicos, y en febrero de 1805 fue anulada la autorización. El proyecto era de mucha magnitud y, al igual que sucediera con otros esbozados en la época, su autor declaró estar dispuesto a destinar la producción al abastecimiento de la marina real 49 . Estos anhelos suyos quedarían postergados hasta 1830, cuando se instaló en Paysandú 50 . Una nueva vía de contribución catalana con el desarrollo de la producción saladeril fue la del transporte marítimo. Los Costa y Texidor, así como Jaime Illa, destinaron sus embarcaciones a este tráfico, en que los dos primeros se reiteraron frecuentemente también como capitanes. Milá de la Roca creó una importante flota naval por lógico encadenamiento con sus afanes de productor. "Siendo indispensable tener buques propios, me hice de ellos, y a imitación mía procuraron otros individuos (...) entrar a ser navieros" -recordaba aftos después- 51 . Pero se observó también la modalidad de incluir tales viajes como intermedios de las expediciones trasatlánticas. "Se me ha proporcionado fletar, como en efecto he fletado de ida y vuelta para La Habana e Islas de Barlovento mi dicha saetía", afirmaba en 1790 Pablo Aymerich, dueño, capitán y maestre de una embarcación catalana. A su vez el inicio de una segunda expedición hacia allí, por parte de la saetía Jesús, María y José, provocó en 1789 la protesta de dos de sus marineros, que habían salido de Barcelona dos años antes. Para evitar los "graves perjuicios respecto a la dilación en volver a (su)s casas", retornaron a España en otro buque, debidamente autorizados 52 . En noviembre de 1789, los delegados del comercio porteño atribuían a estos desplazamientos complementarios el aumento de un 50 % en el flete de los cueros a Europa. Ocho meses después, cuando el ascenso era menor, coincidían en señalar la misma causa: "algunas embarcaciones han salido y otras se están habilitando
A.G.I. Buenos Aires, 502. Memorial del apoderado Damián de Isasi y Ugarte. Madrid, 2 de mayo de 1806. 49 A.G.N.A. División Colonia. Tribunales Administrativos. Legajo 9, expediente 246. A.G.I. Buenos Aires, 502. Consulta del Consejo de Indias generada por correspondencia de Montevideo, 3 de enero de 1804. Jorge Soler Vilardebó: Don Miguel Antonio Vilardebó... etc., pág. 101. 51 A.G.I. Buenos Aires, 483. Testimonio de instancia de José Ramón Milá de la Roca. 1805-1807. Extracto de carta de Buenos Aires, 29 de mayo de 1807. 52 A.G.N. E.G.H. Caja 8, exped. 39. Caja 7, exped. 14.
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para La Habana, después de haberse agolpado todas en Montevideo con corta intermisión de tiempo" 53 . Un bergantín catalán, cuyo derrotero ha estudiado con detalle Hernán Asdrúbal Silva, quedó detenido obligadamente por la guerra de 1796 y realizó a su vez dos viajes cortos a puertos brasileños, que también eran destinos habituales para la producción cárnica montevideana 54 . Deben destacarse por último las actividades de José Ramón Milá de la Roca como traficante de esclavos. Su intervención en estos negocios duró poco más de tres años, en los que ingresó un millar de negros en siete cargamentos. Según un jefe aduanero, la venta de estos (exactamente 1.088) le produjo 276.366 pesos fuertes 55 . Al igual que con la salazón de carnes y el transporte, se proclamó y fue reconocido como auténtico pionero de las introducciones hechas en barcos españoles directamente desde las costas africanas. Sólo Tomás Antonio Romero se le adelantó en el Río de la Plata, con una expedición realizada a Angola y Benguela, que condujo 480 piezas a comienzos de 1793. Milá de la Roca fue el primero en trasladar a Montevideo "negros mozambiques", en abril de 1797 sobre la fragata Faustina de Buenos Aires, el buque suyo que realizó más expediciones de este tipo. Igualmente en 1800 llegó antes que sus compatriotas al Senegal, navegando en la misma embarcación, ya entonces rebautizada con su apellido materno Astigarraga56. 5. Lastimados por tiempos difíciles La guerra hispano-británica iniciada en 1796, seguida a su vez por otra casi inmediata en 1805, ofreció tantas posibilidades de ganancia como de riesgo para este grupo. La mayor parte de sus integrantes sufrieron pérdidas considerables y al menos Milá de la Roca desapareció de la plaza. Después llegarían las crecientes disidencias con Buenos Aires, para asestar golpes aún mayores y terminar con una verdadera diáspora de la ruina, que fue común a toda la colectividad española establecida en la ciudad. Un ejemplo de esa auténtica acción de frontera trasladada a los mares lo brinda la trayectoria de Miguel Costa en el primer período indicado. Comenzó por participar con una tercera parte en la compra de un barco inglés y su cargamento, que se subastaron con las ventajas consiguientes a su condición de presas corsarias. Pronto fue modificado el plan original de "esperar el feliz momento de la paz para dar destino a dicho buque". Dado que "la guerra no ofrecía término y que aquel se 53 A.G.I. Buenos Aires, 383. Oficio del virrey Loreto. Buenos Aires, 25 de noviembre de 1789. Informe bimestral de Rodríguez y Sarratea. Buenos Aires, 21 de julio de 1790. Hernán Asdrúbal Silva: El comercio entre España... etc., pág. 62. 55 A.G.I. Buenos Aires, 483. Testimonio de instancia de J.R. Milá de la Roca. 1805-1807. Extracto de carta de Buenos Aires, 29 de mayo de 1807. 56 A.G.I. Buenos Aires, 483. Testimonio de instancia de J.R. Milá de la Roca. 1805-1807. A.G.N.A. División Colonia. Registro de Navios. Legajo 113, expediente 200.
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inutilizaría en este puerto", resolvieron "exponerlo a un viaje a Europa". "El que no podía correr riesgo, tampoco debía participar de las ganancias", es una frase suya dicha en medio de competencias con su primo y asociado, que refleja claramente cuánto pesaba la dicotomía peligro - beneficio. Esa expedición se cumplió con felicidad, a pesar de las múltiples amenazas que la acecharon. No obstante, la fragata Santa Gertrudis, en cuyo cargamento también participó Costa, se hundió en su trayecto interoceánico y ocasionó a este una pérdida que Texidor estimó primero en el entorno de 22.000 pesos y más tarde en 35.000. Sin embargo, el propio afectado restaría luego importancia a estos tropiezos ("lejos de perjudicarme, reportaba en ellos ventajas conocidas y palpables a la menor investigación") 57 . Sorprendente por su espectacularidad resulta la descalificación de José Ramón Milá de la Roca. En 1807 sus reveses alcanzaban a una decena de buques "suyos y ajenos, cargados todos de su cuenta" (más de 600 mil pesos de América) y, según propia confesión, se hallaba empobrecido 58 . La pérdida de la Astigarraga a manos de una fragata británica, en febrero de 1805, fue la desgracia que precipitó su "casi total ruina". El buque transportaba importantes caudales de particulares y del propio Milá, que seguiría perdiendo. Vio enseguida cerrarse "la puerta a las empresas que había meditado", cuando el único bergantín que conservaba sentía frustrarse su intento por vender carnes en la Isla de Francia, que halló abastecida por norteamericanos. Al entrar los ingleses en el Río de la Plata le sería requisado aún ese último navio. Se propuso rescatarlo de inmediato a cambio de frutos, pero se halló ante la oposición de las autoridades españolas por motivos estratégicos. En el segundo asalto a Buenos Aires, donde residió siempre pese a la permanente vinculación con Montevideo, su casa y almacenes serían saqueados. Ya no podría emprender por sí mismo el plan que concibió, de salar carnes en el Rincón de Haedo. Lanzó en cambio una quimérica solicitud de auxilio a la corona española, basado en sus impactantes méritos. Lamentaba entonces el naufragio de tantos "proyectos bien combinados y en que estaba de acuerdo con algunos ricos hacendados de Montevideo". En 1807 tomó a su cargo una barca para trasladar con gran riesgo ciertos pliegos oficiales relacionados con la ocupación británica. También la conclusión de ese servicio resultó empañada con todo tipo de incidentes y padecimientos. Ya octogenario, a mediados de siglo se dirigía a las autoridades uruguayas con una última representación de sus singulares acciones pasadas 59 .
57 A.G.N. E.G.H. Caja 101, exped. 55. A.C.E. E.E. Caja 4, exped. 27/1790. 58 A.G.I., Buenos Aires, 483. Extracto de carta de Buenos Aires, 29 de mayo de 1807. 59 A.G.I. Buenos Aires, 483. Testimonio de instancia de J.R. Milá de la Roca. 1805-1807. Extracto de carta de Buenos Aires, 29 de mayo de 1807.
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A su vez en 1803, Vilardebó se lamentaba de haber sido hasta entonces "poco afortunado", tal como era a su entender "público y notorio". "Lo acredita la pérdida del bergantín Santo Cristo del Paño que, cargado de carnes de mi cuenta despaché (...) (a) La Habana y se estrelló y perdió enteramente 30 leguas distantes de aquel destino. La fragata San Miguel, (a) La Margarita, se fue a pique en este mismo puerto con 15 mil cueros de mi propiedad. La fragata (...) que fleté y cargué para Lima y fue apresada por un corsario inglés en el Cabo de Hornos, y últimamente (...) el trastorno que acabo de sufrir de tanta consideración con la arribada de la fragata Rescate (,..)" 60 . Su aventura empresarial de 1830 tendría también corta vida, tras la cual culminó su existencia personal en la ciudad de Buenos Aires, donde murió en 1844 6 '. Aparte de las contrariedades que emanaron de los imaginables incumplimientos de la Real Hacienda en su calidad de asentista de víveres, José Batlle y Carreó experimentó ingentes atrasos por las mismas "ocurrencias políticas". Ellas hicieron que "en lugar de haber tenido aquella prudente utilidad que según se calculaba, ofrecía el remate de la contrata", "perd(iera) (su) crecido caudal, el giro de (sus) negocios y de consiguiente el crédito". Su ganancia se compuso, a su juicio, de "aflicciones de espíritu, necesidades y escasez". Efectivamente, apenas hecho cargo del asiento, la toma de Buenos Aires por los británicos le ocasionó la pérdida de 3.000 fanegas de trigo comprados allí y que ya no podrían ser trasladadas a Montevideo. Al año siguiente, ocupada esta última ciudad, los agresores causaron graves daños en su establecimiento de la Aguada, según él por el solo hecho de ser asentista de la marina española. Entre las propiedades flotantes confiscadas por los invasores se halló su fragata Spick, armada por el gobierno para la defensa y consecuentemente declarada por buena presa, junto con otra nave en que era también interesado. Perdió asimismo todo el cacao, la cascarilla y el cobre existente en dos de sus almacenes 62 . Posteriormente, las alteraciones de 1808 aumentaron sus gastos y el volumen de los suministros exigidos por el estado de continuo sobresalto que atravesó la vida local. Los sucesos de 1810 profundizaron esta situación, con un activo bloqueo que demandó cada vez más provisiones, a la par que le cerraba la posibilidad de acceder al mercado bonaerense en procura de abastecimientos convenientes. Completaron su ruina los dos sitios puestos a la población, en cuyo intermedio pudo comprobar cómo el establecimiento de La Aguada se convertía en escombros, y su casa contigua era "plan barrido" 63 .
60 A.G.N.A. División Colonia. Tribunales Administrativos. Legajo 9, exped. 246. 61 Jorge Soler Vilardebó: Don Miguel Antonio Vilardebó. .. etc., págs. 101-102. 62 "Memorias de Don José Batlle y Carreó"... etc., tomo VII, págs. 158 a 161. 63 A.G.N. P.M. Registro de Protocolizaciones. Escrituras, año 1804, fs. 55 a 68. A.G.I. Buenos Aires, 383. Estado de la agricultura, artes y comercio. Buenos Aires, 23 de setiem-
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En 1811, él mismo consideraba desaparecida su "pinghe fortuna" y vacilante su crédito. Para junio de 1814, a la entrada de las fuerzas rivales en Montevideo, halló todo "hecho un montón de escombros", "sólo trozos de paredes", con lo que denunció pérdidas por 100.000 pesos 64 . Igualmente le afectaron los acontecimientos mencionados en su calidad de rematador del diezmo de todos los granos de la jurisdicción 65 . Mientras pugnaba con mínimos resultados por el cobro de sus cuantiosos créditos en España -buena parte de los cuales resultaron discutibles- padeció permanentes apuros económicos. En 1823 falleció su esposa en la propia Cataluña y 10 años después emprendió el regreso con el resto de su familia a Montevideo, "donde pens(ó) podía ser(l)e menos penoso el sostén y mantención de ella". Allí terminó sus días en 1854 66 . A mediados de 1813, José Giró no podía hacer frente a las dolorosas contribuciones que las autoridades de la ciudad sitiada le imponían por concepto de empréstito forzoso sobre sus fincas. Intimado a pagar en tres días, alegó hallarse con total escasez de numerario, "no pudiendo hacer uso de su facultad por el decadente estado de su salud", que poco tiempo después lo condujo a la muerte 67 . Tiempos particularmente difíciles vivieron a su vez todos los españoles, tras la caída de la plaza, en junio de 1814. José Batlle y Carreó ha narrado una acción coordinada que afectó "todas a un tiempo" a sus casas comerciales, literalmente intervenidas por el nuevo gobierno bonaerense. Confiscaciones de bienes y fuertes contribuciones en metálico, aparte de continuas amenazas, configuraron un entorno de inseguridad que en no pocas ocasiones llevó a los propios comerciantes a ser apresados por deudas al fisco68. En septiembre de 1814, desde uno de los recintos carcelarios de la Ciudadela, Juan Ucet solicitó autorización para cumplir el arresto en su casa. Sebastián Barnada se declaraba a su vez en noviembre "molestado e incomodado" por los encargados de percibir la contribución, cuando no tenía ya almacén 69 . Posteriormente se registró la partida de casi todo el grupo de comerciantes peninsulares, como consecuencia de un detonante adicional. Cuenta Batlle y Cabré de 1801. "Memorias de don José Batlle y Carreó"... etc., tomo VII, págs. 148, 149, 155, 156, 159, 160, 161, 402, 406, 410, y 425; tomo VIII, págs. 49 y 67. 64 "Memorias de José Batlle y Carreó"..., Tomo VII, págs. 412-420. A.G.N. Ex A.G.A. Libro 570, f. 67. 65 A.G.N. E.G.H. Caja 99, exped. 111. 66 "Memorias de Don José Batlle y Carreó"... etc., tomo VIII, págs. 43-67. A.G.N. Archivos Particulares. Caja 4, carpeta 1. 67 A.G.N. A.P. Caja 2, carpeta 5. Libro con copias de cartas a Vea, Murguía y Lizaux, y a Don Juan Rivera y Oriol. Documentos 26, 28 y 29. 68 "Memorias de Don José Batlle y Carreó"... etc., tomo VII, págs. 143-144, 415, 656-658. 69 A.G.N. E.G.H. Caja 109, expeds. 62 y 63.
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rreó que, al retirarse las fuerzas de Buenos Aires e ingresar las orientales, se hablaba con inquietud en Montevideo de los inminentes aprontes de la expedición reconquistadora mandada por el general Morillo. Corrieron voces entonces, en el sentido de que esa eventualidad "la pagarían los españoles europeos establecidos en el territorio de la provincia". Fue a esa altura que, "para evitar lo que podía suceder" emigraron a Brasil y otros destinos. El catalán, ex asentista y naviero, dejó la ciudad a comienzos de abril de 1815, mientras quedaba su familia en ella. Recordó posteriormente cómo, hallándose en Río de Janeiro, supo de "la persecución que sufrían (sus compatriotas), y los naturales adictos a la España, por disposiciones del general Artigas". Con esas y otras noticias aún más graves (como la de deportaciones y "algunos asesinatos") partió en julio hacia Europa 70 . Entre noviembre de 1814 y setiembre de 1815 se marcharon la mayoría de los principales integrantes de la élite mercantil montevideana. Sobre fines de mayo se consideró prófugo a Juan Ucet, y en consecuencia era formalizado un inventario de su almacén de artículos mayoritariamente náuticos 71 . A mediados de julio, en una polacra que iba hacia La Habana, se fue entre otros Sebastián Barnada 72 . En agosto, Francisco Juanicó afirmaba que "muy pocos son los españoles europeos que quedaron en Montevideo". "En los últimos días fugaron casi todos, unos por mar y otros por tierra sin licencia, en términos de que sólo la fragata de Soteras sacó ochenta y tantos" -decía-. De todos modos, la desaparición de los recelos sobre la llegada de la expedición peninsular permitía que "goza(ra)n de alguna tranquilidad los que quedaron, pero no pod(ían) esperar que dur(ara) mucho" 73 . Los bienes de Miguel Costa eran considerados entonces como pertenecientes a la Hacienda Pública, tras su abandono de la plaza 74 . Entre tanto, Jaime Illa se dedicó a acrecentar su fortuna, hasta convertirla en una de las más relevantes del país, en que permaneció hasta su muerte en 184175. 6. Un grupo con mucha incidencia Fuera del detalle anecdótico de haber ofrecido al Uruguay independiente cuatro presidentes de la República 76 y hombres tan eminentes como el médico Teodo-
70 "Memorias de Don José Batlle y Carreó"... etc., tomo VII, págs. 658-660. 71 A.G.N. E A.G.A. Libro 97, f. 14 v. y 26. 7 2 A . G . N . EX A . G . A . L i b r o 9 6 , f s . 2 1 1 - 2 1 9 .
73 Julio Lerena Juanico: "Crónica de un hogar montevideano", en: Revista del Instituto Histórico y Geográfico, Montevideo, tomo XII, pág. 107. 74 A.G.N. E.G.H. Caja 101, exped. 55. 75 Raúl Montero Bustamante: "Tres personajes de la época colonial", en: Revista Histórica, Montevideo, tomo II, págs. 42-44. 76 Juan Francisco Giró, hijo del Dr. José Giró, fue Presidente de la República Oriental del Uruguay en 1852 y 1853. El general Lorenzo Batlle, hijo de José Batlle y Carreó desempeñó a su vez la máxima magistratura del país entre 1868 y 1872. Un nieto, José Batlle y
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ro Miguel Vilardebó, este grupo de catalanes consiguió incidir fuertemente en la plaza colonial montevideana. Sin lugar a dudas la acción más trascendente correspondió a José Ramón Milá de la Roca, por el impulso que dio a la producción saladeril, a la flota naval, y al ingreso de mano de obra esclava por parte de españoles directamente desde las costas africanas. Su vida opera como símbolo también de una suerte esquiva que perdonó a muy pocos de los integrantes del núcleo. Se trató del sello de un tiempo que ofreció en proporciones muy parecidas el brillo de la sonrisa y la amargura del llanto. En caso de hacerse necesario elegir un sólo concepto para representar rápidamente todo lo expuesto, el mismo no podría ser otro que el de fugacidad. Ella caracterizó las relaciones emprendidas, el desarrollo económico alcanzado, y todavía cubrió las existencias realizadoras de la mayor parte de los personajes involucrados. Todo ello, al mismo tiempo, exhibe la magnitud de la desgracia española, de un país opacado y presionado al extremo por Gran Bretaña, cuyo manto protector fue más bien un gran saco con que recogió las ganancias producidas por su victoria. Esta no sólo derramó sangre y capturó velas en los mares del mundo, sino que se trasladó a la política ultramarina, primero para sustituir de hecho a la metrópolis económica herida y luego para fomentar diplomáticamente la disidencia. La fuerza de ese gran poder mundial estuvo en la raíz de los males mayores que desestabilizaron la situación local aquí considerada...
Ordóñez, lo hizo en dos períodos (1903-1907 y 1911-1915), y un bisnieto, Luis Batlle Berres, de 1947 a 1951.