Palabras en lluvia minuciosa: veinte visitas a la gramática del español inspiradas por Ángela Di Tullio 9783954877560

Este volumen reúne veinte estudios sobre la gramática del español dedicados a Ángela Di Tullio, una de las más reconocid

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Spanish; Castilian Pages 371 Year 2018

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Table of contents :
Contenido
Prólogo
Angela Di Tullio: una presencia excepcional
“El problema de vosotros”: una curiosidad del español europeo fosilizada en América
¿Por qué se dejan barba los españoles? Relaciones entre aspecto Léxico Y Cuantificación
Sintaxis sin concatenación: estructuras preposicionales con sustantivos duplicados
Para temporal
Acerca De Las Interpretaciones Cuantificativas
Hirviendo, Ardiendo Y Colgando En Alternancia Con Hirviente, Ardiente Y Colgante Como Modificador Nominal
Completivas Definidas E Indefinidas: Los Diagnósticos Y Sus Límites
La Polémica Naturaleza Normativa De Las Gramáticas
Las Interrogativas Hendidas No Concordantes Y La Extensión Del Foco
Verbos De Sentimiento Con Experimentador De Objeto En El Español, Lengua Policéntrica
Y No Va Que Se Nos Viene Otra Vez Una Época De Aguaceros: Sobre La Sorpresa Codificada En La Gramática
Algunas Observaciones Sobre El Subjuntivo Y El Parámetro De La Concordancia Temporal
Predicación Y Atribución Dentro De Las Frases Preposicionales
Alomorfía Temática Y Sufijal En Las Formaciones Deverbales Sobre Verbos Irregulares De Origen Latino
Interacciones En El Filo Oracional Medio: Doblado De Clíticos Y Movimiento-A
Algo Más Sobre La Posición Del Adjetivo: La Gramaticalización De Elativos Posnominales
Sustantivos Con Usos Argumentativos Testimoniales
Notas sobre los adjuntos de gerundio en castellano del siglo XIII: origen, estructura interna y cambio gramatical
La marcación diferencial de objetos inanimados
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Palabras en lluvia minuciosa: veinte visitas a la gramática del español inspiradas por Ángela Di Tullio
 9783954877560

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Ignacio Bosque, Sylvia Costa y Marisa Malcuori (eds.)

Palabras en lluvia minuciosa

Veinte visitas a la gramática del español inspiradas por Ángela Di Tullio

PALABRAS EN LLUVIA MINUCIOSA Veinte visitas a la gramática del español inspiradas por Ángela Di Tullio

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Iberoamericana z Vervuert z 2018

Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción SUHYLVWD SRU OD OH\ 'LUtMDVH D &('52 &HQWUR (VSDxRO GH 'HUHFKRV 5HSURJUi¿FRV  si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com; 91 702 19 70 / 93 272 04 47) Reservados todos los derechos © Iberoamericana, 2018 Amor de Dios, 1 – E-28014 Madrid Tel.: +34 91 429 35 22 Fax: +34 91 429 53 97 [email protected] www.iberoamericana-vervuert.es © Vervuert, 2018 Elisabethenstr. 3-9 – D-60594 Frankfurt am Main Tel.: +49 69 597 46 17 Fax: +49 69 597 87 43 [email protected] www.iberoamericana-vervuert.es ISBN 978-84-1692-288-8 (Iberoamericana) ISBN 978-3-95487-743-0 (Vervuert) ISBN 978-3-95487-756-0 (eBook) Depósito Legal: M-8412-2018 Diseño de la cubierta: Rober García Impreso en España Este libro está impreso íntegramente en papel ecológico blanqueado sin cloro

CONTENIDO

Prólogo .......................................................................................................

7

Ivonne Bordelois Angela Di Tullio: una presencia excepcional ............................................

13

Virginia Bertolotti “El problema de vosotros”: una curiosidad del español europeo fosilizada en América .................................................................................

17

Julio Borrego Nieto ¿Por qué se dejan barba los españoles? Relaciones entre aspecto Op[LFR\FXDQWL¿FDFLyQ ...............................................................................

37

Ignacio Bosque Sintaxis sin concatenación: estructuras preposicionales con sustantivos duplicados.........................................................................

47

Ana Bravo Para temporal ............................................................................................

73

Sylvia Costa y Marisa Malcuori $FHUFDGHODVLQWHUSUHWDFLRQHVFXDQWL¿FDWLYDVGHmismo ...........................

95

Nicole Delbecque Hirviendo, ardiendo y colgando en alternancia con hirviente, ardiente y colganteFRPRPRGL¿FDGRUQRPLQDO ........................................

111

Violeta Demonte &RPSOHWLYDVGH¿QLGDVHLQGH¿nidas: los diagnósticos y sus límites ..........

137

Adolfo Elizaincín La polémica naturaleza normativa de las gramáticas ................................

155

Olga Fernández-Soriano Las interrogativas hendidas no concordantes y la extensión del foco .......

169

Rolf Kailuweit Verbos de sentimiento con experimentador de objeto en el español, lengua policéntrica ..............................................................

189

Laura Kornfeld Y no va que se nos viene otra vez una época de aguaceros: VREUHODVRUSUHVDFRGL¿FDGDHQODJUDPiWLFD ..............................................

205

Brenda Laca Algunas observaciones sobre el subjuntivo y el parámetro de la concordancia temporal ......................................................................

221

Pascual José Masullo Predicación y atribución dentro de las frases preposicionales ...................

237

Jesús Pena $ORPRU¿DWHPiWLFD\VX¿MDOHQODVIRUPDFLRQHVGHYHUEDOHV sobre verbos irregulares de origen latino ...................................................

253

Mercedes Pujalte y Andrés Saab ,QWHUDFFLRQHVHQHO¿ORRUDFLRQDOPHGLRGREODGRGHFOtWLFRV y movimiento-A .........................................................................................

273

Gabriela Resnik Algo más sobre la posición del adjetivo: la gramaticalización de elativos posnominales ...........................................................................

299

María José Rodríguez-Espiñeira Sustantivos con usos argumentativos testimoniales...................................

315

Avel·lina Suñer Notas sobre los adjuntos de gerundio en castellano del siglo XIII: origen, estructura interna y cambio gramatical ..........................................

333

Pablo Zdrojewski La marcación diferencial de objetos inanimados .......................................

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PRÓLOGO

La feliz expresión lluvia minuciosa pertenece —no podría ser de otra forma— a Jorge Luis Borges, que la emplea en uno de los poemas de El hacedor (1960). La combinación nos parece particularmente expresiva porque combina magistralmente lo minúsculo y constante con lo laborioso y esforzado. La Gramática como disciplina tiene, sin duda, algo de ambas FRVDV/DSUHVHQFLDXELFXDGHODOHQJXDODFRQYLHUWHHQXQDIXHQWHGHLQ¿QLtas sorpresas. Los fenómenos gramaticales con interés manan en un goteo incesante que empapa irremediablemente al que abre sus poros dispuesto a recibirlos sin predisposiciones ni prejuicios. Pero este reguero de información se perdería sin la labor cuidadosa, atenta, incluso primorosa, del que se detiene, como dice el diccionario a propósito de minucioso, “en las FRVDVPiVSHTXHxDV´\HVFDSD]GHSRQHUGHPDQL¿HVWRVXVLVWHPDWLFLGDG y su belleza. La obra lingüística de Ángela Di Tullio nos parece la muestra más representativa de esta combinación, ya que en ella se conjugan admirablemente su asombrosa capacidad perceptiva y sus espléndidas dotes analíticas. Sus estudios gramaticales muestran que a lo largo de más de cuarenta años ha sido capaz una y otra vez de extraer agua de aparentes eriales, y petróleo de pozos supuestamente agotados. Su vitalidad contagia a cuantos estamos cerca de ella. Ha transcurrido casi un lustro desde que se jubiló, pero imparte cursos y seminarios de gramática en varios países, y lo hace con más entusiasmo que muchos profesores recién ingresados en la docencia. De hecho, mientras que los años van segregando en muchos docentes una capa de apatía, de desgana, de distanciamiento o de progresivo desinterés, en Ángela acentúan su espíritu curioso y perspicaz, y vuelven más aguda su mirada atenta e inquieta ante los fenómenos cotidianos desatendidos en PRÓLOGO PRÓLOGO

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PRÓLOGO

la bibliografía, o ante las estructuras conocidas que requieren miradas renovadoras. Como consigue, además, sacar tiempo de debajo de las piedras para devorar literatura de todos los géneros, sus fuentes de información y de inspiración crecen cada día. La lluvia de palabras que a todos nos rodea es para ella un laboratorio vital, una fuente de trabajo y de placer. Ángela pertenece, en efecto, al restringido grupo de especialistas que ya no pueden separar sus quehaceres profesionales de sus inquietudes personales; ese pequeño reducto de personas que unen inextricablemente la ocupación con el ocio, y el trabajo con la vida, en una perfecta simbiosis existencial. A diferencia de lo que suele hacerse en libros semejantes a este, no es nuestra intención acompañar la presente introducción con una bibliografía de la persona homenajeada. Faltarían en ella muchas referencias, y Ángela hubiera sospechado —sin la menor duda— si se la hubiésemos pedido a ella. En cualquier caso, esta presentación quedaría incompleta si no resaltáramos someramente algunos hitos de su vida profesional, así como algunas de sus claras preferencias en el vasto campo de la gramática del español. La labor universitaria de Ángela, a la vez docente e investigadora, se ha prolongado a lo largo de más de cuarenta años en la Universidad Nacional del Comahue, y continúa actualmente en el Instituto de Filología y Literaturas Hispánicas “Dr. Amado Alonso” (Universidad de Buenos Aires), así como en los varios programas de grado y de posgrado en los que imparte docencia. Es autora de una vasta producción que abarca tanto obras de conMXQWRFRPRWUDEDMRVPRQRJUi¿FRV\HGLFLyQGHREUDVFROHFWLYDV6XManual de gramática del español ha conocido varias ediciones (la última, de 2010, en la editorial Waldhuter de Buenos Aires). En 2012 publicó, junto con Marisa Malcuori, su Gramática del español para maestros y profesores del Uruguay (Montevideo, Administración Nacional de Educación Pública), una utilísima gramática de referencia para la formación lingüística del profesorado, que las instituciones uruguayas ofrecieron gratuitamente a todos los docentes y que puede consultarse libremente en Internet. Su preocupación por la enseñanza de la lengua va más lejos. Es patente en su libro Políticas lingüísticas e inmigración: el caso argentino (Buenos Aires, Eudeba, 2003, reeditado en 2010), elaborado a partir de su tesis GRFWRUDODVtFRPRHQRWURVWUDEDMRVHQWUHORVFXDOHVGHVWDFD³5HÀH[LRQHV sobre el lenguaje: el lugar de la gramática en la escuela” (2015). En “La lingüística en la Argentina: una ojeada retrospectiva” (2007) trazó un completo panorama de las muy diversas líneas de trabajo que han seguido los

PRÓLOGO

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OLQJLVWDV\¿OyORJRVGHVXSDtV(QFRHGLWyFRQ5ROI.DLOXZHLWEl español rioplatense: lengua, literaturas, expresiones culturales (Madrid/ Frankfurt: Iberoamericana/Vervuert) y un año después sacó a la luz El español de la Argentina. Estudios gramaticales (Buenos Aires, Eudeba), que reúne una serie de artículos sobre la gramática del español rioplatense. Entre las cuestiones sintácticas que siempre han atraído a Ángela se destacan aquellas que presentan variantes peculiares en esta área lingüística, aun cuando su trabajo gramatical no se circunscriba en absoluto a ella. Ha dedicado un buen número de estudios a las llamadas construcciones hendidas o escindidas y a otras formas similares de marcar el foco oracional. Entre esos trabajos están “Sobre hendidas y pseudohendidas” (1990); “Clefting in spoken discourse” (2004); “Copulativas enfáticas: relativas y condicionales” (2008); “Las pseudohendidas asimétricas y sus derivaciones” (2009); “Las construcciones copulativas de relieve en español” (2009); “Preguntas KHQGLGDV\SUHJXQWDVVHJPHQWDGDV  ´\³5HÀH[LRQHVVREUHORTXHHV la variación” (2014), con Olga Fernández-Soriano. Otro capítulo de la gramática que siempre interesó a Ángela es el de los límites entre las clases de palabras. También ha consagrado varios artículos a esta cuestión, en particular a la relación que existe entre adjetivos \ SDUWLFLSLRV ²³/D ÀXLGD IURQWHUD HQWUH SDUWLFLSLRV \ DGMHWLYRV´   “Participios y adjetivos” (2008)—; sustantivos y adjetivos —“Condiciones para la conversión de nombres a adjetivos en español” (2005)—; adjetivos y adverbios —“Bare adjectives as syncretic forms”, con Avel·lina Suñer (2014)—; y sustantivos y posposiciones —“Substantivos y posposiciones: dos categorías controvertidas” (1994)—. Proporcionan otro asunto recurrente en los trabajos gramaticales de Ángela las construcciones cuasiapositivas del tipo “N de N” (como en el ejemplo clásico el asno de Sancho) y su estrecha relación con otros esquemas que expresan determinación, atribución (en particular evaluaWLYD \FXDQWL¿FDFLyQ$HVWHJUXSRGHHVWXGLRVSHUWHQHFHQWUDEDMRVFRPR “Los ‘nombres de cualidad’ en la estructura del SD”, con Avel·lina SuxHU  ³/DH[WHQVLyQGHODUWtFXORLQGH¿QLGRHYDOXDWLYRDQWHQRPEUHV de cualidad en función de atributo: un estudio contrastivo”, con la misma coautora (2010); “La evolución de un como artículo enfático ante nombres de cualidad en función de atributo”, también con Avel·lina Suñer (2008); “Dos clases de epítetos en español: sus propiedades referenciales y distribución sintáctica”, con Andrés Saab (2005); “Relaciones de concordancia HQWUHGRVQRPEUHVHQHOLQWHULRUGHO61´FRQ/DXUD.RUQIHOG  \

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PRÓLOGO

³*UDPDWLFDOL]DFLyQ\FXDQWL¿FDGRUHVHQHOKDEODFRORTXLDOGHOHVSDxROULRplatense”, con la misma coautora (2008). El doblado de pronombres clíticos presenta, como es sabido, variantes típicamente rioplatenses, que Ángela estudió en varios artículos escritos en colaboración: “Notas sobre el doblado de clíticos en el español rioplatense: asimetrías entre objetos humanos y no humanos”, con Pablo Zdrojewski (2006-2007); “Clitic doubling in a doubling world. The case of Argentinean Spanish”, con Andrés Saab y Pablo Zdrojewski (en prensa); y “Asimetrías entre los pronombres proclíticos y los enclíticos en el español rioplatense”, también con Pablo Zdrojewski (2012). En realidad, es raro el tema al que Ángela haya dedicado un único trabajo, sea sola o en colaboración, ya que en las cuestiones aparentemente zanjadas encuentra siempre recovecos en los que seguir hurgando o nuevas perspectivas que enriquezcan la búsqueda. A la presencia y ausencia de artículo con los nombres propios dedicó dos trabajos: “La Argentina y sus nombres” (2014) y “Los nombres propios con determinantes: los matices de la variación” (2017). Estudió algunos usos peculiares de la negación en español rioplatense en “Palabras negativas en contextos enfáticos: nada, ningún” (2008) y también en “La gramática de la réplica en el español rioplatense” (2007). Tratan de los complementos preposicionales de verbos y adjetivos “El sintagma adjetivo: A + de ;´  H³,Q¿QLWLYRV introducidos por de” (2011). Faltan muchos títulos en este escueto repaso, pero nuestro propósito no es en absoluto ser exhaustivos. No mencionaremos, por tanto, los estudios que dedicó a otras muchas materias: el verbo saber, el adverbio igual, el argentinismo es de lindo, los tiempos del subjuntivo, los usos no argumentales de se y la posesión inalienable, entre otros asuntos. Ángela Di Tullio fue encargada, junto con Julio Borrego Nieto, de preparar la “versión manual” de la Nueva gramática académica (2009) de la Asociación de Academias de la Lengua Española, y su trabajo —sumamente preciso, a la vez que didáctico— vio la luz menos de un año después que la versión extensa (2010). A partir de esa experiencia, escribió varios artículos sobre las formas de interpretar la norma y la variación gramatical, entre otros “Meridianos, polémicas e instituciones: el lugar del idioma” (2009); “Condiciones para una normativa del español, lengua policéntrica” (2015); y “La Nueva gramática de la lengua española y la ubicación del español rioplatense” (2011). Este volumen, coordinado desde las dos orillas del Atlántico, no es exactamente un libro reunido por colegas de Ángela, sino más bien por

PRÓLOGO

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un grupo de amigos que hemos trabajado con ella de formas diversas. Las contribuciones abordan aspectos de la morfología y la sintaxis del español, europeo y americano, desde ángulos teóricos también dispares. Los que hemos armado el volumen hemos conocido y tratado a Ángela en épocas y lugares diferentes, pero coincidimos en lo mucho que hemos aprendido de ella desde que la conocemos —sin que ella intentara enseñárnoslo— y en que valoramos ese aprendizaje tanto como el gran enriquecimiento personal que para nosotros ha supuesto un trato tan dilatado. Así pues, no deseamos presentar este volumen a Ángela como un homenaje, sino como un regalo. Los homenajes son actos institucionales que se celebran en honor de alguna personalidad. Los regalos, en cambio, son testimonios más cercanos: muestras de afecto y de cariño, siempre compatibles con la más incondicional admiración. Nuestra intención es que el libro, que ha sido gestado y elaborado a sus espaldas, no vaya acompañado de ninguna presentación pública. Se lo entregaremos a Ángela en la LQWLPLGDGHQYXHOWRFRPRXQDFDMDGHERPERQHVHQODFRQ¿DQ]DGHTXH sabrá degustar todos y cada uno de los sabores que contiene. No deseamos celebrar con él su cumpleaños, ni siquiera su jubilación, sino tan solo el extraordinario privilegio que supone para nosotros el simple hecho de haberla conocido y de poder encontrarnos entre sus amigos.

Los editores

ÁNGELA DI TULLIO: UNA PRESENCIA EXCEPCIONAL Ivonne Bordelois

Tuve la fortuna de conocer a Ángela Di Tullio en el año 2000, en ocasión de la defensa de su tesis titulada Políticas lingüísticas e inmigración: el caso argentino. Aun cuando yo ya me encontraba jubilada luego de una larga y accidentada carrera lingüística, no había perdido el interés por nuestro campo, y me impactó inmediatamente el sello de novedad que Ángela impartía a los materiales por ella estudiados. Vi en ella a una representante nítida de ese espíritu de entusiasmo que actúa como fuerza magnética para las vocaciones jóvenes, cuando presencian el despliegue de una mirada original que proviene de un manantial de inspiración inagotable. Esta contagiosa energía que emana del discurso de Ángela se relaciona con lo vivaz de su curiosidad siempre alerta, que la conduce a los terrenos más diversos, desde la indagación de las oraciones pseudocleft VHJ~Q ORV SDUiPHWURV GH OD WHRUtD JHQHUDWLYD D ODV D¿UPDFLRQHV VREUH la legitimidad de una pauta nacional para el español practicado en la Argentina en escritores como Jorge Luis Borges o Roberto Arlt, cuando se enfrentaban con la voluntad normativa de la Real Academia, allá por los años cuarenta del pasado siglo. Es raro ver coexistir, en un mismo UHFRUULGRSURIHVLRQDOORVWHPDVPiVHVSHFt¿FDPHQWHVLQWiFWLFRVHQFDUDdos según los estrictos criterios de una doctrina contemporánea, junto a investigaciones histórico-lingüísticas o sociolingüísticas, que requieren otro tipo muy diferente de indagaciones y recursos; y es aún más raro el DGYHUWLUTXHWDOGLYHUVLGDGQRGHVHPERFDHQXQHFOHFWLFLVPRVXSHU¿FLDO sino que se plasma en observaciones agudas y removedoras, tanto en un caso como en el otro.

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IVONNE BORDELOIS

Esta sensación de frescura que se nos impone cuando leemos los trabajos de Ángela se debe a su vivacidad natural, a su falta de prejuicios, a su LPSODFDEOHYROXQWDGGHFODULGDG\DOD¿UPHKRQHVWLGDGLQWHOHFWXDOHQHO manejo de sus fuentes. Exenta de toda pedantería o acartonamiento falsamente académico, se adentra en los vericuetos del cocoliche —el dialecto de los italianos inmigrantes— o bien incursiona con gravedad y exigente criterio en los intrincados alcances de las políticas normativas del Instituto Cervantes. Ha sido para mí un gran placer el poder acompañar a Ángela en sus investigaciones acerca de Los Amores de Giacumina cuando en el 2002, por un feliz azar —un típico caso de serendipity— caminando por un barrio lejano, di, en zaguán solitario, con la primera edición de la obra publicada como folletín en 1909, texto que además contenía una nota relevante de Soler Cañas; poco tiempo después encontré, también por casualidad, en una feria de antigüedades, el sainete posterior, que pasó a completar el ciclo. Fue en verdad una gran alegría compartida el poder transmitir estos ignotos materiales a Ángela, a quien otras colaboradoras de las bibliotecas de Buenos Aires y Montevideo siguieron alcanzando las últimas versiones de esta obra, que en su momento logró encandilar nada menos que a Rubén Darío por su colorido e idiosincrasia. De estas pequeñas y mágicas conÀXHQFLDVVHDOLPHQWDQODVJUDQGHVDPLVWDGHVFXDQGRQRVDQLPDHOPLVPR propósito de esclarecimiento y hallazgo. Y en el caso de este sainete la capacidad de análisis de Ángela se destaca, porque al estudio detallado de un PDWHULDOOLQJtVWLFRULFRHQGHVYLDFLRQHVGHWRGRWLSRVHVXPDODUHÀH[LyQ sobre la élite criollista, xenófoba y clasista que —acaso molesta por el notable éxito popular de la obra— se ensañaba en satirizar ferozmente a los inmigrantes italianos, una situación que lamentablemente no nos resulta demasiado ajena o sorprendente en el difícil contexto de nuestras grandes migraciones contemporáneas. Pero tan pronto como vemos a Ángela internarse en la dialéctica lingüística del Buenos Aires de principios del siglo එඑ, la encontramos en Lovaina discutiendo perífrasis verbales o en Nápoles comparando tipológicamente el italiano y el español, o bien publicando sus artículos sintácticos en Ámsterdam, Oxford o Berlín. No es extraño, por lo tanto, que la Real Academia Española le encomiende, junto con Julio Borrego Nieto, nada menos que la redacción del Manual de la Nueva gramática de la lengua española, publicado en 2010. Y mientras mantiene el contacto con la RAE, es también nombrada por la Academia Argentina de Letras y prosigue su

ÁNGELA DI TULLIO: UNA PRESENCIA EXCEPCIONAL

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trabajo a escala internacional, sin soslayar tampoco su permanente interés en los distintos aspectos de la transmisión de la enseñanza gramatical, como lo demuestra su generosa asistencia a múltiples reuniones docentes en este sentido. El solo hecho de enumerar todas estas andanzas amenaza con quitarnos el aliento —y aquí se trata solo de un muy escueto resumen—, pero lo que más impresiona es que Ángela atraviesa todo este torbellino de actividades sin perder nunca el ánimo ni la extraordinaria energía que la sostiene, y es capaz de organizar una mudanza, un almuerzo, una entrevista o un simposio con la misma sonrisa y afabilidad con que nos invita o nos visita frecuentemente, siempre dispuesta a la conversación personal, al conseMRRDODFRQ¿GHQFLDDPLVWRVDTXHYDFLPHQWDQGRQXHVWURYtQFXORGHVGH hace muchos años ya. Me pasma con su cuidado por los menores detalles domésticos, con su sobria elegancia, con su cariñosa y generosa disponibilidad para una familia que se dispersa y acrecienta por toda Europa sin darle tregua. Y me asombra cómo su inescrutable manejo del tiempo le permite leer incansablemente novelas sobre las cuales puede emitir juicios tan lúcidos y sustanciosos como los que raramente nos regalan los mejores críticos literarios de nuestro tiempo. Por todas estas razones pienso que Ángela es una muy única y preciosa conjunción de calidades humanas y profesionales difícil de hallar en nuestros días, cuyo trabajo transparenta el sentido de una misión irrenunciable y asimismo atestigua la alegría de comprobar que el inagotable y maravilloso océano de la lengua se nos ofrece cada día y cada día nos convoca a un nuevo desafío, a un nuevo descubrimiento, a una nueva visión. Aun cuando he conocido y tratado a grandes personalidades en nuestro campo, estoy particularmente agradecida a la vida por haberme deparado, en PLWUDPR¿QDOODVLQJXODUSUHVHQFLDGHDOJXLHQTXHQXQFDVHGHMyUHVHFDU por teorías escolásticas ni entró en vanas competencias académicas, y ha preservado y sigue preservando la inteligencia y la gentileza de los seres prometidos a la luz.

“EL PROBLEMA DE VOSOTROS”: UNA CURIOSIDAD DEL ESPAÑOL EUROPEO FOSILIZADA EN AMÉRICA Virginia Bertolotti Universidad de la República / Academia Nacional de Letras

Con Ángela compartimos un dialecto que nos permite sujetos comitativos (como con Ángela compartimos) y algunos caminos de la vida académica. Además, compartimos el gusto por las novelas de Andrea Camillieri. En ellas, Salvo Montalbano, detective de Vigata, frecuentemente tiene la sensación de que la solución a sus problemas está delante de sus ojos y no sabe verla. Algo así me sucedió con “el problema de vosotros”. Este tenía dos aspectos que no conseguí, durante mucho tiempo, compatibilizar. Los pronombres vosotros/vosotras1 y su manifestación verbal (cantáis, teméis, partís), vitales y expresión de cercanía en el español europeo, no existen en el español en América salvo en registros muy formales. Mientras realizaba la edición de documentos americanos de los siglos එඏංy එඏංංcomencé a notar que no podía hablarse, en rigor, de un vosotros exclusivamente cercano en esa documentación. Fue así que caí en la cuenta de algo bastante obvio: vosotros no había sido siempre una forma de cercanía y el tratamiento plural americano no siempre había estado dividido en un espacio para la cercanía y un espacio para la lejanía. El análisis prolijo de los datos refrendaría esta impresión. En este artículo muestro esos datos y, además, discuto dos asuntos teóricos. Por un lado, cuestiono la idea de la existencia de sistemas de tratamientos más equilibrados que otros y, por otro, evidencio el sesgo histoDe aquí en adelante, solo uso vosotros, salvo en la citas de otros autores, que señalen explícitamente el femenino. 1

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VIRGINIA BERTOLOTTI

ULRJUi¿FRFRQHOTXHKDQVLGRDQDOL]DGRVORVWUDWDPLHQWRV²\VHJXUDPHQWH otros hechos lingüísticos— en el español americano. En primer lugar, realizo un estado de la cuestión de los estudios sincrónicos y diacrónicos sobre vosotros y su paradigma. En segundo lugar, reviso algunos análisis teóricos sobre el tratamiento plural. En un tercer apartado, estudio las condiciones comunicativas americanas para luego, en el apartado 4, presentar los datos tomados de Corpus diacrónico y diatópico del español de América (Cordiam), que ofrecen una evidencia diversa a la explorada hasta ahora. Cierro este capítulo con una somerísima discusión y una síntesis. (ඌඍൺൽඈൽൾඅൺർඎൾඌඍංඬඇ El empleo de una única manifestación pronominal y verbal para dirigirse a alocutarios plurales (ustedes cantan) es uno de los rasgos con que se distingue el español hablado en América del español castellano. Vosotros \ VXV ÀH[LRQHV YHUEDOHV -ais/-eis/-is están prácticamente ausentes en los textos del español de concepción oral2 americano, por lo menos, desde el siglo එඏංංං así como también lo están las manifestaciones pronominales personales (os) y las posesivas (vuestro/a(s)). Sin embargo, en los siglos එංඑඑඑ y එඑං los pronombres y verbos propios del paradigma de vosotros, desaparecidos del habla cotidiana, se emplean en unos pocos géneros de concepción escrita \ FRQ XQ VLJQL¿FDGR GH FRUWHVtD VROHPQH GLDPHWUDOmente opuesto al de cercanía que se le atribuye en el español europeo. 1.1. Sincronía Los manuales y los textos de referencia coinciden en señalar que el español hablado en América y el español castellano se distinguen, entre otros rasgos, por la presencia de un solo plural de tratamiento en las variedades americanas y de dos plurales en variedades del español europeo (Lapesa 1959, Penny 1993, Carricaburo 2015, entre muchos otros). 2 Empleo los términos textos de concepción oral y textos de concepción escrita recogiendo la conocida distinción entre textos de oralidad concepcional y de escrituralidad concepcional fuertemente relacionados con la inmediatez o la distancia comunicativa, DVHQWDGDSRUORVLQYHVWLJDGRUHV.RFK\2HVWHUUHLFKHUHQORVDxRVQRYHQWD FISRUHMHPSOR Oesterreicher 1996, entre muchos otros trabajos de este autor).

“EL PROBLEMA DE VOSOTROS”

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Dado el enorme acuerdo con respecto a este punto, huelga la referenciación exhaustiva y me limito a señalar que la última gramática de referencia de la lengua española de la Asociación de Academias de la Lengua Española (ൺඌൺඅൾ) y la Real Academia Española (RAE) señala la ausencia de vosotros también en el espacio europeo en “la mayor parte de Andalucía occidental y Canarias” (RAE/ASALE 2009: § 4.4 e). Existe acuerdo también en que la distancia social es el parámetro que regula las dos formas plurales en el español castellano: la menor distancia social es determinante de la elección de vosotros y la mayor distancia social es determinante de la elección de ustedes. Como es sabido, son estos también los parámetros que determinan la elección de diversos WUDWDPLHQWRVHQHOVLQJXODUWDOFRPRVHUHÀHMDHQHOVLJXLHQWHFXDGUR Cuadro 1. Las segundas personas en España (Carricaburo 2015: 12) Número

Informalidad/solidaridad/ familiaridad/acercamiento [menor distancia social]

Formalidad/poder/cortesía/ distanciamiento [mayor distancia social]

Singular



Usted

Vosotros/as

Ustedes

Plural

Se ha naturalizado pues un sistema simétrico con cuatro espacios, producto del cruce del parámetro distancia social y de la categoría gramatical número. En su clásico artículo Fontanella de Weinberg (1999:  FDOL¿FDHVWHVLVWHPDFRPR³HTXLOLEUDGR´\RWURVDQiOLVLVVLJXHQHVWD línea. Por ejemplo, Lara (2010) concluye, luego de haber estudiado el empleo de ustedes en Andalucía occidental, que “el vacío de diferenciación social que deja la generalización de ustedes a todos los casos referidos a una pluralidad de interlocutores puede motivar, a la larga, el nacimiento eventual de nuevas distinciones en la escala de poder” (Lara 2010: 70), lo que refuerza líneas después: “es previsible que, ante la falta de distinción, acabe surgiendo una innovación” (Lara 2010: 69). Existe una reciente voz discordante con respecto de esta forma de analizar los tratamientos hispánicos como sistemas de tratamiento simétricos en singular y en plural en la sincronía, además de la mía propia en la diacronía. Morgan y Schwenter (2016) entienden que en la actualidad la simetría del castellano es un mito, ya que postulan que la forma vosotros es el plural tanto del tratamiento singular tú como del tratamiento singular

20

VIRGINIA BERTOLOTTI

usted, cuestionando, con evidencia empírica, la idea de que vosotros es plural de tú y de que ustedes es plural de usted (Morgan/Schwenter 2016:  'HDFXHUGRFRQHVWDVD¿UPDFLRQHVHO&XDGURGHEHUtDFRQYHUWLUVH HQ HO &XDGUR $OOt OD FRGL¿FDFLyQ GHO SOXUDO HQ HO HVSDxRO FDVWHOODQR de concepción oral sería única, tal como en el español americano, solo GLVWLQJXLpQGRVH SRU HO KHFKR GH TXH HQ HO SULPHU FDVR VH PDQL¿HVWD mediante vosotros y en el segundo mediante ustedes. Cuadro 2. Revisión de Morgan y Schwenter (2016) de las segundas personas en España Número

Informalidad/solidaridad/ familiaridad/acercamiento [menor distancia social]

Formalidad/poder/cortesía/ distanciamiento [mayor distancia social]

Singular



Usted

Plural

Vosotros/as

También se ha naturalizado un sistema de dos formas en el singular. No obstante, las manifestaciones son mucho más complejas y variadas. Como he señalado, el español en América posee cinco sistemas de tratamiento que se distinguen por la combinación de diferentes singulares entre sí, y en muchos casos la combinación no es de dos formas sino de tres, con un único plural (Bertolotti 2015: 71), como resumo en el Cuadro 3. Cuadro 3. Las segundas personas en América, con variación diatópica, diastrática y diafásica3 Singular Plural



Vos

Usted-t3

Su merced

Usted-v

Ustedes

3 &RGL¿FRODVGLYHUVRVQRPEUHVGDGRVDODGHL[LVVRFLDOGHGLIHUHQFLDVGHpoder, a la cortesía y a la distancia afectiva con la letra V —del vós latino—y los diversos nombres dados a la deixis social de igualdad de poder, a las cortesías no reverenciales, y a la cercanía afectiva con la letra T, siguiendo en ambos casos el trabajo clásico de Brown y Gilman  $XQTXH QR HV WHPD GH HVWH DUWtFXOR FDEH VHxDODU TXH GLVWLQJR GRV VLJQL¿FDGRV sociales de usted —usted-t y usted-v—, tal como se presentan en América. La presencia, las variables sociales y las situaciones que regulan las formas del singular son complejas y están descritas en Bertolotti (2015: 31-71).

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1.2. Diacronía No existen casi estudios históricos sobre los tratamientos plurales en América. Valga como evidencia el hecho de que en la extensa bibliografía sobre formas y fórmulas de tratamiento en español de Fernández y Gerhalter (2016)4, solo 24 de las más de 1500 entradas incluyen el término vosotros, esto es, los textos dedicados al plural en español no alcanzan el 2 % y se centran mayoritariamente en describir su empleo actual (Almasov 1974; Isaza Calderón 1976; Siciliano 1971, entre otros). Solo escasos trabajos atienden la cuestión diacrónica (Company Company 1997; Domínguez Hernández 2013; Nieuwenhuijsen 2006; Moreno de Alba 2010, 2011; Obediente Sosa 2011, 2013). Este escaso interés por la diacronía plural fue ya señalado por Moreno de Alba (2011: 25) quien, respecto de la “eliminación del pronombre vosotros”, sostiene que no hay estudios que den cuenta cabalmente de este fenómeno. Consigna como excepción el entonces reciente trabajo de Jonge y Nieuwenhuijsen (2009) en donde, siempre según Moreno de Alba, se ofrecen datos relevantes al respecto. No he encontrado tales datos sino dos señalamientos sobre las posibles causas de la desaparición de vosotros en América. En primer lugar, Jonge y Nieuwenhuijsen (2009: 1607) señalan la conservación de vos como posible causa de desaparición de vosotros —lo cual también ha sido sostenido por Fontanella de Weinberg (1999)—, dada la alta coincidencia entre los paradigmas de ambos pronombres (-áis, -éis, -is, os, vuestro/a(s) (VWHDUJXPHQWRWLHQHDPLMXLFLRGRVÀDQFRVGpELOHVSRU un lado, el vos conservado es singular y las formas ambiguas pronominales de su paradigma se abandonan y, en consecuencia, la coincidencia no sería tal; por otro lado, la conservación de vos no es general en América en tanto que la pérdida de vosotros sí lo es. En segundo lugar, Jonge y Nieuwenhuijsen consignan como intento de explicación lo postulado por Corominas y Pascual (1980-1983: 844), quienes atribuyen la desaparición del vosotros a su empleo por usuarios poco prestigiosos: Corominas (1980-1983: s.v. vos) es el único que apunta hacia una explicación del fenómeno cuando señala que el pronombre boso del papiamento constituye 4

Esta bibliografía excluye obras de referencia.

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la única huella de vosotros en América. El hecho de que el pronombre sobreviva en el papiamento, o sea el hecho de que fuera usado por los negros, sugiere, según Corominas, que el uso de vosotros llegó a considerarse en un momento dado como descortés, motivo por el cual fue rechazado o evitado primero por los blancos y más tarde por toda la población (Jonge/Nieuwenhuijsen 2009: 1606).

En cuanto a la datación de la desaparición de vosotros, Moreno de Alba  SURSRQHODYLJHQFLDGHHVWHSURQRPEUH\VXÀH[LyQHQHOHVSDxRO DPHULFDQRKDVWD¿QHVGHOඑඏංංංy una aceleración notable en el එංඑ, en que ustedes acabará por sustituir a vosotros por completo en el registro oral. Esta desaparición, sin embargo, como señala Moreno de Alba no es absoluta, ya que vosotros y su paradigma se emplean en algunos contextos PX\ HVSHFt¿FRV \ SRU WDQWR PX\ UHVWULFWRV 2WURV DXWRUHV WDPELpQ KDQ hecho este mismo señalamiento (entre ellos, Caravedo, 2005; Frago Gracia 2011; Obediente Sosa 2011; Rona 2014 [1958]) resaltando el empleo de vosotros en proclamas, discursos religiosos, discursos con personajes bíblicos o discursos de líderes de las independencias. Caravedo (2005: 28) señala que “se ha invertido el valor designativo de vosotros” que se usa “en contextos de gran solemnidad en que el interlocutor es indiferenciado y masivo, además de distante (proclamas, discursos solemnes)”; esta autora explica esto por ser una forma que se aprende a WUDYpVGHODHVFRODUL]DFLyQFRPRXQDIRUPDWRPDGDGH³FRQWH[WRVDUWL¿ciales”. Frago Gracia (2011) documenta vosotros, verbos conjugados en segunda del plural y vuestro en el siglo එංඑ americano y destaca la importancia de este siglo, en el que las formas mencionadas aparecen casi exclusivamente en la lengua escrita, preferentemente en contextos lingüísticos solemnes y en textos doctrinales. Propone como razones que “la minoría culta lo mantuvo para marcadas ocasiones” (Frago Gracia 2011: 69). 2EHGLHQWH6RVD  VXEUD\DTXHHODQiOLVLVGHPDQL¿HVWRVGHFUHWRV GLVFXUVRV\SURFODPDVDUHQJDVSURJUDPDVGHDFWRVS~EOLFRVSDQÀHWRVHLPSUHVRVEUHYHVOHSHUPLWHD¿UPDUTXH³ODIRUPDGHWUDWDPLHQWRHPSOHDGDHQ Venezuela a lo largo del siglo එංඑ para dirigirse a los ciudadanos eras vosotros”, con eventuales alternancias con ustedes (Obediente Sosa 2011: 277). No es posible cerrar este apartado de revisión de estudios históricos sin considerar trabajos que no se centran en América, ya que sería algo reduccionista mirar un desarrollo sin considerar el otro. Así, por ejemplo,

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son valiosas las caracterizaciones sobre los valores de vosotros y de ustedes proporcionadas por Calderón Campos (2015) a partir del análisis de un corpus histórico de la zona de Granada. También especialmente inspirador resulta el trabajo de Fernández Martín (2012) sobre la pérdida del pronombre vosotros en Andalucía occidental, donde describe la distribución sociolingüística de la forma vosotros y data la sustitución de vosotros por ustedes en la primera mitad del siglo එඏංංං. Al explicar el abandono de vosotros recurre a cuestiones universales del tratamiento que retomo a continuación. &ඈඇඌංൽൾඋൺർංඈඇൾඌඍൾඬඋංർൺඌ Como surge de la revisión de la bibliografía, parece dominar la convicción de que la eliminación de vosotros es extraña porque desequilibra un paradigma simétrico de cuatro espacios, dos para el singular y dos para el plural, y por ello merece una explicación. Surge también del estado de la cuestión realizado que las posibles explicaciones no dan cuenta de los dos ángulos de la cuestión, a saber, las razones de la pérdida de vosotros y, al mismo tiempo, su conservación en algunos contextos comunicativos. Con respecto a la primera cuestión, esto es, la ausencia “desequilibradora” de vosotros, mi hipótesis de trabajo es que no hay tal desequilibrio, sino una mera diferencia con el sistema castellano, que, considerado como regla, lleva a explorar las modalidades americanas del español con las categorías del castellano. Propongo que no ha habido en América un sistema con dos tratamientos pronominales plurales regulado por el parámetro mayor o menor distancia social, sino un único espacio para el plural, ocupado por diferentes tratamientos. Esta no-división fue intuida por Moreno de Alba, quien señala la tardía bipartición del espacio plural en el español europeo —siglo එඏංංං²y, casi al pasar, señala la amplitud de valores de vosotros (Moreno de Alba 2011: 28-29). Con respecto a la segunda cuestión, entiendo que la conservación de vosotros en contextos formales se da por un proceso de especialización funcional en el que se opta por la forma más conservadora, vosotros, frente a la más innovadora vuestras mercedes > ustedes. En los próximos apartados, fundamento mi propuesta, revisando algunas cuestiones teóricas sobre los tratamientos plurales y la conformación del español en América.

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2.1. Los tratamientos plurales La evidencia interlingüística muestra que las lenguas pueden carecer de distinciones pronominales basadas en la distancia (inglés, irlandés, ewe, mapundung, sueco), como pueden ser binarias (vasco, turco, sango, panjabi), como pueden tener más de dos formas (polaco, húngaro, tagalo y nahualtl), y así se documenta en The World Atlas of Languages Structures (cf. Helmbrecht 2013: 45A, capítulo y mapa). Incluso en el espacio romance, varias lenguas no distinguen entre cercanía y distancia en el plural (cf. francés vous, portugués de Brasil vocês, italiano voi). En cuanto a la referencialidad de los pronombres plurales de segunda, Nowikow (1994) distingue dos tipos: pluralidad homogénea y pluralidad heterogénea. Entiende por pluralidad homogénea aquella en la cual todos los “integrantes del plural” son de la misma persona del discurso. Esto es, vosotros es la suma de tú + tú + tú…, en (1), donde vosotros es empleado por una amiga que se dirige a otras, todas ellas madrileñas. (1) Me gustaría que vosotras me acompañarais al viaje. [vosotros = tú + tú + tú] Por su parte, la pluralidad heterogénea se da cuando los “integrantes del plural” no son de la misma persona del discurso, esto es, vosotros es tú + no tú… 1RZLNRZ FRPRVHHMHPSOL¿FDHQ  FRQXQD PDGUHTXHVHGLULJHDVXKLMDDOPLVPRWLHPSRTXHUH¿HUHDVXVDPLJDV D quienes la madre tutea y por eso marco ellas-t), donde la heterogeneidad sería (tú + ella-t + ella-t). (2) María, ¿alguna de vosotras cuatro me mandaría una postal del viaje? [vosotras = tú + ella-t …o ellas-t] Agrego al análisis de Nowikow que los plurales heterogéneos pueden recubrir la distancia social o la cortesía. En ese caso, el pronombre plural no es la suma de personas del discurso heterogéneas, sino la suma de entidades cuya heterogeneidad reside en recibir tratamientos diversos. Este plural heterogéneo se daría, por ejemplo, si María se dirigiera simultáneamente a su amiga —a la que trata de tú— y a su jefe —al que trata de usted, FRPRVHHMHPSOL¿FDHQ  

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(3) —¿Alguno de ustedes quisiera que les imprima el itinerario del viaje? [ustedes = tú + usted] Podría agregarse, además, un tercer tipo de heterogeneidad, surgida de la combinación de las dos anteriores: el no-tú puede componerse de terceras personas que, en el caso de ser tratadas directamente, recibirían un tratamiento de distancia (usted, en el español actual). En (4), la amiga de María habla de sí misma y del jefe ausente, y María, al responderle, compone heterogéneamente el plural con la amiga, a quien trata de tú, y con el jefe, a quien trata de usted. (4) —El jefe y yo terminaremos este trabajo mañana temprano, María. —¿Alguno de ustedesOOHJDUiPDxDQDDQWHVGHODVDODR¿FLQD" [ustedes = tú + él-v] En síntesis, los tratamientos de segunda plurales pueden ser: a) homogéneos; b1) “heterogéneos de persona —2 o 3—”; b2) “heterogéneos de tratamiento —cercanía-t y lejanía-v—”; o b3) “heterogéneos mixtos — SHUVRQD \ WUDWDPLHQWR²´ (VWDV KHWHURJHQHLGDGHV QR HVWiQ FRGL¿FDGDV pronominalmente en el español americano actual, ya que empleamos una única forma ustedes y sí lo están (o lo han estado) en el español castellano. Si la heterogeneidad es relevante, puede pensarse entonces que las formas de plural de cercanía tienen condiciones de uso mucho más restringidas que las de plural de lejanía: basta un interlocutor que requiera distancia social o una tercera persona-v para que no se pueda escoger una forma de plural cercano. Los plurales son, pues, críticos, en el sentido de Hummel (en proceso) o, mejor aún, hipercríticos, en la medida en que además de regirse por los parámetros de la persona y la deixis social, deberían chequear ambas condiciones en cada uno de los referentes que componen la pluralidad. Quizá sea esta una de las razones de la relativa rareza de lenguas con dos pronombres de segunda plural, ya que sus algorítmicas condiciones de empleo tendrían un costo de procesamiento tan alto que no se puede sostener su hipercriticidad.

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2.2. La comunicación de los primeros americanos Además de la condición hipercrítica de los tratamientos plurales, es necesario tener en cuenta las características de la regulación del tratamiento en los siglos එඏංy එඏංංasí como también considerar el espacio comunicativo5 americano, esto es, qué hablantes hacían uso y escuchaban las modalidades hispanas en América y en qué situaciones comunicativas lo hacían. Un parámetro determinante del tratamiento singular de cercanía (tú) en los siglos එඏංy එඏංං era la intragrupalidad. Las otras condiciones que favorecían el empleo de tú eran: a) situaciones en las que no hubiera necesidad de marcar distancia; b) conocimiento profundo desde temprana edad entre los interlocutores; c) pertenencia de los interlocutores al mismo sexo, preferentemente, en relaciones familiares; d) pertenencia del hablante a una generación mayor que la del oyente. Excepcionalmente, tú podría emplearse en situaciones de extragrupalidad y, para ello, el locutor debía pertenecer a una clase social superior. En general, la empleaban los amos para sus criados muy conocidos. Las formas de tratamiento-v, esto es, de distancia, se empleaban en situaciones extragrupales, cuando quien recibía la forma era alguien con un estatus social alto o, en situaciones intragrupales, con valor de deferencialidad o cortesía entre iguales. Estos parámetros determinaban el empleo de vuestra merced > usted. Todo el resto de las situaciones se vehiculizaba a través de vos y es esta una de las razones de la pervivencia de vos en el continente americano, como he mostrado en Bertolotti (2015). De vos se trataban los que no pertenecían al mismo grupo, los que no se conocían desde tiempo atrás, los que no pertenecían a un estrato superior, los que no tenían una relación íntima… Por tanto, si aceptamos que las variables sociopragmáticas sintetizadas arriba son también válidas para el plural, es razonable suponer que muchísimas situaciones de tratamientos plurales fueran “heterogéneas de tratamiento” o “heterogéneas mixtas”. En las condiciones comunicativas americanas en los siglos එඏංy එඏංං, es sencillo imaginar que los contextos 5 Esta necesidad ya ha sido señalada por Zimmermann (2011: 14): “Esto lleva a la construcción del espacio comunicativo (no de una determinada lengua) y de la comunidad comunicativa (no de una comunidad lingüística) como objeto de la historiografía de las lenguas”.

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de tú fueron muy restringidos. La intragrupalidad, la familiaridad, el conocimiento de largo tiempo, el haber compartido la infancia eran condiciones de cumplimiento improbables entre las poblaciones indígenas que interactuaban con los europeos, pero también entre los primeros pobladores españoles llegados a América. Por tanto, al formar un plural los posibles tú seguramente se combinaran con vos o con vuestra merced > usted, rompiendo la homogeneidad necesaria para un tratamiento de cercanía plural. Quizás, entonces, hayan sido innecesarios dos plurales (uno de ellos reservado a la cercanía, y por tanto homogéneo), ya que sus contextos de empleo serían exiguos6. $ඇගඅංඌංඌൽൾඅඈඌඍඋൺඍൺආංൾඇඍඈඌඉඅඎඋൺඅൾඌൾඇඅඈඌඌං඀අඈඌඑඏංඒඑඏංංං 3.1. Evidencia en corpus europeos Si la distinción plural de cercanía versus plural de distancia no habría sido comunicativamente viable en las circunstancias americanas, tampoco SDUHFHKDEHUVLGR¿UPHHQHOFRQWH[WRHXURSHR/RVHVFDVRVWUDEDMRVKLVWyricos sobre el tratamiento plural lo señalan. Moreno (2006), en un corpus literario de un siglo (entre 1528 y 1640), no encuentra usos diferenciados en términos de cercanía-lejanía para la forma vosotros. Lo mismo sostiene Fernández Martín (2012) sobre un corpus andaluz, incluso para el siglo එඏංංං, cuando señala “que la esfera de ustedes y vosotros no estaba clara en los siglos එඏංං y එඏංංං´, aunque en su investigación se anima a acotar los ámbitos de vosotros D ³FLHUWRV XVRV HVSHFt¿FRV´ )HUQiQGH] 0DUWtQ (2012: 187), coincidentes, a grandes rasgos, con los que postulé para tú PiV DUULED 7DPELpQ 0RUHQR GH$OED VHxDOD OD GL¿FXOWDG HQ FDSWDU XQD HVSHFL¿FLGDGHQHOHPSOHRGHvosotros, luego de haber analizado los datos proporcionados por el Corpus diacrónico del español:

Al explorar esta idea, en rigor, estoy siguiendo los pasos de Fernández Martín, quien en su tesis doctoral (2012) explica la generalización del plural ustedes en Andalucía señalando que “el plural ustedes era más frecuente por su carácter inclusivo y heterogéneo [Nowikow 1994], frente a vosotros exclusivo. Esto quiere decir que ustedes + 3.ª PP era el trato apropiado para aludir a un grupo en el que hubiese sujetos a los que se tutease y se tratase de usted. Vosotros exigía que a todos los miembros se los tutease independientemente” (Fernández Martín 2012: 564-565). 6

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Lógicamente, en textos españoles anteriores al එඏංංං, el pronombre vosotros al que, como dije, poca competencia ofrecían tanto el pronombre vos (plural) cuanto el sintagma vuestras mercedes, tiene tanto valor deferencial cuanto no deferencial (Moreno de Alba 2011: 29).

De acuerdo con esto, en la época de la exportación masiva de la lengua española a América, vosotros no se había especializado aún en la cercanía. Como he señalado, no encontraría en América buenas condiciones para especializarse. 3.2. Evidencia en un corpus americano Presento aquí datos del corpus Cordiam, selección documental constituida por textos tomados de archivos y escritos exclusivamente en América. Analizo los datos saltando un siglo —excluyo el siglo එඏංං y considero el එඏං y el එඏංංං², para tener un panorama no continuo que permita la comparación. La búsqueda de vosotros7 arroja 72 ocurrencias para el siglo එඏංy 8 ocurrencias para el siglo එඏංංංLas búsquedas de vuestras mercedes arrojan las siguientes concordancias: 243 en el siglo එඏංy 91 en el siglo එඏංංං. (VWRV GDWRV WRPDGRV GH XQ FRUSXV FRQVWUXLGR HVSHFt¿FDPHQWH SDUD historiar el español en América, muestran que ya en el siglo එඏංvuestras mercedes8 predominaba sobre vosotros y lo sigue haciendo, en forma mucho más marcada, en el siglo එඏංංංEn términos proporcionales, la relación vosotros/ustedes pasa de 3,3 en el siglo එඏංa 15,3 en el siglo එඏංංං. Esto es, en el siglo එඏංse registra 1 vosotros cada 3,6 ocurrencias de vuestras mercedes > ustedes. Sin embargo, en el siglo එඏංංංse registra 1 vosotros cada 15 ocurrencias de vuestras mercedes > ustedes, siendo ambos subcorpus cronológicos equilibrados en cuanto a la cantidad de palabras. 'HDFXHUGRFRQHVWRVGDWRVHVSRVLEOHD¿UPDUTXHODJHQHUDOL]DFLyQGH vuestras mercedes > ustedes, o más precisamente el desplazamiento de la forma más antigua vosotros por la más moderna vuestras mercedes > usLa solicitud fue bosotr?s/vosotr?s con restricción al siglo එඏං (3/06/2016). La cifra aportada es la suma de las búsquedas de diversas abreviaturas (mercedes, mds, mrds), en combinación con vuestras (o alguna de sus posibles abreviaturas). Incluí también las concordancias de vstedes, ustedes. Excluí sustantivos, nombres propios y construcciones con sus. 7 8

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tedes, ya estaba en marcha desde los primeros tiempos de la incorporación de la lengua española en los territorios americanos. Cabe señalar que tomo estos datos numéricos como marco general, pero no insisto en el contraste numérico, sino en el análisis de los contextos en los que aparece cada uno de los pronombres. El análisis cualitativo de los datos y su contexto comunicativo nos muestra que vosotros en el siglo එඏංno tiene restricciones que surjan de la distancia social, propia de los ámbitos formales. Como se ve en 5, era posible emplear vosotros en un texto administrativo en que se dan instrucciones: (5) no consyntireys que los yndios se entremetan entre los españoles A lo menos muchos syno que Antes vayan e esten por su parte haziendoles entender que lo hazeys porque no quereys que ningun español les haga ni diga cosa de que Resçiban enojo porque metiendose entre vosotros muchos yndios pueden tener çelada para en abraçandose los vnos con vos otros salir los otros e como son muchos podriades correr peligro y pereçer y dexareys muy Aperçibidos los navios asy para que ellos esten A buen Recabdo [año 1518, Cuba, administrativo, Cordiam].

Como se lee en 6, también se empleaba vosotros en cartas familiares en alternancia con vs ms (también con vmd): (6) deseados padres salbehos dios/con mas de[j]o de ber a vs ms que no de escriuylles/les hago sauer como gloria a dios nuestro señor/estauamos en el peru yo e my hermano/[…] yo/les ruego/que el vno o [en]tranbos se vengan/ para que aca lleuen algun descanso/para la bejez y de aca podemos prober {f.13} a nuestras hermanas y cuñados/e deudos y sy juan bonyllo nuestro/primo quisyere benyr dalde mys besamanos/e dezilde que hare tanto por el/como por qualquiera de vosotros/[…] a todos les veso las manos […] [año 1568, Panamá, carta, Cordiam].

También en el siglo එඏංvosotros era plural de vos, como muestra esta carta dirigida a un sobrino (7): (7) sobrino muchas vezes os e escripto que vos y vuestra muger y/hijos os viniesedes a estas partes para que gozásemos/de vosotros pues dios nos a dado para poderos haçer/vien y estamos en tierra donde no ay las necesidades/que

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en españa que lo que dios me a dado todo lo quiero/para vos y para mi sobrina [año 1590, Bolivia, carta, Cordiam].

Así también vosotros era plural de tú, como evidencia esta carta en la que un padre se dirige a su hijo (8): (8) hijo/vna carta tuya UHoLELTXHSDUHFLDPDVFDUWHOGHGHVD¿RTXHQRFDUWDGH hijo a/padre estoy espantado de ti y de tu madre que ayas/querido ser tan contumaçis de no aver querido venir aca/donde vuieredes dadome a mi descanso y a vosotros [año 1570, Perú, carta, Cordiam].

(VWHDPSOLRHVSHFWURGHHPSOHRV²GHOFXDOVRORHMHPSOL¿FRVXVH[WUHmos— se observa de similar manera en el caso de vuestras mercedes > ustedes. Podemos ver su uso en una situación de la mayor formalidad, como una carta a los señores del Consejo de Indias (9): (9) 0DQM¿FRV señores./Por la carta que va con ésta he escrito tan largo a vs. mercedes, aunque a mi pareçer/corto, y en sumas lo que ha pasado, que temo que ya estaran ynportunados de/leer [año 1526, México, administrativo, Cordiam].

En el otro extremo —aunque sin llegar a vuestras mercedes > ustedes como plural de tú—, encontramos una carta familiar con vuesas mds a una hermana afectivamente cercana, a la que se trata alternativamente de vmd y de vos (10): (10) las demas recibí y con ellas mucho contento y el no aberle/respondido luego a sido el estar tan lejos de vm aunque/dos le [he] escrito las quales an sydo dadas a pedro fernandes piloto/la una dellas y la otra a francisco bernaldo los quales an salido/desta tiera y por me parezer que no an sido dadas e querido/hacer esto para que la una u la otra tubiesen bentura/de llegar a manos de vmd [en] [e]l qual abiso a vmd de mi/salud y de buestra tia ysabel rodrigez de como estamos/buenos y de salud y ansi bos suplicamos nos aga/vmd merced […] entende que yo deseo casaros/y poneros [en] cobro de maner[a] que podays estar/onradamente yo por no tener hijo ni hija ni parientes/mas llegados que vuesas mds e tenido por/bien y lo tengo de que benagys a estar [en] mi conpania/y de vuestra tia porque tengo yo y ella con que poder/remediarles [año 1590, República Dominicana, carta, Cordiam].

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Las escasas concordancias de vosotros en Cordiam en el siglo එඏංංං muestran resultados similares al siglo එඏං en cuanto a su amplio espectro de registros, que van desde un cartel público (ejemplo 11), hasta una carta familiar dirigida a hermanos (ejemplo 12). (11) Yo, verídico informante, os digo lo /mismo que vosotros sabéis por el padre Torres, padre Días,/10 cabo de escuadra, padre Granado, sargento, y el padre Maldonado,/que éstos no hacen verdadero baptismo, verdadero/sacramento de penitencia, verdadera extremaunción,/ni verdadera missa [año 1774, México, jurídicos, Cordiam]. (12) Hoy el objetto de mi attención es Andresitto, por sí y su buena madre, a quien tantto debí. Quiero saber si vive con vosotros, con su mujer o separados, y el porqué. […]/Hermanos, desengañémonos que estto puede durar… También te escribí (conttigo habló Pepe SUHJXQWWDQGRHOHVWWDGR\R¿FLRTXH seguía el muchacho que esttá en León, nada dices, haces bien callar./El señor recttor de Bembibre me ha escritto que tú, con la separación de Miguel, no te sobra nada y por tantto te remitto lo que te enttregará el señor Cázeres [año 1772, Perú, cartas, Cordiam].

Otro tanto sucede con vuestras mercedes > ustedes, que encontramos empleado tanto en una denuncia judicial (ejemplo 13) como en una carta a un hermano (ejemplo 14) en la que se cuenta una situación dramática. (13) vuestras mercedes/me sean testtigos cómo, aviéndole mandado al gobierno/que llevase preso a dicho Cárdenas, no quiso ovedezer, lo/qual se justWL¿FDSXHVWWRTXHQRHVWiHQGLFKDFiU]HODQWHVVtFRPRD]LHQGRPRID\GRnaire de dichos mandattos,/se está, como ven vuestras mercedes, sentado en su puerta./[…]. Y que estto es lo que vido y la verdad [año 1716, México, jurídicos, Cordiam]. (14) pues a más de el quebranto de la quema he tenido otros de descaminos y SpUGLGDVGH¿DGRVTXHSDVDQGHPiVGHVHLVPLOSHVRVSHURWRGRORRIUH]FRD Dios. Y a San Juan de Sahagún le pido encaresidamente me aiude para poderle mandar alguna cosa y vuestras mercedes se lo rogarán por mí./El cuñado de Pedro de Vega, llamado Manuel, se mantiene aquí conmigo pues quando sucedió el incendio vivía en mi casa/y se le quemaron en géneros que tenía, suios y agenos, más de diez y seis mil pesos [año 1737, Panamá, cartas, Cordiam].

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'ංඌർඎඌංඬඇඒඌටඇඍൾඌංඌ En este artículo he explorado tres cuestiones: una teórica, una historioJUi¿FD\XQDGHVFULSWLYD\H[SOLFDWLYD La teórica consiste en cuestionar la idea de sistemas de tratamientos “equilibrados” y “desequilibrados”. He sostenido que las divisiones entre las formas singulares no se corresponden necesariamente con las del plural. /DFXHVWLyQKLVWRULRJUi¿FDHVWULEDHQVHxDODUHOVHVJRLQYHVWLJDWLYRFRQ el que han sido analizados los tratamientos en el español americano, al tomar el sistema castellano como punto de partida. 'HVFULSWLYD\H[SOLFDWLYDPHQWHHQWLHQGRSRVLEOHD¿UPDUTXHODGHVDSDrición de vosotros en América no tiene que ver con el prestigio de los hablantes (hipótesis de Corominas), sino con la condición hipercrítica de los plurales en el espacio comunicativo americano. He documentado, además, TXHQXQFDOOHJyDD¿DQ]DUVHXQDGLYLVLyQGHOSOXUDOHQWUHODFHUFDQtD\OD distancia social. Los datos explorados parecen datar la eliminación de vosotros en el siglo එඏංංං y no en el siglo එංඑ hipótesis de Moreno de Alba). En cuanto a la conservación de vosotros en contextos discursivos de escrituralidad concepcional, el hecho de que vosotros y ustedes hayan sido dos formas en competencia por el espacio de la pluralidad, siendo vosotros la forma conservadora y ustedes la innovadora, explica que la primera se haya especializado en esos contextos discursivos más formales. La explicación proporcionada —en América no hubo una división del espacio del tratamiento plural y los formas se especializan contextualmente— da cuenta del “problema de vosotros” en forma integral. 5ൾൿൾඋൾඇർංൺඌൻංൻඅංඈ඀උගൿංർൺඌ $ർൺൽൾආංൺ0ൾඑංർൺඇൺൽൾඅൺ/ൾඇ඀ඎൺ: Corpus Diacrónico y Diatópico del Español de América . $අආൺඌඈඏ, Alexei (1974): “Vos y vosotros as formal address in modern Spanish”, en Hispania, 57(2), pp. 304-310. %ൾඋඍඈඅඈඍඍං, Virginia (2015): A mí de vos no me trata ni usted ni nadie. Sistemas e historia de las formas de tratamiento en la lengua española en América. Ciudad de México: Universidad Nacional Autónoma de México. %උඈඐඇ, Roger y Albert *ංඅආൺඇ  . “The Pronouns of Power and Solidarity”, en Thomas Sebeok (ed), Style in Language. Cambridge (Mass.): MIT Press, pp. 253-276.

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¿POR QUÉ SE DEJAN BARBA LOS ESPAÑOLES? RELACIONES ENTRE ASPECTO LÉXICO Y CUANTIFICACIÓN Julio Borrego Nieto Universidad de Salamanca

,ඇඍඋඈൽඎർർංඬඇ En julio de 2017 el diario español El País publicó un reportaje con el título “¿Por qué los hombres matan a las mujeres?”. Una semana después, la defensora del lector manifestaba literalmente: El artículo dio pie a cerca de 2000 comentarios en la web, muchos de ellos críticos con este titular. A mi buzón han llegado también numerosas quejas. Uno de los primeros lectores en escribirme […] entre otras cosas señala: “Como KRPEUH QR PH VLHQWR LGHQWL¿FDGR HQ DEVROXWR FRQ ODV SHUVRQDV TXH SRU OD razón que sea, agreden o matan a sus parejas, de modo que agradecería que un PHGLRGHLQIRUPDFLyQVXSXHVWDPHQWHVHULRUHFWL¿FDUDWDQLQGHFHQWHWLWXODU/RV hombres no matan a las mujeres, sino que algunas personas matan a otras, y si se quiere concretar, algunos hombres matan a mujeres”.

Siguen aportando los testimonios de otros lectores, que, con diversas variantes, insisten en el mismo reproche. El último es, quizá, el que de forma más clara y más explícita lo resume, al dirigirse a la autora de HVWDPDQHUD³+DJDXVWHGHOIDYRUGHUHFWL¿FDUVXWLWXODU\QROODPDUQRV DWRGRVDVHVLQRV0XFKDVJUDFLDV´$O¿QDOGHODUWtFXORODGHIHQVRUDVH pronuncia con rotundidad a favor de los lectores: el titular fallaba — GLFH² ³SRUTXH QR HUD ¿HO DO WH[WR HQ HO TXH VH PHQFLRQDEDQ ORV crímenes de algunos individuos, y porque hacía recaer en la generalidad

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de los hombres la responsabilidad de esos delitos. Lo cual es falso” (las cursivas son mías). Tengo que señalar antes de nada que, como persona normal, me impactó el reportaje y que lamento profundamente que el titular en cuestión, REMHWRGHHVWDVUHÀH[LRQHVVHUH¿HUDDWDQWUiJLFRWHPD(QFRQVHFXHQFLD recurriré a otros ejemplos que, en mi opinión, presenten las mismas características y volveré al inicial solo lo estrictamente indispensable. 3අൺඇඍൾൺආංൾඇඍඈൽൾඅൺർඎൾඌඍංඬඇ Resumiendo los textos de arriba, lo que en ellos se dilucida es si construcciones como (1) ¿Por qué son ruidosos los españoles? D¿UPDQTXHWRGRVORVHVSDxROHVVRQUXLGRVRV\VLSRUWDQWR\RFRPR español, debo sentirme aludido. Dicho en términos más técnicos, si ahí se hace una aserción y si en el sintagma objeto de tal aserción puede entenGHUVHTXHH[LVWHDOJ~QWLSRGHFXDQWL¿FDFLyQXQLYHUVDO Pues bien, mientras que en el ejemplo propuesto lo segundo parece ser cierto —pese a que (1) no es estrictamente intercambiable por (2)—, lo primero no lo es: que los españoles son ruidosos no es ahí una aserción, sino más bien una presuposición que, en términos informales, podría formularse más o menos como en (3) (RAE/ASALE 2010: § 42.3.3a): (2) ¿Por qué son ruidosos todos los españoles? (3) ‘Los españoles son ruidosos por alguna razón’ En cualquier caso, sea aserción o presuposición, los irritados lectores de El País seguramente están legitimados para alegar que con una secuencia como (1) se les incluye entre los ruidosos por el mero hecho de ser españoles. Es más —podrían añadir—, si se trata de una presuposición resulta aún más grave, puesto que sabemos que las presuposiciones, al ocupar un plano oculto en el razonamiento, no pueden rebatirse sino interrumpiéndolo: (4) —¿Por qué son ruidosos los españoles? —Eh, eh, que yo no soy ruidoso.

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La pregunta es ahora si, con respecto a esta cuestión, todas las interrogativas parciales semejantes a (1) y a las del titular objeto de la polémica se comportan de la misma manera. “Semejantes a ella” en este contexto VLJQL¿FDTXHODSUHGLFDFLyQVHKDFHFRQUHVSHFWRDXQVLQWDJPDTXHFRPR los españoles GHOHMHPSORFLWDGRVRQGH¿QLGRV\JHQpULFRVHQHOVHQWLGR que señala la Nueva gramática académica: “Los grupos nominales genéricos no designan individuos particulares, sino que denotan la generalidad de los miembros, reales o virtuales, de una clase o una especie, como en La gaviota se alimenta de peces; Las gaviotas se alimentan de peces” (RAE/ASALE 2010: § 15.4; véase también RAE/ASALE 2009; § 15.8a). ³&RPSRUWDUVHGHODPLVPDPDQHUD´VLJQL¿FDSDUDORVHIHFWRVGHOSUHVHQWH trabajo, dilucidar si en todas las interrogativas de ese tipo: D ([LVWHXQDSUHVXSRVLFLyQFRQXQLQGH¿QLGR\ODSHWLFLyQGHUHOOHQDUOR de contenido es el único componente nuevo de la interrogativa. La respuesta parece ser que sí. E 6LHODUWtFXORGH¿QLGRYLHQHDDFWXDUHQHVWRVVLQWDJPDVJHQpULFRV FRPRXQDHVSHFLHGHFXDQWL¿FDGRUXQLYHUVDO\HVSRUWDQWRPiVRPHQRV equivalente a todos. Aquí la respuesta parece que debe matizarse mucho más. En primer lugar, porque “estos grupos nominales genéricos no incluyen necesariamente a todos los miembros de la clase a la que se alude, ya que pueden referirse a una muestra representativa de ella. Así, la oración Los docentes hicieron huelga ayer no implica por fuerza que todos los docentes tomaran parte en cierta huelga” (RAE/ASALE 2010: § 15.4.1b). Pero también, en segundo lugar, porque, aunque el sintagma nominal aluda al conjunto de los miembros de una clase, ello no quiere decir que todos los individuos que la componen intervengan en la acción o el conteQLGRTXHHOSUHGLFDGRGHQRWD(VWDD¿UPDFLyQHVODTXHUHVXOWDYHUGDGHUDmente pertinente a la hora de comentar el ejemplo inicial de este trabajo, el titular ¿Por qué los hombres matan a las mujeres? que soliviantó a los lectores de El País. 6ංඇඍൺ඀ආൺඌ඀ൾඇඣඋංർඈඌൾඇංඇඍൾඋඋඈ඀ൺඍංඏൺඌඒർඎൺඇඍංൿංർൺർංඬඇඎඇංඏൾඋඌൺඅ (QHIHFWRDXQTXHORVVLQWDJPDVGH¿QLGRVTXHDSDUHFHQHQFRQVWUXFFLRnes como (1) de arriba sean genéricos en el sentido de que aluden inespeFt¿FDPHQWHDORVPLHPEURVGHXQDFODVH HQHVWHFDVRORVHVSDxROHV OD SUHGLFDFLyQQRVXSRQHVLHPSUHXQDFXDQWL¿FDFLyQXQLYHUVDOHQHOVHQWLGR

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de que todos los individuos de la clase participen de lo que en ella se dice, a juzgar por lo que ocurre en (5) o (6): (5) ¿Con qué van de caza los españoles? (6) ¿Qué películas rumanas ven los españoles? Quien formula estas secuencias probablemente no piensa que todos los esSDxROHVYDQGHFD]DQLVLTXLHUDTXHORKDFHXQDPD\RUtDVLJQL¿FDWLYDGHHOORV ni tampoco que ven películas rumanas. De hecho, a diferencia de las personas que protestaron a la defensora del lector, la mayor parte de los españoles no se sentirían aludidos en la pregunta. En consecuencia, las paráfrasis informales GH  \  QRSRGUtDQLQFOXLUFXDQWL¿FDGRUHVXQLYHUVDOHVGHOWLSRµWRGRVORV españoles van de caza’ o ‘todos los españoles ven películas rumanas’. Más DGPLVLEOHVHUtDHQWRGRFDVRHOXVRGHFXDQWL¿FDGRUHVH[LVWHQFLDOHVµ+D\ españoles que van de caza’; ‘Hay españoles que ven películas rumanas’. /ൺඉඈඌංൻඅൾංඇൿඅඎൾඇർංൺൽൾඅංඇඍൾඋඋඈ඀ൺඍංඏඈ Con esto queda por explicar, sin embargo, el hecho incontestable de que cerca de 2000 lectores manifestaron su disconformidad con el titular citado al principio: ¿Por qué los hombres matan a las mujeres? Tampoco explica la sensación de que en (1) (¿Por qué los españoles son ruidosos?) te están considerando ruidoso si eres español. ¿Ocurrirá, acaso, que el tipo de cuanWL¿FDFLyQH[SUHVDGDVHYHLQÀXLGDSRUHOLQWHUURJDWLYRTXHVHHPSOHH"%LHQ pudiera ser, porque cuándo, por ejemplo, suele desactivar la universal, de PRGRTXHGH D QRVHLQ¿HUH E QLGH D VHLQ¿HUH E  (7) a. ¿Cuándo se emborrachan los españoles? b. Todos los españoles se emborrachan. (8) a. ¿Cuándo van los españoles a los toros? b. Todos los españoles van a los toros. ¿Tendrá por qué, entonces, el efecto contrario, es decir, el de activarla siempre? Así podrían indicarlo ejemplos como los siguientes: (9) ¿Por qué los suecos son rubios? (10) ¿Por qué los ingleses no saben idiomas?

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(11) ¿Por qué las mujeres tienen tanta intuición? (12) ¿Por qué los ecuatorianos adoran España? (13) ¿Por qué los mamíferos pesan más que los insectos? Las secuencias anteriores parecen sugerir, en efecto, que todos los suecos son rubios, ningún inglés sabe idiomas, todas las mujeres tienen mucha intuición, todos los ecuatorianos adoran España y todos los mamíferos pesan más que los insectos. O al menos la generalidad de los suecos, los ingleses, las mujeres, los ecuatorianos y los mamíferos. Las cosas, sin embargo, no son tan sencillas, y junto a casos como los anteriores se dan otros como los siguientes: (14) (15) (16) (17) (18)

¿Por qué escriben novelas los españoles? ¿Por qué emigran a España los ecuatorianos? ¿Por qué hacen huelgas los docentes? ¿Por qué se dejan barba los españoles? ¿Por qué se quedan calvos los españoles?

(VHYLGHQWHTXHQRWRGRVORVHVSDxROHV QLVLTXLHUDXQDPXHVWUDVLJQL¿cativa de ellos) escriben novelas, y que lo que ahí se pregunta es por qué lo hacen los que las escriben o por qué emigran los ecuatorianos que emigran (y no todos los ecuatorianos) o por qué hay docentes que hacen huelgas o determinados españoles (pero no todos) se dejan barba o se quedan calvos. 'HQXHYRHQFDVRGHLQFOXLUXQFXDQWL¿FDGRUHQODVSDUiIUDVLVHVPiVELHQ uno existencial que universal. Los ejemplos pueden también referirse a cosas, como ocurre en (19) y (20), donde no hay que suponer que todos los ríos se desbordan ni que todos los bosques arden: (19) ¿Por qué los ríos se desbordan? (20) ¿Por qué arden los bosques? (අඍංඉඈൽൾൾඏൾඇඍඎൺඅංൽൺൽ Al comparar las secuencias (9-13) con (14-20) cabe preguntarse si hay algún principio de aplicación general que dé cuenta de la diferencia, y tal vez pueda encontrarse en el tipo de eventualidad que en ellas se expresa. Mientras que en la primera serie se formulan estados o propiedades,

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en la segunda se enuncian eventos, esto es, acciones o procesos (Bosque/ Gutiérrez Rexach 2009: 299). Precisando más, los predicados télicos, es GHFLUORVTXHHQODFRQRFLGDFODVL¿FDFLyQGH9HQGOHU  FRQVWLWX\HQ realizaciones o logrosWLHQGHQDUHKXLUODFXDQWL¿FDFLyQXQLYHUVDOHQHVWD construcción, a saber, ¿Por qué los hombres se dejan barba? no equivale a ‘por qué todos los hombres se dejan barba’ sino a ‘por qué hay hombres que se dejan barba’. Lógicamente, hablo de predicados télicos en su origen, y no ya en los ejemplos de arriba porque, al combinarse con sintagmas genéricos, indican repetición y se convierten, por tanto, en actividades. Si la tendencia que acabo de sugerir es cierta, ella explica también que cuando un predicado expresa inequívocamente un estado o una propiedad, la única interpretación de la construcción es la universal. Si cabe la existencial es porque el predicado denota más bien el inicio de una situación o de un proceso o la intención de ponerlo en marcha y no propiamente un estado. Así, para (21) no se descarta la interpretación ‘¿Por qué hay españoles que deciden tener un perro?’ junto a ‘¿Por qué todos los españoles tienen perro?’. Por la misma razón, en (23) no cabe más interpretación que ‘todos los niños son miedosos’ o ‘en general los niños son miedosos’, pero en (22) es posible pensar también en ‘¿Por qué hay niños que sienten miedo?’ o ‘¿En qué circunstancias los niños sienten miedo?’: (21) ¿Por qué los españoles tienen perro? (22) ¿Por qué los niños sienten miedo? (23) ¿Por qué los niños son miedosos? Por la misma razón se explica que los predicados de cambio de estado admitan con mucha naturalidad la interpretación no universal, como sucede arriba con (17) o (18) —que repito como (24a) y (25a)—, frente a los estados correspondientes —(24b), (25b)—: (24) a. ¿Por qué se dejan barba los españoles? b. ¿Por qué son barbudos los españoles? (25) a. ¿Por qué se quedan calvos los españoles? b. ¿Por qué son calvos los españoles? En efecto, en (25a) no se entiende que se queden calvos todos los españoles, interpretación completamente plausible —aunque contraria a los hechos, para el que los conozca— en (25b).

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En cuanto a los predicados que en principio denotan una actividad (en el sentido técnico que le da Vendler), como hacer deporte, pasear, comer pescado, VHUH¿HUHQHQHVWHFRQWH[WRDFRPSRUWDPLHQWRVKDELWXDOHVSRUOR que a este respecto se comportan como los estados: tienden a interpretarse FRQFXDQWL¿FDFLyQXQLYHUVDOVDOYRTXHVHDOXGDDODVUD]RQHVGHOLQLFLRGHO hábito, como puede ocurrir en (26) y (27): (26) ¿Por qué hacen deporte los jóvenes de hoy? (27) ¿Por qué pasean los jubilados? (28) ¿Por qué no comen berzas los tigres? (Q GH¿QLWLYD \ GH DFXHUGR FRQ OR GLFKR KDVWD DTXt OD LQWHUSUHWDFLyQ XQLYHUVDO R H[LVWHQFLDO GH ODV SUHGLFDFLRQHV FRQ VXMHWRV QRPLQDOHV GH¿nidos de valor genérico en las interrogativas que estamos tratando está relacionada con el aspecto léxico del predicado. Pues bien, si tal relación realmente existe, ¿cuál podría ser la razón? Bosque y Gutiérrez Rexach (2009: 300) señalan que “[u]na eventualidad es ඁൾඍൾඋඈ඀ඣඇൾൺ o ൽංඇගආංർൺ si está sujeta a cambios internos en su GHVDUUROORSRUORTXHVHPRGL¿FDVXGHYHQLUWHPSRUDO$Vtcorrer o dibujar un círculo son eventualidades dinámicas, ya que pueden contemplarse como acontecimientos complejos que constan de varias fases o estadios”. Como es bien sabido, mientras los estados carecen de dinamicidad, las actividades son eventualidades dinámicas o heterogéneas. También lo son las realizaciones y los logros, y estos dos últimos eventos de modo aún más claro, pues mientras una actividad consiste en una secuencia de subeventos con duración y fases, pero idénticos (Bosque/Gutiérrez Rexach 2009: 307), las realizaciones y los logros son, en terminología de Pustejovsky (1988, 1991), transiciones que constan de dos momentos distintos, un proceso y un estado resultante. En consecuencia, la diferencia entre ¿Por qué los hombres son calvos? y ¿Por qué los hombres se quedan calvos? es que en la segunda, pero no en la primera, se parcela el discurso temporal en una cadena de situaciones distintas, lo que la hace compatible con una interSUHWDFLyQGHFXDQWL¿FDFLyQQRXQLYHUVDO(VGHFLU¿Por qué los hombres se quedan calvos? viene a equivaler a algo como ¿En qué circunstancias los hombres se quedan calvos?/¿En qué circunstancias hay hombres que se quedan calvos?, paráfrasis poco natural aplicada a los estados (#¿En qué circunstancias los hombres son calvos? TXHSRUGH¿QLFLyQQRLQFOX\HQ un desarrollo con situaciones heterogéneas.

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Repárese ahora en que la paráfrasis anterior está muy cerca de las construcciones con interrogativo temporal del tipo ¿Cuándo los hombres se quedan calvos?, que, como vimos más arriba, normalmente no inducen LQWHUSUHWDFLRQHVFRQFXDQWL¿FDFLyQXQLYHUVDO/DUD]yQHVODPLVPDSRUVX propia naturaleza cuándo y cuando parcelan el continuum en situaciones distintas. Por eso “[cuando] se construye con predicados que admiten la localización temporal y rechaza, como cabe esperar, los de estado permanente (§ 23.2.1), como ser de extracción humilde, derivar del francés antiguo” (RAE/ASALE 2010: § 24.2.2a).

$ආඈൽඈൽൾඋൾඌඎආൾඇඒർඈඇർඅඎඌංඬඇ Es hora de volver al titular del comienzo y a las protestas que desencadenó: ¿Por qué los hombres matan a las mujeres? Muchos lectores entendieron que en esa interrogativa parcial existía un sujeto nominal genérico (los hombres \TXHODSUHGLFDFLyQVXSRQtDXQDFXDQWL¿FDFLyQXQLYHUVDO (‘todos los hombres matan a las mujeres’). En consecuencia, como hombres se sintieron incluidos y, por tanto, molestos. Así es, en efecto, cuando el predicado alude a estados o propiedades, pero no tiene por qué ser así si se trata, al menos en su origen, de otro tipo de eventualidades, sobre todo de transiciones, es decir, de realizaciones o logros. En este caso la naturaleza aspectual del predicado permite interpretaciones existenciales del tipo ¿Por qué hay hombres que matan a las mujeres? Este es justamente el WLWXODUTXHOD¿UPDQWHGHOUHSRUWDMHGHDFXHUGRFRQVXVSURSLDVSDODEUDV hubiera puesto al texto si se le hubiera ocurrido a tiempo: El titular lo pusimos tras un debate conjunto Antonio Jiménez Barca, subdiUHFWRUGHOGLDULRGH¿QGHVHPDQD\\R1RVSDUHFLyHOPiVDSURSLDGRIUHQWH a otros del tipo: ¿Por qué las matan? ¿Quiénes las matan? Es obvio que no todos los hombres matan a las mujeres (afortunadamente). Ni siquiera todos los hombres machistas. Tal vez habría sido más exacto titular: ¿Por qué hay hombres que matan a las mujeres?, pero no se nos ocurrió en ese momento (El País, España, 16 de julio de 2017).

«@ WKHUH LV DQ LPSRUWDQW IRUPDO GL൵HUHQFH DV WR WKH SURSHUWLHV RI WKH REMHFW between class 4 verbs [clase preoccupare] in Spanish and psychological verbs belonging to the equivalent class in French, Italian and Portuguese: while in Spanish the human object of psychological verbs is an indirect object, with psychological verbs in the aforementioned Romance languages this is a direct object.

No obstante, la tesis de Subirats-Rüggeberg parece ser demasiado apodíctica incluso si se restringe al español peninsular. Cifuentes Honrubia (2015: 111) asume que, en general, los verbos de la clase de preoccupare pueden construirse tanto con un pronombre de dativo como de acusativo. La selección del pronombre depende de ciertos factores de contexto. Cifuentes Honrubia (2015) parte presumiblemente del español europeo. Di 7XOOLR  ORFRQ¿UPDSDUDHOHVSDxRODUJHQWLQR$PERVDXWRUHV consideran la construcción dativa como la menos marcada, la que aceptan todos los verbos. En cambio, la construcción acusativa depende de ciertos factores contextuales4 que típicamente no se dan con algunos verbos debido a su contenido léxico (Di Tullio 1997: 260). Mientras los estudios de Cifuentes Honrubia (2015) y de Di Tullio (1997, 2004, 2015) indican que el uso de ambas construcciones con los verbos de la clase de preoccupare no indica variación policéntrica, hay otros estudios que presumen una difusión menos generalizada de la cons3 En italiano existen unos pocos verbos que permiten tanto una construcción acusativa FRPRXQDFRQVWUXFFLyQGDWLYD .DLOXZHLW 0iVDEDMRYROYHUHPRVVREUHHVWD variación. 4 &RPRYHUHPRVDFRQWLQXDFLyQ'L7XOOLR  VHUH¿HUHVREUHWRGRDODSRVLELOLGDG de que estos verbos tengan una construcción agentiva.

VERBOS DE SENTIMIENTO CON EXPERIMENTADOR DE OBJETO

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WUXFFLyQGDWLYDHQ$PpULFD0HUH¿HURDOHVWXGLRGH/HY\  VREUHHO español de México y al Diccionario del uso de los casos en el español de Chile, de Becerra Bascuñán (1999). Ambas autoras distinguen una subclase considerablemente grande de verbos que exclusivamente se construyen con el acusativo. A continuación, voy a discutir más en detalle los factores que motivan el uso de las construcciones dativa y acusativa. Indicaré que la preferencia de construcción acusativa o dativa parece coincidir con diferencias en el grado de causatividad de los respectivos verbos, o bien del contraste de actividad entre sus dos argumentos. Mostraré que hay claras diferencias de uso entre los centros del español que merecen un estudio empírico más profundo. Para concluir presentaré un modelo que permite describir las diferencias entre el español y otras lenguas románicas teniendo en cuenta la variación entre diferentes centros del español. &ඈඇඍൾඑඍඈඌൺർඎඌൺඍංඏඈඌඒൽൺඍංඏඈඌ Di Tullio (2004, 2015) y Cifuentes Honrubia (2015) coinciden en hacer hincapié en las diferencias aspectuales entre la construcción acusativa y la dativa. Indican que la primera resalta un cambio de estado emocional mientras la segunda describe la existencia de este (nuevo) estado emocional en el experimentador. No obstante, no aducen pruebas formales para adscribir las dos construcciones a diferentes clases de aspecto léxico. En WUDEDMRVDQWHULRUHV .DLOXZHLW PRVWUpTXHORVYHUbos del segundo grupo de Belletti y Rizzi (1987) no cumplen con los criteULRVXVXDOHVSDUDFODVL¿FDUVHFRPRHVWDGRVUHDOL]DFLRQHVRORJURV3RUHVR han sido incluidos de manera más o menos arbitraria en una de estas tres clases. Incluso no faltan autores, Härtl (2001) por ejemplo, que los consideran actividades a causa de la posibilidad de tener un sujeto agentivo. Desde el punto de vista semántico combinan un componente de cambio con un componente de estado extendido (que no es comparable al estado resultativo de los logros). 0LHQWUDV&LIXHQWHV+RQUXELD  VHOLPLWDDLQGLFDUXQDD¿QLGDGHQtre la construcción OVS y el ൾඑඉൾඋංආൾඇඍൺൽඈඋdativo, Di Tullio (2004) explica esta construcción más en detalle resaltando su carácter no episódico. (2) A Luis le aburre/fascina/interesa el cine italiano. (Di Tullio 2004)

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Enunciados como los de (2) muestran un efecto generalizador que deriva de un número de episodios en los que el ർඈඋඋൾඅൺඍඈ del sentimiento que aparece en función de sujeto pospuesto provocó tal estado en el ൾඑඉൾඋංආൾඇඍൺൽඈඋ. Sin embargo, Cifuentes Honrubia (2015) considera la construcción acusativa fuertemente marcada, pero no agramatical en estos contextos: (3) A Juan le alegran las cosas bien hechas./??A Juan lo alegran las cosas bien hechas. (Cifuentes Honrubia 2015: 148) Según mis investigaciones gracias a la documentación del Corpus de referencia del español actual (ർඋൾൺ), la construcción acusativa en contextos no episódicos aparece más bien en América Latina. Véanse dos ejemplos para el español de la Argentina: (4) a. […] a Lula lo aburren los libros y le encanta la TV. (ർඋൾൺ, Prensa argentina) b. A Pettinato lo aburría su trabajo. (ർඋൾൺ, Literatura argentina) Cifuentes Honrubia (2015) excluye la construcción acusativa con sujeWRVHQIRUPDGHLQ¿QLWLYRXRUDFLyQVXERUGLQDGD (5) A Juan le alegra cantar./*A Juan lo alegra cantar. (Cifuentes Honrubia 2015: 148) Sin embargo, estas construcciones también se encuentran fácilmente en el ർඋൾൺ para el español americano: (6) a. Siempre lo alegraba comprobar que en Cuba podía dormir como un angelito. (ർඋൾൺ, Literatura uruguaya) b. […] lo único que lo alegraba era que Cabrera estaba del otro lado. (ർඋൾൺ, Prensa colombiana) En la construcción agentiva de los verbos del grupo dos de Belletti y Rizzi (1987), el sujeto denota un ser humano que actúa intencionalmente para provocar cierto sentimiento en el ൾඑඉൾඋංආൾඇඍൺൽඈඋ. Di Tullio (2004) insiste con razón en el carácter marcado de esta construcción. En otro lugar .DLOXZHLW KLFHKLQFDSLpHQHOKHFKRGHTXHORVVHQWLPLHQWRV no denotan relaciones causativas prototípicas. No se puede enamorar in-

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tencionalmente a una persona que no está dispuesta a enamorarse y hay personas muy equilibradas y valientes a las que no se enfada o asusta hágase lo que se haga. Sin embargo, algunos verbos y contextos se prestan más a una interpretación agentivo-causativa que otros. Tanto Cifuentes Honrubia (2015) como Di Tullio (1997) excluyen la construcción dativa en contextos en que el sujeto se interpreta como ൺ඀ൾඇඍൾർൺඎඌൺൽඈඋ del sentimiento del ൾඑඉൾඋංආൾඇඍൺൽඈඋ. No obstante, en el ർඋൾൺ encontramos construcciones en que intimidar5 aparece con un sujeto que actúa intencionalmente y un ൾඑඉൾඋංආൾඇඍൺൽඈඋ en dativo: (7) a. Al no obedecerle el mencionado cliente, le intimidó con su pistola. (ർඋൾൺ, Prensa española) b. […] saca una navaja y le intimida para que le entregue el dinero. (ർඋൾൺ, Prensa española) No sorprende que estos ejemplos aparezcan en el español de España y no en América6. Mientras Cifuentes Honrubia (2015) insiste en el hecho de que principalmente todos los verbos entran en las dos construcciones, Di Tullio (1997: 260) resalta que solo la construcción dativa está disponible para todos los verbos del grupo dos de Belletti y Rizzi (1987) en español. Hay verbos que difícilmente permiten la construcción agentiva como preocupar, interesar o deprimir. Como ya muestran los contraejemplos indicados, es muy difícil equiparar ciertos contextos semánticos y pragmáticos de manera apodíctica con el uso de la construcción dativa o acusativa. Son más bien tendencias e incluso esas varían con los diferentes centros del español. /DSRVLEOHDJHQWLYLGDG\FDXVDWLYLGDGGHOVXMHWRHVXQIDFWRUTXHLQÀX\H en la selección del caso ya que cuanto más alta se perciba la oposición en grado de actividad entre el sujeto por un lado y el ൾඑඉൾඋංආൾඇඍൺൽඈඋ por el otro, tanto más probable es que se marque esta oposición por la selección del acusativo para el ൾඑඉൾඋංආൾඇඍൺൽඈඋ .DLOXZHLW 3DUD 5 Para Di Tullio (2004) intimidar es un verbo que permite variación entre una construcción dativa OVS con valor no episódico y una construcción acusativa SVO que resalta el cambio del estado emotivo en una situación concreta. 6 Sin embargo, la construcción acusativa no está ausente en el español peninsular. Encontré 11 ocurrencias con acusativo frente a 14 con dativo.

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eso resulta interesante constatar que ciertos verbos no permiten la construcción agentiva, lo que se deja evidenciar con diferentes pruebas sintácWLFDV&RPRLQGLFDURQ3ULPXV  SDUDHODOHPiQ\.DLOXZHLW   para el francés e italiano, los verbos que no son agentivos no aceptan el imperativo, ni la tough construction7. Tampoco entran fácilmente en la construcción pasiva ni se combinan con adverbios del tipo “intencionalmente”. Para el español, Marín (2011) aduce una lista de criterios en la que se encuentran también la prueba del imperativo y la de la construcción pasiva. Compila una lista de verbos no agentivos según sus criterios:   DEXUULUDFRQJRMDUDÀLJLUDQJXVWLDUDQRQDGDUDSDVLRQDUDSHQDU apesadumbrar, cabrear, compungir, conmocionar, consternar, deprimir, desesperar, disgustar, enfadar, enfurecer, enojar, enorgullecer, entristecer, entusiasmar, fascinar, (des)ilusionar, indignar, interesar, mosquear, obnubilar, obsesionar, ofuscar, preocupar. (Verbos no agentivos según Marín 2011) Hay que admitir que los juicios varían según los locutores. Recordando que no se puede provocar intencionalmente un sentimiento en una persona que no tiene disposición para desarrollarlo, los verbos de la clase dos de Belletti y Rizzi forman más bien un continuo entre los polos de agentividad y no agentividad. Es evidente que algunos verbos se usan más como agentivos que otros. Nótese que Marín (2011) y Di Tullio (1997, 2004, 2015) consideran los verbos no agentivos causativos. No obstante, no hay criterios formales para comprobar la causatividad de un verbo en español. Di Tullio (2004, 2015) indica que algunos verbos de la clase de preoccupare son derivacioQHVFDXVDWLYDV3ULPXV  \.DLOXZHLW  WRPDQ la posible agentividad como el criterio principal para distinguir entre verbos con ൾඑඉൾඋංආൾඇඍൺൽඈඋ de objeto causativos y no causativos ya que la causación agentiva es el caso prototípico de la causación. Un caso especial que permite comprobar la existencia de verbos no causativos es interesar y los correspondientes verbos de la misma raíz latina 7 Primus (1999) adapta la tough construction (x is easy to Inf) para el alemán. Para el español, se distinguen diferentes grados de aceptabilidad de la construcción (x se deja fácilmente INF), por ejemplo: i. se deja fácilmente seducir frente a ii. *se deja fácilmente preocupar.

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en inglés, alemán y otras lenguas románicas. El verbo interesar permite una construcción trivalente, que algunos locutores hispanófonos consideran marcada, aunque esté bien documentada. (9) a. En cambio el reportaje que juega con los parlamentos y las imágenes atrae al público y lo interesa más en las ideas que se están vertiendo. (ർඋൾൺ, Prensa mexicana) b. Lo interesé en mi empresa. (Becerra Bascuñán 1999: s.v. interesar) Si la construcción trivalente interesar a alguien en algo es la causativación de la construcción bivalente algo interesa a alguien, esta última no puede ser por sí misma una construcción causativa. Nótese que la construcción bivalente de interesar no rechaza apodícticamente el acusativo, aunque el experimentador dativo predomina. (10) […] lo que más lo interesaba era tener relaciones con personajes adictos a las letras. (ർඋൾൺ, Prensa colombiana) De este modo la no agentividad de un verbo no lo excluye de la construcción acusativa aunque parece ser un factor que promociona la dominancia de la construcción dativa, probablemente en relación con las diferencias distributivas entre los centros del español. Mientras que en España el uso de un verbo no agentivo presupone su uso casi exclusivo del dativo, este no es el caso en otros centros del español. Tomamos, por ejemplo, el caso de aburrirYHUERTXH0DUtQFODVL¿FDFRPRQRDJHQWLYRDXQTXHPH parece que constituye más bien un caso límite. Según los datos del ർඋൾൺ, para aburrir predomina el dativo en el español de España y México, lo que no ocurre para el español argentino y chileno. Si no hay entonces verbos de la clase dos de Beletti y Rizzi (1987) que sean exclusivamente dativos, parece que tampoco hay verbos enteramente acusativos, al contrario de lo que pretenden Levy (1980) y Becerra Bascuñán (1999). En su breve artículo, Levy (1980) menciona una investigación PiVDPSOLDTXHFODVL¿FDYHUERVPH[LFDQRVFRQൾඑඉൾඋංආൾඇඍൺൽඈඋ de objeto como exclusivamente acusativos, frente a 60 verbos exclusivamente dativos y 90 que permiten variación. Desgraciadamente, no publicó sus OLVWDV(QHOWH[WRGHODUWtFXORVROR¿JXUDQXQRVSRFRVHMHPSORV0HQFLRQD para la clase acusativa los verbos en (11):

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(11) chivear, desanimar, amargar, enriquecer, desgastar, relajar. (Verbos acusativos según Levy 1980) Becerra Bascuñán (1999) indica en su diccionario que los siguientes verbos de sentimiento solo rigen el acusativo: (12) acalorar, amedrentar, anonadar, apaciguar, atemorizar, atormentar, cabrear, confundir, consternar, conturbar, deprimir, des(honrar), deslumbrar, desilusionar, desmoralizar, encolerizar, excitar, intimidar, perturbar. (Verbos acusativos según Becerra Bascuñán 1999) &DEH VHxDODU TXH DPERV HVWXGLRV QR HYLGHQFLDQ VXV FODVL¿FDFLRQHV ni con referencia a un corpus ni a cuestionarios o experimentos. En algunos casos sus juicios parecen ser más bien idiosincráticos. No obstanWH LQGLFDQ FLHUWDV WHQGHQFLDV TXH VH SXHGHQ YHUL¿FDU FRQ OD D\XGD GHO ർඋൾൺ. Tomemos como ejemplo los verbos atemorizar y atormentar de la lista de Becerra Bascuñán, verbos exclusivamente psicológicos que además aparecen con un número de ocurrencias en el corpus que permite DOJXQDVFXDQWL¿FDFLRQHVWHQWDWLYDV(QHOVXEFRUSXVSHQLQVXODUGHOർඋൾൺ, encontré 13 ocurrencias de atemorizar con dativo frente a 11 con acusativo. Hay una ocurrencia de dativo para el español argentino y mexicano respectivamente, pero ninguna para el español chileno. En cuanto a la construcción acusativa aparecen dos ocurrencias chilenas, seis argentinas y seis mexicanas. Para atormentar encontré 31 ocurrencias de la construcción acusativa en el subcorpus argentino frente a tres de la construcción dativa. En el subcorpus chileno y mexicano son 12 y 18 ocurrencias con acusativo frente a una y cinco con dativo, respectivamente. En cambio, el ർඋൾൺ documenta 46 ocurrencias de la construcción dativa de atormentar en el español de España y solo 27 de la construcción acusativa. (VDVFLIUDVFRQ¿UPDQODLQWXLFLyQGHTXHODFRQVWUXFFLyQDFXVDWLYDGH los verbos de sentimiento de experimentador de objeto es más frecuente en algunos centros americanos. Evidentemente son demasiado pocas las ocurrencias del ർඋൾൺSDUDSHUPLWLUFiOFXORVHVWDGtVWLFRVPiVVR¿VWLFDGRV Para profundizar en la variación policéntrica del uso de las construcciones dativa y acusativa con verbos de sentimiento con ൾඑඉൾඋංආൾඇඍൺൽඈඋ en función de objeto cabe aumentar la base de datos.

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+ൺർංൺඎඇൺൽൾඌർඋංඉർංඬඇൿඈඋආൺඅൽൾඅൺඏൺඋංൺർංඬඇ Hemos visto que es imposible hacer corresponder el uso de la construcción dativa y/o acusativa con un contexto semántico o pragmático determinado. En los diferentes centros del español ambas construcciones aparecen en todos los contextos pero hay claras tendencias en el uso que dependen, en primer lugar, del contexto semántico y pragmático y, en segundo lugar, de la norma estándar vigente en el respectivo país. No obstante, hay un criterio general subyacente también en los estudios de Cifuentes Honrubia (2015) y Di Tullio (1997, 2004, 2015) que determina las tendencias del uso: cuánto más grande es la diferencia del grado de actividad entre el ൾඑඉൾඋංආൾඇඍൺൽඈඋ en función de objeto y el ർඈඋඋൾඅൺඍඈ en función de sujeto tanto más probable es que los locutores opten por la construcción acusativa. De ahí que la agentividad del sujeto, el foco en el cambio de estado del ൾඑඉൾඋංආൾඇඍൺൽඈඋ y el carácter episódico del evento favorezcan el uso del acusativo. Las diferencias de actividad entre los dos argumentos son más pequeñas si el sujeto carece de agentividad y si el foco recae en el estado emocional (prolongado) del ൾඑඉൾඋංආൾඇඍൺൽඈඋ o incluso su mera predisposición emocional (contextos no episódicos). Estos contextos se prestan más al uso del dativo. ¿Cómo se pueden describir formalmente las diferencias en el uso según los contextos semánticos y pragmáticos por un lado y los centros del esSDxROSRUHORWUR"(Q.DLOXZHLW  GHVDUUROOpXQPRGHORGHVFULSWLYR basándome en el formalismo de la Role and Reference Grammar (Gramática del Papel y de la Referencia). Aquí voy a presentar un mecanismo más sencillo y más independiente de presuposiciones teóricas. /DGHVFULSFLyQTXHGLHQ.DLOXZHLW  VHEDVDHQHOKHFKRGHTXH los verbos de sentimiento tienen diferentes tipos de ൾඑඉൾඋංආൾඇඍൺൽඈඋൾඌ según su grado de actividad. Hay que distinguir un ൾඑඉൾඋංආൾඇඍൺൽඈඋ pasivo que sufre un cambio en su estado emocional provocado por una causa externa en una situación particular (el ൾඑඉൾඋංආൾඇඍൺൽඈඋ de asustar, enfadar o asombrar como verbos de sentimiento episódicos) de un ൾඑඉൾඋංආൾඇඍൺൽඈඋ que emite un juicio subjetivo generalizando sobre diferentes experiencias (el ൾඑඉൾඋංආൾඇඍൺൽඈඋ de querer, odiar o temer como verbos de sentimiento no episódicos). Los verbos del tipo gustar denotan tanto predilecciones generales como juicios subjetivos en situaciones concretas, aunque en el último caso, en que se asemejan a los verbos episódicos, el elemento de juicio subjetivo domine sobre el elemento de cambio de estado emocional.

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Así no distinguimos su ൾඑඉൾඋංආൾඇඍൺൽඈඋ del de los verbos del tipo querer. Sin embargo, consideramos un tercer tipo: el ൾඑඉൾඋංආൾඇඍൺൽඈඋ de los verbos de la clase dos de Belletti y Rizzi que, según las pruebas indicadas, no son causativos. Cabe distinguirlo de un ൾඑඉൾඋංආൾඇඍൺൽඈඋ que experimenta un cambio en su estado emocional pero a causa de una predisposición personal. Este último aparece lexicalizado con los verbos italianos disturbare y scomodare cuando realizan su ൾඑඉൾඋංආൾඇඍൺൽඈඋ en dativo. En (13) el locutor presupone que estar expuesto al humo8 o devolver un libro prestado no causa graves molestias al ൾඑඉൾඋංආൾඇඍൺൽඈඋ. Si se equivoca, la causa de la reacción emocional no esperada será una predisposición personal de este ൾඑඉൾඋංආൾඇඍൺൽඈඋ. (13) a. Le disturba se fumo. (‘Le molesta si fumo’) b. Se a te non scomoda, dovresti restituirmi il libro. (Lit. ‘Si a ti no molesta, deberías devolverme el libro’) $SHVDUGHTXHORVYHUERVVHUH¿HUDQDXQSRVLEOHFDPELRHSLVyGLFRGHO estado emocional, denotan al mismo tiempo una predisposición no episódica del ൾඑඉൾඋංආൾඇඍൺൽඈඋ. En cuanto al segundo argumento de los verbos de sentimiento, el ർඈඋඋൾඅൺඍඈ, este puede concebirse como ർൺඎඌൺ e incluso ൺ඀ൾඇඍൾർൺඎඌൺ de la emoción o como mero ർඈඋඋൾඅൺඍඈ, es decir, como estado de cosas hacia las que la emoción se dirige9. La Tabla 1 resume los diferentes tipos ya ordenados según el grado de actividad. El ർඈඋඋൾඅൺඍඈ causador es más activo que el ർඈඋඋൾඅൺඍඈ no causador. En lo que atañe a los ൾඑඉൾඋංආൾඇඍൺൽඈඋൾඌ, el más activo es el que expresa un juicio subjetivo generalizando sobre varias experiencias (tipo: querer, gustar para predilecciones generales). No lo distinguimos en cuanto al grado de actividad ni del experimentador que expresa un juicio subjetivo en una situación concreta (tipo: gustar en situaciones concretas) ni del experimentador responsable por su cambio de estado emocional a causa de una predisposición personal y no previsible (tipo: disturbare, scomodare con dativo). Menos activo es el ൾඑඉൾඋංආൾඇඍൺൽඈඋ cuyo cambio de estado emocional no causado externamente corresponde a las expectativas Evidentemente, hoy día fumar ya no se considera una molestia ligera en muchos contextos. 9 7ൺඋ඀ൾඍ en la terminología de Pesetzky (1995). 8

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comunes. El menos activo es el ൾඑඉൾඋංආൾඇඍൺൽඈඋ cuyo cambio de estado emocional se percibe como efecto de una causa externa. Tabla 1. Tipos de ൾඑඉൾඋංආൾඇඍൺൽඈඋൾඌ y ർඈඋඋൾඅൺඍඈඌ

Tipo de ൾඑඉൾඋංආൾඇඍൺൽඈඋ

Tipo de ർඈඋඋൾඅൺඍඈ

ൾඑඉ1

ർඈඋ1 Juicio subjetivo (no episódico) o responsabilidad interna

ൾඑඉ2

Causador ർඈඋ2 No causador

Cambio episódico ൾඑඉ3 Cambio episódico (causa externa) En el francés e italiano, los ൾඑඉൾඋංආൾඇඍൺൽඈඋൾඌ ൾඑඉ y ർඈඋඋൾඅൺඍඈඌ ർඈඋ se intercalan de la siguiente forma: (14) ർඈඋ1 > ൾඑඉ1 > ർඈඋ2 > ൾඑඉ2 > ൾඑඉ3 Este orden explica el enlace de los argumentos de los verbos en las tres clases de Belletti y Rizzi (1987). Los verbos transitivos realizan el argumento más activo como sujeto y el argumento más pasivo como objeto directo. En el caso de temere (‘temer’) el orden ൾඑඉ1 > ർඈඋ2 explica que el ൾඑඉൾඋංආൾඇඍൺൽඈඋ asume la función de sujeto y el ർඈඋඋൾඅൺඍඈ la de objeto directo. En el caso de preoccupare (‘preocupar’) el orden se invierte. Según mi análisis, preoccupare no es causativo, de modo que sus argumentos corresponden al ർඈඋ2 y al ൾඑඉ2. El orden ർඈඋ2 > ൾඑඉ 2 explica el hecho de que el ൾඑඉൾඋංආൾඇඍൺൽඈඋ se realice como objeto siendo el argumento menos activo. Pero incluso si se analizara preoccupare como un verbo causativo, el orden de actividad de los argumentos no cambiaría: será ർඈඋ1 > ൾඑඉ3. El enlace de los verbos del tipo piacere (‘gustar’) se explica por su intransitividad. Estados intransitivos realizan el argumento menos activo como sujeto10. En el caso de piacere el orden de actividad de los argumenEso explica no solo la diferencia entre querer y gustar, sino también entre poseer y pertenecer. Mientras poseer como verbo transitivo realiza el argumento más activo, es 10

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tos es ൾඑඉ1 > ർඈඋ2, de modo que el argumento menos activo se realiza como sujeto. Vale lo mismo para las versiones intransitivas de disturbare (‘estorbar’) y scomodare (‘molestar’) en italiano, siendo el orden para esos verbos también ൾඑඉ1 > ർඈඋ2. Para el español, el panorama es más complejo. No plantean problema los verbos de las clases uno y tres de Belletti y Rizzi (1987). Su enlace se realiza analógicamente al enlace de los correspondientes verbos italianos. No obstante, parece que todos los verbos de la clase dos varían entre usos transitivos e intransitivos. En los casos de responsabilidad atribuida al ൾඑඉൾඋංආൾඇඍൺൽඈඋ, el uso del dativo parece ser imprescindible: (15) ¿{Le + *lo + *la} molesta si fumo? En general, en contextos agentivo-causativos (ർඈඋ1 > ൾඑඉ3), la realización del ൾඑඉൾඋංආൾඇඍൺൽඈඋ como objeto directo es más probable, pero, como hemos visto, la realización del ൾඑඉൾඋංආൾඇඍൺൽඈඋ como objeto indirecto no está excluido, sobre todo en el español de España. En cuanto a los verbos no causativos, constatamos según los diferentes centros una más o menos pronunciada tendencia hacia el dativo, pero el acusativo no VHH[FOX\HFRQFRQWXQGHQFLDQLD~QFRQVXMHWRVHQIRUPDGHLQ¿QLWLYRV\ oraciones subordinadas. ¿Cómo podemos formalizar esta variación? Mi propuesta es la siguiente: dado el común origen de las lenguas románicas, considero todos los verbos de la clase dos como lexicalmente acusativos, es decir que siguen el orden ർඈඋ1 > ൾඑඉ3 o ർඈඋ2 > ൾඑඉ2 de manera que el ൾඑඉൾඋංආൾඇඍൺൽඈඋ pueda aparecer como objeto directo. Sin embargo, el español permite una construcción dativa, que se superpone a la acusatividad léxica e invierte el orden de actividad: (16) ൾඑඉ2 > ൾඑඉ3 > ർඈඋ El contexto semántico al que la inversión se presta con más facilidad parece ser el que denotan los verbos no causativos, seleccionando un ർඈඋ2 y un ൾඑඉ2; pero, quizá de forma analógica, la construcción de dativo aparece incluso en contextos causativos con ൾඑඉ3 y ർඈඋ1. Si el cambio de orden ർඈඋ2 > ൾඑඉ2 a ൾඑඉ2 > ർඈඋ2 se explica por la pequeña diferencia en decir, el ඉඈඌൾൾൽඈඋ como sujeto y la ඉඈඌൾඌංඬඇ como objeto directo, el verbo intransitivo pertenecer realiza la ඉඈඌൾඌංඬඇ como sujeto.

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el grado de actividad11, el de ർඈඋ1 > ൾඑඉ3 a ൾඑඉ3 > ർඈඋ1 contradice las reglas básicas del enlace según las cuales una fuerte diferencia en el grado de actividad de los argumentos —como entre un argumento causador y otro causativamente afectado— determina su realización sintáctica. Sin embargo, podemos tener en cuenta que, en primer lugar, los verbos de sentimiento no son causaciones prototípicas y que, en segundo lugar, la transgresión de las reglas de enlace solo afecta a uno de los dos argumentos. El ർඈඋඋൾඅൺඍඈ aparece como sujeto independientemente de la realización del ൾඑඉൾඋංආൾඇඍൺൽඈඋ como objeto directo o indirecto. Además, la tradición del leísmo en el español peninsular es un caso análogo, que probablemente también apoya y apoyó la difusión de la construcción dativa con los verbos de sentimiento de la clase dos. &ඈඇർඅඎඌංඬඇ En este breve trabajo quería mostrar que la variación entre construcciones acusativas y dativas de los verbos españoles que corresponden a la clase dos de Belletti y Rizzi (1987) es extremadamente compleja. Aunque los estudios de Di Tullio (1997, 2004, 2015) y Cifuentes Honrubia (2015) aíslan de manera convincente un buen número de contextos semánticos y SUDJPiWLFRVTXHLQÀX\HQHQODVHOHFFLyQGHXQDXRWUDFRQVWUXFFLyQORV datos del ർඋൾൺ muestran que ambas construcciones aparecen en todos los FRQWH[WRV GLVFXWLGRV DXQTXH OD IUHFXHQFLD GL¿HUD$GHPiV VH REVHUYDQ diferencias entre los centros del español. Mientras que en España la construcción dativa domina en muchos contextos, en la Argentina, en Chile y en México la construcción acusativa está más difundida. Basándome en HVWXGLRV DQWHULRUHV .DLOXZHLW      SUHFLVp TXH ORV verbos de sentimiento no denotan causaciones prototípicas. Cabe distinguir entre verbos que permiten usos agentivo-causativos y otros que no los permiten. Sin embargo, en los diferentes centros del español, los verbos de sentimiento no causativos aparecen también con más o menos frecuencia en construcciones acusativas. Por eso considero (todos) los verbos españoles de la clase dos de Belletti y Rizzi (1987) como transitivos en el nivel &RPRVHGLVFXWHPiVHQGHWDOOHHQ.DLOXZHLW  HVWDpequeña diferencia en el grado de actividad explica también las características de estos verbos que Belletti y Rizzi (1987) analizan como “inacusativas”. 11

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léxico, tanto como los verbos correspondientes en otras lenguas románicas. No obstante, el español permite que una construcción dativa se superponga a la transitividad léxica. Esta superposición de la construcción dativa está más motivada en contextos no causativos, en los que hay poca diferencia en el grado de actividad entre los dos argumentos, el ൾඑඉൾඋංආൾඇඍൺൽඈඋ y el ർඈඋඋൾඅൺඍඈ. Por analogía, la construcción dativa incluso se superpone en contextos agentivo-causativos, sobre todo en el español peninsular, tal vez SRULQÀXHQFLDGHOOHtVPR6RQSUHFLVRVQXHYRVHVWXGLRVSDUDUHFDEDUGDWRV que documenten más en detalle la variación entre los diferentes centros y SDUDHVSHFL¿FDUORVIDFWRUHVTXHGHWHUPLQDQHOXVRGHODVFRQVWUXFFLRQHV acusativa y dativa de los verbos de sentimiento en español. 5ൾൿൾඋൾඇർංൺඌൻංൻඅංඈ඀උගൿංർൺඌ %ൾർൾඋඋൺ%ൺඌർඎඪගඇ, Silvia (1999): Diccionario del uso de los casos en el español de Chile. Copenhagen: Museum Tusculanum Press. %ൾඅඅൾඍඍං, Adriana y Luigi 5ංඓඓං (1987): “Los verbos psicológicos y la teoría temática”, en Violeta Demonte y Marina Fernández Lagunilla (eds.), Sintaxis de las lenguas románicas. Madrid: El Arquero, pp. 60-122. &ංൿඎൾඇඍൾඌ +ඈඇඋඎൻංൺ, José Luis (2015): “Causativity and psychological verbs in Spanish”, en Elisa Barrajón López, José Luis Cifuentes Honrubia y Susana Rodríguez Rosique (eds.), Verb Classes and Aspect. Amsterdam: John Benjamins, pp. 110-130. 'ං 7ඎඅඅංඈ, Ángela (1997): “Alternancias de acusativo y dativo en verbos psicolóJLFRVGHOHVSDxRO´HQ*LRYDQQL5X൶QRAtti del XXI Congresso di Linguistica e Filologia Romanza. Tübingen: Max Niemeyer, vol. 2, pp. 255-260. — (2004): “Los verbos psicológicos y la estatividad: Realizaciones del español”, en Cuadernos de Lingüística del Instituto Universitario Ortega y Gasset, vol. 11, pp. 23-43. — (2015): “Variantes sintéticas y analíticas de los predicados psicológicos”, en Rafael Marín (ed.), Los predicados psicológicos. Madrid: Visor, pp. 185-209. +ඟඋඍඅ, Holden (2001): Cause und Change: thematische Relationen und Ereignisstrukturen in Konzeptualisierung und Grammatikalisierung. Berlin: AkademieVerlag. .ൺංඅඎඐൾංඍ, Rolf (2005): Linking: Syntax und Semantik französischer und italienischer Gefühlsverben. Tübingen: Niemeyer. — (2007): “El enlace de los verbos de sentimiento — un cálculo de rasgos”, en Pablo Cano López (ed.), Actas del VI Congreso de Lingüística General, Santiago de Compostela, 3-7 de mayo de 2004. Madrid: Arco/Libros, vol. 2/tomo 1, pp. 1699-1708.

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— (2013): “Radical Role and Reference Grammar (RRRG): A sketch for remodelling the Syntax-Semantics-Interface”, en Brian Nolan y Elke Diedrichsen (eds.), Linking Constructions into Functional Linguistics. The role of constructions in grammar. Amsterdam: John Benjamins, pp. 103-141. — (2015): “Romance object-experiencer verbs: From aktionstart to activity hierarchy”, en Elisa Barrajón López, José Luis Cifuentes Honrubia y Susana Rodríguez Rosique (eds.), Verb Classes and Aspect. Amsterdam: John Benjamins, pp. 312-333. /ൾඏඒ, Paulette (1980): “Una peculiar oposición entre le y lo en el español de México”, en Anuario de Letras, vol. 18, pp. 263-368. 0ൺඋටඇ, Rafael (2011): “Casi todos los predicados psicológicos son estativos”, en Ángeles Carrasco (ed.), Sobre estados y estatividad. München: Lincom. 0ൾඇൽං඄ඈൾඍඑൾൺ, Amaya (1999): “Construcciones inacusativas y pasivas”, en Ignacio Bosque y Violeta Demonte (eds.), Gramática descriptiva de la lengua española. Madrid: Espasa-Calpe, vol. 2, cap. 25, pp. 1575-1630. 3ൾඌൾඍඌ඄ඒ, David (1995): Zero Syntax: Experiencers and Cascades. Cambrigde (Mass.): MIT Press. 3උංආඎඌ, Beatrice (1999): Case and Thematic Roles. Ergative, Accusative, Active. Tübingen: Niemeyer. 5ൺൾ$ඌൺඅൾ   Nueva gramática de la lengua española. Tomo 1. Madrid: Espasa: Libros. 6ඎൻංඋൺඍඌ5ඳ඀඀ൾൻൾඋ඀, Carlos (1987): Sentential Complementation in Spanish. A Lexico-Grammatical Study of three Classes of Verbs. Amsterdam: Benjamins.

Y NO VA QUE SE NOS VIENE OTRA VEZ UNA ÉPOCA DE AGUACEROS: SOBRE LA SORPRESA CODIFICADA EN LA GRAMÁTICA /DXUD0.RUQIHOG Universidad de Buenos Aires / CONICET

Este artículo pretende, como modesto homenaje, retomar unos pocos GHORVFDVLLQ¿QLWRVLQWHUHVHVJUDPDWLFDOHVGHÈQJHOD'L7XOOLR1RHVSRU cierto, un diálogo sorprendente: resulta muy difícil pensar la gramática desde el Río de la Plata sin citar una y otra vez los creativos e inspirados trabajos de Ángela sobre las particularidades de nuestro español, sobre el español general o sobre su relación con otras lenguas de la Romania actual. En concreto, pretendo centrarme en una construcción ilustrada (profusamente) en un segmento de la novela El limonero real, de Juan José Saer, como en la cita del título, que aparece ampliada en (1): (1) Y no va que se nos viene otra vez una época de aguaceros y la cosecha de sandía se nos aguó toda. No va que contiene una negación expletiva y se utiliza para expresar con énfasis la sorpresa del hablante. Parece ser exclusiva de Argentina y Uruguay, pero remite, en forma transparente, a otras dos estructuras proSLDV GHO HVSDxRO JHQHUDO TXH VH XVDQ HQ OD UHJLyQ /DV HMHPSOL¿FDQ ORV siguientes fragmentos de la recopilación Cuentan los mapuches1: no va Los ejemplos de este trabajo son citas de fuentes literarias, artísticas y gramaticales TXHVHHVSHFL¿FDQ RELHQKDQVLGRKDOODGRVHQSiJLQDVGH,QWHUQHW 1

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y…HQ  HVHTXLYDOHQWHHQVXVLJQL¿FDGRGHVRUSUHVDDOno va que de (1), mientras que en (3) no hay negación y, si bien focaliza un evento que se presume poco esperable, la oración resulta notoriamente menos enfática que las anteriores: (2) El zorro había ido al Futalafquén y como vio una pampita se adentró. ¡No va y se queda dormido en una piedra! (3) Entonces se le arrimó y le dio una cachetada. Va y queda pegada una mano. Según apunta Peterson (2015), la sorpresa es una reacción cognitiva humana que se produce al procesar información nueva que no se ajusta a las expectativas de nuestra experiencia individual, social o cultural. Las OHQJXDVYDUtDQHQFyPRFRGL¿FDQHVDHPRFLyQHVWHWUDEDMRYHUVDUiSUHFLsamente, sobre la manera en que se liga con el Aspecto o con el Modo en GLVWLQWDVYDULHGDGHVGHOHVSDxROGHOD$UJHQWLQD&RQHO¿QGHREWHQHUXQ panorama más completo de las expresiones que gramaticalizan la sorpresa del hablante frente al evento, antes de abordar el análisis de las propiedades de las construcciones ilustradas en (1)-(3) repasamos una serie de UHFXUVRVFRQXQVLJQL¿FDGRVHPHMDQWHODVSHUtIUDVLVir aLQ¿QLWLYR\venir a LQ¿QLWLYR FXDQGRHODX[LOLDUWLHQHUDVJRVSHUIHFWLYRVfue a caer, vino a pasar) y había sido en el habla rural sudamericana (había sido brava…) y en la zona de contacto con guaraní (eras vos había sido), de acuerdo con la investigación de Avellana (2013). 3ൾඋටൿඋൺඌංඌඊඎൾർඈൽංൿංർൺඇඅൺඌඈඋඉඋൾඌൺ Distintas perífrasis permiten comunicar la sorpresa del hablante frente al evento en el español de la Argentina, en usos compartidos con otras variedades. Uno de los recursos del español general es la perífrasis ir a LQ¿QLWLYRFXDQGRHODX[LOLDUHVWiHQSUHWpULWRSHUIHFWRXQFDVRHVWXGLDGRPDUJLQDOPHQWHHQ.RUQIHOG  (OVLJQL¿FDGRTXHHOKDEODQWH transmite con oraciones como (4) suele “aludir a la realización inesperada o fortuita de un hecho” (RAE/ASALE 2010: 541), derivado de un VLJQL¿FDGRDVSHFWXDOTXHH[SUHVDUtDTXH³ODDFFLyQRHOSURFHVRTXHVH menciona representa la culminación de uno o varios sucesos” (RAE/ ASALE 2010: 546):

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(4) a. El peludo fue a caer como a tres cuadras de allí. b. El caso es que, de todas las ventanas de Buenos Aires, justo fui a pasar frente a la tuya. Con el valor de (4), la perífrasis está limitada en su combinación a los verbos télicos, por lo que se excluyen estados (5a-b) y actividades, con las que ir solo puede entenderse como verbo léxico que indica el desplazamiento físico, y no como auxiliar gramaticalizado (5c): (5) a. *Fueron a ser felices. b. *Fue a haber una catástrofe. c. #Fueron a trabajar/caminar. (OVLJQL¿FDGRGHFXOPLQDFLyQVRUSUHVLYDGHODSHUtIUDVLVHVLQHTXtYRFR cuando el auxiliar está en pretérito perfecto, pero también puede elicitarse con ir en presente2$VtORVHMHPSORVGH  FDUHFHQGHVLJQL¿FDGRWHPSRral de futuro; expresan, más bien, “un valor enfático de ‘inoportunidad’ y, por tanto, de enfado o malestar en el hablante cuando es él el afectado” por el evento, como señala Gómez Torrego (1999: 3370), un valor reforzado aquí por la presencia de justo: (6) a. ¡Justo voy a decir eso en un grupo donde a una señora le falta una pierna! b. Santi es el amor de tu vida como hace 7 años y justo te vas a olvidar… c. Joder, justo va a caer cuando lo están subiendo más alto. Más habitual aún es venir a  LQ¿QLWLYR TXH VH FODVL¿FD LJXDOPHQWH como una perífrasis aspectual de fase y que comparte la misma interpretación de “sorpresa inoportuna”3&RQHOVLJQL¿FDGRUHOHYDQWHHODX[LOLDUVH 2 Sería interesante debatir si se trata de una sola perífrasis con distintos valores o si debemos distinguir diferentes perífrasis con la misma forma. La misma duda plantea el contraste entre sabe/sabía  LQ¿QLWLYR HQ WDQWR SHUtIUDVLV DVSHFWXDO GH KDELWXDOLGDG  \ la variante perfectiva supe LQ¿QLWLYR GHYDORUFXOPLQDWLYR FISabía nadar todas las semanas vs. Supo ser un gran nadador en su juventud (Di Tullio 2006). 3 El Manual de la Nueva gramática de la lengua española le atribuye alternativamente XQVLJQL¿FDGRDSUR[LPDWLYRTXHH[SUHVDYHURVLPLOLWXGTXHDSDUHFH³VLVHDSRUWDQGDWRV cálculos o mediciones” (YHQtDQDVLJQL¿FDUORPLVPRYHQtDDRFXUULUVREUHODVQXHYHGHOD mañana) (RAE/ASALE 2010: 540-541).

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encuentra en presente (7a-b), condicional (7c) y pretérito perfecto (7d-f), en todas las personas del paradigma: (7) a. Justo vengo a GHVSHUWDUYHQFLGRDODUHDOLGDG .\RVNR³&XDQGR te ves llegar”) b. Y peor todavía si viene a enfermarse. c. La rebelión vendría a fracasar en otras regiones. d. y justo vino a tocarme a mí. (Facundo Cabral, “Yo no quiero ser un ciudadano”) e. al menos viniste a perder contra uno que tiene talento. f. Déjeme comenzar por decirle cómo vine a escribir el libro. Entendemos que, a pesar de no estar marcadas morfológicamente en relación con el aspecto, las diversas formas verbales de (6) y (7a-c) se interpretan todas como perfectivas, igual que (4) o (7d-f). Venir aLQ¿QLWLYR también coincide con ir aLQ¿QLWLYRHQTXHORVYHUERVSULQFLSDOHVVRQHQ su mayoría logros y pueden aparecer realizaciones —cf. (7f)—, pero no estados o actividades, en forma paralela a (5). El valor escalar de culminación de ir/venir aLQ¿QLWLYRVHUtDSUy[LPR al de terminar porLQ¿QLWLYR o acabar + gerundio; así, Fue/Vino a chocar contra un árbol es parafraseable como Terminó por chocar o como Acabó/ Terminó chocando contra un árbol (RAE/ASALE 2010: 541). Más allá de la evidente equivalencia aspectual, ir/venir aLQ¿QLWLYRVXPDQXQPDWL] de sorpresa inoportuna ausente cuando los auxiliares son terminar o acabarTXHMXVWL¿FDVXWUDWDPLHQWRFRQMXQWRFRQORVGDWRVLQLFLDOHVGH   Otros fenómenos muy relevantes para nuestro recorrido aporta Avellana (2013). Por una parte, recupera la estructura había sido + sustantivo/adjetiYRTXH.DQ\  DWULEX\HDO³KDEODJDXFKHVFD´TXHVHUHJLVWUDHQ]RQDV rurales de Argentina y Uruguay (8) y de otros países de América del Sur (9): (8) a. ¡Cha que había sidoVDODPH>$UJHQWLQD@ .DQ\>@ 206) b. ¡Pucha qui habían sido ÀRMR ORV QDFLRQH >8UXJXD\@ .DQ\ 1969 [1945]: 207) c. Este viejito mendigo había sido Dios. (9) a. Brava había sido8G¢QR">(FXDGRU@ .DQ\>@ b. Tu hijo había sidoXQPDxXGR>%ROLYLD@ .DQ\>@ 207)

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c. ¡Qué mal pensado había sido usted, Don Juan Francisco! [Perú]  .DQ\>@ Avellana observa que en (8) y (9) la expresión había sido pierde por completo el valor temporal de anterioridad en el pasado para adoptar un VLJQL¿FDGRPRGDOHQIDWL]DGRDPHQXGRSRUPDUFDVHQWRQDWLYDVROp[LFR discursivas: indica sorpresa frente a un evento que sucedió y del cual el hablante inicialmente no tuvo registro (sino que, por el contrario, lo percibió con demora, de manera sorpresiva). Así, (8a) puede ser parafraseada como µHUDVDODPH\\RQRORVDEtD¶Rµ DO¿QDO UHVXOWyVHUXQVDODPH¶4. Una paráfrasis casi idéntica recibe otra construcción muy semejante, propia del español en contacto con guaraní (Argentina y Paraguay), ilustrada en (10): (10) a. Había sido que me re copé escribiendo. b. Eras vos había sido. c. Teníamos orden de captura había sido. Pese a las coincidencias formales y semánticas, Avellana señala que en (8) y (9) el pretérito pluscuamperfecto constituye el verbo principal de la oración (de manera que concuerda con un sujeto referencial, explícito o tácito), mientras que la forma invariable había sido (que) funciona en (10) FRPRPRGL¿FDGRUPRGDOGHWRGDODRUDFLyQ$VtORGHPXHVWUDODDSDULFLyQ en (10a) de que —que sería imposible en los ejemplos de (8) y (9)— y la falta de concordancia con el sujeto. Además, había sido (que) en zona de contacto puede combinarse con verbos en distintos tiempos y aspectos (presente, pretérito perfecto e imperfecto y diversas perífrasis) y es compatible con todas las clases de aspectualidad: estados (11a), actividades (11b), realizaciones (11c) y logros (11d), en tanto las oraciones de (8) y (9) son siempre estados designados por el propio verbo copulativo: (11) a. Había sido tenía una novia bien guardadita. b. El trabajador del volante había sido estuvo laburando toda la noche y camino ya a su casa, le dio el patatús letal. &RPR VH REVHUYD HQ OD SDUiIUDVLV WDPELpQ HV IDFWLEOH H[SUHVDU HO VLJQL¿FDGR GH sorpresa con el verbo de ascenso resultar (que se combina exclusivamente con ser o con tener); por razones de espacio, no analizaremos aquí este recurso. 4

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c. Por errores del sistema no se pudo cargar había sido el número gratis. d. A todos nos pasa había sido esto. Así, pese a que ambas construcciones tienen valores semánticos análogos, había sido (que) se comporta como un marcador de modo evidencial FRQSRVLEOHVH[WHQVLRQHVPLUDWLYDVHVGHFLUTXHFRGL¿FDSULPDULDPHQWHOD percepción demorada del evento por parte del hablante, que a menudo es causa de su sorpresa. Avellana lo considera equivalente al marcador guaraní ra’e, que tiene la misma descripción semántico-gramatical y con el que, de hecho, coexiste en muchas oraciones en español paraguayo: (12) a. Había sido que a un ganadero francés lo “suicidaron” ra’e… b. Había sido Aquiles era el problema ra’e. La analogía con ra’eVHYHUL¿FDWDPELpQHQTXHhabía sido puede desSOD]DUVHDGLVWLQWRVOXJDUHVGHODRUDFLyQLQLFLDOLQWHUPHGLD¿QDOVHJ~Q se advierte en los ejemplos de (10) y (11). &ඈඇඌඍඋඎർർංඈඇൾඌඇඈඉൾඋංൿඋගඌඍංർൺඌർඈඇਉ਒ Unidades complejas distintas de las perífrasis pueden expresar también rasgos semántico-formales ligados con Aspecto y Modo. En Di Tullio (2006) se analiza el comportamiento de dale (dele), meta y vuelta en español rioplatense, que se gramaticalizan primero con valores modales y OXHJRFRPRRSHUDGRUHVVHPLPRUIROyJLFRVTXHDSRUWDQXQVLJQL¿FDGRDVSHFWXDOLWHUDWLYRFRPRHQ D (Q'L7XOOLR\.RUQIHOG  VHHVWXdian los complejos procesos de gramaticalización de adjetivos, frases preposicionales e incluso préstamos del italiano para dar lugar a los distintos marcadores de modalidad epistémicos en español rioplatense coloquial, que señalan la certeza (13b), la duda y probabilidad (13c) o la negación enfática (13d): (13) a. Ella hablaba y Juan meta/dele/vuelta (a) fumar. b. De una/Posta (que) nos vamos a encontrar de nuevo. c. Capaz (que)/Por ahí nos encontremos en algún lado… d. ¡Ma que/Minga de encuentro!

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Por su parte, Silva (2012) observa que agarró y… en ejemplos como (14) conforma un complejo verbal que no constituye una perífrasis, ya que KD\GRVIRUPDV¿QLWDVXQLGDVSRUXQFRRUGLQDQWHDXQTXHagarró está desemantizado (igual que un auxiliar) y repite meramente la información morfológica y de aspectualidad del verbo léxico. Funciona, así, como intensi¿FDGRUGHOHYHQWRDOTXHDJUHJDXQPDWL]GHµUHSHQWLQDGHWHUPLQDFLyQ¶ (14) a. Juan agarró y saltó. b. Agarré y fui, casi sin pensarlo. Silva sostiene que agarrar y… solo se combina con realizaciones y logros, eventos que tendrían las propiedades de delimitación y agentividad. Efectivamente, agarrar y… supone esas dos propiedades y por eso resulta más natural en combinación con realizaciones, pero la única clase aspectual con la que siempre resulta agramatical son los estados (*El tipo agarra y es inteligente). En cambio, puede aportar un rasgo de agentividad a algunos logros inacusativos (e.g. 14b o Zitarrosa agarró y se murió, título de una milonga uruguaya) y de incoatividad “repentina” a ciertas actividades (e.g., El tipo agarra y camina como un cangrejo), aun si esos rasgos no IRUPDQSDUWHGHOVLJQL¿FDGRLQWUtQVHFRGHOYHUEROp[LFR5. Estos trabajos previos sobre operadores no perifrásticos sirven de base para discutir la naturaleza de nuestras expresiones iniciales. De hecho, dos de ellas, no va y… en (2) y va y«HQ  PDQL¿HVWDQXQDHVWUXFWXUDFRRUdinativa análoga a la de (14), en la que va replica las propiedades morfológicas del verbo léxico. No va y… es la que comunica más decididamente la sorpresa o la incredulidad ante un evento que contradice claras expectativas previas del hablante (que a su vez las presupone compartidas con el oyente). Al analizar su distribución, comprobamos que se usa sobre todo con eventos delimitados: realizaciones (15a) y logros (15b); igual que agarrar y…, es infrecuente con actividades (15c) e imposible con estados (15d): No sería implausible incluir a agarrar y… en el inventario de las expresiones gramaticalizadas de sorpresa, basándonos en el rasgo ‘repentino’ que Silva releva. Algo semejante puede decirse de la locución de repente, que señala también lo repentino, inesperado o sorpresivo de un evento, como en Se nos fue de repente/derrepente/redepente (nombre de una obra de Niní Marshall), aunque en sus usos modales (más robustos en Uruguay que en Argentina) no focaliza la sorpresa, sino que funciona como atenuador (e.g., De repente podríamos llegar más tarde, ¿no?). 5

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(15) a. Resulta que tenían hambre y Soussens no va y le dice: “¿No te parece mucho salame?”. (Tito Cossa, El viejo criado) b. En cuanto estoy cerca del sueño divino, / no va y se activa el despertador. (La Renga, “Desoriente Blues”) c. Pues no va y llueve. d. *No va y ama a su novio. A causa de la desemantización de va, la interpretación de los sujetos como agente en (15a) y como tema en (15b) depende en forma exclusiva de las propiedades argumentales de dice y se activa, mientras que llueve determina que (15c) sea una oración impersonal. En esta construcción, va solo aparece en presente (aunque en general LQWHUSUHWDGRFRPRSUHVHQWHKLVWyULFR\DTXHVHUH¿HUHDKHFKRVGHOSDVDdo) y es marcadamente más habitual en tercera persona del singular, aunque no es incompatible con la primera (16a) o con el plural (16b-c): (16) a. ¿Pues no voy y lo veo el otro día en la esquina del chalet de los vecinos trapicheando con otro gato? b. ¡¡¡Pues no van y dicen que se trata de un crimen pasional…!!! c. Pues no van y me dicen que no puedo usar mi Ipad en el local porque es festivo. La negación es expletiva y solo tiene función enfática: las oraciones expresan que el evento efectivamente ocurrió y que es sorprendente (incluso increíble) para el hablante. El carácter expletivo de la negación se corrobora al comparar la interpretación de (15) y (16) con la que recibe la misma secuencia en oraciones como las siguientes (de carácter irreal o deóntico): (17) a. Uno no va y dice “yo decido ser gay porque me provoca”… b. ¿Por qué no va y busca a los Autobots y deja que lo protejan? c. Uno no va y cree que con la batalla del 5 de mayo hicimos pedazos a los franceses. En (17) se produce una verdadera negación de va y…, otra de nuestras construcciones iniciales, que ilustramos en (18). Allí, ir también está desemantizado y repite las propiedades morfológicas del verbo léxico, que determina la estructura argumental de la oración6: Tal como señala Silva para agarrar y…, sería posible tener una estructura con más verbos léxicos coordinados: yo voy, laburo y no me quejo. 6

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(18) a. Entonces se le arrimó y le dio una cachetada. Va y queda pegada una mano. [= (3)] b. Cuando todo pinta mal, va y sale bien. c. En lugar de tirarse a descansar, el tipo va y labura. Esta construcción del español oral general admite distintas personas y números —cf. (19)— y no está limitada al presente, ya que, con menor frecuencia, puede aparecer en pretérito perfecto o imperfecto —cf. (20)—: (19) a. Los clubes grandes no ceden a sus jugadores, nosotros vamos y le damos a Lautaro, hoy por hoy el jugador más determinante de Racing. b. Estuve con un muchacho —dijo Teresa—. A lo mejor vas y le pegas, también. (Mario Vargas Llosa, La ciudad y los perros) (20) a. Recuerdo que fue y dijo: “¡Yo vi un plato volador!”. b. Si había que estudiar, Martín iba y estudiaba sin problemas. Va y… se combina sobre todo con realizaciones y logros, como se puede corroborar en los ejemplos de (18) y (20). Igual que no va y…, es imposible con estados (*Va y está tranquila) y aparece raramente con actividades, a las que aporta un matiz de incoatividad —cf. (18c) y (20b)—. Esas restricciones o preferencias aspectuales pueden explicarse con facilidad SRUHOVLJQL¿FDGROp[LFRGHir en tanto verbo inacusativo de movimiento. De hecho, no es difícil imaginar que la repetición de secuencias como (21), donde irFRQVHUYDVXVLJQL¿FDGROp[LFR\HQWUDHQXQDHVWUXFWXUDFRRUGLnativa con otro verbo pleno, condujo a la desemantización que exhibe en (18) y (20): (21) a. Se supone que a la escuela vamos y aprendemos a ser solidarios. b. El puente se extiende a lo largo de 290 metros, y cada vez que voy y lo miro pienso… Desde el punto de vista semántico-pragmático, va y«UH¿HUHDXQHYHQto no esperable, pero de manera mucho más atenuada que la franca sorpresa de no va y… en (15) y (16). Su interpretación aspectual se asemeja más a la que aportan las perífrasis ir o venir aLQ¿QLWLYR FIVHFFLyQ DXQTXH carece del matiz negativo de inoportunidad relevado por Gómez Torrego, lo cual redunda en una mayor frecuencia de uso. De hecho, va y… suele

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HPSOHDUVH VLPSOHPHQWH SDUD LQWHQVL¿FDU R GDU UHDOFH DO HYHQWR IUHQWH DO interlocutor —cf., por ejemplo, (17) o (20b)—, una función secundaria que Silva (2012) detecta también para agarrar y… Por su parte, no va y… se usa también en distintas variedades del español; en algunas (sobre todo peninsulares) suele resaltarse la interpretación expletiva de la negación por medio de pues —cf. (15) y (16)—, pero ese marcador no forma parte de la oralidad rioplatense. Eso podría explicar por qué no va y… es (relativamente) poco productiva en español rioplatense, al tiempo que se registra con gran frecuencia la variante no va que, la estructura de la que partimos en el título de este trabajo y que en (22) retomamos: (22) a. Y no va que el mismo día que salgo a la calle, escucho a una maestra de guardapolvo decirle a una colega “nos uashapeamos”. (Tito Cossa, “Ocurrido y ocurrencias”) b. Y no va queGHVSXpVGHXQPRPHQWRGLFHTXHYLHQHGHUHÀHVLR nar [sic] algo. (Juan José Saer, El limonero real) c. Y no va que la familia del otro consigue testigos. (Cristian Alarcón, Si me querés, quereme transa) No va que es más informal y popular que va y…, que está más extendida en distintos dialectos y registros de la Argentina. De hecho, se trata de un fenómeno que permitiría caracterizar opositivamente el habla de la capital y del interior de la Argentina: aparece poco en la ciudad de Buenos Aires y en forma productiva en la oralidad de todo el resto de las provincias argentinas (incluyendo Buenos Aires), además de Uruguay. Desde el punto de vista semántico-pragmático, no va que expresa enfáticamente la sorpresa del hablante y funciona como operador modal, ya que su alcance abarca todo el enunciado. Igual que no va y…, las oraciones en las que se registra tienen una entonación enfática, que no coincide con XQFRQWRUQRGH¿QLGR VHDDVHUWLYRLQWHUURJDWLYRH[FODPDWLYRRVXVSHQGLGR PiVDOOiGHODVGLVWLQWDVUHSUHVHQWDFLRQHVJUi¿FDVTXHVHOHVDVLJQDQ en la escritura (e.g., signos de interrogación, de exclamación o puntos suspensivos, como se verá en los ejemplos siguientes). Si bien no va que tiene una forma verbal invariable (siempre está en tercera persona singular del presente), la información morfológica del verbo principal de la oración puede diferir. Así, en las oraciones de (23) los verbos están en pretérito perfecto y presentan discordancias de número

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—cf. (23e-f)— y de persona —cf. la primera de (23a-b), también (22a) y (22d)— respecto de va: (23) a. No va que una vez que bajamos la barranca y nos sentamos al lado del río vimos salir del agua unos animalitos de lo más raros. (Juan José Saer, El limonero real) b. No va que hoy fui a la mañana a la verdulería y me encontré con Ribet, el maquinista de turno… (M.ª Laura Santos, Haya) c. Si mataste fue pa’ no morir, y no va que te salió tan mal/que la pena pudo más, y a tu sombra te colgás. (Los Somáticos, “Cumbia macabra”) d. ¡¡¡Y no va que se calentó mismo!!! e. Y no va que las dos pelotas reglamentarias (tenía que presentar una cada equipo) se pincharon. f. ¿y no va que me eliminaron mi carta de amor? Recordemos que sería imposible combinar no va y… con verbos de tiempos, personas o números divergentes, ya que el coordinante exige que las propiedades de T-A-M + P-N se repitan en ambas formas verbales. La presencia de que en (23) habilita, en cambio, la independencia del verbo SULQFLSDOTXHVXHOHH[KLELUSURSLHGDGHVÀH[LYDVGLIHUHQFLDGDV De hecho, los ejemplos de (23) no agotan los casos de discordancias WHPSRUDOHVHQFRQWUDPRVRWUDVYDULDFLRQHVVLJQL¿FDWLYDVHQHOYHUERSULQcipal: pretéritos imperfectos (24a-c), perífrasis progresivas (24d-e) o condicionales (24f): (24) a. ¿Y no va que parece que el tipo estaba en la estancia justo ese día en que se murió? (M.ª Inés Falconi, Coordenadas para un crimen 2) b. pero no va que ella no sabía quién era yo. c. Con ese pensamiento lo intentamos y no va que ya ese mismo mes mi regla no venía. d. Y no va que el pibe con gambetas, quiebres de cintura se iba metiendo por la defensa de San Lorenzo. e. esta tarada no va que estamos saliendo del supermercado y se le cae de adentro del spencer el acondicionador. (José M.ª Muscari, “Cotillón”) f. no va que justo hoy el abuelo cumpliría cien años.

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En cuanto a la aspectualidad, en (22), (23) y (24c-e), no va que introduce eventos delimitados (realizaciones y logros), tal como vimos que ocurre FRQORVRWURVUHFXUVRVSDUDFRGL¿FDUODVRUSUHVD(QFDPELRORVGDWRVGH (24a-b) responden a eventos no delimitados, ya que estar y saber son estados, mientras que en otros ejemplos, relativamente acotados, registramos su combinación con actividades: (25) a. Y no va que corre y se escucha “corte”. (Andrés Gallina, “La última película de Paul Ellis”) b. y no va que le dan ganas de ayudarla cuando está en problemas. 6ඈඋඉඋൾඌൺඒ඀උൺආൺඍංർൺඅංඓൺർංඬඇ Un hecho llamativo que puede corroborarse en el recorrido seguido en las secciones 1 y 2 es la recurrente participación de ir en diversas construcciones que gramaticalizan la sorpresa en el español de la Argentina, en usos compartidos (o no) con otras variedades. Cuando es auxiliar de ir aLQ¿QLWLYRFRQDVSHFWRSHUIHFWLYRHOVLJQL¿FDGRSUHGRPLQDQWHPHQWHDVSHFWXDOGHFXOPLQDFLyQVHYHDFRPSDxDGR por un matiz tenue de sorpresa, teñido de inoportunidad. Según hemos mostrado en la sección 1, al focalizar un momento preciso del evento, esa perífrasis (igual que venir aLQ¿QLWLYR VRORDGPLWHYDULDQWHVSHUIHFWLYDV de eventos delimitados (logros o realizaciones). En la sección 2 nos concentramos en los casos en que, combinado con palabras de clase funcional (el coordinante y, la negación expletiva, el complementante que), ir forma parte de operadores o marcadores que comunican, en distintos grados, la sorpresa. Reconocemos tres escalas diferenciadas en el proceso de gramaticalización de esas estructuras. La primera etapa está constituida por la construcción del español general va y…, cuyo valor de sorpresa tenue se deriva de forma relativamente PHFiQLFDGHOVLJQL¿FDGROp[LFRGHir como verbo inacusativo de desplazamiento —cf. ejemplo (21)—. En forma secundaria, la secuencia funciona FRPRIRFDOL]DGRURLQWHQVL¿FDGRUGHXQHYHQWRTXHHQSULQFLSLRVHHQWLHQde como no esperable (y puede o no ser inoportuno). En esta estructura, ir aparece en todas las personas del paradigma, en presente o pasado, y se combina preferentemente con eventos delimitados. En una segunda escala, en la construcción del español general no va y… la negación expletiva busca subrayar el carácter inesperado del evento.

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([SUHVDSULPDULDPHQWHXQVLJQL¿FDGRPRGDOGHVRUSUHVDHQIiWLFDDQWHXQ hecho (pasado, casi siempre) que se da por cierto desde el punto de vista epistémico. Pese a esta interpretación esencialmente modal, la secuencia está limitada en su combinación con verbos principales, suponemos que a causa de las restricciones que impone la coordinación: puesto que el verbo ir solo aparece en tiempo presente (en tercera persona del singular y plural; a veces en primera), lo mismo debe ocurrir con el verbo principal, que además designa casi siempre eventos delimitados —cf. ejemplos (15) y (16)—. /DHVFDODGHPD\RUJUDPDWLFDOL]DFLyQVHYHUL¿FDVLQGXGDVHQHOno va que rioplatense, que se asemeja en varios puntos al había sido (que) de la zona de contacto con guaraní, estudiado por Avellana (2013). Ambos introducen una cláusula principal que puede designar cualquier clase de evento, con cualquier tiempo y aspecto del verbo principal. Suponemos que la falta de restricciones de esas estructuras se debe a la presencia del complementante que (que sugiere que son marcadores ubicados en las proyecciones más altas de la cláusula) y a su completa fosilización (los verbos que las FRPSRQHQQRYDUtDQHQQLQJXQDFDWHJRUtDÀH[LYD $GLFLRQDOPHQWHhabía sido (que) tiene una gran movilidad posicional —cf. (10) y (11)—, que muestra su mayor gramaticalización desde el punto de vista morfofonológico. Ambos son recursos utilizados sobre todo en narraciones y presuponen un modo realis desde el punto de vista epistémico: el evento se da por cierto y se agrega el valor modal de sorpresa por parte del hablante. Sin embargo, presentan una diferencia semántica relevante, que nos remite a la actual discusión teórica sobre la noción de miratividad, propuesta, precisamente, como la gramaticalización sistemática de la sorpresa en lenguas como el turco, el quechua o el albanés: “En un sistema mirativo, los eventos y los HVWDGRV TXH QR SXHGHQ VHU IiFLOPHQWH DVLPLODGRV VH FRGL¿FDQ HQ IRUPD distinta que aquellos que encajan bien en las expectativas del hablante”, los caracteriza Petersen (2015). Por su parte, Aikhenvald (2012: 437) incluye dentro de la etiqueta ‘miratividad’ un conjunto de valores semánticos que VHYHUL¿FDQHQGLVWLQWDVOHQJXDVD µFRPSUHQVLyQUHYHODFLyQRGHVFXEULmiento súbitos’, b) ‘sorpresa’, c) ‘mente no preparada’, d) ‘contrario a las expectativas’ y e) ‘información nueva’ (todos pueden estar referidos al hablante, al oyente o al personaje principal de una narración). Caracterizaciones más acotadas, como Lau y Rooryck (2017), señalan que el único rasgo constitutivo de la miratividad sería el primero en la lista

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de Aikhenvald: la noción evidencial de que se produjo una ‘comprensión súbita’ del evento en alguno de los participantes del acto de habla; el resto de las interpretaciones se derivan, secundariamente, en contextos especí¿FRV(VHHVSUHFLVDPHQWHHODQiOLVLVGH$YHOODQDSDUDhabía sido (que) HQ HVSDxRO GH FRQWDFWR XQD FRQVWUXFFLyQ FRQ XQ VLJQL¿FDGR GRPLQDQWH de ‘percepción demorada’ (equivalente al primer rasgo de Aikhenvald), del que se desprende, de manera derivada, la interpretación de sorpresa7. Por el contrario, ese valor evidencial no puede elicitarse en los datos del no va que rioplatense, que, sin embargo, expresa en forma transparente los demás rasgos listados por Aikhenvald: presenta una información nueva (e) sorprendente (b), contraria a las expectativas del hablante (d), que no está preparado para recibirla (c). La diferencia semántica es particularmente visible en los casos en que las oraciones con había sidoIRFDOL]DQHOVLJQL¿FDGRGHµSHUFHSFLyQGHPRrada’: (26) a. Había sido que a un ganadero francés lo “suicidaron” ra’e… b. Había sido Aquiles era el problema ra’e. [= (12)] Aunque es posible parafrasear estas oraciones con no va que, las variantes No va que a un ganadero francés lo “suicidaron” y No va que Aquiles era el problema VXSRQGUtDQ XQD PRGL¿FDFLyQ VXWLO SHUR VXVWDQFLDO  GHO VLJQL¿FDGRGH  VHLQGLFDUtDTXHHOHYHQWRHUDLQHVSHUDGRSDUDODVH[pectativas previas, sin decir nada acerca del momento en que el hablante se enteró de su realización. Una mayor sinonimia entre los dos recursos se percibe, en cambio, cuando en el español de contacto predominan los valores de sorpresa, como en otros ejemplos de (10) y (11). La discusión teórica sobre la naturaleza de la miratividad, aún no zanAvellana ubica el rasgo ‘percepción demorada’ en una de las proyecciones más altas propuestas en la cartografía sistematizada por Cinque y Rizzi (2016), el Modo (evidencial), que indica el tipo de evidencia que tiene el hablante sobre lo expresado en la proposición. Modo (acto de habla)(M1) > Modo (evaluativo)(M2) > Modo (evidencial)(M3) > Modo (epistémico)(M4) Emulando ese análisis podría suponerse, a partir de la misma cartografía, que las diferencias relevadas entre las distintas construcciones en las que participa ir se explican a partir de la ubicación del rasgo de ‘sorpresa’. Ese rasgo se asociaría en las perífrasis o en va y… con un Sintagma de Aspecto (demorado o terminativo en el primer caso; incoativo en el segundo), mientras que se vincularía con las proyecciones más altas de Modo (epistémico o evaluativo) en el caso de no va que (y, tal vez, también no va y…). 7

Y NO VA QUE SE NOS VIENE OTRA VEZ UNA ÉPOCA DE AGUACEROS

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MDGDVHUiODTXHGHWHUPLQH¿QDOPHQWHVLno va que puede o no ser considerado un marcador mirativo. Al margen de ese debate interesantísimo, FUHHPRVKDEHUSUHVHQWDGRDTXtHYLGHQFLDVX¿FLHQWHGHTXHPHUHFHRFXSDU un lugar en el inventario de los marcadores de modalidad epistémica de ODRUDOLGDGULRSODWHQVHHVER]DGRHQ'L7XOOLR\.RUQIHOG  HQWDQWR FRGL¿FDFLyQJUDPDWLFDOL]DGDGHOVLJQL¿FDGRGHVRUSUHVD 5ൾൿൾඋൾඇർංൺඌൻංൻඅංඈ඀උගൿංർൺඌ $ං඄ඁൾඇඏൺඅൽ, Alexandra (2012): “The essence of mirativity”, en Linguistic Typology, vol. 16, pp. 435-485. $ඏൾඅඅൺඇൺ, Alicia (2013): “Fenómenos de transferencia entre lenguas: evidencialidad en el español en contacto con el guaraní y el quechua”, en Estudios de Lingüística Universidad de Alicante, n.º 27, pp. 31-60. &ංඇඊඎൾ, Guglielmo y Luigi 5ංඓඓං (2016): “Functional Categories and Syntactic Theory”, en The Annual Review of Linguistics, vol. 2, pp. 139-163. 'ං 7ඎඅඅංඈ, Ángela (2006): “Auxiliares y operadores aspectuales en el español rioplatense”, en Signo & Seña, n.º 15, pp. 267-285. 'ං7ඎඅඅංඈ, Ángela y Laura .ඈඋඇൿൾඅൽ (2013): “Marcas de modalidad epistémica en el registro coloquial”, en Ángela Di Tullio (ed.), El español de Argentina: estudios gramaticales. Buenos Aires: EUDEBA, pp. 83-103. *ඬආൾඓ7ඈඋඋൾ඀ඈ, Leonardo (1999): “Los verbos auxiliares. Las perífrasis verbaOHVGHLQ¿QLWLYR´HQ,JQDFLR%RVTXH\9LROHWD'HPRQWH HGV Gramática descriptiva del español. Madrid: Espasa-Calpe, vol. n 2, cap. 51, pp. 3323-3389. .ൺඇඒ, Charles (1969 [1945]): Sintaxis hispanoamericana. Madrid: Gredos. .ඈඋඇൿൾඅൽ/DXUD  ³/HFWXUDVDOWHUQDWLYDVGHOIXWXUR8VRV\VLJQL¿FDGRV de la perífrasis ir aLQ¿QLWLYR´HQÈQJHOD'L7XOOLR HG Traslaciones, vol. 1, n.º 1, pp. 8-29. /ൺඎ, Monica y Johan 5ඈඈඋඒർ඄ (2017): “Aspect, evidentiality, and mirativity”, en Lingua, vols. 186-187, pp. 110-119. 3ൾඍൾඋඌඈඇ, Tyler (2015): “Grammatical evidentiality and the unprepared mind”, en Review of Cognitive Linguistics, vol. 13, n.º 2, pp. 314-352. Rൺൾ/Aඌൺඅൾ (2010): Nueva gramática de la lengua española. Manual. Madrid: Espasa-Calpe. 6ංඅඏൺ-osé (2012): “Agarró y dijo: Algunas consideraciones gramaticales sobre estas construcciones”, en Ángela Di Tullio (ed.), Revista de Lengua y Literatura, n.º 38, pp. 76-83.

ALGUNAS OBSERVACIONES SOBRE EL SUBJUNTIVO Y EL PARÁMETRO DE LA CONCORDANCIA TEMPORAL Brenda Laca Université Paris VIII Vincennes-Saint Denis UMR 7023 CNRS / Universidad de la República

El objetivo de este trabajo es analizar un problema de concordancia temporal bien conocido por los estudiosos del español (véase Sessarego 2008, 2010 y la bibliografía allí citada), aportando nuevos datos que permiten circunscribirlo, por lo menos para una variedad regional de español, la de Argentina. El problema en cuestión concierne la distribución y la interpretación del tipo de secuencias esquematizado en (1) —no concordantes— frente al tipo de secuencias esquematizado en (2) —concordantes—. 'LVWULEXFLyQHLQWHUSUHWDFLyQGL¿HUHQFRPRYHUHPRVVHJ~QVLHOPRGRGH la subordinada es indicativo o subjuntivo, y, lo que es crucial, según el tipo de subordinada subjuntiva del que se trate. (1) Me pidió que le compre una casa. [3ൺඌൺൽඈ0ൺඍඋංඑ [1ඈ3ൺඌൺൽඈ6ඎൻඈඋൽංඇൺൽൺ] (2) Me pidió que le comprara una casa. [3ൺඌൺൽඈ0ൺඍඋංඑ [3ൺඌൺൽඈ6ඎൻඈඋൽංඇൺൽൺ]  (අඉൺඋගආൾඍඋඈൽൾඅൺർඈඇർඈඋൽൺඇർංൺඍൾආඉඈඋൺඅඒඅൺൾඑඉඋൾඌංඬඇ ආඈඋൿඈඅඬ඀ංർൺൽൾඅඍංൾආඉඈർൾඋඈ En una serie de trabajos recientes, Demirdache y Lungu (2008, 2011) proponen una teoría de la diferencia entre las lenguas con concordancia temporal (CT), como las lenguas románicas o el inglés, y las lenguas sin

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concordancia temporal (no-CT), como el japonés o el ruso, que permite LGHQWL¿FDUORVUDVJRVTXHODVFDUDFWHUL]DQ(VWDWHRUtDSDUWHGHODLGHDGH .UDW]HU  VHJ~QODFXDOORVSDVDGRVHQODVVXERUGLQDGDVFRQLQWHUSUHWDFLRQHVVLPXOWiQHDVDXQSDVDGRHQODRUDFLyQPDWUL]HMHPSOL¿FDGRVHQOD primera interpretación de (3), son semánticamente tiempos cero. (3) a. John said that Mary was pregnant. (i) Juan dijo que María estaba embarazada (en el momento en que lo dijo). (ii) Juan dijo que María estaba embarazada (en un momento anterior al momento en que lo dijo). Un tiempo cero es un argumento temporal sin rasgos temporales propios, que toma su valor de un antecedente, en este caso del tiempo de la oración matriz, produciendo interpretaciones simultáneas. La ambigüedad que presenta (3) entre una lectura simultánea y una lectura de pasado1 reside en que la morfología de pasado de la subordinada puede interpretarse como expresión de un tiempo cero (lectura simultánea) o como expresión de un pasado (lectura de pasado): (4) a. John ඉൺඌඍ1 say that Mary Ø1 be pregnant. b. John ඉൺඌඍ1 say that Mary ඉൺඌඍ1 be pregnant. Demirdache y Lungu (2008, 2011) atribuyen la diferencia entre lenguas CT y lenguas no-CT a una diferencia morfológica en la realización de los tiempos cero (semánticos), a saber: —



En las lenguas CT, la realización morfológica del tiempo cero queda determinada por concordancia de rasgos entre el tiempo cero y su antecedente (con la condición adicional de que el rasgo de concordancia +ඉൺඌൺൽඈsea expresado por un tiempo no perfectivo). En las lenguas no-CT, la realización morfológica del tiempo cero es la realización no-marcada o por defecto (que coincide con el presente).

1 La lectura de pasado surge claramente en ejemplos que contienen localizadores temporales y corresponde a la de un pluscuamperfecto (pasado con respecto al pasado de la principal), como en John said that Mary was pregnant when she moved to Toronto ‘Juan dijo que María estaba embarazada cuando se fue a vivir a Toronto’.

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Así, por ejemplo, en japonés, lengua típicamente no-CT, la interpretación simultánea solo puede ser obtenida con un presente en la subordinada (5), toda vez que un pasado en la subordinada (6) solo da lugar a la interpretación de anterioridad que corresponde a (3ii), cuyo análisis aparece esquematizado en (4b). (5) ඃൺඉ a. John-wa Mary-ga ninsinsi- te i-ru to it-ta. John-ඍඈඉ Mary-ඇඈආ pregnant-ඉඋඈ඀ඉඋൾඌർඈආඉ say-ඉൺඌඍ ‘John said that Mary was pregnant’ b. John ඉൺඌඍ1 say that Mary Ø1 be pregnant. ‘John dijo que Mary estaba embarazada’ (6) ඃൺඉ a. John-wa Mary-ga ninsinsi- te i-ta to it-ta. John-ඍඈඉ Mary-ඇඈආ pregnant-ඉඋඈ඀ඉൺඌඍർඈආඉ say-ඉൺඌඍ ‘John said that Mary was (had been) pregnant’ ‘John dijo que Mary estaba (=había estado) embarazada’ b. John ඉൺඌඍ1 say that Mary ඉൺඌඍ1 be pregnant. (Demirdache y Lungu 2008) De esto resultan dos características que permiten determinar si se trata de una lengua CT o de una lengua no-CT: ² (Q ODV OHQJXDV QR&7 OD FRQ¿JXUDFLyQ >3ൺඌൺൽඈ0ൺඍඋංඑ [3ൺඌൺൽඈ 6ඎൻඈඋൽංඇൺൽൺ]] no puede dar lugar a interpretaciones simultáneas. — En las lenguas CT, la morfología de presente es deíctica, de tal PDQHUDTXHODFRQ¿JXUDFLyQ>3ൺඌൺൽඈ0ൺඍඋංඑ [1ඈ3ൺඌൺൽඈ6ඎൻඈඋൽංඇൺൽൺ], cuando es lícita, da lugar necesariamente a un efecto de doble acceso (DAR). Como es sabido, los efectos DAR se producen cuando el tiempo de la subordinada es evaluado a la vez con respecto al tiempo de la matriz y con respecto al tiempo de habla (RAE/ASALE 2009: §§ 24.7e, 24.8i), lo que MXVWL¿FD OD DQRPDOtD VHPiQWLFD GHO HMHPSOR   XQ PLVPR HPEDUD]R QR puede ser simultáneo a la vez al tiempo de habla y al tiempo de la principal, si este se sitúa dos años antes. (7) #Hace dos años, Juan dijo que María está embarazada. $KRUDELHQODVFRQ¿JXUDFLRQHV&7KDQVLGRHVWXGLDGDVFDVLH[FOXVLYDmente para subordinadas en indicativo (a excepción de Giorgi 2006, 2009).

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No obstante, hay indicios de que las subordinadas en subjuntivo pueden presentar un comportamiento diferente. Así, por ejemplo, el francés contemporáneo es una lengua CT en lo que concierne al modo indicativo, pero no lo es en el modo subjuntivo. En efecto, en subordinadas en indicativo FRQVWDWDPRVHIHFWRV'$5SDUDODFRQ¿JXUDFLyQ>3ൺඌൺൽඈ0ൺඍඋංඑ [1ඈ3ൺඌൺൽඈ 6ඎൻඈඋൽංඇൺൽൺ@DVtFRPRLQWHUSUHWDFLRQHVVLPXOWiQHDVGHODFRQ¿JXUDción [3ൺඌൺൽඈ 0ൺඍඋංඑ [3ൺඌൺൽඈ6ඎൻඈඋൽංඇൺൽൺ]], como lo muestran los ejemplos (8a-b): (8) ൿඋ

a. #Il y a deux ans, Jean a dit que Marie est enceinte. ‘#Hace dos años Juan dijo que María está embarazada’ b. Jean a dit que Marie était enceinte. ‘Juan dijo que María estaba embarazada’

3HUR HQ ODV VXERUGLQDGDV VXEMXQWLYDV OD FRQ¿JXUDFLyQ >3ൺඌൺൽඈ0ൺඍඋංඑ [1ඈ3ൺඌൺൽඈ6ඎൻඈඋൽංඇൺൽൺ] no produce efectos DAR: (9) ൿඋ

Il y a deux ans, Jean s’était réjoui que Marie soit enceinte. ‘Hace dos años Juan había expresado su satisfacción ante el hecho de que Maria estuviera (lit.: esté) embarazada’

(V LPSRVLEOH YHUL¿FDU OD LQWHUSUHWDFLyQ GH ODV VHFXHQFLDV >3ൺඌൺൽඈ [3ൺඌൺൽඈ6ඎൻඈඋൽංඇൺൽൺ]], que, según la hipótesis de Demirdache y Lungu 0ൺඍඋංඑ (2008, 2011), en un sistema no-CT deberían dar lugar solamente a lecturas no simultáneas, de anterioridad —cf. ejemplo (6) más arriba—, porque la desaparición del imparfait du subjonctif de estos contextos priva al francés contemporáneo de una forma no perfectiva para el subjuntivo pasado. Sin embargo, existen variedades regionales del español que presentan un fenómeno paralelo al ilustrado en (9), es decir, un presente de subjuntivo sin efectos DAR, como lo hacen las lenguas no-CT, a pesar de que mantienen un imperfecto de subjuntivo con interpretaciones simultáneas, como lo hacen las lenguas CT. El ejemplo siguiente, en el que aparece coordinado un presente de subjuntivo con un imperfecto de subjuntivo, ilustra de modo particularmente claro el fenómeno del que se trata: (10) Engels quería que él se siga dedicando a la agitación política y continuaraFRQVXVDQiOLVLV¿ORVy¿FRV 0DUN'DYLHVCorpus del

ALGUNAS OBSERVACIONES SOBRE EL SUBJUNTIVO

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español, ARG. 2/12/2016)2 Este tipo de datos hace surgir una serie de preguntas de importancia crucial para la teoría de la concordancia temporal: ¿Qué sucede en las variedades en las que se producen ejemplos de este tipo? ¿Es algo que afecta a la concordancia temporal en general, a la concordancia de las oraciones de subjuntivo, o solamente a un subtipo de ellas?  (අൽൾൻංඅංඍൺආංൾඇඍඈൽൾඅൺඇൺඍඎඋൺඅൾඓൺൽൾටർඍංർൺൽൾඅඉඋൾඌൾඇඍൾ ൽൾඌඎൻඃඎඇඍංඏඈඒඌඎൿඈർඈ (OSUREOHPDGHODVFRQ¿JXUDFLRQHV3ਁਓਁ਄ਏ0ਁਔ਒ਉਘ [1ਏ3ਁਓਁ਄ਏ6ਕਂਏ਒਄ਉ਎ਁ਄ਁ]] /DVFRQ¿JXUDFLRQHV3ൺඌൺൽඈ0ൺඍඋංඑ [1ඈ3ൺඌൺൽඈ6ඎൻඈඋൽංඇൺൽൺ]] son mencionados con cierta frecuencia en las gramáticas descriptivas (cf. p. ej. RAE/ ASALE 2009: §§ 24.1b, 8n-q) como ejemplos de violaciones de la concordancia temporal documentadas en todas las variedades el español, pero solo raramente han sido exploradas en detalle (véase, sin embargo, Sessarego 2008, 2010, que trata el fenómeno con un enfoque variacionista). Dentro del contexto teórico esbozado en las secciones anteriores, tales fenómenos dan lugar a una serie de preguntas altamente pertinentes: L  /DFRQ¿JXUDFLyQ>3ൺඌൺൽඈ0ൺඍඋංඑ [1ඈ3ൺඌൺൽඈ6ඎൻඈඋൽංඇൺൽൺ]] —con o sin efectos DAR— es enteramente inesperada dentro de la concepción tradicional según la cual el Tiempo, en las oraciones de subjuntivo, es defectivo. Si los tiempos del subjuntivo son “anafóricos” (Picallo 1984/1990, Giorgi 2009), la concordancia temporal debería ser aun más estricta en el subjuntivo de lo que lo es en el indicativo. Sin embargo, las violaciones de la concordancia temporal parecen ser por lo menos tan frecuentes con el subjuntivo como con el indicativo.

De aquí en adelante, y salvo indicación contraria, todos los ejemplos provienen de la sección Web/dialectos de este corpus. Aparece entre paréntesis después de cada ejemplo la fecha de la búsqueda. 2

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LL  (QORTXHFRQFLHUQHDODVFRQ¿JXUDFLRQHV>3ൺඌൺൽඈ0ൺඍඋංඑ [1ඈ3ൺඌൺൽඈ6ඎൻඈඋൽංඇൺൽൺ]] que no dan lugar a efectos DAR, es necesario determinar si aparecen tanto en completivas subjuntivas como en completivas indicativas, y si lo hacen por igual en todos los tipos de completivas subjuntivas. LLL  /D FRH[LVWHQFLD GH FRQ¿JXUDFLRQHV >3ൺඌൺൽඈ0ൺඍඋංඑ [1ඈ3ൺඌൺൽඈ @@ VLQ HIHFWRV '$5 \ GH FRQ¿JXUDFLRQHV >3ൺඌൺൽඈ0ൺඍඋංඑ 6ඎൻඈඋൽංඇൺൽൺ [3ൺඌൺൽඈ6ඎൻඈඋൽංඇൺൽൺ]] con interpretaciones de simultaneidad es problemática para la distinción entre sistemas CT y sistemas no-CT. Demirdache y Lungu (2008, 2011) describen una situación análoga para los tiempos del indicativo en la lengua de los niños que están adquiriendo el francés como L1, los cuales aceptan interSUHWDFLRQHV VLPXOWiQHDV WDQWR SDUD ODV FRQ¿JXUDFLRQHV >3ൺඌൺൽඈ [3ൺඌൺൽඈ6ඎൻඈඋൽංඇൺൽൺ@@ FRPR SDUD ODV FRQ¿JXUDFLRQHV >3ൺඌൺൽඈ 0ൺඍඋංඑ [1ඈ3ൺඌൺൽඈ6ඎൻඈඋൽංඇൺൽൺ]]. La hipótesis explicativa que propo0ൺඍඋංඑ nen estas autoras es la de la coexistencia de dos gramáticas (twogrammar hypothesis HQODFRPSHWHQFLDLQIDQWLOTXHGL¿HUHQHQ la realización morfológica del tiempo cero. La pregunta que surge aquí es si una hipótesis de este tenor es viable también en el caso de la variación en la producción lingüística de hablantes adultos. /DVSUHJXQWDVTXHDFDEDPRVGHHQXPHUDUMXVWL¿FDQTXHVHSURFHGDDXQD investigación detallada de estos usos. Ahora bien, al tratarse de fenómenos de variación y de manifestaciones no estándar de la lengua común, estos usos no pueden ser investigados de modo satisfactorio por la vía de la introspección o mediante la interrogación informal de hablantes nativos. Solo los análisis de corpus presentan una vía de acceso adecuada. En este sentido, el reciente corpus Web/dialectos de Mark Davies, que forma parte del Corpus del español, constituye una buena base para nuestro propósito. Se trata de un corpus UHFLHQWHFDWHJRUL]DGRTXHUHÀHMDODVSURGXFFLRQHVGHODVGLIHUHQWHVUHJLRQHV de habla hispana tal como se registran en la Red (prensa, foros, blogs, etc.), asegurando una buena representación de un registro informal. Si bien el fenómeno que nos interesa está documentado en todas las variedades del español contemporáneo, existen indicios de que no tiene la misma extensión, ni las mismas propiedades, en cada una de ellas. Seleccionamos el español de la Argentina para iniciar la investigación porque los estudios variacionistas previos (Sessarego 2008, 2010) muestran que

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en él el fenómeno está muy extendido, pero además parece ser sensible a la semántica del predicado subordinante. Las observaciones que presento en este trabajo se basan en búsquedas HVSHFt¿FDVGHOFRUSXVDSDUWLUGHDOJXQRVSUHGLFDGRVVXERUGLQDQWHVWLSR Aunque solo tienen carácter preliminar, ya que la necesidad de un análisis individual de los ejemplos retarda la también necesaria obtención de resultados cuantitativos sólidos, demuestran el interés del problema y permiten formular algunas conclusiones. 2.2. Los efectos DAR y cómo detectarlos Como se desprende de las preguntas formuladas más arriba, la detección de efectos DAR o de su ausencia es esencial para el problema que WUDWDPRV XQD FRQ¿JXUDFLyQ >3ൺඌൺൽඈ0ൺඍඋංඑ [1ඈ3ൺඌൺൽඈ6ඎൻඈඋൽංඇൺൽൺ]] solo caracteriza un sistema no-CT si no da lugar a efectos DAR. Descartar la presencia de efectos DAR en un cierto número de contextos sería tarea sencilla si, como lo supone Giorgi (2006, 2009) para el italiano, los efectos DAR solo se dieran cuando el predicado subordinante puede ser interpretado como un predicado de comunicación. Sin embargo, como se documenta en RAE/ ASALE (2009: § 24.8p), esta restricción no parece válida en términos absolutos para el español. Por lo tanto, es necesario determinar en los ejemplos individuales si hay o no evaluación con respecto al tiempo de habla. La tarea de determinar si hay o no efectos DAR presenta en el caso de las completivas en subjuntivo dos complicaciones, que provienen respectivamente de la orientación temporal prospectiva de buena parte de los contextos que seleccionan subjuntivos, y de la falta de implicación de existencia de la situación descrita en la subordinada subjuntiva en el mundo actual en parte de estos contextos. Con respecto al primer problema, como se señala en RAE/ASALE (2009: § 24.8n), en un contexto de orientación temporal prospectiva el efecto DAR requiere que la situación descrita en la subordinada sea posterior a la vez al tiempo de la matriz y al tiempo de habla. Contrastan así las posibles interpretaciones temporales de los ejemplos (11a) y (11b) de la manera esquematizada en (12a) y (12b), respectivamente: (11) a. Me recomendaron que la llevara a un psiquiatra. b. Me recomendaron que la lleve a un psiquiatra. [efecto DAR]

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(12) a. Tmatrix ----------------- 7ඁൺൻඅൺ------------- ----------------[LLEVAR AL [LLEVAR AL [LLEVAR AL PSIQUIATRA] PSIQUIATRA] PSIQUIATRA] b. Tmatrix -----------------

7ඁൺൻඅൺ------------- ----------------[LLEVAR AL PSIQUIATRA]

El evento de la subordinada no está ordenado con respecto al momento de habla en el caso del imperfecto de subjuntivo (puede ser anterior, simultáneo o posterior a él), pero sí lo está en el caso del presente de subjuntivo, que al dar lugar a un efecto DAR requiere que la situación descrita en la subordinada sea posterior al momento de habla. Ahora bien, ¿cómo podemos detectar la ausencia de un efecto DAR en tales contextos? Suponemos que no hay efecto DAR cuando la cuestión misma de la ocurrencia del evento descrito en la subordinada ya está zanjada en el momento de habla, no presentándose como una posibilidad abierta aun después del momento de habla. Por lo tanto, consideramos como casos de ausencia de un efecto DAR tanto los casos del tipo de (13a), en los cuales el contexto indica que el evento tuvo lugar antes del momento de habla (la cuestión está zanjada positivamente), como los del tipo (13b), en los cuales el contexto indica que el evento no ocurrió ni ocurrirá (la cuestión está zanjada negativamente). (13) a. Un tío mío conocía a un productor y me dijo que vaya a probar suerte. Hice tres meses de taller y después de un arduo trabajo me dijeron que quedé… (2-1-2017) b. Mi papá cuando venía se cruzó con un patrullero y le dijo que venga pero ese no vino, vino otro. (2-1-2017) También consideramos que no se produce un efecto DAR en aquellos casos en los que el contexto indica que la cuestión está decidida en el moPHQWRGHKDEODVLQHVSHFL¿FDUVLHVWiSRVLWLYDRQHJDWLYDPHQWHGHFLGLGD Así, por ejemplo, no sabemos en (14) si los jugadores siguieron o no la indicación del técnico, pero sabemos que la frase fue pronunciada después GH¿QDOL]DUHOSDUWLGRGHPRGRWDOTXHORKD\DQKHFKRRQRQRVHWUDWDGH una posibilidad abierta después del momento de habla:

ALGUNAS OBSERVACIONES SOBRE EL SUBJUNTIVO

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(14) En el entretiempo el técnico nos pidió que nos paremos bien y que juguemos por abajo. [ARG, ർඋൾൺ, (2912-2016)] 2.3. Resultados obtenidos en las búsquedas de corpus Los predicados subordinantes que seleccionamos para las búsquedas de FRUSXVIXHURQHOHJLGRVGHPDQHUDGHWHQHUUHSUHVHQWDGDODFRQ¿JXUDción [3ൺඌൺൽඈ0ൺඍඋංඑ [1ඈ3ൺඌൺൽඈ6ඎൻඈඋൽංඇൺൽൺ]] con completivas en indicativo (con los verbos decir y creer), y con diferentes tipos de subjuntivo: con subjuntivos intensionales (decir y ordenar dentro de los directivos, conseguir dentro de los implicativos), con subjuntivos de polaridad (decir y creer con inductores negativos) y con subjuntivos factivos (sorprender y gustar)3. Las búsquedas fueron efectuadas según el esquema siguiente: Cuadro 1. Instrucciones de búsqueda

dijo que

+

[Vpres ind], [Vimpf ind], [Vpres subj], [Vimpf subj]

creía que

+

[Vpres ind], [Vimpf ind], [Vpres subj], [Vimpf subj]

ordenó que

+

[Vpres subj], [Vimpf subj]

consiguió que +

[Vpres subj], [Vimpf subj]

sorprendió que +

[Vpres subj], [Vimpf subj]

gustó que

[Vpres subj], [Vimpf subj]

+

La distinción entre subjuntivos intensionales y subjuntivos de polaridad se basa en Quer (1998, 2006). Los subjuntivos intensionales son seleccionados por el predicado subordinante, no se extienden a subordinadas incrustadas en las subordinadas que los contienen, dan lugar a efectos de referencia disjunta entre el sujeto de la subordinada y el de la matriz, e imponen una orientación temporal particular a las completivas que rigen (véase también Laca 2015). Para la noción de subjuntivo factivo, véase RAE/ASALE (2009: §§ 25.3q-t). 3

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/DFRQ¿JXUDFLyQQRFRQFRUGDQWHDSDUHFHHQWRGRVHVWRVFDVRVFRPROR muestran los ejemplos siguientes: (15) a. dijo que este gobierno sigue ensañándose en contra del campo. (2-1-2017) b. creía que solo sirvenODVFRQTXLVWDVFLHQWt¿FDVVREUHODVDOXGVL éstas son accesibles. (4-12-2016) (16) a. me dijo que tome medio vaso de agua con una cucharadita de bicarbonato de sodio. (2-1-2017) b. se ordenó que se profundice la investigación. (21-6-2017) c. consiguió que el barril de petróleo pase de 42 a 70 dólares. (21-2017) (17) a. nadie dijo que sea un invento de Elster. (2-1-2017) b. hace varios años […] dije en una charla que no creía que el campo exista. (4-12-2016) (18) a. me gustó que veas a las casualidades como una oportunidad. (22-6-2017) b. a mí siempre me sorprendió que me consideren un especialista en familias. (22-6-2017) Sin embargo, la frecuencia de la construcción no concordante con resSHFWR D OD FRQ¿JXUDFLyQ FRQFRUGDQWH GL¿HUH VHJ~Q ORV FDVRV \ WDPELpQ GL¿HUHODSUHVHQFLDRDXVHQFLDGHHIHFWRV'$5FRQODFRQVWUXFFLyQQRFRQcordante. En primer lugar, hay que señalar que dentro de las completivas indicaWLYDVODFRQ¿JXUDFLyQ>3ൺඌൺൽඈ0ൺඍඋංඑ [1ඈ3ൺඌൺൽඈ6ඎൻඈඋൽංඇൺൽൺ]] es claramente más frecuente con decir, en la que su frecuencia es comparable o supeULRUDODGHODFRQ¿JXUDFLyQ>3ൺඌൺൽඈ0ൺඍඋංඑ [1ඈ3ൺඌൺൽඈ6ඎൻඈඋൽංඇൺൽൺ]], que con creer, en la que solo aparece en 58 casos de 1017 recogidos4. Este primer resultado coincide con las observaciones formuladas en උൺൾൺඌൺඅൾ (2009: †x DFHUFDGHODHVFDVDIUHFXHQFLDGHHVWDFRQ¿JXUDFLyQFRQSUHGLFDdos de actitud proposicional frente a su frecuencia con verbos de comunicación. 4 Las búsquedas arrojan un número de resultados muy alto para decir en indicativo (8038 para el patrón no concordante, 6133 para el patrón concordante), que no han podido ser revisados manualmente en su totalidad para descartar casos no pertinentes y tokens repetidos porque el mismo texto aparece en varias fuentes diferentes.

ALGUNAS OBSERVACIONES SOBRE EL SUBJUNTIVO

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(QORTXHFRQFLHUQHDODVFRPSOHWLYDVHQVXEMXQWLYRODFRQ¿JXUDFLyQ [3ൺඌൺൽඈ0ൺඍඋංඑ [1ඈ3ൺඌൺൽඈ6ඎൻඈඋൽංඇൺൽൺ]] es muy escasa con los subjuntivos de polaridad subordinados a creer (dos casos de un total de 66; 3,03 %), y claramente más frecuente con los subjuntivos intensionales y con los subjuntivos factivos. Así, ordenar arroja 102 casos de un total de 323 (31,5 %) y conseguir 36 de un total de 164 (21,9 %) dentro de los subjuntivos intensionales. Dentro de los subjuntivos factivos, gustar arroja 27 casos de un total de 67 (40,3 %), y sorprender 28 de un total de 97 (28,8 %). Nótese que de estos predicados subordinantes, solo ordenar es un verbo de comunicación. Sorprender y gustar son predicados de actitud proposicional y conseguir ni siquiera es un predicado de actitud proposicional. El factor TXHIDYRUHFHODFRQ¿JXUDFLyQ>3ൺඌൺൽඈ0ൺඍඋංඑ [1ඈ3ൺඌൺൽඈ6ඎൻඈඋൽංඇൺൽൺ]] con las completivas indicativas, a saber, que se trate de un verbo de comunicación, QRSDUHFHMXJDUQLQJ~QSDSHOHQODIUHFXHQFLDGHHVWDFRQ¿JXUDFLyQFRQ subjuntivos intensionales y factivos. (QFXDQWRDODDXVHQFLDGHHIHFWRV'$5HQODFRQ¿JXUDFLyQ>3ൺඌൺൽඈ [1ඈ3ൺඌൺൽඈ6ඎൻඈඋൽංඇൺൽൺ]], se recogen para los subjuntivos intensionales 0ൺඍඋංඑ toda una serie de casos en los que la cuestión está claramente zanjada en el momento de habla:   DOD¿VFDOGHODMXULVGLFFLyQGH$OGDOJDOi0DUWKD1LHYDordenó que se le realicen a la niña los exámenes médicos de rigor, que indicaron claramente que la niña había sido víctima de reiterados abusos. (21-6-2017) b. cuando me tocó jugar en la Copa Libertadores Sub 20 él me dijo que vaya y ponga lo mejor. Luego me preguntó cómo me fue. (2-1-2017) c. solo me dijo que tome Ibuprofeno 400, cosa que no va a pasar porque es de nena. (2-1-2017)  GFRQ¿UPyODLGHQWLGDGGHORVTXHHVWDEDQDUPDGRV\consiguió que uno de los protagonistas dibuje un croquis con la posición de las mesas. (2-1-2017) e. se realizó otra conferencia en la que se consiguió que el rector Ben MDPtQ.XFKHQdiserte a favor de la Ley de la Igualdad. (2-1-2017) Igualmente, se recogen subjuntivos factivos en los que la situación descrita en la subordinada subjuntiva en presente es anterior y no se prolonga hasta el momento de habla:

232

BRENDA LACA

(20) a. era una de las grandes favoritas con 14 nominaciones. Por eso no sorprendió que se lleve el Martín Fierro de Oro, ni sus otras siete estatuillas. (22-6-2017) b. ¿lo sorprendió que el diputado Bruera pida que se apaguen las cámaras? (22-6-2017) c. para mí el se hizo muchos tatuajes, y no me gustó mucho que se haga taaaantos tatuajes. (22-6-2017) d. noté que me miraba de una forma extraña y como que me gustó que me mire así. (22-6-2017) Por el contrario, no se registran casos de ausencia de efectos DAR en los escasos subjuntivos de polaridad subordinados a creer y decir que ejemSOL¿FDQHOSDWUyQ>3ൺඌൺൽඈ0ൺඍඋංඑ [1ඈ3ൺඌൺൽඈ6ඎൻඈඋൽංඇൺൽൺ]]. En estos casos, la situación descrita en la subordinada es contemporánea al momento de habla:   DKDEtDD¿UPDGRHQGLiORJRFRQ3(5),/TXHQRcreía que esté en riesgo la libertad de expresión en la resolución por la Ley de Medios. (4-12-2016) b. hace varios años […] dije en una charla que no creía que el campo exista. (4-12-2016) c. pero quién dijo que esto sea malo. (2-1-2017) d. nadie dijo que sean productores. (2-1-2017) e. nadie dijo que sea un invento de Elster. (2-1-2017) Tampoco se documentan ejemplos de ausencia de efectos DAR en una muestra aleatoria de 110 casos de completivas en indicativo subordinadas al verbo decir TXH HMHPSOL¿FDQ HO SDWUyQ >3ൺඌൺൽඈ0ൺඍඋංඑ [1ඈ3ൺඌൺൽඈ ]]. En todos los ejemplos examinados, la situación descrita en la 6ඎൻඈඋൽංඇൺൽൺ subordinada persiste en el momento de habla: (22) a. El letrado dijo que en igual situación se encuentra el gasista Carlos García. Estamos pendientes de eso. (2-1-2017) b. El arquero titular de Rosario Central dijo que se lleva muy bien con su compañero que ahora es suplente. (2-1-2017) Por último, hay que señalar que la construcción en la que aparecen coordinados un presente de subjuntivo con un imperfecto de subjuntivo solo se documenta en este orden, y aparece exclusivamente con subjuntivos intensionales:

ALGUNAS OBSERVACIONES SOBRE EL SUBJUNTIVO

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(23) a. me dijo que disfrute el partido y que estuviera tranquilo. (2-1-

2017) b. me dijo que me suba a el taxi con él y me fuera a su casa. (2-1-2017) c. toda esta batería de medidas no consiguió evitar la caída de reservas, pero sí consiguió que la gente huya de eso más aceleradamente y se refugiara en el blue. (2-1-2017) d. y así como les ordenó que se SXUL¿TXHQy se preparasen para el día siguiente. (21-6-2017) e. entonces Millán enfurecido, ordenó que lo cuelguen y lo dejaran en esa posición. (21-6-2017) Los resultados obtenidos, que, reiteramos, solo tienen carácter preliminar, permiten adelantar una respuesta a las dos primeras preguntas que formulábamos más arriba. En la variedad estudiada, la violación de OD FRQFRUGDQFLD WHPSRUDO FRQVWLWXLGD SRU ODV FRQ¿JXUDFLRQHV >3ൺඌൺൽඈ [1ඈ3ൺඌൺൽඈ6ඎൻඈඋൽංඇൺൽൺ]] presenta dos patrones bien diferenciados, en 0ൺඍඋංඑ los que las completivas de indicativo y de subjuntivo de polaridad se comportan de un modo, y las que contienen subjuntivos intensionales y factivos de otro. (QHOSULPHUSDWUyQODFRQ¿JXUDFLyQHVWiVLHPSUHDVRFLDGDDHIHFWRV DAR y predomina en los entornos en los que se trata de verbos de comunicación. Este patrón es el que caracteriza a los sistemas CT. En el segundo SDWUyQODFRQ¿JXUDFLyQSXHGHDSDUHFHUVLQHIHFWRV'$5\QRHVVHQVLEOH a la diferencia entre verbos de comunicación y otros. Este es el patrón que caracteriza a los sistemas no-CT. El fenómeno que hemos estudiado puede analizarse como una pérdida del valor deíctico del presente del subjuntivo, que no afecta por igual al presente de indicativo. Pero la pérdida del valor deíctico del presente de subjuntivo no se da en todas las completivas de subjuntivo: tiene su foco claramente en los subjuntivos intensionales y factivos, y no afecta a los subjuntivos de polaridad. No se trata de una variabilidad más o menos anárquica con respecto a las reglas de concordancia temporal, sino de un cambio lingüístico en curso que se expande en el dominio de los subjuntivos intensionales y factivos. En una primera fase de esta investigación, habíamos partido de la hipótesis de que el fenómeno se producía en las completivas de subjuntivo intensional, que presentan algunos síntomas de WHQHUXQDDUTXLWHFWXUDIXQFLRQDOGH¿FLWDULD HQSDUWLFXODUHOHIHFWRGHUHIH-

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BRENDA LACA

rencia disjunta). Sin embargo, la frecuencia comparable o aun mayor con la que aparece en las completivas factivas, de las que no puede sospecharse TXH WHQJDQ XQD DUTXLWHFWXUD IXQFLRQDO GH¿FLWDULD GD SRU WLHUUD FRQ HVWD hipótesis. En el modo subjuntivo de la variedad estudiada coexiste un sistema CT, en el que la realización morfológica del tiempo cero es un imperfecto, con un sistema no-CT incipiente, en el que la realización morfológica del tiempo cero es un presente. Los hablantes de estas variedades —al igual que los niños que adquieren el francés como L1 según la hipótesis de Demirdache y Lungu (2008, 2011) con respecto al indicativo—, poseen y actualizan en lo que concierne a la morfología de subjuntivo por lo menos dos gramáticas distintas, una que coincide con el sistema CT del estándar de la lengua común, y otra en la que el presente de subjuntivo no es deíctico. Si se trata, como lo suponemos, de un proceso de cambio lingüístico, esta situación de FRPSHWHQFLDHQWUHJUDPiWLFDVGLIHUHQWHVTXHSXHGHSRQHUVHGHPDQL¿HVWR incluso dentro de los límites de una misma oración —cf. ejemplos (23a-e) más arriba—, no tiene nada de extraordinario. &ඈඇඌංൽൾඋൺർංඈඇൾඌൿංඇൺඅൾඌ Partiendo de la interpretación morfológica de la diferencia entre sistemas con y sin concordancia temporal propuesta por Demirdache y Lungu (2008, 2011), según la cual esta diferencia reside en la realización morfológica del tiempo cero semántico (imperfecto en un sistema CT, presente en un sistema no-CT), presentamos en este trabajo un primer estudio de la distribución y GHODLQWHUSUHWDFLyQGHODVFRQ¿JXUDFLRQHVQRFRQFRUGDQWHVHQXQDYDULHGDG regional del español, la de Argentina. El resultado principal que obtuvimos HVTXHODVFRQ¿JXUDFLRQHV>3ൺඌൺൽඈ0ൺඍඋංඑ [1ඈ3ൺඌൺൽඈ6ඎൻඈඋൽංඇൺൽൺ]] sin efectos DAR, es decir, las que corresponden a un sistema no-CT, solo se documentan con subjuntivos intensionales y con subjuntivos factivos. Este resulWDGRHVORVX¿FLHQWHPHQWHLQWHUHVDQWHFRPRSDUDVXVFLWDULQYHVWLJDFLRQHV XOWHULRUHVVXVFHSWLEOHVGHYDOLGDUORLQYDOLGDUORRUH¿QDUOR3RUORSURQWRHO comportamiento diferente de las completivas con subjuntivo de polaridad SDUHFHFRQ¿UPDUODSHUWLQHQFLDGHODGLVWLQFLyQWULSDUWLWDHQWUHVXEMXQWLYRV de polaridad, subjuntivos intensionales y subjuntivos factivos.

ALGUNAS OBSERVACIONES SOBRE EL SUBJUNTIVO

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5ൾൿൾඋൾඇർංൺඌൻංൻඅංඈ඀උගൿංർൺඌ 'ൺඏංൾඌ0ark [en línea]: Corpus del español 'ൾආංඋൽൺർඁൾ, Hamida y Oana /ඎඇ඀ඎ (2008): “Sequence of Tense in (French) Child Language”, en Linguistic Variation Yearbook, vol. 8, pp. 101-130. — (2011): “Zero-tense vs. indexical construals of the present in French L1”, en Renate Musan y Monika Rathert (eds.), Tense across Languages. Berlin: Mouton De Gruyter, pp. 233-256. *ංඈඋ඀ං, Alessandra (2006): “A syntactic way to subjunctive”, en University of Venice WpiL, vol. 16. — (2009): “Toward a syntax of the subjunctive mood”, en Lingua, vol. 119, pp. 1937-1858. .උൺඍඓൾඋ, Angelika (1998): “More Structural Analogies between Pronouns and Tenses”, en Devon Strolovich y Aaron Lawson, Proceedings of SALT VIII, pp. 92-110. Recuperado de . /ൺർൺ, Brenda (2015): “On the temporal orientation of intensional subjunctives”, en Jacqueline Guéron (ed.), Sentence and Discourse. Hommage to Carlota Smith. Oxford: Oxford University Press, pp. 23-44. 3ංർൺඅඅඈ, Carme (1984/1990): “El nudo FLEX y el parámetro de sujeto nulo”, en Ignacio Bosque (ed.), Indicativo y subjuntivo. Madrid: Taurus, pp. 202-233. 4ඎൾඋ Josep (1998): Mood at the Interface. Utrecht: University of Utrecht. Tesis doctoral. — (2006): “Subjunctives”, en Martin Everaert y Henk van Riemsdijk (eds.), The Blackwell Companion to Syntax. Oxford: Blackwell, vol. 6, pp. 660-684. 5ൺൾ [en línea]: Corpus de referencia del español 5ൺൾ$ඌൺඅൾ(2009): Nueva gramática de la lengua española. Madrid: Espasa-Calpe. 6ൾඌඌൺඋൾ඀ඈ, Sandro (2008): “Spanish Concordantia Temporum: an old issue, new solutions”, en 4th International Workshop on Spanish Sociolinguistics. Somerville: Cascadilla Press. — (2010): “Temporal concord and Latin American Spanish Dialects: A Generic Blueprint”, en Revista Iberoamericana de Lingüística, vol. 5, pp. 137-169.

PREDICACIÓN Y ATRIBUCIÓN DENTRO DE LAS FRASES PREPOSICIONALES1* Pascual José Masullo Universidad Nacional de Río Negro, Bariloche

,ඇඍඋඈൽඎർർංඬඇ En este trabajo examinamos construcciones preposicionales del tipo a ojos cerrados, a calzón quitado, a mano alzada, FRQPDQR¿UPH, etc. El SUREOHPDTXHHQHOODVVHSODQWHDHVVLHOPRGL¿FDGRUGHOQRPEUHHVSUHdicativo o atributivo, ya que en frases preposicionales casi equivalentes, como en con los ojos cerrados, con la mano levantada y similares, la frase adjetival es claramente predicativa. De hecho, según Hernanz y Suñer (1999), en ambos casos la preposición toma como complemento una construcción absoluta o cláusula mínima en la que la frase nominal es sujeto y la frase adjetival funciona como su predicado. En cambio, proponemos aquí un análisis diferente. Argumentamos que se trata de frases preposicionales, generalmente encabezadas por una preposición liviana, por ejemplo, a o de, que toma como complemento y ulteriormente incorpora una frase nominal desnuda, o sea, sin determinante, la que a su vez incluye un adjetivo FRPRPRGL¿FDGRU(VGHFLUSURSRQHPRVODHVWUXFWXUD>D>PDQR>DO]DGD@@@ en lugar de [a [[mano] [alzada]]], en la que el adjetivo es atributivo y no predicativo. Nuestro análisis se fundamenta en argumentos empíricos y teóricos que se desarrollan a lo largo del trabajo. Para Ángela, con quien compartimos la misma pasión por la gramática; por las largas veladas en su casa de Los Aromos, en las que desentrañábamos las maravillas ocultas del lenguaje. 1

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PASCUAL JOSÉ MASULLO

3උൾൽංർൺඍංඏඈඌൽൾඇඍඋඈൽൾඅൺൿඋൺඌൾඏൾඋൻൺඅ Para poder comprender mejor la estructura interna de frases como a ojos cerrados, a mano alzada, a puertas cerradas, de capa caída, etc. y contrastarlas con sus cuasi equivalentes con los ojos cerrados, con la mano alzada, o similares como con el sombrero puesto, conviene establecer un paralelo con lo que sucede en las frases verbales. En general, no resulta difícil distinJXLUGHQWURGHHVWDVORVXVRVSUHGLFDWLYRVGHORVDWULEXWLYRVGHPRGL¿FDGRUHV (típica pero no exclusivamente frases adjetivales y preposicionales)2. A grandes rasgos, las frases usadas predicativamente son constituyentes seleccionados por el verbo, mientras que las atributivas funcionan FRPR PRGL¿FDGRUHV GHQWUR GH XQD IUDVH QRPLQDO FRPR VH HMHPSOL¿FD en (1) y (2): (1) El profesor considera a su tesista *(muy inteligente). (= El profesor considera *(muy inteligente) a su tesista.) (2) El profesor consideró la (interesante) propuesta. En (1) muy inteligente está legitimado por el verbo considerar (= penVDUFUHHU TXHVHOHFFLRQDXQFRQWHQLGRSURSRVLFLRQDORPiVHVSHFt¿FDmente, una predicación y no una entidad. De hecho, (1) puede parafrasearVHPHGLDQWHXQDFOiXVXODVXERUGLQDGD¿QLWDEl profesor considera que su tesista es muy inteligente. Es por ello que el predicativo no es facultativo. Por el contrario, en (2) considerar selecciona una entidad realizada por XQDIUDVHQRPLQDO\DTXHVLJQL¿FDH[DPLQDURHVWXGLDUGHDKtTXHOD frase adjetival no pueda estar seleccionada por el verbo, o sea que se trata de una frase atributiva optativa dentro de la frase nominal. Por otra parte, en algunos casos hallamos ambigüedad, como en El profesor bebió el café frío. Los marcadores de frase de los ejemplos (3) y  FDSWDQFRQFODULGDGODDPELJHGDGHVWUXFWXUDODOXGLGD ODVÀHFKDV en (4) indican que la posición de los constituyentes dentro de la frase verbal es intercambiable)3. Además de la posición que las frases predicativas pueden ocupar dentro de la frase verbal, se han empleado otras pruebas para distinguirlas de Utilizamos aquí la terminología tradicional. Vaya mi agradecimiento especial a Emiliano Garcilazo por su invalorable colaboración en la diagramación de los marcadores de frase usados en este trabajo. 2

3

PREDICACIÓN Y ATRIBUCIÓN

(3)

239

O

FN

FV

Det

N

el

profesor

FN

V

N

bebió Det

el

(4)

N

FA

café

frío

O FN

FV

Det

N

el

profesor

FA

V'

V

A

FN

bebió Det el

N

frío

café

las atributivas, pruebas que podemos obviar en este trabajo. Asimismo, recordamos al lector que los predicativos pueden funcionar como complementos o adjuntos y pueden predicarse tanto del sujeto de la oración como del objeto, como se ilustra a continuación (para un estudio detallado, véase Demonte y Masullo 1999): (5) Los alumnos quedaron exhaustos. (ർඈආඉඅൾආൾඇඍඈ ඉඋൾൽංർൺඍංඏඈ ඌඎൻඃൾඍංඏඈ) (6) El profesor dejó exhaustos a los alumnos. (ർඈආඉඅൾආൾඇඍඈඉඋൾൽං ർൺඍංඏඈඈൻඃൾඍංඏඈ) (7) Los alumnos escuchaban atentos. (ൺൽඃඎඇඍඈඉඋൾൽංർൺඍංඏඈඌඎൻඃൾඍංඏඈ) (8) Los alumnos encontraron ebrio al profesor. (ൺൽඃඎඇඍඈඉඋൾൽංർൺඍංඏඈ ඈൻඃൾඍංඏඈ) Sin embargo, estas distinciones resultan en principio irrelevantes para las construcciones preposicionales que estamos tratando aquí: dentro de ellas no se da la distinción sujeto-objeto, ni la distinción complemento-adjunto.

240

PASCUAL JOSÉ MASULLO

&ൺඋගർඍൾඋൾඌඉൾർටൿංർඈൽൾඅඈඌඌඎඃൾඍඈඌൽൾඅൺඉඋൾൽංർൺർංඬඇ Es bien sabido que en general los sujetos de la predicación (en sentido DPSOLR GHEHQVHUHVSHFt¿FRV'HDKtODDQRPDOtDGHRUDFLRQHVFRPRODV siguientes: (9) *Refuerzos llegaron. (Cf. Llegaron refuerzos) (10) *Un problema surgió. (Cf. Surgió un problema) Esta restricción se aplica no solo a la predicación primaria, sino también a la predicación secundaria. Como muestran las oraciones (1), (2) y (5)-(8) precedentes, la frase nominal (FN) que toma un complemento o adjunto SUHGLFDWLYRHVGH¿QLGD([SOLFDPRVDVtODVVLJXLHQWHVDJUDPDWLFDOLGDGHV (11) *El profesor considera inteligente un tesista. ()1ංඇൽൾൿංඇංൽൺඇඈ ൾඌඉൾർටൿංർൺ) (12) El profesor considera inteligente a un tesista que tuvo en un seminario especial. ()1ංඇൽൾൿංඇංൽൺൾඌඉൾർටൿංർൺ) 6LJXLHQGRHVWHFULWHULRODVIUDVHVLQGH¿QLGDVFRQYDORUSDUWLWLYRVtSXHden ser sujeto de predicación (primaria o secundaria), ya que también son HVSHFt¿FDV YHUQXHYDPHQWH'HPRQWH\0DVXOOR  (13) María tiene vendada una mano/una mano vendada (= una de sus dos manos). Es sabido, además, que la selección semántica verbal incluye rasgos IXQFLRQDOHVFRPRHVSHFt¿FRGH¿QLGR\JHQpULFR$VtPLHQWUDVhallar es FRPSDWLEOHFRQXQWHPDLQGH¿QLGRHVSHFt¿FRbuscar y necesitar, al ser YHUERVLQWHQVLRQDOHVDVLJQDQSRUGHIHFWRXQDLQWHUSUHWDFLyQQRHVSHFt¿FD DVXVFRPSOHPHQWRVLQGH¿QLGRVGHDOOtORVVLJXLHQWHVFRQWUDVWHV (14) Hallaron tirado en la calle a un hombre borracho. (15) a. Se busca(n)/necesita(n) personas solteras para este trabajo (solteras solo puede ser atributivo). b. *Se busca(n)/necesita(n) solteras personas para este trabajo (la interpretación predicativa no es posible). Es por la misma razón que un sintagma nominal desnudo tampoco puede ser sujeto de un predicado secundario. Por ejemplo, en Juan comió

PREDICACIÓN Y ATRIBUCIÓN

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carne cruda, cruda solo puede ser atributivo. Las oraciones Juan comió cruda ayer carne y Juan comió carne ayer cruda son por tanto agramaticales, ya que por su posición sintáctica cruda solo puede ser predicativo4. 0iVHMHPSORVGHOFRQWUDVWHHVSHFt¿FRQRHVSHFt¿FRVHSURSRUFLRQDQD continuación: (16) a. María bebió fría la gaseosa. b. *María bebió frías gaseosas. (Cf. María bebió gaseosas frías, en la que frías es atributivo) (17) a. Mis vecinos compraron muy barato su auto. b. *Mis vecinos compraron muy baratos autos. (Cf. Mis vecinos compraron autos muy baratos, en la que muy baratos es atributivo) 6LJXLHQGRFRQODLGHDGHTXHODVSUR\HFFLRQHVQRPLQDOHVLQHVSHFt¿FDV no pueden tomar un predicativo, contrastemos los siguientes pares que involucran partes del cuerpo: (18) a. Juan tiene ojos azules./*Juan tiene azules ojos. b. Juan tiene los ojos azules./Juan tiene azules los ojos. (19) a. María tiene pelo lacio./*María tiene lacio pelo. b. María tiene el pelo lacio./María tiene lacio el pelo. 6LELHQDORV¿QHVSUDJPiWLFRV D \ E SXHGHQVHUHTXLYDOHQWHV\WHQHU la misma distribución sintáctica o sintaxis externa, cada oración se corresponde con una estructura distinta, como lo muestra el encorchetamiento en (20), es decir, su sintaxis interna es bien diferente: (20) a. Juan [tiene [ojos azules]] (ൺඍඋංൻඎർංඬඇ) b. Juan [tiene [los ojos] [azules]] (ඉඋൾൽංർൺർංඬඇ) /DFRQGLFLyQGHHVSHFL¿FLGDGVREUHODSUHGLFDFLyQUHVXOWDIXQGDPHQWDO a la hora de establecer la estructura de las frases que nos ocupan (ya sea fosilizadas e idiomáticas, o productivas y composicionales), como a ojos cerrados, a cara descubierta, FRQPDQR¿UPH, frente a con los ojos cerraVer Masullo (1996), quien propone una explicación en términos de la relación de mando-c que se ve impedida por la incorporación del nombre desnudo. 4

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PASCUAL JOSÉ MASULLO

dos, con la cara descubierta y FRQODPDQR¿UPH. En las idiomáticas, casi siempre hallamos frases nominales desnudas, no así en las productivas. Al igual que lo que hallamos en el dominio verbal, si bien parecen equivalentes, argumentamos aquí que su estructura interna es distinta, como lo capta la siguiente proporción: (21) tener pelo lacio : tener el pelo lacio :: a cara descubierta : con la cara descubierta 3උൾඉඈඌංർංඈඇൾඌඊඎൾඌൾඅൾർർංඈඇൺඇർඅගඎඌඎඅൺඌආටඇංආൺඌ La preposición con (y su opuesto sin) son dignas de atención. Además de asignar papeles temáticos de instrumento y compañía, pueden seleccionar una circunstancia concomitante del evento o situación principal expresada por la oración: (22) Con este viento/calor/frío, es imposible salir. (23) Con el nuevo supervisor, las relaciones laborales seguro mejorarán. Lo interesante es que dicha circunstancia puede estar expresada no solo por una frase nominal (que expresa un evento escondido), sino también por una construcción absoluta o cláusula mínima, como vemos abajo, en la que la cláusula relativa de (24) y la frase preposicional de (25) no cumplen una función atributiva, sino predicativa (ver Hernanz y Suñer 1999, entre otros): (24) Con la lluvia que no para, es imposible salir. (25) Con el nuevo supervisor a cargo, las relaciones laborales seguro mejorarán. Nótese que si la frase nominal que expresa la circunstancia no es espeFt¿FDQRSXHGHKDEHUFRQVWUXFFLyQDEVROXWDHQOtQHDFRQODFRQGLFLyQGH HVSHFL¿FLGDGVREUHODSUHGLFDFLyQVHxDODGDDQWHULRUPHQWH (26) Con viento/nieve/lluvia, no conviene salir de noche. (27) *Con lluvia que no para, no conviene salir de noche.

PREDICACIÓN Y ATRIBUCIÓN

243

En (28) mostramos la estructura de estas frases preposicionales mediante encorchetamiento: (28) [Con [[la lluvia] [que no para]]], nos tendremos que quedar en casa. Este tipo de construcción es sumamente productivo: (29) (30) (31) (32)

Sin María al frente del proyecto/a cargo/como supervisora… Lo pescaron con las manos en la masa. María llegó con las manos vacías. Me recibieron con los brazos abiertos.

Tomemos el ejemplo (31): la FP con las manos vacías es un predicativo (adjunto, en este caso) de María; a su vez, dentro de la frase preposicional, vacías es predicativo de manos, con el que forma una cláusula mínima. En cambio, aun cuando puedan resultar equivalentes desde un punto de vista pragmático, María llegó con manos vacías tiene una estructura mucho más simple: vacíasHVXQDIUDVHDGMHWLYDOXVDGDFRPRPRGL¿FDGRUGHmanos, es decir, atributivamente5. Insistimos entonces en la distinción estructural entre las oraciones de (a) y (b) que se enumeran a continuación. Aunque VXVLQWD[LVH[WHUQDSXHGDVHUHTXLYDOHQWHVXHVWUXFWXUDLQWHUQDGL¿HUHGUiVticamente. Mientras que en las primeras el elemento subrayado es un moGL¿FDGRUDWULEXWLYRHQODVVHJXQGDVVHWUDWDGHOSUHGLFDGRGHXQDFOiXVXOD mínima: (33) a. Me miró con cara sonriente. b. Me miró con la cara sonriente. (34) a. Hay que andarse con pie de plomo. b. No hay que andar con los pies descalzos. (35) a. El disertante habló a viva voz/con voz engolada. b. El disertante habló con la voz engolada.

5 En italiano estas construcciones muestran un orden interesante: el predicado de la cláusula mínima precede a su sujeto: (i) Il cavaliere arrivò con in mano un regalo per la regina. Lit. El caballero llegó con en mano un regalo para la reina. “El caballero llegó con un regalo para la reina en mano.”

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'HEHPRVUHFDOFDUDVLPLVPRTXHQRVLHPSUHVHQHFHVLWDGHXQPRGL¿FDdor, sea este atributivo o predicativo. De ser obligatorio (en particular, con las partes del cuerpo), será por requerimientos pragmáticos (informativos, más precisamente), pero no sintácticos: 36

a. *María vino con las manos. b. María vino con las manos vacías. 37. a. *María llegó con (la) cara. (Con cara es correcta con interpretación idiomática, i.e., con mala cara) b. María llegó con (la) cara sonriente.

De hecho, un sintagma nominal desnudo puede aparecer por sí solo en casos como los siguientes: a ojo (= sin precisión), a mano (= manualmente), a pie (= caminando), a pulmón (= con esfuerzo), a pelo (= sin montura), etc., ya que, al ser implícitamente contrastivo, tiene valor informativo VX¿FLHQWH'HLJXDOPRGRQRVHUHTXLHUHGHPRGL¿FDGRUHQMe empujó con el brazo, Se abrió paso con los codos, Frenó la pelota con el pecho. /ඈർඎർංඈඇൾඌඉඋൾඉඈඌංർංඈඇൺඅൾඌൿඈඌංඅංඓൺൽൺඌ Además de frases como con (la) cara sonriente, con (las) manos sudadas —productivas y semánticamente transparentes—, el español, al igual que sus lenguas hermanas, contiene un alto número de frases preposicionales fosilizadas e idiomáticas, es decir, con semántica opaca o no composicional. La gran mayoría está encabezada por la preposición liviana a, la que cubre una familia de sentidos: manera, medio, instrumento (ver sección 6), aunque otras están encabezadas por de, en y con En general, la frase nominal contiene un adjetivo (o participio adjetivado), que puede VHUSRVQRPLQDORSUHQRPLQDO(OPRGL¿FDGRUWDPELpQSXHGHVHUXQDIUDVH preposicional. El hecho de que muchas incluyan una parte del cuerpo es digno de mención. Además, presentan idiosincrasias de distinto tipo, por lo que en esta área la sintaxis debe complementarse con estudios lexicoJUi¿FRV6HHVSHUDSRURWUDSDUWHYDULDFLyQHQGLVWLQWRVQLYHOHVGLDWySLFR diacrónico, diastrático, etc., así como entre las distintas lenguas romances6. A continuación proveemos listas para cada tipo o patrón: Por ejemplo, mientras que en italiano se puede decir a capo chino, a testa bassa y a bocca aperta, no encontramos sus equivalentes en español: *a cabeza gacha/inclinada, *a cabeza baja, *a boca abierta (cf. con la cabeza gacha/baja/inclinada, con la boca abierta). 6

PREDICACIÓN Y ATRIBUCIÓN

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,3UHSRVLFLyQQRPEUHGHVQXGRPRGL¿FDGRSRUDGMHWLYRSRVSXHVWR A brazo partido, a sangre fría, a mano armada, a cara descubierta, a sala llena, a cartón lleno, a pasos agigantados, a paso redoblado, a paso ligero, a paso vivo, DSDVR¿UPHDIXHJROHQWRDIXHJRPRGHUDGRDWURPSDGDOLPSLDDFDFKHWDGD limpia, a cachetazo limpio, a patada limpia, a sopapo limpio, a mano limpia, a carcajada limpia, a moco tendido, a mandíbula batiente, a corazón abierto, a cielo abierto, a calzón quitado, a pata ancha, a ojos cerrados, a mano abierta, a puertas cerradas, a paquete cerrado, a mano suelta, a grito pelado, a mano al]DGDDIRMDFHURDFLHQFLDFLHUWDDFDUDODYDGDDSLH¿UPHDUHQJOyQVHJXLGR a pata suelta, a galope tendido, a libro abierto, a vuelo rasante, a mano abierta, de brazos cruzados, de capa caída, en voz alta/baja, en cámara lenta, en carne viva, en carne propia, en términos generales, en caída libre, en línea recta, en SXQWRPXHUWRHQVHQWLGRRSXHVWRFRQWUDULRFRQPDQR¿UPHGXUD

Señalamos que este grupo incluye muchas frases nominales desnudas FRQSDUWLFLSLRFRPRPRGL¿FDGRUGHDKtODSUHIHUHQFLDSRUODSRVPRGL¿FDFLyQ&RPRVDEHPRVORVSDUWLFLSLRVVRQUHDFLRVDODSUHPRGL¿FDFLyQ a abierta mano, *de cruzados brazos, etc. ,,3UHSRVLFLyQQRPEUHGHVQXGRPRGL¿FDGRSRUDGMHWLYRRFXDQWL¿FDGRU antepuesto: A media máquina, a toda máquina, a todo trapo, a máxima velocidad, a media luz, a viva voz, a raudo vuelo, a grandes rasgos, a grandes trazos, a plena luz del día, a largo plazo, a corto plazo, a duras penas (cf. apenas), a simple vista, DSULPHUDYLVWDDVROD¿UPDDSXUDSDVLyQDFXDWURPDQRVDDOWDVKRUDVGH la noche, en franca decadencia, en franca violación de las leyes vigentes, en plena crisis, en plena juventud, en pleno invierno, en pleno cambio, en pleno proceso de cambio, en resumidas cuentas, de buen/mal humor, de mala gana, de buena/mala fe.

,,,3UHSRVLFLyQQRPEUHGHVQXGRPRGL¿FDGRSRUIUDVHSUHSRVLFLRQDO $SDVRGHWRUWXJDDSDVRGHOLHEUHDSDVRGHKRPEUHDERFDGHMDUURDÀRUGH piel, a punta de pistola, a punta de lanza, a punta de cañón, a cara de perro, a ojo de buen cubero, a vuelo de pájaro, a prueba de bala, con pie de plomo, en pie de guerra, en punta de pie.

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PASCUAL JOSÉ MASULLO

El alto grado de fosilización de estas locuciones se ve en la anomalía que resulta de intentar cambiar mínimamente cualquiera de ellas: a mano alzada, pero no a mano levantada (cf. con la mano levantada); a calzón quitado, pero no con calzón quitado, o con calzón sacado; a viva voz, pero no a voz viva; a raudo vuelo y a vuelo rasante, pero no a vuelo raudo o a rasante vuelo; en franca decadencia, pero no en decadencia franca, o en clara decadencia; a boca de jarro, pero no a boca de jarra, o a boca de cántaro; a punta de lanza, pero no a punta de lanza larga; a cuchillo, pero no DFXFKLOOR¿ORVR (cf. FRQXQFXFKLOOR¿ORVR); y así sucesivamente. No ocurre lo mismo con las frases preposicionales no idiomáticas: con (la) cara sonriente /alegre /triste, con cara de asustado/enojado/ofendido/ preocupado…, con cara de felicidad/asco… En el mismo sentido, y a diferencia de las frases transparentes, muchas de estas locuciones tienen interSUHWDFLyQ¿JXUDGD0LHQWUDVTXHde brazos cruzadosVLJQL¿FDSUHIHUHQWHmente “sin hacer nada”, con los brazos cruzados suele ser interpretada literalmente; mientras que de capa caída no hace referencia a ninguna capa, con la capa caída/sobre los hombros sí lo hace; con los pies descalzos es semánticamente transparente, pero con pie de plomoVLJQL¿FDFRQFDXWHOD7. /DUHODFLyQVHPiQWLFDTXHVHHVWDEOHFHHQWUHHOQRPEUH\VXPRGL¿FDdor en este tipo de locución puede ser de índole diversa, pero con frecuencia es estativa, de ahí la equivalencia semántica entre de capa caída y con el ánimo por el suelo/piso —o entre a pata ancha y con las piernas extendidas; a viva voz y con la voz impostada; a cara lavada y con la cara sin maquillar— y por ende la tentación a asignarles la misma estructura sinWiFWLFD(QFRQFOXVLyQSDUDODVSULPHUDVSURSRQHPRVVLPSOHPRGL¿FDFLyQ atributiva, mientras que para las segundas seguimos el análisis estándar en términos de una cláusula mínima. Una de las razones de peso es el hecho de que en el caso de las locuciones del segundo tipo (a raudo vuelo, a viva voz QRKD\DPELJHGDGHVWUXFWXUDODOJXQDGDGDODSUHPRGL¿FDFLyQ3RU otra parte, sería arbitrario, en el mejor de los casos, proponer que mientras que en estos casos hay atribución, en el primero y en el tercero, con posPRGL¿FDFLyQKD\SUHGLFDFLyQ > >

por (esto) - que para que aun - que

Causal Final Concesivo

La segunda manifestación de este cambio afectó algunos usos de los AGI en la lengua más antigua, véase (9), los cuales fueron reemplazados paulatinamente por subordinadas introducidas por mecanismos de subordinación adverbial menos ambiguos como los esquematizados en (7)7. (9) a. Et [AGI yendo ellos fablando unos con otros]. & [AGI llegando a un pinar que auie y en el camino. & a la entrada del mont]; ouie  URQDXHVTXHOHV¿]LHURQPX\PDORVDJXHURV EE2) 7 (QXQWUDEDMRUHFLHQWH+HUQDQ]\*DOOHJR  GH¿HQGHQTXHORVJHUXQGLRVLQcluyen en su estructura subléxica una preposición de coincidencia central encarnada en el morfema -ndo, la cual sería responsable de que la construcción se interprete en estos casos como un adjunto adverbial. Aunque esta propuesta es sugerente porque permite explicar elegantemente, entre otros comportamientos, la simetría existente entre las subordinadas DGYHUELDOHVFRQHOIRUPDWR3LQ¿QLWLYR\ODVGHJHUXQGLRHQODOHQJXDDFWXDOQRSXHGHH[trapolarse al romance temprano sin hacer algunas precisiones, ya que, en la lengua antigua, algunas preposiciones (sobre todo en), adverbios y también marcadores discursivos podían anteponerse al gerundio, véase Suñer (en curso).

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b. E [AGI aún non gelo preguntando el padre] dixo ella: - Este niño yol fallé en el Nilo ó vinié el agua Ayuso. (GE1)  &උඬඇංർൺൽൾඎඇඈඋං඀ൾඇඉඈඌංൻඅൾඉൺඋൺඅඈඌ඀ൾඋඎඇൽංඈඌൺൻඌඈඅඎඍඈඌ ආൾൽංൾඏൺඅൾඌ A diferencia de los participios absolutos medievales, con respecto a los cuales parece existir en el ámbito románico cierto consenso en considerar que tienen un antecedente latino —véanse Meyer-Lübke (1890-1906: † .HQLVWRQ † /DSHVD >@ (OYLUD (2004: 456) y Suñer (2015: § 2), entre otros8— no ocurre lo mismo con sus correlatos en gerundio. Autores como Elvira (2004: 456) sugieren que las construcciones de participio absoluto, bien asentadas en la lengua desde los inicios, constituyeron un probable modelo para el desarrollo analógico de las de gerundio. En las líneas que siguen desarrollaré esta idea. Los AGI más frecuentes en la lengua antigua son los gerundios sin sujeto expresoTXHVHUH¿HUHQDOGHODSUHGLFDFLyQSULQFLSDOFRPRHQ   (10) a. Et [estando (el abad) una uez a la mesa]; diol ell Abat con su mano un uaso de uidrio. (EE2) b. Et [muriendo se (mi padre)] non me dexo en su muerte cosa del mundo. (GE2) c. Et [non catando (él) la vida njn la muerte] fue buscar por medio de las ondas el cuerpo de ponpeo por sacar le a tierra. (GE5) En los textos antiguos es frecuente que el sujeto y la frase de gerundio aparezcan en posición inicial, lo que plantea problemas de segmentación a los lectores contemporáneos, ya que, como ilustra (11), el sujeto expreso HQFXUVLYDV SXHGHFRUUHVSRQGHUDOJHUXQGLRRELHQDOYHUERÀH[LRQDGRGH la oración principal9. $XQTXHYpDVH/\HU  \  TXLHQGH¿HQGHTXHQRH[LVWHXQDFRQtinuidad estricta entre las construcciones absolutas de participio latinas y las medievales, ya que estas últimas surgieron según este autor por una ampliación de las construcciones adjetivales de circunstancia concomitante. 9 Como los manuscritos carecen de signos de puntuación, es difícil llegar a un acuerdo en este punto. Remito a Muñío Valverde (1995: § 1.1.1) y a Egerland (1999) para valorar 8

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(11) a. ellos partiendo estas ganancias grandes, no·l’ pueden fazer comer un muesso de pan. (Cid) b. Et sus mugieres XH\HQGRVHODVXQDVELEGDV ODVRWUDVVLQ¿MRV las otras sin parientes castigaron los quanto pudieron. (GE2) c. Pentheo ueyendo aquellas uanidades: fue muy sannudo. (GE2) Según Elvira (2004: 457), la contigüidad existente entre el sujeto inicial y el gerundio en ejemplos como los de (11) habría propiciado un reanálisis de la relación existente entre ambos: los hablantes tendieron a interpretar TXHHOJHUXQGLRDG\DFHQWH\QRHOYHUERÀH[LRQDGR TXHVHHQFRQWUDED por lo general, más distante), era el predicado del sujeto expreso. A medida que fue consolidándose la estructura bimembre para los AGI, se hizo más frecuente reiterar el mismo sujeto tanto en el AGI como junto al YHUERSULQFLSDO(QHVWDFRQ¿JXUDFLyQHOVXMHWRGHOYHUERÀH[LRQDGRVXHOH ser un pronombre anafórico que remite al sujeto inicial del gerundio, (12), aunque de forma más ocasional puede repetirse el sujeto literalmente, (13)10. (12) a. Mas [HOQREOH5H\GRQ$O൵RQVRi. Judgando por guisado. de dar. omne alas uezes logar. ala sanna que uiene] puso eli. por ende. atiempo. Tregua con el Rey de los Alaraues. (EE, ejemplo de Elvira 2004: 456) b. Mas [los morosi fallando tierra de Espanna] […] crebantaron ellosi & astragaron toda la yente. (EE) (13) Et [el Rey don Vermudoi aguijando contra ellos. & ellos contra el]; fue y el Rey don Vermudoi ferido de una lança. (EE2) La productividad del esquema bimembre habría permitido incorporar posteriormente en los AGI sujetos que no estaban conectados referencialmente con ninguna expresión nominal de la frase principal, lo que dio lugar a construcciones propiamente absolutas como (14)11. los distintos argumentos en favor de cada una de ambas posturas. 10 La reiteración del mismo sujeto (o de cualquier otro constituyente) es un mecanismo usual en el romance temprano para evitar ambigüedades o para compensar la falta de recursos cohesivos, como en (i), en que el AGI repite literalmente toda la frase anterior, incluido el sujeto. (i) & eli non dira nenguna cosa contra la cartaj. & [eli non diziendo nenguna cosa contra la cartaj]. fore prouada la cartaj. (FAragón) 11 5HFRUGDPRVHQHVWHSXQWRODGH¿QLFLyQGHcláusula absoluta de Bello (1988 [1847]: § 1173), quien, además de destacar que estas construcciones tienen un sujeto propio,

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(14) a. Et [elli yendo por el camino]; FDXDOOHURVGHO5H\GRQ$O൵RQVR que uinien de caçaj uieron las armas de bernaldo y connoscieron las. & ouieron grand miedo. (EE2) b. E [Lameci andando a caça e su moço con él] atravessava Caímj de la una parte del monte a la otra. (GE1) c. E [ellai andando en estas guerras] creció ell niñoj. (GE1) En resumen, los gerundios absolutos y los que no poseen un sujeto expreso constituyen una dicotomía paralela a la distinción establecida entre participios absolutos y participios conjuntos en latín. Entre ambos SDWURQHVVHVLWXDUtDXQFRQWLQXRGHFRQ¿JXUDFLRQHVTXHDOJXQRVDXWRUHV han etiquetado como construcciones semiabsolutas12, cuyo sujeto expreso estaría relacionado anafóricamente con una expresión nominal de la oración principal. En el apartado siguiente defenderemos la hipótesis de que los gerundios con sujeto antepuesto constituyen una ampliación de las dos estructuras básicas de los gerundios sin sujeto expreso y de los gerundios absolutos con sujeto pospuesto. $ඉඎඇඍൾඌඌඈൻඋൾൾඅආൺඋ඀ൾඇංඓඊඎංൾඋൽඈൽൾඅඈඌ඀ൾඋඎඇൽංඈඌආൾൽංൾඏൺඅൾඌ (QODOHQJXDDFWXDOODÀH[LyQGHIHFWLYDGHODVIRUPDVQRSHUVRQDOHVGHO verbo condiciona su interpretación y su combinatoria sintáctica en varios aspectos, entre los cuales destacamos dos. En primer lugar, no tienen la capacidad de constituir enunciados independientes13, sino que deben ser subsidiarias de un dominio oracional que les proporcione los rasgos tempo-aspectuales de los que ellas carecen. En segundo lugar, estas formas no permiten asignar caso nominativo a un sujeto en posición preverbal. Tal comportamiento ha llevado a autores como Hernanz (2011) a proponer TXHHQHOFDVRGHORVLQ¿QLWLYRVVHSUR\HFWDXQDSHULIHULDL]TXLHUGDWUXQFDda que carece de las capas funcionales STópico y SFoco. Lo mismo parece añade que “no tienen conexión gramatical con el resto de la secuencia” (el subrayado es mío). 12 Por ejemplo, Lyer (1932), RAE (1931: 405, 411 y 423) y Martínez (1994: § 6.6). 13 Exceptuando los gerundios libres o independientes que, aparentemente, no están subordinados a una unidad superior, aunque sufren fuertes restricciones contextuales. Sobre este tema, puede consultarse el capítulo 7 de la tesis de Moreno (2014), además de las referencias allí citadas.

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ser válido para los AGI del español actual puesto que no admiten sujetos antepuestos al verbo, (15a), y rechazan dislocaciones a la izquierda con clítico en la oración principal, (15b), y focos contrastivos, (15c). (15) a. *[Yo estando en Italia], murió mi padre. b. *[67ඬඉංർඈ A sus hijos [dándoles Juan todo lo que piden]], comete un error. c. *[SFoco EN COCHE [yendo a la facultad]], se tarda más que a pie. Los datos analizados para este trabajo revelan que los AGI medievales, a diferencia de los de la lengua actual, sí pueden proyectar algunas porciones de su periferia izquierda14, ya que distintos elementos, además de los sujetos, podían anteponerse al gerundio con cierta regularidad en determinados tipos de textos. En este sentido, debe puntualizarse que, si bien los sujetos de los AGI pueden preceder a la forma verbal en todo tipo de registros, la anteposición de otros constituyentes está limitada a determinadas tradiciones discursivas. Es mucho más frecuente que eso ocurra por exigencias del metro y de la rima en textos poéticos, aunque también sucede más esporádicamente en la prosa narrativa de las crónicas, de las biblias romanceadas y de textos jurídicos como los fueros, en la que deben concatenarse distintos hechos que se producen secuencialmente en el tiempo entre los cuales suelen mediar relaciones implicativas de causa-efecto, véase Suñer (2015). 1XPHURVRVDXWRUHVHQWUHORVTXHGHVWDFDQ.HQLVWRQ †  Lapesa (2000 [1964]: 115-116), Cano (1990; 1996-1997), Elvira (1988; 1993-1994; 1996-1997) y Suñer (2015; 2016), han señalado que en la prosa alfonsí los sujetos pronominales tienden a ocupar la primera posición de las construcciones de gerundio y participio para cohesionar el inicio de una oración con el discurso anterior. En efecto, como se ve en (16), el sujeto 14 A esta misma conclusión llega Sitaridou (2009: 40) para el caso de los sujetos anteSXHVWRVGHORVLQ¿QLWLYRVSUHSRVLFLRQDOHVFRPRSRU\RৼD]HUVHUXLFLRDFDVVLR (GE4), en los TXHHVWDDXWRUDLGHQWL¿FDXQUDVJRFRQWUDVWLYR9pDQVHWDPELpQODVSURSXHVWDVGH%HQLQFj (2004; 2006), así como la de Poletto (2014), en favor de la existencia de una periferia izquierda para las cláusulas proyectadas a partir de formas no personales en las distintas lenguas románicas medievales. En este trabajo no exploraremos la posibilidad de que en romance temprano el gerundio no suba hasta la posición más prominente de su periferia izquierda, tal como ocurre en la lengua actual, véase Poletto (2014) para el desarrollo de esta hipótesis. Véase también Suñer (en curso).

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antepuesto del AGI enlaza con una mención previa, lo que nos permite inferir que estas construcciones disponían de una capa funcional equiparable al STópico de la que carecen sus correlatos en siglos posteriores. (16) Ell Obispo Taioni […] fue rogar a los sacristanes de la eglesia de sant Pedro. de Roma. quel dexassen uellar en aquella iglesia […]. E [67ඬඉ eli [estando en oración]] […] uino una grand luz del cielo a colpe & alumbro toda la eglesia. (EE) Este análisis sería coherente con Fernández Ordóñez (2008-2009: 144146), que señala que es característico de la prosa alfonsí situar los tópicos en primera posición, no solo en las oraciones independientes, sino también en algunas subordinadas, especialmente en temporales, condicionales y concesivas, (17). (17) a. [67ඬඉ Abraham] [67ඬඉ cuando oyó que su sobrino era cativo] fue muy triste. (GE1) b. [67ඬඉ Olofernesi] [67ඬඉ quando-li llegaron los principes de la tierra con estos mandados & con esta pleytesia] descendio al llano de las altezas de los montes con su caualleria. (GE4) Como vemos en (17b), el referente del STópico del margen izquierdo puede retomarse en la oración subordinada mediante una copia pronominal (en cursivas), fenómeno que puede ponerse en paralelo con el que se mani¿HVWDHQ  HQTXHHOSURQRPEUHQRPLQDWLYRTXHDFW~DFRPRVXMHWRGHO gerundio remite al tópico que se encuentra al inicio. (18) & este Tarquinio ancianoi [acrescentando eli. el sennorio & el poGHUGH5RPD@9LRFRPRHUDQPHVWHU GREORORV ¿]RGR]LHQWRV senadores. (GE4) Con todo, la capa funcional STópico que proyectan los AGI tiene carácter defectivo, ya que no parece ser recursiva ni tampoco permite alojar la misma variedad de constituyentes que vimos en § 2 para las oraciones FRQYHUER¿QLWR15. Datos como los de (i) permitirían suponer que en la lengua antigua también los objetos pueden dislocarse a la izquierda y ser retomados en el AGI mediante un clítico anafórico. 15

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Por otra parte, la prominencia jerárquica que tienen los sujetos antepuestos de los AGI, (19), frente a los pospuestos, (20), se traduce también en términos discursivos. Mientras que los primeros se vinculan a la capa funcional STópico del AGI y, desde esta posición, pueden remitir —como hemos visto— a una información previa en el discurso y persistir referencialmente en el hilo discursivo posterior, los sujetos pospuestos pueden introducir referentes nuevos que se sitúan en un plano discursivo secundario y que no necesariamente, (20b), reaparecen en las frases siguientes. (19) a. [$*,67ඬඉ [67ඬඉ El Rey Bamba] andando por tierra de Cantabria] llegol mandado muy apresurado de la Gallia gothica. (EE) b. Pues [$*, 67ඬඉ [67ඬඉ Vitiza] seyendo aun uiuo. […]] començo a Regnar el Rey Rodrigo con ell ayuda & el poder que ouo de los Romanos. (EE2) c. [$*,67ඬඉ [67ඬඉ El Emperador] estando en el mayor sossiego […]], pidiéronle por merced que tomasse muger. (Cifar) (20) a. E [AGIDQGDQGR3URVHUSLQDHVXVGRQ]HOODVFRJLHQGRGHODVÀR  UHV@ >«@ 3OXWyQ ¿MR GH 6DWXUQR >«@ YtR D 3URVHUSLQD H IXH enamorado d’ella luego. (GE1) b. e [AGI yendo tú connusco] serémos nós bien guiados e iremos muy bien. (GE1) c. Et [AGI seyendo el en la çibdat de terragona] llegaron ally a el mensageros enbiados de los jndianos. (GE5) Aunque con mucha menor frecuencia que los sujetos, otros constituyentes, como los objetos directos de (21) y determinados tipos de adverbios o SP, (22), pueden anteponerse también al gerundio. (21) a. et, [tales cosasGL]LHQGRHWÀR[DQGRODVPDQRV@HORWURVHJXLHUH (VM) (i) a. tanto auje grant sabor de lidiar que le vjno a coraçon de çercar ally a el & a su hueste que veye ally yazer esparzidos & [estoi non loi sabiendo ponpeo]. (GE5) b. aquellos monges viujan alli de la lauor de Sus manos & tenjan alçado trigo & ordio & mijo & legunbres & [estoi non loi sabiendo los moros]. (CVR) Sin embargo, casos como los anteriores deben estudiarse con más detalle antes de poder hacer una generalización, ya que son muy testimoniales y solo parecen ser productivos con el gerundio sabiendo. Además, la construcción de gerundio no se encuentra nunca en posición inicial, ya que el objeto pronominal esto funciona como una anáfora discursiva que remite a una o varias oraciones del discurso previo.

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b. Et [tantas pesquisas dando el vno como el otro], deue auer la heredat aquel que es tenedor. (FCastiella) (22) a. [Allí andando] alçó los ojos e vío los camellos de Rebeca e de su compaña venir alueñe. (GE1) b. E [assi assesegando el tod el bollicio que era aleuantado & enderesçado su tierra]; mantouo el Regno muj bien & onrrada mientre. (EE2) Los constituyentes adelantados de los ejemplos anteriores incluyen un FXDQWL¿FDGRU  RVRQDGYHUELRVGHtFWLFRV TXHPDQL¿HVWDQHOSXQWRGH vista del emisor), (22). Tales elementos son incompatibles con la presencia de la negación o bien de otro elemento en posición preverbal excepto con un sujeto en STópico, como se ve en (23). (23) a. E [[67ඬඉංർඈ ellos] assi estando] los moros de aznal farax salien aellos de cada dia a menudo. (CVR) b. E troxieron le a Ihesu Christo, e pusieron sobrel sos uestidos, e pusieron sobrel a Ihesu Christo. [[67ඬඉංർඈ El] assi yendo], tendien sos uestidos por la carrera. (NT) Estos comportamientos indicarían que el elemento subrayado en (22) y (23) se vincula con una segunda proyección funcional de foco débil (véase la nota 5), que mantiene una relación de inclusión con STópico, la capa funcional más prominente del AGI, tal como se esquematiza en (24). (24) [67ඬඉංർඈ … [6)ඈർඈൽඣൻංඅ … [Sv … v*ൾඋඎඇൽංඈ …]]]16 Dejamos para futuros trabajos desvelar las incógnitas que se ocultan tras HOXVRGHSXQWRVVXVSHQVLYRVHQODFRQ¿JXUDFLyQHVTXHPiWLFDGH  (Q SULPHUOXJDULGHQWL¿FDUORVHOHPHQWRV\WDPELpQODHVWUXFWXUDTXHORVDORMD entre las capas funcionales SFoco débil y Sv. Y en segundo lugar, describir la interacción entre los fenómenos de proclisis y enclisis de los pronombres átonos en relación con la negación y los constituyentes situados entre las capas funcionales STópico y SFoco débil, véase Suñer (en curso). 16 Constituye una evidencia adicional a favor del análisis propuesto en (25) el hecho de que no se documenten ejemplos como (i), con un orden inverso respecto al de los casos de (24). (i) *[assi ellos estando].

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&ඈඇർඅඎඌංඈඇൾඌඉඋඈඏංඌංඈඇൺඅൾඌඒൾඑඍൾඇඌංඈඇൾඌൿඎඍඎඋൺඌ Después de este breve itinerario por la gramática de los AGI medievaOHVSXHGHFRQFOXLUVHSURYLVLRQDOPHQWHTXHHVWDVFRQ¿JXUDFLRQHVSUR\HFWDQ XQDSHULIHULDPiVGHIHFWLYDTXHODVRUDFLRQHVFRQYHUER¿QLWRGHODPLVPD época pero a la vez más activa que la de sus correlatos en la lengua actual. En ella pueden distinguirse al menos dos capas funcionales. La primera de ellas sería STópico, que permitiría alojar al sujeto topicalizado y, de forma mucho más esporádica, a determinados objetos. La segunda se correspondería con una proyección similar a la del SFoco débil en la que se situarían constituyentes con propiedades deícticas, modales o bien que contienen un FXDQWL¿FDGRU 7ൾඑඍඈඌർඈඇඌඎඅඍൺൽඈඌൾඇൾඅ&ඈඋൽൾ Cid: Anónimo, Poema de Mio Cid, c. 1140. Cifar: Anónimo, Libro del caballero Cifar, 1300-1305. CVR: Anónimo, Crónica de Veinte Reyes, Escorial Y.I.12, a. 1325. EE: Alfonso X, Estoria de Espanna, c. 1270. EE2: Alfonso X, Estoria de España II, c. 1270-1284. FAragón: Anónimo, Fuero de Aragón BNM 458, 1247. FCastiella: Anónimo, Libro de los fueros de Castiella, a. 1284. FCuenca: Anónimo, Fuero de Cuenca, 1284-1295. FNavarra: Anónimo, Fuero Navarra. BNM ms. 248, 1300-1330. FPlasencia: Anónimo, Fuero de Plasencia, c. 1300. FTudela: Anónimo, Fuero de Tudela, c. 1250. GE1: Alfonso X, General Estoria. Primera Parte, c. 1275. GE2: Alfonso X, General Estoria. Segunda parte, 1275. GE4: Alfonso X, General Estoria. Cuarta parte, c. 1280. GE5: Alfonso X, General Estoria. Quinta parte, a. 1284. MNS: Gonzalo de Berceo, Milagros de Nuestra Señora NT: Anónimo, El Nuevo Testamento según el manuscrito escurialense I-j-6., a. 1260. VM: Anónimo, Vidal Mayor, c. 1250.

NOTAS SOBRE LOS ADJUNTOS DE GERUNDIO EN CASTELLANO

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AVEL·LINA SUÑER

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LA MARCACIÓN DIFERENCIAL DE OBJETOS INANIMADOS1* Pablo Zdrojewski UBA/UNGS/UNAJ

,ඇඍඋඈൽඎർർංඬඇ Los objetos directos (OODD) del español no tienen una realización morfosintáctica uniforme. Algunos OODD están precedidos por una marca de caso, que es sincrética con la marca de caso de los dativos, mientras que otros no llevan ninguna marca en absoluto, como se puede apreciar en (1): (1) a. Juan besó (a) una mujer. b. Juan comió (*a) una manzana. Bossong (1991) llamó Marcación Diferencial de Objeto (MDO) a esta clase de alternancias en la realización de los OODD. Los estudios de los últimos veinte años sobre este fenómeno en español (Torrego 1998, Bleam 2005, Rodríguez-Mondoñedo 2007, López 2012, entre otros) coinciden mayoritariamente en que la aparición de la marca de caso diferencial deSHQGHGHTXHORV66''DQLPDGRVRFXSHQXQDSRVLFLyQVLQWiFWLFDHVSHFt¿ca. En otras palabras, estas propuestas consideran que la MDO del español depende de dos condiciones: una Condición de Animacidad, que requiere la presencia del rasgo [+ൺඇංආൺൽඈ@\XQDFRQGLFLyQVREUHODFRQ¿JXUDFLyQ Quiero agradecer a los editores de este libro homenaje a nuestra adorada Ángela Di Tullio. También quiero expresar mi agradecimiento a Andrés Saab y Mercedes Pujalte, con quienes he discutido innumerables veces los datos e ideas aquí presentados. 1

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que exige el establecimiento de una relación (local) entre el SD objeto y cierto núcleo funcional (v° o Dat°, según el análisis) que determine su caso. Dicho de otro modo, los SSDD marcados con a deben ocurrir en una con¿JXUDFLyQVLQWiFWLFDHVSHFt¿FD &LHUWDPHQWHOD&RQGLFLyQGH$QLPDFLGDGSDUHFHHVWDUMXVWL¿FDGDSRU la clara tendencia que presentan los OODD animados a estar marcados diferencialmente en contextos transitivos simples, que contrasta con los casos más infrecuentes de marcación de OODD inanimados. En general, la bibliografía trata esos casos como excepciones. Di Tullio y Zdrojewski (2006-2007) observan, sin embargo, que los OODD inanimados pueden llevar la marca diferencial a si están dislocados a la izquierda, al menos, en el español del Río de la Plata, como muestran los ejemplos de (2a) y (3a). (2) a. Al libro de geometría ni siquiera lo abrí. (Traición, 218) b. *Ni siquiera abrí al libro de geometría. (3) a. Cada lavada se va gastando, y al jabón no lo regalan. (Traición, 219) b. *Cada lavada se va gastando, y no regalan al jabón. Estos ejemplos revelan que los OODD inanimados marcados con a no son excepciones, puesto que el comportamiento es sistemático. En este caso, observamos que los SSDD inanimados que aparecen en la posición canónica de OD, en (2b) y (3b), no admiten la marca diferencial, pero esta marca aparece cuando el OD abandona esa posición. La hipótesis general de este trabajo es que la MDO (en español) no está determinada por el rasgo [+ൺඇංආൺൽඈ] de los SSDD objeto, sino por la posibilidad de que estos constituyentes abandonen dominios estructurales en los que haya un núcleo capaz de valuar/asignar caso. Dicho de otro modo, la marca de caso diferencial aparece solo a condición de que haya cierta FDQWLGDGGHHVWUXFWXUDTXHOHSHUPLWDDO6'HVFDSDUGHODVFRQ¿JXUDFLRnes de valuación/asignación de caso, tal vez como consecuencia de alguna condición de topicalidad, como propone Leonetti (2004). La organización del trabajo es la siguiente. En la sección 2, discuto la Condición de Animacidad en contextos transitivos simples. De acuerdo con Bleam (2005), la presencia/ausencia de la marca de caso a con OODD animados tiene una correspondencia directa con el tipo formal de las expresiones nominales. Uno de los aspectos centrales de esta corresponden-

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cia entre marcación diferencial y tipo formal es que se puede extender naturalmente y sin supuestos adicionales a OODD inanimados marcados diferencialmente. La conclusión preliminar a la que arribaremos en esa sección es que la Condición de Animacidad describe, simplemente, una tendencia, pero no es una condición. La sección 3 está dedicada a la marFDFLyQGLIHUHQFLDOHQFRQWH[WRVVLQWiFWLFRVFRPSOHMRV0HUH¿HURFRQFUHWDmente a predicaciones secundarias, estructuras de Marcación Excepcional GH&DVRFOiXVXODVSVHXGRUHODWLYDVFRQ¿JXUDFLRQHVGH&RQWUROGH2EMHWR 2EOLJDWRULR\FRQ¿JXUDFLRQHVFDXVDWLYDVFRQhacer. Veremos que en todas estas estructuras la presencia de la marca de caso diferencial a afecta indistintamente a SSDD animados como inanimados. En otras palabras, en contextos complejos pareciera ser que la Condición de Animacidad no está activa. En la sección 4, formulo el análisis para la MDO del español y, ¿QDOPHQWHHQODVHFFLyQSUHVHQWRODVFRQFOXVLRQHVJHQHUDOHVGHOWUDEDMR /ൺ0'2ඒൾඅඋൺඌ඀ඈ>ൺඇංආൺൽඈ@ർඈඇඍൾඑඍඈඌඍඋൺඇඌංඍංඏඈඌඌංආඉඅൾඌ Como punto de partida, consideremos los ejemplos de (4) y (5), que parecen indicar claramente que el inductor de la marca a es el rasgo [+ൺඇංආൺൽඈ@del objeto. (4) a. Contraté (*a) cocineras. b. Contraté (a) una cocinera. c. Contraté *(a) la cocinera. d. Contraté *(a) Paola. e. Contraté *(a) todas las cocineras. (5) a. Comí (*a) tortas. b. Comí (*a) una torta. b. Comí (*a) la torta. c. Comí (*a) todas las tortas. En (4) podemos observar que la marca diferencial de caso es agramatiFDOFRQSOXUDOHVHVFXHWRV D RSFLRQDOFRQREMHWRVLQGH¿QLGRV E \REOLJDWRULD FRQ GH¿QLGRV F  QRPEUHV SURSLRV G  \ FXDQWL¿FDGRUHV IXHUtes (4e). En contraste, los SSDD inanimados de (5) son sistemáticamente agramaticales independientemente de la clase de expresión nominal de la que se trate. Estos datos parecen corroborar una primera distinción entre

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expresiones nominales animadas e inanimadas con respecto a la MDO del español; en pocas palabras, el rasgo [+ൺඇංආൺൽඈ] parece inducir la presencia de la marca a. Dejemos de lado, brevemente, la discusión en torno de los objetos inanimados como los de (5), para centrarnos únicamente de la distribución de la marca a en (4). Bleam (2005) observa que existe una diferencia entre el tipo de denotación de los objetos animados marcados con a y los objetos no marcados. Esta distinción aparece sintetizada en (6): Generalización de Bleam (2005) (6) a. Los objetos animados no marcados diferencialmente reciben una interpretación débil. b. Los objetos animados marcados diferencialmente reciben una interpretación fuerte. La distinción entre interpretación débil y fuerte HVGH¿QLGDSRU0F1DOO\ y Van Geenhoven (1998) como en (7): (7) a. Una expresión nominal es débil si denota una propiedad, i.e. tiene el tipo semántico . b. Una expresión nominal es fuerte si no es débil, i.e. tiene el tipo semántico o . Consideremos los ejemplos de (4) a la luz de la generalización (6). Una de las pruebas que suele emplearse para distinguir entre interpretaciones fuertes y débiles es la posibilidad de que una expresión nominal pueda aparecer como objeto de una construcción existencial (cf. Milsark 1974). Los ejemplos de (8) muestran que los plurales escuetos y los inGH¿QLGRV DGPLWHQ XQD LQWHUSUHWDFLyQdébil. En cambio, las otras clases de expresiones nominales solamente pueden recibir una interpretación fuerte. (8) a. Hay cocineras.  E+D\XQDFRFLQHUD  F +D\ODFRFLQHUD d. *Hay Paola.  H +D\WRGDVODVFRFLQHUDV

[plurales escuetos]  >LQGH¿QLGR@  >GH¿QLGR@ [nombre propio]  >FXDQWL¿FDGRUIXHUWH@

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/RVLQGH¿QLGRVQRREVWDQWHGL¿HUHQGHORVSOXUDOHVHVFXHWRVHQWDQWR que también pueden ser fuertes. Un modo de ver el contraste es atender a sus propiedades de alcance. Los nominales de interpretación débil necesariamente tienen alcance estrecho cuando se encuentran en el ámbito de otro operador. Los ejemplos de (9) muestran el contraste entre estas expresiones nominales en el contexto de una negación2: (9) a. No contraté cocineras. [Neg > /* > Neg] Int.: *Existen algunas cocineras que no contraté. b. No contraté una cocinera. [Neg > /* > Neg] Int.: *Existe una cocinera que no contraté. c. No contraté a una cocinera. [Neg > /  > Neg] Int: Existe una cocinera que no contraté. Podemos observar que los objetos en (9a) y (9b) tienen únicamente alcance estrecho con respecto a la negación. En contraste, (9c) admite una OHFWXUDGHDOFDQFHDPSOLR(VWRPXHVWUDTXHORVLQGH¿QLGRVSXHGHQUHFLELU una interpretación fuerte o una interpretación débil. Es esperable, entonces, que la MDO resulte opcional con estas expresiones nominales. Nótese que la generalización de Bleam en (6) hace referencia explícita al rasgo [+ൺඇංආൺൽඈ@de los OODD marcados con a. El problema aparece claramente cuando consideramos ejemplos de estructuras transitivas simples como las de (8)-(13), que contrastan con los ejemplos de (5). En estos casos observamos que la marca a tiende a ser obligatoria. Nombres propios (10) a. Escondí *(a) Bárbara. [Bárbara = a un yate] (Torrego 1998) b. Premiaron *(a) Cien años de soledad. 'HVFULSFLRQHVGH¿QLGDV (11) a. Los pájaros saludan *(a) la aurora. (Gili Gaya 1973) b. Abracé (a) las columnas del patio. (Rodríguez-Mondoñedo 2007) Nombres de clase   (ODGMHWLYRPRGL¿FD D l sustantivo. Razones de espacio me impiden presentar un conjunto más amplio de pruebas. El lector interesado puede consultar Bleam (2005), Rodríguez-Mondoñedo (2007) y López (2012). 2

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&XDQWL¿FDGRUHVIXHUWHV (13) Este grupo incluye *(a) todas las plantas terrestres. ,QGH¿QLGRV (14) una hormiga obrera procede a mover (a) varias pupas que han quedado expuestas DGDSWDGR GH ZZZÀLFNUFRPSKRWRVYLVUHF sets/72157627852702143/detail/>) En general, ejemplos de este tipo han sido considerados excepciones a la regla general que asocia la marca a con el rasgo [+ൺඇංආൺൽඈ@. En este sentido, se ha propuesto que los objetos en (10)-(14) están, de alguna manera, animizados (Jaeggli 1982, Brugé y Brugger 1996, Torrego 1998, entre muchos otros). Nótese, sin embargo, que la animización de estos SSDD UHVXOWDVXSHUÀXD(ODVSHFWRUHOHYDQWHGHWRGRVHVWRVFDVRVHVTXHORVQRPEUHVSURSLRV  ORVQRPEUHVGHFODVH  ODVGHVFULSFLRQHVGH¿QLGDV   \ ODV H[SUHVLRQHV FXDQWL¿FDGDV XQLYHUVDOPHQWH   \ HO LQGH¿QLGR (14) reciben una interpretación fuerte. La importancia de la Generalización de Bleam es que hace totalmente prescindible la Condición de Animacidad. Ciertamente, esta generalizaFLyQHVLQVX¿FLHQWHSDUDH[SOLFDUORVGDWRV1RREVWDQWHVXFRPSOHPHQtación con una condición de animacidad tiene como único valor describir la tendencia de que los SSDD animados constituyen el grupo focal de la MDO del español. En efecto, los objetos inanimados marcados con a son mucho más infrecuentes que los objetos animados, pero sostener que el rasgo [+ൺඇංආൺൽඈ] es un requisito adicional para explicar el contraste entre los ejemplos de (4) y (5) resulta inadecuado. En todo caso, es conveniente revisar si hay alguna propiedad de los verbos o bien otra característica de los objetos inanimados en general que explique la predominancia de la MDO con SSDD animados en contextos simples. Esta cuestión quedará abierta para futuras investigaciones. A continuación, consideramos la Condición de Animacidad en contextos complejos. /ൺ0'2ඒൾඅඋൺඌ඀ඈ>ൺඇංආൺൽඈ@ർඈඇඍൾඑඍඈඌർඈආඉඅൾඃඈඌ En la sección anterior discutí la Condición de Animacidad en contextos transitivos simples. Esta sección, en cambio, está centrada en la distribución de la marca a en contextos complejos. Si bien observamos que

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la MDO del español ocurre predominantemente con SSDD animados, los SSDD inanimados también pueden llevar una marca diferencial de caso. A diferencia de los contextos transitivos simples, en los contextos que estudiamos en esta sección, las condiciones que inducen la MDO se aplican indistintamente sobre SSDD animados como sobre SSDD inaniPDGRV/DVFRQ¿JXUDFLRQHVFRPSOHMDVTXHUHYLVDUHPRVDSDUHFHQOLVWDGDV a continuación:

— — — — —

Predicaciones secundarias &RQ¿JXUDFLRQHVGH0DUFDFLyQ([FHSFLRQDOGH&DVR Cláusulas pseudo-relativas Estructuras de Control de Objeto Obligatorio Estructuras causativas con hacer

(VWDVFRQ¿JXUDFLRQHVQRDJRWDQODYDULHGDGGHFRQWH[WRVFRPSOHMRVHQ que un SD debe estar marcado diferencialmente; sin embargo, resultan su¿FLHQWHVSDUDGHPRVWUDUTXHODJHQHUDOL]DFLyQTXHVXE\DFHDOD&RQGLFLyQ de Animacidad es espuria. Revisemos los datos en cuestión. Laca (1995) observa que las construcciones existenciales con el verbo tener rechazan sistemáticamente la marcación diferencial de objeto (15): (15) Tiene (*a) un hermano. Esta restricción sobre la MDO desaparece si el OD es el sujeto de una predicación secundaria (16): (16) a. Tiene un hermano enfermo. b. Tiene a un hermano enfermo. De acuerdo con Laca, en la estructura sin a (16a), el adjetivo tiene dos interpretaciones: puede tener una lectura atributiva o una lectura predicativa. En cambio, en la construcción que presenta la marca a (16b), el adjetivo solo admite la lectura predicativa. Con esto en mente, consideremos el ejemplo de (17). (17) Tengo *(a)l libro.

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Como es esperable, este ejemplo también resulta agramatical. No obsWDQWHHVVLJQL¿FDWLYRTXHHODJUHJDGRGHXQDSUHGLFDFLyQVHFXQGDULDSHUmita la marcación diferencial de un OD inanimado, como en (18): (18) Voy a leer la reseña porque tengo al libro en mi lista de pendientes. El comportamiento que observamos en (15) y (17) también se puede ver con otras clases de verbos como dejar o encontrar en (19). Nuevamente, como observamos en (16) y (18), el OD [-ൺඇංආൺൽඈ] el libro admite la marca a si la estructura incluye una predicación secundaria resultativa —cf. (20)—. (19) a. Juan encontró (*a)l libro. b. Juan dejó (*a)l libro. (20) a. Juan encontró (a)l libro roto. b. Juan dejó (a)l libro roto. Es importante destacar que la presencia de la marca a en estas oraciones no está asociada al rasgo [+ൺඇංආൺൽඈ@'e hecho, el verbo tener en su lectura existencial rechaza la marca a incluso si se trata de un OD animado, como vimos en (15). Estos contrastes nos obligan a concluir que la presencia de la marca a en (16b), (18) y (20) está asociada a la extensión de la estructura que produce el agregado de una predicación secundaria. Revisemos, ahora, las estructuras de Marcación Excepcional de Caso. (QHVSDxROHVWDVFRQ¿JXUDFLRQHVRFXUUHQH[FOXVLYDPHQWHFRQYHUERVGH percepción como ver o escuchar. En estas construcciones los sujetos preYHUEDOHVGHODVFOiXVXODVGHLQ¿QLWLYROOHYDQREOLJDWRULDPHQWHODPDUFDGH caso diferencial, sin distinción respecto de la animacidad del SD involucrado —cf. (21)—. (21) a. Vio *(a)l estudiante salir del aula. b. Vio *(a)l camión venir. c. Juan escuchó *(a)l árbol caer sobre la vereda. Este requerimiento respecto de la marca a se observa también en construcciones de marcado excepcional con cláusulas de gerundio (22). (22) Vio a las piedras rebotando contra la pared.

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8QHVFHQDULRVLPLODUDOGHODVFRQ¿JXUDFLRQHVGH0DUFDFLyQ([FHSFLRnal de Caso es el de las cláusulas pseudo-relativas en (23). (23) a. Vio *(a) Juan que corría. b. Vio *(a)l camión que chocaba al auto. c. Vio *(a)l árbol que caía sobre el auto. Estas cláusulas son similares a las estructuras de Marcación ExcepcioQDOGH&DVRSXHVWRTXHORVGRVWLSRVGHFRQ¿JXUDFLRQHVRFXUUHQWtSLFDmente con verbos de percepción, las cláusulas subordinadas son defectivas en lo que respecta al tiempo verbal y los SSDD marcados con a se interpretan como los sujetos de las subordinadas y no como los objetos de verbo principal. Las oraciones de (23) son parafraseables por las oraciones de (24): (24) a. Vio que Juan corría. b. Vio que el camión chocaba al auto. c. Vio que el árbol caía sobre el auto. Otro contexto sintácticamente complejo que induce obligatoriamente la MDO corresponde a las estructuras de Control de Objeto Obligatorio. (QHVWDVHVWUXFWXUDVHOFRQWURODGRUGHOVXMHWRGHODFOiXVXODQR¿QLWDGHEH estar marcado diferencialmente (25): (25) a. Juan obligó *(a) un niño a limpiar las ventanas. b. Juan mandó *(a) la estudiante a cerrar la puerta. Dadas las características de los verbos que típicamente aparecen en estas estructuras, resulta difícil construir ejemplos apropiados con SSDD LQDQLPDGRV/RVYHUERVWtSLFRVGHHVWDVFRQ¿JXUDFLRQHVVRQYHUERVGHLQÀXHQFLDFRPRobligar o mandar. Estos verbos requieren que el objeto sea animado, ya que deben ser interpretados como agentes del verbo de la FOiXVXODGHLQ¿QLWLYR(VRFLRVRVHxDODUTXHHVWDHVXQDSURSLHGDGLQGHSHQdiente de la MDO, en tanto que no es posible mandar, obligar o persuadir a una entidad inanimada. Una vez despejada esta característica de los verbos típicos de control de objeto, es posible encontrar una serie de verbos que resultan neutrales en cuanto al tipo de SD controlador del sujeto de la FOiXVXOD GH LQ¿QLWLYR (VWDV HVWUXFWXUDV LQYROXFUDQ YHUERV GH OD FODVH GH

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salvar, rescatar y preservar,\FOiXVXODVGHLQ¿QLWLYRHQYR]SDVLYDFRPR la que aparece en (26): (26) a. Salvó *(a) la casa de ser destruida. b. Rescató *(a) la propiedad de ser vendida. c. Preservó *(a) la comida de pudrirse. Queda, por último, revisar las construcciones causativas con el verbo hacer2UGyxH]\6DDE  REVHUYDQTXHVLHOVXMHWRGHOLQ¿QLWLYRHV preverbal, la marcación diferencial es obligatoria (27a); pero es opcional si HOVXMHWRGHOLQ¿QLWLYRDSDUHFHHQXQDSRVLFLyQSRVWYHUEDOFRPRHQ E    D/DOOXYLD OR KL]R D OURVDOÀRUHFHU  E/DOOXYLDKL]RÀRUHFHU D OURVDO 2UGyxH]\6DDE A modo de conclusión de la sección, los datos recién revisados muestran que la presencia de la marca diferencial a HQHVWDVFRQ¿JXUDFLRQHV resulta completamente insensible al rasgo [+ൺඇංආൺൽඈ@Esto indica, en cierto sentido, que si existe una Condición de Animacidad en la MDO del español, tal condición pareciera estar restringida a un conjunto de contextos transitivos simples. La pregunta que surge, entonces, es qué condición induce la presencia de la marcación diferencial de caso. Intentaré formular una respuesta, al menos parcial, a este interrogante en la próxima sección.  8ඇൺඉඋඈඉඎൾඌඍൺൽൾൺඇගඅංඌංඌඉൺඋൺඅൺ0ൺඋർൺർංඬඇ'ංൿൾඋൾඇർංൺඅ ൽൾ&ൺඌඈ ൾඇൾඌඉൺඪඈඅ Hemos visto en las secciones previas que la MDO del español no solo presenta una preferencia por marcar diferencialmente a los SSDD animados, sino que esta preferencia aparece (casi) exclusivamente en ciertos contextos transitivos simples. Los objetos inanimados marcados con a en HVDV FRQ¿JXUDFLRQHV FI VHFFLyQ   PRVWUDURQ HO PLVPR FRPSRUWDPLHQto que los SSDD animados que requerían la marca diferencial de manera obligatoria. En el análisis que presento en esta sección voy a prescindir completamente del rasgo [+ൺඇංආൺൽඈ], en consecuencia, la única condición relevante es de tipo estructural. Antes de exponer mi propuesta es

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conveniente introducir una segunda generalización empírica que tiene una aceptación prácticamente unánime entre los especialistas. Esta segunda generalización corresponde a una distinción estructural entre objetos marcados diferencialmente y objetos no marcados. Torrego (1998), Bleam (1999), Rodríguez-Mondoñedo (2007) y López (2012), entre otros, coinciden en que los objetos marcados diferencialmente ocupan una posición más alta en la estructura que los objetos no marcados. Ciertamente, no coinciden sobre cuál es la posición que ocupan estos constituyentes, pero concuerdan en que los objetos marcados ocupan una posición derivada. En otras palabras, los objetos que reciben la marca diferencial se mueven3. En lo que sigue, voy a adoptar sin mayor discusión la propuesta de López (2012), que aparece en (28): Generalización sobre la distribución de los objetos (López 2012) (28) a. Los objetos animados no marcados diferencialmente permanecen in situ, en la posición en primer ensamble. b. Los objetos animados marcados diferencialmente ocupan una posición ex situ, se mueven a una posición intermedia entre v° y  ¥ƒ R9ƒVHJ~QHODQiOLVLV TXH/ySH]GHQRPLQDĮƒ3. La distribución de los objetos marcados y no marcados aparece representada en (29). (29)

3 Las pruebas para determinar la posición de los objetos marcados diferencialmente requieren una amplia discusión. Las limitaciones de espacio me impiden presentar el conjunto de pruebas relevantes. Remito al lector interesado en la fundamentación de esta propuesta a los trabajos de Rodríguez-Mondoñedo (2007) y López (2012).

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López (2012) integra la generalización de Bleam (2005), presentada en (6), con la generalización (28), de modo que formula una nueva versión de la Hipótesis del Mapeo (Mapping Hypothesis) de Diessing (1992). De acuerdo con esta propuesta, los SSDD que reciben una interpretación débil permanecen in situ y los SSDD que reciben interpretación fuerte ocupan una posición ex situ HQWUHYƒ\¥ƒTXHSXHGHVHUHOHVSHFL¿FDGRUGH6ĮR ELHQHOHVSHFL¿FDGRU6¥(Q  HVWiUHSUHVHQWDGDODLQWHJUDFLyQGHODVGRV generalizaciones: (30)

Con estas observaciones en mente, pasemos al análisis. En lo que sigue YR\DDGRSWDUFRQPtQLPDVPRGL¿FDFLRQHVHOPDUFRJHQHUDOSURSXHVWRHQ Pujalte y Saab (2012), Pujalte (2013) y Saab (2014), para el análisis de las construcciones con se, los dativos y las causativas con el verbo hacer. Estos trabajos asumen el sistema de Herencia de Rasgos de Chomsky (2007, 2008), más la arquitectura que general de la gramática propuesta por la Morfología Distribuida. Chomsky (2007, 2008) sostiene que los únicos núcleos que pueden teQHU UDVJRVij QR YDOXDGRV >uij@ SXHGHQ VHU ORV Q~FOHRV GH IDVH &ƒ \ v°. Esto supone que las categorías seleccionadas por estos núcleos tienen que ser completamente defectivas (representadas mediante la indicación de un rasgo vacío [ ]). Pujalte y Saab proponen, adicionalmente, que los rasgos[uij@SXHGHQVHUDVLJQDGRVOLEUHPHQWHD&ƒ\v°, de modo tal que es posible tener las variantes de (31):

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(31) a. C°[uij@ b. C°[ ] c. v°[uij@ d. v°[ ] De acuerdo con Chomsky (2007, 2008), una vez que se ensamblan las Sondas [Probes] C°[uij@o v°[uij@, los rasgos-[uij@GHHVWDVFDWHJRUtDVVRQKHUHdados por T°[ ]R¥ƒ[ ], según el caso, como se ilustra en (32) (32)

Los rasgos-[uij@GHODV6RQGDVGHEHQVHUYDOXDGRVSRUXQFRQVWLWX\HQWH QRPLQDOFRQXQFRQMXQWRGHUDVJRV>ij@YDOXDGRVFRPSDWLEOHV\XQUDVJRGH caso no valuado [u.@3DUDHVWDEOHFHUODRSHUDFLyQGHYDOXDFLyQGHQRPLnada Agree, la Sonda debe iniciar un proceso de búsqueda en su dominio de mando-c. En el marco del sistema de Herencia de Rasgos, una vez que el proceso se inicia, el dominio de búsqueda de la Sonda queda reducido al dominio de complemento del último eslabón. De acuerdo con Chomsky (2001, 2007, 2008), el rasgo-[u.@GHO6'0HWD>*RDO@UHFLEHHOYDORUnominativo si la Sonda corresponde al complejo C°-T° y acusativo si la SonGDSHUWHQHFHDOFRPSOHMRYƒ¥ƒ0LSURSXHVWDVHDSDUWDGHHVDSHUVSHFWLYD por cuanto considero que Agree simplemente “convierte” el rasgo [uij@HQ >ij@\HOUDVJR>u.@HQ>.@/RVYDORUHVSDUDHVWRVUDVJRVVHGHWHUPLQDQ directamente en la Morfología. Veamos, ahora, cómo se derivan los casos simples de OODD no marcados diferencialmente, como los de (33):

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(33) a. Vi una niña. b. Vi un libro. El análisis GHHVWRVFDVRVHVVHQFLOOR6HHQVDPEOD¥[ ] con el SD[u.@ objeto. Luego se ensambla v°[uij@. Se produce la Herencia de Rasgos de v°[uij@ D¥[ ]. Finalmente, tiene lugar la operación AgreeHQWUH¥\6'[u.@ —cf. (34)—. (34)

Pasemos al análisis de los objetos indirectos (OOII) de Pujalte (2013). Tomemos un ejemplo como el de (35): (35) María le entregó a Pedro un regalo. /DSULPHUDSDUWHGHHVWRVFDVRVHVLGpQWLFDDODGH  VHHQVDPEOD¥[ ] con el SD[u.@ OD, y luego el SD[u.@2,HQHOHVSHFL¿FDGRUGH6¥  (Q HVWDFRQ¿JXUDFLyQHO2,HVWiIXHUDGHOGRPLQLRGHPDQGRFGH¥[ ] antes de la inserción v°[uij@. Cuando se inserta la Sonda y se produce el proceso de Herencia de Rasgos, el OI queda fuera de la Cadena de la Herencia. En consecuencia, este argumento no puede valuar su rasgo-[u.@PHGLDQWH Agree. La estructura relevante es la de (37).

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(36)

(37)

&XDQGRHVWDFRQ¿JXUDFLyQHVHQYLDGDDOD0RUIRORJtDXQDRSHUDFLyQ GH LQVHUFLyQ GH UDVJRV GLVRFLDGRV LQVHUWD .ƒ FRPR KHUPDQR GHO 6' 2, YpDVH0F)DGGHQ /DLQVHUFLyQGH.ƒUHSDUDHOUDVJR>X.@GHO2, (Q  VHSXHGHREVHUYDUODUHJODGH,QVHUFLyQGH9RFDEXODULRVLPSOL¿FDGDSDUD.   .ļD Estamos en condiciones, entonces, de presentar el análisis de los casos con marcación diferencial de objetos en contextos transitivos simples, como en (39): (39) a. Abrazó a las niñas. b. Abrazó a las columnas. Recordemos que, de acuerdo con la discusión de las secciones 2 y 3, es indistinto si el OD tiene el rasgo [+ൺඇංආൺൽඈ@o [-ൺඇංආൺൽඈ@Como hemos

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visto, los OODD marcados con a se tienen que mover a una posición intermedia entre vƒ\¥ƒ3RUVLPSOLFLGDGDVXPDPRVTXHHVWHPRYLPLHQWRSXHde tener lugar libremente. La derivación comienza como en los ejemplos GH  6HHQVDPEOD¥[ ] con el SD[u.@REMHWR/XHJRVHHQVDPEODĮƒ\HO SD[u.@VHPXHYHDOHVSHFL¿FDGRUGH6Į FI  )LQDOPHQWHVHLQWURGXFH v°[uij@y se produce el mecanismo de Herencia de Rasgos (41). Nótese que la HVWUXFWXUDUHVXOWDQWHHVXQDFRQ¿JXUDFLyQHTXLYDOHQWHDODGH  (QHVWH caso, el OD queda fuera de la Cadena de Herencia. El problema entonces es que el SD[u.@ objeto queda con su rasgo-[u.@VLQYDOXDUGHPRGRTXHOD 0RUIRORJtDUHSDUDHOUDVJRPHGLDQWHODLQVHUFLyQGHOQRGRGLVRFLDGR.ƒ 3RU~OWLPRPHGLDQWH  VHSURGXFHODLQVHUFLyQGHOH[SRQHQWHDHQ. (40)

(41)

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Un aspecto central de este análisis es que la marcación diferencial solo ocurre si el SD objeto queda fuera del alcance de la Sonda. Si el SD queda dentro de su espacio de búsqueda, entonces no puede aparecer marcado diferencialmente. A diferencia de otras propuestas, desde esta perspectiva OD0'2QRUHTXLHUHGHXQDSRVLFLyQHVSHFt¿FDVLQRTXHSRUHOFRQWUDULR tiene que escapar de esas posiciones. Ilustraré este punto con los contextos de predicaciones secundarias con el verbo tener. Vimos oportunamente que los OODD del verbo tener, en su variante existencial, no admiten estar marcados diferencialmente (42): (42) a. Tengo (*a) un hermano. b. Tengo (*a)l libro. Podemos asumir que la estructura involucrada es la más simple posible, según la cual el objeto es directamente ensamblado con v°, como se puede ver en (43): (43)

En estas estructuras, el objeto tiene que quedar obligatoriamente dentro del espacio de búsqueda de la sonda. En la medida que no proyecta más estructura, no hay espacio para que se produzca la cadena de herencia ni para que el OD se mueva fuera del dominio de v°. A diferencia de los contextos de (42), cuando estas estructuras presentan predicaciones secundarias, la marcación diferencial de objeto resulta opcional, como se aprecia en (43): (43) a. Tiene (a)l libro roto. b. Tiene (a) un hermano efermo. Resulta interesante observar que el agregado de una predicación secundaria permite justamente proyectar la estructura necesaria para que el proceso de Herencia de Rasgos tenga lugar. La pregunta es cómo se expli-

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ca la opcionalidad de la marca a en (43). Basilico (2003) muestra que las predicaciones secundarias tienen dos posiciones para sus sujetos, una posición baja y una posición de tópico más alta. En estas estructuras, el último eslabón de la cadena de herencia es el núcleo Top°. El núcleo a° no puede ser el último eslabón porque tiene, de manera inherente, rasgos de género y número sin valuar. Existen, entonces, dos alternativas. Si el objeto permanece in situHQHOHVSHFL¿FDGRUGHO6a, queda dentro del dominio de mandoc de Top° y en consecuencia está sujeto a la operación Agree —cf. (44)—. (44)

6LHO6'VHPXHYHDOHVSHFL¿FDGRUGH67RSHQWRQFHVTXHGDIXHUDGHOD cadena de la herencia y debe recibir la marca diferencial de objeto a —cf. (45)—.

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(45)

En suma, la propuesta de esta sección tiene la ventaja de prescindir de la condición sobre el rasgo [+ൺඇංආൺൽඈ@ y la condición que exige una relación local con un núcleo que determine el caso del OD. Los contextos de predicaciones secundarias con el verbo tener muestran justamente la necesidad de que haya cierta cantidad de estructura proyectada para que sea posible la MDO. &ඈඇർඅඎඌංඈඇൾඌ En este trabajo exploré la Condición de Animacidad en la MDO del español. Intenté mostrar que la generalización que subyace a esa condición es espuria. En primer lugar, las generalizaciones respecto de las propiedades semánticas de los OODD animados marcados diferencialmente se aplican a la marcación diferencial de SSDD inanimados. La conclusión central que surge de esos datos es que resulta innecesaria la Condición de Animacidad. Asimismo, intenté mostrar que si esta condición es válida, solo parece estar activa en contextos transitivos simples. En los contextos complejos, la Condición de Animacidad no parece desempeñar ningún papel. Intenté mostrar también que un análisis que prescinde de la animacidad y una condición estructural estricta para la Marcación Diferencial obtiene resultados

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interesantes en los contextos de verbos como tener existencial, que no admiten la presencia de la marca diferencial, excepto que la estructura se extienda. Finalmente, esta perspectiva parece que empieza a darle sentido a uno de los datos que hace más de diez años Ángela Di Tullio descubrió: casos de OODD inanimados que admiten la marcación con a, solo si abandonan su posición canónica. 5ൾൿൾඋൾඇർංൺඌൻංൻඅංඈ඀උගൿංർൺඌ %ൺඌංඅංർඈ, David (2003): “The Topic of Small Clauses”, en Linguistic Inquiry, vol. 34, n.º 1, pp. 1-35. %අൾൺආ, Tonia M. (1999): Leísta Spanish and the Syntax of Clitic Doubling. Newark: University of Delaware. Tesis de doctorado. ²  ³7KHUROHRIVHPDQWLFW\SHLQGL൵HUHQWLDOREMHFWPDUNLQJ´HQBelgian Journal of Linguistics, vol. 19, pp. 3-27. %ඈඌඌඈඇ඀*HRUJ  ³'L൵HUHQWLDOREMHFWPDUNLQJLQURPDQFHDQGEH\RQG´HQ 'LHWWHU:DQQHU\'RXJODV$.LEEHH HGV New Analyses in Romance Linguistics. Philadelphia: John Benjamin Publishing Company, pp. 143-170. %උඎ඀ඣ, Laura y Gerhard %උඎ඀඀ൾඋ (1996): “On the accusative a in Spanish”, en Probus, vol. 8, pp. 1-52. &ඁඈආඌ඄ඒ, Noam (2007): “Approaching UG from below”, en Uli Sauerland y Hans Martin Gärtner (eds.), Interfaces + Recursion = Language? Chomsky’s Minimalism and the View from Syntax-Semantics. Berlin: Mouton de Gruyter, pp. 1-30. — (2008): “On phases”, en Robert Freidien, Carlos Otero y María Luisa Zubizarreta (eds.), Foundational Issues in Linguistic Theory: Essays in Honor of Jean-Roger Vergnaud. Cambridge (Mass.): MIT Press, pp. 134-166. ²  ³'HULYDWLRQE\3KDVH´HQ0LFKDHO.HQVWRZLF] HG Ken Hale. A Life in Language. Cambridge (Mass.): MIT Press, pp. 1-52. 'ං7ඎඅඅංඈ, Ángela y Pablo =ൽඋඈඃൾඐඌ඄ං (2006-2007): “Notas sobre el doblado de clíticos en el español rioplatense: asimetrías entre objetos humanos y no humanos”, en Filología, n.º 1, pp.13-44. 'ංൾඌංඇ඀, Molly (1992): ,QGH¿QLWHV. Cambridge (Mass.): MIT Press. *ංඅං*ൺඒൺ, Samuel (1973): Curso de sintaxis española. Barcelona: Vox. -ൺൾ඀඀අං, Osvaldo (1982): Topics in Romance syntax. Dordrecht: Foris Publications. /ൺർൺ, Brenda (1995): “Sobre el uso del acusativo preposicional en español”, en Carmen Pensado (ed.), El complemento directo preposicional. Madrid: Visor, pp. 61-91. /ൾඈඇൾඍඍං0DQXHO  ³6SHFL¿FLW\DQGGL൵HUHQWLDOREMHFWPDUNLQJLQVSDQish”, en Catalan Journal of Linguistics, vol. 3, pp. 75-114.

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