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María A. Cornachione larrínaga
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Cornachione Larrinaga, María Adelaida, Psicología evolutiva de la vejez / Cornachione Larrinaga, María Adelaida. - 1a ed . - Córdoba : Brujas, 2016. Libro digital, PDF Archivo Digital: descarga y online ISBN 978-987-591-665-4 1. Gerontología. I. Título. CDD 155.6
© Editorial Brujas Archivo Digital: descarga y online ISBN 978-987-591-665-4
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A mis padres: Atilio y Adela
PRÓLOGO
En las últimas décadas se van observando cambios significativos, ya que son cada vez más los estudios que se realizan en el campo de la psicología del desarrollo de la vejez. Estos estudios indican que en esta fase de la vida también acontecen cambios y algunos de los cuales, por su interés o repercusión especial, pueden modificar la conducta de los seres humanos. Es oportuno destacar el papel vanguardista que ha asumido la psicología del ciclo vital, frente a la vejez a partir de los años 70. Uno de los factores que quizá ha tenido mayor influencia para incentivar el estudio de la vejez, es la constatación que en occidente las personas cada vez viven más. En la medida que la expectativa de vida aumenta se plantea no sólo un cambio cuantitativo, sino que a la vez resulta también cualitativo, ya que va acompañado por cambios en la calidad de vida y en las funciones que ejercen gran parte de las personas mayores. Un claro ejemplo de esto resulta ser el rol y status de los abuelos, que de haber estado restringido a la infancia de los nietos, ha pasado a tener una ubicación entre los nietos adolescentes y jóvenes por la mayor importancia y significación que estos le asignan a la relación e interacción nietos-abuelos. También se observan cambios sustanciales en las actividades de las personas mayores, ya que actividades culturales, de ocio, de tiempo libre o recreación, suelen tener un destino de privilegio a partir de la jubilación. Para abordar estudios de la vejez desde la psicología evolutiva del desarrollo resulta recomendable el uso de diseños secuenciales porque recogen información relacionada con sus aspectos básicos: la edad cronológica, el año de nacimiento o la generación y el momento histórico-social en que se realiza el trabajo. Este planteo permite estudiar las variaciones intraindividuales e interindividuales en un mundo cambiante, a la vez que diferenciar los cambios que son propios de la edad de aquellos que son efecto de la generación, sin descuidar la importancia de las incidencias socioculturales y sus consecuencias. A lo largo de estas sistematizaciones no sólo se ha tenido en cuenta esta triáda: edad-generación-momento histórico, sino que se lo ha reforzado permanentemente. Este libro intenta presentar el abordaje de la psicología del desarrollo de la vejez desde una perspectiva de interacción biológica, psicológica, social y cultural realista y esperanzadora, ya que la vejez de hoy no es derrumbe. María A. Cornachione Larrínaga. Córdoba - Argentina. 2006
INTRODUCCIÓN
El envejecimiento humano es un proceso que está caracterizado por la diversidad. Entre los factores más significativos que determinan esta diversidad se encuentran: la herencia genética, el estado de salud, el status socioeconómico, las influencias sociales, la educación, la ocupación laboral desempeñada, las diferencias generacionales y la personalidad. La vejez ya no puede ser entendida como una etapa homogénea para un conjunto de personas que comparten la misma edad cronológica o con una situación similar en términos de jubilación. El estudio de la vejez durante muchas décadas ha sido abordado desde una perspectiva centrada en el derrumbe, en la decadencia y en la decrepitud. Aún hoy, la vinculación entre vejez y conceptos tales como: enfermedad o dependencia forman parte del conjunto de prejuicios que la acompañan. Reducir el envejecimiento humano a una de sus dimensiones, la biológica, o extender en forma abusiva e inadecuada los criterios asociados al envejecimiento biológico, dificultan en forma significativa su comprensión. El tema del envejecimiento humano no se reduce a sustituir una perspectiva centrada en la dec·adencia por otra basada en la plenitud, a raíz que muchas personas de 65 años o más tienen buenos niveles de salud y mantienen independencia y autonomía funcional. Esto no supone más que aplicar la negación frente a las situaciones de dificultad que generan sufrimiento individual y social. Situaciones estas, que resultan cotidianas para una proporción importante de personas mayores, en especial aquellas de 80 o más años. · Cuando la vejez es incluida dentro del proceso vital y a la vez se le reconoce su componente de diversidad, resulta adecuado abordar su estudio desde las capacidades y habilidades que los viejos presentan en relación con su vida cotidiana y en los distintos entornos en que estas se desarrollan. Al estudiar las competencias, las habilidades o los niveles de autonomía en la vejez, es fundamental incorporar los aspectos culturales, sociales y las características del habitat en el que se desarrolla la vida de los viejos. La vejez debe ser considerada como una etapa que cambia a lo largo del tiempo y donde el mayor número de años, las mejores condiciones sociales y sanitarias son algunas de las circunstancias que la configuran en la actualidad. El número de personas mayores y su proporción respecto al conjunto de la población, constituye un aspecto característico de las sociedades de hoy. El aumento significativo de la expectativa de vida junto al descenso de la natalidad, han provocado una modificación sustancial en la estructura de la pirámide poblacional. El incremento en los subgrupos de edad avanzada y con manifiesta vulnerabilidad van aumentando y con ello surgen nuevas demandas y requerimientos para con las familias, para con los adultos laboralmente activos o jubilados, para con la comunidad, para con los profesionales y para con los sistemas de protección social.
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Este aumento de la población vieja plantea cambios en las representaciones sociales, en las expectativas, en los valores, en las formas de actuar y así surgen nuevas propuestas que se resisten a considerar a las personas mayores como meros receptores de jubilaciones y cuidados o como ciudadanos incapaces de aportar, elegir, actuar, decidir o desear algo distinto a aquello que habitualmente se les ofrece. Este trabajo se propone plantear la vejez a partir de la psicología evolutiva del desarrolllo y a través de conceptos de desarrollo enmarcados en contextos socioculturales circunscriptos a tiempos determinados, ya que esta perspectiva reconoce la pasticidad a que se ven sometidos los cambios evolutivos y el enfoque del Ciclo Vital resulta apropiado, porque considera al individuo en una constante evolución ligada a los contextos con los que mantiene una relación permanente, recíproca e interdependiente. Cada uno de los capítulos subsiguientes incluyen temas relacionados con los aspectos biológicos, psicológicos, sociales, culturales, económicos, demográficos y epidemiológicos del envejecimiento y de que manera directa se vinculan con el proceso de desarrollo que involucra el envejecimiento humano.
CAPÍTULO 1 "Viejo es cualquiera que tenga diez años más que yo. BERNARD BARUCH
1.- ¿Quién viene? La vejez Los países occidentales, se encuentran en un momento cultural, político y económico considerado por diferentes sectores como mucho más que preocupante. Hasta la Segunda Asamblea Mundial sobre el envejecimiento, realizada en Abril de 2002 en Madrid se hizo, obviamente, eco de tal preocupación. Pero más preocupante es que la atención principal se sitúa en el estudio de las consecuencias económicas y políticas que va a suponer el envejecimiento de la población de los países del tercer y cuarto mundo: mayor empobrecimiento de estos países, olas migratorias hacia los países del primer y segundo mundo, generación de nuevos brotes xenófobos, graves problemas de convivencia de diferentes culturas, etc. Es relativamente poca la atención que se presta a las condiciones cotidianas de los ancianos desde estamentos como la ONU o incluso los propios gobiernos en concreto. Tal vez una de las causas de esta laguna atencional radique en primer lugar en la existencia de una serie de sesgos a la hora de entender a la población anciana, el proceso de envejecimiento y la vejez, compartidos por diferentes grupos dentro de una misma cultura. El objetivo principal es tener una visión amplia de la complejidad y falta de homogeneidad de la población envejecida/vieja. A partir de la lectura de una parte de (porque no se puede tener acceso a toda) la bibliografía en el campo del envejecimiento y de algunas reflexiones de la autora, se propone que existe implícita y explícitamente una serie de confusiones y mitos sobre la vejez y los "ancianos" que deben aclararse, o al menos, comentarse. Quienes trabajan con esta población deberían tenerlas en consideración, y si no aceptarlas a pie juntillas, si al menos tomarlas como tema de reflexión, crítica y propuesta de alternativas de acción. Las • • • • •
confusiones y/ mitos a las que se debería prestar atención son: Los ancianos conforman un grupo homogéneo. Los ancianos son los depositarios del conocimiento y la sabiduría. Los ancianos generalmente están solos o aislados, están enfermos, son frágiles, dependen de los otros y tienen graves deterioros cognitivos. Los ancianos están deprimidos y con la edad llegan a ser más difíciles y rígidos. Los ancianos apenas afrontan los deterioros inevitables que están aso ciados al envejecimiento.
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1.1.- ¿Cómo se envejece según los grandes pensadores? Envejecer es definirse, reducirse. Existe un debate contra las etiquetas, pero no se ha podido evitar que los años se sumen a lo largo de la vida. El ser humano, en muchos casos, vive tendido sobre el porvenir y ahora, cuando llega el momento de recapitular en el pasado, dirá ese hombre o esa mujer que el presente le ha sido escamoteado. Al recordar historias humanas se encuentra siempre, más acá o más allá, que algo nunca se ha cumplido. De todas formas la mayoría de los hombres y mujeres tienen la oportunidad de escapar de la petrificación; en los momentos en que deciden vivir. Con cada nuevo acontecimiento se estrenan, por ejemplo la creación es juventud y libertad. Pero en cuanto abandonan esta aventura, el tiempo se congrega detrás de ellos y bruscamente se precipitan en su edad. Así este hombre o esta mujer estan ultra maduras es mi contemporánea; reconozco este rostro de muchacha demorados en una vieja. Los setenta y tantos aniversarios están tan próximos, y para convencerse no tienen más que ponerse ante un espejo. Un día, haya atraz, a los cuarenta años quiza pensaron: que en el fondo del espejo les esta espiando la vejez, y reflexionaron, es fatal, me atrapará. Con frecuencia los hombre y las mujeres se detienen asombrados, ante algo increible que les sirve de rostro, una imagen que les sirve de fachada y o de máscara y que registra el paso del tiempo. Beauvoir, en su obra: 11 La fuerza de las cosas", escribe sobre la vejez, la mirada del rector la retorna a la escena de la vida; en el filo de un espejo: el escrito; quien la recupera en cierto juego placentero con el otro, bordeando con la creación un sentimiento común de la vejez: el desamparo. Freud afirma que el deseo de vivir procura imponerse a los deseos de muerte, la enfermedad produce sentimientos de peligro, situados por él, del lado de un desamparo impensable, aquel que surge cuando la ilusión de ser inmortal, pierde certeza; imponiéndose como ilusión para el sujeto. ¿Qué grado de bondad hay que alcanzar pare soportar el horror de la vejez? se pregunta Freud en una carta a Lou AndreaSalomé. Una posible respuesta la esgrime en 1915 cuando observa: «nuestro incons. ciente es inaccesible a la representación de nuestra propia muerte, para soportar la vida hay que estar dispuesto a soportar la muerte recomendando, buscar algún recurso en la ficción y el teatro; ya que allí nos encontramos con las pluralidades de vidas que necesitamos. Morimos con el héroe, sobrevivimos a él y estamos listos pare morir con otro héroe de nuevo». Chataubriand escribía su ficción: «La vejez es un naufragio. Yo, espectador, sentado en una sala vacía, con palcos desiertos, luces apagadas, soy el único que queda de mi tiempo ante el telón bajo. Sigo trabajando en «Mis Memorias»: he hipotecado mi tumba». La intrusa enfermedad, el resquebrajamiento del cuerpo, los signos precursores de las pérdidas, conducen al sujeto en este nuevo tiempo a revivir éxitos y fracasos de su vida y termina, irremediablemente herido en el duelo de una imagen brillante de sí mismo, un imaginario regresivo busca consuelo en la memoria. Borges dice de su vejez: «Me he resignado a la vejez y a la ceguera, del mismo modo que uno se resigna a la vida. A los 24 años se trata de ser Hamlet, de ser Byron, de ser Baudelaire. Uno cultiva la desdicha. A los 80 años se advierte que la desdicha no es necesario cultivarla». · Freud desliza su desdicha ante una existencia bajo amenaza de despido, confiesa que una caparazón de insensibilidad lo va envolviendo lentamente, «es una manera
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de comenzar a volverme inorgánico, esta serenidad de la edad es una suerte de depresión senil, centrada en un irracional deseo de vivir y una resignación de sentido común». El énfasis freudiano recae sobre la lucha que debe librar el hombre, pare conquistar la vida: muerte, guerra, enfermedades acicatean el genio, del sujeto parlante. Sin embargo ante las pérdidas irreparables, Freud respondía con la creación, los sucesos acaecidos en la Alemania hitlerianas, culmina en un proceso a Reik por charlatanismo. Freud reacciona escribiendo «Análisis Profano». Sin embargo a pesar de su respuesta se encuentra cercado, la amenaza nazi sobre Austria, avanza del brazo de su enfermedad; gesta el «Moisés», «Análisis terminable e interminable», «Construcciones en Psicoanálisis». En 1936 en una carta a Arnold Zweig, Freud sitúa sus interrogantes sobre la vida y la muerte, «No puedo habituarme a las miserias del desamparo de la vejez, avizoro con una suerte de nostalgia el tránsito a la nada». Si se envejece como se vive, las pérdidas de referentes tradicionales, simbólicos, imaginarios y reales; interpelan al sujeto en los lazos mantenidos por aquél, durante su vida; con lo real. La renegación de sucesivos duelos en distintos tiempos conduce en la vejez a impugnar lo real como bien propio o derecho de existencia. Morir (señala Lacan en Lovaina) es algo que los sostiene. La muerte es cuestión de fe ¿si no creen en ella, podrían soportar la vida? En la certeza de que algo se termina, es donde el hombre, puede aceptar el drama humano que lo habita «El drama de la vejez, dice Osear Wilde, no consiste en ser viejo, sino en haber sido joven». Lo que mantiene en pie a Maud Mannoni, el año en que Octave murió, fue poder consagrarse a los cuadernos que él había dejado con vistas a su publicación. Philipe Arié en su texto «El hombre ante la muerte», plantea que «la muerte en el siglo XVII pudo ser domada, despojada de la violencia ciega de las fuerzas naturales, el sufrimiento, el pecado, y la muerte se asociaban al Maligno; el cristianismo lo explica de un golpe y todo junto: por el pecado original. El siglo XVIII comienza a roer el poder del Maligno, con el infierno desaparecen los pecados del viejo hombre; el progreso general de la ciencia conduce suavemente a la felicidad. En pleno siglo XXI todavía quedaba el obstáculo del mal físico y la muerte; los románticos conservaron la inmemorial coexistencia con la enfermedad, la vejez, el sufrimiento y la agonía. Viejos y muertos despertaban la piedad. A partir del siglo XX, retorna el horror a la muerte y a su forma repugnante como la vejez; comienza la intolerancia a su vista, sus estertores, sus olores. La medicina disminuyó los sufrimientos, el mal sólo operaba de manera marginal en guerras, crímenes y en la no conformidad; pero aún quedaba por resolver qué traer con la vejez y con la muerte. Se fuerza el silencio despiadado de ancianos y muertos, esta actitud ha dejado volver sinuosos salvajismos bajo la máscara de la técnica médica. La muerte en el hospital, hospicios de ancianos son instrumentos que se proponen para «evacuar» lo insoportable en vez de humanizarlo. Manoni en su texto «Lo nombrado y lo innombrable», plantea que la última palabra de la vida ha sido despojada del habla, no puede ser sino la maldición última expresada por Edipo en Colona. «Cuando se es viejo, escribe Sófocles, la razón se apaga, la acción resulta inútil y se tiene vanas preocupaciones». Sin embargo mostró de manera magnífica la grandeza que puede ir unida a esta desventura, a los 89 años, pinta a Edipo en la tragedia con una vida vagabunda, miserable y ciego Tened piedad del pobre fantasma de Edipo pues ese viejo cuerpo ya no es él. Mi cuerpo ya no tiene
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fuerzas para caminar solo sin que alguien lo guie. Edipo ha conservado pasión, cólera, odio contra sus hijos y una cálida ternura a sus hijas a las cuales les dice «aunque esté moribundo no seré demasiado desdichado si estáis a mi lado». Se pregunta ¿ahora que no soy nada, resulta que soy un hombre? Lacan sugiere que el «no soy nada» no es necesariamente la muerte ya que lo que puede suplantar a un humanismo, no debe pasar entre «no soy nada y la muerte». Entre lo que uno no sabe todavía y el fin: queda una vida por llenar. Ray Bradbury en su novela «Canto. El cuerpo eléctrico» relata la historia de tres niños que necesitan quien los cuide y juegue con ellos, son muy pequeños, no tienen niñera, ni tías, ni abuelos; pero hay unos seres maravillosos que por encargo harán las veces de todos ellos. El padre los lleva a elegir el modelo, barajan colores de pelo, estaturas, texturas de piel. Finalmente la decepción, no pueden llevarse su niñera robot con ellos; como transacción atesoran alrededor de su cuello la llave que a su tiempo pondrá en movimiento ese codiciado objeto. Un día, un paracaídas deposita con suavidad sobre el césped del jardín un sarcófago egipcio, adentro un cuerpo vendado; finalmente es descubierto de a pedacitos por los niños. Uno; cualquiera con mano temblorosa introduce la llave en el lugar secreto. Pasan los años, los niños han crecido, nuestra niñera robot los despide de la casa paterna con el canto del cuerpo electrónico: «Cuando sean más viejos, como niños otra vez, cuando recuperen las maneras infantiles y sus ansias y estén necesitados de alimentos y me extrañen, mándenme a buscar. Volveremos de nuevo al cuarto de cuando eran niños». En la vejez, solos de nuevo los tres hermanos se reúnen y se dicen: «Ahora la edad, el tiempo, nos han sorprendido, somos viejos, necesitamos». Manoní dice: «El lugar que nuestra sociedad concede a marginales y ancianos despierta en cada uno de nosotros algo memorable en nuestra historia, a nivel de una experiencia de destrucción. Esta voluntad de destrucción es un fantasma de volver a empezar todo, a partir de nada». S i el camino de la satisfacción del sujeto puede situarse para Lacan, entre dos murallas de lo imposible, el último balance de la vida de Lorenzo puede reescribirse en la brecha de un análisis que surca; las murallas del debe y del haber. A los 84 años, Lorenzo, contador experto en balances, rector inagotable de una vasta biblioteca atesorada por su padre, experimenta la imposibilidad de una figura retórica tantas veces encontradas en leves textos, que ya puede citar de memoria «Un rayo de luz lo deja ciego». Acude al análisis porque, según dice, está en «Un pozo», y alrededor del pozo de sombras de su ceguera se va dibujando otro espacio donde el faltante se combine en pérdidas más antiguas o más nuevas. La operación a la que se somete, no logra devolverle la vista, así no puede concluir su último balance, o lo que será la última letra de su vida. Este balance lo espera en la biblioteca, junto a los libros que pertenecieron a su padre, un escritor español de la resistencia quien solía recuperar y restaurar incunables y que fundara una librería que se convirtió en el lugar de encuentro de los artistas de su época. Cuando Lorenzo era un niño, la familia, reunida frente a un atril, leían todos juntos, por indicación paterna, cada noche después de la cena. Desesperanzado me dice que su ceguera le impide leer estos libros, me propone traerlos a su sesión y me invita a encontrarnos en un lugar de citas «de los textos». También de su padre conserva la correspondencia mantenida con intelectuales europeos, quienes lo reconocían como un acérrimo defensor de la libertad de la letra. Sin embargo otra versión de la paradoja paterna asoma desde una escena de su infancia: el acérrimo defensor de la libertad y la vida
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era también un cazador sanguinario, cuyo tiro certero a un ave en vuelo hacía caer la presa muerta a sus pies. El pequeño Lorenzo miraba hacia donde apuntaba su padre quedando por un instante enceguecido por el sol, contemplando con profunda compasión y pena, la pieza muerta. Lorenzo está casado con una mujer que él describe como «esplendorosa» en sus años de juventud. Su esposa se llama Elena, digna sucesora de aquella que ganó la manzana de oro destinada a la más hermosa, preludio de la guerra de Troya. Pero ahora, Elena sufre del mal de Parkinson, Lorenzo siente que la va perdiendo; el padre en su lecho de muerte le recomienda, «no te la pierdas». Esas últimas palabras empujan a nuestro héroe a intentar salvarla de su decadencia, su fracaso lo vencía como éxito de su impotencia. Murmura «como el Rey Lear Señor, soy ya muy viejo pare aprender». Los amigos también se van muriendo, él silencia en su hogar toda marca de una pérdida. Un tiempo después de la operación llega a distinguir los matices de la luz, Lorenzo decide terminar su balance dentro de la experiencia de su análisis. Un suceso profundamente callado y finalmente olvidado se vuelve a conformar en el recuerdo: su madre también había quedado ciega, el profundo pesar de Lorenzo era que ella no había podido conocer a su Elena. Si su madre la hubiera visto, quizás podría haberse resistido a las tinieblas. Lorenzo explica que el balance es un arte, que él domina, donde hay dos lugares posibles pare él, el del debe y el haber; en la columna del debe tenía asignaturas pendientes. En cierta ocasión, casi asesina a su suegra ahorcándola hasta dejarla exánime, su esposa lo expulsa de su casa y elige convivir con la madre y la hija de ambos. En la misma columna anota su actitud, ante una crisis económica del padre, a raíz de la cual, éste, lo convoca como socio. El terror lo conduce a decirle que no; una negativa sostenida en un pudoroso empequeñecimiento de su estatura de hombre. El padre quiebra, malvende libros valiosos quedando un resto que es destinado para la cultura de los niños del pueblo. Lorenzo no comenzó a trabajar las cuestiones del haber, hasta que tuvo un sueño en el que caminaba por la cornisa de una obra en construcción, advierte que todos los pasajes posibles eran al borde de un vacío. Mirándolo, piensa que puede dar el gran salto, pero se dice que está demasiado viejo pare hacerlo. En ese momento descubre, sobre un pilar, los libros de su balance inconcluso, se le ocurre que ya es tiempo de terminar el último balance de su vida. Asocia con una cita de «Las siete edades del hombre» de W. Shakespeare, «La última escena es otra infancia y mero olvido, sin dientes, sin ojos, sin gusto, sin nada». Me dice que él se encuentra en la séptima edad. Le recuerdo que el último balance de su vida lo escribimos en una «obra en construcción», a partir de este tiempo el haber se recorta en su paternidad, al sentirse satisfecho con las letras donadas a su hija, también algo del don de la música; heredado de la madre en su alegre canto de zarzuelas. Su talento pare hacer balances también le habían otorgado la ganancia de un nombre propio, incluye la fidelidad que hasta entonces nunca se había permitido interrogar. Se pregunta ¿por qué estando un año solo luego del episodio maldito, no había podido desear a otra mujer? Ese día anuncia que es su última sesión, deduce que ha concluido su balance y que ya no se encontraba en un pozo de ceguera, también me afirma que va a proseguir su lucha pare rescatar a su amada Elena de las siniestras manos de la vejez, en el momento de nuestra despedida me aclara que es un día en el cual se ha ~entido deslumbrado, por un impúdico exceso de luz que entraba por la ventana, del consultorio, me advierte que su padre se había preguntado ¿qué tendrá esta Elena para conquistar el corazón de un hombre tan difícil? Llevándose de mi atril un amado libro de Bertrand Russell; me dedica la última cita «La existencia humana debería ser
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como un río, pequeño en su nacimiento, corriendo por su cauce estrecho, precipitándose luego con pasión sobre las rocas. Gradualmente el río se ensancha, las márgenes se borran, las aguas fluyen mansamente y al final, sin ninguna fractura visible, se unen al mar, despojados de su sufrimiento».
1.2.- Envejecimiento y sociedad La sociedad de hoy enfrenta un acontecimiento de dimensiones altamente significativas como es el envejecimiento de su población. Hoy, la cantidad de las personas viejas es de tal magnitud, que ha pasado a ser un tema de gran interés para los distintos países y sus respectivos gobiernos. El aumento de las personas de más de 65 años en las distintas comunidades no sólo interesa porque da lugar al envejecimiento de la población, objeto de estudio de la demografía, sino que incide en la economía, en la sanidad, en la cultura, en la política, en la sociología, en síntesis, incide en todos los aspectos que se relacionen de una o de otra manera con la vida humana. Esta presencia de la población vieja en la sociedad no tiene antecedentes históricos, sino que pertenece a los finales del siglo XX y caracterizará el curso del siglo XXI, donde las necesidad y problemas de estos sujetos ya no les son exclusivamente inherentes a ellos, sino que han pasado a repercutir en todas las personas, ya que el porcentaje de personas viejas se presenta con un aumento ascendente de manera significativa. Este sector de personas viejas cuenta con número de ellas que vive en una situación muy precaria, demandando asistencia económica, sanitaria y social. Otro sector vive en situación de aislamiento, pobreza, enfermedad o abandono familiar y por ello es acuciante la necesidad de claras y definidas políticas sociales. Este aumento de la población de personas viejas, más las particulares características sociales y personales que con gran frecuencia se asocia a estos sujetos: dependencia, deficits, etc., enfrenta al sistema económico para que se haga cargo de la situación, o sea, que provea satisfacción a sus necesidades de sanidad, jubilación digna, habitat, ocio, tiempo de recreación, solución de jubilación para quienes no reunen los requisitos. Por todo ello, el tema de la vejez debe ocupar el centro de un debate entre la política, las ciencias, los medios de comunicación y los propios grupos de personas viejas. En la mayoría de las circunstancias el concepto de envejecimiento ha resultado de gran simplificación según su tratamiento resulte fruto de un abordaje científico, antrológico, político (sin tener en cuenta que con su voto terminan decidiendo una elección de gobiernos} y/o del ejercicio profesional. El término vejez puede ser relacionado con distintos fenómenos multiformes de una realidad harto compleja en la que la mayoría de las personas sólo tienen una percepción muy abstracta, lejana o perteneciente a otros. Lo que ha resultado cambiante a los largo de la historia, es el abordaje social de las personas que se han relacionado con el tema o que se han ocupado en forma directa de la atención de personas viejas, ya sea en la familia o en distintos grupos sociales. En la actualidad, la población de personas viejas no sólo necesita de la familia, sino de la satisfacción de sus demandas a través: • de políticas de estado implementadas por el propio estado; • secundado por emprendimientos privados; • y acciones del voluntariado.
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Ninguno de estos abordajes es excluyente, sino por el contrario, deben armonizar esfuerzos para ofrecer a la población vieja un estado de bienestar que parecería haberse perdido en el mundo y no sólo en este país. Los viejos, ya sea en forma individual o grupal, deberían ser depositarios de los frutos de los estudios sobre el envejecimiento, que conducen al análisis de aspectos muy distintos de las perspectivas biológicas, sociales, culturales, psicológicas, educativas, económicas, políticas, etc., pero todo esto queda más en el plano declamativo que en el operacional. Se verá en los próximos años los resultados de la premisa proclamada por la "Segunda Asamblea Mundial Sobre el Envejecimiento", realizada en Madrid - España 2002: "UNA SOCIEDAD PARA TODOS".
1.2.1.- Envejecimiento y espacios socioculturales El envejecimiento desde una perspectiva cultural hace referencia a un conjunto de acontecimientos transitorios en las siguientes áreas: ./ somática; ./ social; ./ y psicológica. Estos acontecimientos guardan relación con las diferencias entre los distintos grupos generacionales y su comienzo es más de tipo social que biológico, ya que las personas terminan resultando obligadas a transitar determinadas circunstancias, tales como: ./ jubilación; ./ estereotipos sociales: ./ ofrecimientos sociales; ./ consideraciones y actitudes que la sociedad ostenta con respecto al viejo: su figura, • y su status; • ./ reducción del grupo familiar; ./ pérdida de amistades: ./ desvalorización de la vida social; ./ ser considerado improductivo. En la actualidad, estas circunstancias inciden de manera muy significativa en las personas viejas por el franco contraste que se presenta en relación a las personas jóvenes. Los modelos de formaciones socioculturales admitidos por la antropología son tres y ellos permiten realizar una comparación etnológica del espacio social que ocupan los viejos y el papel que le corresponde a cada uno de los modelos.
1.2.2.- Modelo de las sociedades nómades Es un sistema de subsistencia que tiene como base la caza y la recolección. En este modelo esquemático de sociedad tradicional, las personas viejas se mantienen integradas a la colectividad en la medida que no hacen peligrar la subsistencia del grupo. Los saberes que han acumulado a través de la tradición oral y el prestigio que significa llegar a edades avanzadas resultan suficientes para contrarrestar el principio vital de supervivencia del grupo.
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Cuando la comida es escasa se resuelve eliminando a las personas viejas, aunque en la mayoría de estas sociedades, son los propios viejos cuando deciden morir, ya que resultan conscientes de que la senectud los ha convertido en inútiles para continuar en la comunidad. En estas sociedades los viejos no resultan desatendidos por sus familias, excepto cuando se da la situación límite que pone en peligro la supervivencia colectiva, entonces si se los abandona directamente para morir. Aquí los viejos no ocupan ningún rol que ponga de manifiesto actividades de dominio social. Cuando no esta en peligro la subsistencia, los viejos resultan bien integrados, ya que con frecuencia, es a partir de ellos, que se define el clan o el grupo de edad de los hermanos y hermanas e hijos del viejo. 1.2.3.- Modelo de las sociedades agrícolas Las sociedades agrícolas, hortícolas, y ganaderas, semisedentarias o sedentarias, disfrutan de una mayor capacidad para acumular bienes y alimentos. En ellas los viejos suelen disfrutar del dominio económico, político y religioso. Se trata, así, de sociedades gerontocráticas. En estas sociedades se encuentra con frecuencia al viejo cuidando el rebaño, el huerto, confeccionando utencillos domésticos, cocinando, asesorando medicamente, pero siempre, en relación a sus posibilidades físicas. A través del prestigio personal consiguen reconocimiento político, simbólico y religioso, circunstancia que determina que los viejos ocupen, en estas sociedades gerontogámicas, un estatus francamente dominante en los ámbitos sociales, culturales y familiares. 1.2.4. Modelo de las sociedades industriales y postindustriales Las personas viejas en las sociedades industriales y postindustriales, generalmente están ubicados lejos de su grupo primario, aunque hay oportunidades en que son ayudados económicamente por sus descendientes directos e inmediatos en tanto ello, no resulte peligroso para sus propios estados de bienestar. En la sociedad industrial y de la información los viejos están, en su mayoría, aislados de los restantes grupos de edades, en cierta forma y en un sentido lato, se observan ciertos paralelismos con las sociedades cazadoras-recolectoras. En esta sociedad de hoy, la mayoría de los viejos viven en sus propios hogares, se cuidan a sí mismos y resultan independientes del grupo primario siempre que puedan subsistir por si mismos. Los grandes viejos (más de 80 años) si van entrando en un estado progresivo de dependencia, pueden pasar al hogar de sus hijos por una temporada. Pero no obstante, cada vez es más frecuente que el viejo, por decisión propia o de sus familiares, termine internado en una institución geriátrica, espacio, que en la mayoría de los casos, pasa a ser la muerte social. En las sociedades industrializadas suele darse un significativo grado de abandono de las personas viejas a su propia suerte. En la sociedad de hoy, los viejos prácticamente, se han quedado sin rol familiar significativo, a no ser que tengan muy buen pasar económico y el resto de la familia dependa de ellos. No son tampoco, los iniciadores de los jóvenes a la vida adulta. En las sociedades industrializadas, y fundamentalmente en las grandes urbes, el factor socio-cultural, integrador por excelencia, es la ocupación laboral de las personas. En ellas el sujeto que no trabaja sufre marginación que conlleva a la pérdida
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parcial de la identidad y el prestigio, salvo el caso de reducidas minorías muy acaudaladas. La ocupación laboral indica como debe vestirse una persona. Si se tienen en cuenta estas circunstancias los sujetos jubilados carecen de estas referencias, por una parte y por la otra, quedan como un colectivo de segundo grado formado, fundamentalmente por desocupados, enfermos crónicos, etc.
1.3.- Población: su envejecimiento En términos demográficos, una población envejece cuando aumenta el peso relativo del conjunto de individuos viejos o sea mayores de 65 años de edad. Desde una perspectiva económica el tema se relaciona entre el cambio de conexión entre la población económicamente activa y la población dependiente. Para la demografía este proceso de envejecimiento poblacional se debe a dos factores, a saber: ./ el primer factor el la disminución de la tasa de natalidad. Aquí la cantidad de personas viejas aumenta porque va disminuyendo la proporción de las generaciones de niños que se van incorporando. Esto es lo que en demografía se llama envejecimiento por la base . ./ y el segundo factor es la disminución de la tasa de mortalidad. Este factor se refiere a que son más las personas que llegan a viejas., y por ello resulta mayor la expectativa de vida. En términos demográficos esto se denomina envejecimiento por la cúspide. Los movimientos poblacionales o sea la entrada de habitantes por una parte y la salida de ellos por la otra, su distribución por edades y sexo, dan lugar a una clasificación de ellos y tradicionalmente han sido conocidos como: ./ movimientos naturales: natalidad y mortalidad. La tasa de natalidad es la cantidad de individuos nacidos vivos por cada mil habitantes a lo largo de los doce meses del año y mortalidad es la cantidad de individuos fallecidos por cada mil habitantes en los doce meses de un año; ./ movimientos migratorios: inmigración y emigración. Estos movimientos tienen efectos distintos según sus características en cada cado y su incidencia, la que puede presentarse muy localizad~ en espacio y tiempo, ya que ello supone el envejecimiento poblacional en zonas de emigración. De esta forma, una población resultará más envejecida en relación a la disminución de su tasa de natalidad y mortalidad. A lo largo de la historia estos descensos de las tasas de natalidad y mortalidad han estado relacionados con los incrementos de niveles económicos y culturales. Por ello, puede afirmarse con claridad, que el envejecimiento poblacional resulta algo característico de los países más desarrollados.
1.4.- Pirámides poblacionales de la República Argentina La evolución de la población argentina a través de las pirámides de población obtenidas de los distintos censos de población. En 1869 el país tenía una población joven: el 41 % de los habitantes tenían entre O y 14 años. Por eso, la pirámide muestra una base ancha y una disminución rápida del tamaño de los grupos de edades a medida que nos aproximamos a la cúspide.
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Gráfico Nº1 Distribución de la población de Argentina según Censo de 1869 80-84 70-74 60-64 50-54 40-44 30-34 20-24 10-14 0-4
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Gráfico Nº2 Distribución de la población de Argentina según Censo de 1895 80-84 70-74 60-64 50-54 40-44 30-34 20-24 10-14 0-4
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Gráfico Nº3 Distribución de la población de Argentina según Censo de 1914
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En 1895 y 1914 la población total conserva su estructura joven. Sin embargo, podemos ver en las pirámides que la relación entre los sexos cambia: cada vez predomina mas la cantidad de varones en las edades de entre 20 y 35 años. Este cambio refleja el proceso inmigratorio que afectó a nuestro país en esos años.
Gráfico Nº4 Distribución de la población de Argentina según Censo de 1947 80-84 70-74 60-64 50-54 40-44 30-34 20-24 10-14 0-4
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Gráfico Nº5 Distribución de la población de Argentina según Censo de 1960
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Muy distinta es la estructura de la población en 1947. Aquí, la forma de la pirámide ha cambiado. base se ha vuelto más estrecha, lo que refleja un descenso en la natalidad. También son menores las diferencias entre los grupos de edades a medida que nos aproximamos a la cúspide. La estructura corresponde a lo que se denomina una población en transición. En las pirámides poblacionales correspondientes a los años 1960 y 1970 no se observan cambios significativos. No obstante ello, es factible observar el aumento progresivo de población en los grupos de edades cercanos a la cúspide. El progresivo aumento de la poblaión en los grupos cercanos a la cúspide, refleja un incremento en la esperanza de vida de la población, es decir, la población alcanza a vivir más años como consecuencia del mejramiento de las condiciones de vida.
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Gráfico Nº6 Distribución de la población de Argentina según Censo de 1980 80-84 70-74 60-64 50-54 40-44 30-34 20-24 10-14 0-4
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Gráfico Nº7 Distribución de la población de Argentina según Censo de 1991 80-84 70-74 60-64 50-54 40-44 30-34 20-24 10-14 0-4
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En 1980 hay un ligero aumento de la población joven, que se refleja en el ensanchamiento de la base de la pirámide. Además, en tanto en 1980 como en 1991 se observa que se profundiza la tendencia de aumento de la proporción de los mayores de 65 años, por eso las cúspides de las pirámides son cada vez más anchas.
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1.4.1. Censo de 2001 y envejecimiento en Argentina
El Censo de 2001 muestra que en Argentina todos los días hay cada vez más viejos, este dato que quizá no aparezca como algo original, ubica al país, en relación al envejecimiento, en la misma línea en que resultan estar ubicadas la mayoría de las sociedades del mundo en especial las centrales. Esta afirmación cuenta sólo para ciertos aspectos, ya que si bien se presenta una clara similitud en ciertos aspectos, tales como la caída sostenida de la fecundidad y el descenso de la mortalidad, aunque ambas no presentan las características de los países desarrollados, ponen en evidencia un significativo cambio de la constitución de la sociedad de Argentina. A ello es necesario sumar la referencia de que hace casi un siglo se detuvo la inmigración compuesta por jóvenes. Como la mayoría de las sociedades del planeta, Argentina, como ya se afirmó, envejece progresivamente. El Censo 2001, por primera vez, muestra que los niños de a 4 años son menos que los de 5 a 9 años. Esta circunstancia enfrenta a temas múltiples, tales como: ./ ¿Quién va a trabajar para sostener a las próximas generaciones de personas de más de 65 años? ./ ¿Cómo lograr que en un país relativamente pobre como Argentina pueda vivirse una vejez digna? El INDEC le ha puesto cifras a este envejecimiento en Argentina a partir del Censo de 2001, por ejemplo: ./ el 9% de la población de Argentina en el 2001 ya tenía más de 65 años, o sea que uno de cada diez habitantes estaba en el sector correspondiente a la vejez . ./ En 1980 sólo el 8,2% de la población estaba en el sector de la vejez, o sea uno de cada doce habitantes . ./ En 1960 solamente el 5,6% de la población tenía 65 o más años . ./ En 1914 el 2,3% de la población de cada cien habitantes formaba parte del sector de la vejez. El INDEC explica todas estas circunstancias a partir de los siguientes señalamientos: ./ Las mujeres tienen cada vez menos hijos. En el período 1995 a 2000, los estudios de la Universidad Católica Argentina estimó la tasa de fecundidad en la Argentina en 2,6 hijos por mujer, mientras que en el período que va entre 1970 y 1975 esta tasa era de 3,2 hijos por mujer. ./ La expectativa de vida al nacer es cada vez mayor también en la Argentina . ./ La fuerte caída de la inmigración . ./ La distribución de la población de personas de más de 65 años en Argentina cambia por zonas, en la Capital Federal el 17,2% tiene más de 65años, pero al respecto señalar que en esta zona los viejos son un porcentaje mayor que los menores de 14 años. Misiones es la provincia Argentina más joven, ya que sólo el 5,4% de la población tiene más de 65 años. En un lugar intermedio se ubica la población vieja de la provincia de Córdoba, pero por encima de la media nacional. En esta provincia once de cada cien habitantes tienen más de 65 años, o sea el 10,6% y el total del país corresponde al 9,9%, y en relación a los menores de 14 años el 26, 7% tiene esta edad en cambio en el total del país esta edad corresponde al 28,3%. Este dato no debe sorprender por cuanto Córdoba es una de las provincias más desarrolladas de la Argentina y la tasa bruta de natalidad cayo en forma sostenida según los datos del
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Ministerio de Salud de dicha Provincia: en 1991 la tasa de natalidad era de 20,4 nacimientos vivos cada mil habitantes, en cambio en el 2000 fue de 17,1 por mil. ./ Las proyecciones poblacionales para Argentina son, que al ritmo actual y para los próximos cincuenta años la población de sujetos de más de 80 años alcanzará a la curta parte de la población general del país y en treinta años uno de cada tres argentinos tendrá más de 60 años.
Gráfico Nº8 Evolución del porcentaje de la población de Argentina según el Censo 1980-1991-2001. 01980
Edad 85 y
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1.4.1.1. Más mujeres Como las mujeres viven más que los hombres, el envejecimiento general de la población mundial y de la de Argentina pone de manifiesto otro costado, el que muestra que cada vez hay más mujeres en relación a los hombres. El INDEC en 2001 informa que por cada 105 mujeres hay 100 hombres. Al avanzar en la escala de edad, esta proporción crece en los siguientes términos: por cada 146 mujeres mayores de 65 años hay en la Argentina 100 hombres mayores de 65 años. Esta circunstancia presenta grandes desafíos presentes y futuros y corrobora, una vez más la afirmación de Albuerne López (2001) en relación a que la vejez tiene cara de mujer.
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1.4.1.2. Envejecimiento en la población de la provincia de Córdoba
La población de esta provincia ya evidencia claros síntomas de envejecimiento y en niveles muy similares a los que presentan las provincias de Buenos Aires y de Santa Fe. Lo preocupante es que gran parte de esta población de personas viejas corresponde al segmento de más de 85 años, específicamente en la provincia de Córdoba y según el Censo de 2001, el 1%de la población provincial tiene más de 85 años y esta población ya muestra signos de dependencia, hecho que indica la necesidad de prever formas de abordaje especial. Según los datos del Censo 2001 en la provincia están viviendo: 119 personas de más de cien años. De estas 119 personas, 97 son muje/ res, hecho que indica una abrumadora mayoría y 22 hombres. 1.380 personas son mayores de 95 años y correspondiendo el total de mu/ jeres a 1.059. 6.426 personas son mayores de 90 años y la distribución es la siguiente: / 4. 717 mujeres y l. 709 hombres. 1.4.2. América del Sur y su población envejecida
En la República Oriental del Uruguay, según datos de 1998, el 12, 7% de la población ya era mayor de 65 años, en cambio, Chile que es un país con un alto grado de desarrollo en relación a la región tiene sólo 7% de la población con más de 65 años.
Gráfico Nº9 población de la provincia de la de Distribución Córdoba por edad en el Censo 2001. Edad
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1.5.- la visión social de la vejez debe cambiar para mejorar la
situación de los mayores En los últimos veranos de ambos hemisferios murieron ancianos con la ola de calor, a razón de una cifra más que significativa. Estos datos revelan con claridad que, a pesar de los avances en las últimas décadas en salud y atención a los mayores, todavía existen importantes carencias entre la población de personas viejas. Las personas mayores forman parte de una generación que tuvo que vivir las condiciones de la guerra y de postguerra, que han llegado a la vejez y que, a pesar de que no cuentan con unos servicios públicos óptimos, no tienen la fuerza y el espíritu para reclamar, porque estaban acostumbrados a situaciones peores. Esta característica generacional unida a que las condiciones públicas que se ofrecen a los mayores aún no son las más adecuadas, hace que la situación de este colectivo sea difícil. Las condiciones van mejorado, pero aún falta mucho por hacer. Distintos estudios indican que los servicios públicos no cuentan con suficientes profesionales especializados en la atención de mayores. Así como la salud pública cuenta con pediatras a tiempo completo para los niños, los mayore,s deberían poder acceder a la consulta de un geriatra siempre. La soledad es el peor mal de la vejez en los distintos países, y por ello los viejos tienen necesidad de tener a alguien que los escuche, tener a alguien al lado, cerca. En términos generales la soledad afecta al 20% de las personas superan los 65 años, y se debe no sólo a la ausencia de los hijos que deben trabajar, sino también a la pobre red social de muchas personas mayores y al desinterés que los vecinos y la sociedad general muestra hacia la vejez. Se tiende a dejarlos un poco a un lado. Ahora se está dando, entre los recién jubilados, un rol de cuidador de los nietos pero cuando pasa el tiempo se les deja de nuevo en el olvido. Se van equiparado las familias europeas con norteamericanas, con pocos hijos y pocos nietos. A pesar de que en un primer momento en todo el mundo se emitía una opinión positiva sobre la vejez, a la hora de la verdad la vejez no es vistosa, no vende, da miedo. Se prefiere pensar que están siempre bien, cuando no lo están. 1.5.1.- Informe sobre negligencia y abusos Esa discriminación y subvaloración social también afecta a los profesionales que trabajan con las personas mayores. La falta de consideración hacia las personas mayores y la escasez de recursos especializados para su atención propician que se puedan dar casos de maltratos, los que en realidad parecen escasos, pero son cada vez más frecuentes. Esta situación que es común, resulta ser la consecuencia de la visión social de la vejez y es también por la negligencia de los poderes públicos a la hora de proporcionar la atención adecuada. Resultando así, la negligencia y el trato inadecuado a los mayores, la discriminación más significativa. 1.5.2.- Voluntariado para paliar la soledad Frente a esta problemática, los programas de voluntarios que dirigen varias organizaciones sociales son una ayuda valiosa. En algunos países llevan varios años poniendo en marcha dos programas específicos: .1 vivienda compartida; .1 y atención a domicilio.
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En el primero, vivienda compartida, ofrecen su casa a un estudiante de bajos recursos, que a cambio proporciona compañía y la atención que esté dentro de sus posibilidades. En el segundo, los ancianos reciben la visita de voluntarios que pasan un tiempo con ellos compartiendo actividades lúdicas o prestando un servicio básico como puede ser acompañarlos y/o a hacerles las compras.
1.6.- 1Cómo envejecen las mujeres que son mayoría ? En casi todo el mundo las mujeres viven más que los hombres, tienen más probabilidades de ser pobres en la vejez, corren un riesgo más alto de padecer enfermedades crónicas y/o discapacidades y ser objeto de marginación y discriminación. Las mujeres también se ocupan más de cuidar a los demás, y a menudo deben hacer frente a una triple responsabilidad: cuidar de los hijos, cuidar de los padres y, por supuesto, atender a su propio bienestar. Pero con frecuencia se pasa por alto su contribución a la familia, la comunidad y la economía. Esta apreciación describe con claridad una realidad, la del envejecimiento que afecta de forma diferente a los hombres y a las mujeres. Son mujeres las personas que viven más años; mujeres las que cuidan de las personas ancianas de las familias y en su mayoría son también mujeres las trabajadoras de la salud que dedican su tiempo al cuidado de la tercera edad. A lo largo de la vida, las mujeres se ven enfrentadas a situaciones que están en la base de su mayor vulnerabilidad cuando llegan a viejas. La mayoría de ellas han dedicado su vida a la familia, a ser esposas, madres, hijas, sostenedoras de la familia y de la pareja y responsables de la armonía en el hogar. El peso de la cultura y los condicionamientos sociales hacen que muchas veces ellas se pongan en el último lugar y se sientan culpables de dedicar tiempo para sí mismas y a su trabajo remunerado, lo que les limita el desarrollo laboral y la protección para la vejez. Pero, al mismo tiempo, algunas cuentan con recursos personales desarrollados durante su vida que pueden usar con ventaja para vivir más satisfactoriamente las relaciones con los demás en la última etapa de su vida. Argumentos para el cambio quiere promover la reflexión sobre los/as adultos mayores, en especial sobre las madres, hermanas y abuelas. Si bien es cierto que una parte importante de la responsabilidad sobre el bienestar de esta etapa de la vida le corresponde a las instituciones.
1.7.- El cuatro por dento de los mayores de 65 años sufre abuso psicológico Guerras, fragilidad, soledad. Podría pensarse que la violencia contra las personas mayores reside principalmente en estos pilares. Sin embargo, la forma más usual de esa violencia es el abuso. De todas sus versiones, el psicológico es el que menos se palpa y a veces el que más duele. Según datos de la lnternational Network for the Prevention of Elder Abuse {lnpea), el 4% de los mayores de 65 años sufre abuso psicológico. Expertos locales indican que en Argentina estos índices son similares. Si se observa que el 13% de la población argentina supera los 65 años, más de un millón y medio de personas estaría sometido, en mayor o menor medida, a este tipo de abuso. La Organización Mundial de la Salud lanzará este año el «Elder Abuse Study. Global Response Against Elder Abuse {Graea)», en conjunto con la lnpea, que pretende crear estrategias para prevenirlo.
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17.1.- Víctimas y victimarios
¿Es posible que el maltrato sea ejercido por aquellos que cuidan? Aunque parezca descabellado, es esto lo que lo define. La lnpea, un organismo con representaciones en todos los continentes, afirma que es una acción única y repetida o la falta de una respuesta adecuada que ocurre dentro de cualquier relación en la que exista una expectativa de confianza, y la cual produzca daño o angustia a una persona anciana. El abuso psicológico o emocional se define como «la acción de infligir pena, dolor o angustia por medio de acciones expresas verbales o no verbales». De hecho, para que exista maltrato tiene que haber una relación de confianza, un vínculo, una relación en la que una persona mayor deposite su confianza. Esto implica que el abusador puede ser desde un cuidador, un familiar, un médico o el cajero de un banco», explica la doctora Lía Daichman, vicepresidenta de la lnpea, coordinadora del posgrado del curso de médico especialista en Gerontología y Geriatría de la UBA y socia fundadora de la Asociación Gerontológica de Buenos Aires. Ya en los años 80, el Select Committee of Ageing de los Estados Unidos estimó que el 10% de la población anciana era víctima de las distintas clases de maltrato. «Los tipos más comunes son el físico, el sexual, el financiero, el psicológico y la negligencia. Las víctimas principales son las mujeres que viven con sus familiares. El National Center of Elder Abuse de los Estados Unidos registró en 1994 que el 62% de todas las denuncias de ancianos maltratados correspondía al sexo femenino.» A pesar de ello, se considera que el subregistro es alto debido al temor y la vergüenza que genera la posibilidad de hablar de este sufrimiento. Se estima que sólo 1 de cada 14 incidentes domésticos de maltrato en la vejez llegan hasta las autoridades. Por otra parte, el abuso psicológico es difícil de medir: «Los estudios más serios trabajan con las percepciones de las víctimas, con lo que ellas perciben como maltrato. En Argentina se realizaron diversos trabajos y se observó que el índice de maltrato psicológico coincide con estadísticas internacionales en el 4%», sostuvo Daichman. 1.7.2.- Problema mundial
El maltrato puede ocurrir en la casa del propio anciano, en la del cuidador, en los centros de atención diurna, en las instituciones geriátricas y en los hospitales. En el hogar, algunas de sus causas podrían ser una mala relación de larga data, la incapacidad del cuidador o problemas físicos o mentales de la víctima o del victimario, afirmó la doctora Daichman. Los expertos suponen que el problema crecerá junto con el aumento de la expectativa de vida. Actualmente, viven en el mundo 580 millones de mayores de 60 y en 2020 la cifra llegará a 1000 millones. El Elder Abuse Study que propone la OMS pretende generar planes de acción para detener el abuso. En su oficina de la OMS, en Ginebra, Silvia Perel Levin, del área Ageing and Life Course, explicó a La Nación que «este año, la idea es trabajar en focus groups sobre el tema del abuso en personas mayores. Esto es parte de un programa más amplio para el estudio de la problemática». Los países elegidos para esta primera etapa de trabajo son la Argentina, Brasil, Kenya, India y Líbano. En ~érminos generales, el abuso no distingue credos, clases, razas ni lugares. Con respecto a los pacientes institucionalizados, afirmó la doctora Daichman que «una investigación americana sobre 55 7 enfermeras, publicada en The gerontologist, indicó que el abuso psicológico estaba presente en el 81 % de los casos, seguido por el físico (36%). En la Argentina el índice de institucionalización es bajo (ronda el 1,5%), pero si se
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considera que sólo en Buenos Aires habría 500 residencias no habilitadas, no se sabe si el maltrato ocurre en porcentajes similares. ¿Y los mayores que viven solos? «Vivir solo no es un factor de riesgo -dijo la especialista-. El problema es vivir aislado, con o sin compañía.»
1.7.3.- Mayores en riesgo Víctimas: la mayoría de las personas que sufren abuso psicológico (y de otros tipos) son las mujeres. Algunos de los indicadores de maltrato son: ./ pérdida de peso, ./ desnutrición, ./ palidez, ./ higiene pobre de la piel, ./ pasividad, retraimiento, ./ tristeza y aumento de la depresión son algunos de los indicadores de que una persona mayor es maltratada. Los victimarios resultan ser: ./ los hijos adultos son los victimarios más frecuentes . ./ el segundo lugar lo ocupan los cónyuges. Las ./ ./ ./ ./
Soluciones estarían dadas por: reconocer los derechos a la autonomía de las personas, asegurar que los ancianos tengan a donde recurrir para tratar su problema, capacitar a las personas que cuidan de los mayores, asegurar que los servicios de salud ofrezcan respuestas operativas.
1.8.- A modo de decálogo para los adultos mayores El Grupo Júbilo Comunicación, plantea las siguientes reflexiones previas: 1. El envejecimiento de la población en este país es, sin duda, como en los demás países desarrollados, uno de los fenómenos claves que van a condicionar el futuro de las sociedades y del Estado de Bienestar. No se esta ante un hecho coyuntural vinculado a un ciclo demográfico que puede cambiar a corto plazo. Las sociedades desarrolladas han conseguido el gran logro de que sus ciudadanos vivan más años y en mejores condiciones. Este hecho unido a las bajas tasas de natalidad da como resultado que, las personas mayores tengan cada vez una mayor relevancia en las sociedades. 2. Una sociedad que proclama los valores relacionados con la juventud e identifica la vejez con la decadencia y la marginación se siente amenazada por el hecho de que las personas mayores sean cada vez más y tengan un mayor peso en todos los ámbitos. Se agitan toda clase de alarmas y discursos pesimistas: ¿quién va pagar los costos que generan los mayores?, ¿quién va a cuidar de ellos?, ¿cómo se van a promover proyectos innovadores, creativos y estimulantes en una sociedad donde los mayores van a ser un sector decisivo? 3. No hay ninguna duda que existe esta alarma y que se plantean grandes interrogantes. Para empezar, no se ha sido capaz de asimilar los profundos cambios que se han producido en poco tiempo y que van a acelerarse en el futuro inmediato. Por una parte, de una sociedad en la que el peso de las personas mayores era marginal; la esperanza de vida, en el mejor de los casos, prácticamente coincidía con
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la edad de jubilación y, a excepción de algunos casos privilegiados, la vejez era sinónimo de pobreza y penalidades, hemos pasado a una sociedad en la que las personas mayores van siendo el segmento mayoritario de la población, tienen todavía por delante, muchos de ellos, un tercio de su vida una vez jubilados y, desde luego, cada vez tienen menos que ver con el estereotipo de la vejez que lo identificaba con la pobreza, la marginación y el desinterés por el mundo. 4. Este cambio tan profundo que se está produciendo implica un cuestionamiento de principios y mentalidades profundamente arraigados en la cultura y en la práctica social y económica. En la cultura occidental, el desarrollo de la vida de las personas está en contradicción con algunos de los valores que se proclaman. Si se ensalza la juventud como un estado ideal de vida forzosamente la vejez se vive como una limitación, como una pérdida a la que caminamos de forma irreversible. De ahí la paradoja de que vida de las personas en lugar de ser una acumulación de experiencias, de aprendizaje continuo, de una búsqueda constante, de intereses por descubrir parece que a partir de cierto momento en el que ya no se es «joven» ya no se tiene futuro. Esta constatación no solo afecta a la visión que tiene la sociedad de las personas «mayores», sino que se interioriza en los individuos afectando a su autoestima, a sus proyectos y a sus propias capacidades para enfrentarse a la vida. 5. Una consecuencia de esta visión negativa de la vejez, es el pesimismo con el que se afronta el futuro de una sociedad como la actual, en la que las personas mayores cada vez serán más numerosas. Aquí actúan todos los estereotipos: no se podrá cubrir el incremento galopante del gasto que significa mantener y atender a un colectivo de estas características; el consumo va a disminuir porque las personas mayores no gastan casi nada de su propio bolsillo. Aterroriza ver que la pirámide de la población cada vez se agranda más por arriba y se achica por debajo. 6. Una segunda consecuencia es que esta perspectiva ha encendido todas las alarmas sobre el futuro del Estado de Bienestar. ¿Podrá el Estado en las condiciones actuales asumir los costos de las futuras jubilaciones y pensiones, de la asistencia sanitaria, y de todas aquellas prestaciones y servicios que hoy se financian a través de los presupuestos de las administraciones y organismos públicos?. Para algunos hay que mantener a toda costa las cosas como están sin más y cualquier reforma les parece un atentado a las esencias de los intereses de los sectores populares. Otros, defienden prácticamente la liquidación de la función social del Estado para que quede libre el terreno para la oferta privada y que cada uno se arregle como pueda. Lo cierto es que se constata una gran desorientación y una falta de debate riguroso que intente comprender los nuevos escenarios en los que se va a encontrar y perfile proyectos a largo plazo para afrontarlos. 7. La perspectiva pesimista de la vejez tiene, sin duda, su lógica interna y está muy asentada en la mentalidad de una gran parte de la población. Cualquier cuestionamiento de sus planteamientos requiere un notable esfuerzo para abrirse camino. Y para ello es imprescindible que surjan iniciativas que, sin estar condicionadas por la coyuntura política de corto plazo, promuevan el debate e influyan en la opinión pública y en aquellas personas e instituciones públicas y privadas que están más directamente implicadas en la toma de decisiones. 8. La actual concepción pesimista de la vejez, además de llevar a un callejón sin salida, parte de unas premisas erróneas y de un análisis de una realidad ya periclitada. 9. Las iniciativas relacionadas con las personas mayores deben partir de un objetivo central: el bienestar de las Personas Mayores. Debe sentirse responsabilidad del presente y del futuro de las personas mayores y, por ello, debe preocuparse, especialmente, su calidad de vida y que como ciudadanos puedan ejercer con plenitud los
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derechos y deberes que les corresponden. La edad no puede ser nunca una discriminación ni una limitación al ejercicio real de estos derechos. 1O. Dignificar la vejez, significa cuestionar algunos de los valores a los que ant~s se hacia referencia. Se nace con la voluntad de promover una crítica a todos aquellos presupuestos que penalizan y devalúan la vida cuando se llega a ciertas edades, como si el proceso vital perdiera valor a medida que va madurando. En el momento que se entienda la vejez no como una limitación sino como un periodo más de la vida en la que se puede vivir con la misma intensidad que en cualquier otra edad, habremos conseguido algo decisivo. 11. Es necesario estar convencidos que hoy es más necesaria que nunca la Solidaridad lntergeneracional. Los grandes retos planteados no se resuelven mediante el corporativismo o la defensa de los intereses inmediatos de un colectivo. Posiblemente se pueden conseguir mejoras a corto plazo para uno u otro colectivo pero siempre a costa del interés general, además de que no dejan de ser mejoras que hipotecan el futuro también para estos propios colectivos. El presente y futuro de las personas mayores va a depender, en gran parte, de la inserción social de los más jóvenes. Las líneas de convergencia entre las generaciones en las que puede expresarse esta solidaridad son casi infinitas. 12. Las personas mayores no son solo un colectivo costoso para el Estado -como lo son, otros sectores como los estudiantes, los agricultores o los funcionarios- sino que son también un mercado en el que demandan productos y servicios para el consumo. Un mercado expansivo y, sin duda, uno de los que tiene más posibilidades de crecimiento en estos próximos años. Esta constatación es decisiva para darle la vuelta a los planteamientos pesimistas. Se esta ante .un segmento de la población dotado de una demanda potencial de extraordinaria importancia y cuyo mercado puede compensar la disminución de otros sectores, como consecuencia del bajo índice de natalidad. Este es, además, un sector que puede generar muchos puestos de trabajo de nueva creación o reciclando otros ya existentes. 13. El desarrollo de este mercado depende, en gran parte, de la capacidad por parte de la iniciativa privada de ofertar los productos, bienes y servicios adecuados. El campo de actuación cubre casi todos los áreas productivas. Las empresas deben hacerse la idea que sólo podrán crecer desde este segmento de la población y que, nadie, produzca lo que produzca, podrá salir adelante de espaldas a las personas mayores. Lamentablemente, todavía muchas empresas sólo operan a corto p.lazo sin una estrategia que vaya en consonancia con los tiempos y que pueda adaptarse sin sobresaltos a las nuevas demandas que ya van apareciendo. 14. Apostar por el desarrollo de este mercado y por dinamizar todo aquello que permita convertirlo en uno de los más expansivos eliminando los obstáculos que dificultan su avance. Para algunos hablar de «mercado de las personas mayores» es un tabú como si se quisiera «mercantilizar» a los pobres e indefensos ancianos. La defensa de este mercado es decisiva para combatir tanto la percepción pesimista como la asistencia en referencia a este sector. Si realmente fuera cierto que no existe mercado o que éste está muy limitado a una pequeña minoría de privilegiados, el envejecimiento de la población realmente llevaría al colapso porque sería incapaz de producir ningún tipo de excedente y por tanto, sólo generaría coste para su entorno -la familia Y· la comunidad más próxima- y para el Estado. 15. Para que las personas mayores sean un factor económico de crecimiento y desarrollo o sea, que se constituyan como mercado, es imprescindible un replanteamiento de la definición y funciones del Estado de Bienestar. Este ha sido uno de los grandes logros de las sociedades modernas y la pieza angular del pacto social de las
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sociedades democráticas avanzadas. El Estado de Bienestar parte de dos principios centrales: la igualdad de oportunidades y la cobertura de las necesidades básicas de sus ciudadanos. Para conseguir estos objetivos se parte del principio de que todos debemos aportar nuestra contribución en función de la capacidad económica de cada uno. 16. Pero de la misma forma que se defienden con contundencia estos principios básicos, se apuesta por una profunda reforma de la Administración Pública, de su gestión y de sus objetivos. Es necesario que los Poderes Públicos estimulen todas las energías que existen en la sociedad y que no sustituyan su iniciativa. No sólo se trata de racionalizar el gasto o de que los recursos sean limitados. Si sólo fuera eso, la consecuencia es que cada vez se iban a dedicar menos recursos a una mayor demanda Se trata de ir más allá y plantearse cuáles son las funciones del Estado en relación a las personas mayores y, por extensión, al conjunto de los ciudadanos. 17. Pero, a la vez, es necesario que se perfilen unas reglas de juego claras, consensuadas y a largo plazo entre las Administraciones Públicas y la iniciativa privada. No es posible abordar con garantías los grandes retos que plantea el progresivo envejecimiento de la población sin que lo público y lo privado caminen en la misma dirección y sabiendo hacia donde se va. Es preciso llamar a la responsabilidad de los dirigentes políticos para que antepongan los intereses generales -la atención a las personas mayores y el desarrollo del mercado en este sector- a los legítimos intereses electorales. El tiempo va en contra de las decisiones acertadas y previsoras. Sin una estrategia a largo plazo no va a ser posible hacer frente a los gastos ni desarrollar el mercado de este sector. 18. Entendemos que es imprescindible una profunda renovación de los objetivos, las estrategias y el funcionamiento de las asociaciones y entidades que agrupan a las personas mayores. La oferta de servicios, la modernización de la gestión y la capacidad de intervención en la vida pública deben ser los motores que faciliten una participación real y efectiva de este colectivo integrado plenamente en la sociedad en la que vive. 19. Procurar el bienestar de las personas mayores; replantear los valores de nuestra sociedad respecto al envejecimiento; investigar y propagar los cambios que se están produciendo en este sector; dinamizar el mercado de las personas mayores, incitando y favoreciendo la intervención de la iniciativa privada; defender y replantear los objetivos, las funciones y la gestión de las administraciones públicas; estimular una nueva relación entre lo público y lo privado e impulsar la participación social de este colectivo deben ser los principios en los que se basen las iniciativas · relacionadas con los mayores. 1.9.1.- Decálogo
1.- Los mayores tienen derecho a la libertad de expresión y a la información y su voz debe ser oída por las Instituciones en pie de igualdad con el resto de los ciudadanos. 2.- Los medios de comunicación en general y los medios publicitarios en particular deben velar por la mejor imagen del mayor evitando lenguajes degradantes, vejatorios o de discriminación. 3.- La comunicación intergeneracional debe favorecerse desde las Instituciones con el fin de recuperar un diálogo social beneficioso para todos. 4.- En los ámbitos empresariales debe evitarse la discriminación por la edad que se desarrolla a través de los planes de prejubilación, favoreciéndose una nueva cultura que ligue el derecho de ser mayor a la experiencia necesaria, cuando no a la
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sabiduría. 5.- Los mayores desean recuperar su protagonismo social y su papel de referente ético en una sociedad cambiante, argumento que debe difundirse desde los medios de comunicación social. 6.- La participación de los mayores en la vida política debe ser un hecho normal, por lo que los partidos han de realizar los esfuerzos necesarios para promover su integración en las listas electorales. 7.- Las Asociaciones de Mayores representativas deben trabajar unidas en aras de proteger con eficacia los derechos de los mayores a una vida digna, con calidad y a unas pensiones justas. 8.- Los mayores deben registrar un mayor grado de actividad a través de sus asociaciones para consolidar y hacer reales sus derechos consagrados en la Constitución de la República. 9.- Las Instituciones deben favorecer el desarrollo de los medios de comunicación especializados en cuestiones de interés y servicio público para los mayores y que sus reivindicaciones encuentren en ellos el cauce más adecuado. 10.- Procurar el bienestar de las personas mayores a partir de replantear los valores de la sociedad respecto al envejecimiento.
CAPÍTULO 2 "... cabellos blancos, argumento son de edad y no de prudencia" PLATÓN
2.1.- lo individual y lo social en el envejecimiento Los cambios que se presentan en la calidad de vida de los seres humanos a raíz de un mayor estado de bienestar y de mayor salud están posibilitando, en las últimas décadas, un aumento progresivo en las expectativas de vida de aquellas personas que viven en los países desarrollados y aún de las que residen en los países que se esfuerzan por desarrollarse. La vejez surge como una etapa nueva desde la propia expectativa de las personas que envejecen, ya que para muchos hombres y mujeres se les presenta este segmento del ciclo vital con una duración similar o superior al período en que se dedicaron al trabajo. Esto les demanda prever y organizar la vida desde una perspectiva distinta a la que usaron sus propios padres. Los grupos· humanos que hoy están envejeciendo no se animaron a plantearse la posibilidad de vivir tantos años con salud y de la forma en que lo están haciendo. La historia de la humanidad pone de manifiesto que nunca los seres humanos han enfrentado un ciclo de vid·a tan prolongado, ni han tenido tantos años de vida para acopiar experiencia. Es a fines del siglo XX cuando la presencia de personas viejas se hace más significativa y notoria a nivel social, hecho que posibilita que aparezca como algo propio de fines del siglo XX y característico del próximo siglo XXI. Esta circunstancia ya está influyendo de forma directa en el sistema social, a la vez que va condicionando el desarrollo de las comunidades, de los pueblos y los países. El envejecimiento individual es el conjunto de situaciones que enfrenta cada persona a medida que avanza su edad. En la actualidad es significativo señalar que la etapa de la vejez, día a día, abarca mayor cantidad de años. El envejecimiento de la sociedad hace referencia a los cambios que se producen en la estructura social a raíz del envejecimiento de los seres humanos.
2.1. El envejecimiento en la historia La información y el conocimiento que hoy es factible tener sobre el envejecimiento es la resultante de la acumuladón a lo largo de los siglos, por ser este un fenómeno universal, ya que ha estado presente en todas las épocas, culturas y civilizaciones. El estudio de la vejez abarca tres grandes períodos, a saber: • Primer Período: el que comienza con Quetelet (1796 a 1874). Su principal obra fue: usur l'homme et le développement de ses facultés". Los aportes de este autor se centraron en reforzar las generalizaciones de comprobaciones aisladas, a la vez que reconoció la relación entre los aspectos biológicos y sociales que converjen en el envejecimiento.
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Galton (1832 a 1911). Sus aportes se cristalizaron en su obra: "Inquirí into Human Faculty and its Development". En ella plantea sus trabajos sobre relación entre la duración de la juventud y las diferencias de personalidad, como así también en relación a los cambios orgánicos que se producián a edad avanzada y su relación con cambios de la psicomotricidad. En el transcurso de este primer período se impusieron los aportes de datos cualitativos y sus procesamientos estadísticos. Segundo Período: este abarca el tiempo que va entre las dos grandes guerras del siglo XX o sea de 1918 a 1940. Birren (1963) lo caracteriza por dedicarse a la investigación sistemática sobre el envejecimiento humano. Se destacaron los estudios sobre inteligencia, rendimiento psicomotricidad y capacidad de reacción. Se dio un predominio de aportes ingleses y alemanes. Miles (1928) fundó en Estados Unidos el primer centro dedicado al estudio del envejecimiento y estuvo ubicado en la Universidad de Stanford en California. Sus aportes se centraron en la inteligencia y su declinar a causa de la edad. Hall (1844 a 1924). Publicó su obra: "Senescence, the last half of lige". (1922). En este trabajo el autor publicó sus reflexiones sobre las particulares características emocionales, intelectuales y sociales de la vejez, dejando claramente sentado las profundas diferencias intraindividuales que se presentaban. Es quizá este el primer trabajo que se publica sobre psicología de la vejez. Pavlov (1894 a 1936) hace notar la mayor lentificación de los aprendizajes en la vejez, situación que consideró que se presentaba por menor conductibilidad de las vías nerviosas. Kirihara (1934), que trabajó en Japón centro sus estudios en las modificaciones antropométricas y los cambios mentales. Marañon (1917) en España, publicó sus estudios sobre: "La Edad Crítica". Giese (1928) en Alemania trabajo con encuestas sobre las vivencias subjetivas del envejecimiento. Tercer Período: corresponde a la fase de expansión. Streib y Orbach (1967) consideran que hasta 1940 los estudios sobre el envejecimiento estuvieron centrados en torno a las ciencias médicas y en relación a los aspectos fisiológicos. Transcurridos los primeros años posteriores a la segunda guerra mundial del siglo XX, específicamente en 1945, se organizó la "Gerontological Society" en Estados Unidos y a partir de allí las investigaciones y publicaciones comenzarón a crecer. El avance de los estudios sobre el envejecimiento puso de manifiesto la relación y afinidad de otras disciplinas con la gerontología. En la quinta y sexta década del siglo XX los estudios se desplazan hacia la personalidad en la vejez.
En la actualidad, la psicología de la vejez esta sustentada por la psicología del ciclo vital, con un enfoque dinámico contextual, dialéctico y ecológico.
2.2. Vejez: mitos y realidades Existe una apreciación estereotipada con relación a que todo cambio que acontece en la vejez es siempre negativo, ya que la creencia indica que se van perdiendo las capacidades y/o habilidades que las personas fueron adquiriendo en el transcurso de la juventud y adultez. Son numerosos los prejuicios que existen sobre las personas mayores e incluso
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son compartidos por las personas que transitan la vejez, por las personas de otros grupos generacionales y también por distintos profesionales que les brindan asistencia. Ageism es el término inglés que se usa para designar esta concepción prejuiciosa para con las personas mayores, pero en castellano no se cuenta con un vocablo que haga una expresa y clara referencia al prejuicio y/o discriminación que la sociedad ejerce sobre las personas mayores (Bulter, 1973).
2.2.1. Aportes de Kart Distintos estudios e investigaciones le posibilitaron a Kart (1990) el reconocimiento de un listado de los prejuicios más frecuentes entre la población de Estados Unidos de Norte América en relación con las personas viejas: ./ la senilidad inevitablemente acompaña a la edad; ./ la mayoría de las personas viejas están aisladas de sus familias; ./ la mayor parte de las personas viejas tienen poca salud; ./ las personas viejas suelen resultar víctimas de crímenes con más frecuencia que las personas jóvenes; ./ la mayoría de las personas viejas son pobres; ./ las jubilaciones y pensiones son la causa del deficit de la seguridad social del país; ./ los trabajadores de edad producen menos que los trabajadores jóvenes; ./ las personas mayores se jubilan por los problemas de salud o por la muerte próxima; ./ las personas mayores carecen de interés y de capacidad para las relaciones sexuales; ./ la mayoría de las personas de edad pasan sus últimos días internados en una residencia. Para una mayoría, realmente significativa, estas afirmaciones son falsas, incluso para un considerable porcentaje de personas mayores. Estas son afirmaciones que se pueden aplicar también a personas de otros grupos generacionales, pero aquello que más preocupa es que estas afirmaciones no ofrecen una conceptualización adecuada ni verídica de la mayoría de las personas viejas. La vejez se caracteriza por su variabilidad intraindividual e interindividual, por su diversidad, por su heterogeneidad pese a que las creencias populares la consideran homogénea. Las diferencias entre las propias personas viejas resultan mucho más marcadas que las que se observan entre individuos de otros grupos etarios.
2.2.2. Aportes de Fernández Ballesteros El estudio de Fernández Ballesteros (1992) con respectos los mitos que la sociedad española plantea sobre la vejez muestra que el estereotipo más difundido es el siguiente: la vejez es el momento de descansar después de toda una vida dedicada al trabajo. Entre los mitos que la autora estudió predominan aquellos que engloban una apreciación negativa y de forma más acentuada, aún entre las propias personas viejas. 2.2.3. Aportes de Pinillos Pinillos (1994) considera que es necesario tener una visión objetiva para no terminar incidiendo negativamente sobre el propio proceso de envejecimiento, para ello es necesario ofrecer contenidos científicos que contribuyan a una visión más equilibra-
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da sobre el proceso de envejecimiento y de esta forma echar por tierra gran parte de los mitos, de los prejuicios y de los estereotipos existentes. 2.2.4. Aportes de Gil y Calvo
Gil Calvo (1995) propone una organización de los mitos y prejuicios en los que se oponen unos a otros, a la vez se superponen y enmascaran, pero poniendo siempre en evidencia el problema social que constituye la vejez. Gil Calvo realiza la siguiente presentación: .! la vejez y la antigüedad. Desde lo social puede considerarse que aquello que envejece pierde valor o por el contrario que aumenta su valor y algo semejante se plantea con la vejez, ya que con ella se puede trascender y alcanzar cierta intemporalidad, pese a que no se puede vencer la muerte; .! la vejez y la irresponsabilidad. A las personas ancianas resulta posible responsabilizarlas de su falta de responsabilidad a raíz de una supuesta situación de regresión. Este hecho estaría suponiendo la posibilidad de retirarlos anticipadamente y usufructuar sus beneficios, tales como puestos de trabajo, herencias, etc.; .! la vejez y la enfermedad. Las personas suelen tener a la edad y a la enfermedad como causa de muerte, tal como si el sólo hecho de cumplir años ya fuese el desencadenante para tener alguna enfermedad; .! la vejez y la beneficencia. Se suele sostener que los viejos son una carga, un peso, que demandan apoyo y sostén económico, pero la vejez no es sinónimo de pobreza y demanda económica; .! la vejez como problema social. Para evitar que se convierta en problema social es necesario reinstalar la plena dignidad, el ejercicio de roles y la plena reciprocidad generacional. 2.2.5. Aportes de Salvarezza
Salvarezza (1993) considera que una inmensa mayoría de la población de todas las culturas tienen numerosas conductas negativas hacia las personas viejas, las que a veces son inconscientes pero lamentablemente en la mayoría de las oportunidades son conscientes y activas. Considera que ante la carencia de un término especffico en castellano para hacer referencia a estos fenómenos y sus consecuencias se use el neologismo "viejismo" y que a la vez resulte equivalente del vocablo inglés "ageins". Este autor plantea la diferencia existente entre dos expresiones castellanas que se utilizan con frecuencia en relación con la vejez, a saber: .! gerontofóbia que se refiere a una conducta de temor u odio irracional hacia los viejos, pero que resulta menos abarcativo y debe ser incluida dentro del viejismo, a la vez que recomienda no usarla como sinónimo; .! viejismo que esta destinado a definir un conjunto de prejuicios, estereotipos y discriminaciones que se aplican a las personas viejas por el solo hecho de la edad. Salvarezza sostiene que los prejuicios que quizá estén más difundidos entre la población general y los profesionales, son aquellos que hacen referencia a que todos los viejos son enfermos o discapacitados, a que la gran mayoría de los viejos vive en residencias geriátricas y señala que no faltan los prejuicios que consideran que los viejos muestran un alto grado de declinación de sus capacidades. Lo realmente sig-
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nificativo de estas afirmaciones, es que el autor marca que como resultado de estos prejuicios se termina estableciendo una fuerte sinonímia: viejo = enfermo y que acaba por interiorizarse en los propios destinatarios, o sea, los viejos. Todos los prejuicios que se han presentado dan como resultante el considerar a la vejez como un problema social. Para modificar esto es necesario presentar a la vejez como: ./ una institución social; ./ una edad a respetar; ./ una edad a proteger; ./ una edad a conservar. Para ello es necesario que las personas viejas asuman una clara actitud: ./ en relación al desempeño de su propio rol; ./ que encuentre por si mismos una función propia a ejercer; ./ deben recobrar su propia realidad social; ./ que se reconstruya una relación de reciprocidad entre las personas viejas y el resto de la sociedad. La única forma de que los viejos construyan su protagonismo, es cuando reconozcan la realidad y plenitud de la dignidad etaría y ello se logra a partir de que ejerzan un rol, reconozcan que tienen claras funciones a desempeñar y lo hagan, tengan una efectiva y determinada participación social reconocida por ellos mismos. Estas circunstancias son las que conducen a dejar de reconocer a la vejez como un problema social a resolver y que cada vez se torna más complejo y difícil.
2.3. Envejecimiento y discriminación El hecho de la discriminación por la edad o la circunstancia de catalogar y juzgar a las personas sólo por la edad cronológica, es una forma de sesgar a los sujetos, es encasillarlos y no permitirles ser individuos con un modo propio de vivir sus vidas. (Butler y cols. 1991) Este tipo de discriminación por edad cuando se trata de personas viejas resulta muy perjudicial, ya que fomenta estereotipos y imposibilitar visualizar a las personas viejas tal cual son, como así también desalientan a los propios viejos a participar en actividades laborales y/o sociales. Pero en el transcurso de las dos últimas décadas del siglo XX y en lo que va corriendo del siglo XXI esto esta modificándose gracias al converger de los aportes de distintas disciplinas hacia el quehacer gerontológico, que en la actualidad trata de mostrar el envejecimiento según la calidad con que se presenta, con la salud que lo acompaña y con el bienestar social que nuestra. La gran mayoría de las personas viejas son sanas y fuertes, tienen una buena jubilación o perciben una adecuada renta, están integrados a sus familias y a la sociedad y algunos suelen participar en política. Es mucho menor el grupo de personas viejas con marcados déficits físicos, psíquicos y/o sociales que requieren servicios que les brinden adecuada asistencia.
2.4. El proceso de envejecimiento en la cultura Distintos trabajos de filosofía, de literatura y de arte recogen una serie de aportes sobre el envejecimiento que forman parte de la cultura, por ejemplo todo aquello que se refiere a la creencia que prolongar la vida no resulta posible ni deseable, frente a
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la postura que hace referencia al deseo y búsqueda de prolongar la vida. Kart (1990) y Rodríguez (1989) hacen expresa mención a que estas dos formas de pensar tienen su base de sustentación en teorías pasadas y presentes del envejecimiento, son dos posturas que recogen aspectos de realidad y de deseos, posturas que dan origen a mitos e ideas culturales sobre el envejecimiento. Estas dos posturas están presentes en los versos de Homero sobre la guerra de Troya, cuando Aurora enamorada de Títono le pide a Zeus la inmortalidad para su amante pero sin acordarse de pedirle también la juventud eterna y así, mientras Aurora permanece igual, Títono envejece y chocheaba cada vez más hasta que llega a ser necesario ubicarlo en una canasta. Este mito está indicando que no es deseable prolongar la vida si ella no resulta acompañada de una permanente juventud. El eje en torno al cual gira hoy el envejecimiento hace referencia a que la importancia está en la calidad de vida de los últimos años y no en lo específicamente relacionado con la longevidad. Pinillos (1989) acuña la frase: lo importante no es dar años a la vida sino vida a los años. Cuando más tarde la Organización Mundial de la Salud (O.M.S.) la hace suya, rescata y destaca que lo importante no es la longevidad en sí misma, sino la calidad de vida.
2.5. Estudio científico del envejecimiento: su origen Villanova (1235-1311) en su libro La defensa de la vida y la recuperación de la juventud sostenía que el envejecimiento se producía por el incremento de los humores secos que podían ser tratados con los humores húmedos. Tetens con su obra de 1777 ofrece los primeros aportes sobre distintos aspectos de la adultez y el envejecimiento, ya que pone de manifiesto leyes generales del desarrollo a partir de la observación sin establecer períodos de edad, sino que observa el desarrollo humano del nacimiento a la muerte. Carus (1808) ofrece una descripción psicológica del desarrollo humano a todo lo largo de la vida, estableciendo a partir de la observación cuatro grandes períodos: infancia, juventud, adultez y vejez. Quetelet (1835) en su libro Sobre el hombre y el desarrollo de sus facultades analiza conceptualmente la psicología evolutiva. Los aportes correspondientes al siglo XVIII y XIX que surgen como consecuencia de circunstancias políticas, sociales y la propia evolución científica constituyen el origen de los estudios de distintos grupos sociales presentados por intervalos de edades y así, surgen los primeros estudios científicos referidos al desarrollo del niño, del adolescente y del adulto, pero pese a su coincidencia temporal no tuvieron un desarrollo similar hasta la actualidad, ya que frente a la prolifera producción científica con respecto a la niñez y a la adolescencia se observa un claro vacío del tratamiento de la vejez hasta aproximadamente las décadas del 60 y 70 del siglo XX. Aquellas publicaciones iniciales y otras esporádicas son las que han mantenido en forma tenue el interés por el estudio de la vejez a lo largo de prácticamente dos centurias, ya que el esfuerzo estuvo destinado a la psicología evolutiva de la infancia y de la adolescencia. Hall (1922) publica Senectud: la segunda mitad de la vida, trabajo que prácticamente pasó desapercibido pero no aconteció lo mismo con sus aportes sobre adolescencia. Se pueden señalar dos hechos significativos en los orígenes de los estudios sobre la vejez, uno: el marcado interés por la infancia y el otro: el interés por ocuparse de todo el ciclo vital y no sólo de un segmento, hecho que posibilita que a la vejez se la conozca más y mejor a través del enfoque científico de la Psicología del Ciclo Vital.
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A partir de 1950 comienzan a surgir demandas sobre la vejez desde quehaceres disciplinarios, académicos, científicos y profesionales a raíz de circunstancias sociales y demográficas. Las demandas demográficas se presentan como una razón de peso, ya que ponen en evidencia la reducción de los índices de natalidad y el aumento progresivo de la expectativa de vida. Estos hechos contribuyeron a que muchos científicos dedicados a la psicología evolutiva de la niñez ampliaran sus objetivos de trabajo e incluyeran la vejez, tal como lo indica la trayectoria de Hall, Bühler, Baltes, etc. Desde una perspectiva científica surgen las publicaciones de Hall (1922), las de Cowdry (1939) y las de Birren (1959) como aquellas que han contribuido a la prosecución de los estudios sobre el envejecimiento y la vejez. En especial el manual sobre envejecimiento de Birren de 1959, el que está referido al envejecimiento biológico y psicológico, sirvió como elemento convocante para el surgir y resurgir de los conocimientos desde distintas disciplinas sobre el envejecimiento. A partir de mediados de la década del 70 se publican distintos aportes sistematizados con relación a la psicología de la vejez, resultando como más significativas las tareas de Birren y Schaie (1977-1985-1990). El estudio del envejecimiento no sólo se ha realizado desde la psicología del desarrollo, sino que también se lo ha planteado desde la psicología cognitiva, desde la social, desde la clínica, etc. Actualmente se van teniendo conocimientos más precisos con respecto al comportamiento de las personas viejas, como así también con relación a la personalidad, a la inteligencia, a la memoria, etc. A lo largo de los años 90 se verifica un 9umento realmente muy significativo de publicaciones científicas referidas al proceso de envejecimiento y a la vejez. Las actividades destinadas a la prevención y el tratamiento de distintas enfermedades, a la revisión de los principios que rigen la nutrición y al mejoramiento de la calidad de vida se presentan aproximadamente, a mitad del siglo XX y esto va favoreciendo de forma clara y evidente un significativo aumento de la expectativa de vida en general, pero en particular en el grupo de personas mayores. Circunstancia ésta, que ha convocado a los científicos de distintas disciplinas para que se ocupen del envejecimiento humano y de las personas viejas. En la mayoría de los países los datos aportados por los censos realizados alrededor de 1990, ponen de manifiesto que las sociedades están envejeciendo muy rápidamente y ello se está presentando como un fenómeno que terminará caracterizando la década del 90 y los finales del siglo XX.
2.6. Estudio científico del envejecimiento: actualidad La psicología del desarrollo ha estado reflexionando sobre distintos aportes teóricos con relación a cómo abordar su objeto de estudio, a cómo manifestarlo y ejemplificarlo, llegando a la conclusión que en esta circunstancia histórico-social confluyen y conviven distintas apreciaciones con respecto al hombre y el mundo que condicionan los marcos teóricos y los métodos que se usan para el estudio del desarrollo humano y un ejemplo de esta afirmación se encuentra en los aportes de Harris en 195 7, de Reese y Overton en 1970, de Brin y Kagan en 1980, de Lerner y Kauffan en 1985, de Baltes en 1988, etc. De este reflexionar epistemológico surgen como más representativos los modelos: mecanicista, organicista y contextuales.
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2.6.1. Modelo mecanicista
Este modelo explica el comportamiento humano a partir de aspectos que pueden ser observados en forma directa. En su trabajo incluye las teorías del aprendizaje y del conductismo. Considera al organismo como el lugar donde se acumulan aprendizajes y hábitos. Este modelo reduce el desarrollo al concepto de cambio que se produce por los distintos tipos de aprendizaje. Para los representantes de este modelo el cambio acontece en cualquier momento y/o segmento del ciclo vital y se reduce a aquello que las personas son capaces de aprender gracias a los aportes del ambiente. En este modelo las leyes del aprendizaje no cambian y a la vez están directamente relacionadas con el desarrollo psicológico. Reducen la conducta a la continua aplicación de leyes de aprendizaje las que se usan sin tener en cuenta la edad y las respuestas resultan controladas por los estímulos ambientales que son específicos para cada situación. El enfoque mecanicista considera que el contexto del hombre se reduce al ambiente que lo rodea y que a su vez es traducible en un conjunto de estímulos y respuestas, por ello las actuaciones que no pueden ser reducidas al binomio estímulo-respuesta, como por ejemplo las incidencias generacionales, las repercusiones históricas, los cambios que surgen por las modificaciones de las estructuras sociales, no son reconocidos ni tenidos en cuenta. La representación de este modelo está en los aportes de Bijou y Baer (1965). Desde este modelo puede afirmarse que la vejez no es reconocida como un proceso de desarrollo, por el contrario, resulta ser fruto de los cambios de comportamiento producidos por aprendizaje y/o fruto de él. 2.6.2. Modelo organicista
En este modelo se considera al comportamiento como la resultante de la formación de estructuras u organizaciones internas del individuo. Para el modelo organicista un proceso evolutivo es un fenómeno normativo, idealizado y dirigido hacia un objetivo final. Al desarrollo se lo considera actuando a partir de cambios cualitativos y la explicación de aquello que acontece en cada circunstancia se hace teniendo en cuenta lo que se va a alcanzar y que es conocido con anterioridad. Este es un modelo biologista que se asienta sobre sucesivas modificaciones celulares hasta alcanzar sus funciones últimas. La interacción entre los procesos del sistema nervioso y los procesos del comportamiento considera que están genéticamente establecidos y son la resultante de la maduración. El representante máximo de este modelo es Piaget (1969, 1972). Las teorías fisiológicas del envejecimiento guardan relación con algunos postulados organicistas. Para este modelo una vez que se han alcanzado ciertas pautas de maduración, sólo se presentaría a continuación un declinar de aptitudes y comportamientos, hecho que estaría indicando que se avecina o enfrenta el derrumbe que se observaría en la vejez. 2.6.3. Modelo contextual
Este modelo tiene como representantes a Lerner y Kauffman (1985), a Reese {1991) y a Capaldi y Proctor (1994), quienes explican el comportamiento como la resultante de la interacción de los elementos que intervienen, resultando su objeto de estudio el análisis del continuo proceso de interacción del hombre y su medio. En el contexto ambiental incluyen las causas accidentales y/o los factores que no resultan normativos del desarrollo, tales como factores históricos y generacionales. El hom-
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bre no puede separarse del contexto socio-ambiental y cultural en el que se produce su desarrollo, y por ello afirman que su análisis se centra en el organismo en transacción con el medio y en la dispersión de los elementos que intervienen en el proceso de desarrollo. Como el hecho de centrarse en la dispersión, caos y desorganización implicaría su renuncia al concepto de desarrollo, el que indica un cambio ordenado y sistemático del organismo, es que se ha visto necesitado de incorporar ciertos supuestos del modelo organicista, resultando una mezcla de aportes organicistas y contextuales tradicionales, hecho que hace surgir una postura de nuevo contextualismo o de probabilismo epigenético. Este probabilismo epigenético excluye la causalidad final (organicista) y por lo tanto plantea que el organismo mantiene una gran plasticidad durante toda la vida. La plasticidad encuentra sus límites en la imposición del organismo al medio y la del medio al organismo. El contextualismo considera que el organismo tiene un rol protagónico en el proceso de desarrollo humano y el énfasis lo pone en la relación que se da entre ambos. El envejecimiento termina siendo el producto de la interacción individuo-ambiente y lo realmente importante es la adecuación entre el hombre y el medio en que envejece. La vejez resulta ser una realidad cambiante, modificable dentro de entornos histórico-sociales los que también resultan cambiantes, determinados a su vez que influidos y modificados por los propios individuos. 2.6.4. Modelo dialéctico. Este resulta un modelo útil para la comprensión del progreso, como así también, de la dinámica que se establece entre los mecanismos que actúan sobre las persa- · nas en un determinado momento. Los antecedentes de esta línea de trabajo se encuentran en Heráclito por sus afirmaciones con respecto a que todo aquello que existe está en constante cambio y que el cambio se origina por la lucha con la necesidad. El modelo dialéctico plantea que el desarrollo enfrenta tres leyes: .t Primera ley: la que establece la transformación del cambio cuantitativo en cualitativo. Ello es más que un simple cambio, es una emergencia y a la vez la destrucción de fenómenos cualitativamente diferentes que resultan gobernados por sistemas de leyes diferentes y no reducibles entre sí. Un ejemplo de esto resulta la modificación del agua en hielo . .t Segunda ley: la que establece la lucha de opuestos. Aquí se considera que existen tendencias o fuerzas en todos los fenómenos que son a su vez mutuamente incompatibles. Lo positivo requiere de lo negativo para su existencia, a la vez que el mutuo carácter contradictorio es el generador de la fuerza del desarrollo. Considera que la principal fuerza del desarrollo es interna a lo que se está desarrollando . .t Tercera ley: la que establece la negación de la negación. Afirma que lo viejo siempre es reemplazado por lo nuevo y esto nuevo a su vez es reemplazado por algo aún más nuevo: negación de la negación, que resulta útil para reinstalar distintos aspectos de lo viejo, pero a un nivel más superior. Esta ley considera positivo el momento del desarrollo en que aquello positivo de lo ya viejo se retiene y es asimilado a nivel superior. El modelo dialéctico se ubica en torno a las condiciones que crean el desequilibrio y la inestabilidad, a partir de lo cual surge lo nuevo y así se produce el desarrollo.
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Esta línea de trabajo resulta útil para comprender el envejecimiento, a la vez que la dinámica entre el crecimiento y deterioro, entre pérdidas y ganancias a lo largo de todo el proceso del ciclo vital. Los aportes de Erikson y Levinson se basan en fuerzas opuestas que posibilitan el progreso del hombre. 2.6.5. Modelo contextual-dialéctico
Este modelo es factible de reconocer en los aportes de Vigotsky, de Wallon, en el enfoque del ciclo vital y del psicoanálisis culturalista. 2.6.5.1. Vigotsky (1894-1934)
Los aportes teóricos de Vigotsky son instrumentales, históricos y culturales . ./ Instrumentales, ya que el enfoque cognitivo de Vigotsky plantea que todos los procesos superiores del hombre tienen carácter de mediación por cuanto participan de los recursos internos que el individuo va construyendo a lo largo de todo su desarrollo y que se los puede comparar con los instrumentos materiales que se usan en la actividad práctica; ./ históricos, porque el autor entiende que el producto final del desarrollo humano es, antes que nada, una función del momento histórico y social en que la persona vive; ./ culturales, por la significativa influencia de la interacción social a lo largo del desarrollo humano. Considera que el comienzo de las funciones psíquicas se produce dentro de un encuadre cultural determinado. Vigotsky plantea el concepto de Zona de Desarrollo Potencial. Esta zona es la distancia entre el nivel actual de desarrollo y el que resulta posible determinar por la capacidad humana de resolver en forma independiente un problema y a la vez por el nivel de desarrollo potencial, el que resulta determinado a través de la resolución de un problema bajo la guía de un adulto o en colaboración con otro compañero más capaz. (Luria, 1979) Los aportes de Vigotsky ponen de manifiesto una relación dialéctica hombre-sociedad y la influencia que ello tiene en los procesos de desarrollo. 2.6.5.2. Wallon (1879-1962)
Los aportes de Wallon constituyen una psicología genética y dialéctica que posibilita el estudio del hombre en relación con su medio, a medida que se transforma y desarrolla. Estos aportes de Wallon ponen de manifiesto como lo biológico y lo orgánico, por acción del medio, deviene en psíquico. Los aportes de Wallon resultan ser: ./ genéticos porque se centra en los procesos de información y de transformación del psiquismo a partir de una versión integradora; ./ evolutivos ya que la evolución se reconoce en el desenvolvimiento sucesivo de sistemas de caracteres cada vez más complejos e interrelacionados; ./ dialéctico-históricos por cuanto rechaza los aportes psicofisiológicos que plantean ciclos repetitivos, abstractos y atomizados; ./ un hacer de disciplinas en el que confluyen, se complementan e integran aportes biológicos, psicológicos y sociales. El hombre es una singularidad en cuyo interior se organizan en forma dinámica, los elementos orgánicos e
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históricos; un desarrollo en cuanto resultado de la interacción del hombre y su medio. No puede describirse en términos biológicos o universales, sino que es necesario que se lo haga como algo peculiar a cada persona. Esta peculiaridad y singularidad del desarrollo humano es el resultado de la integración del potencial madurativo y de condiciones existenciales, las que resultan matizadas por la historia personal y los aportes de la persona según la fase de desarrollo que atraviesa.
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2.6.5.3. Enfoque del delo vital El enfoque del ciclo vital no acepta la tradicional concepción del enfoque organicista que plantea un crecimiento que se asienta en lo biológico. Baltes (1983) manifiesta que las características que fundamentalmente definen la postura organicista son: .t la secuencialidad; .t la unidireccionalidad; .t el estado final; .! la irreversibilidad; .! la transformación cualitativo-estructural; .t la universalidad. Esta negativa con respecto a la postura organicista surge porque es considerada como restrictiva, a la vez que poco adecuada para la descripción y explicación del desarrollo a lo largo de la vida. Si este modelo de crecimiento evolutivo de aplica a la vejez termina mostrando estabilidad o deficit, ya que la estabilidad equivale a madurez y en épocas posteriores a la niñez y adolescencia se plantean los déficits por pérdida de capacidades. Baltes y Willis (1982) consideran que resulta necesario poner más énfasis en la dimensión múltiple de los procesos de desarrollo, a la vez que en las múltiples causas que intervienen en ellos. Thomac (1979) y Schaie (1982) también han criticado las concepciones que se asientan en un factor único: el biológico, y en una sola dimensión: crecimiento-declive con respecto al desarrollo a través de la vida en general y en particular con relación a la vejez. Los modelos de crecimiento biológico no resultan útiles para explicar los cambios que se producen en los últimos segmentos del ciclo vital, ya que las personas mayores no son crecimiento sólo, sino que son aquello que ya ha crecido, son a la vez un proceso con diferencias marcadas y las variaciones interindividuales aumentan significativamente. El enfoque del ciclo vital plantea que en el desarrollo en general y en la vejez en particular, se reconoce la plasticidad a que resultan sometidos los distintos acontecimientos evolutivos, como así también, la importancia de las relaciones funcionales y los factores situacionales. El desarrollo humano cambia en algunas de sus dimensiones (ver gráfico Nºl O); y a veces lo hace en dirección positiva y otras en dirección negativa, por ejemplo cuando se plantea en términos de crecimiento y desarrollo. Otras dimensiones pueden resultar modificadas en cualquier momento por acción de factores ambientales, históricos y culturales, hecho que pone de manifiesto la plasticidad.
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Gráfico Nº1 O Curva del desarrollo del hombre
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2.6.5.3.1. la salud en el envejecimiento visto desde la perspectiva del ciclo vital Desde la perspectiva de la psicología del ciclo vital asume relevancia el tema de la salud en el envejecimiento, ya que ella es la suma de las aportaciones docentes y de formación, profesionales y científicas, propias de la disciplina de la psicología, dirigidas a la promoción y mantenimiento de la salud, a la prevención y tratamiento de la enfermedad, a la identificación de la etiología y diagnóstico de la salud, enfermedad y problemas afines, al análisis y mejora del sistema de cuidados de salud, y a la configuración de políticas sanitarias (Matarazzo, 1982). 2.6.5.3.2. Edad Cronológica, Edad Biológica, Edad Psicológica y Edad Social No es necesario que deban coincidir con el tiempo. Se puede tener una edad cronológica de 72 años y una edad psicológica de 42, y una edad social de 65 años. 2.6.5.4.2.1. Edad Cronológica Es la que va desde el nacimiento hasta la edad actual de la persona. Definición referencial y arbitraria de vejez. 2.6.5.4.2.2. Edad Biológica Tiene en cuenta los cambios físicos y biológicos que se van produciendo en las estructuras celulares, de tejidos, órganos y sistemas. 2.6.5.4.2.3. Edad Psicológica Define a la vejez en función de los cambios cognitivos, afectivos y de personalidad a lo largo del ciclo vital. El crecimiento psicológico no cesa en el proceso de envejecimiento (capacidad de aprendizaje, rendimiento intelectual, creatividad, modificaciones afectivo-valorativas del presente, pasado y futuro, así como de crecimiento personal) 2.6.5.4.2.4. Edad Social Suele medirse por la capacidad de contribuir al trabajo, la protección del grupo o grupos a que pertenecen y la utilidad social. Estimación que varía según las socieda-
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des, sus leyes, valoraciones, prejuicios y estereotipos, oscilando entre los extremos del continuo "viejo-sabio", "viejo-inutil". Hay autoras, como Fernández Ballesteros, que le gusta más hablar de "edad funcional" en base a criterios de salud frente a edad cronológica de referencia sociodemografica. 2.6.5.4.2.5. Edad Funcional Se define a través del nivel de competencia conductual de una determinada persona vieja. Por tercera edad, algunos autores entienden la vejez competente y adaptada, y por cuarta edad a los sujetos funcionalmente inhábiles pertenecientes al mismo grupo cronológico. 2.6.5.5. Esperanza de vida 1. En España 1.1. Al nacer: varones 72,6 años, hembras 78,8 años. 1.2. A los 65 años: varones 79,8 años, hembras 83 años. 2. En el mundo 2.1. Al nacer: varones 65,3 a 75,5 años, hembras 71,9 a 81,6 2.2. A los 65 años: varones 76,9 a 81,1 años, hembras 80,6 a 85 3. En Argentina 3.1. Media: 77,7 años 2001. 2.6.5.6. E.V.U. es la Esperanza de vida libre de incapacidad 2.6.5.7. Configuración de la personalidad Se ha pasado de un modelo concebido como deficit-decrepitud en la vejez a un modelo de competencia. Hay determinados factores que van a influir en el desarrollo de la persona y estos son: .! Factores normativos: edad .! Factores relacionales: historia .! Factores no normativos en el desarrollo del ciclo vital. Esto va a configurar la personalidad del sujeto. Hay tres sistemas que interactivan y regulan la naturaleza del desarrollo a lo largo de todo el ciclo vital, influyendo en el desarrollo individual. 2.6.5.8. Factores normativos Influencias normativas de la edad y que son definidos como determinantes biológicos y ambientales íntimamente relacionados con la edad cronológica. Son normativos por cuanto, en términos generales, se presentan en todos los miembros de una cultura. Ejemplo de ellos son: .! Situación de carácter social: • Jubilación • Nido vacío • Escolarización
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.t De carácter biológico:
• Primera menstruación • Menopausia 2.6.5.9. Factores normativos relacionados con la historia Acontecimientos y normas completamente generales experimentados por una unidad cultural en conexión con el cambio biosocial. Son normativos si afectan a la mayoría de los miembros de una cohorte (misma generación) de forma similar. Ejemplos de estos factores son: .! Depresiones económicas . .t Guerras .t Epidemias .t Cambios políticos importantes 2.6.5.1 O. Factores no normativos en el desarrollo del ciclo vital Se refieren a determinantes biológicos y ambientales que son significativos en su efecto sobre historias vitales, individuales pero no generales. Ejemplos de este tipo de influencia serían: .t Acontecimiento de salud de una persona . .! Cambio de trabajo . .t Muerte de un familiar cercano . .! Divorcio. 2.6.5 11. Herencia - Medio Ambiente 2.6.5.11.1. Inteligencia Se dice que un 80% es herencia y un 20% factores ambientales. Hay un factor hereditario bastante importante.Por ejemplo: en la esquizofrenia parece ser que hay un gran predisponente, factor de herencia. Siendo fundamentales los factores ambientales para el afloramiento de la enfermedad. 2.6.5.11.2. Características con fuertes componentes hereditarios 2.6.5.11.2.1. Físicas .t Estatura . .t Peso . .t Pulso y respiración .t Tensión arterial y .t Edad de la primera menstruación .! Edad de la muerte 2.6.5.11.2.2. Intelectuales .! Fluidez verbal. .t Memoria .t Evolución del lenguaje .! Evolución de las etapas del desarrollo intelectual. .! Según Piaget, la puntuación obtenida en test de inteligencia. 2.6.5.11.2.3. Personalidad .! Timidez y extroversión . .! Depresión.
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./ Ansiedad y obsesión . ./ Neuroticismo
2.6.5.11.2.4. Riesgos del ambiente prenatal ./ Nutrición materna . ./ Relación sexual. ./ Consumo de fármacos . ./ Hormonas . ./ Tabaco ./ Alcohol ./ Estilo de vida ./ Estrés Hay estudios relacionados con los factores que influyen en las malformaciones en niños de madres sometidas a estrés. Influencia en carácter y personalidad. Conductas reflejas, percepción de profundidad.
2.6.6. Perspectivas de desarrollo del delo vital Es estudiar el comportamiento ligado al contexto de la salud y de la enfermedad desde una perspectiva evolutiva resulta imprescindible para comprender la naturaleza cambiante de las necesidades sanitarias así como las percepciones cambiantes de la salud y de la enfermedad a lo largo del ciclo vital. El desarrollo es entendido como un continuo proceso de potencial crecimiento y de cambio a lo largo de toda una vida, no sólo hasta la adolescencia. El desarrollo es influenciado por múltiples factores: A. La maduración: La aparición de pautas de comportamiento determinadas biológicamente, ej.: caminar. ./ La experiencia presente y pasada . ./ La familia . . ./ La cultura. ./ El ambiente en el que nos criamos . ./ Cualquier hecho anormal que pueda ocurrir en nuestra vida . ./ Algunas Precisiones Terminológicas: ./ Curso vital: carácter concreto de una vida, desde su nacimiento hasta su muerte. Curso indica secuencia, flujo temporal (relaciones amorosas, buenas y malas épocas, etc.) . ./ Ciclo vital: sugiere una idea más amplia que la de curso vital. La imagen de ciclo apela a la existencia de un orden subyacente al curso de la vida humana. Aunque cada vida individual es singular, todas atraviesan básicamente la misma secuencia. B. Etapas de la vida: una etapa es un segmento relativamente estable del ciclo vital, aunque en modo alguno es unitario o estático.
2.6.7. Modelo interactivo y multicausal (Baltes et. al) Tres sistemas interactúan y regulan la naturaleza del desarrollo a lo largo de todo el ciclo vital influyendo en el desarrollo individual.
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a. Influencias normativas relacionadas con la edad. Son las definidas como determinantes biológicos y ambientales íntimamente relacionados con la edad cronológica. b. Influencias normativas relacionadas con la historia. Son normativas que por lo general se presentan en todos los miembros de la cultura. Por ejemplo: Jubilación. c. Influencias no normativas en el desarrollo del ciclo vital. Situaciones de carácter social ./ nido vacío ./ escolarización De carácter biológico ./ primera menstruación ./ menopausia 2.6.8. Influencias normativas relacionadas con la historia. Acontecimientos y normas completamente generales experimentadas por una unidad cultural en conexión con el cambio biosocial. Son norinativos si afectan a fa mayoría de los miembros de una cohorte de forma similar. Ejemplos de estos factores son: ./ depresiones económicas ./ guerras ./ epidemias ./ cambios políticos importantes. 2.6.9. Influencias no normativas en el desarrollo del ciclo vital Se refieren a determinantes biológicos y ambientales que son significativos en su efecto sobre historias vitales individuales pero no generales. Ejemplos de este tipo de influencias serían los acontecimientos de salud de una persona cambios de trabajo muerte de un familiar cercano divorcio. 2.6.1 O. Psicología del ciclo vital y el estudio de la vejez Estudia a las personas viejas como un grupo que, por sus especiales características, debe ser estudiado y tratado separadamente puede llevar a conclusiones erróneas. Por ello, es especialmente interesante contemplar la salud desde la perspectiva del ciclo vital, partiendo del supuesto de que los factores psicológicos y sociales se relacionan con la salud en cualquier edad. Lo que es válido en la edad adulta lo es también, en términos generales para los viejos. 2.6.11. Envejecimiento El envejecimiento puede definirse como un proceso progresivo, natural y lento de transformación, que afecta a los seres vivos desde su nacimiento hasta su muerte. Para explicar el proceso de envejecimiento humano, se han desarrollado teorías y modelos desde diversas disciplinas.
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2.6.12. Psicogerontología · La Psicogerontología es una rama de la Psicología Evolutiva que se ocupa del estudio de las últimas etapas del ciclo vital. Término "Psicogerontología" (Munnichs, 1966). Definición: Conjunto de aportaciones tanto teóricas como prácticas de diversas áreas de la psicología al proceso de envejecimiento. 2.6.13. la vejez La vejez ha de contemplarse como un proceso diferencial y no como un estado. Se trata de cambios graduales en el que intervienen un número muy considerable de variables con diferentes efectos o que dará como resultado una serie de características diferenciales muy acusadas entre las personas de la misma edad cronológica . ./ Edad cronológica: Los años transcurridos desde el nacimiento. Definición referencial y arbitraria de vejez . ./ Edad biológica: Tiene en cuenta los cambios fisicos y biológicos que se van produciendo en las estructuras celulares, de tejidos, órganos y sistemas. Definición con grandes limitaciones por las diferencias de ritmo interpersonales e intrapersonales . ./ Edad Psicológica: Define la vejez en función de los cambios cognitivos, efectivos y de personalidad a lo largo del ciclo vital. El crecimiento psicológico no cesa en el proceso de envejecimiento (capacidad de aprendizaje, rendimiento intelectual, creatividad, modificaciones afectivo-valorativas del presente, pasado y futuro, así como crecimiento personal) . ./ Edad social: Suele medirse por la capacidad de contribuir al trabajo, la protección del grupo o grupos a que pertenece y la utilidad social. Estimación que varía según las sociedades, sus leyes, valoraciones, prejuicios y estereotipos, oscilando entre los extremos del contínuo "viejo-sabio"/"viejo inútil". 2.6.14. Variabilidad interindividual e intraindividual 2.6.14.1. Variabilidad interindividual Hace referencia a que a medida que avanza la edad, las personas tienden a ser más heterogéneas en el funcionamiento psicológico, fisiológico o social. 2.6.14.2. Variabilidad intraindividual Hace referencia a que los cambios que se producen con el paso del tiempo en una determinada conducta, capacidad, habilidad psicológica o fisiológica no predicen necesariamente cambios en otras características psicológicas o sistemas fisiológicos. Ej.: Una persona puede mostrar una pérdida de autonomía fisica importante al mismo tiempo que mantiene unas habilidades cognitivas intactas.
2.7. Multidimensionalidad y multidirecdonalidad del desarrollo huma.no El desarrollo humano a lo largo del ciclo vital resulta multidimensional y multidireccional.
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Multidimensionalidad: porque hace referencia a los diversos niveles del individuo que cambian con la edad. Entre ellos es factible mencionar: los órganos y sistemas del cuerpo, la inteligencia, el lenguaje, las actitudes, los valores, las relaciones interpersonales, etc.; ./ Multidireccionalidad: porque cada una de las dimensiones puede cambiar en distinta dirección. Es importante señalar que no se da ninguna etapa del ciclo vital en que sólo se presente crecimiento, madurez o deterioro, sino que se presentan en diferentes momentos en forma simultánea y en diversas capacidades. La unidireccionalidad parte del concepto que la infancia es crecimiento y la vejez deterioro, hecho que coincide con los mitos, prejuicios y estereotipos culturales, ya que sólo otorgan a la vejez un sentido negativo y/o peyorativo. La multidireccionalidad surge como una alternativa al modelo biológico de desarrollo humano que da por sentado un estado de madurez y la finalización del cambio evolutivo (Harris, 195 7). Los aportes de las ciencias biológicas plantean que el cambio que acontece después de la madurez es considerado como deterioro, en cambio las ciencias sociales y del comportamiento sostienen que durante la vejez cada dimensión del hombre puede seguir una dirección distinta. La variabilidad intraindividual o heterogeneidad resulta asociada a los conceptos de multidimensionalidad y multidireccionalidad. La heterogeneidad se incrementa con la edad y rompe con el estereotipo que establece que todas las personas viejas son iguales. Es importante tener en cuenta que los factores biológicos y culturales actúan de distinta forma en cada individuo. Esto resulta corroborado por los aportes de Schaie (1989), de Nelson y Dannefer (1992) que con estudios longitudinales sobre la adultez y la vejez muestran que a más aumento de edad, más diversas y heterogéneas resultan las personas.
2.8. Crecimiento y deterioro Los logros positivos y los negativos son posibles de encontrar a lo largo de todo el ciclo vital, ya que resulta imposible caracterizar una sola etapa por pérdidas o ganancias. Las pérdidas o ganancias pueden ser planteadas a partir de la imagen global que presenta la persona en un momento determinado o a partir de la dinámica que se plantea entre ellas en cualquier momento del ciclo vital y su proporción también se va modificando. El envejecimiento o el desarrollo durante la vejez se asienta en los procesos dinámicos que se dan entre crecimiento y deterioro en este segmento del ciclo vital. También es posible considerar el potencial de crecimiento en la vejez a partir de los déficits o deterioros que se observan. Los procesos de desarrollo que presentan las teorías evolutivas de Freud, Kohlberg, Erikson, Piaget, Levinson, etc. también incluyen pérdidas y ganancias. Los conceptos de reestructuración, reorganización y de equilibrio indican que mecanismos adaptativos que con anterioridad resultaron exitosos son abandonados por otros nuevos y más adecuados, sin dejar de reconocer que en etapas posteriores del desarrollo se puede apelar a la reactivación de los mecanismos que fueron sustituidos por otros. El desarrollo se presenta a lo largo de la vida con procesos continuos y discontinuos.
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2.9. Plasticidad y envejecimiento El hecho de poder comprobar los límites de desarrollo que presenta una persona resulta ser el procedimiento que permite establecer la plasticidad del desarrollo. El investigar sobre los límites permite recoger información con respecto al potencial humano, a la capacidad de reserva y a las limitaciones. La modificación intraindividual, intrapersonal se vincula en forma directa con la plasticidad y esta a su vez con las experiencias y los acontecimientos que la persona enfrenta a lo largo de la vida. Thomas (1979) sostiene que la plasticidad aumenta con la edad e incluso en la vejez.
2.1 O. Desarrollo y envejecimiento La historia de la psicología evolutiva indica como se han ido modificando los conceptos de desarrollo y de envejecimiento. Las ciencias biológicas muestran el desarrollo relacionado con el crecimiento y al envejecimiento vinculado con el deterioro, mientras que las ciencias sociales y del comportamiento rechazan el envejecimiento como indicador de pérdidas y/o deterioro, ya que sus aportes han sido nucleados en torno a la inteligencia, a la personalidad, a las relaciones interpersonales, etc. que evidencian crecimiento y progreso, aún en los últimos años de vida. Estos aportes han contribuido a desplazar los prejuicios negativos y han posibilitado que se considere a la vejez como una etapa más del desarrollo. En la actualidad se ha generalizado, dentro del quehacer científico, la afirmación que la vejez es una de las etapas en las que se presentan innovaciones y progresos en distintas dimensiones del comportamiento y con ello se ha modificado el significado de los conceptos de desarrollo y envejecimiento. Birren (1988) considera que ha sido factible redefinir los conceptos de desarrollo y envejecimiento, de manera tal, que resulte posible una integración y al respecto manifiesta las siguientes aproximaciones: ./ que debe usarse sólo uno de los dos términos y recomienda usar el término desarrollo, ya que encierra un significado positivo, y que se puede extender el concepto de desarrollo a lo largo de todo el ciclo vital. Considera que el envejecimiento puede incluirse en el contexto del desarrollo y reconocerse como la última etapa de la vida pero con características propias; ./ que se pueden mantener ambos términos (desarrollo y envejecimiento) pero que están reservados a etapas distintas. Manifiesta que desarrollo y envejecimiento son procesos homólogos, ya que significan lo mismo, que los dos incluyen pérdidas y ganancias, deterioro y crecimiento. Considera que desde la teoría y al significar lo mismo pueden utilizarse en cualquier etapa de la vida en forma indistinta, pero ya que cada uno de ellos ha sido usado con más frecuencia en una etapa, sugiere que se siga usando de la misma forma; ./ que se usen los dos términos en todas las etapas, aunque reservando el concepto de desarrollo como ganancia y el de envejecimiento como pérdida. Sostiene que ambos procesos, desarrollo y envejecimiento, pueden ser usados en cualquier segmento del ciclo vital. Considera que son procesos diferentes pero que se pueden dar en forma simultánea. Saltes (1989) sugiere que se utilice el término desarrollo ya que encierra un significado más positivo del envejecimiento. Esto resulta sustentado desde la psicología evolutiva del ciclo vital, ya que el desarrollo se define como todo cambio en la capacidad de adaptación de un organismo, y es la psicología del desarrollo del ciclo vital
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la que estudia todo este cambio o constancia a lo largo de la vida.
2.11. La psicología evolutiva del ciclo vital y su concepción del hombre y del desarrollo Sus aportes sostienen: ./ que el desarrollo es la resultante de un sistema complejo y multicausal de influencias. Este hecho indica que las condiciones culturales, el contexto histórico y las condiciones biológicas están interrelacionadas, por ello la naturaleza del envejecimiento además de biológica es histórica y cultural; ./ que resulta indispensable la multidisciplina ya que ninguna disciplina por sí sola puede dar una apreciación completa sobre el desarrollo humano . ./ que el enfoque de la psicología del ciclo vital ha incrementado sus aportes teóricos e investigaciones, y sus postulados básicos en relación con la vejez son los siguientes: • los cambios evolutivos que se presentan en la vejez resultan ser un proceso continuo con relativos límites; • los cambios que se observan en la vejez tienen también explicaciones sociales y culturales; • el interés por la prevención y la modificación de aspectos evolutivos en la vejez, posibilita optimizar el desarrollo humano de este segmento.
2.12. Psicoanálisis culturalista Los aportes de Fromm (1970}, de Horney (1983} y de Sullivan (1976} muestran a la naturaleza humana como la resultante de la cultura y de las relaciones interpersonales, toman así una posición ambientalista que los separa del psicoanálisis clásico y los vincula con el enfoque contextual. La interpretación del desarrollo y comportamiento humano los vincula con la concepción dialéctica, ya que estos son la resultante de la interacción del hombre y su medio.
2.13. Biología y cultura en el ámbito de la psicología del desarrollo La biología y la psicología de la vejez se presentan bastante influenciadas por las situaciones históricas y culturales. El hombre de hoy considera más importante el ambiente cultural que el físico. En la sociedad de hoy o sea postmoderna, aparece como más ·importante el significado que el hombre tiene de los elementos físicos, biológicos o sociales que estos elementos en sí mismos. Para la psicología del ciclo vital intervienen diferentes factores en el proceso del desarrollo, a saber: ./ factores que se relacionan con la edad cronológica. El tiempo que transcurre a partir del nacimiento resulta asociado a los efectos de las situaciones que plantean consecuencias de maduración o de deterioro. Aquí se plantean circunstancias ambientales o biológicas que se relacionan con la edad y que recorren el mismo camino en todas las personas con independencia de los grupos generacionales y de las culturas, resultando un ejemplo válido de esta afirmación los factores de maduración y de socialización;
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factores que se relacionan con la historia y la cultura. Aquí los aspectos históricos y culturales pueden tener efectos continuos, por ejemplo la modernidad, y efectos puntuales, la guerra. Resulta así una representación típica de factores históricos y culturales de los grupos generacionales, o sea aquellos grupos de personas que han nacido en el mismo año calendario, por ejemplo la generación del 80, ya que han pasado por los mismos acontecimientos históricos y les han afectado en forma similar. El concepto de generación que surge a partir de la fecha de nacimiento tiene significativa importancia para la psicología del ciclo vital dado que el acento se pone en la edad y en las circunstancias histórico-culturales; ./ factores que se relacionan con circunstancias biológicas, culturales y/o ambientales. Estos no se presentan en todas las personas ni siguen las mismas secuencias. Un ejemplo de ello son las enfermedades, los acontecimientos familiares o las relaciones laborales.
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2.14. Factores que intervienen en el desarrollo y en el envejecimiento En la actualidad la gran mayoría de los investigadores afirman que el desarrollo y el envejecimiento están determinados por múltiples factores, pero aún se carece de un enfoque común para interpretarlos desde las disciplinas biológicas, sociales y del comportamiento (Barton, 1994).
2.15. Cambio, tiempo y envejecimiento Schroots y Birren (1990) sostienen que tanto los conceptos de cambio y tiempo, como el concepto de cambio a lo largo del tiempo resultan fundamentales para comprender el desarrollo y el envejecimiento. La psicología evolutiva del ciclo vital amplía los conceptos de cambio y tiempo a fin de abarcar a todo el individuo en desarrollo y en todo su contexto. El tiempo físico es la resultante de una operación, es objetivo, mecánico, medible a través de instrumentos, resulta coherente, con intervalos definidos y de fácil comprensión para las personas. En atención a estas características que tiene el tiempo físico es que la psicología del desarrollo usa con frecuencia indicadores que se relacionan con él, a saber: edad cronológica, año de nacimiento y fecha en que se realiza la tarea de investigación, ya que las personas en general, pero los viejos en particular, son el resultado del constructo que resulta de la interacción de estos elementos y ello ayuda a una mejor y mayor comprensión (Schaie, 1965 y Baltes, 1968). Los aportes de Schroots y Barren (1990) sobre el tiempo funcional muestran que él incluye en el tiempo biológico, en el tiempo psicológico y en el tiempo social. Este tiempo funcional se mide a partir de las actividades de la vida diaria de las personas mayores. El tiempo biológico indica los cambios orgánicos que se producen con la edad, el tiempo psicológico se refiere a la capacidad de adaptación de las personas y el tiempo social abarca el conjunto de roles y status que la persona asume a lo largo de su vida. El tiempo físico como elemento contenedor de los tiempos biológicos, psicológicos y sociales resulta muy valioso para la comprensión de los procesos de desarrollo en la vejez.
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2.16.- El ejercicio real de los derechos humanos en el transcurso del envejecimiento Se entiende que la autonomía es la condición por la cual el sujeto goza de autosuficiencia, no solamente en el gobierno del propio cuerpo, sino también de libertad en el ámbito del pensamiento, del deseo, de la palabra y de la acción. La posibilidad de valerse por sí mismo, de expresarse y de actuar en función de los propios pensamientos y deseos es una facultad inherente al ser humano. Y su realización implica la efectivización de los derechos humanos fundamentales. Cuando su realización es obstaculizada mediante factores humanos externos y contrarios a la voluntad del sujeto estamos en presencia de una violación a los derechos humanos. Conviene aclarar que la violación a los derechos humanos no se presenta solamente como una acción concreta y puntual que se traduce en una prohibición o privación, sino que también se expresa como omisión y como discriminación. Como omisión implica la no acción o indiferencia en lugar de la garantía que debe ofrecer el Estado y las instituciones para el ejercicio de los derechos. Y como discriminación se manifiesta cuando individuos o grupos sociales se ven excluidos de la concreción de ciertos derechos por razones de edad, sexo, religión, raza, etc. 2.16.1.- Reducción o pérdida de la autonomía
Antes de hablar de autonomía en la vejez es necesario establecer de qué concepto de vejez y de envejecimiento se parte. El envejecimiento es un proceso dinámico, gradual, natural e inevitable, que se desarrolla en los aspectos biológicos, psíquicos y sociales de los sujetos y que está estructurado en torno al tiempo. El envejecimiento es una etapa más del ciclo vital. No es un estado patológico. La vejez, por su parte, es una construcción social. Cada sociedad atribuye un significado diferente a la vejez, a partir del cual se designarán status, roles y mandatos, se definirán los posibles problemas de las personas mayores y se elaborarán las respuestas a los mismos. Construcciones culturales de cada sociedad indican qué es el viejo y qué se espera de él. Los viejos, moldeados por el imaginario social, asumen el mandato y lo reproducen reforzando las representaciones sociales sobre la vejez. En edad avanzada, las personas sufren limitaciones en su autonomía por consecuencias derivadas del proceso natural del envejecimiento; pero también como consecuencia de impedimentos culturales. A medida que se envejece las células del organismo se van desgastando y provocando transformaciones en los distintos sistemas y órganos del cuerpo humano, que se traducen en general como declinaciones. La estructura ósea se achica. La masa muscular también se reduce. Las articulaciones se desgastan. Disminuye la capacidad de los órganos sensoriales: la audición se dificulta, llegando a veces hasta la sordera. La visión también se reduce teniendo que recurrir a anteojos. También declina el funcionamiento pleno del olfato y el gusto. Hay una pérdida de vigor, agilidad y velocidad. El cansancio y la fatiga se presentan con más frecuencia. Neurológicamente son comunes los fallos en la memoria, principalmente en la memoria reciente. La actividad intelectual se vuelve más lenta; las operaciones mentales fáciles, más irregulares y disminuye la capacidad de atención, de cálculo y de razonamiento lógico. La actividad sexual declina en frecuencia y la menopausia en la mujer determina el
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final de su ciclo reproductor. Este proceso de declinación de los sistemas reduce la capacidad de defensas del organismo y lo vuelve más vulnerable, por lo cual en la vejez aumentan las posibilidades de perder parcial o totalmente las facultades mentales, motrices, sensoriales, del habla. De esta manera los adultos mayores pasan a depender de otra persona en uno o varios de los aspectos necesarios para desenvolverse en la vida cotidiana. Por ejemplo, la osteoporosis vuelve los huesos más frágiles. Esto es factor de fracturas que pueden devenir en postraciones permanentes. También suele aparecer la artritis (inflamación de las articulaciones) o la artrosis (proceso degenerativo). Esta enfermedad produce dolores y en muchos casos puede llevar a la inmovilidad. La aterosclerosis es una enfermedad constante en la vejez, afecta al sistema circulatorio, a veces al cerebro. Igualmente sucede con la hipertensión arterial. Los accidentes cerebro-vasculares suelen dejar secuelas muy graves por que determinan diversos grados de dependencia: cuadriplejías, hemiplejías, trastornos en la motricidad, en el lenguaje, y en otras funciones mentales. Los cuadros demenciales causados por diversas etiologías son unos de los principales factores que originan dependencia de los adultos mayores ya que pierden la facultad de ubicación témpora-espacial, de memoria, de juicio, de comprensión, etc. Todos estos factores que he enumerado tienen una manifestación biológica. Esto no quiere decir que los cambios y patologías que se producen en el organismo tengan un origen puramente biológico. Por que la forma de envejecer y de enfermar es un proceso social que depende de la interacción entre el sujeto y el medio. Además, ahora cabe referirse a factores que tienen su origen y manifestación en la dimensión social y cultural de la vida de los sujetos en nuestra sociedad actual. En el orden económico, se encontra que el primer causante de reducción de la autonomía de las personas está ligado a la reducción de ingresos que se produce como consecuencia de la jubilación. El término «jubilación» viene de «júbilo», y fue denominado así porque se consideraba que después de una gran parte de la vida dedicada al esfuerzo y al trabajo, las personas merecían vivir el resto de sus vidas descansando y gozando de su tiempo libre. Pero hoy, el jubilarse es motivo de angustia y preocupación; no solamente porque los montos de los haberes jubilatorios son insuficientes para cubrir las necesidades básicas, sino también porque ahora está en riesgo su salud, ya que su obra social (PAMI y/o IPAM) interrumpe la prestación de servicios para la prevención, atención y rehabilitación médica, servicios sociales como las internaciones geriátricas y diversos servicios que se prestaban desde los centros de jubilados como actividades físicas, recreativas, de peluquería, pedicuría, etc. Esta cuestión económica profundiza el estado de vulnerabilidad de las personas mayores, afectando su independencia, ya que deben apelar a los recursos de la red familiar para la subsistencia. Además, y en el peor de los casos, muchos haberes jubilatorios se convierten en el único ingreso del grupo familiar ampliado, en los miles de hogares donde los hijos o hijas con familia han perdido el empleo. En el orden cultural los adultos mayores sufren limitaciones a su independencia, como resultado de diversos prejuicios que están instalados en el imaginario social. Prejuicios tales como «Los viejos son como niños» , o «Qué le vas a preguntar a ellos», o « No pueden», o «No se dan cuenta», o «No lo van a entender», o «Son caprichosos, son tercos, no razonan»; todas estas afirmaciones llevan a una consecuencia ineludible: no podemos esperar que las decisiones que ellos tomen sean las más acertadas, por lo tanto POR SU BIEN, las decisiones sobre su vida, las tomamos los adultos y/o las instituciones.
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Los adultos mayores terminan convenciéndose de que lo mejor es poner en manos de sus hijos o sus sobrinos las decisiones más y menos importantes, fortaleciéndose así una relación de dependencia personal que se acrecienta a medida que pasa el tiempo. Los que se resisten a las recomendaciones, sugerencias y consejos de los familiares adultos, en general, deben enfrentar las amenazas a veces explícitas, a veces muy sutiles, de que si optan por su propia elección, en oposición a la del resto de la familia, deberán atenerse a las consecuencias, ya que no contarán con el apoyo familiar del que gozaban hasta ahora. Hay innumerables ejemplos de personas mayores que cuando quisieron reiniciar su vida sentimental junto a una pareja, sufrieron el rechazo de la familia y debieron optar por concretar su sueño personal o mantener relaciones con el resto de la familia. Se ha entrado al siglo XXI asistiendo a profundos cambios, entre otros a una nueva forma de pensar la sexualidad humana, caracterizada sobre todo por la cada vez más creciente libertad sexual, en cuanto a libertad de disponer del propio cuerpo y a la demanda de no discriminación hacia los grupos homosexuales. Sin embargo, pareciera que los viejos quedaron atrapados en los siglos anteriores y hoy, el hombre mayor que se involucra en una experiencia sexual es un»viejo verde» y la mujer mayor que intenta iniciar una relación amorosa es una «Vieja pervertida». Otros deben olvidarse de realizar un viaje, o salir con amigos, o seguir viviendo solos, por que los hijos consideran que es peligroso para su salud y su seguridad. En no pocos casos, hay adultos que manejan el dinero que sus mayores cobran en concepto de jubilación, decidiendo cuáles son sus necesidades, con qué bienes se habrán de satisfacer, cómo y cuándo. Pero, la máxima expresión de privación de autonomía se pone de manifiesto cuando los hijos deciden, sin consultarlo con sus padres, que éstos deben vivir en un geriátrico por que a pesar de no sufrir ninguna enfermedad, ni incapacidad, están muy «Viejitos y solos», sin tener en cuenta otras alternativas a la internación, como el cuidado domiciliario, los centros de día, etc. El ingreso a la institución marca el inicio de un proceso creciente de pérdida de independencia personal. Los residentes deben someterse a normas institucionales y de convivencia como horarios de comida, de descanso, de recreación, etc. Compartir lugares comunes, hasta los dormitorios, con personas desconocidas. Resignar la pérdida, no solamente de su hogar, sino de todos los objetos que lo conformaban: muebles, plantas, animales, etc. Separarse de sus amigos, vecinos, familiares. Muchos son despojados de sus bienes por sus apoderados que se apropian de sus ingresos mensuales o de sus propiedades. Dentro de la institución es muy reducido el margen de opciones y son escasos los estímulos para fortalecer la independencia. Ya no se cocinan, no se lavan la ropa, no limpian, ni reparan, ni mantienen el lugar de residencia. Otros, lo hacen por ellos. Hay personal capacitado para realizar todas las tareas, incluido su propia higiene y aseo. Es tan significativa la relación de dependencia que genera la institucionalización, que los residentes, en muchos casos y una vez que se adaptaron, son resistentes a las salidas a la casa de familiares, o a los paseos programados por la institución; y recién cuando regresan, vuelven a sentirse seguros. Es necesario dejar en claro además, que se esta haciendo referencia en estos casos sólo a los adultos mayores que pierden o son despojados total o parcialmente de su independencia porque este es el tema que interesa desarrollar; pero esto no significa que todos los adultos mayores atraviesan el mismo fenómeno. Por el contrario, hay personas que siguen ejerciendo plenamente sus derechos y aún cuando ha-
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yan sufrido una pérdida de autonomía sobre el control de su cuerpo, son respetadas y consultadas en sus deseos y decisiones. Esta es una actitud ante el propio envejecimiento, por parte del envejescente y ante la vejez en general por parte del grupo familiar y social del entorno más próximo, que consideran a la etapa de la vejez como una etapa más de la vida, de la cual nadie está exento, y que debe ser vivida con la dignidad que corresponde a todo ser humano.
2.16.2.- Impacto en la subjetividad Los seres humanos se representan lo que son a través de la visión que los otros tienen de nosotros. La forma en que se caracteriza a los adultos mayores, contribuye en gran medida a crear la situación y condiciones sociales en las cuales éstos viven. Cada sociedad crea un cristal, a través del cual tiene una determinada visión de la realidad. En esta sociedad capitalista, donde la productividad es la medida del valor de la persona, los viejos como no producen ni consumen, pierden valor y como consecuencia pierden poder. En esta cultura posmoderna que exalta la juventud, la belleza exterior y la vertiginosidad, los viejos ocupan en la escala social, el último lugar. En definitiva, es el medio social el que crea la imagen de la gente vieja a partir de sus normas y de los ideales y valores que persisten en cada época. Y los viejos asumen el papel que se les asigna desde los medios de comunicación, desde las instituciones, desde los profesionales que trabajan por su bienestar y desde la opinión general; y cumplen este mandato, porque es lo que se espera de ellos. Si la creencia es que ellos no pueden, no deben, no saben hacer, pensar, decir y sentir determinadas cuestiones, ellos terminan convencidos de que es así y que es más conveniente delegar las decisiones en los adultos. Estas relaciones de dependencia se dan con los familiares más cercanos, o con los profesionales, o con las instituciones, o con todos a la vez. Pero cuando existe también una imposibilidad de desarrollar plenamente la autonomía por la existencia de una enfermedad crónica o discapacitante, se potencia la relación de dependencia con el medio, en cuanto a las decisiones acerca de la propia vida. Una persona con una determinada discapacidad motriz que está impedida de caminar y que debe ser asistida por su familiar o cuidador para el baño personal, es muy probable que sea consultada acerca del día y horario en que desea tomar su baño, pero es más probable que el momento del baño sea una decisión tomada por su cuidador o familiar en función de la organización del tiempo del mismo. Si se trata de instituciones geriátricas las posibilidades de decidir algunas cuestiones personales son más remotas todavía; ya que todas las actividades de la vida diaria: aseo, desayuno, comidas, tiempo para ver televisión, recreación, siesta, etc., están preestablecidas mediante un cronograma por la institución. En algunas oportunidades ni siquiera se les consulta acerca de la ropa que van a usar ese día. Cuando la persona mayor está en muy buena posición económica, puede costear una remuneración adecuada a un asistente geriátrico y exigir calidad en el servicio. Igualmente sucede si puede costear una residencia privada. Los adelantos tecnológicos en materia de instrumentos ortopédicos que favorecen la independencia de las personas con discapacidad están limitados a otros grupos etáreos o a las personas mayores que tienen un nivel económico alto que les permite adquirir estos bienes. Las sillas de rueda que PAMI y/o IPAM entrega a los afiliados que las solicitan son las sillas manuales. Pero las sillas con motor electrónico que son comandadas por el usuario sin necesidad de un agente externo que las maneje, solamente son entregadas a los afiliados jóvenes, jubilados tempranamente
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por invalidez y que se encuentran estudiando alguna carrera universitaria. En sistema capitalista el que se jubila pasa a engrosar la categoría de «pasivo». Si después de jubilado se enferma o incapacita perdiendo la condición de auto validez, además de pasivo, es una carga. Y si, además de todo esto es pobre, se convierte en un problema social del cual el estado neoliberal cada vez se desentiende más. El hecho de haber perdido determinadas capacidades, de no poder desenvolverse por sí mismo, de necesitar a otros para seguir viviendo no es fácil de asumir. Depende de la personalidad y de la historia de vida de cada uno. Pero, si no se cuenta con una red de apoyo familiar y social, el estado de desamparo a que están sometidos los carga de angustia porque no avizoran un futuro distinto y se resignan a su destino, cayendo en la pasividad, indiferencia y a veces en la depresión. Esta situación no hace más que debilitarlos y reforzar en sus relaciones las posibilidades de dependencia. 2.16.3.- Imposibilidad de ejercer el derecho de decidir
Este significa no poder decidir, dónde vivir, con quién vivir, cómo vestirse, qué comer, a dónde salir, cómo administrar el dinero, planificar el futuro, hablar sobre lo que se desea y llevarlo a cabo. Es decir, que no decidir sobre la propia vida implica no ejercer los derechos humanos fundamentales: el derecho a la vida, a la libertad, el derecho a la libertad de expresión y de pensamiento, el derecho a la privacidad, a la sexualidad, a la educación. Pero, desafortunadamente, las barreras que se imponen a los adultos mayores para ejercer estos derechos no son vistas como violaciones a los derechos humanos. Se despoja a los viejos de ciertas necesidades y capacidades humanas, como por ejemplo la sexualidad, la creatividad, el aprendizaje, la capacidad de discernir favorablemente a su bienestar como si esto fuera algo correcto. Esta actitud con los viejos está instalada y naturalizada en casi toda la sociedad. Y desnaturalizarla es uno de los objetivos de la educación para el envejecimiento. Todos los miembros de la sociedad deben reconocer esta situación porque todos son responsables de su reproducción y los adultos mayores deben ser concientes de que son objeto' de esta discriminación y adoptar una posición de critica y cuestionamiento a esta actitud; porque son ellos los que mejor pueden asumir una defensa activa de sus derechos. Para que esto sea posible, los profesionales del campo de la Gerontología deben generar las condiciones externas e internas en los grupos de adultos mayores y en el resto de la sociedad para promover este debate.
2.17.- Envejecimiento saludable La expectativa de vida aumenta globalmente en el mundo debido a varios factores como .los nutricionales, los socioculturales y los económicos. La esperanza de vida aumenta y alrededor del 42 % de los hogares tiene al menos un adulto mayor. En el país, las autoridades de salud tienen como propósito de que este aumento en la esperanza de vida vaya acompañado de una adecuada calidad de vida. La meta trazada es lograr una longevidad satisfactoria en todos los sentidos no solo en cuanto a cantidad de años sino a la calidad de vida. El impacto del estado nutricional sobre los mecanismos de defensa del individuo en diferentes etapas de la vida, así como la valoración nutricional de los adultos mayores, ha sido y continúa siendo un objetivo priorizado en la Salud Pública. Este grupo etáreo es muy heterogéneo y los cambios son individuales, no existe un momento biológico a partir del cual se inicie la tercera edad, reconociéndose el
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papel de la herencia genética, aunque no menos importantes son otros aspectos como una adecuada nutrición, las enfermedades asociadas, el ambiente y los hábitos de vida saludables. En este grupo se observa con frecuencia problemas de desnutrición, debido a la presencia de cambios físicos, psíquicos, biológicos y sociales. Aumentan las enfermedades crónicas que en muchos casos son invalidantes y deterioran la salud del individuo, aumentando la morbilidad y la mortalidad. Si el ambiente social es desfavorable para la persona mayor la tendencia será a un peor estado nutricional en él. De todos es conocido que con la edad disminuyen las funciones gastrointestinales, se producen cambios fisiológicos que disminuyen la masa muscular (sarcopenia), la densidad ósea, el contenido proteico total, los componentes celulares y moleculares que participan en las respuestas de defensa del organismo. Además la capacidad para realizar funciones y actividades de la vida cotidiana limita su grado de independencia. Como causa de su inapetencia y su malnutrición se pueden señalar los bajos ingresos, la soledad, la depresión, la demencia, el dolor, problemas dentales, la inmovilidad, los problemas gastrointestinales, el estreñimiento, los hábitos tóxicos, la polifarmacia ya sea por prescripción facultativa o no. Una malnutrición por exceso, fundamentalmente por aumento en el consumo de energía, también conduce a una limitación en la calidad de vida e incrementa el riesgo a padecer de diabetes, hipertensión, enfermedades cardiovasculares, hiperlipemia, ciertos tipos de cáncer, entre otras patologías. En ambos casos la malnutrición conlleva a aumentar la susceptibilidad de muchas enfermedades, produciendo un círculo vicioso del cual es muy difícil salir. De aquí la importancia de conocer las condiciones dietéticas y de estilo de vida que ayuden a elevar la calidad de vida de este grupo etáreo. Se plantea que en el estado nutricional de una persona de edad avanzada está relacionado con los cambios fisiológicos asociados al envejecimiento, la situación socioeconómica, los procesos patológicos, la ingesta de alimentos y la desinformación del individuo. En este sentido la Promoción de salud mediante los «Programas de Educación para la Salud» ayudarían a elevar los conocimientos y a modificar hábitos nutricionales y de estilo de vida para obtener un estado saludable y una óptima calidad de vida en este grupo de la población.
2.17.1.- El envejecimiento como proceso fisiológico El envejecimiento no es sinónimo de enfermedad, en un individuo sano se produce como una disminución paulatina de las capacidades y funciones en el organismo donde cada vez hay menos capacidad para soportar el equilibrio homeostático. Es un proceso universal, individual, constante, irregular, asincrónico y deletéreo. Siendo la universalidad y la constancia dos de las características más importantes, pero el ritmo al que se produce puede ser muy diferente según la especie, el individuo y los factores ambientales. El ambiente puede moderar los cambios que inevitablemente se producen y por condición genética se admite que el limite biológico está determinado para cada especie, para el hombre este es de 11 Oa 120 años, y a pesar de que aun la expectativa de vida en condiciones optimas no supera los 82 años, se observa una tendencia al aumento de la misma desde siglos pasados hasta la actualidad. Hay tres factores, Los genéticos, los ambientales y los relacionados con el estilo de vida, estrechamente unidos que pueden elevar la calidad de vida y aminorar el desarrollo de la senectud. Se sabe que al menos 100 genes diferentes están involucrados en los cambios producidos y que el envejecimiento ocurre a todos los niveles biológicos de la materia, moleculares, celulares y organismales, por lo que este conjunto de alteraciones no pueden ser explicados por un único mecanismo.
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2.17.2.- Efectos externos del envejecimiento .!' Encanece el pelo .!' Aparecen las arrugas .!' Se cae el pelo .!' Se caen los dientes .!' Se produce un aumento de peso .!' Disminuye la estatura .!' Se pierden algunos sentidos 2.17.3.- Efectos internos del envejecimiento .!' Disminuye la capacidad funcional .!' Degeneración y atrofia de los órganos .!' Aumenta el stress 2.17.4.- Cambios relacionados con el envejecimiento .!' Disminución de las células parenquimatosas .!' Cambios intracelulares: Aumenta el glucógeno, los lípidos, los pigmentos como la hopofucsina, se reducen las mitocondrias y disminuye la permeabilidad celular. .!' Cambios en el tejido conectivo: Disminuye la producción de Elastina, Se produce entrecruzamiento de las moléculas de colágeno y esclerosis de los vasos sanguíneos . .!' El equilibrio disminuye y la marcha se hace insegura y lenta . .!' Se producen cambios degenerativos articulares . .!' En el sistema cardiovascular: Aumenta la presión arterial, diminuye el gasto cardiaco, disminuye la capacidad de respuesta al stress . .!' En el sistema respiratorio: Disminuye la capacidad máxima, la capacidad de ventilación voluntaria máxima, el número y motilidad de los cilios (disminuye la eliminación de secreciones y aumentan los cuadros obstructivos crónicos) . .!' En el sistema digestivo: Se altera la masticación por problemas dentales, disminuye la motilidad esofágica, aumenta el reflujo gastro - esofágico, disminuye la digestión y absorción de nutrientes, se enlentece el tránsito intestinal . .!' Cambios en los órganos de.los sentidos: disminuye o se pierde la audición, disminuye o se pierde la capacidad de la visión, también disminuyen el gusto y el olfato . .!' En el sistema nervioso: Disminuye la capacidad de reacción, la coordinación, la velocidad de conducción nerviosa, el flujo sanguíneo, la memoria, la capacidad de atención, la de aprendizaje, la capacidad mental e intelectual. 2.17. S.- Cambios en la Respuesta Inmune con la edad Se comienza a producir una disminución lenta y permanente en la inmunidad después de iniciarse la edad adulta: .!' Involución del Timo .!' Disminución de la concentración de hormonas tímicas .!' Disminución de la Subpoblación de linfocitos CD4+ , incremento de los CD8+ , y disminución de la relación CD4+ / CDB+ .!' Disminuye la respuesta al test de Hipersensibilidad Retardada Cutánea .!' Disminución de la secreción de IL-2
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Disminución de la respuesta proliferativa de los linfocitos a los mitógenos Bajo titulo de Anticuerpos después de la vacunación contra la influenza Incremento de los Autoanticuerpos Incremento de los receptores solubles de IL-2 Se reduce el mecanismo de fagocitosis de los Polimorfonucleares
2.17.6.- Factores de nutrkionales Dentro del conjunto de factores que están estrechamente relacionados con el envejecimiento saludable, es la nutrición uno de los que más aportan a esta definición. La nutrición en este grupo etáreo es compleja ya que constituye un grupo muy heterogéneo y en ocasiones debe ser individualizada. Algunos procesos propios del envejecimiento influyen en la nutrición de este grupo como son: ./ ./ ./ ./ ./
La perdida del gusto y el olfato . Deterioro de la función masticadora y tragadora . Perdida de apetito . Deterioro de la absorción . Estreñimiento (reducción de la motilidad intestinal, medicación, sedentarismo, insuficiente ingesta de líquidos) ./ Hiperglucemia ./ Desnutrición (aislamiento social, ingresos, depresión y morbilidad ./ Estados confusionales o de demencia) ./ Incapacidad física (reducción de la destreza manual, deterioro de la motilidad) ./ Hospitalización La desnutrición tanto por defecto como por exceso es común en esta etapa de la vida, por lo que la dieta debe ser controlada siguiendo los siguientes aspectos: ./ Debe ser equilibrada, variada y agradable al gusto y al olfato. Que le resulte atractiva . ./ Considerar la opinión de quien va a consumir la dieta ./ Que contenga alimentos de elevada calidad biológica y de fácil digestión ./ Los requerimientos de proteínas están aumentados, así como las necesidades de oligoelementos, minerales y vitaminas . ./ No debe contener ningún condimento irritante ./ No aplicar dietas restrictivas, de algún alimento ./ Valorar la cantidad de alimento de acuerdo al estado nutricional del individuo ./ Vigilar la ingesta de líquidos, la cual no debe ser menos de 2 litros al día . ./ Repartir en varias comidas al día . ./ Evitar el exceso de azucares Cuándo se habla de nutrición inadecuada se hace referencia a que la persona mayor selecciona los alimentos atendiendo a la facilidad de ingesta más que por las necesidades nutricionales establecidas. La disminución de secreciones digestivas y las defunciones mecánicas del aparato digestivo dan lugar a fenómenos de mala absorción y desequilibrios en el estado nutricional. Los cambios metabólicos como el aumento de la grasa corporal a expensas de la masa muscular activa: la pérdida del 1O % de los parénquimas pulmonar y renal y el 20 % de la estructura hepática, condicionan reducciones de función y cambios en el gasto energético del anciano.
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La anorexia en esta etapa de la vida se produce por fisiología de la edad, como producto de la depresión, por un exceso de Leptina (que produce saciedad), exceso de citocinas, deficiencia de algunos neurotransmisores. Todo lo cual disminuye el consumo de nutrientes en el adulto mayor. 2.17.7.- A modo de consideraciones finales
La calidad de vida en el adulto mayor esta estrechamente relacionada con el grado de funcionalidad, es decir independencia física, psíquica y social de la persona. Se deben mantener metas, que generen ilusiones, se trata de agregar más vida a los años. Llevar un estilo de vida que le permita vivir de forma libre, independiente y satisfactoriamente. No menos importante es mantener una vida saludable y plena lo cual se puede lograr a partir de estos consejos: ./ Consumir una dieta variada y equilibrada, de alta densidad de nutrientes, especialmente de origen vegetal. ./ Realizar diariamente algún tipo de ejercicio físico lo que ayuda a prevenir la obesidad, mantener la masa ósea, la independencia y la movilidad, favoreciendo la exposición al sol ./ Suplementarse con vitaminas y minerales ./ Eliminar hábitos tóxicos ./ Mantener una actitud optimista ante la vida
2.18.- Globalización y vejez El Banco Mundial, define a la globalización diciendo que: «es un cambio general que está transformando a la economía mundial» , que se refleja en vinculaciones internacionales cada vez más amplias e intensas del comercio y las finanzas y el impulso universal hacia la liberación del comercio y los mercados de capital por la creciente internacionalización, y por un cambio tecnológico que está erosionado con rapidez las barreras que obstaculizan la comercialidad internacional de bienes y servicios y la movilidad del capital. El Fondo Monetario Internacional define la globalización como la interdependencia económica creciente en el conjunto de los países del mundo, provocada por el aumento del volumen y de la variedad de las transacciones transfronterizas de bienes y servicios, así como de los flujos internacionales de capitales, al mismo tiempo que por la difusión acelerada y generalizada de la tecnología. Como se observa en las definiciones la globalización es tomada como un instrumento desarrollado en base a los principios económicos, comercio, finanzas, mercados de capital, tecnología, bienes y servicios, movilidad del capital, transacciones; en ningún momento se nombra al hombre y sus derechos como principio fundamental; aquello, es mejor pensar que posiblemente obedezca a un serio problema de omisión involuntaria u olvido. Si se trata de olvido debe preguntarse si el olvido obedece a una patología exclusiva de la memoria de los defensores de la globalización, será tal vez la consecuencia de algún shock colectivo, un traumatismo, un accidente cerebral, una afección viral, una tumoración colectiva; olvidarían poner al hombre en la definición, por un olvido regresivo por envejecimiento prematuro y degeneración progresiva de los tejidos cerebrales de los globalizadores. Será que olvidaron por represión o es el resultado de un olvido defensivo, por el cual el que olvida huye· de la recolección consciente de un acontecimiento traumatizante del pasado, que en el caso de los globalizadores
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el pasado recuerda al hombre en sus luchas reinvindicadoras de sus derechos. Según Freud el que olvida ejerce, inconscientemente, una represión sobre una categoría de recuerdos penosos, lo que les permite no acceder a ellos. O será que olvidan al hombre con premeditación, alevosía y ventaja; pues están convencidos que su invento no beneficiará al hombre en su total magnitud si no a un puñado de gentes que lideran las transnacionales e industrias capitalistas asociadas. Olvido que es característico en los imperios cuando de derechos humanos y de pobreza mundial se trata. Parecería entonces, que el olvido en la definición de globalización es una mezcla sui géneris de represión y alevosía, sustentada en la explotación y la avaricia de los grandes poderes económicos que ven al hombre con signos económicos de productividad y servidumbre. Paradójicamente globalización sería el elemento importante para generar desarrollo de los pueblos, progreso del hombre y bienestar colectivo. Sin embargo, parece que este determinará mayor pobreza para muchos y mayor riqueza para pocos. Si se considera que el desarrollo humano sustentable es el producto de cuatro elementos esenciales: equidad, sustentabilidad, productividad y participación. La meta real es permitir que todos globalmente disfruten de todos los derechos humanos tanto civiles, como culturales, económicos, políticos y sociales; el acceso a la enseñanza básica, atención de salud, vivienda y empleo; postulados que difícilmente podrá cubrir la globalización o el proceso de globalización si los intereses ocultos son los económicos. El capitalismo ha fracasado, los imperios se confunden y las ideas se encaminan a buscar nuevas formas de opresión, represión, dominio y explotación. Se crea entonces la panacea de la vida, el agua bendita, el tónico de la eternidad, se envía al mundo la globalización como una forma de subyugar a los demás a través de la imposición de verdades; se dice que la globalización es la solución y entonces todos debemos corear en una sola voz que así es y así será, quieran o no los pobres del mundo; al final ellos no están en los proyectos económicos si no es para utilizarlos como experimentos. La cultura global se esta homogenizando detrás de la producción cultural norteamericana. Y se cita el eslogan de moda: «la globalización es una realidad, no una elección». Sería también «lo nuevo» que está tan vinculado al aparato tecnológico controlado por las hegemonías de Occidente, y que debe ser aceptado. Como consecuencia, los redactores llaman a la resignación respecto al desaparecimiento en los años próximos, de un gran número de culturas y de lenguas. Más o menos como otros explotadores de la naturaleza llaman a resignarse ante la extinción de las especies. En un gráfico que trata de explicar esta globalidad en marcha, hacen un inventario en donde los datos se aglomeran en torno a items tales como: las telecomunicaciones, Internet incluido, la urbanización y el crecimiento del comercio, de los viajeros, los chicles y las zapatillas Nike. Nada más. Con lo que se termina con la versión geográfica del globalismo «pop». La Sociedad globalizada, totalizada o masificada por los poderosos, cae en la tentación de la transnacionalización de todo, incluso de la salud. Ven en el proceso humano sanitario los intereses depredadores de la ganancia del capital económico; la salud y sus interlocutores sucumben a la tentación de la gran empresa de la salud al servicio de sus propias ganancias. Las enfermedades se convierten en tal caso en una muy, pero muy buena forma de ganancia; se aprende entonces a vivir del sufrimiento de los demás. La globalización de la salud se convierte en un festín sin precedentes del que salen ganando económicamente las transnacionales farmacéuticas, las empresas
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aseguradoras de la salud, los monopolios de insumos y equipos médicos, las clínicas asociadas, hospitales privados. ¿Qué sucede en la globalización con la salud del pobre indígena, del trabajador, del marginado, del loco que deambula por las calles, del anciano con enfermedad pulmonar obstructiva crónica o con demencia tipo Alzheimer?. Los intereses del complejo salud industrializada, la empresa transnacional de la Salud, responderán en la globalización a los intereses propios de la economía más no de la salud como derecho primordial. En un primer término la mundialización o globalización coquetea sinuosamente con la llamada libre competencia, promoción de exportaciones, atracción de inversiones y flujo de capital. Su ataque y avanzada promulga las reformas laborales, la lucha contra los sindicatos y la batalla contra las organizaciones y conquistas laborales; se han percatado los genios de la globalización de que la organización de la conciencia se combate con la unidad de los capitales transnacionales que en última instancia serán quienes impongan a garrote y machete creencias, religión, cultura globalizada, tipo de zapato y hasta forma de sentarse; todo tendrá que hacerse con la bendición de los gigantes globalizadores, los sabelotodo, las vacas sagradas, los dioses del olimpo transnacional. 2.18.1.- El mundo en cifras Más de 224 millones de pobres existen en las naciones latinoamericanas, de los cuales 11 7 millones son menores de 20 años que no cuentan con fuentes fijas de empleo. Uno de cada tres latinoamericanos sobrevive con menos de dos dólares diarios. Las doscientas personas más ricas del mundo tienen más que mil cuatrocientos millones de personas. Y las dos personas más ricas tienen hoy más que el conjunto de los países menos desarrollados del planeta. Las personas mayores son las que se han visto más afectadas por los programas de ajuste estructural impuestos por el FMI y el BM. Han impuesto la austeridad fiscal que limita el gasto público. La privatización de los servicios públicos ha conducido a la pérdida de empleo, salud, educación, a la pérdida de protección y de servicios sociales, Los adultos mayores pisan sobre un terreno minado y fangoso; no sólo que se les ha deteriorado la forma de vivir si no que se les acelera la muerte. Unas 300 empresas transnacionales controlan la cuarta parte del producto bruto mundial. Doscientas de estas corporaciones tienen ventas que superan las economías sumadas de 182 países o ingresos superiores a los de las cuartas quintas partes de la humanidad. Las transnacionales controlan el negocio de las armas, los sistemas monetarios y bancarios, los servicios y telecomunicaciones, deciden qué tipo de energía se implanta, qué patrón de agricultura, si se usan o no técnicas de ingeniería genética, qué alimentos se comen, qué cosas se producen y cómo se reparten; Deciden por otros , hacen por otros, indican que conviene, que sirve. Resulta por ello que la inmensa mayoría de la población es insignificantes y resulta presa de sus laboratorios existenciales. 2.18.2.- Realidad sanitaria del adulto mayor. Según la OMS, la población Mundial en el 2000 era de 6 billones (billones 1000 millones). Tomando la población total de 65 y más años, las cifras actualmente son de 0.4 y pasarán al 0.8 y 1.5 billones. El sector que crece más rápidamente es el de los mayores de 80 años. En las edades más avanzadas, la proporción de mujeres en relación con los hombres es de 2 a 1.
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Considerada esta situación por país, el incremento de los porcentajes de la población mayor de 60 años entre los años 1990 al 2025 ubica a Suecia y Uruguay como los países con más bajo incremento: con un aumento del 200 % se encuentra China; superarán esta cifra en orden ascendente, India, Brasil, Zimbabwe y Méjico; por encima del 300% de aumento figuran Tailandia, Kenya y Colombia y superará el 400% Indonesia. La OPS señala que el envejecimiento en América Latina se caracteriza por: rápido crecimiento, pobreza y heterogeneidad e inequidad en salud y desarrollo. En cuanto a la composición de la población mayor en América Latina y el Caribe, señala que: En el año 2000, 42 millones de personas tienen 60 y más años de edad; para el 2025 serán 96 millones. En esta fecha, la población mayor de 80 años representará el 10% del grupo de los mayores de 60 años. Tomando el indicador de analfabetismo, en la distribución de la población mayor, se encuentra que: más de un tercio de la población de 60 años y más de edad no sabe leer y escribir en los hombres corresponde al 33% en las mujeres es el 40%. El proceso de envejecimiento es un factor social y económico aislado para los investigadores de la globalización; debería ser vital pues la edad de los adultos mayores y su situación tiene considerable repercusión sobre varias dimensiones que afectan el funcionamiento normal de las sociedades y el bienestar relativo no solo de las persona viejas, sino también de las generaciones más jóvenes. Las más importantes entre estas dimensiones son el sistema de jubilaciones y pensiones, la composición de la fuerza laboral y de la familia, las disposiciones domésticas, los cambios intergeneracionales entre las familias, y la situación sanitaria y las condiciones de salud de los ancianos; la inmigración, el maltrato, la disfunción de roles familiares, cuando se encuentra a abuelos aprendiendo a ser padres en una sociedad con cambios juveniles de gran importancia. A lo anterior se suma, la declinación gradual de las condiciones de salud física y mental que acompaña el proceso de envejecimiento individual; la reducción resultante de la esperanza de vida activa y saludable; la reducción o la cesación completa de participación en la vida laboral y la mayor dependencia de las transferencias de ingresos de diversas fuentes públicas y privadas. Dado que las condiciones de salud más pertinentes de las personas mayores son crónicas en lugar de agudas y progresivas en lugar de regresivas, ello convierte a la salud en un mito y un placer de pocos pobladores. El problema de salud asociado con el crecimiento de la población de mayor edad también incluye el importante aspecto de la equidad. En primer lugar, habrá diferencias de clase, ya que los miembros de diferentes clases sociales mostrarán perfiles de salud muy diferentes. De igual manera, la capacidad de obtener acceso a una atención de salud integral y de alta calidad variará sustancialmente con los estratos sociales. A menos que se aborde adecuadamente, el proceso de envejecimiento en estas sociedades dará lugar a grandes baches en la calidad de vida y el bienestar de los adultos mayores. 2.18.3.- Envejecimiento y globalización
Los adelantos de la medicina moderna han prolongado la expectativa de vida notoriamente. Este fenómeno masivo de prolongación de existencia biológica lamentablemente no es acompañado del mantenimiento de calidad de vida; garantiza una prolongada agonía pero no una adecuada vida. Paradójicamente, nuestra sociedad mantiene vivos a los ancianos para muchas veces marginarlos o maltratarlos.
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Los viejos no tienen actualmente asignado un lugar de reconocimiento y valoración social. Existen condiciones materiales y una serie de representaciones sociales que sostienen que la vejez es un período de la vida en el que ha se ha terminado la actividad productiva y creativa de las personas. En· muchos casos se encuentran fuera de la cadena económica productiva, y la jubilación que constituye una conquista histórica y nada más que histórica que al final se convierte en una columna de dos cuadras para cobrar la jubilación/pensión y otra para pedir servicios médicos de limosna; todo aquello se transforma en una etapa angustiante y sin perspectivas, se transforma en un castigo, en una burocracia y amasijo de consultas y papeles. Todo aquello conduce a concluir que el adulto mayor es considerado en la globalización o fase superior del capitalismo como un objeto inservible, apolítico, amnésico; cero a la izquierda, es decir, no produce, ni tiene precio objetivo; lo que crea una barrera o separación entre sociedad y ancianidad. La innecesaria separación entre anciano y sociedad, puede tener un efecto devastador con los viejos convirtiéndolos en desechos humanos, en basura social de la globalización. Ahora bien para los globalizadores todo sirve cuando produce o se puede vender. Mario Strejilevich, en una entrevista decía: ... »se ha hecho un boom desde hace 15 años con la geriatría. Se ha desarrollado no por el valor humanístico intrínseco del cuidado de los viejos en general, sino porque los viejos en el mundo comenzaron a tener un pequeño ingreso por vía del Estado o por vía de la familia y son consumidores. A veces ese consumo mínimo en los sectores más pobres, genera un mercado y ese mercado recicla sus necesidades a través de los mismos viejos, especialmente el mercado farmacéutico. La vejez ha sido descubierta como mercado de consumo, se han disparado ofertas, tanto de productos como de servicios. Encontrar la fuente de la juventud ha sido desde siempre un anhelo de la humanidad, pero ahora las cosas parecen haberse invertido es la fuente quien nos busca a nosotros .. ,» Aparecen los mercados de sustancias revitalizadoras, regeneradores neuronales,· mejoradores de potencia sexual para la tercera edad, Clubes privados para gerontes, residencias cinco estrellas para ancianos; ahora sí el viejito- es importante pues produce dinero y cuesta mantenerlo.
2.18.4.- Desventajas de la globalización en la vejez Pero en un momento de generación de riqueza sin precedentes creados por la globalización, a inicios de este nuevo milenio cerca de 1,300 millones de personas viven con menos de un dólar diario y 2,600 millones con dos dólares al día. La polarización social y económica que produce este proceso entre ricos y pobres ha permitido la desaparición de la clase media. Las fuerzas del mercado están arrastrando a la clase media hacia la pauperización. Frente a la globalización se tiene el proceso de tecnificación que ha dejado en el analfabetismo del internet a cuatro billones de seres humanos, dentro de los cuales se encuentran adultos mayores que a duras penas poseen televisor y radio. Otro de los efectos negativos de la globalización lo constituye el impacto sobre las personas: estrés, tensión permanente y poco tiempo para atenderse a si mismos, a las familias, a vecinos y amigos. No debe olvidarse que en la mayoría de los países, por ejemplo, la constitución de las Agencias Colocadoras de ahorro Previsional(Acaps), como entidades depositarias de ahorro tienen las más claras intenciones de recoger las aportaciones destinadas al régimen de jubilación por ahorro individual obligatorio. Las desventajas se incrementaría a según los intereses de las rapaces de las transnacionales de Seguros que frenarán el libre ingreso de afiliados de la tercera edad y pondrán trabas a los
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exámenes médicos. No está demás entender que la vejez o tercera edad o el adulto mayor atraviesa por una crisis de valores fundamentada en el capitalismo inhumano y que se profundizará cuando se globalice y se planetarice la economía. Ya desde hoy se los limitan: para ser becario se necesita ser joven, para acceder a un préstamo se necesita ser joven, para acceder a un seguro necesita ser joven y estar en óptimo estado de salud; para acceder a un trabajo debe ser joven; para votar en las eleccion~s se necesita ser joven, para muchas cosas excepto para ser explotado se· necesita ser joven. Lo único globalizado será entonces la pobreza, miseria, desnutrición, explotación, desocupación, marginalización, alineación. Un estudio publicado en el último número de 2005 del British Medical Journal revela la discriminación actual a las personas de la tercera edad que existe en los ensayos clínicos. En más de la mitad de los protocolos que afectaban a ancianos, los comités de ética de investigación clínica no pidieron una justificación a la exclusión. La discriminación por la edad en la práctica clínica está bien documentada, recuerda el British Medical Journal. Entre los requisitos de participación de los ensayos figuraban comentarios negativos, como que los participantes necesitaban ser «totalmente competentes», «fiables» o «que no tuvieran el conocimiento deteriorado». Sin embargo, no hay evidencia de que las personas ancianas sean menos cumplidoras de los protocolos de investigación. Los autores subrayan que es importante abolir las prácticas de discriminación en la edad en la investigación, pues las personas mayores deben conseguir el máximo beneficio de los avances en la asistencia sanitaria. Los comités de ética están en una posición fuerte para influir en la práctica investigadora y para reducir la discriminación amoral por la edad.
CAPÍTULO 3 ... "si hay algún drama en la vejez, no consiste en ser viejo, sino en haber sido joven" OSCAR WILDE
3.- Negando la vejez 3.1.- Mírate al espejo. ¿Ves a Dorian Gray (Tomado de "Diario de la guerra del cerdo" de Adolfo Bioy Casares) Iniciar el presente comentario hace imprescindible realizar con una referencia y recomendación, tomada de la obra literaria de Adolfo Bioy Casares que se llama "Diario de la guerra del cerdo", cuyo argumento es la violencia y persecución por parte de grupos de jóvenes a los viejos, donde el personaje central está en el umbral de la vejez. En determinado momento a la vejez se la empezó a llamar tercera edad, en donde la omisión en está nueva denominación de la palabra vejez, ya da motivo para hablar sobre el tema. La violencia desde las autoridades de gobierno y de la sociedad hacía personas viejas puede verse fácilmente, y también como integrantes de esta sociedad (y no debe creerse que sea la única) a todos toca cierta responsabilidad, no hay más que acercarse al Congreso de la Nación (Argentina) para verlos con cartes y megáfonos reclamando justicia. Frente a ellos está, en el mundo publicitario, la valoración marketinera hacía la juventud. Al estar la mayoría de los viejos al margen del mercado laboral, apenas aparecen como consumidores de algún seguro, de servicios sanatorios, de productos médicos o químicos. Tras la jubilación, pasan a cumplir roles secundarios en la familia, y pasan a tener una autonomía y economía personal muy limitada. No se respeta a los viejos. El Domingo 16 de Mayo del año 2005, apareció en la revista Viva de Clarín un reportaje a Leopoldo Salvarezza (psiquiatra y psicoanalista de Argentina), jubilado de la cátedra de La Tercer Edad y Vejez, de la Universidad de Psicología de Buenos Aires. De este repartaje cabe tomar ciertos aspectos: • "Negar la llegada de la vejez no es beneficioso". • "La negación puede llevar a un enfrentamiento con la realidad que provoque procesos depresivos. No es lo mismo ir haciendo duelos parciales a lo largo de la vida por cosas que se pierden o cambian, que pensar que se es superman y de golpe asumirnos que somos un Clark Kent cualquiera" Ante la pregunta ¿Cuándo se es técnicamente viejo?, Salvarezza responde: " ... el ser viejo es una decisión individual y subjetiva. Cada uno va a decidir en un determinado momento de su vida cuando es viejo para ... ", Más adelante, expresa: "A partir del momento de la aceptación de ciertos límites impuestos por la edad,
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cada uno tendrá que buscar nuevas formas de conceptuar los deseos que van ligados al desarrollo vital. Esto no quiere decir que por aceptar la vejez uno se borre del mundo o desaparezca de la vida, a pesar de que existen ciertos mecanismos políticos y sociales como la jubilación que desde afuera imponen un retiro", Continúa Salvarezza: "Al llegar pocos, los viejos deberían ser vistos como los ejemplares sobresalientes de la especie, pero esto no está considerado así ni desde la sociedad, ni desde los propios viejos ... ", "todas las definiciones de la vejez que conocemos hacen hincapié en sus aspectos negativos, los déficits y las pérdidas", Sigue: "Siempre ha sido así, todo el mundo a pedido vivir lo más posible, pero nadie ha querido llegar a viejo". Es importante hacer presente a Sigmund Freud, que llegó a la vejez con ochenta y tres años, y que ya en un artículo que se llama "Lo Perecedero" señala está dificultad de los seres humanos, para aceptar que las cosas perecen, que todo cumple un ciclo, también dijo: "Nacimos para morir, sólo se trata de cómo vivir en el trayecto hacía la muerte". Es necesario subrayar el como vivir, pensando en las modas, el no quedar aprisionados a mandatos de ser siempre jóvenes, y hacer lo que se pueda para lograr tal fin, el negar como dice Salvarezza la vejez, no quererla aceptar. Este comezó con una referencia a lo literario, y por ello es adecuado cerrarlo haciendo referencia a "El retrato de Dorian Gray" de Osear Wilde. ¿No nos estaremos transformando en Dorian Gray, el que por no aceptar su vejez, terminó como terminó?.
3.2.- Cambios en órganos, tejidos y células por el envejecimiento La mayoría de las personas se dan cuenta de que los órganos vitales comienzan a perder funcionalidad con el proceso de envejecimiento. Los cambios por envejecimiento se producen en todas las células, tejidos y órganos corporales y afectan el funcionamiento de todos los sistemas corporales. El tejido vivo está conformado por células y, aunque existen muchos tipos diferentes de células, todas tienen la misma estructura básica. Los tejidos son capas de células similares que cumplen con una función específica y los tipos diferentes de estos se agrupan para formar órganos. · Existen cuatro tipos básicos de tejidos: tejido conectivo, tejido epitelial, tejido muscular y tejido nervioso: el tejido conectivo sostiene los otros tejidos y los une e incluye tejido óseo, sanguíneo y linfático además de los tejidos que brindan soporte y estructura a la piel y los órganos internos. El tejido epitelial proporciona la cobertura e incluye la piel y los revestimientos de los diferentes conductos dentro del cuerpo. El tejido muscular abarca los músculos estriados (llamados también voluntarios) que mueven el esqueleto, al igual que los músculos lisos, como los músculos que rodean el estómago. El tejido nervioso está formado por células nerviosas (neuronas) y se utiliza para transportar «mensajes» hacia y desde diferentes partes del cuerpo. 3.2.1.- Cambios por el envejecimiento
Todas las células experimentan cambios a raíz del envejecimiento, se hacen más grandes y poco a poco pierden la capacidad de dividirse y reproducirse. Otros cam-
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bios pueden ser un incremento en los pigmentos y las sustancias grasas dentro de la célula (lípidos) y muchas células pierden su capacidad funcional o comienzan a funcionar de manera anormal. Los cambios generales del tejido a causa del envejecimiento incluyen una acumulación de productos de desecho en el tejido. en muchos tejidos se recoge un pigmento graso pardo denominado lipofucsina, al igual que otras sustancias. El tejido conectivo cambia haciéndose cada vez más inflexible, lo cual hace a los órganos, vasos sanguíneos y vías respiratorias más rígidos. Las membranas celulares cambian, razón por la cual muchos tejidos tienen más dificultades para obtener el oxígeno y los nutrientes necesarios, al igual que para eliminar el dióxido de carbono y los desechos. Muchos tejidos pierden masa (un proceso que se denomina atrofia) y algunos tejidos se vuelven tumorales (nodulares), más rígidos o presentan otros cambios. Los órganos también cambian con el envejecimiento, debido a los cambios en las células y los tejidos. Los órganos al envejecer pierden su función de manera gradual, pero progresiva y hay una disminución de la máxima capacidad funcional. Dicha pérdida generalmente no es notoria, debido a que rara vez la persona necesita utilizar sus órganos a su máxima capacidad. La reserva orgánica es la capacidad «extra» que tienen los órganos por encima de las necesidades comunes. Por ejemplo, cuando la persona está joven el corazón es capaz de bombear aproximadamente 1O veces la cantidad que realmente necesita para preservar la vida, pero después de los 30 años de edad se pierde en promedio el 1% de esta reserva cada año. Otros órganos también pierden la reserva orgánica que puede variar entre personas y entre diferentes órganos de la misma persona. Los cambios más significativos se presentan en el corazón, los pulmones y los riñones. Estos cambios aparecen lentamente y a lo largo de un período de tiempo prolongado. Aún así, cuando se somete un órgano a un trabajo más arduo que de costumbre, éste puede ser incapaz de incrementar su función, situación que puede llevar al desarrollo de una insuficiencia cardíaca súbita u otros problemas. Las situaciones que pueden producir una carga de trabajo extra («estresores» corporales) comprenden ciertos medicamentos, enfermedades, cambios de vida significativos, aumento súbito de las demandas físicas sobre el cuerpo (como un cambio abrupto de actividad o la exposición a una altitud superior) y eventos similares. La pérdida de la reserva también hace más difícil restaurar el equilibrio corporal. la detoxificación de los medicamentos es un proceso que se realiza a una velocidad más lenta, de tal manera que, se pueden necesitar dosis más bajas de medicamentos y los efectos secundarios se vuelven más comunes. Los efectos secundarios de los medicamentos pueden ocultar los síntomas de muchas enfermedades, por lo que es fácil confundir una reacción a un medicamento con una enfermedad. Algunos medicamentos tienen efectos secundarios totalmente diferentes en las personas de edad avanzada comparados con las personas más jóvenes.
3.2.2.- Teoría del envejecimiento Nadie sabe realmente cómo y por qué las personas cambian a medida que envejecen. Algunas teorías afirman que el envejecimiento es causado por lesiones acumuladas por luz ultravioleta, por el «desgaste y deterioro» corporal, por subproductos del metabolismo y otros; mientras que otras teorías plantean el envejecimiento como un proceso predeterminado que es controlado genéticamente. Sin embargo, ninguna teoría explica con suficiencia todos los cambios del proceso de envejecimiento, el cual es complejo y variado y cambia en la manera como afecta a diferentes personas y órganos. La mayoría de las personas que estudian el envejecimiento (denominados
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gerontólogos) creen que el envejecimiento es el efecto acumulativo de la interacción de muchas influencias a lo largo de la vida. Las situaciones que afectan el proceso de envejecimiento abarcan la herencia, el ambiente, las influencias culturales, la dieta, el ejercicio, la diversión, las enfermedades previas y muchos otros factores. A diferencia de los cambios de la adolescencia que son predecibles dentro de unos pocos años, cada persona envejece a una velocidad única. Algunos sistemas comienzan a envejecer incluso a los 30 años, mientras que otros procesos de envejecimiento no son comunes hasta mucho después. Aunque hay cambios que se presentan típicamente con el envejecimiento, ocurren en diferentes tasas y en diferentes grados. no hay una manera confiable de predecir específicamente cómo envejecerá una persona, incluyendo su edad en años (edad cronológica). En efecto, aún en la misma persona los diferentes sistemas orgánicos «envejecen» a una velocidad diferente.
3.3.- Envejecimiento
y desarrollo físico
La humanidad a lo largo de su historia siempre ha estado preocupada por el envejecimiento físico y no ha ahorrado esfuerzo en la búsqueda de evitarlo y poder mantener la juventud eterna. El envejecimiento biológico es fácilmente observable a través de ciertos signos corporales, tales como: la disminución de la visión, la audición, el olfato, la fuerza física, los movimientos corporales y el encanecimiento del cabello. El envejecimiento biológico es un proceso inevitable pese a la falta de explicaciones contundentes con respecto a las causas que lo originan, pero si es factible afirmar que su origen es policausal y este hecho da origen a distintos enfoques y teorías, (Cristofalo, 1991 ). Los estudios sobre el envejecimiento biológico tienen una larga historia. Los primeros estudios pusieron su énfasis en investigar la longevidad más que el envejecimiento. Los estudios científicos sobre el envejecimiento humano a partir de 1950, giraron en torno a los análisis sistemáticos que describían el envejecimiento del fenotipo en términos de la biología, de la bioquímica y la morfología células, pero esto no ha llegado a consensuar una teoría del envejecimiento biológico. A lo largo de la segunda mitad del siglo XX conviven varios enfoques que se suele presentar como ideas independientes y que no logran que progrese el campo de la biología del envejecimiento. Se trata de teorías que no son excluyentes y que aun están formuladas de manera general, ya que no identifican la causa, el mecanismo y/ o el fundamento del envejecimiento. Al no contar con estudios específicos que determinen las causas, los mecanismos y los fundamentos, resulta muy difícil formular una definición clara del envejecimiento biológico. Es importante destacar que muchas de las disciplinas que estudian el envejecimiento humano están aun teñidas por mitos e ideas culturales que influyen sobre él. Timiras y Hudson (1993) al referirse al envejecimiento biológico lo consideran una disminución de la competencia fisiológica y Cristofalo (1991) manifiesta que se presenta con un incremento en la vulnerabilidad a los cambios ambientales. En las definiciones sobre envejecimiento biológico se da una interrelación difícil de precisar, entre el envejecimiento, la enfermedad y la muerte. A fin de obtener mayor precisión con respecto a estas definiciones, Cristofalo (1991) marca cinco características claras del envejecimiento humano, a saber: ./ Cambios en la composición química del cuerpo. Con la edad disminuye la masa muscular del cuerpo y aumentan las grasas. Se presenta el pigmento de la edad, producto del incremento del pigmento lipofuscin;
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./ Progresivos cambios degenerativos que incluyen modificaciones en el ritmo de filtración glomerural, en el ritmo cardiaco máximo, en la capacidad vital y otras medidas de capacidad funcional. Especifica el autor que todas estas capacidades van disminuyendo lentamente alrededor de los treinta años; ./ Reducción de la capacidad de adaptación para enfrentar los cambios ambientales; ./ Incremento de la vulnerabilidad a muchas enfermedades; ./ Aumento de la mortalidad que se detecta a través de datos demográficos de epidemiología y mortalidad. Para Cristofalo (1991) el envejecimiento es diferente de la enfermedad, ya que el envejecimiento posibilita las condiciones para que el organismo sea más vulnerable a la enfermedad.
3.4. El envejecimiento: su proceso En el proceso de envejecimiento es necesario distinguir dos tipos de envejecimiento, a saber: 1.- Envejecimiento Primario: que abarca a los cambios irreversibles que acontecen por acción del tiempo. Este no se relaciona sólo con la vejez, sino que todos los seres humanos experimentan este tipo de envejecimiento, prácticamente desde que nacen. 2.- Envejecimiento Secundario: este hace referencia a los cambios que se producen por enfermedades, que pueden o no estar asociados a la edad, se pueden evitar o remediar.
3.5. Envejecimiento y aspecto externo Muchas personas que están en proceso de envejecimiento, hacen todo lo posible para evitar el aspecto de personas mayores y/o viejas. Pero se dá un momento de la vida, en que ya no resulta posible que se trate de disimularlos a los razgos superficiales del enejecimiento, tales como: 1.- La piel que se seca, resulta más fina, menos elástica y porta las manchas del envejecimiento, 2.- El cabello cambia de continuo, se torna más dino, aparecen las canas; 3.- Se modifica la estatura, ya que la mayoría de las personas viejas miden aproximadamente unos tres centímetros menos que en la adultez: 4.- Cambio la silueta y el peso por reducción de la masa muscular; 5.- Se reduce la fuerza muscular, fundamentalmente en las piernas. Estos cambios que se presentan en la faz corporal exterior van acompañados de repercusiones psicológicas y sociales que inciden en la autoimágen y la autoestima.
3.6. Envejecimiento biológico: teorías En la actualidad se desarrollan y un número significativo de investigaciones biológicas que estudian y analizan las causas del envejecimiento biológico. Esta diversidad de trabajos tiene sus fundamentos en diferentes corrientes teóricas y aún no se cuenta con un marco teórico que englobe los aspectos más relevantes de cada una de ellas y que a la vez explique de forma integral el envejecimiento humano. El enve-
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jecimiento no tiene que ser entendido como un fenómeno estrictamente orgánico, sino como un proceso complejo en el que también interactuan variables sociales, psicológicas y culturales. Hasta la fecha no hay un acuerdo entre los científicos con respecto a las causas que dan origen a la involución física del hombre, ya que las explicaciones con que se cuenta se asientan en marcos teóricos estrictamente específicos. En términos generales se pueden establecer dos grupos fundamentales de teorías sobre el envejecimiento biológico, a saber: teorías basadas en factores externos y teorías basadas en factores internos . ./ Teorías ambientalistas. Son las basadas en factores externos. Explican el envejecimiento biológico como la resultante del accionar de factores del medio ambiente que actúan sobre el organismo y reducen la capacidad para sobrevivir a las agresiones. Entre estos factores están los cambios en el estilo de vida, en la nutrición, en el consumo de drogas, en la contaminación atmosférica, en el agua, etc.; .! Teorías basadas en causas internas. Explican el envejecimiento por causas inmunológicas, celulares, endocrinológicas y genéticas.
3.6.1. Teoría inmunológica Esta teoría sostiene la hipótesis que a medida que avanzan los años, el sistema inmunológico resulta menos efectivo para proteger o defenderse de las enfermedades. Sostiene que llega un momento en que el sistema inmunológico pierde la capacidad de distinguir la presencia de agentes invasores de elementos del organismo interno. Es así, el propio sistema inmunológico el que ataca y destruye el funcionamiento biológico natural. Esta teoría aporta una explicación parcial del proceso de envejecimiento biológico. Esta teoría seria útil para explicar la existencia de enfermedades degenerativas en la vejez, pero no es suficiente para proveer de explicaciones sobre el proceso involutivo normal, ya que no esta obligadamente asociado con la enfermedad (Makinodan y Hirokana, 1985).
3.6.2. Teoría celular Este aporte hace referencia a la perdida de información celular que se produce en el ADN acerca del metabolismo y reproducción de las células. Para esta teoría el envejecimiento biológico es causado por una creciente perdida de células que se derivan de la perdida de información contenida en las moléculas de ADN. Las células del organismo sólo pueden dividirse en un número aproximado de cincuenta veces, de manera que llega un momento en que la división deja de producirse, las células envejecen y pierden su función. Kalish (1991) considera que a pesar de ser evidente la perdida celular en todo el proceso del envejecimiento, no se descarta la posibilidad que la reducción celular sea consecuencia de otros procesos biológicos paralelos.
3.6.3. Teoría endocrinológica Esta teoría considera que el envejecimiento biológico podría ser el resultado de los cambios que se producen en la liberación de las hormonas del cuerpo humano, por ejemplo, la pérdida de estrógenos que se producen durante la menopausia en las mujeres. Los defensores de esta postura intentan describir el efecto que el sistema endocrino ejerce sobre el funcionamiento de diferentes neurotransmisores y cuya
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síntesis se reduce progresivamente durante el envejecimiento normal (Finch, 1977).
3.6.4. Teoría. genética La teoría genética parte del supuesto que para entender el proceso del envejecimiento biológico es imprescindible conocer el código genético que determina la longevidad de cada individuo. La herencia parece condicionar de manera clara la longevidad. La principal crítica a que esta sometida esta teoría es la influencia que sobre la genética tienen los hábitos de vida, tales como: la nutrición, el ejercicio físico, el entorno ambiental, los que también contribuyen a marcar diferencias en cuanto a la forma y tiempo en que se produce el envejecimiento (Hayflick, 1989). Harman (1988) relaciona el envejecimiento con los radicales libres. Los radicales libres son moléculas con un electrón libre o no apareado. Este radical libre va reduciendo la eficiencia celular y provoca la acumulación de productos de desecho en la célula. Las radicales libres pueden producirse por la radiación, el extremo calor o por reacciones oxidativas. Pueden a la vez formarse en cantidades reducidas como parte integrante del metabolismo normal de la célula. La acumulación de radicales libres afecta la membrana celular y también otros componentes de la célula y aceleran el proceso de envejecimiento. El ritmo metabólico esta directamente relacionado con la generación de radicales libres e inversamente con el ciclo vital o de envejecimiento. El lipofuscin (pigmento de la edad) es un pigmento graso que se acumula en las neuronas, en los músculos del corazón y del esqueleto, pudiendo resultar el producto final del daño de la membrana celular ocasionado por los radicales libres. El lipofuscin puede ser un indicador o una causa del envejecimiento biológico.
3.7.- Cambios físicos por envejecimiento El envejecimiento biológico normal incluye cambios que son universales, progresivos e irreversibles, ya que se trata de procesos que no son efectos secundarios de otros que pueden ser reversibles. Estos cambios inciden en la vulnerabilidad de los sistemas (Kohn, 1985). Los cambios físicos que presenta el individuo a lo largo del proceso de envejecimiento biológico, no resultan ajenos a la impronta que sobre ellos ejerce la propia historia de cada hombre, la singularidad e individualidad que ella presenta, como así también, de la incidencia de los factores ambientales.
3.8.- Fisiología. del envejecimiento Arbitrariamente se ha fijado la edad de ingreso a la vejez, 65 años para los países desarrollados y 60 años para los subdesarrollados (de acuerdo a las expectativas de vida). No obstante desde el punto de vista biológico, el envejecimiento se inicia para algunos autores en el momento de la concepción y para otros en la etapa de madurez. Sin embargo, hay consenso que el proceso empieza a finales de la década de los 20 o a comienzos de la de los 30. Alrededor de los 80 años se ven cambios que afectan la funcionalidad, en esta edad se separa el viejo joven del viejo-viejo, habiendo mayor cantidad de individuos frágiles que vigorosos, y los individuos notan que ya no son los mismos. Existen cambios propios del envejecimiento y cambios inducidos por el ambiente. Los cambios propios del envejecimiento son deletéreos, y se traducen en un declinar, lo cual se manifiesta como una disminución del funcionamiento. Estos cambios son progresivos, se hacen más importantes con la edad. Los hechos
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más importantes del envejecimiento son su universalidad (son iguales para todos los individuos de la especie) e inevitabilidad, como etapa final de todos los seres vivos caracterizándose por su deterioro morfológico y funcional progresivo, cuyo ritmo y características puede ser muy diferente según la especie, el individuo y los factores ambientales. Por ejemplo, el proceso de ateroesclerosis, si bien en autopsias de recién nacidos y de soldados de 20 años ya mostraban grasa en las arterias, hay algunas lugares en que no se produce este proceso, entonces, este depósito ¿Es producto del envejecimiento? o ¿Es producto del ambiente?, si fuera propio del envejecimiento ya se ha demostrado que el ejercicio y la dieta pobre en grasa retarda las complicaciones propias de la ateroesclerosis, entonces, el conocer estos procesos se ha hecho cada vez más importante. Entendido el envejecimiento como un proceso dinámico y progresivo, es difícil de establecer un punto de corte en relación a cuando se empieza a ser viejo. Por el contrario, tiene esta etapa un punto final fijo: la muerte, de la cual probablemente el hombre es el único ser que tiene conciencia de ello. En resumen, se puede definir envejecimiento como el conjunto de cambios y modificaciones morfológicas, fisiológicas y psicológicas que se producen con el paso del tiempo en los seres vivos. Cuando los cambios son moderados se esta frente al envejecimiento fisiológico o normal (hay una disminución de la capacidad de reserva de los órganos, pero aun se mantiene la funcionalidad) si son exagerados se enfrenta un envejecimiento fisiopatológico o anormal.
3.9.- Sistema inmunológico y envejecimiento: inmunosenescencia Benard Show ridiculizaba hace, en una obra memorable, el papel d las defensas humanas (sistema reticuloendotelial), en relación con la capacidad defensiva, lucha, de los seres humanos ante las agresiones del medio exterior. La realidad es que la falla del sistema es uno de los problemas que se acentúan a medida que pasa la edad, y llega a ser responsable de que la ancianidad se convierta e enfermedad (senectud), como consecuencia de agentes infecciosos de cualquier naturaleza que alcanzan con éxito al ser humano. El ser humano nace con un sistema defensivo integrado por defensas móviles, leucocitos B y T principalmente, que se responsabilizan de combatir, los primeros a los agentes infecciosos (bacterias, virus, etc.), y los segundos a las intoxicaciones. Los leucocitos B se producen durante toda la vida, con origen principal en la médula ósea, mientras que los T se generan en la glándula timo y desaparecen cuando aquella entra en crisis degenerativa, que en la especie humana ocurre hacia la pubertad. Hasta entonces nuestro organismo ha estado defendido de multitud de agentes tóxicos. En algunas especies animales la glándula timo continúa hacia edades avanzadas, y en otras como en las aves, es reforzada, sino sustituida, por la bolsa de Fabricio, de ahí la resistencia de esta especie a las intoxicaciones. Otros elementos defensivos de gran importancia son las células NK, que resultan agresivas y asesinas frente a elementos (material genético) que llegan a nuestro organismo, haciendo imposible la fecundación de una especie con material seminal de otra; son por lo tanto células que defienden la pureza de la especie evitando los cruzamientos. En condiciones normales, cuado se forma el cigoto (fusión de los núcleos ovocito y espermatozoide) primera célula diploide, las células NK se lanzan para destruir
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este conjunto, y si no fuera por la acción protectora que emana del Erling Pregnancy Factor, que se opone a tal destrucción, no habría posibilidad de éxito procreativo, tal como sucede en el síndrome "aborto habitual". El Erling Pregnancy Factor es conjunto de acciones que suman la acción protectora de la progesterona (cuerpo lúcteo), el efecto del cigoto sobre la mucosa tubárica, la oxitocinasa que detiene las contracciones de la propia trompa, etc. Por otra parte el organismo cuenta con defensas humorales integradas por multitud de anticuerpos resultantes de la acción sobre nuestro organismo del medio exterior. Cuanto mayor haya sido el contacto del niño, adolescente, etc., con el medio exterior, más elevado es el número de anticuerpos que posee, que en general son superiores a 1O, por lo que el número de anticuerpos del organismo es tan abundante como antígenos agresivos puedan llegar a él. A medida que avanza la edad disminuye estas defensas y el organismo se encuentra más débil frente a todo tipo de enfermedades infecciosas (bacterias, virus, hongos, parásitos, etc.), de tal manera que esta crisis del sistema inmunológico es frecuentemente, causa no sólo de acelerar el envejecimiento, sino de actuar como gerontógenos muy activos. El sistema inmunológico sufre ajustes con la edad. Aquí se pretende llamar la atención sobre el interés del sistema inmunológico en la aparición de la vejez, acentuación de la misma y presencia de la senectud: vejez + enfermedad = senectud La teoría de Besedowski postula que la organización y reestructuración del sistema inmunológico está íntimamente relacionada con efectos neuroinmunológicos, de ahí la importancia que situaciones depresivas (shock desafectivo) representan sobre el envejecimiento y la crisis inmunológica. El control del sistema inmunológico es muy importante y constituye la principal conclusión de esta comunicación. La evaluación del grado de envejecimiento está relacionada con cambios numéricos en la población de linfocitos T, menos vitalidad, y en especial con los B. La edad biológica de un individuo no siempre corresponde con la edad cronológica (años). Hace unos años, las investigaciones de Norris (1992) sirvieron de base para el establecimiento de los llamados test de envejecimiento, de singular interés para conocer la situación biológica del individuo (compañías aseguradoras, elección de candidatos, prevención de enfermedades, etc.). Los referidos test han sido desarrollados por el Instituto Nacional del Mayor de Nueva York (National lnstitute of Aging), y en especial por el Centro Nacional de Baltimore. Dichos test evalúan el nivel de las defensas celulares, hormonales, de la producción de hormonas de crecimiento, gasto cardiaco, niveles metabólicos, etc. Un tema importante es la activación del sistema inmunitario, que se basa en los siguientes planteamientos: ./ Lucha y neutralización de los radicales libres de oxígeno (RLO), tanto a nivel ambiental como a través de la alimentación (residuos metabólicos) . ./ Restitución calórica que se refiere a reducir y modificar el aporte calórico a través de la dieta . ./ Ejercicio físico moderado controlado y disuasorio, que significa: con abs-
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tracción y participación cerebral gratificante a través del proceso ambulatorio . ./ Evitar el shock afectivo. Es bien sabido que la pérdida de afecto, la situación de aislamiento, inseguridad, repercuten notablemente en el individuo acelerando el envejecimiento y desencadenando ciertas enfermedades mentales: Alzheimer, Parkinson, y en especial la enfermedad de Weber, que se refiere a la crisis que se produce cundo falta un miembro de la pareja. A modo de sisntesis se afirma que: ./ ./ ./ ./
la Geriatría debe tener muy en cuenta el control del sistema inmunológico; la realización y evaluación sistemática de tests de envejecimiento; la activación periódica del sistema inmunológico; la Gerontología debe apoyarse en evitar los agentes gerontógenos, que perturban la salud deprimiendo las funciones y acortando la vida.
3.1 O.- Duración de la vida Se admite que para cada especie, la duración máxima de vida está determinada genéticamente, así, el límite biológico o máximo de vida para el hombre se considera 11 O a 130 años (en ausencia de enfermedad), sin embargo, actualmente en las mejores condiciones ambientales es de 82.1 años para las mujeres y 76.4 para el hombre. Se considera también que la duración máxima o promedio de vida no ha variado en los últimos cien mil años, pero si lo ha hecho la expectativa de vida: 18 años en la edad de bronce griega, hasta las cifras actuales. Los seres humanos a excepción de las tortugas de Galápagos, viven más que todos los otros seres vivos del reino animal. Este hecho lo han explicado algunos autores en relación al metabolismo basal y la temperatura corporal. Otro autor Edwin Busse (1977) ha postulado que el mayor tiempo de vida se relaciona con la mayor proporción del peso del cerebro con respecto al del cuerpo (índice encéfalo/cuerpo), el cerebro humano tiene un peso mayor que el de otras especies. Esto se explicaría porque las neuronas remanentes a través de los años, superan las funciones de las que murieron.
3.10.1.- A cerca de las teorías del envejecimiento A pesar del desarrollo de la Geriatría, rama de la medicina que se preocupa de la salud de las personas de edad avanzada con una orientación médico social con especial énfasis en la promoción, prevención, atención y rehabilitación y, de la Gerontología, ciencia multidisciplinaria que estudia todos los aspectos del envejecimiento; los orígenes y mecanismos del proceso de envejecimiento todavía no se conocen definitivamente. Existen teorías que pueden dividirse en biológicas y ambientales o estocásticas, estas últimas también dan gran importancia al determinismo biológico. 3.10.1.1.- Teorías biológicas El cuerpo esta formado principalmente por las células con capacidad y sin capacidad de dividirse (posmitóticas) y el tejido conectivo intercelular compuesto fundamentalmente por las proteínas fibrosas: colágeno y elastina. Hay quienes sustentan que el envejecimiento tiene que ver con procesos intracelulares, otros sostienen que tiene que ver con los cambios de la sustancia rica
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en colágeno que rodea las células, que al rigidizarse y perder permeabilidad no permite la llegada de nutrientes a las células. (llevando a la muerte celular) Por otra parte, las hipótesis celulares se pueden agrupar en dos: a.- Teoría del envejecimiento del deterioro al azar: aquí los errores acumulados en la capacidad de las células para producir proteínas, serían la causa principal del envejecimiento y de la muerte. Las moléculas de DNA al enrollarse y desenrollarse en el proceso de producir proteínas, tendería a desarrollar cambios en su estructura o mutaciones en forma continua en el curso de la vida, no todas son deletéreas probablemente evolucionamos de la mutación de un organismo unicelular. Sin embargo, la mayoría si lo son, provocando la muerte celular. Las células poseen mecanismos correctores, pero a medida que envejecemos los errores del DNA podrían acelerarse y superar la reparación, un número más elevado de células funciona mal y muere. Finalmente la pérdida suficiente de células importantes de nuestro organismo puede causarnos la muerte. El proceso es muy lento, y las mutaciones nos han permitido desarrollarnos, por lo tanto es poco provable que este sea el proceso que explique el envejecimiento. b.- Teoría del envejecimiento programado: al contrario de lo anterior, que no supone la existencia de una plan general, este sostiene que el envejecimiento es un proceso programado y cálculado (geneticamente). Apoya esta postura el que cada especie presente un tiempo de vida fijo y que los cambios físicos que presenten los individuos serán ordenados y predecibles. Otros autores dicen que existiría un "temporizador" o "reloj" del envejecimiento, ajustado para activarse en un momento determinado podría localizarse en el DNA de cada célula o bien tener una ubicación en un sistema responsable de la coordinación de muchas funciones y con una amplia influencia en el organismo, todo como podrían ser el hipotálamo porque regula las funciones mas importante crecimiento, respuesta emocional, actividad sexual y reproducción y además, media todos los sistemas. Otros autores postulan que el reloj estaría en el sistema inmune que nos protege contra agentes dañinos y celulas cancerosas, por lo tanto cuando disminuye hace que el viejo muera. Por Ej.: por infecciones o cáncer. Hay investigaciones con respecto al tiempo maximo de vida. Una tiene que ver con la infranutrición sin mal nutrición (individuo recibe aporte pero practicamente cero calorías). Se vio que ratas vivían 60 años mas que las con dieta habitual, aunque empezaran con esta dieta en la mitad de la vida. Existen estudios muestran que la disminución de la temperatura temporal aumenta la longevidad. Los estudios de los últimos 25 años han visto que el estilo de vida puede afectar el envejecimiento, esta respaldado por la evidencia. Así el seguimiento de 9.000 residentes desde 1959 de Alameda County, California reveló que el mantener en forma regular tres costumbres saludables simples, se correlaciona notablemente con la longevidad. Para los hombres que no fumaban, practicaban ejercicio y mantenían un peso dentro de limites normales, la esperanza de vida a los 60 años o más fue de 82 años; 7 más que los que no observan ninguno de estos hábitos. Este estudio sugiere además que el estilo de vida determina también la calidad de vida, en el sentido de que se enfermaron menos y no presentaron pérdida de la funcionalidad.
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3.10.1.2.- Envejecimiento físico normal
Los hallazgos del estudio de Baltimore han puesto en evidencia, que si bien los cambios fisiológicos a lo largo de los años se producen en general de manera predecible, existen características propias a cada individuo como: La variabilidad, es decir la velocidad o el ritmo del envejecimiento es distinto para cada individuo. Los patrones de envejecimiento distintos, o sea, determinadas funciones fisiológicas declinan en forma regular o lineal, sin embargo otras funciones se mantienen relativamente sin modificar, para declinar sólo al final de la vida o cuando se desarrolla una enfermedad. Un ejemplo es el cerebro que pierde células con el paso de los años, pero las que permanecen desarrollan nuevas dendritas y establecen nuevas interconexiones manteniendo las funciones. 3.10.1.3.- Efectos del envejecimiento físico normal
El hecho dominante es el decline fisiológico, la capacidad de bombear del corazón, la profundidad de ventilar de los pulmones, la capacidad de filtrar de los riñones, disminuyen afectando nuestro funcionamiento en forma específica, así a medida que se envejece la capacidad para rendir físicamente disminuye gradualmente, como también la velocidad en la capacidad de respuesta a los cambios ambientales y se demora más en recuperar la condición de normalidad. Pero por fortuna la mayor parte de los sistemas poseen una capacidad de reserva, por lo que dichos cambios internos se hacen evidente sólo al esforzarse hasta límites, o cuando han progresado tanto que interfieren con la vida diaria. El concepto de capacidad de reserva explica la vulnerabilidad de los ancianos a las situaciones estresantes de todo tipo internas y externas, que se expresa en términos fragilidad. 3.10.1.4.- Cambios de transición relacionados con el envejecimiento
El ser humano comienza a arrugarse al mismo tiempo que a encanecer en la segunda o tercera década de la vida, la aparición de ambos hechos marca el proceso de transición hacia el envejecimiento. 3.10.1.4.1.- Canicie
El cabello pierde color, cuando las células que producen pigmento en la base del folículo piloso producen menos o mueren. 3.10.1.4.2.- Cambios en la piel
Signos visibles son los surcos, arrugas y flacidez causados por el efecto del tiempo, pero también por las agresiones del medio ambiente como la exposición al sol, por ejemplo: las arrugas se inician en las zonas más utilizadas (alrededor de los ojos y boca) son el producto final de diversos cambios: la epidermis se adelgaza y se pobla de surcos más abundantes, la dermis pierde elasticidad, formando surcos indelebles, las glándulas sebáceas disminuyen su actividad y la piel se vuelve seca, áspera y vulnerable al medio (viento y sol especialmente). 3.10.1.4.3.- Cambios seleccionados relacionados con el envejecimiento
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Disminución de células parenquimatosas: Esta determina que tejidos y órganos se atrofien. A los 80 años el número de hepatocitos es el 30% de las personas jóvenes. También sufren una disminución significativa el cerebro, pulmones, músculos y riñones.
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Cambios intracelulares: Aumenta el glucógeno, los lípidos y los gránulos de pigmentos como la hipofucsina. Se reducen las mitocondrias. Disminuye la permeabilidad celular. .! Cambios en el tejido conjuntivo: Disminuye la elastina. Se intercruzan las moléculas de colágeno, perdiendo elasticidad y flexibilidad tendones, ligamentos, fascias y cápsulas articulares que restringen la movilidad articular.Se produce esclerosis de los vasos sanguíneos. Estos cambios determinan alteraciones orgánicas y funcionales . .! Cambios del aspecto externo: El peso aumenta progresivamente para estabilizarse alrededor de los 55 años, para luego disminuir gradualmente.La masa muscular es sustituida por tejidos grasos en una proporción de un 15% a los 30 años, hasta un 30% después de los 65 años, en la mujer puede aumentar a un 40%. La estatura puede disminuir hasta en 1O cm, por menor densidad osea, por disminución de los discos intervertebrales por pérdida de agua y por aumento de la curvatura cifótica . .! Equilibrio y marcha: Disminuye el equilibrio a partir de los 50 años por muerte de celulas nerviosas. La marcha se torna insegura y lenta predisponiendo a las caídas. .!
3.10.1.4.4.- Sistema musculoesquelético La mitad de la población de edad muestran en radiografías cambios degenerativos articulares, pero sólo la mitad suelen presentar síntomas clínicos. 3.10.1.4.5.- Sistema cardiovascular .! Aumenta la presión arterial. .! Disminuye el gasto cardíaco . .! Disminuye la capacidad de respuesta al estrés. 3.10.1.4.6.- Sistema respiratorio .! Disminuye la capacidad vital. .! Disminuye la ventilación voluntaria máxima. (por rigidización de la caja torácica). .! Disminuye el número de cilios. (eliminación de secreciones ya no es tan buena, favoreciendo cuadros obstructivos crónicos) . .! Disminuye la movilidad de los cilios. Todo esto asociado a la disminucion de la inmunidad hace que el viejo pueda morir de neumonía. 3.10.1.4.7.- Sistema digestivo .! Se altera la masticación por problemas dentales . .! Disminuye la motilidad esofágica . .! Aumenta el reflujo gastroesofágico . .! Aumenta la estitiquez. 3.10.1.4.8.- Sistema inmune .! Disminuye la respuesta inmunitaria en mayor o menor proporción. 3.10.1.4.9.- Órganos de los sentidos .! Oídos: Se eleva el umbral auditivo con pérdida de la discriminación para las
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frecuencias elevadas (le cuesta oír mas lo que dice una mujer o un niño, que lo que dice un hombre) . Ojos: Disminuye la capacidad de acomodación del cristalino. (empieza alrededor de los 20-30 años haciéndose evidente a los 50 años). Aumenta la facilidad para el deslumbramiento . Tacto: Disminuye . Gusto: Disminuye, por eso abusan de sal y azúcar. Olfato: También se altera.
3.10.1.4.9.- Sistema nervioso
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Disminuye la masa cerebral con pérdida de neuronas (lo que no se traduce necesariamente en patologías) . Disminuye el flujo sanguíneo . Disminuye la velocidad de conducción nerviosa (por eso reaccionan más lento) . Disminuye la sensibilidad . Disminuye la coordinación . Disminuye la capacidad de reacción . Disminuye la capacidad de memoria . Disminuye la capacidad de atención . Disminuye la capacidad de aprendizaje . Se mantiene la capacidad mental (el pensamiento no se altera) Se mantiene la capacidad intelectual.
3.10.1.4.1 O.- Cambios en el sistema nervioso por el envejecimiento
El sistema nervioso es probablemente uno de los sistemas más erróneamente comprendidos en relación con el envejecimiento normal. Es una equivocación común afirmar que todas las personas de edad avanzada se vuelven seniles y muchas veces, el estado de confusión se atribuye al «envejecimiento» cuando la causa puede ser de hecho una enfermedad. Aunque los cambios se presentan en el sistema nervioso, no se puede asumir que la senectud es una parte normal del proceso de envejecimiento. El sistema nervioso tiene dos divisiones: el sistema nervioso central que está constituido por el cerebro y la médula espinal, el cual procesa los mensajes nerviosos y el sistema nervioso periférico que está conformado por los nervios que llegan y salen de la columna vertebral (nervios espinales) y los nervios en el cuerpo. Esta parte del sistema nervioso lleva los mensajes desde y hasta el sistema nervioso central. Se pierde la masa celular nerviosa, lo cual provoca la atrofia del cerebro y de la médula espinal. Es posible que se presente una disminución significativa del peso del cerebro en relación con el peso máximo del cerebro de un «adulto joven». Se presenta una disminución en la cantidad de células nerviosas: cada una de ellas tiene menos «ramas» (dendritas) y algunas pierden su revestimiento (un proceso denominado desmielinización), cambios que traen como consecuencia la disminución en la velocidad de transmisión del mensaje. Después de que un nervio lleva un mensaje, hay un período corto de tiempo en el que éste debe reposar y no puede llevar otro mensaje. Esto se denomina período de latencia, el cual aumenta con el envejecimiento. La lipofuscina (un pigmento graso café) se acumula en el tejido nervioso, al igual que los productos de desecho de las células nerviosas atrofiadas que se acumulan
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en el tejido cerebral, produciendo placas y nudos o marañas (microtúbulos). Estos cambios no son consistentes en todos los individuos. Algunas personas pueden experimentar muchos cambios físicos en sus tejidos nerviosos y cerebrales, en tanto que otras sólo experimentan unos pocos. Algunas personas presentarán atrofias y placas, otros tendrán placas y nudos, mientras que algunos mostrarán cambios diferentes. Aunque ciertos cambios son típicos de trastornos específicos del cerebro, la cantidad y tipo de los cambios físicos no está necesariamente relacionada con los cambios en la función cerebral. A medida que los nervios se degeneran, se pueden afectar los sentidos del tacto, la visión, la audición y demás. Los reflejos se pueden disminuir o perder y los cambios en éstos aumentan los problemas con la mobilidad y la seguridad. Al contrario, algunos reflejos que estaban presentes al momento de nacer y que se perdieron a través de la madurez (reflejos infantiles como el reflejo de succión y el de prensión) pueden reaparecer con la edad avanzada, lo que puede ser un cambio normal o muy probablemente ser un signo de trastorno neurológico Las enfermedades que no están relacionadas con el cerebro pueden ocasionar cambios significativos en el pensamiento y el comportamiento; por ejemplo, casi cualquier infección puede hacer que una persona de edad avanzada se torne confusa en forma severa. Se recomienda hablar con el médico acerca de los cambios significativos que se presentan con relación a la memoria, la percepción, la capacidad para realizar una labor y demás, especialmente si estos síntomas se presentan súbitamente o acompañados de otros síntomas. Un cambio en la capacidad para pensar, la memoria o el comportamiento se considera «significativo», si difiere notoriamente de los patrones anteriores o si afecta el estilo de vida. Prevención: Existe alguna evidencia de que la actividad física y mental continua ayuda a mantener aptas las capacidades cognoscitivas (pensamiento, razonamiento y demás).
3.11.- En cuanto a la inteligencia se puede dividir en dos tipos / /
Cristalizada: ambiental, todo lo que es aprendizaje. Esta se mantiene. Fluída: memoria genética es la que permite reaccionar. Esta se altera.
3.12.- En síntesis, el perfil biológico del viejo se caracteriza por / / / /
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Disminución de la capacidad de reserva de las funciones fisiológicas frente al estrés, que se traduce en una menor resistencia frente a la enfermedad. Lentitud, impresición y merma de la capacidad de reacción frente a los cambios ambientales. Retrasos en la recuperación de las condiciones de normalidad. Disminución de la capacidad de regeneración, como consecuencia de la dificultad de proliferación celular parenquimatosa y de los mecanismos inmunitarios. Lo clave en el envejecimiento es la variabilidad y la existencia de patrones para cada organo. Y lo que produce finalmente el envejecimiento es la disminucion de la capacidad de reserva que se hace patente ante situaciones especiales. Si bien el límite máximo de vida no se ha modificado, la esperanza de vida si se ha ido modificando, y cuando se llegue idealmente a controlar todas las
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enfermedades no tendremos una curva de esperanza de vida sino un rectángulo, la gente va a vivir hasta los 130 años y cuando el temporizador nos diga cuando moriremos. Actualmente la mayoría de los seres humanos no mueren de viejos sino por accidentes o enfermedades.
3.13.- Envejecimiento: ciertos aspectos epidemiológicos La Gerontología es una rama de las ciencias sociales que estudia los procesos globales del envejecimiento; tanto en el ámbito psicológico, sociológico, educativo, cultural, económico, estadístico, arquitectónico, etc. En cambio la Geriatría es una rama de la Medicina. Para la Organización Mundial de la Salud (OMS): el envejecimiento es el proceso fisiológico que comienza en la concepción y ocasiona cambios característicos de la especie humana durante todo el ciclo de la vida. Esos cambios producen una limitación a la adaptabilidad del organismo en relación con el medio. El ritmo en esos cambios se produce en los distintos órganos de un mismo individuo o en distintos individuos en forma desigual. Al viejo se le puede llamar geronte, anciano, senescente, tercera edad, adulto mayor, años dorados, etc. El punto de corte para su definición, a los efectos estadísticos es la edad de 65 años, pero para los efectos biológicos este punto lo marca la declinación de las actividades somáticas y psíquicas. Una de las ventajas del proceso de envejecimiento es el hecho de que el ser humano está más estabilizado, toma con más tranquilidad las decisiones y la mayoría de ellas son meditadas. El ser humano tiene distintas edades, a saber: .t Edad cronológica; .t Edad fisiológica; .t Edad mental. Es importante tener en cuanta esto porque hay personas que dicen tener una edad, pero representan otra. Esto tiene implicancias médico legales. Por esto, cuando no se ha podido determinar la edad de una persona, se asocia su vida a determinados acontecimientos importantes; como un terremoto, un gobierno, etc., siendo este un buen método supletorio para determinar indirectamente la edad cronológica aproximada de un de este ser humano. Las edades en relación con las cuales se clasifican los individuos pueden ser las siguientes: .t Infancia, hasta los 12 años; .t Adolescencia, de 12 a 18 años; .t Adulto, de 18 a 60 años; .t Adulto mayor, de 80 a 100 años; .t 100 años y más. Los estudios en relación con el aumento demográfico de las poblaciones, son los que han determinado que en aquellas poblaciones en desarrollo ha aumentado más el número de viejos que de niños. Ha cambiado también la relación de habitantes en zonas rurales y urbanas; antes había más gente en los campos, hoy hay mayor población en las ciudades. Por lo tanto: hay más viejos y hay más población urbana que rural. Hay países que tienen tasa de nacimiento muy baja, por ejemplo Hungría. En
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este país las mujeres que se embarazan reciben 3 años de postparto, esto como forma de estimular el nacimiento de niños.
3.14 . - ¿Por qué resulta tan preocupante el aumento del número de personas viejas? ./
Por el gastos en salud, ya que en su inmensa mayoría, debe destinarse a este grupo etáreo y a sus patologías . ./ Por el envejecimiento poblacional y las implicancias sociales, económicas y culturales que conlleva.
3.15 . - ¿Por qué se ha producido el aumento de la población andana? ./
Por la prevención de las enfermedades infecciosas, por ejemplo: se ha acabado con la viruela, la poliomelitis, etc . ./ Por la mejora del ambiente y de la higiene; disposición de excretas y disminución de los vectores de enfermedad . ./ Por la disminución de la mortalidad infantil y perinatal. ./ Por el número decreciente de nacimientos . ./ Por la mejora en la nutrición . ./ Por la mejor y mayor protección social, por ejemplo: años atrás en caso de un infarto se demoraba en llegar a un centro asistencial aproximadamente cincuenta minutos, en cambio hoy, bastan escasos minutos para obtener atención . ./ El envejecimiento implica los siguientes cambios: • Cambios somáticos o vejez biológica. • Jubilación, para la cual debe haber todo un planteamiento previo que debe plan y no que se llegue a ella para no tener nada que hacer. • Reducción de recursos los económicos. • Presencia de pérdidas progresivas de seres queridos. • Declinación de las funciones físicas. • Declinación de las funciones psicológicas de la inteligencia y personalidad. Por ejemplo la presencia del "viejismo". Es importante tener encuenta la posible presencia de estados depresivos, ya que éstos pueden resultar más frecuentes en este momento de la vida. • Presencia de la familia multigeneracional. Las familias reducidas cuentan con padres e hijos y siendo el padre y la madre, por lo general, quienes mantienen el hogar y quienes deciden en él, pero en familias con tres generaciones es el hijo quien ejerce como jefe de familia, y el padre pierde sus antiguos roles. • La viudez. Existen más viudas que viudos, esto porque la mu jer vive en promedio más que el hombre. • La migración. Por ejemplo: existen casos en USA y Canadá de una importante migración estacional de esta población de viejos, la que en invierno se quedan en USA pero luego pasa el verano en Canadá.
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La menor actividad económica de los viejos. Al contrario lo que se podría pensar, este aspecto ha tomado importancia ya que la industria y el comercio se han dado cuenta que los viejos tienen poder adquisitivo. En algunos países desarrolla dos el subterráneo, el ferrocarril, el transporte de corta y media distancia, los cines, etc., tienen precios con significa tivas rebajas, ya que la mayoría de ellos viajan en horarios especiales y de esto ha tomado cuenta el mercado . ./ Los ancianos presentan por lo general siete diagnósticos como promedio . ./ En los viejos las enfermedades más comunes son: 1.- Afecciones cardiovasculares. 2.- Afecciones osteoarticulares, como fractura de cadera. 3.- Afecciones del aparato digestivo. 4.- Afecciones del aparato respiratorio. 5.- Afecciones de los órganos de los sentidos. 6.- Afecciones mentales, como demencia. 7.- Afecciones dérmicas. Es muy importante la autonomía que presentan los viejos, así, es factible reconocer lo siguiente: ./ El 66. 7% de los adultos mayores normales son independientes, requiriendo ayuda sólo para movilizarse lejos . ./ El 33% de los adultos mayores son frágiles y requieren ayuda para ciertas actividades o para movilzarse . ./ El solo 3,3% de los adultos mayores están postrados o en estado terminal. ./
En regiones desarrolladas los dos tercios de los viejos viven en áreas urbanas, y se cree que en el año 2.01 O serán las tres cuartas partes de la población de viejos quienes los vivirán en áreas urbanas . ./ Los viejos constituyen sólo el 13 al 17% de la población de los países más desarrollados, pero hacen uso del 30 al 40% de días cama en los hospitales de casos agudos y un porcentaje igualmente alto de los servicios médicos generales . ./ En términos generales, las personas que transitan la época de la adultez mayor representan un gasto de hasta cuatro veces mayor, en relación con un trabajador activo.
3.16.- OMS: comentarios sobre el envejecimiento Es importante diferenciar envejecimiento poblacional del envejecimiento del individuo. Para el término de envejecimiento poblacional, se necesita tener en cuenta, fundamentalmente, todos los indicadores que tienen que ver con la planificación del trabajo, en todas las áreas y en todos los sectores. Para el envejecimiento del individuo, que es al que los médicos se refieren, es necesario, en cambio tener en cuenta que descubran el momento en que el individuo, no puede entender lo que pasa con el envejecimiento, o sea su fisiología, su fisiopatología, su promoción, etc. La OMS ha hecho más de 50 reuniones para definir envejecimiento. A saber: ./ Es un proceso fisiológico que comienza en la concepción y ocasiona cambios característicos para las especies durante todo el ciclo de la vida. En los últimos años dela vida, esos cambios producen una limitación de la adaptabilidad del organismo en relación a su medio. Los ritmos a que esos cambios
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se producen en los diversos órganos de un mismo individuo o en distintos individuos, no son iguales. Es importante considerar que: Es un proceso normal. Esto es muy importante, ya que para muchas personas todavía el ser viejo es anormal y esto no es correcto. También, antes se creía que por ser viejo era normal de que se le cayeran los dientes; hoy se sabe, que aún en ellos esto es anormal, es decir, si uno se cuida los dientes, su masa ósea, etc, se puede llegar a los 101 años con sus dientes sanos. Por eso, la osteoporosis y la sarcopenia son enfermedades que pueden afectar a los viejos, pero no por ser viejos es normal que la padezcan. Ocurre en todos los seres vivos. Comienza en el momento de nacer. Desde la vida intrauterina, la placenta ya al noveno mes se le acaba la vida. Incluso, desde la concepción hay células que envejecen y mueren. Se acentúa en los últimos años. Principalmente se marca en el último 40% de vida de la persona. Se produce una limitación de la adaptabilidad. Es un cambio de tiempo para adaptarse, es decir, se demoran más en adaptarse ante un estímulo. Por ejemplo: si baja la temperatura, todos los mecanismos fisiológicos para aumentar la temperatura, se demoran más para lograr su objetivo en el adulto mayor. Lo mismo con los baroreceptores que funcionan al caminar, como les fallan, no hay sincronía entre contracción y relajación, por lo que se caen, se fracturan, etc. Lo mismo se aplica a cualquier sistema, incluso en aspectos psicológicos (sí se le muere el perro a un viejo, como le demanda más tiempo adaptarse a este cambio, se puede deprimir). Se cuantifico el desarrollo intelectual de los viejos, primero dándoles el mismo tiempo que a los jóvenes, y hubo diferencias muy significativas, pero luego cuando se ajustó la variable dándoles más tiempo, mostraron indicadores muy semejantes a los jóvenes. Es un proceso no uniforme. Es diferente de una especie a otra. Cada especie tiene un tiempo de vida útil o esperado. Para el humano se cree sobre los 120 años. Es distinto de un hombre a otro. En un mismo ser humano no todos sus órganos envejecen a un mismo tiempo.
3.17.- Quebranto de salud No es enfermedad, sino que cualquier defecto (pérdida) o anormalidad de tipo fisiológico que existe o se presenta en el individuo y que cuando se observa a tiempo y se trata adecuadamente, no menoscaba las actividades de la vida normal de las personas de edad avanzada. Esto incluye lo físico como lo psicológico, es decir, cuando se les muere el perro, o se cambian de casa, hay que estar atentos a si van a necesitar algún tipo de apoyo o contención. El otro concepto importante es definir viejo sano, y se concluyó que viejo sano es el autónomo, cuya condición no menoscaba la vida diaria. Ese es el primer criterio
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para ver si es sano o no. Luego se evalúan otras morbilidades como si tiene HTA, DM, etc. El concepto de autonomía se mira bajo tres aspectos: .!" Aparato locomotor (autonomía física): • Para esto hay criterios y herramientas de evaluación funcional: marcha (si camina o no), si es capaz de realizar las. actividades básicas del diario vivir (comer, ir al baño, etc.) y si es capaz. de realizar actividades mas fina o instrumentales (si puede llamar por teléfono, ir a comprar el pan, manejar su dinero, etc) . .!" Psiquismo: si mentalmente es autónoma o no (si entiende las instrucciones por ejemplo de tomarse un remedio, etc.) Esto se evalúa fácilmente preguntándole donde estamos, su edad, su nombre, etc. Otra cosa importante a evaluar es el estado de ánimo . .!" Social: Esta funcionalidad se ve desde dos vertientes: • Si dispone de dinero propio, si su pensión la reciben ellos o se la quedan los hijos, etc. • La red de apoyo social: si la persona cuenta con alguien para ayudarlos ante cualquier problema (un hijo, vecino, etc.). Al perder la autonomía, se corre el riesgo de que la persona se invalide: Validez - Invalidez: se tienen en cuenta tres categorías a nivel global de población de personas viejas: .!" Autónomos: 77% aproximadamente; .!" Frágiles: que requieren algún grado de ayuda. 30% aproximadamente; .!" Los totalmente independientes. 3% aproximadamente.
3.18.- Envejecimiento según OPS Es un proceso de integración entre el individuo que envejece y una realidad contextual en proceso permanente de cambio. Así el individuo hace esfuerzos constantes por alcanzar el nivel adecuado de adaptación y equilibrio entre sus propios cambios bio-psico-fisiológicos y aquellos otros que ocurren en el medio ambiente socioeconómico y cultural más amplio. Desde la perspectiva funcional, el viejo sano es aquel que es capaz de enfrentar el proceso de cambio a un nivel adecuado de adaptabilidad funcional y satisfacción personal. Es importante también tener en cuenta que geriatría es distinto de gerontología: .!" Geriatría: rama de la medicina que se ocupa de los aspectos clínicos y terapéuticos, preventivos y sociales en la salud y la enfermedad de los ancianos, de su recuperación funcional y de su reinserción en la comunidad, tras el ingreso en servicios hospitalarios de la geriatría, en condiciones físicas, psíquicas y sociales de autosuficiencia . .!" Gerontología: rama de las ciencias sociales que estudia todos los aspectos del envejecimiento (psicológicos, educativos, sanitarios, sociológicos, económicos, políticos, relativos al comportamiento, ambiente y otros). Tiene un carácter interdisciplinario. Otra cosa importante es que los viejos (80% de ellos), se atienden bajo el sistema de salud del estado, por lo que es éste el que tiene que preocuparse de ellos. El
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objetivo principal de la política del ministerio de salud, es mantener o recuperar la autonomía de los viejos. La manifestación de la enfermedad de los viejos va a ser distinta dado su distinta fisiología. Encontrarán a una persona, que teniendo una neumopatía terrible no tienen fiebre, o que al auscultarlos no tendrán crépitos, por lo que para hacer el diagnóstico se requiere un conocimiento acabado de cómo se presentan los síntomas y signos. Por eso, existen manifestaciones propias de los viejos: ./ Pérdida del apetito . ./ Baja de peso sin mayor causal. ./ Confusión . ./ Caídas. Al estar enfermos, el equilibrio es lo primero que se les altera . ./ Inmovilidad . ./ Incontinencia. Por ejemplo, una incontinencia urinaria puede no sólo ser síntoma de ITU, sino que de alteración de centros superiores. Dentro de las enfermedades más frecuentes de los viejos están todo lo que son enfermedades degenerativas de los viejos, por ejemplo, del endotelio, ya que así como se sabe que hay gente con buena o mala piel, hay otras con bueno o mal endotelio. Esto se aplica no sólo a la ateroesclerosis, sino que también a la artrosis, HTA, etc. La HTA es importante cuidarla, al igual que las enfermedades metabólicas (DM, dislipidemias), no tanto por la enfermedad en sí, sino que por el daño que producen a otros órganos. Otra cosa importante son las enfermedades carenciales, por lo que se ha incorporado a los programas de salud suplementos nutricionales. La esperanza de vida en el mundo, está en 66 años. Para Argentina está ya en 75,5. Lo importante es que la esperanza de vida va a estar ligada a la población que tiene más de 65 años. Las esperanzas de vida baja a su vez, se ven ligadas a poblaciones con porcentajes bajos de población mayores de 65. La esperanza de vida también está ligada al ingreso per cápita del país o continente; los más viejos son EEUU con 76 años, etc. Claro que por otro lado, hay países que tienen esperanza de vida de 34 años. Luego menciona la cifra de esperanza de vida de cada país del mundo prácticamente, dato que no pienso transcribir. Indice de envejecimiento: corresponde a la cantidad de personas de 65 o más años, por cada 100 jóvenes menores de 15 años. En Argentina, aproximadamente el 97% por cada 100 jóvenes hay 35 viejos; para el año 2.025, el panorama se revertirá, concentrándose los viejos, sobretodo en países más jóvenes.
3.19. A modo de cierre en relación a los aspectos biológicos 3.19.1.- Cambios corporales El avance de la edad se acompaña de signos que indican cambios en la apariencia física en las personas. Entre los más visibles y fáciles de reconocer están los siguientes: ./ cambios en la piel por aparición de arrugas, pérdida de elasticidad, manchas; ./ cambios en el cabello por modificación del color, aparición de canas; distribución, espesor y fuerza; calvicie más frecuente en los hombres; ./ aparición de vello en distintas partes del cuerpo: piernas y labio superior en mujeres u orejas y fosas nasales en hombres; ./ cambios en la estatura ya que su disminución es manifiesta y se produce por osteoporosis, cifosis (aumento de la curvatura de la columna vertebral), dis-
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minución del volumen toráxico y desplazamiento de las costillas de abajo hacia delante; tt' cambios en la estructura metabólica y celular por pérdida de ciertos componentes como el ADN y el aumento de tejidos grasos y fibrosos. Estos cambios también resultan influidos por la alimentación y el ejercicio físico; tt' cambios en la composición global del cuerpo a raíz de la disminución de la masa muscular, del aumento de grasa, la disminución de la cantidad de agua corporal y aumento del volumen plasmático. 3.19.2.- Cambios sensoriales
A medida que las personas envejecen, los sentidos van perdiendo progresivamente parte de su funcionalidad, pudiendo llegar a afectar el estilo de vida cotidiana y las relaciones sociales. La pérdida de la visión y/o la audición contribuyen al aislamiento social por una parte y a la falta de estimulación cognitiva por otra. Distintos aporte científicos muestran que el proceso de envejecimiento afecta en mayor o menor grado a todos los canales sensoriales. 3.19.2.1.- Cambios en la visión
El proceso de envejecimiento está estrechamente asociado a cierta pérdida de las capacidades visuales. A partir de los cuarenta años ya comienza a perderse la elasticidad en las corneas, lo cual produce una creciente dificultad para enfocar los estímulos: presbicia. El resultado de esto es la pérdida gradual de la capacidad para focalizar los objetos que se encuentran muy cercanos o muy lejanos, provocando la necesidad de usar lentes para ambas correcciones. La pupila sufre con los años una progresiva reducción de su tamaño, hecho que determina que a la retina llegue cada vez menor cantidad de luz y que se produzcan cambios en el umbral de visión, así, las personas de edad avanzada necesitan mayor iluminación para percibir la imagen de los objetos y presentan más dificultades para adaptarse a los cambios de luz a oscuridad. Con el envejecimiento se observa una mayor dificultad en la capacidad para discriminar los colores. La lente humana va adquiriendo un tono amarillento que dificulta la percepción de los tonos azules, verdes y violetas. En el transcurso de la vida el cristalino aumenta de tamaño, grosor y pierde elasticidad, todo ello reduce su transparencia. Esta opacidad del cristalino, que es progresiva, produce las cataratas de las personas ancianas y que hoy son fácilmente solucionables. 3.19.2.2. Cambios en la audición
Las modificaciones en la audición de las personas ancianas acontecen a raíz de varios cambios fisiológicos. Los cambios auditivos en las personas de más de 65 años son más frecuentes que los cambios visuales, y se presentan más en los hombres que en las mujeres. Entre los cambios auditivos que se producen en el envejecimiento, cabe destacar los siguientes: • reducción del umbral auditivo, que puede acontecer por la frecuente exposición a ruidos elevados; • aparición progresiva de dificultades para discriminar las diferentes frecuencias de los sonidos; • mayor sensibilidad a la interferencia de los ruidos o fondo, que impiden una buena captación de otras señales más importantes; • dificultades en la localización del sonido.
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La disminución o pérdida de la audición en la vejez, es una de los motivos más frecuentes de aislamiento social. La audición es muchas veces considerada como el sentido social por excelencia, ya que permite al individuo entenderse y ser entendido con facilidad por todos los miembros de la comunidad. La persona anciana con dificultad auditiva tiende progresivamente a reducir sus relaciones sociales y a la incomunicación con el medio. La incomunicación en la vejez aumenta el riesgo que el individuo padezca trastornos mentales (depresión, agresión, reacciones paranoides, etc.). Desde la perspectiva cognitiva la falta de comunicación equivale a la falta de estimulación, ya que el anciano aislado está sometido a una hipoestimulación o sea que tiene posibilidades que sus funciones intelectuales tiendan a deteriorarse con más facilidad.
3.19.2.3.- Cambios en el olfato, gusto y tacto Con el envejecimiento se pueden presentar algunas pérdidas o alteraciones en los receptores por alteraciones en algunas vías neuronales y ello produce cambios en la percepción olfativa y gustativa. Los cambios en el olfato y el gusto incluyen una alteración de los umbrales perceptivos, de la intensidad con que se perciben los estímulos y en la capacidad para discriminar un olor o un sabor de otro semejante. En relación al gusto, lo dulce y lo salado parecen ser los más vulnerables con el envejecimiento (Kare, 1975). Aún no esta claro, si estas reducciones en la percepción del olor y el sabor se deben realmente a un proceso propio del envejecimiento o son el resultado de otros factores que interfieren, ya que el tabaco, la diabetes, los déficits dietéticos y la utilización de determinados medicamentos reducen la sensibilidad olfativa y gustativa de las personas ancianas. Los estudios de Thornbury y Mistretta (1981), muestran cambios en el tacto durante el envejecimiento, ya que se reduciría ligeramente la sensibilidad táctil de las palmas de la mano, de la planta de los pies y la de los dedos con respecto a la presión, pero se mantendría conservada la del resto del cuerpo. 3.19.4.- Cambios motores Con el avance de los años se produce una lentitud de las funciones motrices. Esta lentificación es precoz en el curso de la vida, ya que existen estudios que indican que comenzarían a producirse a partir de los treinta años. La pérdida de velocidad motora se acompaña de: .!' disminución del tiempo de reacción; .!' aumento de la fatiga muscular; .!' imprecisión en los movimientos finos; .!' reducción del movimiento de balance de los brazos; .!' dificultad en el desplazamiento, fundamentalmente al sentarse y levantarse; .!' pérdida progresiva de flexibilidad motora; .!' temblor; .!' dificultades para iniciar los movimientos; .!' aparición de movimientos faciales involuntarios, como el movimiento de los labios. Los cambios serían a consecuencia de la degeneración que se produce en el sistema nervioso a nivel motor y fundamentalmente en el sistema extrapiramidal (McGeer y otros, 1977).
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Estos cambios se producen en la población de ancianos, pero no en forma homogénea en todos los individuos, a punto tal, que se encuentran ancianos de edad muy avanzada que no presentan más que una lentificación motriz general. Drayer (1988) presenta dos formas de envejecimiento: .1 envejecimiento usual, en el que no se dan signos neurológicos definidos, pero los ancianos, presentan una historia de lesiones cerebrales mínimas a consecuencia, por ejemplo, de hipertensión arterial y/o diabetes; .1 envejecimiento exitoso, en el que se produce una pérdida fisiológica mínima si se los compara con grupos de menos edad. En este envejecimiento exitoso juega un papel fundamental el ejercicio, la estimulación intelectual y social que la persona ha recibido a lo largo de toda la vida. La estimulación psicomotora en personas de edad avanzada debe ser considerada como una estrategia preventiva, muy importante y capaz de aminorar los efectos que estas perdidas motoras ejercen sobre la vida de las personas ancianas, a la vez que proporcionarles una mayor satisfacción a las personas que pueden sentirse activos.
3.19.5.- Cambios neurobiológicos Mientras el hombre envejece su cerebro va progresivamente perdiendo neuronas y reduciendo el tamaño de estas. Surgen cambios anatomopatológicos degenerativos que afectan sobre todo a las estructuras cerebrales subcorticales como el hipotálamo, que se encuentran especialmente relacionadas con la memoria reciente. Estos cambios consisten, entre otros, en la presencia de placas neuríticas y ovillos neurofibrilares que lesionan el tejido cerebral provocando la muerte neuronal. Estos mismos cambios se observan en enfermedades degenerativas como la enfermedad de Alzheimer. Es el número y distribución cerebral lo que hace diferente el envejecimiento normal del patológico (Terry y otros, 1995). El envejecimiento, en la faz anatómica, es acompañado de una serie de cambios macroscópicos, los que pueden ser observados a través de técnicas radiológicas como TAC (Tomografía Axial Computarizada) y/o la Resonancia Magnética. Estos estudios ponen de manifiesto el aumento del tamaño de los surcos corticales, la dilatación del sistema ventricular y la reducción del ancho del córtex. Todos estos cambios se traducen en una pérdida del peso y volumen cerebral. Desde la juventud hasta las últimas fases de la vejez, la masa cerebral total llega a reducirse hasta una media de 233 gramos en el hombre (Adams y Victor, 1993). En la actualidad, la presencia de estos cambios neuroanatómicos asociados al envejecimiento no se discuten, pero estos cambios no se producen de la misma forma en todos los individuos ancianos, sino que el curso de ellos es heterogéneo entre la población de más de 65 años y tampoco existe una relación estrecha entre la reducción del volumen y peso cerebral que se refleja en las imágenes radiológicas y el grado de decline intelectual que se puede observar. El envejecimiento también presenta una alteración subcortical que afecta el volumen de los núcleos grises y la sustancia blanca cerebral. La sustancia blanca cerebral presenta anomalías en aproximadamente el 80% de la población de viejos. (Wahlund y otrosl 990). Estos cambios corticales han sido relacionados con la presencia de déficit cognitivo y sobre todo con la lentificación del procesamiento cognitivo, especialmente con déficit en las funciones ejecutivas o de competencia frontal, a raíz de las estrechas relaciones que han sido descriptas entre los ganglios basales y el córtex frontal (Yeterian y Pandya, 1991 ).
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Los cambios neuroquímicos que se producen en el cerebro durante el envejecimiento son múltiples y entre ellos se destaca la afección del sistema neurotransmisor monoaminérgico, ya que en él se afecta de forma especial la acetilcolina, que es el neurotransmisor más directamente implicado en los mecanismos de la memoria (Ray y otros, 1992). Coté y Kremzer (1983) ya señalaron que en el envejecimiento se reducen todas las enzimas encargadas de sintetizar los diferentes neurotransmisores cerebrales.
3.19.6. Cambios en la fisiología de la sexualidad Cuando el individuo envejece cambia la estructura corporal y su funcionamiento. Los cambios físicos que se producen con el envejecimiento son distintos en el hombre y en la mujer. Si bien es cierto que la frecuencia de las relaciones sexuales se disminuye, esta reducción guarda directa relación, con los hábitos sexuales que hombres y mujeres han tenido durante la juventud y la adultez. El avance de la edad no solo influye en la frecuencia de las relaciones sexuales, sino que la sexualidad en sí misma muestra características diferentes. 3.19.6.1.- Cambios en la sexualidad femenina Los cambios en la sexualidad de la mujer han sido marcados por la menopausia. La menopausia se refiere al período en el cual se alcanza el climaterio femenino, es el momento en el cual la mujer pierde la capacidad de procreación y este período se alcanza entre los 45 y 50 años aproximadamente. En la menopausia el ovario pierde su función y se reduce la secreción de hormonas femeninas: estrógenos y progesterona. Las hormonas femeninas influyen en diversas partes del organismo humano, por ello su reducción repercute sobre el corazón, el sistema circulatorio, la vejiga, el esqueleto y el comportamiento (Manubens, 1989). La reducción del nivel de estrógenos aumenta progresivamente después de la menopausia y los cambios comienzan a observarse a partir de aproximadamente los tres años posteriores a ella. Entre los cambios que se presentan, cabe destacar los siguientes: ./ reducción de la inervación del cuello uterino; ./ reducción del tamaño del útero; ./ reducción del endometrio; ./ disminución del diámetro de la vagina, aumento de su PH y reducción de la lubricación; ./ atrofia de la vulva; ./ aumento del tamaño del clítoris; ./ cambios atroficos en la uretra; ./ reducción de la flexibilidad y forma de los senos. Las variaciones en la respuesta sexual que se observan durante la relación sexual de la mujer se pueden resumir en las siguientes: ./ mayor lentitud en la erección del clítoris; ./ los labios mayores no se elevan ni se separan; ./ la lubricación vaginal aparece con mayor lentitud; ./ reducción del número de contracciones vaginales durante el orgasmo. La menopausia no parece influir en el impulso y la respuesta sexual de la mujer, sino que esta respuesta se relaciona con factores psicológicos, sociales y culturales
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(Freixas, 1992). Otras dolencias físicas contribuyen a inhibir la sexualidad o disminuir la libido durante el envejecimiento, tal como suele ocurrir con ciertas dolencias crónicas y el uso de determinados medicamentos. · Para Masters y Johnson (1987) la regularidad de las actividades sexuales durante toda la vida determinan la relación sexual durante la vejez, por ello, la mejor forma de prevenir la reducción de la respuesta sexual en la edad avanzada es la práctica continuada. 3.19.6.2.- Cambios en la sexualidad masculina
Masters y Johnson (1987) sostienen que los cambios en el comportamiento sexual, durante el proceso de envejecimiento, en el hombre son más numerosas que en la mujer pero se producen de forma más gradual, a saber: ./ reducción de los niveles de testosterona a partir de los 50 años; ./ reducción del tamaño de los testículos, a la vez que se tornan más flácidos; ./ disminución de la cantidad de espermatozoides; ./ incremento de las anomalías cromosomicas en los espermatozoides eyaculados (Talbert, 1977); ./ aumento de tamaño de la glándula prostática, en un porcentaje elevado de hombres, hecho que provoca alteraciones urinarias, a veces dolor en los testículos y en la zona distal del pene; ./ disminución de la fuerza de las eyaculaciones; ./ pérdida de la viscosidad y el volumen del líquido seminal. Al igual que en la mujer, en el hombre no puede establecerse un límite de edad para poder ejercer la sexualidad. El anciano aunque sin una dolencia determinada tiene algunas limitaciones propias de la edad, ya que existen múltiples causas orgánicas que van a desencadenar una pérdida de la actividad sexual. Entre estas causas se destaca la presencia de enfermedades vasculares y una reducción de los niveles de testosterona. Las enfermedades crónicas como la diabetes reducen o eliminan la respuesta sexual en el hombre. En términos generales la frecuencia de las relaciones sexuales disminuye en la vejez. A más de la frecuencia en las relaciones sexuales, la sexualidad masculina en sí misma sufre modificaciones que se pueden resumir en las siguientes: ./ disminución de la sensibilidad erótica; ./ menor respuesta a los estímulos eróticos; ./ aumento del tiempo necesario para alcanzar la erección; ./ reducción del ángulo de elevación peneal; ./ aumento considerable del período refractario después del coito. Para Masters y Johnson (1987) la explicación de la pérdida de interés y de la respuesta sexual se debe dar teniendo en cuenta las posibles causas: ./ las relaciones sexuales repetitivas desembocan el la monotonía; ./ las parejas que no aportan cambios en sus relaciones sexuales terminan experimentando cansancio y desinterés; ./ existe mayor cansancio físico real; ./ los hábitos de alimentación. Abuso de comida y alcohol. El alcohol a largo plazo inhibe el sexo en el hombre;
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el estrés y las preocupaciones por la situación que los rodea; la presencia de enfermedades físicas; la falta de orientación profesional; el temor al fracaso sexual después de una experiencia negativa a raíz de cualquiera de los motivos anteriores.
3.20. Sexualidad en la vejez Los estudios realizados sobre la sexualidad en la vejez presentan una serie de limitaciones tanto en lo metodolófico como en lo conceptual, no obstante ello ofrecen datos como para poder comprender como se presenta la vida sexual en el proceso de envejecimiento. La limitación y características de estos estudios permiten hacer los siguientes comentarios: ../ Primero: son pocos los estudios realizados que merecen ser tenidos en cuenta. Ello se asienta en los prejuicios vigentes con respecto a este tema en la vejez, por una parte, y por la otra a las dificultas para recoger información, ya que las personas viejas con reticentes a tratar el tema, ya que lo consideran algo muy personal y muestras significativo pudor al respecto . ../ Segundo: las muestras utilizadas en su mayoría no resultan confiables, ya que no estan adecuadamente estratificadas y los resultados obtenifos terminan teniendo valor sólo para la propia muestra con que realizaron los trabajos . ../ Tercero: se han limitado la mayoría de los trabajos a la actividad de coito en las personas viejas, o sea que gan trabajado sobre la concepción genital de la sexualidad, sin incluir o darle el lugar que le corresponde a los aspectos vinculados con los afectos, la comunicación y el placer secual y no necesariamente todo ello asociado a la relación coital. ../ Cuarto: no gan tenido en cuenta los cambios generacionales. La mayoría de los diseños con que ga trabajado son transversales, tomado viejos de distintas edades, pensando que las diferencias sólo se relacionan con la edad, en cambio es de pensar que las diferencias también resultan por feneraciones . ../ Quinto: los viejos ocultan sus deseos, ya que la mayoría de las personas de otras edades niegan la sexualidad en la vejez, o la critican. El ocultamiento de deseos suele condicionar los datos proporcionados por las mujeres . ../ Sexto: la mayoría de los estudios no presentan una clara distinción entre como son realmente las conductas sexuales en la vejez y como pueden ser. Aquí, es importante tener en cuenta como viven las personas viejas la sexualidad y otra distinta es como podrían vivir esta sexualidad las personas viejas. Los estudios realizados presentan datos dispares y poco representativos, ellos sólo permiten llegar algunas conclusiones muy generales, tales como que las conductas sexuales varían significativamente de una persona a otra, al igual que los cambios fisiológicos. En la vejez la sexualidad resulta condicionada por numerosos factores, tales como: ../ el modelo de deterioro en la vejez; ../ la imposición social de un modelo joven; ../ cambios fisiológicos; ../ cambios psicológicos inherentes al propio proceso de envejecimiento; ../ factores relacionados con la salud; ../ y factores psicosociales.
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Las diferencias entre las mujeres y los hombres viejos respecto a la sexualidad son muy marcadas, ya que responden a generaciones con una historia muy dura, variable y deficitaria respecto a la sexualidad y para algunas personas recién ha mejorado en la actualidad algo su vida sexual.
3.21.- Rejuvenecer, vivir mejor, vivir más tiempo Ante el rejuvenecer, vivir más tiempo y vivir mejor Chopra, (2001) se interesa por un enfoque que trata al ser humano como un ser integral, donde la mente ejerce una gran influencia; ya que remarca la importancia que tiene liberarse de la enfermedad y del envejecimiento, dependen de conseguir un gran equilibrio interior. La mente y el cuerpo son inseparablemente uno. En este enfoque del autor tuvo una gran influencia su origen, indio sobre el conocimiento de la vida. Chopra, (2001) es una de las figuras más resaltantes del movimiento llamado "new age", donde se combinan desarrollos teóricos, principios de la física cuántica, principios filosóficos y espirituales que contribuyen a elevar la calidad de la experiencia del vivir. Su pensamiento se puede resumir en los siguientes términos: Lo que está pasando actualmente es una ruptura en el sentido ecológico. El ser humano es una trama de relaciones. A pesar de la evolución tecnológica, el hombre conserva sus marcas tribales: odios y prejuicios. Se hace preguntas tales como: .t' ¿De dónde vengo? .t' ¿Tengo alma? .t' ¿Existe dios? .t' ¿Se preocupa por mí? El tradicional enfoque del hombre y su contexto, ha tenido una gran influencia el enfoque "newtoniano" del universo, basada en hechos. "Si es posible comprender la realidad física, se puede comprender todo". Este concepto impactó todas las disciplinas del saber y al respecto afirma el autor: "La vida es una enfermedad incurable que es contagiosa y se termina con la muerte" La nueva física, los conceptos de ecología, utilizados por los antepasados y redescubiertos por la modernidad y postmodernidad, hacen ver al cuerpo humano como un río que se está renovando continuamente. Cada año el 98% de las células del cuerpo se renuevan y son cambiadas por otras nuevas. La física cuántica nos dice que no hay un mundo objetivo independiente del observador. Objeto observado y observador se funden para construir realidades. El hombre vive en mundos perceptivos. Una rosa es diferente para un humano y para una abeja. El mundo es el reflejo del aparato sensorial que lo registra. El antiguo modelo de espacio-tiempo está siendo reemplazado por uno atemporal y fluyente campo de transformación constante. Esto incluye el cuerpo humano, que es hecho de nuevo cada segundo. El individuo es la resultante de millones de años de inteligencia. El envejecimiento es una pérdida de esta inteligencia. El universo se esta regenerando a cada instante y el ser humano es parte de este proceso.
3.21.1.- Chopra, (2001) propone estrategias para revertir los procesos del envejecimiento "Temo a la vejez" advirtió Platón, hace más de dos mil años. "Pues no viene sola".
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Lo que más aflige del envejecer, no es con frecuencia la ancianidad, sino las enfermedades que la acompañan. Los animales envejecen de acuerdo a una tabla física. En el hombre este envejecimiento es mucho más flexible. Puede acelerarse por factores asociados a la vida moderna. El stress ocasionado por las tantas situaciones inacabadas, en donde se halla atrapado, sin posibilidades de salida, y que se van acumulando, es uno de los principales factores de envejecimiento. Estas situaciones, si bien están ahí, si bien se toma conciencia, es necesario manejarlas para que no hagan daño. El envejecimiento prematuro, si es reversible. La humanidad ha hecho progresos asombrosos en cuanto a las expectativas de vida del ser humano. En el imperio romano era de 28 años. A comienzos del siglo XX, era de 49 años. Hoy las expectativas son de 80 años. Para dentro de 1O años, esta expectativa puede llegar a los 90 años. El hombre tiene dos edades: ./ La cronológica (representada por tu fecha de nacimiento) . ./ La Biológica dada por" valores corporales. Existen 15 marcadores biológicos. A medida que el ser humano envejece: • La tensión arterial: se incrementa; • La densidad ósea: tiende a disminuir; • El ritmo metabólico: es más lento; • La grasa: se incrementa sobre todo, en abdomen y caderas: • · La capacidad respiratoria: disminuye; • El colesterol: se incrementa; • El metabolismo de los azucares es más lento; • La temperatura corporal: existe menos capacidad para regularla; • La masa muscular: se pierde; • La resistencia: disminuye; • La función inmune: más débil; • El espesor de la piel disminuye, surgen las arrugas; • La secreción hormonal: más lenta, • La capacidad auditiva: disminuye; • La capacidad visual: disminuye. Todos estos factores biológicos se pueden revertir. Existen experiencias documentadas que demuestran que cambiando, actitudes y hábitos (alimentación, sedentarismo), se pueden revertir el envejecimiento. Para este autor existe lo que llama la mente colectiva, la cual condiciona. Muchos de esos factores se aceleran producto de este acondicionamiento. Cuando las personas cumplen 65 años las jubilan. La mayoría de ellas suele sentirse deprimidas. Se suelen comportar como viejos. Existen civilizaciones donde el ser viejo significa sabiduría y respeto. En estas civilizaciones, se llega hasta avanzadas edades en perfectas condiciones. El cuerpo humano hay que verlo como un holograma. Cada factor biológico hay que verlo como parte de este holograma. Cuando se cambia un factor todos los demás cambian.
3.21.2. ¿Cuáles serían estos 1O pasos para vivir mejor? Al respecto el sujeto, varón o mujer, se tiene que proponer lo siguiente: 1.- Cambiar la percepción del cuerpo. Es como un río de constante energía. 2.- Cambiar la percepción del tiempo. El no tener tiempo origina angustias e
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infartos. 3.- La conciencia del universo es infinita. ''Estoy en este mundo, pero no soy parte de el". Vivir el presente con toda su plenitud. Fluir con él. Está demostrado que las personas que saben fluir son más felices. 4.- Cambiar expectativas de vida: suficiente descanso, mejor nutrición. No contaminar el cuerpo con toxinas, incluyendo las emociones negativas. 5.- Lograr una mejor coordinación mente-cuerpo. El yoga, taichí, y otras técnicas de relajación, son excelentes. 6.- Practicar ejercicios: 1Ominutos dos veces diarias por tres días a la semana. 7.- Aprender a conocer las emociones, a expresarlas y compartirlas. 9.- Practicar la flexibilidad. La creatividad. La intuición. 10.- El amor, es la mejor medicina antienvejecimiento. Reemplazar la conducta que motiva el miedo, por la conducta que motiva el amor. El miedo yace en el pasado. Según este autor, comienzar a pensar como una mente joven. Seguir creciendo. No pierder la capacidad de asombro y de jugar, son las claves.
3.22.- Saber consolar y envejecer cuando nace un siglo Saber consolar es un valor aceptado en la actualidad; no porque se lo haya inculcado en la escuela, no porque tenga preeminencia social, sfno por algo importantísimo y, a su vez, peculiar: por haberlo experimentado. Nadie que ha sido consolado adecuadamente, o nadie que ha sabido hacerlo piensa que es una tontería. Hay un cúmulo de experiencias personales que son definitivas y radicales en una vida, en las que nadie sustituye al otro, desde este ángulo, es importante mostrar no con datos estadísticos, ni con teorías muy elaboradas, sino apuntando a la vida cotidiana que, aprender a consolar es aprobar la vida humana, es estar de acuerdo con ella. Este tema puede enfocarse también desde un punto de vista bioético: No es fácil definir ni describir el envejecimiento humano; en este caso, se hace referencia al tipo de envejecimiento, que adviene con la edad, y que aparentemente supone un declinar del hombre, por cierta incidencia cualitativa en su personalidad, en el modo de relacionarse consigo mismo, y con los demás, que conlleva, al menos con los años, ciertas molestias. El significado de la vejez es más amplio; no se pretende aquí caer en juego de palabras, pero la experiencia muestra que la ansiada madurez humana, suele ir unida a un declive biológico; la plenitud somática no suele responder a la cima espiritual; existen jóvenes, adultos, y viejos que son como niños. Aquí la referencia será con respecto a esa persona vieja que, en el mejor de los casos, pierde Ja capacidad para retener lo inmediato; se refugia en el pasado; repite una y otra vez sus preocupaciones y ensueños; presenta una disminución de la velocidad psicomotora para expresar sus experiencias, tiene un cierto empobrecimiento en el razonamiento y de sus aptitudes verbales. Todo esto, sin ahondar en cuestiones más dolorosas y no menos reales, de síndromes múltiples y no graves, pero constantes, que suelen acompañar al envejecimiento además, pueden plantearse síntomas y enfermedades más serias y específicas de esas circuntancias tales como: demencia senil, cardiopatías, debilitación en los órganos de los sentidos, malnutrición. Este sujeto no es ni virtual ni de ficción, sino, que conforma un sector de la población occidental cada vez más amplio; las predicciones a nivel mundial apuntan a que en el siglo XXI supondrán el 25% de la población; habrá más de 600.000.000 persa-
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nas con más de 65 años en el sector occidental de este mundo. La ONU advierte que este envejecimiento de la población es un cambio sin precedentes en magnitud y velocidad en el desarrollo mundial. Es, así, un tema clave en orden a las necesidades que se demandaran en servicios de salud, de jubilaciones y de recursos sociales. En cuanto al sector de servicios, este vendría a ocupar el tercer lugar, después del cuidado del medio ambiente y de la telecomunicación, demandando por ello, cada vez más recursos. En España, por ejemplo, hay en la actualidad, más de 3.000 residencias para personas viejas, que se pueden calcular en aproximadamente 200.000 plazas; cifras elevadas, aunque sean claramente inferiores a los que se van desarrollando en Centro Europa y en Argentina, por acción demográfica y de la grave crisis socio económica que atraviesa, esto se verá significativamente demandado y aumentado. Las cuestiones que objetivamente se plantean son múltiples, tales como: ./ ¿Vale la pena vivir así? ./ ¿Compensa el gasto para prolongar los años de vida? ./ ¿Quién y como deben atender a estas personas? ./ ¿Qué calidad de vida hay que evaluar? ./ ¿Cuál es la que se merece? ./ ¿Qué se le puede ofrecer? Todo esto permite introducir el comentario de una experiencia, la que consiste en recordar la actitud de un reconocido médico y que solía cobrar algo más de dinero a aquellos enfermos hipocondríacos de altos recursos económicos y que con excesiva frecuencia acudían a su consulta. Ese dinero que obtenía lo invertía en libros para la biblioteca del hospital y el mismo médico, algunos fines de semana, aprovechaba un buen rato para ir a visitar a algún enfermo incurable, desahuciado, viejo y/o solitario; la visita se prolongaba hasta que este enfermo sonreía.
3.23.- Bioétka Si esta anécdota, precitada, se convirtiera en historia no contada sino vivida, en modelo para acciones similares, se habría captado un aspecto importante de la Bioética personalista. Que resulta la urdimbre humanizada, que cura de manera significativa, las nostalgias e incertidumbres que pertinazmente acompaña y, con frecuencia, acongojan; a todos, y más abiertamente a las personas indefensas. Argumentar en este sentido, incluso el modo de consolar al viejo, desde una perspectiva Bioética, a más de la anécdota, aunque sea clave, exige planteamientos muy serios y comprometidos; que tienen un cierto carácter de totalidad. Si el consuelo lo proporcionan las personas habrá que disponer de ellas, de su dedicación para ejercerlo, habrá que establecer nuevas líneas de empleo de recursos, y orientaciones de trabajos, etc. Aquí se trata de hacer referencia a la preparación en Bioética que se precisa en el campo de la corporalidad, cuando ésta se va comprometiendo. El estudio bioético se encuentra comprendido entre estos dos claros extremos: ./ El uno: los límites, los límites desde abajo, o sea buscar y encontrar donde está la frontera del hombre qué áreas personales que por su intangibilidad exigen respeto de esa persona que aparentemente ya no da de sí o no da tanto de sí. Examinar si hay acciones que nunca deben hacerse; como evitar caer en un relativismo desolador; la Bioética, tiene que trabajar para que la vida humana no se desajuste ni malogre.
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El otro: las metas: el hasta donde hay que llegar en ese cuidado. Aquí no se puede hablar de límites, sino de libertad, y no de una cualquier libertad, sino de la libertad de la generosidad.
Para atender bien al viejo necesitado, aún cuando se llegue o se parta de una serie de principios y de reglas, no se pueden aplicar indistintamente a cualquier persona lo mismo, a modo de prontuario; siempre habrá un algo que supera la regla fría, que va roturando un camino más profundo, una dirección vital que, aunque huela a utopía, llegue a armonizar el progreso de la ciencia y el desarrollo social con el enriquecimiento de la conciencia de cada cual. Es cierto que la Bioética, por ser de alguna manera una joven disciplina, va siguiendo distintas y plurales vías, también hay diversas corrientes personalistas, es lógico, el bien es complejo, pero, y esto es lo importante, en lo genuinamente humano el bien es unitario. 3.23.1.- Límites de la bioética Con respecto al primer extremo planteado, es necesario un dique no utilitarista porque ningún hombre es un producto, una mercancía, o una cosa. Es necesario encontrar claves, que aporten el humus conveniente para el desarrollo de lo real, de lo personal, es así, una Bioética fundante, que ilumine y oriente la lectura del libro de la v¡'da humana, algo que parece sencillo, pero que implica honradez y modestia intelectual de no inventar sino de descubrir. En este trabajo, se prioriza sólo el límite que impone la comprensión de la corporalidad humana y que se impone por ser no sólo corporalidad, sino corporalidad humana, ya que en las personas viejas, el cuerpo es por definición deficiente, por ello si no se lee bien qué hay, mejor quien hay a través de ese cuerpo, el término final será inexorablemente la eutanasia, una injusticia evidente porque el hombre no sólo tiene cuerpo, no sólo habita en él, sino que es un ser al que el cuerpo le pertenece constitutivamente, y que se expresa en él, que está dotado de significado: La actuación sobre él, por muy deteriorado que esté, no puede jamás ser arbitraria. Para subrayar esta argumentación se transcribe un texto anónimo, descubierto en la antigua Iglesia de Saint Paul de Baltimore:
"... Tú tienes derecho a estar aquí, te resulte evidente o no./ Sin duda el universo se desenvuelve como debe./ Mantente en paz con Dios./ De cualquier modo que lo concibas./ Sean las que sean tus aspiraciones y tus trabajos/ Mantén en la ruidosa confusión, paz en tu alma./ Con todas sus farsas. Trabajo y sueños rotos./ Éste sigue siendo un mundo hermoso./ Ten cuidado. Esfuérzate en ser feliz./ Procurando hacer felices a los demás." Los límites no pueden establecerse considerando lo mínimo que hay que respetar de la persona, sino lo básico: "... tu tienes derecho a estar aquí ... " 3.23.2.- Las metas de la Bioética La Bioética, en tanto que ciencia aplicada, es una base idónea para la lectura de
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la vida humana, pero quizás no suficiente ya que la realidad es siempre superior, y responde, por decirlo de alguna forma, misteriosamente a las certezas de las oscuridades, pero sin abandonar todos los medios técnicos y humanos al alcance, ya que es de donde saldrán tantas pautas, para tratar y tratar muy bien, con mucha dosis de compasión y de comprensión a las personas viejas. La vida, la del viejo, es lo que se da para interpretar la doctrina, y el hombre que se encuentra es alguien abatido por la limitación, que no puede disponer de la independencia que desearía, o que la dependencia que reclama no se le cubre como esperaba; que le resulta prácticamente imposible afrontar las obligaciones laborales, alguien a quien se le han interrumpido los proyectos; que, quizás, runrunea sentimientos de inutilidad, inseguridad, miedo, incomprensión; dolor por la pérdida de seres queridos, y porque no, con una tendencia nostálgica hacia el mundo de recuerdos. Si la atención del viejo responde a lo que refleja su cuerpo, si no se tienen en cuenta todas estas verdades, ella será falsa, ineficaz y poco autentica. Pero además, la dotación del ser humano es tal que, como rezan los refranes populares "no hay mal que por bien no venga" y "cuando una puerta se cierra, otra se abre" ... Lo que se quiere remarcar es que este panorama expuesto, deja de ser desolador, incluso más, es una riqueza en doble dirección: la una para el viejo y para el cuidador. Cuando la persona vieja recibe, pudorosa y lo más oportunamente que se pueda, la ayuda humana más adecuada, él recibe el verdadero consuelo. No se puede medir con plenitud y objetividad si al consolar se da un bien, que desde luego se da, o si se recibe una riqueza, desde una perspectiva antropológica, que es algo más que humanitariamente inesperada; pero parece que, cuando la vida está aparentemente acabada, el consuelo, algo que activamente todos los seres humanos pueden hacer mejor, y que pasivamente, todos desean que se les ofrezcan en determinados momentos quizás críticos, aunque el pudor les impida reclamarlo, da una dimensión inexplicable, aunque certera, de la nobleza humana. Probablemente, y es un final aún más feliz, la experiencia acumulada por un cuidador de ancianos, conllevará a su vez, una preparación personal idónea no sólo para su actitud, sino en orden para cuando sea él, el que deba de ser atendido; incluso le guiará a saber prepararse para envejecer.
3.23.3.- Algunos testimonios sobre el tema A más de experiencias personales, también la literatura de todos los tiempos, incluso la que quizás haya leído estos últimos años, ofrece pruebas evidentes de esta necesidad humana de dar y de recibir algo más que lo tangible, aunque esto se haga del mejor modo. La necesidad de justicia y de caridad, presentes en cada uno de los seres humanos, a pesar de todos los mentís de la historia, pide que la vida tenga un sentido y no para asegurar una recompensa egoísta, sino para que la vida sea algo. Para que sea, sencillamente. Así surje la siguiente pregunta: ¿Hay sentido sin un tú? Mejor, ¿Hay sentido sin un tu y un yo, sin el plus de lo personal? Ya lo anunció Graham Green: "Si fuéramos al fondo de las cosas, ¿No tendríamos compasión incluso de las estrellas?" Los seres humanos comprenden y poden participar de sentimientos y realidades como las siguientes, y que pertenecen a alguna novela: .!' "Qué fastidioso pero qué indispensable es el cuerpo" dirá Frizzi en El secreto de M. Swann; en la misma novela, Sara afirma: "Pienso mucho en la soledad, sin duda la más extendida de las enfermedades modernas"; .!' "En la vejez, libre ya de todo cuidado acerca del campo, de su mujer, de sus hijos, quedá algún momento para pasear por el mundo su mirada desintere-
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sacia" Zorba, el Griego . "En tres cosas reposa la vida: en el derecho, expresado por la ley; en la verdad, manifestada en el mundo; y en el amor de los hombres que reside en el corazón" -Mis gloriosos hermanos-.
Aun más significativas son las siguientes realidades; porque a la vez son también verdaderas: ./ Certeramente describe Moeller lo ocurrido en la vida de Simone Weil; ella entendió el sentido del sufrimiento, pero fue literalmente devorada por su inteligencia. El drama de su espíritu fue la obsesión de una certeza matemática donde no puede haberla; el racionalismo, dirá este autor, lleva siempre consigo la aparición del extremo opuesto, la obsesión por la materia ... estamos ante una víctima de su soledad espiritual. ./ Marie de Hennezel, en su libro La muerte íntima, escribe: "He conocido(. .. ) la impotencia ante el avance de la enfermedad, he vivido momentos de rebeldía ante la lenta degradación física de las personas a las que acompañaba, momentos de agotamientos (. .. )Pero junto con este sufrimiento, tengo la sensación de haberme enriquecido, de haber conocido momentos de un peso humano incomparable, de una profundidad que no cambiaría por nada del mundo (. .. ) sé que no soy la única que los ha vivido (. .. ) mi actividad me ponía en contacto con el dolor, es cierto, (. .. ) una ocasión única de intimidad. Por novela o por realidad, el sufrimiento está, y está también en la vejez. Por ello, la necesidad de consolar casi es evidente, aunque no se haga, al menos como se debe. Quien sabe si esta época, la de hoy, pasará a la historia, como una época en la que había que gastar tiempo y dar formación para hacer sencillamente lo que hay que hacer.
3.24.- Consolar El consuelo más elocuente carece de voz, no se discute, se ejercita; es cuestión de corazón, ya que en él no hay que explicarlo todo, sino casi todo. La misma idea, que ya reconoció Pascal, cuando afirmó: "que el corazón tiene razones que no tiene la razón; que no tenemos las facultades para dar todas las razones de las cosas que, sin embargo, sabemos y podemos hacerlas". A más de los avances de la ciencia, es más importante aún que la persona avance sobre sí misma. La Bioética como ciencia multidisciplinar, no renuncia a formar para que se encuentren vías de resolución de errores en la asistencia sanitaria, factores socioeconómicos, y/o de muchas otras cuestiones relacionadas en especial con la vejez. En definitiva, de poco servirían lo avances científicos si, junto a ellos, no se alivia también con la cercanía de seres queridos o seres que se hacen querer. En la literatura clásica ha sido descripto el corazón como el resumen de la vida humana: "Dime lo que amas, y te diré quién eres". Ninguna institución puede sustituir el corazón humano, la compasión humana, el amor humano, la iniciativa humana, cuando se trata de salir al encuentro del sufrimiento ajeno. El corazón, de manera figurada puede ser considerado el verdadero yo, dirá von Hildebrand {1996). Cuando se consuela a una persona, lo que se logra es que sea su corazón el que llame, el que de, el que pida. Esto lo entienden todos. Ya que así es la persona. Es oportuno recordar aquí que consolar es estar de acuerdo con la vida.
CAPÍTULO 4 La vejez es e/ período de ta vida en que cada vez más cosas suceden por última vez, y cada vez menos cosas suceden por primera vez. ANÓNIMO
4º Desarrollo cognitivo y envejecimiento Los individuos comparten con otros organismos un gran número de capacidades, tales como la habilidad para discriminar estímulos, conceptos y establecer metas. Estas habilidades pueden ser consideradas inteligentes, pero sin embargo, existen dos habilidades que son privativas del hombre y que no se encuentran en ninguna otra especie, a saber: la creatividad y la sabiduría. La creatividad es una característica distintiva de la especie humana y es la capacidad para innovar, para cambiar el ambiente en lugar de adaptarse a el pasivamen-. te. La sabiduría se refiere a la capacidad humana de adquirir una perspectiva amplia sobre la vida y de discernir el significado general de ella. Al pensar en las personas se lo suele hacer en términos de uno de estos atributos, ya sea a partir de la inteligencia, de la creatividad o de la sabiduría, según aquello que más se le reconozca. Sternberg (1990) propuso una teoría para distinguir los conceptos de inteligencia, creatividad y sabiduría en función de seis valores subyacentes que determinarían el utilizar uno de los términos en lugar de los otros dos al intentar caracterizar una persona. Estas seis variables son: 1.- Conocimiento, que da lugar a un constructo especial según la habilidad de la inteligencia, de la creatividad y de la sabiduría. 2.- Procesos, que dan lugar a un constructo especial según la habilidad de la inteligencia, la creatividad o la sabiduría. 3.- Estilo intelectual primario, que da lugar a un constructo a partir de la inteligencia, la creatividad y la sabiduría. 4.- Personalidad. que da lugar a un constructo a partir de la inteligencia, la creatividad o la sabiduría. A saber: 5.- Motivación, que da lugar a tres constructos según la habilidad que determine. A saber: 6.- Contexto ambiental, también da lugar a tres constructos. A saber: /
El conocimiento resulta importante para los tres atributos pero de formas diferentes en cada uno de ellos, ya que: • Una persona inteligente es capaz de recordar, analizar y utilizar el conocimiento;
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Una persona creativa va más allá del conocimiento existente. Crea conocimiento y se orienta a superar sus límites; Una persona sabía comprende el significado de lo que conoce. Sobre aquello que puede conocer y lo que no puede conocer, ya por las limitaciones propias de los conocimientos actuales o del propio conocimiento en si mismo.
La persona inteligente busca utilizar el conocimiento de forma optima, la persona creativa desea ser liberada de ese conocimiento y la persona sabía desea comprender el significado y las limitaciones del conocimiento. Los tres atributos cuentan con los mismos procesos intelectuales, la diferencia esta en la forma de utilización, ya que la persona inteligente valora la automatización, tal como se aprecia en los constructos pertinentes, la persona creativa evita la automatización, no muestra interés por comprenderla, sino que intenta superarla para enfrentarse con algo nuevo y la persona sabia se resiste a la automatización, pero trata de comprenderla cuando esta presente en otros individuos. Sternberg (1990} se refiere al estilo intelectual que es la forma en que una persona usa su funcionamiento intelectual. Si la inteligencia se caracteriza por un estilo ejecutivo acepta los términos que plantea la situación y la resuelve; en cambio si el estilo es creativo se buscará decidir sobre que hacer y como hacerlo. Si en cambio el estilo es sabio, se tenderá a comprender el porqué y su significado. Para Sternberg (1990) las personas inteligentes, creativas y sabias se acompañan de distinto atributos de la personalidad que a su vez caracterizan el comportamiento. Los atributos de la personalidad señalados por este autor son la ambigüedad y la forma que el individuo maneja los obstáculos, a saber: ./ ./ ./
./ ./ ./
Un individuo inteligente, ante la ambigüedad, se enfrenta con algo que tiene que ser resuelto y pronto. La solución debe ser óptima. Si el individuo es más inteligente puede comprender y apreciar o tolerar la ambigüedad; Un individuo creativo, ante la ambigüedad, aprende a tolerarle aunque no este a gusto y espera que le lleve a una búsqueda creativa; Un individuo sabio, ante la ambigüedad, está a gusto ya que lo considera inherente a casi todas las acciones que las personas tienen con el mundo. Considera que la ambigüedad es algo que hay que comprender, apreciar y a la vez considerarlo como esencial a la naturaleza de las cosas. Ante todo esto el individuo sabio resultará más sereno que aquel no sabio; Un individuo inteligente, ante los obstáculos, se maneja moviendosé entre las dificultades y reconociendo que hay que superarlas; Un individuo creativo, ante los obstáculos, se maneja buscando una resolución alternativa en la que los obstáculos no se mantengan; Un individuo sabio, ante los obstáculos, se plantea comprenderlos o sea el por qué de su existencia, el significado, si ellos son generales o específicos de una situación, cuales son las implicancias para con otras personas o para con el mismo individuo.
Los individuos inteligentes, creativos y sabios pueden ser objeto de incentivaciones de distinto origen y ante ello tener distintas respuestas, por ejemplo: ./ Un individuo inteligente se incentiva para poder comprender más fenómenos; ./ Un individuo creativo se incentiva para poder comprender nuevos fenómenos, intenta ver las cosas de diferente forma a como las ven otros individuos;
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Un individuo sabio se incentiva para una comprensión más profunda de la estructura, de los supuestos y de los significados que subyacen a los fenómenos y a los sucesos.
Las circunstancias ambientales y sus efectos, son las que permiten que un individuo se autoperciba o sea percibido como inteligente, creativo o sabio y esto resulta altamente significativo en el estudio de los procesos de envejecimiento humano.
4.1. Inteligencia y envejecimiento La inteligencia, en términos generales, debe ser inferida a partir del comportamiento humano o sea a través de la vida diaria, y por la estimación cualitativa y cuantitativa del comportamiento en relación con la idea sobre como es una persona inteligente, o sea, con respecto a las operaciones mentales que le hacen posible funcionar efectiva y adecuadamente en el entorno vital. Los estudio de Sternberg y Berg (1987) muestran resultados que permiten afirmar, que cuando las personas envejecen, es más importante que se mantengan eficientes en las actividades de la vida cotidiana que curiosas por el mundo o que razonen sobre nuevos conceptos, aunque esto no se lo debe considerar excluido del proceso de envejecimiento. A lo largo de muchas décadas las investigaciones sobre la inteligencia en la vejez se centraban en torno a las mismas aptitudes cognitivas que las personas ponen de manifiesto en la juventud y esto llevo a afirmar que la inteligencia disminuía con el transcurrir del envejecimiento, ya que los puntajes obtenidos por estas personas en las pruebas tradicionales de medición de la inteligencia, daban resultados más bajos con respecto a los que obtenían las personas de menos edad. Estudios recientes cuestionan este tipo de investigaciones a partir de módulos exclusivos y/o excluyentes, a saber: ./ Modelo psicométrico: es el primero que abordo el estudio de la inteligencia en el proceso de envejecimiento y resulto una forma condicionante de los estudios longitudinales y transversales; ./ Modelo piagetiano: es el más clásico en la psicología evolutiva y ha pretendido llevar su orientación a la segunda mitad de la vida a partir de establecer estadios posteriores al pensamiento formal; ./ Modelo de procesamiento de la información: es el más reciente y su desarrollo sistemático ha coincidido con el envejecimiento de la población y el interés social que de ello surge.
4.1.1.- Modelo psicométrico El modelo psicométrico para el estudio de la inteligencia gira en torno al uso de las pruebas para medir y evaluar la inteligencia. Considera que las puntuaciones obtenidas en las pruebas reflejan las aptitudes reales de las personas. Se interesa por conocer la forma en que la inteligencia se organiza, o sea si existe una aptitud general que controla todos los tipos de ejecución o si se estructura en varios factores que controlan distintas ejecuciones. Un resumen de estas posturas se expone a continuación: Los estudios realizados para analizar la evolución de la inteligencia en la vejez han permitido obtener resultados más claros cuando se ha tenido en cuenta de forma independiente las diferentes aptitudes que componen la inteligencia general o de los
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subtest que se usan para medirla. Para medir aptitudes mentales primarias se ha utilizado con más frecuencia el enfoque factorial de Thurstone (1935) que plantea siete factores en que se basa la inteligencia, a saber: 1.- Aptitud verbal o para comprender el significado de las palabras; 2.- Aptitud numérica o para trabajar con números; 3.- Aptitud espacial o para visualizar relaciones en el espacio y de las formas; 4.- Aptitud de velocidad perceptiva o para captar con rapidez los detalles visuales, notando así, las diferencias y semejanzas entre los objetos y un mismo objeto; 5.- Aptitud para recordar palabras y frases de memoria; 6.- Aptitud para inducir una regla general a partir de varios ejemplos o razonamiento; 7.- Aptitud para producir palabras con rapidez o fluidez verbal. Cada persona podría desarrollar un patrón único de aptitudes. Schaie (1990) indica que las aptitudes mentales primarias se han incluido como medida de referencia en los primeros estudios longitudinales.
Cuadro Nº11 Modelo psicométrico: Teorías más representativas. Año
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Uso 2 factores: "g" y "s" 4 factores: • "g"; • de grupo: verbaleducativo y espacialmecánico; específicos a las tareas; • de azar
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1935
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1967
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1 factor: "g" 7 factores: PMA 120 factores: 5 separaciones por 4 contenidos por 6 productos
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Los aportes de Guilford (1967) a partir del pensamiento divergente han sido ampliamente usados para analizar la evolución de la creatividad a lo largo del ciclo vital, ya que el supone la capacidad de dar soluciones alternativas a los problemas que tiene más de una respuesta. La prueba de CI que se ha utilizado con más frecuencia en los estudios longitudinales de la vejez es el WAIS preparado por Weschler (1955) y sus pruebas específicas se agrupan en dos escuelas: la verbal y la manual. Esta prueba muestra como la escala manual resulta más saturada de aspectos que están menos consolidados y de los cuales el individuo tiene menos información previa. 4.1.2. Inteligencia fluida e inteligencia cristalizada Cattell (1942) establece la diferencia entre inteligencia fluida e inteligencia cristalizada, ya que sostiene que todas las aptitudes intelectuales tienen un número mayor o menor de estos dos tipos de inteligencia. Horn (1965) difunde estos concepto a partir de estudios longitudinales con personas de hasta sesenta años. La inteligencia fluida se relaciona con los conceptos cognitivos básico y guarda semejanza con el factor "g" de Spearman. La inteligencia fluida se define en términos de: El procesamiento de relaciones percibidas; / La extracción de correlatos; / El mantenimiento de la amplitud de conciencia inmediata en el razonamiento; / La abstracción; / La formación de conceptos; / La resolución de problemas. / La inteligencia fluída se puede medir con pruebas que incluyen velocidad o sin ella pero que incluyen contenido figura!, con pruebas con contenido simbólico o semántico. El poder extraer una regla que rige una serie de números es una forma de medirla y también con tareas que no dependen de la educación ni de la aculturación. La inteligencia fluida aumenta en los primeros segmentos del ciclo vital y en los últimos disminuye. Esta inteligencia fluctúa con la demanda que se ejerce sobre el individuo ante las situaciones nuevas. La inteligencia fluida se pone en juego cuando el individuo debe elaborar una respuesta nueva. La inteligencia fluida muestra la variabilidad intra e interindividual en su nivel de funcionamiento. La inteligencia cristalizada corresponde a: el conocimiento adquirido; / las habilidades intelectuales desarrolladas. / La inteligencia cristalizada se puede medir a través de la resolución de un problema aritmético o de la definición de palabras y también se la puede reconocer en la amplitud del conocimiento, en la experiencia, en el pensamiento cuantitativo, en el juicio y en la sabiduría. La inteligencia cristalizada generalmente aumenta a lo largo de la vida o al menos se mantiene estable y toma una forma definida con la experiencia. El individuo usa a lo largo de su vida la inteligencia cristalizada cuando en el abordaje de los problemas se requiere recurrir a aprendizajes previos. El envejecimiento normal se asocia con el declive y/o deterioro de la inteligencia fluida en relación con la inteligencia cristalizada. Algunos autores sugieren que las
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diferencias en los CI representan un deterioro selectivo del hemisferio cerebral derecho frente al izquierdo. Esto se debe a que los subtest manuales requieren para su ejecución la utilización de habilidades visoespaciales tal como lo intentaron demostrar Schaie y Schaie (1977) examinando las semejanzas que existían en la ejecución del test de WAIS, de un grupo de personas ancianas sanas y un grupo de pacientes con lesiones en el hemisferio derecho. Encontraron que el nivel de deterioro era semejante en ambos grupos, ya que el hemisferio derecho se encuentra implicado en la codificación y análisis visoespacial. Los estudios recientes descalifican la utilidad de los análisis globalizados que ofrecen las escalas de inteligencia general y defienden la necesidad de establecer un análisis minucioso de cada uno de los subtest que las componen, obteniendo así un perfil de habilidades específicas de los grupos de población. En el transcurso del proceso de envejecimiento las funciones visoespaciales, visoperceptivas y visoconstructivas -todas ellas localizadas en el hemisferio derecho- se encuentran más deterioradas que las habilidades lingüísticas, las que a su vez dependen del hemisferio izquierdo (Mittenberg y otros, 1989; Jódar, 1994).
4.1.3. Inteligencia, habilidades visoespaciales y envejecimiento El deterioro de las funciones visoespaciales en el envejecimiento ha estado sometido a discusión durante largos años. Este desacuerdo se debe a que para algunos autores la falta de rendimiento, en funciones visoespaciales, de los ancianos se produce por las pérdidas sensoriales y la lentificación motora que acompaña al envejecimiento normal. Las habilidades visoespaciales se ponen de manifiesto durante la ejecución de pruebas que incluyen la producción o copia de figuras, que pueden ser bidimensionales o tridimensionales, así como en las tareas de construcción con los encajes de cubos, palillos o rompecabezas. La tarea más compleja de construcción tridimensional y a la vez más utilizada es el subtest de rompecabezas del test de WAIS. La habilidad para resolver este test disminuye con la edad. En la prueba del subtest de rompecabezas del test de WAIS se observa una disminución de los puntajes que se asocia con el envejecimiento. Waugh y Barr (1980) con la finalidad de determinar si el deterioro observado en la habilidad visoespacial se debe a la lentificación en el tiempo de respuesta que se observa en el envejecimiento, administraron el subtest de cubos y el subtest de rompecabezas del test de WAIS a un grupo de jóvenes y a otro grupo de edad avanzada. Los resultados en la comparación mostraron diferencias claramente significativas entre el rendimiento de los jóvenes y de los viejos en estas pruebas y afirman que el tiempo no es la única variable que incide negativamente entre los ancianos. En otras tareas visuales complejas también se observa un deterioro asociado al envejecimiento. Las personas de edad avanzada tienen más dificultad para identificar figuras incompletas que los jóvenes. Las mismas diferencias se observan en pruebas que impliquen el reconocimiento de figuras superpuestas (Danzinger y Salthouse, 1978). La realización de tareas en dibujo o copia de figuras también resulta afectada por el proceso de envejecimiento. Al comparar grupos de jóvenes y ancianos, estos últimos presentan más dificultades en la percepción y representación de dibujos tridimensionales. Eslinger y Benton (1983) afirman que algunos estudios han asociado el envejecimiento con dificultades en tareas de la orientación de líneas en el espacio o la per-
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cepción de caras. Aysto y Das (1993} consideran que entre las perdidas de las funciones cognitivas que se producen durante el proceso de envejecimiento, son más significativas las que se relacionan con funciones visoespaciales, visoperceptivas y visoconstructivas que aquellas que se vinculan con el hacer lingüístico. No obstante lo planteado es importante destacar la variación intra e interindividual. A lo largo de la historia se pueden delimitar tres etapas con respecto a la evolución de la inteligencia desde una perspectiva psicométrica, a saber: 1.- Estudios transversales realizados hasta fines de 1960 señalan que el declinar de la inteligencia acontece a partir de los 25 a 30 años; 2.- Los estudios longitudinales y secuenciales realizados durante la década del setenta indicaron diferencias interindividuales y que el declinar no aparece hasta después de los 55 años; 3.- A partir de 1980 los estudios se han centrado en torno al potencial entrenable de la inteligencia durante la adultez y la vejez. Estos estudios sobre entrenamiento de la inteligencia indican la importancia de la experiencia y de la práctica. En la actualidad se acepta científicamente que la inteligencia es posible entrenarla a cualquier edad.
4.1.4. Factores que inciden en el envejecimiento intelectual Schaie (1990} con sus estudios sostiene que resulta carente de fundamento la afirmación de la existencia de un declive biológico e irreversible en las aptitudes intelectuales a medida que avanza el proceso de envejecimiento normal. El declive de la inteligencia suele estar asociado a los problemas de salud y al nivel socioeconomico bajo. Ya sea por graves enfermedades cardiovasculares y por falta de estimulación socioambiental. También es importante señalar la incidencia de los rasgos de personalidad y variables que se relacionan con el estilo de vida. Entre los factores que inciden cabe mencionar los siguientes: ./ Expectativas y atribuciones que las mismas personas ancianas se postulan para su inteligencia, tales como la autosuficiencia, la falta de confianza para alcanzar el éxito, mecanismos de defensa del yo que utiliza el propio anciano para separarse de los sentimiento de inutilidad o de perdida de control; ./ Rigidez-flexibilidad. Son características de la personalidad que influyen en el funcionamiento intelectual de las personas viejas. La dimensión rigidez-flexibilidad resulta formada por dos aspectos: la flexibilidad cognitivo-motora por un lado y la flexibilidad actitudinal por otro. En términos generales, parecería que las personas mantienen comportamientos flexibles hasta alrededor de los 70 años y que desde aproximadamente los 60 años van desarrollando progresivamente actitudes rígidas. Estudios realizado por Schaie (1984} indican que aquellos individuos que tienen actitudes flexibles en la madurez tienden a experimentar menos declive intelectual a medida que avanza la edad dentro del proceso de envejecimiento. Variables como: estilo de vida, estado civil, los intereses culturales, el nivel educativo, etc. Guardan una correlación directa con la dimensión rigidez-flexibilidad. Una acentuada flexibilidad cognitivo-motora en los períodos iniciales del proceso de envejecimiento permití.ría inferir buenas aptitudes verbales y numéricas en la vejez avanzada; ./ Estado de salud. Distintos estudios informan la incidencia que la salud tiene sobre el proceso de envejecimiento intelectual. Estudios realizados en relación a enfermedades cardiovasculares y rendimiento intelectual arrojan resultados claros;
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Factores estructurales. Un alto status laboral, un alto nivel de ingresos, un entorno estimulante, un matrimonio estable inciden de forma positiva, mientras que la jubilación puede resultar positiva y/o negativa según haya sido la tarea desempeñada, rutinaria o no.
4.2. Modelo de Piaget Piaget (1972) con sus investigaciones pudo demostrar que desde la infancia los seres humanos evidencian predecibles cambios en el pensamiento. Pudo afirmar que la inteligencia se desarrolla a lo largo de cuatro etapas que no varían y que en cada una de ellas el pensamiento tiene una estructura cualitativamente distinta. Estas etapas muestran que el período: ./ Sensomotor (de O a 2 años) se caracteriza por las percepciones y acciones mezcladas y sin pensamiento simbólico; ./ Preoperacional (de 2 a 7 años) se caracteriza por el pensamiento simbólicointuitivo, debe actuar físicamente con las cosas para resolver los problemas; ./ Operaciones concretas (7 a 11 años) se caracteriza por el pensamiento lógico circunscripto a situaciones concretas; ./ Operaciones formales (adolescencia) culmina el desarrollo cognitivo se caracteriza por el pensamiento lógico-abstracto y se aplica a situaciones hipotéticas. Los postulados de Piaget se han aplicado al envejecimiento intelectual hace pocos años y los resultados obtenidos se agrupan en tres líneas de pensamiento: la hipótesis de la regresión a estadios previos, la posibilidad del asentamiento del pensamiento formal y la hipótesis del pensamiento postformal.
4.2.1. Regresión a estadios previos La perspectiva de Piaget puede explicar el declive y/o la disminución intelectual en el proceso de envejecimiento como una regresión del estadio formal a estadios previos del desarrollo cognitivo. En variados estudios se intenta demostrar que los ancianos retroceden desde las operaciones formales a las concretas y en algunas circunstancias al nivel preoperacional. Estos estudios muestran que cuando las tareas implicaban pensamiento operacional concreto, especialmente en las tareas de conservación, tales como: comprender que cambios poco relevantes en la apariencia de los objetos no afecta su cantidad, masa, peso o volumen, los ancianos resultaban menos capaces de resolver tareas de conservación. Esta propuesta de regresión cognitiva en el proceso de envejecimiento no ha resultado aceptada en su plenitud. Kausler (1982) informa que los ancianos con alto nivel educativo y buena salud no suelen presentar déficit en la ejecución de las pruebas propuestas por Piaget, pese a que muchas personas viejas las consideran infantiles y aburridas. 4.2.2. Pensamiento formal y envejecimiento La teoría de Piaget no abarcó los periodos posteriores a la adolescencia, salvo para afirmar que el pensamiento formal el que el ser humano alcanza en la adolescencia, le acompaña al hombre en toda la vida posterior (Piaget e lnhelder, 1969). Es probable que el pensamiento formal no resulte tan extendido como lo planteo Piaget y que se presente fundamentalmente relacionado con la educación formal. Piaget se inclino a pensar que se darían estructuras cognitivas comunes en todas
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las personas y a la vez que podrían aplicarse a las actividades individuales. De forma tal que las nuevas capacidades estarían ligadas a contenidos y tareas específicas y se trataría de la especialización de las operaciones mentales en profesionales o tareas especificas, por ejemplo un herrero y un médico aplicarían sus operaciones formales a campos diferentes y por ello surgirían en cada uno de ellos habilidades ligadas a tareas especificas (Lewis, 1994). Los estudios que evalúan el pensamiento formal indican que cuando el razonamiento formal no se relaciona con los problemas de la vida diaria, es posible que no se lo use en el proceso de envejecimiento intelectual. Las pruebas de Piaget están preparadas para medir el razonamiento abstracto en el área de la ciencia, la lógica y las matemáticas y estas áreas no son parte de la experiencia cotidiana del anciano medio. El pensamiento formal se relaciona con la resolución de problemas a partir de la única solución posible.
4.2.3. Pensamiento postformal El modelo de Piaget ha realizado variados intentos para sistematizar la naturaleza del pensamiento en el proceso de envejecimiento normal y de entre ellos se destacan dos: el pensamiento divergente y las operaciones dialécticas. El pensamiento divergente se caracteriza por el planteamiento de nuevos problemas y por el descubrimiento de nuevos procedimientos heurísticos (Arlín, 1975). Riegel (1973) interpreta la teoría de Piaget desde la perspectiva dialéctica y así las operaciones dialécticas resultan ser el pensamiento maduro hacia el cual progresa el individuo desde cualquiera de los estadios de Piaget o sea que no es necesario el paso por una secuencia ordenada de los estadios. Este hecho esta indicando que una persona puede ejecutar en un área un nivel de pensamiento y en otra área otro nivel de pensamiento. El pensamiento postformal encuentra los problemas y descubre nuevas cuestiones a las que hay que responder, es un pensamiento relativo. Parecería que en los ancianos existe un cambio cualitativo en el pensamiento que lo hace diferentes a los estadios anteriores.
4.3.- Procesamiento de la información y envejecimiento A partir de la perspectiva del procesamiento de la información se considera que habrá una mejor comprensión del desarrollo intelectual en el transcurso del proceso de envejecimiento, si se especifican con claridad las representaciones, los procesos y las estrategias que utilizan los ancianos para resolver las pruebas que miden la inteligencia, o sea, centrarse en la codificación, en el almacenamiento, en la recuperación, en la formación de reglas, en el análisis de patrones, etc. Y que surgen de la interacción entre las variables de la persona y la tarea a resolver.
4.3.1. Aportes de Sternberg Para Sternberg (1985) la inteligencia se integra de tres partes: la una el componente, la otra el contexto y por último la experiencia. Este modelo triangular de la inteligencia muestra el siguiente planteo: ti La parte componente hace referencia a los procesos cognitivos básicos que se involucran en el aprendizaje, en la ejecución de planes, en la toma de decisiones, en los procesos superiores de planificación, de control y de enjui-
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ciamiento sobre las ejecuciones; La parte contextual se refiere a la forma en que se aplican los procesos precitados a las situaciones con que el individuo se encuentra, se adapta al ambiente o lo cambia, o se desplaza hacia un entorno que le resulta más compatible; ./ La parte experiencia! se refiere al grado de eficiencia que el individuo aplica a tareas nuevas y en cuanto tiempo se hace experto en ellas para que el procesamiento se torne automático. ./
Muchos de los componentes básicos de la inteligencia pueden mostrar declive en el proceso de envejecimiento, pero una gran parte se mantiene estable y ello se evidencia en al mantenimiento de la capacidad para lograr el procesamiento automáticó.
4.3.2. Aportes de Baltes Saltes (1984) describe la inteligencia en términos de modelo proceso dual, el que se compone de: mecánica y pragmática . ./ La mecánica se refiere a los procesos cognitivos básicos y de las estructuras cognitivas que participan en el razonamiento lógico, en la percepción de relaciones y en el clasificar el mundo; ./ La pragmática se refiere al conocimiento del mundo, a la experiencia y a la metacognición o habilidad del individuo para pensar sobre la propia actividad cognitiva. Este planteo de la inteligencia pragmática supone la aplicación de la mecánica en los diversos contextos. Si en este modelo acontecen pérdidas en el área mecánica de la inteligencia se puede compensar con mejoras en el área pragmática, las que pueden surgir como formas de mayor inteligencia social o sabiduría.
4.3.3. Aportes de Perlmuter El modelo de los tres grados propuesto por Perlmuter (1988) presenta a la inteligencia como formada por tres niveles separados que se identifican como procesamiento, conocimiento y pensamiento. Este modelo de las tres gradas incluye niveles biológicos y psicológicos, procesos cognitivos que abarcan estructuras lógico-matemáticas, funciones mentales superiores, estrategias, aspectos todos que posibilitan el conocimiento del mundo. Entre las habilidades cabe destacar las referidas a la metacognición y en cuanto al proceso evolutivo, abarca desde el nacimiento hasta la muerte. Este modelo de las tres gradas contribuye a una mejor comprensión de los cambios de la inteligencia en el proceso de envejecimiento, ya que provee los siguientes aportes . ./ Nivel 1: • puede declinar y/o deteriorarse a causa del envejecimiento o de la enfermedad; • lo forman los procesos cognitivos básicos: atención, memoria, razonamiento y velocidad perceptiva; • incorpora el aspecto competencia! de la inteligencia (Sternberg, 19885);
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incorpora la mecánica (Saltes, 1984); configura la inteligencia fluida; se usa en tareas con aparente falta de significado; puede mejorar durante la infancia y la niñez; sus procesos se tornan más lentos con el avance de la edad .
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es relativamente inmune al proceso del envejecimiento; almacena el conocimiento del mundo; se relaciona con el aspecto experencial (Sternberg); incorpora la pragmática (Baltes); incluye la actitudes que forman la inteligencia cristalizada; crece a lo largo de la vida registrando experiencias externas; es característico de la inteligencia en la adultez y en la vejez .
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es relativamente inmune al proceso de envejecimiento; sólo se puede desarrollar cuando existe la metacognición (Perlmuter); incluye estrategias para con la información y con las funciones mentales superiores que le permiten al individuo una mejor adaptación; incluye el pensamiento lógico-matemático que es característico de las operaciones formales (Piaget); puede incluir el pensamiento postformal.
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Nivel 3:
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4.3.4. Pensamiento postformal dialéctico Todo aquello que se reconoce como declive en la cognición durante el proceso de envejecimiento puede estar indicando una nueva organización del pensamiento. El pensamiento postformal de la adultez conduce al individuo a plantearse dudas, contradicciones e interrogantes. Con el aumento de la experiencia y la complejización del entorno social, el individuo pensante evalúa la realidad y la subjetividad. Con este reevalu logra que el pensamiento lógico se comvina con el intuitivo y con el emocional, con lo cual el pensamiento se torna más autónomo. El pensamiento dialéctico es el diálogo que caracteriza el pensamiento postformal. En este diálogo las ideas opuestas interactuan para dar origen a una nueva síntesis y esta interactua con su versión opuesta para que surja otra síntesis y así permanentemente. En esta dialéctica del pensamiento postformal los individuos comprenden que el cambio es lo único constante. Las personas que han alcanzado el pensamiento postformal saben que no es factible conocer la verdad absoluta, a la vez que también saben que su propia forma de pensar influye sobre la información que manejan y concluyen sabiendo que todos los elementos de la realidad se componen de aspectos contradictorios, incluso los propios seres humanos. Los aportes de Lavouvie-Vief (1985) muestran la existencia del pensamiento dialéctico en las personas que envejecen.
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Cuadro Nº12 Modelo de las tres gradas
Niveles
Características
1. Procesamiento
Fluidos Procesos cognitivos básicos
(biológico)
2. Conocimiento
Conocimiento del mundo
Habilidades
Cristalizadas
Etapa Evolutiva Nacimiento
Infancia
(psicológico)
3. Pensamiento (psicológico)
Estructuras lógicomatemáticas; funciones mentales superiores; estrategias
Metacognición Adolescencia y continúa a lo largo de la vida
4.4. Inteligencia práctica y envejecimiento La inteligencia práctica es la que se reconoce por la integración en la aplicación de habilidades intelectuales a las actividades cotidianas (Schaie, 1990). A lo largo del ciclo vital cambian las actividades a partir de las cuales se evalua y mide la inteligencia práctica. La naturaleza de la inteligencia práctica es muy importante cuando se estudia el envejecimiento intelectual ya que este se refleja en la competencia social y en las tareas de la vida cotidiana (Pelechano y de Miguel, 1992}. La experiencia y la sabiduría no deben confundirse con la inteligencia práctica. Para estudiar la inteligencia práctica se ha recurrido a: ./ Jueces para que opinen cuales son los atributos que conforman la inteligencia a lo largo de la vida (Goodnow, 1986}; ./ Escalas de la experiencia cotidiana de las personas en distintas etapas (Schaie, 1988}; ./ Comportamientos competentes (Scheidt y Schaie, 1978}. Los estudios de Scheidt y Schaie (1978} muestran diferencias a favor de los ancianos cuando debieron afrontar situaciones sociales, comunes, pasivas, de privación y de menor eficiencia cuando se trato de cirscuntancias no sociales, activas y de apoyo.
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4.5. Inteligencia emocional Dentro de la ergonomía hay múltiples ramas destinadas a la adecuación de los productos, sistemas y de los entornos artificiales a las características limitaciones y necesidades de los usuarios, para optimizar así, su eficacia seguridad y confort. La configuración organizacional de la ergonomía, comprende un vasto campo de actuaciones, conocidas en el mundo anglosajón con los términos "Groupware", Humanware" o "Peopleware". En síntesis: la ergonomía se puede aplicar tanto en un diseño de un puesto o un proceso de trabajo, como en organizaciones que en distintos momentos de la vida son utilizadas por los sujetos. Una organización puede ser objeto de un diseño o proyecto ergonómico. Ya que no solamente se debe pensar en el diseño organizacional jerárquico del organigrama, sino en el conjunto de relaciones horizontales y las interacciones entre la tecnología y la organización para el beneficio del usuario y en atención al momento de la vida por el que transita. Es en este punto es donde la inteligencia emocional se revela como un factor muy importante a tener en cuenta. A continuación se transcribe un fragmento de los trabajos de Weisinger (1998) de su libro La inteligencia emocional en el trabajo y después de él. ".... Hace casi veinte años fui testigo de una interacción entre dos personas que suscitó mi interés por lo relativo a la Inteligencia Emocional. Por aquel entonces yo era un estudiante de pos grado y trabajaba en un centro de salud mental. Un día, estaba hablando con un grupo de compañeros cuando uno de los psiquiatras del centro entro enfurecido y comenzó a chillar a una mujer del grupo que estudiaba para asistente social. No sabe lo que haciendo, grito con los ojos encendidos ¡Está causando un daño irreparable al paciente! Continuó atacando a mi amiga sin piedad, repitiendo sus acusaciones durante varios minutos. Me sentí mal por ella, igual que el resto de los presentes. Empecé, también a enfadarme con el psiquiatra, sobre todo cuando mi amiga huyó con lágrimas en los ojos. Ni siquiera entonces dejó de protestar el psiquiatra, que nos decía: es típico de su actitud defensiva" ... La experiencia hizo ver que cuando la crítica es destructiva produce un colapso emocional. Ello llevó a plantear el modo de utilizarla de forma constructiva, para que tanto quien la hace como quién la recibe obtengan algo positivo de esta experiencia. Hacer que la crítica sea constructiva es uno de los elementos clave de la inteligencia emocional. En los años siguientes, se comprobó tanto por estudios distintos, como a través de la lectura de un corpus de publicaciones cada vez más extenso, que la mayoría de los individuos tiene dificultades para manejar situaciones emocionalmente delicadas, sobre todo cuando las emociones que se despiertan son la ira y la ansiedad. Cuando esta dificultad va unida a otra dificultad, como quedó de manifiesto en el caso del psiquiatra (el citado en el párrafo anterior), por poner un ejemplo, los resultados suelen ser bastantes desastrosos.
4.5.1. la motivación en la inteligencia emocional Antes de entrar de lleno en el tema sobre ¿Que es la inteligencia emocional? se harán algunos breves comentarios a los fines de ver en forma más clara el tema. Una de las formas en que se puede definir a la motivación sería:
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... algo así como la pasión por lograr algo ... Es un rasgo que comparten prácticamente todos los líderes efectivos. Aquí, la palabra clave es lograr. Numerosas personas se sienten motivadas por factores externos: un gran sueldo, la situación que acompaña la obtención de un título impresionante o el formar parte de una empresa prestigiosa, el llegar a la jubilación. Sin embargo, aquellos que tienen potencial de líderes encuentran la motivación en el logro de una hazaña o una meta, por la sola satisfacción que les produce concluirla, tal, como es de esperar, se presentarían los logros posteriores a la jubilación. Preguntas que surgen a menudo en la práctica diaria como profesionales integrantes del equipo de salud: ./ ¿Por qué algunas personas reaccionan positivamente en sus tareas? ./ ¿Por qué hay trabajadores que aún sintiéndose enfermos concurren a trabajar? ./ ¿Por qué algunos empleados, al darlos de baja por enfermedad inculpable, piden si es factible enviarlos de regreso al trabajo lo antes posible? ./ ¿Por qué algunas personas hacen su trabajo como si la organización les perteneciera? ./ ¿Por qué algunas personas jubiladas asumen tareas con la misma responsabilidad que lo hacián con su trabajo? Para contestar estas preguntas, en primer lugar, es necesario aclarar una serie de conceptos básicos, tales como: las determinadas capacidades que se pueden resumir en grupos, cada uno de ellos con elementos básicos. 4.5.1.1.- Capacidades innatas 1. La capacidad física 2. La capacidad intelectual 3. La resistencia psíquica 4. La inteligencia emocional 4.5.1.2.- Capacidades adquiridas 1. Las habilidades 2. El conocimiento 3. La experiencia En las empresas, que tanto necesitan del trabajo de los seres humanos para vivir y des.arrollarse, se da mucha importancia a este conjunto de capacidades precitadas y que se denomina potencial. Esta clasificación puede ser discutida, ya que solo persigue ofrecer una visión global del ser humano. La diferencia entre capacidades adquiridas e innatas puede ser alTJpliada según la actividad que desarrolloe cada sujeto. El potencial es un estado latente del ser humano que sólo es puesto en actividad cuando tiene que lograr algo. Esto es muy importante a tenerlo en cuenta en los procesos de prepsracibn para la jubilación.
4.6. Teorías sobre la motivación A los efectos de una introducción al tema se incluyen unas con cortas descripciones de las principales teorías sobre la motivación y con la pretención de que ayuden a realizar la difícil tarea de comprender al ser humano y sus motivaciones. 4.6.1. Maslow, la jerarquía de las necesidades
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Según esta teoría las personas responden a cinco tipos distintos de necesidades: 4.6.1.1. Básicas o del individuo, las que a su vez incluyen a las siguientes: .! Fisiológicas. Estas en el medio laboral son necesidades que aparecerían cuando el trabajador no gana lo suficiente para dar de comer a su familia, o cuando las tareas se desarrollan en ambientes que afectan su salud (excesivo polvo, calor frío, etc.). De la distinta jerarquía que otorgue cada trabajador a estas dos demandas, depende la presencia de quienes trabajan por salarios muy bajos antes de exponerse, ganando más, a efectuar tareas riesgosas o insalubres. En el caso de las personas jubiladas se refieren su presencia a cuando el jubilado no cuenta con los recursos necesarios para su propia manuntención y/o la de la familia que está con él. .! De seguridad. Satisfechas las necesidades del punto anterior, aparece la de asegurar que no volverá a tener hambre, sed o riesgos para la salud. O sea la necesidad de estabilidad laboral o de manuntención después de la salida de la cadena productiva. Las necesidades que Maslow describe a continuación, son de carácter social, pues están basadas en la opinión que otros seres humanos tienen del sujeto.
Cuadro Nº13 Jerarquía de las necesidades humanas (Maslow) 5.Necesidades de Autorealizaciól\ - Realizar sus capacidades personales - Desarrollar sus posibilidade~; - Realizar aquello paraílo que ~~ está mejor capacitado - Desarrollo y expansion de metanecesidades
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\ 4. Necesidades de estima~on \ - Respeto / - Confianza basada en la buena opirJión de los demás \ - Admiración // \ - Confianza \ - Apreciarse a í mismo \ -Aceptarse aiSí mismo \ \ 3. Necesidades de áfecto y áfiliación: \ -Amigos Í \ - Compañéros \ - Familia/ - ldenti~itación con un grupo - lntimjé!ad con un miembro del sexo opuesto \
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2. Necesidad' de seguridad - s~~uridad - P¡fotección - Ausencia de peligro _¡Orden
¡Un futuro previsible 1. NEfesidades fisiológicas: -Alivio de sed / - Sueño . - Actividad sexual / - Alivio y de dolor y desequilibrios fisiológicos /
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4.6.1. 2. Necesidades sociales:
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De afecto. Una vez satisfechas las necesidades fisiológicas y de seguridad, según la percepción particular de cada sujeto, aparece en los seres humanos la de ser aceptados por los demás.
Las gerencias suelen comentar con frecuencia la necesidad de conservar un adecuado equilibrio entre las demandas de los grupos formales y las de lo informales. Los grupos formales son aquellos que la organización ha formado (los empleados de la oficina de finanzas, los trabajadores del sector mantenimiento, los del departamento de ventas, etc.). Los grupos informales son aquellos que se constituyen por amistad entre sus miembros, por comunidad de intereses o hobbies (los jugadores de tenis, los de golf, los que viven en la misma localidad, etc.). Lo ideal es que cada grupo formal constituya simultáneamente un grupo informal (y que el líder de dicho grupo sea el jefe del grupo formal). Esta necesidad de ser aceptado por los demás y/o continuar siendo aceptado, pasa a constituirse en una necesidad básica fundamental una vez que la persona se ha jubilado . ./ De estima. Una vez reconocido por el grupo (y aceptado) aparece en el sujeto la necesidad de estima (o mejor dicho, de autoestima). Se trata de ser reconocido por los demás. Que a cada sujeto se lo reconozca por los valores que considera positivos. Cuando el sujeto se aparta de la cadena productiva por jubilación, esta necesidad también esta presente, ya que en su nuevo entorno demanda la necesidad de ser reconocido y estimado y de esta forma · mantener o reconstruir su autoestima. 4.6.1.3. De autorrealización
La teoría de la jerarquía de las necesidades de Maslow se completa con esta quinta necesidad. Según Maslow: "Un término más adecuado que representa el de salud psíquica, es el de autorrealización, tal como ya lo el utiliza. En las personas en proceos de envejecimiento también se plantea, pero aquí no se trata de autorrealizarse como viejo, aceptar y esperar que llegue la muerte, sino que esta autorrealización implica una activa reformulación de la vida pesonal en este ciclo vital. 4.6.1.4. Herzberg (1998). Teoría de la motivación e higiene
Las investigaciones que dieron origen a esta teoría consistieron en analizar las respuestas que distintos trabajadores daban para describir situaciones en las que se sintieran excepcionalmente bien o excepcionalmente mal en relación con sus trabajos. Así se pudo observar que cuando los trabajadores hablan de sentirse bien mencionan factores como logro, reconocimiento y/o el trabajo mismo, la responsabilidad, el progreso, y crecimiento. Herzberg (1998) denominó Motivadores a las fuerzas de satisfacción. Observó también que cuando 1.os trabajadores hablan de sentirse insatisfechos de su trabajo, lo hacen de factores externos, pero relacionados con aquel, por ejemplo, la administración de la empresa, la supervisión, las relaciones con los compañeros, la relación con los subordinados y la seguridad. Denominó a tales factores de Higiene, debido a que alteran el medio ambiente de trabajo.
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De acuerdo a la teoría de Herzberg (1998), la satisfacción y la insatisfacción no son polos opuestos de una dimensión, sino que son dos dimensiones separadas, a saber: .t La satisfacción es afectada por los motivadores; .t y la insatisfacción por los factores de higiene. Se puede conjugar a la teoría de Herzberg (1998) con las ideas de Maslow, ya que: .t Los motivadores contribuyen principalmente a las necesidades de alto nivel: estima y autorrealización; .t y los factores de higiene contribuyen principalmente a la satisfacción de las necesidades de bajo nivel: • fisiológicas, • de seguridad y afecto. • Los motivadores y los factores de higiene juegan un papel fundamental en las personas en proceso de envejecimiento, por cuanto los primeros al referirse a la estima y autorrealización le están mostrando al sujeto que pese a la vejez necesita de ellos para tener una aceptable calidad de vida. En cuanto a los factores de higiene ellos son fundamentales para una vejez satisfactoria.
4.7.- Inteligencia Emocional: su especificidad En términos generales, la mayoría de las personas estan acostumbradas al uso de la definición de inteligencia que se basa en la medición del CI (Coeficiente Intelectual), el que abarca: Raciocinio lógico, .t Habilidades matemáticas, .t Habilidades espaciales. .t Sin embargo, estudios recientes demuestran que otro tipo de inteligencia, la inteligencia emocional, que resulta ser la principal responsable del éxito o fracaso de los profesionales, jefes, líderes, padres. El éxito profesional, independientemente de que se trate de un ingeniero, un profesor, un abogado o un vendedor, está definido en un 80% por la inteligencia emocional y en un 20% por el CI. Weisinger (1998) lo grafica satisfactoriamente con el relato del siguiente diálogo:
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Cuadro Nº14 Evolución de las concepciones sobre la motivación 1ª Generación (1900-1950) "Todo el mundo es
Concepció11 igual" es sobre el Hombre en el trabajo
2ª Generación (1950-1990) "Se puede clasificar a los individuos en grandes categorías"
Modelos de solución según los casos Soluciones idénticas para todos
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Movimiento de las relaciones humanas (Maslow, Herzberg)
Motor de la motivación Miedo/esperanza
Se escucha a los asalariados. Ventajas materiales e Adaptación de los puestos financieras Reconocimiento de la contribución
3ªGeneración (a partir de 1990) "Cada persona es particular"
Solución a medida. Única para cada persona en el interior de un sistema comoleio Inteligencia emocional Visión global Motivación intrínseca Posibilidad de expresión y realización personal Utilización del sistema emocional para lograr la automotivación
.! "Doctor, mi hijo rindió un test de inteligencia y obtuvo un índice de 130 de C.I." .! "Felicitaciones. Con esa inteligencia seguro que podrá ser un excelente em-
pleado de alguien con índice 90 de C.I." La inteligencia emocional está vinculada a actividades tales como: .! La automotivación, que no figura entre los motivadores del taylorismo . .! Desde un punto de vista técnico, la motivación es el empleo de la energía en una dirección y para un fin específico. En el contexto de la inteligencia emocional, significa utilizar el sistema emocional para catalizar todo el proceso y mantenerlo en marcha . .! Los aspectos precitados son muy importantes para una vejez activa, comprometida y satisfactoria. 4.7.1. Motivadores modernos Existen cuatro fuentes de motivación: 1. El propio sujeto: a partir de los propios pensamientos, los niveles de ansiedad y el comportamiento de los componentes del propio sistema emocional se convierten en el principal motivador (o a la inversa: el principal desalentador). Esto también acontece en la vejez y si prima el aspecto desalentador es de esperar que se termine dando a lugar a la profesía autocumplida: "no descubro para que sirvo, por ello no sirvo para nada".
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Colegas o compañeros de trabajo. La práctica de gratificación prolongada; el motivar a otros ayudándolos a explotar sus talentos y conseguir su compromiso con los objetivos e intereses comunes. Se trata de desarrollar relaciones de motivación mutua. Se los suele llamar el "equipo A". En las personas viejas esto bien podría resultar la base de la segunda ocupación. 3. Un Mentor Emocional. Recibe este nombre aquella persona que sirve como modelo de motivación, es el individuo al que se le preguntaría: "¿Qué harías en esta situación?" o "¿Cómo te sentirías?". No importa que esté vivo o muerto, sea real o ficticio. El Mentor Emocional puede ser Nelson Mandela, Superman, Discépolo o James Bond, lo fundamental es que realmente motive. Aquí, a la persona vieja o jubilada le correspondería la tarea de "iniciador". 4. El entorno de trabajo. No solamente en lo que se refiere a carga térmica, ventilación, vibraciones, ruido y las demás variables que deben ser adecuadas según la ley de Higiene y Seguridad, sino rodear de objetos motivadores, como por ejemplo fotos de la familia, música (recientes estudios sugieren que Mozart incrementa la agudeza mental o la música barroca con menos de 60 compases por minuto pueden ayudar a fomentar la concentración), luz natural, etc. Esto está indicando el valor y significado de los objetos en los adultos y en los viejos.
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4.8. Inteligencia Interpersonal Es la habilidad de entender a otras personas, lo que las motiva, cómo trabajan y cómo trabajar cooperativamente con ellas y tienen cuatro aspectos principales: A. Organización de Grupos: Es la habilidad esencial del liderazgo que involucra la iniciativa y la coordinación de esfuerzos de un grupo. No es el poder inherente a los cargos formales, sino la habilidad de obtener de un grupo el reconocimiento del liderazgo y la cooperación espontánea. B. Negociación de Soluciones: El papel del mediador, previniendo y resolviendo conflictos. Su característica es la diplomacia. Es aquel que argumenta y busca entender los puntos de vista ajenos. C. Empatía-Sintonía Personal: Es la capacidad identificar y entender los deseos y sentimientos de los demás, y responder (reaccionar) en forma apropiada para canalizarlos en pro del interés común. Capacidad de motivar, de ayudar a las personas a liberar su talento. Las personas con estas características son excelentes gerentes y vendedores. D. Sensibilidad Social: Es la capacidad de detectar e identificar sentimientos y motivos de las personas. El hecho de conocer cómo se sienten o son motivados los individuos, ayuda a establecer la armonía interpersonal. Estos cuatro aspectos son muy importantes para incentivar en las personas en proceso de envejecimiento normal, en todo lo relativo a la puesta en marcha de actividades de autogestión, en las que el sujeto viejo sea actor, implementador y participante.
4.9. Inteligencia lntrapersonal Es la misma habilidad, pero volcada hacia sí mismo. Es la capacidad de formar un modelo verdadero y preciso de sí mismo y usarlo de forma efectiva y constructiva. En la vejez se relaciona con la reformulación del proyecto de vida.
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4.1 O. Síntesis Como ya se ha indicado, la ergonomía se ha ido desarrollando en el marco de una mayor complejidad y opacidad de los sistemas tecnológicos, que tienden a poner en cuestión las capacidades y desempeños de las personas, especialmente en situaciones de alto estrés y presión psicológica. Frente a esto, se han desarrollado unos planteamientos ligados a los de ingeniería de la fiabilidad, que hacen mejores y más tolerables para las personas los sistemas formados por máquinas, equipos y ambiente. Por otro lado, las exigencias de calidad de vida, tanto fuera como dentro del trabajo, han hecho que la cultura del confort, de las facilidades y de la calidad conecte los productos y los servicios con las necesidades, tanto de los usuarios como de todas las personas implicadas en los procesos. Todo esto en un marco congruente: ./ no se puede producir a cualquier precio, ./ ni de cualquier manera, ./ ay que trabajar con calidad, ./ hay que trabajar bien, ./ con una derivación consecuente: "Trabajar bien pasa por trabajar a gusto". Por todo ello, la complejidad de los sistemas tecnológicos y sociales, en un proceso de evolución acelerada bajo la presión de la eficacia competitiva en términos de calidad, innovaciones y rentabilidad, es la que hace que la prevención de los factores no económicos en las organizaciones, como los accidentes, las enfermedades, los ausentismos, etc., tenga un valor gerencial, tanto por si mismos o como síntoma de otras disfunciones internas de la empresa, menos visible y constatables. El cambio tecnológico tiene que ir acompañado de otras transformaciones organizacionales concretas que lleve de la pirámide a la red, del jerarquizado planeta taylor al planeta de la inteligencia emocional. Se ha observado que cuando los trabajadores utilizan su inteligencia emocional ayudan a crear una organización emocionalmente inteligente en la que todos los miembros adoptan la responsabilidad de aumentar su propia inteligencia emocional para utilizarla en sus relaciones con los demás y aplicarla en el conjunto de la organización. En una empresa de estas características y gracias a una organización ergonómica eficiente de la misma, mediante la aplicación de la Inteligencia emocional, se desarrollan técnicas de comunicación eficaces, con un buen conocimiento interpersonal de los integrantes, estimulando la automotivación, la autoconciencia, el control de las emociones, ayudándose mutuamente. Resulta evidente hoy, que el cambio tiene que ir en la dirección de poner las organizaciones al servicio de las personas (clientes, usuarios, empleados, obreros, jubilados, etc.) y que no es por generosidad o por ser amable con el personal por lo que se desea la rápida desaparición de la burocracia y el taylorismo, todavía omnipresente. Es, esencialmente, porque con las nuevas reglas de juego, estas organizaciones acaban por repartir más pérdidas que beneficios. La organización emocionalmente inteligente constituye un tema demasiado amplio para tratarlo aquí con propiedad, pero el mensaje es claro: las posibilidades de éxito para el individuo, la empresa y las instituciones son considerables y además, están al alcance de la mano. Las aplicaciones de la inteligencia emocional en el trabajo o en la organización y funcionamiento de centrar para personas viejas son prácticamente infinitas. La inteligencia emocional resulta un instrumento eficaz para resolver una situación delicada
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con un compañero, cerrar un trato con un cliente difícil, criticar al jefe, perseverar en una tarea hasta completarla y enfrentar otros retos que afecten el éxito. Ella se utiliza tanto en forma intrapersonal como en el ámbito interpersonal.
4. 11. Creatividad y envejecimiento La creatividad es la habilidad que le permite al individuo innovar para ofrecer respuestas nuevas, para ubicar de forma nueva y conjunta elementos que antes no lo estaban, por ellos la creatividad resulta asociada a la inteligencia divergente. Perlmutter y Hall (1992) consideran que la creatividad puede ser abordada desde cuatro perspectivas, a saber: ./ Perspectiva de los procesos creativos: cuyas características son: • el constituir un resultado particular de cómo el individuo procesa la información; • el uso de tests para estudiar a lo largo de la vida al cambio que se produce en la originalidad, en la flexibilidad espontánea y en el pensamiento divergente; • la disminución de la creatividad a lo largo de la vida, tal como lo demuestran los estudios longitudinales; • el poder estar basados en una forma de pensar integradora y original de la propia experiencia (Sasser-Coen, 1993) . ./ Perspectiva de la personalidad creativa: cuyas características son: • el ser algo peculiar de la persona; • ser el resultado de la combinación entre el pensamiento, la motivación y la personalidad; • el partir del estudio· de personas notables; • la necesidad de cierto nivel de inteligencia, aunque ello no es determinante; • que en ella subyacen: • la experiencia en la actividad que el individuo realiza; • la concentración, la persistencia y el pensamiento divergente; • la motivación intrínseca; • el disfrutar de la tarea que se hace; • que experiencia del individuo es especifica en diversos dominios . ./ Perspectiva de los productos de la creación: cuyas características son: • el hecho que el individuo, en su proceso creativo, produce algo que es considerado creativo por el resto de las personas; • que se han estudiado a partir de contribuciones científicas, humanas y/o artísticas realizadas en el pasado; • el tener tres aspectos centrales: ./ la curva del desarrollo que muestra como los productos de la creatividad cambian a lo largo de la actividad que el individuo realiza; ./ la relación entre la calidad y la cantidad de la producción creativa; ./ la relación entre la precocidad productiva, la longevidad y la producción creativa . ./ Perspectiva del impacto creativo: cuyas características son: que el impacto creativo es considerado un fenómeno social; • que depende de las habilidades de las personas; • que resulta ser una perspectiva contextual; • que con el envejecimiento muchas personas creativas mues•
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tran modificaciones en su estilo; que prima la contemplación y separación del mundo; que se muestra menos interés por la interacción con el mundo circundante; que las modificaciones en la motivación provocan más profundidad, a la vez que una perspectiva más amplia; que el estilo creativo tardío puede ser una expresión de la sabiduría; que la educación creativa y artística en personas viejas ha mostrado una relación positiva con el aumento de satisfacción vital (Barret, 1993).
Tradicionalmente se pensaba que la creatividad era algo privativo de las personas jóvenes, tal como lo demuestran los estudios longitudinales que se han realizado. Pero los razgos y habilidades que resultan más importantes para que una persona mantenga en la vejez procesos integradores y originales son los que resultan de la propia experiencia a partir de habilidades muy claramente establecidas.
4.12. Sabiduría y envejecimiento La sabiduría es uno de los atributos psicológicos que en los últimos años va mostrando un significativo crecimiento en el campo de estudio de los procesos de envejecimiento intelectual. A pesar que la temática de la sabiduría es más antigua que la referida a la creatividad, solo en épocas recientes ha pasado a ser un tema de estudio desde la psicología. Para Holliday y Chandler (1986) esta tardanza tiene su origen en tres circunstancias, a saber: .t la reticencia de la psicología a las explicaciones de la actividad humana que no puedan asociarse con comportamientos observables; .t la tendencia, a lo largo del siglo XX, de igualar todo el conocimiento con la experiencia técnico-analítica; .t la generalizada inclinación por ignorar el valor de la vejez y los viejos. Las sociedades en general consideran a la sabiduría relacionada con la madurez y como un atributo positivo del ser humano, pero los componentes de la sabiduría y los procesos a través de los cuales se alcanza, son distintos de una cultura a otra. Por ejemplo: .t Sociedades y culturas griegas: tienen como indicador de la sabiduría el hecho que el individuo sabe que no sabe. Meacham (1983) considera que la sabiduría es la comprensión del desconocimiento personal y no la acumulación de conocimiento. Para este autor las personas sabias plantean en forma constante aquello que conocen dentro de un contexto más amplio. La diferencia entre la persona sabia y la que no lo es, no esta en la forma de almacenamiento de los hechos particulares, sino en la forma que aplican estos hechos particulares a sus propias vidas. También afirman que es factible que las personas sabias no se reconozcan como tales, ya que valoran todo aquello que aún desconocen. Para los griegos la sabiduría va más allá del conocimiento formal, ya que incluye la conducta moral; .t Sociedades y culturas orientales: consideran que la sabiduría sería factible de alcanzar meditando e interactuando con un maestro sabio. La sabiduría sería el experimentar directamente el significado de la vida y para ello se
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necesita intuición y compasión. En oriente se pone el acento en el tiempo, o sea que, el individuo necesita del tiempo para llegar a ser sabio . ./ Sociedades y culturas occidentales: Han mostrado una significativa tendencia a considerar la sabiduría formada por la cognición, las emociones y la intuición. Las tradiciones y el pensamiento judea-cristiano muestran que no todos los ancianos son sabios y que la sabiduría no solo se relaciona con el tiempo, sino que ella depende de las enseñanza paterno filiales, de la educación formal y de un posible regalo divino. Los estudios de Baltes y colaboradores (1995) muestran que la mayoría de los individuos consideran que la sabiduría aumenta con la edad y existen más posibilidades de encontrarla entre las personas ancianas. También indican que la sabiduría comenzaría a perfilarse aproximadamente alrededor de los 55 años y que los propios ancianos están más convencidos que los jóvenes, con respecto a que la edad como tal, no es indicadora de sabiduría, ya que revalorizan la empatía y la comprensión en primer término y luego ubican la experiencia y la edad.
4.12.1. Teorías sobre la sabiduría Los estudios de Perlmuter y Hall (1992) plantean la siguiente clasificación: ./ Teorías implícitas: surgen a partir de la evaluación que los propios individuos realizan sobre la forma en que perciben la sabiduría. Las preguntas que basicamente demandan respuesta son: ¿Cuándo se puede decir que una persona es sabia?, ¿Qué se quiere decir cuando se afirma que una persona es sabia? y ¿En que condiciones se puede considerar que una persona es sabia? Los estudios de Sternberg (1986) se proponen comprender estas teorías implícitas y su relación con la inteligencia y la creatividad. Al respecto señalo seis componentes de la sabiduría: • sagacidad; • aprendizaje de las ideas y el ambiente; • habilidad de razonamiento; • juicio; • perspicacia; • uso expeditivo de la información. Las investigaciones de Holliday y Chandler (1986) muestran que las personas de distintas edades acuerdan que el significado y las características de la sabiduría no se modifican con la edad. Estos autores consideran que la sabiduría resulta determinada por cinco factores: 1.- Comprensión excepcional. El individuo se asienta en la experiencia diaria y la caracteriza: por ver las cosas en un coxtexto amplio, el comprenderse a sí mismo, el utilizar el sentido común, el haber aprendido de la experiencia, etc.; 2.- Habilidades de comunicación y juicio. Hacen referencia a su inclusión en el manejo de los problemas diarios y se caracteriza: por comprender la vida, por dar buenos consejos, por sopesar las circunstancias, por estar dispuesto a escuchar; 3.- Competencia general. Incluye características tales como: el ser curioso, el ser educado, el ser atento, el ser creativo, el ser inteligente, etc.; 4.- Habilidades interpersonales. Estas hacen referencia a que el individuo sabio resulta ser amable, sensible, sociables; 5.- No obstrucción social. Incluye características como ser discreto, no juzgar, ser silencioso.
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Estas teorías implícitas tienen marcadas limitaciones como el hecho de ser propias de un tipo de población en un tiempo y lugar específico, por ello con un alcance reducido; ./ Teorías cognitivas: para Meachman (1983) la sabiduría se identifica con en proceso de metaconocimiento en el sentido de plantear un equilibrio entre el conocer y el dudar. Así planteada la sabiduría resulta una conciencia de falibilidad del conocimiento que se desarrolla en el contexto de las relaciones interpersonales y no con la edad. Arlin (1990) sostiene que la sabiduría esta directamente relacionada con las habilidades de encontrar problemas y que resulta ser un proceso cognitivo de la reflexión y el juicio. Las operaciones postformales permitirían que emerja la sabiduría. Baltes y colaboradores (19871989-1990) definen que la sabiduría es la experiencia de la pragmática de la vida. Hacen referencia al conocimiento sobre la variación y las condiciones de la vida a cualquier edad. Consideran que existe la probabilidad que las personas más sabias sean los ancianos. Baltes y colaboradores estudiaron la sabiduría a partir de la forma en que las personas resuelven los acontecimientos vitales de la vida diaria, por ello, consideran que es algo más que la inteligencia empleada y la encuentran muy relacionada con la personalidad; ./ Teorías integradoras: Orwon y Perlmutter (1990) consideran que la sabiduría depende de una estructura de la personalidad muy bien integrada que posibilita a los individuos trascender de las perspectivas personalistas y asumir intereses universales y colectivos. Resulta difícil encontrar personas sabias porque ello implica una personalidad y una cognición excepcional. Erickson (1968, 1982) en su teoría psicosocial describe el autodesarrollo y la autotrascendencia como atributos determinantes de la personalidad sabia. Estos atributos que señala Erickson muestran una estructura de la personalidad extraordinariamente integrada y madura, la que trasciende de la preocupación de los sentimientos y pensamientos referidos a sí mismo y puede estructurar interacciones con sí mismo, con otros y con el mundo. Erickson sostiene que la sabiduría depende de dos atributos del self: el autodessarrollo y la autotrascendencia y que se configura en la vejez. Kramer (1990) sostiene que la sabiduría es el resultante de la interacción del desarrollo cognitivo y afectivo que producen una serie de habilidades o procesos que se relacionan con la sabiduría y le permiten operar de distinta forma en diferentes personas. Sirve para que la persona resuelva de diferentes formas los acontecimientos de la cotidianeidad. La propuesta de Kramer (1990) sostiene que la sabiduría no es inteligencia o cognición, sino que ella se puede desarrollar si participa una personalidad bien equilibrada, en la que la persona comprende la relación entre procesos conscientes e inconscientes. Para estudiar la sabiduría hay que tener en cuenta procesos cognitivos, motivaciones, experiencias de vida e intenciones. Fernández-Ballesteros (1999) sostiene que la sabiduría puede ser considerada como un atributo psicológico muy complejo que engloba aspectos cognitivos, afectivos y prácticos, a la vez que expresa que las personas sabias 'se caracterizan por presentar: ./ Comprensión excepcional ya que utilizan: • una amplia perspectiva para mirar y enfocar los acontecimientos; • el sentido común; • el aprender de la experiencia; • la observación; • el entenderse a sí mismos; • el pensar por sí mismos; • un accionar sin prejuicios.
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Habilidades de juicio y comunicación ya que: • resultan comprensivas; • dan consejos; • son comprensivas; • consideran distintas opciones; • consideran distintos puntos de vista; • vale la pena escucharlos; • reflexionan para la toma de decisiones.
Cuadro Nº15 Modelo de sabiduría propuesto por Kramer (1990)
•
"""-
Al(
.....
Desarrollo ""' afectivo
•
Desarrollo cognitivo
~~
Procesos relacionados con la sabiduría - Reconocimiento de la individualidad - Reconocimiento del contexto - Habilidad para interactuar - Comprensión del cambio y desarrollo - Atención al afecto y la cognición
•
Fu nciones interrelacionadas de la sabiduría - Solución de problemas que involucran -
-
el sí mismo Aconsejar a otros Dirección de las instituciones sociales Revisión de vida Introspección espiritual
•
Resolución de tareas, crisis, dilemas y decisiones de la vida adulta
La autora considera que las características precitadas parece que configuran el constructo de la sabiduría que se define en la interacción de aspectos cognitivos: experiencia e inteligencia, afectivos: empatía e intuición e interpersonales: ser sociables y dar consejos. Para Fernández-Ballesteros (1999) la sabiduría hasta el momento, es: ./ poco frecuente;
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un atributo que se puede presentar en distintos segmentos del ciclo vital; dependiente de la tarea que se resuelva y en relación a la edad y el conocimiento de las situaciones; más homogénea en el grupo de personas ancianas.
En síntesis, la autora considera que se deben desarrollar y profundizar líneas de investigación que tengan en cuenta la incidencia de los aspectos afectivos y el hecho que la sabiduría no solo es una condición referida a los demás a partir de dar consejos, sino que persona sabia es la que predica con el ejemplo, es congruente consigo misma y capaz de aplicar a sí misma su pensamiento sabio.
4.13. Memoria y envejecimiento Los cambios en la memoria asociados a la edad resultan los signos de declive y deterioro senil más reconocidos a nivel popular. Esto se produce porque la mayor parte de las quejas de las personas viejas se refieren a dificultades para evocar datos concretos, para recordar fragmentos aislados de la propia experiencia vivida. A todo esto se agrega que la pérdida de la memoria se presenta como uno de los síntomas iniciales en la demencia senil, la que a su vez resulta cada día más frecuente entre las personas viejas. Read y Lindsay (1994) consideran que el envejecimiento va acompañado de cambios en la memoria. Perlmutter y Hall (1992) afirman que para comprender la naturaleza de los cambios en la memoria, dentro del proceso de envejecimiento, se puede realizar una división entre: ti capacidades de la memoria que abarcan las estructuras y procedimientos que pueden declinar, por ejemplo la memoria sensorial, la memoria a corto plazo, la memoria a largo plazo y por último la memoria a muy largo plazo; ti contenidos de la memoria que se refieren al conocimiento almacenado y que pueden aumentar. Aquí se hace referencia a la memoria procedural y memoria declarativa: la episódica y la semántica. 4.13.1. Capacidades de la memoria Bueno y Vega (1993) sostienen que a partir de una perspectiva lineal la memoria se puede subdividir en distintas etapas. 4.13.1.1. Memoria sensorial Es un sistema preconceptual y preatencional con una estabilidad muy baja. La información ambiental: sonidos, olores, imágenes, etc., se mantienen en la memoria sensorial por aproximadamente un segundo. Esta memoria sensorial al almacenar se diferencia entre la memoria icónica que corresponde al sistema visual y la memoria ecónica que corresponde al sistema auditivo. Con respecto a la memoria sensorial y al envejecimiento es poco lo aportado por las investigaciones realizadas hasta la fecha, ellas consideran que los efectos detectados son reducidos e insignificantes. El tema a resolver es si las pérdidas de la memoria sensorial, por pequeñas e insignificantes que resulten, inciden o contribuyen en las dificultades de aprendizaje y recuperación de la información que suelen presentar las personas viejas.
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4.13.2.2. Memoria a corto plazo o memoria primaria Esta memoria tiene más estabilidad pero su capacidad es muy limitada por ello la información se pierde con mucha facilidad. Esta memoria mantiene la información en la conciencia y tiene un papel importante en el control y asimilación de la nueva información. Esta memoria a corto plazo o primaria es la que permite mantener un número telefónico hasta marcarlo, ya que la información la pierde en aproximadamente quince segundos. La memoria de corto plazo entre sus funciones tiene el almacenamiento. Los trabajos de Verhaeghen, Marcoen y Goossen (1993) indican que las pruebas que realizaron con jóvenes y ancianos no muestran diferencias cuando trabajaron con dígitos hacia adelante, pero cuando las tareas fueron más abarcativas o demandaban mayor atención, flexibilidad mental y procesos de reorganización del material, las diferencias a favor de los jóvenes resultaron claras. La memoria a corto plazo también es usada para el procesamiento. Baddeley (1986) habla de working memory o memoria de trabajo, y para medir su capacidad en relación al envejecimiento utilizó dos tipos de tareas: la amplitud de escucha o de lectura y la amplitud de cálculo. Los resultados ofrecen información con respecto a que las personas ancianas obtuvieron puntajes más bajos. La memoria a corto plazo también resulta comprometida en cuanto a la recuperación, ya que en las personas viejas la recuperación es más lenta. 4.13.1.3. Memoria a largo plazo Esta es una capacidad de potencial ilimitada que implica mecanismos muy variados y marcada extensión temporal. Es el sistema que mantiene permanentemente la información y a la vez interviene activamente en el recuerdo. Resulta así el almacenamiento individual de la experiencia pasada, los recuerdos del pasado, el conocimiento sobre el mundo, sobre como hacer las cosas y la información sobre como funcionan los propios procesos del pensamiento. En la memoria a largo plazo se ubica la información codificada hasta que el individuo lo requiera. Los déficits de codificación se manifiestan en las personas ancianas, pero con diferencias poco significativas con respecto a los jóvenes. El almacenamiento de la información codificada parecería que no sufre modificaciones con el envejecimiento. Distintas investigaciones muestran que los ancianos utilizan mecanismos de recuperación menos efectivos. Los ancianos utilizan menos mecanismos de organización para el recupero de la información (Zivian y Darjes, 1983). 4.13.1.4. Memoria a muy largo plazo En el proceso de envejecimiento la presencia de la Ley de Ribot es una realidad: la información se olvida en relación inversa al órden en que se la incorpora. Las investigaciones muestran que los ancianos recuerdan bien los acontecimientos de años anteriores. 4.13.2. Contenidos de la memoria La memoria procedural incluye las habilidades que han sido objeto de mucha práctica, por ejemplo el leer, o habilidades que incorporan aspectos motores, tales como: escribir a máquina, tocar el piano, conducir un vehículo y con respecto a ellas las investigaciones muestran que se mantienen en el proceso de envejecimiento. La memoria declamativa se refiere al conocimiento sobre el mundo y en ella se almacenan recuerdos episódicos: la primera comunión y recueros semánticos: los que demandan conocimiento organizado, por ejemplo: los monos son mamíferos. Craik y Simón informan que los recuerdos semánticos son los que menos declinan en la vejez.
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4.13.3. Memoria y validez ecológica
La validez ecológica indica el grado en el que la tarea usada incide cuando se trata de medir la memoria de forma precisa, refleja su relación con las actividades que cotidianamente enfrenta la persona vieja. Dentro de la validez ecológica es necesario tener en cuenta dos elementos: la memoria para materiales, para sucesos significativos y la metamemoria. La memoria para materiales y sucesos significativos abarca la comprensión y recuerdo del lenguaje hablado y de textos escritos de diversa longitud. Al respecto las investigaciones muestran que las personas ancianas tienden a seleccionar las ideas· centrales y recordarlas, o sea que se mantiene la memoria para el discurso. Las representaciones de la memoria provienen de sucesos percibidos pero el individuo, puede tener recuerdos de acciones que nunca realizo, aunque las haya planeado, considerado o intentado. La representación de los recuerdos percibidos resulta una mezcla de elementos generados a nivel interno y externo y las personas suelen tener capacidad para distinguir entre los sucesos reales e imaginarios. Esta capacidad de distinguir entre realidad y fantasía ha sido llamada: monitorización de la realidad. Los trabajos de Cohen y Faulkner {1989) muestran una marcada tendencia en las personas ancianas a que esta monitorización de la realidad vaya disminuyendo por acción de la rutina. La recuperación de la palabra (dificultad para encontrar las palabras comunes) es una queja muy frecuente entre los viejos, ya que incide en la vida cotidiana y a la vez en la calidad de vida, pero las investigaciones que se han realizado hasta el presente sólo manejan hipótesis sobre su origen. La memoria espacial es la que permite recordar la localización de los objetos, la búsqueda de los objetos perdidos, el mantenerse orientados en entornos micro y macroespaciales, a la vez que recorrer caminos propuestos o deseados. Las investigaciones con orientación ecológica sobre el comportamiento en situaciones cotidianas indican que los ancianos cuando se mueven en ambientes habituales no tienen declinaciones, en cambio, cuando lo hacen en ambientes desconocidos fallan en la ejecución (Kirasic, 1989). La memoria de actividades cotidianas ya realizadas acompaña al individuo en su vida diaria. En ella intervienen la codificación, el almacenamiento, la recuperación. Backman (1989) indica que las investigaciones no muestran diferencias significativas en las personas ancianas. La memoria de actividades prospectivas incluye las actividades que se planifica realizar, como ir de viaje. Abarca elementos prospectivos, sucesos acontecidos a través del tiempo con carga motivadora y con significado para el individuo que recuerda. Los estudios de Poon y Schaffer (1982) muestran que los niveles de la memoria de actividades prospectivas tienen adecuados niveles de conservación en las personas ancianas. 4.13.4. Metamemoria
La metamemoria abarca cuanto conoce el individuo sobre sus propias habilidades, capacidades mnemónicas y con respecto a las estrategias que se pueden utilizar. Su estudio es importante ya que guarda directa relación con la vida cotidiana. Los estudios de Rabbitt y Abson (1991) se refieren al funcionamiento de la propia memoria o autoconocimiento de la memoria y a la eficacia en el funcionamiento o evaluación de la propia cognición. Los resultados de estos estudios permiten inferir que con respecto a la propia memoria o autoconocimiento de la memoria las respues-
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tas entre individuos jóvenes y viejos muestran escasas diferencias a favor de los jóvenes, en cambio cuando se plantea la eficacia en el funcionamiento o evaluación de la propia cognición los resultados indican que la población anciana tiende a percibirse a sí misma como menos eficaz.
4.13.5. Factores que influyen sobre la memoria A más de los aspectos precitados que influyen en la memoria y su funcionamiento, es importante tener en cuenta la variabilidad de la memoria cuando las personas viejas enfrentan ciertas situaciones, a saber: .! la familiaridad con los materiales empleados para recordar; .! la experiencia. Esta tiene un lugar de privilegio en el mantenimiento y en la posibilidad de mejoría en los niveles de ejecución cognitiva en la vejez; .! la salud física o mental, la nutrición, el consumo de drogas o de alcohol pueden alterar el funcionamiento de la memoria en la vejez; .! las diferencias individuales a nivel intra e interindividuales; .! la motivación a nivel intrínseco y extrínseco; .! la precaución. No dan respuestas por temor a equivocarse; .! la estructura social a través de las expectativas culturales; .! la jubilación. Con ella las personas reducen parte de la obligación de las actividades sociolaborales. La presión social se reduce respecto con respecto a aquello que se espera del individuo desde el punto de vista laboral y este hecho provoca una pérdida en la motivación ya que no es ahora tan necesario el uso de la memoria y con ello comienza un periodo de desentrenamiento de las habilidades mnésicas; .! el aislamiento social. La reducción del contexto de las personas después de la jubilación, la pérdida progresiva de amistades de la misma edad, la pérdida de la pareja, etc., determinan una situación que, a más de las implicancias afectivas tienen su repercusión y relevancia en las capacidades mnésicas. 4.13.6. Memoria y autoconcepto En la vejez no solo son importantes los cambios que se presentan en la memoria sino la actitud de la propia persona vieja hacia esos cambios. Se encuentran, entre la población en personas ancianas, aquellos que continúan empleando a pleno sus capacidades cognitivas, sin presentar el envejecimiento como excusa o pretexto y también están las que abandonan todo nuevo abordaje o no intentan cambiar aduciendo a que ya no están para esas cosas. La falta de confianza en sí mismo incíden en las capacidades mnémonicas porque aumenta la ansiedad o desencadena procesos depresivos a raíz de las pérdidas reales o imaginarias de la memoria. Contribuir ·a desarrollar menos esfuerzo de la memoria o a proceder con desánimo en la búsqueda de estímulos cognitivos influye en el autoconcepto. Para que el autoconcepto mejore es necesario que se marginen los estereotipos y que a la edad no se la use como pretexto. Por otra parte es necesario reflexionar sobre las fallas de la memoria para saber por que se presentan y por último, se debe recurrir a la estimulación para seguir exigiendo la acción de la memoria. Lograr éxitos de la memoria usando estrategias para la memoria es una forma efectiva de mejorar el autoconcepto en la vejez.
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4.14. Aprendizaje y envejecimiento En los resultados de gran parte de las investigaciones, se encuentra la afirmación que el envejecimiento se acompaña de un declive progresivo de la atención, el aprendizaje y la memoria. Este declive en el aprendizaje es lento y presenta características peculiares a nivel intra e interpersonal. Con la edad los mecanismos básicos del aprendizaje se tornan más lentos, se reduce la velocidad, la capacidad atencional y la energía. El aprendizaje verbal parece tener un claro declive alrededor de los 60 años (Withnall, 1990).
4.15. Educación y envejecimiento El hecho que muchas personas viejas reingresen o ingresen a las actividades educativas sistemáticas permite inferir que la edad no es un factor de interferencia negativa para continuar aprendiendo. Saéz (1995) considera que existen tres aspectos básicos en relación a la educación en el transcurso del proceso de envejecimiento, a saber: ./ aspectos funcionalistas: tienden a la modificación de hábitos de estilos de vida y fundamentalmente resultan plasmados en los programas de educación para la salud de las personas ancianas; ./ aspectos de interpretación: tiende a la búsqueda de revalorización, de realización personal, a la importancia que las propias personas viejas atribuyen a la educación en este momento de la vida; ./ aspectos vinculados a la propia Pedagogía que buscan ofrecer un lugar a las personas ancianas dentro de la propia estructura educativa. Aquí lo indicado es conocer la importancia que las propias personas viejas otorgan a su educación y si ellas reconocen como una necesidad el estar inmersas en un proceso de educación permanente. Si la respuesta es afirmativa, la oferta habrá de reunir a más de los criterios metodológicos específicos, el ser significativa y significante para los viejos, ya que de por si ha de resultar estimulativa, interactiva e incentivadora.
4.16. Informática y envejecimiento La humanidad se enfrenta a un envejecimiento poblacional y Argentina no está exenta de esto a pesar de su condición de país en vías de desarrollo, por lo cual se exploran múltiples opciones que favorezcan el aumento de la calidad de vida de las personas en proceso de envejecimiento, donde el uso de tecnología informática puede tener importancia para el presente y el futuro. El objetivo del presente tema: uso de la informática debe tender a evaluar las posibilidades actuales y a la vez las potencialidades del uso de la informática por parte de las personas de más de 65 años, con la finalidad de favorecer la estimulación psíquica en este grupo poblacional. El interés que algunas personas mayores ponen de manifiesto en el uso de la tecnología informática se identificó a partir de estudios sobre el empleo de su tiempo libre donde aparecía la necesidad del acceso a nuevos conocimientos. Para la formación de los grupos de personas mayores que muestren interés por el aprendizaje y la incorporación del uso de la informática, es imprescindible controlar que los integrantes tengan las condiciones cognitivas mínimas para recibir este tipo
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información. Es importante que no existan condiciones psicofísicas que impidan la relación hombre-máquina para lo cual es necesario realizar un examen médico y psicológico. Si fuera oportuno se deberán crear las herramientas informáticas de apoyo y se podrán utilizar otras aplicaciones que le faciliten a la persona mayor este aprendizaje. Los resultados que en distintos países se han obtenido, ponen de manifiesto que los resultados más sobresalientes que se van obteniendo indican, que aproximadamente, el 100% de estas personas mayores antes de comenzar la experiencia no se consideran potenciales usuarios de las técnicas informáticas y que un 85% desearían interactuar con las máquinas y ampliar sus conocimientos sobre la tecnología informática. La tecnología informática puede ser una estrategia de trabajo a favor de la estimulación psíquica de los adultos mayores Entre las medidas y psicoprofilácticas se encuentran las que estimulan un mayor movimiento físico. Sin embargo, cuando se entiende por salud el bienestar biológico, psicológico y social, la actividad no debería quedar circunscrita a la esfera corporal. También en la esfera psíquica y/o mental es válida la sentencia de que: Órgano que no se utiliza se atrofia. En este sentido la hipótesis del desuso, causa importante que explica la disminución de la capacidad de aprendizaje en la vejez, así como la relevancia del entrenamiento y la estimulación para activar y reactivar las energías mentales. La psicoactivación debe llevar al adulto mayor a mirar hacia el futuro, evitándole de forma eficaz la soledad como función de aburrimiento. Conviene crear un programa de hábitos que organice la vida diaria, además un acontecimiento semanal que proyecte a la consecución de un objetivo. Al abordarse la activación psíquica se debe valorar, en primer término, lo conservado a nivel cognitivo, afectivo, volitivo y otros aspectos relacionados con la salud física y social, que son el punto de partida para ayudar al mantenimiento o reorganización de la actividad psicofísica que, por disímiles causas, puede afectarse por un desajuste orgánico, una alteración familiar, la jubilación, pérdidas afectivas y otros. Es importante no dejar de considerar la funcionalidad de las personas viejas y las capacidades propias o asistidas de éste. Las capacidades propias son las que posee el individuo sin que intervenga ningún elemento externo y, en las asistidas, algún elemento externo favorece éstas. De una manera u otra, los gerontólogos, geriatras, otros profesionales, o el propio adulto mayor, favorecen la activación psíquica a partir, incluso, de la consideración del origen social de la psiquis humana y se convierte en una categoría muy abarcadora. Sin embargo, la conceptualización, clasificación y metodología de esta herramienta se considera que está en desarrollo y la información con que se cuenta es muy difusa. El concepto que más se ajusta a la realidad en que hoy se encuentra, es que la psicoactivación es un sistema de acciones exógenas y/o endógenas capaces de potenciar capacidades del individuo que estimulen su dinámica psíquica. Esta estimulación de la dinámica psíquica tiene que ser demostrada por alguno(s) de los disímiles métodos de investigación con .que dispone la ciencia psicológica actual, Ya en 1999 se editó una edición especial en disco compacto de la publicación "Informática y envejecimiento" y actualmente se está terminando de conformar la metodología JC-PCTE, modelo diseñado para favorecer la inserción de los adultos mayores en las tecnologías de la información y la comunicación que mostrada en el evento INFOGER 2001 que se celebró en Ciudad de La Habana., Cuba.
CAPÍTULO 5 "No hay nada más digno de resaltar en la vida de Sócrates que el hecho de que fuese capaz de encontrar tiempo en su ancianidad para aprender a danzar y tocar instrumentos musicales, y que considerase que éste no era tiempo malgastado" MONTAIGNE
5.- Desarrollo de la personalidad y envejecimiento Para el estudio de la personalidad se han utilizado distintos enfoques, resultando los más significativos los siguientes: ./ Estudios caracterizados por dar prioridad a los aspectos de la organización interna de los individuos, resultando su máximo representante Allport (1961) . ./ Costa y McCrae (1992) consideran que estos estudios giran en torno a la evolución de los rasgos básicos de la personalidad. Para este enfoque los rasgos de la personalidad se mantienen estables a lo largo del tiempo. Permiten explicar los comportamientos en forma independiente de aquello que acontece en el ambiente; ./ Estudios caracterizados por dar prioridad a la importancia del ambiente como factor condicionante de la personalidad, siendo un claro representante de este enfoque Mischel (1981). Estos estudios se han utilizado para explicar las formas en que las personas afrontan los sucesivos acontecimientos que les presentan a lo largo del ciclo vital. Kahana y Kowal (1992), consideran que se deben analizar los acontecimientos vitales con relación al caudal de estrés y a las formas como las personas lo enfrentan. Este es un enfoque que suele ser reconocido como enfoque contextual. Los estudios que priorizan una postura ambiental consideran que el impacto de los acontecimientos generan cambios en la personalidad (Bem, 1982). Intentan explicar que diferentes acontecimientos inciden en el desarrollo y en el envejecimiento de los individuos, o sea que repercuten en los aspectos individuales, sociales, ambientales físicos, biológicos; ./ Los estudios que están en relación directa con el yo, siendo su representante Levinson (1986). Estos estudios tienen una orientación fenomenológica y comprensiva, a la vez que establecen distintos estudios y crisis que acompañan a la persona a lo largo de todo el ciclo vital. Este enfoque se inclina por la continuidad y considera que la estabilidad de la personalidad se presenta en períodos concretos pero con inclusión de elementos estables dentro del propio estadio, como así también, con cambios de unos estadios a otros. Muestran estructuras u organizaciones sucesivas del yo.
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Es importante advertir que los conceptos de estabilidad y continuidad a que se ha hecho referencia, se deben contextualizar dentro de un marco teórico determinado, ya que la estabilidad se refiere a postulados psicométricos (invarianza a lo largo del tiempo) que se refieren a la consistencia de la personalidad y en cuanto a la continuidad, incluye cambios que posibilitan que los individuos se sigan considerando ellos mismos a pesar de estos cambios, ya que los cambios son imperceptibles, a la vez que el autorreconocimiento forma parte del concepto de continuidad (Shaman, 1991). Los diferentes enfoques del estudio de la personalidad en las personas viejas, la analizan e interpretan en forma diferente según el acento sea puesto en la continuidad o en el proceso estabilidad-cambio. La psicología evolutiva de la vejez se plantea si a partir de la adolescencia, cuando la personalidad básica se constituye, las modificaciones y/o cambios de aquí en más serán menores o si se continuarán presentando. La personalidad dentro del proceso de envejecimiento: ¿Cambia?, ¿En qué aspectos lo hace?, ¿Es posible hablar de rasgos comunes de la personalidad entre las personas viejas?. Con mucha frecuencia la personalidad en la vejez se suele considerar como estereotipada, ya sea por consecuencia de la rigidez o de la sabiduría.
5.1. Teorías de la personalidad
y envejecimiento
En esta oportunidad se hace referencia a teorías del estudio de la personalidad que más aportes brindan con respecto a las personas viejas. Se tendrán en cuenta las que se refieren al análisis de los rasgos, de la comprensión psicodinámica en sus distintos desarrollos y a la función de las características del individuo. 5.1.1. Personalidad como conjunto de rasgos estables y envejecimiento
Para la Teoría de los rasgos (Allport, 1961) la personalidad es definida como una estructura caracterizada por una serie de rasgos, resultando estas características las que establecen el cómo piensa, reacciona y actúa cada persona. Estas características son disposiciones estables en el transcurso del tiempo y a la vez se manifiestan en contextos distintos. Un ejemplo es la irritabilidad, la estabilidad o la timidez. Estudios realizados por Digman (1990) agrupan cinco factores de la personalidad, a saber: ./ el neurotismo; ./ la extroversión; ./ la apertura a la experiencia; ./ la aneminidad; ./ la tendencia a ser concienzudo. Este enfoque debe recurrir a los estudios longitudinales para reconocer y/o distinguir los cambios de la personalidad que pueden resultar atribuidos al aumento de la edad de aquellos que corresponden a una generación determinada. Esto es reconocido como efecto cohorte y resulta decisivo para entender la diversidad interindividual que existe entre la población de personas viejas. Estos estudios longitudinales indican que resulta elevado el nivel de estabilidad de la personalidad. Field y Hillsap (1991) con sus estudios longitudinales realizados durante cincuenta y cinco años y que incluyó personas de hasta 93 años, muestran que se presenta una elevada continuidad de las características de la personalidad fundamentalmente con relación a la satisfacción y a los aspectos intelectuales. No obstante ello, los individuos participantes en el estudio (1929-1984) mostraron algunos cambios, por
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ejemplo: las personas más viejas evidenciaban una disminución del componente energético o sea del nivel de actividad y de la salud, considerando este cambio como reflejo de las circunstancias, de la disminución de la actividad y del declive de la salud y no como un cambio de las características de la personalidad. La combinación de estudios longitudinales y transversales ha permitido observar la evolución hacia estelas de personalidad más flexibles a partir de los 70 años, hecho que permite sugerir que la imagen popular de la persona vieja como una persona rígida se podría atribuir a que es típica o perteneciente a una generación determinada (Schaie y Willis, 1991). Los resultados de distintas investigaciones permiten afirmar que la estabilidad de la personalidad pone de manifiesto que las personas viejas mantienen sus características de personalidad a pesar de la edad. Los cambios que la acompañan se refieren a roles sociales, a la jubilación o la viudez y que pueden tener un marco de incidencia en las personas mayores. La autoestima, que es la que refleja la valoración del propio yo, se mantiene estable a lo largo del ciclo vital, al igual que los rasgos de personalidad {Coleman, 1992).
5.1.2. Personalidad como sistema en evolución y envejecimiento La personalidad a la luz de la concepción dinámica resulta como un sistema en desarrollo que transita por cambios cualitativos y expresivos de la adaptación a las diversas exigencias a lo largo de los diferentes segmentos del ciclo vital. Los aportes de Jung {1933) y Erickson {1955) son clásicos dentro de este enfoque, ya que preconizan este modelo y colocan el acento en la existencia de etapas secuenciales, las que existen a lo largo de todo el desarrollo de la personalidad. 5.1.2.1. Aportes de Jung (1933) Ante la evolución sana y adaptada, Jung plantea dos tipos de cambio: .! El desplazamiento progresivo hacia el mundo interior, hacia la introversión. Las personas viejas al tener menos presiones externas que se originaban en el trabajo, dedican ahora más energía a su mundo interior; .! La reducción de las formas de pensar y de comportarse, asociadas a lo típico de cada sexo y en la adopción de formas que son típicas del otro sexo. Las modificaciones concernientes a lo masculino y a lo fem~nino, según Jung apunta a las normas sociales, las que frecuentemente se muestran estereotipadas y por ello varían según la cultura y la generación. En el transcurso de la vejez la presión social disminuye y ello permitiría que los hombres incorporen comportamientos de preocupación y cuidado de otras personas y que a su vez las mujeres actúen de forma más afirmativa y dominante. 5.1.2.2. Aportes del Psicoanálisis El psicoanálisis ha realizado aportes con relación a aspectos caracterológicos y de la personalidad de las personas viejas, a partir de su vinculación con etapas anteriores. Pese a que la perspectiva psicoanalítica plantea que cada ser humano es peculiar con relación a sus particularidades y características específicas, ha considerado importante señalar que los temas vitales, los obstáculos y necesidades a satisfacer son por lo general las mismas en todos los individuos de este grupo etario y las diferencias están en las formas en que cada persona enfrenta las circunstancias o cómo las soluciona.
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Freud (1916) plantea el desarrollo de la personalidad a partir de tres puntos centrales, a saber: ti' Punto de vista dinámico. Es el que hace específica referencia al conflicto entre el cambio y el comportamiento. Esto es el resultado de la oposición de fuerzas, de tendencias, de deseos concurrentes. Por una parte es el conflicto entre el individuo y el medio, entre necesidades y tendencias que a la vez se enfrentan con la cultura y los agentes sociales y por otra parte se refiere al conflicto intrapsíquico que surge de deseos opuestos, por ejemplo: trabajo-jubilación, que es una situación típica de la vejez; ti' Punto de vista tópico. Es el que describe instancias o estructuras del aparato psíquico, las que resultan caracterizadas por el funcionamiento propio. La primera tópica es la que contrapone el inconsciente del preconsciente y del consciente. La segunda tópica es la distinción de tres sistemas de personalidad: ello, yo y superyo. El ello es la instancia más primitiva y biológica de la personalidad, es la reserva energética (pulsiones) y está regido por el Principio del Placer (descarga de tensiones). Explica un tipo de comportamiento psíquico denominado proceso primario que incluye fantasías, sueños, etc. Esta instancia se caracteriza por su carácter alógico, atemporal, amoral. El yo presenta mayor capacidad para valorar la realidad, se rige por el Principio de Realidad. Desde el yo surge una forma de funcionamiento mental que se reconoce como proceso secundario y que define el pensamiento gnósticointelectivo, racional, a la vez que instala los comportamientos de postergación y merodeo. Ei superyo es la tercera instancia. El superyo resulta ser el heredero del Complejo de Edipo, de las transmisiones culturales y educativas, de las prohibiciones y de los ideales. Esta instancia resulta formada por valores éticos, normativos e ideológicos. El superyo se rige por el principio moral. ti'
Punto de vista económico. Es el que toma en consideración el devenir de la energía psíquica que deriva de las tendencias profundas del sujeto, del Eros y Thanatos, de las pulsiones de vida y de muerte. Esta energía psíquica se reparte e invierte en distintos sectores de la actividad mental y resulta empleada en la realización de los fines pulsionales, tales como: la satisfacción erótica o agresiva por una parte y por la otra, en el empleo que el yo hace de la energía en operaciones defensivas para mitigar la angustia que deriva de la satisfacción pulsional directa y preservando el equilibrio personal a través de los mecanismos de defensa. El tema económico está en la capacidad del ser humano para administrar la inversión de energía psíquica en el placer auténtico y en la que emplea para defenderse de la angustia, o sea el desplacer.
El proceso de envejecimiento con características biológicas, psicológicas y sociales podría implicar una amenaza al adecuado funcionamiento del yo y a su integridad. En las personas viejas la energía psíquica del yo ha disminuido para enfrentar los cambios y problemas que acontecen en el ámbito del mundo interno y externo. Zinberg y Kaufman (1987) sostienen que al igual que en las etapas anteriores de la vida, en la vejez no hay ninguna representación directa del ello. Consideran que el objetivo del impulso puede estar alterado y a la vez existir menores inhibiciones con relación a su expresión, y para ejemplificar afirman que el paciente viejo tiene menos paciencia, es menos amable.
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En la vejez el yo lucha con los cambios corporales internos y externos, con la pérdida de status, con la pérdida de personas gravitantes, con las modificaciones en el área de las actividades y con todo aquello que signifique prepararse para la muerte. En cuanto al superyo durante la vejez, los autores afirman que su reorganización tiene muchas de las características del enigma de la esfinge, ya que en muchos sentidos termina como empieza. Si las identificaciones exitosas son suficientes, tienen un amplio alcance, se verifica la ordenación en un sistema de valores, el desarrollo de una conciencia flexible y orientada a la realidad. Krassoievilch (1993) sostiene que el yo en la vejez se ve afectado por la insuficiencia de los mecanismos de defensa habituales, por la menor reserva energética del aparato psíquico y por la discrepancia entre las fuerzas biológicas y los recursos escasos para satisfacerlas, hechos que generan angustia en las personas viejas. En cuanto a los mecanismos de defensa que contribuyen a estabilizar a la persona, en la vejez se suele encontrar algunas particularidades, tales como: ./ La negación. Esfuerzo por no reconocer el propio envejecimiento; ./ La regresión. Vuelta a etapas superadas en búsqueda de protección del self. En el proceso de envejecimiento preocupación por sí mismo y despreocupación por el entorno . ./ La proyección. En la vejez se lo suele usar para desprenderse de las propias deficiencias; ./ La fantasía. En el proceso de envejecimiento las personas recurren con frecuencia a las reminiscencias; ./ El renunciamiento. En la vejez el temor a la desintegración de la vida psíquica suele generar deseos de muerte que se materializan en el suicidio; ./ La racionalización. Los viejos suelen apelar a este mecanismo como vía de explicación del declive que acompaña el proceso de envejecimiento.
5.1.2.3. Aportes de Erickson Erickson (1959-1980-1982) pone de relieve la importancia de las capacidades del yo para evaluar de forma racional, para tomar decisiones, como así también para con las relaciones continuas entre el ser humano y la sociedad a través de los distintos segmentos del ciclo vital (ver cuadro Nº20). Erickson presenta el desarrollo de la personalidad a través de diferentes etapas y cada una de ellas caracterizada por un conflicto entre tendencias opuestas. La resolución positiva de cada etapa, o sea, de la crisis que la caracteriza, es la clave para afrontar la etapa siguiente. Cuando la crisis específica de cada etapa no es resuelta de manera satisfactoria irá requiriendo energía y causará dificultades en la evolución. Las ocho etapas que plantea Erickson son: 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. Ver
confianza elemental versus desconfianza; autonomía versus confianza y duda; iniciativa versus culpa; laboriosidad versus inferioridad; identidad versus confusión de identidad; intimidad versus aislamiento (adulto joven); generatividad versus aislamiento (adultez media); integridad versus desesperación (vejez). cuadro Nº 16.
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Los aportes de Erickson se distinguen por ofrecer una explicación conceptual del desarrollo social del hombre, a partir del desarrollo genético-social del individuo en su relación con el medio social y esto resulta importante cuando se enfrenta la temática del envejecimiento. En el proceso de envejecimiento toman protagonismo las dos últimas etapas, ya que en la séptima etapa las tendencias opuestas corresponden a la generatividad y al estancamiento y en la octava el conflicto se presenta entre la tendencia a la integridad del yo y la correspondiente a la desesperación. Lo positivo está en la capacidad de integrar y evaluar las etapas anteriores de la vida, posibilitando una valoración serena; mientras que lo negativo se caracteriza por una visión de· la trayectoria vital como un conjunto de fracasos y de momentos negativos, donde prima el temor a la muerte y la amargura. La resolución favorable, o sea positiva, de la octava etapa permite a la persona vieja una actitud serena y sin ansiedad en su relación con la vida, a la vez que el reconocimiento y la aceptación de la perspectiva de la muerte. La propuesta de Erickson resulta muy rica a la vez que articulada con el desarrollo, pero no obstante ello, no ha sido muy avalada por investigaciones empíricas. El análisis del envejecimiento a partir de la perspectiva del propio sujeto, tal como lo plantea Erickson, posibilita a las propias personas ancianas otorgar un valor selectivo a los acontecimientos. Así, el concepto de integridad está indicando que para comprender a las personas en el último segmento del ciclo vital, es necesario considerarlas en el contexto de su historia personal, o sea, con el conjunto de conflictos y crisis que se dieron en etapas anteriores, a la vez que con los esfuerzos que la persona realizó para resolverlos.
5.1.2.3.1. Noveno estadio que plantea Erikson Cuando Erikson (2000) plantea el estudio de los ocho estadios, muestra con claridad, que el desarrollo humano es tan variado en los aspectos temporales que la especificación de la edad propia y/o correspondiente a cada uno de ellos podría carecer de valor si no se tuvieran en cuenta las presiones sociales y los criterios. Esta afirmación también resulta válida para la consideración de la vejez, ya que resulta inútil definir marcar un espectro temporal específico para ubicar las experiencias vitales y las crisis de cada uno de los estadios. Por ejemplo la vejez de los 80 y 90 años va acompañada de nuevas exigencias, revalorizaciones y dificultades en la vida cotidiana. Es por ello, que el autor se plantea la necesidad un estadio más, el noveno, a fin de clarificar los nuevos retos que implica la circunstancia de que mayor cantidad de personas no sólo vivan más, sino también el poder tener en cuenta que significa y como es vivida esta circunstancia. A partir de los 80 años en adelante el cuerpo comienza a funcionar de otra forma, se va debilitando progresivamente y va disminuyendo la autonomía. La desesperanza que se plantea en el octavo estadio, parece según Erikson (2000) ser quien acompaña íntimamente al noveno estadio, ya que resulta casi imposible conocer los aconteceres y pérdidas en las habilidades psíquicas que se presentan como inminentes. Cuando declina la independencia y disminuye la confianza, el sujeto se presenta con su autoestima comprometida. Los aspectos sintónicos que se encuentran en los estadios que plantea Erikson implican crecimiento, expansión, metas, respeto por si mismo. En cambio los aspectos distónicos enfrentan al sujeto con circunstancias amenazantes de la vida y la vejez es una situación amenazante. Cuando Erikson describe el noveno estadio lo hace en los siguientes términos: " ... en el noveno estadio ha situado el elemento distónico en primer lugar, para subrayar su importancia y su fuerza. En cualquier caso, es importante recordar que
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el conflicto y la tensión son fuentes de crecimiento, fuerza y compromiso .... " A continuación plantea la necesidad de revisar en cada uno de los ocho estadios los elementos sistónicos y distónicos que han de enfrentar las personas ancianas, las que ya han pasado los 80, 90 años y las tensiones que se generan y soportan. Este ha sido uno de los últimos trabajos de Erikson y se ha centrado en los potenciales distónicos perturbadores de cada estado a fin de concederles la atención necesaria a medida que ellos se presentan en los sujetos que transitan este noveno estadio. •
Primer estadio: desconfianza básica versus confianza: esperanza Aquí las personas de entre los 80 y 90 años, o sea las ya ancianas, terminar resultando forzadas a desconfiar de sus propias capacidades, ya que el paso del tiempo les hace sentir las consecuencias, pese a que hayan sido sanas. De esta manera, la esperanza puede fácilmente otorgar paso a la desesperanza ante las permanentes afrentas de desintegración de tipo crónico o repetitivo.
•
Segundo estadio: autonomía versus vergüenza y duda: voluntad. Estas dudas surgen en la ancianidad cuando las personas ya no pueden confiar en su autonomía corporal o en relación a sus elecciones vitales. En este momento del ciclo vital la voluntad se debilita, a pesar de suficiente para proveer seguridad y evitarle al anciano la vergüenza de la pérdida del auto control. Pese a que el anciano desea lo seguro y sólido, nada le resulta lo bastante seguro ni sólido. En relación a la autonomía, durante el noveno estadio, ella resulta puesta a prueba a través de la vergüenza y la duda.
•
Tercer estadio: inkiativa versus culpa: finalidad. Las personas ancianas, ya se tomaron con seriedad el tema del liderazgo en épocas muy tempranas de la vida, y puede que en estos momentos de sus vidas rehuyan las iniciativas demasiado exigentes. Con el paso de los años, para los ancianos los acontecimientos aparecen ser excesivas, como así también los sentimientos de finalidad y entusiasmo se apagan. En este momento de la vida se suele tornar culposa la situación de llevar a cabo proyectos satisfactorios y atractivos, pero sólo a nivel personal.
•
Cuarto estadio: industria versus inferioridad: competencia En el período de la ancianidad, la industria, que se la reconoce como la fuerza motriz de los cuarenta años, es sólo un recuerdo en la mayoría de los casos. Esta situación es algo que termina forzando al sujeto a aceptar y a admitir. La insuficiencia para abordar gran cantidad de cosas y este no ser competente a determinada edad hace que se sienta en inferioridad de condiciones.
•
Quinto estadio: identidad versus confusión de la identidad: fidelidad Aquí, las personas ancianas se enfrentan al siguiente problema: ¿quien considera el anciano que es frente a quien piensan el resto que es o que intenta ser?.
Estadios 1 Infancia
11 Niñez temprana
A Estadios y modos psicosexuales
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Crisis psicosociales
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Radio de relaciones significativas
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Oral-respiratorio,, sensorial-kinestesico (modos incorporativos)
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(Generalización de los modos sensuales)
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Ante esto le resulta difícil encontrar la respuesta adecuada. El propio anciano y también muchas personas se plantean la confusión de la identidad existencial. Así, se dan en el sujeto preguntas tales como: ¿cómo nos gustaría que nos llamen cuando seamos viejos o ancianos?, ¿quién soy yo a los ochenta y ocho años o más, si me comparo con aquello que era yo en la mitad de la vida?. En el anciano, el rol no está claro al compararlo con el de etapas anteriores y a ello se agrega que hoy tampoco están claros los valores de antaño, ellos se han tornado imprecisos cuando no se han diluido. •
Sexto estadio: intimidad versus aislamiento Cuando el anciano esta en el noveno estadio, se siente con dificultad para confiar de la forma en que lo solía hacer cuando ahora intenta entrar en procesos de interrelación. Estas dificultades tienen su origen en la confusión que se le presenta en relación a las formas de actuar con alguien que no es como el resto de sujetos.
•
Septimo estadio: generatividad versus estancamiento: cuidado A los 80 o 90 años el sujeto ya tiene menos energías, menor capacidad para adaptarse con rapidez a los precipitados cambios que le rodean y la generatividad, que es el compromiso vital más importante de las personas activas, ya no es de esperarse en los mismos términos a esta altura de la vida. Pero es oportuno señalar, que no faltan aquellos ancianos, que pese a lo avanzado de su edad, la falta de generatividad, de creatividad y de cariño por los otros les resulta muy agobiante y aún peor que la muerte. Este evitar ocuparse de los demás, puede despertar un sentimiento de inutilidad, la falta de desafíos lo puede enfrentar con el estancamiento.
•
Octavo estadio: integridad versus desesperanza: sabiduría Cuando el sujeto llega a los 80 o 90 años el enfrentar la pérdida de las capacidades y la dependencia demandan la mayor parte de su atención. El resolver la cotidianeidad suele tornarse su principal preocupación. La desesperanza como respuesta a esta situación de problemas agudos e inmediatos esta en directa dependencias de cómo se haya evaluado el anciano a si mismo con anterioridad y como evalúe su vida. Los ancianos, aquellos sujetos de más de 80 o 90 años ya pueden haber experimentado significativas pérdidas, cargan muchos pesares y tienen claro la cercanía de la muerte.
Hacer frente a los 90 años a obstáculos varados y a perdidas de distinta intensidad, implica que el sujeto tenga un fuerte apoyo dado por la confianza básica, ya que sin ella es imposible que llegue a donde a llegado. Para Erikson la clave esta en que los ancianos puedan adaptarse a los elementos distónicos de sus experiencias en transcurso de noveno estadio. 5.1.2.4. Aportes de Havighurst Havighurst (1972) hace referencia a las tareas evolutivas como delimitadoras del cambio que acontece a lo largo de todo el ciclo vital. Las tareas evolutivas que propone tienen componentes biológicos, psicológicos y sociales. el autor señala que el ser humano afronta cada una de las tareas evolutivas cuando enfrenta determinados acontecimientos vitales, por ejemplo el matrimonio, la maternidad, la paternidad, la
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jubilación, la viudez. Estos acontecimientos vitales resultan ser demarcadores del cambio personal y habitualmente van acompañados de normas que sugieren o indican posibles soluciones. Así planteada, esta perspectiva presenta períodos de vida que una vez definidos socialmente pasan a resultar significativos para la persona, ya que los puede percibir desde su propia posición, a la vez que puede pasar de un período a otro. Las personas aprenden los tipos de comportamiento que se consideran adecuados según el sexo, el grupo social y la edad cronológica, en cada uno de los períodos y este aprendizaje determina y/o afecta su comportamiento, su autoimagen y su personalidad. Esta convergencia entre la psicología de la personalidad y el enfoque social del envejecimiento, permiten reconocer ciertos niveles de socialización y determinadas configuraciones de la personalidad. 5.1.2.5. Aportes de Salvarezza
Salvarezza (1993) a partir de sus estudios propone la formulación de las series complementarias establecidas por Freud en 1916 como un constructo para una mejor comprensión de los cambios en el desarrollo y por ende en el proceso de envejecimiento. Las series complementarias incluyen: ./ Primera serie. Está constituida por factores hereditarios y congénitos y se la denomina Componente Constitucional; ./ Segunda serie. Está constituida por las experiencias infantiles y se las considera fundamentales porque tienen lugar en los inicios de la formación de la persona. La interacción entre la primera y la segunda serie configuran la disposición . ./ Tercera serie. Está constituida por los factores actuales o desencadenantes y actúa sobre la disposición. Este esquema de series complementarias permite comprender las particularidades de cada proceso de envejecimiento, incluyendo no solo la estructura de la personalidad en cuanto lo disposicional y lo constitucional, sino también las influencias de los factores actuales de carácter social y/o biológico. Las series complementarias, en cuanto a su funcionamiento, se rigen por el Principio de la Proporcionalidad Inversa. Esto indica que una disposición más fuerte estará en mejores condiciones de afrontar las situaciones de conflicto o dificultad, en cambio una disposición débil ante las mismas situaciones de conflicto o dificultad pueden significar eventos traumáticos, difíciles o imposibles de afrontar. 5.1.2.6. Aportes de Bianchi
En sus trabajos sobre envejecimiento normal Bianchi (1992) señala tres aspectos: ./ El repliegue narcisista; ./ la pérdida de las capacidades de sublimación; ./ la tendencia a los celos, que resulta vinculada a la frustración o a las tendencias de actitudes maníacas. El autor indica que estas caracterizaciones no se pueden considerar como una configuración universal y generalizable en términos iguales a todas las personas viejas, ya que en algunos casos el ritmo del proceso de envejecimiento posibilita que las personas realicen una elaboración psíquica progresiva y en estos casos los aspectos señalados aparecerían parcialmente o con menor intensidad. 5.1.2.7. Aportes de Balier
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Balier (1982) sostiene que uno de los caminos para comprender los fenómenos
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del proceso de envejecimiento, desde una perspectiva psicodinámica, es a partir del estudio del narcisismo como un sentimiento personal de valoración, como base de la confianza en sí mismo, como mecanismo para poder interesarse por los otros. El narcisismo se relaciona con la identidad personal, o sea con la representación que la persona tiene de sí misma. Las distintas modificaciones que acompañan el envejecimiento producirían efectos sobre la autoestima y la autovaloración.
5.1 .3. Tipos de personalidad y en envejecimiento Neugarten (1968} establece cuatro tipos básicos de personalidad y cada uno de ellos tiene una forma propia de adaptación al envejecimiento: ./ Personalidad de tipo integrado. Son las que se acompañan de niveles de adaptación superiores. Las personas presentan actitudes y comportamientos flexibles, alto nivel de satisfacción. Estudios longitudinales muestran que este tipo de personalidad se mantiene a lo largo del proceso de envejecimiento (Shanan, 1991 }. ./ Personalidad de tipo blindado. Se acompaña de buenos niveles de adaptación. El mantenimiento de los roles y la escasa disposición a nuevas experiencias la caracterizan . ./ Personalidad de tipo pasivo-dependiente. Se caracteriza por una necesidad de constante apoyo o por apatía o pasividad para con el entorno . ./ Personalidad de tipo no integrada. Muestran un bajo nivel de actividad, tanto en la faz física como psíquica.
5.2. Ajuste personal y el envejecimiento Los seres humanos viven su propio proceso de envejecimiento como cambio progresivo de actividades o bien como retirada, como desvinculación del entorno.
5.2.1. Teoría de la desvinculación y el envejecimiento Para los representantes de la teoría de la desvinculación: Cumming y Henry (1961 }, Havighurst-Neugarten y Tobin (1968} el envejecimiento satisfactorio está caracterizado por el progresivo retiro, distanciamiento y/o alejamiento de las personas de todo aquello que se relaciona con actividad o participación social. Esta actitud ayudaría a las personas viejas a mantenerse en equilibrio frente al declive o disminución de sus capacidades y de su estado de salud. Planteada así, la desvinculación resultaría una preparación para la desvinculación última y definitiva: la muerte. Las investigaciones indican que la desvinculación acontece en determinadas situaciones, a saber: ./ cuando la sociedad no presta atención a las personas viejas y encuentra la justificación en la desvinculación; ./ cuando acontece la jubilación, ya que la pérdida de la actividad laboral no es cubierta y/o sustituida, y se justifica con la desvinculación; ./ cuando la persona siente la muerte como muy cerca. Las críticas a esta teoría son múltiples.
5.2.2. Teoría del apego y envejecimiento Salvarezza (1993} sostiene que el hombre aislado es un problema y no un ideal, por ello mal puede argüirse el apartamiento y el desapego como un proceso intrínseco del ser humano y deseado por él. Considera el autor que resulta muy arraigada en el hombre la tendencia a asociarse con otros, a formar grupos, a participar en asun-
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tos comunitarios tanto para relacionarse como para satisfacer sus necesidades. Por ello sostiene que el secreto de un buen envejecimiento está en la aceptación de las declinaciones inevitables y en el mantener a la persona vieja apegada a sus objetos y actividades durante el mayor tiempo posible. 5.2.3. Teoría de la continuidad y el envejecimiento La representante de esta teoría es Atchley (1989) y considera que: ../ en las personas viejas existe una tendencia a mantener las estructuras internas y externas; ../ las personas viejas realizan elecciones que guardan relación con sus experiencias anteriores; ../ en las personas viejas la continuidad se presenta como una estrategia de adaptación; ../ en las personas viejas la continuidad resulta promovida por la propia persona, a la vez que cuenta con aprobación del contexto social. 5.2.4. Teoría de la actividad y el envejecimiento Fry (1992) es uno de los investigadores de la teoría de la actividad y sobre el particular sostiene: ../ para las personas viejas es importante mantenerse activas; ../ para las personas viejas es muy importante el tipo de actividad que realizan; ../ para las personas viejas las actividades que les proveen mayor grado de satisfacción son aquellas de tipo informal, que realizan con amigos o familiares; ../ para las personas viejas las actividades muy formales y a la vez muy estructuradas suelen tener efectos nocivos; ../ para las personas viejas las actividades que realizan en forma solitaria resultan carentes de efectos. La teoría de la actividad considera que el hecho que las personas ancianas se mantengan activas, les provee un proceso de envejecimiento más feliz y satisfactorio, en atención a que continúan manteniendo relaciones y roles en el contexto social y por ello la recomendación es que las personas viejas se mantengan activas a partir de la sustitución de actividades. 5.2.5. Envejecimiento satisfactorio El concepto de envejecimiento satisfactorio comienza a utilizarse con los aportes de Havighurst y Neugarten. (1961), a partir de los estudios que realizan en relación con el ajuste personal durante el proceso de envejecimiento. Las teorías de la personalidad que se han comentado se abocan al estudio del equilibrio personal y su correspondiente ajuste a la vejez. Este ajuste hace referencia a la adaptación de la personalidad a los acontecimientos que debe enfrentar en lo cotidiano, en un segmento específico del ciclo vital: la vejez. Definir, circunscribir y especificar que se entiende por ajuste, por adaptación y por satisfacción resulta dificultoso, en atención a que estas expresiones resultan evaluadas a partir de las siguientes variables: felicidad, bienestar, satisfacción matrimonial, capacidad de afrontar, estabilidad, capacidad de adaptación, etc. En términos generales, los patrones de envejecimiento que las personas tienen responden a su personalidad y a condiciones de la propia vida, o sea que la forma en que una persona envejece resulta guardar directa relación con la personalidad, con los acontecimientos que le toca vivir y con la forma en que termina integrando todo
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(Coleman, 1992). Baltes y Baltes (1990) se han dedicado a difundir esta temática del envejecimiento satisfactorio, pero por las diferencias intra e interindividuales que se presentan en la vejez no resulta posible establecer un criterio único para reconocer el envejecimiento satisfactorio. Estos autores han utilizado ciertos indicadores subjetivos, tales como: la autoestima y el control percibido, sin embargo con ello no basta, es necesario recurrir a indicadores objetivos: expectativa individual de vida, calidad de vida, salud, ingresos, participación social y actividad social, sin dejar de considerar que resulta más fácil el manejo de estos indicadores. Baltes y Baltes (1990) proponen una estrategia para reconocer el envejecimiento satisfactorio y lo hacen a partir del estudio del grado en que las personas pueden manifestar una optimización selectiva por compensación. Esta estrategia de optimización selectiva por compensación surge desde la perspectiva de la psicología evolutiva del ciclo vital y apunta al logro de un envejecimiento con éxito. Esta estrategia se asienta en los siguientes principios: .! se deben seleccionar los comportamientos para cada persona, ya que la capacidad de reserva varía de un individuo a otro y resulta necesario seleccionar la que presenta margen de crecimiento; .! se deben tener en cuenta los niveles de ejecución que las personas conservan y seleccionar los que resultan más óptimos para continuar usándolos; .! para mantener los niveles máximos es necesario sustituir unas estrategias por otras, a los fines de compensar los déficits. A medida que avanza en edad el individuo reconoce aquello que puede hacer mejor y con que habilidad cuenta para ello. La especialización en habilidades concretas depende de la propia historia, de los intereses, de la salud, de los recursos, de los valores y de las motivaciones. Siegler (1989) frente al envejecimiento satisfactorio señala que lo relaciona con variables fundamentales, a saber: .! las relacionadas con la salud física; .t las relacionadas con el bienestar psíquico. En síntesis, el envejecimiento satisfactorio está integrado por tres variables, las que se presentan en el siguiente cuadro:
Cuadro Nº18 Variables que integran el envejecimiento satisfactorio Satisfacción Vital
Buena Salud
Supervivencia
Este es un proceso que demanda retroalimentación a la vez que equilibrio.
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5.3. Reminiscencia y envejecimiento Los aportes de Herrian (1993) plantean que la reminiscencia es un concepto multidimensional que tiene tres causas fundamentales, a saber: ti' uso terapéutico. La reminiscencia muestra las posibilidades de afrontar los problemas que la vida plantea; ti' uso informativo. La reminiscencia muestra las posibilidades narrativas; ti' uso recreativo. La reminiscencia muestra las posibilidades de entretenimiento mientras se cuentan las anécdotas del pasado. La reminiscencia es un proceso que se caracteriza por instalar en el presente, en el aquí y ahora, experiencias que pertenecen al pasado en las que aún están presentes situaciones no resueltas y que pueden ser revisadas y reintegradas. Su síntesis resulta ser una reorganización de la experiencia del pasado, que demanda esfuerzo a la persona y su evolución puede incluir experiencias agradables o no. Es una vuelta al pasado con dirección específica. Merrian (1993) encuentra que la reminiscencia en el proceso de envejecimiento actúa como: ti' estimulante del funcionamiento cognitivo; ti' incrementa la satisfacción vital y el bienestar; ti' aumenta la autoestima; ti' contribuye a la integridad del yo; ti' reduce el estrés; ti' disminuye la depresión. Frente a la reminiscencia es imprescindible tener presente que ella es un concepto multidimensional y que influye en el ajuste personal que realiza la persona vieja. Rolla (1991) considera que la reminiscencia tiene por objetivo comunicar problemas o alegrías que en las personas viejas lleva como agregado el trasmitir información acerca del mundo y experiencias significativas pasadas a las generaciones más jóvenes. Sostiene el autor que no todos los recuerdos son reminiscencias, ni el hecho de producir reminiscencias es una forma cualquiera de recordar sucesos del pasado, sino que ellas guardan relación con la intención de la persona vieja de mantener un sentido de mando y continuidad, a la vez que el propósito es acortar el tiempo entre los procesos del pasado y las circunstancias del presente, a la par que articular sucesos claves y sincronizar el tiempo cronológico con el ahora tiempo existencial. Rolla destaca que se imbrincan factores que incitan a la reminiscencia, por ejemplo: deseo de asegurarse la propiedad del propio pasado, tal como lo necesita en el presente la persona anciana para obtener de ello satisfacción y significación personal. Los recuerdos en general y la reminiscencia en particular, tienen una relación muy importante en la vinculación que las personas viejas tienen con su entorno, con su ambiente. La reminiscencia en las personas viejas puede ser el efecto de los cambios que ellos viven en el contexto social durante el proceso de envejecimiento. La reminiscencia puede resultar un factor de desarrollo personal y su adecuación a las demandas presentes y futuras. La reminiscencia puede surgir de la confrontación del sujeto y su medio (Wallace, 1992 - Llame y Baars, 1993).
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5.4. Viudez y envejecimiento A medida que las personas avanzan en el proceso de envejecimiento, más cerca se encuentran de la posibilidad de enfrentar la viudez y esto se presenta con más frecuencia en las mujeres. La viudez supone un cambio muy importante en la vida de las personas casadas, ya que implica pérdidas objetivas y subjetivas, además de repercutir en la salud física y psiquica. Martin-Matthews (1987) en sus estudios describen que las mujeres viudas aumentan la posibilidad de depresión y soledad. Lopata (1973) considera que la viudez presenta cuatro estadios, a saber: ./ reconocimiento oficial del suceso. Comienza con los funerales e incluye el período de duelo. Hacer frente a la pérdida del conyuge y elaborar el duelo lleva tiempo, a la vez que puede demandar alejamiento de las actividades cotidianas e interacciones sociales; ./ desvinculación temporal de los lazos de comunicación; ./ olvido; ./ reencuentro o vuelta. Incluye plantees tales como: donde se esta y a donde se va. Muchas veces estos plantees son el comienzo de los problemas que va a enfrentar la persona viuda. Miguel (1994) considera que el problema más grave que enfrentan las personas con la viudez y en particular las mujeres, es la soledad, las pérdidas económicas y el impacto de la autoimágen. Considera el autor que la pérdida afectiva por la falta del ser querido y sus implicaciones emocionales no son siempre un componente negativo que provee la viudez, ya que a veces puede resultar una liberación. Varios son los factores que intervienen en el proceso de adaptación a la viudez, entre ellos se destacan los siguientes: ./ edad en la que se produce la viudez; ./ sexo de la persona viuda; ./ salud de la persona que resulto viuda; ./ identidad; ./ autosuficiencia; ./ autoestima; ./ ingresos económicos; ./ redes de apoyo; ./ nivel educativo; ./ residencia rural; ./ presencia de familiares; ./ amigos; ./ vecinos. Las personas viejas se adaptan con mayor facilidad la viudez y uno de los factores determinantes parece que son las posibilidades de relaciones sociales y la calidad de ellas. La mayoría de las investigaciones sobre la viudez han centrado su trabajo en las mujeres viudas y viejas. Cuanto más rápido se comience el trabajo de nueva identidad y autosuficiencia mejor se afronta la viudez. Una identidad clara, definida y fuerte, junto a un buen nivel de autosuficiencia, independencia económica y social son factores que contribuyen positivamente para una buena adaptación de la persona
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viuda. Los hombres viudos se casan nuevamente con más frecuencia que las mujeres, pero suelen experimentar problemas de salud, de aislamiento social y de reducción de los lazos afectivos con la familia. A medida que avanza la edad disminuyen las diferencias entre los hombres y las mujeres viudas (Heineman y Evans, 1990). Es importante tener presente que la viudez modifica las relaciones sociales y la participación, circunstancia que incide en la vida cotidiana de las personas ancianas.
CAPÍTULO 6 "La inteligencia, la reflexión y el discernimiento habitan en los ancianos, y si éstos no hubiesen existido, tampoco habría existido ningún estado" CICERÓN
6. Desarrollo social y envejecimiento Las relaciones sociales y todo aquello que se relaciona o vincula con ellas se continúa modelando a lo largo de todo el ciclo vital. Las relaciones sociales no sólo inciden sino que resultan básicas para el desarrollo personal, para el desarrollo afectivo, para la salud física y para la salud mental. La socialización es la adecuación de la persona vieja al contexto social cotidiano a partir del uso de normas sociales y conforme a reglas sociales específicas (George, 1982). El efecto directo de las relaciones sociales es el proceso de socialización, el que se refiere a como el niño se transforma en miembro de una sociedad particular aprendiendo roles de género y de clase social (Vega, 1984). En términos generales es factible distinguir tres procesos diferentes de socialización, a saber: ti proceso antropológico-cultural. Aquí la socialización implica la transmisión, de una generación a otra, de valores y tradiciones culturales; ti proceso sociológico. Intenta que la socialización sea entendida como la continuidad de un sistema social a lo largo del tiempo. Ello implica la adquisición de autocontrol, de respeto a las formalidades sociales y el cumplir con las prohibiciones; ti proceso psicológico. Hace referencia a la forma por la cual el niño se transforma en miembro de una sociedad y aprende los roles de su grupo de pertenencia. La socialización ofrece al individuo posibilidades de aprendizaje social, el que le brinda conocimientos, habilidades, valores, necesidades, motivaciones, pautas cognitivas y afectivas que lo conducen a desempeñarse en forma adecuada en un grupo o en una sociedad (Bandura, 1984). Para abordar la socialización del hombre, en distintas edades, es indispensable distinguir entre: ti los agentes. Son las personas que concretamente ejercen influencia social. Durante la vejez se da la reciprocidad entre los agentes y las personas viejas; ti las agencias. Las más reconocidas e importantes son la familia, la empresa y las instituciones recreativas. Revisten significativa relevancia en la vejez la familia y las instituciones recreativas;
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los procesos. Resultan ser el conjunto de actividades que posibilitan la adquisición de hábitos sociales continuando en la vejez los mismos procesos psicológicos que acompañaron al individuo en etapas anteriores; .! el producto. Es el comportamiento social relevante de la persona en la comunidad en que vive; .! el contexto. Refuerza el comportamiento socializado, por ello reviste significativa importancia en la vejez. .!
A lo largo del ciclo vital estos elementos: agentes, agencias y contextos de socialización varían y se suman a ellos otros nuevos como el trabajo, pero que en la vejez desaparece. Rodrigo (1984) plantea la socialización como un proceso que acompaña todo el ciclo vital y que puede ser descripto como una sucesión de roles. En la vejez surge un concepto nuevo de socialización que resulta asociado al uso del tiempo libre, al ocio y a los cambios que se producen en las relaciones familiares (Popenoe, 1993).
6.1. Familia y envejecimiento Abordar la problemática del envejecimiento como proceso demanda conocer el rol del viejo dentro de la estructura y la dinámica familiar, la naturaleza de las relaciones con los hijos y las formas de la solidaridad intergeneracional como un elemento fundamental para el análisis de la calidad de vida en la vejez. La familia como red social de apoyo acrecienta su importancia con el envejecimiento, en una etapa en que tienden a retraerse otras relaciones sociales. De allí la necesidad de encarar la problemática de la vejez desde el espacio familiar. La familia continúa siendo el mejor recurso de apoyo, a pesar de la existencia de la imagen de que la atención a los padres se ha degradado en las últimas décadas.
6.2.- iPor qué la familia cobra un significado especial en la vejez? 1.- Es la proveedora principal de cuidados y fuente de sostén preferida por el anciano. 2.- Es un mecanismo útil de defensa de las relaciones sociales del anciano. 3.- Es el área de la vida del anciano más importante para él junto con la salud y la economía.
6.3.- Algunas investigaciones En un trabajo de investigación acerca de la moral de los viejos (Muchinik, 1987), se encontró una fuerte asociación entre frecuencia de interacción con la familia y sentimiento de bienestar en la vejez. Investigaciones realizadas en Francia (Attias Donfut, 1995) y Estados Unidos (Mullins, Johnson y Anderson, 1987), muestran la vigencia de la familia como grupo social de apoyo. Donfut (1995) plantea la hipótesis de que las relaciones que comportan un alto nivel de solidaridad intergeneracional poseen la capacidad de reducir el estrés patogénico de los padres ancianos y de reforzar así su actitud para vivir más tiempo. Una investigación realizada en Cuba demostró que la dimensión familia es la que más contribuye a la percepción de calidad de vida alta y que constituye la principal
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fuente de ayuda, compañía, cuidado y respeto para las personas de edad avanzada (Alvarez,Bayarre, Quintero, 1996). Otros trabajos del Departamento de Estudios sobre Familia del Centro de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas (Durán, 1999, Durán, Chávez ,1997) han considerado a la familia como grupo social fundamental para ayudar al adulto mayor a desempeñar sus roles.
6.4.- la familia como sistema multigeneradonal La familia crece y desarrolla a través del tiempo una historia familiar. Ocurre que la familia no es una estructura homogénea, con un comportamiento estable, sino que por el contrario se trata de una organización relacional muy compleja en la que hoy tres, cuatro o más generaciones se tienen que adaptar simultáneamente a diferentes cambios en el ciclo de vida familiar. La continuidad de la familia queda asegurada por el hecho de ser un sistema multigeneracional, pero los distintos niveles de demanda y realización de sus miembros complican la convivencia. En las familias multigeneracionales es posible que las diversas necesidades e intereses experimentados por las diferentes generaciones se contrapongan en determinados momentos y circunstancias provocando tensiones dentro del seno familiar que afecten el bienestar emocional y los niveles de satisfacción de los adultos de más de 60 años. Uno de los aspectos más importantes que provocan la complejidad de las relaciones en la familia multigeneracional es el modo en que los diferentes miembros asumen los roles que le son asignados. Los padres tienen expectativas de ser retribuidos con afecto, apoyo moral y ayuda financiera o en especies en el caso de los jubilados, atención de los más viejos en casos de enfermedad. Es en el juego de estas expectativas mutuas en el que operan muchos de los nuevos conflictos intergeneracionales entre hijos adultos y padres viejos.
6.5.- iPor qué se complejiza la problemática familiar con el envejecimiento? 1.- Por la superposición de varias generaciones con diferentes necesidades y demandas. 2.- Por la intersección de múltiples generaciones que corresponden a diferentes sistemas normativos. 3.- Porque aumenta la carga emocional de la amenaza de dependencia. 4.- Porque existen relaciones interpersonales con conflictos nunca resueltos, con una larga historia. 5.- Por la relevancia que adquiere el sistema familiar para la persona que envejece.
6.6.- Familia Funcional y Vejez Una familia funcional será aquella en la que los ciclos de transformación y estabilidad se alternan respondiendo a las necesidades tanto de la familia en cuanto unidad, como la de los miembros familiares individuales. La familia multigeneracional requiere además, reconocer y aceptar las diferencias generacionales.
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La familia funcional requiere continuidad entre el pasado y el futuro. Implica que los hijos adultos asumen la responsabilidad frente a los padres. Los padres suelen hacer reclamos sobre atención y cuidado cuando su influencia familiar disminuye. No siempre son bien escuchados ni atendidos. La calidad de los vínculos se inscriben en la historia de las relaciones interpersonales de la familia.
6.7.- iCuándo la familia es disfuncional? Una familia es disfuncional cuando las necesidades y demandas que se presentan en su desarrollo vital no son enfrentadas adecuadamente. Se altera, por ende, el equilibrio entre estabilidad y cambio, produciendo rigideces y desajustes adaptativos que se pueden prolongar por años, con gran sufrimiento para algunos miembros. La dependencia es uno de los temas más críticos frente a la vejez y a la familia que envejece. Afecta fuertemente la relación con los hijos y remite al planteo de la reversión de roles. Hablar de roles revertidos entre hijos y padres en la vejez lleva a confusión porque el viejo atravesó la adultez, desempeñó más de un rol, de hijo y de padre, y sigue siéndolo, con su inevitable declinación física en algún punto de su trayecto. Un viejo no puede asimilarse a la imagen de un niño, ni nunca será el hijo de su hijo, aún en su fragilidad sigue siendo el padre con su historia familiar. Cuando la enfermedad irrumpe o sobreviene la discapacidad, el conflicto adquiere un tono diferente, que se agrava si se trata de una enfermedad crónica. El problema está allí y es necesario reorganizar el sistema familiar. 6.7.1../ ./ ./ ./ ./ ./ ./ ./
Factores de Riesgo de Disfunción Familiar en la Vejez Historia de Disfunción Familiar en etapas previas del ciclo vital. Actitudes intolerantes hacia las características propias del envejecimiento . Deterioro del estado funcional del anciano. · Dificultades en el reajuste y/o cambio de roles familiares que se impone en esta etapa . Insuficiencia en el sistema de apoyo familiar al anciano(económico, instrumental y afectivo . Rigidez en la escala jerárquica o en la toma de decisiones de la familia . Dificultades en la adaptación a eventos vitales que se dan en la vejez, tales como pérdida del cónyuge, jubilación, cambio de domicilio, etc . Presencia de miembros que presentan alcoholismo, trastorno psiquiátrico o enfermedad crónica invalidante.
6.7.2.- ¿Cómo repercute la Disfunción Familiar en la salud del anciano? 1.- Aparecen trastornos afectivos: depresión, ansiedad, irritabilidad, trastornos del sueño, ideación suicida. 2.- Aumenta el riesgo de enfermedades crónicas. 3.- Se descompensan enfermedades crónicas. 4.- Se afecta el nivel nutricional del anciano. 5.- Se descuida la atención médica del anciano. 6.- Se afectan los hábitos higiénicos del anciano. 6.7.3.- ¿Cómo atender los problemas de disfunción familiar en la vejez? En el Centro Iberoamericano para la Tercera Edad como parte de la Evaluación Geriátrica que realiza el equipo de profesionales se evalúa la esfera familiar con el objetivo de identificar disfunciones en las relaciones interfamiliares. En las familias
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que presentan algún grado de disfunción se realizan diferentes modalidades de intervención. Se realizan grupos de orientación familiar fundamentalmente con aquellas familias que tienen algún anciano discapacitado física o mentalmente. Un ejemplo de estos grupos es la llamada Escuela de Cuidadores dirigida a familiares de pacientes con demencia. También se realizan dinámicas familiares para modificar la interrelación familiar, mejorar el apoyo social, ayudar en la toma de decisiones y mejorar el afrontamiento de eventos y situaciones difíciles de la familia que requieren de una readaptación y un ajuste de roles como por ejemplo ante la viudez, la jubilación, el cambio de domicilio, etc. 6.7.4.- Consideraciones finales Los vínculos del anciano con la familia pueden variar de una familia a otra en función de su historia anterior, de la estructura de la familia como grupo, de las características de personalidad de sus miembros y de otros factores. Se trata entonces de profundizar en el estudio del tipo de relaciones familiares que se da entre el anciano y la familia para detectar los aspectos más vulnerables y convertir a la familia en una verdadera fuente de bienestar para el anciano. El trabajo en y con la familia constituye un instrumento privilegiado e imprescindible en la atención geriátrica. La permanencia del anciano en su marco de vida es un factor beneficioso para el mismo por contribuir a conservar sus capacidades tanto físicas como psíquica. En síntesis, la familia es el grupo humano que se mantiene por la cohesión y exclusividad de la pertenencia. Constituye el núcleo de la organización social básica. A la vez que regula la actividad sexual, ofrece un adecuado contexto para criar y educar los hijos. La familia ofrece a las personas, en los distintos segmentos del ciclo vital, protección, intimidad, afecto e identidad social. La familia es un grupo humano dinámico que varía a lo largo de la vida y de unos grupos a otros. Al margen de los vínculos legales, la familia se caracteriza por la relación de pareja, por el afecto y el amor que la une, por la procreación que posibilita el ejercicio de los roles parentales. A medida que las personas avanzan en edad y se ubican en el proceso de envejecimiento, el status y roles enfrentan adaptaciones que dan origen a otros nuevos, tal como ocurre con la abuelidad. El aumento de la expectativa de vida tiene sus repercusiones en la vida familiar y una de ellas es la coexistencia de varias generaciones, hecho que se presenta cada vez con mayor frecuencia y por mayor cantidad de años, ya que al alargarse la vida también se alargan los años de relación. También es importante destacar que se está en presencia de un número creciente de personas ancianas que viven solas. Todo aquello que afecta a la persona vieja, también le afecta a su familia, pero de acuerdo a la historia familiar, a la personalidad y al tipo de suceso. Cada familia tiene características y funcionamientos que le son propios y ello permite abordar las reacciones que surgen ante los distintos sucesos que se plantean en el envejecimiento. La comunicación, la plasticidad y la asimilación son algo que se gesta en la familia con anterioridad al proceso de envejecimiento. Pecheny y Minster (1973) proponen una forma de análisis para las relaciones entre las personas ancianas y sus familias, a saber: ./ grupos familiares aglutinados. Aquí la identidad grupal es prioritaria, prima el déficit de individualización. Los individuos no pueden reconocerse como
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independientes unos de otros. Esta indiferenciación dificulta la elaboración de los duelos y la adaptación a los cambios. De esta forma la persona anciana es reconocida a través de la enfermedad o de la debilidad; ../ grupos familiares dispersos. Se caracterizan por un alto grado de diferenciación y separación afectiva entre los miembros. La autonomía es un valor central y reconocido por todos los miembros, independientemente del nivel de madurez y de los recursos disponibles en el ámbito psicológico. Las respuestas de estos grupos a más de ser distintas, en las familias aglutinadas se refuerzan la dependencia de la persona anciana en lo físico y en lo psíquico. Resultando una constante la dificultad para acceder a la discriminación con respecto al otro, en este caso la persona anciana y con ello se torna la familia altamente nociva para enfrentar situaciones de enfermedad o muerte del viejo. Las respuestas de las familias dispersas pueden parecer muy eficaces en cuanto a la organización requerida para enfrentar las necesidades de ayuda que pueden tener los viejos, pero su accionar está desprovisto de afecto. La síntesis, es que estos dos estilos han de resultar complementarios para el abordaje de la familia para con la persona vieja.
6.8. Soltería y envejecimiento El estudio de Papalia, Olds y Feldman (1993) realizado para investigar las ventajas o desventajas que las personas solteras señalan, indican lo siguiente: ../ oportunidad para desarrollar una carrera; ../ autosuficiencia; · ../ libertad sexual; ../ estilo de vida emocionante; ../ versatilidad; ../ libertad para cambiar amistades; ../ variedad de experiencias; ../ autonomía psicológica y social; ../ dificultad para encontrar trabajo; .,/ dificultad para conseguir un lugar donde vivir; ../ dificultad para ser responsables de sí mismos; ../ ubicación en el mundo social; ../ aceptación familiar; ../ aceptación por parte de los amigos ../ repercusión negativa en la autoestima. En general, la población de personas viejas cuenta con un porcentaje bajo de solteros. Las personas ancianas solteras muestran distintas relaciones socio-familiares, ya que resultarían menos necesitadas de intimidad, se sentirían menos solas, manifestarían ser más felices, tener mejor salud, ser más independientes, tener menos relaciones sociales, en síntesis, parecerían más satisfechos con la vida. A lo largo del proceso de envejecimiento apuntan a la familia de orientación.
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6.9. Pareja, amor y envejecimiento Cada pareja surge por una serie de factores, entre los que son factibles de reconocer el parecido y la complementariedad, sustentados por el amor que es la emoción intensa entre dos personas. El estudio de Papalia, Olds y Feldman (1993) permite afirmar: ./ que los hombres y mujeres aman de forma parecida; ./ el amor en el matrimonio no es cualitativamente diferente al que se de fuera de él; ./ el amor no les pertenece sólo a los jóvenes, sino que pese a experimentarlo de forma distinta, las personas ancianas aman tanto como las más jóvenes. Entre los aspectos positivos del matrimonio destacan los siguientes: ./ el diálogo; ./ la cooperación; ./ la alegría compartida; ./ la risa. Estos aspectos resultan muy importantes en los matrimonios que inician juntos el proceso de envejecimiento, ya que la satisfacción matrimonial puede acompañarlos o no (Askman, 1994). Verbrugge (1979) señala que, en general, las personas ancianas casadas al ser comparadas con personas no casadas manifiestan más satisfacción vital, más optimismo, mejor salud psicofísica, más recursos económicos, mejor integración, mayor apoyo social e índices más bajos de internación en servicios residenciales. La pareja anciana enfrenta trabajos de duelo a partir de las pérdidas que le acontecen. El trabajo de duelo guardará directa relación con el valor de la pérdida y en la resolución tienen un papel activo las reacciones de los familiares, ya que el grado de comprensión, de la aceptación o no de las reacciones de protesta, de la desazón o de la ambivalencia resultan de importancia fundamental. Cada año aumenta el porcentaje de matrimonios que superan la jubilación y las bodas de oro. Estos consideran que con el correr de los años el matrimonio se consolida satisfactoriamente. La edad avanzada y los problemas de salud pueden producir y/o agravar las tensiones en el matrimonio. Es frecuente que sean las mujeres las que esperan más del matrimonio, que demandan más intimidad y más pasión (Askman, 1994). La tolerancia entre los integrantes de la pareja es de fundamental importancia para afrontar los altibajos que la vejez provoca en el matrimonio. A esto se agrega el papel que le corresponde al conocimiento de la personalidad del otro y al disfrutar de su compañía. Para Atchley (1985) es importante el mantenmiento del amor, la compañía, la oportunidad para expresar los sentimientos, el respeto y los intereses comunes a lo largo de todo el proceso de envejecimiento.
6.1 O. Sexualidad y envejecimiento Con relación a la sexualidad de las personas viejas, ocupa un lugar de lamentable privilegio el estereotipo que indica que las personas ancianas no tienen vida sexual ni deben tenerla. Frente a esto es importante señalar que el ser humano es un ser sexuado desde su nacimiento hasta su muerte, y que además del contacto genital la sexualidad se expresa de múltiples formas, a saber: por el afecto, por las caricias,
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por la ternura, por la intimidad, por la compañía. La sexualidad además de las funciones físicas o fisiológicas, contribuye en forma directa en la identidad, en la intimidad y en el garantizar la vitalidad de quienes participan de ella. En la actualidad, todos los investigadores reconocen lo saludable que resulta la sexualidad en la vida de las personas ancianas (Kellett, 1993). Distintos informes científicos muestran un panorama abarcativo con respecto a la sexualidad en el proceso de envejecimiento. La actividad sexual se puede mantener indefinidamente y suele guardar relación con los niveles mantenidos en la juventud. Desde la perspectiva fisiológica, las mujeres son capaces de actividad sexual mientras viven, el problema puede plantearse por la falta de disponibilidad de compañeros. En la vejez, en términos generales, se presentan las siguientes situaciones: ./ en los hombres ancianos: disminuye la tensión sexual, las relaciones son menos frecuentes y disminuye la intensidad de la relación. Necesitan más tiempo para alcanzar la erección y eyacular. El flujo sexual y la tensión muscular son menores. Disminuyen los niveles de testosterona . ./ en las mujeres ancianas: disminuye la respuesta. Es menos intenso el endurecimiento de los senos, la erección de los pezones, la tensión muscular del clítoris y de los labios genitales. Las mujeres alcanzan el orgasmo, pero especialmente si han sido sexualmente activas a lo largo de la vida. Durante el proceso de envejecimiento las personas viejas pueden disfrutar de la sexualidad si reconocen sus características y si las consideran normales y saludables. Para ello es necesario que acepten su propia sexualidad y cuenten con un entorno íntimo y protegido para desarrollarla. A esto se agrega la necesidad que los familiares y el resto de personas reconozca las características y los beneficios de la sexualidad en la vejez.
6.11. Abuelidad y envejecimiento La relación entre los abuelos y los nietos se estructura a partir de las interacciones entre los abuelos y los hijos. Los procesos dinámicos que se dan entre las generaciones más grandes y las intermedias condicionan el rol de los abuelos. Las formas en que se ubican las posiciones de los abuelos con respecto a sus nietos son distintas a las que habrían tenido con sus hijos hoy adultos. Si esto no es comprendido por la generación intermedia surge el conflicto ante la dedicación, la satisfacción de caprichos o la actitud de complicidad de los abuelos para con los nietos. El actuar de los abuelos respecto de los nietos desencadena en los padres adultos el recuerdo de como fueron tratados ellos cuando niños y/o adolescentes. La relación abuelos-nietos es enriquecedora para ambos, pero puede resultar susceptible de tensiones o emociones contradictorias entre los abuelos y sus hijos a raíz de distintos criterios de crianza, de distintas formas de educación, de sentimientos de rivalidad. En la actualidad la abuelidad tiene un rol débil, sin status fijo y sin delimitación clara desde el principio al fin. Cherlin y Flurstemberg (1986) consideran que los abuelos permiten la continuidad con el pasado a la vez que sirven de alternativa a los modelos de rol adulto que enfrentan los niños. La afirmación de no intervención, que tácitamente se sostiene con respecto a los abuelos, cae cuando hay problemas y el abuelo o la abuela llega en ayuda o auxilio de los hijos y/o de los nietos, situación cada vez más frecuente en la actualidad.
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El ser abuelo o abuela hoy no se presenta como una tarea fácil, ya que en muchos casos fracasan las habilidades sociales para establecer diálogos constructivos en el entorno familiar. Strom y Strom (1993) consideran que en atención a la frecuencia, a la dirección y a la importancia de la abuelidad, es necesario que las personas se formen para asumir este rol. Doka y Mertz (1988) han realizado investigaciones en relación con los roles que pueden desempeñar los bisabuelos y para ello señalan dos estilos básicos: ./ El estilo remoto. Se limita a contactos formales y esporádicos a raíz de reuniones para celebrar acontecimientos familiares; ./ El estilo próximo. Son contactos frecuentes y regulares. Cuidan de ellos. Los llevan en sus salidas y/o viajes. En términos generales parece que no existen marcadas diferencia entre el rol de abuelo y el de bisabuelo. Pero en realidad es necesaria la profundización e investigación del tema, ya que día a día resulta más frecuente la presencia de relaciones entre la tercera, cuarta y quinta generación, o sea con abuelos, con bisabuelos y con tatarabuelos.
6.12. Soledad y envejecimiento La soledad suele aparecer como una compañía directa de la vejez, quizá por la cantidad de personas viejas que viven solas y las que se ven obligadas a ingresar a un centro residencial por carecer de apoyo social. La soledad es una experiencia subjetiva, que se percibe como negativa y por lo general va acompañada de tristeza, de malhumor o de ansiedad. La soledad no es percibida por la reducción de la cantidad de contactos sociales, sino por la percepción de deficiencias en la red de relaciones sociales. Weis (1982) plantea dos formas distintas de soledad, a saber: ./ Soledad por distanciamiento social. Acontece por falta de pertenencia a un grupo social con el cual compartir actividades, intereses.También se suele presentar porque el grupo de pertenencia resulta insatisfactorio; ./ Soledad por aislamiento afectivo. Acontece por pérdidas de personas significativas. Entre los factores que se relacionan con la soledad, cabe mencionar los siguientes: ./ el estado civil; ./ la edad; ./ el sexo; ./ los ingresos económicos; ./ a educación; ./ el tipo de vida; ./ la historia personal; ./ la relación con los amigos; ./ la relación con los vecinos. Es importante señalar que los estudios destacan que el vivir solo no es indicador del sentimiento de soledad. Distintas investigaciones realizadas en E.E.U.U. y Canadá muestran el bajo impacto de las relaciones familiares en el sentimiento de soledad y el efecto positivo de las
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relaciones de amistad.
6.13. Relaciones sociales
y envejecimiento
Las actividades sociales que se realizan fuera de la familia y de la pareja también inciden en la vida de las personas ancianas ya que facilitan su socialización. Blank (1989) considera que en el envejecimiento no sólo son importantes los cambios biológicos o psicológicos, sino que debe atenderse a los que resultan socialmente definidos, ya que la vejez es la representación de uno de los muchos aspectos de la realidad que también se definen desde la perspectiva social. La vejez es una categoría social con problemas y características que se construyen a partir de expectativas que son compartidas entre grupos sociales bien definidos. Desde la perspectiva social para definir el envejecimiento es necesario tener en cuenta la generación y el momento histórico en que viven las personas. Los aspectos relacionados con la socialización de las personas viejas presentan significativos procesos de cambio tanto en la faz laboral, familiar, comunitaria, recreativa, de interacción y participación social. 6.13.1. Status, rol y envejecimiento
Las personas tienen tantos status como manifestaciones de procesos de interacción que desarrollan y también se suele presentar como que tienen un status global, el que es resultante de los status parciales. A cada uno de los status personales corresponde un rol o actividad que la persona desarrolla. A partir de los status y roles se define la posición que la persona ocupa, como también sus deberes y derechos dentro del contexto social al que pertenece. Los status por su origen pueden ser: • Adscriptos. Estos pertenecen a la persona por el sólo echo de haber nacido, tales como: el sexo, la edad, la clase social de origen, la carga genética, etc.; • Adquiridos. Estos los adquiere la persona con su esfuerzo personal, por ejemplo: clase social alcanzada, posición laboral, ubicación social, etc. 6.13.1.1. Status y envejecimiento
La historia muestra que la edad proporcionaba status, a la vez que cuantificaba y modificaba ese status, ya sea porque había menos personas viejas o porque se las escuchaba y se las valoraba a partir de la experiencia. Hoy, en cambio, la edad por sí misma no confiere status a raíz del aumento extraordinario de la población de viejos por una parte y la pérdida del perfil social de este grupo por otra. Hoy se valora lo joven y todos los aspectos que se le asocian. En épocas pasadas la edad, el sexo y la clase social conformaban en gran parte el status de las personas, en cambio, en la actualidad, el status es la resultante de múltiples factores que se adquieren por esfuerzo personal. Moragas Moragas (1995) detalla las características positivas y negativas del status en la persona vieja: 6.13.1.2. Rol y envejecimiento
La persona cuando asume un rol compromete significativamente su futuro, por ejemplo cuando elige el lugar en que va a trabajar (elección temporal) o su especialización laboral (elección definitiva). En estas decisiones cuenta con el aporte de mecanismos sociales que le facilitan o le posibilitan mayor éxito. Aquí la educación constituye un factor decisivo para todo lo relativo al trabajo, a la convivencia y a la preparación para la jubilación.
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En la actualidad el rol de anciano, característico de las sociedades agropecuarias, ha desaparecido. El rol de anciano en la sociedad industrial es fruto de la regulación legal y no del reconocimiento social. Hoy los ancianos enfrentan una posición social sin obligaciones, con una política estatal que intenta compensarlos a través de mínimos privilegios administrativos, sanitarios y/o económicos, pero ello se transforma en atentatorio para la propia persona vieja, ya que liberada de obligaciones termina privada de status social y económico (salida de la cadena productiva) y así sus roles resultan sin reconocimiento dentro de los valores actuales. A esta situación Moragas Moragas (1995) la llama rol sin rol. Las personas viejas hoy necesitan encontrar un rol coherente con las características histórico sociales del momento en que les toca ser viejos.
6.14. Trabajo y envejecimiento El concepto actual de trabajo se presenta prácticamente incompatible con el proceso de envejecimiento. El trabajo hoy es algo que se relaciona con jóvenes y adultos. La vejez se sigue presentando como un período de la vida en que la ausencia de trabajo la caracteriza. No se tiene en cuenta la realidad del trabajo profesional, del trabajo independiente, sólo se hace referencia al trabajo en relación de dependencia. La vejez se termina definiendo por la falta de trabajo y esto se refleja en múltiples expresiones: clase pasiva, pensionados, jubilados, personas de edad.
Cuadro Nº19 Características del status en la ancianidad según Moragas Moragas (1995)
Areas
Positivas
Negativas
Biológicas
• Inmunizado • Desarrollado •Maduro • (mujer) liberada reproducción
•Débil •Enfermo •Limitado • (mujer) pérdida capacidad de reproducción
Psíquica
• Equilibrio •Estable • Experimentado •Serio
•Lento •Inseguro • Desmemoriado •Confuso
• Liberado trabajo obligatorio • Disponibilidad de tiempo • Menor número de responsabilidades
• Pérdida poder sociolaboral • Limitación contactos sociales • Menor relevancia y poder social
• Seguridad pensión vitalicia •Asistencia sanitaria gratuita • Ventajas fiscales •Servicios en especie gratuitos
• Revisión pensiones insuficiente • Mayores necesidades asistencia sanitaria •Impuestos crecientes • Pérdida poder adquisitivo
Social
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El tema del trabajo de las personas viejas enfrenta ciertos prejuicios, a saber: .! La productividad laboral de las personas viejas disminuye. Si bien es cierto que la vejez se acompaña de un declinar de las fuerzas físicas, los avances tecnológicos posibilitan que la mayoría de las personas sanas puedan continuar trabajando hasta los setenta o más años; .! Las personas viejas tienen más ausencias y accidentes laborales. Las personas viejas y sanas tienen menos ausencias y accidentes que las jóvenes. Esta relación inversa ha sido explicada por la mayor motivación e interés para continuar con el trabajo, por la experiencia que poseen, ya que les permite sortear obstáculos y/o peligros, a la vez que se sienten satisfechos por poder trabajar. Ante estos prejuicios sobre el trabajo y las personas viejas, es importante tener presente el trabajo de los agricultores, de los profesionales, de los trabajadores independientes o de los artesanos en décadas pasadas, cuando no existía el concepto trabajador-jubilado, sino el de trabajador que realizaba una tarea de acuerdo a sus posibilidades. También es necesario tener presente que en la actualidad muchas personas viejas trabajan por necesidad económica, porque sus pensiones y/o jubilaciones no les alcanza para cubrir sus necesidades básicas. A pesar que la tendencia es que la jubilación se produzca cada vez más temprano por variables económicas, sociales, específicamente laborales y personales, es factible que en un futuro muy próximo las personas de 65 o más años opten por un trabajo de tiempo parcial y que les resulte compatible con el cobro de la pensión y/o jubilación. La persona que ha ingresado en el proceso de envejecimiento y que continúa trabajando es considerada como un trabajador mayor y para caracterizarla es necesario tener en cuenta los siguientes aspectos: .! la edad cronológica, cuando las personas han superado los 65 años, que es la edad de la jubilación obligatoria en la mayoría de los países y ellos continúan trabajando. En atención a este criterio, edad cronológica, sería un trabajador mayor aquella persona que a pesar de la edad sigue incorporada a la cadena laboralmente productiva; .! la edad funcional. Esta edad se refiere a la capacidad biológica, psicológica y social de la persona vieja para continuar afrontando las demandas de la actividad laboral que está desarrollando; .! la percepción desde lo social. Es la consideración de la sociedad con respecto a la edad de las personas para continuar trabajando; .! la percepción desde lo organizacional. Aquí se tiene en cuenta el rol que el trabajador posee y su antigüedad en el trabajo. En la mayoría de las sociedades está presente la idea que las personas son laboralmente discriminadas por la edad, pero este no es el único factor de discriminación. Davies, Matthews y Wong (1991) plantean que a la edad cronológica se deben agregar los siguientes factores como elementos discriminantes para con el trabajador de más de 65 años, a saber: .! la entrevista. Se suele utilizar como factor de selección laboral ya que su función es recoger datos; .! las pruebas de selección. Resultan una barrera a raíz de haber sido preparadas para gente joven; .! la evaluación en la ejecución. Aquí suele primar la percepción social en lugar de atenerse a índices objetivos en la ejecución de tareas donde se manifiesta
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la experiencia; el entrenamiento y reciclaje. Es necesario tener en cuenta las características cognitivas, los procesos de aprendizaje y los niveles educativos.
Kart (1990) considera que las personas de 65 o más años aún tienen mucho que ofrecer en las empresas con una organización moderna y con conceptos sobre el trabajo que guardan relación con las recomendaciones de la O.I.T. (Organización Internacional del Trabajo). En estas empresas, el trabajador de edad avanzada, puede -gracias a la tecnología- compensar la disminución en la producción con habilidades y experiencias. Estos trabajadores resultan más estables, presentan menos ausencias y menos accidentes. Muchos de estos trabajadores, al ser rechazados por las empresas, se autoemplean o se incorporan a la prestación de servicios, tales como: jardineros, guardias de vigilancia, serenos, acompañantes, etc. Entre las características que hoy presenta la reformulación del trabajo en general, se dan cuatro que favorecen las actividades laborales de las personas mayores: .! flexibilidad horaria: ella satisface necesidades personales y empresariales; .! tiempo parcial: favorece necesidades personales y empresariales; .! contrato de relevo: divide la jornada entre un trabajador de edad y uno joven. Esto ofrece relaciones intergeneracionales, aumento de la solidaridad, aprovechamiento de la experiencia y formación laboral de los jóvenes; .! vacaciones prolongadas: reduce el trabajo anual y facilita el descanso. Esta organización de las actividades laborales está reconociendo las necesidades de las personas, a la vez que humaniza el trabajo y permite que un porcentaje significativo de personas de más de 65 años continúen incorporados a la cadena productiva. 6.14.1. Mujer, trabajo y envejecimiento Es necesario reconocer la importancia del trabajo en la mujer a partir de los aportes que realiza a la sociedad con sus funciones de madre, educadora de los hijos, cuidadora de ancianos, proveedora de gran parte de la estructura económica y de los servicios del hogar, además de las tareas que la gran mayoría realiza en la actualidad fuera del hogar incorporadas a la cadena de trabajo productivo. 6.14.1.1. Trabajo del hogar Este trabajo es realizado, en la mayoría de los casos, por mujeres y abarca la atención de los hijos, del cónyuge y de los ancianos de la familia, tanto en aspectos afectivos, educacionales y sociales como en todo lo relativo a las tareas domésticas, de alimentación, vivienda, atención y cuidado de todos los que conviven en el hogar. Este trabajo del hogar es distinto a la simple atención de las necesidades físicas de las personas que conviven bajo el mismo techo pero en una residencia, en un hotel o en una institución. La diferencia está en las relaciones afectivas y sociales que la mujer ofrece a los integrantes de su propia familia y que en cambio la persona empleada en un hogar y/o institución no puede ofrecer. El trabajo del hogar no resulta computado en el Producto Bruto Nacional, no tiene un reconocimiento social y carece de una correcta evaluación en la opinión pública, ya que es considerado inferior al trabajo que se realiza en la cadena productiva. Este trabajo del hogar continúa a cargo de las mujeres sanas, aunque hayan avanzado mucho con su edad.
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6.14.1.2. Trabajo fuera del hogar La participación de la mujer como integrante de la población laboralmente activa con tareas fuera del hogar, va creciendo significativamente a lo largo de la segunda mitad del siglo XX. Esta circunstancia ofrece no sólo nuevos roles a las mujeres sino la posibilidad de enfrentar su propio proceso de jubilación. Moragas Moragas (1995) realiza el siguiente planteo con relación al trabajo de la mujer fuera de la casa: ti' Carrera retrasada o madura. Surge por lo general cuando se presenta el síndrome del nido vacío. Al no existir obligaciones del hogar la mujer se incorpora a la cadena productiva. Suele enfrentar desventajas con relación a otras mujeres que llevan veinte o más años trabajando, pero no obstante ello en muchos casos se ubica en puestos de significación; ti' Carrera intermitente. La mujer entra a la cadena productiva al finalizar su capacitación o estudios, luego forma su hogar, tiene hijos o parientes que atender. Esta situación la enfrenta con la necesidad de atender familia y trabajo, necesitando en muchas oportunidades priorizar una, la familia, y ello la obliga a salir y entrar de la cadena productiva; ti' Carrera extinguida. Un acontecimiento familiar le exige abandonar la cadena productiva ya sea por matrimonio tardío, cuidado de progenitor viejo, traslado de residencia, etc.; ti' Doble carrera. Desempeña el puesto laboral o la actividad profesional más las funciones propias del hogar. Estas son las circunstancias que en la actualidad enfrentan la mayoría de las mujeres adultas.
6.15. Jubilación 6.15.1.- Jubilación y pérdidas Antes se definía la vida social por medio de etapas entorno al trabajo, la primera era la preparación para el trabajo o la educación, la segunda era la del trabajo o rendimiento de la educación y a través de ella el individuo derivaba la parte más importante de su status económico y social. La tercera etapa era la del cese en el trabajo o jubilación y en ella el ex trabajador esperaba el fin de su vida, disfrutando del merecido descanso. En la actualidad estas tres etapas no tienen una definición tan clara y el status social derivado de las mismas no se evidencia como en el pasado. Hoy la educación es más prolongada y por ende se produce un retraso en el ingreso al trabajo alterando las fuentes tradicionales del status social. La vejez normal del pasado cada vez es más anormal en el presente, en sus hábitos, ocupaciones y estilos de vida pues los viejos son cada vez más heterogéneos, por lo que el rol futuro del anciano será más dinámico. Actualmente el estilo de vida es responsable de más agresiones al organismo que la combinación de todas las enfermedades infecciosas del pasado y esto constituye el gran fracaso de la medicina, que es incapaz de enfrentarse a un medio patógeno diseñado por el mayor enemigo de la salud: el hombre mismo y su manera de organizar el trabajo en la nueva sociedad. La pérdida de roles, la falta de lugar, tienen una connotación importante en la cultura, porque se relaciona con la sensación de ya no servir más. Dentro de una cultura productivista, esa marginación se extiende a todas las manifestaciones sociales y se encontra una ideología social que en vez de integrar al sector y ayudarlo a resolver sus conflictos, se los estimula y se los crea. El viejo pierde su identidad, su libertad y disminuye su nivel de autoestima a raíz de dejar de ser productivo para
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este sistema. El carácter de inútil que la cultura otorga con ligereza al viejo, las secuelas de soledad, de tristeza y abandono que en la mayoría de los países trae aparejada la vejez, han contribuido entre otros factores a crear en torno de la llamada tercera edad una problemática cuyas implicancias económicas, sociales, políticas y culturales ya no pueden soslayarse. En Argentina ser viejo es una de las tantas maneras de «ya no ser». La jubilación compulsiva no hace mas que segregar a toda una generación de la posibilidad de seguir realizándose, en el marco de un proyecto vital y participativo como lo es el del trabajo; que es lo único que dignifica a la persona. Los que se jubilan ingresan a un grupo desvalorizado por el sistema. El carácter brusco que asume el pasaje de un estado productivo a un estado de ocio improductivo genera una reacción de sucesivas rupturas. La primera ruptura es la del jubilado con su grupo de pertenencia. Este vacío, es decir esta ausencia del grupo que le daba el sentido lleva a una pérdida de identidad y disminución de su autoestima, adoptando conductas tales como la marginación, introspección, aferrarse al pasado y aparición de sentimientos de inferioridad. Una persona a la que se le adjudicaba un rol protagónico y capacidad de decisión se transforma en un ser cuasi vegetativo, al que se le recorta abruptamente su espacio de participación y e lo reduce a una condición de mero objeto. En los países la proporción de población mayor de 65 años, con respecto a la masa de población económicamente activa es cada vez mayor. El de los adultos mayores es un sector agraviado por la discriminación y condenado a la pobreza, a pesar de haber dedicación su vida laboral a la comunidad. La situación de los ancianos es de dependencia: dependen económicamente de una jubilación que apenas les permite atender necesidades vitales, dependen de sus hijos porque como consecuencia de la disminución de sus ingresos, deben ser atendidos por ellos. La persona que se jubila es el paradigma de la pérdida: ./ Pierde capacidad adquisitiva: solo el 10% de la masa de jubilados y pensionados está incluida dentro de las denominadas jubilaciones de privilegio, el porcentaje restante está condenado a la pobreza . ./ La tercera edad se transforma en una carga social para los sectores productivos . ./ Pierde sus grupos de pertenencia y queda sin referentes para su identidad . ./ Pierde reconocimiento social, por cuanto pasa a formar parte de un grupo desvalorizado por la sociedad, lo cual influye en la aparición de desajustes de la personalidad y en la propensión a marginarse. En una sociedad centrada en el trabajo, la jubilación legitima el derecho a no trabajar. Aún sin apremios económicos, los adultos mayores rechazan el mandato jubilatorio como fin de su etapa productiva, porque tienen su identidad centrada en el trabajo como un eje fundamental. El lugar que se le asigna a la población anciana en la sociedad argentina, es una expresión más de cómo se trata a la historia, y su patrimonio a través del olvido y la destrucción. El concepto de vejez se resignificará cuando la persona mayor se reinserte activa y reconocidamente como productor de cultura, bienes y decisiones. Por los prejuicios y mitos que acompañan a la jubilación, ésta no es un premio sino un diploma de viejo a alguien de quien ya no se espera nada. Hoy en la Argentina, jubilarse del trabajo equivale a jubilarse de la vida.
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Desde la perspectiva social la jubilación deja a las personas sin rol, por no reconocerles la sociedad actual un papel social. Ante esta situación, la solución está en convertir ese rol sin rol en un rol con rol que les asigne responsabilidades, status y prestigio social a pesar de no estar incluidas las personas viejas en la cadena productiva. Para ello es necesario desmitificar la importancia del trabajo durante la vida adulta y/o a la vez dignificar en el contexto socio-familiar el descanso de los jubilados a partir de afirmar y/o consolidar la importancia y validez del ocio, en la recreación. En el siglo XXI se prevé un cambio con relación a la jubilación y que de una visión económico-productiva pueda pasar a una postura psicosocial en la que, sin olvidar los aspectos económicos, se pase del rol sin rol a un rol diferente en el que se reconozca además del rol laboral de trabajador activo, otros roles relevantes desde la perspectiva social para la persona jubilada y que los pueda continuar pese a la jubilación. Para que las personas jubiladas puedan desarrollar estos otros roles necesitan del tiempo libre constructivo. Este tiempo libre constructivo demanda profesionales especializados, organización de cursos, investigación psico-social sobre sus fines y posibilidades, a la vez que la consideración social que el ocio puede resultar tan importante como el trabajo productivo (Moragas Moragas, 1995). En la actualidad la jubilación cuenta con una clara representación social, ya que se la percibe como la transición o el ingreso al proceso de envejecimiento. La jubilación es un indicador para la persona y para la sociedad con relación a que hay algo que cambia. La jubilación no se puede considerar como equivalente de la vejez, ya que muchas personas se jubilan transitando la adultez, otras no se jubilan nunca y están las que vuelven a trabajar después de jubilarse. Atchley (1993) sostiene que existen muchas formas de definir la jubilación, pero que en ello incide la autopercepción que la persona tenga con respecto a la jubilación. La jubilación puede ser definida como: ./ ausencia de participación en el trabajo; ./ aceptación del pago de una jubilación; ./ reducción de las horas de trabajo; ./ percepción subjetiva de jubilado; ./ abandono permanente del trabajo; ./ abandono permanente de la carrera profesional. 6.15.2. jubilación: su proceso
La jubilación tiene múltiples formas y situaciones según las personas que la enfrentan. En las últimas décadas ha pasado a tener efectos de organización social y de reguladora del empleo y la productividad. La jubilación se puede presentar como una decisión voluntaria o no, a tiempo (65 años) o anticipada, total o parcial. En los últimos años el adelanto de la jubilación se presenta cada vez con más frecuencia. La disminución del trabajo en la modalidad cuentapropista y la jubilación anticipada son indicadores que permitirían explicar la drástica disminución de las personas, en proceso de envejecimiento, dentro de la cadena laboralmente productiva. Atchley (1989) ha identificado seis etapas para explicar el proceso de jubilación, a saber: 1.- Prejubilación. La persona se orienta hacia sí mima. Se orienta hacia la idea de jubilación. Se presentan fantasías sobre como es la jubilación; 2.- Jubilación. Plantea en las personas tres tipos de vivencias:
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Luna de miel. Ella se caracteriza porque las personas intentan hacer todo aquello que esperaban hacer cuando la jubilación llegara; ti Rutina. Aquí la persona tiene actividades y grupos estables, y por ello lo único que debe hacer es modificar el tiempo que va a dedicar a estas actividades; ti descanso. Se caracteriza por una disminución de las actividades, es opuesta a la luna de miel. Desencanto. Acontece cuando las personas perciben que las fantasías que tenían para con la jubilación no se realizan; Reorientación. A partir de la tristeza y/o depresión las personas entran en un proceso de reevaluación y con ello adquieren percepciones más realistas de la experiencia de la jubilación; Estilo de vida rutinario. Se organizan acciones rutinarias para enfrentar los cambios que ha desencadenado la jubilación; Fase final. Para quienes el rol de jubilado es insignificante vuelven al trabajo o lo cambian por el rol de enfermo o discapacitado a raíz de los efectos que tuvo la jubilación. ti
3.4.5.6.-
6.15.3. Jubilación: su preparación
Los aspectos de la vida personal, familiar y social necesitan ser reorganizados a partir de la jubilación. Es imprescindible que las personas, a partir de la jubilación, reorganicen y reorienten sus hábitos de vida. Cada vez resulta más frecuente que las empresas ofrezcan a sus trabajadores, en condiciones de jubilarse, cursos de preparación para la jubilación. El impacto personal y social que produce la jubilación exige una adecuada preparación, con relación a ciertos temas, tales como: ti el envejecimiento: características y consecuencias; ti los hábitos para una vida saludable; ti los cambios de actitudes; ti las adecuaciones familiares; ti las adaptaciones sociales; ti el uso del tiempo libre; ti las relaciones sociales. 6.15.4. jubilación: decisión de jubilarse
La decisión de jubilarse es uno de los acontecimientos más importantes que enfrentan las personas mayores. Esta decisión resulta influenciada por factores personales, individuales e institucionales. Existen predictores significativos para el hombre y para la mujer, a saber: ti
ti
Predictores masculinos: • edad; • salud; • historia laboral; • actitudes relacionadas con el trabajo; • status social; • status económico; • monto de la jubilación a cobrar. Predictores femeninos: • edad;
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salud personal; salud del cónyuge; salud de los progenitores; actitud hacia el ocio.
Los predictores del sexo masculino han sido bastamente estudiados, en cambio los predictores femeninos aún estan en proceso de estudio e investigación, por cuanto en la mayoría de los países las mujeres no se incorporan a la jubilación de forma tan masiva. Los factores que condicionan la decisión de jubilarse en el hombre y en la mujer se consignan en el siguiente cuadro:
Cuadro Nº20 Factores que condicionan la decisión de jubilarse en el hombre y en la mujer.
Personales
Institucionales
•Estado de salud
•Ciclo económico: - reestructuración de sectores - posibilidades de empleo
• Motivación e intereses en otras actividades •Finanzas personales y posibilidades familiares: existencia dependiente •Deseo de cambio o de nueva actividad •Satisfacción en el trabajo
•Tendencias legislación social. Cambio pensiones •Política organización, trato trabajadores mayor edad •Puesto de trabajo desempeñado, exigencias y futuro del mismo •Actitud social sobre jubilación.
El monto de la pensión a cobrar a partir de la jubilación es uno de los aspectos que incide en forma significativa en la toma de decisión de acogerse a la jubilación. En la actualidad al factor económico se suman las actitudes frente al ocio, al tiempo libre y a las políticas públicas sobre el tema (Atchley, 1989; Quinn y Burkhauser, 1990). La decisión de jubilarse resulta una alternativa forzosa o flexible que deben enfrentar las personas, a saber:
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Cuadro Nº21 Alternativas forzosas o flexibles que deben enfrentar las personas al jubilarse.
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6.15.5. Jubilación: sus consecuencias Existen distintos postulados teóricos que se refieren a la valoración de las consecuencias que la jubilación provoca en la satisfacción de vida de las personas jubiladas. Entre los más representativos están la teoría de la desvinculación, la teoría de la actividad, la teor.ía de la continuidad y la teoría de la consistencia. A continuación se marcan los postulados básicos de cada una de ellas: ./ Teoría de la desvinculación. Sostiene que la jubilación resulta acompañada de un progresivo alejamiento de las personas de sus roles sociales a la vez que el alejamiento de la sociedad con respecto a la persona jubilada; ./ Teoría de la actividad. Sostiene la necesidad de mantener adecuados niveles
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de actividad que reemplacen y compensen la pérdida del trabajo; Teoría de la continuidad. Sostiene que las actitudes y actividades cambian muy poco con la jubilación; ./ Teoría de la consistencia. Sostiene que la relación entre jubilación y satisfacción de vida se apoya en el nivel de expectativas que la persona tiene para con su propio estado de persona jubilada. ./
Atchley (1992) y Fry (1992) consideran que estas teorías tienen una aplicabilidad mayor o menor según la fase de jubilación en que se encuentren las personas. La heterogeneidad de las personas viejas, las interacciones específicas entre las personas y el contexto facilitan la aplicación de diferentes teorías. 6.15.6. jubilación en la mujer
La mujer jubilada, en términos generales, no se presenta como un rol sin rol, sino · con muchos roles de importancia que continúan a pesar de la jubilación. La mujer suele jubilarse antes que el hombre, pese a que su esperanza de vida es mayor, pero estos años adicionales no siempre resultan plenamente disfrutables, ya que pueden estar acompañadas de limitaciones físicas, psíquicas, sociales y económicas, hecho que afecta y compromete la calidad de vida. Los efectos de la jubilación en la mujer no resultan significativos, ya que la mayoría de las mujeres cambian las tareas del trabajo fuera de la casa por más actividades del hogar. En la actualidad, es aún elevado el porcentaje de mujeres que viven los efectos de la jubilación a través de sus maridos jubilados, ya que ellas por sí mismas no han podido alcanzar este estado. 6.15.7. Jubilación y bienestar psicológico
Las investigaciones muestran que para la mayoría de las personas jubiladas, la jubilación no se presenta como estresante, ni cargada de connotaciones positivas o negativas que influyen sobre el bienestar, ya que resultaría como un paso lógico a partir de muchos años de trabajo, no obstante, para muchas personas viejas la jubilación guarda relación con el declive de las capacidades, de la integración social y de la valoración social. Esto incide en el bienestar psicológico y, por lógica consecuencia, en la percepción de la calidad de vida.
6.16. Tiempo libre, ocio y jubilación El tiempo tiene asignados distintos significados para el hombre y se lo reconoce a la vez con distintos nombres, por ejemplo: tiempo de aprendizaje, tiempo de trabajo, tiempo de ocio. Antiguamente no existía el concepto de tiempo libre frente al concepto de tiempo de trabajo, ya que el uso total del tiempo era englobado en el status de cada clase social, así, los esclavos trabajaban y los señores gobernaban o filosofaban; los guerreros luchaban y todos disponían de distracciones, pero no se daba un fraccionamiento del tiempo, ni diversos usos, ya que era cubierto por cada clase social según su status. En Grecia al ocio se le da un significado formativo para la persona, en Roma el ocio está opuesto al trabajo o negocio y a la vez es una forma de recuperar energías para trabajar más y mejor. En la Edad Media el ocio estuvo orientado por la iglesia que regulaba las fiestas. Durante el renacimiento, con el surgimiento del protestantismo, se considera al tiempo libre como una pérdida de tiempo, una falta de
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virtud, un vicio {Puig y Trilla, 1985). La revolución industrial revaloriza y consagra la importancia del tiempo dedicado al trabajo. Es en 1833 con Lafargue y su publicación El derecho a la pereza que aparece por primera vez la defensa del ocio. Más tarde la jornada de ocho horas de trabajo divide el día en tres partes iguales: descanso, trabajo y otras actividades entre las que se incluye el tiempo libre. A partir de las demandas y reivindicaciones por el endurecimiento del trabajo industrial, se observan sus resultados en la reducción del tiempo de trabajo y aumento del tiempo de descanso, aparece la diferencia tiempo de trabajo-tiempo libre. Con esta diferencia de tiempos se comienza a valorar el tiempo libre como un tiempo personal, un tiempo para el desarrollo personal, tiempo para el desarrollo individual, que a la vez coincide con la monotonía del trabajo. El tiempo libre surge como una alternativa del hombre frente a la alienación del trabajo {Miller y Form, 1970). La segunda revolución industrial y la sociedad postindustrial enfrentan la realidad de tener que cubrir cada vez más tiempos que corresponden no sólo a las personas viejas, a los jubilados, sino también a los tiempos de los desocupados. La reducción de las jornadas de trabajo a menos de ocho horas diarias no ha conducido a las personas a disfrutar del tiempo libre sino a buscar otra actividad laboral. El concepto social de tiempo libre surge cuando la cantidad de tiempo libre aumenta para un número significativo de ciudadanos, ya que el trabajo pierde peso cuantitativo y cualitativo. El tiempo libre está indicando un potencial de tiempo que requiere ser llenado. Para Dumazedier {1968) la característica que identifica el tiempo libre es la libertad de decisión que la persona tiene para cubrirlo en oposición al tiempo de trabajo que resulta organizado, reglado y con horario específico. El significado más común del tiempo libre es el ocio y su contenido puede manipularse hasta llegar a ser tan fuente de alienación como el trabajo. El ocio debe ser una posibilidad de realización personal a partir de las reflexiones de Dumazedier, ya que lo plantea como voluntario, como facilitador de desarrollo, como destinado a la participación y a la libertad del hombre. En la sociedad actual el ocio adquiere una importancia muy significativa, a la vez que mantiene su autonomía en relación con el trabajo y otros ámbitos de la vida humana. El ocio hoy debe ser una oportunidad para la educación permanente, para el desarrollo personal y social de todos los seres humanos {Moragas Moragas, 1995). El tiempo libre es aquel tiempo que queda después del trabajo, del descanso, de las actividades para la vida física, para las obligaciones familiares y para las obligaciones sociales. El tiempo libre se puede cubrir con actividades de ocio, de distracción, de recreo, ya sean físicas, psíquicas o sociales. Las actividades de ocio resultan extraordinariamente variadas, ya que sólo las límita la creatividad de los seres humanos. El ocio es una experiencia global del ser humano, tal como lo es el trabajo, el amor o la relación social y responde a deseos diferentes en cada persona {Dumazedier, 1968). Aún resultan muy nuevos los temas del tiempo libre y ocio, por ello sus análisis resultan fundamentalmente descriptivos. La persona que se jubila, en la mayoría de los casos, sólo recibe información con respecto a cuanto será su ingreso económico a partir de la jubilación. Al respecto, la Comunidad Económica Europea, le solicitó a la Universidad de Liverpool un informe en 1988 y estuvo a cargo de Pearson, quien manifiesta que menos del cinco por
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ciento de las personas que se jubilan en los países miembros, reciben alguna preparación para la jubilación, tanto a nivel personal (toma de decisión} a nivel familiar, en relación con el nuevo rol y con respecto al tiempo libre.
Cuadro Nº 22 Extremos entre los cuales oscila el tiempo libre de las personas jubiladas según sus condiciones personales. Negativo
• • • •
Tiempo a llenar; Consumismo; Dirigismo político; Relaciones conflictivas .
Positivo
• • • •
Condiciones del sujeto
• • • • • •
Limitaciones físicas y psíquicas; Personalidad negativa; Intereses restringidos; Madurez frustrante; Residencia aislada; Bajo status económico, pensión insuficiente.
Descanso, recuperación; Educación, cultura; Desarrollo personal, expresividad; Relaciones satisfactorias . Condiciones del sujeto
• • • • • •
Salud, autonomía personal; Personalidad positiva; Intereses amplios; Madurez activa; Residencia céntrica; Status económico aceptable, pensión suficiente.
Al llegar la jubilación la persona se enfrenta con una disponibilidad de tiempo libre, que consideran, en muchos casos, excesiva, ya que sino se cubre con actividades significativas puede resultar una carga pesada y difícil de llevar. Este tiempo libre, del que disponen de ahora en más las personas jubiladas, oscila entre extremos negativos y positivos con relación a las condiciones que presentan las personas. El paso, de trabajador a jubilado, enfrenta a las personas con el hecho de disponer de las ocho horas de trabajo más las que destinaba a trasladarse y a actividades afines que realizaba con sus compañeros y/o colegas, lo ubica frente a un cúmulo de horas que debe cubrir. La distribución de la secuencia horaria del día, desde la jubilación en adelante será la siguiente:
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Descanso
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Necesidades vitales
Aquí el desafío es cubrir el tiempo libre con actividades que apuntalen la autonomía, la realización personal, la autoestima, las relaciones interpersonales y la participación social. A través del ocio la persona jubilada debe alcanzar bienestar físico, psíquico y una adecuada satisfacción de vida.
6.17.- la cultura del ocio como factor de cambio intergeneradonal 6.17.1.- La sociedad del ocio: claves de una nueva cultura. El advenimiento de la sociedad post-industrial, tal y como define Bell, ha traído parejo no sólo la preeminencia del sector servicios como sistema productivo, sino también otros elementos colaterales como consecuencia lógica de éste cambio social y cultural en el contexto de las sociedades altamente desarrolladas: el ocio sería uno de ellos. En este contexto se inscribiría el estudio sobre el cambio en los valores y su vinculación al ocio, a través del análisis intergeneracional, en esquema de Jóvenes y Adultos. En un país como España, donde se ha vivido una tendencia social marcada por el cambio social, (modernización, surgimiento de la sociedad post-industrial}, a un ritmo vertiginoso. Conviene precisar que únicamente se puede hablar de sociedad del ocio en el contexto de la sociedad post-industrial, es en la sociedad industrial donde se institucionaliza fruto de su segregación del tiempo dedicado al trabajo, ya que en las civilizaciones más antiguas que se conocen tanto el trabajo como la diversión formaban parte del ritual a través del cual los hombres buscaban la comunicación con los espíritus de sus antepasados (Dumazedier, 1975:402}. Dumazedier considerando que el ocio tiene unos rasgos característicos de la civilización nacida de la revolución industrial, escribe que antes de ésta no se puede hablar de ocio, ni siquiera del
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tiempo liberado del trabajo, sino sólo de tiempo desocupado y de ociosidad (Dumazedier, 1968). Por tanto, es en la sociedad industrial cuando se produce la separación entre trabajo y ocio, elevando a este último a categoría social, para que en la actualidad, la sociedad post-industrial la haya convertido, progresivamente, en un principio angular de la cultura occidental y contemporánea. La sociedad industrial está centrada en el trabajo, y en la sociedad post-industrial cobra mayor importancia el ocio. El ascenso de los valores de ocio dentro del marco del postmaterialismo plantea incógnitas en tanto en cuanto los valores ligados altrabajo, como la racionalidad instrumental y la eficiencia, han ocupado un papel central en las sociedades modernas, mientras que el ocio ha sido percibido habitualmente, más como un privilegio que como un derecho. A lo largo del presente trabajo, se pretenderá aclarar, qué es lo que queda del hace décadas pregonado advenimiento de la sociedad del ocio dentro de las actuales tendencias del cambio de valores. Los pioneros de la Sociología del Ocio, el ocio es un fenómeno exclusivo de la moderna sociedad industrializada que lleva el acortamiento de la semana laboral, el trabajo de lunes a viernes, y al gran poder de compra de las masas, el ocio ha pasado a ser una esfera significativa de la vida. (Dumazedier, 1968). En el último estudio realizado por la Fundación Santa María, se afirma que el ocio tiene su reflejo concreto en la cotidianidad, ha perdido el carácter sagrado de antaño y ha penetrado en nuestras vidas en forma, por ejemplo, de medios de comunicación a la conquista de las masas. El individuo, en esta nueva tesitura, vendría a convertirse en el nuevo horno ludens. (Laespada-Salazar: 1999, pág. 360). En este sentido, el ocio se convierte en tiempo complementario del trabajo, en valor deseado como autosatisfacción o autogratificación y en posibilidad de ejercer el consumo, con un consiguiente auge de los negocios relacionados con la recreación, posteriormente el turismo, etc. (Laespada-Salazar: 1999, pág.360). Entre las concepciones sociológicas del ocio, conviene destacar, por un lado la idealizada-burguesa (término acuñado por Munné, 1980)), que destaca la capacidad del ocio para crear un nuevo tipo de persona y de sociedad, y por otro la concepción crítica-marxista que desconfía de la capacidad liberadora del ocio, atribuida por los idealistas, denunciando la distorsión del capitalismo en este ámbito. Como síntesis de ambas posturas, partimos de un reconocimiento del carácter potencialmente liberador y espontáneo del ocio, pero sin ignorar su marco social e histórico. (Munné: 1980). Como parte integrante del sistema social, las actividades que sustentan al ocio, plantean problemas de estratificación social, ya que estas actividades al ser un espejo en el que se refleja la estructura social como un todo, reflejará desigualdades e inconsistencias que hay que explicar en términos de desigualdad de oportunidades sociales. Esta tesis es suscrita por Gil Calvo, al afirmar que la cultura no es más que un reflejo de la estructura social, el actuar sobre la cultura de muy poco servirá, si no se actúa en la estructura social. (Gil Calvo: 1985, pág. 267). El desarrollo de las sociedades contemporáneas, industrializadas y urbanizadas, han ido creando las condiciones estructurales que han conducido a una explosión del ocio y de las actividades que los sustentan. La oferta se ha diversificado por razones de preferencias personales y estilos de vida.
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6. 17.2.- Ocio y estilos de vida. Según defiende Bourdieu, ( 1991) las diversas formas en que los individuos organizan sus vidas personales, representan una forma social diferenciadora que moldea la sociedad de manera más relevante que la estructura de clases. Por tanto, la estructura de una sociedad queda conformada por los estilos de vida que en ella se pueden identificar y por la presencia de los segmentos sociales que se organizan alrededor de cada estilo de vida. Cada uno de tales estilos de vida manifiesta sus preferencias sociales que se revelan entre otros a través de la moda, prácticas de ocio y actividades relacionadas con los viajes y el turismo (Bourdieu: 1991). Por tanto, a través del concepto de estilo de vida, se trata de asumir la influencia de las ideas, los deseos y las imágenes, y no sólo de los factores socioeconómicos, hacia los comportamientos de la vida cotidiana. La dinámica del proceso de individualización de nuestras sociedades. (con la búsqueda de una identidad distintiva, de la diferencia), ha propulsado el concepto que se considera como la resultante global del sistema de valores y actitudes de un individuo, de sus actividades y de sus comportamientos de consumo. A su vez ha posibilitado la proliferación de estilos de vida. Los jóvenes, en mayor medida que los adultos, ya no se obligan a un único estilo de vida, experimentan y cambian de estilos, se corrobora a través de la expresión ¿de qué vas?. Esta particularidad constituye una de las principales aportaciones de la postmodernidad. (Orizo:l 999, pág. 62-ss)
El descubrimiento de estilos de vida manifiesta que, unido al proceso general de revalorización y de nueva jerarquización del tiempo de ocio (habiéndose transformado en tiempo central de la sociedad ), se desarrollan que quiebran la uniformidad cultural, dando lugar a estilos de vida ociosa autónomos, por medio de los cuales el individuo puede reafirmar su autodeterminación personal y grupal en el marco del ocio como tiempo central. Esta nueva sociedad del ocio que están marcando y fomentando un estilo de vida y una ciudadanía del tiempo libre en las sociedades modernas, peculiaridades que se presentan como distintos procesos en los que se están agudizando y reformando en los últimos años y que apuntan los rasgos definitorios del ocio y de la vida social del futuro. (Ruiz: 1994, 1889 y ss.) a)
Democratización y generalización del ocio. La extensión del ocio a todas las capas sociales y a todo orden, ya sea de edades, sexo, condición o clase social se convierte en una reivindicación generalizada para cualquier persona que reclama su espacio y tiempo dedicado a otras actividades que en principio le supongan algún tipo de satisfacción. Esta idea está acompañada de un conjunto de lemas y cacareadas consignas entre las que podríamos destacar: «Deporte para todos», «educación física escolar», «democratización de la cultura», «equipamientos públicos colectivos» ...
b)
Diversificación e individualización del ocio. Como consecuencia de la democratización del ocio hacen su aparición nuevas prácticas y actitudes que conducen a la segmentación de las formas de ocio con las que algunos grupos se identifican a sí mismos. La diversidad de estilos de vida y de opiniones, característica de la sociedad actual, se manifiesta y lleva consigo la multiplicación de los tipos de ocio, llegándose a particularismo personales. Las actividades de tiempo libre de mayor calidad, minoritarias y prácticamente exclusivas, es decir, aquellas que responden a necesidades individuales, son las que reportan más satisfacción, como medio para escapar de la
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rutina diaria y monotonía cotidiana. c)
Familiar y doméstico. En términos generales se esta presenciando un doble proceso cultural en el que la familia ha perdido gran parte de sus funciones históricas, pero que al mismo tiempo está recuperando un puesto de importancia excepcional como marco para el tiempo de ocio. Este proceso lo ha reforzado grandemente la oferta y el disfrute del ocio cada vez más dirigido hacia el marco hogareño. Así, actividades tales como recrearse en un espectáculo deportivo sentado tranquilamente en el salón de la casa, o practicar las aficiones favoritas como el bricolaje, coleccionismo, punto de cruz etc. en la buhardilla o en la sala de estar de la vivienda familiar, se han visto reforzadas por la amplia propuesta televisiva, revistas especializadas de todo tipo.
d)
Dualización y radicalización. El tiempo libre se va configurando en nuestras sociedades en dos grupos bien diferenciados, por un lado, aquellos colectivos con gran cantidad de tiempo disponible (parado, jubilados ... ) pero con escasos recursos o motivación, y por otro lado, aquellas minorías que poseen los niveles educativos y los recursos para disfrutar de un ocio activo, pero que no disponen del tiempo necesario. Esta separación comporta formas distintas y diferencias en el consumo cultural que gozan un grupo y otro, los primeros se ciñen a la oferta audiovisual de los medios de comunicación de masas en el espacio del hogar, mientras que los segundos asisten a espectáculos de todo tipo, salen a comer y a cenar, buscando los espacios al aire libre y abiertos.
e)
Especialización y burocratización. Como reflejo de la especialización en el trabajo se está produciendo un efecto de profesionalización y elitismo en las prácticas de actividades de ocio. Existen personas que se convierten en verdaderos expertos de aquella ocupación que empezó a ser una mera afición, hecho que se refleja en la oferta de revistas con un grado de especialización altísimo, en la aparición de tiendas dedicadas a cubrir las demandas de individuos con entretenimientos muy particulares y concretos.
f)
Tecnologización y globalización. Las nuevas tecnologías del ocio, por su parte, abren la perspectiva de servicios y prestaciones que pueden llegar a un número creciente de personas, ofreciendo posibilidades de uso hasta hace poco tiempo inimaginables. Ahora es fácil jugar a determinado video-juego teniendo de compañero a personas de distintos países, y en un futuro no muy lejano visitar virtualmente los lugares más exóticos del mundo sin salir de casa.
g)
Cuantificación y competitividad. Los deportes modernos padecen la tendencia a la cuantificación, más que ninguna otra actividad de ocio, cada acción, esta medida en función de una marca o una meta que hay que alcanzar. El sociólogo García Ferrando describe esta situación con el siguiente ejemplo «el modesto jogger corre con zapatillas que llevan incorporados unos chips que miden el número de zancadas, su frecuencia y su amplitud» (Cfr. Ruiz, 1994: 1893).
En definitiva, los viejos de hoy manejan el ocio desde la perpectiva que se susten-
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ta que el desarrollo de la cultura del ocio tiene su explicación en el contexto de la plena vigencia de la noción de estilo de vida en las sociedades post-industriales. Siguiendo el concepto de habitus de Bourdieu, las pautas de ocio (actividades relacionadas con la diversión, con el disfrute del tiempo libre), conforman estilos de vida en conexión con otras prácticas culturales (Bourdieu: 1991 ). Frente a esto cabe preguntarse como enfrentan el ocio las personas mayores, que se formaron y vivieron en el período de la cultura del trabajo.
6.17. 3.- Ocio y dinámica intergeneracional. Tras haber efectuado una aproximación inicial a los estilos de vida, cabría ahora poner en relación este término, con el objeto central del presente trabajo: el ocio como factor de cambio intergeneracional. Por cambio intergeneracional, se entiende las diferencias existentes entre jóvenes y mayores. Las diferencias de jóvenes y adultos a la hora de conformar estilos de vida a través de prácticas relacionadas con el ocio, han logrado ocupar un lugar central en la formación de la identidad social de las personas. La juventud supone, aproximadamente hoy, un 25% sobre el total de la población. Los jóvenes valoran y tienen unos valores más cercanos al ocio respecto a los adultos, cuya centralidad gira más en torno al mundo del trabajo. Existen indicios de un cambio de valores en torno al trabajo y al ocio que puede llegar a comprobarse a través del estudio de la dinámica intergeneracional de los españoles, esto es, a través del estudio comparativo de los jóvenes con frente a la generación predecesora, se puede apreciar el surgimiento de valores vinculados al ocio. Los jóvenes españoles consideran que trabajar para vivir es una necesidad, optarían por no trabajar si no tuvieran que hacerlo, o estimando que el trabajo es como un mero contrato comercial. La motivación del trabajo se produce en las edades adultas y sólo en las generaciones mayores es en donde constituye un elemento central en la animación y realización de los individuos, en su desarrollo personal (Orizo: 1996, pág.343-ss). Gil Calvo afirma, es la juventud la clientela privilegiada de la cultura de masas (excepción hecha de la televisión, que alcanza a todas las edades (. .. ) (Gil Calvo, 1985: 129), en este sentido, se puede llegar a considerar a los jóvenes, como los abanderados de la postmodernidad. La postmodernidad no alienta las concepciones con vocación de totalidad ni tal como de ha referido con anterioridad, los estilos de vida con intención de permanencia. Esta argumentación en torno al consumo de masas, aparece en similares términos en Orizo, al encontrar que los jóvenes de 15 a 24 años se presentan como los adalides de un consumo puro, con una internalización del modelo de la cultura de consumo mucho más profunda que la de los adultos. Son los que en mayor proporción comprarían productos de lujo, gastan más de lo que tienen, obedecen a sus sentimientos y emociones a la hora de comprar algo, tienen menos en cuenta la utilidad del producto, les encanta ir de compras, estás más orientados hacia las marcas, (. .. ). Con esta referencia (no con la del trabajo) es con la que se asimilan al sistema económico y con la que se socializan en un primer modelo económico (Orizo: 1996, pág. 299-ss). Los ejercicios de consumo, continua suscribiendo Orizo (1996), sirven para el ensayo de los estilos de vida, para la puesta en práctica de orientaciones y la innovación, que «Compensan» comportamientos de control del riesgo real, mientras se fortalecen las cautelas y las reservas ante la vida real (Orizo: 1996, 300).
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Las conclusiones a las que se podrían llegar a partir de las anteriores reflexiones, son las siguientes: Ofrecer una perspectiva acerca del cambio de valores y su vinculación al ocio a través del análisis intergeneracional, es decir, entre jóvenes y adultos de la actualidad. En primer lugar, la alta percepción que tienen los jóvenes de su tiempo privado, o tiempo libre, en el ámbito extradoméstico, hasta llegar a ser considerado por su segundo mundo, defendiendo por todos los medios la no usurpación de ese espacio al ser en él, donde se expresa tal y como realmente es el individuo. Cosa que no ocurre con los adultos y menos aún con los viejos. En segundo lugar, cómo el mundo de los jóvenes permanece muy distante del mundo laboral, sin llegar a implicarse, provocando escaso arrastre. En tercer lugar, se aproximaría una tendencia en la que el mundo de los adultos estaría más cercano al ámbito laboral, o lo que es lo mismo, que sus valores están más allegados al trabajo. Mientras que el caso de los viejos, al estar fuera de la cadena productiva, quedarían aparentemente sin una delimitación o campo esoecifico de práctica de ocio.
CAPÍTULO 7 "No hay nada más degradante que un viejo encorvado bajo el peso de los años y que no puede exhibir más títulos demostrativos de haber vivido que sus canas". SÉNECA
7. Adaptaciones y envejecimiento Al pasar los años las personas enfrentan cambios y modificaciones en distintos aspectos de la vida. Cuando las personas ingresan en el proceso del envejecimiento los cambios que enfrenta se relacionan con el trabajo o la profesión, con la salud física o psíquica, y con las relaciones sociales. Las personas que envejecen se ven urgidas a realizar un trabajo de adaptación a los cambios citados. Trabajo que bien puede reconocerse y definirse como su enfrentamiento con tareas de desarrollo, entendiendo este desarrollo como el resultado de la interacción entre el organismo, la estructura subjetiva, las formas de valoración y la situación social concreta. Los cambios que se han mencionado son generadores de tensión, en la medida en que alteran el equilibrio que se había alcanzado, a la vez que demanda una respuesta de acomodación.
7.1. Autonomía personal, enfermedad y envejecimiento El progreso sanitario, técnico y social ha permitido aumentar la expectativa de vida de las personas. El riesgo de mortalidad asociado a enfermedades agudas ha disminuido, pero la vulnerabilidad a afecciones crónicas ha aumentado. A medida que las personas avanzan en edad aumentan los problemas de salud, la demanda de recursos sanitarios y el consumo de medicamentos. Los problemas de salud de las personas viejas demandan, en ocasiones, la necesidad de disponer de ayuda o de cuidados especiales en el transcurso de la vida cotidiana. Ante esta situación es importante tener en cuenta la capacidad funcional que presenta la persona anciana como un indicador de salud física, psíquica y social. La OMS recomienda incluir la capacidad funcional tanto en el diagnóstico como en el tratamiento de las personas mayores, ya que ella se vincula en forma directa con el compromiso que se puede plantear en las actividades de la vida cotidiana. La enfermedad en las personas viejas puede producir, en algunas oportunidades, efectos negativos en términos de adaptación psicológica. Entre la enfermedad física y la adaptación se suele presentar una relación compleja que implica factores físicos, psicológicos y sociales porque compromete la autonomía y la autovalidez. Este hecho demanda un esfuerzo significativo para alcanzar una acomodación que permita una adaptación aceptable, para la propia persona y para su entorno. La autonomía de las personas viejas no se ve comprometida solo por problemas de salud, sino que también resulta afectada ante la incidencia de la soledad, la baja autoestima, las relaciones interpersonales pobres y poco frecuentes, la actividad o
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participación social reticente, ya que todos estos factores inciden en la independencia y en la autovalidez. La enfermedad que puede acompañar a la vejez es una de las situaciones que suele originar demandas de asistencia para realizar las actividades de la vida cotidiana. Las dificultades en la capacidad funcional son la resultante de la incidencia de compromisos físicos, psíquicos, sociales y económicos. El entorno físico puede proveer barreras que dificultan la movilidad o predisposición a requerir ayuda de otras personas, hecho que puede reducir o aumentar la incapacidad física. También inciden el hecho que la persona anciana sea sola o no, ya que ello puede generar demanda de ayuda o provisión de estímulos diversos. Los estudios de Kane y Kane (1993) indican que la capacidad funcional y sus posibilidades de enfrentar los requerimientos de la vida cotidiana disminuyen a partir de los 75 a 80 años. Estos estudios hacen referencia al mantenimiento y cuidado personal o sea actividades básicas y también a actividades instrumentales, las referidas al entorno doméstico. El mantenimiento o disminución de la capacidad funcional depende de cada persona vieja, del sexo y de la disposición personal. Los trabajos de Fernández Mayoralas y Rodríguez Rodríguez (1995) muestran como se manifiestan las personas, según su edad, ante actividades que se relacionan con el autocuidado, las tareas domesticas y la movilidad tal como lo muestra el cuadro Nº29.
Cuadro Nº24 Personas mayores de 65 años con necesidad de ayuda para realizar ciertas actividades según sexo y edad (en total de la categoría). Edad 65-69 años 70-74 años 75-79 años H M H M Sexo H M
Ayuda Necesitan ayuda levantarse de la cama o acostarse
para
80 y+ H M
2.6
3.0
2.8
2.8
7.5
6.2
12.9 19.3
Vestirse y desvestirse
3.4
3.0
2.8
4.2
10.2
5.7
14.5 22.0
Cuidar de su aspecto físico (peinarse, lavarse, etc.)
1.7
2.2
2.8
3.1
7.2
5.1
13.1 23.6
5.2
4.9
6.1
8.7
12.6 15.8 28.9 41.5
Acudir al baño
1.7
2.2
1.4
1.0
6.1
4.0
10.8 17.9
Comer
0.4
1.1
0.9
1.0
3.4
3.5
B.O 11.6
Quedarse solo durante la noche
2.6
3.4
2.3
3.5
6.8
7.5
14.1 23.4
Subir o bajar escaleras
1.7
3.4
3.7
5.9
7.2
12.1 15.7 27.8
Realizar tareas domésticas (hacer la comida, limpiar la casa, etc.)
2.6
7.8
3.3
12.2
8.5
14.3 16.5 27.8
Caminar, pasear.
1.3
3.7
2.8
4.9
6.1
8.8
Bañarse y ducharse
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El estado de dependencia que genera el declive y/o deterioro físico resulta, para las personas viejas, una experiencia desvalorizante. El depender de otra persona provoca en la persona vieja una percepción negativa de sus posibilidades y su eficacia. La pérdida de autonomía es un fenómeno complejo que involucra aspectos físicos y psíquicos. Los aspectos físicos de la perdida de autonomía indican la incapacidad total o parcial para satisfacer las necesidades básicas, para realizar las tareas ordinarias de la vida cotidiana y que están dirigidas a satisfacer las propias necesidades. El declive y/o deterioro físico y la situación de dependencia no significan una pérdida de la autonomía psicológica, solo será perdida de autonomía psicológica si afecta la identidad personal, ya que la crisis de identidad es un factor determinante para enfrentar la vejez con satisfacción. El deterioro de la identidad personal puede producir la pérdida de la autonomía psicológica, ya que la persona vieja modifica su autovaloración. La modificación en la autonomía psicológica puede ser originada por el accionar de las personas que rodean al viejo, a partir de una falta de reconocimiento de las posibilidades de decidir que tiene el propio viejo y con ello se devalúa la imagen que tiene de sí mismo.
7.2. Habitat y envejecimiento La mayoría de las personas viejas viven en su casa o en la casa de su familia. El ingreso de las personas viejas a una institución geriátrica depende de circunstancias tales como: la edad, el sexo, el estado civil, el apoyo social, el tipo de hogar, la capacidad funcional, la salud física y la salud psíquica. Bazo (1991) con sus estudios puso en evidencia que la mayoría de las internaciones de las personas ancianas ponen de manifiesto la falta de apoyo familiar y social. Los estudios realizados por Traham (1989) ponen de manifiesto los siguientes aspectos negativos de la internación y la incidencia que tienen sobre las personas viejas: ./ imagen social negativa de las instituciones geriátricas; ./ institución totalmente desconectada del entorno; ./ actitud Úniforme para con todos los internados; ./ traslado a otro lugar geográfico; ./ cambio ambiental; ./ traslado involuntario en la mayoría de los casos; ./ falta de preparación. Fernández-Ballesteros (1992) al realizar estudios sobre las instituciones geriátricas, establece cinco categorías: ./
./
Características físicas y arquitectónicas. En ellas incluye: • ubicación de la institución; • barreras físicas; • integración en la comunidad; • Política organizativa y de funcionamiento. Incluye: • relación personal-residente; • normas de funcionamiento; Características de los residentes. A saber: • aspectos sociodemográficos; • nivel educativo;
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Variables psicosociales. Entre ellas destaca: • relaciones interpersonales; • clima social; Variables individuales: • salud; • funcionamiento; • adaptación.
Los progresivos avances en los estudios que se realizan en relación al binomio persona-ambiente y a la vez en torno al clima psicosocial de las instituciones geriátricas, van a posibilitar su acomodación para ofrece una mayor calidad de vida a los ancianos que deben recurrir a ellas. En la actualidad la internación en instituciones geriátricas, ya no es la única alternativa a la que pueden recurrir las personas viejas, que por factores físicos, psíquicos, sociales, familiares y/o económicas, no pueden vivir en sus propios domicilios. Los países van organizando servicios que brindan atención en domicilio, departamentos individuales o compartidos, sistemas de acogida, acogida familiar, convivencia intergeneracional, alojamientos tutelados, etc. La ubicación de la persona vieja en un entorno conocido, en un hábitat más pequeño que la residencia geriátrica, ofrece posibilidades a las personas que requieren este tipo de ubicación. En 1985 la Fundación Francia impuso una línea de trabajo para poner en marcha sistemas de alojamiento de personas ancianas en hábitats que no fueran residencias y/o instituciones geriátricas. Puso el acento en los servicios comunitarios con predominio del cuidado a domicilio, mientras fuera posible mantener en estas condiciones a la persona vieja, ofreciéndole una posibilidad de mayor calidad de vida y retrasando al máximo la internación en una institución geriátrica. La Fundación Francia ha coordinado seis experiencias de pequeñas unidades de vida a partir de los principios de solidaridad entre generaciones que se realizaron en Bélgica, Francia, Gran Bretaña y Holanda a partir de 1993. Cada uno de estos países desarrollo una o varias unidades para personas viejas que necesitan alojamiento y cuidado. El análisis de las distintas experiencias se realizó en base a los siguientes aspectos: .! calidad de vida a la persona anciana; .! autonomía necesaria para cada persona anciana; .! rol de la familia; .! conceptos de poder, responsabilidad y como usarlos; .! flexibilidad de normas; .! evaluación de los proyectos en el transcurrir del tiempo (De Boer, 1995). Las diferencias entre la propuesta de la Fundación Francia y el tradicional sistema de internación en instituciones geriátricas, posibilita las siguientes observaciones:
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Cuadro Nº 25 Diferencias entre la propuesta de la Fundación Francia y las instituciones geriatricas.
Fundación Francia ofrece:
1nstituciones geriátricas ofrecen:
Grupo pequeño y personalizado
Grupo numeroso y anónimo;
Mantenimiento del entorno habitual: barrio o pueblo;
Desarraigo, exilio, cambio de barrio o pueblo;
Consolidación de las relaciones familiares; Nuevas redes sociales;
Espaciamiento de las relaciones familiares; Dificultad o imposibilidad para con las redes sociales;
Participación activa en la vida cotidiana a partir de responsabilidades;
Ausencia de participación en la vida cotidiana, falta de obligaciones;
Coordinación de actividades;
Segmentación o parcelación de actividades;
Asumir la evolución de la dependencia;
Reforzamiento de la dependencia; Negación de la muerte.
Compañía hasta la muerte.
7.3. Relaciones con otras personas y envejecimiento En cuando a las relaciones que los viejos mantienen con otras personas, se puede señalar que acontecen cambios y que resultan perceptibles en el quehacer de la vida cotidiana. Después de la jubilación los compañeros de trabajo ya no se encuentran, las relaciones con la pareja han resultado adaptadas a otro ritmo de vida, se amplia la familia con la incorporación de otros núcleos y por nacimientos de otros miembros, se puede presentar la muerte del cónyuge o de otros contemporáneos, de familiares o amigos. Estas, son todas realidades que las personas enfrentan en el transcurso del proceso de envejecimiento.
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Cuadro Nº26 Posibilidades ambientales de los alojanientos reducidos para pesonas ancianas. 1. Intimidad 2. 1nteracción social 3. Control/posibilidad de elección 4. Orientación 5. Seguridad 6. Accesibilidad y posibilidad de manejo del entorno (ventanas, puertas, grifos, etc.) 7. Estimulación ambiental 8. Adaptación a cambios sensoriales 9. Familiaridad y continuidad respecto al ambiente previo del individuo 1O.Estética 11 .Personalización 12.Adaptación a características personales Regnier, 1993.
En las relaciones que la persona vieja establece con los otros, tiene una participación significativa la capacidad funcional de la persona anciana, ya por lo que puede hacer o por lo que necesite recibir. Es importante que las relaciones con otras personas no queden circunscriptas exclusivamente a la familia, sino que abarquen otros grupos por sus efectos estimulantes.
7.4. Envejecimiento en familia El aumento de la expectativa de vida tiene sus repercusiones en la vida familiar. Entre estas repercusiones esta la coexistencia de varias generaciones que conviven durante más años, ya que al alargarse la vida se alargan las relaciones. Este hecho acontece en un contexto familiar que hoy se caracteriza por el cambio en la vida cotidiana y en la apreciación de nuevos valores. Estas familias hoy enfrentan el divorcio y sus derivaciones. Esta coexistencia de varias generaciones da origen a relaciones entre varios hogares. La intimidad a distancia se define a través del mantenimiento de vínculos entre las personas ancianas y su familia a partir de contactos telefónicos, visitas, del tiempo que se necesita para desplazarse de un lugar a otro, ya que estos son los escenarios en que se dan las relaciones. Los estudios de Cruz y Cabas {1990) muestran que en este tipo de relaciones que hoy se presentan, se dan las siguientes circunstancias, a saber:
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La distancia exterior no se corresponde con un sentimiento de lejanía afectiva; Las relaciones que se mantiene no se ajustan a las expectativas de las personas de más de 65 años; ./ No siempre estas relaciones resultan satisfactorias; ./ La distancia suele reforzar el sentimiento de abandono familiar que tienden a presentar las personas ancianas.
./ ./
Las familias evolucionan en relación a los acontecimientos que enfrentan: emancipación de los hijos, nacimiento de los nietos, jubilación de los progenitores. Estas son circunstancias que la enfrentan a la familia con reajustes y acomodaciones. Todo lo relativo a la relación entre las personas ancianas y sus familias tiene que tener en cuenta este contexto con evoluciones y reacomodaciones, ya que en la mayoría de las circunstancias las condicionan. En términos generales, puede afirmarse que todo aquello que afecta a la persona vieja también afecta a su familia, lo que varía es la intensidad, ya que ello guarda relación con el tipo de suceso, con la historia familiar y la personalidad.
7.5. Envejecimiento y apoyo social El proporcionar y recibir cuidados es una constante a lo largo de la vida, ya que ella comienza con el nacimiento y se extiende mientras las personas viven. El hecho de proporcionar cuidados es algo que pertenece a la familia. Los cuidados durante la vejez se suelen desencadenar a raíz de ciertos acontecimientos: la viudez, la salud, la institucionalización, los bajos ingresos, etc. 7.5.1. Cuidadores En la actualidad, los cuidados no siempre los brinda la familia, ya que ello resulta insuficiente o incompetente para ello y resulta necesario buscar otras personas que cumplan las funciones de cuidadores. Entre los factores que conducen a la búsqueda de personas que se dediquen al cuidado de los viejos están los siguientes: ./ disminución del número de personas que forman la familia; ./ reducción del tamaño de las viviendas; ./ incorporación de la mujer a la cadena productiva; ./ aumento de la expectativa de vida de las personas ancianas; ./ cambios en la estructura y dinámica familiar.
Resulta necesario, cada vez con más frecuencia, el recurrir a la ayuda de cuidadores como parte de programas de apoyo social y que favorezcan las relaciones intergeneracionales, a la vez que proporcionen lazos con la familia extendida.
7.6. Postmodernidad: alimentación y envejecimiento Las sensaciones de hambre y sed, que indican la necesidad de nutrirse para sobrevivir, han guiado la conducta humana a través de los siglos. Pero hoy el hambre ya no es sinónimo de precariedad y ausencia, ni la sed, de desierto. El desarrollo industrial y agrícola, el progreso y la modernidad han impuesto nuevos patrones de nutrición. En "Alimente su inteligencia" (1989), un excepcional trabajo de investigación realizado por los especialistas franceses Monique Le Poncin (médico) y Henri Seguin (chef), sostienen que en gran parte del mundo ya no se come para vivir. Por el contrario, se teme que por comer, se puede morir más pronto.
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Los criterios de Le Poncin y las recetas de Seguin están siendo adoptados muy lentamente desde su aparición en 1989. Su mayor eco ha sido en los centros especializados en investigación para la prevención del envejecimiento cerebral. Un cerebro hambriento no escucha mensajes y menos aún, reacciona. Para ser eficaz y tener buen rendimiento necesita nutrirse convenientemente. Su buen funcionamiento dependerá, por lo tanto, de los alimentos que se elijan. En esa selección cotidiana, no le va muy bien a la modernidad, dicen Le Poncin y Seguin {1989): "La publicidad, la influencia de los medios masivos de comunicación, la aparición de alimentos precocidos y la entrega de las comidas a domicilio, han canalizado gustos y hábitos, privándo la posibilidad de elegir". El placer de comer cede a menudo su lugar a la necesidad de nutrirse con un costo menor y lo más rápidamente posible, y cada vez las personas de hoy reaccionan con mayor pasividad frente a los alimentos que el mercado ofrece. Así, la mayoría adopta hábitos alimenticios sin respetar ninguna lógica dietética, dicen los expertos. Y explican que ello ocurre porque se dejan imponer gustos que se adoptan sin mayor reflexión bajo el sencillo argumento que si algo es bueno para los demás, también lo será para nosotros. Después de experimentaciones donde la técnica culinaria se complementó con la investigación nutricional, lograron confirmar que la cocción en exceso, perjudicial por la pérdida de nutrientes que se queda en el agua y no en el plato, es mal cotidiano y extendido. Que las ollas o cacerolas de aluminio acentúan estas pérdidas, y que las frituras por ejemplo, deben efectuarse a temperaturas inferiores a los 180 grados. En los aderezos, las investigaciones sobre cómo alimentar el cerebro confirmaron investigaciones efectuadas por Bourre {1998) en el sentido de que el ácido linolénico resulta esencial porque eleva los niveles de aprendizaje y de resistencia a las toxinas, manteniendo las interacciones celulares. Para desconsuelo de los gourmets, el ácido linolénico está presente en muy bajas proporciones en el aceite de oliva, fundamental en la dieta del Mediterráneo. Otro inconveniente del linolénico es su bajísima resistencia al calor. Por ello se recomienda consumirlo crudo y cocinar en cambio con aceite de oliva o de maní. A la hora de los aderezos los investigadores encontraron como aliados por su aporte de nutrientes, hierro y vitamaninas, el uso de hierbas simples y baratas como perejil, cebollín y perifollo, frutas deshidratadas como almendras, nueces, avellanas y uvas, y tres quesos deliciosos y como el Gruyére, Parmesano y el Roquefort. El estudio de Le Poncin y Seguin culmina con una ironía: Una alimentación monótona basada en prohibiciones, no es de personas inteligente. Aquí es importante agregar que la alimentación en la vejez no solo esté destinada a mantener el cuerpo, sino, tambie 'n a proveer lo que necesita el cerebro para un buen funcionamiento.
7.7. Avances y desafíos para un enfoque integral del envejecimiento La sección Población del Departamento de asuntos económico-sociales de las Naciones Unidas publicó, el 26 de Octubre de 1998, una actualización de los cálculos y proyecciones en materia demográfica. En el capítulo dedicado al aumento del número de personas iejas, destaca, entre otras cosas, que los 66 millones de personas de más de ochenta años de edad, que viven hoy en el mundo, van a aumentar hasta 370 millones en el año 2.050, y se contarán entre ellos 2,2 millones de personas centenarias.
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Las expectativas de más años de vida de la población en muchos países han ido aumentando desde hace tiempo; Argentina también se encuentra en esta situación, y como los índices de natalidad siguen un orden inverso, ocurre que es uno de los países de América Latina con mayor índice de envejecimiento. El aumento de la expectativa de vida ha llevado a que el número promedio de años en la etapa postlaboral de su población sea de igual extensión al del período formativo y educativo prelaboral. Es decir, el período postjubilación es de similar duración al tiempo que la persona ocupa en su juventud para formarse antes de entrar a trabajar. Esta realidad del crecimiento constante del número de viejos y la disminución del número de jóvenes y niños ya viene alarmando desde hace tiempo a los estudiosos. La pirámide de las edades se encuentra completamente invertida en varios países del mundo. Quizá esta sea una de las razones por la cual, desde hace unos años, se van realizando numerosos estudios interdisciplinarios dedicados a la vejez. La preocupación por los viejos y su estilo de vida en una sociedad tan cambiante como la de estos días, es preocupación de instituciones gubernamentales, ONGs, Universidades, y de grupos privados de distintas orientaciones. La vejez en el tercer milenio; es un desafío para todos, ya que ella indica bien el grado de preocupación creciente. El presente demanada una constante y a la vez sencilla reflexión sobre la realidad psicológica de las personas viejas (hoy, ya se habla de tercera y cuarta edad), y debe pretende entregar algunas reflexiones acerca del desarrollo integral de las personas comprendidas en esta edad que abarca un amplio espacio cronológico.
7. 8. Las personas viejas y la autoestima Muchas personas llegan a la edad de la jubilación y se sienten todavía enplenitud para la realización de sus trabajos. Frecuentemente se encontran personas de edad avanzada que están plenamente en forma, totalmente vigentes, lúcidas, llenas de iniciativas y planes de trabajo. Muchos hombres y mujeres científicos, literatos, escritores, investigadores, políticos, hombres de campo, mujeres amas de casa, etc., aunque ven disminuidas sus potencialidades físicas al llegar a la vejez, sienten sin embargo, que su mente sigue lúcida, y sus ganas de hacer buenas cosas permanecen inalterables. A pesar que ellos se ven así mismos bien, la sociedad les dice por medio de la jubilación o de otras señales, que ya deben dejar el puesto a gente más joven y nueva, y que deben retirarse. En una palabra, es corno si se les dijera: señor, señora, se prescinde de usted. Una de las primeras necesidades de todo ser humano es la de sentirse aceptado, querido, recibido, contenido, perteneciente a algo y a alguien, sentimientos estos en los que se basa la autoestima. La autoestima consiste en saberse capaz, sentirse útil, considerarse digno. Por lo tanto no puede haber autoestima si el individuo percibe que los demás prescinden de él. Así lo veía ya Maslow en su famosa pirámide de necesidades, donde describe un proceso que denominó autorrealización y que consiste en el desarrollo integral de las posibilidades personales. La autoestima consiste en las actitudes del individuo hacia sí mismo. Cuando las actitudes que este mantiene hacia sí mismo son positivas se habla de buen nivel o alto nivel de autoestima. Al nombrar la palabra actitudes ya se ha incluido el mundo de los afectos y sentimientos y no sólo el de los conocimientos, pues los componentes de la actitud encierran gran variedad de elementos psíquicos. De ahí que para la educación y formación de las personas interesa mucho formar en actitudes porque
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así se asegura una formación integral y no fraccionaria. Por lo mismo que las actitudes se encuentran integradas por factores cognitivos, afectivo, emotivos y conductuales, es muy difícil cambiarlas, pues radican en lo más profundo de la personalidad. Por eso también, un adecuado nivel de autoestima es garantía de que el sujeto viejo podrá hacer frente con dignidad a importantes contrariedades de la vida; no decaerá su ánimo fácilmente. En atención a esto, si a una persona que se siente bien, saludable y con fuerzas, se le dice que ya no hace falta, es muy probable que ello influya en el deterioro de su autoestima al hacerle ver que el grupo puede prescindir de ella, que su pertenencia al "nosotros" ya no es tan evidente. Es como decirle que el aprecio que se sentía por él o ella era sólo en cuanto que su aporte y presencia nos era útil, pero ahora las cosas cambian: su presencia no es necesaria porque ya no puede aportar nada. El viejo saludable se siente desconcertado ante dos experiencias de vector contrario: por un lado él se siente bien y con ganas de trabajar, pero por otro lado la sociedad le dice que ya no lo necesita. Es un duro golpe para su autoestima, pues como se decía antes, una de las bases importantes para alimentarla se encuentra en el sentimiento de pertenencia. ¿Cómo mantener dicho sentimiento si se le están mandando mensajes de que se puede prescindir de él? Pero la autoestima (inserta en el sistema actitudinal de la personalidad) es un todo muy complejo. Todo el valor afectivo-emotivo que ella encierra no se limita sólo a efectos anímicos (lo que ya es bastante importante) sino que proyecta sus múltiples consecuencias también hacia lo físico y somático. Estudios modernos prueban que el enfermo se recupera mejor si además de los cuidados médicos y fármacos cuenta también con toda esa red de arropamiento acogedor que representa la mano tierna y cariñosa dispuesta a brindarle un amor incondicional. No sólo el enfermo se recupera mejor cuando es atendido con amor, sino que a causa del amor, una persona puede permanecer más inmune a la enfermedad que aquella otra carente de esta experiencia amorosa. Está demostrado, por ejemplo, que las personas con más y mejores lazos familiares padecen menos resfriados que las que carecen de ellos.
7.9. Inteligencia emocional y autoestima en la vejez Los nuevos estudios indican que las emociones positivas y negativas influyen en la salud más de lo que se suponía hace unos cuantos años, y que si no se tiene un desarrollo afectivo óptimo no se desarrolla la inteligencia; así es que hay una relación directa entre el afecto y el desarrollo cerebral, intelectual. La inteligencia depende de la vida de la niñez, cuando se va estructurando la persona. Es interesante volver a valorizar el afecto. Goleman (2001) ha tenido el acierto de lograr llamar la atención sobre la importancia del tema emocional mediante la publicación de su conocido libro "La inteligencia emocional". Mediante este best seller ha sacado el tema del estricto claustro académico y lo ha llevado a la comprensión de la gente de la calle. Hoy se sabe que la inteligencia es mucho más que una determinada función de la mente humana medida en términos de C.I.; el ser humano, a la hora de actuar de alguna manera y de tomar determinadas decisiones, no lo hace tanto guiado por su inteligencia cognitiva, sino, sobre todo, a impulsos de sus emociones y sentimientos que deben ser guiados, orientados, controlados y expresados mediante los dictados de una sana inteligencia emocional. A la hora de decidir en asuntos en los que se va la vida (por ej. lo referente a elección de pareja), no se lo hace guiado por el frío intelecto sino por la calidad e intensidad de los sentimientos que en ese momento nos embargan.
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¿Y quién enseñó a manejar ese mundo de los sentimientos y emociones? Desgraciadamente los aprendizajes que se han practicado en las escuelas han insistido más en el mundo de los conocimientos que en el de las emociones, y sólo un buen ambiente familiar ha podido servir de utilidad para el manejo desenvuelto y positivo del mundo afectivo. ¿Qué pasa si el mismo ambiente familiar carece de la solidez afectiva necesaria? Para poder vivir bien la vida es necesaria no sólo la inteligencia cognitiva sino también (y sobre todo) la Inteligencia emocional, aspecto de la personalidad que tan olvidado se había tenido. La autoestima corre pareja con el funcionamiento de la Inteligencia Emocional: las personas con mejor y más adecuada expresión de sus sentimientos y emociones son a la vez personas seguras de sí mismas, con mayor sentimiento de libertad y autonomía, con mejores relaciones interpersonales, y por ello mismo con mejor nivel de autoestima. Esto es de gran importancia en el proceso de envejecimiento. Una de las primeras crisis de la edad madura es a menudo una crisis de desgaste, desánimo y desilusión, por la experiencia que vive el viejo al verse, de pronto, no aceptado. Y ello sin razón objetiva alguna, puesto que él se siente todavía como ser vigente y capaz de servir. Esta es una crisis que se ve agudizada por las pérdidas que va viviendo el adulto mayor: pérdida del trabajo donde se sentía útil, pérdida de los compañeros de labores más jóvenes a los que ya deja de frecuentar, y pérdida de seres queridos y amigos que van muriendo: "... Ya tengo más seres queridos dentro de estas murallas que afuera, me decía un viejo campesino del norte cuando salíamos del cementerio el día del funeral de mi madre ... " Si estas pérdidas no se compensan por medio de convenientes ejercicios de Inteligencia Emocional (buen manejo del campo afectivo-emotivo) no será nada raro que el viejo se sienta invadido de perjudiciales sentimientos negativos, que afectarán su autoestima, especialmente en las fT1Ujeres. 7.9.1 Modelo del viejismo y paradigma del cuerpo joven
Los parámetros y valores culturales imperantes en la sociedad favorecen poco la autoestima del anciano. El modelo cultural que impera en la actualidad es un modelo simplista que imagina el desarrollo de la vida en términos de comienzo, plenitud y decadencia. Según este esquema el hombre está condenado fatalmente a ser testigo de su propia decadencia, y necesariamente su autoestima será cada vez más frágil y vulnerable. Subyace aquí una ideología físico-biologista que reduce el ser humano a pura conexión de células que obviamente se van envejeciendo y deteriorando. Es una ideología del "viejismo" que es necesario superar. La inteligencia y la afectividad no decaen al ritmo de la decadencia biológica, y al contrario, crecen y se fortalecen en el viejo saludable hasta el último día de vida: " ... Enséñame, Señor, a saber aceptar lo de cada día; a saber caminar pisando firme, para andar por el Camino que conduce a la paz temporal, y sobre todo a la eterna ... " La OMS define el viejo sano como aquel individuo cuyo estado de salud se considera no en términos de déficit, sino de mantenimiento de capacidades funcionales. Por otro lado es importante recordar que el mismo envejecimiento de las células cerebrales se produce más lentamente que el de otras células del organismo si se las mantiene activas, por lo cual se recomienda aprender algo nuevo en una especie de gimnasia intelectual. Junto a esta mentalidad del viejismo que se acaba de comentar está presente en esta sociedad lo que algunos autores llaman: Paradigma del cuerpo joven. El tipo de sociedad imperante hace cada vez más difícil la vida familiar de convivencia
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trigeneracional; el modelo de familia que se presenta en los atractivos anuncios publicitarios suele estar representado por una linda joven pareja, un pequeño hijo muy bonito, y el perro. Pocas veces aparece el abuelo en ese cuadro. A este signo de marginación familiar respecto de los ancianos se añade la preferencia casi obsesiva de los medios publicitarios por el cuerpo joven como ideal estético. Mujeres y hombres modelos han de ser según este esquema gente joven, con bonito cuerpo (excesivamente delgado), y muy lejos de todo lo que pueda ser arrugas y defectos del cuerpo viejo. Eso explica la gran oferta y demanda que en estos tiempos representa el mundo físico culturista, al cual se ven inclinados tantos de nuestros jóvenes y no tan jóvenes. Es lógico que en un ambiente así, el hombre y mujer mayores sientan que no tienen nada que ofrecer: las personas de edad aparecen como patéticamente feas.
7.10. Mirando al tercer milenio. Constructores de Esperanza Al terminar este apartado se considera necesario presentar algunos motivos de esperanza que son a su vez especiales desafíos para quienes, desde el mundo de la salud psíquica, desean construir un mundo más feliz y humano frente al tercer milenio que comienza. 7.10.1. Personalidad como proyecto sin terminar
La persona puede llegar a la tercera y cuarta edad, ser adulto mayor, anciano, viejo, o como se quiera llamarlo, y puede ser testigo de su deterioro físico, a la vez que mantener incólume su crecimiento psíquico. La mejor doctrina sobre la personalidad y su desarrollo enseña desde hace muchos años que ésta se halla siempre en proyecto y que nunca termina de crecer. Erickson considera la vejez como la etapa de la integración versus la desesperación. La integridad es vista aquí como la disposición a defender la dignidad del propio estilo de vida contra la amenaza física y económica. Alcanzar la integridad consiste en haber logrado un especial estado de espíritu cuyo componente especial es la autoaceptación. Refiriéndose a dicho estado de espíritu Sherman (2000) dice que es la aceptación de la realidad, la realidad de uno mismo y de la propia vida, resultante del abandono de las ilusiones. Sin embargo, varios sujetos no llegan a liberarse de sus objetivos no realistas (que acarician a menudo sin saberlo), y los sentimientos de fracaso, frustración y decepción de si mismo que resultan de todo ello, conducen inevitablemente a un sentimiento de desesperación. Lo importante es que el individuo acepte y asuma lo que él es en verdad, y no lo que los elementos estresores y ansiógenos de la sociedad le pretendan imponer. De _ahí que sea necesario incluir en los programas universitarios y de otras organizaciones los planes que permitan entregar a todo ser humano la formación que necesita para aprender a envejecer. Esto significa, entre otras cosas, desarrollar la autoestima y aprender a manejar las propias emociones (destreza emocional), pues ello contribuye a una mejor calidad de vida. El éxito de la vejez consiste en vivir esta última etapa de la vida como un período de crecimiento psico-socio-cultural. 7.10.2. Sentido de la felicidad humana y presencia de la muerte
Felicidad y muerte parecen a simple vista dos términos mutuamente excluyentes. La felicidad como anhelo y aspiración de todo ser humano es la motivación que está en la base de todas las demás motivaciones; ella es la aspiración de todo hombre y mujer desde que nace hasta que muere ¿Pero es posible la felicidad cuando en la vida se incluye el horizonte de la muerte? La muerte tiene sentido cuando la vida está llena
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de sentido, el cual es correlato de la felicidad. La felicidad no consiste sólo en estar bien sino en estar haciendo algo que llene la vida. La felicidad es inseparable del sentido de la vida, y la muerte da sentido y valor a cada minuto de la vida. El horizonte de la muerte obliga a seleccionar bien los elementos que son vitales para la vida, y lleva a organizar la escala de valores diferenciando bien entre fines y medios, entre lo que es importante para la vida y lo que es sólo secundario. La perspectiva de la muerte ayuda a ser libres, a no apegarse excesivamente a las cosas que ejercen dominio posesivo sobre las personas y pueden ahogar las ansias de felicidad y libertad. El ser humano es mortal pero su vida está abierta a la inmortalidad, a la pretensión de inmortalidad. "Lo que yo soy es mortal, pero quien yo soy consiste en pretender ser inmortal". Todo el mundo está seguro de que morirá, pero nadie puede estar seguro de que con la muerte terminará absolutamente su realidad. La seguridad de la muerte no es, ni puede ser, la seguridad de la aniquilación. Del grado y el tipo de esperanza en la perduración depende el sentido de la felicidad. 7.11. Educar para la vida y el amor El sentido de la vida y la felicidad brotan de ese sentido de amor que se encuentra alojado en la esencia del ser humano: la condición humana, según el filósofo Julián Marías, reside en que el hombre es intrínsecamente amoroso, es realidad amorosa. Sólo se sienten realizadas las personas capaces de amar en entrega generosa. La condición intrínseca del amor es la permanencia; el amor nunca muere y se proyecta para siempre sobre la persona amada. El amor es más fuerte que la muerte, dice la Biblia (Cnt. 8, 6). Parece comprobado que los hombres y mujeres que más aman son los que viven mejor el sentido de la vida y de la muerte, y los que mayor provecho obtienen de sus pretensiones de inmortalidad. Por eso, cuando en este mundo se pierde un gran amor, la consecuencia capital es que se ama menos todo lo demás y no dan ganas de seguir viviendo. Es necesario poder amar por siempre, y por lo mismo es necesario vivir después de la muerte para que el amor no tenga fin. Basados en el sentido de la vida que es satisfecho por el amor incondicional, el desafío que hoy anima es construir una sociedad de todas las generaciones, donde viejos y jóvenes tengan igual cabida. Sería un desperdicio y despilfarro prescindir de personas mayores que son un capital humano cada vez más necesario para ayudar a los jóvenes a desarrollarse y realizarse como personas. Los valores vuelven a estar de moda, y las reformas educacionales de muchos países, con sus famosos valores transversales recuerdan esta verdad. Desde la cosmovisión de los valores será posible comenzar este nuevo siglo con una perspectiva más amorosa, y fomentar tanto desde la educación institucionalizada (escuelas) como desde la informal y las familias, toda una ambientación globalizada que lleve a valorar en serio los carismas de los viejos saludables: .! Gratuidad: no todo se ha de medir con el parámetro de la eficiencia; ante una sociedad demasiado ocupada se necesita del testimonio gratuito de amor procedente de los viejos . .! Memoria: recordar las propias raíces es ser fiel a sí mismo; si se pierde el sentido de la historia se pierde la propia identidad. El diálogo de las generaciones permitirá guardar viva la memoria para que no se repitan los errores del pasado, y se anime con sus aciertos . .! Experiencia: la técnica y la ciencia no pueden reemplazar la experiencia. Hoy se vive con mucha prisa, agitación, precipitación y neurosis. El viejo capta bien la superioridad del ser a la del hacer y tener; su presencia permite una visión más completa de la vida, y ayuda a valorar la sencillez, el silencio y contemplación.
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De los carismas propios de la vejez, es factible obtener elementos válidos para la humanización del tercer milenio. Todos los seres humanos de las distintas edades son necesarios; nadie está de sobra, nadie esta de más en la humanista universalidad de la vida y el amor.
7.12. Educación para el envejecimiento Estos principios de siglo encuentra a la humanidad asistiendo a un fenómeno nuevo, extraordinario, pero al mismo tiempo perturbador, fenómeno que plantea a quienes trabajan con adultos mayores, como corresponde hablar ahora un enorme desafío en varios niveles. Se trata del aumento considerable del número de hombres y mujeres mayores de 65 años que han hecho realidad uno de los viejos anhelos de la humanidad, el lograr la prolongación de la vida. Este grupo, cada vez más numeroso, va demandando, exigiendo y al mismo tiempo aportando nuevas formas de reinserción en la sociedad de la que queda excluido a partir de la jubilación. Los significativos avances de la tecnología, con notoriedad especial en la televisión y en la informática, y la estimación de valor dado por el grado de productividad y el consumo propios de la sociedad, conforman un imaginario cambiante a su medida y en el que los adultos mayores parecieran tener cada vez menos cabida. La jubilación, paradójicamente el júbilo, tiene una doble cara: ./ la una, el merecido premio al trabajo de tantos años y para gozar de ahora en más de tiempo libre, ./ la otra, dramáticá y cruel, en la que las personas jubiladas se ven excluidas generalmente de la vida social organizada. Así, al perder su status laboral, núcleo de su posición de sujetos productores, sumando a los otros tantos cambios que los sorprenden y los enfrenta al trabajo de duelo, como trabajo de simbolización, enunciado por Freud. (1917). Obligados los sujetos a un retiro que los margina y los deteriora social y económicamente, tienen por fin el tiempo libre tan ansiado, pero carecen de actividades suficientes y medios adecuados para hacer de él un tiempo para vivir. Con salud y lucidez en la gran mayoría de los casos, quedan inactivos, ingresando en lo que casi irónicamente se llama clase pasiva. Basta verlos y escucharlos en los espacios que han logrado dentro del campo político como son las manifestaciones en Plaza de Mayo, de la ciudad de Buenos Aires y de las restantes capitales de la República Argentina o en cualquier otra situación en la que encuentran lugar, para reconocer su enorme caudal de energías, motivaciones y deseos de participar y vivir plenamente. Tal vez valga señalar que estos primeros tiempos del siglo XXI convocan a asistir a la novedad de contar con viejos que se organizan y buscan soluciones amplias a sus problemas comunes. Todo ello enfrenta a la sociedad con un cambio altamente significativo, ya que del reconocimiento hacia el abuelo bueno y retirado, se pasado al jubilado activo y luchador. 7 .12.1. Perspectivas de la educación
Consecuentemente con el desafío impuesto respecto de la inserción de los adultos mayores en el seno de la sociedad, los organismos internacionales se vienen expresando desde la década del 70 a través de congresos y otros eventos difundiendo iniciativas y recomendaciones precisas en relación a que ofrecer a estas personas. La educación ha desarrollado verdaderos avances y transformaciones para ofrecer varias maneras de dar cabida a los adultos mayores, a punto tal de constituirse
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en uno de los fenómenos más destacados de este final de siglo XX y principios del siglo XXI. Se ha logrado unir dos palabras que al decir de Brasseul {1998} parecían extrañas: educación y personas mayores. Haciendo un recorrido hasta este momento, es factible ver que la educación estuvo exclusivamente al servicio del trabajo, la producción, lo que se ha llamado: vida útil o activa. Las estructuras de las instituciones educativas contemplan escuelas, colegios secundarios, terciarios, universidades, todos encaminados a la formación e información de niños, jóvenes y adultos jóvenes, preparándose para incorporarse al campo laboral. Desde no hace mucho, en algunos países se ha ampliado como educación permanente y conservando el carácter de capacitación laboral y técnica de adultos. La educación tradicional está en deuda con los adultos mayores y estos se rebelan también aquí, dejando atrás el concepto de pasivos, al buscar y propiciar nuevas formas de enseñanza, las que se inscriben como educación para la actividad; nuevas estructuras en las que encuentran espacios donde crecer, crear y recrear, comunicarse, transmitir sus experiencias, continuar con la formación personal, aprendiendo y enseñando. Espacios estos, que irán mejorando su calidad de vida a la par que reforzando su estructura psíquica sacudida por las transformaciones propias del proceso de envejecimiento.
7.12.2. Enseñar a envejecer Pareciera que el enseñar a envejecer debe ser el eje central de cualquier educación para adultos mayores pero que a su vez no es otra cosa que enseñar a vivir, , entendiendo por enseñar: .t dejar aparecer, .t dejarse aprehender, .t dejar ser. Todo esto posibilita la captación de cómo el ser humano es en el horizonte de sus potencialidades y contribuyendo a que cada sujeto reconozca la dirección de su propio pensamiento, en relación a su deseo. (Bianchi, 1992} Expertos de Naciones Unidas en educación se han ocupado de este tema a través de los programas de la UNESCO que en sus distintas asambleas, insisten en promover cambios significativos dedicando publicaciones y presupuesto a tal efecto. Francia, entre otros, ha tomado seriamente este desafío y llega información y experiencias. A más de los programas de Educación Permanente, se han abierto numerosas Universidades de la Tercera Edad, la primera de ellas funciona desde 1973 en Toulus, Francia. En el logro de la ampliación del espectro de su población, estas Universidades, donde conviven distintas generaciones en busca de los mismos objetivos, se caracterizan por posibilitar: .t formación personal, .t el acceso sin condiciones de ingreso, .t la ausencia de limitaciones, .t su cursado sin aplazas, .t el trabajo en libertad. Según lo dicho por Brasseul (1998}: "... se sustituyó por una noción nueva, según la cual educación, actividad y tiempo libre son tres dimensiones de la vida, donde la combinación armoniosa, a todo lo
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largo de la existencia, es /a condición necesaria para el bienestar de /os hombres y el equilibrio de /as sociedades". La educación permanente es el intercambio entre el medio y el sujeto, y así debe ser considerada como un proceso continuo a todo lo largo de la vida. La aplicación de la educación permanente deja sin sustento a muchos mitos y prejuicios, que atribuyen al adulto mayor el deterioro inevitable de su capacidad intelectual en desmedro de su posibilidad de aprender. En este sentido, los progresos de las neurociencias, aportan datos acerca de la renovación de las neuronas, modificándose afirmaciones que hasta hace poco resultaban impensables. Cada etapa de la vida tiene características y especificidad propia, por ello la educación de los adultos mayores también la tiene y se inscribe así en la educación para: • la diferencia, • para la diversidad. Cada individuo aprende desde su singularidad pero aprende. En el adulto mayor la educación va dirigida específicamente a contribuir a una mejor calidad de vida, a través de distintos objetivos, tales como: • el detallado conocimiento del proceso de envejecimiento hará que los adultos mayores pueda disponer más eficazmente de sus posibilidades; • conocer estas posibilidades los llevará hacia la creatividad y la expresión, ya que toda tarea de creación y expresión genera una vuelta al individuo estimulando, a su vez, la estructura psíquica; • el enriquecimiento psíquico también surge del intercambio grupal del proceso educativo, los otros son referentes en los que el adulto mayor puede reconocerse y este reconocimiento como acción educativa le permite valorar su vida con sus experiencias en más o en menos e integrar ese pasado para dar continuidad a la imagen de sí conmovida por las pérdidas sufridas, las que van desde el rol laboral, la migración de los hijos, de muerte de familiares, etc.; • el grupo educativo favorece también la elaboración de los duelos, despejando entonces energías para ser puestas en otras tareas que realizará el adulto mayor como miembro activo de una sociedad en cambio; • la educación permanente encamina, al adulto mayor, a reconocerse en sus cambios, a convivir consigo, a elaborar la soledad, a darle significando a la preparación para la vida y reconocimiento de la muerte como hecho de sus vidas; • la educación permanente no tiene puestos sus intereses en la producción, sino en la formación y el esparcimiento del individuo con desarrollo de las distintas posibilidades creadoras y dirigida a la totalidad del mismo, siguiendo así sus motivaciones más profundas o sus inquietudes manifiestas; • a educación permanente no tiene límites de edad, de formación previa, ni de ubicación socioeconómica; • los adultos mayores encuentran a través de ella, nuevas formas de organizar su tiempo, no para ocuparlo solamente, sino buscando una nueva actitud de vida que le proporcione gratificaciones, enriquecimiento personal, solidez, a través de la actividad, el intercambio, y la formación. • la educación permanente puede hacerse en distintos lugares, ya sean asociaciones de jubilados, centros de atención, clubes, o específicamente en las Universidades de la Tercera Edad o de Tiempo Libre con más organización y extensión en sus planes;
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la educación permanente será promotora de cambios significativos del imaginario social transformando las actitudes de descalificación, menosprecio o paternalismo, para con los adultos mayores y de las que también a veces, éstos propios adultos mayores haciéndose depositarios de ellas las alimentan nuevamente. En un imaginario de la sociedad postmoderna, en el que la juventud, belleza física y consumo son valores máximos, el envejecimiento se torna así casi una enfermedad o una carga pública. La educación permanente ayuda a que se reinserten nuevamente, a que tengan oportunidades para ser útiles, activos, portadores de valores propios que seguramente se irán incorporando de otra manera al imaginario social de principios del siglo
XXI. Es posible afirmar que: / los adultos mayores, / depositarios de la memoria colectiva, / son los encargados de preservar los valores que hacen la historia, / posibilitando la comprensión del presente y contribuyendo a la proyección del futuro.
7.13.- Programas de Educación Permanente para Adultos Mayores Teniendo en cuenta lo expresado con anterioridad y en la búsqueda de proponer medidas tendientes a lograr cambios, es que se ha gestado en distintos países de la Unión Europea, de Canadá, de América Latina y de la Argentina en el ámbito de las Universidades y por intermedio de los servicios de Extensión Universitaria, distintos Programas de Educación Permanente para Adultos Mayores. Estos programas, en términos generales, coinciden en los siguientes aspectos teóricos: el envejecimiento humano es un proceso de transformaciones y cambios que / exigen un trabajo de elaboración psíquica, es decir de resignificaciones en el orden de la subjetividad, de las relaciones intersubjetivas y por ende, en su inserción en el orden social; / la educación es válida como proceso propicio para vehiculizar los cambios y las Universidad, que es un ámbito para la producción y aplicación de conoci/ miento es, a la vez, propicia para cumplir con estos objetivos. Estos Programas para Adultos Mayores, resultan incluidos en los principios de la actividad universitaria en tres de sus áreas: 1º. Extensión universitaria: Resulta un hecho indiscutible y a la vez un deber asumir como promotora a la Universidad a través de sus servicios de extensión el ser promotora de conocimiento, el integrarse a la sociedad y posibilitando la aplicación de sus logros para el mejoramiento de sí misma y de la sociedad. Se parte aquí de considerar a la educación como derecho inalienable de los seres humanos, sin que la edad signifique limitación para seguir aprendiendo. Se tiene presente que las Universidades no tienen restricción etárea para el ingreso, pero establece requisitos tales como la formación previa y la sistematización de los planes curriculares, que pueden resultar obstáculo para el adulto mayor y es por ello que a través de los servicios de extensión resultan viable ofrecer una enseñanza de régimen especial que no exija estudios previos y que pue-
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da realizarse acorde a planes más flexibles y acotados. 2º. Aplicación de nuevos conocimientos: Las cátedras que incluyan el tema del envejecimiento humano y la vejez podrán aportar sus conclusiones en un constante movimiento de articulación teórico-práctica. 3°. Promoción de la investigación en sus claustros: El contar con grupos numerosos de adultos mayores permite la instrumentación de investigaciones sobre las características propias del proceso de envejecer, ya sean éstas biológicas, psicológicas, sociales, educativas, etc., como así también la relación entre el envejecimiento y el desarrollo de la sociedad, la planificación de políticas educativas, sanitarias, entre otras. 7.13.1. Programas para Adultos Mayores
Estos se proponen, en términos generales, instrumentar el programa en dos tiempos: ./ un plan de instrumentación inmediata, ./ otro a largo plazo. En términos generales estos programas han recorrido pasos muy similares, ya que en un comienzo y con características de experiencia piloto se limitaron a la apertura del programa, integrando a los Adultos Mayores de actividades ya existentes en las diversas carreras de las Universidades. Ellos incluyen también actividades del orden cultural: coro y teatro. El plan piloto ha tendido en la mayoría de las experiencias realizadas a discriminar las actividades en: ./ Generacionales: que son las actividades programadas con exclusividad para el grupo de adultos mayores. Tales como: • Taller de reflexión: Vejez, un presente con futuro. • Taller de exploración del movimiento: Mi cuerpo, este desconocido. • Mi cuerpo en movimiento • Taller: Lectura compartida . ./ Integración: incluye las actividades en las que los adultos mayores se integran a la comunidad universitaria. A saber: • Taller Investigación teatral. • Escuela de Lenguas. • Actividades culturales: coro, teatro, conferencias. • Seminario: Una mirada a la Historia Argentina; la Argentina Agro-exportadora. • Seminario-taller: Reflexiones sobre el envejecer. • Seminario-taller: La mujer en la mitad de la vida. En el mediano y largo plazo en los países más desarrollados tienen funcionando las Universidad de la Tercera Edad. Ellas planes curriculares de plazos medios y con títulos intermedios o certificaciones que habiliten a los egresados como agentes multiplicadores. Esto les ha requerido a las Universidades un amplio estudio de la currícula de las distintas carreras que pudieron incluirse, así como de la evaluación de la recepción y demandas que surjieronn de esta población, a partir de la implementación del plan inicial.
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7.13.2. Financiación Estos programas en la mayoría de los casos son autofinanciables a través de la implementación de aranceles especiales para jubilados y se ordenan según las pautas dictadas por los Departamentos Contables de las respectivas Universidades.
7.14.- Revalorar la Vejez Un sector muy importante dentro de la sociedad es, sin duda, el de los adultos mayores. Este grupo durante muchos años fue relegado y en ocasiones hasta olvidado; por ello, resulta fundamental buscarles soluciones a sus problemas sociales, económicos y de salud. Los adultos mayores tienen derechos consignados en las leyes y códigos vigentes en el país. Por citar un ejemplo, los adultos mayores pueden demandar a sus hijos una pensión alimenticia (que incluye comida, vestido, habitación y asistencia en caso de enfermedad). Desafortunadamente, el 80 por ciento del sector desconoce sus derechos. Además, establece que la violencia familiar y las amenazas son conductas delictivas, por lo que el adulto mayor puede acudir al Ministerio Público a denunciar. El Gobierno dará un paso muy importante al efectivizar que por ley se les otorgue una jubilación a los adultos mayores. Esta iniciativa debe ser efectivisada a la brevedad por el gobierno, lo que sin duda ayudará a la reivindicación del gobierno hacia este sector. Sin embargo, se tiene que seguir trabajando para resarcir los saldos negativos en lo económico, en lo sanitario, en lo habitacional y en la dignificación de las personas viejas, como sujetos de derecho.
CAPITULO 8 ¿Cuán viejo sería si no recordase cuán viejo es uno? SATCHEL PAIG
8.- Adaptación positiva en el proceso de envejecimiento A modo de integración se presenta distintos del proceso de envejecimiento humano.
8.1.- Viene la vejez: mitos y confusiones Los países occidentales se encuentran en un momento cultural, político y económico considerado por diferentes sectores como mucho más que preocupante. Hasta la Segunda Asamblea Mundial sobre el envejecimiento, realizada en Abril de 2002 en Madrid se hizo, obviamente, eco de tal preocupación. Pero más preocupante es que la atención principal se sitúa en el estudio de las consecuencias económicas y políticas que va a suponer el envejecimiento de la población de los países del tercer y cuarto mundo; tales como el mayor empobrecimiento de estos países, las olas migratorias hacia los países del primer y segundo mundo, la generación de nuevos brotes xenófobos, graves problemas de convivencia de diferentes culturas, etc. Es relativamente poca la atención que se presta a las condiciones cotidianas de los ancianos desde estamentos tan altos como la ONU o incluso los propios gobiernos en concreto. Tal vez una de las causas de esta laguna atencional radique en primer lugar en la existencia de una serie de sesgos a la hora de entender a la población anciana, el proceso de envejecimiento y la vejez, compartidos por diferentes grupos dentro de una misma cultura. El objetivo principal de las líneas que siguen es que permitan tener una visión amplia de la complejidad y falta de homogeneidad de la población envejecida. A partir de la lectura de una parte de (porque no se puede tener acceso a toda) la bibliografía en el campo del envejecimiento y de algunas reflexiones de la autora, se propone que existe implícita y explícitamente una serie de confusiones y mitos sobre la vejez y los ancianos que deben aclararse, o al menos, comentarse. Quienes trabajan con esta población deberían tenerlas en consideración, y si no aceptarlas a pleno, si al menos tomarlas como tema de reflexión, crítica y propuesta de alternativas de acción. Las .! .! .!
confusiones y mitos a las que se debe prestar atención son: Los ancianos conforman un grupo homogéneo? Los ancianos son los depositarios del conocimiento y la sabiduría? Los ancianos generalmente están solos o aislados, están enfermos, son frágiles, dependen de los otros y tienen graves deterioros cognitivos?
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Los ancianos están deprimidos y con la edad llegan a ser más difíciles y rígidos? ./ Los ancianos apenas afrontan los deterioros inevitables que están asociados al envejecimiento? 8.1.1.- los ancianos conforman un grupo homogéneo
Es redundante afirmar que la población mundial se está envejeciendo. Según el lnternational Plan of Action on Ageing elaborado por la ONU en 1982, se preveía que el índice de envejecimiento de los países desarrollados pasaría de un 15% experimentado en 1975 a un 23% para el año 2025, y para los países en vías de desarrollo, se pasará de un 6% en 1975 a un 12% en 2025. Teniendo en cuenta que cuando este índice supera el 15% se entiende que la población está muy envejecida si varía entre 11 % y 14%, las expectativas para un futuro inmediato son claramente de una población mundial envejecida, con mucho tiempo que vivir todavía tras la llegada a la dura edad de 60-65 años. Estas cifras se han modificado un poco hacia un futuro más envejecido, según la 11 Asamblea Mundial del Envejecimiento. Concretamente la transformación demográfica del planeta se espera que suponga el paso de 600 millones de personas de edad en la actualidad a casi 2000 millones en el año 2050, de modo que antes de que llegue el año 2050, en la tierra habrá más personas de 60 y más años que personas menores de 15. Globalmente, la proporción de personas mayores de 60 años se duplicará entre 2000 y 2050, exactamente se pasará de un 1O a un 21 %, mientras que la proporción de niños se prevé que disminuya un tercio, pasando de un 30 a un 21 %. Respecto al género de esa población anciana, las ratios mujeres-hombres previstas para el año 2025 son las siguientes: en los países desarrollados 100:53 con 80 y más años, y 100:78 con 60-69 años; para los países en vías de desarrollo, las ratios, respectivamente, serán 100:78 y 100:96. Se observa que hay una clara influencia del tipo de país en el índice de mortalidad: en proporción fallecen menos hombres en los países en vías de desarrollo que en los países desarrollados. En este país, la mortalidad de los hombres es un poco mayor que en el resto de países occidentales, siendo la esperanza de vida de 81.9 años para las mujeres y para los hombres de 74.9 años. Con este volumen de población, no parece muy acertado afirmar que los ancianos conforman un grupo homogéneo, compartiendo muchas similitudes. Más bien al contrario, las diferencias individuales psicológicas, biológicas y sociales existentes en las otras etapas del ciclo vital, deben mantenerse al llegar esta última·, determinadas por multitud de factores, desde el género y la edad cronológica comentados más arriba, hasta los ingresos que tienen, pasando por el efecto cohorte y la salud física. Claramente no todos los ancianos tienen ingresos económicos procedentes del Estado, por lo tanto, no hay similitud en esta variable. Se puede prever que tampoco habrá similitud en las consecuencias sobre el bienestar psicológico, económico y social de estas personas. Un ejemplo del efecto de cohorte que debe poner en alerta a la hora de afirmar la homogeneidad en el grupo de ancianos, puede ser el siguiente: teniendo como circunstancias sociales de impacto en el desarrollo psicológico las alternancias de de democracia y repercusión de la represión en el transcurso de siglo XX, los ancianos que en 2002 tienen 65 años nacieron durante ese período conflictivo, quienes tienen 75 años, lo vivieron y ni comieron bien ni asistieron al colegio durante esos años, y los que tienen 85 años participaron activamente de estas circunstancias. Huelga
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decir que aquellos acontecimientos debieron tener repercusiones diferentes en los diferentes grupos de los ancianos de hoy, tanto en el aspecto cognitivo, como en el afectivo-temperamental y el socio-laboral-actitudinal. Sirvan las variables demográficas anteriores: tamaño de la población, género, ingresos económicos y fecha de nacimiento-cohorte, como ejemplo, muy simple si se quiere, de las muchas características que hacen de la población anciana un grupo heterogéneo. Antes de diseñar y poner en práctica programas de evaluación e intervención con ancianos, de una manera protocolizada, para todos por igual, debería aceptarse que por llegar a viejos no pierden sus individualidades, siguen teniendo capacidades, necesidades y deseos diferentes. También la 11 Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento apunta como primicia en el borrador del lnternational Plan of Action on Ageing 2002 la siguiente afirmación extraída del punto 12: « ... reconociendo que las personas mayores no son un grupo homogéneo» (ONU, 2002).
8.1.2.- los ancianos son los depositarios del conocimiento y la sabiduría La Organización de Naciones Unidas (ONU) convocó la Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento que tuvo lugar en Viena en 1982, desde el 26 de julio hasta el 6 de agosto. Uno de los motivos que inspiraron la reunión era que los ancianos son una fuente humana valiosa para los campos económico y social y para la transmisión de la herencia cultural (Resolución 36/30 del 13 de noviembre de 1981, 57 reunión plenaria de la ONU). En aquella asamblea se gestó y elaboró el Plan Internacional de Actuación sobre el Envejecimiento de Viena en el que se pide a los Gobiernos y sociedad civil en general que, entre otras cosas, se atiendan las necesidades de dependencia de las personas de edad, incluyendo 62 recomendaciones para la realización de investigaciones, recolección de datos y análisis, entrenamiento y educación. Las recomendaciones 44-51 se referían a la educación, tanto para que los ancianos puedan transmitir sus conocimientos como para que ellos mismos puedan estudiar. A pesar de esta concepción de los ancianos como depositarios de la sabiduría, en 1991 la ONU tuvo que elaborar los principios para los derechos de las personas ancianas (resolución 46/91 de 16 de diciembre de 1991) siendo algunos de los pilares que inspiraron su formulación el reconocimiento de la aportación de las personas de edad a su sociedad, en el convencimiento de que las personas de edad que quieran deben poder aportar su participación y contribución a la sociedad, la toma de conciencia de que la ciencia había derrumbado los estereotipos de involución y decadencia con la edad, y finalmente, el reconocimiento de la diversidad de situaciones que rodean a las personas de edad y por ello la necesidad de que existan diversas respuestas políticas. Y aún más, dentro de esta línea de discurso con orientación político-social, los países en vías de desarrollo, comienzan a manifestarse contrarios a la homogeneidad de los ancianos debido a diferencias culturales. Por ejemplo, Marie Madeleine Fouda, Ministra de Asuntos Sociales de Camerún, afirmó en la rueda de prensa que tuvo lugar tras la asamblea sobre el año internacional de la vejez, el 5 de octubre de 1999, que « ... en África, la vejez es una edad hermosa y preciada. Los ancianos son venerados como depositarios de la sabiduría. Los jóvenes aprenden cosas sobre la vida a través de sus ancianos, cuya muerte es considerada como una gran pérdida para la comunidad. Una persona anciana que muere, se dice que es una «biblioteca que se ha incendiado» (. .. ). La asistencia a los ancianos proporcionada por un familiar, es una obligación sagrada cuyo cumplimiento hace feliz a los jóvenes. Desde luego, y por desgracia, esta no es la creencia mayoritaria occidental sobre la vejez, aunque la ONU afirme lo contrario. En consonancia con el desarrollo de los tres o cuatro mundos que coexisten en
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los últimos 20 años, y teniendo en cuenta las previsiones demográficas y políticoeconómicas, para un futuro muy cercano, los objetivos principales de la 11 Asamblea Mundial para el Envejecimiento, fueron prestar especial atención a los vínculos entre el envejecimiento y el desarrollo de los países, principalmente a las necesidades, prioridades y perspectivas de los países en desarrollo. Ya no es tanto la manifestación de respeto hacia el anciano como el reconocimiento de las importantes repercusiones que tendrá el aumento de un sector de la población, poco productivo según los cánones económicos, en culturas de por sí ya empobrecidas. Y todo ello, bajo la misiva de «una sociedad para todas las edades». Sin embargo, esto suena un tanto a una cuestión de carácter políticamente correcto. Se encuentran dos posturas, en la misma asamblea, que son claramente contradictorias. Por una parte, afirmaciones como la de Koffi Annan, Secretario General de Naciones Unidas(« ... todos envejeceremos algún día si tenemos ese privilegio. Por ello, debemos considerar a los ancianos como lo que seremos nosotros mismos en el futuro») y la de José María Aznar (« ... no se trata tanto de hacerles sentir útiles sino de convencernos de que lo son y dejarles que lo demuestren») (Safont, 2002) que implícitamente suponen la consideración de la vejez como la etapa de la sabiduría y del derecho al respeto por parte de los demás ciudadanos independientemente de cualquier consideración. Y por otra, algunas de las propuestas incluidas en el borrador del lnternational Plan of Acting on Ageing 2002 como «... los países desarrollados (... ) se enfrentan a los retos resultantes de la relación entre el envejecimiento y el desempleo y el sostenimiento de los sistemas de pensiones y jubilaciones mientras que los países en vías de desarrollo se enfrentan al reto de la simultaneidad entre el desarrollo y el envejecimiento de la población» que hablan de enclaves económicos y políticos más que social-humanitarios a la hora de defender esa sociedad para todas las edades. Una sociedad para todas las edades que fue el tema de Año Internacional de las Personas Mayores de 1999 y que contenía cuatro dimensiones: desarrollo individual a lo largo de toda la vida, relaciones multigeneracionales, la relación entre envejecimiento de la población y desarrollo y, finalmente, la situación de las personas mayores. Además de estas consideraciones políticas, si se sitúan en un plano psicológicocompetencial, antes que nada debería delimitarse conceptualmente la sabiduría y el conocimiento, incardinándolo en el contexto, la cultura y el período del ciclo vital de que se trate. No parece, sin embargo, que hasta hoy exista un acuerdo entre los distintos teóricos e investigadores sobre el concepto, si bien es cierto que en los últimos 20 años se le está prestando una mayor atención. Si de conocimiento se trata, entonces ¿se habla de «nivel académico», de «nivel cultural», de «cultura general»?, o ¿se esta hablando de sabiduría de vida?. Si es así, y teniendo siempre presente que no se ha definido el concepto de sabiduría, ¿se es más sabio cuantos más años se tiene?, ¿es la misma la sabiduría que puede tener una persona mayor de 60 años que es detenida por paidofilia, que la mostrada por un voluntario social, también mayor de 60 años?. Sirvan estos dos últimos ejemplos, polos opuestos desde luego de un continuo de comportamiento ético-moral de respeto humano, como un primer punto de reflexión antes de afirmar que los ancianos, como grupo, son los depositarios de la sabiduría. Si de lo que se trata es de mostrar respeto y agradecimiento a las personas que hacen que el mundo haya funcionado hasta que se han jubilado (o han llegado a la edad de los 60-65 años), debería reflexionarse sobre estos conceptos y no afirmar sin más que son el depósito de la sabiduría. Para terminar este mito utilizando como
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colofón dos frases de dos pensadores españoles por excelencia. En primer lugar, el profesor J.. L. López-Arangúren, en el libro Jubilación, creatividad, ocio y participación afirmaba lo siguiente: « .. el saber antiguo era un saber permanente, mientras que el saber moderno es sumamente cambiante y los viejos llegamos a él, con frecuencia, demasiado tarde, e incluso antes de que llegue la jubilación. (. .. ) Los viejos nos caracterizamos más por la reflexión que por la creatividad». Se trata aquí de conocimiento científico, el de los viejos de hoy, frente a conocimiento tecnológico, el de los jóvenes-adultos postmodernos contemporáneos. Y finalmente, el profesor J..L. Pinillos, quien en Mitos y estereotipos: expresa: ... »los mayores que vienen, pone el dedo en la llaga de la solidaridad-»pseudorespetuosa» ... de la humanidad para con los viejos. Afirma Pinillos que .la tercera edad no es un pasivo de la sociedad en sentido negativo. Es una cosa con la que no se sabe qué hacer, a la que hay que atender, por razones humanitarias, pero es algo molesto que no entra en los conceptos mecanicistas de competencia, eficacia, rapidez etc. Tiene suficiente fuerza y claridad esta frase como para que no haga falta ningún comentario que pueda, sin querer, suavizar lo que duele.
8.1.3.- los ancianos generalmente están solos o aislados, están enfermos, son frágiles, dependen de los otros y tienen graves deterioros cognitivos Se vive en una sociedad en la que las familias no pueden estar siempre juntas sino que para adaptarse deben disgregarse: los hijos forman sus propias familias o simplemente viven en casas diferentes a la paterna, trabajan en ciudades diferentes e incluso son los padres los que cambian de residencia por cuestiones laborales, económicas y/o de salud. A pesar de estas condiciones, una creencia lega muy extendida es que los ancianos son personas que se aíslan, que no mantienen contactos sociales. Recurriendo solo a los datos del Instituto Nacional de Estadísticas sobre el año 2005, esta afirmación debe comenzar a ser valorada como simplemente una creencia, y no como un conocimiento o dato empírico. La frecuencia de contactos con familiares y amigos en la población, en ese año, del grupo de personas de 65 y más años era que el 70% de los hombres y el 66.4% de las mujeres visitaban a familiares y amigos más de tres veces por semana (categoría que recogía la mayor frecuencia de contacto). Los porcentajes para otros grupos de edad fueron los siguientes: 64.2% y 66.5% para los de 30-44 años y 64. 7% y 65. 7% para los de 45-64 años. Por lo tanto, no parece que se ajuste a la realidad la afirmación del aislamiento de los ancianos. En cuanto al estado de salud, atendiendo a la verbalización que hacen, el INDEC (2005) informó que el 35% de las mujeres y el 22% de los hombres de 65 y más años dicen tener un estado de salud malo, frente al 18% - mujeres y 15% -hombres de 4564 años y 7% - mujeres y 5% - hombres de 30-44 años. En el cuadro Nº 27 aparecen más datos correspondientes a la valoración de la salud.
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Cuadro Nº 27. Estado de salud verbalizado por hombres (H) y mujeres (M) en tres grupos de edad adulta, a nivel nacional (a partir de INDEC, 2005).
D malo
re aceptable Dbue110 l!;J
30-44 H
30-44 M
45-64 H
45-64 M
65 :::> H
muy bue110
65 > M
~e ooserva una progres1on ciara con 1a eaaa nac1a una percepc1on ae 1a sa1ua propia más deteriorada, y más en el caso de las mujeres que en el de los hombres. Por lo tanto, parece que ciertamente los ancianos tienen peor salud (o al menos así lo viven ellos) pero solo un bajo porcentaje, lo que no permite afirmar que los ancianos estén enfermos. Piénsese que un 77% de los hombres y un 63% de las mujeres de 65 y más años consideran que su salud es buena o aceptable. No se ha realizado, o al menos no se ha encontrado, un cruce entre creencias sobre estado de salud y estado objetivo de salud/enfermedad realizado a través de criterios objetivos. Desde una consideración racional y de observación, se tiene que aceptar que muchos ancianos proporcionan ayuda a los miembros jóvenes de la familia en diversas actividades: llevan a los nietos al colegio, al parque, mantienen y cuidan a los hijos con diferentes discapacidades, cuidan a otros familiares cuando están enfermos (tanto a los que son más jóvenes como a los que son mayores que ellos), cuidan al cónyuge cuando está enfermo (en muchas ocasiones sin la ayuda de los hijos), proporcionan apoyo económico a hijos y nietos cuando lo necesitan, etc. Es evidente que no todos los ancianos lo hacen, cierto. Pero no todos los adultos cuidan a sus hijos, no todos cuidan a los padres, no todos ayudan a sus hermanos, etc. ¿Dónde poner los límites para afirmar que, en general, los ancianos son frágiles y dependen de los otros?. ¿No será que se esta centrando exclusivamente en aquellos ancianos que o bien tenían ya una discapacidad física o un problema psicológico antes de llegar a los 60-65 años, o han generado ahora una patología que les obliga a dependen de la familia?. En estos casos, el porcentaje no parece que sea el 100% de la población anciana. Hace unos años, Margret M. Saltes (1996) hizo una propuesta bastante sugerente a este respecto y que coincide bastante con lo que aquí se está planteado. A la vista de los trabajos que hasta entonces se habían realizado en gerontopsicología sobre la dependencia en las personas ancianas, gran parte de ellos descriptivos, Saltes llegó a la conclusión de que se estaba trabajando con dos delimitaciones independientes:
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por una parte, el concepto «dependencia» como multidimensional, multifuncional y multicausal y, por otra parte, dependencia como implicando incompetencia mientras que independencia supone competencia. la multidimensionalidad del concepto «dependencia» incluye, al menos, conceptos psicológicos como depresión, yo, control personal y agresión. Pero también se habla de dependencia mental, física, económica, social, emocional, cognitiva, real, pseudo y neurótica. Y en tercer lugar, la dependencia puede ser analizada en el nivel conductual, personal, situacional e interpersonal, en función de la posición teórica y metodológica que se adopte. Todas estas dependencias pueden estar interconectadas, de modo que se puede ser dependiente físicamente pero independiente psicológicamente. En relación a la multifuncionalidad de la dependencia, en función de la cultura, el momento, el lugar, el estadio del ciclo vital en el que se está y la conducta concreta, se pueden encontrar comportamientos dependientes tolerados y aceptados en unas ocasiones y castigados en otras. Por ejemplo, en la infancia, se juzgan como necesarias conductas dependientes que permitirán al niño adquirir posteriormente más independencia. En general, se debe examinar bajo qué condiciones ciertos aspectos de la dependencia en la vejez se juzgan como funcionales y deseables y cuándo no. La dependencia es además un fenómeno multicausado asociado al estado biológico y las condiciones ambiental-sociales (debilidad física, déficits sensoriales, uso de medicación, expectativas sociales y valores, son algunos de los codeterminantes de la dependencia en la vejez). Sin embargo, Saltes no tiene en cuenta las características de personalidad incluyendo temperamento, motivación, locus de control, actitudes, creencias y competencias que el individuo tiene antes de llegar a la vejez. En último lugar, Saltes proponía que se estaba identificando las conductas de dependencia con incompetencia y las conductas de independencia con competencia, entendiendo que es esta dualidad negativa la que explica la valoración negativa que se hace de las conductas de dependencia en la vejez. Sin embargo, las observaciones conducen a diferentes hipótesis: ¿se genera dependencia consciente o inconscientemente para controlar a otra persona? Si la respuesta es afirmativa, entonces no se puede hablar de dependencia como incompetencia. ¿Las conductas dependientes que manifiesta un anciano es posible que indiquen la necesidad de ayuda por parte de una tercera persona lo cual supondría el seleccionar ayuda en un área concreta para compensar su propia deficiencia y así optimizar y mantener su funcionamiento? En caso afirmativo, se estaría hablando de un comportamiento dependiente que facilita un envejecimiento satisfactorio (Saltes y Saltes, 1990). Un plan gerontológico debería establecer servicios de ayuda a domicilio para aproximadamente un 8% de los mayores de 65 años, servicio de teleasistencia para alrededor de un 12%, hogares y clubes de día para 1 de cada 2500 ancianos, y 3.5 plazas de residencia para cada 100 ancianos. Si los cálculos no están mal realizadas, dicho plan solo se realizaría para aproximadamente el 25% de los ancianos. ¿Cómo se ha de interpretar esto?. Pero ¿qué ocurre con el 75% de la población anciana restante?. Con ella no se cuenta para realizar actividades, ni para tener servicios especiales. Entonces, no debería entenderse que la población anciana es frágil y dependiente de los demás. Lo anterior no puede tampoco impedir ver la realidad del envejecimiento. Los datos biológicos informan claramente que con la edad se produce una serie de cambios físicos como aumento en los problemas de audición, cambios visuales, aumento de las enfermedades crónicas (artritis, hipertensión, cataratas, problemas de cara-
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zón, diabetes, osteoporosis, etc.) y aumento de fracturas por caídas. Pero los resultados de las investigaciones no permiten afirmar que haya una clara conexión entre una edad determinada y la aparición de enfermedad, puesto que la aparición de esta, además de la edad, está influida por las conductas de salud-enfermedad de cada persona, por la contaminación ambiental en la que ha vivido, por la alimentación, la ocurrencia de diferentes sucesos vitales estresantes, tipo de actividad laboral, etc. Sirva lo siguiente como dato de total vigencia. Wolf, profesor en la Boston University School of Medicine, publicó en noviembre de 2001 datos procedentes del estudio longitudinal de Framingham, comenzado en 1948. Muy resumidamente han encontrado que el hecho de haber padecido hipertensión en la vida adulta aumenta el riesgo de infarto en la vejez: en un rango de 68%-92% para la edad de 60 años, 14%-72% para la edad de 70 años y 32% para los 80 años. Y las sugerencias que hacen incluyen la necesidad de prevenir, diagnosticar y tratar los aumentos de presión sanguínea en la vida adulta si se quieren reducir los riesgos de infarto cuando se llegue a anciano. También las investigaciones y las diferentes teorías que las inspiran informan de que hay un cambio cognitivo, pero no está asociado a la edad y es diferente para las diferentes capacidades sin llegar a ser discapacitante. Algunos ejemplos de estos deterioros, son: ./ el declive en la velocidad de procesamiento de información, ./ el deterioro en tareas de atención dicótica, ./ el poco deterioro en memoria a corto plazo, ./ el deterioro en el recuerdo pero no en el reconocimiento a largo plazo, ./ la mejora en comprensión verbal y aumento de vocabulario, ./ el deterioro en algunas tareas viso-espaciales, ./ y el aumento en la acumulación de experiencia práctica. Esto parece formar parte del proceso de envejecimiento normal, pero no por ello de involución.
8.1. 4.- Los ancianos están deprimidos y con la edad llegan a ser más difíciles y rígidos Se carece de datos epidemiológicos sobre la salud mental de los ancianos en la mayoría de los países y los que corresponden a otros países muestran resultados un tanto contradictorios. Algunas de las razones para este estado de la cuestión es la utilización de diferentes criterios y conceptos diagnósticos (sociológicos, geriátricos y gerontopsicológicos), uso de instrumentos de diagnóstico también diferentes, realización de estudios transversales y no longitudinales, estudio de muestras no comparables entre las diferentes investigaciones, una alta comorbilidad de trastornos físicos y mentales, confusión en muchas ocasiones de demencia y depresión, y, finalmente, existencia del trastorno antes de llegar a la vejez. A pesar de estas dificultades, se puede apelar a un estudio norteamericano para mostrar cómo el mito del que se esta hablando es una confusión: Joiner (2000) encontró que actualmente, el 2% de los ancianos tienen depresión mientras que el 20% de las personas de 40 años la padecen. Por lo tanto, dentro de 20 años, la prevalencia se prevé que sea de 20% en personas de 60 o más años. Gatz (2000), tras una revisión de estudios epidemiológicos, encontró que la prevalencia de depresión en los ancianos variaba entre un 1%y un 2%, siendo esta la tasa más baja en todo el ciclo vital; además no se encuentra un cuadro común de síntomas sino diferentes subtipos de depresión, con
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diferentes etiologías. Respecto a la depresión que comienza en la vejez, no la que el anciano sufre desde que era adulto, su etiología puede situarse en factores hereditarios, de salud física, cognitivos y del contexto psicosocial. Sin embargo, los datos sobre prevalencia e incidencia de depresión en la población anciana deben tomarse con mucha precaución puesto que existen varios factores que dificultan su diagnóstico y posterior tratamiento adecuado. Factores que incluyen el enmascaramiento con otros trastornos como Alzheimer, demencia senil y Parkinson (Cohen, Hyland y Kimhy, 2002), comorbilidad con ansiedad (Flint, 2002) o con trastornos de personalidad (Devanand, 2002), la falta de habilidades para el diagnóstico por parte de quienes trabajan en centros de asistencia o residenciales para ancianos (Lantz, 2002; Samuels et al., 2002), e incluso el tratamiento inadecuado como depresión cuando no había ningún síntoma de depresión usando la Geriatric Depresión Scale (Datto y Katz, 2002). Respecto a la personalidad de los ancianos, desde la perspectiva lega, se observan dos perfiles. Por un lado, la visión platónica de una ancianidad caracterizada por prudencia, reflexión y serenidad. Por otra parte, la visión aristotélica de una vejez llena de egoísmo, machaconería, sensiblería, autoritarismo, rechazo social, tendencia al aislamiento y tendencia a la pasividad. Y desde la psicología, y por lo que a la gerontopsicología se refiere, no hay un único patrón de personalidad en la vejez. Así, Savage (1973) estableció cuatro perfiles de personalidad en ancianos: .! el normal caracterizado por la prudencia, autosuficiencia, ser reacio al cambio, capacidad analítica, ser calculador, ajuste personal y ajuste social; .! el introvertido era sobrio y taciturno, reservado, introspectivo, tímido y retraído, con ajuste personal pero con mal ajuste social; .! el perturbado se mostraba inestable, autoconflictivo, irritable, muy angustiado, y con mal ajuste social y personal; el último, .! el maduro era autosuficiente, activo, independiente, decidido, estable emocionalmente, astuto y con ajuste personal y social. Por lo tanto, ninguno de ellos parece que se ajustase al mito de la rigidez. Por otra parte, la psicología de la personalidad, las investigaciones y los modelos teóricos que las inspiran tampoco apoyan el perfil del anciano como desajustado, rígido y malhumorado. Abeles (2000) afirma que aparece estabilidad a lo largo del ciclo vital en los factores de neuroticismo, extraversión y locus de control. Costa y McCrae (1999), a partir del estudio longitudinal de Baltimore, encontraron correlaciones test-retest que mostraban estabilidad en las cinco dimensiones de su modelo de los cinco grandes (extraversión, neuroticismo, apertura a la experiencia, cordialidad y escrupulosidad). Diferentes investigaciones transversales que abarcan todo el ciclo vital y que permiten comparar diferentes grupos de edad con personas sanas y otras con enfermedad física crónica en diferentes factores de temperamento, motivación y locus de control, actitudes, competencias y estrategias de afrontamiento. En la investigación realizada sobre estrés y presentada en Pelechano, Matud y de Miguel (1994), se encuentran los siguientes datos: todavía no publicados comparando tres grupos de edad (de 40-49 años, 235 personas; de 50-59 años, 139 personas; y de 60 o más años, 40 personas): no había diferencias significativas entre los tres en los factores de extraversión, neuroticismo, imagen de sí mismo, dureza de trato, malevolencia, recelo y hostilidad, sobrecarga en el trabajo, ansiedad perturbadora ante situaciones de estrés y ansiedad facilitadora ante estrés. Sólo había una diferencia entre los tres grupos: los dos grupos de más edad puntuaban más alto en el factor de depresión evaluado con el inventario de depresión de Beck que el grupo más joven
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