¿Qué hacíamos y qué hacemos? : el verbo hacer en la historia del español 8493534072, 9788493534073


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Índice
Presentación
Introducción
Capítulo 1. El verbo hacer entre los siglos VIII y XII. Del latín al español
1. Consideraciones iniciales acerca del corpus
2. El verbo hacer en el conjunto del corpus
3. El verbo hacer como verbo pleno
4. El verbo hacer como verbo de apoyo
4.1. Algunas cuestiones previas sobre el concepto «construcción con verbo de apoyo»
4.2. Algunas peculiaridades del verbo hacer como verbo de apoyo
4.3. Hacer como verbo de apoyo entre los siglos VIII y XII
4.3.1. Hacer como verbo de apoyo de acción
4.3.2. Hacer como verbo de apoyo de estado
Capítulo 2. El verbo hacer en el s. XIII
1. Algunas reflexiones acerca del corpus
2. El verbo hacer como verbo pleno
3. El verbo hacer como verbo de apoyo
3.1. Hacer como verbo de apoyo de estado
3.2. Hacer como verbo de apoyo de acontecimiento
3.3. Hacer como verbo de apoyo de sustantivos predicativos inacusativos
3.4. Hacer como verbo de apoyo de acción
Capítulo 3. El verbo hacer en el ocaso de la Edad Media. Ss. XIV y XV
1. El corpus
2. El verbo hacer como verbo pleno
3. El verbo hacer como verbo de apoyo
Capítulo 4. El verbo hacer en los siglos de oro. Los siglos XVI y XVII
1. Peculiaridades del corpus
2. El verbo hacer como verbo pleno
3. El verbo hacer como verbo de apoyo
3.1. Verbo de apoyo de acontecimiento
3.2. Hacer como verbo de apoyo de acción
Capítulo 5. El verbo hacer en los periodos moderno y contemporáneo
1. Las relaciones con el corpus
2. El verbo hacer como verbo pleno
3. El verbo hacer como verbo de apoyo
Conclusión
Referencias bibliográficas
Apéndice
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¿Qué hacíamos y qué hacemos? : el verbo hacer en la historia del español
 8493534072, 9788493534073

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¿QUÉ HACÍAMOS Y QUÉ HACEMOS? EL VERBO HACER EN LA HISTORIA DEL ESPAÑOL

INSTITUTO HISTORIA DE LA LENGUA director José A. Pascual serie básica 2

CONSEJO CIENTÍFICO DEL CILENGUA El Director de la Real Academia Española, Prof. Víctor García de la Concha, presidente Prof. Michel Banniard, Université de Toulouse-Le Mirail Prof. Roger Chartier, EHESS & Collège de France Prof. Alan Deyermond, University of London Prof. José Ángel García de Cortázar, Universidad de Cantabria Prof. Francisco Gimeno, Universidad de Valencia Dra. María Luisa López-Vidriero, Directora de la Real Biblioteca Prof. Carlo Ossola, Collège de France El Director del Dpto. de Filología Española de la Universidad de La Rioja, Prof. Jorge Fernández El Director del Instituto de Historia de la Lengua del Cilengua, Prof. José Antonio Pascual El Director del Instituto Biblioteca Hispánica del Cilengua, Prof. Pedro M. Cátedra El Director del Instituto Orígenes del Español del Cilengua, Prof. Claudio García Turza El Secretario del Consejo Científico, Prof. Gonzalo Capellán

RAFAEL GARCÍA PÉREZ ---------

¿QUÉ HACÍAMOS Y QUÉ HACEMOS? EL VERBO HACER EN LA HISTORIA DEL ESPAÑOL

SAN MILLÁN DE LA COGOLLA

2007

© Instituto Historia de la Lengua del Cilengua © Rafael García Pérez I.S.B.N.: 978-84-935340-7-3 D.L.: S. 1.234-2007 Compuesto e impreso en Imprenta Kadmos (Salamanca)

ÍNDICE PRESENTACIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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INTRODUCCIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

15

CAPÍTULO 1. EL VERBO HACER ENTRE LOS SIGLOS VIII-XII. DEL LATÍN AL ESPAÑOL

1. 2. 3. 4.

Consideraciones iniciales acerca del corpus . . . . . . . El verbo hacer en el conjunto del corpus. . . . . . . . . . . Hacer como verbo pleno . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Hacer como verbo de apoyo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4.1. Algunas cuestiones previas sobre el concepto «construcción con verbo de apoyo» . . . . . . . . . . . . 4.2. Algunas peculiaridades de hacer como verbo de apoyo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4.3. Hacer como verbo de apoyo entre los siglos VIII y XII . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4.3.1. Hacer como verbo de apoyo de acción . . 4.3.2. Hacer como verbo de apoyo de estado . .

19 23 25 45 46 49 54 54 121

7

ÍNDICE

CAPÍTULO 2. EL VERBO HACER EN EL S. XIII

1. Algunas reflexiones acerca del corpus. . . . . . . . . . . . . . 2. Hacer como verbo pleno . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3. Hacer como verbo de apoyo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3.1. Hacer como verbo de apoyo de estado . . . . . . . . . 3.2. Hacer como verbo de apoyo de acontecimiento . . 3.3. Hacer como verbo de apoyo de sustantivos predicativos inacusativos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3.4. Hacer como verbo de apoyo de acción . . . . . . . . .

129 133 155 155 158 166 170

CAPÍTULO 3. EL VERBO HACER EN EL OCASO DE LA EDAD MEDIA: SS. XIV Y XV

1. El corpus . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2. Hacer como verbo pleno . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3. Hacer como verbo de apoyo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

219 221 236

CAPÍTULO 4. EL VERBO HACER EN LOS SIGLOS DE ORO: LOS SIGLOS XVI Y XVII

1. Peculiaridades del corpus . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2. Hacer como verbo pleno . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3. Hacer como verbo de apoyo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3.1. Hacer como verbo de apoyo de acontecimiento. . . 3.2. Hacer como verbo de apoyo de acción . . . . . . . .

8

259 261 282 282 283

ÍNDICE

CAPÍTULO 5. EL VERBO HACER EN LOS PERIODOS MODERNO Y CONTEMPORÁNEO

1. Las relaciones con el corpus . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2. Hacer como verbo pleno . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3. Hacer como verbo de apoyo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

291 293 298

CONCLUSIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

305

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

309

APÉNDICE. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

313

9

PRESENTACIÓN

E

STE ES UN LIBRO intencionadamente

apresurado; escrito a vuelapluma, entre tareas docentes y de gestión universitaria, mientras se ponía a la vez en marcha el Nuevo diccionario histórico de la Real Academia Española. Se trata en su origen de un informe que encargué a Rafael García, pensado en que sirviera para organizar un grupo de verbos que mantienen una determinada relación semántica y combinatoria. Aquel objetivo se desbordó hasta convertirse en una investigación aplicada, por medio de la cual se explica, mejor que por mil estudios teóricos, cómo podríamos trabajar en este ámbito tan complejo como es un diccionario histórico, aplicando a esta obra los métodos de la Sintaxis, de la Semántica y de la Filología. Y no he de ocultar que me llena de ánimo haber aprendido de estas sabias páginas sobre el verbo hacer que los pasos que ha de dar ese ser especial que tendría que reunir la condición de lexicógrafo, filólogo y lingüista, para contribuir con otros muchos colegas a levantar el edificio de un diccionario histórico, no tienen por qué consistir en decisiones heroicas como las que se habían de afrontar en el pasado en la confección de cualquier obra lexicográfica, como si cada una de ellas se tratara de la primera o de la última que habría que tomar. Para que vea ahora la luz este libro, ha tenido el profesor García Pérez que conformarse con desprenderse de él en ese

11

PRESENTACIÓN

momento en que un autor espera poder disfrutar del placer de detenerse unos cuantos meses para revisarlo con esmero. Con ello, presentará a la crítica, sin duda, más puntos débiles de los que hubiera ofrecido de haber podido hacer esa revisión; pero en este, como en cualquier otro trabajo de investigación básica, la rapidez en la presentación de los resultados, por más que hayan de ser provisionales, facilita notablemente su aprovechamiento. He de agradecerle, por todo esto, a mi sabio discípulo que haya tenido la generosidad de haberme permitido que le arrebatase su texto y lo entregase a la imprenta en estas condiciones. Con todo, el edificio que se ha levantado a lo largo de todas estas páginas aúna la intuición del lingüista con el refinamiento del filólogo y, así, a pesar de la urgencia con que se ha construido, no solo nos orienta sobre los esquemas esenciales que podrían aplicarse a una estructura tan compleja como la del diccionario, sino que, saliéndose a menudo de los estrechos cauces de la Lexicografía, se adentra por los atractivos dominios filológicos para hacernos entender cómo el Derecho Romano, por ejemplo, constituye la fuente de algunos de nuestros usos lingüísticos, o cómo ciertos datos que parecen aislados pueden adquirir especial relieve cuando se los contempla junto a otros. El camino que ha tenido que recorrer el autor del libro ha sido angosto y abrupto. Frente a la vía cómoda, que hubiera consistido en tomar como base algunos sustantivos especialmente manejables, ha aceptado internarse, asumiendo el riesgo de ofrecer soluciones menos rotundas, por el grupo de palabras más problemático de nuestro vocabulario: los verbos. Y, dentro de ellos, hacer, que a más de uno, antes de empezar,

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PRESENTACIÓN

le habría abrumado con su amplitud semántica y su permanencia a lo largo de toda la historia de nuestra lengua. A algunas de las dificultades con que ha tenido que enfrentarse se refiere él mismo a lo largo de este trabajo, consciente de que condicionaban los resultados obtenidos. Así, tratando de desbrozar este terreno enmarañado de los significados y usos del verbo hacer, ha partido del CORDE que, si ha supuesto, como tantos investigadores han venido poniendo de manifiesto, una ayuda inestimable en el estudio de la lengua del pasado, no se puede negar que está ligeramente escorado hacia el ámbito jurídico; lo que ha forzado muchas veces la realidad lingüística en esa dirección. Con un corpus más equilibrado, se habría podido fijar mejor la extensión de algunos significados e incluso descubrir algún otro, más propio de la lengua general. Pero el que las circunstancias sean estas no merma en absoluto la calidad de sus propuestas ni el rigor de su planteamiento general ni mucho menos la utilidad de sus conclusiones. Vayamos, pues, a lo que me interesa destacar y que ya he apuntado más arriba. El libro de Rafael García Pérez resulta imprescindible para la confección de un diccionario histórico, porque, en su recorrido por la evolución de los significados y usos del verbo hacer, plantea algunas de las bases teóricas fundamentales con que hemos de contar. Se ha sabido mostrar en esta obra cómo las conexiones entre los vocablos, en su sentido más amplio, y sus combinaciones en el discurso resultan esenciales para entender la evolución semántica de cualquier término. Hacer, en cuanto verbo pleno, ha experimentado muchas transformaciones que pueden predicarse también de otros verbos dotados de las mismas características sintáctico-semánticas. A lo largo del libro, se han establecido

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PRESENTACIÓN

relaciones esenciales entre muchos de sus significados y algunas clases verbales estudiadas por la Gramática; con lo que –y esto es especialmente novedoso– se nos proporciona un mapa de algunas importantes reestructuraciones en el conjunto de la lengua cuando se producen los cambios. Así, no se limita el autor a informarnos de las reducciones o extensiones de los significados del verbo hacer, sino que especifica en qué medida sus transformaciones afectan a otras palabras o vienen determinadas por ellas. Especialmente interesante es su análisis en cuanto verbo de apoyo, porque nos advierte de cómo su evolución está íntimamente ligada a los sustantivos predicativos con los que se combina y nos revela, también aquí, la necesidad de contar con el resto del léxico; como nos convence, consiguientemente, de la necesidad de que ese léxico se clasifique debidamente antes de recurrir a él. En este momento en que empiezan tantas cosas, además del Nuevo diccionario histórico de la lengua española, no deja de ser significativo que haya querido nuestro joven centro de investigación Cilengua amparar la publicación de este libro, como uno de los primeros de esa colección con la que se pretende servir de apoyo a la difusión de los resultados científicos obtenidos en las áreas de trabajo de su también joven Instituto de Historia de la Lengua. Por ello, junto al entusiasmo que siento ante estos prometedores comienzos se une mi profunda gratitud para con la Fundación San Millán de la Cogolla, capaz de entender y respaldar decididamente estos esfuerzos. José A. Pascual

14

INTRODUCCIÓN

P

alturas un diccionario histórico resulta imprescindible contar con trabajos teóricos que ayuden a resolver las dificultades planteadas por la evolución semántica de las palabras, en un campo en que no abundan los estudios encaminados a proporcionar una idea global sobre cómo organizar los significados y cómo relacionar entre sí sus procesos de cambio. Precisamente este libro trata de desbrozar algunos problemas que se nos presentan a los lexicógrafos en este dudoso terreno del cambio léxico, y se ha hecho escogiendo como banco de pruebas, de entre todas las posibles palabras, el verbo hacer, uno de los más ricos, problemáticos e interesantes; no solo por su gran antigüedad, sino también por su amplia extensión semántica, que permite ponerlo en contacto con una gran cantidad de otros verbos diferentes e incluso con otras categorías gramaticales en principio menos afines, como sustantivos o adjetivos, con los que se combina. En ese sentido, su análisis se ha revelado especialmente relevante para mostrar y entender cómo han entrado en competencia unas cuantas palabras a lo largo del tiempo y cómo han ido, en consecuencia, reestructurándose sus diversos significados. Para este estudio se ha contado con el corpus histórico de la Real Academia Española (CORDE) que, si no siempre resulta el más adecuado para atestiguar la antigüedad de un ARA REALIZAR A ESTAS

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INTRODUCCIÓN

significado o un uso determinado ni garantiza la exactitud en cuanto a su difusión en la lengua general, tiene otras indudables virtudes, como su facilidad de acceso y manejo; gracias a él es posible dibujar más cómodamente planos generales de la distribución semántica de las palabras, así como descubrir los principales procesos de convergencia con otras unidades léxicas y plantear los cambios más importantes que han experimentado a lo largo de la historia. Es indudable que, con otro corpus más equilibrado, se habría llegado a resultados más precisos, pero el tiempo invertido en elaborarlo habría sido demasiado grande. El libro está dividido en varios capítulos que enmarcan, a su vez, etapas cronológicas relevantes de la historia de nuestra lengua. Estas etapas se han establecido ad hoc, a partir de la propia evolución del verbo hacer, y son tan arbitrarias como cualquier otra que hubiera podido imaginarse. La primera corresponde a lo que tradicionalmente se ha llamado «orígenes del español» y pretende abarcar desde los primeros testimonios en romance (aun cuando todavía resulte difícil separarlos de los puramente latinos) hasta finales del siglo XII , momento en que los textos pueden empezar a considerarse definitivamente escritos en nuestra lengua. La idea es presentar aquellos sentidos y usos que pasan directamente del latín medieval al castellano o que se han originado en ese periodo resbaladizo en que este, como lengua escrita, aún se está gestando. La etapa siguiente y, en consecuencia, el capítulo 2, se refiere al siglo XIII , especialmente rico desde el punto de vista de la extensión semántica del verbo hacer. El capítulo 3 abarca los siglos XIV y XV. Los Siglos de Oro quedan agrupados, por su parte, en el capítulo 4. En cuanto a la época moderna (siglos XVIII ,

16

INTRODUCCIÓN

y XX), es objeto de estudio en el capítulo 5. La diferente extensión de estos capítulos es consecuencia del mayor o menor número de cambios en los significados o en los procesos de combinación léxica a los que asistimos en cada época. Como se desprende de la lectura del propio texto, la mayor parte de la estructura semántica del verbo hacer había quedado configurada en las etapas más antiguas del español (siglos XII y XIII), de modo que no es una casualidad si se ve notablemente reducida a medida que nos aproximamos a la era contemporánea. Este estudio del verbo hacer no pretende ser exhaustivo. De hecho, no adopta la estructura de un diccionario, sino que, como se ha señalado antes, busca presentar las líneas más importantes de la evolución semántica del verbo con intención de marcar las pautas para un mejor tratamiento del léxico. Por tanto, me he centrado en los usos que pueden considerarse libres y que han experimentado procesos de cambio más amplios. Como se podrá apreciar, cada capítulo se subdivide en dos partes bien diferenciadas. La primera corresponde al uso de hacer como verbo pleno; en ese sentido, su descripción ha podido organizarse, sin demasiados problemas, en significados generales. La segunda parte muestra su empleo como verbo de apoyo, con menor contenido semántico y sometido a limitaciones más importantes desde el punto de vista sintáctico. Para su seguimiento, ha sido forzoso establecer una clasificación provisional de los sustantivos predicativos y, en su caso, de los adjetivos que lo seleccionan. Han quedado fuera, por el contrario, todas las «expresiones fijas», es decir, aquellas combinaciones entre el verbo hacer y otras palabras que no admiten ningún tipo de transformación sintáctica y que han desarrollado significados no deduciXIX

17

INTRODUCCIÓN

bles directamente de la suma de sus significados individuales. Aunque es evidente que la fraseología (o, mejor aún, su proceso de su constitución), forma parte también de la evolución de las palabras y, en consecuencia, de un diccionario histórico, también es cierto que evoluciona de un modo excesivamente particular en cada caso, hasta el punto de que las nuevas realidades semánticas, resultado de la fijación de los componentes, pueden alejarse notablemente del origen y funcionar de modo totalmente aislado, lo que supone un distanciamiento respecto a los grandes procesos y las grandes líneas de cambio compartidas. Ahora, al echar la vista atrás no me parece que el camino recorrido para organizar este estudio histórico del verbo hacer haya sido sencillo ni fácil; pero tengo la impresión de que en esta andadura he cumplido –al modo como a José Antonio Pascual le gusta decirlo– el precepto de Sherlock Holmes de no tratar de retorcer los ejemplos para adaptarlos a mis ideas, sino de haber cambiado algunos de mis prejuicios gracias a la realidad de los hechos.

18

CAPÍTULO

1

EL VERBO HACER ENTRE LOS SIGLOS VIII Y XII. DEL LATÍN AL ESPAÑOL 1.

CONSIDERACIONES INICIALES ACERCA DEL CORPUS

T

RATAR DE REMONTARSE a los orígenes del español para estudiar, con la mayor fidelidad posible, la historia de las palabras sería una pretensión vana si no tuviéramos presentes algunas limitaciones y no fuéramos lo suficientemente humildes como para reconocer que, por el momento, solo podemos aventurarnos a tientas por esa oscura etapa en que los textos escritos empiezan a dejar las formas y construcciones latinas y a acoger, cada vez más, elementos lingüísticos romances. Uno de los problemas más graves, sin duda, lo constituye la necesidad que tienen los investigadores de extraer sus conclusiones, exclusivamente, de un corpus textual sometido a importantes y, en muchos casos, insalvables restricciones. Una de ellas tiene que ver con la cantidad de los documentos conservados. Es evidente que, frente a épocas posteriores, los textos fechados entre los siglos VIII y XII no son excesivamente numerosos, lo que reduce las posibilidades de encontrar contextos significativos que nos ayuden a delimitar el uso de las palabras1.

1.

Si tomamos como referencia el corpus diacrónico de la Real Academia Española de la Lengua (CORDE en adelante), nos percatamos de que, proporcio-

19

CAPÍTULO PRIMERO

El sustantivo fedabiso, por ejemplo, que se define en el Léxico hispánico primitivo, 2003, como «conversación fea o deshonesta», ha llegado hasta nosotros gracias a las glosas silenses, como traducción de un término latino, turpiloquium, que el copista no llega a entender. Es evidente que de semejante contexto no puede extraerse la información suficiente para determinar la difusión de este sustantivo en la lengua medieval ni puede deducirse, con el rigor que sería deseable, su posible combinación con otras unidades léxicas.

Hay casos en que la datación de los documentos resulta especialmente problemática. Así sucede con textos de especial relevancia para el castellano, como el Cantar de Mío Cid, por ejemplo, que podría situarse en el s. XII o en el s. XIII dependiendo de la hipótesis filológica asumida por el investigador. Esta falta de exactitud en la fecha supone poder ampliar o restringir, con igual autoridad, el corpus con el que contamos para una época determinada y adelantar o retrasar ciertas innovaciones lingüísticas. En algunas ocasiones, incluso, puede llevarnos a plantear teorías sobre la evolución de los significados bastante diferentes2. Una segunda restricción, complementaria de la primera, se refiere a la representatividad de los documentos constitutivos

2.

20

nalmente, los datos léxicos pertenecientes a la etapa comprendida entre los siglos VIII y XII ocupan un espacio más que reducido: un 0,5%, aproximadamente, del conjunto del corpus. Todos los ejemplos recogidos en este libro, salvo especificación en contrario, proceden del CORDE. Naturalmente, un corpus histórico bien organizado y, sobre todo, un diccionario histórico, podría contribuir decisivamente a resolver problemas de datación como el que acabo de señalar.

EL VERBO HACER ENTRE LOS SIGLOS VIII Y XII

del corpus. La gran mayoría son textos de carácter formulario, sobre todo actas notariales, que plasman por escrito negocios jurídicos de especial relevancia para la época, como donaciones, cartas de venta, concesiones de privilegios, etc. Se trata de escritos reiterativos, redactados en un lenguaje estereotipado en el que abundan las construcciones fraseológicas y un léxico pobre y redundante, reproducido con escasas variaciones a lo largo del tiempo. En ese sentido, no es de extrañar que palabras como signum, utilizada de manera sistemática al final de los documentos como referencia al signo de la cruz, o carta, como hiperónimo de lo que, en la actualidad, denominaríamos documento jurídico, tengan una excesiva representación y ocupen un espacio valiosísimo que muy bien podría haber rellenado otro tipo de términos. Por otro lado, la integración de muchas palabras en párrafos de idéntica estructura, a veces tomados de un modelo común, hace además que pierdan utilidad en muchos casos, pues aparecen constantemente dotadas de la misma función sintáctica y combinadas del mismo modo. Un ejemplo claro podría ser el final formulario de muchos documentos notariales, como el siguiente: Facta carta donationis et confirmationis in era nongentesima sexagesima secunda, nonas Septembris, regnante Domino nostro Jhesu Christo et sub eius imperio ego Garsea Sancionis rex una cum, matre mea Tota regina in Naiera et in Pampilona. Ego enim Garsea rex, que hanc paginam fieri iussi, manu mea signum + inieci et confirmavi. Similiter ego Tota regina manu propria signum + inieci et confirmavi, et testibus ad roborandum inieci. Bivas episcopus confirmans, Oriolus episcopus confirmans, Tudemirus episcopus confirmans, Maurellus abba confirmans, Gundisalbus comes confirmans, Ranimirus comes

21

CAPÍTULO PRIMERO

confirmans, Didacus comes confirmans, Furtunius dux confirmans, Eximinus Vigilanis confirmans, Lope Garsei confirmans, Furtunius Garseanis confirmans, Gomessanus, maiordomus, confirmans, Sisebutus presbiter scripsit et confirmat.

Aunque no todos los textos del corpus son documentos jurídicos, lo cierto es que el resto de ámbitos se recoge en proporción mucho menor y suele limitarse a algunas obras historiográficas y escasos textos literarios, preferentemente poéticos3. Esta escasez de las fuentes y, sobre todo, la excesiva abundancia de documentos pertenecientes al mismo campo de especialidad ocultan una parte importante de los datos y afectan a la idea que podemos hacernos del origen de nuestro léxico. Esto no quiere decir que tengamos que dejarnos vencer por el derrotismo y renunciemos a describir esos momentos iniciales en que las palabras inician su andadura por la historia de la lengua; tan solo nos advierte de que, a pesar de nuestro empeño, los resultados serán necesariamente fragmentarios y, en muchos casos, discutibles. Pero el hecho mismo de tomar conciencia de las dificultades constituye ya un punto de partida para tratar de sacar el máximo provecho del análisis desde la perspectiva de la situación actual del léxico español. Es evidente que los usos conservados, por limitados que sean, nos permiten trazar un plano orientador de los significados más importantes de las palabras y determinar en qué medida están ya presentes en el origen ciertos elementos que habrán de desarrollarse más adelante con especial profusión. 3.

22

En el CORDE, los documentos notariales ocupan más de un 90% del total de los textos fechados entre los siglos VIII y XII que conforman el corpus.

EL VERBO HACER ENTRE LOS SIGLOS VIII Y XII

2.

EL VERBO HACER EN EL CONJUNTO DEL CORPUS

Bastantes de los significados del verbo hacer en este período histórico entroncan directamente con el latín. La gran dificultad con que nos encontramos es, sin duda, la de discriminar entre los usos puramente latinos y los nuevos usos romances. En la mayor parte de los casos, aun cuando pudiéramos presuponer una evolución fonética, los textos nos muestran formas idénticas a las del latín y, por lo tanto, la selección de los posibles contenidos romances o prerromances requiere un estudio en profundidad de cada una de las ocurrencias. Gran parte de las hipótesis quedaría avalada por la continuidad de los significados en los inicios del s. XIII. Desde el momento en que un sentido determinado se mantiene, y no se perciben lagunas importantes en la transición de las formas latinas o latinizantes a las formas ya claramente identificables como romances, podemos suponer, con un alto grado de fiabilidad, que ese sentido superaba el marco de los textos cultos escritos durante la etapa precedente. Esta hipótesis se hace extensible, de hecho, también al léxico, pues resulta necesario, según hemos expuesto más arriba, tener en cuenta las demás unidades con las que se combina el verbo hacer, sus sinónimos y antónimos, e incluso otros miembros emparentados con él genéticamente. No hay duda de que muchas formas recogidas en los textos anteriores al s. XIII son variantes cultas y, en muchos casos, puramente latinas de otras palabras romances que, omitidas hasta el momento por el prestigio de la «lengua madre», tienden a aflorar en los primeros documentos castellanos. Un ejemplo lo tenemos en el verbo latino construere, que se recoge desde los documentos más antiguos, concretamente desde

23

CAPÍTULO PRIMERO

el s. IX. Puesto que de él se deriva directamente el castellano construir, podríamos tener la tentación de deducir que ya existía en el español primitivo. Pero precisamente el hecho de que no encontremos rastro de él entre el s. XIII y gran parte del s. XIV pone de manifiesto que se trata de un término utilizado únicamente cuando se tenía conciencia de estar escribiendo en latín, no en romance, y que solo tardíamente (los primeros ejemplos aparecen en el s. XIV, si bien se extiende a partir del s. XV) se introdujo como cultismo en el español.

La imposibilidad de decidir si un determinado significado es únicamente latino (aun cuando pudiera clasificarse como latino altomedieval) o ya una primera muestra de nuestro castellano primitivo no es ninguna exageración. El posible uso del verbo hacer como intransitivo, con el significado genérico que tenía en latín clásico de ‘obrar, conducirse’4, lo deduce el Léxico hispánico primitivo, 2003, de un ejemplo tomado de las glosas emilianenses en que el copista traduce otro verbo menos conocido: gerere. Sin que sea posible negar esta posibilidad, la falta de otros ejemplos que corroboren esta hipótesis hace que, por el momento, nos planteemos la duda de si la traducción constituye aquí un testimonio infalible. Lo mismo ocurre con el significado de edificar como ‘formar o crear’, que parece desprenderse de un ejemplo del año 1034 de los documentos de Sahagún y que no volvemos a encontrar posteriormente. 4.

24

Como, por ejemplo, en el siguiente pasaje del De amicitia de Cicerón: «Tu autem, Fanni, quod mihi tantum tribui dicis quantum ego nec adgnosco nec postulo, facis amice». (De senectute, De amicitia, De divinatione, The Loeb Classical Library, Cambridge-Massachusetts: Harvard University Press, 1979, pág. 166).

EL VERBO HACER ENTRE LOS SIGLOS VIII Y XII

…et uenit dominus per nocte et tuli una costa de costibus […] et de ista costa inde ediuigabit dominus mulierem.

Entra dentro de lo razonable, por tanto, considerar que, por las características del corpus con que nos enfrentamos, algunas cuestiones puedan quedar sin respuesta inmediata. No parece absurdo, pensando en la confección de un diccionario histórico, crear un apartado especial que recoja estas cuestiones problemáticas, en espera de que la investigación filológica, en un futuro, llegue a resolverlas. La importancia de este apartado, denominado «formas de interés filológico», ya se puso de manifiesto en José Antonio Pascual y Rafael García Pérez, 2006. 3.

EL VERBO HACER COMO VERBO PLENO5

3.1. El primero de los significados6 , que configuraría una línea semántica cuya paráfrasis definitoria podría ser ‘producir una nueva realidad inanimada y material’, es una continuación del antiguo facere latino. Se combina, en ese sentido, con un número de sustantivos bastante amplio que denotan entes inanimados del mundo físico. En el corpus aparecen, concretamente: casa, molino, basílica, puente, caballeriza, vía,

5.

6.

Utilizo aquí el término verbo pleno en un sentido amplio por oposición a verbo de apoyo. Incluyo, pues, tanto los verbos predicativos u operadores básicos como los operadores de segundo orden, que son predicados capaces de seleccionar argumentos oracionales. Para el concepto de operador vid., por ejemplo, Maurice Gross, 1981, y, más recientemente, Gaston Gross, 2005. Se trata de significados o sentidos en general; me refiero, por tanto, a líneas semánticas homogéneas que a veces podrían agrupar más de una acepción en sentido estricto.

25

CAPÍTULO PRIMERO

carrera, cauce, camino, sendero, carro, ballesta, máquina, etc7. Así dice, por ejemplo, el Fuero de Soria (1196): Todo aquel que cauze ffiziere, faga quantos molinos pudiere en el mayor lugar que el escogiere.

Naturalmente, este significado, como en la actualidad, presenta una ambigüedad que no afecta a la descripción semántica del verbo, pero que puede revelarse contextualmente en algunos casos. Me estoy refiriendo, claro está, a la posible interpretación causativa, según la cual el sujeto del verbo hacer no sería realmente el agente de la acción, sino su instigador. Ese mismo sentido causativo existía ya en el propio latín clásico, como se desprende del siguiente ejemplo de la Historia Augusta8 : Sed ubi primum ingressus est urbem, omissis quae in provincia gerebantur, Heliogabalum in Palatino monte iuxta aedes imperatorias consecravit eique templum fecit, studens et Matris typum et Vestae ignem et Palladium et ancilia et omnia Romanis veneranda in illud transferre templum et id agens, ne quis Romae deus nisi Heliogabalus coleretur. 7.

8.

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Modernizo la escritura por razones de comodidad y coherencia. Debe presuponerse, por supuesto, que la forma léxica que aparece en los textos no sigue siempre las reglas ortográficas actuales. Sirva como ejemplo la palabra vía, que se transcribe en los documentos como uia, uía, via o vía, o la palabra puente, que en estos primeros siglos puede transcribirse como puent o ponte. En adelante, salvo en el caso de copiar párrafos completos de los textos, modernizaré sistemáticamente la ortografía de los vocablos cuando los utilice como referencia. Siglo IV. Edición on-line de Intratext Library: http//www.intratext.com.

EL VERBO HACER ENTRE LOS SIGLOS VIII Y XII

Esta ambigüedad es propia de muchísimas más lenguas9. Para que verdaderamente se produzca la doble interpretación, tanto en el castellano primitivo como en el actual, es necesario que el verbo hacer se combine con sustantivos de denotan grandes obras de ingeniería u obras de cierta dificultad en las que lo más frecuente es suponer la participación de todo un equipo. Cuanto menor sea la complejidad del trabajo, menos fácil resultará recurrir a la interpretación causativa. Véase la imposibilidad de dar un sentido causativo a la oración b., recogida a continuación: a. Juan hizo una casa junto al río. b. Juan hizo un pastel.

Lo interesante, desde el punto de vista histórico, es que este significado al que nos estamos refiriendo (producir una nueva realidad material inanimada) lo asume formalmente, en toda su extensión, el verbo hacer. Sus sinónimos se hallan mucho más restringidos semántica o contextualmente. El verbo alzar, por ejemplo, se aplicaba a los edificios o construcciones similares, pero se utilizaba todavía con el sentido de ‘dar altura’.

9.

Al menos de otras lenguas indoeuropeas. En francés, por ejemplo, podría formularse la siguiente oración con el mismo sentido causativo que en español: J’ai fait une maison au bord de la Loire. Lo mismo puede decirse del italiano y de otras lenguas románicas: Ho fatto una casa. Si recurrimos a idiomas más alejados, el resultado es el mismo. En islandés, por ejemplo, una oración como Ég gerði hús við ána se consideraría ambigua del mismo modo que en español. Pongo un ejemplo más del ruso que va en el mismo sentido:

ə ɫɪɚɡɭ, ɤɨɝɞɚ ɞɟɥɚɥ ɞɨɦ, ɡɚɦɨɧɨɥɢɬɢɥ ɬɭɞɚ ɬɪɭɛɤɢ, ɩɨ ɤɨɬɨɪɵɦ ɰɢɪɤɭɥɢɪɭɟɬ ɝɨɪɹɱɚɹ ɜɨɞɚ, ɤɨɝɞɚ ɧɟɨɛɯɨɞɢɦɨ..

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Así, no es de extrañar que aparezca a su lado para expresar un tipo de actividad diferente y complementaria: Qvi quisiere fazer casa en lo ssuyo, fagala y alçela quanto quisiere.

Como variante del verbo hacer puede considerarse casi anecdótica. No obstante, hacia mediados del s. XIII , por consolidación de una previsible extensión metafórica, se convertirá definitivamente en su sinónimo. Un caso particular es el verbo edificar, que aparece bastante temprano en el romance castellano. Se utilizaba, al menos, desde el s. XI (Léxico hispánico primitivo, 2003), aunque, por su escasa evolución fonética, hay que pensar que se trataba de un término reservado al registro culto y, muy probablemente, a los textos escritos. Encontramos algunas variantes que presentan fenómenos de lenición (edivigare, edifigare), si bien a partir del s. XIII se impone la forma puramente latina (edificar). Como el verbo del que se deriva, solía combinarse con sustantivos que designan obras arquitectónicas de gran tamaño. Con las mismas restricciones de selección léxica que edificar, empiezan a aparecer en los textos de este momento fraucar > fraguar y las variantes más latinizantes fabricar, frabricar o fabrigar 10. 10. Baste este ejemplo de 1090: «…quano erit fraucato Sancte Nicolagi, tornelas ad Albaruala, e illa medigatate dera alode de Porcelgas ad sancte Nicolagi engenua». Es difícil determinar aquí si estas restricciones pueden atribuirse al uso lingüístico del momento o a un vacío documental. Señalaré únicamente que ya a partir del s. XIII, estos verbos tienden a presentar menos restricciones y se acercan más al significado amplio de hacer.

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Otro tipo de verbos, como construir, erigir, levantar, confeccionar, elaborar, etc., son muy posteriores. La mayoría son términos cultos, introducidos directamente desde el latín entre los siglos XIV y XV (construir, confeccionar), momento en que crece la actividad universitaria y el interés por el mundo clásico, e incluso mucho más tarde, como simples dobletes de otras voces (erigir11). Otros son términos patrimoniales (como levantar) que, siguiendo el ejemplo de su sinónimo alzar, adoptan a finales de la Edad Media el significado de ‘construir dando altura’. En todos los casos, estas voces actúan como variantes estilísticas de hacer, pero no llegan a disputarle su hegemonía. Su supervivencia, por el contrario, quedó amenazada por su escasa diferenciación semántica. Su mantenimiento en el conjunto del léxico es el resultado de un proceso de reestructuración paulatino de sus significados. Así, por ejemplo, si edificar conserva en todo momento su sentido preciso de ‘levantar una obra arquitectónica’, fabricar va a dejar de combinarse con los sustantivos que nos remiten a la idea de ‘edificación’ y pasará a seleccionar, sobre todo, aquellos que se refieren a objetos (más adelante incluso se entenderá como ‘construir objetos por medios mecánicos’), mientras que fraguar, ocupará el espacio de significado correspondiente a ‘trabajar los metales’ o confeccionar se aplicará preferentemente a las prendas de vestir. Este proceso de especialización en la selección de los grupos de sustantivos, lleva incluso a que otros verbos menos evidentes en su relación con hacer desde el punto de vista semántico-etimológico lleguen a adquirir también su significado en 11. Vid. a este respecto el DECH.

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contextos muy particulares. Es lo que sucede, por ejemplo, con trazar (de tractiare, ‘trazar una línea’) que, como consecuencia de una asociación metafórica, pasará a seleccionar un grupo de sustantivos que denotan vías de comunicación (trazar una carretera)12. En cuanto al verbo hacer, mantiene con fuerza su significado genérico –con su doble interpretación (causativa y no causativa)– hasta la actualidad, a pesar de que existe la idea de que su uso frecuente, tras el proceso de especialización de la mayor parte de sus sinónimos parciales, implica una cierta pobreza léxica. Es interesante destacar aquí que, como antónimode hacer, el verbo más utilizado era destruir. Contrariamente a lo sucedido con construir, término culto y latinizante introducido tardíamente, destruir pasará desde el s. XII al castellano con la idea, precisamente, de ‘hacer desaparecer una cosa material’, como se puede apreciar en los dos ejemplos siguientes: Estonç uino Nabuchodonosor a tierra de Iherusalem, & exie ad el Ioachim e so madre. E priso lo el rei Nabuchodonosor, e desbarato toda la cibdath e destruiela; et abatie toda la huebra que fizo el rei Salamon en el temple e leuo end todo lo quel plogo… et Misac et Abdenago los que miso en la fornaz… Pueblas que de nueuo fueren fechas enel termjno el conçeio non queriendo, non ssean estables, & destruyan las sin calonna njnguna (1196). 12. Aunque no me corresponde, en este momento, seguir la evolución detallada de estos verbos, me ha parecido conveniente dejar apuntadas sus estrechas conexiones con el verbo hacer, pues su desarrollo puede resultar de utilidad en el marco del futuro diccionario histórico del español.

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El verbo deshacer, formado directamente sobre la base latina facere ya en el período del latín tardío, tiene también una abundante representación en los textos. No obstante, con este significado de ‘hacer desaparecer una cosa material’ se utiliza menos frecuentemente que con el sentido abstracto al que tendremos ocasión de referirnos más adelante. …illas casas et illas bardas non desfacatis (1095).

3.2. También el verbo hacer, como prolongación del sentido que el facere latino había desarrollado especialmente en el Bajo Imperio, tenía el significado de ‘producir una nueva realidad de la nada’. …non habeat partem in Deum vivum et verum, qui fecit coelum et terram, mare et omnia, quae in eis sunt… (1131).

Conviene señalar, a este respecto, que en los textos conservados no disponemos de otros ejemplos que aquellos en los que se alude a la creación divina. Los antecedentes se remontan a los primeros tiempos del cristianismo, y su difusión queda garantizada tras su plasmación en la Biblia Vulgata (383): Deus qui fecit mundum et omnia quae in eo sunt hic caeli et terrae… (Ap. 17:24).

El latín clásico disponía de otro verbo, creare, que podía tener este significado (producir una nueva realidad de la

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nada)13 y que, lógicamente, se aplicó de inmediato al proceso de formación del mundo desde un punto de vista cristiano. Una consecuencia de esta transformación en el propio latín afectó al sustantivo creatio, derivado de creare que, especializado desde muy antiguo con los sentidos de ‘nombramiento o elección’, pasó a denotar también la idea religiosa de ‘creación’. Sabemos que este verbo, creare, se difundió por el latín de la Alta Edad Media y, no demasiado tarde, por el castellano, si bien como variante culta de hacer, en competencia constante con el término patrimonial criar, que había evolucionado, en principio, hacia el significado de ‘alimentar y educar’14. En todo caso, los verbos hacer y crear se usaron como sinónimos, indistintamente, desde los primeros tiempos del cristianismo, y en ningún momento llegaron a entrar en conflicto. Se han mantenido sin cambios a lo largo de la historia del español y, en la actualidad, siguen vigentes. 13. Como se desprende, por ejemplo, de estos versos de Las metamorfosis de Ovidio (I, 432 y ss.): «…vapor umidus omnes / res creat, et discors concordia fetibus apta est. / ergo ubi diluvio tellus lutulenta recenti / solibus aetheriis altoque recanduit aestu, / edidit innumeras species; partimque figuras / rettulit antiquas, partim nova monstra creavit». (Ovidio, Metamorphoses, The Loeb Classical Library, Cambridge-Massachusetts: Harvard University Press, 1984). 14. Crear y criar confluían a menudo en la forma patrimonial criar, ya que esta había tenido una mayor tradición y todavía se percibía la relación etimológica. La evolución temprana del creare latino hacia el criar del castellano puede apreciarse, por ejemplo, en este fragmento de la Crónica albeldense: «…cui rex filium suum Ordonium ad creandum dederat…» del año 883. Durante mucho tiempo se mantuvo una pugna por separar los dos significados en dos formas léxicas distintas, y solo en fechas relativamente recientes llegará la solución definitiva (todavía el Diccionario de Autoridades estimaba que los dos vocablos eran sinónimos).

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3.3. Uno de los significados que no encontramos en el latín (ni siquiera en el medieval) y que está ligado a la idea de ‘producir’ presente en los dos sentidos anteriores es el de ‘engendrar’. Encontramos ejemplos abundantes a partir de finales del s. XII , especialmente en contextos jurídicos en que se penaba el adulterio, como este procedente del Fuero de Soria (1196): …nj a aleuoso, nj a traydor, nj a quien ujo matar su sennor osu padre o ferir o catiuar & nol quiso acorrer assi como podrie, nj a fijo que fiziesse en adulterio nj emparienta ni en mugier de orden…

Parece que se trata de un significado propio del romance, derivado de los anteriores por un probable proceso de metaforización. Tuvo gran éxito a lo largo de la historia, hasta tal punto que se ha conservado hasta la actualidad, aunque con más éxito en el registro coloquial que en el formal. De origen romance es un descendiente semiculto de ingenerare que había empezado a utilizarse en esta época: engendrar 15. Concebir, por su parte, es un verbo del s. XIII que, con sujeto humano (mujer), tuvo especial éxito en el ámbito religioso y que se ha mantenido hasta nuestros días, preferentemente en registros literarios. …et luego que esta benedita fija fue concebida, et el cuerpo en el vientre fué formado et el alma metida en él… (1284).

15. DECH. Vid., como muestra, este ejemplo de La Fazienda de Ultramar: «Pues le fue amonestado del angel e engendro un fijo que ovo nonbre Seth…».

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Otros verbos directamente relacionados con este significado son muy posteriores. Es el caso de procrear, que se toma directamente en el s. XV del latín procreare, o producir, de producere, aun cuando este significado fuera una extensión del etimológico latino, como se puede apreciar en el siguiente ejemplo de las Morales de Ovidio de Alfonso Gómez de Zamora: …asi en uerdat la su muger deessa juno la ujrgen maria produxo un fijo syn padre…

Generar se introduce también a partir del s. XV, pero, lo mismo que sucede en la actualidad, se usó muy raramente con complemento directo humano, a pesar del respaldo de la etimología. La estructura hacer un hijo (a alguien), derivada de la tradicional hacer un hijo, es bastante más tardía. Los primeros ejemplos se remontan al s. XIX. Se trata de una transformación sintáctica, de tipo expresivo y de especial éxito en la lengua coloquial que se ha mantenido hasta nuestros días. …y en el discurso de la conversación la dijo el reo que no la llamaba a la puerta del colegio porque no sospechasen alguna malicia, y que la dicha mujer estaba para causar a cuatro frailes, y el reo estaba todavía para hacerla un hijo, a que ella le retornó otras palabras indecentes, triscando, y aunque pareció que todo lo que la dijo el reo fue triscando y no de veras… (1890).

La extensión de este significado (‘engendrar’) a complementos que designan seres del mundo animal aparece en los textos solo a partir del s. XIII.

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…deue tomar el primero pollo que faze la golondrina en el anno. & pare mientes que sea la luna crescient quandol tomare. & luego que saliere del hueuo deuel abrir por el uientre & fallara y dos pidrizuelas pequennas de sennas colores. (1250).

Resulta complicado determinar aquí si se trata de una estructura sintáctico-semántica tan antigua como la referida a los humanos o más bien de una extensión analógica. En todo caso, no tuvo el mismo éxito que la combinación hacer + hijo. A partir del s. XVI puede considerarse desaparecida. Un verbo de aspecto resultativo, más cercano al significado de parir que de hacer en sentido estricto (haber, después tener16), acabó empleándose, sin embargo, con mayor profusión en muchos de los contextos, pues los hablantes han preferido un punto de vista centrado en el resultado final del proceso. En ese sentido, es frecuente en la actualidad, sobre todo en contextos pocos formales, la construcción perifrástica ir a tener un hijo (María va a tener un hijo, por ejemplo) como equivalente del tradicional hacer. En su forma haber, con ese aspecto resultativo, había empezado a utilizarse ya desde el mismo s. XII. Otra noch, echos la menor con el e ovo ent otro fijo que ovo nombre Amon e es fue padre de los d’ Amon * troa oy. (1200).

Las oraciones con tener superaron muy pronto a las construidas con hacer, fenómeno que, como ya se ha señalado, se ha mantenido hasta la actualidad.

16. Los ejemplos más antiguos con este significado son, exclusivamente, de haber.

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3.4. Vinculado a la idea de ‘producir’ y, más concretamente, al significado de ‘producir una nueva realidad inanimada y material’, también encontramos, como consecuencia de un proceso de extensión semántica, el significado de ‘acuñar’. En este caso el verbo hacer se combina con sustantivos que designan la moneda en general o tipos de moneda en particular. Se trata de una novedad frente al latín. Los primeros ejemplos aparecen en documentos de carácter jurídico: Qvi fiziere mr. en oro falssos, muera por ello, asi como los que fazen falssa moneda. (1196).

Este significado, frente a lo que sucede con los anteriores, no llegará hasta nuestros días. El verbo acuñar, el más extendido en la actualidad, se introduce en el s. XVI y, con gran rapidez, va a ir desplazando a hacer, que terminará por desaparecer definitivamente a finales de ese mismo siglo. El verbo troquelar, de escaso uso, es un término, por el contrario, muy reciente. Aparece a finales del s. XIX, formado a partir de la base sustantiva troquel, de origen desconocido, aunque el DECH ha establecido la hipótesis de que tal vez pudiera tratarse de un cruce entre el catalán trossel y el castellano tórculo. Es necesario aclarar que hacer no era la única forma verbal que había adoptado, hasta el s. XVI (momento en que hizo irrupción en la escena lingüística su sinónimo acuñar), el significado de ‘fabricar y poner en circulación una moneda’. Desde finales del s. XIII, labrar compite con él con denuedo y pervive hasta finales del s. XIX, como se puede comprobar en este ejemplo de la novela histórica Sancho Saldaña de Espronceda:

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Aumentó el valor de la moneda que mandó labrar, siendo de menos peso que la que había corrido basta entonces, lo que, poniendo impedimento en el cambio, fue una de las principales causas del descontento general que se manifestó en su reinado.

3.5. El verbo hacer ya había desarrollado en esta época el sentido causativo que conocemos en la actualidad y que se halla tan extendido en todos los niveles y registros lingüísticos, si bien aún no aparecen todas las formas léxicas del español contemporáneo17. No olvidemos que asistimos al paso del latín al español y, en muchos casos, las estructuras son todavía puramente latinas. Es el caso de la construcción hacer que alguien haga algo que, en este momento, no se ha deshecho aún de la vieja conjunción ut. Para encontrar, de modo definitivo, la conjunción castellana que, seguida de subjuntivo, tenemos que esperar hasta el s. XIII. Si quis uero, instinttu diaboli, predictam molendini partem quam uobis uendimus uoluerit exigere uel extorquere fraudulenter a uobis, nos eum remouebimus a uobis et faciemus ut nichil querat a uobis, ut libere et sine omni contradittione possideatis totum illud quod a nobis emistis in illo molendino (1188).

Más interesante es la evolución sintáctica que ya en el latín tardío había venido experimentando el verbo hacer y que consistía en seleccionar, con sentido causativo, un infinitivo 17. El verbo hacer, con su sentido causativo, se interpreta como un operador o un predicado de segundo orden que seleccionaría argumentos oracionales (vid., por ejemplo, Giry Schneider, 1987, 165-186).

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en lugar de una oración subordinada18. Esta estructura está ampliamente representada en el corpus de los siglos VIII al XII. El verbo hacer podía tener el significado de ‘provocar’, ‘lograr o conseguir’ e incluso ‘obligar’ u ‘ordenar’. Et non faciat exire moro in apellito per forza in guerra de moros, nec de christianos. Et non intret nullus christianus in casa de moro, nec in horto per forza (1115).

La interpretación de estas estructuras sintácticas dependía, como sucede en la actualidad, de numerosos factores contextuales y, a menudo, extralingüísticos, preferentemente relacionados con la situación comunicativa. Esta construcción causativa dio lugar, en algunas ocasiones, a una cierta fijación semántica de los componentes. Ello se produjo, fundamentalmente, en combinaciones léxicas con una alta frecuencia de uso desde la misma aparición de la estructura hacer + infinitivo. Así sucedió, por ejemplo, con hacer saber, ya existente en el s. XII. Su origen se remonta a un facere scire, presente en los textos altomedievales y derivado, por transformación sintáctica, del clásico facere + sub. Tenía el sentido de ‘informar, poner al corriente’. Et si en otra manera las touiere, oyendo el pregon del dia que lo oyere aterçer dia non lo fiziere saber assu duenno, en su 18. Grandgent, 1991, 95. Esta tendencia del latín tardío favorece la preferencia cada vez mayor del castellano medieval por las construcciones de infintivo, hasta el punto de que «la rección de oraciones subordinadas con verbo conjugado en subjuntivo, que era la norma en latín para facio, se vuelve muy escasa, casi nula, en español medieval con el verbo fazer». Milagros Alfonso, 2006, 1029.

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voluntad ssea del sennor de la cosa perdida degelo demandar por rrazon de fallado o por ffurto (1196).

La construcción causativa no se limitó, sin embargo, a la combinación del verbo hacer con un infinitivo. Se extendió también a las estructuras con adjetivo predicativo, que no eran totalmente desconocidas en latín clásico. En los textos escritos entre los ss. VIII-XII existía, en muchas ocasiones, una conexión entre los adjetivos y los verbos seleccionados. Es el caso de sabedor < saber o de partícipe < participar. La relación semántica que se establecía entre ellos era la misma. Hacer a alguien sabedor o partícipe era una construcción sinónima de hacer a alguien saber o participar. Et si superregero fecerit sabidor a suo casero et non ubiaret aplazto, peitet LX solidos aut perdat hereditate (1102).

Con otros adjetivos, no especialmente ligados a verbos, la construcción causativa seguía existiendo, pero traducía, como en la actualidad, una relación de tipo copulativo en la que se elidía un hipotético verbo ser, con un sentido contextual muy cercano a la idea de ‘convertir o transformar’. …quod ego facerem ingenuos et francos totos illos monasterios, qui sunt in illa patria ut non habeant super illos auctoritatem nullius servitutis, nec comites, nec potestades (1051).

Del mismo modo, existían construcciones causativas paralelas con doble sustantivo. La estructura sintáctica podía ser similar a la anterior y presentar un nombre en función de

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objeto directo y otro en función de predicativo, como en el siguiente ejemplo: …facio hanc cartam donacionis ad te Fortunio Sanccii de Agusillo de uno campo que est in termino de Savinnyanico in locum ubi dicunt Sancte Marcuele, quod tu te abnigasti et fecisti illud vinea ad medietate ita ut remaneat illa medietate ad servicium Dei et de sancto Andreo de Fanlo et de sancto Ianuario (1101).

No obstante, existen otras modalidades. Uno de los dos sustantivos podía integrarse en sintagmas preposicionales de diverso tipo, sin que ello produjera cambio alguno en el significado del verbo: Dederunt mihi ipsos Seniores de Sancti Ioannis in Bel uno campo de Sancti Stephani de Orast, ut facerem de illo uinea…

Estos usos sintácticos en que el verbo hacer como causativo aparecía combinado con sustantivos o adjetivos tendrán gran éxito en siglos posteriores: Dixo les Jesu enchid las tinajas de agua, e encheron las fasta encima e dixo les Jesu. sacad agora e leuad al mayordomo. e leuaron le. e como gusto el mayordomo el agua fecha vino, e no sabia de donde fuese… (1485).

En la actualidad, siguen siendo enormemente utilizados: Al hacerse la Nación titular de la soberanía en la revolución francesa aspiraba a hacer del Estado una Comunidad: el Estado Nación o nacional. Pero el Estado, una máquina, es lo más

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opuesto a lo que puede ser una comunidad y traspasando el punto de equilibrio ha contribuido a liquidar lo comunitario, la idea y el sentimiento de comunidad nacional. (2001).

De aquí se derivarán las combinaciones, altamente lexicalizadas, hacer pedazos, hacer trizas, hacer jirones, hacer astillas, etc., donde uno de los sustantivos es, en cierta medida, un merónimo del complemento preposicional directamente regido por el verbo. Los primeros ejemplos son del s. XIII , momento en que se difundían, sobre todo, los sustantivos pieças y pedaços, pero a lo largo de los siglos irá ampliándose la lista: …so la tierra s[a]canla fuera e fendela / e faze della mjll pedaços segud dize san(n)t ysidro delas piedras que mayores son… (1223).

3.6. Relacionado con la idea de causatividad, aunque su origen se encuentre directamente en el uso clásico de facere19, aparece ya en esta época el significado de ‘nombrar o designar’. Con él, hacer se integra en un grupo de verbos llamados «de designación o denominativos»20. La estructura sintáctica es muy similar a las anteriores, pues se trata, de nuevo, de seleccionar dos sustantivos humanos diferentes, uno como 19. En De senectute dice Cicerón: «In agris erant tum senatores, id est senes, siquidem aranti L. Quinctio Cincinnato nuntiatum est eum dictatorem esse factum[…]». (De senectute, De amicitia, De divinatione, The Loeb Classical Library, Cambridge-Massachusetts: Harvard University Press, 1979, pág. 66). 20. Para el estudio sincrónico de estos verbos, vid. Violeta Demonte y Pascual José Masullo, 1999. Se trataría de una subclase de los causativos, si bien sintácticamente difieren de ellos en el hecho de no requerir un predicativo obligatorio y en no prestarse a una paráfrasis proposicional.

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objeto directo y otro como predicativo. En latín clásico, requería una doble declinación en acusativo. La diferencia respecto a los ejemplos que hemos visto más arriba radica en que, con este significado, el verbo hacer selecciona sustantivos que denotan cargos o puestos sociales, incluso papeles jurídicos, que solo puede conceder una persona investida de la suficiente autoridad. Así, encontramos en el corpus palabras como cónsul, rey, obispo, heredero… …et facio te filio meo de ista hereditate (1022).

Aunque nombrar ya existía, no tenía por el momento este sentido. Significaba, fundamentalmente, ‘llamar a alguien por su nombre’ o ‘citar a juicio’. Solo a partir del s. XV empezará utilizarse como sinónimo de hacer. Lo mismo puede decirse de designar, forma culta introducida en el s. XIV, pero usada con este significado a partir del s. XV. 3.7. Quizá por la importancia que habían cobrado las combinaciones con sustantivos de acción referidos a servicios o prestaciones (vid. § 4.3.1.6 más adelante), el verbo hacer desarrolló un nuevo significado como verbo pleno parafraseable como ‘satisfacer un tributo’. En ese sentido, desde muy pronto empezó a combinarse con predicados nominales que designaban determinados impuestos pagados con dinero o en especie. Entre ellos encontramos novena, osa, parata, paria, petitione, portazgo, luctosa… …si non poteris facere caballeriam, facias quinque mensuras Sancto Joanni… (1092).

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Este significado del verbo hacer no desapareció definitivamente hasta bien entrado el s. XVI , aunque ya antes había empezado a entrar en decadencia. A ello debió de contribuir, sin duda, el hecho de que, desde los primeros tiempos del castellano, el verbo pechar, probablemente derivado del antiguo pecho, ‘tributo’, se había utilizado frecuentemente como sinónimo. …deinde cognoverunt se per iustitiam et non fecerunt illum iurare, et positum est cautum inter fratres et laicos si aliquis homo derompisset illa aqua, quomodo de plano pectasset LX. solidos de argento, et ad dominus terre in cautis centum solidos argenti. (932).

Con este sentido, ampliado poco a poco a una idea más genérica de ‘dar lo que se debe’, el verbo pechar se mantuvo hasta el s. XIX. En la actualidad solo está en vigor una acepción más reciente, actualizada en la estructura sintáctica pechar con, que podría definirse como ‘asumir (una responsabilidad)’. El verbo pagar, por su parte, es también bastante antiguo. Se remonta, al menos, al s. XII , y aparece en los mismos contextos que los anteriores. Et si otrament taylla arbor nin uit nin salz et li puede seer prouado con dos ombres, deue pagar al seinnor del fruytal por cada arbor V sueldos de calonia et deue li emendar el daynno. (1150).

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Terminaría triunfando e imponiéndose definitivamente en el uso. De hecho, hoy en día, se recurre a él como forma léxica básica para expresar el significado general de ‘dar lo que se debe’. En cuanto al verbo satisfacer, cultismo de los siglos finales de la Edad Media, empezó a utilizarse con este sentido, al menos, desde el s. XVII y se ha mantenido hasta la actualidad. …pero estos pobres vasallos estaban forzados a satisfacer su tributo, asistiendo de ordinario con el azadon y barreta en la campaña, no gozando de sus hijos ni mujeres, servir tambien personalmente las unas y las otras mujeres casadas y solteras… (1673).

3.8. Como operador no causativo, el verbo hacer se combinaba con sustantivos predicativos21 que expresaban un deseo o una tarea o, sencillamente, una orden. Tenía entonces un significado general de ‘llevar a término o poner en práctica’. En este momento histórico es muy frecuente la selección del sustantivo voluntad, aunque más adelante, a partir del s. XIII , empiezan a aparecer ejemplos con otros sustantivos como manda, mandado, orden, etc. El uso se encontraba en los textos latinos altomedievales, de donde pasaría, bastante rápidamente, a la lengua romance. …ut habeatis illos francos et in genuos ad vestram propriam hereditatem et ad faciendam vestram propriam voluntatem vos et filii vestri et omnis posteritas vestra, salva mea fidelitate et de omi mea posteritate per secula cuncta amen. (1000). 21. Para la noción de sustantivo predicativo, vid. punto 4.1 de este trabajo.

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EL VERBO HACER ENTRE LOS SIGLOS VIII Y XII

Alço los oios a los cielos e recombro so saber, e bendixo a Dios bivo del cielo que toda su huebra es derecha e sus vias iudizios e faz su voluntat en cielo e en tier[r]a. (1200).

Este significado apenas se ha conservado. El verbo cumplir, que empezó a utilizarse muy tempranamente en los mismos contextos (s. XIII) y, en menor grado, el verbo ejecutar (s. XV), terminaron desplazando a hacer. Hacia finales del s. XVIII puede considerarse definitivamente desaparecido. No obstante, en el caso del sustantivo voluntad, la combinación con el verbo hacer se ha conservado y, por tanto, aunque petrificado, se puede decir que pervive el antiguo sentido de ‘llevar a término o poner en práctica’. Se trata de una lexicalización muy particular que sigue gozando del favor de los hablantes22. De forma que la reforma y la transparencia tendrán que ganar su partida, antes de que Gorbachov pueda hacer su voluntad, incluida, quizá, la de poner a Eltsin a vender periódicos en la esquina más ventilada de Moscú. (1987).

4.

EL VERBO HACER COMO VERBO DE APOYO

La evolución histórica completa del verbo hacer solo puede entenderse si somos conscientes de que un porcentaje muy 22. La lexicalización afecta únicamente al verbo, pues, sintácticamente, el complemento directo admite toda clase de transformaciones. En el siguiente ejemplo no se trata de la propia voluntad, sino de la de otra persona: «Más aún, en una confesión a los periodistas cruceños sostuvo que “la más grande bendición y satisfacción que Dios me da, es la de hacer la voluntad de mi esposo, colega y amigo de ustedes, el Dr. Luis Gutiérrez”» (1996).

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CAPÍTULO PRIMERO

alto de su presencia en el discurso se debe a su empleo como verbo de apoyo, es decir, como verbo de escaso contenido semántico –si bien provisto de una función actualizadora– que acompaña a un sintagma nominal o adjetivo convertido en el núcleo predicativo de la oración y, por tanto, capaz de seleccionar el resto de los elementos oracionales y de orientar el significado del conjunto. 4.1. Algunas cuestiones previas sobre el concepto «construcción con verbo de apoyo» Las construcciones con verbo de apoyo son combinaciones léxicas impuestas por el uso y dotadas de un alto grado de rigidez sintáctico-semántica. Desde hace un tiempo, se ha venido poniendo de manifiesto la dificultad de mantener con rigor que las palabras, unidades mínimas dotadas de sentido, se combinan libremente para formar oraciones y que las oraciones, a su vez, se combinan libremente formando un discurso. En la actualidad sabemos que los vocablos de una lengua se hallan sometidos a muchas restricciones combinatorias, en muchos casos puramente arbitrarias, cuya causa hay que buscar en una institucionalización de las elecciones que, en distintos contextos, han venido haciendo los hablantes. En ese sentido, las llamadas construcciones con verbos de apoyo o verbos soporte han merecido una atención especial23. Son construcciones del tipo:

23. Para un resumen del estado de la cuestión en lo que se refiere a estas construcciones, vid. Piera y Varela (4415-18).

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EL VERBO HACER ENTRE LOS SIGLOS VIII Y XII

(a) Manolo da un consejo a Pepa. (b) Manolo hace un viaje por España.

Se trata, en realidad, de un conjunto específico de colocaciones sometidas a un profundo proceso de gramaticalización. Aunque a simple vista se comportan como construcciones tradicionales de V+CD, se distinguen de las combinaciones libres en, al menos, dos aspectos esenciales. a) El primero afecta al verbo, que ha perdido su significado inicial, hasta el punto de limitarse a actualizar, desde una perspectiva aspectual y modal, los contenidos semánticos impuestos por el sustantivo. Por eso en muchas ocasiones, aunque no en todas, el significado de la estructura con verbo de apoyo o verbo soporte es equivalente al transmitido por un verbo simple derivado del nombre: (a.1) Manolo da un consejo a Pepa  Manolo aconseja a Pepa. (b.1) Manolo hace un viaje por España  Manolo viaja por España.

No está de más señalar que la oración formada por medio de la construcción verbo de apoyo + sustantivo predicativo (dar un consejo o hacer un viaje en este caso) conserva el mismo número de argumentos oracionales que su homóloga con verbo pleno (aconsejar o viajar) y que estos no solo desempeñan idéntica función, sino que están introducidos por las mismas preposiciones. La prueba más evidente, no obstante, de la escasa entidad semántica del verbo de apoyo es el hecho de poder desaparecer

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dejando al sustantivo sin su actualización, pero con toda su carga semántica y sus argumentos oracionales: (a.2) El consejo de Manolo a Pepa. (b.2) El viaje de Manolo por España.

b) El segundo, íntimamente vinculado al anterior, es la arbitrariedad con la que el sustantivo selecciona ese verbo semánticamente débil y la estrecha solidaridad que se da entre ambos. De hecho, la selección de los verbos soporte o verbos de apoyo resulta, en principio, impredecible. Nada nos permite explicar, de un modo racional, por qué decimos dar un paseo y no *hacer un paseo, hacer una pregunta / dar una respuesta y no *dar una pregunta / *hacer una respuesta, hacer un viaje, echar una siesta…24 Estas combinaciones tan rígidas se complican cuando ciertos grupos de sustantivos, sin razón aparente, abren un paradigma mínimo seleccionando verbos de apoyo que les son exclusivos y que no son sino variantes específicas de otros más generales, como los mencionados dar o hacer. La variante menos restringida puede conservarse y, en ese caso, asistimos a una diferencia que afecta a los registros de lengua (dar, propinar una patada; hacer, practicar una operación; hacer, realizar un viaje, etc.), aunque no es raro que las variantes más generales no sean aceptables (proferir una maldición / *dar, *decir, *hacer una maldición) o que ni siquiera exista la posibilidad de 24. La comparación entre lenguas es, también, significativa, pues los verbos de apoyo pueden ser muy diferentes aun cuando el sustantivo predicativo sea el mismo. Así, para la estructura española con el verbo dar, en dar un paso, el francés presenta el verbo hacer (faire un pas); el inglés, tomar o coger (take a step); el islandés, pisar, (stíga skref), etc.

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utilizar otra variante sinonímica (dar un beso / *administrar un beso). Debido a esta rigidez y la falta de criterio para determinar cuándo el sustantivo selecciona uno u otro verbo de apoyo, parece razonable considerar que estas combinaciones forman parte de la competencia léxica de los hablantes. 4.2. Algunas peculiaridades del verbo hacer como verbo de apoyo Hacer se combina, preferentemente, con sustantivos de acción, no siempre resultado de procesos de nominalización. Se trata de nombres que implican actuación, la puesta en marcha y ejecución de un acto determinado. Es uno de los verbos prototípicos de esta clase y, sin duda, el más genérico, hasta el punto de que podría considerarse una especie de hiperónimo del resto. La dificultad para poder atribuirle en exclusiva este carácter se encuentra en el hecho de que el verbo dar también se combina, como verbo de apoyo genérico, con los nombres de acción. Determinar en qué casos se prefiere uno u otro no es tarea sencilla. Como hemos señalado en el apartado anterior, se trata de decisiones arbitrarias tomadas por los hablantes de una lengua. Es posible, sin embargo, realizar una clasificación más rigurosa y establecer grupos menores o subclases específicas dentro de los sustantivos de acción según la preferencia que muestren por uno u otro de estos verbos de apoyo genéricos. Así, es importante saber que dar se combina con la clase que denominamos , pero no hacer: (a.1) María le dio una bofetada a Pedro. (a.2) *María le hizo una bofetada a Pedro.

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Al contrario, hacer se combina fácilmente con la clase ; en ningún caso el verbo dar. (b.1) El médico le hizo (una cesárea, una operación de cirugía estética, una estenosis de píloro…) (b.2) *El médico le dio (una cesárea, una operación de cirugía estética, una estenosis de píloro…)

Por otro lado, en muchos contextos es posible encontrar variantes del verbo hacer seleccionadas exclusivamente por subclases muy específicas de nombres de acción. Es el caso, por ejemplo, de la clase , que se combina con los verbos de apoyo cometer y perpetrar, pero no, curiosamente, con hacer, del que son extensiones estilísticas evidentes. Estas variantes han sido denominadas verbos de apoyo apropiados25. Luis (cometió + perpetró + *hizo) un hurto, un fraude, una violación…

El establecimiento de las clases de sustantivos, desde el punto de vista histórico, tiene en cuenta el comportamiento de cada uno de sus elementos en el discurso, pero también las limitaciones impuestas por los objetivos lingüísticos que se persiguen en cada caso. Se trata, por tanto, de clases de predicados bastante flexibles, no siempre válidas para la descripción de todas las unidades léxicas de la historia de una lengua:

25. Gaston Gross, 1996.

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a) Las clases históricas tienen como límite el que nos impone el propio corpus. Los sustantivos que las forman son los que aparecen respaldados por los textos escritos conservados en cada una de las épocas. Algunas clases pueden no estar representadas en un momento histórico concreto. El hecho de que no aparezcan hasta una fecha determinada no quiere decir que antes no existieran; tan solo pone de manifiesto la ausencia de datos significativos. Del mismo modo, las posibilidades de deducir su existencia en siglos anteriores son limitadas, salvo en casos claros de analogía. Las clases semánticas se constituyen con los sustantivos que se han encontrado en cada periodo histórico. b) Son clases suficientes y necesarias. Como ya he señalado, son clases contempladas desde la óptica de la palabra que se pretende describir, así como de sus sinónimos, antónimos y derivados íntimamente vinculados a ella. La aplicación de todas las restricciones sintáctico-semánticas posibles podría llevarnos a multiplicar innecesariamente el número de clases y a dificultar la comprensión del conjunto. Como veremos, resulta de interés señalar que el verbo hacer ha sido seleccionado por la clase , pues en su campo de influencia se ha visto desplazado, poco a poco, por variantes sinonímicas estilísticas (cometer y perpetrar) que afectan por igual a todos los elementos de la clase. Nos interesa menos, desde la perspectiva de la evolución del verbo hacer, distinguir una clase más concreta integrada por las conductas delictivas en las que pueden utilizarse armas y que seleccionarían, por ejemplo, la estructura sintagmática a mano armada (robo, atraco, asalto, agresión, etc.). Es evidente que se trata de una clase mucho más precisa en la que el resto de los delitos no tendrían cabida (*calumnia a mano

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armada), pero de escaso interés para entender la evolución histórica tanto del verbo hacer como de sus sinónimos cometer y perpetrar. Esto no quiere decir que no debamos tenerlas siempre a mano por si es necesario recurrir a ellas. Se trata, tan solo, de no hacerlas visibles cuando su presencia no aporta nada especialmente relevante a nuestra descripción. c) Las clases léxicas históricas no son idénticas para todas las combinaciones de palabras. Algunos sustantivos pueden agruparse y formar una determinada clase que resulte especialmente útil para explicar la evolución de un vocablo, pero sus elementos también podrían constituir, con otros, clases diferentes, mayores o menores, no necesariamente dependientes jerárquicamente, capaces de explicar mejor los cambios de otras palabras. Así, juicio, forma parte de una clase histórica denominada en este trabajo , que permite explicar el paso del verbo hacer al más moderno celebrar, pero también se podría ver integrado en la subclase , importante para entender el significado de otros verbos no directamente relacionados con hacer, como por ejemplo amañar. d) La adscripción de un sustantivo predicativo a una clase depende más de su significado o significados en el momento histórico concreto que de su forma léxica. Su evolución semántica nos permite adscribirlo a una o a otra con total libertad, sin que eso nos lleve a replantearnos las clases ya establecidas. El sustantivo homenaje, por ejemplo, ha pasado de significar ‘juramento solemne de fidelidad’ a significar ‘acto en honor de una persona’ y, por tanto, parece razonable mantenerlo, durante un cierto período de tiempo, en la clase para más adelante incluirlo en otra distinta según su nuevo sentido. Del mismo modo, es posible que un sustantivo predicativo, en un

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momento histórico concreto, pueda interpretarse de dos o más maneras diferentes, lo que implicaría su inclusión en dos o más clases importantes. El sustantivo afrenta, por su parte, puede interpretarse en la actualidad, simplemente, como un hecho deshonroso para alguien (en ese caso no se pronuncian palabras) o como un dicho también deshonroso. En ese caso, el sustantivo se incluiría al mismo tiempo en la clase y en la clase . Esto no supone ninguna alteración respecto a la existencia de las clases, su orientación semántica o las combinaciones en que aparece.

Lo mismo que en el caso de los sustantivos, el verbo hacer, como pronominal (vid. 4.3.2.), es una variante de apoyo aspectual seleccionada por clases de humanos predicativos, pero, sobre todo, por grupos de adjetivos dotados de ciertos rasgos aspectuales o semánticos cuya especificación es necesaria para lograr una mejor distinción respecto a otras variantes del mismo tipo, como volverse o ponerse. La subdivisión, por tanto, en clases semánticas e incluso aspectuales cuando las circunstancias lo requieran constituye una herramienta muy práctica para estudiar la evolución del verbo de apoyo hacer en el tiempo, ya que los cambios más importantes que se han producido en este tipo de combinaciones léxicas han afectado, especialmente, a grupos de palabras, a conjuntos léxicos semánticamente delimitados, no a sustantivos o adjetivos aislados26. 26. Naturalmente, los cambios en las combinaciones con sintagmas aislados son dignos de tenerse en consideración, pero quizá se expliquen mejor desde la evolución particular del sustantivo que desde la más general seguida por el verbo hacer.

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4.3. Hacer como verbo de apoyo entre los siglos VIII y XII 4.3.1. Hacer como verbo de apoyo de acción Las especificaciones realizadas en los apartados anteriores no carecen de interés cuando comprobamos que una característica evidente del empleo de hacer como verbo de apoyo en estos momentos iniciales, en que no es fácil separar lo latino de lo español, es el mayor número de sintagmas nominales con los que se combina. Si estableciéramos dos ejes, uno que nos diera cuenta de los verbos de apoyo genéricos y otro de las variantes apropiadas a ciertas clases de sustantivos, descubriríamos que, si en el primero hacer alterna con dar, como sucede en la actualidad –aun cuando los contextos varíen en algunos casos– en el segundo el verbo hacer presenta una primacía indiscutible, hasta el punto de no dejar apenas hueco para posibles variantes estilísticas. 4.3.1.1. Por su carácter de verbo apoyo de acción por excelencia, hacer fue seleccionado desde el latín altomedieval por los hiperónimos correspondientes a los actuales acción, acto o hecho, como feita o facto e incluso ya fecho, que encontramos un poco más tarde como forma léxica plena. Esta combinación se ha mantenido sin mayores problemas hasta nuestros días, si bien otros verbos de apoyo, que se utilizan en general como variantes estilísticas, se han integrado en el paradigma. Es el caso, por ejemplo de realizar. Este verbo se introdujo en español solo a partir del s. XVIII por influencia del francés. Más antiguos son llevar a cabo (s. XVI) y, sobre todo, efectuar, cultismo de finales del s. XV, que casi desde el mismo momento de su incorporación a nuestra lengua empezó a usarse en combi-

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naciones tradicionales en las que el verbo hacer estaba actuando como verbo de apoyo. El siguiente ejemplo es de 1527. Que pudiesen los demonios efectuar el hecho por la primera, parece asaz por lo arriba dicho, que súpitamente pueden mudar una y muchas personas de un lugar a otro, por lejos que sea, y mostrallas en figura de animales o de otra cualquiera cosa por los movimientos susodichos de las especies y formas, y así engañar los exteriores sentidos.

Ambos terminaron por considerarse variantes más formales de hacer y, en la actualidad, se utilizan preferentemente en los textos escritos o en contextos orales en los que se quiere destacar un cierto grado de formalidad. Es curioso comprobar que se trata de dos verbos esencialmente vacíos de contenido, pues su uso queda restringido –dejando al margen algunos sentidos particulares desarrollados por realizar– a la actualización de sustantivos de gran peso sintáctico-semántico. Lo significativo es que, a pesar de su especialización (el caso de efectuar es el más claro, pues solo aparece como verbo de apoyo) no dieron pie a una reestructuración de las relaciones entre las palabras. Contrariamente a lo que se podría esperar, hacer no se vio desplazado ni vio potenciados su valor como verbo pleno; tan solo ha perdido cierto terreno en el plano del registro27.

27. Parece que se está produciendo un abuso de estas variantes estilísticas en ciertos textos escritos, sobre todo periodísiticos; cabe preguntarse si los hablantes, al tratar de huir sistemáticamente del vocablo más genérico, no han terminado creando nuevos comodines. Vid. José Antonio Pascual, 2002.

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4.3.1.2. Como en la actualidad, el verbo hacer se combinaba con sustantivos que podríamos clasificar como , es decir actos de la vida social en que queda expresada la voluntad de una persona y que, muchas veces, están encaminados a la producción de un efecto jurídico. Naturalmente, dentro de este grupo podrían distinguirse clases más precisas si utilizamos criterios sintáctico-semánticos más restrictivos. Así podríamos hablar de o . La siguiente lista recoge algunos de los sustantivos de esta clase con los que se combinaba frecuentemente28 :

convenio, acuerdo, pacto, avenencia, convención…

a) Compraventa: compra, venta, compraventa... b) Intercambio: cambio, mutación, permuta, trueque...

28. Naturalmente, no todos los sustantivos de la clase aparecen en estos siglos iniciales. Recojo, en cada apartado, tanto los que realmente nos proporcionan los textos del momento como los que se han ido incorporando a lo largo del tiempo y han podido contribuir a la idiosincrasia de las distintas clases léxicas. Esto es importante porque, como veremos, no solo se indica en cada capítulo el momento de constitución de estas clases, sino que se traza también un recorrido histórico completo de cada una de ellas. Como ya señalé en la nota nº 6, modernizo la escritura de los vocablos (salvo en el caso de las citas textuales directas) y omito las variantes puramente ortográficas.

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incartación, donación, ofrenda…

testamento

promesa, voto, juramento, homenaje…

Estas combinaciones se han mantenido hasta la actualidad y, en principio, es posible encontrar en la mayor parte de los contextos las variantes estilísticas de hacer (efectuar y realizar) que, como se ha señalado en el apartado anterior, se usan frecuentemente como meros sinónimos formales. No está de más, sin embargo, que tengamos presente aquí aquellos casos en que la sustitución de las extensiones realizar o efectuar son más difíciles. Si es cierto que, en principio, todos estos sustantivos pasaron a seleccionar, indistintamente, hacer y sus variantes, también lo es que, desde muy pronto, ha existido una tendencia a una gramaticalización más acusada de algunas de estas combinaciones. Es el caso, por ejemplo, de testamento, que ya desde el s. XV había empezado, como en la actualidad, a prescindir del artículo cuando lo acompañaba el verbo hacer. …avnquel testador no aya hecho heredero a alguno & estonçes herede aquel que de derecho segund derecho o costunbre de la tierra auia de heredar si el testador no hiziese testamento & cunpla se el testamento (1491).

La fuerza de la costumbre hace que hoy resulte muy complicado sustituir el verbo hacer por realizar o efectuar

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y que, casi invariablemente, en todos los contextos y registros, aparezca la combinación hacer + testamento29. La clase ha seleccionado con mayor dificultad los verbos realizar y efectuar, y se ha inclinado por otras extensiones léxicas, como establecer o concertar. Aunque la primera aparece antes que la segunda en nuestra lengua (finales del s. XII), ambas se han visto sometidas una evolución histórica similar: solo empiezan a utilizarse con cierta frecuencia como verbos de apoyo en el s. XIX y quedan fijadas definitivamente como variantes estilísticas de hacer en el s. XX. Las semejanzas que comparte la clase con la clase hace que, desde el principio, esta última haya podido recurrir también a establecer y concertar como verbos de apoyo, si bien los ejemplos son menos numerosos. Tanto la clase como han seleccionado, con bastante frecuencia desde el s. XVI –aunque encontramos ya ejemplos aislados desde el s. XIII – un verbo de apoyo particular: celebrar. Las combinaciones del tipo celebrar un contrato o celebrar un acuerdo tuvieron un éxito notable en los textos jurídicos y, tras pasar a la lengua general, se han extendido por contextos muy amplios en el marco de la lengua escrita. La subclase selecciona todavía hoy, frecuentemente, el verbo hacer en contextos muy diversos, e incluso, en algunos casos, como sucede con el sustantivo promesa, como el único verdaderamente apropiado. A él se añadiría, a partir del s. XIX , el verbo formular: 29. En el CREA, frente al abundante número de ejemplos de hacer testamento, no encuentro, en el momento en que llevo a cabo la consulta, ninguno de realizar testamento o efectuar testamento.

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Contestó Calpena varias cartas de pura cortesía, de esas que no dicen nada y formulan vagas promesas, con arreglo al patrón usual en las secretarías familiares de los señores Ministros. (1898).

Otros sustantivos, como juramento, por su carácter solemne en determinadas circunstancias han pasado a seleccionar el verbo de apoyo prestar, especialmente en el ámbito jurídico. Este uso se remonta al siglo XV, momento en que quedó fijado en la lengua como variante de hacer hasta la actualidad. E prestado el dito juramento entremeta se e conozca determine e sea jutge ordinario de todas causas ciuiles que sian de quantia estimacion e valor de doziento sueldos o de alli a iusso exceptadas las causas de penas e calonias deuallantes de feytos criminales de los quales conozca el Çalmedina… (1414).

Como antónimo, se utilizaba siempre el verbo deshacer. Como hemos visto, era también una especie de hiperónimo negativo de hacer. Pervivió con bastante fuerza hasta finales del s. XVI. A partir de este momento su uso decae notablemente y en el s. XIX puede considerarse desaparecido para este tipo de combinaciones léxicas. El siguiente ejemplo es de 1196: Sj camjo fuere fecho ante algunos que amos fueren entregados de lo que ouieren a reçebir el uno del otro, non se pueda desfazer; mas si el uno fuere entregado & el otro non, pueda se defazer.

Deshacer fue sustituido por otros sinónimos que, en muchos casos, se han conservado en la actualidad. El más antiguo es quebrantar, que empezó a emplearse, al menos desde el

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s. XIII con gran éxito en el sentido de ‘contravenir’ o ‘no cumplir’. Como en la actualidad, se aplicaba a una realidad muy amplia en la que se incluían leyes, juramentos, etc. El significado jurídico de ‘invalidar’ es un tanto posterior. También el verbo desatar, partiendo de una connotación negativa, adquirió el sentido de ‘deshacer’, si bien se aplicó preferentemente a un negocio jurídico. En cuanto a revocar, que se había formado etimológicamente sobre el sustantivo voz y empezó a aplicándose a realidades más concretas, se generalizó como verbo de apoyo apropiado a la clase a partir del s. XIII. Romper y anular empiezan a combinarse con la clase a partir del s. XV. El primero formaba parte del español desde muy antiguo, pero no se había usado sistemáticamente con este sentido, a pesar de los antecedentes que podemos encontrar en los textos latinos medievales. En un principio se había limitado al significado de ‘destruir físicamente’. En cuanto a anular, es un cultismo que, de inmediato, pasó a combinarse con este grupo de sustantivos y que se ha mantenido sin muchos cambios hasta hoy. Rescindir se incorporó a nuestro léxico hacia finales del s. XVI. Desde el primer momento se combinó, sobre todo, con el sustantivo contrato y sus formas particulares (compra, venta, arrendamiento, etc.). Después se extendió al resto de negocios jurídicos. El uso se ha mantenido hasta la actualidad, aunque de nuevo, como en sus orígenes, se puede considerar un verbo de apoyo más apropiado a la subclase . 4.3.1.3. Contrariamente a lo que suele suceder en la actualidad, los sustantivos predicativos que se referían a las acciones estigmatizadas o valoradas negativamente por la sociedad se-

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leccionaban de modo exclusivo el verbo de apoyo genérico hacer. Podríamos reunir estos sustantivos en una clase semántica denominada , si bien dentro de ella sería posible distinguir, teniendo en cuenta restricciones sintáctico-semánticas más precisas, algunos subconjuntos léxicos menores, como se muestra a continuación:

malfretría, homicidio, hurto, robo, muerte…

pecado, fornicación...

error, equivocación…

bauzia, rropparia, atrocidad, crueldad, maldad, locura...

birto, fuerza, violencia…

daño, herida, llaga, linenza…

quema, incendio…

alboroz, iozia, burla, broma...

La selección del verbo hacer por la clase ha desaparecido en la lengua actual. No obstante, se utilizó como único verbo de apoyo durante la mayor parte de la Edad Media y pervivió como sinónimo de las variantes más especializadas cometer y perpetrar hasta el s. XVIII , momento

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en que empieza a considerarse un arcaísmo. En el s. XIX esta combinación dejó de utilizarse definitivamente en todos los contextos. El siguiente ejemplo es de 1135: Et si ille qui fortum fecit noluerit sua pignora revelare, pectet LX solidos et postea faciat directum.

El que recojo a continuación es del s. XV: Era un ladron que su vida fuera furtar, empero era muy devoto a la Virgen Maria e muchas vegadas le dezia la saludacion de la Virgen Maria. E un dia fizo un gran furto por lo qual le condenaron a la forca

Como ya se puso de manifiesto en Rafael García Pérez, 2005, la sustitución de hacer por los cultismos cometer y perpetrar obedece a razones de especialización lingüística. La recepción en la Península Ibérica del llamado ius commune, gracias a la labor docente desempeñada en las universidades, supuso el establecimiento de un nuevo marco conceptual que sentó las bases de la moderna ciencia jurídica y favoreció la renovación de la terminología por medio de la incorporación de préstamos de la lengua latina, ya fueran estos léxicos o semánticos. No es de extrañar, por tanto, que el verbo cometer, que había pasado al romance tempranamente, empezara a utilizarse también, por influencia de los textos de derecho romano, como verbo de apoyo de la clase desde finales del s. XIII y, sobre todo, a partir del s. XIV. A finales del s. XV y principios del s. XVI aparece como sinónimo habitual de hacer. A lo largo de los ss. XVI y XVII asistimos a su anclaje

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progresivo como verbo de apoyo principal de esta clase, en relación directa con el mayor desarrollo de la ciencia jurídica. En el s. XVIII domina completamente en los textos penales, desde donde irradia su influencia, cada vez con más fuerza, a la lengua general, provocando que también desaparezca de ella la vieja combinación hacer + . Perpetrar, por su parte, se introdujo directamente desde el latín a finales del s. XIV y, como consecuencia del prestigio que habían adquirido los textos latinos, se impuso, desde el primer momento, como variante hiperculta indiscutida de hacer y cometer. Como cultismo de uso restringido, se mantuvo siempre en un discreto segundo plano, sin llegar a disputar la primacía de sus sinónimos en la mayoría de los contextos, pero dotado del suficiente reconocimiento como para permanecer enraizado en la lengua del Derecho Penal, sin apenas cambios, hasta la actualidad. Otros verbos actuales apropiados a la clase , como incurrir (en) y ejecutar, se sumaron también como cultismos a este paradigma a partir del s. XV. El primero lo hizo muy pronto, pues presentaba una cierta predisposición etimológica; el segundo, sin embargo, no se institucionalizó como verbo de apoyo de la clase hasta el s. XVII. Más tardío aún es el uso de consumar, que se había empleado ya como cultismo en el campo del Derecho Canónico desde los siglos XV y XVI , pero que no formó parte del abanico de verbos de apoyo apropiados a esta clase hasta el s. XVIII30 .

30. Para un estudio más detallado de la relación entre la clase y sus verbos de apoyo, así como de las distintas combinaciones que se han ido sucediendo a lo largo del tiempo y de las causas que las motivaron, vid.

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La clase tiene mucho en común con la anterior. Como aquella, seleccionó desde el principio el verbo de apoyo hacer y, siguiendo una evolución paralela, tendió a sustituirlo por la variante culta cometer. No podemos olvidar que los conceptos de delito y pecado estuvieron muy estrechamente relacionados en toda la Edad Moderna y que las estructuras procesales establecidas por la Iglesia tuvieron como fuente de inspiración el sistema procesal-penal romano. Sin embargo, al contrario de lo que sucedió en el caso de la clase , la variante jurídica hiperculta perpetrar no se introdujo verdaderamente en el paradigma de los verbos de apoyo de la clase . Tan solo nos encontramos con ejemplos aislados31, tanto en el pasado como en la actualidad, que dan testimonio, precisamente, de los intentos fallidos por adoptar un abanico idéntico de términos. Lo mismo puede predicarse de otras extensiones léxicas como ejecutar o consumar. Solo la variante jurídica incurrir (en), que formó parte relativamente pronto del grupo de verbos de apoyo apropiados a la clase , como vimos en el caso anterior, se incorporó con éxito a la clase y se ha conservado, sin apenas cambios, desde el s. XV hasta la actualidad. En lo que respecta a la clase , también se vio influida por las transformaciones que se habían ido produciendo en Rafael García Pérez, 2005. Antes de los siglos XV y XVI aparecía como sinónimo de consumir. Vid. J. A. Pascual, 1974, 160. 31. Tres ejemplos, exactamente, en el CORDE y dos en el CREA, lo que resulta escasamente significativo si tenemos en cuenta que la combinación cometer + pecado se halla representada por más de un millar de ejemplos en el primero y más de 200 en el segundo.

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el ámbito del Derecho. Desde antes del s. XIII y, como consecuencia de un cierto olvido de la tradición penal romana durante la Alta Edad Media, los hiperónimos más generalizados de los sustantivos que formaban la clase fueron palabras de sentido menos preciso que los términos clásicos crimen o delictum. Estos, como se expuso en Rafael García Pérez, 2005, por las especiales características del derecho altomedieval, quedaron relegados, cada vez más, a la lengua latina y a los textos escritos; al menos hasta que, más adelante, a partir del s. XIII , terminaron recuperándose gracias a la recepción en la Península del ius commune. Entre los hiperónimos de la clase que se empleaban en romance (malfecho o mal fecho, mafetría, nemiga, etc.) se encontraba el sustantivo yerro, como se muestra todavía en este ejemplo de Las Partidas de Alfonso X el Sabio: Laese maiestatis crimen en latín tanto quiere decir en romance como yerro de trayción que face home contra la persona del rey32.

Es posible suponer que la selección del nuevo verbo de apoyo cometer por la clase ejerciera también una influencia inmediata en la clase debido a la identidad semántica que algunos sustantivos habían compartido. En todo caso, sea como fuere, a partir del s. XV encontramos ejemplos claros de la combinación cometer + junto a la más extendida con el verbo hacer. 32. Partida VII, ley I. Cito por la siguiente edición: Las siete Partidas del Rey don Alfonso el Sabio, cotejadas con varios códices antiguos, Tomo III, Madrid: Real Academia Española, 1807.

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E[n] lo qual, si error o maldad cometí, quiero que tú solo juez seas de mí e, quando por tu discreta memoria deliberadamente lo quesieres tratar… (1471-1476).

Como en el caso de las clases anteriores, el verbo cometer terminó desplazando definitivamente a hacer (en el s. XIX los ejemplos que encontramos son puramente anecdóticos) hasta el punto de que, en la actualidad, las combinaciones con hacer no se consideran naturales. Junto a cometer, otros verbos de apoyo se fueron incorporando al paradigma que había iniciado hacer. El más antiguo es, sin duda, caer (en), que aparece ya en esta función de soporte desde los primeros testimonios en romance y que se ha conservado hasta la actualidad. El siguiente ejemplo es de 1987: Seguiremos oyendo que el sistema es perfectible, pero no podemos caer en el error de creer que hay un modelo finalista o que estamos tratando de un asunto casi religioso.

Se trató de un verbo de muy amplio espectro semántico que tendió a acoplarse con facilidad a muchas otras clases léxicas, entre ellas la clase , con la que se combinó muy frecuentemente desde el s. XII hasta el s. XVIII , momento en que desapareció33. El verbo incurrir (en), por las similitudes que mostraba con caer (en) se integró con relativa facilidad en el paradigma, aunque un poco más adelante, en una época en que la incorpo33. Para un estudio de la evolución de la clase y de sus verbos de apoyo apropiados, vid. Rafael García Pérez, 2006.

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ración de cultismos había alcanzado un cierto prestigio (s. XV). Este uso se ha mantenido también hasta nuestros días. Quizás una influencia parecida a la sufrida por la clase anterior pueda predicarse de otros sustantivos que, de un modo u otro parecían establecer una conexión –si no en el plano de lo denotativo, sí al menos en el de lo puramente connotativo– con la clase . Se trata de acciones genéricas que, sin constituir delitos en sentido estricto, llevan aparejadas una idea de quebrantamiento de una norma social de conducta. Se podrían incluir en una clase específica que llamaríamos . Como en los casos anteriores, las combinaciones con el verbo hacer fueron dando paso a otras de tendencia más culta. El verbo cometer, de nuevo, se presentaba como el más apropiado, sobre todo tras su incorporación definitiva al paradigma de la clase a partir del s. XV. No obstante, los sustantivos que componen esta clase no evolucionan de modo tan homogéneo como las anteriores. De hecho, constituyen acciones de muy diverso origen que, por unas u otras razones, se consideran, en un momento determinado, especialmente perniciosas o contrarias al sentido común o a la equidad. Así, muchos de estos sustantivos oscilarán, según el juicio que merezcan –muchas veces se trata de un juicio puramente contextual–, entre el verbo cometer o el verbo hacer. Atrocidad o crueldad, por ejemplo, han evolucionado en la dirección de las clases anteriores y tienen en la actualidad una tendencia muy elevada a seleccionar como verbo de apoyo cometer, mientras los sustantivos estragos o matanza, a pesar de su consideración eminentemente negativa, apenas se dejaron

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influir por la nueva moda; salvo algunos ejemplos aislados, se han combinado siempre con el verbo hacer. Maldad, por su parte, ha seleccionado indistintamente, desde la aparición de los cultismos, uno u otro verbo, aunque hoy en día parece inclinarse más por la antigua variante hacer 34.

La intención del hablante puede, en muchos casos, forzar el uso de otros verbos más marcados, como es el caso de perpetrar. Aunque esta clase no se presta, en principio, por su carácter más general, a la selección de un verbo tan restringido como este, también es cierto que una especial voluntad de denuncia, capaz de establecer una identidad entre estas acciones y los delitos en sentido estricto, permitiría combinarlo con algunos de estos sustantivos. El siguiente ejemplo es del Padre Las Casas: Vista por los indios cosa tan injusta y crueldad tan nunca vista en tantos inocentes sin culpa perpetrada…

Naturalmente, el número de ejemplos de esta índole es muy reducido y, por tanto, escasamente significativo. No obstante, es una muestra más de la relevancia de lo subjetivo en los criterios de selección de esta clase léxica, donde cada sustantivo puede haber adoptado, por circunstancias difíciles de determinar lingüísticamente, una solución diferente a lo largo del tiempo. No parece descabellado sugerir, en este caso, una

34. Lo mismo se puede decir de aquellos sustantivos derivados de adjetivos connotados negativamente y que designan acciones consideradas poco adecuadas socialmente (tontería, locura, insensatez…).

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integración del estudio de los verbos de apoyo en la propia evolución histórica de cada uno de los sustantivos. En cuanto a la clase que hemos denominado , se caracterizó por seleccionar como verbo soporte hacer desde muy temprano. Ya el latín altomedieval presenta abundantes ejemplos, de donde pasará directamente al romance: Homo qui força, o birto fecerit ad aliquo homine ille directo parando, dupplet lo qui illo prisierit (1179-1184).

La proximidad también de esta clase a la clase , con la que, en algunos supuestos podía llegar a identificarse, pues la violencia aparecía expresamente entre las conductas prohibidas por la ley penal –e incluso algunos sustantivos de la clase, como fuerza sirvieron para denominar algunos tipos de delito35 –, hizo que se empezara a utilizar con un cierto éxito, a partir del s. XV, el verbo cometer. Esta combinación se ha mantenido en algunos contextos de la lengua general, si bien ha desaparecido del ámbito jurídico36. En todos los casos, sin embargo, se prefiere otro verbo de apoyo introducido en el s. XV directamente desde el latín: ejercer. Los primeros ejemplos del uso de la nueva estructura ejercer + son del s. XVIII. Anteriormente, al menos desde el s. XVI , esta clase había seleccionado en algunas ocasiones, junto a cometer, el verbo ejercitar, préstamo culto fechado también en el s. XV. 35. vid., por ejemplo, Partida VII, título X, ley I. 36. Cometer violencia puede encontrarse en algunos textos periodísticos y literarios. El siguiente ejemplo procede de una novela de 1983: «En el plano puramente personal, yo me siento responsable de la violencia que cometí con el débil, con el indefenso».

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La cual, si recebir no quisieren, no les pueden compeler ni ejercitar en ellos violencia, ni dar pena alguna, porque Cristo no dejó mandado más de que se predicase y enseñase y manifestase su Evangelio a todas las gentes… (1552).

Naturalmente, la proximidad etimológica de ambas formas verbales hizo que ejercer, desde el mismo momento en que empezó a utilizarse como nuevo verbo de apoyo, terminara desplazando a su variante iterativa, que quedó relegada a su faceta de verbo pleno. En la actualidad, gracias a la nueva distribución sintáctico-semántica de estos verbos es posible distinguir dos de los significados del sustantivo fuerza: la fuerza como capacidad física (ejercitar la fuerza física, por ejemplo) y la fuerza como violencia (ejercer la fuerza, la violencia, etc.). El verbo usar, como verbo de apoyo apropiado a esta clase, se remonta al s. XVI. Nadie use violencia Contra el pobre affligido, Que es de Dios el tal punido (1545).

El éxito de esta combinación fue tal que su empleo se ha mantenido hasta nuestros días. Por lo que respecta al verbo utilizar, aunque en principio no entra en competencia con usar, al menos desde un punto de vista estadístico, en algunos casos, no demasiado numerosos, es posible encontrarlo como variante de los verbos de apoyo de la clase . Este uso es bastante reciente (s. XIX) y se mantiene en la actualidad, aunque el número de ejemplos no es muy elevado.

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La clase contiene ciertos sustantivos que hacen referencia a algún tipo de menoscabo en la integridad de las cosas o de las personas37. También aquí es posible distinguir grupos más específicos si aplicamos criterios sintácticosemánticos más restringidos. Resulta interesante destacar que los elementos de esta clase, contrariamente a lo que apreciamos en muchos de los casos anteriores, han tenido una tendencia muy marcada a seguir seleccionando hacer como verbo de apoyo a lo largo de toda la historia, e incluso en la actualidad es posible encontrarlo en diversos contextos de la lengua general con cierta frecuencia. encapuchado 3º Los tipos que lo maltrataron ya se fueron. Todo va a cambiar ahora… encapuchado 2º Nadie le va a hacer daño. encapuchado 3º Lo mejor para usted es firmar la confesión. Aquí está. (1974).

El hecho de que hacer haya seguido siendo el verbo de apoyo principal de muchos sustantivos pertenecientes a esta clase no ha impedido la aparición de otros verbos complementarios, especialmente en contextos formales. Verbos causativos de aparición reciente en español, como causar (s. XII) u ocasionar (s. XIII), empezaron a usarse, en muchos casos, como verbos

37. Me refiero a los agentivos. No todos los sustantivos que designan algún menoscabo en la integridad física de las cosas o las personas son interpretables como acciones.

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de apoyo de esta clase a partir del s. hasta la época actual38.

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y se han conservado

…porque de la dilación gran daño se podría causar, es menester para el efecto de lo que conviene que assí como estáis, llevando con vosotros al hermoso donzel Esplandián y a Talanque, y a Maneli el Mesurado y al Rey de Dacia, y a Ambor… (14821492).

Las combinaciones con provocar e infligir parecen más tardías. Aunque el primero se incorpora al español como cultismo bastante antes (s. XV), los dos entran a formar parte del paradigma de los verbos de apoyo de la clase en el s. XIX , sin lograr suplantar a los ya existentes. No parece descabellado suponer que la sustitución del verbo de apoyo hacer por sus variantes originariamente causativas 38. Mi análisis muestra una de las posibilidades de interpretación de la complejidad semántica de los sustantivos pertenecientes a esta clase. Aunque no me parece incorrecto analizarlos todos como predicados básicos de estado sobre los que, en un segundo nivel, actuarían ciertos operadores causativos (estas combinaciones estrarían vinculadas a las estudiadas en la sección 2.8 del capítulo siguiente), no se puede negar que, desde muy pronto, su interpretación como predicados de acción (la presencia de un sujeto humano y de un complemento precedido por la preposición a puede ser significativa a este respecto) ha tenido mucha fuerza y que, en ese caso, el sentido causativo y, en consecuencia, el carácter de operador de los verbos haya tendido a borrarse, pues estos se comportan, sintácticamente, del mismo modo que los de apoyo: Juan hizo un daño a Pedro > Juan le hizo un daño > el daño de Juan a Pedro // Juan causó un daño a Pedro > Juan le causó un daño > el daño de Juan a Pedro. En las construcciones puramente causativas, aun cuando el sujeto sea humano, la omisión del verbo no genera sintagmas aceptables: Engracia inspira pánico a Manuela > *el pánico de Engracia a Manuela.

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tenga que ver con el doble carácter de la mayor parte de los sustantivos que los seleccionan. Se trata de sustantivos que constituyen no solo una acción, sino también un estado. De la idea de operador causativo se pasa, siguiendo un proceso de desemantización, a la de verbo de apoyo apropiado. Juan le hizo una herida a Pedro ––> Pedro tiene una herida ––> Pedro está herido // Juan causó que Pedro tuviera una herida ––> Juan le causó una herida a Pedro ––> Pedro tiene una herida.

Las combinaciones con estos verbos han tenido en el caso de algunos sustantivos tanto éxito que han llegado a impedir la selección del verbo hacer. Este fenómeno se ha producido, sobre todo, con sustantivos para los que la interpretación como acción es más forzada. En estos casos parece claro que prevalece la idea de causatividad. También ha sucedido con sustantivos más especializados o, simplemente, utilizados con mayor frecuencia en registros formales, donde el deseo de los hablantes de alejarse de las construcciones de la lengua general ha favorecido este tipo de restricciones. Es algo equivalente a lo sucedido con las extensiones más conocidas de hacer en otros contextos, como realizar o efectuar. Esto demuestra la importancia de los aspectos estilísticos en la selección del vocabulario. Al finalizar el acto se produjeron algunos incidentes en los alrededores de la plaza de toros. Un grupo de treinta individuos se dirigió a la Agrupación Socialista de Carabanchel, donde consiguió entrar y causar serios desperfectos, según fuentes de la propia agrupación. (1980) (= *hizo desperfectos).

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Esta clase presenta también un número importante de verbos de apoyo conversos. Sin extendernos demasiado en esta cuestión, conviene señalar aquí que, con este concepto, nos referimos a aquellos verbos que, combinados con los mismos sustantivos predicativos, permiten conmutar el orden de los argumentos oracionales sin que por ello se produzca cambio alguno en el significado39. Los enemigos causaron numerosos daños a los buques ––> Los buques recibieron numerosos daños de los enemigos.

El verbo de apoyo converso recibir es muy antiguo; se remonta, concretamente, al s. XIII. No es de extrañar, porque desde muy pronto se había utilizado también como verbo de apoyo apropiado de otras clases más específicas, como, por ejemplo –y entrando de nuevo en el ámbito jurídico, que tanta representación tiene en los textos medievales con los que contamos– la clase 40. E el rey derechero es como el río de agua clara el corriente, que se aprovechan todos d’él, e ninguno non rescibe d’él daño, si non en arredrar-se d’él. (1250).

39. Gaston Gross, 1989, define los verbos de apoyo conversos y estudia con detalle algunos de ellos en el caso del francés. La idea de las unidades léxicas conversas, en sentido más amplio, ha tenido enorme importancia en la semántica de corte estructural. Vid., por ejemplo, Lyons, 1995, 129. 40. Para un estudio de la evolución histórica de los verbos de apoyo apropiados a esta clase, vid. Rafael García Pérez, 2006.

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La selección del verbo sufrir se hace un poco más tarde (s. XIV) y solo a partir del s. XV encontramos combinaciones con el verbo padecer. El avariento menesteroso pobre es e daño padece sin gana. (1430).

En todo caso, los tres terminaron formando un paradigma bastante estable, hasta el punto de no haber llegado a entrar en conflicto en ningún momento de la historia y haberse mantenido, sin apenas cambios, hasta la actualidad. Dentro de esta clase se perfila una subclase particular, denominada , que se caracteriza por haber pasado, a lo largo del tiempo, de seleccionar el verbo de apoyo estándar hacer a seleccionar, casi exclusivamente, los verbos de apoyo conversos recibir y sufrir. En ese sentido, se puede decir que en la mayor parte de los contextos han dejado de considerarse acciones realizadas por un agresor (‘dicho o hecho afrentoso’’) y se contemplan hoy desde la óptica del agredido (‘pérdida del honor o de la honra’). Se trata de sustantivos como deshonra, deshonor, etc. Contrariamente a lo que sucedió con los elementos de la clase , estos sustantivos terminaron por bloquear tanto la selección del verbo hacer como la de su variante cometer. La combinación con el verbo hacer es muy antigua: Si una mulier ad aliam deschablenaverit pectet V solidos, si testimonias habuerit; et si testimonias non habuerit, juret ipsa mulier quod non fecit desonor (1134).

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A partir del s. XVI puede considerarse desaparecida esta combinación. Solo el sustantivo afrenta, que se introduce un poco más tarde en español (s. XIII), conserva el doble sentido de ‘dicho o hecho afrentoso’ y ‘deshonra’. Eso implica que en algunos casos se utilice hoy con sentido activo, si bien el verbo de apoyo es diferente. Hacer se mantuvo hasta principios del s. XX, momento en que termina desapareciendo, desplazado por su variante culta infligir, galicismo del s. XIX, como sabemos, conservado hasta nuestros días. La muerte del conquistador Guillén de Peraza a manos de los aborígenes, en 1487, tras la afrenta que infligió a una mujer guanche, tuvo graves consecuencias para la población indígena, muchos de cuyos jefes fueron degollados en la Plaza Mayor de la entonces llamada Villa de Palmas (San Sebastián de la Gomera). (1996).

Los sustantivos que se refieren al fuego tienen mucho en común con la clase anterior y, en principio, muestran la misma tendencia a seleccionar el verbo hacer como verbo de apoyo principal. Ca por esto escripto es, que ninguno non diga desu fijo que es loco o auiesso, el desafige en conceio, et so cobrimiento de mal enganno faga algun omne matar, o algun incendio o quema fazer, o otro qual se quiere danno. (1218).

El siguiente ejemplo es de 1997: Procure no hacer quemas controladas. Si las hace, remueva los vegetales alrededor del sitio escogido, para formar una barrera.

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Una palabra como quema no admite, hoy en día, ni el verbo cometer ni el verbo perpetrar, porque carece de uso en ámbitos jurídicos y tiene en la mente de los hablantes, a pesar del carácter negativo que parece desprenderse de algunos contextos, una consideración bastante neutra. En los contextos formales se prefieren, sencillamente, las extensiones de hacer de las que se ha tratado más arriba: realizar, efectuar o llevar a cabo. Además, han realizado la quema de tres banderas francesas y han arrojado botes de pintura azul y leche contra varios coches con matrícula francesa que se encontraban aparcados. (1997) 41.

La inclusión de alguno de estos sustantivos en el ámbito jurídico, sin embargo, hace que se adopten con facilidad los verbos de apoyo correspondientes a la clase 42. En este caso, el verbo hacer queda completamente excluido. El siguiente ejemplo procede del CREA:

41. Banco de datos CREA. 42. Naturalmente, el uso de la palabra incendio en un sentido más neutro determina que el verbo seleccionado pueda ser hacer, como se aprecia en el siguiente ejemplo del español de América (Chile): «La entretención más cruel era hacer incendios, quemábamos montañas de cardones. Eran lindos los fuego y nadie nos los prohibía». En España, curiosamente, la influencia del ámbito jurídico ha provocado la desaparición de las combinaciones antiguas con el verbo hacer, pues el significado del sustantivo parece haber adoptado una connotación negativa muy cercana a la idea de infracción: v. DRAE. «Incendio. Del lat. incendium. 1. m. Fuego grande que destruye lo que no debería quemarse».

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Los manifestantes emplearon palos y barras de hierro contra Fuerzas del Orden y ciudadanos rusos, «cometieron saqueos, incendios y se entregaron a todo tipo de desórdenes». (1987).

Como la clase es posible que estos sustantivos seleccionen también otros verbos de apoyo que originariamente eran operadores causativos. Los más importantes son, sin duda, ocasionar, causar y provocar, que empezaron a utilizarse a partir del s. XV y hoy en día no han desaparecido. Ahora bien, como en la actualidad, estuvieron siempre especialmente ligados al sustantivo incendio. Aunque este se ha interpretado, cada vez más, como puro predicado de acontecimiento, su uso como predicado de acción no ha estado excluido en ningún momento: …gentes que han asistido al incendio de sus viviendas por la célebre guardia… (1987).

En casos muy contados quema podía seleccionar el verbo causar, pero este uso, que parece meramente anecdótico, no ha sobrevivido. …y que con ser tan pequeño fuego, vemos cuán grandes quemas causa… (1589).

La combinación de hacer + incendio, a pesar de la fuerte competencia de los nuevos verbos, se mantuvo hasta finales del s. XVIII. La clase está compuesta por sustantivos que designan acciones con las que se pretende poner en ridículo a

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personas o cosas. La mayor parte han seleccionado desde los orígenes el verbo hacer y han seguido combinándose con él también en nuestros días. No obstante, en ocasiones encontramos excepciones en la lengua actual que solo pueden explicarse por un proceso de simplificación en la selección de los verbos de apoyo a lo largo de la historia. El sustantivo broma, que con el sentido de ‘chanza’ o ‘burla’ encontramos por primera vez en los textos del s. XIX, empezó a combinarse, ya desde entonces, no solo con el verbo hacer, como el resto de los elementos de la clase, sino también con el verbo gastar. Ambas combinaciones han llegado hasta la actualidad y se pueden encontrar fácilmente en la mayor parte de los documentos consultados, si bien parece apreciarse una cierta preferencia por el segundo.

La aparición en el s. XIX de la combinación gastar + broma no tiene nada de extraño, pues una gran parte de la clase se había visto sometida, desde mucho antes, a un enriquecimiento del paradigma de los verbos de apoyo. Ya en el s. XVI encontramos ejemplos de combinaciones como gastar burlas o gastar chanzas, quizás a partir de un sentido inicial del verbo que parecía recordar la idea de ‘tomarse la molestia’ y que había tenido antecedentes en otras combinaciones de palabras, como, por ejemplo, gastar tiempo. Naturalmente, hay que suponer que la gramaticalización tuvo especial éxito cuando el verbo empezó a combinarse –en el s. XIX , como ya se ha señalado– con el sustantivo broma, y en consecuencia, resistió mejor la tendencia regresiva del conjunto de la clase a seleccionar el verbo hacer de modo preferente.

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No obstante, algunos sustantivos de esta clase léxica seleccionaron de modo exclusivo el verbo hacer, como escarnio o befa. Ello nos muestra que no siempre todos los elementos de un grupo determinado, a lo largo de la historia, se han comportado de un modo totalmente homogéneo respecto a sus restricciones sintáctico-semánticas, contrariamente a lo que podría llegar a pensarse43. En cuanto a los verbos de apoyo conversos, el más importante es sufrir, que encontramos desde el s. XVI y que, como ya se ha señalado más arriba, se venía usando desde mucho antes como verbo apropiado a la clase . Desengáñame luego. Mira que no te creo, sino que es la mía. Cata, amigo, que no estoy para sufrir burlas. (1554).

En el s. XVII , se asocia ya a esta clase con cierta frecuencia el verbo padecer y solo a partir del s. XIX la mayoría de los sustantivos empiezan a combinarse con otros verbos extendidos en la lengua actual, como soportar y tolerar. 4.3.1.4. La clase incluye sustantivos que designan cualquier producción del entendimiento humano, con posibilidad de materializarse después en un determinado soporte. En este momento, encontramos predicados como carta, cédula, etc., pero a partir del s. XIII se irá amplian43. Esto no deja de tener interés para la organización de un diccionario histórico, pues, si en muchos casos es posible establecer relaciones amplias entre los verbos y las clases con las que se combinan, en otras será necesario hacer remisiones más concretas desde cada uno de los sustantivos a los verbos que seleccionan.

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do a otros del tipo salmo, canción, cuadro, libro, himno, poema, sinfonía, etc. Hasta el s. XII , por tanto, está especialmente extendido a los documentos oficiales, como se desprende de la mayor parte de los contextos del corpus. El siguiente ejemplo es de 1084: SUB Christi nomine et eius gratia. Haec est cedula quam facio ego domina Blasquita: mito ad Sanctum Joannem illa mea villa ab integro de Lizaorria…

Esta combinación del verbo hacer con la clase se mantiene con vigor tanto en la lengua general como en la literaria (e incluso en la especializada) hasta finales del s. XVI. A partir del s. XVII su uso empieza a decaer y, aunque en la actualidad se prefieran otras variantes, no ha desaparecido por completo. Es bastante habitual en contextos orales o en documentos escritos poco formales o no demasiado cuidados, si bien no es infrecuente que termine por pasar con cierta naturalidad a otros registros. Ejemplos como el siguiente no son raros en el corpus: Sin embargo, es capaz de hacer un gran poema político, «La derrota» en Poesía de paso, que es un comentario oblicuo ante la victoria de Eduardo Frei sobre Salvador Allende en las elecciones de 1964, seis años antes de su legítima llegada al poder. (1996).

Dentro de esta gran clase, podrían tenerse en cuenta algunas subclases importantes. La que se denomina seleccionó una variante sinonímica especialmente importante, el

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verbo escribir, heredado del latín scribere, utilizado con profusión desde los primeros siglos del castellano. Mucho más tardío es el verbo redactar, que empieza a utilizarse únicamente a finales del s. XVIII. Y verificados que fueron mis ajustes, torné a mi casa, donde ya me esperaba el oficial con seis o siete cartas redactadas en el ínterin, cuáles en prosa a la Chateaubriand, cuáles en verso a la Víctor Hugo, y todas alusivas a los diferentes objetos que remitía. V. gr., empezaba la del personaje… (1832).

Dentro de la subclase habría que situar la más específica , que seleccionó, además de hacer y escribir, el verbo otorgar muy pronto (al menos tenemos ejemplos desde el s. XI), y podía complementar perfectamente al verbo hacer: …la qual carta fue fecha e otorgada en Olit, sabbado, vint e siet dias en mayo, sub era millesima CCC.º XX.º e octava (1290).

En cuanto a la subclase , formada por predicados que designan producciones humanas de carácter científico o artístico44, además de hacer, seleccionó como verbo de apoyo apropiado componer, al menos desde el s. XIII :

44. Este es un caso claro de intersección entre las distintas subclases, fenómeno frecuente en la lengua. Entre las obras de creación se incluyen, naturalmente, producciones que al mismo tiempo pertenecen a la clase , junto a muchas otras que no formarían parte de ella.

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En el nomne precioso de la Santa Reína, de qui nasció al mundo salud e melecina, si Ella me guiasse por la gracia divina, querría del su duelo componer una rima. (1236-1246).

4.3.1.5. Los sustantivos que expresaban, de un modo u otro, la idea de conflicto seleccionaron, desde el principio, el verbo hacer. Se trata de una clase léxica amplia que incluye referencias a enfrentamientos considerados tanto desde el punto de vista físico como verbal. Podría denominarse .

guerra, batalla, pelea, riña, contienda…

El siguiente ejemplo es de finales del s. XII : Quando fo muerto el rei Sanç Auarca, regno so fillo, el rei don Garcia, en so logar. E fo muit buen rei e muit franc e muit esforçado, e fizo muitas batallas con moros e uencielas.

Como sinónimo, también desde muy pronto y con gran profusión, se utilizaba el verbo haber. Et si nullo homine habuerit batalla cum suo vicino, et per ipsa batalla filios de ipsos homines mataverit, parentes pectent omicidio. (1131).

De hecho, el verbo haber se había visto sometido, a lo largo de la Edad Media, a un proceso de desemantización generalizado que no pareció afectar, al menos en idéntica medida, a su sinónimo tener. Es muy posible que la competencia

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entre ambos verbos, que trataban de apoderarse del espacio sintáctico-semántico dejado por el antiguo habere latino, se resolviera, al menos en los primeros siglos del castellano, de un modo pacífico gracias a su aparición, cada vez más frecuente, en «distribución complementaria». Mientras el verbo tener se usaba más como verbo pleno, el verbo haber se usaba preferentemente como verbo de apoyo45. Naturalmente, es de suponer que la fuerza que empezó a cobrar el primero, por el hecho de haberse cargado de un mayor contenido semántico, hizo que, tras un proceso de confusión cada vez más frecuente entre las funciones de verbo de apoyo y verbo pleno, no siempre verdaderamente funcionales, terminara desplazando totalmente al segundo hasta dejarlo aislado como verbo auxiliar. No obstante, el uso del verbo haber como verbo de apoyo tuvo enorme éxito durante toda la Edad Media y se prolongó, al menos, hasta bien entrado el s. XVI. Otro verbo de apoyo utilizado desde casi los orígenes del español (s. XIII) es el verbo dar, si bien no todos los sustantivos de esta clase llegaron a combinarse con él. Se trata de un verbo más restringido, que aparecía con algunos predicados que hacían referencia a un enfrentamiento militar, como guerra o batalla. Non es pora buen rey tal cosa fazedera, podiendo entrar dentro de salir contra fuera; 45. Ver a este respecto Rafael Lapesa, 1981, 215. No obstante, existieron casos claros de alternancia de haber y tener como verbos de apoyo que podrían expresar matices interpretativos en el contexto. Es lo que parece apuntar Marie France Delport, 2004, 408-420, para algunos sustantivos de cualidad física o moral, de algunos tipos de acción y, sobre todo, de sentimiento.

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sea como Dios quiera, que biva o que muera, que quiero dar batalla a esta gent guerrera. (1240-1250).

Este uso tenía un antecedente inmediato en el sustantivo latino bellum, que ya en el s. XII seleccionaba, en algunos casos, junto al más común facere, el verbo dare. Es difícil determinar si se trata de un uso latino altomedieval que pasa al castellano o una influencia puramente romance en la lengua culta escrita. Ahora bien, con independencia de cuál sea la causa que motiva el paso del verbo hacer al verbo dar en este período de transición entre el s. XII y el s. XIII , es evidente que, tanto en el latín tardío como en el español, se limitaba al grupo de sustantivos más relacionados con la idea de ‘conflicto armado’. Iussitque alcaydis Toletanis et omnibus habitatoribus totius Extremi facere exercitus assidue et dare Sarracenis infidelibus bellum per singulos annos et non parcere civitatibus vel oppidis eorum, sed totum avindicare Deo et legi christianae. (1160).

Estas combinaciones no desaparecieron a lo largo de la historia, sino que se reforzaron e incluso se ampliaron a otros sustantivos utilizados solo contextualmente con la idea de ‘enfrentamiento armado’, como pelea. Et el Rey, pues vio que tenian aquestos tanto cansados, fizo por dar pelea a los de la villa con que los pudies algun poco crebrantar, et faulo con algunos de los ricos hombres et caualleros et pusoles III çeladas… (1376-1391).

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Muchas de estas combinaciones se han mantenido en la actualidad, aunque con más vigor y menos adulteradas en América que en España. En las variedades lingüísticas americanas encontramos con frecuencia dar (un) combate, dar (una) guerra, dar (una) pelea, dar (una) batalla… En el español peninsular se conservan, sobre todo, dar (una) batalla, dar la pelea (con escasa frecuencia), dar guerra y dar la guerra (como variante, también poco frecuente, de dar la pelea). Resulta de interés señalar que en España solo dar (una) batalla pervive como combinación sintagmática libre. Tanto dar la pelea como dar guerra y dar la guerra son estructuras fijas cuyo significado ya no se deduce de la suma de sus componentes46. Teniendo en cuenta, además, que en los dos dialectos han desaparecido algunas combinaciones de gran éxito en otros momentos del pasado, como dar (una) contienda, podemos decir que la selección de este verbo por la subclase ha perdido una cierta vitalidad. A pesar de la importancia de las variantes haber y dar como verbos de apoyo, hacer puede considerarse, sin duda, el más apropiado a la clase . Seguía, como se ha apuntado más arriba, una tradición que se remontaba al latín clásico y que no se había abandonado en el período altomedieval. En consecuencia, pasó con mucha facilidad al romance 46. Solo en registros literarios y con un cierto carácter arcaizante sigue utilizándose dar guerra como estructura de verbo de apoyo + sustantivo predicativo. El siguiente ejemplo procede de una obra de teatro de 1985: «RODRIGO. (Abalanzándose sobre Chanfalla, le hace caer y grita hacia todos los lados.) ¡Tente, Chanfalla! ¡Guarda la espada! ¡Alto la artillería! ¡Detened los caballos! ¡Cesad las cuchilladas y estocadas! ¡Los indios no pelean! ¡Atahualpa está preso y nadie nos da guerra!».

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desde los primeros momentos de su andadura. Este prestigio que le daba el hecho de reflejar un uso especialmente antiguo hizo que se conservara durante mucho tiempo. Al menos hasta el s. XVIII encontramos ejemplos abundantes y, aunque a partir de esta fecha empieza a decaer notablemente y un gran número de sustantivos se alejan cada vez más del viejo modelo, en la actualidad encontramos todavía algún vestigio tanto en el registro formal como en el coloquial, especialmente si se trata de predicados nominales de amplia difusión, como es el caso de la palabra guerra. Hoy es muy frecuente encontrar la estructura hacer (una) guerra y más a menudo, con carácter un tanto más fijo, hacer la guerra. Para hacer una guerra hay que tener un enemigo concreto y, cuando no hay uno, hay que crearlo para hacer posible el ambiente bélico y justificar la intervención. (2002).

Los demás sustantivos (batalla, contienda, pelea, riña, etc.) han dejado de seleccionar este verbo de apoyo: * Hicieron una batalla / contienda / pelea.

La sustitución del verbo hacer fue progresiva. Algunos de los verbos actuales que han invadido su terreno son, en muchos casos, bastante antiguos. El más genérico, entablar, de aspecto más incoativo, que se utiliza, en la actualidad, como verbo de apoyo apropiado a toda la clase, empezó a combinarse, con estos sustantivos ya en el s. XIII. El primer ejemplo que encontramos se remonta a Gonzalo de Berceo:

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Fueron todos pagados con esta pleitesía, qerién ir de buen grado en esta romería, acordáronse todos, fueron luego sue vía, entablar la batalla con essa muzlemía.

Resulta curioso comprobar, sin embargo, que este uso tan antiguo solo tuvo un desarrollo importante a partir del s. XIX. Entre los ss. XIV y XVIII asistimos a un decaimiento, si nos hemos de fiar de los ejemplos que nos ofrece el corpus, dispersos (no siempre se repite el mismo sustantivo) y poco numerosos. Su sinónimo librar es también muy antiguo (s. XIII), si bien se mantuvo como verbo de apoyo a lo largo de los siglos de un modo más regular. En ese sentido pareció hacerse con el liderazgo del nuevo paradigma que terminaría desplazando al tradicional hacer. En cuanto a trabar, a pesar de ser un verbo de uso muy antiguo en castellano (s. XII), su selección como verbo de apoyo de la clase se realiza solo a partir del s. XV. 4.3.1.6. La clase que podríamos denominar , compuesta por sustantivos predicativos que hacen referencia al hecho de asistir o apoyar a alguien en una circunstancia determinada, como ayuda, auxilio, merced, asistencia, etc., tuvo, durante un tiempo, un paradigma de verbos de apoyo muy amplio. Desde muy pronto alternaron dos verbos que, en la actualidad, discriminan claramente diferentes clases de predicados de acción: dar y hacer. Aunque es cierto que el primero fue desplazando rápidamente al segundo, no lo es menos que hasta el s. XV, a pesar de la reducción progresiva del número de ejemplos a medida que avanzamos en el tiempo, hacer se

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combinaba con esta clase con bastante naturalidad (aún encontraremos restos hasta el s. XVII): Otros clerigos missa cantanos et raçioneros beneficiados, alegando auer fecha aiuda a su seynor obispo en razon que la clerizia faze al Rey aiuda. (1350).

Esto explicaría que un sustantivo como favor, introducido como cultismo en español en el s. XIV, se prestara con igual facilidad a atraer como verbos de apoyo tanto a dar como a hacer. E pecan en fazer favor a los señores en las cosas que non conviene e ayudarlos en barajas malas. (1350). Antes les mandamos en pena de nuestra indignacion que den conssello, favor e hayuda al dito abbat, sus successores, al monesterio e a las guardas sobreditas que por ellos seran metidas cada que sian per vos o ellos requeridos. (1306).

Curiosamente, la mayor parte de los sustantivos de la clase se inclinaron por seleccionar de modo preferente el verbo dar y otras variantes estilísticas, como prestar, que se incorporó al paradigma a partir del s. XIV. Sin embargo, algunos de ellos no solo no abandonaron las antiguas combinaciones con hacer, sino que incluso bloquearon el paradigma e impidieron que dar y sus variantes pudieran utilizarse en los mismos contextos. Actualmente, por ejemplo, la combinación *dar un favor es imposible en español, del mismo modo que lo es también *hacer una ayuda.

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Muy relacionados con los anteriores, los sustantivos que hacían referencia a servicios o prestaciones, tanto si eran resultado de una imposición como si lo eran de una oferta personal, seleccionaban el verbo hacer con mucha frecuencia, contrariamente a lo que sucede en la actualidad. Para este momento de la historia del español, aparecen en el corpus abundantes ejemplos de palabras que designaban diversos servicios o prestaciones que o bien los vasallos o bien los campesinos debían a sus señores: serna, otero, montanera, mandadería, azofra, adria, annubda, facendera… Que non faciatis montanera ne fossatera ne nucio ne magnaria. (1095).

El uso es muy antiguo y se remonta al mismo latín altomedieval, de donde pasaría directamente al romance. Omnis etiam homo habitans in hereditate S. Salvatoris tam servus, quam liber, non faciat aliquod Fiscale servitium Regis, non reddat aliquid pro homicidio quod non fecerit, non rausum quamvis fecerit, non fosocaria, non carnicerias, non sigillum positum in haereditate S. Salvatoris, non portaticum in officinis Salinarum nec in piscationibus fluminum, vel maris. (857).

La sustitución del verbo hacer por dar y, sobre todo, por prestar, que tan habitual se ha vuelto en la actualidad, es más bien tardío. Los primeros ejemplos en que estos sustantivos seleccionan el verbo dar son del s. XIII. En cuanto a prestar, pasó a combinarse con estas palabras mucho más adelante, concretamente en el s. XIX, a pesar de que existían, desde mucho antes, antecedentes de su utilización como verbo de apoyo 90

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apropiado a la clase . En todo caso, en la lengua actual el verbo hacer no ha desaparecido por completo. Todavía es posible encontrarlo en algunos contextos. Cuando la necesidad o las amenazas le empujaban a ello, no vacilaba en hacer pequeños servicios a la autoridad, si bien, hasta entonces, no se había metido nunca en cuestiones políticas… (1975).

4.3.1.7. La clase , que agrupa sustantivos referidos a actos sociales que pueden contemplarse como resultado de una preparación al mismo tiempo que como simples acontecimientos y, en consecuencia, interpretarse como predicados de acción o como predicados de acontecimiento (fiesta, boda, misa, bautismo, memoria, concejo, corte, juicio…), seleccionó desde el principio el verbo hacer. Et qui present mulier de mandatione et fecerit uota in alio loco leuet hereditate de illa et qui fecerit uota si uoluerit faciat ibi seruitium pro illa et si non dimittat ea. (1017).

En la actualidad, las combinaciones con el verbo hacer no son raras, a pesar de que otros verbos han tomado el relevo como verbos de apoyo apropiados. El más conocido es, sin duda, celebrar, que había tenido uso en el latín altomedieval y que cada vez con mayor frecuencia se fue combinando con los sustantivos pertenecientes a esta clase. …preter sacerdotem suum quam debet mitere ad missas celebrandas, et illi clerici de villa decantent ibi alias oras diurnales et nocturnales et quiquid agere solent. (1102).

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No obstante, el paso del latín al castellano no fue inmediato. Los primeros ejemplos aparecen en el s. XIII, en los textos de Gonzalo de Berceo, todavía con una cierta reminiscencia de cultismo. Las tres cruzes tras éstas retraen otra gesta: las tres oras que fueron de tercia hasta sexta, quando en cruz fue puesta la persona honesta, onde omnes e ángeles celebran rica festa.

Celebrar se ha mantenido como verbo de apoyo a lo largo de los siglos y, en la lengua actual, es el más apropiado a la clase, tanto por el número de sustantivos que lo seleccionan como por la frecuencia con la que lo hacen. Como se ha señalado más arriba, la preferencia por el verbo celebrar no supuso en todos los casos el destierro definitivo de hacer. Así, hoy es posible decir hacer una fiesta y celebrar una fiesta, hacer una reunión y celebrar una reunión, frente a *hacer una misa / celebrar una misa, *hacer un aniversario / celebrar un aniversario, etc. Algunos sustantivos, como fiesta, comida, banquete, etc., admiten también el verbo dar47. Esta selección es bastante reciente; escasos ejemplos son anteriores al s. XVIII. En todo caso, el sustantivo fiesta, que puede considerarse prototípico, no selecciona el nuevo verbo de apoyo dar hasta el s. XIX. La subclase seleccionó especialmente, junto a hacer y celebrar, el verbo de apoyo oficiar al menos desde el s. XV. 47. Naturalmente, los sustantivos cena o comida tienen una doble faceta: el acto social de la cena o la comida y su contenido. Aquí solo nos referimos al acto social, ya que estos sustantivos no se comportan como predicados cuando se refieren a los alimentos.

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De lo qual se lee, que aquel noble Rey de Inglaterra llamado Adagaro fue a caça en domingo por la mañana, e su honesto capellan adereçóse para decir la misa segun solia, e estuvo asy grand pieça asy reuestido, e así mismo los cantores estuuieron esperando al Rey para ofiçiar la misa: e acaesçió que non solamente el Rey non falló la caça que tenian presta… (1454-1457).

Esta combinación se ha mantenido hasta la actualidad, aunque, con el tiempo, se fue ampliando el grupo de sustantivos predicativos apropiados. Junto a los oficios religiosos, nos encontramos hoy, quizá por un intento de imitar el carácter solemne de los actos religiosos, con que ciertas ceremonias oficiales suelen seleccionar también este verbo de apoyo, como inauguración, por ejemplo. 4.3.1.8. La clase específica del ámbito religioso , aunque desde el principio seleccionó preferentemente el verbo dar, verbo que se ha mantenido hasta la actualidad como cabeza de un paradigma enriquecido a lo largo del tiempo por numerosas variantes48 (impartir, dispensar, administrar, etc.), había venido admitiendo también el verbo hacer en dos circunstancias. La primera, cuando el sustantivo no generaba dudas acerca del sujeto (siempre un sacerdote): Clerici autem parrochitani a monasterio accipiat, et mysterium sacri baptismatis in parrochiis faciant. (1082).

48. Variantes de las que no me ocuparé en este trabajo por no estar directamente relacionadas con el verbo hacer.

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La terçera, que el bautismo non puede ser fecho sinon con agua e con las palabras sobredichas, esto se prueua por Ihesu Cristo, que non fué bautizado synon con agua e las palabras que sobrél fueron dichas… (1252-1270).

El propio sustantivo sacramento siguió esta tendencia: Pero devemos saber una cosa: que este sacramento non le puede fazer sinon saçerdote ordenado segund los sanctos padres mandan, pero puede dar el corpus Christi el diácono al enfermo de liçençia del propio saçerdote e do vee que es peligro. (1325).

La segunda circunstancia se daba cuando el sustantivo resultaba ambiguo y podía referirse tanto al sacramento en sí mismo como a la acción de quien lo recibe. En el primer caso se utilizaba el verbo dar; en el segundo, el verbo hacer. Otrossí quando alguno ua de vna tierra a otra, non sseyendo vezino de algún logar, puédesse conffessar a qualquier clérigo que aya poder de dar penitençia e de oyr conffessiones. (1250). E ovo y grant estrinimiento e oro al Criador Manases con tod so coraçon e repintios del mal que avia fecho e fizo sue penitencia grant delant el Criador. (1200).

El uso del verbo hacer como simple variante de dar (hacer un sacramento) no resultó nunca verdaderamente funcional y, por tanto, se entiende bien que terminara desapareciendo con una cierta rapidez (a partir del s. XVI no volvemos a encontrar ejemplos significativos). Por el contrario, la oposición hacer / dar en lo que se refiere a la selección por parte de los sustanti-

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vos que podían interpretarse no solo como el sacramento en sí mismo, sino también como la acción que realiza quien lo recibe, sí resultó lo bastante funcional como para que se conservara sin mayores problemas. En la actualidad, esta distinción sigue existiendo en algunos casos (administrar la penitencia / hacer penitencia). 4.3.1.9. La clase contiene sustantivos predicativos que hacen referencia a algún tipo de ofensiva militar. Entre ellos, en este momento inicial del castellano, encontramos en el corpus algara, azaria, cabalgada, honsata, hueste, azeifa… El verbo de apoyo seleccionado por todos es hacer. Responderunt probis hominibus de Barbastro quod Domnus rex Petrus simul cum eis prenderunt Barbastro et popularunt Barbastro ad bonos fueros quod non debebant facere hoste nec cavalgata nec ulla peita, nec malum censum dare. (1115).

Esta combinación se ha mantenido con una cierta fortuna hasta el momento actual. Aunque hoy es posible encontrar otros verbos que se considerarían más apropiados, los elementos de esta clase siguen seleccionando, sobre todo en registros orales y en registros escritos no demasiado formales el verbo hacer. Espero que Mohamed VI no se ponga también al lado de Bush para pedirle hacer un ataque preventivo a los saharauis y provocar otra guerra equivocada. (2003).

Algunos de estos sustantivos, como ataque, ofensiva o asalto, pasaron a seleccionar recientemente, en concreto a partir de

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principios del s. XX, el verbo de apoyo lanzar. Esta combinación se ha ido después extendiendo en el uso, hasta el punto de que puede considerarse hoy una de las más apropiadas. También lanza ataques contra el Partido Nacional Revolucionario y contra los que lo dirigen haciéndolos responsables de la falta de confianza de los trabajadores hacia los funcionarios públicos. En que queda todo el escándalo que hizo lombardo gritando con toda la fuerza de sus pulmones que los trabajadores que dice representar tienen confianza en el Gobierno y son muy amigos de todos los políticos. (1936).

Los sustantivos ataque, asalto y cualquier otro que pueda interpretarse se como una conducta puramente delictiva entran en intersección con los elementos de la clase y pasan a seleccionar los verbos de apoyo cometer y perpetrar, si bien no siempre en contextos jurídicos, como habría sido lo esperable. Es muy frecuente encontrar esta combinación en registros más generales, aunque siempre en la lengua escrita. Estas críticas surgen a raíz de los recientes ataques perpetrados contra los juzgados de Azpeitia y Tolosa el pasado 7 de setiembre. Respecto al atentado contra esta última sede judicial, la Sala de Gobierno del TSJPV critica la actuación de los servicios de desactivación de explosivos de la Ertzaintza ya que, según su versión, tardaron tres horas en llegar al lugar desde que fueron avisados.

Esto pone de manifiesto, como hemos visto en otros ejemplos, que no son tanto las formas léxicas las que imponen los

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criterios de restricción en la selección de los vocablos, sino los significados e incluso los sentidos de cada una de esas formas léxicas. 4.3.1.10. La clase , compuesta por sustantivos predicativos que hacen alusión a los frutos que alguien obtiene como consecuencia de una actuación determinada (ganancia, beneficio, provecho,…), seleccionó, desde muy temprano, el verbo hacer, pues los primeros ejemplos que encontramos se sitúan en las primeras décadas del s. XII : Et cavalgatores qui exierint de Calatayub, de ganancia quam fecerint, emendent plagas totas, et alcent cavallos, et donent una quinta de captivos, et de ganato vivo, et de totas alias causas non dent nata. Et si evenerit quod prendat captivo qui sit, rex, sit de domino rege, et de allio captivo sua quinta.

De ahí pasará directamente al castellano, como demuestran los abundantes ejemplos rastreados en el Poema de Mío Cid y otros textos que pueden fecharse a comienzos del s. XIII : Si a vós ploguiere, Minaya, e non vos caya en pesar, enbiarvos quiero a Castiella, do avemos heredades, al rey Alfonso, mio señor natural; d’estas mis ganancias que avemos fechas acá darle quiero ciento cavallos e vós ídgelos levar. (Cid).

Este uso se ha mantenido hasta nuestros días. Todavía hoy es frecuente, tanto en registros orales como escritos no marcados por su excesiva formalidad, encontrar esta combinación:

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Cariplo es una institución que no tiene como finalidad prioritaria ganar dinero a toda costa, hacer beneficios. Lo tiene que hacer, pero esta no es su finalidad principal. (1990).

No obstante, los elementos de esta clase han seleccionado también otros verbos que han terminado por convertirse en verdaderos verbos de apoyo apropiados y que los hablantes prefieren en contextos formales. Los actuales obtener y sacar guardan estrecha relación con el medieval haber, mencionado más arriba, que por su carácter de converso respecto a hacer y a dar se empleó con mucha profusión con un gran número de sustantivos de acción. Si nos perdiemos uno, ellos otros perdieron; ellos con este canbio ganançia non ovieron; si nos fizieron mal, ellos peor prisieron; dirán, si nos tornamos, que ellos nos vençieron. (1240-1250).

Hacia el s. XVI el verbo haber empieza a ser sustituido por sacar, que no tardará mucho en excluirlo del paradigma definitivamente. Aunque obtener aparece en algún ejemplo aislado también en el s. XVI, solo se consideraba una variante culta y latinizante hasta el s. XIX, momento en que empieza a usarse de modo amplio como verbo de apoyo apropiado a la clase. No está de más señalar que la introducción de obtener no resultó en ningún caso traumática ni sorprendente, por cuanto, al menos desde el s. XVI, el verbo tener había venido adueñándose también del espacio sintáctico-semántico dejado por el verbo haber. Como he señalado más arriba, la confusión entre de los antiguos valores de haber y tener en la mayor parte de los contextos y la tendencia posterior del primero a quedar relegado a mero auxi-

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liar de tiempo favoreció la selección del segundo como verbo de apoyo principal, con notable éxito en ocasiones, como ocurrió en el caso de la clase . La combinación con tener se ha mantenido hasta la actualidad y no parece encontrarse, por el momento, en peligro de extinción. 4.3.1.11. La clase agrupa sustantivos que hacen referencia a decisiones emanadas de una autoridad política o administrativa. Se trata de sustantivos con una doble faceta semántica, pues pueden interpretarse como textos escritos o como reglas abstractas. Naturalmente, solo en su segunda faceta es posible considerarlos predicados y, por tanto, incluirlos en este apartado. Son sustantivos como ley, decreto, fuero… etc. El hecho de que seleccionaran desde el origen el verbo hacer es consecuencia del uso que a lo largo de la Alta Edad Media se había hecho de esta combinación, como puede apreciarse en este pasaje de Isidoro de Sevilla, por ejemplo: Sub eodem quoque imperatore Falcidius tribunus plebis legem fecit, ne quis plus [in] extraneis testamento legaret quam ut quarta pars superesset heredibus. (Et. L. V, XV).

No obstante, también la combinación con el verbo dar había sido habitual, incluso desde los últimos tiempos del Imperio Romano, como parece desprenderse de este párrafo de Tertuliano: Sed ut congruit bonitati dei et aequitati ipsius utpote plasmatoris generis humani, omnibus gentibus eandem legem dedit,

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quam certis statutis temporibus observari praecepit, quando voluit et per quos voluit et sicut voluit. (Adversus Iudaeos, II).

En la Península Ibérica encontramos más ejemplos con hacer que con dar y los textos más antiguos en romance prefieren abrumadoramente la selección del primero. His etiam supra dictis terminis sic facimus decretum, ut illi homines, qui sub domino Abate, vel domina Abatissa Sancti Salvatoris Oniae, populaberint, et habitatores sub eius dominio fuerint, et serbierint ad Sanctum Salvatorem, potestatem habeant cum suo ganatu et omnibus suis peccoribus herbis pascuis tan isti quam illi alii, qui in decaniis fuerint Sancti Salvatoris… (1011).

Eso explica, sin duda, la preferencia de los sustantivos de la clase por este verbo de apoyo a lo largo de toda la historia. Ahora bien, como sucedió en el latín postclásico y altomedieval, la posibilidad de seleccionar el verbo dar estuvo presente desde muy temprano: al menos desde mediados del s. XIII encontramos ejemplos significativos capaces de demostrar que este verbo se había convertido en una unidad más del paradigma. E esta Sancta Trinidat, ante de la Incarnatión de Nuestro Sennor Ihesucristo, dio ley et ensenamiento a su pueblo por Moysén, et por los otros sus Prophetas et sus Sanctos, por que se pudiessen saluar. (1251-1255).

Conviene señalar que antes de esta fecha su uso es muy raro en la Península Ibérica y quizá no sea demasiado aventurado suponer que su incorporación al castellano como verbo de

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apoyo se deba a una influencia directa y un tanto más tardía de los textos latinos del Bajo Imperio y de los primeros filósofos cristianos, más que a una herencia directa de las construcciones habituales del primer romance, como la abundancia de datos sí parece demostrar en el caso del verbo hacer. En todo caso, el carácter un tanto «extranjero» de esta combinación dar + puede haberse hecho sentir a lo largo de los siglos y haber llegado hasta nuestros días, pues aun hoy se sigue prefiriendo, en la mayor parte de los contextos, el verbo hacer al verbo dar49. El sustantivo hacedor, derivado de hacer, a partir del s. XIII pasó a designar contextualmente, cuando se combinaba con los elementos de esta clase, la persona investida de autoridad política o administrativa para emitir resoluciones de este tipo. El fazedor de las leyes, en el fazer de las leyes, deue catar a Dios & a su alma, & deue seer percebido mucho en dar consejo, & deue seer paciente mucho a los menores, & deue seer comunal a los mayores & a los menores, que el que deue catar la salude de todos puédelos mejor gouernar en cuydado de todos que de pro de uno solamientre. (1250-1260).

El verbo dictar, que también es seleccionado por otra clase muy próxima a esta, la llamada , empezó a utilizarse con la clase a partir del s. XVI , aunque la forma léxica se introdujo en castellano como préstamo del latín bastante antes (s. XIII). En todo 49. En el CREA el número de ejemplos con el verbo hacer es, al menos, cuatro veces superior al de los ejemplos con dar.

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caso, parece bastante claro que la selección por los sustantivos de esta clase está muy vinculada a la primitiva con el verbo dar, de la que se presenta como variante, y no tanto con hacer. El verbo establecer se empezó a utilizar, como verbo de apoyo apropiado a la clase, desde el s. XIII y se ha mantenido hasta nuestros días. Mucho más reciente es la combinación con el verbo emitir, de marcado carácter culto y, por tanto, menos difundida en la lengua general, que encontramos solo en el s. XX. 4.3.1.12. La clase está compuesta por un número amplio de sustantivos capaces de designar actuaciones que esperan una respuesta y pueden hacerse explícitas siguiendo unos trámites previstos al efecto o, simplemente, manifestarse con especial formalidad en ciertos contextos reglados. Se dividiría a su vez en las siguientes subclases:



La subclase recoge sustantivos que hacen referencia a actuaciones en que se solicita la intervención de la justicia para solucionar un conflicto de intereses. Se trata de atribuciones formales de delitos o ilegalidades civiles, recursos y acciones jurídicas. En los primeros siglos del castellano encontramos sobre todo términos del tipo querella, demanda, calonia, rancura, achachia, reptatione… La selec-

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ción del verbo hacer como verbo de apoyo es muy antigua; se remonta a los primeros documentos romances: Et por ent qual ora fuere fecha la querella o la demanda ante los alcaldes, tomen recabdo aldehesero que lieue la demanda adelante, por que non se pueda componer con el querelloso; & depues que la querella fuere dada, que lo non pueda fazer. (1196).

Esta combinación, en general, no se ha mantenido, pues los sustantivos de la clase han venido seleccionando, cada vez con mayor frecuencia, el verbo formular, al menos desde el s. XVIII. Conviene señalar que, cuanto más especializado sea el significado del sustantivo, menos posibilidades existen de que se admita la combinación con el verbo hacer, incluso en contextos más generales. En la actualidad no son posibles las construcciones *hacer un recurso o *hacer una querella. Del mismo modo, algunos sustantivos de la clase, no ligados de modo exclusivo al campo del Derecho, pueden seleccionar, aunque no es frecuente, aún el verbo hacer en contextos menos formales, incluso si en el caso concreto cabe una interpretación jurídica. Sandra Mayhew, la maestra inglesa de veintisiete años, que a principios de este mes fue declarada inocente de comportamiento sexual indecente con un alumno de once años, ha sido readmitida en la escuela del condado de Sussex, donde daba clases hasta el pasado mes de abril. Había sido suspendida de empleo cuando el niño, hijo de un policía, hizo la denuncia. (1977).

En el ámbito exclusivamente jurídico, los elementos de esta clase seleccionan el verbo interponer. Se trata de un cultismo

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léxico introducido en español en el s. XV que sustituyó al anterior entreponer y que desde muy temprano, desde finales de la misma centuria, empezó a utilizarse como auténtico verbo de apoyo. Se ha mantenido, sin cambios significativos, hasta nuestros días. Al menos desde el s. XVI , los sustantivos de la clase empiezan a seleccionar, como verbo de apoyo, presentar. En un primer momento se había utilizado como un operador, de modo que ejemplos como el siguiente, fechados en el s. XV, no resultaban extraños: I a la capitana, ruego, de las onza mil donzellas, por su martirio y gran fuego quen la ffe touieron luego, te presenten mis querellas, pues que sé que son centellas y febras de oro muy fino, que relumbran como strellas, juntas y cada qual dellas, ante tu faz de contino.

Parece razonable suponer que su uso como operador dejó paso a un uso cada vez más frecuente como verbo de apoyo cuando el sujeto del sustantivo predicativo coincidió, cada vez con más frecuencia, con el del verbo; en ese sentido, en la mayor parte de los contextos, se interpretó como un sinónimo de hacer, o de formular, ya más adelante, una vez desaparecido el primero. En la actualidad, su uso como verbo de apoyo está fuera de toda duda.

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El verbo elevar, por su parte, no se ha utilizado en castellano como verbo de apoyo hasta fechas muy recientes. En realidad, los primeros ejemplos se remontan al s. XIX , y en ningún momento su aparición amenazó la supervivencia de sus sinónimos. Se ha conservado como una variante más formal, que no se combina con todos los sustantivos de la clase. Mientras la construcción elevar una denuncia, por ejemplo, es relativamente frecuente, *elevar una querella resulta imposible. Muy relacionada con la anterior, la subclase , formada por sustantivos del tipo petición, clamo, ruego, prego, etc., ha seleccionado siempre, desde los primeros conservados en castellano, el verbo de apoyo hacer. La posibilidad de solicitar o reclamar una cosa siguiendo unos cauces formales llevó aparejada la selección más tardía de los verbos de apoyo formular y presentar. En ese sentido, estos verbos constituyen meras variantes intencionales de hacer. En la actualidad, tanto hacer como sus variantes de intención aparecen con frecuencia en el corpus. Dentro de la clase encontramos una subclase particular denominada , constituida por sustantivos predicativos del tipo pregunta, demanda, cuestión, consulta, etc. Los primeros ejemplos claros son de principios del s. XIII : Buena es la pregunta, fecha bien a razón, Dios mande que·l demos buena responsïón, ca plázeli a omne mucho de corazón quando bien li recuden a la su questïón. (1228-1246).

Como el ejemplo pone de manifiesto, el verbo de apoyo apropiado a la clase era hacer. Esta selección léxica se ha man105

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tenido hasta la actualidad y, por el momento, no ha perdido su vigor. No obstante, como sucedió en las clases anteriores, la posibilidad de realizar la petición formalmente llevó a que el verbo formular se incorporara sin demasiados problemas al paradigma. La adopción del nuevo verbo de apoyo fue más bien tardía; concretamente, las primeras muestras textuales se sitúan en el s. XIX. Aquellas preguntas, formuladas tan sencillamente, hicieron que don Juan se pusiera pálido como un cadáver. (1867).

A la misma época se remonta la combinación con el verbo plantear que, como derivado de planta, se introduce ya en castellano bastante tarde (s. XVIII). Queda planteada [así] la cuestión: – ¿De qué color es una rosa? (1852-1882).

El verbo lanzar, más antiguo en lo que respecta a su forma léxica, empieza a ser seleccionado por algunos de los sustantivos de la clase también a partir del s. XIX. En este caso, se trata de combinaciones más restringidas, pues no todos los predicados nominales de esta clase recurrieron a él con la misma facilidad. Es sobre todo el sustantivo pregunta el que mayor éxito ha tenido, tanto en el pasado como en la actualidad. – ¿Entendéis vos latín maestro? dijo don Juan, dirigiéndose á Basilio, a quien sorprendió aquella pregunta, lanzada a quema ropa. (1867).

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En cuanto a la subclase , formada por sustantivos del tipo oración, rezo, jaculatoria, etc., que pasó del ámbito eclesiástico a la lengua general, junto a los verbos de apoyo más generales hacer y decir, seleccionó también, a partir del s. XIII , el verbo rezar (más raramente el verbo orar). Allí terré jejunios, faré aflictïones, ploraré de los ojos, rezaré oraciones, martiriaré las carnes, cavo de vervenzones, ca metrá en mí mientes en algunas sazones. (1246-1252).

Esta combinación, que puede considerarse la más apropiada a la subclase, se ha conservado hasta nuestros días. El sustantivo oración seleccionó también el verbo pronunciar, pero no lo hizo el resto de los elementos de esta subclase con la misma naturalidad. La combinación pronunciar + oración se remonta al s. XVI : El undécimo aviso es que orando demandes al Señor la gracia de la devoción pronunciando vocalmente la oración con fe y crédito, que el Señor te concederá lo que le demandares. (1528).

Si es verdad que encontramos ejemplos de combinaciones con otros sustantivos a lo largo de la historia (rezo, jaculatoria, etc.), lo cierto es que solo oración recurre a él en la actualidad con cierta frecuencia: Allí, junto a la escena de la adoración de los Reyes Magos, el arzobispo pronunció una oración. (2001).

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4.3.1.13. La clases , cuyos predicados nominales se refieren a la acción o a las acciones realizadas por una persona para encontrar, bien una cosa material o puramente intelectual, bien a otra persona (pesquisa, busca, búsqueda, investigación, inspección, etc.), y la clase , compuesta por sustantivos que designan la acción misma de encontrarlas (hallazgo, descubrimiento, etc.), seleccionaron desde el s. XII el verbo hacer. En estos momentos iniciales del castellano aparecen en el corpus, casi exclusivamente, los sustantivos relacionados con el campo del Derecho. …esso mismo otras en las aldeas, en que esten demjentre los pesqueridores fizieren la pesquisa; & que sean entre tanto saluos & sseguros en ellas delas goteras adentro… (1196).

Esta combinación no desapareció nunca y todavía hoy se considera la más apropiada. En los textos especializados y en el ámbito periodístico, el verbo hacer alterna, sin embargo, con las variantes estilísticas realizar y efectuar, como sucede con muchas otras clases de predicados nominales de acción. Más interesante resulta señalar que los sustantivos pertenecientes a la clase fueron seleccionando, a lo largo de la historia, una serie de verbos de apoyo puramente aspectuales que no se han combinado del mismo modo con los elementos léxicos de la clase . La razón se encuentra, sin duda, en el hecho de que los primeros son de naturaleza durativa, mientras que los segundos son puntuales. La variante incoativa apropiada es emprender, que ya empieza a combinarse con algunos de estos sustantivos a partir del s. XVI , aunque solo a partir del s. XIX parece generalizarse. 108

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Y quando el acudir agora, con nuevas persuasiones, a no dexar a Vuestra Merced hazer mudança del intento que tuvo en emprender un estudio y trabajo tan grande y animarle para ofrecer el fruto d’él a los ojos y varios pareceres de todo el mundo… (1590).

Una de las variantes reiterativas más frecuentes es intensificar, cultismo bastante reciente en la historia de nuestra lengua (s. XVIII). Se introdujo como variante de apoyo reiterativa de los predicados de acción durativos en general y, entre ellos, los de la clase . Los ejemplos concretos de esta selección léxica que nos ofrece el corpus no son anteriores al s. XX. Cultismo también y, como el anterior, bastante reciente, es la variante terminativa apropiada a la clase: el verbo culminar (s. XIX). 4.3.1.14. Algunos sustantivos que se utilizaban para expresar determinados sentimientos, como alegría, tristeza, duelo, podían combinarse con el verbo hacer. En este caso, la construcción tenía el sentido no tanto de experimentar una sensación, sino más bien de realizar acciones capaces de dar muestra de un determinado estado de ánimo. Se trataba de una combinación que había tenido un gran éxito en el latín altomedieval, principalmente con el equivalente del castellano alegría: laetitia. Los ejemplos son abundantes: Et directa est salus et pax magna in universo regno suo, et omnes habitatores coeperunt aedificare domos et plantare vineas et omnia arbusta et populare totam terram, quam rex Aragonensis destruxerat, et facta est magna laetitia in omni regno suo, qualis non fuit ex quo rex Adefonsus, avus suus, defunctus est usque ad tempus illius. (1160).

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Ejemplos de este tipo pasarán al castellano. Ya en el poema de Mío Cid podemos leer: ¡Dios, cómmo fue el Cid pagado e fizo grant alegría!

Este uso se mantuvo hasta el s. XVII. A partir de finales de esta centuria puede considerarse raro y en el s. XVIII casi desaparecido. 4.3.1.15. La clase , que recoge sustantivos predicativos referidos a la acción de transmitir una información precisa como consecuencia de una petición, ya sea ésta explícita o implícita, como testimonio, fe, respuesta, explicación, información, mensaje, comunicado, etc., seleccionaron desde el principio el verbo dar. Entre los siglos VIII y XII encontramos sobre todo términos del ámbito jurídico que suponen la transmisión verbal de unos hechos atestados. Aunque el verbo dar se utilizó en la mayoría de los casos, era frecuente que alternara con el verbo hacer. Es difícil determinar si este último se había convertido en una variante seleccionada por todos los elementos de la clase, porque el corpus no nos ofrece todos los datos. Podemos estar seguros de que, al menos, algunos de ellos tuvieron especial éxito, como sucedió con el sustantivo testimonio: Et si el aduogado o el procurador que vna vez leissare el pleyto, non puede de todo empararlo ni fazer testimonio en exe mesmo pleyto (1130).

La combinación de hacer + testimonio se mantuvo con cierto vigor al menos hasta el s. XVIII. En algunos textos ame-

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ricanos aparece incluso en el s. XIX , pero ya parecía haber entrado en un período de decadencia. En la actualidad, puede considerarse desparecida. El sustantivo testimonio y algunos otros integrados en el ámbito del Derecho seleccionaron, con independencia del verbo soporte genérico que hubieran adoptado como más apropiado en la lengua general, un verbo de apoyo más específico que los reunió en una clase definida por su especialización y que necesariamente entra en intersección con las clases genéricas más amplias: . Como elementos de esta clase, juramento, declaración o testimonio seleccionaron el verbo de apoyo prestar. Esta combinación de palabras se remonta al s. XV (prestar juramento), aunque la selección de este verbo por parte del sustantivo testimonio fue más tardía (s. XIX). …logró al cabo ganarse a un criado infiel, que prestara testimonio de las íntimas relaciones del reo fugitivo con el severo magistrado… (1860).

El verbo decir resultó apropiado a algunos elementos de la clase también desde muy temprano, lo que no era de extrañar, pues resultaba especialmente compatible con el contenido semántico general de sus predicados nominales. …e como fueron apedreados los vieios por el falso testimonio que dizien. (1200).

Esta combinación de palabras quedó fijada en el ámbito religioso, si bien únicamente para el sintagma falso testimo-

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nio. No podemos olvidar que uno de los diez mandamientos, por ejemplo, se formulaba del siguiente modo: «no dirás falso testimonio ni mentirás». En la actualidad, sin embargo, no es frecuente, aunque a principios del siglo XX todavía es posible encontrarlo en textos procedentes de las variedades americanas del español. …a ella se vence por el hecho incontrastable que colma la fe de las generaciones y de los tiempos, y que se funda en el testimonio incontestable que dijo san Pablo… (1911-1925).

Como se ha señalado más arriba, la selección del verbo dar por los elementos de la clase fue mucho más habitual desde los primeros tiempos del romance. …ante que les sea tomada la yura la otra firma sea quita de la yura & de dar testimonio, & aquella firma que la otra parte quiso desechar yure que ha la quantia… (1196).

En la pugna con el verbo hacer, salió victorioso y en la actualidad se considera el verbo de apoyo genérico más apropiado a toda la clase. En algunos casos ha creado incluso estructuras con una gran fijación sintáctica, como es el caso de la expresión dar fe. 4.3.1.16. Con el sustantivo justicia, el verbo hacer se utilizó muy pronto50. Tenía el sentido de aplicar las leyes para castigar 50. En siglos posteriores encontramos algunos otros sustantivos, como derecho, por ejemplo, que terminarían desapareciendo.

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al responsable de un delito o restituir en su derecho a quien se había visto privado de él. Et todo omne qui matare heredero uel filio de heredero de la uilla, pectet el coto de la uilla, et si non faciant iusticia & per tal heredero ut habeat casa propria in Madrid & uinea uel hereditate. Et iste tal heredero qui matare ad (Fol. 12 v.) morador qui tenuerit casa ad alquile, pectet XX.ti morabetinos. (1141).

Esta construcción se ha mantenido inalterada hasta la actualidad, si bien en nuestros días ha sufrido una tendencia a quedar fijada en una expresión bastante rígida desde un punto de vista sintáctico: hacer justicia. Lo más frecuente, por tanto, es que se emplee sin artículo en la mayor parte de los contextos. De esta estructura y este significado se ha derivado también el sentido de ‘tratar a uno según sus méritos’. A pesar del éxito de la combinación hacer + justicia, el sustantivo empezó a seleccionar otros verbos, de los cuales los más importantes son, sin duda, impartir y administrar. El uso del primero es muy reciente. Los primeros ejemplos son de principios del s. XX. Quizá por influencia de la construcción hacer justicia, también aquí se prefiere el uso del sustantivo sin artículo. No obstante, la estructura no está fijada sintácticamente. Orellana también se refirió al juicio oral, que será otro de los mecanismos que vendrán a ayudar al impartimiento de la justicia. «Este nuevo sistema es un proceso revolucionario, porque los jueces que se encargan de impartir la justicia ya no lo harán encerrados en un cuarto, sino con testigos y se hará a la luz pública», amplió. (1997).

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Mucho más antiguo es el verbo administrar, que empezó a utilizarse como verbo de apoyo en el s. XIV. …qual iustiçia administrauan sus iutges alos pueblos. & quando los misatgeros delas gentes estranyas uinien a el husaua de uiles uestiduras… (1387).

Esta combinación se ha conservado hasta hoy, con mucho más éxito que cualquiera de las precedentes, pues ha servido incluso para denominar uno de los grandes órganos del Estado: la Administración de justicia. En su utilización como mero verbo de apoyo, se prefiere también el uso del sustantivo sin artículo. Nosotros pedimos formalmente que los jueces tomen cartas en el asunto y administren justicia tras las oportunas investigaciones sobre el uso y el destino que se ha dado a miles de millones de pesetas que son de todos… (1980).

4.3.1.17. La clase recoge sustantivos que designan determinadas acciones consideradas ajenas a las leyes de la naturaleza, principalmente como resultado de la intervención divina. Se trata de sustantivos del tipo milagro, maravilla, prodigio, etc. Como el resto de los sustantivos de acción, esta clase seleccionó, desde los mismos textos del latín altomedieval, el verbo hacer (facere miraculum). De ahí pasaría directamente a los textos castellanos: Assí Nuestro Ssennor Ihesu Cristo quando se leuantó del ssuenno de la muerte, ffué la boz tamanna desta marauilla que

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ffiziera que todo el mundo lo oyó e lo sopo; que él sse leuantó con tan grant ffuerça que quebrantó los inffiernos e ssubió a los çielos. (1252-1270).

La selección del verbo hacer se ha mantenido hasta nuestros días. No obstante, a partir del s. XV, un nuevo verbo de apoyo vino a enriquecer el paradigma de la clase: obrar, que también en la actualidad sigue utilizándose, especialmente en contextos formales de la lengua escrita. …y esta pinto con vn anillo puesto en el dedo: que ahun la guardan en el oratorio: y por que obraua diuersos milagros: venian a ella muchos cristianos: boluiendo alegres para sus casas. Era llamado el oratorio de paula y luchas. (1498).

4.3.1.18. La clase genérica denominada incluye predicados que designan inversiones de dinero en sentido amplio, es decir, una salida de caudales con la intención de obtener algo a cambio. Se trata de sustantivos del tipo missiones, costas, despensas, gasto, etc. Como en la actualidad, seleccionaron desde el principio el verbo hacer: Et si redrar non quisiere & fazer sano aquello por que fue fiador, quel peche otro tanto & tan bueno con las missiones que fizo & con todo quanto por ello pecho. (1196).

A partir del s. XVI empezó a usarse también, como verbo de apoyo, tener. En ese sentido, asistimos a un cambio de perspectiva, pues se reduce la agentividad propia del antiguo predicado de acción.

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Y todos estos señores saben que no há muchos dias que estábades pobre, y no podíades sostener el estado que sosteníades cuando era viva la Reyna; y á la causa os dimos mil quinientas libras, y dijistes haberlas gastado en aderezar las tres naos; y agora vemos que teneis mayor gasto que jamás; pues esto no se puede hacer sin gran suma de dineros. (1549-1554).

La incorporación de tener al paradigma de los verbos de apoyo apropiados a la clase no significó la desaparición de hacer que, todavía en nuestros días, sigue utilizándose en la mayor parte de los contextos. De hecho, ambos verbos alternan con absoluta naturalidad en el discurso cotidiano, dependiendo de la intención de cada hablante. 4.3.1.19. Los sustantivos que designaban la acción de dar o transmitir una determinada cosa y que constituyen la clase denominada seleccionaron, al menos desde el s. XII , el verbo hacer. Entre ellos, y a lo largo de la historia del español, encontramos ejemplos como pago, entrega, libramiento, transmisión, repartimiento, regalo, adjudicación, etc51.

51. Algunos sustantivos, como regalo, se utilizan también como argumentos, pero en ese caso, son seleccionados por el verbo pleno dar. La presencia de uno u otro verbo, por tanto, revelaría la condición del sustantivo en cada caso y su significado real. Hay ocasiones en que, siendo el sustantivo un predicado polisémico (p.ej. atribución) la selección del verbo hacer supone su actualización como miembro de esta clase (hacer atribución de una cosa), mientras que la selección del verbo dar solo se produce cuando se actualiza el otro significado (‘poderes’), reforzado además por la morfología, pues el sustantivo se construye entonces en plural (dar atribuciones a alguien).

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…daquel que fuere rebelle en cada pleyto que fuere yudgado porellos aplazo demostrado; pero aquel que fuere en çerrado fiziere paga asu contendedor ante que el alcallde uaya fazer la entrega, non ha por que auer el mr. del entrega el alcallde. (1196).

Esta clase conservará el verbo hacer como verbo de apoyo genérico hasta nuestros días. Volverá con el nuevo siglo para hacer entrega a Joane Somarriba de un premio por los éxitos conseguidos el año pasado por la corredora vizcaína que hizo doblete al conseguir ganar Giro y Tour. (2001).

Como en muchos otros casos, estos sustantivos, en contextos formales y, sobre todo, en documentos escritos, han seleccionado también las variantes realizar y efectuar, a las que nos hemos referido más arriba (4.3.1.1.): Aunque siete mujeres tapadas con velos negros protestaron ante las puertas de la venerable Paulskirche, donde se realizó la entrega del premio, apenas una cincuentena de personas abuchearon a la galardonada, que se pronunció sin ambigüedades contra la condena al escritor Salman Rushdie. (1995).

4.3.1.20. La clase formada por sustantivos que se referían al hecho de partir o dividir una determinada cosa y que, en este momento, estaban principalmente integrados en el ámbito jurídico (aludían sobre todo a los repartos de bienes inmuebles por motivos de herencia), seleccionó desde muy antiguo el verbo hacer. Se trataba de términos como, división,

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partición, separación etc. En muchas ocasiones, se hallaban en intersección con los de la clase anterior, pues algunos de ellos podían implicar también un acto de entrega. Los primeros ejemplos son del s. XII. Toda partiçion que el padre o la madre fiziere con sus fijos ante los parientes que sus fijos ouieren de la otra parte & heredaren la rrayz que les ujniere del otra ode la madre finada, uala, los herederos estando delante & otorgando & connosçiendo… (1196).

Esta combinación se ha mantenido hasta la actualidad. Hay que tener presente que el ámbito de uso de estos sustantivos es hoy más amplio, pues no designan solo realidades relacionadas con el campo del Derecho. En ese sentido, es muy probable que lo fuera también, aunque carezcamos de datos precisos, entre los siglos VIII y XII. El enriquecimiento de los contextos en que han ido apareciendo estos sustantivos a lo largo del tiempo no ha supuesto un cambio en la selección del verbo de apoyo: Pero principalmente podemos hacer una división clara en las proteínas. (1992).

4.3.1.21. La clase , que en este momento estaba representada por el predicado homónimo, aunque con el tiempo se irá ampliando con la incorporación de palabras como obligación, deber, compromiso, etc., seleccionó, desde muy temprano el verbo hacer: Si sieruo de alguno fiziere debda o fiadura sin mandado de su sennor, el nj su sennor non sean tenjdos de responder por ello,

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si non fuere sieruo que compre & uenda por mandado o por consentimjento de su sennor. (1196).

Desde el s. XVI , el verbo de apoyo apropiado contraer se empezó a combinar frecuentemente con esta clase y, poco a poco, terminó desplazando a su competidor más antiguo, hasta hacerlo desaparecer a finales del s. XIX: …y atento que, si se permitiese, sería desentablar la granjería, de la cual ha de resultar el beneficio público, ordeno y mando que en las deudas que se contrajeren de aquí adelante desde la publicación de esta ordenanza… (1574).

En la actualidad la combinación contraer + es la más extendida, al menos en los textos escritos. 4.3.1.22. El sustantivo perdón, que en la actualidad forma parte de una clase más amplia, junto a otros predicados como absolución, indulto, amnistía, gracia, etc., caracterizada por seleccionar, como verbo de apoyo apropiado, dar y, sobre todo, las variantes estilísticas conceder y otorgar, seleccionó desde muy temprano el verbo hacer, como se pone de manifiesto en el siguiente pasaje del Cantar de Mío Cid: –Merced vos sea e fazednos este perdón: iremos en poder de mio Cid a Valencia la mayor, serémos a las bodas de los ifantes de Carrión e de las fijas de mio Cid, de don Elvira e doña Sol.–

Se trató, por tanto, de un uso peculiar, pero de gran éxito durante toda la Edad Media. Solo en el Siglo de Oro empieza 119

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a decaer para terminar desapareciendo, definitivamente, en el s. XVIII. La tendencia a seleccionar el verbo dar y sus variantes estilísticas fue, no obstante, antigua, pues los primeros ejemplos ya aparecen en el s. XIII : Éste libró a David del osso, del león; mató al filisteo, un sobervio varón; por esti fue Judea quita de Babilón. ¡Dessós’ matar agora por dar a mí perdón! (1236-1246).

4.3.1.23. Los sustantivos que designaban acciones relacionadas con el trabajo cotidiano seleccionaron desde el latín altomedieval el verbo hacer. En este momento encontramos sustantivos como labor, plantación, postura, rotura, curtamento, imparzatione, etc., a los que, con el tiempo, se irán incorporando el resto de acciones más especializadas relativas a las tareas propias de los distintos ámbitos laborales: agrícolas (poda, siembra, recolección…), pesqueras (pesca, calamiento...), ganaderas, técnicas (embalaje, reglaje…) etc. Et in Area Patriniani ad S. Martini invenimus ipsa civitate ex ruina desolata, et fabricavimus ipsa ecclesia S. Martini, et fecimus culturas et laborem et cum illa omnia hereditate quem cludit mino in circuitu de ipsa civitate; et in ribo Notone, in caput agua iuxta Penniolla, fabricavimus molinos cum omnibus suis intramentis, et tradimus ad acclesia S. Emeteri. (800).

El uso del verbo hacer se ha mantenido hasta la época actual, alternando, como en otras clases, con las variantes más formales efectuar y realizar, introducidas en siglos posteriores.

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4.3.2. Hacer como verbo de apoyo de estado Como pronominal, hacer forma parte de los llamados «verbos pseudocopulativos» y, dentro de estos, a los «de cambio de estado o resultado»52. Al igual que ocurre en la actualidad, en estos primeros siglos de nuestra lengua puede ir seguido de un sintagma nominal sin determinante o un sintagma adjetivo. En el primer caso, lo seleccionaban sustantivos que designaban un determinado oficio o dedicación y que podríamos englobar, teniendo en cuenta su evolución posterior, con el nombre de . Ipse, autem, Gutisculus caecus, compunctus timore Dei, fecit se monachum in Sancto Ioanne de Pinna, in diebus Domni Paterni, abbatis secundi, et posuit illum monasteriolum secum in Sancto Ioanne (1094).

También otros pertenecientes a una clase más amplia y que podían incluir en su significado la idea de ‘doctrina’ o ‘ideología’, como hereje, delincuente, ladrón… : Otrossi si sse fiziere herege… (1196).

Es posible encontrar también algunos sustantivos deverbales en –dor con sentido agentivo, que pertenecerían a la clase

52. Los verbos pseudocopulativos constituyen una clase especial que se caracteriza por haber perdido una parte importante de su contenido semántico, lo que hace que hayan sido considerados verbos de apoyo a todos los efectos.

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, interpretados en esta época, sobre todo, como papeles jurídicos (fi ador, deudor, etc.) 53 : Qui mercado fecerit coiat fiador et debdor per hereditate o per aliqua causa, et per otro iudicio fi ador non se faciat, sin fiadura acabet illo (1179-1184).

Tampoco eran extraños los sustantivos de la clase denominada , como vecino, amigo, enemigo, vasallo, etc. …et quisierit se facere nostro vicino primun compleat suo judicio, et postea intret vicino. (1144).

La combinación con adjetivos, en los primeros siglos del español, puede considerarse más amplia que la actual; en primer lugar, hacerse era seleccionado, por la mayoría de los predicados de individuo, es decir, predicados dotados del rasgo [-perfectivo] o del rasgo [+- perfectivo], como cortés, discreto, fuerte, grande, claro, brillante, luciente, etc., incluidos los adjetivos de color y defectos físicos que hoy no suelen admitirlo54 : Et los que fazen el paper meten della en ello; porque se faze blanco & mas luzient. (1250).

53. Se trata de una clase muy problemática. Muchos sustantivos acabados en –dor dieron lugar a nombres de profesión, lo que implica que tengamos que incluirlos en la primera de las clases mencionadas, y los restantes pueden interpretarse casi siempre como adjetivos. 54. Es, al menos, la conclusión a la que llega Margarita Porroche. Tomo la referencia de Yuko Morimoto y María Victoria Pavón (en prensa).

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También podía ser seleccionado por algunos que presentaban el rasgo [+ perfectivo] (predicados de estadio), como enfermo, sano, limpio, lleno, maduro…55, al menos hasta los Siglos de Oro. E dizen que en la fiesta d’aquell año en que Josep fue preso que se fizo enferma doña Zulaime su señora, e dixo a su marido cómo era doliente… (1275).

Por otra parte, se mostró poco inclinado a combinarse con participios (indicarían el estado resultante de un cambio) y, de hecho, no encontramos ejemplos, salvo algún caso aislado, como preñada, que aparece por primera vez en el s. XIII y que se mantendrá hasta finales del s. XVIII : Y en el mes de Noviembre, a 26, parió mi esposa el quinto hijo en Cádiz y sexto y último de mi familia, que aunque se hizo preñada otra vez, después malparió, y así que don Narciso vió lo que malparió, dijo que no pariría más y así fué. (1705).

Hay que poner estos usos en relación con otros verbos del mismo tipo, como tornarse, existente también en este momento, que van a constituir el modelo de lo que será esta estructura pseudocopulativa. Tornarse procedía del latín tornare (‘pulir un objeto dándole vueltas, redondear’), y los primeros ejemplos 55. Rasgos que, en cierta medida, permiten distinguir también los usos de ser y estar (Fernández Leborans, 1999, 2428 y ss.). Es difícil determinar históricamente, teniendo en cuenta las características del corpus, el número exacto de los sustantivos de este grupo que en el pasado seleccionaban la variante de apoyo aspectual hacerse.

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son bastante antiguos (s. X). Ya a finales del s. XII tenemos constancia de que había adquirido esta nueva orientación semántica y aspectual (proceso de cambio de estado, fundamentalmente de carácter incoativo). Fue seleccionado prácticamente por las mismas clases de sustantivos humanos predicativos, aunque fueron especialmente recurrentes las que he denominado y . Coñoçuda cosa sea a todos los omnes qui esta carta viren cómo yo Martín Joán, fijo de Joán Pérez de Torieno, me torno vasallo de la casa de Santo Turibio a bien fazer con el mio solar que yo fizi en Lano en Arguenaves…

Al igual que la variante aspectual más antigua, tornarse fue seleccionado por adjetivos de individuo y de estadio56 , aunque a partir del siglo XVIII –y salvo casos de arcaísmos usados en el ámbito de la literatura– puede considerarse que queda establecido el paradigma actual. El siguiente ejemplo es del siglo XVI : Paréceme de pasada reprehender gravemente al error o malicia de aquéllos que corren de corrido al mancebo en verle tener empacho y tornarse colorado por algo que hizo no bien hecho o dijo no bien dicho, y no le tienen por hombre de palacio, pues que a su sabor de ellos no es bien desvergonzado. (1528).

El caso de volver, voz también bastante antigua, es un tanto diferente, porque su uso como verbo de cambio de estado 56. En cuanto variante aspectual de los adjetivos de estadio, los ejemplos encontrados en el corpus son más numerosos que en el caso de hacerse.

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se iniciará bastante más tarde; concretamente, hacia finales del s. XV. Ninguno de los dos, ni volverse ni tornarse, desapareció con el paso del tiempo, a pesar de que se trataba de dos sinónimos evidentes. Lo que sí sucedió fue que, poco a poco, y paralelamente a la evolución de la acepción ‘regresar’, compartida también desde el principio por ambos verbos, volverse fue sustituyendo a tornarse en los contextos más frecuentes de la lengua general, hasta el punto de que el segundo terminará relegado, fundamentalmente, al lenguaje literario. Aunque hacerse, tornarse y volverse actuaron como sinónimos en muchos contextos, sufrieron algunos procesos de reestructuración. Mientras hacerse se mantuvo hasta nuestros días como verbo de apoyo aspectual apropiado a las clases , y , aun cuando el número de sus elementos –especialmente en el caso de las dos últimas– haya podido variar a lo largo del tiempo, tornarse y volverse se vieron seleccionados en menor proporción, y cada vez más con una idea de menor control por parte del sujeto57. Es significativo, además, que el sustantivo exija, en la actualidad, la presencia del artículo indeterminado: …lo que él censuraba hasta casi volverse un dictador, y aun cuando en su fuero interno se sentía bastante abochornado por su propio comportamiento… (2001).58

Esta idea del mayor o menor control ejercido por el sujeto, que parece diferenciar a hacerse de sus sinónimos tornarse y 57. Vid. a este respecto, y para un análisis sincrónico, Morimoto, Y. y M. V. Pavón (en prensa). 58. Banco de datos CREA.

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volverse, es también importante para comprender la evolución de los adjetivos y su combinatoria, en algunos casos más rígida que la de los sustantivos. Aunque algunos que en principio son de escaso control, como los de la clase (joven, viejo, anciano...), admitieron tanto hacerse como volverse (hacerse / volverse viejo), muchos en los que el sujeto no es controlador tendieron a seleccionar solo el segundo (volverse calvo, mudo, ciego, loco59…) al igual que en la actualidad: Mal abogado es el que a pleiteante pobre se vuelve mudo… (1550).

Los adjetivos de color también seleccionaron cada vez más volverse (a partir de los Siglos de Oro), aunque todavía encontramos ejemplos con hacerse hasta bien entrado el siglo XX. Adviértase que éstas se usaban, como Strábon dice, para la navegación fluvial o lacustre. Sal purpúrea, que al molerla se hace blanca. (1945-1972).

En cuanto al verbo poner, que ya se usaba en el s. XII , experimentará un cambio semántico en el s. XV. Solo a partir de ese momento aparece representado como verbo pseudocopulativo 59. El caso del adjetivo loco es bastante particular, pues, a pesar de seleccionar cada vez con mayor frecuencia (y a partir del s. XIV) estar, también se interpretó aspectualmente, con toda probabilidad, como una propiedad del sujeto, lo que hizo que se combinara, al menos desde el s. XV, con tornarse y, desde el s. XVI, con volverse, pero no con ponerse: «Habrás de volverte loco, / si en llorar no haces pausa» (1599-1622). Quizás haya contribuido a ello el hecho de que la antigua combinación con el verbo ser, la más extendida en los primeros siglos, se conservara, al menos, hasta finales del s. XIX.

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de cambio de estado. La diferencia con respecto a los anteriores es que ponerse se combina con adjetivos de resultado generalmente transitorio60 y no fue nunca seleccionado por sustantivos humanos predicativos. Este se agravaba de día en día, y a veces se ponía furioso y mordía aun los vasos de plata con que habían reemplazado por esta razón los de cristal. (1790).

Con este uso, sustituyó a las combinaciones similares con hacerse y tornarse: Y la Princesa se puso colorada con mucha vergüença y no pudo responder de presto; y después de un poco cobró algún esfuerço y dixo […] (1511).

Ponerse, por otra parte, fue seleccionado, cada vez más, por predicados prototípicamente de individuo, pero reinterpretados contextualmente como estadios. Se trata generalmente de adjetivos pertenecientes a clases del tipo , como hermoso, guapo, rubio, calvo, etc., , como agrio, verde, etc., o , como inteligente, cortés, galante, cariñoso… …que por esso se dize, que el pan esté bien seco, o se tueste en el horno, con que no se ponga moreno… (1611).

Otros verbos de esta clase, como quedarse, que introduce la idea de estado resultante de un cambio, o permanecer, con60. Violeta Demonte y Pascual José Masullo, 1999.

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CAPÍTULO PRIMERO

servarse y mantenerse, que se utilizan para denotar la permanencia en un estado, empiezan también a utilizarse con este sentido entre los siglos XIV y XV. Quedarse terminará sustituyendo definitivamente a hacerse en los escasos usos con participio que se habían conservado desde el s. XIII. E después que ovistes complido vuestro querer, dexístesle: «Yo creo que quedáis preñada». (1400-1498).

Como ponerse, quedarse también empezó a combinarse, desde los Siglos de Oro, con adjetivos de las clases o que se interpretan en sentido negativo como pérdida de una determinada propiedad61. Que finge que es el que se queda ciego; Que de la luz del mago anillo el baño Así el seso mayor turba el sosiego […] (1624).

El verbo hacer, por tanto, es uno de los primeros en utilizarse como pseudocopulativo y, junto a tornar, va a constituir un modelo importante para el resto de los verbos que, posteriormente, se irán integrando en este grupo. Esta estructura sintáctica ha tenido especial éxito en español, pues se ha mantenido sin interrupción, a lo largo de los siglos, hasta nuestros días. 61. Vid. Yuko Morimoto y María Victoria Pavón (en prensa). Curiosamente, y como señalan las autoras para el español actual, los antónimos o términos de estas clases interpretados como adquisición de una propiedad, tendieron a seleccionar, también desde el siglo XVI, ponerse: quedarse delgado / ponerse gordo; quedarse débil / ponerse fuerte.

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CAPÍTULO 2

EL VERBO HACER EN EL S. XIII 1.

ALGUNAS REFLEXIONES ACERCA DEL CORPUS

E

L SIGLO XIII CONSTITUYE un momento importante de inflexión, pues en él supera el castellano las vacilaciones de sus primeros siglos de andadura y sienta las bases que contribuirán a orientar definitivamente su evolución posterior. Desde el punto de vista de los textos, se presentan, al menos, dos novedades dignas de interés. La primera es que nos encontramos con un número mucho más elevado de documentos conservados, lo que provoca, necesariamente, un aumento considerable de los ejemplos en que el verbo hacer aparece en el discurso62. La segunda tiene que ver con el hecho de que en la lengua escrita, en este período, se distingue casi perfectamente entre el latín y el español, de modo que puede considerarse desaparecida la ambigüedad de las formas léxicas tan característica de la etapa anterior. En general, las formas fazer, ffa-

62. Sigo utilizando el CORDE como base de datos para mi estudio. El número aproximado de palabras con las que contamos para este siglo se sitúa entre los ocho y los nueve millones, frente al millón escaso de la época anterior.

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CAPÍTULO SEGUNDO

zer, façer, faser, etc., que tratan de representar, de un modo u otro, el sonido resultante de la palatalización de la antigua velar oclusiva sorda /k/, se imponen en la gran mayoría de los casos a las formas más cercanas a las de la lengua madre. Aun cuando puedan persistir algunas concomitancias entre la representación gráfica del latín y el castellano, el entorno léxico no deja lugar a dudas respecto a su interpretación. Por otro lado, la morfología flexiva es plenamente castellana. En los ejemplos siguientes resulta muy claro determinar si un texto está escrito en castellano o en latín: En el logar tercero facemos petición que la su voluntat, plena de bendición, como es en el cielo, do non entra ladrón, assí sea en la tierra, aya tal unïón. (1228-1246). …apud Vallem Oleti insimul congregati, habito inter nos diligenti tractatu, facimus sive constituimus unionem sive fraternitatem in hunc modum: Ordinamus et stabilimus, et observare bona fide promittimus, pro omnibus defunctis, ut quarta feria post festum Trinitatis fiat anniversarium annuatim. (1282).

Los casos de mezcla de latín y español no son numerosos y, cuando se dan, las dos lenguas tienden a diferenciarse (constituyendo oraciones o párrafos independientes e incontaminados) dentro del mismo texto. Los ejemplos más frecuentes son las posibles intercalaciones en pasajes claramente castellanos de fórmulas jurídicas heredadas de los antiguos documentos, si bien podría tratarse también, simplemente, de intentos de

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EL VERBO HACER EN EL SIGLO XIII

traducción formularia desde el romance que no siempre llegan a dar sus frutos: …et yo don Miguel et uxor mea Maria Gomez, facimus cartam venditionis et roborationis vobis Domingo Martin, dayan, et al cabildo de la egresia de Salamanca, de la meatade de una casa con so sobrado que nos avemos a San Gil, de la qual vos avedes la otra meatade; et determina en una parte la cal que vien de San Gil pora porta del rio; et ex alia la cal que va pora San Salvador, et en esta misma parte determinan las casas de Domingo Roman; et ex alia parte que va pora porta de mio las casas de donna Lorença. (1249).

No obstante, a pesar del aumento del número de documentos fechados en este período histórico y de su carácter plenamente castellano, no podemos obviar que, como sucedía en los siglos anteriores, los textos del corpus son, en su mayor parte, de carácter jurídico. El CORDE está constituido, en un 95%, por documentos pertenecientes a este ámbito de especialidad, y solo un 5% está formado por otras obras, principalmente de carácter científico, doctrinal o literario. Es importante tener en cuenta este dato para no ser víctimas de un optimismo desmedido que nos llevaría a hacernos una idea equivocada del estado de nuestra lengua en este momento histórico. Como señalé en el capítulo precedente, un corpus de estas características resulta escasamente representativo, pues no garantiza el equilibrio entre los diferentes ámbitos de especialidad, registros lingüísticos o incluso variedades diatópicas, y no puede considerarse, ni mucho menos, un reflejo fiel de la riqueza de una lengua en el pasado. A lo

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CAPÍTULO SEGUNDO

sumo, arroja una luz sobre una de las muchas caras del complejo poliedro que esta conforma, y no siempre la más significativa. Ello supone aceptar que los resultados que obtengamos tras el análisis detallado del corpus son incompletos, al menos en dos sentidos: a) Si podemos reconstruir significados que el verbo hacer tenía efectivamente en el s. XIII o combinaciones léxicas de las que este formaba parte de un modo evidente, no podemos saber, sin embargo, si esos significados reconstruidos o combinaciones léxicas eran los únicos posibles o existieron otros. b) El hecho de que algunos significados del verbo hacer o algunas combinaciones como verbo de apoyo aparezcan por primera vez en este momento histórico no indica, necesariamente, que se trate de verdaderas novedades lingüísticas. Podría tratarse de fenómenos semánticos o de combinatoria léxica bastante más antiguos que no han tenido su reflejo en los textos hasta este instante, bien porque no se integraban en una cierta tradición escrita, o bien porque los documentos que supuestamente habrían podido recogerlos no se han conservado.

Sin perder de vista estas consideraciones, expondré a continuación las novedades que presenta el verbo hacer en el s. XIII , como verbo pleno y como verbo de apoyo, respecto al español primitivo. Se omitirán los significados y las combinaciones léxicas que tienen sus raíces en los siglos anteriores, pues su evolución a lo largo de la historia de la lengua ya se hizo en el capítulo anterior, al mismo tiempo que se especificaba si llegaron a desaparecer en algún momento concreto del

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pasado o se han mantenido hasta el presente. Se sobreentiende, por tanto, que significados como el de ‘producir una nueva realidad inanimada y material’, presente ya en el latín altomedieval y en los primeros testimonios romances y conservada hasta la actualidad, formará parte, necesariamente, aunque no se mencione de modo explícito, de la estructura semántica del verbo hacer en el s. XIII. 2.

EL VERBO HACER COMO VERBO PLENO

2.1. Con un sentido próximo al del actual ‘preparar’, que podríamos parafrasear como ‘dejar una cosa en condiciones adecuadas para poder servirse de ella’, el verbo hacer empezó a seleccionar en este momento sustantivos como lecho, cama o tálamo y, sobre todo, yantar (más adelante sustituido por comida) o cena. Diéstesme yantar buena, fiziéstesme buen lecho, gradézcovoslo mucho e fago grand derecho, non vos querrié peor por esti vuestro fecho, nin terrié otra saña, nin vos avrié despecho. (1264).

Este significado lo convertía en sinónimo parcial del verbo aderezar, que también al menos desde el s. XIII había tenido el mismo sentido, aunque el abanico de sustantivos argumentales regidos por este era bastante más amplio. Hacer, por tanto, presentaba mayores restricciones de selección. Una de las razones posibles podríamos encontrarla en el hecho de que el significado más general de ‘producir una realidad inanimada y material’ (vid. 3.1 del capítu-

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CAPÍTULO SEGUNDO

lo anterior), enormemente difundida desde el latín clásico, que permitía seleccionar todo tipo de sustantivos concretos, bloqueó en cierta medida la posibilidad de interpretar el verbo con el sentido de ‘disponer’ en muchos de los contextos. De hecho, incluso en algunos de los ejemplos extraídos del corpus en que aparece el sustantivo lecho, por ejemplo, el verbo hacer podría interpretarse tanto con la idea de ‘preparar’ como con la de ‘fabricar’, es decir, ‘producir un mueble completamente nuevo utilizando los materiales adecuados’. Hay casos en que la única interpretación posible es la segunda: …el pilar tinto de colores a figura de corales enseridos en el por muchos logares. & cuentan otros que ell alcoba toda /2/ era fecha de corales. & fizo fazer un lecho de fierro todo muy emblanquido. & mandol todo engastonar de piedras preciosas de muchos colores. (1280).

Este significado de ‘disponer’, a pesar de los riesgos de ambigüedad, no desapareció nunca, si bien tampoco logró extenderse a un número tan elevado de sustantivos como los seleccionados por sus sinónimos (en primer lugar aderezar, como hemos señalado, y más tarde preparar). Es interesante tener en cuenta que las construcciones en que aparecía el verbo hacer con este sentido se fueron lexicalizando desde el punto de vista pragmático ya desde el mismo s. XIII , y no es de extrañar que, en la actualidad, las combinaciones de verbo + sustantivo con esta orientación semántica suelan reclamar la presencia del artículo determinado (hacer la maleta o hacer las maletas, hacer la cama, hacer la comida, hacer la habitación, etc.), que tiene casi valor de posesivo y que da a entender

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que el objeto se halla especialmente relacionado con el sujeto (un objeto integrado en el mundo personal del sujeto que de un modo habitual este prepara). La ausencia del artículo, fuera de contexto, podría provocar interpretaciones ambiguas en el mejor de los casos o bloquear totalmente la correspondiente a la idea de ‘disponer’. Juan hizo la maleta (preparó) // Juan hizo una maleta (fabricó) 63

Derivado de este significado general de ‘preparar’, parafraseable como ‘dejar una cosa en condiciones adecuadas’, encontramos también en este momento un sentido un tanto particular (‘arreglar o cortar con cierto arte’). Se trataría de una restricción semántica que se aplica, por un lado, a ciertos elementos del cuerpo humano capaces de dar una imagen social de cuidado y limpieza o de desaliño, como la barba, las uñas, etc, y por otro, a ciertas partes equivalentes del cuerpo de los animales, como el pico o las garras. Al igual que en el caso de los sustantivos anteriores, estos nombres también están precedidos necesariamente del artículo determinado. Asy commo dionisio tirano que tanto era el themor y la sospecha que auja que nunca se dexaua Raer la barba con grand themor que auja de las nauajas & sospecha que le degollarian & 63. Naturalmente, en un contexto extralingüístico muy delimitado no existiría riesgo de ambigüedad y el verbo se interpretaría con el significado de ‘disponer’ sin dificultad alguna. Si Juan tiene varias maletas y solo ha preparado una puede afirmar delante de su interlocutor: «He hecho una maleta». Por eso me permito establecer una distinción entre una lexicalización pragmática y la lexicalización sintáctica, más estricta a todos los efectos.

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CAPÍTULO SEGUNDO

tomaua vn carbon ençendido & faziase la barba conel por non dexar tañer su barba a njngund alfajeme (1293).

Con ciertos reparos podría aventurarse la hipótesis de que la selección de los sustantivos que designan las partes del cuerpo humano es anterior a la de los nombres referidos a los animales, pues los ejemplos correspondientes a estos últimos aparecen más tardíamente en el corpus (s. XIV). Podría tratarse de una extensión por analogía. Otro sy quando le fizieres el pico fazlo con buen tiento non le saques sangre njn le llegues al maslo. Otro sy las vñas sy altanero es trayalas cortas & sy garçero es non gelas cortes. (1386).

Esta restricción semántica no se ha visto sometida a modificaciones a lo largo de la historia. Los ejemplos conservados atestiguan su pervivencia hasta bien entrado el siglo XX. En la actualidad, las combinaciones hacer la barba, hacer el pico o hacer las uñas no son muy frecuentes. Encontramos algunos casos, ciertamente, pero se limitan a los textos literarios y no es raro que se desprenda de ellos un regusto arcaizante64. 2.2. Derivado del significado de ‘producir’ y, por analogía, tal vez, con el de ‘engendrar’, estudiado en el punto 3.3 del capítulo anterior, el verbo hacer aparece en el s. XIII combinado con sustantivos que, como sujeto, designan plantas o tipos de plantas y, como complemento, las partes que estas pueden ge64. En el CORDE he encontrado sólo dos ejemplos de hacer la barba, ambos en textos literarios.

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nerar como consecuencia de un proceso natural de crecimiento o de la influencia de los ciclos estacionales. Era normal, por tanto, que el verbo hacer se combinara con sustantivos como fruto, flores, hojas, raíces, etc. E conviene al sesudo que requiera el amor del su amigo con fermosa obra e con buen requerimiento, assí como requiere el ome el su fijo quando nasce, e el árbol quando lo plantan, que faze fructo, segunt el buen requerimiento que le fazen. (1250).

Este significado se extendió hasta el s. XVII , tras haber seguido un lento proceso de decaimiento. A partir del s. XIV, estos sustantivos fueron seleccionados, cada vez más, por el verbo echar, que había aparecido ya en castellano al menos en el s. XII y que con su nuevo significado alcanzaría notable éxito, hasta del punto de haber llegado no solo a desplazar por completo y relegar en el olvido al verbo hacer, sino a mantenerse en el uso habitual hasta nuestros días. Su sinónimo dar es más antiguo y convivió sin demasiados problemas, desde finales del s. XIII , con el verbo hacer. No obstante, su empleo parece menos generalizado en este momento (pues se combina, sobre todo, con el sustantivo fruto). Solo a partir de finales del s. XV y principios del s. XVI , paralelamente a la progresiva desaparición de hacer, parece seleccionar otros sustantivos que designan partes de una planta, aunque los ejemplos son menos numerosos que los correspondientes a echar. Interesa tener en cuenta aquí que el verbo hacer, con este significado, se combinaba con el sustantivo fruto metafóricamente al menos desde mediados del s. XIII.

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E non se aprovecha con el saber el que furta, ca esta vileza non puede seer si non en la mala alma, en la que non cresce el saber nin faze fructo. (1250).

Puesto que la metáfora afectaba al sustantivo, preferentemente, esta construcción no se vio sometida a un proceso de lexicalización. La sustitución del verbo hacer por echar y dar hizo que se prefiriera cambiar la forma léxica del predicado. En la lengua actual, con el mismo sentido metafórico, se utiliza solo dar fruto. Quizá la exclusión del verbo echar tenga que ver con sus restricciones semánticas, pues se refiere únicamente a la idea del desarrollo de ciertas partes de una planta. El verbo dar permitía activar un significado más amplio que podría parafrasearse como ‘producir de modo natural’ y que abarcaría una realidad mayor (dar leche, dar trigo, etc.). Probablemente ese significado resultara más adecuado al objetivo perseguido por la unidad fraseológica, donde el sustantivo fruto no aludiría tanto al ‘producto derivado del proceso de fecundación de una flor’ como al ‘producto de la tierra en general’. Vinculado también a ese sentido primitivo de ‘producir’, aunque con una orientación más causativa, conviene tener en cuenta un posible subsentido, muy cercano a la idea actual de ‘originar, dar lugar o producir involuntariamente’. El verbo hacer seleccionaba un complemento directo constituido por un sustantivo material que, de un modo u otro, se consideraba íntimamente dependiente, en una relación de causa-efecto, del sujeto (generalmente un ente inanimado y material). En el s. XIII aparece el sustantivo sombra, pero más adelante se ampliará el paradigma con nuevas palabras, como humo, espuma, sangre, pus, etc.

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Los árbores que facen sombra dulz e donosa son los santos miraclos que faz la Glorïosa, ca son mucho más dulzes que azúcar sabrosa, la que dan al enfermo en la cuita raviosa. (1246-1252).

Este sentido se ha conservado hasta la actualidad, especialmente con el sustantivo sombra que, además, ha dado lugar a una expresión fija, con sujeto y complemento humano, de gran éxito (hacer sombra a alguien). Los ejemplos de su empleo como construcción libre son, sobre todo, americanos: Los rascacielos altos hacen mucha sombra, pero es una sombra distinta a la de los árboles. A mí me gusta más la sombra de los árboles, porque tiene manchitas de sol y además se mueve. En la sombra de los rascacielos cunden las caras serias y la gente que pide limosna. En la sombra de los árboles cunden los pastitos y los bichitos de San Antonio. (1982).

No obstante, su uso es mucho menos frecuente que en los primeros siglos de andadura del castellano. Ya a lo largo de la historia se había ido abandonando progresivamente, pues el significado inicial perdió vigor absorbido, sobre todo, por el verbo producir, que se remonta, al menos, al s. XVIII65 : 65. En este momento se produce su plena difusión. Existen algunos ejemplos más antiguos, escasos y menos claros en cuanto a su interpretación: «…donde hay volcán o volcanes, y debe correr adelante otras cincuenta a la de Guatimala, donde están tres juntos; pero todos son de la manera del de la isla de Sicilia, escuras y con bocas estrechas, por las cuales producen humo y de cuando en cuando revientan y echan huego y la ceniza desparecen por muncha distancia de tierra». (1527-1550)

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Estos se avanzaban en situacion casi horizontal, y extendian sus frondosos ramos hasta tocar las moreras, los nogales, y otros frutales del ribazo opuesto; de modo que los caminos y senderos quedaban defendidos del sol por la fresca sombra que producían los árboles. (1797).

Aunque producir ha conservado de modo indiscutible este sentido hasta nuestros días y, por tanto, se usa con notable frecuencia, algún otro verbo intentó también apropiarse de él. Es el caso de dar que, quizá por analogía con su empleo como operador causativo y su amplio significado de ‘producir de un modo natural’ –aplicado, como hemos visto, a la tierra, a las plantas y a los animales–, provocó una nueva interferencia con hacer. Sin embargo, no recuperó todos los sustantivos; seleccionó, preferentemente, sombra, al que ha quedado asociado en la actualidad en la mayor parte de los contextos. Los primeros ejemplos son del s. XVI , momento en que todavía alternaba sin muchos problemas con hacer: Acostumbran los indios en Nicaragua, tener lugares diputados para el tiánguez (que quiere decir mercado), donde se juntan a sus contractaciones e ferias e truecos, e allí tienen dos, tres e cuatro árboles destas ceibas para hacer sombra; y en muchas plazas o tiánguez, dos o tres ceibas, o cuatro, bastan para dar sombra a mill e dos mill personas, e así ponen las ceibas, segund es mucho o poco el concurso de la plaza o tiánguez. Aqueste árbol así grande que en esta isla llaman ceiba, como he dicho, se llama en la provincia de Nicaragua poxot, y en otras partes tiene otros nombres. (1535-1557)

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2.3. En conexión directa aún con el significado de ‘producir’, encontramos en el s. XIII, por primera vez, un sentido relacionado con la función vital de la excreción. Hacer significaba algo así como ‘expeler [los excrementos o la orina]’ y, en consecuencia, alternaba con otros verbos, como cagar o mear. Evidentemente, el sujeto podía ser tanto un ser humano como un animal: …que si muchol dura sera en grand periglo. & si el primer dia non fiziere camara o orina tomen las raizes de los yedgos & las raizes de .ia. yerba quel dizen espada fedient & otro de malvas & cozerlas en el agua & fazer bever al cavallo un vaso della & pues que la oviere bevida cubranle bien & faganle traher un poco por que escalient; & si a poca de ora non fiziere estiercol o orina denle desta misma agua otra vez a bever. (1275).

En general, las expresiones que fueron surgiendo posteriormente tendieron a fosilizarse y acabaron conformando, por tanto, frases hechas que han llegado hasta nuestros días. En el s. XV encontramos ya eufemismos importantes como hacer sus necesidades: …y lo más es, que ese mesmo Dios andaba entre las tiendas del pueblo judiego cuando en el desierto y por las calles de ellas, por lo cual mandaba que saliesen todos hacer sus necesidades fuera de los reales, pues no podrían estar tan limpias aquellas calles, que no hubiese en ellas muchas inmundicias y suciedades. (1487).

Naturalmente, con el paso del tiempo, se incorporaron a la lengua general otras construcciones, como hacer de vientre, hacer del cuerpo, etc. No obstante, el verbo no perdió su 141

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capacidad de seleccionar libremente sintagmas nominales que desempeñaran la función de complemento directo. La introducción de cultimos en castellano, del tipo micciones, excrementos, deposiciones fecales, etc., no siempre dieron lugar a estructuras fosilizadas. Algunos de estos términos se remontan al s. XVI : Al revés acontesce siendo el preñado de hembra, que, por la mucha frialdad y humidad de su sexo, come muy poco y hace muchos excrementos.

Más adelante aparecerán expresiones eufemísticas propias del mundo infantil como hacer caca o hacer pis, por ejemplo. 2.4. El significado de ‘formar una determinada cantidad’ aparece también, por primera vez en el s. XIII. En el corpus encontramos ejemplos que se refieren al número de partes que componen una determinada realidad y, especialmente, al número de unidades monetarias o de medida constitutivas de otras unidades mayores. …et que nos dedes cad’anno por renda, veynte et cinco morauedis d’esta moneda nueua, que nuestro sennor el rey manda agora fazer, que es por enblanquir, que faze çinco sueldos el morauedi, et que nos los dedes cad’anno dentro en el monesterio de Onna aduchos a uuestra cuesta et a uuestra mission… (1277).

Un poco más adelante, en el s. XV, aparecen ejemplos en los que el verbo hacer, por extensión, se utiliza para expresar el resultado de una operación aritmética.

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Item a Johan d’Otal, quon su caballyo e armas, por seys días a precio de seys sueldos por día, fazen XXXVI sueldos… XXXVI sueldos. (1472).

Este significado se ha mantenido hasta principios del s. XX con absoluta naturalidad y, en algunos casos, incluso hasta nuestros días, si bien con un cierto tono arcaizante. ¿Cuántas pesetas hacen 12 reales, 19 reales y 24 reales? (19041905).

No obstante, otras fórmulas, preferentemente con los verbos ser y dar, han desplazado en la actualidad, en casi todos los contextos propios de la lengua estándar, a las antiguas con hacer. Analicemos si en promedio se tardan 10 minutos por cada automóvil, aunque con base en la experiencia es más, se evalúan 30 automóviles por hora, esto multiplicado por 50 (número de Verificentros) nos da un total de 1,500 autos por día… (1996).

2.5. Aunque es posible que este sentido estuviera ya presente en el primer romance, heredado directamente del latín altomedieval, en este momento encontramos abundantes ejemplos en que el verbo hacer selecciona sustantivos colectivos o individuales en plural (en general, designadores de grupos armados) con un significado cercano al actual ‘reunir’. Aunque la lista se irá ampliando con el tiempo, en el s. XIII aparecen en los textos, sobre todo, los sustantivos naves, flota, hueste, etc66. 66. Difícil es el caso del sustantivo hueste, que incluyo en este grupo con prudencia. Por su ambigüedad resulta difícil de determinar en algunos con-

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Estonçes enbio a so hermano que auie dexado en Egipto quel mandaua sin ningun detenemiento que ayuntasse todos los nauios que pudiesse fallar en Alexandria & en Damiata & que fiziesse grant fl ota & la basteciesse bien de yente & de armas & de viandas & que la enbiasse a la cipdat de Baruc… (1293).

El verbo hacer era, por tanto, sinónimo de otros verbos extendidos en el uso desde antiguo, como, por ejemplo, ayuntar:

textos si se trata de un predicado (‘operación guerrera’) o de un sustantivo concreto (‘ejército’). Desde el latín altomedieval, acompañado por el verbo hacer, designaba en la mayor parte de los casos un tipo de actividad militar, como tuve ocasión de señalar en el capítulo anterior al incluirlo en la clase de los sustantivos predicativos de acción, y con tal sentido pareció conservarse durante largo tiempo. Así sucede también en numerosos ejemplos extraídos de los textos del s. XIII, del que este podría ser una muestra: «En todos aquellos bollicios & trastornamientos que auemos contados fasta aqui. Reys & de regnos. & de tierras. & de yentes. el regno de Roma non fallamos que ouiesse obedescido nin al Rey Alexandre. nin a otro Rey ninguno & estidosse sobressi. pero nunqua quedando de fazer guerras & huestes & batallas (1280)». En otros casos parece un sustantivo concreto, lo que conduce a interpretar el verbo hacer de modo diferente: «…metudos so el poderio de philippo. ayuntado el las muy fuertes compannas de caualleros & de omnes a pie. & los grandes abondos dessas compannas; fizo hueste que non podie seer uençuda (1280)». Si el verbo hacer aparecía acompañado de un sintagma preposicional, la interpretación se orienta más fácilmente hacia este sentido: «Aqui se comiença el iuego del grant Açedrex que fue fecho en Jndia a semeiança de como los Reyes Antigos solien fazer sus huestes de caualleros & de peones & pararlos todos en Azes por amostrar sus poderes & que los temiessen mas sus enemigos (1283)». En su uso pronominal podemos encontrar también algunos ejemplos bastante claros: «…los de uenecia quando ouieron uarrunt que los de Roma uinien contra ellos. asonaronse todos & fizieronse grant hueste & salieron contra ellos. & lidiaron». (1280).

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Ca la amaua mucho ademas que el non auja en aquella sazon muger. Et commo qujer que le enbiase rrespuesta que le plazie mucho con ella. Mando luego fazer muchos naujos & ayunto grant fl ota & mando gela leuar a la rribera de la mar de medio de la tierra de la parte de allende. (1284). Timotheo el que dantes fuera uençudo de los iudios, ayunto grand hueste de muchas yentes de otras tierras, assi cuemo si el ouiesse a prender toda Iudea por armas. (1260).

El verbo allegar tuvo bastante éxito, hasta el punto de haberse mantenido en el uso hasta nuestros días, aunque con un tono cada vez más arcaizante. E quando oyo Symon que Triphon allegara muchas yentes e grand huest por entrar en tierra de Iuda por astragar la, vio que el pueblo estaua con grand miedo […]. (1260).

También el verbo sacar podía tener este sentido en el s. XIII : El rey de Egypto saco hueste assi como el arena del mar e muchas naues e querie ganar el regno de Alexandre por enganno e ayuntarlo a so regno. (1260).

A partir del s. XIV se introduce en castellano el verbo congregar, derivado culto del latín grex, que empezó a seleccionar este tipo de sustantivos: …quando Crasso començo de congregar las huestes de los lugares do auian exiuernado, uinieron a el embaxadores de part de Arsaqui con pocas paraulas diziendole assi…

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Solo más tarde, a partir del s. XVIII , y en un momento en que la lista de sustantivos seleccionados se había ampliado notablemente, se introduce en castellano reunir: El gobernador los repartió en las casas particulares, pero habiéndolo sabido S. M. mandó reunir la gente. (1790).

Estos dos últimos sinónimos, a pesar de su tardía incorporación al paradigma, quedaron anclados en la lengua y no desaparecieron ni perdieron su frecuencia de uso en ningún momento, hasta tal punto que en la actualidad siguen siendo de los más utilizados. En cuanto a hacer, se conservó durante la etapa final de la Edad Media y todo el Siglo de Oro con bastante profusión: …después que vido lo que se metía debajo de sus manos, le ofrescieron diez mill castellanos, los oidores, de la cibdad, e se los dieron; e que con aquellos dineros podría su señoría hacer gente, e que le bastaría poca, porque ya a todos los de Lima les había pesado de su prisión e tenían buena voluntad para acudille. (1535-1557).

Todavía en los textos del s. XVIII aparece con cierta frecuencia, pero a partir del s. XIX tiende a desaparecer. A comienzos del s. XX apenas queda rastro. Los dos sinónimos medievales más antiguos (ayuntar y sacar) sufren suertes diversas. El primero, ayuntar, en su forma juntar, se conservará hasta la actualidad, mientras que el segundo, con el significado de ‘reunir’, puede considerarse desaparecido en el Siglo de Oro, si no antes.

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…que lo invitó a participar en el secuestro su hermano Julio Adán, quien le dijo que Rosario Galindo Lugo, El Galleto, le pidió que «juntara gente para dicho trabajo, y que aceptó el trato…» (1997).

2.6. El verbo hacer presenta por primera vez un sentido de movimiento, si bien los ejemplos con los que contamos son combinaciones que, si no están completamente lexicalizadas, se aproximan bastante a la fijación sintáctico-semántica. En el s. XIII encontramos en el corpus fazer afuera y fazerse afuera, con el sentido de ‘poner en fuga’ y ‘huir’, respectivamente. Se trata, por tanto, de un uso transitivo y un uso intransitivo pronominal. El más antiguo es el segundo, aunque este dato no parece significativo, pues las fechas de los primeros testimonios se hallan, en realidad, muy próximas. Mas quando Ajax, que era muy buen cauallero a gran marauilla, vio de commo era tornado el dapño todo [86 b] sobre los suyos, e que auian dexado el canpo por fuerça, e que auia y muchos dellos que se fazian afuera e muchos que eran maltrechos e muchos presos e muchos muertos, ouo muy grand coyta e muy grand pesar… (1270).

No está de más señalar que la construcción fazer(se) afuera también podía tener el sentido genérico de ‘apartar(se), retirar(se)’: E rrogo estonçe Ajax Talamon a don Hector [e] dixol que feziese fazer afuera toda su gente, por el amor que auia con el. E dixo

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estonçe don Hector: «cormano, fazerlo he, pues que vos lo auedes a coraçon e vos plaze…» (1270).

Este significado tuvo un gran éxito, pues un siglo más tarde era el único que seguía vivo en los textos conservados. Aunque la combinación fazer afuera terminó desapareciendo, otras expresiones que se construyeron más adelante terminarían por conservar también esta línea semántica general, como hacerse a un lado, por ejemplo, que ha llegado hasta nuestros días: – Ninguno con título más justo puede ocupar la calle que yo piso, ni aun el passo que queréis defenderme; hazéos a un lado, o mi espada sabrá abrirse camino para mí y para ella. (1626).

Es difícil de determinar si el uso de la variante pronominal independiente hacerse, precisamente con el sentido de retirarse o apartarse fue especialmente antiguo; el corpus pone de manifiesto únicamente que debió de utilizarse con una cierta frecuencia en el Siglo de Oro. En todo caso, carecemos de ejemplos en fechas anteriores. – ¡Ha del castillo! Y Flores se hizo a una ventana, y díxoles: – ¡Señores, muy mal nos ha ido, ca el señor d’este castillo ha preso al duque, mi señor, y a mí, con gran gente que tiene acá dentro… (1517).

En la actualidad, este significado de la variante pronominal de hacer sigue vigente, aunque se usa preferentemente en

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la lengua coloquial con indicadores espaciales del tipo a la derecha o a la izquierda y, sobre todo, en la expresión hacerse a un lado. Enseguida me descabalgó y se hizo a un lado, me empujó fuera de la cama y la carpeta cayó al suelo. «Vete», volvió a decir. Me agaché a coger la carpeta y al incorporarme lo vi parado en el umbral de la galería. (1993).

Apartarse, utilizado con el significado genérico de ‘alejarse’, se remonta también al s. XIII. Por su amplitud desde el inicio de su andadura terminó desplazando al verbo hacer en la mayor parte de los contextos: El emperant vestido de un xamet bermejo asmó de apartarse en aquel logarejo; de solos ricos omes fizo un grant conçejo, començó de tratar con ellos su consejo. (1240-1250).

En cuanto a retirarse, se trata de un neologismo de finales de la Edad Media creado sobre la antigua voz tirar. Como pronominal, adquirió muy pronto un sentido de movimiento: Y acabado de comer, él se retiró a la camara del Conde a tomar especias y vino, y alli otorgada la comission, se tornó a su camara, y alli tomaron licencia el Rey de Navarra y el Infante para se apartar a entender en la comission a ellos dada. (1439).

Los dos verbos se han conservado, como sinónimos, hasta nuestros días.

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2.7. En este siglo encontramos los primeros ejemplos del sentido ‘referirse a’, como se desprende el siguiente ejemplo tomado de Gonzalo de Berceo: Los unos signos fazen a la consegración, que consegran la hostia, dando la bendición; los otros representan el pleit de la passión, el mal que sofrió Christo por nuestra redempción.

Este significado se va a mantener hasta la actualidad. En la lengua de hoy, tiene especial interés en la construcción de textos. Por lo que hace a nuestro tema, con frecuencia llamó la atención sobre la grave situación en que estaba la administración del país… (1994).

2.8. Por primera vez encontramos en el corpus extensiones del sentido causativo ya existente desde siglos anteriores (vid. punto 3.5 del capítulo precedente) a sustantivos predicativos de estado67. Se trata de combinaciones que generalmente han te67. Aunque el verbo hacer se combina, en este caso, con sustantivos predicativos, no nos hallamos ante un verbo de apoyo. La diferencia entre los operadores causativos y los verbos de apoyo en sentido estricto radica en el hecho de que los primeros actúan sobre un predicado al que seleccionan y que conserva implícitamente el verbo de apoyo primitivo (en estos casos, sentir). En ese sentido, la transformación de la oración inicial en una compuesta por una proposición principal y una completiva permite que aparezcan juntos el operador y el verbo de apoyo sin que eso genere incompatibilidades sintáctico-semánticas. Así la oración actual El hecho de contradecir a los demás le causaba enorme placer podría parafrasearse como El hecho de contradecir a

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nido enorme éxito, aunque no siempre se han conservado como tales. En el s. XIII, el verbo hacer seleccionaba con gran frecuencia sustantivos predicativos pertenecientes a la clase semántica de , como piedad, pavor, placer, pesar… «Señor», dixieron ellos, «aquel galeador, nos rebolbié a todos como grant trufador, dizié unas palabras que nos fazién pavor, ca trayé tal compaña qual elli, non mejor». (1236).

Este uso como operador causativo aplicado a los sustantivos predicativos de se mantuvo, al menos, hasta el s. XIX, si bien es posible encontrar algunos ejemplos aislados, en el ámbito de la literatura y muy probablemente con un carácter arcaizante, a principios del s. XX. En la mayoría de los casos, sin embargo, el verbo hacer se vio sustituido con una cierta rapidez, aunque de modo progresivo, por dar u otros verbos que habían empezado a considerarse propiamente causativos, como causar o provocar. El abanico de verbos causativos ha sido –y es– bastante amplio y no todos han atraído hacia su órbita, con la misma fuerza, al conjunto de los sustantivos predicativos de .

los demás hacía que (él o ella) sintiera enorme placer. El verdadero verbo de apoyo de placer es, por tanto sentir: El enorme placer que él o ella sentían en/ante el hecho de contradecir a los demás -->El enorme placer de él o ella en/ante el hecho de contradecir a los demás. Para la distinción teórica entre los conceptos de causativo, operador causativo y verbo de apoyo, vid. GirySchneider, 1987, 165-186.

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La combinación hacer miedo, por ejemplo, fue sustituida por dar miedo, la más extendida en el castellano actual, a partir del s. XV. Ambas convivieron en el uso hasta bien entrado el s. XVIII. A partir de este momento, el verbo hacer fue dejando paso a dar, que invadió definitivamente el terreno de su antiguo sinónimo durante los siglos XIX y XX. Dar seleccionó y selecciona todavía un gran número de sustantivos de la clase, como placer o pena, pero algunos se resisten a formar parte del paradigma (piedad, por ejemplo). Inspirar, por su parte, verbo que empezó a seleccionar algunas unidades léxicas de la clase a partir del s. XVIII (miedo o piedad), no parece aceptar con facilidad un sustantivo como placer.

La variante meter es muy antigua (s. XIII), pero desde el principio quedó restringida al sustantivo miedo, como en nuestros días, hasta el punto de que incluso sus sinónimos más próximos (temor, pavor, etc.) no formaron parte del paradigma. La sustitución de hacer por causar, operador causativo más general, se inició también en el s. XV. Otros verbos como producir o provocar seleccionaron más tardíamente esta clase de sustantivos predicativos por vez primera (desde finales del s. XVI o principios del s. XVII). En todo caso, como el verbo causar, producir y provocar se mantienen en el uso lingüístico hasta nuestros días. Con predicados de acontecimiento que designan sonidos desacordados, como ruido, sonido, estrépito, estruendo, etc., o acordados, como melodía, música, etc., también se combinó, desde el s. XIII , el verbo hacer68 : 68. A pesar de que estos sustantivos parecen tener una cierta vinculación semántica con los predicados del punto 3.2 de este capítulo, la combinación con el verbo hacer no es del mismo tipo. El comportamiento del verbo hacer, en

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…nin, demientre l’otro uozero tiene su razón, lo deue embargar ni estaillar li su palaura ni fablar faziendo ruido, por las oreillas de los otros diziendo algunas palauras non comedidas. (1250).

El verbo dar, por su parte, no estaba excluido como operador con los predicados que designaban sonidos desacordados, aunque no recurrieron a él con demasiada frecuencia: E para esto mejores de afloxar las cuerdas que estender las Ca quando mucho se estienden o quiebran o non dan sonido acordable… (1293).

La preferencia por el verbo hacer no supuso, en muchos casos, la desaparición de dar, que ha seguido utilizándose hasta nuestros días con los sustantivos predicativos menos restringidos semánticamente (ruido y sonido), como se pone de manifiesto en numerosos ejemplos similares a este, tomado de la prensa actual: Me entero de todo sin quererlo. No lo consideren racismo. Simplemente es así. El resto de los vecinos no dan un ruido. (2004).

El resto fue seleccionado por el verbo hacer, que arrinconó a dar, al menos a partir del s. XVII. La relación semántica que

este caso, es el de un operador causativo, aun cuando el sujeto pueda ser humano. Resulta fácil, a este respecto, la reducción del sustantivo predicativo a una oración de base con el verbo de apoyo de acontecimiento haber: Juan hace un ruido en la cocina ––> Hay un ruido en la cocina.

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parecen tener dar y emitir hizo que esta variante tardía empezara a combinarse con los sustantivos ruido y sonido sin demasiados problemas, pero que se resistiera a combinarse con los restantes. Así, en la lengua actual, salvo en textos literarios aislados en que se fuerzan las reglas de la combinatoria léxica, es muy difícil encontrar ejemplos del tipo ¿¿dar un estruendo o ¿¿dar un estrépito y mucho menos *emitir un estruendo o *emitir un estrépito. Entre las extensiones estrictamente causativas, estos sustantivos se combinaron, preferentemente, con producir y provocar, si bien causar se ha aceptado también hasta nuestros días. Como la priessa de la reina era mucha y el ruido grande, uvo de bolver el gigante a ver quién tanto ruido causasse. (1580).

En el caso de los sustantivos que designaban sonidos acordados, el verbo dar no formó parte del paradigma en ningún momento. No obstante, las combinaciones con hacer terminarán desapareciendo y, en la actualidad, a pesar del rechazo al verbo dar, no resulta infrecuente el uso de la variante emitir. En cuanto a las extensiones causativas, la más utilizada fue siempre producir, al menos desde el s. XIX. […] mientras que Irenio, con su blando tino y su plectro divino, produce encantadora melodía, y hace sentir al alma lo que quiere, no bien la cuerda hiere! (1877).

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3.

EL VERBO HACER COMO VERBO DE APOYO

Como verbo de apoyo, hacer se complica sintáctico-semánticamente en el s. XIII. En el capítulo anterior hemos visto cómo se combinaba con diversas clases de sustantivos predicativos de acción y algunas de estado. En este momento, sin embargo, hacer presenta en los textos un carácter trivalente. Por un lado, sigue comportándose como verbo de apoyo apropiado a los predicados de acción, que aparecen en mayor número; por otro, empieza a manifestarse, por primera vez, como verbo de apoyo apropiado a ciertas clases de sustantivos de acontecimiento, y amplía sus combinaciones con predicados de estado. 3.1. Hacer como verbo de apoyo de estado Por primera vez en el s. XIII aparece el verbo hacer con estructura sintáctico-semántica de impersonalidad para expresar el estado del tiempo atmosférico o el momento del día. Contrariamente a lo que sucede en la actualidad, el paradigma de los sustantivos seleccionados por el verbo hacer era tan amplio como el conjunto de los fenómenos existentes. Encontramos en el corpus ejemplos con sol, lluvia, nieve, niebla, tempestad, viento, calor, frío… E otrosí conuiene que las non saquen a caça quando fizier’agua o niebla o nublado, ca non pueden amostrar su bondad tan bien como amostrarién en los otros días. (1250). …ellos andando aqua & alla anublo todo el cielo & vinieron nuues & viento & fizo grant pluuia. & acab fuese pora Jezabel… (1300).

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En ese sentido, el paradigma era mucho más regular que en la actualidad, donde solo conservamos algunos restos (hacer calor, frío, sol, por ejemplo, pero no *hacer luna, niebla o tempestad). El castellano se vio sometido, a lo largo de su historia, a un cierto proceso de complejidad en la selección léxica, no siempre coherente, en el que influyeron factores como la frecuencia de uso de los sustantivos o su posible consideración como predicados a todos los efectos. La evolución de cada uno de ellos fue bastante diferente. No se puede olvidar tampoco el hecho de que la expresión del tiempo atmosférico ha tendido a lexicalizarse en un alto grado. En el caso de un sustantivo como luna, el paralelismo con sol hizo que la estructura hacer luna se mantuviera hasta principios del s. XX, si bien como arcaísmo y preferentemente en el ámbito literario. Otros sustantivos como niebla o tempestad dejaron de formar parte del paradigma del verbo hacer, definitivamente, a partir del s. XVIII. A partir del s. XVI, por su parte, pueden considerarse fuera de uso las combinaciones hacer lluvia, granizo, nieve, etc. En este último caso, como en el de todos los sustantivos en que está presente la noción de ‘precipitarse desde el cielo’ (rayo, por ejemplo), la sustitución definitiva por el verbo caer resultó sencilla, porque la combinación era ya antigua (s. XIII, al menos) y había gozado de gran éxito. En lo que respecta al verbo haber, que afecta a sustantivos en que esta noción no se presupone, empezó a introducirse bastante tarde en el paradigma (finales del s. XV) y, como hemos visto, no consiguió desplazar al verbo hacer en todos los contextos.

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Las expresiones hacer buen tiempo y hacer mal tiempo aparecen también por primera vez en los textos del s. XIII , con el mismo sentido que en el español actual. Porque facié mal tiempo, cayé fría elada, o facié viento malo oriella destemprada […] (1236).

Hacer bueno y hacer malo son más tardías y parecen el resultado de una evolución de una estructura del s. XIII en la que el verbo hacer se presentaba como copulativo o semicopulativo para expresar la cualidad atribuida al tiempo o a elementos de la naturaleza que formaban parte de esta idea genérica, como día, noche, sol, luna, viento… Aparecía en ese caso acompañado de adjetivos variados que parecían comportarse como un atributo a todos los efectos. El día fazía muy claro e el viento muy rezio, que dava enlas velas por una grant tormenta. (1300). El día fazía bueno e claro e el tienpo sabroso, ca era enel mes de junio, quando los prados son verdes e cantan las paxarillas por los árvoles, quando él llegó ala çiudat, muy ledo e muy loçano. (1300).

Hacer bueno y hacer malo formaban parte de un paradigma en que el verbo hacer había acabado por convertirse en impersonal y se presentaba acompañado únicamente de los adjetivos en función de atributo. El siguiente ejemplo procede de La Celestina:

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CAPÍTULO SEGUNDO

Y por el presente, vete con Dios, que no serás visto, que hace muy oscuro, ni yo en casa sentida, que aún no amanece.

La mayor parte de estos adjetivos (claro, sabroso, etc.) desaparecieron a partir de finales del s. XVII. Hacer oscuro se mantuvo hasta principios del s. XX , muy probablemente como un arcaísmo ya en el s. XIX , y hacer bueno y hacer malo se han conservado hasta nuestros días, quizá por su paralelismo con hacer buen tiempo y hacer mal tiempo. La combinación de hacer con los sustantivos día y noche solo se empleó, como en la actualidad, si el verbo se presentaba en su forma pronominal, con la idea de «cambio de estado o resultado». Habría que ponerla en relación, por tanto, con el significado general derivado de su uso como pseudocopulativo descrito en el punto 4.3.2 del capítulo anterior. No obstante, conviene señalar que la estructura en el s. XIII no era exactamente la misma que la de hoy. Los sustantivos día y noche aparecían, en principio, sin preposición, pues los sintagmas de día y de noche, probablemente ya lexicalizados, se concebían únicamente como simples construcciones adverbiales. Solo a partir del s. XVI encontramos ejemplos de las combinaciones hacerse de día y hacerse de noche. Era de MCCLXXVII. años III. Nonas de junio à medio dia oscureció el Sol, è fízose noche, è vieron el Cielo estrellado. (1327).

3.2. Hacer como verbo de apoyo de acontecimiento. En su forma pronominal, hacer se combina con sustantivos predicativos que designan acontecimientos, es decir, sustantivos eventivos para los que no resulta posible encontrar un

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argumento sujeto. Muestra en estos casos un comportamiento similar a los verbos ocurrir o producirse, de los que podría ser sinónimo. Tres, al menos, son las clases léxicas que seleccionan el verbo hacer en el s. XIII : , y . 3.2.1. La clase más compleja es, sin duda, la que hemos denominado , pues, como hemos visto en el apartado anterior, está compuesta por sustantivos que la lengua actual consideraría intrínsecamente predicativos (tormenta, tempestad…), sustantivos que solo se comportan como tales en algunos contextos (niebla, lluvia...) y sustantivos que admiten este valor con mayor dificultad (relámpagos, truenos...). Sin embargo, en la Edad Media, y concretamente en el s. XIII , parecían hallarse en su conjunto sometidos, de modo más riguroso, a las mismas restricciones sintáctico-semánticas que los predicados en sentido estricto. Si todos estos sustantivos podían seleccionar el verbo hacer, con una estructura sintáctica de impersonalidad, para expresar un estado, también fue frecuente que su interpretación como acontecimientos permitiera seleccionar el verbo pronominal hacerse. …por que este viento toma mas delas auguas que otro viento e coneste se fazen mayores njeblas e mas grandes nublos por rrazon que coneste viento es el ayre mas grueso e mas espeso… (1223).

Esta selección léxica puede considerarse efímera, pues dura únicamente hasta el s. XVI , momento en que desaparece sin dejar apenas rastro. No obstante, la consideración de

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los sustantivos de la clase como predicados de acontecimiento se mantuvo en numerosos contextos a partir de esta fecha y hasta nuestros días. Ya desde el s. XIII (e incluso podría sospecharse que su origen es anterior, por la antigüedad de algunos ejemplos) habían empezado a seleccionar el verbo haber como verbo de apoyo, aunque no con demasiada frecuencia. Quando se estrimieren los cielos e non oviere pluvia por so peccado, oraran a este logar e loaran to nonbre e tornarse an de sos peccados e oyrlos as. (1200).

Este verbo se extendió, sobre todo, a partir del s. XVI y ha llegado hasta la actualidad. Se ha convertido en el verbo de apoyo genérico apropiado a la clase. No está de más señalar aquí, sin embargo, que no siempre se ha utilizado como verbo soporte. Los sustantivos bivalentes, es decir, aquellos que pueden interpretarse como predicados y como argumentos podían pasar a combinarse con haber con sentido puramente impersonal. Así, los sustantivos agua o nieve podían aparecer acompañados por este verbo tanto con su sentido predicativo como con su sentido argumental, si bien es cierto que en el primer caso solían preferirse en plural. Véase la diferencia entre los dos ejemplos siguientes (en el primero se usan como predicados; en el segundo, como argumentos): …que en el tienpo del invierno fazian portales grandes & anchos & casas cubiertas para los de cavallo & otras para los peones, para que se usasen en el tienpo de las luvias & de los vientos & de las tenpestades so cobertura & guarda en armas, ca en los otros tienpos, quando non avian aguas o nieves, apremia-

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vanlos que se usen en el canpo, por que la costunbre refusada non enflaquesçiese los cuerpos & los coraçones. (1454-1500). E preguntó a los que en aquella tierra bivían cómo le llamavan e dixéronle que la Sierra del Sol porque era muy alta e avía sienpre mucha nieve en ella. (1467-1475).

Naturalmente, la evolución de los propios sustantivos contribuyó, en muchas ocasiones, a aclarar la situación. En la actualidad, tanto agua como nieve, por ejemplo, se utilizan casi exclusivamente con carácter argumental, mientras que sus correlatos lluvia o nevada se prestan casi siempre a la interpretación predicativa. El verbo producirse empezó a utilizarse, como verbo de apoyo de acontecimiento aplicado a esta clase, tardíamente, en concreto a finales del s. XIX, pero ha tenido especial éxito en el ámbito específico de la meteorología. Hoy en día es muy frecuente encontrar ejemplos del tipo producirse chubascos, lluvias, nevadas, tormentas, nieblas etc. Se produjeron bancos de niebla muy persistentes en el Cantábrico, cuenca del Ebro y puntos de Cataluña, litoral del Sureste, Ceuta y Melilla. En el resto predominó el cielo poco nuboso o despejado. (1977).

3.2.2. La clase incluye sustantivos que designan tanto males o dolencias en general como fenómenos estrechamente ligados a ellos, bien porque constituyen síntomas, bien porque se derivan de los mismos como consecuencias indeseadas. En ese sentido, aparecen en el corpus sustantivos como

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sequedad, reumatismo, flema, morfea negra, etc.; pero también otros que, si en principio no son siempre intrínsecamente predicativos, se contemplan en el ámbito de la medicina como tales (ventosidad, forados, gusanos, etc.). La estructura sintáctica solía ser hacerse en alguien; hacérsele a alguien . …& las otras enfermedades que se fazen en el & sana otrossi del mal del figado & del baço… (1250).

También esta clase seleccionó el verbo hacer en su forma pronominal hasta el s. XVI. Aunque los sustantivos de la clase se han considerado, sobre todo, como sustantivos de estado y se han preferido siempre las combinaciones con verbos de apoyo apropiados a esta noción semántica, principalmente tener, la consideración como predicados de acontecimiento no desapareció totalmente con la exclusión de la variante pronominal de hacer. Desde el mismo s. XVI aparecen nuevas combinaciones con verbos de apoyo de acontecimiento que se utilizaron paralelamente a las construcciones con verbos de estado y que, en muchos casos, han llegado hasta nuestros días. Es el caso de manifestarse y sobrevenir. …el cual ha mudado de parecer en ir allá por ahora, así por haber sobrevenido la enfermedad á la camarera mayor su hermana, como por querer acompañar á los Reyes á Aranjuez… (1599).

En realidad, como les sucede a muchas otras clases de predicados, los sustantivos pertenecientes a la clase

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pueden interpretarse como estados y como acontecimientos, sin que ello suponga alteración alguna en su clasificación. 3.2.3. La clase incluye sustantivos referidos a situaciones que comportan algún riesgo. …& acogiose por la mar de ally por donde djzen que se faze mucho amenudo el peligro que llaman çillade que peligran mucho ademas las naues. (1284).

Como en los dos subapartados anteriores, es posible encontrar nombres no intrínsecamente predicativos que terminan por adquirir este valor al designar fenómenos asociados a ellos. Es el caso de onda o vaga, que se asociaba a las tormentas en el mar. …en[e]ste lugar tres vezes al dia se fazen muy grandes vagas e otros tres vezes se sorue todas las aguas e todas las ondas… (1223).

La desaparición del verbo hacer no planteó excesivos problemas porque ya desde el s. XIII se habían empezado a utilizar otros sinónimos. Es el caso de haber que, como ya se ha señalado, fue uno de los más importantes del momento. Resultó especialmente apropiado a la mayoría de las clases de acontecimiento y, en ese sentido, no es de extrañar que aparezca con profusión en los textos asociado a . Se ha mantenido hasta la actualidad y ha tenido un gran éxito en el lenguaje coloquial. Otro de los verbos de apoyo que nos muestra el corpus en el s. XIII es acaecer.

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Et esto sserie como ssi algunos andando ssobre mar les acaesçiessen peligros por que oviessen a echar en el agua agunas cosas de las que troxiessen en la naue para aliujar la aquellos que las ffallaren… (1260).

Se trató de una combinación muy usual durante toda la Edad Media y la Edad Moderna que afectó a numerosas clases semánticas de acontecimiento, entre ellas, por ejemplo, a las dos estudiadas más arriba ( y ) y que empezó a entrar en crisis a principios del s. XVII. Hacia mediados de la misma centuria puede considerarse ya poco frecuente y prácticamente desaparecida en sus décadas finales. No obstante, en la actualidad se encuentran todavía algunos restos, sobre todo en el ámbito periodístico hispanoamericano69. A propósito de la última tormenta acaecida en la ciudad capital, he oído y leído halagos a los habitantes por cambios de comportamiento tales como albergarse inmediatamente, ubicar los vehículos en la acera, o vendedores ambulantes que recogen sus cosas. (2003, Bolivia).

69. Es la impresión que tenemos al consultar el CREA. En realidad, en España hay más de los que podríamos suponer, como se puede comprobar haciendo una búsqueda sencilla en internet: «daños producidos por la tormenta acaecida el 23 de septiembre de 1998» (BO Navarra, 1999) ; «declaración de zona catastrófica de sus respectivos términos municipales, como consecuencia de la tormenta acaecida el día…» (senado.es); «…que a resultas de una tormenta acaecida en la zona el día 14 de dicho mes…» (revistalegal.com), etc.

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El verbo ocurrir, por su parte, es más tardío. Se combina, sobre todo, con las clases y a partir del s. XV y se mantiene, con vigor, hasta el s. XVII , y ya con menor fuerza hasta el s. XIX , momento en que, curiosamente, aumentan los ejemplos con sustantivos pertenecientes a la clase , poco representada hasta entonces. Aunque desde finales del s. XIX puede considerarse muy poco frecuente, hoy en día sigue siendo posible encontrar algunas muestras de selección por parte de los sustantivos pertenecientes a las tres clases estudiadas en todo el ámbito hispanohablante. Baste la siguiente tomada recientemente de la prensa española: En 1866 ocurrió una tormenta menos espectacular, pero la gran sorpresa vino en 1899 y 1933 al no observarse ninguna actividad especial. (2001).

El verbo suceder, como sinónimo de los anteriores, presenta una extensión cronológica muy similar. Seleccionado por las tres clases desde el s. XV, se conserva con una cierta fuerza hasta el s. XVII. Aunque es posible encontrar ejemplos aislados posteriormente, su decadencia puede considerarse ya definitiva. Al contrario de lo que ha sucedido con acaecer y ocurrir, en la lengua actual no quedan apenas restos70.

70. Los ejemplos que pueden encontrarse son meramente anecdóticos, tanto en el CREA, como en otros textos existentes en internet.

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3.3. Hacer como verbo de apoyo de sustantivos predicativos inacusativos A medio camino entre los predicados de acontecimiento en sentido estricto y los predicados de acción se encuentran los denominados predicados inacusativos. Se caracterizan por presentar un argumento sujeto que se realiza semánticamente como un paciente o tema afectado, más que como un agente. Se trata de nominalizaciones de verbos que la gramática también ha venido considerando intransitivos inacusativos71. Dentro de ellos, a su vez, pueden establecerse clases, como la de los llamados sustantivos de movimiento, especialmente interesantes para este trabajo, que expresan un cambio de ubicación del sujeto. Aunque en principio estos predicados muestran preferencia por la selección de verbos de apoyo apropiados a la clase de acontecimiento (producirse o tener lugar, por ejemplo), como la mayoría de los inacusativos, también parecen seleccionar con cierta frecuencia el verbo hacer o sus variantes estilísticas efectuar y realizar, más cercanos a la clase de las acciones. Durante el pasado fin de semana, «La Lola» ya no hizo su habitual salida al portal del edificio, lo que extrañó a sus vecinas. (1991).

Este uso se remonta al s. XIII. En los textos aparecen ya abundantes ejemplos de combinaciones con sustantivos de movimiento tan habituales como entrada, salida, venida…

71. Para un resumen de las diferencias entre los verbos intransitivos en sentido estricto y los inacusativos, vid., por ejemplo, Héctor Campos, 1999, 1564-1568.

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E la salida fizieron el quinzeno día de abril señaladamientre, e contamos d’esta guisa XVI días de abril e XXX de mayo… (1275).

A diferencia de lo que ocurre en la actualidad, en la Edad Media la presencia del posesivo no era frecuente. En ese sentido, estas combinaciones tenían la misma entidad que el resto de las construcciones con verbo de apoyo. Desde finales del s. XV empieza a utilizarse el posesivo antepuesto al predicado nominal, y en el s. XVI puede considerarse ampliamente generalizado. Desde ese momento, sin interrupción, se ha mantenido en la mayor parte de los contextos hasta nuestros días. La selección de las variantes estilísticas efectuar o realizar es, por el contrario, bastante reciente. Los primeros ejemplos que encontramos en el corpus son de mediados del s. XX. También el verbo hacer fue seleccionado en el s. XIII por algunos sustantivos predicativos inacusativos de existencia y aparición72. En este momento se trata, sobre todo, de los sustantivos vida (predicado de existencia) y muerte (predicado de desaparición). El que faze buen vida faz buena muerte. (1250).

No obstante, otros predicados de existencia que, a diferencia de vida, parecen exigir un complemento locativo explícito, como morada, residencia o habitación seleccionaron también con frecuencia el verbo hacer, con posesivo o sin posesivo antepuesto. 72. Para una idea acerca de estas clases en lo que respecta a los verbos inacusativos, vid. Amaya Mendikoetxea, 1999, 1607 y ss.

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La villa do fazié el judío morada, el que al burgés ovo la pecunia prestada, yazié, como leemos, cerca la mar poblada, las ondas ennos muros batién a la vegada. (1246-1252).

Esta combinación se mantuvo en vigor hasta finales del s. XIX y con rasgos ya arcaizantes pudo llegar a principios del s. XX. En todo caso, en la actualidad, los predicados de existencia que seleccionan verbos de apoyo son menos numerosos y no suelen exigir complemento locativo. Prefieren las combinaciones con llevar o tener. Las construcciones con el verbo llevar, sin embargo, parecen estar, en cierto grado, lexicalizadas, pues el sustantivo requiere siempre la presencia de un determinante y un adjetivo (llevar una [buena, mala...] [vida, existencia] // *llevar vida o existencia). Ya con estas restricciones encontramos ejemplos desde el s. XV. Dejando por el momento el sustantivo muerte que, como hemos visto, tal vez por constituir un antónimo de vida seleccionó muy temprano el verbo de apoyo hacer, la mayoría de los sustantivos inacusativos de aparición o desaparición se han mostrado reacios a aceptar este tipo de combinaciones73. 73. Algunos otros, aparecidos tempranamente, serían, por ejemplo, comienço, acabamiento o fi n: «Entonçe la enbio para su casa e dixo que feziese buena vida; ca buena vida ayuda a omne a fazer buena fi n» (1313-1469); «Capitulo. VIII. enel qual faziendo comienço: el valerio maximo lança çiertas flechas valientes contra la dicha tabla». (1477-1485) «donde dize un filósofo que el movimiento violento más fuerte es en el comienço que en el fin e assí de ligero no faze complido acabamiento y el movimiento natural, a lo contrario de aquél que es fecho por fuerça, que el natural comiença de vagar y vase esforçando toda vía más fasta el fin & assí acaba su fecho complidamente». (1300-1305).

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Aunque los primeros ejemplos son del s. XV, solo tardíamente (s. XIX) se extienden en el uso construcciones que se han conservado en la actualidad y que afectan a sustantivos muy concretos, del tipo aparición o comparecencia. En fin, hemos visto en qué tiempo hace su aparición en el mundo. (1836-1837).

El predicado ausencia fue especialmente frecuente entre los siglos XVI y XVIII, pero terminó saliendo del uso habitual sin dejar rastro en la época actual: Y así, como Su Majestad ha hecho tan frecuentes ausencias y por sus muchos negocios externos, no ha acabado de tener noticia de las miserias y calamidades de los indios y la maldad y ponzoña vastativa de reinos que contiene en sí este repartimiento y cómo todo cuanto allá tiene se le pierde y se ha envejecido y tupido esta tiránica ceguedad hasta agora. (1552).

Desde el s. XV hasta el s. XVII, aunque escasamente, tal vez por analogía con el sustantivo muerte, encontramos algunos ejemplos de la combinación hacer nacimiento. …se dizen aquellas estrellas que salen despues que comiença el verano: & segund festo dizen se vergilie por quel verano faze su nascimiento en griego Pliades enel ginoio de tauro. (1493).

No está de más señalar aquí que las combinaciones del verbo hacer con los predicados nominales inacusativos no son numerosas y que han funcionado mejor cuando estos han seleccionado un sujeto humano, con tendencia a ser interpretado, un

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tanto inconscientemente, como agentivo. Eso explicaría que el uso se haya mantenido con una cierta fuerza en el caso de los predicados de movimiento y, salvo excepciones, haya tendido a desaparecer en el caso de los predicados de aparición. 3.4. Hacer como verbo de apoyo de acción 3.4.1. Hacer fue seleccionado, en el s. XIII , por una clase de sustantivos que, en principio, prefería combinarse con el verbo dar. Se trataba de la clase denominada , compuesta por sustantivos predicativos que hacían referencia a agresiones físicas. Ejemplos como el siguiente eran bastante frecuentes: Dario en est comedio en balde non estava, ninguno en el campo más de cuer non lidiava; nunca fazié tal colpe que omne non matava, demás ninguna vez el colpe non errava. (1240-1250).

Este uso se mantuvo hasta el s. XVII , aunque solo con cierto vigor en el caso del sustantivo genérico golpe. Los que podríamos denominar hipónimos, como puñada, mojicón, patada, coz, etc., prefirieron siempre la selección de dar y, en consecuencia, se desmarcaron de su antiguo sinónimo con mayor rapidez. A partir del s. XVII , la combinación de hacer con el sustantivo genérico golpe entraría claramente en decadencia y terminaría desapareciendo en casi todos los contextos. En la actualidad, parece conservarse especialmente en el ámbito del juego (hacer x golpes, en el golf) 74 y combinado, sobre todo en 74. Con el sentido de ‘entrechocar las bolas’ lo encontramos también en algunos textos americanos a principios del s. XX.

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las variedades hispanoamericanas, con los compuestos golpe de Estado, golpe militar, etc.: Dijo que sus enemigos conspiraban con los militares para hacer un golpe de Estado, porque preferían ver la democracia muerta, antes que gobernada por él. (1982, Chile).

La misma o mayor antigüedad tiene la combinación de esta clase con dar, y de los textos parece desprenderse que los dos verbos de apoyo, dar y hacer, podían alternar sin demasiados problemas en casi todos los contextos. Este colpe fecho, otro dio Muño Gustioz, tras el escudo, falsóle la guarnizón: por medio de la bloca el escudo·l’ quebrantó, no·l’ pudo guarir, falsóle la guarnizón… (Mío Çid).

En todo caso, el uso de dar es estadísticamente más elevado, de forma que la progresiva desaparición de hacer ha propiciado su anclaje definitivo como verbo de apoyo genérico por excelencia, a pesar del gran número de variantes que se fueron incorporando a lo largo del tiempo: asestar, propinar, atizar, arrear, etc. Como verbos de apoyo conversos apropiados a la clase, hay que citar, en primer lugar, recibir, que es tan antiguo, al menos, como hacer y dar, y que se ha conservado con vigor hasta nuestros días: Firme estido Pero Vermúez, por esso no s’encamó, un colpe recibiera, mas otro firió,

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quebrantó la bloca del escudo, a part ge la echó, passógelo todo, que nada no·l’ valió… (Mío Cid).

También especialmente apropiado, aunque de origen bastante más reciente, es el verbo encajar, que empieza a combinarse con estos sustantivos en el s. XX: …si protege la mandíbula, es un signo inequívoco de que no encaja muy bien los golpes al rostro, que convertiremos entonces en nuestro blanco favorito. (1945).

3.4.2. La clase genérica , formada por sustantivos predicativos que designan los sonidos generados por los órganos internos de los hombres y algunos animales, generalmente emitidos a través de la cavidad bucal75, como gemido, suspiro, grito, clamor, ladrido, etc., seleccionó el verbo hacer en el s. XIII con absoluta naturalidad: Esto tal representa nuestro missacantano, quando fiere sus pechos con la su diestra mano, e faze un grant gémito, un suspiro lozano, conosciendo su culpa al Padre soberano. (1228-1246).

75. Ya que en esta clase aparecen algunos de los sustantivos referidos a los ruidos en general, no está de más señalar que otro tipo de predicados vinculados semánticamente a estos no se analizarán en esta sección correspondiente a los verbos de apoyo, porque de su estudio se deduce, más bien, que se trata de predicados de acontecimiento integrados en oraciones complejas (vid. § 2.8 de este capítulo).

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No obstante, la selección del verbo dar se consideraba, en todos los contextos, la más frecuente y, por tanto, la más apropiada. Avié un fuert demonio, prendiélo a menudo, oras lo facié sordo, oras lo facié mudo, faciél a las devezes dar un grito agudo, el mal huésped faciélo seer loco sabudo. (1236).

Aunque es posible encontrar ejemplos hasta el s. XVI e incluso más adelante, pues en el s. XVIII aparecen algunas combinaciones aisladas, lo cierto es que la escasa proporción en que se utilizaba hacer en comparación con su equivalente funcional dar nos hace pensar que se trataba, ya desde el origen, de una variante alternativa no demasiado integrada en el paradigma. Los restantes verbos de apoyo seleccionados por esta clase a lo largo del s. XIII eran más numerosos de lo que a primera vista podría parecer y, como se puede comprobar al estudiar los soportes de otras clases compartidas, entre los que hacer nunca había estado presente, debieron de entenderse, por regla general, como sinónimos de dar. Se trataba de verbos como echar o meter 76 : Çerca vinié la ora del día maledito en que non podié seer de la su muerte quito; 76. No es objetivo de este trabajo explicar la evolución del verbo dar, y por eso no me he detenido en los sinónimos medievales. No está de más señalar aquí, sin embargo, que, posteriormente, la introducción en español del verbo de apoyo emitir tiene especial sentido si se interpreta como variante de echar.

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un paxariello que echava un grant grito, andava cada noche redor la tienda fito. (1240-1250).

Más adelante aparecerá la variante emitir, que es muy reciente, pues se remonta tan solo a finales del s. XIX. En la actualidad goza de enorme aceptación y se encuentra muy extendida en los contextos más formales: Escuché un silbido que era igual al grito de alarma emitido por los rebecos. (2001).

3.4.3. La clase que, de modo genérico, denominaremos , por oposición a , que pertenece al ámbito especializado del Derecho77, se combinaba también indistintamente con los verbos hacer o dar. La selección del primero puede considerarse un rasgo que permite diferenciarla de su equivalente jurídica. Como el prelado puede a las uezes fazer castigo aspero pero con mesura (1256-1263).

Los sustantivos que la componían eran claramente de tipo genérico, como castigo o escarmiento. Contrariamente a lo que sucedió con las anteriores y a pesar de la influencia de la lengua especializada, en ningún momento de la historia del español dejaron de seleccionar el verbo de apoyo hacer. 77. La evolución de esta clase se ha estudiado con detalle en Rafael García Pérez, 2006. Baste señalar aquí que esta clase no seleccionó, en ningún momento, hacer como verbo de apoyo.

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En la actualidad, todavía es frecuente encontrar ejemplos de esta selección: La víctima de este crimen es Schátov, otro nihilista arrepentido en quien Verjovenskii quiere hacer un castigo ejemplar. (1984).

No obstante, la influencia ejercida por la clase llevó a que estos sustantivos adoptaran las combinaciones con ciertos verbos de apoyo ampliamente difundidos en el ámbito especializado. Se trataba, sobre todo, de los conversos, como recibir, sufrir, padecer, etc., que existieron desde muy temprano y siguen siendo de gran uso en nuestros días. E esto fizieron porque de los fechos de los buenos tomassen los omnes exemplo pora fazer bien e de los fechos de los malos que recibiessen castigo por se saber guardar de lo non fazer. (1275).

Los verbos de apoyo estándares de la clase , por el contrario, solo han sido adoptados en algunos casos por el sustantivo castigo –quizá por su proximidad con el término jurídico pena, al cual puede llegar a sustituir– pero no por el sustantivo escarmiento, por ejemplo, de imposible interpretación con ese sentido (imponer un castigo / *imponer un escarmiento). Por su parte, los verbos de apoyo considerados excesivamente especializados, como incurrir (en), no tuvieron éxito en ningún caso. *Juan incurrió en un castigo ejemplar.

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Esto demuestra el interés que, en la constitución de clases léxicas, pueden llegar a tener las variantes diastráticas. 3.4.4. Los sustantivos que indican inicio o término, en muchos casos derivados de verbos de apoyo incoativos o terminativos –como comienzo, fin, acabamiento78, etc.– se combinaban en el s. XIII con hacer. Moisén cuando sopo estas nuevas non quiso fazer aún allí el comienço de sus batallas, que sabié por Dios que gelo avié dicho que avién a aver éll e los sús ante que entrassen a tierra de promessión… (1275).

En el s. XVI todavía se consideraba normal, al menos en contextos literarios: Acabando el rey hermitaño palabras de tanto esfuerço, el que solía ser rey, con ánimo varonil, hizo comienço a tales palabras (1511).

A partir del s. XVII estas combinaciones desparecen sin dejar apenas rastro. Como sabemos, el verbo hacer fue sustitui78. A diferencia del empleo de acabamiento y fi n como sustantivos inacusativos, que supuso su integración en el grupo de los predicados de desaparición, el empleo como predicados nominales con doble argumento (sujeto y objeto) supone que resulten equiparables a los sustantivos predicativos de acción. Véase la diferencia entre los ejemplos recogidos en la nota 72 y el siguiente: «Et despues que Peleo huuo fecho fi n a su oraçion, Ercules entre todos los otros se adelanto et respondio por tal manera a las paraulas de Peleo». (13761396)

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do por dar que, al menos desde el s. utilizarse con cierta frecuencia.

XIV,

había empezado a

E el rrey, oyda esta rrespuesta que le enbio don Joan a dezir, por dar comienço al fecho que viniese a bien, dixo que le plazia que don Joan se viese con el en aquella manera que el queria (13481379).

3.4.5. La clase recoge sustantivos que se refieren, de un modo u otro, a la aceptación de una manifestación de voluntad. Reflejan la actuación de una persona como consecuencia de una influencia ejercida por otra: obediencia, cumplimiento, acatamiento, ejecución etc. Aunque, en principio, se combinaban con el verbo dar, como en la actualidad, era frecuente que este alternase con hacer: E despues deste tiempo el mayoral daquel logar fiziesse obediencia a otro obispo sin consentimiento de su conuento. (12561263).

Esta combinación se puede considerar desaparecida a partir del s. XVII y, como vimos en el caso de las clases anteriores, el verbo dar no encontró demasiados problemas para quedar anclado en el paradigma hasta nuestros días. 3.4.6. El sustantivo prueba, de gran antigüedad, lo encontramos combinado con el verbo hacer desde el s. XIII, aunque restringido a contextos jurídicos:

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…e el compañero que lo viere e non le acusare al deán o al cabildo otro día, sea suspenso de oficio e beneficio por esse fecho fasta que lo diga, e esta prueva sea fecha por dos compañeros o por otros dos bonos omes… (1256).

Hacer se mantuvo durante bastante tiempo como verbo de apoyo, sobre todo en el caso de los predicados más antiguos, aunque ya desde el mismo s. XIII empieza a utilizarse con frecuencia el verbo dar: …e la parte que ha de dar la prueva dévela dar en aquellos plazos que el alcalle le pusiere. (1356).

El sustantivo prueba terminó hallándose en el punto de intersección entre dos registros: el jurídico y el general, con varios significados. Como término del campo del Derecho había desarrollado desde el primer momento la acepción, que pasaría después a la lengua general, de ‘demostración de una verdad’ y, en consecuencia, como sucedió con muchas voces de este ámbito, se utilizó en combinaciones mucho más formales y especializadas. Así, aparecieron verbos de apoyo específicos, como presentar (s. XV) o, al igual que sucedió en el caso de otras actuaciones procesales, practicar, que se remonta al s. XIX: Fundándose en esto, y como resultado de las pruebas practicadas con tal intento, se iba determinado que los graos de pólvora usados en los cañones de 22 c/m adelante, deben ser esféricos y pavonados… (1870).

La combinación con el verbo dar, por su parte, quedó relegada a la lengua general, donde el sustantivo adoptó el signifi-

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cado de ‘ilustración de una determinada realidad’ y, en consecuencia, pasó a formar parte de una clase diferente, compuesta por sustantivos del tipo ejemplo, muestra, señal, idea, signo, indicio, etc., que venían seleccionando también, desde el mismo s. XIII, el verbo dar. Por extensión, prueba pasó a significar también ‘razón con la que se pretende demostrar un hecho’, y en ese sentido se integró en la clase , lo que implicó que seleccionara un nuevo paradigma de verbos de apoyo, como veremos. 3.4.7. La clase contiene sustantivos que designan determinadas acciones en beneficio de una persona, como gracia, merced, honor, honra, favor, beneficio, limosna, etc79. En el s. XIII podían seleccionar el verbo hacer. A éssos deziá fijos el nuestro Salvador, aquessa grey buscava como leal pastor; Elli le fizo gracia, mercet e grant honor, ella tornólas coces e fizo lo peor. (1228-1246).

Pocos de estos usos se han mantenido a lo largo del tiempo y han llegado hasta nuestros días. En general, están lexicalizados (hacer + el honor, por ejemplo80). En la mayor parte de los casos, estos sustantivos han preferido seleccionar otros verbos 79. Merced y favor tienen aquí el sentido de ‘beneficio gracioso’, frente al sentido de ‘ayuda o socorro’que podía tener en otros contextos y que permitió una clasificación diferente en el capítulo anterior. Lo mismo se puede decir del sustantivo benefi cio, que también podía interpretarse como ‘provecho’. 80. «El honor no me lo hace a mí el Ayuntamiento de Santander, sino que soy yo quien le hago el honor al aceptar la medalla», matiza Pombo, quien explica

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de apoyo, como conceder, otorgar e incluso dar, y lo más frecuente es que resulten incompatibles con hacer. Sila les hacía esperar durante días y hasta meses: luego les recibía, jugaba con ellos, a veces concedía su gracia y otras la negaba, por capricho, para sentirse amo. (1989).

Aunque supera el marco de este trabajo, no está de más dejar apuntado que, en algunos casos, la restricción semántica a la que se vio sometido el sustantivo tuvo como resultado una modificación de los criterios de selección léxica. Es el caso de limosna, por ejemplo, que, al perder su carácter predicativo y pasar a considerarse únicamente como simple argumento, se integró definitivamente en el paradigma de los sustantivos referidos a objetos puramente materiales, regidos por el verbo pleno dar. 3.4.8. La clase que denominaremos , formada por los sustantivos predicativos que designan algún tipo de vínculo entre los seres humanos, tanto en su connotación positiva como negativa, del tipo amistad, enemistad, vecindad, etc., seleccionaron, en el s. XIII , el verbo de apoyo hacer. Muchos de ellos son sustantivos derivados de aquellos más simples que conforman el grupo de los «relacionales», como vimos en el punto 4.3.2, y que se caracterizan por tener su propio esquema argumental (dos complementos humanos) y seleccionar el verbo ser como verbo de apoyo (Juan es amigo de Manolo al Ayuntamiento que no puede hacer el honor de aceptar el galardón porque, subraya, “no os lo merecéis”». (2003)

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/ María es vecina de Luis / Juan es enemigo de Margarita). Este tipo de sustantivos derivados no parecen constituir acciones en sentido estricto, aunque habría que dilucidar hasta qué punto, durante la Edad Media e incluso posteriormente, pudieron comportarse como tales. Et las querellas del cabillo eran que el concejo que les ponie cotos sobrellos, defendiendo que les non comprassen nin les vendiessen pan ni vino ni otra vianda nin moliessen a sos acennas nin gelas arrendassen nin labrassen sos heredades nin les fiziessen ninguna vezindat nin les diessen diezmo… (1256).

Precisamente, por su carácter escasamente agentivo, la selección del verbo hacer tendió a desaparecer, aunque no en todos los casos. La conservó especialmente el sustantivo amistad, y en la actualidad los hablantes siguen recurriendo a ella con enorme frecuencia. No sucedió lo mismo, sin embargo, en el caso de su antónimo enemistad, el más cercano, ni en el del resto de los sustantivos de la clase. En general, todos ellos prefirieron las combinaciones con el verbo tener, cuyo empleo se remonta también al s. XIII. E ¿non vees que el verdadero ama al verdadero, e el fiel al fiel, e el mintroso desama al mintroso, e el ladrón teme al ladrón, e non queire aver con él vezindat? (1250).

Conviene señalar aquí que, a pesar de la resistencia que había mostrado a abandonar su antiguo soporte, el predicado amistad no rechazó, en ningún momento, la selección del verbo tener. En la actualidad, los dos pueden alternar en el

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discurso, aunque hacer parece referirse al cumplimiento de los requisitos previos capaces de conducir a la relación de amistad y tener, a la relación en sí misma. Con hacer, por tanto, el sustantivo reflejaría un aspecto incoativo del que carecería al seleccionar el verbo de apoyo tener. Si es cierto que hacer terminó desapareciendo, el carácter incoativo que transmitía fue retomado por algunos otros verbos de apoyo un poco más tarde. Se trató, fundamentalmente, de las variantes aspectuales entablar y trabar. Conviene señalar, sin embargo, que la selección de estos verbos no fue generalizada. Solo los adoptó una subclase de sustantivos pertenecientes a la antigua clase medieval: aquellos que designaban relaciones connotadas positivamente. Esto excluía las combinaciones con sustantivos tan importantes como enemistad, por ejemplo. Entablar y trabar empiezan a utilizarse como verbos de apoyo apropiados a esta subclase desde el s. XVI. En la actualidad, estas variantes aspectuales siguen siendo seleccionadas por sustantivos connotados positivamente o no considerados negativos por esencia (relación, vínculo, romance…). 3.4.9. La clase que denominaremos contiene sustantivos predicativos que designan distintos tipos de manifestaciones verbales, orales o escritas. Dentro de este gran grupo podríamos distinguir algunas subclases:

sermón, homilía, plática, disertación, discurso…

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relación, noticia 81 , razonamiento, narración, exposición...

alabanza, elogio, panegírico, halago, apología, cumplido…

prueba, argumento, razón, demostración…

La subclase seleccionó, como todas la subclases pertenecientes a la gran clase , el verbo hacer desde el s. XIII. Dell altar dize otrossí Beda que significa la quema de los encendimientos de la carne, onde dixo en latín maestre Alexandre en un sermón que fizo en Roma al papa e a toda la cort… (1275).

El verbo decir era también muy habitual, pues, como verbo pleno, se asociaba fácilmente al contenido semántico de los sustantivos de la clase. El arçobispo les dixo un sermón e en fin del sermón les dixo: […]. (1400).

Aunque este uso se ha marginado en la actualidad, principalmente en el ámbito académico, pues se considera poco preciso y hasta descuidado, no ha desaparecido de la lengua general, sobre todo en las variedades del español americano, como se puede apreciar en el siguiente ejemplo de 1983 recogido de la prensa chilena:

81. En su sentido antiguo de ‘relato’.

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En Brasil, siendo Presidente, debió decir un discurso en el Parlamento, con asistencia de congresales gobiernistas y opositores.

No obstante, otros verbos de apoyo mejor anclados en el paradigma han ido incorporándose poco a poco a lo largo de la historia. El más utilizado en la actualidad es, sin duda, pronunciar, que se remonta al menos al s. XV, aunque desde mucho antes (s. XIII) se había utilizado en castellano, sobre todo como verbo de dicción. Como verbo de apoyo fue seleccionado en un primer momento, (desde el mismo s. XIII) por la clase . Es evidente que pronunciar tuvo, desde el principio, notable éxito y ha seguido combinándose hasta nuestros días con la mayor parte de los elementos de la clase. El verbo proferir, por su parte, que podría combinarse con alguno de estos predicados, se inclinó, preferentemente, por una clase particular de sustantivos que podríamos denominar y que incluiría todas aquellas manifestaciones verbales de desaprobación dirigidas contra una persona. Entre ellos se encontrarían insulto, amenaza, improperio, etc. Como su sinónimo pronunciar, había empezado a utilizarse durante el s. XIII como verbo de dicción y, en algunos casos, como verbo de apoyo de la clase , aunque con menor frecuencia. A partir de finales del s. XV lo encontramos ya combinado con sustantivos de la subclase , que han podido conservarlo hasta la actualidad. En el s. XVII se extendió a la clase , que parece seleccionarlo hoy como verbo de apoyo apropiado. El verbo dar se introdujo relativamente tarde, pero fue considerándose cada vez más necesario, hasta el punto de que,

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tras un desplazamiento progresivo del verbo hacer, se instaló definitivamente en el paradigma como el único verbo genérico apropiado. La subclase , por su parte, es bastante amplia, pues incluye sustantivos predicativos que designan el acto de formular, oralmente o por escrito, sin restricciones, un determinado mensaje. Se diferencia de la subclase anterior en el hecho de que, en este caso, el mensaje que se pretende formular no está concebido necesariamente para ser emitido en público. Los hablantes interpretan los sustantivos de esta subclase como una mera construcción verbal. No está de más señalar aquí que, consecuentemente, muchos de estos predicados se hallan en intersección con algunas otras clases relacionadas con el uso del lenguaje, como, por ejemplo, la clase que estudiamos en el apartado 4.3.15. del capítulo anterior. Esto no implica contradicción alguna. Es una prueba más de las posibilidades connotativas del léxico y significa tan solo que ciertos sustantivos seleccionarán distintos verbos de apoyo según la interpretación contextual que los hablantes terminen haciendo en una situación comunicativa determinada82. Así, por ejemplo, el predicado declaración se combina, actualmente, no solo con el verbo hacer, sino también con el verbo dar, como los predicados de la clase , porque los hablantes lo pueden entender, en algunos casos, como una acción que responde a una petición implícita, generalmente dirigida a la sociedad en 82. Esta realidad nos confirma una de las ideas expuestas en el momento en que hicimos las advertencias preliminares sobre la naturaleza de las clases léxicas y su extensión: el hecho de que la forma externa de los predicados nominales es engañosa.

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su conjunto83. Del mismo modo, como término jurídico, se combina, al igual que testimonio, con el verbo prestar, porque se interpreta como un acto codificado por la Justicia. La subclase , en todo caso, seleccionó desde el principio el verbo de apoyo hacer: Et con esto, se lleuantaron dende & se fueron para el Rey a le fazer relaçión d’ello, et el Rey touo por bien que fuesse así: que el cauallero ouyesse su onrra en su tierra, segunt otro fidalgo. (1284).

Esta combinación se ha mantenido hasta nuestros días. Salvo algunos sustantivos, a los que se ha aludido más arriba, los predicados de esta clase no admiten el verbo dar como verbo de apoyo. En cuanto a la subclase , está compuesta por sustantivos predicativos que designan la acción de celebrar una cosa o a una persona con palabras. A diferencia de las anteriores, que presentan un carácter neutro, está 83. «“Se acabó”, dijo Netanyahu en la primera declaración que dio a la prensa tras la decisión de la Fiscalía del Estado y del Gobierno de cerrar la investigación sobre corrupción por falta de pruebas». (Banco de datos CREA). Por lo mismo se podría decir que el sustantivo explicación, que pertenece, principalmente, a la clase , como se aprecia en ejemplos del siguiente tipo: «Agregó que la administración departamental es cuestionada por la adjudicación de las obras que se adelantan con los recursos del Plan Torniquete, cuando sería saludable dar una explicación a los habitantes de la región de La Mojana», puede interpretarse también como perteneciente a la clase en casos como el siguiente: «Por su importancia, es preciso hacer una explicación más amplia de este poder». Los dos ejemplos proceden del CREA. La pertenencia básica en casos de interferencia como este la hago, por supuesto, siguiendo criterios de frecuencia.

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muy marcada positivamente. La selección del verbo hacer es temprana: Al qui me dio sapiencia; dare yo gloria. Ca so conseiado que ge la faria. & ame el bien. et non sere confondido. esforçada fue la mi alma. & en faziendo aquella alabança fu yo confirmado. (1280).

Aunque este verbo de apoyo se conservó en la mayor parte de las combinaciones, se introdujeron con el tiempo otras variantes que, en el caso de algunos sustantivos, llegaron a desplazar a la primera. El verbo decir se aplicó a esta subclase desde el mismo s. XIII : Septies in die laudem dixi tibi. Que quier dezir; siete uezes te dix alabança en el dia. (1280).

El verbo dirigir, que formó parte del paradigma de los verbos de apoyo más recientemente, fue seleccionado también por la mayoría de los predicados: …¡qué fervorosa es la alabanza dirigida a quien no la merece! ¡Qué dulce es alabar a uno con el solo fin de humillar a otro! Pues bueno fuera que viniese hoy Yorick con sus manos lavadas a quitarme de las sienes el lauro regado con sudor y lágrimas de tantos años de combate… (1867).

El verbo tributar se combina, desde el s. XVIII , con la mayoría, preferentemente cuando se presentan en plural:

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O despreciará, o ignorará, los elogios que le tributan los mortales. (1734).

Lo mismo puede decirse de la variante rendir, de menor éxito, sin embargo, que las anteriores: Si la profesión de los ejercicios se debe medir por sus utilidades ¿quién será tan obstinado que se oponga a rendir los primeros elogios al comercio que según el canciller Bacon es la basa fundamental de la felicidad pública? (1796).

Con un valor aspectual iterativo, se emplea también desde el s. XVIII el verbo prodigar: Pero, para que la posteridad se desengañe de una vez, y vea la poca o ninguna fe que debe dar a los elogios que suelen prodigar los poetas a los héroes, sepan cuantos siglos vieren este mi presente Suplemento, o bien colocado en la biblioteca de algún sabio… (1772).

A partir del s. XIX, los predicados que aparecían fácilmente en plural tuvieron la posibilidad de seleccionar la variante deshacerse (en): Los caballeros que nos acompañaban se deshacían en elogios de Pudenciana, cuyo garbo les era demasiado agradable. (1818).

Todas estas combinaciones se han mantenido hasta la actualidad, aunque algunas de ellas han quedado circunscritas

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al registro oral. Es el caso, por ejemplo, de decir, que no es frecuente en contextos formales. En lo que respecta a la subclase , se irá constituyendo a medida que muchos de los sustantivos que formaban parte de la clase genérica, estudiada más arriba, empiecen a orientar su significado hacia la idea de ‘razonamiento demostrativo’. En realidad, a ello contribuirán algunos cultismos introducidos un poco más tarde, como, por ejemplo, el predicado argumento. Esta subclase se adaptó muy bien a la selección de la clase genérica, con la que parecía identificarse. Así no tuvo ninguna dificultad para atraer al verbo hacer: …si la virtud engendradera dura fasta la muerte / o non: puede ser fecho argumento que la virtud engendradera dura fasta la muerte. (1381-1418).

No obstante, esta combinación no duró mucho tiempo. Aunque hacer tardó en ser desplazado e incluso en la actualidad, en el registro coloquial y en contextos poco cuidados, podría aparecer, lo cierto es que dejó de ser verbo de apoyo apropiado a la clase en beneficio de otros verbos más recientes: aducir y esgrimir. Del primero encontramos ejemplos aislados desde los siglos de Oro, pero su difusión se produce a partir del s. XIX. ¿Qué razón concluyente podía aducirse contra él? (1845).

Esgrimir es aún más reciente; los primeros testimonios se sitúan a comienzos del s. XX:

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El primer argumento esgrimido contra la tradición es el del silencio de los contemporáneos o sea el llamado argumento negativo; en apariencia y por fuerza de un espejismo, es de una pujanza incontrastable… (1913).

3.4.10. La clase , compuesta por sustantivos del tipo genuflexión, enclín, reverencia, gesto, figura, etc., seleccionó desde el s. XIII el verbo hacer: Aquello que trascambia los brazos el abbat, quando faz el enclín ante la Majestad, buena es de saber esta tal puridad, si es signíficança o es nescïedad. (1228-1246).

Esta combinación se ha mantenido sin alteraciones hasta nuestros días, como se puede apreciar, por ejemplo, en el siguiente texto de 1977: Al instante, con un movimiento veloz y automático, el hombrecillo estiró uno de sus bracitos, dio unos pasos hacia mí, me ofreció una manita de niño, y con su preciosa voz de tenor, haciendo una nueva genufl exión cortesana, se presentó…

No obstante, el paradigma se enriqueció con otros verbos de apoyo, en muchos casos variantes aspectuales de hacer. Algunas de ellas son comunes a otras clases, como iniciar, pero otras han resultado especialmente apropiadas a estos predicados. La variante incoativa esbozar, que empezó a combinarse con esta clase en el s. XX , ha tenido bastante éxito hoy en día:

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Y con un movimiento de «gran aire», de altivez soberana velada en cortesía, la Pirineos tomó el brazo del artista, esbozó una ligera inclinación a la Porcel, sonrió a los demás y se retiró al través de las habitaciones iluminadas, perfumadas, por la escalera «digna de un zapato de raso», saliendo directamente al vestíbulo. (1905).

3.4.11. Los predicados que contienen la idea de ‘movimiento o paso de un lugar a otro’, como viaje, marcha, expedición, periplo, romería, camino84 , jornada, etc., conforman una clase particular denominada que seleccionó, desde el s. XIII , el verbo hacer. Marras quand‘ ovo Bacus a India sobjudgada, escaeçió en Libia con toda su mesnada; avié por unos yermos fecha muy grant andada, era toda la hueste de sed mal acuitada. (1240-1250).

Esta selección se ha mantenido a lo largo del tiempo hasta la actualidad. No obstante, algunos verbos de apoyo de aspecto incoativo, que actualmente tienen notable éxito, pasaron también a formar parte del paradigma. Es el caso de emprender, que empezó a combinarse con estos sustantivos predicativos a partir del s. XV, o de acometer, que se incorporaría a partir de los siglos de Oro: Lo tercero, veia que para acometer el viaje de Acapulco era muy larga distancia, y habia de doblar la línea equinoccial sin cono84. Evidentemente, con el sentido de ‘viaje’, y no con el de ‘vía de comunicación’.

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cer cuál tiempo en ella era el mejor; y que era muy poca el agua que tenia y ninguna carne, porque el piloto mayor enterró las pipas en el lastre que chupó la salmuera, y por esto se pudrió toda. (1605).

Evidentemente, estas variantes aspectuales alternaron siempre –y siguen alternando– con variantes perifrásticas genéricas, no necesariamente anteriores desde el punto de vista cronológico, como empezar. Lo mismo puede predicarse de aquéllas de aspecto terminativo (finalizar), que se alternaron fácilmente con las variantes perifrásticas más generales (terminar o acabar). También deben tenerse en cuenta algunas variantes de apoyo incoativo-iterativas, como reanudar, que se remonta al s. XIX , o reemprender, formada sobre la variante incoativa más antigua e introducida en el uso muy tardíamente (s. XX): …y acompañado de mi amigo Caballero y de Jussuf, del inimitable Jussuf, he reanudado mi viaje, firmemente resuelto a pasar la Nochebuena en Roma. (1861).

3.4.12. La clase denominada incluye sustantivos que designan la acción de enumerar las cosas o personas que forman una determinada realidad. Entre ellos encontramos padrón, inventario, cuenta, balance, recuento, etc. Desde el s. XIII sabemos que empezaron a seleccionar el verbo hacer. …mas que pongamos omes bonos e abonados que los cojan atales que serán servir a Dios e a nós, e guarden sus almas e los pueblos, e cada año que se fagan padrones nuevos e que se non

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cojan por cabeça, mas que peche cada pechero tanto quanto solíe pechar en la moneda forera. (1288).

Aunque esta combinación se mantuvo a lo largo de la historia y en la actualidad sigue siendo enormemente frecuente, el verbo de apoyo llevar formó parte del paradigma al menos desde finales del s. XV. Mandaron que Alonso Gomez lleve su cuenta de lo que ha rentado la sisa fasta agora e que Gonçalo de Monçon e Juan Palomino la tomen e se tomen dellos prestados ocho mill maravedis para lo del relox, mientra se reparten. (1493-1497).

3.4.13. Los predicados nominales que designan una acción por la que el sujeto, gracias al lenguaje, hace referencia, explícita o implícitamente, a una persona o una cosa, como mención, alusión, cita, referencia, etc., seleccionaron también el verbo hacer desde los inicios del s. XIII. Et qui clamare al qui es tornado cristiano tornadizo o renegado o fiziere a eill mención de la ley que auía ante por deshondrar lo, tal iniuria por dreito es dita mortificadura. (1250).

Esta selección se ha mantenido hasta nuestros días, incluso con las restricciones sintácticas que presentaba en la Edad Media, como la tendencia general a la omisión del artículo que presentaban muchos de estos sustantivos. Tras hacer mención al buen momento de las relaciones entre ambos países, dijo que «el intercambio de pareceres sobre cuestio-

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nes básicas para la seguridad internacional y el mantenimiento de la paz pueden contribuir…» (1988).

En ningún caso se trata, sin embargo, de estructuras lexicalizadas. La utilización del artículo siempre ha sido posible. Un cortesano de Augusto podía tener sus razones para no hacer una mención expresa de Bruto. (1841-1842).

3.4.14. El sustantivo confianza, y especialmente su sinónimo más antiguo fi anza, (con el sentido actual de ‘seguridad que se tiene de que una persona actuará del modo esperado’) junto a algunos otros, en muchos casos desaparecidos con esta acepción, como caudal, constituían una clase reducida que tuvo tendencia a seleccionar, al menos desde el s. XIII, el verbo de apoyo hacer: Ama a los leales e tenprados en su codiçia, e que son de buena voluntad, e sobre estos atales arma como quien arma sobre çimiento bueno. E toda la fi ança puedes en ellos fazer: aunque non ayan muchedunbre de tesoro, fallarás en ellos muchedunbre de buenas obras e de virtudes que te ternán más provecho, ca non se puede conprar la virtud del omne bueno e leal. (1237).

El sustantivo confianza tuvo una evolución especialmente compleja. Podía regir un complemento precedido por la preposición en, como en la actualidad, o por la preposición de: Y el rey nombró por capitán y alcaide de la azuda –que es la fuerza principal de aquella ciudad– a Pedro Ximénez de Samper

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que era un caballero, como dicho es, muy estimado en las cosas de la guerra y de quien el rey hacía gran confi anza. (1562).

Su combinación con el verbo hacer tuvo un éxito enorme en la historia del español. Se mantuvo hasta principios del s. XX. …lo único que me ha gustao siempre, eso sí, es tener yo mando… Yo quisiea que usted y yo fuéamos como dos hermanos mismamente; yo hice lo que he hecho porque usted hizo confi anza en mí, como pué usted hacerla siempre, sépalo usted. (1913).

En la actualidad, sin embargo, puede considerarse desaparecida del uso escrito normativo. Ha quedado relegada al registro oral, generalmente en contextos poco cuidados y, en consecuencia, estigmatizados85. El desplazamiento de hacer, aunque no fue violento, estuvo provocado por el uso cada vez más frecuente de los verbos tener o haber 86 , cuyo origen se remonta también al s. XIII. Como sabemos, el desplazamiento de haber por tener hizo que solo este último haya terminado por convertirse en el verbo de apoyo más apropiado: Otrosy amigo por amigo ni eres su Señor & su buen amigo & su buen fazedor & pues has fi ança en el deue te seer el amigo sobre todos los otros amigos (1293). 85. En el CREA solo aparece un ejemplo, y pertenece al corpus de textos orales. 86. Para la alternancia de estos dos verbos con este sustantivo y algunos otros de sentimiento, vid. Marie France Delport, 2004, 411.

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El paradigma, sin embargo, no se limitaba a estas dos variantes. A partir del s. XVI , encontramos numerosos ejemplos en que el sustantivo confianza selecciona, como verbo de apoyo, poner. Esta combinación no sufrió prácticamente ninguna alteración a lo largo de los siglos, y sigue siendo frecuente, por tanto, en la lengua actual: Y puesto que los Católicos * Reyes fuesen muncho [sic] agradecidos a los servicios del Almirante y les pesase, como abaxo se declarará, de su prisión y el mal tratamiento que el comendador hizo a él y a sus hermanos, empero, en la verdad, fueron tan largos y * exorbitantes los poderes que le dieron, y pusieron en él tanta confi anza que, si más de lo que hizo contra el Almirante y sus hermanos hiciera y peor de lo que los tractó [sic] los tractara [sic], para todo parece por * los mismos poderes que tuvo poder [[y mando. (1527-1561).

A partir del s. XVIII empieza a utilizarse, como verbo de apoyo apropiado, depositar, que se ha conservado hasta nuestros días, preferentemente en textos escritos y dotados de un alto grado de formalidad: …dejó dispuestas sus cosas nombrando a don Alonso Carnero por testamentario suyo, en quien dignamente depositó toda su confi anza, como quien avía sido el archivo de sus secretos más íntimos. (1733).

Desde el s. XIX , e ininterrumpidamente hasta la actualidad, ha entrado también en el paradigma el verbo abrigar: …a los otros, para que no formen una idea equivocada de la confi anza que podemos abrigar en nuestras doctrinas (1846).

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El sustantivo confianza tiene, además, como particularidad, el hecho de haber contado con un amplio número de verbos de apoyo conversos a lo largo de la historia. El más importante, sin duda, ha sido tener que, en ese sentido, podía llegar a entrar en conflicto con el uso descrito más arriba. Ahora bien, la permutación de los argumentos en las construcciones conversas hace que el verbo de apoyo concuerde en número y persona con el antiguo complemento convertido en sujeto y salva la interpretación contextual87. Los primeros ejemplos parecen tardíos, lo que podría deberse a la ambigüedad provocada por el uso habitual del sustantivo con la preposición de al que me he referido más arriba88 : Nos parecen demasiadas autorizaciones las que se dan por esta base al Ministro de la Gobernación. El actual puede merecer y tener la confi anza de las Cortes; pero puede venir otro que no la merezca, y entonces les parecerán exorbitantes las facultades que le han dado. (1869).

Su sinónimo gozar (de) es, asimismo, bastante reciente, pues los primeros ejemplos aparecen en el corpus en el s. XIX. Como el anterior, se mantendrá hasta nuestros días: 87. El antiguo sujeto, a su vez, pasará a convertirse en un complemento preposicional del sustantivo predicativo (un genitivo subjetivo desde el punto de vista semántico). Juan tiene confianza en Pedro --> Pedro tiene la confianza de Juan. 88. Los ejemplos como el siguiente son muy abundantes a lo largo de los siglos XVI , XVII y XVIII : «…según Alonso de Palencia afi rma se tenía poca confi anza de los vizcaínos, y estaban las cosas en tanto recelo…» (1579). Aquí tener confi anza de no constituye un ejemplo de construcción conversa, sino una estructura sinónima de tener confi anza en, que también se utilizaba con frecuencia.

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El Ministerio gozaba todavía de la confi anza de todos los constitucionales, pero con una excepcion sola, porque era general entre la gente acalorada, y áun bastante comun en la que lo era ménos, mirar con desvío al ministro de la Guerra, marqués de las Amarillas. (1847-1849).

También obtener se empieza a utilizar con frecuencia a partir del s. XIX: …se le ve obtener la confianza de Balboa como había obtenido la de Ojeda, y después la de Pedrarias, del mismo modo que la de Balboa. (1832).

El verbo hallar, sin embargo, es más antiguo. Al menos desde los siglos de Oro había sido seleccionado como verbo de apoyo por el sustantivo confianza, si bien empezó a entrar en decadencia en el s. XVIII y terminó desapareciendo defintivamente del paradigma a finales de la centuria: …pero ni esta inquietud ni confi anza hallaría en Vos, Señor, si vuestra misericordia, no me la diera primero, si vuestra bondad no me la administrara, si vuestra caridad no me la promoviera, porque Vos sois el principio, el medio y el fin de toda mi confianza. (1640-1653).

El escaso número de ejemplos con que contamos, al menos en comparación con los restantes verbos de apoyo conversos, nos hace pensar que tal vez hallar nunca llegó a estar ampliamente extendido en la lengua, lo que justificaría su temprana desaparición.

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3.4.15. La clase denominada incluye sustantivos como venganza, represalias, revancha, desquite, satisfacción (en su sentido de ‘acción individual, no prevista, en respuesta a un acto considerado lesivo’89), etc. En principio, seleccionaron el verbo hacer. Los ejemplos que encontramos en el s. XIII corresponden al sustantivo venganza: E eso mesmo enla mansedunbre do deue ser fecha vengança de algund mal & non se faze por mengua del omne tal mansedunbre es de denostar (1293).

Este uso se conservó hasta el s. XVII. A partir del s. XVIII puede considerarse definitivamente desaparecido. En realidad, hacer se había visto sustituido, cada vez con mayor frecuencia, por el verbo tomar, que se había aplicado a la clase desde el mismo s. XIII :

89. El sustantivo satisfacción podían llegar a interpretarse también con este sentido de ‘castigo’, y en ese caso parece hallarse en intersección con los elementos de la clase estudiada en el punto 3.4.3. Así sucede, por ejemplo, en estas estrofas del Siglo de Oro: «Mi corazón, mi alma, cuerpo y vida / son vuestros, si la lengua os ha ofendido, /pues todo lo tenéis a vos rendido, /tomad en mí satisfacción cumplida». En estos casos conserva, sin embargo, el verbo de apoyo apropiado a la clase . La idea del castigo como una réplica institucionalizada o simplemente anunciada –o prevista de antemano– a una determinada acción acercaba semánticamente los sustantivos de la clase a los de la clase , y llevó a que en algún texto incluso el sustantivo prototípico de la primera, castigo, se combinara, miméticamente, con el verbo tomar, aun cuando siguiera manteniendo su significado. Naturalmente, se trata de fenómenos puntuales, pues, en el resto de los casos, no se producen (*tomar un escarmiento o *tomar una lección; *dar una venganza, *dar represalias).

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CAPÍTULO SEGUNDO

Este es el entendimiento d‘estos dos viessos: Que Dauid muestra la piadat que Dios hauié d‘éll en vsando estos mouimientos contra los enemigos d‘éll, tomando vengança d‘ellos por los males que a Dauid fizieran. (1240-1272).

Con el tiempo, tomar se utilizó también, en muchos casos, como pronominal. De estas combinaciones parecen derivarse expresiones o estructuras lexicalizadas relacionadas con este ámbito de las reacciones personales, no institucionalizadas, en respuesta a las ofensas recibidas, como, por ejemplo, la de tomarse la justicia por su mano. El sustantivo venganza, en primer lugar (s. XVI), y represalias, más adelante (s. XIX), admitieron también el verbo ejercer, quizá por la relación inconsciente que los hablantes terminaron estableciendo con la clase . Item más, ¿si mereció Diego de Nicuesa premio ante Dios en ayudar a Hojeda con su gente para ir a vengar la muerte de Juan de la Cosa y a su muerta compañía, y si tuvo algún título justo y derecho natural que a exercer aquella venganza lo obligase o escusase [sic]? (1527-1561).

Esta combinación se ha mantenido hasta la actualidad, aunque aparece, sobre todo, en escritos periodísticos. También desde el s. XVI , y quizá por la misma razón, estos sustantivos (venganza y represalias) seleccionaron el verbo usar (de): …y que el dicho Rey y madama su madre declarasen sobre ello su intención de manera que cada uno conociese que Su Majestad no

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EL VERBO HACER EN EL SIGLO XIII

quería usar de venganza contra el dicho Rey de Francia ni contra sus tierras ni vasallos, ni destruirle teniéndole en su poder. (1550).

Se trata de un una combinación documentada hasta prinicipios del s. XX. A partir de entonces puede considerarse desaparecida: Entonces el jeique exclamó: «Oh hijo mío! todavía eres joven y debes vivir; pero yo, que soy viejo y estoy cansado del mundo, te serviré de rescate a ti, al visir y a sus primos. Repito que el asesino soy yo. Y conmigo se debe usar de represalias». (1916).

3.4.16. Los predicados que indicaban interrupción conforman una clase amplia que se irá constituyendo a lo largo de los siglos. En este momento aparecen sobre todo los sustantivos correspondientes a la subclase .

parada, alto, descanso, interrupción...

paz, tregua, armisticio, alto el fuego...

Desde muy temprano seleccionaron el verbo hacer: …echaron las armas e fizieron paz, e fueron los iudios mui loados e much onrados del rey e de todos los que eran en so regno, e fueron nombrados en el regnado, e tornaron se a Iherusalem con grandes ganancias. (1260).

La subclase podía interpretarse también como una subclase de y, como

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CAPÍTULO SEGUNDO

tal, terminó seleccionando algunos de sus verbos de apoyo apropiados, como firmar, que se ha conservado hasta nuestros días: Pues que la paz fue firmada entrellos en esta guisa. (1280).

La combinación con el verbo hacer se mantuvo en el caso de los predicados genéricos de la clase, como parada o alto, pero tendió a desaparecer en el caso de los sustantivos pertenecientes a las subclase . Queda algún resto, sin embargo, en expresiones relacionadas, muchas veces metafóricamente, con el ámbito de los conflictos armados. Es el caso de hacer la paz y hacer las paces, por ejemplo. 3.4.17. Aparece en este momento una clase que denominaremos y que está compuesta por sustantivos que designan acciones derivadas de una atribución, como oficio, tarea o función, e incluso algunos otros de carácter más neutro o pertenecientes a otras clases que adquieren este sentido, como obligación, responsabilidad, etc. En principio, estos predicados seleccionaron el verbo hacer: Et quando este gil diaz fino mandosse soterrar fuera en la plaça apar del cauallo del cid assy commo se lo el tenie en voluntad. Et diego gil finco despues faziendo el offiçio que gil. diaz fazie fasta que fino. (1270-1284).

Esta combinación se ha conservado hasta nuestros días, aunque no es la única. A lo largo del tiempo se enriqueció con algunos otros verbos que hoy pueden considerarse verbos de

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EL VERBO HACER EN EL SIGLO XIII

apoyo apropiados. Es el caso de desempeñar, que se remonta, al menos, al s. XVII : …y su publicación a la diligencia del Bachiller don Miguel Núñez, cursante en la Facultad de Teología, que desempeñó esta función con primores grandes. (1683).

El verbo ejercer se utiliza hoy día también con frecuencia. Los primeros ejemplos aparecen en la misma época: …y á costa de muchas fatigas y gastos visitó tres partes de esta Custodia, en que anduvo más de mil leguas, confirmó, predicó y exerció otras funciones Episcopales, y nombró por Juez Eclesiástico de toda la Custodia al Padre Fray Salvador López, ViceCustodio, en lo qual los Religiosos por entonces no pusieron reparo. (1648).

Desde muy temprano, hacer compartió con tener sus funciones de verbo de apoyo apropiado a la clase, que se ha conservado a lo largo de la historia y ha llegado hasta nuestros días: Defendemos que njnguna mugier njn omne sin edat complida njn alcalle njn merino njn otro njnguno que tenga officio de justicia mjentre que el officio toujere. njn omne que sea echado de villa o de la tierra mjentre que fuere echado… (1313).

3.4.18. La clase está compuesta por sustantivos que designan la acción de imputar a una persona una determinada actuación o conducta consideradas, social o jurídicamente, negativas. En el s. XIII encontramos el predicado acusa-

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CAPÍTULO SEGUNDO

ción90, ligado, sobre todo, al ámbito jurídico-penal, pero con el tiempo se irán incorporando los restantes, muchas veces dotados de un sentido más general: denuncia, imputación, incriminación, recriminación, atribución... En quál manera la acusación deue seer fecha ante el Rey… (1250-1260).

Los términos propiamente jurídicos, por su uso en este ámbito de especialidad y en contextos formales, seleccionaron también, aunque un poco más tarde, el verbo presentar: Mucho más quisiera decirte, pues todo cabe en ti, pero, por no ser molesta, porque en el proceso se manifestarán tus maldades, tus tiranías y monstruosos vicios, pondré freno a mí lengua y apretaré mis labios con el temeroso dedo presentando esta acusación para que, siendo vista, la divina Justicia provea lo que la su grandeza mandare y servida sea. (1552).

También recurrieron al verbo formular que, como el anterior, se ha conservado hasta nuestros días: Este tribunal debía fallar acerca la acusación formulada contra La Gasca, Hinojosa y muchos otros, de haber quitado por 90. Antes aparecen en el corpus sustantivos predicativos que designan la misma realidad, como achaquia o reptatione (Vid. Léxico hispánico primitivo), pero sin ninguna actualización, es decir, sin el verbo de apoyo correspondiente. El hecho de que el predicado acusación se combine, ya en el s. XIII, con el verbo hacer nos lleva a plantear la hipótesis de que tal vez sus equivalentes más antiguos también lo seleccionaran, pero no podemos estar seguros. Por eso hago referencia a la clase en este capítulo.

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EL VERBO HACER EN EL SIGLO XIII

traición la armada al gobernador y apartado de su deber a sus soldados. (1862).

3.4.19. Aunque todavía vinculado a la idea de engaño, y en el ámbito militar, aparecen en el siglo XIII las primeras muestras de la clase , formada por sustantivos como celada, emboscada, trampa, asechanza, lazo… El verbo hacer fue el más utilizado: E quando tu quisieres fazer enganno o celada a tu enemigo. lo meior que tu deues escoger en esto para començar este fecho (1254-1260).

Esta selección no desapareció en ningún momento, pero poco a poco, principalmente en los textos escritos y en contextos formales, hacer se vio desplazado, desde el s. XIX , por el verbo tender, que se usa con profusión en la actualidad:` Sabríalo él, por fuerza; y si es traidor y rebelde, como los caballeros y ricoshombres de Huesca, podría muy bien tendernos una celada antes que fuese de día y apoderarse por armas de vuestra persona y la mía, aunque quisiesen pelear estos almogávares contra su hueste. (1852).

Desde mucho antes, sin embargo, se había recurrido también al verbo echar (s. XIII), si bien, a pesar de su antigüedad, no se ha conservado; terminó desapareciendo en el s. XVII : Otro ssi los Auestinos & essos de Marsia echaron celada a Cepio consul de Roma & mataron a el & a toda su hueste. (1270).

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CAPÍTULO SEGUNDO

El verbo poner, por su parte, se utilizó más, en un principio, como verbo pleno para indicar el lugar en el que fisicamente se situaba la tropa con que se preparaba la trampa y, muy probablemente, los objetos adecuados para ella. De hecho, el sustantivo celada era polisémico. Por un lado se empleaba como sustantivo concreto y, por otro, como un abstracto de acción91: Vn dia que auien de auer batalla los unos con los otros; puso zima el su celada en un logar ascondido. (1270-1284).

Como verbo de apoyo tendría después bastante éxito, pues se ha conservado hasta nuestros días: …y cerrando los ojos a lo que importa ver, los tienen de lince para que el útil no se pase, siendo cosas que les importara más estar de todo punto ciegos, pues andan armando lazos, haciendo embelecos, desvelándose en cómo pasar adelante, poniendo trampas en que los otros caigan, por que se queden atrás. (1599).

3.4.20. Los sustantivos que se refieren al trato recibido por las personas en una situación determinada podrían configurar también una clase amplia que aparece por primera vez en este momento. Podría dividirse en varias subclases.

91. También el verbo echar presentaba este doble uso. No está de más aclarar aquí que la doble faceta concreto / abstracto de algunos sustantivos hace que algunos ejemplos resulten, en el contexto, de difícil interpretación.

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EL VERBO HACER EN EL SIGLO XIII

trato, tratamiento, malos tratos, maltrato…

recibimiento, acogida…

saludo, bienvenida, despedida, buenos días, buenas tardes, adiós....

gracias, agradecimiento...

Desde el s. XIII , los sustantivos que aparecen en el corpus seleccionaron el verbo hacer: E en estas razones que vos avemos contadas de la su batalla e de los de Amalech, e del recibimiento que Moisén fizo a su mugier e a sos fijos e a su suegro, e de los sacrificios e de las alabanças e del loor que fizieran a Dios por el bien e por la merced que les avié fecho e fazié fue la fiesta que todos allí fizieron aquel día, e fincó aun allí ell obispo Jetró con Moisén e con los otros ebreos. (1275).

Esta combinación, sin embargo, no se conservó en todos los casos. La evolución fue diferente según las peculiaridades de cada una de las subclases. Los predicados correspondientes a terminaron prefiriendo el verbo dar, que se integró en el paradigma desde el s. XVI : El Rey Católico al Gran capitán sobre la desconfianza que tuvo de él; sus diferencias con el Archiduque; maltrato que este da á

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CAPÍTULO SEGUNDO

la Reina su hija, y manifestándole no le preocupe estar en poco afectuosas relaciones con su yerno, porque él siempre le defenderá. (1501-1509).

El hecho de que alguno de estos sustantivos, por sus connotaciones especialmente negativas, pasara a formar parte de la terminología jurídica como tipos especiales de delitos hizo, naturalmente, que seleccionara el verbo cometer o perpetrar, como cualquier otro término de la clase . Así sucede, por ejemplo, con maltrato o malos tratos: Si el maltrato se cometiere por individuo de las clases asimiladas á marinería ó tropa, sufrirá en el primer caso del artículo anterior la pena de reclusión militar perpetua, y en el segundo la de doce años y un día á veinte años de reclusión militar. (1888).

El verbo dispensar se introdujo en el paradigma de los verbos de apoyo apropiados a la clase en el s. XVIII, aunque se difundió definitivamente a partir del s. XIX. Se ha conservado en el uso hasta nuestros días: De nuestra parte tienen la certidumbre de ser correspondidos, verán que efectivamente se les paga, que se les dispensa el tratamiento propio de la necesidad en que nos hallamos (1763).

En cuanto a brindar, parece más bien una novedad del s. XX: Sus afectos son su mujer, su perro y su corcel, y a los tres brinda un trato rudo, que solo es oral, y esconde verdadera y cariñosa dedicación. (1978).

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EL VERBO HACER EN EL SIGLO XIII

La subclase contiene sustantivos que hacen referencia a la acción de «admitir a una persona». En lo que respecta a este grupo, la evolución fue menos homogénea. El sustantivo recibimiento, de aparición temprana en nuestra lengua, ha seguido seleccionando el verbo hacer hasta la actualidad, quizá por la fuerza de la tradición. Curiosamente, la selección del verbo dar, posible en nuestros días, es muy reciente, pues se remonta a la segunda mitad del s. XX. Una gran movilización popular, en la que participaron miles de simpatizantes tanto blancos como del izquierdista Frente Amplio, fue el recibimiento que le dio su pueblo al regresar del exilio. (1984).

Es muy probable que esta combinación con el verbo dar sea consecuencia de una asimilación del paradigma de otros sustantivos de la subclase, como acogida, que ya desde el s. XVI venía seleccionándolo: Y assí, Julio César fue uno de los que con más rigor castigaron su gente, hallando en ella este desorden en robar y molestar los lugares donde se les dava acogida y alojamiento. (1590).

Aunque acogida muestra una clara preferencia por el verbo dar, sigue utilizándose también con el verbo hacer en numerosos contextos: …que le culpaba de contribuir a la descomposición del Ejército con sus actividades revolucionarias, lo que explicaría la mala acogida que Mirasol le hizo en San Sebastián el 12 de junio. (1994).

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CAPÍTULO SEGUNDO

La subclase , que incluye sustantivos que designan tanto las acciones de saludar y despedirse como los diversos tipos de saludos y despedidas, aunque en un principio había empezado seleccionando el verbo hacer, fue dando preferencia al verbo dar a partir del s. XVI. No se trató de un fenómeno homogéneo, sin embargo. Algunos sustantivos integraron este verbo en el paradigma con rapidez, como bienvenida, mientras otros esperarían aún hasta los siglos XVIII y XIX , como saludo. …acudieron con mucha comida de aves, fructas y tamales; vinieron los caciques con guirlandas y flores, dieron la bienvenida a Cortés; rescibiólos él graciosamente; proveyéronle muy largo de lo que era menester hasta entrar en la provincia de Taxcala (1560).

El verbo tributar, como sinónimo formal de dar, fue seleccionado muy tarde por algunos de los predicados de la subclase. Los primeros ejemplos se remontan al primer tercio del s. XX: El señor Resa fué obsequiado en casa del señor Pérez Avecilla, y al regresar a Sevilla se le tributó una cariñosa despedida. (1937).

La mayoría desplazó completamente al verbo hacer, pero quedaron algunos restos, sobre todo en sustantivos que habían recurrido a él con especial frecuencia en el pasado, como saludo. …se paró, dio unos pasos, observó la concurridísima sala, hizo un saludo indescriptible y, con la pericia propia de su cargo, en-

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EL VERBO HACER EN EL SIGLO XIII

contró rápidamente un lugar en el que sentarse, algo nada fácil, pues no sobraban y él era el último. (1988).

La subclase está compuesta, principalmente, por sustantivos que designan la acción de agradecer y el término mismo con que esta se expresa (gracias). Desde el primer momento se combinaron con el verbo hacer: …fablando a uos mismos en psalmos y en alabanças y en cantigos espiritales, cantando e loando a Dios en uuestros coraçones, faziendo gracias siempre a Dios Padre por todos en el nombre de nuestro Sennor Ihesu Christo… (1260).

Es muy posible que, originalmente, estuviera vigente la referencia implícita a las acciones que se llevaban a cabo para agradecer algo, pero este trasfondo semántico terminó desapareciendo. Desde el mismo s. XIII ya era normal la combinación con el verbo dar: Diéronle buen cavallo, qual él mester avýa, dava graçias a Dios, fazié grand alegría: «Señor, merçed tan maña gradeçer no t’ podrýa, que tan byen acorryste a la grand coyta mía». (1250).

El verbo dar es el que se ha conservado hasta la actualidad y el que se emplea con absoluta naturalidad en todos los contextos. 3.4.21. Algunos sustantivos de la clase , compuesta por predicados como vencimiento, victoria, triunfo, éxito,

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CAPÍTULO SEGUNDO

gloria, etc., seleccionaron a partir de este período histórico el verbo hacer: …fincando los godos muy loçanos & por muy nobles con tantas riquezas cuemo tomaran en Roma. & por aquel uencimiento que fizieran fueronse dalli. (1270).

Es muy posible que se trate de una combinación introducida a partir de los modelos latinos altomedievales: Post Adefonsi discessum Froila fi lius ejus successit in regnum. Hic uir mente acerrimus fuit. uictorias multas fecit. cum hostem cordubensem in locum Pontubio prouintia Gallecie prelium gessit ibique LIIII milia caldeorum interfecit… (880).

Este uso se mantuvo hasta el s. XVII. Lo cuarto que mostró Dios con enpezar esta sagrada Religión con hábitos enfardelados y sin frailes, fue su soberano poder que quiere hacer nuevas victorias y vencimientos. (1607).

En general, fue sustituido por los verbos tener o haber, que desde el s. XIV habían empezado a combinarse con frecuencia con los sustantivos de esta clase: …que quando entró por su hueste fizo mandamiento que todas las cosas que perteneçen a viçios carnales fuesen echadas de la hueste. E la hueste, que por la dicha cabsa estava en peligro de ser vençido, ovo victoria de los enemigos. (1370).

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EL VERBO HACER EN EL SIGLO XIII

El paradigma se fue enriqueciendo con otros verbos de apoyo, generalmente de tipo aspectual, que han quedado establecidos en el uso actual junto a tener. Entre ellos, abundan las variantes télicas, como, alcanzar, conseguir, lograr u obtener. Este último es el más antiguo, pues se remonta al s. XIV: …diziendo que el por çierto auia sabido que los griegos sin el non podrian obtener victoria contra los troyanos. (1376-1396).

Los dos primeros, por su parte, se usan a partir del s. XV: ¿E quién pregunta ho quiere saber de los vençedores si por esfuerço ho por engaño alcançaron victoria de sus contrarios? Ellos nos darán armas con que los vençamos. (1427-1428).

En cuanto a lograr, que había aparecido en castellano, como forma léxica, bastante pronto, solo empieza a combinarse con estos predicados en el s. XVIII : …cuando San Isidro condujo por aquellas montañas al Rey Don Alonso el Octavo, para que lograse la victoria, ¡que uno y otro cuadro son cosa maravillosa! (1724).

No está de más señalar que, al menos desde los siglos de Oro, conquistar se convirtió también en una nueva variante aspectual apropiada a estos predicados y conservada en nuestros días: …fuéron por la caballería tan honrados, loados é estimados, é alcanzaron gran fama, prez é honra, conquistando muchas victorias de sus enemigos… (1626).

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CAPÍTULO SEGUNDO

3.4.22. La clase seleccionó el verbo hacer desde el s. XIII. Está formada por sustantivos como suma, resta, multiplicación, división, cuenta, ecuación, etc. Et fazense la suma de los dias en que taia so epiciclo. quinientos & .lxxxªiij. dias. & dos tercios de dia. & un quarto de dia. Et quando fuere so argumento yguado de .0. fata .clxv. grados. & .liij. menudos. es endereçado. (1276-1277).

La selección del verbo hacer se ha mantenido hasta nuestros días. Como en muchas otras clases, la utilización de estos sustantivos en contextos formales, especialmente escolares, ha hecho que se haya recurrido con mucha frecuencia a las variantes estilísticas realizar y efectuar. 3.4.23. La clase que denominaré incluye sustantivos del tipo encantamiento, conjuro, hechizo, exorcismo, maleficio, mal de ojo, etc. Estos predicados seleccionaron el verbo hacer desde muy temprano. Los primeros ejemplos son del s. XIII , aunque, por la cercanía de algunos de ellos al siglo anterior, parece posible deducir que se trata de la continuación de un uso más antiguo: Echo Aaron el blago delant Pharaon e delant sos vasallos e fizos culuebro. Clamo Pharaon a sos vasallos e los magos e fizieron encantamiento e echaron cada uno sos blagos e fizieronse culuebros. (c1200).

En realidad, la interpretación de estos sustantivos ha sido bastante compleja. Parece haber oscilado a lo largo de la his-

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EL VERBO HACER EN EL SIGLO XIII

toria entre el acto de magia propiamente y las prácticas o fórmulas mágicas de las que se sirve el sujeto para llevar a cabo su acción. Eso explica que, en ciertos períodos históricos, se puedan utilizar verbos con los que se pone de relieve una u otra interpretación. Es el caso del verbo obrar, que empieza a combinarse con alguno de estos predicados en el mismo s. XIII (conjuro) y que tuvo una especial difusión, ya con algunos más (hechizo, encantamiento) en los siglos de Oro. Se pone así en contacto esta clase con otra más antigua, estudiada en el capítulo anterior (§ 4.3.17). Esta combinación desaparece a partir del s. XVII. …qué ffuerça ha para obrar aquel conjuro; qué es el exorzismo que ffaze ssobrellos; e a qué tiene pro aquel exorzismo. (12521270).

Aunque en la actualidad hacer se ha conservado como verbo de apoyo apropiado a muchos de estos sustantivos, la mayoría, interpretados, principalemente, como las fórmulas o las prácticas mágicas dirigidas a ciertas personas con la intención de causarles un daño, han seleccionado sobre todo la variante sinonímica echar. Su empleo se remonta, al menos, al s. XVI : Fue, pues, el caso que como la niña un día llorasse mucho, la ama que la criava por acallar la criatura, pensando que le echava unos hechizos para la adormecer, echóselos para la matar, por manera que, cessando las lágrimas de la innocente hija, començaron los gritos de la muy triste madre. (1529-1531).

El verbo lanzar, gracias a su cercanía con echar, se integró también en el paradigma, aunque tardíamente. Empezó a 215

CAPÍTULO SEGUNDO

combinarse con el sustantivo conjuro a principios del s. XX , y solo más adelante pasaría al resto de la clase: Ya has visto su acogida de carantoña lanzándome conjuros en rebatiña, sacando las medallas, llenas de roña, por entre la abertura de la basquiña. (1912).

3.4.24. Los sustantivos derivados de los verbos instrumentales, como uso, utilización, empleo, o manejo, seleccionaron ya desde el s. XIII el verbo hacer, aunque su difusión se llevará a cabo a partir de los siglos siguientes. …& les pusiera en el so tiemplo. como por reliquias & por nobleza en remenbrança del. mas que otro uso que nunqua fiziera el daquellos uasos si non este. (1280).

Esta combinación se ha mantenido hasta nuestros días y, a pesar de la introducción reciente de las variantes estilísticas realizar o efectuar (principios del s. XX), aún es la más extendida en todos los registros y contextos. No obstante, algunos de los predicados, y sobre todo el más antiguo uso, pueden seleccionar en la actualidad el verbo dar. Se trata, sin embargo, de una variante tardía92, menos utilizada en el discurso que su sinónimo tradicional hacer.

92. Con el significado de ‘transmitir un derecho’ (dar el uso de una cosa) aparece, al menos, desde los siglos finales de la Edad Media; pero, evidentemente, se trata de un sentido muy distinto.

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EL VERBO HACER EN EL SIGLO XIII

3.4.25. Algunos sustantivos que actualmente se consideran prototípicos de la clase predicativa de los estados y que no se interpretan en ningún contexto como acciones, seleccionaban en el s. XIII y durante toda la Edad Media el verbo hacer. Se trataba de una extensión de un fenómeno particular que se describió en el capítulo anterior y que afectaba a sustantivos muy limitados (concretamente sustantivos psicológicos del tipo alegría, duelo, tristeza, etc.). Como había venido sucediendo en aquellos casos, los nuevos sustantivos que encontramos en el s. XIII se referían más a la acción que se derivaba del sentimiento que al estado mismo, es decir, a las actuaciones o manifestaciones externas llevadas a cabo conscientemente por los sujetos como consecuencia de un determinado estado interior. Son sustantivos del tipo caridad, piedad, bondad, etc. …& fablo y al pueblo en razon de fazer caridad & assi como cuenta la estoria. assi ençendio dios alli los coraçones de los que lo oyeron… (1270-1284).

Como ya señalamos en el capítulo anterior, estas combinaciones se extendieron, como máximo, hasta el s. XVII , pero terminaron por desaparecer desde el momento mismo en que los predicados se interpretaron únicamente como estados.

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CAPÍTULO 3

EL VERBO HACER EN EL OCASO DE LA EDAD MEDIA: SS. XIV Y XV 1.

EL CORPUS

D

y XV, el verbo hacer presenta, tanto en el conjunto de sus significados, como en su selección como verbo de apoyo por los sustantivos predicativos del momento, menos novedades de relieve que en las etapas anteriores. En ese sentido, se puede decir que empezamos a asistir a un agotamiento y a un proceso de consolidación de las grandes líneas semánticas y las combinaciones léxicas que, ya en gran número, habían aparecido entre los siglos VIII y XII y se habían ido completando a lo largo del s. XIII . Es evidente que el carácter genérico del verbo hacer y la frecuencia con la que se utilizó en casi todas las situaciones comunicativas provocó que la mayor parte de los significados y, sobre todo, de sus combinaciones con los predicados nominales apropiados hubiera quedado definitivamente fijada en una etapa muy temprana de la evolución de nuestra lengua. En realidad, como se verá más adelante, los siglos XIV y XV constituyen la antesala de la futura evolución del verbo hacer, pues todas las transformaciones posteriores al s. XIII , a pesar de que en algunos casos puedan considerarse significativas, ya no resultarán revolucionarias, al menos en comparación con URANTE LOS SIGLOS XIV

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CAPÍTULO TERCERO

los primeros siglos de gestación del castellano. No obstante, habría que preguntarse hasta qué punto esta sensación de continuidad que nos ofrecen los siglos XIV y XV en el proceso de evolución del verbo hacer, y especialmente en su selección por parte de los sustantivos predicativos de la época, se debe también, en alguna medida, a las características particulares del corpus con el que contamos. Aunque para estas fechas, en principio, se amplía el número de textos no relacionados con el Derecho, todavía un 79% del total está formado por obras que se inscriben con facilidad en este ámbito especializado. En ese sentido, no es de extrañar que se repitan muchas de las fórmulas jurídicas anteriores y muchos de los contextos en que el verbo se combinaba con sustantivos vinculados, de uno u otro modo, a las realidades específicamente tuteladas por las leyes. Por otra parte, la incorporación de cultismos al castellano, tan característica de este momento, no supone, ni en el ámbito jurídico, donde empezamos a asistir a una renovación terminológica importante, ni en el literario, donde la influencia del latín se vive como una moda especialmente virulenta, un motivo de desestabilización inmediato en el contenido semántico general del verbo hacer, al menos por dos razones. En primer lugar, porque ciertas novedades son solo variantes sinonímicas de palabras ya existentes, lo que facilita su integración en la realidad lingüística heredada de las etapas anteriores. En segundo lugar, y como se puede deducir de los procesos evolutivos de cada uno de los significados iniciales estudiados en el capítulo primero, la mayoría de las novedades léxicas con repercusiones reales en la historia de la lengua empiezan a abrirse paso tímidamente en este momento; es decir, que las consecuencias definitivas para

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EL VERBO HACER EN EL OCASO DE LA EDAD MEDIA

la evolución semántica del verbo hacer no serán perceptibles hasta más adelante. Un ejemplo claro lo tenemos en el paso de la combinación hacer + a cometer, perpetrar + que, si es cierto que tiene su inicio en estos siglos finales de la Edad Media, constituye en realidad un lento proceso de sustitución que culmina en el s. XVIII. Es evidente que, durante los ss. XIV y XV, el uso de hacer se consideraba tan natural –y podría decirse que incluso más– que el de los recientes préstamos latinos cometer y perpetrar.

A continuación expongo los nuevos significados del verbo hacer y su evolución posterior, así como las nuevas combinaciones léxicas de las que forma parte93. 2.

EL VERBO HACER COMO VERBO PLENO

2.1. Hacer aparece en este momento, por primera vez, en oraciones interrogativas (generalmente con sujeto humano) precedidas del pronombre qué. Se utilizaba para pedir información sobre alguien del que no se tenía noticias desde hacía tiempo. Más que un significado propiamente dicho, se trataba de una lexicalización sintáctico-pragmática, pues, con un hipotético sentido parafraseable como ‘ocurrirle algo a alguien’ o ‘ir a parar’, el verbo hacer no se empleaba libremente. No aparecen ejemplos en el corpus con oraciones afirmativas 93. Se entiende que los significados y combinaciones aparecidos en siglos anteriores no aparecen, pues ya se trataron en los capítulos precedentes.

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CAPÍTULO TERCERO

o exclamativas. Era, por tanto, una estructura muy bien delimitada que no permitía ninguna alteración –salvo las relativas al sintagma nominal sujeto (singular o plural)– y que estaba concebida para responder a una situación comunicativa específica. Los primeros ejemplos son de comienzos del s. XIV, lo que nos hace sospechar que tal vez se tratara de un uso más antiguo no transcrito hasta este momento: – Amiga, ¿qué se fizo mi hijo que dexé aquí? – Empos de vos salió –dixo la huéspeda– llamándovos madre señora. (1300-1305).

En todo caso, alcanzó un cierto éxito, especialmente en el ámbito literario. Conocidos son los versos de Jorge Manrique en que este giro lingüístico ha quedado inmortalizado. Aunque no se recurre a ella con demasiada frecuencia, el corpus nos muestra que se siguió utilizando, al menos, hasta principios del s. XX , como pone de manifiesto este párrafo de Vicente Blasco Ibáñez: – Y Moreno, ¿qué se hizo? –preguntó otro–. ¿Es verdad, como se dijo hace años, que se había pegado un tiro? (1900).

En la actualidad parece que ha dejado de emplearse, salvo como arcaísmo especialmente marcado en textos literarios. Esta estructura podía presentarse también como impersonal. En ese caso, el verbo hacer regía a un sintagma nominal precedido por la preposición de. La alternancia entre ambas se remonta también a los siglos finales de la Edad Media:

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EL VERBO HACER EN EL OCASO DE LA EDAD MEDIA

Esto pone Virgilio por significar que algúnd actor non ha declarado qué se fizo de Creusa, si fue cativa, ne de quién ho cómo se perdió, ne si muerta, ne de cuál muerte, aunque la presumpçión más averigua que muriese aquella noche en alguna priesa. (1427-1428).

Curiosamente, esta estructura impersonal parece haber tenido una mayor continuidad en la historia de nuestra lengua, pues aún en nuestros días es posible encontrar ejemplos en textos de diversa índole. Aunque está revestido de un cierto tono arcaizante, se usa con mayor naturalidad que su variante con sujeto sintáctico: Es un argentinismo y con él se sustituye lo que sería un sustantivo por un adjetivo. Nos preguntamos aquí ¿qué se hizo de las claras, tradicionales y siempre vivas palabras españolas cartel, cajetilla y operación? Así le va a nuestro idioma… (1989).

Ambas estructuras fueron, también desde antiguo, equivalentes a otra muy similar con el verbo ser que terminó imponiéndose a las anteriores. Los primeros ejemplos proceden también de estos siglos finales de la Edad Media: Pregunto: ¿qué fue de Magno Ponpeo, de Çesar Augusto e Octavïano? Otrosý pregunto por el grand Trajano, e por otros muchos que fueron arreo. (1434).

En la actualidad, esta estructura es la más utilizada y la única verdaderamente viva en la lengua cotidiana, tanto en los textos escritos como en los textos orales.

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CAPÍTULO TERCERO

2.2. Por primera vez en esta época, el verbo hacer aparece en los textos con el significado de ‘obrar, actuar’ o ‘tener un determinado comportamiento’. Se trata de un sentido ya existente en latín clásico: bastaría recordar construcciones del tipo facere amice (actuar como amigo), donde el carácter intransitivo del predicado solía requerir la presencia de un adverbio que especificara el tipo de comportamiento. En español, también es muy frecuente que un adverbio o construcción adverbial acompañe al verbo hacer: …por esto fizo bien julio cesar quando el qujso uedar los conjurios… (1400-1425).

Con este nuevo sentido, hacer entraba en competencia con el verbo obrar que, al menos desde el s. XIII, había desarrollado este significado: E ha menester el ome para ser bueno, o que sea aguisado por sí para saber la verdat e obrar segunt la verdat, o que lo pueda aprender de otro; ca el que por sí non puede entender, nin otro non ge lo puede fazer entender, non es /47c/ bueno. (1250).

Curiosamente, si hacer terminó desplazando a obrar en muchos de los contextos, ninguno de los dos se ha difundido en la lengua actual como forma léxica prototípica. El primero, ciertamente, se usa con relativa frecuencia, pero, en general, los hablantes prefieren los registros menos formales y las estructuras en que aparece acompañado de adverbios de modo (bien y mal, sobre todo). El segundo, por su parte, tras haber perdido terreno a lo largo de la historia de nuestra lengua,

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se emplea con un cierto regusto arcaizante, de modo que su aparición es mucho más frecuente en registros formales y literarios94. En ese sentido, ha pasado de ser un verbo patrimonial y popular a convertirse en una especie de sinónimo culto. El verbo que en la actualidad parece haberse apropiado con mayor éxito de este significado es, paradójicamente, un verdadero cultismo. Se trata de actuar, que se introdujo en castellano en el s. XV, como tantos otros préstamos latinos, y que ha acabado por imponerse a sus sinónimos obrar y hacer. García Serrano, que era esperado en Sevilla por su esposa, Eva García, y su padre, declaró que los botes salvavidas no funcionaron porque se abrieron mal e insistió: «el barco francés que acudió a rescatarnos no actuó bien». El marinero, que protagonizó escenas de gran emoción al encontrarse con su esposa, señaló que no deseaba «volver nunca más al mar». (1987).

2.3. Por primera vez en el s. XV encontramos ejemplos de la construcción impersonal con el verbo hacer que los hablantes utilizan para referirse al tiempo transcurrido. Como en la actualidad, podía conjugarse en presente, pasado o futuro y aparecía acompañado por un sintagma nominal que especificaba la duración: Sabido esto por el Maestre Don Alonso de Monrroy, que hacía dos años que estaba preso y su memoria estaba ya tan perdida 94. Algunos diccionarios así parecen confirmarlo. El Diccionario Salamanca de la lengua española, por ejemplo, le atribuye una marca de registro inequívoca: elevado.

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como si nunca fuera, hubo muy gran placer y luego se puso en tratos con el Mossén Soto, que le tenía. (1492).

Esta construcción sustituyó a otra equivalente, más antigua, con el verbo haber. Se trataba también, por tanto, de un uso particular limitado a la tercera persona del singular: …el Rey demandó muy afincadamente por ellos y no fallava quién le dixese nada dellos, salvo que le dezían que bien avía quinze días que avían salido con su gente de aquella cibdad do él estava… (1300-1305).

El proceso de sustitución, sin embargo, no fue fulminante. El verbo haber se mantuvo, con este significado, hasta el s. XVIII , aunque, a partir del s. XVII , quizá se consideró un arcaísmo, preferentemente limitado a los textos literarios95. Desde el s. XIII era también frecuente el uso del verbo cumplir con el mismo significado, si bien, contrariamente a lo que sucedía en los ejemplos anteriores, solía presentarse como una construcción personal, cuyo sujeto era sintagma correspondiente al tiempo transcurrido. Esto hacía que constituyera oraciones independientes, generalmente subordinadas: El Emperador pues que puso la tierra en pas tornóse á Roma, et Herodes fincó por muy amado de su Señor, et de toda su compaña, et quando se cumplieron XV años que regnara refiso el templo de Jerusalem que era yá destruydo, et cercó de dos tanto 95. Esto explicaría que, a pesar de que el corpus nos muestre ciertos ejemplos, el Diccionario de Autoridades ya no recoja esta construcción en la entrada correspondiente.

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el muro que ante havie, et pobló mui bien la tierra de muchas Cibdades, et de muchos Castillos… (1284).

Este uso se mantendrá en vigor hasta el s. XVIII. A partir de esta centuria empieza a rarear, y a comienzos del s. XX puede considerarse casi desaparecido. Íntimamente ligada a este sentido, encontramos, al menos a partir del s. XVI, una nueva estructura en la que el verbo hacer selecciona un sujeto humano o animal. Con ella se indicaba la edad que los seres vivos habían alcanzado. …y, a la nacencia, que es por abril y mayo, podráse dezir que cumple los cinco años hechos y conocerse a en que tiene el diente nuevo sin gavilán y la carne entre diente y diente que está alta sin baxar a cerrar la canal, y quando hiziere siete años conocerse a porque el diente alto haze presa con un gavilán en el diente baxo, remoliéndolo, y la carne de la enzía baxa entre diente y diente hasta el remate de la canal, y por esto se dize que a los siete años cierran todas las bestias… (1564).

Como en el caso anterior, el verbo hacer, al desarrollar de modo amplio este significado, entraba en competencia con otros verbos de mayor antigüedad: cumplir y tener. El primero, desde el mismo s. XIII, presentaba este sentido, vinculado también, lógicamente, al impersonal que se ha descrito más arriba: Aguinta Ysmeria que fuera mayor casara yá, et oviera una fija que ovo nombre Helisabet, et en el tiempo de Joachin cumplió XV años era por casar Anna Tia de Helisabet, et Helisabet la sobrina era yá casada mucho ante con Sacarias un sacerdote del Templo de Ysrrahel… (1284).

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Este verbo se mantuvo con fuerza a lo largo de los siglos y terminó imponiéndose como unidad básica con este significado. Tener, por su parte, había servido también, desde el s. XIII, paralelamente a su uso como verbo impersonal referido al transcurso del tiempo, para expresar la edad alcanzada por un determinado ser vivo. E fue toda su vida dozientos e cuarenta e dos años. Seruc pues que ovo treínta años fizo a Nacor, e visco después dozientos años, e fizo fijos e fijas. (1275).

Sin embargo, poco a poco se iría viendo desplazado por cumplir y hacer. El primero, como hemos visto, se fue reforzando de un modo especial a lo largo de los siglos. De él se derivará, por ejemplo –y resulta significativo, a este respecto–, el sustantivo que designa hoy en día el aniversario del nacimiento de una persona: cumpleaños. El segundo, aunque resistió bien durante mucho tiempo, ha quedado reducido, en la actualidad, a la lengua coloquial y a ciertos contextos poco cuidados. Los dos sentidos del verbo hacer correspondientes al significado genérico de ‘transcurrir el tiempo’ se han visto sometidos, por tanto, a un proceso de evolución opuesto. Mientras en su variante impersonal terminó convirtiéndose en la única expresión empleada por los hablantes, tras anular a sus competidores más antiguos, en su variante personal ha quedado relegado a un segundo plano, como un sinónimo menor de uno de sus émulos principales: el verbo cumplir.

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2.4. Con el significado de ‘convenir, resultar adecuado’ el verbo hacer se empieza a extender a partir del s. XIV. Es también un uso intransitivo, aunque, contrariamente al caso anterior, selecciona un argumento precedido de la preposición a. Mas aqui nos non contaremos los desmesurados plantos et ploros continuos fechos en Troya por la su muert, nin contaremos como el su cuerpo fue por sotil jngenio enmirrado et enbalsamado pora su conseruacion, nin contaremos la ordenança de las marauellas que fueron fechas en su sepultura, porque todas estas cosas no fazen a nuestro proposito. (1376-1396).

Los sustantivos que seleccionaba el verbo hacer eran bastante variados: …porque la llave de su entendimiento no hace a mi puerta o cerradura como la vuestra, porque tiene diferentes guardas, y al contrario. (1550).

Podía seleccionarse, incluso, un complemento humano, pero los ejemplos son menos numerosos. Hoy en día, este significado no se actualiza frecuentemente. En realidad, está restringido a ciertas expresiones como «no hacer al caso», lexicalizadas en un alto grado por el éxito que habían alcanzado combinaciones de este tipo en el pasado. …del qual dexo de fablar aqui por quanto seria difusa e larga narraçion, [e porque la] tal estoria non faze al caso presente… (1424-1520).

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…desde un punto de vista humano, en cuanto hazaña de heroica intrepidez, aquella empresa fue, sin punto de comparación, mucho más arriesgada, y exigió mucha mayor osadía, que esta reciente, pues quienes la llevaron a cabo se lanzaban, perdiendo contacto con su base, hacia lo absolutamente desconocido; pero esto no hace al caso (1987).

2.5. Por extensión del uso estudiado en el punto 4.3.2. del capítulo primero –«verbo pseudocopulativo de cambio de estado o ubicación»– hacer pasó a presentarse como pronominal con un complemento indirecto humano (un experimentante) y un adjetivo, atributo o predicativo, que concuerda con el sujeto en género y número. En ese caso, tenía, como en la actualidad, un significado cercano al del pseudoimpersonal parecer (variante de cognición u opinión96): Muy luengo se le fizo a archiles aquel dia que la respuesta esperaua que todos aquellos quatro dias se le fazian a el años. (1490).

Este nuevo sentido se ha conservado y se ha actualizado frecuentemente hasta nuestros días. A Cecilia aquel sábado se le hizo eterno. Cada uno comió por su lado. Olga estaba fuera, a bailar con las amigas. En la casa tan solo se escuchó el sonido del segundo canal y el ronroneo del ordenador. (1993).

96. María Jesús Fernández Leborans, 1999, 2357-2460.

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Otros verbos pseudocopulativos que expresaban cambio de estado o ubicación van a sufrir una transformación semejante, como tornar, volver o quedar. Pasan de una estructura de sujeto + atributo a una nueva pseudoimpersonal en la que se incorpora un complemento indirecto humano en función de experimentante. Pasarían a constituir también variantes de cognición u opinión. Sofriendo en esta arvoleda mucho frío e sinsabor, sin dinero ¡ay pecador! la miel se me torna azeda. (1379-1425).

2.6. Un significado bastante especial es el que podría parafrasearse como ‘haber’ o ‘tener existencia’. Se trataría de un uso que seleccionaba, como sujeto, sustantivos concretos de muy diversa índole (objetos, lugares, cifras…). El verbo hacer podía presentarse con una forma pronominal, como una variante analógica del verbo de apoyo de acontecimiento que se estudió en el apartado 3.2. del capítulo segundo. Aunque se trata de un significado atestiguado a finales del s. XV, se difundirá sobre todo a partir del s. XVI : Pues como Tisbe fuesse más acuciosa en el andar y en el amor, llegó antes que Píramo a la fuente; y estando aconpañada de sola esperança dél, salió de una selva que allí se hazía una leona toda sangrienta y sañuda, de miedo de la cual Tisbe se fue a meter en el enterramiento dicho. (1485).

También podía aparecer este verbo sin el pronombre. Los primeros ejemplos son de principios del s. XVI :

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Del cabo de San Augustín hazen cien leguas hasta la baía de Todos los Santos, que está en treze grados y que va la costa siguiendo al sur. Quedan entre medias el río de San Francisco y el río Real. (1548-1575).

Este significado pervivió poco tiempo, pues puede considerarse desaparecido a partir del s. XVII97. Es difícil determinar las causas, aunque hemos de tener presente que, en este caso, no nos hallamos ante un sentido que, reconocido desde los orígenes del español y extendido en el uso general, terminara viéndose desplazado como consecuencia de la llegada de una nueva forma léxica, sino de un sentido menos frecuente de hacer que entra en conflicto con el verbo más aceptado tradicionalmente: haber. Este último se recoge en los textos desde los primeros testimonios en romance: Non ý ovo rapaz que non messó su pulgada, la que yo messé aún non es eguada. (Mio Cid).

2.7. Por primera vez se presenta el verbo hacer con el significado de ‘tener un lugar determinado en una serie’. Indica, en 97. Resulta curioso que el DRAE lo haya conservado hasta su última edición (acepción 51), donde, además, el artículo correspondiente aparece explícitamente como «enmendado». El ejemplo que se mantiene en la obra académica contra viento y marea para justificar esta acepción pertenece al Quijote, lo que parece confirmar que no ha sobrevivido más allá del s. XVII : «Saliéronse los dos a sestear en un portal, o cobertizo, que delante de la venta se hace; y, sentándose frontero el uno del otro, el que parecía de más edad dijo al más pequeño: – ¿De qué tierra es vuesa merced, señor gentilhombre, y para adónde bueno camina?» (La frase subrayada corresponde al ejemplo anacrónico del DRAE).

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ese sentido, la posición exacta del sujeto gracias a la selección de un complemento formado por un ordinal (a veces acompañado también por un sustantivo). En este momento, aparecen ejemplos en los que el verbo concuerda con el objeto y no con el sujeto lógico98, como habría sido lo esperable. No obstante, es difícil determinar si se trataba de un fenómeno extendido en la lengua, porque más adelante, a partir del s. XVI , sujeto y objeto lógicos coinciden con sujeto y objeto gramaticales: E segund los estableçimientos de santa eglesia los hijos de atal que es dicho rayz haze el primero grado commo quier que sean en las lineas departidas. E los nietos del haze el segundo grado: E los visnietos el terçero… (1491).

El verbo hacer ha conservado este significado hasta nuestros días, y sigue utilizándose con cierta frecuencia: El premio hizo el cuarto en importancia de los que ha repartido la administración de Lotería Nacho desde su fundación. (2001).

2.8. También aparece en este momento el significado de ‘enseñar’ o ‘instruir’ aplicado a las aves de caza. En la mayor parte de los ejemplos el verbo hacer rige únicamente un complemento directo sin preposición: Et dende adelante començo don Iohan a caçar las gruas asi commo don Remon le mostro, et fizo falcones que matauan las gruas

98. Llamo sujeto y objeto lógicos, frente a los sujetos y objetos gramaticales, a los que, por el sentido de la oración, deberían desempeñar esta función.

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asi commo dize desuso en el capitulo que dize de commo el [caça] las gruas. (1337-1348).

A partir de los ss. XVI y XVII , se reduce drásticamente el número de ejemplos en los textos, y desde el s. XVIII el vacío es total. Teniendo en cuenta que se trata de un sentido más bien especializado, parece evidente que la particular composición del corpus, donde se concentra, para los siglos XIV y XV, un número bastante elevado de obras especializadas en el ámbito de la cetrería, explicaría fácilmente esta evolución. No resulta descabellado suponer que, a partir del s. XVI , el significado se siguiera actualizando en documentos menores dedicados a este ámbito de especialidad, pero que ello no se refleje apenas en el corpus por la exclusión progresiva de textos de esta naturaleza. El hecho de que se recoja en el Diccionario de Autoridades, marcado como perteneciente a la «volatería», contribuye a reforzar esta hipótesis. En todo caso, parece claro que se trataba de un sentido poco usado que, si alguna vez había formado parte de la lengua general (aspecto poco probable, aunque difícil de determinar), no llegó a calar verdaderamente en el uso cotidiano. 2.9. En los textos escritos en estos dos siglos finales de la Edad Media encontramos un significado un tanto marginal (al menos desde el punto de vista de la frecuencia de uso) que podría parafrasearse como ‘abrir o montar un establecimiento comercial’99. 99. Efectivamente, los ejemplos son escasos. No excluyo la posibilidad de que pudiera tratarse de un sentido derivado del tradicional ‘producir una nueva realidad inanimada y material’. Como tuvimos ocasión de estudiar en el apartado 3.1 del capítulo primero, el verbo hacer, con este significado, se

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…damos poder a uos et al cabildo desa eglesia de León que podades fazer carnicería dentro en la çibdat de León, en heredat desa eglesia de León, en aquel logar do entendierdes que será más conuenible et que más uos cunple…

No encontramos nuevos ejemplos después del s. XVI. En la actualidad, los hablantes recurren, sobre todo, a los verbos poner, abrir y montar. El primero había empezado a utilizarse con este sentido a partir del s. XV: Y que el cavildo y regimiento de la ciudad les tomara juramento que serbirán bien el dicho oficio. Y los que nuevamente viniesen a poner tienda de cereros o candeleros, y los que la ubiesen puesto de cinco años a esta parte, fuesen exsaminados por los dichos veedores, y si no los hallasen áviles para los tales oficios les hiciesen quitar las tiendas hasta que fuesen exsaminados. (1491-1516).

Los dos últimos son más tardíos. Abrir, con este significado, se remonta al s. XVII y montar, por su parte, a los inicios del s. XX. 2.10. Limitado a los siglos XIV y XV y a ciertos textos expositivos en los que se recogen instrucciones, el verbo hacer rige una oración de infinitivo precedida por la preposición a. combinaba con un número muy amplio de sustantivos que abarcaban desde los objetos muebles más pequeños a las más grandes obras arquitectónicas y, en ese sentido, entra dentro de lo probable que en los textos se mezcle la idea de ‘montar un negocio’ con la de ‘construir el edificio destinado a albergar un negocio’. También podría tratarse de descuidos o imprecisiones léxicas.

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En este caso, parece utilizarse como una perífrasis con idea de obligación: Las plantas de los çerezos bordes o saluages fazen a trasplantar en aqueste mes de octubre o de Noujembre. (1380-1385).

Teniendo en cuenta que los textos en que aparecen estas construcciones son manuales de agricultura o de cocina, sobre todo100, es difícil determinar si el hecho de que desaparezcan de los documentos sin dejar rastro a partir del s. XVI se debe a razones de uso lingüístico o a un problema de composición del corpus. Por el momento, no parece razonable aventurarse a defender ninguna de las dos hipótesis; solo cabe dejar constancia de este empleo particular, en espera de que una comparación con otros textos pueda darnos una respuesta satisfactoria. 3.

EL VERBO HACER COMO VERBO DE APOYO

3.1. El verbo hacer empieza a ser seleccionado por predicados nominales de la clase genérica . Se trata de sustantivos que hacen referencia a actuaciones médicas realizadas en el cuerpo de un paciente y encaminadas a devolverle la salud (cura, flebotomía, sangría, cauterio, castración…). Naturalmente, se incluyen también aquellas intervenciones que, si en un principio, deberían perseguir este objetivo, en ocasiones pueden llevarse a cabo, innecesariamente, por otro tipo de razones (religiosas, punitivas, etc.), como la circun100. Los ejemplos más numerosos aparecen en las siguientes obras: Libro de Palladio, Memoria de las labranzas y Receta de la buena composta, todos del s. XIV. En el siglo XV y principios del s. xvi los ejemplos se hallan más espaciados.

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cisión, por poner un ejemplo fácil de rastrear en el corpus101. Aunque por el momento los términos no son demasiado numerosos, pues se prefiere, más que recurrir a términos médicos, describir detalladamente en qué consisten las operaciones, constituyen el inicio de una larga lista que irá ampliándose a lo largo de los siglos y que llegará hasta nuestros días. La castracion se faze segund Albucasis. en dos maneras: o por quebrantamiento: o por cortamiento. porque aquella que se faze por atracion: o quebrantamiento conuiene que se asiente el enfermo en agua caliente fasta que sean mollificados los testiculos del & despues con las manos sean conprimidos. & sea quebrados fasta que sean resoluidos. (1493).

El verbo (ad)ministrar pudo utilizarse como verbo de apoyo apropiado a esta clase. Conviene señalar, sin embargo, que su grado de difusión es difícil de determinar, pues los ejemplos con los que contamos son muy escasos y limitados a una sola obra102 : …que en el dia que se huuiere de ministrar la sangria; sea el ayre templado; & claro; no muy frio; o caliente; no turbio; o lluuioso. (1400-1500).

Muy pronto, desde el s. XV y ya generalmente con su forma actual (administrar), pasó a considerarse como verbo pleno del campo de la medicina. En ese sentido, se limitó a seleccio101. «La circuncisión segund la ley se faze a los iudios & moros…» (1493) 102. Traducción del Compendio de la humana salud de Johannes de Ketham.

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CAPÍTULO TERCERO

nar sintagmas nominales en función de complemento directo que designaban las medicinas o los remedios que se recetaban al paciente para contribuir a su curación. En la actualidad, el verbo hacer sigue plenamente vigente, pero en los textos formales, preferentemente los más especializados, se recurre, sobre todo, al verbo practicar. Se trata de un cultismo que aparece en castellano en este momento, si bien su sentido era muy diferente: tratar frecuentemente a uno103. Como verbo de apoyo de la clase se difunde bastante más tarde (s. XIX), tras haber empezado a combinarse, en un primer momento, con sustantivos que designaban una disciplina o una ciencia (practicar la cirugía, s. XVI). …en todas las regiones del cuerpo se encuentra esa disposición anastomótica que ha servido de fundamento á los cirujanos para practicar ligaduras en arterias de todos tamaños; pero en donde el sistema anastomótico llega á la mayor perfección es en los órganos más nobles, como se ve en la base del cerebro, demostrando este hecho la previsión de la naturaleza. (1870-1901).

3.2. La clase está formada por sustantivos que designan el hecho de nombrar o elegir a alguien para un cargo, puesto, título, etc. Se trata de predicados del tipo nominación, elección, designación… Por razones de respeto a la estricta cronología de los capítulos de este trabajo y a la amplitud con que se difunde el fenómeno, los recogemos en este apartado, si bien la proximidad al s. XIII de los primeros ejem103. Vid. DECH.

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plos encontrados hace suponer que las combinaciones con el verbo hacer existieran un poco antes. Empero, si alguna collación en dar alcalde desacordable fuere, el iúdez e los alcaldes del anno passado de aquella collación eslean alcalde el que a ellos más les plazrá, e toda esta elección sea fecha a hondra del sennor rey et a prouecho del conceio en buena fe. (1300).

Aunque esta combinación se ha conservado hasta nuestros días, el carácter culto que siempre han tenido los sustantivos pertenecientes a esta clase ha llevado a que los hablantes prefieran, en registros más o menos formales y, sobre todo, en textos escritos, las variantes estilísticas realizar y efectuar, de las que ya tratamos en el apartado 4.3.1 del primer capítulo. No obstante, no son las únicas. La variante proceder a, que presenta las mismas connotaciones que realizar y efectuar se viene considerando un verbo especialmente apropiado a esta clase, como a muchas otras utilizadas en contextos formales. Su incorporación al castellano es bastante antigua. Se remonta, al menos, al s. XV, momento en que ya, curiosamente, aparecen los primeros ejemplos de su uso como verbo de apoyo apropiado. Y otro día siguiente, oída misa del Espíritu Santo por todos juntamente, luego de mañana procederán a su elección. (1479).

3.3. En este momento aparece por primera vez la selección del verbo hacer, como verbo de apoyo, por la clase denominada .

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CAPÍTULO TERCERO

Pagan agora estos la prohibición que fizo moysén a su gente: que no casassen con gentiles. (1470-1485). Item, habiendo conocido la naturaleza o inclinación de los barberos a las guitarras, mandamos que para que mejor sean sus tiendas conocidas, y los que dellos tuvieren necesidad puedan saber cuáles son sus tiendas, en lugar de bacías o cortinas, se cuelgue una o dos guitarras, con permisión general que hacemos de que, sin embargo de las que estuvieren colgadas en la tienda, puedan tener para tocar ellos y sus amigos hasta dos docenas de ellas… (1604-1614).

Como se desprende de su propia denominación, esta clase se divide, a su vez, en dos subclases:

licencia, permisión, permiso, autorización, aprobación, etc.

prohibición, interdicción, veto, etc.

Ninguna de las dos mantendrá esta elección. Para la primera, , se trató de una selección marginal, pues ya desde el siglo XIII se había venido prefiriendo, de modo casi exclusivo, el verbo dar. Si omne forano quisiere pendrar en alguna uilla o en castiello o sea duenna infançona. que sea sennora daquel castiello. o daquella uilla. o sea muller o encara sea muller del sennor o

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filla. deue lo mostrar a ella ante que pendre. & dentonç enant si quisieren darle licencia de pennorar o non. pendre segun fuero. (1247).

Esto explicaría que, después del Siglo de Oro, el verbo hacer terminara desapareciendo y que se conservara, como variante genérica, solo el verbo dar. Naturalmente, este arrastró a algunos de sus sinónimos, entre ellos, otorgar y conceder. El primero aparece muy temprano, concretamente en el mismo s. XIII. Es por tanto, casi contemporáneo de dar: …que pueda ir a otro a quien se confiesse. magar el so clerigo nol quisiesse otorgar licencia pora fazerlo. (1256-1263).

El segundo es un tanto más tardío. Es un cultismo del s. XV que se introduce como verbo de apoyo de esta subclase debido al influjo del latín eclesiástico: Por ende yo vos encargo y mando que luego steys sobrello con nuestro muy Sancto Padre, y, en siguiente de hun memorial, que aqui va, supliqueys, de mi parte con mucha instancia, a Su Sanctidat le plega conceder licencia y bulla para que la dicha promocion y encerramiento se faga, con todas aquellas clausulas, firmesas y complimientos que, segund el dicho memorial, vieredes ser menester… (1493).

En cuanto a la clase , tampoco conservará el verbo hacer como verbo de apoyo genérico. A partir del s. XVIII esta combinación puede considerarse desaparecida, aunque aún sea posible encontrar casos aislados hasta el s. XIX.

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CAPÍTULO TERCERO

Los sinónimos que se terminaron implantando y que sustituyeron definitivamente a hacer fueron distintos a los correspondientes a la subclase . No se seleccionó el verbo dar, a pesar de que los nuevos elementos del paradigma guardaran una relación bastante estrecha con él. El más extendido en la actualidad (imponer) se empezó a utilizar como verbo de apoyo apropiado a partir del s. XVIII : Fuera de que el efecto de semejante ley no se puede lograr sino momentáneamente, los propietarios, a la verdad, cediendo a la prohibición que les impone, sufrirán a los actuales colonos sin subir sus rentas; pero no hay duda que las subirán en el primer arriendo que celebraren con otros, cosa que no prohíbe la ley, ni podría sin mayor injusticia. (1794).

Otros verbos menos difundidos, como implantar o instaurar, aparecen más tarde (s. XX) y se conservan solo en registros formales, sobre todo en los textos escritos. 3.4. Aunque es posible que aparecieran antes, en los siglos finales de la Edad Media encontramos los primeros testimonios de la clase , compuesta por sustantivos que designaban el proceso de cambio al que se somete una determinada cosa. La clase se irá ampliando a lo largo del tiempo: mudanza, mutación, transformación, cambio, alteración, corrección, rectificación, alargamiento, prolongación, acortamiento… Todas estas unidades léxicas seleccionaron hacer como verbo de apoyo apropiado:

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…la mutación otrossí que fizo en Egipto de la agua en sangre, como ya dicho es, significa el tienpo que el omne vive en aquesta vida e es significado por la parte syniestra, mas la mutaçión que es del pan [25r] e del vino en el sacramento del altar es significado por la parte derecha… (1411-1412).

Estas combinaciones de palabras se han mantenido hasta nuestros días. Conviene señalar aquí, sin embargo, que muchos de estos sustantivos pueden interpretarse como predicados inacusativos; es decir, como núcleos semánticos que no rigen un complemento preposicional en función de genitivo objetivo. Formarían parte, por tanto, del grupo de los llamados «inacusativos de cambio de estado o ubicación». Aunque en principio este rasgo excluía la selección del verbo hacer, en algunos casos existía la posibilidad de que este permanciera como verbo de apoyo apropiado. Ya se estudió esta peculiaridad en el punto 3.3 del capítulo anterior. Si el tiempo faze mudança, sé constante con destreza, que fortuna trae bonança, e plazer, mucha tristeza; (1407-1463).

En la actualidad, el uso de los sustantivos de esta clase como predicados inacusativos rechaza hacer como verbo de apoyo. En general se prefieren otros verbos, no necesariamente más recientes. Uno de los más utilizados, sufrir, es bastante antiguo, pues tenemos constancia de que se incorporó al castellano antes del s. XIII. No obstante, no se integró en el

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paradigma de los sustantivos inacusativos de transformación hasta el s. XVI : ¿Quién sufrirá tan áspera mudanza del bien al mal? ¡Oh corazón cansado… (1526-1536).

También del s. XVI es la variante experimentar: Para la disputa desta questión, reservando a la divina esencia y sus decretos eternos la inmutabilidad, es necesario experimentar mudanza en toda la naturaleza inferior respecto de los movimientos y contrarios de que consta, con que por momentos se altera, pierde y recibe formas. (1601-1621).

Mucho más reciente parece la selección del verbo acusar. Encontramos los primeros ejemplos inequívocos en el s. XX: Volviendo a la Exposición David en la Galería de La Habana, hay que decir que en ella se acusa una transformación interesante en la técnica del gran caricaturista. (1943).

3.5. La clase , compuesta por sustantivos predicativos que designan la acción de disparar un arma, aparece por primera vez en este momento. El primer predicado que encontramos es, precisamente, tiro, derivado directamente del verbo tirar, que había empezado a utilizarse desde muy pronto para expresar esta idea, si bien más adelante irían incorporándose muchos otros, como disparo, descarga, salva, fuego…

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EL VERBO HACER EN EL OCASO DE LA EDAD MEDIA

E asímesmo un escudero que con ellos estaba, que se llamaba Alfonso Gallego, fizo un tiro con una culebrina, con que mató luego un honbre de armas de los de fuera. (1453).

El sustantivo fuego conservó, en un principio, y siguiendo el modelo de los restantes miembros del paradigma, una cierta libertad sintáctica: El dia 11 pasaron el rio y prendieron fuego a una casa, y de las trincheras se les hizo mucho fuego, y se retiraron, por no poder seguir con el mechon de fuego habian traido barretas para derribar los paredones… (1781).

Sin embargo, desde muy pronto mostró una cierta preferencia por omitir los artículos y determinantes, hasta tal punto que, con el paso del tiempo, terminó conformando una estructura más fija. En la actualidad, la construcción hacer fuego puede considerarse bastante más rígida que en el pasado. Los soldados hicieron (*mucho, *un, *enorme) fuego contra los enemigos.

El verbo hacer, en general, sigue siendo seleccionado en la actualidad por una gran parte de estos sustantivos (disparo, descarga…), pero no por todos. Alguno de ellos –es el caso de tiro– quizá por su frecuente uso y por necesidades puramente expresivas, recurrieron a otros verbos que han acabado constituyendo sus verbos de apoyo apropiados. En ese sentido, estos predicados nominales se han separado del grupo inicial.

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CAPÍTULO TERCERO

Tiro empezó a seleccionar la variante pleonástica tirar desde el s. XV: Y començó a tirar tiros de ballestas & de espingardas, de las quales estaua proueydo para aquello. (1480-1484).

Este tipo de estructuras, en las que el sustantivo selecciona como verbo de apoyo la forma verbal de la que se deriva, entra dentro de una tendencia general del castellano a la redundancia léxica, como ya tuve ocasión de mostrar en otro lugar104. Se trata de usos que se difunden con especial vigor en los siglos finales de la Edad Media y se mantienen durante el Siglo de Oro, para entrar en decadencia y desaparecer a partir del s. XVIII. También la variante disparar procede de finales del s. XV: E porque plogo a Dios quel primero tiro que disparó un quartado açertase en aquel pequeño lugar, pareçió ser cosa fecha por mano de la diuina Providençia, porque se oviese aquella villa que en largo tienpo & con mucho gasto & pérdida de gente no se esperaua aver. (1480-1484).

Bastante más tarde, concretamente en el s. XIX , empieza a combinarse con los verbos pegar y descerrajar: Los primeros testimonios de pegar se remontan a las décadas iniciales del siglo: Andrés. Estoy por pegarme un tiro… (1837). 104. Rafael García Pérez (en prensa).

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EL VERBO HACER EN EL OCASO DE LA EDAD MEDIA

Los correspondientes a descerrajar son de mediados de la centuria: Y sin darme tiempo, no digo de evitar, sino de prever sus movimientos, descerrajó un tiro sobre el corazón del polaco. (18521882).

Todas estas variantes se conservan hasta nuestros días, si bien existen importantes diferencias de registro. Pegar se usa con mayor frecuencia en el lenguaje coloquial, mientras que descerrajar ha quedado un tanto restringido al ámbito literario. 3.6. Aunque por la proximidad cronológica de los primeros ejemplos a la centuria anterior parece razonable pensar que ya había aparecido antes, desde los siglos finales de la Edad Media tenemos constancia de la existencia de la clase , formada por sustantivos que designaban la acción de unirse contra un superior o contra el poder establecido, del tipo conjuración, conjura, conspiración, complot, confabulación, intriga, etc. Esta clase seleccionó hacer como verbo de apoyo: Fue hermano de Ordonio, e succedio en el regno e seyendo rey, los mayores del su regno fizieron conspiraciones e conjuraciones cuentra el, de manera que avie de ir a su abuelo don Garcia el Tembloso, rey de Navarra, quel hayudasse. (1305-1328).

La combinación no se ha conservado en nuestros días. Desde finales del s. XIX solo aparece en casos aislados. El verbo hacer, en realidad, se había visto desplazado por otros

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CAPÍTULO TERCERO

verbos que en principio se referían a la fase de preparación y que terminaron ocupando totalmente su terreno. Entre ellos se encuentra urdir, considerado un verbo apropiado al menos desde el s. XVI : Caravajal tenía una cosa, que jamás en estos motines o conjuraciones que se urdían daba tormentos por saber si eran más, ni aun lo preguntaba, lo cual procedió de conocer que todos los más deseaban su muerte… (1553-1584).

De la misma época, aproximadamente, es también el verbo tramar: Pablo. Hijo del cacique Curupiratí; trama una conspiración contra los españoles (1612).

El verbo fraguar que, como vimos en el capítulo primero, entró tempranamente en castellano como verbo pleno, empezó a utilizarse en el s. XVII como verbo de apoyo apropiado a esta clase, pero su difusión se produjo verdaderamente a partir del s. XIX: Principalmente el virrey estaba sobre aviso, porque tenía ciertos indicios de que Juan de Sesa, el conservador, y Cesaro Barmiro y el prior de Bari, fraguaban cierta conjuración y trato contra él para levantarse con la ciudad… (1604-1618).

Otros verbos menos frecuentes en la actualidad, como orquestar o articular, se integraron en el paradigma mucho más tarde; no encontramos ejemplos en el corpus hasta el s. XX.

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EL VERBO HACER EN EL OCASO DE LA EDAD MEDIA

3.7. La clase , cuyos predicados nominales designan acciones por las que una persona o un grupo de personas se levantan contra el poder establecido, como rebelión, revuelta, levantamiento, revolución, alzamiento, sublevación, motín, etc., seleccionó el verbo hacer con facilidad. La intención era poner de manifiesto la identidad del sujeto agentivo: E como el Rey con todas aquellas gentes llegó a la çibdat, el duque don Áluaro, que supo el levantamiento fecho contra él en ella, e cómo el Rey era ydo a la tomar, reçelando que si se pusiese en alguna resistençia perdería todo el otro su patrimonio, ovo su acuerdo de obedesçer los mandamientos del Rey e de la Reyna, e fué luego, & entrególa con su fortaleza al Rey. (1480-1484).

Aunque cada vez fue menos utilizada, esta combinación se mantuvo en vigor hasta el s. XIX. A principios del s. XX , y salvo casos esporádicos, puede considerarse desaparecida. La clase está vinculada, en cierta medida, a la anterior, pues comparte con ella algunas de las elecciones léxicas ya mencionadas. Es el caso de ciertos verbos relacionados con la idea de organización del acto, como tramar o fraguar, especialmente desde la decadencia de la combinación con hacer. El más apropiado a la clase anterior, urdir, aparece en casos muy aislados en el corpus, quizá por mímesis con sus sinónimos, y en ningún momento llegó a formar parte del paradigma. En realidad, los sustantivos de la clase se trataron con el tiempo, sobre todo, como predicados de acontecimiento. La desaparición del verbo hacer, en ese sentido,

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CAPÍTULO TERCERO

condujo a que los hablantes dieran mayor importancia al carácter puramente eventivo de estos sustantivos y relegaran a un segundo plano el agentivo. Como predicados de acontecimiento seleccionaron algunos verbos de apoyo genéricos y algunos apropiados. Entre los genéricos, habría que destacar el verbo producirse, que es el más reciente, pues fue seleccionado solo desde mediados del s. XIX. Más interesantes resultan, sin duda, los verbos de apoyo apropiados. Quizás el más prototípico sea estallar, que se remonta al primer tercio del s. XIX: …cuando el último día de junio, se levantaron contra la constitución los seis batallones de Madrid contaban con el auxilio de otra sublevación fuerte que estalló tres o cuatro días antes en Sigüenza arrollando a la tropa permanentemente que allí había… (1831).

3.8. Los sustantivos predicativos que designaban actos obstaculizadores frente a determinadas acciones, como resistencia, reparo, obstáculo, objeción, defensa, dificultad, etc., seleccionaron, desde estos siglos finales de la Edad Media, el verbo hacer. …et que si entrauan, pues la tierra era sin gentes et no aurie qui les fiziesse resistencia nenguna, que hi farien grant dapnage, por que era millor que se partiessen d’alli. (1376-1391).

Si el verbo hacer logró mantenerse hasta la actualidad como verbo de apoyo, al menos con una gran parte de los predicados de la clase, lo cierto es que, con el tiempo, se fueron prefiriendo otras variantes introducidas posteriormente. Es el caso, en primer lugar, del verbo oponer, que se ha convertido en el más

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apropiado. Los primeros testimonios, corresponden, sin embargo, al verbo poner, en su estructura sintáctica poner en: Esto fecho, enbiaron dezir al Rey e a la Reyna el estado en que avían puesto a la çibdad; por ende, que fuesen luego a la reçebir; & asimismo a facer la fuerça neçesaria al alcayde de la fortaleza, sy se pusiese en resistençia, para se la tomar. (1480-1484).

A partir del s. XVI empezamos a encontrar la forma transitiva y, a finales de la centuria siguiente, aparece ya la nueva variante oponer, que tanto éxito ha tenido desde entonces. …éste al dolor opone resistencia, aquél, sin ella, sufre desconsuelos; (1666-1695).

El verbo ofrecer también se incorporó al paradigma de los verbos de apoyo apropiados a la clase, aunque tuvo peor fortuna que su antecesor. En general, se usó con menor frecuencia y, en nuestros días, no es seleccionado con la misma naturalidad por todos los predicados. Su difusión definitiva en la lengua general se produjo en el s. XIX. Los petos y espaldares ofrecen ya una resistencia débil a las terribles diestras… (1830).

3.9. La clase seleccionó esporádicamente, desde el s. XV, el verbo hacer. Se trataba de sustantivos predicativos que designaban la acción de comunicación en la que intervenían dos o más personas, como coloquio, conversación, diálogo, charla, debate, discusión, etc.

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CAPÍTULO TERCERO

Judas estar ombres armados en lugares conujnjentes que por uentura por los enemjgos algund mal no naçiese. & conujnjente coloquio fizieron. & moraua njcanor en iherusalem & njnguna cosa mala fazia (1400).

En el siglo XVIII esta selección se retomó con una cierta frecuencia y se ha conservado hasta bien entrado el s. XX: Pero advierto a Vuestra Merced y si gusta hacer conversación con el señor Campomanes, le digo no soy de sentir nos metamos en tantas obras, que poco a poco, cogiendo aquello que podamos apretar en el puño, para que no se nos caiga lo que sobra. (1772).

No obstante, desde muy temprano otros verbos habían formado parte del paradigma, en muchos casos con más éxito. Desde los siglos de Oro, al menos, el verbo entablar, que es el más difundido en la actualidad, se combinaba muy a menudo con los sustantivos de esta clase: Cierto fisgón que a su parecer había entablado conversación conmigo para toda la tarde, como echó de ver la treta y reparó en que yo me había hecho gorra y comido de mogollón, estándose escarbando los dientes con un palo de tomillo, me dijo muy a lo fanfárrico… (1605).

El verbo enfrascarse en aparece en el corpus desde el s. XIX: Poco a poco se enfrascó en su charla habitual, sin hacer caso del mutismo del pintor, hablando por la necesidad de animar

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con sus palabras y sus risas el conventual silencio del estudio. (1906-1919).

Desde antiguo se habían venido utilizando los verbos tener o haber; el primero se ha conservado hasta nuestros días: Cómo falleçido el rrey don Rramiro, rreynó enpos dél su fijo Hordoño el iii y del debate que ovo el ynfante don Sancho su hermano con él sobrel rreyno. (1467-1475).

La variante mantener, por su parte, de gran éxito en la actualidad, se incorporó al paradigma un poco más tarde. En el s. XVI aparecen los primeros ejemplos, pero su verdadera difusión se hizo en el s. XVIII. Vos tomáis muy de veras el murmurar. Yo no quiero que digamos mal de la honra y persona de nadie, sino que para mantener la buena conversación, parlemos en muchas cosas, y si se ofresciere algund buen bocado incidentemente, no será muy grand pecado morder y murmurar un poco… (1550).

3.10. Los predicados que expresan algún tipo de ajuste, generalmente económico, como descuento, reducción, incremento, aumento, rebaja, recorte, etc., aparecen en este momento y empiezan a combinarse con el verbo hacer: …judgando por su sentencia definitiva pronunciáronlo todo así. E por esa mesma, otrosí pronunciaron non aver logar por esto de ser fecho descuento alguno a nós por parte de los dichos nuestros arrendadores nin por otro alguno en nombre d’ellos. (1383).

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CAPÍTULO TERCERO

No fue, sin embargo, el único empleado. Aproximadamente por las mismas fechas, se había venido recurriendo también al verbo poner, aunque a finales del s. XVI puede considerarse desaparecido: E que por ello non me pongan nin puedan poner descuento alguno porque todavia paguen los conpradores la meytad de la dicha alcavala de los dichos mis aseytes segund que de suso se contiene. (1462).

El paradigma fue enriqueciéndose posteriormente con otras variantes, entre las que destaca practicar (s. XX). 3.11. Los sustantivos de la clase designan operaciones mentales con las que el sujeto pretende fijar la atención en dos o más objetos tratando de determinar sus semejanzas y diferencias. Entre ellos se encuentran algunos de uso frecuente como comparación, cotejo, distinción, analogía, paralelismo, diferencia, diferenciación, etc. Al menos desde estos siglos finales de la Edad Media se empezaron a combinar con el verbo hacer: Et aun finalmente, faz comparación e conosce el departimiento entre ti, que eres sin sabiduría, et aquel Niño, que es virtud de Dios e sabiduría, el cual non escogiera aquellas penas nin la dureza del feno, si non conosciera algund bien en él escondido. (1417).

Esta selección se ha conservado hasta nuestros días. No obstante, en contextos más formales se prefiere la variante sinonímica establecer, que se remonta, al menos, al s. XVIII :

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EL VERBO HACER EN EL OCASO DE LA EDAD MEDIA

Encontróse, a la verdad, para ello algún tropiezo en la famosa distinción que havían establecido los philósofos de animales vivíparos y ovíparos; como dando por assentado, que unos animales engendran por medio de huevo, y otros no, y colocando en aquella clase aves y pezes, y en esta, los demás brutos y el hombre. (1750).

3.12. El sustantivo ventaja, préstamo del francés que empieza a difundirse por el castellano en este momento105, se combinaba con el verbo hacer: Y el Rey embió luego por su mayordomo & por el Cavallero de Dios y ellos vinieron muy bien vestidos. Como quier que el mayordomo era apuesto cavallero, mucha ventaja le hazía el Cavallero de Dios. (1300-1305).

Se trata de un uso particular que cobró especial vigor a partir de los Siglos de Oro y que se mantendría hasta las primeras décadas del s. XX: Diversos métodos de vigorización de las imágenes han sido aconsejados, pero a todos hace ventaja el propuesto por Lumière. (1912).

El verbo hacer, no obstante, entró en conflicto con tener desde fechas muy tempranas, pues ya en el s. XIV aparecen los primeros ejemplos.

105. Vid. DECH.

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CAPÍTULO TERCERO

Esto ya era bien cerca de la noche, la qual les impedía que no acometiesen los unos a los otros, porque cada uno se fortificó, e puso en lugares los más seguros que pudo para tener ventaja al otro. (1480-1484).

Si en un principio el sustantivo pudo mantener el mismo régimen preposicional, con el tiempo se dio preferencia a la preposición sobre, que es la que se conserva en la actualidad. Parece que se levanta una generación que va descubriendo el placer de la cultura. Los factores favorables al desarrollo de una poderosa civilización intelectual de carácter individualista son numerosos en la evolución económica actual, y nada autoriza a afirmar que los factores desfavorables tendrán ventajas sobre aquéllos. (1967).

También se remonta al s. XIV la selección del verbo llevar y su incorporación definitiva al paradigma de los verbos de apoyo apropiados. Porque como dize Tulio en el su libro De ofiçios, non llevan ventaja las armas a la toga, la qual era una vestidura de aquellos que regian la cosa publica, por la discriçion y diligençia de los quales las armas de los duros y atrevidos enemigos cayan por el suelo… (1475).

La combinación sacar + ventaja es bastante tardía. Aunque desde el s. XVI podemos encontrar ejemplos de esta selección, no se trata de sinónimos de las más antiguas hacer ventaja o tener ventaja, pues el sustantivo no tenía el sentido de ‘su-

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EL VERBO HACER EN EL OCASO DE LA EDAD MEDIA

perioridad de una persona respecto a otra’, sino ‘ganancia’ o ‘provecho’106. Con el significado que aquí nos interesa, empieza a utilizarse propiamente en el s. XIX. Bien se deja conocer a los inteligentes que, por su naturaleza y condición, nuestros caballos del mediodía habían de ser extremados para este género de escuela, e indudablemente lo son. Aun para los efectos de la guerra, siempre sacaron ventaja a esos caballos poderosos y de armas nacidos en el Henao en la Normandía. (1847).

3.13. La clase , que incluye los sustantivos designadores de movimientos corporales repetidos con el fin, en general, de mantener la forma física, como ejercicio, gimnasia, flexiones, abdominales, calentamiento, etc., seleccionaron desde finales de la Edad Media el verbo hacer. El primero que encontramos es el propio predicado ejercicio, cultismo introducido en castellano en esta época. E ante dela yantar conujene fazer exerçiçio o trauajando toda o la mayor parte del trauajo de aquel dia & el exerçiçio ante de comer conujene a cada vno segunt su estado / o costumbre de pie / o caualgando & que sea tanto fasta quel seneldo se apresure & sienta el cuerpo & los mjenbros calentados. (1429).

Aunque hacer ha seguido considerándose hasta nuestros días como el verbo de apoyo apropiado a la clase, a partir de finales del s. XIX se extendió también el uso del verbo practicar: 106. Se integraría, en ese sentido, en la sección 4.3.1.10 estudiada en el capítulo 1.

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CAPÍTULO TERCERO

Varios son los ejercicios que pueden practicar los niños para robustecer su organismo. (1904-1905).

No obstante, esta variante sinonímica de hacer ha tenido menos éxito en el caso de la mayor parte de los hipónimos. Aunque es posible encontrar algunos ejemplos, las combinaciones practicar flexiones, practicar abdominales, practicar calentamiento, etc. son muy poco frecuentes.

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CAPÍTULO 4

EL VERBO HACER EN LOS SIGLOS DE ORO: LOS SIGLOS XVI Y XVII 1.

PECULIARIDADES DEL CORPUS

S

de los siglos anteriores se ha destacado, en la composición del corpus, la abundancia de documentos pertenecientes al campo del Derecho, a partir de los siglos XVI y XVII esta tendencia se ve alterada. Aunque los textos jurídicos siguen siendo relativamente numerosos (seguimos contando al menos con un 23% del total), otras ramas del conocimiento empiezan a adquirir una mayor importancia. Así, encontramos una mayor variedad de obras pertenecientes a especialidades como las matemáticas, la medicina, la minería, las artes y espectáculos, la religión, etc. Se ha prestado particular atención al ámbito de la historia y la historiografía, que ocupan, por sí solas, un 21% del conjunto de los textos recopilados. En cuanto a la literatura, ha dejado de ser la hermana menor para convertirse en la auténtica protagonista. Casi un 40% del corpus está consituido por obras que pueden considerarse literarias en sentido estricto. Esta nueva orientación en la distribución de los materiales debería ayudarnos a reconstruir una imagen de nuestra lengua más acorde con la realidad de los usos de los siglos XVI y XVII. Podríamos estar tentados de pensar que, junto al enriquecimiento I EN EL CASO

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CAPÍTULO CUARTO

de la variedad textual a la que hemos aludido, la multiplicación de las obras literarias constituiría una ayuda inestimable para el análisis lingüístico, pues se ha venido suponiendo que, en muchas ocasiones, reflejan el modo de expresarse de una sociedad determinada. Tal idea podría resultar aceptable, aunque con algunos reparos, cuando se da preferencia a la prosa frente al verso y, dentro de ella, a las composiciones menos elaboradas (las más cercanas a la crónica o al informe, por ejemplo), pero sería discutible e incluso rechazable en otros supuestos, y tanto más cuanto más se hiciera evidente una manipulación del lenguaje por motivos estilísticos107. Por eso, no parece suficiente juzgar estas modificaciones del corpus a partir de un mero estudio estadístico de los materiales que lo componen, sino que conviene determinar exactamente qué tipo de obras se han seleccionado en cada una de las secciones y cómo influyen estas, por consiguiente, en la idea general de representatividad. No resulta anecdótico señalar, en ese sentido, que la mayoría de los documentos literarios de nuestro corpus son obras en verso. Nada menos que un 35% del total, lo que supone una cantidad desmesurada en comparación con el número de textos literarios en prosa conservados. Por otro lado, si ya de por sí este dato es significativo, pues la poesía, por su tendencia intrínseca a la creatividad lingüística –y, por tanto, a la perpetuación de ciertos hápax y variantes estilísticas individuales– debe analizarse con cierta precaución, mucho más cuidado debe tener el lexicógrafo con las composiciones 107. Para los problemas que plantean, además, las relaciones entre la oralidad y la escritura en los Siglos de Oro, vid. Osterreicher, 2004.

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EL VERBO HACER EN LOS SIGLOS DE ORO

poéticas de este momento histórico. No es raro que muchas novedades de una escuela determinada (piénsese, por ejemplo, en ciertos tópicos lingüísticos del Renacimiento o del Barroco) se difundan en un número relativamente amplio de textos, que se convierten con el tiempo en referencias literarias de prestigio y que pueden inducir a pensar, erróneamente, que nos hallamos ante fenómenos lingüísticos de gran alcance social. La mejor manera de evitar espejismos de estas características es, sin duda, aprender a desconfiar de nuestras primeras hipótesis, sobre todo si las condiciones en las que nos movemos resultan propicias al engaño. Parece evidente que los textos poéticos, y especialmente los conservados en los siglos XVI y XVII , son terreno especialmente movedizo, caldo de cultivo de innovaciones estilísticas individuales o de escuela, selva enmarañada en la que, a pesar de contar con una buena brújula, corremos el enorme riesgo de perdernos. Hemos de concluir, por tanto, que si es cierto que se ha abierto el abanico de los textos seleccionados, y es un dato positivo, no lo es menos que la utilidad de los nuevos documentos no es tan significativa como a primera vista podría parecer. Ello nos fuerza, de nuevo, a ser cautos y nos impide cantar victoria respecto a la descripción final de los significados del verbo hacer y las combinaciones léxicas de las que forma parte. 2.

EL VERBO HACER COMO VERBO PLENO

2.1. Por primera vez aparece en los textos el verbo hacer con el significado de ‘recorrer (una distancia)’. Habría que plantearse si el hecho de que aparezcan específicamente en este momento

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CAPÍTULO CUARTO

tiene alguna relación con los libros y documentos de viajes que, como consecuencia del descubrimiento de América, habían empezado a difundirse por la Península. En todo caso, parece una muestra clara de las novedades textuales introducidas en el corpus, lo que, como ya sabemos, no excluiría necesariamente la posibilidad de que el uso hubiera existido antes. El verbo hacer selecciona, por tanto, como en la actualidad, sustantivos que designan medida, la mayor parte de las veces de un modo explícito: A los 29 del dicho tomé el sol en 56 grados y tres cuartos: tenia de declinacion 6 grados dos minutos, vino á ser el altura 39 grados 17 minutos: la derrota fue al leste cuarta del sueste, y yo le doy el camino á les sueste porque el agua corria mucho al sudueste, y por este camino la nao me hizo 34 leguas, y el dia fue viernes (1519-1547).

Hay también ejemplos en que la referencia a la medida se halla implícita, como en este párrafo de la relación de un viaje a comienzos del s. XVII : Lo que hay notable es que para pasar de este pueblo a nuestra Señora de Talavera del Esteco, hay un pantano de más de dos leguas, el cual hacen los indios cada año. (1605).

Con este significado, el verbo hacer se ha conservado hasta la actualidad. En la lengua coloquial de nuestros días es frecuente escuchar oraciones del tipo hacer (muchos, pocos) kilómetros, metros…

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EL VERBO HACER EN LOS SIGLOS DE ORO

En este afortunado caso, sin duda vale la pena hacer unos kilómetros más para dejar al gato en manos seguras. (2001).

El verbo recorrer, que hoy en día se utiliza preferentemente, entró en español en el s. XIII , pero con el sentido de ‘acudir a una persona o a una cosa’ como remedio para algún asunto. Sus formas se confunden, por tanto, con las del cultismo más reciente recurrir, que empieza a usarse como tal, con cierta frecuencia, en el s. XV, aplicado con cierta preferencia al contenido semántico inicial de la variante gráfica más antigua. A partir del s. XVI encontramos ejemplos en que recorrer 108 empieza a adquirir el significado de ‘atravesar un espacio en toda su extensión’ y, solo más tarde, el de ‘efectuar un trayecto’. Al final, terminará separándose definitivamente de la variante recurrir y convirtiéndose en un sinónimo de hacer cada vez más utilizado. 2.2. También los avances en la navegación y la multiplicación de las obras en que se narraban viajes, principalmente por mar, facilitaron la aparición de ciertos significados ligados expresamente a este campo del conocimiento. Así, encontramos por primera vez el uso del verbo hacer con el significado de ‘abastecerse’ o ‘proveerse’. Regía como complemento directo un sustantivo que designaba el producto o la materia necesaria, generalmente sin artículo. En este momento, aparecen sobre todo, los nombres agua y leña. 108. También había tenido, a partir del s. XIV, el significado de ‘reparar’: «Item por labor feyta… en calçar de gesso la paret de la sala mayor que era toda degoyllada et en recorrer los solares…» (1338).

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CAPÍTULO CUARTO

…ofresciéronle toda la gente de guerra que hobiese menester; diéronle mill tamemes, que son hombres de carga para el servicio del exército, para hacer agua y leña y llevar los tiros; rescibió los rehenes, que fueron muchos, pero los señalados eran Mamexi, Teuch y Tamalli, hombres muy principales. (1560).

Con el paso del tiempo se irán incorporando al paradigma del complemento directo otros sustantivos, como, por ejemplo, víveres; en época más reciente encontramos incluso petróleo y fuel. La conservación de este significado, que llega hasta nuestros días, guarda una gran relación con el mantenimiento del comercio marítimo. Romero, que desde el año 1980 manda un bacaladero tras obtener el título de capitán mayor de pesca en la Escuela Náutica de Vigo en el año 1976, explica que desde que en 1981 comenzaron los problemas de las 200 millas, ya no entran en puertos, de Terranova. «Ahora, para hacer víveres y fuel, tenemos que entrar en Saint Pierre et Miquelon», una posesión francesa junto a las costas de Newfoundland. (1986).

Es evidente, sin embargo, que se trata de un uso y de un significado bastante restringido. En principio, no forma parte del léxico común de los hablantes, especialmente si se hallan alejados de las zonas marítimas. 2.3. Relacionado con los apartados 3.6 y 3.7 del capítulo primero, el verbo hacer aparece empleado como pronominal, en los siglos XVI y XVII , para indicar un cambio del sujeto respecto a su pertenencia a un grupo o su identificación con una corriente, una

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EL VERBO HACER EN LOS SIGLOS DE ORO

ideología, etc. A diferencia de los usos tradicionales, cuyo origen se remontaba al s. XII, el verbo presentaba, en este momento, una la estructura sintáctica un tanto diferente, pues seleccionaba en exclusiva un complemento precedido de las preposiciones a o de. En algunos casos indicaba un desplazamiento físico real y, por tanto, un cambio de posición en el espacio, como cuando se hablaba de un combate y se hacía referencia al paso del sujeto del uno al otro bando, pero en la mayor parte de los ejemplos los movimientos son meramente figurados. …y mucha sangre derramada de ambas partes, estuvieron determinados a no volver a embestirles ni proseguir la batalla, cuando un criado del gobernador, paje suyo, se hizo a la banda de los nuestros (que no pudo dejar de tirarle el natural), y fué tan grande el esfuerzo y valor que les puso con las razones; y parlamentos que les hizo, significándoles cuán desmayados y mal heridos se hallaban los españoles, que volvieron a embestir de nuevo con el pequeño número de soldados, con tal valentia y osado atrevimiento, a caiga el que cayere, y venza el que tuviere dicha, que a pocos lances, cayendo unos y levantando otros, atropellaron el escuadron y degollaron todos los mas soldados dél… (1673).

La preposición de se utilizaba con especial frecuencia. – Pedíale con instancia Cosmiana que la dexasse entrar, y respondíale la Madre de Dios: – Créeme que no entrarás si no te reduzes y hazes de nuestro vando. (1594).

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CAPÍTULO CUARTO

Estas construcciones y este significado se conservaron, al menos, hasta finales del s. XVIII. En la actualidad, se prefiere el verbo pasarse (a), que ya había empezado a difundirse a finales del s. XV y que alcanzó especial éxito en la mayor parte de los contextos. A ello debió contribuir su relación con el significado general de pasar, verbo patrimonial derivado del sustantivo paso cuyos primeros testimonios se remontan al s. XII. y puesta vna gente y otra en el campo, al tiempo que las batallas querian romper, el conde de [Campobasso], que era de los suyos del duque de Borgoña, con mucha gente que en su batalla tenia se pasó a los enemigos, de manera que los del duque de Borgoña desmayaron mucho… (1469).

Pasarse (a), por tanto, ha mantenido su vigencia hasta nuestros días, y ha seleccionado prácticamente el mismo tipo de complementos. ¿Vamos ahora a cambiar la chaqueta y pasarnos al enemigo? A la Ciencia, señores, ya no hay quien la detenga, y todos tenemos que aceptar las consecuencias. (1972).

2.4. En los siglos XVI y XVII presenta asimismo el verbo hacer el significado de ‘creer o pensar’ o incluso ‘juzgar’, por medio de una estructura sintáctica que supone la selección de un sujeto humano, un complemento directo, también generalmente humano, y un predicativo en forma de adjetivo o complemento preposicional.

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EL VERBO HACER EN LOS SIGLOS DE ORO

¿Qué es esto, señor alférez Campuzano? ¿Es posible que está vuesa merced en esta tierra? ¡Como quien soy que le hacía en Flandes, antes terciando allá la pica que arrastrando aquí la espada! ¿Qué color, qué flaqueza es ésa? (1613).

También por estas fechas, el verbo creer había adoptado idéntica estructura sintáctica para expresar el mismo contenido semántico. Palabra del Emperador.– Su partida a Alemaña, donde se le creía muerto. (1604-1618).

En ese sentido empiezan a conformar un paradigma especial («verbos de orientación prospectiva o creadores de mundo») dentro de los llamados «verbos de actitud proposicional»109, al que más adelante se añadirá alguna otra unidad léxica, como es el caso de suponer. Así estoi bien lexos de tributar a V. S. aquel elogio con que Ovidio aduló a Augusto, diciendo que su padre adoptivo el gran Julio desde el cielo, donde le suponía glorioso, se complacía de verse excedido de el hijo… (1736).

Estos verbos conservarán sus peculiaridades sintácticas y este significado hasta la actualidad. En ese sentido, la confluencia semántica en la que, en ciertos contextos, pueden incurrir todos ellos no supuso un conflicto, sino un simple enriquecimiento léxico. Es posible, sin embargo, que hacer, hoy 109. Vid. Demonte, V. y Pascual José Masullo, 1999, 2504.

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CAPÍTULO CUARTO

día, se utilice más en el registro coloquial y en ocasiones con un cierto regusto arcaizante. Janti (Vuelve a sentarse, cuando entra Penia con el café servido en dos tazas). Hombre, Penia, te hacía en Colombia. (1988).

2.5. Encontramos en este momento los primeros ejemplos de un significado que podría parafrasearse como ‘acostumbrar o acostumbrarse’ e incluso ‘adaptarse a algo’. El verbo hacer podía aparecer en su forma pronominal o como verbo transitivo (generalmente con objeto directo humano o animal) del que depende un segundo complemento precedido por la preposición a. Aulo Gelio libro 11, capítulo 18, dice los lacedemonios tener por gran honra y gloria ser los mancebos ladrones, porque con aquel ejercicio aprendían a ser sotiles y saber munchas mañas y cautelas y hacerse a los trabajos para las guerras, y con tanto que no hurtasen por hacer mal ni por ser ricos… (1527-1550).

El verbo acostumbrar, que era muy antiguo (se remonta, al menos, a los primeros años del s. XII), se había venido utilizando con idénticas estructuras sintácticas desde el mismo momento de su aparición en la lengua: Mas el ordenamjento de las armaduras confuerta & acreçienta el coraçon del hombre d’armas, como fizo Homero a Achilles, que assi tost metieron las armaduras nueuas apres d’el et el las uido, todo se comouio & todo su coraçon se enflamo por combater, por esto que solament por las batallas las armas son.

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EL VERBO HACER EN LOS SIGLOS DE ORO

Et como los ordeno, assi los exerçitaua por acostumbrarlos al traballo… (1379-1384).

Su sinónimo habituar es más reciente. Se trata de un cultismo que se introdujo en el español a partir del s. XV. Como sinónimo absoluto de acostumbrar, mantuvo también las mismas estructuras sintácticas. Ni se puede sospechar que humanas fuerzas pudiesen comportar lo que éstos sufrieron, sino por serles Dios favorable, puesto que Sanct Gregorio en sus Morales dice que el uso alivia todas las cosas: * y así es de creer que, como varones tan habituados a mala vida e de tanta fatiga, con la costumbre de su sufrimiento, merescieron ver el fin que la historia aquí expresará… (15351557).

Los tres verbos se conservan con este significado hasta nuestros días, si bien habituar sigue mostrando un cierto carácter cultista del que carecen tanto hacer como acostumbrar. El uso de hacer es frecuente en la mayoría de los contextos; no obstante, parece haber mantenido un cierto predicamento en los registros menos formales: – Al principio te resultará algo duro. – No me importa; estoy hecho a la vida dura. (1975).

De este significado parece derivar la expresión hacerse a la idea, que es muy reciente; los primeros ejemplos incontrovertibles aparecen a mediados del s. XX.

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CAPÍTULO CUARTO

¿No decían que la ofensiva era inminente? Yo ya me había hecho a la idea de morir, y no me importaba. (1953).

2.6. En el campo de la literatura y, fundamentalmente, en la dramaturgia, que, como sabemos, cobró una especial importancia en el Siglo de Oro, encontramos un significado especial de hacer, equivalente al ‘actuar’ de nuestros días. Solía seleccionar el verbo, en este sentido, un sintagma nominal cuyo núcleo designaba el papel concreto dentro de la obra: Ram.– Yo podré jurar que no he representado en mi vida en lugar chico. Sol.– Luego ¿nunca habéis llevado el hato al hombro, tocado el tamborino ni hecho el bobo? Ram.– En mi vida. Sol.– Pues no sabéis de nada bueno. Ríos.– Aquí Solano ha sido gran cómico. Sol.– Menos he sido yo que farandulero, porque he sido bosiganga. (1603).

De aquí parecen derivarse expresiones coloquiales de tipo metafórico con las que se daba a entender que alguien se comportaba como un simple. Este sentido traslaticio es bastante antiguo, pues ya estaba presente en muchos textos del momento, e incluso dio lugar a un amplio paradigma en el que el verbo hacer pasó a seleccionar un gran número de adjetivos connotados negativamente. Servíase de mí en algunas experiencias mágicas, pareciéndole que, por ser muchacho, y de rudo ingenio, no entendería los secretos

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de su arte; pero engañóse en ello, porque, aunque hacía el tonto e ignorante, tenía el ojo alerta a todas sus experiencias… (1619).

Hacer adquirió, por tanto, el significado de ‘comportarse (como)’ y sus complementos se fueron multiplicando. Con el tiempo ya no solo se trató de adjetivos sustantivados, sino que se incorporaron también sustantivos en sentido estricto, también connotados negativamente, con los que se pretendía identificar al sujeto de la oración. Es muy posible que tengan aquí su origen expresiones tan extendidas en la actualidad como hacer el indio, hacer el oso, hacer el ganso y un sinfín de creaciones potenciales ad hoc que los hablantes llegan a poner de moda en momentos concretos, pues hoy en día se considera todavía un paradigma bastante abierto. En algunos casos, el verbo hacer adquirió, más bien, el significado de ‘fingir un determinado comportamiento’. Era frecuente que el complemento, generalmente un adjetivo, estuviera precedido por la preposición de. Esta estructura no sobrevivió al paso del tiempo: Con esta paz quedó el Emperador descansado y tuvo lugar para embarcarse y pasar en España, que la guerra que ya andaba con el Papa no le daba cuidado, no siendo favorecido del rey de Francia ni de otro príncipe poderoso, si bien el Papa hacía del valiente, más de lo que su estado y edad pedían. (1604-1618).

Precisamente, a partir del s. XVIII , el verbo hacer prefiere presentarse en su forma pronominal para transmitir de modo específico este significado. Seleccionaba algunos de los adjetivos clásicos (bobo, tonto, etc.) y muchos otros que se fueron

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CAPÍTULO CUARTO

introduciendo posteriormente. En su variante pronominal, el verbo hacer no seleccionaba sustantivos. Olvidando las prácticas constitucionales o haciéndose el tonto, que es la opinión más autorizada, añadió el Rey al discurso de la Corona un parrafillo de su invención, en el cual se quejaba de los insultos que diariamente recibía, y acusaba con este motivo a los ministros y a las autoridades de Madrid. (1876)

En el s. XX, hacerse + adjetivo, directamente vinculado a la base semántica ‘fingir’, empieza a utilizarse sin artículo, si bien en oraciones comparativas, tal como sucede en nuestros días: ¿Quién que viera al gallego Rodríguez –y eso, conociendo sus antecedentes donjuanescos– inflamado de súbita afición hacia este vulgar comerciante, metido de hoz y coz en la casa mía, allí almorzar, allí cenar, allí pasarse las veladas, no pensaría que el tonto de Ruiz se estaba haciendo más tonto de lo que en realidad era? (1962).

Con el significado inicial de ‘actuar en una obra’, el verbo hacer, en algunos casos, impuso a su complemento la preposición de, si bien los ejemplos con los que contamos son más tardíos (s. XVIII): Coronado, no te atufes; ningún misterio tenemos más que pensar en quién pueda hacer de gracioso; pero ninguno se anima, y tú pudieras… (1760).

Esta estructura es la que se conservará, con especial vigor, hasta la actualidad. No obstante, el verbo hacer también se

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empleará independientemente con este sentido, sobre todo en el lenguaje coloquial. Este uso se remonta al Siglo de Oro. Y fué que, para pasar un rato de la tarde con menos molestia y entretener el tiempo que desde allí á la noche les quedaba, les satisfizo hacer una comedia de repente, holgura muy ordinaria entre los hombres de ingenio y el mejor engaño que hacen al tiempo, y el día de hoy se les puede venir á oir de muchas leguas, porque concurren para este acto hombres de singular gracia y donaire. (1614).

El verbo actuar que, como pusimos de manifiesto en el punto 2.2 del capítulo anterior, se había incorporado al castellano como sinónimo de hacer (en sentido de ‘obrar de un determinado modo’), terminó por entrar también en el campo de la dramaturgia, al menos desde el s. XVIII, aunque la mayoría de los ejemplos son posteriores. Cuenta de los gastos ocasionados en la obra de carpintería hecha en el patio de comedias de Burgos para la actuación de unos volatineros. Incluye un recibí de Andrés de Ribas, carpintero. (1737).

En la actualidad es uno de los verbos más utilizados, tanto como sinónimo, en sentido estricto, del verbo hacer + complemento preposicional, La desazón y la reflexión se desplazan, inevitablemente, hacia esos otros «figurantes» de la vida y de la Historia. Hacia esos seres anónimos, insignificantes, condenados a actuar de com-

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CAPÍTULO CUARTO

parsas en los grandes dramas, comedias, tragedias y farsas que tejen y destejen el destino de los pueblos en el Teatro del Mundo… (1991).

como en un sentido genérico, sin complemento, paralelo al que se había desarrollado anteriormente en otros contextos más generales de la vida cotidiana (actuar bien /mal, actuar de un modo determinado, etc.). Otros preeminentes colegas suyos, más o menos de su género, como Serrat o Raphael, también han demostrado poder llenar grandes superficies pero igualmente saben reconducir su profesión en el marco que le es propio y son capaces de actuar en un teatro de Barcelona, como el Victòria o el Apolo, durante semanas a función diaria. (1995).

El verbo representar, por su parte, se utilizaba ya con el significado actual desde finales del s. XV. Despues ví representar una comedia á dos galgas vi un erizo y unas nalgas darse muy bién de culadas (1445-1519).

En ningún caso, sin embargo, llegó a adoptar una estructura sintáctica equivalente a la de hacer o actuar que, como hemos visto, regían un sustantivo (designador del personaje representado) precedido por la preposición de. De hecho, representar no selecciona nunca este tipo de sustantivos110. 110. Se puede decir, por supuesto, representar el papel de (bobo, rey, escudero, verdugo, etc.), pero estaríamos ante un caso diferente, porque papel no es un argumento, sino un sustantivo predicativo y, por tanto, como hacer o interpre-

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En cuanto a interpretar, es un verbo bastante más reciente, pues con este sentido solo encontramos ejemplos a partir del s. XX. Lo más interesante, sin duda, es que, frente a representar, es capaz de seleccionar sustantivos que designan directamente a los personajes de ficción, generalmente precedidos por la preposición a: Usted comenzó en el teatro como actor. Si tuviera que escoger entre interpretar al protagonista o dirigir Hamlet, ¿con qué se quedaría? (2001).

2.7. Del antiguo sentido causativo, estudiado en el punto 3.5 del capítulo primero, parece derivarse el significado de hacer que, difundido a partir de este momento, podría parafrasearse como ‘conseguir, obtener’ o ‘llegar a tener’. El verbo seleccionaba fundamentalmente, como en la actualidad, el sustantivo dineros, aunque más adelante se incorporarán otros similares (fortuna, etc.). Aquí verán mi virtud, pues estando yo en tiempo en el cual pudiera yo hacer dinero empeñando la honra, no consentí en tal tentación, ni nunca Dios tal permita, porque tenía yo muy de coro una sentencia que vi escrita en el pedestal de una cruz de canto que está hacia Villamartín, en la Montaña, que dice: «Antes arreventar que pecar». (1605).

Desde más antiguo, probablemente desde los siglos finales de la Edad Media, si no antes, se venía utilizando la estructura tar en las mismas condiciones, funcionaría como verbo de apoyo. Tendremos ocasión de estudiar este punto más adelante.

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CAPÍTULO CUARTO

hacer dinero o dineros de una cosa o hacer una cosa dinero o dineros para expresar el beneficio monetario que se obtenía de una transacción comercial: E, si aquel día non se pagare, que el mayordomo tenga tales preindas que para el día de San Lucas las tenga fechas dinero e pague la dicha yerva, por que ninguno no esté esperando a Nabidad que le fagan merçedes. (1450-1491).

Esto supuso que, ya muy tempranamente, el verbo hacer empezara a independizarse y adquiriera, en oraciones coordinadas o subordinadas que establecían una relación de causaefecto con la precedente, un sentido muy cercano a esa idea de ‘conseguir’, definitivamente convertida en acepción un poco más tarde: E muchos dellos ayuntan mucho & vendenlo & fazen dineros para golosinas & para jugar & para sus luxurias & con derecho, ca que non a cuidado sinon de comer & de bever & de dormir, yazen al sol & dizen fablillas & mentir & jugar & reir & escarneçer. Con tales costunbres conviene que vengan a seer luxuriosos & suzios. (1500).

De aquí, y al menos desde el s. XVIII, se derivará la estructura pronominal hacerse con una cosa, de significado cercano, que se ha conservado también hasta la actualidad. Contrariamente a la construcción no pronominal, el complemento directo seleccionado es mucho más extenso desde el punto de vista léxico, pues su núcleo puede estar constituido por todo tipo de sustantivos que designan realidades materiales:

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…pero faltándoles se ven en la dura necesidad de recurrir á los monopolistas de otro reyno, que adelantando dinero á los ganaderos, se hacen con la mayor parte de las lanas, las estancan, y puestos de acuerdo las venden á precios muy subidos. (1795).

El sentido de hacer, en su forma no pronominal, entró en competencia con el del verbo ganar que, desde el s. XIII, venía seleccionando, en contextos muy similares, el complemento directo restringido que el primero había empezado a disputarle. Andido un grand tiempo, ganó muchos dineros comprando e vendiendo a ley de mercaderos; cuand su ora uyó, dessó essos senderos, tornó a su provincia con otros compañeros. (1246-1252).

Ganar mantuvo este significado a lo largo de la historia del español y, naturalmente, cuando hacer entró en competencia con él, ya se encontraba bien anclado en el léxico general. Hoy en día, aunque su competidor no ha desaparecido, sigue siendo el verbo más utilizado. 2.8. En los siglos XVI y XVII, el verbo hacer tenía también el significado genérico de ‘tomar la forma’. Su complemento designaba, en ese sentido, una realidad material. Podía aludirse a una identificación o a una simple imitación. En el primer caso, se presupone una transformación de la realidad que el sujeto designaba en otra diferente, representada por el complemento: Entrando por la floresta que la selua peligrosa llamauan, porque pocas veces entrauan en ella que no aconteçiesse alguna peli-

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grosa auentura, á causa que era muy grande y trauesauan por ella carreras á diuersas partes, y tenia espessuras y passos afanosos de pasar, llegaron á vna clara y fermosa fuente abundante de agua, que faziendo graciosos arroyos se metian por la selva. (1574).

En el segundo, se crea una especie de comparación entre las dos realidades sin que, en ningún momento, el emisor o el receptor se planteen la transformación auténtica de una en otra. Se trataría de una equiparación puramente literaria: E luego vino don Polindo armado de unas armas rosadas, llenas de piedras preciosas puestas de manera que fazían unas sierpes. (1526).

Estos significados de hacer se vieron desplazados, cada vez más, por la mayor difusión de algunos de los verbos que se empleaban como sinónimos. Es el caso de formar, que ya existía en el castellano desde el s. XIII , y que es, sin duda, el más utilizado en nuestros días. Otros, como imitar, representar, etc., se apropiaron poco a poco del sentido más metafórico. En la actualidad, el uso del verbo hacer con este significado es más bien raro, y parece limitarse a la idea de la identificación entre dos realidades materiales, sobre todo en registros coloquiales y en contextos poco cuidados. 2.9. El verbo hacer podía indicar también la capacidad de un determinado objeto. En ese sentido, regía sintagmas nominales cuyo núcleo estaba constituido por unidades de medida, como arrobas, azumbres, etc., y seleccionaba como sujeto un sustantivo que designaba el recipiente.

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Mande vuestra merced proveer a ese mozo de media docena de aves y una de molletes y esa bota de vino que era tan buena, que tenía sus cuatro cursos y hacía sus cuatro azumbres. (1550).

Con este significado, el verbo hacer se ha mantenido en la lengua hasta nuestros días, si bien ha dejado de ser tan frecuente como en siglos anteriores. En general, se prefieren estructuras más formales, tomadas de las lenguas de especialidad, como tener + (numeral + unidad de medida) + de capacidad, que son especialmente frecuentes en textos escritos, tanto especializados como periodísticos. Los de explosión están todavía en fase de desarrollo. Los dos van a tener 1,2 litros de capacidad. El de gasolina tendrá una potencia de 75 caballos, mientras que el diesel, sobrealimentado por un turbocompresor, ofrecerá 60 caballos.

2.10. Con la preposición a y un sujeto animado, preferentemente humano, el verbo hacer tenía el sentido de ‘aceptar’ o ‘admitir’, o incluso ‘tener inclinación a algo’. El hablante solía dar a entender que no ponía reparos a una determinada cosa o a un determinado asunto. Era frecuente la combinación hacer a todo, que podía después especificarse con la yuxtaposición de otros sustantivos menos vagos semánticamente. Si bien éstos no desechan ripio, porque hacen a todo, así a carne y pescado como a todo cuanto se les ofrece hallar, a todo hacen y todo comen. (1648).

Este significado se ha conservado hasta la actualidad. Es más frecuente, sin embargo, en la lengua coloquial y en el discurso oral.

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– Vale. El caso es que éste hace a todo, ¿sabes?, y bueno, me ha pedido que le organice una fiestecita, y quiere que haya alguna tía también, y he pensado que a ti a lo mejor te apetece venir, a los demás ya les conoces, Manolo, Jesús y algunos más, en fin, piénsatelo, sería pasado mañana… (1989).

2.11. Seguido de la preposición por y un infinitivo, el verbo hacer había adquirido un nuevo sentido que podría parafrasearse como ‘esforzarse por, lograr por todos los medios’. Regatead la cera, porque antes que me muera vea si me está a cuento la jornada, que si lo concertáis en poco o nada, por gozar del barato de difunto, he de hacer por morirme luego, al punto. (1644).

Esta estructura y este significado se han conservado hasta nuestros días. 2.12. Como elemento rector de complementos temporales en general, como cuarentena (que es el que con más frecuencia se encuentra en el corpus) y otros más genéricos como días, meses, etc., tenía el significado de ‘ocupar un determinado espacio de tiempo’. El sujeto solía ser un humano, real o por metonimia, en su papel de experimentante. La Condesa de Castrillo llegó á Cartagena con seis galeras de Nápoles que han traido 600 hombres para Cataluña. Su ropa de ella la han mandado emparedar, con gente para que se maneje

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y la saque al aire y al sol, y ella está haciendo cuarentena tambien encerrada. (1654-1658).

Cuarentena se interpreta en este ejemplo como el período de aislamiento preventivo por causa de una enfermedad, pero también podía significar un simple tiempo de cuarenta días (o incluso el período de cuaresma), sentidos estos que se remontan al s. XIII. El uso del verbo hacer, sin embargo, es propio, en todos los casos, de los siglos de Oro: Yo vine a Roma con intento de irme a Nuestra Señora de Loreto a hacer una cuarentena, y luego me partí para Nuestra Señora de Loreto; y si hubiese de contar la necesidad del camino y trabajo y poca caridad, sería muy largo. Llegué a aquella santísima casa e hice mis cuarenta días ayunándolos todos cuarenta y confesando y comulgando jueves y domingo, por orden del Padre Esteban, mi confesor, religioso de la Compañía de Jesús. (1605).

Naturalmente, el verbo hacer entraba en competencia con otros verbos que se habían venido utilizando desde antiguo. Uno de ellos, pasar, tendrá notable éxito desde los primeros tiempos del castellano, y terminará desplazando al primero. Allí pasó la cuarentena fasta que vino el día de la çena. Cuand’ Gozimás se sintió sano, Corpus Domini priso en su mano. (1215).

Otro de los verbos tradicionales, cumplir, se utilizó también desde el s. XIII , pero terminó desapareciendo:

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CAPÍTULO CUARTO

Cuando cumplién su cuarentena, antes del jueves de la çena, el domingo de los ramos al monesterio son tornados. (1215).

El uso del verbo hacer, con este sentido, puede considerarse, en realidad, muy efímero, pues apenas volvemos a encontrar ejemplos a partir del s. XVII. 3.

EL VERBO HACER COMO VERBO DE APOYO

3.1. Verbo de apoyo de acontecimiento Con los sustantivos que indicaban un momento determinado (tiempo, hora…), interpretados como un acontecimiento cíclico, sobre todo si iban seguidos de verbos o sustantivos predicativos, apareció por primera vez, a partir del s. XVI , el verbo hacer en su variante pronominal. Con esta estructura se pretendía señalar la llegada de un instante preciso, generalmente esperado, en que debía suceder alguna cosa. Allí le besó las manos Talabrot. El emperador no se las quiso dar, antes lo alçó amigablemente. Hablando en estas cosas se hizo hora de yantar. (1542). …tanto que bien mostrava el amor que a don Polindo tinía. Y ansí estuvo preguntándole de muchas cosas hasta que ya se hazía tiempo de reposar. (1526).

Esta construcción se ha conservado hasta nuestros días, si bien hoy solo se utiliza el sustantivo hora y el conjunto parece tener un cierto tono arcaizante:

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Se arrinconó y gracias a que La Colonial estaba llena, don Miguel apenas pudo charlar con él, así que tomando en el vaso largo y con mucho hielo se estuvo hasta que se hizo hora de cerrar. (1984).

En los textos contemporáneos se prefiere el uso del verbo llegar, que parece seguir más de cerca la estructura tradicional, pues había empezado a utilizarse ya como verbo de apoyo desde el s. XIII : Et pues que ueye que se llegaua el tiempo de yrse deste mundo cuemo se apresuro pora partir la tierra ante ques muriesse. & llamo los fijos de Jsrahel ante si & ge la partio & les fizo echar suertes sobre las partidas & fueron ellos pagados & fincaron abenidos. (1275).

A su vez, este alternaba con el verbo ser, que también se ha mantenido en el uso habitual hasta la actualidad: Qvando Jupiter llegare al ascendente o a la casa de los fijos; es tiempo de auer fijos. (1254-1260).

3.2. Hacer como verbo de apoyo de acción 3.2.1. En este momento encontramos sustantivos que designan la acción de exponer una idea para que el oyente o lector reaccionen en una determinada dirección, y que podríamos englobar bajo la denominación . Se trata de predicados como proposición, sugerencia, propuesta, invitación…

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CAPÍTULO CUARTO

Finalmente, dijeron que los Estados que no podían encubrir á Su Majestad haber sido ellos luego después de hecha la proposición resolutos y aparejados de elegir alguno de los Estados, lo cual comunmente se llamaba a… schufsmachen, sobre todos los artículos del Imperio… (1550).

La selección del verbo hacer se mantendrá vigente hasta nuestros días. No obstante, algunos otros verbos de apoyo, no tan utilizados actualmente, se incorporaron al paradigma. Es el caso de lanzar: Desasosegada e intranquila, moviéndose de aquí para allá con cualquier pretexto, su proposición lanzada como un mero dicho, fue acogida; y todos se dirigieron a la ladera cercana, a excepción del hacendado, quien, según él –al excusarse– «era viejo para cabrero». (1890).

El verbo plantear y, sobre todo, el verbo formular se usan con cierta frecuencia, desde el s. XIX, en registros más elevados en los que la acción se halla más formalizada, como es el caso de la presentación de ideas en un parlamento, en una reunión oficial, etc. …que rechazadas estas proposiciones, se formularon otras, reducidas a que la ciudad y su vecindario no sufrieran castigo por los sucesos pasados, promovidos por los enemigos de su prosperidad… (1868).

3.2.2. En conexión con el significado de ‘representar’ como verbo pleno, y en ámbito del teatro, hacer pasó a utilizarse como verbo de apoyo, seleccionado por el sustantivo papel.

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…y me estuviera algunos años deste modo, porque ya me iba alentando á salir al tablado, y hacía algun papel de embajador, paje ó guarda; otras veces en acompañamiento tocaba el tambor si habia guerra, y tal vez hubo que dije una columna entera sin errarme y de ver ensayar las comedias cada dia, casi las sabia de memoria. (1624).

A veces, papel dejaba de aplicarse a la actuación teatral y se utilizaba metafóricamente: …y entrándose en otra litera hizo que le siguiesen á mula seis socarrones dicípulos de su facultad, tan abonados como el maestro, que hacían el papel de criados; (1619).

Aunque el verbo hacer se ha mantenido hasta nuestros días, en la actualidad se prefieren otros verbos, sobre todo en textos escritos, que con el tiempo se han ido haciendo apropiados a esta clase. Se trata de representar y desempeñar. El primero ya se empleaba con frecuencia en los siglos de Oro: Sentáronse las dos hembras y arrimáronse a un lado, descubiertos, los varones, porque pareció convenir assí que tambien Montúfar, que hasta entonces avía representado el papel de hermano, le hiziesse de criado. (1614).

El segundo es más reciente. Los primeros testimonios podrían remontarse a finales del s. XVIII. No obstante, se empezó a utilizar con frecuencia a partir del s. XIX: Juana García desempeñó el papel de Doña Isabel, supliendo con sus pocos años, su agradable voz, la expresion modesta del semblante y la compostura de sus acciones… (1825).

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Por influjo del francés, el verbo jugar se incorporó también a esta clase a partir del s. XIX , sobre todo en contextos metafóricos, y sigue vigente a pesar de la oposición de algunos gramáticos111: El soberbio Alcázar de Madrid, que resistió a las tropas del Sultán de Marruecos, y posteriormente jugó un papel de importancia en las civiles guerras de don Pedro y D. Enrique, doña Isabel y doña Juana… (1833).

3.2.3. En este momento, la clase , compuesta por sustantivos predicativos que designaban la acción de considerar lenta y detenidamente algún asunto, selecciona por primera vez el verbo de apoyo hacer. Se trata de sustantivos generalmente deverbales del tipo reflexión, meditación, cavilación, especulación, etc112. El animoso y curioso príncipe ni se ha de alterar con las verdades de que le avisan, ni se ha de dexar engañar con las lisonjas que le digan, sino fazer refl exión sobre sí, para ver si con la 111. Fernando Lázaro Carreter ha criticado este uso en diferentes ocasiones. El siguiente pasaje puede resultar ilustrativo: «[…] el documento enviado al señor Zarazaga no debía afirmar que “la lengua juega un papel importante”, porque, en español, los papeles no se juegan, sino que se representan». Fernando Lázaro Carreter, 2003, 372. 112. No está de más recordar aquí que el hecho de que una forma léxica tenga varias posibilidades interpretativas hace que los mismos sustantivos puedan pertenecer a dos o más clases al mismo tiempo. Cuando estos sustantivos se utilizan con el significado de ‘discurso’, nos hallamos, evidentemente, ante otra realidad semántica y, por tanto, se incluirían también en la sección 3.4.9 del capítulo 2.

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verdad le sirven o con la mentira le engañan; porque no ay tan gran testigo de la verdad o de la mentira como es la propia conciencia. (1529-1531).

Este uso se ha mantenido hasta la actualidad. Algunas variantes aspectuales, de tipo más bien metafórico y literario, se fueron introduciendo un poco más tarde. Es el caso de la incoativa entregarse (a), que se remonta al s. XVIII : Nuestra curiosidad se extendía a otras muchas que mirábamos con el mayor interés; así los tuvimos próximamente sobre catorce horas satisfaciéndonos ya a unos ya a otros según se nos ocurría, hasta que finalmente sorprendidos, nos entregamos a la refl exión, conciliando en ellas gustosamente un sueño poco tranquilo, y con demasiada frecuencia interrumpido. (17891794).

3.2.4. Los predicados correspondientes a las acciones por las que el sujeto se forma un juicio determinado sobre la realidad a partir de ciertos indicios u observaciones, como suposición, conjetura, hipótesis, presuposición, etc., se combinaron a partir del Siglo de Oro con el verbo hacer: Y como sentado sobre una peña sospirase, no de otra suerte que el pájaro solitario en secos árboles, fue oído de un hombre rústico que de aquellas soledades era dueño, y desde sus tiernos años estudiando el arte mágica las habitaba; y como se admirase de que en lugar que jamás plantas humanas habían tocado hubiese voz humana, hizo fácil conjetura de lo que podía ser… (1598).

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CAPÍTULO CUARTO

Aunque esta selección sigue siendo absolutamente normal, algunas variantes sinonímicas, un poco más tardías, han pasado a formar parte del paradigma y han obtenido hoy en día un cierto éxito en contextos especialmente formales. Es el caso de los verbos aventurar y lanzar. El primero es bastante reciente; se remonta al s. XIX: Pero el sujeto que ocupa. esta cátedra, amante, como cualquiera de sus oyentes, como cualquiera criatura pensadora y sensible, de los verdaderos progresos de la sociedad y de la legislación, sin osar a punto de aventurar una conjetura, se contenta con abrigar deseos, y hacer al cielo votos de que llegue para el mundo… (1843-1844).

El segundo es aún más moderno. Los primeros ejemplos aparecen en las décadas iniciales del s. XX: Recientemente se ha lanzado la suposición de si incluso estas obreras con ovarios en rudimentario desarrollo pudieran recibir la cópula del zángano, quedando espermatozoos en su vagina (no se ha encontrado nunca espermateca en ponedoras) que fecundan un número muy limitado de los huevos de sus ovarios, de los cuales nacen obreras, e incluso en ocasiones sobre ellos labran una realera y la población se salva. (1951).

3.2.5. Los predicados de la clase empiezan a seleccionar en este momento el verbo hacer. Se trata de acciones por las que el sujeto pretende gloriarse de sí mismo de un modo presuntuoso o elogiar sus cualidades, físicas o morales, sus propiedades o cualquier otra cosa con la que le una un

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vínculo directo, como alarde113 , ostentación, jactancia, vanagloria, gala… …y ansí el pavo vanaglorioso hace ostentación de riquezas con las diversas vislumbres de los colores de sus plumas, cuando hace la rueda. (1589).

En principio, esta combinación se ha mantenido hasta nuestros días, si bien no todos los sustantivos de la clase terminan actualizándose en el discurso con la misma frecuencia ni en idénticos registros. Pero un muchacho muy especial debía ser ya. Sí, pero no, no, nunca hizo jactancia. Ahora él vivía completamente ajeno a lo que no fuera su especialidad. (Oral114).

113. Hasta los siglos de Oro, en sus combinaciones con el verbo hacer, alarde conserva el significado más antiguo (desde el s. XIII, al menos) de ‘revista militar’. 114. Banco de datos CREA.

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CAPÍTULO 5

EL VERBO HACER EN LOS PERIODOS MODERNO Y CONTEMPORÁNEO 1.

LAS RELACIONES CON EL CORPUS

L

A DECISIÓN DE INCLUIR en un solo capítulo la evolución del verbo hacer durante los tres últimos siglos de andadura de nuestra lengua obedece a razones puramente prácticas. A finales del s. XVII , la estructura sintáctico-semántica del verbo, tal como la conocemos en la actualidad, puede considerarse establecida casi en su totalidad. Los significados principales, que habían empezado a actualizarse entre los siglos VIII al XII , como consecuencia del paso directo del antiguo facere latino a su variante romance, fueron multiplicándose de modo ininterrumpido –y a un ritmo bastante acelerado– entre los siglos XIII y XVII. Ahora bien, la misma rapidez del fenómeno provocó, como sabemos, un cierto agotamiento que había empezado a resultar visible a finales de la Edad Media. En ese momento se había iniciado un proceso de reducción del grado de relevancia de los nuevos significados. Parece lógico, por tanto, que el proceso se agravara y terminara sufriendo una fuerte ralentización cuantitativa en el s. XVIII. Más significativa aún es la ralentización en el caso de la selección del verbo hacer por parte de los sustantivos predicativos. El mismo hecho de que este fuera considerado un verbo

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CAPÍTULO QUINTO

prototípico de acción desde el latín altomedieval (heredero, también en esto, del latín clásico) llevó aparejada la tendencia a que se combinara con las clases de predicados dotadas de este rasgo aspectual desde el mismo momento de su aparición. Un conjunto muy importante de ellas, representadas por uno o más sustantivos, había empezado a hacer acto de presencia en el corpus desde muy temprano. Eso explica, naturalmente, que a partir de los siglos finales de la Edad Media, las clases léxicas que seleccionan el verbo de apoyo hacer tiendan a ser menos numerosas que en sus orígenes. Esta etapa final del corpus es, como cabía esperar de su extensión temporal, un tanto heterógenea, y debe tenerse en cuenta. Si entre 1700 y 1800 apenas encontramos diferencias respecto a la descrita para los siglos de Oro115, lo que supone que tengamos que replantearnos las mismas dudas que habíamos expresado en los restantes capítulos, a partir de la siguiente centuria la introducción de ejemplos procedentes del ámbito periodístico provocará la alteración definitiva de la distribución textual tradicional. En la sección correspondiente al s. XIX, la incorporación de estos ejemplos, aunque aún no es excesivamente relevante (constituyen un 12% aproximadamente del total), supone la pérdida definitiva de la hegemonía que habían acaparado los documentos pertenecientes al campo del Derecho. Paralelamente, aumentan los textos literarios en prosa frente a las obras poéticas. La sección correspondiente al siglo XX, por su parte, no hace sino acentuar esta tendencia: casi un 45% de 115. Preponderancia de los textos jurídicos, que todavía ocupan un 48% del total, y de historiografía –un 33%–; escasos documentos de prosa literaria y un número bastante elevado de obras poéticas –un 3% en el primer caso frente a un 18% en el segundo.

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HACER EN LOS PERIODOS MODERNO Y CONTEMPORÁNEO

los textos están relacionados con la prensa escrita, mientras que la representación del ámbito jurídico queda reducida a un 4% y la de las obras literarias en verso, a un 7%. Por tanto, si se puede decir que el corpus se caracteriza a partir de este momento por una mayor orientación hacia la variación lingüística, también se puede afirmar que nos resulta, paradójicamente, menos útil para entender la evolución general del verbo hacer. Los textos anteriores, con todos sus reparos, nos han permitido rastrear la mayoría de los significados del verbo y la mayoría de las combinaciones léxicas en las que este se integra. Aunque es cierto, como tuvimos ocasión de señalar, que resulta complicado saber en muchas ocasiones si un sentido o un empleo tienen su origen en la época en que pasaron a formar parte de los documentos seleccionados, podemos al menos hacernos una idea aproximada de la antigüedad de los cambios. 2.

EL VERBO HACER COMO VERBO PLENO

2.1. Relacionado con el significado de ‘obrar, actuar’, que el verbo hacer había desarrollado desde el s. XV (vid. 2.2., cap. 3), y probablemente por analogía sintáctica con el uso del verbo en su significado de ‘actuar’ aplicado a los escenarios (vid. 2.6., cap. 4), aparece en el s. XVIII un sentido nuevo que podría parafrasearse como ‘realizar las tareas correspondientes a un determinado oficio, cargo o profesión’, generalmente de modo temporal. El verbo hacer regía un complemento predicativo precedido por la preposición de: Antes de salir del mesón, Eusebio quiere ir a ver al lord Som…, pero su criado James le dice que acababa de salir a caballo con el

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CAPÍTULO QUINTO

lord T. habiéndose desafiado a correr en presencia del duque de D… que había de hacer de juez. (1786).

Se trata, por tanto, de una estructura sintáctica de verbo + complemento predicativo. Es muy posible que existiera una relación estrecha con el uso de hacer como verbo de apoyo seleccionado por la clase 116. El hecho de que, desde muy temprano, hacer se combinara con estos sustantivos predicativos debió de influir también considerablemente en la difusión del nuevo significado. Es más, resultaba muy sencillo interpretar la novedad sintáctica como una reducción de la antigua construcción: Al principio el oidor menos antiguo hacía oficio de Fiscal. –En México y Lima hay dos, uno civil y otro criminal, y este opta al otro, ibid.– Y suple el uno las ausencias del otro… (1648). MUY Poderoso Señor. El Oydor que hace de Fiscal: habiendo visto las Constituciones de la Synodo Diocesana, que ha celebrado vuestro Reverendo Obispo de esta Santa Iglesia Catedral, dice… (1763).

Esta estructura se ha conservado hasta nuestros días. Se emplea con el significado inicial de desempeñar una determinada función para la que se ha sido elegido o designado. 116. Quizá fuera preferible interpretar este caso como verbo de apoyo, tal y como hacen V. Demonte y Pascual José Masullo, 1999, 2517, pues hacer «requiere obligatoriamente de un complemento que aporta mayor contenido predicativo».

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En estos casos, suele tratarse de cargos que no constituyen una categoría profesional: Manfredo Alvarez, nuestro jefe de deportes en Gijón, ataviado con un gigantesco sombrero amarillo, de espuma, estilo Lucky Lucke, hace de maestro de ceremonias. Después aparecemos Robin y yo en el balcón. (1995).

Pero también es posible encontrarlo con el sentido metafórico de ‘suplantar’ a alguien arrogándose las competencias que le corresponden por su profesión (actuar como actuaría alguien en el desempeño de sus funciones oficiales). Tiene entonces un cierto carácter despectivo: El patrón ejerce sujeción patriarcal, con trato humano de mayor o menor violencia. Han desaparecido las cárceles, los cepos en fincas y haciendas. Sin embargo, el patrón interviene hasta en problemas de la vida privada: hace de juez, castiga íntimos asuntos familiares, con potestad que no la tienen los padres ni sobre los menores, tal en remotas organizaciones esclavistas. (1985).

La realización de las tareas profesionales, determinadas oficialmente, suele expresarse en la actualidad con la estructura estar de + profesión, que parece bastante más reciente (s. XIX). Otros sinónimos, como actuar u oficiar, que aparecen en estructuras sintácticas paralelas (con la salvedad de que pueden aceptar como, además de la preposición de) también empiezan a extenderse con cierto éxito en el s. XIX.

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CAPÍTULO QUINTO

Ocupó la presidencia de edad el señor Echevarría y actuaron de secretarios los señores Jiménez, Canalejas (D. Luis) y Benedicto. (1899).

Actuar de + profesión no ha dejado ejemplos en fechas anteriores, aunque sí oficiar, que aparece aisladamente a finales del siglo XVII y principios del s. XVIII : …á las 11 fui a la Cathedral para vér oficiar de Pontifical el Arzobispo Platon, con motivo de sér Dia del Pequeño gran duque Constantino. (1785-1786).

2.2. Como una extensión del significado de ‘convenir, resultar adecuado’, que se estudió en el punto 2.4 del capítulo tercero, se desarrolló posteriormente el sentido de ‘apetecer’. En el corpus no aparecen ejemplos anteriores al s. XX. Es difícil determinar, sin embargo, si se trata verdaderamente de una novedad de la lengua contemporánea o tuvo su origen en algún otro periodo de la historia. Es muy posible que su carácter un tanto coloquial y su uso preferente en contextos orales hayan reducido sus posibilidades de aparición en un corpus constituido básicamente por textos escritos. – Celia, ¿te hacen unas patatas ali-oli? (1994).

El verbo hacer con este significado se superpone al uso tradicional del verbo apetecer, que se extendió poco a poco en el uso desde los siglos finales de la Edad Media, primero como verbo puramente transitivo y, más adelante, tras un proceso de

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transformación sintáctica iniciado en los siglos de Oro, como intransitivo pseudoimpersonal. 2.3. Con el significado de estudiar, el verbo hacer seleccionó una serie de sustantivos que designan titulaciones universitarias, como filología, filosofía, medicina, etc. Cabe preguntarse si no se trataría de una construcción particular, procedente de una transformación sintáctica a partir de la combinación inicial entre el verbo de apoyo hacer y el sustantivo predicativo estudios, y conservada con un cierto grado de independencia en el uso actual: hacer filología = hacer (estudios de) filología

En todo caso, parece un uso bastante reciente, pues los ejemplos que he encontrado no se remontan más allá del s. XX: – ¿O es que quiere usted hacer Filosofía? –la pregunta de la Madre Hornedo, no sé por qué, parecía hiriente. – Uf, no, Madre, qué rollo –sonrió Carola. La Madre Hornedo se puso colorada: – ¿Qué sabe usted, si no la ha estudiado? ¿Sabe lo que es Filosofía? (1965).

Su sinónimo más extendido, estudiar, es bastante más antiguo. Los primeros ejemplos son del s. XVI : El primero ya yo lo he dicho: que no avían de permitir que ninguno usase el officio que no fuese muy docto y mui experimen-

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CAPÍTULO QUINTO

tado; y lo principal que ha de tener es ser muy buen gramático para entender los libros de su arte, muy estudioso y curioso de saber y aprender todos los primores que ay en ella, y sin esto se requiere que ayan estudiado alguna Medicina para que sepan mejor lo que hazen. (1553).

Del s. XV, al menos, es el verbo aprender, utilizado en estos contextos y con este significado. Se conservó con cierto vigor hasta el s. XIX , pero en la actualidad apenas se recurre a él: Ysagoga, en griego, en latín es dicha ‘introducçión’, esto es, de aquellos que comiençan a aprender la Filosofía, e contiene en sí el demostramiento de las primeras razones de cada una cosa que sea suya que sea demostrada por çierta substançial difiniçión. (1450).

El sinónimo más moderno es cursar, que se remonta al s. XVIII : Graduólo el Colegio de Bachiller en Artes á 5 de junio de 1676, y hallándose en la edad de veintitrés años con deseos de ser eclesiástico, dispuso la Providencia Altísima no se hallase capellanía alguna, y con esta falta se inclinase á otro estado, y cursando la Medicina en la real Universidad, fué pasante del Hipócrates andaluz Dr. D. Francisco de Távora…

3.

EL VERBO HACER COMO VERBO DE APOYO

3.1. La clase , formada por acciones que llevan a que una persona o una cosa sufran un desplazamiento o

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un cambio de lugar117, como acarreo, transporte, traslado, transbordo, embarque, desplazamiento, etc., aparecen tardíamente en el corpus (a partir del s. XVIII) en combinación con el verbo hacer. Esto no significa, evidentemente, que debamos suponer esta selección léxica constituye una novedad en este momento histórico, sobre todo si tenemos en cuenta que algunos de estos sustantivos son muy antiguos (por ejemplo, acarreo se remonta al s. XIII); pero carecemos de datos que nos confirmen la posibilidad de su mayor antigüedad. En estos llovió sin cesar, por lo que, aunque se concluyó, no pudo mudarse la panadería que subsistía aún en la playa, porque las carretillas no podían bajar a hacer el transporte de los efectos. (1781).

Esta selección se ha mantenido hasta nuestros días, aunque se han incluido, además, en el paradigma las variantes estilísticas realizar y efectuar, que han ganado terreno a hacer en un registro formal y, especialmente, en los textos académicos y periodísticos. Una vez preparada la cimentación y realizado el transporte de la máquina eléctrica hasta ella, debe montarse la máquina sobre los fundamentos. (1974). 117. A diferencia de la clase , estudiada en la sección 4.3.1.19 del capítulo 1, por tanto, los sustantivos de esta no presentan un N2 humano (entidad que pasa a tener algo), sino un complemento interpretado como locativo que puede elidirse en el discurso. Respecto a la clase (capítulo 2, § 3.4.11), donde es el sujeto quien se mueve, en este caso nos hallamos ante un desplazamiento del objeto.

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CAPÍTULO QUINTO

3.2. La clase , compuesta por sustantivos predicativos que hacen referencia a ciertos deportes en los que no se presupone una práctica en equipo ni necesariamente una competición, como alpinismo, atletismo, submarinismo, lanzamiento de disco, etc., se empezaron a combinar en época reciente con el verbo hacer. Marta.– Juan, me parece que Pili es… planete. Juan.– ¿Ahora te das cuenta? Marta.– Juan…, cuatro años creyendo que se trataba de la chica más formal y más seria de todo Madrid. Si no puede ser… A lo mejor ha venido a hacer alpinismo. Juan.– Alpinismo…, ¿con ese escote? (1963).

Los deportes que implican una competición por equipos y que podríamos clasificar como pudieron aceptar en un principio, sobre todo en las primeras décadas del s. XX , el verbo hacer, aunque los ejemplos no son numerosos. En general, terminaron rechazando esta combinación en todos los contextos. – Más aún que alegre y satisfecho porque España es lo que más me gusta de cuanto he visto; y aquí es encantador vivir y hacer el fútbol. Para mí es ser feliz poder jugar aquí al fútbol. (1935).

Tanto la clase como la clase podrían englobarse en la macroclase , que ya desde los primeros años del s. XX seleccionó como verbo de apoyo apropiado practicar, sin duda el más utilizado en nuestros días. De los predicados de ambas clases es hiperónimo el mismo térmi-

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no deporte que, como sabemos, era una palabra más antigua, abandonada durante un período de la historia de nuestra lengua, pero recuperada a principios del s. XX. Maneja todas las armas, practica todos los deportes, ha viajado mucho y anda siempre con algún libro, que lee en los bretes, mientras se marca, o en los rodeos, esperando el ganado, o en la casa, reformada y amueblada a la inglesa. (1932).

3.3. También desde principios del s. XX, y fundamentalmente en contextos no demasiado formales, el verbo hacer ha sido seleccionado por una clase de sustantivos que designaban actos encaminados a la defensa de una determinada ideología. Son predicados de estado, pertenecientes a la clase , que pasan a reinterpretarse contextualmente como acciones. Entre ellos es posible citar nacionalismo, galleguismo, catalanismo, etc. Se pierden nuestras últimas posesiones en América y en Oceanía por razones de las que se ha hablado mucho; pero también porque los escritores españoles creen entonces que no puede haber otro problema en el país que el del amor de dos labriegos o el de la siega de un prado o el del chirriar de un carro de bueyes. Se hace galleguismo, asturianismo, vasquismo, santanderismo, aragonismo, andalucismo y valencianismo a todo trapo. (1939).

Desde las últimas décadas del siglo XX , es frecuente, como variante sinonímica, el uso del verbo practicar. La CIA y sus oscuros manejos en México fue siempre uno de los temas predilectos de este periodista que practicó siempre un

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CAPÍTULO QUINTO

nacionalismo militante claramente enfrentado a las tentaciones imperiales de EE UU. (1984).

En la actualidad, la facilidad con que se crean neologismos gracias al sufijo –ismo hace que las posibilidades de combinación sean muy amplias, ya que los verbos hacer y practicar admiten, en principio, cualquier nuevo predicado interpretable como acción en apoyo de una ideología. 3.4. Algunos sustantivos de la clase , muy poco numerosos, como periodismo o política, pueden seleccionar, desde época muy reciente, el verbo hacer. Todo eso es cierto. Sin embargo, no es toda la verdad, porque además de poesía, tocó a Casal hacer periodismo, y ello le permitió meterse muy hondo en la vida habanera de su época, y lo que fue incapaz de expresar su verso, lo dijo su prosa en términos nada vulgares, como correspondía a su rango intelectual. (1943-1974).

Lo más frecuente es que tanto estos predicados como los restantes de la clase seleccionen el verbo practicar, que se había configurado, desde mucho antes (al menos, desde el s. XVIII) como el más apropiado: Aunque yo dixesse que toda quanta medicina se practica en el mundo es inútil y nociva, no contradiría al sagrado texto del Eclesiástico. (1729).

También al s. XVIII se remonta la incorporación definitiva del verbo ejercer al paradigma de los verbos de apoyo apro-

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piados a la clase , si bien en ejemplos anteriores ya podemos encontrar el sustantivo ejercicio y algunas combinaciones aisladas con la variante ejercitar: Pasó a Metz de Lorena con los empleos de síndico y abogado de la ciudad. De allí dió vuelta a su patria, Colonia. El año siguiente fue a Ginebra, de donde pasó a exercer la medicina a Friburgo. (1728).

3.5. Muchos de los predicados de la clase , del tipo astronomía, historia, geografía, filosofía, etc., se han venido combinando, al menos desde el s. XIX , con el verbo hacer. Con estas combinaciones se pretende dar a entender que el sujeto desarrolla ciertas actividades intelectuales supuestamente propias de los distintos ámbitos de especialidad o que, sencillamente, cultiva una determinada rama del saber: Observa además, y esto es esencial, que en el teatro no se puede hacer psicología… ó si se hace, ha de ser por los mismos personajes… pero no se pueden expresar estados de conciencia, ni presentar análisis complicados… (1902).

En algunos contextos, estos sustantivos adquieren un cierto carácter metafórico: Repetimos que no queremos hacer filosofía de la Historia, ni en pro ni mucho menos en contra del cristianismo. No se pretende probar aquí que el cristianismo ha obrado las grandes obras de la civilización europea; pero basta enunciar, recordar la coincidencia de que los pueblos que han obrado esas grandes obras

303

CAPÍTULO QUINTO

eran y son aún cristianos, para que se reconozca, al menos, que no fue obstáculo el cristianismo. (1869).

No es raro que se utilicen estas combinaciones con un sentido irónico e incluso, muchas veces, con connotaciones despectivas: Cansados de platicar sobre diferentes tópicos, incluido el tema político, nos poníamos a contar mujeres embarazadas y a hacer una sociología de visu, o a golpe de vista, identificando a la variedad de arquetipos humanos que cruzaban la plaza. (1997).

3.6. Al menos desde el s. XIX , muchos sustantivos que habían empezado a formar la clase , como comentario, apreciación, observación, puntualización, aclaración, etc., han seleccionado hacer como verbo de apoyo apropiado a la clase. Pero hay que hacer la observación de que, si no me engaño, los mismos presos u otros de igual clase se hallan en la comisión de Legislación, como comprendidos en la causa del general Elío. (1820-1821).

La variante sinonímica introducir es muy moderna, pues no se encuentran ejemplos anteriores a la segunda mitad del s. XX: De cualquier modo, introdujo un comentario en paralelo sobre HB, ya que, en su opinión, la estrategia de este grupo «en orden al incumplimiento de la ley ha fracasado porque su cúpula ha ido a la cárcel por intentar no cumplir la ley española». (1997).

304

CONCLUSIÓN

E

solo ha pretendido ofrecer una descripción del verbo hacer a lo largo del tiempo, sino también proporcionar algunas pistas sobre la importancia que tienen las relaciones entre las palabras en la interpretación del cambio semántico. Desde las primeras páginas se ha mostrado cómo sus distintos significados y usos pueden resultar afines a los de otros verbos e incluso a los de otras categorías gramaticales, lo que permite agruparlos en clases o paradigmas que pueden evolucionar en una misma dirección. Así, ha sido fructífero distinguir, en un primer nivel, entre los empleos de hacer como verbo pleno y como verbo de apoyo. En el primer caso ha sido imprescindible, además, tener en cuenta su conexión con otras unidades pertenecientes a clases léxicas ya establecidas y definidas por la Gramática, como los verbos causativos o los designativos, por poner solo algunos ejemplos; en el segundo, se ha revelado necesario vincularlo a las clases sintáctico-semánticas de sustantivos predicativos que lo seleccionan. Al mismo tiempo, se ha intentado poner de manifiesto cómo esos significados y usos de hacer entran en competencia con los de otros verbos próximos, antiguos o recientes, de la historia del español y cómo, en consecuencia, han podido desaparecer, transformarse o dar lugar a otros nuevos hasta conformar su extensión y su distribución actuales. Ello ha L PRESENTE LIBRO NO

305

CONCLUSIÓN

permitido, además, explicar mejor ciertas peculiaridades o supuestas «rarezas» de su empleo en la lengua contemporánea, pues, en la mayor parte de los casos, lo que ahora nos sorprende por aparecer aislado e incluso atentar al equilibrio del conjunto puede no ser más que un resto de un sentido o un uso más amplio desaparecido tras un proceso particular de reestructuración. El hecho de que este libro se haya limitado, en cierta medida, a cumplir los objetivos de un diccionario histórico no ha excluido, creo, la posibilidad de que el lector descubra en él la complejidad inherente a todos los hechos de uso. No está de más señalar, en este momento en que aparecen tantas y tantas quejas sobre una supuesta simplificación de nuestra lengua, que nunca es conveniente esquematizar en exceso, pues el estudio profundo del cambio léxico nos enseña, en realidad, que nos hallamos siempre ante procesos múltiples. Si tiene razón Javier Marías (El País semanal, 9.02.2007) en su preocupación por evitar el empobrecimiento que supone no hacer el esfuerzo de recurrir a lo que llama «los verbos más específicos de cada cosa», hasta el punto de que «hoy (quizá es un influjo parcial del catalán) todo se hace: los crímenes y delitos ya no se cometen, los golpes no se dan, las denuncias no se ponen, los sueños no se tienen, las frases no se pronunician, las quejas no se elevan ni se presentan, las calumnias no se difunden ni se propagan, las guerras no se declaran ni se libran, los perjuicios no se ocasionan ni causan, no se incurre en las contradicciones y ni siquiera se echan los polvos», este libro nos enseña también que la lengua camina con frecuencia en la dirección contraria. Baste tan solo con el ejemplo de hacer en el campo del Derecho. Según hemos visto, fue el único verbo de apoyo

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CONCLUSIÓN

apropiado a la clase de las infracciones penales hasta bien entrado el siglo XIII , pero poco a poco fue dejando paso a otras importantes variantes cultas que, a partir de los siglos finales de la Edad Media, sobre todo como consecuencia del redescubrimiento del Derecho Romano, empezaron a incorporarse al castellano y aún conservamos en la actualidad: cometer, perpetrar, consumar, ejecutar… Las lenguas no son, por tanto, mecanismos ciegos encaminados a su autodestrucción, sino herramientas de comunicación modeladas por los usuarios según las circunstancias de una época determinada. En definitiva, el presente libro ha buscado tejer una red léxica capaz de mostrar la evolución de las palabras en toda su complejidad; una red que todos estamos ampliando para la confección del Nuevo diccionario histórico de la lengua española, pues, en el momento mismo en que estas intuiciones llegan a la imprenta, ya estamos tratando de mejorarlas y adaptarlas de modo más eficaz a las necesidades de la gran obra que tenemos entre manos. A todos los colaboradores del Diccionario –y especialmente a su director, José Antonio Pascual– querría transmitirles mi agradecimiento final por la lectura atenta de estas páginas y por sus inestimables consejos y sugerencias.

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312

APÉNDICE

E

la evolución de las distintas acepciones y combinaciones léxicas del verbo hacer y sus conexiones semánticas con otros verbos del español. La primera columna muestra si el verbo hacer se usa como verbo pleno o como verbo de apoyo. Se hace referencia también, cuando se estima necesario, a su carácter de operador. Estos conceptos se explican en los apartados correspondientes del capítulo 1. En la segunda columna, cuando hacer se comporta como verbo pleno, se ofrece una paráfrasis de cada uno de sus significados o acepciones; cuando se comporta como verbo de apoyo, se especifican, entre corchetes, las clases de sustantivos predicativos que lo seleccionan. La tercera columna pretende orientar al lector acerca de la ubicación en el libro de cada una de las acepciones o combinaciones léxicas. La abreviatura cap. remite al capítulo general en que aparece explícitamente la información; el signo §, por su parte, reenvía a la sección adecuada dentro de cada capítulo. La columna denominada sintaxis ofrece una idea de la estructura básica de cada una de los significados o combinaciones léxicas. L PRESENTE APÉNDICE MUESTRA

313

APÉNDICE

Las columnas situadas a la derecha muestran la extensión en el tiempo de los distintos significados y combinaciones de que forma parte tanto hacer como el resto de los verbos relacionados con él. Se transcribe cada verbo en el momento de su aparición y se señala con una flecha su permanencia a lo largo de la historia de la lengua. La ruptura de la línea en un periodo determinado indica el momento de desaparición de un significdo o una combinación léxica. Las flechas que alcanzan el extremo del siglo XX representan los significados o combinaciones que siguen utilizándose en la actualidad. La presencia de varios verbos para un significado o combinación indica que se trata de sinónimos que han entrado en contacto. Para los verbos de apoyo, se especifica si se trata de una variante conversa por medio de la abreviatura conv. En casos excepcionales se ofrece, debajo del verbo concreto o del periodo en cuestión, otro tipo de información que permite alertar al lector sobre problemas particulares tratados específicamente en el apartado correspondiente del libro.

314

Engendrar

Verbo pleno

315

Cap. 1 § 3.2.

Producir una nueva realidad de la nada

Verbo pleno

Cap. 1 § 3.3.

Cap. 1 § 3.1.

Producir una nueva realidad inanimada y material

Verbo pleno

Situación (sección del libro)

Significados / combinaciones léxicas

Verbo pleno / verbo de apoyo

Alguien hace algo

Alguien hace algo

Alguien hace algo

Sintaxis

hacer --------------––> [un hijo]

crear----------------––>

hacer---------------––> [el mundo]

fraguar -----------––> fabricar

hacer ---------------––> [casa, molino, puente, vía, sendero, carro, ballesta…] edificar -----------––>

s. VIII-XII

-------------------------––> -------------------------––> -------------------------––>

-------------------------––> -------------------------––> -------------------------––> -------------------------––> elaborar ---------––>

-------------------------––> -------------------------––> construir --------––> confeccionar ---–> trazar

alzar ---------------––> levantar ---------––>

-------------------------––> -------------------------––> -------------------------––>

engendrar --------–> concebir ---------––>

-------------------------––>

-------------------------––>

-------------------------––>

-------------------------––>

-------------------------––>

-------------------------––>

-------------------------––>

-------------------------––>

-------------------------––>

-------------------------––>

-------------------------––>

-------------------------––>

-------------------------––>

-------------------------––>

-------------------------––>

-------------------------––>

-------------------------––>

-------------------------––>

-------------------------––>

-------------------------––>

-------------------------––>

-------------------------––>

-------------------------––>

manufacturar -------------------------––>

-------------------------––>

-------------------------––>

-------------------------––>

-------------------------––>

-------------------------––>

-------------------------––>

-------------------------––>

ss. XVIII-XX

-------------------------––>

ss. XVI-XVII

ss. XIV-XV

s. XIII

Significados / combinaciones léxicas

Fabricar y poner en circulación moneda

Sentido causativo

Señalar a alguien para un cargo

Verbo pleno / verbo de apoyo

Verbo pleno

Verbo pleno operador

Verbo pleno

Cap. 1 § 3.6.

Cap. 1 § 3.5.

Cap. 1 § 3.4.

Situación (sección del libro)

Alguien o algo hace que alguien o algo haga algo; alguien hace algo de algo, etc. alguien hace a alguien + predicativo –sintagma nominal (cargo, puesto social, papel jurídico, etc.)

Alguien hace algo

Sintaxis

hacer ---------------––>

hacer --------------––>

hacer --------------––> [moneda]

s. VIII-XII

------------------------––>

-------------------------––>

-------------------------––>

-------------------------––>

-------------------------––>

-------------------------––>

-------------------------––>

nombrar ---------–>

designar ------------>

-------------------------––>

troquelar --------–>

-------------------------––>

-------------------------––>

-------------–> -------------------------––>

-------------------------––> acuñar -------------–>

-------------------------––>

-------------–>

-------------------------––>

ss. XVIII-XX

------------------------––>

-------------------------––>

-------------------------––>

-------------------------––>

generar ------------–>

labrar ------------––>

-------------------------––>

producir-------------> -------------–>

-------------------------––>

procrear ------------>

-------------------------––>

ss. XVI-XVII

ss. XIV-XV

-------------------------––>

s. XIII

Disponer una cosa para su uso

Producir

Verbo pleno

Verbo pleno

317

Llevar a efecto una cosa

Satisfacer un tributo Dar lo que se debe

Significados / combinaciones léxicas

Verbo pleno operador

Verbo pleno / verbo de apoyo Verbo pleno

Cap. 2 § 2.2.

Cap. 2 § 2.1.

Cap. 1 § 3.8.

Cap. 1 § 3.7.

Situación (sección del libro)

Algo hace algo

Alguien hace algo

Alguien hace algo

Alguien hace a alguien algo

Sintaxis

------------------------––> producir ----------->

------------------------––> ------------------------––> producir? -------––>

------------------------––> ------------------------––>

dar -----------------––>

-------------------––>

------------------------––>

------------------------––>

------------------------––> preparar --------––>

------------------------––>

hacer ---------------––> [fruto, flores, hojas, raíces…] [sombra, humo, espuma, sangre…] echar ---------------––>

--––> -------------------------––>

------------------------––>

------------------------––>

-------------------------––>

-------------------------––>

------------------------––>

ejecutar ---------––> hacer ---------------––> [lecho, cama, tálamo, yantar, cena…] aderezar ---------–>

-------------------------––>

------------------------––>

------------------------––>

cumplir ---------––>

--––> [restos: hacer (det.) voluntad]

------------------------––>

-------------------------––> -------------------------––>

------------------------––> satisfacer ---------–>

-------------–>

ss. XVIII-XX

------------------------––>

------------------------––>

------------------------––>

pagar --------------––>

------------------------––>

--––>

ss. XVI-XVII

------------------------––>

------------------------––>

------------------------––>

hacer ---------------––>

------------------------––>

------------------------––>

ss. XIV-XV

pechar -----------––>

s. XIII

hacer ---------------––>

s. VIII-XII

Sentido de movimiento

Verbo pleno

Verbo pleno

Formar una determinada cantidad Reunir

Expeler excrementos u orina

Significados / combinaciones léxicas

Verbo pleno

Verbo pleno / verbo de apoyo Verbo pleno

Cap. 2 § 2.6.

Cap. 2 § 2.5.

Cap. 2 § 2.4.

Cap. 2 § 2.3.

Situación (sección del libro)

alguien hace afuera, alguien se hace afuera, alguien se hace a un lado…

Alguien o algo hace algo Alguien hace algo

Alguien hace algo

Sintaxis

s. VIII-XII

------------------------––> ------------------------––>

------------------------––> ------------------------––>

------------------------––> ------------------------––> congregar --------->

sacar ---------------––> allegar -----------––>

------------------------––> ------------------------––>

------------------------––> ------------------------––>

------------------------––> retirarse ------------>

apartarse ----------->

------------------------––> [hacerse a un lado, hacerse a la derecha / a la izquierda]

------------------------––>

------------------------––>

hacer ------------------>

reunir -------------––>

------------------------––>

------------------------––> --––>

------------------------––>

ayuntar (juntar)

-------------–>

------------------------––>

-------------–>

------------------------––>

------------------------––>

hacer ----------------–> [flota, naves, hueste, gente]

------------------------––>

expeler -----------––> hacer ------------------>

------------------------––> ------------------------––>

------------------------––>

mear --------------––>

------------------------––>

------------------------––>

------------------------––> ------------------------––>

cagar ---------------––>

------------------------––>

ss. XVIII-XX

------------------------––>

ss. XVI-XVII

------------------------––>

ss. XIV-XV

hacer ---------------––>

s. XIII

Sentido causativo

Ocurrirle algo a alguien, ir a parar

Verbo pleno operador

Verbo pleno

319

Sentido causativo

Referirse

Significados / combinaciones léxicas

Verbo pleno operador

Verbo pleno / verbo de apoyo Verbo pleno

Cap. 3 § 2.1.

Cap. 2 § 2.8.

Cap. 2 § 2.8.

Cap. 2 § 2.7.

Situación (sección del libro)

¿Qué se hizo de…? ¿Qué fue de…?

algo o alguien hace algo

algo o alguien hace algo

algo hace a algo

Sintaxis

s. VIII-XII

hacer ---------------––> [predicados de acontecimiento: ruido] dar ------------------––>

hacer ---------------––> [predicados de sentimiento]

hacer ---------------––>

s. XIII

------------------------––>

------------------------––> ------------------------––> ------------------------––>

------------------------––>

------------------------––> producir ----------–> provocar ---------–>

dar -----------------––> [miedo, placer, pena...] causar ------------––>

------------------------––>

------------------------––>

causar ------------––>

-------------–> ------------------------––>

------------------------––> ------------------------––>

hacer -------------––> ser ------------------––>

provocar ---------–>

producir----------––>

------------------------––> [ruido, sonido] emitir -------------––>

------------------------––>

------------------------––>

------------------------––>

------------------------––>

------------------------––>

inspirar -----------–>

-------------–>

------------------------––>

ss. XVIII-XX

------------------------––>

------------------------––>

ss. XVI-XVII

------------------------––>

------------------------––>

ss. XIV-XV

Parecer

Tener existencia

Verbo pleno

Verbo pleno

Cap. 3 § 2.6.

Cap. 3 § 2.5.

Cap. 3 § 2.4.

Cap. 2 § 2.3.

Cumplir años una persona o un animal

Ser adecuado

Cap. 3 § 2.3.

Cap. 3 § 2.2.

Situación (sección del libro)

Sentido de ‘tiempo transcurrido’

Actuar

Significados / combinaciones léxicas

Verbo pleno

Verbo pleno

Verbo pleno / verbo de apoyo Verbo pleno

algo hace + locativo algo se hace + locativo

hacerse + CI + sintagma adjetivo

algo hace a + sintagma nominal

impersonal hace + sintagma nominal temporal cuantificado + que alguien o algo hace + sintagma nominal temporal cuantificado

alguien hace bien o mal

Sintaxis

haber --------------––>

s. VIII-XII

------------------------––>

------------------------––>

hacer -------------––> [sujeto: objetos, lugares, cifras...]

hacer -------------––>

------------------------––>

------------------------––>

------------------------––>

------------------------––>

------------------------––>

------------------------––>

tener ---------------––>

hacer -------------––>

------------------------––>

hacer --------------––>

------------------------––>

------------------------––>

------------------------––>

cumplir ------------->

-----------------------––>

cumplir ---------––>

------------------------––>

hacer -------------––>

------------------------––>

------------------------––>

------------------------––> No hacer al caso

-------------------------––>

------------------------––>

------------------------––>

-------------------------––>

------------------------––> ------------------------––>

------------------------––> ------------------------––>

------------------------––> actuar ------------––>

------------------------––>

ss. XVIII-XX

------------------------––>

ss. XVI-XVII

hacer -------------––>

ss. XIV-XV

haber -------------––>

obrar -------------––>

s. XIII

Posible perífrasis con idea de obligación Recorrer una distancia

Verbo pleno

Cambiar de bando

Verbo pleno

321

Abastecerse

Verbo pleno

Verbo pleno

Abrir un establecimiento comercial

Tener un lugar determinado en una serie Enseñar o instruir

Significados / combinaciones léxicas

Verbo pleno

Verbo pleno

Verbo pleno / verbo de apoyo Verbo pleno

Cap. 4 § 2.3.

Cap. 4 § 2.2.

Cap. 4 § 2.1.

Cap. 3 § 2.10.

Cap. 3 § 2.9.

Cap. 3 § 2.8.

Cap. 3 § 2.7.

Situación (sección del libro)

alguien se hace a algo / de algo alguien se pasa a algo

alguien hace algo

alguien hace algo

alguien hace a + inf.

alguien hace algo

alguien o algo hace algo alguien hace algo

Sintaxis

s. VIII-XII

s. XIII

pasar --------------––>

hacer ---------------––>

hacer –----------–> [carnicería, pescadería...] poner –----------–>

hacer -------------––> [aves de caza]

hacer -------------––>

ss. XIV-XV

------------------------––>

abrir --------------––>

--––>

------------------------––>

hacer ---------------––>

------------------------––>

------------------------––>

recorrer ---------––> hacer ---------------––> [agua, leña…]

------------------------––> ------------------------––>

hacer ----------------–>

montar ---------––>

------------------------––>

--––>

------------------------––>

ss. XVIII-XX

------------------------––>

------------------------––>

------------------------––>

ss. XVI-XVII

Cap. 4 § 2.6.

Cap. 4 § 2.6.

Acostumbrar(se)

Interpretar un papel

Fingir un determinado comportamiento

Verbo pleno

Verbo pleno

Cap. 4 § 2.5.

Cap. 4 § 2.4.

Situación (sección del libro)

Creer

Significados / combinaciones léxicas

Verbo pleno / verbo de apoyo Verbo pleno

alguien hace algo alguien hace de algo

hacer ---------------––>

hacerse ----------––>

interpretar -----–>

------------------------––>

------------------------––>

------------------------––>

habituar ---------–> hacer ---------------––>

------------------------––>

------------------------––>

-------------------------––>

hacer ---------------––>

------------------------––>

suponer ---------––>

-------------------------––>

creer ---------------––> imaginar ----------->

-------------------------––>

ss. XVIII-XX

hacer --------------––>

ss. XVI-XVII

------------------------––>

ss. XIV-XV

alguien interpreta a alguien

------------------------––>

s. XIII

actuar ------------––>

acostumbrar --–>

s. VIII-XII

alguien actúa de algo o de alguien

alguien hace algo alguien hace de algo o de alguien

alguien hace a alguien o algo a algo alguien se hace a algo

alguien hace a alguien + predicativo (sintagma adjetivo o locativo).

Sintaxis

Tomar la forma

Tener una determinada capacidad

Aceptar o admitir. Tener inclinación a algo.

Esforzarse, lograr por todos los medios

Desempeñar las tareas propias de un oficio, cargo o profesión

Verbo pleno

Verbo pleno

Verbo pleno

Verbo pleno

Verbo pleno

323

Verbo pleno

Llegar a tener

Significados / combinaciones léxicas

Verbo pleno / verbo de apoyo Verbo pleno

Cap. 5 § 2.1.

Cap. 4 § 2.12.

Cap. 4 § 2.11.

Cap. 4 § 2.10.

Cap. 4 § 2.9.

Cap. 4 § 2.8.

Cap. 4 § 2.7.

Situación (sección del libro)

alguien hace + predicativo [de algo (juez, fiscal, médico…)]

Alguien hace algo

alguien hace por + inf.

algo hace algo (sintagma nominal cuantificado) algo hace a algo

algo hace algo

alguien hace algo

Sintaxis

s. VIII-XII

------------------------––>

------------------------––>

cumplir -----------–>

oficiar ------------––>

------------------------––>

hacer ---------------––>

hacer ---------------––>

hacer ---------------––>

hacer ---------------––> [arrobas, azumbres…]

------------------------––>

hacer ---------------––>

hacer ----------------–> [dinero, fortuna…] ------------------------––>

ss. XVI-XVII

------------------------––>

------------------------––>

------------------------––>

ss. XIV-XV

pasar ---------------––>

formar -----------––>

ganar --------------––>

s. XIII

------------------------––>

actuar ------------––>

estar ----------------––>

hacer ---------------––>

------------------------––>

------------------------––>

------------------------––>

------------------------––>

------------------------––>

------------------------––>

------------------------––>

------------------------––>

ss. XVIII-XX

Cap. 1 § 4.3.1.2.

Cap. 1 § 4.3.1.2.



Verbo de apoyo

Cap. 1 § 4.3.1.1

Verbo de apoyo

Cap. 5 § 2.3.

Cap. 5 § 2.2.

Situación (sección del libro)

Seguir los cursos de las universidades u otros centros docentes

Apetecer

Significados / combinaciones léxicas

Verbo pleno

Verbo pleno / verbo de apoyo Verbo pleno

Alguien hace algo

Alguien hace algo

Alguien hace algo

Alguien hace algo

a alguien le hace algo

Sintaxis

hacer ---------------––>

hacer ---------------––>

hacer ---------------––>

s. VIII-XII

------------------------––>

------------------------––>

------------------------––>

s. XIII

------------------------––>

------------------------––>

------------------------––>

aprender ---------–>

ss. XIV-XV

--––>

------------------------––>

-------------------------––>

celebrar ---------––>

------------------------––>

llevar a cabo

------------------------––>

efectuar ----------––>

formular ------------>

-------------------------––>

-------------------------––>

sellar ---------------––>

cerrar --------------––>

concertar ---------–>

establecer---------–>

------------------------––>

------------------------––>

realizar ----------––>

------------------------––>

------------------------––>

cursar -------------––>

-----------------------––>

hacer

apetecer ----------–>

hacer ---------------––>

ss. XVIII-XX

estudiar -----------–>

ss. XVI-XVII

325

Verbo pleno / verbo de apoyo Verbo de apoyo

Alguien hace algo

Alguien hace algo

Cap. 1 § 4.3.1.3.

Cap. 1 § 4.3.1.3.

Alguien hace algo

Cap. 1 § 4.3.1.3.



Alguien hace algo

Cap. 1 § 4.3.1.3.



Alguien hace algo

Sintaxis

Cap. 1 § 4.3.1.3.

Situación (sección del libro)

Significados / combinaciones léxicas

hacer –-----------–>

------------------------––>

------------------------––>

------------------------––>

caer (en) –------–> hacer –-----------–>

------------------------––>

------------------------––>

------------------------––>

s. XIII

hacer ––--------------->

hacer ---------------––>

hacer ---------------––>

s. VIII-XII

--––> ejercer –--------------–> -------------------------––> utilizar –-------------–>

------------------------––> ------------------------––> ejercitar –-------–> usar –-------------–>

------------------------––>

------------------------––>

cometer –-------–>

------------------------––> cometer ––------>

--––> ------------------------––> ------------------------––> ------------------------––> ------------------------––>

--––> ------------------------––> ------------------------––> ------------------------––> ------------------------––> consumar ---------–> --––> ------------------------––> ------------------------––>

ss. XVIII-XX

------------------------––> ------------------------––> ------------------------––> ------------------------––> ------------------------––>

------------------------––> ------------------------––> ------------------------––>

------------------------––> ------------------------––> ------------------------––> ------------------------––> ------------------------––>

ss. XVI-XVII

------------------------––> cometer –-------–> ------------------------––> incurrir (en) –-–> ------------------------––>

------------------------––> cometer –-------–> incurrir (en) ––->

------------------------––> cometer –-------–> perpetrar ––-----> incurrir (en) –-–> ejecutar –-------–>

ss. XIV-XV

Verbo pleno / verbo de apoyo Verbo de apoyo

Cap. 1 § 4.3.1.3.

Cap. 1 § 4.3.1.3.

Cap. 1 § 4.3.1.3.



Situación (sección del libro)

Significados / combinaciones léxicas

Alguien hace algo

Alguien hace algo

Alguien hace algo

Sintaxis

hacer ––>

hacer ––>

hacer ––>

s. VIII-XII

------------------------––> ------------------------––> ------------------------––> ------------------------––> gastar –---------–> sufrir (conv.) -–> padecer (conv.) ------------------------––>

ocasionar –-----–> causar ––----------> provocar –------–> ------------------------––>

------------------------––>

------------------------––>

------------------------––> ------------------------––> ------------------------––> ------------------------––>

------------------------––> sufrir (conv.) ––> padecer (conv.) -------------------------––>

recibir (conv.)

-------------------------––>

------------------------––> provocar –------–> (op. causativo?) infl igir –---------–> (op. causativo?) ------------------------––> ------------------------––> ------------------------––> ------------------------––> [quema] ------------------------––> ------------------------––> ------------------------––> ------------------------––> ------------------------––> ------------------------––> ------------------------––>

-------------------------––> -------------------------––>

ss. XVIII-XX

------------------------––> ------------------------––>

ss. XVI-XVII

------------------------––> causar ––---------> (op. causativo?) ocasionar –----–> (op. causativo?)

ss. XIV-XV

------------------------––>

s. XIII

327

Verbo de apoyo

Cap. 1 § 4.3.1.4.

Cap. 1 § 4.3.1.6.

Cap. 1 § 4.3.1.5.

Cap. 1 § 4.3.1.4.



Cap. 1 § 4.3.1.4.

Situación (sección del libro)

Significados / combinaciones léxicas

Verbo de apoyo

Verbo pleno / verbo de apoyo Verbo de apoyo

Alguien hace algo

Alguien hace algo

Alguien hace algo

Alguien hace algo

Alguien hace algo

Sintaxis

------------------------––> ------------------------––> ------------------------––> impartir –------–>

------------------------––>

------------------------––>

trabar –---------–> ------------------------––> ------------------------––> ------------------------––> prestar –--------–>

hacer ––----------> dar –-------------–>

------------------------––> ------------------------––> otorgar –--------–>

------------------------––> ------------------------––> ------------------------––>

------------------------––> ------------------------––> --––> ------------------------––> ------------------------––> ------------------------––>

------------------------––> ------------------------––> ------------------------––> ------------------------––> ------------------------––> ------------------------––>

componer –----–> ------------------------––> ------------------------––> ------------------------––> entablar –------–> librar ––---------->

hacer –----------–> haber –----------–> dar –-------------–>

------------------------––> ------------------------––> ------------------------––> ----------––> brindar ---------––>

------------------------––> --––>

------------------------––> ------------------------––>

------------------------––> ------------------------––>

------------------------––> ------------------------––>

------------------------––> ------------------------––>

otorgar –-------–> hacer –----------–>

------------------------––>

------------------------––> redactar –------–> ------------------------––>

------------------------––>

------------------------––>

------------------------––>

ss. XVIII-XX

------------------------––>

------------------------––>

------------------------––>

escribir –-------–>

------------------------––>

ss. XVI-XVII

hacer –----------–>

------------------------––>

ss. XIV-XV

------------------------––>

s. XIII

hacer –----------–>

s. VIII-XII





Verbo de apoyo

Verbo de apoyo

Verbo de apoyo

Cap. 1 § 4.3.1.7.

Cap. 1 § 4.3.1.11.

Cap. 1 § 4.3.1.10.

Cap. 1 § 4.3.1.9.

Cap. 1 § 4.3.1.8.

Cap. 1 § 4.3.1.7.



Situación (sección del libro)

Significados / combinaciones léxicas

Verbo de apoyo

Verbo pleno / verbo de apoyo Verbo de apoyo

Alguien hace algo

Alguien hace algo

Alguien hace algo

Alguien hace algo

Alguien hace algo

Alguien hace algo

Sintaxis

hacer –-----------–>

hacer –-----------–>

hacer –-----------–>

hacer –-----------–> dar –--------------–>

hacer –-----------–>

hacer –-----------–>

s. VIII-XII

--––> tener –----------–> sacar –-----------–>

------------------------––>

------------------------––> ------------------------––> ------------------------––>

haber –----------–>

------------------------––> dar –-------------–> establecer –----–>

------------------------––> ------------------------––> ------------------------––> dictar–----------–>

------------------------––>

------------------------––>

--––> ------------------------––> ------------------------––> --––> ------------------------––> ------------------------––> ------------------------––>

------------------------––> ------------------------––>

ss. XVI-XVII

------------------------––>

------------------------––>

------------------------––> ------------------------––> oficiar –---------–> ------------------------––> ------------------------––> dispensar –-----–> administrar –-–>

------------------------––> ------------------------––>

ss. XIV-XV

------------------------––>

------------------------––>

------------------------––> ------------------------––>

------------------------––> celebrar –-------–>

------------------------––> celebrar –-------–>

s. XIII

------------------------––> ------------------------––> obtener –-------–> ------------------------––> ------------------------––> ------------------------––> ------------------------––> emitir –---------–>

------------------------––> ------------------------––> ------------------------––> impartir –------–> ------------------------––> lanzar –---------–> ------------------------––> [beneficio]

------------------------––> ------------------------––>

------------------------––> ------------------------––> dar –-------------–>

ss. XVIII-XX

329

Verbo de apoyo

Verbo pleno / verbo de apoyo Verbo de apoyo

Cap. 1 § 4.3.1.13.

Cap. 1 § 4.3.1.12.

Cap. 1 § 4.3.1.13.

Cap. 1 § 4.3.1.12.



Cap. 1 § 4.3.1.12.

Situación (sección del libro)

Significados / combinaciones léxicas

Alguien hace algo

Alguien hace algo

Alguien hace algo

Alguien hace algo

Alguien hace algo

Sintaxis

hacer ––---------->

hacer –-----------–>

hacer –-----------–> decir –------------–>

hacer –-----------–>

hacer –-----------–>

s. VIII-XII

------------------------––>

------------------------––>

------------------------––> ------------------------––> rezar –----------–> orar

------------------------––>

------------------------––>

s. XIII

------------------------––>

------------------------––>

------------------------––> ------------------------––> ------------------------––>

------------------------––>

------------------------––> interponer –---–>

ss. XIV-XV

------------------------––>

pronunciar –--–> [oración] ------------------------––> emprender (v. aspect.)

------------------------––> ------------------------––> ------------------------––>

------------------------––>

--––> ------------------------––> presentar ––----->

ss. XVI-XVII

intensificar –--–> (v. aspect.) culminar –-----–> (v. aspect.) ------------------------––>

------------------------––> ------------------------––>

------------------------––>

------------------------––> ------------------------––> elevar –---------–> formular –-----–> ------------------------––> plantear –------–> lanzar ––---------> formular –-----–> ------------------------––> ------------------------––> ------------------------––>

ss. XVIII-XX





Verbo de apoyo

Verbo de apoyo

Verbo de apoyo Verbo de apoyo Verbo de apoyo



Verbo de apoyo

Verbo de apoyo







Significados / combinaciones léxicas

Verbo de apoyo

Verbo pleno / verbo de apoyo Verbo de apoyo Verbo de apoyo

Cap. 1 § 4.3.1.23.

Cap. 1 § 4.3.1.22.

Cap. 1 § 4.3.1.19. Cap. 1 § 4.3.1.20. Cap. 1 § 4.3.1.21.

Cap. 1 § 4.3.1.18.

Cap. 1 § 4.3.1.17.

Cap. 1 § 4.3.1.16.

Cap. 1 § 4.3.1.14. Cap. 1 § 4.3.1.15.

Situación (sección del libro)

Alguien hace algo

Alguien hace algo

Alguien hace algo Alguien hace algo Alguien hace algo

Alguien hace algo

Alguien hace algo

Alguien hace algo

Alguien hace algo Alguien hace algo

Sintaxis

hacer ––----------->

hacer –-----------–>

hacer –-----------–>

hacer –-----------–>

hacer –-----------–>

hacer –-----------–>

hacer –-----------–>

hacer –-----------–>

hacer –-----------–> dar –--------------–>

hacer –-----------–>

s. VIII-XII

------------------------––> ------------------------––> ------------------------––> ------------------------––>

------------------------––> dar –-------------–> ------------------------––>

------------------------––>

------------------------––>

------------------------––> obrar –----------–> ------------------------––>

------------------------––> ------------------------––> ------------------------––> ------------------------––> administrar –-–>

------------------------––>

ss. XIV-XV

------------------------––>

------------------------––>

------------------------––>

------------------------––>

------------------------––>

------------------------––> ------------------------––> decir –-----------–> ------------------------––>

------------------------––>

s. XIII

------------------------––> contraer –------–> ------------------------––> ------------------------––> ------------------------––>

------------------------––>

------------------------––> ------------------------––> ------------------------––> tener –-----------–> ------------------------––>

------------------------––> ------------------------––>

------------------------––> ------------------------––>

------------------------––>

ss. XVI-XVII

------------------------––> ------------------------––>

--––> ------------------------––>

------------------------––>

------------------------––> ------------------------––> impartir –------–> ------------------------––> ------------------------––> ------------------------––> ------------------------––> ------------------------––>

------------------------––>

ss. XVIII-XX





Verbo de apoyo (estado)

Verbo de apoyo (estado)

Verbo de apoyo (estado)

331

Verbo de apoyo (estado)

Cap. 1 § 4.3.2.

Cap. 1 § 4.3.2.

Cap. 1 § 4.3.2.

Cap. 1 § 4.3.2.

Cap. 1 § 4.3.2.

Cap. 1 § 4.3.2.



Situación (sección del libro)

Significados / combinaciones léxicas

Verbo de apoyo (estado)

Verbo pleno / verbo de apoyo Verbo de apoyo (estado)

hacerse

hacerse

hacerse

hacerse

hacerse

hacerse

Sintaxis

hacerse –--------–> tornarse –-------–>

hacerse –--------–> tornarse –-------–>

hacerse –--------–>

hacerse –--------–> tornarse –-------–>

hacerse –--------–> tornarse –-------–>

hacerse –--------–> tornarse–-------–>

s. VIII-XII

------------------------––> ------------------------––>

------------------------––> ------------------------––>

------------------------––>

------------------------––> ------------------------––>

------------------------––> ------------------------––>

------------------------––> ------------------------––>

s. XIII

------------------------––> ------------------------––>

------------------------––> ------------------------––>

------------------------––> tornarse?

------------------------––> ------------------------––>

------------------------––> ------------------------––>

------------------------––> ------------------------––>

ss. XIV-XV

volverse? ------------------------––> ------------------------––> volverse –------–> ponerse –-------–> - , ,

------------------------––> ------------------------––> ponerse –-------–>

------------------------––> ------------------------––> volverse –------–> ------------------------––> ------------------------––> volver –---------–> ------------------------––> ------------------------––> volverse –------–>

ss. XVI-XVII

------------------------––>

------------------------––> ------------------------––> ------------------------––> ------------------------––>

------------------------––>

------------------------––> ------------------------––>

------------------------––> ------------------------––>

------------------------––>

ss. XVIII-XX



Verbo de apoyo (acont.)

Verbo de apoyo (acont.)

Cap. 2 § 3.3.

Cap. 2 § 3.2.3.

Cap. 2 § 3.2.2.

Cap. 2 § 3.2.1.



Cap. 2 § 3.1.

Cap. 1 § 4.3.2.



Situación (sección del libro)

Significados / combinaciones léxicas

Verbo de apoyo (acont.)

Verbo de apoyo (estado) Verbo de apoyo (acont.)

Verbo pleno / verbo de apoyo Verbo de apoyo (estado)

Alguien hace algo

Algo se hace

Algo se hace

Hace algo [niebla, lluvia, etc.]

Impersonal

hacerse

Sintaxis hacerse –--------–>

s. VIII-XII

hacer –-----------–>

hacer –----------–> haber –----------–> acaecer –--------–>

hacer –-----------–>

hacer –-----------–> haber –----------–>

hacer –-----------–>

------------------------––>

s. XIII

------------------------––> ------------------------––> ------------------------––> ocurrir –--------–> suceder –-------–> ------------------------––>

------------------------––>

------------------------––> ------------------------––> ------------------------––> ------------------------––> ------------------------––>

sobrevenir –---–> manifestarse

------------------------––>

------------------------––> ------------------------––>

quedarse –-----–> ------------------------––>

------------------------––> ------------------------––>

------------------------––>

ss. XVI-XVII

------------------------––>

ss. XIV-XV

------------------------––> efectuar –-------–> realizar –--------–>

---------––>

------------------------––>

------------------------––> ------------------------––>

------------------------––> producirse –----–>

------------------------––> ------------------------––>

ss. XVIII-XX





Verbo de apoyo

Verbo de apoyo

Verbo de apoyo

333



Significados / combinaciones léxicas

Verbo de apoyo

Verbo pleno / verbo de apoyo Verbo de apoyo (acción)

Cap. 2 § 3.4.5.

Cap. 2 § 3.4.4.

Cap. 2 § 3.4.3.

Cap. 2 § 3.4.2.

Cap. 2 § 3.4.1.

Situación (sección del libro)

Alguien hace algo

Alguien hace algo

Alguien hace algo

Alguien hace algo

Alguien hace algo

Sintaxis

s. VIII-XII

------------------------––> ------------------------––> ------------------------––> ------------------------––> ------------------------––> ------------------------––>

------------------------––> ------------------------––> ------------------------––> dar –-------------–> ------------------------––> dar –-------------–>

dar –--------------–> recibir –---------–> hacer –-----------–> hacer –-----------–>

------------------------––>

------------------------––>

------------------------––> ---------––> ------------------------––>

hacer –-----------–>

------------------------––> ------------------------––> ------------------------––>

asestar –---------–> ------------------------––>

------------------------––>

recibir –---------–> (conv.)

hacer –-----------–> dar –--------------–> echar –-----------–> meter –----------–>

------------------------––> ------------------------––>

ss. XVI-XVII

------------------------––> ------------------------––>

ss. XIV-XV

hacer –-----------–> dar –--------------–>

s. XIII

------------------------––>

------------------------––>

emitir –---------–> ------------------------––> [escarmiento] ------------------------––> ------------------------––>

------------------------––>

encajar –--------–> (conv.)

------------------------––> propinar –------–> arrear –---------–> ------------------------––> ------------------------––>

ss. XVIII-XX



Verbo de apoyo

Significados / combinaciones léxicas

Verbo de apoyo

Verbo pleno / verbo de apoyo Verbo de apoyo

Cap. 2 § 3.4.8.

Cap. 2 § 3.4.7.

Cap. 2 § 3.4.6.

Situación (sección del libro)

Alguien hace algo

Alguien hace algo

Alguien hace algo

Sintaxis

s. VIII-XII

------------------------––> tener –-----------–>

haber –-----------–>

hacer –-----------–> ------------------------––> ------------------------––> entablar–-------–> trabar -–--------–>

------------------------––> ------------------------––> ------------------------––> ------------------------––>

------------------------––>

presentar –-----–> ------------------------––> otorgar –--------–> conceder –------–> ------------------------––>

----------------––>

ss. XVI-XVII

------------------------––>

ss. XIV-XV

hacer –-----------–>

hacer –-----------–> dar –--------------–>

s. XIII

-----------------------––> ------------------------––> ------------------------––>

------------------------––> practicar ––-----> ------------------------––> ------------------------––> ------------------------––> ------------------------––> [amistad]

ss. XVIII-XX

335

Verbo de apoyo

Verbo pleno / verbo de apoyo Verbo de apoyo

Cap. 2 § 3.4.10.

Cap. 2 § 3.4.9. Alguien hace algo

Alguien hace algo

Alguien hace algo

Cap. 2 § 3.4.9.

Alguien hace algo

Cap. 2 § 3.4.9.



Alguien hace algo

Sintaxis

Cap. 2 § 3.4.9.

Situación (sección del libro)

Significados / combinaciones léxicas

s. VIII-XII

hacer –-----------–>

hacer–------------–>

hacer –-----------–> decir –-----------–>

hacer –-----------–>

hacer –-----------–> decir –------------–>

s. XIII

------------------------––>

------------------------––>

------------------------––> ------------------------––>

------------------------––>

------------------------––> ------------------------––> pronunciar –--–> proferir –-------–>

ss. XIV-XV

------------------------––>

------------------------––> aducir –---------–>

------------------------––> ------------------------––>

------------------------––>

------------------------––> ------------------------––> ------------------------––> ------------------------––>

ss. XVI-XVII

------------------------––> ------------------------––> dirigir –---------–> tributar –-------–> rendir –---------–> prodigar –------–> deshacerse en––> --––> ------------------------––> esgrimir –------–> ------------------------––> esbozar –--------–>

------------------------––> --––> ------------------------––> ------------------------––> dar –-------------–> ------------------------––>

ss. XVIII-XX

Cap. 2 § 3.4.12.

Cap. 2 § 3.4.13.

Verbo de apoyo

Cap. 2 § 3.4.11.

Situación (sección del libro)



Significados / combinaciones léxicas

Verbo de apoyo

Verbo pleno / verbo de apoyo Verbo de apoyo

Alguien hace algo

Alguien hace algo

Alguien hace algo

Sintaxis

s. VIII-XII

hacer –-----------–>

hacer–------------–>

hacer –-----------–>

s. XIII

------------------------––> llevar –----------–> ------------------------––>

------------------------––> emprender –---–> (v. aspect.)

ss. XIV-XV

------------------------––> ------------------------––> ------------------------––>

------------------------––>

acometer –-----–> (v. aspect.) reanudar –-----–> (v. aspect.) reemprender ––> (v. aspect.) ------------------------––> ------------------------––> ------------------------––>

------------------------––> ------------------------––>

ss. XVIII-XX

------------------------––> ------------------------––>

ss. XVI-XVII



Verbo de apoyo

337



Significados / combinaciones léxicas

Verbo de apoyo

Verbo pleno / verbo de apoyo Verbo de apoyo

Cap. 2 § 3.4.16.

Cap. 2 § 3.4.15.

Cap. 2 § 3.4.14.

Situación (sección del libro)

Alguien hace algo

Alguien hace algo

Alguien hace algo

Sintaxis

s. VIII-XII

hacer ––----------->

hacer –-----------–> tomar–-----------–>

hacer –-----------–> haber–-----------–>

s. XIII

------------------------––>

------------------------––> ------------------------––>

------------------------––> ------------------------––> tener –----------–>

ss. XIV-XV

hallar –----------–> (conv.) ------------------------––> ------------------------––> ejercer ––---------> [venganza, represalias] usar de –---------–> [venganza, represalias] ------------------------––>

------------------------––> ------------------------––> ------------------------––> poner –---------–>

ss. XVI-XVII

------------------------––>

----------––>

------------------------––> ------------------------––>

------------------------––> ------------------------––> depositar ––------> abrigar –--------–> tener ––-----------> (conv.) gozar de ––-------> (conv.) obtener–--------–> (conv.) ---––>

----------––>

ss. XVIII-XX



Verbo de apoyo

Significados / combinaciones léxicas

Verbo de apoyo

Verbo pleno / verbo de apoyo Verbo de apoyo

Cap. 2 § 3.4.19.

Cap. 2 § 3.4.18.

Cap. 2 § 3.4.17.

Situación (sección del libro)

Alguien hace algo

Alguien hace algo

Alguien hace algo

Sintaxis

s. VIII-XII

------------------------––> ------------------------––> poner –----------–>

------------------------––>

echar –-----------–>

------------------------––> desempeñar –-–> ejercer –---------–> ------------------------––> ------------------------––> ------------------------––> presentar –-----–>

ss. XVI-XVII

------------------------––>

haber –----------–> tener –----------–> ------------------------––>

------------------------––>

ss. XIV-XV

hacer –-----------–>

hacer ––----------->

hacer –-----------–>

s. XIII

------------------------––>

------------------------––> ------------------------––> ------------------------––> formular –-----–> ------------------------––> tender ––--------->

------------------------––> ------------------------––> ------------------------––>

ss. XVIII-XX

339

Verbo de apoyo

Verbo pleno / verbo de apoyo Verbo de apoyo

Cap. 2 § 3.4.20.

Cap. 2 § 3.4.20.

Cap. 2 § 3.4.20.





Cap. 2 § 3.4.21.

Cap. 2 § 3.4.20.



Situación (sección del libro)

Significados / combinaciones léxicas

Alguien hace algo

Alguien hace algo

Alguien hace algo

Alguien hace algo

Alguien hace algo

Sintaxis

s. VIII-XII

hacer –-----------–> dar –--------------–> hacer –-----------–>

hacer–------------–>

hacer–------------–>

hacer –-----------–>

s. XIII

obtener –-------–> alcanzar –-----–> conseguir –----–>

------------------------––> ------------------------––> ------------------------––> haber –----------–>

------------------------––>

------------------------––>

------------------------––>

ss. XIV-XV

------------------------––> ------------------------––> ------------------------––> ------------------------––> tener –-----------–> ------------------------––> ------------------------––> ------------------------––> conquistar –---–> ------------------------––> ------------------------––> ------------------------––> ------------------------––> ------------------------––> lograr ––---------->

------------------------––>

------------------------––> tributar –------–>

dar –-------------–>

dar –-------------–> ------------------------––>

------------------------––>

------------------------––> dispensar –-----–> brindar –-------–> ------------------------––> [recibimiento, acogida] ------------------------––> ------------------------––> restos [saludo]

ss. XVIII-XX

dar –--------------–>

ss. XVI-XVII





Verbo de apoyo

Verbo de apoyo Verbo de apoyo

Verbo de apoyo

Cap. 3 § 3.2.

Cap. 2 § 3.4.24. Cap. 3 § 3.1.

Cap. 2 § 3.4.24.

Cap. 2 § 3.4.23.

Cap. 2 § 3.4.22.



Situación (sección del libro)

Significados / combinaciones léxicas

Verbo de apoyo

Verbo pleno / verbo de apoyo Verbo de apoyo

Alguien hace algo

Alguien hace algo Alguien hace algo

Alguien hace algo

Alguien hace algo

Alguien hace algo

Sintaxis

s. VIII-XII

hacer –-----------–>

hacer –-----------–>

hacer –-----------–> obrar –-----------–>

hacer –-----------–>

s. XIII

------------------------––>

------------------------––>

proceder a –---–>

------------------------––>

hacer–-----------–> administrar? hacer–-----------–>

------------------------––>

------------------------––>

------------------------––> ------------------------––> echar –----------–>

------------------------––> efectuar –------–>

ss. XVI-XVII

------------------------––>

------------------------––>

------------------------––>

------------------------––>

ss. XIV-XV

practicar –-----–> ------------------------––> efectuar –------–> realizar –-------–> ------------------------––>

------------------------––>

------------------------––> lanzar –---------–> ------------------------––> dar –-------------–>

------------------------––> ------------------------––> realizar –-------–> ------------------------––>

ss. XVIII-XX

341

Verbo pleno / verbo de apoyo Verbo de apoyo

Cap. 3 § 3.3.

Cap. 3 § 3.3.

Situación (sección del libro)

Significados / combinaciones léxicas

Alguien hace algo

Alguien hace algo

Sintaxis

s. VIII-XII

dar –--------------–> otorgar–---------–>

s. XIII hacer –----------–> ------------------------––> ------------------------––> conceder –------–> hacer –-----------–>

ss. XIV-XV ------------------------––> ------------------------––> ------------------------––> ------------------------––> ------------------------––>

ss. XVI-XVII

imponer –------–> implantar –----–> instaurar –-----–>

------------------------––> ------------------------––> ------------------------––>

ss. XVIII-XX

Verbo pleno / verbo de apoyo



Significados / combinaciones léxicas

Cap. 3 § 3.4.

Situación (sección del libro) Alguien hace algo

Sintaxis

s. VIII-XII

s. XIII hacer –----------–> [predicados de transformación en su sentido agentivo y en su sentido inacusativo]

ss. XIV-XV

sufrir –-----------–> [predicados de transformación en su sentido agentivo y en su sentido inacusativo] experimentar--–> [predicados de transformación en su sentido agentivo y en su sentido inacusativo]

------------------------––>

ss. XVI-XVII

acusar –--------–> [predicados de transformación en su sentido agentivo y en su sentido inacusativo]

------------------------––>

------------------------––> [predicados de transformación en su sentido agentivo y en su sentido inacusativo] ------------------------––>

ss. XVIII-XX



Verbo de apoyo

Verbo de apoyo

343



Significados / combinaciones léxicas

Verbo de apoyo

Verbo pleno / verbo de apoyo Verbo de apoyo

Cap. 3 § 3.8.

Cap. 3 § 3.7.

Cap. 3 § 3.6.

Cap. 3 § 3.5.

Situación (sección del libro)

Alguien hace algo

Alguien hace algo

Alguien hace algo

Alguien hace algo

Sintaxis

s. VIII-XII

s. XIII

hacer –-----------–> poner –-----------–>

hacer –-----------–>

oponer –--------–>

fraguarse –-----–> ------------------------––>

------------------------––> urdir –-----------–> tramar –--------–> fraguar –--------–> ------------------------––>

------------------------––> ------------------------––>

tirar –------------–> disparar –-------–>

hacer –-----------–>

------------------------––>

ss. XVI-XVII

hacer –-----------–>

ss. XIV-XV

------------------------––> ofrecer –--------–>

------------------------––> [disparo, descarga] ––> ------------------------––> [tiro] pegar –----------–> [tiro] descerrajar –--–> [tiro] ---------––> ------------------------––> ------------------------––> ------------------------––> ---------––> producirse –---–> estallar –-------–> ------------------------––> ------------------------––>

ss. XVIII-XX

Cap. 4 § 3.1.

Cap. 4 § 3.2.1.





Verbo de apoyo

Verbo de apoyo

Verbo de apoyo (acontec.) Verbo de apoyo

Cap. 3 § 4.3.13.

Cap. 3 § 3.12.

Cap. 3 § 3.11.

Verbo de apoyo

Cap. 3 § 3.10.

Cap. 3 § 3.9.

Situación (sección del libro)



Significados / combinaciones léxicas

Verbo de apoyo

Verbo pleno / verbo de apoyo Verbo de apoyo

Alguien hace algo

Algo se hace

Alguien hace algo

Alguien hace algo

Alguien hace algo

Alguien hace algo

Alguien hace algo

Sintaxis

s. VIII-XII

llegar –-----------–>

s. XIII

------------------------––>

hacer –-----------–>

hacer –-----------–> tener –-----------–> llevar –----------–>

hacer –-----------–>

hacer –----------–>

hacer –----------–> ------------------------––>

------------------------––>

------------------------––> ------------------------––> ------------------------––>

------------------------––>

------------------------––> mantener –----–> ------------------------––> ------------------------––>

tener –-----------–> hacer –-----------–> poner –-----------–>

------------------------––> entablar –------–>

ss. XVI-XVII

hacer –-----------–>

ss. XIV-XV

------------------------––> lanzar –---------–> formular –------–> plantear –------–>

practicar–------–> ------------------------––> establecer –----–> ----------––> ------------------------––> ------------------------––> sacar –----------–> ------------------------––> practicar –-----–> ------------------------––> ------------------------––>

----------––> ------------------------––> enfrascarse –---–> ------------------------––> ------------------------––> ------------------------––>

ss. XVIII-XX







Verbo de apoyo

Verbo de apoyo

Verbo de apoyo

Verbo de apoyo Verbo de apoyo

345



Verbo de apoyo

Verbo de apoyo



Significados / combinaciones léxicas

Verbo de apoyo

Verbo pleno / verbo de apoyo Verbo de apoyo

Cap. 5 § 3.5. Cap. 5 § 3.6.

Cap. 5 § 3.4.

Cap. 5 § 3.3.

Cap. 5 § 3.2

Cap. 5 § 3.1.

Cap. 4 § 3.2.4.

Cap. 4 § 3.2.3.

Cap. 4 § 3.2.2.

Situación (sección del libro)

Alguien hace algo Alguien hace algo

Alguien hace algo

Alguien hace algo

Alguien hace algo

Alguien hace algo

Alguien hace algo

Alguien hace algo

Alguien hace algo

Sintaxis

s. VIII-XII

s. XIII

ss. XIV-XV

ejercitar –-------–>

hacer –-----------–>

hacer –-----------–>

hacer –-----------–> representar –---–>

ss. XVI-XVII

hacer –-----------–> introducir –----–>

hacer –-----------–>

hacer –----------–> practicar –------–> hacer –-----------–> practicar–------–> ejercer –---------–>

------------------------––> ------------------------––> desempeñar –-–> ------------------------––> entregarse a –-–> ------------------------––> aventurar –----–> lanzar –---------–> hacer –----------–> realizar ––-------> efectuar –-------–> hacer –----------–> practicar –-----–>

ss. XVIII-XX

este volumen, tercera de las publicaciones del «centro internacional de investigación de la lengua española», se acabó de editar en san millán de la cogolla, sede del «instituto historia de la lengua», el día doce de octubre del bendito año dos mil y siete, día de la hispanidad, y de imprimir en salamanca.